Abordaje inicial en los servicios de urgencias
Laureano Quintero B., MD
Cali, Colombia - 2013 ABORDAJE INICIAL EN LOS SERVICIOS DE URGENCIAS
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ABORDAJE INICIAL EN LOS SERVICIOS DE URGENCIAS
Fundación Salamandra Trauma: abordaje inicial en los servicios de urgencias / autor editor Fundación Salamandra. -- 5a. ed. -- Cali: Fundación Salamandra, 2013. 676 p.; 28 cm. ISBN 978-958-57342-5-8 1. Urgencias médicas. 2. Accidentes. 3. Asistencia en emergencias. 4. Traumatología I. Tít. 616.025 cd 21 ed. A1386493 CEP-Banco de la República-Biblioteca Luis Ángel Arango
TRAUMA: ABORDAJE INICIAL EN LOS SERVICIOS DE URGENCIAS © Fundación Salamandra © Laureano Quintero Barrera, MD. Quinta edición actualizada 2013 ISBN 978-958-57342-5-8 Derechos Reservados Santiago de Cali, Colombia
En Colombia Cali Calle 18 Nº 122 Casa 03 Avenida Cañasgordas Pance PBX: (572) 372 8266 Telefax: (572) 555 1575 Bogotá Carrera 45 A Nº 91-25 La Castellana PBX: (571) 742 6442 Telefax: (571) 758 8425
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Francisco de Goya (1746-1828) Los fusilamientos del 3 de mayo de 1808, 1814 Óleo/lienzo, 266 x 345 cm Impresora Feriva S.A. Calle 18 No. 3-33 PBX: 524 9009
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Autores Cirujana Vascular Hospital Universitario del Valle y Centro Médico Imbanaco, Cirujana Vascular y del Laboratorio Vascular, Clínica Amiga de Comfandi.
. Médico y Cirujano, Universidad Libre, Unidad de Trasplantes Clínica Dime Cardiovascular, instructor internacional Fundación Salamandra.
. Subdirector del Servicio de Ortopedia y Traumatología, Hospital Universitario del Valle.
. Médico Universidad del Valle, candidato a Maestría en Epidemiología, asesor de Epidemiología Hospitalaria y Jefe del Comité de Infecciones del Hospital Universitario del Valle.
. Cirujano de Urgencias y Cuidado Intensivo Fundación Valle del Lili y Hospital Universitario del Valle . Médica y Cirujana, Residente de Oftalmología, Universidad del Valle. . Médico Fundación Universitaria San Martín, instructor internacional Fundación Salamandra. . Médico y Cirujano, residente de Anestesiología, Hospital Universitario del Valle, Universidad del Valle. . Médica y Cirujana, Universidad de Caldas, instructora Fundación Salamandra. . Médica y Cirujana, Universidad Libre, instructora internacional Fundación Salamandra. . Médica y Cirujana Universidad Libre de Cali, residente de Oftalmología, Universidad del Valle, instructora internacional Fundación Salamandra. . Biólogo, Jefe de Área de Biología, Unidad de Bienestar Animal, Fundación Zoológica de Cali. . Cirujano de Urgencias y Cuidados Intensivos, Fundación Valle del Lili, profesor Universidad del Valle.
Fellow en Cirugía de Trauma y Emergencias. Universidad del Valle. . Médico Internista de la Universidad del Valle, especialista en Enfermedades Infecciosas de la Universidad de Cincinnati-Estados Unidos, Jefe de Infectología Clínicas Cali Comfandi. . Médica Universidad del Valle, instructora internacional Fundación Salamandra. . Médico y Cirujano Universidad Libre de Cali, especialista en Medicina del Deporte, Universidad del Bosque, Coordinador de Innovación Fundación Salamandra, instructor internacional Fundación Salamandra. . Médico Pediatra Intensivista, Profesor Titular Emérito de Pediatría Universidad del Valle, Magíster en Salud Ocupacional Universidad del Valle, abogado Universidad San Buenaventura. . Médico de la Universidad del Valle, especialidad en Fisioterapia de Cuidado Intensivo de adulto. Universidad del Rosario; equipo de Cuidado Intensivo, Fundación Valle del Lili. . Médico y Cirujano, Universidad del Valle, médico del equipo de planta Unidad de Quemados Hospital Universitario del Valle.
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. Cirujano Vascular, instructor Fundación Salamandra. Fellow en Cirugía de Trauma y Emergencias. Universidad del Valle. Médico y Cirujano Universidad Libre, Maestría en Epidemiología Universidad del Valle. Médico y Cirujano del equipo de planta de la Unidad de Quemados del Hospital Universitario del Valle. . Médico Universidad de Caldas; Médico de Urgencias Fundación Clínica del Norte. . FACS, Cirujano de Urgencias, profesor del Departamento de Cirugía de la Salamandra, Director Clínica Amiga Comfandi. Médica y Cirujana, Universidad Libre, instructora internacional Fundación Salamandra. . Especialista en Ortopedia y Traumatología, Cirujano de Columna, Clínica Nuestra Señora de los Remedios. . Fellow en Cirugía de Trauma y Emergencias Universidad del Valle, Jefe Servicio de Urgencias Hospital Universitario del Valle. Médico Neurocirujano de la Universidad del Valle, Neurocirujano Clínica Amiga de Comfandi, instructor Fundación Salamandra.
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. Médico y Cirujano Universidad Nacional de Colombia, equipo de Anestesiología Universidad del Valle, Hospital Universitario del Valle, instructor Fundación Salamandra. . Coordinadora Operativa de Trasplantes, Fundación Valle del Lili. . Cirujano de Urgencias Hospital Universitario del Valle y de las Clínicas Cali Comfandi. . Cirujano Plástico Universidad del Valle y Hospital Universitario del Valle. . Médico y Cirujano Universidad Nacional de Colombia, instructor Fundación Salamandra. Médico Universidad Cooperativa de Colombia, Coordinador Académico Fundación Salamandra, instructor internacional Fundación Salamandra. . Cirujano de Urgencias y Cuidado Intensivo, Jefe del Equipo de Quemados Clínica Amiga Comfandi y Cirujano del Equipo de Urgencias Centro Médico Imbanaco. . Médico y Cirujano, instructor internacional Fundación Salamandra. . Médico y Cirujano, residente Anestesiología Hospital Universitario del Valle, Universidad del Valle. . Médica y Cirujana, Médica de la Unidad de Cirugía Plástica, Hospital Universitario del Valle.
Contenido Pág
Introducción .............................................................................. 9 1. Pautas generales de intervención .........................................13 Laureano Quintero B.
2. Metas en reanimación del paciente traumatizado ................49 Laureano Quintero B.
3. Líquidos y hemoderivados en trauma..................................61 Juan Carlos Salamea M.
4. Manejo de vía aérea en trauma ............................................73 Sebastián Alba O.
5. Oxigenoterapia en trauma....................................................89 Jaime Girón
6. Resucitación y cirugía en control de daños .........................99 Carlos Alberto Ordóñez D. Juan Carlos Salamea M. Juan Felipe Sanjuán
7. Choque en el paciente traumatizado ..................................117 Oscar Daniel Silva Laureano Quintero B. Ángela María Herrera P.
8. Trauma de cuello ..............................................................149 Laureano Quintero B. Ana María Hurtado
9. Trauma de tórax ................................................................169 Laureano Quintero B. Mario Alain Herrera
10. Guía de trauma abdominal penetrante ..............................199 Carlos A. Ordóñez D. Luis Fernando Pino O.
11. Manejo inicial de los pacientes con trauma abdominal cerrado .............................................................219 David Scavo Alberto García
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12. Trauma craneoencefálico....................................................233 Luis Fernando Santacruz Ángela María Herrera P.
13. Trauma raquimedular .........................................................259 Luis Fernando Santacruz Ángela María Herrera P.
14. Trauma en el embarazo ......................................................275 Guiset Carvajal B.
15. Manejo del paciente quemado ............................................289 Ricardo Ferrada. Juan Pablo Tróchez Javier Ayala I.
16. Metas de reanimación en el paciente quemado .................307 Julio César Aranzazu M.
17. Control ortopédico de daños ..............................................313 Luis Alberto Delgado
18. Trauma de extremidades y trauma deportivo ....................333 Jaime Andrés Roa S.
19. Trauma de mano ................................................................353 Mauricio Sanabria S. Viviana García G.
20. Trauma maxilofacial ..........................................................367 Mauricio Sanabria S.
21. Trauma pediátrico ..............................................................385 Christian Quesada
22. Accidente ofídico ...............................................................393 Maurix Fernando Rojas Carlos Andrés Galvis R. Luis Felipe Villota
..................................417 Ernesto Martínez B. Christian José Pallares G.
24. Trauma de tejidos blandos .................................................431 Mauricio Sanabria S.
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25. Trauma ocular.....................................................................445 Alejandra Arias
26. Quemaduras oculares .........................................................451 Beatriz Endo
27. Índices de gravedad en trauma ..........................................459 Liliana C. Castillo S.
28. Atención prehospitalaria en trauma ...................................469 Ricardo Andrés Troya B.
29. Trauma y donación de órganos ..........................................481 Alex H. Castro Vasco Ordóñez F. Fátima Jurado M.
30. Sedación y analgesia en urgencias.....................................509 Oscar Daniel Silva R. Marcos Silva R.
31. Cadena de custodia en trauma ...........................................529 Jaime Arturo Roa B. Jaime Andrés Roa S.
32. Cinemática del trauma .......................................................543 Javier Alejandro Jiménez G.
33. Procedimientos en la Unidad de Trauma ...........................565 Laureano Quintero B.
34. Trauma vascular periférico ................................................627 John Jairo Berrío C. Adelma Sofía Hoyos U.
...............................................634 John Jairo Berrío C. Adelma Sofía Hoyos U.
36. Galería interactiva – Aplicación de casos en trauma .........649
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Introducción La Fundación Salamandra ofrece con satisfacción esta quinta edición de Trauma, abordaje inicial en los servicios de urgencias. Hemos integrado en ella nuevos artículos y hemos revisado algunos de los anteriores con el afán de seguir contribuyendo a la literatura sobre Trauma de nuestro país.
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FRANCISCO DE GOYA (1746 – 1828) La Pradera de San Isidro, 1788 Óleo/lienzo, 44 x 94 cm.
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Pautas generales de intervención LAUREANO QUINTERO B.
La práctica diaria en el abordaje de múltiples víctimas de trauma apoyándonos en la mejor evidencia médica posible nos permite sugerir pautas de intervención en busca de resultados óptimos. El mundo académico de hoy seduce a los grupos de y la aplicación de los últimos y más novedosos procedimientos diagnósticos. Una primera recomendación es la de retomar en primera instancia la aplicación de los procedimientos básicos y disciplinar a todo el equipo para que aplique una secuencia No podemos insistir en buscar el último journal para encontrar nuevas verdades si nos olvidamos del ABCDE que recomienda la evaluación primaria del paciente traumatizado. Si no retornamos a la aplicación del ABCDE, ninguna unidad de quirófanos y ninguna unidad de terapia intensiva va a mejorar el pronóstico de las víctimas del trauma.
Recuerde su secuencia: Haga siempre contacto con su paciente Use sin excepciones sus elementos de bioseguridad Pida apoyo a su equipo para trabajar (No trabaje solo). Recoja completa y cuidadosa información sobre las circunstancias del evento (cinemática del trauma) A. Determine si la vía aérea está permeable y si va a permanecer permeable. Inicie soporte con oxígeno Haga un manejo cuidadoso de la columna vertebral cervical. Inmovilice la columna cervical si hay indicación para ello.
B. Determine si en el componente ventilatorio existen situaciones que amenazan la vida y que sean susceptibles de manejo inmediato. C. Haga valoración de la frecuencia cardíaca, del llenado capilar, del estado de conciencia, del pulso; determine si hay sangrado activo externo y contrólelo. Inicie la administración de líquidos. Compruebe si hay evidencias clínicas de sangrado interno activo. D. Evalúe la situación neurológica. Haga el Glasgow y evalúe pupilas y probable focalización. E. Haga exposición completa del paciente y proteja de la hipotermia. Evalúe los antecedentes de trascendencia a través del interrogatorio AMPLIA : Alergias Medicamentos Patologías Última ingesta Características del ambiente en el que se presentó el evento Practique su valoración secundaria. Vamos a hacer ahora algunos comentarios sobre aspectos relevantes de cada uno de estos componentes que han ido cambiando con el tiempo.
Las indicaciones generales para intubar a un paciente víctima de trauma se mantienen vigentes. No obstante, es necesario precisar varios puntos.
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Si usted va a intubar a un paciente con trauma maxilofacial complejo que la intubación se ejecute en un servicio de sala de opey por la necesidad ideal de contar con la participación de un anestesiólogo. Debe usted activar el equipo de cirugía plástica, maxilofacial y/o otorrinolaringología de acuerdo con la complejidad de la institución. Si usted labora en una institución de nivel poco complejo inicie oxigenación por el mejor método a su alcance y programe una inmediata remisión a un centro de trauma. Para estos pacientes el procedimiento previo a la intubación no debe involucrar el uso de relajantes musculares pues hay gran riesgo de broncoaspiración. Los pacientes con sospecha de quemadura de la vía aérea deben ser intubados precozmente y debe tenerse en cuenta que la infección de vías respiratorias multiplica el riesgo de mortalidad . La intubación debe (como en todos los casos) guardar todas las normas posibles de asepsia. El uso del combitubo está siendo progresivamente desplazado. Es muy probable que la máscara laríngea y el use más en el futuro. La secuencia de intubación rápida ha venido cambiando también para los servicios de urgencias. No se atropina y lidocaína como opciones farmacológicas. Se mantiene la recomendación de utilizar midazolam 0.1mg x kg, succinil colina 1 mg x kg y fentanyl. En todos los eventos de trauma con secuencia de intubación rápida o sin ella, la intubación debe ir acompañada de un proceso de preoxigenación y contar con monitoría de pulsoximetría, sin excepción. La preoxigenación se hará durante tres minutos si no hay paro cardiorrespiratorio. El estudio radiológico de columna cervical no se hace habitualmente en todo paciente traumatizado. Se mantiene la prescripción de practicarlo solamente en aquellas personas que evidencian dolor espontáneo o a la palpación en el componente vertebral; en aquellas personas no valorables por efectos de licor o tóxicos; en aquellas personas
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Pautas generales de intervención
la probable lesión. Y en aquellas personas en quienes la cinemática del trauma hace prever la presencia de lesión.
Las lesiones torácicas en su mayoría tendrán un manejo no quirúrgico y podrán ejecutarse en los servicios de urgencias o en quirófanos sin necesidad de toracotomía. La tendencia a usar tubos de tórax apunta a que progresivamente se utilizarán dispositivos de menor calibre, que generan menos molestias y complicaciones en el paciente. No obstante, mientras no sea una norma comprobada seguiremos usando tubos de tórax del calibre convencional. El eco FAST progresivamente va tomando mayores espacios en la valoración torácica del traumatizado. Centros de trauma con experiencia han suprimido la ventana pericárdica, reemplazándola por la ecografía subxifoidea o transtorácica. La valoración de probables lesiones diafragmáticas ha evolucionado y ocupan lugar predominante diagnóstico y terapéutico la laparoscopia y la toracoscopia. El scan multicorte ha ganado mucho terreno y es previsible que en el próximo futuro sea la herramienta diagnóstica por excelencia en sospechas de este tipo. Las lesiones de grandes vasos (aorta en particular) se abordan cada vez con mayor frecuencia a través de prótesis endovasculares, lo cual disminuye la probabilidad de morbilidad y mortalidad. Aún falta mucho terreno por recorrer en este campo.
La administración habitual de líquidos en bolos de 2000 cc ha sido replanteada. La situación de cada paciente puede invitar a que manejemos volúmenes a administrar más cuidadosamente. La tendencia a la reanimación hipotensiva debe considerarse con miras a no desencadenar mayores sangrados en pacientes en quienes su hemostasia ha limitado los focos de hemorragia. Entre las medidas que deben practicarse al ingreso del paciente y durante la valoración de su efectiva reanimación,
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Pautas generales de intervención
se recomienda tomar muestras para gases arteriales y calcular el exceso de base y la condición acidobásica como factores fundamentales para guiar la mejor reanimación posible. Las cifras de tensión arterial, frecuencia cardiaca y para garantizar que el paciente no se encuentra en choque o que ha sido adecuadamente reanimado. El uso del lactato sérico como método evaluativo de una adecuada reanimación es también de gran utilidad.
El Glasgow en cada paciente es un poderoso instrumento
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Igualmente aquí deben descartarse múltiples situaciones que originan pupilas midriáticas bilaterales poco reactivas y que no son necesariamente consecuencia de un grave daño cerebral. Algunas de las etiologías comunes de esta situación son : - Hipoxia - Hipovolemia - Choque profundo - Intoxicaciones - Contusión bilateral del tercer par - Hipotermia Sólo al descartar y corregir estas situaciones podremos aseverar que las pupilas midriáticas bilaterales hiporreacti-
de intervención. No obstante, su uso inadecuado puede conducir a que se condene a un paciente a elementales medidas de soporte por “pronóstico reservado”, o a que se le sobreintervenga. En este sentido hay varias observaciones pertinentes: - El Glasgow debe ser evaluado por una persona de experiencia en el área. ciente bajo efectos de tóxicos, licor o sedación. ciente hipóxico. en choque. Sin corregir la hipoxia, la hipotensión, el choque, los efectos del tóxico o el sedante, etc., no tendremos un Glasgow objetivo. Por otro lado, el examen de las pupilas sigue siendo adecuado plan terapéutico del paciente con trauma. Las pupilas se convierten en otra fuente de confusión si no se manejan conceptos claves. Las pupilas dilatadas bilateralmente y no reactivas o poco reactivas no necesariamente indican que “ya no hay paciente”; que “es solo ya candidato a donante de órganos”.
neurológica o neuroquirúrgica. Sigue siendo vital mantener en mente que todo paciente con trauma craneoencefálico agudo debe mantener presiones arteriales sistólicas mínimas de 90 mm de Hg y saturación arterial mínima de 90%.
exposición completa de cada paciente. Omitirlo es una de las fuentes más comunes y más letales de error. No mirar la parte posterior de cada paciente; no mirar las zonas axilar, perineal, genital o posterior del cuello implica pasar por alto y de mortalidad inaceptables. Igualmente, no debemos olvidarnos de proteger a cada paciente contra la hipotermia. Líquidos tibios, buen abrigo y ambientes adecuados de trabajo contribuirán a esto. Veamos ahora algunos algoritmos de trabajo en los que diferenciaremos las recomendaciones de atención en instituciones de complejidad intermedia (Nivel II) y en instituciones de alta complejidad (Nivel III).
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Hospital Nivel II
Utilice siempre sus medidas personales de protección (lentes, tapabocas, guantes). Haga contacto con su paciente pidiéndole el nombre y ofreciéndole ayuda, lo que puede indicarle, de paso, su y con claridad, seguramente tiene una vía aérea permeable. Pida apoyo a su equipo de trabajo (equipo de enfermería, terapia respiratoria, médico de apoyo, cirujano de urgencias o líder del equipo de trauma, según su escuela). Evite trabajar solo. Proceda a su secuencia ABCDE
A. Determine la permeabilidad de la vía aérea Despéjela de secreciones, cuerpos extraños, prótesis. Si está permeable determine si va a permanecer permeaProteja siempre la columna cervical; coloque siempre oxígeno con mascarilla con reservorio en el paciente traumatizado. Si tiene la opción, conecte al paciente al pulsoxímetro. Si su paciente está inconsciente, coloque una cánula orofaríngea y la mascarilla de oxígeno. ¿Cuándo intubar a un paciente con trauma múltiple?
B. Evalúe y propicie una buena ventilación Su paciente puede presentar vía aérea permeable, pero lesiones torácicas que impiden buen intercambio gaseoso. Inspeccione, palpe, percuta y ausculte, buscando las cinco situaciones que amenazan la vida. Si detecta alguna, manéjela de inmediato así: Neumotórax a tensión: Tubo de toracostomía. Hemotórax masivo: Tubo de toracostomía: si drena más de 1.500 cc, considerar de inmediato cirugía. Neumotórax abierto: Cierre el defecto en condiciones de asepsia. Coloque tubo de toracostomía. Tórax inestable: Oxigenoterapia (máscara con reservorio), terapia respiratoria, analgesia periférica (si no hay pronta respuesta considere catéter peridural. Si hay falla respiratoria declarada, proceda a intubación y manejo con ventilación asistida). Taponamiento cardiaco: Debe ser llevado a cirugía inmediatamente. Si en la valoración primaria no detecta lesiones amenazantes para la vida, proceda a la valoración secundaria para buscar y tratar las lesiones descritas en el capítulo correspondiente. Esto solamente cuando complete el ABCDE de la valoración primaria.
C. Garantice evaluación y manejo de la circulación y controle hemorragias
permeable la vía aérea por otros medios. En este caso es mejor intentarlo con personal de mucha experiencia e idealmente en sala de operaciones. bilidad de la vía aérea.
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Pautas generales de intervención
Determine coloración y temperatura de la piel, presencia o ausencia de sudoración, llenado capilar, frecuencia y naturaleza del pulso central y periférico, estado de conciencia. Tome la tensión arterial. Si hay sangrado activo externo haga compresión de la zona sangrante. Si el sangrado no se controla, proceda a cirugía. Inicie líquidos endovenosos con catéteres gruesos y cortos por vía periférica.
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Pautas generales de intervención
choque inicie una carga de 250 cc y determine la necesidad de cirugía. Si no hay evidencia de sangrado externo, valore siempre la condición general del abdomen (blando, distendido). Un abdomen normal no descarta la probabilidad de sangrado intraabdominal, pero un abdomen anormal puede fortalecer la mejor decisión. No olvide que en un paciente traumatizado con choque de origen inexplicado, la primera
Garantice su bioseguridad (guantes, tapabocas, lentes)
Haga contacto y verifique condición inicial (Pregunte el nombre a su paciente y ofrézcale ayuda)
Pida apoyo a su equipo de trabajo (Evite trabajar solo)
opción a considerar es el abdomen como fuente de tal estado. Valore la pelvis siempre como probable fuente de sangrado profuso. Haga las maniobras básicas de evaluación pélvica. Determine si hay deformidades óseas evidentes que puedan implicar pérdida acumulada de sangre que origine hipotensión. Si la lesión pélvica es importante remita al paciente a nivel III una vez estabilizado. Nunca atribuya el choque a trauma craneoencefálico sin una evaluación exhaustiva que descarte otra fuente.
Valore el estado de conciencia. Aplique el Glasgow. Evalúe las pupilas; la presencia o ausencia de lateralización. Pacientes con TCE moderado o grave deben ser remitidos a nivel III.
E. Exponga por completo al paciente Examine la espalda, la región perineal, los glúteos, la cara posterior de las extremidades, la región encefálica posterior. Cúbralo para protegerlo de la hipotermia. No olvide: Evite líquidos fríos al canalizar una vena.
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Despeje la vía aérea y determine si requiere o no vía aérea definitiva.
Garantice adecuado manejo de la columna cervical
Inspeccione, palpe, percuta y ausculte el tórax para buscar y manejar situaciones inmediatamente amenazantes para la vida s s s s s
#ONTROLE HEMORRAGIAS EXTERNAS POR COMPRESIØN $ETERMINE CALIDAD Y FRECUENCIA DEL PULSO PERIFÏRICO Y DEL CENTRAL $ETERMINE COLOR DE LA PIEL Y ESTADO DE CONCIENCIA 4EMPERATURA DE LA PIEL POR PALPACIØN LLENADO CAPILAR %VALÞE LA PROBABILIDAD DE SANGRADO INTERNO PELVIS ABDOMEN extremidades). s )NICIE LÓQUIDOS INTRAVENOSOS TIBIOS CATÏTER GRUESO Y CORTO s $ETERMINE SI REQUIERE TRANSFUSIØN INMEDIATA
s $ETERMINE EL 'LASGOW s 6ALORE LAS PUPILAS s $ETERMINE SI HAY LATERALIZACIØN
Determine destino ideal del paciente de acuerdo con su condición.
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Determine signos vitales y escala de Glasgow
Escala de Glasgow <13 ó Presión sistólica<90 ó Frecuencia respiratoria <10 ó >29 243 043 NO
Determine anatomía de la lesión y mecanismo de lesión
SI
4RAUMA PENETRANTE DE TØRAX ABDOMEN cabeza, cuello, pelvis, dos o más huesos largos proximales. Quemaduras GII >10% Adultos GIII > 5% Niños o ancianos. Muertos en la escena ocupantes del mismo vehículo Caída de 5 m o más. Eyección del vehículo o de la motocicleta. NO
SI
6AYA A UN CENTRO DE trauma. Notifique al centro regulador de urgencias y a la entidad de destino vía radio
SI 3) (!9 $5$!3 / $)&)#5,4!$ $% #/-5.)#!#)¼. 6!9! ! 5. #%.42/ $% 42!5-!
NO
Informe al CRU y solicite instrucciones para el destino
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Edad <10 ó >55 años Enfermedad asociada conocida previa Embarazada
Pautas generales de intervención
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2%%6!,Â% Oxigenación Perfusión Evento neurológico
Pautas generales de intervención
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¿No hay signos?
lesiones que amenacen la vida. Determine el nivel de la lesión.
Nivel II (extendido del cartílago cricoides hasta el hueso hioides y su proyección al ángulo de la mandíbula) Exploración de la herida para averiguar si penetra o no y
Nivel I (Extendido desde la horquilla esternal y el borde superior de las clavículas hasta el cartílago cricoides) Valoración de la lesión para investigar si compromete
puede penetrar en nivel I ó III. La exploración debe ser hecha por médico de planta entrenado, residente (si lo hay) o especialista; nunca por estudiante o interno sin supervisión directa.
No penetra: II. La exploración debe ser hecha por médico de planta entrenado, residente (si lo hay) o especialista; nunca por un estudiante o interno sin supervisión directa de alguno de ellos. El paciente debe encontrarse estable; de hallarse inestable proceda a su estabilización inmediata, incluso con traslado a sala de operaciones si es necesario. Si se estabiliza remita pronto a nivel III con transporte en el que debe participar el médico. Hasta donde sea posible, obtenga el consentimiento informado para el transporte.
No penetra: Salida.
Salida.
Penetra: Determine si hay signos de certeza o de alarma. ¿Hay signos de certeza de lesión vascular o signos que evidencian amenaza a la vida del paciente en forma inminente? Cirugía inmediatamente. ¿Hay signos de alarma de lesión vascular, o signos o síntomas que sugieren lesión de otra estructura anatómica del cuello? Remita a Nivel III. Eco duplex, faringoesofagograma, faringoesofagoscopia. Si no cuenta con opción de eco duplex proceda a angiografía. ¿No hay signos?
Penetra: Determine si hay signos de certeza o de alarma. ¿Hay signos de certeza de lesión vascular o signos que evidencian amenaza a la vida del paciente en forma inminente? Cirugía inmediatamente. ¿Hay signos de alarma de lesión vascular, o signos o síntomas que sugieren lesión de otra estructura anatómica del cuello? Remita a Nivel III. Angioscan. esofagograma, esofagoscopia y traqueobroncoscopia.
Nivel III (Extendido desde el ángulo de la mandíbula a la base del cráneo) Valoración de la herida, para determinar si atraviesa o no el
No penetra: Salida.
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Penetra: Determine si hay signos de certeza o de alarma o si no hay signos. ¿Hay signos de certeza? Traslado inmediato a cirugía. ¿Hay signos de alarma? Remisión a Nivel III. Angioscan. Nasolaringoscopia. ¿No hay signos?
¿Hay signos de certeza? Traslado inmediato a cirugía. ¿Hay signos de alarma?
por arma de fuego puede comprometer, según su trayecto, uno o todos los niveles del cuello. angioscan, esofagograma, esofagoscopia y estudio de vía aérea. Solamente en Nivel III.
Se presume que son penetrantes. Si no hay signos o síntomas el paciente debe ser sometido a observación por un
3)'./3 $% #%24%:! Sangrado activo Hematoma expansivo o pulsátil #HOQUE REFRACTARIO A ,%6 Herida soplante
02/4%*! 6)! !³2%!
%34!",% #/. 3)'./3 Mediastino ensanchado Soplo Hematoma estable Pulso disminuido Choque previo Herida por bala transcervical Hemoptisis Hematemesis Odinofagia 4RAYECTO DUDOSO EN PACIENTE NO valorable
CIRUGÍA
0/3)4)6/3
%345$)/3 .%'!4)6/3
SALIDA
Negativa NO %34!",% 3). 3)'./3
Observación 48 horas
0%.%42! SI
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Pautas generales de intervención
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Positiva
SALIDA
Pautas generales de intervención
,!6!$/ 35452! 02%6%.#)¼. 4³4!./3 SALIDA
./ 0%.%42!
3)'./3 $% #%24%:!
0%.%42!
SIGNOS DE ALARMA Remita a nivel III
CIRUGÍA
HACP: Observación 48h
:/.! )
Angioscan Esofagograma Esofagoscopia 4RAQUEOBRONCOSCOPIA
LAUREANO QUINTERO B.
:/.! ))
HAF: Observación
:/.! )))
Ecoduplex Faringoesofagograma Faringoesofagoscopia
de manejo en el servicio de urgencias. Practique el ABCDE del trauma.
SIN SIGNOS
Angioscan Nasolaringoscopia
paciente con tensión arterial sistólica por debajo de 90 mmHg. Paciente inestable hemodinámicamente: Traslado de inmediato a cirugía.
Paciente estable: El área precordial involucra el área contenida desde el borde inferior de las clavículas en ambos hemitórax (línea medioclavicular) hasta el reborde costal inferior.
A. Herida por arma cortopunzante: Explórela para determinar su trayecto y penetración. Una herida que fracture el esternón se considera penetrante, al igual que aquella que compromete el plano de la fascia de los músculos
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intercostales. Debe ser explorada por médico de planta entrenado, residente o profesor de cirugía; nunca por interno o por estudiante sin compañía. Si la herida no penetra: Lavado exhaustivo, sutura, prevención contra el tétanos y salida. Si la herida penetra: rior. Ecocardiograma subxifoideo. Ventana pericárdica. grama puede desplazar la ventana pericárdica. Si no hay ecocardiograma en nivel II proceda a ventana pericárdica. Si el ecocardiograma (o la ventana) es positivo: Cirugía (Toracotomía). Ecocardiograma negativo: Validación con ventana pericárdica. Hoy en día la mayoría de las escuelas solo solicitan ecocardiograma. B. Herida por arma de fuego o por almarada: Se presume que son penetrantes. No se exploran. Se procede a ecocardiograma o ventana pericárdica. Cuando se trate de pacientes con trauma cerrado torácico que se encuentran en paro cardiorrespiratorio con actividad eléctrica sin pulso, o en condición agónica (sin TA perceptible, esfuerzo respiratorio presente), se sugiere no intervenir dada la baja probabilidad de supervivencia.
El área toracoabdominal está comprendida entre el quinto espacio intercostal o las tetillas y el reborde costal inferior por delante, y la punta de la escápula y el reborde costal inferior por detrás.
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CIRUGÍA
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Toda herida toracoabdominal implica la sospecha de lesión de diafragma y el paciente no debe ser dado de alta hasta no descartar lesión de este músculo. Si el paciente se encuentra inestable hemodinámicamente se intentará su reanimación con bolos de líquidos isotónicos. Si no hay respuesta el paciente debe ser llevado a cirugía. Si el paciente se encuentra estable hemodinámicamente se procederá a practicar radiografía de tórax. Posteriormente a esto, debe practicarse laparoscopia o Si la laparoscopia o la toracoscopia son positivas se procederá a reparación del diafragma. Si son negativas el paciente puede ser dado de alta. Si no se dispone de laparoscopia o toracoscopia el paciente debe ir a laparotomía. Es probable que pronto se valide el scan multicorte como opción diagnóstica. En caso de que el paciente presente abdomen agudo deberá ir a cirugía sin estudios adicionales. Si presenta edad avanzada o comorbilidad importante debe remitirse a nivel III. La excepción a la regla de practicar laparoscopia, toracoscopia o laparotomía es la herida toracoabdominal derecha posterior, caso en el cual el paciente puede ser dado de alta luego de observación de unas 24 horas. Naturalmente, si el paciente con herida toracoabdominal derecha posterior presenta choque que no revierte al tratamiento o presenta abdomen agudo, debe ir a laparotomía.
MORIBUNDO o en paro cardiorrespiratorio con trauma cerrado
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ECO SUBXIFOIDEA / 6%.4!.! 0%2)#2$)#!
Pautas generales de intervención
LAUREANO QUINTERO B.
z./ ).4%26%.)2
AGÓNICO con trauma penetrante
).4%26%.)2 4ORACOSTOMÓA DE RESUCITACIØN
Pautas generales de intervención
LAUREANO QUINTERO B.
detectar, si es posible
-
car la lesión. El plan de observación y reposo del paciente será diferente de acuerdo con ciertos tipos de lesión en el hígado o el bazo. Además, debe practicarse una cuidadosa observación con miras a descartar otro tipo de lesión o
Paciente con abdomen valorable estable hemodinámicamente
incluso que el líquido libre corresponda a otra fuente que
–
paciente persiste inestable a pesar de la carga de líquidos,
–
–
Abdomen negativo: Observación durante 12 horas. Si continúa con abdomen negativo, se inicia vía oral; si la tolera sin complicaciones durante seis a doce horas más se ordenará salida. Abdomen dudoso: Proceda a scan abdominal con medio de contraste hasta donde sea posible. De no contar con scan, proceda a lavado peritoneal. Abdomen agudo: Proceda a laparotomía.
Paciente con abdomen valorable inestable hemodinámicamente (Tensión arterial sistólica debajo de 90 mmHg) En estos casos se supone que el ABCDE del trauma que se practica inicialmente ya ha descartado una fuente extraabdominal de la inestabilidad. Proceda a administrar una carga inicial de líquidos (250 cc) tibios a goteo abierto. Proceda a eco FAST inmediatamente. (Si usted dispone de eco FAST, siga este procedimiento mientras va pasando la carga de líquidos). Si el eco FAST detecta líquido libre en la cavidad, proceda a laparotomía. Si no dispone de eco FAST y/o el paciente persiste inestable a pesar de la carga de líquidos, proceda a laparotomía. Si el paciente se estabiliza luego de la carga de líquidos monitorice presión arterial y signos vitales cada diez minutos durante una hora. Si durante este periodo reaparece la hipotensión, proceda a laparotomía. No insista en la administración de líquidos. Si permanece estable, continúe monitoría estricta por doce horas más, antes de iniciar vía oral. En ocasiones cuando el paciente se ha estabilizado y el eco FAST muestra líquido libre en la cavidad abdominal, el equipo de trauma decide no intervenir de inmediato.
no sea víscera sólida. Si no dispone de eco FAST y/o el proceda a laparotomía (o LPD en sala de operaciones si la condición clínica del paciente lo permite).
Paciente con abdomen no valorable inestable hemodinámicamente: Descarte fuentes extraabdominales. Proceda a eco FAST.
¿Cuándo no es valorable? –
G
–
Efecto de licor o sustancias tóxicas.
–
Paciente bajo efectos de analgesia o sedación profunda continua.
–
Paciente con trauma abdominal sometido a cirugía extraabdominal bajo anestesia y quien no ha completado tiempo de observación.
Estable hemodinámicamente Proceda a scan de abdomen. De no disponer de scan abdominal proceda a lavado peritoneal.
Paciente estable hemodinámicamente Determine l Lesión de abdomen anterior: Aunque se describe la
se extiende hasta la línea axilar media y después de esta se denomina abdomen posterior. Proceda a la exploración de la herida. Si atraviesa la fascia posterior se considera penetrante. La exploración la debe hacer el médico entrenado, el residente (si lo hay) o
ABORDAJE INICIAL EN LOS SERVICIOS DE URGENCIAS
23
ABORDAJE INICIAL EN LOS SERVICIOS DE URGENCIAS
el profesor de cirugía. Nunca debe ser hecha por el interno o el estudiante en solitario. Si la lesión no penetra: Lavado, sutura, prevención del tétanos y salida. Si la lesión penetra: Observación doce horas antes de probar vía oral. Si el abdomen es positivo desde el inicio o se torna positivo durante la observación, proceda a laparotomía. rior): Por sus características anatómicas y la gruesa capa muscular que se encuentra allí, no se consideran lesiones explorables convencionalmente, aunque sí deben valorarse
Deje al paciente en observación. Si se torna positivo el abdomen, proceda a laparotomía. Paciente inestable hemodinámicamente: Administre bolos de 250 cc de líquidos isotónicos tibios a goteo abierto. Si hay respuesta proceda a controlar la tensión arterial y signos vitales cada diez minutos durante una hora. Si reaparece la hipotensión, realice laparotomía. No insista en administración de líquidos. Si el paciente se muestra estable, monitorice durante doce horas sin vía oral. Si reaparece la hipotensión, proceda a laparotomía.
considera penetrante. Si el abdomen es positivo desde el inicio o se torna positivo durante la observación, proceda a laparotomía. Si el abdomen es dudoso en presencia de lesión lumbar, debe realizarse laparotomía ya que una lesión posterior no tiene por qué originar ninguna manifestación en el abdomen anterior. Las manifestaciones en el abdomen posterior pueden evidenciarse más tardíamente y por ello se recomienda una
Paciente estable hemodinámicamente
Paciente eviscerado: Proceda a laparotomía. Paciente con epiplocele: Con anestesia local y respetando las normas de asepsia, ligue la base del epiplocele.
Inicie administración de líquidos isotónicos endovenosos y proceda a laparotomía. No espere respuesta a los líquidos.
24
Pautas generales de intervención
Si el abdomen es negativo, proceda a observación estricta agudo o hipotensión) proceda a laparotomía. Abdomen dudoso o positivo desde el ingreso: proceda a laparotomía.
Paciente inestable hemodinámicamente (tensión arterial sistólica por debajo de 90 mmHg)
LAUREANO QUINTERO B.
Pautas generales de intervención
42!5-! 4/2!#/!"$/-).!,
SÍ
NO
!4%.#)¼. 02)-!2)!
LAUREANO QUINTERO B.
CIRUGÍA
z%34!"),):!
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DIAFRAGMA SANO
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REPARO POR 4/2!#/3#/0)! 45"/ $% 4¼2!8
NORMAL ABDOMEN (-)
REPARO POR LAPAROSCOPIA
(+) LAPAROSCOPIA (-)
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ABORDAJE INICIAL EN LOS SERVICIOS DE URGENCIAS
25
ABORDAJE INICIAL EN LOS SERVICIOS DE URGENCIAS
42!5-! #%22!$/ $% !"$/-%.
).%34!",% -!.%*/ ).)#)!, #/. ,%6
RESPONDE
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SCAN
NO RESPONDE Ó RESPONDE Y ECO +*
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ABCDE ABDOMEN 6ALORABLE
(+)
ABDOMEN no valorable (-)
(-)
(+)*
/"3%26!#)¼. ( CIRUGÍA
DUDOSO
).%34!",%
42- Glasgow <10 - Intoxicación aguda con alcohol o drogas - Uso continuo de opioides para analgesia - Anestesia conductiva o general
SCAN
LPD (+)
100.000 Glóbulos rojos
> 10 cc de sangre
).%34!",%
SCAN Ó LPD Según disponibilidad
%34!",%
LPD (-)
Observación
500 Leucocitos
Máximo en 4 – 6h
SCAN*
* Si el eco FAST es + pero el paciente se estabiliza con rapidez puedo proceder a scan, siempre y cuando permanezca estable.
*
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Pautas generales de intervención
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Scan+: va a cirugía de acuerdo con hallazgos. Ver adelante.
Pautas generales de intervención
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SCAN
(-) Para lesión de víscera hueca ó sólida
(+) Para lesión de víscera sólida
(+) Para lesión de víscera hueca
/"3%26!#)¼. ( ,!0!2/4/-·! Cumple criterio s /BSERVACIONES s 5#) s %STABLE s !BDOMEN VALORABLE
No cumple criterios o no cumple con recursos para adecuada monitoría
-!.%*/ ./ /0%2!4/2)/
ABORDAJE INICIAL EN LOS SERVICIOS DE URGENCIAS
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ABORDAJE INICIAL EN LOS SERVICIOS DE URGENCIAS
ARMA BLANCA ).%34!",%
RESPONDE A -!.%*/ #/. ,%6
ARMA DE FUEGO
NO RESPONDE
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HDA. EN ABDOMEN !.4%2)/2
).%34!",%
DUDOSA -!.%*% #/-/ 0%.%42!.4%
EXPLORAR HERIDA 0%.%42!
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EPIPLOCELE
%6)3#%2!#)¼.
Ligue, reseque y observe si desarrolla abd + laparotomía
ABDOMEN (+)
ABDOMEN (-)
ABDOMEN (+)
,!0!2/4/-·!
/"3%26!#)¼. 24 A 48 HORAS
ABDOMEN DUDOSO
./ 0%.%42!
s ,AVADO s 3UTURA s 0ROlLAXIS antitetánica
LAPAROSCOPIA 5 /"3%26!#)¼. #,·.)#! #/.4).5! #2)4%2)/ $%, %15)0/
SALIDA
(%2)$! 0/2 !2-! ",!.#! %. !"$/-%. 0/34%2)/2
ABDOMEN (-)
ABDOMEN DUDOSO
/"3%26!#)¼. 48 HORAS
28
Pautas generales de intervención
ABDOMEN (+)
,!0!2/4/-·!
LAUREANO QUINTERO B.
%34!",%
ABDOMEN (-)
Pautas generales de intervención
¿Cuándo hacer estudios? Guía para screening de pacientes con sospecha de lesión de columna vertebral. a. Persona con paraplejía o cuadriplejía. Se debe tener la presunción de inestabilidad espinal. b. Pacientes despiertos, alerta, sobrios y neurológicamente normales, sin dolor de cuello: Es improbable ciente en posición supina. Palpe la columna cervical. que mueva voluntariamente su cuello de lado a lado.
c.
d.
e. f.
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extensión de cuello. De nuevo si no hay dolor, no se considera mandatorio el estudio de columna cervical. Despiertos, alertas, neurológicamente normales pero con dolor de cuello. Todos deben incluir estudio radiológico de columna cervical dentro de su valoración. Determine si tomará scan o resonancia magnética (Nivel III). Pacientes en coma, con estado de conciencia alterado o muy jóvenes para describir sus síntomas: Scan de columna cervical. Hay dudas por cualquier razón: Scan. Siempre consulte al ortopedista o al neurocirujano si hay sospecha de lesión.
4RAUMA #ERRADO
4RAUMA 0ENETRANTE
Alteración en estado de conciencia TØXICOS n LICOR n 4#% ASOCIADO
Déficit neurológico SI
NO
SI 02!#4)15% ).-/6),):!#)¼. 4RANSPORTE A UN CENTRO DE 4RAUMA
SI
¿Dolor a la palpación DE COLUMNA VERTEBRAL
).-/6),):!#)¼. NO INDICADA
).-/6),)#%
z$ÏlCIT NEUROLØGICO
3) (!9 $5$!3 ).-/6),)#%
¿Deformidad anatómica EN ÉREA VERTEBRAL
NO Mecanismo que hace suponer riesgo de lesión
02!#4)15% ).-/6),):!#)¼. 4RANSPORTE A UN CENTRO DE 4RAUMA
NO
SI
NO
0RESENCIA EVIDENCIA DE ALCOHOLDROGAS O limitación para la comunicación SI
NO
02!#4)15% ).-/6),):!#)¼.
).-/6),):!#)¼. ./ ).$)#!$!
4RANSPORTE A UN CENTRO DE 4RAUMA
4RANSPORTE A UN CENTRO DE 4RAUMA
).-/6),):!#)¼. ./ ).$)#!$! 4RANSPORTE A UN CENTRO DE 4RAUMA
ABORDAJE INICIAL EN LOS SERVICIOS DE URGENCIAS
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ABORDAJE INICIAL EN LOS SERVICIOS DE URGENCIAS
4RAUMA PENETRANTE DE EXTREMIDADES Enfoque diagnóstico
z3)'./3 $% #%24%:!
CIRUGÍA
SI
(+)
NO / -!.%*/ %.$/6!3#5,!2 .)6%, )))
z3)'./3 $% !,!2-!
SI
IPA
(+)
ANGIOSCAN o Cirugía
NO
/"3%26!#)¼.
(+)
(-)
(-)
CASA
30
Pautas generales de intervención
LAUREANO QUINTERO B.
Pautas generales de intervención
LAUREANO QUINTERO B.
Hospital Nivel III
B. Evalúe y propicie una buena ventilación Utilice siempre sus medidas personales de protección (lentes, tapabocas, guantes). Haga contacto con su paciente pidiéndole el nombre y ofreciéndole ayuda, con lo cual, de paso, puede determinar
claridad, seguramente tiene una vía aérea permeable. Pida apoyo a su equipo de trabajo (equipo de enfermería, terapia respiratoria, médico de apoyo, cirujano de urgencias o líder del equipo de trauma según su escuela). Evite trabajar solo. Proceda a su secuencia ABCDE
A. Determine la permeabilidad de la vía aérea Despéjela de secreciones, cuerpos extraños, prótesis. Si está permeable determine si va a permanecer permeaProteja siempre la columna cervical, coloque siempre oxígeno con mascarilla, con reservorio, en el paciente traumatizado. Si tiene la opción conecte al paciente al pulsoxímetro. Si su paciente está inconsciente coloque una cánula orofaríngea y la mascarilla de oxígeno. ¿Cuándo intubar a una paciente con trauma múltiple?
permeable la vía aérea por otros medios. bilidad de la vía aérea.
Su paciente puede presentar vía aérea permeable, pero lesiones torácicas que impiden el buen intercambio gaseoso. Inspeccione, palpe, percuta y ausculte, buscando las cinco situaciones que amenazan la vida. Si detecta alguna, manéjela de inmediato así: Neumotórax a tensión: Tubo de toracostomía. Hemotórax masivo: Tubo de toracostomía, si drena más de 1500 cc, considerar cirugía de inmediato. Neumotórax abierto: Cierre el defecto en condiciones de asepsia. Coloque tubo de toracostomía. Tórax inestable: Oxigenoterapia (máscara con reservorio), terapia respiratoria, analgesia periférica (si no hay pronta respuesta considere catéter peridural. Si hay falla respiratoria declarada, proceda a intubación y manejo con ventilación asistida). Taponamiento cardiaco: Debe ser llevado a cirugía inmediatamente. Si en la valoración primaria no detecta lesiones amenazantes para la vida, proceda a la valoración secundaria para hallar y manejar las lesiones descritas en el capítulo correspondiente. Esto solamente cuando complete el ABCDE de la valoración primaria.
C. Garantice evaluación y manejo de la circulación y controle hemorragias Determine coloración y temperatura de la piel, presencia o ausencia de sudoración, llenado capilar, frecuencia y naturaleza del pulso central y del periférico, estado de conciencia. Tome la tensión arterial. Si hay sangrado activo externo haga compresión de la zona sangrante. Si el sangrado no se controla, proceda a cirugía. Inicie líquidos endovenosos por vía periférica con catéteres gruesos y cortos.
de 250 cc y determine la necesidad de cirugía. Considere
ABORDAJE INICIAL EN LOS SERVICIOS DE URGENCIAS
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ABORDAJE INICIAL EN LOS SERVICIOS DE URGENCIAS
la necesidad de administración de glóbulos rojos, plaquetas y plasma. Si no hay evidencia de sangrado externo, valore siempre la condición general del abdomen (blando, distendido). Un abdomen normal no descarta probabilidad de sangrado intraabdominal, pero un abdomen anormal puede fortalecer la mejor decisión. No olvide que en un paciente traumatizado con choque de origen
Garantice su bioseguridad (guantes, tapabocas, lentes)
Haga contacto para verificar condición inicial (Pregunte el nombre a su paciente y ofrézcale ayuda)
Pida apoyo a su equipo de trabajo (Evite trabajar solo)
inexplicado, la primera opción a considerar es el abdomen como fuente del choque. Valore la pelvis siempre como probable fuente de sangrado profuso. Haga las maniobras básicas de evaluación pélvica. Determine si hay deformidades óseas evidentes que puedan implicar pérdida acumulada de sangre que origine hipotensión. Nunca atribuya el choque a trauma craneoencefálico sin una evaluación exhaustiva que descarte otra fuente.
D. rológico
-
Valore estado de conciencia. Determine el Glasgow. Evalúe pupilas. Evalúe presencia o ausencia de lateralización.
E. Exponga por completo al paciente Examine la espalda, la región perineal, los glúteos, la cara posterior de las extremidades, la región encefálica posterior. Cúbralo para protegerlo de la hipotermia. No olvide: evite líquidos fríos al canalizar una vena.
32
Pautas generales de intervención
Despeje la vía aérea y determine si requiere o no vía aérea definitiva. Garantice adecuado manejo de la columna cervical
Inspeccione, palpe, percuta y ausculte el tórax para buscar y manejar situaciones inmediatamente amenazantes para la vida
s s s s s s s .
#ONTROLE HEMORRAGIAS EXTERNAS POR COMPRESIØN $ETERMINE CALIDAD Y FRECUENCIA DEL PULSO PERIFÏRICO Y DEL CENTRAL $ETERMINE COLOR DE LA PIEL Y ESTADO DE CONCIENCIA 4EMPERATURA DE LA PIEL POR PALPACIØN LLENADO CAPILAR %VALÞE LA PROBABILIDAD DE SANGRADO INTERNO PELVIS ABDOMEN EXTREMIDADES )NICIE LÓQUIDOS INTRAVENOSOS TIBIOS CATÏTER GRUESO Y CORTO $ETERMINE SI REQUIERE TRANSFUSIØN INMEDIATA
s $ETERMINE EL 'LASGOW s 6ALORE LAS PUPILAS s $ETERMINE SI HAY LATERALIZACIØN
Determine destino ideal del paciente de acuerdo con su condición.
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Pautas generales de intervención
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Nivel II (Extendido del cartílago cricoides hasta el hueso hioides y su proyección al ángulo de la mandíbula) lesiones que amenacen la vida. Determine nivel de la lesión.
Nivel I (Extendido desde la horquilla esternal y el borde superior de las clavículas hasta el cartílago cricoides)
Exploración de la herida para investigar si penetra o II puede penetrar en nivel I ó III. La exploración debe ser hecha por médico de planta entrenado, residente o profesor; nunca por estudiante o interno sin supervisión directa de cualquiera de ellos.
No penetra:
Valoración de la lesión para investigar si compromete Salida. II. La exploración debe ser hecha por médico de planta entrenado, residente o profesor. Nunca por un estudiante o interno sin supervisión directa presencial de alguno de ellos. El paciente debe encontrarse estable; de hallarse inestable proceda a su estabilización inmediata incluso con traslado a sala de operaciones si es necesario.
No penetra: Salida.
Penetra:
Penetra: Determine si hay signos de certeza o de alarma. ¿Hay signos de certeza de lesión vascular o signos que evidencian amenaza a la vida del paciente en forma inminente? Cirugía inmediatamente. ¿Hay signos de alarma de lesión vascular, o signos o síntomas que sugieren lesión de otra estructura anatómica del cuello? Eco duplex, faringoesofagograma, faringoesofagoscopia. Si no cuenta con opción de eco duplex proceda a angioscan. ¿No hay signos?
Determine si hay signos de certeza o de alarma. ¿Hay signos de certeza de lesión vascular o signos que evidencian amenaza a la vida del paciente en forma inminente? Cirugía inmediatamente. ¿Hay signos de alarma de lesión vascular, o signos o síntomas que sugieren lesión de otra estructura anatómica del cuello?
Nivel III (Extendido desde el ángulo de la mandíbula hasta la base del cráneo) Valoración de la herida para determinar si atraviesa o no el
No penetra: Salida.
Angioscan, esofagograma, esofagoscopia y broncoscopia. ¿No hay signos? Observación durante 24 horas.
Penetra: Determine si hay signos de certeza o de alarma o si no hay signos.
ABORDAJE INICIAL EN LOS SERVICIOS DE URGENCIAS
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ABORDAJE INICIAL EN LOS SERVICIOS DE URGENCIAS
¿Hay signos de certeza? Traslado inmediato a cirugía. ¿Hay signos de alarma? Angioscan. Nasolaringoscopia. ¿No hay signos?
¿Hay signos de certeza? Traslado inmediato a cirugía. ¿Hay signos de alarma o no hay signos? Estudios habituales de acuerdo con el nivel de la lesión. meter, según su trayecto, uno o todos los niveles del cuello.
Heridas por arma de fuego Se presume que son penetrantes. Si no hay signos o síntomas el paciente debe ser sometido a observación por
3)'./3 $% #%24%:! Sangrado activo grave Hematoma expansivo o pulsátil #HOQUE REFRACTARIO A ,%6 Herida soplante
angioscan, esofagograma, esofagoscopia y estudio de vía aérea.
6)! !³2%!
%34!",% #/. 3)'./3 Mediastino ensanchado Soplo Hematoma estable Pulso disminuido Choque previo Herida por bala transcervical Hemoptisis Hematemesis Odinofagia Enfisema subcutáneo 4RAYECTO DUDOSO EN PACIENTE no valorable
CIRUGÍA
0/3)4)6/3
%345$)/3
.%'!4)6/3
SALIDA
Negativa NO %34!",% 3). 3)'./3
Observación 48 horas
0%.%42! SI
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Pautas generales de intervención
LAUREANO QUINTERO B.
Positiva
Pautas generales de intervención
,!6!$/ 35452! 02%6%.#)¼. 4³4!./3 SALIDA
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3)'./3 $% #%24%:!
0%.%42!
SIGNOS DE ALARMA
CIRUGÍA
HACP: Observación 48h
:/.! )
Angioscan Esofagograma Esofagoscopia 4RAQUEOBRONCOSCOPIA
LAUREANO QUINTERO B.
:/.! ))
tibles de manejo en el servicio de urgencias. Practique el ABCDE del trauma.
1. Trauma precordial El área precordial involucra el área contenida desde el borde inferior de las clavículas en ambos hemitórax (línea medioclavicular) hasta el reborde costal inferior.
HAF: Observación
:/.! )))
Ecoduplex Faringoesofagograma Faringoesofagoscopia
-
SIN SIGNOS
Angioscan Nasolaringoscopia
paciente con tensión arterial sistólica por debajo de 90 mmHg. Paciente inestable hemodinámicamente: Traslado de inmediato a cirugía.
A. Herida por arma cortopunzante: Explórela para determinar su trayecto y penetración. Una herida que fracture el esternón se considera penetrante. Herida que compromete el plano de la fascia de los músculos intercostales se considera penetrante.
ABORDAJE INICIAL EN LOS SERVICIOS DE URGENCIAS
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ABORDAJE INICIAL EN LOS SERVICIOS DE URGENCIAS
Debe ser explorada por médico de planta entrenado, residente o profesor de cirugía; nunca por el interno o por el estudiante sin compañía. Si la herida no penetra Lavado exhaustivo, sutura, prevención contra el tétanos y salida. Si la herida penetra: rior. Ecocardiograma subxifoideo. Ventana pericárdica. diograma puede desplazar la ventana pericárdica. Si el ecocardiograma es positivo: Cirugía (Toracotomía). Considerar previa ventana pericárdica. Ecocardiograma negativo: Validación con ventana pericárdica. Hoy en día la mayoría de las escuelas, solo solicitan ecocardiograma. B. Herida por arma de fuego o por almarada: Se presume que son penetrantes. No se exploran. Se procede a ecocardiograma con el mismo esquema anteriormente descrito de validación con ventana pericárdica. Cuando se trate de pacientes con trauma cerrado torácico que se encuentran en paro cardiorrespiratorio con actividad eléctrica sin pulso, o en condición agónica (sin TA perceptible, esfuerzo respiratorio presente), se sugiere no intervenir dada la baja probabilidad de supervivencia.
2. Herida toracoabdominal El área toracoabdominal se extiende entre el quinto espacio intercostal o las tetillas y el reborde costal inferior
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CIRUGÍA
36
por delante, y la punta de la escápula y el reborde costal inferior por detrás. Toda herida toracoabdominal implica la sospecha de lesión de diafragma y el paciente no debe ser dado de alta hasta descartar lesión de este músculo. Si el paciente se encuentra inestable hemodinámicamente se intentará su reanimación con bolos de 250 cc de líquidos isotónicos. Si no hay respuesta el paciente debe ser llevado a cirugía. Si el paciente se encuentra estable hemodinámicamente se procederá a practicar radiografía de tórax. Posteriormente a esto, debe practicarse laparoscopia o Si la laparoscopia o toracoscopia son positivas se procederá a reparación del diafragma. Si son negativas el paciente puede ser dado de alta. Si no se dispone de laparoscopia o toracoscopia el paciente debe ir a laparotomía. En caso de que el paciente presente abdomen agudo deberá ir a cirugía sin estudios adicionales. La excepción a la regla de practicar laparoscopia, toracoscopia o laparotomía es la herida toracoabdominal derecha posterior, caso en el cual el paciente puede ser dado de alta luego de observación de unas 24 horas. Naturalmente, si el paciente con herida toracoabdominal derecha posterior presenta choque que no revierte al tratamiento o presenta abdomen agudo, debe ir a laparotomía.
MORIBUNDO o en paro cardiorrespiratorio con trauma cerrado
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%#/ 35"8)&/)$%! / 6%.4!.! 0%2)#2$)#!
Pautas generales de intervención
LAUREANO QUINTERO B.
z./ ).4%26%.)2
AGÓNICO con trauma penetrante
).4%26%.)2 4ORACOTOMÓA DE RESUCITACIØN
Pautas generales de intervención
–
–
–
Abdomen negativo: Observación durante 12 horas. Si continúa con abdomen negativo se inicia vía oral; si la tolera sin complicaciones durante seis a doce horas más se ordenará salida. Abdomen dudoso: Proceda a scan abdominal con medio de contraste hasta donde sea posible. De no contar con scan, proceda a lavado peritoneal. Abdomen agudo: Proceda a laparotomía.
Paciente con abdomen valorable inestable hemodinámicamente (Tensión arterial sistólica debajo de 90 mmHg) En estos casos se supone que el ABCDE del trauma que se practica inicialmente ya ha descartado una fuente extraabdominal de la inestabilidad. Proceda a administrar una carga inicial de líquidos (250 cc) tibios a goteo abierto. Proceda a eco FAST inmediatamente. (Si usted dispone de eco FAST, siga este procedimiento mientras va pasando la carga de líquidos). Si el eco FAST detecta líquido libre en cavidad, proceda a laparotomía. Si no dispone de eco FAST y/o el paciente persiste inestable a pesar de la carga de líquidos, proceda a laparotomía. Si el paciente se estabiliza luego de la carga de líquidos monitorice presión arterial y signos vitales cada diez minutos durante una hora. Si durante este periodo reaparece la hipotensión, proceda a laparotomía. No insista en la administración de líquidos. Si permanece estable, continúe monitoría estricta por doce horas más antes de iniciar vía oral. En ocasiones cuando el paciente se ha estabilizado y el eco FAST muestra líquido libre en la cavidad abdominal, el equipo de trauma decide no intervenir de inmediato. En esos casos
LAUREANO QUINTERO B.
observación y reposo del paciente será diferente de acuerdo con ciertos tipos de lesión en el hígado o el bazo. Además debe practicarse una cuidadosa observación con miras a descartar otro tipo de lesión o incluso que el líquido libre corresponda a otra fuente que no sea víscera sólida. Si no dispone de eco FAST y/o el paciente persiste inestable a pesar de la carga de líquidos, proceda a laparotomía (o LPD en sala de operaciones si la condición clínica del paciente lo permite).
Paciente con abdomen no valorable inestable hemodinámicamente Descarte fuentes extraabdominales, proceda a eco FAST. – – – –
¿Cuándo no es valorable? Glasgow menor o igual a 10 Lesión raquimedular Efecto de licor o sustancias tóxicas Paciente bajo efectos de analgesia o sedación profunda continua Paciente con trauma abdominal sometido a cirugía extraabdominal bajo anestesia y quien no ha completado tiempo de observación. Abdomen estable.
Estable hemodinámicamente Proceda a scan de abdomen. De no disponer de scan abdominal proceda a lavado peritoneal.
Lesión de abdomen anterior: Aunque se describe la
se extiende hasta la línea axilar media y después de esta se denomina abdomen posterior. Proceda a la exploración de la herida. Si atraviesa la fascia posterior, se considera penetrante. La exploración la debe hacer el médico entrenado, el residente o el profesor de cirugía; nunca debe ser hecha por el interno o el estudiante en solitario. Si la lesión no penetra: Lavado, sutura, prevención del tétanos y salida.
ABORDAJE INICIAL EN LOS SERVICIOS DE URGENCIAS
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ABORDAJE INICIAL EN LOS SERVICIOS DE URGENCIAS
Si la lesión penetra: Observación doce horas, antes de probar vía oral. Si el abdomen es positivo desde el inicio o se torna positivo durante la observación, proceda a laparotomía. posterior) Por sus características anatómicas y la gruesa capa muscular que se encuentra allí, no se consideran lesiones explorables convencionalmente, aunque sí deben -
Paciente inestable hemodinámicamente Administre bolos de 250 cc de líquidos isotónicos tibios a goteo abierto. Si no hay respuesta, proceda a laparotomía. Si hay respuesta proceda a controlar la tensión arterial y signos vitales cada diez minutos durante una hora. Si reaparece la hipotensión, realice laparotomía. No insista en administración de líquidos. Si el paciente se muestra estable, monitorice durante doce horas sin vía oral. Si reaparece la hipotensión, proceda a laparotomía.
táneo, se considera penetrante. Si el abdomen es positivo desde el inicio o se torna positivo durante la observación, proceda a laparotomía. Si el abdomen es dudoso en presencia de lesión lumbar, debe realizarse laparotomía ya que una lesión posterior no tiene por qué originar ninguna manifestación en el abdomen anterior. Las manifestaciones en el abdomen posterior pueden evidenciarse más tardíamente y por ello se recomienda una Paciente eviscerado: Proceda a laparotomía. Paciente con epiplocele: Con anestesia local y respetando normas de asepsia, ligue la base del epiplocele. Deje al paciente en observación. Si se torna positivo el abdomen, proceda a laparotomía.
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Pautas generales de intervención
Si el abdomen es negativo, proceda a observación dudoso, agudo o hipotensión) proceda a laparotomía. Abdomen dudoso o positivo desde el ingreso: proceda a laparotomía. Paciente inestable hemodinámicamente (tensión arterial sistólica por debajo de 90 mmHg) Inicie administración de líquidos isotónicos endovenosos y proceda a laparotomía. No espere respuesta a los a cirugía.
LAUREANO QUINTERO B.
Pautas generales de intervención
42!5-! 4/2!#/!"$/-).!,
NO
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LAUREANO QUINTERO B.
CIRUGÍA
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DIAFRAGMA SANO
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NORMAL ABDOMEN (-)
REPARACIÓN POR LAPAROSCOPIA
(+) LAPAROSCOPIA (-)
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ABORDAJE INICIAL EN LOS SERVICIOS DE URGENCIAS
39
ABORDAJE INICIAL EN LOS SERVICIOS DE URGENCIAS
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RESPONDE
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SCAN
NO RESPONDE Ó RESPONDE Y ECO +
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ABCDE
(+) (-)
(+)*
CIRUGÍA
ABDOMEN 6ALORABLE
ABDOMEN no valorable (-)
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DUDOSO
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42- Glasgow <10 - Intoxicación grave con alcohol o drogas - Uso continuo de opioides para analgesia - Anestesia conductiva o general
SCAN
LPD (+)
100.000 G rojos
> 10 cc de sangre
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SCAN Ó LPD Según disponibilidad
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500 Leucocitos
Pautas generales de intervención
Observación
SCAN*
*
40
LPD (-)
LAUREANO QUINTERO B.
Scan+: va a cirugía de acuerdo con hallazgos. Ver adelante.
Pautas generales de intervención
LAUREANO QUINTERO B.
SCAN
(-) Para lesión de víscera hueca ó sólida
(+) Para lesión de víscera sólida
(+) Para lesión de víscera hueca
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No cumple criterios o no cumple con recursos para adecuada monitoría
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ABORDAJE INICIAL EN LOS SERVICIOS DE URGENCIAS
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ABORDAJE INICIAL EN LOS SERVICIOS DE URGENCIAS
ARMA BLANCA ).%34!",%
RESPONDE A -!.%*/ #/. ,%6
ARMA DE FUEGO
NO RESPONDE
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EXPLORAR HERIDA 0%.%42!
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EPIPLOCELE
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Ligue, reseque y observe si desarrolla abd + laparotomía
ABDOMEN (+)
ABDOMEN (-)
ABDOMEN (+)
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/"3%26!#)¼. 24 A 48 HORAS
ABDOMEN DUDOSO
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LAPAROSCOPIA 5 /"3%26!#)¼. #,·.)#! #/.4).5! #2)4%2)/ $%, %15)0/
SALIDA
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ABDOMEN (-)
ABDOMEN DUDOSO
/"3%26!#)¼. 48 HORAS
42
Pautas generales de intervención
ABDOMEN (+)
,!0!2/4/-·!
LAUREANO QUINTERO B.
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ABDOMEN (-)
Pautas generales de intervención
¿Cuándo hacer estudios? a. Persona con paraplejía o cuadriplejía. Se debe presumir inestabilidad espinal. b. Pacientes despiertos, alerta, sobrios y neurológicamente normales, sin dolor de cuello: es improbable que tengan posición supina. Palpe la columna cervical. Si no hay voluntariamente su cuello de lado a lado. Si no hay
LAUREANO QUINTERO B.
c. Despiertos, alertas, neurológicamente normales pero con dolor de cuello. Todos deben incluir estudio radiológico de columna cervical dentro de su valoración. d. Pacientes en coma, con estado de conciencia alterado o muy jóvenes para describir sus síntomas: Scan de columna cervical. e. Hay dudas por cualquier razón: Scan. f. Siempre consulte al ortopedista o al neurocirujano si hay sospecha de lesión.
de cuello. De nuevo, si no hay dolor, no se considera mandatorio la radiografía de columna cervical.
4RAUMA #ERRADO
4RAUMA 0ENETRANTE
Alteración en estado de conciencia TØXICOS n LICOR n 4#% ASOCIADO
Déficit neurológico SI
NO
SI 02!#4)15% ).-/6),):!#)¼. 4RANSPORTE A UN CENTRO DE 4RAUMA
SI
¿Dolor a la palpación DE COLUMNA VERTEBRAL
).-/6),):!#)¼. NO INDICADA
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z$ÏlCIT NEUROLØGICO
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¿Deformidad anatómica EN ÉREA VERTEBRAL
NO Mecanismo que hace suponer riesgo de lesión
02!#4)15% ).-/6),):!#)¼. 4RANSPORTE A UN CENTRO DE 4RAUMA
NO
SI
NO
0RESENCIA EVIDENCIA DE ALCOHOLDROGAS O limitación para la comunicación SI
NO
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4RANSPORTE A UN CENTRO DE 4RAUMA
4RANSPORTE A UN CENTRO DE 4RAUMA
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ABORDAJE INICIAL EN LOS SERVICIOS DE URGENCIAS
4RAUMA 0ENETRANTE DE %XTREMIDADES Enfoque Diagnóstico
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CIRUGÍA
SI
(+)
NO
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SI
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ANGIOSCAN O CIRUGÍA
NO
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(-)
(+)
(-)
CASA
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Pautas generales de intervención
LAUREANO QUINTERO B.
Pautas generales de intervención
1 2
American College of Surgeons: Advanced Trauma Life Support Program for Physicians. 7th ed. Chicago, IL; 2005. Antevil JL, Sise MJ, Sack DI, et al: Spiral computed tomography for the initial evaluation of spine trauma: A new standard
LAUREANO QUINTERO B.
blunt aortic injury: A single-center experience. J Trauma
major hemorrhage in patients with pelvic fracture. J Trauma
11 Moore EE, Feliciano DV, Mattox KL: Trauma. 5th ed. New York: McGraw-Hill Publishers; 2004. 12 Parker MM: Critical care and disaster management. Crit Care
Convertino VA, Cooke WH, Holcomb JB: Arterial pulse pressure and its association with reduced stroke volume during progressive central hypovolemia. J Trauma 2006 Sep;
WL, Majercik SD, et al: Splenic artery embolization: Have
Fakhry SM, Trask AL, Waller MA, et al: Management of brain-injured patients by an evidence-based medicine protocol improves outcomes and decreases hospital charges. J
in spinal clearance: now redundant. J Trauma 2006 Nov;
6
Krieg JC, Mohr M, Ellis TJ, et al: Emergent stabilization of pelvic ring injuries by controlled circumferential com-
15 Tisherman SA, Barie P, Bokhari F, et al: Clinical practice guideline: Endpoints of resuscitation. J Trauma 2004; 57:
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Liu PP, Lee WC, Cheng YF, et al: Use of splenic artery embolization as an adjunct to nonsurgical management of
4
5
16 Alessandro A, Sassano P, Mustazza MC, Fabio F: Complextype penetrating injuries of craniomaxillofacial region. J -
gy. In: Trauma. 5th ed. New York: McGraw-Hill Publishers; 9
Mattox KL, Wall MJ, LeMaire SA: Injury to the thoracic great vessels. In: Trauma. 5th ed. New York: McGraw-Hill Publishers; 2004: 571-591.
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BLANCA
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El descendimiento de la cruz
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Metas en reanimación del paciente traumatizado LAUREANO QUINTERO B.
El trauma sigue siendo una de las primeras causas de muerte en el mundo y una de las primeras causas de consulta en los servicios de urgencias de los hospitales de todo el planeta. En Colombia la disminución de la tasa de homicidios ha tenido una evolución poco favorable en la mayoría de las principales ciudades, y aunque Bogotá, su capital, registró para el primer trimestre del 2012 una tasa histórica de 16.7 homicidios por cada 100.000 habitantes, las ciudades con mayor número de habitantes después de ella, Medellín y Cali, continúan con cifras de 40 homicidios por cada 100.000 habitantes y 80 a 90 homicidios por cada 100.000 habitantes, respectivamente. Con ánimo comparativo vale la pena anotar que la tasa de homicidios en Londres es de 1.6 por cada 100.000 habitantes; en Madrid, de 0.27 por cada 100.000 habitantes, y en Tokyo, de 0.43 por cada 100.000 habitantes. Sumado a esto, los accidentes de tránsito siguen cobrando una muy considerable cifra de víctimas anualmente, y los pacientes afectados por quemaduras, caídas y lesiones por arma de fuego y arma cortopunzante ocupan una primera línea en los informes de morbilidad nacional. Esto, paradójicamente, ha comportado una faceta positiva: los equipos de atención en trauma en Colombia tienen una vasta experiencia y un profundo conocimiento en la atención del paciente traumatizado en urgencias, en los quirófanos, en las unidades de cuidado intensivo, en los servicios posquirúrgicos y en la escena prehospitalaria. Además del ya tradicional y validado esquema ABCDE del abordaje inicial del paciente, la cultura de atención en
que permiten predecir y/o mejorar su pronóstico evolutivo En este capítulo revisaremos algunos de los conceptos relacionados con las metas que deben lograrse en el abordaje inicial y secuencial del paciente víctima de trauma múltiple. Las metas ideales de reanimación en el paciente traumatizado continúan siendo objeto de debate permanente y no podemos hablar en la actualidad de un consenso universal
permisiva (esta última particularmente en el paciente con trauma cerrado o con trauma craneoencefálico). En este sentido valga recordar, por ejemplo que la presión arterial y la frecuencia cardíaca en los pacientes víctimas de trauma no son adecuados indicadores de choque. Estos cursar con cifras tensionales o de frecuencia cardíaca dentro de límites normales: es la condición ampliamente conocida como de choque compensado, en la cual la presión arterial es normal pero la perfusión tisular del paciente es baja. En una situación como esta dichos parámetros tradicionales El paciente continúa en condiciones perniciosas que deben ser superadas so pena de precipitar complicaciones que pueden ser fatales. Han surgido, entonces, parámetros bioquímicos que
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ABORDAJE INICIAL EN LOS SERVICIOS DE URGENCIAS
en el proceso de resucitación. A este respecto, el lactato cendencia y la evidencia progresivamente los sitúa como factores claves a considerar en aras de alcanzar metas de reanimación deseables. la entrega y el consumo de oxígeno. Cuando este equilibrio
de la disminución de la perfusión tisular, frecuentemente acompañada o precedida por hipotensión, y es una clásica situación clínica que puede precipitar dicha deuda de oxígeno. Los efectos de la hipotensión, y aun más, los de la hipoperfusión deben ser revertidos lo más pronto posible, pues la deuda de oxígeno que se genera desencadena una secuencia temible que de no intervenirse conducirá a la muerte. Benjamín Trump es uno de los autores que han descrito con mayor detalle las consecuencias celulares de la hipoperfusión. Según Trump, una vez desencadenados los eventos secundarios a la isquemia tisular tendrán lugar siete etapas de deterioro progresivo. Inicialmente hay una fase de daño celular (aún reversible) expresada a través de las tres primeras etapas. Viene a continuación una etapa IV o fase de inicio de la muerte celular, y el proceso termina en las etapas V, VI y VII que consolidan la muerte celular. La etapa IV marca la irreversibilidad del proceso. Si permitimos que el paciente llegue allí, hagamos lo que hagamos, ya no habrá retorno. Habremos perdido al paciente, es decir, morirá.
producción de ácido láctico y a nivel intracelular hay una disminución reversible de la síntesis de RNA nuclear. La persistencia de la hipoperfusión conduce a edema celular secundario y a pérdida de los gránulos mitocondriales. Viene a continuación la expresión de la fase III, en la que el edema celular se hace más notorio y se inhibe tanto la síntesis de proteínas como la función mitocondrial. En la etapa IV (“transición al no retorno”) se acentúan aun más el edema celular, el edema mitocondrial y la pérdida de potasio. Aparece un nuevo y grave proceso caracterizado
50
Metas en reanimación del paciente traumatizado
por el ingreso de un exceso de calcio a la célula, lo que producirá efectos muy lesivos y de no revertirse desencadenará las fases V, VI y VII en las cuales, por un efecto dominó, se produce el rompimiento lisosomal y de las estructuras celulares, y necrosis. Podríamos decir, entonces, que un objetivo terapéutico fundamental es evitar que nuestro paciente llegue a la fase IV del choque según la concepción de Trump. Independientemente de la causa del choque, las alternativas terapéuticas deben incluir la expansión de volumen, los vasopresores, la participación de un equipo multidisciplinario para detectar la causa y manejarla a fondo, la prevención
En el primer trimestre del año 2012 , Holley, Lukin y colaboradores publicaron en Emergency Medicine Australasia un interesante documento que revisa los objetivos hemodinámicos del proceso de resucitación. [Anthony Holley,1,3 William Lukin,2,3 Jennifer Paratz, Review article: Goal-directed resuscitation – Which goals? Haemodynamic targets, Emergency Medicine Australasia (2012) 24, 14–22]. Veamos algunos de sus planteamientos:
Presión arterial media En la práctica clínica cotidiana, sin necesidad de maniobras invasivas, es relativamente fácil evaluar este parámetro y hacerle seguimiento. La fórmula TA diástólica + 1/3 de la presión de pulso (sistólica menos diastólica) es la que se utiliza con mayor frecuencia. Ahora bien, para una medi-
alcanzar como meta de reanimación puede ser caprichoso y aventurado, dado que variables individuodependientes y tante, se ha postulado que en pacientes víctimas de trauma una cifra de 65 - 75 mmHg, que debe ser alcanzada en los primeros 30 a 60 minutos de las maniobras de reanimación, es acertada como parte de los objetivos para evitar que se perpetúe la hipoperfusión y se abra el camino hacia la falla multisistémica.
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Metas en reanimación del paciente traumatizado
LAUREANO QUINTERO B.
Debe tenerse claro, sin embargo, que cuando el paciente traumatizado presenta una hemorragia exsanguinante activa, una meta inmediata es la intervención quirúrgica para detener el sangrado. Si no hay sangrado activo o si este ha sido controlado por los mecanismos naturales de homeostasis no es una buena alternativa llevar las cifras de presión arterial a valores normales o supranormales, ya que esto puede desencadenar nuevamente el sangrado. Es necesario recordar –como se ha comprobado en animales– que en condiciones de normotensión durante la reanimación la entrega de oxígeno y otros parámetros de trascendencia se ven notoriamente comprometidos. Uno de los estudios que podemos referenciar para soportar este aserto es el de Bickell. Este autor y sus colaboradores demostraron mejoría en la supervivencia en pacientes víctimas de trauma penetrante de torso cuando se aplicaron protocolos de resucitación hipotensiva en choque hemorrágico. En el estudio de Bickell aquellos pacientes que fueron tributarios de resucitación tardía tuvieron mejor supervivencia que aquellos que fueron llevados a reanimación normotensiva inmediata. Sin embargo, otros estudios han fallado en demostrar la desventaja de la reanimación normotensiva y no ha sido posible precisar cuál es la cifra de presión arterial media a alcanzar dentro de los criterios de reanimación del paciente víctima de trauma. Lo que sí es claro es que deben evitarse tanto la hipoperfusión como la sobrerreanimación.
en gran número de ellos. Scalea instituyó protocolos de
Oxigenación
de valor, ya que los mecanismos compensatorios corporales
La entrega de oxígeno ha sido un parámetro que se ha intentado correlacionar relevantemente con las posibilidades de supervivencia de pacientes críticos, incluidos aquellos víctimas de trauma. Se ha postulado que pacientes que alcanzan valores supranormales de entrega de oxígeno tienen mayores posibilidades de supervivencia frente a aquellos que no lo logran. No obstante, no hay evidencia convincente que soporte que este factor mejore la supervivencia.
monitoreo hemodinámico invasivo temprano en pacientes de edad avanzada víctimas de trauma cerrado y documentó con anticipación situaciones de choque oculto, y con base en ello intervino estas situaciones y previno desenlaces con falla multisistémica y muerte. El mismo equipo de trabajo encontró que pacientes jóvenes víctimas de trauma penetrante tienen a menudo situaciones de hipoperfusión, y determinan que trabajando terapéuticamente para lograr normalizar el consumo de oxígeno y los niveles de lactato se podría mejorar la supervivencia. La resucitación con líquidos es el tratamiento primario para pacientes traumatizados con choque hemorrágico y debe enlazarse a la evaluación de indicadores de adecuada recuperación de volumen intravascular. Chang y otros autores han evaluado algunos de estos tópicos sin que hasta el momento haya evidencia contundente en todos ellos.
La inadecuada entrega de oxígeno a los tejidos conduce a metabolismo anaeróbico. El grado de anaerobiosis es, a su vez, proporcional a la gravedad y profundidad del choque hemorrágico del paciente traumatizado. Dicha anormalidad y en los niveles de lactato. El pH arterial no es un indicador pueden enmascarar la situación real. Eachempati sugirió en un estudio realizado en el 2003 que la concentración de arteriales y se correlaciona muy bien con los valores del
rápidamente obtenible, estableció en un estudio retrospecmientos de mayor cantidad de líquidos en la reanimación.
Monitoreo y trauma El monitoreo hemodinámico del paciente traumatizado grave debe manejarse con precaución, ya que la hipoperfusión sistémica y la disfunción cardíaca oculta pueden presentarse
Así mismo, Rutherford y Falcone comprobaron que con el requerimiento de productos sanguíneos durante la resucitación en trauma.
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ABORDAJE INICIAL EN LOS SERVICIOS DE URGENCIAS
lactato y la necesidad de transfusión fueron predictores del desarrollo de falla multisistémica. Dado que un buen número de pacientes traumatizados se encuentran bajo los efectos del licor, debe tenerse en cuenta que está documentado que esta condición puede con la misma gravedad de trauma que no han ingerido licor.
Lactato arterial Vincent mostró que, además del nivel de lactato inicial, la respuesta del nivel de lactato ante intervenciones terapéuticas tales como la resucitación con líquidos podría ser un buen predictor de complicaciones en pacientes con choque circulatorio no cardiogénico. Abrahamson, por su parte, estudió a un grupo de pacientes víctimas de trauma grave que fueron resucitados llevándolos a valores supranormales de transporte de O2, y detectó que el tiempo necesario para normalizar el lactato sérico fue un importante factor pronóstico para la supervivencia. Todos los pacientes que normalizaron este valor en 24 horas sobrevivieron. Aquellos que normalizaron el lactato sérico entre las 24 y 48 horas tuvieron una rata del 25% de mortalidad. Y aquellos que no normalizaron el lactato dentro de las primeras 48 horas tuvieron una mortalidad del 86%.
Tonometría gástrica
Partiendo de que el CO2 se difunde rápidamente en ciertos tejidos, la PCO2 en la secreción gástrica equilibra pronto la PCO2 de las mucosas gástricas. Para su medición, se coloca dentro de la luz gástrica un balón semipermeable añadido a una sonda nasogástrica especial. El balón es llenado con solución salina y el CO2 empieza a difundir dentro del balón en la 2 solución salina y el pH intramucoso gástrico se calcula con base en la ecuación de Henderson Hasselbach. La diferencia entre la PCO2 intragástrica y la PCO2 arterial (PCO2 gap) o pH intramucoso gástrico se correlaciona con el grado de isquemia gástrica. Roumen en un estudio prospectivo con 15 pacientes víctimas de trauma cerrado encontró que aquellos que tuvieron un pH intramucoso gástrico normal mostraron buena evolución. Naturalmente, todo esto debe correlacionarse con el tipo de trauma, la edad y otros parámetros mencionados. Debemos anotar que todos estos parámetros pueden ser de utilidad pero no sustituyen la valoración clínica juiciosa de cada paciente y el seguimiento constante de su evolución. Así mismo, aunque no todos los servicios de urgencias del país cuentan con medios para manejar todos los parámetros relevantes, es importante que cada institución que atiende trauma busque mejorar las condiciones de valoración y la tecnología básica, y ante todo, la actitud de cada equipo médico.
Cuando el sistema corporal, en respuesta a la hipovolemia,
Presión venosa central
ger primero el sistema gastrointestinal. Cuando los pasos terapéuticos son adecuados y progresivamente deviene la recuperación tisular, el proceso es inverso; es decir, el
Por mucho tiempo ha venido siendo usada la presión venosa central como criterio de evaluación de la precarga en el manejo de pacientes críticos. Una meta inicial de 8 - 12 mmHg fue un criterio muy utilizado, pero hoy es aceptado que hay poca correlación entre la presión venosa central y el volumen sanguíneo. Los cambios en la presión venosa central no permiten predecir o evaluar la respuesta a la administración de líquidos. Es bastante claro que una PVC baja y una presión arterial baja coexistentes indican muy probablemente hipovolemia y necesidad de reposición de volumen. No obstante, lo contrario no parece ser cierto. Una elevada PVC no siempre indica una repleción intravascular
Se ha encontrado que el estómago, como uno de los lechos que se recuperan más tardíamente, es un órgano trascendente a la hora de evaluar los resultados de la reanimación en el trauma. El criterio para utilizar la tonometría gástrica es que la isquemia tisular conduce a un incremento de la PCO2 tisular y posteriormente a una disminución del pH tisular.
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Metas en reanimación del paciente traumatizado
LAUREANO QUINTERO B.
Metas en reanimación del paciente traumatizado
adecuada, ya que la PVC es afectada por múltiples factores de choque profundo no es recomendable que el abordaje inicial del paciente involucre la colocación de un catéter central, por los riesgos aparejados a esta maniobra. La presión venosa central como parámetro de reanimación en el trauma, según nuestra revisión, no es un criterio que, por lo pronto, merezca la atención como factor crítico, al menos en la primera fase de abordaje.
Saturación venosa de oxígeno La saturación venosa de oxígeno hace referencia a la saturación de la Hb en la sangre venosa, ya sea en la vena cava superior (saturación central venosa de oxígeno) o en la arteria pulmonar (saturación mixta venosa de oxígeno). Fisiológicamente, el contenido venoso de oxígeno (CvO2) está determinado por la diferencia entre el contenido arterial de oxígeno (CaO2) y el consumo de oxígeno (VO2). Las variables que tienen que ver con la cifra de saturación venosa de oxígeno incluyen el gasto cardíaco, el contenido arterial de oxígeno, el contenido venoso de oxígeno y el consumo de oxígeno. Si la concentración de Hb, el consumo de oxígeno y la saturación arterial de oxígeno son constantes, los cambios
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Para efectos de parámetros de reanimación, la disminución de la saturación venosa central de oxígeno es indicadora de hipoxia tisular global, y cada vez se usa con más frecuencia como indicador de la gravedad del choque.
Monitoreo Doppler Hacia 1970 se empezó a utilizar el monitoreo Doppler expresado por la velocidad de circulación de la sangre en la aorta descendente durante la sístole ventricular. Esta velocidad, junto con el diámetro aórtico, se utiliza para latido del ventrículo izquierdo. Las limitantes de esta prueba se relacionan con la
de la aorta descendente es aproximadamente el 70% del gasto cardíaco. Esto implica aplicar un factor de corrección del 30% para tener en cuenta los vasos del cayado. Hacen falta más estudios para validar esta alternativa de seguimiento a las maniobras de reanimación.
Reanimación hídrica del gasto cardíaco. Esta saturación venosa de oxígeno es un indicador de la extracción global de oxígeno. La saturación venosa de oxígeno se mide tradicionalmente introduciendo un catéter en la arteria pulmonar, maniobra no usual en
en la medición y que pueden, por tanto, cambiar muy pronto el panorama a este respecto. Al interpretar las mediciones debemos recordar que la saturación venosa central de oxígeno es representativa de la perfusión de aquellos órganos que drenan a través de O2 solo es ligeramente inferior a la saturación venosa de oxígeno. Este punto de partida es útil, ya que la relación se puede invertir en presencia de choque séptico, por ejemplo.
Como podemos ver las metas a cumplir tienen mucho que relacionado con el tipo de líquidos como con el esquema Ertmer, Kampmeier, Rehberg y Lange, del Departamento de Anestesiología y Cuidado Intensivo de la Universidad de Muenster, en Alemania, publicaron en el año 2011 un interesante artículo que revisa los conceptos de muchos autores se enfoca en los componentes no sanguíneos para utilizar durante la reanimación del paciente víctima de trauma múltiple. ¿Cuáles líquidos? ¿Bajo cuál esquema? Actualmente la evidencia es clara en el sentido de que la administración masiva de líquidos puede ser inútil y aun perjudicial en el paciente que cursa con hemorragia no controlada. Grandes cantidades de líquidos isotónicos
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ABORDAJE INICIAL EN LOS SERVICIOS DE URGENCIAS
cristaloides pueden asociarse con hipotermia, acidosis y
incluyen el torniquete podrían ser válidas en condiciones
Según los autores, la evidencia se inclina cada vez más a favor de los líquidos hipertónicos. Particularmente, en las víctimas de trauma craneoencefálico la hipotensión arterial debe ser evitada, y en ese escenario la infusión de líquidos hipotónicos se considera obsoleta y se privilegia la administración de soluciones zación hemodinámica. En las primeras 24 horas posteriores al trauma las causas universalmente más comunes de muerte incluyen la hemorragia exsanguinante y el trauma craneoencefálico. De esas muertes, un poco más del 50% ocurrirán antes de llegar a un hospital. La mortalidad tardía ha sido descrita ampliamente en muchas publicaciones y está claro que será determinada por la falla multisistémica y la sepsis. Las decisiones terapéuticas tempranas tienen efecto directo en los riesgos de muerte tempranos o tardíos para cada paciente. Se ha establecido que en la fase temprana posterior al trauma se liberan catecolaminas y hormonas endógenas que incrementan el gasto cardíaco y los volúmenes de perfusión, lo cual contribuye a aumentar la pérdida de sangre. Fisio-
En estos pacientes, y en pacientes con sangrado interno activo secundario a trauma pélvico o ruptura de órganos intraabdominales o intratorácicos por ejemplo, el papel de
liberan sustancias vasoconstrictoras que redistribuirán la sangre, privilegiando los órganos vitales: corazón, cerebro, pulmón y riñones. Esta maniobra de defensa del organis-
no contendrá las fuentes de sangrado. La administración de líquidos diluirá los componentes sanguíneos y además incrementará las presiones de perfusión, lo cual puede incluso llevar a que se desprendan coágulos ya formados activación del sangrado en lechos previamente controlados, y todo por una equivocada intervención médica. Si, además de administrar altos volúmenes, el equipo de intervención no cuida de la temperatura a la cual administra los líquidos, otro efecto negativo y perjudicial será la hipotermia. Dado que la hipotermia, la acidosis y la coagulopatía se consideran como la tríada de la muerte, no es aceptable que una intervención médica equivocada que lleve a administrar volúmenes masivos de líquidos y con ello a diluir los componentes sanguíneos, desencadenar nuevos sangrados en territorios controlados y propiciar la hipotermia, se haga cómplice de los desenlaces naturales de la exsanguinación por trauma. En los escenarios de trauma múltiple es común que coexista la situación de trauma craneoencefálico. Este tipo de trauma cerebral no se asocia con hipovolemia o pérdida panorama que debe enfocarse terapéuticamente con sumo
prevenir la exsanguinación y conservar el funcionamiento de estructuras vitales; pero, por otro lado, al producir la hipoperfusión en los tejidos periféricos desencadena una cascada de respuestas que conducen a la acidosis, a la perpetuación e incremento progresivo de la deuda periférica El objetivo terapéutico primordial, en primera instancia, es controlar la pérdida de sangre. En los entrenamientos y en la formación de grupos médicos y de grupos de intervención prehospitalaria se deja claro que los sangrados externos activos pueden ser controlados mediante compresión externa, y que alternativas que
54
Metas en reanimación del paciente traumatizado
cuidado, pues de no tratarse con esmero el neurotrauma el pronóstico del paciente será sombrío por la destrucción de áreas cerebrales vitales por el trauma mismo, o por los desequilibrios de demanda de perfusión cerebral y aporte de oxígeno. Si limitamos el aporte volumétrico al paciente con trauma cerebral o raquimedular es posible que la presión de perfusión cerebral se deteriore y que no se alcancen metas críticas en neurorreanimación, con serias consecuencias neurológicas en un paciente que quizá podríamos conservar vivo pero con daño cerebral irreversible. Nos referimos con esto al paciente a quien hubo, por ejemplo, de controlársele hemostáticamente el sangrado intraabdominal y en quien,
LAUREANO QUINTERO B.
Metas en reanimación del paciente traumatizado
LAUREANO QUINTERO B.
coexistiendo trauma cerebral, para no precipitar la reapa-
Está claro que en el choque hipovolémico hemorrágico la
rición del sangrado, limitamos los líquidos e incluimos
rápida infusión de líquidos cristaloides puede incrementar transitoriamente la presión arterial. Sin embargo, por su naturaleza, hasta un 70% de estos líquidos administrados
cerebral y como consecuencia su pronóstico integral.
pasarán al espacio intersticial pocos minutos después de la -
infusión. Esta migración al espacio intersticial puede ser
toría y su seguimiento de este tipo de pacientes para lograr
agravada por el daño endotelial vascular. Por esta razón,
un delicado balance en la cantidad de líquidos que debe infundir: ni tantos como para desencadenar sangrados ni
más perjudiciales pueden ser los cristaloides. El sofisma de la mejora hemodinámica temporal
La administración masiva de líquidos, insistimos,
gracias a los cristaloides se devela por el daño que real-
puede conducir a diluir factores sanguíneos y a incremen-
mente genera la lesión por reperfusión, y por una especie
tar notoriamente el gasto cardíaco, lo cual favorecería la
de “isquemia de rebote” que surge prontamente luego de
pérdida de sangre y la coagulopatía.
la migración de los líquidos fuera del compartimiento
Hay publicaciones que han recogido series de pacientes
intravascular.
víctimas de trauma penetrante en quienes la administración
Un postulado metabólico para abstenerse de adminis-
inmediata de líquidos fue asociada con menor supervi-
trar cristaloides sugiere que la falta de bicarbonato entre
vencia.
sus componentes podría agravar la acidosis metabólica
De lo anterior se colige que la hipotensión permisiva,
preexistente y en consecuencia la hipoperfusión y la deuda
consistente en la administración restringida de líquidos
creciente de oxígeno. En este contexto, cuanto más grave sea la lesión, más deteriorado estará el metabolismo, más
terapéutica para aplicar de acuerdo con la realidad del
comprometido el equilibrio ácido-base y más perjudi-
medio, del escenario y del tipo de paciente, incluso acom-
ciales serán los cristaloides. Al hacer más pronunciada
pañada de la administración de vasoconstrictores cuando hay hipotensión amenazante para la vida. En algunos casos de choque hemorrágico refractario a la administración de volumen se ha sugerido que la administración de vasopresina puede ayudar a mejorar las
la acidosis, más riesgo habrá de coagulopatía y de otras complicaciones. Por si esto fuera poco, se sostiene, además, en relación con la administración de cristaloides:
presiones, incluso redistribuyendo el volumen sanguíneo lejos del sitio de la zona lesionada. Este es un asunto que está siendo estudiado y con respecto al cual no hay concluen cuenta a la luz de expectativas futuras inmediatas. En lo referente al tipo de líquidos, vale la pena que recordemos algunos planteamientos interesantes que queremos consignar en esta revisión. La solución salina ha sido la piedra angular de los líquidos a utilizar en la resucitación del paciente víctima de trauma múltiple. No obstante, se ha establecido que este tipo de sustancia puede producir múltiples efectos deletéreos.
cultad respiratoria agudo. abundantes cristaloides puede ejercer efecto negativo sobre la permeabilidad gástrica, sobre la función renal y aun sobre la evolución de la herida misma.
Soluciones hipertónicas Uno de los principios fundamentales de la infusión de este tipo de líquidos es que causarán la redistribución extracelular e intracelular de los líquidos en el espacio intravascular y con ello generarán un efecto de volumen
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que excede la cantidad de líquidos administrados. El efecto hemodinámico puede ser precedido por un corto período la presión sanguínea. Entre los atributos que se reconocen a la administración de este tipo de líquidos están:
Estos efectos son particularmente útiles frente a los riesgos de falla multisistémica posresucitación. El hecho de que las soluciones hipertónicas restauren rápidamente el volumen plasmático, que impliquen usar un menor volumen, que expongan menos al riesgo de hipotermia y un buen número de autores lo consideren un recurso ideal para la resucitación del choque hemorrágico controlado.
soluciones hipertónicas en caso de choque hemorrágico no controlado. La recomendación de infundir dos litros de cristaloides habitualmente en un paciente víctima de trauma se basó en la práctica tradicional y en los consejos de expertos, pero trascendencia de controlar el sangrado y en la alternativa de usar líquidos hipertónicos en vez de líquidos cristaloides. En escenarios de trauma complejo por combate armado los programas de cuidado táctico de heridos sugieren la infusión de 500 ml de HES para pacientes en choque, y
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Metas en reanimación del paciente traumatizado
repetir la infusión después de 30 minutos si el choque aún no se resuelve. A propósito de esquemas de resucitación y de reanimación hipotensiva, Morrison, Carrick y Norman publicaron en el 2011 una interesante información preliminar de un estudio prospectivo randomizado en la que se revisa la situación de los primeros 90 pacientes enrolados. Los grupos de estudio incluyeron uno en el que se aplicó la estrategia de reanimación hipotensiva que tenía como objetivo lograr una presión arterial media de 50 mmHg, y otro que buscaba mantener una presión arterial media de 65 mmHg. Los grupos fueron seguidos 30 días y se evaluaron las complicaciones posoperatorias y la morbilidad en general. Los pacientes enfocados con el esquema de reanitivamente menor de líquidos y de productos sanguíneos durante la reanimación intraoperatoria.La mortalidad en el período temprano posoperatorio también notoriamente menor en este grupo de pacientes. Otro de los resultados favorables en los pacientes sometidos a reanimación hipotensiva fue una menor probabilidad de desarrollar coagulopatía en el posoperatorio inmediato y menor probabilidad de morir por sangrado posoperatorio secundario a coagulopatía. Este estudio, sin embargo, incluyó la reanimación hipotensiva intraoperatoriamente (laparotomía o toracotomía) y en pacientes víctimas de trauma cerrado o penetrante. Es decir, a diferencia de muchas otras revisiones, la hipotensión se evaluó durante la cirugía y se incluyó a pacientes con trauma cerrado.
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Metas en reanimación del paciente traumatizado
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ANNIBALE CARRACI (1560 – 1609) Asunción de la Virgen, hacia 1590 Óleo/lienzo, 130 x 97 cm.
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3. ¿Cuál es mi meta para suspender la resucitación? hace referencia a la utilización de líquidos por vía oral en un paciente con trauma de cráneo, descrito en los tratamientos para heridas de guerra, de la Dinastía XVII de Egipto en el año 1600 a.C. documentado en el papiro Edwin Smith.1 Desde esa época hasta la actualidad ha habido mucha controversia durante la resucitación del paciente traumatizado y en choque en relación con la cantidad de líquidos y su velocidad de administración, el tipo de líquido (cristaloides isotónicos, hipertónicos o coloides), cuándo y cómo se administran sangre y/o hemoderivados y hasta cuándo debemos hacerlo. Son las 18:00 horas en la sala de emergencia del hospital, y es traído por el personal de atención prehospitalaria un paciente masculino de 25 años con una herida abdominal por proyectil de arma de fuego. La vía aérea está normal, y la frecuencia respiratoria es de 24 por minuto; puede decir su nombre y relata con angustia lo sucedido hace menos de 10 minutos. El pulso es palpable en el canal radial con una frecuencia de 100 por minuto, y la presión arterial es 120/80 mmHg. A la exposición los hallazgos son palidez, abdomen doloroso, agujero único sin sangrado en Mientras se realiza el manejo inicial el personal médico y paramédico nota que el paciente presenta sudoración y ahora se encuentra confuso. Las interrogantes para el líder del equipo de trauma son: 2. ¿Cuánto y a qué velocidad se debe administrar?
4. ¿Tiene algún papel en este paciente la hipotensión permisiva? 5. ¿Se debe usar sangre o hemoderivados en su resucitación? El choque hipovolémico y la exanguinación son las principales causas de muerte en los pacientes traumatizados tanto en la esfera civil como en la militar; la mortalidad llega al 80% en la sala de operaciones y cerca del 50% fallece en las primeras 24 horas.2 En la secuencia del ABCDE del manejo inicial del trauma, en relación con “C” lo más importante es detener el sangrado, restaurar el volumen extravascular y recuperar la perfusión distal (microcirculación), cumpliendo así con los principios de Ficke; la entrega de oxígeno a la hemoglobina por parte del pulmón y la liberación de esta en los tejidos,3 para mantener el metabolismo aerobio y la producción regular de energía para evitar que se desarrolle la tríada de la muerte: acidosis, hipotermia y coagulopatía.4,5 Durante el manejo inicial del paciente traumatizado, al llegar a “C” es importante reconocer la presencia de choque y si lo hay supondremos que es hipovolémico y secundario a hemorragia, por lo que lo enfocaremos como choque hemorrágico. El diagnóstico se fundamenta en la apreciación clínica del paciente con base en la frecuencia respiratoria, la frecuencia de pulso, el color y la temperatura de la piel, la presión de pulso (presión sistólica menos presión diastólica), y recordar que la presión arterial es
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un signo tardío de choque. No habrá que olvidar los otros cuadros de choque como el cardiogénico, el neurogénico y el séptico. De esta manera y usando las recomendaciones del protocolo ATLS® del Comité de Trauma del Colegio Americano de Cirujanos, basadas en un paciente joven masculino de 70 kilos, podemos hacer una aproximación
una de las cuatro categorías, que además nos permite estimar la pérdida sanguínea como guía para la reposición de volumen.6 Luego de disponer de una vía aérea, oxigenación y ventilación adecuadas, nos enfocaremos en el remplazo permitir la perfusión de los órganos vitales.7
Presentación inicial del paciente y pérdida estimada de sangre Tipo I
Tipo II
Tipo III
Tipo IV
Pérdida de sangre (ml)
> 750
750-1500
1500-2000
> 2000
Pérdida de sangre (% de la volemia)
> 15
15-30
30-40
> 40
Frecuencia de pulso
< 100
100-120
120-140
> 140
Presión arterial
Normal
Normal
Baja
Baja
Presión de pulso (mmHg)
Normal o baja
Baja
Baja
Baja
Frecuencia respiratoria
14-20
20-30
30-40
> 35
Diuresis (ml/h)
> 30
20-30
5-15
Insignificante
Estado de conciencia
Ligeramente ansioso
Moderadamente ansioso
Ansioso y confuso
Confuso a letárgico
Remplazo de fluido
Cristaloides
Cristaloides
Cristaloides y sangre Cristaloides y sangre
Partiendo de la premisa de que en el paciente en choque hemorrágico lo más importante es parar el sangrado, el eje del manejo es el reemplazo de volumen. Luego de la controversia académica de décadas, en la cual la medicina basada en evidencia ha jugado un rol fundamental, hoy podemos recomendar que la resucitación inicial debe realizarse con cristaloides,8,9 en consideración a la revisión sistemática de Perel y Roberts,9 que incluyó 65 ensayos clínicos con la mejor calidad metodológica luego de una selección muy rigurosa y comparó coloides (albúmina, cristaloides; también comparó coloides en cristaloide hipertónico versus cristaloide isotónico, y por último coloides en cristaloide isotónico contra cristaloide hipertónico. Se demostró que no hay evidencia que sugiera que la reanimación con coloides sea mejor o reduzca el riesgo de muerte en pacientes con traumatismos, y son considerablemente más costosos que los cristaloides.10 Pero debemos recordar
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Líquidos y hemoderivados en trauma
que los cristaloides difunden principalmente al espacio intersticial y causan edema durante la resucitación, lo que obliga a aplicar el axioma de reposición 3:1 cristaloides versus pérdida sanguínea, concepto que no se ha validado porque en la práctica clínica y con la administración deliberada e intensiva llega a ser de hasta 8-10:1; lo que sí solución de Hartmann (lactato de Ringer) la expansión de volumen intravascular es de 250 ml.8 Esto debe ser considerado al resucitar a pacientes con trauma craneoencefálico concomitante, quienes requieren menores volúmenes para precautelar el desarrollo de edema cerebral, o en pacientes con trauma grave porque se produciría dilución de los factores de coagulación y agravaría la coagulopatía aguda inducida por trauma.11 A pesar de la mayor difusión y uso del lactato de Ringer, no existe evidencia para sugerir que esta solución cristaloide es superior a otras; además, produce una sig-
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Líquidos y hemoderivados en trauma
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les.16 celular, aunque esto haya sido demostrado en pacientes que desarrollaron complicaciones tardías con respuesta rrágico tipo IV y resucitación masiva. Estudios en animales sugieren que se podría sustituir el lactato por un isómero y así disminuir estos efectos adversos. El lactato de Ringer no está aprobado por la Asociación Americana de Bancos de Sangre para la infusión conjunta con paquete de glóbulos rojos concentrados, debido a que el calcio puede quelar el citrato y resultar en coagulación en los sistemas de infusión, concepto que debe ser tomado en cuenta.12 Por otro lado está la reanimación con solución salina normal, que puede resultar en una acidosis metabólica hiperclorémica y cursar además con vasodilatación, lo que empeora el tercer espacio intersticial sobre todo pulmonar y también genera coagulopatía por dilución. Sin embargo, no se ha demostrado con todo esto un empeoramiento del 13,14 Lo que queda expuesto es que ninguna solución es inocua para el organismo y que casi todos los ensayos clínicos muestran una equivalencia de los diferentes cristaloides usados durante la resucitación, incluido el lactato de Ringer, la solución salina normal o la solución salina hipertónica.3,15 En relación con la solución salina hipertónica (SSH), descrita por primera vez en 1980 en pacientes traumatizados, tiene la ventaja de que con la administración de 250 ml al 7,5%, por su osmolaridad elevada, producirá una expansión de volumen plasmático igual a 1000 ml y causará difusión de líquidos del intersticio hacia el espacio intravascular. Esta solución ha sido ampliamente investigada en el literatura existen muchas publicaciones e incluso ensayos clínicos controlados que muestran resultados iguales a los cristaloides; sólo uno de ellos reportó menor mortalidad en un subgrupo de pacientes con trauma encefalocraneano; el líquido de resucitación usado fue SSH más dextran.15 Cuando se utiliza SSH sola en el traumatizado hipotenso y con trauma encefalocraneano asociado no se ha demostrado menor mortalidad o mejor desenlace neurológico
A pesar de la lista de efectos colaterales que puede
producir la administración de SSH como deshidratación celular, hemorragia masiva, mielinólisis o convulsiones por hipernatremia, estas no han sido reportadas durante la reanimación. Deben tomarse en cuenta los reportes de estudios experimentales sobre la alteración de la función inmunitaria celular causada por la SSH.17 En la actualidad el reto continúa y la investigación de laboratorio y experimental se enfoca a usar volúmenes bajos de SSH al 3% y 5%,18 así como la combinación de SSH con coloides a diferentes concentraciones,18 y ha encontrado menor resque son seguros para el uso en seres humanos.19,18 La mayoría de conocimientos anteriormente disponibles en relación con el choque hemorrágico, la pérdida sanguínea y la resucitación se basaban en modelos animales y datan de los años cincuenta y sesenta, y se sugería la los resultados experimentales de que pérdidas intravasculares mayores que 40% deben ser recuperadas en menos de dos horas pues de lo contrario sobrevendría un estado irreversible y la muerte.20 En seres humanos la respuesta a pérdidas del 30% y 40% de sangre no ha podido ser bien documentada hasta la actualidad.21 Acorde con estos conceptos, el Colegio Americano de Cirujanos y su protocolo ATLS® recomiendan la reposición rápida y con grandes cantidades de cristaloides que inician con la infusión de 2L.6 Por otro lado están los reportes y observaciones de lesiones en guerra de autores como Amborse (siglo XVI), de un trauma abdominal por proyectil de arma de fuego;22 y Canon (1918), quien relata las desventajas de administrar líquidos en pacientes hipotensos y con sangrado ya que producen movilización de coágulos y causan exanguinación, y recomienda que “la presión arterial debe mantenerse tan alta para perfundir las zonas distales, hasta que el sangrado pueda ser corregido”, con lo que nace el concepto de “hipotensión permisiva”.23
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A pesar de lo expuesto, durante cincuenta años se ha los pacientes con trauma e hipotensión que se presume por hemorragia, hasta el reporte de Bickell (1994), que rompió el paradigma, al estudiar a casi 600 pacientes con hipotensión y traumatismos penetrantes del torso, y reportó una
quirúrgico de la hemorragia, en relación con aquellos que también encontró que hubo una tendencia a la reducción de la disfunción multiorgánica en el grupo de reanimación retardada.24 A partir de este estudio han nacido muchas investigaciones y ensayos clínicos controlados, con resultados divergentes en relación con tiempo y cantidad de líquidos y la meta de resucitación, si es la presión arterial sistólica (PAS) o si es la presión arterial media (PAM) y sus valores: PAS no mayor que 90 mmHg o PAM alrededor de 60 mmHg. Así, tratando de brindar la mejor respuesta, se ha realizado una revisión sistemática de la literatura y la conclusión es que no existe una mejor ni única estrategia para la sangrado,25 pero sí hay un grupo de pacientes, sobre todo con trauma penetrante, en quienes lo primordial es el control de la hemorragia antes que recuperar la presión arterial, y en ellos el manejo prehospitalario adecuado con el precepto de “recoja y corra” sumado a la reparación quirúrgica inmediata permite un mejor desenlace; además de las nuevas evidencias que respaldan la hipotensión permisiva, como que el reemplazo con volúmenes mayores a 1,5L de cristaloides es un factor independiente de riesgo de mortalidad, ya que causa sangrado incontrolable, coagulopatía, síndrome de compartimento abdominal y falla multiorgánica, por lo 26
También está demostrado que administrar menores cantidades de cristaloides y mantener una presión arterial media (PAM) tan baja como 50 mmHg es una estrategia segura y 27
Líquidos y hemoderivados en trauma
por el trauma y con ello la muerte, por lo que nace la nueva (RCD) propuesta por Holcomb en el 200728 que incluye tres eslabones: 1. Hipotensión permisiva, ya descrita. 2. Resucitación hemostática. 3. Cirugía de control de daños con los mismos preceptos quirúrgicos de controlar la hemorragia, controlar la contaminación, prevenir el síndrome
La resucitación hemostática hace referencia al uso tem-
Para este momento de la resucitación estamos frente a un paciente que requiere cirugía para el control del sangra-
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do. Se ha repuesto la pérdida sanguínea con cristaloides, tratando de no sobrepasar 1,5L y manteniendo una PAS no mayor que 90 mmHg y una PAM alrededor de 60 mmHg. Si a estas alturas la reparación quirúrgica es posible y adecuada, lo que corresponde al 90-95% de los casos, quizás se necesite hemoderivados de manera selectiva con base en los resultados de exámenes de laboratorio; pero existe un 5-10% en quienes el control del sangrado no es posible aún28 y para poder cubrir la deuda de oxígeno entran en metabolismo anaerobio que genera acidosis y coagulopatía aguda inducida por el trauma;29,30 por lo tanto, la recomendación es continuar con la “resucitación hemostática”. Los grandes avances en el tratamiento del trauma grave y la disminución en la mortalidad desde el 90% hasta el 50% hacia los años 2000 y 2004,31,32 se han dado gracias a Harlan Stone (1983) con la descripción de la laparotomía abreviada y la cirugía por etapas;33 Michael Rotondo (1993) con la estrategia de cirugía de control de daños y sus tres fases,34 a las que Johnson (2001) agregó una cuarta tomando en cuenta la fase 0 prehospitalaria.35 De ahí hacia adelante y haciendo un balance del manejo quirúrgico del trauma y el estancamiento en el impacto en la mortalidad, se vio que aún no se ha podido romper la tríada de la muerte. Con los nuevos reportes de trauma civil y de las guerras de Irak y Afganistán,36 observamos que alrededor del 25% de traumatizados que llegan a la sala de emergencias ya tiene algún grado de coagulopatía37 que va a ser empeorado por la reanimación y la lesión tisular producto directo del traumatismo, lo que acelera la coagulopatía aguda inducida
resucitación primaria, para prevenir la coagulopatía aguda
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inducida por el trauma y evitar la coagulopatía dilucional.38 Esta medida será aplicada a pacientes con sangrado masivo,
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debe administrar crioprecipitados, con la meta de elevar el recordando que seis paquetes de plasma fresco aportan 2400
en tres horas.39 Varios estudios tratan de predecir y anticipar la necesidad de transfusión masiva para ser administrada dentro de las primeras 6 horas y RCD,40 por ejemplo: Autor
Predictores
Predicción
McLaughlin41
Frecuencia cardiaca (FC) >105 x min. PAS <110mmHg pH <7,25 Hto <32%-
83%
Cotton42
Trauma penetrante PAS <90 mmHg FC >120 x min. FAST positivo
84-87%
Ordóñez43
Acidosis déficit de base 87% -8 Blood Loss hemoperitoneo >1500mL Cold temperatura <35°C Damage NISS (New Injury Severy Score) 35
Otro concepto simple que refuerza la administración de sangre de manera temprana es que si el paciente pierde sangre debemos reponer sangre, y lo hacemos mediante concentrados de glóbulos rojos, y el volumen intravascuresucitación primaria en una relación 1:1,44 juntamente con plaquetas y crioprecipitados a la misma relación,45 además de ácido tranexámico y calcio.46 Mucho se ha ensayado tratando de buscar la reposición ideal de hemoderivados.47 Con la relación 1:1 en la administración de glóbulos rojos y plasma fresco se ha visto una disminución de la mortalidad de 65% a un 19% y complicaciones menores como resangrado y sepsis,48,49 y si desde el inicio se administran plaquetas en una relación similar se ve un impacto en la mortalidad medido a las 24 horas y a los 30 días.41 Las metas a alcanzar son una hemoglobina de al menos 7g/dl y un conteo de plaquetas de alrededor de 100.000 por dl, con normalización de los tiempos de
y si se necesita mayor aporte se administrarán crioprecipitados. Se debe dar 10 unidades de crioprecipitado (250 mg
debe existir un protocolo de transfusión en trauma que debe ser analizado, discutido y socializado en cada hospital para su adecuada implementación.50 En este caso sugerimos el siguiente, acorde con la mejor evidencia actual para administrar en relaciones 1:1:1:1.51,52,53,54 Paquete de transfusión en trauma s PAQUETES GLOBULARES /2H O EN SU DEFECTO /2H s UNIDADES DE PLASMA FRESCO !2H s PLASMAFÏRESIS DE PLAQUETAS O UNIDADES DE PLAQUETAS s UNIDADES DE CRIOPRECIPITADO Debemos recordar que es importante tomar una muestra de sangre para realizar pruebas de compatibilidad, y mientras tanto el banco de sangre despachará el paquete de transfusión en trauma y luego hemoderivados compatibles. La mayor experiencia de que se dispone hasta la actualidad es la de transfusiones en guerra, en las que el uso de sangre fresca ha sido la norma55 y se realizan las pruebas a los soldados para evitar las enfermedades infectocontagiosas y el emparejamiento según compatibilidad. En civiles se usa la terapia con hemoderivados, que resulta ser efectiva con la ventaja hipotética de ser más segura.56 Por último, haremos referencia a las recomendaciones en medicina militar dadas por el Comité del TCCC (Tactical Combat Casualty Care): s .O mUIDOS SI NO HAY SIGNOS DE CHOQUE s (IPOTENSIØN PERMISIVA HASTA QUE SE PUEDA HACER EL CONTROL del sangrado. s 2EPOSICIØN DE mUIDOS CON LOS PRECEPTOS DE 2#$57 o el uso DE (ES0!. (ETASTARCH EN SOLUCIØN SALINA AL 58
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Tener el conocimiento sobre las diferentes estrategias sustentará en dos parámetros que indican choque: 1. Presencia de pulso radial que equivale a una PAS de 80 mmHg. 2. Evaluación del estado de conciencia.59 de 500 ml cada 30 minutos y re-evaluación.60
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Líquidos y hemoderivados en trauma
hemoderivados, y las metas de resucitación es el pilar fundamental para el abordaje del paciente traumatizado y en riesgo de muerte. Las recomendaciones basadas en la evidencia son pocas, y muchas las experiencias, lo que nos obliga a estar pendientes de las nuevas publicaciones en busca del mejor manejo para nuestros pacientes.
JUAN CARLOS SALAMEA M.
Líquidos y hemoderivados en trauma
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THEODOOR ROMBOUTS (1597 – 1637) El sacamuelas, hacia 1627-1628 Óleo/lienzo, 119 x 221 cm.
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Manejo de vía aérea en trauma
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Introducción Un manejo adecuado de la vía aérea y una buena ventilación son fundamentales para la supervivencia y pronóstico de los pacientes traumatizados. El potencial de lesión de la columna cervical hace más compleja la valoración y manejo de la vía aérea en estos pacientes y se debe sospechar en todos los mecanismos de lesión traumática.1 Pacientes con Glasgow < 15, con dolor cervical o deformidad anatómica evidente, o cuando los mecanismos del trauma sugieran lesión cervical, requieren inmovilización cervical inicial y posteriormente con un collar cervical de talla adecuada, tabla espinal y soportes laterales con cintas de sujeción alrededor de la frente.2 Aquellos con lesiones por encima de las clavículas están en mayor riesgo, que aumenta cuatro cativo (Glasgow <9). Las lesiones de la columna cervical a menudo están ocultas, y debe evitarse la lesión secundaria de la médula espinal. La columna cervical debe ser inmovilizada hasta que se realice una completa evaluación clínica y/o radiológica y se descarte algún daño3 (Figura 1).
Valoración de la vía aérea Un paciente con un adecuado estado de conciencia es capaz de mantener su vía aérea y no necesita de otros mecanismos para sostenerla. Sin embargo, los pacientes pueden deteriorarse en cualquier momento. Por esto el ABC debe ser evaluado constantemente. En presencia de un paciente con alteración del estado de conciencia podemos evaluar su respiración haciendo la maniobra de tracción mandibular
para determinar si hay movimiento de la caja torácica o movimientos respiratorios.
Figura 1. Tracción mandibular
Procedimientos para disminuir el riesgo de aspiración Todo paciente de trauma inconsciente se considera con estómago lleno y tiene un alto riesgo de broncoaspiración. Sonda gástrica: Es un dispositivo útil para evacuar el estómago y disminuir la presión intragástrica. Su colocación es mal tolerada por el paciente consciente y no garantiza por completo el vaciamiento gástrico debido a que puede obstruirse con restos alimenticios. En pacientes con sospecha de lesión de base del cráneo, la sonda debe
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colocarse por la boca, y puede hacerse luego de la intubación para descomprimir el estómago y proteger la vía aérea al momento de la extubación o mientras el paciente continúa intubado; además, se recomienda la maniobra de Sellick para disminuir el riesgo de aspiración.4
Retiro de cuerpos extraños y aspiración de secreciones En primer lugar hay que despejar la vía aérea de cualquier cuerpo extraño. La técnica del barrido digital consiste en introducir el dedo índice a manera de gancho por la comisura labial hasta la base de la lengua, pasando el dedo por detrás del objeto y haciendo un movimiento de tracción para extraerlo, evitando siempre realizar un barrido digital a ciegas por el riesgo de introducir aun más el objeto y empeorar el cuadro. En el caso de secreciones como sangre, saliva y material regurgitado del estómago se debe contar con sistemas de aspiración adecuados para despejar la vía aérea.5
Elevación del mentón Figura 2. Maniobra de tracción mandibular (Variación)
Se colocan los dedos de la mano del examinador bajo la mandíbula en la línea media y después se levanta con suavidad para desplazar la mandíbula hacia adelante.
Procedimientos para mantener La vía aérea superior en pacientes inconscientes se obstruye por la pérdida de tonicidad en los músculos que sostienen la lengua y en forma indirecta la epiglotis. El desplazamiento posterior de la lengua ocluye la faringe. Existen diferentes técnicas para abrir la vía aérea, las cuales se describirán a continuación. Recordemos que esta es una prioridad: siempre debemos realizar la maniobra de apertura antes de utilizar cualquier elemento accesorio. (Figura 3)
Figura 3. Obstrucción de la vía aérea por la lengua.
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Se sujetan los ángulos del maxilar inferior y se desplaza la mandíbula hacia adelante.
Es un dispositivo para mantener abierta la vía aérea; separa la lengua de la pared posterior de la faringe. Facilita la aspiración de secreciones y previene que el paciente muerda y ocluya el tubo endotraqueal; son de plástico duro. Las más conocidas son las cánulas de Guedel y Bergman (Figura 4). Para seleccionar el tamaño adecuado basta con medir la cánula desde el lóbulo de la oreja hasta el ángulo mandibular o la comisura labial del paciente. Inserción: Limpiar la boca de secreciones, sangre o vómito con aspiración. Se introduce en la boca siguiendo el paladar en posición invertida. Cuando nos acercamos a la pared posterior de la faringe se rota 180 grados para ubicarla en la posición correcta. Otros bajan la lengua con un bajalenguas y la introducen directamente. Complicaciones y recomendaciones: Si no está bien ubicada o el tamaño es incorrecto puede desplazar la lengua hacia atrás y empeorar la obstrucción.
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En pacientes semiconscientes puede estimular el vómito y el laringoespasmo, por lo tanto, debe usarse en pacientes inconscientes.
Figura 6. Cánula nasal
Oxigenación En trauma se necesita aumentar la fracción inspirada de oxígeno (FiO2) por encima de 0.8, o sea, se deben administrar concentraciones inspiradas de O2 por encima del 80-85% y en casos graves lo más cercano al 100%. Esto se logra
Figura 4. Cánula de Guedel (arriba), cánula de Bergman (abajo).
C Es más maleable que la cánula orofaríngea. Para seleccionar
de no reinhalación con reservorio. Si el paciente tiene un patrón respiratorio inadecuado luego de realizar las maniobras básicas iniciales, como apnea, frecuencia ventilatoria < 12 por minuto o frecuencia ventilatoria por encima de 30 por minuto, asociado a trastornos de la oxigenación como alteraciones del sensorio, cianosis o saturación de oxígeno por debajo de 90%, el paciente requiere soporte ventilatorio con un dispositivo BVM (bolsa-válvula-mascarilla)
el tamaño adecuado se mide desde el lóbulo de la oreja
(BVM)
hasta el ala de la nariz (Figura 5), se lubrica y se inserta parte posterior de la nasofaringe y la orofaringe. Es mejor tolerada en pacientes conscientes. Está contraindicado su uso en embarazadas y niños por el riesgo de sangrado y en pacientes con sospecha de fractura de base de cráneo. (Figura 6)
diferentes tamaños según la edad del paciente, con un volumen para adultos de hasta 1.600 cc; para neonatos, de 250 cc y para niños, de 450-500 cc. Se conecta a una fuente de oxígeno con un reservorio que permite proporcionar FiO2 mayores que 90% (Figura 7). La mascarilla se coloca de manera que cubra la boca y la nariz de la víctima, utilizando el puente de la nariz como guía para lograr que su posición sea correcta. El sellado se consigue aplicando sobre la mascarilla el primer y el segundo dedo, en forma de C, y utilizando los otros tres para mantener la elevación de ambas manos la mascarilla a la cara del paciente, mientras
Figura 5. Tamaño adecuado de cánulas nasofaríngea y orofaríngea
resultados de la ventilación y se obtiene un mejor sellado
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de la mascarilla a la cara del paciente, con lo que evitamos fugas. (Figura 7)
tres tipos de tubo:
Tabla 1. Indicaciones de intubación orotraqueal más frecuentes Paro cardiorrespiratorio Apnea Obstrucción de la vía aérea Escala de Glasgow
8 puntos
Choque hemorrágico grave Figura 7. Dispositivo BVM
Se recomienda suministrar ventilación a presión positiva de un segundo y poco volumen, que apenas levante el tórax, para evitar la distensión del estómago, a una frecuencia de aproximadamente 8 - 10 ventilaciones por minuto. Es conveniente aplicar maniobra de Sellick para disminuir el riesgo de sobredistensión gástrica (Figura 8).
Protección de broncoaspiración de sangre o vómito en pacienTES CON REmEJOS LARÓNGEOS DESCENDIDOS Fracturas faciales o heridas que puedan comprometer la vía aérea Inhalación de humos, como prevención ante la existencia o sospecha de quemaduras químicas o físicas en la vía aérea Necesidad de ventilar con presión positiva al paciente Traumatismo craneoencefálico que requiere hiperventilación Signos de insuficiencia respiratoria grave: presencia de bradipnea (< 8 rpm) o taquipnea (> 30 rpm) que originen una ventilación ineficaz; trabajo respiratorio excesivo
La SIR es el procedimiento de elección para lograr el acceso y el control inmediato de la vía aérea en la mayoría de los pacientes críticos. La elección del fármaco inductor uso simultáneo de bloqueantes neuromusculares. Además de las características farmacocinéticas y farmacodinámicas fármaco. Determinados fármacos ofrecen ventajas especíFigura 8. Técnica de la C y la E
efectos secundarios y contraindicaciones que se deben considerar siempre. El uso de los bloqueantes neuromusculares debe ser parte de la técnica de intubación.6 Valoración: Existen indicaciones precisas respecto de
V forma de ventilación asistida y a una fuente de oxigeno y la vía aérea asegurada en su sitio con cinta adhesiva,
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momento adecuado para intubar. Como en toda situación
Manejo de vía aérea en trauma
en medicina de emergencias, cuanto más precozmente realizamos las indicaciones adecuadas sobre el paciente, disminuye la morbimortalidad y por supuesto mejora el pronóstico. Preparación: Preparar todos los elementos necesarios. Si estamos en el servicio de urgencias o en la ambulancia, debemos controlar que estén y que funcionen los elementos para vía aérea: oxígeno, aspiración, accesos endovenosos, monitor, oximetría de pulso, bolsa-válvula-máscara, laringoscopio, hojas, luz y pilas, distintos tamaños de tubos -
SEBASTIÁN ALBA O..
Posición (Del operador y del paciente). Posición de quien va a realizar la IOT: detrás de la cabeza del paciente. Colocarse alineado en la cabecera del paciente; asegurarse de que dispone de un espacio adecuado para realizar las maniobras. Comprobar que conductos de suero, cabecera del cuello y la cabeza del paciente: cuello en posición neutra no hiperextendido en niños pequeños. Preoxigenación: Con BVM y oxígeno al 100% a 12 l/min, de 3 a 5 minutos para optimizar su saturación en la sangre, antes de realizar la IOT cuando por unos segundos no se aportará O2.
la permeabilización de la vía aérea. Bioseguridad: guantes, tapabocas y lentes. Retirar objetos del paciente (dentadura Tabla 2). Se llenan y se dejan preparadas las jeringas con la medicación para premedicar, inducir y relajar. Tabla 2. Lista de chequeo para intubación 1. Asegurar disponibilidad y funcionamiento del siguiente equipo: a. Fuente de oxígeno. b. BVM del tipo y tamaño adecuados. c. Mascarilla de no reinhalación en el paciente. d. Laringoscopio funcionando y con valvas adecuadas. e. Cánulas orofaríngeas del tamaño adecuado. f. Tubos endotraqueales en los diámetros requeridos, manguito probado. g. Equipo de vía aérea para manejo alterno si falla la vía aérea definitiva. h. Medicamentos, conociendo sus dosis y efectos adversos. i. Equipos de succión funcionando. j. Materiales para fijación de la vía aérea definitiva. k. Monitores de presión arterial, pulso, oximetría y EKG conectados al paciente. l. Servicio de anestesiología presente o en camino. $OS LÓNEAS VENOSAS DE CALIBRE Ø PERMEABLES 3. Preoxigenación durante tres minutos. 4. Considerar uso de sedantes y relajantes musculares en pacientes conscientes. 2EALIZAR )NDUCCIØN DE 3ECUENCIA 2ÉPIDA )32 #ONlRMAR LA POSICIØN DEL TUBO ENDOTRAQUEAL INmADO Y lJARLO 7. En caso de dificultad para la intubación considerar planes alternos. 8. Completar ABCD primario y secundario. 9. Disponibilidad de líquidos y vasopresores. 10. Traslado para manejo definitivo.
Coadyuvantes Utilizados para atenuar la respuesta simpática a la laringoscopia e intubación. Los más usuales son: Fentanil: 2-10 μg por kg intravenoso. Agente analgésico opioide. Provee una acción analgésica durante 30 a 40 minutos. Inicia su acción a los 90 segundos. Disminuye el sumo de oxígeno; produce hipotensión leve y bradicardia. Se debe tener especial cuidado con la velocidad de administración, ya que si se administra demasiado rápido puede producir complicaciones como rigidez torácica, conocida como tórax leñoso, la cual generalmente es mortal. Es el más utilizado actualmente.
Inductores Encargados de inducir pérdida de la conciencia. Deben ser usados de manera juiciosa y titulada para evitar efectos adversos, en especial colapso hemodinámico y paro cardiaco. Los más usados en orden de frecuencia y disponibilidad son: Tiopental sódico: 3 – 5 mg por kg, intravenoso. Barbitúrico de acción ultracorta (5 a 10 minutos), sin propiedades analgésicas ni amnésicas; inicia su acción a los 30 segundos. Recomendado en pacientes con TCE sin hipotensión. Puede causar hipotensión grave, depresión respiratoria, laringoespasmo y broncoconstricción con aumento de secreciones. No se recomienda en pacientes
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Relajación neuromuscular precaución en pacientes hipovolémicos, disminuyendo la dosis a 0.5 a 1 mg/kg IV.
Se realiza luego de la inducción. En esta fase se pueden utilizar los siguientes medicamentos:
Midazolam: 0,1 - 0,3 mg por kg, intravenoso. Ben-
Succinilcolina: 1–2 mg por kg. Relajante despolari-
zodiacepina de corta acción (30 minutos) con inicio a
zante de corta acción (5 a 10 minutos). Es el relajante por
los 2 o 4 minutos; produce depresión respiratoria e hi-
excelencia en los protocolos de inducción de secuencia
potensión especialmente en pacientes ancianos. No tiene
rápida, ya que si la intubación no es exitosa se tendrá
propiedades analgésicas. Recomendado en pacientes con
control voluntario de la respiración en 5 a 10 minutos. Su
TCE sin hipotensión en las dosis más bajas. Inicio tardío.
efecto clínico se inicia en 35 a 60 segundos. Puede producir
No se recomienda como agente único para inducción de
aumento de la presión intracraneana y efectos hemodiná-
secuencia rápida.
micos diversos, pero principalmente la hiperkalemia hace
Etomidato: 0,1 - 0,3 mg por kg, intravenoso. Agente
que sea controvertido su uso en quemados y en aquellos
hipnótico y sedante no barbitúrico de corta acción (2 a 4
con síndromes de aplastamiento, arritmias, hipotermia y
minutos). Tiene mínimo efecto hemodinámico y puede
enfermedad renal. La lidocaína y la atropina, junto con la
ser de elección en pacientes hipotensos. Se recomienda en
dosis despolarizante, pueden minimizar sus efectos secun-
pacientes con TCE, falla cardiaca, edema agudo de pulmón.
darios. Existe un efecto adverso que ocurre en uno de cada 15.000 pacientes manejados con este medicamento, y es la
dosis. Importante conocer este efecto para diagnosticarlo y suplementar al paciente con corticoesteroides en caso de que se
presente.7
acidosis metabólica, rabdomiolisis y coagulación intravascular diseminada. La mortalidad es casi del 100% en estos
Propofol: 1 mg - 4 mg por kg, intravenoso. Tiene
casos en ausencia del dantroleno, que sería el medicamento
aspecto blanco lechoso. Es de acción ultracorta. Después
de elección para tratar esta entidad. Necesita refrigeración.
de 30 segundos produce apnea. Es un agente anestésico e
Bromuro de rocuronio: 0,6-1,2 mg por kg, intrave-
hipnótico de corta acción (10 a 20 minutos); inicia su acción
noso. Relajante no despolarizante de acción corta (15 a 20
a los 20 segundos, se metaboliza en el hígado y su excreción
minutos). Su efecto clínico se inicia en 45-60 segundos.
es renal. Debe tenerse cuidado en su administración, ya que
Tiene efectos cardiovasculares mínimos y es el relajante de
produce dolor en el área e hipotensión marcada y depresión
elección cuando hay contraindicación para la succinilcolina.
miocárdica. No produce analgesia.
Los siguientes relajantes neuromusculares no están
Ketamina: 1–2 mg por kg, intravenosa. Agente
indicados para intubación endotraqueal y su uso está
neuroléptico y anestésico disociativo (el paciente puede
reservado para mantenimiento de la relajación durante el
estar despierto con amnesia y analgesia) de corta acción
transporte, especialmente en pacientes agitados y com-
(10 a 15 minutos). Inicia su acción antes de 60 segundos.
bativos en los cuales las dosis adicionales de sedantes y
Aumenta la presión arterial y la presión intracraneana. Es
analgésicos pueden comprometer su estado hemodinámico;
broncodilatador y puede aumentar las secreciones. No se
en caso de requerirse para intubación deben ser usados con
recomienda en TCE. Puede usarse en pacientes hipoten-
el concepto de secuencia inversa (aplicación del relajante neuromuscular tres minutos antes del agente inductor).
usarse con precaución en IAM y en pacientes intoxicados
Bromuro de vecuronio: 0,1 mg por kg, intravenoso.
con sicoactivos (en especial cocaína). Es el único agente
Relajante no despolarizante de acción media (30 a 45
inductor analgésico.
minutos). Inicia su efecto clínico en 3 a 5 minutos. Tiene
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Manejo de vía aérea en trauma
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Manejo de vía aérea en trauma
efectos cardiovasculares mínimos. Es una buena alternativa para relajación luego de intubar con succinilcolina. En caso de requerir una relajación prolongada puede mantenerse a dosis de 0,01 - 0,1 mg por kg. Bromuro de pancuronio: 0,1 mg por kg, intravenoso. Relajante no despolarizante de acción larga (45 a 90 minutos). Su efecto clínico se inicia en 3 a 6 minutos y tiene efectos hemodinámicos como taquicardia e hipertensión. Por su larga duración se recomienda en estos protocolos como relajante de mantenimiento en transportes prolongados. La dosis de mantenimiento es de 0,1 mg por kg; necesita refrigeración. Besilato de atracurio: 0,6 mg por kg, intravenoso. Relajante no despolarizante de corta acción (25 a 30 minutos). Su acción se inicia a los 5 minutos, posee efectos cardiovasculares mínimos y llega a liberar histamina. Necesita refrigeración. Su dosis de mantenimiento es de 0,4 mg por kg. Besilato de cisatracurio: 0,2 mg por kg, intravenoso. Relajante no despolarizante de duración intermedia (30 minutos). Su acción se inicia a los 5 minutos, posee efectos cardiovasculares mínimos; no libera histamina; necesita refrigeración. Su dosis de mantenimiento es de 0,05 mg por kg. Diferentes estudios informaron que el etomidato combinado con midazolam fue lo más usado en protocolos de sedación con una buena tolerancia hemodinámica. La succinilcolina ofrece una ventaja por su rápida y corta acción.11
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Figura 9. Maniobra de Sellick
Es la colocación de un tubo en la tráquea. Permite el manejo entrenado. Los tubos traqueales son de PVC, de forma curvada para facilitar la maniobra, disponibles en varias medidas. Los laringoscopios pueden ser de rama curva (Mackintosh) o recta (Miller). Se utilizan para realizar la laringoscopia directa con el objetivo de visualizar la glotis. Técnica: Se toma el laringoscopio con la mano izquierda, el tubo con la derecha, y se ingresa por la comisura labial derecha del paciente. El laringoscopio ingresa por ese sitio a la cavidad bucal y desplaza la lengua hacia el lado izquierdo; se introduce un poco más, y si la hoja es de rama recta toma y levanta la epiglotis con la punta; si es de rama curva, la punta se coloca en la vallécula.9 Una
Presión cricoidea
vez posicionado, sin quebrar la muñeca, se eleva y si lo
Estando el paciente en decúbito dorsal, se presiona el cartílago cricoides contra el esófago, ligeramente hacia la derecha y arriba, con la intención de comprimir el esófago y disminuir el riesgo de aspiración de contenido gástrico. Por supuesto, si el paciente en ese momento presenta amenaza de vómito debemos dejar de presionar inmediatamente ya que se podría desgarrar el esófago por la presión del vómito contenida con la maniobra; y girarle la cabeza, o rotarlo en bloque hacia el decúbito lateral en caso de trauma cervical.8 (Figura 9)
hacemos correctamente veremos la glotis. La maniobra no debe durar más de 30 segundos y debe ser realizada bien y rápido, no con fuerza sino con técnica. El tubo endotraqueal que utilizamos es, en general, el Nº 7 para la mujer, y Nº 8 para el hombre. Puede colocarse con guía o sin ella. El tubo queda queda aproximadamente a 2 cm de la punta del tubo. Muchas veces es conveniente doblarlo como un palo de hockey, y sostenerlo con la mano derecha por arriba del balón, para poder direccionarlo mejor, ver las cuerdas vocales y controlar el correcto pasaje del
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excesivamente (Figura 10).
Figura 11. Dispositivo comercial para fijar el tubo Figura 10. Técnica de intubación orotraqueal
Posición del tubo de la adecuada ubicación del tubo según protocolos ACLS. Que se haya controlado el correcto pasaje del tubo a través de las cuerdas vocales; ver que se empañan las paredes del tubo en la fase espiratoria. Que no entre el aire cuando auscultamos el epigastrio, y que ingrese adecuadamente en los campos pulmonares. Utilizar detector de CO2 si disponemos de él y posteriormente tomar radiografía de tórax. Protección del tubo: Corroborar que el balón esté ción del tubo para evitar desplazamientos. Rechequear inmediatamente los signos vitales del paciente. Existen puede utilizar esparadrapo. Cuando se tiene una adecuada estabilización manual de la columna cervical para realizar el procedimiento y se acompaña de preoxigenación, maniobra de Sellick, coadyuvantes farmacológicos e intubación endotraqueal, se completa el estándar de manejo de la vía aérea en trauma (Figura 11). Dispositivos alternos: Tener listos los elementos adecuados para una vía aérea alternativa en caso que falle la IOT. Videolaringoscopia, máscara laríngea, tubo laríngeo, set para cricotiroidotomía, set para ventilación jet transtraqueal, u otra.
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Manejo de vía aérea en trauma
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Provee ventilación cuando se lo coloca tanto en posición esofágica como en posición traqueal. El ETC puede ser insertado a ciegas. Puede ser usado como un dispositivo de rescate urgente en el ámbito prehospitalario, al igual que en el hospital. También se utiliza en los quirófanos en cirugía electiva.10 En la posición esofágica el aire pasa a la tráquea, mientras que la boca, la nariz y el esófago permanecen sellados por los globos orofaríngeo y distal. Está disponible en dos tamaños: 37F (adulto pequeño), para ser utilizado en pacientes con talla de 1,20m a 2,0 m, y 41F, que se utiliza en pacientes de talla superior a los 2,00 m. Se inserta a ciegas abriendo la boca y se introduce hasta la marca de líneas negras (anillos) en la parte proximal. Estas deben quedar a la altura de los dientes. el balón distal: 10 ml de aire.11 El combitubo actualmente tiene una indicación IIa en los pacientes en paro cardiorrespiratorio en el manejo prehospitalario de la vía aérea12 (Figura 12).
Es un dispositivo supraglótico para control de la vía aérea que se coloca a ciegas. Tiene las mismas indicaciones del combitubo y también tiene puerto accesorio para aspiración
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y digestivo, donde forma un sello circunferencial de baja presión en torno a la glotis. Viene en diferentes tamaños de acuerdo con la edad, desde 1 hasta 6.
Ventajas: sidad de visualizar la glotis. particular.
Figura 12. Combitubo
y descompresión gástrica, pero presenta algunas ventajas
mecánica. natos.
Desventajas: tamaños, inclusive tamaños pediátricos, población en la cual no sirve el combitubo (Figura 13).
a 20 cm H2O por el riesgo de distensión gástrica. primir la cámara gástrica (Figura 14).
Figura 13. Tubo laríngeo
Máscaras laríngeas
Figura 14. Mascara laríngea convencional
Máscara laríngea convencional: Componente laríngeo de a un tubo estándar de 15 mm con adaptador compatible a sistemas de ventilación BVM o circuitos de ventilación mecánica. Se introduce en la faringe hasta percibir una resistencia que indica que el extremo distal se encuentra en la hipofaringe a nivel de la unión entre los tractos respiratorio
Actualmente se dispone de modelos más evolucionados de máscaras laríngeas que brindan protección de la aspiración del contenido gástrico y se colocan de la misma manera que la máscara laríngea común: ML Fastrach: Está diseñada con un armazón de acero y mango para facilitar la inserción en la faringe con mínima
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movilización del cuello, y además de la ventilación permite la intubación orotraqueal a ciegas a través del conducto de la máscara (Figura 15a).
Figura 15a. ML Fastrach.
sellado de la vía aérea y tiene incorporado un mordillo en su estructura (Figura 16).
Figura 16. ML Supreme.
ML Proseal: Se diferencia de la máscara laríngea común por poseer un conducto adicional que termina en la punta de la máscara, a través del cual se puede avanzar una sonda hasta la cámara gástrica, lo que la hace útil en pacientes con estómago lleno para disminuir el riesgo de aspiración al permitir evacuar el estómago. Esta máscara también permite la ventilación con presiones más elevadas (hasta de 30 cm H20), lo que la hace útil en pacientes difíciles de ventilar por obesidad, embarazo o disminución de la distensibilidad pulmonar (Figura 15b).
ML i-gel: Es un dispositivo supraglótico sin almohafácil inserción, un mínimo riesgo de compresión en los tejidos y una mayor estabilidad tras su inserción (no puede La cánula i-gel se ha diseñado como dispositivo de un solo uso, libre de látex. El dispositivo está provisto de un canal gástrico integrado para la succión de los contenidos gástricos o para permitir el paso de un tubo nasogástrico que vacíe el estómago (excepto en el tamaño 1). Hasta la fecha i-gel no ha sido evaluado en aplicaciones alternativas y por lo tanto actualmente no hay datos que apoyen su uso en tales circunstancias.13 (Figura 17)
Figura 15b. Máscara laríngea proseal
ML Supreme: Comparte algunas características con la proseal, como el tubo de drenaje gástrico, pero a diferencia
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Figura 17. ML i-gel
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Ventajas El AIR-Q es otro dispositivo supraglótico con un diseño moderno y su forma de uso es similar al de una máscara laríngea. Tiene un conector con rosca que permite un mejor sellado del tubo. El tubo tiene forma curva oval que disminuye la torsión de la vía aérea. Una de sus grandes ventajas es que es un dispositivo reutilizable. Cuenta con
Es de silicona, blando, no tiene necesidad de ser removido para ser sustituido con un tubo orotraqueal, es más fácil de insertar, funciona bien con tubos estándar. Posibilita mejor manejo de la vía aérea durante emergencias y extubación. Es más rápido de sacar y más
avanzar una sonda de aspiración gástrica. Es 100% libre de látex. Similar a la máscara laríngea Fastrach, permite pasar un tubo a través de la máscara para dejar una vía
V
14
Contraindicaciones:
Para avanzar un tubo orotraqueal a través de la máscara AIR- Q se recomienda que la musculatura laríngea y de las cuerdas vocales esté relajada. Se puede usar un anestésico local o relajante muscular. Como en todo procedimiento de intubación se debe realizar preoxigenación. El tubo debe debe remover el conector Air-Q e insertar el tubo orotraqueal a través del Air- Q unos 12 a 15 cm (Ver Figura 18).
Si no se puede oxigenar ni ventilar pese a todas las medidas para permeabilizar una vía aérea, como posicionar correctamente la cabeza y el cuello, barrido digital de la orofaringe, aspiración con cánulas gruesas, colocación de cánulas faríngeas o intento de ventilación con bolsa y máscara; si se usan dispositivos supraglóticos como el combitubo o la máscara laríngea y no se puede ventilar, y aún el paciente continúa en apnea o intenta respiraciones total ya sea de tipo orgánica como edema de glotis total, colgajos de tejidos, lesiones nerviosas, impactación de tejidos óseos, coágulos; o por cuerpos extraños alojados en algún nivel de la vía aérea, el paso siguiente es el abordaje cervical de la vía aérea, que podrá ser por cricotiroidotomía percutánea con aguja, cricotiroidotomía quirúrgica o por traqueostomía.
Cricotiroidotomía percutánea con aguja Técnica: Se inserta una aguja calibre 14 en la membrana cricotiroidea en un ángulo de 45º dentro de la tráquea y se suministra oxígeno por una fuente que arroje 15 L/4min,
ocluir durante cuatro segundos; esto permite oxigenar durante 30 a 40 minutos pero lleva a retención importante de CO2
Cricotiroidotomía por dilatación
Figura 18. Dispositivo Air- Q
Se realiza una pequeña incisión con bisturí en la membrana cricotiroidea y con movimientos rotatorios se introduce la cánula de cricotiroidotomía montada sobre un dilatador.
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Cricotiroidotomía percutánea con técnica de Seldinger Es la técnica de elección en situaciones en que no se ha podido intubar y ventilar al paciente por obstrucción total de la vía aérea; particularmente útil en personal no cirujano por ser una técnica fácil y rápida (Figura 19). Técnica: Se punza la membrana cricotiroidea en sentido perpendicular con la aguja del set conectada a una jeringa de 5 ml que contiene 3 ml de lidocaína. En la
medida en que se avanza, se aspira hasta obtener burbujas, lo que indica que llegó a la luz de la vía aérea. Se retira la jeringa. A través de la aguja se avanza una guía de alambre atraumática (cuerda de piano) en sentido caudal; esta guía sirve como tutor. Se avanza un equipo percutáneo de cricotiroidotomía por dilatación, previa incisión vertical en la piel de unos 0.5 cm. Los set tienen contra la aspiración.
Figura 19. Cricotiroidotomía percutánea con técnica de Seldinger
Se usa en obstrucciones totales. Se utilizan tubos endotraqueales desde 4.5 hasta 6.5 (diámetro interno), incluso algunos con balón para aislar la vía aérea. Técnica: A través de la membrana cricotiroidea se realiza una incisión medial y transversal de aproximadamente 5 mm. Luego se coloca el borde romo del mango del bisturí sobre la incisión, y se gira 180° con el propósito de dilatar -
La apertura quirúrgica de la tráquea y la introducción del tubo traqueal debe ser realizada por personal entrenado, preferiblemente cirujano o anestesiólogo, ya que si el personal no está familiarizado con la técnica aumenta el riesgo de complicaciones y de lesiones.15 Este procedimiento no se considera urgente, ya que requiere disección por planos hasta llegar a la tráquea, además de hiperextensión para
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la adecuada exposición de los anillos traqueales, lo que pondría en riesgo al paciente de potenciales secuelas por compromiso cervical. Se procederá siempre posteriormente a la cricotirotomía quirúrgica o por punción para brindarle al cirujano un paciente bien oxigenado. Como recomendación general, siempre se indica la cricotiroidotomía, no la traqueostomía. Existen situaciones especiales como rotura de vía aérea, fractura de cartílagos laríngeos o tumores que impiden la realización de la cricotiroidotomía, pero son casos excepcionales.
Lo que verdaderamente asegura que un paciente quedó debidamente intubado es ver que el tubo pasa a través de las cuerdas vocales, pero cuando no es posible visualizar la vía aérea, ya sea por secreciones como sangre, es posible utilizar otros métodos complementarios, los cuales se describirán a continuación:
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Detectores de CO2 espirado: Hoy día para determinar el CO2 espirado se cuenta con medios cuantitativos y cualitativos. Un medio cuantitativo es la capnografía tradicional, que representa numéricamente y a través de trazados el C02 espirado. Sin embargo, no siempre se dispone de este recurso. Para detectar cualitativamente el CO2 se dispone actualmente de equipos que conectados al en la vía aérea o en el esófago. Se basan en el principio de detección con un papel químico, que cuando entra en contacto con el CO2 cambia de coloración. Si se torna de color amarillo indica que está en la vía aérea y si es color
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Bulbo autoinflable: Este dispositivo consiste en una instalarlo al tubo orotraqueal; este genera una fuerza de aspiración en el extremo traqueal del tubo cuando el operador
que sale por la boca y después se libera la presión. Si el tubo está en el esófago, se aspirará mucosa esofágica contra el extremo distal del detector, que impedirá la reexpansión de la pera. Si el tubo está en la tráquea, los anillos traqueales no dejan colapsar la pera, y por tanto esta se reexpande y
púrpura está en el esófago (Figura 20).
Figura 20. Detector colorimétrico de CO2.
Figura 21. Bulbo autoinflable
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1
Rodríguez Serra M, Chaves Vinagre, Vicent Perales C. vital avanzado en trauma. Elsevier Masson. 2006; 5:77-95.
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Manejo de vía aérea en trauma
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LUCA GIORDANO (1632 – 1705) Sueño de Salomón, hacia 1694 Óleo/lienzo, 245 x 361 cm.
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Oxigenoterapia en trauma
JAIME GIRÓN
Generalidades El oxígeno en condiciones normales de presión y temperatura es un gas incoloro, inoloro e insaboro. Constituye cerca de un quinto de la composición del aire atmosférico (20,99% en volumen y 23,2% en peso). Es 1,1 veces más pesado que el aire, ligeramente soluble en agua y un débil conductor de la electricidad. Es un elemento muy activo. No se quema pero sí mantiene la combustión. Se combina directa e indirectamente con todos los elementos, a excepción de los gases raros, y forma óxidos. Estos procesos de oxidación ocurren a distintas condiciones de presión y temperatura.
esto su prescripción se debe basar en claros y profundos
administrarse correctamente y de manera segura, como cualquier droga, para darle la mejor aplicación clínica.
de la oxigenoterapia pia es necesario recordar brevemente el papel que cumple el oxígeno en la cadena respiratoria. La oxigenación pulmonar es una de las propiedades emergentes del sistema respiratorio; es decir, es una propiedad que “emerge cuando
Historia El oxígeno como elemento constitutivo de la atmósfera fue descubierto por Joseph Priestly en 1772.1 Rápidamente tes con problemas respiratorios, así como sus resultados deletéreos al usarse indiscriminadamente en animales. El oxígeno se utiliza desde 1840 en anestesia y se usó de manera habitual en pacientes con enfermedades cardiorrespiratorias. Debieron conocerse claramente sus efectos para que los resultados buscados con su aplicación fuesen los deseados en la disminución de la hipoxia tisular y produjesen los menores efectos adversos posibles. El concepto de “oxígeno como droga” se remonta a 1920 y se atribuye a Alban Barach su utilización como método terapéutico (oxigenoterapia) en las patologías respiratorias, cardiovasculares y en medicina crítica.2 Por
como todos los procesos químicos y físicos implicados en la entrega de oxígeno a la célula. Para ello el sistema debe generar un gradiente de oxígeno entre el alvéolo y la sangre de los capilares para permitir la entrada de oxígeno desde el alvéolo a la sangre (hematosis). Así mismo, es preciso recordar los mecanismos principales de la hipoxemia, como son: la hipoventilación alveolar (debilidad muscular, desórdenes del SNC, anormalidades de la pared del tórax), alteraciones de la ventilación- perfusión, shunt intrapulmonar, alteraciones de la difusión, disminución del oxígeno 3
(PaO2
menor que 60 mmHg). La caída del contenido de oxígeno disminuye su aporte a los tejidos, la llamada hipoxia tisular, que de persistir en el tiempo sin tratamiento adecuado puede
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comprometer la vida. La oxigenoterapia previene entonces la hipoxemia de diferentes etiologías, ayuda a tratar la
Entonces, es importante señalar las alteraciones producidas por la hiperoxia, que pueden ser, entre otras:
hipertensión pulmonar4 y, no menos importante, reduce el trabajo miocárdico y respiratorio. Aunque el mecanismo por el cual el oxígeno disminuye la frecuencia cardiaca es
de la lesión endotelial, la destrucción de los capilares alveolares y el edema.
incierto, esta respuesta puede ser un efecto directo de la hiperoxia sobre el nodo sinusal o un efecto de la respuesta mediada por
barorreceptores.5
Con la implementación de la oxigenoterapia en diferentes situaciones tanto agudas como crónicas: ser necesarios. raciones neurológicas, miocárdicas y renales, además de la vasodilatación hipóxica. con EPOC). perfusión, debido a la corrección de la vasoconstricción hipóxica.
Toxicidad del oxígeno Se considera generalmente resultado de la formación de radicales libres de oxígeno en exceso de la cantidad que puede ser depurada por los sistemas antioxidantes de los tejidos disponibles.6 Al parecer la lesión causada por el oxígeno ocurre en Se ha establecido que la exposición de oxígeno a presiones altas causa alteraciones en todo el aparato respiratorio y su epitelio. Con el uso cada vez más generalizado de la ventilación mecánica en diferentes situaciones en urgencias se está utilizando en los pacientes de trauma y médicos concentraciones altas de oxígeno (100%) por periodos prolongados, a veces no necesario y por el contrario en muchas ocasiones deletéreo, sin que esto sea detectado por el personal puesto que los cambios morfológicos iniciales
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Oxigenoterapia en trauma
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intrapulmonar. Aunque otros autores señalan que la toxicidad del oxígeno durante la ventilación mecánica se presume que ocurre con niveles de oxígeno que exceden 0.407 y consideran otras condiciones como la inadecuada ventilación y el tiempo como causantes de la lesión pulmonar. Se asocia también la hiperoxemia (PaO2 < de 300 mmHg) con un incremento de la mortalidad comparada con la normoxia. Además, en lesión cerebral traumática aguda la hipoxemia y la hiperoxemia también se relacionaron con aumento de la mortalidad.8 Otro estudio experimental sugiere que tanto la hipoxemia como la hiperoxemia en hemorragias pueden tener implicaciones sobre el compromiso hemodinámico y la reanimación.9
Indicaciones en situaciones agudas La principal indicación para la oxigenoterapia en cualquier situación es reversar la hipoxemia. Otra indicación seria, es administrar oxígeno empíricamente en pacientes con paro cardíaco o respiratorio, 10 En situación aguda la dosis administrada de oxígeno puede ser crítica. Una inadecuada cantidad de oxígeno para aliviar la hipoxemia en situaciones críticas puede ocasionar la muerte o una discapacidad permanente. En estos casos el uso de por los riesgos asociados con altas dosis de oxígeno. Por lo anterior, algunos autores hablan de que se debe hacer una adecuada titulación del oxígeno como cualquier otro medicamento. La mayoría de los autores de revisiones realizadas sobre este tema coinciden en que se debe administrar en situaciones agudas, cuando la saturación de oxígeno cae a <90% o < 60 mmHg PaO211. Estos representan puntos peligrosos en la curva de disociación del oxígeno, pues
Oxigenoterapia en trauma
caídas más pequeñas tienen el potencial de producir hipoxia tisular. Sin embargo, aunque el oxígeno esté bien indicado en la mayoría de situaciones agudas, no hay que dejar de mencionar que su utilización no es excluyente para otras intervenciones con las cuales se puede y debe tratar de manejar la hipoxemia, como la terapia con ventilación mecánica no invasiva, que en situaciones de trauma grave de tórax reduce la intubación comparado con la oxigenoterapia.12
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los pulmones incrementan el daño inducido por él. Se ha sugerido la inhalación de óxido nítrico como un método para mantener la oxigenación tisular en bajas concentrasido probada. Cuando la lesión pulmonar se encuentra tan avanzada que no hay expectativas de recuperación, proporcione oxígeno para aliviar la falta de aire, o cuando la PaO2 caiga por debajo de 50 mmHg. mayor o igual que 0,5 (50%) se puede presentar atelectasia de absorción, toxicidad por oxígeno y depresión de las funciones ciliar y leucocitaria prematuros debe evitarse llegar a una PaO2 de más 80 mmHg, por la posibilidad de retinopatía.15 niños con malformación cardiaca ductodependiente el incremento en la PaO2 puede contribuir al cierre o constricción del conducto arterioso. con láser, se deben usar mínimos niveles de oxígeno suplementario por el riesgo de ignición intratraqueal. centraciones altas de oxígeno. Todo servicio de urgencias debe tener a mano extintores de fuego. 2
Contraindicaciones de la oxigenoterapia en urgencias aunque existe fuerte evidencia de precauciones de su uso en estos casos: + 44 2 mmHg a nivel del mar, o 35 mmHg en Bogotá) existe el riesgo de que se presente depresión ventilatoria si reciben la oxigenoterapia a concentraciones altas de oxígeno. Cabe señalar que en los pacientes con Epoc está de PaO2 falla cardiaca derecha o policitemia,13 cuyas principales manifestaciones son:
Medición y monitorización El éxito del tratamiento de la hipoxemia requiere el reconocimiento temprano, lo cual es difícil en situaciones de urgencia debido a que las características clínicas son
intoxicaciones con paraquat. No administre oxígeno suplementario hasta que el paciente desarrolle hipoxemia grave.14 Los pulmones son el primer blanco del paraquat, y sus efectos en ellos representan la manifestación más letal y menos tratable de la toxicidad. El mecanismo principal de la lesión es la generación de radicales libres que oxidan el tejido pulmonar. Los neumatocitos tipos I y II parecen acumular el paraquat de forma selectiva. La biotransformación del paraquat en estas células genera radicales libres, lo que trae como resultado la peroxidación de lípidos y daño a las células. Por tanto, concentraciones elevadas de oxígeno en
La cianosis central tisular. Es detectable cuando la concentración de hemoglobina reducida es de aproximadamente 15 g / L. La oximetría de pulso para la valoración del estado pues permite seleccionar el nivel de soporte o titulación de la fracción inspirada de oxígeno que requiere el paciente más rápidamente, evitando con ello complicaciones serias.16 Pero su interpretación puede ser poco precisa, ya que presenta una serie de factores o situaciones que alteran o limitan su utilización. Por ejemplo, es insensible en detectar la hipoxemia en pacientes con niveles de presión alveolar
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centes) y puede dar valores bajos de saturación; además, depende de una adecuada perfusión arterial y de la piel. De
movimiento del artefacto, la pigmentación de la piel, y el efecto de algunos medicamentos (azul de metileno), entre otros. Adicionalmente, los cambios en la saturación de en la saturación arterial.17 La determinación frecuente de los valores de gases arteriales constituye el parámetro fundamental de la
agudas, hay estudios que critican su adecuada formulación e implementación señalando al menos que en pacientes médicos con enfermedad respiratoria la evaluación de la necesidad de oxígeno en situación aguda sólo se está realizando en el 63% de los pacientes antes de ser administrado.18 Así, la correcta prescripción del oxígeno debe basarse en la respuesta a los siguientes cuestionamientos según N. T. Bateman y R. M. Leach en su lista de chequeo para una prescripción segura de oxígeno: inadecuada ?
soporte ventilatorio y de oxigenación, considerando que qué dosis? valoración de la oxigenación cuando se presenta cianosis ya que hay un porcentaje importante de hemoglobina no saturada cuando la cianosis es evidente. Es necesario una correcta obtención y manipulación de la muestra para evitar errores preanalíticos que alteren los resultados obtenidos. Anticoagulantes: Para el análisis de los gases sanguíneos se agrega sangre fresca total a una jeringa impregnada con heparina, para evitar la coagulación de la muestra. Sin embargo, este medicamento posee un pH de 7 que puede alterar el pH de la muestra si se agrega en exceso. Condiciones anaerobias: No se debe permitir que se produzcan burbujas de aire en la muestra sanguínea. Los gases contenidos en la burbuja de aire buscan equilibrarse con los gases sanguíneos, de acuerdo con sus gradientes de presión, lo que resulta en una disminución en la muestra sanguínea de la PCO y una elevación del pH. 2 Demora en el análisis: Como regla general, las muestras de sangre arterial deben ser analizadas en un término de 10 minutos o ser enfriadas de inmediato. La sangre es un tejido vivo y metabólicamente activo que continúa consumiendo O2 y produciendo CO2 incluso después de haber sido extraída.
cación sí es necesario?
O, con mayor seguridad, seguir los protocolos de administración de cualquier otro medicamento en un servicio de hospitalización: el momento correcto, la dosis correcta, la presentación adecuada, la vía de administración correcta, la frecuencia precisa.
Métodos de administración de oxigeno Los dispositivos para administrar oxígeno son conductos concentrador) al paciente. Estos dispositivos se dividen en:
Prescripción en situaciones agudas
ratoria y no satisfacen todas las necesidades del paciente; además, no están capacitados para entregar una FiO2 constante a los pacientes que tengan un patrón respiratorio anormal, es decir, dependen de la frecuencia respiratoria y
Aunque como ya se mencionó la oxigenoterapia está indicada en hipoxemia y empíricamente en algunas situaciones
sistemas la frecuencia afecta la FiO2, considerando el tiem-
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Oxigenoterapia en trauma
de la siguiente. Por ejemplo: si se tiene un paciente polipneico, el tiempo necesario para que se llene el reservorio caerá. 2 Además, si el paciente respira por la boca o por la nariz las concentraciones de oxígeno se verán alteradas. En la de la inspiración disminuye así el llenado del reservorio inspiratorio y por ende la FiO2. O sea que si la respiración por ende aumentará. De lo 2 anterior se concluye que estos sistemas no tienen una FiO2 es la necesaria. Por lo tanto, en fallas respiratorias o en hipercapnia grave donde se requieren FiO2 exactas, no son útiles para entregar oxígeno al paciente. Si el paciente presenta una ventilación normal y estable, estos sistemas brindan una FiO2 constante y predecible.
una PaO2 y SaO2 satisfactorias sin favorecer la retención de CO2 de la relación V/Q. Las máscaras simples tienen mayor peligro de reinhalación de CO2 acumulado en la máscara durante la espiración, ya que constituyen un espacio muerto no desdeñable a pesar
que funcionan adicionando una bolsa de reservorio para
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aumentar la capacidad de reserva de oxígeno entre 600 mL a 1000 mL (según el tamaño de la bolsa). Si la bolsa tenido en ella. Existen dos tipos de dispositivo con bolsa de reservorio: el primero de ellos es el sistema de reinhalación parcial, donde el gas exhalado en la fase inicial de la espiración vuelve a la bolsa de reservorio y a medida
el gas espirado ya no penetra en la bolsa reservorio. El inicio de la espiración contiene gas que viene de las vías respiratorias altas (espacio muerto anatómico) y por lo tanto el gas que se reinhala es rico en oxígeno y contiene muy poco CO2. Estos dispositivos pueden alcanzar una FiO2 un sistema de no reinhalación. Este posee una válvula unidireccional que impide que el gas exhalado vuelva a la bolsa de reservorio. Estos dispositivos permiten inhalar oxígeno a concentraciones de FiO2 de 0.8.
te, es decir, que el paciente solamente respira el gas dado por el sistema. La frecuencia ventilatoria y el volumen de ventilación pulmonar no afectan las concentraciones de oxígeno inspiradas por el sistema.
Tomado de: N T Bateman, R M Leach, ABC of Oxygen Acute Oxigen Therapy, BMJ volumen 317, 1998.
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el mecanismo venturi, con base en el principio de Bernoulli sobre la entrada de aire que se succiona del medio ambiente
porción determinada de aire ambiental. Al ir aumentando la velocidad de un gas, su presión lateral disminuye y pasa oxígeno por un tubo que va disminuyendo su diámetro. La FiO2 la FiO2
de oxígeno exactas (FiO2 entre 0.24 – 0.60). Permiten, así mismo, variar la FiO2 cambiando el adaptador o los jet, que requieren girar su dial. Además, para prevenir la sequedad en las mucosas. El sistema puede adaptarse para dar oxígeno por máscara de aerosol terapia o por tubo en T para los pacientes con IOT. Entre las desventajas de las mascarillas tenemos: de-
conservación y la ingesta. La FiO2 programada puede variar si la mascarilla no está bien ajustada, si se obstruyen los
Las mascarillas venturi son uno de estos sistemas de
Sistema de administración
Descripción
Flujo en l/min
Complicaciones y comentarios
Cánula nasal 24 – 40 FiO2
6ELOCIDAD DE mUJO DE A LMIN !PORTA APROXIMADAMENTE L Se inserta 1 cm en cada fosa nasal Cómoda y de bajo costo El paciente puede comer
Máscara simple 35 – 50% FiO2 5 – 10 min
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