16. Langner, Córdula - Evangelio De Lucas. Hechos De Los Apóstoles

  • Uploaded by: Jony Murillo
  • 0
  • 0
  • January 2021
  • PDF

This document was uploaded by user and they confirmed that they have the permission to share it. If you are author or own the copyright of this book, please report to us by using this DMCA report form. Report DMCA


Overview

Download & View 16. Langner, Córdula - Evangelio De Lucas. Hechos De Los Apóstoles as PDF for free.

More details

  • Words: 138,155
  • Pages: 404
Loading documents preview...
08.245 - 01. Primeras

29/10/08 10:00

Página 2

08.245 - 01. Primeras

29/10/08 10:00

Página 3

EVANGELIO DE LUCAS HECHOS DE LOS APÓSTOLES

08.245 - 01. Primeras

29/10/08 10:00

Página 4

08.245 - 01. Primeras

29/10/08 10:00

Página 5

CÓRDULA LANGNER

EVANGELIO DE LUCAS HECHOS DE LOS APÓSTOLES Biblioteca Bíblica Básica 16

Editorial Verbo Divino Avenida de Pamplona, 41 31200 Estella (Navarra), España Tfno: 948 55 65 11 Fax: 948 55 45 06 www.verbodivino.es [email protected]

Diseño de cubierta: Francesc Sala Fotocomposición: NovaText, Mutilva Baja (Navarra) © Córdula Langner. © Editorial Verbo Divino, 2008 © De la presente edición: Verbo Divino, 2013 ISBN pdf: 978-84-9945-789-5 ISBN (versión impresa): 978-84-8169-858-9 Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos) si necesita reproducir algún fragmento de esta obra (www.conlicencia.com; 91 702 19 70 / 93 272 04 47).

08.245 -02. Contenido

29/10/08 12:10

Página 7

CONTENIDO

Presentación de la colección por los directores .....................

15

Tabla cronológica ...................................................................

19

Prefacio ...................................................................................

23

Preliminar metodológico: La particularidad de los textos bíblicos .......................................................................................

25

CAPÍTULO I. INTRODUCCIÓN A LA OBRA LUCANA .. I. El texto de la obra lucana ........................................... II. Lucas, el escritor .......................................................... III. El trasfondo sociorreligioso: los creyentes en Jesús en la región mediterránea en el período subapostólico (70-120 d.C.) ............................................................... IV. Los destinatarios .......................................................... V. Los temas centrales y elementos de la teología lucana CAPÍTULO II. LECTURA GLOBAL DE LA OBRA DE LUCAS ................................................... I. El primer libro, el Evangelio: todo lo que Jesús empezó a hacer y enseñar .................................................... II. El segundo libro, Hechos de los Apóstoles: testigos desde Jerusalén hasta los confines de la tierra

31 31 33 40 43 45

51 51 58

08.245 -02. Contenido

8

29/10/08 12:10

Página 8

LUCAS. HECHOS DE LOS APÓSTOLES

PRIMERA PARTE: EL EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS CAPÍTULO III. PRÓLOGO Y «EVANGELIO DE LA INFANCIA»: LC 1,1-2,52 ......................................... I. El prólogo: Lc 1,1-4 ..................................................... 1. Texto ........................................................................ 2. Claves de interpretación ......................................... II. El «Evangelio de la infancia»: Lc 1,5-2,52 ................. 1. El anuncio del nacimiento de Juan el Bautista y de Jesús: Lc 1,5-38 ................................................... 2. El encuentro entre María e Isabel: Lc 1,39-56 ....... 3. El nacimiento de Juan el Bautista y el nacimiento de Jesús: Lc 1,57-2,52 .............................................. CAPÍTULO IV. LA PREPARACIÓN DEL CAMINO DEL SEÑOR. JUAN Y JESÚS: LC 3,1-4,13 ......................... I. El ministerio de Juan el Bautista: Lc 3,1-22 ............... II. La genealogía de Jesús: Lc 3,23-38 .............................. III. Las tentaciones de Jesús: Lc 4,1-13 ............................. CAPÍTULO V. LA MISIÓN DE JESÚS: SU ENSEÑANZA Y SUS DESTINATARIOS: LC 4,14-6,49 ............................. I. Introducción panorámica a la misión de Jesús: Lc 4,14-6,19 ...................................................................... 1. La predicación inaugural de Jesús: Lc 4,14-30 ....... 2. Las primeras curaciones y vocaciones: Lc 4,31-5,16. El ejemplo de la suegra de Simón: Lc 4,38-39 ....... 3. La práctica de Jesús le causa conflictos: Lc 5,17-6,19 II. La enseñanza de Jesús. Cómo debemos actuar y vivir: Lc 6,20-49 .................................................................... CAPÍTULO VI. JESÚS DEMUESTRA Y ENSEÑA: QUIEN CREE, SERÁ SALVADO: LC 7,1-9,50 ................... I. La fuerza sanadora y salvadora de fe: Lc 7,1-8,56 ....... 1. La gran fe sanadora del centurión: Lc 7,1-10 ......... 2. Jesús resucita al hijo de la viuda de Naín: Lc 7,11-17 3. La pregunta de Juan el Bautista: ¿Quién es Jesús?: Lc 7,18-35 ............................................................... 4. La fe salvadora de la «pecadora»: Lc 7,36-50 ......... 5. Muchas mujeres acompañaban a Jesús: Lc 8,1-3 ....

67 67 67 67 69 69 77 81 93 93 98 98 101 101 101 108 113 114 117 117 117 122 123 124 132

08.245 -02. Contenido

29/10/08 12:10

Página 9

CONTENIDO

6. La eficacia de la palabra de Dios: Lc 8,4-21 ........... 7. La tempestad calmada: Lc 8,22-25 ......................... 8. El endemoniado de Gerasa: Lc 8,26-39 .................. 9. La fuerza de fe: Lc 8,40-56 ...................................... II. ¿Quién es Jesús?: Lc 9,1-50 ......................................... 1. La misión de los Doce: Lc 9,1-6.10 ........................ 2. Herodes pregunta por la identidad de Jesús: Lc 9,7-9 3. Jesús alimenta y satisface a todos los hombres: Lc 9,11-17................................................................. 4. ¿Quién soy yo?: Lc 9,18-27 ..................................... 5. Dios confirma la identidad de Jesús: Lc 9,28-36 .... 6. Modelos para la práctica en la comunidad: Lc 9,37-50 CAPÍTULO VII. LA ACTITUD DE LOS DISCÍPULOS DE JESÚS: LC 9,51-12,53 ...................................................... I. El seguimiento de los discípulos: Lc 9,51-10,42 ......... 1. Mala acogida en un pueblo samaritano: Lc 9,51-56 2. Seguimiento y envío: Lc 9,57-62 y 10,1-20 ............ 3. ¿Qué hacer para heredar la vida eterna?: Lc 10,25-37 4. Elegir la mejor parte: Lc 10,38-42 .......................... II. La actitud adecuada de los seguidores de Jesús: Lc 11,1-12,53 .................................................................... 1. Cómo podemos orar: Lc 11,1-13 ............................ 2. Jesús discute con sus oponentes: Lc 11,14-54. Los ejemplos de la verdadera dicha: Lc 11,27-28, y de la luz en ti: Lc 11,33-36 ..................................... 3. Enseñanzas a los discípulos: Lc 12,1-53 .................. CAPÍTULO VIII. DEL ARREPENTIMIENTO Y DEL REINO DE DIOS: LC 12,54-15,32 ............................ 1. Del arrepentimiento: Lc 12,54-13,9 ....................... 2. La curación en sábado de la mujer encorvada: Lc 13,10-17 ................................................................... 3. Del Reino de Dios: Lc 13,18-30.31-35 ................... 4. El Reino de Dios y el seguimiento de Jesús: Lc 14,1-35 ..................................................................... 5. Tres parábolas del Dios misericordioso: Lc 15,1-32 CAPÍTULO IX. EL REINO DE DIOS YA ESTÁ ENTRE USTEDES: LC 16,1-19,27 ........................................ 11. El buen uso de los bienes: Lc 16,1-13 ...................

9

135 136 136 138 141 141 141 141 142 143 144 145 146 146 147 152 156 161 161 167 170 173 173 174 179 181 184 191 191

08.245 -02. Contenido

10

29/10/08 12:10

Página 10

LUCAS. HECHOS DE LOS APÓSTOLES

12. La estimación de la Torá: Lc 16,14-18 ................. 13. El rico y Lázaro el pobre: Lc 16,19-31 .................. 14. Jesús enseña a sus discípulos: Lc 17,1-10 .............. 15. El samaritano agradecido: Lc 17,11-19 ................. 16. Del Reino de Dios y del día del Hijo del hombre: Lc 17,20-21.22-37 ................................................. 17. La parábola del juez y la viuda: Lc 18,1-8 ............ 18. El Reino de Dios: ¿para los pecadores, los niños y los ricos?: Lc 18,9-34 ............................................. 19. El ciego de Jericó, modelo para los seguidores de Jesús: Lc 18,35-43 .................................................. 10. Zaqueo, modelo de identificación para los ricos: Lc 19,1-10 ............................................................. 11. La parábola de las minas: Lc 19,11-27 .................. CAPÍTULO X. EL CONFLICTO CON LOS ANTAGONISTAS DE JESÚS SE AGUDIZA: LC 19,28-21,38 ........................................................................ 1. Jesús, rey de paz: Lc 19,29-46 .................................. 2. Los adversarios de Jesús buscan matarle: Lc 19,47-20,47. El ejemplo del tributo debido al César: Lc 20,19.20-26 ........................................................ 3. El óbolo de la viuda pobre: Lc 21,1-4 ..................... 4. Discurso escatológico de Jesús: Lc 21,5-36 ............. 5. Jesús enseña en el Templo: Lc 21,37-38 ................. CAPÍTULO XI. LA PASIÓN: LC 22,1-23,56 ........................... 1. Preparativos para la Pascua y para la entrega de Jesús: Lc 22,1-13 ...................................................... 2. La Pascua: Lc 22,14-38 ........................................... 3. Prendimiento de Jesús e interrogatorios: Lc 22,39-23,25 .............................................................. 4. La crucifixión y la muerte de Jesús: Lc 23,2643.44-49 ................................................................... 5. El sepelio de Jesús: Lc 23,50-56 .............................. CAPÍTULO XII. LOS TESTIMONIOS DE LA RESURRECCIÓN: LC 24,1-53 ................................. I. Enlaces narrativos ....................................................... 1. El mensaje de la resurrección: Lc 24,1-12 ..............

197 198 201 202 202 203 204 206 207 212

215 216 220 225 229 230 231 232 232 238 240 250

251 251 252

08.245 -02. Contenido

29/10/08 12:10

Página 11

CONTENIDO

11

2. Los discípulos de Emaús: Lc 24,13-35 .................... 3. La aparición de Jesús a los discípulos: Lc 24,36-49 4. La Ascensión: Lc 24,50-53 ..................................... II. Enlaces pragmáticos .................................................... 1. Las mujeres .............................................................. 2. Los discípulos de Emaús .......................................... 3. Los once y los demás discípulos .............................. 4. Los ángeles .............................................................. 5. Jesús resucitado ........................................................ 6. Ser testigo ................................................................ 7. La fracción del pan .................................................. 8. El Mesías que tiene que sufrir ................................. 9. Dios perdona porque es misericordioso ..................

253 254 254 255 255 256 257 258 258 259 259 260 262

CAPÍTULO XIII. RETROSPECTIVA Y ANTICIPACIÓN ... 1. Colaboración en el plan salvífico de Dios .............. 2. Jesús cura y perdona a los pecadores ....................... 3. El Evangelio para ricos y pobres ............................. 4. Hombres y mujeres escuchan y enseñan el Evangelio 5. El Evangelio se dirige a los judíos igual que a los gentiles .................................................................... 6. La vida pluriforme de las comunidades .................. 7. El ejemplo de las mujeres para la vida de fe ........... 8. La fuerza dinámica del Espíritu Santo ....................

265 265 266 267 268 269 271 272 275

SEGUNDA PARTE: HECHOS DE LOS APÓSTOLES CAPÍTULO XIV. PRÓLOGO Y EL COMIENZO DE LA PRIMERA COMUNIDAD: HCH 1,1-2,47 ............... I. Prólogo y ascensión como conexión: Hch 1,1-14 ...... 1. Texto ........................................................................ 2. Claves de interpretación ......................................... II. El comienzo de la primera comunidad: Hch 1,15-2,47 1. El complemento de los once: Hch 1,15-26 ............ 2. Pentecostés: Hch 2,1-47 .........................................

281 281 281 283 289 289 290

CAPÍTULO XV. LA VIDA EN LA PRIMERA COMUNIDAD: HCH 3,1-8,4 ............................................................................ 299 1. Pedro y Juan curan a un tullido: Hch 3,1-4,31 ...... 299

08.245 -02. Contenido

12

29/10/08 12:10

Página 12

LUCAS. HECHOS DE LOS APÓSTOLES

2. La praxis solidaria en la primera comunidad: Hch 4,32-37 ..................................................................... 3. El fraude de Ananías y Safira: Hch 5,1-11 ............. 4. El Sanedrín prohíbe enseñar en el nombre de Jesús: Hch 5,12-42 ............................................................ 5. Desatención en la asistencia diaria: Hch 6,1-7 ...... 6. El testimonio y martirio de Esteban: Hch 6,8-8,1a 7. La persecución de la Iglesia: Hch 8,1b-4 ................ CAPÍTULO XVI. LA MISIÓN EN SAMARÍA Y JUDEA: HCH 8,5-9,31 ........................................................................... 1. La misión en Samaría: Hch 8,5-25 ......................... 2. El bautizo del primer temeroso de Dios. El eunuco: Hch 8,26-40 ............................................................ 3. Saulo, su conversión y su trabajo por el Evangelio: Hch 9,1-31 .............................................................. CAPÍTULO XVII. EL EVANGELIO LLEGA A LOS GENTILES: HCH 9,32-12,25 .................................... 1. Pedro en Lidia y Jope: Hch 9,32-43 ....................... 2. Dios da a los gentiles la conversión que lleva a la vida: Hch 10,1-11,18 .............................................. 3. La iglesia de Antioquía: Hch 11,19-30 .................. 4. En Jerusalén: Hch 12,1-25 ...................................... CAPÍTULO XVIII. LA PRIMERA MISIÓN DE BERNABÉ Y SAULO: HCH 13,1-14,28 .......................... I. La nueva obra: Hch 13,1-5 ..................................... 2. En Chipre: Hch 13,6-12 ......................................... 3. En Antioquía de Pisidia: Hch 13,13-52 ................. 4. En Iconio, Listra y Derbe, y el regreso a Antioquía: Hch 14,1-28 ............................................................

301 306 308 309 310 310 321 322 326 327 329 329 331 339 343 345 345 345 346 346

CAPÍTULO XIX. LA DECISIÓN OFICIAL DE ABRAZAR A LOS GENTILES: HCH 15,1-35 ......................................... 1. La relación entre judíos y gentiles .......................... 2. El conflicto y su solución decisiva: Hch 15,1-35 ...

349 350 350

CAPÍTULO XX. LA SEGUNDA MISIÓN DE PABLO. A EUROPA: HCH 15,36-18,23A ........................................... 1. La partida al segundo viaje: Hch 15,36-16,5 .......... 2. El Evangelio llega a Europa: Hch 16,6-40 .............. 3. En Tesalónica y Berea: Hch 17,1-15 ......................

359 359 359 366

08.245 -02. Contenido

29/10/08 12:10

Página 13

CONTENIDO

13

4. En Atenas: Hch 17,16-34 ....................................... 5. En Corinto, y vuelta a Antioquía: Hch 18,1-23a ..

366 367

CAPÍTULO XXI. EL TERCER VIAJE MISIONERO: HCH 18,23B-21,16 .................................................................. 1. Apolo, Priscila y Áquila: Hch 18,24-28 ................. 2. Los discípulos en Éfeso: Hch 19,1-7 ....................... 3. Misión y resistencia en Éfeso: Hch 19,8-20,1a ....... 4. Pablo regresa a Jerusalén: Hch 20,1b-21,16 ...........

369 369 371 371 372

CAPÍTULO XXII. EL EVANGELIO SE DIVULGA DE JERUSALÉN A ROMA: HCH 21,17-28,31 .................... I. Pablo da testimonio de Jesús en Jerusalén: Hch 21,17-23,35 .................................................................. 1. Pablo llega a la comunidad de Jerusalén: Hch 21,17-26 ................................................................... 2. Pablo es arrestado: Hch 21,27-40 ........................... 3. Discurso de Pablo a los judíos de Jerusalén: Hch 22,1-29 ..................................................................... 4. Pablo ante el Sanedrín: Hch 22,30-23,11 .............. 5. Conjuración contra Pablo y su traslado a Cesarea: Hch 23,12-35 .......................................................... II. Pablo da testimonio de Jesús en Cesarea: Hch 24,1-26,32 .................................................................... 1. Pablo ante el procurador Félix: Hch 24,1-27 ......... 2. Pablo apela al César: Hch 25,1-12 ......................... 3. Pablo ante el rey Agripa: Hch 25,13-26,32 ............ III. El camino de Pablo a Roma y su testimonio en Roma: Hch 27,1-28,31 ........................................................... 1. Camino a Roma: Hch 27,1-13 ................................ 2. Tempestad y naufragio: Hch 27,14-44 .................... 3. En Malta: Hch 28,1-10 ........................................... 4. Pablo a Roma: Hch 28,11-31 .................................. CAPÍTULO XXIII. CONCLUSIÓN TEÓFILO HA LEÍDO Y ENTIENDE... ................................ 1. ¿Quién es testigo? o: ¿Cómo se llega a ser testigo? .... 2. Rasgos característicos de los testigos ....................... 3. ¿Cómo ser testigo? y ¿Cómo testimoniar su fe? ...... Bibliografía básica sobre la obra de Lucas .............................. Vocabulario básico ..................................................................

375 375 375 376 377 379 379 380 380 381 381 382 382 382 383 383 391 391 393 394 397 399

08.245 -02. Contenido

29/10/08 12:10

Página 14

08.245 -03. Presentación

29/10/08 10:03

Página 15

PRESENTACIÓN DE LA COLECCIÓN POR LOS DIRECTORES

«Hoy ha sido cumplida esta Escritura...» Lo que el Ungido de Nazará echó a andar en la sinagoga de su pueblo, no ha cesado a lo largo de las generaciones de las hijas e hijos de Dios, ungidos todos con el Espíritu del Señor, «hasta los confines del mundo». Desde aquel día, el Espíritu ha estado fundiendo el quehacer profético de Isaías con el libertador de Jesús, con el del catequista Lucas, con el de otras testigos y facilitadores de la Palabra a lo largo de los días y en los lugares más insospechados, para forjar la plenitud del Evangelio; cumpliéndose día con día, pero incompleto mientras haya oprimidas, ciegos, cautivas, pobres, inmigrantes, analfabetas, violentados, excluidas... En esa dinámica del Espíritu queremos colocar estas guías de estudio que hemos llamado Biblioteca Bíblica Básica (BBB), como un apoyo para proseguir el proyecto renovado del «año grato del Señor». Estas guías de la BBB están destinadas a lectores que ya poseen una información bíblica elemental y que buscan medios para adentrarse en el conocimiento de la Escritura. Particularmente los agentes de pastoral, religiosas y religiosos, alumnas y alumnos de institutos y escuelas bíblicas, sacerdotes y seminaristas encontrarán en estas páginas elementos preciosos para crecer en amor y conocimiento de la Palabra de Dios. En las páginas de la BBB se refleja también el mestizaje del Evangelio que ha dado color y sabor tan nuestros a estas tierras; escuchamos voces nacidas en México, e igualmente acentos que llegan desde otras latitudes pero con fuerte arraigo aquí. Estamos con-

08.245 -03. Presentación

16

29/10/08 10:03

Página 16

LUCAS. HECHOS DE LOS APÓSTOLES

vencidos de que sólo conjugando nuestros distintos contextos, percepciones e inspiraciones facilitamos que la Palabra llegue a ser Buena Noticia: una realidad «grata al Señor». Esta serie constará de veintiún volúmenes que presentarán los resultados más relevantes del estudio reciente sobre la Palabra de Dios escrita, pero privilegiará la interpelación entre el lector y el texto inspirado, porque nunca hay que olvidar que la Biblia es para la vida, no al revés. En este volumen presentamos los dos libros de la obra lucana, el evangelio de san Lucas y el libro de los Hechos de los Apóstoles; ambos configurados explícitamente bajo el sello del Espíritu eficaz. El primero nos ofrece su peculiar testimonio sobre Jesús de Nazaret, ungido con poder y Espíritu para liberar «a todos los oprimidos por el diablo» (Hch 10,38); a ese Mesías de Dios lo ajusticiaron como subversivo y malhechor, pero Dios lo resucitó de entre los muertos y está vivo; por eso, lejos de haber sido cancelado, su proyecto tiene nuevo poder. El segundo libro constata que el propósito de Jesús ha sido prolongado y multiplicado por diversos testigos del Evangelio que, han ido configurando las iglesias cristianas de los orígenes. Por esto, Hch es también una ventana privilegiada para asistir a cómo fueron alumbradas las iglesias de los orígenes; en Hch constatamos que más que de un proceso de estabilización, homogeneización o institucionalización, por alguna misteriosa razón del Espíritu, se trata de una dinámica subversiva y constante, en la que las «prudentes medidas» de algunos de sus protagonistas y responsables resultan insuficientes e inoperantes, y por lo mismo rebasadas, pues otros, aquellos que no cuentan –las y los excluidos– en la toma de decisiones, pero movidos por el Espíritu, rompen los moldes establecidos para re-crear un horizonte nuevo y un contexto diferente, donde los hombres se vuelven sujetos o agentes del Espíritu y su quehacer facilita la Vida nueva de los hijos de Dios, aportada en Jesucristo. Aquellas generaciones encontraron modos de incluir a todos los que escuchan y repiten el Evangelio: a muchos y muchas sin nombre, como al paralítico y a la encorvada, al eunuco y a la esclava poseída, pero también a Pedro y a Magdalena, a Juana y a Zaqueo, a Susana y a Matías, a Santiago y a Esteban, a Saulo y a Lidia y a Priscila, etc. Ambos libros siguen siendo un espejo para nosotros y nuestros quehaceres y proyectos; ambos nos tienen que inspirar para facilitar el proyecto de Dios para todos nuestros hermanos excluidos.

08.245 -03. Presentación

29/10/08 10:03

Página 17

PRESENTACIÓN

17

La sugestiva propuesta que Córdula Langner nos ofrece privilegia los efectos inspiradores del texto, su potencial de identificación para transformar el contexto nuestro y recrear eficazmente el que Dios quiere. Para llegar allí, primero se han de percibir atenta y respetuosamente las voces y actitudes de los hombres y mujeres que pueblan la narración lucana; estudiar el texto desde las cuestiones que la profesora nos va planteando es el cimiento donde se asentará nuestra percepción y nuestra actitud ante la Palabra de Dios. Esto es fundamental para mirar los textos como son, sobre todo los que nos son más familiares, y no como «ya los conocemos». Luego podremos percibir las analogías y conexiones que florecen conforme se desarrolla la narrativa de Lucas, y en este proceso podremos configurar, afianzar o remodelar nuestras propias percepciones y actitudes. Desde allí estaremos mejor equipados para facilitar que el Evangelio de Jesucristo consiga hoy su cumplimiento y tienda a la plenitud «en cada rincón de la tierra». Ojalá que las líneas de este volumen, el 16 de la Biblioteca Bíblica Básica, inspiren al lector a releer crítica y receptivamente la Escritura, a cotejar sus propias actitudes y a enriquecerlas con lo que el Espíritu le proclama a esta Iglesia que todos conformamos y que debe caminar acorde a lo que escucha. El horizonte no es otro sino el del Espíritu eficaz y renovador de Jesucristo resucitado. Los directores: Ricardo López Rosas Carlos Junco Garza Representante de la Editorial: Julián Fernández de Gaceo, SVD

08.245 -03. Presentación

29/10/08 10:03

Página 18

08.245 - 04. Tabla

29/10/08 10:04

Página 19

TABLA CRONOLÓGICA

En esta tabla reúno los datos políticos del Imperio romano en la medida en que refieran al país de Israel y/o a las personas que aparecen en Lucas, sea en el evangelio o en Hechos. Como no conocemos las fechas exactas, las de esta tabla son aproximadas. DATOS IMPERIALES

FECHA

Octavio Augusto, César 37 a.C.-14 d.C. Herodes el Grande, 37 a.C.-4 a.C. rey de Judea, Galilea, Samaría, Idumea y Perea 7/6 a.C. Quintilio Varo, gobernador 6-4 a.C. de Siria Muerte de Herodes el Grande 4 a.C. Herodes Antipas, tetrarca 4 a.C.-39 d.C. de Galilea y Perea Quirino (o Cireno), 6-7 d.C. Gobernador de Siria 6-15 Tiberio, César del Imperio

Poncio Pilato, procurador de Judea

14-37 18-37 26-36

DATOS BÍBLICOS

Nacimiento de Jesús ¿Censo de Quirino (Cireno)? Lc 2,2

Censo de Quirino Anás, sumo sacerdote Lc 3,2 Caifás, sumo sacerdote Lc 3,2

08.245 - 04. Tabla

29/10/08 10:04

20

Página 20

LUCAS. HECHOS DE LOS APÓSTOLES

DATOS IMPERIALES

FECHA

DATOS BÍBLICOS

27/28-29

Predicación de Juan el Bautista Lc 3,2-3 Bautismo de Jesús Lc 3,21 Decapitación de Juan el Bautista Lc 9,9 Crucifixión de Jesús: 14 de Nisán / 7 de abril Lc 23,26-49 Martirio y muerte de Esteban Hch 6,8-7,60 Reorientación de Pablo Hch 9,1-22

27/28 29 30 ¿?

33 ¿? 33/35 Calígula, César del Imperio

Claudio, César del Imperio Herodes Agripa I, rey de Palestina

37-41 circa 40-45

41-54 41-44 42

Hambruna en Judea

47 ¿?

46-47

48/49 Decreto del César Claudio: los judíos deben abandonar Roma

49

50

Herodes Agripa II, rey de Palestina

Bernabé y Pablo en Antioquía Hch 11,25-26

50-100

Decapitación de Santiago Hch 12,1-3 El profeta Ágabo previó la gran hambre Hch 11,27-30 Primer viaje misionero de Bernabé y Pablo Hch 13,2-14,28 Asamblea de Jerusalén Hch 15,1-35 Priscila y Áquila, expulsados de Roma, llegan a Corinto Hch 18,2 Pablo parte a su segundo viaje misionero Hch 15,36-18,23a

08.245 - 04. Tabla

29/10/08 10:04

Página 21

21

TABLA CRONOLÓGICA

DATOS IMPERIALES

FECHA

DATOS BÍBLICOS

Galión: Procónsul de Acaya / Corinto Nerón, César del Imperio

51/52 o 52/53

Pablo en Corinto Hch 18,12-17

54-68 53/54-55/56

58

47-59

Félix, procurador de Judea

58/59

Porcio Festo, procurador de Judea

59-60

60/61 61-64/67

Incendio de Roma Restricciones contra los creyentes en Jesús

64 66-70

Destrucción de Qumrán

68

Priscila y Áquila en Éfeso Hch 18,18-19 Pablo en Éfeso Hch 18,18-19; 19,1-20,1 Apolo en Éfeso Hch 18,24-26 Despedida de los ancianos de Éfeso, viaje de Pablo a Jerusalén Hch 20,1621,17 Ananías, sumo sacerdote Hch 23,2-5; 24,1 Pablo bajo arresto en Jerusalén y Cesarea Hch 23,24-24,27 Pablo ante Porcio Festo y los reyes Agripa y Berenice Hch 25,626,32 Viaje de Pablo a Roma Hch 27,1-28,15 Prisión de Pablo en Roma Hch 28,16-31 Ejecución de Pablo en Roma Comienzo de los sacrificios para el César en el templo; algunos de los creyentes en Jesús huyeron de Jerusalén a Pella, en Jordania

08.245 - 04. Tabla

29/10/08 10:04

22

Página 22

LUCAS. HECHOS DE LOS APÓSTOLES

DATOS IMPERIALES

FECHA

Vespasiano: César del Imperio 69-79 70

73-135

Tito, César del Imperio Domiciano, César del Imperio Restricciones contra filósofos y creyentes en Jesús en Roma y en el Oriente del Imperio Nerva, César del Imperio Trajano, César del Imperio Edicto de Trajano: el cristianismo es ilegal Adriano, César del Imperio Segunda sublevación judía (bajo Bar Kokebá). Jerusalén es destruida completamente, los judíos son expulsados de Judea y Jerusalén será reconstruida como ciudad pagana: «Colonia Aelia Capitolina», con un templo al dios Júpiter

79-81 81-96 circa 90

96-98 98-117 111 117-138

132-135

DATOS BÍBLICOS Conquista de Jerusalén por Tito y destrucción del templo Rabí Yojanan ben Zakkai funda el centro académico judío en Jabne (Jamnia)

08.245 - 05. Prefacio

29/10/08 10:04

Página 23

PREFACIO

Estimada lectora y estimado lector: Tienes en tus manos una «guía de lectura y de estudio» sobre el evangelio de Lucas (= Lc) y Hechos de los Apóstoles (= Hch). Esta guía te servirá para comprender más profundamente los textos bíblicos. Es más fácil entender un texto marcando lo importante, subrayando lo esencial y apostillando notas o señales para reencontrar a primera vista lo significativo e interesante. Quizá dudes si marcar o no los textos de tu Biblia con colores o con lápiz, pero en este libro puedes escribir cuanto quieras. Analizaremos los textos más importantes y característicos de Lc y de Hch, y así conocerás lo específico de Lucas. Encontrarás después de los textos elegidos unas preguntas y tareas para estudiarlos mejor. Luego siguen unas explicaciones e interpretaciones que retoman preguntas respecto al estudio del texto. Así podrás comprobar tus resultados. Conviene primero hacer las tareas del estudio del texto, pues comprenderás y aprenderás mucho más de la obra de Lucas (pero podrás entender las interpretaciones y explicaciones también si no tienes tiempo de estudiar el texto). Al final, encontrarás otra serie de preguntas para repensar el texto, para meditarlo a solas, o bien compartirlo con tu grupo bíblico.

08.245 - 05. Prefacio

29/10/08 10:04

Página 24

08.245 - 06. Preliminar

29/10/08 10:05

Página 25

PRELIMINAR METODOLÓGICO

LA PARTICULARIDAD DE LOS TEXTOS BÍBLICOS

Acercarse a un texto –leerlo, estudiarlo e interpretarlo– se da siempre desde una perspectiva determinada y con un cierto interés. Por eso voy a presentar a continuación mi perspectiva y mi interés. La lectura de los textos bíblicos es una forma especial de comunicación. Una comunicación es un proceso que implementan los interlocutores juntos. En el caso de un escrito, sucede que un interlocutor, el texto, no puede reaccionar. La comunicación se desarrolla sólo en una dirección única: del texto al lector. Otra característica propia de los textos bíblicos –a diferencia de otros textos– es su pretensión de ser «palabra de Dios». La palabra de Dios como revelación de Dios manifiesta su voluntad y su promesa. Además, la palabra de Dios tiene fuerza dinámica, pues provoca, causa y crea una nueva realidad. De la eficacia dinámica de la palabra de Dios leemos por ejemplo en el primer relato de la creación que Dios habla y así fue (Gn 1,1-25), y en el libro de Isaías: «Así será mi palabra, la que salga de mi boca, que no tornará a mí de vacío, sin que haya realizado lo que me plugo y haya cumplido aquello a que la envié» (Is 55,11). También en Hch notamos la dinámica autónoma de la palabra de Dios: «La palabra de Dios iba creciendo...» (Hch 6,7) y: «La palabra del Señor crecía y se difundía poderosamente» (Hch 19,20). La palabra de Dios se expresa en las Sagradas Escrituras por medio del lenguaje de los hombres, por eso podemos entenderla (Dei Verbum 12-13). Nuestro lenguaje sigue ciertas reglas: un texto une y relaciona palabras y frases a un conjunto para comunicar la intención del autor al lector. La selección de palabras, la combinación de frases (a nivel estructural), los caracteres narrados, sus acciones

08.245 - 06. Preliminar

26

29/10/08 10:05

Página 26

LUCAS. HECHOS DE LOS APÓSTOLES

y diálogos (a nivel narrativo) dan a entender la intención del autor. El lector distingue si el autor comunica o pone en duda algo, si quiere exhortar o advertir. Analizando las palabras usadas por el autor, el lector puede averiguar también qué y cómo piensa el autor, su visión del mundo, sus valores éticos, su crítica, su esperanza... Las intenciones del autor no son lineales y unilaterales, sino más bien complejas. El autor puede informar y al mismo momento sugerir reflexiones alternativas, por ejemplo: «Los reyes de las naciones las dominan como señores absolutos y los que ejercen el poder sobre ellas se hacen llamar bienhechores; pero no así ustedes...» (Lc 22,25-26). Por medio del texto, el autor quiere provocar ciertas reacciones en el lector. El autor formula su texto según su interés, para que cause los efectos buscados. A veces hace evidente lo que quiere, por ejemplo una exhortación o una advertencia: «Los exhorto, hermanos, a que sean unánimes y no haya entre ustedes divisiones...» (1 Cor 1,10), o: «No entren en Egipto. Pueden estar seguros de que se lo he avisado hoy, que se están engañando a ustedes mismos...» (Jr 42,19-20). Otras veces no quiere que se identifique al instante su intención. Así puede formular un texto también en una manera que no surta su efecto en el momento mismo en que el lector lo lee, sino después, cuando repiensa el texto. Esta intención la encontramos por ejemplo en las preguntas de Jesús a los discípulos, pues examinadas de cerca se trata de preguntas que exigen también una respuesta del lector: «¿Dónde está su fe?» (Lc 8,25), o: «Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?» (Lc 9,20). Además, el autor puede formular un texto para que surta un efecto posteriormente en el lector. Conocemos por ejemplo el efecto consolador del Salmo 23: «Yahvé es mi pastor, nada me falta...», y las palabras alentadoras y confortantes del Salmo 121: «Es tu guardián Yahvé...». Estos ejemplos nos demuestran las dimensiones múltiples y complejas de un texto. También los textos «actúan» por sus palabras y consiguen que algo cambie: surten efectos en los lectores y les sugieren algo, los alientan, los consuelan, los llevan a reflexionar... En mi interpretación me importa sobre todo la dimensión del texto que quiere crear la nueva realidad de Dios. La parábola de las semillas que dan distintas cantidades de frutos dependiendo del terreno en que caen (Lc 8,4-15) simboliza la eficacia de la palabra de Dios. La semilla (la palabra de Dios) contiene en sí el potencial comple-

08.245 - 06. Preliminar

29/10/08 10:05

Página 27

PRELIMINAR METODOLÓGICO

27

to de dar frutos múltiples. Depende del terreno y de las circunstancias cuánto fruto produzca, es decir, depende de nosotros qué efecto puede surtir la palabra de Dios en nosotros. Los textos bíblicos quieren mover a los lectores –por su potencial dinámico– a descubrir la nueva realidad de Dios y actuar según la voluntad de Dios. Así como la gente preguntó a los predicadores (a Juan, a Jesús, a los discípulos): «¿Qué debemos o tenemos que hacer?» (Lc 3,10-14; 10,25; 18,18; Hch 2,37; 16,30), se preguntan hoy los lectores por el significado de la nueva realidad de Dios para su vida actual, y cómo deben actuar. Para descubrir la dimensión pragmática del texto vamos a analizar la estructura y el nivel narrativo-comunicativo del texto. No encontraremos recetas o instrucciones sobre qué debemos hacer, sino más bien «semillas» –como ideas, invitaciones, proposiciones, puntos de contacto– que debemos interpretar, actualizar y aplicar a nuestra situación actual. El mensaje y la intención de un texto dependen también de su contexto. Los textos bíblicos no se originaron en nuestro contexto sociocultural, pues surgieron en una época hace casi 3,000-2,000 años y en una cultura e historia distintas. Así podemos preguntarnos ¿por qué y cómo podemos entender aquellos textos? Entendemos el mensaje de los textos bíblicos porque compartimos las mismas preocupaciones y miedos, esperanzas y nostalgias con la gente de aquel tiempo. Es la misma fe que nos une. Por eso nos reflejamos en las personas de las que hablan las narraciones bíblicas y las parábolas. Podemos identificarnos fácilmente con ellas, pues son como nosotros. Incluso cometen las mismas faltas y tonterías que nosotros. Las personas bíblicas sirven como modelos: aprendemos por ellos –por su fe y confianza, por sus acciones y faltas– qué hacer y qué no. La misma fe nos une con las personas bíblicas por la revelación, la tradición y los credos. Tenemos el mismo horizonte de fe como trasfondo sobre el que interpretamos nuestras experiencias de la vida y de la fe. Por eso interpreto los textos bíblicos ante este horizonte de fe como testimonios de fe. Ante este horizonte de fe, frases como: «Los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos resucitan, se anuncia a los pobres la Buena Nueva» (Lc 7,22), o: «Todo el que pide, recibe; el que busca, halla; y al que llama, le abrirán» (Lc 10,11), ya no son utopías, sino que anuncian la presencia del Reino de Dios: «El Reino de Dios ya está en medio de ustedes» (Lc 17,21).

08.245 - 06. Preliminar

28

29/10/08 10:05

Página 28

LUCAS. HECHOS DE LOS APÓSTOLES

Analizo las diversas dimensiones de los textos bíblicos desde la perspectiva de la fe para encontrar su eficacia en los lectores. Se puede ilustrar con el ejemplo de una «red para pescar»: la red para pescar consiste en hilos anudados. Igualmente las palabras y frases de un texto se unen por su estructura gramatical. Si cambiamos partes de una frase, se cambia también su sentido: «Vende todo cuanto tienes y repártelo entre los pobres, y tendrás un tesoro en los cielos; luego, ven y sígueme», diferente de: «Vende todo cuanto tienes y repártelo entre los pobres; luego, ven y sígueme, y tendrás un tesoro en los cielos». ¿Qué debe hacer para tener el tesoro en los cielos? Retomamos otra vez la imagen de la red para pescar: la red no es fija e inflexible, sino flexible y elástica. Mirado desde cierta distancia notamos mejor las conexiones de los hilos con otros: la estructura de la red. Las palabras y frases de un texto están igualmente relacionadas a otros párrafos por el significado de las palabras y los mismos campos semánticos. Las palabras «pecar», «perderse», «estar muerto» y «arrepentirse» forman un campo semántico; otro es: «hallar», «alegrarse», «besar», «hacer fiesta» y «volver a la vida». Los mismos campos semánticos en las parábolas de «la oveja perdida», de «la dracma perdida» y del «hijo perdido» nos demuestran el entrelazamiento semántico de las tres parábolas: debemos interpretarlas como unidad. Tanto Lc como Hch son «narraciones». Las personas narradas, sus acciones y diálogos no están unidas sólo a nivel de las palabras y frases, sino también a nivel del contenido y de la narración. En Hch, la narración de la muerte de Esteban tiene muchos paralelos con la muerte de Jesús. También los hechos de Pedro y Pablo son narrados en forma paralela. Lucas usa también motivos (los milagros, las persecuciones), metáforas (el Reino de Dios), imágenes (el terremoto, la nube) y símbolos (el monte, el desierto) para aludir a otras narraciones de su obra o al AT o al contexto antiguo. Estos motivos, metáforas, paralelas, imágenes y símbolos nos demuestran el enlace narrativo de los textos. Los entrelazamientos semánticos y narrativos –alusiones, citas, palabras y motivos retomados, etc.– forman líneas de interpretación. Así como los hilos de la red para pescar están anudados, también lo están las líneas de interpretación. Estas conexiones posibilitan variadas asociaciones ante del horizonte de fe. Los nudos de la red dan estabilidad y flexibilidad. Por los nudos la red es una red y no un tejido. Los «nudos» de un texto –las conexiones de las líneas de in-

08.245 - 06. Preliminar

29/10/08 10:05

Página 29

PRELIMINAR METODOLÓGICO

29

terpretación– contienen la eficacia del texto. El autor ofrece por medio de las personas narradas (por sus acciones y sus discursos) modelos de identificación y de confrontación a sus lectores. Los lectores toman posición frente a la acción u opinión de las personas narradas. Así los lectores forman su opinión, aprenden, se desarrollan y profundizan su fe por los modelos narrados. El enlace pragmático de un texto contiene la eficacia del texto, abre a los lectores el horizonte de interpretación y le propone pautas de acción. Para pescar peces, se debe echar la red en el agua. No se puede pescar en suelos de tierra. Y la red por sí sola no pesca. De igual modo los textos bíblicos surten sus efectos: el agua es el horizonte de fe; el terreno o el aire son ámbitos diferentes. Es decir: los textos bíblicos son escritos en el horizonte de fe para surtir sus efectos y desplegar sus eficacias en este mismo horizonte. Los textos bíblicos aplicados a otros horizontes –por ejemplo a las ciencias naturales– no tendrán la misma eficacia. Tampoco un análisis estético podría decodificar el potencial completo de un texto bíblico. Finalmente, depende también de nosotros si pescamos peces: debemos echar la red en el agua, y recogerla. Es decir: nosotros mismos debemos relacionarnos con el texto bíblico, apropiárnoslo y aplicarlo en el horizonte de fe a nuestra fe y nuestra vida. Sólo así nos ayudan los textos bíblicos a profundizar nuestra fe y a vivirla más intensamente. La aplicación de los textos bíblicos a la propia vida es individualmente distinta para cada persona, pues cada uno se encuentra en otra situación de vida y en otras circunstancias. Por eso no se puede generalizar ni copiar la aplicación, pero ¡sí podemos compartirla! Compartiendo lo que significa un texto para cada uno/a, no sólo ganaremos otras perspectivas y más conocimientos sobre el texto, sino que, sobre todo, ¡se enriquecerá nuestra fe!

08.245 - 06. Preliminar

29/10/08 10:05

Página 30

08.245 - 07. Cap. 1

29/10/08 10:05

Página 31

CAPÍTULO I

INTRODUCCIÓN A LA OBRA LUCANA

I. EL TEXTO DE LA OBRA LUCANA La versión original de Lc y de Hch fue escrita en griego «koiné». El estilo y la lengua griega de los dos libros son cuidados y elegantes: encontramos frases subordinadas en vez de la simple yuxtaposición o parataxis, así como el uso de conjunciones y de participios. El autor domina las diferentes formas y géneros literarios como discursos, cartas, homilías, discusiones, oraciones, etc. Llama la atención que acomode bien la lengua y el estilo al contenido narrado, y caracterice a las personas actuantes por la manera como hablan. Tanto la lengua culta como el estilo elevado nos señalan que el autor revisó y redactó todas sus fuentes, conformándolas a una unidad. DOS VERSIONES DIFERENTES DEL TEXTO Los manuscritos antiguos, entre ellos especialmente los textos conocidos como «alejandrino» y «occidental», documentan la forma y el contenido de la obra de Lucas. Curiosamente las dos versiones del texto no son iguales, porque se diferencian tanto por las palabras usadas como por su extensión. El texto occidental es casi un 8,5% más amplio que el alejandrino, porque corrige inexactitudes geográficas y topográficas, aclara y describe más detalles, completa partes litúrgicas como fórmulas, oraciones o credos y pone otros acentos teológicos. Una añadidura típica del texto occidental –la que omite el texto alejandrino– la encontramos en la narración del bautizo del eunuco, donde el eunuco responde con un breve credo: «Pero le dijo Felipe: si crees con todo tu corazón, serás salvado. Respondiendo dijo: creo que Jesucristo es el Hijo de Dios» (Hch 8,37).

08.245 - 07. Cap. 1

32

29/10/08 10:05

Página 32

LUCAS. HECHOS DE LOS APÓSTOLES

Otra modificación más notable la encontramos en la narración de la asamblea de Jerusalén respecto las cláusulas que exigen los Apóstoles a los gentiles (Hch 15,20.29), pues el texto occidental omite «lo estrangulado» y añade la «regla de oro» (Mt 7,12 y Lc 6,31) en expresión negativa: «... y lo que no quieren que se haga a ellos, no hagan a otros». Por este cambio el texto occidental suprime el significado ritual de las normas originales (Lv 17-18), y pone de relieve un sentido ético y religioso. Ambos textos parecen tener la misma edad, por eso discuten los exegetas cuál preferir. De los ejemplos de la añadidura de Hch 8,37 y las modificaciones de Hch 15,20.29 es obvio que el texto alejandrino atestigua la versión original, mientras que el occidental representa una versión revisada. Pero no todos los cambios son tan evidentes, así que a veces es posible que también el texto occidental conserve el tenor original.

Según la «hipótesis de las dos fuentes», el autor conocía el evangelio de Marcos, que usó como modelo para la estructura de su primer libro: notamos que respecto el contenido coinciden sustancialmente Mc 1-16 y Lc 3-24, aunque el autor cambió el orden de unos acontecimientos, por ejemplo la visita de Jesús a la sinagoga de Nazaret (Mc 6,1-6a paralela a Lc 4,16-30). Además encontramos en Lc dos interpolaciones –la interpolación menor que incluye el sermón de la llanura (Lc 6,20-8,3) y la interpolación mayor que narra el viaje de Jesús a Jerusalén (Lc 9,51-18,4)– que coinciden con tradiciones del evangelio de Mateo. Se supone también que Lc incluye al menos dos fuentes más: una fuente que tiene en común con Mateo (la llamada «fuente Q») y otra propia de Lucas, desconocida por Mateo. En esta fuente propia de Lucas encontramos narraciones valiosas, pues enriquecen nuestra fe, nos unen con las primeras comunidades y nos muestran aspectos importantes de la perspectiva teológica de Lucas: las parábolas del buen samaritano (10,30-37), del hijo amado (15,11-32), del administrador (16,1-13), y del fariseo y del publicano (18,10-14), además himnos, salmos y oraciones (los cánticos de María, de Zacarías y de Simeón, las oraciones de la comunidad de Jerusalén y de Esteban) e indicios importantes sobre la relación de Jesús con los pecadores, publicanos y mujeres. La cuestión de las fuentes que usó el autor para escribir Hch está lejos de aclararse. Se supone que Lucas usaba una fuente de aque-

08.245 - 07. Cap. 1

29/10/08 10:05

Página 33

INTRODUCCIÓN A LA OBRA LUCANA

33

llos fragmentos que hablan del itinerario de un grupo (Pablo y sus compañeros) en la 1ª persona plural (nos, nosotros). Es posible que existiera una lista con notas de viaje, es decir: informaciones sobre lugares, distancias, tiempos de viaje, comunidades, etc., que retomó el autor. Insertando la 1ª persona plural, se presenta –conforme el ideal del historiógrafo en la Antigüedad– como hombre ilustre y entendido. Da a entender que viajaba mucho, insinuando al mismo tiempo que era testigo ocular de los acontecimientos durante los viajes de Pablo. Estas partes con el rasgo característico de la 1ª persona plural se encuentran sobre todo en las narraciones del anuncio del Evangelio en Europa y también en los viajes a Jerusalén y Roma. Es muy probable que el autor quisiera autorizar especialmente estos acontecimientos importantes por los «testigos oculares», porque coinciden con su idea de la divulgación y aceptación del Evangelio hasta los confines de la tierra (Hch 1,8).

II. LUCAS, EL ESCRITOR Los prólogos del tercer evangelio y de Hch indican que los libros están planeados como unidad.

AUTORÍA La tradición antigua registrada por Ireneo de Lyon (ca. 180 d.C.) identifica, basándose en Flm 24; Col 4,14; 2 Tim 4,11, al evangelista «Lucas» con «Lucas» el acompañante y colaborador de Pablo. Hoy ya no se asegura aquella identificación, pues el autor de Hch no conoce ni las cartas de Pablo ni sabe que Pablo escribía cartas. Aunque se encuentran en la obra de Lucas algunos conceptos y pensamientos que se asemejan a los de Pablo –por ejemplo: la misión, la fe, el título kyrios (Señor) para Jesús–, faltan en particular los temas centrales de la teología paulina: la justificación, la propiciación por la muerte de Jesús, la contraposición de la Ley y del Evangelio, la contraposición de la fe y de las obras, el concepto de la iglesia, y el concepto del pueblo de Israel. Además se notan ciertas contradicciones entre la biografía de Pablo en Hch y la autobiografía de Pablo en sus cartas: Pablo habla en sus cartas de tres viajes a Jerusalén, mientras que Hch narra cinco via-

08.245 - 07. Cap. 1

34

29/10/08 10:05

Página 34

LUCAS. HECHOS DE LOS APÓSTOLES

jes de Pablo a Jerusalén; según Hch, la proclamación del Evangelio a los gentiles por Pedro precedió a la proclamación a los gentiles de Pablo, mientras que en Gal 2,1-10 Pablo escribe que él y Bernabé proclamaban el Evangelio a los gentiles, y Pedro, Juan y Santiago se dirigían sólo a los judíos. El interés de la tradición antigua de la Iglesia por identificar el acompañante de Pablo con el autor del tercer evangelio y de Hch depende probablemente del objetivo de declarar «un testigo ocular» como autor para subrayar la autoridad de ambas obras, pues el autor auténtico quedó en el anonimato.

Aunque el autor de Lc y de Hch no nos delata su nombre –lo llamamos Lucas–, aparece explícitamente como autor de ambos libros en los dos prólogos. Lucas se dirige directamente a Teófilo –y por medio de él a todos sus lectores, incluidos nosotros hoy–, para explicar su intención y su interés: «... para que conozcas la certeza y fiabilidad de las enseñanzas que te han sido catequizadas» (Lc 1,4). El objetivo de su obra es escribir de manera comparable los contenidos de la catequesis –que es el mensaje de Jesús, lo que enseñó por su vida y su enseñanza–, para que sea más evidente y convincente su fiabilidad, su certeza y su verdad, es decir: su coherencia interior. Como Lucas –según su meta– «investiga diligentemente todo desde los orígenes y lo escribe por su orden» (Lc 1,3), no le interesan tanto datos históricos exactos, tampoco la representación de los discursos al pie de la letra. Lo que le importa es más bien la verdad y autenticidad del mensaje de Jesús en su coherencia total, y por eso convence. Lucas se presenta como testigo y catequista. También la selección de palabras, la construcción y la composición de frases nos delata algo sobre el autor: su estilo culto lo prueba como hombre ilustrado y erudito. Los discursos que pronuncian Jesús y los testigos demuestran la formación retórica de Lucas. Cuando cita las Sagradas Escrituras, usa su versión griega, la de los LXX. Lucas está versado en las Sagradas Escrituras, en la interpretación de la Escritura y en la tradición judía. Por eso muchos exegetas suponen que Lucas era prosélito. También es posible que Lucas fuera –como Pablo– judío de la diáspora helenística. Es decir: Lucas formaría parte de los judíos que vivían fuera de Palestina como minoría en otros países, y estaban bajo la influencia de diferentes culturas. Se nota en toda la obra lucana la influencia de la cultura grecorromana y el carácter helenístico.

08.245 - 07. Cap. 1

29/10/08 10:05

Página 35

INTRODUCCIÓN A LA OBRA LUCANA

35

TIEMPO Y LUGAR La información de que «ya muchos han intentado compilar ordenadamente las cosas que se refieren a la enseñanza y a los hechos de Jesús» (Lc 1,1) nos indica que ya ha pasado algún tiempo desde la muerte de Jesús. El autor pertenece a la segunda o quizá a la tercera generación de cristianos. No conoció a Jesús, ni a otras personas sobre las que escribe, ni tuvo contacto con los testigos oculares. Además, Lucas da por sabidas la destrucción del templo en el año 70 d.C. (Lc 21,5-24) y la muerte de Pablo en Roma ca. 64 d.C. (Hch 20,22-24; 21,13). Tenemos más indicios respecto a la fecha: Lc y Hch están planeados como unidad. Hch se basa en Lc. De aquí podemos deducir que Lucas empezó a escribir su obra después del año 70. Ya no se puede afirmar que Lucas terminaría Hch antes de los años 90, porque no se refería a la persecución de los cristianos por Domiciano. Bajo Domiciano en el año 95 –y ya antes bajo Nerón en el año 64– no hubo persecuciones sistemáticas, sino sólo restricciones ocasionales. Estas restricciones contra minorías estuvieron limitadas localmente a Roma y Asia Menor. Lucas también narra y describe restricciones en Hch: interrogatorios, prohibiciones, pena de cárcel y otros castigos más. Las persecuciones sistemáticas de los cristianos con el objetivo decidido de destruir la Iglesia –su institución, organización y sus representantes– empezaron más tarde: en el año 249 bajo Decio y otra vez en el año 257 bajo Valeriano. Bajo el reinado de Diocleciano en el año 303 ocurrieron las últimas persecuciones de cristianos. Diez años después, en el año 313 bajo Constantino, el cristianismo llegó a ser la religión estatal legítima. Otros indicios para fechar la obra de Lucas nos los señalan los Padres de la Iglesia. En las obras de san Justino Mártir (ca. 150) se encuentran referencias a Lc y a Hch (por ejemplo Justino, Apología I 50,12 se refiere a Lc 24,44-45 y a Hch 1,8). Tertuliano (ca. 160-220) relata en su Adversus Marcionem IV, que el evangelio de Marción (escrito ca. 140) se deriva de reducciones y correcciones de Lc. En consecuencia, el evangelio de Marción es un testimonio antiguo de la existencia de Lc. Otro criterio –aunque insuficiente– para datar la obra de Lucas sería la colección de las cartas de Pablo. Ésta empezó después del año 100 y probablemente en Éfeso. Lucas no conoció las cartas de Pablo. Bien pudo ser porque hubiera terminado ya antes su obra o bien porque la colección de las cartas de Pablo no le fue accesible. Estas consideraciones dan como resultado que Lucas habría escrito su obra en el período de los años 70-120, en el llamado período subapostólico.

08.245 - 07. Cap. 1

36

29/10/08 10:05

Página 36

LUCAS. HECHOS DE LOS APÓSTOLES

En cuanto al lugar donde surgió la obra de Lucas, no hay un resultado definitivo. Los exegetas, en general, opinan que Lucas no escribió en Palestina, pues desconoce la geografía de aquella región; sin embargo, conoce muy bien toda la región mediterránea, por eso se supone que Lc y Hch surgieron en el contexto helenístico.

Notamos que Lucas da por sabido que su lector Teófilo tiene conocimientos fundamentales sobre «las cosas de Jesús» (Lc 1,4). En consecuencia, Lucas no quiere en primer lugar informar, sino más bien sugerir e inspirar a Teófilo –y a todos sus lectores hasta hoy– cómo podemos profundizar nuestra fe. Como escritor usa el lenguaje con sus medios de la estrategia comunicativa para posibilitar asociaciones variadas a sus lectores, inspirarles interpretaciones y ofrecerles puntos de contacto a su vida cotidiana, para que puedan relacionar fácilmente Lc y Hch con su fe y su vida.

MEDIOS DE LA ESTRATEGIA COMUNICATIVA DEL AUTOR Para conocer el modo como Lucas quiere conseguir su objetivo, debemos observar: • cómo construye una oración (sintaxis), y cómo la vincula con otras, si agrega con «y», o contrasta con «pero»; • las palabras que selecciona; por ejemplo: la palabra griega afesis (Lc 4,18) significa «liberación» y también «remisión de deudas y pecados»; • las palabras que repite; así, «bienaventurados» (Lc 6,20-22), o palabras contrarias, por ejemplo «rico – pobre», «bienaventurados – ay»; • la construcción de campos semánticos; por ejemplo, en las bienaventuranzas está descrita por palabras semejantes quiénes son los «pobres» y los «ricos»: los pobres son los que tienen hambre, los que lloran, los odiados, expulsados, injuriados y proscritos; los ricos son los que están llenos, los que ríen, los que son alabados. Así los lectores entienden por el campo semántico que la palabra «pobre» no se refiere solamente a la pobreza material, pues también los adinerados pueden ser injuriados y proscritos a causa del nombre de Jesús; • el uso de metáforas como: «Reino de Dios», «Herodes el zorro» (Lc 13,32) o «el seno de Abrahán» (Lc 16,23);

08.245 - 07. Cap. 1

29/10/08 10:05

Página 37

INTRODUCCIÓN A LA OBRA LUCANA

37

• el uso de símbolos, como «las lenguas de fuego» (Hch 2,3); • el uso de imágenes, como «la lámpara debajo del lecho» (Lc 8,16); • el uso de motivos, como el monte al que sube Jesús a orar (Lc 6,12; 9,28); • la inserción de citas directas de la Torá, de los profetas y de los Salmos, o alusiones a narraciones del AT; por ejemplo, la narración de la viuda de Sarepta y el leproso Naamán (Lc 4,25-27 alude a 1 Re 17,8-16 y a 2 Re 5,1-19); • la reiteración de contenidos, por ejemplo la visión de Pedro que está narrada dos veces con palabras casi idénticas, y la conversión de Pablo que está contada tres veces; • los sumarios que realzan y generalizan lo más importante; • el empleo de formas y tipos literarios, muy conocidos en la literatura pagana, por ejemplo: la estructura de discursos y cartas, descripciones del viaje, sueños, visiones.

Lc y Hch son narraciones. El autor que usa el género literario de la narración tiene algunos medios a su disposición para transmitir sus intenciones a sus lectores. Habla en primer lugar por medio de las personas que aparecen en las narraciones, y emplea tanto la descripción de esas personas actuantes como su caracterización por sus acciones y sus discursos. Los lectores pueden identificarse con las personas en la narración, y experimentan desde su perspectiva los sucesos. De esta manera, los lectores entienden cómo diferentes acciones influyen y modifican las situaciones. Además, los lectores pueden criticar a las personas actuantes, pues a veces las personas narradas personifican oponentes, cuyos modelos y acciones los lectores deben reconocer como falsos, y rechazarlos. En ambos casos los lectores distinguen los modelos y acciones diferentes, pueden reflexionar sobre ellos y aplicarlos a sus situaciones actuales. En los discursos de las personas narradas aparecen otra vez personas que actúan y hablan. Por ejemplo, en las parábolas que narra Jesús, actúan y hablan un padre, el hijo menor, el hijo mayor y un criado (Lc 15,11-32), o aquel hombre rico habla con Abrahán (Lc 16,19-31). En estos casos los lectores se encuentran en la misma situación que el auditorio de Jesús –los discípulos y el pueblo– en la narración de Lucas. Los lectores observan con interés las acciones de las personas narradas

08.245 - 07. Cap. 1

29/10/08 10:05

38

Página 38

LUCAS. HECHOS DE LOS APÓSTOLES

en las parábolas: ¿Cómo actúan para superar su crisis? ¿Qué hacen para encontrar una solución en una situación difícil? ¿Cómo solucionan sus problemas? ¿Son exitosas sus acciones y soluciones? Los lectores pueden preguntarse cómo actuarían ellos mismos en tal situación, y por qué actuarían así. Además, pueden reflexionar sobre modelos y acciones alternativos. Al fin de las parábolas, con frecuencia se encuentra una conclusión introducida por «yo les digo» que explica claramente a los lectores la voluntad de Dios. Si los lectores obran en consecuencia pueden estar seguros de que actúan y viven según la voluntad de Dios, y ya no pueden pretextar que no conocen la voluntad de Dios. Lucas ofrece a sus lectores muchos puntos de partida para sus reflexiones sobre la fe. Así llegan a profundizar su fe propia. Pero del último paso importante Lucas no puede liberarnos, debemos darlo nosotros mismos: se trata de reencontrarnos en sus narraciones, repensar críticamente lo que hemos leído, aplicarlas a nuestra fe y a nuestra situación actual, y actuar en consecuencia. Por lo que respecta a la estructura de la obra de Lucas, podemos orientarnos por la literatura de narración. En general, nuevas escenas y párrafos quedan marcados por cambios de lugares, por informaciones sobre el tiempo y por nuevas personas que aparecen en escena. Para obtener una visión general y de conjunto de la obra completa de Lucas podemos estructurarla por lugares, tiempos y personas. Esta estructura aclarará la difusión del Evangelio desde Galilea a Jerusalén, y desde Jerusalén a los gentiles, hasta la ciudad Roma, el centro del mundo antiguo grecorromano. Sin embargo, debemos tener en mente que –aunque esta estructura es la más obvia– es sólo una de las posibles, y que explica sólo una de las metas de Lucas.

ESTRUCTURA DE LA OBRA LUCANA EL EVANGELIO Lc 1,1-4: Prólogo 1ª PARTE: 1,5-4,13: NARRACIÓN PARALELA ANTECEDENTE: JUAN EL BAUTISTA Y JESÚS Lc 1,5-2,52: «Evangelio de la infancia»: nacimiento de Juan el Bautista, nacimiento e infancia de Jesús Lc 3,1-4,13: La preparación del camino del Señor: Juan el Bautista y Jesús

08.245 - 07. Cap. 1

29/10/08 10:05

Página 39

INTRODUCCIÓN A LA OBRA LUCANA

39

2ª PARTE: 4,14-9,50: EN GALILEA: LOS HECHOS Y LA ENSEÑANZA DE JESÚS Lc 4,14-6,19: Introducción panorámica: la misión de Jesús y sus destinatarios Lc 6,20-49: La enseñanza de Jesús: cómo debemos actuar y vivir Lc 7,1-9,50: Jesús demuestra y enseña: quien cree, será salvado 3ª PARTE: 9,51-19,27: EL CAMINO A JERUSALÉN: LOS HECHOS Y LA ENSEÑANZA DE JESÚS Lc 9,51-12,53: La actitud de los discípulos de Jesús Lc 12,54-15,32: Del arrepentimiento y del Reino de Dios Lc 16,1-19,27: El Reino de Dios ya está entre ustedes 4ª PARTE: 19,28-24,53: EN JERUSALÉN: LOS HECHOS Y LA ENSEÑANZA DE JESÚS Lc 19,28-21,37: El conflicto con los antagonistas de Jesús se agudiza Lc 22,1-23,56: La Pasión Lc 24,1-53: Los testimonios de la resurrección HECHOS DE LOS APÓSTOLES Hch 1,1-14: Prólogo y ascensión de Jesús como conexión entre los dos libros 1ª PARTE: 1,15-8,4: LA COMUNIDAD DE JERUSALÉN Hch 1,15-26: El complemento de los once Hch 2,1-47: Pentecostés Hch 3,1-8,4: La vida en la primera comunidad 2ª PARTE: 8,5-14,28: EL EVANGELIO SE PROPAGA EN SAMARÍA, JUDEA Y A LOS GENTILES Hch 8,5-9,31: La misión en Samaría y Judea Hch 9,32-12,25: El Evangelio llega a los gentiles Hch 13,1-14,28: La primera misión de Bernabé y Saulo 3ª PARTE: 15,1-21,16: LA MISIÓN OFICIAL DE LOS GENTILES Hch 15,1-35: La decisión oficial de abrazar a los gentiles Hch 15,36-18,23a: La segunda misión de Pablo: a Europa Hch 18,23b-21,16: El tercer viaje misionero

08.245 - 07. Cap. 1

29/10/08 10:05

40

Página 40

LUCAS. HECHOS DE LOS APÓSTOLES

4ª PARTE: 21,17-28,31: EL EVANGELIO SE DIVULGA DE JERUSALÉN A ROMA Hch 21,17-23,35: Pablo da testimonio de Jesús en Jerusalén Hch 24,1-26,32: Pablo da testimonio de Jesús en Cesarea Hch 27,1-28,31: El camino de Pablo a Roma y su testimonio en Roma

Aunque Lucas no da fechas ni lapsos precisos, nos indica el tiempo cuando anota los nombres de gobernantes, reyes y procuradores. Así entrelaza la historia de Jesús –y de los creyentes– con la historia universal y con la del pueblo de Israel. Lucas, pues, no quiso escribir una crónica o una historiografía exacta, sino algo como biografías de las personas centrales –Jesús, Pedro, Pablo– desde la perspectiva de la fe. Y más que fechas de su vida, le interesan sus experiencias con Dios, sus testimonios de su fe, y lo que hicieron y dijeron respecto a su fe. Por esto describe sus experiencias, y nos narra milagros, visiones y epifanías. Las biografías de fe que Lucas nos presenta se basan en las experiencias y testimonios de fe, y se ubican en la vida cotidiana. Las biografías de fe de los protagonistas –Jesús, Pedro, Pablo– sirven como modelos para la vida de fe de los lectores. Lucas da a los lectores la posibilidad de identificarse no sólo con las personas que piden ayuda o con los discípulos, sino también con los protagonistas, ¡y con Jesús! Jesús como modelo y personaje de identificación presenta a los lectores modelos de acción, y les abre nuevas dimensiones de su vida de fe. III. EL TRASFONDO SOCIORRELIGIOSO: LOS CREYENTES EN JESÚS EN LA REGIÓN MEDITERRÁNEA EN EL PERÍODO SUBAPOSTÓLICO

(70-120 D.C.) Desde el año 44 d.C. Palestina pertenecía como provincia judía al Imperio romano. Un procurador romano era responsable de la administración, la jurisprudencia y los impuestos. Había con frecuencia protestas y resistencias motivadas por la religión contra el predominio romano. Estas resistencias y protestas escalaron finalmente en la guerra contra Roma. En su transcurso, el emperador Tito sitió Jerusalén y, en el año 70, destruyó el templo. La destrucción del templo como centro religioso y social causó una gran crisis en la fe judía: muchos deberes religiosos dependientes del

08.245 - 07. Cap. 1

29/10/08 10:05

Página 41

INTRODUCCIÓN A LA OBRA LUCANA

41

templo perdieron vigencia. Dejó de existir el Sanedrín (órgano de gobierno) y las funciones de los sacerdotes (órgano cultual). Los impuestos «sagrados» que los judíos pagaban al templo debieron pagarse a Roma (fiscus judaicus). A causa de esta situación, los judíos tuvieron que redefinir su identidad. Las comunidades judías en Palestina y en el mundo grecorromano no eran homogéneas. Como en tiempo de Jesús, había agrupaciones diferentes con doctrinas diversas e interpretaciones contradictorias sobre las Escrituras. A pesar de tantas diferencias y opiniones, coexistían todos estos grupos y partidos. A su vez, las comunidades judías en la diáspora trataban de vivir su fe como minorías: buscaban su identidad por medio de disociación, asimilación y adaptación. Estas minorías estaban expuestas más intensamente a las influencias de las culturas no-judías de su entorno. A las comunidades judías pertenecían también los prosélitos (los conversos) y –sobre todo en las comunidades judías de la diáspora– los temerosos de Dios (simpatizantes no judíos), que eran quienes todavía no daban el último paso de su conversión, pero participaban en el culto de las sinagogas, cumplían unos mandamientos y adoptaban algunas costumbres judías. En esa pluralidad debemos figurarnos las misiones de Pedro, Pablo, Bernabé y Silas. En el mismo entorno y con la misma multiplicidad se ubicaban los creyentes en Jesús, como el autor, Lucas, y su destinatario, Teófilo. A causa de esta variedad de grupos con sus manifestaciones diferentes de fe, no es posible hablar de manera generalizada de «los judíos» y «los cristianos». Los conceptos más diferenciados como «judeocristianos» y «pagano-cristianos» tampoco corresponden al espectro amplio de aquella variedad, pues no incluyen a los judíos de la diáspora, ni a los prosélitos y simpatizantes que se interesan por el Evangelio. El hecho de que los discípulos de Antioquía sean llamados «cristianos» (Hch 11,26) no indica su separación de la fe judía, porque la comunidad misma no se denominó así, sino que otras personas designaron con ese nombre a un grupo en el entorno de la sinagoga. Tampoco el concepto «iglesia» (en griego: ekklesia) es un indicio de «la Iglesia» como institución, pues la palabra significa «asamblea», y así es usada incluso por autores judíos y paganos. El movimiento de los creyentes en Jesús –especialmente las llamadas «primeras comunidades»– debemos ubicarlo, al menos hasta el año 70, dentro de la fe judía. Antes no había separación o escisión mayor. Los argumentos en pro son:

08.245 - 07. Cap. 1

42

29/10/08 10:05

Página 42

LUCAS. HECHOS DE LOS APÓSTOLES

1) a pesar de su «reorientación» o conversión, Pablo mismo se tiene por judío (Hch 22,3), y sigue orando en el templo (22,17); 2) Pablo y Silas son identificados como judíos (Hch 16,20); 3) el procónsul Galión de Acaya –ante el cual los judíos de Corinto acusan a Pablo– supone controversias judías (Hch 18,15); 4) Alejandro, un judío de Éfeso, no logra distanciarse de los creyentes en Jesús (Hch 19,33-34); 5) Áquila y Priscila, que vienen de Roma, son identificados como judíos (Hch 18,2), pero Pablo les reconoce como creyentes en Jesús (y no los convierte en creyentes en Jesús); 6) Pablo describe a Ananías como judío piadoso que cumple la Ley (Hch 22,12); 7) el judío Apolo enseña sobre Jesús (Hch 18,24-26); 8) a la asamblea de Jerusalén pertenecen fariseos (Hch 15,5), y hay muchos ejemplos más que vamos a conocer cuando leemos Hch. Podemos partir de la base de que los judíos –y entre ellos especialmente los judíos de la diáspora– no notan disparidad de culto, ni tienen a los creyentes en Jesús por seguidores de otra religión. Los judíos y los creyentes en Jesús convivían (al menos hasta el año 70) en cierta armonía. Notamos esta conformidad y concordia también en los discursos: el Dios de Abrahán, de Isaac y de Jacob es llamado «el Dios de nuestros padres», y la ascendencia, los antepasados son llamados «nuestros padres» (Hch 3,13; 5,30; 7,2-50, 13,17). Además, los discípulos mismos se tienen todavía por los destinatarios de los mandamientos de Dios (Hch 15,10; 24,14; 28,17). Cuando leemos, sin embargo, sobre enfrentamientos y conflictos, se trata de discusiones, discrepancias y disparidades dentro del judaísmo, como las había ya desde hacía mucho tiempo entre rabinos o entre fariseos y saduceos. Todos estos enfrentamientos se localizan en las sinagogas: se contradice a los creyentes en Jesús (Hch 13,45), o advierten contra ellos (Hch 28,21). Después del año 70, a causa de la destrucción del templo, los judíos tuvieron que redefinir su identidad. El mismo acontecimiento motivó que los creyentes en Jesús buscaran definir su identidad. A causa de muchas rebeliones y sublevaciones en Palestina, los judíos fueron tenidos por rebeldes y enemigos potenciales del Imperio romano. Es obvio que los creyentes en Jesús quisieron distanciarse de aquella reputación peligrosa. Pero no era fácil deshacerse de aquel

08.245 - 07. Cap. 1

29/10/08 10:05

Página 43

INTRODUCCIÓN A LA OBRA LUCANA

43

prejuicio, porque ellos mismos fueron considerados como conspiradores de un rebelde que fue crucificado bajo el procurador Pilatos. Por la misma razón, los judíos se esforzaron en distanciarse de los cristianos insurrectos. Por un lado, sería ventajoso para los cristianos que el gobierno romano los considere «judíos», pues su fe sería tolerada como «fe judía», y serían dispensados del culto al emperador. Por otro lado, resultaba desventajoso para los creyentes en Jesús ser considerados «judíos» y «practicantes de las costumbres judías», pues tendrían que pagar el fisco judaicus. Además, todos los practicantes de las costumbres judías –como los prosélitos, los simpatizantes y los creyentes paganos en Jesús– siempre levantaban sospechas por rechazar el culto al emperador, y hacerse culpables del delito contra la majestad. Por eso la administración romana se volvió muy quisquillosa a la concurrencia y al interés por la fe judía, y no tenía en buena estima a los creyentes en Jesús. Los procesos de la disociación entre judíos y cristianos transcurrieron paulatinamente; dependiendo de los contextos culturales se desarrollaron diversamente. Mientras que en unas comunidades se distanciaron judíos y cristianos, en otras regiones coexistían las comunidades judías y creyentes en Jesús, en tanto que, en otras partes, grupos de gentiles con raíces en religiones paganas vivían sin practicar muchos preceptos de la fe judía. Lucas refleja todas estas relaciones y situaciones complejas en Hch.

IV. LOS DESTINATARIOS En el prólogo a su evangelio, Lucas también informa sobre sus destinatarios: dedica su obra al ilustre Teófilo (Lc 1,3). Éste ha sido ya instruido en la enseñanza y vida de Jesús, ya está catequizado (Lc 1,4), y para él escribe Lucas –así como para todos los que ya saben algo sobre Jesús– «un curso de catequesis para avanzados». Con este curso quiere profundizar la fe en Jesús. Lucas no quiere que sus lectores, después de haber leído su obra, digan: «¡Ajá, así fue!», y pongan su libro en la estantería, como una enciclopedia de dichos, hechos y acontecimientos importantes, que se vuelve a releer sólo cuando se quiere saber algo. Lucas escribió más bien como ejemplos para la vida de fe. Por eso quiere que los lectores noten:

08.245 - 07. Cap. 1

44

29/10/08 10:05

Página 44

LUCAS. HECHOS DE LOS APÓSTOLES

«¡Lo que les pasó a aquellas personas en el libro es muy parecido a mi situación!» El objetivo catequético de Lucas es que los lectores repiensen las situaciones, reflexionen críticamente sobre las acciones de las personas narradas, para que adquieran nuevas perspectivas para su vida y su fe, y las apliquen. Resumiendo, Lucas escribe para los que quieren profundizar su fe: – para los que buscan conexiones entre el mensaje de Jesús y su vida actual, – para los que se interesan por los trasfondos y contextos de la Buena Nueva, – para los que conocen por experiencias propias dudas y reveses, – para los que tienen nuevas ideas y quieren saber si son compatibles con el mensaje de Jesús y con la tradición de las primeras comunidades, – para los que buscan sugerencias e inspiraciones sobre cómo realizar mejor y más intensamente el mensaje de Jesús en su vida. Teófilo es un nombre muy popular que viene del griego, pero adoptado también por judíos. Teófilo significa «amigo de Dios». Ya los Padres de la Iglesia interpretaron este nombre de modo simbólico, y lo refirieron a todo lector de la obra de Lucas: quien quiere profundizar su fe, y quien se ocupa del mensaje bíblico, es «amigo de Dios». En este sentido nosotros estamos incluidos en el círculo de destinatarios de la obra de Lucas. Su mensaje tiene validez también para nosotros. El tratamiento de «ilustre» o «excelentísimo» se da a una persona muy estimada. En la Antigüedad se trataba de esta manera también a los soberanos, gobernantes y funcionarios oficiales. No sabemos si Teófilo era funcionario de profesión, pero sí podemos decir que era una personalidad culta y erudita, y que podía entender las explicaciones de Lucas. Además sabía decodificar las intenciones y llamamientos, que el autor transmite a sus lectores también de manera indirecta: por la caracterización de las personas actuantes, por la selección de palabras y por la composición de las narraciones. La caracterización de las personas actuantes y los temas que aborda, Lucas nos dejan ver más sobre el círculo de destinatarios. Al lado de los personajes principales –Jesús, los discípulos, Juan, Pedro, Pablo– aparecen romanos (centuriones y funcionarios), mujeres, y judíos y paganos influyentes y ricos. Entre ellos encontramos también a Teófilo y al círculo de destinatarios de Lucas:

08.245 - 07. Cap. 1

29/10/08 10:05

Página 45

INTRODUCCIÓN A LA OBRA LUCANA

45

– personas cultas, eruditas y adineradas, hombres y mujeres judíos que se comprometen con la fe, como María, Tabita, Esteban, – entre ellos y especialmente, judíos de la diáspora, como Pablo, Priscila y Áquila, – personas convertidas a la fe judía, como el prosélito Nicolás, – mujeres y hombres que simpatizan con la fe judía, como los temerosos de Dios, Lidia y Ticio Justo, – hombres y mujeres paganos que están abiertos a la fe, como el centurión Cornelio. Lucas caracteriza a estas personas muy detalladamente, para que los lectores se vean reflejados en ellas y puedan descubrir esos personajes como identificación o modelos para su vida de fe. Por supuesto, entre las personas actuantes hay también ciegos, cojos, lisiados, enfermos, endemoniados, despreciados y pobres. Pero, a diferencia de otros papeles, apenas actúan. Su acción ejemplar consiste en el hecho de que se dejan curar por Jesús o por los discípulos.

V. LOS TEMAS CENTRALES Y ELEMENTOS DE LA TEOLOGÍA LUCANA En el primer libro, el autor describe la misión de Jesús a los pobres, pecadores y despreciados: «... para anunciar a los pobres la Buena Nueva... a proclamar la condonación a los cautivos, la vista a los ciegos, para dar la libertad a los oprimidos, y proclamar un año de gracia del Señor» (Lc 4,18-19). Una vez y otra, Lucas dirige la mirada de sus lectores adinerados a la situación y al destino de los pobres, enfermos, oprimidos y marginados. Pobreza y riqueza son dos de los temas centrales en su obra. Rehúye criticar sin miramientos a los ricos. Tampoco idealiza la pobreza ni la marginación, sino que quiere superarlas por el modelo de solidaridad que propone en Hch: todos juntos superan pobreza, sufrimiento, discriminación, apuros y penas (Hch 2,43-47; 4,32-35). En su segundo libro, Lucas presenta la difusión del mensaje de Jesús. Narra también los fracasos y resistencias que encuentra la palabra de Dios antes de propagarse y crecer. Los gentiles –sobre todo los centuriones romanos (Lc 7,2-10; 23,47; Hch 10), que están bien dispuestos al Evangelio y lo aceptan con alegría– apuntan a otra temática: el Evangelio se dirige también a los gentiles.

08.245 - 07. Cap. 1

46

29/10/08 10:05

Página 46

LUCAS. HECHOS DE LOS APÓSTOLES

Otro papel importante tienen las mujeres. Lc y Hch reflejan las situaciones diferentes de las mujeres de todas las capas sociales: mujeres pobres y ricas, enfermas, marginadas, judías y paganas abrazan el Evangelio, se dejan curar por Jesús, lo siguen hasta la cruz, y, en las comunidades, se comprometen de manera diversa con el Evangelio. Lucas también aborda otras temáticas: se ocupa de la relación entre la fe cristiana y el Estado romano, presentando el cristianismo como inofensivo y no peligroso para el Estado, y los cristianos como ciudadanos leales. Un aspecto importante es la acción vigorosa del Espíritu Santo y de la palabra de Dios. La palabra de Dios dirige las acciones de los hombres, pero actúa también independientemente y se difunde. Además Lucas describe la vida organizada de las comunidades cristianas. En Lc encontramos alusiones e indicios indirectos, pero Hch presenta más detalladamente servicios, carismas, cargos y estructuras en las comunidades. Debemos considerar siempre que estas descripciones no corresponden históricamente a las estructuras del período subapostólico, sino que más bien reflejan la situación ulterior de las comunidades en el tiempo de Lucas (ca. 70-120). Antes de la destrucción del templo, los creyentes en Jesús formaban parte de los diferentes grupos judíos. También los grupos mezclados de judíos y paganos en la diáspora tenían las mismas estructuras que las comunidades judías: un gremio de ancianos presidía la comunidad (Hch 15,2-6; 20,17; 21,18). Los temas diferentes que aborda el autor apuntan sus reflexiones teológicas. Lucas no desarrolla una teología perfeccionada que exprese en doctrinas abstractas. Él enseña y transmite sus conocimientos y reflexiones en la narración, sobre todo mediante los discursos de las personas actuantes: el sermón de la llanura (Lc 6,20-49) y las parábolas que cuenta Jesús, el discurso sobre Dios de Esteban a los judíos (Hch 7,2-53) y el discurso filosófico de Pablo al auditorio pagano (Hch 17,24-31). Aparte de estos discursos encontramos solamente algunas frases o palabras que hablan de Dios. Estas «partes del rompecabezas» transmiten lo más importante que Lucas quiere enseñar a los lectores: que empiecen a buscar a Dios en su vida. Al mismo tiempo Lucas deja abiertas muchas cuestiones. Así da a entender que no tiene una teología completamente elaborada ni «cerrada», pues no se puede fijar a Dios en palabras o doctrinas. Los lectores están invitados a buscar y experimentar cada vez de nuevo a Dios en sus situaciones actuales. El trasfondo de sus experiencias

08.245 - 07. Cap. 1

29/10/08 10:05

Página 47

INTRODUCCIÓN A LA OBRA LUCANA

47

de Dios, lo que ayuda a interpretarlas, son las experiencias de otros hombres y mujeres con Dios. Las narraciones bíblicas de las experiencias de estas personas y de sus encuentros con Dios o con Jesús nos ayudan a interpretar nuestras experiencias y nuestra relación con Dios y con Jesús. DIOS Al hablar de Dios, Lucas usa expresiones y oraciones subordinadas que reitera en otros contextos, para que se graben en la memoria de sus lectores; por ejemplo, que: • «no hay nada imposible para Dios» (Lc 1,37 y 18,27) es una alusión a la narración de Abrahán y Sara (Gn 18,14) y al profeta Jeremías (Jr 32,17.27); • Dios es el «salvador» y da la «salvación» (por Jesús) (Lc 1,47; Hch 5,31; 7,25; 12,23; 13,23); • Dios acepta y admite a los gentiles en su plan salvífico (Hch 11,18; 14,27; 15,7.14; 21,19); • es Dios mismo quien declara todo purificado (Hch 10,15; 11,9); • Dios realiza milagros, prodigios y signos (Hch 2,22; 15,12); • Dios realiza su promesa (Hch 2,33; 13,23.32-33); • Dios es el creador de todo (Hch 4,24; 14,15; 17,24-26); • Dios actúa juntamente con los discípulos y testigos (Hch 14,27; 15,12; 21,19). Además encontramos muchas partes que hablan de Dios en imágenes –sobre todo en las parábolas–, y llegamos a saber que Dios es como un padre, un rey, un pastor, una mujer, etc.: • Dios, nuestro padre, es misericordioso (Lc 6,36); • Dios nos da el Espíritu Santo si lo pedimos (Lc 11,13); • Dios ya sabe qué necesitamos y se preocupa por nosotros (Lc 12,22-30); • Dios es como el pastor, la mujer, el padre que buscan lo perdido hasta que lo encuentren, y se alegra de cada pecador que se convierte (Lc 15,2-32).

Notamos que mucho de lo que Lucas dice de Dios lo dice también de Jesús. Así explica a sus lectores que Jesús actúa en unidad con Dios y que realiza su voluntad. Los lectores entienden: Jesús es

08.245 - 07. Cap. 1

48

29/10/08 10:05

Página 48

LUCAS. HECHOS DE LOS APÓSTOLES

verdaderamente el hijo de Dios. Leemos en Lc una narración ejemplar de cómo Lucas expresa, aunque de modo indirecto, la unidad entre Dios y Jesús: después de haber curado al endemoniado de Gerasa, Jesús le dice: «Vuelve a tu casa y cuenta todo lo que Dios ha hecho contigo». Y fue por toda la ciudad proclamando todo lo que Jesús había hecho con él (Lc 8,39).

LA UNIDAD ENTRE DIOS PADRE Y JESÚS SU HIJO Ejemplos de la consonancia y unidad entre Dios Padre y Jesús su Hijo son: • nadie conoce quién es el Hijo sino el Padre, y quién es el Padre sino el Hijo (Lc 10,22); • que Dios conoce los corazones de los hombres (Lc 16,15; Hch 1,24; 15,8), y también Jesús conoce los corazones de los hombres (Lc 9,47); • que Dios perdona los pecados (Lc 5,21; 23,34; Hch 5,31; 26,18), y lo mismo hace Jesús (Lc 5,24; 7,49); • que Dios no hace acepción de personas (Hch 10,34 según Dt 1,17 y 10,17), ni Jesús hace acepción de personas (Lc 20,21); • que Dios habla por medio de visiones a los hombres (Hch 10,1116 paralela a 11,5-10), y también Jesús aparece en visiones (Hch 9,10-16; 18,9).

Los lectores pueden decodificar también elementos de teología lucana en las escenas vivas y en los acontecimientos narrados. Así, la narración de los diez leprosos, de los que vuelve sólo uno, extranjero y de Samaría, para agradecer su curación (Lc 17,11-19), contiene el mensaje de que la venida de Jesús es «sanadora y salvadora» –o mejor: salvífica– también para las personas fuera del pueblo de Israel. El encuentro con el hombre principal y rico que quiere saber qué debe hacer para heredar la vida eterna (Lc 18,18-30) nos enseña que la condición previa para la vida eterna es cumplir los mandamientos de Dios, y lo que hacía ya aquel hombre. Esta narración nos da a entender que Jesús está ubicado completamente en la fe judía. Además, nos enseña que los judíos que no le seguían no quedan excluidos de la vida eterna, sino que la heredan sin duda, porque cumplen los mandamientos y la voluntad de Dios.

08.245 - 07. Cap. 1

29/10/08 10:05

Página 49

INTRODUCCIÓN A LA OBRA LUCANA

49

Las parábolas y su composición transmiten asimismo ideas fundamentales e importantes del autor. Lucas ensambla, por ejemplo, tres parábolas de lo perdido que será encontrado (la oveja perdida, la dracma perdida y el hijo perdido, Lc 15,3-32). Estas parábolas ponen de relieve que un pecador que se convierte será recibido con alegría. Aparte de eso, la parábola del hijo perdido subraya explícitamente que la alegría sobre el pecador convertido no excluye a los fieles –los que personifica el hermano mayor– de la comunidad de Dios, pues los fieles están siempre con Dios (Lc 15,31). Las parábolas del administrador astuto (Lc 16,1-8) y del hombre rico y Lázaro el pobre (Lc 16,19-31) tematizan el buen y justo uso de las riquezas. En su combinación dan a entender al lector que la riqueza no tiene una finalidad en sí, sino que es más bien un medio que obliga a su uso solidario. Otro elemento importante de la teología lucana se encuentra en las citas de las Sagradas Escrituras judías. Se trata de citas de los profetas, de los Salmos y de la Torá que Lucas inserta sobre todo en los discursos para realzar que la enseñanza de Jesús se basa completamente en la Torá. Un ejemplo lo leemos en la narración de las tentaciones de Jesús en el desierto: Jesús cita la Torá (Dt 8,3; 5,9 y 6,16) y así supera al diablo. Las citas del AT tienen también la función de interpretar acontecimientos importantes. Así, la cita de Is 61,1-2 que lee Jesús en su discurso inaugural en la sinagoga de Nazaret (Lc 4,18-19) resume el programa de Jesús que realizará en su vida y su enseñanza. La cita de Joel 3,1-5 en el discurso de Pedro en el día de Pentecostés (Hch 2,17-21) interpreta el acontecimiento de la transmisión del Espíritu Santo como realización de la promesa de Dios. Los sumarios y los relatos repetidos contienen asimismo reflexiones teológicas importantes. Lucas narra por ejemplo dos veces la visión de Pedro en Hch 10,11-16 y en 11,5-10, y cuenta tres veces la conversión de Pablo en Hch 9,1-22; 22,5-16 y en 26,12-18. Otros ejemplos son: los portentos curativos de Jesús (Lc 4,14.40-41); el compromiso de las mujeres en el movimiento de Jesús (Lc 8,1-3); el interés de los pecadores y publicanos a los que se dirige explícitamente el mensaje de Jesús (Lc 15,1); la vida de fe de la comunidad de Jerusalén y su comunidad de bienes (Hch 2,43-47; 4,32-37); la admisión de los gentiles (las visiones de Pablo y Hch 15,19-21.29; 21,25), y Pablo como testigo para los gentiles (la triple narración de su conversión).

08.245 - 07. Cap. 1

50

29/10/08 10:05

Página 50

LUCAS. HECHOS DE LOS APÓSTOLES

Otro punto teológico que Lucas aborda con cierta frecuencia es la importancia de la oración: muchas veces relata que Jesús y los discípulos oran, y nos cuenta la eficacia y el resultado de sus oraciones. Además redacta algunas oraciones para que los lectores puedan adoptarlas a su vida de fe: el cántico de María (Magníficat), el cántico de Zacarías (Benedictus), el cántico de los ángeles (Gloria), el cántico de Simeón (Nunc dimittis), el Padre Nuestro, la oración de Jesús en el monte de los Olivos y la oración de Esteban. Dos temas más importantes son el peligro del pecado y de la tentación –que Lucas describe por muchos ejemplos como superable–, y la eficacia del Espíritu Santo como fuerza dinámica en los hechos de Jesús y de sus discípulos. Nos damos cuenta de que no existe «la» teología de Lucas. Los elementos de su teología y los mensajes teológicos que le importan debemos deducirlos de su contexto narrativo. Los numerosos y diversos temas que Lucas plantea en su obra nos ofrecen puntos de contacto, conexiones y relaciones con nuestra situación y nuestra vida de fe. Relacionando la obra de Lucas y nuestra vida, podemos actualizar el mensaje teológico de Lucas en nuestra fe y en nuestra vida.

08.245 - 08. Cap. 2

29/10/08 10:06

Página 51

CAPÍTULO II

LECTURA GLOBAL DE LA OBRA DE LUCAS TEÓFILO LEE...

Para entender mejor el objetivo de la obra de Lucas, nos ponemos en el lugar de Teófilo, su destinatario primero. Teófilo ya ha sido catequizado y posee conocimientos básicos que desea profundizar. ¿Qué le podría importar a Teófilo? Probablemente no tanto circunstancias, datos y cifras, como: ¿A cuántas personas curó Jesús? ¿Qué ciudades visitó Jesús? ¿Cuántas veces estuvo en Jerusalén? ¿Cuándo nació y cuándo murió?... Supongo que a Teófilo le importa más enterarse mejor del mensaje de Jesús –qué hacía y enseñaba–, para encontrar sugerencias de cómo el Evangelio de Jesús está relacionado con su fe y su vida. Leemos con Teófilo la obra de Lucas para ver qué aprende de la enseñanza de Lucas y a qué objetivo quiere éste llevarle.

I. EL PRIMER LIBRO, EL EVANGELIO: TODO LO QUE JESÚS EMPEZÓ A HACER Y ENSEÑAR En el prólogo de Hch, Lucas se refiere a lo que escribió en el primero: «todo lo que Jesús empezó a hacer y enseñar hasta el día en que fue levantado a lo alto» (Hch 1,1-2). Así indica Lucas que todo lo que Jesús empezó a hacer todavía no ha concluido, pues lo que Jesús empezó comienza ahora a difundirse. Jesús manda a sus discípulos –mujeres y hombres– como testigos de su Evangelio por todo el mundo hasta los confines de la tierra (Hch 1,8; Lc 24,48). Quien escuchó el Evangelio de Jesús y recibió el Espíritu Santo llega a ser –él mismo, ella misma– testigo del Evangelio (Hch 2,4; 4,31; 5,32; 9,17-20; 13,52-14,1). El testigo anuncia y predica el Evangelio de

08.245 - 08. Cap. 2

52

29/10/08 10:06

Página 52

LUCAS. HECHOS DE LOS APÓSTOLES

Jesús a otros hombres por medio de su testimonio de fe y sus acciones. Teófilo se habría preguntado: ¿Cómo se vive su fe? ¿Cómo se da su testimonio de fe para que convenza también a otras personas? ¿Cómo se debe obrar? Por eso Lucas le presenta, por medio de las personas narradas, variados y diversos modelos. 1. La narración de los antecedentes de Juan el Bautista y Jesús: Lc 1,5-4,13 El primer libro, Lc, no empieza ni con la enseñanza de Jesús, ni con el nacimiento de Jesús, sino narrando los antecedentes. Esto tiene la función de preparar a los lectores para los acontecimientos que sucederán en el libro. Igual que la obertura de una obra musical contiene ya los temas centrales, los antecedentes tematizan los contenidos y tramas importantes que serán retomados más tarde. Entre los antecedentes Teófilo descubre un modelo negativo sobre cómo no debe obrar: el sacerdote Zacarías duda del mensaje del ángel de que su mujer –a pesar de su edad avanzada– va a tener un hijo, y está castigado, pues no puede hablar hasta el día en que se realiza el anuncio del ángel. No obstante, su mujer, Isabel, queda embarazada. Teófilo entiende que la duda de Zacarías no es un obstáculo para Dios. Pese a todo, Dios realiza su plan. Después del ejemplo negativo de Zacarías, Lucas narra el ejemplo positivo de María: ella sí cree en el mensaje del ángel, y consiente que Dios actúe con ella. Ya al comienzo Teófilo llega a saber que Dios tiene un plan con los seres humanos, lo que quiere realizar juntamente con ellos, por medio de su cooperación. Aunque a veces los hombres dudan y se niegan a colaborar, Dios realiza su plan salvífico. Partiendo de la base del buen ejemplo de María, Teófilo concluirá que, respecto al plan salvífico de Dios, hay la posibilidad feliz para los hombres de ponerse al servicio de Dios y de colaborar. Las narraciones de los nacimientos y las infancias de Juan el Bautista y Jesús están unidas a nivel del contenido, porque María es pariente de Isabel. Además quedan entretejidas a nivel narrativo, pues Lucas describe la vida de Juan el Bautista y la de Jesús de manera concatenada: lo que vale para Juan y sucede en su vida, señala lo que vale para Jesús y sucederá en la suya. Pero como Jesús es el protagonista, Lucas embellece sus cuentos: ángeles anuncian a los

08.245 - 08. Cap. 2

29/10/08 10:06

Página 53

LECTURA GLOBAL DE LA OBRA DE LUCAS

53

pastores el nacimiento del «Salvador», que es el «Mesías» y el «Señor» (Lc 2,11). Lucas subraya ya aquí que la venida de Jesús concierne e importa a todo el pueblo de Israel (2,10), lo que reitera más tarde Simeón en el templo (2,34-35). Igual que la mano de Dios estaba con Juan, la gracia de Dios estaba sobre Jesús (2,40). La narración del muchacho Jesús en el templo entre los doctores realza su entendimiento, su sabiduría y sobre todo su relación con Dios. Las primeras palabras de Jesús –que tienen una función decisiva– expresan su relación especial con Dios, pues le llama «mi Padre» (2,49). Después, la perspectiva de la narración se dirige a Juan: «proclama un bautismo de conversión para perdón de los pecados» (Lc 3,3). Así «da a su pueblo el conocimiento de la salvación» (1,77), como profetizó su padre Zacarías. Juan como «profeta del Altísimo» (1,76) prepara el camino de Jesús y anuncia que Jesús «bautizará en Espíritu Santo y fuego» (3,16), lo que se realiza más tarde en el día de Pentecostés (Hch 2,1-4). Mucha gente viene a escuchar a Juan, y él les dice cómo deben vivir y obrar (Lc 3,7.10-11). Entre sus oyentes se encuentran publicanos y soldados (3,12-14), que estarán entre los que escuchen a Jesús más tarde. La breve nota de que Juan fue encerrado en la cárcel por Herodes por criticar al tetrarca (3,19-20) no encaja bien en este lugar del desarrollo de la narración, pues Juan sigue bautizando. Por eso debemos interpretar esta nota como indicio anticipado al destino de Jesús, pues Lucas pone frente a frente los hechos de Juan y de Jesús. A nivel narrativo las líneas de sus vidas se encuentran otra vez en el bautismo de Jesús, cuando Jesús fue bautizado por Juan en el río Jordán (3,21). Basándose en los antecedentes que unen y paralelan a Juan y Jesús, Teófilo puede deducir los hechos y el destino de Jesús: Jesús predicará el perdón de los pecados. Publicanos y soldados vendrán a escucharle con mucho interés. Finalmente Jesús será condenado por Herodes. 2. El ministerio de Jesús: anunciar el Evangelio, enseñar y curar: Lc 4,14-9,50 La narración de Jesús empieza con su discurso inaugural en la sinagoga de Nazaret (4,16-30). Sus primeras palabras en público compendian, de manera programática, su ministerio, y lo documentan con una cita del libro del profeta Isaías: Jesús es enviado a anun-

08.245 - 08. Cap. 2

54

29/10/08 10:06

Página 54

LUCAS. HECHOS DE LOS APÓSTOLES

ciar a los pobres la Buena Nueva, a proclamar la remisión a los cautivos, la vista a los ciegos, para dar la libertad a los oprimidos, y a proclamar un año de gracia del Señor (4,18-19). Inmediatamente después Lucas narra muchas curaciones (4,31-6,19) para confirmar la misión de Jesús. Lucas inserta en esta serie de curaciones otros sucesos que llegan a ser importantes en el desarrollo avanzado de su narración: Jesús tiene discípulos que le siguen (5,1-11). A sus discípulos y a las personas que siguen a Jesús pertenecen también publicanos y pecadores (5,27-32). Otros hombres –entre ellos escribas, fariseos, ancianos y los principales sacerdotes– dudan de Jesús y están en desacuerdo con sus enseñanzas y hechos. Lucas sabe distinguir, y no generaliza, pues subraya que Jesús tiene amigos entre los fariseos. A los demás dirigentes religiosos –sobre todo a los escribas y los principales sacerdotes– los caracteriza como oponentes de Jesús (5,176,11). Teófilo se entera del ministerio de Jesús. Puede hacerse una idea general de los hechos de Jesús, y conoce a los actores importantes: Jesús, los discípulos, publicanos, pecadores y personas que sufren, y a los antagonistas: escribas, principales sacerdotes y ancianos. Teófilo sabe ya que Jesús enseñaba en las sinagogas, pero todavía no sabe mucho sobre qué y cómo enseñaba Jesús. Lucas responde a ese deseo de saber más de la enseñanza de Jesús, y añade un largo discurso: el sermón de la llanura (6,20-49). En este discurso Jesús da impulsos e instrucciones concretas para la vida de fe, y los explica plásticamente con muchos ejemplos. Después de ese discurso Lucas narra diversos hechos y palabras de Jesús: las curaciones y señales identifican a Jesús como «el que ha de venir» (7,19-20) y prueban su ministerio: «los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos resucitan, se anuncia a los pobres la Buena Nueva» (7,21-22). Las personas curadas y las que ven las señales de Jesús entienden: la fe, la confianza y la esperanza en la palabra de Dios cura, ayuda y salva (7,9.50; 8,25.48.50). Por eso Jesús enseña a oír, conservar y cumplir la palabra de Dios (8,15.21). En la escena de la transfiguración en el monte, Dios mismo confirma la enseñanza y los hechos de Jesús: «Éste es mi Hijo, mi Elegido, ¡escúchenlo!» (Lc 9,35). Teófilo se entera de modelos fundamentales de acción –normas éticas– conforme a los que debe vivir y obrar. Mediante varios ejemplos aprendió que la fe y la confianza en la palabra de Dios salvan. Posible-

08.245 - 08. Cap. 2

29/10/08 10:06

Página 55

LECTURA GLOBAL DE LA OBRA DE LUCAS

55

mente Teófilo se preguntó cómo es este Dios al que Jesús llamó «Padre», y cómo él mismo podría mantener, cultivar y profundizar su relación con Dios. 3. La enseñanza de Jesús, el fundamento de la vida de fe: Lc 9,51-19,27 La situación de Jesús de camino a Jerusalén posibilita a Lucas insertar muchas parábolas narradas en detalle y algunos discursos breves de Jesús, para tematizar la relación de los hombres con Dios y con el Reino de Dios. En esta parte de Lc encontramos muchas indicaciones espirituales para la vida de fe, cuyos temas más importantes son reiterados bajo otro aspecto o entretejidos con temas semejantes. Lucas concreta por lo general el mensaje de estas parábolas por medio de sucesos «reales», sean acontecimientos o palabras de Jesús. Así aclara que el mensaje de las parábolas es más que teoría, pues debe ser aplicado a la vida actual. Los temas siguientes le importan mucho a Lucas: • La alegría por el pecador convertido es descrita en las parábolas de la oveja perdida (15,1-7), de la dracma perdida (15,8-10) y del hijo perdido (15,11-32). A la misma línea pertenecen las invitaciones a la conversión que están ligadas a la parábola de la higuera estéril (13,1-9), y a las exhortaciones a reconciliarse (12,58-59) y a perdonar (17,3b-4). Ejemplo concreto del pecador convertido es el publicano Zaqueo (19,1-10). • La oración perseverante y llena de confianza es tema de las parábolas del amigo insistente (11,5-8), del hijo incansable (11,9-13) y de la viuda perseverante (18,1-8). Estas parábolas alientan a no desfallecer en la oración. El modelo de oración es el Padre Nuestro (11,1-4). El mendigo ciego de Jericó es el ejemplo concreto, pues demuestra la confianza y perseverancia en su súplica. Jesús corresponde a su ruego, el mendigo curado glorifica a Dios, y sigue a Jesús (18,35-43). • Las parábolas del rico insensato (12,16-21), del administrador astuto (16,1-13), del hombre rico y Lázaro el pobre (16,1931), y la palabra de Jesús del tesoro en los cielos (12,33-34) enseñan el buen y justo uso de las riquezas. El ejemplo concreto es el hombre principal rico a quien le resulta difícil de desprenderse de sus riquezas (18,18-27).

08.245 - 08. Cap. 2

56

29/10/08 10:06

Página 56

LUCAS. HECHOS DE LOS APÓSTOLES

• Relacionados con el uso de las riquezas están el apego a la palabra de Dios y el compromiso por el Reino de Dios: las parábolas del rico insensato (12,16-21), el discurso sobre las preocupaciones inoportunas y oportunas (12,22-32), y la bienaventuranza de los que oyen la palabra de Dios y la cumplen (11,27-28) describen el comportamiento exigido por Jesús. El ejemplo concreto es María, la hermana de Marta, que se sienta a los pies de Jesús para escuchar su palabra, mientras que su hermana Marta se preocupa por muchas cosas innecesarias (10,38-42). Otro tema importante es el seguimiento decidido de Jesús, y el esfuerzo comprometido por el Reino de Dios; las palabras de Jesús sobre el seguimiento (9,57-62; 14,25-35), la invitación a sus seguidores a hablar francamente y sin temor (12,4-12), la misión de los setenta y dos discípulos, el relato de sus experiencias y su bienaventuranza (10,1-16.17-20.23-24) ilustran el tema del seguimiento. A este contexto pertenece el tema de cumplir fielmente la voluntad del Señor; las parábolas del buen samaritano (10,25-37), la del buen siervo y del siervo infiel (12,35-48), la del siervo que ha hecho lo que tenía que hacer (17,7-10), la del dinero confiado (19,11-27), y el discurso de la venida del Hijo del hombre (17,22-37) ilustran cómo cumplir la voluntad del Señor. Además de esto, se encuentran diversas palabras y parábolas de Jesús contra sus oponentes –los escribas, fariseos y principales sacerdotes–, por las que pone de relieve su autoridad y poder e invita a un comportamiento modesto y sencillo, en consonancia con la fe (10,25-37; 11,14-23.37-12,3; 14,12-14.15-24; 16,14-15; 18,914.15-17). Teófilo ha leído en la segunda parte de Lc que Jesús visitó muchos pueblos, y enseñó en las sinagogas. Ahora acompaña a Jesús en su camino por pueblos y ciudades, y se acerca con él a Jerusalén. Mediante las parábolas y el comportamiento de diversas personas –María, el ciego de Jericó, Zaqueo, el hombre principal rico, etc.– Teófilo ha obtenido impulsos importantes y variadas sugerencias para su vida de fe. Se ha enterado también de que las palabras y los hechos de Jesús son criticados y rechazados. Teófilo sabe qué esfuerzo y qué comportamiento exige el Reino de Dios. Entiende que el seguimiento de Jesús y el compromiso por el Reino de Dios no son fáciles, pero sabe que puede confiar en Dios, el Padre que le dará todo lo necesario (12,30-31).

08.245 - 08. Cap. 2

29/10/08 10:06

Página 57

LECTURA GLOBAL DE LA OBRA DE LUCAS

57

4. La pasión y resurrección de Jesús: Lc 19,28-24,53 Lucas narra en la última parte del evangelio los hechos y enseñanzas de Jesús en la capital. Para Teófilo, instruido ya por la catequesis, la pasión de Jesús no es nada nuevo. Todos los creyentes en Jesús saben que Jesús, siendo justo, fue entregado, renegado y crucificado. Pero Dios le resucitó de entre los muertos –según las Sagradas Escrituras– y le ha exaltado como Salvador, para conceder el perdón de los pecados. El credo básico se halla en 24,46-47: «Está escrito así: que el Mesías debía padecer y resucitar de entre los muertos al tercer día, y que se predicaría en su nombre la conversión para perdón de los pecados a todas las naciones» (se encuentra también en Hch 4,1012 y 5,30-32; más extenso en Hch 2,22-33; 3,13-20; 10,39-43 y 13,27-39). Porque la narración de la pasión de Jesús es conocida ya, Lucas la acentúa para poner de relieve algunos aspectos más. Los discursos de Jesús son más críticos, como demuestran la lamentación sobre Jerusalén (Lc 19,41-44), la parábola de los viñadores que matan al hijo del dueño de la viña (20,9-19) y el discurso sobre el asedio de Jerusalén (21,20-24). Además, se endurecen las posturas de Jesús y de los escribas, principales sacerdotes y ancianos (20,8.19-20.4547). La situación se agudiza tanto que los principales sacerdotes y escribas buscan matar a Jesús (22,1-2). Con esto Lucas crea el pasaje a la pasión (22,1-23,56). La piedra que desencadena la avalancha es –en Lc– Satanás, que entra en Judas para que entregue a Jesús a los sumos sacerdotes (22,3-6). Lucas intercala en la narración de la pasión palabras y hechos de Jesús, que, ante su muerte, llegan a ser importantes; por ejemplo, la palabra sobre quién es el mayor (22,24-30), el anuncio de los apuros (22,35-38) y la curación del siervo del Sumo Sacerdote al que uno de los discípulos cortó la oreja derecha (22,49-51). Lucas pone de relieve también las últimas palabras de Jesús. Las palabras de Jesús en los interrogatorios de Pilatos y Herodes manifiestan que Jesús es el Hijo de Dios y el rey de los judíos (22,69-70; 23,3); y la palabra última de Jesús en la cruz revela su confianza en Dios, su Padre (23,46). La confesión del centurión pagano (23,47) indica ya, en el momento de la muerte de Jesús, la pertenencia de los gentiles al plan salvífico de Dios. Teófilo, que sabe ya que Jesús resucitó, se entera de otro suceso interesante: Jesús se apareció a dos discípulos (24,13-35), que al

08.245 - 08. Cap. 2

58

29/10/08 10:06

Página 58

LUCAS. HECHOS DE LOS APÓSTOLES

principio no le reconocieron, pero que cuando aquél tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y lo repartió, ellos lo identificaron, y se acordaron de lo que sentían en sus corazones cuando él les explicaba las Escrituras. Teófilo puede relacionar fácilmente esta narración con el culto, la eucaristía, la lectura y enseñanza de las Escrituras, y el diálogo sobre ellas: así llega a saber dónde él mismo puede encontrar a Jesús resucitado. Después de la narración de la aparición de Jesús a los discípulos de Emaús, Lucas añade otra aparición a todos los discípulos (24,36-51). También aquí subraya la relación con las Sagradas Escrituras, para ubicar la resurrección de Jesús en la historia del pueblo de Israel con Dios (24,44-46). Inmediatamente después, Lucas cuenta cómo Jesús encarga a los discípulos de ser sus testigos, y de predicar a todas las naciones del perdón de los pecados (24,4748). Jesús promete enviarles la Promesa de su Padre y la fortaleza de lo alto (24,49); así alude Lucas al suceso de Pentecostés que narrará en el segundo libro. Después de la ascensión de Jesús, los discípulos vuelven con gran alegría a Jerusalén, quedan en el templo y bendicen a Dios (24,50-53). Así termina el primer libro en el templo de Jerusalén, en el mismo lugar donde empezó con la narración de Zacarías. II. EL SEGUNDO LIBRO, HECHOS DE LOS APÓSTOLES: TESTIGOS DESDE JERUSALÉN HASTA LOS CONFINES DE LA TIERRA Teófilo se enteró de que los discípulos de Jesús deben ser sus testigos. Quizá se preguntó cómo testimoniaban a Jesús, qué les daba ánimo y fuerza, y cómo reaccionaban ante problemas y dificultades. Al principio del segundo libro, Lucas reitera otra vez la aparición de Jesús resucitado a todos los discípulos, pero esta vez con otros acentos: ahora es obvio que la Promesa de su Padre y la Fortaleza de lo alto –de las que habló en el EvLc– son el Espíritu Santo. Los discípulos serán bautizados con Espíritu Santo para que puedan ser testigos de Jesús en Jerusalén, en toda Judea y Samaría, y hasta los confines de la tierra (1,4-8). Con esto Teófilo obtiene dos palabras decisivas que manifiestan al testigo de Jesús: el Espíritu Santo y el bautismo. Teófilo conocía ya al Espíritu Santo por las narraciones del evangelio. El bautismo con Espíritu Santo llega a ser el criterio para todos los seguidores de Jesús, es la señal común que confirma los testigos y su testimonio.

08.245 - 08. Cap. 2

29/10/08 10:06

Página 59

LECTURA GLOBAL DE LA OBRA DE LUCAS

59

A diferencia del primer libro, Lucas no menciona que los discípulos de Jesús se queden y se encuentren en el templo, sino que se reúnen unánimes –en comunidad con las mujeres– en una casa (1,12-14). Con esto Lucas marca otro acento importante: los lugares de reunión de los seguidores de Jesús son las casas, pues el templo había sido destruido ya cuando Lucas empezó a escribir su obra. Las casas son por así decir el germen de la difusión del Evangelio. Las casas no eran solamente los lugares de reunión, sino también lugares de oración, de la fracción del pan, de enseñanza, de discusión, de encuentro... 1. La comunidad en Jerusalén y el comienzo de la difusión del Evangelio: Hch 1,15-8,4 En la primera parte del segundo libro, Lucas trata de los comienzos de la comunidad en Jerusalén: los seguidores de Jesús se reúnen y tratan a restablecer el círculo de los Doce. El suceso de Pentecostés (2,1-42) da el impulso de que los testigos hablan y actúan en público. A causa de su testimonio se unían muchas personas con ellos, y la comunidad crece imparablemente (2,41.47; 4,4; 5,14). Igual que Jesús, empiezan desde ahora Pedro, Juan y los demás apóstoles a enseñar y curar con mucho éxito, e, igual que Jesús, encuentran resistencia en el grupo de los saduceos y los sacerdotes del templo. Pero el Espíritu Santo les llena (4,31), y un ángel les da aliento (5,20), así que siguen testimoniando francamente. Una característica importante de la comunidad es su solidaridad recíproca: tienen todo en común, y reparten lo que tienen entre todos los miembros, así que no hay ningún necesitado entre ellos (2,44-45; 4,32-35). Pero hay también problemas dentro de la comunidad, los que Lucas no calla: por ejemplo, no todos están dispuestos a compartir sus bienes con los demás, como demuestra el ejemplo de Ananías y Safira (5,1-11). Además, hay divergencias entre dos agrupaciones en Jerusalén –los helenistas contra los hebreos, es decir, judíos grecohablantes de la diáspora contra judíos hebreohablantes de Jerusalén y sus alrededores– a causa de inexactitudes en la asistencia diaria (6,1). Pero la comunidad llega a superar las dificultades, y soluciona sus problemas, así que la comunidad sigue creciendo (6,7). La primera gran crisis que experimenta la comunidad es la muerte violenta de Esteban (6,8-8,1a). Lucas describe el destino de Esteban paralelamente a la condena y muerte de Jesús. La lapidación

08.245 - 08. Cap. 2

60

29/10/08 10:06

Página 60

LUCAS. HECHOS DE LOS APÓSTOLES

de Esteban inicia la primera persecución de los seguidores de Jesús. «Entre tanto Saulo hacía estragos en la Iglesia» (8,1b-3). Pero los creyentes en Jesús superan también esta crisis, y siguen anunciando el Evangelio en Judea y Samaría. Lucas presenta a Teófilo el ejemplo ideal de la comunidad: la comunidad solidaria, que tiene un solo corazón y una sola alma. Pero no le oculta los problemas de la vida comunitaria y los peligros mortales que amenazan a los testigos. Probablemente Teófilo conoce por experiencia propia los problemas de la comunidad y los ataques hostiles desde fuera. ¿Qué hacer en esas situaciones? Lucas no quiere asustar sus lectores, sino alentarlos y fortalecerlos. Por eso no encubre los hechos negativos ni las experiencias de los creyentes perseguidos, y describe cómo fueron superadas las crisis. Teófilo y los demás lectores pueden reflejarse en los creyentes de aquel tiempo, y debían buscar igual que ellos cómo superar las crisis. 2. El Evangelio se difunde entre los gentiles: Palestina, Siria y el Oriente Próximo: Hch 8,5-14,28 El mensaje central de la segunda parte de Hch es que la persecución y dispersión de los creyentes no consigue callar a los testigos –como pretendía–, sino que causa lo inesperado: ¡el Evangelio se difunde fuera de Jerusalén! Primero en Judea y Samaría, luego en Siria y en el Oriente Próximo. La persecución de los creyentes que al principio pareció un percance, resulta ser el inicio del anuncio del Evangelio fuera de Jerusalén, para los gentiles. Primero los testigos se dirigen a Samaría: Felipe –uno de los Siete– enseña y cura en Samaría, y bautiza a un etíope. Luego obran también Pedro y Juan en Samaría (8,5-8,40). Los creyentes dispersados llegan hasta Damasco, en Siria, donde había una comunidad judía. Pero Saulo los persigue hasta allí. Un acontecimiento impresionante es la conversión de Saulo: es transformado de enconado perseguidor en predicador dilecto (9,1-30). Desde entonces las comunidades gozan de paz y siguen creciendo (9,31). La perspectiva narrativa cambia a Pedro, que opera en Lidia y Jope (9,1-43). El punto culminante de esta parte es la visión de Pedro –narrada por duplicado– que lleva al bautismo del centurión Cornelio (10,1-11,18). ¡El Espíritu Santo inició la misión a los gentiles! (10,44-47; 11,15-17). A partir de ahora crecen comunidades en Fenicia, Chipre, Cirene, y una muy importante comunidad en Antioquía de Siria.

08.245 - 08. Cap. 2

29/10/08 10:06

Página 61

LECTURA GLOBAL DE LA OBRA DE LUCAS

61

Otra vez empieza la persecución de los creyentes en Jesús: el rey Herodes echa mano de los miembros de la comunidad. Santiago, el hermano de Juan, es asesinado, otros son maltratados, y Pedro es encarcelado (12,1-4). Ahora intervienen ángeles y el Espíritu Santo, para que –a pesar de todas las resistencias y situaciones penosas– el Evangelio pueda difundirse. Pedro es liberado de la cárcel por un ángel (12,6-19a), Herodes es castigado y herido por un ángel (12,19b-23), y Bernabé y Saulo son enviados por el Espíritu Santo a su primer viaje para predicar el Evangelio (13,1-14,28). Los testigos Bernabé y Saulo viajan vía Chipre a Perge de Panfilia, a Antioquía de Pisidia y desde allí regresan vía Iconio, Listra y Derbe de Panfilia hasta Antioquía de Siria. Anuncian el Evangelio en las sinagogas, curan a enfermos, y hacen signos y prodigios. Pero hay más problemas y dificultades: uno de sus compañeros –Juan Marcos– se separa de ellos (13,13); entre los judíos y prosélitos surge una división, porque algunos creen en el Evangelio y otros lo rechazan (13,43.50; 14,2-4); y algunos paganos consideran a Bernabé y Pablo dioses (14,8-18). Otra vez los testigos son perseguidos, maltratados y lapidados. Pero su ánimo no decae, sino que visitan las comunidades recién fundadas y las fortalecen. Teófilo se entera así de que el Evangelio se difunde pese a muchos problemas, resistencias y dificultades. Al mismo tiempo entiende que no se propaga gracias al esfuerzo de los discípulos tan sólo, pues «Dios actuaba juntamente con ellos» (14,27; 15,4). Jesús se apareció a Saulo, y convirtió a su peor enemigo en un gran divulgador del Evangelio. El Espíritu Santo cayó sobre los paganos –al centurión Cornelio y su casa– y aclaró la voluntad de Dios: que el Evangelio debía ser anunciado también a los paganos, y que ellos debían ser bautizados, es decir, integrados en la comunidad. Un ángel liberó a Pedro de la cárcel, y otro ángel castigó a Herodes. El Espíritu Santo envió a Bernabé y Saulo a su primer viaje de misión, y Jesús confirma sus testigos, obrando signos y prodigios por sus manos (14,3). Teófilo entiende que Dios acompaña a sus testigos y les ayuda, realizando su plan salvífico junto con ellos. 3. La decisión oficial de admitir a los gentiles y la expansión de la misión hasta Europa: Hch 15,1-21,16 La misión de los gentiles empezó por iniciativa de Dios, que derramó el Espíritu Santo sobre el pagano Cornelio y su casa. Así fue

08.245 - 08. Cap. 2

62

29/10/08 10:06

Página 62

LUCAS. HECHOS DE LOS APÓSTOLES

como Dios concedió los mismos derechos a los paganos y a los judíos, sin hacer distinción entre ellos (15,7-9). Eso causó incertidumbres entre los creyentes que vivían como judíos según los mandamientos mosaicos. Una asamblea de apóstoles y ancianos encuentra la solución: no es preciso que los paganos se circunciden, pero deben abstenerse de lo sacrificado a los ídolos, de los animales estrangulados, de la sangre y de la fornicación (15,19-20.28-29; 21,25). Aquella reglamentación posibilita la comunidad entre los judíos y gentiles, sobre todo al comer en común, pues evita las apariencias de violación de la Ley y las indecencias. Poco después decide Pablo visitar las comunidades fundadas por él y Bernabé, para comunicar las decisiones de la asamblea. Pablo toma consigo a Silas, y van a Siria, Cilicia, Derbe, Listra e Iconio. Como el Espíritu Santo les impide predicar el Evangelio en Asia, se dirigen –siguiendo una visión de Pablo– a Macedonia (en Grecia): el Evangelio llega a Europa. En Filipos, una colonia romana, encuentran a un grupo de mujeres que abrazan con alegría la fe (16,915). También allí encuentran resistencias: los testigos son azotados y metidos en la cárcel, pero Dios les libera por un milagro. En Tesalónica, Berea, Atenas y Corinto creen muchas personas –mujeres y hombres–, pero al mismo tiempo hay dudas y rechazos (17,118,18). En Corinto, Pablo encuentra al matrimonio de Priscila y Áquila, que colaboran con él y le acompañan hasta Éfeso (18,1-20). Pablo vuelve por poco tiempo a Jerusalén y Antioquía, pero sólo para marcharse de nuevo –esta vez solo– a su tercer viaje (18,23b21,16). En el transcurso de su viaje tenemos noticias sobre el predicador Apolo, sobre otros discípulos de Jesús que no sabían nada del Espíritu Santo, y de algunos exorcistas que intentan aprovecharse del nombre de Jesús (18,24-19,20). Estos indicios aluden a otras formas de fe que existían desde el principio. Lucas subraya que el Espíritu Santo obra por propio esfuerzo. Su eficacia confirma la autenticidad de los testigos y su mensaje. Pablo decide terminar su viaje y regresar a Jerusalén, para partir desde allí a Roma. Se despide de las comunidades fundadas en Tróade y Mileto (20,7-38) y se va, vía Tiro, a Cesarea. En ambas ciudades le avisan los discípulos, por inspiración del Espíritu Santo, de no ir a Jerusalén, pero Pablo no cambia de opinión. Teófilo se entera de que los creyentes logran solucionar las dificultades causadas por la misión a los gentiles al usar un término medio: los creyentes insisten en respetar la Torá sin pedir demasiado a

08.245 - 08. Cap. 2

29/10/08 10:06

Página 63

LECTURA GLOBAL DE LA OBRA DE LUCAS

63

los paganos. Pese a las resistencias, el Evangelio se difundió hasta Europa. Por eso, Teófilo entiende el deseo de Pablo de ir a Roma, a la capital del Imperio, el corazón del mundo antiguo. Las advertencias de ir a Roma insinúan las circunstancias de este «viaje». Aparte de eso, Teófilo se entera de otras formas de fe –como la de los discípulos de Jesús que nada sabían del Espíritu Santo–, y puede deducir que, además de Pablo, había muchos predicadores y testigos más: Felipe, Priscila y Áquila, Apolo, Bernabé y otros, cuyo testimonio Lucas menciona sólo de paso. 4. La difusión del Evangelio desde Jerusalén a Roma: Hch 21,17-28,31 A causa de las advertencias proféticas a Pablo, los lectores vislumbran lo que le espera a Pablo en Jerusalén. Lucas describe su destino guardando cierto paralelo con la pasión de Jesús, pero también con una diferencia importante. Igual que Jesús, Pablo está acusado de cargos falsos: de enseñar a apostatar de la Ley y de las tradiciones judías, y de profanar el templo (21,21.29). Igual que Jesús, Pablo es arrestado, y la muchedumbre grita que sea ajusticiado (21,36; 22,22). Pero, a diferencia de Jesús, que casi nunca respondió a las acusaciones, Pablo testimonia el Evangelio en cada oportunidad: da un largo discurso en el patio del templo (22,1-21) y otro discurso ante el Sanedrín (21,1-10). Jesús fue acusado ante el procurador Pilatos, que lo remitió al rey Herodes, y Herodes lo remitió a Pilatos: ninguno de los dos hallaron delito alguno en Jesús, y lo consideraron inocente. Igualmente Pablo es acusado ante el procurado Félix, y, de éste a Festo, y de Festo al rey Agripa. Una vez y otra, Pablo aprovecha cada ocasión para testimoniar el Evangelio ante los soberanos (24,10-21.24-26; 25,811; 26,2-29). Ellos declaran inocente a Pablo, pero por haber éste apelado al César debe ser conducido a Roma. La navegación resulta peligrosa: una tempestad azota el barco y naufraga. Pablo aprovecha también esta situación para testimoniar su fe en Dios salvador (27,21-26). Todas las personas de la nave se salvan en la isla de Malta y allí son hospedadas. Pablo utiliza la ocasión y cura a los enfermos. Al llegar a Italia, Pablo encuentra a creyentes en Jesús en Pozzuoli y otros creyentes salen desde Roma a su encuentro. Con esta información Lucas da a entender que el Evangelio llegó ya a Italia

08.245 - 08. Cap. 2

64

29/10/08 10:06

Página 64

LUCAS. HECHOS DE LOS APÓSTOLES

y a Roma antes que Pablo, es decir, por otros testigos. Así alude a la difusión rápida del Evangelio y al compromiso de los demás testigos. Pablo vive en Roma –bajo custodia de un soldado– en un piso de alquiler, donde recibe a muchas personas, predica el Reino de Dios y enseña lo referente a Jesucristo. Teófilo entiende que Pablo aprovecha cada ocasión –incluso acusado y prisionero– para testimoniar su fe. No hay ninguna situación que dispense para testimoniar su fe. Teófilo concluirá que la casa de Pablo en Roma llega a ser un centro de la comunidad: una iglesia doméstica. Así llegó el Evangelio al centro del mundo antiguo pagano –y desde allí llegará hasta los confines de la tierra (cf. 1,8). Teófilo entiende que –después de haber conocido la certeza, fiabilidad y verdad del Evangelio, y haberse enterado de las vidas modélicas y hechos ejemplares de los testigos– él también debe ser testigo del Evangelio y testimoniar su fe.

08.245 - 09. Cap. 3 (Parte I)

29/10/08 12:10

Página 65

PRIMERA PARTE

EL EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS

08.245 - 09. Cap. 3 (Parte I)

29/10/08 12:10

Página 66

08.245 - 09. Cap. 3 (Parte I)

29/10/08 12:10

Página 67

CAPÍTULO III

PRÓLOGO Y «EVANGELIO DE LA INFANCIA»: LC 1,1-2,52

Como buen escritor, Lucas presenta en el prólogo de su primer libro (Lc 1,1-4) los objetivos a los que quiere guiar a sus lectores. No empieza directamente con la misión y mensaje de Jesús, sino que introduce, como preludio, el «evangelio de la infancia» (1,5-2,52) donde señala tanto los temas importantes como algunas palabras clave. I. EL PRÓLOGO: LC 1,1-4 1. TEXTO 1

Puesto que muchos han intentado narrar ordenadamente las cosas que se han verificado entre nosotros, 2 tal como nos las han transmitido los que desde el principio fueron testigos oculares y servidores de la Palabra, 3 he decidido yo también, después de haber investigado diligentemente todo desde los orígenes, escribírtelo por su orden, ilustre Teófilo, 4 para que conozcas la solidez de las enseñanzas que has recibido.

2. CLAVES DE INTERPRETACIÓN a) La función del prólogo La obra de Lucas empieza con una amplia frase introductoria: el prólogo. En la literatura griega y romana, el prólogo de un libro se-

08.245 - 09. Cap. 3 (Parte I)

68

29/10/08 12:10

Página 68

EL EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS

rio mencionaba, en general, la investigación propia y el destinatario. Algunos opinan que Lucas era historiador, pues investigó diligentemente, insertó fuentes diversas, siguió los relatos de testigos oculares, y escribió todo bien ordenado. Es cierto que la obra de Lucas contiene más datos y referencias a sucesos históricos que otros evangelios, y que la composición de los discursos –como el de Esteban en Hch 7,2-53– corresponde al ideal de presentación en compendio. Pero comparada con otras obras históricas –como la de Flavio Josefo (Guerra de los Judíos, Antigüedades de los Judíos) o de Eusebio (Historia Eclesiástica)– la de Lucas no refleja la historia completa del mundo como hacen los historiadores conocidos. Encontramos más paralelos de la obra de Lucas con las biografías de los filósofos griegos –como la de Sócrates– o con las biografías de los profetas del AT –por ejemplo, las de Moisés, Elías y Eliseo–. Por eso podemos partir de la base de que Lucas redactó más bien una biografía de Jesús, y en Hch biografías de Pedro y de Pablo. Un proceder semejante en la literatura antigua lo encontramos en las Vidas paralelas escritas por Plutarco. Pero la meta de Lucas no es escribir historiografía. b) Los objetivos de Lucas Miremos con detalle la estructura de la frase introductoria; la he colocado de modo que se noten la oración principal y la oración final. La oración final marca la meta y la intención del autor: escribe todo para que Teófilo y nosotros podamos convencernos y encontremos confirmada la solidez de lo que hemos escuchado en la catequesis. La palabra «solidez» incluye «certeza», «fiabilidad» y «verdad». A Lucas le importa en primer lugar la verdad y autenticidad de la catequesis: su objetivo es la fe. Notamos esta meta también en la formulación: «... las cosas que se han verificado entre nosotros» (Lc 1,1). La palabra «verificarse» implica un plan divino o una profecía, o algo que existía ya antes como idea, y que empieza a realizarse. En la Antigüedad, la catequesis preparaba al bautismo. Por eso, en la obra de Lucas se encuentran tantas veces los temas del arrepentimiento, del perdón y del bautismo. El bautismo es el signo o símbolo del arrepentimiento y concede el perdón de los pecados (Lc 1,77; 3,3; 24,47), y está unido al don del Espíritu Santo que confirma a los bautizados como testigos (Lc 3,16; Hch 2,38; 10,47). Lucas narra con frecuencia cómo Jesús aceptaba sin prejuicio a los pe-

08.245 - 09. Cap. 3 (Parte I)

29/10/08 12:10

Página 69

PRÓLOGO Y «EVANGELIO DE LA INFANCIA»: LC 1,1-2,52

69

cadores, perdonaba los pecados y enseñaba el amor ilimitado de Dios que acepta a los pecadores sin condición. Por eso Jesús resucitado encargará a los discípulos predicar como sus testigos en todo el mundo el perdón de los pecados y bautizar (Lc 24,47-48; Hch 1,8; 2,38). Al leer la obra de Lucas, Teófilo puede confirmar que Jesús aceptó a los pecadores arrepentidos. Pero Lucas tiene en mente otro objetivo más. Él menciona a los testigos oculares y a los servidores de la palabra, que transmitieron la enseñanza y los hechos de Jesús. Cuando Lucas escribía su obra, los testigos oculares ya no vivían. Sin embargo, el mensaje de Jesús, que predicó el amor infinito de Dios que acepta a los pecadores arrepentidos sin condición, necesita también de testigos que lo sigan divulgando. En vez de los testigos oculares, ahora son los pecadores arrepentidos y convertidos quienes predican el perdón de los pecados. Ellos habían escuchado el mensaje de Jesús en la catequesis, se arrepintieron y convirtieron, se hicieron bautizar y recibieron el Espíritu Santo que les hizo testigos. Al fin de la obra de Lucas, Teófilo entenderá que él también debe ser testigo del mensaje de Jesús.

PARA PROFUNDIZAR Y COMPARTIR En el AT hay un ejemplo de un prólogo de género «historiográfico»: leer 2 Mac 2,19-32 para compararlo con Lc 1,1-4. El AT incluye con más frecuencia biografías de los profetas como las de Elías y Eliseo, Isaías (Is 6), Jeremías (Jr 1) y otros más: vale la pena leer 1 Re 17,1-21,29; 2 Re 1,1-2,25; 4,1-8,15; 13,14-21 (las biografías de Elías y Eliseo) para compararlas con las narraciones de los hechos de Jesús que nos vienen a la memoria.

II. EL «EVANGELIO DE LA INFANCIA»: LC 1,5-2,52 1. EL ANUNCIO DEL NACIMIENTO DE JUAN EL BAUTISTA Y DE JESÚS: LC 1,5-38 15

Hubo en los días de Herodes, rey de Judea, un sacerdote, llamado Zacarías, del grupo de Abías, casado con una mujer descendiente de Aarón, que se llamaba Isabel;

08.245 - 09. Cap. 3 (Parte I)

70

29/10/08 12:10

Página 70

EL EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS

16 los dos eran justos ante Dios y caminaban sin falta en todos los mandamientos y preceptos del Señor. 17 No tenían hijos, porque Isabel era estéril, y los dos de avanzada edad. 18 Sucedió que, mientras oficiaba delante de Dios, en el grupo de su turno, 19 le tocó en suerte, según el uso del servicio sacerdotal, entrar en el Santuario del Señor para quemar el incienso. 10 Toda la multitud del pueblo estaba fuera en oración, a la hora del incienso. 11 Se apareció el ángel del Señor, de pie, a la derecha del altar del incienso. 12 Al verlo Zacarías, se sobresaltó y el temor se apoderó de él. 13 El ángel le dijo: «No temas, Zacarías, porque tu petición ha sido escuchada; Isabel, tu mujer, te dará un hijo, a quien pondrás por nombre Juan; 14 será para ti gozo y alegría y muchos se gozarán en su nacimiento, 15 porque será grande ante el Señor; no beberá vino ni licor; (Nm 6,3; Lv 10,9; Jue 13,4; Lc 7,33) estará lleno de Espíritu Santo ya desde el seno de su madre, 16 y convertirá al Señor su Dios a muchos de los hijos de Israel 17 e irá delante de él con el espíritu y el poder de Elías, para hacer volver los corazones de los padres a los hijos y a los rebeldes a la prudencia de los justos, para preparar al Señor un pueblo bien dispuesto». 18 Zacarías dijo al ángel: «¿En qué lo conoceré? Porque yo soy viejo y mi mujer de avanzada edad». 19 El ángel le respondió: «Yo soy Gabriel, el que está delante de Dios, y he sido enviado para hablarte y anunciarte esta buena noticia. 20 Mira, por no haber creído mis palabras, que se cumplirán a su tiempo, vas a quedar mudo y no podrás hablar hasta el día en que sucedan estas cosas».

08.245 - 09. Cap. 3 (Parte I)

29/10/08 12:10

Página 71

PRÓLOGO Y «EVANGELIO DE LA INFANCIA»: LC 1,1-2,52

71

21 El pueblo estaba esperando a Zacarías y se extrañaban de que tardara tanto en el Santuario. 22 Cuando salió no podía hablarles, y comprendieron que había tenido una visión en el Santuario; les hablaba por señas y permaneció mudo. 23 Y se dio el caso de que, cuando se cumplieron los días de su servicio, se fue a su casa. 24 Días después, concibió su mujer Isabel y estuvo durante cinco meses encerrada 25 diciendo: «Esto es lo que ha hecho por mí el Señor en los días en que se dignó quitar mi oprobio entre la gente.» 26 Al sexto mes envió Dios el ángel Gabriel a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, 27 a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María. 28 Y, entrando, le dijo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo». 29 Ella se turbó por estas palabras y se preguntaba qué significaría aquel saludo. 30 El ángel le dijo: «No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios; 31 vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo a quien pondrás por nombre Jesús. 32 Él será grande, se le llamará Hijo del Altísimo y el Señor Dios le dará el trono de David, su padre; 33 reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reino no tendrá fin». 34 María respondió al ángel: «¿Cómo será esto, puesto que no conozco varón?» 35 El ángel le respondió: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el que ha de nacer será santo y se llamará Hijo de Dios. 36 Mira, también Isabel, tu pariente, ha concebido un hijo en su vejez y éste es ya el sexto mes de la que se decía que era estéril,

08.245 - 09. Cap. 3 (Parte I)

72

29/10/08 12:10

Página 72

EL EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS

37 porque no hay nada imposible para Dios» (Gn 18,14). 38 Dijo María: «He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.» Y el ángel, dejándola, se fue.

ESTUDIO DEL TEXTO Pongo el texto en un orden especial, para que su estructura sea más inteligible: los verbos centrales que cuentan y desarrollan la narración van cada uno por una línea separada. En griego, el tiempo de la narración es en general el aoristo (a veces también el presente y el perfecto), en español es el indefinido. Las informaciones de trasfondo están sangradas. En griego se expresan por el imperfecto y por los participios o por oraciones subordinadas; es lo mismo en español. En las narraciones, los discursos incluyen con frecuencia informaciones importantes, por eso va el estilo directo más sangrado a la derecha hasta el centro. Esta disposición permite que, leyendo el texto, puede uno darse cuenta de los acontecimientos que estructuran y desarrollan la narración (a la izquierda) y de las informaciones importantes que se encuentran en los discursos (en el centro). Todas las informaciones de trasfondo, no tan importantes, están sangradas. Para comprender el mensaje del texto, y para ver más claro paralelos y diferencias de los anuncios, se puede buscar (y subrayar con colores diferentes): 1. las personas actuantes 2. palabras o partes de una frase que se repiten, incluyendo las palabras semejantes (por ejemplo: alegría y alégrate) 3. palabras que se refieren a los campos semánticos de «tiempo» y de «reino» 4. en el discurso del ángel (1,13-17 y 1,28-35): ¿Cómo están descritos los niños?

a) Enlaces narrativos a. Narraciones paralelas Las narraciones de los anuncios del nacimiento de Juan el Bautista y de Jesús están construidas paralelamente. Se unen por la fe-

08.245 - 09. Cap. 3 (Parte I)

29/10/08 12:10

Página 73

PRÓLOGO Y «EVANGELIO DE LA INFANCIA»: LC 1,1-2,52

73

cha «al sexto mes» (1,26), que se refiere a los meses de embarazo de Isabel: después de su concepción estuvo cinco meses encerrada (1,24). Otro indicio de la relación entre los anuncios es el ángel Gabriel, que fue enviado también a María (1,26), y la información de que Isabel es pariente de María (1,36). Notamos paralelismos en la estructura de la narración. Al principio el narrador nos presenta a los protagonistas con descripciones detalladas (Zacarías: 1,5-7; María: 1,26-27), después aparece el ángel y anuncia el nacimiento (Juan: 1,13-17; Jesús: 1,30-33); sigue una pregunta de los protagonistas que tematiza un obstáculo (Zacarías: 1,18; María: 1,34) y la respuesta o explicación del ángel (a Zacarías 1,19-20; a María: 1,35-37). La narración concluye con una afirmación de los protagonistas: de Isabel, pues Zacarías queda mudo (1,25), y de María (1,38). b. Diferencias importantes Analizamos con más detalle la narración para notar unas diferencias interesantes: Zacarías e Isabel son presentados por su linaje; ambos descienden de familias sacerdotales. Al presentar a María y José falta el linaje de María; sólo nos enteramos de que José es de la casa del rey David. Zacarías e Isabel son caracterizados también por su vida justa y fiel a los mandamientos de Dios. No nos enteramos de nada sobre la vida de María y José; el autor añade esta información en el capítulo siguiente. La respuesta final de María demuestra su disposición a cumplir la voluntad de Dios. El discurso del ángel nos informa de que a pesar de su edad avanzada y la infecundidad de su mujer, Zacarías había pedido hijos a Dios, pues el ángel le dice que su petición ha sido escuchada, y le anuncia el nacimiento de un hijo (1,13). Con su petición expresó su confianza en Dios, pues le cree capaz de darle hijos pese a todos los obstáculos, porque Dios obró de igual modo con Abrahán y Sara, y con Elcana y Ana. Por eso su pregunta: «¿En qué lo conoceré?» (Lc 1,18) expresa su duda. Diferente a la pregunta de Zacarías, la de María es fundada, pues ella no pidió hijos a Dios, ni había tenido todavía relaciones conyugales. A pesar de que Zacarías duda, Dios realiza su promesa. El ángel le da a Zacarías una señal que confirma la verdad de su mensaje: Zacarías quedará mudo hasta que se cumplan las palabras del ángel, «a

08.245 - 09. Cap. 3 (Parte I)

74

29/10/08 12:10

Página 74

EL EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS

su tiempo» (1,20). Esta expresión nos señala la actividad de Dios: Él escucha nuestras oraciones y realiza su plan salvífico no según nuestros conceptos del tiempo, sino «a su tiempo» (cf. Lv 26,4; Dt 28,12; Ecl 3,11; Eclo 39,16). También María recibe una señal: se entera del embarazo de Isabel (Lc 1,36). El ángel asegura que su embarazo es otra señal de la actividad de Dios: «no hay nada imposible para Dios» (Lc 1,37). Estas palabras recuerdan a los lectores la promesa de Dios a Abrahán (Gn 18,4), y la Alianza que pactó con él. Con esto, Lucas insinúa ya cómo Dios actúa: por medio de dos embarazos aparentemente imposibles él va realizando su plan salvífico. Los lectores se enterarán de otros hechos «imposibles» que Dios realiza. Otras semejanzas y diferencias se encuentran en las descripciones de los hijos. Ambos hijos están llenos de Espíritu Santo: Juan ya desde el seno de su madre, y Jesús es engendrado por obra del Espíritu Santo y el poder de Dios (Lc 1,35). Los dos colaboran en el plan salvífico de Dios: Juan preparará un pueblo bien dispuesto a Dios, y Jesús reinará sobre ese pueblo. Además, los nombres de los hijos tienen significado simbólico, pues aluden a su misión. Juan significa «Yahvé es benévolo», lo que señala su predicación de conversión, y el bautismo para perdón de los pecados. Jesús significa «Yahvé salva», lo que señala el plan salvífico de Dios, lo que Dios realiza por Jesús y por la colaboración de los hombres.

b) Enlaces pragmáticos a. El anuncio del nacimiento El anuncio del nacimiento de un hijo divino –la mayoría de las veces por parto de una virgen– corresponde a un esquema literario muy común en la literatura antigua. Este esquema fue usado para realzar a personajes extraordinarios, como al semidiós griego Heracles, a Rómulo y Remo, fundadores de Roma, y al emperador Augusto. Pero también otras religiones conocen ese motivo, pues fue usado para contar los nacimientos de Zaratustra y de Buda; y también algunas tribus indígenas de la América del Norte cuentan que una virgen alumbra a un héroe o salvador.

08.245 - 09. Cap. 3 (Parte I)

29/10/08 12:10

Página 75

PRÓLOGO Y «EVANGELIO DE LA INFANCIA»: LC 1,1-2,52

75

ESQUEMA LITERARIO DEL ANUNCIO DEL NACIMIENTO DE UN HIJO DIVINO

Los elementos del esquema, normalmente, son: 1) anuncio del nacimiento por un mensajero divino, por signos cósmicos o por un sueño, 2) susto del destinatario, 3) descripción del futuro particular del hijo, 4) a veces una señal que confirma el mensaje, 5) con frecuencia el motivo de la persecución del hijo divino, y su salvación milagrosa, como en el Evangelio de Mateo.

En las narraciones bíblicas, el anuncio del nacimiento de un hijo bajo condiciones difíciles o «imposibles», como infecundidad o edad avanzada, es una señal del nuevo comienzo por Dios, como en Is 7,14: «Pues bien, el Señor mismo va a darles una señal: he aquí que una doncella está encinta y va a dar a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel». O en Is 9,5-6: «Porque una criatura nos ha nacido, un hijo se nos ha dado. Estará el señorío sobre su hombro, y se llamará su nombre «Maravilla de Consejero», «Dios fuerte», «Siempre Padre», «Príncipe de Paz». Grande es su señorío, y la paz no tendrá fin sobre el trono de David y sobre su reino para restaurarlo y consolidarlo por la equidad y la justicia». Los lectores recuerdan otros nacimientos bajo condiciones difíciles; los niños llegaron a ser extraordinarios en la historia de la relación del pueblo de Israel con Dios. Isaac, el hijo de Abrahán y Sara, confirmó la Alianza entre Dios y los hombres (Gn 17). José, el hijo de Jacob y Raquel, testimonió la elección del pueblo de Israel, que Dios protege en situaciones apuradas, difíciles y peligrosas (Gn 37-50). Sansón, el hijo de Manóaj y su mujer, empieza una nueva época de los jueces: bajo su dirección el pueblo de Israel cumple los mandamientos de Dios (Jue 13,2-24). Samuel, hijo de Elcana y Ana, es el último juez del pueblo de Israel, que designa al primer rey de Israel (1 Sm 1-3). Por medio del anuncio doble y paralelo de los nacimientos de Juan y Jesús, Lucas aclara a sus lectores que empieza un tiempo nuevo: el tiempo salvífico del reinado de Dios. Los diferentes datos, fechas y lugares marcan la diferencia entre los tiempos y la forma del poder: dividimos nuestro tiempo en horas, días, meses y años; el tiempo de Dios es

08.245 - 09. Cap. 3 (Parte I)

76

29/10/08 12:10

Página 76

EL EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS

intemporal, pues es eterno. Los soberanos mundanos reinan sobre un terreno limitado. El Hijo de Dios, en cambio, reinará sobre la casa de Jacob, es decir, sobre todo el pueblo de Israel que Juan prepararía a Dios. b. Palabra clave La alegría es el rasgo característico de este tiempo nuevo que ya empezó. Desde el AT la alegría es la señal de la comunidad feliz con Dios. La alegría expresa el agradecimiento de los hombres a Dios por las bendiciones que les concedió (Dt 12,7.18; 16,14-17), por eso celebran una fiesta en la que participan todos los hombres sin diferencia. La fuente de la alegría son los mandamientos de Dios (Sal 1,2; 119,16.47.92.111), el perdón de los pecados (Sal 51,10-16) y Dios mismo (Neh 8,10; Sal 4,8; 16,11; 43,4). Lucas retoma en su obra el motivo de la alegría como señal de la comunidad con Dios y al tiempo salvífico. Ya al inicio de Lc encontramos el campo semántico de la alegría: el temor se cambia en alegría permanente (1,14.28; 2,9-11). La alegría por Dios que perdona los pecados y realiza su promesa la encontramos en el cántico de María (1,46-56) y en el cántico de Zacarías (1,68-79). En las parábolas de Jesús encontramos la alegría por el pecador arrepentido y convertido (15,5.7.10.24.32). Luego, la comunidad se reúne en alegría (Hch 2,46). c. Personajes de identificación Lucas describe a tres personas –Zacarías, Isabel y María–, que viven las acciones salvíficas de Dios. Zacarías pedía un hijo desde hacía muchos años, pero cuando oyó que su petición fue escuchada, y que su hijo realizará cosas importantes para Dios, no lo cree y pide una señal. Isabel es caracterizada como judía justa, que caminaba sin falta en los mandamientos de Dios. Así, Lucas aclara desde el principio que la falta de hijos no es castigo divino por algún pecado. Por la reacción de Isabel, intuimos su relación con Dios: pues, sin saber lo «especial» que sería su hijo, interpreta su embarazo como acción de Dios: Él ha quitado su oprobio ante la gente (1,25), y le concede reconocimiento y aceptación social. María se entera por el ángel de que dará a luz un hijo especial que asumirá el reinado tan esperado en Israel. El hecho de que reinará por

08.245 - 09. Cap. 3 (Parte I)

29/10/08 12:10

Página 77

PRÓLOGO Y «EVANGELIO DE LA INFANCIA»: LC 1,1-2,52

77

los siglos significa que su reinado corresponde completamente a la voluntad de Dios, en contraste con los reyes David o Salomón, que pecaron contra Dios, y les causó el fin del reinado. Como rey divino, su hijo será santo, y será llamado Hijo de Dios. El mensaje suena maravilloso, pero Lucas no menciona las dificultades sociales inminentes causadas por el hijo espurio. Entre los judíos, la prometida vivía en la casa paterna hasta el día de su boda, aunque era ya legalmente esposa de su marido. El embarazo antes de la boda habría expuesto a María a la recriminación de adulterio. El evangelio de Mateo narra esto desde la perspectiva de José, que piensa no difamarla y repudiarla en privado (Mt 1,18-19). Aunque María debe contar con las dificultades sociales inminentes, se somete a la voluntad de Dios. PARA PROFUNDIZAR La situación de Isabel –su vejez y esterilidad– tiene paralelos en el AT: leer 1 Sm 1,1-2,26 (Samuel) y también Jue 13,2-24 (Sansón). En Mal 2-3 se encuentran paralelos entre Juan el Bautista y el profeta Malaquías. PARA COMPARTIR ¿Qué pensamos de las muchachas solteras que han dado a luz un hijo o una hija? ¿Cómo las tratamos?, y ¿a su hijo o hija? ¿Por qué pensamos así y las tratamos de esa manera? ¿Y de las mujeres ancianas (solteras) que no han dado a luz un hijo o una hija? ¿Qué pensamos de ellas y cómo las tratamos?

2. EL ENCUENTRO ENTRE MARÍA E ISABEL: LC 1,39-56 ESTUDIO DEL TEXTO 1. ¿Cómo se describe a María? ¿Qué dice Isabel de ella y cómo habla María de sí misma? 2. En el cántico de María (el Magníficat: Lc 1,46-55), ¿de qué manera actúa Dios con quién? 3. Compara el cántico de María con el cántico de Ana (1 Sm 2,110): ¿Qué paralelos y qué diferencias encuentras?

08.245 - 09. Cap. 3 (Parte I)

78

29/10/08 12:10

Página 78

EL EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS

a) Enlaces narrativos Por las personas que entran en escena o salen, o por el cambio del lugar donde actúan, el autor indica otra escena o tema. Las informaciones de que el ángel dejó a María y se fue (Lc 1,38), y de que María se puso en camino a Isabel (1,39), marcan un nuevo párrafo. La escena nueva está unida con la anterior por la expresión «en aquellos días» (1,39), que refiere «al sexto mes» (1,26). Los lectores entienden que –aunque empieza una escena nueva– deben tener presente lo que fue narrado antes. Al contrario de la escena anterior, en esta escena no ocurre mucho. María visita a Isabel. Por medio del encuentro de las dos mujeres, sin más, Lucas crea una pausa. En esta pausa, las mujeres –y con ellas los lectores– reflexionan sobre los sucesos anteriores desde la perspectiva de fe. La información acerca de la fecha es indefinida, y el lugar al que se dirige María queda indeterminado. La atemporalidad, el lugar indeterminado y la acción escasa consiguen que las interpretaciones de fe de las dos mujeres adquieran cierto carácter universal. La bienaventuranza «¡Bienaventurada la que ha creído que se cumplirán las cosas que le fueron dichas de parte del Señor!» (Lc 1,45), no se dirige sólo a María, porque es también una invitación a todos los creyentes, incluidos los de hoy. El cántico de María no describe solamente sus experiencias propias, sino también las del pueblo de Israel, y las que los hombres vivirán por los hechos de Jesús: Dios realizó ya su justicia compensada, y sigue realizándola. Por eso podemos unir nuestra voz a la de María. b) Enlaces pragmáticos a. Palabra clave En Lc encontramos la expresión ceremoniosa «y se dio el caso de que» (1,41): dirige la atención al siguiente suceso importante. Aquí sucede que, al oír el saludo de María, el niño de Isabel saltó de alegría en su seno. Este evento es narrado dos veces –una vez por el narrador (1,41) y otra vez por Isabel (1,44)– para realzar su importancia: el niño salta de alegría. Lucas retoma el motivo de la alegría: el tiempo salvífico continúa.

08.245 - 09. Cap. 3 (Parte I)

29/10/08 12:10

Página 79

PRÓLOGO Y «EVANGELIO DE LA INFANCIA»: LC 1,1-2,52

79

b. La actividad del Espíritu Santo Isabel es la primera mujer que queda llena de Espíritu Santo (1,41) y que profetiza (exclamar a gritos quiere decir profetizar). Ya antes el autor mencionó la eficacia del Espíritu Santo: el ángel anunció a Zacarías que Juan estará lleno de Espíritu Santo ya desde el seno de su madre, y explicó a María que quedaría embarazada por el Espíritu Santo y el poder del Altísimo. Pero aquí notamos por primera vez la actividad del Espíritu Santo: una mujer anciana, que fue despreciada por la gente porque no tenía hijos, y que llevó una vida retirada, queda llena de Espíritu Santo. Por eso sabe del embarazo maravilloso de María. Su grito profético deja participar en su alegría a todos los que oyen sus palabras. La bienaventuranza que exclama Isabel (1,45) no toca sólo a María, sino a todos los que la oyen: ¡Felices los que creen que se cumplen las cosas que Dios prometió! La fe del pueblo de Israel es la certeza de que Dios realiza sus promesas: Dios lleva a su pueblo elegido a la tierra prometida (Dt 1,8; Sal 105,8-11); si los hombres cumplen los mandamientos de Dios, Dios realiza su alianza con ellos, y se preocupa por ellos, para que estén bien, como les prometió (Dt 7,12-16; 28,9-14); según su promesa, Dios mantendrá el trono de David por los siglos (Sal 89,4-5.36-37; 132,11-12). La bienaventuranza alude también a los mensajes del ángel a Zacarías y a María: mientras que Zacarías quedó escéptico, María creyó. Independientemente de cómo reaccionemos nosotros a la voluntad salvífica de Dios, ella se realiza, como mostró el ejemplo de Zacarías. c. El cántico de María María responde con un cántico que retoma su propia bienaventuranza en labios de Isabel (Lc 1,48), pero que llega a la alabanza de Dios: en los versos 1,46-49a María habla de sí misma; en los versos 1,49b-55 habla de Dios y de sus hechos salvíficos. La misericordia de Dios corresponde a todos los hombres por los siglos (1,50.54b-55). Dios se dedica a los humildes y hambrientos y les colma de bienes. Con el cántico de María, Lucas crea una oración de alabanza para el uso de los creyentes. Su estructura y algunas expresiones tienen paralelos en los Salmos, por ejemplo: mi alma alaba al Señor (Sal 103,1.2.22; 104,1.35; 146,1); Dios es santo (Sal 22,3-5; 71,22;

08.245 - 09. Cap. 3 (Parte I)

80

29/10/08 12:10

Página 80

EL EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS

99,5.9). Su contenido retoma la esperanza y la experiencia de Dios del pueblo de Israel: Dios atiende a los pequeños y humildes (Sal 10,17-18; 102,18; 138,6); Dios obra por su brazo hechos maravillosos y poderosos (Dt 11,2.7; Sal 71,18-19; Is 52,10); Dios muestra siempre su misericordia (Sal 78,38; Is 14,1; 33,2; 55,7); y Dios recuerda su promesa (1 Re 8,15.56; Sal 105,8-10; 119). Comparado el de María con el cántico de Ana (1 Sm 2,1-10), notamos el trato distinto de Dios con los potentados, soberbios y ricos. Ana describe la inversión radical de los potentados a impotentes, de los débiles a fuertes, de los hartos a hambrientos, y de las mujeres que tienen muchos hijos a mujeres marchitas y estériles (1 Sm 2,4-5). María, en cambio, alaba la justicia compensada de Dios: los potentados son derribados de sus tronos, ya no son poderosos, pero todavía no son impotentes; los humildes son exaltados, pero no llegan a ser los nuevos señores (Lc 1,52). Los hambrientos son colmados de bienes por Dios, pero los ricos no llegan a ser pobres, Dios no les quita sus bienes, sino que les colma más con riquezas (1,53). Ana canta que sólo Dios es omnipotente, y que los hombres no triunfan por la fuerza propia (1 Sm 2,2.6-7.9). María, en cambio, alaba la misericordia de Dios, que se acuerda de su promesa y acoge a Israel (Lc 1,50.54-55), para que su pueblo experimente su actuación maravillosa (1,49). No se trata de una reversión o inversión radical, que en realidad nada cambiaría porque sólo canjearía los papeles, sino que se trata más bien de la justicia compensada y equilibrada. Aquí se manifiesta ya una reflexión que importa mucho a Lucas: para que se realice la justicia compensada, los hombres pueden y deben colaborar. Pueden colaborar en la justicia compensada cuando invitan a las personas despreciadas (14,12-14), cuando comen, festejan y viven en común con los excluidos y marginados (15,1-2), y cuando reparten y comparten lo que tienen en abundancia (Hch 4,34-35).

PARA COMPARTIR ¿Cómo puedes relacionar el cántico de María con tu vida y con tus experiencias? ¿En qué puedes colaborar para que se realice un poco más la justicia compensada?

08.245 - 09. Cap. 3 (Parte I)

29/10/08 12:10

Página 81

PRÓLOGO Y «EVANGELIO DE LA INFANCIA»: LC 1,1-2,52

81

3. EL NACIMIENTO DE JUAN EL BAUTISTA Y EL NACIMIENTO DE JESÚS: LC 1,57-2,52 ESTUDIO DEL TEXTO 1. Lc 1,57-2,52 consiste en varias escenas marcadas a) por una información temporal (la fecha), y/o, b) por el cambio de personas que aparecen o que hacen mutis, y/o, c) por un breve sumario en general. Marca y titula las escenas. 2. Subraya las personas que aparecen y actúan (el Espíritu Santo y Dios son también «personas» que actúan). 3. Marca las palabras o partes de una frase que se reiteran o se asemejan. 4. A partir de estas informaciones, marca las semejanzas entre las dos narraciones del nacimiento y de la infancia.

a) Enlaces narrativos a. Narraciones paralelas Lucas dispone las narraciones de los nacimientos paralelamente, como antes los anuncios de los nacimientos. Para realzar la importancia de Jesús como Hijo de Dios y Mesías, Lucas adornó la narración de su nacimiento e infancia con añadiduras y duplicados, pero los elementos significativos son los mismos. La narración empieza sin introducir que Isabel hubiera dado a luz un hijo (1,57). Los vecinos y parientes comparten su alegría, pues identifican en el hijo la obra de Dios (1,58). La actuación de Dios ya no se restringe al límite de la familia, pues se enteran otras personas más del hecho maravilloso de Dios, y participan de la alegría. Los lectores reconocen el motivo de la alegría, y entienden que la actuación de Dios se propaga. La escena siguiente empieza con la información sobre la fecha: al octavo día (1,59). b. Relación con la historia universal Comparada con la narración del nacimiento de Juan, la de Jesús es introducida con más detalle por la información sobre el censo ro-

08.245 - 09. Cap. 3 (Parte I)

82

29/10/08 12:10

Página 82

EL EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS

mano. Así Lucas relaciona el nacimiento de Jesús con el contexto político mundial del Imperio romano (2,1-3). Menciona a los soberanos romanos: a César Augusto y al gobernador de Siria, Cirino, y otra vez al rey de Israel, David –ya nos enteramos en 1,27 de que José era de la casa de David–, para subrayar la importancia de Jesús. Además alude a la escena del anuncio, pues los lectores recuerdan que el ángel anunció a María que Dios dará a su hijo el trono de su padre David (1,32), que reinará sobre la casa de Jacob por los siglos, y que su reino no tendrá fin (1,33). Los lectores pueden concluir que Jesús será un nuevo Señor, más importante que los demás soberanos. c. Dios realiza sus promesas Lucas describe con detalle que Jesús es el primogénito de María –lo mismo vale para Juan, aunque el autor no lo menciona–, y cómo ella lo cuida: le envuelve en pañales y le acuesta en un pesebre (2,7). El motivo del pesebre será reiterado en 2,12 y 16; es información importante para el anuncio del ángel a los pastores. Cuando nació Juan, vinieron los vecinos y parientes y compartieron la alegría de Isabel. Jesús no nace en el círculo de la familia, sino en una ciudad forastera. Ni siquiera puede vivir en una casa o en un albergue, sino en un pesebre. En este momento Lucas no piensa en la presencia de otras personas, pues le importa subrayar que Jesús nace en un lugar solitario, pero ¿quiénes son «todos los que lo oyeron y se maravillaban» (2,18)? ¿De dónde vienen? Encontramos un punto poco claro en la narración, pero lo podemos entender como construcción de Lucas, que termina la escena con un sumario (2,18-20). A los parientes y vecinos que dan la bienvenida a Juan e identifican la actuación de Dios, Lucas les crea un paralelo en la narración del nacimiento de Jesús. En la misma comarca había pastores, a los que un ángel anuncia «una gran alegría»: el nacimiento del Mesías en la ciudad de David, como niño en un pesebre (2,10-12). Tanto la mención de los pastores, de la ciudad de David, como del pesebre relacionan a Jesús con el rey David, aquel joven pastor elegido por Dios para ser el rey de su pueblo. Los ángeles interpretan a los pastores la actuación maravillosa de Dios (2,13-14), e igualmente los vecinos y parientes reconocieron en el nacimiento de Juan la actuación de Dios. Los pastores encuentran todo como el

08.245 - 09. Cap. 3 (Parte I)

29/10/08 12:10

Página 83

PRÓLOGO Y «EVANGELIO DE LA INFANCIA»: LC 1,1-2,52

83

ángel les anunció. Los lectores entienden que la actuación de Dios sigue desarrollándose, pues lo anunciado y prometido se realiza. También los pastores alaban a Dios, porque han visto cumplida la promesa (2,20). María guarda todo en su corazón (2,19). Al octavo día de su nacimiento, el niño es circuncidado y se le impone nombre. Mientras que el nombre de Jesús está mencionado con pocas palabras que recuerdan al anuncio del ángel (2,21), nombrar a Juan es más complicado, porque su padre está mudo. Es la madre, Isabel, quien insiste –contra la opinión de vecinos y parientes– en el nombre que dijo el ángel (1,60). Zacarías confirma por escrito el nombre de Juan (1,63). Porque cumplió la voluntad de Dios, su boca se abre y su lengua se suelta, para alabar a Dios (1,64). Lo sucedido se difundió en toda la montaña de Judea, y los parientes y vecinos grababan todo en su corazón, pues entendieron que Dios estaba con Juan (1,66). Zacarías queda lleno de Espíritu Santo y profetiza (1,58-79): la primera parte de su discurso profético es una larga alabanza de Dios (1,68-57), sigue una profecía sobre el niño Juan (1,76-77), y termina con la perspectiva a la actuación de Dios (1,78-79). Un verso sumario sobre el crecimiento del niño y su espíritu fortalecido termina el relato de Juan (1,80). En la narración sobre Jesús, Lucas añade el rito de la purificación y el sacrificio de rescate (2,22-24); con ello señala la piedad de los padres de Jesús, que cumplen los mandamientos de Dios. Lucas subrayará otras veces la religiosidad de María y José. Además notamos el cambio de lugar: el templo. En este lugar central e importante para la fe judía, el anciano Simeón, movido por el Espíritu Santo, profetiza sobre Jesús. Sus palabras paralelan la profecía de Zacarías sobre Juan: primero una alabanza a Dios (2,29-32), luego la profecía sobre el niño (2,34-38). Lucas emplea duplicados para subrayar lo significativo, por eso aparece asimismo la profetisa anciana Ana y profetiza sobre Jesús. Su profecía incluye la perspectiva de la actuación salvífica de Dios (2,38). Termina el párrafo un verso sumario sobre el desarrollo de Jesús, lo que señala su sabiduría y la gracia de Dios sobre él (2,40). d. La relación de Jesús con Dios, su Padre Lucas añade otro episodio (2,41-52), que pone de relieve la relación especial de Jesús con Dios. En esta perícopa Jesús habla por

08.245 - 09. Cap. 3 (Parte I)

84

29/10/08 12:10

Página 84

EL EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS

primera vez; por eso sus palabras son importantes para el evangelio completo. Al cumplir los doce años, Jesús sube con sus padres a la fiesta de Pascua en Jerusalén. En el judaísmo, a los doce o trece años, los varones son adultos, es decir, deben cumplir los mandamientos; pero no se sabe con certeza si en aquel tiempo valía ya esta reglamentación. El muchacho Jesús se sienta en el templo, en medio de los maestros, les escucha y les hace preguntas (2,46-47). En las biografías helenísticas y judías, el motivo del héroe virtuoso e inteligente es muy común, como en las biografías de Ciro, Alejandro, Epicuro, Moisés, Salomón y Daniel. Con este motivo Lucas indica a sus lectores la relación especial de Jesús con Dios. La respuesta de Jesús a sus padres, que le habían buscado con angustia, «Y ¿por qué me buscaban? ¿No sabían que yo debía estar en la casa de mi Padre?» (Lc 2,49), señala en primer lugar a Dios como su padre. Eso no quiere ser una verdad cristológica, sino que se refiere más bien a su relación con Dios. En el texto griego, la respuesta de Jesús no contiene la palabra «casa»; se debe traducir literalmente: ¿no sabían que yo debía estar en el (asunto) de mi padre? Es intención de Lucas que esta respuesta tenga un sentido ambiguo. Si «estar en el asunto de mi padre» se refiere al lugar, significa que Jesús se encuentra en el templo como el edificio (la casa) de su padre. Si se refiere «estar en el asunto de mi padre» al verbo, significa «dedicarse a», y dice que se encuentra a Jesús allá, donde se dedica al asunto, es decir, a los mandamientos de Dios. La información de que sus padres no comprendieron su respuesta (2,50) funciona –igual que las demás respuestas de Jesús, cuando sus discípulos no entienden– como señal a los lectores: ellos sí deben entender su respuesta o mensaje. Lucas reitera otra vez que María guardaba todo en su corazón (2,19.51). Es también una instrucción a los lectores para que graben los sucesos en sus corazones. Luego recordarán la relación extraordinaria de Jesús con Dios. Así Lucas indica que los acontecimientos ocurridos se vuelven significativos para el futuro. La perícopa acaba con un breve sumario que retoma lo de 2,40: Jesús crece en sabiduría y en gracia ante Dios y los hombres (2,52). b) Enlaces pragmáticos La narración de la infancia tiene la misma función que la obertura de una ópera: indicar los temas centrales. El Espíritu Santo y

08.245 - 09. Cap. 3 (Parte I)

29/10/08 12:10

Página 85

PRÓLOGO Y «EVANGELIO DE LA INFANCIA»: LC 1,1-2,52

85

los profetas tienen un papel importante. El Espíritu Santo causa el embarazo de María, está con los niños Juan y Jesús, guía al anciano Simeón al templo, y llena a Isabel y Zacarías para que profeticen. Aunque Lucas no transmite literalmente el discurso de Ana, su profecía proviene del Espíritu Santo, pues anuncia la salvación a los que acuden al templo. El Espíritu Santo y los profetas –representados aquí por la profetisa Ana y luego por Juan el Bautista (3,1-20)– aseguran la continuidad de la alianza de Dios con Israel y de las promesas de Dios. Recuerdan la alianza con Abrahán (1,54-55.72-73), la actuación salvadora y liberadora de Dios (1,50-53.71; 2,38), y la promesa de Dios (1,54-55.78-79; 2,38). Dios obra por su Espíritu Santo, y los profetas anuncian la voluntad y el plan salvífico de Dios, también cuando nace Jesús. En las profecías de Zacarías, Simeón y Ana se manifiesta ya la importancia de Jesús tanto para el pueblo de Israel como para los gentiles (1,68-69; 2,30-32.38). Jesús es el salvador que realiza la redención. Es luz para los gentiles y gloria para Israel. Lucas menciona ya la experiencia feliz del perdón de los pecados (1,77): Juan dará el conocimiento de la salvación, predicará el arrepentimiento y la conversión, y practicará el bautismo como señal del perdón de los pecados. Lo mismo enseñará Jesús, y luego también sus discípulos y testigos (17,3-4; 24,47; Hch 2,38; 3,19). a. Palabras clave Lucas menciona con frecuencia la Ley (de Moisés o del Señor): Zacarías e Isabel son justos ante Dios y caminan cumplidamente en todos los mandamientos y preceptos del Señor (Lc 1,6); al octavo día, Juan y Jesús son circuncidados conforme a la Ley (1,59; 2,21); María y José cumplen la Ley (2,22-24.27.39.41). Este cumplimiento dice más que la religiosidad, pues caracteriza su vida entera en relación intensa con Dios (Dt 26,16-19): un conocimiento intenso de Dios (Jr 31,33-34) y una vida de fe viva (Ez 36,26-28). Quien cumple los mandamientos de Dios y anda rectamente, tiene la plenitud de vida, pues los mandamientos de Dios contienen su voluntad salvífica (Sal 112; 119; Is 48,18-21; Jr 7,23). La voluntad de Dios incluye a todos los hombres. Por eso Dios exige especialmente la asistencia, la caridad y el apoyo para los pobres, pequeños,

08.245 - 09. Cap. 3 (Parte I)

86

29/10/08 12:10

Página 86

EL EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS

débiles, despreciados, viudas, huérfanos y extranjeros (Dt 14,28-29; Lv 19,9-10.33-34; 25,35-38; Dt 15,1-11). Cuando ocurre una injusticia, Dios tiene que mirar –¡ni cierra los ojos ni aparta la mirada!– e intervenir para impedirla (Lv 20,4-5; Dt 22,1-4). La vida según los mandamientos de Dios importa mucho a Lucas. Cada uno debe conocer los mandamientos de Dios y cumplirlos (Lc 10,26-28; 18,18-22). La pauta y el ejemplo para nuestra vida y nuestras acciones es la misericordia de Dios (6,36). Luego, en Hch, los discípulos y testigos discutirán en qué medida los gentiles deberán cumplir la Ley. Pero nunca cuestionan la exigencia de cumplir los mandamientos fundamentales. Los discípulos parten de la base de que también los gentiles conocen y cumplen de todas maneras estos mandamientos de Dios, como escribió Pablo en la carta a los Romanos (Rom 2,14-15). El motivo de la alegría es otro elemento importante en la obra de Lucas. La alegría proviene de vivir en comunión con Dios, de que su voluntad salvífica se está realizando. Mujeres y hombres notan que su alegría nace de su comunión con Dios, pues viven con todos sus sentidos la voluntad salvífica: Isabel y María, y las personas curadas por Jesús, la viven en carne propia. Los pastores, vecinos y parientes, y las personas que presencian los hechos de Jesús, la ven. La gente en Judea (Lc 1,66), y los hombres que escuchen el testimonio de los pastores en el pesebre (2,18), la oyen; y Teófilo y los demás lectores, incluso nosotros hoy, la leen. Otra palabra clave importante es la paz (Lc 1,79; 2,14.29), que quiere decir más que deseo o saludo (10,5; 24,36), pues incluye el significado político (11,21; 14,32). En aquel tiempo, la Pax Romana caracterizó el trasfondo y contexto de la vida de Lucas y de sus lectores. La Pax Romana garantizaba la seguridad en el Imperio romano y posibilitaba viajar sin muchos peligros, pero estaba condicionada por el poder del Imperio romano y la impotencia de las naciones ocupadas. La paz en el evangelio, en cambio, es una fuerza independiente (10,6; 19,42), que se origina en la fe: «Tu fe te ha salvado. Vete en paz» (Lc 7,50; 8,48). La paz caracteriza a la comunidad de los creyentes (Hch 9,31; 15,33). Otro motivo que se reitera tres veces es el niño en el pesebre (Lc 2,7.12.16). A nivel narrativo, esta expresión tiene la función de señalar cómo se cumplió el mensaje del ángel, y la promesa de Dios (2,16). A nivel semántico, el niño en el pesebre es el Salvador, el Mesías y el Señor (2,11). Los títulos «salvador» y «señor» corres-

08.245 - 09. Cap. 3 (Parte I)

29/10/08 12:10

Página 87

PRÓLOGO Y «EVANGELIO DE LA INFANCIA»: LC 1,1-2,52

87

ponden a la ideología helenística de los soberanos, y fueron también títulos de los reyes romanos. El «Mesías» es el salvador esperado por los judíos. Lo que causa escándalo es el hecho de que el Mesías y Salvador es ese niño en el pesebre. b. El Mesías Con el Mesías-niño en el pesebre, Lucas cambia por completo las esperanzas y expectativas del Mesías y salvador fuerte, poderoso y majestuoso. Los lectores se habrán preguntado: ¿Cómo puede ser el Mesías y Salvador un niño en el pesebre? Lucas da a sus lectores una señal importante: el Mesías Jesús no corresponde a sus expectativas, pues no es ni un rey majestuoso, ni un jefe del ejército poderoso, ni un combatiente político... Pero sólo los hombres y mujeres que se ponen en el camino para ver al niño en el pesebre comprenden a ese Mesías y Salvador tan diferente. Y más tarde vuelven a verlo en comunidad con los pecadores y publicanos. En la historia judía encontramos a otras personas salvadoras, cuyo comienzo fue tan pequeño y humilde como el de Jesús, por ejemplo: el pastor fugitivo y tartamudo Moisés (Ex 2,15; 3,1; 4,10), Saúl de una tribu menor y de la familia más pequeña (1 Sm 9,21), el joven pastor David (1 Sm 16,7.11-12), la huérfana Ester (Est 2,7; 4,13-14) y la viuda Judit (Jdt 8,4-6; 13,14-16.18-20). Estos ejemplos demuestran que «no está en el número tu fuerza [la de Dios], ni tu poder en los valientes, sino que eres el Dios de los humildes, el defensor de los pequeños, apoyo de los débiles, refugio de los desvalidos, salvador de los desperados» (Jdt 9,11). Ya desde el principio de la narración del nacimiento y la infancia de Jesús, Lucas emplea los títulos de Jesús como lo más natural del mundo: Jesús es el Hijo del Altísimo, el Hijo de Dios, el Hijo de David (Lc 1,32-35), el Salvador (1,69; 2,11), el Mesías y el Señor (2,11). Los lectores volverán a encontrar estos títulos en Lc, y así notan que el mensaje del ángel se cumplió. c. Personajes de identificación En la narración, las personas actuantes ofrecen a los lectores modelos y sugerencias para la vida de fe. En la narración del naci-

08.245 - 09. Cap. 3 (Parte I)

88

29/10/08 12:10

Página 88

EL EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS

miento y de la infancia de Jesús encontramos a Zacarías, Isabel, María (y José), los pastores, Simeón, Ana, el muchacho Jesús, los ángeles, los vecinos y parientes, y muchas personas anónimas, que oyen y se maravillan (1,65-66; 2,18.47). Nos enteramos de que Isabel y Zacarías son gente justa y piadosa a la que importa mucho cumplir los mandamientos de Dios (Lc 1,6). Los dos sufren por no tener hijos: Isabel vive una situación de oprobio ante la gente (1,25). Zacarías se identificó con el destino de su esposa y pedía –ciertamente desde mucho tiempo atrás– hijos a Dios (1,13). Al darse cuenta de su concepción –pese a su edad avanzada y a su esterilidad–, Isabel interpreta su embarazo como hecho benigno de Dios (1,25). Ella queda llena del Espíritu Santo y profetiza (1,41-45). Su bienaventuranza se dirige también a los lectores, y les invita a creer en la promesa realizada por Dios: ¡Feliz quien cree que se cumplirá lo que fue dicho por parte del Señor! Al ver el ángel, Zacarías se sobresalta (1,11). Aunque pedía algún hijo, pregunta al ángel una señal confirmatoria (1,18), lo que el ángel interpreta como duda de su mensaje. Isabel contradice a los parientes y vecinos, los que quieren nombrar a su hijo Zacarías; ella insiste en el nombre que dijo el ángel –Juan–, aunque ella no pudo saberlo, pues ella no oyó la anunciación del ángel, y su esposo no puede hablar. Pero Lucas no se interesa en la lógica de la narración, más bien caracteriza a Isabel por su acción como mujer decidida y valerosa, pues ella sola contradice a todos los demás que argumentan bien. Isabel intercede contra las resistencias en favor de la realización de la voluntad de Dios. Al confirmar el nombre Juan, Zacarías puede hablar, y con sus primeras palabras alaba a Dios (1,64). También Zacarías queda lleno de Espíritu Santo y profetiza. A diferencia de Zacarías, María no se asusta al ver el ángel, sólo se turba por el tratamiento (1,29). Tampoco duda de su mensaje, sólo pregunta por el modo, porque todavía no tenía relaciones conyugales. En aquel tiempo, igual que hoy, dar a luz un hijo espurio traía consigo muchos problemas. Pese a esta situación difícil, María da su aprobación a la voluntad de Dios (1,38). Las dos mujeres –Isabel y María– colaboran con Dios, aunque significa para ellas que se enfrenten con la opinión pública. Más tarde, al visitar a Isabel, María expresa su alegría en un largo cántico: reconoce la actuación de Dios en sí misma, y, por ella, en el pueblo de Israel. Lucas caracteriza dos veces a María como mujer que guarda todo lo que sucedió en su corazón (2,19.51), es decir: interpreta su vida en relación con Dios.

08.245 - 09. Cap. 3 (Parte I)

29/10/08 12:10

Página 89

PRÓLOGO Y «EVANGELIO DE LA INFANCIA»: LC 1,1-2,52

89

Lucas describe a María y José como creyentes y piadosos, que viven según la voluntad de Dios y cumplen la Ley. Todos los años caminan a la fiesta de Pascua a Jerusalén, aunque este viaje era obligatorio sólo para los que viven a menos de un día de camino. Desde Nazaret se necesitan al menos tres días para llegar a Jerusalén. Lucas pone de relieve cuánto importa la fe a María y a José. Como padres se preocupan por su hijo aparentemente perdido. Si ellos no entienden la respuesta de Jesús, indica menos las diferencias usuales entre adolescentes y sus padres, que el camino diferente de Jesús, que no corresponde a las expectativas armónicas de los hombres. Aquí nota su madre que Jesús no es un hijo inofensivo y fácil de tratar; luego la gente se escandalizará por la comunión de Jesús con los pecadores. Los pastores creen en el anuncio del ángel, y se ponen en camino (2,15). La prisa (2,16) es para Lucas una señal del tiempo escatológico: la presencia de Dios no admite prórroga. Los pastores narran que se enteraron del hijo –que es el Salvador y Mesías–, y alaban a Dios por lo que habían oído y visto, pues todo se realizó como se les había dicho (1,20). Luego vuelven a su rebaño. El anciano Simeón es justo y piadoso y espera el consuelo de Israel para todo el pueblo. El Espíritu Santo está en él, y le ha revelado que verá al Mesías. El Espíritu Santo le mueve, así que se dirige al templo, donde ve a Jesús y le reconoce como Mesías. Simeón agradece y alaba a Dios con una canción, y anuncia explícitamente que la voluntad salvífica de Dios incluye a Israel y a los gentiles. Añade una profecía sobre Jesús, que menciona por primera vez conflictos y réplicas, y alude también al dolor de María: así insinúa ya la pasión de Jesús. Su cántico también expresa su sólida esperanza: conflictos y problemas no impiden el plan salvífico de Dios, judíos y gentiles verán la salvación que Dios les ha preparado. La profetisa Ana se encuentra en la larga tradición de otras profetisas, al lado de Miriam, la hermana de Moisés (Ex 15,20); de la profetisa y jueza sabia Débora (Jue 4,4), de Julda (2 Re 22,14), y al lado de la profetisa sin nombre, madre del hijo de Isaías (Is 8,3). Mientras que Simeón está guiado por el Espíritu Santo, Ana ya está en el templo. Es un hecho evidente que, como profetisa, Ana está llena de Espíritu Santo; Lucas no debe mencionarlo. Lucas cuenta más detalles de la vida de Ana que de la de Simeón: ella se casó en su juventud, vivió siete años con su marido, y ahora es una viuda de ochenta y cuatro años. Se queda siempre en

08.245 - 09. Cap. 3 (Parte I)

90

29/10/08 12:10

Página 90

EL EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS

el templo y sirve a Dios noche y día con oraciones y ayunos, lo que caracteriza su vida de fe abnegada y espiritual. A tono con la fe judía y las primeras comunidades cristianas, las tres acciones de ayunar, orar y dar limosnas (sinónimo de practicar justicia) describen la vida de fe ideal. Lucas presenta a la profetisa Ana como persona ideal. Su vida de fe debe servir a sus lectores como modelo ejemplar. Mientras que Simeón habla sólo a los padres de Jesús, la profetisa Ana se dirige a todos. Ella habla a la multitud de gente en el templo –la que espera la redención– sobre el niño Jesús y la salvación (Lc 2,38). De lo dicho sobre la profetisa Ana, los lectores pueden concluir: ¡Jesús es el salvador esperado!

PARA COMPARTIR ¿Con qué personas actuantes puedes o quieres identificarte, para que te ayuden a desarrollar y profundizar tu vida de fe? ¿Qué es lo que guardas y meditas en tu corazón? (Lc 2,18.51) ¿Cómo tratamos a los ancianos?, ¿y a los adolescentes?

08.245 - 09. Cap. 3 (Parte I)

29/10/08 12:10

Página 91

PRÓLOGO Y «EVANGELIO DE LA INFANCIA»: LC 1,1-2,52

ITUREA Sidón

LÍBANO Mar Mediterráneo

Cesarea de Filipo Tiro

GAULANÍTIDE FENICIA GALILEA Tiberíades

Corozaín Betsaida

Cafarnaúm Caná

Betsaida-Julias Mar de Galilea

Nazaret Naín

Gádara Salim Enón

DECÁPOLIS

SAMARÍA Río Jordán

Sicar

▲ Mt. Garizim

Arimatea

PEREA

Efraín

JUDEA Emaús

Jerusalén



Betania

Mt. de los Olivos

Mar Muerto

IDUMEA

0

Palestina en el siglo I

20 km

91

08.245 - 09. Cap. 3 (Parte I)

29/10/08 12:10

Página 92

08.245 - 10. Cap. 4

29/10/08 10:06

Página 93

CAPÍTULO IV

LA PREPARACIÓN DEL CAMINO DEL SEÑOR. JUAN Y JESÚS: LC 3,1-4,13

Lucas sigue narrando en paralelo las vidas y actuaciones de Juan y de Jesús. El ministerio de Juan (Lc 3,1-22) apunta ya a la misión de Jesús. La genealogía de Jesús (3,23-38) funda la Mesianidad de éste por descender de la casa de David. Y las tentaciones en el desierto (4,1-13) manifiestan a Jesús como verdadero Hijo de Dios.

I. EL MINISTERIO DE JUAN EL BAUTISTA: LC 3,1-22 31

12 13 14

15

16

En el año quince del imperio de Tiberio César, siendo Poncio Pilato procurador de Judea; Herodes tetrarca de Galilea; Filipo, su hermano, tetrarca de Iturea y de Traconítide, y Lisanias tetrarca de Abilene; en el pontificado de Anás y Caifás, fue dirigida la palabra de Dios a Juan, hijo de Zacarías, en el desierto. Y se fue por toda la región del Jordán proclamando un bautismo de conversión para perdón de los pecados, como está escrito en el libro de los oráculos del profeta Isaías: Voz del que clama en el desierto: Preparen el camino del Señor, enderecen sus sendas; todo barranco será rellenado, todo monte y colina será rebajado; lo tortuoso se hará recto y las asperezas serán caminos llanos. Y todos verán la salvación de Dios. (Is 40,3-5)

08.245 - 10. Cap. 4

94 17

18

19

10 11

12 13 14

15

16

17

18 19

20

29/10/08 10:06

Página 94

EL EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS

Decía, pues, a la gente que acudía para que los bautizara: «Raza de víboras, ¿quién les ha enseñado a huir de la ira inminente? Den, pues, frutos dignos de conversión y no anden diciendo en su interior: «Tenemos por padre a Abrahán»; porque les digo que puede Dios de estas piedras dar hijos a Abrahán. Ya está el hacha puesta a la raíz de los árboles; y todo árbol que no dé buen fruto será cortado y arrojado al fuego». La gente le preguntaba: «Pues ¿qué debemos hacer?» Y él les respondía: «El que tenga dos túnicas, que las reparta con el que no tiene; el que tenga para comer, que haga lo mismo». Vinieron también publicanos a bautizarse, y le dijeron: «Maestro, ¿qué debemos hacer?» Él les dijo: «No exijan más de lo que les está fijado». Le preguntaron también unos soldados: «Y nosotros, ¿qué debemos hacer?» Él les dijo: «No extorsionen a nadie, no hagan denuncias falsas y conténtense con su salario». Como el pueblo estaba expectante y andaban todos pensando en sus corazones acerca de Juan, si no sería él el Mesías, declaró Juan a todos: «Yo los bautizo con agua; pero está a punto de llegar el que es más fuerte que yo, a quien ni siquiera soy digno de desatarle la correa de sus sandalias. Él los bautizará en el Espíritu Santo y fuego. En su mano tiene el rastrillo para limpiar su cosecha: recogerá el trigo en su granero, pero quemará la paja con fuego que no se apaga». Y con otras muchas exhortaciones, anunciaba al pueblo la Buena Nueva. Pero Herodes, el tetrarca, reprendido por él por el asunto de Herodías, la mujer de su hermano, y por todas las malas acciones que había hecho, añadió a todas ellas la de encerrar a Juan en la cárcel.

08.245 - 10. Cap. 4

29/10/08 10:06

Página 95

LA PREPARACIÓN DEL CAMINO DEL SEÑOR. JUAN Y JESÚS: LC 3,1-4,13

95

21 Y se dio el caso de que, mientras se bautizaba todo el pueblo, y bautizado Jesús, cuando estaba en oración, se abrió el cielo, 22 bajó sobre él el Espíritu Santo en forma corporal, como una paloma; y vino una voz del cielo 1: «Tú eres mi hijo; yo hoy te he engendrado». (Sal 2,7)

ESTUDIO DEL TEXTO 1. Marca las personas mencionadas. 2. Marca las palabras y frases que se reiteran. 3. Resume en pocas palabras lo que predica Juan. 4. ¿Qué diferencias se notan entre las narraciones paralelas de Mt 3,1-17 y Mc 1,2-11?

a) Enlaces narrativos a. Relación con la situación política Una frase muy detallada que fija aproximadamente una fecha, introduce el nuevo párrafo. Hasta este momento –es decir, en la narración del nacimiento y de la infancia de Juan y Jesús– Lucas se basó en tradiciones y construyó el «evangelio de la infancia». A partir de ahora, el autor sigue el orden de los acontecimientos como los narran evangelios como el de Marcos y Mateo. La fecha tan detallada, que anota con «el año quince» un nuevo momento, tiene varias funciones. Da a entender que pasó mucho tiempo desde las circuncisiones de Juan y de Jesús, y, luego, desde la visita de Jesús al templo, pues Jesús tendría ahora unos treinta años (3,23). En este intervalo cambiaron los soberanos: el rey judío Herodes fue sustituido por el procurador romano Poncio Pilato, y el romano Tiberio imperaba sobre muchas naciones. La fecha indica también que pasaron muchos años durante los que no se notó tan claramente la actuación de Dios. 1 El texto «alejandrino» (y muchas traducciones de la Biblia) documentan aquí una cita compuesta de los textos antiguos: Tú eres mi hijo amado; en ti me complací» (Gn 22,2; Sal 2,7; Is 42,1), pero la Biblia de Jerusalén sigue el texto «occidental».

08.245 - 10. Cap. 4

96

29/10/08 10:06

Página 96

EL EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS

La cronología señala también que, a pesar del tiempo transcurrido, Dios no olvidó su promesa. Además, la fecha relaciona lo que sucede ahora con los acontecimientos políticos internacionales: Dios prosigue su actuación salvífica, pues dirige su palabra a Juan (3,2), y éste empieza a predicar un bautismo de arrepentimiento para perdón de los pecados (3,3). Lucas, con una cita de Isaías, une la nueva actuación de Dios, que confirma la realización de la promesa. Así los lectores entienden que, pese a tanto tiempo, Dios no ha olvidado su plan salvífico, sino que lo va realizando «a su tiempo», pues Dios no depende de nuestros conceptos de tiempo. A la predicación de Juan el Bautista siguen tres preguntas formuladas igualmente de sus oyentes: ¿Qué debemos hacer? Juan se ocupa individualmente de las preguntas, y responde a cada una con una instrucción concreta. Después de un breve sumario (3,18), Lucas alude al destino de Juan: su crítica y reprimenda al gobierno le llevó a la cárcel. Los lectores, después de haberse enterado de estos paralelismos entre Juan y Jesús, pueden concluir del destino de Juan el de Jesús. b. Dios confirma a Jesús como su hijo Cuando Lucas anota «y se dio el caso de que» (3,21), apunta a un acontecimiento importante: el bautismo de Jesús. El Espíritu Santo baja en forma de paloma sobre Jesús. La forma corporal del Espíritu Santo tiene la función de posibilitar que todo el pueblo vea a Jesús dotado con el Espíritu Santo. La misma función tiene la voz del cielo. Lucas se la habrá imaginado como voz alta que oyen todos los hombres, igual que en el evangelio de Mateo, donde dice la voz: «Éste es mi hijo amado» (Mt 3,17). La segunda cita (Sal 2,7) ratifica el suceso: Dios confirma a Jesús como su hijo amado, y así se revela indirectamente como su padre. Dios confirmará esto en la transfiguración de Jesús (9,35). b) Enlaces pragmáticos a. Perdón de los pecados Ante la ira inminente (3,7) y la llegada del Mesías (3,16-17), Juan predica el bautismo de conversión (3,3). La llegada pronta del Mesías corresponde a la esperanza del pueblo (3,15), por eso la pre-

08.245 - 10. Cap. 4

29/10/08 10:06

Página 97

LA PREPARACIÓN DEL CAMINO DEL SEÑOR. JUAN Y JESÚS: LC 3,1-4,13

97

dicación de Juan no es sólo anuncio del juicio final, sino ya Buena Nueva: «él los bautizará en Espíritu Santo y fuego... recogerá el trigo en su granero» (Lc 3,16-17), «y, con otras muchas exhortaciones, anunciaba al pueblo la Buena Nueva» (Lc 3,18). Juan anuncia el bautismo de arrepentimiento para perdón de los pecados; es decir: para la condonación de los pecados basta el arrepentimiento. Lo mismo enseñará Jesús (15,1-32): el amor misericordioso de Dios, que como padre recibe con alegría a su hijo convertido, o que como pastor o mujer busca su oveja o su dracma perdida, hasta que halle lo perdido, recibe igualmente a los pecadores que se arrepienten. A diferencia de Mt 3,1-17 y Mc 1,2-11, Lucas no se interesa por el aspecto de Juan el Bautista. A Lucas le importa la predicación de Juan, la misma que nos comunican más detalladamente los demás sinópticos. Además narra los diálogos entre Juan y sus oyentes, que quieren bautizarse. Mientras que, en el evangelio de Marcos, Juan predica solamente a los habitantes de Jerusalén, el evangelio de Mateo añade a los habitantes de toda Judea, de la región del Jordán, fariseos y saduceos. En el evangelio de Lucas, en cambio, viene todo el pueblo (Lc 3,21) a bautizarse, incluso publicanos y soldados. b. Nuevo comienzo Los publicanos vendrán también a Jesús, y Jesús hará comunidad con ellos. El hecho de que los publicanos se arrepienten y piden instrucciones concretas para su vida, demuestra su seria disposición, y sobre todo señala un nuevo comienzo en el pueblo de Israel. Los soldados que se arrepienten y preguntan por directrices concretas no serán sólo soldados judíos de Herodes Antipas, sino soldados romanos, en primer lugar, a los que Lucas caracteriza de manera muy positiva, como demuestra el ejemplo del centurión de Cafarnaúm (7,1-10) y del centurión Cornelio (Hch 10,1-48). Los soldados romanos indican la disposición de los paganos: ellos también quieren vivir una vida conforme a la voluntad de Dios. Desde el principio de Lc, los paganos están incluidos en el plan salvífico de Dios, como aclara la cita de Isaías: «y todos verán la salvación de Dios» (Lc 3,6). Las preguntas de los hombres, publicanos y soldados, «¿Qué debemos hacer?», señalan que nuestra vida de fe depende tanto de nuestra decisión personal como de nuestras acciones. Las respuestas de Juan sugieren e inspiran la construcción de una nueva realidad: ya

08.245 - 10. Cap. 4

98

29/10/08 10:06

Página 98

EL EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS

no pensar en el propio provecho, sino ajustar la perspectiva sobre el prójimo y la justicia compensada. Las respuestas de Juan no son novedades; corresponden más bien a los mandamientos de Dios, tener presente a los pobres, marginados y discriminados, y no aprovecharse de ellos (Lv 19,9-18.33-34; 25,35-38; Ex 22,20-26; 23,4-9; Dt 14,28-29; 15,7-11; 24,19-22). Juan el Bautista no predica el ideal de pobreza, pues ya Deuteronomio 15,4 anota que «no habrá ningún pobre entre los tuyos, porque Yahvé te bendecirá abundantemente»; es decir, Juan enseña más bien la justicia y la caridad. Eso significa: (re)partir, sin empobrecer, y no querer tener más que lo necesario. La primera comunidad en Jerusalén vive este ideal (Hch 2,45; 4,32-35). Los lectores encuentran en la enseñanza de Juan estos mandamientos de Dios como modelos de conducta y pautas de acción para la vida de fe. Quien cumple estos mandamientos tiene parte en la continuación de la alianza de Dios con su pueblo.

PARA PROFUNDIZAR Y COMPARTIR Lee Lv 19,9-18.33-34; 25,35-38; Ex 22,20-26; 23,4-9; Dt 14,28-29; 15,7-11; 24,19-22. Si tú preguntaras a Juan «¿Qué debo hacer?», ¿qué te habría respondido?

II. LA GENEALOGÍA DE JESÚS: LC 3,23-38 Estas genealogías tienen la función de unir a Jesús con los Padres (y en Mt 1,1-17 también ¡con las madres!) de Israel y de subrayar que él es de la casa de David: así fundan los evangelistas la Mesianidad de Jesús. III. LAS TENTACIONES DE JESÚS: LC 4,1-13 Hay narraciones paralelas en Mc 1,12-13 y en Mt 4,1-11. Mientras que Marcos informa brevemente sobre el hecho de que Jesús era tentado por el diablo, narran Mateo y Lucas más detalladamente las tentaciones. Las tres tentaciones son las mismas en Mateo y Lucas,

08.245 - 10. Cap. 4

29/10/08 10:06

Página 99

LA PREPARACIÓN DEL CAMINO DEL SEÑOR. JUAN Y JESÚS: LC 3,1-4,13

99

sólo que son cambiadas la segunda y la tercera. El diablo pone en duda que Jesús es el Hijo de Dios, sembrando la desconfianza en Dios, su Padre. Esas tentaciones nos demuestran que el diablo conoce ya la identidad de Jesús, por eso quiere destrozar su relación con Dios. Pero Jesús le descubre su juego y no sucumbe a la tentación. Al contrario, Jesús responde con más confianza en Dios, y refuta al diablo citando la Sagrada Escritura. Jesús se muestra como verdadero Hijo de Dios, pues refuerza su confianza en su Padre. Los lectores entienden que no hay pruebas espectaculares de que Jesús es el Hijo de Dios o el Mesías, sino que la única prueba es su confianza en Dios, su Padre.

08.245 - 10. Cap. 4

29/10/08 10:06

Página 100

08.245 - 11. Cap. 5

29/10/08 10:07

Página 101

CAPÍTULO V

LA MISIÓN DE JESÚS: SU ENSEÑANZA Y SUS DESTINATARIOS: LC 4,14-6,49

Después de su bautismo, cuando el Espíritu Santo bajó sobre Jesús en forma corporal, y después de que el Espíritu Santo expuso a Jesús a las tentaciones del diablo en el desierto, Jesús se presenta –otra vez guiado por el Espíritu Santo– públicamente en las sinagogas de Galilea. Lucas inicia con una panorámica la actuación de Jesús. El discurso inaugural de Jesús compendia programáticamente su enseñanza y sus hechos (4,14-30). En los capítulos siguientes, Lucas presenta los grupos de personas más importantes: unos que experimentan los hechos de Jesús, y otros que se le oponen (4,31-6,19). El sermón de la llanura explicará con ejemplos concretos cómo debemos vivir y actuar según nuestra fe (6,20-49).

I. INTRODUCCIÓN PANORÁMICA A LA MISIÓN DE JESÚS: LC 4,14-6,19 1. LA PREDICACIÓN INAUGURAL DE JESÚS: LC 4,14-30 14 Jesús volvió a Galilea por la fuerza del Espíritu y su fama se extendió por toda la región. 15 Iba enseñando en sus sinagogas, alabado por todos. 16 Vino a Nazaret, donde se había criado, entró, según su costumbre, en la sinagoga el día de sábado, y se levantó para hacer la lectura. 17 Le entregaron el volumen del profeta Isaías, desenrolló el volumen y encontró el pasaje donde estaba escrito:

08.245 - 11. Cap. 5

102

29/10/08 10:07

Página 102

EL EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS

18

El Espíritu del Señor sobre mí, porque me ha ungido para anunciar a los pobres la Buena Nueva, me ha enviado a proclamar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos para dar la libertad a los oprimidos

19

y proclamar un año de gracia del Señor. (Is 61,1-2; 58,6)

20 Enrolló el volumen, lo devolvió al ministro y se sentó. En la sinagoga todos los ojos estaban fijos en él. 21 Comenzó, pues, a decirles: «Esta Escritura que acaban de oír se ha cumplido hoy.» 22

Y todos daban testimonio de él y estaban admirados de las palabras llenas de gracia que salían de su boca. Y decían: «¿Acaso no es éste el hijo de José?»

23 Él les dijo: «Seguramente me van a decir el refrán: Médico, cúrate a ti mismo. Todo lo que hemos oído que ha sucedido en Cafarnaúm, hazlo también aquí en tu patria.» 24 Y añadió:

«En verdad les digo que ningún profeta es bien recibido en su patria.

25

Les digo de verdad: Muchas viudas había en Israel en los días de Elías, cuando se cerró el cielo por tres años y seis meses y hubo gran hambre en todo el país;

26

y a ninguna de ellas fue enviado Elías, sino a una mujer viuda de Sarepta de Sidón. (1 Re 17,8-16)

27

Y muchos leprosos había en Israel en tiempos del profeta Eliseo, y ninguno de ellos fue purificado sino Naamán, el sirio.» (2 Re 5,1-19)

28 Al oír estas cosas, todos los de la sinagoga se llenaron de ira 29 y, levantándose, lo arrojaron fuera de la ciudad y lo llevaron a una altura escarpada del monte sobre el cual estaba edificada su ciudad para despeñarle. 30 Pero él, pasando por medio de ellos, se marchó.

08.245 - 11. Cap. 5

29/10/08 10:07

Página 103

LA MISIÓN DE JESÚS: SU ENSEÑANZA Y SUS DESTINATARIOS: LC 4,14-6,49

103

ESTUDIO DEL TEXTO 1. Marca lo que Jesús hace (los verbos). ¿Se nota una estructura especial? 2. Marca la reacción de la gente (los verbos). ¿Qué es lo que desencadena su reacción violenta? 3. Lee Is 61,1-2; 58,6-7.9b-10 y compara estos versos con la cita en nuestro texto. 4. Lee las narraciones de la viuda de Sarepta (1 Re 17,8-16) y del sirio Naamán (2 Re 5,1-19).

a) Enlaces narrativos Los versos de Lc 4,14-15 presentan una breve panorámica de la actuación en público de Jesús: enseña en las sinagogas, y la gente lo alaba. Inmediatamente después Lucas cuenta sobre la enseñanza de Jesús en la sinagoga de Nazaret, pero la gente lo rechaza (4,16-30). Notamos que en este párrafo se reiteran algunas palabras, por ejemplo: sinagoga y libro. Además encontramos en la acción de Jesús unos verbos opuestos: levantarse – sentarse; desenrollar – enrollar. Mirándolo de cerca nos damos cuenta de una estructura concéntrica con la cita del profeta Isaías en el centro: v. 16a: Jesús entró en la sinagoga v. 16b: Jesús se levantó v. 17a: le entregaron el libro del profeta Isaías v. 17b: Jesús desenrolló el libro vv. 18-19: cita de Isaías: proclamación del año de gracia del Señor v. 20a: Jesús enrolló el libro v. 20b: Jesús devolvió el libro v. 20c: Jesús se sentó v. 20d: en la sinagoga, todos los ojos estaban fijos en él.

Esta disposición del texto nos indica la importancia especial de la cita de Isaías. En las narraciones siguientes del evangelio vamos a ver que se realizará todo lo que aquí anunció Jesús: Él anunciará a los pobres el Evangelio (6,20; 7,22); dará vista a los ciegos (7,21.22; 18,35-43); liberará a muchas personas de los malos espíritus (7,21;

08.245 - 11. Cap. 5

29/10/08 10:07

104

Página 104

EL EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS

8,2; 8,26-39; 9,37-43) y muchas veces leemos de las remisiones de pecados realizadas por Jesús (5,20-24; 7,47-48; 24,47). Es decir: la Escritura se cumple en y por Jesús, la voluntad salvífica de Dios se realiza en y por Jesús. La perícopa guarda una estructura concéntrica con la pregunta por Jesús en el centro: v. 16a: Jesús viene a Nazaret. v. 16b: Jesús entra en la sinagoga. v. 16c: Jesús se levanta para leer. vv. 17-19: Jesús lee la palabra del profeta: la voluntad salvífica de Dios para todos los hombres v. 20: la expectación de los oyentes. vv. 21-22: hoy se ha cumplido la Escritura en y por Jesús: ¿Quién es Jesús? v. 23: la expectación de los oyentes. vv. 24-27: Jesús (como profeta) interpreta la Escritura: la voluntad salvífica de Dios para todos los hombres vv. 28-29a: los oyentes se levantan para protestar. v. 29b: la gente de la sinagoga arroja a Jesús fuera de la ciudad. v. 30: Jesús se marcha de Nazaret.

El centro de la perícopa, el cumplimiento de la Escritura por Jesús (vv. 21-22), nos plantea: ¿Quién es Jesús? Además, el lector debe contar con que la enseñanza de Jesús provoca conflictos peligrosos y contradicción. Así, Lucas alude a la pasión de Jesús y nos indica que debemos tomar posición: en pro o en contra de Jesús. Ya al inicio, la identidad de Jesús nos confronta. Lc y Hch nos darán algunas respuestas, pues demuestran las consecuencias de las posiciones en pro y en contra de Jesús, e invitan a que cada uno adopte su decisión o postura personal.

b) Enlaces pragmáticos a. Palabras clave En la obra lucana, la palabra hoy tiene la función de señalar a la acción divina y al tiempo de la salvación, por ejemplo en el nacimiento de Jesús (2,11), en la reacción de la gente, cuando Jesús

08.245 - 11. Cap. 5

29/10/08 10:07

Página 105

LA MISIÓN DE JESÚS: SU ENSEÑANZA Y SUS DESTINATARIOS: LC 4,14-6,49

105

curó al paralítico y le perdonó sus pecados (5,26), o cuando Zaqueo experimentó la salvación (19,5.9). En el AT, la palabra hoy es un medio didáctico para mantener presente la acción salvífica y traer a la memoria la entrega de la Torá, de modo que continuamente actualiza la alianza. En el mismo sentido, el año de jubileo se realiza «hoy» por la proclamación de Jesús. Bien que la terminación de la salvación esté pendiente, la salvación comienza aquí, «hoy», en el presente, en la realidad palpable, audible y visible mediante las acciones de Jesús: en las curaciones y en la comunidad con los marginados, publicanos y pecadores. Por esto, el anuncio de Jesús de que «hoy» se ha cumplido la Escritura es ¡un encargo! «El año de gracia del Señor» es una frase clave que se relaciona con «Buena Nueva», «liberación» y «libertad» (4,18). La palabra griega que está traducida por «liberación» y «libertad» tiene un significado más amplio: significa también «perdón». Por eso es mejor traducirla en este contexto por «remisión», que incluye tanto el sentido interpersonal y político como el sentido religioso y la relación con Dios. El «año de gracia» o «año jubilar» que se repite cada 7 o 49-50 años significa, según Lv 25,8-55, la libertad para todos, la exención general de deudas y cargas, el restablecimiento de la inicial posesión de las tierras y de los derechos generales de personalidad. El año de jubileo apunta a una restitución y restablece la justicia, evitando la espiral de empobrecimiento, esclavización y expulsión del medio familiar. El año jubilar, igual que el año sabático, exige a los ricos la renuncia a sus pretensiones y deudas a favor de los pobres y pide a los ricos que liberen a los pobres e indigentes y no les dejen con las manos vacías. El año de jubileo no es sólo «cosa de los hombres», porque tiene que ver con los hombres y sus relaciones interpersonales y políticas, sino que implica a los hombres también en su relación con Dios: ¡el año de jubileo tiene un significado completo! Dios mismo se compromete a perdonar los pecados, y todos los hombres están llamados a colaborar y participar, para que comience a realizarse la salvación conforme a la voluntad de Dios para todos. b. La voluntad salvífica de Dios Un punto medular de la teología lucana es que la voluntad salvífica de Dios se realice ya en el tiempo presente en vez de esperarla para

08.245 - 11. Cap. 5

106

29/10/08 10:07

Página 106

EL EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS

el mundo futuro. Por eso Lucas nos pone muchos ejemplos de cómo colaborar en el comienzo de la salvación: condonar deudas (7,4143; 11,4); dar cuando se nos pide y no reclamar si algo nuestro ha sido tomado (6,30); prestar, aunque no se garantice la devolución (6,34); refundir y cambiar creativamente las cuentas (16,6-8); dar limosnas (12,33; Hch 9,36; 10,2.4); compartir lo que tenemos en abundancia con los pobres (Lc 19,8); vender casas y tierras (lo que tengamos en abundancia) para repartir el importe de las ventas a los pobres (Hch 4,43-36). Al condonar deudas, perdonar y repartir lo obtenido ¡empieza ya el año de jubileo! El año jubilar está relacionado con la salvación escatológica: con la esperanza y expectación del Reino de Yahvé, para apagar el mal y los crímenes, y restablecer la justicia y los derechos de la persona entre todos los hombres (Is 65,21-25). Lc retoma estas expectativas en la proclamación del año de jubileo por Jesús y en su anuncio del Reino de Dios, sobre todo en las bienaventuranzas (Lc 6,20-26). La base de la salvación esperada, o sea, el Reino de Dios, es el bienestar para todos los hombres, como intenta restablecer el año jubilar, que se funda en la voluntad salvífica de Dios: «No deberá haber ningún pobre entre los tuyos» (Dt 15,4). Pero la realidad es diferente: «Pues no faltarán pobres en esta tierra» (Dt 15,11). Este hecho negativo no debe ser razón para resignarse ni aplazar la esperanza salvífica escatológica hasta el futuro, sino que más bien comporta un reto. La actual situación de pobreza nos motiva a interceder en favor de la justicia y del bienestar para todos, para vivir según la voluntad de Dios. Entonces nos damos cuenta de que sí se puede romper la espiral de la pobreza. Pero romper ese círculo no es asunto de una vez por todas, ni producto de una acción singular, sino que se consigue con pasos pequeños: cada encuentro con los pobres y cada situación de injusticia es un punto de partida para cambiar las circunstancias actuales según la voluntad de Dios. Jesús mismo la realizaba en su vida, perdonando los pecados (también Lc 23,43), dedicándose a los pobres y menesterosos, viviendo con los marginados y despreciados, e intercediendo por ellos. Otro punto interesante son las narraciones de Elías y Eliseo, de la viuda de Sarepta y del sirio Naamán. Estos ejemplos de no israelitas plantean que también los gentiles participan en la salvación de Dios, así que anticipan el anuncio del Evangelio a los extranjeros. Los datos de que Elías fuera enviado a una viuda extranjera y de que

08.245 - 11. Cap. 5

29/10/08 10:07

Página 107

LA MISIÓN DE JESÚS: SU ENSEÑANZA Y SUS DESTINATARIOS: LC 4,14-6,49

107

un extranjero fuera curado por Eliseo no significan una devaluación de Israel. De estas narraciones no se puede sacar la conclusión de que Israel sea «rechazado» o de que la salvación corresponda sólo a los gentiles, ¡al contrario! Más bien leemos que ambos extranjeros aceptan la ayuda de los profetas israelitas, y se dejan prometer la salvación por los profetas israelitas. Es decir, estas narraciones nos explican que también los gentiles buscan al Dios de Israel y que los gentiles hacen todo para cumplir la voluntad de Dios, y por eso experimentan su voluntad salvífica. La viuda de Sarepta reparte su último pedazo de pan con el extranjero Elías, y así cumple la voluntad de Dios. El rico leproso Naamán tiene que superar sus prejuicios para creer y confiar completamente en el Dios de Israel, y cuando cree, experimenta la voluntad salvífica de Dios. También el AT nos habla de la voluntad salvífica de Dios para todos los hombres: para los judíos igual que para los gentiles, para los pobres igual que para los ricos, para las mujeres igual que para los hombres. Así que Jesús y los discípulos de Jesús siguen en esta línea del AT anunciando la Buena Nueva a los gentiles, a mujeres y hombres, a pobres y ricos. c. Personajes de identificación Sorprende cómo reacciona la gente: al principio todos están admirados de las palabras de Jesús, y dan testimonio de él (4,22), poco después preguntan por la identidad de Jesús. Pero al oír los ejemplos de la viuda de Sarepta y del sirio rico y leproso Naamán, se llenan de ira (4,28) y quieren matar a Jesús (4,29). Quizá a los oyentes no les gustó la opción de Dios a favor de los gentiles, o de los pobres como la viuda, o de los ricos como el leproso. O puede ser que los oyentes reflejen a las personas acomodadas: les gusta escuchar palabras bonitas y edificantes, pero no aceptan que el mensaje se realice en su mundo y lo cambie. Ellos, que están bien, no sufren, no tienen ningún interés personal en cambiar su situación, porque este cambio podría conllevar inconvenientes y no les representa ninguna ventaja para ellos. O puede ser que a los oyentes no les gustara el hecho de que la viuda, igual que el leproso, tuvieran que superarse a sí mismos: la viuda tuvo que compartir su último pedazo de pan con Elías, y el leproso tuvo que lavarse en el Jordán, lo que para él, como general del ejército de otro país, po-

08.245 - 11. Cap. 5

108

29/10/08 10:07

Página 108

EL EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS

dría significar ofensa y humillación. Sus ejemplos demuestran que la propia resistencia interior debe ser superada para experimentar la salvación. Finalmente, la gente deja ir a Jesús. No pueden impedir el mensaje de salvación: Jesús ya lo anunció, y la voluntad salvífica escatológica de Dios está fijada desde el principio.

PARA PROFUNDIZAR Lee los textos sobre el año de jubileo y el año sabático que fijan el restablecimiento permanente de la justicia global: en el código deuteronómico (Dt 14-15 y 23-24), en el código de la alianza (Ex 23) y en la ley de santidad (Lv 19 y 25); y sobre el año sabático (Dt 15).

PARA COMPARTIR A ninguna persona se le pide que ella sola mejore y cambie el mundo. Elías ayudó sólo a una viuda y Eliseo curó únicamente a un leproso, pero ambos consiguieron que una persona experimentara la salvación de Dios. ¿Qué pequeños pasos podría dar yo para que alguien experimente la voluntad salvífica de Dios? Los oyentes en la sinagoga están entusiasmados por las palabras de Jesús. Creen conocer muy bien a Jesús, y lo rechazan cuando dice algo que no les gusta. ¿Quién es Jesús para mí?

2. LAS PRIMERAS CURACIONES Y VOCACIONES: LC 4,31-5,16 EL EJEMPLO DE LA SUEGRA DE SIMÓN: LC 4,38-39 Después de su predicación inaugural y el incidente en Nazaret, Jesús se va a Cafarnaúm, donde enseña los sábados en la sinagoga. Los lectores se enteran de que su enseñanza –aunque desconocen los contenidos– es aprobada por las gentes, pues se asombran y aceptan su autoridad (4,32). En Nazaret, Jesús se refirió a sus hechos en Cafarnaúm (4,23), pero Lucas nunca había hablado de ellos, por eso lo hace: Jesús no sólo enseña con autoridad, sino que tiene poder sobre espíritus inmundos, expulsa demonios y cura enfermos. Nos enteramos de la curación de un hombre endemoniado (4,33-

08.245 - 11. Cap. 5

29/10/08 10:07

Página 109

LA MISIÓN DE JESÚS: SU ENSEÑANZA Y SUS DESTINATARIOS: LC 4,14-6,49

109

37) y leemos de la curación de una mujer, de la suegra de Simón (4,38-39). Luego, en un resumen, nos enteramos de muchas curaciones más (4,40-41). El hecho de que las curaciones del hombre endemoniado y de la suegra de Simón sucedan en sábado, en la sinagoga y en una casa, no sorprende a nadie aquí. A Lucas le importa más poner de relieve la autoridad y el poder de Jesús (4,31.36) y su popularidad entre la gente (4,37.42). Un sumario compendia la misión de Jesús, «“también a otras ciudades tengo que anunciar la Buena Nueva del Reino de Dios, porque a esto he sido enviado.” E iba predicando por las sinagogas de Judea» (Lc 4,43-44). Inmediatamente después leemos la pesca milagrosa (5,1-11). Los primeros discípulos se deciden a seguir a Jesús. No se trata de una «vocación de los discípulos» como en los textos paralelos de Mt 4,1822 y Mc 1,16-20, porque no hay una llamada explícita, como «vengan conmigo» o «síganme», como se encuentra, en cambio, en la vocación de Leví (Lc 5,27-32). Tampoco hay palabras como «les llamó que nos descubran la intención de Jesús». En esta perícopa hay sólo una palabra a Simón Pedro que dice que él será pescador de hombres. Simón Pedro (falta también Andrés), Juan y Santiago deciden ellos mismos seguir a Jesús; Jesús no les llamó. Más tarde leeremos que las mujeres decidieron ellas mismas seguir a Jesús (8,1-3), y allí también son mencionados tres nombres de las mujeres. Así tenemos dos grupos de tres personas mencionadas por sus nombres, los mismos que representan a todos los discípulos de Jesús, hombres y mujeres. En el párrafo siguiente nos enteramos de que Jesús cura a un leproso y le manda cumplir las prescripciones de Moisés (Lc 5,12-14). Jesús señalará varias veces más el cumplimiento de los mandamientos (10,26-28; 18,18-22). La sección termina con otro sumario (5,15-16) que menciona otra vez las curaciones de Jesús y su enseñanza, pues la gente busca a Jesús para oírle y para ser curada. Pero Jesús se retira para orar. Así Lucas da a entender que el criterio del mesianismo de Jesús no son las curaciones, sino su relación con Dios, el Padre. Resulta esta estructura: Lc 4,31-37: Jesús enseña en Cafarnaúm y cura en la sinagoga por medio de su palabra a un hombre endemoniado. Lc 4,38-39: Jesús cura a la suegra de Simón en su casa. Lc 4,40-41: Jesús cura a muchas personas de diversas dolencias y de demonios.

08.245 - 11. Cap. 5

29/10/08 10:07

110

Página 110

EL EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS

Lc 4,42-44: Sumario: la misión de Jesús. Jesús sigue anunciando la Buena Nueva. Lc 5,1-11: La pesca milagrosa: los primeros discípulos deciden ellos mismos seguir a Jesús. Lc 5,12-14: Jesús cura a un leproso. Lc 5,15-16: Sumario: la misión de Jesús. Su relación con Dios, el Padre.

Miramos de cerca, y de modo ejemplar, la curación de la suegra de Simón (4,38-39): 38

Al salir de la sinagoga, entró en la casa de Simón. La suegra de Simón estaba con mucha fiebre y le rogaron por ella. 39 Inclinándose sobre ella, ordenó a la fiebre; y la fiebre la dejó; ella, levantándose al punto, les diaconaba.

ESTUDIO DEL TEXTO 1. Lee también los textos paralelos de Mt 8,14-15 y Mc 1,29-31, para compararlos con nuestro texto. 2. ¿Cuáles son las personas que aparecen? ¿Qué hacen y qué dicen? ¿Qué hace Jesús?

a) Enlaces narrativos a. Familiaridad Lucas da por hecho que sus lectores conocen a Simón, pues no se los presenta, ni explica quién es. Mateo y Marcos lo identifican con Simón Pedro, pero estos dos sinópticos cuentan primero la vocación de los discípulos, que Lucas narra más tarde (5,1-11). Lo mismo tenemos cuando narra la «vocación» de los discípulos; Lucas da por hecho que los lectores conocen a Simón, pues narra que Jesús sube al barco de Simón (5,3), y ya en esta narración le llama «Simón Pedro» (5,8), sin explicar el significado de su nombre; aña-

08.245 - 11. Cap. 5

29/10/08 10:07

Página 111

LA MISIÓN DE JESÚS: SU ENSEÑANZA Y SUS DESTINATARIOS: LC 4,14-6,49

111

de esta información sólo en 6,14. Por eso es de suponer que Lucas parte de la base de que Teófilo y los catecúmenos sabían ya quiénes eran los primeros discípulos de Jesús, así que presentarlos resulta superfluo. El conocimiento presupuesto de Simón causa a los lectores una cierta familiaridad –pues conocían ya a Simón– y se sienten como participantes en el grupo de los discípulos. Lucas no menciona el nombre de la suegra, sólo nos dice que es de la familia de Simón, y que tiene mucha fiebre. La palabra griega expresa que la fiebre la asediaba, y que la mujer sufre por ella. La fiebre como enfermedad parece demonio. Lucas personifica la fiebre diciendo: la suegra estaba asediaba por la fiebre (4,38), y la fiebre la dejó (4,39). Lucas da a entender que la fiebre es una enfermedad fuerte y seria, no una jaqueca psicosomática. La suegra misma no pide a Jesús ayuda, sino que otros –¿la familia?, ¿Simón?, ¿los discípulos?– interceden por ella. Lucas menciona con frecuencia que otras personas piden por alguien; por ejemplo, los ancianos y amigos que ruegan por el asunto del centurión que pedía por su siervo (7,3.6), Jairo, que pide por su hija (8,41), el padre que suplica por su hijo (9,38), y los discípulos que piden por Tabita (Hch 9,38). El hecho de que uno pida por otra persona señala que le importa mucho, es decir, que la quiere (Lc 7,2). Los que ruegan a Jesús por la suegra manifiesten su aprecio, estima y cariño por esta mujer. b. Palabra clave Jesús cura a la mujer por su palabra. El suceso de su palabra se ve en la acción de la suegra, que se levanta al punto, y –traducido literalmente– les diaconaba. La palabra griega se refiere a servir a otros. El imperfecto expresa la duración de este servicio, es decir: no fue una acción única, sino que su servicio continuaba. Lucas emplea la palabra diaconar también para las mujeres que siguen a Jesús (8,3), para Marta (10,40) y para Jesús mismo (22,26-27). En Hechos de los Apóstoles se refiere también al servicio o ministerio del apóstol (Hch 1,17.25), al servicio de los diáconos (6,1-2), al servicio de la palabra y de la enseñanza (6,4; 20,24; 21,19), y a la asistencia caritativa (11,29; 12,25). Traducir la palabra diaconar por «servir» en el sentido de «ofrecer hospitalidad» desvaloriza la acción de la mujer, que se funde en

08.245 - 11. Cap. 5

29/10/08 10:07

112

Página 112

EL EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS

la experiencia de su curación y expresa la duración y continuación de su servicio. Debemos entender la narración de la suegra en su contexto, es decir, en relación con los discípulos, que deciden, por decisión propia, seguir a Jesús como Simón Pedro, Santiago y Juan (Lc 5,11); sólo el publicano Leví está llamado explícitamente por Jesús mismo (5,27-28). En este contexto del seguimiento, la suegra de Simón podría formar parte de los discípulos que decidieron seguir a Jesús, y de entre los que Jesús, más tarde, elegirá doce apóstoles (6,12).

b) Enlaces pragmáticos a. Palabra eficaz Comparada con las narraciones de Mateo y Marcos, notamos que en la de Lucas Jesús no toca a la suegra. Sólo se inclina sobre ella, y la cura mediante su palabra (4,39), igual que al endemoniado en la sinagoga, al que liberó del espíritu inmundo con su palabra (4,35): Jesús ordena, y el demonio sale, y la fiebre deja a la suegra. Lucas subraya ya al inicio de la actuación de Jesús el poder y la autoridad de la palabra de Jesús, como dice la gente: «¡Qué palabra ésta! Manda con autoridad y poder...» (Lc 4,36). En la Antigüedad se pensaba que la cercanía y sobre todo el contacto eran imprescindibles para curar, como se muestra en los amigos del paralítico, que destejan el techo de una casa para poner al enfermo lo más cerca posible de Jesús (5,17-19). También la gente intenta tocar a Jesús, para participar de su fuerza sanadora (6,19). La mujer hemorroísa toca el borde del manto de Jesús, y experimenta su fuerza curadora (8,44). En Hch, la gente aplica los pañuelos o mandiles de Pablo a los enfermos para sanarlos (Hch 19,12). Leemos también que Jesús toca a un leproso y a una muchacha muerta (Lc 5,13; 8,54), y que cura a los enfermos por la imposición de sus manos (4,40; 13,13), igual que más tarde los apóstoles y testigos curan a los enfermos por el contacto y la imposición de sus manos (Hch 3,7; 5,12; 9,12.17.41; 14,3; 19,11; 28,8). El hecho de que Jesús cure con su palabra demuestra la gran eficacia y fuerza sanadora de sus palabras, y subraya la autoridad y el poder de Jesús.

08.245 - 11. Cap. 5

29/10/08 10:07

Página 113

LA MISIÓN DE JESÚS: SU ENSEÑANZA Y SUS DESTINATARIOS: LC 4,14-6,49

113

b. Jesús, poderoso en palabras y hechos En este párrafo de curaciones (4,31-44), Lucas presenta a Jesús como poderoso en palabras y hechos: sus palabras expulsan demonios y enfermedades, y sus manos curan. Lucas reitera también los títulos importantes para Jesús, los mismos que ya conocemos por las narraciones de la anunciación a María y a los pastores: Santo de Dios (4,34), Hijo de Dios (4,41) y Mesías (4,41). Pero aquí, en este párrafo, los demonios y espíritus inmundos llaman a Jesús por esos títulos. Así Lucas da a entender que también el poder opuesto confirma a Jesús como Hijo de Dios, como ya antes el diablo (4,3.9). Los lectores pueden preguntarse: ¿Es Jesús el Mesías, porque sus hechos poderosos demuestran su poder?

3. LA PRÁCTICA DE JESÚS LE CAUSA CONFLICTOS: LC 5,17-6,19 En esta parte nos enteramos de algunos temas centrales que Lucas retoma otras veces más en su evangelio. Primero, Lucas nos narra que Jesús sigue curando a los enfermos, pero con una novedad: cura a un paralítico perdonándole sus pecados (5,17-26), y eso le causa conflictos con los fariseos y los doctores de la ley. La frase central es: «el Hijo del hombre tiene poder de perdonar pecados» (5,24). Leeremos de este poder de Jesús varias veces más, como en la narración de la pecadora que lo unge (7,36-50). El párrafo siguiente (5,27-39) está introducido por «después de esto», lo que indica la relación con la narración previa. Los lectores se enteran de que continúan los conflictos, pues Jesús llama al publicano Leví a seguirle. La comunidad de Jesús y sus discípulos con los publicanos y pecadores le(s) causa(n) conflictos con fariseos y escribas. La frase central es: Jesús ha venido a llamar a pecadores (5,32). Retomamos el tema del perdón y de los pecadores más tarde, al analizar la narración de la mujer que unge a Jesús (7,36-50). El episodio siguiente (6,1-5) cuenta que los discípulos de Jesús arrancan espigas el día de sábado, lo que le(s) causan conflictos con los fariseos. La frase central es: el Hijo del hombre es señor del sábado (6,5). Esta narración está unida por el tema del sábado con la siguiente de la curación del hombre de la mano seca, y con las curaciones de la mujer encorvada (13,10-17), y del hidrópico (14,1-6).

08.245 - 11. Cap. 5

114

29/10/08 10:07

Página 114

EL EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS

El siguiente párrafo narra que Jesús cura al hombre de la mano seca el día de sábado (6,6-11), lo que le causa conflictos con los escribas y fariseos, que buscan de qué acusarle (6,7) y deliberan entre sí qué harán con Jesús (6,11). Los lectores captan que estos conflictos llegarán a un desenlace mortal. En 6,12-16 nos enteramos de que Jesús elige de entre sus discípulos doce, a los que llama apóstoles. Los versos 6,17-19 compendian en forma de sumario que muchos discípulos y una gran muchedumbre de las regiones de Tiro y Sidón –¡judíos de la diáspora y gentiles!– siguen a Jesús, porque sale de él una fuerza que sana a todos (6,19). Los lectores pueden entender la fuerza sanadora de Jesús también en sentido figurado. La gente de fuera de Israel, Tiro y Sidón, que sigue a Jesús apunta a la difusión del Evangelio entre los gentiles que abrazarán la fe; Lucas narrará más en esa línea en Hch.

II. LA ENSEÑANZA DE JESÚS. CÓMO DEBEMOS ACTUAR Y VIVIR: LC 6,20-49 El segundo largo discurso de Jesús trata del comportamiento y de la acción exigida de los Hijos e Hijas de Dios (6,35). Jesús se dirige especialmente al gran número de sus discípulos y les dirige cuatro bienaventuranzas y cuatro lamentaciones. Su discurso se estructura así: Empieza sin introducción especial con cuatro bienaventuranzas que se dirigen directamente a los pobres, a los hambrientos, a los tristes y a los que son despreciados y maltratados por causa de Jesús (6,20-23). La cuarta bienaventuranza es más extensa y detallada. Además incluye también dos motivos: primero, «su recompensa será grande en el cielo», y segundo, «de ese modo trataban sus padres a los profetas». En 6,24-26 siguen cuatro lamentaciones o «ayes» dirigidos a los ricos, a los saciados, a los satisfechos y a los que son estimados por la gente, es decir, a los que están en oposición al primer grupo bienaventurado. Luego, Jesús se dirige explícitamente a todos los que le escuchan –toda la gente que le sigue– y también a los lectores. Primero, Jesús da instrucciones concretas de comportamiento como Hijos e Hijas

08.245 - 11. Cap. 5

29/10/08 10:07

Página 115

LA MISIÓN DE JESÚS: SU ENSEÑANZA Y SUS DESTINATARIOS: LC 4,14-6,49

115

de Dios (6,27-38). En la parte central encontramos 6,35-36: serán hijos del Altísimo si aman a sus enemigos, si hacen el bien, si prestan sin esperar nada a cambio y si son misericordiosos como su Padre es misericordioso. El modelo de esta conducta es Dios mismo, pues «él es bueno con los desagradecidos y los perversos» (6,35), y «compasivo» (6,36). Las demás frases de este párrafo son explicaciones y ejemplos de esta instrucción. Al fin de su discurso, Jesús añade una parábola que ilustra las consecuencias de si uno hace o no hace la voluntad de Dios que Jesús enseña (6,39-49). La frase central es: «¿Por qué me llaman: “Señor, Señor” y no hacen lo que digo?» (6,46), pues se trata de venir a Jesús, de oír sus palabras y de ponerlas en práctica (6,47). Los lectores entienden que no basta buscar a Jesús para hacerse curar y para oír buenas palabras –lo que hizo la numerosa multitud (5,15)–, sino que Jesús quiere que vivamos cada día como Hijos e Hijas de Dios.

08.245 - 11. Cap. 5

29/10/08 10:07

Página 116

08.245 - 12. Cap. 6

29/10/08 10:07

Página 117

CAPÍTULO VI

JESÚS DEMUESTRA Y ENSEÑA: QUIEN CREE, SERÁ SALVADO: LC 7,1-9,50

En esta parte Lucas aborda y reitera dos temas importantes: la fuerza sanadora y salvadora de fe (7,1-8,56), y la pregunta por la identidad de Jesús: ¿Quién es Jesús? (9,1-50).

I. LA FUERZA SANADORA Y SALVADORA DE FE: LC 7,1-8,56 1. LA GRAN FE SANADORA DEL CENTURIÓN: LC 7,1-10 11 Una vez concluidas todas estas palabras al pueblo, entró en Cafarnaúm. 12 13

14 15 16

Se encontraba enfermo y a punto de morir un siervo de un centurión, muy querido de éste. Habiendo oído hablar de Jesús, le envió unos ancianos de los judíos para rogarle que viniera y salvara a su siervo. Éstos, llegando ante Jesús, le suplicaban insistentemente, diciendo: «Merece que se lo concedas, porque ama a nuestro pueblo y él mismo nos ha edificado la sinagoga». Iba Jesús con ellos y, estando ya no lejos de la casa, envió el centurión a unos amigos a decirle: «Señor, no te molestes, no soy digno de que entres bajo mi techo,

08.245 - 12. Cap. 6

29/10/08 10:07

118

Página 118

EL EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS

17

por eso ni siquiera me consideré digno de salir a tu encuentro. Mándalo de palabra y quede sano mi criado. 18 Porque también yo, que soy un subalterno, tengo soldados a mis órdenes, y digo a éste: “Vete”, y va; y a otro: “Ven”, y viene; y a mi siervo: “Haz esto”, y lo hace». 19 Al oír esto, Jesús quedó admirado de él, y volviéndose dijo a la muchedumbre que le seguía: «Les digo que ni en Israel he encontrado una fe tan grande». 10 Cuando los enviados volvieron a la casa hallaron al siervo sano.

ESTUDIO DEL TEXTO 1. ¿Qué personas son mencionadas? 2. ¿Cómo son caracterizadas por sus acciones y por sus palabras? 3. ¿Cómo actúan? (subrayar los verbos; buscar alternativas para la palabra decir que expresa lo dicho, por ejemplo en 7,4: «elogiando»). 4. ¿Cuál es la consecuencia de su acción?

a) Enlaces narrativos a. Estructura La narración tiene una estructura clara: el verso preliminar termina con el largo discurso de Jesús (7,1a) y pasa al nuevo acontecimiento con el cambio de lugar (7,1b). Lucas presenta al personaje principal –al centurión– desde la perspectiva de su siervo enfermo, que es el sujeto de la frase (7,2-3). Lucas se figura al centurión como pagano, probablemente como romano; eso deja entender el discurso de los ancianos, que subrayan que el centurión «ama a nuestro pueblo». Los versos siguientes (7,4-5) incluyen el discurso de los ancianos enviados por el centurión a Jesús para rogarle que sane al criado. Los ancianos abogan en favor del asunto del centurión, caracterizándole como muy digno de encomio. El verso siguiente (7,6a) cuenta la reacción de Jesús: el ruego de los ancianos tiene éxito, Jesús se va con ellos a la casa del centurión.

08.245 - 12. Cap. 6

29/10/08 10:07

Página 119

JESÚS DEMUESTRA Y ENSEÑA: QUIEN CREE, SERÁ SALVADO: LC 7,1-9-50

119

Estando todavía Jesús en camino, el centurión actúa por segunda vez (7,6b), pues envía a Jesús a algunos amigos que le transmitan un mensaje más. El centurión, interesado en la fe judía, sabe que las prescripciones de los judíos les impiden entrar en casa de no judíos (Hch 10,28). Por eso manda a sus amigos decir a Jesús que el centurión no le pide entrar en su casa e infringir las leyes (Lc 7,6c). Además, el centurión mismo no se considera digno de entrar en contacto con Jesús (7,7a), por eso le propone sanar a su criado por medio de su palabra (7,7b). El largo verso (7,8) funda la propuesta del centurión, que se fía completamente de la eficacia de la palabra de Jesús. Igual que él obedece órdenes, manda a otros que obedecen las suyas. El centurión sabe por experiencia propia que hay palabras que surten efecto solamente con ser pronunciadas. Por eso puede confiar en la eficacia de las palabras. El verso siguiente (7,9) narra la reacción de Jesús ante el discurso de los amigos del centurión: Jesús se queda admirado del centurión, y alaba su gran fe y confianza ante la muchedumbre reunida. El último verso (7,10) relata en pocas palabras el restablecimiento del siervo. b. Peculiaridades Aunque la estructura es muy clara, encontramos a nivel del contenido algunas peculiaridades. En esta narración son mencionadas muchas personas, pero algunas de ellas no «aparecen»; por ejemplo, el personaje principal –el centurión– y su criado enfermo. Otras personas aparecen, pero no actúan mucho, como los amigos del centurión, que sólo transmiten el mensaje, o Jesús, cuya actividad consiste en acompañar a los ancianos y en admirar la fe del centurión. Esta narración no corresponde al género de curaciones milagrosas, pues el enfermo tiene un papel secundario; ni siquiera se encuentra a Jesús. Tampoco Lucas nos informa de una palabra poderosa que curara al siervo enfermo, como nos cuenta, por ejemplo, en las narraciones de las curaciones del endemoniado (4,31-37) y de la suegra de Simón (4,38-39). No está Jesús en el centro de la narración, sino el centurión. La enfermedad del criado es sólo el motivo de su acción, pues está mencionada al principio y al final (7,2.10). Por eso podemos concluir que la narración no tematiza a Jesús, sino al centurión.

08.245 - 12. Cap. 6

120

29/10/08 10:07

Página 120

EL EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS

b) Enlaces pragmáticos a. Palabras efectivas Echando un vistazo a los campos semánticos, nos es fácil encontrar el tema central. Un campo semántico importante es el del mando: enviar (2 veces), digno (2 veces), mandar, el subalterno, las órdenes, los enviados, y muchos imperativos (7,8), que consiguen lo dicho.

LA EFICACIA DE LAS PALABRAS Conocemos bien la eficacia de palabras que realizan lo que dicen. En el caso del centurión, de no haber obedecido la orden de su señor, el soldado y el siervo habrían sido castigados, pero cabía la posibilidad de que no la cumplieran, y las palabras del centurión nada hubieran conseguido. Hay más palabras que al ser pronunciadas, efectúan y realizan lo pronunciado, por ejemplo: «prometo», «promulgo», «te bendigo», «te bautizo», «te perdono»... Es decir, actuando por medio de ciertas palabras cambiamos una situación.

Nuestra narración tematiza la eficacia de la palabra, pues esto hace el centurión, que ni siquiera aparece en el escenario. También los ancianos y amigos enviados actúan únicamente con sus palabras. Mirando de cerca las acciones de todas las personas, notamos que el centurión que envía a los ancianos y a sus amigos tiene éxito con su acción, pues los enviados llegan a Jesús y le transmiten el mensaje. Por propia iniciativa, los ancianos elogian al centurión para fundamentar su súplica: «merece que se lo concedas, porque ama a nuestro pueblo y él mismo nos ha edificado la sinagoga» (Lc 7,4-5). Ellos también tienen éxito con sus palabras, pues Jesús se va con ellos (7,6). b. La fuerza de la fe Los amigos enviados, en cambio, no logran que Jesús cumpla su ruego: Jesús no pronuncia una palabra poderosa para curar al criado enfermo (7,7). Jesús alaba más bien la fe del centurión: hasta el momento no ha encontrado una fe tan grande. Después Lucas relata la

08.245 - 12. Cap. 6

29/10/08 10:07

Página 121

JESÚS DEMUESTRA Y ENSEÑA: QUIEN CREE, SERÁ SALVADO: LC 7,1-9-50

121

curación del siervo. Esta conexión semántico-narrativa hace que los lectores no atribuyan la curación a una palabra poderosa de Jesús –pues no la pronuncia en esta situación–, sino a la fe del centurión. Así Lucas alude a un tema que le es muy querido y que reiterará en su obra: ¡la fe salva y cura! Poco más tarde Jesús dirá a la pecadora que su fe la ha salvado y que sus pecados le quedan perdonados a causa del amor que ha mostrado (Lc 7,47-50). Después Jesús dirá a la hemorroísa que su fe la ha sanado (8,43-48), y al jefe de la sinagoga le animará a tener fe para que se salve su hija (8,50). También al leproso samaritano le dice que su fe la ha salvado (17,19). La narración del samaritano curado tiene varias semejanzas con nuestra narración: los leprosos ven a Jesús de lejos, Jesús no los toca, ni les dirige una palabra sanadora. Otro punto de contacto importante es que el samaritano –como el centurión– representa a los no judíos que creen en Jesús. El hecho de que Jesús alabe explícitamente la fe del samaritano y ponga de relieve que su fe le ha restablecido, continúa la línea comenzada en la narración de la fe extraordinaria del centurión pagano. Los lectores entienden: ¡la fe salva y sana! La fe basta para la salvación; no es preciso tener contacto directo con Jesús ni que Jesús pronuncie una palabra poderosa. La fe nos une con Jesús, y por eso nos salva y sana. c. Modelos para la vida de fe En narraciones similares, Lucas describe la fe ejemplar con mayor detalle: el centurión, la hemorroísa y Jairo muestran una fe unida a la confianza en el poder de Dios; creen y confían que el poder de Dios supera incluso la muerte. El centurión y la pecadora practican una fe unida con hechos de amor. El centurión no ruega por sí mismo, sino por su siervo, que le es muy querido (7,2); él llama a su criado con una palabra que significa también «hijo» y expresa su relación personal con él. Además, el centurión ama al pueblo, y envía a sus amigos íntimos a Jesús. El centurión vive no sólo en términos amistosos con sus prójimos, sino en relación amorosa y cariñosa, ya que practica el amor al prójimo, como demuestra su súplica por el criado enfermo y al haber edificado la sinagoga. También la pecadora mostró mucho amor (7,47), y esto le trajo el perdón de sus pecados. Los lectores entienden: la fe que salva y sana se caracteriza por

08.245 - 12. Cap. 6

122

29/10/08 10:07

Página 122

EL EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS

la confianza en Dios y el amor al prójimo. También nosotros podemos vivir esta fe. Otra particularidad marca nuestra narración: la súplica en favor de otra persona. El centurión no ruega por sí mismo, sino por su criado enfermo. Los ancianos enviados tampoco piden para sí mismos, sino en favor del centurión. Lucas menciona en otras ocasiones que las personas suplican e interceden en favor de otras, por ejemplo las que ruegan por la suegra de Simón (Lc 4,38). Otro ejemplo es el de los hombres que llevan al paralítico pese a muchos obstáculos hasta Jesús (5,18-26): Jesús nota su grande fe (5,20). Jairo pide por su hija (8,41), un padre por su hijo (9,38) y los discípulos por Tabita (Hch 9,38). Jesús mismo, por la parábola del amigo suplicante (Lc 11,6), nos enseña a rogar en favor de otras personas. Todos consiguen cuanto suplicaron, pues «pidan y se les dará» (11,9). La acción de estas personas que –motivadas por el amor al prójimo– suplican por otra nos sirve como ejemplo para nuestra vida y nuestra fe.

PARA COMPARTIR La fe del centurión está caracterizada por la confianza profunda y completa en Jesús. Jesús no se deja ordenar cómo curar al criado del centurión, pues no manda de palabra que se sane. ¿Cómo describirías tu fe, tu relación con Jesús y con Dios? El centurión puede servir como modelo ejemplar para nuestra oración: no ve a Jesús; no tiene contacto físico con él; confía completamente en la palabra de Jesús; respecto a lo que ruega, parte de sus experiencias y de su situación concreta...

2. JESÚS RESUCITA AL HIJO DE LA VIUDA DE NAÍN: LC 7,11-17 Lucas narra que Jesús resucita al hijo único de una viuda, y poco después leemos que Jesús resucita a la hija única de Jairo, el jefe de la sinagoga. Encontramos el mismo motivo duplicado: la madre y su hijo, y el padre y su hija. Lucas duplica un motivo para subrayar su importancia. Llama la atención que narra siempre un ejemplo de una mujer y de un hombre. Esta paridad de mujer y hombre es extraordinaria para aquel tiempo. En Hechos leeremos dos ejemplos

08.245 - 12. Cap. 6

29/10/08 10:07

Página 123

JESÚS DEMUESTRA Y ENSEÑA: QUIEN CREE, SERÁ SALVADO: LC 7,1-9-50

123

más: Pedro resucita a Tabita (Hch 9,36-42) y Pablo resucita a Eutico (20,7-12); otra vez tenemos el ejemplo doble de una mujer y de un varón. Estas narraciones de resurrecciones de muertos tienen un paralelo en el AT: las narraciones de Elías y Eliseo. Elías resucita al hijo de una viuda en Sarepta (1 Re 17,10-24), y Eliseo resucita al hijo de una viuda en Sunén (2 Re 4,17-37). Las ciudades de Naín y Sunén no distaban mucho entre sí. Al retomar la tradición de Elías y Eliseo para hablar de Jesús, Lucas lo presenta como los grandes profetas: «un gran profeta ha surgido entre nosotros» y «Dios ha visitado a su pueblo» (Lc 7,17). 3. LA PREGUNTA DE JUAN EL BAUTISTA: ¿QUIÉN ES JESÚS?: LC 7,18-35 En este episodio, Juan pregunta por la identidad de Jesús. En la narración siguiente, los comensales se preguntan quién es Jesús (7,49), y luego los discípulos se preguntan quién es Jesús (8,25). Jesús mismo pregunta a sus discípulos quién dice la gente que él es (9,18), e incluso qué piensan de él sus propios discípulos (9,20). También los lectores confrontan esta pregunta, y deben responderla. Lucas muestra varias respuestas ejemplares. En esta narración, Lucas y Jesús mismos responden a la pregunta del Bautista (7,21-23), refiriendo a lo que se ve y se oye. Su respuesta doble subraya el contenido y se graba en la memoria de los lectores: «Los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos resucitan, se anuncia a los pobres la Buena Nueva» (Lc 7,22). Estas palabras retoman la cita del profeta Isaías en la predicación inaugural de Jesús (4,18-19). Los lectores entienden: ¡ya se realiza aquello a lo que ha sido enviado Jesús! En los capítulos 4 a 7 de Lc, hemos leído ya muchas narraciones que ejemplifican aquel sumario: Jesús expulsó el espíritu inmundo de un hombre endemoniado (4,31-37 corresponde a 7,21b); Jesús curó a la suegra de Simón y al hombre con la mano seca (4,38-39; 6,6-11 corresponde a 7,21a); por Jesús un leproso queda limpio (5,12-16 corresponde a 7,22d); por Jesús un cojo puede andar (5,1726 corresponde a 7,22c); Jesús resucitó al hijo muerto de una viuda (7,11-17 corresponde a 7,22f); y Jesús anunció el Evangelio (6,2049 corresponde a 7,22g).

08.245 - 12. Cap. 6

124

29/10/08 10:07

Página 124

EL EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS

Notamos la ausencia de la curación de algún ciego (7,22b), pero Lucas narró, aunque de manera muy general (7,21c), que Jesús dio la vista a muchos ciegos. El ejemplo concreto lo leeremos hasta la narración del ciego de Jericó (18,35-43). Pero, prosiguiendo con la enumeración, Lucas añade poco después la curación de un hombre mudo (11,14 corresponde a 7,22e). Los lectores entienden que Jesús cumplió todo lo que anunció el profeta Isaías (Is 29,18; 35,5-6; 42,18; 26,19; 61,1). Los lectores pueden ir respondiendo a la pregunta: ¿Quién es Jesús? Pero Jesús realiza más de lo anunciado en la cita de Isaías: Jesús perdona los pecados. La liberación en el sentido doble de condonación de deudas y de remisión de pecados se proclamó ya en la cita de Isaías, interpretada por Jesús en su predicación inaugural: «me ha enviado a proclamar la remisión a los cautivos (...), para dar la libertad a los oprimidos» (Lc 4,18). La palabra griega significa tanto liberación como remisión o perdón. Jesús perdona, por ejemplo, los pecados del paralítico (5,20-24) y de la pecadora (7,47-49). Luego, los testigos predican el perdón de los pecados por Jesús (Hch 5,31; 10,43; 13,38-39; 26,18). Lucas añade el testimonio de Jesús sobre Juan (7,24-35). Con la cita del profeta Malaquías –«he aquí que envío mi mensajero delante de ti, que preparará por delante tu camino» (Mal 3,1)– Jesús conforma que Juan el Bautista es el mensajero precursor. Simultáneamente la cita de Malaquías identifica indirectamente a Jesús con aquel a quien el Bautista ha preparado el camino. Otra identificación indirecta de Jesús la encontramos en el reconocimiento del Mesías por parte de Pedro: la orden de silencio de Jesús lo identifica como Mesías (9,20-21). 4. LA FE SALVADORA DE LA «PECADORA»: LC 7,36-50 36

Un fariseo le rogó que comiera con él, y entrando en la casa del fariseo, se puso a la mesa. 37 Y ¡mira!: Había en la ciudad una mujer pecadora. Al enterarse de que estaba comiendo en casa del fariseo, llevó un frasco de alabastro de perfume 38 y, poniéndose detrás, a los pies de él, comenzó a llorar, y con sus lágrimas le mojaba los pies

08.245 - 12. Cap. 6

29/10/08 10:07

Página 125

JESÚS DEMUESTRA Y ENSEÑA: QUIEN CREE, SERÁ SALVADO: LC 7,1-9-50

39

40

41 42

43

44

45 46 47

48 49 50

125

y con los cabellos de su cabeza se los secaba, besaba sus pies y los ungía con el perfume. Al verlo el fariseo que le había invitado, se decía para sí: «Si éste fuera profeta, sabría quién y qué clase de mujer es la que le está tocando, pues es una pecadora». Jesús le respondió: «Simón, tengo algo que decirte». Él dijo: «Di, maestro». «Un acreedor tenía dos deudores: uno debía quinientos denarios y el otro cincuenta. Como no tenían para pagarle, perdonó a los dos. ¿Quién de ellos le amará más?» Respondió Simón: «Supongo que aquel a quien perdonó más». Él le dijo: «Has juzgado bien». Y volviéndose hacia la mujer, dijo a Simón: «¿Ves a esta mujer? Entré en tu casa y no me diste agua para los pies. Ella, en cambio, ha mojado mis pies con lágrimas y los ha secado con sus cabellos. No me diste el beso. Ella, desde que entró, no ha dejado de besarme los pies. No ungiste mi cabeza con aceite. Ella ha ungido mis pies con perfume. Por eso te digo: Han sido perdonados sus muchos pecados, porque ha mostrado mucho amor. A quien poco se le perdona, poco amor muestra». Y le dijo a ella: «Tus pecados te han sido perdonados.» Los comensales empezaron a decirse para sí: «¿Quién es éste, que hasta perdona los pecados?» Pero él dijo a la mujer: «Tu fe te ha salvado. Vete en paz».

08.245 - 12. Cap. 6

29/10/08 10:07

126

Página 126

EL EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS

ESTUDIO DEL TEXTO 1. ¿Quiénes son las personas que actúan? 2. ¿Qué hacen? ¿Qué alternativas (de sus acciones) hay? (Por ejemplo: en 7,39 el fariseo Simón dice para sí: habría podido hablar directamente a Jesús) ¿Cómo cambiarían estas alternativas el acontecimiento narrado? 3. ¿Qué palabras se reiteran? ¿Qué campos semánticos encuentras? 4. Respecto a la parábola que narra Jesús (7,41-42): ¿Quién es el acreedor?, ¿quién es el deudor que le debía quinientos denarios? y ¿quién es el deudor que le debía cincuenta denarios? 5. ¿Qué dice la parábola (7,41-42) sobre Dios? ¡Compárala con la parábola de Mt 20,1-15!

a) Enlaces narrativos a. Estructura Esta narración compleja resulta del curso de los acontecimientos, del estilo directo y de una parábola. Podemos estructurarla en cuatro secuencias: la introducción (7,36-37); la primera secuencia (7,38-39) presenta a los actuantes; la segunda contiene el diálogo entre Jesús y el fariseo (7,40-43); la tercera (7,44-47) aplica la parábola a la mujer y al fariseo; y la última secuencia (7,48-50) confirma el perdón de los pecados. El primer verso (7,36) describe la situación, el lugar, y menciona algunos personajes importantes. Después (7,37) cambia la perspectiva desde la casa del fariseo a la pecadora. La palabra «¡Mira!» funciona como señal para que los lectores dirijan su atención a la mujer pecadora. Estos dos versos forman la introducción. La acción empieza en 7,38 con el llanto de la mujer. Cuatro acciones más son añadidas por «y»: moja los pies de Jesús, los seca con sus cabellos, los besa y los unge. Se espera una reacción a estas acciones. Aunque Lucas no narra la reacción de Jesús, se puede deducir desde la reacción del fariseo. Porque Jesús toleró las acciones de la mujer, el fariseo se forma una opinión negativa sobre Jesús, pues niega que él sea profeta (7,39).

08.245 - 12. Cap. 6

29/10/08 10:07

Página 127

JESÚS DEMUESTRA Y ENSEÑA: QUIEN CREE, SERÁ SALVADO: LC 7,1-9-50

127

La segunda secuencia contiene un breve diálogo entre Jesús y el fariseo Simón (7,40-43), en el que Jesús le cuenta una parábola (7,42). Tras narrar la parábola, Lucas añade siempre una interpretación final y general que explica y aplica la parábola. En nuestra narración encontramos este comentario final un poco desplazado en la generalización: «a quien poco se le perdona, poco amor muestra» (Lc 7,47b). Esta oración conclusiva seguiría mejor después de la parábola, a continuación de 7,42-43, así que resultaría: «Como no tenían para pagarle, perdonó a los dos. ¿Quién de ellos le amará más?» Respondió Simón: «Supongo que aquel a quien perdonó más». Él le dijo: «Has juzgado bien, pues a quien poco se le perdona, poco amor muestra». b. Conclusión y aplicación de la parábola Si desplazamos la conclusión general a esta posición, entendemos mejor la intención: a quien se le perdonó mucho, mostró mucho más amor que alguien a quien se le perdonó poco. Exactamente lo mismo dice Jesús en 7,47. Antes de la conclusión, Lucas insertó la aplicación concreta de la parábola, aplicada a la acción de la mujer (7,44-46). En esta aplicación contrapone la acción de la mujer a la del fariseo. Los lectores entienden por esta comparación que la mujer mostró mucho más amor que el fariseo. La interpretación importante de la parábola está introducida de manera decisiva: «por eso te digo» (7,47a), y la conclusión –que tiene su lugar lógico a continuación de la parábola de los deudores– está añadida (7,47b). Así encontramos este entrelazamiento narrativo: 1. parábola (7,41-43.47b): a quien mucho se le perdona, muestra mucho más amor que alguien a quien se le perdona poco. 2. aplicación concreta de la parábola al fariseo y a la mujer (7,44-46): la mujer mostró mucho más amor que el fariseo. 3. conclusión (7,47a): a la mujer le quedan perdonados más pecados que al fariseo. El motivo es: pues ha mostrado mucho amor. Por esta secuencia es obvio que los pecados de la mujer han sido perdonados ya por Dios, el acreedor, pues por ese motivo ella muestra tanto amor. Su amor es consecuencia del perdón de los pecados, ¡no es condición para el perdón! El hecho de que Dios haya perdonado ya los pecados, porque es misericordioso, lo realzan las pará-

08.245 - 12. Cap. 6

128

29/10/08 10:07

Página 128

EL EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS

bolas de la oveja perdida, de la dracma perdida y del hijo perdido (15,4-32). Todas las parábolas subrayan que Dios busca al pecador perdido y sale a su encuentro. No leemos hechos previos, que hubieran causado el perdón. Dios mismo da el primer paso y perdona los pecados. El amor practicado prueba el hecho de que los pecados ya fueron perdonados. c. Dios mismo causa el perdón de los pecados Para que no se malinterprete ese orden, el de que Dios causa el perdón de los pecados, y no los hechos del pecador, Lucas desplaza la conclusión a esa posición: a quien poco se le perdona, poco amor muestra. Porque Dios como acreedor perdona a los deudores, pues también los pocos pecados del fariseo quedan perdonados. Esto se nota en su reacción, pues demuestra poco amor al acoger a Jesús. En la última secuencia (7,48-50), lo dicho en la parábola y su aplicación Jesús lo repite otra vez a la mujer, y así le confirma, por dos veces, que le han sido ya perdonados sus pecados (¡el texto griego usa el perfecto!): tus pecados han sido perdonados, como lo prueban sus hechos de amor (7,47), y son perdonados a causa de su fe, que le ha salvado (¡el texto griego usa el perfecto! en 7,50). Sus hechos de amor fueron posibilitados por sus pecados perdonados. La mujer sabía, ya por su fe en el Dios misericordioso, que sus pecados le habían sido perdonados, como confirma Jesús: tu fe te ha salvado. Encontramos la misma formulación en la narración de la curación del paralítico. Al ver la fe de los hombres que llevaron al paralítico, Jesús confirma el perdón de los pecados (el texto griego usa el perfecto también): «hombre, tus pecados te han sido perdonados» (5,20). La secuencia del perdón es así: 1. perdón de los pecados por el Dios misericordioso; 2. certidumbre de fe de que fueron perdonados ya los pecados; 3. hechos de amor a causa de los pecados perdonados; 4. confirmación explícita del perdón de los pecados por Jesús, porque ve la fe y los hechos de amor. Al declarar Jesús que la fe de la mujer la ha salvado, contradice las opiniones de los comensales, que piensan que Jesús le perdona en aquel momento sus pecados a causa de sus hechos de amor (7,49). Al mismo tiempo, es obvio que el fariseo se equivocó tanto respecto a la mujer como a Jesús: «si éste fuera profeta, sabría quién

08.245 - 12. Cap. 6

29/10/08 10:07

Página 129

JESÚS DEMUESTRA Y ENSEÑA: QUIEN CREE, SERÁ SALVADO: LC 7,1-9-50

129

y qué clase de mujer es la que le está tocando, pues es una pecadora» (Lc 7,39), pues los pecados de la mujer le han sido perdonados ya. Jesús, en cambio, se muestra como verdadero profeta, pues sabía desde el principio que la mujer no es «una pecadora». b) Enlaces pragmáticos a. Los campos semánticos Los dos campos semánticos importantes, «amor» y «perdón de los pecados», realzan el tema de esta narración. Así resulta obvio que el mensaje central no es: para que te sea perdonado mucho, tienes que amar mucho, sino que es más bien: te son perdonados ya tus muchos pecados, por eso puedes vivir y amar a causa de este perdón. b. Personajes de identificación Nuestra narración nos presenta distintos personajes de identificación que tratan de diferente manera el pecado y su perdón. La mujer ha entendido –quizá desde el sermón de la llanura– que Dios es misericordioso y bondadoso incluso con los desagradecidos y malos: «... porque Él es bueno con los desagradecidos y los perversos. Sean misericordiosos como su Padre es misericordioso» (Lc 6,35-36). La mujer demuestra –a causa de sus pecados perdonados– mucho amor. Ella es un personaje positivo de identificación. Lucas no dice en qué consisten sus muchos pecados. Considerarla peyorativa y despectivamente por el complemento de lugar «en la ciudad» (7,37) como prostituta no corresponde a la realidad ni del mundo antiguo ni del AT.

PROSTITUCIÓN Y PROSTITUTAS Tanto en el AT como en el NT –en el Oriente Antiguo y en la Antigüedad helenístico-romana–, las prostitutas formaban parte de la realidad social. Cometer adulterio contradice la voluntad de Dios, pero dedicarse a la prostitución estaba permitido. Las prostitutas son –a no ser que su prostitución constituyera adulterio– caracterizadas de manera positiva: por ejemplo, es muy natural que el viudo Judá tenga tra-

08.245 - 12. Cap. 6

130

29/10/08 10:07

Página 130

EL EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS

to carnal con la «prostituta» Tamar (Gn 38,15-22). La prostituta Rajab es muy apreciada, porque salvó la vida de los espías enviados (Jos 2,1-24; 6,17-25). El juez Jefté es hijo de una prostituta (Jue 11,1), lo que le causa el desprecio ante los hombres, pero no ante Dios, pues Dios mismo lo estima, y le elige como juez sobre Israel (Jue 12,7). El profeta Oseas es enviado expresamente por Dios a la prostituta Gómer (Os 1,2-3; 3,1-3). En el evangelio de Mateo, Jesús dice explícitamente que los publicanos y las prostitutas llegan antes que los ancianos y sumos sacerdotes al Reino de Dios, y les alaba expresamente, porque han creído en el mensaje de Juan el Bautista (Mt 21,31-32).

La mujer moja con sus lágrimas los pies de Jesús, los seca con sus cabellos, los besa y los unge con perfume (Lc 7,38). A esto llama Lucas «amor». Es la misma palabra que se encuentra en los mandamientos del amor a Dios, al prójimo y al enemigo: «amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas, con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo» (Lc 10,27), y en «amen a sus enemigos» (Lc 6,27.35). Por su obvio contexto, la palabra no significa amor erótico. Sin embargo, algunos exegetas lo interpretan en sentido erótico, pues la mujer seca los pies de Jesús con sus cabellos; pero esta interpretación así favorece el prejuicio de la prostituta pecadora. Lucas, en cambio, lo interpreta como favor y servicio al prójimo, pues es el mismo servicio que el fariseo no le brindó a Jesús. La mujer cumple este servicio con entrega personal, demostrada con sus besos. En mi opinión, las lágrimas de la mujer simbolizan el agua para lavar los pies –en vez de su arrepentimiento–, pues a causa de su fe la mujer cree que sus pecados le han sido perdonados ya, y por eso puede mostrar ese amor. Con la mujer pueden identificarse todos los que son conscientes de que les son perdonados muchos pecados, y que quieren manifestar su agradecimiento en el amor y servicio al prójimo. Hemos leído en la narración de la suegra de Simón una reacción semejante (4,38-39), y poco después nos enteramos de que las mujeres curadas por Jesús le siguen (8,1-3). Todas ellas tienen motivos de agradecimiento, pues la suegra fue curada de la fiebre, y las otras de muchas enfermedades y liberadas de espíritus inmundos. Su gratitud se manifiesta en el servicio y amor al prójimo, pues diaconaban a Jesús y a otros discípulos. Otro personaje de identificación es el fariseo Simón. En comparación con la mujer (7,44-46), parece negativamente caracterizado,

08.245 - 12. Cap. 6

29/10/08 10:07

Página 131

JESÚS DEMUESTRA Y ENSEÑA: QUIEN CREE, SERÁ SALVADO: LC 7,1-9-50

131

porque sólo mostró poco amor. Pero notamos que él también buscó comunión con Jesús, pues le invitó a un banquete en su casa (7,36). Buscar la comunión con alguien e invitarlo es también una manera de mostrar amor al prójimo. Además, el fariseo no expresa sus dudas sobre Jesús, sólo piensa o dice para sí (7,39). Tampoco critica en público a Jesús –porque él se dejó tocar por una mujer que en su opinión es una pecadora–, sino que acepta la actitud de Jesús. El fariseo se dirige respetuosamente a Jesús, llamándole «maestro». En la aplicación de la parábola sabemos más del fariseo Simón. La mujer se refleja en el deudor que tiene muchas deudas, y el fariseo en el que tiene pocas. Pero también todas sus deudas –sus pocas deudas– le son perdonadas ya, pues el acreedor –que personifica a Dios– condona a los dos deudores. El fariseo todavía no ha interiorizado que sus pecados le son perdonados ya, y considera a la mujer a causa de sus hechos pasados como pecadora. Él no se dejaría tocar por ella. Él no cambia sus prejuicios, y así permite que sus prejuicios dirijan su vida: porque él no se dejaría tocar por la mujer, no puede vivir su amor. Porque él excluye a la mujer –en su opinión, pecadora–, se excluye finalmente a sí mismo de la experiencia de vivir el servicio agradecido de amor al prójimo. El fariseo Simón recuerda nuestros prejuicios, muchas veces sin motivo y sin justificación. ¿Quién es, en nuestra opinión, pecador o pecadora? ¿En qué medida nuestros prejuicios impiden o dificultan encontrarnos con otras personas? ¿Cómo nos impiden la experiencia de servicio amoroso al prójimo? Aunque quizá no tengamos muchos o graves pecados, podemos estar seguros de que Dios nos perdona nuestros pequeños pecados, pero ¿cómo demostramos nuestra gratitud? Jesús es también personaje de identificación. Él acepta la acción de la mujer y la interpreta como servicio de amor. Aunque conoce los pensamientos del fariseo, no le critica, y no le dice que se equivocó, porque la mujer no es pecadora. Por el contrario, por la parábola, Jesús le aclara que a él se le perdonaron ya sus pocos pecados. La aplicación de la parábola, es decir, la comparación entre la acción del anfitrión y la de la mujer, sirve en primer lugar para aclarar a Simón la causa y la consecuencia del perdón de los pecados. La causa es el perdón realizado por Dios, y las consecuencias son los hechos de amor: porque Dios ha perdonado ya los pecados, los hombres pueden demostrar su gratitud con hechos de amor. La aplicación de la parábola invita indirectamente al fariseo a mostrar más patentemente su agradecimiento por el perdón recibido.

08.245 - 12. Cap. 6

29/10/08 10:07

132

Página 132

EL EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS

La acción de Jesús nos sirve como modelo: aceptar sin condiciones a otros, pese a nuestros muchos prejuicios, sean públicos y comunes como en el caso de la mujer, o sean prejuicios ocultos como los de la justicia aparente del fariseo. Podemos vivir desde la perspectiva de que Dios ha perdonado ya sus pecados a estas personas. Ante Dios, que nos ha perdonado ya, podemos empezar juntos a colaborar en la nueva realidad del Reino de Dios. PARA PROFUNDIZAR Y COMPARTIR Lucas pone de relieve que Dios es bondadoso, benigno y compasivo con los desagradecidos y malvados (6,35-36). Subraya también que Dios perdona tanto los muchos pecados de los pecadores como los pocos de los justos (7,42). ¿Cómo influyen estos hechos en tu relación con otras personas que considerabas más pecadoras que tú? ¿Cómo modifican tu relación con Dios? Compara nuestro texto con las narraciones en Mt 26,6-13; Mc 14,3-9 y Jn 12,3-8. ¿Qué semejanzas y qué diferencias encuentras? La narración de la unción se encuentra en el evangelio de Lucas al inicio; en las narraciones paralelas, hacia el final, antes de la pasión. ¿Cómo influye la diferente ubicación en el mensaje de la narración?

5. MUCHAS MUJERES ACOMPAÑABAN A JESÚS: LC 8,1-3 1 Y se dio el caso de que a continuación recorría ciudades y pueblos, proclamando y anunciando la Buena Nueva del Reino de Dios; le acompañaban los Doce, 2 y algunas mujeres que habían sido curadas de espíritus malignos y enfermedades: María, llamada Magdalena, de la que habían salido siete demonios, 3 Juana, mujer de Cusa, un administrador de Herodes, Susana y otras muchas que les diaconaban con sus bienes.

a) Enlaces narrativos Introducido por un breve sumario sobre la actividad de Jesús –anuncia el Evangelio en ciudades y pueblos–, Lucas da informa-

08.245 - 12. Cap. 6

29/10/08 10:07

Página 133

JESÚS DEMUESTRA Y ENSEÑA: QUIEN CREE, SERÁ SALVADO: LC 7,1-9-50

133

ciones nuevas: no sólo los Doce siguen a Jesús, sino también muchas mujeres. Lucas es el único evangelista que menciona el hecho de que «otras muchas mujeres» seguían y diaconaban a Jesús. Algunas de estas mujeres siguen a Jesús porque las curó de sus enfermedades y las liberó de espíritus malignos. Lucas menciona a las mujeres más importantes con sus nombres y con algún rasgo de su vida o de su estatus: María Magdalena, Juana y Susana. Entre las curadas podemos imaginarnos también a la suegra de Simón, la que asimismo le diaconaba (4,38-39). Además de ellas, hay «otras muchas» que diaconan, empleando sus bienes. A causa de la descripción de estatus de Juana como mujer de Cusa, administrador de Herodes, y a causa del uso de los bienes al servicio de Jesús y sus discípulos, podemos deducir que hay en el grupo algunas mujeres adineradas e influyentes. La comunidad de Jerusalén intentará igualmente practicar el ideal de la comunidad de bienes: las personas adineradas emplearán sus bienes al servicio de la comunidad para que no hubiera entre ellos ningún necesitado (Hch 2,44-45; 4,32.34-35). Pero no debemos entender el servicio de las mujeres exclusivamente como apoyo económico, pues Lucas dice sobre las mujeres que seguían y acompañaban a Jesús igual que los Doce. Es decir, las mujeres escuchaban igual que los apóstoles la enseñanza de Jesús, y habían sido envidadas –con los setenta y dos discípulos– igual que los apóstoles a predicar el Evangelio y a sanar (10,116.17-20). Las mujeres siguen a Jesús hasta la cruz (23,49), y asistirán a su sepelio (23,55). Vuelven el día después del sábado para ungir el cadáver de Jesús (24,1), y son las primeras testigos de su resurrección (24,9-10.22). Lucas nombra entre ellas a María Magdalena y Juana, que son las mismas mencionadas en nuestro texto. Además, nombra a María, la madre de Santiago, y menciona explícitamente a «las demás» (24,10), que vivieron y testimoniaron todo. b) Enlaces pragmáticos Lucas no narra «la vocación» de las mujeres, más bien ellas le siguen por decisión propia. Un motivo para seguirlo sería su gratitud por haber sido curadas, pero nos enteramos de que muchas mujeres más siguen a Jesús, así que ése no sería el único motivo.

08.245 - 12. Cap. 6

134

29/10/08 10:07

Página 134

EL EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS

Que Lucas no cuente ninguna vocación de las mujeres no resulta tan raro, pues tampoco los primeros discípulos –Simón Pedro, Juan y Santiago– fueron llamados por una palabra de Jesús; ellos mismos decidieron seguirlo. Lucas nos da tres nombres de discípulas, igual que menciona tres discípulos. Estos grupos de tres –mujeres igual que varones– simbolizan el círculo interior de las personas que seguían a Jesús. El hecho de que no sepamos mucho de las mujeres –excepto de María y Marta y María, la madre de Santiago– no es extraño, pues tampoco nos enteramos de muchos otros discípulos cuyos nombres aparecen en la lista de los Doce. No es fácil encontrar indicios y rastros de mujeres en la sociedad patriarcal del Antiguo Oriente, el mundo del AT y la Antigüedad helenístico-romana, pues las mujeres estaban subordinadas a sus maridos o padres. Sin embargo, leemos en el AT de mujeres que eran profetisas. Miriam, Débora, Julda y la mujer del profeta Isaías anunciaron la voluntad de Yahvé en contra de las profetisas de dioses extranjeros. Débora era una jueza famosa en Israel, y Judit y Ester, también mujeres, liberaron al pueblo de Israel de sus enemigos.

TANTO HOMBRES COMO MUJERES Al evangelista le importa el equilibrio entre hombres y mujeres, pues se nota que en los mensajes decisivos para la fe se refiere cada vez a un hombre y a una mujer: • Al cántico de María (1,46-55) corresponde el cántico de Zacarías (1,68-79), • y a la profecía del anciano Simeón en el templo (2,29-32) sigue la profecía de la profetisa Ana (2,38). • Además, hay dos curaciones en la sinagoga en sábado: la del hombre con la mano derecha seca (Lc 6,6-10) y la de la mujer encorvada (13,10-17). • Jesús resucita: al hijo de la viuda de Naín (7,11-17) y a la hija de Jairo (8,41-56). • Cuatro personas experimentan la fuerza salvadora de su fe: la pecadora (7,37-50), la mujer hemorroísa (8,43-48), el samaritano leproso (17,12-19) y el mendigo ciego (18,35-43). • «Hija» e «hijo» de Abrahán son llamados: la mujer encorvada (13,13) y el publicano Zaqueo (19,9).

08.245 - 12. Cap. 6

29/10/08 10:07

Página 135

JESÚS DEMUESTRA Y ENSEÑA: QUIEN CREE, SERÁ SALVADO: LC 7,1-9-50

135

El mismo equilibrio encontramos en Hch: • Hay dos resurrecciones: la mujer Tabita (9,36-42) y el muchacho Eutico (20,9-12); • Hay dos iglesias domésticas entre los creyentes provenientes de los paganos: la del centurión Cornelio (Hch 10,1-8.22-48) y la de la vendedora de púrpura Lidia (16,14-15.40). • El matrimonio Priscila y Áquila enseña como Pablo el Evangelio (18,18.26). Y hay otros ejemplos más.

Desde el principio, las mujeres son miembros de igual valor y competencia en la comunidad. Mujeres y hombres reciben el Espíritu Santo (Hch 2,17-18). Aunque Lucas narra en Hch, en primer lugar, la actuación espectacular de Pedro y de Pablo, no puede evitar mencionar a las mujeres: mujeres y hombres son perseguidos por su fe (8,3; 9,2), y mujeres y hombres se entusiasman por el Evangelio y se bautizan (8,12; 17,12). Además leemos de muchas mujeres que se emplean y dan todo de sí por el Reino de Dios: María, la madre de Juan Marcos y Lidia ponen a disposición su casa, para que la comunidad tenga un lugar de oración y reunión. Priscila y Áquila enseñan el Evangelio, y las cuatro hijas de Felipe obran como profetisas.

PARA COMPARTIR ¿Qué hacen las mujeres en tu comunidad? ¿Qué sabes de las situaciones y actividades de mujeres en otras comunidades? ¿En qué ámbito de tu comunidad pueden colaborar mujeres y hombres para edificar la comunidad y para preparar juntos la realización del Reino de Dios?

6. LA EFICACIA DE LA PALABRA DE DIOS: LC 8,4-21 Jesús explica por la parábola del sembrador la eficacia de la palabra de Dios en los corazones de los hombres. El punto clave es oír la palabra de Dios (8,4-15). Para que no se malentienda la ense-

08.245 - 12. Cap. 6

136

29/10/08 10:07

Página 136

EL EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS

ñanza de Jesús, la parábola de la lámpara (8,16-18) declara que cuenta la manera de oír: «miren, pues, cómo oyen» (Lc 8,18). Por esto, Lucas añade el encuentro con los parientes de Jesús. Jesús explica claramente que no basta con oír las palabras de Dios, sino que se deben cumplir: «Mi madre y mis hermanos son aquellos que oyen la palabra de Dios y la cumplen» (Lc 8,21). 7. LA TEMPESTAD CALMADA: LC 8,22-25 El punto central en la narración de la tempestad calmada es la pregunta por la fe de los discípulos: «¿Dónde está su fe?» Aparentemente Jesús no esperó a que sus discípulos llenos de miedo le despertaran. La pregunta de Jesús por la fe de los discípulos indica que había esperado más fe de ellos. Aunque Jesús «queda dormido» –aunque Dios parece guardar silencio– podemos confiar en Él. No podemos caer más bajo que en la mano de Dios. Los lectores son invitados a revisar su fe: ¿Qué tan firme es mi fe? ¿Cómo reacciono en situaciones difíciles? ¿Dónde está el punto lábil o frágil en mi fe? ¿Qué puedo hacer para fortalecer mi fe? La pregunta de Jesús por la fe de sus discípulos se convierte en la pregunta de los discípulos por la identidad de Jesús: ¿Quién es este que ordena a los vientos y al agua, y le obedecen? Los lectores se preguntan: ¿Quién es Jesús para mí? ¿Espero que Jesús o Dios resuelva mis problemas cuando le grito? 8. EL ENDEMONIADO DE GERASA: LC 8,26-39 La narración del endemoniado de Gerasa está unida a la anterior por el viaje en barco: la tempestad, la curación del endemoniado, y, al regreso, a la curación de la mujer hemorroísa y la resurrección de la hija de Jairo, que suceden a lo largo de un solo día. Nuestra narración se desarrolla enfrente de Galilea: la Decápolis, en territorio pagano. Otro indicio del terreno pagano son los rebaños de cerdos, que no había en Israel, porque esos animales eran tenidos por impuros. En la cultura helenístico-romana, en cambio, los cerdos eran muy importantes para los sacrificios. Lc 8,26-39 muestra algunas rupturas e incongruencias: en 8,27a sale al encuentro de Jesús un hombre de la ciudad, pero en 8,27b lee-

08.245 - 12. Cap. 6

29/10/08 10:07

Página 137

JESÚS DEMUESTRA Y ENSEÑA: QUIEN CREE, SERÁ SALVADO: LC 7,1-9-50

137

mos que aquel hombre vive en los sepulcros que no «están en la ciudad». Además nos enteramos de que el hombre estuvo poseído por muchos demonios (8,27a), pero en 8,29 Jesús mandó al espíritu, y Lucas describe más detalladamente al espíritu; en 8,30 el autor reitera que el hombre estuvo poseído por muchos espíritus, lo que sabemos ya desde la introducción. El evangelista no cuenta ni una palabra poderosa, ni un gesto de curación; sólo añade posteriormente que Jesús había mandado al demonio salir (8,29a). Donde los lectores esperan la descripción de la curación, sigue otra descripción de la posesión (8,29bc), un breve diálogo con el hombre endemoniado (8,30), y, en estilo indirecto, el discurso de los demonios (8,31-32). Finalmente Lucas nos cuenta de la curación, que narra desde la perspectiva de los demonios y no desde la del hombre curado (8,33). Luego, Jesús sube a la barca y regresa (8,37c). De pronto, el hombre curado –¿de dónde salió ahora?– le pide estar con él (8,38), pero Jesús lo despide. El hecho de que Jesús despide a quien quiere acompañarle y estar con él, sorprende, pues antes aceptó la presencia de personas curadas –como las mujeres– entre sus discípulos. Mirándolo de cerca notamos que el hombre curado llegó a ser discípulo de Jesús, pues «está sentado a los pies de Jesús» (8,35), que es un término técnico del discípulo. Mientras que a otros curados les prohíbe contar sobre su acontecimiento, ahora Jesús pide y envía explícitamente al hombre que cuente su curación. Lucas subraya que el hombre proclamó y predicó lo que le sucedió (8,39). Según esta información, entendemos que Jesús despidió y envió al curado: los discípulos no deben seguir como discípulos durante un tiempo indeterminado, sino que son igualmente enviados a testimoniar lo que experimentaron. Jesús envía al curado para que cuente todo lo que Dios ha hecho con él (8,39a). Cuando se va, proclama lo que Jesús hizo con él (8,39b). Este pasaje contiene varios mensajes. Lucas quiere mostrar el poder de Jesús: Jesús no manda sólo a los elementos naturales, sino también a legiones de demonios que se le someten. La salvación y curación que Jesús porta no están limitadas al pueblo de Israel; ya leímos sobre la curación del criado del centurión romano (7,1-10). Además, Lucas alude a la misión de sus discípulos (9,1-6.10; 10,120): el curado de Gerasa es el primer predicador en la región pagana de la Decápolis.

08.245 - 12. Cap. 6

29/10/08 10:07

138

Página 138

EL EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS

9. LA FUERZA DE LA FE: LC 8,40-56

ESTUDIO DEL TEXTO 1. ¿Qué palabras se repiten? 2. ¿Qué personas aparecen y cómo actúan? 3. ¿Cómo están descritos y caracterizados (por sus acciones y sus discursos) Jairo y la mujer?

a) Enlaces narrativos a. Narración compleja Hay dos narraciones paralelas a la nuestra, Mt 9,18-26 y Mc 5,2143. En todas, la curación de la mujer hemorroísa se intercala con la resurrección de la hija de Jairo. Ambas narraciones forman un conjunto; las dos están unidas por el número doce y por el tratamiento «hija»: la hija de Jairo tiene unos doce años (8,42), y la mujer padecía flujo de sangre desde hace doce años (8,43) y Jesús le llama «hija» (8,48). Esta narración parece entreverada e intercalada: la primera frase establece la conexión con la narración anterior, la curación del endemoniado (8,40). La presentación de Jairo y su petición forman la introducción de la nueva narración (8,41-42a): Jairo pide a Jesús venir a su casa, porque su hija única está muriendo. No nos enteramos de una respuesta de Jesús, pero se pone en camino a la casa de Jairo. Lucas intercala otra información: las apreturas de la muchedumbre (8,42b). Después nos presenta a la hemorroísa, que se encuentra desde hace mucho tiempo en una situación desesperada, pues nadie podía curarla (8,43). Lucas nos cuenta lo que aquella mujer hace y obtiene: está curada (8,44), pero no nos informa sobre las reflexiones o intenciones de la mujer, que narran en cambio Mt 9,21 y Mc 5,28. En Lc es Jesús mismo quien sintió el toque y una fuerza que ha salido de él, y pregunta por el causante (Lc 8,45a.46). Señalando apreturas, Pedro (y los demás) rechazan la pregunta de Jesús (8,45b). En este momento aparece la mujer y testimonia –¡ante de todo el pueblo!– la razón de haberlo tocado, y lo que ha conseguido: ¡está curada! (8,47).

08.245 - 12. Cap. 6

29/10/08 10:07

Página 139

JESÚS DEMUESTRA Y ENSEÑA: QUIEN CREE, SERÁ SALVADO: LC 7,1-9-50

139

b. La fuerza de la fe Jesús le confirma a la mujer que su fe la ha salvado (8,48). Con eso Lucas subraya que no fue Jesús quien curó a la mujer, pues sólo sintió la fuerza que le salió, sin saber quién le ha tocado y qué causó su fuerza. Es obvio que fue la fe de la mujer que la ha sanado. Ya hemos leído algo semejante en la narración del centurión: Jesús no pronunció una palabra poderosa, sino que simplemente alabó la fe del centurión. Al regresar, los enviados del centurión encontraron al criado sanado. Por el contexto, era evidente que la fe del centurión curó a su criado. Otro ejemplo es el de la mujer que ungió a Jesús; Jesús confirmará posteriormente que es salvada por su fe. Por estas narraciones, Lucas realza la fuerza salvadora y sanadora de fe. Esta fuerza y eficacia de la fe es muy importante para los lectores: entienden que las personas que no tienen contacto directo con Jesús pueden ser salvadas por su fe. Enseguida aparece un recadero de la casa de Jairo e informa de la muerte de la hija. Además añade el consejo: no molestar más a Jesús (8,49). En el fondo de su consejo se entiende su opinión no pronunciada: ya nada se puede cambiar. Es obvio que ese recadero no cree que Jesús sea capaz de vencer la muerte, aunque apenas poco antes Jesús resucitó al hijo de la viuda de Naín y la noticia se propagó por toda Judea y sus alrededores (7,11-17). c. La función de la intercalación De la composición de los acontecimientos surge la impresión de que la muchacha murió a causa de la demora de Jesús por la mujer hemorroísa (8,49). A nivel narrativo, también el diálogo con Pedro demoró el avance de Jesús (8,45-46). Así notamos que la narración de la mujer hemorroísa es independiente de la de Jairo. La narración de Jairo, en cambio, necesita la intercalación de la hemorroísa para demorar la llegada de Jesús. La narración –y a nivel narrativo Jairo– necesitan el ejemplo positivo de la mujer hemorroísa para notar la eficacia de la fe. Jesús invita a Jairo a tener fe, y le anuncia la salvación de su hija a causa de su fe (8,50). Tanto la selección de las personas a las que Jesús permite entrar con él (8,51) como el diálogo con los que lloran y se lamentan por la muerte de la muchacha (8,52-53) demoran otra vez el desarrollo de la narración. Aunque Jesús opina que la

08.245 - 12. Cap. 6

140

29/10/08 10:07

Página 140

EL EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS

muchacha está durmiendo, la impresión es que la situación es desesperada. Jesús toca a la muchacha y le manda levantarse (8,54). Enseguida retorna el espíritu a ella –los lectores entienden que había fallecido– y se levanta (8,55). El asombro de los padres y la orden incomprensible de no contar lo sucedido (8,56) confirman la resurrección y terminan la narración. b) Enlaces pragmáticos Los temas importantes son la fuerza sanadora y la fe salvadora. Ya leímos que la gente sabía que de Jesús sale una fuerza sanadora, pues intentó tocarle (6,19). En la Antigüedad se entendía que una persona especial y llena de espíritu transmitía fuerzas misteriosas por el toque de la mano (raramente por el pie). No se distinguía entre medicina, religión y magia. Había terapias y exorcismos también entre los paganos, fuera de la Biblia. Nos enteramos ya de que la fuerza sanadora de Jesús le impulsaba a curar (5,17b). Tanto en el AT como en el NT, esta fuerza tan especial es un don de Dios. El Mesías dotado con la fuerza de Dios corresponde a las esperanzas escatológicas de AT (Is 9,5; 11,2; 49,5; Miq 5,3). Así se explica que esta fuerza saliera de Jesús, en cierto modo, «involuntariamente», pues Dios mismo estaba obrando. Varias veces Lucas retrata este motivo de la fuerza de Dios: la concepción de Jesús sucedió por la fuerza de Dios (1,35); Jesús fue ungido por Dios con Espíritu Santo y con fuerza (Hch 10,38); Jesús obra por esta fuerza (Lc 4,14); incluso expulsa por ella espíritus inmundos (4,36). Jesús confiere esta fuerza a sus discípulos (Lc 9,1; 24,49; Hch 1,8; 4,7.33). Los lectores entienden: la fuerza poderosa que obra en y por Jesús señala al Mesías. La mujer que toca a Jesús, esperando quedar sana por el contacto con la fuerza curadora, reconoce la fuerza poderosa de Dios en Jesús, y así confiesa simultáneamente a Jesús como Mesías. Por eso Jesús confirma que la fe de la mujer la salvó (8,48). A Jairo, el jefe de la sinagoga, en cambio, Jesús debe animarle a creer: «sólo ten fe y se salvará» (Lc 8,50). Así Jesús confirma otra vez que la fe salva. Los lectores se acuerdan de los ejemplos del centurión (7,9-10) y de la mujer pecadora (7,50): los dos experimentaron también la fuerza salvadora de su fe. Los lectores entienden: la fuerza sanadora y la fe salvadora pertenecen a la misma voluntad salvífica de Dios para los hombres.

08.245 - 12. Cap. 6

29/10/08 10:07

Página 141

JESÚS DEMUESTRA Y ENSEÑA: QUIEN CREE, SERÁ SALVADO: LC 7,1-9-50

141

PARA PROFUNDIZAR Y COMPARTIR Compara nuestra narración con las de Mt 9,18-26 y Mc 5,21-43, para ver más claramente semejanzas y diferencias. Esta narración nos ofrece en primer lugar dos modelos de identificación: Jairo y la mujer hemorroísa. ¿Con quién puedes identificarte y por qué? ¿En qué y cómo te ayuda su modelo a desarrollar tu fe y a profundizar tu relación con Jesús / Dios?

II. ¿QUIÉN ES JESÚS?: LC 9,1-50 Esta unidad termina con la actuación de Jesús en Galilea y tematiza la pregunta por la identidad de Jesús. 1. LA MISIÓN DE LOS DOCE: LC 9,1-6.10 Jesús envía a los Doce para anunciar el Reino de Dios, y los provee para su encargo con la fuerza y la autoridad de liberar a los hombres de los demonios y de curar enfermedades. Los lectores se acuerdan del discurso programático de Jesús en la sinagoga de Nazaret (4,16-30). A partir de ahora, los Doce –y luego también los setenta y dos discípulos (10,1-16)– se encargan del mismo ministerio. Pero Jesús no deja de trabajar, como aclara 9,11: acoge a la gente, les habla del Reino de Dios y cura a los que tienen necesidad de ser curados. Lucas pone de relieve que Jesús, los Doce, los setenta y dos, y los demás discípulos obran en común como trabajadores (10,2) del Reino de Dios. 2. HERODES PREGUNTA POR LA IDENTIDAD DE JESÚS: LC 9,7-9 Herodes hace la primera pregunta por la identidad de Jesús: «¿Quién es, pues, este de quien oigo tales cosas?» (Lc 9,9), pues mucha gente toma a Jesús por Juan el Bautista resucitado, por el profeta Elías o por otro profeta resucitado. Herodes no acepta esas interpretaciones. ¡Él quiere conocer a Jesús! 3. JESÚS ALIMENTA Y SATISFACE A TODOS LOS HOMBRES: LC 9,11-17 La multiplicación de los panes tiene su paralelo y modelo en el AT, en la multiplicación de los panes de Eliseo (2 Re 4,42-44). Lu-

08.245 - 12. Cap. 6

142

29/10/08 10:07

Página 142

EL EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS

cas presenta a Jesús como el que alimenta y satisface a todos los hombres. Los lectores se acuerdan de la narración de las tentaciones de Jesús en el desierto (4,1-13). Jesús rechazó la tentación de convertir las piedras en pan para saciarse argumentando que los hombres no viven únicamente de pan (4,4). Ahora sacia y satisface a los hambrientos tanto con el pan como con las palabras del Evangelio y con los hechos salvíficos: «Él los acogía, les hablaba del Reino de Dios y curaba a los que tenían necesidad de ser curados» (Lc 9,11). Las palabras con las que Jesús toma los panes, los bendice, los parte y los reparte, recuerdan la cena pascual (9,16 paralela a 22,19). Lucas alude con esta fórmula litúrgica a la eucaristía y a la práctica en las comunidades. Su orden: «denles ustedes de comer» (Lc 9,13), recuerda a los discípulos su misión, es decir, ellos deben dedicarse a los hombres, en vez de despedirlos. Ellos deben dar lo que tienen a los hombres, aunque les parezca poco. Los verdaderos enriquecidos son los Doce, que recogen doce canastos de trozos sobrados. 4. ¿QUIÉN SOY YO?: LC 9,18-27 Este párrafo tematiza claramente la identidad de Jesús. Jesús pregunta a sus discípulos quién es él a los ojos de la gente, y los discípulos cuentan la opinión de la gente, que corresponde a lo que oyó Herodes de Jesús: Juan el Bautista, Elías o un profeta de los antiguos que ha resucitado (9,19). Luego Jesús se dirige directamente a sus discípulos: «y ustedes, ¿quién dicen que soy yo? (Lc 9,20a). La pregunta se dirige simultáneamente a los lectores: ¿Quién es Jesús (para ti)? Pedro es el único que responde; quizá habla por los demás discípulos. Su respuesta es el modelo ejemplar: «el Mesías de Dios» (9,20b). Ya los ángeles anunciaron a los pastores el nacimiento del Mesías (2,11). Los lectores deben ahondar en la pregunta: ¿Es Jesús el Mesías? A la confesión de Pedro, Jesús reacciona con la orden enérgica de no decir esto a nadie (9,21). A continuación, viene el primer anuncio de la pasión: el Hijo del hombre debe sufrir mucho y ser reprobado por las autoridades religiosas, será muerto y resucitará (9,22). Así el evangelista da a entender que el mandamiento de callarse y el anuncio de la pasión forman una unidad. Los discípulos y los lectores deben preguntarse: ¿Es Jesús el verdadero Mesías, aunque reprobado por las autoridades religiosas, que tienen argumentos con-

08.245 - 12. Cap. 6

29/10/08 10:07

Página 143

JESÚS DEMUESTRA Y ENSEÑA: QUIEN CREE, SERÁ SALVADO: LC 7,1-9-50

143

vincentes? ¿Es Jesús el Mesías de Dios, aunque debe sufrir y morir? ¿El sufrimiento forma parte de su Mesianismo? ¿Quiere Dios que su Mesías sufra? También las instrucciones sobre el seguimiento de Jesús (9,2327) pertenecen a la unidad literaria del anuncio de la pasión, pues Jesús sigue hablando. Estas instrucciones se dirigen a todos los que quieren seguir a Jesús, incluidos los lectores de hoy. Jesús declara que el seguimiento tiene que ver con negarse a sí mismo, con tomar su cruz y con perder la vida (9,23-24). Los que le siguen se exponen, igual que el Mesías, al sufrimiento. No se trata de aceptar sin más el sufrimiento, sino de que Dios y su Mesías no desamparan a los que padecen. Dios, su Mesías y los que le siguen conocen el sufrimiento por experiencias propias, y por eso se compadecen con los que sufren y no los abandonan. 5. DIOS CONFIRMA LA IDENTIDAD DE JESÚS: LC 9,28-36 La narración de la transfiguración de Jesús contiene la respuesta de Dios a la pregunta por la identidad de Jesús: «Éste es mi Hijo, mi Elegido; escúchenlo» (Lc 9,35). Los lectores se acuerdan del bautismo de Jesús, cuando Dios confirmó a Jesús como su Hijo (3,22). Los dos hombres –Moisés y Elías, que aparecen en el monte– tienen una función muy importante. Ambos aparecen en gloria –igual que el ángel a los pastores (2,9)–, para hablar de su fin que debe cumplirse en Jerusalén. La palabra «cumplir» alude a la voluntad salvífica de Dios como telón de fondo. Moisés simboliza los mandamientos de Dios, Elías a los profetas. Ambos, mandamientos y profetas, anuncian y predican la voluntad de Dios, igual que Jesús. La transfiguración ubica a Jesús en esa tradición, la de la Torá y los Profetas. Es decir, la vida y la muerte de Jesús, y sobre todo su confirmación directa por Dios, integran a Jesús en el contexto de la Torá y de los Profetas. Los lectores entienden que, sólo en el contexto de los mandamientos de Dios y de los mensajes de los profetas, pueden entender adecuadamente a Jesús. El mensaje de Jesús del Reino de Dios, su pasión y su muerte en Jerusalén se explican gracias a la predicación y al anuncio de Moisés y de los profetas. La transfiguración alude también a la pasión y la resurrección de Jesús: Jesús sube a un lugar apartado a orar (9,28 como luego al mon-

08.245 - 12. Cap. 6

144

29/10/08 10:07

Página 144

EL EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS

te de los Olivos 22,41.44). Sus discípulos le acompañan, aunque se duermen (9,28.32 paralela 22,39.45). En el sepulcro de Jesús aparecen dos hombres con vestidos resplandecientes (9,31a paralela 24,4), y recuerdan a las mujeres los anuncios de la pasión en Galilea, así como Moisés y Elías hablan del fin de Jesús en Jerusalén (9,31b paralela 24,6-7). Las mujeres comunican enseguida a los demás discípulos qué experimentaron en el sepulcro, pero los discípulos en la narración de la transfiguración no pueden hablar de su vivencia (9,36b paralela 24,9-10). Por eso se interpreta la transfiguración como un suceso pascual. 6. MODELOS PARA LA PRÁCTICA EN LA COMUNIDAD: LC 9,37-50 Este párrafo debe ser interpretado en el contexto de la narración de la transfiguración (9,37). La transfiguración orienta a la pasión y resurrección, y este párrafo focaliza el tiempo de la comunidad después de la pascua y la ascensión. Lucas dirige la perspectiva de los lectores a la práctica en la comunidad. Se trata del tiempo cuando Jesús ya no estará con ellos, lo que se nota en el tratamiento de «ustedes» (9,48.50): los discípulos no tienen éxito en expulsar todos los demonios (9,40). Se pelean por la jerarquía (9,46). Viven conflictos con otras personas, a las que quieren excluir, porque no pertenecen a su círculo (9,49). Jesús enseña a sus discípulos que la expulsión de demonios requiere la fe (9,41; más obvio en la versión de Mc 9,23.29), y que el más pequeño entre ellos es el más grande (9,48c). Además manda a sus discípulos que no impidan a los oponentes no evidentes, sino que los acepten, aunque no pertenecen al mismo círculo (9,50). Jesús invita a profundizar la fe propia, y les recuerda practicar la humildad y la tolerancia.

08.245 - 13. Cap. 7

29/10/08 12:11

Página 145

CAPÍTULO VII

LA ACTITUD DE LOS DISCÍPULOS DE JESÚS: LC 9,51-12,53

El evangelista señala que el ministerio de Jesús se cumplirá, y para esto se vale de la frase «y se dio el caso de que» (Lc 9,51). Jesús decide ir a Jerusalén... pues debe ser recibido en el cielo. Por eso la actividad de Jesús en Galilea termina, y los capítulos siguientes (9,51-19,27) se ocupan del camino de Jesús a Jerusalén, donde se cumplirá su destino. Lucas usa el marco del «camino a Jerusalén» para intercalar más enseñanzas de Jesús, sobre todo en forma de parábolas largas. Además el evangelista comunica encuentros de Jesús con otras personas que se convierten en personajes importantes de identificación para los lectores, pues les presentan modelos ejemplares para su vida y para su fe. Estos encuentros tematizan dos veces la pregunta de qué debemos hacer para heredar la vida eterna. También el uso de las riquezas será un tema importante. En este capítulo de nuestro estudio, nos enteramos de la actitud de los discípulos que siguen a Jesús (9,51-12,53). Sobresalen dos líneas generales: 1) el seguimiento de los discípulos y 2) la actitud adecuada de los seguidores de Jesús. En la primera parte (9,51-10,42) Jesús envía a setenta y dos discípulos y les da instrucciones concretas sobre qué deben hacer. La parábola del buen samaritano y la narración de las hermanas Marta y María tematizan también el seguimiento de los discípulos de Jesús. En la parte segunda (11,1-12,53) Jesús enseña con parábolas sobre Dios, e instruye cómo orar. Las palabras contra los fariseos y maestros de la Ley sirven de modelo negativo: los seguidores de Jesús no deben ser como ellos. Lucas añade otras instrucciones sobre el comportamiento adecuado. En esta parte, los lectores van a encontrar muchas sugerencias para su vida de fe.

08.245 - 13. Cap. 7

146

29/10/08 12:11

Página 146

EL EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS

I. EL SEGUIMIENTO DE LOS DISCÍPULOS: LC 9,51-10,42 1. MALA ACOGIDA EN UN PUEBLO SAMARITANO: LC 9,51-56 Aunque en la Antigüedad la hospitalidad era muy apreciada, Jesús y sus discípulos no son acogidos en un pueblo samaritano, porque samaritanos y judíos no se apreciaban. Santiago y Juan quieren castigar a los samaritanos, pero Jesús los reprende. El grupo se dirige a otro pueblo donde sí será recibido. Lucas muestra que los discípulos de Jesús son rechazados. En Hch narrará más ejemplos del rechazo a los discípulos; serán perseguidos y castigados (Hch 13,50; 14,5).

LOS SAMARITANOS Los samaritanos formaron un grupo especial en la fe judía. Cuando cayó el Estado de Israel en manos asirias (722 a.C.), y debido a su política de mestizaje, los judíos de la clase alta de Israel fueron deportados a Asiria, y gentes de otros países fueron traídas al territorio de Samaría; se mezclaron los judíos que fueron dejados con los extranjeros. Los extranjeros adoptaron la religión judía: creyeron en Yahvé, y aceptaban como sagrada la Torá o Pentateuco, pero no los Profetas ni los Salmos; y aunque se atenían a los mandamientos de la Torá, no dejaron su religión anterior, de modo que practicaban cierto sincretismo (2 Re 17,24-41). La gente de Samaría se consideraba el verdadero pueblo de Israel, pues se quedó en la tierra prometida. Al regresar a Israel los judíos deportados del exilio babilónico, no aceptaron a los samaritanos como judíos –porque estaban mezclados con otros pueblos– y los excluyeron del culto del templo reedificado en Jerusalén. Cuando Alejandro III (el Magno), rey de Macedonia, formó de Samaría una colonia macedonia (330 a.C.), los samaritanos sitiaron Siquem y construyeron un templo al monte Guerizim (Dt 27,4-10). Aquel templo fue destruido (128 a.C.) por los Macabeos (o Hasmoneos), una dinastía judía; desde entonces reinaba la enemistad entre los judíos y los samaritanos.

La actitud de Jesús da a entender que no condena ni opinión ni comportamiento de los samaritanos. Jesús practica la misericordia de Dios, como la enseñó en el sermón de la llanura: «sean misericordiosos como su Padre es misericordioso» (Lc 6,36). En el párra-

08.245 - 13. Cap. 7

29/10/08 12:11

Página 147

LA ACTITUD DE LOS DISCÍPULOS DE JESÚS: LC 9,51-12,53

147

fo siguiente Jesús da instrucciones concretas a sus discípulos sobre cómo manejar el rechazo. 2. SEGUIMIENTO Y ENVÍO: LC 9,57-62 Y 10,1-20

ESTUDIO DEL TEXTO 1. Subraya las palabras que se reiteran. 2. Estructura el texto: marca los párrafos que tratan del mismo tema. 3. Lee Lc 9,1-6.10-11 y compáralo con nuestro texto para encontrar semejanzas y diferencias.

a) Enlaces narrativos a. Estructura Este párrafo trata del seguimiento de Jesús y del envío de los setenta y dos discípulos. La palabra clave que une las dos narraciones es «el Reino de Dios» (Lc 9,60; 10,9.11). Lucas realza que «seguir a Jesús» y «anunciar el Reino de Dios» son la misma cosa, pues Jesús invita al seguimiento (9,59a), y responde al reparo del hombre llamado con el encargo al anuncio del Reino de Dios (9,60). En la parte sobre el seguimiento (Lc 9,57-62), Lucas presenta brevemente tres encuentros de Jesús con personas anónimas. Por sí mismas, dos de ellas deciden seguir a Jesús (9,57.61). A otro, Jesús le invita (9,59). En este evangelio se hallan sólo tres invitaciones (o vocaciones) al seguimiento: la primera dirigida al publicano Leví (5,27), la segunda se encuentra aquí y la tercera será para el hombre rico de 18,22. En nuestro texto queda pendiente si alguna de las tres personas siguió a Jesús. Así Lucas da a entender que aquí no importa tanto el hecho del seguimiento, sino los motivos para seguir a Jesús. Estos encuentros ejemplares son modelos abiertos para los lectores, que deben reflexionar sobre sus motivos: por qué –o por qué todavía no– siguen a Jesús.

08.245 - 13. Cap. 7

148

29/10/08 12:11

Página 148

EL EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS

El párrafo siguiente narra el envío de los setenta y dos discípulos (10,1-20) en versión paralela al envío de los Doce (9,1-6.10). Lucas es el único evangelista que nos comunica el envío de otro grupo además de los Doce. El discurso de envío aborda varias temáticas. Después de una breve introducción (10,1) se trata el envío de los discípulos (10,2-3), llamados «obreros de la mies» y «corderos». La metáfora de los corderos en medio de lobos señala las dificultades que encontrarán los enviados. b. Instrucciones concretas En Lc 10,4-12, Jesús da instrucciones concretas a sus discípulos: 10,4 contiene reglas generales; 10,5-7 instruye sobre qué hacer al entrar en una casa, y 10,8-12 sobre qué deben hacer cuando sean y cuando no sean acogidos en una ciudad. Llama la atención que los discípulos, incluso si no son recibidos, deben también anunciar el Reino de Dios. Ellos no deben ni amenazar ni juzgar la ciudad que no los reciba. Los lectores recuerdan que Jesús no fue recibido en el pueblo samaritano: ni condenó a los habitantes ni quiso que los discípulos los castigaran. Con todo, ahora Jesús amenaza con el rigor del juicio final (10,13-15), porque las ciudades que lo rechazan, rechazan al que le ha enviado, es decir, a Dios mismo (10,16). Quien rechaza a Dios, ha dictado sentencia sobre sí mismo. Después Lucas intercala la reacción de los discípulos enviados, que vuelven y relatan con alegría sus experiencias: hasta los demonios se les someten en el nombre de Jesús (10,17). Jesús les confirma el poder que les ha dado, para que superen el poder del enemigo y nada les haga daño (10,18-19). Pero la razón de su alegría no debe ser su poder, sino que sus nombres están inscritos en los cielos (10,20). Luego Lucas añade algunas palabras de Jesús sobre la revelación (10,21-22) y una bienaventuranza de los discípulos (10,23-24). b) Enlaces pragmáticos a. Tres personajes de identificación Los lectores deben reflejarse en los tres modelos presentados (Lc 9,57-62), para reflexionar sobre su propia decisión respecto a seguir a Jesús.

08.245 - 13. Cap. 7

29/10/08 12:11

Página 149

LA ACTITUD DE LOS DISCÍPULOS DE JESÚS: LC 9,51-12,53

149

¿El lector se encuentra en el modelo del primer hombre, que promete con entusiasmo y con buenas palabras seguir a Jesús sin ver con realismo las consecuencias de esta decisión? Jesús no rechaza al idealista, sino que le muestra posibles dificultades. Quien quiere seguir a Jesús debe contar con problemas, rechazos y acosos. Antes, Lucas ejemplificó el rechazo real con la mala acogida en el pueblo samaritano, y Jesús ya dio instrucciones a sus discípulos en el caso de que sean rechazados. ¿Se refleja el lector en la situación del otro hombre que está llamado explícitamente por Jesús, pero encuentra razones importantes, personales y humanas, que le impiden seguirle ahora mismo? Jesús responde que tales razones no impiden anunciar y vivir el Reino de Dios. La instrucción de Jesús no la entiendo como «no le entierres», pues sería falta enorme de cariño e ingratitud al padre, contra el cuarto mandamiento. Más bien la interpreto en el sentido de que: «en cada situación y en todo lo que haces, debes anunciar y vivir el Reino de Dios. No te fijes en el luto, porque el sepelio de tu padre debe ser anuncio del Reino de Dios». O ¿se identifica el lector con el tercero, que decide seguir a Jesús, pero pone otros pretextos para no seguirle enseguida? Leemos un caso semejante en 1 Re 19,19-21: Elías llama a Eliseo –cuando estaba ¡arando!– al echar su manto sobre él como señal de su vocación. Eliseo le pide el permiso de besar a su padre y a su madre, y ¡Elías se lo concede! Sólo lo exhorta a volver. El texto narra explícitamente que Eliseo volvió atrás, es decir, deja de ir detrás de Elías, pero no sólo para despedirse de sus padres, sino que además mata los bueyes, cuece la carne y da de comer a la gente. Después de hacer todo esto siguió a Elías. Notamos que Jesús no dice que aquel hombre no deba despedirse, sino que quien mira hacia atrás no es apto para el Reino de Dios. Quien se compromete con el Reino de Dios, debe mirar hacia delante, al Reino de Dios. A Lucas no le importa –como a Mc 10,2930 y Mt 19,29– dejar la familia y las propiedades, sino sólo menospreciarlos (Lc 14,26), es decir, la familia y las propiedades no deben importar más que Jesús o el Reino de Dios. En Lc no hay separación y enemistad (como en Mt 10,35-36), apenas un simple desacuerdo entre dos o tres personas (Lc 12,52-53). Leeremos en Hch que alguien se bautiza con «toda su casa», por ejemplo el centurión Cornelio (Hch 10,2.24 y 11,14), la vendedora de púrpura Lidia (16,15), el carcelero de Filipos (16,31-34) y el

08.245 - 13. Cap. 7

29/10/08 12:11

150

Página 150

EL EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS

jefe de la sinagoga Crispo (18,8). Por eso, la invitación de Jesús significa: «si quieres seguir, hazlo con toda tu familia. En vez de separarte de ella, debías anunciar y vivir el Reino de Dios en un círculo pequeño». Pues en el Reino de Dios no se trata de dejar algo y de mirar hacia atrás con tristeza y lamento. Se trata más bien de mirar hacia delante: para vivir y actuar en el presente desde la perspectiva del Reino de Dios ya empezado. Las objeciones de Jesús no quieren poner trabas a la decisión del seguimiento; quieren más bien dirigir la atención de la persona que quiere seguirlo tanto a problemas posibles como a nuevas perspectivas. Quien quiere seguir a Jesús, debe reflexionar su decisión y su vacilación, para que se decida consciente de su responsabilidad y de sus posibilidades. b. Palabras clave El párrafo siguiente (10,1-20) narra el envío de los setenta y dos discípulos. Muchos manuscritos mencionan setenta discípulos. Ambos números son cifras simbólicas: en aquel tiempo se contaban setenta pueblos del mundo, y, según una leyenda, setenta y dos tradujeron el texto hebreo del AT al griego (así surgió la Septuaginta). Lucas señala con este número –sea setenta o setenta y dos– la difusión del Evangelio en todo el mundo. Jesús envía a los discípulos sin el equipamiento usual. Eso no estiliza el ideal de la pobreza –¡que Lucas nunca afirma!–, sino que subraya la meta del viaje: ser recibido en las casas. La meta no es correr mundo, sino visitar las casas. Por esto los discípulos deben permanecer en ellas, no andar de casa en casa (10,7). Lucas menciona explícitamente comer y beber (10,7-8): la comunidad a la mesa sirve para anunciar el Evangelio, y alude a la eucaristía (cf. la narración de los discípulos de Emaús en 24,29-32). En la perspectiva del anuncio del Evangelio entre las naciones, el mandamiento «coman lo que les pongan» (10,8) es muy importante. En efecto, leeremos en el libro de los Hechos que no hay que declarar impuro lo que Dios ha declarado puro (10,15). Los discípulos pueden mantener y cultivar la comunión con los paganos, y no deben preocuparse de infringir las leyes al comer con ellos. La asamblea de Jerusalén decidirá limitar los preceptos dietéticos, para facilitar la comunión –ya practicada en la diáspora– entre ju-

08.245 - 13. Cap. 7

29/10/08 12:11

Página 151

LA ACTITUD DE LOS DISCÍPULOS DE JESÚS: LC 9,51-12,53

151

díos y paganos, lo que posibilitará anunciar el Evangelio entre los paganos. El encuentro en las casas se da bajo el signo de la paz. Los discípulos son portadores de la paz. La palabra hebrea shalom significa no sólo «paz», sino en primer lugar «vida abundante» y «bienestar completo». El «hijo de paz» es un hebraísmo que designa a la persona que da todo de sí para realizar la paz y para difundirla. Por eso Lucas presenta la paz de manera personificada (Lc 10,5-6). La primera palabra debe ser el deseo de la paz. El encuentro en casa, la comunión de las personas, todo lo que será dicho y hecho, se da al servicio de la paz. La paz es el motivo principal de los cristianos que se reúnen en las casas. c. Ser enviado como discípulo Los discípulos enviados son encargados de curar a los enfermos y de anunciar el Reino de Dios (Lc 10,9). Ellos, igual que los apóstoles, tienen poder sobre los demonios (10,17). Ellos hacen lo mismo que Jesús hizo: curar, expulsar demonios y anunciar el Reino de Dios (4,32.40.43; 7,21-22; 13,22.32). Al adoptar la actividad de Jesús, los discípulos llegan a ser sus seguidores (Hch 4,30; también 4,22; 9,34; 16,18; 28,8). En el encargo de sanar y proclamar el Reino de Dios arraiga el encargo diaconal de la Iglesia. Al no ser recibidos, los discípulos deben sacudir el polvo de sus pies. Este gesto no significa maldición, sino estar en paz con alguien, no haberle quitado algo. Los discípulos vienen en y con paz, y deben salir en paz, en caso de no ser recibidos. A la ciudad inhospitalaria deben, sin embargo, anunciar el Reino de Dios. La oferta de la salvación es para todos, así que los discípulos no deben omitir ninguna posibilidad para anunciarlo, para que cada uno se entere del Reino de Dios cuando esté dispuesto. También las lamentaciones, los «ayes» no significan maldición, sino que expresan lamento (Lc 10,12.14). El juicio final todavía está pendiente, por eso Jesús avisa a las ciudades de qué sucederá si no se arrepienten. Ésta es otra oportunidad para convertirse. Leemos en el AT que Dios avisa por medio del profeta Jonás a la ciudad Nínive. Dios no quiere la extinción, ni la ruina o la perdición de los hombres, sino su salvación y vida abundante. Por eso Dios ofrece e invita muchas veces a los hombres a la conversión, y deja que libremente se decidan.

08.245 - 13. Cap. 7

152

29/10/08 12:11

Página 152

EL EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS

Llama la atención que Jesús se identifica no sólo con el mensaje del Reino de Dios, sino también con sus discípulos: «Quien a ustedes los escucha, a mí me escucha; y quien a ustedes los rechaza, a mí me rechaza; y quien me rechaza a mí, rechaza al que me ha enviado» (Lc 10,16). Los discípulos son instrumentos de Dios, Dios obra por medio de ellos. Aunque ellos experimenten rechazo, pueden estar seguros de que Dios no los abandona. Por eso el motivo de su alegría no debe ser que los espíritus se les someten o que Satanás cae del cielo, sino que sus nombres están inscritos en los cielos (10,19). Es decir, el motivo de su alegría es que Dios está siempre a su lado y les acompaña. Esta alegría debe ser fuente de su quehacer. Los personajes de identificación son los discípulos: Jesús no envía solamente a los doce apóstoles a las doce tribus de Israel, sino que envía a muchos discípulos a todas las naciones conocidas en el mundo antiguo. Igualmente, los lectores deben entenderse enviados a poner y obrar la paz en las casas en su entorno. Igual que los discípulos, deben dedicarse a los enfermos y preocuparse por ellos. En todas las ocasiones deben anunciar el Reino de Dios, independientemente de si son recibidos o rechazados, pues pueden estar seguros de que Dios está siempre con ellos.

PARA COMPARTIR ¿Cómo puedes adoptar y adaptar la práctica de los discípulos a tu vida y a tu situación actual? ¿Cómo instaurar paz y obrar en paz? ¿Y respecto a los enfermos? ¿Cómo hablar sobre el Evangelio y profundizar la fe?

3. ¿QUÉ HACER PARA HEREDAR LA VIDA ETERNA?: LC 10,25-37

ESTUDIO DEL TEXTO 1. Marca las preguntas y las respuestas directas a las preguntas (la parábola no es una respuesta directa, es sólo un ejemplo que sirve a la explicación detallada). 2. Subraya todos los verbos en el discurso directo.

08.245 - 13. Cap. 7

29/10/08 12:11

Página 153

LA ACTITUD DE LOS DISCÍPULOS DE JESÚS: LC 9,51-12,53

153

a) Enlaces narrativos a. Primer cambio de perspectiva La respuesta sobre qué se debe hacer y cómo se debe vivir para tener en herencia vida eterna es el tema central. Lo mismo interesa a los lectores de todos los tiempos, pues une su acción actual con su esperanza de fe. En nuestra perícopa, un experto en la ley le plantea la misma pregunta a Jesús (10,25), pero Jesús le responde indirectamente, pues le contesta con otra pregunta, ¿Qué indica la Torá? La respuesta directa de Jesús está en 10,28: Hazlo –es decir: cumple la Torá, ponla en práctica–, y vivirás. Eso significa que quien cumple la Torá, quien vive según la Torá, heredará vida eterna. Pero el experto en la ley vuelve a preguntar: «Y ¿quién es mi prójimo?» (10,29). Tampoco ahora Jesús responde directamente, sino con una parábola (10,30-35). Luego retoma la pregunta del jurista, modificándola. La pregunta «¿Quién es mi prójimo» se convierte en: «¿Quién se comportó como prójimo?» (10,36). Jesús cambia la perspectiva: el prójimo no es otra persona, sino que, por lo que hago, yo me transformo en prójimo de otro; es decir: yo me hago prójimo de otro. Desde esta perspectiva nueva, el prójimo ya no está menospreciado como un «menesteroso beneficiario de limosnas», sino que yo obtengo la posibilidad de caracterizarme como hombre que cumple la voluntad de Dios, y como persona misericordiosa, porque Dios mismo es misericordioso (10,37 y 6,36). La respuesta de Jesús termina con un imperativo explícito: «¡Vete y haz tú lo mismo!» (Lc 10,37). b. Segundo cambio de perspectiva También al interior de la parábola Jesús cambia la perspectiva. La opinión general asume que los sacerdotes y levitas, como clase alta religiosa, conocen la voluntad de Dios, y que los samaritanos, que no aceptan el templo en Jerusalén, desconocen la voluntad de Dios. Jesús cambia la perspectiva habitual: en la parábola es el samaritano quien realiza –a diferencia del sacerdote y del levita– la voluntad de Dios, haciéndose prójimo del judío herido, y preocupándose por él.

08.245 - 13. Cap. 7

154

29/10/08 12:11

Página 154

EL EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS

Nuestra perícopa no cuenta si el experto de la ley actuó conforme a la parábola o no. Por eso el jurista es personaje de identificación para los lectores que se preguntan también qué hacer para heredar vida eterna. b) Enlaces pragmáticos a. Heredar vida eterna El imperativo «hazlo» en las respuestas de Jesús une las dos preguntas del experto de la ley. Los lectores entienden que se heredará vida eterna al vivir y cumplir la voluntad de Dios expresada en sus mandamientos, y que uno sólo se hace prójimo al actuar con misericordia con otro. Así Lucas subraya: quien cumple la Torá –que contiene la voluntad de Dios: el amor a Dios y al prójimo– heredará vida eterna. Casi al fin de esta tercera parte «en el camino a Jerusalén» (Lc 9,51-19,27), encontramos otra vez la pregunta por la vida eterna. Ahora la plantea uno de los principales (18,18), y Jesús indica otra vez al cumplimiento de los mandamientos (18,20), y señala la caridad al prójimo, al invitar al hombre rico a repartir sus bienes entre los pobres (18,22). En ambos casos, la vida que cumple la voluntad de Dios –según los mandamientos– es la condición previa de la vida eterna. En ambos casos, Jesús da instrucciones concretas para practicar el amor al prójimo: cuando uno se hace prójimo de otro. El ejemplo del jurista subraya, cómo uno se hace prójimo de otro, ayudando a quien está sufriendo; el ejemplo del hombre principal demuestra que se puede ayudar también con los bienes que se tengan. Las informaciones de que el jurista pregunta a Jesús «para tentarle» (Lc 10,25), y de que más tarde él mismo debe justificar su pregunta (10,29), dan a entender que el experto de la ley contaba con una respuesta opuesta. Ésa podía ser sólo una respuesta que devaluara o redujera la validez de la Torá. Pero Jesús nunca tuvo intención de reducir la validez de la Torá o de menospreciarla, como aclara inequívocamente: «Es más fácil que el cielo y la tierra pasen y no que caiga una coma de la Torá» (Lc 16,17). Y también: «El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán» (Lc 21,33).

08.245 - 13. Cap. 7

29/10/08 12:11

Página 155

LA ACTITUD DE LOS DISCÍPULOS DE JESÚS: LC 9,51-12,53

155

Con eso Lucas realza que los judíos heredarán vida eterna, porque conocen los mandamientos de Dios y los cumplen, como muestran los ejemplos del experto de la ley y del hombre principal. Los no judíos que no pueden conocer completamente los mandamientos de Dios tienen también la posibilidad de cumplirlos, como en el ejemplo del buen samaritano. El samaritano actuó de manera ejemplar, pues se hizo prójimo del hombre en necesidad, que ni puede hablar, al preocuparse por él. Tanto judíos como no judíos tienen la posibilidad de cumplir la voluntad de Dios y de heredar vida eterna. b. Personajes de identificación Nuestra narración ofrece varios modelos de identificación a los lectores: el experto de la ley, el sacerdote, el levita y el samaritano. El experto de la ley quiere heredar vida eterna y pregunta a Jesús qué hacer para obtenerla. El hecho de preguntar para tentar a Jesús no parece simpático, pero el jurista no está caracterizado completamente en negativo. Él conoce la Torá y sabe qué debe hacer. Además interpreta correctamente la parábola. Él entiende y sabe qué debía hacer, pero busca el camino más fácil para vivir a sus anchas. Los lectores pueden preguntarse: ¿Qué excusas y evasivas pongo yo para no hacer lo que debo y cumplir la voluntad de Dios? El sacerdote y el levita actúan de igual manera: ven al herido y dan un rodeo, sin ayudarle. No nos enteramos de por qué lo pasan de lado. El sacerdote tiene función ejemplar, pero hace caso omiso del herido. El levita –clérigo de rango inferior– tiene también función ejemplar. El levita se encuentra en una situación más difícil, porque su superior no ayudó, pero él mismo tiene la posibilidad de actuar de manera distinta a su superior. También el levita elige el camino más cómodo y elude su responsabilidad. Los lectores pueden preguntarse: ¿A quién o qué paso yo por alto? ¿Por qué razón no quiero ver dónde o cuándo puedo hacerme prójimo de otro? Y ¿cómo reacciono al darme cuenta de que otras personas podían o debían ayudar ya antes que yo? Del samaritano –extranjero y cismático–, los lectores judíos no esperaban ni mucho ni algo bueno. Pero es él quien ve al judío herido y se compadece (10,33). La misericordia motiva su acción (10,34): venda sus heridas y se preocupa por él. Al no tener posibi-

08.245 - 13. Cap. 7

156

29/10/08 12:11

Página 156

EL EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS

lidad de seguir curándolo, le proporciona cuidado mediante el posadero (10,35). Con eso Jesús explica que la asistencia y preocupación por el prójimo no pesan sobre las espaldas de una persona sola. Ir a buscar a otros que pueden ayudar, llamar la atención de otros sobre los que necesitan ayuda y recordar a otros su deber de amor al prójimo es tanto como la ayuda misma. Los lectores pueden preguntarse: ¿De quién puedo hacerme prójimo? Al notar que yo solo no consigo ayudar mucho, ¿a quién puedo pedir ayuda? ¿A quién puedo contactar que tenga más posibilidades y capacidades que yo para ayudar? Y ¿quién me puede apoyar para que yo ayude más competentemente?

PARA COMPARTIR ¿Con cuál de las personas puedes identificarte? ¿Quién puede decir de ti que tú eres su prójimo? ¿Cómo puedes hacerte prójimo de otra persona? ¿A quién puedes pedir apoyo?

4. ELEGIR LA MEJOR PARTE: LC 10,38-42 38

39

40

Yendo ellos de camino, entró en un pueblo; y una mujer, llamada Marta, le recibió en su casa. Tenía ella una hermana llamada María, que, sentada a los pies del Señor, escuchaba su palabra, mientras Marta estaba atareada en muchos quehaceres diaconales. Al fin, se paró y dijo: «Señor, ¿no te importa que mi hermana me deje diaconar sola? Dile, pues, que me ayude».

41 Le respondió el Señor: «Marta, Marta, te preocupas y te agitas por muchas cosas, 42

y hay necesidad de pocas, o mejor, de una sola. María ha elegido la mejor parte, que no le será quitada».

08.245 - 13. Cap. 7

29/10/08 12:11

Página 157

LA ACTITUD DE LOS DISCÍPULOS DE JESÚS: LC 9,51-12,53

157

ESTUDIO DEL TEXTO 1. En 10,40 el texto griego usa la misma palabra para describir el servicio de Marta y su acción; en español se podría decir «servicio» y «servir», pero la palabra griega es la misma que se dice de la suegra de Simón (4,39) y de las mujeres que seguían a Jesús (8,3): «diaconar». En mi opinión, el sentido doble de «servir» y «diaconar» corresponde a la intención del autor, por eso he cambiado el texto en 10,40 y he escrito: «quehaceres diaconales» y «diaconar». Para comprender mejor qué significan «quehaceres diaconales» y «diaconar», se debe analizar cómo está descrito el servicio de Marta, y cómo está descrita la «mejor parte». 2. ¿Cómo son caracterizadas (por sus acciones y palabras) Marta y María? 3. Lee Hch 6,1-4 y compáralo con nuestro texto: ¿Qué semejanzas encuentras? ¿Qué solución encuentran los apóstoles?

a) Enlaces narrativos a. La situación Esta breve narración sólo Lucas nos la cuenta. El texto está estructurado de manera sencilla: después de la introducción (10,38) y la descripción de la situación (10,39-40a) sigue un diálogo entre Marta y Jesús (10,40b-42). La introducción reitera que Jesús y sus discípulos están en el camino a Jerusalén. Una mujer, Marta, recibe hospitalariamente a Jesús, y aunque los discípulos no son mencionados, los lectores pueden deducir que Marta los acoge también. Lucas describe la situación. Marta tiene una hermana llamada María, que se sienta como discípula a los pies del maestro Jesús a escuchar su enseñanza, mientras que Marta está atareada en muchos quehaceres diaconales. Podemos figurarnos muy bien la situación: Jesús entra en la casa de Marta y enseña –seguramente no sólo a María, sino también a sus discípulos– en la casa. Cuando un rabí enseña, sus discípulos están sentados a sus pies, escuchan su enseñanza y hacen preguntas. Podemos figurarnos a María entre los discípulos de Jesús. Mientras que María y los discípulos escuchan la enseñanza de Jesús, Marta está afanada y agobiada por muchos quehaceres. Lucas

08.245 - 13. Cap. 7

29/10/08 12:11

158

Página 158

EL EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS

no describe en detalle qué son estos quehaceres, pero los lectores pueden imaginarse que se trata de ofrecer hospitalidad: acomodar a los huéspedes, preparar y servir de comer y beber... Así, el servicio de Marta es superior a sus fuerzas. En 10,40b empieza la acción, el diálogo entre Marta y Jesús. Marta se para en su ajetreo, y se dirige primero con una pregunta y después con una orden a Jesús. Ella quiere que Jesús se interese por ella y su servicio: «Señor, ¿no te importa... que me deje diaconar sola?» Por eso Jesús debe mandar a su hermana que le ayude. b. La respuesta de Jesús Jesús responde a los dos deseos de Marta. Le confirma que ella se preocupa y se agita por muchas cosas, y así se ha dado cuenta de su servicio y lo aprecia (10,41). Pero a continuación le explica a ella que sólo hay necesidad de pocas cosas o de una sola cosa (10,42a). Jesús dirige su mirada a lo esencial. Antes que las acciones clasificadas automáticamente como «buenas», importa hacer lo necesario. Hay pocas cosas necesarias o quizá sólo una que debe ser hecha, en vez de perderse en preocupaciones y cosas secundarias. Jesús se ocupa también del segundo deseo de Marta, de enviarle a su hermana como ayuda. Ahora pone en el centro la acción de María (10,42b): María ha elegido la buena y mejor parte. Jesús subraya así que María no holgazanea o pierde el tiempo. Jesús explica inequívocamente que escuchar y aprender la palabra de Dios es la mejor parte, y no le será quitada. Así Jesús defiende la decisión de María y su acción de escuchar y aprender la palabra de Dios. La narración termina con estas palabras de Jesús. Los lectores pueden identificarse con las dos hermanas e imaginar el fin de la narración. b) Enlaces pragmáticos a. Palabra clave Quedan pendientes algunos detalles: ¿Por qué la parte que eligió María es la mejor? ¿Cuál es la otra parte? ¿Cuál es la sola cosa necesaria? El contexto de nuestra narración y la selección de palabras –la parábola del buen samaritano y la elección de los Siete hombres

08.245 - 13. Cap. 7

29/10/08 12:11

Página 159

LA ACTITUD DE LOS DISCÍPULOS DE JESÚS: LC 9,51-12,53

159

(Hch 6,1-4)– nos ayudan a responder. También en Hch leemos un conflicto, y en esa narración el servicio de la mesa y el servicio de la palabra aparecen en el texto griego con la misma palabra: diaconía. Así es obvio que se trata en ambos casos del servicio a Dios: el servicio o diaconía de la palabra y el servicio o diaconía con otros hechos. Las dos actividades de Marta y María son servicios diaconales. Ambos servicios pertenecen al mismo servicio a Dios, como dos caras de una moneda, y no deben separarse. Quien estudia sólo la palabra de Dios sin que repercuta en su vida y sin que se muestre en el amor al prójimo, no entendió la palabra de Dios. La narración del experto de la ley subrayó que la voluntad de Dios se muestra en los hechos de amor al prójimo. Quien da todo de sí a favor de otros actúa de manera social, hospitalaria y filantrópica. Para que esta actividad sea amor al prójimo y corresponda al amor a Dios, debe ajustarse a los mandamientos de Dios, los que invitan a la relación personal y emocional –al amor– a los débiles, discriminados y marginados. Este amor al prójimo fue mostrado en el buen samaritano que tuvo compasión e hizo lo necesario. b. El estudio de la palabra de Dios y los hechos de amor al prójimo La parábola del buen samaritano y la narración de Marta y María se hallan una junto a otra, para indicarnos la intención de Lucas: los mandamientos de Dios y los hechos de amor al prójimo forman una unidad. Las preguntas del jurista demuestran que él conoce los mandamientos de Dios, pero pregunta por hechos concretos. La parábola aclara qué se debe hacer y cómo se debe actuar. En esos ejemplos la acción se encuentra en el centro. La narración de las dos hermanas subraya desde la perspectiva de la acción el valor del estudio de la palabra de Dios, y lo pone en el centro. Los lectores entienden: el estudio de la palabra de Dios y los hechos de amor al prójimo cumplen juntos la voluntad de Dios. El ejemplo de Marta que ve solamente sus quehaceres y deberes demuestra el peligro de olvidar la única cosa importante: el amor al prójimo. Ella ha puesto el servicio en el centro de su actuación. Ya no queda espacio ni para el prójimo ni para la palabra de Dios. Ella necesita la ayuda de su hermana para hacer mejor sus quehaceres. La diaconía está en función del hombre, y no el hombre en función de la diaconía. La perspectiva cambia cuando el servicio está puesto en el centro en vez de en el hombre, es decir, cuando el servicio

08.245 - 13. Cap. 7

160

29/10/08 12:11

Página 160

EL EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS

llega a ser más importante que el hombre mismo. Se nota también cómo se desplaza la perspectiva cuando el servicio de la palabra de Dios, fundamento del amor al prójimo, está desatendido (Hch 6,2). En Hch, Lucas narra un problema semejante (Hch 6,1-4), pero la comunidad soluciona el problema al elegir a siete que se encargan de la diaconía de las mesas; Esteban y Felipe son unos de ellos. Sus ejemplos muestran que además de su servicio diaconal hacen otras cosas: Esteban obra prodigios y señales, y Felipe predica el Evangelio. También el samaritano en la parábola no vive sólo para ayudar. Después de haber hecho lo necesario, se ocupa de que el dueño cuide al herido, y el samaritano se va. Es preciso hacer lo necesario. Pero el servicio está limitado para no inhabilitar al prójimo, y para que no sea objeto de la actividad. c. Elegir la mejor parte Si María ha elegido la mejor parte no quiere decir que Marta eligiera la peor. El servicio de la palabra de Dios no es mejor que el servicio de amor al prójimo. Jesús subraya que María eligió con la escucha de la palabra de Dios una opción de valor equivalente al servicio de amor al prójimo. Y, al mismo tiempo, le señala a Marta que habría bastado un poco de pan y agua, y que ella se sentara... Esta narración contiene un mensaje especial a las mujeres –de aquel tiempo y de hoy–, aunque no sea sensacional. Este episodio cotidiano se encuentra entre todos los relatos extraordinarios y de hechos portentosos. Mientras que curaciones y milagros son únicos y excepcionales, la historia de Marta y María no deja de repetirse en cada ciudad, en cada pueblo. Nuestra narración refleja la vida diaria de las mujeres, y por eso nos indica algo especial. El judaísmo no mandaba que las mujeres estudiaran la Torá y asistieran al culto en la sinagoga como, en cambio, se lo ordena a los hombres. Desde hace mucho tiempo –inclusive hoy– las mujeres no estudiaban intensivamente la palabra de Dios. El ejemplo de María –estudiar o asistir a la enseñanza en casa– ofrece una posibilidad practicable a las mujeres interesadas en dedicarse intensivamente a la palabra de Dios. Ciertamente había y hay protestas para reducir a las mujeres a sus quehaceres domésticos. A esa opinión responde Jesús: dedicarse a la palabra de Dios es la mejor parte que a nadie le será quitada, ¡ni a una mujer!

08.245 - 13. Cap. 7

29/10/08 12:11

Página 161

LA ACTITUD DE LOS DISCÍPULOS DE JESÚS: LC 9,51-12,53

161

PARA COMPARTIR ¿Con quién puedes identificarte más: con Marta o con María? Ponte en la situación de María y cuenta desde su perspectiva lo que sucedió. Después ponte en la situación de Felipe (uno de los Siete en Hch 6,1-7) y cuenta desde su perspectiva el problema y la solución. ¿Cómo es la situación en tu comunidad? ¿Cuántas Marías y cuántas Martas (o Felipes) hay? ¿Cómo se puede mediar entre las dos posiciones? ¿Dónde encuentras tú en tu vida cotidiana la posibilidad de dedicarte a la palabra de Dios?

II. LA ACTITUD ADECUADA DE LOS SEGUIDORES DE JESÚS: LC 11,1-12,53 1. CÓMO PODEMOS ORAR: LC 11,1-13

ESTUDIO DEL TEXTO 1. Marca las palabras reiteradas en Lc 11,1-13. 2. Ordénalas por campos semánticos y por oposiciones. 3. ¿Cómo están caracterizados el Padre (y el amigo en la casa) y el hijo (y el amigo que acude a su casa)? 4. Lee la versión del Padre Nuestro de Mateo (Mt 6,9-13) y compárala con nuestro texto para ver semejanzas y diferencias.

a) Enlaces narrativos a. Estructura Aparte de la introducción, nuestro párrafo contiene una enseñanza de Jesús. En 11,1 se describe la situación y el ruego de un discípulo. Después el texto se estructura en dos párrafos paralelos: a la enseñanza de Jesús sigue un ejemplo y una frase sumaria. 11,2-4

08.245 - 13. Cap. 7

162

29/10/08 12:11

Página 162

EL EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS

contiene la enseñanza de Jesús –el Padre Nuestro– como respuesta a la pregunta del discípulo. Jesús añade una parábola (11,5-7) que explica la oración. Jesús resume la quintaesencia de la parábola en una frase concluyente (11,8). El párrafo siguiente está estructurado de igual modo: 11,9-10 contiene la enseñanza de Jesús, explicada con una parábola (11,11-12) y al final la conclusión (11,13). b. Campos semánticos Ciertas palabras repetidas indican el tema de la perícopa: padre, pedir y dar. Al campo semántico del «padre» pertenece el «amigo» que presta el pan, pero también la palabra «dar» y, en el contexto, todas las cosas buenas: el pan (cotidiano), cuanto necesita, el pescado, un huevo y el Espíritu Santo. Junto a los que piden encontramos: el discípulo, el amigo que pide por el pan, el hijo que pide a su padre y todo lo que está unido con «pedir», «buscar» y «llamar». Fijándonos en las oposiciones notamos: «pedir y no recibir» son las oposiciones contrarias. En consecuencia las palabras «pedir y recibir» forman una unidad, como demuestra también el hijo que pide y recibe. Además, «ser pedido y dar» forman una unidad, como demuestra el padre, a quien su hijo le pide y le da. Los imperativos dirigidos a «ustedes» (11,9) y la generalización en 11,10 resumen el tema: pidan y se les dará, pues quien pide recibe. Esta clasificación nos ayuda a caracterizar al que pide (el hijo y el discípulo) y al que da (el padre). El que pide ruega por cosas necesarias para la vida cotidiana: el pan cotidiano, tres panes para darles a su amigo, un pescado y un huevo. Pero pide también cosas de la vida espiritual: el Reino de Dios, el perdón de los pecados y el Espíritu Santo. Quien da es alguien a quien se puede dirigir con toda confianza –el padre, el amigo y Dios mismo–, pues dará todo lo necesario y otras cosas buenas. El que pide es descrito como insistente y perseverante: alguien que no olvida su ruego, y recibe –a causa de su perseverancia– lo que ha pedido. Poco más adelante, Jesús cuenta una parábola semejante, la de la viuda insistente y del juez inicuo (18,1-8). En esa parábola, la viuda recibe a causa de su insistencia lo que ha pedido (18,5), aunque no lo solicita a un amigo, sino a alguien que no respetaba a los hombres. Jesús termina aquella parábola con la conclusión: «¿No hará Dios justicia a sus elegidos, que están clamando a él

08.245 - 13. Cap. 7

29/10/08 12:11

Página 163

LA ACTITUD DE LOS DISCÍPULOS DE JESÚS: LC 9,51-12,53

163

día y noche? Les digo que les hará justicia pronto» (Lc 18,7-8). Los dos ejemplos alientan a los lectores a pedir y les aseguran que recibirán lo que han pedido incansablemente y con perseverancia. b) Enlaces pragmáticos a. Palabras clave En la introducción, encontramos a Jesús en oración; esto le importa mucho a Lucas, pues describe con frecuencia a Jesús en oración. Jesús se retira a lugares solitarios a orar (5,16; 22,41) o se va al monte (6,12; 9,28). Asimismo Jesús ora en medio de sus discípulos (9,18; 22,17.19; 24,30) y en medio de la gente como al bautizarse (3,21). Jesús ora también a la vista de su muerte (23,34.46). La oración manifiesta su relación personal y llena de confianza a Dios. Por eso Jesús llama a Dios «padre». Tres veces antes Jesús llamó a Dios «padre»: siendo un muchacho en el templo (2,49), en una palabra sobre el seguimiento que menciona la gloria del padre (9,26) y en un grito de júbilo sobre Dios su padre (10,21-22). En estas tres situaciones se trató sólo de la relación de Jesús con Dios como su padre. Pero en el sermón de la llanura Jesús invita a sus oyentes (y a los lectores): «sean misericordiosos como su Padre es misericordioso» (Lc 6,36), y: «amen a sus enemigos, hagan el bien y presten sin esperar nada a cambio... y serán hijos del Altísimo» (Lc 6,35). Estas palabras refieren por primera vez a Dios como nuestro padre y a nosotros como sus hijos, pero la relación entre Dios y nosotros no fue explicada más detalladamente. Ahora Jesús enseña a sus discípulos y a nosotros que podemos y debemos hablar a Dios como «padre» (11,2). También la conclusión (11,13) pone de relieve que Dios es padre. Es la segunda vez en Lc que es obvio que Dios es también nuestro padre, y esta vez nuestra relación con Dios como nuestro padre está explicada más detalladamente. Ya en el AT Dios es llamado «padre» (Sal 68,6; 89,27; Is 63,16; 64,7; Eclo 23,1.4; 51,10; Sab 14,3; Dt 1,31; 8,5). El tratamiento de «padre» expresa la relación cariñosa con Dios. Eso subraya también el segundo ejemplo en el discurso de Jesús (11,11-12): ningún padre daría cosas malas a su hijo. Igualmente Dios, nuestro padre, dará sólo cosas buenas a los que se lo piden (11,13). Eso significa que podemos pedirle y que podemos estar se-

08.245 - 13. Cap. 7

164

29/10/08 12:11

Página 164

EL EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS

guros de que Dios nos dará sólo cosas buenas, y especialmente el Espíritu Santo. En los siguientes discursos encontramos más detalles de Dios como nuestro padre; «ya sabe su Padre de qué tienen necesidad» (Lc 12,30); «a su Padre le ha parecido bien darles a ustedes el Reino» (Lc 12,32). También la parábola del hijo pródigo y del padre misericordioso (15,11-32) caracteriza a Dios como padre: el padre ha buscado a su hijo pecador con la vista, es compasivo con él, le perdona, y le acoge como hijo amado. La invitación a dirigirnos a Dios como nuestro padre trae consigo que podemos entendernos como hijos e hijas de Dios. Podemos entender nuestra relación con Dios por analogía con nuestras relaciones humanas, es decir, partiendo de la base de nuestra relación con nuestros padres y amigos humanos. Pero queda claro que Dios es «más» que nuestros padres y amigos humanos: cuando fracasan los padres y amigos, Dios sostiene su relación con nosotros, como anota 11,13: ¡Cuánto más el Padre del cielo dará el Espíritu Santo! b. La relación con Dios Miramos con más detalle el Padre Nuestro. Los primeros dos ruegos se refieren a Dios: que santifique su nombre y que venga su Reino. En el AT, el «nombre de Yahvé» significa Dios mismo. Invocar el nombre de Yahvé se refiere al culto (Gn 4,26; 12,8; 13,4; 26,25; Sal 29,2; 30,5). Santificar el nombre de Dios significa cumplir los mandamientos de Dios, pues quien desacata los mandamientos de Dios profana el santo nombre de Dios (Ez 20,39; 36,20-23). Dios santifica su nombre mediante sus hechos salvadores y salvíficos, como describe el profeta Ezequiel: «Yo santificaré mi gran nombre profanado allí por ustedes... Los tomaré de entre las naciones, los recogeré de todos los países y los llevaré a su suelo... Y les daré un corazón nuevo, infundiré en ustedes un espíritu nuevo, quitaré de su carne el corazón de piedra y les daré un corazón de carne. Infundiré mi espíritu en ustedes y haré que se conduzcan según mis preceptos y observen y practiquen mis normas... Ustedes serán mi pueblo y yo seré su Dios. Los salvaré de todas sus impurezas» (Ez 36,23-29a). Con este fondo, las peticiones «santificado sea tu Nombre» y «venga tu Reino» expresan la esperanza del pueblo de Dios, vincu-

08.245 - 13. Cap. 7

29/10/08 12:11

Página 165

LA ACTITUD DE LOS DISCÍPULOS DE JESÚS: LC 9,51-12,53

165

lando el sentido salvífico con el sentido político. Es decir, los hechos salvíficos de Dios suceden aquí, en este mundo, en nuestra historia, a la vista de todos; y aquí, en este mundo, debemos practicar los mandamientos de Dios y vivir nuestra relación especial con Dios. Los tres ruegos siguientes del Padre Nuestro los hace el hombre necesitado. Necesita pan para su sustento cotidiano. Sus relaciones interpersonales están marcadas por culpas y fracasos, por eso necesita el perdón; y también es consciente de que él mismo debe perdonar a otros, para poder realizar la vida en común según la voluntad de Dios. Su relación con Dios está amenazada por tentaciones, y por eso necesita al Espíritu Santo como ayuda. Por eso Jesús nos invita a pedir el Espíritu Santo y nos afirma que Dios se lo dará (11,13).

JESÚS: MODELO DE ORACIÓN La oración es comunicación y comunión con Dios. Jesús nos enseña con su ejemplo cómo podemos orar (recomiendo leer los textos indicados): • Jesús se retira a lugares solitarios donde ora: 5,16; 6,12; 9,18.28; 11,1. • Jesús pasa mucho tiempo en la oración: 6,12. • Jesús pronuncia la bendición y da gracias por la comida –peces, pan y vino–: 9,16; 22,17.19. • Jesús ora por otros (Pedro) para que no desfallezca su fe: 22,32. • Jesús ora en apuro y miedo e insiste en su oración; que se haga la voluntad de Dios, el Padre: 22,41-44. • Jesús ora en su hora de muerte; perdona a sus asesinos: 23,34. • Jesús muere orando; se da en las manos de Dios, su Padre: 23,46. • Jesús resucitado bendice a sus discípulos: 24,50-51. Lucas nos comunica algunas reacciones de Dios a la oración de Jesús: • Mientras que Jesús ora, el cielo se abre, el Espíritu Santo baja sobre él y una voz del cielo le confirma como Hijo de Dios: 3,21-22. • La oración cambia el rostro y el aspecto de Jesús, y una voz del cielo le confirma como Hijo de Dios: 9,29.35. • En sus apuros, un ángel venido del cielo le conforta: 22,43.

08.245 - 13. Cap. 7

166

29/10/08 12:11

Página 166

EL EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS

Jesús enseña explícitamente a sus discípulos cómo y qué orar: • Bendecir y orar también por quienes nos maldicen o difaman: 6,28. • Orar a Dios como nuestro Padre: 11,2. • Orar y pedir lo que uno/a necesita, lo bueno y el Espíritu Santo: 11,9-13. • Orar siempre, en todo tiempo, sin desfallecer: 18,1; 21,36. • La parábola del publicano en el templo enseña que podemos orar por el perdón: 18,13. • Orar para no caer en tentación: 22,40.46.

c. Modelos de identificación Los lectores se identifican en primer lugar con los que piden –con los discípulos, con el amigo y con el hijo–, pero también con los que dan –el amigo y el padre–. En 11,11 se cambia al tratamiento directo de «ustedes»: ¿Qué padre hay entre ustedes...?» Ahora los lectores se encuentran en el rol del padre a quien el hijo solicita, y que da cosas buenas. Jesús compara al hombre que da con Dios que da (11,13). Una situación semejante se encuentra en el Padre Nuestro (11,4): igual que nosotros perdonamos a otros sus pecados, Dios perdona los nuestros. Los lectores no están siempre en la posición del peticionario, sino también en el rol de quien da y perdona. Los lectores entienden que el perdón debe ser dado siempre, cuando el hermano pecador lo solicita (17,4). En el contexto más amplio de nuestra narración, Jesús invita a los discípulos –y a los lectores– a orar siempre (18,1; 21,36). Así Lucas subraya la importancia de la oración para relacionarnos con Dios. Por eso nos presenta a personas que tienen una relación especial con Dios y oran: la profetisa Ana (Lc 2,37), Pedro (Hch 10,9-15) y el centurión Cornelio (Hch 10,1-4). En Hch nos enteramos de que también los discípulos oran con frecuencia: se reúnen en las casas para orar (1,14; 12,5.12), y todas las decisiones importantes van acompañadas de la oración (1,24; 6,6; 13,3; 14,23). Los discípulos oran también en apuros y situaciones difíciles (12,5; 16,25), como Esteban (7,59) y Pablo (20,36) ante la muerte. En su evangelio, Lucas transmite a sus lectores –además del Padre Nuestro– otras oraciones más que marcan la continuidad del

08.245 - 13. Cap. 7

29/10/08 12:11

Página 167

LA ACTITUD DE LOS DISCÍPULOS DE JESÚS: LC 9,51-12,53

167

pueblo de Dios: el Magníficat (1,46-55), el Benedictus (1,68-79) y el Nunc dimittis (2,29-32). Estas oraciones se parecen por su estructura y su contenido a los Salmos: recuerdan al orante la historia antecedente de Dios con su pueblo, alaban a Dios por sus hechos salvadores y salvíficos, y abren la perspectiva al futuro –que ya empezó–, pues Dios realiza su plan salvífico para todos los hombres y todas las naciones.

PARA COMPARTIR ¿Cómo oras tú? ¿Qué experiencias has tenido? Dios es tu Padre. Tú eres hijo o hija de Dios. ¿Cómo describirías tu relación con Dios, tu Padre? Como hijo o hija de Dios: ¿Qué «edad» tienes? ¿Te sientes como «niño» o «niña» de Dios o como «adolescente» o como «adulto» o «adulta»? Igual que tú creces y maduras, tu relación con Dios puede crecer y madurar: ¿Cómo puedes crecer? ¿Qué deseas de tu relación con Dios? ¿En qué quieres madurar?

2. JESÚS DISCUTE CON SUS OPONENTES: LC 11,14-54. LOS EJEMPLOS DE LA VERDADERA DICHA: LC 11,27-28, Y DE LA LUZ EN TI: LC 11,33-36 Ya desde la primera parte de Lc se perfilaron posibles conflictos entre Jesús y las autoridades religiosas. La gente de la sinagoga de Nazaret quiso matarle (4,28-29), y los fariseos y escribas opinaron que blasfemaba cuando perdonó los pecados (5,21). Además, los fariseos y escribas murmuraron de Jesús y de sus discípulos porque cultivaban la comunión con pecadores y publicanos (5,30), y porque no ayunaban como los demás (5,33). Las espigas arrancadas y las curaciones de Jesús en sábado (6,1-2.6-10) provocaron que los fariseos y escribas busquen de qué acusarle (6,7.11). Estas situaciones ya apuntan el conflicto. La muchedumbre, en cambio, se entusiasma con las enseñanzas y los hechos de Jesús (5,26; 7,16; 9,43), e incluso algunas autoridades políticas se interesaban por Jesús, como Jairo, el jefe de la sinagoga (8,41-42), el centurión de Cafarnaúm (7,2-10) y el rey Herodes que quiso conocer a Jesús (9,9). Hay cierta desconfianza en el

08.245 - 13. Cap. 7

168

29/10/08 12:11

Página 168

EL EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS

aire. Los lectores recuerdan que Simón, un fariseo, opina negativamente sobre Jesús (7,39), y que un escriba le tiende trampas (10,25). También los habitantes de Gerasa le ruegan a Jesús que se aleje de ellos (8,37), y un pueblo samaritano no lo recibe (9,53). En nuestro párrafo (11,14-54) leemos la réplica de Jesús a las recriminaciones y acusaciones de sus oponentes: sobre las estrategias de Beelzebul (11,15-20) y de los espíritus inmundos (11,24-26). Igualmente, Jesús critica a la gente que pidió un signo del cielo (11,16), y reprueba a fariseos y juristas (11,37-52). Los fariseos y escribas siguen buscando ponerle una trampa (11,53-54). Los lectores entienden que el conflicto perdura y que se desatará en otra ocasión. Mientras que Jesús pronuncia su discurso, una mujer interrumpe, a voz en cuello, alabando a la madre de Jesús. Jesús le responde con otra bienaventuranza (11,27-28), y continúa su discurso. Al final de su discurso encontramos un imperativo concreto explicado por dos sentencias (11,33-36). Tanto la bienaventuranza de la mujer anónima como la intercalación sobre la luz y la oscuridad armonizan con el discurso de Jesús, pero las dos inserciones van unidas por la misma temática: cumplir la voluntad de Dios. Miramos estas dos intercalaciones con más detalle. a) La verdadera dicha: Lc 11,27-28 27 Se dio el caso de que, cuando él estaba diciendo estas cosas, una mujer de entre la gente alzó la voz y dijo: «¡Dichoso el seno que te llevó y los pechos que te criaron!» 28 Pero él dijo:«Dichosos más bien los que oyen la palabra de Dios y la cumplen».

Tenemos la indicación de que Lucas cuenta algo importante: «Se dio el caso de que...». La bienaventuranza en favor de la madre de Jesús también le favorece a él; la mujer alaba el seno materno por haber llevado a Jesús, y los pechos que lo criaron. Jesús responde declarando que son más venturosos los que escuchan la palabra de Dios y la ponen en práctica. Su respuesta es similar a la de 8,21 cuando le avisaron que su madre y sus hermanos estaban allí: «Mi madre y mis hermanos son aquellos que oyen la palabra de Dios y la cumplen» (Lc 8,21).

08.245 - 13. Cap. 7

29/10/08 12:11

Página 169

LA ACTITUD DE LOS DISCÍPULOS DE JESÚS: LC 9,51-12,53

169

Lucas realza que a Jesús le importan más las personas que escuchan la palabra de Dios y la ponen en práctica que sus parientes carnales. Los lectores entienden: no importa la relación de parentesco con Jesús, ni haberle conocido personalmente o haberle visto para participar en el plan salvífico de Dios, pues la única cosa importante es escuchar la palabra de Dios y cumplirla. Todos los hombres tienen esta posibilidad. El que se decida a escuchar la palabra de Dios y cumplirla se une con Jesús más y mejor que por una relación de parentesco. Esto importa mucho a la gente que no tuvo la ocasión de escuchar personalmente a Jesús: los creyentes de la diáspora, los gentiles y los lectores de otras épocas hasta nosotros hoy. Gracias a la palabra de Dios, todos pueden relacionarse con Jesús y unirse con él. b) La luz en ti: Lc 11,33-36 También el segundo texto intercalado no parece unido a su contexto. Llama la atención que Jesús se dirija improvisamente a sus oyentes tratándolos de «tú» en vez de «ustedes» como siempre. El tratamiento de «tú» aporta a las sentencias un toque personal. 33 «Nadie enciende una lámpara y la pone en sitio oculto, ni bajo el celemín, sino sobre el candelero, para que los que entren vean el resplandor. 34 Tu ojo es la lámpara de tu cuerpo. Cuando tu ojo está sano, todo tu cuerpo está iluminado; pero cuando está malo, también tu cuerpo está a oscuras. 35 Mira, pues, que la luz que hay en ti no sea oscuridad. 36 Si, pues, tu cuerpo está enteramente iluminado, sin parte alguna oscura, estará tan enteramente luminoso, como cuando la lámpara te ilumina con su fulgor.»

Ya leímos algo semejante en Lc 8,16: «Nadie enciende una lámpara y la tapa con una vasija, o la pone debajo de un lecho, sino que la pone sobre un candelero, para que los que entren vean la luz». Pero nuestro texto explica con más detalle la imagen de la lámpara, y la interpreta según los conceptos de la Antigüedad. Entonces se figuraba al ojo como ventana del cuerpo: así como la luz entra por la ventana y alumbra la casa, el interior del hombre queda iluminado por lo que ve. Nuestra imagen dice que el cuerpo debe ser ilu-

08.245 - 13. Cap. 7

170

29/10/08 12:11

Página 170

EL EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS

minado como una lámpara, para que pueda iluminar a otros. Por eso leemos el imperativo directo: «Mira, pues, que la luz que hay en ti no sea oscuridad» (Lc 11,35). En muchos sitios del AT Dios es llamado «luz»: «tendrás a Yahvé por luz eterna... Yahvé será para ti luz eterna» (Is 60,19-20). «Yahvé es mi luz» (Sal 27,1). También la palabra de Dios es «luz»: «tu palabra es antorcha para mis pasos, luz para mi sendero» (Sal 119,105); «la orden es lámpara y la enseñanza luz» (Prov 6,23). Importa subrayar que en Isaías, en quien cumple los mandamientos de Dios, brota la palabra de Dios hasta convertirse en su resplandor: «... deshacer los nudos de la maldad, soltar las coyundas del yugo, dejar libres a los maltratados y arrancar todo yugo... partir al hambriento tu pan y a los pobres sin hogar recibir en casa... que cuando veas a un desnudo lo cubras y de tu semejante no te apartes... entonces brotará tu luz como la aurora... te precederá tu justicia, la gloria de Yahvé te seguirá. ... si apartas de ti todo yugo, no apuntas con el dedo y no hablas maldad, repartes al hambriento tu pan y al alma afligida dejas saciada, resplandecerá en las tinieblas tu luz, y lo oscuro de ti será como mediodía» (Is 58,6-10). Leemos también que el hombre fiel debe ser luz para todos los demás: «Yo, Yahvé, te he llamado en justicia, te tomé de la mano, te formé, y te he destinado a ser alianza del pueblo y luz de las gentes, para abrir los ojos ciegos, para sacar del calabozo al preso, de la cárcel a los que viven en tinieblas» (Is 42,6-7). Desde los ejemplos del AT, el imperativo en nuestro texto «que la luz que hay en ti no sea oscuridad» (Lc 11,35) nos invita a escuchar la palabra de Dios y a realizarla. La misma intención tiene la buenaventura de los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen (11,28). 3. ENSEÑANZAS A LOS DISCÍPULOS: LC 12,1-53 Ahora viene un largo discurso a los discípulos (12,1.22.41), a los que Jesús llama también amigos (12,4). Él los alienta a confesar su fe y su confianza (12,5.7.32), y les invita a no preocuparse por cosas innecesarias (12,11.22.25.26), pues el Espíritu Santo les apoyará (12,12), y «su Padre sabe ya de qué tienen necesidad» (12,30). Ellos –e igualmente los lectores– pueden vivir con plena confianza en Dios, pues tienen al Espíritu Santo como apoyo.

08.245 - 13. Cap. 7

29/10/08 12:11

Página 171

LA ACTITUD DE LOS DISCÍPULOS DE JESÚS: LC 9,51-12,53

171

El discurso de Jesús se mira interrumpido por un hombre que le solicita mediar en un conflicto de herencias (12,13). Jesús aprovecha esta interrupción para abordar otro tema: hacerse un tesoro en los cielos (12,33), pues las abundantes riquezas no garantizan la vida (12,15). Aunque Lucas retomará el tema más tarde, anota ya aquí el fundamento para el justo uso de las riquezas: «vendan sus bienes y den limosnas. Hagan un tesoro inagotable en los cielos, porque donde esté su tesoro, allí estará su corazón» (Lc 12,33-34). Prosiguiendo su discurso, Jesús recuerda a sus discípulos cumplir siempre la voluntad de Dios (12,42.47-48), es decir, preocuparse y velar por los administradores (12,42-44), así como estar preparado para la venida del Hijo del hombre (12,40). Los lectores entienden que estas palabras se dirigen explícitamente a los pastores de la comunidad. La venida del Hijo del hombre significa adoptar una decisión que puede traer consigo conflictos hasta la ruptura. Lucas describe la división como conflicto de generaciones: tres contra dos y dos contra tres, la suegra contra la nuera; el padre y la madre contra el hijo y la hija (12,53). Pero esa separación no es a la larga, como leeremos en Hch: la multitud de los creyentes tenía un solo corazón y una sola alma (Hch 4,32).

08.245 - 13. Cap. 7

29/10/08 12:11

Página 172

08.245 - 14. Cap. 8

29/10/08 10:08

Página 173

CAPÍTULO VIII

DEL ARREPENTIMIENTO Y DEL REINO DE DIOS: LC 12,54-15,32

Jesús va en camino a Jerusalén (Lc 13,22), por eso encontramos en esta parte más enseñanzas de Jesús. Con muchas parábolas, él enseña a la gente cómo deben vivir su relación con Dios, su Padre. Temas centrales de su enseñanza son la conversión y el Reino de Dios. 1. DEL ARREPENTIMIENTO: LC 12,54-13,9 Poco antes, Jesús dirigió sus discursos en primer lugar a sus discípulos; ahora le habla también a la gente reunida (12,54). Invita a interpretar las señales de los tiempos (12,54-56), a cuidar la reconciliación (12,57-59) y a convertirse (13,3.5). Algunos contaron a Jesús del destino de otros que murieron asesinados y en un accidente. Él contradice la opinión común –se halla también en Jn 9,2– de que el pecado es castigado con la muerte o el sufrimiento, y de que la dureza del castigo depende de la cantidad de los pecados: «¿Piensan que esos galileos (que habían sido victimados) eran más pecadores que todos los demás galileos, porque han padecido estas cosas?... o aquellos dieciocho sobre los que se desplomó la torre de Siloé y los mató, ¿piensan que eran más culpables que los demás hombres que habitaban en Jerusalén?» (Lc 13,2.4). Jesús contradice la conexión entre hechos cometidos y situaciones vividas, y explica a sus oyentes que los mismos acontecimientos les habrían sucedido también a ellos, pues son tan pecadores como los muertos. Él los exhorta a arrepentirse y a convertirse, para no ser sorprendidos y morir sin conversión. La catástrofe de aquellos hombres sirve para advertir a sus oyentes, que usen el tiempo que les

08.245 - 14. Cap. 8

29/10/08 10:08

174

Página 174

EL EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS

queda para convertirse: «si no se convierten, todos perecerán del mismo modo» (Lc 13,3.5). Jesús refuerza la urgencia de la conversión mediante la parábola de la higuera estéril (13,6-9): antes de cortar aquella higuera, el dueño le da una prórroga para que dé frutos. Los lectores deben aprovechar igualmente el tiempo que les queda para convertirse. Lucas retomará más tarde el tema de la conversión en las parábolas de la oveja perdida, de la dracma perdida y del hijo perdido. Con esas parábolas, Jesús también invita a la conversión. 2. LA CURACIÓN EN SÁBADO DE LA MUJER ENCORVADA: LC 13,10-17

ESTUDIO DEL TEXTO 1. Marca las palabras que se reiteran. 2. Analiza los verbos para ver más claro qué sucede: ¿Qué verbos indican la duración y cuáles señalan un momento (de acción)? 3. Leyendo el texto, ¿hay algo que te parezca extraño o ilógico? 4. Compara nuestra narración con otras dos de curaciones en sábado: la del hombre de la mano seca en la sinagoga (6,6-11) y la del hidrópico en la casa de un fariseo (14,1-5). ¿Qué semejanzas y qué diferencias encuentras?

a) Enlaces narrativos a. Curación en sábado En la introducción, Lucas presenta a Jesús enseñando en la sinagoga (13,10). Desde el comienzo en Galilea, Jesús enseña y predica en las sinagogas (4,15.44; 6,6); lo mismo hace en su camino a Jerusalén. Esto no es nuevo para los lectores. La primera frase dirige la atención de los lectores a la mujer, a su enfermedad y dolencia (13,11). El episodio empieza por la acción de Jesús, que, en realidad, es un conjunto de acciones: la ve, la llama, le promete liberarla de su enfermedad y le impone sus manos (13,12-13a). Al instante la mujer

08.245 - 14. Cap. 8

29/10/08 10:08

Página 175

DEL ARREPENTIMIENTO Y DEL REINO DE DIOS: LC 12,54-15,32

175

queda sanada, pues se endereza y alaba a Dios (13,13b). Llama la atención que no sea la mujer quien pida la curación a Jesús, sino que Jesús, por propia iniciativa, cura a la mujer. La curación en sábado provoca la «razonable» indignación del jefe de la sinagoga (13,14). Extrañamente se dirige a la gente y no a Jesús, cuya acción le enfadó. Su reproche no puede ir contra la mujer, pues no fue a la sinagoga con intención de curarse, ni solicitó la curación. Por eso, la opinión del jefe de la sinagoga refleja la postura general de guardar la santidad del sábado: la mujer soportaba dieciocho años su enfermedad, y bien podía soportarla un día más. Por eso resuenan las preguntas: ¿Es Jesús un provocador por curar en sábado? ¿Quiere infringir en público los mandamientos, o los quiere cambiar? La respuesta en plural al jefe de la sinagoga indica que Jesús se dirige a un grupo, lo que, al final, resultará obvio (13,17). Jesús funda y justifica su actuación (13,15-16): en sábado se desata incluso a los animales para abrevarlos, aunque no morirían de sed de no beber un día. Los animales tienen necesidad de ser abrevados, y sus dueños no les hacen esperar un día entero. La mujer necesita igualmente ser sanada, cada día de sufrimiento es un día de más. Porque ella sufre desde hace dieciocho años debe ser curada cuanto antes, incluso en sábado. La narración termina con una información sobre la gente y los oponentes de Jesús (13,17). b. Otras curaciones en sábado Hay otras dos curaciones en sábado frente a las que se notan varias diferencias. En la narración del hombre con la mano seca, la introducción (6,6) se parece a la nuestra, pero los fariseos y escribas que están al acecho, y Jesús que conoce sus pensamientos (6,7-8), indican a los lectores lo previsible: el conflicto con las autoridades (6,10-11). También en esa narración el hombre no pidió la curación, sino que Jesús le curó por iniciativa propia, igual que a la mujer encorvada. Jesús le cura sólo con una palabra (6,10). Antes preguntó a los fariseos y escribas si es lícito hacer el bien en sábado, pero ellos callaron. Tampoco se cuenta la reacción del curado, sólo la reacción furiosa de las autoridades religiosas (6,11). En la narración del hidrópico curado en sábado, en casa de un fariseo, Jesús es también observado por los fariseos y juristas (14,1), así que los lectores prevén el conflicto inminente. Lucas lleva al

08.245 - 14. Cap. 8

176

29/10/08 10:08

Página 176

EL EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS

lector frente al hidrópico (14,2), como en el caso de la mujer encorvada. Pero no está claro cómo entró el hidrópico en la casa del fariseo o qué hacía allí. Es posible que el hombre –como la pecadora de 7,37-38– se enterara de la presencia de Jesús en la casa del fariseo, y que su presencia silenciosa sea ya una súplica de ayuda. En aquella ocasión, Jesús quiere primero discutir con los fariseos y escribas si es lícito curar en sábado (14,3), pero ellos no quieren discutir, y se callan (14,4a). Por eso Jesús cura al hidrópico tocándolo, sin decir nada, y después le despide (14,4b). Lucas tampoco narra la reacción del hombre curado. Jesús funda y justifica su actuación por una pregunta que se parece mucho a la de nuestra narración: «¿A quién de ustedes si se le cae un hijo o un buey a un pozo en día de sábado no lo saca al momento?» (Lc 14,5). Pero sus oponentes guardan silencio (14,6). c. Las peculiaridades de la narración de la mujer encorvada Esta comparación con las otras curaciones en sábado subraya las peculiaridades de nuestra narración de la mujer encorvada: Jesús toma la iniciativa y llama a la mujer (13,12a). Jesús la cura por su palabra y por su toque, pues le anuncia la curación (13,12b) y le impone sus manos (13,13a). Además, nos enteramos de la reacción de la mujer: alaba y glorifica a Dios (13,13c). La discusión sobre curar en sábado viene después (13,14-16), no antes de la curación, como en las otras ocasiones. Además, los oponentes de Jesús –y no él mismo– provocan la discusión, por esto los lectores se enteran de un argumento válido para oponerse a la curación en sábado (13,14). Jesús justifica la necesidad de curar en sábado, por la situación de «esta hija de Abrahán» (13,16). Hacia el final, nos enteramos de que «toda la gente» se alegraba con las maravillas que hacía Jesús (13,17). b) Enlaces pragmáticos a. Elementos duplicados Uno de los elementos estilísticos de Lucas son los duplicados; con ellos subraya lo importante. Él duplica un evento al contarlo de

08.245 - 14. Cap. 8

29/10/08 10:08

Página 177

DEL ARREPENTIMIENTO Y DEL REINO DE DIOS: LC 12,54-15,32

177

un hombre y de una mujer. Así subraya la igualdad que mujeres y hombres tienen para el Reino de Dios. Después de nuestra narración tenemos un ejemplo de duplicado. Jesús compara el Reino de Dios con un grano de mostaza sembrado por un hombre, y con la levadura que una mujer mezcla con la masa. Al lado de la parábola de la oveja perdida, que fue buscada por un hombre, se encuentra la parábola de la dracma perdida que una mujer busca. Esta paridad la encontramos también en sus hechos: Jesús resucita a la hija de Jairo y al hijo de la viuda de Naín. Jesús perdona los pecados del hombre paralítico y los de la mujer que le ungió los pies. La narración de la curación en sábado de la mujer encorvada está en paralelo con la curación del hombre con la mano seca (6,611). Pero hay más narraciones de curaciones en sábado: Jesús ha curado a un endemoniado en la sinagoga de Cafarnaúm (4,31-37), y a la suegra de Simón la ha curado en casa –también en sábado– (4,3839). Lucas no discute el problema de curar en día de sábado; sólo cuenta que la gente quedaba asombrada. Otra narración semejante a la de curar en sábado es la del hombre hidrópico (14,1-6). Esta narración subraya que Jesús enseña y cura no únicamente en las sinagogas, sino también en las casas; allí curó a la suegra de Simón, y, en la casa del fariseo, al hidrópico. Las casas como lugares de encuentro, de oración y de reunión son muy importantes para la comunidad después de la Pascua. Por eso Lucas se interesa tanto por ellas. b. Las iniciativas de Jesús La mujer no pide la ayuda de Jesús como hacen, en cambio, otros hombres y mujeres que se dirigen explícitamente a él con esta intención. El único ejemplo parecido es el del hombre con la mano seca en la sinagoga, que tampoco pide la ayuda de Jesús. El hidrópico «estaba allí» sin más (14,2), así que se puede entender su aparición como súplica silenciosa. También los amigos del paralítico lo colocan ante Jesús, y Jesús entiende su presencia como un ruego. El hecho de que ni la mujer encorvada ni el hombre con la mano seca soliciten de propia iniciativa la ayuda de Jesús, lo interpreto en el sentido de que ellos –como judíos en la sinagoga– son respetuosos del sábado. Pedir ayuda en sábado le causaría a Jesús un conflicto con la Torá. Es Jesús quien toma la iniciativa. Nuestro texto dice

08.245 - 14. Cap. 8

29/10/08 10:08

178

Página 178

EL EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS

explícitamente la llamó (13,12). La misma palabra sólo es empleada por Jesús cuando llama a sus discípulos (6,13). ¿Llama Jesús a la mujer como discípula? Es notable que Jesús imponga sus manos sobre la mujer. Una imposición de manos se narra sólo en 4,40, lo que indica su peculiaridad. Imponer las manos no es sólo gesto de sanación (así también en Hch 9,12.17; 28,8). En la obra de Lucas «imponer las manos» equivale a investir para un cargo o elegir o delegar para él: a los siete «diáconos» (Hch 6,6), a los enviados Bernabé y Pablo (13,3) y a los ancianos (14,23) les son impuestas las manos. También el don del Espíritu Santo se transmite al imponer las manos (8,17; 19,6). Mientras que en otras narraciones de curación basta el tocar o una palabra, Lucas menciona en este caso la palabra sanadora y la imposición de manos. Con estas informaciones de fondo, ¿señala la imposición de las manos la elección de la mujer? A su curación, la mujer reacciona alabando a Dios. Con frecuencia, Lucas cuenta que, o bien la persona curada, o bien los presentes alaban a Dios por la curación. Tras ser curado, el hombre se va, como el paralítico en Lc 5,25, o Jesús le despide como al samaritano en 17,15.18-19. Lucas nos cuenta sólo de aquel ciego y mendigo de Jericó que, después de alabar a Dios, sigue a Jesús (18,43). Como está descrita, la reacción de la mujer expresa duración, es decir, su alabar a Dios no fue una reacción única y momentánea, sino duradera: esta mujer alaba a Dios por su vida, por sus palabras y por sus acciones. Así, ella es modelo para los lectores: quien experimentó la actuación de Dios, la comparte con otros. c. Modelos de fe La mujer es llamada por Jesús «hija de Abrahán» (13,16); es el término empleado para Zaqueo, «hijo de Abrahán» (19,9). Juan Bautista exhorta a sus oyentes a dar frutos de conversión en vez de confiarse en ser descendencia de Abrahán, porque de las mismas piedras Dios puede dar hijos a Abrahán (3,8). En el judaísmo, ser «hijo» o «hija de Abrahán» honra a la persona como modelo de fe ejemplar. Los «hijos de Abrahán» son el pueblo de Israel. La mujer encorvada experimenta la curación por ser «hija de Abrahán», igual que Zaqueo la salvación por ser «hijo de Abrahán». Con esto, Lucas aclara inequívocamente que: 1) el pueblo de

08.245 - 14. Cap. 8

29/10/08 10:08

Página 179

DEL ARREPENTIMIENTO Y DEL REINO DE DIOS: LC 12,54-15,32

179

Israel –los hijos de Abrahán– experimenta la salvación por ser el pueblo amado y elegido por Dios para vivir su salvación; 2) experimentar la salvación de Dios no está ni unido ni condicionado a sus hechos personales, sino a ser hija e hijo de Abrahán. Al nombrar a una mujer y a un hombre «hija» e «hijo de Abrahán», Lucas aclara que hombres y mujeres, personas enfermas y sanas, personas justas e injustas experimentan la salvación de Jesús. No hay condición ni ley que coarte o reduzca la salvación de Jesús: ni el día de sábado, ni por ser –en opinión de los demás– un hombre pecador. Pese a haber sufrido tanto, aquella encorvada no perdió la esperanza en Dios; asiste al culto en la sinagoga aunque –por ser mujer– no estaba obligada. Curada por Jesús, alaba a Dios con su vida. A su vez, Zaqueo quiere ver a Jesús y le recibe en su casa. Aquel encuentro con Jesús le cambia y le convierte: ya no piensa en el propio provecho, sino en los que ha engañado y en los pobres. La mujer y Zaqueo demuestran una fe ejemplar, y por ella se muestran hijos de Abrahán, por confiar en Dios y por sus acciones con los prójimos. La gente en la sinagoga se alegra con la salvación por Jesús. La alegría señala la salvación escatológica. Al experimentar esta alegría, empezó ya el Reino de Dios, como nos cuentan las dos parábolas siguientes.

PARA COMPARTIR Los personajes de la narración –la mujer encorvada, el jefe de la sinagoga, los oponentes de Jesús, la gente en la sinagoga y Jesús– son roles de identificación para los lectores. ¿Con quién puedes identificarte y por qué?

3. DEL REINO DE DIOS: LC 13,18-30.31-35 Lucas agrega a la narración de curación dos parábolas y enseñanzas sobre el Reino de Dios. Conforme a su gusto por duplicar, narra dos parábolas: una sobre un hombre y otra sobre una mujer. Ambas parábolas describen el Reino de Dios con un comienzo pequeño pero un gran potencial. Jesús exhorta a sus oyentes a esforzarse por entrar en el Reino de Dios. Para entrar en él, no basta haber conocido a Jesús, haber co-

08.245 - 14. Cap. 8

180

29/10/08 10:08

Página 180

EL EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS

mido y bebido con él, o haberlo escuchado (13,26). Estas palabras se parecen a las del Bautista que exhortaba a sus oyentes a no confiar en ser descendencia de Abrahán, sino a dar frutos de conversión (3,8). Jesús ya aclaró que no basta con escuchar la palabra de Dios, sino que hay que ponerla en práctica (6,46): quien escucha la palabra de Dios y la cumple es madre, hermano y hermana (8,21). El criterio decisivo para entrar en el Reino de Dios es no haber practicado injusticias ni maldades (13,27). Lucas enumera explícitamente a los padres: Abrahán, Isaac y Jacob, y a todos los profetas que están en el Reino de Dios (13,28); ellos confiaron en Dios: practicaban los mandamientos de Dios, y los enseñaron a la gente, aunque eso les causó dificultades e inconvenientes. Los padres de Israel y los profetas están ciertamente en el Reino de Dios. Además, Jesús enseña que vendrán gentes de oriente y occidente, del norte y del sur, y se pondrán a la mesa en el Reino de Dios (13,29). Aquí Lucas recuerda el tema de la peregrinación de las naciones en el día de Yahvé: «Sucederá en días futuros que el monte de la Casa de Yahvé será asentado en la cima de los montes y se alzará por encima de las colinas. Confluirán a él todas las naciones, y acudirán pueblos numerosos. Dirán: “Vengan, subamos al monte de Yahvé, a la Casa del Dios de Jacob, para que él nos enseñe sus caminos y nosotros sigamos sus senderos”. Pues de Sión saldrá la Ley y de Jerusalén la palabra de Yahvé. Juzgará entre las gentes, será árbitro de pueblos numerosos. Forjarán de sus espadas azadones, y de sus lanzas podaderas. No levantará espada nación contra nación, ni se ejercitarán más en la guerra. Casa de Jacob, andando, y vayamos, caminemos a la luz de Yahvé» (Is 2,2-5 y Miq 4,1-3). Las naciones se convierten a Dios, escuchan su palabra y conforman su vida según los mandatos de Dios. Lucas pensaba en los gentiles de su entorno. En tanto que los padres de Israel y las naciones estarán en el Reino de Dios, los oyentes de Jesús –y los lectores de Lucas– tendrán problemas para entrar en él. De no entrar, llorarán y rechinarán de dientes (13,28). Lucas provoca a sus lectores dándoles a entender que –contra sus esperanzas– no entrarán en el Reino de Dios. Pero no lo da por hecho, sino que les muestra su perspectiva futura, que se nota por el tiempo gramatical del discurso: el futuro. Los lectores deben examinar críticamente sus propios hechos, para que comparen su vida con la de los padres y los profetas, y para que confronten su esfuerzo y compromiso de fe con los de los gentiles. Los lectores entienden que deben corregir su vida y convertirse.

08.245 - 14. Cap. 8

29/10/08 10:08

Página 181

DEL ARREPENTIMIENTO Y DEL REINO DE DIOS: LC 12,54-15,32

181

A este discurso sobre el Reino de Dios, Lucas añade un aviso de los fariseos que quieren motivar a Jesús a irse, porque Herodes le quiere matar (13,31). Esta información recuerda el camino de Jesús a Jerusalén, y al mismo tiempo apunta el destino en la capital: «... porque no cabe que un profeta perezca fuera de Jerusalén» (Lc 13,33). 4. EL REINO DE DIOS Y EL SEGUIMIENTO DE JESÚS: LC 14,1-35 Lucas aprovecha que Jesús fue invitado a comer a casa de un fariseo –como antes en 7,36– para transmitirnos enseñanzas sobre el Reino de Dios y sobre el seguimiento de Jesús. La súbita aparición del hombre hidrópico retoma el tema de las curaciones en sábado. Esta narración paralela a las de la mujer encorvada (13,10-17) y del hombre con la mano seca (6,6-11), porque en todas ellas Jesús discute con los fariseos sobre si se puede curar en sábado. También paralela la curación de la suegra de Simón, ocurrida también en sábado en la casa (4,38-39). a. Curaciones en sábado Comparando las cinco narraciones de curaciones en sábado –la del endemoniado en la sinagoga de Cafarnaúm, la de la suegra de Simón, la del hombre con la mano seca, la de la mujer encorvada y la del hidrópico– notamos que sólo de las dos mujeres se cuenta su reacción. La suegra de Simón se levanta al punto y les diacona, y la mujer encorvada alaba a Dios. Tanto diaconar como alabar son formulados en imperfecto o copretérito, lo que expresa duración. Es decir, que el servicio de la suegra de Simón no se refiere sólo a la hospitalidad en aquel día, y que la alabanza de la mujer encorvada no es una breve oración, pues el imperfecto expresa una actividad duradera. La suegra de Simón diacona a Jesús como otras mujeres (8,2-3), y la mujer que anda ahora erguida alaba a Dios en su vida con lo que dice y hace. Desde esta perspectiva, el hecho de que Jesús imponga sus manos a la mujer encorvada –lo que puede señalar también el encargo o la delegación a un cargo– llega a ser importante para la vida de fe de los lectores. La mujer erguida y la suegra de Simón son modelos ejemplares para la vida de fe de los lectores y de las comunidades; muestran que quien experimentó la actuación de Dios en su vida se ha vuelto testigo de Dios. El testigo, con sus palabras y sus acciones,

08.245 - 14. Cap. 8

182

29/10/08 10:08

Página 182

EL EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS

glorifica a Dios para que otras personas también experimenten la acción de Dios en su vida. b. Los invitados al banquete: Lc 14,7-11.12-14.15-24 El amplio discurso durante el banquete en casa del fariseo se introduce con una observación de Jesús: que los convidados eligieron los primeros puestos (14,7). Por eso Jesús se dirige a ellos (14,8-11) y les enseña a no ensalzarse, «porque todo el que se ensalza, será humillado; y el que se humilla, será ensalzado» (Lc 14,11). Enseguida se dirige al anfitrión (14,12-14) para enseñarle a quién debía haber invitado: «Cuando des un banquete, llama a los pobres, a los lisiados, a los cojos, a los ciegos; y serás dichoso, pues se te recompensará en la resurrección de los justos» (Lc 14,13-14). La interrupción de un invitado que retoma la bienaventuranza de Jesús –«¡Dichoso el que pueda comer en el Reino de Dios!» (Lc 14,15)– señala el sentido doble del tema del banquete. Por un lado, se trata de un banquete concreto, lo que bien conocen los lectores, pues en las culturas antiguas era costumbre invitar a comer –o ser invitado– en sábado, en días festivos y en fiestas. Por el otro, se figura también el banquete escatológico en el Reino de Dios. En la fe judía, una señal de la comunión con Dios es comer y festejar en su presencia (Dt 12,7; 14,26; Neh 8,10-12). Por eso se imaginaba el final de los tiempos como un banquete con Dios; así lo describen, por ejemplo, el profeta Isaías: «Hará Yahvé Sebaot para todos los pueblos, en este monte un convite de manjares frescos, convite de buenos vinos: manjares de tuétanos, vinos depurados» (Is 25,6), y el Apocalipsis: «Dichosos los invitados al banquete del Cordero» (Ap 19,9). En una parábola, Jesús retoma el tema del banquete en el Reino de Dios (14,16-24). Aclara que muchos han sido invitados a tomar parte en este convite, pero que ellos mismos han decidido no participar, porque les importan más sus bienes materiales o su diversión personal. En lugar de ellos, participarán en el banquete del Reino de Dios pobres, lisiados, ciegos y cojos (14,21). La doble mención de éstos (14,13.21) recuerda el ministerio de Jesús que explicó en su predicación inaugural (4,18-19). Los lectores entienden que el Reino de Dios está abierto a los excluidos y marginados del mundo. A ellos deben dedicarse (14,14). Nadie está excluido del banquete en el Reino de Dios; sólo uno puede excluirse a sí mismo.

08.245 - 14. Cap. 8

29/10/08 10:08

Página 183

DEL ARREPENTIMIENTO Y DEL REINO DE DIOS: LC 12,54-15,32

183

c. Del seguimiento de Jesús: Lc 14,26-35 Después del banquete, Lucas presenta a Jesús en el camino a Jerusalén acompañado por mucha gente (14,25); en esta situación intercala enseñanzas sobre el seguimiento (14,26-35). Jesús exige con palabras severas que sólo puede ser su discípulo quien «odia a su padre, a su madre, a su mujer, a sus hijos, a sus hermanos, a sus hermanas y hasta su propia vida» (Lc 14,26), quien «lleva su cruz y viene detrás de mí» (Lc 14,27), y quien «renuncia a todos sus bienes» (Lc 14,33). Estas palabras tan claras recuerdan las dirigidas a sus discípulos al inicio de su camino a Jerusalén (9,57-62), y por eso Lucas nos cuenta de dos que quieren seguir a Jesús y de un tercero que es invitado por él. Jesús hace que esos hombres se fijen en las dificultades de seguirlo para que lo piensen bien. También aquí subraya Lucas que seguir a Jesús es más que estar en el camino con él. Llegar a ser discípulo o discípula de Jesús es una decisión muy importante que debe ser reflexionada bien, pues exige tener prioridades. Quien quiere seguir a Jesús debe ser indiferente a su familia y a su vida propia, es decir, que seguirlo tiene primacía sobre la familia y otras metas personales. Esto era una exigencia rigurosa en la Antigüedad, pues la familia garantizaba seguridad, protección y ayuda en situaciones de apuros económicos, en caso de enfermedad y vejez. Dejar el respaldo de la familia exigía reorientar completamente la vida, e incluso revisar el concepto del mundo y de sí mismo. Ser discípulo o discípula de Jesús significa también renunciar a los propios bienes. Esta exigencia corresponde a la renuncia de la familia, porque tanto la familia como los bienes garantizaban la seguridad para el futuro. Jesús, en cambio, invita a renunciar a estas seguridades. Quien quiere seguir a Jesús debe confiarse completamente a él: «Así, pues, ustedes no anden buscando qué comer ni qué beber, y no estén inquietos. Que por todas esas cosas se afanan los gentiles del mundo; y ya sabe su Padre que tienen necesidad de eso. Busquen más bien su Reino y esas cosas se les darán por añadidura» (Lc 12,29-31). Decidirse a ser discípulo o discípula de Jesús no es fácil y debe ser bien pensado, por eso es útil «sentarse» y «calcular», como explica Jesús por medio de dos parábolas (14,28-33). Dos hombres –el que quiere edificar una torre y el rey que quiere guerrear contra otro rey– reflexionan sobre lo que es verdaderamente seguro, y de qué pueden fiarse. El dinero se acaba; por eso no puede uno confiarse a él. El poder (militar) puede ser inferior, por eso no puede uno fiar-

08.245 - 14. Cap. 8

184

29/10/08 10:08

Página 184

EL EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS

se de él. Los lectores entienden: ni el dinero ni el poder dan seguridad, por eso deben ser rechazados. La comparación de la sal enseña el buen uso de las riquezas. Los bienes ya no son útiles para los que quieren seguir a Jesús, pues ya no les garantizan ni la seguridad ni el futuro. Así como la sal es buena, igualmente la riqueza no es mala. Pero dado que los bienes perdieron su valor para los discípulos y discípulas de Jesús –igual que la sal perdió su sabor–, pueden ser dados a los pobres (18,33) o ser usados al servicio de la comunidad, como demuestra la práctica de la primera comunidad en Jerusalén (Hch 2,45; 4,32.34-35).

PARA COMPARTIR ¿De qué te fías? ¿En qué confías? ¿En qué o dónde piensas encontrar –y encuentras verdaderamente– la seguridad que buscas? Y también: ¿Qué importancia tienen tus bienes para ti?

5. TRES PARÁBOLAS DEL DIOS MISERICORDIOSO: LC 15,1-32

ESTUDIO DEL TEXTO 1. Marca las palabras y frases que se reiteran. 2. ¿Qué personas aparecen en las parábolas? 3. En la parábola del «hijo perdido»: ¿Cómo son caracterizados el padre y sus hijos? ¿Qué alternativas de acción tienen las personas? ¿Cómo –en tu opinión– debería terminar la parábola?

a) Enlaces narrativos Nuevos personajes señalan el nuevo párrafo. Lucas refiere que «todos» los publicanos y los pecadores se acercan a Jesús para oírle (15,1). Ya antes, publicanos y pecadores fueron parte de la audiencia de Jesús, en el banquete en casa del publicano Leví (5,29-30) y en la réplica de

08.245 - 14. Cap. 8

29/10/08 10:08

Página 185

DEL ARREPENTIMIENTO Y DEL REINO DE DIOS: LC 12,54-15,32

185

Jesús a los fariseos y escribas (7,34). Los fariseos y los escribas murmuran ahora por la presencia de pecadores y publicanos (15,2) como antes (5,30). Los oyentes de Jesús formaban un grupo mezclado: publicanos, pecadores, fariseos, escribas, discípulos y otras gentes más. En este capítulo –y en el siguiente– Jesús narra muchas parábolas. Una parábola es una narración de la que se deduce por comparación o semejanza, una verdad importante o una enseñanza moral.

PARÁBOLAS La mayoría de las parábolas poseen estos rasgos distintivos: • Son narraciones sencillas y modestas que ocurren en el entorno vital. • Tratan muy en general de un personaje principal, «un hombre» o «una mujer» sin nombre propio. • Describen las acciones de este personaje principal; a veces se repite una acción particular. Pero también mencionan a varias personas iguales, por ejemplo: las diez vírgenes, los siervos o los invitados, que actúan de manera semejante. • Terminan en general con una frase de conclusión, por ejemplo: «les digo», y/o con una aplicación, por ejemplo: «vete y haz tú lo mismo» (Lc 10,37). La conclusión abarca las consecuencias para los oyentes y lectores y realza el potencial de la parábola. La fuerza persuasiva de la parábola no depende ni de la realidad, ni de la plausibilidad o probabilidad de la situación narrada, sino sólo de su lógica interna y de su semejanza con situaciones reales.

a. Estructura En las tres parábolas siguientes, Jesús revela el valor del pecador que se arrepiente y se convierte: él causa más alegría en el cielo que todos los justos (15,7.10). Las primeras dos parábolas se estructuran según el ideal lucano de los duplicados. Comienzan con una breve introducción que describe la situación: alguien tiene cien ovejas y pierde una; una mujer tiene diez dracmas y pierde una (15,4.8). Luego, viene lo que hacen para hallar lo perdido: el pastor busca la oveja, y la mujer enciende una lámpara y barre la casa en busca de la dracma. Importa que ambos buscan hasta encontrar lo perdido.

08.245 - 14. Cap. 8

186

29/10/08 10:08

Página 186

EL EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS

Al hallarlo, convocan a amigos y vecinos, para participarles su alegría (15,6.9). En la conclusión, las parábolas indican su aplicación: la alegría que causa en el cielo –entre los ángeles de Dios– un solo pecador que se convierte es mayor que la provocada por los justos (15,7.10). b. El hijo siempre querido La tercera parábola (15,11-32) tiene más detalles: nos cuenta problemas y complicaciones, nos informa del trasfondo y hasta de los pensamientos y sentimientos de las personas. Esta parábola incluye, además, los elementos contenidos en las dos parábolas más breves. Después de la introducción (15,11) sigue la acción: el hijo menor pide su herencia, deja la casa de su padre y malgasta su herencia viviendo como libertino en otro país (15,12-13). Acabado el dinero –primera complicación–, sobreviene un hambre extrema –segunda complicación– en aquel país (15,14). La solución que encuentra el hijo menor –arrimarse a un ciudadano y trabajar (15,15)– resulta insuficiente: todavía sufre hambre y desea hasta la comida de los cerdos, pero no se la dan (15,16). Después de todo eso, el muchacho reflexiona y reconoce sus acciones erradas. Decide regresar a su padre y trabajar como su jornalero (15,17-19). Esto es lo que pone en práctica (15,20a). El padre ve a su hijo ya desde lejos y le da una entusiasta bienvenida (15,20b). El hijo pide disculpas (15,21; unos manuscritos añaden: «trátame como a uno de tus jornaleros»). Pero el padre manda a sus siervos que vistan a su hijo con el mejor vestido y con sandalias, y que le pongan un anillo en la mano como señal de su dignidad. Además deben matar el novillo cebado y preparar una fiesta (15,22-23). El padre explica también el motivo de sus mandatos: «porque este hijo mío había muerto y ha vuelto a la vida; se había perdido y ha sido hallado» (Lc 15,24). c. La añadidura del hijo mayor La parábola bien hubiera terminado con esta frase del padre, pues hasta aquí se asemeja a las dos parábolas previas que tratan también de lo perdido y hallado. Pero ahora se enfoca al hijo ma-

08.245 - 14. Cap. 8

29/10/08 10:08

Página 187

DEL ARREPENTIMIENTO Y DEL REINO DE DIOS: LC 12,54-15,32

187

yor: al volver del campo oye la fiesta y pregunta al criado qué significa (Lc 15,25-26). El criado le hace un breve resumen, e incluye la interpretación: «ha vuelto tu hermano, tu padre ha matado el novillo cebado, porque le ha recobrado sano» (Lc 15,27). Otra vez se complica la narración, porque el hijo mayor no quiere participar en la fiesta. El padre sale y le ruega (Lc 15,28). Los lectores recuerdan la parábola de los invitados al banquete, que encontraron excusas y pretextos para no participar (14,15-24). El hijo mayor explica a su padre que no entiende su actuación respecto a su hermano, y que él mismo se siente tratado injustamente (15,29-30). El padre responde a su hijo mayor que él siempre está en comunidad con él, su padre, y que cuanto tiene el padre le pertenece también a él (15,31). Después añade el mismo motivo que dio ya antes a su criado, sólo que sustituye «hijo mío» por «hermano tuyo»: «había que celebrar una fiesta, porque este hermano tuyo había muerto y ha vuelto a la vida, se había perdido y ha sido hallado» (15,32). La parábola termina con esas palabras del padre. No nos cuenta la reacción del hijo mayor, y falta también la explícita interpretación final. Esta interpretación no es necesaria, porque los lectores pueden interpretar esta parábola en función de las parábolas previas. Además, los lectores deben completar la reacción del hijo mayor: ¿participa o no en la fiesta? Los lectores notan que no sólo el papel del hijo menor les invita a la identificación, sino también el rol del hijo mayor. b) Enlaces pragmáticos a. Palabras clave Llama la atención cuántas veces Lucas tematiza el campo semántico de la alegría; a éste pertenecen también palabras como «fiesta», «música y danzas», «se echó a su cuello», «le besó efusivamente», «celebrar»... La alegría es la señal del tiempo salvífico de Dios que empezó con el anuncio del nacimiento de Juan el Bautista (1,14.44.58), y continuó con «la gran alegría» del nacimiento de Jesús (2,10). También los setenta y dos discípulos enviados por Jesús experimentaron esta alegría (10,17), aunque Jesús corrige el motivo: que sus nombres están inscritos en los cielos (10,20). Jesús mismo se llenó de esta alegría (10,21), y asimismo la gente que ve sus hechos se alegra (13,17).

08.245 - 14. Cap. 8

188

29/10/08 10:08

Página 188

EL EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS

Lucas describe más detalladamente esta alegría, pues es alegría por el pecador que se arrepiente y se convierte (15,7.10), es decir, es la alegría por el hijo o el hermano que había muerto y ha vuelto a la vida, se había perdido y ha sido encontrado (15,32). La conversión se equipara con «ser hallado» y «volver a la vida». Importa también que una persona no sólo se alegre por lo hallado, sino que comunique y comparta su alegría con otros. El hombre y la mujer informan a sus amigos y vecinos, y el padre celebra una fiesta. Este entusiasmo es resultado de la conversión, y alienta a los pecadores a atreverse a dar el paso y convertirse. Ni sermones ni reproches por la conversión, sino enorme alegría y entusiasta bienvenida; así les anima a convertirse. b. Los pecadores convertidos tienen su sitio en el Reino de Dios La fiesta recuerda a los lectores las parábolas de los banquetes (14,7-14.15-24): los pobres, los lisiados, los cojos y los ciegos tienen su sitio en el banquete, mientras que los invitados se excluyen a sí mismos por pretextos y excusas del convite. Nuestras parábolas ponen al lado de los pobres, lisiados, cojos y ciegos a los pecadores. Los lectores entienden: ¡los pecadores convertidos tienen su sitio en el Reino de Dios! Con su reacción, el hijo mayor, que no quiere compartir la alegría y prefiere estar enfadado, se parece a los invitados que se excluyen a sí mismos. Pero en nuestra parábola el final está todavía abierto; los lectores deben construirlo en su fantasía. c. Modelos de identificación Las parábolas tematizan con frecuencia la relación entre Dios y los hombres. Por eso son fáciles de interpretar: Dios es el pastor que busca su oveja perdida, la pone con cariño sobre sus hombros y la lleva a casa. Dios es la mujer que busca la dracma perdida; no ahorra esfuerzos para hallarla: enciende una lámpara y barre la casa hasta que la encuentra. Para nosotros queda el papel de la oveja perdida y de la dracma perdida, y el rol de los amigos y vecinos invitados a compartir la alegría por hallar lo perdido. Parece que no siempre es fácil compartir esta alegría. Por eso la parábola del hijo perdido nos presenta con más detalle el papel de quien debe compartir la alegría como modelo de identificación. La parábola del hijo perdido presenta a los lectores tres modelos de identificación. El hijo menor está descrito como despreocupado e

08.245 - 14. Cap. 8

29/10/08 10:08

Página 189

DEL ARREPENTIMIENTO Y DEL REINO DE DIOS: LC 12,54-15,32

189

insensato, pero una situación de sufrimiento le lleva a reflexionar. Reconoce que ha actuado incorrectamente, decide regresar a su padre y pone su plan en práctica. Esta decisión no le habría resultado fácil. No tiene en cuenta la posibilidad de que su padre le acoja con los brazos abiertos, por eso estará contento si puede trabajar como uno de sus jornaleros. Aunque su padre le acoge cordialmente, le confiesa sus pecados, pues hasta este momento no cuenta con el perdón. No sabemos cómo reaccionó a tan cálida acogida o al perdón generoso el hijo menor. Los lectores tendrán que imaginarlo. En esta parábola, Dios es el padre que deja ir a su hijo, y que está esperando que regrese, pues le busca con la mirada y lo divisa desde lejos (15,20b). El padre no menciona delante de su hijo menor ni su salida ni su regreso, y pasa por alto también su confesión, pues está ocupado de que su hijo sea reconocido por los demás en su dignidad de hijo; por eso le viste con el mejor vestido, sandalias y le da un anillo. El padre organiza la fiesta. La prisa (15,22) señala el plan salvífico de Dios. El padre sale y ruega a su hijo mayor que participe (15,28). Al expresar el hijo mayor su descontento por la bondad y misericordia, su padre le explica cuán cercano su hijo mayor le era y le es, pues el hijo mayor era inconsciente de esa cercanía (15,31). Después, el padre trata de ganar la comprensión de su hijo mayor para su hermano (15,32). Al mismo tiempo le explica al mayor que nada pierde si se alegra por el regreso de su hermano menor y comparte la fiesta; sólo perdería el no participar en la fiesta. El hijo mayor parece temer inconvenientes por el regreso de su hermano. Por eso se presenta a su padre de modo muy positivo como hijo obediente y disciplinado: «hace tantos años que te sirvo, y nunca dejé de cumplir una orden tuya» (Lc 15,29). A su hermano, en cambio, lo describe de manera negativa con desprecio: «ese hijo tuyo... ha devorado tu hacienda con prostitutas» (15,30). El mayor se queja de no haber recibido nunca un cabrito para una fiesta con sus amigos, mientras que su padre mató el novillo cebado para su hermano. ¿Qué quiere el hijo mayor con estas palabras? ¿Quiere ser alabado y reconocido por su comportamiento ejemplar? ¿Quiere recibir un cabrito o un novillo cebado? ¿Quiere que su padre cancele o termine la fiesta? ¿Quiere que el padre cambie su bondad y misericordia hacia el menor? El padre trata al mayor como hijo y realza la buena comunión entre ellos. La respuesta del padre –«todo lo mío es tuyo»– indica que el mayor, de haber querido, habría podido tomar un cabrito; su

08.245 - 14. Cap. 8

190

29/10/08 10:08

Página 190

EL EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS

padre le habría dado lo que hubiera pedido. La expresión del padre, «había que hacer una fiesta», aclara que el regreso del hijo perdido debe ser motivo de alegría para todos, independientemente de los intereses y deseos propios. Con eso el padre desenmascara el deseo de su hijo mayor –tener un cabrito para festejar con sus amigos– como motivo egoísta, pues esa fiesta habría excluido a los demás, al menos a su hermano. Contra este modo de ver, las parábolas del banquete han enseñado que hay que invitar explícitamente a los que no pueden recompensar la invitación, pues «serás dichoso, porque no te pueden corresponder, pues se te recompensará en la resurrección de los justos» (Lc 14,14). El padre deja claro que no cambia de opinión. Aunque el hijo mayor se sienta tratado injustamente o perjudicado, el padre no despreciará a su hijo menor: el padre permanece misericordioso. Aunque el mayor refunfuñe descontento, el padre le invita a la fiesta y le pide que participe. Aunque el mayor es insolente y peca contra su hermano y contra su padre, no es ni reprendido, ni menos amado por su padre: el padre no deja de ser misericordioso con su hijo mayor. La misericordia permanente del padre alienta a los pecadores a convertirse. Los lectores deben aplicar y actualizar también el papel del padre en su vida (véase Lc 6,32-36). Los lectores entienden: el pecador que se arrepiente y se convierte debe ser recibido con los brazos abiertos y acogido con alegría. No se debe celebrar la propia justicia, sino la conversión del pecador. PARA COMPARTIR En el rol del hijo menor, los lectores se confrontan con sus pecados; deben buscar el modo de «volver», decidirse y realizarlo. En el rol del hijo mayor, los lectores se confrontan con sus prejuicios y su propia justicia; deben darse cuenta de que ellos también son pecadores. ¿Qué harían en lugar del hijo mayor: participarían en la fiesta –o se quedarían fuera– y por qué? En el rol del padre, los lectores se confrontan con su trato a los «pecadores»; y a los «justos». ¿Qué pueden hacer para que los «hijos mayores» no se sientan postergados? Se pueden aplicar estos roles también a la vida en la comunidad: ¿Cómo son tratados los «pecadores» en tu comunidad? ¿Cómo podría adoptar y realizar tu comunidad el rol del padre?

08.245 - 15. Cap. 9

29/10/08 10:09

Página 191

CAPÍTULO IX

EL REINO DE DIOS YA ESTÁ ENTRE USTEDES: LC 16,1-19,27

Jesús está todavía en camino a Jerusalén. Enseña con más parábolas y con su actuación cómo se debe vivir en el Reino de Dios que ya empezó. Quiere que sus oyentes –y los lectores– miren al futuro, a la realización de la voluntad salvífica de Dios para todos los hombres, y que actúen en consecuencia. En este horizonte, Lucas tematiza la enseñanza de Jesús sobre el buen uso de las riquezas. Su enseñanza está fundada en la Torá, que importa mucho a Jesús, porque explica a los hombres cómo cumplir la voluntad de Dios. 1. EL BUEN USO DE LOS BIENES: LC 16,1-13 ESTUDIO DEL TEXTO 1. Marca las palabras que se repiten. 2. Marca los personajes en la parábola y sus acciones. 3. Trata de estructurar la parábola: introducción (presentación de las personas y de la situación), acción, conclusión (enseñanza de Jesús y aplicación a los oyentes y lectores).

a) Enlaces narrativos a. Estructura El texto comienza anotando que Jesús dijo algo a sus discípulos, y sigue la parábola. Empieza por describir la situación inicial, y luego

08.245 - 15. Cap. 9

192

29/10/08 10:09

Página 192

EL EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS

presenta a las personas más importantes: el señor y el administrador que es el verdadero protagonista (16,1b-2). La escena siguiente (16,34) pinta la reacción del administrador en un soliloquio. La información del narrador (16,5a) cambia la escena e introduce los diálogos entre el administrador y los deudores de su señor (16,5b-7). 16,8 narra la consecuencia: el señor alabó al administrador por su sagacidad. Con el «yo les digo» se subraya la autoridad del Maestro para la aplicación (16,9). Los versos siguientes (16,10-12) añaden dos explicaciones a la enseñanza anterior, y 16,13 resume toda la enseñanza. Otra perícopa empieza en 16,14, donde el evangelista nos comunica la presencia de los fariseos, que estaban oyendo todo lo que enseñaba Jesús. Por esta estructura notamos que el punto central de la parábola es resolver la crisis: «para que cuando sea destituido del cargo me reciban en sus casas»: Lc 16,4; esto responde a la crisis «porque ya no seguirás en el cargo»: 16,2. La ejecución de la solución –la reducción de deudas– se narra detalladamente y por duplicado (16,5-7). La conclusión de la parábola –el elogio del señor (16,8)– refiere al punto central, subrayando que el administrador había obrado con sagacidad. Jesús lo pone de relieve en la aplicación (16,9), expresando directamente que se trata de hacerse amigos con el dinero para ser recibido en las eternas moradas. Los oyentes y los lectores entienden: la acción del administrador –el hacerse amigos por la reducción de deudas– sirve también como acción para ser recibido en el cielo. El resumen (16,13d) formula, más en general, el punto central como una sentencia: o Dios o el dinero. b. Personajes actuantes La parábola presenta a dos personas: un hombre rico y su administrador. Los dos son descritos muy en general, como casi siempre; ambos papeles son «roles vacíos», de modo que los lectores pueden formar su «rostro». Al inicio, la narración enfoca al hombre rico; su administrador es mero complemento: «un hombre rico tenía un administrador». De éste se dice que malgastaba los bienes de su señor. La parábola no se interesa por los acusadores, ni aclara si la acusación es justificada o sólo rumores. Estas informaciones no ayudan a entender mejor la parábola, por eso no hay que especular más.

08.245 - 15. Cap. 9

29/10/08 10:09

Página 193

EL REINO DE DIOS YA ESTÁ ENTRE USTEDES: LC 16,1-19,27

193

El señor es el único que actúa: llama a su administrador, le pide cuentas y lo destituye de golpe. No sabemos de ninguna respuesta del administrador, ni por qué el señor creyó lo que le dijeron, ni por qué el administrador se conformó con su despedido. Así se subraya el punto crucial de la parábola: la crisis imprevista e inevitable. El administrador debe enfrentar la crisis de su despido. El áspero requerimiento del rico: «¡Da cuenta!» recuerda el «juicio final» a los lectores; nadie escapa al juicio, y habrá que dar cuenta de toda su conducta. El horizonte del más allá aparece en las «eternas moradas» (16,9). Por esto, los lectores pueden entender en el mismo sentido la pregunta: «¿Cuánto debes?» (16,5.7). El administrador reflexiona objetivamente sobre cómo salir de la crisis inminente (16,3-4). Lejos de autocompadecerse o lamentarse, busca perseverantemente una solución. Él tiene clara su situación: mi señor me quita mi trabajo, ¿qué puedo hacer? Comienza por excluir dos actividades que no puede o no quiere hacer: cavar y mendigar. Ya sabe qué quiere, por eso puede formular tan clara y precisamente su objetivo futuro: para que me reciban en sus casas (16,4). «Ser recibido en las casas» es el punto central de la parábola; eso subraya también la aplicación de Jesús, que retoma casi literalmente la solución del administrador: «para que los reciban en las eternas moradas»: Lc 16,9. Para su objetivo, el administrador llama a los deudores de su señor y autoriza reducciones en sus pagarés. Aquí no interesa la moral de si la acción es buena o reprobable. Pero los lectores entienden que el administrador alcanzará su objetivo. A partir de aquella parábola en la casa del fariseo Simón frente a la mujer que ungió a Jesús –un acreedor que perdonó generosamente a sus dos deudores y es más amado por aquel a quien perdonó más (7,41-42)– los lectores relacionan «condonar deudas» y «ser amado». El administrador se hizo «amigos» que están obligados a devolverle el gran favor de reducir sus deudas. Las sumas condonadas no eran pequeñeces, así el administrador se asegura ser recibido en las casas de los deudores. El amo alabó explícitamente la acción perseverante y previsora de su administrador –¡no el engaño!–, por su eficacia. La alabanza del señor (16,8) anima a los lectores a actuar con sagacidad, previsión y perseverancia, sobre todo respecto al futuro: la recepción en las eternas moradas.

08.245 - 15. Cap. 9

29/10/08 10:09

194

Página 194

EL EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS

c. Aplicación Con «yo les digo», Jesús termina y aplica la parábola (16,9-13). Los lectores pueden preguntarse: ¿Qué es el «dinero de la injusticia»? En 16,8 el administrador es denominado «el administrador de la injusticia», y Jesús habla de «las riquezas de la injusticia». Los lectores entienden que las riquezas no son el fin absoluto, sino sólo medios para lo definitivo. Lucas distingue el uso de las riquezas, y las valora por como son manejadas. Con respecto a la riqueza es necesario mirarla bien, y examinar de cerca la situación de los ricos y sus posibilidades de administrar sus bienes, porque hay maneras diferentes para subvencionar y apoyar a otros. Lucas ofrece varias modelos de acción para el uso de la riqueza: las mujeres ricas (8,3), Zaqueo (19,8), José Bernabé que vendió un campo y puso el importe a los pies de los apóstoles (Hch 4,36-37), otros ricos (2,45; 4,34), Tabita (9,36.39) y Cornelio (10,4), que apoyaron a los demás, dando limosnas en abundancia. Si las riquezas son acumuladas egoístamente, se trata de «riquezas injustas», pero si son repartidas, Lucas las valora positivamente. d. Dos instrucciones «Ser fiel» es el tema de las instrucciones siguientes (16,10-12). La máxima es formulada en general (16,10). Las dos preguntas siguientes implican la respuesta con «nadie» y expresan indirectamente lo importante: si queremos recibir lo verdadero y lo que es de nosotros, debemos ser «fieles», en las riquezas injustas y con lo ajeno. «Ser fiel en las riquezas injustas» y «en lo ajeno» no significa acumular el dinero y las riquezas, sino más bien: administrarlos según la voluntad y el interés de Dios. Es decir: dar a los menesterosos y pobres lo que les corresponde, condonar deudas, disminuir deudas y compartir con los necesitados. Si actuamos así, podemos esperar «lo verdadero y lo que es nuestro»: ser recibidos en las eternas moradas. El último versículo (16,13) retoma otra vez la misma temática del «ser fiel» bajo el aspecto de «servir». Primero presenta un ejemplo detallado: un criado no puede servir a dos señores. Los lectores son confrontados con una situación que requiere una clara decisión;

08.245 - 15. Cap. 9

29/10/08 10:09

Página 195

EL REINO DE DIOS YA ESTÁ ENTRE USTEDES: LC 16,1-19,27

195

no pueden acumular egoístamente las riquezas y servir a Dios, que quiere que compartan sus bienes: ambos objetivos se contradicen. Los lectores tienen que decidirse por un «señor», lo que implica haber decidido en contra del otro. b) Enlaces pragmáticos a. El hombre rico como personaje de identificación Al fijarse en el hombre rico, la narración invita a los lectores a identificarse con él. El hombre rico se entera de que su administrador malgasta sus bienes, le pide cuentas y le dice que le despedirá. Cuando se da cuenta de lo hecho por su administrador para ser recibido en otras casas, alaba su acción sagaz. Esta alabanza del rico tiene una función múltiple: 1) El hombre rico criticó la mala gestión de su administrador, pero acepta la condonación de deudas; en otras palabras: condonar deudas no está mal, no es lo mismo que «despilfarrar los bienes» o «echarlos por la ventana». El elogio demuestra que el hombre rico no ama sus riquezas, pero reprueba el despilfarro sin sentido de sus bienes. 2) La alabanza inesperada –en vez de la ira o la exigencia del reembolso– aporta también el aspecto del perdón, la remisión de pecados, que apareció ya en la relación entre el padre y el hijo perdido (15,11-32). Es decir, esta parábola no se refiere únicamente al manejo financiero de los bienes, sino que tematiza también el perdón de pecados. Mientras que el padre perdonó a su propio hijo, el hombre rico perdona a una persona ajena: a su administrador. Aquí, el perdón está ampliado a otras personas, a personas ajenas. 3) El elogio presenta positivamente al hombre rico; se parece al padre indulgente del hijo perdido. Por consecuencia, el hombre rico es un personaje de identificación muy positiva. En vez de criticar o exigir el reembolso, con su alabanza, el hombre rico demuestra que no está apegado a sus riquezas: quiere que sus bienes sean usados sensatamente y con sagacidad, en vez de ser despilfarrados y malgastados. Su elogio abre otra perspectiva: no interesa tanto acumular riqueza cuanto hacer amigos con ellas. Por último, el personaje del hombre rico nos aclara que tampoco los ricos son los poseedores de los bienes, sino sólo sus administradores. Dios mismo es el único poseedor de los bienes, y los hombres deben ad-

08.245 - 15. Cap. 9

196

29/10/08 10:09

Página 196

EL EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS

ministrarlos prudentemente según su voluntad. El hombre rico, personaje de identificación, invita a los lectores a reflexionar sobre el buen uso de los propios bienes. b. El administrador como personaje de identificación Otro rol de identificación lo ofrece el administrador. La parábola no dice explícitamente que el administrador actuara mal, por eso cabe que hubiera sido acusado injustamente. El administrador, que se encuentra de pronto en la crisis, despierta simpatía y compasión entre los lectores; éstos se enteran de lo que el administrador idea. Esta información sobre los pensamientos íntimos facilita identificarse con el protagonista. Ya en la parábola del hijo perdido (15,1132) nos enteramos de las reflexiones del personaje principal. El plan del administrador tiene éxito; por eso, los lectores lo consideran «sagaz» y «eficaz». Ellos pueden concluir que condonar una deuda es un mandamiento de Dios, que consigue amigos y posibilita entrar en las «eternas moradas».

CONDONACIÓN DE DEUDAS La condonación de deudas –y más en general el perdón– es tematizada varias veces en Lc, y por eso tiene connotación positiva: «perdonen, y serán perdonados» (6,37); el acreedor que perdonó generosamente a sus dos deudores, es amado por ellos (7,41-42); incluso hay una (auto) obligación a perdonar: «perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todos los que nos deben» (Lc 11,4). Esta temática la encontramos en el AT: «con liberalidad abrirás tu mano a tu hermano, al necesitado y al pobre en tu tierra» (Dt 15,11), y los textos de Dt 15,1-5.7-11; 23,20-21 requieren abrir la mano al pobre y mandan que se desista de deudas e intereses. En consecuencia, el pobre bendecirá al rico, así tendrá un mérito a los ojos de Yahvé; el pobre no clamará contra él a Yahvé, y el rico no cargará ese pecado más (Dt 24,13.15). También Neh 5,11; 10,32 menciona la liberación de la deuda.

Gracias a su soliloquio, los lectores pueden identificarse con el administrador. Su rol es caracterizado positivamente, pues es alabado por actuar con sagacidad. Soluciona su crisis y organiza su futuro en forma agradable. Jesús retoma el proceder del administrador,

08.245 - 15. Cap. 9

29/10/08 10:09

Página 197

EL REINO DE DIOS YA ESTÁ ENTRE USTEDES: LC 16,1-19,27

197

y exhorta a sus discípulos –y hoy a nosotros– a actuar previsora y perseverantemente con sagacidad respecto al futuro eterno. Posiblemente más lectores se identifican con el administrador, porque ven reflejada su situación de vida. El administrador es modelo de acción para todos los que no son jefes, para todos los que piensan que no pueden hacer nada, por no tener ni el poder, ni la posibilidad, ni el dinero para cambiar o provocar algo. El modelo de acción del administrador demuestra que no sólo los ricos y poderosos pueden cambiar algo, sino también los «dependientes»; pues aunque el administrador no puede condonar las deudas, ¡puede disminuirlas! Aprovecha la posibilidad que se presenta, y con eso tiene éxito. Hizo lo poco que podía, y resultó eficaz. El ejemplo del administrador nos alienta a hacer lo posible, aunque parezca poco.

PARA COMPARTIR ¿Cuánto me importa el dinero y la riqueza? ¿Cómo y para qué uso mi dinero? ¿Qué posibilidades tengo para hacerme amigos con mi dinero sin contar con su contraprestación? ¿A qué personas que no pueden recompensar o devolvérmelo puedo hacer el bien por generosidad, desistiendo de exigencias, o condonando o disminuyendo deudas? ¿Qué posibilidades tengo en mi situación de vida y/o en mi posición actual de hacer o cambiar algo que pueda hacerme amigos, sin esperar algo a cambio o que me recompensen?

2. LA ESTIMACIÓN DE LA TORÁ: LC 16,14-18 Jesús exhorta a la gente a no servir al dinero, sino a Dios, pues la Torá, que revela la voluntad de Dios, vale para siempre. La palabra sobre el matrimonio (16,18) puede ser entendida también como metáfora: quien está casado está comprometido con su esposa, no puede repudiarla para casarse con otra mujer, tampoco puede casarse con una repudiada; el matrimonio compromete e igualmente Torá, es decir, la voluntad de Dios. No puede ser repudiada para servir al dinero.

08.245 - 15. Cap. 9

29/10/08 10:09

198

Página 198

EL EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS

3. EL RICO Y LÁZARO EL POBRE: LC 16,19-31

ESTUDIO DEL TEXTO 1. Trata de estructurar el texto. 2. ¿Cómo está caracterizado el hombre rico (por las descripciones del narrador, por sus acciones y por sus palabras)?

a) Enlaces narrativos a. Estructura Jesús se dirige a los fariseos (16,14), pero también pecadores y publicanos están presentes (15,1) igual que sus discípulos (16,1); todos ellos escuchan la parábola. Esta narración no sigue el esquema general de las parábolas, porque sólo su comienzo tiene lugar en este mundo; la mayor parte de ella acontece en el más allá. El hombre rico no tiene nombre, pero el pobre sí; este hecho es único en las parábolas del NT. En esta parábola no ocurre algo, sólo se cuenta el diálogo entre el rico y Abrahán. A la parábola le falta una conclusión, explicación o aplicación. Podemos estructurar la parábola así: una larga introducción presenta la situación y los personajes (16,19-21). La descripción del pobre es más detallada que la del rico. La primera escena comienza con «se dio el caso de que» (16,22), que cuenta lo que sucede: muere el pobre y poco después muere también el rico. También aquí, la muerte del pobre está narrada con mayor detalle que la del rico. La escena siguiente (16,23-32), que abarca el resto de la parábola, tiene lugar en el más allá, y narra el diálogo entre el rico y Abrahán. Es un diálogo extenso compuesto de tres ruegos del rico y de tres respuestas de Abrahán que explica por qué no puede o no quiere cumplir los ruegos del rico. Este diálogo ocupa el mayor espacio de la parábola, por eso es obvio que en él se encuentra el mensaje principal. El mensaje no es que después de la muerte se invierten las circunstancias (16,25), sino que, después de la muerte, ¡nada se puede cambiar! El entero diálogo subraya este mensaje, pues el rico intenta cambiar con súplicas su destino y el de sus hermanos, pero

08.245 - 15. Cap. 9

29/10/08 10:09

Página 199

EL REINO DE DIOS YA ESTÁ ENTRE USTEDES: LC 16,1-19,27

199

Abrahán le explica y justifica cada vez por duplicado por qué el cambio que desea el rico no es posible. Sus fundamentos, por duplicado, subrayan que, después de la muerte, nada se puede cambiar. b. Comparación: el rico y Lázaro La narración del rico y del pobre cambia siempre el centro de interés: del rico a Lázaro y viceversa; así se puede comparar a los dos en sus situaciones y sus destinos. Ya muertos, cambia la perspectiva, pues el rico es el que habla, pero no Lázaro, que está en el seno de Abrahán. Sorprende que, ahora sí, el rico ve (¡presente!) a Lázaro, al que siempre pasó por alto, aunque yacía junto a su portal (16,20); ahora, ¡hasta de lejos lo ve! Aunque Lázaro no actúa, está presente hasta el fin, pues el rico pide a Abrahán «enviarlo» (a Lázaro) a sus hermanos. El tercer ruego, «enviar a alguno de entre los muertos» (16,3031), también se refiere a Lázaro y no a Jesús, porque la resurrección de Jesús no fue la aparición de un difunto, sino de un vivo; además, Jesús no resucitó para advertirnos, sino para entrar en su gloria y para cumplir las Sagradas Escrituras (24,26.44.46), y no se dejó ver para hablar del más allá, sino del Reino de Dios, y para enviar a sus discípulos para anunciar el Evangelio (Hch 1,3.8).

b) Enlaces pragmáticos a. Conexión temática Nuestra parábola se une temáticamente con la parábola del administrador (16,1-13), pues ése se aseguró su existencia en este mundo. Los lectores aprendieron que debían ser astutos para asegurarse de ser recibidos en el cielo: «háganse amigos con el dinero, para que los reciban en las eternas moradas» (Lc 16,9). Nuestra parábola del rico y del pobre Lázaro explica a los lectores lo que sucederá, de no hacerse –¡con antelación!– amigos con el dinero. El que no actúa como el administrador, sino como el rico –que, lejos de hacerse amigos con su dinero, apartaba su vista de Lázaro–, no será recibido en las eternas moradas. Se trata de actuar decididamente ahora. La parábola del rico y del pobre Lázaro es el reverso de la parábola del administrador.

08.245 - 15. Cap. 9

200

29/10/08 10:09

Página 200

EL EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS

b. La inversión de circunstancias Otro tema vuelve a aparecer en Lc: la inversión de circunstancias. María espera en su cántico (el Magníficat, 1,46-55) que se inviertan las situaciones de los pobres; Jesús anuncia –proclamando la Buena Nueva en Nazaret (4,18-19) y en las bienaventuranzas (6,20-26)–, esta inversión de las situaciones para los pobres, oprimidos, cautivos, ciegos... Pero aquellos textos esperan y anuncian la inversión de las circunstancias para ¡este mundo!, mientras que nuestra parábola del rico y del pobre Lázaro narra la inversión ¡en el más allá! En el entorno egipcio, griego y judío encontramos parábolas semejantes. En ellas se indica que después de la muerte se invertirán circunstancias y situaciones. Pero esas parábolas no quieren enseñar sobre el más allá, sino que sus oyentes y lectores reflexionen sobre su proceder actual: ¡Hay que hacer el bien ahora! Aquellas parábolas enseñan que las acciones buenas tendrán recompensa en el más allá. Lucas subraya –sobre todo por el doble rechazo de los ruegos– que existe el «demasiado tarde». Así, Lucas enfatiza explícitamente la necesidad de actuar cuando se presenta la ocasión. c. Personajes de identificación En nuestra parábola encontramos el rol del pobre Lázaro y sobre todo el rol del hombre rico para identificación del lector. Lázaro ni actúa ni habla; sólo nos enteramos de su deseo de saciarse de lo que caía de la mesa del rico, pero nada hace para que se lo den. Eso no significa que el pobre se contente con su destino, pues tiene hambre y desea llenarse con los deshechos del rico. Pero Lázaro ni pide al rico ni grita; tampoco protesta o maldice al rico, sino que sufre, aguanta y se queda pasivo; como que simboliza a todos los pobres sin voz, que no tienen ni fuerza ni posibilidad para hacer algo que cambie su situación. Algo peculiar de esta parábola es que uno de los dos roles tiene nombre: Lázaro (Elcazar) significa «Dios ayuda». El nombre no es casualidad. Lázaro experimenta la salvación, Dios no apartó su vista de él; tras su muerte es llevado por los ángeles al seno de Abrahán, donde mora. El hombre rico está caracterizado por su ropa y por su modo de vivir, pero no por esto es «malo». Lucas no considera la riqueza «mala

08.245 - 15. Cap. 9

29/10/08 10:09

Página 201

EL REINO DE DIOS YA ESTÁ ENTRE USTEDES: LC 16,1-19,27

201

en sí», pues su valoración depende del uso que se le dé. Si la riqueza aumenta la codicia y tacañería, es mala, pero puesta al servicio de otras personas o de la comunidad, la riqueza es útil. El rico no participa al pobre Lázaro de su riqueza y abundancia. Pasa siempre por alto al pobre echado junto a su portal: el rico celebra fiestas delante de Lázaro, y no le da ni de lo que sobra. En el Abismo, el rico es atormentado. Por ese destino, los lectores entienden que el rol del rico es un modelo negativo. El rico quiere cambiar la situación de sus hermanos (16,27.30), lo que es un rasgo positivo de su carácter, pero ya es demasiado tarde. El Abismo «inmenso e insuperable» significa que, en el más allá, ya no es posible cambiar algo. Además, la Torá y los profetas tienen validez para siempre –eso lo subrayó Lucas en 16,14-18–, por eso la aparición de un difunto está demás. El rico ya no puede arrepentirse, no puede convertirse: es demasiado tarde. Pero los lectores saben que están con vida, y que tienen con esta parábola la clave para el paraíso.

PARA COMPARTIR Lucas no tiene planes grandiosos y excelentes para solucionar el problema de la pobreza. Su propuesta no es un ideal, sino algo más sencillo: abre tus ojos y ve al pobre que está tumbado a tu puerta, aquí, cerca. ¿Con quién tienes contacto cada día, con quién tropiezas cada día, a quién no le va tan bien como a ti? ¿Qué necesidades no pronunciadas tienen las personas que encuentras diariamente? Lázaro no espera que el rico le mejore completamente su situación, sólo desea saciarse de los restos que sobran de la mesa del rico. Un gesto así sería una minucia para el rico, y también las minucias tienen eficacia. ¿Quién de las personas que encuentras cada día estaría contenta si le dieras algo de lo que te sobra? A veces es más útil y practicable si se unen los que quieren y los que pueden hacer algo contra la pobreza que está a nuestras puertas. ¿Qué posibilidades ves en tu comunidad o entre tus vecinos?

4. JESÚS ENSEÑA A SUS DISCÍPULOS: LC 17,1-10 Jesús exhorta a sus discípulos a no causar escándalo a alguien, y a perdonar siempre, aunque el hermano peque siete veces al día.

08.245 - 15. Cap. 9

202

29/10/08 10:09

Página 202

EL EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS

Además, Jesús nos enseña que cumplir la voluntad de Dios no es algo extraordinario, sino nuestro deber. ¿Cómo cambiaría nuestra vida –y nuestra comunidad– si perdonamos con más frecuencia, y si cumplimos, como un deber, la voluntad de Dios?

5. EL SAMARITANO AGRADECIDO: LC 17,11-19 Jesús, todavía en camino a Jerusalén, va entre Samaría y Galilea. Al entrar en un pueblo, encuentra a diez leprosos que, de lejos, le piden compasión. Sin pronunciar palabra de curación ni tocarlos, Jesús les manda presentarse ante los sacerdotes. Mientras van, quedan limpios. Y uno de ellos –un samaritano– regresa: alaba en voz alta a Dios y le da gracias a Jesús. Jesús alaba la fe del samaritano aquél: «tu fe te ha salvado»: Lc 17,19. Esta narración guarda semejanzas con la curación del criado del centurión de Cafarnaúm (7,1-10), pues Jesús curó al criado sin verlo, sin tocarlo y sin alguna palabra poderosa. Igual que alaba la fe del samaritano, Jesús alabó la fe del centurión pagano. Ambas narraciones recuerdan a los lectores la fuerza sanadora y salvadora de fe. Llama la atención que dos no judíos –un centurión romano y un samaritano, no aceptado por los judíos como judío– demuestran fuerza de fe tan grande. Otras tres personas en el evangelio –la mujer pecadora (7,36-50), la hemorroísa (8,43-48) y el ciego mendigo de Jericó (18,35-43)– demuestran una fe igual de grande y alabada por Jesús. Estas personas testimonian que la fe salva también sin contacto directo con Jesús o sin estar frente a él. Su testimonio es importante para los que no tienen contacto ni con Jesús ni con sus discípulos. Ese testimonio de mujeres y hombres invita a los lectores a profundizar su fe, a confiar completamente en Jesús y a vivir la fuerza salvadora de su fe en Dios.

6. DEL REINO DE DIOS Y DEL DÍA DEL HIJO DEL HOMBRE: LC 17,20-21.22-37 Lucas une la pregunta de los fariseos por el Reino con la enseñanza a los discípulos sobre el día del Hijo del hombre. Si bien el Reino de Dios «ya está entre ustedes» (17,21), Jesús explica a sus

08.245 - 15. Cap. 9

29/10/08 10:09

Página 203

EL REINO DE DIOS YA ESTÁ ENTRE USTEDES: LC 16,1-19,27

203

discípulos «que desearán ver uno solo de los días del Hijo del hombre, y no lo verán» (Lc 17,22). El Reino de Dios ya empezó, o se puede traducir también: «ya está a su disposición» o «ya está en sus manos». El día del Hijo del hombre, en cambio, todavía es esperado, y antes sucederán muchas cosas (17,24-25.30). El Reino que «está ya en medio de ustedes» es la presencia de Dios mismo en medio de su pueblo: «¡Yahvé, Rey de Israel, está en medio de ti, ya no temerás mal alguno! Aquel día se dirá a Jerusalén: ¡No tengas miedo, Sión, no desfallezcan tus manos! Yahvé tu Dios está en medio de ti, ¡poderoso salvador! Exulta de gozo por ti, te renueva con su amor...» (Sof 3,15-17). Esta presencia liberadora de Dios es lo que manifiesta Jesús con sus hechos: perdonando pecados, curando, enseñando y reuniéndose con los marginados. Que el Reino está ya en medio de nosotros y en manos nuestras, es la invitación a colaborar con Dios y a realizarlo un poquito más cada día. Jesús ya nos enseñó y nos mostró con su vida cómo hacerlo. El día del Hijo del hombre, sin embargo, está pendiente. Pero Jesús nos instruye sobre qué debemos hacer entre tanto: «quien intente guardar su vida, la perderá; y quien la pierda, la conservará» (Lc 17,33). Ya el jurista preguntó a Jesús qué hacer para heredar vida eterna (10,25), y más tarde un hombre principal preguntará lo mismo (18,18). En cada ocasión, Jesús indica que hay que cumplir la voluntad de Dios según la Torá. Además, añade instrucciones concretas: hacerse prójimo a otros (10,36-37), repartir los bienes entre los pobres y seguirle (18,22). Más tarde exhorta a sus discípulos a aguantar apuros y persecución, pues «con su perseverancia salvarán sus almas» (Lc 21,19).

7. LA PARÁBOLA DEL JUEZ Y LA VIUDA: LC 18,1-8 Con la parábola, Jesús enseña a sus discípulos «que es preciso orar siempre sin desfallecer» (Lc 18,1). Los lectores recuerdan el ejemplo del amigo insistente (11,5-10). A Lucas le gustan los duplicados, y ahora cuenta un ejemplo desde la perspectiva de una mujer, la viuda. El amigo insistente pedía pan para un huésped a su amigo ya dormido. Ahora, la viuda perseverante solicita al juez asistencia jurídica porque sufre injusticias de su adversario. Sus súplicas tienen éxito, aunque ella no le pide a un amigo, sino a un hombre de duro corazón y despiadado: «ni temía a Dios ni respetaba a los

08.245 - 15. Cap. 9

204

29/10/08 10:09

Página 204

EL EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS

hombres». La conclusión en ambas parábolas es similar: Dios escuchará la oración (11,13) y «Dios hará justicia a sus elegidos, que están clamando a él... les hará justicia pronto» (Lc 18,7-8). La relación entre los dos amigos apunta a nuestra relación con Dios: podemos pedir a Dios como a un amigo o como los hijos piden a su padre. Igualmente la viuda, en su rol de identificación, personifica a las personas cuya justicia está violada, a las personas que son pasadas por alto y relegadas, por no tener quien defienda sus derechos e intereses. La parábola les alienta a no perder su esperanza en Dios y a ser perseverantes como la viuda que nunca dejó de insistir, porque Dios les hará justicia. 8. EL REINO DE DIOS: ¿PARA LOS PECADORES, LOS NIÑOS Y LOS RICOS?: LC 18,9-34 En este párrafo ocurre mucho, pues Jesús enseña una parábola «a algunos que se tenían por justos y despreciaban a los demás» (Lc 18,9-14); Jesús bendice contra la resistencia de sus discípulos a los niños (18,15-17); luego responde al hombre principal que pregunta por lo que se debe hacer para obtener en herencia vida eterna (18,18); enseguida enseña a sus discípulos (18,29) y anuncia por tercera vez su pasión y resurrección (18,31-34). El Reino de Dios es el tema que une todos estos eventos. La parábola del fariseo y del publicano se relaciona con la parábola de la elección de los primeros puestos en el banquete, pues ambas concluyen: «porque todo el que se ensalza será humillado; y el que se humilla será ensalzado» (Lc 14,11 y 18,14). En las dos parábolas Jesús nos enseña que ante Dios no cuenta lo que los hombres tienen por honor o por justicia, pues todo eso lo debemos, de todas maneras, a Dios: «cuando hayan hecho todo lo que les mandaron, digan: No somos más que unos pobres siervos; sólo hemos hecho lo que teníamos que hacer» (17,10). Dios, en cambio, no mide con nuestras medidas la justicia o el honor, sino con las suyas. Los lectores entienden: la medida de la justicia suya no es la humana, limitada, unilateral e incompleta, sino la de la justicia completa e íntegra de Dios. En la parábola, Jesús presenta al fariseo como personaje negativo de identificación que nos exhorta a no tenernos por «justos» o «buenos» a causa de lo que debemos a Dios. Al publicano, en cambio, Jesús nos lo presenta como ejemplo positivo. Con eso pone en

08.245 - 15. Cap. 9

29/10/08 10:09

Página 205

EL REINO DE DIOS YA ESTÁ ENTRE USTEDES: LC 16,1-19,27

205

duda los criterios que forman nuestras opiniones: ¿Con qué medida juzgamos a otros? El publicano es consciente de sus pecados e infracciones. Sabe que forma parte de un sistema que trata injustamente a otros y que les explota despiadadamente. Pero, por ser parte de ese sistema, no puede salirse fácilmente, pues él mismo quiere sobrevivir. El publicano nos recuerda que nosotros también estamos implicados en sistemas que explotan a otros, les hacen dependientes y les tratan injustamente. Aunque a veces hacemos bien, no podemos considerarnos justos. Pero tampoco podemos decir: «no podemos cambiar nada», pues el ejemplo del publicano Zaqueo nos presenta alternativas (Lc 19,1-10). Jesús llama explícitamente a los niños y les otorga el Reino de Dios. Después presenta a sus oyentes –y a los lectores– a los niños como modelos ejemplares: «el que no reciba el Reino de Dios como niño, no entrará en él» (Lc 18,17). Los pequeños no tienen malicia, están llenos de buena fe y de confianza. Además no calculan y no piensan en el propio provecho a costa de otros. Los niños, al notar que alguien está triste, lloran por compasión y buscan consolarlo. Esta actitud de los niños pequeños debe servir a los lectores como modelo de acción. Como ya antes el jurista (Lc 10,25), ahora uno de los principales pregunta a Jesús qué debe hacer para obtener vida eterna (18,18). La respuesta de Jesús es idéntica a la dada al maestro de la ley: cumplir la voluntad de Dios, escrita en la Torá. El hombre principal responde que ha guardado los mandamientos desde su juventud. Es obvio que con eso tendrá en herencia la vida eterna. Jesús le recomienda qué puede hacer para obtener un tesoro en los cielos: vender todo cuanto tiene, repartirlo entre los pobres y seguirle (18,22). El hombre se pone triste, porque es muy rico (18,23). Jesús explica a sus oyentes lo difícil que es para los que tienen riquezas entrar en el Reino de Dios (18,24), pero añade –y eso es lo central–: «lo que es imposible para los hombres es posible para Dios» (Lc 18,27). Los lectores recuerdan, por el ejemplo del fariseo y del publicano, que Dios tiene otras medidas. Jesús enseña explícitamente que también los ricos pueden entrar en el Reino de Dios; quizá no es fácil para ellos, pero ¡no es imposible! Jesús promete a sus discípulos que le siguen y han dejado a sus familias y sus bienes por el Reino de Dios, que ellos también heredarán vida eterna (18,29-30). Lucas presenta así dos posibilidades

08.245 - 15. Cap. 9

206

29/10/08 10:09

Página 206

EL EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS

equivalentes para heredar la vida eterna: o bien el cumplimiento de los mandamientos de Dios como muestran los ejemplos del maestro de la ley y del hombre principal (10,26-27; 18,20-21), o bien el seguimiento a Jesús, lo que incluye esforzarse para el Reino de Dios y cumplir la voluntad de Dios. El tercer anuncio de la pasión de Jesús debe ser interpretado en el contexto de sus enseñanzas sobre el Reino de Dios y la venida del Hijo del hombre: aunque el Reino de Dios ya empezó, Jesús sufrirá, y a pesar de su sufrimiento el Reino de Dios ya está presente. Es decir, el sufrimiento no es criterio para la presencia o no presencia del Reino de Dios. El Hijo del hombre sufrirá, será objeto de burlas, insultado y escupido, será azotado y asesinado antes de que venga en su día. Es decir, ni el sufrimiento ni la muerte pueden impedir la venida del día del Hijo del hombre. 9. EL CIEGO DE JERICÓ, MODELO PARA LOS SEGUIDORES DE JESÚS: LC 18,35-43 La narración de la curación del ciego trae a la memoria la misión de Jesús: «el Espíritu del Señor... me ha enviado a proclamar... la vista a los ciegos» (Lc 4,18). Hasta ahora Lucas sólo mencionó una vez, y muy en general, la curación de muchos ciegos (7,21), pero falta todavía el ejemplo concreto. Antes de llegar a Jerusalén, Jesús habrá cumplido su misión. Los lectores atentos encuentran más conexiones con otras narraciones: Jesús alaba explícitamente la fe del ciego –«tu fe te ha salvado» (18,42)– igual que alabó la fe del centurión de Cafarnaúm (7,9), la de la mujer pecadora (7,50), la de la hemorroísa (8,48) y la del leproso samaritano (17,19). El hecho de que el mendigo curado alaba a Dios recuerda a la mujer encorvada que alababa también a Dios (13,13). Lucas menciona explícitamente que siguen a Jesús Pedro, Santiago y Juan (5,10-11), Leví (5,28), María Magdalena, Juana y Susana (8,2-3; 23,49.55). Pero es de suponer que habría más discípulos que los mencionados (8,3; 18,28). Excepto Leví, el único explícitamente llamado e invitado al seguimiento por Jesús, todos los demás discípulos y discípulas siguen a Jesús por decisión e iniciativa propia. El mendigo de Jericó es uno de ellos (18,43). Entre los seguidores de Jesús no hay exclusivamente personas adineradas, como las mujeres que apoyaban a Jesús y a los demás discí-

08.245 - 15. Cap. 9

29/10/08 10:09

Página 207

EL REINO DE DIOS YA ESTÁ ENTRE USTEDES: LC 16,1-19,27

207

pulos con sus bienes (8,3), o los discípulos que han dejado sus bienes (18,28), sino que también los pobres forman parte de sus discípulos. El ciego mendigo que no se dejó callar por la gente es por su perseverancia modelo para los lectores. Su perseverancia recuerda la enseñanza de Jesús: «orar siempre sin desfallecer» (18,1; 11,9-13). 10. ZAQUEO, MODELO DE IDENTIFICACIÓN PARA LOS RICOS: LC 19,1-10

ESTUDIO DEL TEXTO 1. Marca las palabras que se reiteran. 2. Clasifica las oposiciones. 3. Busca el campo semántico de la palabra «salvación».

a) Enlaces narrativos a. Estructura Esta breve narración está bien estructurada. Empieza con que Jesús, tras encontrar al ciego en el camino a Jericó (18,35), entra en la ciudad (Lc 19,1). Con la palabra «mira», cuya función ya conocemos, se presenta a otro personaje central: el publicano Zaqueo (19,2-3). La trama empieza con las acciones de Zaqueo (19,4). La palabra «y» une acontecimientos diversos (19,4-7) que se suceden hasta un clímax, el diálogo entre Zaqueo y Jesús (19,8-10). La decisión de Zaqueo (19,8) marca el resultado de todas sus acciones. La narración culmina con la interpretación de Jesús (19,9-10). b. Caracterización de Zaqueo Zaqueo es «publicano», como Leví, y como otros «publicanos» asociados a «pecadores» que escuchan y siguen a Jesús (5,27-29; 15,1), como el de la parábola que ora en el templo (18,10-14). Los publicanos eran despreciados, pues se enriquecían a costa de su propio pueblo por colaborar con los ocupantes romanos. En Lc, en cambio, los

08.245 - 15. Cap. 9

29/10/08 10:09

208

Página 208

EL EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS

publicanos son pintados de forma positiva: acuden a escuchar al Bautista y a Jesús; el publicano de la parábola ora en el templo; los publicanos reconocen sus pecados, se arrepienten y se convierten. Jesús practica explícitamente –contra la protesta de los piadosos– la comunión con los publicanos: les enseña, come y bebe con ellos. Zaqueo es «rico» como aquel hombre que se puso triste con el consejo de Jesús de vender cuanto tiene para repartir lo obtenido entre los pobres (18,18-27), y el de la parábola que acumulaba riquezas en vez de enriquecerse a los ojos de Dios (12,16-21). Lucas evalúa los bienes según su empleo: si son acumulados por motivos egoístas, codicia y tacañería, son reprobados; en cambio, si se ponen al servicio de personas necesitadas, son bien vistos. Los lectores todavía no saben si la riqueza de Zaqueo es positiva o negativa. El hombre rico que preguntó a Jesús por la vida eterna (18,1827) y los publicanos que acuden a escuchar al Bautista y a Jesús, muestran que también los ricos cumplen los mandamientos de Dios, buscan la comunión con Jesús y esperan la salvación. Estas actitudes se miran cumplidas en Zaqueo. Aunque puede serlo, la riqueza misma no es obstáculo para encontrarse con Jesús, ni impide la comunión con él, ni excluye de la salvación. c. Palabras clave En la Biblia, ciertas palabras como «es preciso» y «prisa» –baja pronto, se apresuró, (19,5-6)–, «hoy», «quedarse» (19,5) y «alegría» pueden adquirir también sentido teológico, pues refieren al plan salvífico de Dios que debe ser cumplido; de hecho, ya empezó a realizarse y se sigue realizando «hoy». La palabra «quedarse» en el contexto con «recibir», «entrar» y «acoger» a Jesús significa mucho más que «hospedarlo», pues implica duración: «para siempre». La salvación experimentada por Zaqueo no es un acto aislado, sino que dura para siempre. La alegría porque Jesús es el salvador anunciado a los pastores (2,10-11) también la experimenta Zaqueo cuando recibe a Jesús (19,6): «hoy ha llegado la salvación a esta casa» (Lc 19,9). La palabra «hoy» está unida dos veces a la palabra «casa» (19,5.9). «Casa» significa no sólo el edificio, sino también «familia» o «generación». Zaqueo experimenta la salvación por dos razones: por recibir a Jesús en su casa y por ser «hijo de Abrahán». Con Zaqueo experimenta también su casa la salvación, su familia, su generación, y con su «casa» todos los hijos e hijas de Abrahán, como

08.245 - 15. Cap. 9

29/10/08 10:09

Página 209

EL REINO DE DIOS YA ESTÁ ENTRE USTEDES: LC 16,1-19,27

209

Lucas afirmó ya antes de la narración de la curación de la mujer encorvada (13,10-17), declarada por Jesús hija de Abrahán (13,16). Zaqueo no recibió a Jesús para ser salvado, sino que le hospedó obedeciendo a Jesús, que quiso quedarse en su casa (19,5). No fue el dar la mitad de sus bienes a los pobres lo que le trae la salvación, pues la salvación ya había llegado. El reparto de bienes es efecto de su acción; recibiendo a Jesús, Zaqueo experimenta que ¡ya está salvado! La salvación de Dios se realiza también con la presencia misma de Jesús: todas sus acciones y su entera vida terrena tienen relevancia soteriológica, no sólo su muerte. Por eso Zaqueo experimenta la salvación al recibir a Jesús en su casa. La medida de Dios no se corresponde con la medida de los hombres: a quien las gentes llaman «pecador», Jesús llama «hijo de Abrahán» y le concede la salvación, pues Dios busca a los perdidos y a los pecadores para salvarlos. b) Enlaces pragmáticos Muchos de los actuantes que buscan contactar a Jesús no tienen nombres, sino que son referidos solamente por sus dolencias. Hasta este momento conocemos por su nombre a pocas personas: el fariseo Simón (Lc 7,36-50), el jefe de la sinagoga, Jairo (8,41), y las hermanas Marta y María (10,38-42). «Zaqueo» significa «el que es puro, limpio, inocente»: ¿Es su nombre el programa? a. Personajes de identificación Al dar nombres, Lucas facilita a sus lectores la identificación. Zaqueo es una figura de identificación para los lectores que quieren saber «quién es Jesús» (19,3). De Zaqueo sabemos más: es de baja estatura, y, por ser jefe de publicanos y rico, las gentes le juzgan «pecador» (19,7). Con Zaqueo pueden identificarse también las personas marginadas y despreciadas por los que se sienten «justos» o «piadosos». Pero la narración también refleja la situación difícil de los cristianos ricos en la comunidad: si Zaqueo es el personaje de identificación para los ricos, la muchedumbre inconforme lo es para el resto de la comunidad. El rol de la muchedumbre es negativo, pues le impide a Zaqueo acercarse y ver a Jesús. Ser de baja estatura no es obstáculo para Zaqueo, pues maneja bien su deficiencia: corre hacia delante y sube a un árbol. El obstáculo es, más bien, la muchedumbre

08.245 - 15. Cap. 9

210

29/10/08 10:09

Página 210

EL EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS

que le impide contactar a Jesús. Con este rol negativo, Lucas pide a sus lectores que no obstaculicen a los ricos que quieren pertenecer a Jesús y a la comunidad. Las opiniones que desprecian a otras personas o a otros grupos no deben tener sitio en la comunidad. El rol de la muchedumbre es complejo, pues juzga a Zaqueo como «pecador», pero diciendo esto, se califica a sí misma como «piadosa» y «justa». Jesús ya explicó antes, con la parábola del fariseo y del publicano (18,9-14), qué les sucederá a los que se tienen por justos y desprecian a los demás: «El que se ensalza será humillado; y el que se humilla será ensalzado» (Lc 18,14). Al hospedarse en casa de Zaqueo, Jesús demuestra inequívocamente el amor de Dios a los pecadores, como enseñó ya en las parábolas del hijo perdido, y de la oveja y de la dracma perdida (15,1-32), «pues el Hijo del hombre ha venido a buscar y salvar lo que estaba perdido» (Lc 19,10). b. Zaqueo como modelo para el buen uso de las riquezas En Lc y Hch, Lucas presenta a sus lectores varios modelos para usar las riquezas. Hemos leído ya de las mujeres ricas que diaconaban con sus bienes a Jesús y a sus discípulos (Lc 8,3) y en Hch nos enteraremos de la comunidad de bienes en la comunidad de Jerusalén (Hch 4,3237). Así, Lucas enseña a sus lectores que la riqueza no impide la comunidad con Jesús, ni el acceso a él, porque Jesús aceptó a los ricos y les concedió explícitamente la salvación como a Zaqueo. El modelo de Zaqueo es un modelo más para el uso de los bienes. Los lectores recuerdan que poco antes leyeron de un importante rico que preguntó a Jesús qué hacer para tener en herencia la vida eterna (Lc 18,18-27). Jesús le aconsejó vender todo cuanto tiene, repartirlo entre los pobres y seguirle (18,22). A Zaqueo, en cambio, Jesús no le impone condición para experimentar la salvación, ni le exige que haga algo, ni le pide repartir sus bienes, ni devolver el cuádruplo. Zaqueo ve con claridad sus reales posibilidades: compartirá lo que tiene en abundancia, y decide, él mismo, dar la mitad de sus bienes a los pobres (19,8). c. Usar los bienes según las propias posibilidades Estos modelos no los entiendo como exigencias generales para todos los cristianos, sino como exigencias personales o individuales.

08.245 - 15. Cap. 9

29/10/08 10:09

Página 211

EL REINO DE DIOS YA ESTÁ ENTRE USTEDES: LC 16,1-19,27

211

Zaqueo da la mitad de sus bienes a los pobres y devuelve el cuádruple a quien defraudó. Él ve claramente la realidad: hay pobres a los que puede apoyar. Además, su profesión conlleva la posibilidad de que haya tratado injustamente a otros y les haya defraudado o chantajeado. Esta posibilidad la mencionó ya el Bautista cuando acudieron los publicanos para convertirse y bautizarse (3,13). El consejo al hombre rico, de dar todo a los pobres, no es condición para heredar la vida eterna, sino para el tesoro de los cielos. Con esa exigencia, Jesús tocó el punto débil de este hombre, para quien el cumplimiento de los mandamientos no era problema. Ambos modelos animan a los lectores a reflexionar sobre el uso de los bienes y de orientarlo en dirección a los pobres. No hay una solución general para todos –dar todo o dar la mitad–, sino que cada uno debe hacer lo posible: uno puede vender una casa, otro un campo (Hch 4,34), otra puede disponer de una sala para el grupo, como María (Hch 12,12), otra puede poner a disposición sus talentos, como Tabita (Hch 9,39). A Lucas le importa que los ricos se confronten con la pobreza real que los rodea, para encontrar alternativas en el uso de sus bienes. Lucas ve claramente que a la larga es más adecuado y eficiente que los ricos no den todo y queden pobres y menesterosos, sino que es mejor que apoyen y subvencionen solidaria y permanentemente a la comunidad con sus bienes o ingresos, según sus posibilidades propias y reales, como practica la primera comunidad en Hch. Hacer lo posible y actuar según las propias posibilidades subraya también la parábola siguiente de las minas (19,11-27). No importa la cantidad, sino emplearse a fondo y dar lo posible.

PARA COMPARTIR Confróntate con el rol negativo de la muchedumbre, también respecto a la vida en la comunidad: ¿Dónde pongo/ponemos dificultades a los otros? ¿Dónde excluyo/excluimos a otros creyendo que es «por su culpa propia», por su minusvalía, porque piensan o viven de forma diferente, por sus bienes, por su formación, por su profesión, etc.? ¿Cuáles son mis posibilidades para usar solidariamente mis bienes?

08.245 - 15. Cap. 9

212

29/10/08 10:09

Página 212

EL EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS

11. LA PARÁBOLA DE LAS MINAS: LC 19,11-27 Antes de subir a Jerusalén, Jesús cuenta otra parábola. Lucas indica desde la introducción la interpretación: la parábola va para la gente que cree que el Reino de Dios aparecerá de un momento a otro (19,11). Esta gente aprende que la realización completa del Reino de Dios queda pendiente. La parábola une dos narraciones; la primera forma el marco narrativo (19,12.14.15.27). Trata de un hombre que marcha a un país lejano para recibir la autoridad real, la misma que sus ciudadanos buscan impedir; luego serán ejecutados. En este marco otra narración se desarrolla: el señor y rey futuro encarga dinero a sus siervos para que negocien (19,13). Al regresar pide cuentas a sus siervos (19,15). Dos de ellos negociaron con éxito, pues decuplicaron y quintuplicaron su dinero, y por eso reciben en compensación el gobierno de tantas ciudades (19,16-19). Pero uno de los siervos no ha negociado por miedo a su severo señor; por eso es reprendido, pues de haber colocado el dinero en el banco habría cobrado interés (19,20-23). El señor le quita el dinero y lo da al siervo que ha negociado más. Su acción causa el asombro de la gente, lo que comenta el señor por un proverbio, introducido por «les digo» (19,24-26). Los lectores identifican al señor que quiere recibir la autoridad real y que no está presente por cierto tiempo con Jesús. La monarquía corresponde al Reino de Dios. Sus adversarios, que quieren impedir que el señor sea rey, son los que quieren impedir que se realice el Reino de Dios. Jesús enseña a sus oyentes que nada impedirá la realización del Reino de Dios. Aunque Jesús muere en la cruz, Dios le instituye rey. No encontramos a los adversarios del Reino de Dios entre los oponentes humanos de Jesús, pues los judíos esperaban igualmente el Reinado de Dios. Los adversarios del Reino de Dios son más bien los poderes diabólicos y Satanás, que serán aniquilados definitivamente al final del tiempo. Ya antes vio Jesús a Satanás caer del cielo (10,18), ha dado a sus discípulos el poder para superar el poder del enemigo (10,18-19) y expulsó los demonios por el dedo de Dios (11,20). Todo eso señala que Jesús supera el poder de sus adversarios. Los lectores son invitados a identificarse con los siervos. Deben entender que son encargados con «dar frutos» como la simiente (8,5-15). Deben emplear en cualquier caso sus dones y «negociar»

08.245 - 15. Cap. 9

29/10/08 10:09

Página 213

EL REINO DE DIOS YA ESTÁ ENTRE USTEDES: LC 16,1-19,27

213

con ellos para que se multipliquen. Excusas como «tenía miedo» o «no podía» no son admitidas. Al menos, deben entregarse intereses. Para que el dinero produzca intereses debe ser prestado, útil, a otros hombres. Igualmente el Evangelio produce solamente interés si se comparte con otros. Quien comparte su vida de fe, sus experiencias y dudas de fe con otros, experimenta que gana nuevas perspectivas para crecer y profundizar su fe. Quien, en cambio, se cierra en vez de abrirse, quien no comparte su fe con nadie, sentirá que su fe se atrofia: «a todo el que tiene, se le dará; pero al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará» (Lc 19,26).

08.245 - 15. Cap. 9

29/10/08 10:09

Página 214

08.245 - 16. Cap. 10

29/10/08 10:09

Página 215

CAPÍTULO X

EL CONFLICTO CON LOS ANTAGONISTAS DE JESÚS SE AGUDIZA: LC 19,28-21,38

En estos capítulos, el autor nos cuenta de la llegada de Jesús a Jerusalén y de los conflictos con sus adversarios. Lucas mencionó ya varias veces antes que los antagonistas de Jesús intentaban quitarlo de en medio (4,29; 6,7.11; 13,31). Con su llegada a Jerusalén el conflicto se agudiza. Lucas nos cuenta que las enseñanzas y acciones de Jesús en el templo causan discusiones muy fuertes con los saduceos, escribas y principales sacerdotes. Los adversarios de Jesús buscarán echarle mano para matarle (19,47; 20,1-2.19-20). Su intención encauza ya el tema de la pasión (22,2). Cuando Lucas informa brevemente que Jesús sube a Jerusalén (19,28), por el cambio del lugar, indica que inicia una sección nueva en su narración. A partir de ahora, el templo es el lugar preferido donde Jesús enseña y actúa (19,45.47; 20,1; 21,37-38). Lucas aprovecha este lugar importante para completar algunos rasgos de su imagen de Jesús. Jesús es el rey de paz (19,29-46) que enseña autorizadamente (20,1-8.9-19) el camino de Dios: de dar a Dios todo lo que le debemos (20,20-26), que Dios es un Dios de vivos (20,2740), y que el Mesías no corresponde a las expectaciones populares (20,41-44). Mediante la comparación con los comportamientos de los escribas (20,45-47) y la acción de una viuda pobre (21,1-4), Jesús anima a sus oyentes para actuar conforme a la voluntad de Dios. Siguen el discurso escatológico (21,5-28) y la parábola de la higuera (21,29-36) que exhortan a interpretar todos los acontecimientos y situaciones actuales desde la perspectiva del Reino de Dios cercano: los lectores entienden que deben ajustar sus acciones a este objetivo.

08.245 - 16. Cap. 10

29/10/08 10:09

216

Página 216

EL EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS

1. JESÚS, REY DE PAZ: LC 19,29-46

ESTUDIO DEL TEXTO 1. Marca las palabras que se reiteran. 2. Marca las personas y sus acciones. 3. Lee Zac 9,9-10 y 13,9-14,21 y compáralo con nuestro texto: ¿Qué semejanzas encuentras? 4. Compara nuestro texto con las narraciones de Mc 11,1-11; Mt 21,1-11 y Jn 12,12-19 para ver más claramente semejanzas y diferencias.

a) Enlaces narrativos a. La autoridad de Jesús Lucas introduce un nuevo episodio con «y se dio el caso de que». Jesús va acercándose a Jerusalén; yendo entre Betfagé y Betania (19,29a) empieza la trama: Jesús manda a dos discípulos a traer un burrito (19,29b-31). Además Jesús sabe dónde encontrarán el burrito y lo que dirán los dueños. Todo sucede como Jesús lo ha predicho (19,32-34). En eso, los lectores reconocen el poder, la autoridad y la importancia de Jesús. A partir de 19,32 los discípulos actúan: hallan el burrito, lo traen a Jesús, echan sus mantos sobre el burrito y hacen montar a Jesús. Después extienden sus mantos por el camino y empiezan a alabar con alta voz a Dios (19,35-38). Los lectores deben figurarse este acontecimiento en medio de mucha gente, pues «algunos de los fariseos que estaban entre la gente» (19,39) se oponen a lo que hacen los discípulos. Jesús defiende a sus discípulos con una expresión que justifica su acción no sólo como adecuada, sino hasta necesaria (19,40). b. El Reino de Dios Mientras que en las narraciones paralelas de Mt y Mc Jesús entra en Jerusalén, en Lc se encuentra todavía fuera de la ciudad, en

08.245 - 16. Cap. 10

29/10/08 10:09

Página 217

EL CONFLICTO CON LOS ANTAGONISTAS DE JESÚS SE AGUDIZA: LC 19,28-21,38

217

el camino; escribe: «al acercarse y ver la ciudad» (19,41). En Mt, Mc y Jn, las gentes saludan a Jesús como rey, mientras que Lucas describe la aclamación como acción limitada de sus discípulos. También la exclamación de los discípulos se distingue del grito de la gente en las narraciones paralelas: en los demás evangelios la gente saluda a Jesús como «hijo de David» y como «rey de Israel» que establecerá en este mundo, en Israel, su reino. En Lc, en cambio, los discípulos alaban explícitamente a Dios (19,37) –¡no a Jesús!– y ubican su alabanza en los cielos: «paz en el cielo y gloria en las alturas» (19,38). Con eso, Lucas pone de relieve el carácter universal del Reino de Dios. Al ver la ciudad, Jesús llora por ella (19,41). El llanto de Jesús es el extremo opuesto de la alegría y la alabanza de los discípulos (19,37). Lucas intercala el llanto de Jesús que no se encuentra en los demás evangelios, pero lo une con la narración por las palabras «paz» (19,38.42), «piedras» (19,40.44) y el «ver» o «no ver / quedar oculto» de las maravillas (19,37.42). Los lectores pueden relacionar «el mensaje de paz» (19,42) con la llegada de Jesús como rey de paz (19,38), como dijo ya el profeta Zacarías (Zac 9,9). Jerusalén debía haber reconocido la presencia de Dios en los actos y enseñanzas de Jesús, como los discípulos la habían identificado y por eso alaban a Dios. También los profetas lamentaron con frecuencia la falta del conocimiento de Dios (Os 4,1; Sab 13,1). Como los profetas (Zac 13,8-14,2), Lucas interpreta retrospectivamente –unos veinte años después del sitio y destrucción de Jerusalén– la destrucción de la ciudad como una prueba de que Dios quiere conseguir que su pueblo cumpla sus mandamientos. Tras la dura prueba llegará el día del Señor cuando Dios mismo será rey sobre toda la tierra (Zac 14,9). A diferencia de Mt y Jn, Lucas no menciona la cita de Zac 9,9 del rey de paz humilde, pero mantiene las palabras «rey» y «paz» como alusiones a esta cita (19,38). En cambio, alude directamente por «este día» al «día del Señor»: las naciones subirán a Jerusalén para adorar a Dios, su rey (Zac 14,16). No habrá más vendedores en el templo (Zac 14,21), pues todo será consagrado a Dios. Por eso Jesús se dirige al templo y expulsa a los vendedores (19,45-46). Lucas interpreta también esta acción de Jesús según los acciones y signos de las profetas (Is 56,6-7 y Jer 7,11-14). La casa de Dios debe ser Casa de oración para todas las naciones (Zac 14,16.21).

08.245 - 16. Cap. 10

218

29/10/08 10:09

Página 218

EL EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS

c. La Casa de Dios es Casa de oración Lo que Lucas narra en pocas palabras y dos versos, tiene en los demás evangelistas muchos detalles (Mt 21,12-17; Mc 11,15-19; Jn 2,13-22). A Lucas le importa subrayar que Jesús deseaba el templo como Casa de oración. No quiso en ningún caso narrar una acción contra el templo o criticarlo, pues es el lugar de la presencia de Dios, y le importa como lugar de oración. Los lectores se acuerdan del episodio del muchacho Jesús en el templo (2,41-52). Lucas narra a continuación que Jesús enseña en el templo (19,47-48). Tras la muerte de Jesús, el templo será el lugar de reunión de sus discípulos (Lc 24,53; Hch 5,12), allí oran (Hch 3,1.11; 21,26.27), predican y enseñan (Hch 4,1-2; 5,20-21a.42; 21,40-22,21). Lucas retoma elementos importantes de la tradición para su narración de la entrada de Jesús en Jerusalén, pero los modifica, de modo que no hay ni «una entrada mesiánica triunfal», ni Jesús como rey terreno en competencia con los demás gobernantes mundanos. Lucas pone de relieve que el Reino anunciado por Jesús es el Reino de Dios. Este Reino es el Reino de paz y el Reino universal para todas las naciones. b) Enlaces pragmáticos a. El interés político de Lucas Lucas subraya que los que creen en Jesús no son peligrosos, y que los gobernantes no deben temerlos. Los creyentes no son ni revolucionarios ni rebeldes, ni se interesan por obtener el poder o la influencia. Los seguidores de Jesús se ocupan, de modo pacífico, en la beneficencia y caridad –lo que corresponde bien al ideal helenístico de un buen ciudadano– para que los que sufren estén mejor. b. El carácter diferente del Reino de Dios Al evangelista le importa realzar el carácter divino y universal del Reino de Dios: sólo Dios reina, y su reinado es universal. Aunque Lucas presenta a Jesús como rey de paz, deja claro que «el reino» y «el reinado» de Jesús no corresponden a categorías mundanas, así

08.245 - 16. Cap. 10

29/10/08 10:09

Página 219

EL CONFLICTO CON LOS ANTAGONISTAS DE JESÚS SE AGUDIZA: LC 19,28-21,38

219

subraya que Jesús no pone en peligro el poder de los gobernantes. La categoría diferente del reino se nota en palabras como: llenos de alegría, alabar a Dios a grandes voces, milagros que habían visto, en el nombre del Señor, paz, cielo, gloria, alturas. La alegría indica la alegría escatológica por la realización del plan salvífico de Dios en el día del Señor (Zac 14). La alabanza de los discípulos recuerda a los lectores la alabanza de los ángeles al anunciar a los pastores el nacimiento de Jesús: «Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres en quienes él se complace» (Lc 2,14). La categoría diferente del Reino no significa que no tenga que ver nada con este mundo o que sea apolítico, al contrario: el Reino de Dios ya está en este mundo, en medio de nosotros (Lc 17,21). Pero en el Reino de Dios no valen las medidas terrenas, como Jesús explicó muchas veces: los despreciados en este mundo como los publicanos y pecadores, los pequeños y los que son marginados y relegados como los pobres y los enfermos, todos ellos tienen su puesto en este Reino (6,20; 14,21; 15,7.10; 18,16). Además, los que cumplen los mandamientos de Dios como Abrahán, Isaac y Jacob (13,28), y los paganos que buscan a Dios (13,29), están en el Reino de Dios. En el Reino de Dios no importan ni poder, ni grandeza, ni influencia, sino sólo el servicio y la ayuda recíproca: «Los reyes de las naciones las dominan como señores absolutos y los que ejercen el poder sobre ellas se hacen llamar bienhechores; pero no así entre ustedes, sino el mayor entre ustedes sea como el menor y el que gobierna como el que sirve» (Lc 22,25-26). c. Jesús como «rey» En la cruz de Jesús había una inscripción que le define «rey de los judíos» (23,38). También Pilatos pregunta a Jesús si él es «el rey de los judíos» (23,3), y los soldados se burlan de él como «rey de los judíos» (23,37). Los lectores entienden que deben poner en duda las imágenes de los reyes terrenos frente al rey Jesús. No se puede comparar el Reino de Dios con el gobierno terreno. Lucas sabe que el título «rey» es ambiguo y puede causar conflictos –como narrará en Hch 17,7–, por eso evita el título de «rey» para Jesús. Pero Lucas no pone nunca en duda que Jesús sea verdaderamente «rey», pues Jesús está de acuerdo con la aclamación de sus discí-

08.245 - 16. Cap. 10

220

29/10/08 10:09

Página 220

EL EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS

pulos (19,40). Además, el poder de Jesús es más grande que el de los gobernantes terrenos, porque Jesús vence por su resurrección al mal, Satanás y la muerte.

PARA PROFUNDIZAR Y COMPARTIR Los discípulos son personajes de identificación para los lectores. Ellos entienden que Dios ha empezado a realizar su plan salvífico, pues han visto muchos milagros. Los discípulos todavía no saben que Jesús morirá en la cruz; los lectores, en cambio, saben que Dios incluye la cruz en su plan, y que nada puede impedir la realización de su plan salvífico. ¿Qué importancia tiene la cruz en tu fe? ¿Qué significa para ti que Jesús sea rey? ¿Quién es Jesús para ti? Lee el Salmo 118 y compáralo con nuestro texto, también con Lc 20,9-19 y en general con la pasión: ¿Qué alusiones notas?

2. LOS ADVERSARIOS DE JESÚS BUSCAN MATARLE: LC 19,47-20,47 EL EJEMPLO DEL TRIBUTO DEBIDO AL CÉSAR: LC 20,19.20-26 Jesús enseña diariamente en el templo (Lc 19,47; 20,1; 21,3738). Los sumos sacerdotes, los escribas, los ancianos y los saduceos están en desacuerdo con su enseñanza y buscan matarle (19,47; 20,1-2.19-20). Aprovechan la ocasión de que enseña en el templo para plantearle preguntas críticas: la legítima autoridad de Jesús (20,1-8.9-19), el tributo debido al César (20,20-26), la resurrección de los muertos (20,27-40) y el Mesías (20,41-44). Mediante estas discusiones, Lucas presenta la autoridad y el poder de Jesús; Jesús no pone en peligro el poder del emperador. Desde la perspectiva de la fe en la resurrección sugiere reflexionar sobre el concepto del Mesías. Así prepara el hecho de que Jesús como Mesías no corresponde a las expectativas populares, ni se ajusta a ningún esquema tradicional de Mesías, pues el Mesías Jesús sufrirá, morirá, y resucitará. La crítica de Jesús a los escribas (20,45-47) sirve a los lectores de espejo para su actitud: ¡no deben ser como esos escribas! El modelo siguiente –la viuda pobre– les sirve como ejemplo positivo de acción y como personaje de identificación. Vamos a ver con más detalle «el tributo debido al César» (20,19.2026) para entender el conflicto entre Jesús y sus adversarios.

08.245 - 16. Cap. 10

29/10/08 10:09

Página 221

EL CONFLICTO CON LOS ANTAGONISTAS DE JESÚS SE AGUDIZA: LC 19,28-21,38

221

ESTUDIO DEL TEXTO 1. Trata de estructurar el texto de Lc 20,19.20-26. 2. ¿Cómo da Lucas a entender que los adversarios de Jesús fingen (y no están convencidos de lo que dicen)? 3. Lee la narración en su contexto desde 19,45-48 con 20,1-8.919.20-26. ¿Cuál es la causa del conflicto?

a) Enlaces narrativos a. Estructura La estructura de este episodio está clara: los primeros versículos (20,19-20) describen la situación y explican la motivación de los actuantes. La trama abarca la pregunta de los espías (20,21-22), la pregunta de Jesús (20,23-24a), la respuesta de los adversarios (20,24b) y la conclusión de Jesús (20,25). La observación final del autor (20,26), la que retoma la motivación de los espías de la introducción, enmarca el episodio. b. La motivación de los antagonistas Lucas describe con palabras inteligibles la intención de los oponentes de Jesús: «trataron de echarle mano» (20,19), «el acecho», «espías que fingen ser justos», «para sorprenderle y poderle entregar al poder del procurador» (20,20.26), «su astucia» (20,23). Por eso, las palabras elogiosas que introducen la pregunta de los adversarios suenan hipócritas en su abundancia exagerada: «Maestro, sabemos que hablas y enseñas con rectitud y que no tienes en cuenta la condición de las personas, sino que enseñas con franqueza el camino de Dios» (Lc 20,21). Luego, al final de esta narración, los antagonistas de Jesús –y también los lectores– entenderán que estas palabras elogiosas valen exactamente para Jesús. De hecho, Jesús enseña con franqueza y sin tener en cuenta la condición de las personas el camino de Dios. Con eso, Lucas demuestra que incluso los adversarios de Jesús deben aceptar su superioridad y autoridad: maravillándose y callándose aprueban y confirman su enseñanza.

08.245 - 16. Cap. 10

222

29/10/08 10:09

Página 222

EL EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS

El contexto de nuestra narración aclara que los antagonistas de Jesús no actúan por mala intención meramente. Sus dificultades con Jesús son causadas por la parábola tan crítica (20,9-18.19-20) que Jesús contó poco antes. Su parábola se dirigió inequívocamente contra los sumos sacerdotes y escribas, que entendieron muy bien que la parábola de los viñadores homicidas era por ellos. Ya antes, los sumos sacerdotes y escribas pusieron en duda la autoridad y el poder de Jesús (20,1-8). A esta controversia precedió el reproche de Jesús de haber hecho de la casa de oración una cueva de bandidos y la expulsión de los vendedores del templo (19,45-46). Su crítica revivió (cf. ya 4,29; 6,7.11; 13,31) la intención de sus adversarios de matarle (19,47). Los lectores entienden que el conflicto está causado tanto por la crítica franca y pública de Jesús como por la posición tradicional de los sumos sacerdotes y escribas, los que se sienten atacados por su enseñanza y sus acciones. La intención de la crítica constructiva de Jesús no llega al éxito, porque sus adversarios la toman por ofensa de la religión y sus instituciones. Las posturas se han endurecido, el escándalo es inminente. Los lectores recuerdan los destinos de los profetas (por ejemplo Elías: 1 Re 19,1-5.10 y Jeremías: Jr 11,21) que igualmente fueron despreciados y amenazados de muerte por su crítica, sus acciones y amonestaciones. c. El dilema: o Dios o el César La pregunta de los sumos sacerdotes y escribas plantea a Jesús un dilema. Si él afirma que es lícito pagar tributo al César, expresaría no sólo su acuerdo con la potencia ocupante de los romanos, sino también la veneración del César. Ningún judío fiel a su religión aprobaría nunca venerar al César igual o más que Dios. Si dice Jesús que se tiene que pagar tributo, se mostraría como judío infiel, y así se contradiría como rabino y maestro autorizado por Dios. De decir que no es lícito pagar tributo al César, Jesús sostendría la opinión de los zelotas, a quienes importaba mucho el cumplimiento de la Torá y formaban el partido político de la oposición a los romanos. Si dijera que no se tiene que pagar tributo, Jesús se revelaría como opositor del gobierno romano y, así, enemigo público. Eso es exactamente lo que sus adversarios le reprocharán en su acusación delante de Pilatos (23,2). Con nuestro episodio de fondo, los lectores sabrán desenmascarar esta acusación como falsa.

08.245 - 16. Cap. 10

29/10/08 10:09

Página 223

EL CONFLICTO CON LOS ANTAGONISTAS DE JESÚS SE AGUDIZA: LC 19,28-21,38

223

De hecho, la mayoría de los judíos se conformaba al predominio romano y pagaba su tributo debido, pues el Imperio romano les concedía practicar su religión. Al pedir Jesús a sus adversarios que le muestren un denario, los desenmascara como colaboradores con el predominio romano, pues el ámbito de validez de una moneda correspondía al territorio del gobierno, y como los interrogadores usan el dinero romano en su vida diaria (en vez del dinero palestino), se revelan de acuerdo con el Imperio romano. b) Enlaces pragmáticos a. ¡Devuelvan al César lo del César, y a Dios lo de Dios! La respuesta de Jesús demuestra claramente que no cayó en la trampa de sus oponentes, y que descubrió el problema en que se basó el dilema. Su pregunta fue expresada ambiguamente, pues no se trata de una alternativa «o – o» como en la decisión necesaria o Dios o el dinero (16,13). Jesús explica que no hay la alternativa «o el César – o Dios», sino que se trata más bien del «tanto – como»: «tanto el César – como Dios». Pagar tributo al César o al Estado y dar a Dios lo que se lo debe a Dios, ¡no se excluyen! Más tarde, Lucas mostrará por otros ejemplos que los seguidores de Jesús pueden ser también ciudadanos romanos leales (como Pablo y Silas, Hch 16,37-38; 22,28), y que ciudadanos romanos leales pueden ser igualmente creyentes fieles (como el centurión Cornelio y sus parientes, Hch 10). La respuesta de Jesús es un imperativo que tiene una función general: no se dirige únicamente a sus interlocutores actuales, sino también a los lectores de aquel tiempo y de hoy. Pagar tributo al César y comportarse lealmente con el Estado no perjudica a Dios. Dar al César lo del César parece ser la exigencia más pequeña y ligera. ¡Debemos mucho más a Dios! El imperativo de Jesús «tanto al César como a Dios» incluye también una obligación vinculante: los creyentes no pueden contentarse con ser ciudadanos leales y dejar de lado cumplir con sus deberes respecto a Dios y a sus prójimos. Tampoco basta con ser hombre fiel y no hacer caso de la sociedad en la que se vive. El imperativo de Jesús llama a los creyentes a vivir y testimoniar su fe en este mundo. El Estado y la religión no forman dos mundos separados, sino que son una unidad. Los mismos hombres son tanto ciudadanos como creyentes.

08.245 - 16. Cap. 10

224

29/10/08 10:09

Página 224

EL EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS

b. ¿Qué debemos devolver a Dios? La respuesta de Jesús consta de dos partes; habría bastado con la primera, que se refiere al tributo, pero Jesús añade otro imperativo: dar a Dios lo que es de Dios, devolverle lo que le debemos. Esta segunda exigencia ajusta de nuevo la medida y las normas de lo que debemos hacer. Los lectores entienden que el requerimiento de «dar al César lo que es del César» es una exigencia ligera, pues ni siquiera afecta el corazón o lo más íntimo de los hombres. La exigencia de «dar a Dios lo que es de Dios», en cambio, es una tarea de toda una vida, la que exige el hombre completo durante su vida entera. Lucas juntó ya algo de lo que debemos dar a Dios en el discurso de la llanura (6,20-49), lo que podemos resumir en «ser misericordioso como nuestro Padre es misericordioso» (6,36) y «cumplir la voluntad de Dios, hacer lo que enseña Jesús» (6,46). Otros indicios encontramos tanto en la Torá: el amor a Dios y al prójimo (10,2628), los Diez Mandamientos (18,20) y la solidaridad con los pobres (18,22), como en la enseñanza de Jesús: perdonar (17,4) y la solidaridad con los marginados (5,30-31). Todas ésas son exigencias generales, nuestros deberes. Aparte de esto, cada uno está exigido cada día en su situación actual de dar a Dios lo que es de Dios. Y al final, cuando hayamos hecho todo, no nos queda más que decir: «sólo hemos hecho lo que teníamos que hacer» (Lc 17,10).

c. Personajes de identificación Los sumos sacerdotes y escribas funcionan como modelo negativo de identificación. Sin embargo, los lectores deben identificarse con ellos, sobre todo en cuanto a su intención de aprovecharse de Jesús por sus intereses políticos. Los interrogadores fieles esperaban una respuesta contra el César, mientras que los interrogadores políticos esperaban una respuesta a favor del César. Con cada respuesta sencilla Jesús habría contentado a un grupo, y al mismo tiempo se habría enemistado con el otro. El grupo favorecido por Jesús hubiera argumentado con la autoridad del maestro Jesús: «Jesús enseñó que...» Los lectores deben preguntarse si y en qué situación se aprovechan de Jesús para sus propios intereses o para fortalecer su posición ventajosa. Jesús, en cambio, manifiesta por su respuesta que no se deja abusar por los intereses de los hombres.

08.245 - 16. Cap. 10

29/10/08 10:09

Página 225

EL CONFLICTO CON LOS ANTAGONISTAS DE JESÚS SE AGUDIZA: LC 19,28-21,38

225

El otro rol de identificación es Jesús. Su respuesta aclara inequívocamente que la única medida es Dios mismo: Dios relativiza todo lo demás, no acepta el camino más cómodo del «o – o», sino que exige el más complicado «tanto – como». Los creyentes deben identificarse también con Jesús, que les enseña a orientar sus posiciones y acciones a Dios, y a no dejarse aprovechar por intereses que van en contra de la intención de Dios. A los creyentes que se encuentran en conflictos o situaciones difíciles entre el Estado y la religión, la manera de responder de Jesús, de ajustar la medida y de desenmascarar sus adversarios, les ofrece un modelo para sus acciones. PARA COMPARTIR ¿Qué puedes/debes devolver a Dios? ¿Cómo se lo devuelves? ¿Qué es lo que «tenías que hacer» (Lc 17,10) –porque Dios te lo pide– en tu situación actual? La medida de Jesús, ¿cuál de tus opiniones cambiaría o modificaría?

3. EL ÓBOLO DE LA VIUDA POBRE: LC 21,1-4 1 Alzando la mirada, vio a unos ricos que echaban sus donativos en el arca del Tesoro; 2 vio también a una viuda pobre, que echaba allí dos moneditas, 3 y dijo: «Les digo de verdad que esta viuda pobre ha echado más que nadie. 4 Porque todos éstos han echado como donativo de lo que les sobra; ésta, en cambio, ha echado de lo que necesita, todo lo que tenía para vivir».

ESTUDIO DEL TEXTO 1. Marca las oposiciones. 2. Compara nuestro texto con el de Mc 12,41-44 para apreciar el estilo preciso de Lucas.

08.245 - 16. Cap. 10

29/10/08 10:09

226

Página 226

EL EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS

a) Enlaces narrativos a. Estructura Esta breve narración describe lo que Jesús observa: unos ricos que echan sus ofrendas en el Arca del Tesoro y una viuda pobre que da dos moneditas (21,1-2). Introducido por las palabras «les digo de verdad», que subrayan la importancia de lo dicho, Jesús valora explícitamente el donativo de la viuda pobre; después explica a sus oyentes su interpretación: ella dio más que los ricos (21,3-4). La observación de Jesús se formula en el texto griego por medio de un quiasmo (en la traducción española, en cambio, es un paralelismo): el quiasmo pone de relieve la contrastada diferencia entre las personas y sus donativos: ofrendas – ricos, viuda – dos moneditas. b. Ricos y pobres Lucas contrapone varias veces a ricos y pobres; por ejemplo, en las bienaventuranzas (6,20.24), en el requerimiento sobre a quién se debe invitar a un banquete (14,12.13.16-24) y en la parábola del hombre rico y del pobre Lázaro (16,19-31). Pero a Lucas no le interesa ni una contraposición en blanco y negro –los «buenos pobres y los malos ricos»– ni una crítica general a los ricos. Para Lucas, la riqueza no es mala, pues su valoración depende de cómo sea empleada: por eso presenta a sus lectores muchos modelos de personajes positivos que emplean sus bienes en favor de otros, de la comunidad, de los pobres..., por ejemplo las mujeres que apoyan a Jesús y a los demás discípulos con sus bienes (8,3), Zaqueo que da la mitad de sus bienes a los pobres (19,1-10), las personas que venden casas y campos para apoyar a la comunidad (Hch 4,34-37). c. Las viudas La viuda pobre está en el centro de interés. Lucas narra en muchas ocasiones sobre las viudas, más que los demás evangelistas: la profetisa Ana (2,37), las viudas en Israel y la viuda de Sarepta (4,25.26), la viuda de Naín (7,12), la parábola de la viuda importuna ante el juez (18,3.5), las viudas cuyos bienes son devorados por los escribas (20,47), las viudas desatendidas en la distribución de los

08.245 - 16. Cap. 10

29/10/08 10:09

Página 227

EL CONFLICTO CON LOS ANTAGONISTAS DE JESÚS SE AGUDIZA: LC 19,28-21,38

227

alimentos (Hch 6,1), y las viudas con Tabita (9,39.41). Las viudas están descritas con realismo en su difícil situación social: si no reciben la ayuda económica de sus hijos, se encuentran al borde del «precipicio social», y con frecuencia caen en la pobreza absoluta y llegan a ser víctimas desamparadas de la explotación y del trato injusto de otros. En la obra lucana, las viudas representan a los pobres, pero no son siempre las víctimas o los objetos del apoyo y de la prestación de auxilio de otros. La viuda Ana es presentada como un modelo positivo de identificación: ella sirve a Dios noche y día con ayunos y oraciones. Lucas habla de viudas que toman la iniciativa y actúan con éxito, como en los ejemplos de la viuda impertinente contra el juez, y de las viudas helenistas que protestan contra su situación. También nuestro texto narra una acción importante de una viuda pobre, y Jesús presenta a esta viuda pobre y menesterosa como modelo ejemplar: la viuda pobre da con su ofrenda «todo lo que tenía para vivir», «toda su vida». Con su ofrenda demuestra que a ella no le importa (re)tener algo para sí misma: por eso tiene «un tesoro en los cielos» como recomendó Jesús a sus discípulos y al hombre rico (12,33; 18,22). b) Enlaces pragmáticos a. Personajes de identificación Nuestra narración nos ofrece dos roles de identificación: los ricos y la viuda pobre. Los ricos llevan sus donativos al templo y los echan en la Arca del Tesoro. Lucas sabe que los ricos corren riesgo de codicia y tacañería, pero ahora no son esos ricos los personajes negativos de identificación, pues van al templo y hacen donativos voluntarios de sus bienes. La viuda pobre ofrece un complejo papel de identificación: se puede interpretar su ofrenda en sentido espiritual, como la «autoentrega simbólica a Dios», pues ella dio «lo último que tenía», literalmente «toda la vida suya». Desde una perspectiva feminista, el rol de la viuda contrasta con las acciones de dos de los hombres ricos mencionados en otros episodios: el rico que se puso muy triste tras oír que debía vender todo cuanto tenía y repartirlo entre los pobres (18,22-23), y Zaqueo, el publicano rico, que dio la mitad de sus bienes a los pobres (19,8).

08.245 - 16. Cap. 10

228

29/10/08 10:09

Página 228

EL EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS

Como la ofrenda de la viuda pobre no es una acción simbólica, sino una acción real, se abre otra posibilidad de interpretación: la viuda pobre encarna a los marginados de la sociedad. Pero ella sí actúa. Así, el rol de la viuda pobre demuestra que las personas marginadas tienen –además de acciones simbólicas– posibilidades concretas de actuar, con efectos sorprendentes, como muestra la inesperada interpretación de Jesús: las acciones de los pobres son vistas por Dios y por Jesús, igual que las acciones de los ricos. b. Ajustar la medida Haciendo lo mismo que hacen los ricos, la viuda posibilita la comparación de las acciones. Por medio de su participación en los donativos llega a ser posible otra medida. Los donativos de los ricos –vistos y valorados como un hecho aislado– son una buena acción, pero la ofrenda de la viuda pobre relativiza los donativos de los ricos. Desde esta perspectiva, se ve más claro que los ricos dieron de su abundancia, «de lo que les sobraba»; la viuda pobre, en cambio, dio «todo lo que tenía». Es decir, por medio de su acción, la viuda pobre ajusta de nuevo la medida: ahora ya no vale la cantidad de los donativos, sino que éstos deben ser valorados en relación con los bienes del donador y en relación con sus posibilidades. La acción de la viuda pobre permite percibir y valorar mejor las acciones de todos. A partir de ahora, también los ricos pueden ver más detallada y críticamente sus acciones. Este cambio de perspectiva es necesario para que puedan cambiar sus acciones. Después de la ofrenda de la viuda pobre, los ricos notan que es posible dar «todo», dar más que lo que sobra. La viuda pobre abre por medio de su acción a los ricos una nueva perspectiva de actuación. Los lectores pueden apropiarse también la perspectiva de Jesús. La expresión «de verdad» confirma la opinión de Jesús y subraya que se trata de una perspectiva nueva: no importa tanto el valor nominal, la cantidad del donativo, puesto que las ofrendas deben ser valoradas y estimadas en relación con el donador y sus posibilidades. Jesús demuestra que Dios mide con otras medidas y normas: lo que parece «muy poco» a los hombres, vale mucho más ante Dios. Esta perspectiva nueva anima a los lectores a estimar también lo poco y pequeño que pueden hacer, porque le importa a Dios y le resulta valioso, y puede ser útil a otras personas.

08.245 - 16. Cap. 10

29/10/08 10:09

Página 229

EL CONFLICTO CON LOS ANTAGONISTAS DE JESÚS SE AGUDIZA: LC 19,28-21,38

229

c. Pauta de acción Para los ricos, porque dan de lo que les sobra, nada cambia: siguen viviendo de su abundancia y no cambian ni su perspectiva ni su razonamiento. El evangelista no critica las ofrendas de los ricos, porque cada ofrenda tiene su valor. Pero presenta otro modelo de acción: la acción de la viuda pobre confronta el donativo de la abundancia con el donativo de lo necesario y de la pobreza. La pobreza no impide las acciones, tampoco legitima una perspectiva sin esperanza. Especialmente las acciones de los pobres pueden llevar a los ricos a reflexionar sobre sus acciones y perspectivas, porque se les muestran alternativas.

PARA COMPARTIR Hay esquemas de valores que me ha ordenado la sociedad y que quizá yo adopto sin reflexionar sobre ellos, pero Dios mide con otra medida y con otras normas: ¿Qué es valioso para mí? ¿Cuáles de mis esquemas de valores debo ajustar a la medida de Dios? Es una buena acción que los ricos den donativos de su abundancia, pero pueden preguntarse si lo que hacen corresponde a sus posibilidades. ¿Qué puedo hacer para actuar según mis posibilidades y cómo aprovecharlas realmente? ¿Qué posibilidades y alternativas me ofrecen las acciones de otras personas? La viuda pobre da «todo lo que tenía», «toda su vida»: ¿En qué ocasión puedo dar «todo» de mí, cómo puedo repartir mi vida? (no se trata sólo del dinero, sino también de ayuda, consuelo, tiempo, esperanza, atención...).

4. DISCURSO ESCATOLÓGICO DE JESÚS: LC 21,5-36 Jesús da un largo discurso en el templo. Palabras como «señales», «tiempo», «día(s)», «ver/saber», «cumplir/cumplimiento» señalan la temática escatológica. Aunque Jesús habla de guerra, revolución, persecución, cárcel, terremotos, peste, cólera, hambre y calamidad, los discípulos no deben aterrarse (21,9), pues Jesús les promete su ayuda (21,15.18, véase también 12,12). Todos estos acontecimientos horrorosos son señales de la salvación cercana (21,28) y del Reino de Dios (21,31).

08.245 - 16. Cap. 10

230

29/10/08 10:09

Página 230

EL EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS

Con eso, Jesús abre una perspectiva nueva a sus discípulos: deben interpretar los acontecimientos en el mundo desde la perspectiva del Reino de Dios que ya está cerca, por eso no deben tener miedo. El Reino de Dios y la salvación cercanos requieren ajustar las acciones a este objetivo inminente: no dejarse engañar (21,8), dar testimonio (21,13), ser perseverantes (21,19), no embotarse por el libertinaje, la embriaguez y las preocupaciones de la vida (21,34); por el contrario, hay que estar en vela y orar sin desfallecer (21,36). También los lectores deben revisar y ajustar sus acciones –¡y sus objetivos!– bajo esta nueva perspectiva del cercano Reino de Dios. 5. JESÚS ENSEÑA EN EL TEMPLO: LC 21,37-38 Estos dos versos resumen los acontecimientos ocurridos y pasan al tema de la pasión. El imperfecto (enseñaba, salía, madrugaba) indica la duración: Jesús solía enseñar en el templo, y las gentes le escuchaban con mucho interés.

08.245 - 17. Cap. 11

29/10/08 12:12

Página 231

CAPÍTULO XI

LA PASIÓN: LC 22,1-23,56

El conflicto entre Jesús y sus adversarios se agudiza hasta culminar en la decisión de los sumos sacerdotes y escribas de matarle (22,2). La narración de la pasión y muerte de Jesús se estructura en distintas escenas por las informaciones temporales, por el cambio del lugar y por la aparición de otras personas: la parte introductoria nos informa de los preparativos para la Pascua y para la entrega de Jesús (22,1-13). Sigue la narración del Pascua (22,14-38): Lucas nos comunica la última cena y un largo discurso de Jesús a sus discípulos respecto a su comportamiento entre sí y su decisión definitiva de seguirle. Después de la cena, Jesús y sus discípulos salen al monte de los Olivos. La trama se desarrolla en distintos pasos (22,39-23,25) –la oración de Jesús, su prendimiento, la negación de Pedro y ultrajes por otros, interrogatorios ante el Sanedrín, Pilatos, Herodes y otra vez ante Pilatos– y termina con la condena a la crucifixión. Las escenas siguientes narran la crucifixión (23,26-43), la muerte (23,44-49) y el sepelio de Jesús (23,50-56). Llama la atención que Lucas comunica con suma parquedad los momentos decisivos: «le crucificaron allí a él» (23,33) y «expiró» (23,45), mientras que añade discursos de Jesús con las mujeres (23,28-30) y con los malhechores (23,39-43), y palabras de otra gente. Eso indica que Lucas da por sabida la crucifixión –Teófilo y los demás lectores ya estaban catequizados–, por eso pudo acentuar otros contenidos, así que tienen más importancia.

08.245 - 17. Cap. 11

29/10/08 12:12

232

Página 232

EL EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS

1. PREPARATIVOS PARA LA PASCUA Y PARA LA ENTREGA DE JESÚS: LC 22,1-13 Se acerca la fiesta de los Ázimos, la Pascua, y los sumos sacerdotes y escribas buscan hacer desaparecer a Jesús. Ahora aparece Satanás y «entra en Judas» (22,3). Judas concibe un plan para entregar a Jesús en manos de los sumos sacerdotes. Los lectores se acuerdan de que, después de las tentaciones de Jesús en el desierto, Satanás «se alejó de él hasta el tiempo oportuno» (4,13). La aparición de Satanás indica «el tiempo oportuno». Con eso, Lucas da a entender que todo se desarrolla según el plan salvífico de Dios. El día de los Ázimos, Jesús envía a sus discípulos para preparar la sala donde comerán la Pascua. Los discípulos encuentran todo tal como Jesús ha descrito (22,13). Los lectores se acuerdan de los discípulos enviados a traer un burrito, y que todo sucedió tal como Jesús lo había predicho (19,30-34). Lucas indica que Jesús conoce su destino y sabe que forma parte del plan salvífico de Dios. 2. LA PASCUA: LC 22,14-38 Al llegar «la hora», Jesús celebra con sus discípulos la Pascua, y les anuncia otra vez su pasión (22,15-16.18.22.29-30.37). ESTUDIO DEL TEXTO 1. Se nota que el texto completo forma una unidad por el tratamiento de «ustedes». Trata de estructurar el texto. 2. Marca los imperativos para ver qué debemos hacer. 3. Comparar la parte de la institución de la eucaristía (22,14-20) con sus paralelos de Mt 26,26-29 y Mc 14,22-25 para ver más claramente lo específico de Lucas.

a) Enlaces narrativos a. Estructura Se puede estructurar el texto por tres partes: La primera –introducida por «llegó la hora» (22,14)– comunica la última cena con la

08.245 - 17. Cap. 11

29/10/08 12:12

Página 233

LA PASIÓN: LC 22,1-23,56

233

institución de la eucaristía, y termina con la reacción de los discípulos respecto a la entrega de Jesús (22,14-23). La segunda parte empieza por una información del autor, que apunta otra temática: «entre ellos hubo un altercado» (22,24), y se acaba con un breve diálogo entre Jesús y Pedro (22,24-34). La última parte abarca otro diálogo entre Jesús y sus discípulos con una palabra enigmática sobre la espada (22,35-38). b. La institución de la eucaristía Durante la comida, Jesús encomienda partir el pan en memoria suya (22,19). El encargo de hacer eso en recuerdo suyo se encuentra únicamente en Lc. Luego, Lucas narrará que «la fracción del pan en común» llega a ser la señal de los discípulos de Jesús (Lc 24,3031.35; Hch 2,42.46). Al principio los discípulos se encontraron para comer juntos (Hch 2,46; 6,1: el ágape) y guardaron la fracción del pan en memoria de Jesús. Más tarde, de la fracción del pan en comunidad se desarrollará el rito de la eucaristía (Hch 20,7.11): los discípulos se encuentran el primer día de la semana –que es según el calendario judío el domingo– para la fracción del pan, para acordarse de Jesús y para intercambiar experiencias de su fe. Llama la atención que Lucas habla dos veces de la copa (22,1718.20), mientras que los demás evangelios la mencionan sólo una vez. Por eso opinan algunos exegetas que el autor describió primero el rito de la Pascua judía, y después la eucaristía cristiana, para destacarla del rito judío. En contra de aquella opinión se debe decir que Jesús celebra explícitamente la Pascua, y no la eucaristía (véase 22,1.7-8.13). La copa, mencionada dos veces, indica, más bien al contrario, que la eucaristía cristiana está enraizada evidentemente en la Pascua judía, pues en el rito de la Pascua se hace circular la copa cuatro veces, y se pronuncian oraciones de gracia y de bendición. El hecho de que Lucas no describe dos ritos diversos sino un rito único, se ve por las dos oraciones de gracias: antes de hacer circular la primera copa (22,17) y antes de dar el pan (22,19), pero no antes de la segunda copa (22,20). Al final, todas las palabras interpretadas de Jesús se refieren al mismo encargo de hacerlo en recuerdo suyo: «tomen esto y repártanlo entre ustedes» (22,17), «hagan esto en recuerdo mío» (22,19) y: «... mi sangre, que se derrama por ustedes» (22,20).

08.245 - 17. Cap. 11

234

29/10/08 12:12

Página 234

EL EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS

No se puede suprimir una de las dos copas para entender el rito cristiano. Si la primera copa no formara parte del rito eucarístico cristiano, faltarían no sólo la oración de gracias y la bendición, sino también la orden de que todos deben tomar del vino, como se lee en Mt 26,27-28 y Mc 14,23-24. Si se suprimiera la segunda copa, se pasaría por alto la interpretación de la sangre derramada y de la Nueva Alianza. Las dos palabras que interpretan las dos copas indican la unidad del rito único descrito: compartir pan y vino en comunión y recuerdo de Jesús. Únicamente Lucas nos habla de la Nueva Alianza (22,20) en la sangre de Jesús. «La sangre derramada» en el contexto con «la alianza» recuerda la Alianza entre Dios e Israel: Dios elige a los hijos de Israel como Su pueblo, e Israel promete hacer y obedecer la voluntad de Dios (Ex 24,3.7-8). Esta Alianza está firmada por la sangre. El profeta Jeremías espera la Nueva Alianza (Jr 31,31-34). Pero la Nueva Alianza no trae consigo la anulación de la primera alianza. Igual que la primera alianza, también la Nueva Alianza es la alianza entre Israel y Dios, y dice lo mismo que la primera: Dios elige a Israel, e Israel cumple la voluntad de Dios. Lo nuevo es más bien que cada uno, desde el más pequeño hasta el más grande, conocerá a Dios: sin necesidad de ser enseñados por otros, sino por afán propio, porque cada cual busca a Dios. Además, Dios perdona toda la maldad y todos los pecados, y posibilita así el nuevo comienzo. Lo mismo enseñaba Jesús: que debemos hacer la voluntad de Dios (6,20-49; 10,26-28; 18,20), y que Dios, al perdonar nuestros pecados, nos posibilita el nuevo comienzo (15,4-32). c. ¿Gobernar o servir? Jesús exhorta a sus discípulos a no adoptar el comportamiento de gobernantes y reyes: «pero no así entre ustedes, sino que el mayor entre ustedes sea como el menor, y el que gobierna como el que sirve» (Lc 22,26). Tanto la situación especial del discurso de despedida como la expresión en general y fundamental indican que estas palabras se dirigen a la comunidad y a la iglesia. Jesús enseña nuevas normas: ni reputación, ni poder, ni influencia, ni estima –que importan tanto en el mundo– deben tener la misma validez en la comunidad. Al contrario: Jesús es el ejemplo para todos los miembros de la comunidad. Jesús es «el que sirve» (22,27): el objetivo de la comunidad es la solidaridad con los marginados y el servicio mutuo.

08.245 - 17. Cap. 11

29/10/08 12:12

Página 235

LA PASIÓN: LC 22,1-23,56

235

Jesús les concede a sus discípulos participar en el Reino de Dios (22,29-30), porque han perseverado con él en sus pruebas (22,28). Eso alude a las situaciones difíciles que experimentarán los seguidores de Jesús (como Jesús las anunció ya en 21,12-19). En su Reino, ellos vivirán la comunidad con Jesús, pues «comen y beben a mi mesa en mi Reino». Esta «comida» no se debe entender en sentido literal, sino en referencia al cumplimiento del Reino de Dios, igual que la palabra de Jesús que comerá de nuevo con ellos (22,16). También el profeta Isaías se figuró el fin de los tiempos como banquete en comunidad con Dios (Is 25,6-9). Esta imagen de la «comida» simboliza la comunidad con Dios –y Jesús– en plena alegría, sin necesidad ni pena alguna. La imagen de que los discípulos se sienten sobre tronos para juzgar a las doce tribus de Israel no se puede entender literalmente, ni condena a Israel. En el contexto con el cumplimiento del Reino de Dios, la palabra «juzgar» es una alusión a la venida del Hijo del hombre y al Juicio Final (véase el discurso escatológico de Jesús: 21,5-36). Este día será un día de salvación y alegría (21,28), porque se cumplirá el Reino de Dios, y se restablecerá el pueblo de Israel con sus doce tribus (22,30). El Apocalipsis de san Juan describe la misma imagen en la visión de la Jerusalén celestial: en la muralla de la ciudad preciosa hay doce puertas en las que son grabados los nombres de las doce tribus de los hijos de Israel, y la misma muralla se asienta sobre doce piedras que llevan los nombres de los doce apóstoles (Ap 21,12-14). Después, Jesús encarga a Simón –aunque renegará de Jesús, o quizá justo por eso– confirmar a los demás discípulos (22,32). Con estas palabras y con su oración, Jesús expresa su relación amistosa y su confianza en Pedro, pese a su fracaso. Lucas da a entender que Jesús no busca a los perfectos e impecables. Igual que Pedro, también los lectores están confiados en confirmar a otros cuanto puedan. Por el ejemplo de Pedro, nadie puede decir de sí mismo que no sea capaz de ello; Jesús confía en cada uno. d. La palabra enigmática de la espada Después, Jesús exhorta a sus discípulos a aprestarse para los apuros inminentes, y tomar bolsa, alforja y espada (22,36). Estas palabras no se deben entender literalmente, pues ya lo indica la formulación muy general de «el que» (véase también «los que» en 21,21) en vez del tratamiento directo de «ustedes». Jesús no envía a sus discípulos a comprarse espadas. Los discípulos lo malinterpretan al mostrarle las dos es-

08.245 - 17. Cap. 11

236

29/10/08 12:12

Página 236

EL EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS

padas (22,38). Jesús no quiere la lucha, que iría en contra de su posición pacifista y de su invitación a amar a sus enemigos (6,27-30); incluso, Jesús pondrá coto al discípulo que empleará la espada (22,50). Con la palabra de la espada, Jesús indica el apuro y aprieto inminentes que empezarán por el cumplimiento de las Escrituras en Jesús. Los lectores recuerdan el largo discurso escatológico por el que Jesús señaló ya al cumplimiento de las Escrituras (21,22). Ahora se cumplen las Escrituras, y los discípulos deben estar prestos y en vela. Esta palabra con la cita de las Sagradas Escrituras es también otro anuncio de la pasión, pues Jesús será crucificado en medio de dos otros malhechores. Una vez más, Lucas da a entender que todo sucede según el plan de Dios, ya anunciado en las Escrituras. b) Enlaces pragmáticos Los imperativos nos dan impulsos para nuestra acción. a. ¡Hagan esto en recuerdo mío! Los primeros dos imperativos los hallamos en la última cena: «tomen esto (el vino) y repártanlo entre ustedes» (22,17) y: «hagan esto (comer el pan y tomar el vino) en recuerdo mío» (22,19). Los discípulos –y la comunidad– deben reunirse a la mesa, no sólo para comer y beber, sino para acordarse de Jesús. La comunión a la mesa recuerda las comidas de Jesús con los pecadores y marginados (5,2932; 19,7), y con los fariseos (7,36; 11,37; 14,1), y al mismo tiempo anticipa la «comida» en el Reino de Dios. El recuerdo de Jesús no se debe limitar a aquellos gestos de partir el pan o de comer con pecadores y otros; no es recuerdo en sentido de souvenir. Debemos entenderlo en sentido más amplio: todo lo que Jesús enseñó e hizo. Pero no basta guardarlo «en la memoria», pues su enseñanza y sus hechos exigen imitación. Debe ser un recuerdo vivo y activo: así cumplimos la voluntad de Dios y ayudamos a edificar el Reino de Dios. b. ¡No así ustedes! El imperativo siguiente es: «no así ustedes (gobernar, hacerse llamar bienhechor), sino que el mayor entre ustedes sea como el más

08.245 - 17. Cap. 11

29/10/08 12:12

Página 237

LA PASIÓN: LC 22,1-23,56

237

joven y el que gobierna como el que sirve» (22,26). Este imperativo es evidente: Jesús mismo es nuestro ejemplo, pues está en medio de nosotros como el que sirve (22,27). Pero es intención equivocada e hipócrita servir sólo para ser el mayor, e igualmente llamar «servicios» a los cargos influyentes y de poder. c. ¡Sean perseverantes! En el mismo párrafo (22,24-30) hallamos otro imperativo más bien indirecto: para heredar el Reino de Dios, y para comer y beber en comunidad con Jesús en el Reino, es preciso haber perseverado con él en las pruebas (22,28-30). En todo Lc no se encuentra la información de que los discípulos hayan perseverado (con Jesús) en alguna prueba. Al contrario: más tarde leeremos que los discípulos duermen, mientras que Jesús sufre angustia vital; ni siquiera oran con él como les pidió (22,40.44-46). Por eso podemos entender la promesa de comer y beber en el Reino como imperativo indirecto: quien quiere participar en esta «comida» en comunidad con Jesús, debe ser perseverante en pruebas y situaciones difíciles, pues «con su perseverancia salvarán sus almas» (21,19). d. ¡Confirma a tus hermanos! El imperativo siguiente se refiere a Pedro. Jesús le dice: «yo he rogado por ti, para que tu fe no desfallezca, y tú, cuando hayas vuelto, confirma a tus hermanos» (22,33). La oración de Jesús, la reacción de Pedro y la narración de las negaciones de Pedro (22,54-62) dan a entender que Pedro sí vivirá una crisis de su fe. Sin embargo –o quizá exactamente por eso– Jesús le encarga que confirme a sus hermanos. Quien vivió y superó una crisis de fe, es muy apto para confirmar a otros en su fe, pues conoce por experiencia propia la situación difícil, las dudas y tentaciones, y sabe –también por experiencia propia– cómo superarlas. Su fe, por haber vivido una prueba, no es débil, sino probada. Su testimonio de fe, purificado por la crisis superada, es muy valioso. Jesús nos anima compartir nuestras experiencias de fe, tanto positivas como negativas, para confirmar a otros. e. ¡Estén prestos y en vela! Como dijimos arriba, la palabra de la espada se debe interpretar en sentido figurado. Cuando Jesús envió a los discípulos, no les fal-

08.245 - 17. Cap. 11

238

29/10/08 12:12

Página 238

EL EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS

tó algo, porque Jesús estaba vivo con ellos. A partir de ahora, como seguidores de un Mesías crucificado como criminal, los discípulos y los lectores deben estar preparados a soportar ataques, recriminaciones, rechazos y resistencias. Sin embargo, Jesús no les dice que deben estar preocupados, y vale todavía su promesa de que el Espíritu Santo les enseñará qué decir (12,4-12). Luego, les mandará al Espíritu Santo como ayuda y paráclito (24,49; Hch 1,4-5.8). Los discípulos y los lectores están llamados a estar prestos y en vela para interceder a favor de su fe, pese a resistencias y dificultades: así testimonian su fe.

PARA COMPARTIR Jesús nos encargó com-partir pan y vino en recuerdo suyo: ¿Qué recuerdas de Jesús que te importe mucho? ¿Te resulta difícil o fácil vivir «en contra» del sistema de valores de los poderosos? ¿Experimentaste ya –o te encuentras actualmente– en una situación en la que debías/debes ser perseverante? ¿Cómo o en qué punto/situación puedes confirmar a otros, testimoniando tu fe? ¿Viviste ya una situación difícil en la que te costó testimoniar tu fe? ¿Qué otras circunstancias en tu entorno se podrían cambiar, partiendo de la base de la perspectiva de fe?

3. PRENDIMIENTO DE JESÚS E INTERROGATORIOS: LC 22,39-23,25 Esta parte está compuesta de varias escenas. La primera tiene lugar en el monte de los Olivos (22,39-54a). Jesús sabe lo que sucederá, pero se pone completamente a disposición de su Padre: «Padre, si quieres, aparta de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya» (Lc 22,42). Al llegar los hombres para detener a Jesús, uno de sus discípulos hiere con la espada al siervo del sumo sacerdote y le corta la oreja derecha. Jesús le pone coto, y aunque él mismo está en peligro, cura al siervo que ha venido para detenerlo (22,50-51). Es la última curación milagrosa de Jesús, la que demuestra que Jesús mismo practi-

08.245 - 17. Cap. 11

29/10/08 12:12

Página 239

LA PASIÓN: LC 22,1-23,56

239

ca el amor al enemigo que ha enseñado (6,27-30). Todos los evangelistas narran este episodio, pero sólo Lucas comunica que Jesús cura al siervo. Así realza inequívocamente el carácter pacífico de Jesús y su disposición al perdón: Jesús –al perdonar en vista del peligro inminente– es el ejemplo para nosotros. Leeremos más tarde que Jesús crucificado perdona a los que le crucificaron (23,34). Con estos ejemplos, nadie puede decir que el amor al enemigo es ideal o poco realista. Jesús es detenido y llevado a la casa del sumo sacerdote. La escena siguiente (22,54b-65) sucede en el patio de la casa del sumo sacerdote. Pedro siguió a Jesús, pero, al ser identificado como su discípulo, niega tres veces conocer a Jesús, tal como Jesús se lo predijo (22,34). Los lectores entienden que todo se hace realidad tal como Jesús anticipó. Aunque los soldados se burlan de Jesús –le llaman «profeta»–, los lectores entienden que él es el verdadero profeta y Señor que conoce todos los sucesos, pues los acontecimientos sucedidos avalan a Jesús. La realización de los sucesos predichos señala también al cumplimiento de las Escrituras y al plan de Dios. Con eso, Lucas indica que Jesús aceptó su rol en el plan salvífico de Dios. Al llegar el día, Jesús es interrogado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas (22,66-71). En este interrogatorio los títulos de «Mesías», «Hijo del hombre» e «Hijo de Dios» son sinónimos para Jesús. En vista de la condena y muerte inminentes de Jesús, los lectores se preguntan si este Jesús –débil e impotente– es el Mesías e Hijo de Dios que esperaban. Para los miembros del Sanedrín obviamente no lo es, pero sus discípulos y seguidores darán otra respuesta. Después Jesús es llevado ante Pilatos y ante Herodes (23,1-12). Mientras que los demás evangelistas narran el cuadro ante Pilatos, la escena de Jesús ante Herodes es propia de Lucas. Jesús es acusado ante el procurador romano y el rey judío de ser «el rey de los judíos», o sea, rebelde contra el imperador. Sin embargo, Lucas subraya explícitamente que Pilatos considera a Jesús inocente (23,4). También Herodes está interesado en Jesús: se alegra (¡!) mucho, pues deseaba verle, y espera ver algún signo (23,8). Al darse cuenta de que Jesús defrauda sus expectativas, le desprecia y se burla de él, pero tampoco le condena, sino que lo remite a Pilatos. Este lo interpreta como señal de que también Herodes considera inocente a Jesús (23,15). Lucas indica por estas dos escenas que tanto el poder romano como el poder judío reconocieron la inocencia de Jesús, y no lo condenaron.

08.245 - 17. Cap. 11

29/10/08 12:12

240

Página 240

EL EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS

En el último interrogatorio (23,13-25), Pilatos declara tres veces explícitamente que Jesús es inocente y quiere soltarlo (23,16.20.22). Así Lucas absuelve a los romanos de la muerte de Jesús. En cambio, los sumos sacerdotes, los magistrados y el pueblo exigen la muerte de Jesús hasta tres veces (23,18.21.23), y por eso Pilatos cede. 4. LA CRUCIFIXIÓN Y LA MUERTE DE JESÚS: LC 23,26-43.44-49

ESTUDIO DEL TEXTO 1. Trata de estructurar el texto. 2. Marca las personas que aparecen y lo que hacen (los verbos). 3. Busca en el texto: ¿Quiénes llevan a Jesús al camino del calvario? ¿Quiénes cargan a Simón de Cirene la cruz de Jesús? ¿Quiénes reparten sus vestidos? ¿Quiénes crucifican a Jesús? ¿Por qué Lucas no los menciona directamente? 4. Lee los textos paralelos (Mt 27,31b-56; Mc 15,20b-41; Jn 19,16b-30) para ver más claramente lo específico de Lucas.

a) Enlaces narrativos a. Estructura Este texto se puede estructurar en dos escenas: la crucifixión (23,26-43) y la muerte de Jesús (23,4-49), pues la información sobre la hora y la perspectiva general a todo el país (23,44) funciona como cesura. Se pueden subdividir las dos escenas por la aparición de personas diversas. Se encuentra siempre una frase introductoria que describe la nueva situación y presenta a otras personas con una acción característica. Estos «enfoques» o secuencias contienen con frecuencia una palabra de Jesús o un diálogo. Así, el autor nos da la ilusión de una visión panorámica de la crucifixión y de la muerte de Jesús. La primera secuencia describe el camino del calvario (23,26). Pero en el centro de interés es Simón de Cirene quien está cargando la cruz, justo detrás de Jesús.

08.245 - 17. Cap. 11

29/10/08 12:12

Página 241

LA PASIÓN: LC 22,1-23,56

241

El segundo enfoque que es propio de Lucas describe el encuentro entre Jesús y las mujeres que lloran y se lamentan por él (23,2731). El evangelista añade un breve discurso profético de Jesús con una cita de las Sagradas Escrituras. La situación siguiente nos comunica la crucifixión (23,32-34a). Lucas menciona a dos malhechores que son crucificados al lado de Jesús. Jesús, crucificado y en vista de su muerte, perdona orando a todos los implicados en su muerte. El enfoque se dirige a las demás personas que acuden a la crucifixión, y narra sus reacciones (23,34b-37). El pueblo queda mirando. Tanto los magistrados como los soldados se burlan de Jesús «Mesías» y «rey» a causa de su aparente impotencia y debilidad. Después, el evangelista enfoca la inscripción de «Jesús rey», y sigue con un diálogo entre los dos criminales y Jesús (23,38-43). Jesús le promete el Paraíso al malhechor convertido en el último momento. Con eso, Lucas señala a sus lectores en qué sentido deben comprender al rey Jesús y su reinado. La información sobre la hora indica la nueva escena. Lucas describe con acontecimientos y signos cósmicos la hora de la muerte de Jesús (23,44-46). Jesús muere con una oración que expresa su confianza en Dios, su padre. Después de su muerte, Lucas dirige la perspectiva al centurión y a la gente que acudió (23,47-48). Mientras que la gente está consternada, el centurión pagano glorifica a Dios y afirma la inocencia y justicia de Jesús. La última secuencia (23,49) enfoca a los conocidos de Jesús y especialmente las mujeres que le acompañaban desde Galilea: ellos se quedan con él (a distancia), viendo todas las cosas. b. Citas de las Sagradas Escrituras y otras alusiones Observamos que en nuestro texto en cada uno de los «enfoques» se hallan o bien citas de los profetas o Salmos o bien alusiones al texto del propio evangelio. De esta manera, Lucas recuerda temáticas importantes. La primera alusión al texto del evangelio se encuentra en la descripción del encargo de Simón de Cirene: «llevar la cruz detrás de Jesús» (23,26). «Llevar su cruz y seguir a Jesús» o: «llevar su cruz e

08.245 - 17. Cap. 11

242

29/10/08 12:12

Página 242

EL EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS

irse detrás de Jesús» (9,23 y 14,27) caracteriza al discípulo y al seguimiento de Jesús. En la segunda secuencia (23,27-31) leemos la combinación de las palabras: «Jerusalén – llorar – llegarán días – ustedes y sus hijos/ tú y tus hijos», la que leímos ya cuando Jesús, acercándose a la capital, lloró sobre Jerusalén (19,41-44). Aquí, Jesús se lamenta otra vez de manera profética sobre la ciudad. Su lamentación contiene una cita del profeta Oseas (Os 10,8), la que aclara su intención: no anuncia el juicio sobre Jerusalén, sino que recuerda y advierte el arrepentimiento y la conversión. En el libro de Oseas, los hombres desean que los montes y colinas les caigan encima y les sepulten, porque tienen vergüenza de sus hechos: veneraban a ídolos y no a Dios; al reconocer sus faltas, se avergüenzan (nosotros hoy decimos en la misma situación: ¡trágame, tierra!). En este contexto, la respuesta de Jesús a las mujeres: «no lloren por mí, lloren más bien por ustedes y por sus hijos» (23,28), llama al conocimiento verdadero y adecuado de Dios. Dios no es ni cruel, ni sádico, por «querer» la muerte en la cruz de Jesús, sino más bien: aunque Jesús padece como inocente una muerte sin sentido, Dios no le abandona. El plan de Dios no está impedido por el asesinato de Jesús, pues incluye la muerte. Lucas subrayará con más frecuencia esta verdad fundamental. En la tercera secuencia (23,32-34a) se encuentra otra alusión a Lc en la oración de Jesús crucificado: Jesús perdona a sus verdugos igual que nos enseñó en el sermón de la llanura: «amen a sus enemigos» (6,35) y «perdonen y serán perdonados» (6,37). Lo mismo nos enseñó en el Padre Nuestro: «nosotros perdonamos a todo el que nos debe» (11,4). En la situación siguiente (23,34b-37) que nos describe la reacción de la gente que acude a la crucifixión, leemos dos citas del Salmo 22 aplicadas a Jesús: «reparten entre sí mi ropa y se echan a suertes mi túnica» (Sal 22,19, en Lc 23,34b), y: «todos cuantos me ven, de mí se mofan» (Sal 22,8, en Lc 23,35). Además encontramos otras alusiones más al mismo Salmo en la burla de los magistrados y soldados (Lc 23,35b.37): «Se confió a Yahvé, ¡pues que lo libre, que lo salve si tanto lo quiere!» (Sal 22,9), en la confianza en Dios (Sal 22,20.25) y en la conclusión: «así actuó el Señor» (Sal 22,32). Por estos paralelos y alusiones es de suponer que los creyentes en Jesús interpretaron ya muy pronto el destino de Jesús mediante este Salmo.

08.245 - 17. Cap. 11

29/10/08 12:12

Página 243

LA PASIÓN: LC 22,1-23,56

243

En la quinta secuencia (23,38-43), las palabras «Mesías», «rey» y «reino» recuerdan el mensaje del «Reino de Dios» que Jesús proclamó y practicaba. La respuesta de Jesús da a entender dos datos fundamentales: 1. Jesús mismo no duda –¡ni siquiera en vista de la muerte!– de la verdad y realidad del Reino de Dios actualmente presente, pues está convencido de que estará en el Paraíso. 2. Jesús, al prometer al malhechor arrepentido que estará con él en el Paraíso, vive y practica el perdón de los pecados, como lo enseñaba y practicaba a lo largo de su vida. Mediante su respuesta, Jesús se presenta a sí mismo como Hijo del hombre que tiene autoridad para perdonar los pecados (5,24), y como Mesías e Hijo de Dios que –sentado a la diestra del poder de Dios– dispone del Paraíso (22,67-70). El hecho de que Jesús, inocentemente crucificado como criminal, confirma y vive su mensaje del Reino de Dios cuando su propia muerte es inminente, subraya otra vez que ni siquiera la muerte absurda del inocente impide o interrumpe el plan salvífico de Dios. En la sexta secuencia (23,44-46) leemos la cita del Salmo 31. Con sus últimas palabras gritadas con fuerza, Jesús encomienda su espíritu en manos de su Padre, como dice el Sal 31,6: «en tus manos abandono mi vida y me libras, Yahvé, Dios fiel». En este Salmo, una persona abandonada que tiene miedo y sufre burlas expresa su confianza firme en Dios. Lucas confirma, mediante la alusión al Sal 31, que Dios conoce la aflicción y las angustias de los que sufren (Sal 31,8), y oye su grito (31,23). De esta manera, el evangelista da a entender que Dios no abandona nunca a los hombres que sufren, y que ellos –pese a su destino– pueden confiarse a Dios, igual que Jesús. La señal del velo del santuario que se rasga por medio, es difícil de interpretar. Aquel velo sirvió para separar el lugar santo del lugar santísimo. Al rasgarse, el lugar santísimo ya no queda separado y oculto a la vista. El hecho de que el velo se rasgue en el momento de la muerte de Jesús puede subrayar la presencia de Dios: ¡el sufrimiento de los inocentes que se confían a Dios no significa ni la ausencia de Dios, ni que Dios se aparta de su pena! El penúltimo enfoque (23,47-48) dirige la perspectiva al centurión pagano. Al ver no sólo las señales cósmicas sino también la plena confianza de Jesús en Dios, el perdón que otorga a sus verdugos y el seguro del Paraíso al malhechor, el centurión afirma la ino-

08.245 - 17. Cap. 11

244

29/10/08 12:12

Página 244

EL EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS

cencia de Jesús y glorifica a Dios. Pareciera inoportuna la alabanza a Dios en el momento morir Jesús, pero debemos interpretarla en el contexto de Lc. Otras personas más alabaron a Dios: los pastores (2,20), el paralítico (5,25), la mujer encorvada (13,13), el leproso samaritano (17,15), el mendigo ciego (18,43) y todo el pueblo (5,26; 7,16). Todos ellos glorifican a Dios por sus hechos salvíficos: el plan salvífico se hace sentir y es concretamente visible. Lucas explica por la alabanza y el credo del centurión que la actuación de Dios se nota también en la muerte de Jesús. El centurión pagano reconoce tanto la confianza de Jesús en Dios, como la relación de Dios con Jesús. Dios no abandona a Jesús, sino que realiza su plan salvífico incluyendo la muerte. Finalmente, Lucas enfoca a los seguidores de Jesús: sus conocidos y las mujeres que le seguían desde Galilea se quedan con él y ven todo lo que ocurre. Aunque «a distancia», se quedan con él y no le abandonan. Al evangelista le importa sobre todo la presencia de las mujeres como testigos de todos los acontecimientos. Serán ellas quienes –recordando los anuncios de la pasión, la enseñanza y los hechos de Jesús– entenderán el mensaje de los ángeles, y anunciarán a los demás discípulos la resurrección (24,6-10).

b) Enlaces pragmáticos Las personas que acompañan a Jesús en el camino del Calvario y están junto a la cruz, reflejan posiciones distintas a los lectores. Son personajes de identificación, pues sus opiniones, su actitud y sus acciones ayudan a los lectores a encontrar su posición propia. a. Simón de Cirene La primera persona es Simón de Cirene. Es alguien desconocido, pues nunca apareció antes. Aquel hombre viene del campo, por eso parece que pasa por casualidad en el camino, y no tiene mucho que ver con Jesús. Como desconocido y ajeno, está cargado con la cruz de Jesús. Los romanos como potencia ocupante tenían el derecho de reclamar servidumbre feudal a los israelitas. Simón debe llevar la cruz de Jesús detrás de él. Al llevar la cruz y seguir a Jesús, Simón de Cirene personifica el discípulo ideal.

08.245 - 17. Cap. 11

29/10/08 12:12

Página 245

LA PASIÓN: LC 22,1-23,56

245

Pero visto de cerca notamos que Simón no lleva su cruz propia, sino la de Jesús: ¡también el que lleva la cruz de otros o les ayuda a llevar su cruz –aunque sea por unos pasos o por un tiempo limitado– es como discípulo de Jesús! Simón de Cirene, como persona ajena y desconocida entre los demás discípulos, simboliza a todos los hombres y mujeres que hacen el bien a otros sin estar motivados explícitamente por el Evangelio o por la fe cristiana. ¿Cuántos «discípulos desconocidos» hay? b. Las mujeres en el camino Lucas es el único evangelista que nos narra el encuentro con mujeres en el camino. Estas mujeres lloran por Jesús, por eso no le siguen por curiosidad o para ver un espectáculo. Seguramente no eran parte de la muchedumbre que exigió la muerte de Jesús, pues nadie llora por un criminal castigado por sus delitos, como demuestra también la opinión del malhechor crucificado junto a Jesús (23,41). El llanto de las mujeres es protesta contra los demás y manifiesta en público su convicción de la inocencia de Jesús. Además, su llanto les revela a ellas como seguidoras de Jesús, y así testimonian tanto su pertenencia a Jesús como su fe y confianza en él. El llanto señala al sufrimiento y dolor –sea la pena propia, incluso por arrepentimiento, o sea la de otros–, expresa la solidaridad con la(s) víctima(s) y protesta contra la injusticia. ¿Cuándo y por qué lloraste la última vez? c. Jesús crucificado En la secuencia de la crucifixión, la actitud de Jesús llama la atención. Lucas es el único evangelista que menciona explícitamente que el Crucificado, en su oración, perdona a todos los que causaron su muerte: «Padre, perdónales, porque no saben lo que hacen»: Lc 23,34. Así subraya que Jesús mantiene y confirma el perdón que enseñaba. Este perdón ilimitado ni siquiera excluye a los enemigos, ni a los asesinos, pues en primer lugar son ellos quienes precisan el perdón para el nuevo comienzo. Lucas pone de relieve que, de parte de la víctima Jesús, la crucifixión queda perdonada. Por eso no se encuentra ningún sujeto preciso de quiénes condujeron o quiénes crucificaron a Jesús. Los ver-

08.245 - 17. Cap. 11

246

29/10/08 12:12

Página 246

EL EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS

dugos quedan anónimos, y porque Jesús ha perdonado a estos hombres, Dios les ha perdonado también. ¡Los cristianos no pueden culpar posteriormente a nadie por la muerte de Jesús! Quien sigue preguntando y buscando por el o los culpables, demuestra que no cree o que no le importa el perdón definitivo de Jesús y de Dios. Quizá nos cuesta mucho entender que no hay y no habrá culpables castigados. Pero como Jesús y Dios perdonaron ya, no nos queda más que perdonar también. ¿Cuándo y por qué te cuesta tanto perdonar? d. Personas anónimas El evangelista enfoca también a las personas que acudieron a la crucifixión y que reaccionan de manera negativa: los que echan suertes para repartir los vestidos de Jesús, el pueblo que queda mirando y los magistrados y soldados que se burlan de Jesús. Estas gentes reflejan también actitudes humanas características. Los que echan suertes y reparten los vestidos de Jesús se aprovechan de la desgracia de una persona indefensa y sacan provecho de su situación desamparada. Los mirones curiosos se quedan mirando sin simpatía o compasión por la persona que sufre. Aunque no actúan directamente, se convierten en cómplices por su pasividad: pues, como no protestan, ni siquiera lloran, muestran su acuerdo con la pena que sufre la víctima. Los que se burlan y se mofan de una persona o de su desgracia, expresan no sólo su desprecio, sino que también se presentan superiores a costa de esa persona. Pero quien necesita ridiculizar a una persona a causa de su desgracia para presentarse a sí mismo como superior, sólo demuestra su propia vileza e inferioridad. ¿Cómo reaccionas al ver la desgracia o ruina de una persona conocida, y la de una persona desconocida? e. Los dos malhechores Luego, el evangelista nos presenta a dos malhechores. Uno de ellos afirma su culpa y la razón de su castigo ante Dios, al mismo tiempo que reconoce la inocencia de Jesús y le pide que se acuerde de él cuando venga con su Reino. A este criminal, convertido en el último momento, Jesús le concede estar con él en el Paraíso. Jesús

08.245 - 17. Cap. 11

29/10/08 12:12

Página 247

LA PASIÓN: LC 22,1-23,56

247

ha enseñado muchas veces –por las parábolas de la oveja perdida, de la dracma perdida y del hijo perdido (15,3-32)– que Dios es misericordioso con los pecadores que se arrepienten y convierten. Lucas muestra con este diálogo que Dios acoge a los pecadores, incluso si se convierten en el último momento, en la hora de la muerte. Con su insulto, el primer criminal se adhiere a la mofa y crítica de los magistrados y soldados. El otro malhechor, en cambio, le increpa y les contradice a todos ellos, confesando a Jesús como rey: «Jesús, acuérdate de mí cuando vengas con tu Reino» (Lc 23,42). Con su confesión se muestra como creyente en el mensaje Jesús. Su fe le ha salvado igual que antes la mujer pecadora (7,48.50) y el hombre paralítico (5,20). El segundo malhechor que en su hora de muerte confiesa a Jesús y su mensaje del Reino de Dios, es también modelo del testigo, igual que Esteban, otro testigo (Hch 7,56-60). Su confesión anima a los lectores a mantener su fe durante la crisis y ante la misma muerte, así como a testimoniar a Jesús sin miedos. f. Jesús en la hora de su muerte El enfoque se dirige otra vez a Jesús. En los evangelios de Mc y Mt, Jesús muere con un grito de soledad a causa del desamparo y abandono de Dios. El evangelio de Jn no menciona a Dios sino sólo el encargo cumplido de Jesús. A diferencia de ellos, Lucas narra que Jesús muere con plena confianza en Dios, su Padre, que no le deja ni siquiera en su hora de la muerte: «Padre, en tus manos pongo mi espíritu» (Lc 23,46). Los lectores recuerdan las primeras palabras del muchacho Jesús en el templo: «¿No sabían que debía estar en la casa de mi Padre?» (Lc 2,49). La primera y la última palabra de Jesús manifiestan su relación profunda con Dios, su Padre. La hora de la muerte de Jesús confirma su enseñanza sobre Dios como su y nuestro Padre. g. El centurión romano También el centurión romano afirma la inocencia y la justicia de Jesús: «Ciertamente este hombre era justo» (Lc 23,47). Por su alabanza demuestra que notó la actuación y la presencia de Dios también en la muerte de Jesús. Esta reacción de un pagano funciona como modelo para los lectores. No es fácil reconocer la actuación de Dios en situaciones de sufrimiento, pero la actitud de Jesús nos ha con-

08.245 - 17. Cap. 11

248

29/10/08 12:12

Página 248

EL EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS

firmado que Dios está allí. El ejemplo del centurión pagano llama a los lectores a buscar a Dios, su presencia y su actuación también en el sufrimiento. Dios no quiere el sufrimiento, y nunca abandona a los que sufren. h. Las mujeres de Galilea Al final, Lucas menciona a las mujeres que seguían a Jesús desde Galilea (8,1-3), y que ven todos los acontecimientos (23,49). Ellas garantizan el continuo testimonio ocular desde el comienzo en Galilea: testimonian la ejecución de Jesús (23,27), su muerte en la cruz (23,49), su sepelio (23,55) y su resurrección (24,1-10). Las mujeres no abandonan a Jesús en su hora de muerte. Aunque no pueden hacer nada, ni cambiar nada, se quedan con él. Así demuestran su solidaridad y testimonian su fe. Su ejemplo enseña a los lectores: en las situaciones cuando ya no se puede hacer o cambiar algo, la presencia es una señal intensa. i. La actitud de Jesús como modelo Llama la atención que Jesús permanece siempre como el personaje principal actuante: sea camino del Calvario o en la cruz. Aunque condenado a muerte, consuela a las mujeres, y en vista de la muerte perdona a sus verdugos y abraza la esperanza del malhechor. La actitud de Jesús sirve como modelo para nosotros. En el camino del Calvario, Jesús se vuelve a las mujeres y las consuela, pues reorienta su atención desde él hacia ellas mismas: «no lloren por mí; lloren más bien por ustedes y por sus hijos» (Lc 23,28). Sus palabras nos advierten de no vivir sólo en la tristeza ni deshacerse en lágrimas, olvidando la vida propia y la de otras personas. Es cierto que llevar luto es conveniente, y que el llanto puede ser una señal importante. Pero la tristeza no debe bloquear ni la perspectiva de esperanza y confianza en Dios, ni la vida y la responsabilidad propias. Jesús perdona a sus verdugos y promete al malhechor el Paraíso. Así, Jesús vive lo que enseñaba: el amor al enemigo y la disposición permanente al perdón. Quizá les parezca escandaloso a los lectores el perdón a los que hacen sufrir al inocente. Pues aunque los verdugos forman parte de un sistema y sólo obedecen órdenes, ¿no son corresponsables de sus hechos? Y que un criminal pueda entrar en el

08.245 - 17. Cap. 11

29/10/08 12:12

Página 249

LA PASIÓN: LC 22,1-23,56

249

Paraíso, ¿no contradice la justicia? Pero Dios no mide con las normas humanas. La misericordia de Dios (véase 6,36), que a veces parece contradecir nuestro concepto de justicia, sigue siendo un reto para que nosotros repensemos críticamente nuestras opiniones, normas y juicios. Los magistrados, soldados, el otro malhechor y la inscripción en la cruz se mofan de Jesús y dudan tanto de su poder como de su ser (Mesías, Hijo de Dios). Parece que Jesús había sido malentendido, y por eso ha fracasado. Con todo, Jesús no desespera. Su reacción demuestra que mantiene su mensaje y su pretensión. Pues al perdonar a los verdugos y al conceder al malhechor el Paraíso, Jesús se revela explícitamente como Mesías, Hijo de Dios y rey de su Reino. Lucas invita a los lectores a reflexionar otra vez sobre su comprensión y concepto del Mesías y del Hijo de Dios. Jesús, ¿es el Mesías e Hijo de Dios a causa de sus señales y milagros? ¿Necesitamos estos prodigios para creer? O: ¿Nos confiamos en el Crucificado que se revela en la cruz, pese a su impotencia como Hijo de Dios y Mesías? Es su relación con Dios, su Padre, la que mantiene y apoya a Jesús durante su vida y en la hora de su muerte. Su relación especial se le nota en las dos oraciones (23,34.46). Ambas veces, Jesús se dirige a Dios llamándole «Padre». Nunca, ni siquiera en su muerte, duda de Dios. Tampoco se siente abandonado como en Mt 27,46 y Mc 15,34, sino que siempre se siente unido con su Padre. Jesús confía en Dios, que perdona a los culpables y a los pecadores. Muriendo se encomienda con plena confianza en las manos de su Padre. Su confianza firme en Dios puede ser modelo para los lectores, no sólo cuando sufren o en su hora suprema, sino también durante su vida diaria. Quien se sabe «llevado» por Dios o se siente «en las manos» de Dios, ya no debe tener miedo por sí mismo.

PARA PROFUNDIZAR Y COMPARTIR Los evangelistas, al citar las Sagradas Escrituras, dieron por sabido que a sus lectores les bastaban unas palabras para recordar todo el contexto y el Salmo completo. Lamentablemente, para nosotros no es suficiente, por eso vale la pena leer los textos citados, para entender más profundamente el mensaje del evangelista. Lee el Sal 22 para encontrar más paralelos entre el Salmo y la narración de la pasión. En Os 10,1-11,11 se ven analogías no sólo con el

08.245 - 17. Cap. 11

250

29/10/08 12:12

Página 250

EL EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS

destino de Jesús, sino también con su enseñanza. También el Sal 31 contiene similitudes con el destino de Jesús, y sobre todo con su relación con Dios, Padre. ¿Con qué persona puedes identificarte? ¿Dónde está tu posición en el camino o bajo la cruz?

5. EL SEPELIO DE JESÚS: LC 23,50-56 La última escena de la pasión, el sepelio de Jesús, empieza presentando a José de Arimatea. José es miembro del Sanedrín y no consintió con la decisión de los que decidieron matar a Jesús. Lucas le caracteriza como hombre bueno y justo que esperaba el Reino de Dios (23,50-51), igual que Simeón, aquel anciano en el templo (2,25). Con José de Arimatea, Lucas indica que no todos los miembros del Sanedrín condenaron a Jesús. José como «justo» y «bueno» representa a todos los judíos que viven según la voluntad de Dios y esperan el Reino de Dios. Así, el evangelista realza que la gente del pueblo de Israel corresponde a la voluntad de Dios, incluso después de la muerte de Jesús. En la obra de Lucas no se encuentra indicio alguno de que Israel sea rechazado y sustituido por la iglesia, pues los creyentes en Jesús ni siquiera se han separado de la fe judía. Eso lo señala Lucas mediante el anciano Simeón, Isabel y Zacarías, María y José, José de Arimatea y las mujeres que acompañan a Jesús; con ellos se mantiene la continuidad de Israel como pueblo elegido de Dios. Las mujeres que seguían a Jesús y acompañan su sepelio guardan el sábado según los mandamientos de Dios (23,56). La mención de la Torá recuerda el principio del evangelio: Isabel y Zacarías, María y José que vivían según la voluntad de Dios, pues cumplían todos los mandamientos (1,6; 2,23-24.27.39). Lucas aclara de esta manera que los hombres y mujeres que cumplen los mandamientos de Dios experimentaban su acción salvífica. Especialmente las mujeres son colaboradoras en el plan salvífico de Dios. Los lectores recuerdan a Isabel, a María y a las mujeres que han seguido a Jesús desde Galilea hasta Jerusalén, y hasta la hora de su muerte; ellas serán testigos de su resurrección.

08.245 - 18. Cap. 12

29/10/08 10:10

Página 251

CAPÍTULO XII

LOS TESTIMONIOS DE LA RESURRECCIÓN: LC 24,1-53

Los testimonios de la resurrección forman la conclusión del evangelio de Lucas (24,1-53). Al descubrimiento del sepulcro vacío siguen las narraciones de la aparición de Jesús a los discípulos de Emaús y a los apóstoles. Lucas une a estos testimonios el encargo de los discípulos de ser testigos y de predicar el perdón de los pecados a todas las naciones (24,47-48). La promesa del Espíritu Santo (24,49) y la ascensión de Jesús (24,50) terminan el evangelio, y al mismo tiempo preparan el segundo libro que continúa estos temas (Hch 1,2-14).

ESTUDIO DEL TEXTO 1. Trata de estructurar el texto por escenas: las informaciones temporales, la aparición de otras personas y el cambio del lugar marcan escenas nuevas. 2. Marca las frases y las palabras que se reiteran. 3. Identifica las acciones de las personas y las alternativas: ¿Qué hubiera cambiado de haber actuado de otra forma?

I. ENLACES NARRATIVOS Nuestro texto nos comunica varios testimonios de la resurrección de Jesús. Podemos estructurar el texto en cuatro escenas. Aunque vinculadas temáticamente, cada una tiene su mensaje específico para los creyentes en Jesús.

08.245 - 18. Cap. 12

252

29/10/08 10:10

Página 252

EL EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS

1. EL MENSAJE DE LA RESURRECCIÓN: LC 24,1-12 La primera escena empieza por la fecha: el primer día de la semana, después de que las mujeres guardaron el sábado. La mañana del primer día vienen las mismas mujeres al sepulcro. Encuentran la piedra retirada, pero no ven a Jesús. Aparecen dos ángeles que les explican que Jesús ya no está entre los muertos sino que ha resucitado, y les recuerda las palabras de Jesús en Galilea: el Hijo del hombre padecerá, será muerto y resucitará al tercer día (24,7, como en 9,22). Lucas menciona explícitamente que las mujeres recuerdan todo (24,8), lo que sólo es posible si ellas acompañaban a Jesús todo el tiempo desde Galilea a Jerusalén, si ellas oían toda su enseñanza y veían sus hechos. Es decir: aunque mencionadas sólo una vez explícitamente (8,2-3), las mujeres formaban parte legítima del grupo de los discípulos de Jesús. El autor nos comunica los nombres de tres mujeres: María Magdalena, Juana y María la de Santiago, aunque los testigos de la resurrección que aseguran todo ante los demás discípulos eran más: «y las demás que estaban con ellas» (24,10). Las que seguían a Jesús desde Galilea (8,1-3) eran: María Magdalena, Juana, Susana «y muchas otras». Entonces también dijo que había más mujeres. En Hch añade el nombre de María, la madre de Jesús (Hch 1,14). Por eso podemos figurar que el grupo de las discípulas que seguía a Jesús era mucho más grande. Las mujeres que no encontraron a Jesús y no entendían qué sucedió (24,3-4) se acuerdan, gracias a la explicación de los ángeles (24,6-8), y relatan enseguida todo a los once y los demás discípulos (24,9). Este esquema: «no entender y no ver – explicación (por las Sagradas Escrituras) – recordar y entender – relatar y testimoniar» se desarrolla dos veces más en nuestro texto: con los discípulos de Emaús y con los discípulos al ser enviados por Jesús. Pero los hombres no creen a las mujeres y piensan que su mensaje de resurrección son puros «desatinos» (24,11). Los lectores pueden deducir que obviamente los hombres no recuerdan los anuncios de la pasión hechos en Galilea. Al mismo tiempo, pueden concluir que las mujeres son testigos de la resurrección, porque ellas los recuerdan. Dios mismo recuerda su alianza y su promesa (1,54.72), y Jesús debe recordar en su Reino al malhechor en la cruz (23,42). En Hch, Pedro se acuerda de la palabra de Jesús de que serán bautizados con el Espíritu Santo, y así interpreta la bajada del Espíritu Santo sobre el pagano Cornelio y su casa (Hch 11,16-17).

08.245 - 18. Cap. 12

29/10/08 10:10

Página 253

LOS TESTIMONIOS DE LA RESURRECCIÓN: LC 24,1-53

253

El recuerdo tiene sentido teológico, pues en el recuerdo se manifiestan la actuación salvadora de Dios y su plan salvífico. Por el recuerdo de lo ocurrido, se pueden interpretar las situaciones actuales y ponerlas en contexto para el futuro. El pueblo de Israel que experimentó el éxodo de Egipto y lo recuerda en situaciones de represión y explotación, cobrará ánimo en vez de desesperarse. Ahora, las mujeres que recuerdan y anuncian el mensaje de la resurrección se convierten en elementos decisivos para el plan salvífico de Dios. Parece que Pedro no piensa como los demás hombres, pues corre al sepulcro, pero ve sólo los lienzos (24,12). Los discípulos de Emaús platican que «algunos» fueron al sepulcro y hallaron todo tal como las mujeres habían dicho, pero no vieron ni a Jesús, ni a los ángeles (24,24), aunque han oído ya el mensaje de la resurrección de boca de las mujeres. Ellos no entienden todavía lo sucedido. Pedro queda asombrado y vuelve a su casa. Sólo cuando se haya entendido el mensaje de la resurrección se podrá anunciar, como lo muestra el ejemplo de las mujeres y el de los discípulos de Emaús. 2. LOS DISCÍPULOS DE EMAÚS: LC 24,13-35 La siguiente escena (24,13-35) introducida por «al mismo día», con otro lugar y otras personas, trata de dos discípulos camino de Emaús. Mientras ellos hablan sobre lo sucedido, Jesús se les acerca y camina a su lado, pero no lo reconocen. Refiriéndose a Moisés y los profetas y basándose en las Sagradas Escrituras, el Extraño les explica que ya está escrito en las Sagradas Escrituras que el Mesías tenía que sufrir para entrar en su gloria (24,27). Luego los discípulos recordarán que ardía su corazón cuando Jesús les hablaba en el camino y les explicaba las Escrituras (24,32). Sólo más tarde, a la mesa, al repartir Jesús el pan, los discípulos le reconocen (24,30-31). Por eso vuelven inmediatamente para relatar su experiencia a los discípulos en Jerusalén (24,33.35). Entre tanto los discípulos de Jerusalén creen que Jesús resucitó, pues les cuentan a los de Emaús que Jesús se apareció a Simón (24,34). Por las conexiones entre las escenas, da la impresión de que Jesús se apareció casi al mismo tiempo a personas distintas en lugares diferentes. La experiencia de encontrar al Resucitado anima a los discípulos a contar su vivencia y a intercambiarla con otros (24,33-35). En esta experiencia y en el deseo de transmitirla e intercambiarla se funda la Iglesia.

08.245 - 18. Cap. 12

254

29/10/08 10:10

Página 254

EL EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS

3. LA APARICIÓN DE JESÚS A LOS DISCÍPULOS: LC 24,36-49 Lucas cuenta la aparición de Jesús a los discípulos que intercambian sus vivencias con el Resucitado. Con eso, el evangelista da a entender a sus lectores que Jesús no está presente sólo en la fracción del pan, sino también en el intercambio sobre las vivencias y experiencias de fe. Aunque muchos discípulos ya creen que Jesús resucitó, se sobresaltan y se asustan al verlo (24,37-38): la fe no es algo seguro que se adquiere y no se pierde más; la fe está amenazada siempre por miedos y dudas. Jesús les muestra sus manos y sus pies y come delante de ellos, pero los discípulos no pueden creerlo a causa de la alegría (24,40-43). Por eso Jesús les explica las Escrituras, y al haber comprendido las Escrituras y el plan salvífico de Dios, los discípulos pueden interpretar sus vivencias en este marco y así pueden comprenderlas (24,44-47). A todos sus discípulos que han comprendido el plan salvífico de Dios según las Escrituras Jesús los designa sus testigos (24,48). Ellos deben –apoyados con el Espíritu Santo (24,49)– predicar a los hombres de todas las naciones que deben arrepentirse y convertirse para obtener el perdón de sus pecados (24,47). Lo mismo hizo ya Juan el Bautista (1,16; 3,1-18). En Hch, Lucas narrará que Pedro, Bernabé y Pablo se dedican a anunciar a las naciones la conversión (Hch 14,15; 15,19; 20,21; 26,18). Convertirse a Dios posibilita el perfeccionamiento de la realización del plan salvífico de Dios, pues todos los hombres cumplirán la voluntad de Dios. Ya los profetas esperaban la conversión de todas las naciones a Dios: anunciaron la peregrinación de las naciones a Sión como realización del plan salvífico de Dios (Is 2,2-5; 25,3-10a; 56,1-8; Jer 3,17-4,5; Zac 8,20-23; Miq 4,1-9). La misma esperanza expresa el Apocalipsis (Ap 21-22). 4. LA ASCENSIÓN: LC 24,50-53 La última escena está señalada por el cambio de lugar hasta «cerca de Betania» y narra la ascensión de Jesús. Los discípulos vuelven con alegría a Jerusalén y se quedan «siempre en el templo» donde alaban a Dios (24,53). Los lectores recuerdan a la profetisa Ana, que estaba también noche y día en el templo, y al ver a Jesús, alaba a Dios (2,37-38). Se acuerdan también del muchacho Jesús en el templo y de su relación profunda con Dios, su Padre (2,41-52).

08.245 - 18. Cap. 12

29/10/08 10:10

Página 255

LOS TESTIMONIOS DE LA RESURRECCIÓN: LC 24,1-53

255

Al escribir Lucas –unos veinte años después de destruido el templo– que los discípulos estaban siempre en el templo, quiere realzar la continuidad de los discípulos de Jesús con el pueblo de Israel. Además, aclara a sus lectores los fundamentos de su fe, pues la estancia de los discípulos en el templo caracteriza su fe: su relación con Dios, que es también su Padre, y su fidelidad a los mandamientos de Dios. Los lectores notan también el motivo de la alegría: desde el comienzo del evangelio, la alegría fue un motivo central que marcó la actuación salvadora y salvífica de Dios. Ahora entienden que también después de la muerte y de la resurrección de Jesús la actuación de Dios perdura continuamente. Por eso Jesús envía la Promesa, o sea, el Espíritu Santo como apoyo. Los lectores entienden que Dios sigue actuando por y con los testigos. Los testigos deben colaborar en la realización del plan salvífico de Dios, anunciando a los hombres y a las naciones el arrepentimiento y la conversión para perdón de los pecados.

II. ENLACES PRAGMÁTICOS Este capítulo ofrece a los lectores varios personajes de identificación: las mujeres, los discípulos de Emaús, los once y los demás discípulos, los ángeles y Jesús. 1. LAS MUJERES Después de la ejecución de Jesús, las mujeres obedecen el mandamiento del descanso en el día del sábado (23,56), y se van el día siguiente al sepulcro para embalsamar el cadáver según los preceptos (Dt 21,23). Con eso, Lucas realza la fidelidad de las mujeres a la Torá. Los lectores recuerdan a Isabel y Zacarías, y a María y José, que cumplieron igualmente los mandamientos de Dios. Las mujeres parecen haberse conformado con la muerte de Jesús, pues vuelven a la actividad diaria necesaria: preparan aromas para el embalsamamiento. A diferencia de lo que ocurre en los demás evangelios, la piedra retirada no les causa asombro, y Lucas tampoco la menciona más. Con eso evita que la atención de los lectores se dirija a acontecimientos secundarios, y enfoca las palabras de los ángeles: el mensaje de la resurrección. Las mujeres entran en el sepulcro. Allí, al no hallar el cuerpo como esperaban, se sorprenden.

08.245 - 18. Cap. 12

256

29/10/08 10:10

Página 256

EL EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS

Los lectores pueden reflexionar: ¿Cuáles de sus expectativas e ideas les impiden vivir y actuar basándose en la certeza de la resurrección? Las mujeres olvidaron una parte del mensaje de Jesús. Las palabras de los ángeles les recuerdan lo que vivían con Jesús y lo que les enseñó. Las mujeres no dudan del mensaje de la resurrección, pues su memoria les ayuda a fiarse de los ángeles, y les motiva a actuar inmediatamente. Por decisión propia –no porque los ángeles se lo encargaron– anuncian todo a los demás discípulos. Los lectores pueden preguntarse: ¿Cuál de sus recuerdos les da fuerza y energía para actuar en el presente? 2. LOS DISCÍPULOS DE EMAÚS A diferencia de las mujeres, los discípulos de Emaús conversan entre sí sobre lo sucedido, y lo que les aflige. Aunque ellos escucharon el mensaje de la resurrección por las mujeres (24,22-24), ellos no les creían, pues sus palabras les parecían sandeces (24,11). Porque no creían, todavía están tristes (24,17) y desilusionados (24,21), y por eso no reconocen a Jesús al caminar con ellos (24,16). Tanto la tristeza como la desilusión por una persona querida pueden ser tan intensas, que reprimen la esperanza, el ánimo y la energía de vivir. Los discípulos de Emaús creían en Jesús como profeta y le tenían por el salvador de Israel (24,19-20). Sus expectativas desmoronadas les impiden entender que Dios no actúa siempre según las expectaciones humanas, y que –pese a resistencias humanas– realiza su plan salvífico. Los lectores pueden revisar críticamente sus expectativas e ideas propias respecto a la actuación de Dios. Estos discípulos, incluso durante la explicación de las Sagradas Escrituras por Jesús, todavía no entienden. Más tarde recuerdan que estaba ardiendo su corazón cuando Jesús les explicaba las Escrituras (24,32), pero en aquel momento no creían. También los lectores conocerán la experiencia de que el sentido de algunas partes de la Biblia les parece oculto, aunque quizá perciben la verdad en el fondo. Jesús no reprende a los discípulos por su entendimiento limitado, sino que les ofrece una posibilidad de actuar según su fe al hacer ademán de seguir adelante (24,28). Los discípulos de Emaús invitan al «forastero desconocido» a su casa, y él se queda con ellos (24,29). En griego, la palabra «quedarse» expresa la duración. Jesús se quedó también en la casa de Zaqueo (19,5). Los lectores entienden: Jesús, al ser invitado, se queda en todas partes, donde sea, y entonces ocurre la experiencia de la salvación.

08.245 - 18. Cap. 12

29/10/08 10:10

Página 257

LOS TESTIMONIOS DE LA RESURRECCIÓN: LC 24,1-53

257

Los discípulos reconocen a Jesús en el momento de fraccionar el pan, y al mismo instante ya no lo ven más (24,30-31). Lucas da a entender que no es imprescindible haber visto al Resucitado para creer su resurrección. Importa mucho más haber entendido que Jesús –según la Escritura– resucitó. El autor ofrece a sus lectores tres posibilidades de estar cerca y juntos con Jesús y de encontrarle a él: 1. en las Sagradas Escrituras, nuestro AT, como Jesús mismo enseñó a sus discípulos (24,26-27.45-46); 2. en el recuerdo de la enseñanza y los hechos de Jesús, como las mujeres en el sepulcro (24,6-8); y 3. en la fracción del pan, en la eucaristía, como los discípulos de Emaús (24,30-31). Quien reconoció o experimentó al Jesús resucitado, no puede retener u ocultar su vivencia. Al instante –ya es noche– los discípulos de Emaús se levantan y marchan a Jerusalén para contar a los demás discípulos su experiencia (24,33-35). Su acción puede motivar a los lectores a comunicar sus experiencias propias de fe –y también sus dudas– con otros creyentes. 3. LOS ONCE Y LOS DEMÁS DISCÍPULOS Al oír el mensaje de la resurrección por las mujeres, los once y los demás discípulos no creían a las mujeres el mensaje de la resurrección. Únicamente Pedro corre al sepulcro, pero al ver los lienzos, sólo se asombra, todavía no cree (24,12). Más tarde, Jesús se le aparece, y Pedro, con los demás, lo cuenta a los de Emaús (24,34). Aunque los once y los demás discípulos conocían ya la experiencia de Pedro, y oyeron la vivencia de los de Emaús, se asustan y se aterrorizan ante la aparición de Jesús: 24,37. Dudan de su percepción y creen ver un espíritu. Al hablarles Jesús y mostrarles sus llagas, todavía no pueden comprender, sino que están sólo asombrados (24,41). Aunque los apóstoles y discípulos oyeron ya tantos testimonios, y ahora ven a Jesús mismo, siguen dudando. Los lectores, que sólo pueden leer los testimonios de la resurrección, no deben preocuparse demasiado por sus dudas; son una reacción normal que puede abrir la puerta al camino de la fe. Jesús muestra una manera de superar las dudas: recuerda a sus discípulos su enseñanza, sus hechos y los anuncios de su pasión, igual que los ángeles motivaron a las mujeres a recordar las palabras y los hechos de Jesús. El recuerdo de la actuación de Dios es una fuer-

08.245 - 18. Cap. 12

29/10/08 10:10

258

Página 258

EL EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS

za que nos anima a poner nuestra confianza en sus hechos y caminos actuales, aunque a veces nos parezcan insólitos. Después, Jesús explica a sus discípulos las Sagradas Escrituras: ya antes de ellos hubo hombres –como Moisés, los profetas y los autores de los Salmos– que buscaron comprender la voluntad salvífica de Dios, sus caminos y decisiones. Aunque no siempre es fácil, las vivencias y experiencias de fe de las personas de la Biblia nos pueden ayudar a entender un poco más el plan salvífico de Dios, y de interpretar nuestras experiencias de fe. A estos discípulos –que pese a tantos testimonios dudaron de la resurrección–, Jesús les envía como testigos por todo el mundo (24,48). Igual que ellos, las dudas de los lectores no deben impedirles vivir su fe y testimoniarla. 4. LOS ÁNGELES También los ángeles pueden ser personajes de identificación para los lectores. Por su invitación al recuerdo (24,6), los ángeles quiebran la perspectiva diaria de las mujeres. Igualmente, los lectores deben recordarse a sí mismos –y a otros– la enseñanza y los hechos de Jesús. Además, están invitados a mantener despiertas sus esperanzas y visiones, y están llamados a reforzar la confianza en la actuación salvífica de Dios, pese a resistencias y experiencias negativas. 5. JESÚS RESUCITADO Los lectores pueden identificarse también con la acción de Jesús: él explica la Escritura a los de Emaús y a los demás discípulos. Les enseña lo que está escrito en la Torá, en los Profetas y en los Salmos sobre el plan salvífico de Dios. Por eso, ellos pueden comprender que el sufrimiento –incluso la pasión y la muerte del Mesías– no puede ni impedir ni refrenar la actuación salvadora y salvífica de Dios. Los lectores quedan llamados a aprender y comprender la actuación de Dios según las Sagradas Escrituras: tanto por las experiencias positivas como por las vivencias negativas y dolorosas del pueblo de Dios, de los profetas y las demás personas fieles. Lo que los lectores comprenden, deben compartirlo con otros y testimoniar, incluso con las personas que viven actualmente situaciones difíciles y dolorosas.

08.245 - 18. Cap. 12

29/10/08 10:10

Página 259

LOS TESTIMONIOS DE LA RESURRECCIÓN: LC 24,1-53

259

6. SER TESTIGO Testigo es el que cree en el cumplimiento de las Sagradas Escrituras, es decir: quien comprende y cree que lo dicho por Moisés, los Profetas y los Salmos se realizó en y por Jesús. Testigo es también el que experimentó la actuación de Dios por el arrepentimiento y el perdón de los pecados. Los testigos reciben al Espíritu Santo como apoyo y fuerza. De esto tratará Lucas en Hch. Lucas aclara, pues, que «testigo» es un concepto mucho más amplio que «discípulo». Testigos no son sólo los hombres y mujeres que seguían a Jesús –ésos, en sentido más estricto, son «testigos oculares»–, sino todos cuantos se unen a los discípulos y testimonian su fe con su vida y sus actuaciones, como: Esteban, Felipe, Bernabé, Pablo, Priscila y Áquila, etc. Testigo es quien comprende la actuación salvífica de Dios según las Sagradas Escrituras, la explica y la predica a otros. Testigo es el que cree en el cumplimiento de las Sagradas Escrituras en y por Jesús –lo que aprendieron los catecúmenos–, y que ha recibido el Espíritu Santo, como Teófilo y muchos lectores de la obra de Lucas. Todos están encargados de testimoniar su fe para que también otros puedan notar e interpretar la actuación salvífica de Dios, para que se arrepientan y experimenten el perdón de sus pecados, y lleguen a ser testigos para otros más. Los testigos garantizan la continuidad de la tradición. Nosotros tenemos que agradecer nuestra fe al testimonio de otros hombres y mujeres: por lo general a nuestros padres y parientes, y a personas de nuestra comunidad. Consecuentemente, estamos llamados a testimoniar nuestra fe y a mantener viva la tradición.

7. LA FRACCIÓN DEL PAN Otro concepto clave e importante es el de «fracción del pan». «Fracción del pan» se refiere –igual que la palabra «eucaristía»– como término técnico a la comida celebrada en recuerdo de Jesús. Los creyentes en Jesús que vienen de la fe judía usan con más frecuencia la palabra «fracción del pan», porque este gesto se refiere a la comida solemne en común, por ejemplo la comida de la Pascua. En el

08.245 - 18. Cap. 12

260

29/10/08 10:10

Página 260

EL EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS

AT, la comida expresa y celebra la comunidad con Dios (Ex 24,11; Dt 12,7; Neh 8,10). Los creyentes en Jesús provenientes de los gentiles, en cambio, emplean sobre todo el término «eucaristía» (agradecimiento). Los creyentes en Jesús se reconocen en la «fracción del pan» –como los discípulos de Emaús que reconocieron a Jesús al fraccionar el pan–, y por eso se identifican con la fracción del pan. Partir el pan en comunidad es una de las posibilidades por las que los discípulos testimonian su fe y –al mismo tiempo– son fortalecidos en su fe. Pues la comida y la fracción del pan en común están unidas a la enseñanza y a la oración (Hch 2,42.46; 20,7), a la comunidad con los marginados y al cuidado de los pobres (Hch 2,4446; 6,1). La comunidad atesora la fracción del pan en común como recuerdo de Jesús. Tanto la eucaristía y las oraciones en común como la enseñanza transmitida y profundizada fortalecen la fe de la comunidad. Partiendo el pan, la comunidad, igual que Jesús, se solidariza con los pobres y marginados. Al integrar y cuidar a los pobres y marginados, la comunidad testimonia su fe en Jesús, pues en su comunidad sigue experimentando la comunión de Jesús con los pecadores y publicanos (5,29-30). 8. EL MESÍAS QUE TIENE QUE SUFRIR Salta a la vista la triple confesión del Mesías que tiene que sufrir, ser muerto y resucitar (24,7.26-27.45-46). Los ángeles recuerdan a las mujeres que esta confesión está unida a los anuncios de la pasión de Jesús (24,7): el Hijo del hombre será reprobado, entregado en manos de los hombres, maltratado y muerto, y resucitará al tercer día (9,22.44; 18,31-33). Lucas realza que ya las Escrituras –los profetas (18,31; 24,25.44), la Ley de Moisés y los Salmos (24,44)– anunciaban al Mesías sufriente. Al evangelista le importa que los discípulos entiendan que el sentido de las Escrituras expresa el plan salvífico de Dios y que se realiza a pesar de pecados y sufrimientos. Los discípulos deben comprender que el Mesías que sufre y muere no está en contradicción con el plan salvífico de Dios, pues Dios resucita a su Mesías. Al comprender esto, pueden ser testigos de Jesús: «Dios lo resucitó de entre los muertos. Él se apareció durante muchos días a los que

08.245 - 18. Cap. 12

29/10/08 10:10

Página 261

LOS TESTIMONIOS DE LA RESURRECCIÓN: LC 24,1-53

261

habían subido con él de Galilea a Jerusalén y que ahora son testigos suyos ante el pueblo. También nosotros les anunciamos la Buena Nueva de que la Promesa hecha a los padres Dios la ha cumplido en nosotros, los hijos, al resucitar a Jesús, como está escrito en los salmos» (Hch 13,30-33). Para muchos miembros de la comunidad es difícil comprender que el Mesías deba sufrir; en general, tanto judíos como paganos creían que el sufrimiento era castigo y expiación por pecados cometidos, y que debían re-conciliarse con Dios o con los dioses mediante sacrificios para obtener el perdón y la salvación. El hecho de que el Mesías «tenga que» sufrir no significa que Dios quisiera el sufrimiento o que el dolor fuera indispensable para la reconciliación con Dios. En la obra de Lucas, la expresión de «tenía que» o «es necesario que» indica el plan salvífico de Dios, es decir: el Mesías muere porque así corresponde al plan de Dios para superar la muerte, no porque se trate de un sacrificio de reconciliación.

LA PERSPECTIVA LUCANA La expresión de que el Mesías «tenía que» sufrir y morir indica que incluso el asesinato del justo inocente ni perturba, ni impide la realización del plan salvífico de Dios. La clave de esta interpretación específica es la perspectiva lucana: Lucas lee e interpreta desde el plan salvífico la pasión, en vez de deducir de la pasión al plan de Dios. Dios realiza su plan salvífico, aunque los hombres no lo creen, como Zacarías, al comienzo del evangelio, y como los hombres que matan a Jesús, al final. El plan de Dios quiere la salvación para todos los hombres. Eso anunció ya Jesús en su predicación inaugural en Nazaret, lo practicaba en su vida y lo enseñaba. Pero los hombres no creían que la salvación de Dios se dirigiera también a los pecadores y a los gentiles. El sufrimiento de Jesús, su muerte y su resurrección aclaran de una vez para siempre: • que la salvación de Dios abarca a todos los hombres, incluidos los pecadores y gentiles, y • que Dios realiza su plan salvífico pese a resistencias humanas, deficiencias y pecados.

08.245 - 18. Cap. 12

262

29/10/08 10:10

Página 262

EL EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS

9. DIOS PERDONA PORQUE ES MISERICORDIOSO Las parábolas de lo perdido y hallado indican inequívocamente la disposición ilimitada de Dios a perdonar a los pecadores (15,132). En este evangelio, la copa de vino simboliza la sangre de Jesús como firma de la Nueva Alianza (22,20) y no sangre de expiación para perdón de pecados (Mt 26,28). Al enviar a sus testigos, Jesús reitera explícitamente que los que se convierten serán perdonados (24,47). Así Lucas pone de relieve que no es la muerte de Jesús la causa del perdón de los pecados, sino la misericordia de Dios. Ni la sangre de Jesús ni su muerte en cruz causan el perdón de pecados, sino el arrepentimiento y la conversión del pecador conjuntada con la misericordia de Dios. Señal de la conversión es hacerse bautizar, como predican y practican los testigos de Jesús: «conviértanse y que cada uno de ustedes se haga bautizar en el nombre de Jesucristo, para perdón de sus pecados; y recibirán el Espíritu Santo» (Hch 2,38), y también: «de este modo Dios cumplió lo que había anunciado por boca de todos los profetas: que su Cristo había de padecer. Arrepiéntanse, pues, y conviértanse para que sus pecados sean borrados» (Hch 3,18-19). La resurrección de Jesús prueba claramente la disposición ilimitada de Dios a perdonar: «El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús, a quien ustedes mataron colgándole de un madero. A éste le ha exaltado Dios con su diestra como Jefe y Salvador, para conceder a Israel la conversión y el perdón de los pecados» (Hch 5,30-31). Quien cree en Jesús, es decir, quien cree lo que Jesús enseñó y practicó –la misericordia de Dios y su disposición al perdón–, recibe el perdón de sus pecados: «De esto todos los profetas dan testimonio: que todo el que cree en él alcanza, por su nombre, el perdón de los pecados» (Hch 10,43), y también: «... por medio de éste se les anuncia el perdón de los pecados; y la total justificación que no pudieron obtener por la Ley de Moisés la obtiene por él todo el que cree» (Hch 13,38-39). Los discípulos entendieron todo eso después de que Jesús les abrió la inteligencia para comprender las Escrituras (Lc 24,45). Por eso vuelven con gran alegría al templo y alaban a Dios (24,52-53). Luego van a testimoniar su fe, predicando el perdón de los pecados. Eso detalla Lucas en Hch: la palabra de Dios se difunde hasta el centro del mundo antiguo, Roma, y llegará a todas las naciones (24,47) hasta los confines de la tierra (Hch 1,8).

08.245 - 18. Cap. 12

29/10/08 10:10

Página 263

LOS TESTIMONIOS DE LA RESURRECCIÓN: LC 24,1-53

263

PARA COMPARTIR Los lectores leen que incluso los discípulos que habían oído a Jesús y han visto sus hechos, no comprendieron el plan salvífico de Dios. Los lectores no son los únicos con dificultades de comprensión. Quien explica sus problemas y sus dudas a otros, les posibilita llegar a ser testigos de su fe. Lucas indica que las Escrituras contienen el plan salvífico de Dios. ¿Qué narraciones bíblicas recuerdas que unen sufrimiento y salvación y aclaran así que el plan de Dios se realiza pese al sufrimiento? ¿Experimentaste ya algo semejante en tu vida? ¿Con qué personaje (las mujeres, los discípulos de Emaús, los apóstoles y los demás discípulos, los ángeles o Jesús) puedes identificarte, y por qué?

08.245 - 18. Cap. 12

29/10/08 10:10

Página 264

08.245 - 19. Cap. 13

29/10/08 10:11

Página 265

CAPÍTULO XIII

RETROSPECTIVA Y ANTICIPACIÓN

Vamos a recordar las temáticas principales de Lc para tenerlas presentes en el momento de leer Hechos de los Apóstoles, el segundo libro de la obra de Lucas; así, podremos notar mejor las relaciones y conexiones entre los dos libros. Nos concentraremos en temas generales como la colaboración en el plan salvífico de Dios, el perdón de los pecados, la relación solidaria entre ricos y pobres, la fuerza dinámica del Espíritu Santo, y algunos otros. Estas temáticas tan diversas están unidas por los caracteres y acciones de las mujeres, por eso adoptamos para nuestra orientación panorámica la perspectiva de las mujeres. 1. COLABORACIÓN EN EL PLAN SALVÍFICO DE DIOS Lc empieza con la narración de Zacarías e Isabel, ambos descritos como justos e impecables. Aunque Isabel es estéril, concibió un hijo, y reconoce en esto la acción de Dios. Los lectores recuerdan a las grandes madres del pueblo de Israel –Sara (Gn 11,30) y Raquel (Gn 29,31), que eran estériles, igual que Ana, madre del profeta Samuel (1 Sm 1,2.5), y que la madre del profeta Sansón (Jue 13,2.3) a la que un ángel le anunció el nacimiento de su hijo. Eran estériles todas ellas. Estas narraciones aclaran que la infecundidad no es un obstáculo para Dios: nada puede impedir la realización del plan salvífico de Dios. Zacarías, sin embargo, es un dubitativo. En contraste, María está dispuesta a permitir que Dios obre con y por ella, pues decide ponerse completamente a disposición de Dios: «He aquí la esclava del Señor; há-

08.245 - 19. Cap. 13

266

29/10/08 10:11

Página 266

EL EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS

gase en mí según tu palabra» (Lc 1,38). María alaba a Dios con una especie de Salmo, especialmente por obrar en favor de los humildes y hambrientos. María vive en propia piel el cuidado de Dios hacia los pequeños y oprimidos. Por eso puede relacionar su historia con la historia del pueblo de Israel que experimentó el cuidado de Dios al liberarlo de Egipto y del exilio babilónico. Al mismo tiempo, el cántico de María es profecía, pues alude al ministerio de Jesús: Jesús es enviado a liberar a los pobres, oprimidos, marginados y enfermos. Cuando los padres de Jesús lo presentan en el templo, aparece la profetisa Ana –una mujer que servía a Dios noche y día– y pronuncia una profecía sobre Jesús. Con sus palabras proféticas señala a los presentes en el templo que pueden encontrar en Jesús la redención y salvación. Ana e Isabel –que es la primera persona en Lc llena del Espíritu Santo (Lc 1,41-45)– están en la misma línea de las grandes profetisas de Israel: María, Débora y Julda. Visiones y revelaciones proféticas son importantes para la fe viva, pues transmiten la voluntad de Dios, interpretan los signos de la época y ayudan a actualizar la fe (Prov 29,18). Profetisas que están al servicio de Dios no son anormales en la fe judía, y las hay también en las comunidades cristianas, como las cuatro hijas del evangelista Felipe (Hch 21,8-9). Por las narraciones referidas, Lucas deja claro que Dios –pese a obstáculos– realiza su plan salvífico mediante la colaboración de los hombres. En este plan, las mujeres ocupan una posición fundamental, pues Dios obra con y por su quehacer fiel, lleno de esperanza y de confianza. En la Antigüedad, es poco común conceder posiciones tan significativas a mujeres, y relatar sus acciones y palabras con detalle. Es evidente que Lucas no es «feminista», pues las ideas feministas surgieron en la Edad Moderna. Pero llama la atención que Lucas narre los primeros capítulos de su libro desde la perspectiva de ellas –Isabel y María–, mientras que en el evangelio de Mt el protagonista de las narraciones de la infancia es José. 2. JESÚS CURA Y PERDONA A LOS PECADORES Muchas personas experimentan en propia piel la fuerza de Jesús que las sana y libera, que les fortalece y da nueva energía vital; mujeres pobres y ricas, jóvenes y ancianas: la suegra de Simón, la viuda de Naín, la mujer pecadora, la hija del jefe de la sinagoga, la hemorroísa y la encorvada. Lucas cuenta muchos más ejemplos que los otros

08.245 - 19. Cap. 13

29/10/08 10:11

Página 267

RETROSPECTIVA Y ANTICIPACIÓN

267

evangelistas sobre mujeres beneficiadas por Jesús. Las mujeres que encuentran a Jesús son, sin excepción, modelos positivos de identificación para los lectores. Las mujeres curadas por Jesús le siguen y le diaconan (la suegra de Simón, María Magdalena, Juana, Susana y otras más), anuncian lo que experimentaron por él (la hemorroísa) y alaban a Dios (la encorvada): así viven y testimonian su fe. Entre los oyentes y entusiastas seguidores de Jesús, con quienes se relacionaba, comía y bebía, había también «publicanos y pecadores», hombres y mujeres despreciadas y marginadas por la sociedad. Los pecadores eran «culpables» –por un hecho o por su modo de vida– frente a Dios o sus prójimos. El fariseo de la parábola indica quién era pecador en aquella sociedad: rapaces, injustos, adúlteros y publicanos. Según la «sana ortodoxia» de entonces, la vida pecaminosa se manifestaba en el destino o suerte desgraciada del pecador. Los que sufrían, morían en un accidente o eran ajusticiados, eran indudables pecadores, y su destino un castigo (de Dios). También los pobres, paralíticos, lisiados, enfermos y ciegos eran tenidos, por su misma condición, por pecadores (véase Jn 9,1-2). Esta conexión entre pecado y vida es muy importante para entender el perdón de los pecados, porque esas enfermedades pueden ser interpretadas también en sentido figurado y simbólico. Así, la curación equivale al perdón, como en el relato del paralítico: tanto la curación como el perdón reintegran en la sociedad y en la comunidad. Otro ejemplo es el pequeño publicano Zaqueo que se convierte por el encuentro sanador y transformador con Jesús. El fundamento y ejemplo del perdón es la misericordia de Dios. Las parábolas de lo perdido y hallado –la oveja, la dracma y el hijo– subrayan que, para el perdón, no hay condiciones, porque Dios siempre busca y espera con los brazos abiertos a los pecadores para que se conviertan y vuelvan a Él. Quien cree en el Padre misericordioso, que –aunque somos pecadores– siempre nos espera y abraza con su amor, ya puede vivir conforme a esta fe. El ejemplo de la mujer que unge los pies de Jesús nos muestra que de esta fe surgen acciones de mucho amor. 3. EL EVANGELIO PARA RICOS Y POBRES Jesús enseña con muchas parábolas. En ellas, aparecen también las mujeres como modelos y personajes de identificación: la que

08.245 - 19. Cap. 13

268

29/10/08 10:11

Página 268

EL EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS

busca la dracma, la que mezcla la levadura con la harina, las que muelen y la viuda insistente. En su obra, Lucas refleja la realidad de mujeres de diversas capas sociales. La viuda pertenece a los pobres, las mujeres que muelen y amasan figuran a personas que, al menos, tienen para comer, y la que busca la dracma representa a gente adinerada. Con estos ejemplos, se afirma que el mensaje del Reino de Dios se dirige a todas las personas de todas las capas sociales. Igualmente, entre los que siguen a Jesús encontramos a las mujeres adineradas y al mendigo ciego de Jericó, y a quienes comparten sus bienes como, el publicano Zaqueo y la viuda pobre en el templo. El Evangelio del Reino de Dios no es especialmente para pobres, para espiritualizar la pobreza o sostenerla como ideal. Tampoco es un Evangelio dirigido en primer lugar a los ricos, para criticar y reprenderles por su riqueza. Lucas describe más bien el uso solidario de la riqueza, por ejemplo, cuando está puesta al servicio de la comunidad. Por esto cuenta sobre las mujeres curadas por Jesús y otras mujeres adineradas que le seguían y le apoyaban, a él y a los demás discípulos con sus capacidades y sus bienes. Jesús enseña respecto a las relaciones sociales –como invitaciones, fiestas, regalos...– que no debía importar la compensación, sino que se debía adoptar la perspectiva de Dios, la que no excluye a los pobres, enfermos, marginados y extranjeros, sino que les deja participar.

4. HOMBRES Y MUJERES ESCUCHAN Y ENSEÑAN EL EVANGELIO Jesús anuncia el Reino de Dios. Él enseña en las sinagogas, pero también en las casas (Lc 5,17.19; 7,36.40; 14,1.7), en el camino (13,22.26), en diversos lugares y plazas (6,17; 11,1), y en el templo (19,47; 20,1; 21,37). En el judaísmo, en general, sólo los varones podían obtener formación escolar, pues de ellos era el deber de asistir al culto en la sinagoga, y de estudiar las Sagradas Escrituras. A las mujeres les correspondían los deberes domésticos. Así, es de suponer que sólo los varones escucharan a Jesús, pero la narración de la mujer encorvada en la sinagoga muestra que las mujeres participaban también del culto sinagogal. Al enseñar no sólo en las sinagogas, sino en público, Jesús posibilita que muchas personas, sobre todo mujeres, escuchen el Evangelio. Entre su auditorio, el pueblo, la gente o la muchedumbre, debemos imaginar a muchas mujeres que escuchaban la enseñanza de Jesús.

08.245 - 19. Cap. 13

29/10/08 10:11

Página 269

RETROSPECTIVA Y ANTICIPACIÓN

269

El relato de Marta y María es un notable ejemplo de que las mujeres escuchan el Evangelio y lo aprenden, pues la expresión «María, que, sentada a los pies de Jesús, escuchaba sus palabras» (Lc 10,39), emplea un término técnico para la posición del alumno y discípulo ante su maestro. Lucas describe que Jesús designa explícitamente la elección de María como «la mejor parte, que no le será quitada» (10,42): con eso autoriza el aprendizaje de las mujeres. Lucas subraya –contra las costumbres– que las mujeres deben ser discípulas que aprenden con empeño el Evangelio, para enseñarlo a otras personas. El bello ejemplo de Priscila y Áquila, que enseñan con más exactitud al elocuente Apolo (Hch 18,24-26), muestra que también las mujeres enseñaban el Evangelio.

5. EL EVANGELIO SE DIRIGE A LOS JUDÍOS IGUAL QUE A LOS GENTILES En su discurso inaugural programático, Jesús emplea el ejemplo positivo de la viuda de Sarepta, una extranjera y no israelita que experimenta la acción salvífica de Dios. Con eso Lucas pone de relieve ya desde el principio que el plan salvífico incluye a los gentiles. Lo mismo reitera al iniciar Hch en el discurso de Pentecostés de Pedro: «Pues la Promesa es para ustedes y para sus hijos, y para todos los que están lejos, para cuantos llame el Señor Dios nuestro» (Hch 2,39). En las narraciones de Lc y de Hch nos enteramos con mayor detalle de la fe ejemplar de los paganos; por ejemplo: del centurión de Cafarnaúm, del samaritano leproso, del samaritano de la parábola, quien practica ejemplarmente la caridad y el amor al prójimo; y de la confesión del centurión bajo la cruz de Jesús. En Hch, son los paganos, en primer lugar, quienes se interesan mucho por la fe y la abrazan con alegría, como el centurión Cornelio, la vendedora de púrpura Lidia en Filipos, que es la primera europea bautizada, el procónsul Sergio Paulo de la isla de Pafos, el carcelero de Filipos, y muchas mujeres y hombres distinguidos entre los griegos. La fe ejemplar de tantos hombres y mujeres paganos, es modelo de identificación para los lectores. Si en el judaísmo la instrucción religiosa le estaba vedada a las mujeres, en las culturas helenísticas y romanas ellas tenían amplia participación en los cultos mistéricos y ritos secretos, y hasta en la instrucción religiosa.

08.245 - 19. Cap. 13

270

29/10/08 10:11

Página 270

EL EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS

EL SERVICIO SACERDOTAL EN LA ANTIGÜEDAD GRIEGA Y ROMANA En la Antigüedad grecorromana, el servicio sacerdotal –a diferencia del judaísmo– no dependía del origen o de la estirpe de una familia. Ser sacerdotisa o sacerdote era una actividad al servicio de los dioses y de la sociedad. Así, muchos políticos y soberanos ejercían también la función de «sumo sacerdote». Especialmente el servicio de la sacerdotisa traía consigo reputación, estima y prestigio, pues –a diferencia de los hombres– ellas no tenían acceso a cargos públicos. En Grecia, las mujeres y muchachas de la clase alta eran sacerdotisas de los templos de Poseidón, de Artemisa y de Atenea; en Roma eran sacerdotisas de la diosa Vesta. Ellas dirigían la liturgia de los cultos, consagraban los sacrificios y administraban los bienes del santuario. Además del cargo de la sacerdotisa había otros muchos servicios que ocupaban en general las mujeres, como portar los utensilios sagrados y encender inciensos. Adivinas y sacerdotisas de oráculos –como en Delfos y Dodona– comunicaban los mensajes de los dioses, y leían el futuro en sueños y estrellas, o en las vísceras de animales sacrificados, o tirando dados o piedrecillas. Las videntes (sibilinas) ayudaban a otras personas en situaciones difíciles a tomar decisión o a solucionar los problemas.

En varias partes de su obra, Lucas registra a mujeres y hombres que actúan como profetas. No se trata de un cargo, sino más bien de un talento que tales personas ponen al servicio de los creyentes y de la comunidad. Ana, viuda y profetisa, consagró su vida completamente a Dios, y le servía en el templo con ayunos y oraciones. Ágabo y otros profetas de nombres desconocidos fueron de Jerusalén a Antioquía y anunciaron una hambruna que sobrevino después. También en Antioquía hay profetas, como Judas y Silas, que fortalecieron y animaron a los cristianos de Antioquía. El evangelista Felipe de Cesarea tiene cuatro hijas que profetizan, y el mismo Ágabo da un signo profético que se verifica poco después. En el relato de Pentecostés, Lucas pone de relieve que el don del Espíritu Santo concede a todas las hijas y los hijos el talento de profetizar. A los jóvenes concede visiones proféticas, a los ancianos soñar sueños, y a las siervas y siervos concede el hablar profético (Hch 2,17-18). Es decir, el talento de profetizar no está vinculado a privilegios, como pudiera ser el de tener cuna ilustre, porque es un don del Espíritu Santo.

08.245 - 19. Cap. 13

29/10/08 10:11

Página 271

RETROSPECTIVA Y ANTICIPACIÓN

271

6. LA VIDA PLURIFORME DE LAS COMUNIDADES Lucas narrará en Hch sobre la vida pluriforme de las comunidades. Desde sus comienzos, a las comunidades pertenecen las mujeres: ellas viven, forman y caracterizan la vida de la comunidad. Después de la ascensión de Jesús, sus discípulos –mujeres y hombres– se reunieron con un mismo espíritu, oraron y esperaron al Espíritu Santo. Este grupo inicial no era solamente de los once apóstoles más los parientes de Jesús, sino de muchas personas más hasta «unos ciento veinte» (Hch 1,15). Todos los reunidos el día de Pentecostés recibieron el Espíritu Santo; todas las personas hablaban según el Espíritu les concedía expresarse. Todos se llenaron sin distinción del Espíritu: hombres y mujeres, hijos e hijas, jóvenes y ancianos, siervos y siervas, todos son testigos. A causa de su testimonio, una multitud de hombres y mujeres se adhirieron a la comunidad. Criterios característicos de la comunidad son: mantenerse constantes en la enseñanza, en la comunión, en la fracción del pan y en las oraciones (Hch 2,42). Mantenerse en la comunión significa ser solidario, para que todos y cada uno satisfagan sus necesidades, y no haya ningún indigente. Pero la vida común también tiene inconvenientes: Safira es cómplice en el fraude de su esposo; las viudas de los judíos griegos sufren, porque son desatendidas en la diaconía diaria; y muchos hombres y mujeres sufren persecución y cárcel. La persecución de los creyentes se convierte en causa de difusión del Evangelio: muchos hombres y mujeres se bautizaron gracias al testimonio de los perseguidos. Otros ejemplos de la vida de la comunidad son las «iglesias domésticas» de María y Lidia como centros de vida común: las mujeres ponen a disposición sus casas para tener un lugar donde reunirse y orar. La casa de María es el primer lugar adonde se dirigió Pablo, después de ser liberado de la cárcel. Así Lucas subraya la importancia de la casa de María como lugar principal de la comunidad, y añade que muchos se habían reunido y estuvieron en oración. Cuando los gentiles abrazaron la fe –entre ellos muchas mujeres principales y distinguidas–, la casa de Lidia en Filipos llega a ser el centro de la comunidad. Liberados de la cárcel, Pablo y Silas se dirigen a la casa de Lidia, donde encontraron a la comunidad reunida. Otras tareas importantes de los testigos son la predicación y la enseñanza, que no tienen lugar sólo en las sinagogas sino en las plazas (Hch 17,17) y en las casas (5,42; 18,26; 20,20). Lucas narra que

08.245 - 19. Cap. 13

272

29/10/08 10:11

Página 272

EL EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS

Priscila y Áquila se dedican a la predicación y enseñanza. El hecho de que las mujeres enseñan está asegurado en la carta a Tito, donde se les exhorta a llevar una vida ejemplar, y a cuidar la palabra de Dios (Tit 2,3). El servicio de los maestros era muy importante, pues interpretaban la palabra de Dios, y su vida servía a los creyentes como modelo. Jesús es el maestro ejemplar (Lc 6,40): enseñó en las sinagogas, en el templo y en el camino. Confirmó su enseñanza por su modo de vivir y sus hechos. Su autoridad fue aceptada por otras autoridades –como los fariseos, maestros de la ley y escribas–, que llaman a Jesús «maestro» o «rabí». Igual que Jesús, sus testigos enseñan en el templo y en las casas: hombres y mujeres contribuyen por su enseñanza y su testimonio de fe a que el Evangelio se difunda. Otros servicios en las comunidades desempeñaban los profetas y ancianos. En Lc encontramos a la profetisa Ana, y en Hch a las cuatro hijas de Felipe, pero también a Judas y Silas, Ágabo y otros profetas más que no podemos identificar por su nombre. Los ancianos y pastores u obispos no sirven para fijar una jerarquía (Hch 14,23; 20,28), sino para mantener la continuidad en la fe (véase Ex 3,16; 18,12; 19,7; Nm 11,16.25). En aquel tiempo, los ancianos como representantes políticos y jurídicos formaban el Sanedrín (concilio), que tenía una responsabilidad colectiva. 7. EL EJEMPLO DE LAS MUJERES PARA LA VIDA DE FE Lucas va presentando a los lectores mujeres que funcionan como modelos de identificación; justas y piadosas, ellas cumplen los mandamientos de Dios. Isabel y Zacarías eran justos ante Dios e intachables en todos los mandamientos y preceptos del Señor. Cuando quieren darle nombre a su hijo, Isabel se opone a la opinión de vecinos y amigos, que quieren nombrarlo «Zacarías», que significa «Dios recuerda». Isabel insiste en darle el nombre que mencionó el ángel: Juan, que significa «Dios es benévolo». Con su oposición contribuye a la realización del plan de Dios. María decide ponerse completamente a disposición de Dios: «He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra» (Lc 1,38). María y José cumplen la Torá, y viven según los mandamientos de Dios: llevan a Jesús al templo para presentarle y consagrarle al Señor, y para ofrecer el sacrificio conforme a la Torá. También la peregrina-

08.245 - 19. Cap. 13

29/10/08 10:11

Página 273

RETROSPECTIVA Y ANTICIPACIÓN

273

ción anual a Jerusalén para la fiesta de Pascua indica su piedad. La profetisa anciana Ana representa –junto con otros ancianos, como Isabel, Zacarías y Simeón– a los ancianos. Ellos sirven en distinta manera a Dios: mediante oración y ayuno, manteniendo su esperanza en Dios en una situación triste y difícil (ser estéril, ser viuda), al bendecir y consolar, y mostrando a otras personas el camino de Dios. La suegra de Simón, curada por Jesús, es la primera mujer que lo sigue por decisión propia. La información de que la suegra de Simón sirve a Jesús y a sus discípulos significa que les diacona con todos sus talentos y capacidades. Ella no es la única. Otras muchas mujeres siguen, como ella, por decisión propia a Jesús: María Magdalena, Juana, Susana y otras más que le diaconan a Jesús. Este servicio de las mujeres se refiere no sólo a preparación de comida o apoyo económico, pues estas mujeres acompañaban a Jesús a la par de los demás discípulos. Las mujeres se emplean a fondo con todas sus posibilidades, dan todo de sí y se comprometen completamente con Jesús. Algunas de ellas pertenecen a la clase alta, así que emplean sus riquezas en apoyo de Jesús y de todos los discípulos. La disposición de bienes no quiere decir sólo hacer donativos o limosnas, sino también disponer de una casa o una habitación para la comunidad, incluso como lugar de reunión. La narración de las hermanas Marta y María pone de relieve que el servicio de las mujeres no significa «preparar la comida», «limpiar y lavar». Mientras que Marta está atareada y se afana en los quehaceres domésticos de la hospitalidad, María se pone por decisión propia a los pies de Jesús como discípula, le escucha y aprende de él. Jesús alaba explícitamente su acción, realzándola como «la mejor parte, que no le será quitada» (Lc 10,42). En otra situación Jesús dice: «Mi madre y mis hermanos son aquellos que oyen la palabra de Dios y la cumplen» (Lc 8,21). A Lucas le importa mucho la escucha y cumplimiento de la palabra de Dios, como se nota en la parábola del sembrador o en el ejemplo de la lámpara. Lucas subraya en el relato de Marta y María que las mujeres deben escuchar y aprender la palabra de Dios, para vivir según ella, para enseñarla y predicarla, como demuestra también el ejemplo de Priscila. Las preocupaciones por otras cosas como los quehaceres domésticos, la comida o el vestido son de menor importancia, pues Jesús exhorta: «Busquen más bien el Reino de Dios, lo demás se les dará por añadidura» (Lc 12,31).

08.245 - 19. Cap. 13

274

29/10/08 10:11

Página 274

EL EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS

Dos mujeres –la pecadora y la hemorroísa– toman la iniciativa y tocan a Jesús: la pecadora besa y unge los pies de Jesús, y la hemorroísa toca el borde del manto de Jesús. A causa de su iniciativa, ambas experimentan el perdón y la salud. Jesús alaba explícitamente su fe: «Tu fe te ha salvado» (Lc 7,50 y 8,48). Con esto, Lucas subraya que no es tanto el poder de Jesús la causa de la curación y del perdón, sino la fe. La fe y la confianza de las mujeres son ejemplares, pues les dan ánimo y les ayudan a superar su miedo y sus barreras sociales. La pecadora muestra de distintas maneras mucho amor, por eso sus pecados le quedan perdonados. La hemorroísa cobra valor para contar ante todo el pueblo cómo fue curada. Estas acciones de las mujeres son presentadas a los hombres piadosos como modelo. El fariseo Simón debe tomar a la pecadora como ejemplo (Lc 7,44-47), pues debe mostrar tanto amor como ella, y no dejarse coartar por opiniones y prejuicios sociales. Jairo, el jefe de la sinagoga, debe tomar a la hemorroísa como ejemplo (8,50), pues debe creer y tener confianza en Jesús igual que ella. La acción de una viuda pobre, al margen de la sociedad, sirve de modelo crítico para la sociedad: mientras que los ricos dan donativos de lo que les sobra, la viuda pobre da todo lo que tenía. Así ella da más que los ricos, pues da todo su sustento. Por su acción, la viuda pobre cambia la perspectiva para los ricos: los ricos se dan cuenta de que, comparados con ella, dan muy poco. Las mujeres que seguían a Jesús –María Magdalena, Juana, María la madre de Santiago y otras más– estuvieron también bajo la cruz. Muerto Jesús, las mujeres asisten su sepelio. Ellas prepararon aromas y ungüentos, y regresaron para ungir el cuerpo de Jesús. Ellas encontraron el sepulcro vacío, al recibir el mensaje de los ángeles, recordaron las palabras de Jesús. Porque han entendido por qué fue necesario que todo sucediera así, las mujeres se convierten en las primeras testigos de la resurrección de Jesús; ellas cuentan inmediatamente a los demás discípulos su experiencia. Con estos ejemplos, Lucas aclara que quien recuerda las palabras de Jesús, quien entiende las Sagradas Escrituras –lo que requiere oírlas o leerlas, y vivir conforme a ellas, como demostró el ejemplo de María, la hermana de Marta–, que el que comprende que la muerte no es el fin definitivo, y que quien entiende que el Mesías tuvo que morir y resucitar, porque Dios incluye la muerte en su plan salvífico quitándole la falta de sentido... quien comprende todo eso, no puede quedarse en silencio, sino ser testigo y predicador de la fe.

08.245 - 19. Cap. 13

29/10/08 10:11

Página 275

RETROSPECTIVA Y ANTICIPACIÓN

275

Hch muestra de distintas maneras cómo mujeres y hombres pueden ser testigos y testimoniar su fe: no sólo como Pedro y Pablo, que viajan de pueblo en pueblo, sino también como Felipe, Priscila y Áquila, que explican y enseñan a otros las Sagradas Escrituras; o como Tabita, que se preocupa por las viudas y los pobres; o como María y Lidia, que ponen a disposición su casa para que la comunidad pueda reunirse. 8. LA FUERZA DINÁMICA DEL ESPÍRITU SANTO La historia que Lucas narra es, desde el principio, una historia sobre la eficacia vigorosa del Espíritu Santo. El Espíritu de Dios obra por medio de mujeres y hombres. Les llena con su fuerza, y les revela conocimientos, para que puedan profetizar y guiar a otros hombres por el camino de Dios. El Espíritu Santo obra también por sí solo: viene sobre las personas que han sido elegidas, les guía y hasta les impide a hacer algo. El Espíritu Santo realiza el plan salvífico de Dios. Lucas demuestra ya al comienzo del evangelio la eficacia del Espíritu Santo: Isabel es la primera persona que está llenada del Espíritu Santo. En su discurso profético interpreta la señal de que su hijo saltó de alegría en su seno. Juan el Bautista está lleno del Espíritu Santo ya desde el seno de su madre, lo que lo caracteriza como gran profeta. El Espíritu Santo viene sobre María, para que conciba a Jesús. Luego llena a muchas personas más que profetizan: a Jesús, a Pedro, al profeta Ágabo, a Bernabé y Pablo, a los discípulos de Tiro, y a otros más. Al anciano Simeón, el Espíritu Santo le revela conocimientos sobre el camino de Dios –que verá al Mesías–, le mueve y guía al templo, donde encuentra al niño Jesús. El Espíritu Santo viene en forma corporal como una paloma a Jesús. Llena a Jesús, y le conduce por el desierto, donde resiste las tentaciones del diablo. Luego vuelve por la fuerza del Espíritu Santo a Galilea, para anunciar el Evangelio, ungido con el Espíritu Santo. Jesús nos promete que Dios dará el Espíritu Santo a los que se lo piden (Lc 11,13), y que el Espíritu Santo nos apoya cuando estamos en apuros, y nos enseña qué conviene decir (12,12). El Resucitado promete a sus discípulos el bautismo con Espíritu Santo, para que sean dotados con el Espíritu Santo los testigos de Jesús en todo el mundo (Hch 1,8). El Espíritu Santo viene al día de Pentecostés sobre todos los discípulos reunidos, y todos hablan se-

08.245 - 19. Cap. 13

276

29/10/08 10:11

Página 276

EL EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS

gún el Espíritu les concede. La cita del profeta Joel subraya que el Espíritu Santo viene sin distinción sobre mujeres y hombres, jóvenes y ancianos, siervos, siervas y libres (2,17-18). Luego viene el Espíritu Santo otra vez sobre las personas reunidas, y las fortalece, para que puedan hablar francamente y predicar con valentía la palabra de Dios (4,31). El Espíritu Santo llena a otros testigos más, y les ayuda a testimoniar la palabra de Dios: a los diáconos (Hch 6,5) y a Esteban (7,55); guía a Felipe (8,29.39), a Pablo (9,17) y a Bernabé (11,2224). Pedro lo promete a los que se convierten y se bautizan (2,38; 8,15.17). Pero el Espíritu Santo no es comprable: el mago Simón debe aprender que no se adquiere por dinero. El don del Espíritu Santo no se da tampoco exclusivamente por medio de la imposición de las manos de los apóstoles, pues él viene cuando y sobre quien quiere, como sobre Pedro en el encuentro con el pagano Cornelio (10,4447; 11,15-16; 15,8). El Espíritu Santo causa que la iglesia se edifique y progrese (Hch 9,31), y por eso se elige predicadores (13,2) y guardianes u obispos (20,28). Además habla a los discípulos y les guía en su camino (13,2.4). El Espíritu aconseja a los discípulos, y les guía a adoptar decisiones moderadas en la asamblea de Jerusalén (15,28). Lucas aclara que el Espíritu Santo persigue el plan de Dios, por eso impide a los discípulos predicar en ciertos lugares, pues tiene otra intención (16,6-7). El Espíritu Santo guía a Pablo a Jerusalén (20,22-23), de donde llegará hasta Roma. Lucas aclara por medio de la «historia del Espíritu Santo» que el Espíritu Santo que estaba ya desde el principio –¡antes del nacimiento de Jesús!–, está también con los discípulos, y acompaña por todas partes a los testigos. El Espíritu Santo mantiene la continuidad del tiempo antes de Jesús con el tiempo de Jesús y el tiempo posterior a la muerte de Jesús: el Espíritu Santo une a los judíos y cristianos. Ninguno queda excluido, pues el Espíritu Santo llena a todos: mujeres y hombres, jóvenes y ancianos, siervos, siervas y libres, judíos, prosélitos, temerosos de Dios y paganos. Por el Espíritu Santo todos los hombres participan en el plan salvífico de Dios, pues forman parte de la historia salvífica de Dios.

6

MALTA

0

100

200

300 Km

CRETA

Atenas

Tesalónica

Corinto

4

Berea

Filipos

Tróade

Éfeso

2.º viaje: PABLO, Silas, Timoteo. Pablo visita sus comunidades. En Tróade embarca hacia Europa; se queda dos años en Corinto (50-52).

4

6

Mileto

4

Colosas

Laodicea

3

5

1

Listra

3

Derbe

Iconio

Alejandría

JERUSALÉN. Punto de partida. Se predica en Judea. Pedro va a Jope. Felipe en el camino de Gaza y en Samaría.

5

Antioquía de Pisidia

Gaza

Cesarea Jope Yamnia

CHIPRE

Tarso

1.er viaje: BERNABÉ-PABLO. Van de Antioquía al Asia Menor pasando por Chipre. Dios abre a los paganos la puerta de la fe (Hch 14,27) (45-48).

3.er viaje: PABLO y varios compañeros. Sale de Antioquía, adonde había vuelto tras pasar por Cesarea y Jerusalén. Reside dos años en Éfeso (53-58). Tras un periplo por Grecia, vuelve a Jerusalén, donde es detenido y encarcelado en Cesarea.

2

Pella

Damasco

Jerusalén

2

Antioquía

ANTIOQUÍA. Nuevo centro misionero. Los discípulos reciben el nombre de «cristianos».

29/10/08 10:11

VIAJE DE LA CAUTIVIDAD. Después de dos años de cárcel en Cesarea (58-60), Pablo apela al César. Es conducido en barco a Roma, donde permanece 2 años arrestado (61-63).

Roma

LOS VIAJES DE PABLO

08.245 - 19. Cap. 13 Página 277

277

08.245 - 19. Cap. 13

29/10/08 10:11

Página 278

08.245 - 20. Cap. 14 (Parte II)

29/10/08 12:12

Página 279

SEGUNDA PARTE

HECHOS DE LOS APÓSTOLES

08.245 - 20. Cap. 14 (Parte II)

29/10/08 12:12

Página 280

08.245 - 20. Cap. 14 (Parte II)

29/10/08 12:12

Página 281

CAPÍTULO XIV

PRÓLOGO Y EL COMIENZO DE LA PRIMERA COMUNIDAD: HCH 1,1-2,47

Lucas comienza también su segundo libro dirigiéndose a Teófilo, en lo que conocemos como prólogo, y luego cuenta de nuevo la ascensión de Jesús; así se muestra la conexión con el evangelio (Hch 1,1-14). A continuación presenta el comienzo de la primera comunidad hasta el acontecimiento de Pentecostés, y esboza el ideal de la comunidad que tiene un solo corazón y una sola alma, y que practica la comunidad de bienes, de modo que no había en ella ningún necesitado (1,15-2,47).

I. PRÓLOGO Y ASCENSIÓN COMO CONEXIÓN: HCH 1,1-14 1. TEXTO 11 El primer libro lo dediqué, Teófilo, a todo lo que Jesús hizo y enseñó desde el principio 12

hasta el día en que, después de haber dado instrucciones por medio del Espíritu Santo a los apóstoles que había elegido, fue levantado a lo alto.

13 A estos mismos, después de su pasión, se les presentó dándoles pruebas de que vivía,

08.245 - 20. Cap. 14 (Parte II)

282

29/10/08 12:12

Página 282

HECHOS DE LOS APÓSTOLES

dejándose ver de ellos durante cuarenta días y hablándoles del Reino de Dios. 14

15

Mientras estaba comiendo con ellos, les ordenó: «No se vayan de Jerusalén, sino aguarden la Promesa del Padre, que oyeron de mí: porque Juan bautizó con agua, pero ustedes serán bautizados con Espíritu Santo dentro de pocos días.»

16 Ellos, en cambio, habiéndose reunido, le preguntaron: «Señor, ¿es en este momento cuando le vas a restablecer el Reino a Israel?» 17 Él les contestó: «No es cosa suya conocer el tiempo y el momento que el Padre ha fijado con su propia autoridad; 18

al contrario, ustedes recibirán una fuerza, cuando el Espíritu Santo venga sobre ustedes, y de este modo serán mis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaría, y hasta los confines de la tierra.»

19 Y dicho esto, fue levantado en presencia de ellos y una nube lo ocultó a sus ojos. 10 Como ellos estuvieran mirando fijamente al cielo mientras él se iba, se les presentaron de pronto dos hombres vestidos de blanco 11 que les dijeron: «Galileos, ¿por qué permanecen mirando al cielo? Este Jesús, que de entre ustedes ha sido llevado al cielo, volverá así tal como lo han visto marchar al cielo». 12 Entonces se volvieron a Jerusalén desde el monte llamado de los Olivos, que está próximo a Jerusalén, la distancia de un camino sabático. 13 Y cuando llegaron, subieron al piso superior, donde vivían, Pedro y Juan; Santiago y Andrés; Felipe y Tomás; Bartolomé y Mateo; Santiago el de Alfeo, Simón el Zelota y Judas de Santiago. 14

Todos ellos perseveraban en la oración, con un mismo espíritu, en compañía de las mujeres, y de María la madre de Jesús, y de sus hermanos.

08.245 - 20. Cap. 14 (Parte II)

29/10/08 12:12

Página 283

PRÓLOGO Y EL COMIENZO DE LA PRIMERA COMUNDIAD: HCH 1,1-2,47

283

ESTUDIO DEL TEXTO 1. ¿Qué alusiones (palabras, motivos) a Lc encuentras? 2. Compara este texto con el texto paralelo de Lc 24,36-52 y busca las diferencias de nuestro texto, las que acentúan más claramente el mensaje de Lucas en su segundo libro.

2. CLAVES DE INTERPRETACIÓN a) Enlaces narrativos a. Estructura En este prólogo, Lucas condensa el contenido de su evangelio como: «todo lo que Jesús hizo y enseñó desde el principio hasta el día en que fue levantado a lo alto» (Hch 1,1-2). Si Lucas narra otra vez la ascensión de Jesús es para enlazar con el contenido del segundo libro. Lucas indicó claramente los objetivos de su obra: «para que conozcas la solidez de las enseñanzas que has recibido» (Lc 1,4). En el prólogo de Hch no encontramos nada como eso. ¿Para qué escribió Lucas su segundo libro? Debemos deducir sus objetivos por este prólogo. Hch 1,1-14 forma un conjunto fijo. Se nota por la manera como refiere a los discípulos: quedan mencionados sólo al principio (1,2), después se refiere siempre a «ellos». Al fin son indicados por sus nombres (1,13-14). La fecha «uno de aquellos días» (1,15) y el cambio del sujeto (Pedro) marcan el nuevo párrafo: la elección de Matías (1,15-26). Los lectores pueden deducir que el segundo libro trata de estos discípulos. La estructura del prólogo indica lo que Lucas quiere narrar de los discípulos. La introducción a Hechos está estructurada paralelamente: Hch 1,1-2: Jesús fue levantado a lo alto; y también Hch 1,9 dice que Jesús fue levantado. Hch 1,3: Jesús dio pruebas de que vivía, dejándose ver por los discípulos; y también en Hch 1,10-11 los discípulos quedan «mirando», y los ángeles les dicen que Jesús vive y volverá. Hch 1,4-7: Estos versículos mencionan la comida en común y la reunión de los discípulos en Jerusalén; y también Hch 1,12-14 te-

08.245 - 20. Cap. 14 (Parte II)

284

29/10/08 12:12

Página 284

HECHOS DE LOS APÓSTOLES

matiza la comunidad de los discípulos que se reúne en el piso superior de una casa, en Jerusalén. b. El objetivo: ser testigos El paralelismo entre el centro y el fin del prólogo señala: «ustedes recibirán una fuerza cuando el Espíritu Santo venga sobre ustedes, y de este modo serán mis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaría, y hasta los confines de la tierra» (Hch 1,8), y estos testigos son los discípulos, hombres y mujeres, que se reúnen con un mismo espíritu (1,13-14). Así, Lucas narra el testimonio de los que han recibido al Espíritu Santo: los testigos de Jesús en todo el mundo. Igual que ellos, Teófilo y los lectores deben ser testigos, pues ellos están enterados –por el primer libro y la catequesis– del mensaje de Jesús, de sus hechos y de su enseñanza, y han recibido, por el bautismo, al Espíritu Santo que les encarga dar testimonio de su fe. Hechos de los Apóstoles comienza mostrando distintos testimonios de fe de muchos testigos: de Pedro y Juan que curan a un tullido y son –por eso– encarcelados por el Sanedrín (3,1-4,22); de los demás apóstoles, que igualmente son encarcelados y azotados (5,12-42); de Esteban, el primer mártir (6,8-7,60) y de Felipe, que bautizó a los samaritanos y al primer temeroso de Dios (8,5-40). Enseguida, Lucas narra primero de Pedro y luego de Bernabé y Pablo, porque no quiere relatar sólo diversos testimonios de fe, sino que el Evangelio llega «hasta los confines de la tierra» (1,8). Como el autor sólo puede seguir una línea de narración, escoge primero a Pedro y luego a Pablo como guía. Por eso va insertando testimonios de fe de otras personas, por ejemplo de Priscila y Áquila, que enseñan a Apolo, para que éste llegue a ser de gran provecho y ayuda para los creyentes (18,24-28). c. La perspectiva lucana Entre el relato de la ascensión en Lc y el de Hch, hay diferencias interesantes que precisan la perspectiva lucana. En el evangelio, Jesús fue llevado al cielo el mismo día de su resurrección, pues sus apariciones a los discípulos de Emaús, a Simón y a los demás discípulos suceden al mismo día (Lc 24,13.33.36.50-51). En Hch, en cambio, Jesús se presentó durante cuarenta días a los discípulos y les enseñaba (Hch 1,3).

08.245 - 20. Cap. 14 (Parte II)

29/10/08 12:12

Página 285

PRÓLOGO Y EL COMIENZO DE LA PRIMERA COMUNDIAD: HCH 1,1-2,47

285

En Hch, el Resucitado enseña a sus discípulos sobre el Reino de Dios; es así como Lucas garantiza la continuidad de la enseñanza. Además subraya que el Resucitado es el mismo Jesús que enseñaba en Galilea, Samaría, Judea y Jerusalén, y que había sido crucificado. La misión de Jesús es el Reino de Dios, lo que anunciaba antes de su muerte, aquello por lo que murió y lo que ahora sigue enseñando, ya Resucitado. Sus testigos deben anunciar el mismo Evangelio del Reino de Dios, del amor de Dios a los pecadores arrepentidos y de la disposición de Dios a perdonar los pecados. Por eso, está duplicada la orden del Resucitado a sus discípulos de quedarse en Jerusalén hasta que reciban el Espíritu Santo, para que sean sus testigos en todo el mundo (Lc 24,47-49 y Hch 1,4.8). También el lugar y la descripción de la ascensión se diferencian mucho: en el evangelio, Jesús saca a los discípulos hasta cerca de Betania, donde les bendice y es llevado al cielo, ante sus ojos (24,50-51). En Hch, Jesús y sus discípulos están en el monte de los Olivos, donde Jesús es ocultado por una nube (1,4.9.12). En el evangelio, los discípulos se postran ante Jesús durante su ascensión (24,52), mientras que en Hch permanecen mirando al cielo (1,10). En Hch aparecen dos ángeles que instruyen a los discípulos sobre la vuelta futura de Jesús (1,10-11); este dato falta en el evangelio. Después de la ascensión de Jesús, en el evangelio, los discípulos vuelven al templo, donde se quedan (24,53), mientras que en Hch se quedan en el piso superior de una casa (1,13-14). Pese a tantas diferencias, ambos relatos subrayan que los discípulos quedan reunidos juntos, y que perseveran en la oración y en la alabanza de Dios (Lc 24,53 y Hch 1,14). d. La intención lucana Las diferencias y contradicciones mencionadas no dejan de sorprender a los lectores: la comida del Resucitado con los discípulos (Lc 24,33.36-48 y Hch 1,4). ¿Tuvo lugar en Jerusalén o en el monte de los Olivos? ¿Por qué Lucas no mencionó a los ángeles en el evangelio? Y después de la ascensión, los discípulos ¿se quedan en el templo o en el piso superior de una casa? Estas contradicciones aparentes y faltas de claridad indican la intención lucana: no le importa la historiografía auténtica, sino que más bien él mismo como autor forma y compone los relatos conforme a su intención. Al autor le importa mencionar ya en el prólogo de su segundo libro los motivos y lugares centrales que rela-

08.245 - 20. Cap. 14 (Parte II)

286

29/10/08 12:12

Página 286

HECHOS DE LOS APÓSTOLES

cionan Hch con Lc. Por eso menciona, por ejemplo, el monte de los Olivos como lugar de la ascensión, para que los lectores asocien la pasión: este mismo lugar posibilita otra vez la continuidad de la actuación de Jesús como Jesús terreno y Jesús resucitado. Los «cuarenta días» de la aparición de Jesús recuerdan a los lectores los cuarenta años del pueblo de Israel en el desierto (Dt 8,2), y aluden a los cuarenta días de Jesús en el desierto cuando fue tentado por el diablo (4,1-2) y venció a Satanás. De la misma manera, los lectores entienden también que Jesús venció la muerte. Los «dos hombres vestidos de blanco» que se presentaron a los discípulos recuerdan a los lectores los «dos hombres con vestidos resplandecientes» que se presentaron a las mujeres cuando se fueron al sepulcro de Jesús (24,4-7). Los ángeles anunciaron a las mujeres que Jesús resucitó, y ahora los ángeles anuncian a los discípulos que Jesús volverá, como confirma el mensaje de los ángeles en el sepulcro; los lectores pueden confiar en el otro anuncio que Jesús volverá. Los lectores pueden figurarse el gran plan de Dios, que no calcula según el tiempo humano, sino que abarca todo el tiempo (Hch 1,7). En el tiempo de Jesús, el templo como centro del culto del pueblo de Israel tenía una función importante, la que Lucas subraya al empezar y terminar su evangelio en el templo. Pero cuando escribe Lucas su obra, el templo ha sido ya destruido, y los diversos grupos y partidos judíos empezaron a reorientarse. Las primeras comunidades de los creyentes en Jesús, especialmente las comunidades en la diáspora judía y las comunidades de paganos –para los que el templo nunca tuvo la misma importancia que para los judíos en Palestina–, se reunían en las casas. Para subrayar la importancia de las casas como lugares de reunión y como fuentes de la difusión del Evangelio, Lucas empieza su segundo libro en una casa en Jerusalén y lo termina en una casa en Roma. b) Enlaces pragmáticos a. Metas precisas En este prólogo, Lucas aclara por medio de las preguntas y las acciones de los discípulos lo que no narrará: no relatará del pronto restablecimiento del reino a Israel (1,6), ni la súbita vuelta de Jesús (1,10-11). Los discípulos no deben permanecer «mirando fijamen-

08.245 - 20. Cap. 14 (Parte II)

29/10/08 12:12

Página 287

PRÓLOGO Y EL COMIENZO DE LA PRIMERA COMUNDIAD: HCH 1,1-2,47

287

te al cielo», ni deben vivir sólo con la esperanza de que Jesús volverá rápido. Cierto que volverá, pero hasta entonces los discípulos deben ser sus testigos y anunciar el Evangelio del Reino de Dios y el perdón de los pecados. b. El Espíritu Santo En el prólogo, Lucas aborda otros temas importantes: ya en el evangelio –antes del nacimiento de Jesús– mencionó la fuerza dinámica del Espíritu Santo. El Espíritu Santo llena a los hombres y les guía. Los discípulos experimentan esta fuerza dinámica, pues son bautizados con Espíritu Santo, y éste les hace testigos del Resucitado. El Espíritu Santo guía a los testigos: Felipe (8,39), Bernabé y Pablo (13,4) y Pablo (20,22). E incluso el Espíritu Santo impide que los testigos lleguen a lugares donde todavía no deben obrar (16,6.7). Lucas recalca que es el Espíritu Santo mismo quien promueve el Evangelio, pues impulsa y guía a los testigos; así, el Espíritu Santo mismo testimonia el Evangelio de Jesucristo (5,32). Además –y eso es algo nuevo en la obra de Lucas– el Espíritu Santo declara su voluntad al «hablar» a Felipe (Hch 8,29), a Pedro (10,19; 11,12), y en la comunidad de Antioquía a todos los creyentes (13,2). La redacción de la carta que comunica a los paganos la decisión del «concilio de Jerusalén» da a entender que el Espíritu Santo y los discípulos se asesoraron para tomar una decisión: «Que hemos decidido el Espíritu Santo y nosotros...» (Hch 15,28). Asimismo, el Espíritu Santo mismo elige a los hombres que desea como colaboradores, como el centurión romano Cornelio y su casa, sobre los que cayó y a los que eligió como testigos (Hch 10,4; 11,15), o los ancianos de Éfeso, que se eligió como obispos para que vigilaran y pastorearan la iglesia (20,28). c. La vida de fe de los creyentes Otro punto que importa a Lucas es la reunión de los discípulos –unánimes– y su oración en común en una casa (Hch 1,14). En su segundo libro narra las diversas reuniones en las casas en diferentes lugares del mundo. Así desarrolla su ideal de la iglesia doméstica: todos deben reunirse unánimes, orar juntos y partir el pan; todos deben tener un solo corazón y una sola alma, todos deben tener todo

08.245 - 20. Cap. 14 (Parte II)

288

29/10/08 12:12

Página 288

HECHOS DE LOS APÓSTOLES

en común, y preocuparse por los pobres; y todos deben proclamar la palabra de Dios con su enseñanza y su vida (2,42-47; 4,32-37; 5,12.42; 6,1-3). Las casas son los centros de la vida de fe: en las casas se encuentra la comunidad que ora y celebra la eucaristía, donde se enseña y se platica de Jesús. Ya en su primer libro, Lucas narraba con frecuencia que Jesús oraba y cómo; otro tanto debemos hacer nosotros. La oración es la conexión con Dios.

LA ORACIÓN DE LOS CREYENTES EN JESÚS Lucas nos comunica qué y cómo los discípulos y seguidores de Jesús oran en diversas situaciones (recomiendo leer los textos indicados en Hch): • se reúnen en las casas u otros lugares para orar en común: 1,14; 2,42; 12,5.12; 21,5; 20,36; • oran en situaciones decisivas, cuando están a las puertas de una decisión: 1,24-25; 6,6; 13,3; 14,23; • oran en apuros, crisis y situaciones difíciles: 4,24-30; 9,11.40; 12,5; 16,25; 28,8; • oran por el Espíritu Santo: 8,15; • oran en el templo: 3,1; 22,17; 24,11; • oran a ciertas horas: 3,1; 10,9.30; • oran en vista de la muerte (Esteban y Pablo): 7,59; 20,36; • en su oración experimentan que Dios les apoya en sus decisiones, y que el Espíritu Santo les fortalece y anima: 1,26; 4,31; 6,7; 10,4.31; 12,17.

Lucas menciona explícitamente que en la comunidad hay mujeres o discípulas; ellas integran la comunidad (1,14). Que las mujeres participen en las reuniones o que sean miembros en una asamblea o reunión no era tan común en el mundo de la cultura helenística, y menos en el judío. El ámbito público quedaba reservado a los hombres; la esfera de las mujeres era la casa. En la cultura romana, en cambio, las mujeres podían participar tanto en los banquetes como en las reuniones públicas, y podían ocupar puestos políticos. Esta práctica se divulgaba por la ampliación del Imperio romano en otros países.

08.245 - 20. Cap. 14 (Parte II)

29/10/08 12:12

Página 289

PRÓLOGO Y EL COMIENZO DE LA PRIMERA COMUNDIAD: HCH 1,1-2,47

289

En el tiempo de Lucas, la participación de las mujeres en las reuniones y en los banquetes ya no era cosa insólita. Pero correspondiente a la manera de hablar en aquel tiempo, el lenguaje no mencionaba a las mujeres, sino que las incluía en los conceptos masculinos –por ejemplo: el concepto «discípulos» incluye tanto a hombres como a mujeres–, así que el lenguaje ocultaba la presencia de las mujeres. Lucas, al mencionar explícitamente a las mujeres, señala la continuidad del plan salvífico de Dios: los lectores deben recordar que las mujeres acompañaron a Jesús desde Galilea hasta la cruz en Jerusalén (8,2-3; 23,49), y de que ellas han sido las primeras testigos de la resurrección (24,910). Lucas recuerda especialmente a María, que colaboraba por su decisión en el plan de Dios (1,34-38). En Hch, las mujeres y los hombres que testimonian de manera diferente y variada su fe, que confirman y fortalecen la fe de otros, son modelos de identificación y de acción para la vida de fe de los lectores. II. EL COMIENZO DE LA PRIMERA COMUNIDAD: HCH 1,15-2,47 1. EL COMPLEMENTO DE LOS ONCE: HCH 1,15-26 En ausencia de Jesús, el primer problema que los discípulos enfrentan es restituir el círculo de los Doce, pues Judas, el traidor, desertó. Porque los apóstoles garantizan la continuidad del anuncio del Evangelio, eligen a un testigo de entre el grupo que acompañó a Jesús desde su bautismo hasta el día de su ascensión. Los lectores no conocen a los candidatos, ni a José llamado Barsabás Justo, ni a Matías. De ellos, Lucas nada ha contado, ni de algún discípulo presente en el bautismo de Jesús. Los primeros discípulos de los que Lucas narra que seguían a Jesús son Simón, Santiago, Juan (5,1-11) y Leví (5,27-28). Lucas no nos comenta otras vocaciones. En Hch nos enteramos de repente de 120 discípulos (1,15). Los lectores deben suponer que, además de los mencionados por sus nombres, había muchos otros discípulos que seguían a Jesús. La cifra de 120 es un número simbólico que multiplica por diez el número de los Doce. Lucas nos narra la estrategia de solución de los discípulos. Ellos definen los criterios y el encargo del nuevo miembro del círculo de

08.245 - 20. Cap. 14 (Parte II)

290

29/10/08 12:12

Página 290

HECHOS DE LOS APÓSTOLES

los Doce. Lo más importante es que por medio de la oración incluyen a Dios en su decisión. También más adelante toman decisiones –en y con el Espíritu Santo– para llevar adelante el plan salvífico de Dios. 2. PENTECOSTÉS: HCH 2,1-47

ESTUDIO DEL TEXTO 1. Trata de estructurar el texto. 2. ¿Quiénes son las personas actuantes (inclusive en el discurso de Pedro) y qué hacen? 3. ¿Cuál es el mensaje central del discurso de Pedro?

a) Enlaces narrativos a. Estructura Se puede estructurar este texto en cuatro párrafos: el acontecimiento de Pentecostés (2,1-13), el discurso de Pedro (2,14-36), la reacción de la gente a este discurso (2,37-41) y un sumario idealizado de la vida de la primera comunidad (2,42-47). La narración de Pentecostés está introducida por el complemento temporal: «al llegar el día de Pentecostés» (2,1). Lucas describe, primero en general, el acontecimiento «del cielo» con sonidos (ruido como una impetuosa ráfaga de viento) y señales (lenguas como de fuego), y añade la reacción incomprensiva de la gente (2,1-13). Después agrega el largo discurso de Pedro (2,14-36): en la primera parte, Pedro explica lo sucedido y lo interpreta con una cita de la Sagrada Escritura (2,14b-21); en la segunda parte (2,22-36) explica, otra vez por medio de la Sagrada Escritura, por qué el Espíritu Santo fue derramado: porque Dios resucitó a Jesús crucificado y le ha constituido Señor y Mesías (2,36). Después del largo discurso de Pedro, Lucas relata otra vez las reacciones de la muchedumbre (2,37): esta vez ya no se burlan, sino que se compungen y preguntan a Pedro qué debían hacer. Pedro,

08.245 - 20. Cap. 14 (Parte II)

29/10/08 12:12

Página 291

PRÓLOGO Y EL COMIENZO DE LA PRIMERA COMUNDIAD: HCH 1,1-2,47

291

ahora, tiene la ocasión de invitarles a convertirse y a bautizarse, y les promete el don del Espíritu Santo que es la señal de la Promesa salvífica de Dios (2,38-40). Lucas concluye esta narración con la frase final de que se les unieron unas tres mil personas (2,41). Con esta frase, se pasa al sumario que resume la vida de la comunidad (2,42-47). b. El acontecimiento de Pentecostés El día de Pentecostés sucede lo que Jesús anticipó en el evangelio: el anuncio de la conversión para el arrepentimiento y el perdón de los pecados a todas las naciones, y el envío de «la Promesa de mi Padre», de modo que los discípulos se convierten en testigos de estas cosas (cf. Lc 24,47-49). Lo mismo ocurre en el prólogo de Hch; Jesús promete enviar «la Promesa del Padre»: «aguarden la Promesa del Padre, ... ustedes serán bautizados con Espíritu Santo dentro de pocos días ... ustedes recibirán una fuerza, cuando el Espíritu Santo venga sobre ustedes, y de este modo serán mis testigos» (Hch 1,4-5.8). El Espíritu Santo garantiza y realiza la continuidad del plan salvífico de Dios. Quien recibió el Espíritu Santo, forma parte del plan salvífico de Dios, pues colabora en este plan como testigo. c. El discurso de Pedro En la primera parte de su discurso, Pedro tematiza la misión y la actuación de los testigos: Dios derrama su Espíritu Santo sobre todas las personas indistintamente, hombres y mujeres, jóvenes y ancianos, siervos y siervas, para que sean profetas, tengan visiones y sueñen, de modo que interpreten los prodigios y signos que Dios hace, y, así, todo el que invoque el nombre del Señor se pueda salvar. En su segundo libro, Lucas mencionará otras veces más estos dos acontecimientos: que Dios hizo a estos discípulos profetas y que Dios obraba por medio de sus discípulos muchos signos y prodigios. Dios derrama su Espíritu Santo y hace hombres y mujeres profetas; por ejemplo: en la comunidad de Antioquía hay profetas (13,1), Judas y Silas son profetas (15,32), y en Cesarea viven cuatro vírgenes profetas (21,9). Así como Dios confirmó la actuación de Jesús por signos y prodigios (2,22), continúa su plan salvífico y confirma también la actuación de los discípulos, obrando signos y prodigios, por ejemplo por las manos de los apóstoles (2,43-47; 5,12), Esteban

08.245 - 20. Cap. 14 (Parte II)

292

29/10/08 12:12

Página 292

HECHOS DE LOS APÓSTOLES

(6,8.10), Felipe (8,13), Pablo y Bernabé (14,3; 15,12). Dios deja participar a muchas personas en su plan salvífico y deja que colaboren como testigos. La segunda parte del discurso de Pedro es, según su estructura, un credo que fue completado con explicaciones (en oraciones subordinadas) y con citas de las Sagradas Escrituras. El mensaje central es: Jesús fue entregado y murió en la cruz, Dios le resucitó y le ha hecho Señor y Mesías, y le ha dado el Espíritu Santo, que Jesús derramó. La verdad de este credo la experimentan los oyentes en sí mismos (2,33). Esta segunda parte del discurso pone también de relieve que el agente central es Dios: Por medio de Jesús, Dios obraba hechos poderosos, prodigios y signos, y los obrará por medio de los discípulos; así confirma la obra y la enseñanza de Jesús. Muchas personas vivieron en su propia piel la actuación salvífica de Dios. Su agradecimiento y su alabanza son su testimonio de fe: como la encorvada que alaba a Dios (Lc 13,13), o el samaritano leproso que alaba a Dios y agradece a Jesús su curación (17,15-16), o el pordiosero ciego de Jericó que alaba a Dios y sigue a Jesús (18,43). Dios resucitó a Jesús, le ha exaltado, y le dio el Espíritu Santo que ha derramado. Todo eso demuestra que Dios ha hecho Señor y Mesías a Jesús. Lucas subraya, otra vez, que Dios realiza su plan, que ni siquiera la muerte de su testigo Jesús puede impedirlo, pues la muerte está incluida en su plan, porque Dios hizo a Jesús crucificado Mesías. Los lectores pueden confiar en que ni las persecuciones, ni las expulsiones de otros testigos, ni la muerte de Esteban, ni el propio sufrimiento contradicen el plan de Dios. Todas estas crisis no impiden la realización del plan salvífico de Dios. d. La reacción de la gente Al escuchar el discurso de Pedro, hombres y mujeres reaccionan consternados y desconcertados. Preguntan: «¿Qué debemos hacer?» (Hch 2,37). Esta pregunta es la condición previa para el nuevo comienzo y un cambio creativo. Los lectores recuerdan la predicación de Juan el Bautista y la idéntica reacción de sus oyentes: ¿Qué debemos hacer? (Lc 3,3.7-9.10-14). Como el Bautista, Pedro les aconseja: ¡Conviértanse! y ¡Bautícense! para perdón de sus pecados. Quien se convierte y se bautiza, recibirá el don del Espíritu Santo,

08.245 - 20. Cap. 14 (Parte II)

29/10/08 12:12

Página 293

PRÓLOGO Y EL COMIENZO DE LA PRIMERA COMUNDIAD: HCH 1,1-2,47

293

garante del plan salvífico de Dios. El Espíritu Santo es la Promesa asegurada a los oyentes y a sus hijos, y «a todos los que están lejos, que llamará el Señor» (Hch 2,38-39). Lucas señala que también los paganos recibirán el Espíritu Santo, lo que se verificará con el centurión Cornelio y su casa (10,1-47), y luego con los viajes de Pablo, Bernabé y Silas. La predicación de Pedro tuvo un éxito inesperado y sorpresivo: unas tres mil personas se unieron aquel día a los discípulos. Con esto, el círculo de los 120 discípulos se multiplicó por 25 (pues 120 x 25 = 3,000). El pequeño grupo inicial que se reunía en una sola casa se ha multiplicado y los creyentes se encuentran en diversas casas (2,46). e. Sumario idealizado de la primera comunidad La comunidad de los creyentes, igual que el grupo pequeño inicial (1,14), se reúne para orar, pero su oración en común tiene lugar en el templo (2,46). A continuación de nuestra narración, Lucas menciona otra vez que Pedro y Juan suben al templo a orar (3,1). Con el templo como lugar de oración, Lucas realza la ortodoxia de los creyentes y su continuidad con la fe judía: los creyentes en Jesús no son «un grupo nuevo», sino que viven su fe judía y la practican como antes. Además de eso, los creyentes se reúnen también en grupos pequeños en las casas para la fracción del pan en memoria de Jesús. La comunidad de creyentes intenta practicar la comunidad de bienes, así se apoyan mutuamente para que no haya necesitados entre ellos. Como comunidad más grande tienen más libertad de acción, y por eso intentan realizar el ideal bíblico de que no haya pobreza en Israel: «... no habrá ningún pobre entre los tuyos... si escuchas de verdad la voz de Yahvé tu Dios cuidando de poner en práctica todos estos mandamientos...» (Dt 15,4-5). Me ocuparé y explicaré más detalladamente de la vida comunitaria y de la práctica solidaria de la primera comunidad más adelante, al leer Hch 4,32-37. El sumario de Lucas concluye con la información de que esta comunidad de tres mil personas crece diariamente, pues el Señor agregaba al grupo a los que cada día se iban salvando (2,47). Con esto, el autor recuerda otra vez el plan salvífico de Dios que se realiza continuamente, no con sucesos sensacionales como los del día de Pentecostés, sino «diariamente», en la vida cotidiana, donde no siempre se nota.

08.245 - 20. Cap. 14 (Parte II)

294

29/10/08 12:12

Página 294

HECHOS DE LOS APÓSTOLES

b) Enlaces pragmáticos a. Visión panorámica de la difusión del Evangelio En la primera parte del discurso vienen mencionadas naciones y provincias (2,9-11) que no aparecen luego en Hch, excepto Judea y la provincia de Asia, que luego visitará Pablo en su segundo viaje de misión (ver mapa p. 277). Pablo recorre en su viaje Panfilia (Perge y Atalia, 13,13-14; 14,25) y en su viaje a Roma pasa de largo Creta (27,7-13), pero no nos enteramos de la misión de Pablo o de otra persona en aquellos lugares. ¿Por qué menciona Lucas estos territorios? Visto de cerca notamos que estas naciones y provincias forman un círculo alrededor de Jerusalén. Los lectores recuerdan lo dicho por Jesús a sus discípulos: «serán mis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaría, y hasta los confines de la tierra» (1,8). Entonces saben interpretar la lista de estos territorios y naciones. Porque se difundía el Evangelio también allí, los lectores pueden deducir que los 120 discípulos reunidos el día de Pentecostés y los tres mil creyentes que se les unieron, proclamaron el Evangelio en aquellas regiones. De su predicación, Lucas comunica de forma ejemplar, por ejemplo de la misión de Felipe en la capital de Samaría (8,5-25) y en Judea (8,26-40), de la misión de Pedro en Lidia, Jope (9,32-43) y Cesarea (10,1-47), y de Pablo que anuncia el Evangelio en Damasco (9,19a-22), en la provincia de Asia y en Macedonia (Europa). Con estos hechos de fondo, los lectores entenderán también que el Evangelio llega antes que Pablo a Europa, a Italia y Roma: se nota cuando Pablo llega a Pozzuoli (cerca de Nápoles), pues de estas ciudades salen «hermanos» –es decir: creyentes en Jesús– a encontrarle y darle la bienvenida (28,13-15). Los lectores pueden deducir que ya otros discípulos anunciaron en esas regiones el Evangelio. Por ejemplo, había ya antes de la misión de Pablo comunidades de creyentes en Jesús en Pompeya y Herculano (estas dos ciudades fueron enterradas por lava por la erupción volcánica del Vesubio en el año 79 d.C.). Los lectores pueden concluir también que el Evangelio llegó asimismo a las demás regiones mencionadas del mundo. b. Las citas de las Sagradas Escrituras Pedro argumenta con tres citas amplias de las Sagradas Escrituras. Luego notaremos otras citas en los discursos de Pedro (Hch

08.245 - 20. Cap. 14 (Parte II)

29/10/08 12:12

Página 295

PRÓLOGO Y EL COMIENZO DE LA PRIMERA COMUNDIAD: HCH 1,1-2,47

295

3,12-26), Esteban (7,2-53) y Pablo (13,16-41.46-47 y 28,25-28). Estas citas tienen una función especial para Lucas. Ya en el evangelio, el autor citó en partes medulares las Sagradas Escrituras de Israel, por ejemplo: en los cánticos de María, de Zacarías y de Simeón (Lc 1,46-55.68-79; 2,29-32), donde se tematiza la prometida realización del plan salvífico de Dios; en el momento de la aparición de Juan el Bautista (3,4-6), que anunció la salvación; y en la predicación inaugural de Jesús en la sinagoga de Nazaret (4,18-19), para describir el programa de la salvación liberadora. Los lectores recuerdan que el Resucitado abrió las inteligencias de los discípulos para entender las Sagradas Escrituras, y después les interpreta los sucesos de su muerte y resurrección (Lc 24,2527.44-47). Aunque en esta parte no hay cita expresa alguna, Lucas refiere a las Escrituras en general. Ahora, en el discurso de Pedro, Lucas detalla argumentos desde las Sagradas Escrituras, para mostrar que Jesús tenía que resucitar, y que Dios le ha hecho Señor y Mesías.

LA FUNCIÓN DE LAS CITAS DE LAS SAGRADAS ESCRITURAS EN LA OBRA LUCANA

1. Subrayan y confirman un enunciado. Por ejemplo, Lucas justifica con la misma cita del Sal 110,1 dos enunciados diferentes: en Lc 20,41-43 subraya que el Mesías no puede ser hijo de David, y en Hch 2,34-36 confirma que Jesús fue exaltado por Dios y hecho Señor y Mesías. 2. Interpretan y explican los sucesos a la luz y en el sentido de las Sagradas Escrituras, es decir: las Sagradas Escrituras son la «luz» que aclara el significado, el sentido y la importancia de un suceso. De esta manera explica, por ejemplo, la cita de Jl 3,1-5, el acontecimiento de que los discípulos hablaban con valentía en lenguas, como actuación y eficacia del Espíritu Santo derramado. La misma función tienen los enunciados que ponen de relieve que en Jesús se cumplió la Escritura (Lc 24,25-27.44-46). 3. Además, recuerdan la actuación salvífica de Dios y la mantienen presente. Lucas cita textos de las Sagradas Escrituras –que en aquel tiempo consistían en la Torá, los libros de los Profetas y los Salmos– para interpretar los acontecimientos como partes del plan de Dios, por ejemplo: el Espíritu Santo derramado (Hch 2,17-21), la resurrección de Je-

08.245 - 20. Cap. 14 (Parte II)

296

29/10/08 12:12

Página 296

HECHOS DE LOS APÓSTOLES

sús (Hch 2,25-28) y la exaltación de Jesús como Señor y Mesías (Hch 2,34-36). 4. Finalmente, citar las Sagradas Escrituras sirve para realzar su significado e importancia actual para la actualidad, y para señalar a la actuación presente de Dios. Lo que dicen la Torá, los Profetas y los Salmos, no fue un suceso único, ya pasado. Tampoco son exclusivamente pronósticos para el futuro, que –una vez realizados– pierden su importancia. Las Sagradas Escrituras quieren no sólo conservar la historia, sino mantener su validez: Dios actúa también en el presente. Por ejemplo, Dios no liberó sólo una vez a su pueblo de Egipto, sino que lo libera siempre de nuevos apuros y aprietos. Dios no derramó sólo una vez su Espíritu Santo en aquel día de Pentecostés, sino que lo sigue derramando: el Espíritu Santo cae al centurión Cornelio y su casa, y hablan en lenguas (Hch 10,46); igualmente otros discípulos de Jesús reciben el Espíritu Santo, y profetizan (19,6); y los testigos que se encuentran en apuros quedan llenos con Espíritu Santo, para que puedan proclamar con valentía la palabra de Dios (4,31; 13,52). Los lectores concluyen: Dios derrama el Espíritu Santo también en nuestros días; hace a hombres y mujeres sus profetas, y les manda al Espíritu Santo como apoyo.

Resumiendo la función de las citas de las Sagradas Escrituras, podemos decir que las citas interpretan –en la fe– los acontecimientos de la vida actual basándose en las experiencias previas con Dios. Estos sucesos así interpretados actualizan simultáneamente la importancia permanente y la validez actual de la Escritura, pues abren a los lectores la comprensión para la actuación de Dios en su presente. La relación entre la vida actual, la comprensión de las Sagradas Escrituras y la actuación permanente de Dios, podemos figurárnosla como una espiral (en vez de un círculo), pues la vida interpretada por las Sagradas Escrituras y vista con los ojos abiertos para reconocer la presencia de Dios, es «otra» (no la misma que antes). Igualmente, las experiencias propias de fe actualizan las Sagradas Escrituras, de modo que son más ricas para los creyentes que antes. Así podemos decir que la cita de las Sagradas Escrituras interpreta la vida actual, y la vida actual actualiza las Sagradas Escrituras.

08.245 - 20. Cap. 14 (Parte II)

29/10/08 12:12

Página 297

PRÓLOGO Y EL COMIENZO DE LA PRIMERA COMUNDIAD: HCH 1,1-2,47

297

PARA COMPARTIR Nosotros, bautizados y confirmados en el Espíritu Santo, somos también testigos y colaboradores en el plan salvífico de Dios. ¿Qué podemos hacer para que otras personas experimenten la voluntad salvífica de Dios? ¿Qué importancia tiene la Sagrada Escritura completa, y especialmente el AT, en tu vida? ¿Qué narraciones, partes de narraciones o versículos del AT recuerdas, y por qué te importan?

08.245 - 20. Cap. 14 (Parte II)

29/10/08 12:12

Página 298

08.245 - 21. Cap. 15

29/10/08 12:13

Página 299

CAPÍTULO XV

LA VIDA EN LA PRIMERA COMUNIDAD: HCH 3,1-8,4

Después del sumario idealizado de la vida de la primera comunidad (Hch 2,42-47), Lucas relata ciertos detalles de esa comunidad hasta su dispersión. Son episodios ejemplares y testimonios de fe. Entre los signos y prodigios –anunciados en 2,43– Lucas cuenta también problemas, trabas y crisis. Así esboza la imagen de una comunidad que se ve obligada a enfrentar diversos problemas que logra superar confiando en Dios y gracias a la colaboración comprometida de sus miembros. Además, Lucas relata con realismo impresionante los testimonios de los testigos: aunque obran con poder signos y prodigios, no están a salvo de persecución, castigo y ejecución. Los lectores entienden que del testigo se exige todo su esfuerzo: tanto su entrega para la comunidad, como su compromiso social y político. El testimonio del testigo convence sólo cuando él da todo de sí en la comunidad, y al mantener su testimonio en medio de las dificultades. 1. PEDRO Y JUAN CURAN A UN TULLIDO: HCH 3,1-4,31 El episodio siguiente consiste en cinco párrafos: Hch 3,1-11: Pedro y Juan curan a un tullido; Hch 3,12-26: Discurso de Pedro a los israelitas en el templo; Hch 4,1-4: Pedro y Juan son arrestados, y el número de los creyentes alcanza casi los 5,000; Hch 4,5-22: Pedro y Juan ante el Sanedrín; Hch 4,23-31: Los testigos oran a Dios pidiendo valentía.

08.245 - 21. Cap. 15

300

29/10/08 12:13

Página 300

HECHOS DE LOS APÓSTOLES

Lucas enfoca a dos testigos: Pedro y Juan. Ellos suben a orar al templo (3,1), y encuentran a un tullido que mendiga (3,2). En los versos siguientes notamos el verbo «ver», que aparece en formas diversas: ver, fijando en él, míranos, miraba con fijeza (3,3-5). El ver y mirarse mutuamente es condición previa para que cambie la situación del tullido pobre. En nombre de Jesucristo, Pedro cura al tullido. Ya sano, el hombre demuestra su curación saltando y andando, y ¡alaba a Dios! (3,8-9). No alaba ni a los testigos que le han curado, ni a Jesús en cuyo nombre fue curado, sino ¡a Dios que le sanó! Lucas realza así que Dios siempre obra por medio de sus testigos. En el discurso siguiente de Pedro a los israelitas, Lucas subraya inequívocamente otra vez que la curación del tullido no es obra de hombres, sino de Dios, operada por creer en Jesús (Hch 3,12.16; 4,910). Pedro utiliza la situación no únicamente para explicar la curación, sino para testimoniar su fe: el Dios de Israel resucitó a Jesús crucificado confirmándole como Mesías sufriente (3,13-15.18). Después de su credo, Pedro amonesta a convertirse (3,19), recordando a sus oyentes la alianza que Dios ha firmado con ellos, y su promesa de salvación (3,25-26). Por este discurso, Lucas coloca a Pedro en la línea de los profetas que exhortaban a la conversión y recordaban la alianza y la salvación prometida por Dios. Mientras Pedro predica, aparecen los antiguos oponentes de Jesús y arrestan a Pedro y Juan (Hch 4,1-3). Los lectores se acuerdan de que la enseñanza de Jesús enfurecía a saduceos y sumos sacerdotes, por eso pueden deducir que el destino de los testigos será como el de Jesús. Luego leerán que los saduceos y los sumos sacerdotes encarcelan a los apóstoles (5,17-18), y que deciden –como a Jesús– matarlos (5,33). Pese a tantas resistencias «la palabra» obra: el número de los creyentes aumenta a cerca de cinco mil (4,4), es decir, que los discípulos se han multiplicado por cuarenta: 120 x 40 = 4,800. A Lucas no le importan los números exactos, sino la multiplicación rápida e incontable de creyentes. A partir de ahora, serán una multitud (5,14) o un gran número (6,7) que acepta la fe: ¡los creyentes son innumerables! La causa de este crecimiento es la palabra, es decir: el credo o testimonio de fe personal unido al anuncio del Evangelio. Divulgándose, la palabra obra por sí sola; esto lo leeremos con mucha frecuencia en Hch. Aunque sólo lo interrogan sobre la curación del tullido, Pedro aprovecha la ocasión para confesar su fe y proclamar el Evangelio ante

08.245 - 21. Cap. 15

29/10/08 12:13

Página 301

LA VIDA EN LA PRIMERA COMUNIDAD: HCH 3,1-8,4

301

el Sanedrín: «por el nombre de Jesucristo, el Nazareno, a quien ustedes crucificaron y a quien Dios resucitó de entre los muertos; por su nombre y no por ningún otro se presenta éste aquí sano delante de ustedes» (Hch 4,19), y: «juzguen si es justo delante de Dios obedecerles a ustedes más que a Dios. No podemos nosotros dejar de hablar de lo que hemos visto y oído» (4,19-20). Después de ser interrogados por el Sanedrín, Pedro y Juan vuelven a los suyos y les relatan lo sucedido. En consecuencia la comunidad ora –todos a una– a Dios, pidiéndole valentía para proclamar su palabra y para testimoniar su fe (4,24-30). El terremoto señala la teofanía: Dios responde a la oración de los creyentes y les llena otra vez con Espíritu Santo, para que sigan proclamando la palabra de Dios con valentía (4,31). Pedro y Juan son personajes de identificación para los lectores, pues viven su fe de manera ejemplar. Los lectores pueden preguntarse: ¿Cómo puedo confesar y testimoniar mi fe con mis acciones? 2. LA PRAXIS SOLIDARIA EN LA PRIMERA COMUNIDAD: HCH 4,32-37

ESTUDIO DEL TEXTO 1. Este texto es un sumario que continúa el primer sumario en Hch 2,42-47 sobre la primera comunidad, por eso es útil leerlo otra vez, para tener presente la práctica de la vida comunitaria (se pueden marcar los verbos que describen las acciones). 2. Marca las palabras y partes de frases que se repiten en los dos sumarios. 3. ¿Cómo describe Lucas la «comunidad de bienes»?

a) Enlaces narrativos a. Paralelo entre los dos sumarios Estamos ante el segundo sumario sobre la vida de la primera comunidad; el primero fue Hch 2,42-47. Ambos sumarios guardan la misma temática: tenían un solo corazón y una sola alma (4,32) –con

08.245 - 21. Cap. 15

302

29/10/08 12:13

Página 302

HECHOS DE LOS APÓSTOLES

un mismo espíritu (2,46); todo lo tenían ellos en común (4,32); todos los creyentes estaban de acuerdo y tenían todo en común (2,44); y: se repartía a cada uno según su necesidad (4,35); lo repartían entre todos, según la necesidad de cada uno (2,44). En el primer sumario, Lucas describe lo que cohesiona la primera comunidad y la mantiene solidariamente unida: sus miembros viven en comunidad y comparten la vida, lo que Lucas designa «con un mismo espíritu» (2,46) y «tener un solo corazón y una sola alma» (4,32). Después detalla que esta comunión se funda en la enseñanza, la fracción del pan, la oración y el remedio a las necesidades del prójimo. Hasta hoy, éstos son elementos inseparables de la comunidad eclesial: la liturgia (eucaristía y oración), la diaconía (remediar las necesidades del prójimo) y el anuncio o el testimonio (enseñanza y testimonio de fe); éstas son las funciones fundamentales de la Iglesia, las que la constituyen comunidad (comunión). Lucas menciona dos lugares donde se manifiestan la comunión y la vida de la primera comunidad: el templo y las casas (2,46). El templo es el lugar de la reunión, de la oración en común y de la enseñanza: los creyentes van al templo a orar (3,1), se reúnen en el pórtico de Salomón (5,12) y enseñan allí (5,21.42). En las casas se juntan para la fracción del pan (2,46), pero también para orar (1,14; 4,31) y enseñar (5,42). Pero después del capítulo 5 de Hch, ya no nos enteramos de que la comunidad o los grupos se reunieran en el templo. Eso depende de dos hechos: 1) Cuando escribió Lucas su obra, el templo ya no existía, porque fue destruido en los años 70; entonces, el templo ya no tenía un significado para las comunidades. 2) La fe en Jesús se extendió muy rápido a los países no judíos: a la provincia de Asia (hoy Turquía), Grecia e Italia, donde no había templo. Como el templo perdió su importancia para los creyentes, tenían que encontrar alternativas. Los judíos se reunían en las sinagogas, que eran lugar de enseñanza y oración. Por eso Pablo, Bernabé, Silas y sus compañeros se dirigieron a las sinagogas para predicar, pero el NT no relata esos encuentros o reuniones. Las sinagogas no fueron el lugar preferido para reunirse en comunidad sino las casas. Los primeros creyentes en Jesús formaron grupos pequeños, y se encontraban en las casas. Más tarde leeremos en Hch (y en las cartas de Pablo) de las «iglesias en casas» (Hch 8,1-3; Rom 16,5.23; 1 Cor 16,19; Flm 1,2).

08.245 - 21. Cap. 15

29/10/08 12:13

Página 303

LA VIDA EN LA PRIMERA COMUNIDAD: HCH 3,1-8,4

303

b. La práctica social En el segundo sumario, Lucas detalla la comunidad de bienes. Primero describe en general cómo funcionaba esta comunidad de bienes (4,32-35): quien poseía algo, lo vendía, traía el importe de las ventas y lo ponía a los pies de los apóstoles, para que lo repartieran a cada uno según su necesidad. Después añade un ejemplo concreto (4,36-37): José Bernabé ejecuta exactamente lo descrito de manera general. A continuación del ejemplo positivo, Lucas refiere el ejemplo negativo del fraude de Ananías y Safira (5,1-11). Por el detallado relato, los lectores entienden que al autor le importa mucho la comunidad de bienes como modelo de la primera comunidad; su objetivo era que «no hubiera entre ellos ningún necesitado» (4,34), pues «se repartía a cada uno según su necesidad» (4,35). Se logra esto dando de la propia sobreabundancia. Para los lectores es evidente que Lucas quiere quitar la pobreza. Para Lucas, la pobreza no representa ni un estado deseable, ni un ideal: ¡Lucas no sostiene el ideal de la pobreza! Su ideal es la solidaridad: la comunidad de bienes, el apoyo y la ayuda recíproca consiguen el estado ideal. Esta práctica solidaria supera la pobreza en la primera comunidad. b) Enlaces pragmáticos a. Pobreza y riqueza Ya desde el evangelio, notamos que el tema de superar la pobreza le importa mucho a Lucas. En su evangelio, Lucas caracteriza a los pobres de modo positivo y en contraposición a los ricos: en el cántico de María (Lc 1,51-53), en las bienaventuranzas (6,20-26), en la parábola del hombre rico y del pobre Lázaro (16,10-31), y en el modelo de la viuda pobre (21,1-4). Pero Lucas nunca desprecia colectivamente a los ricos, tampoco condena generalmente las riquezas; por el contrario, presenta muchos ejemplos positivos de ricos: el acreedor en la parábola que condena las deudas a los dos deudores (Lc 7,41-43), las mujeres que apoyan y subvencionan a Jesús y a los demás discípulos con sus bienes (8,3), aquel hombre rico que recibirá la vida eterna porque cumple los mandamientos, no obstante le falta el «tesoro en los cielos» (18,18-27), el publicano Zaqueo que da la mitad de sus bienes a los pobres y res-

08.245 - 21. Cap. 15

304

29/10/08 12:13

Página 304

HECHOS DE LOS APÓSTOLES

tituye cuadruplicados sus fraudes (19,8), José Bernabé que vende un campo y trae el importe a la comunidad (Hch 4,36-37), Tabita (9,36.39) y el centurión Cornelio (10,4) que dan limosnas –según el consejo de Jesús en Lc 12,33– en abundancia. Estos ejemplos positivos de los ricos indican que Lucas distingue al calificar la riqueza. Lucas presenta también personas y acciones como ejemplos: la comunidad organiza la asistencia diaria para los muy pobres –las viudas–, para los que no tenían a nadie que les apoyara; Tabita apoya a la comunidad con limosnas y haciendo túnicas y mantos para las viudas; María, la madre de Juan Marcos, pone a disposición su casa, para que la comunidad tenga un lugar donde reunirse y orar; luego otras comunidades llevan a cabo colectas para apoyar a las comunidades más necesitadas para ayudarles en su situación difícil, y hay muchos ejemplos más que nos hacen reflexionar sobre cómo emplear solidariamente nuestros bienes.

POBREZA Y RIQUEZA EN EL AT Y NT En el AT, la riqueza es una señal de la bendición de Dios (Dt 28,11-13; 30,8-10), y se valora como fruto de un comportamiento adecuado ante Dios y los hombres. La pobreza, en cambio, tiene un significado negativo, pues según la voluntad de Dios no debía existir: «No habrá ningún pobre entre los tuyos» (Dt 15,4). Sin embargo, la pobreza es una realidad que Yahvé manda superar: «Pues no faltarán pobres en esta tierra; por eso te doy yo este mandamiento: Debes abrir tu mano a tu hermano, a aquel de los tuyos que es indigente y pobre en tu tierra» (Dt 15,11). Yahvé es el Dios de los pobres: especialmente las viudas, los huérfanos, los extranjeros y los perseguidos están bajo su amparo (Ex 22-23; Dt 14-15; 23-24; Lv 25). Yahvé prohíbe la explotación y cobrar interés, y garantiza el derecho de rebusca, el diezmo para los pobres y la condonación periódica de las deudas. Los profetas interpretan la pobreza como resultado del poder de los ricos, por eso los acusan de explotar y oprimir a los pobres, incluso mediante la prevaricación: «¡Ay! Los que decretan decretos inicuos, y los escribientes que escriben vejaciones, excluyendo del juicio a los débiles, atropellando el derecho de los míseros de mi pueblo, haciendo de las viudas su botín, y despojando a los huérfanos» (Is 10,1-2; cf. también: Am 2,6-7; 5,7.10.12; Sof 3,2-4). En los tiempos del NT, el abismo entre los ricos y los pobres aumenta. La jerarquía en el Imperio romano distingue entre la elite y la no elite: los aristócratas, poderosos, ricos, apreciados y estimados –en

08.245 - 21. Cap. 15

29/10/08 12:13

Página 305

LA VIDA EN LA PRIMERA COMUNIDAD: HCH 3,1-8,4

305

total, el 1% de la población– forman la elite. Los marginados, despreciados, enfermos y débiles forman la capa social baja de los pobres, necesitados y menesterosos. La palabra «pobre» se refería al mendigo, al que era incapaz de procurarse los medios de subsistencia, por eso los obtenía de otros, mendigando. «Necesitado» y «menesteroso» designaban al que se gana su sustento diario trabajando duramente, y que –en contraste con los ricos– no puede costearse lujos ni sobrevivir sin su trabajo diario. En la obra de Lucas, el término «pobre» no refiere sólo a la pobreza económica, a los menesterosos sociales y a los que necesitan el socorro, sino también a las personas débiles, las viudas, los lisiados, tullidos, cojos y ciegos (Lc 14,13.21), pues tienen que mendigar (Lc 18,35; Hch 3,2).

b. El buen uso de las riquezas En su obra, Lucas examina la riqueza; si se trata de codicia y tacañería, la reprueba, como muestran los ejemplos del hombre rico que hizo acopio de sus bienes (Lc 12,15-21), los fariseos que son amigos del dinero (16,14), y el relato del fraude de Ananías y Safira (Hch 5,1-11). Pero riqueza son también los bienes y propiedades puestos al servicio de los necesitados, de la comunidad o que son repartidos como limosnas en abundancia entre los pobres. Si la riqueza está usada así, en favor de otros, Lucas la califica de positiva. Por eso critica a los ricos que no la participan a los pobres, menesterosos e indigentes o que la acumulan egoístamente. Lucas califica la riqueza según su uso. Ya notamos, pues, que para Lucas la riqueza no impide entrar en comunidad con Jesús o acceder a la comunidad de los creyentes. De hecho, Jesús aceptó a ricos entre sus discípulos como a las mujeres que le apoyaban, y les concedió, explícitamente, la salvación como a Zaqueo y al hombre rico que recibirá la vida eterna. También a la primera comunidad pertenecían muchos ricos que compartían sus bienes y los ponían al servicio de la comunidad. c. El empleo solidario de los bienes Lucas tampoco sostiene el ideal de la pobreza –desarrollado sólo más tarde en la espiritualidad cristiana–, porque quiere que la pobreza sea superada. Pero sabe que esto sólo es posible con el compromiso de los ricos, con su esfuerzo y su apoyo. Por eso idealiza y

08.245 - 21. Cap. 15

306

29/10/08 12:13

Página 306

HECHOS DE LOS APÓSTOLES

describe tan detalladamente el ideal de la comunidad de bienes en la primera comunidad, para que sirva como modelo de acción. En el evangelio y en Hch, Lucas presenta modelos concretos para usar las riquezas. Las mujeres que acompañan a Jesús le subvencionan, a él y a sus discípulos, con sus bienes (8,3); el publicano Zaqueo da la mitad de sus bienes a los pobres (19,8); José Bernabé y otras personas más venden sus posesiones y bienes (campos y casas), y traen el importe para que sea repartido entre todos según su necesidad (2,45; 4,34-37). Llama la atención que las personas nunca dan todo cuanto tienen, sino que dan algo o lo posible. Lucas sabe que es poco realista y no sirve mucho dar todo cuanto se posee: si alguien es responsable de una familia, una finca, una empresa... y diera todo cuanto tiene, su generosidad causará la pobreza a todos sus miembros y subordinados, y nada mejora en realidad. Lucas conoce el sistema helenístico de la beneficencia y caridad que practicaban las personas adineradas en las ciudades helenísticas: estas personas financiaron proyectos o financiaron instituciones (por ejemplo, templos, escuelas o gimnasios, asociaciones). Estos ricos usan su riqueza como servicio público y ayudan a los demás. Por esa práctica, Lucas sabe que a la larga es más adecuado y eficiente que los ricos no den todo y lleguen a ser pobres y menesterosos, sino que es mejor que apoyen y subvencionen solidaria y permanentemente a la comunidad con sus bienes o sus ingresos, según sus posibilidades propias y reales.

PARA COMPARTIR ¿Cuáles son tus posibilidades de usar solidariamente tus bienes? En nuestra comunidad, ¿cómo es la comunión de jóvenes y ancianos, de hombres y mujeres, de señores y criados, de personas adineradas y necesitadas?

3. EL FRAUDE DE ANANÍAS Y SAFIRA: HCH 5,1-11 Lucas no se complace en el ideal armónico de la comunidad que tenía un solo corazón y una sola alma, sino que narra también sobre conflictos y crisis de la comunidad. Un ejemplo negativo es el fraude de Ananías y Safira. Estos esposos malversan el importe de

08.245 - 21. Cap. 15

29/10/08 12:13

Página 307

LA VIDA EN LA PRIMERA COMUNIDAD: HCH 3,1-8,4

307

una propiedad (terreno o campo o casa). Por su fraude, ambos son castigados con la muerte, es decir, los dos tienen la misma culpa, pues Safira supo del fraude y se convirtió en cómplice (5,2). De no haber estado ella de acuerdo con el propósito de su esposo, debió haber actuado de modo diferente, por ejemplo, protestando o avisando. Al final de esta narración (Hch 5,11), Lucas emplea por primera vez el término «iglesia» respecto a la comunidad reunida. Pero en aquel tiempo histórico, poco después de la muerte de Jesús, todavía no se daba la distinción entre cristianos y judíos, por eso podemos ver aquí que Lucas se dirige a las comunidades de su tiempo. También el gran temor que se apoderara de cuantos lo «oyeron» (5,5.11) indica el carácter modelo de esta narración para la iglesia de Lucas. Ananías y Safira son modelos negativos de identificación para los lectores, que identifican y rechazan este comportamiento como falso y malo. Habiendo apenas leído un sumario armónico de la comunidad de bienes, el fraude de Ananías y Safira resulta tan chocante como incomprensible, y su muerte parece más absurda: no tenían que haber vendido su propiedad, o hubieran dispuesto de todo el importe (5,4). Pedro subraya la libertad completa de ayudar económicamente a la comunidad: cada uno es libre de apoyar a la comunidad con lo que o con cuanto quiera. Por eso es improbable que el matrimonio actuara como actuó por presión social. Podía incluso haberse quedado con una parte del precio; ésa no era su falta. ¿Qué hicieron Ananías y Safira? ¿Por qué tienen que morir? Pedro acusa a Ananías de haber mentido al Espíritu Santo y a Dios (5,3-4), y a Safira de haber puesto a prueba al Espíritu Santo (5,9). Por el interrogatorio de Safira, resulta obvio que su mentira consiste en fingir donar todo el importe a la comunidad y callar que se quedaban con parte del dinero (5,8). La verdad habría sido decir que donan sólo una parte del importe y que se quedan con otra. Fingen ser donadores generosos, y en realidad no lo son; por el contrario, resultan tacaños, poco entusiastas y egoístas. Por eso ya no tienen un solo corazón y una sola alma (4,32), ni son unánimes (2,46) con la comunidad. La comunidad no tiene la posibilidad de verificar la sinceridad y honradez de sus miembros. Somos propensos a infravalorar y subestimar el efecto de la mentira. Las mentiras destruyen la confianza mutua y la comunión. Por eso se encuentra el mandamiento

08.245 - 21. Cap. 15

308

29/10/08 12:13

Página 308

HECHOS DE LOS APÓSTOLES

«no darás testimonio falso» (Ex 20,16) entre los Diez Mandamientos más importantes, pues garantizan la convivencia y la comunión de la comunidad. Sólo Dios conoce los corazones y los motivos reales de los hombres. El pecado de Ananías y Safira consistió en pensar que podían engañar a Dios, que ha fundado esa comunidad por su Espíritu Santo. Pero Dios protege a su comunidad tanto contra las amenazas de fuera –los interrogatorios del Sanedrín y la cárcel (4,3-22; 5,17-42)– como contra las de dentro, como la falta de sinceridad y el fraude. Por eso, la comunidad sigue reuniéndose con un mismo espíritu en el pórtico de Salomón (5,12), y ¡sigue creciendo! (5,14).

4. EL SANEDRÍN PROHÍBE ENSEÑAR EN EL NOMBRE DE JESÚS: HCH 5,12-42 El conflicto con el Sanedrín se agudiza. Ante los muchos signos y prodigios de los apóstoles (5,12), y las curaciones de Pedro (5,16), los saduceos sienten celos y envidia hasta echarles mano a los apóstoles y meterlos en prisión (5,17-18). Pero Dios está atento a su comunidad. Su ángel saca a los apóstoles y les encarga seguir anunciando y enseñando en público, en el templo –pese a las resistencias–, todo el mensaje de la vida. Los apóstoles obedecen y se ponen a enseñar en el templo (5,19-21). Otra vez, los apóstoles son interrogados por el Sanedrín. Pedro y los demás aprovechan para testimoniar su fe y anunciar la palabra de Dios: Dios resucitó a Jesús crucificado y le ha exaltado como Jefe y Salvador, para dar a Israel el arrepentimiento y el perdón de los pecados (5,29-32). Como en el caso de Jesús, el Sanedrín trata de matar a los apóstoles (5,33), pero el fariseo Gamaliel resuelve el conflicto en favor de los apóstoles: «si este plan o esta obra es de los hombres, fracasará; pero si es de Dios, no conseguirán destruirlos. No sea que se encuentren luchando contra Dios» (Hch 5,38-39). Los lectores saben ya desde el principio del evangelio que esta obra y este plan es de Dios, por eso pueden deducir: pese a todas resistencias, ningún poder humano conseguirá jamás destruir el plan salvífico de Dios. A los lectores indecisos se les anima, así, a colaborar en este plan. Y pese a los conflictos, la comunidad sigue creciendo y multiplicándose (6,1).

08.245 - 21. Cap. 15

29/10/08 12:13

Página 309

LA VIDA EN LA PRIMERA COMUNIDAD: HCH 3,1-8,4

309

5. DESATENCIÓN EN LA ASISTENCIA DIARIA: HCH 6,1-7 Después de un conflicto externo, Lucas nos comunica uno surgido al interior de la comunidad: la tensión entre hebreos y helenistas. Parece que había dos identidades culturales diferentes: los helenistas serían creyentes grecohablantes, enraizados e influidos por la cultura helenista, y los hebreos serían miembros arameohablantes, enraizados y forjados en la cultura judía. Los hebreos y helenistas de nuestro texto son judíos y prosélitos de Israel y de la diáspora, como da a entender el nombre de Nicolás, prosélito antioqueno (6,5). Los creyentes en Jesús todavía formaban parte de las comunidades judías. Estas comunidades no eran uniformes, y muchos conflictos surgieron a causa de diferencias culturales. Los helenistas se quejan de que los hebreos desatienden a las viudas helenistas en la asistencia diaria. Cuando los pobres y los necesitados son desatendidos –por cualquier razón– la comunión de la comunidad ya no funciona. A Lucas no le interesa detallar las causas del conflicto, sino relatar que la comunidad encontró una solución. Los apóstoles convocan a la comunidad, y ésta elige a siete hombres (de la comunidad) que se encargarán de servir a las mesas. La unanimidad de la comunidad está restablecida: «la propuesta le pareció bien a toda la asamblea» (Hch 6,5). Eligen de entre ellos, es decir: de toda la comunidad (6,3) –no solamente del grupo de los helenistas– a siete hombres. Estos siete hombres no se dedican sólo al servicio social, porque ejercen, igual que los apóstoles, el servicio de la palabra de Dios: anuncian, enseñan y bautizan, como muestran Esteban y Felipe. Así, Lucas da a entender que no se quieren establecer cargos o puestos, ni una jerarquía en la comunidad, sino que le importa realzar el asunto central: una comunidad –tanto más una comunidad de bienes como en este caso– no puede relegar a algunos de sus miembros, porque traiciona sus intenciones y metas propias. Una comunidad debe ser abierta y recibir a todos los hombres. Una comunidad que selecciona a sus miembros ya no se diferencia de una asociación elitista y excluyente. La Iglesia existe sólo en solidaridad con los pobres, o ya no es Iglesia. Superado el conflicto y restablecida la solidaridad con los pobres, la palabra de Dios sigue creciendo y el número de los discípulos se multiplica (6,7).

08.245 - 21. Cap. 15

310

29/10/08 12:13

Página 310

HECHOS DE LOS APÓSTOLES

6. EL TESTIMONIO Y MARTIRIO DE ESTEBAN: HCH 6,8-8,1A Lucas narra enseguida el testimonio de fe de los siete hombres elegidos. Antes mencionó que los Siete son de la comunidad (6,3), no cualificados de manera especial, sino miembros normales. Son tan eficaces y eficientes como los apóstoles y otros testigos. Lucas empieza con Esteban, y continúa con Felipe. Más tarde interrumpirá su relato sobre la eficacia de los Siete, para enfocar a Saulo. Felipe será mencionado hacia el fin del libro (21,8-9): él vive en Cesarea y tiene cuatro hijas vírgenes que profetizan; Felipe hospeda a Pablo y sus compañeros. Los lectores pueden tomar a estos miembros normales de la comunidad como ejemplos para su testimonio y vida de fe. El destino de Esteban semeja al de Jesús. Bajo incriminaciones falsas (6,11), es llevado al Sanedrín y acusado por testigos falsos (6,13-14). Con esto, Lucas subraya inequívocamente que ni Jesús ni sus testigos y seguidores quieren cambiar los mandamientos de la Torá y las costumbres de Moisés, como sus enemigos les achacan. Como Pedro, ahora Esteban aprovecha la ocasión de anunciar al Sanedrín el cariño continuo, la gracia y misericordia permanentes de Dios por su pueblo, pese a su alejamiento (7,1-53). Al testimoniar su fe en el Hijo del hombre crucificado y exaltado (7,52.56) –lo que Jesús anunció ante el Sanedrín: «de ahora en adelante, el Hijo del hombre estará sentado a la diestra del poder de Dios» (Lc 22,69)–, los miembros del Sanedrín se ponen furiosos y apedrean a Esteban (7,5758). Con las mismas palabras de Jesús, Esteban muere orando: «Señor Jesús, recibe mi espíritu», y: «Señor, no les tengas en cuenta este pecado» (Hch 7,59-60 paralela Lc 23,34.46). Así como un hombre bueno y justo, José de Arimatea, sepultó a Jesús, unos hombres piadosos sepultan a Esteban (Hch 8,2 paralela a Lc 23,50-53). Por el martirio de Esteban, Lucas coloca ante sus lectores un testigo modelo: mantiene y confiesa su fe también ante la muerte, entrega su vida en manos del Señor y perdona a sus deudores; así es un testimonio ideal de fe. 7. LA PERSECUCIÓN DE LA IGLESIA: HCH 8,1B-4 1b Y se dio el caso de que se desató una gran persecución contra la Iglesia de Jerusalén. Todos se dispersaron por las regiones de Judea y Samaría, a excepción de los apóstoles.

08.245 - 21. Cap. 15

29/10/08 12:13

Página 311

LA VIDA EN LA PRIMERA COMUNIDAD: HCH 3,1-8,4

311

2 Unos hombres piadosos sepultaron a Esteban e hicieron gran duelo por él. 3 Entre tanto, Saulo hacía estragos en la Iglesia; entraba por las casas, se llevaba por la fuerza hombres y mujeres, y los metía en la cárcel. 4 Los que se habían dispersado fueron por todas partes anunciando la Buena Nueva de la palabra.

ESTUDIO DEL TEXTO 1. Marca las palabras que se reiteran. 2. ¿Qué sabemos de la «Iglesia»?

a) Enlaces narrativos Con la indicación lucana de algo importante –y se dio el caso de que–, Lucas enfoca la persecución de los creyentes en Jesús. La sepultura de Esteban termina este breve sumario sobre la primera comunidad en Jerusalén (8,2). La persecución de los creyentes causa, al mismo tiempo, la difusión del Evangelio en Judea, Samaría y entre los paganos. Los lectores recuerdan las palabras del Resucitado: «serán mis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaría, y hasta los confines de la tierra» (Hch 1,8). Por eso saben que ahora empieza la segunda etapa del testimonio. La divulgación del Evangelio en Judea y Samaría la realizan otros testigos, no los apóstoles, pues ellos no son perseguidos y se quedan en Jerusalén. En otras palabras, todos los hombres y mujeres creyentes que podían escapar a la persecución de Saulo anuncian el Evangelio en otras ciudades.

PERSECUCIÓN Y DISPERSIÓN DE LOS TESTIGOS La persecución no es contra toda la comunidad, sino contra un grupo determinado; es posible que dirigiera contra los helenistas, es decir, los judíos de la diáspora o con trasfondo cultural helenístico. Estos judíos helenistas tenían –a causa de su situación de vida y de su distancia del templo– una concepción distinta a la de los judíos hebreos

08.245 - 21. Cap. 15

312

29/10/08 12:13

Página 312

HECHOS DE LOS APÓSTOLES

respecto a los mandamientos de la Torá. Es decir: los judíos palestinos no fueron molestados por la persecución. Lo que detonó la persecución pudo ser la diferente interpretación y la crítica a la Torá de parte helenista. El planteamiento de esta crítica la encontramos también en el discurso de Esteban (7,53). La crítica de no haber guardado los mandamientos no la hubieran tolerado los que cumplían la Torá –los hebreos–, los que no fueron perseguidos. En consecuencia, esta «persecución» refleja más bien un conflicto intrajudío. Este conflicto nos muestra también la diversidad ideológica de las comunidades de los creyentes en Jesús: junto a los judíos fieles a la Torá –como los apóstoles, los hombres y mujeres que seguían a Jesús, los sacerdotes (6,7) y los levitas como Bernabé (4,36)– había también personas que tenían otra opinión sobre los mandamientos de la Torá, como Esteban, el prosélito Nicolás y Felipe. Felipe, por ejemplo, bautizará al primer temeroso de Dios (8,26-40), al eunuco que –según Dt 23,2– como castrado no podía ser prosélito ni admitido a la asamblea del pueblo de Dios. Las comunidades de los creyentes en Jesús no eran uniformes; había tanto helenistas como hebreos, pero sólo los helenistas fueron perseguidos. Después de su conversión, Saulo sostuvo controversias y disputas con los helenistas de fe judía, que intentaron matarle (Hch 9,29). Eso indica que el conflicto entre helenistas y hebreos perduraba. Era un conflicto intrajudío –y no sólo dentro de una ciudad o comunidad–, y había también helenistas y hebreos que no eran miembros de las comunidades de los creyentes en Jesús. Este hecho explica que Saulo –después de su conversión– dispute con los helenistas (judíos no creyentes en Jesús), y que ellos intenten matarle. Luego leemos (15,1-5) que este conflicto sobre el cumplimiento de la Torá concierne a la iglesia. A la comunidad –a los miembros hebreos– pertenecían también los fariseos (15,5), los que votaron por el cumplimiento de la Torá incluyendo la circuncisión, y por eso tanta discusión (15,7). Pero la comunidad resuelve este problema, porque encuentra un término medio: la circuncisión no es obligatoria –queda voluntaria, como Lucas dice de Timoteo en 16,3–, pero las leyes más importantes –abstenerse de lo sacrificado a los ídolos, de la sangre, de los animales estrangulados y de la fornicación (15,20.28)– deben ser cumplidas. Gracias a esto, la comunión de mesa entre judíos y paganos dejó de ser problema.

Lucas menciona en este sumario otra vez a Saulo, al que presentó ya en el contexto de la lapidación de Esteban (7,58; 8,1a). Saulo será un testigo muy importante, pues llevará el Evangelio hasta

08.245 - 21. Cap. 15

29/10/08 12:13

Página 313

LA VIDA EN LA PRIMERA COMUNIDAD: HCH 3,1-8,4

313

los confines de la tierra. Lucas alude ya a la tercera etapa de la difusión del Evangelio. Pero aquí presenta a Saulo como perseguidor encarnizado de la iglesia. Con cuatro verbos describe las acciones de Saulo: hace estragos en la iglesia, entra por las casas, se lleva por la fuerza hombres y mujeres, y les encarcela (8,3). b) Enlaces pragmáticos a. Palabra clave Notamos en este sumario que Lucas menciona dos veces la palabra «iglesia». La palabra griega ekklesia, que suena como «iglesia» significa asamblea o reunión, y no se refería a las estructuras eclesiásticas como las tenemos y conocemos hoy. En la Antigüedad, en los primeros siglos, se usaba el término ekklesia para cada encuentro del pueblo, para cada reunión pública de gente, fuera política, social, religiosa, festiva o de cualquier tipo. REUNIONES EN LA ANTIGÜEDAD Normalmente, el pueblo se reunía sólo en ocasiones especiales o extraordinarias. En estas reuniones no había ni un sistema, ni un orden: se encontraba en un lugar espacioso, para mucha gente. Este lugar podía ser una plaza, un teatro o un edificio rectangular y largo, con techo sostenido por columnas, que se llamaba «basílica». Una basílica no era una iglesia como hoy para nosotros, sino un lugar para reuniones. Allí se escuchaba a los oradores, y a veces la gente llegaba a algún acuerdo en algún asunto que concernía a todo el pueblo. Entonces, ir a una asamblea pública, a una reunión del pueblo, era algo inusual y extraordinario. Lucas describe una de estas reuniones del pueblo en Hch 19,29-40. Pero la palabra ekklesia describe también las reuniones de los cristianos que se encontraron, y nos enteramos de que se reunían sobre todo en las casas (Hch 8,3). Por este ejemplo notamos que la palabra «iglesia» no se refiere a una asamblea de todo el pueblo, tampoco a todos los cristianos, sino más bien: a la gente –hombres y mujeres– que se reúne en las casas. Este versículo indica que Saulo encontraba a la iglesia en las casas.

Para Lucas es importante comunicarnos que la iglesia se compone tanto de hombres como de mujeres. En aquel tiempo, la palabra

08.245 - 21. Cap. 15

314

29/10/08 12:13

Página 314

HECHOS DE LOS APÓSTOLES

«hombres» incluía a las mujeres, casi igual que hoy. Se mencionaba explícitamente a las mujeres sólo para poner de relieve su presencia o su exclusividad o su importancia. Y porque Saulo perseguía a hombres igual que a mujeres, notamos que ambos tenían la misma importancia para la iglesia en aquel tiempo. Si el autor menciona explícitamente a las mujeres respecto a la iglesia, nos indica dos cosas interesantes: primera, que la iglesia consiste en hombres y mujeres, y segunda, que hombres y mujeres valen lo mismo. Luego encontramos otro significado de la palabra griega ekklesia: cuando Pablo y Bernabé regresaron de su misión, «...reunieron a la iglesia y se pusieron a contar todo cuanto Dios había hecho juntamente con ellos y como había abierto a los gentiles la puerta de la fe» (Hch 14,27). Hubo una asamblea extraordinaria de todos los cristianos para informarles sobre el éxito de la misión. Por eso sabemos que todos los cristianos se reunían también para tomar decisiones. En estas decisiones participaron los apóstoles y ancianos igual que toda la gente cristiana. El autor no habla de una primacía de los apóstoles, tampoco dice que el voto de un apóstol o anciano valiera más que el de otra persona. LAS CASAS COMO LUGAR DE LAS REUNIONES DE LA COMUNIDAD En los tiempos de Jesús, una casa rural consistía en un patio y uno o dos cuartos techados. Había un lugar para el fuego y para la cocina, un lugar para el oficio, es decir, para el trabajo de los hombres –su taller– y para las mujeres –las labores de tejer–, y otro lugar, un poco más alto, para dormir en temporada de lluvias. No había sillas, y para comer la gente se sentaba en el suelo. Tampoco había camas, se dormía sobre tapetes que eran enrollados después de dormir. Además, había un rincón donde dormían los animales, el burro, unos borregos o cabras y los pollos. Por fuera de la casa, una escalera permitía subir al techo o al primer piso. El techo era plano y servía para guardar los comestibles (en jarras y ánforas). Por eso había allá un techo de ramas que servía también de parasol. Normalmente, la gente se reunía en el techo para comer, y si no hacía mucho frío, dormía también arriba. Las casas normales en las ciudades eran del mismo tipo: patio (atrio) con cuartos tejados. A veces había –al lado de la calle– una tienda pequeña. En el techo o piso superior se comía, dormía..., y se podía retirar como Pedro para orar (Hch 10,9). La visión de Pedro (el cielo abierto y el lienzo que baja del cielo) da a entender que el lugar donde oraba Pedro era una azotea.

08.245 - 21. Cap. 15

29/10/08 12:13

Página 315

LA VIDA EN LA PRIMERA COMUNIDAD: HCH 3,1-8,4

315

A veces, las casas urbanas tenían el primer piso techado (el techo era sostenido por columnas), y podía servir como «salón» de la casa. Jesús celebraría la última cena en un lugar así, como nos narra Lc: «... ¿Dónde puedo comer la Pascua con mis discípulos? Él les enseñará en el piso superior una sala grande, ya dispuesta; hagan allí los preparativos» (Lc 22,11s). En ese lugar, en el primer piso de la casa, fue preparado todo para comer: cojines, platos, vasos... Los creyentes en Jesús de aquel tiempo se reunían también en los pisos superiores de las casas: comían, rezaban, dialogaban... Una casa urbana que tenía más pisos –como la de Hch 20,8-11– era construida como casa de alquiler, donde vivían muchas familias. Había también las casas de Lidia, la vendedora de púrpura, la del centurión Cornelio, y la de María, la madre de Juan Marcos: aquellas casas eran más grandes, más bien villas, pues vivían allá también los criados y sirvientas, como Rosa (Hch 12,13). Lucas da a entender que los creyentes en Jesús se reunían en cualquier casa: tanto en una casa sencilla como en un piso de alquiler o en una villa.

atrio

cocina

vestíbulo

triclinio

Villa de Anaploga en Corinto, hacia el 50 d.C. Dibujo de la autora inspirado en el Herders Großer Bibelatlas. Los creyentes en Jesús se reunirían en casas como éstas. En el triclino o comedor cabrían unas doce personas reclinadas para comer.

08.245 - 21. Cap. 15

316

29/10/08 12:13

Página 316

HECHOS DE LOS APÓSTOLES

b. «La iglesia de la casa» Podemos preguntarnos: ¿Cuánta gente cabe en una casa, o mejor dicho, en el piso superior de una casa? En la Carta a los Romanos, Pablo escribe: «Los saluda Gayo, que me hospeda, y toda la iglesia» (Rom 16,23). Quizá nos parezca raro que Gayo hospedara toda la iglesia en su casa, en el piso superior de su casa. Así nos enteramos de que la iglesia no consistía en mucha gente: son grupos pequeños que se reunían en una casa, donde pueden ser hospedados también. En la Primera Carta a los Corintos, Pablo escribe: «Áquila y Prisca, junto con la iglesia que se reúne en su casa, les envían muchos saludos» (1 Cor 16,19, véase también Rom 16,3.5). Aquí nos enteramos de que un matrimonio tenía una iglesia en su casa. También una mujer que se llama Ninfas tenía una iglesia en su casa, como dice la Carta a los Colosenses (Col 4,15). Y Pablo saluda a Filemón y explícitamente a la iglesia de tu casa (Flm 2). Estos ejemplos nos muestran que la iglesia se reúne en la casa de alguno de sus miembros. No buscan otros lugares. Puede ser que un matrimonio o que una persona sola ponga a disposición el piso superior de su casa como lugar para reunirse. Si una pareja o una persona invita a los demás a su casa, no significa que tenga una casa de lujo o la casa más grande. Puede ser por razones prácticas o por motivos de organización, por ejemplo, que una casa sea más céntrica, y que los cristianos prefieran reunirse allí. Además, llama la atención que se nombra expresamente a «la iglesia de la casa de alguien», como la iglesia en la casa de Prisca y Áquila, y la iglesia en la casa de Ninfas. Por eso es de suponer que la iglesia consistía en un grupo pequeño que cabía en una casa. Quizá eran grupos de unas nueve, o un máximo de doce o quince personas, semejante al número de los invitados a un banquete griego, romano o judío. Y probablemente la iglesia se identificaba normalmente por reunirse en la misma casa. Podemos suponer que –cuando leemos en el NT de «la casa de alguien»– la iglesia se reúne también allí en esa casa aunque falte explícitamente la palabra «iglesia»; por ejemplo, «la casa de María, la madre de Juan... donde muchos estaban reunidos, orando» (Hch 12,12); «la casa de Lidia» (16,15); «la casa de Crispo» (18,8); «la casa de Felipe, el evangelista, que era uno de los siete y tenía cuatro hijas vírgenes que profetizaban» (21,8); «la casa de Aristóbulo»

08.245 - 21. Cap. 15

29/10/08 12:13

Página 317

LA VIDA EN LA PRIMERA COMUNIDAD: HCH 3,1-8,4

317

(Rom 16,10); «la casa de Estéfanas» (1 Cor 16,15) y «la casa de Onesíforo» (2 Tim 1,16; 4,19). Podemos imaginarnos que la reunión de un grupo de unas doce o quince personas es muy personal, nada de anonimato como en las asambleas de 100, 200 o 400 personas. En aquel grupo, cada cual conoce a otro, así que la confianza, la amistad y el apoyo mutuo se desarrollan y crecen. Porque las personas se conocen más íntimamente, es más fácil compartir su vida, sus problemas y sus experiencias de fe. A estas iglesias «caseras» se les conoce como iglesias domésticas. c. ¿Para qué se reunían los creyentes en las casas? La comunidad se reunía en las casas para partir el pan (Hch 2,46). Partir el pan o la fracción del pan es un término técnico para la eucaristía. Luego Lucas dice más precisamente: «El primer día de la semana estando nosotros reunidos para la fracción del pan...» (Hch 20,7). Es decir, los cristianos se reunían en las casas para la eucaristía. Hemos leído también que en la primera comunidad «comían juntos con alegría y sencillez de corazón», que tenían todo en común y que repartían lo que tenían (2,44.46; 4,32.34-35). Más tarde nos enteramos de que había una asistencia diaria a los pobres (6,1). Quizá encontramos aquí en este modelo de reunión de la primera comunidad algo semejante a la ayuda entre vecinos y también un servicio social, lo que llamamos hoy el servicio de cáritas o de caridad. Las casas son, además, lugar de hospitalidad eclesial. Ya nos enteramos de que Gayo hospedó a Pablo y sus compañeros en su casa (Rom 16,23). Hospedar a alguien era una señal de ser fiel, por eso dice Lidia a Pablo: «Si juzgan que soy fiel al Señor, vengan y hospédense en mi casa» (Hch 16,15). Igualmente, el centurión romano, Cornelio, invitó a Pedro y a sus compañeros a su casa, y les pidió que se quedaran algunos días (10,48). Y Pablo, cuando estaba de viaje, siempre se hospedó en las casas de los hermanos, es decir, en las casas de alguien de la comunidad. Así, viajando y hospedándose en las casas de los hermanos, Pablo une las iglesias en las casas, comentando de otros grupos, de sus experiencias y problemas, y transmitiendo sus saludos. Otro punto importante de las reuniones en las iglesias domésticas era la enseñanza y la predicación para mantener, entender y divulgar el mensaje de Jesús, sus hechos, su muerte y su resurrección.

08.245 - 21. Cap. 15

318

29/10/08 12:13

Página 318

HECHOS DE LOS APÓSTOLES

Los testigos en general (5,42), Pedro (10,22; 11,14), Prisca y Áquila (18,26), Pablo y sus compañeros (16,32; 18,7; 20,20) visitaban las casas para enseñar, predicar y dialogar. Los cristianos se reunían también en las casas para orar, como cuenta Lucas de «la casa de María, la madre de Juan... donde muchos estaban reunidos, orando» (12,12). Leemos en Hch 21,8 que el evangelista Felipe tenía sus cuatro hijas que profetizan en su casa. En la Primera Carta a los Corintios, Pablo nos dice expresamente qué hay que hacer cuando se reúnen escribe: «¿Qué hay que hacer? Cuando se reúnen, cada cual aporte salmo, enseñanza, revelación, un discurso en lenguas o interpretación, pero que todo se haga para edificación» (1 Cor 14,26). Aquí notamos otra vez que cada persona que forma parte de estas reuniones es importante y equivalente, y cada uno puede aportar algo para edificación de todo el grupo. Entonces, las casas eran lugar de oración, enseñanza y de culto: cada persona aportaba algo. Otro punto importante de la iglesia en y de las casas es que estas pequeñas comunidades de casa son conscientes de que no son las únicas; saben y notan que hay muchas iglesias domésticas. Pablo busca que estas iglesias recuerden a otras iglesias domésticas siempre que escribe al fin de las cartas las listas de saludos: que alguien saluda a la iglesia en la casa de alguien. Tomar conciencia de que mi iglesia doméstica no es la única es importante para evitar aislarse. Estar en contacto y comunicarse con los demás enriquece a cada iglesia doméstica; por eso, el intercambio de ideas, de problemas, de los intentos de solución, de los fracasos y de los éxitos es tan importante. Por Pentecostés, nos enteramos de que la casa es el lugar donde se muestra la eficacia del Espíritu Santo. Hay más ejemplos: después de su conversión, cuando Saulo estaba ciego, el discípulo Ananías fue enviado por Dios a la casa de Judas, donde estaba Saulo. Ananías puso sus manos sobre Saulo y le dijo que se llenara del Espíritu Santo. Y Lucas escribe: «al instante» –es decir, en el mismo lugar y en el mismo momento– recobró la vista y fue bautizado (Hch 9,17-18). En casa del centurión Cornelio, el Espíritu Santo baja sobre los reunidos (10,44-46). Cornelio pidió a Pedro venir a su casa para escucharlo. Otra vez, la casa es lugar de la enseñanza y de conversación. Cornelio «había reunido a sus parientes y a los amigos íntimos» (10,24). Por este verso entendemos mejor en qué consiste la iglesia de la casa: la familia, los parientes y los amigos íntimos forman la iglesia de y en casa. Son personas unidas por relaciones familiares y de amistad, que se conocen íntimamente y que compar-

08.245 - 21. Cap. 15

29/10/08 12:13

Página 319

LA VIDA EN LA PRIMERA COMUNIDAD: HCH 3,1-8,4

319

ten la vida. Es difícil hablar sobre asuntos personales, íntimos, con extraños, pero es más fácil con el amigo o con alguien de la familia. Aquí se comparten problemas, dudas y experiencias de fe. Lucas cuenta que en la casa de Cornelio todos se reúnen en presencia de Dios, es decir, todos están dispuestos a escuchar lo que Dios ha mandado a Pedro (10,33). Pedro les anuncia la Buena Nueva de Jesucristo. Otra vez, el Espíritu Santo demuestra su eficacia en una casa cuando Cornelio con sus parientes y amigos hablan en lenguas y glorifican a Dios, para ser luego bautizados (10,46-47). Esta narración muestra que el Espíritu Santo surte efecto y muestra su eficacia donde quiere, independientemente de las personas. Eso deja claro que no tenemos poder sobre el Espíritu Santo, no podemos causar que venga y surta sus efectos, pero sí podemos posibilitar que demuestre su eficacia. PARA COMPARTIR Las reuniones de grupos pequeños fortalecen tanto la fe de los participantes como la comunidad: ¿Qué podemos hacer para posibilitar que el Espíritu Santo demuestre su eficacia entre nosotros?

08.245 - 21. Cap. 15

29/10/08 12:13

Página 320

08.245 - 22. Cap. 16

29/10/08 10:13

Página 321

CAPÍTULO XVI

LA MISIÓN EN SAMARÍA Y JUDEA: HCH 8,5-9,31

Lucas relata ahora la difusión del Evangelio por Judea y Samaría (Hch 8,5-9,31); luego nos cuenta sobre la integración de los primeros paganos a la comunidad (9,32-12,25); y más tarde refiere la expansión del Evangelio a las naciones (13,1-14,28). Éste y los siguientes dos capítulos de nuestro estudio (XVI, XVII y XVIII) forman una unidad, pues Lucas los ha estructurado de forma paralela. 1. Comienza con una breve información sobre la difusión eficaz del Evangelio o sobre la vida de la comunidad en otros lugares (8,58; 9,32-42; 13,1-3). 2. Narra, en cada sección, ejemplos concretos de las obras de los testigos: sus signos y prodigios. Además relata la conversión de personajes centrales –como Simón el mago, el eunuco, Saulo, Cornelio, el procónsul Sergio Paulo–, que ilustran y concretan cómo se divulga el Evangelio. 3. Finaliza las secciones con un breve sumario positivo sobre la continua difusión del Evangelio (9,31; 12,25; 14,26-28). Lucas no oculta conflictos ni dificultades, nos cuenta sobre maltratos, cárceles, la ejecución de Santiago, resistencias, persecuciones y lapidaciones. Pero como todos los párrafos terminan con unos versículos positivos, los lectores entienden que todas las resistencias, persecuciones y ejecuciones no pueden impedir la difusión del Evangelio: la palabra de Dios sigue propagándose incesantemente. Especialmente en esta parte, se nota la actuación de Dios por medio del Espíritu Santo, de su ángel y de numerosas visiones: el ángel del Señor y el Espíritu Santo guían a Felipe (8,26.29.39), el Señor se aparece a Saulo (9,3-6), el Señor le habla en una visión al discípulo

08.245 - 22. Cap. 16

322

29/10/08 10:13

Página 322

HECHOS DE LOS APÓSTOLES

Ananías (9,10-16), el ángel de Dios se aparece al centurión romano Cornelio (10,3-7), Pedro también tiene una visión (10,10-16; 11,510), el Espíritu Santo guía a Pedro (10,19-20; 11,12), el ángel del Señor libera a Pedro de la cárcel (12,7-11), y el Espíritu Santo habla a la comunidad de Antioquía y envía a Bernabé y Pablo (13,2.4). Con estos ejemplos, Lucas aclara a sus lectores que el plan salvífico de Dios sigue realizándose: Él acompaña a sus testigos y los guía conforme a ese plan. Aun encontrándose en situaciones difíciles –como Pedro en la cárcel–, y aunque su encargo les parezca absurdo –como a Ananías, que tuvo que encontrar a Saulo, o como a Pedro, que debió comer comida impura–, los testigos pueden estar seguros de que Dios no les deja, y por eso pueden confiar y encomendarse sin vacilar a Dios. Los testigos –y con ellos los lectores– aprenden que Dios incluye en su plan salvífico a aparentes adversarios (Saulo) e incluso a gentiles (el centurión romano Cornelio). La misión en Samaría y Judea fue iniciada por Felipe. Después de narrar la actuación y el testimonio de Esteban –el primero en la lista de los Siete–, Lucas nos relata hechos y testimonio del segundo: Felipe. Anuncia el Evangelio en Samaría, y bautiza al primer temeroso de Dios, al funcionario de la reina de los etíopes. Luego vuelve con Saulo. Al proceder así, Lucas asocia dos intereses: 1) mencionar la razón por la que acabó la persecución de la iglesia, la que históricamente no era tal, sino un conflicto intrajudío. Consigue esto cuando describe la persecución como iniciativa de Saulo. Al convertirse Saulo, termina la persecución y las comunidades gozan de paz (9,31). 2) Lucas prepara la divulgación de la palabra de Dios entre las naciones. Saulo se comprometió a fondo con la misión. Por eso Lucas narra aquí su conversión y su difícil integración en la comunidad de Jerusalén, que representa el centro de las comunidades cristianas. 1. LA MISIÓN EN SAMARÍA: HCH 8,5-25

ESTUDIO DEL TEXTO 1. Trata de estructurar el texto. 2. Marca las palabras que se reiteran: ¿Qué temática subrayan? 3. ¿Qué palabras clave (de la teología lucana) encuentras?

08.245 - 22. Cap. 16

29/10/08 10:13

Página 323

LA MISIÓN EN SAMARÍA Y JUDEA: HCH 8,5-9,31

323

a) Enlaces narrativos a. Estructura Los creyentes perseguidos no desesperan en su situación, sino que aprovechan su dispersión para anunciar la palabra de Dios en otras regiones. La persecución no destruye la iglesia, sino que ¡hace que el Evangelio se extienda! Los lectores reconocen en esto, otra vez, la obra y la actuación de Dios: ni siquiera la pretendida destrucción de la iglesia impide el plan salvífico de Dios. Nuestro texto se compone de tres escenas: primera (8,5-8), Lucas narra en general las obras de Felipe –su anuncio, sus prodigios y sus curaciones–, que causaron una gran alegría en la ciudad. La segunda escena enfoca al mago Simón, que tenía atónita a la gente y parece hacer competencia a Felipe. Pero luego Simón cree y será bautizado por Felipe –igual que la gente de aquella ciudad–, y entonces aquél quedará atónito al ver los signos y milagros que Felipe obra (8,9-13). La tercera escena (8,14-25) narra el encuentro de los apóstoles Pedro y Juan con el mago Simón: Simón quiere adquirir con dinero el poder de dar el Espíritu Santo, pero los apóstoles le aleccionan porque el Espíritu Santo no se compra. b. El testigo y su actuación Lucas relata que, por medio de Felipe –uno del círculo de los Siete helenistas, no el apóstol Felipe, pues él se habría quedado en Jerusalén (8,1b)–, el Evangelio llega a Samaría. El autor describe a Felipe parecido a Jesús, como testigo verdadero: Felipe obra como Jesús (y como los demás testigos), pues anuncia el Evangelio del Reino de Dios, realiza signos y prodigios, exorciza espíritus inmundos y cura a muchos paralíticos y cojos (8,6-7.12-13). Lucas nos narra también dificultades en la expansión del Evangelio, pues confronta otras maneras de fe. ¿Cómo puede consolidarse? Los samaritanos se tienen por judíos, pero los judíos no les reconocen como miembros del pueblo de Dios. Entre los samaritanos obra el mago Simón. La gente considera que él obra por la potencia de Dios, aunque Felipe, Lucas y sus lectores saben que es sólo magia. Los signos y prodigios de Felipe están en contraposición a la magia de Simón. ¿Cómo distinguir dónde obra Dios?

08.245 - 22. Cap. 16

29/10/08 10:13

324

Página 324

HECHOS DE LOS APÓSTOLES

Lucas ofrece a sus lectores un criterio de distinción: las tres escenas están unidas por los verbos ver, oír, prestar atención (8,6.10.11.13.14.18) y por el tema del anuncio (8,5.12.25). Ya de cerca, notamos que la magia de Simón sólo alcanza a que la gente le preste atención (8,10.11). Felipe, en cambio, causa que la gente oiga y vea; sus hechos están unidos inseparablemente con el anuncio (8,5-6.12-13), es decir: los signos y prodigios de Felipe están al servicio del mensaje del Evangelio. Felipe lleva la palabra de la vida a la gente de Samaría, que oye y ve la eficacia de esta palabra. Los signos y prodigios no deben servir para tener atónita a la gente (como la magia), sino que deben llevar a la alegría y a la fe en Dios. Los lectores entienden que Felipe tiene más éxito que Simón, porque anuncia el Evangelio del Reino de Dios. La magia es entretenida, pero es mera ilusión. La Buena Nueva, en cambio, puede cambiar la vida real, pues le da sentido y esperanza. b) Enlaces pragmáticos a. Palabras clave En la primera escena hay dos términos clave: con un mismo espíritu, y alegría (8,6.8). En la capital de Samaría, Felipe crea la unanimidad entre los creyentes. Los lectores recuerdan la unanimidad de la primera comunidad, y pueden deducir que Felipe funda según este modelo la primera comunidad fuera de Jerusalén. La alegría es el motivo lucano central que describe la actuación de Dios y la realización de su plan salvífico. Los lectores entienden que la fundación de la nueva comunidad fuera de Jerusalén corresponde al plan de Dios. En la segunda escena Felipe bautiza a la gente de Samaría y luego al mago Simón. Lucas menciona explícitamente que tanto hombres como mujeres se bautizan (8,12). Los lectores relacionan esta información con lo que saben de la primera comunidad y de los discípulos de Jesús: desde el principio, hombres y mujeres forman parte de los discípulos y seguidores de Jesús, hombres y mujeres obran en común en las comunidades, y como testigos anuncian el Evangelio. En la tercera escena, Lucas narra que los apóstoles se enteran de que la palabra de Dios se había difundido en Samaría. Los apóstoles lo han oído, pues no estaban implicados. Pero a Lucas le importa rela-

08.245 - 22. Cap. 16

29/10/08 10:13

Página 325

LA MISIÓN EN SAMARÍA Y JUDEA: HCH 8,5-9,31

325

cionar la difusión del Evangelio con la comunidad central de Jerusalén, pues desde Jerusalén (Lc 24,47; Hch 1,8) el Evangelio debe ser anunciado en Samaría, Judea y a todo el mundo. Por eso, los apóstoles envían a Pedro y a Juan a Samaría. b. El Espíritu Santo La información de que el Espíritu Santo todavía no había descendido sobre los bautizados, y de que ellos lo reciben por la oración y la imposición de las manos de los apóstoles (8,16), no debilita la obra de Felipe, pues Lucas ya la presentó como eficaz y eficiente mediante muchos signos y prodigios (8,6-7.13). Tampoco Lucas quiere subrayar que sólo los doce apóstoles (y no todos los testigos) tienen el poder de dar el Espíritu Santo, o que el Espíritu Santo se daría sólo por la imposición de las manos. Lucas realza inequívocamente que el Espíritu Santo no se deja dirigir por los hombres, sino que él obra donde y como quiere. El Espíritu Santo llena a todos los discípulos después de su oración (4,31). Él habla a Felipe y le arrebata (8,29.39). El discípulo Ananías –que no es uno de los Doce– impone sus manos a Saulo, y así éste queda lleno del Espíritu Santo (9,10.17-18). El Espíritu Santo desciende sobre Cornelio y su casa sin la intervención de Pedro (10,44). Pedro manifiesta explícitamente que el Espíritu Santo es el don de Dios, y que obra exclusivamente conforme a la voluntad de Dios: «Dios, conocedor de los corazones, dio testimonio en su favor comunicándoles [a los gentiles] el Espíritu Santo como a nosotros» (Hch 15,8). También Pablo –que no era uno de los Doce– impone sus manos a los discípulos de Jesús, y el Espíritu Santo desciende sobre ellos (19,6). La información de que el Espíritu Santo todavía no descendía, y que por eso los apóstoles Pedro y Juan son enviados a Samaría, le sirve a Lucas para realzar inequívocamente, ya desde el inicio de la propagación del Evangelio a otras naciones, que el Espíritu Santo es don de Dios. Ningún hombre tiene poder sobre el Espíritu Santo. El Espíritu Santo como don de Dios no se puede comprar ni con dinero (Hch 8,20). Luego, al leer sobre la eficacia del Espíritu Santo entre las naciones, los lectores reconocerán que Dios mismo obra y realiza su plan salvífico, y que confirma esta manera también la colaboración de los hombres y mujeres en su plan.

08.245 - 22. Cap. 16

326

29/10/08 10:13

Página 326

HECHOS DE LOS APÓSTOLES

c. Personajes de identificación Felipe, Simón el mago y la gente de Samaría son caracterizados por sus acciones y palabras. Felipe aparece de manera muy positiva, pues causa gran alegría entre la gente. Simón el mago es un personaje ambiguo: cree y está bautizado, pero quiere obtener el poder sobre el Espíritu Santo: ¿por qué motivo? La gente se deja impresionar tanto por la magia como por signos y milagros de Felipe: ¿qué es lo que buscan en realidad?

PARA COMPARTIR La gente de Samaría se deja impresionar por las ilusiones de la magia de Simón. ¿Qué ilusiones me impresionan? Simón el mago cree que se puede comprar todo –incluso el poder sobre el Espíritu Santo– con el dinero. ¿Qué ilusiones me hago con el dinero? También hoy encontramos soborno y corrupción en nuestra realidad: ¿Qué podemos y debemos hacer como cristianos?

2. EL BAUTIZO DEL PRIMER TEMEROSO DE DIOS. EL EUNUCO: HCH 8,26-40 Felipe, guiado por el Espíritu Santo y el ángel del Señor (8,26. 29.39), bautiza al primer temeroso de Dios. Éste es un evento muy importante. Para Lucas, la divulgación del Evangelio a los no judíos se debe a los helenistas dispersados, miembros de la comunidad. Por otro lado, según la ley (Dt 23,2), el eunuco, por estar castrado, no podía ser prosélito, ni admitido en la asamblea judía del pueblo de Dios. El bautismo que lo introduce en la comunidad cristiana le ofrece una alternativa oportuna (8,36-38). Lucas narrará con frecuencia que los temerosos de Dios abrazan con entusiasmo el Evangelio; por ejemplo, el centurión romano Cornelio (10,2.22), la vendedora de púrpura Lidia (16,14), los principales hombres y mujeres griegos (17,4), y Ticio Justo (18,7). Por el bautismo del temeroso de Dios, Lucas alude en cierta medida a la decisión del «concilio en Jerusalén»: la circuncisión ya no está reivindicada, pero sí se exige el cumplimiento de los mandamientos

08.245 - 22. Cap. 16

29/10/08 10:13

Página 327

LA MISIÓN EN SAMARÍA Y JUDEA: HCH 8,5-9,31

327

que posibilitan y permiten la vida en común de judíos y paganos en la comunidad. En esta perícopa notamos dos motivos importantes: 1) Felipe anuncia el Evangelio basándose en las Sagradas Escrituras (8,35), igual que Jesús explicó a sus discípulos la muerte, resurrección y exaltación del Mesías mediante las Sagradas Escrituras (Lc 24,27.44-45). Con eso, Lucas pone de relieve que la actuación salvífica de Dios puede ser entendida sólo en función de y como continuación de las Sagradas Escrituras. 2) Lucas menciona otra vez el motivo de la alegría (8,8.39) en relación con la obra de Felipe. Los lectores reconocen en el bautismo del temeroso de Dios la realización del plan salvífico de Dios. 3. SAULO, SU CONVERSIÓN Y SU TRABAJO POR EL EVANGELIO: HCH 9,1-31 El relato sobre Saulo se compone de diversas escenas. 9,1-9: la visión de Saulo; 9,10-19a: la visión de Ananías que cura a Saulo; 9,19b-22: Saulo proclama a Jesús como Mesías; 9,23-30: resistencias contra Saulo (la intención de matarle), y por Bernabé, Saulo es aceptado en la comunidad de Jerusalén; 9,31: resumen: la iglesia sigue creciendo. A Lucas le importa mucho la conversión de Saulo (9,1-19), pues la contará dos veces más, en 22,5-21 y en 26,12-20. En este relato sobre Saulo, aparecen dos personas importantes más: Ananías, que le interpreta una visión, y Bernabé, que le posibilita obrar en las comunidades de los creyentes en Jesús. La importancia de Ananías es más notable en 22,12-16. Gracias a él, Saulo recobra la vista, es decir, entiende su visión, se arrepiente y reconoce su encargo: él es un instrumento elegido para llevar el nombre de Jesús ante los gentiles, los reyes y los hijos de Israel (9,15). Fiel a esta misión, Lucas presenta a Saulo ante las naciones y los reyes: ante el procurador Félix y su esposa Drusila, ante el procurador Porcio Festo, ante el rey Agripa con su esposa Berenice, y ante el pueblo de Israel (en el templo: 22,1-21, y ante el Sanedrín: 23,1-9). Entendida su misión, Saulo se pone a predicar con el mismo celo con el que había perseguido antes a los creyentes en Jesús, confesando a Jesús como Hijo de Dios y Mesías (9,20.22.27). Pero la obra y la actuación de Saulo no habría sido posible sin Bernabé que le aceptó, contra la desconfianza y temor de los demás

08.245 - 22. Cap. 16

328

29/10/08 10:13

Página 328

HECHOS DE LOS APÓSTOLES

discípulos de Jerusalén (9,26); fue Bernabé quien lo presentó a los apóstoles (9,27), y él seguirá preocupándose de Saulo, hasta llevarle consigo a la comunidad de Antioquía (11,25-26). Junto con Bernabé, Saulo será enviado por el Espíritu Santo a las naciones (13,2). El breve sumario (9,31) señala que las iglesias en Galilea, Samaría y Judea gozaban de paz, se edificaban y estaban llenas del Espíritu Santo. Los lectores entienden que se realizó la segunda etapa de la divulgación del Evangelio: en Samaría y Judea. A partir de ahora, el Evangelio llegará a las naciones.

08.245 - 23. Cap. 17

29/10/08 10:14

Página 329

CAPÍTULO XVII

EL EVANGELIO LLEGA A LOS GENTILES: HCH 9,32-12,25

Lucas arranca otra temática enfocando a Pedro. En la perspectiva lucana, Pedro como discípulo de Jesús, como miembro del círculo de los Doce y de la comunidad central de Jerusalén, debe legitimar la propagación del Evangelio a los gentiles. La aceptación y admisión de paganos en la comunidad no fue casualidad, ni resultado espurio de la dispersión de los miembros helenistas de la comunidad, sino querido y proyectado por Dios. Ahora encontramos a Cornelio, un centurión romano como aquel de Cafarnaúm (Lc 7,1-10), cuya fe alabó Jesús explícitamente. Retrospectivamente, los lectores pueden reconocer que la admisión y aceptación de los paganos formaba parte del plan salvífico de Dios desde el principio, porque ya Jesús los integró.

1. PEDRO EN LIDIA Y JOPE: HCH 9,32-43 Con este párrafo, Lucas prepara la admisión de los gentiles por Pedro. Para esto presenta a Pedro visitando las comunidades de Samaría y Judea. Por su cuenta, los lectores saben que estas comunidades fueron fundadas en la dispersión de los helenistas, quizá por Felipe y otros. En Lidia, Pedro cura a un paralítico (9,32-34). Esta curación provoca más conversiones al Señor (9,35). En Jope vivía una discípula llamada Tabita; ella ha muerto. Los lectores saben que las mujeres colaboran en el plan de Dios, y que muchas discípulas seguían a Jesús (Lc 8,2-3; 23,49.55-56). Por eso es evidente que hay

08.245 - 23. Cap. 17

330

29/10/08 10:14

Página 330

HECHOS DE LOS APÓSTOLES

discípulas de Jesús en todas partes. Lucas explica el significado del nombre de Tabita y describe su actuación: «era rica en buenas obras y en limosnas que hacía» (Hch 9,36), y también: «las viudas presentaron a Pedro las túnicas y los mantos que Tabita hacía» (Hch 9,39). Al fallecer Tabita, los discípulos de Jope mandan por Pedro y le piden venir (9,38). Con eso, Lucas demuestra que Tabita importaba mucho a la comunidad. El llanto de las viudas podría indicar que Tabita se comprometía a fondo con ellas, les apoyaba y ayudaba con sus propios talentos cosiéndoles ropa. El cuidado por las viudas corresponde tanto a los mandamientos de la Torá (Dt 10,18; 24,19-21; 26,12-13) como a la práctica de la primera comunidad (Hch 6,1). En resumen podemos decir que Lucas presenta a Tabita como discípula ejemplar. A continuación, Lucas describe al centurión romano Cornelio, que igualmente da muchas limosnas, es piadoso y goza de buena reputación de los judíos (10,2.4.22). Los lectores notan que no hay diferencia entre Tabita y Cornelio. Por eso pueden deducir que los paganos forman parte del plan salvífico de Dios y que deben ser integrados en la comunidad. Pedro resucita a Tabita, y la presenta viva a los santos y a las viudas (9,41). Resucitando a Tabita, Pedro resucita simultáneamente el cuidado por los pobres. Por eso –como en la curación del paralítico– muchos creen en el Señor (9,42). Las comunidades fundadas por los miembros helenistas dispersados siguen creciendo por la predicación y las obras de Pedro y Juan (8,25; 9,35.42). Lucas no quiere devaluar la obra de los miembros helenistas, sino que le importa restablecer la actuación armónica y la obra común de todos los testigos. Como al principio, todos los discípulos y discípulas son testigos, y causan, por su testimonio y sus acciones, que el Evangelio se difunda. Pedro se queda bastante tiempo en Jope, en casa de un tal Simón, curtidor (9,43). Esta breve información es importante, pues prepara la integración de los gentiles. Lucas menciona dos veces más al curtidor (10,6.32). La ocupación de curtidor no era apreciada, porque tenía que ver con cadáveres. Para los judíos, los curtidores eran impuros, y esto los excluía del culto y de la comunidad; había, pues, que rehuirles. Cuando Pedro se hospeda en casa del curtidor, deja claro que para él y para la comunidad de Jope, a la que habría de pertenecer Simón, esa impureza no es obstáculo ni impedimento para pertenecer a la comunidad.

08.245 - 23. Cap. 17

29/10/08 10:14

Página 331

EL EVANGELIO LLEGA A LOS GENTILES: HCH 9,32-12,25

331

2. DIOS DA A LOS GENTILES LA CONVERSIÓN QUE LLEVA A LA VIDA: HCH 10,1-11,18

ESTUDIO DEL TEXTO 1. Trata de estructurar el texto. 2. Marca las personas (los roles) que actúan y sus acciones. ¿Quién toma la iniciativa y quién reacciona? ¿Cuál es el resultado de las acciones (llegan al éxito)? ¿Quién es el motor de estas acciones? 3. Pedro relata delante de los apóstoles en Jerusalén lo que sucedió en la casa de Cornelio (Hch 11,5-17). Marca (con colores diversos) en ambos textos lo que se repite casi literalmente, y también lo que omite, cambia o añade. 4. Lee la narración del centurión de Cafarnaúm (Lc 7,1-10) y compárala con nuestro texto.

a) Enlaces narrativos Se puede estructurar este largo texto en varias escenas: el cambio del lugar u otras personas que entran en la escena marcan el comienzo de una nueva escena. a. Primera escena, en Cesarea: Hch 10,1-8 La primera escena tiene lugar en Cesarea. Primero, Lucas presenta al centurión romano por su nombre y por sus hechos (10,12); después, relata su visión empleando el discurso directo (10,4-6), de modo que los lectores tienen la impresión de ver lo mismo que él en la visión. Cornelio obedece inmediatamente la orden del ángel (10,7-8). b. Segunda escena, en Jope: Hch 10,9-23a La segunda escena sucede en Jope, en la casa del curtidor Simón. Esta escena se une con la anterior por los enviados del centurión, pero la hora y el nuevo lugar indican que estamos ante una nueva

08.245 - 23. Cap. 17

332

29/10/08 10:14

Página 332

HECHOS DE LOS APÓSTOLES

escena. Aquí, se enfoca a Pedro (10,9-10): él sube a la terraza para orar, siente hambre y tiene una visión. Lucas describe esta visión con esmero y comunica el diálogo entre Dios y Pedro (10,11-16), de modo que los lectores participan también en esta visión. A diferencia de Cornelio, Pedro no entiende su visión, está perplejo y reflexiona sobre su sentido (10,17). Entre tanto, los enviados de Cornelio han llegado y preguntan por Pedro (10,18). Pedro no reacciona a la llamada, porque está reflexionando (10,19a). Ahora interviene el Espíritu Santo, diciéndole qué hacer (10,19b-20). Pedro baja, se presenta a los enviados y les pregunta a qué vinieron (10,21). Ellos reiteran en breve la presentación de Cornelio –ya conocido para los lectores (10,22a)–, y agregan el objetivo de su venida: Cornelio quiere escuchar las palabras de Pedro (10,22b). Jope dista unos 50 kilómetros de Cesarea; no era posible regresar el mismo día. El grupo puede marcharse pero sólo al día siguiente. Por eso, Pedro invita a los enviados y les hospeda (10,23a). Hospedar a alguien significaba proporcionarle dónde dormir y qué comer. Los criados de Cornelio y el soldado piadoso que los acompaña probablemente no eran judíos. Eso significa –y así Lucas lo da a entender– que Pedro ha comido con los paganos, es decir: tenía ya comunidad con los paganos. Podía actuar así a causa de su visión. Pedro entendió su visión y la explicación del Espíritu Santo: lo que Dios declaró puro, los hombres no deben declarar impuro o profano, o como explicará Pedro mismo más tarde a Cornelio: que no hay que llamar profano o impuro a ningún hombre (10,28). Pedro interpretó la visión que le mostró animales impuros aplicándola a los paganos. Consecuentemente se orienta por esta visión y la pone inmediatamente en práctica. c. Tercera escena, la visita de Pedro a Cornelio: Hch 10,23b-47 La tercera escena se desarrolla al día siguiente, y cuenta la visita de Pedro a Cornelio. Se puede estructurar en varios párrafos: el encuentro de Pedro y Cornelio (10,23b-27), en la casa de Cornelio (10,28-34), Pedro anuncia su mensaje encargado (10,35-43) y la intervención del Espíritu Santo que llega al bautismo de los primeros gentiles (10,44-48). Primero, Lucas nos narra el encuentro de Pedro y Cornelio (10,23b-27): Cornelio sale a su encuentro –esta palabra tiene una función importante para la narración– y le saluda respetuosamente

08.245 - 23. Cap. 17

29/10/08 10:14

Página 333

EL EVANGELIO LLEGA A LOS GENTILES: HCH 9,32-12,25

333

como a enviado de Dios, postrándose a sus pies. Pedro rehúye inmediatamente este culto a la persona. Luego leeremos que al rey Herodes Agripa le gusta el culto personal, y se deja venerar como Dios; por eso será castigado por un ángel (12,22-23). Con eso, Lucas da a entender que los cristianos no deben rendir culto a la persona. Pedro y Cornelio entran juntos conversando, lo que nos muestra su relación armónica y fraternal. Otra vez se refleja lo que Pedro aprendió por su visión. Lucas insinúa que el origen o la procedencia como distinción que separa a los hombres está anulado. Ya en casa (10,28-34), Pedro tematiza ante las personas reunidas el dilema de los judíos que, al juntarse con un no judío o al entrar en sus casas, infringían la ley. Pero de golpe, recordando su visión, proclama que Dios no quiere que se llame profano o impuro a ningún hombre (10,28). Así explica que él pueda entrar en la casa de Cornelio, y realza que no corresponde a la voluntad de Dios que haya hombres alejados y excluidos. En otras palabras: los mandamientos que separan a judíos de no judíos ya no tienen validez. Naturalmente Pedro cumple los nuevos mandamientos de Dios. Pero todavía no ha entendido por qué Dios ha cambiado sus mandamientos. Espera que Cornelio sepa algo más, y por eso le pregunta por el motivo para llamarlo (10,29). Cornelio repite su visión. Esta vez Lucas la detalla mucho más (10,30-33a). Después explica lo que Pedro quería saber: «Tú has hecho bien en venir. Ahora, pues, todos nosotros estamos aquí, en la presencia de Dios, para escuchar todo lo que te ha sido ordenado por el Señor» (Hch 10,33b). Cornelio manifiesta dos puntos importantes: 1) todos están reunidos en la presencia de Dios, 2) para escuchar el mensaje del Evangelio. Esta reunión de Cornelio con sus parientes y amigos cercanos, y de Pedro con sus acompañantes, se realiza en presencia de Dios y tiene carácter santo, espiritual y litúrgico; paganos y judíos están juntos ante Dios. Todos se reúnen para escuchar lo que el Señor –es decir, Dios, pues el centurión nada sabe todavía de Jesús– le ha indicado a Pedro. Escuchar significa más que llegar a saber algo, y más que enterarse de algo por curiosidad. Los reunidos quieren escuchar todo; saben que Pedro está encargado por Dios para anunciar. El mensaje de Dios da en el corazón. Estar dispuesto a escuchar el mensaje de Dios incluye la disposición a dejarse tocar y afectar por él, y cumplirlo. En este sentido entiende también Pedro la respuesta del centurión:

08.245 - 23. Cap. 17

334

29/10/08 10:14

Página 334

HECHOS DE LOS APÓSTOLES

«Verdaderamente comprendo que Dios no hace acepción de personas, sino que en cualquier nación el que le teme y practica la justicia le es grato» (Hch 10,34). Pedro entiende que Dios cambió sus mandamientos respecto a los gentiles, porque le es grata cualquier persona que le venera y practica la justicia. Ahora Pedro empieza a anunciar el mensaje encargado (10,35-43). Lucas mantiene la primacía de Israel, diciendo que Dios ha enviado su palabra a los hijos de Israel (10,36). El mensaje anunciado como Evangelio es la paz por medio de Jesucristo (10,36). A Lucas le importa subrayar ante los romanos –por razones políticas– que Jesús trajo la paz: Jesús no causó alboroto al Imperio romano, sino la paz. El Evangelio no amenaza la seguridad del Imperio. A continuación, Pedro resume la vida y la obra de Jesús, un hombre ejemplar. Pedro subraya que podía operar tanto bien «porque Dios estaba con él» (10,38). Esto lo testimonian Pedro y los seis que le acompañan. Jesús fue muerto –Pedro y Lucas evitan culpar a los romanos por la muerte– y resucitado por Dios. El resucitado encargó el anuncio del Evangelio a los testigos: él está constituido por Dios juez de vivos y muertos. Él es juez misericordioso. Por esto, Pedro añade el testimonio de los profetas: todo el que cree en él alcanza el perdón de los pecados (10,42-43). El anuncio a los gentiles como aquí a Cornelio se distingue del dirigido a los judíos (véanse por ejemplo Hch 2,15-36; 3,12-26), pues los gentiles no esperaban al Mesías. Los gentiles sí creen en la vida después de la muerte, por eso pueden entender que Jesús es juez de vivos y muertos. Los gentiles tenían también el deseo del perdón de los pecados. Pedro parte de la base de las imaginaciones y comprensiones de los gentiles para anunciarles el Evangelio. Mientras Pedro anuncia el Evangelio, el Espíritu Santo interviene (10,44-48), pues desciende sobre todos los reunidos (10,44). La característica del Espíritu Santo es hablar en lenguas y glorificar a Dios (10,46). Es importante que el Espíritu Santo llegue por decisión propia, pues ni Pedro ni los demás lo han solicitado, y ninguno lo esperaba (10,45). El descenso del Espíritu Santo sobre los gentiles es señal evidente de la elección y decisión de Dios: el Evangelio del Reino de Dios es también para los gentiles, pues ellos forman parte del plan salvífico de Dios. Pedro entiende la señal, y manda correspondientemente el bautismo (10,47). El hecho de que Pedro se quede en la casa del centurión Cornelio subraya, otra vez, que la separación entre judíos y paganos ya no vale.

08.245 - 23. Cap. 17

29/10/08 10:14

Página 335

EL EVANGELIO LLEGA A LOS GENTILES: HCH 9,32-12,25

335

d. Cuarta escena, Pedro justifica su actuación: Hch 11,1-18 La cuarta escena está marcada por cambios de lugar y de personas; tenemos una nueva situación y otros actuantes: los apóstoles y los hermanos residentes en Judea oyeron que los gentiles habían aceptado la palabra de Dios (11,1). ¡La palabra de Dios llegó a los gentiles! La expresión de 11,1 es idéntica a la de 8,14 para decir que Samaría aceptó la palabra de Dios. Los lectores entienden que el encargo de Jesús –anunciar el Evangelio desde Jerusalén, a Judea y Samaría, y a todas las naciones del mundo– sigue realizándose. Pero Cornelio y su casa son sólo un pequeño número de paganos que han aceptado la fe, por eso Lucas procurará más ejemplos para mostrar la eficacia de la propagación de la palabra de Dios. Al llegar Pedro a Jerusalén, los apóstoles y los demás testigos recriminan a Pedro haber entrado en casa de un pagano y haber comido con ellos (11,3). No censuran que haya anunciado la palabra de Dios a los gentiles, ni que les haya bautizado. Lucas indica con eso que el obstáculo problemático eran las instrucciones respecto a la pureza e impureza. Los profetas ya testimoniaban que la salvación de Dios se dirige a todos los hombres de todas las naciones, y que se les debía anunciar el mensaje de salvación y la voluntad de Dios (Is 12,4-6; 51,4-7; Jer 31,10; Zac 9,10; Sal 96,10-13). Los profetas describen ese día en el que todas las naciones peregrinarán al monte Sión, para celebrar un banquete (Is 25,6-9) y comprometerse a cumplir los mandamientos de Dios (Miq 4,1-5; Is 2,2-4; 49,6; Sal 86,9). Pedro explica a los apóstoles y testigos reunidos lo que hizo (11,4-7). No refuta directamente los reproches sino que dice los motivos para actuar así: Dios ya no quiere que haya hombres o comidas impuros, por eso las relaciones entre judíos y gentiles son posibles. Dios ha dado su Espíritu Santo a los gentiles, porque quiere que formen parte de la comunidad salvífica. Pedro pronuncia un apropiado discurso para aclarar a los apóstoles y testigos la voluntad de Dios. Primero menciona que estaba en Jope, pero calla que se hospedaba en la casa de un curtidor (11,5.11), pues esta información habría agudizado el conflicto. Después repite con todo detalle su visión (11,5-10), y continúa con la llegada de los mensajeros sin decir quién les había enviado (11,11). Menciona la orden del Espíritu Santo de irse con ellos, y que le habían acompañado seis hermanos que están presentes ante los apóstoles (11,12). Continúa su relato con su llegada a Cesarea, y con la

08.245 - 23. Cap. 17

29/10/08 10:14

336

Página 336

HECHOS DE LOS APÓSTOLES

visión del hombre que había enviado a los mensajeros (11,12-14), pero sin descubrir la identidad de Cornelio. Por último, añade, acorde a su intención, la importancia salvífica del anuncio (11,14). Pedro menciona su anuncio sólo con «había yo empezado a hablar» y llega directamente al acontecimiento crucial: el Espíritu Santo cayó sobre los reunidos (11,15). Pedro añade su recuerdo de una palabra de Jesús que relaciona el Espíritu Santo y el bautismo (11,16), así que su conclusión es evidente: Dios ha elegido a los gentiles concediéndoles el don del Espíritu Santo (11,17). No será Pedro quien ponga obstáculos a Dios. Los lectores se acuerdan de las palabras de Gamaliel: «si este plan o esta obra es de los hombres, fracasará; pero si es de Dios, no conseguirán destruirlos. No sea que se encuentren luchando contra Dios» (Hch 5,38-39). La argumentación es la misma. Los lectores –igual que los apóstoles y testigos– pueden concluir: como se trata de la obra salvífica de Dios, Dios mismo la llevará a término; los hombres no pueden ni destruir ni impedir el plan de Dios, pero sí pueden cooperar en él. Los apóstoles y los testigos se tranquilizan y alaban a Dios, pues han identificado la obra de Dios en los gentiles, por eso aprueban posteriormente la acción de Pedro: «También a los gentiles les ha concedido Dios la conversión que lleva a la vida» (Hch 11,18). La admisión de los gentiles al judaísmo era un largo proceso que pasaban los prosélitos hasta judaizarse. Ahora, es crucial la aprobación de los apóstoles y testigos, pues reconocen que la comunión –la convivencia y las comidas comunes– entre gentiles y judíos adopta otro camino. Luego, el «concilio de Jerusalén» retomará esta decisión (15,1-29). Gracias a esta nueva comunión posible entre judíos y gentiles surgen comunidades entre los gentiles (11,20-23). Que los gentiles lleguen a creer en Jesús significa –para los testigos y Lucas– un don de Dios (11,23). b) Enlaces pragmáticos a. Narraciones paralelas La narración sobre el centurión Cornelio recuerda la de aquel de Cafarnaúm (Lc 7,1-10). En ambos relatos los protagonistas son paganos, temerosos de Dios y centuriones de las fuerzas armadas romanas, quienes por su posición no podían convertirse a la fe judía. En

08.245 - 23. Cap. 17

29/10/08 10:14

Página 337

EL EVANGELIO LLEGA A LOS GENTILES: HCH 9,32-12,25

337

ambos casos, los centuriones son hombres piadosos en buenas relaciones con los judíos, y envían mensajeros en busca de Jesús o de Pedro para conducirlos hasta sus casas; uno manda a unos ancianos de los judíos hasta Jesús, ama al pueblo judío, y le ha edificado la sinagoga. El otro da muchas limosnas y ora continuamente a Dios: dar limosnas y orar son obras muy estimadas por los judíos, pues caracterizan al hombre fiel y justo. En ambas narraciones los gentiles toman la iniciativa, pues envían a mensajeros para ir a buscar a Jesús y a Pedro, para llevarles a sus casas. Podemos observar que, en las dos narraciones, las prescripciones respecto a la pureza e impureza son tematizadas: el centurión de Cafarnaúm conoce estos mandamientos y los cumple, pues evita el contacto, incluso el encuentro, con Jesús. Cornelio sale al encuentro de Pedro, es decir: lo encuentra fuera de la casa, pero Pedro decide –a causa de su visión– entrar en la casa. Ambos relatos afirman que los gentiles son recompensados de manera sensacional por sus iniciativas y acciones: Jesús alaba explícitamente la fe del centurión de Cafarnaúm, y su criado es curado a causa de esta fe. El Espíritu Santo desciende sobre Cornelio y su casa, y le posibilita ser admitido en la comunidad. De ambos episodios concluimos: los gentiles forman parte del plan salvífico de Dios, no sólo en el final escatológico, sino ya desde ahora. b. Admisión y misión La admisión de los gentiles a la comunidad de creyentes en Jesús es su propia iniciativa. Esto se puede notar al decir que Cornelio sale al encuentro de Pedro, pues el dato importa poco para la narración, pero como indicio simbólico subraya que es Cornelio el que busca el contacto. La fe judía en el Dios único –en contraste con las religiones politeístas– fascinaba a hombres de todas partes del mundo. En el Imperio había muchos «temerosos de Dios» que se interesaban por la fe judía, leían las Sagradas Escrituras judías y vivían aspectos de la religiosidad judía, es decir: oraban, daban limosnas, ayunaban y practicaban la justicia realizando buenas obras. Ellos son «los temerosos de Dios». Cornelio no es el único que se interesa por el mensaje de Pedro, por eso puede reunir a sus parientes y a los amigos íntimos. En el desarrollo histórico hay que diferenciar entre la admisión de los temerosos de Dios en la comunidad y la misión a los gentiles: los te-

08.245 - 23. Cap. 17

29/10/08 10:14

338

Página 338

HECHOS DE LOS APÓSTOLES

merosos de Dios se dirigían por interés propio a las comunidades; los misioneros, en cambio, se dirigían a los que pertenecían a otras religiones para ganárselos para la comunidad propia. En otras palabras: los temerosos de Dios entraban por interés propio; los misioneros salían para hacer entrar a otros. Los judíos no practicaban la misión, sólo admitían a los interesados como prosélitos. La misión es una actividad cristiana, que podría tener su origen en Pablo que hablaba siempre primero a los judíos en las sinagogas, pero se dirigía también a los gentiles. c. La obra de Dios Si la piedad de Cornelio provoca el acontecimiento, es Dios mismo el protagonista, pues es él quien actúa por su ángel y su Espíritu Santo. Lucas menciona dos veces al ángel que recomienda a Cornelio llamar a Pedro (10,3.7). Además, Lucas aclara que la visión de Pedro es una visión de Dios, en la que Dios mismo dialoga con Pedro (10,13.15.28); es el Espíritu Santo el que explica a Pedro qué hacer (10,19), y el Espíritu Santo desciende por iniciativa propia sobre los gentiles, lo que Lucas menciona tres veces (10,44-45.47). Los que reciben el Espíritu Santo alaban a Dios (10,46), es decir: identifican a Dios como promotor o autor del suceso. Pedro, al justificar su acción ante los apóstoles y testigos en Jerusalén, presenta también lo sucedido como obra de Dios: relata al detalle su visión (11,5-10), continúa con la llegada de los enviados de Cesarea –mas sin mencionar ni a Cornelio ni el mensaje de los enviados– recurriendo inmediatamente al Espíritu Santo que le indicó ir con los mensajeros. Pedro obedece puntualmente. Al narrar la visión de Cornelio, Pedro entiende que el varón de vestido resplandeciente (10,30) es un ángel (11,13), y añade su encargo: «Te dirá palabras que traerán la salvación para ti y para toda tu casa»: Hch 11,14. De esta manera, Pedro presenta la acción de Cornelio –enviar en busca de Pedro– como cumplimiento del encargo del ángel: Cornelio no obró por cuenta propia, sino que obedeció al ángel. Pedro también cuenta que el Espíritu Santo descendió sobre los oyentes mientras él estaba hablando (10,44 paralela 11,15); nadie solicitó el don del Espíritu Santo. Así se evidencia que es Dios mismo quien envía al Espíritu Santo. Dios mismo tomó la iniciativa, y en-

08.245 - 23. Cap. 17

29/10/08 10:14

Página 339

EL EVANGELIO LLEGA A LOS GENTILES: HCH 9,32-12,25

339

vió su Espíritu como el día de Pentecostés: «Si Dios ha concedido el mismo don que a nosotros, por haber creído en el Señor Jesucristo...» (Hch 11,16). Con esto, Lucas recuerda también el discurso de Pedro en Pentecostés, y la cita del profeta Joel: «Derramaré mi Espíritu sobre todo mortal...» (Hch 2,17). Los lectores entienden que Dios mismo realiza su plan salvífico, a veces de manera inesperada e imprevista para nosotros. De modo que antes que impedirlo con nuestras imaginaciones o cortas inteligencias, estamos llamados a cooperar en este plan.

PARA PROFUNDIZAR Y COMPARTIR En nuestro texto, Pedro es el personaje central de identificación. Suceden muchos acontecimientos imprevistos, y situaciones difíciles. Pedro se desarrolla y se cambia. ¿Cómo decide? ¿Cómo actúa? ¿Cuál es su perspectiva? Hay personas que practican la caridad, apoyan a sus prójimos cuando pueden y hacen muchas buenas obras más, sin saber mucho del Evangelio ni de la iglesia (como el centurión Cornelio). El teólogo Karl Rahner llamó a estas personas «cristianos anónimos» (pues actúan como cristianos, sin saberlo). ¿Conoces personas que viven así? ¿Por qué no forman parte de la comunidad? ¿Hay grupos en tu comunidad (y en su entorno) que practican su fe de manera diversa? ¿Cómo son considerados? ¿Hay contactos y/o intercambios con ellos? ¿Qué elementos de su práctica diferente podrían enriquecer tu grupo?

3. LA IGLESIA DE ANTIOQUÍA: HCH 11,19-30

ESTUDIO DEL TEXTO 1. Trata de estructurar el texto. 2. Marca las palabras clave de Lucas. 3. ¿Qué informaciones de la nueva comunidad en Antioquía encuentras? Lee también Hch 13,1-3.

08.245 - 23. Cap. 17

29/10/08 10:14

340

Página 340

HECHOS DE LOS APÓSTOLES

a) Enlaces narrativos a. Estructura Asistimos a la fundación de la comunidad cristiana en Antioquía, la capital de Siria. Después de Roma en Italia y de Alejandría en Egipto, Antioquía era la tercera ciudad mayor en el Imperio romano; ciudad comercial, próspera, rica y suntuosa, Antioquía era asiento también de una cultura floreciente. La comunidad de Antioquía fue determinante para la divulgación del Evangelio y la maduración de la fe cristiana. Podemos estructurar nuestro texto en tres párrafos: el primero relata la fundación de la comunidad (11,19-21); el segundo, la reacción de la comunidad en Jerusalén, y presenta la actuación de Bernabé en la comunidad de Antioquía (11,22-26), y el tercero nos comunica un suceso que caracteriza la comunidad (11,27-30). b. El origen de la comunidad Lucas primero resume cómo surgió la comunidad (11,19-21): hombres y mujeres que se habían dispersado por la persecución desatada en Jerusalén, fundaron la comunidad en Antioquía (11,19). La información de que los dispersados llegaron hasta Fenicia (al norte de Galilea, donde se ubican Tiro y Sidón) y a la isla de Chipre, da a entender que allí también fundaron comunidades. Al mencionar la persecución, Lucas aclara que se trató de la simultaneidad del anuncio: mientras que unos predican en Judea y Samaría, otros lo hacen en Fenica, Chipre y Antioquía. Los lectores entienden que el Evangelio se propaga rápidamente. Los dispersados eran judíos helenistas, por eso anunciaban en Antioquía el Evangelio en primer lugar a los judíos, pues allí había una gran comunidad judía. Los lectores recuerdan a Nicolás –uno del círculo de los Siete– que era un prosélito de Antioquía (6,5). Personas como Nicolás, de origen helenista, podían contactar sin problemas a los griegos. Entre los dispersados había también chipriotas y cirenenses (de Cirene en Libia) que se dirigían a los griegos (helenistas). Al decir «griegos» Lucas refiere a gentiles o paganos. Pero para los dispersados, griego expresaba un vínculo más fuerte del que había entre judíos y paganos como entre Pedro y Cornelio, pues compartían la misma cultura helenista.

08.245 - 23. Cap. 17

29/10/08 10:14

Página 341

EL EVANGELIO LLEGA A LOS GENTILES: HCH 9,32-12,25

341

Lucas da a entender que no había problema para los judíos helenistas en anunciar el Evangelio a los griegos, es decir: a los gentiles. Su cultura helenista les ofrecía muchos puntos de comunicación, lo que facilitaba el anuncio. Correspondientemente estaba la mano del Señor con ellos, y muchos recibieron la fe (11,21). El anuncio del Evangelio en Antioquía fue un éxito completo. c. La vida de la comunidad Como antes a Samaría (8,14), la comunidad de Jerusalén envía a un representante a la nueva comunidad (11,22-26). Esta vez no designa a uno del círculo de los doce apóstoles, sino a Bernabé, al que Lucas llamará también apóstol (cf. 14,4.14), pues el concepto «apóstol» no se limita a los Doce. Por obra de Bernabé crece la comunidad (11,24). Bernabé no vuelve a Jerusalén –como hicieran Pedro y Juan (8,25)–, sino que va en busca de Saulo, al que había introducido en la comunidad de Jerusalén (9,26-28), para trabajar juntos en Antioquía (11,25-26). Al elegir a Saulo como cooperador, Bernabé actúa independientemente y por iniciativa propia. Ya desde la conversión de Saulo, Bernabé era el único que cuidaba a Saulo cuando los demás le rehuían (9,26-27). La denominación «cristianos» se deriva de la traducción griega de la palabra hebrea Mesías, y refiere a la pertenencia a un grupo. Es improbable que los judíos mismos se llamen cristianos, por eso es más bien una denominación de otros para los judíos que creían en Jesús como Mesías. Los romanos y griegos sin trasfondo judío entendían Cristo como nombre propio. Por eso llamaban a los creyentes en Cristo en analogía a las denominaciones de los seguidores de un filósofo y su escuela filosófica, por ejemplo: Epicuro – epicúreos; Cristo – cristianos. Algunos escritores antiguos usaron también la denominación cristianos (Tácito, Annales X,44; Suetonio, Divus Claudius 25,4; Plinio el Joven, Cartas 10,96). La información de la fecha introduce al tercer párrafo (11,2730). Lucas cuenta sobre la vida de la comunidad: entre Antioquía y Jerusalén hay buenas relaciones. Al oír la profecía de una hambruna, la comunidad de Antioquía decide apoyar a los creyentes en Judea. Cada uno aporta recursos según sus posibilidades (11,29). Los lectores recuerdan la comunidad de bienes de la primera comunidad. A causa de la difusión de la palabra en otras ciudades y comar-

08.245 - 23. Cap. 17

29/10/08 10:14

342

Página 342

HECHOS DE LOS APÓSTOLES

cas, ya no es posible que todos los creyentes vivan la comunidad de bienes. Pero el apoyo mutuo sí es posible. De esta manera, Lucas aclara que los ideales de la asistencia y caridad, del cuidado y apoyo son practicados en las nuevas comunidades. También la de Antioquía practica el buen uso de las riquezas: emplea sus bienes en favor de la comunidad, incluso a nivel suprarregional. b) Enlaces pragmáticos El evangelio se difunde por las regiones mencionadas: Fenicia, Chipre y Cirene. Los lectores recuerdan que gente de Fenicia –desde Tiro y Sidón– acudieron a escuchar a Jesús (Lc 6,17), y que, a diferencia de Corazín y Betsaida, Tiro y Sidón se hubieran arrepentido y convertido; por eso habrá menos rigor contra ellas en el Juicio (Lc 10,13-14). Por su parte, Cirene en Libia la encontramos en diversos lugares. En Lc 23,26, un Simón de Cirene lleva la cruz de Jesús; entre los que participan del primer Pentecostés en Jerusalén hallamos a gentes de la parte de Libia fronteriza con Cirene (Hch 2,10); en la comunidad de Antioquía opera un Lucio de Cirene (13,1). Cirene es un centro importante para el cristianismo de los orígenes, aunque poco sabemos de su origen y desarrollo. Bernabé es de Chipre (4,36). El Espíritu Santo le envió, con Pablo, a su primer viaje misionero a Chipre (13,4-6), donde ambos anuncian el Evangelio en primer lugar a los judíos de las sinagogas. Luego ganan para la fe al procónsul Sergio Paulo (13,12). Más tarde, Lucas menciona a Mnasón (21,16), que era un discípulo «antiguo», o sea, que lo era desde los comienzos. Por estas informaciones, los lectores reconocen que había una comunidad importante –compuesta de judíos y paganos– en la isla de Chipre.

ANTIOQUÍA Y ALEJANDRÍA: DOS CENTROS CRISTIANOS IMPORTANTES Antioquía rápidamente se convirtió en un centro importante de los cristianos. En el siglo tercero floreció una escuela teológica que unía el modo semítico de pensar con el modo helenístico. Esta escuela enseñaba la importancia del texto bíblico literal, y rehuía la interpretación alegórica. Los padres más importantes de esta iglesia fueron: Luciano de Samosata, Diódoro de Tarso, Juan Crisóstomo y Teodoro de Mopsuestia.

08.245 - 23. Cap. 17

29/10/08 10:14

Página 343

EL EVANGELIO LLEGA A LOS GENTILES: HCH 9,32-12,25

343

Poco antes, Alejandría, en Egipto, se constituyó en otro importante centro de enseñanza cristiana. Allí, las influencias de la filosofía helenística fueron más intensas. La fe cristiana se relacionaba con ideas y reflexiones platónicas y estoicas. Los textos bíblicos eran interpretados en forma alegórica. Los Padres más relevantes de esta iglesia fueron Clemente de Alejandría y Orígenes.

Hch 13,1-3 nos informa de que en la comunidad de Antioquía había profetas y maestros que la dirigen y fortalecen. Además nos enteramos de otros líderes: Simón apodado el Negro, Lucio de Cirene y Manahén, hermano de leche del tetrarca Herodes. Lucas nos cuenta que la comunidad celebra el culto, ayuna, ora y practica la imposición de las manos (13,2-3). El Espíritu Santo está activo en la comunidad de Antioquía y habla a las personas reunidas (13,2). Igual que en Jerusalén, los lectores recuerdan la actuación de los testigos y la obra del Espíritu Santo allí; la comunidad de Antioquía es tan viva y eficaz como la de Jerusalén.

PARA PROFUNDIZAR Y COMPARTIR Bernabé es una de las personas importantes en la iglesia. Lástima que haya estado (a partir de Hch 13,9 y 14,12) a la sombra del famoso Pablo. Pero fue él mismo quien impulsó a Pablo. Lee otra vez Hch 4,36-37; 9,26-28; 11,22-30; 12,25; 13,1-2.7.4350; 14,12-20 y 15,1-5.12.22-35.36-41, para recordar mejor a Bernabé y encontrar más informaciones sobre él. ¿Podrías expresar su característica? ¿En qué podría ser Bernabé modelo de identificación para ti y/o para tu comunidad?

4. EN JERUSALÉN: HCH 12,1-26 Bernabé y Pablo llevan dinero de la comunidad de Antioquía a la de Jerusalén, que sufre a manos del rey Herodes Agripa I, que reinó los años 41-44 sobre Palestina. Herodes maltrata a algunos líderes de la comunidad, ajusticia a Santiago, el hermano de Juan, y encarcela a Pedro (12,1-3). Entre tanto, la comunidad ora insistentemente (12,5).

08.245 - 23. Cap. 17

344

29/10/08 10:14

Página 344

HECHOS DE LOS APÓSTOLES

Lucas narra cómo un ángel del Señor libera a Pedro de la cárcel (12,6-10). Pedro mira esto como salvación del Señor (12,11.17), e inmediatamente después se dirige a la casa de María, la madre de Juan Marcos, donde muchos oraban (12,12). Como de paso, nos enteramos de que una iglesia doméstica se reúne en casa de una mujer. A esta comunidad pertenece Rosa, la criada de casa (12,13-15). Los lectores se acuerdan de Pentecostés y de que Dios derrama su Espíritu Santo sobre hombres y mujeres, jóvenes y ancianos, siervos y siervas. Por supuesto que criados y criadas son profetas (2,18). El dato de Rosa, la criada en casa de María, subraya que los siervos y siervas han recibido al Espíritu Santo: la comunidad no es una asociación elitista de hombres libres, sino que reúne a personas de todas las capas sociales; quiere vivir según el ejemplo de Jesús, que no excluía ni rehuía a nadie por su clase social. Entre los discípulos de Jesús se encontraban: el culto publicano Leví y los pescadores simples, las mujeres adineradas y el mendigo de Jericó. Jesús comía tanto con publicanos y pecadores como con fariseos. Los lectores deben reflexionar sobre la vida de su propia comunidad: ¿Quiénes la forman? ¿Se encuentran en ella a gusto personas de todas las capas sociales? ¿Hay hombres y mujeres o grupos excluidos? Rosa reconoce la voz de Pedro, lo que señala cierta familiaridad. Nunca duda de que sea Pedro mismo quien está a la puerta. Pero los reunidos en la casa no creen en su grata noticia, igual que los discípulos no creyeron a las mujeres que les anunciaron el mensaje de la resurrección (Lc 24,5-11). Como los profetas y mensajeros de Dios, la criada Rosa vive rechazo y desprecio por la falta de fe. Después de la milagrosa liberación de Pedro, Lucas relata el castigo de Herodes (12,18-23). Todos estos acontecimientos –maltratos, ejecuciones, encarcelamientos, etc.– no evitaron que la palabra de Dios se propagara (12,24). Los lectores entienden que Dios no deja ni desampara a sus fieles. Cumplido su ministerio en Jerusalén, Bernabé y Saulo vuelven juntos con Juan Marcos a Antioquía (12,25). Antioquía será la nueva plataforma para propagar el Evangelio.

08.245 - 24. Cap. 18

29/10/08 10:16

Página 345

CAPÍTULO XVIII

LA PRIMERA MISIÓN DE BERNABÉ Y SAULO: HCH 13,1-14,28

Bernabé y Saulo realizan un viaje que comienza y termina en Antioquía, luego de visitar varias ciudades y atravesar amplias comarcas. Nuestro seguimiento será muy breve. 1. LA NUEVA OBRA: HCH 13,1-5 Bernabé y Saulo vuelven a la comunidad de Antioquía. Allí el Espíritu Santo opera, pues habla directamente a la comunidad y desea la misión de Bernabé y Pablo, pues les ha llamado para una nueva empresa (13,2). A partir de estas informaciones, los lectores pueden deducir que el Espíritu Santo impulsa una nueva etapa en la realización del plan de Dios: quiere el anuncio del Evangelio en otras comarcas y ciudades. Propagar la palabra de Dios por las naciones ya no debe ser pura casualidad derivada de la persecución, sino que forma parte de la estrategia del plan salvífico de Dios. Bernabé y Saulo son enviados por el Espíritu Santo, vía Seleucia, a la isla de Chipre. Atravesando toda la isla, anuncian la palabra de Dios en las sinagogas, y Juan Marcos les ayuda. 2. EN CHIPRE: HCH 13,6-12 Lucas detalla la actividad de Bernabé y Saulo en Chipre. Allí ganan para la fe a un personaje político importante, el procónsul Sergio Paulo. En Chipre, Lucas cambia su perspectiva: Pablo-Saulo, ya no Bernabé, será el protagonista principal (13,9).

08.245 - 24. Cap. 18

346

29/10/08 10:16

Página 346

HECHOS DE LOS APÓSTOLES

3. EN ANTIOQUÍA DE PISIDIA: HCH 13,13-52 Al principio, a Pablo lo acompañan Bernabé y Juan Marcos. Juan Marcos se separa de ellos y vuelve a Jerusalén; Pablo y Bernabé llegan a Antioquía en Pisidia. Entran en la sinagoga y se dirigen a los judíos y temerosos de Dios (13,16.26). Pablo pronuncia un largo discurso; refiere con muchas citas a la historia de salvación del pueblo de Israel, y señala desde un principio el plan salvífico de Dios. En él, la muerte y la resurrección de Jesús es el cumplimiento de la promesa profética: Dios ha cumplido la Promesa hecha a nuestros padres en nosotros, los hijos, al resucitar a Jesús (13,32-33). Pablo y Bernabé se ganan a muchos de los judíos y prosélitos (13,43), pero, asimismo, provocan la resistencia de otros judíos que no quieren secundarles (13,45). Esta resistencia motiva que Pablo y Bernabé se dirijan a los gentiles. Lucas subraya, como siempre, la primacía de los judíos: la palabra de Dios debe ser anunciada en primer lugar a los judíos (13,46), después los testigos se pueden dirigir a los gentiles que se alegran porque entienden que participan en el plan de Dios, y abrazan la fe (13,48). Lucas resume que la palabra de Dios se difunde por toda la región (13,49). El anuncio en Antioquía de Pisidia es un éxito completo. Los judíos que no creían en Jesús como Mesías incitan a mujeres de la nobleza temerosas de Dios y a los principales de la ciudad y promueven una persecución contra Pablo y Bernabé. Los perseguidos se tienen que dirigir a Iconio. Uno recuerda la persecución a causa de Esteban, y puede deducir que tampoco esta persecución impedirá el anuncio de la palabra de Dios que sigue divulgándose.

4. EN ICONIO, LISTRA Y DERBE, Y EL REGRESO A ANTIOQUÍA: HCH 14,1-28 En Iconio, la evangelización se desarrolla bajo el mismo esquema: Pablo y Bernabé se dirigen en primer lugar a los judíos y se ganan a muchos a la fe (14,1). Lucas subraya que actúan según el plan de Dios, pues él avala su quehacer con signos y prodigios (14,3). Los judíos que no creen en Jesús como Mesías provocan una división entre los habitantes, e intentan apedrearlos (14,2.4-5). Pablo y Bernabé huyen a Listra y Derbe, donde siguen proclamando el Evangelio (14,6-7). Los lectores entienden que ni amenazas ni persecu-

08.245 - 24. Cap. 18

29/10/08 10:16

Página 347

LA PRIMERA MISIÓN DE BERNABÉ Y SAULO: HCH 13,1-14,28

347

ciones logran parar el Evangelio, antes al contrario, impulsan su rápida propagación. En Listra, Pablo cura a un paralítico (14,8-11). Aunque Lucas menciona a Pablo como vocero, sabe de la primacía de Bernabé, por eso cuenta que la gente de Listra le llama según su Dios más importante: Zeus (14,12). Enfocando a Pablo, Lucas prepara poco a poco a los lectores para que acepten a Pablo como nuevo personaje principal, pues será él quien lleve el Evangelio a Roma. La proclama en Listra tiene éxito (14,20). Pero otra vez surge resistencia causada por los oponentes que vienen de Antioquía e Iconio: apedrean a Pablo, pero sobrevive a la lapidación, y, ya con Bernabé, se va a Derbe (14,19-20). También en Derbe, Pablo y Bernabé se ganan a bastantes discípulos a la fe (14,21). Después emprenden el regreso, pasando por las nuevas comunidades para confortarlas y designar ancianos como líderes de las comunidades (14,22-23). Anuncian el Evangelio en Perge (14,25), que se habían saltado en la ida. De regreso a Antioquía, reúnen a la comunidad que les había enviado, y cuentan todo cuanto Dios había hecho junto con ellos y cómo había abierto a los gentiles la puerta de la fe (14,27). Los lectores interpretan el primer viaje misionero como obra de Dios. Entienden que Dios realiza su plan mediante la cooperación de los hombres. Pablo y Bernabé como personajes de identificación demuestran que los lectores no deben desanimarse ni por resistencias ni por percances, pues quien obra es el mismo Dios.

08.245 - 24. Cap. 18

29/10/08 10:16

Página 348

08.245 - 25. Cap. 19

29/10/08 10:17

Página 349

CAPÍTULO XIX

LA DECISIÓN OFICIAL DE ABRAZAR A LOS GENTILES: HCH 15,1-35

Con los ejemplos del eunuco etíope y del centurión romano Cornelio, Lucas ha narrado cómo el Evangelio ha sido abrazado por los gentiles. Luego relató sobre la importante comunidad de Antioquía, mezcla de judíos y gentiles, de donde Bernabé y Pablo fueron enviados por el Espíritu Santo a otras comarcas y ciudades para pregonar el Evangelio. A partir de ahora, Lucas tematiza la proclamación del Evangelio a los gentiles (15,1-21,16). Primero (15,1-35: capítulo XVIII) comunica la decisión oficial de admitir e integrar a los gentiles. Agrega dos relatos de los viajes misioneros de Pablo. Será su segundo viaje el que lleve el Evangelio a Europa (15,36-18,23a: capítulo XX), cuando Pablo vaya a Grecia (Macedonia, Acaya). En su tercer viaje (Hch 18,23b-21,16: capítulo XXI), Pablo visita a las comunidades fundadas en Macedonia y en la provincia Asia. Entonces nace en él el deseo de llevar el Evangelio hasta Roma (19,21). Con esto, los lectores se han preparado para la parte final del libro de Lucas. Pablo se despide con largos discursos de las comunidades y vuelve a Jerusalén. Su regreso tiene importancia narrativa: Lucas podrá contar cómo el Evangelio llega desde Jerusalén a Roma. El Evangelio llega así al término impuesto por Jesús (Hch 1,8). En el centro de su segundo libro (15,1-35), Lucas comunica la decisión oficial de los creyentes en Jesús de admitir a los gentiles. Se trata de un paso decisivo e importante en el desarrollo de la fe cristiana, por eso conviene recordar lo que ya hemos leído sobre los contactos entre judíos y gentiles (1). Después analizamos de cerca lo que Lucas nos cuenta de este acontecimiento (2).

08.245 - 25. Cap. 19

350

29/10/08 10:17

Página 350

HECHOS DE LOS APÓSTOLES

1. LA RELACIÓN ENTRE JUDÍOS Y GENTILES En la introducción a este libro (capítulo I, pp. 40-43) detallé que la diferenciación entre cristianos y judíos fue un proceso lento y largo que se desarrollaba de maneras diferentes en las comunidades dependiendo de sus miembros y de su contexto cultural. Hasta el año 70 debemos ubicar las comunidades de los creyentes en Jesús dentro de la fe judía, pues los creyentes en Jesús se vieron a sí mismos como judíos. Los conflictos y discusiones surgen de discrepancias y disparidades dentro de la fe judía, pues refieren a interpretaciones diferentes de la Torá. La posibilidad de comunión de vida con los gentiles era discutible. Ya leímos que Pedro se hospedó en casa de un curtidor en Jope; en esa casa se hospedaron también los envidados del centurión romano Cornelio (9,43; 10,22-23), e incluso el mismo Pedro fue huésped por varios días en casa de Cornelio (10,48). Los apóstoles y demás testigos en Jerusalén identifican el «Pentecostés de los gentiles» en la casa de Cornelio (10,44-47; 11,14-17) como obra de Dios. Entienden que Dios da también a los gentiles el arrepentimiento que lleva a la vida (11,18). Simultáneamente, nace una rica comunidad mezcla de judíos y gentiles en Antioquía (11,20-21.24.26). En esta comunidad celebran judíos y gentiles juntos el culto del Señor, ayunan y oran (13,23). Primero, Bernabé trabajó allí solo. Luego, llevó a Pablo, y los dos trabajaron juntos en aquella comunidad. Antioquía –no Jerusalén– será el punto de partida para los viajes misioneros de Bernabé y Pablo. A partir de estas informaciones podemos deducir que en la comunidad de Antioquía coexistían judíos y gentiles sin problemas, y esta comunidad sigue creciendo. En esta situación debemos imaginarnos el acontecimiento siguiente que Lucas nos comenta. 2. EL CONFLICTO Y SU SOLUCIÓN DECISIVA: HCH 15,1-35

ESTUDIO DEL TEXTO 1. Trata de estructurar el texto. 2. Marca las palabras clave de Lucas, y las palabras o pasajes que se reiteran. 3. ¿Cuál piensas que es el problema central en este texto?

08.245 - 25. Cap. 19

29/10/08 10:17

Página 351

LA DECISIÓN OFICIAL DE ABRAZAR A LOS GENTILES: HCH 15,1-35

351

a) Enlaces narrativos a. Estructura Lucas nos narra un conflicto y su resolución. Podemos estructurar el texto así: descripción del problema y primer intento de solución (15,1-6). Porque la comunidad de Antioquía no encuentra la solución, manda a Pablo y Bernabé a Jerusalén. Tampoco allí el conflicto se resuelve, pues otra vez surgen discrepancias (15,7a). A continuación, Pedro pronuncia un discurso (15,7b-11). Después de su discurso, la asamblea calla, y todos están dispuestos a escuchar a Pablo y Bernabé, que cuentan todos los signos y prodigios que Dios ha realizado por medio de ellos entre los gentiles (15,12). Porque la controversia todavía no está solucionada, Santiago pronuncia un discurso (15,13-21), en el que presenta una propuesta concreta y fundada para resolver el conflicto. Los apóstoles junto con los ancianos y toda la comunidad toman una decisión. Compendian su decisión en una carta, y encargan a Pablo, Bernabé, Silas y Judas comunicar su decisión a toda la iglesia de Antioquía (15,22-29). Los enviados transmiten la decisión, y causan alegría y paz en la comunidad (15,30-33). El conflicto está resuelto. Lucas termina con la información de que la palabra de Dios es anunciada por muchos testigos (15,35). b. El problema El conflicto se enciende por la doctrina de unos hombres venidos de Judea que afirman: sin circuncisión no hay salvación (15,1). La palabra «circuncisión» no se refiere sólo a la señal visible o a la cirugía de la circuncisión, pues tiene un significado más profundo: circuncisión y circuncidarse se refiere a la alianza con Dios, con la que el pueblo de Israel se obligaba a cumplir los mandamientos de Dios, la Torá (Dt 26,16-19; Ex 19-24). Aquella gente de Judea opina: quien no se circuncida –es decir: quien no quiere cumplir los mandamientos de Dios– no se salvará. Idéntica opinión sostiene el partido de los fariseos en Jerusalén: «es necesario circuncidar a los gentiles y mandarles que guarden la Ley de Moisés» (Hch 15,5). Por esta expresión es evidente que el problema se compone de dos partes: 1) ¿Hay salvación sin circuncisión?, y en el caso afirmativo, 2) ¿Deben cumplir la Torá los gentiles?

08.245 - 25. Cap. 19

352

29/10/08 10:17

Página 352

HECHOS DE LOS APÓSTOLES

El hecho de que la gente de Judea y el partido fariseo en Jerusalén causen agitación, discusión y disputas (15,2.7a) indica que la comunidad de Antioquía no está conforme con ellos, y que en Jerusalén hay también opiniones diferentes. La opinión contraria de la gente de Antioquía se expresaría así: hay salvación sin circuncisión. Pedro opina: «nosotros creemos más bien que nos salvamos por la gracia del Señor Jesús» (Hch 15,11). Su posición puede resumirse así: salvación por la gracia y por la fe. Pedro basa su opinión en lo sucedido en la casa de Cornelio: Dios ha dado a los gentiles el Espíritu Santo. «Contra facta non sunt argumenta» (= Contra los hechos no valen argumentos). La fe purificó sus corazones. Dios no hizo distinción alguna entre judíos y gentiles. En su momento, los apóstoles y testigos aprobaron: «así pues, también a los gentiles les ha dado Dios la conversión que lleva a la vida» (Hch 11,18). Dios mismo quiere la salvación de los gentiles. Ellos se salvan aunque no estén circuncidados. En pocas palabras: para los paganos hay salvación sin circuncisión. c. ¿Pueden, judíos y gentiles, comer juntos? Bernabé y Pablo narran lo que Dios ha realizado por su medio entre los gentiles (15,12). Su relato prueba la posición de Pedro: Dios quiere y opera la salvación de los gentiles. Pero la segunda parte del problema es: dado que los gentiles son salvados sin circuncisión, ¿qué validez conserva la Torá para ellos? Los judíos se obligan por la circuncisión a cumplir la Torá. ¿No deben cumplir los mandamientos de Dios los incircuncisos? Pero Jesús enseñó explícitamente el cumplimiento de los mandamientos de Dios para heredar la vida eterna (Lc 10,25-37; 18,18-27). El mandamiento del amor al prójimo es parte de estos mandamientos fundamentales (Lv 19,18; Lc 10,27). Además de estos mandamientos fundamentales (el Decálogo y los mandamientos del amor al prójimo y a Dios) hay muchas otras reglamentaciones que se refieren por ejemplo a la purificación y a la comida permitida. ¿Tienen que cumplir los gentiles conversos también tales prescripciones? La respuesta de Santiago ayuda a aclarar el trasfondo de esta pregunta: se trata del problema concreto de si judíos y gentiles pueden comer juntos; se refiere a la eucaristía y al ágape. ¿Pueden los judíos reunirse en la casa de un pagano? ¿Pueden ju-

08.245 - 25. Cap. 19

29/10/08 10:17

Página 353

LA DECISIÓN OFICIAL DE ABRAZAR A LOS GENTILES: HCH 15,1-35

353

díos y paganos comer juntos a la misma mesa? ¿Es necesario que haya comidas separadas para judíos y paganos? Por la narración de Pedro y Cornelio, nos enteramos ya del impedimento que los judíos tenían para entrar en casa de los paganos, y eran aún mayores para comer con ellos. Gracias a la visión celestial, Pedro superó esas barreras. En regiones donde los judíos eran minoría –en la diáspora–, los contactos con los gentiles eran inevitables, o mejor: las relaciones con los gentiles eran parte de la vida cotidiana. Para la comunidad de Antioquía esos problemas no existían, pues judíos y gentiles celebraban el culto en común (Hch 13,2). d. El trasfondo cultural En el Imperio romano se encontraron dos culturas: la helenísticoromana y la judía. Elementos de la cultura helenístico-romana influían en la cultura judía. Este influjo era más intenso en las ciudades grandes fuera de Israel (Antioquía, Alejandría, Damasco), pero era inevitable incluso en Israel (Cesarea, Séforis, Cafarnaúm, Jerusalén). La cultura judía tuvo que adoptar algunos elementos de la cultura grecorromana.

LOS BANQUETES EN LA ANTIGÜEDAD La cultura judía adoptó e integró varias costumbres de la cultura helenístico-romana, por ejemplo los nombres (Andrés, Felipe, TomásDídimo, Saulo-Pablo, Juan-Marcos), el modo de vestirse, y los banquetes. Pero los banquetes en la diáspora estaban unidos con idolatría a causa de las oraciones e himnos a los dioses y por las ofrendas. Esto era un problema para los judíos practicantes. La carta de Aristeas y Filón describe banquetes donde se encontraban judíos y no judíos para comer, beber y festejar en común. Eso indica que en la diáspora (en Alejandría y Babilonia) estos banquetes comunes no causaban ningún escándalo, porque eran práctica habitual. Los judíos habían encontrado la solución: se hacían acompañar de un criado que les servía durante la comida. Además podían llevar sus propias comidas, legalmente puras. A su vez, los anfitriones preparaban comidas distintas para los invitados judíos. Así comían judíos y no judíos en común sin infringir las leyes religiosas.

08.245 - 25. Cap. 19

29/10/08 10:17

354

Página 354

HECHOS DE LOS APÓSTOLES

En general, tampoco los rabinos prohibían las comidas en común. Entre las explicaciones de las leyes (en la Mishna y Halakha) se encuentran ordenamientos para que los judíos sepan conducirse cuando son invitados al banquete de un no judío. Los rabinos rechazaban sólo los excesos, la idolatría y las actividades sexuales, anejos a los banquetes. Las mismas reglas recomiendan los apóstoles en su carta a los gentiles respecto a las comidas en común: «Abstenerse de lo sacrificado a los ídolos, de la sangre, de los animales estrangulados y de la fornicación» (Hch 15,20.29).

Para los judíos de la diáspora no había gran problema con visitar casas de paganos ni con participar en banquetes con ellos. Santiago subraya en su discurso que Dios ha elegido también a los gentiles (15,14). Eso corresponde a la tradición profética: al final del tiempo, los gentiles participarán en la salvación, como dice también el profeta Isaías: «sucederá en días futuros... confluirán a él (al monte de Yahvé) todas las naciones, y acudirán pueblos numerosos; dirán: vengan, subamos al monte de Yahvé... para que él nos enseñe sus caminos y nosotros sigamos sus senderos. Pues de Sión saldrá la Ley de Jerusalén, la palabra de Yahvé...» (Is 2,2-4; véase también: Is 12,4-6; 25,6-9; 49,6; 51,4-7; Jer 31,10; Miq 4,1-5; Zac 9,10; Sal 86,9; 96,10-13). e. La solución Santiago propone las condiciones para las comidas comunes de judíos y paganos: cuando los gentiles se abstengan de lo sacrificado a los ídolos, de la sangre, de los animales estrangulados y de la fornicación (15,20). Estas reglas corresponden a las instrucciones de los rabinos. Santiago recomienda lo mismo que practicaban ya los judíos de la diáspora. A continuación, Santiago añade el motivo de su postura: «porque desde tiempos antiguos Moisés tiene en cada ciudad sus predicadores cuando se lee cada sábado en las sinagogas» (Hch 15,21). Evidencia la validez permanente de los mandamientos de Dios: es lo mismo que enseñó Jesús, y que aprobamos hoy practicando los Diez Mandamientos, más aquellos del amor a Dios y al prójimo. Naturalmente los gentiles deben cumplir estos mandamientos fundamentales, pues pueden oírlos sábado a sábado en cada ciudad. Di-

08.245 - 25. Cap. 19

29/10/08 10:17

Página 355

LA DECISIÓN OFICIAL DE ABRAZAR A LOS GENTILES: HCH 15,1-35

355

ciendo eso, Santiago supone que los creyentes procedentes de los gentiles asisten cada sábado a la sinagoga; ellos guardan el sábado conforme a los mandamientos de Dios. Aquí no se ha dado separación alguna con la fe judía, y Santiago tampoco la proyecta. Los apóstoles, ancianos y toda la comunidad aprueban la propuesta de Santiago. Deciden comunicar esta decisión por medio de Judas y Silas a los de Antioquía (15,22). Por eso redactan una carta destinada también a las comunidades de Siria y Cilicia (15,23), comarcas donde Bernabé y Pablo anunciaron el Evangelio, y donde se localizan Antioquía de Pisidia, Iconio, Listra, Derbe y Perge. Es decir: la carta tiene importancia general, pues se dirige a todos los hermanos venidos de la gentilidad. Las decisiones de los apóstoles, ancianos y de toda la comunidad de Jerusalén presentan reivindicación de validez definitiva. La carta rechaza inequívocamente la postura de la gente de Judea que había actuado de propia iniciativa (15,24). Ahora, todos los reunidos en Jerusalén han adoptado unánimes una decisión (15,25) que comunican a las naciones por medio de hombres elegidos (15,25-27). Esta unanimidad es la fuerza de la comunidad y los lectores la recuerdan en las reuniones de la primera comunidad (1,14; 2,46; 4,24; 5,12); es también obra del Espíritu Santo. La carta de la asamblea de Jerusalén realza que el Espíritu Santo participó y cooperó en la decisión (15,28). Es decir, la decisión corresponde a la intención y voluntad de Dios. Los gentiles hacen bien en abstenerse de lo sacrificado a los ídolos, de la sangre, de los animales estrangulados y de la fornicación. Visto de cerca, notamos que no se trata de prohibiciones, sino más bien de recomendaciones. En el contexto de las recomendaciones similares de los rabíes, es obvio que se trata sólo de reglas respecto a la comida común entre judíos y gentiles, es decir: estas regulaciones quieren posibilitar la comunión entre judíos y gentiles en las comidas, los banquetes, las eucaristías y los ágapes. Las cuatro recomendaciones no son de ningún modo los mandatos únicos que debían guardar los gentiles, pues tienen que observar las prescripciones fundamentales que enseñó Jesús. f. Dios realiza su plan con los gentiles Llegados a Antioquía, los enviados convocan la comunidad y entregan la carta que produce alegría entre los reunidos (15,31). La

08.245 - 25. Cap. 19

29/10/08 10:17

356

Página 356

HECHOS DE LOS APÓSTOLES

alegría es la señal lucana que indica el tiempo salvífico y la realización del plan de Dios. Ya antes, Bernabé y Pablo produjeron gran alegría en las comunidades de Fenicia y Samaría, contándoles la conversión de los gentiles (15,3). A partir de esta alegría, los lectores interpretan las decisiones respecto a las comidas en común como parte del plan salvífico de Dios. Otra palabra clave es la paz (15,33). La paz señala –igual que la alegría– el tiempo salvífico. La combinación de alegría y paz recuerda a los lectores el nacimiento de Jesús (Lc 2,10-14) y la entrada de Jesús en Jerusalén (Lc 19,37-38). Los lectores entienden que Dios empieza a realizar su plan con los gentiles, pues los integra en su comunidad salvífica. Judas y Silas –profetas como Pablo y Bernabé (Hch 13,1)– confortan y alientan la comunidad de Antioquía (15,32); Pablo, Bernabé y muchos otros más enseñan y anuncian allí (15,36). Lucas realza la eficacia positiva de la palabra anunciada: la enseñanza, predicación y estímulo edifican la comunidad. La comunidad vive de y crece por el anuncio y enseñanza de muchas –no de una o dos– personas, pues el intercambio mutuo de experiencias de fe, de opiniones y credos fortalece la fe y la mantiene llena de vida. b) Enlaces pragmáticos a. La Torá nos comunica la voluntad de Dios Con frecuencia, tenemos un concepto negativo sobre la ley, pues la asociamos con prohibiciones, restricciones y limitaciones; además, cuando constatamos que Pablo contrasta la Ley judía –la Torá– con el Evangelio y la gracia, se nos olvida que la Torá nos comunica la voluntad de Dios que quiere posibilitar la vida pacífica en común y proteger sobre todo a los débiles y pobres. Originalmente, la ley judía es la constitución de un Estado teocrático (redactada hacia el 450 a.C.). Por eso son comprensibles las explicaciones casuísticas y las reglamentaciones con todo detalle, por ejemplo, respecto a las ciudades de refugio, las fiestas, el culto y los sacerdotes. La Torá con sus muchas reglas nos parece compleja y complicada, pero tiene la intención de manifestar la fe y la relación con Dios: quien ama y venera a Dios, se porta atento y solícito con sus prójimos y del mismo modo trata a la naturaleza. En principio, los mandamientos no quieren ser una carga pesada, sino una ayuda para que

08.245 - 25. Cap. 19

29/10/08 10:17

Página 357

LA DECISIÓN OFICIAL DE ABRAZAR A LOS GENTILES: HCH 15,1-35

357

los hombres puedan cumplirlos fácilmente: «porque este mandamiento que yo te prescribo hoy no es superior a tus fuerzas, ni está fuera de tu alcance... sino que la palabra está bien cerca de ti, en tu boca y en tu corazón, para que la pongas en práctica» (Dt 30,11.14). También los Salmos alaban los mandamientos justos de Dios porque ayudan a los hombres a vivir una vida justa, buena y feliz (Sal 1,16; 19,8-15; 119,1-176). b. El fundamento es la misericordia Los numerosos mandamientos de la Torá sirven como reglas o modelos de conducta para adoptar y practicar un comportamiento justo y una actitud misericordiosa respecto al prójimo y a la naturaleza. La causa y el ejemplo para nuestra acción es siempre la acción misericordiosa y liberadora de Dios que hace posible una vida feliz. Por eso, los mandamientos recuerdan siempre la liberación de Egipto y el don de la Tierra de Promisión. Leemos por ejemplo en estos mandamientos que no debemos ni afligir ni explotar a los pobres y extranjeros (Ex 22,20-26; 23,6-9; Dt 23,16-17; 24,10-22); que debemos amar a nuestros prójimos y a los extranjeros como a nosotros mismos (Lv 19,18.34); que debemos amparar, ayudar y apoyar a nuestros prójimos, para que no empobrezcan (Lv 25,35-38; Dt 14,28-29; 15,7-11); y que debemos condonar las deudas (Dt 15,1-6; Lv 25,8-31). Respecto a la naturaleza leemos que debemos proteger los árboles (Dt 20,19-20; Lv 19,23-25), que debemos guardar un año completo de descanso para la tierra (Lv 25,2-7), que no debemos ni exterminar ni explotar a los animales, sino protegerlos (Dt 22,6-7; 25,5), y que tenemos que ayudar a los animales, incluso si son los del enemigo (Dt 22,1-4; Ex 23,4-5; Lc 13,15). Es frecuente la expresión «no te desentenderás de ello»: ni siquiera respecto a los animales podemos hacer como si no nos importan; debemos mirarlos y ayudarlos. c. Actualidad permanente Estos mandamientos que tienen más que 2,500 años son muy actuales para hoy. Más que nunca, se ha vuelto urgente proteger la naturaleza, y punzante la explotación de los pobres y la opresión de los

08.245 - 25. Cap. 19

358

29/10/08 10:17

Página 358

HECHOS DE LOS APÓSTOLES

débiles. Los mandamientos de Dios nos invitan al cuidado y apoyo, a la ayuda y a la remisión de deudas. Sí, nos animan a condonar generosamente las deudas, e incluso a aceptar pequeñas desventajas, si con eso mejora la situación de otras personas. El resumen ético y el fundamento para la comunión y la vida de fe son los Diez Mandamientos, condensados en el amor a Dios y al prójimo (Lc 10,26-28). Naturalmente los gentiles adoptaron y se encargaron con estos mandamientos para su vida de fe, y estos mismos mandamientos valen también para nosotros hoy. Muchos Estados adoptaron los mandamientos para sus constituciones. También en otras religiones –por ejemplo en el islam y en el budismo– encontramos mandamientos semejantes.

PARA PROFUNDIZAR Y COMPARTIR Lucas demuestra otra vez cómo resolver un conflicto. Busca el modo de proceder y compáralo con el procedimiento en Hch 6,1-7. ¿Podría ser un modelo para resolver nuestros conflictos hoy? Lee 1 Cor 8,1-13: ¿Qué propone Pablo a la comunidad de los Corintios respecto al problema de lo sacrificado a los ídolos? ¿Cómo se ve en tu entorno, y por tu contacto con otros, que eres cristiana/o y que vives una vida de fe? ¿Cómo se nota que tu comunidad es una comunidad cristiana?

08.245 - 26. Cap. 20

29/10/08 10:17

Página 359

CAPÍTULO XX

LA SEGUNDA MISIÓN DE PABLO. A EUROPA: HCH 15,36-18,23A

El segundo viaje de Pablo y Bernabé es crucial por la decisión de proclamar el Evangelio en otro continente: Europa. Con esto, Lucas va preparando el final de su libro, cuando el Evangelio llegue al corazón del mundo antiguo. 1. LA PARTIDA AL SEGUNDO VIAJE: HCH 15,36-16,5 Pablo y Bernabé quieren ver cómo les va a los hermanos en las ciudades en que anunciaron el Evangelio. Por cierto desacuerdo respecto a Juan Marcos, deciden hacer dos grupos: Bernabé y Juan Marcos van a Chipre, Pablo y Silas a Siria y Cilicia. A partir de ahora, Lucas sigue únicamente a Pablo. En Derbe, Pablo encuentra a Timoteo y lo toma como compañero. Pablo circuncida a Timoteo, porque éste es –según la Torá– judío, hijo de una mujer judía. De haber colaborado Pablo con un judío incircunciso, habría indignado a los judíos, pues podría ser interpretado en el sentido de no respetar la Torá. Lucas remite otra vez a la asamblea de Jerusalén: Pablo y Silas entregan las decisiones a las comunidades. Este relato termina con la información positiva de que las comunidades se afianzan en la fe y crecen. 2. EL EVANGELIO LLEGA A EUROPA: HCH 16,6-40 ESTUDIO DEL TEXTO 1. Trata de estructurar el texto. 2. ¿Hay pasajes del texto que te parecen extraños? 3. Lee otra vez Hch 12,3-39 (el encarcelamiento y la liberación de Pedro) para encontrar semejanzas con nuestra narración.

08.245 - 26. Cap. 20

29/10/08 10:17

360

Página 360

HECHOS DE LOS APÓSTOLES

a) Enlaces narrativos a. Estructura El episodio se compone de varias escenas independientes, situadas en Filipos: la búsqueda por el camino y la llegada a Filipos (16,6-12); la conversión de Lidia (16,13-15); la curación de una esclava, castigo y arresto de Pablo y Silas (16,16-24); la milagrosa liberación de los testigos (16,25-34); y la puesta en libertad de Pablo y Silas (16,35-40). b. El Espíritu Santo guía En la primer escena (16,6-12) leemos que el Espíritu Santo impide dos veces la misión en algunas comarcas. Pablo y sus compañeros no regresan, sino que buscan otro camino y llegan hasta la costa, a Tróade. Su camino les habría llevado a lo largo de la costa hacia Éfeso. Pero una visión que Pablo interpreta como mandato de Dios les envía a Macedonia, en Grecia. Así, se dirigen a Filipos, una colonia romana. En esta escena notamos que a partir de Hch 16,10 aparece inesperadamente la primera persona plural: hasta 16,17 el autor habla de «nosotros». Estas formas aparecen otra vez más tarde en Hch. Insinúan que el autor mismo participó, pero sabemos ya que Lucas no fue testigo ocular. RECURSO ESTILÍSTICO: «NOSOTROS» Encontramos las mismas formas de «nosotros» en Hch 16,10-17; 20,5-15; 21,1-18 y 27,1-28,16. Estas formas son un recurso estilístico y literario, por medio de las que el autor implica a los lectores y les posibilita presenciar directamente; en este caso: en el anuncio del Evangelio. Era muy común en la literatura antigua que el autor se presentara como hombre competente y cultivado, conocedor de los lugares que relata, para que su obra gozara de buena reputación.

c. Dios mismo actúa La parte siguiente está introducida por la fecha –el día de sábado– y narra la conversión de Lidia, una vendedora de púrpura (16,13-15).

08.245 - 26. Cap. 20

29/10/08 10:17

Página 361

LA SEGUNDA MISIÓN DE PABLO A EUROPA: HCH 15,36-18,23A

361

EL ESQUEMA DE LAS MISIONES DE PABLO En general, las misiones de Pablo se desarrollan según el mismo esquema de su primer viaje de misión en 13,5-14,21. 1) Pablo llega a una ciudad grande, 2) los sábados entra en la sinagoga, y 3) se dirige a los judíos para anunciarles el Evangelio; 4) después –y por el rechazo de los judíos– se dirige a los gentiles y les anuncia el Evangelio.

Dos veces se menciona un lugar de oración en vez de sinagoga (16,13.16). Algunos exegetas relacionan este lugar con un culto pagano, sobre todo porque se reunían sólo mujeres: el hecho de que se reúnan mujeres para orar juntas y para celebrar el culto –probablemente bajo la dirección de mujeres– prueba el culto pagano. En contra de esta opinión van las observaciones siguientes: 1) Lidia es presentada como temerosa de Dios (16,14), no como pagana; 2) las mujeres se reúnen en sábado, día festivo de los judíos, lo que no harían de no ser seguidoras de la fe judía, pues como paganas podrían elegir cualquier otro día; 3) la orilla del río indica una sinagoga, pues los judíos necesitaban agua corriente para los ritos de purificación, y por eso solían edificar las sinagogas cerca de los ríos. Dios mismo actúa, abriéndole el corazón (16,14) para que se adhiera a la palabra. Lidia será bautizada y toda su casa, es decir: su familia, los parientes de su casa, sus criados y criadas, sus siervos y siervas. Lidia hospeda a los testigos en su casa. Además pone su casa a disposición de la comunidad, donde se reúne la primera iglesia doméstica de Filipos (16,40). d. Encarcelamiento y liberación milagrosa Luego viene el episodio de la curación de una esclava poseída por un espíritu adivino, del castigo y arresto de Pablo y Silas (16,1624). Los amos de la muchacha no están contentos con la curación de su esclava, pues ven que se les esfumó su esperanza de ganancia

08.245 - 26. Cap. 20

362

29/10/08 10:17

Página 362

HECHOS DE LOS APÓSTOLES

(16,19). Identifican a Pablo y Silas como judíos, y les acusan de alborotar la cuidad, predicando costumbres que los romanos no pueden ni aceptar ni practicar (16,20-21). Pablo y Silas son castigados y encarcelados. Sigue la narración de la milagrosa liberación de los testigos (16,25-34). El bautismo del carcelero le interesa a Lucas como paralelo al bautismo de Lidia. Ya hemos notado que a nuestro autor le gusta narrar por duplicado y, a ser posible, coloca a un hombre y a una mujer como figuras de acontecimientos importantes. Además, esta narración corresponde al esquema misionero de que, después de los judíos y los temerosos de Dios, se convierten los gentiles. Aparte de eso, este episodio es análogo a la milagrosa liberación de Pedro (12,3-17), lo que tiene la función de asemejar a Pedro y Pablo: ambos son protegidos con todo cuidado; en la noche interviene Dios por medio de un ángel (Pedro) o por un terremoto (Pablo y Silas) que es el símbolo de la proximidad de Dios; a los prisioneros se les caen las cadenas y las puertas se les abren. e. El plan salvífico de Dios El carcelero pregunta qué tiene que hacer para salvarse, y se entera de que la fe en Jesús salva (16,30-31). Pablo y Silas le anuncian la palabra de Dios a él y a toda su casa. El carcelero les hospeda amablemente y se hace bautizar con toda su casa. La alegría del carcelero (16,34) y la paz con la que les despide señalan el plan salvífico de Dios. Los lectores entienden: el bautismo del carcelero pagano corresponde al plan salvífico de Dios. El último párrafo (16,35-40) narra la puesta en libertad de Pablo y Silas por los magistrados. Notamos la doble mención de la ciudadanía romana de Pablo y Silas. De esta manera Lucas anula el reproche de predicar costumbres que los romanos no pueden ni practicar ni cumplir (16,21): Pablo y Silas, ciudadanos romanos, viven estas costumbres, incluso ¡son testigos! Lucas señala otra vez a las autoridades romanas que los cristianos no son pendencieros, sino ciudadanos leales. Además, al mencionar la ciudadanía romana de Pablo, se prepara el viaje a Roma. Como Pedro, que al ser liberado de la cárcel fue directamente a la casa de María donde la comunidad estaba reunida en oración (12,12), Pablo y Silas se van a la casa de Lidia, donde se encuentra

08.245 - 26. Cap. 20

29/10/08 10:17

Página 363

LA SEGUNDA MISIÓN DE PABLO A EUROPA: HCH 15,36-18,23A

363

la comunidad (16,40), y se despiden. Los lectores entienden: la proclama del Evangelio en Europa ha tenido gran éxito: en Filipos han surgido ya dos iglesias domésticas. b) Enlaces pragmáticos a. Pablo, testigo modelo Ya notamos que Lucas equipara a Pablo con otros testigos: Pablo, que al principio no era un discípulo, es presentado como testigo modelo, pues por su medio llega el Evangelio a Roma. Los lectores no conocieron personalmente a Pablo, pero ven que es un magnífico testigo de la fe. A esto están invitados ellos.

PARALELOS ENTRE PABLO Y PEDRO Lo que Lucas cuenta de los demás testigos y especialmente de Pedro, lo contará también de Pablo: • Lucas nos comenta los discursos de los testigos: Pedro: 8, Esteban: 1, Pablo: 9 discursos. • Lucas denomina «apóstol» tanto a Pablo como a Bernabé (Hch 14,4.14) • Pedro y Pablo tienen visiones por medio de las que Dios o Jesús les habla (Pedro en Hch 10,9-20; Pablo en 9,3-6; 16,9-10; 18,910; 23,11). • Los apóstoles y testigos realizan signos y prodigios: en general (Hch 2,43; 5,12), Esteban en 6,8; Felipe en 8,13; Bernabé y Pablo en 14,3; 15,12; Pablo sólo en 19,11. • Pedro y Pablo curan a un paralítico (Pedro: 3,2-8; Pablo: 14,810). • Los testigos expulsan espíritus inmundos y curan a paralíticos y cojos (Felipe: 8,6-8; Pablo: 16,16-18). • Otras curaciones (la sombra de Pedro: 5,15; los pañuelos y mandiles de Pablo: 19,12; Pablo en Malta: 28,7-9). • Pedro y Pablo resucitan muertos (Pedro a Tabita: 9,36-42; Pablo a Eutico: 20,7-12). • Pedro y Pablo castigan con un milagro (Pedro a Ananías y Safira: 5,1-11; Pablo al mago Barjesús-Elimas: 13,6-12).

08.245 - 26. Cap. 20

364

29/10/08 10:17

Página 364

HECHOS DE LOS APÓSTOLES

• A causa de su anuncio, todos los apóstoles y muchos testigos fueron arrestados, encarcelados y liberados por un milagro por Dios (todos los apóstoles: 5,17-21; Pedro: 12,3-17; Pablo: 16,23-40). • Los apóstoles y testigos tienen que defenderse ante el Sanedrín (Pedro y Juan: 4,1-22; todos los apóstoles: 5,25-42; Esteban: 6,11-7,60; Pablo: 22,30-23,10; Pablo ante las autoridades romanas, ante Félix, Festo y el rey Agripa: 24,1-26,32). • Transmiten por la imposición de las manos el Espíritu Santo (Pedro y Juan en Samaría: 8,17; Pablo a los discípulos de Jesús: 19,6).

Los lectores pueden reconocer que, aunque Pablo se convirtió más tarde a Jesús, y aunque no conoció a Jesús, su testimonio es tan válido como el de los demás testigos. Igual vale para los lectores que no conocieron personalmente ni a Jesús, ni a los apóstoles y testigos. Lucas les presenta, con los ejemplos de Pablo y de los demás testigos, cómo pueden testimoniar su fe. Cuando los lectores experimentan discriminación, opresión o persecución a causa de su fe, pueden identificarse con los testigos y fortalecer su vida de fe. b. La eficacia de la evangelización Los numerosos signos y prodigios realizados por los testigos al inicio del libro subrayan la eficacia de la evangelización, pues concretan –igual que los milagros que realizó Jesús– el plan salvífico, salvador y sanador de Dios hacia los más desvalidos. En el transcurso de Hch, los signos y prodigios disminuyen. Lucas nos transmite muchos milagros de Pablo, pero ya no cosechan el mismo entusiasmo de la gente como los signos y prodigios de los comienzos. Los milagros de Pablo son malentendidos, por ejemplo en Listra, donde Pablo y Bernabé son considerados dioses (14,8-18). O como en la curación de la esclava que no es ni pedida, ni deseada, y que ni agradece la esclava; por el contrario, causa la irritación de sus amos (16,16-21). Incluso la resurrección de Eutico consuela a la comunidad, mientras que Pedro, al resucitar a Tabita, se había ganado a muchos para la fe (9,42). Con ese modo de proceder, los lectores van entendiendo que no es la capacidad de realizar signos o prodigios lo que caracteriza y define al testigo. Pablo, Bernabé, Silas, Priscila, Áquila y Apolo ya no convencen, consuelan y edifican la comunidad por milagros, sino en-

08.245 - 26. Cap. 20

29/10/08 10:17

Página 365

LA SEGUNDA MISIÓN DE PABLO A EUROPA: HCH 15,36-18,23A

365

señando y proclamando la Buena Nueva a partir de las Sagradas Escrituras: Bernabé y Pablo (11,26; 13,43.48-49), Judas y Silas (15,31-32), Pablo y Silas (16,4-5; 17,4.11-12.34), Apolo (18,24-28), Pablo (19,910; 20,1-2.7.11). Igual que estos testigos, los lectores tienen que testimoniar su fe por medio de su credo personal, proclamación, enseñanza y su compromiso en cooperar y colaborar en la comunidad. Los testigos deben contar con la posibilidad de ser acusados, arrestados y encarcelados injustificadamente por su fe. Como nos hemos enterado ya de Pedro y Juan, que testimoniaron su fe ante el Sanedrín, también Pablo y Silas aprovechan cada situación para anunciar la palabra de Dios y testimoniar su fe: cantan y oran los Salmos en la cárcel. Con eso señalan a los lectores que no hay situaciones desesperadas: siempre hay ocasión para testimoniar la fe en Dios. La narración completa nos señala cómo el Evangelio sigue divulgándose y propagándose pese a muchas resistencias (el Espíritu Santo), obstáculos (la cárcel) e intereses contrarios (los de los amos de la esclava contra el plan de Dios). Aunque los lectores sufran percances, pueden confiar en que Dios continúa realizando su plan salvífico. PARA COMPARTIR El plan de Dios no siempre se conforma a nuestras ideas. Un obstáculo en nuestro camino o un percance no significa que estemos equivocados. ¿Tienes experiencias semejantes de que fue importante seguir el camino en vez de dejarlo? Tenemos noticia otra vez de una mujer –Lidia– que abre su casa para las reuniones de la iglesia. Lucas no nos dice si es rica; pero es de suponer que, como vendedora de púrpura y dueña de una casa, sea acomodada. Así Lucas nos recuerda otra vez la importancia de la comunidad de bienes de la primera comunidad: el Evangelio anima a cada uno a hacer lo que puede según sus posibilidades para edificar la comunidad. ¿Qué posibilidades tienen las mujeres en tu comunidad? ¿Qué posibilidad tienes tú? Encontramos también a la muchacha poseída de un espíritu adivino: sus amos no la consideran mujer, ni siquiera un ser humano, sino mera fuente de ingresos. Hoy también hay muchas mujeres y muchachas explotadas y abusadas: son mano de obra barata y mal pagada, obligadas a la prostitución para financiar a sus amos... ¿Qué podemos hacer para que estas muchachas y mujeres recuperen su rostro, su cuerpo, su identidad?

08.245 - 26. Cap. 20

366

29/10/08 10:17

Página 366

HECHOS DE LOS APÓSTOLES

3. EN TESALÓNICA Y BEREA: HCH 17,1-15 Desde Filipos, Pablo, Silas y Timoteo se dirigen a Tesalónica. Tesalónica es una ciudad portuaria, rica por el comercio. Allí hay muchos judíos. Pablo sigue el conocido esquema misionero: se dirige a la sinagoga e interpreta las Sagradas Escrituras. Lucas señala otra vez la importancia de las Sagradas Escrituras que dan a conocer el plan salvífico de Dios (17,2-3). Este plan incluye el sufrimiento del Mesías y su resurrección, como manifestó Jesús. Los testigos se ganan para la fe a algunos judíos y a muchos temerosos de Dios, entre ellos muchas mujeres principales (17,4). Los lectores recuerdan a Lidia y pueden deducir que igualmente las mujeres de Tesalónica abren su casa para la comunidad. Pero el Evangelio provoca otra vez la resistencia de los judíos incrédulos; éstos causan alboroto, así que los predicadores tienen que huir (17,5-9). Pablo y sus compañeros se dirigen a Berea, donde hablan en primer lugar a los judíos en la sinagoga. Lucas reitera la importancia de las Sagradas Escrituras, pues la gente de Berea examina las Escrituras para ver si las cosas eran como se las predican (17,11). La comunidad de Berea será importante, pues en 20,4 leeremos que Sópatros, uno de sus miembros, acompañará a Pablo a Jerusalén. También en Berea se ganan a muchas personas para la fe, entre ellas muchas mujeres adineradas (17,12). Los lectores pueden aplicar el ejemplo de Lidia también a las mujeres de Berea. Pero llega gente de Tesalónica a Berea para amotinar a los habitantes, así que los testigos tienen que huir otra vez. Los lectores entienden que ni los alborotos ni las huidas hacen callar a los testigos, sino que favorecen la propagación del Evangelio en otras comarcas. Pablo se va solo a Atenas, Silas y Timoteo se quedan en Berea, pero se le reunirán más tarde en Atenas (17,13-15).

4. EN ATENAS: HCH 17,16-34 Atenas era considerado centro de formación intelectual. Al llegar a Atenas, Pablo se dirige en primer lugar a los judíos en la sinagoga (17,17), pero discute también con la gente en la plaza. Así entra en contacto con filósofos epicúreos y estoicos, las escuelas más populares en aquel tiempo. Pablo es invitado a presentar su ense-

08.245 - 26. Cap. 20

29/10/08 10:17

Página 367

LA SEGUNDA MISIÓN DE PABLO A EUROPA: HCH 15,36-18,23A

367

ñanza en el Areópago, una plaza al oeste de la acrópolis, o ante el Areópago que sería el consejo de los Areopagitas, el tribunal aristocrático de justicia que sesionaba en la plaza (17,19.22-31). Lucas redacta un discurso ejemplar ante los gentiles para ganárselos para la fe. Igualando la fe con la formación filosófica, realza que la fe no es pura sensiblería religiosa, sino que responde a las cuestiones por el ser, por su causa, su objetivo y su sentido, por la verdad y la comprensión. Pablo continúa la parte filosófica de su discurso con el credo cristiano: el plan salvífico de Dios, la invitación al arrepentimiento y la salvación por el juez Jesús se dirige también a los gentiles. La predicación de Pablo tiene relativo éxito, pues algunos creen, entre ellos el Areopagita Dionisio y una mujer llamada Damaris. Los lectores pueden deducir que en las casas de Dionisio y de Damaris se reunirán las iglesias domésticas. 5. EN CORINTO, Y VUELTA A ANTIOQUÍA: HCH 18,1-23A Pablo prosigue su camino y llega a Corinto, donde encuentra al matrimonio de Áquila y Priscila, a quienes se les une (18,1-3). También en Corinto se dirige primero a los judíos en la sinagoga (18,45). Cuando le rechazan, anuncia el Evangelio a los gentiles (18,6). Pero Pablo se ha ganado al jefe de la sinagoga Crispo, al temeroso de Dios Ticio Justo y a otros más para la fe (18,7-8). Una visión de Jesús le alienta a continuar proclamando el Evangelio (18,9-10), y Pablo se queda año y medio en Corinto. Algunos judíos acusan a Pablo ante el nuevo procónsul Galión, pero éste desecha los cargos, pues no se trata de algún crimen o delito, sino de asuntos religiosos (18,14-15). Lucas apunta así que la fe en Jesús no es peligrosa: ni es alarmante, ni rebelde, ni perturba la paz. Denegando el pleito, Galión tolera oficialmente la fe en Jesús, la que entiende –conforme a su actualidad– como grupúsculo de la fe judía. Pablo, acompañado de Priscila y Áquila, parte para Éfeso, y se dirige con su Buena Nueva a los judíos en la sinagoga (18,18-20). En tanto que Priscila y Áquila se quedan en Éfeso, Pablo vuelve a Cesarea y Jerusalén a saludar a las comunidades. Después regresa a Antioquía, donde se queda algún tiempo (19,22-23a), antes de partir a su tercer viaje misionero.

08.245 - 26. Cap. 20

29/10/08 10:17

Página 368

08.245 - 27. Cap. 21

29/10/08 10:18

Página 369

CAPÍTULO XXI

EL TERCER VIAJE MISIONERO: HCH 18,23B-21,16

En su tercer viaje misionero, Pablo va a fortalecer a los discípulos de las comunidades surgidas por su predicación: Antioquía de Pisidia, Iconio, Derbe, Listra... Los párrafos siguientes explican la necesidad de visitar esas comunidades. Lucas intercala encuentros con otras personas que indican la variedad de testimonios de fe.

1. APOLO, PRISCILA Y ÁQUILA: HCH 18,24-28 Este episodio se desarrolla en ausencia de Pablo. Pablo llegó con Priscila y Áquila a Éfeso, anunció en la sinagoga y regresó a Antioquía. Priscila y Áquila están todavía en Éfeso. En este tiempo llega a la ciudad un judío de Alejandría llamado Apolo, y enseña (18,2426a). Alejandría, en Egipto, tenía la biblioteca más grande y era un centro intelectual de primer nivel, el mayor y más completo del mundo antiguo occidental. Muchos judíos vivían en Alejandría. En Alejandría se desarrollaba un método propio de interpretación de la Escritura: influido por la filosofía helenística se buscaba el sentido alegórico y simbólico de los textos sagrados. A diferencia de Antioquía, donde se prefería la interpretación literal del texto. Apolo –hombre elocuente que domina las Escrituras e instruido en el Camino del Señor– habla con fervor de espíritu y enseña con todo esmero lo referente a Jesús. Pero conoce sólo el bautismo de Juan, el bautismo como señal de arrepentimiento. Todavía no sabe nada del bautismo en el nombre de Jesús, del bautismo por el Espíritu Santo y del acontecimiento de Pentecostés. Sin embargo, Apolo puede enseñar con todo esmero el Camino, es decir: la enseñanza de Jesús. Es muy improbable que Apolo fuera instruido insuficiente-

08.245 - 27. Cap. 21

370

29/10/08 10:18

Página 370

HECHOS DE LOS APÓSTOLES

mente por otros creyentes en la catequesis. El argumento de que se trata de una artimaña de Lucas para presentar a Apolo como de menor rango que Pablo, no convence tampoco, pues antes lo describió como hombre ilustre y elocuente, y además es poco probable que la instrucción cristiana en Alejandría fuera deficitaria. Si Apolo nada sabe del bautismo en el nombre de Jesús significa que él no ha sido instruido en la catequesis, y, consecuentemente, que no ha sido bautizado. Dado que Apolo enseña sólo la enseñanza que Jesús enseñaba, quizá no enseña la muerte y la resurrección de Jesús. Esto debieron suplir Priscila y Áquila al instruirlo; ahora, Apolo conoce mejor el Camino de Dios, es decir: el plan salvífico de Dios en y por Jesús, su muerte y resurrección, y a partir de este momento puede anunciar a Jesús como Mesías (18,26b.28). Apolo habrá sido un judío versado en la interpretación de la Sagrada Escritura acorde con la enseñanza de Jesús: el amor de Dios a los perdidos y pecadores, la ética del sermón de la llanura, la oración de Jesús, el amor a los enemigos... pues en general los discípulos de un rabí prolongaban su interpretación y enseñanza. En Apolo obran el Espíritu Santo y la gracia de Dios (18,25.27), incluso sin haber sido bautizado en el nombre de Jesús. Lucas señala así que el plan de Dios no se desarrolla por un canal único. Puesto que los cristianos no se han separado de los judíos, la variedad y diversidad de la fe indica también que hay diversas escuelas y tendencias dentro de la misma fe judía. Apolo es un predicador y maestro independiente y como tal es respetado por Pablo (1 Cor 3,4-6). Pablo anuncia en las sinagogas (18,4.19), mientras que Apolo enseña en las sinagogas (18,26a) y en público (18,28), primero en Éfeso y luego en Corinto (19,1). También Priscila y Áquila trabajan de modo distinto a Pablo: no enseñan en la sinagoga como él, sino en su casa. Tenían una comunidad en su casa, primero en Corinto (18,1-3), después en Éfeso, donde instruyeron a Apolo (18,26), y cuando vuelvan a Roma, fundarán una iglesia doméstica allí (Rom 16,3). Pablo les quiere mucho (Rom 16,3; 1 Cor 16,19). El hecho de que la mujer sea mencionada en primer lugar, antes que su marido, indica su compromiso y su importancia para las comunidades cristianas. Los lectores entienden que ha habido muchas y variadas maneras de anunciar, enseñar y testimoniar la fe. El misionero ambulante Pablo no es el único modelo como testigo. Priscila, Áquila y Apolo son predicadores, maestros y testigos independientes al lado

08.245 - 27. Cap. 21

29/10/08 10:18

Página 371

EL TERCER VIAJE MISIONERO: HCH 18,23B-21,16

371

de Pablo. Ellos demuestran la variedad de los testimonios de fe. A los lectores se les insinúa buscar la manera propia y adecuada de testimoniar la misma fe. 2. LOS DISCÍPULOS EN ÉFESO: HCH 19,1-7 Este breve episodio está unido con el de Apolo por las palabras del bautismo de Juan y del Espíritu Santo. Los lectores notan que Apolo no fue un caso especial: había otros hombres que no recibieron el bautismo en el nombre de Jesús, sino el bautismo del arrepentimiento que el Bautista promovía, y nada sabían del Espíritu Santo (19,2-3). Lucas nos comunica que en total eran unos doce, cifra simbólica que refiere a un grupo «completo» de personas. Lucas les llama explícitamente discípulos (19,1), pues siguen el camino y la enseñanza de Jesús igual que Apolo. También sobre estos hombres desciende el Espíritu Santo, hablan en lenguas y profetizan (19,6). Esta narración es otro ejemplo de la variedad de la fe y los caminos diferentes del plan de Dios. Además, este párrafo equipara a Pablo y Pedro, pues Pedro transmitió también el Espíritu Santo a los discípulos en Samaría (8,16-17), y estaba presente cuando Cornelio y la gente de su casa recibieron el Espíritu Santo y profetizaron (10,46). 3. MISIÓN Y RESISTENCIA EN ÉFESO: HCH 19,8-20,1A Pablo se queda algunos meses en Éfeso. Su estancia sigue el esquema conocido: al no tener éxito en la sinagoga, Pablo se dirige a los gentiles (19,9). Lucas resume que todos los habitantes de Asia, tanto judíos como griegos, pudieron oír la palabra (19,10). La referencia a la fuerza milagrosa de Pablo sirve a Lucas para equipararlo a Pedro (19,11-12 paralela a 5,15). Pablo no es un mago o hechicero, sino un dotado con Espíritu Santo, por eso Lucas narra el exorcismo fracasado de los siete hijos de Esceva (19,13-16). El nombre Jesús no es ni una conjura ni una fórmula mágica que obra por sí misma, sino que Dios y Jesús mismos obran por las manos y voluntad de sus testigos. En consecuencia, el nombre del Señor Jesús fue glorificado (19,17), y los que habían practicado la magia se convierten y queman sus libros (19,18-19). Lucas resume que la palabra de Dios triunfa sobre la magia; por eso la palabra crece y se difunde poderosamente (19,20).

08.245 - 27. Cap. 21

372

29/10/08 10:18

Página 372

HECHOS DE LOS APÓSTOLES

El autor intercala la información de que Pablo quiere ir a Roma (19,21-22), pero añade que se queda algún tiempo en Asia, pues surgen dificultades en Éfeso: la revuelta de los orfebres (19,2320,1a). El Evangelio provoca también protestas entre los griegos politeístas, es decir: entre los gentiles que veneran a muchos dioses. Algunos orfebres notan que el monoteísmo amenaza su bienestar (19,25). Los lectores se acuerdan de los amos de la esclava en Filipos: ellos pensaban únicamente en su propio provecho y sus riquezas, y no les importaba ni el destino de su esclava, y mucho menos el Evangelio (16,16-24). Aquí ocurre algo semejante: Gayo y Aristarco, compañeros de Pablo, son arrastrados a la asamblea popular (19,29). El magistrado logra calmar el tumulto alborotado con una argumentación razonable, y declara la inocencia de Gayo y Aristarco (19,27). Los lectores recuerdan el comportamiento diplomático de Galión (18,12-17). Otra vez Lucas da a entender a las autoridades romanas que los testigos de Jesús no son agitadores ni causa de alborotos en el pueblo. Pablo, que no asistió a la asamblea popular por consejo de los discípulos y de unas autoridades (19,30-31), anima a los discípulos, se despide, sale de Éfeso y se marcha a Macedonia (20,1a). 4. PABLO REGRESA A JERUSALÉN: HCH 20,1B-21,16 Pablo vuelve a Jerusalén. En su camino visita los lugares donde operó, para alentar a los discípulos (20,2) y para despedirse de ellos: primero en Tróade (20,7-13), después en Mileto (20,17-21,1), luego en Tiro (21,3-7), y finalmente en Tolemaida y Cesarea (21,7.8-14). La despedida en Tróade (20,7-13) nos deja ver detalles interesantes sobre la celebración del culto cristiano: la comunidad se reúne el primer día de la semana para la fracción del pan (20,7) en el piso superior (20,8), y es tarde, pues había muchas lámparas. Pablo conversa mucho tiempo con los discípulos, hasta el amanecer (20,11). Durante el discurso de Pablo, un muchacho se duerme, se cae por la ventana y muere. Pablo le resucita igual que Pedro resucitó a Tabita (9,36-42). Inmediatamente después parte con la comunidad el pan y sigue conversando con ellos (20,9-11): la muerte y la resurrección del muchacho quedan enmarcadas por la fracción del pan. Los lectores recuerdan la última cena de Jesús, la fracción del pan con los discípulos de Emaús (Lc 24,13-35) y la comida con sus discípulos an-

08.245 - 27. Cap. 21

29/10/08 10:18

Página 373

EL TERCER VIAJE MISIONERO: HCH 18,23B-21,16

373

tes de su ascensión (Hch 1,4). En la eucaristía –la fracción del pan– los creyentes recuerdan que la muerte no obstaculiza el plan salvífico de Dios. La comunidad de Tróade lo experimenta en el ejemplo concreto de Eutico. Pablo se va con sus compañeros a Mileto (20,13-16), donde pronuncia un largo discurso de despedida ante los ancianos de Éfeso (20,17-38). Anuncia también su viaje a Roma, y alude a las inminentes prisiones, tribulaciones y a su muerte (20,23.25.38). Este discurso es el único que dirige a los jefes de las comunidades. Por eso es el único discurso que menciona herejes y herejías, así como los deberes de los ancianos y jefes de las comunidades: los herejes no vienen de fuera, los hay dentro de la comunidad, entre los mismos líderes (20,29-30). Los ancianos tienen que cumplir el cargo confiado por el Espíritu Santo: como buenos pastores, deben cuidar, pastorear y vigilar la grey (20,28), protegiendo y fortaleciendo la unidad de la comunidad. A los ancianos, Pablo les presenta su manera de proclamación (21,33-35): no predicaba –como muchos predicadores ambulantes en la Antigüedad– por dinero, diciendo lo que quería escuchar la gente, sino que trabajaba con sus manos para su sustento. Es decir: anunciaba el Evangelio por sí mismo, y ejercía el difícil ministerio crítico-profético con sus censuras, críticas, llamadas a arrepentirse, etc. Lucas insinúa a los lectores que el trabajo (profesión) y la predicación no se excluyen, al contrario, se necesitan para mantener la coherencia gratuita del Evangelio. Los lectores son invitados a reflexionar sobre sus posibilidades de testimoniar su fe en su profesión, en su lugar de trabajo. Pablo y sus compañeros también visitan y se despiden de la comunidad de Tiro (21,1-7), y pasan a saludar a la comunidad de Tolemaida (21,7) antes de irse a Cesarea (21,8-16). En Cesarea, les hospeda Felipe, aquel del círculo de los Siete. En este tiempo viene otra vez el profeta Ágabo, y anuncia el destino de Pablo: en Jerusalén será entregado en manos de los gentiles (21,10-11). Sus compañeros y la gente de la comunidad intentan impedir que Pablo se marche a Jerusalén, pero Pablo está dispuesto a testimoniar su fe en Jesús con su vida y su muerte (21,13). Por eso, sus compañeros y la comunidad le dan la razón y confirman su consentimiento con las palabras que dijo Jesús ante su destino: hágase la voluntad del Señor (21,14 paralela Lc 22,42). Después, Pablo y sus compañeros suben a Jerusalén (21,15-16).

08.245 - 27. Cap. 21

29/10/08 10:18

Página 374

08.245 -28. Cap. 22

29/10/08 12:13

Página 375

CAPÍTULO XXII

EL EVANGELIO SE DIVULGA DE JERUSALÉN A ROMA: HCH 21,17-28,31

En la última parte de Hch, Lucas narra cómo el Evangelio, gracias a Pablo, llega desde Jerusalén a Roma. Esta parte contiene tres secciones: la primera relata la detención de Pablo en Jerusalén y su defensa ante el Sanedrín (21,17-23,35). La segunda cuenta que Pablo fue trasladado a Cesarea, donde tiene que defenderse ante los procuradores romanos Félix y Festo, y ante los reyes Agripa y Berenice (24,1-26,32). La tercera sección narra finalmente el viaje aventurado de Pablo a Roma, y de su obra allí (27,1-28,31). El camino de Pablo recuerda y simboliza el itinerario del Evangelio: desde Jerusalén –de los judíos y del Sanedrín– a Cesarea –a los gentiles romanos, como Cornelio–, y finalmente a Roma, la metrópoli y centro del mundo de entonces. Con frecuencia, Lucas nos narra que en todas partes Pablo y sus compañeros son esperados y recibidos por los creyentes en Jesús. Es decir: no vienen a comarcas desconocidas, sino a creyentes en Jesús, a hermanos. Así Lucas indica la divulgación del Evangelio por todo el mundo. I. PABLO DA TESTIMONIO DE JESÚS EN JERUSALÉN: HCH 21,17-23,35 1. PABLO LLEGA A LA COMUNIDAD DE JERUSALÉN: HCH 21,17-26 En Jerusalén, Pablo y sus compañeros son recibidos con alegría por los demás creyentes (21,17-18). Ahora, la comunidad de Jerusalén no está dirigida por los apóstoles, sino por Santiago y los an-

08.245 -28. Cap. 22

376

29/10/08 12:13

Página 376

HECHOS DE LOS APÓSTOLES

cianos. Al relatarles Pablo todo lo que Dios ha hecho entre los gentiles, alaban a Dios (21,19-20a). Otro tanto ocurrió cuando Pedro (11,18) y Pablo (15,3-4) contaron sobre la obra de Dios entre los gentiles y provocaron la alegría de los creyentes. A su vez, los creyentes en Jerusalén cuentan sus éxitos entre los propios judíos: miles y miles, miríadas abrazaron la fe, y todos son fervientes cumplidores de la Torá. Así pasan al tema de la observancia de la Torá por Pablo (21,20b-21). Para evitar malentendidos de apostasía, herejía, desunión y sectarismo, Pablo tiene que demostrar que él es buen judío y cumple la Torá. Con eso probará –para Lucas y los lectores– la identidad de la fe de los creyentes, tanto judíos como gentiles. Pablo debe costear un voto de cuatro hombres (21,23-24), posiblemente el voto del Nazireato según Nm 6. Hacer un voto o cargar con los gastos de un voto era una obra buena. Así, Lucas realza que todos los creyentes en Jesús cumplen la Torá. Con el mismo objetivo recuerda por tercera vez las decisiones de la asamblea de Jerusalén (21,25): también los gentiles cumplen la Torá. Cumplir la Torá no significa estar restringido; al contrario, quien asume la Torá –como los hombres que hicieron un voto, como Pablo que paga sus gastos, y como los gentiles que cumplen las prescripciones dietéticas– testimonia su amor y su fidelidad a Dios, su fe y su religiosidad. Pablo sigue el consejo de Santiago, y se va con los hombres al templo para cumplir los mandamientos (21,26). Lucas muestra a sus lectores muchas posibilidades variadas de testimoniar su fe y maneras diversas de vivirla.

PARA COMPARTIR ¿Qué significa para ti la Torá? ¿Cómo manifiestas tu relación con Dios? ¿Qué posibilidades tenemos hoy de testimoniar nuestro amor y nuestra fidelidad a Dios por medio de nuestras acciones?

2. PABLO ES ARRESTADO: HCH 21,27-40 Pablo es acusado por judíos asiáticos –no judíos de Jerusalén– de incriminaciones falsas (21,27-30). Estas incriminaciones tienen

08.245 -28. Cap. 22

29/10/08 12:13

Página 377

EL EVANGELIO SE DIVULGA DE JERUSALÉN A ROMA: HCH 21,17-28,31

377

una función doble: equiparan a Pablo –como antes a Esteban– con Jesús y sirven como motivo para el discurso siguiente de Pablo a los judíos de Jerusalén. Las acusaciones falsas en el templo alborotan a la concurrencia, por eso el comandante de la guarnición detiene a Pablo (21,31-35). El pueblo grita contra Pablo las mismas palabras que gritó contra Jesús (21,36 paralelo a Lc 23,18). La «pasión» de Pablo empieza igual que la de Jesús. La acción del comandante romano es correcta y ejemplar. Lucas aclara tanto a sus lectores como a las autoridades romanas que los creyentes en Jesús no son los causantes de disturbios, sino las víctimas de incriminaciones falsas. Lucas presenta a Pablo como ciudadano educado y respetable de Tarso, una apreciada ciudad del Imperio romano (21,37-40). Los órganos estatales y las autoridades del Imperio romano actúan correctamente –igual que el comandante–, si defienden y protegen a las personas incriminadas injustamente.

3. DISCURSO DE PABLO A LOS JUDÍOS DE JERUSALÉN: HCH 22,1-29 En su discurso ante los judíos, Pablo confiesa su fidelidad a la Torá, y al mismo tiempo manifiesta que el nuevo Camino –la fe en Jesús como Mesías– está arraigado en la fe judía, y no es ni una secta ni una herejía. Pablo les habla en hebreo, y se dirige a los judíos como «hermanos y padres» (21,40; 22,1-2); aclara así su vínculo con ellos. Pablo comienza presentándose como judío, fiel y ferviente de la Torá, educado y formado en Jerusalén por uno de los maestros más importantes, el rabí Gamaliel (22,3). Denomina la fe en el Evangelio como Camino (22,4); así Lucas da a entender a sus lectores que se trata de una tendencia, una de las muchas tendencias diferentes que coexisten en la fe judía. Después, Pablo cuenta sobre su encuentro con Jesús (22,5-16). Los lectores entienden que la «conversión» de Pablo no es un alejamiento de la fe judía, sino sólo un giro dentro de la fe judía. Por eso, Pablo habla del discípulo Ananías –que le abrió los ojos y le introdujo en la comunidad de los creyentes en Jesús (9,10-19)– como hombre piadoso según la Torá, bien acreditado por todos los judíos de Damasco (22,12). Por la misma razón, Ananías habla del «Dios

08.245 -28. Cap. 22

378

29/10/08 12:13

Página 378

HECHOS DE LOS APÓSTOLES

de nuestros padres» (22,14). Los lectores entienden: la llamada de Pablo es un acontecimiento dentro de la historia salvífica de Israel. Pablo no anuncia algo nuevo, sino, como testigo, sólo lo que ha visto y oído (22,15). Su testimonio y su predicación están en continuidad con la historia salvífica de Dios con Israel. El bautismo que recibe Pablo (22,16) sirve –como el de Juan (Lc 3,3) y conforme a la orden de Jesús (Lc 24,47)– para el perdón de los pecados, y simboliza la conversión. El bautismo no es abandono de la fe judía, sino ingreso en una comunidad dentro de la fe judía, pues después de su bautismo vuelve a Jerusalén, y tiene una visión en el templo (22,17). Los lectores entienden que la fe de Pablo y de los creyentes en Jesús no significa una ruptura con la fe judía, pues continúan su vida de fe y de oración. Pablo no menciona lo que ve en su visión (22,18-21), pero los lectores entienden que Jesús le habla y le envía a los gentiles. Ir a los gentiles no ha sido iniciativa de Pablo sino orden de Jesús. La proclamación del Evangelio a los gentiles no es consecuencia del rechazo de los judíos, sino, en boca de Pablo, mandato explícito de Jesús. Ahora Lucas modifica la historia; el anuncio del Evangelio a los gentiles corresponde inequívocamente al plan salvífico de Dios, y no puede ser malentendido como ocurrencia de un excéntrico. Pero el público no se deja convencer, y las gentes quieren linchar a Pablo (22,22-23). El comandante debe intervenir para conducir a Pablo al cuartel, e interrogarle bajo azotes (22,24). Ahora Pablo se sirve de su ciudadanía romana –ya mencionada en 16,3738– para evitar una tortura inminente. Lucas señala otra vez a los lectores y a las autoridades romanas que los creyentes en Jesús no son alborotadores ni malhechores, sino ciudadanos romanos leales y con derechos en el Imperio romano. Los lectores entienden que los creyentes no deben soportar ni tortura ni castigo –pues no corresponden a la voluntad de Dios–, sino que deben evitarlos de alguna manera, como muestra claramente el ejemplo de Pablo. Lucas persigue una estrategia doble: 1) teológicamente, basa la fe en el Evangelio y en Jesús como Mesías acorde con la historia de la salvación en la fe judía; 2) políticamente, distancia a los creyentes en Jesús de los judíos, pues éstos eran tenidos por rebeldes; los creyentes en Jesús, en cambio, son ciudadanos leales del Imperio romano.

08.245 -28. Cap. 22

29/10/08 12:13

Página 379

EL EVANGELIO SE DIVULGA DE JERUSALÉN A ROMA: HCH 21,17-28,31

379

4. PABLO ANTE EL SANEDRÍN: HCH 22,30-23,11 El comandante se interesa en el caso de Pablo, y le lleva al día siguiente ante el Sanedrín (22,30). Pablo se podrá defender –igual que Jesús– ante el Sanedrín y probar su ortodoxia. A los miembros del Sanedrín, Pablo les llama «hermanos» (23,1), lo que indica su vínculo con ellos. Pero cuando el sumo sacerdote manda golpear a Pablo en la boca, Lucas hace responder a Pablo con una maldición y argumentando con mandamientos de la Torá (23,3.5). Después, Pablo se aprovecha de la rivalidad entre los dos partidos del Sanedrín: el saduceo y el fariseo (22,6-9), presentándose a sí mismo como fariseo ferviente. Con eso, Lucas manifiesta otra vez la continuidad de la fe en Jesús con la fe judía, pues describe la fe en el Evangelio y en Jesús como Mesías como una tendencia farisea entre la diversidad de formaciones judías. El comandante informará al procurador Félix de que se trata de contiendas religiosas, de cuestiones de los mandamientos judíos (23,29). En una visión, Jesús alienta a Pablo, y le avisa de que habrá de testimoniar su fe también en Roma (23,11). Lucas aclara con esta exposición a las autoridades del Imperio romano que Pablo no fue detenido por los romanos por rebelión, sino que los judíos le acusaron a causa de opiniones diferentes respecto a su fe. Otra vez Lucas subraya que los testigos del nuevo Camino no amenazan el Imperio romano, porque son ciudadanos leales.

5. CONJURACIÓN CONTRA PABLO Y SU TRASLADO A CESAREA: HCH 23,12-35 Lucas continúa con la similitud entre Pablo y Jesús, pues cuenta una conjuración contra Pablo (Hch 23,12-15 paralela Lc 22,1-6). Será el sobrino de Pablo quien haga fracasar el atentado, pues Pablo tiene que testimoniar su fe en Roma. Pablo es llevado a Cesarea bajo protección de la escolta romana (23,23-35). Una carta del comandante al procurador subraya otra vez la inocencia política de Pablo (23,27-30). Lucas continúa con su estrategia doble: 1) la carta del comandante realza la identidad del nuevo Camino con la fe judía, pues se trata sólo de cuestiones de la religión judía; 2) los seguidores del nuevo Camino no amenazan al Imperio romano, pues son personas leales.

08.245 -28. Cap. 22

380

29/10/08 12:13

Página 380

HECHOS DE LOS APÓSTOLES

II. PABLO DA TESTIMONIO DE JESÚS EN CESAREA: HCH 24,1-26,32 1. PABLO ANTE EL PROCURADOR FÉLIX: HCH 24,1-27 Con la fecha inicia un párrafo nuevo. El sumo sacerdote Ananías y algunos ancianos de los judíos, con su abogado Tértulo, presentan ante el procurador Félix sus acusaciones contra Pablo (24,19). Para ellos, Pablo es un rebelde y cabecilla (24,5-6). Los lectores recuerdan que también Jesús fue acusado de los mismos delitos ante el procurador Pilatos (Lc 23,1-5). Pablo puede defenderse con toda confianza, pues sabe que Félix tiene muchos años de experiencia como juez (24,10). Primero, Pablo refuta ser rebelde probando que sus oponentes no pueden presentar testigos, y que él mismo llegó hace poco a Jerusalén (24,1113). Después aprovecha la ocasión para testimoniar su fe ante el procurador. Lucas presenta una vez más la fe en Jesús como Mesías como variante de la fe judía: Pablo da culto al Dios de sus padres (24,14), mantiene la esperanza en la resurrección de los justos y de los injustos (24,15.21), ora en las sinagogas y en el templo y presenta ofrendas (24,11-12.17); igualmente la colecta que trae (24,17) indica su fe, pues orar y dar limosnas son rasgos de un judío piadoso. Lucas, inesperadamente, presenta al procurador Félix como bien informado respecto al Camino (24,22). Los lectores recuerdan que el centurión romano Cornelio vive también en Cesarea; él fue el primer pagano que recibió el Espíritu Santo y fue bautizado. En Cesarea, sede de la procuraduría romana en Palestina, había más funcionarios romanos interesados en la fe en Jesús. Que el caso de Pablo se aplace, y que Félix le conceda libertad durante el tiempo de su arresto (24,23), indican que el procurador lo considera inocente, igual que el procurador Pilatos había estado convencido de la inocencia de Jesús (Lc 23,4.14-15.20.22). El procurador Félix está interesado en la fe en el Mesías, pues llega con su esposa judía Drusila, para escuchar a Pablo (24,24.26). Al enterarse Félix de que la fe en Jesús tiene que ver con la justicia, el dominio propio y el juicio futuro, se aterroriza (24,25). Los lectores completarían: porque no se atreve a cambiar su vida. A Félix le gusta escuchar a Pablo y conversar con él (24,26), sólo que no se convierte. Lucas aclara a las autoridades romanas que la fe en Jesús pue-

08.245 -28. Cap. 22

29/10/08 12:13

Página 381

EL EVANGELIO SE DIVULGA DE JERUSALÉN A ROMA: HCH 21,17-28,31

381

de entenderse por analogía con la filosofía; por eso no es políticamente peligrosa para el Imperio romano. Aunque Félix identifica la inocencia de Pablo, deja prisionero a su sucesor, Porcio Festo. Con la defensa de Pablo ante dos procuradores, Lucas sigue el anuncio de Jesús: «les echarán mano y les perseguirán, les entregarán a las sinagogas y cárceles y les llevarán ante reyes y gobernadores por mi nombre» (Lc 21,12). Lucas anima a sus lectores a no temer y testimoniar intrépidamente, como Pablo, su fe ante las autoridades.

2. PABLO APELA AL CÉSAR: HCH 25,1-12 Los enemigos de Pablo no abandonan su conspiración, pues intentan matarle (25,3). Acusan de nuevo a Pablo ante Festo, el nuevo procurador, pero nada pueden probar (25,7). Pablo se defiende y apela al César (25,11-12). Lucas legitima así el viaje de Pablo a Roma, pues quiere evidenciar que la fe en Jesús no es peligrosa. Por eso también era importante que Pablo no fuera detenido por las autoridades romanas por rebelde, sino arrestado por iniciativa de los judíos y conducido a Roma como prisionero «protegido» debido a su apelación al César –y no a su delito– como ciudadano romano.

3. PABLO ANTE EL REY AGRIPA: HCH 25,13-26,32 Antes de viajar a Roma, Pablo valida su fe ante los reyes. El procurador despierta el interés del rey Agripa y de su esposa, la reina Berenice, por el caso de Pablo (25,13-22). Lucas subraya otra vez la inocencia del acusado, y que se trata de meras cuestiones religiosas (25,18-19). El encuentro con el rey es más que un paralelo de la comparecencia de Jesús ante el rey Herodes (Lc 23,7-12), pues da ocasión a Pablo de pronunciar un largo discurso y testimoniar su fe ante los reyes, conforme al anuncio de Jesús (Lc 21,12). Lucas subraya que este encuentro con el diálogo sobre la fe corresponde al interés de los reyes por la fe, no por el caso jurídico (25,22). El hecho de que incluso las autoridades muestren su benévolo interés por la fe señala a los lectores su importancia. Al día siguiente, Festo presenta a Pablo ante los reyes, comandantes y personajes de la ciudad (25,23). A la vez que subraya la

08.245 -28. Cap. 22

382

29/10/08 12:13

Página 382

HECHOS DE LOS APÓSTOLES

inocencia política de Pablo (25,25), indica que no era necesario haber apelado al César (25,26-27). A su vez, Pablo pronuncia un largo discurso ante los reyes y la gente influyente de la ciudad (26,1-32). En su defensa, Pablo empieza describiendo su persona (26,4-21) y culmina con su credo basado en Moisés y la enseñanza de los profetas que dijeron «que el Cristo había de padecer y que, después de resucitar el primero de entre los muertos, anunciará la luz al pueblo y a los gentiles» (Hch 26,22). Al narrar su vocación notamos una variante interesante: Jesús llamó a Pablo como apóstol de las naciones ya en el camino a Damasco (26,16-19), y no en casa de Ananías, ni en el templo de Jerusalén (21,15.21). Con esta variante, la vocación de Pablo y la misión a los gentiles son disposición de Jesús, y están en conformidad con el plan salvífico de Dios para todas las naciones. Esta invitación a la salvación convence al rey Agripa (26,28). El rey y la gente influyente declaran la inocencia de Pablo: si no hubiera apelado al César, podría quedar en libertad (26,31-32). El párrafo siguiente lo dedicará Lucas al viaje de Pablo a Roma y a lo que hace allí. III. EL CAMINO DE PABLO A ROMA Y SU TESTIMONIO EN ROMA: HCH 27,1-28,31 1. CAMINO A ROMA: HCH 27,1-13 Pablo y algunos acompañantes se embarcan para Roma. La travesía y sus circunstancias son bien descritas por la pluma de Lucas. El párrafo sobre el primer trayecto termina con la información sobre el riesgo de navegar en invierno y la advertencia respectiva de Pablo a sus compañeros (27,9-10). No obstante el peligro inminente, se reemprende la travesía, pero sucede el naufragio, lo que sirve a Lucas para presentar a Pablo como profeta sabio. 2. TEMPESTAD Y NAUFRAGIO: HCH 27,14-44 Acorde con el pronóstico de Pablo, sobreviene una tempestad que amenaza a la nave y su tripulación (27,14-21a). Los hombres han perdido ya toda esperanza, pero Pablo les anima por una visión: Dios ha decidido que Pablo comparezca ante el César, por eso se sal-

08.245 -28. Cap. 22

29/10/08 12:13

Página 383

EL EVANGELIO SE DIVULGA DE JERUSALÉN A ROMA: HCH 21,17-28,31

383

vará toda la tripulación (27,21b-26). También este pronóstico de Pablo se realiza. Ante el inminente peligro algunos marineros intentan escapar (27,30-32), pero Pablo mantiene la calma, y aconseja a la gente que coma. Pablo mismo predica con el ejemplo, demostrando con su oración que ni en peligro de muerte pierde la esperanza en su Dios (27,33-36). Según Pablo anticipó, todos son salvados (27,44).

3. EN MALTA: HCH 28,1-10 Naufragan en Malta, donde son hospedados amablemente por los isleños. Lucas intercala otro episodio para mostrar a Pablo bajo la protección de Dios: ni siquiera la mordedura de una víbora venenosa le hace daño (28,3-6), así que los lugareños le toman por una deidad. Los lectores recuerdan las palabras de Jesús al enviar a sus 72 discípulos: «miren, les he dado el poder de pisar sobre serpientes y escorpiones y sobre todo poder del enemigo, y nada les podrá hacer daño» (Lc 10,19). Pablo y sus compañeros son hospedados por Publio, el principal de la isla. Los habitantes de la isla actúan humana y filantrópicamente. Por su parte, Pablo ora e impone las manos sobre el padre de Publio y lo cura (28,8). Al enterarse de la fuerza curativa de Pablo, otros isleños se hacen curar por él (28,9). Lucas no puede narrar el anuncio del Evangelio ni la fundación de alguna comunidad por Pablo, pues el Pablo histórico nunca estuvo en Malta. Pero el Pablo de Lucas vive y practica por todas partes y en toda situación el cariño curador de Dios hacia los hombres. Pablo es modelo ejemplar para los lectores que en situaciones difíciles testimonian su confianza en Dios ante sus prójimos, o que les hacen experimentar el cariño de Dios.

4. PABLO A ROMA: HCH 28,11-31 11 Transcurridos tres meses nos hicimos a la mar en una nave alejandrina que había invernado en la isla y llevaba por insignia los Dióscuros. 12 Arribamos a Siracusa y permanecimos allí tres días. 13 Desde allí, costeando, llegamos a Regio. Al día siguiente se levantó el viento del sur, y al cabo de dos días llegamos a Pozzuoli.

08.245 -28. Cap. 22

384

29/10/08 12:13

Página 384

HECHOS DE LOS APÓSTOLES

14 Encontramos allí hermanos y nos rogaron que permaneciéramos con ellos siete días. Y así llegamos a Roma. 15 Los hermanos, informados de nuestra llegada, salieron a nuestro encuentro hasta el Foro Apio y Tres Tabernas. Pablo, al verlos, dio gracias a Dios y cobró ánimos. 16 Cuando entramos en Roma se le permitió a Pablo permanecer en casa particular con el soldado que le custodiaba. 17 Tres días después convocó a los principales judíos. Una vez reunidos, les dijo: «Hermanos, yo, sin haber hecho nada contra el pueblo ni contra las costumbres de los padres, fui entregado preso en Jerusalén en manos de los romanos, 18 quienes, después de haberme interrogado, querían dejarme en libertad porque no había en mí ningún motivo de muerte. 19 Pero como los judíos se oponían, me vi forzado a apelar al César, sin pretender con eso acusar a los de mi nación. 20 Por este motivo los llamé para verlos y hablarles, pues precisamente por la esperanza de Israel llevo encima estas cadenas». 21 Ellos le respondieron: «Nosotros no hemos recibido de Judea ninguna carta que nos hable de ti, ni ninguno de los hermanos llegados aquí nos ha referido o hablado nada malo de ti. 22 Pero deseamos oír de ti mismo lo que piensas, pues lo que de esa secta sabemos es que en todas partes se la contradice». 23 Le señalaron un día y vinieron en mayor número adonde se hospedaba. Él les iba exponiendo el Reino de Dios, dando testimonio e intentado persuadirles acerca de Jesús, basándose en la Ley de Moisés y en los Profetas, desde la mañana hasta la tarde. 24 Unos creían por sus palabras y otros en cambio permanecían incrédulos. 25 Cuando, en desacuerdo entre sí mismos, ya se despedían, Pablo dijo esta sola cosa:

08.245 -28. Cap. 22

29/10/08 12:13

Página 385

EL EVANGELIO SE DIVULGA DE JERUSALÉN A ROMA: HCH 21,17-28,31

385

«Con razón habló el Espíritu Santo a sus padres por medio del profeta Isaías: 26 Ve a encontrar a este pueblo y dile: Escucharán bien, pero no entenderán, Mirarán bien, pero no verán. 27 Porque se ha embotado el corazón de este pueblo, han hecho duros sus oídos, y sus ojos han cerrado; no sea que vean con sus ojos, y con sus oídos oigan, y con su corazón entiendan y se conviertan y yo les curaré.» (Is 6,9-10) 28 Sepan, pues, que esta salvación de Dios ha sido enviada a los gentiles, ellos sí que la oirán». [29 Cuando hubo dicho esto, los judíos se fueron, discutiendo vivamente entre sí.] 2 30 Pablo permaneció dos años enteros en una casa que había alquilado y recibía a todos los que acudían a él; 31 predicaba el Reino de Dios y enseñaba lo referente al Señor Jesucristo con toda valentía, sin estorbo alguno.

ESTUDIO DEL TEXTO 1. Trata de estructurar el texto. 2. Marca las palabras que se reiteran. 3. ¿Qué rasgos de la perspectiva teológica lucana puedes identificar?

a) Enlaces narrativos a. Estructura La última parte puede estructurarse en dos párrafos breves: el viaje a Roma (28,11-15) y la estancia de Pablo en Roma (28,1631). La última parte del viaje a Roma se introduce con una fecha (Hch 28,11). La nave lleva por insignia a los Dióscuros; éstos eran los dioses gemelos romanos, Castor y Pólux, protectores de la navegación; no hay que temer, pues, otra desgracia. Lucas detalla la ruta 2

El texto occidental añade el v. 29.

08.245 -28. Cap. 22

386

29/10/08 12:13

Página 386

HECHOS DE LOS APÓSTOLES

del viaje (28,12-13). Finalmente llegan Pablo y sus acompañantes a Pozzuoli –a unos 300 kilómetros de Roma (28,13)–, donde son hospedados por creyentes en Jesús (28,14). Pablo no parece un preso, sino más bien un viajero que visita las comunidades; sus cadenas y su custodio serán mencionados sólo en Hch 28,16.20. Desde Roma vienen cristianos hasta el Foro Apio y Tres Tabernas –son unos 50-65 kilómetros desde Roma– a encontrar a Pablo. Lucas da la impresión de que Pablo es un personaje famoso y estimado, recibido con alegría ya antes de llegar a las puertas de la ciudad. Los creyentes que avanzan hacia Pablo son mucho más cordiales que los de Jerusalén. Por el doble recibimiento en el Foro Apio y Tres Tabernas, la llegada de Pablo parece una entrada triunfal en Roma: con Pablo llega el Evangelio. Pablo da gracias a Dios y cobra ánimos, pues los creyentes de Roma le indican que la obra de Dios llegó ya antes que él a Roma, así que él sabe que está en manos de Dios. El segundo párrafo (28,16-31) narra la llegada de Pablo a Roma y su actuación allí. El párrafo puede estructurarse en tres partes: el primer encuentro con los principales judíos (28,17-22); el segundo encuentro con los judíos que vienen en mayor número para escuchar a Pablo (28,23-28); y finalmente el sumario (28,30-31) de la obra de Pablo en Roma. b. Anuncio del Evangelio a los judíos de Roma Aunque Pablo está bajo custodia, puede alquilar una casa donde vivir y recibir a quien quiera (28,16.30). Por eso invita a los principales judíos (28,17) y les explica su situación (28,18-20): sin haber hecho nada, fue entregado por los judíos de Jerusalén en manos de los romanos; incluso los romanos le consideraban inocente y querían dejarle en libertad. Pero porque los judíos de Jerusalén protestaron por su liberación, Pablo apeló al César. La causa de todas estas complicaciones es la esperanza de Israel, es decir: la fe y esperanza judía. Los judíos de Roma no recibieron ni noticias ni incriminaciones sobre Pablo (28,21), es decir, los judíos de Jerusalén no persiguen más jurídicamente el caso. Lucas presenta a los judíos de Roma de manera positiva, pues están interesados en la «secta» de Pablo (28,22), y quieren saber más sobre la esperanza de Israel. Lucas realza por estas palabras de los judíos principales que la fe en Jesús y en el Evangelio

08.245 -28. Cap. 22

29/10/08 12:13

Página 387

EL EVANGELIO SE DIVULGA DE JERUSALÉN A ROMA: HCH 21,17-28,31

387

está ubicada –¡incluso por los judíos!– dentro de la fe judía, aunque está descrita de manera crítica como secta controvertida. Los lectores identifican el esquema misionero de Pablo también en Roma: primero se dirige a los judíos, y cuando ellos rechazan el Evangelio, se vuelve a los gentiles. Lucas busca que el Evangelio llegue a los gentiles en Roma, pues sólo así puede «llegar hasta los confines de la tierra» (1,8). Si en Roma todos los judíos se convirtieran al Evangelio, Pablo no tendría motivo para anunciarlo a los gentiles. Con estas informaciones de fondo, los lectores pueden deducir qué sucede en el departamento de Pablo: no todos los judíos aceptan el anuncio del Evangelio, y así legitiman su proclamación a los gentiles. Unos días después se reúnen los judíos en mayor número en el piso de Pablo, y él les enseña y testimonia –basándose en las Sagradas Escrituras, la Torá y los profetas– el Reino de Dios y Jesús (28,23). Como en las demás ciudades donde Pablo anunció y enseñó, hay algunos que creen y otros que no se dejan convencer (28,24). Los lectores recuerdan los acontecimientos de Antioquía en Pisidia (13,44-49), Iconio (14,1-7), Tesalónica (17,1-10), Corinto (18,5-6) y Éfeso (19,8-9). Según el esquema misionero, los judíos no convencidos protestan y causan alborotos, así que Pablo puede dirigirse a los gentiles. Eso no es posible aquí en Roma, por estar Pablo bajo custodia. Pero Lucas tiene que describir el cambio de rumbo hacia los gentiles de Roma. Por eso pone en la boca de Pablo una cita de Isaías, que legitima su anuncio del Evangelio a los gentiles. Pablo, que antes se dirigió a los judíos por la palabra «hermanos» (28,17), habla ahora de «sus padres» (28,25). Con eso no se dirige generalmente a todos los judíos, sino únicamente a los que ahora no han aceptado el Evangelio. Sería completamente falso decir que todo el pueblo de los judíos rechazó el Evangelio, pues Lucas relata inequívocamente que siempre hubo judíos que creyeron en el Evangelio, por ejemplo: muchos judíos en Antioquía de Pisidia (13,42-43), una gran multitud en Iconio (14,1), algunos en Tesalónica (17,4), muchos judíos en Berea (17,10-12), unos pocos en Corinto (18,8) y muchos en Éfeso (19,17-18). Lo mismo está en curso en Roma. c. Los gentiles oirán el Evangelio Muchas veces a lo largo de la historia de Israel, el pueblo elegido se apartó de Dios, y luego de duras experiencias, se convirtió, y

08.245 -28. Cap. 22

29/10/08 12:13

388

Página 388

HECHOS DE LOS APÓSTOLES

¡siempre fue sanado por Dios! Ahora, en Hch, es obvio que no se trata de la reprobación o condena del pueblo judío como tal. La última frase de la cita de Isaías anuncia claramente la salvación futura de los oídos duros, los ojos cerrados y los corazones embotados por Dios mismo. Esta cita tiene la función de legitimar ante los judíos el anuncio del Evangelio a los gentiles: porque hasta ahora no todos los judíos oyeron –pues algunos permanecieron incrédulos (28,24)–, Pablo anunciará el Evangelio a los gentiles. Así continúa su esquema misionero. A partir de sus experiencias anteriores puede deducir que los gentiles oirán (28,28). Un sumario cierra la actuación de Pablo en Roma: durante dos años puede enseñar y predicar en su casa el Reino de Dios y lo referente a Jesús (28,30-31). Pablo aprovecha la ocasión que le ofrece su situación: no puede salir de su casa, pero invita a la gente y recibe a los que acuden a él. Pablo funda una comunidad en su casa, una iglesia doméstica en Roma. Lucas señala a sus lectores que no es preciso viajar lejos para testimoniar su fe: se puede hacer incluso encadenado, en su departamento y sin poder salir. b) Enlaces pragmáticos a. La base de la fe: la Torá y los profetas Partiendo de las Sagradas Escrituras –es decir: de la Torá y los Profetas– Pablo anuncia el Reino de Dios e intenta convencer a sus oyentes de que Jesús es Mesías y Señor (28,23.31). Al término de su segundo libro, Lucas insiste en la importancia de las Escrituras, como lo hizo al fin del Evangelio: Jesús enseñó a sus discípulos, a partir de la Torá y los Profetas, el plan salvífico de Dios (Lc 24,2527.32.44-47). Los discípulos harán otro tanto, por ejemplo: Pedro (Hch 3,18-26), Felipe (8,34-35), Pedro (10,43) y Pablo (13,27-29; 24,14; 26,22-23). La referencia a la Torá y a los Profetas realza la continuidad de la fe en Jesús con la fe judía. La fe judía es el fundamento y el marco para entender adecuadamente a Jesús y su mensaje. El Evangelio del Reino de Dios y de Jesús como Mesías crucificado convence sólo en el horizonte de la Torá y de los profetas, y en el marco de la historia salvífica de Dios con Israel. Fuera de este horizonte de fe, el Reino de Dios resulta una utopía y Jesús apenas un hombre divino

08.245 -28. Cap. 22

29/10/08 12:13

Página 389

EL EVANGELIO SE DIVULGA DE JERUSALÉN A ROMA: HCH 21,17-28,31

389

o divinizado; tampoco se distinguirían de las ideas de la filosofía y mitología helenísticas. b. La orden de Jesús se cumple Muchos se sorprenden de que Lucas silencie el martirio de Pablo, que, sin duda, conocía bien, como demuestran las alusiones de Pablo mismo a su muerte (Hch 20,25.29.38). Pero Lucas no quería escribir una biografía de Pablo, sino narrar cómo llegó el Evangelio –según la orden de Jesús (Lc 24,47; Hch 1,8)– desde Jerusalén a Samaría y Judea y hasta los confines de la tierra, es decir: a todas las naciones. Al decidirse Pablo a proclamar el Evangelio a los gentiles en Roma (28,28), ha llegado a ese punto culminante. Sin estorbo alguno puede dedicarse dos años a evangelizar en la capital del Imperio romano. Lucas ya mencionó que los hermanos encontraron a Pablo en Pozzuoli y Roma (28,13-15); también que el matrimonio de Priscila y Áquila salió de Roma (18,2-3) y cooperaba con Pablo; así que los lectores saben que el Evangelio no llegó por Pablo a Roma; otros apóstoles lo proclamaron. Pero tanto los creyentes de Pozzuoli y Roma como Priscila y Áquila son judíos: el Evangelio todavía no alcanza a los gentiles de Roma. Pablo, en cambio, inicia la proclamación del Evangelio a los gentiles en la capital del Imperio (28,28). Ahora es obvio por qué Lucas acompañaba a Pablo –y no a otro testigo– hasta Roma: por Pablo llegó el Evangelio a Asia Menor y Europa, por Pablo debe llegar a los gentiles en los confines de la tierra. c. La casa, el germen de la divulgación del Evangelio Lucas termina informando de que Pablo enseñaba y predicaba sin estorbo alguno en su piso (28,31). Con eso da a entender que los romanos no le causaron dificultades. Pablo ha sido siempre un ciudadano leal del Imperio romano. Otro círculo también se cierra. Al inicio de Hch, la casa era centro de reunión de los creyentes: después de la ascensión de Jesús, el día de Pentecostés, la casa de María, la casa de Lidia, la casa de Cornelio, la casa de Priscila y Áquila, y otras más. La casa es el lugar de la oración, de la fracción del pan, de la predicación y de la enseñanza. Una iglesia doméstica nace

08.245 -28. Cap. 22

390

29/10/08 12:13

Página 390

HECHOS DE LOS APÓSTOLES

también por Pablo en Roma. Los lectores entienden que en el piso que Pablo habita va germinando el Evangelio que se divulgará hasta los confines de la tierra.

PARA COMPARTIR A causa del cambio de su situación, Pablo cambia su estrategia. A partir de ahora predica y enseña en su casa. ¿Quién podría disfrutar de esta práctica en tu comunidad? ¿Cuáles son las ventajas (y desventajas) de la(s) iglesia(s) doméstica(s)?

08.245 - 29. Cap. 23

29/10/08 10:19

Página 391

CAPÍTULO XXIII

CONCLUSIÓN TEÓFILO HA LEÍDO Y ENTIENDE...

Teófilo ha leído ya los dos libros de Lucas. Desde el primer libro, Lc, ha podido comprobar la solidez, certeza y fiabilidad de la enseñanza en que ha sido instruido, es decir: todo lo que Jesús comenzó a hacer y enseñar. Teófilo acompañó, como los discípulos, a Jesús desde Galilea hasta la cruz, la resurrección y la ascensión. Por la narración de la infancia y la manera tan especial de Lucas para redactar y combinar narraciones, Teófilo pudo entender la obra de Jesús en el contexto del plan salvífico de Dios. Entiende que desde el principio Dios tiene un plan salvador para y con su pueblo elegido, Israel, en el cual participan también todas las naciones. Este plan de Dios incluye el sufrimiento y la muerte: ni el sufrimiento ni la muerte pueden impedir o neutralizar este plan, pues son superados por Dios. En el segundo libro, Hch, Teófilo ha leído sobre los discípulos de Jesús. Lucas los avala como auténticos testigos, pues conocían bien todo lo referente a Jesús, aunque no todos eran testigos oculares. Muchos de ellos –por ejemplo: Priscila y Áquila, Felipe, Pablo y Apolo– testimonian su fe de maneras diferentes. Gracias a la obra de Lucas, Teófilo está bien enterado sobre Jesús, y se habrá preguntado: 1. ¿QUIÉN ES TESTIGO? O ¿CÓMO SE LLEGA A SER TESTIGO? Teófilo ha leído que los discípulos que acompañaban a Jesús le han visto resucitado, y presenciaron su ascensión, pero que también han recibido su encargo de «ser testigos de estas cosas»; es decir, de

08.245 - 29. Cap. 23

392

29/10/08 10:19

Página 392

LUCAS. HECHOS DE LOS APÓSTOLES

lo que dicen las Escrituras, que el Mesías debía padecer y resucitar, y de anunciar la conversión para el perdón de los pecados. «Serán mis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaría, y hasta los confines de la tierra» (Hch 1,8; véase también Lc 24,48). Testigos son quienes recuerdan las palabras de Jesús y las relacionan con las Sagradas Escrituras. Testigos son los que creen en la realización de las Sagradas Escrituras, es decir: creen que lo que dijeron Moisés, los profetas y los Salmos se realizó en y por Jesús. Pues quien entiende que la muerte no es el fin definitivo, y que el Mesías tenía que morir y resucitar, porque Dios incluye la muerte en su plan de salvación para vencerla, quitándole lo absurdo, ése no puede callarse, hasta llegar a ser testigo de ese plan salvífico de Dios. Testigo es también quien vive y experimenta la actuación salvadora y sanadora de Dios por la curación o el perdón de los pecados. Teófilo recuerda a la mujer pecadora (Lc 7,36-50), a la hemorroísa (8,43-48) y al pordiosero ciego de Jericó (18,35-43), que se acercaron por iniciativa propia a Jesús, y experimentaron la fuerza salvadora y sanadora de su fe. Teófilo recuerda también a los hombres y mujeres curadas, por ejemplo, a la mujer encorvada y al leproso samaritano, que agradecen su curación alabando a Dios. Quien experimenta y vive su curación y perdón, llega a ser testigo de la actuación salvadora y sanadora de Dios que supera sufrimiento y pecado. Jesús promete a sus discípulos la fortaleza o la Promesa de Dios: el Espíritu Santo. El día de Pentecostés, todos los reunidos –al menos 120 discípulos según Hch 1,15– reciben al Espíritu Santo. La cita del profeta Joel (2,17-21) en el primer discurso de Pedro manifiesta que tanto hombres como mujeres, jóvenes y ancianos, siervos y siervas reciben sin distinción el Espíritu Santo y son llamados testigos. La obra de Dios continúa tras la resurrección y ascensión de Jesús. Por eso Jesús ha enviado el Espíritu Santo. Teófilo entiende que Dios prosigue su obra mediante los testigos. Los testigos cooperan en la realización del plan salvífico de Dios, anunciando a todos los hombres y naciones la conversión y el perdón de los pecados. Quien recibió el Espíritu Santo debe ser testigo del plan de Dios que está realizándose actualmente. Teófilo entiende que el concepto «testigo» es más amplio que el concepto discípulo, pues testigos son también hombres y mujeres que se unieron a los discípulos más tarde, como Bernabé el levita, Esteban, Felipe, Nicolás el prosélito, Pablo, Priscila y Áquila, Lidia y otros

08.245 - 29. Cap. 23

29/10/08 10:19

Página 393

CONCLUSIÓN: TEÓFILO HA LEÍDO Y ENTIENDE

393

más. Testigos son los hombres y mujeres dispersos a causa de la persecución de Saulo, pues ellos anunciaron el Evangelio en ciudades de Judea y Samaría. Incluso ciudadanos romanos pueden ser testigos. Teófilo debe recordar que el centurión romano Cornelio y su casa recibieron el Espíritu Santo, y sabe también que Silas y Pablo son ciudadanos romanos. Teófilo se podrá preguntar: ¿Qué caracteriza a los testigos?

2. RASGOS CARACTERÍSTICOS DE LOS TESTIGOS No sólo los enviados y encargados directamente por Jesús para anunciar el Evangelio son testigos; hay muchos más, hombres y mujeres: Esteban, Priscila y Áquila, Pablo, Bernabé... Quien escuchó el mensaje de Jesús y recibió el Espíritu Santo es testigo del Evangelio (Hch 2,4.32; 5,32; 9,17-20; 13,52-14,1). El Espíritu Santo llena los testigos y les alienta, para que puedan anunciar con valentía la palabra de Dios (4,31; 13,52). El bautismo con el Espíritu Santo es la señal que confirma a los testigos. Teófilo se ha enterado de que muchos testigos experimentan lo mismo que Jesús: el Evangelio topa con resistencias y provoca protestas. Los testigos deben contar con ser acusados, detenidos, castigados y encarcelados injustificadamente, incluso con ser amenazados de muerte, igual que Jesús, los apóstoles, Esteban, Pablo, Bernabé y Silas. Esteban es el testigo ejemplar: mantiene su testimonio y su fe ante la muerte, entrega su vida en manos del Señor y perdona –igual que Jesús– a sus deudores. Teófilo entiende que los testigos tienen que mostrar entrega y comprometerse, incluso arriesgando su vida: sólo empleándose a fondo, dando todo de sí a la comunidad, en público y en apuros y situaciones difíciles, el testimonio del testigo se vuelve auténtico y convincente. Teófilo ha leído que los testigos realizaron signos y prodigios (Hch 2,43; 5,12; 6,8; 8,13; 14,3; 15,12). Éstos pueden ser indicios de que el plan salvífico de Dios se está realizando. Dios confirma a sus testigos por estos signos y prodigios, manifestando su plan salvador y sanador. Pero con el correr del tiempo ya no suceden tantos milagros. Teófilo entiende que la capacidad de realizar milagros no es la característica del testigo. Pablo, Bernabé, Silas, Priscila, Áquila, Apolo y los demás testigos convencen, consuelan y edifican la comunidad ya no por signos y prodigios, sino por la enseñanza, la predicación y

08.245 - 29. Cap. 23

394

29/10/08 10:19

Página 394

LUCAS. HECHOS DE LOS APÓSTOLES

el anuncio según las Sagradas Escrituras: por su testimonio de fe. Los testigos deben testimoniar su fe para que otros hombres y mujeres noten la obra de Dios, la interpreten, se arrepientan, experimenten el perdón de sus pecados, y, a su vez, ¡lleguen a ser testigos! 3. ¿CÓMO SER TESTIGO? Y ¿CÓMO TESTIMONIAR SU FE? Leyendo la obra de Lucas, Teófilo se ha enterado de diversas maneras de testimoniar su fe. Los testigos son enviados para anunciar el perdón de los pecados y para bautizar a los hombres (Lc 24,47-48; Hch 2,38). Teófilo se recuerda que Jesús aceptaba a los pecadores –como a la mujer pecadora (Lc 7,36-50) y al publicano Zaqueo (19,1-10)– y perdonaba sus pecados –por ejemplo al hombre paralítico (5,17-26)–, y enseñaba impresionantemente por las parábolas de la oveja perdida, la dracma perdida y del hijo perdido, el amor infinito de Dios que acepta sin condiciones a los pecadores. Los testigos deben anunciar este amor de Dios y testimoniarlo en su vida. Pues el servicio de los testigos y su anuncio debe estar en continuidad y proseguir la historia salvífica de Dios con su pueblo elegido Israel. Otra tarea de los testigos es la enseñanza. Teófilo ha leído que Pedro, Pablo, Priscila, Áquila y Apolo enseñaban el Evangelio en las sinagogas, en el templo, en las casas, y en público, en las calles, en las plazas... ¡en todo lugar se puede platicar sobre la palabra de Dios! Mediante los discursos de Pedro y Pablo, Teófilo entiende que la enseñanza debe adecuarse a los oyentes: Pablo anuncia a los gentiles en Atenas de modo diferente a como Pedro se dirige a los judíos en Jerusalén. Los testigos que enseñan deben buscar maneras, métodos y acercamientos para despertar el interés de sus oyentes y hacer comprender la palabra de Dios. Barreras lingüísticas, sociales o culturales no deben impedir ni obstaculizar el anuncio de la palabra de Dios. Para ser testigo no es preciso viajar como misionero por todo el mundo como Pablo, Bernabé y Silas. Teófilo recuerda a Priscila y Áquila que enseñaban en su casa, y a María y Lidia que facilitaban su casa para la reunión de la comunidad. También recuerda a los profetas de Antioquía con Ágabo y a las cuatro hijas de Felipe, que ponían sus dones al servicio de las comunidades; a Tabita que apoya a las viudas, a los Siete que se dedican a la asistencia diaria de pobres y viudas; y a Pablo y Silas que cantan y oran en la cárcel. En

08.245 - 29. Cap. 23

29/10/08 10:19

Página 395

CONCLUSIÓN: TEÓFILO HA LEÍDO Y ENTIENDE

395

cada situación, en cada lugar se puede testimoniar la fe en el Evangelio con su vida, con su actitud y con su acción. Teófilo debe recordar también otros signos y acciones que testimonian la fe. Por la fracción del pan, por ejemplo, los testigos dan testimonio de su fe en Jesús y, al mismo tiempo, ellos mismos son fortalecidos en su fe, pues la eucaristía está unida con la enseñanza y la oración (Hch 2,42.46; 20,7), con la comunión con los marginados y con el cuidado de los pobres (2,44-46; 6,1). La fracción del pan no sólo recuerda a Jesús, sino al mismo tiempo practica y prosigue el ideal de Jesús: la comunión con los marginados, con los pecadores y los pobres. Teófilo entiende: el testigo es instrumento de Dios para realizar su plan salvífico. El Espíritu Santo llena al testigo y obra por su medio. El testigo puede encomendarse a la actuación de Dios, y puede confiar en que Dios no le abandona ni en las situaciones más difíciles, como en la cárcel o la persecución, o sumidos en el miedo o la desesperanza (Hch 4,31; 18,9-10; 27,24). Como instrumentos de Dios, los testigos cooperan en la realización del plan de Dios, y no sus personales visiones de ese plan. A veces, el plan de Dios supera sus imaginaciones, de modo que sus encargos parecen absurdos; Ananías debe contactar a Saulo, el «enemigo» encarnizado, y Pedro debe comer comida «impura». Si los testigos confían completamente en Dios y cumplen su voluntad, pueden contribuir mucho para realizar el plan salvífico de Dios; gracias a su cooperación, enemigos como Saulo se vuelven eficaces y fervientes colaboradores, y extraños como el centurión Cornelio se transforman en firmes testigos. Teófilo entiende que él también, habiendo conocido la fiabilidad del mensaje de Jesús, la vida y obra ejemplar de los testigos, y habiendo recibido al Espíritu Santo, debe testimoniar su fe. Así como él fue instruido en el mensaje y la vida de Jesús por sus catequistas y por Lucas, debe transmitir la enseñanza de Jesús. Mediante la obra de Lucas conoce ya varias maneras diferentes de testimoniar su fe. Ahora tiene que buscar y descubrir en su vida diaria las situaciones y ocasiones para dar su testimonio de fe. Con su testimonio se une a la tradición de la enseñanza y anuncio, cooperando y causando la divulgación y profundización de la fe en el Reino de Dios y en Jesús su Mesías.

08.245 - 29. Cap. 23

29/10/08 10:19

Página 396

08.245 - 30. Bibliografía

29/10/08 10:19

Página 397

BIBLIOGRAFÍA BÁSICA SOBRE LA OBRA DE LUCAS

AGUIRRE MONASTERIO, R., Del movimiento de Jesús a la Iglesia cristiana. Ensayo de exégesis sociológica del cristianismo primitivo (Ágora 4), Estella: Verbo Divino 22001. Estudio científico profundo de los orígenes del cristianismo y de la institucionalización de la Iglesia basado en la simbiosis fructífera entre una exégesis moderna y los acercamientos socioculturales de la hermenéutica actual. AGUIRRE MONASTERIO, R. y RODRÍGUEZ CARMONA, A., Evangelios sinópticos y Hechos de los Apóstoles. Introducción al estudio de la Biblia, Estella: Verbo Divino 82005. Manual introductorio de la prestigiosa serie de EVD en colaboración con la Asociación Bíblica Española, que desde hace años guía el estudio de la Biblia en el ámbito de habla hispana. Referencia indispensable para el estudiante que se inicia en los aspectos literarios, teológicos e históricos de las obras de Marcos, Mateo y Lucas. BOVON, F., El Evangelio según San Lucas, I-III, Salamanca: Sígueme 19952004. Gran comentario exegético, profundo y exhaustivo, en tres volúmenes, del evangelio de Lucas. De obligado uso para teólogos y estudiantes de teología bíblica y exégesis. CÁRDENAS PALLARES, J., Ternura de Dios, ternura de mujer. La mujer en el Evangelio de Lucas. Dabar: México 2000. Recorrido que resalta las condiciones de marginación cultural sufridas por las mujeres del tiempo de Jesús y la actitud condescendiente que Lucas les confiere. DILLMANN, R. y MORA PAZ, C., Comentario al Evangelio de Lucas. Un comentario para la actividad pastoral (Evangelio y Cultura 2), Estella: Verbo Divino 2006. Comentario comprensible que actualiza el mensaje del Evangelio para hoy. DORMEYER, D. y GALINDO, F., Comentario a los Hechos de los Apóstoles. Modelo de nueva evangelización (Evangelio y Cultura 4), Estella: Verbo

08.245 - 30. Bibliografía

398

29/10/08 10:19

Página 398

LUCAS. HECHOS DE LOS APÓSTOLES

Divino 2007. Comentario comprensible con informaciones históricas que quiere impulsar acciones responsables a base de la fe. GONZÁLEZ ECHEGARAY, J., Los Hechos de los Apóstoles y el mundo romano (Ágora 9), Estella: Verbo Divino 2002. Informaciones arqueológicas que aclaran el mundo del Imperio romano (geografía, cultura, arquitectura, costumbres, instituciones, etc.) y el ámbito pagano donde crecía la fe cristiana. GRILLI, M., LANDGRAVE GÁNDARA, D. y LANGNER C., Riqueza y solidaridad en la obra de Lucas (Evangelio y Cultura – Monografías 3), Estella: Verbo Divino 2006. Ensayos e investigaciones de biblistas de América Latina, Europa y Asia sobre el tema “riqueza y pobreza” como tema candente de Lucas y del mundo actual. KINGSBURY, J. D., Conflicto en Lucas, El Almendro, Córdoba 1992. Exposición de la trágica confrontación que Jesús, el Rey de Israel, sostuvo con las potencias demoníacas, con las autoridades políticas y religiosas de su tiempo, e igualmente con sus discípulos. LACONI, M., San Lucas y su Iglesia. Verbo Divino, Estella 1987. Trata con las características más relevantes de la comunidad destinataria de los escritos lucanos, y algunos rasgos de su evolución. RICHARD, P., El movimiento de Jesús antes de la Iglesia. Una interpretación liberadora de los Hechos de los Apóstoles (Presencia Teológica 105), Santander: Sal Terrae 2000. Comentario comprensible que combina una exégesis viva y cercana con una reflexión y praxis pastoral liberadoras. RIUS CAMPS, J., De Jerusalén a Antioquía. Génesis de la Iglesia cristiana. Comentario lingüístico y exegético a Hch 1-12. El Almendro, Córdoba 1989; El camino de Pablo a la misión de los paganos. Comentario lingüístico y exegético a Hch 13-28. Cristiandad, Madrid 1984. Dos aportaciones magistrales al conjunto de la obra de Hch. Destacan las intuiciones, sugerentes y frescas, del autor. Nos ofrece una mano para contrastar y aterrizar en la vida y en los compromisos de la Iglesia en el mundo de hoy.

08.245 - 31. Vocabulario

29/10/08 10:20

Página 399

VOCABULARIO BÁSICO

En la explicación de estas palabras me refiero sobre todo a la obra de Lucas; posiblemente algunas palabras tengan otra connotación para otros autores, por ejemplo Pablo o Juan. Para una comprensión más profunda vale la pena leer los textos bíblicos citados. Ágape (griego: agapé = amor). Comida de amor con rasgos litúrgicos y caritativos en las primeras comunidades. En la Antigüedad había tanto en las asociaciones helenísticas como en las cooperativas judías banquetes o convites de caridad o amor. En las primeras comunidades, la fracción del pan (eucaristía) formó parte de estos encuentros, donde los cristianos se reunían para comer juntos, dialogar y orar (Hch 2,42.46; 6,1-6; 1 Cor 11,20-33). Es decir: en el ágape se unían la comida (saciedad y sociabilidad) y la liturgia (eucaristía), pues se practicaba y realizaba tanto la asistencia social y la convivencia como la memoria de Jesús. A causa de malentendidos paganos, abusos gnósticos sectarios y cambios del entorno vital social, el ágape dejó de practicarse. Ancianos (griego: presbítero = anciano). Eran personas con funciones directivas y consultivas de la sociedad judía, y que formaban parte del Sanedrín; no eran sacerdotes, sino laicos. Algunas comunidades cristianas adoptaron ese modelo colegial para regir su vida. Funciones de los ancianos eran enseñar y predicar, asistir a los enfermos y «pastorear» a la comunidad. Esta institución la encontramos en Hch 15,2-6.22; 14,23; 20,17.28; 21,18 y en las Cartas Pastorales (1 Tim 5,17; Tit 2,23; cf. 1 Pe 5,1-3; Sant 5,14). Apóstol (griego: apóstolos = enviado). El concepto es muy amplio y no se limita a «los Doce». Son quienes acompañaban a Jesús desde Galilea a Jerusalén (Lc 6,13-16; 8,1-3) y fueron enviados por él (Lc 9,1-6; 10,112). Criterio del apóstol es ante todo testimoniar la resurrección y ascensión de Jesús (cf. Hch 1,21-22; 2,32), por eso Lucas llama también a Pablo y Bernabé «apóstoles» (Hch 14,4.14). Ya en la obra de Lucas,

08.245 - 31. Vocabulario

400

29/10/08 10:20

Página 400

LUCAS. HECHOS DE LOS APÓSTOLES

la función de los apóstoles cede ante la de «testigos», gentes que testimonian el Evangelio por su vida de fe. Artemisa. Diosa de la caza (latín: Diana). La Artemisa de Éfeso era originariamente similar o idéntica a la «Magna Mater», diosa de la fertilidad y fecundidad en Asia Menor. El centro del culto era una imagen que –según una leyenda– se apareció o cayó del cielo, y era venerada en el Artemision de Éfeso (una de las siete maravillas del mundo antiguo), un templo enorme de unos 115 x 55 metros de base, rodeado por más de 120 columnas de casi 20 metros de altura. Los plateros de Éfeso producían y vendían templecillos y estatuillas réplicas como objetos de devoción (Hch 19,23-40). Por eso protestaron contra Pablo, que predicaba que los dioses hechos con las manos no eran dioses verdaderos. Camino. El término se refiere tanto a la enseñanza cristiana (Hch 19,23; 22,4; 24,22) como a los creyentes en Jesús (Hch 9,2; 24,14), dando a entender que no eran una secta o herejía (Hch 24,14) en contra de la fe judía, sino, al contrario, un grupo judío. Centurión. Comandante de un destacamento militar (centuria) de la milicia antigua romana. Una centuria abarcaba unos 80-100 soldados; 60 centurias formaron una legión. Comunidad de bienes. En la Antigüedad helenística, el ideal de la comunidad de bienes era muy común en las visiones idealistas y utópicas (Platón, Pitágoras). Era también conocida en la religión judía: la comunidad de Qumrán practicaba la economía colectiva. La comunidad de Jerusalén vivía el ideal de la comunidad de bienes (Hch 2,44-45; 4,32-37) basado en la renuncia de las riquezas y la reducción/restricción voluntaria (Hch 5,4). Para Lucas, la realización de este ideal señala el tiempo salvífico, proyectado por Dios (Dt 15,4). Además, le sirve al autor como exhortación a sus lectores para que superen solidariamente la pobreza. Demonio / endemoniado. Eran seres o poderes ( espíritus malos o inmundos) invisibles que hacían daño a los hombres y causaban su perdición, por eso son poderes auxiliares del maligno. Sobre todo se les atribuían fenómenos y enfermedades psíquicas que no eran explicables (epilepsia, sonambulismo, etc.). La fuerza de Jesús que expulsa demonios demuestra el poder de Dios que supera el mal y realiza su plan salvífico (Hch 10,38); los discípulos de Jesús tienen también el poder para exorcizar demonios (Lc 9,1-2; 10,17-20). Escatología / escatológico. Conjunto de creencias, motivos e imágenes que se refieren al final de los tiempos. Para los creyentes –tanto judíos como cristianos– será la realización definitiva del tiempo salvífico para todo el mundo: la comunión de Dios con todos los hombres. Jesús anunció el Reino de Dios como salvación escatológica, y lo realizó ya por las curaciones y el perdón de los pecados (Lc 1,77; 5,24; 11,20;

08.245 - 31. Vocabulario

29/10/08 10:20

Página 401

VOCABULARIO BÁSICO

401

24,47). Los hombres, al cumplir la voluntad salvífico de Dios (Lc 6,46; 8,21; 10,25-28; 18,18-22) y al perdonar (Lc 17,3-4), cooperan en la realización del plan salvífico de Dios. Escribas. Grupo de profesionales y expertos en las Sagradas Escrituras. En general no eran sacerdotes, sino laicos en todas las agrupaciones políticas y religiosas, sobre todo fariseos. Sus ámbitos de trabajo eran la interpretación de las Sagradas Escrituras, el desarrollo del derecho religioso correspondiente a la Torá, el asesoramiento de tribunales y la enseñanza. Espíritus inmundos (malos). Sinónimo de demonios (Lc 4,33; 8,29; 9,42). Eucaristía (griego = agradecimiento). Celebración litúrgica de la fracción del pan como cena del Señor (1 Cor 11,20) en memoria de Jesús (Lc 22,19). La eucaristía era parte del ágape; luego –a causa de abusos– se desarrolló la forma separada y más litúrgica. Los creyentes en Jesús se identificaban con y por la celebración de la eucaristía en las casas (Hch 2,42.46; 20,7.11). Eunuco. Designa a un hombre castrado (privado de glándulas genitales); algunos servían como ministros o funcionarios (Hch 8,27), y custodios del harén real. En el judaísmo los castrados no podían ser admitidos en la asamblea del pueblo de Dios (Dt 23,2), pero Is 56,3-7 concede a los castrados y a los prosélitos el futuro salvífico en el pueblo de Dios. El bautismo del eunuco (Hch 8,27-39) significa la realización efectiva de la profecía de Isaías, y su admisión plena a la comunidad cristiana. Fariseos. El nombre significa «los separados o apartados», y se refiere a un grupo de personas laicas que llevaban una vida piadosa, pues intentaban practicar y cumplir en su vida diaria los mandamientos de la Torá. Los fariseos esperaban la resurrección de los muertos, y creían la existencia de los ángeles y del Espíritu (Hch 23,6-8). Lucas narra que Jesús comía con los fariseos (Lc 7,36-50; 11,37-38; 14,1), y con frecuencia los cualifica de manera positiva (Lc 13,31; Hch 5,34; 23,9), aunque critica también su santurronería (Lc 11,39-44; 18,10-14). Para Lucas, los fariseos no se implicaron en la muerte de Jesús. Había también fariseos en la comunidad de Jerusalén (Hch 15,5), y Pablo mismo era fariseo (Hch 23,6; 26,5). Fracción del pan. Este término procede de la fe judía (no es vocabulario corriente griego), pues se refiere al rito que inicia las comidas judías con la oración de agradecimiento por la comida y su bendición (Lc 9,16; 22,17.19) –en este caso del pan, del que todos comían (existe otra bendición del vino). Los creyentes en Jesús usaban este término como sinónimo de la eucaristía, la memoria (litúrgica) de la última cena de Jesús (Hch 2,42.46; 20,7.11). Por lo general, los provenientes de tradición judía usaban el término «fracción del pan», mientras que los creyentes arraigados en la cultura helenística preferían la palabra «eucaristía», que ha prevalecido hasta hoy.

08.245 - 31. Vocabulario

402

29/10/08 10:20

Página 402

LUCAS. HECHOS DE LOS APÓSTOLES

Gamaliel. Rabí Gamaliel era un maestro de la Ley muy famoso (Hch 5,34), que tenía una posición importante (alto cargo) entre los fariseos en la segunda parte del primer siglo. Educó y enseñó también a Pablo (Hch 22,3). Hablar en lenguas (glosolalia). En Hch, la glosolalia es una señal de haber recibido el Espíritu Santo (Hch 2,3-4; 10,46; 19,6), y va unida con la alabanza a Dios y el hablar profético. Era usual en el entorno de Corinto (1 Cor 14,2-39). Hijo de David. Este título retoma la esperanza de que el Mesías sería un descendiente de David (cf. 2 Sm 7,13-14; Is 9,1-6), que los cristianos ven concretada en Jesús (Lc 1,27.32.69; 2,4.11; 3,31; Hch 13,2223.34). Hijo de Dios. Este título expresa tanto la relación especial de una persona con Dios como la selección de esta persona por Dios. Mientras que el AT llama a muchas personas «hijo de Dios» –como al rey (2 Sm 7,14; Sal 2,7), al justo (Sir 4,10) y al pueblo de Israel (Ex 4,22; Os 2,1)– y no conoce este término como título mesiánico, los creyentes en Jesús lo emplearon como título cristológico. Para Lucas, Jesús es Hijo de Dios ya desde hace el principio de su existencia humana (Lc 1,35). Además, Lucas relaciona el título Hijo de Dios con el título Mesías (Lc 4,41; 22,67-70). Hijo del Hombre. Título para Jesús que retoma probablemente el motivo escatológico de Dn 7,13-14, realzando el poder y la posición de Jesucristo en el Juicio Final (Lc 9,26; 12,8-9; 17,22-37; 21,27-36; 22,67-70; Hch 7,56). Imperio romano. Desde el II siglo a.C. fue la potencia mundial del mundo antiguo en el entorno Mediterráneo, con Roma por capital. La cultura helenístico-romana influyó en otras culturas y causó tensión y resistencia, pues ni judíos ni cristianos aceptaron la pretensión divina de poder de los emperadores romanos; por eso se hicieron sospechosos de sedición. Esas situaciones de tensión y crisis pudieron ser superadas y compensadas por la lealtad, de allí que Lucas realce la rectitud y honradez de los creyentes en Jesús: Pilatos reconoce y confirma la inocencia de Jesús (Lc 23,4.14.22); centuriones romanos creen en Jesús (Lc 7,2-10; 23,47; Hch 10,1-48); los tumultos son causados no por los creyentes en Jesús, sino por sus adversarios (Hch 13,50; 14,19; 17,5); Pablo es un ciudadano romano leal (Hch 22,25-28). Jurista / Maestro de la ley. Sinónimo de escriba. Lucas refiere especialmente a los escribas especializados en asuntos jurídicos. Levita. Sirvientes de rango inferior en el templo ocupaban puestos como guardias, cantores y otros servicios auxiliares (Lc 10,32; Hch 4,36). Son distintos a los sacerdotes, descendientes de Aarón, y con el exclusivo derecho a sacrificar y presentar ofrendas (Lc 1,5).

08.245 - 31. Vocabulario

29/10/08 10:20

Página 403

VOCABULARIO BÁSICO

403

Maestros. Eran estudiosos de las Sagradas Escrituras que la enseñaban en las comunidades cristianas de la diáspora. Los encontramos en Antioquía (Hch 13,1), y conocemos a maestros como Pablo y Bernabé (Hch 11,26; 15,35), Priscila, Áquila y Apolo (Hch 18,24-26)– y los demás apóstoles que predican enseñando el Evangelio (Hch 4,2; 5,21.25.42; 28,31). Así edificaban a los creyentes (cf. 1 Cor 12,28-29; 1 Tim 4,1113; 2 Tim 2,2; Sant 3,1). Mesías (hebreo = meshiah; griego = christo). Designa a una persona ungida, en general, el rey, pero también un profeta o sacerdote. En la fe judía había la esperanza del Mesías-rey que libera su pueblo de la dominación extranjera. Las ideas del Mesías como Hijo de David, Hijo del Hombre e Hijo de Dios se mezclaron. Los creyentes en Jesús aplicaron el título de Mesías a Jesús para expresar sus esperanzas en él como salvador (Lc 2,11.26-32); por eso debieron modificar el concepto de Mesías para incluir la aparente derrota y su reivindicación: Jesús tenía que sufrir y morir, pero fue resucitado y exaltado por Dios (Lc 24,25-27.46-47; Hch 2,36; 3,18; 17,3). Monoteísmo. Doctrina de fe –contraria al politeísmo– que propone la existencia de un solo Dios. En la Antigüedad, la fe judía y la fe cristiana eran las únicas religiones monoteístas. Obispos (griego: epíscopos). El término refiere al vigilante o inspector, en general, y no a un cargo o ministerio en la iglesia. Hch y 1 Pe describen a los ancianos como pastores de la comunidad (Hch 20,28; 1 Pe 5,1-3). Politeísmo. Doctrina religiosa que propone la existencia de una pluralidad de dioses. En la Antigüedad, romanos, griegos, egipcios y otros pueblos creían en muchos dioses. Entre ellos era muy común venerar a sus soberanos como dioses o hijos de dioses, lo que causaba conflictos a los fieles de las religiones monoteístas. Principales sacerdotes. Era el sector del Sanedrín que agrupaba a los sumos sacerdotes depuestos. El cargo de sumo sacerdote o Pontífice era privilegio reservado a pocas familias judías. Bajo el régimen del Imperio romano, se perdió el principio de la herencia, y los soberanos romanos designaron a voluntad al sumo sacerdote, quien presidía el Sanedrín y representaba al pueblo (Hch 22,30; 25,2). Procónsul. Administrador que gobierna una provincia del Imperio romano. Según su dependencia y función, se distinguía al procónsul (Hch 13,7-12; 18,12), del procurador (Lc 3,1) y del legado (Lc 2,2). Profeta / profetizar. Persona que transmite e interpreta la voluntad de Dios a los hombres. En Lc encontramos a la profetisa Ana (Lc 2,36-38), a Juan Bautista (1,76) y a Jesús mismo (4,24; 7,16) que obran con la fuerza del Espíritu Santo. En las comunidades obraban profetas como Judas, Silas, las cuatro hijas de Felipe y otros más (Hch 13,1; 15,32; 21,9), así

08.245 - 31. Vocabulario

404

29/10/08 10:20

Página 404

LUCAS. HECHOS DE LOS APÓSTOLES

como profetas ambulantes como Ágabo (Hch 11,27-28; 21,10-11); también en las comunidades paulinas profetizar se pone en relación con la explicación de la Escritura (1 Cor 11,4-5; 14,1-5.22-24.29-32). Prosélito. Pagano convertido al judaísmo. Normalmente, judío es sólo quien es parido de una mujer judía (pertenencia genealógica). Timoteo, hijo de una mujer judía y de padre griego, y por ende, judío, debía ser circuncidado (Hch 16,1-3). Los conversos a la religión judía eran aceptados tras la circuncisión y un baño ritual o bautismo, y se comprometían a observar todos los estatutos de la Torá; en eso se diferencian de los temerosos de Dios. Saduceos. Grupo o partido de los sacerdotes aristócratas y de la nobleza influyente, que formaba parte del Sanedrín. No creían en la resurrección (Lc 20,27-40), ni en ángeles, ni en el Espíritu (Hch 23,8). Según los evangelios, los saduceos procuraban matar a Jesús y fueron determinantes en el proceso contra él (Lc 19,47; 22,54.66-71). Sanedrín. Consejo gubernamental de los judíos, de 70-72 miembros, seleccionados de entre las familias de los principales sacerdotes, y de entre los saduceos, escribas y fariseos. Era el «publicano mayor» o responsable de la tributación al Imperio romano, y de la administración del templo y su aparato; aunque acotado por el poder romano, podía decidir y fallar sentencias en el ámbito religioso. En el proceso de Jesús hizo los trabajos preparatorios. El proceso contra Esteban fue contrario a sus competencias (Hch 6,8-7,1.57-59). Señor (griego: kyrios). Título cristológico para Jesús que refleja su exaltación a Dios y lo confiesa como soberano y mesías (Hch 2,34-36). Los creyentes invocan a Jesús como a su Señor (Hch 9,14.21; 22,16). Temeroso de Dios. Eran gentiles interesados por la fe judía, pero que no podían vivir como judíos ( prosélitos) por alguna poderosa razón. Además del monoteísmo, practicaban la oración y la limosna (Hch 10,1-4), observaban preceptos dietéticos (Hch 15,20.29) y participaban del culto sinagogal (que era público). Eran de extracción helenista y pagana, y facilitaron la misión de los creyentes en Jesús, pues estaban familiarizados con las Escrituras y con los mandamientos de la Torá. Algunos eran personas influyentes (Hch 16,14; 17,4). Torá (hebreo = instrucción, ley, mandamientos). Comprende todos los mandamientos de Dios contenidos en el Pentateuco –primeros cinco libros de la Biblia– y que revelan su voluntad salvífica a los hombres. Junto con los Profetas y los Salmos, la Torá forma las Sagradas Escrituras (Lc 24,44). A Lucas le importa que la Torá –la voluntad salvífica de Dios– se realice (Lc 4,21; 16,17; 18,31-33; 22,37; Hch 3,18; 13,27.33) pese a tantos obstáculos y resistencias.

Related Documents


More Documents from "Villa Cantalapiedra"

January 2021 0
March 2021 0
January 2021 0
January 2021 0
January 2021 0
January 2021 0