Punto Cero Por Pepe Rojo

  • Uploaded by: dasein47
  • 0
  • 0
  • January 2021
  • PDF

This document was uploaded by user and they confirmed that they have the permission to share it. If you are author or own the copyright of this book, please report to us by using this DMCA report form. Report DMCA


Overview

Download & View Punto Cero Por Pepe Rojo as PDF for free.

More details

  • Words: 52,854
  • Pages: 96
Loading documents preview...
Rector General José Luis Gázqucz Mateos

Casa abierta al tiempo

Secretario General Edmundo Jacobo Molina Je;fe de Departamento Editorial Gilberto Alvide

POWER

PUNTO CERO Primera Edición: Octubre del año 2000 Copyright, 2000 por PepcRoio c:opyr!ght, 2000 por Univcrs.idad Autónoma !vfetropolitana (_ opynght, 2000 por Times Editores, S. A. de C. V. Sur 75 A# 232-301 Tel. 56·72·23,13 c-nrnil. timcscd([iJprodigy.net.n1x Prohibida su reproducción total o parcial sin autorización escrita de los editores.

i1

li

1'

PUNTO CERO: según Jacques Lacan. es el punto entre nuestros ojos donde se sitúa la función de borde 'I el corte que hace que nuestra mirada sea nuestra. Ahí se mira hacia afuera mirando hacia adentro. Es siempre un punto ciego donde no se sabe quién está viendo.

En el fondo de mi ojo, sin duda. se pinta el cuadro. El cuadro. es cierto. está en mi ojo. Pero yo estoy en el cuadro. PLAY

Jacques Lacan

En la televisión uno es la pantalla. Uno es el punto desvanecido. como en una pintura oriental. la pintura entra en quien la ve. En el cine. uno sale al mundo. En la televisión, uno entra a sí mismo.

C>

FAOE IN

flllarshall flllcluhan

¿y si ya no se trotara de oponer lo verdad a la ilusión. sino de percibir la ilusión generalizado como más verdadero que lo verdadero? AVISO IMPORTANTE

Jean ilaudrillard

·-·

No consumir después da la 1ooha indicarla an al

1

La escena es así: Cajas. Cajas en todo el departamento. Cinta canela abrazando el cartón impreso con la leyenda "Jabón Roma: Calidad Garantizada". "Huevos Bachoco: 36 Cartones". Un olor rancio y áspero llena el ambiente. Una pesadilla para asmáticos. Si la luz pega en el ángulo adecuado, se pueden observar miles de partículas de polvo bailando. Entre las cajas, todas numeradas, un laberinto; los nombres de las calles escritos sobre cartón. En la esquina de Xerox Carbonless Trans/Rite con La Gloria: Cariño y Sabor que Conquistan se encuentra Ray, ocupado. Ray da vuelta sobre su eje, como si estuviera modelando. Viste unos jeans viejos, rotos en las rodillas, y una camiseta desgastada que muestra un carnicero blandiendo un cuchillo entre gotas de sangre, cortando sus propios dedos. Lupo the Butcher, dicen las letras, escurriendo en líquido rojo. Ray parece buscar algo. Mueve unas cajas. Después de varios esfuerzos, logra encontrar la que buscaba. La caja proclama, orgullosa,Pemex: roo% Mexicano. Saca un cutter amarillo y corta la cinta canela. Desdobla el cartón y se encuentra con un sartén que refleja su rostro. Pir-o-rey. Lo quita y esculca dentro de la caja. Mueve unos libros y saca una cajita de metal. Close-up al rostro de Ray. Una gota de sudor destiende por su rostro. Hay líneas de cansancio. Gira de nuevo y empiezaamoverotrascajas.Sedesespera.Dadospasosatrás. Lo detiene otra pared de cartón. Se sienta sobre Santa María, Envasada de Origen y se sacude el sudor con la mano.

Se levanta y recoge del suelo una televisión Samsung de 20 pulgadas. La coloca sobre una mesa negra junto al contacto de luz. La conecta. Aprieta el botón que dice Power. El monitor cobra vida: un enjambre de puntos blancos y negros lo inundan. La pantalla, por su propia voluntad, avisa: Stereo, 03, junto a un oo:oo de color verde que se prende Y apaga sin cesar. Ray cierra unas cortinas viejas. La iluminación del cuarto cambia. Los insectos de fósforo se mueven entre las cajas, la intensidad de la luz varía constantemente. Las sombras de las cajas se proyectan, en perspectiva, sobre las paredes. Aparecen y desaparec,en :>in cesar, y el cuarto parece ser víctima de una tormenta electnca. Los relámpagos del rayo catódico pulsan sininterrupción. Ray encuentra una caja cuyo nombre es Diccionario Enciclopédico Larousse y sonríe. La abre. Mete la mano y encuentra lo que había estado buscando: el control remoto. La escena es así: Ray se sienta en la esquina de Revlon y Macinto.~h: Think Different, saca un cigarro de marihuana de la ca¡rta de metal, lo prende, suspira, y empieza a cambiar de canales. La mudanza ha terminado. Ray está en casa.

-· ...una mujer atrapada en un elevador observa el pánel de controles sin saber cuál apretar... no importa lo que te digan, ser labioso pays off... un 80% de los suicidios en la ciudad ocurren en el lugar más privado de todos: el baño... no te despegues, la emoción continúa... la exposición c~nst~ de cuatro piezas y dos carteles... no me dejes, no me de¡es, ¡uro que no volverá a pasar, haz lo que quieras pero no me abandones... su voz aparece como la de la razón enfrentando las penurias del distanciamiento étnico... vengarme de él por su desprecio... si sólo tuviera cuatro años más... yo soy el toro más valiente de toda España y no dejaré mi título sin una pelea...y uno, y dos, relájense, déjense llevar, y uno Ydos, icambio!

-· El teléfono suena, compite con el ruido de la televisión. Ray sueña Una mujer, en un mostrador de cine, le corta uno por uno los dedos de la mano, mientras lo mira insistentemente a los ojos. Thack Habla, no temas. Thack Ni creas que te escaparás. Thack Por qué no pagas. Thack Dame tu otra mano. Ring. No te despiertes. Ring. Ray abre los ojos. No sabe dónde está. Se ve envuelto por murallas de cartón iluminadas por el monitor. Ring. Tíene marca.das las esquinas de la caja en la piel No sólo eso, el sudor dejó una mancha azulada impresa en su brazo: un tatuaje tipográfic. Ring. Se para y tira el control remoto. "lDónde jodidos está el pinche teléfono?" Ring. Mueve cajas. Busca en las esquinas de_! cuarto hasta que por fin encuentra el cable blanco de la Iínea telefónica Ring. Lo sigue hasta encontrare! teléfono, un escarabajo blanco escondido entre la caja de alimentos y la de artículos de cocina Ring. Era su primer día en el departamento y ya lo estaban chingando a las... lqué horas eran? Ri .. Descuelga el teléfono antes que acabe de completar su monótono aviso. -Bueno. -lRay? -Sí, lquién habla? -Soy Mauricio, lqué haces ahf? -Aquí vivo. -lEstás bien? -lPara eso hablas a estas horas? -lYa conectaste la 1V? -Sí. -Pues bueno, busca un noticiero, como vas. Te hablo en cinco minutos. Mauricio cuelga. Ray escucha la línea vacía durante unos segundos, talla sus ojos y camina hacia el televisor; Encuentra el control remoto. Sintoniza el noticiero. Mañana mismo tiene que conectarse a cable. Esto de tener tan pocos

canales es una mierda El reloj del noticiero le dice en silencio que son las tres de la mañana, si es que se puede confiar en el bastardo. Tornas de una inundación, quién sabe en dónde. La imagen cambia. Parece provenir de una cámara de vigilancia, como las que ponen en los bancos o en las tiendas, mediante las cuales las empresas se convierten en voyeurs. Ray sube el volumen: Y hoy, un secuestro más en la ola que ha azotado a nuestro país. El tono del locutor era de lucha libre, lpor qué tiene que hablar como si todo fuera emocionante? La cámara de vigilanda del Banco de México capwestas imágenes para usted. Ray reconoce el banco que visitó en la mañana Eran las dos de la tarde, todo transcunía normalmente, y en el banco entra este sujeto, un círculo rojo muestra el sujeto al cual se refiere el narrador, dos minutos después entran sus cómplices, los círculos rojos siguen haciendo su trabajo. Un escalofrío recorre el cuerpo de Ray. I.ostnstoman sus posidones y esperan, acechando, a su víctima. Ray sonríe la estúpida sonrisa del reconocimiento. Ahí está él, en el monitor. Estuvo en el banco a esa hora, aunque no recuerda lo que sucede en la pantalla Un círculo azul lo envuelve. Y atacan (la cámara muestra como dos de los delincuentes agarran al sujeto, mientras otro apunta con su pistola a todos en el banco, los círculos rojos tapan el azul), para después, salir huyendo. Ray se siente como un títere, quiere gritarle a la pantalla. Se ve a sí mismo, y no recuerda nada Su réplica sale de la torna. Se descubre torpe, indefenso. Ajeno. El nombre de la víctima es Raymundo Domínguez, la foto de Ray llena la pantalla, hijo del conocido empresario industrial Arturo Domínguez. Ray se frota los ojos. A él no le pasó eso, y sin embargo, sería el primero en hacer una identificación positiva de sí mismo. Hasta la ropa en el video es la misma que trae puesta, con la que se quedó dormido frente al monitor. Hasta ahora, nadie ha reclamado rescate ni se ha identificado a los secuestradores. Después de estos comerciales mostraremos una vez más las impactantes imágenes. Ray se queda inmóvil. Sus pensamientos están sus-

!

¡i

¡.¡'

¡¡,,

pendidos, como una línea telefónica vacía. Por lo pronto, esperaría a que acabaran los comerciales. Busca la colilla del cigarro de marihuana y lo prende otra vez. En el brazo, la pintura de la caja que se le pegó por el sudor grita en fragmentos: Brut, La Esencia del Hombre. El teléfono empieza a sonar de nuevo. Rayno contesta.

-· Sentado en la part~ de arriba de úna escalera de 2 metros, Mauricio García acomoda paquetes de Huggies, uno tras otro. Eso de tener hijos parecía ser toda una ciencia, ciencia de la cual Mauricio no tiene el menor conocimiento, sólo lo indipensable para empezar una plática con las jóvenes madres que llegaban a comprarmamilas, pañales, algodones o medicinas. Algunas se caían de buenas. No había nada peor en su trabajo que pensar en mujeres. A esas horas de la noche, los únicos clientes que la farmacia recibía eran junkies que no cesaban de voltear sobre su hombro, esperando la llegada que confirmara su eterna precaución; borrachos buscando cigarros, despreocupados, torpes, malolientes; padres de familia en pijamas, con ojeras y cara de preocupación porque su bebé había decidido pasar la noche gritando a todo pulmón su inconformidad con el mundo. No, pensar en mujeres era lo peor que le podía pasar en un cuarto pequeño lleno de medicinas, pañales y toallas femeninas. LHacía cuánto que no se acostaba con nadie? Dos meses. Bueno, tres semanas en realidad, pero las putas no cuentan. "LNo cuentan cómo mujeres o cómo sexo?'', le había preguntado Andrea la última vez que la plática había llegado al tema Pendeja. Uy sí, la feminista inteligente. No cuentan como ligue. No cuentan como romance. No cuentan como mujeres, con ellas no te preocupas por lo que quieren de ti. Es un negocio necesario para la sobrevivencia de los seres humanos, punto. Es una medicina. Cuando uno se pregunta: Lhace cuánto que no me compro algo? uno no toma en

cuenta los alkaseltzers que compró hace dos días. Así son las prostitutas, como medicina Mauricio miró el reloj. Las dos dela mañana Todavía le faltaban tres horas encerrado. Si tomaba otra ruta para regresar a su casa, podía pasar con Helena, una prostituta muy simpática que le cobraba barato porque era cliente asiduo. Siempre trataba de hacerle plática, pero Helena evitaba las preguntas personales con más pericia que un psicoanalista Pero quizás hoy sí podría averiguar algo.

-· Mauricio observa su reflejo en el espejo del baño, con el pantalón hasta las rodillas. Se acaricia mientras trata de decidir. Varias imágenes pasan por su cabeza: Una chava de la que se enamoró en secundaria. La mujer con la que perdió su virginidad. La vecina casada que nunca lo pelaba. La actriz de la película que vió la semana anterior. La chava que se le había quedando viendo en el metro el otro día. La maestra de ética de prepa. La señora que atendía la papelería. La mujer que sale a hacer jogging todas las mañanas cuando regresa del trabajo. Su primera, segunda, tercera y cuarta novia. La modelo que venía en la portada de la Elle. Su antepenúltima, penúltima y última novia. La señora que compró unos condones hace rato. Pausa Perfecto, ésa era Sí, ella. OK, ahora la escena.Ella lo mira coqueteando. Mauricio nunca le quita los ojos de encima, sostiene su mirada Cuando le dalos condones, sus manos se rozan. El pregunta, "LNo necesitas otra cosa?" mientras la mira fijamente a los ojos. Ella se recarga, apenada, y le pregunta: "Lcómo qué?" Entonces... Clank, clank, clank. Mauricio maldijo, se subió los pantalones, cerró el cierre tratando de no lastimarse y salió a ver quién chingados estaba buscando qué medicina a estas horas de la madrugada. Las interrupciones: motivo principal para no pensaren mujeres en el tumo nocturno de la farmacia.

.... 19

.... 18



il !I

ill. ¡.:

1

1'1,i

!,,!il

Daflon. Tres. Daktarin. Cinco. Dalacin. Trece. Hacer el inventario de medicinas era algo que Mauricio realmente odiaba. Una lista eterna y tediosa. Desuric. Ocho. Dipasin. Cuatro. Nombres que nadie reconoáa, toda la fe del mundo depositad en unos cuantos químicos mezclados correctamente. Diprospan. Veinte. Ditopax. Seis. LQuién chingados le ponía el nombre a las medicinas? LTendrían alguna idea de lo que hacían? Dolac. Quince. Dolotor. Seis. Dopergigin. Diez. Dramamine. Cinco. La "E" tendría que esperar hasta más tarde, decidió Mauricio mientras regresaba a su lugar unDoloNeurobión que había escapado de sus compañeros. Se sentó frente al mostrador y prendió la televisión. Era un modelo viejo, una pantalla pequeña con la resolución empañada por los años. Tantas imágenes sobre el mismo cristal tienden a confundirse. Ni siquiera tenía control remoto. No es que Mauricio lo necesitara. La silla, en el mostrador, estaba justo frente a la TV. "Te va a hacer daño estar tan cerca de la televisión", le dijo, regañándolo, una voz de su pasado. Un borracho llegó a la farmacia, compró una cajetilla de Delicados y un carrito de bomberos. "Para mijo", dijo sonriendo. La caseta de cuota de la culpabilidad. Quizás con un carrito de bomberos el hijo pensaría que este imbécil no era tan mal padre. Pensó recordarle que también debería llevar algo para su esposa, pero se detuvo. No tenía sentido discutir. La ciudad más grande del mundo, en la madrugada, es la cosa más abúrrida del mundo. No pasa nada. Si tienes ganas de ver un poco de TV, si tienes insomnio, las opciones escasean. Infomerciales o estática. Esas eran las dos alternativas. O el thighmaster o el dulce susurro de un canal sin transmisión. Bueno, siempre están las noticias. Mauricio sintonizó el canal. Hablaban sobre los disturbios en Indonesia. La embajada estaba tratando de ayudar a todos

los mexicanos que vivían por allá LQué hace un mexicano en Indonesia? LNo está demasiado lejos? LQuién tiene tiempo de pensar en estas cosas? Mauricio abre una paleta Payaso y muerde con decisión, arrancando un ojo pero conservando la sonrisa. En el monitor, puede ver una imagen gastada, probablemente de una cámaradevigilanciaApareceRay en un banco, caminando como si estuviera perdido. Y regresando del próximo segmento

de anuncios, el último secuestro captado en una cámara de vigilancia. Unos ti pos se acercan a Ray y lo agarran. El nombre de /a víctima es Raymundo Domínguez. La imagen se congela cuando los secuestradores, encapuchados, llevan a Ray hacia la salida del banco. Mauricio saca varios papeles que trae en la bolsa de atrás de su pantalón y los esparce por el mostrador, buscando el nuevo teléfono de Ray. Lo encuentra y marca. Después de oír el tono siete veces, alguien contesta. ----lRay? -Sí,Lquiénhabla? -Soy Mauricio, ¿qué haces alu? -Aquí vivo. ----lEstás bien? ----IPara eso hablas a estas horas? _¿Ya conectaste la TV? -Sí. -Pues bueno, busca el noticiero, como vas. Te hablo en cinco minutos. Mauricio cuelga sin entender lo que está sucediendo. Mordisquea la sonrisa de la paleta esperando que acaben los comerciales. El locutor regresa y cuenta la noticia. De acuerdo con la televisión, Ray ha sido secuestrado. Mauricio no lo entiende, acaba de hablar con él. -Unas reinas Roche. En el mostrador, un junkie, esperando impacientemente. Los ojos rojos, un poco encorvado, mirada desafiante, cansada

.... 20

...... 21

1

[i 1!



I'

!

'rn

il il

11

[I ,,

:i

'.I'

!!

:l ¡~

ii

-Espérame--- le contesta Mauricio, tratando de no despegar los ojos del monitor. -No seas así, deveras necesito algo. El junkie golpea con sus llaves una de las barras de seguridad que lo separan de Mauricio. El ruido ahoga la voz del locutor. Mauricio se levanta y pide la receta. .El junkie saca de la bolsa de su camisa una hoja arrugada. Se la da a Mauricio. -No me sirve, esto no es de ningún doctor, esto lo hiciste tú. No te las puedo vender. El junkie lo mira fijamente, con ojos apagados. No se :nue:e, sólo está ahí, parado, observando un punto en el infinito, atravesando a Mauricio con su mirada -Cualquier cosa, dame cualquier cosa, ayúdame a sobrevivir esta noche. Mauricio observa al junkie. Al parecer, había llegado la hora de su buena acción del día. · -i.Cuánto traes? -Treinta pesos. -Con treinta pesos no te alcanza para nada -Lo que sea, ayúdame. Mauricio se mete entre los estantes, directo a la "B". Toma una caja. -Dame los treinta pesos. . . El junkie mete la mano a su pantalón y saca un billete vre¡o y una moneda Mauricio le da una botella. -i.Qué es esto?- preguntó el junkie, abriendo la caja. -Benadrex, medicina para la tos. _¿Ya la probaste? . -No seas pendejo. No la he probado, pero en este tumo la piden personas como tú, que no traen dinero ni receta Dicen que te tienes que tomar el frasco completo. -Bueno. El junkie se aleja. Abre el frasco. Le da un trago. Mauricio marca el teléfono de Ray. Nadie contesta.



Cambio de tumo. Mauricio sale corriendo. Amedio camino, se detiene. Son las cinco y media de la mañana y Ray aprecia sus extrañas horas de sueño. Entra a una cafetería. La me sera sirve el café de mala gana, aunque Mauricio trata de coquetear con ella En la superficie aceitosa del café, Mauricio observa su rostro desfigurado por el movimiento ondular del líquido. Un filtro orgánico para distorsionar su imagen. Apura el café, y con el sol sale a la calle. La ciudad empieza a poblarse. Toca durante media hora el timbre del nuevo departamento de Ray, preguntándose si funciona. No tiene que esperar respuesta. Alguien sale del edificio y, previa mirada de desaprobación, lo deja pasar. En la puerta del departamento, Mauricio vuelve a tocar. Después de varios minutos, Ray, con los ojos todavía hinchados, le abre la puerta, lo invita a pasar con un poco comprometedor "qué pedo". -{_Cómo estás?- pregunta Mauricio, siguiendo a Ray, quien se dirige a una esquina de cartón y empieza a .abrir una caja tras otra. -Dormido- responde Ray, plano. Saca una cafetera y una lata Deja varios instrumentos de cocina tirados sobre la caja -¿Para qué chingados sirve esto?- pregunta Ray, mientras muestra una especie de cuchillo cilíndrico con mango negro. Avienta el utensilio y carnina hacia la cocina sin esperar respuesta. Abre la llave, llena la jarra de agua. De la lata, vierte un poco de café. -{_Te vas a tomar el agua? ¿no la quieres hervir o algo antes? · · Ray voltea hacia Mauricio, molesto. -Si prendes la televisión, seguramente te vas a enterar que estoy muerto o algo así Ray se desespera, quita la jarra de la cafetera y pone una taza sucia para recibir el café.

-Un cadáver no se preocupa por la calidad del agua que toma. -lQué pasó en el banco? -Nada Fui, saqué todo mi dinero yme regresé a esperar la mudanza. -lYlo de la TV? Ra~ encoge los hombros y le da un sorbo al café. - l Ya le avisaste a tus papás? , -Sí; eso es lo primero que voy a hacer- Ray pone el cafe sobre el lavabo y se sienta en él -Es la primera vez en mi vida que me puedo deshacer de e'.losy lq;ié ~uieres que haga? que corra y les hable, mami, pap~ e~y hzen, ¿podemos serfelices por el rest.o de nuestros días? -1.Yla policía? -Hay miles de personas pagando sus impuestos deja que los cabrones trabajen un poco. ' -lYquévasahacer? -.Tú me estás viendo, me estoy tomando el primer café de rm nueva vida Ray se paró, Ycaminó hacia la sala. -Ven, vamos a ver tele, te apuesto a que hoy también salgo en ella



Andrea, para v~riar, se levanta tarde. Se baña, toma su primer cafe del ~a (Nutrasweet, por supuesto; es mejor el f~tasma del CaJ!lcer que la tangible gordura) y agradece a ~1?s n~ tener e.n su agenda ninguna presentación con cli~nte ; puede. rr vestida como quiera De todos modos, le ~tiempo de pmtarse un poco la cara mientras fuma un cigarro. Un día de estos, se promete a sí misma, dejará de fumar. . El Jetta del año prende sin esfuerzo y Andrea toma la prmrera ;esolución del día No hay nada como el olor a nuevo, asr que a partir de ese instante, queda prohibido fumar en el carro. Sin concesiones para nadie.

El tráfico es un infierno. El problema es tener que estar sentado sin poder pensar. Sólo alcanzas una concentración light Como un insecto que no puede caminar en línea recta, todo lo que piensas encuentra excusas para desviarse a la menor provocación: los detalles más estúpidos plantan su bandera en tu cabeza. Mira, el señor del volcho se está sacando un moco. El del cavalier está a punto de pegarle a sus hijos. Esos güeyes se van a poner a fajar. lDe qué color es el vestido de esa señora? Necesito ir a la estética. Me caga esa canción. lPorqué no puedo enamorarme? Necesito desayunar. Me voy a poner a dieta. Quiero tener un hijo antes delostreinta.lEstarémuyvieja para ponermeunareteenel ombligo? Necesito vacaciones en la playa. Necesito más sexo, antes que me dé cáncer en los pechos. Necesito ir al doctor. lQué se cree ese pendejo con la música a todo volumen? Quiero unos chocolates. Dietéticos. ¿y si renuncio y gasto todos mis ahorros? Me quedan r 5 años para acabar de pagar mi departamento. Yasíhasta que llega el punto en que ni uno se aguanta así mismo. Como aspirina, cambiar las estaciones de radio: ... es casi una experiencia religiosa.mi esposo ya no me quiere tocar, llega en las noches y toda la madrugada no hace más que llorar, después me dice que le tengo que perdonar su pecado... asian dub connection... el presidencialismo ...no rompas más mi pobre corazón ... el asesinato. de periodistas ... serenidad y paciencia, Solín, serenidad y paciencia... golden music...te quita todos los problemas de tu vida, disponible en tiendas de autoservicio ...move over now...yo era el verbo en carne viva... el secuestro de Raymundo Domínguez...i know why the caged bird sings ...la impunidad que tienen los delincuentes en nuestro país, a la luz del día, entre decenas de personas y escaparon como si nada, seguramente nuestro auditorio ya vió las impactantes imágenes en su televisor, Raymundo Domínguez es el hijo

1¡:.1

¡,



¡,

·¡·'!' !!

del empresario industrial Arturo Domfuguez, los secuestradores aún no se han comunicado con los padres del secuestrado, aunque se espera que lo hagan durante las próximas horas... Andrea bajó el volumen del radio y abrió el teléfono celular. Aprovechó un semáforo para buscar en su agenda el nuevo número de Ray. Mientras esperaba el tono, empezó a comerse las uñas. Mauricio contestó el teléfono. -Habla Andrea, Lqué haces alu?-la voz de Mauricio se escuchaba lejos, un poco distorsionada por la estática -Vine a ver a Ray. Andrea se acomodó el celular apoyándolo en el hombro para no perder el control del volante. --lQué no lo secuestraron? -Pues eso dicen todos los periódicos y noticieros del país, pero aquí está, vivito y coleando. Andrea quería hablar con Ray. Escondido atrás de la estática, alcanzó a escuchar un "es Andrea, Lte la paso?" y los golpes que se oyen al teléfono cuando alguien recoge el auricular. Ray, para variar, contestó con una voz seca, como si algo lo estuviera molestando, aunque quizás en esta ocasión sí tenía razones para adoptar esa actitud. --lEstás bien? Lqué pasó? -Nada, no pasó nada --lY todas las noticias? -Pues bueno, son noticias. -lEstás bien?- repitió Andrea Los automóviles por fin avanzaban. -Un poco confundido, pero esa es la historia de mi vida Me has visto en peores situaciones. -Ja, ja. LVas a estar alu? -Sí, no pienso moverme, voy a desempacar. -Tengo que ir a la oficina, pero en cuanto me desocupe voy para allá Ray asintió y le dijo que iba a prender su contestadora

automática. Andrea escuchó a Ray colgar. Marcó a su hermana. -Mi mensaje es el amor, Lcuál es el tuyo? Pinche Lucy y sus mensajes cursis. . -Deja un recado después del tono, que tengas un bomto día. Andrea se frotó la sien y empezó a hablar: -Lucy, si oyes lo de Rayen las noticias, no te asustes, él está bien, en su casa, pero no está recibiendo llamadas, voy a tratar de ir con él después, ojalá llegues tú también. Andrea colgó y prendió un cigarro.

-· Dos chavos, en camiseta yshorts, tratan de subir un mueble, franjas azules y verdes, por la escalera de un edifici~. El rostro de uno de ellos está empapado en sudor: Sus musculos se tensan, y empujan. Logran subirlo un poco más. -Ahí, exactamente ahí · Empujan. Logran subirlo. Subirlo. -Exactamente, ahora la otra Las escaleras de un edificio, vacías. Aparecen las piernas de una chava, falda corta, ligera, y un top, cargando bolsas con frutas y refrescos. Ella es delgada, estilizada, su cuerpo es perfecto. ---OK, el principio. Las escaleras de un edificio, vacías. Las piernas de una chava Falda corta, ligera y un top.

-Ahí Dos chavos tratan de subir un mueble por las escaleras. El rostro, empapado en sudor. Empujan, logran subirlo un poco más. Escaleras vacías. Piernas de una chava Falda corta, ligera, y un top. Delgada, estilizada, las curvas de su cuerpo en continuo movimiento. -Busca el diálogo. La 3 es buena Un chillido llena el ambiente, como si unmillar de pájaros

...... 26

fil

¡!, ! ¡ 1!'

1

1 11

,f¡¡ ,f 1 1

I 1

!

,¡I ¡¡1

,[! ,¡

i' ![j l

gritaran al mismo tiempo. El sonido se detiene. El rostro del chavo, empujando el sillón. Quejándose, pregunta: üuánto falta?. -El diálogo, nada más. -LQuiere algo de desayunar? Quejándose, pregunta: -LCuánto falta? -Frutas, con yoghurt y miel. Ella es delgada, estilizada Rostro, quejándose, pregunta: lcuánto falta? El chillido otra vez, puntuado por silencios, creando un ritmo. Contrapicada, el otro chavo, jalando el mueble: Dos pisos. Toma amplia, los dos chavos, uno en cada extremo del mueble, a la mitad de las escaleras, 45 grados. El que está abajo dice uno, dos y. .. tres. Empujan. -Hasta el dos. Pregunta: -LCuánto falta? Toma amplia El mueble a la mitad de las escaleras, 45 grados. El chavo que está abajo dice uno, dos..., toma impulso y queda congelado. -OK, de regreso a la chava · Fast-forward: La chava camina hacia el elevador. El escote del top muestra parte de sus senos. Se para frente al elevador. Ríe. El chillido es su soundtrack. Camina hacia el elevador. El escote muestra parte de sus senos. Frente al elevador, pone los brazos en sus caderas, frunce el ceño. El chillido sigue. La chava, hacia el elevador. El escote muestra parte de sus senos. Frente al elevador se limpia el sudor, brazos en caderas, frunce el ceño. El chillido sigue. -La última, me gusta su expresión Uno, dos, toma impulso y la chava camina hacia el elevador. El escote muestra sus senos. -Para, ltenemos el inserto del elevador? lcómo vamos de tiempo? -Trece segundos, el inserto lo tengo aquí. -Perfecto, mételo por favor.

El mueble, que parece desafiar la gravedad, desaparece. El busto, piel bronceada, sin línea de bikini, queda congelado_. Aparece un letrero en la puerta del elevador: Fuera de servido. Ella camina hacia el elevador. El escote muestra sus senos. Letrero en elevador. Fuera de servido. -Perfecto, ahora la reacción. El escote muestra sus senos. Un letrero en el elevador: Fuera de servido. Ella se para frente al elevador, brazos en caderas, limpia el sudor, frunce el ceño. -Me gusta, aquí nos aceleramos. Picada, vemos a los chavos. Ambos están en la parte de abajo del mueble, tratando de empujarlo. Toma frontal, uno dice: preferiría estar en otro lado. Empu¡an. --OK, perfecto. Búscate otra de la chava, subiendo las escaleras. Contrapicada, la chava sube, su_falda se mueve ymu~stra parte de su ropa interior. La bolsa pega contra sus rodillas. Preferiría estar en otro lado. Empujan. Contrapicada, la chava sube, su falda se mueve, muestra su ropa interior. La bolsa pega contra sus rodillas. -Menos. Su falda muestra ropa interior. La bolsa pega con sus rodillas. Muestra su ropa interior. La bolsa pe. Ropa interior. La bolsa Ropa interior. --OK, los chavos, una reacción, no, mejor lo del calor, el cliente seguro lo va a pedir. Ropa interior. Los dos chavos, sosteniendo el mueble con sus espaldas, no pueden hacer otra cosa más que jadear. Uno de ello dice: quisiera algo para este calor. Andrea mira su reloj. Si siguen a este ritmo, puede buscar a Ray antes de la comida Quisiera algo para este calor. La chava se detiene en un piso. Ve lo que falta de escaleras. Saca un Kas y tira las bolsas que lleva, todo cae en el piso.

Jl>Jl>2B

'11

i!!l

i!

i 1

Tira las bolsas que lleva, todo cae en el piso. Los chavos dejan de empujar el mueble al oír el ruido. Voltean. Los chavos dejan de empujar el mueble al oír el ruido. Voltean. La chava, sonrojada, les dice: ¿quién me puede ayudar? -OK, perfecto. Sonrojada, les dice, ¿quién me puede ayudar? Los chavos sueltan el mueble, que se desliza hacia abajo. Se desliza hacia abajo. Choca contra una maceta, rompiéndola La chava los voltea a ver, culpa en su rostro, les dice: -lAlguien quiere un Kas? _¿y si metemos el logo alu? LAlguien quiere un Kas? Corte a logo. Voz en off: Kas, el remedio para todos tus males. -Me gusta, vámonos al final Kas, el remedio para todos tus males. Los tres toman Kas, se ríen. El mueble rompió la maceta y el contenido de las bolsas está tirado en el piso. Un chavo pregunta, ¿cómo te llamas? Fade out ~Perfecto, Len cuánto estamos? -Treinta segundos, ocho cuadros. -OK, veámoslo todo. Chavos, camiseta, shorts. Subir mueble, azul verde. Sudor. Músculos. Piernas de chava. Falda corta, ligera; y un top. Delgada, estilizada. Curvas. Chavo, quejándose: ¿cuánto falta?. Contrapicada: Dos pisos. Uno, dos, toma impulso y la chava camina hacia el elevador. Escote, senos. Elevador. Fuera de servido. Brazos en caderas, sudor. Preferiría eStar en otro lado. Empujan. fadear. Sube, muestra ropa interior. Quisiera algo para este calor. Saca un Kas, tira bolsas. Dejan de empujar. Voltean. Mueble. Desliza Maceta rota. Chava, sonrojada: ¿quién me puede ayudar?Logo. Kas, el remedio para todos tus males. Los tres toman Kas: icómo te llamas? -No es lo mejor del mundo, pero ellos escogieron esta opción. Pinches clientes, si no fuera por ellos, la publicidad en este país sería mejor. Bueno, lla llevan a musicalizar? Me tengo que ir.

Andrea toma su bolsa y deja la sala de edición.

-· Si hay algo que odia Andrea, es tocar el timbre sin recibir respuesta. Las personas que pasan la miran como si fuera un criminal. Pero bueno, para eso sirve la tecnología Saca el celular y está a punto de marcar cuando siente una mano sobre su hombro. Instintivamente, ya me asaltaron. Dos manos suaves, de mujer (a las que les falta crema, no puede evitar pensar}, le tapan los ojos.Andrea se quita y encuentra, frente a frente, un espejo: Lucy. su hermana. Andrea se siente incómoda. Eso del espejo no es tan acertado. Si bien las facciones son parecidas, toda similitud acaba ahi Lucy tiene el pelo largo, Andrea corto. Lucy lleva unos pantalones de mezclilla y un top morado con verde (iquién combina esos colores que muestra su ombligo. Andrea viste un sobrio traje sastre beige, sólo muestra las espinillas. Por un momento, se imagina una fotografía en una revista de modas. En letras pequeñas, junto a Lucy, está el precio total de su guardaropa; mutipiicado por cinco, en la pagina contraria, está el de Andrea que, además, parece cincuenta años mayor. --i.Qué haces por acá?- le pregunta, tratando de exorcizar el rush de adrenalina, provocado primero por el miedo y después por la frustración. · -Recibí tu llamada, y como no tenía mucho trabajo, vine para acá. -Yo también. Creo que el timbre no sirve. Nadie contesta. Lucy estira su brazo desnudo y toca el timbre. En ese instante, Mauricio abre la puerta. -Uy, las gemelas, sí no nos cuidamos, esto puede acabar en fiesta -No seas payaso-- le contesta Andrea -Lcómo está Ray?

n

~~30

-Tiene hambre, voy a la tienda, el señorito quiere unos roles de canela, ¿me acompañan? -Yo voy contigo- dice Lucy. Andrea declina la invitación y empieza a subir la escalera Busca un elevador y no lo encuentra. Dos tipos, sudorosos, suben un mueble, azul y verde, por la escalera Al parecer, Ray no es el único que se acaba de mudar. Al pasar junto a ellos, Andrea siente un mareo. Miles de puntos blancos inundan su visión. Sus piernas flaquean. Tira su bolsa, y entre sueños, escucha un golpe, seco. --lCómo te llamas? Andrea escucha el ruido de las palabras en la distancia, sin poder unir el sonido con el significado. --lCómo te llamas? En su cabeza reina el chillido que hacen los videocassettes al rebobinarse. La luz entra por una rendija entre sus párpados. Alcanza a ver un mueble y una maceta rota. Me tengo que apurar si quiero ver a Ray. Todo da vueltas. No recuerda haberse vestido con un top y una minifalda. Se apena y trata de taparse. --lCómo te llamas? Esa voz otra vez. Dos siluetas tapan la luz que entra a sus ojos. --lEstás bien? Andrea intenta incorporarse. Alguien la ayuda. El mundo entra a foco. Dos chavos, en shorts, laayudana pararse. El mueble que estaban subiendo ( iqué no estaba en la sala de edidón?), se deslizó por las es.caleras y rompió una mac~ta Andrease siente débil, desubicada Los chavos son guapos y se siente increíblepiente estúpida. Busca un Kas en su bolsa No lo encuentra. -Losiento--lesdice-peronotengoningúnrefresco para darles. Sube corriendo las escaleras. La puerta del departamento está abierta, se oye ruido, como si alguien estuV:iera hablando. Andrea toca, nadie responde. Entra. Respira y trata

~~ 31

de calmarse. La T\T, prendida, sigue su monólogo. Ray está sentado sobre una caja que dice Xerox, the Document Company, viendo la calle por la ventanaAndrea sonríe, yse acerca. -No que muy secuestrado. ¿cómo estás? -Mira- le dice Ray sin voltearla a ver, mientras señala con su brazo por la ventana -esos tipos, ahí, en la azotea, llevan todo el día pegando ese espectacular. Pero lo están pegando mal, fijate,las dos tiras que llevan no van ahl Estoy esperando que se den cuenta Afuera, en la azotea, el anuncio parece haber sufrido un ataque y empieza a hablar en lenguas. Las frases del slogan quedan incompletas y se empiezan a mezclar. La imagen del anuncio se descompone, y lo que era el rostro de una mujer agradable se convierte en un pastiche de · intenciones casi cubistas. -Me dan ganas de gritarles para que vuelvan a empezar~ dice Ray, alejándose.de la ventana. -Así les pasa- contesta Andrea, sintiéndose responsable al trabajar en el negocio de los anuncios -no te preocupes, lo van a tener que arreglar, lCÓmo estás? -Bien, cansado por la mudanza. -LQué está pasando? De repente sales en todos los noticieros, te haces famoso de la noche a la mañana y ni siquiera eres para avisar. -Yo no decidí que pasara esto, no sé ni qué pensar. Tengo la Tv prendida para enterarme de mi futuro. ffú que crees, Andrea? lMe matarán los secuestadores? lAbusarán de mí física, emocional y sexualmente? lA quién le importa? LA mis anúgos cercanos? ¿b a quien sabe cuántas personas que secretamente, sin darse cuenta siquiera, están esperando que mi cadáver aparezca al lado de una carretera? -Mórbido para variar. Pareces programa de nota roja. -Hey, mi vida es así, no los critiques, a partir de ayer vivo en un tabloide. _¿y nadie sabe que estás aqm?

...... 33

...... 32

-Ustedes. Ycreo que ya Mauricio arregló lo de la renta con el casero. No he visto a ningún vecino desde que llegué. _¿y tus papás? -Dale con eso. Si me mudé para acá sin avisarles fue por algo. Viéndolo desde otra perspectiva, esto es perfecto. Puedo comenzar otra vez, reconstruir mi vida con nuevas esperanzas, quizás Andrea, quizás, esta vez sí logre ser feliz, -No seas payaso. -No seas melodramática. Mauricio y Lucy entran al departamento. Mauricio avienta los roles de canela Lucy se acerca, abraza a Ray. -Te ví en la TV, escogieron tu peor foto, lde cuándo es? lsecundaria? Pareces un pinche nerd. lQué se siente estar secuestrado? Es lo más emocionante que ha pasado desde hace mucho mucho tiempo. -No es gracios(}-interrumpe Andrea -puede haber otra persona sufriendo en el lugar de Ray. -Sí- contestó Lucy-pero no conozco a esa otra persona, y lo bueno es que Ray está bien. -Mira las hermanitas- interrumpe Mauricio, -me conmueve el amor fraternal. --Cállate, pendejo-- le dice Andrea, molesta, y se mete a la cocina, mientras Lucy se para a husmear entre las cajas del departamento.

-· En la cocina, más cajas. Andrea se detiene, cierra los ojos y respira profundamente. Necesita unas aspirinas, algo que tomar. Encuentra un Kas abierto y siente la necesidad de salir corriendo del departamento y llevárselo a los chavos que la habían ayudado. Siente que les debe algo. Toma un trago del refresco. Kas, el remedio para todos tus males. Trata de concentrarse. No le gustaba enojarse con Lucy y con Mauricio, pero todos se estaban portando como niños, por eso ya casi no los veía. Ella necesitaba adultos responsables para tener una vida estable. Recordó el alto contenido en

calorías del Kasy buscó algo de tomar que no tuviera azúcar. Ray odiaba comprar agua embotellada Decía que ~l paso siguiente era comprar aire embotellado, y que rmen1_1:as tanto, iba a dejar que su cuerpo mutara, para que ~ hi1os ya estuvieran adaptados y pudieran vivir~ una gran crudad. Pendejo, pensó Andrea, voy a acabar enterrandJJlos a todo~ Escuchó a Ray y Mauricio bromear. Lucy los interrumpió subiendo el volumen de la televisión. -Ray; los secuestradores. Tu papá está en la TV, parece que ya pidieron el rescate.



Se levantó en la madrugada, empapada en sudor. El reloj parpadeaba, dando las r 2:00, como adorno navideño. Estir~ su brazo y, todavía dormida, encontró a tientas un reloj pi.Jlsera. Prendió la luz del buró y pudo leer, en el le~guaje de las manecillas del reloj, que eran las tres de la manana Pero eso no era todo, lo más impresionante eran sus manos; Se incorporó y las observó detenidamente. lQué edad tema el dueño de esas manos? Dedos cortos, palmas gordas. Las veía sin reconocerlas como si fueran un artefacto que alguien, para jugarle una broma, le había insertado mientras dormía ·La luz no mostraba nada Flexionó los dedos, veía las palmas, contaba las lfueas, recordatorio de que en esa mano se había escrito un destino. La lfuea de la vida le atrajo. Se dividía, a la altura de la raíz del pulgar, en decenas de lfueas delgadas, vacilantes. Se estremeció. Mañana tengo que, pensó, mañana tengo que...,y no podía recordar nada que le indicara cómo completar la oración Un escalofrío recorrió un cuerpo del cual tampoco se acordaba Observó la silueta de sus piernas bajo una delgada sábana, pero ignoraba su color, su espesura, su constitución, su textura Un gemido escapó su garganta mientras. quitaba la sa'bana. Sus extremidades parecían normales. Trató de moverlas y le sorprendió lo fácil que era controlar esas piernas extrañas con tan sólo pensarlo.

Cerró los ojos e hizo un intento por volver a empezar. Mañana tengo que..., mañana tengo que... No parecía estar resultando. Mañana voy a ... Una lágrima nació en un ojo que ella sentía como ajeno, pero que estaba segura pertenecía al mismo cuerpo que las piernas bajo las sábanas. Un nombre, tengo que tener un nombre. Estaba segura que eso le ayudaría. Un nombre siempre sitúa Da una dirección. Da un lugar dónde pararse y decir yo soy "equis", o yo soy "ye". Soy"ache" o soy"ka". "Ele" o "eme". ''Uno" o "dos". Volvió a mirar su cuerpo y éste no le contestó un nombre, so1o un sexo. Mujer, pues. Brenda o Patricia lCómo saber su nombre? Uno no observa a las personas y dice "tu tienes un cuerpo de Leticia, o de Esther". lQué nombre es bueno para ti, niña, mujer o anciana? Un Gaby común o corriente, un Priscilla sofisticado, un seco Sandra o un distante Sofía, un fuerte Andrea (y algo se movió en su cabeza) o un débil y susurrante Susy. lQuién vive en ese cuerpo? lQuién habita ese cuarto? Decidió ponerse de pie. Las piernas respondieron sin queja alguna. lCómo puedes controlar algo sin saber de quién es? Un cuerpo sin nombre es un cadáver. Prendió la luz y observó el cuarto detenidamente. Colores brillantes, posters con imágenes desconcertantes: el rostro de una mujer japonesa, que alguien recortó en pedazos y volvió a armar; una multitud, todos caminando en la misma dirección; el rostro de un hombre, los ojos vendados. Los muebles estaban llenos de objetos, perfumes, plumas, hojas, adornos. Una cama destendida, un clóset cerrado. Una cómoda, una silla y un espejo. Lentamente se asomó al espejo, cerrando los ojos, temiendo lo que encontraría. Sobre la superficie reflejante, pintado en lápiz labial rojo, había un mensaje: My name is Lucy. lLucy? Lucy era un buen nombre. Colocó su rostro de tal manera que quedara exactamente arriba de las letras.Lucy. Había algo familiar ahí Algo reconfortante. Se observó a sí misma por primera vez. S( pensó, quizás sí, tengo c' 1deLucy. Sus ojos estaban hinchados. No era la mejor de las presen-

taciones pero funcionaría Pelo largo, negro. Ojos grandes, tristes, hinchados de sueño. Boca pequeña. Una nariz discreta, ni bonita ni escandalosa Alzó una mano, la que ya conoce, y se acari,ció el rostro, tratando de reconocerlo. My name is Lucy. My name is Lucy. Cierra los ojos y los abre. Todo sigue ahí. Un rostro, un nombre. En una esquina del espejo, encuentra una carta La toma y observa la caligrafía. Letras nerviosas, duras. Como si temieran caerse, unas se inclinan hacia la derecha, otras a la izquierda, unas cuantas más conservan, orgullosamente, su verticalidad. Hola, dice la carta, tú eres Lucy, tienes 2 3 años y trabajas como maestra de inglés, entras diario a las ocho de la mañana y · resuelves las dudas de las personas que lo necesitan. Eres espiritual y cariñosa, prefieres las cosas faera de lo común, aunque te gusta tener una vida estable. Tienes una hermana gemela que se llama, Andrea y no te llevas muy bien con tus papás. Te gustaría casarte aunque no es una prioridad en tu vida. Tus amigos dicen que eres simpática y alegre, poco previsible, lo que a veces es bueno y a veces es malo. No tienes novio por el momento. No te asustes, a veces te pasa lo que pasó esta noche: te levantas y no recuerdas quién eres. El doctor dice que es normal y que es algo que tiene que ver con las neuronas de la memoria en tu cerebro. Por eso escribiste esto. Recuerda, no te asustes. Cuídate. Al final, una firma: Lucy. Un poco más tranquila, y agarrando la carta con fuerza, observa su reflejo, repitiéndose constantemente: -My name is Lucy. My name is Lucy. Un rato después, cuando las lágrimas se agotan y está segura de haber memorizado su nombre, Lucy regresa a la cama.

-· Lucyselevantaconunasonrisaen.elrostro.Mientrasseviste, recuerda la noche anterior. Hay que mantener el optimismo;

.... 36

piensa, y conservar e/equilibrio. Arranca una hoja de su calendario y ~em~riza el consejo del día: Alguien tiene qlie hacer el traba;o suao. Lucy decide no pintarse, y, sin darse cuenta siquiera, se encuentra en el camión. . ~ su trabajo. se encuentra a un cliente regular: el licenciado Ramon Sevilla Uh-oh, piensa Lucy, ·a éste ya lo descubrieron. Lo invita a sentarse en la mesa redonda del cuarto donde da asesorías. · ----lQué tal, licenciado Sevilla? lProblemas con Quick English? El señor Sevilla parecía estar crudo. Cuando abrió la boca, Lucy lo comprobó. -No, Lucy, rnited sabe que el problema no es el inglés. ----lCómo está su esposa? -Ayerme dejó. Salí con unos clientes, usted sabe, una cena de negocios, y cuando regresé, ni !rijos ni esposa, sólo una nota Se la traje, para que me diga qué piensa Lucy tomó la nota. Estaba escrita con prisas y tinta azul Ya no aguanto ~ decía, quizás esto sea lo mejor. Estamos bien, luego nos comunicamos. Ni siquiera estaba finnada ----lY usted qué piensa? -Pues no sé ni qué hacer. Llamé a todos los teléfonos donde me imaginé que podía estar y no la encontré. Mi suegra so1o dijo que me lo merecía . ~Cuán~s veces se lo voy a tener que repetir, licenciado. Usted trene que hacer las paces consigo mismo antes de cualquier otra cosa. . . El teléfo~? sonó. Alguien quería saber por qué con el uso del condic10nal 'if" se llsaba el plural si se hablaba en primera persona singular. Lucy no estaba de humor. Estaba trabajando, lqué no se daban cuenta? Le contestó rápidamente que· era así porque las reglas son así A veces uno no las entiende. Si en inglés se dice "si yo fuéranios" como si "yo" fuera má~ ~e una persona, pues tenía que ;ceptarlo. Reglas Y condicrones. Algunas personas simplemente no entendían. Colgó y continuó su entrevista

.... 37

-Si ustedes incapaz de encontrarseasímismo,lcómo va a encontrar a su esposa y a sus hijos? lYa se compró el libro que le recomendé? -<.El de Sanar el corazón? Sí, pero no lo he empezado. -Ese es el problema, usted tiene que empezar a preocuparseporustedmismo.lYaha pensadoquévaahacer cuando su esposa se comunique con usted? -Pues le voy a pedir perdón. __¿y usted cree que con un perdón se va a solucionar todo? Su esposa está muylastimada, lqué más le puede ofrecer usted? -No sé, ése es mi problema -Pues si no aprende a reconocer sus virtudes y sus defectos, no le puede ofrecer absolutamente nada Le voy a diijar un ejercicio. Hoy en la noche, cuando llegue a su casa, se va a dar un baño de tina y después, se va a parar frente al espejo. -<.Cómo? lsaliendo del baño?- el licenciado Sevilla abrió los ojos --<.desnudo? -Sí, por supuesto. Mirándose a los ojos, se va a decir a símismo:"Ramón,túeresmimejoramigoyyotequieroyte admiro". Lo va a repetir cincuenta veces. Y cada vez que lo repita va a pensar en algo que le guste de sí mismo. Cincuenta cosas, le aseguro, no es algo fácil. · --OK, de acuerdo, me lo puede repetir para apuntarlo. Mientras Lucy repetía las instrucciones, se dio cuenta que su jefe la espiaba Ya la habían regañado varias veces por provocar ''pláticas privadas" con los clientes. Le habían dicho que su labor consistía en resolver dudas sobre el método Quick English para aprender inglés y que ahí terminaban sus responsabilidades. Le habían amenazado con despedirla -Gracias- le dijo el licenciado-siempre me siento mejor después de hablar con usted. Lucy extendió su mano y se despidió rápidamente. -Estoyparaservirle-contestó,mientrassalía el primer cliente del día

...... 39 ...... 38

Al abrir la puerta, se encontró con la señora Rodríguez. Pobre mujer, desde que había descubierto que era lesbiana no había tenido un momento de felicidad. Bueno, Lucy la podía animar. En este mundo, alguien tenía que hacer el trabajo sucio.

-· El pesero, una vez más, era una experiencia espantosa. Lucy estaba completamente rodeada, amenazada por los cuerpos de al menos siete personas. Empezó a sudar. Cerró los ojos, y a manera de mantra, empezó a repetir la frase del día: Alguien tiene que hacer el trabajo sucio. Dio gracias a todos los dioses que conocía por la ropa, si no fuera por las telas "ij'ue la cubrían, alguien tiene que hacer el trabajo sucio, el pesero sería una alberca de carne, de ojos y bocas. La gente iba tan apretada que el movimiento era casi imposible. Alguien tiene. Sin ropa, los cuerpos se confundirían, lcómo saber quién eras tú? ¿quién era el otro? El trabajo sucio. En situaciones como ésta, Lucy siempre acababa angustiada. Tiene el trabajo sucio. No era la incomodidad. Era el miedo. Cada vez que se subía a un pesero que iballeno,Lucytemíasalirdeélsinsaberquién era Temía que sus recuerdos, su piel y su nombre se perdieran en algún momento y que se le escaparan para siempre, confundidos con otra persona. Cada vez que alguien bajaba, Lucy lo miraba caminar, alejándose, un poco asustada por no saber qué había perdido para siempre. Alguien trabaja. Escuchó llantos, un niño no había aguantado la presión. Alguien sucio. Abrió los ojos y los cables estaban ahí. Los cerró y abrió uno, tentativamente. Junto a ella, una señora se movía, buscando un lugar, impulsada portentáculos de piel, como si fuera un títere. Alguien tiene. Volteó hacia el techo del pesero: los cables lo cruzaban, hacia arriba, hacia el cielo. El llanto del niño no cesaba Trató de buscarlo. Junto a ella, un tipo se aferraba al tubo para no perder el equilibrio, mientras unos cables húmedos salían de sus ojos rumbo al cielo.Hacer el trabajo. Lucy sabía que era especial. Sabía que podía ver

osas ue los demás no alcanzaban a percibir. Pe;-o a veces

~ra de~asiado.A veces no sabía manejarlo. Inte~to mo~erse .

ar las pastillas de su bolsa y no lo logro. Alguzen es. para sac · para s· ti, como un cable rozaba su rostro y cerro, 1os o¡os, me ~o se apoderara de ella. Alguien tiene. De pronto, las qu al · El run·- 0 seanía llorando, ¿dónde estaba personas se e¡aron. ob ·, 1 amá7 lporqué no lo calmaba? Alguien. Lucy a no os ~~o~Tod~s los pasajeros la rodeaban, sostenido~ por.:ables, . , d la.Miróasualrededorynoencontr0alrunoque observan o . s di' ta lloraba Es. Las personas la veían con miedo. e o cuen , ue la voz del niño provenía de ella Ella era la que lloraba: iucio. Lucyno podía callarse, y empezó a tocarse, para;er:e al o de los cables la estaba controlando, para asegur q. , ~ faltara Alguien es sucio. El pesero se detuvo. Lucy ba¡o, ~~r:U~o todavía. Todos los pasajeros se hicieron a un lado · h · para dejarla pasar. . Necesito antiácido, pensó Lucy mientras canimaba aCTa casa de Ray, antiácido para los ojos.

...... 41

La escena es así: t;

1

PIEDRA PAPEL TIJERA

1 k 1 1

1 1 ~~~~~~~~~~-L~-:-'-~~~--L~~-><>~R-A_D_E-IN-.~~¡

INFOflMACION Nl/TAfMENTAL .Grasa Totel

5.4g

Delaeual Giasa S!lura:la Grasa Monlllnsaturada Giasa Polllnsawrada COIBS!erol

1.4g 1.6g 1.8g 20.41

Ray, ojos abiertos. Muy abiertos. Todos los demás, mirándolo. El departamento, muros y barricadas de cajas. Los padres de Ray habían grabado el mensaje de los secuestradores. Un simple "tenemos a tu hijo", una cantidad que la productora de televisión había decidido censurar, y un escueto "estamos en comunicación". El circo había llegado al pueblo. Después, mostraron una entrevista con el papá de Ray. En el monitor, parecía amable y preocupado. Dijo que sentía mucho la situación, y que las demandas de los secuestradores eran casi imposibles de alcanzar. Mirando fijamente a la cámara, lágrimas en los ojos, pidió clemencia a los secuestradores. Al final, dirigió unas palabras a Ray: -Hijo mío, si estás escuchando, sé fuerte y ten valor, recuerda que nosotros rezamos por ti y que con suerte y la ayuda de Dios pronto estaremos juntos. Sin embargo, el inserto estaba mal editado, y unos cuantos segundos habían escapado al ojo crítico de los productores del noticiero. En cuanto dejó de hablar, el papá ·de Rayvolteó hacia la derecha, hacia un punto o una persona indeterminada, y, con gesto de mal humor, movía la boca Los editores habían alcanzado a quitar el sonido, pero los labios del licenciado Domínguez traicionaban el silencio impuesto electrónicamente. En sus labios se podía leer, tono molesto: l.Ahorasíya? .--i.Te quito mucho tiempo, desgraciado?-fue lo único 1ue Ray pudo decir.

''1!!1fii ...... 43

¡Ji ¡I ¡r[·¡

l'i '. l•'¡,I

11,

'I'

[i' ,¡

1

1

¡; i,

r

1 1

1

1

Todos se quedaron callados. Mauricio decidió que era un buen momento para ir por algo de beber. Lucy le dijo a Ray que lo tomara por el lado positivo. -LCuándo has visto a tu padre tan amable contigo? Mejor aprovéchalo mientras dura. Lucy tomó la mano de Ray. El noticiero regresó con otra noticia: un simpático patito había adoptado a una gallina como madre. Ray se empezó a reir.Andrea, preocupada, se acercó y le preguntó: -LCómo te sientes? -Ligero. Ligero como un folleto de superación per: sonal-contestó Ray, mientras tomaba el control remoto. -lLes importa si le cambio de canal?- dijo Ray, después de haber apretado el botón.



Yo sé que soy alguien especial. Sé que tengo el don de ver más allá de las apariencias. Ahí donde todas las personas ven el mundo, la realidad de consenso, yo puedo ver más. Maya, el velo de la ilusión, abre una rendija por la cual yo puedo mirar detrás. Puedo ver las causas ocultas. A veces eso me asusta,¡¡. veces me descontrola. No es algo de lo que me guste hablar con otras personas porque me malentienden y dicen que estoy loca Pero que las neuronas estén mal conectadas en mi cerebro no impide que yo vea lo que veo. Los nervios, por ejemplo, esos tubos de carne viva que salen de los orificios de las personas y los mueven por este mundo como marionetas. Yo los veo. Sé que nadie más se da cuenta. Cuando entro en trance, los tentáculos se apoderan de todos. A veces pienso, no, estoy segura, que alguien me manda un mensaje pero que soymuytonta como para entenderlo. lPor qué, si no fuera por eso, podría ver lo que veo y escuchar lo que oigo? Pero el mensaje no es claro_ Sé que cuando tengo las visiones, los cables siempre tratan de apoderarse de mí, no sé si lo que veo es

bueno o malo, no puedo entenderlo, pero trato de aceptarlo. A veces lo que veo es fabuloso. Veo como las personas están unidas. Veo como todo significa, cada palabra, cada señal, la manera en que sopla el viento y levanta los papeles tirados en la calle. Veo el orden. Y eso no puede ser malo. Yo sé que tengo un don, y sé que es mi deber ayudar a la gente que tiene problemas. En mi tra~ajo me ~e~esitan, y no para enseñar inglés, sino para ensenar otro i~oma, ~ idioma que explique al mundo. Para eso estoy aqm. Esa es rm misión. O por lo menos todo lo que puedo entei;der de ella Da miedo, ser elegida A veces me gustana ser como todas esas personas, controladas a distancia. Pero no tengo remedio. Las cosas son así, y mejor me acostumbro. Lucy pasó el trapo húmedo por el vidrio y talló.~poco. Sacó un lápiz labial crushed berries de su bo~o, es~nb10 ~n el espejo: My name is Lucy. Después se acosto, cerro los o¡os Y cayó profundamente dormida



Una sonrisa invadía sin resistencia el rostro de Andrea Había dos o tres personas en la oficina que la miraban sin estar muy segtrros de qué le pasaba. Está reglando, o de plano es muy estúpida Pero Andrea continuaba sonriendo, c~ sin ~e cuenta.Acababa de ver un comercial que ella hab1a escnto Y cuya producción había estado detenida por casi un año. El comercial era bueno. Podía ganar concursos. Opor lo menos ella lo veía así. En el comercial, un chavo está fuera de una disco, tratando de entrar. Le dice a su amigo que se muere de ganas de ir al baño. El amigo le contesta que se aguante, que están ahí porque el primero quería estar rodeado de m'.1-jeres. Cuando por fin entran a la disco, una muchacha dettene al chavo que va casi corriendo al baño y le ofrece un trago de Citrus.La bebida se ve tanricaquenolopuede evitar. Lo toma rápidamente y sigue su camino cuando dos amigas lo par'.111y le ofrecen otro trago. Voltea a ver el baño y el trago. Decide

...... 45

...... 44

por el Citrus otra vez. Después, corre al baño. Al llegar al pasillo,sevalaluzenladisco.Prendesuencendedorysemete al baño, entra en un cubículo y descarga toda su angustia (el actor se veía chistosísimo orinando a media luz). Cuando sale del baño, se da cuenta que entró al de mujeres. Todas se le quedan viendo. Citrus: todos tus sueños hechos realidad. La dirección era buena, el comercial estaba bien narrado visualmente, y el actor era gracioso. fil audio era perfecto: todo sonaba acuático, y las ganas de ir al baño se acentuaban. Además, el cliente por fin había aceptado que el comercial durara un minuto completo. Casi todos los concursos de publicidad premiaban anuncios que eran un tanto cuanto irreverentes. Alguien le había dicho que en una discoteca, si realmente era buena, no se iba la luz porque tenían planta. Pero eso a ella no le importaba Todo comercial tenía algo de irreal, y el punto era la historia, no la planta de luz. fil público, lo sabía ella, se lo iba a creer todo. ErandíascomoéstelosquehacíaoqueAndreasesintiera viva. Todo iba sobre ruedas. Su trabajo era perfecto y, de hecho, un tipo de cuentas la había invitado a salir. Los de cuentas normalmente eran muy estúpidos, pero más tranquilos que los creativos. Por lo menos ofrecía estabilidad en un negocio donde esa palabra no existía. Y eso era mejor que nada



•.no a nivel físico, sino a nivel mental Brian Tasko había sufrido un accidente en su trabajo y había perdido la mano derecha Sin embargo, aun cuando su mano ya ni siquiera existía, el seguía experimentando un agudo dolor en el miembro inexistente. Acudió a consulta con el Dr. Herbert Ross, especialista en terapias de recuperación. BRIAN: El dolor era intenso. Como si tuviera mi mano apretada y las uñas se estuvieran clavando en la palma de mi mano. Era insoportable, vivía bajo uh constante

, ,

1

dolor. Creía que, si todavía tuviera mano, estaría sangrando. Dit Ross:Nuestrahipótesiseraque el cerebro deBrian, justo al momento en que la mano fue separada del cuerpo, había mandado una señal reflejo para apretar el puño, y que esa orden seguía vigente en el cuerpo de Brian. La cuestión ahora era como contrarestar esa orden cerebral Lasoluciónfuesencilla:serecurrióaunjuegodeespejos para que, visualmente, Brian pudiera identificar su mano derecha, reflejo invertido de la izquierda, en un espejo. Así, con la imagen de ambas extremidades completas, el doctor prosiguió con su terapia. DR. Ross:AhoraBrian, quiero que aprietes ambas manos, y que hagas mucha fuerza con ambas. (Brian apretó su mano izquierda y, en el espejo, observó como la ilusoria mano derecha se cerraba también) DR. Ross: Ahora Brian, quiero que lentamente aflojes la fuerza en ambas manos y vayas estirando los dedos, así es, lentamente. (Brianse destensa y empieza a aflojar los dedos, mirandc fijamente el espejo que funge como su mano derecha. Cuando por fin estira todos los dedos de la mano, Briansonríe y mira hacia la cámara) BRIAN: Se fue, ya no me duele, ya no siento nada La importancia de la imagen corporal también puede observarse en...



Mauricio, frente al espejo, recorría su cuerpo con los ojos. flexionaba sus músculos y esperaba que la superficie de plata los imitara. Había un paso intermedio. El podía imaginar cómo se tenían que mover todos los músculos de su cuerpo. El punto importante del asunto es que el espejo reflejara los ¡novimientos de su cuerpo imaginario. Cuando el reflejo del espejo igualara la imagen cerebral, podría

descansar. Mauricio tensó los músculos del antebrazo y miró al espejo. Cerca, pero no completamente. Había que trabajar más. Necesitaba rutinas más pesadas en el gimnasio. Mauricio hizo una nota mental para comentárselo al instructor mientras escogía su ropa. Andrea era la única que podía entender estas actitudes. Era la única que tenía buen gusto en ropa y que, además, conocía las marcas que lo aseguraban. Aunqne se vestía como si tuviera diez años más que todos ellos, Andrea tenía el knowhow, su estilo era un pedo psicológico, un fantasma de edad, madurez y seguridad. Lucy no se vestía bien, pero tenía estilo, y eso era algo difícil de conseguir. Ray era un . inepto. Andrea podía entende: la pasión por la ropa, pero odiaba a Mauricio. Una vez, hace mucho tiempo, habían discutido, y desde ese día Andrea no lo soportaba. Se habían dicho de todo, y Andrea, antes de salir triunfante por la puerta del bar, le había dicho que era un lnser, así, en inglés. Normalmente, Andrea lo ignoraba, le había dicho a Ray que Mauricio era la peor influencia en su vida. Perdedor. Mauricio había entrado a trabajar en el turno nocturno de la farmacia para poder estudiar medicina, pero nunca había tramitado los papeles para el examen de admisión. Sin embargo, algún día lo haría. Las cosas estaban sucediendo muy rápido desde el secuestro de Ray, quien les había pedido que mantuvieran todo en silencio. Mauricio no sabía qué lograría Ray escondiendo que no estaba secuestrado, pero bueno, así era Ray: un tipo raro. Mauricio se sentía informal. Escogió unos Dockers cafés (bueno, una imitación decente y más barata) y una camisa verde para salir a la calle. Antes de vestirse, se miró una vez más en el espejo, que era la mejor compra de los últimos dos años, un espejo de cuerpo entero, más sincero que un amigo. Mauricio le sonrió a su reflejo y éste devolvió el gesto amable, luego le guiñó un ojo y salió a la calle, a comprar un regalo para Ray; a quien ibaa;visitar antes del turno nocturno en la farmacia.

-· Lucy encontró un arreglo floral en la mesa de trabajo de QuickEnglish. Sin quererlo, se ruborizó. Cerró los ojos, se concentró, y una imagen llegó a sus ojos. Adrián Ramírez. No, otra vez no. Se acercó al arreglo de rosas rojas, flores para el amor, y buscó la tarjeta. Efectivamente, Adrián Ramírez: Esperando que esta vez aceptes mi invitadón a cenar, te hablo en el transcurso de la mañana, Adrián R. Lucy sentía los ojos de su jefe en su espalda, buscando el momento adecuado para reclamarle algo. Lucy decidió no hacer caso y continuar como si nada. Movió las flores de lugar, para que no le estorbaran, se sentó y sacó unos papeles para fingir que tenía trabajo. Pero la mañana estaba muerta. Duranté una hora, Lucyno recibió nivisitas ni llamadas. Después, llegó la señora Ruiz. -Lucy; querida- le dijo mientras le daba un beso yun abrazo -vine a agradecerte que me recomendaras el curso de Feng Shui. Mi casa luce como nunca, se respira tranquilidad y armonía, las relaciones con mi marido y mis hijos han mejorado y todo te lo debemos a ti. Lucy miraba sobre el hombro de la señora Ruiz. Por suerte, su jefe no andaba por ahí La señora continuaba su monólogo. -Nunca hubiera creído que el diseño de interiores pudiera afectar la espiritualidad de las personas. Redecoré porcompletotodalacasa.Mishijosmeodiaroncuandolesdije que teníamos que cambiar de lugar todos los muebles de la casa para armonizar y balancear la energía de nuestro entorno, pero creo que ya están sintiendo los efectos. -Me da mucho gusto que el Feng Shui haya funcionado, señora Ruiz, lcómo siguen las relaciones con su esposo? -Ha tenido mucho trabajo, y yo me he esforzado por tener todo listo en la casa para cuando él llega. Por eso no ha

...... 48

salido a emborracharse. Todo va mejor, sólo espero que esto dure un poco más. Te vine a visitar para que me recomiendes otro curso. -lEn qué está interesada? La señora Ruiz se somojo y bajó Ja mirada -Algo para Ja alcoba Lucy Ja miró fijamente. Esto no. era fácil para Ja señora Ruiz. Con so1o verla caminar, cualquiera se podía dar cuenta que necesitaba relajarse. Algo ligero, pensó Lucy, que /a ayude poco apoco. · -Bioeilergética- le elijo Lucy, -para que aprenda a leeryentenderelflujodeenergíaentrementeycuerpoa partir de las posturas corporales. La señora Ruiz sacó una hoja de papel y apuntó los datos que Lucy le proporcionó. -Gracias Lucy, no sabes cuánto te agradezco todo. lo que has hecho por mí . La señora se incorporó, y junto con ella, Lucy. -Es un placer para mi poder ayudarla. · s~ora R~ salió de~consultorio. lConsultorio? Lucy cerro los o¡os. Oficma. La senora Ruiz salió de Ja oficina y a la oficina, que no consultorio, entró su jefe. -lY estas flores? -elijo, en el tono más despectivo que pudo encontrar, - lno me digas que es tu cumpieaños? lo cumples dos veces al año? -No, me las mandó un amigo. -lUn amigo que hiciste aquí, uno de los clientes? -~o, un amigo~ hace mucho tiempo, se llarnaRay. El ¡efe se acerco a las rosas, y tomó el sobre con la dedicatoria Lucy se lo arrebató. -Es personal- le elijo, alejándose con la tarjeta El jefe tomó una de las rosas. -lYla señora Ruiz? lqué tipo de asesoría le diste hoy? lla mandaste a masajes corporales? Lo a clases. de macramé? lle dijiste cómo se tenía que comportar con su esposo. o cómo encontrar el equilibrio interno?

!4

...... 49

1 é

-La sra Ruiz- Lucy estaba seria, casi molesta -tenía problemas con Ja conjugación de varios verbos irregulares. El jefe la miró fijamente. -De acuerdo, no te olvides de llenar un reporte. Salió de Ja oficina yse llevó Jarosa Lucy observó cómo el tallo de Ja flor se estiraba hasta convertirse en un tentáculo, dejando tras de sí una estela de líquido viscoso. El tubo se emedó en el cuerpo del jefe y entró por su pantalón. Él se dió media vuelta Sus ojos estaban llenos de esa sustancia colorcarneconhematomas,quepresagiabalallegadadelos cables. -Y quiero el reporte en veinte minutos. Lucy se recargó en la silla. Cerró los ojos, esperando que al abrirlos todo regresara ala normalidad Todavía con los ojos cerrados, se sentó a hacer el reporte.

-· Ray, café .en mano derecha, control remoto en la bo!sa_c!el pantalón (un hábito adquirido para no perderlo), miraba clfuicamente su departamento. Lleno de cajas, el lugar era un caos. Poco a poco, Ray había necesitado varias cosas que tenía guardadas, una revista, un sartén, la grabadora (aunque nunca Ja había encontrado), así que una por una, casi todas las cajas estaban abiertas y, sobre ellas descansaban los fragmentos de Ja vida de Ray. El continuo movimiento había logrado que la geografía del departamento cambiara centímetro a centímetro. Nuevas calles y avenidas aparecían entre las cajas con el capricho del movimiento, antiguas vías de circulación eran clausuradas intempestivamente, las cajas se convertían en mesas, el cartón en paredes, el camión de mudanza en hogar. Raysabía que algún día tenía que desempacar. De hecho, había acomodado su ropa en el clóset No sabía por dónde seguir.Raysesentíaenhibernación.Habíadeciclidocambiar de departamento como una especie de resurrección.Alejarse de sus padres, de su trabajo en mercadotecnia y de casi todo

...... 51 ...... 50

su pasado en un intento de darle otro sentido a su vida. Pero el secuestro lo tenía inmovilizado. Sólo podía esperai: La nueva piel se negaba a cubrir su cuerpo. El tiempo se detenía, y sin embargo, las cosas cambiaban. A veces, tratando de llegar a la cocina, se metía entre algunas cajas que lo llevaban a un callejón sin salida. Cada día el departamento se alteraba. Ray prefería que las cosas siguieran así, con una dinámica que se le escapaba entre las manos. En algún momento, todo caería en su lugar y entonces podría actuar. A decir verdad, ya estaba un poco harto de ver las noticias. Sólo repetían la misma información desde que los secuestradores habían pedido el rescate. En los periódicos que Mauricio le traía, su vida había pasado de la primera plana hasta un mudo entierro entre obituarios y anuncios clasificados. Poco a poco, el mundo había perdido interés. En la mente de la opinión pública, Rayera un cadáver de los medios. Había algo en el aire, y no sólo el olor a cartón y a humedad que invadía el departamento. Había algo que le hacía pensar en cambios, en novedad, pero todo era demasiado sutil, estaba escondido bajo la superficie. Ray todavía no podía determinar qué era lo que estaba pasando. Sus días eran una confusión de cajas y hallazgos, de tabaco y marihuana, de televisión. Vivir así, con la mitad de tu vida pasando en la T v y la otra entre un montón de cajas constituía un acto de resistencia. Así era la vida. Ray estaba aprendiendo a mutar, aviviraspirandoooryemisionesdefósforo.Todoeradiferente y el cambio lo asustaba. Andrea le había dicho que siempre había adoptado una posición pasiva ante la vida y sus palabras hacían eco en la cabeza de Ray. Sin embargo, no encontraba otra solución. Su vida estaba perdida entre los detalles que las cajas escondían. Ray quería algo nuevo. El cambio le daba nuevas perspectivas, nuevos ángulos de visión. Ahora, más que nunca, estaba seguro que la

personalidad es una ilusión óptica. Atrapado entreun pasado que deseaba alejar y un futuro que escapaba de sus man?s, Ray emprende un retiro voluntano tras sus propias terrolnales nerviosas.



Folletos en el cuarto de Lucy. . . .. Feng Shui es el milenario arte chmo de d1s~no Y decoración. Nos ayuda a aprender a armomzar Y balancear Ja energía de nuestro entorno con nosotros mismos para lograr una armonía en la vida personal, balance interno en el hogar, trabajo, amistades Y finanzas, ya que el diseño de la distribución del mobiliario y los objetos en... LMUJER BUSCAS INDEPENDENCIA? Presentando este volante en el pago de la primer colegiatura nosotros te regalamos la segund
...... 52

...... 53

el poder para realizar tus deseos en la vida. CONSULTAS SERIAS.

Si usted ha visitado a otra y no ha visto resultados, yo le garantizo resultados inmediatos.



Ray abrió la puerta y se encontró a Mauricio, quien cargaba una bolsa grande y una sonrisa en la cara que estaba a punto de separar su cabeza en dos partes. -Te tengo un regalo- fue lo único que alcanzó a decir. Ray observó la bolsa. Adentro había una caja -Perfecto, justo lo que necesito, otra caja más para este departamento. Ray cerró la puerta --lCuándo vas a arreglar este pinche desmadre? Cada ~ez que vengo me siento como en una pinche bodega de tlenda de abarrotes. LQué? LNo me vas a preguntar qué es tu regalo? -Estoy seguro que tarde o temprano tú me lo vas a decir. -Te daré una pista,-le dijo Mauricio, mientras dejaba unos periódicos sobre la caja llamada Tequila Herradura Añejo -por cierto, ya no estás de moda, apenas si encontré ~a nota sob_re tu papá en un periódico, dice que sigue JUn1'.111do el dinero y ~sperando que las autoridades logren avenguar algo. Necesitas un agente o algo así para buscar publicidad gratis. ' Mauricio limpió su garganta . -~:no•. conscient~ de que un hombre de tu edad, y en tu situacron, tiene necesidades básicas que atender, y como no estoy dispuesto a ir a comprarte el mandado cada semana decidíbuscar algo que te ayudara a sobrevivir estos difícile~ ~om~i:tos de duda y confusión, algo que aclarara tu mente Sin exigute nada a cambio, algo que le diera un poco de vida a este pinche departamento.

Mauricio abrió la caja cuidadosamente, escondiendo su contenido. Ray estaba recargado en unas cajas, con una sonrisa cúúca, intentando, sin lograrlo, disimular su curiosidad. -Tepresentoelsueñohechorealidaddemilesdehombres en todo el planeta; la mujer perfecta: Cindy. MauricioaventóunbultoabrazosdeRay,quienloempezó a desenvolver. Era una masa de plástico color carne. Ray se encontró con un par de ojos saltones que lo veían fijamente, una cabellera de color negro y una boca en perpetua exclamación de asombro. -Con esto, mi querido amigo- Mauricio se acercó a Ray y pasó el brazo sobre sus hombros -la mitad de tu tensión quedará disipada bajo la tierna caricia del plástico. No responde, no rezonga, no exige, no demanda. Hasta la TV se hará más entretenida con esta mujer, la cual, si la tratas con la delicadeza necesaria, te acompañará fielmente por el resto de tus días ya que tiene garantía de veinte, sí, lo oíste bien, veinte años. Mauricio, después de hacer su rutina de presentador de circo, se paró frente a Ray, con la mirada de niño travieso que le caracterizaba --lQué te parece? Ray trataba de contener una gran sonrisa mientras desdoblaba a Cindy y la veía de cuerpo completo. Le dió la vuelta y encogió los hombros. -Parece un poco flaca -Es que hay que inflarla. mi amigo, hay que inflarla. --lCon qué?- preguntó Ray. -Como estaba seguro de que tú no tendrías las herramientas necesarias,- le contestó Mauricio, regresando a su tono teatral, y buscando algo más en la bolsa -me tomé la libertad de traer una secadora de pelo para que esta mujer alcance su proporciones míticas, si es que crees todo lo que escriben en las cajas de estos productos. Con la secadora en mano, Mauricio buscó una toma de corriente.

~-

...... 54

-Atrás de Productos Kir, junto a Papel Regio-lo dirigió Ray. Mauricio conectó la secadora y se la dio a Ray. -Te haría el favor de inflarla, pero el señor que atendía la tienda donde adquirí este producto me dijo que tuviera cuidado, que las muñecas levantaban tal pasión que muchos hombres no estaban dispuestos a permitir que alguna otra persona las tocara. Ray tomó la secadora y examinó detenidamente el cuerpo de Cindy. Sonrojado, y sin alzar la vista, preguntó: --lPor dónde? -Por el más osc:Uro de sus tres orificios, Ray, por dónde más. Ray aplicó la secadora. Cindy, milagrosamente, empezó a adquirir volumen. La escena era extraña. Dos hombres insertando un tubo en las nalgas de una muñeca de plástico que empezaba a hincharse, tiesa como un juguete de playa que aspira convertirse en humano. · Cindy, por fin, estaba completa: llena de aire caliente ("como todas las mujeres", Mauricio no pudo evitar comentar), en posición vertical, aproximadamente de la misma altura de Ray, un poco más chica que Mauricio, mirando fijamente un montón de cajas, concentrada en las letras que prometían revelar el pasado de su nuevo amo. --Pues bien,-preguntó Mauricio, -yportercera vez esta noche, Lqué opinas? Ray tomó a Cindy por la cintura, prendió un cigarro, y miró a Mauricio. -Habrá que probar la mercancía. -Si quieres me meto en la cocina, o voy por algo a la tienda Ray, apenado, le contestó que no era tanta su urgencia. --lA qué horas entras? -Dentro de hora y media-;ontestó Mauricio. Ray no podía soltar a Cindy. Era una sensación extraña, pero no quería que Mauricio se fuera a sentir por algo así. --Creo que va a empezar un noticiero, quiero ver si dicen

...... 55

algo de mí esta noche-le dijo Ray, mientras sentaba a Cindy frente a la TV. Mauricio se sentó también. Ray cambiaba frenéticamente de canales. Cindy miraba con atención las imágenes que se sucedían, apresuradamente, una tras otra. _¿y qué vas a hacer?-preguntó Mauricio. . . -Pues gracias a ti, voy a tener una nueva expenencra esta noche- contestó Ray, tratando de encontrar un noticiero en la TV, _¿qué tan diferente puede ser coger con condón a coger con una muñeca inflable? -No no me refiero a eso-contestó Mauricio, bajando la mirada: -estoy hablando de todo esto, de las cajas, del secuestro, de tu vida. -Ah, de eso-Ray, evasivo-no sé, tomarlo con calma, ver qué pasa. Ray empezó a reírse. --lY ahora qué te pasa? Ray, entre risas, alcanzó a contestar: -Ya sé que voy a hacer. Mauricio lo miró, esperando la respuesta. -Me voy a hacer pendejo. Cindy, concentrada en la TV, ignoró a ambos.



Andrea, cegada por las luces de la discoteca, se pregunta dónde está el baño. El de cuentas resultó ser simpático, guapo, y pendejo. Era justo lo que Andrea esperaba, pero no podía evitar una incómoda sensació'.1 de estar per~~ndo el tiempo. Sabía que, si trataba de descifrar sus sentnmentos, · se encontraría con que estaba decepcionada. Le gustaría tener una fila con decenas de hombres, como si fuera una línea policiaca,parainterrogaracadaunodeellos.Tardeotemprano podría encontrar al candidato ideal, o culpable, en e.ste caso. Eso de salir con alguien terminaba por ser aburndo. Para prob~ si alguien te gustaba tenías que pasar toda una noche con ellos, incluso sin llegar a la cama.

...... 57

...... 56

Las luces de la discoteca giraban a su alrededor. La música, a un volumen que impedía la conversación, envolvía su cuerpo, ahogando por completo el deseo de acomodar sus ideas. Lo más curioso era que la música, aunque ya la había hartado, no era un obstáculo para que su cuerpo siguiera moviéndose. Andrea recordó su adolescencia, esas fiestas en las que ella y sus amigas no dejaban de bailar, de moverse, de brincar. "Falta de sexo", alguien le había dicho, "los adolescentes se mueven tanto porque su cuerpo les exige sexd', y lo único que hacían esas niñas, entre brinco, broma y salto, era pedir a gritos un hombre que las penetrara El cuerpo de Andrea perseguía la música En cuanto perdía la concentración, uno de sus brazos se movía, y sus piernas seguían el duro ritmo del bajo, que además, resonaba en todo su cuerpo, principalmente en su vejiga, llena y a punto de explotar. Un mesero la dirigió hacia los baños. Andrea caminó rumbo a la vaga dirección que el mesero había apuntado, entre un mar de conpermisos mediante los cuales intentaba llegar hasta el otro extremo de la discoteca Su cuerpo tenía agenda propia, y entre empujones, sonrisas y disculpas, Andrea vadeaba la marea de cuerpos intentando que la orina no abandonara su vejiga Afuera de un pasillo, un letrero anunciaba la entrada a los baños. Andrea sonrió, recordando el departamento de Ray. donde todo estaba señalado, todo tenía un letrero, y sin embargo, ninguno daba la información correcta. Sin previo aviso, todo desapareció: la música, las luces, el movimiento. iQué no se supone que todas las discotecas tienen una planta de luz? Andrea encontró una puerta y entró al cuarto. Creía habervistountriángulo(comosijüeraunafalda.)ydoscírculos (como sifa.eran los senos). En el baño, se alcanzaban a distinguir algunas siluetas. Andrea las evitó y encontró un cubículo. Entró rápidamente y se bajó las medias, maldiciendo a sus piernas, fláccidas, que pedían a gritos un poco de disciplina Andrea había bebido demasiado, y estaba mareada El estar sentada le proporcionaba un poco de descanso. Afuera, la

luzregresóy lamúsicacontinuósuinhurnano beat,~en~s las personas del lugar aplaudían celebrando la contmuacron de la fiesta. Andrea salió del baño y se encontró con varios hombres en una hilera, volteados de espalda hacia ella, y recordó la línea policiaca en la que había pensado antes. Tod~s voltearon a verla. Andrea se dió cuenta de lo que hab1a pasado. Los que estaban en el baño e~pezaron a reírs.e; primero discretamente y después a carcaiadas. Andrea salio del baño de hombres.



Acontinuación,larespuestaa una delas preguntas quemás frecuentemente nos hacen pormedio del correo electrónico: lCómo me visto de drag? Para contestarla, hemos traído a Estrellita Jones, una de las más carismáticas estrellas del mundo travestí. lEstrellita, cómo has estado? EsnlruTA: Como siempre, buena Agradecemos que hayas aceptado nuestra invitación, porque, al parecer, muchos hombresi:ecesitan.el co~ejo de una experta, lcómo se pueden vestir de muieres sm que parezca que son hombres que han sufrido un terrible accidente? EsnmJTA: El secreto es la cosa más fácil del mundo, lo que uno necesita es cantidad. No hay que ser túnidos, si realmente lo quieren conseguir, vayan por todo, absolutamente todc. C".iden sus proporciones, Y piensen a partir de ellas, no de cómo se imaginan ustedes que serían si fueran mujeres. Muchos de nuestros televidentes tienen problemas con las faldas, lqué les puedes decir al respecto? EsnmJTA: Largas, definitivamente largas para empezar. Uno se tiene que acostumbrar a usar falda, yno.haynada peor que un trasvesti de minifalda que no encuentra la manera de mantener sus rodillas cerradas. Eso es mal

...... 58

...... 59

gusto, así que, mis amigos principiantes, empiecen con faldas largas, y cuando hayan aprendido a usarlas ' recórtenlas poco a poco. ¿y el maquillaje? EsnIBi.rrA: Ese es un tema difícil, incluso para una mujer real. Estudien su rostro, vean la estructura de los huesos. Si es tosca y dura, tendrán que aplicarse mucho maquillaje para suavizarla, sobre todo rubor para desvanecer los ángulos rectos y decorar mucho los ojos, para atraer la mirada sobre ellos. Si sus facciones son finas, vayan por lo discreto, tapen esos ángulos que parecen sobrar y concentren el maquillaje en la boca, no en los ojos. Gracias, Estrellita Regresamos en unos momentos con más tips para lograr un total cambio de identidad. Y recuerden, las apariencias no son todo, el secreto está siempre en el corazón.



Lucytocó la puerta de Ray de la misma manera que Mauricio: con las manos llenas. Rayno pudo evitar enternecerse al ver lo que Lucy le iba a regalar. La ayudó a cargar las bolsas del mandado y las llevó hacia la cocina -Con eso de que no quieres salir, pensé que por lomenos tendrías que comer, así que te compré una mini-despensa Lucy empezó a sacar las cosas de las bolsas y a acomodarlas en los estantes vacíos de la cocina -Si tuviera más tiempo, te ayudaría a limpiar un poco, pero eso ya es trabajo tuyo. · ~ytrat¿ de ayudarla Había desde papel de baño Regio y toallitas humedas Softies hasta aderezos de ensalada Hellman's y mantequilla de cacahuate. -Creo que trajiste cosas que no sé ni para qué sirven. -Y espérate a que empieces a guardar las verduras,¿ya conectaste el refrigerador? -Sí, Lpor qué?

-Para que no se te eche a perder todo, tonto. Aver, dame las verduras. -i.Trajiste carne? -i.Estás loco? Lo último que tú necesitas ahora es comer carne. - LQué? LLa solución a todos mis problemas es volverme vegetariano? -No exactamente, pero si -A ver, explícame eso,- Ray dejó un frasco de miel sobre el lavabo, cruzó las manos, y volteó a ver a Lucy, esto tiene que ser bueno. -Tu problema es que no puedes saber cómo funcionas si te estás metiendo cuanta cosa por todos los orificios que puedas. No sabes qué eres. Te pones tantas cosas encima que ya perdiste contacto con tu yo original. -Ajá, entonces si quiero conocer realmente a alguien, mejor le pido que se encuere y le hago una lavativa, Lqué tal si empezamos ahora mismo? -No seas estúpido, el asunto no es sobre el cuerpo. -Entonces qué, Lsobre el alma? Lucyse quedó pensativa, puso el panBimbo multigrano sobre el refrigerador y contestó. -Sí, si ésa es la única manera en que lo puedes entender, que así sea Es sobre el alma. -Entonces comer vegetales es alimentar el alma Si el alimento pesa menos, el alma es ligera y llega más rápida: mente al cielo. -No, si te preocupas por tu cuerpo te preocupas por tu alma -Como los físicoculturistas, como Mauricio. -No, no estoy hablando de la apariencia del cuerpo, sino de su funcionamiento. Ray se quedó en silencio durante un momento, y después empezó a hablar, moviendo sus brazos y agitando una bolsa con germen de alfalfa -Perfecto, ya sé como ganarme el cielo. Manteniendo

.... 60

mis intestinos limpios y haciendo cacas en una sola pieza, de

buena textura y de color uniforme. Los conejos son los herederos del reino de los cielos. -Estás logrando que me arrepienta de haberte traído el mandado. -No, Lucy, por ahí no va la cosa. Lo siento, pero estar encerrado aquí todo el día me pone de nervios. Hablarle a la televisión se vuelve aburrido. Ambos continuaron guardando los comestibles en los cajones vacíos. Ray rompió el silencio. -Lo más cagado es que cada uno de nosotros compra un mandado distinto. Corno si llevara una marca personal -lYporquépiensasquenospasaeso?-preguntó Lucy, después de acomodar una papaya en el refrigerador y cerrar la puerta -No sé, costumbre, supongo. -Yo creo que es por la reencarnación. -lPor la reencarnación? No empieces Lucy, ni siquiera trates. -No, es en serio. Hablarnos sin quererlo, a veces descubrirnos cosas de nosotros que no sabernos de dónde vienen. Para algunas gentes es más fácil hacerse vegetariano. Otra simplemente no pueden. Repetirnos patrones de los cuales no somos Conscientes. ffú crees que lo del noticiero, lo de tu secuestro, pasó nada más porque si? lNo crees que hay una moraleja en eso? Ray se sentó en la barra de la cocina y mordió una manzana -No sé, no tengo ni la menor idea -Algo hay en tu vida, o en la vida de tu alma, si lo quieres ver así, que propició este momento. No es gratuito, así corno no es gratuito que lo único que puedas hacer es quedarte aquí, sentadote, esperando que esto pase, aga· chando la cabeza para que nadie te vea, pensando que con eso vas a salir ileso de todo el asunto. -lEs mi karma?

.... 61

-Si asílo quieres ver-respondió tucy, agarrando otra manzana, -lo único que sé es que esto significa, y si no empiezas a pensar en lo que significa, te va a llevar entre las patas. _¿y qué me sugieres? -No sé. Estarnos ocupados por otras voces, Ray, otras voluntades. Quizás es tiempo de que empieces a escucharlas. -lYcórno? -Tu mismo hablaste sobre el mandado corno una especie de finna personal Todo nos habla y hablarnos a través de todo. Ray se paró, tornó a Lucy del brazo y la llevó a la sala -Ven, hay alguien a quien quiero presentarte. En la sala; frente al televisor, Cindy esperaba pacientemente.

-· Mauricio llegó a casa de Rayyse encontró aLucy comiéndose l~• uñas, nerviosa -Y ahora, la ti que te pasa? -Tú fuiste el de la idea, Mauricio, tú dime qué me pasa. -Todavía no acabo de entrar y ya soy culpable de algo, lpodrías hacer el favor de decirme qué gran pecado corneh? Lucy llevó a Mauricio hasta donde estaba Cindy. sentada frente al televisor, concentrada en el monitor apagado. -Eso me pasa,- dijo Lucy, señalando a Cindy lporqué lo hiciste? -No me digas que te vas a poner moralina, señoritahaz-lo-que-desees, toda-experiencia-buena-es-nueva, lo qué, tu libe-ralidad no te alcanza para esto? ltus hormonas feministas se rebelan contra tal acto de machismo? -No seas estúpido, Mauricio, tú me conoces y sabes que no es eso, es que..., no sé, me pone nerviosa Mauricio se sentó y pasó el brazo por encima de los hombros de Cindy. - Por cierto, laónde está Ray?

-En el baño. Ahorita regresa. Cin..., la mii .. , la cosa esa me pone los nervios de punta, no sé, lno crees que a Ray le hace falta contacto humano? -No sé qué le hace falta a Ray, pero sí sé que me haría falta a mí si yo estuviera en su situación. Pensando en eso, le conseguí compañía, ¿tienes idea de cuánto cobra una prostituta decente por pasar un día entero contigo? Esto es más económico y más fácil de manejar. -Ese es el asunto, sólo se trata de manejar. -Ya ves, la feminista que vive en todas las mujeres del mundo empieza a moverse dentro de ti. -No, es que, se me hace tan, no sé, impersonal. Mírala, ahí, como una cosa que tiene nombre, como una copia de algo que no se puede copiar, sin personalidad, viendo a la pared. Se me hace un poquito tenebroso. -lPorqué? Cindy entiende a su hombre, Cindy satisface todas sus necesidades con una sonrisa en la boca. Por lo menos eso dice el instructivo. -Exactamente, es una cosa, Mauricio, no una persona. Mauricio tomó a Cindy de la cintura y la acercó a Lucy. Ella dió un paso hacia atrás. Mauricio estaba a punto de reir pero se aguantó las ganas. -Lo que pasa, Lucy, es que le tienes miedo. Lucy volteó hacia la ventana. -Mauricio, ¿crees en la resurrección? -Sí, siempre y cuando me convenga. -No, en serio, lcrees que exista esa posibilidad? -No sé, y no me voy a meter en esa discusión, si algo he descubierto en esta vida es que mientras más piensa la gente sobre las cosas, más infeliz se vuelve, así que estoy dispuesto a adoptar cualquier postura, cualquier idea, según me convenga. -lQué pasaría si reencarnaras en una muñeca de plástico? -Lo aceptaría, no debe ser mucho peor a otras cosas. Lucy volteó a ver a Mauricio, después a Cindy.

-Ese es el problema,- les dijo a ambos -a veces yo también pienso que no puede ser tan malo.

y

Ray, en el baño, trataba de seguir la discusión que Lucy Mauricio sostenían entre las cajas que poblaban su
.... 65

propia voluntad, llena de raspones; algunos hematomas comenzaban a aparecer en la piel Ray se miró en el espejo y le costó trabajo reconocerse. Estaba pálido, asustado. Sus ojos no lograban hacer contacto con su reflejo y parecían mirar lejos, hacia un mundo que sólo existía más allá del espejo. Cerró los ojos unos segundos y los abrió, esforzándose por hacer contacto visual con su reflejo. Esta vez lo logró. lQuién te mira cuándo estás en el espejo?, canturreó su memoria. Ray escuchó más voces en su departamento. Al parecer, Andrea había llegado. Se mojó el rostro con el agua fría, que nunca había dejado de correr. Respiró hondo, preparándose para salir a ver a sus amigos, aunque el esfuerzo le pareciera ridículo.

-· Mauricio le abrió la puerta a Andrea, quien, al parecer, traía prisa. -Qué bueno que están aquí, ¿y Ray? lEn el baño? lEstán ocupados? lNo? Bueno, los güevones de mercadotecnianoacabaronun estudio, así queme toca usarlos como target group. Necesito que me ayuden y que se sienten a pensar unos minutos en la siguiente pregunta, que en realidad es muy fácil Andrea se sentó sobre una caja con cuaderno y pluma en la mano, alzó la vista y se encontró a Mauricio y Lucy viéndola fijamente, sin saber qué hacer. A su derecha, Cindy la ignoraba. _¡Y esto? -Un regalito de Mauricio paraRay-respondióLucy. -Parece que les pagan por ser estúpidos. Bueno, la pregunta es: lqué es lo que hace que Colgate Fresh se venda? Andrea se quedó mirándolos, esperando una respuesta. Mauricio, dubitativo, intentó responder. _¡Las campañas de publicidad? -Obviamente- contestó Andrea, un poco deses-

perada, -y ese es mi trabajo, así que ya lo sé. LQué características logran que Colgate Fresh se venda? -No sé,- contestó Lucy, viendo de reojo a Cindy, yo uso otra marca. -iNo importa!- Andrea se paró, molesta. -Todo el mundo sabe que todas las pastas de dientes son, en principio, iguales, el asunto aquí es relacionarlas con ciertas características para que la gentelas quiera comprar. Andrea respiró hondo, tratando de calmarse. -Lo que yo necesito de ustedes es una lista de esas características, lo que buscan cuando compran una pasta de dientes, LOK? Mauricio, probando: -LPoder acercarme a otras personas sin que me apeste el hocico? -Salud dental-dijo Lucy. --Ok,porahívamos,síganle--Andreaempezóaapuntar. -Un poderoso quitamanchas que me ofrezca protec, ción dental- dijo Mauricio. -Un policía bucal-contestó Lucy, con una risa discreta. -Un ritmo de vida, el recordatorio para lavarme los dientes tres veces al día. -Reducir la ansiedad que causa el sarro. -La sensación de limpieza profesional. -Espérenme, espérenme, no puedo apuntar tan rápido... OK -Una sonrisa clínicamente probada. -Esmalte dental sincero, para que la persona que me ama pueda ver su reflejo en mis dientes. Mauricio mostró su dentadura, alejando la piel con sus dedos. -No seas payaso. -Quita las manchas de mi imagen-dijo Mauricio. -Encías que conquistan- contestó Lucy, divertida. -A caballo regalado no se le ve el colmillo. Lucy soltó una carcajada. -Quitar las caries de la familia, célula de la sociedad -Poder refrescante de salud bucal. Bocas bellas,

1¡ 1

11

'/

~~

~~

66

Sensación de bienestar. Economía acelerada garantiiada por la Asociación Dental Mexicana, quien certifica que mis dientes están recibiendo el tratamiento adecuado para poder funcionar en esta sociedad. -.Evitardemaneracompletalasmanchasdemialientorespondió Lucy. -Reacción efectiva contra la antipatía bucal. -Esesaborpicoso que te hace sentir que tienes detergente en el hocico-Mauricio metió un dedo en su boca, como si fuera a vomitar. -Poderosa protección de la imagen- Lucy estiró los brazos a su lado, como si fuera levanta pesas. -Aliento con sabor a un refrescante tsunami de menta -iEnjuage profesional, iagradable acción anticaries!Mauricio se puso de pie y empezó a dar vueltas, moviendo las manos, -iblanca esencia dental iayuda a los poco agraciados bucalmente! iel brillante rescate de una sonrisa agradable! ila devolución de la blancura a su rostro! iseguridad gracias al alquilsulfato de sodio! ilas enzimas y los aminoácidos al rescate de su vida social ilos profosfatos solublesensuluchaincansablecontraelmalalientoledarán a su vida seguridad y confianza a partir de una sonrisa perlada y transparente! iel saborizante que asegura una protección garantizada contra sus pecados bucales! Mauricio respiró hondo y siguió hablando, cada vez acelerando más el ritmo de sus respuestas. -iLa sílice hidratada cumpliendo una divina misión para proteger su salud devolviéndole unas ené:ías angelicales! iusted verá la envidia en los ojos de propios y ajenos cuando se enfrenten a su irrresistible y poderoso· esmalte dental! icepillarse tres veces al día como un acto de orgullo nacional, para mantener a los agentes del mal, las caries y el sarro, lejos de la oscuridad de si.i cavidad bucal, condenándolos a una muerte segura gracias al arrollador y despiadado poder blanqueador que sólo Colgate Fresh- Mauricio hizo una pausa y enseñó sus dientes, para después continuar a toda

67

velocidad-puede otorgarle! ies cuestión de vida o muerte! ila civilización entera está en juego! ino salgan de sus casas sin la confianza1anímica que le proporcionan los clorantes contenidos en el fresco sabor de Colgate Fresh! iUsted no puede vivir sin ella! Mauricio se quedó sin aliento y Lucy empezó a aplaudirle. Andrea se le quedó viendo fijamente y le dijo, con palabras frías como el hielo: ~Eres un pendejo. Andrea caminó hacia la cocina. Mauricio, todavía riéndose, se sentó junto a Lucy, quien estaba mordiéndose los labios para aguantar la risa. -lDe dónde sacaste lo del quiénsabequé sulfato de sodio? lsílice hidratada? -De la farmacia- contestó Mauricio, mientras buscaba un cigarro, -en las noches me aburro muchoy:me pongo a leer la lista de ingredientes de todas las medicinas. ~on razón- contestó Lucy. pensativa.

-· Ray salió del baño con las piernas temblorosas y el rostro mojado. Mauricio y Lucy platicaban. No pudo encontrar a Andrea con la mirada, cosa que no era extraña en el departamento. El lugar era un laberinto de cartón y marcas en el que cualquiera se podía perder. Ray, en silencio, caminó hasta ellugar de convivencia, la sala de su nueva casa, situada no junto a una ventana o una puerta, sino frente al televisor. La dinámica propia de las relaciones humanas había abierto un espado cómodo rodeando la televisión que, cuando llegaban sus amigos, era el lugar elegido para platicar. Ese, o la cocina. Ray no sentía nada en su mano derecha. De hecho, no sentía su mano derecha, y no quería intentar hablar por temor a que sumanchbula se le fuera a caer o algo así, extraño, incomprensible, como el motivo repetitivo, un decorado

•.,o.i,

i

recurrente, que parecía seguir su vida durante las últimas semanas. Mauricio y Lucy parecían estar discutiendo algo sobre una pasta de dientes. Ray simplemente no entendía. Encontró un lugar entre las cajas y tomó asiento. Andrea regresó de la cocina con un vaso de agua -Deberías de empezar a lavar tus vasos, quién sabe qué tipo de organismos extraños puedas encontrar. Andrea alzó la vista y tiró el agua que se había servido sobre una caja que, recordó Ray, tenía algunas fotos de su infancia -lQué te pasó? Andrea corrió hacia Ray y se hincó a su lado. -lQuién te golpeó?- preguntó Andrea, y como era su costumbre, siguió hablando sin esperar respuesta, esta vez reclamando a Lucyy Mauricio, -y ustedes dos,¿ porqué no me dijeron lo que había pasado? Y yo, como estúpida, preguntándoles de otra cosa, y ustedes no me avisaron, Lte asaltaron,Ray? Mauricio se acercó y examinó las heridas de Ray. -Andrea, cállate. Nosotros tampoco sabíamos de esto. Cuando Ray entró al baño todo estaba bien. LQué te pasó? ffe caíste? Ray trató de abrir la boca, pero no pudo emitir sonido alguno. -Voy por ;¡gua-dijo Lucy; volteó a ver a Ray, lleno de sangre, -y un trapo húmedo. Mauricio y Andrea no lograron hacer que Ray hablara hasta que Lucy regresó. El v<1so con agua sirvió un poco. Ray temblaba, como si tuviera fiebre o estuviera muy asustado. Lucy limpió la sangre de sus br
Ray observó el vaso. En cuanto sus labios lo tocaron, un hilo de sangre empezó a diluírse en el agua, una mancha rosa que desaparecía mientras más se alejaba de su rostro, una ondulante raíz que se deshilaba en transparencia Estoy jodido, pensó Ray, estoy real JI totalmente jodido. Mientras tanto, Mauricio y Andrea y;¡ estaban discutiendo. -Necesita un hospital- opinaba Andrea. -Lo que realmente necesita,- contestaba Mauricio, -es que te calles el hocico para que nos pueda decir qué fue lo que pasó. Lucy estaba pálida, casi tan pálida como él se sentía, sus ojosesquivabanlasmiradas,comosinopudieranrnantenerse concentrados. -No sé- dijo Ray; :imponiendo silencio con una voz rasposa que le resultaba ajena, -no sé qué me pasó, estaba ahí, lavándome las manos, y de pronto estaba en el suelo, con todos estos golpes. Ray alzó su mano, tocó su rostro e hizo un gesto de dolor... ...mientras Lucy no podía quitar la mirada de Cindy. Lucy estaba segura que, minutos antes, cuando regresó con el vaso de agua, Cindy le había guiñado el ojo, así que se mantenía vigilándola.:. -lCómo que no sabes qué fue lo que te pasó?- preguntó Andrea, -eso es estúpido, Lte resbalaste? -No,- le contestó Ray, molesto, y haciendo un esfuerzo para hablar-no me resbalé, primero sentílos golpes y después me caí -lGolpes? -Mauricio continuó el interrogatorio-Lcómo que golpes? -Primero sentí un dolor en el br
11>11>70

-Es que una vez oí que así empezaban los paros cardiacos. -No- siguió Ray -fue una punzada, después sentí un golpe en la espalda y me caí, entonces empezó el dolor en mis manos. -lEstás bien?- preguntó Mauricio -lo quieres que llamemos a un doctor? Lucy pudo escuchar una risa en boca de Cindy cuando Mauricio mencionó al doctor. La volteó a ver, pero Cindy seguía igual que siempre, con su fingida indiferencia, mirando una pared · -No,noquiero un doctor, quiero estar tranquilo -
...... 71

-Unalimpia-dijoL11cy,viendofijamentealamuñeca de plástico. -Yo tengo un amigo, su papá es...- dijo Andrea -No nos presumas tus contactos,- le respondió Mauricio, -mejor hablamos a un periódico, igual y puedes sacar una lana de esto. Cindy se desternillaba de la risa Los demás no lo percibían, pero Lucy sabía lo que estaba sucediendo. Un cable salió de la boca de Cindy, a manera de lengua, y se contorsionaba, sugerente. Lucy podía ver todos los cables que había adentro de Cindy, como órganos internos. Cindylamiraba,coqueta,ysereíaconella,mientrasellíquido viscoso la llenaba cada vez más y empezaba a escapar por algunos de los orificios de su cuerpo desnudo. -Primero,, y antes quenada,-le dijo MauricioaAndrea,-tenemos que hablarle a un doctor. -Pero eso no resuelve ningún problema, idiota, ~le contestó Andrea, enojada -el caso es que todos los noticieros del país aseguranque Ray está secuestrado, y ahora le salen golpes de la nada, undoctornovaa poder curar esto. Andrea se volteó hacia Ray. · -Mírame a los ojos, lo que debes de hacer es llamar ahora mismo a la policía y después a tus papás, que deben estar muy. .. -No, Ray, primero a un abogado,- interrumpió Mauricio, -y después a la prensa, o viceversa -Tienes que pensar con calma lo que vas a hacer, Ray. -Deberías tomar decisiones.A ti siempre te ha gustado posponerlas. -Ha'blale a tu papá. -Que te recomiende un abogado. -Deberías ver cómo sacas algo bueno de esto. Lucytrataba de concentrarse en la discusión que Andrea y Mauricio sostenían para no ver a la muñeca, pero escuchaba los

.... 72

.... 73

susurros de Cindy. que no podía entender, que no podía descifrar. Cada vez que la volteaba a ver, Cindy le núraba fijamente, con una sonrisa seductora. Lucy quería irse, salir corriendo. -No debes perder más tiempo. -Piénsalo Ray, sólo te estás lastimando a ti solito y esto ya está muy raro. -lQuieres medicina? Puedo ir a la farmacia y traer algo, quizás no conviene llamar a un doctor. -Haolale a tus papás, ellos te van a entender. Rayestabamareado.Todoelcuerpoledolía.Sinembargo, logró reunir fuerzas como para ponerse de pie. -Vamos a hacer esto--les dijo-, lárguense de nú casa, y por favor, si tienen sugerencias, pónganlas por escrito y me las mandan por correo, iváyanse! iya! Mauricio y Andrea dieron un paso hacia atrás. Lucy volteó a ver a Ray. agarró su bolsa y canúnó, con los ojos desorbitados, hacia la puerta. MauricioyAndrealasiguieron,sinsaberacienciacierta qué era lo que había pasado. · Lucy, en la puerta, volteó a ver por última vez a Cindy. La muy hipócrita pennanecía quieta, mirando el monitor apagado, fingiendo inocencia. Rayesperó a que cerraran la puerta, prendió la televisión, y escuchó su voz:

-· RAY: •.•por favor,

ya no, déjame, me vas a TYEEEP la mano, por favor alguien ayúdeme, se los suplico, me están torturando... Esta es la horripilante historia del día. Los secuestradores de Raymundo Domfuguez se comunicaron hoy con la familia del secuestrado y procedieron a torturarlo para que los allegados a Raymundo paguen la cantidad completa del rescate que se les pidió.

Voz DESCONOCIDA: lLo oyes? Está sufriendo (de fondo, se escuchan gritos y sollozos del mismo Ray), así que si quieres que tu hijo salga de estas broncas, no te hagas del rogar y paga lo que te estoy pidiendo, lqué no entiendes? Estás jodiendo a tu hijo, núra, óyelo ... (núentras tanto, una foto de Ray. en su graduación de prepa, con una sonrisa incitada por el alcohol, adorna el monitor; el grano está reventado y la imagen fija resalta cada vez más las líneas que componen la imagen televisiva} RAY: iMe están oyendo? Por favor, ayúdenme, me están torturando, me están rompiendo los dedos de la mano (grito), lpapá? lmamá? Ayúdenme por favor, quiero que esto acabe, estos desgraciados me van a matar, ayú' denme, páguenles lo que piden... (se escuchan ruidos; alguien manipula la bocina del teléfono) Vo'Z:.lYa ves? No seas maldito. Nosotros te hablamos al rato. Conste que te lo advertí no estoy jugando, así que mejor tómame en serio, no te vayas a arrepentir después. Piénsalo bien, aquínos despedimos todos de ti (en elfondo, se vuelve a escuchar un grito). Pásatela bien. (sFX: línea telefónica desconectada) La ola de secuestros continúa, y los crinúnales cada vez hacen mayor gala de crueldad. es una situación que nadie en este país está dispuesto a soportar, así que preguntamos a las autoridades qué es lo que están haciendo. JEFE DE PoucÍA: Pues todo lo posible, tenga por seguro que estos casos son una prioridad para nuestro departa-· mento. En el caso de Raymundo Domfuguez tenemos muy pocas pistas, pero las estamos investigando y esperamos algún dato más concreto en menos de 48 horas. Raymundo Domfuguez nació en julio de 1973. (aparecen imágenes de Ray, de unos cuatro años de edad; las imágenes son de mala calidad y dan pequeños saltos, evidencia de que el pietaje original es de 8 MM), fue un estudiante regular, aunque nunca sobresaliente.

~~

74

PADRE DE RAYMUNDo: Siempre fue un muchacho introvertido y triste, como que había algo en él que no le pennitía gozar de la vida; sin embargo, siempre fue un buen hijo. (imágenes con cámara de video: la tomase mueve y trata de enfocar a un chavo que no se ha dado cuenta; cuando lo hace, se tapa la cara y corre hacia la cámara). Después de dejar tres carreras en tres universidades diferentes, Raymundo Domínguez entró a trabajar en un despacho de mercadotecnia. (credencial del trabajo de Ray; como en todas las fotos oficiales, parece criminal) CONOCIDO EN MKr 1: Era muy serio, casino hizo relaciones aquí. hacía su trabajo y siempre trataba de salir lo inás temprano posible. No era unmal trabajador, pero nunca se integró a la dinámica de la oficina. Por azares del destino, Raymundo Domínguez dejó su trabajo dos días antes de que fuera secuestrado. Las razones siguen siendo, y probablemente permanecerán, si el trágico caso no se resuelve, un misterio. DIRECTOR DE MKTl: Me pidió una cita y se sentó a explicarme que esto no era lo suyo, que iba a tratar de buscar por otros lados. Nos despedimos profesionalmente. Era un buen trabajador, pero no alguien indispensable para mi empresa Sólo espero que, donde quiera que esté, reciba la ayuda de Dios. Todavía no sabemos el desenlace de esta historia de horror, pero sí conocemos el sufrimiento que el secuestro ha provocado en todas las personas cercanas a Raymundo. MADRE DE RAYMVNDO: Yo sólo quiero a mi hijo sano y salvo (se detiene y llora, incapaz de seguir), sólo pido que regrese con nosotros, que todo regrese a la normalidad. RAY (en llff, mientras una foto frontal, en la que Ray aparece pensativo,llenalapantalla): ...porfavor,yano,déjame,me vas a TYEEEP la mano, por favor alguien ayúdeme, se los suplico, me están torturando...

~~ 75

Yregresando de los comerciales, una moda verdaderamente asombrosa: el tatuaje de los órganos internos... PoWERIÜFF



Ray se quedó viendo la pantalla. Parecí apagada. Se sentía estúpido, realmente est reacción había sido desconfiar. Pero la certeza del reco. nocimiento, esa trampa lógica que provoca la identificación en el espejo, en cualquier reflejo, se había arrastrado entre sus pensamientos y no había poder humano que lograra exiliarla Le asustaba escucharse decir cosas que nunca había dicho. Era como descubrir que eras un asesino serial porque tienes dos personalidades, y que ambas acordaban hacer una cita en la televisión, con un moderador que trataría de llevar la discusión hacia su punto más vergonzoso. Adeinás, se sentía molesto y enojado, como si alguien hubiera escrito una novela utilizando su vida Todo era público, y se sentía patético.Patético por gritar desesperadamente por ayuda, por reconocerse tan vulnerable e infantil, rogando para que sus papás le ayudaran. Patético porque su vida era parte de la opinión pública. porque su padre lo había llamado introvertido e infeliz, porque sus excompañeros de trabajo, con quienes había convivido casi un año, ya lo habían olvidado y era tan sólo un fantasma que ocupaba una pequeña parte de su memoria Patético por las fotos ridículas que habían mostrado en el noticiero, por sentirse tan ajeno a sí mismo, por no poder entender qué estaba pasando con su vida, arrebatada de sus manos y exhibida en los noticieros de todo el país. Ray odiaba. A sus padres, principalmente, por haber prestado los videos y las películas que lo mostraban vulnerable, pennitiendo su transformación en figura pública al dejar que sus memorias y recuerdos estuvieran a disposición de cualquier pendejo que prendiera la televisión o abriera un periódico.

...... 77

...... 76

Pero sobre todo tenía miedo. las heridas en su mano todavía no cicatrizaban, y de hecho parecían sangrar un poco más. la mención de su nombre o la aparición de su rostro en la televisión parecía excitarlas, y se abrían un poco más para mostrar, orgullosas, la carne viva que pulsaba bajo la epidermis. Alguien estaba sufriendo y Ray no sabía quién. No había límite que mostrara dónde acababa él y dónde empezaba lo que decían de él en la televisión. Sólo estaban las heridas en su mano, sangrando lentamente, el golpe en la mandl1mla y en la espalda punzando como recordatorio de lo frágil de su posición, su identidad y su valor. lCuánto costaba el rescate de Ray? Quería prender de nuevo la televisión, pero no se atrevía a hacerlo. Ray se había visto en el monitor y detestaba su reflejo.



(conectado) -Bueno. -Si lAndrea? Gaby, de cuentas, ¿tienes la orrr? ---lla45? -la de los POP'S. ---lCuálesPOp's? -HICT238.

-Ah, esos. No la he leído. -Es que la perdí. Tronó mi pe. ---lCómo? -No sé, debe ser el CPU. ---lla reportaste? -Si van a aumentar su RAM. -Qué bien. -Necesito unos radios de 20. ---lPara qué? -Para el HICT2 38. ---lCuándo? -Parael28.

---lPreguntaste a tráfico? ---lDequé? -laorrr. -Fueron a HP. ---OK, la buscaré. -Gracias, bye. -Bye. (desconectado)

-· (conectado) -Please leave your message. ---lRay? Es Mauricio, no te hagas, sé que estás ah( lRay? Contesta. -Sí, bueno, aquí ando. ---lEstás viendo la tele? -Si ---OK. Pónle en el 4. ---lPara qué? -Tú cámbiale. -Ya -Ella es.

---lElla es qué? -la locutora, la que te platiqué el otro día, la que me gusta. -Ah. ---lCómo que ah? lQué te parece? -Pues está bien, si te gustan las personas sin piernas. -Qué chistoso. llevo una semana sin poder dejar de pensar en ella Creo que estoy enamorado. ---lDónde estás? lEn la farmacia? -Sí, y esto está muerto. No sé que pasa hoy peroni los junkies vienen por sus drogas. Oye, lcómo sigues? lcómo van los golpes? lsigues enojado? -No. Hoy me la he pasado casi todo el día en la cama

.... 78

-En las noticias no han dicho nada nuevo. -Ni siquiera las he visto. Me he escuchado tantas veces ro~ando_ que ya me aburrí de nú mismo. Pero bueno, mis ratmgs siguen subiendo. -No seas mamón. LQuieres que te lleve algo para los golpes? Aunque sea unas aspirinas. -No, estoy bien, ya mañana me sentiré mejor. -Mírala, está como quiere, mirada profesional pero cachonda, como si no le importaran las noticias o estuviera más allá de ellas. ' -Pues a nú no me gusta mucho. -Porcierto,escuchéalgoenlaradio.Dedanquelosseres humanos nos relacionamos con la imagen que tenemos de, lasotraspersonas,noconlaspersonascomosonenrealidad. -LY?

-~e dej~ pe~d~. Si a nú me gusta una chava, yo :ne empiezo a rmagmar como es ella, le pongo personalidad, mtereses, casi casi coeficiente intelectual me cae bien o no. Todo. Queda preparada. -No entiendo cuál es el punto. -Sí, que puedo acabar en la cama con ella casi sin convivir, y lo importante era la imagen que yo tenía de ella o puedo acabar en la cama, descubrir que en verdad no era como la imaginaba y lograr que me arruine el sexo. -Ajá. . . -Mi pregun1'.1 es la siguiente: Lcuál, si es cierto lo que di¡eron en el radro, es la diferencia entre el sexo y la masturbación? Si de todos modos con lo que me voy a acostar es con la imagen que tengo de algo, ¿porqué no mejor me masturbo y me quito de broncas? Así todo es mejor. -Mauricio, eres un genio. Bye, me tengo que ir. . -No, no, espérate, lqué piensas de lo que te acabo de decir? ·

~ue tienes mucho tiempo libre en tu trabajo. En serio, Mauncro, voy a colgar, la espalda me está doliendo otra vez. -Pues bueno, inragínate que tienes cuatro masajistas

.... 79

orientales encueradas en tu casa y que te vana curar de todos tus males.

-Bye. -Bye (desconectado)



(conectado) -QuickEnglish, Len qué podemos servirle? -LMe podría comunicar con la señoritaLucyGallardo? -Claro que sí, espere, en la línea un momento. (música instrumental de fondo) -Bueno. -LLucy? Soy Claudia. -LClaudia qué? -Claudia Ruiz. -Señora Ruiz, qué gusto oírla, Lcómo ha estado? -Ay, núja, pues la verdad, no muy bien. -LEntró al curso de bioenergética? -Sí, y está muy bueno, pero el problema fue el curso deFengShui -LPorqué? -LTe acuerdas que te dije que había reacomodado los muebles de nú casa? -Sí, para reorientar la energía del entorno. -Pues bueno, Lqué crees que me pasó? El día que por fin acabé de ordenarlos, decidí preparar una cena especial para nú esposo, quería celebrar eso y lo del curso de bioenergética, que me ha ayudado mucho a entender nú sexualidad. Así que le preparé una sorpresa a nú marido. -Que bien. -Pues ni tanto. A las ocho, el desgraciado me habló para decirme que tenía un imprevisto en el trabajo y que iba a llegar tarde. yo le dije que lo iba a esperar, pero me quedé dormida. -LY qué pasó?

:.:1.1'

.... 81

Jl>Jl>SO

-Mi esposo llegó como a las doce de la noche y todo

estaba oscuro, las velas en la mesa se habían apagado. Yo estaba donnida en el sofá yun estruendo me hizo levantarme de golpe. Cuando prendí la luz, mi esposo estaba en el suelo, sangr'.°1do. Se tropezó con una mesita de centro que yo había cambiado de lugar. Además, venía borracho, y ni las manos pudo meter. -LLe pasó algo? -Se fracturó la nariz y dos costillas. Además, asegura que traté de matarlo. No quiere ni hablarme. -No me diga, lpiensa que se le va a pasar? -Pues no sé, pero yo ya no lo aguanto, pidió incapacidad y cuando lo visito en el hospital, no deja de criticar y reclamarme. -Debe tomarlo con paciencia -Puessl;losé,peroyanoséquéhacer.Porunladoestoy tomando cursos para mejorar, y por el otro mi esposo se la pasa mostrándome que no lo logro. A veces me dan ganas de matarlo, te lo juro. -No, señora Ruiz, no diga eso, esto es temporal Sí, en un momento, estoy atendiendo unas dudas. -LLucy? -Ahorita mismo se lo entrego, permítame un momento. -LLucy? lSigues aln? -No, no me voy a tardar, son dudas sobre los gerundios y participios. ÜK, OK. -LLucy? lEstás bien? -Discúlpeme, señora Ruiz, voy a tener que colgar, mi jefe me pidió unas cosas. -OK, mijita, gracias una vez más por escucharme. -No se preocupe, señora Ruiz, para eso estoy aquí. Hasta luego. (desconectado)



Click. ...una mujer inglesa pelea por el derecho de tener un hijo de su cónyuge, quien murióhace más de ocho años. La señora We/lingkm asegura que tiene derecho a usare/ esperma congelado de su esposo. "Es la única manera que tengo de conservar vivo nuestro amor" declara la demandante, "si dejó su esperma, es porque estaba de acuerdo con esto". Si la demanda procede, la señora Wellington podrásermadre del primer hijo concebido porun hombre muerto... A Ray le dolía todo el cuerpo. Todavía no entendía qué había pasado. Prefería ignorarlo sumergiéndose en el líquido viscoso y denso de la televisión. Cualquier cosa, por más tonta que pareciera, le podía distraer. Sin embargo, veía la tele por una necesidad morbosa, un deseo de que otra noticia suyasalieraalaire.Necesitabamantenersealtantodesuvida Quería conocerse y reconocerse en las 62 5 líneas de.Ja pantalla. Ahí adentro, su vida estaba escondida Frente al altar del entretenimento pasivo, Ray se deconstruía. Clic!{. ...este no es un método dietético normal, /rJ que hacemos es enseñarle a las mujeres a cambiar su reladón con unos brownies por una reladón mucho más saludable con Dios... Rayvolteóhacialacalle.Elmundo seguía cambiando con la misma intensidad y velocidad de las imágenes que desaparecían yvolvíanaaparecer en la pantalla Una vez más, habían cometido un error al pegar el espectacular que podía ver por la ventana Lo reconoció inmediatamente, aunque el mensaje estaba completamente descompuesto. No tengo frase que ponerme, separa una niña Palado, nada es único, soy totalmente mujer. Como imagen, un rostro fragmentado, los ojos en la boca, los recortes de un vestido continúan violentamente la lfuea de la mand:ibula, unas tijeras amenazan cortar el cuello de una mujer que, extrañamente, sonríe. Todo se mueve: las imágenes en el televisor, la geografía y señalización de los deseos de la ciudad, las cajas que alteran el espacio en el departamento. Sólo hay una

~~

medio de todo, mientras las imágenes pasan a una gran velocidad, hay un vacío. Ese vacío lo llamamos individuo. Ahí estás tú, Ray. Y tratas desesperadamente de alargar la mano para robarte una palabra, una imagen, cualquier idea, con tal de hacer que ese vacío signifique. lQué pasa cuando no hay nada, Ray? lQué pasa cuándo te vuelves una de esas imágenes que desaparecen como fantasmas cada vez que tus párpados deciden refrescar tu mirada? lQuién eres, cuando las imágenes inundan el vacío? Cliclc. ...hay tres cosas insoportables en esta vida: el caféfrío, el champán caliente, y las mujeres exdtadas... Mientras tanto, no puedes dejar de pensar. Y el pensamiento encuentra veredas extrañas. Lo insoportable es lo único, piensas, sin darte cuenta. Lasfrases exdtadas, decide una parte de tu cerebro que no conocías, son la sexualidad en esta vida. Y te dejas ir, so1o hay tres cosas, unas tijeras calientes, una sonrisa fría, una separadón exdtada. Soy totalmente vida. Y te ríes, Ray, te ríes como hace mucho tiempo que no lo hacías. Te dejas caer, y hay placer en ello. Alguien golpea tu estómago, una quemadura de cigarro aparece espontáneamente en tu brazo, y te preguntas cuál es la marca que fuman tus secuestradores. No hay tiempo, no hay espacio, hay un vacío, hay una idea. Tu estómago se rebela y vomitas, salpicando todo a tu alrédedor. Tu cuerpo, tu identidad, se desborda desde adentro hacia afuera. El centro no puede aguantar. Click. ...las balas no matan personas, la física sí... Silencio. Ray duerme, y la televisión descansa. Afuera, la oscuridad envuelve el anuncio de tamaño inhumano, que brilla con la intensidad del soL un faro que guía a aquellos que se han perdido en la oscuridad del mar. En la televisión, estática. Miles de partículas se mueven constantemente· cenizas en blanco y negro que nunca logran descansar bes~ el rostro de Rayporuna milésima de segundo y desaparecen,

83

dejando una estela gris que no es real, solamente imaginaria. La luz encuentra forma en la silueta de Ray, lo construye y define sus límites, inventa un cuerpo que parece emerger de unas cajas, le da forma a sus ojos, sombra a sus labios y una expresión de tranquilidad a su rostro sin cesar de moverse un segundo. La luz del monitor inventa a Ray. Su piel es estática; él es la pantalla.

-· Mauricio estaba cansado. Había caminado como loco toda la mañana buscando un par de zapatos baratos y buenos. No los había encontrado. Además, estaba aburrido. Se tomó un Robaxisal para relajar sus músculos. Media hora después, mientras acomodaba una caja de pañales que uno de los clientes había decidido no comprar porque no le alcanzaba el dinero, Mauricio se dió un golpe en la pierna contra la esquina de uno de los estantes.El dolor recorrió todo su torso yse detuvo en su estómago. Para acabar con las pulsaciones, tomó un Dolac. La noche era lenta, y Mauricio tenía sueño. Sin darse cuenta, se había quedado dormido viendo la pequeña televisión que el dueño de la farmacia había concedido como favor especial a los trabajadores del tumo nocturno. Un hilo de saliva caía sobre el mostrador. Mauricio despertó para encontrarse con un cliente, que lo miraba fijamente. -Dos cajetillas de Montana, por favor. Mauricio las cobró, apenado, esperó a que el cliente estuviera lo suficientemente lejos para limpiar la saliva que manchaba el cristal. Nada como un Sedalmerck para quitar el sueño. Mejor aún, y para estar del lado seguro, dos. Mauricio baila en la farmacia al ritmo de una canción que no conoce pero que le parece buena. El coro es tan tonto que se lo aprende para cantarlo a todo pulmón, una de las ventajas que da trabajar de noche en una farmacia. Toma un tubo de Canesten y lo utiliza como micrófono,mientras voltea

,:, 11·.·

...... 85

i

i

~1

.

constantemente a un pequeño espejo que los clientes utlizan cuando quieren comprar lentes oscuros para observar cómo se verían si hubieran decidido ser estrella derock o de cine. Sus ojos encuentran su reflejo y Mauricio recuerda haber visto esta escena en una, dos, tres y quién sabe cuántas más películas. No importa, piensa, nadie sería una estrella de rock como yo. Para celebrarlo, se come un chocolate Crackel. Después, un conejito Turín. Media hora más tarde, Adekón, porque le duele la garganta y tiene miedo de atrapar una gripe. Siempre está tan ocupado que no tiene tiempo para enfermarse. Además, le gusta el sabor a quemado, dulzón. Abrir las ampolletas es de lo más entretenido cuando son las tres de la mañana y no tienes nada que hacer. Las tres y cuarto, las tres y veinte, las tres y veintitrés. Reacor.noda los frascos, checa el precio de las medicinas y se entretiene buscando una que no pueda pronunciar. La ganadora es Scheriproct y, para celebrarlo, Mauricio se toma una. Una vez más abajo, abajo, abajo, tan profundo que no hay salida ni escalera ni siquiera un pinche puto elevador que le diga a Mauricio cómo salir del oscuro pozo hasta que empieza a revisar las medicinas por orden alfabético.Ativan. Una, dos, tres pastillas. Tonopán para darle un sabor más exótico. Energizer, Gillette y Aqua Velva. O'bao, Labello y Lubndenn. Mauricio es feliz, feliz como un ave que vuela libre sobre el mar, y cuando piensa en la suerte que ha tenido en la ~da, en su trabajo, que le pennite preocuparse por él y le da tiempo para pensar en los amigos que tiene, que no lo dejarán nunca más estar solo sin importar los problemas que se le presenten, en el dinero que trae en el bolsillo para gastar en lo que más quiere (una crema Clinique para suavizar las arrugas que crecen al lado de sus ojos), en todos los sueños y las ilusiones que se pueden tener a los 26 años de edad, cuando uno no es demasiado joven como para ignorar los secretos de la vida ni demasiado viejo como para agotarse por

la cantidad de conocimientos, cuando Mauricio piensa en todo eso, no puede evitar llorar de la felicidad. Más, quiere más. Sedalmerck, Cafedrin, que no digan que le gustan las drogas fuertes, sólo algo para ayudarle a pasar la noche y soportar el aburrimiento, otro chocolate y hay que recordar sacar la basura no vaya a ser que el jefe se entere y luego le ande armando panchos y le quiera cobrar lo que es su derecho consumir, si pasa una tercera parte del día encerrado en un negocio que no es suyo y que no le da más que un salario miserable con el cual no puede cumplir ni siquiera su caprichos, sino sus necesidades más básicas. Alguien dijo alguna vez que la publicidad no crea necesidades sino que se aprovecha de las que ya existen y Mauricio está completamente de acuerdo. Por supuesto, la canasta básica debería incluir un presupuesto para produc-tos de belleza, la apariencia de los seres humanos es un reflejo de su estado interior (eso lo había dicho Lucy. en uno de esos momentos donde era una mujer inteligente y bella). Todos deberían usar cremas para la cara, todos deberían usar ropa bonita, aunque no fuera de marca, todos deberían tener buenos modales y todos deberían querer tener sexo con él, Mauricio, el rey del turno nocturno de la farmacia, y cualquiera que dijera lo contrario debería venir aquí en este mismo momento y decírselo en su cara, porque él se aseguraría de demostrar lo contrario, caiga quien caiga, máscara contra cabellera, lucha a muerte en tres rounds, el perdedor condenado a vagar las estepas heladas de Siberia esperando encontrar una prisión donde por lo menos unas paredes le dieran un poco de calor (el Discovery Channel en casa de Ray se estaba conviertiendo en un mal hábito). Sí, si quieren reprochárselo, que se paren aquí y se lo digan. -lTiene Anaflex? Mauricio se puso de pie, sobresaltado. Un tipo negro como la noche, con panza de pulqúero,aquienseguramente habían despertado para ir a comprar una medicina, y que, por la expresión en su rostro, se sentiría más cómodo

i!

...... 87

ij !

quitándole los piojos a un perro callejero, lo miraba con expresión de hastío. -lPerdón? -lQue si no tiene Anaflex? Mauricio pasó una mano por su pelo, en un intento por tranquilizarse y dar una apariencia un poco más profesional El contador estaba lleno de cajas de medicina abiertas, y había una hilera de pastillas multicolores formadas sobre el vidrio en el orden en el que Mauricio había decidido tomarlas, aunque en algún momento se habían convertido en vagones de un tren con el que jugaba. Notenía respuestas, y estaba a punto de reírse, que era lo peor de todo. -No, no la manejamos. El hombre sacó una hoja doblada en ocho, que, por su aspecto, había pasado más de dos meses junto a sus nalgas. La desdobló lentamente, tratando de no romperla en el intento. Inconscientemente, el hombre rascó sus genitales, y Mauricio mordió sus labios para no cagarse de la risa. A sus espaldas, en un carro verde tan viejo que si fuera prostituta se hubiera muerto ya de hambre, una mujer, tan desagradable como el tipo que buscaba medicinas y más fea que el coche, asomó la cabeza y gritó, desesperada: -iApúrate! · El hombre la ignoró y leyó, con gran dificultad, las letras que formaban el nombre de otra medicina. -Kilmicen, ltiene de ésas? Mauricio no sabía si el tipo era un analfabeta funcional o si el médico que había escrito la receta no sabía escribir, pero recordó haber visto la medicina unos minutos antes, cuando su preocupación principal eran los ataques al corazón que sufren los ejecutivos jóvenes por las presiones del trabajo y se había puesto a buscar algo para prevenirlo en su propia persona. -Sí, esa sí la tengo. Después de rascaISe los güevos, el tipo se rascó la cabeza. Mauricio mordió su labio.

-lY esa para qué sirve? -Para las patas-contestó, amablemente, Mauriciopara los pinches hongos en el pito. Mauricio abrió los ojos. Y no pudo aguantar la risa. El tipo, alejado tan sólo por la reja, observaba cómo las lágrimas salían involuntariamente por los .ojos de Mauricio, que trataba de controlarse. Se acercó al mostrador y metió un brazo, sujetó la bata (la estúpida bata blanca) que Mauricio tenía que usar mientras trabajaba y lo jaló hacia él Mauricio alcanzó a librarse y se alejó de las rejas. El asunto ya no le parecía tan gracioso. -Mira, pendejo, que sea fea no quiere decir que te puedas burlar de ella. Así la quiero y así me quiere. Si no te cuidas, el único pito que va a tenerun accidente es el tuyo. El tipo agarró un frasco con dulces y lo aventó. Mauricio lo esquivó. Enfurecido al no poder alcanzarlo, el tipo decidió tirar todo lo que encontraba en el mostrador y después se alejó, caminando hacia su carro. -Ya te conozco, pendejo, te tengo el ojo echado. .Mauricio recogió todo lo que había tirado, mientras se tomaba un Sukrol para los nervios. Después, amaneció.

º

-· Lucysiemprelohabíadicho, ''yotengosuerteconlaspuertas", y hoy lo volvía a comprobar. En el momento que llegó al edificio de Ray para disculparse por lo que había sucedido unos días antes, uno de los vecinos salió deledlfici0y la dejó entrar. Tocó varias veces la puerta de Ray. Nadie respondía. Gi" ró la perilla y, como por arte de magia, la puerta se abrió. Alguien le va a robar todo, pensó Lucy mientras trataba de encontrarlo entre el laberinto de cajas. Aunque lo único que quería era dejar una nota, Lucy sintió curiosidad Se acercó a la recámara y vió la cama destendida. Escuchó, a lo lejos, un murmullo.Lucyseasustó,cerrólosojosporreflejo,esperando

·ii

...... 89

"'"'ªª no encontrar el departamento inundado por los tentáculos que la perseguían constantemente. El ruido continuaba. Lucy abrió un ojo, con la infantil esperanza de que si ves algo horrible con un sólo ojo su efecto se reduce a la mitad. Lucy se sonrojó. El murmullo venía del baño, donde la regadera seguramente estaba prendida. Dió un paso hacia adelante para saludar a Ray. Se detuvo. Ray. Regadera. Agua. Desnudo. Ray en la regadera desnudo. Su cuerpo se estremeció, pero lo pensó dos veces. Aunque la idea de ver a Ray desnudo le llamaba innegablemente la atención, Lqué iba a pensar él? Ella iba a entrar por la puerta, lo iba a saludar, Ly qué? Se iba a sentar en el baño para platicar mientras esperaba que Ray acabara de bañar todo su cuerpo. La imagen le provocaba un cosquilleo entre las piernas. Atrás de la cortina (itendría cortina de baño?) Lucytrataría de encontrarle sentido a la silueta del cuerpo desnudo. LLe pediría Ray que se metiera a la regadera con él? ¿y si llegaba Andrea? Lucy estaba somojada y una somisa iluminaba su rostro, que palpitaba como anuncio de neón descompuesto. La curiosidad de averiguar si Raytenía cortina la venció, así que, tratando de no pensar lo que iba a hacer, tomó camino hacia el baño. Antes de entrar a la recámara, sintió una mirada en la nuca. Volteó y ahí; junto al televisor, encontró la mirada de Cindy.

-· Andrea, por más que trataba, no podía quitarse de la cabeza el problema que iba a ser conseguir cincuenta perros, cada uno de raza diferente, para el comercial de Wiggytail, un saborsin igual Estaba triste, había sido uno de esos días grises, no se le había ocurrido ni una sola idea con la cual trabajar. Llegóasuedificio,estacionósuJettaytomóelelevadorhacia su departamento. Las nubes de lluvia empañaban el cielo. Media hora antes del anochecer, el mundo parecía estar filmado en película blanco y negro. Una exhuberante profusión de tonos

grises impregnaba todo: el cielo, los pasillos del edificio, incluso la piel Andrea estaba harta, su ropa pareáa exigirle algo.Le apretaba demasiado. Cansada, con los hombros caídos, entró a su departamento. Se empézó a desvestir, tiró el saco en la sala y aventó los zapatos antes de entrar al cuarto. Ya adentro, desabrochó su blusa y se quitó la falda. Se miró en el espejo, tenía los ojos hinchados. Su cuerpo se veía mal, las medias no le ayudaban. Tenía que aceptar la realidad. Su verdadera talla era grande y no mediana. Miró sus piernas en el espejo. Todo el día había sentido dolor, como si las medias asfixiaran sus extremidades inferiores. Cada paso era un suplicio. Para quitárselas, metió un dedo entre su piel y la tela. Apenas cabía. Andrea perdió la noción del tiempo mirándose en el espejo, odiando sus medias, odiando su cuerpo. Había placer al sentir como el tejido cortaba su circulación. Era casi un castigo.



Cindy la miraba con ojos de furia. Lucy quedó paralizada. Dió un paso hacia atrás. Cindy le robaba su voluntad. Mami. La muñeca parecía imperturbable, sosteniendo su mirada. Todo lo que soy lo aprendíde ti. Los labios de Cindyno se movían, pero Lucy estaba segura que la muñeca le estaba hablando. De hecho, en su boca redonda como una "o", Lucy podía distinguir una pequeña sa,uísa. . Lentamente,sinhacerruido,lllcysacóunahojadesubolsa y la dejó sobre el televisor. Trató de mover las piernas pero no pudo; cayó al suelo. De la entrepierna de Cindy salían varios tentáculos viscosos, húmedos, que se habían afianzado de sus tobillos. No me vas a quitar lo que yo tengo, volvió a escuchar, esta vez con un toque de ira. Los nervios subieron por sus piernas. Te conozco, decía la voz, porque somos iguales. Los nervios jalaron las piernas de Lucy, obligándola a caminar hacia Cindy, que la esperaba con la boca abierta. Lucy trató de forcejear pero los cables orgánicos le impedían liberarse. No me gusta que vengas aqu' e1 esm(o, Lentiendes? Mío.

...... 91 ~...

')'\ ',\,.

J,

90

piernas desnudas.Los colores del cuarto aumentan cada vez roás su intensidad.

Había lágrimas en el rostro de Lucy. Quería irse. Túy yo somos iguales, prosiguió Cindy, pero esta vez yo voy a ganar, tengo más vida que tú, que eres so1o un pedazo de carne. Lucy estaba a los pies de la caja en la cual estaba sentada Cindy. Desaparecerás y wdo lo que eres ahora lo seréyo, sabré utilizar tu cuerpo, tu inteligenda, no desperdidarémi vida. Tomarécontroi .. ... contro¡ pensó Lucy. mientras tomaba el remoto, que Ray había dejado tirado. Golpeó los cables. Los nervios sangraban pero no la soltaban. Ven conmigo, cerda, lo que te propongo es un alivio. Lucy se sentía hipnotizada, había algo de verdad en las palabras de Cindy. Todo sería más fácil si desapareciera, si dejara que los cables se ocuparan de todo. Pero tuvo miedo. Tenía que regresar a trabajar. Se quitó un tacón y empezó a golpear los nervios. Estos sangraron un líquido pardo, casi transparente, y la soltaron. Lucy salió corriendo.



SuGERENCIAS: r. Levántate todos los días con un pensamiento positivo. 2. No hagas a otros lo que no te gustaría que te hicieran a ti 3. Escoge una canción feliz, y escúchala cada vez que te sientas deprimido. 4. Preocúpate por conocerte a ti mismo. 5. Piensa bien lo que vas a hacer. Puedes llamar a la policía o a tus papás. La decisión es tuya , 6. Ten paciencia, los problemas suelen resolverse por SI solos. 7. Sonríe ante todo, la felicidad es la mejor arma del hombre. 8. Toma decisiones conscientes. 9. iAprende a conocerte y a quererte por lo que eres! ro. Recuerda que tus amigos están aquí para ayudarte, y si de alguna manera te ofendimos, fue sólo por estar preocupados por ti rr. Ray. perdona nuestra imprudencia n. Sé feliz.

-· Andrea intentó quitarse las medias. Cada centúnetro de sus piernas era una batalla Con cada movimiento, el mundo tomaba color, lo que antes era blanco y negro mostraba tonos pastel La carne salía de su prisión y la expresión en su rostro lo demostraba. Era un placer resignado, cansado. loaJIDR: Si quitarse las medias es como pisar el paraíso._ Corte a su rostro, con cada movimiento hay un gemido, entre placer y dolor. Después de varios esfuerzos logra quitárselas, camina hacia su clóset y lo abre. Parece estar muy cansada En el clóset, encuentra unas "Luzy" y. curiosa, las abre. Al tocarlas, el cuarto cambia de color. Las paredes y los muebles son ahora brillantes, intensos. Ella se estremece con la textura de las medias. loaJIDR: ponerte medias Luzy (sin pronuncar la "ele'), es cometer un pecado. La modelo sube sus medias mientras se ríe. Su rostro refleja el placer táctil que provoca la delgada tela en sus

Te quiere, Lucy.

-· R.ay sonrió después de leer la nota que Lucy había dejado. No podía hacer otra cosa. En la TV, la mujer que acababa de ponerse las medias se había transformado por ~ompleto, 51: cabello estaba suelto y tenía puesto otro vestido. Ahora SI parecía una modelo. Las paredes de su departamento eran

,:fs;

~~

~~92

llamas y todo parecía un infierno. Ella se reía, con los ojos cerrados, tomaba su bolso y salía del departamento, dejando la puerta abierta El fuego la seguía, los pasillos se encendían a su paso. En tipografía alta y delgada aparecía el nombre "LU2y". La "i griega" era un tridente. Un locutor deóa: -Uzy, cambian tu calidad moral. Pinches comerciales, pensó Ray, ya no saben ni qué pensar. De hecho, si mal no recordaba, esa marca la había ganado recientemente la agencia de Andrea Le tendría que preguntar. Ray tomó asiento junto a Cindy y le pasó el bra20 por encima de los hombros. Empezó a cambiar canales.

-· PREGUNTA: Tengo depresiones constantes, lqué puedo hacer? LuCY: Le recomiendo una terapia grupal para depresivos. Aquí está el teléfono. PREGUNTA: Es un artículo útil, lcómo lo vendemos? A.on.: Si estás vendiendo algo para automóviles, necesitas vender seguridad. Bebés, familia, vacaciones. PREGUNTA: Me duele la cabeza, ltiene algo más fuerte que las aspirinas? MAurucIO: Dolac le quita cualquier dolor. PREGUNTA: He tenido pensamientos suicidas, lqué hago? Lucv: Unas vacaciones siempre ayudan, platique sus problemas con alguien que le pueda entender. PREGUNTA: No sé cómo acabar este comercial, lme ayudas? ANDREA: Veinte chavos, todos guapos y en pijama, tocan en su departamento. El primero le pide un poco de leche, el otro servilletas, el último le pide matrimonio. PREGUNTA: No puedo dormir, lqué hago? MAURICIO: Tómese dos pastillas de esta botellita, prenda la TV y cuente el número de rostros que aparecen en la pantalla.

93

PREGUNTA: Tengo pensamientos sexuales muy extraños, violentos, no sé qué hacer con ellos. A.NoREA: Mmmh, "el hombre que no cumple sus deseos es medio hombre". PREGUNTA: No sé qué me pasa, Andrea, ya no se me ocurren ideas, estoy harto, siento que mi trabajo no sirve de nada MAURICIO: Tome dos pastillas de Sukrol, cerebro y nervios perfectos. PREGUNTA: A mi esposa le duele el estómago, lqué se puede tomar? Lucr: Clases de Tai Chi, relajación corporal y espiritual PREGUNTA: Ay, Lucy, ya no aguanto a mi esposo, no me quiero divorciar por mis hijos, lqué hago? MAURICIO: Un poco de valium podría ayudarla. PREGUNTA: Es para mujeres solteras, independientes, lqué es lo que ellas desean? Lucr: El matrimonio es bueno, si se sabe manejar, vaya con un consejero familiar. PREGUNTA: Mi hijo está enfermo y se la pasa llorando, ya no lo aguanto, siento que lo voy a golpear, lqué podemos tomar?· A.NoREA: "No te quedes con las ganas. Atrévete." Eso le gusta a las mujeres solteras.



Click... todas las respuestas ,están en este libro... Click... rompe las barreras entre lo posible y lo imposible;.. Click... la mujer que está a gusto consigo misma siempre se verá bien...



Andrea estaba nerviosa. Sin darse cuenta, se estaba mordiendo las uñas. Odiaba eso. llevaba meses tratando que sus uñas crecieran, largas, puntiagudas y fuertes, como en los comerciales. Era victima de su propio sabotaje. Además, tenía razón para estar nerviosa Había cincuenta perros, todos

...... 95

...... 94

de distinta raza, en el set, y a ella nunca le habían gustado mucho los animales. Lucy, en cambio, estaría gozando esto. Los ladridos no la dejaban concentrarse. Cada vez queun perro decidía ladrar, una decena lo imitaba. Los técnicos trataban de iluminar la siguiente escena, en la que la manada de perros doblaba la esquina siguiendo a un señor que llevaba un paquete de Wiggytail en la bolsa de mandado. Para variar, ya iban atrasados. La producción, si bien le iba, acabaría en la madrugada. Para perder el tiempo, se asomó al foro contiguo, donde estaban grabando un comercial de perfume. Al llegar, había visto el set Edificios enormes, de perspectiva expresionista, se convertían en apéndices humanos y parecían estar construidos de una piel ter.¡a, en vez de piedras, concreto y ladrillos. La arquitectura del deseo, pensó Andrea, y decidió apuntarlo, podría ser un buen slogan. Los rumores indicaban que la fórmula del perfume era algo completamente nuevo en el mercado, así que tenía todas las intenciones de olerlo por primera vez. Había tal confusión, entre los cincuenta perros y todos los invitados del comercial del perfume, como para poder desaparecerun rato. Cliente no la iba a extrañar... (conectado) -Bueno, lQuickEnglish? lLucy? -Sí, lquién habla? -La señora Ruiz. Lucy repasó, en la agenda de los pensamientos, a todos sus clientes. Tenía que recordar la trayectoria espiritual de la señora Ruiz. Piensa Piensa Ok. Lucy sonrió en silencio. Al fin y al cabo era una profesional Pláticas introductorias. Problemas maritales. Unas semanas enFengShuiRepresión sexual Curso de bioenergética. -lQué tal, señora? lCómo le va en su curso de bioenergética? -Muy bien, muy bien, con cuidado, por favor.

Lucy escuchaba como la señora Ruiz se quejaba y gemía. --lllstá usted bien? -Sí, claro que sí, es que me están haciendo un masaje. -Veo que la bioenergética le está ayudando a desinhibirse. lEn qué la puedo ayudar? -Estoy escribiendo una carta a mi hija, y quiero presumirle mis clases de inglés, pero tengo problemas de redacción, los artículos, lcuáles son los artículos femeninos? Es decir, si quiero decir "la niña", lcómo lo escribo? -Thegirl ---üisr? lCómo si fuera cosa? lCómo traduces ''la"? -(;omo "the", el inglés es un idioma asexuado. -ÜK, gracias, linda, estamos en contacto. (desconectado)

-· Mauricio prendió la TV justo a tiempo. Ahí estaba ella Su locutora favorita. A Mauricio le encantaba como decía las noticias, fría como un iceberg, desinteresada, con su particular manera de apai:entar objetividad. A veces, una sonrisa cfuica aparecía en su boca, una sutil editorial que excitaba a Mauricio. Parecía fuerte, segura de sí misma, y aunque la pusieran a dar noticias a las cuatro de la mañana, justo antes de que Mauricio saliera de su trabajo, lucía fresca y limpia, como si fuera empezando el día, como si nunca fuera a envejecer, eterna Su rostro era perfecto. Mauricio odiaba que le hicieran tomas de la cintura hacia arriba, preferiría un closeup de su rostro que llenara todo el monitor. Preferiría que fuera modelo y no locutora de noticias, pero bueno, seguramente_ alguien en el canal de televisión se iba a dar cuenta del potencial que tellía esa muchacha para otro tipo de trabajo y pronto la estaría viendo en papeles diferentes. Con menos ropa, por supuesto. El problema de los locutores es que siempre tapan su piel, sobre todo cuando tratan de parecer

.... 97

.... 96

i

¡;

serios. Parecía regla Mientras menos piel muestres, más serio y responsable eres. La gente se vestía demasiado. El segmento de la locutora terminó. Mauricio se dispuso a cerrar la farmacia. Ya había hecho las cuentas. Todo checaba. Había recogido y limpiado. Se había asegurado que todo estuviera bajo control. A su jefe no le habían gustado nada las cifras de la semana pasado, cuando el loco ése se había puesto a golpear los barrotes. Tendrían que pintar y conseguir un herrero, pues los golpes seguían ahí Mauricio apagó la luz, tomó las llaves y cerró la cortina de la farmacia



ElcuerpodeRaytodavíanoolvidabalosgolpesenlaespalda y la manchbula cuando empezó una nueva queja. La mano izquierda. Estaba entumida, pero la falta de sensación era dolorosa. Como si algo no estuviera en su lugar y eso provocara el dolor. Había un silencio extraño en la calle, casi no pasaban automóviles y todas las tiendas habían cerrado. Era extraño quelaciudadsequedaracallada.Rayseasomóporlaventana y encontró las calles vacías. La poco usual soledad provocó un escalofrío que recorrió la espina dorsal de Ray. El silencio no era común. El mundo está lleno de ruidos, el silencio es mal presagio. En la esquina de su ojo derecho, Ray percibió movimiento. Ningún farol alumbraba la zona. Una sombra se movió junto a un carro. Una persona, no, eran dos, agachados junto ala puerta del automóvil. Seguramente habían perdido las llaves y estaban tratando de abrir el coche. Pinche inconsciente, siempre ojete, jugando otra broma. El carro era nuevo. Uno de los dos lo rodeó, seguramente para tratar de abrirlo por el otro lado. Era un chavito. El carro era bastante lujoso. Pinche mocoso, pensó, trae esecanv y seguramente todavía es virgen. Ni pedo, asíson las cosas. Curiosamente, el chavo no

se acercó a la puerta sino ala llanta yse agachó. Al levantarse, traía algo redondo en la mano: el tapón de los rines. No habían perdido las llaves. Estaban robando el auto. Ray se sintió impotente. lQué haces en un caso asz? lLlamas a la poliáa?Los dos tiposya iban aestarmuy lejos cuando llegaran lGritarles? ünvolucrarse?Esa era la otra opción, pero algo le impedía cruzar esa línea imaginaria entre el mundo privado, su departamento lleno de cartones, y el mundo real, el mundo de allá afuera. Había algo obsceno e indefinible en la transgresión de esa frontera. El chavo logró abrir la puerta y se subió al carro. Ray empezó a gritar: -iLadrones! iLadrones! Se sintió estúpido, como si su diálogo perteneciera a un personaje femenino, chaparro y rechoncho, de una película italiana de los años 50. Yentonces su mano izquierda le hizo dar un grito. Sentía como si la hubieran arrancado de tajo. El dolor era insoportable. Cayó de rodillas junto a la ventana, llorando de dolor, sin aliento, como si le hubieran dado una patada en el estómago y el impacto hubiera ahuyentado todo el aire en sus pulmones. Con esb acabó su grito. -ftlco a poco fue recuperándose, y aunque el dolor en su mano no cedía, por lo menos se había vuelto constante. Ya no era sorpresivo. Ray se asomó a la calle. Los dos ladrones corrían. Un chillido llenó la noche, proveniente del carro.



Andrea reconoció a la modelo del comercial. La había visto en sus noches de insomnio. Daba noticias estúpidas como a las cuatro de la mañana.. No era muy guapa. Además, como todas las modelos, era una perra insoportable. Había entrado al set como si estuviera caminando sobre las nubes. Ni siquiera volteaba a ver a las personas que la rodeaban. No los trataba como seres humanos. Una mujer gordita,

.... 98

rechoncha, que seguramente era su representante, se acercó para llevarla a su asiento. Andrea salió del set para ir a checar cómo iba su comercial Se encontró con los perros yun escalofrío recorrió su espalda. Los entrenadores estaban ahí, jugando con ellos. Si algo odiabaAndrea, era ver como un animal lamía el rostro de una persona. Varios de los perros estaban haciendo exactamente eso. Observó el set Una de las luces que estaban colgadas en el andamio se fundió en el mismo instante que ella volteaba hacia ese lugar. Uh-<1h, pensó Andrea, una hora más, por lo menos. Regresó rápidamente al otro set. Tenía que oler el perfume. Wild. Un aroma salvaje. Casi podía adivinar el slogan. Quizás más acabado, más trabajado, pero por lo que había visto, no tendrían muchas opciones qué escoger. Se acercó a las sillas donde la modelo estaba sentada. Saludó con la cabeza a varios conocidos yse perdió entre la multitud que rodeaba a la modelo. Todos parecían querer complacerla. Le preguntaban si necesitaba algo o simplemente la veían, embelesados. Estúpidos, pensó Andrea, qué no saben que esa mujer es so1o un pedazo de carne. Un asistente se acercó a la modelo y le dió un frasco. Ahíestá, pensó Andrea. El perfume. Empujó a dos o tres personas para acercarse lo más posible. La modelo abrió el frasco, apretó el atomizador y olió su mano. Sonrió. Después, se puso perfume en otras partes del cuerpo: el cuello, el pecho, tomando provecho de la situación para lucirlos. Todos a su alrededor elogiaban la fragancia del perfume. Andrea tuvo que admitirlo. El perfume era muy bueno. Tendría que conseguir uno en cuanto saliera al mercado, sin importar lo que costase. A lo lejos, escuchó ladridos. Pinches perros, pensó, para eso les pag«mos, que se aguanten. La modelo sonreía. Estaba justo donde quería estar. Era el centro de atención. Los ladridos se hacían cada vez más fuertes. La modelo posaba todo el tiempo, era un estilo de vida, una profesión. Quién te hubiera visto, pensó Andrea, con envidia, dando las notidas.

.... 99

Andrea escuchó otros ladridos y un grito. Pinches entrenadores Voy a gritarles. Se alejó del círculo cuyo centro era la modelo para encontrarse ante una imagen sorprendente. Cincuenta perros (como si los pudiera contar), ladrando, derrumbaba.TJ. la pared del set que separaba los dos anuncios, corriendo hacia ella. Empujaban a los que se ponían en su camino. Mordían a algunos. Todos llevaban la misma dirección. Iban a rendir culto al centro ritual de adoración de la noche: la modelo.· · Lamultitudseparalizó.Demaneracasisimultánea,una señal de salida inaudible, todos empezaron a correr. Andrea logró subir unas escaleras de caracol y se quedó hasta arriba, lugar exclusivo para observar el espectáculo. Un galgo ganó la carrera y saltó sobre las personas que rodeaban a la modelo. Los demás lo imitaron, atacando a todo aquel que se les pusiera enfrente. Entre gritos y gruñidos, varios charcos de sangre avanzaban lentamente en el piso. La jauría no tenía piedad. Un asistente gateaba, llorando, entre los charcos de sangre, que se unían lentamente, una alfombra roja que enmarcaba solemnemente la acción, expandiéndose con mayor velocidad. Andrea empezó a llorar. Los perros mordían a la modelo, su cuerpo se perdía entre la manada. Los perros empezaron a pelear entre ellos al no poder alcanzar su objetivo. Era un espectáculo patético. Un cocker spaniel mordía la pierna de un gran danés, mientras un french poodle ladraba agudamente, y saltaba sobre elcuerpo de un pastor alemán que no soltaba la pierna de uno de los asistentes de la agencia. Una mujer, con el rostro cubierto de sangre, se arrastraba tratando de alejarse de la escena. Un dobermann mordía su pierna, agitando su cabeza, tratando de quedarse con el pedazo de carne. De la modelo, no se podía ver absolutamente nada, aunque Andrea juraba que sus ojos se asomaban por segundos y la miraban fijamente. Todo era pelo y sangre, gritos, ladridos, aullidos. Un grupo de uniformados, los de seguridad, llegaron al set, golpeando a los animales sin ningún remordimiento. Los perros parecían

.... 101

.... 100

tener una dirección, todos se agrupaban alrededor de la modelo. Ese era el centro de su cacería. En su desesperación, atacaban a todo aquel que estuviera cerca de ella Los de seguridad golpeaban a los perros en la cabeza, matando a varios, incluso al french poodle que tanto parecía divertirse. unos segundos antes. El charco creáa Precedidos por el grito de una sirena, llegaron más policías. Varios entrenadores luchaban por salvar a sus perros de la matanza, pero no había manera de controlarlos. Los animales estaban desesperados, y sólo la muerte los separaría de su presa Una lámpara cayó sobre la escenograffa y el corto circuito empezó un fuego. Andrea lloraba como niña c!úquita, no entendía lo que estaba pasando y ya no quería verlo, pero sus ojos estaban clavados en la escena, como los dientes del rottweiller en la mejilla de un asistente de producción que conoáa, como el fuego sobre la escenografía, que pareáa piel y consumaba la metáfora: Wtld, un aroma salvaje. La piel era el paisaje, la piel ardiendo. Entre llantos, sollozos y aullidos, nadie podía distinguir su origen: animal o humano. El set era un matadero. Entre los cadáveres de los perros y los cuerpos que yaáan sin movimiento alguno, la sangre reflejaba el fuego que ardía en las calles que imitaban la textura humana Algunos perros todavía luchaban, y varias personas trataban de controlarlos. Los extinguido res llegar 0n, y entre una capa de humo, Andrea perdió la conciencia.



·El teléfono despertó a Lucy. Al descolgarlo, el silencio nocturno fue viola~o por una algarabía que provenía de los pequeños agujeros de la bocina. --lBueno?-alcanzó a preguntar, mientras se frotaba los ojos con su mano libre, tratando de despertar. Alejó el auricular de su oreja, pues podía escuchar los gritos perfectamente.

--lLucy? Era la voz de un hombre. Atrás de la voz, en segundo plano, escuchó otros gritos, esta vez femeninos. -Lucy, dile la verdad, dile que no me mate, por favo;. -LQuién habla?- preguntó Lucy, asustada, sm entender lo que estaba pasando. Atrás, en la bocina, más gritos femeninos: -Perdóname, mi amor, perdóname por favor-que se rompían en sollozos. . -Soy el señor Ruiz- la voz de un hombre muerto, sm ningún tono emotivo, como si estuviera generada por medios artificiales. --lSeñor Ruiz? LLo conozco? -No-respondió la voz-usted conoce a mi esposa -Soy yo, Lucy, no cuelgues, no vayas a colgar. Lucy; después de todo era una profesional, recordó a la señora Respiró hondo y trató de permanecer calmada -Buenas noches, señor Ruiz, Len qué puedo servirle? -No sé-un silencio, dos golpes, acompañados de sus respectivos gritos-mi esposa me pidió que le hablara -Habla con él, Lucy; explícale, dile que no me mate. --lQué pasó, señor Ruiz? Platíqueme, por favor. Atrás los sollózos continuaban. El señor Ruiz tiró el auricular, ~ue chocó contra el piso. Se escuc~ron dos ?º!pes con eco, como si fueran cuetes. Un estallido de vidnos. Alguien había disparado una pistola Escuchó como el señor Ruiz hablaba con su esposa: . -Que te calles, ya deja de gritar, no me dejas pensar, Lqué has hecho, Oaudia? Lqué has hecho? Lucy decidió intervenir. , . , ., --lSeñor Ruiz? LSeñor Ruiz? Platiqueme,lque sucedio? El señor Ruiz tomó de nuevo el auricular. La señora se había callado, sólo se escuchaban sollozos. --lSupo usted de mi accidente? . . Lucy empezó a pensar rápidamente. Accidente. Accidente. Sí, el curso de Feng Shui. El banquito.

...... ,03

...... 102

-Sí, claro que sí, lcómo sigue? -Hoy me dieron de alta del hospital No le avisé a mi esposa. Quería darle u.na sopresa. · La señora Ruiz se soltó en lágrimas. El señor Ruiz gritó: -iQue te calles, perra! Y continuó hablando. -Extrañaba mi casa, la comida, a mi esposa, quería darle una sorpresa. Cuando el taxi me dejó, vi que su automóvil estaba en la cochera, ju.nto a otro carro. Me extrañó, pero no le di mucha importancia Entré en silencio, para sorprenderla Otro silencio, la voz del señor Ruiz empezaba a adquirir matices humanos, se podía escucharu.nnudo en su garganta -Sí, continúe, por favor. -Subílas escaleras yvi que la luz de la recámara estaba prendida .. A lo lejos, se escucharon u.nas sirenas. -iLa policía !- gritó el señor Ruiz -ahora sí te voy a matar. La señora Ruiz empezó a gritar otra vez. -Señor Ruiz, señor Ruiz, tiene que acabar de contarme. Otro silencio. El señor Ruiz continuó. - Entré al cuarto yme encontré a mi esposa En la cama. Desnuda. Con otros dos hombres que también estaban desnudos. Salí del cuarto y fui a mi estudio, por la pistola Cuando regresé, los dos tipos ya se habían ido... -Eran masajistas, mi amor, te lo juro, eran masajistas. La voz de la señora Ruiz se escuchaba en segundo plano. -Yo no puedo vivir con esto. No lo puedo soportar. Claudia me pidió que antes de matarla le hablara a usted. Que usted me explicaría Lucy tragó saliva -lEstá usted enojado? -Sí- contestó el señor Ruiz, con la voz quebrada -Pues tiene todo el derecho de estarlo, no se sienta mal por eso. Usted siente que su esposa traicionó su confianza y es perfectamente razonable que usted esté molesto.

Atrás, alguien hablaba con 1Ill altavoz. Las palabras eran irreconocibles. Seguramente era la policía -Hirió mi orgullo- decía el señor Ruiz -me quitó mi dignidad, y eso es lo único que tengo. - No, señor Ruiz, le aseguro que no es lo único que tiene-- prosiguió Lucy -su dignidad no se reduce a esto, su esposa me ha contado que usted es coleccionista, les cierto? -Sí, es cierto. -Tiene eso, y muchas oti;as cosas más.Quizás su esposa cometió u.n error, pero también ha hecho otras cosas por usted. Sus hijos, por ejemplo. Si usted mata a su esposa, se va a quedar sin nada. Atrás: -Perdóname, Raúl, perdóname. Otro silencio. Ruiz marido empezó a llorar. --lPorquéanul lporqué anul Lucy trató de consolarlo. Al otro lado de la línea, escuchaba a Ruiz esposa pedir perdón. De pronto, se oyeron golpes y gritos. El auricular volvió a golpear el piso. El matrimonio Ruiz gritó. Más golpes, llanto, después silencio. Alguien recogió el auricular. -Bueno, lquién habla? -Lucy Gallardo. -Policía. No vaya a colgar, necesitamos que testifique. Espere u.n momento. Lucy, completamente despierta, sostuvo el teléfono en la mano. Y esperó.

-· Cuando Mauricio cerró la cortina de la farmacia, creyó reconocer un carro viejo que estaba estacionado en la esquina, pero no le dio mayor importancia A pesar de todo, era una colonia tranquila. Había cerrado tantas veces la farmacia que ya lo hacía mecánicamente. Tenía muchas

~~

104

cosas en que pensar. Una nueva familia se había mudado al edificio y la hlja más grande estaba que se caía de buena. La hlja menor también, pero Mauricio prefería concentrarse en la mayor. Tenía que levantarse temprano y buscar alguna excusa con la cual presentarse. Después, le ofrecería dar una vuelta por el vecindario y, con suerte, acabaría entrepiemado justo antes de regresar a trabajar. El plan, para variar, era perfecto. El problema era siempre la realidad, que se empeñaba en encontrar fallas en todos los proyectos de Mauricio. -Yatecargólachlngada. Cuando Mauricio volteó, se encontró con una llave de cruz en trayectoria de colisión con su rostro. Obscuridad Al abrir los ojos lo deslumbró el faro que iluminaba la calle. Un carro verde. Lo recordó. El tipo con el que había tenido problemas unos días antes tapó la luz del faro. Negro como la noche, panza de pulquero, pensó Mauricio. -Hoy vas a aprender una lección, pendejo-- dijo el tipo, acercándose peligrosamente-yyo te la voy a enseñar. Mientras no me vaya a besar, pensó Mauricio, en el momento en que recibía una patada en el estómago. Su cuerpo se dobló instintivamente. El aire escapó de sus pulmones. Mauricio abrió la boca y aspiró. No lo logró. Golpe en la cabeza, la llave otra vez. Mauricio trató de esconder la cabeza entre sus manos. Golpe enla espalda. enla pierna, en elestómago,enelrostro(micarano,pensabaMauricio,micara no). Una y otra vez. Mauricio lloraba, mientras el tipo le daba vueltas, tratando de encontrar un nuevo lugar donde golpeai: Mauricio no podía mover las piernas. Estaba seguro que una costilla estaba rota. No podía abrir los ojos, yno sabía si era por miedo o simplemente porque la sangre en su rostro los había tapado. Todo daba vueltas. Su cuerpo se sacudía sin necesidad de golpes. Si estuviera en medidna, pensaba, podría recitar los nombres en latín de todas las partes del cuerpo que me están rompiendo.

Después, un largo silencio. -Hey, chavo, chavo, Leres el de la farmacia? Mauricio se dió cuenta que ya nadie lo estaba golpeando, pero no quería abrir los ojos. --Chavo, chavo, despierta. Todo su cuerpo temblaba. -Oye, oye-- alguien estaba sacudiendo su hombro, abrió los ojos y no encontró ningún rostro que pudiera reconocer, -i.te acuerdas de rm? el otro día no traía lana y me diste un remedio para la tos, Benadrex o algo así, quiero otro, te pone bien loco, chavo, iházme caso! iChavo! Mauricio sintió algo húmedo en su rostro. -Pendejo, te has de creer el muy chingón-alcanzó a escuchar, mientras por fin lo dejaban en paz. Mauricosequedóenelsuelo.Nopodíamoverse.Después, escuchó una sirena de ambulancia.

Ray volteó a ver su mano. Estaba sangrando. Sin ninguna herida de origen, la sangre buscaba caminos entre los vellos de su mano para poder obedecer las leyes de la' gravedad y caer sobre el pantalón de Ray, quien seguía sentado bajo la ventana de su departamento, lleno de cajas. Ese era el problema, dónde estaba la lógica. No había ninguna herida en su mano. y aunque el dolor era insoportable, Ray sentía más curiosidad que preocupación. La sangre flotaba a la superficie de su mano sin ninguna razón aparente. No había heridas ni rasguños, la sangre aparecía entre las arrugas de la piel y simplemente se desbordaba.Pero sí había dolor. Intenso, seco, soez. Ray estaba asustado. Esto se empezaba a poner religioso. LManos que sangraban de la nada? Carajo, ya parecía que le iban a salir estigmas. Trató de incorporarse y llenó de sangre la pared en la que se apoyó. Su mano derecha no tenía absolutamente nada. El problema era la izquierda. De áhí

~~

106

provenían las punzadas; de ahí, la sangre. Ray sostuvo su mano izquierda con la derecha. Trastabillando, se dirigió a la cocina, dejando un rastro oscuro que no tenía razón de existir. Sangre imaginaria, pues. Recordaba que Lucy había dejado unas aspirinas con el mandado que le había traído. El problema era encontrarlas. Ray se tocó la frente. Fiebre. Tenía fiebre. Le costaba hilar más de dos pensamientos coherentes. Medicina. Sentía que se iba a desmayar. Le preocupaba la pérdida de sangre. En los estantes. Tropezó con una caja y la tiró, desparramando todo su contenido. Recuerdos. En la cocina, aspirinas. Todo su pasado, en el suelo. Ray gritó. Su dolor le recordaba el presente. Llegó a la cocina y abrió la llave del lavabo. Puso la manobajoelagua Yanopodíamoverla,nisiquieralosdedos, trataba, lo ordenaba, y no le hacían caso, como si la mano no fuera de él Como si viviera con una mano ajena La sangre se diluía bajo el chorro de agua Ray mojó su otra mano, la útil, la suya, y humedeció su rostro. Todo se estaba nublando. Se sentía débil. Tenía miedo que sus piernas, en franca imitación, abandonaran también a su dueño y se negaran a trabajar. Temía olvidarse de símismo y perder la conciencia Aspirinas. Estantes. Ray abrió todos los estantes de la cocina, que estaban ocupados gracias a la bondad de Lucy. Lucy, la de las experiencias fuera del cuerpo. LQué te parece esto, Lucy? LQué piensas de mis experiencias místicas? Ray encontró las aspirinas y se sintió estúpido, pues no las podía abrir con una sola mano. Manténgase alejado de niños menores de dnco años. Como niño. Logró alinear las marcas, casi inconscientemente, y jaló la tapa con la boca. Tragó varias pastillas, sin agua, pero el dolor en la garganta le recordaba el mundo de Newton, el mundo de efecto y causa, orden y razón, cada cosa en su lugar y todo con una explicación. Tan lejano de su vida, tan lejano de su departamento. La mano izquierda seguía sangrando, mojando el piso. Podía ver su reflejo, distorsionado, en cada una de las gotas.

~~107

Decenas de réplicas le regresaban su mirada estúpida, somnolienta. Pero ya no había dolor en su mano. No había nada. ninguna sensación, ni siquiera comezón. No la sentía, aunque el flujo sanguíoeo continuaba. Ray se asustó. Trató de mover los dedos pero éstos siguieron en su necia actitud, sin obedecer al amo y señor del cuerpo. Ray empezó a golpear su mano contra los muebles de la cocina. Nada, no sentía nada. Pero por lo menos la piel se rasgaba, los golpes modificaban la geografía de su mano. Causa y efecto, algo de lo cual sujetarse. Siguió golpeando su mano, tratando de regresarla, por la fuerza, al mundo de la física y la biología moderna Sin quererlo, abrió un cajón. Cubiertos. Tenedores. Cucharas. Y cuchillos. Era la prueba definitiva Era lo que necesitaba Cuando hay desorden;la respuesta es disciplina a todo costo.Apretar la mano, para que recuerde su lugar en el mundo. Ray tomó un cuchillo con su mano derecha y lo puso sobre la mesa. Tomó su mano izquierda y le ayudó a descansar sobre la misma mesa. Ahora es el turno del cuchillo, pensó. Cortar, dividir. Esto es una cosa, esto es otra Sin importar que las distinciones fueran artificiales, eralo que necesitaba. La piel se hundió, llegando al límite de su elasticidad. Permaneció así un momento. Ray recordó la sierra del cuchillo y lo deslizó horizontalmente, mientras veía como se desgarraba el tejido. Sintió placer. Causa y efecto. Ahora nos entendemos. ~ro algo faltaba, algo faltaba, y Ray no sabía qué. Volvió a tomar el cuchillo y repitió la operación. El dolor, pensó Ray.falta el dolor. Empuñó el cuchillo y lo clavó en la mano. Escuchó como un hueso se rompía. Retiró el cuchillo, yno sintió cómo abandonaba la piel Aplicó la sierra asu brazo.Dolor. No mucho, pero dolo:r: Yotra cosa En el brazo había sangre. Las heridas que se había hecho en la mano ya ·no sangraban, como si la carne estuviera muerta Clavó repetidas veces el cuchillo en su mano izqúierda, esperando respuesta, pero la teoría de la evolución, la biología, la anatomía y la medicina, le dieron la espalda

.... ,09

PAUSE

@

INTERMEDIO

Fónnula: cada cáprua COOll-: ltrac:onaic1 (mlcroesleras) 33.33 mg Sec:Adazol 1666.66 mg E~ac.b.p. 1 cápwia

Click. Hoy en la madrugada, el joven Mauricio García, empleado de una farmacia, fue brutalmente asaltado por un desconocido. El joven, que salía de su trabajo, recibió varios golpes con una llave para llantas. Se encuentra en el Hospital El Buen Samaritano y no ha recobrado la consciencia Tiene seis fracturas de hueso, además de daño interno. Las autoridades todavía no tienen sospechosos. (las imágenes muestran a Mauricio, completamente vendado, e inconsciente, en la cama de un hospital) Click ...me asustaste, no te oí entrar... Click iPesadilla publicitaria! La fórmula de un nuevo perfume provoca una reacción violenta en perros. iCuatro muertos y decenas de heridos! Todo ocurrió en un foro de cine, mientras se filmaban dos comerciales: uno para la fragancia Wild y el otro para Wiggytail, alimento canino. El aroma del perfume perturbó a los cincuenta, sí, lo oyó usted bien, cincue~ta perros utilizados para el comercial, que atacaron a diestra y siniestra.. (Andrea vaga frente a la cámara, con la mirada desorbitada, como si fuera extra en una película de catástrofes) Click Cuando nos fuimos, éramos cuatro personas. Cuando regresamos, éramos una familia. Ven a Ixta... Click.

::r¡,:¡ ...... 110

...con estas imágenes del lugar de los hechos. Drama familiar. El esposo llegó a su casa después de una estancia en el hospital para encontrarse a su mujer en· la cama con otros dos hombres. Trató de asesinarla, pero la intervención de una amiga le ayudó a controlar sus impulsos. Tendremos entrevistas con... Click ...mírame a los ojos, verás lo que soy, lme comprendes? lmén. .. Click ... noticias en el secuestro de Raymundo Domínguez, hoy sus familiares volvieron a saber de su hijo, irecibieron la mano izquierda del secuestrado por correo!.. Click _elabusoenelconsumodeesteproductopuedesernocivo para su salud... Click ...salía de su trabajoClick ...felicidad en casa... Click ...cincuenta, sí, lo oyó usted bien.Click ... para los que se atreven... Click ...a su mujer en la cama... Click ...una nueva experiencia... Click ...secuestrado por correo ... Click ...consciencia... Click ...espectáculo... Click ...drama...

...... 111

Click ... hijo... Click Click Click Click Click Click Click Click Click Click

~~113

PLAY

C>

CLICK

Los Porcentajes de Valores Diarios es!án tlas8dos

en la lll:l&Stión Ola~a Recomendada !ISlablooida por el 1.N.N.S.Z. Sus valores dlarios¡:;uedsn sermayoras o menores dapendierdo de ws necesidades calóricas

La escena es así: Rayen la calle. La presencia de tantas personas, los gritos y los olores: vaivén que provoca mareo. Una fina capa de polvo oculta el brillo natural de las cosas. Parado en una esquina, todo da vueltas a su alrededor. Respira antes de dar otro paso. Ray tiene miedo. Miedo de la gente, de las torpesmáquinas que pasan a su lado con un tenue zumbido al cortar las densas capas de aire y smog. Miedo de perder el rumbo, de encontrarlo. Miedo de que alguien lo reconozca, su rostro es un comercial de alta rotación en todos los noticieros del país; miedo, también, a que nadie lo recuerde, a que su anonimato se hiciera eterno, a convertirse en una imagen translúcida, un rostro entre tantos, una palabra que nadie conoce. Su secuestro le había dado sustancia, había, incluso, ordenado su vida alrededor de un monitor, desplazando por completo la idea del futuro, alejándola de su voluntad. A eso también temía Su mano izquierda, vendada e inmóvil, descansaba en la bolsa de su chamarra Desde el incidente con la1V, no tenía ningún tipo de sensación. Tampoco podía controlar su movimiento. Los dedos no respondían y !amano era un peso muerto que quién sabe por qué error seguía pegado a su cuerpo. Las personas que se encontraban con los ojos de Ray volteaban el rostro, ignorándolo, como si sostener su mirada transgrediera alguna ley de la convivencia en la ciudad. Ray no necesitaba esconderse en un departamento, en la calle también era un fantasma Se sentía agotado. Cada paso exigía su total concentración, como si la distancia que percibía entre su pie y el pavimento no fuera la correcta, y tardara

...... 114

eternidades en pisar la banqueta, lo que creaba la sensación de estar cayendo en un abismo cada vez que trataba de avanzai: Vértigo. La realidad le producía vértigo. EntróalafannaciayrecordóaMauricio,aquienlehubiera podido encargar cualquier cosa si no estuviera en un hospital. Pinche suerte, pensó, mientras recogía unas pilas para el control remoto de su televisión. El encargado de la farmacia lo miró atentamente. --i.Qué no lo conozco?-le preguntó. -No, no lo creo- contestó mientras le daba el dinero. -A usted lo vi en la tele-insistió el encargado--i.qué no canta? Ray tomó su cambio. -Todos salimos en la tele-- contestó, y emprendió el camino de regreso a su departamento.



Mauricio estaba que se lo llevaba la chingada y tan sólo llevaba unos minutos despierto. No había nada más aburrido que un hospital Tres días metido en una cama sin poder moverse era el infierno. Todavía le dolían los golpes. No soportaba mirar en un espejo su rostro salpicado de moretones. No se reconocía. Era como si un doble ocupara el lugar que le correspondía. Mauricio no sabía si algún día regresaría a la normalidad. No se atrevía a hablar de frente a nadie pues su boca apestaba a medicina Bajo el yeso de su brazo derecho podía sentir un millar de vellos crecer como un ejército de insectos. Las ganas de rascarse eran incontenibles, pero tenía que evitar lastimar más su costilla, pues también su tórax estaba vendado. Y todo por culpa de un pendejo sin sentido del humor. Pocas veces en su vida se había sentido tan humillado. Primero, la golpiza Mauricio no recordaba nada con claridad. Un golpe, y después, rezar para que todo acabara A menos quehubieraalguienaquienimpresionar,siemprehabíasido uncobarde.Después,lasenfenneras. El que trataran a su cuerpo

clínicamente, como un pedazo de carne, lo hacía el ser más infeliz del mundo. Siempre había imaginado que su cuerpo era objeto de deseo, lo había cuidado para que fuera agradable. Horas de gimnasio, bronceado, aunque fuera en la azotea de su edificio. Pero aquí, en el hospital, a nadie le importaba. Se sentía como un anciano inválido cada vez que trataba de bromear y coquetear con las enfermeras. No entendía. Era completamente inútil, lo bañaban, lo limpiaban y lo ayudaban a ir al baño, como a un bebé. Los quejidos del paciente que ocupaba la cama contigua -había llegado la tarde anterior- lo interrumpfan constantemente. El señor, cuarenta y tantos años, se la pasaba quejándose y no lo había dejado dormir. Una enfermera le contó que estaba mal del hígado y había hecho un gesto inequívoco, indicando en silencio que el problema era el alcohol. Mauricio estaba asustado. Se sentía frágil. Cualquier cosa lo podía romper. Cada vez que lograba conciliar el sueño, un grito de su vecino lo despertaba Eso era común en un hospital, los gritos en la noche, pero cuando provienen de la cama que está junto a la tuya, los sientes en carne propia Al principio había tratado de ayudarle, por lo menos preguntándole qué tenía, pero el tipo estaba más allá del bien y del mal, no contestaba, y ni siquiera registraba lo que ocurría a su alrededor. Lo tenían dopadísimo, y las drogas eliminaban la conciencia, pero no el dolor. Entre grito y grito, Mauricio había dormido con los ojos llenos de lágrimas. Los primeros días se había entretenido preguntando sobre las drogas que administraban doctores y enfermeras. Había apuntado dos o tres que le habían gustado y que podía conseguir en la farmacia Cada vez que llegaba un doctor a hacer sus rondas, se sentía traicionado, comosiestuvieraviendounaimagendeunfuturoquehabía elegido para símismo pero que se alejaba lentamente, como en una realidad alterna o alguna de esas pendejadas que leía en los comics. Un doctor entró a revisarlo, seguido por un cortejo de

...... 116 .... 117

varios estudiantes disfrazados con bata blanca. Se somojó inmediatamente. Había varias mujeres. A los hombres los envidiaba, con las mujeres se avergonzaba. Políticas sexuales en el papel de la víctima. Trató de hacer una broma pero la lengua tropezó dentro de su boca y emitió un ruido gutural, como un airimal enfermo. Trató de someír pero falló. Todos lo miraban, mientras el doctor empezaba a recitar una letanía de nombres y les explicaba, en lenguaje técnico, que al paciente se lo habían madreado bien gacho afuera del trabajo. Mauricio orinaba sangre, y por eso lo tenían en observación. Orinar sangre. Eso es lo que pensaban todas las doctoras que lo veían. Esa criatura patética, maloliente e incoherente, mea sangre. Mauricio cerró los ojos y esperó que todo pasara. fil doctor descubrió su cuerpo y pidió a una estudiante que lo revisara. Mauricio sintió las manos de la mujer en su vientre como si fueran las de una máquina. Le dolió y gritó. Ella se disculpó y siguió tentaleando. Para Mauricio era humillante, una mujer joven lo estaba tocando Yél, nada, ni siquiera la más :mí:rúma excitación. fil doctor dijo que si todo seguía bien, al día siguiente podría dejar el hospital Al sa!iJ; la doctora que lo había examinado le sonrió. Mauricio no pudo ni siquiera regresar la atención. Volteó a ver la otra cama del cuarto. Estaba vacía, recién hecha. Le preguntó al doctor quéhabía pasado con su vecino. El doctor le respondió que había muerto en la madrugada.

-· Andrea saltó al escuch
bautizaron los medios de comunicación, y se necesitaban chivos expiatorios. Wtld había demandado a Wiggytail había demandado a la agencia que consiguió a los perros había demandado al foro donde se habían realizado los comerciales habían demandado a la agencia de publicidad había demandado a WtldEnmediode las compañías, se tejía una intrincada telaraña de nombres propios, de aquellos que habían vivido en carne propia el "incidente" y que buscaban una compensación monetaria para su memoria, o para los gastos funerales. Andrea pidió la semana y nadie se la negó. El abogado de la agencia le dijo que no tenía nada de qué preocuparse y que en dos o tres meses esto tan sólo sería un trago amargo en su memoria. Su jefe le había dicho que lo mejor era tomarse la semana, pues Andrea parecía zombie, mirando un horizonte que se colapsaba contra las paredes llenas de posters en la agencia. Después de los policías, las interrogaciones, los noticieros que buscaban comentarios cada vez más sórdiaos y descriptivos y apuntaban el dedo a ciegas con la esperanza de encontrar un culpable, Andrea estaba sola, en su casa. lQuién tenía la culpa? Nadie, absolutamente nadie. Andrea se sentó junto a la puerta, esperando escuchar los pasos del repartidor. Se tardaba mucho. fil paso del tiempo la angustiaba. Todo pasaba o demasiado rápido o demasiado lento. filia envejecía apresuradamente, mientras su vida se perdía por absurdos caminos laterales que no la llevaban hacia ningún lado y que sólo la haáan perder el tiempo. Recordó un comercial que había escrito hace tiempo: llegaban a entregaruna pizza a una muchacha que se sentía triste y cuando abría la puerta encontraba a todos sus amigos, que le habían preparado una fiesta sorpresa. En una mesa, los tres puntos que formaban la bocina del teléfono parecían mirarla. Lo había descolgado desde hace varios días. No quería saber nada de Ray, Mauricio, Lucy y sus estúpidos dramas personales.

~~

··_¡

li ij

·.1

H

118

Escuchó unos pasos en el pasillo, primero tenues, creciendo en volumen conforme se acercaban a la puerta en la· que ella estaba recargada Su cuerpo empezó a temblar, estaba angustiada, y era estúpido. Andrea se sentía vaáa, como si su cuerpo fuera una escultura, una especie de piñata sin aguIDaldo. Llevaba tres días sin bañarse y sin molestarse siquiera por salir de la cama Alguien tocó la puerta y volvió a saltar. Preguntó quién tocaba y una voz femenina contestó: "su pizza". Delivery gir/s, pensó mientras abría una rendija de la puerta y se encontraba con su propio rostro y una sonrisa Por un momento, pensó que alguien se estaba burlando de ella La muchacha empujó la puerta. -Servicio a domicilio de primera calidad,- dijo Lucy mientras abría la caja de pizza Andrea tardó unos segundos en procesar la información. Siempre le pasaba lo mismo cuando se encontraba a su hermana sin previo aviso, su corazón titubeaba y se detenía, hasta que su cerebro conectaba las neuronas necesarias. Pelo largo, ropa estrafalaria, mismo rostro: Lucy. quien se sentó en la mesa, agarró un pedazo de pizza y se la empezó a comer. -Anchoas con ostiones,- le dijo, masticando, -está bien, aunque yo prefiero los ostiones Con piña -lQué haces aquí?- preguntó Andrea, todavía desconcertada, ----lcómo subiste? -Fácil, le pagué la pizza al chavo que la traía mientras tú abrías la puerta-contestó Lucy. todavía con la boca llena ---siéntate, o qué, lno vas a comer? Andrea tomó asiento, pensando que no debería sentirse apenada porque su hermana la encontrara en esas fachas. No le gustaba que la visitaran sin antes avisar. Tomó un pedazo de pizza y su estómago
-Bien-contestó secamente Andrea, hablando con la boca llena ----lYa estás mejor?- le dijo Lucy, sin voltear a verla ----lPor qué?- respondió Andrea, tratando de ocultar su nerviosismo. -No me digas que no pasó nada porque no sueles estar así, sin comunicarte con nadie y sin arreglarte, si no es que algo anda mal contigo. Además, vi lo del comercial en la TI/. Andreamiró a Lucy. mientras ella seguía comiendo. Esa era otra de sus características: siempre sabía lo que pasaba, y no había manera de evitarlo. ----lYbien? -Pues no sé, asustada, creo. ----lNo estás lastimada? -No. -Pues bueno, eso ya es ganancia. lQué harás? -Nada, calmarme, me dieronestasemanaenlaagencia, el lunes que entra regreso a trabajar. ----lQuieres? ----lQué? -Regresar a trabajar. -Sí. No. No sé, quiero que todo se calme un poco. Demasiadas coincidencias en mi vida -No existen las coincidencias-- respondió Lucy, con la boca llena -todo sucede por alguna razón. ----lYa vas a empezar? Las cosas pasan, no tienen por qué tener una razón, hay quien tiene mala suerte, hay quien tiene buena estrella, y punto. Quizás ése es el problema, tú crees que hay algo, que todo tiene un sentido secreto bajo las apariencias, yo creo que no, que no hay nada, no hay ningún sentido más que el que tú le das. -Perosisólohayapariencias,éseyaesunsentido,lno? -No sé y no me interesa. Pero me desespera, me desesperan todos, tú, Ray, Mauricio, los del trabajo, esperando en el estacionamiento de su vida, sin dirección, sin rumbo. -Todos estamos bien.

ll>ll> 120

__¡_y tú? lQué vas a hacer con tu vida? lVas a seguir en lo del inglés? ¿o vas a continuar con trabajos fantasma el

resto de tus días? Por lo menos yo estoy construyendo algo, estoy decidiendo cómo quiero que sea mi vida -Y no parece que te la estés pasando muy bien. -No mames, no me empieces a terapear, dices que yo no me la paso muy bien, ltúSIT -Me las arreglo. --{.Si? lPara qué? -Sabes que yo siempre he tenido problemas; pues bueno, me las arreglo para sobrevividos. Una carcajada estuvo a punto de salir de los labios de Andrea, pero se contuvo. --{.Y cómo? -Con fe. Andrea se ríe. --{.Fe en qué? -En que hay algo verdadero. -Ah, sí, lcomo qué? -Como que todo tiene una ra2Ón de ser, como que tienes que evitar que tu vida sea controlada por los miles de hombrecitos que tratan de decirte cómo debes vivir. Andrea se paró de su asiento. -Y en que tú eres la elegida, y que eres especial y todo eso. Te conozco Lucy, desde hace mucho tiempo te conozco. -No le des vueltas, Andrea, siempre has querido un alma alfombrada de pared aparee!, pero eso es imposible. -Carajo, ya deja de terapeanne---Andrea se puso de pie-me has seguido toda la vida, desde que se divorciaron mis papás te gustaba imitanne, eres como un espejo que siempre me ha mostrado lo detestable que soy; apenas quiero algo, tu también lo quieres, y cuando me veo en tu persona, me doy asco, me siento inútil, así que no vengas a decirme 10 que yo quiero. -No te preocupes porriú, preocúpate por tí- contestó Lucy, con los ojos rojos.

11>11>121

-Pinche Lucy, estás bien loca Andrea se mordió el labio en el momento en el que las palabras habían salido de su boca, pero ni siquiera el dolor fue capa2 de atenuar el silencio que se creó en el cuarto. Volteó a ver a Lucy, que estaba callada, a punto de llorar. -Lo siento, no quise decir-. Un chillido agudo y prolongado llenó la habitación. Lastimaba los oídos. Lucy se levantó, alannada Después, el chillido disminuyó lentamente. La voz de un anciano, acostumbrado a gritar en la calle toda una vida, entró por la ventana: -Tamaaales, calieeeentitooos. Lucy sonrió. --Qué curioso, este tipo pasa por mi casa también, reconocería esa voz donde fuera Cada vez que pasa, me asusto. -No lo creo-contestó Andrea,-aquí pasa a diario, y tu departamento está bien lejos. Andrea y Lucy se asomaron por la ventana No encontraron a ningún hombre de los tamales, sino a un niño, pedaleando en el carro-bicicleta donde llevaba su producto. - lDónde está el tipo que grita?- preguntó Lucy, a nadie en particular. Elniñoapretóunbotónjuntoalaudífono,ylagrabación continuó su letanía, con la voz de un hombre maduro: -Tamaaales, calieeeentitooos.

-· La escena es así: Dentro de la pupila de Ray, un cuadrado deforme.Adentro del cuadrado, la imagen de la televisión. En la imagen de la televisión, la cara de Ray. En la cara de Ray; sus pupilas. Dentro de las pupilas, un cuadrado deforme. Sobre su rostro, una voz. La policía, desconcertada, busca otras hipótesis con las cuales trabajar. Ninguna de las bandas de secuestradores co.noádas parece ser responsable del secuestro de

...... 122

Raymundo Domínguez. Los criminales no han ejerddo ningún ti~o de presión finandera sobre el padre de Raymundo, el empresano industrial Arturo Domínguez, por lo que también se duda de la extorsión como móvil del secuestro. Una gráfica aparece, sobre otra foto del rostro de Ray, que parece sonreírle al público con la esperanza de crear cierta simpatí~ ~l lm;:utor l~ lee. Las tres nuevas hipótesis con las que la polzaa esta traba¡and~ son: Uno. Una nueva banda de criminales. Dos. El secuestro es de mdole personal contra la persona de Arturo Domínguez, el padre de la víctima. Y tres. El secuestro es una venganza personal en contra del propio Raymundo Domínguez. El problema con las dos u?timas hipótesis es que, de comprobar su veraddad, es muy probable que nunca más se vuelva a ver con vida a Raymundo. En su nariz el olor dulzón de la mariguana. En su boca, el sabor ácido d~ la incertidumbre, que ha tratado de alejar con dulces que no han servido para nada En sus orejas, un zumbido constante, entremezclado con datos de su vida personal que los locutores no cesan de comentar. Sentada junto a él, Cindy. En su mano derecha, el control remoto. La mayor parte de los entrevistados nos han dado un retrato hablado de la personalidad de Raymundo Domínguez. Corte. Aparece el rostro de una muchacha que Ray no identifica. Empieza a hablar hacia la cámara Yo lo conoá h~ce mu~~o tiempo, era mi novio y era una persona con la que sepodza convzvrr. Corte. Aparece un tipo, Raymundo lo ;ecuerda vagame:ite. Yo trabajé con e1 durante mucho tiempo, eramos buenos a_mzgos, Raymundo era una persona agradable, pero como que szempre trataba de complacerte, como que siempre estaba tratando de agradar. Corte. , En su mano izquierda, nada, absolutamente nada, solo ausencia De dolor, de cualquier tipo de sensación. La mano está hinchada y las heridas provocadas por el cuchillo no han cicatrizado, pero nada, ni sangre ni linfa, escurre por ella De hecho, la mano no tiene movimiento, y descansa, como uii pedazo de carne muerta, sobre una caja de cartón, cubierta porunamanta. Ojosquenoven,corazón que no siente.

...... 123

Rayevita pensar en ella y mita fijamente el monitor, tratando también de ignorarlo, para llegar a un lugar mítico donde no haya nada, absolutamente nada. Corte. Una viejita. Era mi alumno, no era sobresaliente pero tampoco era mal muchacho, yo siempre le dije que debía esforzarse un poco más para conseguir lo que quería. Corte. Su madre, con un subtítulo que la certifica. De niño era bueno, amable y cariñoso, después, se volvió amargo y nos tenía olvidados. Corte. Su padre, letrero. Un buen muchacho, tratando de deddir lo que iba a hacer en su vida. Corte. Un compañero de escuela. Era chistoso, siempre tenía una ocurrenda, incapaz de lastimar a nadie, ojalá esté bien. Y los ojos en el monitor, con esa vaga atención que el medio exige, escuchando sin acabar de entender, mirando sin juzgar, recibiendo estíroulos que se pierden, la mayor parte de ellos, en algún rincón escondido del cerebro, una memoria invisible, un inconsciente sin cuerpo. De nuevo, imágenes de su infancia, seis, siete años, mala calidad de video. Raymundo se cae y sus padres se ríen. Raymundo sopla las velitas de un pastel de cumpleaños. Raymundo abraza a su mamá frente al mar. Raymundo vestido para ir a una fiesta. Raymundo se tapa la cara, evitando que lo graben. Raymundo comiendo. Raymundo durmiendo. Raymundo soñando sueños so1o realizables en imágenes, como cualquier posibilidad del futuro, un futuro promisorio truncado por la maldad humana. Corte. Animación del logotipo. Corte. Viva usted todos sus sueños en Villas del Refugio, a so?o unos minutos del Toreo, compruebe cómo sus fantasías se hacen realidad... Click. Raymundo cambia de canal, mientras toma un descanso de su propia vida Se levanta de la caja llamada "Alivio Instantáneo" y camina hacia la cocina, sin dejar de apretar el botón para cambiar frecuencias. Las palabras entrecortadas que salen de la TV no le dicen nada Abre el refrigerador y deja el control en la mesa Click.

...... 124

...... 125



Todo este asunto de la salud era completamente mental Si unosesientesano,estásano.lCuántashistoriasnohabíavisto en la 1V de tipos a los que los doctores les decían que nunca más podrían caminar, y que gracias a la fuerza de voluntad volvían a usar sus piernas como si nada? Mente sana en cuerpo sano. Mauricio estaba feliz. Aunque todavía le preocupaba un poco eso de tener que estar checando sus orines para ver si había sangre o no, las últimas tres veces quehabíaidoalbañotodohabíasidounamarillentoyturbio (los doctores decían que era por la medicina) torrente de meados. Nada que indicara sangrado interno. El doctor le había dicho que, si todo seguía así, lo iban a dar de alta en el transcurso de la mañana. Mauricio no podía esperar más. La madrugada en el hospital era tranquila. Un agradable silencio llenaba los rincones. Todo, la golpiza, las médicos, la muerte, parecían ser problemas lejanos, de otra persona. Mauricio se sentía sano, no, más que sano, Mauricio, con su batita de hospital, se sentía sexy, y tenía ganas de ejercer. Se paró de la cama y decidió dar una vuelta por el hospital esperando que alguna enfermera joven, bien parecida y aburrida porque no había enfermos gritando de dolor, estuviera dispuesta a pasar un buen rato cbn él Mauricio sentía que lo podía todo, que una sola mirada suya cautivaría a quien fuera. Se sentía como uno de esos pájaros que salen enelDiscoveryChanneLque con tan sólo mostrar sus plumas y caminar en cierta forma lograba seducir al pájaro del sexo contrario. Los pasillos estaban vacíos. Mauricio trataba de caminar en silencio, ya que despertar a los enfermos a estas horas de la noche era el equivalente a soltar una orquesta de quejidos, gritos y peticiones que no estaba de humor para aguantar. Un cuarto le llamó la atención. Un brillo escapaba por debajo de la puerta. Adentro, alguien discutía acaloradamente. Mauricio se acercó, para escuchar qué era lo que estaba

pasando. La tenue iluminación del pasillo del hospital le daba un tono macabro a cada uno de sus actos y Mauricio se sentía culpable, como si estuviera haciendo algo que no debería hacer, rompiendo algún tipo de ley informal de la privacidad Pegó su oreja contra la puerta, esperando entender la conversación. Ahora se escuchaba música. Se quedó en silencio, esperando algún otro dato que le permitiera tomar una decisión. Abrió la puerta. Una luz caprichosa bañó su cuerpo entero y proyectó su sombra a lo largo del pasillo. Mauricio se encontró frente a una televisión prendida. Escuchó un ruido en el pasillo, y entró a la habitación para no ser descubierto. En el monitor, un niño tocaba un espejo, y al hacerlo, parecía que tocaba la superfice de un lago y su mano creaba ondas concéntricas que aumentaban de diametro. En el cuarto, un enfermo estaba acostado en la cama. Mauricio, frente a la televisión, sólo podía observar su perfil El cuerpo del paciente, completamente inmóvil, estaba envuelto en vendas y amarrado por poleas y cuerdas que mantenían en el aire la pierna izquierda y el brazo derecho. Parecía que en cualquier momento iba a empezar a marchar, ascendiendo rumbo al cielo. Mauricio, silenciosamente, rodeó la cama. El enfermo tenía el cuerpo casi completamente vendado, y la cabeza se sostenía gracias a un cuello ortopédico. Lo más curioso de todo eran los ojos. Completamente abiertos, estaban fijados en la televisión, pero sin mirarla El efecto era desconcertante. Como los locutores de televisión, que tratan de ver la cámara que los está grabando mientras leen sus !fueas en el telepromptery su mirada queda desquiciada, sin tenerunpuntofijo,comolamiradadelalocura,sindirección alguna. Mauricio tragó saliva y se acercó al cuerpo inerme. Pasó sumanofrentealrostro.Nohuborespuesta,nisiquierareflejo. La mirada seguía concentrada en un monitor de 1V imaginario, que coincidía curiosamente con la televisión del

...... 126

...... 127

cuarto. No había ningún tipo de reacción. El paciente no cerraba los ojos, apenas parpadeaba En su mirada había una intensidad inhumana, una certeza de que, si por algún error cerraba sus ojos, se perdería de algo que era vital para su existencia Mauricio sintió asco. Volteó a ver la mano libre del enfermo yse encontró con un puño cerrado. El olor a medicina invadía su nariz y le provocaba nauseas. Estiró los dedos del enfermo y encontró, para su sorpresa, que las uñas estaban pintadas. Abajo de todas las vendas, escondido tras las poleas y elmedicamento, tras el traumayunosojos tan abiertos como las ventanas de una casa deshabitada, se encontraba el cuerpo de una mujer. La palabra mujer encendió una cadena de pensamientos en la cabeza de Mauricio y recordó por qué había salido de su cama en la madrugada. Pasó una mano por los senos de la mujer y no sintió nada. Miró las poleas y se sintió culpable. Además, fuera lo que fuera bajo esas vendas, no había nada que mereciera su deseo. Mauricio trató de cerrar los ojos de la enferma para darle un poco de descanso pero no lo logró. Los párpados se resistían. Salió del cuarto y regresó al suyo, tratando de imaginar qué le podía haber pasado a esa pobre mujer. Horas más tarde, logró conciliar el sueño. Soñó con su locutora preferida y se despertó sobresaltado. Los ojos de la locutora en su sueño eran idénticos a los ojos de la enferma con la que había estado. Minutos después, recordó que había visto en la televisión algo sobre un accidente cuando estaban filmando unos comerciales, algo sobre unos perros, un perfumeyunamodelo.No le dió importancia yvolvióacaer dormido.



Y tú, iquién eres? Lucyvolteó rápidamente. No encontró a nadie. Empezó a sudar frío. Todo estaba en riesgo cuando las voces le

hablaban:sutenenciaenelespaciotiempo,elcuerporentado en el que vivía. Se acercó a la televisión y comprobó que estuviera apagada Hizo lo mismo con el radio. La pregunta le recordó un anuncio, pero no podía situarlo. Fue hacia la ventana y se cercioró que no hubiera ningún espectacular haciéndole creer que estaba oyendo voces. lHas sido buena estos u'/timos d(as? Lucy saltó, tratando de localizar el origen de la voz. No mucho, pensó, no tan buena como puedb. Sintió humedad en su mejilla. Una lágrima había escapado de su ojo. Un movimiento bajo su cama, en el límite de su visión, la hizo saltar. Estaba aterrada, no podía moverse.Algo húmedo rozó su pierna Si eres mala con Andrea, eres mala contigo misma. Lucy se metió bajo las sábanas. Cubrió su rostro, con tal de no ver nada. Trató de enroscarse alrededor de su cuerpo para ofrecer la menor posibilidad de contacto. Sentía que algo se movía sobre la cama Las niñas buenas no se pelean con sus hermanas. Lucy trató de respirar hondo. Su corazón latía, una máquina fuera de ritmo. Tenía miedo que saliera de su cuerpo. My name is Lucy, my name is Lucy, repetía a manera de plegaria. Las niñas buenas no provocan divordos. ''Perdón, señora Ruiz, perdón', dijo en voz alta, tratando que el susurro callara la voz que le obligaba a pensar en cosas desagradables. Un tentáculo húmedo entró bajo las sábanas y rodeó su cintura Lucy no quería tocarlo. Empezó a llorar, como una niña de cuatro años que despierta para encontrar su peor pesadilla convertida en realidad Deberías ser como tu hermana. El tentáculo rodeó su cadera y empezó a bajar hacia la entrepierna. No puedo, trato, pero no puedo, pensaba L~cy. El quejido se confundía con la voz que le hablaba, afuera Es tu culpa y de nadie más. iquién eres para hacer esas cosas?

¡_,.

...... 128

...... 129

Lucy se destapó. Bajo las sábanas, la cama estaba tapizada por tentáculos que reptaban lentamente. Mis papás se divordaron por tu culpa. Erala voz deAndrea Noesderto,gritabaotra voz, dentro de Lucy, que ella misma no reconocía como propia Lucy no lo hizo, no lo hizo. iQuién es Lucy? Un escalofrío recorrió su cuerpo. Trató de alejarse de la cama La masa de tentáculos pareáa una orgía de serpientes, en la cual no se podía distinguir el principio del fin, la una de la otra Todas intentaban cubrir su cuerpo, entrar por su boca, por sus ojos, mientras, al acariciarla, provocaban un placer que ella no podía explicaL Lucy se paró frente al espejo. Tomó untrapoyborróelletreroquehabíapintadoconlápizlabial unos minutos antes. Volvió a escribirlo: My name is Lucy. iQuién eres? Borrar. Escribir. My name is Lucy. il'or qué eres? Borrar. Escribir. My náme is Lucy. Eres una niña. My nameis Lucy.Ma/a.BorraL MynameisLucy. iHassidobuena? Escribir. My name is Lucy. We quién es la culpa?Lucy. Borrar. Eres mala. Lucy es mala Escribir. iQuién eres?Borrar. Escribir. My name is Lucy. iQuién tiene la culpa? My name is Lucy. iQuién eres? My name is. iQuién? Lucy. Mala. Lucy. Borrar. iEres?



Todo el cuarto: azul Andrea, en la ventana, sentada, con las piernas recogidas sobre su pecho. Afuera, llueve. Las gotas caen sobre el cristal y obedecen la ley de gravedad sin ni siquiera conocerla, trazando sombras que se mezclan con los surcos de las lágrimas en el rostro de Andrea Las piernas desnudas no sienten el frío contacto con el vidrio. En ellas se refleja el mapa de la luz proyectada sobre las gotas, que continúan su inexorable descenso. Dar y recibir. Algo fallaba Andrea lloraba al no poder comprenderlo. Algo en esa ecuación era tan injusto como la muerte. Necesitar y querer. Querer y desear: Las lfueas que

dividen las ideas son tan erráticas como la:>gotas que dibujan la incertidumbre de su caída en el cristal del vidrio. Todo azul. Causa y efecto. Andrea observa sus piernas. Todos los poros se alzan, inconscientemente, en respuesta a un frío que Andrea no siente. Reflejo y voluntad Su rostro brilla con la intensidad del azul. Sus ojos; pupilas dilatadas, deciden imitar al cristal. Una lluvia lenta y amarga moja el rostro de Andrea En esa ventana, sentada, con las piernas recogidas, al borde de un. precipicio imaginario, Andrea trata de hacer un recuento de su vida Los sueños más comunes de los hombres son los que más trabajo cuesta realizar. La publicidad se repite y repite, eterna, ante la impotencia humana. Un esposo inteligente y bien parecido que la q,uiera, la admire. Un sueño. Hijos, creciendo felices. Otro. Exito en el trabajo, un buen sueldo, tranquilidad económica. Mientras más dinero gana Andrea, más gastos tiene. Momentos de felicidad LA qué horas? lCuándo? Recuerda un anuncio: iqué es un ser humano sin un sueño ?Todo parece tan lejano, tan distante. La soledad no le queda bien a Andrea, no combina con su ropa, con su corte de pelo, con su ritmo al caminar. Andrea se siente mutilada. Como si algo le hubiera sido robado, como si la vida le hubiera arrebatado un pedazo de ella misma y la hubiera aventado, tropezándose, a correr tratando de alcanzar algo que no es más que la triste ilusión de una noche de insomnio, mientras la lluvia de fondo toca quedamente la ventana, pidiendo que la dejen entrar. Ancfrea abraza sus piernas. No entiende cómo alguien se puede sentir tan pequeño y no desaparecer. No le quedan muchas opciones. En algún momento tendrá que recoger los pocos pedazos que quedan de su vida y seguir caminando con ellos. La lluvia inunda la calle. Andrea observa el agua correr sin sentido. En la ventana, encuentra su reflejo, grabado en unintensoazul.Acariciaconlayemadesusdedoslaimagen que se forma en el cristal Intenta quitar las lágrimas del

...... 130

reflejo, pero algo no funciona. Andrea se observa llorar y recuerda haber visto esta escena tantas veces, en tantas películas, en tantas fotografías y comerciales, en tantos lugares. La película más triste siempre llegaba a su final Los comerciales no duran más de treinta segundos. Siempre se puede voltear la página de una fotografía. En la televisión, alguien estaría a punto de entrar por la puerta de su departamento para hacer su vida más llevadera. Pero su tristeza era como la lluvia de esa tarde. Continua. Al parecei; nunca terminaría. Su intensidad no lograba inundar las calles, pero sí la tenacidad, que lograba desbordar cualquier presa, emocional o física, arrasando con todo a su paso. Andrea tenía la mirada perdida en un punto imaginario. Sus ojos no enfocaban el piso. Su mirada no se encontraba sobre algo tangible. Miraba fantasmas, de substancia tan inasequible como los sueños, sombras que no se encuentran ni dentro ni fuera de ella, cuyo domicilio era ningún lugar en particular. No sentía sus piernas, ni sus brazos. Algo en ella estaba entumido. Esta tristeza de baja intensidad la había insensibilizado. No sólo sus extremidades, no sólo la capacidad de movimiento sino la posibilidad de elegir úna dirección. Andrea suspiró, ahogándose, en un intento ·de atrapar oxígeno interrumpido por sollozos. Algo perdía conciencia en su cuerpo. Se le olvidaba respirar. Afuera, la lluvia continuaba su caída. Adentro, Andrea, abrazando sus piernas. Un llanto en silencio hacía compañía a su incapacidad de entender, mientras miraba un punto · inexistente en las coordenadas del espacio. Adentro, la televisión, bañando todo en luz azul, como el intento fallido de una metáfora para mostrar que en ese canal no había nada, absolutamente nada.



Ray despierta y arrastra su cabeza sobre las saoanas. La fina pátina de polvo raspa su rostro y decide que, un día de

estos, tendrá que hacer la limpieza Sale del cuarto. Recuerda en silencio a Mauricio y su alta del hospital; le agradece, también en silencio, que se robara la señal de cable de los vecinos. Ray se sienta sobre una caja que ya lleva la marca de su peso y, siguiendo al pie de la letra su ritual matutino, prende la televisión. Un talk show. Bien. Los talk shows siempre muestran lo mejor del ser humano. Mujeres a quienes sus esposos engañan con sus propias hermanas. Ja. Esa es buena. Los puerto riqueños y los negros son los mejores, los güeros white trashsiempre pendejos. Ray prefiere programas de lesbianas. Como dice Howard Stem: las lesbianas significan ratings. Nadie está a punto de llorar, nadie está a punto de golpear a nadie. Los calcetines siempre tratan de escapar, dice Seinfield, cada vez que van a la lavandería Cambio. Mauricio Garcés y Pelayo. Perfecto. Mauricio Garcés casi llora porque no tiene dinero, Pelayo lo acompaña Parecen una pareja de hom~ sexuales. lSe daban cuenta en aquella época? Es como la tumba de Eric el Rojo, un misterio casi imposible de descifrar, Comercial de Milenio. Comercial de futbol Comercial de detergente. Comercial de automóviles. Uninfomercialde una crema para adelgazar. Otro de un jabón para que salga pelo. Un programa cultural donde tres tipos hablan sobre la literatura que se hace en las cárceles. Todos parecen haber tenido una vida bastante difícil. Ray api.inta sus nombres sobre una caja para pedirle a Mauricio que compre sus libros; Cambio. Una receta, omelette de huevos. Hambre, decide Ray; tengo hambre. Se para Trata de encontrar substitutos para todos los ingredientes que muestran en la pantalla Busca unsarténnomuysucio.Lolimpiaconlamanoyempiezala detallada peparación del platillo. Picar la cebollaAcitronarla Picar perejil. Batir huevos. Los malditos lo tienen todo preparado. El platillo les sale más rápido. Cuando Rayva tres pasos atrás de la receta decide que no importa Cambia de canal Improvisa su propia receta Un lento documental El mundo de Cristina. Wyeth. Ray llora por Cristina y por la

...... 132

cebolla. No puede utilizar su mano izquierda más que para sostener lo que necesite. A veces despierta en la noche pensando que su mano izquierda se está pudriendo y percibe un tenue olor fétido que prefiere ignorar. Una noche se puso aftershave en la mano con tal de no oler la lenta descom.posición. Cada quien escoge la pistola con la que se suicida Ray no quiere pensar en el secuestro, quiere experiencias, experiencias nuevas, se desespera con la pintura de Cristina Cambia de canal Una pareja se besa apasionadamente. Dios, son las once de la mañana, esto no es programación para niños. Está seguro que no se van a quitar la ropa Con todo y ella se están poniendo un muy buen faje. Ray no quiere ni acordarse cuando fue la última vez que tuvo sexo con una mujer que no fuera su mano derecha Decide masturbarse pero recuerda que tiene las manos llenas de alimentos porque está haciéndo su desayuno. Deshecha la idea enaras del buen gusto. Echa los huevos al sartén, después de haber picado champiñones, tocino y jamón. Cambio de canal. Un documental sobre cómo construyen casas ecológicas en Alemania Un comercial sobre tarjetas de crédito. Ray piensa en llamar a la policía para dar cuenta de su situación con tal de poder utilizar de nuevo su tarjeta de crédito y comprar todas las cosas que se le antojan. Lo olvida tan pronto cambia de canal. MTV. Animación sobre un dictador. Ray se siente triste triste tan triste que no puede evitar llorar un poco. Un video de unos negros hip-hoperos. Ray empieza a ~over las piernas. Pinches negros son buenísimos para eso del ritmo. Cambio de canal. Una telenovela gringa. Una chava está tratando de seducir a un chavo que quién sabe quién sea pero tiene cara del bueno de la telenovela. Parece que no va a poderresistirseperosufinamorallosacaadelante.Raygrita, abucheando al tipo por ser tan pinchemente puto y quedarse con las ganas. Cambia el canal. Animación japonesa que no había visto antes. Hipnosis instantánea Un kaleidoscopio de colores acompaña los golpes de alguien que invoca un poder místico para lanzar miles de cuchillos por el cielo

...... 133

rumbo a su adversario, quien a su vez lanza unos tentáculos que parecen tallos de rosa con todo y espinas. Comerciales que anuncian unos carritos que no tienen madre. Ray muere por salir a la juguetería más cercana y comprarlos. Recuerda que tiene algo en el sartén. Huele a quemado. Pinche omelette. Lo saca Lo prueba Se quema Cambia de canal. Encuentra su rostro y un locutor explicando la historia de su vida Dice que Ray era un buen tipo. El ya no quiere ser bueno. Ahora menos. lDe qué sirve ser bueno si no crees en dios? Beakman al rescate, electrocutado. Regresa a su cajasillón. Con la boca llena de omelette besa a Cindy. Le susurra cosas al oído. Se da cuenta que pusieron el video de una canción romántica Por eso le entró lo amoroso. Un juego de rugby. Pinche juego. Nunca le ha entendido pero le gusta ver cómo hacen un círculo alrededor de la pelota Se abrazan. Empujan. Cambia de canal. Se siente tan triste como el perro del comercial que extraña a su amo. Se siente lleno de vida como la chava. del comercial de café. Se siente tan apuesto como uno de los tipos del comercial de perfuines y tan abandonado como la chava de una telenovela Tan inteligente como el comentarista de un canal cultural. Tan apasionado como el narrador de un partido de futbol Tan confundido como un tipo que tiene una mancha borrosa sobre la cara para que nadie lo reconozca porque es un adicto a quién sabe cuántas drogas. Tan feliz como Dorothy en El Mago de Oz. Tan despiadado como Hannibal Lecter en El Silencio de los Inocentes. Se da cuenta que su mano está haciendo garabatos. Las cajas están llenas de pequeños recados sobre los horarios de televisión. Graffittti casero. Decide ponermanos a la obra y hacerlo en serio. Recuerda unas pinturas de agua junto a unos pinceles. Empieza a bajar cajas desesperadamente. Las abre. Las tira, tapando el camino a la cocina Nuevas rutas se abren ante sus ojos. Encuentra recuerdos de su pasado. Un regalo de aquí Un regalo de allá Speedy Gonzalez cruza la frontera entrando en la boca de Silvestre. Sale por su cola, revéntando un agujero. 1'oma el

~~135

~~134

queso y lo regresa a su país de origen. Un portaplumas que le regaló una tía Nunca lo ha usado (iquién chingados necesita un portaphimas?). Abre más cajas. Encuentra ropa que había olvidado. La saca para luego no olvidar llevarla al cuarto. Se asoma por la ventana al quitar una caja que obstruía su vista Ahí estí el espectacular, mal pegado. Pero uno nuevo. El mensaje es críptico y casi esotérico: POVRE LESION ASE ALA PO DENTRO. Por un instante siente que el mesaje va dirigido a él. Intenta traducirlo. En la televisión anuncian un concierto unplugged de Los Tres. Apunta sobre otra caja Apunta también la traducción del espectacular: pobre lesión hace ala por dentro. Se pregunta sobre el significado de una frase tan tonta y con tantas faltas de ortografía lPor qué no pueden pegar bien el anuncio? Encaramado sobre las cajas Ray olvida para qué escaló hasta arriba Un comercial le ofrece la lectura correcta del espectacular: La pasión se lleva por dentro. Ropa interior. Mal chiste. En la tele platican sobre la vida de Modigliani Le enseñan cómo maquillarse. Le dan consejos para que las rayas de los pantalones siempre queden derechitas. Le dicen cómo es el clima en Francia Aparece un tipo gritando "idónde está la salida! idónde está la salida!" Ray voltea hacia atrás y se ríe al darse cuenta que las cajas han bloqueado la puerta del departamento. Una caja dice "llegamos hasta donde tú quieras". Ahí están los pinceles y las pinturas que buscaba. Corre a sacarlas, no sin antes derramar una furtiva lágrima por una muchacha que acaba de perder a sus hermanos en una telenovela Encuentra las pinturas. Empieza a decorar las cajas con los colores más vivos que encuentra Amarillo junto a verde junto a rojo. Patrones geométricos. Un documental sobre modas. Guerreros africanos pintando sus rostros antes de una batalla. A Ray le gustan los diseños. Los copia sobre las cajas. Se aleja un poco. Parece promociona! de Entertainment Television. Pone ese canal. Tuliette Lewis está perdidamente enamorada de Brad Pitt Pamela Lee Anderson está harta de la fama. Averigua qué se puso quién en la última entrega de

los Emmy's. Todo se acelera. fungle en Mtv. Ray sigue decorando sus cajas. Trescientos beats por minuto. Nada parece capaz de detenerlo. Avienta la pintura sobre las cajaS. Embarrasurostro.Porunsegundoolvidaquiénes.Quédicen en la televisión que es. Se siente tan a gusto tan cómodo que no quiere que el momento pase nunca Sus dfüujos sobre las cajas parecen obras maestras. Laberintos que brotan con la rapidez de una sopa instantánea. Cajas que nunca antes había visto. Su vida es más que lo que.dicen en la televisión. Se siente caer. Caer. En un abismo donde todo es emoción. Sinrazón. Las paredes están llenas de colores brillantes. Sabe ·que al caerse podráreinventarsinimportar lo que digan sus amigos. Su padres. Su trabajo. Su mundo. Se ríe de todos los comerciales. Agradece al paraíso de las emociones de 30 segundos por enseñarle una salida En ese momento se va la luz. Todo se resuelve en crepúsculo. Semioscuridad. Las cajas bloquean gran parte de las ventanas. No hay ruido alguno en el departamento. Sólo se puede escuchar. su intensa respiración. Ray camina hacia su caja preferida, se sienta sobre ella y prende un cigarro: Había sido una mañana intensa



Cliclc. MoE: Creo que fue un error haber venido aquí. LARRY: iCállate! (golpea a Moe) Cada ves que crees algo quedas en ridículo.



Mauricio se para frente al espejo del cuarto que renta y siente ganas de llorar. Su imagen es una patética imitación del cuerpo de un hombre. El hospital le afectó más de lo que esperaba Para empezar, está flaquísimo. Ni siquiera quiere pensar en su brazo cuando le quiten el yeso. Si el resto de su cuerpo está así, el brazo parecerá un popote que algún niño

~~

~~137

136

africano tiene como extremidad. Ejercicio y alimentación balanceada. El color de su piel es enfermizo. Pálido, amarillo, como un pergamino que, con sólo tocarlo, se derrumbará en millones de partículas de polvo. Necesitará asolearse, aunque sea en la azotea. El olor, insoportable, antinatural, entra en su nariz como un gas venenoso. Olor a medicina. Sabor a enfermedad. Comprar Listerine, Astringosol y usar mucho, mucho perfume, pero antes hacer pruebas, porque a veces la combinación resulta peor que el olor original. Los músculos son la sombra de lo que solían ser. Cuelgan patéticamente de sus huesos, sin ningún tono. Ejercicio. Además, y eso es lo peor de todo, su raquítico cue_rpo no esconde los excesos de grasa. En su cintura, puede ver las lonjas. Sus cachetes cuelgan con desidia alrededor de su marcada mandfbula. Dieta, y más ejercicio. Mauricio decide descansar el resto de la tarde. Lucy no había podido pasar por él al hospital, así que tuvo que tomar un taxi. Todavía se sentía débil yun poco mareado.El doctor le dijo que se tomara todo con calma y todavía tenía tres días de descanso antes de regresar a trabajar, lo que le daba tiempo suficiente para ordenar su vida y tratar de ligarse (aunque con su actual aspecto no tenía la menor idea de cómo) asu vecina. Siempre servía la compasión, así que tendría que contarle sobre la artera golpiza que le habían propinado tres, no, cinco tipos al salir del trabajo. Sí, decididamente. La compasión es un afrodisiaco. Mauricio se tiró en la cama. Vió unos libros en una caja que hacía las veces de buró. Se encontró con un tabique: Diccionario de Especialidades Farmacéuticas. Alguna vez lo había traído de la farmacia para checar unas medicinas. Con toda la seriedad de un doctor, Mauricio empezó a revisar la legalidad de ciertos medicamentos y sus efectos adversos. Decidió que los corticosteroides no le funcionarían, tenían demasiadas contraindicaciones y al parecer, eran extremadamente adictivos. Después, buscando, llegó a su especialidad: hormonas. La consulta fue rápida. En el peor

de los casos, la medicina podría producirle priapismo, pero esa era una condición a laque Mauricio estaba acostumbrado. Pues bien, así se ahorraría todo el esfi,¡erzo del ejercicio y la dieta. Además, aumentaría su virilidad, que andaba últimamente con tan bajos ratings. Mauricio tomó una chamarra y salió de su casa con dos nombres en la cabeza. Primobolan, anabólico, y Stenox, andrógeno. Estaba seguro que había visto ambos nombres en algún anaquel de la farmacia. Iba a pasar a saludar y, si se daba la oportunidad, se robaría las medicinas. Mauricio, aunque todavía se sentía débil, caminaba con la seguridad que sólo las promesas de la ciencia moderna pueden darle a un hombre.

-· Close-up del tipo, cara poco amigable. Sucio y desesperado, uno de esos sujetos detestables que te puedes encontrar en cualquier lugar. El casting es uno de los aciertos del comercial En· cámara lenta, puedes ver cómo su boca forma la palabra "estúpida" sin que la traicione sonido alguno. El detalle le gusta a Andrea. -Regrésalo más, quiero verlo todo--le dice al operador. El monitor se llena de rayas horizontales que bailan sobre las imágenes. Andrea se da cuenta que está sonriendo. Después de todo, no fue tan malo que le llamaran del trabajo rogándole que que terminara el comercial. Por lo menos se estaba entreteniendo. -Corre-dice el operador. Una chava, vestida con el atuendo normal de oficinista pero sin que por eso pierda su femineidad, va en su carro, tranquila. Un claxon la asusta. Mira porelretrovisoryve, en el carro de atrás, al tipo desagradable, manoteando y haciendo gestosinsultantesconlamano.Al parecer, le está diciendo que se quite, y le muestra el reloj, como si tuviera mucha prisa. Toma general, el tráfico está insoportable. El tipo se asoma por la ventana y le grita:

...... 138

-Apúrate, no seas bruta, mamacita, que no ves que tengo prisa Los coches empiezan a avanzar. La chava se pone nerviosa Se le apaga el carro. Oose-up, mordiéndose las uñas con el colmillo derecho. El sonido del claxon inunda el cuarto de edición. El tipo trata de rebasarla, metiéndosele a otros carros. Por la maniobra, le da un pequeño golpe al carro de la chava Nerviosa, ella no se atreve a decir nada El tipo pasa junto a ella y le dice "estúpida", sin audio. ---lQué sigue?- pregunta el operador. El tipo, en cámara lenta, vuelve a insultar a la chava y queda congelado en el monitor, con.los ojos desorbitados y un poco de saliva congelada, flotando en el aire. Inserto: la chava, mirando enfrente, empieza a enojarse. No puede prender el carro. -El tipo se le mete, la toma está en el otro cassette--dice Andrea En el trabajo, todos se habían mostrado muy considerados con ella No había faltado el pendejo que le dijera "yo te consuelo, mi reina", pero hasta eso había sido halagadoi:Siemprelehabíagustadoserelcentrodeatención. El tipo mete el carro en frente de la chava Otra toma El día se va como agua Los carros avanzan. Al tipo se le para el carro. Andrea se disculpa para ir al baño. Sabe que tiene que pensar. La agencia acaba de ganar una campaña para una nueva marca de vitaminas y le va a tocar a ella hacer la creatividad Para variar, todo tiene el sello de urgente. Sentada en el baño.recuerda una frase: miles de hombreciws. Ytodos sus problemas quedan resueltos. Animación: una persona formada por miles de hombrecitos conel cuerpo pintado de los colores institucionales de la vitamina Perfecto. Es cosa, simplemente, de trabajarlo. Andrea sale del baño como una mujer realizada Todo lo puede. Que le traigan más trabajo. Ella es el equivalente publicitario de Superniña.

...... 139

Cuando regresa a la sala de edición, le muestran el comercial, ya tenninado. Al tipo se le para el carro frente al de la chava e imposibilita cualquiermovimiento. Los carros avanzan. Ella logra prender su coche. El no. Hace una cara burlona de "ya te fregaste" y se ríe de ella La chava, molesta, se echa un poquito para atrás (aAndreá le fascina cómo muerde su labio mientras lo hace). Lo mira, entrecierra los ojos y pisa el acelerador. Toma de reacción: el tipo, asustadísimo, trata de salir del automóvil. En una toma aérea, el carro de la chava se incrusta en el otro. Ambos se bajan. El va mentando madres, asustado. lElla? Ella va sonriendo. Saca su celular y le dice: -No te preocupes, ahorita llamo al seguro. La que ríe ahora es ella Logo y slogan: Seguros Asemex. Para tu tranquilidad Andrea, feliz, sale rumbo a la agencia Tiene que ver un casting de look-alikes. Tiene que contarle a alguien lo de las vitaminas.



LucysesueñaenunabatablancaHayunaluzasualrededor, un aura que la cubre y la rodea y se proyecta hacia afuera Apenas puede ver, cegada por el brillo de su propia luminosidad Sombras de hombres y mujeres tratan de tocarla Ella, asu vez, pone su mano sobre ellos y losvuelveseresdepura luz. Todos tratan de acercarse y ella se asusta, pues las manos de algunos parecen convertirse en protuberancias que intentan envolverla Los seres deformes la voltean a ver, y a destiempo, repiten la misma frase: "Tú eres_.", pero el griterío impidequeLucypuedaescucharelfinaldelaoracióILCorre, dejando una estela de luz tras ella Todos los seres, miles de hombrecitos, recogen la luz y la embarran en sus cuerpos. Lucy se encierra en un cuarto, y todavía, a lo lejos, puede escuchar "tú eres.., tú eres...". En el cuarto, pequeño, hay un espejo. Trata de ver su reflejo, pero la luz se lo impide. Se acerca

.... 140

.... 141

más. No hay nada, su rostro no tiene facciones, no tiene órganos. Lucy se pregunta, en sueños, cómo es que puede observar que no tiene rostro sin sus ojos. Por abajo de la puerta, entran los tentáculos, abrazan sus tobillos. El resplandor disminuye. Lucy se siente feliz, sus facciones se hacen más claras. El espejo se llena con el recuerdo de un rostro. Lucy no lo puede distinguir y núra, inquietada, la plana superficie reflejante. Uno de los tentáculos hace algo raro en su pie y Lucy se desinfla, justo cuando está a punto de distinguirse en el espejo. El brillo desaparece por completo. Lucy duerme.



Si hasta tu aliento tiene manchas... Un tipo se acerca a una chava y abre la boca, dispuesto a hablar.Deellasale,enanimación,unvientoqueladespeina. La chava hace cara de asco y se aleja. Colgate Fresh prroiene la antipatía bucal Ella parece coquetear con alguien, se acomoda el pelo de un lado a otro. Aparece el chavo, sonriendo, feliz. Zoom in haciasusdientes,quebrillandelimpiosyreflejanlaimagen de la chava, que se está peinando con el reflejo. Aparece el logo en blanco y negro. Colgate, un refrescante tsunami de limpieza. Una ola verde esmeralda, otra vez animada, pasa por el logo y lo deja brillante, en sus colores naturales.



Elviajealafarmaciaresultósertodounéxito.Porunrnomento dejaron solo a Mauricio y pudo agarrar las medicinas que necesitaba. Tenía tantas ganas de probarlas que no esperó mucho. Se compró una botella de agua y. a la mitad de la calle, se tomó una pastilla de Primobolan y otra de Stenox sin pensarlo dos veces. Inmediatamente, se sintió mejor. Alguna vez había oído sobre una crema, Instant Tan o algo

así, que servía para bronceados instantáneos. Tenía tiempo y dinero. Decidió pasar a un centro comercial a buscarla.



¿ysi~ vo~ '.A.54 sin más preámbulos, sin avisarle a nadie. Ray se paro y dio su espalda ¡¡ la televisión. Se encontró frente a la telaraña de su pasado, guardado en cajas multicolores. La memoria convertida en paisaje. Sus pinturas pareóan ahora graffittis amateurs. Si vas a desaparecer, lqué te llevas de tu pasado? Una caja le indicaba la única dirección posible: Este lado hacia arriba. Ray se rascó la cabeza con el control remoto de la televisión.



El carro de Andrea se detiene sin dar más explicación que un lastimero quejido. Por el retrovisor, puede ver al tipo que va a~ ~e ella mentarle la madre y decirle varias cosas que rungun censor que se respete a sí mismo permitiría pasar en la televisión. Andrea se sonroja y trata de prender el carro. Nada, un chillido ahogado, como si el movimiento de la llave hubiera atrapado a un gato entre las multiples bandas que coexisten bajo el cofre. El tipo intenta rebasarla y le da un pequeño golpe. Al pasar junto a ella, la vuelve a insultar. Andrea voltea hacia otro lado, ignorándolo. El tipo se clava . de~te de ella y su motor se apaga, como por arte de magia, al rmsmo tiempo que el carro de Andrea prende. Ahora, el tipo bloquea su camino. Andrea recuerda que tiene seguro. Mete reversa y sehace unos cuantos metro para atrás. Cambia a drive. Pisa el acelerador. El carro del tipo arranca. Avanza. Andrea cierra los ojos y siente un fuerte golpe que sacude su cuerpo. Cuando los abre, se encuentra conque chocó contra otro carro, uno que no tenía nada que ver, mientras el tipo que la hizo enojar se aleja lentamente. Andrea imagina que seguramente va cantando una canción estúpida.

...... ,

11-11-142

Todo el cuerpo de Andrea protesta cuando sale del carro, pero ella le hace caso omiso. Sabe cuáles son sus siguientes líneas. Una profesibnal de su talla entiende que el show, siempre, debe continuar.



Se despierta sin abrir los ojos. Algo le dice que esto ya pasó antes. Un sentimiento de familiaridad prende una alarma · en su cabeza Decide no abrir los ojos y esperar que lo que está pasando, fuese lo que fuese, desaparezca. Pero el sueño no llega, y la espera se hace insoportable. Abre los ojos y no reconoce el lugar. Una vez más, como en innumerables ocasiones, la angustia inunda cada poro de su pieL ahogando el ruido de su cuerpo, hasta llenarla completamente y derramarse en forma de lágrimas a través de sus ojos. iQuién soy? La pregunta ronda como ave de carroña sobre sus pensamientos. Sus ojos recorren el cuerpo, desconociéndolo al principio pero encontrando indicadores de sexo, edad, constitución. El primer esfuerzo es siempre el peor. Ordena al cuerpo un movimiento. Siempre hay una nube de incertidumbre enla fracción de segundo en que los músculos deciden obedecer. Eso le da algo de confianza Confianza en que por lo menos hay un pedazo de carne conectada, de alguna extraña manera, a una cadena de pensamientos. Mujer, pues, y las lágrimas humedecen un rostro que no siente nada Un quejido la hace consciente de su voz, y escucharla por primera vez es aterrador. Un sonido ajeno, extraño, sin dueño establecido. Un sonido externo, un sonido interno, un sollozo que titubea entre los dos extremos de la idea de voluntad. Se levanta. Mide la longitud de las piernas, su estabilidad. Se para y pone a prueba su identidad. No reconoce el cuarto, pero atrás, en algún rincón de sus recuerdos, el aroma de lo familiar se acerca ominosamente. Camina hacia el espejo y hay un cosquilleo casi agradable, la esperanza de

que el espejo tenga algo que decir sobre la identidad, lL promesa del reconocimiento, la certeza de una imagen que llene todos los vacíos que aparecen como abismo ante cada paso con el que avanza En el espejo, un rostro. Lo ajeno se vuelve propio: la sorpresa de encontrar gestos que le pertenecen, como escuchar la propia voz grabada por primera vez, como la evidencia de la fotografía en un mundo sin espejos. Su cara aparece manchada de tonos rojizos, como si alguien hubiera embarrado una capa de color que ensombrece la claridad del reflejo. Sobre el rostro, una leyenda, pintada en lápiz labial, una palabra que sirve como el conjurp mediante el cual un charlatán promete la cura: My name is Cindy. .



Anc!rea pasó rápidamente a la agencia Estaba tan entusiasmada con el comercial de las vitaminas que no podía esperar más. i.El choque? Pues bueno, el seguro lo arreglaría. Anc!rea decidió contarle la idea, que ya había desarollado casi completamente, al director creativo. El jefe -estaba hablando por teléfono-- le indicó con la mano que no tardaría mucho. Anclr.ea se sentó. Empezó a mover las piernas, impaciente. Por fin, su jefe colgó. -Anc!rea, iqué gusto verte por aquí! lcómo quedó la edición? ~No te preocupes--- respondió Anc!rea con la certeza necesaria para que su jefe olvidara el asunto. -Te tengo una sorpresa, ya está resuelta la creatividad de las vitaminas. -lAsí. de rápido? lPorqué no lo trabajas más y lo vemos manana7.. -Espérate- contestó Andrea, sonriendo coquetamente (había aprendido a hacerlo tiempo antes)-mejor te lo platico y me dices qué piensas. Está unChavo, guapo, apuesto, fuerte. El teléfono suena y contesta inmediatamente. Estaba esperando la llamada. Un amigo le dice que

...... ,44 la chava ya llegó, o que el trabajo es suyo o cualquier cosa, pero el chiste es que tiene que ir inmediatamente. Cuando intenta pararse, en su rostro podemos ver un intenso dolor. Vuelve a sentarse. Hacemos un extreme close-up a su cuerpo y lo encontramos todo deslavado, casi en blanco y negro. Y aquí viene lo curioso: su cuerpo está formado por miles de hombrecitos entrelazados, como si fueran sus músculos. Todos ellos se ven cansados, agotados, desmotivados. -lNo es un poco asqueroso?-preguntó el jefe. - No, ése es el chiste, necesitamosuncoreógrafo de ballet o danza moderna para que esté lo más estilizado posible; Bueno, te sigo diciendo, algunos de los hombrecitos están bostezando, tratan de moverse y no pueden. Cortamos al chavo, con su rostro de angustia y el mismo tratamiento de imagen que los músculos de su cuerpo: borroso, gastado. Tiene que llegar, la chava o el trabajo lo esperan, pero su cuerponoresponde.Encuentraunacajadevitaminasytoma la dosis necesaria La escena empieza a adquirir color otra vez. Corte a los hombrecitos. Poco a poco, se llenan de color. Llevan una malla, no sé, algo así como un body suit con los colores de las vitaminas. Todos sonríen y se estiran, como niños hiperactivos. La cosa es que resulte gracioso. Brincotean hasta que, entre saltos y empujones, todos empiezan a roo-verse. Te digo, necesitamos un coreógrafo para que todo esto se vea realmente chingón. -Suena complicado-dijo el jefe, tocando su barbilla conlamano. -Y por lo mismo, si lo cuidamos, puede quedar muy bien. Al final, el movimiento de los hombrecitos hace que el chavo se pare de un salto y salga corriendo. lpidieron un treinta,no?Nosdatiempopararegresaryverloconlachava, bailando o algo así, incluso para el punchline con uno de los hombrecitos. -lTienes slogan?-preguntó el jefe. -"Para que tu cuerpo no te quite el control"respondió Andrea, sonriendo.

...... ,45

-No sé, creo que hay que trabajarlo más-- contestó el jefe -la idea no es muy original pero puede servimos. Andrea tragó saliva Estaba molesta La idea era buena y servía, pero este mamón se estaba haciendo del rogar. -Ok,la voy a trabajar más- respondió, mientras salía de la oficina



¿ysi la ta/Lucy me estáengañando?pensaba la recién bautizada Cindy mientras salía de su casa Desconfiaba por naturaleza, y sin embargo, emplear el nombre de Cindy era un acto de fe de proporciones casi religiosas. Al comparar su letra con la de la mujer que escribió el letrero en el espejo la similitud era contundente. Lo había escrito la misma persona. La pasión se lleva por dentro, decía un comercial. ¿Y el nombre?, pensaba Lucy. ldónde se lleva el nombre?Al ver un letrero que anunciaba tatuajes, pensó por un momento tatuarse su nombre, Cindy, en la frente. Así se ahorraría el problema de escribirlo en el espejo. Un carnicero, en su tienda, cargaba un enorme pedazo de carne y lo ponía sobre el mostrador. En la esquina, un anuncio lo explicaba todo: Empacamos carne y no tenemosfecha de caduddad. Mostraba un pedazo crudo de carne, envuelto en plástico. Sobre la envoltura, un letrero decía: Furor. No cualquier marca. Esa marca Como cualquier nombre. lCómo reconoces un pedazo de carne? Por la pasión que lleva dentro. Por su nombre. Alguien pasó y le dió un folleto: iQuéfaturo quiere para sus hijos? y ella ríe, demasiado preocupada por un presente que se le escapa de las manos como para preocuparse por un futuro que cada vez parece más lejano. iQuéalternativas tienen? Una voz, en su cabeza, responde que la alternativa es la pasión. No reconoce quién habla, si la tal Lucy que trata de engañarla o Cindy, o algo más que vive dentro de ella y que lucha por conseguir un nombre que le dé forma y sentido. Golpe en el pie. Tropieza. Mientras cae, puede ver el mundo en cámara lenta, las nubes, la gente, un letrero que les

¡,,;,:

...... 146

dice "Alto" a los carros sin la menor consideración a las interpretaciones y, finalmente, el suelo. En la periferia de su visión, un tentáculo regresa rápidamente, serpeando, hacia la carnicería. Llora. Un chavo se acerca para tratar de ayudarla. Alza la vista. Las manos que pretenden ayudarla se convierten en tentáculos. Se arrastra hacia atrás, llorando. Grita. !!.a gente que pasa la mira de reojo y se aleja En la acera de enfrente, un señor vestido de traje y con una sonrisa amable le dice: Su confianza tiene recompensas pero se queda ahí parado, mirando el infinito. Es un anuncio, insiste la voz en su cabeza. S' pero de todos modos habla. Habla a gritos, en letras grandes, no en susurros, como el círculo de curiosos que se forma a su alrededor, dejando suficiente distancia como para estar a salvo de la enfermedad llamada Cindy, o Lucy, del contagioso pedazo de carne que tiene una credencial que dice un nombre y un espejo que. dice otro y que no puede recordar donde está arriba, donde está abajo. Que voltea y escucha (o lee): todos tus sueños hechos realidad y decide caminar hacia allá, pues al fin y al cabo parece ser una dirección que vale la pena A su espalda, los murmullos son ininteligibles. Recuerda que alguien se lo dijo antes: estás loca. Una lágrima recorre el rostro de alguien (lde quién?) y no recuerda si fue una película una telenovela una revista un anuncio u otra persona que lo dijo despectivamente. Ysi además, no puede asegurar a quién se lo dijo, si a Lucy o a Cindy. y si Lucy está tratando de que Cindy cargue con toda la culpa, y si Cindy está loca porno hacerle caso a Lucyy si una decisión inteligente lo dice un señór que parece saber quién es, lcómo puede ella tomar una? Una decisión, por supuesto. Un adolescente con walkman's le ofrece un papeL Ella lo mira, sin poder decidir qué hacer. El chavo lleva un botón que dice "VIVE: di no a las drogas" sobre una camiseta que dice "One tequila, two tequila, three tequila, floor" junto a una caricatura hasta la madre de alcohol Hay un chiste ahí, pero no lo puede entender. Quizás tiene que ver con que los

...... 147

dibujos no se emborrachan. Le avienta el papeL Un flyer. Un volador. Un volante. lQuién maneja? Ella !olee: el pecado es sano, nutritivo y delidoso. Se asusta. El adolescente no parecía satánico. El restaurante tampoco. Una medicina que me cura, hay una medicina que me cura, el remedio de todos tus males, el primero en darun nombre se queda con la ganancia, y a lo lejos, afuera o adentro, no importa, aparece la imagen de una farmacia y una ruta para llegar a ella Llegar a ella, sin sujeto, como en inglés, como el plural en condicional, caminar hacia ella Ella, lquién? La protecdón más efectiva, Gillete Satín cuida de ti, y no puede evitar reírse. Una navaja que cuida de ti. Quizás ya estén vendiendo artículos para suicidas. Como quieres ser hoy. No puede decidir. si se trata de una respuesta o de una pregunta. Yo soy como esa mayonesa, se ríe mientras camina, ligera y sabrosa. Un coche pasa a su lado, alguien canta: mentira todo es mentira la verdad. Las palabras se tropiezan. Una farmacia la acerca a su paso. Ella es Cindy, Cindy es ella. lQuién? La gente mira a Cindy. La Cindy mira a gente. La vida te vuelve aZest Zest te vuelve ala vida. Se pone, mientras ríe un pie delante del otro. Un hijo la dice, mientras le evita a su madre que no la mire. Lucy traga locura, mientras le teme a la saliva



Frente al espejo, Mauricio permanece absorto ante su propia imagen, casi irreconocible. Había aumentado la dosis de las pastas que se había recetado para su bienestar físico y los resultados eran, Mauricio no tenía problemas con la modestia, espectaculares. Hasta la loción había funcionado de maravilla. El cuerpo en el espejo no parecía suyo. Nadie podría imaginarse que acababa de salir de una semana en el hospital. Parecía que había pasado una semana en un gimnasio en la playa El bronceado era parejo, no había un so1o rastro de la palidez que lo aquejaba. Era un cuerpo sano, un contrato con un sol artificial cuyos términos excluían la

~~149

~~148

aparición del cáncer al eliminar lo~ rayos ultravioletas(~ ?ºr lo menos eso decía la parte de atras del frasco de la locron). Había más vello en su cuerpo. Seguramente las pastillas estaban haciendo efecto. Mauricio tenía más barba, Ypor más que se rasuraba en la mañana, una mancha rodeaba su manchbula por las tardes. No le molestaba, muchas mujeres lo consideraban se:xy. Mauricio sabía cuándo debía detener su tratamiento: antes de tener que rasurarse el pecho. Ese era un buen límite. Había visitado el gimnasio, sus extremidades ya eran simétricas, ya no parecían miembros de distintas personas ensamblados en un mismo ruerpo. La forma, masa y volumen de los músculos empezaba a aumentar. Mauricio lo podía notar. Ni en tres meses de ejercicio hubiera podido conseguir lo que sus ojos observaban en el espejo. Era adictivo. Mauricio llevaba examinando su cuerpo durante más de media hora, como si pudiera, gracias a la observación minuciosa, registrar la transformación, observar el momento enque los vellos crecían, en que la masa muscular aumentaba de peso, el instante mismo en el que su ~iel_ se oscurecía gracias a la magia de Instant Tan y la qUllillca farmacéutica. Su cuerpo se derretía y transformaba en algo mejor. La alquimia había funcionado. El cuerpo de Mauricio era un artefacto nuevo, y el dueño se sentía realmente orgulloso de su más reciente adquisición.



El pendejo no sabe lo que se está perdiendo, piensa Aiidrea mientras trata de escoger un jamón que sea bueno pero que esté en oferta. La idea es buena, si a él no le jimciona, pues que acepte que es un inútil Una señora, vestida en bl~co imp:cable y con un gorro de plástico en la cabeza, gnta un numero mayor al que está impreso en el pequeño papel que ~drea tiene en su mano. El ticket asegura que las ofertas de la tienda no tienen igual.

Tengo que sentarme a escribir el guión, mientras determina cuantos yoghurts necesitaría las próximas semanas. En el peor de los casos, se lo podía enseñar a otro director creativo y pedir su opinión. Frente a la panadería, voltea hacia otro lado para evitar tentaciones. Toma su provisión quincenal de Clights. Lo que necesita es, pan integral, decirle a su dupla que visualice del proyecto, mayonesa light, ligera y sabrosa. Como yo, pensó. Sonríe y camina por el pasillo. Toma una lata de ostiones aliumados para una de esas largas noches, es más, podía pensar en postproducir en Nueva York, arroz, tiene que aprender a hacer sushi, tiene que checar los reels, pasta integral, de los directores de video para ver quién podía dirigir el comercial También tengo que oi:ganizarmi vida. Una alegre música llega a sus oídos, se me olvidó la gelatina dietética, hablar conRay a ver como está, es más, lporqué no me ha hablado él?, Danone, porque quizás no le importo, ly si lo visito? lvoy a comprar helado? Creo que lo merezco. Aiidrea da la vuelta. En el pasillo, seis porristas corren y bailan, en perfecta sincronía, mientras la música sube de_ volumen. Un coro femenino canta una canción donde la palabra "oferta" rima con "perfecta", "deseado" con "regalado". Aiidrea está de buen humor. Se lleva la mano a la boca cuando las mujeres pasan junto a ella. Con la gracia natural de quien lleva danzando varios años, una de ellas toma los kleenex que Andrea siempre compra. Con un pase de su mano, disminuye el precio marcado. Aiidrea voltea a ver el lugar donde imagina que está la cámara y dice, casi gritando: ----iEs impresionante! Ofrece su mejor sonrisa y sigue su camino empujando ek¡uritotraslasbailarinasquedanvueltasdecarroyquebajan el precio de los productos que después Aiidrea va tomando. A su paso todo se vuelve más agradable, más real Los logos y los empaques de los productos brillan y reflejan su rostro, los slogans adquieren un sentido completo, cada uno es ingenioso y promete secretos que todavía no se pueden

ll>ll> 150

11>11>151

entender. El piso es un espejo. Todos los que están a su alrededor parecen de lo más sano y comparten con Andrea una alegría ilimitada Las frutas y verduras podrían ganar premios internacionales. Las sonrisas revelan el uso de las mejores pastas de dientes. Andrea levanta los brazosy da un salto de alegría mientras la música sube de volumen y acaba con un contundente acorde. -iCorte!- grita el director. Andrea pasa a las cajas para pagar.

-· Raysueña Alguien apaga un cigarro en su brazo. Recuerda. Los secuestradores fuman Boots. Sin saber porqué, Ray se siente insultado. Está en un lugar que no conoce. Algo le parece familiar. Todos los muebles son idénticos a los que tenía en su cuarto ... Click. ...cuando era niño. Se despierta, asustado. Somnoliento, busca a sus padres. La televisión está prendida Su vacilante luz ilumina todo caprichosamente Se acerca. Lleva el control remoto en la mano. Sus papás gritan y el no se atreve a entrar... Click ...porque ahí dentro están los secuestradores. Se detiene afuera. LPorqué trae pantuflas? Escucha unas voces: .. Click ... que le tratan de dar consejos sobre su vida Reconoce el peculiar timbre de voz de Andrea Ray se puede observar a sí mismo, amarrado junto a Cindy, quien llora y gime y no deja de ... Click. -gritarle en su cara que eso es lo que se merece por ser tan flojo, que su secuestro es un

castigo divino. Mauricio cierra la cajuela donde se encuentra Ray. Todo es oscuridad. Escucha el encendido del motor... Click ...que suena afuera de su cuarto. Se asoma a la ventana para observar quién se está robando el automóvil Alguien acercó el espectacular, tapa por completo la ventana No lo deja ver nada En el anuncio, pegado correctamente, hay una modélo. Ray la reconoce, es... . Click. ...Lucy, tan loca como siempre. Le guiña el ojo y baila dentro del anuncio, una rutina erótica de artes marciales, puede matar a un hombre con un sólo golpe... Click. ...como el que siente Ray en la cabeza Cuando abre los ojos encuentra a sus padres. Le dicen que no tiene de qué preocuparse mientras lo golpean insistentemente... Click. ...frente a los compañeros de su nuevotrabajo.Raysesientaenunescritorioquesabesuyo.El problema es que no recuerda por qué lo. contrataron. Todos los que están sentados a su alrededor susurran, sin voltear a verlo, "qué lástima, esperábamos tanto de ti"... Click. ... Ray voltea a ver su cuerpo. Olvidó ponerse pantalones. Llegó en calzones al kinder. No sabe qué decir pues espera que sus papás junten el dinero para pagar a los secuestradores. O por lo menos que regresen por él. Mauricio,Andrea y Lucy, niños, deciden que las buenas intenciones no son suficiente. Sacan unas tijeras para cortar la otra mano, la que todavía sirve a Ray... Click ...para apretar el botón que dice "channel" en el control remoto. La pantalla se inunda

.... 153

.... 152

Hoy la familia Domínguez recibió un ultimatum. Si lo secuestradores no reciben el rescate en menos de 24 horas, prometen asesinar a Raymundo Domínguez, que ya ha pasado más de dos meses en manos de estos criminales. La policía sigue sin pistas definitivas que seguir, y la situación de los Domínguez es cada vez más difícil SEÑoRADOMÍNGUFZ(llorando):Elproblemaesquenohemos podido juntar el dinero, y van a matar a mi hijo (pausa, la señora solloza; respira profandamente, sigue hablando) Pedimos apoyo a todos los que estén escuchando, a todos los seres humanos que compartan nuestro pesar. Tenemos sólo 24 horas para rescatar a mi hijo, cualquier ayuda que nos puedan dar es invaluable. Información o ayuda económica, no importa (En la pantalla, un reloj empieza la cuenta regresiva, marca menos de 2 r horas; aparece el número de una cuenta de banco).

-Claro que sí. Impresionante también- continúa Mauricio, ---<.qué haces por aqUI? -Necesito medicina-dice, casi susurrando, Cindy. -Claro que sí, tus deseos son mis órdenes--contesta Mauricio. -Lo que acabas de ver es un milagro de la medicina moderna -Yo necesito algo igual- contesta Lucy, mientras busca el papel donde tiene apuntado el nombre de la medicina Se lo da a Mauricio. ---<.Carbolit? ltraesreceta? La mirada de Cindy atraviesa a Mauricio. -No te preocupes, al rato falsifico una- Mauricio desaparece. Lucy espera una eternidad a que regrese. -Aquí está, casi nadie la pide--- Mauricio se la da-y bien, dime qué opinas. -Que no entiendo-contesta Cindy. -Claro que no entiendes---la interrumpe Mauricioése es exactamente el chiste, que el cambio simplemente no se puede entender.

-Lucy, lcómo estás?-le dice Mauricio. Ella voltea a su alrededor, descifrando silaLucy a laque se refiere es ella -Bien-dice, nerviosa. Mauricio (¿cómo es que recuerda el nombre de otros más no e/suyo?) la abraza, se para enfrente de ella, extiendelos brazos y le dice: ---<.Cómo me veo? -Necesito medicina-le dice Cindy que duda ser Lucy. -No te hagas, apuesto a que estás sorprendida, dime, lqué te parece?-insiste Mauricio. -Desconcertante---diceLucyquepiensaserCindy,sin saber a ciencia cierta exactamente a qué está aplicando el adjetivo.

Ray abre los ojos. El sol entra por las cortinas y quema sus retinas. Al moverse, todo su cuerpo protesta No hay músculo que no chille: piezas de metal sin lubricante que facilite su interacción. Se siente como si le hubieran puesto una golpiza. Alza la mirada. El cuello parece destomillarse y se queja con una voz aguda Las sábanas están manchadas de sangre. Respira profundamente. Su tráquea parece no tener capacidad para tal cantidad de aire. Tose. Más sangre, mezclada con la desesperación de unos pulmones que luchan por aspirar el oxígeno incapaz de llegar a tiempo a la cita. Ray prefiere acostarse otra vez para ordenar sus recuerdos de la noche anterior. Se pregunta si vale la pena ordenar cualquier cosa. Permanece inmóvil para no

La escena es asf







••1ss • • 154

interumpir a su cuerpo, que parece pulsar por voluntad propia. No puede ver clararoente. Lagañas. Se limpia. El primer contacto lo hace gritar. El ojo está hinchado. Protesta al menor roce. Ray se pregunta si no debería pararse frente a un espejo para ver qué fue lo que pasó durante la noche. Prende un cigarro. Trata de tranquilizarse diciéndose que muy probablemente se quedó dormido con el cigarro prendido. Quizás una pesadilla lo tiró de la cama. Las hipótesis no explican las quemaduras en el pecho y la entrepierna Cada vez que acerca el cigarro a su boca, una parte de su cuerpo protesta. El humo del cigarro sube hacia el techo en espirales caprichosas. Ray se entretiene en verlo girar sobre su propio eje. Al ascender, el humo detiene la luz y pierde consistencia, se hace más tenue. Translúcido hasta que es imposible verlo, la certeza de que ahí está no desaparece. El cigarro se consume más rápidamente de lo esperado. Ray se queda inmóvil, evitando cualquier tipo de dolor. El cigarro se apaga en su mano derecha, la única que todavía puede utilizar. Al observarla, se da cuenta que no sólo sirvió como cenicero la noche anterior; parece también haber sido utilizada como escalón: la huella de una bota, escrita en polvo, como única evidencia. Ray se incorpora aunque todos los músculos_ de su cuerpo le piden a gritos que no lo haga. Trata de hacerlo rápidaroente: dolor más intenso, pero de menor duración. Los hematomas manchan diversas partes de su anatomía. En algunos lugares, la sangre, que al parecer escurría, intenta coagularse en riachuelos semisólidos que marcan el territorio pálido y descompuesto de su cuerpo. Hay un tenue color azulado en su piel y se pregunta si el efecto nocivo de la televisión puede lograr tal cosa. El espejo le da respuestas aún más extrañas. Un moretón en el ojo derecho. Su labio izquierdo parece haber perdido la voluntad de mantener cualquier semblante de dignidad y cae, como si tuviera flojera y fuese incapaz de sostener su

propio peso. Todo su cuerpo tiembla y se con~~ona, co1!1"o la imitación hollywoodense de un ataque epileptico. Decide ir a la sala. Como es costumbre, busca el control remoto. Lo encuentra fácilmente. Duda antes de prender la rv. Sabe qué es lo que van a decir los noticieros. No q~er~ escu:1:'11" su propia voz en las bocinas del aparato electnco, prdiendc clemencia Se asoma por la ventana El espectacular que siempre lo saluda está, extrañaroente, vacío.



Mauricio se siente fuerte. Su cuerpo comprueba tal suposición. No solamente fuerte, se siente masculino, como si su cuerpo no fuera capaz de contener toda la fuerza, todo el vigor que siente correr por cada centúnetro cuadra~o de su piel. Había checando el diccionario farmacéutlc.o _Y comprobó otra cosa: lo del priapismo es verdad. Mauncro siente tantas ganas de coger que a veces, incluso, le duele. La masturbación no es suficiente. Necesita más. Camina por la calle, buscando algo qué hacer. No encuentra nada Recuerda a su vecina, a la que siempre le ha traído ganas pero con la que, hasta ahora, no ha tenido el menor contacto. Se para enfrente del edificio. Las ventanas están oscuras, lo que parece indicar que el departaroento está vacío. Se recarga en un poste. Espera, sin saber qué. . . Unos minutos más tarde la vecina se acerca Mauncro siempre se ha sentido torpe al acercarse a cualquier mujer, pero ahora siente que, por una razón u otra, lo puede todo. Se acerca a ella con un audaz "buenas tardes", esperando que su encanto artificial cumpla con el resto. La muchacha lo mira con desprecio y sigue caminando, sin contestarle. Mauricio se le acerca. -LCómo estás?-le dice, y no puede evitar asomarse en el escote de su blusa. Al alzar la vista, la muchacha mueve la cabeza, en señal de desaprobación. Entra al edificio. Mauricio va tras ella.

~~

~~157

156

-Te quería invitar a tomar algo-intenta de nuevo. Siente un bulto en sus pantalones y hace un movimiento extraño para tratar de acomodar su pene. La muchacha lo mira, desconfiada --i.Por qué chingados te cuesta tanto trabajo entender que no me interesa nada contigo? Mauricio sonríe. No sabe qué hacer. La chava vuelve a menear la cabeza y sube las escaleras con mayor velocidad. Saca las llaves para abrir el departamento. Mauricio la torna del brazo y la jala Sus cuerpos se tocan. La realidad se derrite. -Déjame invitarte algo-insiste. LamuchachaledaungolpeconsumanolibreyMauricio queda alú parado, con la mejilla palpitando, sin saber, una vez más, cómo reaccionar. Ella abre y entra rápidamente. Mauricio, parado frente a la puerta, puede escuchar una multitud de seguros y candados hacer c/ick al cerrarse. Mauricio baja las escaleras y se queda frente al edificio. El dolor entre sus piernas se vuelve insoportable. Torna una piedra y la avienta. El vidrio de la ventana estalla en pedazos y Mauricio corre, alejándose lo más rápido que puede.



SPACE GHosr (entrevistando a Gilligan): lNo crees que Hamlet sería más divertido si estuviera atrapado en una isla desierta (voltea a ver al público). Mírenme, estoy discutiendo Shakespeare con Gilligan.



La televisión grita insultos que Ray no entiende. Aunque la está mirando, hay algo que simplemente no llega asu cabeza. Los noticieros, al hablar de su vida, muestran un pequeño reloj digital que marca una cuenta regresiva para indicar el momento en el que los secuestradores prometieron matarlo. Los golpes de la noche anterior todavía lo molestan, pero ésa es la menor de sus preocupaciones. Su madre se humilla

en la televisión nacional por unos cuantos pesos que sabe que su padre tiene, pero que por alguna razón no quiere desembolsar. Ray siente algo en su brazo y cierra los ojos, esperando que los golpes o las quemaduras aparezcan de nuevo, como por generación espontánea, en distintas partes de su anatomía. Aunque siente un cosquilleo, no siente dolor. Abre los ojos yobse:va. Un mosquito introduce su aguja orgánica en la ep1demus de Ray. El primer impulso es matarlo de un golpe. Prefiere esperar y observar. El mosquito inyecta su s_aliva para prevenir que la sangre coagule y así pueda fluir libremente, claro, si la proboscis del aninial logró hacer una pequeña alberca de sangre al romper el tejido de su brazo. Información cortesía del Discovery Channel . Ray se queda inmóvil, observando cómo el pequeño msecto roba su sangre. Una bomba de la naturaleza extrae ellíquidovitaldesubrazo.SiRaynosehubieradadocuenta, todo sucedería sin la más mínima molestia hasta que la comezón y la hinchazón le hicieran percatarse del crimen cometido unos minutos antes. Ahí estaba el anímal tan tranquilo, un junkieenreversa, tomando donde nadie le daba. Ray dudaba en matarlo. El proceso era fascinante, todo pulsabaenunsilenciotalquepodíaescucharcomolasangre abandonaba su cuerpo y llenaba el del mosquito. El insecto empezóainflarse.Laescenaerasagrada.Raynopodíaevitar rendir tributo. Una idea cruzó su mente. Alguna vez lo había escuchado y siempre había querido saber si era verdad. Con una lentitud casi imposible, aguantando el aliento y esperando lo mejor, Ray acercó lateralmente sumano derecha al brazo. Había ciertas direcciones en las que el mosquito, si el movinúento era lo suficientemente lento, no lo percibiría, dato proporcionado, una vez más, por cortesía de los canales cultu;ales. Los dedos tocaron el brazo y se abrieron, colocandose a los lados del mosquito. Ray les ordenó estirar

~~

~~159

158

la piel, alejándola del insecto. La mecánica era simple: si la piel se tensaba, la probaseis del mosquito quedaba atrapada y las bombas que succionaban la sangre seguirían haciendo su trabajo. Todo salió a la perfección. El mosquito aleteaba, tratando de alejarse. Pero estaba atrapado. Su apetito sería su destrucción. Ray observaba, fascinado. El mosquito creció y creció. Parecía una caricatura. Este pasa por fumar tanta mariguana, pensó Ray. Unos instantes más tarde, el mosquito estalló, salpicando de sangre el brazo y los dedos de Ray.

-· Andrea nó lo podía creer. No sabía si llorar, gritar, o golpear a su jefe. El someía tranquilamente, como si lo que había pasado fuera normal y la única opción de Andrea era aceptarlo, como tomar una medicina que sabe a mierda porque los doctores juran que te curará. · La historia era simple. Dos noticias, le había dicho su jefe. La buena y la mala. La buena era que les había platicado el comercial a los directores creativos de la agencia en Nueva York y la idea les había fascinado. La mala era que habían decidido producirla sin la ayuda del equipo creativo donde se había originado la idea. -En pocas palabras,- dijo Andrea, -entre tú y ellos ya se robaron mi idea -No completamente- respondió su jefe, -van a quitartodalahistoriadelchavoysevanaquedarconlaparte visual. Van a usar al mejor equipo de animación que encuentren para que la producción quede tal como la idea lo merece, estaban muy entusiasmados. ---lYpor qué no voy a dirigirlo?-pregontó Andrea -Porque tienes cuatro ODT's en tu escritorio, todas urgentes-- contestó sin mirarla --Que las haga otra persona, apóyame, por favor, es mi idea- dijo Andrea, tratando de controlar sus lágrimas.

El jefe empezó a reír. Andrea contuvo el deseo de golpearlo. ---lTu idea?-pregontó su jefe, tratando de calmar su risa-lDe cuándo acá las ideas tienen dueño? Tú mejor que nadie debería saberlo, Andrea -Pero es que no es justo. -Ese comercial no es ni tuyo ni mío, es de la agericiarespondió el jefe, mientras caminaba hacia ella. -Loquepiensasnoestuyo,Andrea-ledijomirándola fijamente -la idea surgió mientras estabas bajo contrato, la idea tenía dueño en el momento en el que me la comunicaste, no, desde que la pensaste y ese dueño no está en este cuarto, es más, ni siquiera es una persona: es una empresa Revisa tu contrato, Andrea, tómalo con madurez. No eres ni la primera ni la última a la que esto le ocurre. La tomó de los hombros y la guió hasta su asiento. -No te amargues la vida,- le dijo al oído -hay que aprender a rodar con los golpes. Yse alejó. Andrea estaba llorando. Cerró la puerta de su oficina. Tomó el teléfono y marcó a Nueva York. Habló por lo menos con diez personas. Nadie se hizo responsable.



Mauricio se encontró un callejón lleno de graffitti al pasar la puerta, abierta como siempre, del departamento de Ray. Las cajas habían cambiado una vez más su distribución. Muchas ya estaban vacías. Sobre ellas, uno podía encontrar los objetos más extraños: ropa, juguetes, papeles, instrumentos de cocina, compactos, videos, plumas, plumeros, floreros. Todo era color. El olor a pintura fresca impregnaba el emarecido aire. Las cajas tapaban el acceso al departamento. No había posibilidad de entrarni de salir. Mauricio se dirigió hacia donde recordaba que Ray había puesto la televisión (se podía escuchare! murmullo; destellos azulados explotaban contra el techo). Movió algonas cajas para poder

...... 160

pasar y poco a poco el laberinto se resolvió a símismo.Parecía que alguien había entrado a robai:: Frente a la televisión, de espaldas, estaba Ray. Ray volteó para ver quién había llegada. La sorpresa fue mutua. --'lQué te pasó?- dijeron ambos al mismo tiempo. Ray se puso de pie y, por un extraño instante, sintió que sus personalidades habían intercambiado cuerpo. Por un lado, Mauricio estaba sorprendido al ver el rostro golpeado de Ray, mientras que este último se preguntaba cómo era que el otro tenía tan buen aspecto después de su estadía en el hospital. Se rodearon y, una vez más al mismo tiempo, respondieron sus preguntas. -Milagros de la ciencia moderna- contestó Mauricio. -Milagros de la tecnologíamoderna-respondióRay. Se rieron y Ray regresó a su asiento. Mauricio buscó algún espacio entre las cajas y se sentó. · ---<-Cómo te sientes?- preguntó Ray. - Bíen, muy bien: Me siento como me veo. Y me veo bien- Mauricio se rió. - LDe dónde chingados sacaste esa bronceada?preguntó RaY. - Instant Tan, disponible en tu tienda de departamentos más cercana-contestó Mauricio. -Y a ti, Lquién te madreó? -No sé- contestó Ray, evitando la mirada de Mau' ricio- así amanecí un día -No mames, Lotra vez? Lya te revisó un doctor? -No, y no me interesa que me vea uno- respondió tajante Ray. -Pero no te puedes quedar así siempre, algo raro está pasando. -Es como si el presente se hiciera infinito,-respondió Ray-extraño cómo me sentía hace cinco minutos _¿y cómo va tu vida entre comerciales? -preguntó Mauricio.

...... 161

-Igual que siempre, parece que los secuestradores ya me van a matar- Ray seguía evitando la mirada de Mauricio. -LY todavía no te decides a hacer nada? ---<-Qué puedo hacer? Estoy tratando de entender que ésa no es mi vida Además, si tienen a otro tipo que no soy yo y revelo que no estoy secuestrado, ese tipo está muerto; mis papás no van a pagar el rescate por un hijo de nadie, carajo, si todavía no pagan el mío. Mauricio asintió con la cabeza -LY qué has hecho? -Matar el tiempo, lCÓmo te fue en el hospital? -De la chingada, pero luego te cuento. Una mujer gritó el nombre de Ray. Mauricio se asomó por la ventana. Andrea. Cuando salió del departamento para abrirle, se encontró a Lucy, completamente empapada, sentada fuera de la puerta de Ray. Mauricio le dijo que pasara Como un zombie en una película de bajo presupuesto, Lucy entró al departamento.



Andrea no podía cerrar el paraguas, y prometió compraruno más caro para evitarinconvenientes. Siempre pasaba penas por ese tipo de cosas. Por suerte, no había nadie en la calle gracias al aguacero que se había soltado. Una silueta se asomó por la ventana del departamento de Ray. Andrea decidió esperar antes de gritar dos veces. No quería estar sola en su casa Había decidido visitar a Ray. Cuando vio a Mauricio bajar las escaleras, estuvo a punto de regresar a su departamento. Sin embargo, esperó a · que abriera y lo saludó, sonriendo. _¿y tu paraguas?-preguntó Mauricio. -No cierra- contestó secamente Andrea -lo voy a dejar aquí, sólo espero que no se lo roben. - Si yo me lo encontrara ahí- contestó Mauricio--segurito me lo robaba

)1>)1>163

.... 162

-No lo dudo, no lo dudo- contestó Andrea mientras subían las escaleras.



Cindy se quedó, escurriendo, unos pasos atrás de Ray; quien no había notado su presencia Tenía miedo de sentarse y que las cajas se cayeran. Ray seguía viendo la televisión. Cindy vio cómo hurgaba su nariz y se limpiaba las manos en el pantalón. Estaba nerviosa, no sabía exactamente por qué. Recordaba a una mujer, qill2ás era Lucy, sentada junto a Ray; viendo la televisión. Se sentía incómoda Suspiró y Rayvolteó, sorprendido. -Me asustaste, pinche Lucy. Cindy volteó a su alrededor. Lucy debía andar por ahí. Tenía miedo de verla. Si había asustado a Ray, también la podía asustar a ella. -Pareces un fantasma- le dijo Ray. Cindy se asustó aún más. Lucy asustaba y pareáa un fantasma. lSería algo así como posesión? Ray abrazó a CindyLucy y la llevó al lugar que él había ocupado. La ayudó a sentarse ahí -lQué te pasó? Estás empapada. lQuieres algo de· tomar?-preguntó Ray. Ella asintió con la cabeza Era un buen momento para su medicina

-· Andrea abrazó a Ray cuando entró al departamento y casi le hizo derramar el trago de refresco que le llevaba a Lucy. Andrea tenía ganas de soltarse a llorar por lo del comercial, pero la presencia de Mauricio se lo impidió. El pendejo no tardaría en hacer una broma de mal gusto y todo se iría al caño. Quizás era mejor. Así tendría la excusa perfecta para golpear a alguien. Miró el rostro de Rayy vió los golpes. - Dios mío, Ray, lqué te pasó?

- Me caí de hocico desde arriba de unas cajas, tratando de acomodarlas. Ray mintió, y le pidió a Mauricio, con la mirada, que le siguiera el juego. Pasaron hasta el lugar de reunión, frente a la televisión. Andrea y Lucy se saludaron fríamente. Las cosas no iban muy bien desde su última reunión. Todos se acomodaron en silencio, formando un semicírculo alrededor de la TV. En la pantalla, un gato correteaba su propia cola Alguien dij o un chiste. Veinte risas grabadas explotaron al mismo tiempo. Todos se unieron al coro, incluyendo a Lucy. Ninguno había registrado la broma. El ambiente era incómodo. -Ray, lya hablaste con tus papás?-Andrea rompió el silencio. Ray meneó la cabeza, mientras Mauricio se reía Iban a repetir la plática que él había tenido con Ray, pero además, Andrea lo iba a regañar. -Pues deberías,- siguió ella -lo que estás haciendo es muy infantil Mauricio no pudo contener la risa -Para qué le habla a sus padres si ya te tiene a ti Andrea trató de matarlo con su mirada, pero fracasó. Lucy; mientras tanto, esquivaba las miradas de los demás, encogida de hombros.



El rostro de Andrea era un espectáculo desconcertante. Cada vez que hablaba, seis pequeñas bocas aparecían en su rostro y continuaban la conversación. Lucy se esforzaba para escuchar lo que deáan, leer los diminutos labios. El sonido se confundía con la televisión, un discurso múltiple que perdía y adquiría coherencia caprichosamente. Aún sin la certeza de la mirada, estaba segura que las bocas se dirigían a ella lCómo la habían saludado? No, las bocas no, los demás. Lucy, le habían dicho Lucy.

-· -lLucy? LNo te quieres cambiar de ropa? Estás empapada. Lucy abrió los ojos y se encontró a Ray, el rostro hinchado por los golpes. Parecía preocupado. El frío que la hacía temblar cedió un poco. -No gracias, así estoy bien. -Dos gemelas, ningún paraguas-comentó Mauricio, buscando la mlrada de Andrea, intentando agradarle. Ella jugaba a que no lo veía. -lNo me vas a preguntar dónde conseguí este bronceado? Ray jugueteaba con el control remoto. Un hombre sin rasgos particulares daba las noticias. Seis horas con quince minutos, declaraba la televisión. Cambió rápidamente de canal para evitar que los demás se enteraran. Andrea, mientras tanto, había empezado a quejarse del tráfico en la ciudad y de la lluvia y de cualquier cosa que se le ocuniera. Ray notó una mirada de tristeza que normalmente no acompañaba los constantes quejidos de Andrea.

-· Las bocas en el rostro de Andrea continuaban su plática. Lucy (Lasíle dijeron?) comenzaba a desesperase. Que si esto que si lo otro. No había una frase completa. Entre las voces escuchaba a sus padres, regañándola, aAndrea diciéndole cómo debería ser sin antes explicarle a ciencia cierta quién era. iCómo se supone que actúe de la manera que soy si ni siquiera séquién soy? Que si los imbéciles que no saben manejar, que si los estúpidos que no entienden sus ideas. La multitud de voces gritaba en su cabeza, algunas con voz aguda, que lastimaba sus oídos, otras con una voz grave que hacía vibrar su cavidad torácica. No podía seguir el hilo de la conversación. Que si el tráfico, que sila lluvia. Eso la molestaba. - Hablas mucho.

...... 165

Lucy volteó, esperando ver quién había dicho exactamente lo que ella estaba pensando.



Andrea abrió los ojos y Lucy pensó por un momento que iban a salir saltando de sus cuencas a esconderse entre las cajas. -lQué dijiste?-preguntó Andrea. Lucy volteó para ver a quién se dirigía Andrea. Pero no había nadie. Ni Lucy ni Cindy. Sólo ella. -lPerdón?- fue todo lo que alcanzó a decir. -lQuédijiste?-repitióAndrea,enesetonodevozque quería decir que no se iba a quedar sin respuesta. -Yo no dije nada- contestó Lucy, asustada. -Te acabo de oír, dijiste que hablo mucho--respondió Andrea, molesta. -Si ya sabes qué dijo, Lpara qué chingados le preguntas?- Mauricio se rió y buscó la mirada de Ray, quién tapó la sonrisa con su mano e intentó cambiar la conversación. -lQué traes, Andrea? Te noto triste- preguntó.



Los tentáculos salieron por la pantalla del televisor. Rodearon aMauricioysubieron,girando,porsucuerpo.Lucyserió.Cada vez que lo tocaban, Mauricio se movía, excitado, tratando de rozar su entrepierna con el brazo. Andrea, en cambio, intentaba esconderlos. Aunque subían por sus piernas, ella se sentaba para mantenerlos fuera de la vista de los demás. Curiosamente, los cables que perseguían a Ray fallaban completamente. Se resbalaban, no tenían punto de apoyo. Uno de ellos intentó emedarse en su pierna pero cayó, como si Ray tuviera teflón. Lucy se rió de nuevo. Por suerte, los tentáculos no se habían fijado en ella. Quizás no recordar su nombre tenía sus ventajas después de todo.

.... 167

.... 166

-· Andrea respiró profundamente, tratando de calmarse. -La verdad estoy que me lleva la chingada. -lPor qué?- preguntó Ray, tomando cabalmente el papel de terapeuta que tantas veces le exigía Andrea. -Me quitaron un comercial. Se me ocurrió una idea se la dije a mi jefe, y al siguiente día los de Nueva York ya l~ están produciendo y quedé totalmente excluida del proyecto. -No mames-dijo Mauricio. Andrea lo volteó a ver con cierto grado de simpatía por primera vez en la noche. -Y ya no sé qué hacer. Los ojos de Andrea se humedecieron. Ray le preguntó de qué se trataba el comercial.

-· Arriba párpados. Los tentáculos envuelven por completo a Andrea. Ella lo goza, aunque esté a punto de llorar. Es evidente. Abajo párpados. Las voces giran alrededor de Lucy. No entiende el discurso; su tesitura se le pega como segunda piel. Arriba párpados. Mauricio se muestra preocupado. Los tentáculos se mueven por todo su cuerpo. Cualquiera, a distancia, puede observar cómo Mauricio actúa, tratando de agradar a Andrea. Abajo párpados. La voz de Ray, extrañamente, parece tranquila, como si no recordara el secuestro. Escucha atentamente a Andrea. Arriba párpados. · Los tentáculos forman un nicho alrededor de Ray. Suben por las cajas. Tratan de acercársele desde varios ángulos. En cuanto uno logra sujetarse, Ray lo tira al suelo con un ligero movimiento de hombros o de manos.

Abajo párpados. Lucy había visto a Cindy aquí. Cindy había visto a Lucy aquí. Principio. Fm. Presencia. Ausencia.

-· -La creatividad estaba chlngona, l pero sabes qué es lo peor?

Que ni siquiera hay un registro de que se me ocurrió a mí primero, nunca lo escribí. De todos modos, aunque lo hubiera escrito, los cabrones se lo podían haber robado con la mano en la cintura. -lY qué vas a hacer?-preguntó Ray. -No sé- Andrea movió su cabeza. -Me puedo cambiar de agencia. Puedo pelearlo. No sé ni por dónde llegarle al problema. Ya hablé a Nueva York. Me comunicaron con quince personas. Nadie sabía nada. Nadie pudo resolver nada. Andrea sonrió. -El comercial era sobre miles de hombrecitos que controlan el cuerpo de alguien. Lo cagado es que varios hombrecitos me lo robaron. Miles de hombrecitos que hacen cosas tras tu espalda, que te susurran en el oído y te hacen cambiar de opinión. -lNunca te habías fijado en eso?-preguntó Lucy. Ray y Mauricio se rieron, sin entender por completo el chiste. -Un loquito llegó el otro día a la farmacia, llorando por su medicina. Me puse a platicar con él. Le pregunté porqué la necesitaba tanto. Me miró, muy serio y lo pensó unos segundos: Para que mi cuerpo no me quite el control Andrea abrió los ojos. Se acercó a Mauricio. -lPorqué estás inventando eso? -llnventando qué?- preguntó Mauricio, culpado de un crimen que él ignoraba. -Eso que dijiste, para que su cuerpo no le quite el control. Ese era el slogan de mi comercial- le dijo Andrea, rindiéndose ante algo que todavía no acababa de entender.

l>l> 168

-Te juro que así me dijo el viejito- se defendió Mauricio, desconcertado. Andrea se despidió, molesta, explicando que quería descansar. Mauricio dijo que él tenía que llegar a la farmacia. Ray observó la mueca de disgusto en el rostro de Andrea cuando Mauricio le pidió un aventón, aunque finalmente no pudo negárselo. Lucy se paró, y estaba ahí, en medio de todos, viendo cómo se abrazaban y despedían. --LTe vas a quedar?-le preguntó Andrea. Lucy no escuchó los signos de interrogación. Ante tal demanda, sólo pudo responder afirmativamente.

-· Los tentáculos se alejan con Mauricio y Andrea, dejando una viscosa capa del líquido maloliente. Ella respira tranquila. Incluso los que estaban sobre Ray parecen claudicar y se dirigen hacia la puerta.



Ray se acerca a Lucy. Ambos sonríen, víctimas de una broma invisible. Ella se siente bien. Ray la hace sentir como si no importara cuál fuera su nombre. No puede explicarse la ausencia de los tentáculos, pero lo agradece. Lucy se siente tan feliz que está punto de llorar. Son los únicos que existen por sí solos en el mundo, sin tentáculos que muevan sus brazos o que los obliguen a decir cosas que preferirían callar. Raypone la mano sobre el hombro de Lucy. Ella podría trazar la ruta que sigue el escalofrío al recorrer su cuerpo. -Estásempapada,Lucy;lporquénotecambias?Todavía tengo algo de ropa limpia. Ella se ríe. Lucy vestida de Ray. Cindy vestida de Ray. Entran al cuarto y él pone sobre la cama la ropa que le puede prestar. Además, le da una toalla. Ray sale. Cierra la puerta. Ella se desviste, y se da cuenta que su ropa la estaba estrangulando. Tiene frío, pero no es lo suficientemente intenso

como para necesitar ropa. Tapa su cuerpo con una sa'bana y sale. -Puse mi ropa a secar-le explica. Una sonrisa ~e forma en sus labios al ver los ojos desorbitados de Ray, sentado en su acostumbrado lugar frente a la televisión. Se sienta junto a él. Ray se queda inmóvil, como estatua.El fantasma de la televisiónlosenvuelve cómo si fuera una fogata. El monitor provee fa. única iluminación. Las esporádicas explosiones de luz escriben las imágenes en sus cuerpos y, de una manera extraña, les dan cierto calor. Ella se recarga sobre Ray, que sigue congelado. Acaricia su brazo, y él se mueve, desconcertado. -lNo tienes frío?- pregunta ella y él resp.onde afirmativamente en silencio. Ella pasa la sábana por encima de los dos y acerca su cuerpo al de él para compartir el calor. El está tenso, pero ella se ríe y le ayuda a relajarse. Ella lo toca y él responde. Se miranfijamente.Antes que ninguno de los dos se dé cuenta, se están besando. Las caricias n~rviosas y torpes se hacen cada vez más intuitivas y fluídas. Ella le ayud;\ a desvestirse. El movimiento los lleva al suelo. Las fugaces imágenes del monitor reconfiguran sus rostros, reinventándolos con cada segundo que transcurre. La piel azul se vuelve translúcida. Los confunde. Les da la misma sustancia. El murmullo de los actores en la pantalla es la música de fondo perfecta para el juego de tropiezos y aciertos que constituye el sexo. Sus ojos se encuentran y no pueden evitar sonreú: Las imágenes en el monitor aceleransuritrno,sucediéndoseunasa otras, creando un ritmo en el cual ambos se dejan caer, poseídos por sus vaivenes y acoplándose a sus caprichos. El escenario es surreal. Rodeados por cajas, vacían su contenido e invierten posiciones, dotando de orden al cuarto, un centro alrededor del cual todo puede girar para nunca detenerse. La pintura sobre las cajas parece fosforescente gracias al brillo azulado del monitor. Ella imagina la escena

...... 170

...... 171

desde el techo. Las cajas son la marea alrededor de su movimiento. Parecen flotar, brillando, y todo gira, aumentando de velocidad. La luz tras la pantalla se desborda como un líquido y desvanece las fronteras. El vértigo crece hasta que los inunda por completo y él olvida quién es él y ella olvidaquiénesellaysuscuerposseestremeéenporqueaveces la memoria estorba La realidad explota en un momento en que cada centúnetro de sus cuerpos se reinventa porplacery, finalmente, puede ser bautizado. Después de varios jadeos y sonrisas mutuas, él la mira con ternura, cierra los ojos y le susurra al oído: -Gracias, Lucy. Ella sonríe. Le dijo Lucy. Lucy,pues.

-· Mauricio porta su masculinidad como un traje. Sin embargo, se siente incapacitado para empezar una plática Andrea· p~ece contentarse con llevarlo a la farmacia en el papel de chofer. Mauricio la entendía. Estaba nerviosa, excitada y confundida por el problema del comercial Gajes del ojido, pensó Mauricio. A veces te va bien, a veces te va mal. Pues bueno, era tiempo de poner manos a la obra. -LQué vamos a hacer? -LQué vamos a hacer de qué?- contestó Andrea -Quetengoalgodetiempoantesdellegaralafannacia Mauricio exhibió su más amplia y cautivadora sonrisa -lQué estás tratando de decir? -No te hagas del rogar, Andrea, yo sé que tú quieres exactamente lo que yo quiero---- dijo Mauricio -además, estoy dispuesto a dártelo. -lDe qué chingados me estás hablando? -Por favor, Andrea, cualquiera lo pudo haber notado, lcrees que no te vi? Volteabas a verme y cuando yo encontraba tu mirada, te volteabas rápidamente. Esos juegos

son de secundaria Pero bueno, estuve dispuesto a seguirlo y aquí estoy. Mauricio extendió los brazos, mostrándose tal cual era -No sé en qué chingados estás pensando ni cómo se te ocurrió, pero lo entendiste todo mal. Estiró la mano y tocó la pierna de Andrea, quien frenó bruscamente. El cuerpo de Mauricio golpeó el parabrisas. No lo podía creer. -iSal de mi carro!- gritó Andrea Mauricio se quedó sentado. -No te hagas la diñcil, Andrea- le dijo. Inclinó la cabeza. Había visto a varios actores hacer eso en las películas y, por experiencia, podía asegurar que funcionaba. El bulto bajo sus pantalones amenzaba romperlos. No podría contenerse mucho más tiempo. Andrea lo golpeó en el rostro. --iQue te largues, pendejo! No te estaba coqueteando, imbécil, te estaba evitando! Andrea pasó su cuerpo por encima de Mauricio y por un instante él pensó que accedería Andrea abrió la portezuela Mauricio salió por ella El automóvil se alejó. Mauricio se llevó la mano al rostro. Había sangre entre sus dedos, diluyéndose rápidamente bajo la lluvia que caía insistentemente sobre su cabeza -Pinches viejas, quién las entiende- murmuró Mauricio antes de empezar a caminar rumbo a su trabajo, con sangre en1a cabeza y una erección incontrolable entre las piernas.

-· Lucy, sí, Lucy, despertó. Había dormido entre los brazos de Ray, quien roncaba sin preocupación. Ray sonreía entre sueños, y ella sabía que, sise miraba en un espejo, podría ver una sonrisa dibujada en su rostro. Mejor aún, sabía quién era la que estaba sonriendo. Se deslizó lentamente fuera del

~~

~~173

172

abrazo de Ray y se vistió, gozando ese olor agridulce que siempre la acompañaba después del sexo. Salió del cuarto cammando sobre la punta de los pies y se dirigió hacia la sala. Se subió los pantalones y tomó la chamarra, todavía húmeda, con la que había llegado varias horas antes. Se dirigió hacia la puerta. Sintió una mirada en la nuca Volteó rápidamente. Un par de ojos saltones se encontraron con los suyos. Entre las cajas, olvidada, estaba la muñeca de plástico que Mauricio le había regalado a Ray. Lucy sintió cómo todo se desvanecía bajo sus pies. Estuvo a punto de gritar pero se contuvo. Cindy la miraba de frente. Lucy se sintió estúpida. Tenía miedo. Había tentáculos en el interior de la muñeca No podía apartar la mirada Los ojos de la muñeca eran insistentes, penetrándola a través de la cuenca ocular. Lucy trepó unas cajas, tomó a la muñeca por la pierna y

salió.

2:05. Y contando.

-· -·

Andrea tenía ganas de golpear a alguien. Pinche puto Mauricio. Necesitaba algo que le levantara el ánimo. Se estacionó en un bar para yuppies. Bajó del auto. La escena la dejó sin aliento. Todos los comensales eran bellos. Todos los rincones estaban llenos de los ejemplares más sanos y estilizados de la especie. Asídebería sersiempre, pensó Andrea. Se dirigió al bar y notó que todas las miradas la seguían. La ecuacuón era simple. Si ella estaba ahí, es que era una de ellos. Si te rodeas de la gente adecuada, te vuelves adecuada Andrea someía. Sabía que era una noche importante. Se acercó a la barra y pidió un whiskey en las rocas. Titubeó al decir la marca. Ese era un dato importante. No se podía equivocar. El cantinero, un viejito adorable que bien podría ser abuelo de alguien, le indicó, con la mirada, la marca que tenía que

escoger. Leyó el nombre en voz alta El cantinero le otorgó una amplia y cariñosa sonrisa Casi podía escuchar, si se esforzaba, el slogan: la elecdón adecuada. Esperó en la barra y miró su reloj, sabía que alguien tenía que llegar. Sintió cómo unas manos fuertes, bien construídas, tapaban sus ojos. -Eres tú-susurró, sonriendo. Las manos desaparecieron y él la tomó de la cintura. Besó su cuello. Ella le ofreció su boca, girando para abrazarlo. El se paró frente a Andrea y sacó un pequeño paquete del bolsillo de su gabardina Ella lo miró emocionada El lo abrió y se lo presentó. Un anillo de compromiso. Andrea, con los ojos húmedos, le dijo que sí. Se abrazaron. Todos en el bar aplaudieron. Andrea sintió un poco de nostalgia cuando su prometido se alejó. Sabía que nunca más lo vería de nuevo pero así eran las cosas. Los veinte segundos ya habían terminado.

-· Mauricio caminaba con grandes zancadas. Había decidido no tomar un taxi. Tenía que cansar su deseo. Agotar su necesidad. Disminuir el intenso dolor que se anidaba entre sus piernas. Además, en un taxi uno nunca tiene esperanzas de acabar cogiendo. Caminando, bueno, el porcentaje aumenta considerablemente. Por su cabeza desfilaron varias opciones. Podía ir a un bar a ligarse a alguien, pero le iba a tomarmuchotiempo.Faltaríaasutrabajo.Podíabuscaruna prostituta, y aunque la transacción era segura y tenía el tiempo necesario, prefirió dejarlo como última opción. O también podía ir. directo a la farmacia Ya no tenía pastillas. Y las necesitaba. Continuó su camino, cargando el peso del mundo entre sus piernas.



..... 174

.... 175

Ray. en sus sueños, escuchó un grito: "Ahora sí ya te cargó la chingada". Lo despertó un golpe al estómago que ahuyentó

el aire de sus pulmones. Se arrastró por la cama tratando desesperadamente de aspirar el suficiente oxígeno para continuar respirando. No era suficiente. El sentimiento de impotencia era abrumador. Trató de calmarse. El aire entró asuspulmones.Apoyósuinútilmanoizquierdaenlacama Se hundió hasta la muñeca. El rostro de Ray golpeó las sábanas en silencio. Su mano izquierda no sólo era inutilizable. Ahora perdía substancia.Alzó el brazo y la.miró. A través de ella podía ver la.pared, algunas cajas. Era transparente. Corrió a pararse frente a la televisión y la prendió. Una hora y media El segundero no parecía detenerse. Un golpe lo derribó. Su rostro besó el monitor.



La gente miraba a Lucy como si fuera un extraterrestre que acababa de llegar a la tierra. Le daban la vuelta y se detenían, para mirar a la loca que caminaba por las calles de la ciudad arrastrando una muñeca inflable que, con la boca y los ojos abiertos, parecía pedir auxilio. Pero a Lucy no le importaba No era ni la primera ni la última vezquelellamaríanlocaSe estaba acostumbrando. Siempre se había sentido como extraterrestre. Lucy tropezó, y pudo ver cómo un tentáculo regresaba rápidamente al cuerpo de Cindy, entrando por su vagina. Tomó a la muñeca de los hombros y la regañó, explicándole que ya no estaba dispuesta a seguirle el juego. Cindy bajó la mirada y aceptó la reprimenda como una niña arrepentida



La defensa alega locura momentánea, provocada por la ingestión de quince Gansitos Marinela El acusado, según sus abogados, tuvo un ataque de locura provocado por el exceso de azúcar.



La encargada del Súper-7 trataba de ignorar a Mauricio, quien insistentemente le preguntaba a qué horas saldría y qué tenía ganas de hacer después. Mauricio se desesperaba Sabía que atraía a la muchacha, pero no podía entender porqué lo rechazaba El dolor entre sus piernas le provocaba escalofríos. Tenía que esforzarse para controlar las lágrimas. Se detuvo frente a los espejos que rodeaban una columna en el establecimiento. Mientras se peinaba, buscando su mejor ángulo, la muchacha lo veía de reojo. Le gusto, pensó. Eso era indiscutible. El reflejo cambió. De un tinte rojo pasaba a uno azul Mauricio no entendía lo que estaba pasando. Volteó la mirada y encontró una patrulla con la torreta prendida Dos policías se bajaron. Los muy cerdos no dejaban de acariciar su pistola. Mauricio se rió. La muchacha se acercó a los policías y les dijo algo en privado. Mauricio se hizo el desentendido. Cuando la muchacha regresó a su lugar, tras la caja, ambos policías persiguieron su trasero con la mirada Mauricio los acompañó con sus ojos. Uno de los policías se le acercó. Le pidió que si iba a comprar algo, lo hiciera rápidamente y se fuera. Mauricio preguntó por qué. Una mirada de la muchacha le respondió. Salió de la tienda y siguió caminando rumbo a la farmacia. En el camino, a lo lejos, observó un automóvil viejo, destartalado. El color del carro prendió una alarma en su cabeza. Lo conocía. Mauricio corrió hacia él.



En el semáforo, un convertible con dos chavos (bien parecidos, buenos ejemplares al igual que en el bar), se emparejó al carro deAndrea, mientras ella pintaba sus labios. Sabía que 1i escena era sexy. Uno de ellos se asomó por la ventanilla y dijo sus líneas. Andrea no las escuchó pero dedujo la intención. Así eran las cosas. Uno siempre sobre-

l>l> 176

1>1>177

entiende en este tipo de situaciones. El objetivo es que todo quede claro desde el principio. Ella volteó y les ofreció su mejor sonrisa. Confiaba en que estaba a la altura de la situación, ya que siempre se contrataba a los mejores rnaquillistas y estilistas. El semáforo cambió a verde. Andrea pisó el acelerador a fondo. En el espejo retrovisor, sus ojos, mirando hacia atrás. Ahí estaba el convertible. Torna de reacción; una sonrisa maliciosa Andrea esquivaba los automóviles con una destreza que cualquier piloto profesional envidiaría La música era vertiginosa Los efectos de sonido que acompañaban cada movimiento del carro eran gloriosos. El logo del automóvil refejaba la luz, como guía para que el espectador normal no perdiera el rumbo. Cuando la torna lo permitía, la piel de Andrea que se asomaba fuera de la rninilltlda aparecía junto al lago. El convertible seguía tras ella En el espejo retrovisor, mediante un cambio de foco, sonríe la boca perfectamente pintada de Andrea Ella baja la velocidad. Permite que el convertible se empareje. Los dos chavos le sonríen, no pueden dejar de verla. Andrea pisa el freno. Los chavos voltean a ver hacia enfrente. El semáforo cambia a rojo. El color de sus rostros desaparece. Tratan de frenar. Toma general, angulada. El carro de Andrea frena perfectamente. El convertible se colea y rechina. Los carros en la calle perpendicular avanzan. Uno de los chavos se persigna. Una viejita pasa ca-minando frente al carro de Andrea y le sonríe. Slogan: el automóvil para personas audaces, pero inteligentes. Nada mal, no ganará ningún premio, pero funciona Escucha una explosión. La ignora

-· Los tentáculos indican a los transeúntes poner un pie delante del otro. Parecen títeres. Los cables mueven el rostro de todos los que pasan para que miren a Lucy. Por eso fue tan agradable

lo de Ray. No había cables indicándoles su comportamiento.

Lucy camina cada vez más rápido, pues se había dado cuenta que los tentáculos, al salir del cuerpo de Cindy, intentaban abrazar los cables de las personas que caminaban junto a ella Cindy lloraba un líquido viscoso y café. Pedía clemencia Le decía que ya estaba cansada, que por favor la dejara Lucy sabía, lo había leído en varios libros, que uno tiene que enfrentar sus problemas y sus miedos para seguir adelante. Era tiempo de ser valiente y dejar claras las cosas. Le gustara onoaCindy. Un tentáculo atrapó su pierna para tropezarle. Lucy, nerviosa (le daba algo de asco), tomó el cable y lo desemolló. Alguien tiene que hacer el trabajo sucio. El señor en el anuncio le someía Arriba de él, había un bebé. Conocer caras nuevas es parte de la vida. Lucy se rió. Sí, mientras esa cara nueva no sea la tuya Miró a Cindy y encontró un extraño parecido que no le gustó. Con razón estaba confundida. En la calle, todos tenían los rasgos de un muñeco inflable. El burócrata que la volteaba a ver y le someía tenía los ojos saltones y la boca en forma de "o". Unos chavos, platicando en una esquina, trataban de mover torpemente sus brazos de plástico. Una chava intentaba abrir el conducto de aire desunovio.Lucyseasomóalaolladeunaseñoraquevendía quién sabe qué fritangas. Estaba llena de tentáculos, en perpetuo movimiento. La señora la miró con sus ojos saltones y Lucy se alejó. No conocía su destino, pero el caminar, poner un pie delante del otro, era suficiente.

-· •..lleva siete años grabando en video todos los pies de mujer, sí, los pies, que aparecen en la pantalla de la televisón, el documento, ya editado, dura más de treinta horas y en él aparecen las·extremidades inferiores de aproximadamente seiscientas representantes anónimas del sexo femenino...



• • 178

• • 179

El reloj marcaba menos de una hora La mano izquierda había desaparecido casi completamente. Ray estaba sentado frente a la televisión. Las gotas de sudor frío recorrían su frente y mejillas. Ray intentaba no hacer el más mínimo movimiento para no desencadenar la furia de alguien a quien no conocía pero a quien Ray terrúa como se le teme de niño a perderse en los pasillos de un supermercado. El cuerpo entero de Ray se convulsionaba involuntariamente. Su pierna se estiró sin ayuda de ningún estímulo, interno o externo. Tensó los músculos. Las constantes punzadas le arrebataban el control. Todo su cuerpo cosquilleaba. En la pantalla, repetían la historia de su vida Deáan que no se sabía nada, absolutamente nada, sobre la entrega del .dinero. Ni siquiera se sabía si la familia Domínguez había logrado reunirlo. Ray seguía esperando. Parecía que era lo único que podía hacer.



Andrea lo podía sentir en el aire. luces, cámara, acción. Estaba excitada Una cafetería, discreta pero bonita. No sabía cómo empezaría la acción, pero su cuerpo estaba tenso, preparado para cualquier cosa. En cualquier momento, el mundosereordenaríayellaencontraríasulugarené1Son6 el teléfono. La señal. Andrea encendió el celular. Voz femenina;sumadre.Andrea sonrió. Todo iba bieIL Sumamá, perfectamente arreglada, en una cocina de lujo, la trataba con afecto. Le dijo que su padre estaba bien y que le mandaba saludos y abrazos. Otra llamada intentaba entrar. Andrea le avisó a su mamá y apretó un botÓIL Cambio de escena: un cuarto lleno de juguetes, decorado con el mejor gusto. El más pequeño de sus hijos, en piyama y somnoliento, le quería avisar que ya había acabado la tarea y que se iba a dormir: Se despidió con un beso de buenas noches ptlrque otra llamada había entrado. Oficina, decorado en caoba. Su jefe, amable y entusiasmado, le informa que el proyecto ha sido aceptado, bromea con un ascenso.

Otra llamada: su esposo en casa, esperándola, le dice que la ama (dios, qué guapo era). Ella le avisa que el proyecto fue aceptado. El abre la puerta del refrigerador, saca una botella de champaña -Te espero para celebrarlo. Andrea sonríe, cuelga el teléfono y sale del café donde estaba cenando. Casi lo podía adivinar. La marca de la compañía de teléfonos celulares. Después, el slogan: Cerca de las buenas noticias.



Mauricio se acercó sigilosamente al carro. Negro como la noche, panza de pulquero. Ahí estaba Junto ala desagradable mujer que quién sabe qué infección tenía entre las piernas. Oen las patas. Seacercópordetrásy lo tomó del pelo.Estrelló su cabeza contra el volante. La sangre lo excitó. Abrió la puerta del carro. Tiró al tipo al suelo. La venganza, como siempre dicen, era dulce. Mauricio se sentía fuerte, lo suficientemente hombre como para saldar todas las deudas, simbólicas y físicas, que tenía con el resto del mundo. Varias patadas en el estómago cumplieron su cometido. El muy estúpido vomitó. Alzó la vista y miró a Mauricio. En sus ojos no había reconocimiento. La mujer gritaba como una sirena descompuesta. Por lo visto, no tenía la menor idea de lo que estaba pasando. Mauricio se montó encima de él y golpeó su cabeza contra el piso. El asfalto se inundó de sangre. No era el tipo de carne que buscaba, pero era carne, tan interesante como el sexo. Mauricio acercó su rostro y le susurró al oído: -La farmacia, lte acuerdas pendejo? Continuó golpeando la cabeza del tipo hastaque los ojos se apagaron en el rostro. Mauricio le escupió. Por supuesto que no lo recordaba El físico de Mauricio había cambiado por completo. Hasta sus amigos se sorprendían.

)1>)1>181

.... 180

Pateó el cuerpo inerme que yacía sobre el suelo como un muñeco de trapo. Seguía escuchando gritos. Se acercó al carro. La mujer seguía llorando. Y el bulto en sus pantalones no había disminuído.



En la pantalla, la historia de su vida Ray podría contar su propia veÍsión, pero eso no la haría más real. Puntos de vista Y bajo la superficie: nada El problema era que él tenía que seguir viviendo su versión, pero con tantas opiniones entrecruzadas, la telaraña de historias amenazaba con inmovilizarlo. Un escalofrío recorrió su cuerpo. Si tuviera a la mano un termómetro, su temperatura sería preocupante. Pero no estaba ocasionada por ningún tipo tle virus. No se preocupe doctor, puede aliviar los síntomas pero no la enfermedad. Menos de 40 minutos y el tic-tac-toe de su vida terminaría quién sabe donde. El sueño húmedo de un neurocirujano, aprendiz de parasicología LVoy a morir?La pregunta era estúpida Pero el asunto era serio. Mortalmente serio. El olor de sumano, cubierta en trapos, parecía confirmar el estado de descomposición_ VISUalmente no había nada que confirmara sus sospechas. Los golpes fantasma habían cedido, pero no el hambre y la sed. Había devorado todo lo que encontró en el refrigerador. No era suficiente. Su boca estaba tan seca como un pergamino. Había un vacío en su estómago imposible de llenar físicamente. Cadenas intangibles lo amarraban a la silla, forjadas de curiosidad. Si permanecía ahí, frente al televisor, el problema se resolvería ante sus ojos. La espera encontraría un sentido, quizás proporcionado por la muerte. Quizás se daría cuenta que estos últimos meses eran un truco de luz, una ilusión, un sueño febril que Ray, secuestrado realmente, habí¡¡. producido para escapar de su triste destino. Quizás alguien encontraría un cadáver, y cuando trataran de cotejar lós

datos, se darían cuenta que Ray Dornfuguez nunca había sido secuestrado. Quizás sus padres pagarían el rescate y ganarían un hijo agradecido, en deuda eterna con ellos. Quizá no pasaría nada Eso era lo que más le preocupaba Seguir en la incertidumbre. Pero lo dudaba Su mano izquierda negaba esa hipótesis. Los golpes en su rostro eran prueba definitiva Un hilo intangible lo unía con algo, o alguien, más allá. Una anatomía alterna se construía frente al monitor. Una fisiología secundaria, cientos de réplicas exactas de su persona caminando por la calle, mientras él era un elemento de precaución, una copia de seguridad que comprometía el soporte de su identidad. Por lo pronto, alguien había puesto fecha de entrega a la realidad que se escondía tras cada esquina, en cada rincón_ El plazo se cumplía en menos de cuarenta minutos. Ray alzó el trapo. Su mano ya no era tan sólo transparente. Unas líneas tenues, luminosas, zigzageaban la piel y se extendían hacia su antebrazo. El efecto era parecido al · de una lámina que explicaba las funciones del cuerpo con tinta fosforescente. Las líneas trémulas se reproducían lentamente y avanzaban cubriendo cada centímetro cuadrado. Su mano, semisólida, transparente, era la sección de un mapa donde varias carreteras de luz mostraban que, al final, nadie iba hacia ningún lado. .



-No es por rnala educación, pero ya estoy harta de que te metas conmigo. Lucy se sentía como mamá regañando a un hijo, pero trató de ser razonable. Cindy también seguía el libreto: un niño rebelde que no sabe escuchar los consejos del que tiene más experiencia Los tentáculos se movían agitadamente en su interior, pero no decidían salir. Una ligera llovizna había empapado de nuevo a Lucy. No pudo reprimir un ataque de risa histérica cuando miró

"""" 182

"""" 183

su reflejo en el ventanal de una tienda. Toda la pintura se había corrido. Su rostro parecía unaredde tinta diluida, con sombras especialmente intensas bajo los ojos. Su pelo caía como un trapo y enmarcaba, goteando, su rostro hinchado. No era de extrañarse que la gente la mirara de manera tan extraña. Lucy estaba sentada en el piso, junto a Cindy. Parecía un vagabundo con su más preciado tesoro. Una señora se acercó para darle unamoneda. Lucy la ahuyentó, gruñendo, Cindy evitaba su mirada y se hacía la desentendida. Aseguraba como niña caprichosa que todo lo que había pasado no tenía nada que ver con ella y que, fuese lo que fuese, no era su culpa. Las personas que pasaban las miraban, asombradas porque alguien podía conversar con una muñeca de plástico. Pero tampoco entendían cómo era que todos ellos estaban hechos de plástico y que unos tentáculos enviados del cielo los manejaban cual títeres en un especáculo de bajo presupuesto. Lucy siempre tuvo la certe2a de que veía más allá Lucy siempre había sido especial. -Entiéndeme- le seguía diciendo a Cindy- no quiero que te vuelvas a meter en mi vida, bastantes problemas tengo como para que trates de hacerme olvidar quién soy. Ya no estoy dispuesta a aceptarlo, len tiendes? Cindy soltó una carcajada, y los tentáculos salieron de los tres orificios que tenía destinados al placer.

-· lCansado? lDeprimido? lAngustiado? No se preocupe. Tenemos la solución. Sukrol: cerebro y nervios perfectos.

-· La mujer esperaba en el carro mientras quitaba, con los dientes, la pintura que cubría sus uñas. Mauricio se asomó por la puerta abierta Los golpes no habían sido suficiente. Todavía tenía una pasión con la cual acabar. Había un dolor

más intenso. La mujer guardó silencio. Sonrió túnidamente. El automóvil ensombrecía sus facciones y. al esconderlas, las hacía más interesantes. Mauricio podía ver destellos de piel cada vez que la mujer movía sus piernas, envueltas en unas mallas de punto grueso que eran meramente decorativas. La mujer sonrió. Ademas, un piropo. Mauricio se sintió halagado. Era, probablemente, el comentario más sincero que había escuchado desde que salió del hospital. La mujer lo invitó a pasar dentro del carro. Mauricio volteó hacia un lado, después hacia el otro. Nadie cerca.Nadie que. ~e fuera: enterar. Caminó hacia el tipo, que seguía que¡andose rmentras se ahogaba en su propia sangre. Buscó las llaves en las bolsas del pantalón. Se subió al carro y encendió la marcha. La mujer soltó una carcajada y Mauricio la acompañó. Por su condición, esta mujer realmente admiraría a Mauricio. Tal y como él lo merecía. Además, no se pueden tener tantas ganas de coger y una conciencia estética al mismo tiempo.

-· Andrea entró al baño del restaurante. Sacó instintivamente un perfome de su bolsa. Abrió el fino plástico que cubría la caja Tomó el frasco y. frente al gigantesco espejo, roció su cuello. Cerró los ojos y aspiró. Aunque no podía ver el reflejo de su imagen, sabía que su rostro reflejaba la sensualidad del aroma que los espectadores intuirían sin necesidad de aspirarlo. Salió del baño y caminó de la manera correcta, un pie exactamente frente del otro para así acentuar las curvas de su cuerpo. Pasó junto a la barra Una vez más, las miradas masculinas acompañaban su caminar. Hay cierto tipo de ~ada, si viene del hombre adecuado, que nunca insulta y siempre halaga Todos los ojos en el bar, vestidos de traje, seguían su ruta sin perder el menor detalle. Las reacciones estaban filmadas en cámara lenta. Algunos cerraban los ojos

...... 184

...... 185

para apreciar la estela de perfume que Andrea dejaba a su paso. Otros comentaban en voz baja con sus compañeros mientras la seguían con la mirada. Tras ella, crecía un murmullo. Andrea tomó asiento einmediatamente un mesero, que también le sonrió coqueteando, pero de una manera educada y respetuosa, conocedor de su lugar y posición en el comercial, bueno, en la vida, le sirvió lo que había ordenado: Un vaso de vino blanco y media docena de ostiones en su concha. Andrea tomó,un trago y esperó. El mesero no tardó en regresar. -El caballero de la mesa once se ofrece a pagar su cuenta. Andrea volteó a verlo. Apuesto, alto, ojos almendrados, el caballero de la mesa once le guilló el ojo. -También el de la mesa 3. Moreno, fuerte, sonrisa encantadora. -Y el de la mesa 20. Rubio, delicado, aire inteligente. -El de la seis. Serio, profundo, intrigante. -Y el de la diez. El de la dieciocho ... La voz del mesero se desvanece mientras la toma se aleja. Andrea reía. Su pelo, también en cámara lenta, baila alrededor de su rostro. Ella se sonroja pudorosamente, como toda una dama. lEl slogan? Los lujos sólo son para aquellos que no los necesitan. Después, la botella del perfume.



Lucy cerró los ojos mientras sostenía la cabeza de Cindy entre sus manos. Los cables se enredaban en su cuerpo y subían hasta su rostro, dejando una estela viscosa y húmeda como evidencia de su paso. La lluvia limpiaba su cara y eso era alivio suficiente. Los tentáculos parecían tenerunadireción

clara: el rostro. Los pantalones que había tomado de la casa de Ray protegían sus piernas; la sudadera, el torso. Un tentáculo trepó hasta a su oreja. Lucy escuchó sus murmullos, sin entender las palabras que trataba de formar. Otro intentaba abrir sus párpados. Sintió que se asfixiaba, pues dos ya se habían introducido en sus fosas nasales. Cerró con fuerza la boca, negándoles la entrada. Las lágrimas corrían por su rostro. Estaba cansada, muy cansada como para seguir luchando. lA quién le importa su nombre? Los tentáculos tensan su rostro, agitándolo de un lado a otro. Mientras .tanto, sostenía la cabeza de Cindy entre sus manos. La acarició. No podía odiarla. Le había prestado su nombre y eso había sido suficiente para funcionar (bueno, medio funcionar) por lo menos un día. LQuién se lo podía reprochar? My name is Lucy, gritaban sus lágrimas. Los tentáculos parecían contradecirla. Afuera, en el mundo, una cacofonía de voces también trataba de confundirla. Mi nombre es. lCómo saberlo? Lucy, Cindy. La única certeza la da la memoria. Mi nombre es Cindy. Y ella es la más traicionera de todas las muñecas de plástico. Mi nombre es certeza. lQuién habla cuando abro la boca? Mi nombre es muñeca. La caricia de la carne viva del tentáculo era, se daba cuenta por primera vez, excitante. Mi nombre habla. El problema es despertar. lQuién soy cuandosueño? Mi nombre es un cable. lQuién habla cuando escucho las voces? Mi nombre es excitante. lLucy? lCindy? lHabía una diferencia? Mi nombre es despertar. Los tentáculos la rodeaban, envolvían su cuerpo. Lucy no tenía la menor idea de cómo respiraba. La gente debía estar divirtiéndose. Una mujer envuelta en unos extraños cables sostiene la cabeza de una muñeca de plástico que la mira tiernamente, mientras la primera intenta evitar que todas las canicas que hacen funcionar su identidad salgan de su cabeza y rueden por la ciudad. Pero, lqué puede uno hacer?

~~

~~187

186

-· Ray no sabía porqué, pero estaba llorando. Su mano izquierda había desaparecido casi completamente, envuelta en riachuelos de luz. Acercó la mano derecha a su rostro para limpiar sus lágrimas. La retiró manchada de sangre. Se levantó y trató de mirar su reflejo en la ventana. Surcos negros, oscuros, atravesaban su rostro. Sus ojos lloraban sangre. Antes de ponerse religioso, Ray se sintió ridículo. Era la mejor pornografía, ésa que tenía en el televisor. Le gustaría ver su propio funeral. Le gustaría ver su cadáver. Le gustaría haber grabado la escena anterior con Lucy, para repetirla y repetirla y gozarla más con cada repetición. Algo lo empujó hacia adelante. Su cabeza chocó contra el vidrio que estalló en mil pedazos. Ray se sostuvo con el marco de la ventana y observó, casi en cámara lenta, como los vidrios caían lentamente hacia la calle. Miró el monitor. Faltaban diez minutos. Ray cayó al piso, sin aire en los pulmones. Arrodillado en el suelo, la sangre escurría por su rostro y formaba pequeños arroyos en el piso. Trató de apoyarse en una delas cajas para incorporarse pero el cartón cedió ante su peso y provocó una avalancha de artículos personales. Ray quedó sepultado bajo sus recuerdos, bajo todo lo que había considerado útil y significante alguna vez en su vida. En el charco de sangre frente a su rostro,Raypodía ver la mitad de su cara, bajo el brillo azulado del monitor. Una quemadura espontánea en su brazo, acompañada de un intenso dolor en las piernas, lo hizo olvidar por un momento cualquier intención de caminar, como si alguien hubiera anotado un home run utilizando sus rodillas como pelota. Se quedó en el suelo. Miró el fantasma de su mano izquierda. Alguien quemaba su rostro. El olor de tabaco se unía al de la piel quemada Su brazo izquierdo empezó a vibrar y se inundó de riachuelos de luz. Parecía que alguien estaba proyectando interferencia sobre su cuerpo. Miles de puntos

de luz, blanco y negro, gris en su efecto, bailaban sobre su extremidad. Intentó moverla El brazo desaparecía, lo estaba perdiendo. Se acercó a la ventana. Alcanzó a leer el espectacular, alguien, por fin, lo había pegado correctamente. Justdoit. Cargó su brazo izquierdo con la mano derecha y lo depositó sobre el filo del vidrio que había quedado en la ventana La .interferencia cedió ante la sangre que empezó a fluir. Una ráfaga de aire y agua entró por su ventana Escuchó como varios papeles levantaban el vuelo dentro del departamento. La lluvia diluía la sangre que adornaba el piso. Un relámpago iluminó todo, en franca competencia con la luz del monitor. El cuerpo de Ray imitó la luz, se inundó de nieve. Se apoyó contra la pared. El brazo derecho perdió sustancia y, lo podía jurar, atravesó el muro. Su rostro golpeó contra la pared. La interferencia desapareció. Su cuerpo volvió a la normalidad. Observó el monitor. Dos minutos. Quedaban dos minutos. Lo estaban matando.

-· Andrea era la mujer más bella de la fiesta. Trapeaba los pisos conelmejordetergente. No, esmás,hacíaquesusirvienta los limpiara con el mejor jabón. Su esposo la amaba Comía los mejores alimentos, todos ellos diseñados para crearuna figura ideal y mantener su aparato digestivo funcionando como una máquina perfecta Las pinturas que usaba para decorar sus ojos hacían de ellos gigantescos reflectores que deslumbraban a todos aquellos que se le acercaban. Las vestiduras de piel de su automóvil producían orgasmos espontáneos. En el trabajo, todos admiraban su capacidad. También envidiaban su laptop, la más poderosa y veloz en el mercado. Sus zapatos eran obras de arte que la hacían

.... 188

.... 189

deslizarse por la vida como una patinadora profesional por el hlelo. Sus accesorios daban la sofisticación necesaria sin parecer engreídos. Sus trajes otorgaban felicidad instantánea Ella siempre lo había sabido. Si no se rodeaba con lagos de las marcas más exclusivas, no se sentía amada Andrea era feliz. Nunca se aburría

-· Mauricio, por más que trataba, no podía acabar. Su parténaire no ayudaba a la escena. Era como una aspirina del sexo. El carro chlllaba con cada movimiento de su pelvis. La mujer parecía cada vez más grotesca. Se reía cuando no estaba gimiendo de placer, mostrando una dentadura amarillenta. Mauricio podría jurar que le faltaban uno o dos dientes, pero su imaginación había escapado de su cabeza y se divertía haciéndole pensar las cosas más dispares. Cerró los ojos y trató de concentrarse. Sus brazos, fuertes y bien torneados, le dieron un nuevo impulso para continuar sus movimientos .desesperados, mientras empleaba el carro de otra persona par¡¡ cogerse a una mujer ajena, estacionado en la sombrá a las orillas de un parque del cual no recordaba el nombre.

treinta



El torso de Ray desaparecía, inundado por esa luz blanquecina que parecía un enjambre de insectos. Ray acatjció su pecho, y sintió una ligera descarga eléctrica El cosquilleo en su mano se extendía por todo su cuerpo. veintitrés Golpeó repetidamente su torso con el puño; Cada golpe producía un efecto (de edición, pensó por un mbmento) en el que su cuerpo aparecía por una fracción de segundo, carne y hueso, para ser reemplazado inmediatamente por las imágenes del monitor. dieciocho

Ray se aventó contra la pared, con temor a atravesarla, convertido para el resto de sus días en un fantasma Por suerte, el muro lo rechazó. Ray acabó tirado en el piso dieciseis Volteó a ver su cuarto. La lluvia entraba por la ventana y el monitor il~inaba de forma cada vez más errática las cajas que crecran como columnas a su alrededor. Su cuerpo seguía sin convencerlo de que estaba vivo. catorce El filo del vidrio de la ventana lo llanraba, pero si seguía cortando, tarde o temprano no quedaría nada del cuerpo donde la sangre y la luz luchaban por el dominio. doce Otro golpe le cerró un ojo. Ahora,sus piernas amenazaban desaparecer, iluminadas por un re.!ámapago de fósforo que no tenía origen. Ray intentó de nuevo el truco con la pared. El dolortraevida, pensó. Cerró los ojos. Corrió contra la pared. Yla. atravesó.

-· ¿y si la tal Lucy me está engañando? ¿y si Cindy tiene la razón? l y si todo esto es un sueño estúpido? ¿y si los espejos en realidad no sirven para nada? ¿y si en realidad soy yo la muñeca inflable? ¿y siAndrea tiene razón y estoy loca? ¿y si los tentáculos son los brazos de Dios? ¿y si Ray no está secuestrado? ¿y sinomellamoniLucyni Cindyninada? ¿y

sino soy yo?

-· Bailando enun palacio. No hay lugar donde esté ella que no sea el más divertido. La luz de·la fiesta. Los mejores restaurantes. Las ideas más originales. Los chistes más divertidos. Andrea era la princesa, la reina yla vieja sabia de

.... 190 .... 191

todas las historias de hadas. Cuidababien a sus hijos, aunque todavía no los tuviera. Su esposo la adoraba, al igual que todos los hombres, pero ella era siempre fiel. Agresiva, cuando se necesitaba. Siempre bella, y sin dedicarle mucho tiempo porque usaba los productos adecuados. La felicidad, en su vida, estaba siempre a la vuelta de la esquina. Cuando se cansaba, regresaba siempre a su casa, un lugar cómodo, acogedor, refugio contra todas las tormentas y por supuesto, decorado con el mejor gusto. Todas las .imágenes eran perfectas.



Mauricio estaba perdiendo su erección, pero el deseo de acabar no disminuía. La impotencia era algo que realmente le asustaba. Ser un eyaculador precoz tenía sus pedos, pero al fin y al cabo terminabas, que era lo importante. Pero eso de no poder eyacular era una chingadera. Todo era culpa de la mujer que tenía enfrente, si hacía algo con eso, quizás el mundo se reacomodaria. Cerró los ojos y trató de imaginarse algo, cualquier cosa que sostuviera su deseo, y con él, al miembro que con cada segundo perdía medio cen,túnetro de dignidad.

-· diez

Cuando abrió los ojos ya estaba en su cuarto. Prendió la luz. Se miró en el espejo. Sus ojos estaban llenos de interferencia televisiva, yano había pupilas que le regresaran su imagen. Sólo nieve. Los cerró, preguntándose cómo podía vei:: Me quieren muerto. ocho Salió de nuevo a la sala. Podía jurar que sus manos atravesaban las cajas. Su cuerpo estaba cargado de electricidad.

siete

Cayó al suelo. Lo habían gol-

peado de nuevo.

seis Estaba harto de todo. Si se iba a morir por men_os moriría en la calle. Trató de encontrar ei c~o haaa la puerta. Su pasado, en cajas, le bloqueaba el canuno.

!

0



Andre~ abrió la puerta de su casa. Todo estaba oscuro, per~ :abra que la casa era perfecta. Cuando prendió la luz, se dio _cuenta que estaba en su oficina. Era lo mismo. Corrió hacia su escritorio. Tenía varias ideas que quería escribii::

-· Mauricio no podía pensar en ninguna mujer que éstuviera a su altura. No Pºcl? concer_itrarse. Abrió los ojos y observó su :ostr~ e:i el espe¡o retrovrsor. Ese fue el gatillo necesario. Se i:nagmo, con. su ~uevo cuerpo, frente a un espejo. Una mu¡er, no, dos. ¿QUienes? No importa, sin rostro. Ellas se ª':ercan y lo empiezan a masturbar. El ni siquiera las toe¡¡, Soloobservasu~genenelespejo.Lasmujeresdesaparecen. No eran necesanas. Era: suficiente con él. Mauricio eyaculó. Tendría que decirle a Ray, en algún momento que ya había descubierto la verdad. El sexo y la mastidbación eran exactamente iguales.



Al fin Yal cabo, lqué importa? Lucy a_cercó la car;i de Cindyy besó tierna y lentamente la b~c~ ,abierta. Cerro los ojos y abrazó a la muñeca. Se d~sprdio de ella con un poco de tristeza. Sacó una lima para unas de su bolsa y la clavó en el cuerpo de Cindy.

~~

192

Sin abrir los ojos, escuchó como el aire salía del plástico. Los tentáculos, curiosamente, también se desinflaron. Lucy abrió los ojos y soruió.



o

STQP

dnco

Todo impedía que Ray llegara a la puerta. No había salida Empezó a aventar las cajas de un lado a otro. La luz del

monitor lo atravesaba Su cuerpo no proyectaba sombra. dos Como de golpe, todo cayó. La opinión de los comentaristas de la televisión. Los consejos de belleza La necesidad de un trabajo. La cárcel de recuerdos e imágenes que eran sus amigos. La telaraña de mentiras que era su vida Por un momento, Ray se sintió ligero, y pensó que iba a flotar, en una interpretación poco agraciada de la muerte. Pero no sucedióasi Dejó de correr. Se sentó sobre una caja y esperó a que todo pasara Tocó el monitor. Su brazo atravesó la pantalla Afuera, su cuerpo adquirió consistencia Las luces disminuyeron su intensidad mientras Ray miraba su reflejo en el cristal del monitor. Habíaa]goenlamano,dentrodelapantallaEraelcontrol remoto. Ray lo volteó hacia sí mismo y apretó varios botones a la vez. Cero.

FAOE OUT

con&urnir antes de le Ta::ha

Indicada a"I el tordo

...... 195

...... 194

La escena es así: Madrugada Oficinas corporativas. Una persona sigue trabajando. Andrea se sentó y trató de organizarse. Tenía que ser optimista y aprender para seguir adelante. Creía en su trabajo y le gustaba hacerlo. Necesitaba hacerlo. Qué importaba que estuviera lleno de imbéciles que no entendían nada de lo que pasaba en el mundo. Quería cambiar el negocio de la publicidad. Hacer algo inteligente. Algo bello. Tenía que seguir fabricando sueños. Los había escrito mil veces, lo había planeado otras tantas. Sabía exactamente lo que tenía que decir. Sabía exactamente lo que quería. Quería crear una imagen que borrara toda la incertidumbre de su vida, una imagen que respondiera a todas las expectativas, a todas las demandas, a todos los deseos. Finalmente, no sabía hacer otra cosa. Todo era cuestión de esperar la señal que le indicara el momento exacto donde la vida adquiría sentido, aunque sólo fuera por veinte segundos. Todo era esperar la oportunidad de entrar a escena. Tomó las órdenes de trabajo que tenía en su escritorio y las empezó a hojear, tratando de encontrar una con la cual, aún sin darse cuenta, pudiera empezar a escrib1r el guión que seguiría por el resto de su vida.



Lamentamos reportar que el cadáver de Raymundo Domínguez fue encontrado ayer en la mañana, unas

cuantas horas después de que se cumpliera el plazo que los secuestradores habían fijado para el pago del rescate, a las orillas de la Autopista del Sol Aunque el cuerpo es casi irreconocible, la familia del secuestrado confirmó su identidad a partir de la vestimenta. MADRE (llorando}: Yo le regalé esos tenis, eran sus preferidos. Así acaba esta triste historia, como un claro ejemplo de .Ia impunidad que reina en nuestro país. Aun cuando el caso ya está cerrado y la prometedora vida del joven Raymundo haya sido truncada para siempre, la policía promete seguir investigando, aunque también admite que no tiene líneas de investigación que seguir. Cuando regresemos de comerciales mostraremos un resumen de las nuevas series que se estrenan la semana que entra en este canal. Además, entrevistas con los actores.



La escena es así: Mauricio masca un chicle en el mostrador de la farmacia. Para variar, estaba aburrido, un poco desconcertado por el asunto de Ray. Su departamento estaba vacío y no había manera de localizarlo. En la television, decía que habían encontrado su cadáver, pero nadie puede confiar en lo que dicen esos tipos. De todos modos, planeaba ir al funeral. Las primas de Ray siempre le habían gustado. El dolor entre sus piernas no le molestaba mucho. A veces era insoportable, esa érección constante. Pero le impedía pensar en otra cosa que no fuera su satisfacción inmediata. Y eso era bueno, sostenía entre sus piernas lo único que le importaba. LEstudiar medicina? LA quién le interesa? Para eso hay farmacias. Caminas entre los anaqueles y escoges las drogas necesarias. Sabía cómo resolver todos sus problemas.

.... 196

.... 197

Mauricio observa su reflejo en el espejo para los lentes oscuros. Había pensado seriamente en la.cirugía plástica. Su cara estaba pasada de moda. Se lo decían a gritos las revistas, los anuncios, las estrellas del cine y la televisión. Eso sería radical lQué pasaría.si cambiara su rostro? Pues bueno, quizás más mujeres se le acercarían. lQué pensarían sus amigos? No les avisaría, llegaría con ellos. lQué les podría decir para que lo reconocieran con su nueva identidad? Tenía que pensar alguna clave, algo que se los indicara. . A Mauricio no se le ocurrió nada. Mientras lo seguía pensando, decidió que necesitaba inspiración. Se paró y fue rumbo a la bodega para buscar unas pastillas que lo ayudaran.



Lucy llegó a su casa después de un arduo día de trabajo. La relación con su jefe seguía igual, pero ella ya había aprendido a manejarla. En la máquina contestadora había varios mensajes. Apretó el botón que rebobinaría la cinta y se dirigió a su cuarto. Ahí estaba la muñeca, completamente desinflada. Un letrero, sobre la cabeza, proclamaba su identidad. -Hola Cindy-le dijo Lucy. Uno de los recados llamó su atención. El que lo dejó no decía su nombre, pero la voz le sonaba extrañamente familiar. -Lucy, soy yo, estoy bien, buscando trabajo, algo que me guste. Estoy viviendo en un cuarto. Es pequeño, pero hasta televisión tengo. Mis heridas están cicatrizando. No sé, me siento raro, bien, sin nada que me ate. Por elmomento, no pienso regresar a la ciudad. Te hablo para que no te preocupes. Luego me platicasmi funeral. Besos Bye. Lucy volteó a ver a la contestadora. Era la voz de Ray.

Ella lo sabía, todos estos días había tenido un buen presentimiento. Por eso no había ido al funeral. Ray estaba bien. Lucy siempre había sido especial. Ella sabía esas cosas. Entró al baño y se preparó para dormir. Con suerte, podría soñar con Ray. Antes de acostarse, se acercó al espejo y pintó con lápiz labial sobre su superficie: My name is Lucy. Se llevó un dedo a la boca mientras miraba el recado. Tomó un kleenex y lo borró. Sonrió. Uno nunca sabe quién va a ser mañana.

Related Documents

Punto Cero Por Pepe Rojo
January 2021 1
Punto X Punto Acupuntura
January 2021 1
Pepe Mujica
January 2021 1
Punto G
January 2021 2
Rojo Amanecer
February 2021 1

More Documents from "Yere Manzano"