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JESUS CRUCIFICADO
Censura Eelesiástiea
El M. I. Sr. Vicario General de la Diócesis, por decreto de esta fecha, vista la favorable censura emitida por el Re visor Sinodal Dr. D . Joaquín de Cots, ha concedido á VV. el permiso solicitado para que puedan publicar el devocionario titulado: NUEVO EUCOLOGIO. Lo que de órden de Su Sria. me com plazco en participar á VV. Dios guarde á V. m. a. Barcelona, 2 de Julio de 1891.
Dr. JAIME BRUGUERAS, Pbro. Srio. Can.
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ÍNDICE.
Pág· 1
De las Fiestas movibles. . . . . Tabla de los Tiempos y las Fiestas m o v ib le s ..................................... Oraciones de la m a ñ a n a . . . . Deprecación á María Santísima . . Oración al Ángel de la guarda . . — para encomendarse á Dios. — al Santo Patrón . . . . Padre n u e str o ........................... . Ave, M a r ía .....................................11 El C re d o ......................................... 12 La Salve ......................................... 13 La Confesión, ................................ 15 Bendición de la m e s a .................. 20 Oraciones
para la noche
. . .
Acto de gracias........................... .... — de co n trició n .................. . . Ejercicio para la confesión. . . .
2 3 5 6 8 9 10
20
21 22 27
INDICE
Examen de co n cien cia .................. 32 Oración para antes de la confesión. 50 — para después de la confesión 52 Oraciones para antes de la comunión 53 Oraciones para después de la comunión 59 Explicación de los misterios de la Misa 65 Ejercicio para la Santa Misa . . . 69 O r d in a r io d e l a M i s a ...................93 152 E l Te D e u m .................. * . . Evangelio de la misa de la Natividad 158 — — de la Circunc. . 161 — — de los Reyes . 162 — — de la Candelaria 165 — — de la Ascensión 168 — — de Corpus Chris. 170 — — de la Anunciac. 172 Visita al Santísimo Sacramento . . 175 P a n g e , l i n g u a ................................ 181 V ís p e r a s d e l D o m in g o ...................185 Cántico de nuestra Señora . . . . 198 Trisagio de la SS. Trinidad . . . 200 Gozos en el T risa g io ....................... 206 Oración á Santa Bárbara . . . , 213 — á San Em igdio.................. 215 Oraciones devotas............................217 Oración parapedirá Dios buena muerte 221 Oración de San Francisco Javier . 223
INDICE
Oración al Patriarca San José . . 224 O f ic io d e l a S e m a n a S a n t a . . 228 Domingo de R a m o s.......................228 Lunes S an to.....................................281 Martes Santo.................................... 284 Miércoles Santo................................ 285 Jueves Santo..................................... 288 T in ie b la s ..............................................299 Si e t e
M e d it a c io n e s
p a ra
v is ita r
los Monumentos........................... 304 Viernes S a n t o ................................341 El Stabat M á t e r ............................351 Sábado Santo.....................................355 Domingo de P a scu a ....................... 358 — de Pentecostés.................. 371 La fiesta de Todos Santos . . . . 383 Letanía de todos los Santos . . . 393 Oración para asistir al Santo Jubileo 405 Letanía de la B. Yirgen María . . 407 Los siete Salmos penitenciales . . 413 Misa para los d ifu n tos...................444 Misa de casam iento....................... 461 Oración contra la peste...................476 — á San Sebastián.................. 477 — por las almas del Purgatorio 478 Plegaria antes de resolver cosas graves. 479 — para cuando se sufre una desgr. 481
INDICE
Plegaria para lás calamidades públicas 484 — para cuando se asiste á una ago nía 487 Ejercicio ó modo de visitar las Santas C ru c e s ............................... .... . 491 Modo de rezar el Santo Rosario. . 514 Septenario de los dolores de María San tísima . 544 Meditaciones para la semana . . . 548 Septenario de los dolores y gozos de San José............................... .... . 558 Actos de virtudes teologales . . . 569 Reloj espiritual............................... 574 Oración al arcángel S. Rafael. . . 629 Oración á S. Luis Gonzaga . . . 631
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DE LAS FIESTAS MOVIBLES El afto eclesiástico empieza el primer domingo de Adviento, que cae el domingo mas inmediato al dia de san Andrés, ap. La Septuagésima, la Sexagésima y la Quincuagésima preceden inmediatamente á la Cuaresma. La Cuaresma empieza el miércoles de Ceniza, cua renta y seis dias antes de Pascua, y comprende: i.* los cuatro últimos días de la semana de Quincua gésima; i.° las cuatro semanas llamadas de Cuaresma; 3.° La semana de Pasión; 4.° toda la Semana Santa. Esta semana, la de Pascua, y el domingo de Cua simodo, forman la Quincena de Pascua. La fiesta de Pascua se celebra en toda la iglesia, en memoria de la Resurrección de Jesucristo, el do mingo próximo siguiente al plenilunio del equinoccio de primavera. Las Rogaciones son unas rogativas que se hacen durante los tres dias inmediatos precedentes á la Ascensión, r jr los frutos de la tierra y la salubridad del aire La Ascensión se celebra el juéves cuadragésimo dia; y Pentecostés el domingo, quincuagésimo dia despues de Pascua. La fiesta de la Santísima Trinidad está fijada en el primer domingo despues de Pentecostés, y la del Corpus el juéves de la misma. El afto entero comprende cincuenta y dos domin gos. El número de los que se hallan entre la Epi fanía y la Septuagésima, y entre Pentecostés y el Ad viento, varia según cae Pascua mas ó menos inme diata al equinoccio. Las Cuatro Témporas son un ayuno de tres dias, fijado en el miércoles, viérnes y sábado de una de las primeras semanas de cada estación: las de in vierno tienen lugar la tercera semana de Adviento; las de la primavera, la primera semana de Cua resma; las de verano, la semana de Pentecostés; y las de otoño, hácia mediados de setiembre.
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DE LOS TIEMPOS Y LAS FIESTAS MOVIBLES.
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LA LUZ DEL CIELO ORACIONES DE. LA MAÑANA
En el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo. Así sea.
Dios mío, yo os adoro, reconozco vuestra suprema grandeza, y que yo soy nada delante de vos. Con cededme la gracia de mo rir antes que ofenderos. Salvador mío, dirigidme, /
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ORACIONES
y dadme un corazón dócil á vuestra ley. Dios mío, yo os amo so bre todas las cosas, y doy gracias á vuestra bondad infinita, que me ha criado y rescatado del infierno. Venid, Espíritu Santo, llenad los corazones de vuestros fieles, é inflamad en ellos el fuego sagrado de vuestro amor. y.Enviadnos vuestro San to Espíritu, y nuestros cora zones serán creados como de nuevo. fí. Y renovaréis la faz de la tierra.
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ORACIÓN
¡Oh Dios! que habéis ins truido é iluminado los co razones de vuestros fieles, derramando en ellos la luz de vuestro Santo Espíritu; concedednos que el mismo Espíritu nos haga amar y gustar todas las cosas puras y rectas, y quesea él mismo nuestro consuelo y alegría. Por nuestro Señor Jesucris to. Así sea. Deprecación & María Santísima.
Virgen Santísima, conti nuo patrocinio de las almas que se acogen á vuestro ma
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ORACIONES
ternal amor: pedid, si es de vuestro agrado, á vuestro santísimo Hijo y nuestro Se ñor Jesucristo por mí, para que todos mis pensamien tos, palabras y acciones de este día le sean agradables. Oración al Ángel de la Guarda.
Santo Angel, mi guía ce lestial, á quien tantas veces hecontristadocon mis peca dos, y ahuyentado con mis crímenes, no me abando néis, yo os lo ruego, en me dio de los peligros; no me retiréis vuestro apoyo; no me dejéis expuesto sin de
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fensa á los tiros de un ene migo tan astuto como cruel; no me perdáis de vista un solo instante; sino que vues tras amables inspiraciones dirijan y fortifiquen mi al ma; reanimad mi corazón desfallecido y casi apagado; porque está sin amor; comu nicadle alguna chispa de las llamas suaves y puras que os abrasan, á fin de que, cuando llegue el término de esta vida tan corta y tan mi serable, pueda en vuestra compañía y la de todos los Angeles obtener la vida eter na, y ver sin cesar á Jesús,
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ORACIONES
mi Redentor, amarle, ala barle y bendecirle. Así sea. Oración para encomendarse 6 Dios.
Sa ntí si ma y adorabi Iísi ma Trinidad, oíd mis súplicas y preservad á vuestro siervo de todo mal, de todo escán dalo, de todo pecado mortal, de todas las asechanzas, y principalmente de las del demonio, y de las de sus enemigos tanto visibles co mo invisibles. Os lo suplico por la intercesión y mereci miento de la Santísima Vir gen María, y oraciones de los Patriarcas, por los mé
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ritos de los Profetas, y los votos de los Apóstoles: Os lo suplico igualmente por la constancia de los Mártires, por la ley de los Confesores, por la castidad de las Vír genes, y en fin por la inter cesión de todos los Santos que tuvieron la dicha de agradaros desde el princi pio del mundo. Así sea. Oración al Santo Patrón.
A vos me presento, ó gran Santo, que la Iglesia me ha dado por Patrón, y que me manda mire como mi pro tector; acudo á vos con
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ORACIONES
confianza: deseo ser vues tro imitador, quiero con ducirme por los ejemplos que me habéis dado. Alcan zadme, Patrón mío, la gra cia de cumplir todas las obligaciones que contraje en el Bautismo : de vivir perfecto Cristiano; de pre pararme para la muerte, y de no hacer jamás cosa al guna que deshonre un nom bre que no me viene sino de vos, y que está ya escrito en el cielo. Así sea. PADRE NUESTRO
Padre nuestro, que estás
DE LA MA NANA
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en los cielos, santificado sea el tu nombre; venga á nos el tu Reí no; hágase tu voluntad, así en la tierra como en el cielo. El pan nuestro de cada día, dánosle hoy, y perdónanos nuestras deudas, así como nosotros perdonamos á nuestros deu dores, y no nos dejes caer en la tentación, mas líbra nos de mal. Así sea. AVE MARÍA.
Dios te salve, María; llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita tú eres entre todas las mujeres, y
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ORACIONES
bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Así sea. EL CREDO.
Creo en Dios Padre todo poderoso, Criador del cielo y de la tierra, y én Jesucris to, su único Hijo, nuestro Señor, que fué concebido por obra y gracia del Es píritu Santo, y nació de Santa María Virgen; pade ció debajo del poder de Poncio Pilato, fué crucificado,
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muerto y sepultado; des cendió á los infiernos; al tercero día resucitó de en tre los muertos; subió á los cielos, y está sentado á la diestra de Dios Padre todo poderoso; y desde allí ha de venir á juzgar á los vivos y á los muertos. Creo en el Es píritu Santo, la santa Iglesia Católica, la Comunión de los Santos, el perdón de los pe cados, la resurrección de la carne, y la vida perdurable. Así sea. LA SALVE.
Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida
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ORACIONES
y dulzura, esperanza nues tra. Dios te salve; á ti llama mos, los desterrados hijos de Eva, á ti suspiramos, gi miendo y llorando en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve á nosotros esos tus ojos misericordiosos; y despuésdeestedestierro,muéstranosá Jesús, fruto bendito de tu vientre.; Oh clementí sima, oh piadosa, oh dulce siempre Virgen María! f. Buega por nos, santa Maare de Dios. pf. Para que seamos dig nos de las promesas de
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nuestro Señor Jesucristo. Así sea. LA CONFESIÓN.
Yo pecador, me confieso á Dios todopoderoso, á la bien aventurada siempre Virgen María, al bienaventurado san Miguel Arcángel, al bien aventurado san Juan Bau tista, á los santos Apóstoles san Pedro y san Pablo, á todos los Santos, y á vos, Padre, que pequé grave mente con el pensamiento, palabra y obra; por mi cul pa, por mi culpa, por mi gravísima culpa: por tanto,
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ORACIONES
ruego á la bienaventurada siempre Virgen María, al bienaventurado san Miguel Arcángel, al bienaventu rado san Juan Bautista, á los santos Apóstoles san Pe dro y san Pablo, á todos los Santos, y á vos, Padre, que roguéis por mí á Dios nues tro Señor. El SeñorDios todopodero so use con nosotros de mise ricordia, y perdonándonos nuestros pecados, nos con duzca á la vida eterna. Así sea. Dios omnipotente y mise ricordioso nos conceda in-
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dulgencia, absolución y re misión de todos nuestros pecados. Así sea. ORACIÓN
Señor todopoderoso, que nos habéis concedido llegar á este día, guardadnos en él con vuestro poder, para que, durante el discurso de estajornada, no cometamos ningún pecado; que todos nuestros pensamientos, pa labras y acciones sean con ducidas por vuestra gracia, y no se dirijan sino á cum plir las reglas de vuestra justicia. Por, etc.
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ORACIONES
EL ANGELUS.
Al medio día y al to<jue de oraciones, se dice la siguiente.
El Angel del Señor anun ció á María, y concibió por obra y gracia del Espíritu Santo. Dios te salve, María; llena eres de gracia, etc. Yo soy la esclava del Se ñor; hágase según tu pa labra. Dios te salve, María; llena eres de gracia, etc. Y el Verbo se encarnó, y habitó entre nosotros.
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Dios te salve, María; llena eres de gracia, etc. OREMOS
Suplicárnoste, Señor, que derrames tu gracia en nues tros corazones, para que, habiendo conocido el mis terio de la Encarnación de tu Hijo, por medio del santo Angel que se lo anunció á María, podamos por el mé rito de su Pasión y Cruz ser conducidos á la gloria de su Resurrección. Te lo pe dimos por el mismo Jesu cristo nuestro Señor. Así sea.
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ORACIONES
BENDICIÓN DE LA MESA.
El padre de familia ó el superior de la mesa dirá:
Bendecid. Bendecid, Señor, á nos otros y al alimento que va mos á tomar, y hemos reci bido de vuestra divina pro videncia. Por nuestro Señor Jesucristo, pf. Así sea. El ttey de la eterna gloria nos haga participantes de la Mesa celestial. Así sea. ORACIONES PARI LA NOCHE.
En el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo. Así sea. V en id , E spír itu S anto , etc., pág. 4.
PARA LA NOCHE
Si
Acto de Adoración.
Dios mío, que estáis aquí presente, yo os adoro con toda humildad, quiero ama ros con todo mi corazón, y concluir el día en vuestro servicio. Acto de gracias
Os doy gracias, Dios mío, por lodos los favores que me habéis dispensado, y prin cipalmente por haber sido criado á vuestra imagen y semejanza, rescatado con la sangre de vuestro querido Hijo, y conservado por vues tra misericordia.
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ORACIONES
Se repetirá el P a dr e nuestro , A v e M a r ía , etc, páginas 10 y 11. Acto de contrición.
Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Criador y Redentor m ío, por ser Vos quien sois, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón de haberos ofendi do : propongo firmemente de nunca más pecar, y de apartarme de todas las oca siones de ofenderos, y de confesarme, y cumplir la penitencia que me fuere impuesta : ofrézcoos mí vida, obras y trabajos en
PARA LA NOCHE
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satisfacción de todos mis pecados, y así como os lo suplico, así confio en vues tra bondad y misericordia infinita, me los perdonaréis por los merecimientos de vuestra preciosísima san gre, pasión y muerte, y me daréis gracia para enmendarme, y para perseverar en vuestro santo servicio hasta la muerte. Amén. ORACIÓN.
Señor, ya que me habéis conservado la vida hasta ahora, concediéndome el tiempo necesario para co
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ORACIONES
rregir mis faltas, yo o; suplico muy humildemente me acordéis las luces del Espíritu Santo, para cono cer los pecados que he cometido durante este día, á fin de que, detestándolos sinceramente con todos los demás de mi vida pasada, de que os pido humilde mente perdón, satisfaga á vuestra justicia por una penitencia que os sea agra dable. Así sea. Conclusión de la oración de la noche.
Dios nuestro Señor, haz que siempre estemos vigi
PARA LA NOCHE
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lantes, y sin intermisión, porque el demonio anda incesantemente alrededor de nosotros, como león rugiente buscando alguna presa que devorar. Danos pues, Señor, fortaleza para resistirle, y mantenernos siempre firmes en tu fe, ó Dios, que vives y reinas por todos los siglos de los siglos. Amén. Te suplicamos, Señor, vi sites esta morada y apartes de ella todas las asechanzas del demonio, nuestro ene migo ; que habiten en ella tus santos Ángeles para con
OTtACIONES PARA LA NOCHE
servarnos en paz, y que su bendición permanezca siempre sobre nosotros. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén. Dios Todopoderoso y mi sericordioso, Padre, Hijo, y Espíritu Santo, nos dé una noche tranquila, y un di choso fin, y nos bendiga y proteja siempre. Amén. Al acostarse, hecha la señal de lacruz, se dirá el acto de contrición:
Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, pág. 22.
EJERCICIO PARA LA CONFESIÓN ORACIÓN
Para pedir gracia para llegar á confesarse con las disposiciones necesarias.
Santísimo Dios, que es táis siempre dispuesto favo rablemente para recibir al pecador y perdonarle,poned vuestra vista en una alma que vuelve á Vos de buena fe, y que busca con qué lavar sus manchas en las aguas saludables de la Penitencia. Alumbrad mi espíritu, á fin de que conozca yo todos mis pecados: encended mi co razón para que yo los de-
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EJERCICIO
teste, mediante lo cual ob tenga el perdón de ellos. Invocad el socorro del EspíritúSanto para conocer vuestras culpas.
Espíritu Santo, dignaos enviar uno de vuestros rayos á mi corazón, y ve nid á ayudarme á conocer mis pecados. Hacedme conocer ¡ oh Dios! tanto lo malo que he come tido, como lo bueno que he omitido. Haced que yo sepa hasta qué punto he ofendido á mi prójimo, y las faltas que he cometido contra las obligaciones de mi estado.
PARA LA CONFESION
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Casos en los cuales es preciso hacer confesión general.
1. Cuando no se hizo antes el debido examen. 2. Si no confesó todos sus pecados, según se acorda ba, en materia grave. 3. Cuando en la prime ra ó más crecida edad tu vo algún tocamiento des honesto, deseo, ó palabras provocativas para ello, en su persona, ó en otras. Si se dejó algo en la confesión por vergüenza, miedo, duda ó malicia, de industria ó en otra materia grave. 4. Si no tuvo dolor, ni
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EJERCICIO
propósito de la enmienda, ni de satisfacer al prójimo. 5. Guando dijo mentira de pecado mortal en la confesión. 6. Cuando buscó confe sor tal que no le hubiera de entender. 7. Cuando estando con alguna censura, no la de claró á sabiendas, ó si de industria se hizo absolver de quien no tenía potestad, y ciencia para ello. Para que nadie se emba race en el modo de hacer la confesión general, si quiere por escrito ó de memoria,
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discurra por el orden que á seguida marcamos, desde que tuvo uso de razón hasta que comulgó, y de allí hasta que tomó estado, y después hasta de presente, qué con versaciones tuvo, qué cos tumbres, qué (ratos y qué vic os, reduciendo el nú mero de los pecados de cada especie, lo cierto como cierto, y lo dudoso como dudoso, y si no sabe el número, diga la costum bre poco más ó menos, ó el tiempo, si de otro modo no se puede acordar. Y supuesto este examen diga
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EJERCICIO
lo que le remuerde y en tiende en su conciencia, y aquiétese, confiando en que nuestro Señor le perdonará sus pecados, pues ha hecho lo que ha podido. EXAMEN DE CONCIENCIA Primer Mandamiento
Ver si en las confesiones pasadas ha callado adverti damente algún pecado, ó si en las penitencias ó comu niones ha habido alguna falta. Acusarse si ha sido causa, ó inducido á otros á pecar. Si se ha alabado de los
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pecados, así suyos como de otros. Si no creyó; si se puso á dudardepropósitodealguna cosa de fe, cuántas veces. Si ha dado crédito á sue ños, agüero, ó á rayas de manos. Si ha tenido queja ó im paciencia contra Dios, juz gándole en los trabajos. Si ha desconfiado de su salvación, si ha dilatado la enmienda para la vejez. Si ha dicho blasfemias contra Dios y sus Santos. Si ha consultado á hechi ceros, adivinos ó gitanas. 3 R i h í l i r \ r -o A/Qp/nna/
Pcnoña
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EJERCICIO
Si no sabe lo necesario para salvarse, como el Mis terio de la Santísima Trini dad, el de la Encarnación de nuestro Señor Jesucristo, el Credo (entendiéndole), el Padre nuestro, los Manda mientos y los Sacramentos. Si lleva nóminas y ora ciones supersticiosas, con las cuales cree que sabrá la hora de su muerte, ó que no morirá sin confe sión, etc. Sí ha leído, ó tiene libros prohibidos. Si ha curado ó hecho curar á sí, ó á otros con
PARA LA CONFESI ÓN
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palabras vanas y acciones supersticiosas. S e g u n d o M a n d a m ie n to .
Si interiormente se resol vió á j u rar ó atestiguar falso. Si ha jurado con mentira ó con duda, cuántas veces. Si tiene costumbre de jurar sin advertirlo, diga las veces y los días. Si ha jurado amenazan do vengarse. Si prometió con jura mento de no hacer bien ó de hacer mal. Si ha dejadodecumplirlo que ha votado,jurado ó pro-
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EJERCICIO
metido, siendo cosa buena. T e r c e r M a n d a m ie n to .
Si ha determinado de no guardar las fiestas, y de trabajar, ó hacer trabajar en ellas. Si tuvo intención de no oir Misa, de no ayunar, ni confesar, ni comulgar á su tiempo. Si oyendo Misa ha ha blado toda ella, ó parte no table con otros, y si les ha inquietado. Si no ha rezado lo que tiene obligación. Si no oyó Misa entera en
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días de precepto por su culpa. Sí la oyó con poca reve rencia: haciendo señas ú otras cosas indecentes. Si estorbó á sus criados que la oyesen. Si trabajó ó hizo trabajar en día de tiesta, cuántas horas. Si no ha ayunado los días de su obligación. Si ha comido cosas pro hibidas sin tener bula. Si ha recibido algún sa cramento en pecado mor tal, excomulgado, ó con otra censura.
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EJERCICIO
Cuarto Mandamiento.
Sí ha consentido inte riormente de no honrar ó socorrer á sus padres ó su periores. Si ha perdido el respeto ó despreciado á padres, maridos, ó mayores. Si no ha corregido el pecado, ó permitídole, de biendo impedirlo. Si ha maldecido á sus padres. Si se ha mofado de Sa cerdotes ó Religiosos, ó viejos, ó pobres. Si ha maltratado ó he-
PARA LA CONFESIÓN
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rido á su mujer, ó á sus mayores. Si da mal ejemplo á su familia, y no cría á sus hijos con buenas costumbres. Si á sus padres no los socorrió en sus necesida des, pudiendo. Si á su mujer ó hijos no les da lo necesario. Si no ha cumplido el testamento de sus padres, ó algunas mandas y deu das, etc. Q u in to M a n d a m ie n to .
Sí ha deseado la muerte ó grave mal á alguno.
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EJERCICIO
Si se ha holgado del mal, ó pesádole del bien ajeno. Si ha tenido odio al pró jimo, ó deseado vengarse de él; cuanto duró el ren cor. Si ha dicho palabras in juriosas. Si ha echado maldicio nes de corazón, si tiene de ello costumbre, cuántas al día ó semana. Si niega el habla á al guno. Si ha hecho ó mandado hacer algún mal á su pró jimo. Si ha aconsejado renci-
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lias ó chismes, poniendo en mal á otros. Si ha muerto, herido, ó dado golpes á su prójimo. Si ha dado armas para dañar á alguno. Si se ha excedido en el castigo de los suyos. Si no quiere perdonar al que lo injurió. Si ha procurado aborto antes ó después de anima da la criatura. Si ha comido ó bebido demasiado, y de modo que le haya hecho daño.
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EJERCICIO
Sexto Mandamiento.
Si ha tenido pensamien tos torpes, y á sabiendas, deteniéndose ó compla ciéndose en ellos, ó si ha deseado la ejecución, cuán tas veces, y con qué estado de personas, sin nombrar las. Si ha tenido añción peli grosa ó deshonesta. Si ha dicho palabras tor pes, si ha cantado ú oído cantar canciones deshones tas, si ha leído libros las civos. Si ha pecado con sol tera, casada, parienta, ó
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con personas que tienen voto de castitad, y si lo tiene él, y si en lugar sa grado. Si ha tenido tactos des honestos consigo á solas, ó con tercero; y si ha en señado modos de pecar. Si está amancebado ó encenagado en este vicio. Si ha mirado deshones tamente, paseado, hecho señas, enviado presentes y billetes. Si ha usado de tercero, ó si lo ha sido, ó encubridor. Si tiene pinturas ó figu ras deshonestas.
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EJERCICIO
S¡ se ha puesto en peli gro, yendo con malas com pañías, ó si no quita las ocasiones. Si siendo casado, ha usa do mal del matrimonio con peligro, etc. Si se ha deleitado de algún mal sueño después de él. Si ha usado de malos tra jes ú otras cosas con mal fin. Séptimo Mandamiento.
Si ha tenido deseo de tomar ó tener lo ajeno, ó de hacer algún trato, á fin de engañar al prójimo. Si ha consentido en ha-
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cer, ó que otro haga daño en la hacienda de su amo. Si ha mandado ó acon sejado hacer daño en la hacienda ajena. Si con juramento enga ñó, ó con pleitos injustos ha procurado lo ajeno, ó ayudado á que otro se lo procurase. Si ha hurtado, cuando y cuántas veces, y si es cosa sagrada. Si ha dilatado restituir pudiendo, y cuántas veces. Si ha comprado más ba rato, ó vendido más caro de lo justo.
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EJ E R CI CI O
Si hace cambios ilícitos, prestando por interés, co metiendo usura. Si acompañó, participó, encubrió ó compró lo hur tado. Si llevó más de lo que merecía su trabajo ó trabajó más ó menos de lo que debía. Si ha jugado con tram pas ó con aquellos que no son señores de lo que juegan. Si no paga lo que debe, ó difiere la paga, en espe cial de jornaleros, criados y artesanos.
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Si no hizo las diligen cias debidas para restituir lo hallado, ó se quedó con ello. Octavo Mandamiento.
Si ha deseado la deshon ra ó infamia del prójimo. Si ha consentido en des honrarle cuando pudiese. Si interiormente se ha resueltoá murmurarómentir en daño grave. Si ha juzgado mal de al guno tem erariam ente, ó descubierto su sospecha. Si ha murmurado del prójimo, ó gustado de oir
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EJERCICIO
murmurar, ó no lo ha im pedido , pudiendo y de biendo. Si ha levantado algún testimonio, ó mentido en cosas de importancia, ó con daño ajeno. Si ha manifestado el pe cado secreto sin necesidad. Si con su mala lengua ha hecho perder casamiento, dignidad, etc. Si ha hecho libelos infa matorios y pasquines. Si ha hecho algo con que desacreditar al prójimo. El nono Mandamiento se reduce al sexto: el décimo al séptimo.
P A R A LA C O N F E S I O N
Acúsese también si tiene algún otro pecado acerca de su oficio ó estado. Acú sese de los propósitos ma los y deseos, aunque no los baya puesto por obra. Si estando en duda de si era pecado ó no, lo ha puesto por obra. Los pecados capitales se reducen á los mandamien tos. La soberbia al 4"., la avaricia al 7"., la lujuria y la gula al 6., la ira y la envidia al 5°., la pereza al Io. : y asi no hay que acu sarse por ellos. Lo mismo se entiende en los pecados
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EJERCICIO
contra las obras de mise ricordia. ORACIÓN Para antes de la Confesión.
¡Qué motivo de confu sión es para mí, oh mi Dios, el caer siempre en las mis mas faltas tan repetida mente, tan fácilmente, y después de haberos tantas veces prometido no come terlas m ás! ¡ Que yo haya podido pecar en vuestra presencia por cosas tan le ves, conociendo cuanto os desagrada el pecado, y aún abusando de vuestros be-
PARA L
CONFESIÓN
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neficios para ofenderos! ¡ Oh mi Dios, mi Padre, el mejor y más paciente de todos los padres! mitigad vuestro enojo, perdonad me, y no me castiguéis según el rigor de vuestra justicia. Dejaos rogar ¡oh mi Dios! por el arrepentimiento de un corazón verdaderamen te contrito, de un corazón más pesaroso de sus faltas por el disgusto que habéis recibido, que por la pena (|ue ellas merecen. Dejaos rogar por el arrepentimien to de un corazón sincera-
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EJERCICIO PARA LA CONFESION
mente afligido de haberos desegradado: Vos, que sois infinitamente bueno, y tan digno de ser infinitamente amado. ORACIÓN Para después de la Confesión.
Amantísimo Jesús, Dios y Redentor mío, yo os su plico por vuestra bondad infinita que me perdonéis los defectos con que hu biere recibido este santo Sacramento de la peniten cia. Dadme gracia, Señor, para la enmienda: dadme en los buenos propósitos
ORACIONES PARA LA COMUNIÓN
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perseverancia, en los de seos pureza, en las obras inocencia, en las virtudes favor: dadme gracia y espí ritu para que en todo haga vuestra santa voluntad. ORACIONES Para antes de la Comunión.
Dios del cielo y de la tierra, Salvador de los hom bres !que Vos vengáis á mí y que tenga yo la felicidad de recibiros! ¿ Quién pu diera creer prodigio se mejante, si Vos mismo no lo hubierais dicho? Sí, Se ñor, yo creo que Vos mis
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ORACIONES
mo sois a quien voy a re a bír en este Sacramento: Vos mismo sois* quien ha biendo nacido en un pese bre, quisisteis morir por mí en la cruz; y que tan glo rioso como estáis en el cielo, estáis oculto bajo los accidentes del pan y del vino. Yo lo creo, mi Dios, y estoy tan seguro como si lo viese con mis propios ojos. Créolo porque lo ha béis dicho, y yo adoro vues tra santa palabra. Yo lo creo, y á pesar de lo que mis sentidos y mi razón
P A R A LA COMUNIÓN
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pueden decirme, renuncio á mis sentidos y á mi ra zón para cautivarme bajo la obediencia de la fe. Yo lo creo, y si fuese necesario sufrir mil muer tes por la confesión de esta verdad, ayudado de vues tra gracia ¡oh mi Dios! las sufriría, antes que desmen tir sobre este punto mi creencia y mi religión. Acto de Humildad.
¿Quién soy yo? ¡oh Dios de gloria y de majestad! ¿quién soy yo para que os dignéis poner en mí los
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ORACIONES
ojos? ¿De dónde me viene este exceso de felicidad, que mi Señor y mi Dios quiera venir á mí? ¿A mí, pecador, gusano de la tie rra, más despreciable que la misma nada, acercarse un Dios tan santo? ¿Comer yo el pan de los Ángeles? ¿Alimentarme con una car ne divina? ;Ah, Señor! yo no lo merezco; yo no seré nunca digno de tanto honor. Rey del cielo, Autor y Conservador del mundo, Monarca universal, nada soy delante de Vos, y qui siera humillarme profunda
PARA LA COMUNIÓN
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mente por vuestra gloria, como Vos os humilláis en este Sacramento por mi amor. Yo confieso con toda la humildad posible, así vuestra soberana grande za, como mi extremada ba jeza. La consideración de la una y de la otra me arroja en una confusión que no puedo explicar ¡oh mi Dios! Solamente diré con una humilde sinceridad que soy indigno de la merced que os dignáis hacerme hoy.
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ORACI ONES
Acto de Contrición.
Vos venís á mí, ¡oh Dios de bondad y misericordia! ¡Ah! mis pecados deberían más bien alejaros de mí! Pe ro yo los aborrezco en vues tra presencia ¡oh Dios mío! Sentido por el disgusto que os han causado, tocado de vuestra infinita bondad y re sucito sinceramente á no co meterlos más, los detesto con todo mi corazón, y os pido humiIdemen te perdón. Perdonádmelos, Padre mío, mi amable Padre, pues me amáis hasta permitir que me acerque hoy á Vos.
P A R A LA COMUNIÓN
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Yo estoy ya lavado, como creo, por el Sacramento de la penitencia: lavadme aún más, S e ñ o r: purificadme de las menores manchas: criad en mí un nuevo co razón, y renovad hasta el fondo de mis entrañas el espíritu de inocencia, de modo que me ponga en estado de recibiros digna mente. ORACIONES Para después de la Comunión. ORACIÓN
Alma de Cristo Santísima, santifícame.
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ORACIONES
Cuerpo Santísimo de mi Se ñor Jesucristo, sálvame. Sangre de Cristo purísima, embriágame. Agua del costado de Cristo purísima, limpíame. Sudor virtuosísimo del ros tro de Cristo, sáname. Pasión piísima de Cristo, confórtame. ¡ Oh buen Jesú s! guárdame. Entre tus llagas escóndeme. No permitas que yo me aparte de ti. Del enemigo defiéndeme. En la hora de la muerte llá mame. Mándame venir á ti.
P A R A LA COMUNI ON
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Y colócame junto á ti, para que con los Ángeles y Arcángeles, y todos tus Santos, te alabe por to dos los siglos de los si glos. Amén. Acto de Agradecimiento.
¿Cómo podré agradece ros, Señor, además de los beneficios de la creación, re dención y conservación, es te especialísimo que ahora me hacéis, queriendo uni ros con la más vil criatura? Os doy, Señor, gracias por tanta merced; y si hesido un infiel, un vil, un prevarica
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ORACIONES
dor, no seré, Jesús mío, un ingrato. Me acordaré siem pre que hoy os habéis dado á mi, y procuraré que cada momento de mi vida sea un tributo de mi gratitud. Acto de Petición
Ahora, Señor, que estáis dentro de mí, me postro á vuestros piés, confiando en que nada me negaréis. En primer lugar os pido vues tra gracia, que es el mayor bien, y el don de perse verancia para no perderla jamás, dándome después to dos los demás que Vos sa
P A R A LA COMUNION
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béis necesito. Os pido por la paz de vuestra Iglesia, extirpación de las herejías, conversión de los infieles y pecadores, alivio de las al mas que satisfacen á vues tra justicia en el purgato rio, y en particular la de N., ó las de N. N. y N. (aquí se
nombra la persona, ó per sonas por quienes se ofrece especialmente la Comu nión, si no es cumplimiento de Iglesia; pues en este caso no se debe ofrecer por na die, sino por el mismo co mulgante que cumple con el precepto anual que la
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ORACIONES PARA LA COMUNION
misma Iglesia le im/pone), prosperidad de mis bien hechores, y de cuántos se me han mostrado enemigos ó me han hecho algún mal. ¡Oh el más paciente de los amigos, y el más amoroso de los padres! nada me separará ya en adelante de Vos, y os doy, postrado á vuestros piés, palabra de seguir fervorosa mente vuestros ejemplos. He comido vuestra sangre: permaneced pues Vos en mí y yo en Vos en esta vida, y después por eternidades en la gloría. Así sea.
MISTERIOS DE LA MISA
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EXPLICACIÓN DE LOS MISTERIOS DE LA MISA
Guando el Sacerdote sale de la sacristía revestido, representa á Cristo cuando salió del vientre virginal de nuestra Señora al mundo, y cuando subió al monte Calvario á obrar los miste rios de nuestra redención. La corona en la cabeza representa la de espinas que por escarnio pusieron al Señor. El amito significa el velo con que los soldados venda ron los ojos al Señor. ^ N
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MISTERIOS
La alba significa la ves tidura blanca que por es carnio mandó poner Herodes al Señor. El cíngulo significa la soga con que ataron al Se ñor cuando le prendieron y llevaron preso á Jerusalén, con que le amarraron á la columna, y los azotes que le dieron. El manípulo significa el cordel con que ataron las manos atrás al Señor. La estola significa la so ga que le echaron al Señor cuando llevó la cruz á cues tas.
DE LA MISA
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La casulla significa la túnica de que desnudaron al Señor para crucificarle, y la púrpura que por escar nio le pusieron los soldados. La cenefa de la casulla significa la cruz que llevó á cuestas. El templo significa la Iglesia católica, y congre gación de los cristianos.
El altar y su ara cua drada significa la cruz en que el Señor murió. La cruz que ponen so bre el altar significa á Cristo crucificado.
Los corporales, palia y
O»
MISTERIOS DE LA MISA
manteles significan el su dario.
El cáliz significa el se pulcro.
La patena significa la losa con que se cerró el sepulcro. La hostia y el vino signi fican el cuerpo y la sangre de Cristo, en que se han de convertir; y el agua que se echa en el cáliz significa la que salió de su costado.
EJERCICIO CRISTIANO y práctioa atención
PARA LA SANTA MISA.
Al entrar en la Iglesia.
Señor, por tu misericor dia entraré en tu casa, y en tu santo templo te adoraré con reverencia, y confesaré tu santo nombre. Al tomar agua bendita.
Por esta agua bendita me sean perdonados mis delitos y pecados. Para antes de la %Misa.
Redentor del género hu mano, Señor nuestro Jesu
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EJERCICIO
cristo, con tan infinitos be neficios como hemos reci bido de vuestra Majestad no podemos dudar de vuestro divino amor, que nos mos trasteis á los miserables pecadores, en amarnos y abrirnos el camino de la verdadera gloria; lo cual certifica vuestra encarna ción y salvadora pasión y muerte en la cruz para me moria eterna; y para que esta memoria perpetua mente durase, consagras teis vuestro santísimo cuer po y sangre antes de la hora de vuestra amarga pasión
PARA LA SANTA MISA
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y tránsito de la muerte, que ahora significa el santo sa crificio de la Misa, y con sagración del santísimo Sa cramento, que el sacerdote cada día ofrece con pura fe por los fieles vivos y difun tos. Hacedme digno, ¡ oh Señor mío Jesucristo! por vuestro amor, de que yo pueda oir y ver celebrar la Misa con devoción y corazón agradecido, y tener en me moria vuestra santa vida, pasión y muerte, que se re presenta en esta hora por el sacerdote; y para que yo pueda reverenciar y alabar
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EJERCICIO
los divinos secretos del san tísimo sacrificio con el sa cerdote y todos los circuns tantes, gozando del fruto suyo en mi alma, y ofrecer mis oraciones y obras de votamente en honra y glo ria de vuestra divina y so berana Majestad. Las cuales recibid por mis culpas, y perdonádmelas, y así tam bién las penas que merezco en pecar y ofenderos cada día. Ofreced, ¡oh Dios mío! amado sobre todas las co sas, á vuestro santísimo Pa dre celestial vuestra santa vida, amarga pasión y cruel
PARA LA SANTA MISA
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muerte, con la cual habéis satisfecho por todos nues tros pecados. Recibid pues, ¡oh Dios, Padre misericor diosísimo ! este santísimo sacrificio de vuestro Hijo unigénito por mis pecados y de todos los hombres del mundo, y salvadnos por vuestro Hijo unigénito, y recibidnos con el Espíritu Santo, y congregadnos con todos los santos elegidos y bienaventurados en la glo ria del paraíso celestial, adonde vivís y reináis Dios con vuestro Hijo, en unidad con el Espíritu Santo, por
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EJERCICIO
todos los siglos de los si glos. Amén. Al empezar la Misa.
En el nombre del Padre, -j- y del Hijo, -j- y del Espí ritu -{- Santo. Amén. CONFESION GENERAL.
Yo, pecador, me confieso á Dios todopoderoso, y á la bienaventurada siempre Virgen María, al bienaven turado san Miguel arcángel, al bienaventurado san Juan Bautista, á los santos após toles S. Pedro y san Pablo,
PARA LA SANTA MISA
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á todos los santos, y á vos, Padre, que pequé grave mente con el pensamiento, palabra y obra; por mi grande culpa. Por tanto, ruego á la bienaventurada siempre Virgen María, al bienaventurado san Miguel arcángel,al bienaventurado san Juan Bautista, á los san tos apóstoles san Pedro y san Pablo, á todos los san tos, y á vos, Padre, que roguéis por mí á Dios nuestro Señor. Amen.
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EJERCICIO
Para la Confesión.
Dios y Señor mío, para llegar dignamente ante tu divina Majestad, confiésome y le pido perdón de mis cul pas: bórralas con el agua de tu santa gracia, para que con devoción te contemple en esta Misa, y para siem pre te alabe. Amén. Para el Introito.
Dulcísimo Jesús mío, hie re mi alma con tu santísimo amor, para que pueda ex clamar : ¡ Oh buen Jesú s! ven y sácame de la cárcel de mis pecados, y alúmbra
PARA LA SANTA MISA
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me con la luz de tu santa gracia, para que te siga y siempre te alabe. Amén. Para los Kyries.
Dios mío, que eres en tres personas distintas un solo Dios verdadero, ten misericordia de mí. Dame, por el misterio de la santísi ma Trinidad, las tres virtu des principales, viva fe pa ra que te conozca,esperanza firme para que te desee, y caridad ardiente para que te ame sobre todas las cosas. Amén.
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EJERCICIO
Para el Gloria In excelsis.
Gloria á ti, Señor, en el Cielo, y paz en la tierra á los hombres; gloria á ti, dulcísimo Jesús, pues has querido hacerte hombre y nacer de la purísima Virgen María, para redimirme. Los ángeles te alaben, los que rubines, serafines y todos los espíritus celestes te bendigan; y yo con ellos cante tu gloria. Amén. Para el DóminuB vobíseum y Colectas.
Señor mío Jesucristo, que para salvar al género huma no, viniste al mundo, y con
PARA LA SANTA MISA
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una nueva estrella guiaste á los tres Reyes del Oriente al lugar de tu nacimiento, ahora te adoro y te confieso por mi criador y salvador, Dios y Hombre verdadero. Amén. Para la Epístola y Gradual.
¡Oh dulcísimo Jesús! que enviaste á san Juan y á los demás apóstoles á predicar el perdón de los pecados, todas mis culpas encomien do á tu misericordia, y te suplico me des verdadero arrepentimiento y me mires con piedad, para que de
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EJERCICIO
aquí en adelante nunca te ofenda, y siempre te alabe. Amén. Para el Evangelio.
¡Oh maestro y Redentor nuestro! que á los judíos y gentiles anunciaste la ley divina; ruégote abras otra vez tu santísima boca, Se ñor, porque tu siervo oiga, y guarde tu sagrada doctri na, haciendo lo que por ella enseñas, y como discípulo te bendiga y alabe. Amén. Para el Credo.
¡Oh Redentor nuestro! que por la salud de las al
PARA LA SANTA MISA
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mas, con innumerables tra bajos fuiste predicando la ley de gracia: concédeme, Señor, por tu misericordia, valor para guardar tu santa ley, y confesarla delante de tus enemigos; y tu santo nombre por siempre alabe. Amén. Para el Ofertorio.
¡ Oh eterna sabiduría del Padre! cuya doctrina tus santos creyeron de todo co razón y testificaron con sus obras, te ruego me des fe bastante para que crea fir memente tu disciplina, y la
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EJERCICIO
confiese con palabras, y mucho más con mis obras, para tu gloria. Amén. Para el Prefacio y Sanctus.
¡Oh piadosísimo Rey de Israel! á cuyo triunfo en Jerusalén echaban capas por las calles, cantando Hosanna en las alturas, ben dito sea el que viene en nombre del Señor: supli cóte triunfes en mi alma, para cantar con tus escogi dos: Hosanna en las altu ras, bendito sea nuestro Señor Dios. Amén.
PARA L/i SANTA MISA
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Para el Canon.
¡ Oh fidelísimo Pastor de nuestras almas! que has amado tus ovejas hasta mo rir para redimirlas, pade ciendo innumerables inju rias y afrentas: ruégote, Señor, que me des gracia de sufrir todas las adversida des, para que después de la muerte, descanse en ti y te bendiga porsiempre. Amén. Para la Consagración
Bendito seas, suavísimo Jesús, pues en la última cena cumpliste la figura del cordero pascual, y diste á
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EJERCICIO
los apóstoles tu carne y san gre, ruégote me hagas par tícipe de este santo Sacra mento, y así vivas en mí, y yo en ti, alabándote siem pre. Amén. Para alzar la Hostia.
Adorárnoste, sagrado cuerpo de nuestro Señor Jesucristo, que en el ara de la cruz fuiste digna hostia para la redención del uni verso. Amén. Para alzar el Cáliz.
Adorárnoste, preciosísi ma sangre de nuestro Señor Jesucristo, que, de-
PARA LA SANTA MISA
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rramada en el ara de la cruz, lavaste nuestros peca dos. Amén. Para después de haber alzado.
¡Oh suavísimo Jesús! gra cias te doy por la extensión de todos tus miembros en la cruz, por las aberturas de tus manos, piés y costa do, por la efusión de sangre y agua, por la cruz y amarga muerte: te pido paciencia en mis adversidades hasta la muerte por tu amor. Amén. Para el alzar de la Hostia con el Cáliz.
¡Oh obedientísimo Jesús! te ruego me des gracia de
EJERCICIO
ayudarte á bajar de la cruz para la enmienda de mis culpas, y merezca ponerte en el sepulcro de mi cora zón, para que nunca de ti me aparte. Amén. Para el Padre nuestro.
¡ Oh buen Je sú s! por las siete palabras que en la cruz dijiste, dame gracia para que yo perdone á los que me ofenden: dame, como al buen ladrón, el paraíso y vidaeterna;guárdamecomo hijo adoptivo de tu santísi ma Madre: líbrame de todo mal, y llévame á la vida eterna. Amén.
PARA LA SANTA MISA
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Para después del Padre Nuestro.
¡Oh dulcísimo Jesús! cuya alma santísima, unida con la divinidad, descendió al limbo á sacar las almas de los santos padres; te ruego, Señor, quieras también sa car la mía del cieno de sus culpas, para que cuanto antes con los santos padres en la gloria te alabe. Amén. Para la fracción de la Hostia.
Dios mío, pues sois norte para dirigir á los que se apartan del camino verda dero, os ruego que, como guiasteis á los discípulos,
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EJERCICIO
así seáis mi guía en todo, y por medio de santas inspi raciones os conozca y alabe. Amén. Para el P ax Dómlnl.
¡ Oh gloriosísimo Je s ú s ! que abriste la puerta de la vida eterna por tu gloriosa resurrección, la cual anun ciaste á tus apóstoles dán doles la paz: suplicóte, Se ñor, hagas que mi alma resucite contigo á la vida de la gracia, y nunca te ofenda. Amén. P a r a el Agfnus D el.
¡Oh pacientísímo Jesú s!
PARA LA SANTA MISA
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que te pusiste en medio de tus discípulos, dándoles la paz, y poder de absolver los pecados: dame poder de vencer y deshacer todos los vicios, y como buen pastor llévame á tu rebaño celestial. Amén. Para la Comunión.
¡Oh dulcísimo convite de nuestro Señor Jesucristo! te adoro, te ruego, buen Jesús, que purifiques mi alma, para que con tus dis cípulos goce de las infinitas gracias de este sacrosanto Sacramento, y en ti sólo
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EJERCICIO
halle viático de mi peregri nación. Amén. Para después de la Comunión.
¡Dulcísimo Jesús! que, después de tu resurrección, con tu propia virtud quisiste subir á tu eterno Padre: ruégote, Señor, quieras llevar contigo mi alma, para que, apartada de las cosas terrenas, sólo contemple las celestes, con que siem pre te alabe. Amén. Para la Bendición,
¡ Oh Mediador nuestro Señor Jesucristo! que de tu eterno Padre alcanzaste el
PARA LA SANTA MISA
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enviar á tus apóstoles el divino Consolador en len guas de fuego: ruégote, Señor, me hagas partícipe de este santo amor, para que dignamente te sirva y te alabe. Amén. Para el Evangelio de San Juan.
¡Oh Jesús! celador ar dentísimo de las almas, que, por medio de tus apóstoles, noticiaste á las naciones los misterios de tu divinidad y humanidad : ruégote por ellos, mi Señor, que nunca me desampares, sino me lleves á tu gloria, á donde
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EJERCICIO PARA LA SANTA MISA
sin el velo de la fe yo te alabe siempre. Amén. Ofrecimiento del Santo Sacrificio de la Misa.
¡Oh clementísimo y so berano criador del Cielo y de la tierra! yo, el más vil de todos los pecadores, te ofrezco juntamente con la Iglesia este preciosísimo sa crificio, que es tu unigénito Hijo, por todos mis pecados y los de todo el mundo; y sea por modo de sufragio á las ánimas del purgatorio. Amén.
ORDINARIO DE LA MISA Segtfn se reza en la Iglesia.
El Sacerdote, estando al pié del altar, se santigna, y alternando con los ministros, dice:
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén. $. Me acercaré al altar de Dios. pf. Al Dios que llena de alegría mi juventud. f. Juzgadme, ó Dios, y tomad en vuestras manos mi causa: libradme de la gente impía, y del hombre inicuo y engañador.
04
ORDINARIO
pf. Pues que Vos sois, ó Dios, mi fortaleza, ¿por qué me habéis desechado de Vos, y por qué he de andar triste, mientras me aflige mi enemigo? y. Enviadme vuestra luz y vuestra verdad, vuestra gracia y socorro: éstas me han de guiar y conducir á vuestro monte santo, hasta vuestros tabernáculos. pf. Y me acercaré al altar de Dios, al Dios que llena de alegría mi juventud. y. Cantaré vuestras ala banzas con la cítara, ó Dios, ó Dios mío. ¿Por qué estás R ih lin t a n a N a r 'in n a l r/o F < s n a ñ a
DE LA MISA
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triste, ó alma mía? ¿y por qué me llenas de turbación? pf. Espera en Dios; porque todavía he de cantarle ala banzas por ser él el Salva dor, que está siempre de lante de mí, y el Dios mío. f. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. pf. Como era en el princi pio, así ahora y siempre, y en los siglos de los siglos. Amén. La Misa cuando os de ditantos y durante el tiempo de Pasión, comienza aquí:
i. Me acercaré al altar de Dios. R ih lin f& n a N a rin n a l rio F s n a n a
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ORDINARIO
pf. Al Dios que llena de alegría mi juventud. f. Nuestro auxilio está en el nombre del Señor, pf. Que hizo cielos y tierra. El Sacerdote dice 1<%confesión general, j los ministros responden:
Dios todopoderoso tenga misericordia de ti, y perdo nados tus pecados, te con duzca á la vida eterna, y. Amén. pf. Yo pecador me con fieso á Dios todopoderoso, á la bienaventurada siempre Virgen María, al bien aventurado san Miguel ar cángel, al bienaventurado
DE LA MISA
9?
san Juan Bautista, á los santos apóstoles san Pedro y san Pablo, á todos los santos, y á Vos, padre, que pequé gravemente con el pensamiento, palabra y obra, por mi culpa, por mi culpa, por mi grandísima culpa. Por tanto ruego á la bienaventurada siempre Virgen María, al bienaven turado san Miguel arcángel, al bienaventurado san Juan Bautista, á los santos após toles san Pedro y san Pablo, á todos los santos, y á Vos, padre, que oréis por mí á Dios nuestro Señor
ORDINARIO
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i. Dios todopoderoso '
J.
tenga misericordia de vos otros, y perdonados vues tros pecados, os conduzca á la vida eterna. pf. Amén. f. El Señor omnipotente y misericordioso nos con ceda el perdón, la absolu ción y remisión de nuestros pecados. pf. Amén. y. Dios mío, si os volvéis hacia nosotros, nos daréis vida. vji. Y vuestro pueblo se regocijará en Vos. i. Señor, hacednos sentir
DE LA MISA
los efectos de vuestra mise ricordia. pf. Y dadnos vuestra sal vación. f. Señor, oíd mi oración, nf. Y llegue á Vos nuestro clamor. y. El Señor sea con vos otros. Y con tu espíritu, y. Oremos. Sube el Sacerdote al altar, y dice:
Os rogamos, Señor, que borréis nuestras iniquida des, para que podamos en trar con pureza de corazón en jel santuario. Por Cristo nuestro Señor. Amén.
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ORDINARIO
Bosa el altar, diciendo:
Os rogamos, Señor, por los méri tos de vuestros San tos, cuyas reliquias yacen aquí, y de todos los demás bienaventurados, que os dignéis perdonarme todos 'mis pecados. Amén. fil Sacerdote va al lado de la Epístola y dice el In troito del día. Luego vuelve al medio del altar y dice:
Señor, tened piedad de nosotros. Señor, tened piedad de nosotros. Señor, tened piedad de nosotros.
DE LA MISA
Cristo, nosotros. Cristo, nosotros. Cristo, nosotros. Señor, nosotros. Señor, nosotros. Señor, nosotros.
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tened piedad de tened piedad de tened piedad de tened piedad de¿ H tened piedad de tened piedad de
Luego dico el siguiente cántico, que so omite en las Misas de difuntos y en los días que el color es morado.
Gloria á Dios en las altu ras. Y en la tierra paz á los hombres de buena volun-
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ORDINARIO
tad. Os alabamos. Os ben decirnos. Os adoramos. Os glorificamos. Os damos gra cias por vuestra grande glo ria. Señor Dios, rey de los cielos, Dios, Padre omnipo tente., Señor Hijo unigénito de Dios, Jesucristo. Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre. Vos que quitáis los pecados del mundo, te ned misericordia de nos otros. Vos quequitáis los pe cados del mundo, admitid nuestra deprecación. Vos que estáis sentado á la dies tra del Padre, tened mise ricordia de nosotros. Por-
DE LA MISA
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que sólo Vos sois Santo, Vos el sólo Señor, Vos el sólo Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre. Amén. El Sacordote vuelto hacia ol pueblo, dico:
ElSeñorseacon vosotros. p[. Y con tu espíritu. Mientras ol Sacerdote dico la Colecta, Epístola y Gradnal quo correspondo al día, se dirán las siguientes oraciones:
ORACIÓN durante la Colecta
Con todo mi fervor, Dios mío, uno mi voz á la de la Iglesia, que os ruega por boca del sacerdote, para pediros lo que. ella os pide.
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ORDINARIO
Dignaos concederme vues tro dulcísimo amor, el per dón de todos mis pecados, una ardiente caridad para con mi prójimo, y las virtu des que debo practicar en mi estado. Oídme, Señor, os lo pido por los merecimien tos de vuestro adorado Uni génito Jesucristo, que con Vos y el Espíritu Santo vi ve y reina en los siglos de los siglos. Amén. ORACIÓN para mientras se dice la Epístola.
Vos, Señor, que hablas teis á los hombres por me dio de los Profetas y de los
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Apóstoles, haced que oiga con sumisión vuestra santa palabra, que la comprenda mi entendimiento entorpe cido por el pecado, y que penetrando en mi corazón sea el blanco de todos mis deseos, y la norma de mis costumbres. Al fin de la Epístola responden los ministros:
Demos gracias á Dios. ORACIÓN para el Gradual
Vos, Dios mío, que ilu mináis á los que andan des caminados, á fin de que puedan volver al sendero
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ORDINARIO
de la virtud, haced que los regenerados por el agua del bautismo rechacen todo lo que se opone al augusto nombre de cristiano, v cumplan perfectamente con los deberes de tan santa y su blime religión. 7
i
El Sacerdote vuelve al medio del altar, donde inclinado algún tanto, dice:
Purificad mi corazón y mis labios, ó Dios omni potente, como purificasteis los del profeta Isaías con un carbón encendido: dignaos , por vuestra grata misericordia, purificarme á mí del mismo modo, para O
DE LA MISA
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que pueda anunciar digna mente vuestro santo Evan gelio. Por Jesucristo nues tro Señor. Amén. Dadme, Señor, vuestra bendición. El Señor esté en mi co razón y en mis labios, para que anuncie digna y compe tentemente su Evangelio. En el nombre del Padre -j-, y del Hijo -{*, y del Espíritu Santo ·{*. Amén. Va al lado del Evangelio, y dico:
El Señor sea con vosotros, pí. Y con tu espíritu. i. Principio ó continua-
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ción -J* del santo Evangelio según S. N. p'. Gloria á Vos, Señor. ORACIÓN para mientras se dice el Evangelio.
Dignaos, amantísimo Re dentor mío, derramar en mi alma vuestra divina gra cia, para que mi entendi miento alcance perfecta mente las eternas verdades de vuestro santo Evangelio, mi corazón las anteponga á todo lo más brillante y se ductor que ofrece la tierra, y mis labios sepan defender las en todas partes, hasta
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con inminente peligro de mi vida. Concluido el Evangelio del día, responden
los ministros:
Loor á Vos, Jesucristo. El Sacerdote besa el Evangelio, y dice:
Por las palabras del Evan gelio sean borrados nues tros pecados. Vuelve al medio del altar y dice:
Creo en un solo Dios, Pa dre todopoderoso, criador del cielo y de la tierra, y de todas las cosas visibles é invisibles. Y en un solo Señor Jesucristo, Hijo uni génito de Dios, y nacido del
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Padre antes de todos los si glos : Dios de Dios, luz de luz, verdadero Dios de Dios verdadero, engendrado, no hecho, consubstancial al Padre, por quien fueron hechas todas las cosas. El cual por nosotros los hom bres y por nuestra salvación bajó de los cielos. Y en carnó por obra del Espíritu Santo en las puras entrañas de la Virgen María, Y SE HIZO HOMBRE. Fué tam bién por nosotros crucifi cado bajo el poder de Pon do Pilato, padeció y fué sepultado. Y resucitó al ter-
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cero día según las Escritu ras. Y subió al cielo, donde está sentado á la diestra de Dios Padre. Y ha de venir segunda vez con gloria á juzgar á los vivos y á los muertos; y su reino no ten drá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y vivificador: que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo es juntamente adorado y glorificado; que habló por boca de los Profetas. Y creo en la Iglesia que es Una, Santa, Católica y Apostó lica. Confieso en un solo bautismo para la remisión
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de los pecados. Y espero la resurrección de los muertos y la vida del siglo venidero. Amén. El Sacerdote besa el altar, se vuelve al pueblo. y dice:
El Señor sea con vos otros. p[. Y con tu espíritu. Vuelto hacia el altar, dice « Oremus > y luego el Ofertorio del día; después toma la patona con la hostia, y la ofrece, diciendo:
Recibid, ó santo Padre, omnipotente y eterno Dios, esta inmaculada hostia que yo, indigno siervo vuestro, os ofrezco á Vos que sois
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mi Dios vivo y verdadero, por mis innumerables peca dos, ofensas y negligencias, y por todos los circunstan tes, y también por todos los fieles cristianos vivos y di funtos, á fin de que á mí y á ellos nos aproveche para la salvación en la vida eter na. Amén. Bendice el agua que ha de mezclar con el vino puesto en el cáliz, diciendo:
Oh Dios que maravillosa mente criasteis la humana naturaleza, y más maravi llosamente la restablecis teis en vuestra dignidad, concedednos que, por el
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misterio que representa la mezcla de esta agua y vino, participemos de la divini dad de nuestro Señor Jesu cristo, vuestro Hijo, que se dignó hacerse participante de nuestra humanidad: el cual, siendo Dios, vive y reina con Vos, en unidad del Espíritu Santo, en todos los siglos de los siglos. Amén. Al ofrecer el cáliz, dico:
Os ofrecemos, Señor, el cáliz del Salvador, implo rando vuestra clemencia, para que como olor de sua vidad suba ante el acata-
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miento de vuestra Majestad divina por nuestra salva ción, y por la de todo el mundo. Amén. Después, juntas las manos sobro el altar, dico:
Nos presentamos á Vos, Señor, con espíritu humilde y corazón contrito; recibid nos propiciamente; y tal sea hoy nuestro sacrificio en vuestra presencia, que os sea agradable, ó Señor Dios nuestro. Bendice el pan y el vino que ha ofrecido, diciendo:
Venid, Dios eterno, santificador omnipotente, y
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bendecid este sacrificio pre parado para honrar vuestro santo nombre. A1 lavarse los dedos, dico:
Lavaré mis manos entre los inocentes, y cercaré vuestro altar, Señor. Para escuchar todas vues tras alabanzas, y contar to das nuestras maravillas. Señor, he arnadoeldecoro de vuestra casa, y el lugar donde reside vuestra gloria. No perdáis, Dios mío, mi alma con los impíos, ni mi vida con los hombres san guinarios.
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Que tienen sus almas lle nas de injusticias, y cuya diestra está colmada de dá divas. Pero yo he caminado en la inocencia: libradme y tened misericordia de mí. Mi pié ha permanecido firme en el camino recto: yo os bendeciré, Señor, en las asambleas de los fíeles. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Gomo era en el principio, así aho ra y siempre, y en los siglos de los siglos. Amén.
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Vuelvo al moAio del altar, donde inclinado algún tanto, dico:
Recibid, ó santa Trini dad, la ofrenda que os pre sentamos en memoria de la pasión, resurrección y ascensión de nuestro Señor Jesucristo, y en honra de la bienaventurada siempre Virgen María, y del bien aventurado san Juan Bau tista, y de los santos Após toles Pedro y Pablo, y de éstos (es decir, de aquellos cuyas reliquias yacen en el altar), y de todos los demás Santos; para que á
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ellos les sirva de gloria, y á nosotros para nuestra sal vación, y se dignen inter ceder por nosotros en el cielo los mismos, cuya me moria veneramos en la tie rra. Por el mismo Jesucristo Señor nuestro. Amén. Besa el altar, y volviéndose al pueblo, dice:
Orad, hermanos,para que este sacrificio mío y vuestro sea agradable á Dios Padre todopoderoso. £. El Señor reciba de tus manos este sacrificio para alabanza y gloria de su nom bre, y también para nuestra
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propia utilidad y la de toda su santa Iglesia. El Sacerdote responde on voz baja: « Amén; » luego en la misma voz dico las oraciones secretas, al fin de las cuales la levanta para decir:
y. Por todos los siglos de los siglos, pf. Amén. f. El Señor sea con vos otros. tf. Y con tu espíritu, y. Elevad los corazones. Los tenemos hacia el Señor. f. Demos gracias á Dios nuestro Señor, pf. Digno y justo es.
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PREFACIO COMUN
Verdaderamente es dig no y justo, equitativo y sa ludable, que en todo tiempo y en todo lugar os demos gracias, ó Señor santo, Pa dre omnipotente y eterno Dios, por Jesucristo nues tro Señor, por quien alaban vuestra Majestad los ánge les, la adoran las Domina ciones, tiemblan ante ella las Potestades: los cielos y las virtudes de los cielos, y los bienaventurados Sera fines la celebran con mutuos transportes de alegría. Y
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os rogamos que os dignéis admitir nuestras voces, que unimos á las suyas, decién doos con humilde confe sión : Santo, Santo, Santo, Se ñor Dios de los ejércitos. Llenos están los cielos y la tierra de vuestra gloria. Hosanna en las alturas. Bendito el que viene en el nombre del Señor, Ho sanna en las alturas. CANON DE LA MISA
Os rogamos y pedimos humildemente, ó Padre cle mentísimo, por nuestro Se·
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ñor Jesucristo, vuestro Hi jo, que aceptéis y bendi gáis estos -|- dones, estos -jpresentes, y estos santos y puros *}* sacrificios, los que os ofrecemos en primer lu gar por vuestra santa Iglesia católica, para que os dignéis darla paz, guardarla, man tenerla en unión, y gober narla en toda la redondez de la tierra juntamente con vuestro siervo el papa nues tro N., nuestro prelado N., nuestro rey N., y todos los ortodoxos que profe san la fe católica y apostó lica.
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CONMEMORACION POR LOS YIY0S.
Acordaos, Señor, de vues tros siervos y de vuestras siervas N. N. Aquí hace nna pausa el Sacerdote para encomendar á Dios las personas por quienos quiere pedirle en particular, y luego prosigue diciendo:
Y de todos los circuns tantes, cuya fe y devoción os son conocidas por quie nes os ofrecemos, ó que os ofrecen este sacrificio de alabanza por sí y por todos los suyos, por la redención de sus almas, por la espe ranza de su salvación y con servación, y rinden sus vo
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tos á ti, Dios eterno, vivo y verdadero. INFRACCIÓN.
Participando de una mis ma comunión, y venerando la memoria, en primer lu gar, de la gloriosa siempre Virgen María, madre de Jesucristo, nuestro Dios y Señor, y también la de sus bienaventurados Apóstoles y Mártires Pedro y Pablo, Andrés, Jaime, Tomás, San tiago, Felipe, Bartolomé, Mateo, Simón y Tadeo; Li no, Cleto, Clemente, Sixto, Cornelio, Cipriano, Loren
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zo, Crisógono, Juan y Pa blo, Cosme y Damián, y de todos vuestros Santos, por cuyos méritos y ruegos nos concedáis que en to das nuestras cosas seamos fortalecidos con el auxilio de vuestra protección. Por el mismo Jesucristo Señor nuestro. Amén. El Sacerdote, teniendo las manos extendidas sobre la Hostia y el Cáliz, dice:
Os rogamos, pues, Se ñor, que recibáis propicia esta ofrenda de nuestra ser vidumbre, que lo es tam bién de toda vuestra fami-
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lia, y nos concedáis vuestra paz durante nuestros días, y nos libréis de la condena ción eterna, y nos contéis en el número de vuestros ele gidos. Por Jesucristo nues tro Señor. Amén. La cual oblación os roga mos, ó Dios, os dignéis ha cerla en todo ben -j- dita, de -J- dicada y apro *J* bada, razonable y agradable, á fin de que se convierta para nosotros en -J* cuerpo y san -{- gre de vuestro ama dísimo Hijo, nuestro Señor Jesucristo.
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CONSAGRACIÓN.
El cual la víspera de su pasión, tomó el pan en sus santas y venerables manos, y levantados los ojos al cielo, á Vos Dios, su Padre omnipotente, dándoos gra cias, lo ben -j- dijo, lo partió, ydió á sus discípulos,dicien do: Tomad, y comedde el to dos: PORQUE ÉSTE ES MI CUERPO. Aquí el Sacerdote, después de haber adorado de ro· dillas el Sagrado Cuerpo de nuestro Señor Jesu cristo, lo eleva para que el pueblo lo vea y adore.
ACTO DE ADORACIÓN
En el más profundo ano nadamiento de mi alma, yo
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os adoro, sacratísimo cuer po de mi divino Redentor. Luogo el Sacerdote toma el Cáliz, y dice:
Del mi smo modo, después de haber cenado, tomando también este excelen te cáliz en sus santas y venerables manos, dándoos igualmente gracias, lo ben -f dijo, y dió á sus discípulos, diciendo: Tomad y bebed de él todos: PORQUE ÉSTE ES EL CALIZ DE MI SANGRE, DEL NUEVO Y ETERNO TESTAMENTO (MISTERIO DE FE ), QUE SERA DERRAMADA POR VOS OTROS, Y POR MUCHOS, Y PARA LA REMISIÓN DE LOS PECADOS.
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Pronunciadas las palabras de la consagración, pone ol Cáliz sobro el corporal, diciendo en voz baja :
Todas las veces que hi ciereis estas cosas, las ha réis en memoria de mí. Luego adora de rodillas la Sangro do nuostru Señor Jesucristo, y eleva el Cáliz para que el pueblo lo vea y adore.
ACTO DE ADORACION
Con todo mi corazón yo os adoro, preciosísima san gre de mi divino Salvador, que borraste los pecados de todo el linaje humano. Despues el Celebrante dice:
Por tanto. Señor, hacien do memoria nosotros tus
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siervos y tu pueblo santo, de la bienaventurada pa sión del mismo Jesucristo, vuestro Hijo, nuestro Se ñor, y de su resurrección de los infiernos, como también de su gloriosa ascensión á los cielos, ofrecemos á vues tra suprema Majestad, de vuestros mismos dones y dádivas, esta hostia -j- pura, esta hostia *J- santa, esta hos tia inmaculada, el santo -Jpan de vida eterna, y el cáliz *j* de perpetua salud. Los cuales dignaos mi rarlos con rostro propicio y sereno y aceptarlos, como
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os dignasteis aceptar los dones del justo Abel, vues tro siervo, y el sacrificio de nuestro patriarca Abraham, y el que te ofreció el sumo Sacerdote Melquisedec, sa crificio santo, hostia inma culada. . Luogo, profundamente inclinado, dice:
Os rogamos humilde mente, ó Dios todopode roso, mandéis que por ma nos de vuestro santo Angel sean llevadas estas cosas á vuestro sublime altar ante vuestra divina Majestad, para que todos cuantos
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participando de este altar, recibiéramos el sacrosanto cuer -j- po y san -J- gre de vuestro Hijo, seamos col mados de todas las bendi ciones y gracias celestiales. Por el mismo Jesucristo nuestro Señor. Amén. COMEMORICIÓH POR LOS DIFUNTOS.
Acordaos también, Se ñor, de vuestros siervos y vuestras siervas N. y N. que nos han precedido con la señal de la fe v duermen el sueño de la paz. i
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Aquí encomienda el Sacerdote á Dios las almas de los difuntos por quiones quiero pedirlo en particular, y luego prosiguo diciendo: *
A estos, Señor, y á todos los que descansas en Jesu cristo os rogamos que les concedáis el lugar del refri gerio, de la luz y de la paz. Por el mismo Jesucristo nuestro Señor. Amén. Rl Colebrante, dándose un golpe de pocho,y levantando un poco la voz, dice:
También á nosotros pe cadores, vuestros siervos, que esperamos en la multi tud de vuestras misericor dias, dignaos hacernos par-
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ticipantes y compañeros de vuestros santos Apóstoles y Mártires, de Juan, Esteban, Matías, Bernabé, Ignacio, Alejandro, Marcelino, Pe dro, Felicidad, Perpetua, Águeda, Lucía, Inés, Cecilia, Anastasia; y de todos vues tros Santos en cuya compa ñía os rogamos nos admitáis, no por nuestros méritos, sino por un efecto de vues tra clemencia. Por Jesu cristo nuestro Señor. Por quien, Señor, siem pre producís todos estos bienes, los santi -j- ficáis, los viví -J- ficáis, los ben 4- decís,
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y nos los dais. Por -J- él, y con -j- él, y en -J* él, á Vos, Dios Padre omnipotente, en unidad del Espíritu -J- Santo es dada toda honra y gloria. El Sacerdote hace ana genuflexión, y dice en voz alta:
Por todos los siglos de los siglos. p[. Amén. f. Oremos. Amonesta dos con saludables manda mientos, y dirigidos por en señanza del mismo Dios, nos atrevemos á decir: Padre nuestro, que estás en los cielos, santificado sea el tu nombre, venga á nos
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el tu reino, hágase tu vo luntad así en la tierra como en el cielo. El pan nuestro de cada día dánosle hoy, y perdónanos nuestras deu das así como nosotros per donamos á nuestros deudo res. Y no nos dejes caer en la tentación. pí. Mas líbranos de mal. El Colebrante dico en voz baja:
Amén. Toma la patena entre los dedos y dice:
Os rogamos, Señor, que nos libréis de todos los males pasados, presentes y veni deros: y por la intercesión
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de la bienaventurada y glo riosa siempre Virgen María Madre de Dios, y de vuestros bienaventurados Apóstoles Pedro y Pablo, y Andrés y de todos los Santos, dadnos propicia paz en nuestros días, para que, asistidos del auxiliode vuestra misericor dia, permanezcamos siem pre libres del pecado, y segu ros de toda perturbación. Aquí el Sacerdote divide la hostia en tres partes sobre el cáliz diciendo:
Por el mismo Señor nuestro Jesucristo, vuestro Hijo, que, siendo Dios, vive Y reina en Vos en unidad
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del Espíritu Santo, en todos los siglos de los siglos. 9f. Amén. jf. La paz -{- del Señor sea *}·siempre con -¡- vosotros, pí. Y con tu espíritu. Echa la partícula de la hostia en ol cáliz, y dice:
Esta conmistión y consa gración del cuerpo y de la sangre de nuestro Señor Jesucristo sea para la vida eterna de los que vamos á recibirla. Amén. Luego, dándose tres golpes de pecho, dice:
Cordero de Dios, que
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quitáis los pecados del mundo, tened misericordia de nosotros. Cordero de Dios, que qui táis los pecados del mundo, tened misericordia de nos otros. Cordero de Dios, que qui táis los pecados del mundo, dadnos paz. En las Misas de difuntos, en lugar d*> Miserere nobis, dice: Dona eis réquiem; y en lugar de Dona nobis pacera, dice·. Dona ois reqoiem sompitornam. Luego dice las tros oraciones siguientes, de las cuales omite la primera en las Misas de difuntos.
Oh Señor Jesucristo, que dijisteis á vuestros Aposto-
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les: La paz os dejo, mi paz os doy; no miréis á mis pecados, sino á la fe de vuestra Iglesia; y dignaos darle paz y unirla según vuestra voluntad: Vos que, siendo Dios, vivís y reináis por todos los siglos de los siglos. Amén. Oh Señor Jesucristo, Hijo de Dios vivo, que según la voluntad del Padre, y con la cooperación del Espíritu Santo, diste por vuestra muerte la vida al mundo: libradme por este vuestro sacrosanto cuerpo y sangre
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de todas mis iniquidades, y de to.dos los otros males; y haced que esté yo siempre unido á vuestros manda mientos, y no permitáis que jamás me separe de Vos; que siendo Dios vivís y rei náis con el mismo Dios Pa dre y con el Espíritu Santo en los siglos de los siglos. Amén. La participación de vues tro cuerpo, ó Señor Jesu cristo, que yo indigno me atrevo á recibir, no sea para mí motivo de mi juicio y condenación, antespor vues tra piedad me sirva de de-
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fensa para el alma y el cuer po, y de remedio saludable. Hacedlo, Vos que, siendo Dios, vivís y reináis con Dios Padre, en unidad del Espíritu Santo, en los siglos de los siglos. Amén. Haco una genuflexión, y dice:
Tomaré el pan celestial, é invocaré el nombre del Señor. Toriondo en la mano izquierda la Hostia consagrada, dándose tros golpes do pocho, dico por tros veces:
Señor, yo 110 soy digno de que entréis en mi mo rada: mas decid una sola
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palabra, y será sana mi alma. Hácese luego la señal de la Cruz con ol mismo Sacramento, y dico:
El cuerpo de nuestro Se ñor Jesucristo guarde mi alma para la vida eterna. Amén. En sumiendo la sagrada Hostia, medita nn breve es pacio sobre el Santísimo Sacramento: luego descubre el cáliz, le adora, y purifica la patona, diciendo:
¿ Qué retornaré al Señor por todos los bienes que me ha dado? tomaré el cáliz del Salvador, éinvocaréel nom bre del Señor. Invocaré al Señor cantando sus alaban-
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zas, y quedaré libre de mis enemigos. Toma el Cáliz, y haciendo la señal de la craz con él, dice:
La sangre de nuestro Se ñor Jesucristo guarde mi alma para la vida eterna. Amén. En sumiendo el sangüis, toma vino en el Cáliz para la primera ablución, y dice:
Haced, Señor, que reci bamos con puro corazón lo que hemos tomado por la boca, y que este don tem poral se convierta para nos otros en remedio eterno. Tomando vino y agua en el Cáliz para la segunda ablución, dice: lo
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Unanse, Señor, á mis en trañas el cuerpo vuestro que herecibido,y la sangre vues tra que he bebido; y haced que no quede mancha nin guna de pecado en mí, á quien han alimentado tan puros y santos sacramen tos. Vos que vivís y reináis por los siglos de los siglos. Amén. El Sacerdote va al lado de la Epístola, y reza la an tífona llamada Co m u n ió n : luego, en modio del al tar, se vuelve hacia el pueblo, j dice:
El Señor sea con vos otros. jí. Y con tu espíritu.
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Pasa de nuevo al lado do la Epístola, y reza la ora ción llamada P o s t c o m u n i ó n ; luego, en medio del altar, se vuelve hacia el pueblo, y dice otra vez:
El Señor sea con vos otros, pf. Y con tu espíritu. jf. Idos: se acabó la misa, pf. Demos gracias á Dios. En las Misas en que no se ha dicho el « Gloria in excolsis », el Sacerdote vuelto hacia el altar, en vez de « Ite, missa est », dice:
Bendigamos al Señor, pí. Demos gracias á Dios. Y en las Misas de difuntos, en lugar de « Ite, missa cst -, dice:
Que descansen en paz. pí. Amén
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El Sacerdoto, inclinado on medio del altar, dico:
Os sea agradable, ó santa Trinidad, el obsequio de mi servidumbre, y haced que el sacrificio que yo, aunque indigno, he ofrecido en pre sencia de vuestra Majestad, os sea acepto, y que por vuestra misericordia seáis propiciatorio para mí y para todos aquellos por quienes lo he ofrecido. Por Jesu cristo nuestro Señor. Amén. Besa el altar, y se vuelve al pueblo para darlo la bedición, diciendo:
Bendígaos, Dios omnipo-
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tente, Padre, é Hijo, -{- y Espíritu Santo, pf. Amén. En las Misas do difuntos no se da la bendición. El Sacerdote va al lado dol Evangelio, y dico:
El Señor seacon vosotros, ff. Y con tu espíritu. •j* Principio del santo Evangelio según san Juan, pf. Gloria á ti, Señor. EVANGELIO
En el principio era el Verbo, y el Verbo estaba en Dios, y el Verbo era Dios. El estaba en el principio en Dios. Por él fueron hechas
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todas las cosas, y sin él no se ha hecho cosa alguna de cuantas han sido hechas. En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.Y esta luz resplandece en medio de las tinieblas, y las tinieblas no la com prendieron. Hubo un hom bre enviado de Dios que se llamaba Juan. Éste vino como testigo para dar testi monio de la luz, á fin de que por medio de él todos creye sen. No era él la luz, sino enviado para dar testimonio de aquel que era la luz. El Verbo era la luz verdadera
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que, cuanto es de sí, alum bra á todo hombre que viene á este mundo. En el mundo estaba,7 y*' el mundo fué por él hecho, y con todo el mundo no le conoció. Vino á su propia casa, y los suyos no le recibieron. Pero á to dos los que le recibieron, que son los que creen en su nombre, dióles poder de lle gar á ser hijos de Dios: los cuales no nacen de la san gre, ni de la voluntad de la carne, ni de querer de hoinhre, sino que nacen de Dios por la gracia. Y para esto el Verbo se hizo carne y
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HIMNO
habitó en medio de nosotros, y nosotros hemos visto su gloria, cual el Unigénito de bía recibir del Padre, lleno de gracia y de verdad. (í. Demos gracias á Dios. EL TE DEUM Himno de acción de gracias
Te alabamos, Señor, Dios todopoderoso, confesamos que eres Señor de lodo el universo. A ti, Padre eterno, á quien toda la tierra adora; Á ti todos los Ángeles, á
DE ACCIÓN DE GRACIAS
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li los Cielos y todas las Po testades te adoran v te temen; Á ti los Querubines y los Serafines te aclaman sin cesar: Santo, Santo, Santo, Se ñor Dios de los ejércitos. Llenos están los cielos y la tierra de la grandeza de tu gloria. A ti el glorioso coro de los Apóstoles, A ti el loable número de los Profetas, A ti te alaba el inocente y numeroso ejército de Már tires. 9
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HIMNO
Á tí la Iglesia santa te confiesa en todo el mundo, Padre eterno de inmen sa majestad. Á tu adorable y verdadero y único Hijo engendrado de la substancia del Padre, Y al Espíritu Santo con solador, que procede del Padre y del Hijo. Tú, oh Cristo, que eres Rey de la gloria; Tú eres el Hijo Eterno del Padre. Tú, que para librar al hombre de la servidumbre, quisiste hacerte hombre, y no te desdeñaste de encar
DE ACCION DE GRACIAS
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nar en el vientre de una Virgen. Tú, que después de haber quebrantado el aguijón de la muerte, abriste á los creyen tes el reino de los cielos. Tú que estás sentado á la diestra de Dios en la glo ria del Padre, Y que has de venir algún día á juzgar al mundo. Por tanto te rogamos, Señor, que socorras á tus siervos que has redimido con tu preciosa sangre. Haz que seamos del nú mero de tus Santos en la gloria eterna.
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HIMNO
Salva á tu pueblo, Señor, y colma de bendiciones tu heredad. Gobiérnalos, Señor, y no te canses de favorecerlos. Todos los días te damos gracias por los beneficios que nos haces. Y alabamos incesante mente tu nombre, v lo alaharemos siempre, y en toda la eternidad. Dígnate, Señor, preser varnos de caer este día en pecado. Ten piedad de nosotros, Señor, ten piedad de nos otros. 7
t'
DE ACCION DE GRACIAS
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Derrámese, Señor, sobre nosotros tu misericordia, como lo hemos esperado de En ti, Señor, he puesto toda mi esperanza, no sea yo confundidoeternamei! te . Gloria, etc.
EVANGELIOS DE LAS
PRINCIPALES FESTIVIDADES DE LA IGLESIA.
MISA DE NATIVIDAD (San Lucas, cap. 2)
En aquel tiempo se pro mulgó un edicto de César Augusto, mandando empa dronar á todo el mundo. Estefué el primer empadro namiento hecho porCirino, que después fué goberna dor de la Siria; y todos iban á empadronarse cada cual á la ciudad de su estirpe. José, pues, como era de la
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familia de David, vino des de Nazareth, ciudad de Ga lilea, á la ciudad de David llamada Bethlehem en laJudea, para empadronarse con María su esposa, la cual estaba encinta. Y sucedió que, hallándose allí, le llegó la hora de su alumbra miento: y dió á luz su Hijo primogénito, y envolvióle en pañales y recostóle en un pesebre; porque no hubo lugar para ellos en el mesón. Estaban unos pastores ve lando en aquellos contor nos, y haciendo centinela de noche sobre su grey.Cuando
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EVANGELIOS
de improviso un Angel del Señor se apareció junio á ellos, y una luz divina los cercó con su resplandor. Lo cual les llenódesumotemor. 0 Díjoles entonces el Angel: no tenéis que temer, pues vengo á daros una nueva de grandísimo gozo para todo el pueblo; y es, que hoy ha nacido en la ciudad de Da vid el Salvador, que es el Mesías, el Señor nuestro. Y para que le conozcáis, sír vaos de seña, que hallaréis al Niño envuelto en pañales, y reclinado en un pesebre. Al punto mismo se dejó ver
EVANGELIOS
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con el Angel un ejército nu meroso de la milicia celes tial, alabando á Dios, y di ciendo: Gloria á Dios en las alturas de los cielos, y paz en la tierra á los hombres de buena voluntad. Credo. MISA DE AÑO NUEVO O SEA LA CIR CUNCISION. (San Lucas, cap. 2.)
En aquel tiempo: Llega do el octavo día en que de bía circuncidarse el Niño, se ledió por nombre Jesús: nombre que le puso el Án gel antes que fuese conce bido. Credo.
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EVANGELIOS
MISA EN EL DIA DE LOS SANTOS REYES (San Mateo, cap. 2.)
Habiendo nacido Jesús en Betblehem de Judá en tiempo del rey Herodes, llegaron á Jerusalén unos Magos de Oriente, dicien do: ¿Dónde está el que ha nacido Rey de los Judíos? Porque hemos visto su es trella en Oriente, y venimos á adorarle. Oyendo eslo, el rey Herodes se turbó, y con él toda la ciudad de Jeru salén. Y congregados todos los príncipes de los Sacer-
EVANGELIOS
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dotes y los Sabios del pue blo, les preguntó: ¿Dónde había nacido el Cristo? Á lo cual respondieron ellos: En Bethlehem de Judá, porque así está escrito por el Profe ta: Y tú, Bethlehem, tierra de Judá, no eres cierta mente la menor entre las principales ciudades de Ju dá; porque de ti saldrá el caudillo que regirá á Israel mi pueblo. Entonces Herodes, llamando secretamente á los Magos, inquirió de ellos con gran cuidado en qué tiempo les había aparecido la estrella; y enviándolos
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EVANGELIOS
á Bethlehem, les dijo: Id, y preguntad cuidadosamente de este Niño; y cuando le hubiereis hallado, mandád melo á decir, para que yo también vaya, y le adore. Luego que oyeron esto del rey, partieron. Y hé aquí que la estrella que habían visto ir delante de ellos en Oriente, volvió á seguir su curso, hasta que llegando sobre el lugar donde estaba el Niño, se paró; á la vista de la estrella que se había parado, tuvieron gran con tento. Y entrando en la casa, hallaron al Niño con
EVANGELIOS
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María su Madre (aquí se hinca de rodillas el Sacer dote, y lo mismo todo el pueblo), y postrados le ado raron, y abriendo sus cofres le ofrecieron presentes de oro, incienso y mirra. Y advertidos en sueños de que no volviesen á ver á Herodes, regresaron á sus tierras por otro camino. Credo. MISA DE LA CANDELARIA (San Lucas, cap. 2.)
En aquel tiempo: Cum plidos los dias de la purifi cación de María, según la
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EVANGELIOS
ley de Moisés, llevaron al Niño á Jerusalén para pre sentarlo al Señor; como está escrito en la ley del Señor: Todo varón que nazca el primero, será con sagrado al Señor: y para presentar la ofrenda de un par de tórtolas ó dos picho nes, como está también or deñado en la ley del Señor. Había á la sazón en Jeru salén un hombre justo y temeroso de Dios, llamado Simeón, el cual esperaba de día en día la consolación de Israel, y el Espíritu Santo moraba en él. El mismo
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Espíritu Santo le había re velado que no había de morir antes de ver al Cris to ó ungido del Señor. Así vino inspirado del él al tem plo. Y al entrar con el Ni ño Jesús sus padres, para practicar con él lo prescrito por la ley, tomándole Si meón en sus brazos bendi jo á Dios diciendo: Ahora, Señor, sí que sacas en paz de este mundo á tu siervo según tu promesa. Porque mis ojos han visto ya al Salvador que nos has en viado. Al que tienes desti nado para que, expuesto á
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EVANGELIOS
la faz de todos los pueblos, sea la brillante luz que ilu mine á todas las naciones, y la gloria de vuestro pue blo Israel. Credo. MISA DE LA ASCENSIÓN (San Marco*, «ap. 16.)
En aquel tiempo: Jesús apareció á los once Apósto les, cuando estaban á la mesa, y les dió en rostro con su incredulidad y du reza de corazón, porque no habían creído á los que le habían visto resucitado. Por último les dijo: Id por lodo
EVANGELIOS
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el mundo : predicad el Evangelio á todas las cria turas. El que creyere y se bautizare, se salvará; pero el que no creyere, será con denado. Á los que creye ren acompañarán estos mi lagros : en mi nombre lanzarán los demonios; ha blarán nuevas lenguas; ma nosearán las serpientes; y si algún licor venenoso ñehieren, no les hará dabo; pondrán las manos sobre los enfermos, y quedarán éstos curados. Así el Señor Jesús, después de haberles hablado varias veces, fué
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EVANGELIOS
elevado al cielo por su pro pia virtud, y está allí sen tado á la diestra de Dios. Y sus discípulos fueron y pre dicaron en todas partes, cooperando el Señor y con firmando su doctrina con los milagros que la acom pañaban. MISA DEL DIA DE CORPUS CHRISTI (San Juan, cap. 6.)
En aquel tiempo : Dijo Jesús á un concurso de Judíos : Mi carne verdade ramente es comida; y mi sangre es verdaderamente
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bebida. Quien come mi carne, y bebe mi sangre, en mí mora, y yo en él. Así como el Padre que me ha enviado, vive, y yo vivo por el Padre; así quien me come, también él vivirá por mí, y de mi propia vida. Este es el pan que ha bajado del cielo. No suce derá como á vuestros pa dres que comieron el maná, y 110 obstante murieron. Quien come este Pan, vi virá eternamente. Credo.
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EVANGELIOS
MISA DE LA ANUNCIACIÓN DE NUES TRA SEÑORA. (San Lucas, cap. 1.)
En aquel tiempo: Envió Dios el Ángel Gabriel á Na zareth, ciudad de Galilea, á una Virgen desposada con un varón que se llamaba José, de la casa de David, y el nombre de la Virgen era María. Y habiendo entrado el Angel adonde estaba, dijo: Dios te salve, llena de gracia: el Señores contigo: bendita tú eres entre todas las mu jeres. Al oir tales palabras la Virgen se turbó, y se puso á
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considerar qué significaría una tal salutación. Mas el Ángel le d ijo : ¡ Oh María! 110temas, porquehashallado gracia á los ojos de Dios. Sá bete que has de concebir en tu seno, y darás áluzun Hijo, áquien pondrán por nombre Jesús.Éste será grande, y será llamado Hijo del Altí simo. Al cual el Señor Dios dará el trono de su padre Da vid; y reinará en la casa de Jacob eternamente, y su rei no no tendrá fin. Entonces María repuso al Ángel: ¿ Có mo ha de ser eso, pues yo no conozco ni jamás he de co-
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EVANGELIOS
nocer varón alguno? El Án gel en respuesta le dijo: El Espíritu Santo descenderá sobre ti, y la virtud del Altí simo te cubrirá con su som bra. Por cuya razón el Fruto Santo, que de ti nacerá, será llamado Hijo de Dios; y ahí tienes á tu parienta Elisabeth, que en su vejez ha concebido también un hijo, y la que se llamaba estéril, hoy cuenta ya el sexto mes, porque para Dios nada es imposible. Entonces dijo María; Hé aquí la esclava del Señor; hágase en mí se gún tu palabra. Credo.
VISITA AL
EN LAS CUARENTA HORAS
Al duscubrir so canta el Pange linyua, pág. 181, y ol Tantum ergo. O R A C IÓ N
Oh amorosísimo Jesús mío, veisme aquí postrado en vuestra divina presen cia: os adorocon todo mi po bre espíritu, y deseo unir mi adoración con todas aque llas con que habéis sido, sois y seréis adorado por toda la eternidad. Os adoro y re verencio en este augusto y divino Sacramento, rogán-
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VISITA
doos que visitéis espiritual mente esta mi pobre alma, dándoos gracias al mismo tiempo por vuestra bondad infinita. ASPIRACIONES
¡ Oh amorosísimo Jesús mío! creo firmemente que estáis en este augusto Sa cramento, y por concomi tancia vuestro tierno Padre y el Espíritu Santo. ¡Oh in mensa divinidad de mi Dios y Señor! yo os adoro, saludo y reverencio con la mayor sumisión y respeto. Poten cias de mi alma, humillaos
AL SS. SACRAMENTO
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en su adorable presencia, y ofrecedle veneraciones y homenajes. ¡Oh amabilísi mo esposo de mi alm a! ha ced que esta visita me for talezca másen vuestra santa fey amor, para corresponder en lo posible á vuestros sin gulares beneficios, y para que nada más desee que amaros, dadme un rayo de vuestro amor divino que abrase mi corazón en vues tro afecto y amor. O R A C IÓ N
Jesús amabilísimo, digna víctima del eterno Padre.
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VISITA
origen de todos los bienes; yo os adoro con todo mi corazón en este santísimo Sacramento, con el deseo de reparar todas las irre verencias, profanaciones é impiedades que se han co metido contra Vos en este venerable y altísimo miste rio. Os adoro en nombre de todos los que nunca os han conocido ni adorado; y quisiera, Dios mío, daros tanta gloria y honor como os darían estos desgraciados si os conocieran y os tributaran sus respetos. Deseo también daros otras O
AL SS. SACRAMENTO
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tantas bendiciones como in jurias vomitan loscondena dos contra vuestra suma bondad. Y para que esta adoración os sea más agra dable, la uno á todas las de vuestra esposa la Iglesia universal. Mi intención, Se ñor, es deciros todo cuanto inspiráis á vuestra santísi ma Madre, para daros ho nor y gloría; y todo lo que Vos mismo decís á vuestro eterno Padre en este gloriosoy augusto Sacramento, en el que le alabáis, ben decís, glorificáis y honráis infinitamente.
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VISITA
Rézanse cinco vocos el Padre nuestro, Ave María y Gloria Patri en reverencia de las cinco llagas de Jesús ; diciendo á cada uno: (Alabado y adorado sea el Santísimo Sacramento del altar), y respon diendo: (Sea por siempre bendito y alabado). A la resorva se canta el Tanturn eryo, concluyendo con el siguiente versículo y oración:
Les disteis, Señor, el pan venido del cielo. Ale luya. pf. Que en sí contiene toda suerte de espirituales deli cias. Aleluya. ORACIÓN
Oh Dios,que nos dejasteis la memoria de vuestra Pa sión en este admirable Sa-
AL SS. SACRAMENTO
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cramento: dadnos la gracia de que veneremos los mis terios sagrados de vuestro Cuerpo y Sangre, del tal suerte que experimentemos sin cesar en nuestras almas los frutos de vuestra reden ción. Vos que siendo Dios vivís v«/ reináis con el Padre,~ en unidad de Dios Espíritu Santo, etc. tí. Amén. PANGE LINGUA HIMNO
Del cuerpo siempre glo rioso
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VISITA
Canta, ó lengua, el gran misterio, Y de la sangre preciosa Que se dió del mundo en precio Y derramó el Rey del mundo, Fruto de virginal seno, Se nos dió todo á nos otros De intacta Virgen nacien do, Y su fecunda palabra, Sonando en el orbe en tero, A la obra que empezara Puso el admirable sello. En la noche de la Cena 0
*
AL SS. SACRAMENTO
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Con sus hermanos comien do, De las viandas legales Cumplido lodo el precep to, A los doce con sus manos Se les da como alimento. El Verbo eterno, hecho carne, Su palabra profiriendo, Convierte en su carne y sangre Pan y vino verdadero: Si el sentido 110 percibe, La fe dasta al dócil pecho. V en erem o s pues humildes Tan augusto Sacramento, V á la antigua ceremonia
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VISITA AL SS. SACRAMENTO
Sustituya el rito nuevo: Supla la fe más ardiente De sentidos el defecto. Sea gozo y alabanza Al Padre y al Hijo ex celsos, Salud, honor y grandeza, Y bendición y respeto; Y al que de entrambos procede Sea igual loa y obsequio.
El Domingo á Vísperas Salmo 109«
Dijo el Señor á mi Señor · Siéntale á mi diestra. Hasta que ponga tus enemigos por el banco de tus piés. El Señor hará salir de Sion el cetro de tu poder: á dominar en medio de tus enemigos. Tú serás el principal en el día de tu poder entre los resplandores de los santos:
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EL DOMINGO
yo te engendré de mi seno antes del lucero de la ma ñana. Juró el Señor, y no se arrepentirá:tú eres Sacer dote eterno según el or den de Melquisedec. El Señor está á tu dies tra : él destruyó á los reyes en el día de su ira. Juzgará á las naciones, todo lo llenará de las rui nas de sus enemigos: que brantará en la tierra las cabeza des muchos. Del arroyo beberá en el camino: por esto levantará su cabeza. Gloria, etc.
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Salmo lio.
Te glorificaré, Señor, con todo mi corazón en el con sejo y en la congregación de los justos. Grandes son las obras del Señor : perfectísimas según su voluntad. Gloria y magnificencia son sus obras, y su justicia permanece eternamente. Renovó la memoria de sus maravillas el clemente y misericordioso Señor, dió alimento á los que le temen. Para siempre se acordará de su alianza: hará conocer
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EL DOMINGO
á su pueblo el poder de sus obras. Dándole la herencia de las gentes: las obras de sus manos son verdad y juicio. Fieles son todos sus man damientos, é inviolables por siglos de los siglos, he chos con verdad y equidad. Envió la redención á su pueblo, y estableció con él una eterna alianza. Santo y formidable es su nombre : el principio de la sabiduría es el temor del Señor. La saludable inteligencia
A VISPERAS
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está en todos los que con él obran: su alianza perma nece por siglos de siglos. Gloria, etc. Salmo III·
Bienaventurado el hom bre que teme al Señor, y ansiosamente desea cum plir sus mandamientos. Poderosa será en la tierra su descendencia : la gene ración de los justos será bendecida. De gloria y de riquezas está llena su casa, y su justicia permanece para siempre.
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EL DOMINGO
De entre las tinieblas amaneció como luz á los rectos; el Señor es cle mente, misericordioso y justo. Dichoso el hombre que se compadece y presta al necesitado, y a? regla sus palabras con juicio, por que jamás será conmovido. Eterna será la memoria del justo: no temerá oír pa labras siniestras. Dispuesto está su cora zón á confiar en el Señor: fortalecido está sucorazón, no se alterará hasta que veaabatidosá susenemigos. 0
A VISPERAS
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Distribuyo sus bienes y los repartió entre los po bres; permanece su justicia eternamente: su virtud será ensalzada con gloria. El pecador lo verá y se airará, crujirá sus dientes, y se consumirá: perecerá el deseo de los pecadores. Gloria, etc. Salmo 112.
Alabad, niños, al Señor, alabad el nombre del Señor. Sea bendecido el nombre del Señor, desde ahora pa ra siempre. Desde el nacimiento del
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EL DOMINGO
sol hasta su ocaso, debe ser alabado el nombre del Se ñor. Excelso es el Señor sobre todas las gentes, y sobre los cielos está elevada su gloria. ¿Quien como el Señor Dios nuestro, que habita en las alturas, y atiende á los humildes en el cielo y en la tierra? Que levanta del polvo al menesteroso, y alza al po bre de la nada; Para darle lugar entre los príncipes, entre los príncipes de su pueblo;
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Que hace habitar á la es téril en su casa, gozosa de ser madre de muchos hijos. Gloria, etc. Salmo 113.
Cuando salió Israel de Egipto, y la casa de Jacob de un pueblo bárbaro, Consagró Dios la Judea á su servicio, y estableció en Israel su dominio. Le vió el mar y huyó, y retrocedió el Jordán. Los montes saltaron de gozo como carneros, y los collados como corderillos. ¿Qué te sucedió, mar,
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EL DOMINGO
que huiste? ¿y tú, Jordán, por qué retrocediste ? Montes, ¿por qué saltas teis como carneros? ¿y vos otros, collados, como cor derinos? Conmovióse la tierra á la presencia del Señor, á la presencia del Dios de Ja cob. El cual convirtió la peña en estanques de aguas, y la roca en fuentes. No á nosotros, Señor, no á nosotros, sino á tu nombre da la gloría. Por tu misericordia y tu verdad, para que no digan
A VISPERAS
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jamás las naciones: ¿Dónde está su Dios? Mas nuestro Dios está en el cielo, é hizo todo lo que quiso. Los ídolos de las gentes son plata y oro, obra de manos de hombres. Tienen boca, y no habla rán. Tienen ojos, y no ve rán. Tienen orejos, y no oirán: tienen narices, y no olerán. Tienen manos, y no po drán tocar: tienen pies, y no andarán: ni darán voces con su garganta. Sean semejantes á ellos
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EL DOMINGO
los que los fabrican: y to dos los que confían en ellos. La casa de Israel confió en el Señor: su favorece dor y su protector. La casa de Aarón confió en el Señor: su favorecedor y su protector. Los que temen al Señor confiaron en el Señor: su favorecedor y su protector. El Señor se acordó de nosotros, y nos bendijo. Bendijo á la casa de Is rael, bendijo á la casa de Aarón. Bendijo á todos los que temen al Señor, á los pe-
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queños con los grandes. Multiplique sus gracias el Señor sobre vosotros, so bre vosotros y sobre vues tros hijos. Benditos seáis vosotros del Señor, que hizo los cie los y la tierra. Lo más alto del cielo es para el Señor, y dio la tierra á los hijos de los hombres. Los muertos, Señor, no te alabarán, ni todos los que descienden al infierno. Mas nosotros que vivi mos, bendecimos al Señor, desde ahora para siempre. Gloria, etc.
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EL DOMINGO
CÁNTICO DE NUESTRA SEÑORA Glorifica mi alma al Se ñor. Y mi espíritu se llena de gozo, al contemplar la bondad de Dios mi Salva dor. Porque ha atendido á la humildad de su sierva: y ved aquí el motivo por qué me tendrán por dichosa to das las generaciones. Pues ha hecho en mi fa vor cosas grandes y mara villosas, El que es todopo deroso, v su nombre infinitamente santo.
A VISPERAS
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Cuya misericordia se ex tiende de generación en generación á todos cuantos le temen. Extendió el brazo de su poder, y disipó el orgullo de los soberbios, trastor nando sus designios. Desposeyó á los podero sos,7 vV elevó á los humildes. A los necesitados llenó de bienes, y á los ricos los dejó sin cosa alguna. Tomó á Israel bajo su amparo, acordándose de él, por su gran misericordia y bondad. Así como lo había proi*
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TRISAGIO
metido á nuestros padres, á Abraham y á toda su des cendencia, por los siglos de los siglos. Gloria al Padre, al Hi jo, etc. V
TRISAGIO
DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD Santo Dios, santo Fuerte, santo Inmortal libradnos, Señor, de lodo mal, Am'in. Después de persignarse dice:
i. Señor, abrid mis la bios. pf. Y mi lengua cantará vuestras alabanzas.
DE LA SS. TRINIDAD
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y·. Dios mío, venid en mi ayuda. Bf. Apresuraos, Señor, á socorrerme. f. Gloria al Padre, al Hi jo y al Espíritu Santo, etc. Aleluya, ó á vos, Señor, sea dada toda alabanza^ pues que sois el Rey de lá( gloria eterna. Acto de contrición
Amorosísimo Dios Trino y Uno, Padre, Hijo y Espí ritu Santo, en quien creo, en quien espero, á quien amo con todo mi corazón, cuerpo y alma, sentidos
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TRISAGIO
y potencias : por ser vos mi Padre, mi Señor y mi Dios, infinitamente bueno y digno de ser amado sobre todas las cosas; me pesa, Trinidad misericordiosísi ma, me pesa, Trinidad san tísima, me pesa, Trinidad amabilísima, de haberos ofendido, sólo por ser quien sois: propongo y os doy pa labra de nunca más ofen deros, y morir antes que pecar: espero en vuestra suma bondad y misericor dia infinita, me habéis de perdonar todos mis peca dos, y me daréis gracias
DE LA SS. TRINIDAD
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para perseverar en un verdadero amor y cordialísima devoción de vuestra siem pre amabilísima Trinidad. Amén. HIMNO
Ya el sol ardiente se aparta; Y así luz perenne unida En nuestros pechos infunde Amor, Trinidad divina. A la aurora te alabamos, Y también la mediodía, Y pedimos que te hagamos, En el cielo compañía. Al Padre, al Hijo, y á ti, ¡ Oh Espíritu de vid a! #
7
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TRISAOIO
Ahora y siempre sean dadas Alabanzas infinitas. Amén. Un
un G l o r i a y se dirá:
P a d r e N U E sm oy
P a tr i,
etc.,
Santo, Santo, Santo, Se ñor Dios de los ejércitos, llenos están los cielos y la tierra de vuestra gloria Y el coro, ó los que recen, responden:
Gloria al Padre, gloria al Hijo, gloria al Espíritu Santo. Esto se dirá veinte y siete veces, diciendo un P a d r e n u e st r o y G lo r ia P a t r i , etc., al principio de cada nueve; y acabado el últi mo nueve, se dirá la antífona siguiente, y su verso y oraci ón:
DE LA SS. TRINIDAD
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ANTIFONA
A ti, Dios Padre ingén ito, á ti, Hijo unigénito, á ti, Espí ritu Santo Paráclito, santa é individua Trinidad, de to do corazón te confesamos, alabamos y bendecimos; á ti se dé la gloria por infinitos siglos de los siglos. Amén. y. Bendigamos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. *if. Alabémosle y ensalcé mosle en los siglos de los si glos. ORACIÓN
Señor Dios uno y trino, dadnoscontinuamentevuestra gracia, vuestra caridad
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TRISAGIO
y la comunicación de Vos, para que en el tiempo y la eternidad os amemos y glo rifiquemos, Dios Padre, Dios Hijo, Dios Espíritu Santo en una Deidad, por todos los siglos. Gozos en el Trisagio de la augustísima Trinidad.
Dios Uno y Triño, á quien tantos Arcángeles, Querubines,
Angeles y Serafines D icen : Santo, Santo, Santo. A vuestra inmensa Dei dad, Indivisa en tres Personas, *
DE LA SS. TRINIDAD
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Clamamos, pues nos perdo nas Nuestra miseria y maldad: Por esa benignidad En su misterioso canto
Angeles y Serafines D icen : Santo, Santo, Santo. Interminable bondad, Suma esencia soberana, De donde el bien nos dima na, Santísima Trinidad: Pues tu divina piedad Pone fin á nuestro llanto: *
Angeles y Serafines Dicen : Santo, Santo, Santo.
2C8
TRIS AGIO
El Trisagio que Isaías Escribió con grande celo, Le oyó cantar en el cielo A angélicas jerarquías: Para que en sus melodías Repíta nuestra voz cuanto
Angeles y Serafines Dicen : Santo, Santo, Santo. Este Trisagio sagrado, Voz del Coro celestial, Contra el poder infernal La Iglesia te ha celebrado: Con este elogio ensalzado: Que en fe y amor adelanto,
Ángeles y Serafines Dicen : Santo, Santo, Santo.
DE LA SS. TRINIDAD
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De la subitánea muerte, Del rayo de la centella, Libra este Trisagio, y sella A quien le reza y advierte, Que por esta feliz suerte Eii este mar de quebranto,
Ángeles y Serafines Dicen : Santo, Santo, Santo. Es el Iris que en el mar, En la tierra y en el fuego, En el aire ostenta luego Que nos quiere libertar: Por favor tan singular De este prodigio y encanto,
Angeles y Serafines Dicen : Santo, Santo, Santo.
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TRIS AGIO
Es escudo soberano, De la divina Justicia, Y de la infernal malicia Triunfa devoto el cristiano: Y como el demonio ufano Huye de terror y espanto,
Ángeles y Serafines Dicen : Santo, Santo, Santo. En vuestra bondad me fundo, Señor, Dios fuerte é inmor tal, Que en el Coro celestial Cantaré este himno jocun do; Pues en los riesgos del mundo
DE LA SS. TRINIDAD
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Me cubrís con vuestro man to,' /
Angeles y Serafines Dicen : Santo, Santo, Santo. Dios Uno y Trino á quien tantos Arcángeles, Querubines, Angeles y Serafines Dicen : Santo, Santo, Santo. ANTÍFONA
Bendita sea la santa é in dividua Trinidad, que todas las cosas cría y gobierna, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
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TRISAGIO DIí LA SS. TRINIDAD
f. Bendigamos al Padre, y al Hijo con el Espíritu Santo. i)l. Alabémosle y ensalcé mosle en todos los siglos. ORACIÓN
Omnipotente y sempi terno Dios, que te dignaste revelar á tus siervos en la confesión de la verdadera fe la gloria de tu eterna Trini dad, y que adorasen la uni dad, en tu Majestad: te ro gamos, Señor, que por la fuerza de esa misma fe, nos veamos siempre libres de todas las adversidades y
ORACIÓN A SANTA BARRARA
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peligros. Por Cristo Señor nuestro. Amén. Bendita y alabada sea la Santísima Trinidad, Padre, Hijo, y Espíritu Santo, el Santísimo Sacramento del altar y la purísima Concep ción de María Santísima, Señora nuestra, concebida sin mancha de pecado ori ginal desde el primer ins tante de su ser natural. Amén. ORACIÓN A SANTA BÁRBARA Ahogada contra las tempestades.
Ven, esposa de Cristo, recibe la corona que te pre-
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ORACIÓN A SANTA BARBARA
paró el Señor para siempre. Amén. y. Ruega por nosotros, bienaventurada santa Bár bara. pf. Para que por tu inter cesión nos libre el Señor del riesgo que corremos en esta tempestad, y seamos dig nos de recibir los sacra mentos. ORACIÓN
Rogárnoste, Señor, que por la intercesión de sania Bárbara,' tu Mártir gloriosa, O ' nos libres de todo rayo, cen tella, piedra y granizo en la
ORACIÓN Á SAN KMIGDIO
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tempestad, y que merezca mos, antes del día de nues tra muerte, recibir con ver dadera penitencia y confe sión pura, el gloriosísimo cuerpo de nuestro Señor Jesucristo, que contigo vive y reina por los siglos de los siglos. Amén. ORACIÓN Á SAN EMIGDTO Obispo y Mártir. 1.a cual remitió N. S. H. Benedicto XIV, a l
rey D. Fernando VI, para refugio de los terremotos, por ser especial abogado con tra los temblores de tierra.
Dios nuestro Señor nos bendiga y nos deñenda : *¡* nos dé su auxilio y tenga
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ORACIÓN Á SAN EMIGDIO
misericordia de nosotros : •j* vuelva á nosotros su pia doso rostro, y nos dé paz y sanidad : -J* Dios nuestro Señor bendiga esta casa, y á todos los que en ella es tamos y habitamos, y á ella y á nosotros libre del ímpe tu del terremoto, en virtud del dulcísimo nombre de Jesús. Amén. Jesús Nazareno, Rey de los Judíos, sea con nos otros. Gánanse cuarenta días de indulgencia por cada vez que se diga esta oración.
ORACIONES DEVOTAS
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SANOTUS DEUS. SANCTÜS FORT1S. SANCTUS IMMORTALIS. MISERERE NOBIS. Diciéndolo con fervor, se ganan ochentdías de indulgencia.
ORACIONES 0 VOTAS Que re7aba el Suino Pon íílce Benedicto XIII, para impetrar de Dios la gracia de no morir de muerte repentina.
¡Oh Señorymisericordiosísimo Jesús! Por vuestra agonía y sudor de sangre os suplico, y porvuestra muer te, me libréis de la muerte repentina y subitánea.
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ORACIONES
¡Olí benignísimo Señor Jesús! por el acerbísimo é ignominiosísimo tormento de los azotes y coronación de espinas, por vuestra Cruz y pasión amarguísima, y por vuestra humildad, humilde mente os ruego, que no per mitáis que yo muera re pentinamente, ni pase de ésta á la otra vida sin recibir primero los santísimos sa cramentos. ¡Oh amantísimo Jesús, Señor y Dios mío! Por todos vuestros trabajos y dolo res, por vuestra preciosa sangre, y por vuestras sa-
DEVOTAS
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grandas llagas, por aquellas últimas palabras ¡oh mi dul císimo J.esús! que dijisteis en la cruz: Dios mío, Dios
mió,¿por quéme has desam parado? Y por aquel fuerte clamor : Padre, en vues tras manos encomiendo mi espíritu: os ruego ardentísimamente no me saquéis repentinamente de este mundo. Hechura soy * ¡ V oh Redentor m ío! de vuestras manos, y me habéis forma do enteramente. ¡ O h ! por vida vuestra, Señor, no me precipitéis de improviso; os suplico me deis espacio para
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ORACION S
hacer penitencia : conce dedme un tránsito feliz y en gracia vuestra, para que os ame de todo corazón, os alabe y os bendiga por toda la eternidad. Amén. Señor mío Jesucristo, por aquellas cinco llagas que por nuestro a mor recibisteis en la Cruz, socorred á vues tros siervos, redimidos con vuestra preciosísima san gre. Amén. Señor y Dios mío : Vuestro nombre sacrosanto Sea en todo el orbe ben dito, Y todos con dulce canto
DEVOTAS
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Digan, levantado el grito, ¡ Oh Dios Santo, Santo, Santo! Por cada vez que se repita esta jaculatoria se ganan ciento veinte días de indulgencia. Siempre que se alabe á la Virgen, añadién dole el epíteto de S a n tís im a ó P u r ís im a , se ganan trescientos sesenta días de in dulgencia, concedidos por varios Señores Diocesanos de la América. ORACIÓN
Para pedir á Dios buena muerte.
¡ Olí buen Jesús, único amor, y bien de mi alma ! pos aquellos dolores que padecisteis en la santísima Cruz, señaladamente por aquella acerbísima amar-
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ORACIONES
gura que sentisteis, cuando se arrancó vuestra pre ciosísima alma de vuestro cuerpo santísimo, os ruego, Señor, tengáis misericordia de mi alma; y cuando sa liere de mi cuerpo, os su plico la llevéis á la gloria, á gozar de vuestra presen cia por toda la eternidad. Amén. ORACIÓN
Á Cristo crucificado.
¡Ohbuen Jesús,amor úni co, y bien de mi alma! por aquellos dolores que pade cisteis en la santísima Cruz,
DEVOTAS
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y señaladamente por aque lla acerbísima amargura que sentisteis cuando se arrancó vuestra preciosísi ma alma de vuestro cuer po santísimo, os ruego, Se ñor, tengáis misericordia de la mía; y cuando saliere de mi cuerpo, os suplico la llevéis á la gloria á gozar de vuestra presencia por toda la eternidad. Amén. ORACIÓN
Que el gloriosísimo San Francisco Javier decía todos los días á las Llagas.
Dios de mi corazón, y mi Señor Jesucristo, por
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ORACIONES
las cinco Llagas que en la Cruz, y por las innumera bles que en la pasión os imprimió nuestro amor, os pedimos que según vues tra misericordia favorez cáis á los que redimisteis con vuestra preciosa San gre, y nos conduzcáis á la vida eterna. Amén. ORACIÓN AL PATRIARCA JO É La cual deben decir cada día sus devotos para tenerle propicio; y muy particular para la hora de la muerte.
Poderosísimo patrón del linaje humano, amparo de pecadores, seguro refugio
DEVOTAS
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tk las almas, eficaz auxilio de los afligidos, y agrada ble consuelo de los desam parados, José gloriosísimo, el último instante de mi vi da ha de llegar sin reme dio, y mi alma sin duda ha de agonizar terriblemente acongojada con la formida ble representación de mi mala vida y de mis mu chas culpas; el paso á la eternidad me ha de ser su mamente espantoso; el de monio, mi común enemigo, me ha de combatir con to do el poder de su infierno, á fin de que yo pierda eter
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ORACIONES
namente á mi Dios : mis fuerzas en lo natural han de ser ningunas; yo no he deteneren lohumano quien me ayude : desde ahora, pues, para entonces te in voco, Padre mío; á tu pa trocinio me acojo, asísteme en aquel trance, para que yo no falte en la fe, en la esperanza, ni en la caridad. Cuando tú moriste, tu Hijo y mi Dios, tu Esposa y mi Señora, ahuyentaron los de monios para que no se atre viesen á combatir tu espí ritu. Por estos favores,' *v por lo que en vida te hicie
DEVOTAS
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ron, te pido que los ahu yentes tú á estos mis ene migos, y acabe yo la vida en paz amando á Jesús, María, y á ti, José mío. Amén.
O F IC IO DE
L A SEMANA SANTA DOMINGO DE RAMOS.
Acabada Tercia, y heclia la aspersión del agua bendito, el Sacerdote irá á bendecir los ramos de palma ó de olivo y de otros árboles, y canta el coro la Antífona:
Hosanna al Hijo de Da vid; bendito el que viene en nombre del Señor. ¡Oh Rey de Israel! Hosanna en las alturas. Despu's, el Sacerdote dirá:
i. El Señor sea con vos otros. «í. Y con tu espíritu.
DOMINGO DE RAMOS
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ORACIÓN
Oh Dios, á quien es justo amar con todo el corazón, multiplica en nosotros los dones de tu inefable gracia; y pues en la muerte de tu Hijo nos hiciste esperar lo que creemos, haz que resu citando él mismo, llegue mos al fin para que camina mos. El cual contigo vive y reina un solo Dios con el Espíritu Santo por todos los siglos de los siglos. Amén. Después, se canta en lugar de Gradual:
pf. Los Pontífices y los Fariseos juntaron concilio,
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DOMINGO
y dijeron: ¿ Qué hacemos? porque este hombre obra muchos milagros. Si lo de jamos así, todos creerán en é l: y vendrán los Romanos y se apodererán de nuestro país y de nuestra nación. y. Mas uno de ellos, llama do Caifás, como era pontífi ce en aquel año, profetizó diciendo: Conviéneos que un hombre muere por el pueblo, y no que toda la nación perezca. Así que des de aquel día resolvieron darle muerte, diciendo: « Y vendrán... »
DE RAMOS
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Después de esto se bendicen los ramos: el Sacerdote:
El Señor sea con vos otros. pf. Y con tu espíritu. ORACIÓN
Ben*{-dice, Señor, como te pedimos, éstos ramos de palmas ú olivos, y haz que lo que tu pueblo practica hoy exteriormente para glo ria tuya, lo cumpla en lo interior con una muy en cendida devoción, consi guiendo victoria del enemi go, y amando con todas veras las obras de miseri-
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DOMINGO
cordia. Por nuestro Señor. En llegando aquí, el Celebrante rociará tres veces los ramos con agua bendita, dicien do la antífona: A s p e r g e s m e .
Rocíame, oh Señor, con hisopo, y seré limpio; láva me, y quedaré más blanco que la nieve. y. El Señor sea con vos otros. Y con tu espíritu. ORACIÓN
Oh Dios, que enviaste á este mundo tu Hijo Jesu cristo, nuestro Señor, por nuestra salvación, á fin de que humillándose él á nos
DE RAMOS
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otros, nos hiciese volver á ti; á cuyos piés también, para cumplimiento de las escri turas, al entrar en Jerusalén una gran muchedumbre de creyentes tendían con muy sincera devoción sus vesti dos y ramos de palmas en el camino: concédenos que le preparemos el camino de la fe, en el cual, quitado el tropiezo y piedra de es cándalo, florezcan ante tu acatamiento nuestras obras con ramos de justicia, para que merezcamos seguir sus pisadas. El cual, etc. Acabada la bendición, el Celebrante distri-
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DOMINGO
buye los ram os : tod os se arrod illan , y canta el coro la s sig u ie n te s a n tífo n a s : P u e r i H ebr ^eoi um , etc.
Los niños de los Hebreos salieron á recibir al Señor con ramos de olivo en las manos, clamando y dicien do : Hosanna en las alturas. Los niños de los Hebreos tendían en el camino sus vestidos, y clamaban dicien do : Hosanna al Hijo de Da vid: bendito el que viene en nombre del Señor. y. El Señor sea con vos otros. pf. Y con tu espíritu. Rácese después la procesión, y el Diácono
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dice: P rocedamos e n pa z . Y el coro res ponde: E n n o m br e d e Cr ist o . A m é n . Al volver la procesión, dos cantores entran en la iglesia, y cerrando la puerta, em pieza el verso: G lo r ia , l a u s , y cantan los dos primeros versos. El Sacerdote, fuera de la iglesia, los repite. Luego los que están dentro cantan los versos que siguen, y los de fuera á cada dos versos responden: Gl o r ia , l a u s , como en el principio.
Gloria, alabanza y honor sea á ti, oh Rey y Redentor Jesucristo, á quien consa gró píos loores la graciosa devoción de los niños. Tú eres Rey de Israel é hijo esclarecido de David; bendito Rey, que vienes en nombre del Señor. f?. Gloria, alabanza, etc.
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En las alturas te alaban todas las celestiales jerar quías; y en la tierra el hom bre mortal con todas las demás criaturas. pf. Gloria, alabanza, etc. La plebe hebrea te sale á recibir con palmas; y nosotros aquí nos presenta mos á ti con ruegos, votos é himnos. pf. Gloria, alabanza, etc. Aquellos te tributaban loores cuando ibas á pade cer; nosotros te cantamos con dulces versos, Rey in mortal. ft. Gloria, alabanza, etc.
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Aquellos te agradaron; agrédete también nuestra devoción, oh Rey bueno,Rey benigno, á quien todo lo bueno agrada, pf. Gloria, alabanza, etc. Luego el Subdiácono da un golpe á la puerta con la cruz, y al instante se abre y entra la procesión en la iglesia cantando:
Al entrar el Señor en la santa ciudad, los niños de los Hebreos, anunciando la resurrección de la vida,*con ramos de palma clamaban: Hosanna en las alturas. y. Habiendo oído el pue blo que venía Jesús á Jerusalén, le salieron á recibir"
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con ramos de palma, etc. Luego empieza la m isa: todos tendrán los ramos en sus manos mientras se canta la Pasión y el Evangelio solamente. Introito.
Señor, no alejes de mí tu auxilio, atiende á mi defen sa : líbrame de la boca del león y de los cuernos délos unicornios á mi humildad. i. Oh Dios, oh mi Dios, mira por m í: ¿por qué me has desamparado? Lejos es tán de mi salvación los cla mores de mis delitos. Repítese: Señor, no ale jes de mí, etc.
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Oración.
Omnipotente y eterno Dios, que por dar á los hombres un vivo ejemplo de humildad, ordenaste que se vistiese nuestro Salvador de nuestra carne, y pade ciese muerte de c ru z: con cédenos benignamente que nos aprovechemos del de chado de su paciencia, y merezcamos participar la gloria de su resurrección. Por, etc. Lección de la Epístola de san Pablo apóstol á los Filipenses.
Hermanos: hay en vos otros los mismos afectos
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que sintió en sí Cristo Jesús, el cual teniendo la natu raleza de Dios, no tuvo por usurpación el ser igual á Dios, mas se anonadó á sí misino, tomando la forma de siervo, hecho semejante á los hombres, y reconocido como hombre en la condi ción. Humillóse á sí misino hecho obediente hasta la muerte y muerte de cruz. Por lo cual Dios también le exaltó, y le dió nombre que es sobre todo nombre para que al nombre (se hincan de rodillas) de Jesús se doble toda rodilla de lo celestial,
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de lo terreno y de lo infer nal, y todas las lenguas con fiesen que el Señor Jesu cristo está en la gloria de Dios Padre. Gradual.
Tomaste mi mano dere cha, y me guiaste según tu voluntad, y con gloria me sublimaste. y. ¡Cuán bueno es el Dios de Israel para los rec tos de corazón! Casi se mo vieron mispiés, y poco faltó para que mis pasos se de rramasen, porque envidié á los pecadores, viendo la paz de ellos.
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DOMINGO Tracto.
Oh Dios, oh mi Dios, mira por mí, ¿por qué me has desamparado? i. Lejos están de mi sal vación los clamores de mis delitos. i. Oh Dios mío, de día cla maré, y no me oirás, y de no che, y no por necedad mía. y. Tú, oh gloria de Israel, tienes tu morada en el san tuario. En ti esperaron nues tros padres ;resperaron, y los libraste. Á ti clamaron, y fueron hechos salvos: es peraron en ti. y no fueron confundidos.
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i. Mas yo soy gusano y 110 hombre; oprobio de los hombres y desecho de la plebe. f. Todos los que me veían me escarnecían ; hablaron con sus labios y menearon la cabeza. f. Esperó en el Señor, pues líbrelo él; sálvelo, pues lo ama. y. Ellos empero me ob servaron, me miraron; par tieron entre sí mis vestidos, y sobre mi túnica echaron suertes. i. Líbrame de la boca del león, y de los cuernos de los
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unicornios á mi humildad. Los que teméis al Señor, loadlo; hijos de Jacob, en grandecedlo todos. TÍ. Al Señor pertenecerá el pueblo que ha de venir, y los cielos anunciarán su justicia al pueblo que ha de nacer, el cual es obra del Señor. PASION DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO
Según San Mateo.
En aquel tiempo dijo Je sús á sus discípulos: *{· Sa béis que después de dos
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días se celebrará la Pascua, y el Hijo del Hombre será entregado para ser crucifi cado. A. Al mismo tiempo los príncipes de los sacer dotes y los ancianos del pueblo se congregaron en el palacio del príncipe de los sacerdotes, que se lla maba Caifás, y tuvieron consejo para prender con engaño á Jesús, y darle muerte: mas decían: S. No en día de fiesta, no sea que suceda algún alboroto en el pueblo. C. Y estando Jesús en Betania, en casa de Si món el leproso, se llegó á
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él una mujer con un vaso de alabastro, lleno de ungüen to muy precioso, y le de rramó sobre su cabeza, es tando puesto á la mesa; lo que viendo sus discípulos se indignaron contra ella, y dijeron: S. ¿A qué fin este desperdicio? Pues podía ha berse vendido este ungüen to á muy gran precio y darse á los pobres. C. Mas entendiéndolo Jesús, les di jo: -j* ¿Por qué molestáis á esta mujer? lo que acaba de hacer conmigo es una buena obra; porque siem pre tenéis á los pobres con
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vosotros, mas á mí no siem pre me tendréis; porque el derramar ella este ungüen to sobre mi cuerpo, fué un girme para ser enterrado. De cierto os digo: que donde quiera que fuere pre dicado este Evangelio por lodo el mundo, se contará también en alabanza de esta mujer lo que acaba de hacer. C. Entonces uno de los doce, llamado Judas Is cariote, fué á buscar á los príncipes de los sacerdotes, y les dijo: S. ¿Qué me que réis dar, y yo os lo pondré en las manos? C. Y ellos
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quedaron de acuerdo en darle treinta sidos. Y desde entonces buscaba ocasión oportuna para entregarle. El primer día de los Azimos se llegaron los discípulos á Jesús, y le dijeron: S. ¿En dónde quieres que te pre paremos lo necesario pa ra comer la Pascua? C. Y Jesús les respondió:-}-Id á la ciudad á casa de cierta persona, y decidle: el Maes tro dice: Mi tiempo se acer ca. En tu casa he de cele brar la Pascua con mis discípulos. C. Y los discípu los hicieron lo que Jesús les
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había ordenado, y prepara ron la Pascua; y llegada la tarde se puso á la mesa con sus doce discípulos. Y cuan do estaban comiendo, les di jo : *{*De cierto os digo, que uno de vosotros me ha de vender. C. Lo cual les causó una suma tristeza, y cada uno de ellos comenzó á de cirle: S. ¿Soy yo acaso, Se ñor? Y él les respondió: -{· El que mete la mano conmi go en el plato, ese es el que me ha de vender. A la ver dad el Hijo del hombre se va, como está escrito de él; mas ¡ ay de aquel hombre por
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quien el Hijo del hombre será entregado! Mejor le fue ro á este tal no haber naci da. C. Entonces Judas, el que le vendió, d ijo: S. ¿ Soy yo por ventura, Maestro? C. Él le respondió: *J* Tú lo has dicho. C. Y mientras esta ban cenando, tomó Jesús el pan, y bendiciéndole lo par tió, y dió á sus discípulos, diciendo: ■ f Tomad, y co med : éste es mi cuerpo. C. Y tomando el cáliz, dió gra cias, y se les dió, diciendo: •f· Bebed de éste todos. Por que ésta es mi sangre del Nuevo Testamento, que será
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derramada por muchos, pa ra remisión de los pecados. Y os digo: que no beberé ya más de este fruto de vid, hasta aquel día en que lo beberé de nuevo con vos otros en el reino de mi Pa dre. C. Y dicho el himno, salieron al monte de los Oli vos. Entonces Jesús les dijo: f Todos vosotros padeceréis escándalo en mí esta noche, porque escrito está: Heriré al pastor, y se descarriarán las ovejas del ganado. Mas después que hubiere resu citado, iré delante de vos otros á Galilea. C. Mas Pe
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dro le respondió, diciendo: S. Aunque todos se escan dalicen en ti, yo nunca me escandalizaré. C. Jesús le re plicó : *J* De verdad te di go, que esta noche antes que el gallo cante me has de negar tres veces. C. Díjole Pedro: S. Aun cuando me fuere necesario morir con tigo, no te negaré. C. Y lo mismo dijeron todos los otros discípulos. Entonces pasó Jesús con ellos á una heredad, llamada Jethsemaní, y dijo á sus discípulos: -{- Estaos aquí en tanto que vo voy allá v hago oración.
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C. Y tomando á Pedro y á los hijos del Zebedeo, co menzó á entristecerse y an gustiarse en gran manera. Entonces les dijo: *j* Mi al ma está triste hasta la muer te : quedaos aquí, y velad conmigo. C. Y adelantándo se un poco se postró sobre su rostro, orando y diciendo : f Padre mío, si es posible, pase de mí este cáliz, mas no se haga como yo quiero, sino como tú. C. Y vino á sus discípulos, y los halló durmiendo: y dijo á Pedro: f ¿Qué, no habéis podido velar una hora conmigo ?
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Velad, y orad, porque no entréis en tentación; el es píritu á la verdad está pron to, mas la carne flaca. C. Segunda vez se retiró y oró diciendo : -J* Padre mío, si este cáliz no puede pasar sin que yo lo beba, hágase tu voluntad. C. Y vino de nuevo v hallólos durmiendo : porque sus ojos esta ban cargados. Y dejándolos, fué nuevamente, y oró ter cera vez, diciendo las mis mas palabras. Entonces vi no á sus discípulos, y les dijo : *J* Dormid ya y des cansad : ved aquí llegada la
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hora, y el Hijo del hombre será entregado en manos de los pecadores. Levantaos, vamos; ved aquí que se acerca el que me ha de en tregar. C. Aun estaba él ha blando, cuando llegó Judas, uno de los doce, y con él una grande tropa de gente ar mada de espadas y de palos, enviados por los príncipesde los sacerdotes y por los an cianos del pueblo. Mas el que le vendía Ies había dado es to señal, diciendo: S. Aquel á quien yo besare, él es: prendedle. C. Y al mismo tiempo acercándose á Jesús,
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le d ijo : S. Dios te salve, Maestro. C. Y le besó. Y Je sús le dijo: ·}* Amigo, ¿ áqué has venido? C. Entonces se acercaron, y echaron mano á Jesús y le prendieron. Y lié haí que uno de los que estaban con Jesús, echando mano á la espada la desen vainó, é hiriendo á un cria do del príncipe de los sa cerdotes, le cortó una oreja. Entonces le dijo Jesús : f Vuelve tu espada á su lugar; porque todos los que toma ren espada, perecerán con espada. ¿Acaso crees que no puedo rogar á mi Padre,
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y me enviará al momento más de doce legiones de án geles? ¿Cómo pues se cum plirán las escrituras que de claran que así debe suceder? C. Al mismo tiempo dijo Je sús á aquella tropa de gente: ■ j· Habéis venido armados de espadas y de palos para prenderme, como si fuera un ladrón : todos los días estaba sentado en medio de vosotros enseñando en el templo, y no me prendisteis. C. Mas todo esto sucedió pa ra que se cumpliese lo que escribieron los profetas. En tonces abandonándole todos
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los discípulos, huyeron. Mas ellos asegurando á Jesús lo llevaron á casa de Caifás, príncipe de los sacerdotes, donde los escribas y ancia nos se habían congregado. Y Pedro le iba siguiendo á lo lejos hasta el atrio de! príncipe de los sacerdotes; y habiendo entrado dentro, se estaba sentado con los criados para ver el fin. Y los príncipes de los sacerdotes y todo el consejo buscaban un falso testimonio contra Jesús para darle muerte, y no le hallaban, aunque se habían presentado muchos
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falsos testigos. Mas por últi mo llegaron dos testigos fal sos, y dijeron: S. Éste ha di cho: yo puedo destruir el templo de Dios, y reedifi carle á los tres días. Y levan tándose el sumo Pontífice, le dijo: S. ¿No respondes na da á lo que éstos deponen contra ti? C. Mas Jesús calla ba; el sumo Pontífice le dijo: S. Yo te conjuro de parte de Dios vivo, que nos digas si tú eres Cristo, el Hijo de Dios. C. Jesús le respondió: f Tú lo has dicho. Empero yo os digo, que veréis bien pronto al Hijo del hombre
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sentado á la derecha del poder de Dios, venir sobre las nubesdel cielo.C. Enton ces el príncipe de los sacer dotes rasgó sus vestiduras, diciendo: S. Blasfemado lia: ¿ qué necesidad tenemos de testigos? Ahora misino ha béis oído la blasfemia; ¿qué os parece? C. Y ellos res pondieron diciendo: S. Reo es de muerte. C. Entonces le escupieron en el rostro, y le hirieron con puñadas, y otros le daban bofetadas, diciendo: S. Cristo, adivína nos, ¿quién es el que te ha herido? C. Pedro entretanto
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estaba sentado fuera del atrio, y llegándose á él una criada, le dijo: Tú también estabas con Jesús el Galileo. C. Mas él lo negó delante de todos, diciendo: S. No sé lo que dices. C. Y saliendo á la puerta, le vió otra cria da, y dijo á los que estaban allí: S. Este estaba también con Jesús Nazareno. C. Y él lo negó segunda vez, y ju rando dijo: S. No conozco á tal hombre. C. De allí á poco rato se acercaron los que estaban allí, y dijeron á Pe dro: S. Seguramente tú eres también de esas gentes;
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porque tu mismo lenguaje te da á conocer. C. Entonces comenzó á hacer impreca ciones, y á jurar diciendo, que jamás había conocido á tal hombre: y luego al pun to cantó el gallo. Y Pedro se acordó de la palabra que Je sús le había dicho : Antes que el gallo cante me nega rás tres veces; y saliéndose fuera, lloró amargamente. Llegada la mañana, todos los príncipes de los sacer dotes y los ancianos del pue blo entraron en consejo con tra Jesús, para darle muerte. Y habiéndole atado, le lie-
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varón y entregaron al presi dente Poncio Pilato. Enton ces Judas, que le había vendido, viendo como Jesús era condenado, arrepen tido, volvió los treinta sidos á los príncipes de lo sacerdotes y á los ancianos, diciendo: S. Pecado he, entregando la sangre inocente. G. Mas ellos le respondieron: S.¿ Qué se nos da á nosotros? Viéraslo tú. C. Y arrojando los siclos en el templo, se retiró, y fué y se ahorcó. Mas los prínci pes de los sacerdotes ha biendo tomado los siclos, di jeron: No podemos ponerlos
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en el tesoro, porque es pre cio de sangre. C. Y habiendo deliberado sobre esto, com praron el campo de un al farero para entierro de los extranjeros; por lo cual es llamado aquel campo Haccldama, esto es, el Campo de la sangre, hasta el día de hoy. Entonces se cumplió lo que dijo el profeta Jeremías: Y tomaron los treinta sidos, precio por el cual fué apre ciado el que pusieron en precio los hijos de Israel. Y diéronlos por el campo de un alfarero, como me ordenó el Señor. Y Jesús fué
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presentado ante el presi dente; el presidente le pre guntó, diciendo: S. ¿Eres tú el Bey de los Judíos? C. Y Jesús le respondió: -j- Tú lo dices. C. Y siendo acusa do por los príncipes de los sacerdotes y ancianos, no respondió cosa alguna. Pí lalo entonces le dijo : S. ¿No oyes de cuántas cosas te acusan estos hombres? C. Mas á él nada le respondió: de manera que el presiden te lo extrañó mucho. Acos tumbraba el presidente en el día solemne poner en li bertad á un preso, á saber,
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al que el pueblo le pedía. Y á la sazón había uno muy famoso que se llamaba Ba rrabás. Y cuando se hubie ron lodos juntado, díjoles Pílalo : S. ¿A cuál queréis que os ponga en libertad, á Barrabás, ó á Jesús, lla mado Cristo? C. Porque sa bía que por envidia lo ha bían puesto en sus manos. Y estando él sentado en su tribunal, le envió á decir su m u jer: S. JXo te mezcles en la causa de este justo, por que hoy he padecido mucho en sueños á causa de él. C. Mas los príncipes de los sa V
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cerdotes y los ancianos per suadieron al pueblo que pi diesen á Barrabás, y con denasen á Jesús. Y habién doles dicho el presidente: S. ¿A cuál de los dos que réis que os suelte? C. Res pondieron ellos : S. A Ba rrabás. C. üíjoles Pilato : ¿Qué haré de Jesús, lla mado Cristo? C. Respondie ron todos: S. Sea crucifi cado. C. El presidente les dijo : S. ¿Qué mal pues es el que ha hecho? C. Y ellos levantaban más el grito, diciendo : S. Sea crucifi cado. C. Viendo pues Pilato
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que nada adelantaba, sino que ¡ba tomando mayores fuerzas el alboroto, se hizo traer agua, y se lavó las ma nos delante del pueblo, di ciendo: C. Yo estoy ¡nocente de la sangre de este justo: allá os lo veáis vosotros. S. Y todo el pueblo le respon dió, diciendo: S. Su sangre sea sobre nosotros, y so bre nuestros hijos. Entonces puso en libertad á Barra bás; y habiendo hecho azo tar á Jesús en el pretorio, hicieron formar alrededor de él toda la guardia. Y des pojándole de sus vestiduras,
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le pusieron un manto de grana. Y tejiendo una co rona de espinas, la pusieron sobre su cabeza, y una caña en su mano derecha: y do blando delante de él la ro dilla, le burlaban diciendo: S. Dios te salve, rey de los Judíos. C. Y escupiéndole en el rostro, tomaron la ca ña, y le daban golpes en la cabeza. Y después de haber le burlado, le quitaron el manto, y volviendo á poner sus vestiduras, le llevaron para crucificarle. Al salir encontraran á un hombre de Círene, llamado Simón.
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Y obligaron éste á que car gase con la cruz de Jesús. Y llegaron al lugar que se llama Gólgotha, esto es, lu gar del Calvario, y le die ron á beber vino mezclado con hiel, y habiéndolo gus tado, no quiso beberlo; y después que le hubieron crucificado, repartieron sus vestiduras echando suer tes, para que se cumpliese la palabra del Profeta, que dice : Repartiéronse mis vestiduras, v sobre mi túnica echaron suertes. Y sentados le hacían la guar dia. Y pusieron sobre su «/
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cabeza la causa de su muerte escrita: Esle es Jesús, el rey de los Judíos. Al mismo tiempo crucificaron con él dos ladrones, uno á la diestra, y otro á la sinies tra. Y los que pasaban por allí le blasfemaban, meneandosuscabezas,ydiciendo: S. ¡Dalí! tú el que des truyes el templo de Dios, y en tres días le reedificas, sálvate á ti mismo. Si eres Hijo de Dios, baja de la cruz. C. Del mismo modo le in sultaban también los prín cipes de los sacerdotes con los escribas y ancianos, di 0
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d e u d o : Si A otros salvó, á sí misino no puede salvarse. Si es rey de Israel, baje aho ra de la cruz, y le creere mos. Puso en Dios su con fianza ; si Dios le ama, lí brele ahora, puesto que ha dicho : Yo soy el hijo de Dios. C. Los ladrones que estaban crucificados con él le zaherían del mismo mo do. Mas desde la hora sexta del día hasta la de nona, to da la tierra se cubrió de ti nieblas. Y cerca de la hora de nona dió Jesús un grande grito, diciendo: -j* Eli, Eli, ¿lamma sabacthani? C. Es
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to es: *}· Dios mío, Dios mío, ¿ por qué me has abandona do? C. Algunos pues de los que estaban presentes oyen do esto, decían : S. A Elias llama éste. C. Y corriendo al punto uno de ellos tomó una esponja, y la empapó en vinagre; y poniéndola en una caña le alargaba pa ra que bebiese. Mas los otros decían: C. Deja, veamos si viene Elias á librarle. S. Mas Jesús dando de nuevo un grande grito, entregó su es píritu (Aquí se hincan todos
de rodillas y hacen una breve pausa). Y al mismo
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tiempo el velo del templo se rasgó en dos partes de al to á bajo, y la tierra tem bló, y las piedras se hen dieron, y los sepulcros se abrieron, y muchos cuer pos de los santos que habían muerto, resucitaron. Y sa liendo de sus sepulcros des pués de su resurrección, vi nieron á la santa ciudad y aparecieron á muchos. Mas el Centurión, y los que es taban con él guardando á Jesús, visto el terremoto, y todo lo que pasaba, temie ron en gran manera y de cían : S. Verdaderamente
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éste era Hijo de Dios. C. Hallábanse allí también mi rando de lejos muchas mu jeres, las cuales habían se guido á Jesús desde Galilea y venían sirviendo. Entre las cuales estaban María Magdalena, y María, madre de Santiago y de José, y la madre de los hijos del Zebedeo. É inclinada ya la tarde vino un hombre rico de Arimatea, llamado José, que era también discípulo de Jesús. Éste fué á Pilato, y le pulió el cuerpo de Jesús. Pilato entonces mandó que se le entregase. Y tomando
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José el cuerpo, le envolvió en una sábana limpia, y le puso en un sepulcro suyo nuevo que había hecho abrir en una peña; y des pués de haber tapado la en trada del sepulcro con una gran piedra, se retiró. María Magdalena y la otra María estaban allí sentadas en frente del sepulcro. Aquí se d ice : M unda c o r meum, se pide b en d ició n , y s e ca n ta en tono de Evan g e lio lo qu e se sig u e :
El día siguiente después de la Parasceve, los prínci pes de los sacerdotes y los sa cerdotes fariseosfueronjun·
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tos á Pilato,diciendo: Señor, nos acordamos de que aquel impostor dijo aun viviendo: Resucitaré después de tres días. Manda pues que guar den el sepulcro hasta el día tercero, 110 sea que vengan sus discípulos y lo roben, y digan al pueblo, resucitó de entre los muertos, y sea el último engaño peor que el primero. Díjoles Pilato : Guardas tenéis vosotros: id, guardadlocomo sabéis. Ellos pues fueron, y para asegu rar el sepulcro, sellaron la piedra y pusieron guardas. E l Credo , p ág. 12.
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DOMINGO Ofertorio.
Al oprobio y á la miseria estuvo expuesto mi corazón; y esperé quien demisecompadeciese, y no lo hubo; busqué quien me consolase, no lo halle, y me dieron hiel por comida, y en mi sed me hicieron beber vinagre. Secreta.
Concédenos, oh Señor, como te rogamos, que este don ofrecido á los ojos de tu Majestad, nos alcance la gra cia de la devoción, y nos me· rezca la posesión de la bien aventurada eternidad. Por nuestro Señor, etc. '
t'
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Prefacio.
Verdaderamen te es digno y justo, saludable y nuestro deber, que os demos gracias en todo tiempo y lugar, ó Señor Santo, Padre omnipo tente, eterno Dios, que vin culasteis la salvación del humano linaje al árbol de la Cruz; para que de donde seliabíaoriginadolamuerte, de allí naciese la vida; y el que en un árbol venció, en otro árbol fuese vencido por Cristo Señor nuestro. Por el cual alaban vuestra Ma jestad los Ángeles; la ado ran las Dominaciones, tiem
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DOMINGO DE RAMOS
blan ante ella las Potestades; losCielosylas Virtudes délos Cielos, y los bienaventuradosSeraíineslacelebrancon mutua alegría; y nosotros os rogamos admitáis nues tras voces mezcladas con las suyas, diciéndoos con hu milde confesión: Santo, etc. Comunión.
Padre, si no puede este cáliz pasar sin que yo lo be ba, hágase tu voluntad. Postcomunión.
Haz, Señor, que por el efecto de este misterio sea mos limpios de nuestros vi
LUNES SANTO
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cios, y se cumplan nuestros justos deseos. Por nuestro Señor Jesucristo, etc. LUNES SANTO MISA. Léanse las oraciones de la Misa diaria v lo que se sigue del santo Evangelio según San Juan, cap. 12.
Seis días antes de la Pas cua vino Jesús á Bethania, donde había muerto Lázaro, al que resucitó Jesús. É hiciéronle allí una cena, y Marta servía, y Lázaro era uno de los que estaban sen tados á la mesa juntamente
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LUNES
con él. María, pues, tomó una libra de ungüento de nardo puro, de mucho pre cio, y ungió los piés de Je sús, y limpió sus piés con sus cabellos, y la casa se llenó de la fragancia del ungüento. Dijoentoncesuno de sus discípulos, Judas Is cariote, el que le había de entregar : ¿Por qué no se ha vendido este ungüento por trescientos dineros, y se ha dado á los pobres? Mas dijo esto, no porque tuviese á cargo suyo el cui dado de los pobres, sino por que era ladrón, y teniendo
SANTO
la bolsa llevaba lo que
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sí
echaba en ella. Dijo enton ces Jesús : Dejadla, que le aproveche para el día de nii sepultura. Porque á los po bres siempre los tenéis con vosotros, mas á mí no siem pre me tenéis. Llegó, pues, á entender una gran muchc dumbre de judíos que es taban en aquel lugar, y vi nieron no sólo por causa de Jesús, mas por ver á Lázaro, al cual había resucitado de cutre los muertos.
MARTES SANTO MISA. Léanse las oraciones de la Misa diaria, y la Lección del profeta Jeremías, cap. 11.
En aquellos días dijo Je remías: Señor, tú me hiciste saber, y conocí entonces tne mostraste los intentos de misenemigos. Y yo,como cordero manso que llevan al sacrificio, como si ignorase quesehabíaconspirado con tra mí, diciendo: echemos leño en su pan y desterré mosle de la tierra de los vi vos, y no haya más memo ria de su nombre. Mas tú, ó
MIÉRCOLES SANTO
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Señor de Sabaoth, que juz gas según justicia y sondeas las entrañas y los corazones, vea yo tu venganza para con ellos, porque á ti he descu bierto mi causa, Señor Dios mío. Pasión, léase en la pág. 244.
MIÉRCOLES SANTO MISA. Léanse las oraciones de la Misa diaria, y la Lección del profeta Isaías, cap. 62 y 63.
Esto dice el Señor Dios: decid á la hija de Sion : Hé aquí, tu Salvador vien e: hé aquí, trae consigo su galar-
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MIÉRCOLES
dón. ¿Quién es éste que viene de Edón? ¿De Bosra con vestidos encarnados? Hermoso es él en su estola que va con la grandeza de su poder. Yo soy el que hablo justicia y defiendo pa ra salvar. ¿Por qué es en carnado tu vestido, y tus ropas como del que ha pi sado uvas en el lagar? Sólo yo pisé el lagar, y de los pueblos nadie me ayudó: pisélos con mi furor, y ho llólos en mi ir a : y su sangre salpicó mis ropas, y ensucié todos mis vestidos. Porque el día de la venganza está
SANTO
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en mi corazón: el año de mi redención es venido. Miré alrededor, y no había quien me socorriese: busqué, y no hubo quien me ayudase: y salvóme mi brazo, y mi indignación misma me va lió. Y hollé los pueblos con mi furor, y con mi indig nación los embriagué, y derribé á la tierra su es fuerzo. De las piedades del Señor me acordaré: de las alabanzas del Señor, acerca de todo lo que nos ha dado el Señor Dios nueslro. Pasión, léase en la pág. 244.
JUEVES SANTO MISA. I nt roi t o.
Nosotros debemos glo riarnos en la cruz de nues tro Señor Jesucristo; en quien está la salud, la vida y la resurrección nuestra: por la cual fuimos hechos salvos y libres. Salmo. Dios tenga mise ricordia de nosotros, y nos bendiga; haga resplandecer su rostro sobre nosotros, y apiádese de nosotros. fíepit. Nosotros debe mos, etc.
JUEVES SANTO
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Cuando se entona el Gloria se tocan las campanas, y no se vuelven á tocar hasta el Sábado santo. Oración.
Oh Dios, de quien recibió Judas la pena de su pecado, y el Ladrón el premio de su fe: haz sintamos los efectos de tu propiciación, para que así como nuestro Señor Je sucristo en su pasión, dió á cada uno de entrambos la diferente recompensa que merecía, así á nosotros, des truido el error del hombre antiguo, nos conceda la gra cia de su resurrección. El cual contigo vive, etc. Solo se dice esta oración.
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JUEVES
Lección de la Epístola de San Pablo apóstol Corintios, I. cap. 11.
i los
Hermanos : cuando os juntáis, no es ya para comer ]a cena del Señor. Porque cada cual se anticipa á co mer su propia cena, y el uno tiene hambre y el otro está harto. ¿Por ventura no íenéis casas donde comer y b eber? ¿ó menospreciáis la I glesia de Dios, y avergon záis á aquellos que no tie nen? ¿Qué os diré? ¿os ala baré? En esto no os alabo. Mas yo aprendí del Señor, y también os lo he enseña do, que el Señor Jesús, la
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noche que había de ser en tregado, tomó el Pan, y dado gracias, lo partió y dijo: To mad y comed: éste es mi Cuerpo, que por vosotros será entregado; haced esto en memoria de m í: asimis mo tomó también el cáliz despuésde habercenado,di ciendo : Este cáliz es eINuevo Testamento en mi Sangre. Haced esto todas las veces quedeélbebiereisen memo ria de mí. Porque todas las veces que comiereis este Pan y bebiereis este Cáliz, anunciaréis la muerte del Señor hasta su venida. Por
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tanto, cualquiera que co miere este Pan ó bebiere es te Cáliz indignamente, será reo del Cuerpo y de la San gre del Señor. Pruébese, pues, el hombre á sí mis mo; y coma así de aquel Pan y beba de aquel Cáliz. Porque el que come y bebe indignamente, come y bebe su condenación, no discer niendo el cuerpo del Señor. Esta es la causa de que haya muchos enfermos y débiles entre vosotros, y de que duerman m uch os. Q ue si nos examinásemos á nosotros mismos, de cierto no sería
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mos juzgados, mas cuando somos juzgados, castíganos el Señor para quenoseamos condenados en este mundo. Gradual. Cristo se hizo por nosotros obediente has ta la muerte y muerte de cruz. y. Por lo cual Dios le exaltó y le dió nombre que es sobre todo nombre. Lo que sigue del santo Evangelio según San Juan, cap. 13.
Antes de la fiesta de Pas cua, sabiendo Jesús que era llegada su hora para pasar de este mundo al Padre, co mo había amado á los suyos que estaban en el mundo,
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los amó hasta el fin: y aca bada la cena, como el diablo ya había puesto en el cora zón de Judas, hijo de Simón Iscariotes, que lo entregase, sabiendo Jesús que el Padre le había puesto todas las co sas en las manos y que ha bían salido de Dios y á Dios volvían, se levantó de la cena, y dejó sus vestiduras, y lomando una toalla se la ciñó. Luego echó agua en una vasija y comenzó á lavar los piés á sus discípulos, y á limpiarlos con la toalla con que estaba ceñido. Llegó pues á Simón Pedro, y díccle
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Pedro: ¿Tú, Señor, me lavas á mí los piés? Respondió Jesús y díjole: *j- Lo que yo hago no lo entiendes tú ahora; mas después loentenderás. Dícele Pedro: No me lavarás los piés jamás. Res pondióle Jesús: Si no te la vare, no tendrás parte con migo. Dícele Pedro: Señor, no sólo mis piés, mas tam bién las manos y la cabeza. Dícele Jesús: El que está lavado no ha menester sino lavar los piés, y está todo limpio, y vosotros limpios estáis, aunque notodos.Porque sabía quién era el que
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lo entregaba, por esto dijo: No todos estáis limpios. Y después que le hubo lavado los piés, y tomado sus vesti duras, sentándose otra vez á la mesa les dijo: ¿Entendéis lo que he hecho con vos otros? Vosotros me llamáis Maestro y Señor, y decís bien, porque lo soy. Pues si yo, siendo vuestro Señor y Maestro, os he lavado los piés, vosotros también de béis lavaros los piés unos á otros. Porque ejemplo os he dado, para que así como yo lo he hecho, así vosotros lo hagáis.
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Ofertorio. La diestra del Señor me exaltó, no moriré, mas viviré y contaré las obras del Señor. Secreta. Concédenos, c<>mote rogamos, oh Señorsanto,Padre omnipotente, eter no Dios, que te sea aceptable nuestro sacrificio por Jesu cristo tu Hijo, nuestro Se ñor, el cual mostró con el hecho de este día á sus dis cípulos, que esto se hace en memoria de él. Que con tigo vive, etc. Prefacio de la Santa Cruz y S anctüs como en el domingo de Ramos, página 279.
Comunión. El Señor Je-
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JUEVES SANTO
sus, después que cenó con sus discípulos, les lavó los piés y les dijo: ¿ Entendéis lo que he hecho con vos otros, yo que soy vuestro Se ñor y Maestro ? Ejemplo os he dado para que así lo hagáis vosotros también. y. El Señor sea con vos otros. pf. Y también con tu es píritu. Postcomunión. Fortale cidos ya con este alimento que da vida, te rogamos, Señor Dios nuestro, que nos des por el don de inmorta lidad lo que celebramos en
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el tiempo de la vida mor tal. Por nuestro Señor, etc. Se dice (Ite missa est), se da la bendición, y se lee el Evangelio de San Juán, y al comenzarle no persigna el Sacerdote al al tar, sino sobre sí mismo. Acabada la misa, lleva en procesión el S antísimo S acram ento para encerrarle en el Monumento, cantando el Pange , lingua.
TINIEBLAS PARA EL MIÉRCOLES, JUEVES Y VIERNES SANTO
Las Tinieblas se componen de diferentes salmos cuyo sentido está sólo al alcance de los eclesiásticos; por lo mismo aquí sólo ponemos lo principal, pudiendo leer se entretanto la Pasión que se halla en la página 244, siguen las máximas de los Santos Padres, ganando muchas indulgencias. Luego de apagadas todas las velas del Tenebrario, menos la última, se dice:
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TINIEBLAS AL BENEDICTüS. Antífona.
Mas el traidor les dió esta seña, diciendo : Al que yo besare, él es, prendedlo. Cántico de Zacarías
Bendito sea el Señor Dios ■lie Israel: * porque visitó y redimió á su pueblo. Y nos suscitó un Salva dor poderoso, * en la casa de David su siervo. Según prometió por boca de sus santos Profetas, * que fueron en los siglos pasados: Que nos libraría de nues tros enemigos, * y de las
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manos de cuantos nos abo rrecen. Para usar de misericordia con nuestros padres, * acor dándose de su santa alianza. Y del juramento que hizo á Abraham nuestro padre, * que nos haría esta gracia,, Para que, libres de las{: manos de nuestros enemi gos,* le sirvamos sin temor, En santidad y justicia de lante de él, * toda nuestra vida. Y tú, ó Niño, serás lla mado Profeta del Altísimo: * pues irás delante del Se ñor á preparar sus caminos.
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TINIEBLAS
Para enseñar á su pueblo la ciencia de la salud: * en remisión de sus pecados. Por las entrañas de mi sericordia de nuestro Dios: * con que el Oriente vino de lo alto á visitarnos. Para alumbrar á los que estaban sentados en tinie blas y sombra de muerte: *y dirigir nuestros pasos por el camino de la psz. Antífona.
Mas el traidor les dióesla seña diciendo : Al que yo besare, él es; prendedlo. Se apagan todas las velas y luces de las lámparas.
TINIEBLAS
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y. Cristo se hizo obe diente por nosotros hasta la muerte. En la segunda noche se añade:
y. Y muerte de cruz. En la tercera noche se añade:
pf. Y poresta también Dios lo exaltó, y le dió un nombre que es sobre todo nombre. Asi se dice también á todas las horas del día. Cuando se dice el versículo Cristo se hizo obediente, todos se arrodillan: concluido, se dice Padre nuestro secre tamente, y luego el siguiente salmo, pa ra pedir á Dios misericordia y el per dón de nuestros pecados:
Salmo 109. Véasepág. 185. Antífona.
Señor, conózcante justo
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SIETE MEDITACIONES
en tus palabras, y venzas cuando juzgaren de ti. OTRA.
FuéllevadoelSeñorcomo oveja á la víctim a, y no abrió su boca. Se hace un poco de ruido, se saca de de bajo del altar la vela encendida, y todos se levantan y se van en silencio SIETE MEDITACIONES PARA
VISITAR LOS MONUMENTOS Preparación.
Oh Dios y Señor mío! postrado y humillado ante vuestra divina presencia, conozco mi vileza y nin gún mérito para acercarme á Vos, y contemplar los sucesos y mara villas de vuestra vida mortal, y los prodigios estraordinarios de vuestro
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infinito poder. Confiado en vuestra bondad, espero que me concedáis verdadero espíritu de respeto y ve neración con que pueda adoraros como mereceis ‘ 1 conocimiento ficio de vuestra sagrada pasión y muerte. Dignaos, Señor, aceptar mis deseos: dadme un corazón afectuoso, una devoción sincera para que pue da meditar en cada estación, aque llos dolores y trabajos más acerbos de los últimos días de vuestra vida mortal. Sean estas visitas ó medi taciones recuerdos perpétuos que sirvan norma para arreglar mi vida, conformándola en un todo con la vuestra, Señor, á quien siempre mi raré como modelo y ejemplar de mis acciones y palabras. Con vues tra ayuda y gracia, Señor, comen zaré la P R IM E R A ESTA C IÓ N
Oh Divino Jesús! sabien do que estaba próxima la
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SIETE MEDITACIONES
hora de dar principio á vuestra dolorosa pasión, con el mayor afecto os des pedís de vuestra santísima Madre y discípulos, y diri gís vues ros pasos al Monte de los Olivos. Este íué el lugar señalado donde em pezasteis á padecer: sudo res mortales, tristeza suma é inexplicable angustia se apoderaron de vuestro cora zón en aquellos momentos supremos, sin quedaros otro confortativo que vuestro amor inmenso á los hombres, para poder desahogar resignadamente en el seno de
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vuestro Eterno Padre vues tra acerba aflicción diciéndole: Padre mío; pase de nú este cáliz tan amargo, pero no se haga mi volun tad, sino la tuya. ¡ O h ! co mo sucumbierais de dolor, si un ángel del cielo no ba jara á confortar vuestro es píritu. Oh Salvador mío, yo os adoro y espero que si alguna vez en la oración y la meditación se apoderan de mi alma el miedo y la tristeza, por ver cercanos los peligros y borrascas de esta vida; si tal es mi aba timiento y desconsuelo, que
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SIETE MEDITACIONES
embarguen las potencias de mi alma, á ejemplo vues tro, pediré al Señor que llevante y vivifique mi es píritu para que pueda ca minar con seguridad y fir meza por la senda de los trabajos, y hacerme acree dor á los premios eternos. Amén. Tres Padre nuestros y Ave Marios y un Gloria Patri.
S E G U N D A E S T A C IÓ N
Oh adorable Jesús ¡ cual sería vuestra aflicción cuan do veiais que se acercaba la hora de caer en poder de vuestros enemigos! El in
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grato, el desnaturalizado Judas, á quien eligisteis por uno de vuestros discípulos, ha concertado vuestra pri sión. Al frente de una vil soldadesca se adelanta para daros un beso, seña que ha dado el traidor para pren deros. Cual facineroso os llevan maniatado ante los tribunales de Anás y Caifás. Los desprecios é. injurias queenellossufristeis,¿quién podrá numerarlos? Y na die se acuerda de los bene ficios, de las innumerables gracias, que vuestra bondad y clemencia dispensó á to
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da clase de personas; y á los vítores y aclamaciones, se han convertido en blas femias y furor. Sólo vues tra paciencia, y resignación, oh Jesús mío, podía tolerar semejantes insultos, pero ¡ah! la idea de mis culpas atormenta mi imaginación, ellas han renovado cien ve ces durante mi culpada vi da los dolores de vuestra sagrada pasión, siguiendo los ejemplos de Judas, abandonándoosyhaciéndoos trai ción por un vil interés, ó por humanos respetos. Lo con fieso y deploro, Señor, y os
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ofresco desde ahora cons tante fidelidad; prometo abrayar con gusto las penas y cruces de esta vida, y os pido me concedáis vuestra paciencia y resignación, pa ra que pueda conseguir la vida eterna. Amén. Tres Padre nuestros, etc. T E R C E R A ESTA C IÓ N
¡Oh piacentísimo Jesús! ¿quién será capaz de refe rir los insultos, las impre caciones y las befas que os dirigió aquella desalmada turba luego de aberse apo derado de Vos?.. Y Vos, Sal vador mío, solo, desampa
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rado y sin auxilio, ni so corro de nadie ¡cuanto no padecerais, cuanto no hu bisteis de sufrir en aque llos terribles momentos de dolorosa prueba! Los discí pulos atemorizados huyen de Vos y se dispersan, y el que más se jactaba de se guiros hasta el morir con Vos, os niega tres veces re petidas... ¡ falacia de la hu mana amistad, que se disi pa como el humo al asomar la persecución ó el infortu nio !... Mas hé aquí que yo reparo la cobardía de los apóstoles en huir de Vos en
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el momento del peligro, y rae olvido de que os he abandonado y negado mil veces por amor al interés y por respeto á las huma nas criaturas!... Ay de mí, ingrato y miserable peca dor!... ¡Oh Jesús! dignaos dirigirme, como á Pedro, una mirada compasiva, que traspase mi corazón y me haga llorar mis culpas; ayudadme con vuestra gracia para perseverar constante en vuestro santo servicio y compañía. Mis pasadas fal tas y estravíos, séanme, Se ñor, un motivo de llanto y
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penitencia, un saludable preservativo para no volver á ofenderos nunca más mis defecciones y pecados. Ha ced que siempre esté dis puesto á confesar en públi co y en secreto que soy disscípulo y siervo vuestro, y que sois Vos mi Salvador y Redentor, de quien espe ra los auxilios necesarios para llegar á la eterna glo ria. Amén. Tres Padre nuestros, etc. C U A R T A EST A C IÓ N
¡Oh inocentísimo Jesús! cual si fuerais reo de esta do, os hicieron comparecer
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delante de Pilato, quien, después que os hubo inte rrogado, declaró sin rodeos vuestra inocencia. Y no obsslante de ser ella tan noto ria á todos, por vil respeto al furor del pueblo, mandó que fueseis azotado el ini cuo juez... ¡Ah!con que pri sa y feroz complacencia se apoderan de vuestra per sona, y aquellos sayones cruelísimos empiezan á he riros y maltrataros, descar gando sobre vuestro ino cente cuerpo un diluvio de azotes hasta dejarle hecho una sangrienta y deforme
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llaga. Y no saciado todavía su infernal encono entre tejen unacoronadeespinas, y á fuerza de golpes tala dran vuestra cabeza sacro santa, cumpliéndose así lo que de Vos profetizado es taba, que nada quedaría ileso y sano de vuestra im pecable humanidad. ¡ Olí Salvador m ío! como os ha puesto la maliciade los hom bres ! y como os ha puesto mi propia iniquidad. Y sin embargo ni una queja, ni un suspiro de vuestra bo ca: el amor y la caridad que ardían en vuestro pecho
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superaban á las heridas y tormentos que padecisteis Vos por raí! ¡ Oh llagas pre ciosísiraasdeinfinito valor! las gotas de sangre que ellas desfilan, debieran ser chispas de fuego que abra saran mi helado corazón. Considero, Señor, vuestra inocencia, y que las heridas y tormentos que sufristeis, todo fué por mi causa y para salvarme á mí... pero ¿ qué bálsamo podréemplearpara curarlas? Por más que re capacite no hallo otro, que la enmienda respecto de mi pasada vida de vicios llena
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SIETE MEDITACIONES
y de costumbres relajadas; haced, Señor, que así lo ha ga para que pueda recobrar vuestra amistad y gracia, y después la vida perdurable. Amén. Tres Padre nuestros, etc. Q U IN T A ESTA C IÓ N
¡Oh bondadosísimo Jesús! ¡Qué aflicción y amarguras serían las vuestras, al escu char la sentencia de muerte proferida contra Vos, A utor Soberano de la vid a! ¡ Qué pesadumbre os acongojaría al ver los obstinados y pér fidos judíos, impacientes por verla ejecutada cuanto
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ántes. sedientos de vuestra sagratísima sangre, y arrojandos á consumar el ho rrendo deicidio que debía cubrierles de oprobio y mal dición ! Pero el satánico fu ror de los hijos del pecado no tiene límites ni consiente tregua. Ebrios de ira car gan desapiadadamente so bre vuestros acardenalados hombros la pesada cruz, y os empujan á fuerza de bal dones y atropellos hácia el Calvario, lugar destinado para el suplicio de los mal hechores... Numeroso gen tío se lanza apresurado, á
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vido de contemplar el san griento espectáculo... Bien sabe Jerusalén que es el ejemplarísimo modelo de virtudes y mansedumbre, el dechado de nunca visto caridad, el bienhechor de todo el mundo, el amigo de los pobres, el sosten de los débiles, el consolador de los tristes, el que ha obrado milagros, el que ha derra mado, en fin, á manos lle nas abundantes beneficios donde quiera ha estampado su bondadosa planta, la víc tima señalada por el odio más injusto y más cruel...
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Sin embargo, todos estos recuerdos son estériles... no hay quien acuda, buen Je sús, á defenderos; no hay quien os socorra ú os con suele á lo menos en amargo tránsito mortal... ¡ Mundo falaz y de maldades lleno !... ¿Qué se hizo aquel férvido entusiasmo con que le re conocías y aclamabas hace poco por el Mesías y Salva dor tan suspirado de Israel? ¿De donde vino ese cambio repentino, y ese enfureci miento tan sin ejemplar? ¡ A y ! La prevaricación ha tocado á su apogeo. Es la
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hora máxima de la ceguera del pecado, y el golpe maes tro del poder de las tinie blas... j A h !... Unicamente algunas mujeres piadosas seduelende lasangustías del Señor, el cual doliéndose á la vez por ellas mismas y sus criminales hijos, les di ce con profético y dolorido acento... H¡j as de JerusaJén: no lloréis ni os lastiméis por m í: llorad más bien por vosotros y por vuestros hi jos: sobre los cuales caerá gota á gota mi sangre ino cente que impíos derrama ron... ¡O h! Basta, Señor:
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piedad de m í: perdón os pido. ¡Oh Salvador del alma mía! Ved mi arrepentimien to: ved mi llanto. Yo lloro, Jesús mío; lloro sí y lloraré por mis culpas y pecados que son la causa de vuestros padecimientos y dolorosa muerte, y son ellos los que están representados en este leño pesadísimo que os oprime y os llena de dolor: lloraré también por mis hi jos y deudos y estraños, á quienes he escandalizado y puesto en camino de rui na y he inducido á haceros más gravosa vuestra cruz.
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SIETE MEDITACIONES
Prometo, Jesús mío, desde ahora, alijeraros esa enorme carga, adoptando un nuevo género de vida conforme al modelo que vos mismo pre sentáis: no desdeñaré se guir el camino de la morti ficación y penitencia, con siderando que este es el medio de consolaros en vuestras amarguras por mi bien causadas, y alcanzar de vuestra misericordia in finita el perdón de mis cul pas y la gloria celestial. Amén. Tres Padre nuestros, etc.
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S E X T A E S T A C IÓ N
Estenuado ycasisinaliento, llegasteis, por fin, á la cumbre del Calvario, dulcí simo Jesús mío, hecho el lu dibrio de los inhumanos verdugos, que reduplican de mil modos los tormentos y amarguras de vuestra pa sión. Varón de dolores y de incomparable mansedum bre, os dejajs arrancar por ellos, sin despedir la me nor queja, vuestras ensan grentadas vestiduras pega das á las innumerables lla gas de que se halla cubierto vuestro sagrado cuerpo; y
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resignado siempre y obe diente hasta la muerte, os tendeis cual manso cordero sobre el escabroso madero destinado para vuestra in molación. ¡ O h ! con que fe rocidad nunca vista os cla van en él de piés y manos tan desalmados savones, estirándolos y descoyuntán dolos bárbaramente; y co mo sois luego alzado para servir de sangriento espec táculo á la impía muche dumbre, que contempla, con infernal complacencia, el desenlace de aquel dra ma sin ejemplo en los ana«/
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les del m undo! ¡ Oh cruz sacrosanta! ¡ adorable emblema de nues tra redención y ventura! Cruz preciosísima, trocada instantáneamente de ins trumento de infamia y muerte, en glorioso blasón de nobleya y dicha, y en origen fecundo de vida per durable y santidad! Cruz bienhechora desde la cual el Soberano Bienhechor de los hombres, Rey de los mundos, vencedor del in fierno y de la muerte, atrae á la obediencia y al yugo suave de su santa lev, á to
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das las gentes y naciones, marchita y corrompida des cendencia del pecador Adan!... ¡O h! Yo te adoro, indeleble signo de la salud y gracia... Yo te saludo; ¡ oh santa c ru z! de la cual está pendiente mi Dios y Salva dor ; víctima preparada des de la eternidad, para borrar los pecados sin cuento que yo vo voy estampando en el libro de mi culpada vida, y para satisfacer á la justi cia eterna por todas nues tras culpas é iniquidades, que cubren de oprobio y anatema á la fátua y pre-
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varicadora raza humana... Mí corazón se comprime de mística mansedumbre y religioso terror, al con templaros, Jesús mío, en esa cruenta ara padeciendo y espirando de puro amor por mí... El dolorido acento de vuestras palabras de agonía hiere mis oídos, y hace brotar de mis ojos ar dientes lágrimas de lástima y contrición... Pero ¿qué digo? Vos padeceis por mi rescate, y yo beso las cade nas de mi torpe y damna ble esclavitud. Vos espiráis para darme vida, y yo mato
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á mi pobre alma con el cu chillo de mis vicios v el fuego de mis paciones desal madas... Vos desde el leño de la cruz, desamparado y moribundo, domandais so corro á vuestro eterno Pa dre, y yo invoco las seduc ciones del mundo y los ha lagos de la camie... Vos encamináis á Dios vuestra santísima alma, y yo ofrez co al diablo la mía desdi chada y llena de pecados é iniquidades... ¡ O h ! no, Je sús mío: no atendais mi torpe y pecador comporta miento. Usad conmigo de ·/
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misericordia, y pedid al Pa dre eterno perdón por mí culpado y miserable que ciertamente no sé lo que hago, despreciando vuestro inestimable sacrificio,y pro firiendo yo mismo el espan toso fallo de mi propia con denación... ¡Piedad! per dón, Redentor mío; que ya desde ahora dolorido y pe nitente, me acojo al sagra do de vuestra santa cru z: y la abrazo estrechamente; y la beso enternecido, y la torno por escudo de mi de fensa y salvación... Valed me ¡oh! valedme, Jesús
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m ío; lavad con vuestra sangre santísima las feas manchas de mi alma desdi chada. Oíd mis clamores: amparadme y gobernadme para que no vuelva á cru cificaros , pecando contra Vos, mi Dios, mi Salvador, y mi Guía... Admitidme por fiel vasallo y sumiso siervo vuestro, por soldado y cam peón de las legiones cris tianas. Dadme esfuerzo pa ra que milite bajo ese glo rioso estandarte de la cruz, para que vinciendo con Vos, y por Vos á mis espirituales enemigos, pueda ceñir el
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laurel de la victoria y gozar la dichosa paz de los justos en el eterno descanso. Amén. Tres Padre Nuestros, etc. SÉPTIM A E ST A C IÓ N
¡Oh Jesús de mi corazón! Yaos contemplo, palidecido, agonizando, moribundo , próximo, en fin, á exhalar el postrer suspiro de vues tra fatigada vida, tan afano sa por nuestra eterna sal vación! Yo oigo con doliente extremecimiento, vuestra última palabra, encomen dando el espíritu á vuestro Padre celestial; y yo os veo
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ceder, Redentor mío, bajo el peso de vuestro cuerpo exangüe, é inclinar vuestra cabeza sacrosanta y expi rar... ¡A h ! ¡Sí, murió Jesu cristo! Volvióse al Padre eterno, el eterno Verbo, cumplida ya sobre la tierra su misión divina de rescate y preparación. Al morir Jesús, despide un estentóreo y funeral ge mido el universo entero consternado. El cielo, la tie rra y hasta el averno mis mo se conmueven, al sonar en el espacio la voz de des pedida del divino Redentor.
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El Sol se apaga: aparece el disco de la Luna tinto en sangre: fúnebre celaje em paña el resplandor de las estrellas: densas tinieblas cierran el horizonte: tiem bla la tierra: ábrense las tumbas y recobran súbita mente vida y movimiento, multitud de santos quedesde luengos años descansa ban en la yerta mansión de los difuntos. Todos los elementos, todos los cuer pos, todas las criaturas, pa garon tributo de asombro y pesadumbre en este mo mento supremo del Salva
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dor... Y será posible que yo solo, yo que soy la causa y el instrumento principal de su acerba muerte, perma nezca insensible á este pas moso sacrificio de la más grande piedad y amor... ¡Oh! No, Jesús m ío: no. No permetais que yo me abisme en las muertales tinieblas de un desconocimiento se mejante. Moved, herid, ren did mi corazón: haced que sienta, haced que llore vues tra pasión cruentísima y vuestra muerte efecto del grande amor que me teneis v habéis tenido: haced tam
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bién que sienta y llore la multitud y gravedad de mis pecados que han sido los verdaderos cruelísimos sa yones de vuestra amante é impecablehumanidad...¡Oh indignidad de hombre in grato y miserable! ¡ Oh prodigiosa dignidad de la Bondad divina hácia el hombre desconocido y·/ criminal... ¡Oh raudal co piosísimo de amor infinito y caridad ardiente que in molas al Hijo dilectísimo, para rescatar al siervo vil... ¡ Oh afortunada culpa que conseguiste tan alto y Sobe
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SIETE MEDITACIONES
rano Reparador!... Permi tid, Jesús bondadosísimo, que adores esas sagradas llagas que en vuestros piés y manos, en vuestro costa do y en todo vuestro sacro santo cuerpo, abrió la gran deza de vuestro amor á las humanas criaturas... Dejad que les bese arrepentido: dejad que beba, que sorba en ellas el salutífero bálsa mo de mi curación, haced que sea fructífera para mí su virtud eficacísima. ¡ Ah! si tuviera yo la dicha que una sola gota de esta sacra tísima sangre que con tanta
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abundancia mana de esas heridas, rociase á mi alma enferma, cuan pronto sería limpia y purificada de la hedionda lepra del pecado. ¡ O h! Unicamente embebi do mi pensamiento en la meditación de la pasión y muertede mi Salvador y Re dentor, me infundirá valor en los trabajos, alivio en las pesadumbres, victoria en las tentaciones, refrigerio en las penas, y aquella paz que en vano se pretende hallar en los bienes y ri quezas del mundo, y en la volubilidad é inconstancia
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de las criaturas. ¡ Oh amable y dulcísimo Jesús! Desen gañado de la frivolidad de las cosas mundanas, me vuelvo todo á Vos, pues so lo Vos podéis llenar mi co razón: y solo Vos podéis hacerme eternamente feliz. Recidme, Señor, en vues tros brazos, estrechadme en vuestro seno, esconded me en esa herida del costa do, inflamadme en vuestro amor, y á fuerza de amaros, jamás vuelva á ofenderos; y os ame, adore y sirva fer vorosamente; y teniendo siempre fija la memoria de
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vuestra dolorosa pasión y muerte, las medite y reve rencie sin cesar durante mi mansión en la tierra á fin de que muriendo, en vues tra gracia, pueda gozaros eternamente en la gloria. Amén. Tres Padre nuestros, etc.
VIERNES SANTO MISA. Estación á Santa Cruz de Jerusalcn.
El Sacerdote y los ministros hacen un rato de oración. Después el lector va á leer la profecía en el lugar donde se lee la Epístola, empezándola sin título, y tam bién la lee el Sacerdote en voz baja. Lección de Oseas.
Esto dice el Señor: En su
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VIFRNES
aflicción se levantarán á la mañana para venir á mi; venid, y volvamos al Señor porque él nos cautivó y nos salvará: nos hirió y nos cu rará. Nos dará la vida des pués de dos días: al tercero día nos resucitará, y vivi remos en su presencia. Sa bremos y seguiremosdemodoqueconozcamosal Señor. Como el alba está apareja da su salida, y vendrá á nos otros como la lluvia á la tierra en la primavera y en el otoño. ¿Qué haré por ti, Efraim? ¿Qué haré por ti, ó Judá? Vuestra misericor
SANTO
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dia es como la nube de la mañana, y como el rocío que pasa á la madrugada. Por esta causa los acepillé por medio de los profetas y los maté con las palabras de mi boca,y losjuicios saldrán como la Iuz. Porque yo quise la misericordia, y no el sacrificio, y la ciencia de Dios más que holocáustos. Tracto. Señor, escuché lo que me hiciste oir, y te mí: consideré tus obras, y quedé espantado. Acabado el Tracto, el Celebrante puesto al lado de la Epístola, dice:
Oremos. Y el Diácono:
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VIERNES
Hinquemos las rodillas. El Subdiácono responde : Le vantaos. ORACIÓN
Oh Dios, de quien recibió Judas la pena de su pecado, y el ladrón el premio de su f e : haz que sintamos los efectos de tu propiciación, para que así como nuestro Señor Jesucristo en su pa sión dió á cada uno de en trambos la diferente re compensa que merecía; así á nosotros destruido el ye rro del hombre antiguo, nos conceda la gracia de resuci-
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tar gloriosamente con él. El cual contigo vive, etc. El Subdiácono canta en tono de Epístola la siguiente Lección del Éxodo.
En aquellos días dijo el Señor á Moisés y Aarón en tierra de Egipto: Este mes será para vosotros el prin cipio de los meses, y el pri mero entre los meses del año. Hablad á todo el ayun tamiento de los hijos de Is rael, y decidles: A los diez días de este mes tomen to dos un cordero por familias de casas. Mas si fueren me nos las personas, de suerte
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que no basten á comer el cordero, convidará al veci no más cercano de su casa según el número de las per sonas que bastaren para comer el cordero. Y el cor dero no tendrámanchay será macho de un añ o ; lo mis mo observaréis si fuese ca brito. Y lo guardaréis has ta el día catorce de este mes, en cuya tarde lo sa crificará toda la muchedum bre de los hijos de Israel, y tomarán de su sangre, y la pondrán sobre los dos postes y sobre el umbral de las casas donde lo co
SANTO
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mieren. Y aquella noche comerán la carne asada al fuego y panes sin levadura, y lechugassilvestres. Ningu na cosa de él comeréis cruda ni cocida con agua, sino sólo asada al fuego; comeréis la cabeza, los piés y los intes tinos, sin dejar cosa alguna de él para la mañana: si algo quedare, lo quemaréis al fuego. Y así lo comeréis: ceñi réis vuestros lomos, ten dréis el calzado en los piés y báculos en las m anos; y lo comeréisapresuradamenle; porque es el Phase (esto es, tránsito) del Señor.
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VIERNES
Pasión, léase en la página 244. Después de leída la Pasión y concluidas las oracio nes, se hace la adoración de la cruz.
Adoramos, Señor, tuCruz, y alabamos y glorificamos tu santa Resurrección, por que por este madero vino el gozo á todo el mundo. Salmo. Dios haya mise ricordia de nosotros, y nos bendiga: haga resplandecer su rostro sobre nosotros, y tenga misericordia de nos otros. Repítese la antífona Adoramos, Señor, etc. Cántase después el siguiente versículo, Crux fidelis con el himno, Pange, lingua.
Oh Cruz fiel, tú eres entre todos los árboles el másilus-
SANTO
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tre. Ningún bosque ha pro ducido otro semejante en la hoja, en la flor, ni en el fruto. Dulce leño, que con dul ces clavos sostienes dulce peso. Canta, ó lengua, la victo ria del más glorioso com bate: di el ilustre triunfo que el Salvador del mundo alcanzó sobre la Cruz, y có mo venció siendo crucifi cado. Y se repite: Oh cruz fiel, etc., hasta Dulce leño, y así se hace siempre que se repite Oh cruz fiel, etc.
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VIERNES SANTO
P R O C E S IO N . A.1 Sacramento se llava debajo del palio: dos acólitos le van incensando continua mente, y se canta el himno Vexilla Regis, etc.
Salve, oh Cruz, única es peranza nuestra. En este tiempo de Pasión acrecien ta la gracia á los justos, y borra á los pecadores sus culpas. A ti, oh Santa Trinidad, fuente de la eterna salud, alaben todos los Espíritus: y á los que haces partici pantes de la victoria de la Cruz, dales el galardón. Amén.
EL STABAT MATER
Madre estaba dolorosa Al pié de la Cruz llorosa, Viendo pendiente á su Hijo: Cuya alma paciente, Triste en extremo y do liente, Cruel espada traspasó. ¡Oh qué triste y afligida Se vio la Reina escogida, Virgen y Madre de Dios! ¡Con qué pena agoni zaba! Temblaba, cuando mi raba Las penas del Hijo excelso.
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EL STABAT MATER
No es humano quien no Hora Al ver la amable Señora, En suplicio tan cruel. ¿Quién podrá no enter necerse Viendoá tal Madre dolerse De la aflicción de tal Hijo? Vió á Jesús por pecado res, En tormentos y dolores, Y de azotes maltratado. Vió al Hijo amado la Ma dre, Desamparado del Padre, Guando dió el espíritu. Haced, Madre del amor, Que sienta vuestro dolor,
EL STABAT MATER
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Y en el llanto os acompañe. Que el corazón fervoroso Sirva fino y amoroso, A tu Hijo y mi Señor. Suplicóte, Madre, hagas Que delbuen Jesús las llagas Me sellen el corazón. Del Hijo que se ha dig nado De estar por mí tan lla gado, Partid conmigo las penas. Haced que llore con Vos Los dolores de mi Dios, Mientras dure la vida. Al pié de la Cruz, María, Haceros fiel compañía, En vuestro llanto deseo.
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EL STABAT MATER
No me niegues, Virgen pura, El beber de la amargura Del cáliz de la Pasión. Que en su muerte me ejercite, Su amarga Pasión me excite La memoria con fervor. Que de su Cruz embria gado, De su llaga traspasado, Sólo viva con su amor. Inflamado y encendido, De Vos sea defendido, Cuando vaya á ser juzgado. La Cruz santa me pre pare, A que su Pasión me ampare,
SÁBADO SANTO
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Y me dé valor su gracia. Y de este Cuerpo en la muerte Pedid que sea mi suerte La gloria del Paraíso. Así sea. SÁBADO SANTO MISA. Cuando se llega aquí, los cantores em piezan Kyrie eleisón, Christo eleisón, Kyrie eleisón, repitiéndolo tres veces. Entretanto el Sacerdote va al altar y em pieza la Misa, hasta el Gloria , pero no se dice el Introito; y el coro, acabados los Kyries, entona solemnemente Gloria in excelsis Deo, y se tocan las campa nas. Después dice:
i. El Señor sea con vos otros.
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SÁBADO
pf. Y con tu espíritu. Léanse entretanto las oraciones de la Mi sa. Al Evangelio 110 se llevan ciriales, sino sólo incienso, y se pide la bendición. Lo que se sigue del santo Evangelio según San Mateo, cap. 28.
En la noche del sábado, al rayar el día primero de la semana, fue María Magdale na y la otra María á ver el sepulcro. Y al punto se sin tió un gran terrem oto: por que el ángel del Señor bajó del cielo, y llegando apartó la piedra, y estaba sentado sobre ella. Su rostro era co mo un relámpago y sus ves tidos como la nieve. Y ate rrados los guardas de miedo
SANTO
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que le tuvieron, quedaron como muertos. El ángel, pues, vuelto á las mujeres, les dijo: Vosotras no temáis, porque sé que buscáis á Je· súsel que fué crucificado. No estáaquí, porque ha resuci tado como lo había dicho. Venid y ved el lugar donde estaba puesto el Señor: y volved presto y decid á sus discípulos que ha resucita do: y él va delante de vos otras á Galilea: allí lo veréis. Mirad que os lo prevengo.
DOMINGO DE
PASCUA DE RESURRECCION. Introito.
Resucité,y aun estoy con tigo, aleluya: has extendido tu mano sobre mí, aleluya: y se ha hecho admirar tu sabiduría, aleluya, aleluya. Salmo 38. Señor, tú me has probado, y me conoces per fectamente : conociste mi muerte v mi resurrección. i . Gloria, etc. €/
O R A C IÓ N
;Oh Dios! que en este día
DOMINGO DE PASCUA
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nos has abierto la entrada á la eternidad por la victoria que tu Hijo Unigénito ha ga nado sobre la m u erte: continúaayudandolosvotosque por un efecto de tu gracia tú mismo te anticipas á ins pirarnos. Por el mismo Se ñor nuestro Jesucristo, etc. ANTÍFONA
Hermanos: purifícaos de laviejalevaduraáfin deque seáis una masa enteramente nueva, como sois verdadera mente panes puros y sin levadura, esto es ázimos, por haber sido inmolado Je
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DOMINGO
sucristo, que es nuestro Cordero pascual. Por lo tan to celebramos esta fiesta, no con la antigua levadura, ni con la de la malicia y co rrupción, sino con los panes ázimos de la sencillez y de la verdad. Grad. Hé aquí el día que el Señor ha hecho, pasé mosle en los transportes de una santa alegría. pf. Alabad al Señor por que es bueno, y su miseri cordia es eterna. Aleluya, aleluya, y. Cristo nuestro Cordero pascual ha sido inmolado.
DE PASCUA
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SECUENCIA.
Ofrezcan los Cristianos un sacrificio de alabanza á Jesucristo su Cordero pas cual. El Cordero ha rescatado las ovejas; Jesucristo, la inocencia misma, ha re conciliado á los pecadores con su Padre. Ha combatido la muerte y la vida: el autor de esta ha querido sujetarse á la muerte para triunfardeella. Decidnos, j oh María! ¿qué habéis visto yendo al sepulcro? Yo he visto el sepulcro
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DOMINGO
vacío, y á Jesucristo que vi vía : yo he visto la gloria de Jesús resucitado. He visto á los Angelesque han sido testigos, y el suda rio y los paños en que se había envuelto su cuerpo. Cristo, mi esperanza, ha resucitado; irá delante de vosotros á Galilea. Sabemos que Jesucristo ha resuci tado verdaderamente: ¡oh Rey, vencedor de la muer te! apiadaos de nosotros. Así sea. EVANGELIO.
En aquel tiempo : María
DE PASCUA
Magdalena, María, madre de Santiago, y María Salomé, compraron aromas para ve nir y ungir con ellas á Je sús. Y el domingo muy de mañana llegaron al sepul cro, ya salido el sol. Y de cíanse unas á otras: ¿Quién nos removerá la piedra de la puerta del sepulcro? Y mirando vieron revuelta la piedra del sepulcro, que por cierto era muy grande, y entrando en el sepulcro, vieron un joven sentado al lado derecho, vestido de una estola (óvestidura) cán dida ó blanca, y se queda
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DOMINGO
ron pasmadas; mas él les dijo: No os asustéis: á Je sús Nazareno el Crucificado buscáis: resucitó, no está a q u í: ved aquí el lugar donde le pusieron: pero id, decid á sus discípulos y á Pedro que él os precede, esto es, que va delante de vosotras á Galilea : allí le veréis como os lo dijo. Ofert. La tierra tembló, mas luego se aquietó al ver resucitará Dios para ejecu tar sus juicios. Aleluya. Secreta. Recibe, Señor, como solicitamos, las súpli
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cas y oraciones de tu pueblo con ofrendas y sacrificios que él mismo te ofrece, y haz que iniciados en los misterios de la Pascua, nos sirvan los mismos por un efecto de tu gracia, de me dicina para la eternidad. Por N. S. Com. Cristo nuestro Cor dero pascual ha sido inmo lado, aleluya; celebremos por lo mismo esta fiesta con panes ázimos de sinceridad y verdad. Aleluya, aleluya. Después de la Com,. In funde, Señor, en nosotros el espíritu de tu caridad,
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DOMINGO
para que hagas por tu pie dad concordes á los que ali mentaste con los sacramen tos de la Pascua. Por N. S., etc. En toda la semana de Pascua se dice: Id o s: luya.
s e aca bó l a
M is a ,
a l e l u y a , ale
R) Demos gracias á Dios. Aleluya, aleluya.
CANTO DE GOZO Alleluia, alleluia, alleluia.
Alegraos, jóvenes de to das edades y sexos, el Rey del cielo, el Rey de la glo ria ha resucitado hoy de entre los muertos. Alabad á Dios. María Magdalena, María,
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madredeSantiagoy Salomé, vinieron para embalsamar el cuerpo del Señor. Ala bad á Dios. Prevenidos por la Magda lena, dos discípulos co rrieron á la entrada del se pulcro. Alabad á Dios. Pero el Apóstol San Juan se adelantó á San Pe dro, y llegó el primero al sepulcro. Alabad á Dios. Un Angel vestido de blan co, allí sentado, dijo á las mujeres: Ha resucitado el Señor. Alabad á Dios. Jesús apareció en medio de sus discípulos, y les dijo:
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DOMINGO
La paz sea con vosotros. Alabad á Dios. Tomás llamado Dídimo, habiendo oído decir que Jesús había resucitado, no quiso creerlo. Alabab á Dios. Jesús le dijo: Ve mi cos tado, Tomás, ve mis piés, ve mis manos, y no seas incré dulo. Alabad á Dios. Cuando Tomás hubo vis to el costado, los piés y manos de Jesucristo, dijo: Tú eres mi Dios. Alabad á Dios. Bienaventurados los que no vieron y firmementecre-
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yeron: tendrán la vida eter na. Alabad á Dios. Celebremos esta santa fiesta con alegría y cánticos de alabanzas: bendigamos al Señor. Alabad á Dios. Demos á Dios las gracias que le son debidas, con una humildad profunda y una piedad ardiente. Alabad á Dios.
DOMINGO DE PENTECOSTÉS Introito.
El Espíritu del Señor llenó el orbe de la tierra, aleluya. Y como contiene todo en sí, sabe todo lo que se dice. Aleluya, aleluya, aleluya. Sal. 67. Levántase el Señor, y sean disipados sus enemigos: huyan á su vis ta los que necios y envidio sos le odiaron. Gloria. El Espíritu, etc. O R A C IÓ N .
¡Oh Dios! que con la cla ridad del Espíritu Santo
DOMINGO DE PENTECOSTÉS
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ilustrasteis en este día los corazones de los fieles, con cédenos este mismo espíri tu, para que sepamos obrar con prudencia y rectitud, y siempre gocemos de sus consuelos. Por nuestro Se ñor Jesucristo tu Hijo, que contigo vive y reina en unidad del mismo Espíritu Santo. Así sea. EPISTOLA.
Cumplidos que fueron los días de Pentecostés, es taban todos los discípulos reunidos en un mismo lu gar, y repentinamente sonó
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DOMINGO
un ruido del cielo, como de un viento fortísimo que se iba acercando, y que llenó toda la casa donde estaban sentados. Y se les apare cieron lenguas como de fue go diseminadas (por toda la estancia , y asentóse {una) sobre cada uno de ellos, y todos fueron llenos del Espíritu Santo, y prin cipiaron á hablar en varias lenguas, según el Espirita Santo les inspiraba que ha blasen. Moraban pues en Jerusalén Judíos, y varones religiosos de cuantas na ciones hay bajo el cielo; y
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esparcida esta voz, concu rrió una multitud, y quedó confusa al ver que cada uno les oía hablar en su lengua, y admirábanse to dos y se asombraban, di ciendo : ¿ Por ventura no son Galileos todos éstos que hablan? ¿Pues cómo cada uno les oímos la lengua en que habernos nacido? Par tos y Medos, y Elamitas, y los que habitan la Mesopo tamia, la Judea y Capadocia, el Ponto y el Asia, la Frigia y la Panfília, el Egip to y la parte de Libia que está cerca de Cirene, y los
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DOMINGO
advenedizos Romanos, Ju díos y Prosélitos, Cretas y Arabes, les oímos hablar en nuestras lenguas las mara villas de Dios. • Grad. Aleluya, aleluya, y. Envía tu Espíritu, y se rán criadas las cosas, y re novarás la faz de la tierra, pf. Aleluya, i. (De rodillas.) Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles, y enciende en ellos el fue go de tu amor. SECUENCIA.
Ven, Espíritu Santo, y envía de tu luz el celeste ravo. ·/
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Ven, Padre de los pobres, ven, dador de bienes, y luz de los corazones. Consolador ópti mo, h uésped dulce y tierno, del áni ma santa dulce refrigerio. Huelga en el trabajo, templanza en el ardor, con suelo en el llanto. ¡Oh luz beatísima! de tus fieles lo íntimo de los cora zones hinche. Sin tu poder fuerte nada hay en el hombre, nada hay inocente. Quita lo que es sórdido, riega lo que es árido, sana lo que está herido.
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DOMINGO
Ablanda lo que es áspe ro, templa lo que es frío, rige lo que anda fuera de camino. Da á tus fieles, que en ti están confiados, de tus do nes el sacro septenario. Da de la virtud el méri to, de la salud el éxito, y un perenne gozo en tu Cielo eterno. Así sea. Ale luya. EVANGELIO.
En aquel tiempo, dijo Jesús á sus discípulos: Si alguno me ama, guardará mi palabra, y mi Padre le amará, y vendremos á él y
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en él liaremos morada. El que no me ama, no guarda mis palabras; y las pala bras que habéis oído no son mías, sino de aquel Padre que me envió. Estas cosas os he dicho estando aún con vosotros; empero el Espíritu Santo consolador, que el Padre enviará en mi nombre, os enseñará todas las cosas, y os sugerirá cuanto yo os dijere. Paz os dejo, mi paz os doy, y no os la doy como la da el mundo. No se turbe ni ate morice vuestro corazón. Ya oísteis que os d ije: Voy, y
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DOMINGO
vengo á vosotros. Si me amaseis, ciertamente os go zaríais de que voy al Padre, porque el Padre es mayor que yo. Y os lo he dicho ahora antes que suceda, para que lo creáis cuando haya sucedido. Ya no ha blaré muchas cosas con voso tros, pues viene el Prín cipe de este mundo, y en mí no tiene cosa alguna. Sino para que el mundo conozca que amo al Padre, y que obro según la orden que el Padre me dió. Ofert. C onfirm a, ¡oh Dios! lo que has obrado en
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nosotros: allá desde tu tem plo que está en Jerusalén, te ofrecerán los reyes mu chos dones. Aleluya. Secreta. Os suplicamos, Señor, santifiquéis los dones que os hemosofrecido,y que purifiquéis nuestros cora zones con la caridad del Es píritu Santo. Por nuestro Señor, etc., en unidad, etc. Com. Sonó repentina mente del Cielo un ruido, así como de un viento vehe mente que llegaba adonde estaban sentados, aleluya: y todos fueron llenos del Espíritu Santo, hablando las
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DOMINGO
maravillas de Dios. Aleluya, aleluya. Después de la Com. Pu rifique, Señor, nuestros co razones la infusión del Es píritu Santo, y los fecunde con la íntima aspersión de su rocío. Por, etc. H im n o p a r a e l d ía d e P e n t e c o s t é s VEN!, CHEATOR.
Venid, Divino Criador, Espíritu Santo, á visitar las almas de los vuestros, y lle nad de vuestra gracia ce lestial los corazones que ha béis criado. Vos sois según la Escri-
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tura el Consolador, Don del Dios Altísimo, Fuente de agua viva, Fuego sagrado, Caridad y Unción espiritual. Vos sois quien nos santi ficáis con los siete dones de vuestra gracia; vos sois el dedo de la diestra de Dios: el Padre eterno os había prometido á la Iglesia; y ba jando sobre los Apóstoles, les hicisteis elocuentes. Iluminad nuestros senti dos, llenad de amor nuestros corazones, y fortificad nues tra debilidad con una virtud inalterable. Alejad de nosotros núes-
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DOMINGO DE PENTECOSTÉS
tro enemigo; dadnos sin demora á gastar vuestra paz; y siendo vos mismo nuestra guía, haced que evitemos todo lo que nos pueda dañar. Dadnos una fe viva, que nos haga creer eternamente un Dios en tres personas, á saber: el Padre, el Hijo, y Vos que sois el Espíritu procedente del Padre y del Hijo. Gloria, por todos los si· glos, al Padre eterno, al Hijo que resucitó de entre los muertos, y al Espíritu Santo. Así sea.
LA FIESTA DE TODOS SANTOS
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y. Todos fueron llenos del Espíritu Santo. Aleluya. IL Y comenzaron á ha blar. Aleluya. Al Magn. Ant. No os de jaré huérfanos, dijo Jesús, aleluya: me voy, pero ven dré á vosotros, aleluya : y vuestro corazón se llenará de consuelo. Aleluya. t/
LA FIESTA DE TODOS SANTOS Introito.
Regocijémonos todos en el Señor, celebrando este día en honor de todos los
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LA FIESTA
Santos, de cuya solemnidad los Angeles se alegran, y alaban al Hijo de Dios. Sal. Justos, regocijaos en el Se ñor : sólo á los rectos de co razón corresponde el cantar sus alabanzas. ORACIÓN.
Dios todopoderoso y eter no, que nos concedisteis la gracia de que honrásemos en una misma festividad los méritos de todos vuestros Santos, os suplicamos que en atención á tan gran nu mero de intercesores, derra méis abundantemente so bre nosotros las riquezas de
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vuestra misericordia, que de todo corazón deseamos. E P ÍS T O L A .
En aquellos días : Hé aquí que yo Juan vi otro Angel que subía del Oriente, y tenía el sello de Dios vivo: y clamó con una gran voz á cuatro Angeles á los cuales se les encargó hacer daño á la tierra y al mar, diciendo: No queráis dañar á la tierra, ni al mar, ni á los árboles, hasta que señale mos á los siervos de nuestro Dios en sus frentes. Y oí el número de los señalados :
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LA FIESTA
ciento y cuarenta y cuatro mil señalados de todas las tribus de los hijos de Israel. De laTribu de Judá,doce mil señalados; de la Tribu de Rubén, doce mil señalados; de la Tribu de Gad, doce mil señalados; de la Tribu de Asser, doce mil señalados; de la Tribu de Nephthalí, doce mil señalados; de la Tribu de Manasés, doce mil señalados; de la Tribu de Si meón, doce mil señalados; de la Tribu de Leví, doce mil señalados; de la Tribu de Isacar, doce mil señalados; de la Tribu de Zabulón, doce
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DE TODOS SANTOS
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mil señalados; de la Tribu de José, doce mil señalados; de la Tribu de Benjamín, doce mil señalados. Después de esto vi una turba grande, que ninguno podía contar, de todas las gentes, y tribus y pueblos, y lenguas que estaban delante del Trono, y en presencia del Cordero, vestidos con estolasblancas, y con palmas en sus manos: y clamaban en alta voz, di ciendo : La salud sea á nuestro Dios, que está senta do sobre el Trono, y al Cor dero. Y todos los Angeles estaban alrededor del Trono
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LA FIESTA
y de los ancianos, y de los cuatro animales, y se postra ron en presencia del Trono boca abajo, y adoraron á Dios, diciendo: Amén. La bendición, y la gloria, y la sabiduría, y la acción de gracias, el honor, y la virtud, y la fortaleza sean dadas á nuestro Dios por todos los siglos de los siglos. Grad. Temed al Señor todos sus Santos; porque nada falta á los que le temen. Tf. Los que buscan al Señor, no carecerán de ningún bien. Aleluya, aleluya.^. Ve nid á mí todos los que sufrís
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y estáis cargados, y yo os confortaré. Aleluya. E V A N G E L IO .
En aquel tiempo, viendo Jesús las turbas, subió á un monte: y habiéndose senta do, se llegaron á él sus Dis cípulos. Y abriendo su boca los enseñaba , diciendo : Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el reino de loscielos. Bien aventurados los mansos, porque ellos poseerán la tierra. Bienaventurados los que lloran, porque ellos se rán consolados. Bienaven-
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LA FIESTA
turados los que tienen ham bre y sed de la justicia, por que ellos serán saciados. Bienaventurados los miseri cordiosos, porque ellos al ca nzarán misericordia.Bien* aventurados los limpios de corazón, porque ellos verán á Dios. Bienaventurados los pacíficos, porque ellos serán llamadoshijosdeDios.Bienaventuradoslosquepadecen persecución por la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. Bienaven turados, vosotros, cuando os maldijeren, y os persi guieren, y dijeren contra
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vosotros falsamente y por causa mía todo género de mal: alegraos, y regocíjaos, porque vuestro premio es grande en los cielos. Ofert. Las almas de los justos están en la mano de Dios, y no llegarán nunca á ellos los tormentos de la iniquidad; á los ojos de los insensatos pareció que ha bían muerto, pero están en una paz eterna. Aleluya. Secreta. Os ofrecemos estos dones de nuestra pie dad, y os suplicamos os sean agradables por los méritos de vuestros Santos, y que
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LA FIESTA DE TODOS SANTOS
nos procuren á nosotros por vuestra infinita misericor dia el beneficio incalculable de la salud eterna. Com. B ienaventurados los limpios de corazón, por que ellos verán á Dios. Bien aventurados los pacíficos, porque ellos serán llamados hijos de Dios. Bienaventu rados los que padecen per secuciones por amor á la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. Después de la Com. Se ñor, haced que vuestros pueblos fieles honren á to dos vuestros santos con ale
LETANIA DE TODOS LOS SANTOS
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gría, y que sean protegidos por su continua interce sión. LETANÍA DE TODOS LOS SANTOS. Señor, ten misericordia de nosotros. Cristo, ten misericordia de nosotros. Señor, ten misericordia de nosotros. Cristo, óyenos. Cristo, escáchanos. Dios Padre, Criador de los cielos, ten misericordia de nosotros.
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LETANIA
DiosHijo,Redenlordel mun do, ten misericordia de nosotros. Dios Espíritu Santo, ten m iserico rd ia de nos otros. Trinidad Santa, que eres un solo Dios, ten miseri cordia de nosotros. Santa María, ruega por nos otros. Santa Madre de Dios, ruega por nosotros. Santísima Virgen de las Vír genes, San Miguel, San Gabriel, San Rafael,
DE TODOS LOS SANTOS
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Todos los Santos Angeles y Arcángeles, rogad por nosotros. Todos los Santos Ordenes de Espíritus bienaventu rados, rogad por nos otros. San Juan Bautista, ruega por nosotros. San José, ruega por nos otros. Todos los Santos Patriarcas y Profetas, rogad por nos otros. San Pedro, ruega por nos otros. San Pablo, San Andrés,
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LETANIA
San Jacobo, ruega, etc. San Juan, Santo Tomás, San Felipe, San Bartolomé, San Mateo, San Simón, San Tadeo, San Matías, San Bernabé, San Lucas, San Marcos, ruega por nos otros. Todos los Santos Apóstoles y Evangelistas, rogad, etc. Todos los Santos Discípulos del Señor, rogad, etc.
DE TODOS LOS SANTOS
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Todos los Santos Inocentes, rogad, etc. San Esteban ruega por nos otros. San Lorenzo, ruega por nos otros. San Vicente, ruega por nos otros. Santos Fabián, y Sebastián, rogad por nosotros. Santos Juan y Pablo, rogad, etc. Santos Cosme y Damián, rogad, etc. Santos Gervasio y Protasio, rogad, etc. Todos los Santos Mártires, rogad, etc.
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LETANIA
San Silvestre, ruega por nosotros. San Gregorio, San Ambrosio, San Agustín, San Jerónimo, San Martín, San Nicolás, ruega. Todos los Santos Pontífices y Confesores, rogad, etc. Todos los Santos Doctores, rogad, etc. San Antonio, ruega por nos otros. San Benito, San Bernardo, Santo Domingo, San Francisco,
DE TODOS LOS SANTOS
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Toáoslos Santos Sacerdotes y Levitas, rogad, etc. Todos los Santos Monjes y Eremitas, rogad, etc. Santa María Magdalena, ruega por nosotros. Santa Agueda, Santa Lucía, Santa Inés, Santa Cecilia, Santa Catalina, Santa Anastasia, Todas las Santas Vírgenes y Viudas, rogad, etc. Todos los Santos y Santas de Dios, rogad, etc. Sénos propicio, perdóna nos, Señor,
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LETANIA
Sénos propicio, escúcha nos, Señor. De todo mal, líbranos, Señor. De todo pecado, De tu ira, De súbita é improvisa muer· \ te, De las asechanzas del dia blo, líbranos, Señor. De ira, de odio y de toda mala voluntad, Del espíritu de fornicación, Del relámpago y la tempes tad, De muerte perpetua, Por el misterio de tu santa encarnación, te rogamos, óyenos. 'm.
DE TODOS LOS SANTOS
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Por tu venida, te rogarnos, óyenos. Por tu nacimiento, Por tu bautismo y santo ayuno, Por tu cruz y pasión, Por tu muerte y sepultura, Por tu santa resurrección, Por tu admirable ascensión, Por la venida del Espíritu Santo Consolador, En el día del juicio, Los pecadores, Que nos perdones, Que nos indultes, Que te dignes guiarnos á verdadera penitencia, te rogamos, óyenos.
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LETANIA
Que te dignes regir y con servar tu santa Iglesia, te rogamos, óyenos. Que te dignes conservaren la santa religión al Su mo Pontífice y á todos los órdenes eclesiásticos, Que te dignes humillar los enemigos de la santa Igle sia, te rogamos, óyenos. Que le dignes dar paz y verdadera concordia á los Reyes y Príncipes cris tianos, Que te dignes conceder paz y unión al pueblo cris tiano, Que te dignes confortarnos
DE TODOS LOS SANTOS
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y conservarnos en tu san to servicio, te rogamos, óyenos. Que eleves nuestros enten dimientos á los deseos celestiales, Que á todos nuestros bien hechores recom penses con bienes sempiternos, Que libres de condenación eterna nuestras almas, las de nuestros herma nos, allegados y bienhe chores, Que te dignes dar y con servar los frutos de la tierra, Que te dignes conceder o / ría M o n o n a
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LETANIA DE TODOS LOS SANTOS
eterno descanso á los fie les difuntos, te rogamos, óyenos. Que te dignes oírnos, te rogamos, óyenos. ¡ Oh Hijo de Dios! te roga mos, óyenos. Cordero de Dios, que qui tas los pecados del mun do, perdónanos, Señor. Cordero de Dios, que qui tas los pecados del mun do, escúchanos, Señor. Cordero de Dios, que qui tas los pecados del mun do, ten misericordia de nosotros. Cristo, óyenos.
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ORACIÓN
Cristo, escúchanos. Señor, ten misericordia de nosotros. Cristo, ten misericordia de nosotros. Señor, ten misericordia de nosotros. Se reza el
P ad re n u e str o
en secreto.
jf. Y no nos dejes caer en la tentación, pf. Mas líbranos de mal. ORACIO N Para asistir al santo Jubileo do las Cuarenta Horas.
Dicho el acto de contrición, y^rezada la es tación, se ofrecerá la oración siguiente:
Señor, que en este ad mirable Sacramento nos
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ORACION
dejaste la memoria de tu Pasión, danos gracia para adorar en él tu Cuerpo y Sangre, y concédenos por un efecto de tu infinita mi sericordia la indulgencia plenaria de este santo Jubi leo; por la que te pedimos nos alcances la salud y feli cidad del Sumo Pontífice, de nuestro Prelado dioce sano, y de nuestro Gobier no. También te rogamos, Dios mío, por el descanso eterno de las benditas áni mas, y finalmente te supli camos nos des gracia para no apartarnos jamás del
LETANIA DE LA B. V. MARIA
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camino de nuestra salva ción, á fin de que, después de esta miserable vida, os podamos ver y gozar eter namente en la bienaventu ranza de la gloria. Amén. Letanía de B. Virgen María.
Señor, tened piedad de nos otros. Jesucristo, tened piedad de nosotros. Señor, tened piedad de nos otros. Jesucristo, óyenos. Jesucristo, escúchanos.
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LETANIA
Dios Padre celestial, tened piedad de nosotros. Dios Hijo, Redentor del mundo, tened piedad de nosotros. Dios Espíritu Santo, tened piedad de nosotros. Santísima Trinidad, que eres un solo Dios, tened piedad de nosotros. Santa María, ruega por nos otros. Santa Madre de Dios, Santa Virgen de las Vírge nes, Madre de Jesucristo, Madre de la divina gracia, Madre purísima,
DE LA B. VIRGEN MARIA
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Madre castísima, ruega, etc. Madre virgen, Madre sin defecto, Madre inmaculada, Madre amable, Madre admirable, ruega por nosotros. Madre del Criador, ruega por nosotros. Madre del Salvador, Virgen prudentísima, Virgen venerable, Virgen laudable, Virgen poderosa, Virgen misericordiosa, Virgen fiel, Espejo de justicia, Tronodelaeterna sabiduría,
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LETANIA
Causa de nuestra alegría, ruega por nosotros. Vaso espiritual de elección, Vaso precioso de la gracia, ruega por nosotros. Vaso de verdaderadevoción, Torre de David, Torre de marfil, Casa de oro, Arca de la alianza, Puerta del cielo, Estrella de la mañana, Salud de los enfermos, Refugio de los pecadores, Consoladora de los afligi dos, ruega por nosotros. Auxilio de los Cristianos, ruega por nosotros.
t>E LA B. VIRGEN MA RIA
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Reina de los Angeles, ruega, Reina de los Patriarcas, Reina de los Profetas, Reina de los Apóstoles, Reina de los Mártires, Reina de los Confesores, Reina de las Vírgenes, Reina de todos los Santos, Reina concebida sin man cha, ruega por nosotros. Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, perdónanos, Señor. Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, óyenos, Señor. Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo,
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LETANIA DE LA B. V. MARIA
ten piedad de nosotros. Antífona.
Recurrimos á tu asistencia, Santa Madre de Dios; no desprecies las oraciones en nuestras necesidades, mas líbranos siempre de todos los peligros, ¡olí Virgen llena de gloria y de bendición! y. Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios, tí. Para que seamos dig nos de alcanzar las prome sas de nuestro Señor Jesu cristo. #
LOS SIETE SALMOS PENITENCIALES. Salmo 6.
Señor, no me reprendáis enfurecido, ni me castiguéis airado. Compadeceos, Señor, de mi desfallecimiento, mué vaos á mitigar mis penas la turbación en que me veis. Vos sois testigo de las zozobras de mi corazón, ¿hasta cuándo, Señor, es peraréis á calmarlas? Volved, Señor, á mí vues tros ojos y librad á mi alma de tantas penas; salvadme por vuestra misericordia.
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LOS SIETE SALMOS
Porque no hay entre los muertos quien se acuerde de vos; ¿y en el infierno, Señor, quién alabará vues tro santo nombre ? Bien sabéis, Señor, cuán tas lágrimas me cuesta ya mi pecado : emplearé en llorarle el tiempo destinado á mi reposo, y todas las no ches bañaré mi lecho con mi llanto. Tan abatido y desfigu rado tenia el semblante, que todos mis enemigos pensaban que ya iba á des fallecer. Pero apartaos de mí, pe-
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cadores, porque el Señor ha oído mis gemidos. Ha oído mi clamor y re cibido benignamente mi sú plica. Véanse pues todos mis enemigos corridos y contur bados: huyan precipitada mente de mí, confundidos y avergonzados. Gloria al Padre, etc Salmo 31.
Bienaventurados aque llos á quienes han sido per donadas sus maldades y borradas sus culpas. Bienaventurado el hom-
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bre que coa sincero arre pentimiento de su corazón ha obligado á Dios á olvidar su pecado. Porque callé, se invete raron mis iniquidades, y cuando volví á mí, clamé á vos, Señor, durante todo el día. Y vos, desconfiado aún de este corazón ingrato, agravasteis cada vez más vuestra mano sobre mí: me sumergisteis en amargura, y me dejasteis en las espi nas de mis remordimientos. Entonces yo, más dócil á los rigores que á los bene
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ficios, os confesé mi pecado, Dije : Quizá moveré al Señor, acusándome de mi iniquidad en su presencia; y al punto que hice esta sin cera confesión, me perdo nasteis. Con este ejemplo se ani marán todos los que quieran ser purificados á dirigir á vos sus ruegos. Y aprovechándose de vuestra misericordia, esta rán á cubierto de vuestra ira, cuando aneguéis á vues tros enemigos en un diluvio de males. Mas ¿dónde sino en vos,
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LOS SIETE SALMOS
Señor, hallaré asilo en mis aflicciones? y pues sólo de vos espero mi consuelo, li bradme de la violencia de los que me acometen. Yo te iluminaré, me di jisteis, te enseñaré el ca mino para libertarte de los ardides de tus enemigos: Ajaré mis ojos en ti. No queráis pues aseme jaros á las bestias, que care cen enteramente de razón. Vos, Señor, enfrenaréis á los que se apartan de vos, y sacuden el yugo de la obe diencia que os deben. Los pecadores sufrirán
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multiplicados castigos : mientras los justos que po nen su confianza en el Se ñor, estarán rodeados de la divina misericordia. Y así, justos y rectos de corazón, alegraos, y gloriaos de servir al Señor. Gloria al Padre, etc. Salmo 37.
Suspended, Señor, vues tros castigos, hasta que vues · tra indignación haya tenido tiempo de aplacarse. Herido y traspasado de los golpes de vuestra justi cia, siento sobre mí el grave
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peso de vuestro brazo ven gador. Viendo vuestro rostro airado, he caído en un desfa llecimiento extremo : la vista de mis pecados tiene á mi alma en continua an gustia. Por encima de mi cabeza sobresalen mis iniquidades, bajo cuyo peso enorme es toy á pique de desfallecer. Gomo fui tan ciego que no curé prontamente las heridas del pecado, se me empodrecieron. Mil veces me vi agobiado con el peso de mis males:
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por todas partes arrastraba mi aflicción, y á todas ho ras se veía cubierto mi ros tro de tristeza. irritada la concupiscen cia con mis primeros desór denes, no sentía en mi car ne más que flaqueza. En fin, afligido y humi llado en lo sumo, prorrumpí en gemidos á manera de rugidos. Vos, S eñ o r, conocéis adonde se dirigen todos mis deseos; y sois testigo de mis lágrimas. Vos visteis á qué extre mo habían llegado las con
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goja de mi corazón; visteis desfallecidas mis fuerzas, y mis ojos obscurecidos. Y como para privarme de todo consuelo, permitis teis se declarasen mis ami gos por contrarios, y se su blevase hasta mi propia sangre contra mí. Los que debían estar más juntos á mí me abandona ron, y los que buscaban mi muerte me tendían nuevos lazos. Mis enemigos se emplea ban noche y día en hablar me de fruslerías v vanidades, y en inventar nuevos «/
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ardides para sorprenderme. Mas yo, como si fuese sordo, no les oí, y como mu do ó como quien no tiene qué responder, no hablé pa labra, ni para quejarme ni para justificarme. Esperaba, Señor, que os compadecieseis de mis pe nas; y por esto, Dios mío, os dignaréis oir mis ruegos. Porque os d ije: No per mitáis á mis enem igos complacerse sobre mi rui na, y porque me vieron ya vacilante, empezaron á ha blar contra mí con la mayor insolencia.
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LOS SIETE SALMOS
Mas castigadme, Señor, como mejor os parezca: iui pecado, que siempre tengo presente, es la causa princi pal de mi dolor. Consideraré que no hay rigor excesivo para un pe cador como yo, y confesaré mi maldad. No obstante mis enemi gos aún subsisten, se forti fican, y multiplican cada día más. Con repetidas calumnias me pagan los beneficios, y mi amor á la justicia es to do mi delito para ellos. No me abandonéis, Se-
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ñor: no os apartéis, Dios mío, jamás de mi. Prestadme siempre vues tra ayuda, pues que vos sólo sois el Señor y Dios de mi salud. Gloria al Padre, etc. Salmo 50.
Tened piedad de mí, Dios mío: yo, que soy el mayor de los pecadores, imploro vuestra gran misericordia. Y borrad todas mis ini quidades, según la grande za y multitud de vuestras misericordias. Limpiad todavía más las
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manchas de mi a lm a ; y purificadme de todos mis pecados. Porque yo conozco mi iniquidad, y continuamente la tengo delante de mis ojos. Contra vos sólo he peca do. y en vuestra presencia he delinquido; mas lo con fieso p ú b licam en te para quejustifiquéis en mí vues tra promesa de perdonar al pecador contrito. Porque vos veis, Dios mío, que he sido concebido en pecado y con una funesta propensión al mal.
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Pero 110 siempre estuvo corrompido mi corazón : en algún tiempo amasteis su sencillez y me revelas teis los ocultos misterios de vuestra sabiduría. Me rociaréis, Señor, con el hisopo, y seré purifica do : me lavaréis, y quedaré más blanco que la nieve. Haréis que oiga en mi corazón palabras de alegría y consuelo; y todas mis po tencias desmayadas reco brarán nuevo vigor. Apartad, Señor, la vista para no ver más mis ofen sas: borradlas de modo que
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uo aparezcan jamas a vues tros ojos. Renovad en mí aquella pureza de corazón, aquella rectitud de espíritu que yo tenía antes. No me arrojéis de vues tra presencia, y haced que siempre resplandezca sobre mí la luz de vuestro Santo Espíritu. Restituidme aquella ale gría, prenda de mi paz con vos; é inspiradme al mismo tiempo un espíritu de for taleza, que me confirme en el bien. Con eso enseñaré vues*
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(ros caminos á los pecado res; y se convertirán á vos. Libradme, Dios mío, de los remordimientos que me causa la memoria de la san gre que he derramado, y mi lengua cantará con jú bilo vuestras misericordias. Vos, Dios mío, abriréis mis labios, y anunciará mi boca vuestras alabanzas. Si por la expiación de mi delito hubierais exigido sacrificios, gustoso los hu biera ofrecido: pero vos, Señor, no amáis los holocáustos. El sacrificio que vos
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LOS SIETE SALMOS
amáis es un espíritu arre pentido : no despreciéis, Dios mío, un corazón con trito y humillado. No detengan, Señor, mis pecados el curso de vues tra bondad sobre Sion: ha ced que podamos edificar los muros de Jerusalén. Entonces aceptaréis be nigno mis ofrendas y holo caustos, v entonces también se llenarán de víctimas vuestros altares. Gloria al Padre, etc. Salmo 101.
S e ñ o r, escuchad
mis
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ruegos, lleguen á vos mis clamores. No apartéis de mí vues tros ojos: y siempre que me veáis afligido, dignaos de dar oído atento á mi voz. En cualquier tiempo que os invoque, oídme, Dios mío, con presteza. Porque mis días pasaron como el humo, y mis hue sos se consumieron como un leño que arde sin cesar. Herido al golpe de vues tra justicia, como el heno al de la hoz, me hallo des fallecido; me he olvidado
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hasta de tomar el necesario alimento. Me dejo consumir de tris teza en tanto grado, que sólo me queda ya la piel pegada á los huesos. Semejante al pelícano y al buho que se van á los desiertos, huyo cuanto pue do de los hombres. Paso las noches enteras llorando, y como ave soli taria busco los rincones escondidos de mi casa. Mis enemigos que antes envidiaban mi prosperidad, ahora me insultan todo el día.
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No encuentro gusto en el alimento que me es preciso tomar; y mezclo mis lágri mas con mi bebida. Al ver que soy el blanco de vuestra ira; pues me le vantasteis en alto para es trellarme. Mis días pasaron como la sombra: estoy marchito como el heno ya segado. Mas vos, Señor, perma necéis siempre el mismo, y se celebra en todos los si glos vuestra gloria. Muy presto os levantaréis á socorrer á Sion: porque se acerca ya el tiempo en que
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LOS SIETE SALMOS
os compadeceréis de ella. Sólo quedan de esta aso lada ciudad piedras amonto nadas : sin embargo vues tros siervos irán gozosos á reedificarla. Entonces, Señor, las na ciones y los reyes de la tierra rendirán homenajeé vuestra gloria. Viendo que habéis reedi ficado á Sion, y que osten táis en ella vuestro poder y grandeza. Pues al fin escuchasteis las oraciones del pueblo afligido, y no siempre des preciasteis sus ruegos.
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Grabadas estas maravi llas en eternos monumentos pasarán á las generaciones remotas, y la posteridad tributará por ellas gloria al Señor. Le alabará por haberse dignado inclinar sus ojos á la tierra, y mirado desde los cielos las miserias de los hombres. Le alabará por haber es cuchado los gemidos de estos miserables cautivos, librándoles de la muerte á que parecían estar destina dos. A lin de que invoquen
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su santo nombre en Sion, y canten sus alabanzas en Jerusalén. Y para que te sirvan to dos, juntará allí los reyes y congregará los pueblos. Pero pues vais, Señor, á mostrar así vuestro poder, decidme si lograré en mis cortos días ser testigo de vuestra misericordia. No me detengáis en me dio de mi carrera, gran Dios, cuvos años son eternos, y que podéis acrecen tar el número de los míos. Vos, Señor, sois el que al principio criasteis la tierra: 7
V
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y los cielos son obra de vuestras manos. Ellos perecerán, y se en vejecerán como un vestido; mas vos, Dios mío, perma neceréis siempre el mismo. Los renovaréis como un ropaje ya usado; mas vos, Señor, nunca os mudaréis, porque los años no pasan por vos. Y así los hijos de vues tros siervos habitarán en Sion, y su posteridad será siempre el objeto de vues tros cuidados. Gloria al Padre, etc.
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Salmo 129.
Desde el profundo abis mo de miserias en que estoy caído clamo á vos, Señor: no seáis inexorable á mi voz. Dignaosescucharlos rue gos de un infeliz, que no tiene otro recurso que vues tra misericordia. Si examináis, Dios mío, con rigor nuestras iniqui dades , ¿quién podrá sufrir vuestros juicios? Pero os impusisteis la ley de no resistir á nuestras lágrimas; y esto me obliga,
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Señor, á esperar confiado en vuestra bondad. Nunca me he olvidado de las promesas del Señor; he esperado siempre en él. Así no deje Israel de es perar, pues recibirá por la noche el socorro que no haya conseguido por el día. Porque es infinita la mi sericordia del Señor, que sabe hallar en los tesoros de su poder remedio para nuestros males. Y presto redimirá á su pueblo de todas sus mise rias é iniquidades. Gloria al Padre, etc.
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Salmo 142.
Escuchad, S e ñ o r, mis ruegos : cumplid la pro mesa que habéis hecho de oir á los pecadores humilla dos : hágaos vuestra bondad propicio á mis deseos. No entréis en juicio con vuestro siervo, porque no hay hombre alguno en la tierra que pueda aparecer justo á vuestros ojos. Ved cuán furiosos me em bisten mis enemigos para destruirm e: ya me han hu millado y echado por tierra. Me han oblisado á ente-
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rranne vivo en estos desier tos, mirándome como ya muerto y olvidado: cercado estoy de crueles angustias y congojas. Para confortarm e, he traído á la memoria aque llos célebres días de los pa sados siglos, meditando los prod igios q ue obró en ton ces vuestra poderosa mano en favor de nuestros padres. He extendido mis manos hacia vos: mi alma os busca, al modo que se abre, pi diendo agua, la tierra abra sada por los ardores del sol. Daos prisa, Señor, á so
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correrme, porque no me es posible sufrirya más tiempo el peso de mi miseria. No apartéis de mí vues tros ojos; porque si los apartáis, ya pueden ence rrarme en el sepulcro. En vos espero, Dios mío: oiga yo cuanto antes aquella voz interior con que mani festáis vuestra misericordia. Y pues mi único deseo es llegarme á vos, mostradme el camino que he de seguir para alcanzarlo. Libradme, Señor, de mis enemigos, pues me acojo á vuestros brazos penetrado
PENITENCIALES
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de dolor de haberos ofen dido: y enseñadme á obe deceros más fielmente, pues sois mi Dios. Dirigido por vuestro Es píritu Santo, entraré en el camino de la justicia, y me vivificaréis para gloria de vuestro nombre. Me sacaréis de la aflic ción; y vuestra misericordia destruirá á mis enemigos. Y no contento con dar fin á mis trabajos, vengaréis á vuestro siervo, destruyendo á los que han sido causa de sus tribulaciones. Gloria al Padre, etc.
M IS A
PARA EL DÍA DEL ENTIERRO de algún difunto.
Dadles, Señor, vuestro eterno descanso, y haced resplandecer sobre ellos vuestra eterna luz. Sal. 64. En Sion es donde debemos alabaros ¡oh Dios mío! en Jerusalén se os ofrecerán nuestros votos: oíd mi ora ción , porque toda carne vendrá á vos. (Se omite el Gloria, etc., y se repite)·. Dadles, etc. ORACIÓN
¡Oh Dios! de quien es pro-
MISA PARA LOS DIFUNTOS
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pió el tener siempre miseri cordia, y perdonar, oíd las súplicas que humildemente os hacemos en sufragio del alma de este vuestro siervo, ó sierva N., que hoy man dasteis salir de este mundo; para que no la entreguéis á manos de su enemigo, y no la olvidéis para siempre; al contrario, mandéis á vues tros santos Angeles que la reciban, y la lleven á la gloria del paraíso, y puesto que esperó y creyó en vos, no experimente las penas del Purgatorio, sino que posea luego los eternos con
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MISA
tentos de la misma gloria. Por N. S. J. C. E PÍST O L A .
Hermanos: no queremos que ignoréis (lo que debéis saber) en cuanto á los que duermen (han muerto) en el Señor, á fin de que no os contristéis, como lo hacen los otros hombres que no tienen esperanza alguna. Porque si creemos que Je sús murió, y resucitó, de bemos también creer que Dios se llevará consigo los que han dormido (muerto) en gracia de Jesucristo.
PARA LOS DIFUNTOS
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Asi pues os anunciamos, como que lo hemos sabido por revelación del Señor, que los que aún vivimos, y los que vivirán en el día del juicio, no resucitaremos, ni seremos glorificados antes que aquellos que habrán muerto en el Señor prime ramente que nosotros. Por que luego que se habrá dado la señal por medio de la voz del Arcángel, y por medio del sonido de la trompeta de Dios, el Señor bajará del cielo,y luego los que habrán muerto en Jesucristo, serán los primeros que resucita
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MISA
rán. Después nosotros, que estamos aún vivos, ó que viviremos hasta aquel día, seremos llevados por los aires delante de Cristo, y viviremos eternamente con el Señor. Así pues consolaos unos á otros por medio de estas verdades. Grad. Dadles, Señor, vuestro eterno descanso, y haced resplandecer sobre ellos vuestra eterna luz. y. Sal. 3. La memoria del justo será eterna, y no te merá oir nada que pueda atemorizarle. Tract. Libra, Señor, de
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todos los lazos del pecado las almas de todos los fieles difuntos.i. Haced,por vues tra misericordia, que no experimenten los efectos de vuestra venganza en el día del juicio, pí. Sino hacedles gozar de la felicidad eterna. SECUENCIA. DIES IRJ5.
jOh día de cólera y de ven ganza, que debe reducir á cenizas todo el universo, se gún los oráculos de David, y las predicciones de la Si bila! ¡ Cuál será el terror de »
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MISA
los hombres cuando apa rezca el soberano Juez para examinar todas sus accio nes según el rigor de su justicia! Haciéndose oir el horrí sono son de la trompeta sobre los sepulcros, reunirá á todos los muertos ante el tribunal del Señor. Toda la naturaleza, la muerte misma, se llenarán de asombroy terror, cuando resuciten los hombres para responder ante este Juez terrible. Se abrirá el libro en que está escrito cuanto debe
PARA LOS DIFUNTOS
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servir de materia á este jui cio formidable. Y sentado que sea el Juez sobre su trono, se verá al descubierto todo lo que es taba oculto, y ningún delito quedará impune. ¿Qué diré yo entonces, miserable? ¿á quién supli caré que interceda por mi con el Juez ante quien los justos no se atreven á com parecer sino temblando? ¡Oh Key, cuya Majestad nos será entonces tan te rrible! Dios que salváis á todos vuestros elegidos por unamisericordia totalmente
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MISA
gratuita, salvadme por esta misma suma bondad que aun puedo implorar. Acordaos; oh piadosísimo Jesús! de que por mí ha béis descendido del Cielo á la tierra: no me perdáis en aquel día terrible. Buscándome, la fatiga os obligó á sentaros; y sufris teis muerte de Cruz por rescatarme del pecado: no permitáis, Señor, que pier da vo el fruto de tantos trabajos. ¡Oh justo Juez! que casti garéis los crímenes con una inflexible justicia; conce
PARA LOS DIFUNTOS
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dedme el perdón de mis fallas antes del día de vues tro riguroso juicio. Conozco que soy culpa ble, y mis pecados me ha cen llorar y cubren de con fusión; perdonad, Dios mío, áeste criminal que implora vuestra misericordia. Vos, que perdonasteis á María la pecadora, y oísteis las súplicas de un ladrón: también á mí, Señor, me llenáis de confianza. Sé que mis súplicas son indignas de ser oídas: pero sólo me apoyo en vuestra clemencia, y á ella pido el
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MISA
no ser condenado al fuego eterno. Separadme de los ma chos cabríos que estarán á vuestra izquierda, y colo cadme á la derecha con las ovejas. Separadme de aquellos malditos que arrojaréis de vuestra presencia, y conde naréis á los tormentos más horrorosos : v llamadme hacia vos con los benditos de vuestro Padre. Me postro ante vuestra Majestad con un corazón traspasado y molido como las cenizas por el dolor de
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mis culpas: yo os recomien do mi muerte y lo que debe seguirla para siem pre. ¡Oh día terrible, en el cual el hombre culpable saldrá del polvo del sepul cro, para ser juzgado por aquel á quien ofendió! Perdonad, oh Dios de mi sericordia, y conceded, oh Jesús lleno de bondad, el reposo eterno á aquellos por quienes os pedimos. Así sea. EVANGELIO.
En aquel tiempo, dijo Marta á Jesús: Señor, si os
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MISA
hubieseis encontrado aquí, no habría muerto mi her mano. Pero me consta que cuanto pidiereis á Dios, os lo concederá. Entonces la dijo Jesús: Tu hermano re sucitará. Marta le respon dió : Sé que resucitará el día del juicio. Díjola Jesús: Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí, aunque haya muerto, vivi rá; y cualquiera que vive y cree en mí, no morirá eter namente : ¿crees estas ver dades? Respóndele Marta: Sí, Señor, yo he creído que vos sois Jesucristo, Hijo de
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Dios vivo, que vinisteis á este mundo. Ofert. Señor Jesucristo. Rey de la gloria, librad de las penas del purgatorio las almas de todos los fíe les difuntos, libradlas de aquel profundo lago, y de las garras del león: á fin de que no sean confundi das en el abismo ni precicipitadas en las tinieblas, sino que el Príncipe de los Ángeles San Miguel las con duzca á la morada de aque lla eterna luz que habéis prometido en otro tiempo á Abraham y su posteridad.
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MISA
f. Os ofrecemos, Señor, súplicas y hostias de ala banza : dignaos recibirlas por las almas dea quellos de quienes os hacemos hoy conmemoración, y haced las pasar de la muerte á la vida eterna, que en otro tiempo prometisteis á Abra ham y su posteridad. Secreta. Tened compa sión, os suplicamos, Señor, del alma de vuestro siervo ó sierva N., por cuyo reposo os ofrecemos este sacrificio de alabanza, implorando humildemente vuestra Ma jestad, á fin de que por me
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dio de estos oficios, coa los que os aplacáis piadosa mente, pueda llegar al eter no descanso. Por N. S. J. C. Com. Haced, Señor, pues que sois tan piadoso, que los fieles difuntos vean eter namente vuestra luz, en compañía de vuestros San tos por todos los siglos, i. Dadles vuestro descanso eterno, ¡oh Señor! y haced lucir sobre ellos vuestra eterna luz. En la compañía de vuestros Santos por los siglos, etc. Después de la Com. Con cedednos, os suplicamos, oh
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MISA PARA
los d if u n t o s
Dios omnipotente, que el alma de tu siervo, ó sierva N., que hoy partió de este mundo, purificada y libre de sus pecados por medio de estos sacrificios, consiga el perdón de sus culpas, y juntamente el descanso eterno. Por N. S. J. C.
MISA DE CASAMIENTO
El Dios de Israel os una, y el mismo esté con vos otros, él que se compadeció de dos criaturas solas : v ahora, Señor, haced que os bendigan más y más. Sal. Bienaventurados lodos los que temen al Señor, y que se conducen según su ley. Gloria. O R A C IÓ N .
Concedednos, todopode roso y misericordioso, que lo que se hace por nuestro
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MISA
ministerio, reciba su per fección con vuestra santa bendición. Por, etc. EPÍSTOLA
Hermanos: Que las mu jeres estén sujetas á sus maridos como al Señor, porque el marido es la ca beza de la mujer, como Je sucristo los es de la Iglesia, que es su cuerpo, de la cual es también su Salva dor. Pues así como la Iglesia está sujeta á Jesucristo, así también las mujeres deben estar sujetas en todo á sus maridos. Y vosotros, mari
DE CASAMIENTO
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dos, amad á vuestras mu jeres, como Jesucristo amó á la Iglesia, entregándose hasta la muerte por ella, á lin de santificarla, habién dola antes purificado con el bautismo del agua y con la palabra de vida, para ha cerla aparecer delante de él llena de gloria, sin man cha, ni arruga, ni otra cosa semejante, sino sana y sin ningún defecto. Del mismo modo los maridos deben amar ásus mujeres como á sus propios cuerpos. El que ama á su mujer, se ama á sí mismo; porque nadie
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MISA
odia su propia carne; sino que por el contrario, él ja alimenta y sostiene, como Jesucristo hace con su Igle sia, pues que nosotros so mos miembros de su cuer po, formados de su carne y de sus huesos. Y por esto el hombre abandonará á su padre y á su madre, y se re* unirá á su mujer, no hacien do entrambos más que una sola carne. Yo os aseguro que este Sacramento es grande, en Jesucristo y en la Iglesia. Que cada uno de vosotros ame pues á su mu jer como á sí mismo, y que
DE CASAMIENTO
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la mujer tema y respete á su marido. Grad. Tu mujer será co mo una parra fértil colo cada al abrigo de tu casa. Tus hijos estarán alrede dor de tu mesa como los retoños de los olivos. Ale luya, aleluya, y. El Señor os envíe sus auxilios desde su Santuario, y su protec ción desde Sion. Aleluya. Después de la Septuagésima se omite A l l e luia y el f. precedente, y se dice :
Tract. Hé aquí cómo será bendito todo hombre que teme al Señor, y. Bendígaos el Señor
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MISA
desde el monte Sion, y que os llene de felicidad duran te todos los días de vuestra vida. y. El mismo os con ceda v erá los hijos de vues tros hijos, y la paz en Israel. En el tiempo de Pascua se omite el GRAD.,y en su lugar se dice: A l l e l u ia , allelu ia .
y. El Señor os envíe sus auxilios desde su Santuario, y su protección desde Sion. Aleluya. / . Bendígaos el Se ñor desde Sion, el mismo que hizo el cielo y la tierra. Aleluya. EV A N G ELIO .
En aquel tiempo los Fa riseos se acercaron á Jesús
1
DE CASAMIENTO
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para tentarle, y le dijeron: ¿Es permitido á un hom bre dejar su mujer por al guna causa, cualquiera que fuere? Él respondió: ¿No habéis leído que el que crió al hombre, crió desde el principio una mujer con él, y que d ijo : El hombre abandonará á su padre y á su madre, y se unirá á su mujer, y serán dos en una misma carne? No serán por lo mismo dos, sino una sola carne. Pues no separe nun ca el hombre lo que Dios ha unido. tífert. Señor, en vos
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MISA
puse mi esperanza; dije: Vos sois mi Dios; en vues tras manos está mi vida. Secreta. Señor, recibid los dones que os ofrecemos por el vínculo sagrado del matrimonio, y dignaos conducirvosmismoálosquevos unís por este Sacramento. Bendición de los Casados Después del P a t e r n o s t e r . ^ I Sacerdote dice:
Oración. Señor, sed pro picio á nuestros ruegos, y acompañad con vuestra ben dición el Sacramento que instituisteis para la propa gación del género humano, para que lo que es unido
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por vuestra autoridad, se conserve por vuestra asis tencia. Os lo suplicamos por nuestro Señor Jesu cristo, vuestro Hijo, que vive y reina, y no es con vos y el Espíritu Santo más que un solo y mismo Dios. ORACIÓN
¡ Oh Dios! que con vues tro poder habéis criado de la nada todo el universo; que desde el principio del mundo, después de haber hecho el hombre á vuestra semejanza, le disteis como ayuda inseparable á la mu-
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MISA
jei* que de él mismo habíais formado, para enseñarnos de este modo que no es lícito separar jamás lo que 110 ha sido nunca más que una misma cosa, según vuestra misma institución: ¡ Oh Dios! que habéis con sagrado el matrimonio por un misterio tan excelente, como es la alianza nupcial y la (¡gura de la unión sa grada de Jesucristo con su Iglesia: ¡Oh Dios! por quien la mujer es unida al hom bre, y que dais para su unión íntima una bendición, la única que no ha sido
DE CASAMIENTO
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nunca destruida, ni por el castigo del pecado original, ni por la sentencia del dilu vio : mirad con ojos de pie dad á vuestra sierva que debiendo ser unida á su esposo, implora vuestra protección; haced que su yugo sea un yugo de amor y de paz; haced que casta y fiel se case en Jesucristo; que siga siempre el ejemplo de las mujeres santas; que se haga amable á su marido como Raquel; que sea ho nesta como Rebeca; que disfrute de una larga vida, y que sea fiel como S ara:
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MISA
haced, Señor, que el autor de la prevaricación no halle en ella cosa alguna que sea de él; que viva firme en vuestra ley y en el cumpli miento de vuestros manda mientos: haced que unida únicamente á su marido, no mancille el lecho nupcial con ningún trato ilícito; que para sostener su debi lidad, se arme con la exac titud de una vida arregla da ; que tenga un pudor que no inspire más que respeto; que se instruya de sus de beres con la doctrina ente ramente celestial de Jesu
DE CASAMIENTO
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cristo; que logre de vos una dichosa fecundidad; que pueda llegar al reposo de los santos y al reino del cielo. Haced, Señor, que ambos vean los hijos de sus hijos hasta la tercera y cuarta generación, y que lleguen á una venturosa vejez. Com. Hé aquí cómo será bendito lodo hombre que teme al Señor; el mismo os conceda ver á los hijos de vuestros hijos, y la paz en Israel. Después de la Com. Os suplicamos, Señor, acompa-
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MISA
ñéis con los favores de vues tra bondad loquehabéisinstituído por vuestro amor, y que deis paz y unión por to da la eternidad á los que ha béis unido legítimamente. Antes de dar la bendición al pueblo, el Sa cerdote se vuelve hacia los cacados y dice; ORACIÓN.
Que el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob sea con vosotros, y que derrame en vosotros sus bendiciones, á fin de que veáis ios hijos de vuestros hijos hasta la tercera y cuarta genera ción, y de que poseáis des-
DE CASAMIENTO
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pues la vida eterna por los socorros y gracia de vues tro Señor Jesucristo, que siendo, etc.
ORACIONES Y PLEGARIAS Invocación contra la Peste.
La verdadera Sangre de Cristo nuestro Redentor, que sólo representada li bró en Egipto á los Israeli tas del brazo fuerte de Dios, nos libre y defienda de la peste y de todo mal. Amén. ¡Oh Sangre de mi Jesús! ¡Oh remedio universal, Líbranos de todo mal, Pues te vertiste en la Cruz! ¡Oh lágrimas de María, Por mis culpas derramadas!
ORACIONES Y PLEGARIAS
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A aquella Sangre agrega das, Amparadme noche y día. Oración á San Sebastián.
Dios y Señor, que á vues tro mártir SanSebastiántan poderosamente le fortificas teis en la fe, que por nin gunas carnales promesas, ni amenazas, ni tormentos, ni saetas, pudo ser de ella movido ni separado: humil demente os rogamos que por vuestros dignos mere cimientos en nuestras tri bulaciones tengamos ayu da, en nuestras persecucio-
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ORACIONES
lies consolación, y en todo tiempo contra la pestilencia remedio, porque así poda mos resistir las asechanzas del diablo varonilmente, vencer al mundo, lo que hay en él menospreciar, y ninguna cosa suya contra ria temer. Así que finalmen te podamos haber la gloria eterna, por nuestro Señor Jesucristo, que con Vos vive y reina por los siglos de los siglos. Amén. ORACIÓN Por las almas del Purgatorio.
Fieles almas cristianas,
Y PLEGARIAS
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aquel os dé consuelo, que es la verdadera holganza, Je sucristo, Hijo de Dios vivo que nació de la inmaculada siempre Virgen María por vuestra salud y de todo el mundo; él os dé su bendi ción y os libre, haciéndoos de la compañía de los san tos Angeles y suya, con gozo para siempre. Amén. PLEGARIA TARA PEDIR A DIOS ACIERTO, ANTES DE RESOLVER COSAS GRAVES Y SUJETAS A ERROR.
Sabéis, mi Dios, que al engaño sujeto se halla el mortal, y que anhelando el acierto
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ORACIONES
puede, como ciego, errar. Por eso se turba mi alma y siente perplejidad, recelando en su ignorancia elegir por bien el mal. Vos sólo sois infalible, vos sólo sois la verdad: venid, pues, á dirigirme compadeciendo mi afán. Que según la vuestra sea se incline mi voluntad, yenhonravuestrase cumpla la que me convenga más. Por mi Jesús os lo pido, y á su Madre virginal pongo por intercesora, postrando humilde mi faz. Amén.
Y PLEGARIAS
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PLEGARIA PARA CUANDO SE TEME Ó SE SUFRE ALGUNA DEdGRACTA.
Oh bueu Jesús, que hoy me veis llegar triste á vuestras plan tas, compadeced mi flaqueza, y dad consuelo á mis an sias. Vos sois mi rey y mi dueño, Vos el esposo de mi alma, y el salvador de mi vida, y el amigo que más me ama. ¿A qué otro, pues, re currir pudiera con confianza
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ORACIONES
mi corazón indefenso Cuando inquietudes (ó pe sares) le asaltan ? Vos que en su fondo leéis y escucháis cual por vos clama, venid, Señor, en su auxilio, venid, Señor, sin tardanza. No miréis la indignidad de mi alma, que ha sido ingrata de vuestro amor infinito á las más sublimes gracias... Ved sólo que hoy me arrepiento de aquellas culpas pasadas, y que en la Cruz vuestra sangre
Y PLEGARIAS
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se virtió para lavarlas. ¡Perdón, pues, mi buen Jesús! Perdón en esta hora amarga, que os ofrezco con aquella sangre, por mí derramada. Rogadle, ¡Virgen María! Rogadle, ¡santo Patriarca! y vos, mi amable Patrona (ó Patrón), y vos, ¡Angel de mi guarda! Rogadles al Redentor tenga piedad de mis lágri mas, y que en gloria de su nombre cumplir quiera mi esperanza. Pero ¡ oh gran Dios ! si es decreto
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ORACIONES
de vuestra justicia santa, que yo sufra sin alivio las penas quemeamenazan, ó las penas que me maltra tan, De mi vida disponed; vuestra voluntad se haga; y bendita siempre sea vuestra gloria soberana! Amén. PLEGARIA PARA LAS CALAMIDADES PUBLICAS, Ó DE LA IGLESIA.
No más, no más, oh Dios, de tus enojos sentir nos hagas el rigor potente: ¡ Vuel ve á tu pueblo pater nales ojos
Y PLEGARIAS
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y oye su voz doliente! Templa ya la justicia, que harto brilló tremen da; pues aunque grande fué nuestra malicia y del mal nos perdimos por la senda, Tú has prometido al peca dor contrito que de la penitencia á la eficacia, siempre que escuches de su ruego el grito le volverás tu gracia. Depon, pues, el azote : mira la sangre de tu Cristo Santo,
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ORACIONES
que corre unida á nuestro triste llanto sin que jamás se agote. Por ella compasión tu pue blo implora, y de la Virgen Madre bajo el manto se refugia, al nombrarla intercesora. ¡ Perdón! ¡ perdón ! con al ma arrepentida confesamos, Señor, nues tras maldades: Haz lucir tus piedades sobre esta grey postrada y afligida; que de tal gracia guardará memoria
Y PLEGARIAS
siempre ensalzando tu infi nita gloria. Amén. Siete Ave Marías, en hon ra de los Dolores de nues tra Señora, para que se dig ne consolar nuestros dolo res con su protección. P ara c u a n d o s e a s i s t e á u n a a g o n í a .
Del infeliz que agoniza tened ¡ Jesús! compasión, y perdonadle las culpas con que ciego os ofendió. No permitáis que descar gue la horrible muerte su hoz, sin que antes hiera á esa al ma
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ORACIONES
saludable contrición. Que la luz de vuestra gracia brille triunfante, ¡oh mi Dios! disipando de esta hora las tinieblas y el horror. Por vuestra Cruz os lo pido; no despreciéis mi oración, ni miréis la indignidad que confieso y gimo yo: Ved solamenteesasllagas que os ha impreso vuestro amor, y claman misericordia muy más alto que mi voz. ¡ Misericordia, Jesús!
Y PLEGARIAS
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¡ Misericordia, Señor, para esa alma que del mundo parte llamada por vos! En su auxilio invoco hu milde, con todo mi corazón, á la Reina de los santos, refugio del pecador. ¡ Que toda la corte célica también acuda veloz, misericordia clamando! ¡Misericordia, Señor! Amén. Padre nuestro. — Ave María. — Gloria. — Y si las circunstancias lo per miten se recitarán también las Letanías de los santos.
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ORACIONES Y PLEGA NIAS
diciendo: Tened piedad de su alma, y rogad por su alma, en vez de tened pie dad de nosotros, y rogad por nosotros.
EJERCICIO iéúbO DE VISITAR LAS SANTAS CRUGISS
.···.. ; 'rmgnará y
dirá el acto de contrición,
x ^ .s p u é s ei s i g u i e n t e o f r e c i m i e n t o :
Soberano Señor, ofrezco »•«♦n todo rendimiento ¿ vuestra divina Majestad to4« lo que en este santo ejer<«-io hiciere, meditare ó re zare lo que fuese de agrado vuestro, y á mí por vuestra bondad de algún mérito, principalmente por la inten ción, fines y motivos que tuvieron los sumosgtontífices y sucesores /^ p $ jo s
EJERCICIO Ó MODO DE VISITAR LAS SANTAS CRUCES
Se persignará y dirá el acto de contrición, y después el siguiente ofrecimiento:
Soberano Señor, ofrezco con todo rendimiento á vuestra divina Majestad to do lo que en este santo ejer cicio hiciere, meditare ó re zare lo que fuese de agrado vuestro, y á mí por vuestra bondad de algún mérito, principalmente por la inten ción, fines y motivos que tuvieron los sumos Pontí fices y sucesores de los
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MODO DE VISITAR
Apóstoles, en conceder las muchas indulgencias que . pretendo ganar con tan pia dosa y religiosa práctica; asimismo en remisión de mis pecados y penas mere cidas por ellos, y por las de mis mayores obligaciones, según el orden de caridad ó justicia que puedo ó debo hacer, ó como más agrada ble fuere á vuestra santí sima voluntad. PRIMERA t ESTACIÓN Considera, alma perdida, Que en aqueste paso fuerte Dieron sentencia de muerte Al Redentor de la vida.
LAS SANTAS CRUCES
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Considera, alma, en esta primera estación, que es la casa de Pílalos, donde fué rigurosamente azotado el Redentor del mundo, coro nado de espinas y senten·^ ciado á muerte. Si se hace este ejercicio entre muchos, res ponden todos: Alabado seáis, mi Dios; y después se considera en este paso de ]a sa grada Pasión de Jesucristo con el mayor recogimiento y silencio, aunque por cortos momentos, que regularmente llegarán á un Credo ó más; pasado el cual, el que dirige el ejercicio continúa:
¡Oh suavísimo Jesús! que quisiste ser tenido como vil esclavo delante del sacri lego pueblo, esperando la sentencia de muerte que
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MODO DE VISITAR
contra ti daba el tirano juez: suplicóte, Señor mío, que por esta mansedumbre tuya mortifique yo mi soberbia, para que sufriendo con hu mildad las afrentas de esta vida, logre gozarte en la eterna gloria. Así sea. (Pa dre nuestro y Ave María.) Después se dice: Bendita y alabada sea la Pasión y muerte de nuestro Señor Jesu cristo, y los dolores de su bendita Ma dre. Asi sea. Así se dice en todas las demás estaciones sin diferencia alguna. N o t a . Si este santo Ejercicio se practica en
un pueblo, y por el campo, se va rezando Padre nuestros y Ave Marías, en voz alta y con la mayor devoción, meditando en el camino que llevó el Señor hasta el monte Calvario.
LAS SANTAS CRUCES
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SEGUNDA t ESTACIÓN CONSTA DE 21 PASOS QUE HASTA ELLA ANDUVO EL SEÑOR.
Pecador, mira á Jesús Con la cruz que le has cargado. Que te dice lastimado: Tus pecados son mi cruz.
Considera, alma, en esta segunda estación, como es el lugar donde á nuestro amado Jesús le pusieron en sus lastimosos hombros el grave peso de la cruz. {Breve pausa como se dijo en la primera estación, y luego continúa): ¡ Oh Rey supremo de los cielos! que sufriste ser en tregado á la voluntad de los
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MODO DE VISITAR
Judíos para ser cruelmente atormentado, y recibiste el grave peso de la cruz: ruégote pues, Señor, tome gus toso la cruz de la peniten cia, para que te vea siempre en el cielo. Así sea. (Padre nuestro y Ave Mar ría.) Y lo demás advertido en la anterior es tación.
TERCERA t ESTACION CONSTA DE 80 PASOS El que á los cielos crió Y á la tierra le dió el ser. Por tu amor quiso caer Al tercer paso que dió
Considera, alma, en esta
LAS SANTA CRUCES
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tercera estación, como es el lugar donde caminando el Señor con la cruz á cuestas, gimiendo)'suspirando, cayó en tierra, y debajo de la santa cruz. Medit. ¡Oh amabilísimo Jesús! que fatigado con la cruz te obligó á caer en tierra el grave peso de ella, para que conociésemos la gravedad de nuestros pecados figu rados en ese madero: rue go á tu clemencia divina, que me levante de la culpa, y que esté siempre firme en el cumplimiento de tus mandamientos. Así sea.
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MODO DE VISITAR
CPadre nuestro y Ave Mar ría.) CUARTA t ESTACION CONSTA DE 60 PASOS Considera cnál sería, En tan recíproco amor. La pena del Salvador Y el martirio de María.
Considera, alma, en esta cuarta estación, como es el lugar donde caminando el Señor con la cruz á cuestas, se encontró con su santísima Madre triste y afligida en la calle de la Amargura. Medit. ¡Oh Señora, la más afligi da de las mujeres! por el cruel dolor que traspasó tu
LAS SANTAS CRUCFS
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corazón mirando á Jesús tu Hijo, afeado su rostro, denegrido su cuerpo, y he cho oprobio de los hombres: te ruego, Madre afligida, que pues fui la causa de tus doiores, los llore amargamente. Asi sea. (Pa dre nuestro y Ave María.) QUINTA t ESTACION CONSTA DE 71 PASOS
Perdió la ira el compás Cuando dispuso severa Que algo menos padeciera Porque padeciera más.
Considera, alma, en esta quinta estación, como es el lugar donde alquilaron á
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MODO DE VISITAR
Simón Cirineo, para que ayudase á llevar la cruz á nuestro Redentor, temiendo no se les muriese en el ca mino por el peso grande de la cruz. Medit. ¡Oh amantísimo Jesús! pues por mi amor llevaste ja muy pesada cruz, y qui siste que en persona del Cirineo te ayudásemos á llevarla: te suplico, Señor, me abrace con la cruz de la abnegación de mí mis mo, para que siguiendo tus pasos, consiga los eternos gozos. Así sea. (Padre nues tro y Ave María.)
LAS SANTAS CRUCES
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SEXTA t ESTACIÓN CONSTA DE 101 PASOS Imita la compasión De la Verónica y su manto, Si de Cristo el rostro santo Quieres en tu corazón.
Considera, alma, en esta sexta estación, como es el lugar donde salió la mujer Verónica, que viendo al Señor fatigado y su rostro obscurecido con el sudor, polvo, salivas y bofetadas que le dieron, se quitó un lienzo con que le limpió. Medit. ¡Oh hermosísimo Jesús! que siendo afeado tu rostro con las inmundas salivas,
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MODO DE VISITAR
te limpió el sudor aquella piadosa mujer con las tocas de su cabeza, y quedó im preso en ellas: te suplico, Señor, que estampes en mi alma la imagen de tu san tísimo rostro, y me des tu favorparaconservarlasiempre. (Padre nuestro, etc.) SÉPTIMA t ESTACIÓN CONSTA DE
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PASOS
Tus culpas fueron las sogas Y el peso que le rindió: Si segunda vez cayó, ¿Cómo en llanto no te ahogas?
Considera, alma, en esta séptima estación, como es
Las
sa n ta s cruces
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el lugar de la Puerla Judiciaria, en donde cayó el Se ñor segunda vez, por ha bérsele hecho en el hom bro una llaga muy grande y mortal. Medit. ¡Oh santísimo Jesús! que por la fatiga grande de tu delicado cuerpo caíste se gunda vez con la cru z: te suplico, Señor, me hagas conocer el inmenso peso que tienen mis pecados, y que me des tu gracia para que no me arrastren á la eterna pena. Así sea. (Pa dre nuestro, etc.)
MODO DE VISITAR
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OCTAVA t ESTACIÓN CONSTA DE
Si Y Ó Ó
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PASOS
á llorar Cristo te enseña no aprendes la lección, no tienes corazón, será de bronce, ó piedra.
Considera, alma, en esta octava estación, como es el lugar donde unas piadosas mujeres, viendo al Señor que llevaban á crucificar, lloraron amargamente de verle tan injuriado. Medit. ¡Oh Maestro soberano! que viendo á las piadosas mujeres, que se dolían de tus trabajos, las enseñaste áque llorasen por sí y por
LAS SANTAS CRUCES
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sus culpas: concededme, Señor mío, que con fervoro sas lágrimas de contrición lave mis pecados, para que esté siempre en tu amistad y gracia. Así sea. (Padre nuestro y Ave María.) NOVENA t ESTACION CONSTA DE
Considera Serás con Si en tres No le das
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PASOS
cuán tirano Jesús rendido, veces que ha caído, una la mano.
Considera, alma, en esta novena estación, como es el lugar donde cayó el Señor tercera vez en tierra, hasta
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MODO DE VISITAR
llegar con su santa Loca al suelo, y queriéndose levan tar, no pudo, antes volvió á caer de nuevo. Medit. ¡ Oh benignísimo Jesús! que sufriste atropellaran tu divina persona, haciéndote dar por tercera vez en tierra con la cruz: suplicóte, Dios mío, que sufra las injurias de mis enemigos, y que teniendo paciencia en mis trabajos, te goce en los contentos eternos. Así sea. (Padre nuestro y Ave Ma ría.)
LAS SANTAS CRUCES
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DÉCIMA i ESTACIÓN CONSTA DE 18 PASOS
A la misma honestidad Lus verdugos desnudaron, Y las llagas renovaron Con inhumana crueldad. i
Considera, alma, en esta décima estación, como es el lugardonde habiendo llega do el Señor al monte Calva rio, le desnudaron, y le dieron á beber vino mezcla do con hiel. \Medit. ¡ Oh pacientísimo Je sú s! pues sufriste te quitasen tus vestiduras, quedando des nudo delante de todos: te ruego, Señor, por estos do-
MODO DE VISITAR
lores, y por el que sentiste cuando te ofrecieron el vino mezclado con hiel, que no beba yo los deleites que, mezclados con hiel de cul pas, me ofrece el mundo. {Padre nuestro y Ave Mar ría. UNDÉCIMA t ESTACIÓN CONSTA DE
18
PASOS
En medio de dos ladrones En la cruz le enarbolaron, Y el cuerpo descoyuntaron Al clavarle los sayones·
Considera, alma, en esta undécima estación, como es el lugar donde fué clavado
LAS SANTAS CRUCES
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el Señor; y oyendo su santí sima Madre el primer golpe de martillo, quedó como muerta del dolor; y le vol vieron á poner la corona de espinas con gran crueldad y fiereza. Medit. ¡Oh clementísimo Jesús! pues sufriste ser extendido en la cruz, y que clavasen tuspiés y manos en ella: te ruego, Señor mío, que por tu inefable caridad no ex tienda yo mis piés y manos á maldad alguna, sino antes viva crucificado en tu santo servicio. {Padre nuestro y Ave María.
t) Io
MODO DE VISITAR
DUODÉCIMA t ESTACIÓN CONSTA DE 14 PASOS
Aquí murió el Redentor Jesús: ¿ cómo puede ser Que tanto amor llegue á haber, Y que viva el pecador?
Considera, alma, en esta duodécima estación, como es el lugar donde ya cruci ficado el Señor, le dejaron caer de golpe en el agujero de una peña. Medit. ¡Oh divino Jesúslquecrucificado entre dos ladrones fuiste levantado en alto á vista de todo el mundo, y padeciste tormentos insu fribles : ruégote, Señor
LAS SANTAS CRUCES
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mío, que sanes mi alma, y que sólo á ti ame, á ti quiera y por ti muera. Así sea. {Padre nuestro, etc. DÉC1M0TERCIA t ESTACIÓN CONSTA DE 2 5 PASOS
Los clavos ¡qué compasión! Y espinas que le quitaron Segunda vez traspasaron De María el corazón.
Considera, alma, en esta décimotercia estación, co mo es el lugar donde José y Nicodemus bajaron el santo cuerpo de la cruz, y lo pusieron en los brazos de la Santísima Virgen. Medit.
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MODO DE VISITAR
¡ Oh Madre de misericor dia! por aquellas penas que padeciste cuando pusieron á tu muy amado Hijo en tus brazos y fué ungido por ti: te suplico me alcances un grande dolor de haberle ofendido y compasión de tus muchas penas. Así sea. (Padre nuestro y Ave Ma ría.) DECIMOCUARTA t ESTACIÓN CONSTA DE 20 PASOS Llegó al Ocaso la luz: Entra, Cristiano, y sin tasa, En el sepulcro repasa Los misterios de la cruz.
Contempla, alma, en esta
LAS SANTAS CRUCES
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última estación, como es el lugar en donde la Virgen María, Señora nuestra, puso el cuerpo de su querido Hijo en el santo sepulcro. Medit. ¡Oh purísimaSeñora! por la grande pena que recibiste cuando quitaron de tus brazos á tu soberano Hijo para ponerle en el santo Sepulcro: te suplico me alcances de su divina Ma jestad, ablande mi duro co razón, y coloque en él un amor grande para amarle y servirle. Así sea. Después se dice: Bendita y alabada sea la Pasión y Muerte de nuestro Redentor Jesucristoylosdoloresde su santísima Madre.
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EL SANTO ROSARIO
MODO DE REZAR El Santo Rosario de M aría Santísima Según lo rezan los religiosos de Santo Domingo.
Nuestro socorro está en el nombre del Señor. Que ha hecho el cielo y la tierra. Yo pecador, etc. Véase pág. 15.
f. Dios te salve, María; llena eres de gracia, el Se ñor es contigo, ff. Bendito tú eres entre todas las mu jeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. y. Señor, abrid mis la bios. Y mi lengua cantará vuestras alabanzas. y. Dios mío, venid en mi
DE MARIA SANTISIMA
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ayuda, pí. Apresuraos, Se ñor, á socorrerme, y. Gloria, etc. Desde Septuagésima hasta Resurrección:
Alabanza sea dada á Vos, Señor, Rey de la gloria eterna. M ISTERIOS GOZOSOS QUE SE REZAN LUNES Y JUEVES.
PRIMER MISTERIO DE L \ ENCARNACIÓN DEÍ. HIJO DG DIOS.
Se reza un Padre nuestro, diez Ave Marías y uu Glor a Patri (y lo mismo en todos los demás misterios), y luego se dice el siguiente Ofrecimiento.
¡Oh Virgen María, Madre nuestra! te ofrecemos hu-
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fX SANTO ROSARIO
inildemente estas diez Ave Marías y un Padre nuestro, en reverencia del gozo que tuviste cuando saludada del Arcángel San Gabriel, el Pa dre eterno te escogió por Hija, el Verbo divino por Madre, y el Espíritu Santo por Esposa. Suplicárnoste, Señora, por el inefable misterio de la Encarnación de tu querido Hijo, nos alcances verdadera y pro funda humildad, perfecto dolor de nuestros pecados, y la salud, paz y sosiego en este reino y entre todos los Príncipes cristianos.
DE MARIA SANTISIMA
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SEGUNDO MISTERIO Dli LA VISITACIÓN DE NUESTRA SEÑORA.
Ofrecimiento.
¡Oh Virgen María y pia dosa Reina nuestra! te ofre cemos humildemente estas diez Ave Marías y un Padre nuestro, en reverencia del gozo que tuviste cuando después de haber concebido á Dios, llena de amor y ca ridad, fuiste con toda pri sa á la casa de tu prima Santa Isabel, para comuni carla bienes celestiales, y al Precursor gracia y santi dad. Suplicárnoste, Señora, nos alcances de tu Hijo, que
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EL^ANTO
r o sario
fortifiquemos nuestras pa siones, y una encendida ca ridad para amar á nuestros prójimos, y la salud, paz y sosiego en este reino y entre todos los Príncipes cristia nos. TERCER MISTERIO DEL NACIMIENTO DEL HIJO DE DIOS.
Ofrecimiento.
¡Oh Virgen María y Madre de toda pureza! te ofrece mos humildemente esta9 diez Ave Marías y un Padre nuestro, en reverencia del gozo singular que tuviste cuando pariste á tu amado
DE MARIA SANTISIMA
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Hijo, y envuelto en pobres pañales le reclinaste en un pesebre, quedando Virgen después del parto purísimo. Suplicárnoste, Señora, por el nacimiento de tu Hijo, Dios y hombre, nos alcances un corazón limpio y puro, para que merezcamos nacer á sus ojos con vida de nuevo espíritu, la salud, paz y sosiego en este reino y en tre todos los Príncipes cris tianos.
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e l sa n to ro sa rio
CUARTO MISTERIO DE LA PURIFICACIÓN DE NUESTRA SEÑORA.
Ofrecimiento.
¡ Oh Virgen María, Madre de Dios y de los pecadores! te ofrecemos humildemente estas diez Ave Marías y un Padre nuestro, en reveren cia del gozo que tu alma sintió, cuando hecha trono de tu precioso Hijo le pre sentaste en el templo para luz y remedio de los hom bres. Suplicárnoste,Señora, nos alcances que por tu intercesión se alumbren las tinieblas de nuestras con ciencias, y la salud, paz y
DE MARIA SANTISIMA
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sosiego en este reino y entre todos los Príncipes cristia nos. QUINTO MISTERIO DKL NIÑO PERDIDO V HALLADO EN EL TEMPLO.
Ofrecimiento.
¡Oh Virgen María y dulcí sima Señora! te ofrecemos humildemente estas diez Ave Marías y un Padre nuestro, en reverencia del gozo que tuviste, cuando después de haber buscado como Madre cuidadosa á tu querido Hijo, le hallaste en el templo disputando con los Doctores como Sabidu
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EL SANTO ROSARIO
ría eterna. Suplicárnoste, Señora, por el gozo que tuviste de haberle hallado, nos alcances de su Majestad afecto fervoroso de buscarle cada día con más veras, verdadero dolor de nues tros pecados, luz y acierto para hacer una confesión bien hecha de todos ellos, y la salud, paz y sosiego en este reino y entre todos los Príncipes cristianos. Después de concluidos los cinco dieces del santo Rosario, se dice con la mayor devo ción la siguiente L e t a n ía ,
pág. 407.
DE MARIA SANTISIMA
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Antífona.
Recurrimos á tu asisten cia, Santa Madre de Dios; no despreciéis las oraciones en nuestras necesidades, mas líbranos siempre de todos los peligros, oh Virgen llena de gloria y de bendi ción. i. Ruega por nesotros, Santa Madre de Dios. pf. Para que seamos dig nos de alcanzar las prome sas de N. S. J. C. O
r a c ió n
.
Suplicárnoste, Señor, etc., pág. 19.
Ofrecimniteo general para los Misterios gozosos.
¡ Oh Virgen María, Madre
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KL SANTO ROSARIO
de Dios y Señora nuestra! osofrecemoshumildemente esta tercera parte del Rosa rio en reverencia de los re petidos gozos que vuestra alma sintió en los cinco Misterios gozosos que vene ramos en vuestro Rosario santísimo. Os suplicamos, Señora, nos alcancéis de vuestro preciosísimo Hijo el reconocimiento de tan altos Misterios, para que sepamos agradecer tan grandes be neficios, y para que con templando vuestros gozos y los de vuestro Hijo, tenga mos alegría de espíritu en
DE MARIA SANTISIMA
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nuestros corazones, y consi gamos un verdadero dolor de nuestras culpas, luz y acierto para hacer una confesión bien hecha de todas ellas, la exaltación de nuestra santa fe, el aumento de vuestra devoción, y final mente la salud, paz y sosie go en este reino y entre todos los Príncipes cristia nos.
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EL SANTO ROSARIO
M ISTERIO DOLOROSOS QUE SE REZAN MARTES Y VIERNES.
PRIMER MISTERIO DB LA ORACIÓN DEL HUERTO.
Ofrecimiento.
¡Oh Virgen María y Madre afligida! te ofrecemos hu mildemente estas diez Ave Marías y un Padre nuestro, en reverencia del dolor que tu alma sintió en las angus tias, tristezas y sudor de sangre que tu querido Hijo padeció en el Huerto. Te suplicamos, Señora, por la voluiitadpronlísimaconque
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se ofreció por nosotros á la muerte, nos alcances espí ritu de resignación en su divina voluntad, y la paz y sosiego en este reino y entre todos los Príncipes cristia nos. SEGUNDO MISTERIO DE LOS AZOTES QUE EL HIJO DE DIOS PADECIÓ ATADO Á LA COLUMNA.
Ofrecimiento.
¡Oh Virgen María y pru dentísima Señora! te ofre cemos humildemente estas diez Ave Marías y un Padre nuestro, en reverencia del dolor que sentiste en la
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EL SANTO ROSARIO
desnudez, azotes y llagas de tu amado Hijo. Te supli camos, Señora, por el dolor y desnudez que tuvo atado á la columna, le pidas nos desnude de nuestros malos afectos, que suframos con paciencia los azotes que por nuestros pecados nos envía, y que nos dé verda dero dolor de todos ellos, y la salud, paz y sosiego en este reino v entre todos los Príncipes cristianos.
DE MARIA SANTISIMA
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TERCER MISTERIO DE TA CORONA DE ESPINAS DEL HIJO DE DIOS.
Ofrecimiento.
¡Oh Virgen María, y mise ricordiosísima Señora! te ofrecemos humildemente estas diez Ave Marías y un Padrenuestro,enreverencia del dolor que tu alma sintió con la coronadeespinasque pusieron á tu querido Hijo sobre su delicada cabeza. Te suplicamos, S eñora, por aquellas lastimosas y penetrantes heridas, nos alcances verdadero dolor de nuestros pecados, y la salud, paz y sosiego en
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EL SANTO ROSARIO
este reino y entre todos los Príncipes cristianos. CUARTO MISTERIO DE LA
CRUZ
Á CU ESTA S.
Ofrecimiento.
¡Oh Virgen María y dolo rida Madre! te ofrecemos humildemente estas diez Ave Marías y un Padre nuestro, en reverencia del dolor que tuvo tu corazóu viendo la flaqueza y cansan cio con que tu Hijo querido llevaba sobre sus hombros el madero santo de la Cruz. Te suplicamos, Señora, por tu santísima inocencia nos
DE MARIA SANTISIMA
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alcances espíritu deresigna ción, con el cual, por su amor, llevemos con pacien cia la cruz de nuestros trabajos, y consigamos la salud, paz y sosiego en este reino y entre todos los Príncipes cristianos. QUINTO MISTERIO DE CÓMO EL HtJO DE DIOS FUÉ CRUCIFICADO.
Ofrecimiento.
¡ Oh Virgen María, Madre llena de penas y dolores! te ofrecemos h u inildeinente estas diez Ave Marías y un Padre nuestro, en reveren cia del excesivo dolor que
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EL SANTO ROSARIO
tu alma tuvo, viendo cru cificado á tu Hijo, sus piés y manos clavados, y abierto con una lanza aquel pecho amoroso.Te suplicamos,Se ñora, por el ejemplo grande de humildad que en la cruz nos dió, nos alentemos á pa decer por él, y consigamos verdadero dolor de nuestros pecados, luz y acierto para hacer una confesión bien hecha de todos ellos, y la quietud, paz y sosiego en este reino y entre todos los Príncipes cristianos. La Letanía, Antífona y Oraciones, etc., como eu los misterios gozosos, pág 522.
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Ofrecimiento general para los Misterios dolorosos.
¡ Oh Virgen María, y afli gida Madre! te ofrecemos humildemente esta tercera parte de tu Rosario, en re verencia de los sentimien tos y dolores que tuvo tu piadoso corazón en los cin co misterios dolorosos de la pasión de tu querido Hijo. Suplicárnoste, Señora, nos alcances ternura y lá grimas en la meditación de estos misterios, sentimiento de tus dolores, paciencia en las adversidades y trabajos, y un verdadero dolor de
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EL SANTO ROSARIO
nuestras culpas, luz y acier to para hacer una confesión bien hecha de todas ellas; la exaltación de nuestra santa fe católica, el aumento de devoción; y Analmente la salud, paz y sosiego en este reino y entre todos los Príncipes cristianos. M ISTERIO S G LO R IO SO S QUB Sb¡ REZAN MIÉRCOLES, SÁBADO Y DOMINGO.
PRIMER MISTERIO DE LA GLORIOSA RESURRECCIÓN DEL HIJO DE DIOS.
Ofrecimiento.
¡Oh Virgen María, Reina gloriosa de los cielos! te
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ofrecemos humildemente estas diez Ave Marías y un Padre nuestro, en reveren cia de la alegría inefable que tuviste en la Resurrec ción gloriosa de tu querido Hijo, el cual triunfante de la muerte, y acompañado de almas santas te hizo la pri mera visita, convertiendo en alegría las pasadas pe nas. Suplicárnoste, Señora, nos alcances la alegría es piritual de la buena con ciencia, y la salud, paz y sosiego en este reino y entre todos los Príncipes cristia nos.
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EL SANTO ROSARIO
SEGUNDO MISTERIO DE LA ASCENSIÓN DEL HIJO DE DIOS.
Ofrecimiento.
¡Oh Virgen María, Madre de piedad y misericordia ! te ofrecemos humildemente estas diez Ave Marías y un Padre nuestro, en reveren cia de la alegría que tuviste en la admirable Ascensión y solemnísima majestad con que subió al cielo Je sucristo, tu Hijo querido y Señor nuestro, y fue recibi do en él. Suplicárnoste, Señora, por su gloria y uni versal poder, nos alcances bien fundada esperanza de
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gozarle, y la salud, paz y so siego en este reino y entre todos los Principes cristia nos. TERCER MISTERIO I>E LA. VENIDA DEL ESPÍRITU SANTO,
Ofrecimiento.
¡ Oh Virgen María, único consuelo de los afligidos! te ofrecemos humildemente estas diez Ave Marías y un Padre nuestro, en reveren cia de la alegría espiritual que tuviste con las particu larísimas riquezas y dones del Espíritu Santo enviado para consuelo de la Iglesia.
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EL SANTO ROSARIO
Suplicárnoste, Señora, por tu ardentísima caridad nos alcances del Espíritu Santo perfecto amor de Dios y del prójimo, verdadero dolor de nuestros pecados, y la salud, paz y sosiego en este reino y entre todos los Prín cipes cristianos. CUARTO MISTERIO DE LA ASUNC ÓN DE NUESTRA SEÑORA.
Ofrecimiento.
¡Oh Virgen María, Madre de los pecadores! te ofrece mos humildemente estas diez Ave Marías v un Padre nuestro, en reverencia de
DE MARIA SANTISIMA
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tu felicísimo tránsito y apa cible muerte, después de la cual resucitaste gloriosa, y asistida de los Angeles y acompañada de tu amado Hijo, entraste triunfante en el cielo, para alegrarle con tu presencia. Suplicárnoste, Señora, favorezcas á tus siervos en la hora de la muerte, para que sea prin cipio de una dichosa vida, y en ésta nos alcances la salud, paz y sosiego en este reino y entre todos los Prín cipes cristianos.
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EL SANTO ROSARIO
QUINTO MISTERIO DÉ LA. CORONACIÓN DE NUESTKA SEÑORA.
Ofrecimiento.
¡Oh Virgen María, corona de Angeles y de hombres! teofrecemos humildemente estas diez Ave Marías y un Padre nuestro, en reve rencia de la inmensa glo ria y supremo lugar que sobre todos los Serafines le dió la Trinidad santísima, coronándote por Reina de todo lo criado. Suplicá rnoste, poderosa y liberal Señora, nos alcances tal desprecio de cuanto estima la tierra, que merezcamos
DE MARIA SANTISIMA
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verte con Dios en los cie los, y consigamos al pre sente verdadero dolor de nuestros pecados, luz y acierto para hacer una confesión bien hecha de to dos ellos, y la quietud, paz y sosiego en este reino y entre todos los Príncipes cristianos. Así sea. Aquí se dirá la Letanía, Antífona y demás, como después de los Misterios gozosos, pág. 522. Ofrecimiento general para los Misterios glo riosos.
¡ Oh Virgen María y glo riosa Reina de los Cielos! te ofrecemoshumildemente
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EL SANTO ROSARIO
esta tercera parte del Rosa rio, en reverencia de la alegría y gloria que reci biste en los cinco misterios gloriosos que veneramos en tu Rosario santísimo. Supli cárnoste, Señora, nos alcan ces de tu querido Hijo la gloria y felicidad eterna, para que te alabemos á ti y átu Hijo por eternidades cu el cielo, y al presente los auxilios de la divina gracia para conseguir en esta vida la gloria de una buena conciencia, el ejercicio de todas las virtudes, el cum plimiento de nuestras obli O
DE MARIA SANTISIMA
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gaciones, un verdadero do lor de nuestras culpas, luz y acierto para hacer una confesión bien hecha de todas ellas, exaltación de nuestra santa fe católica, el aumento de tu devoción, y finalmente la salud, pazysosiegoeneste reinoy entre to dos los Príncipes cristianos.
SEPTENARIO de los dolores de María Santísima. Acto de Contrición.
Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, por ser quien sois, bondad infinita, me pesa de haberos ofendido: propongo no pe car más, y por vuestra Ma dre afligida con tantos pe netrantes cuchillos de dolor en su corazón, como de co metidas culpas contra Vos, espero que me perdonaréis, dándome gracia para perse verar en vuestro santo ser-
SEPTENARIO DE MARIA SANTISIMA
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vicio y el de vuestra Madre dolorosa hasta la muerte. Así sea. ORACIÓN
¡Oh Virgen María, Madre dolorosa, más afligida que todas las madres del mun do! postrado á vuestros piés, suplícoos, por vuestros do lores y los de vuestro amado Hijo crucificado, que me alcancéis perdón de mis culpas, gracia para no pecar más, y el favor que pido, saludándoos por vuestros siete más principales dolo res.
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SEPTENARIO DE LOS DOLORES
PRIMER DOLOR. EL PRIMER DOLOR LO TUVO LA VIRGEN CUANDO PR1> SENTÓ SU HUO EN EL TEMPLO.
Cuando presentáis á Dios, Mucho, Madre, os martiriza La espada que á Hijo y á Vos Ya Simeón profetiza.
¡Oh Madre afligida! por el dolor que tuvisteis presen tando á vuestro Hijo en el templo,al oir de Simeón que había de traspasar vuestra alma una espada de dolor: suplícoos, Madre dolorosa, me deis gracia para que con verdadera penitencia puri fique mi alma hasta presen tarla en el templo de la
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DE MARIA SANTISIMA
gloria. (Padre nuestro y
Ave María. SEGUNDO DOLOR. EL SEGUNDO DOLOR LO TUVO LA VIRGEN HUYENDO DEI, RET HERODES.
Por no ver tan tierno muerto Infante, al Dios que nos cría, Huyen ¡ qué pena! al desierto Jesús, José y María.
¡Oh Madre afligida! por el dolor que tu visteis h uyendo con \ uestro Hijo deNazaret áEgipto: suplícoos, Madre dolorosa, me deis gracia para que con verdadero y constante propósito huya de todos peligros y ocasio nes de ofender á Dios. Así D /h iín fQ /'G
C e n o ñ o
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SEPTENARIO DE LOS DOLORES
sea. (Padre nuestro y Ave
María. TERCER DOLOR. EL TERCER DOLOR LO TUVO LA VIRGEN BUSCANDO SU HIJO.
k
Yo sin Jesús voy perdida, ¿Dónde estás, mi dulce centro? Tres días vivo sin vida, Pues la busco y no la encuentro.
¡Oh Madre afligida! por el dolor que tuvisteis en la pér dida de vuestro Hijo : su plicóos, Madre dolorosa, me deis gracia para que con eficaz dolor de mis pecados le busque hasta hallarle por gracia en el templo de mi alma. (Padre nuestro y
Ave María.)
DE MARIA SANTISIMA
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CUARTO DOLOR. GL CUARTO DOLOR LO TUVO LA VIRGEN VIENDO Á SU HIJO CARGADO CON LA CRUZ.
Al ver á mi Hijo, fieles, En la calle de Amargura, Decidme llena de hieles, Aunque soy y vida dulzura.
¡Oh Madre afligida! por el dolor que tuvisteis viendo á vuestro Hijo en la calle de la Amargura cargado con la pesada cruz de mis peca dos: suplícoos, Madre dolorosa, medeis gracia paraque le siga, abrazando con pa ciencia la cruz de mi estado. {Padre nuestro y Ave Ma
ría).
SEPTENARIO DE LOS DOLORES
QUINTO DOLOR. EL QUINTO DOLOR LO TUVO LA VIRGEN VIENDO CRU CIFICAR Á SU HIJO.
Duros hierros mortifican Á mi Jesús sin razón: Mas ¡ a y ! ¡ cuán bien crucifican Sus clavos mi corazón!
¡Oh Madre afligida! por el dolor que tuvisteis viendo crucificar á vuestro Hijo: suplícoos, Madre dolorosa, me deis gracia, para que mortificando mis pasiones y sentidos, viva siempre crucificado con Cristo. (Pa dre nuestro y Ave María.)
DE MARIA SANTISIMA
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SEXTO DOLOR. LO TUVO LA VIRGEN AL PIÉ DE LA CRUZ TENIENDO Á SU HIJO EN LOS BRAZOS.
En los brazos de la Aurora Sin vida el rubio arrebol, Triste cisme canta y llora La muerte del mejor sol.
¡Oh Madre afligida! por el dolor que tuvisteis viendo en vuestros brazos el llaga do cuerpo de vuestro Hijo : suplícoos, Madre dolorosa, me deis gracia para que con verdadero celo y reli gión comulgue siempre, y le reciba dignamente. {Par áre nuestro y Ave Marta.)
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SEPTENARIO DE LOS DOLORES
SEPTIMO DOLOR. LO TUVO LA VIRGEN CUANDO DEJÓ SEPULTADO EL CUERPO DE SU UUO.
Si el sepulcro me cerráis, Dejad sepultura abierta Para m í: que si enterráis Á Jesús, María es muerta.
¡Oh Madre afligida! por el dolor que tuvisteis dejan do el cuerpo de vuestro Hijo sepultado: suplicoos, Madre dolorosa, ine deis gracia para que con perseverancia aborrezca los pecados, viva muerto para los gustos del mundo y sepultado con Cris to. (Padre nuestro y Ave
María.) Cada u n o p id a lo q u e n e c e s ite y le conveD ga.
DE MARIA SANTISIMA
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ORACIÓN.
Madre mía dolorosísima: ya que en persona de San Juan nos engendrasteis, y paristeis espiritualmente al pié de la cruz á costa de do lores tan acerbos, mostrad que sois mi amorosa Madre, alcanzándome la gracia que os he pedido, y la de vivir siempre en el servicio de vuestro Hijo, hasta que merezca alabarle eterna mente en la gloria. Así sea. Bendito y alabado sea el Santísimo Sacra mento del altar, y la purísima Concepción de María Santísima, Madre de Dios y Se ñora nuestra, concebida sin mancha de pe cado original, desde el primer instante de su ser natural. Así sea.
MEDITACIONES PARA LA SEMANA Pensamientos importantísimos que deben ocupar constante· mente el entendimiento de todo Cristiano que aspira á la perfección.
LUNES.
Mañana. Debe conside rar el ardentísimo amor que nos manifestó nuestro di vino Redentor instituyendo el Santísimo Sacramento. Tarde. La fervorosísima oración, agonías y sudor de sangre en el Huerto. MARTES.
Mañana. Los insultos, escarnios, golpes y demás trabajos que pasó desde el
MEDITACIONES PARA LA SEMANA
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Huerto hasta la casa de Anas. Tarde. Las bofetadas cruelísimas, y otros infini tos oprobios con que fué atormentado toda la noche en casa del inicuo Gaifás. MIÉRCOLES.
Mañana. La vestidura blanca que le mandó poner el rey Herodes tratando de loco al más sabio de los cielos y tierra. Tarde. El espeso diluvio de cruelísimos azotes con que despedazaron sus ino centes y delicadas carnes,
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MEDITACIONES
hasta descubrirse los hue sos. JUEVES.
Mañana. La corona de agudas y penetrantes espi nas conquetaladraron la sa grada Cabeza de Jesucristo. Tarde. Cuando Pilatos le sacó al balcón, irritando el populacho : ¡ Muera Jesús, y viva Barrabás! 7
O
VIERNES.
Mañana. Cuando Jesús fue condenado á muerte, y le cargaron el ignominioso peso de la cruz. Tarde. Cuando en la calle de la Amargura encontró á
PARA LA SEMANA
55?
su Santísima Madre, ane gada en un mar de lágri mas V dolores. SÁBADO.
Mañana. Cuando en el monte Calvario le desnu daron, y dislocaron sus huesos, y le crucificaron. Tarde. Cuando murió enIre dos ladrones, y á vista de su afligidísima Madre. DOMINGO.
Mañana. Su gloriosa y triunfante resurrección. Tarde. Como se apareció á su Santísima Madre, á la Magdalena, y á sus amados Discípulos.
SEPTEN ARIO DE LOS DOLORES Y GOZOS DE S. JOSÉ. Acto de Contrición.
Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, por ser Vos quien sois, bondad infinita, siento ha beros ofendido, y propongo con vuestra gracia no pe car más; la que espero me concederéis por los dolores y gozos de vuestro padreSan José, para perseverar en vuestro servicio hasta ala baros en el cielo. Así sea.
SEPTENARIO DE SAN JOSÉ
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O R A C IÓ N .
¡ Oh dichoso patriarca San José! que padeciendo dolores merecisteis los ma yores gozos y especiales privilegios, por ser Esposo deMaría y Padrede Jesús; su plicóos me alcancéis perdón de mis culpas, gracia para no pecar más, y el favor que pido, saludándoos por vues tros siete dolores y gozos. Primer dolor y gozo.
Viendo encinta á tu esposa, Divino Atlante, Tu dolor volvió en gozo La voz del Angel. S. M a te o , i.
Patriarca San José, por
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SEPTENARIO DE LOS DOLORES
el dolor que tuvisteis vien do preñada á vuestra amada Esposa, y por el gozoso aviso que os dió el Angel para que no la dejaseis; suplícoos me alcancéis gracia para detes tar todo lo que he juzgado mal del prójimo,yconseguir el gozo de ejercitar la cari dad con castidad y pureza de mi alma. (Padre nuestro, Ave María, etc.) Segundo dolor y gozo.
Cuando á Cristo naciendo Viste tan pobre, Te alegró verle en tantas Adoraciones. S. L ucas, ji.
Patriarca San José, por el
Y GOZOS DE SAN JOSÉ
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dolor que tuvisteis viendo nacer á Jesús despreciado y con pobreza, y por el gozo de verle adorado de pastores y reyes, suplícoos me alcancéis dolor de ha berle ofendido y desprecia do con mi codicia y soberbia, y el gozo de servirle con hu mildad y pobreza de espí ritu. (.Padre nuestro, etc.) Tercer dolor y gozo.
Á Jesús cuando viste Circuncidarle, Con su nombre tu pena Pudo templarse. S. Lucas, ii.
Patriarca San José, por el dolor que tuvisteis viendo
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SEPTENARIO DE LOS DOLORES
derramar la sangre de vuestro Hijo circuncidán dole; y por el gozo de oir que se le puso el nombre de Jesús ó Salvador; suplícoos me alcancéis gracia para cortar y mortificar mis pa siones, y conseguir el gozo de que mi alma se blanquee con la sangre de mi Salva dor. (Padre nuestro, etc.) Cuarto dolor y gozo.
Si sentiste el presagio De morir Cristo, Os dió gozo el anuncio De redimirnos. S. Lucas, ii.
Patriarca San José, porel dolor que sentisteis profeti
Y GOZOS DE SAN JOSÉ
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zando Simeón la muerte de Jesús, y por el gozo que tuvisteis sabiendo que mo riría por redimirnos; supli cóos me alcancéis senti mientos de haberle crucifi cado con mis culpas, y gozo de gloriarme con la imita ción de sus penas. (Padre, nuestro, etc.) Quinto dolor y gozo.
Porque Herodes á Cristo Quiso prenderle, En Egipto guardarle Supiste alegre.
Patriarca San José, por el dolorque tuvisteis sabiendo que Herodesquería degollar
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SEPTENARIO DE LOS DOLORES
á vuestro amado Jesús, y por el gozo que os anunció el Angel de guardarle en Egipto: suplícoos me alcan céis dolor de los daños que he causado en las almas con mis escándalos, y gozo de hacerlas virtuosas con mi buen ejemplo y virtudes. (Padre nuestro, etc.) Sexto dolor y gozo.
Si al volver á Judea Tuviste susto, Nazaret fué el alcázar De tu refugio. S.
M
a t e o
, n.
Patriarca San José, por el temor con que obediente caminasteis á tierra de
Y GOZOS DE SAN JOSÉ
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Israel, receloso de que Jesús fuese injuriado, y por el gozoso anuncio que tuvis teis para irá Nazaret, supli cóos me alcancéis el don de temor,para que arrepentido me sujete humilde y obe diente á Dios, y logre el gozo de vencer temores, pa ra obrar las virtudesque ne cesito. {Padre nuestro, etc.) Séptimo dolor y gozo.
Si os causó gran tristeza Perdido Cristo, Al hallarle fué el gozo Más excesivo.
Patriarca San José, por el dolor que sentisteis en la
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SEPTENARIO DE LOS DOLORES
ausencia de Jesús, y por el gozo que tuvisteis de verle enseñando en el templo: suplícoos me alcancéis do lor de haberle perdido por mis culpas y descuidos, y gozo de hallarle por gracia, frecuentando los sacramen tos con el debido propósito de huir ocasiones de per derle. (Padre nuestro, etc.) Cada uno pida á San José lo que necesite y le convenga. O R A C IÓ N .
Santísimo Patriarca San José, dignísimo Esposo de la Virgen María, y Padre pu tativo de nuestro Redentor
Y GOZOS DE SAN JOSE
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Jesús, que por vuestras heroicas virtudes, dolores y gozos, merecisteis tan sin gulares títulos, y por ellos singularísimos privilegios para interceder por vues tros devotos; suplícoos, Santo mío, alcancéis pureza entera á los mozos y don cellas : castidad á los casa dos; continencia á los viu dos; santidad y celo á los sacerdotes; paciencia á los confesores; obediencia á los religiosos; fortaleza á los perseguidos; discreción y consejo á los superiores; auxilios poderosos á los pe-
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SEPTENARIO DE SAN JOSÉ
cadores é infieles, para que se conviertan; perseveran cia á los penitentes: y que lodos logremos ser devotos de vuestra amada Esposa María Santísima, para que por su intercesión y la vuestra, podamos vencer á nuestros enemigos, por los méritos de Jesús, y conse guir las gracias y favores que os hemos pedido en este Septenario para santi ficar nuestras almas, hasta conseguir dichosa muerte, y gozar de Dios eternamente en el cielo. Así sea. Bendito y alabado, etc., pág. 557.
ACTOS DE VIRTUDES TEOLOGALES Acto de Fe.
Creo en Dios Padre, creo en Dios Hijo, creo en Dios Espíritu S anto: Creo en el misterio de la Santísima Trinidad, que son tres Per sonas distintas, y un solo Dios verdadero: Creo el misterio de la encarnación del Hijo de Dios en las pu rísimas e n tra ñ a s de la siempre Virgen María; Creo los misterios de la sagrada Vida, Pasión, Muerte, Re surrección y Ascensión glo riosa á los cielos de nuestro Señor Jesucristo: y que ha
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ACTOS DE FE,
de venir á juzgarnos en el día horrible del Juicio, en que hemos de resucitar to dos en nuestros propios cuerpos; y que dará á los buenos su santísima gloria porque guardaron sus san tos mandamientos: y á los malos las penas eternas del infierno, porqueno los guar daron. Creo el misterio del Santísimo y divinísimo sa cramento del altar;yasimismo creo todos los demás misteriosysacramentos que cree y confiesa nuestra Madre la santa Iglesia cató lica, apostólica, romana,
ESPERANZA Y CARIDAD
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debajo de cuya fe y creen cia deseo y es mi voluntad vivir y morir. Creo que por los santos sacramentos del Bautismo y de la Penitencia, se nos perdonan todasnues tras culpas y pecados, y quedamos hechos hijos de Dios por gracia, y here deros de su gloria. Acto de Esperanza.
Espero, Señor, en vues tra bondad, piedad y mise ricordia, y en los méritos infinitos de la sagrada Vida, Pasión y Muerte de vuestro amantísimo Hijo, mi Reden·
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ACTOS DE FE,
tor Jesucristo, y en los de María Santísima, y de todos los Santos y Bienaventura dos, que me perdonaréis todas mis culpas y pecados, y que me daréis vuestra santísima gloria. (
f
Acto de Caridad.
Quisiera, Señor, habe ros amado con el amor con que en el cielo os aman los Angeles, Arcán geles, Querubines y Sera fines,7 Santos v* Bienaventurados, y con el purísimo amor con que os ama Ma ría Santísima : y si fuera
ESPERANZA Y CARIDAD
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posible, con el mismo amor con que os amáis á Vos mis mo. Perdonadme, Señor, todas mis culpas y pecados; que me pesa de haberos ofendido sólo por ser quien sois: no por temor de las penas del infierno, ni por interés de la gloria, sino es solamente por ser Vos quien sois, Bondad infinita: por que sois mi Criador, por que sois mi Redentor, porquesoismi Salvador, porque sois mi Padre; y porque os amo sobre todas las cosas, á mí me pesa de haberos ofendido. Misericordia, mi
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RELOJ
Dios y Señor; misericordia, mi amanüsimo Redentor. RELOJ ESPIRITUAL Para llevar á Dios presente en toda hora. ADVERTENCIA.
Quien se dedica á servir á Dios, ha de ser va rón de todas horas. En todas las horas es Dios del alma, y en las mismas el alma ha de ser de Dios: en toda hora está Dios pre sente al alma, y en todas debe la criatura estar presente á su Dios. No hay hora en que Dios do dé alguna cosa al alm a; ¿pues por qué ha de haber hora en que el alma no dé alguna cosa á su Dios? Á esto, pues, se ordena el presente relojito, á que en to das las horas del día, desde que te levantas hasta que te acuestas, seas de Dios, tengas presente á Dios y ofrezcas alguna cosa á Dios. Y aunque principalmente se escribió para seculares, padres y madres ocupados en negocios de familia y casa, que con sólo tener á mano ó á la memoria este reloj,
ESPIRITUAL
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pueden perder de vista el negocio de su salvación, puede también servir para toda clase de personas eclesiásticas ó religiosas, con sólo variar la hora, la entrega ó el ofre cimiento : conforme al gusto y devoción de cada uno. Á LAS SEIS DE LA MAÑANA. Todo á Dios. DIRECCIÓN.
Despertó,Señor, mi cuer po para que os sirva mi al ma, y esta primera hora para todas las de mi vida: me entrego todo á Vos, mi Dios, mi Señor, mi Rey, mí Padre, mi Maestro, mi Re dentor, mi Juez, mi Pastor, mi Amparo, mi Consuelo, mi Esperanza y mi Vida. Reconozco mi bajeza; y me
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RELOJ
humillo ante vuestra Majes tad; os venero como á mi primer principio, os adoro como á mi último fin, y os amo como á mi continuo bienhechor. Creo en Vos, verdad infalible, fortaleced mi fe. Espero en Vos, mise ricordia suma, afirmad mi esperanza. Amo á Vos, bon dad infinita, avivad mi amor. Protesto no querer consentir en culpa alguna, antes las detesto con todo mi corazón. Acepto cuantos trabajos me vengan en este día, y desde ahora adoro la mano de donde vienen.
ESPIRITUAL
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Os doy cuantas gracias pue do por cuantos beneficios me habéis hecho, criarme, conservarme, redimirme, darme fe, sacramentos, An gel deguarda,bíenesdegracia, de naturaleza y de for tuna. En humilde reconocimientoá tanta misericordia, os entrego alma y cuerpo, potencias, sentidos, vida, corazón, pensamientos, pa labras, obras, deseos, alien tos y suspiros, de este día y de todos los de mi vida, todo ordenado á gloria vuestra y bien de mi alma; y para que sea más agradable á
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RELOJ
vuestros divinos ojos, os lo presento por mano de mi Angel custodio, unido todo con la sangre de mi dulcísi mo Redentor, y con los do lores y angustias de María Santísima, mi Señora y Ma dre, á quien elijo protectora amorosísima de mi alma, cuyo patrocinio imploro, y cuya piedad espero hoy y siempre en la vida, en la muerte, y después de la muerte, hasta llegar á ve ros y gozaros por una eter nidad. Amén.
ESPIRITUAL
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Á LAS SIETE. Entendimiento á Dios. HUMILDAD.
En esta hora, Dios mío, os entrego mí entendi miento para conocer á Vos y á mí. Vos, bueno sobre toda bondad, dulce, amable, clemente, piadoso, sabio, infinito, eterno: y yo ¿qué fui? En el principio, nada; ahora soy ceniza, en el fin seré tierra, podre, gusanos y corrupción: soy cuanto al cuerpo miserias, cuanto al alma culpas. ¡Cuántas en la niñez, en la mocedad, en la juventud, en la vejez!
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RELOJ
Eslo entonces que no os co nocía; ahora que os conozco más, pocas menos; todo soy apetitos y pasiones, ingrato, rebelde, inconstante, aira do, soberbio: todo es en mí malo, poco ó nada bueno: aun lo que en si es bueno, lo hago malo con mi tibieza, vanidad y torcida intención. Pues, Dios mío, sí esto soy en mis ojos, ¿en los vues tros qué seré? Si esto en mi juicio, ¿qué en el vues tro? Si el justo apenas se salvará, ¿ qué será de mí ? ¿ qué haré ? Conocerme, abatirme y humillarme con
ESPIRITUAL
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mis superiores, mis iguales y mis inferiores: así lo haré en esta hora, ejercitaré la humildad con el deseo, con el corazón, con las pa labras y con las obras. Será mi protector S. Agustín ; con él repetiré: ¡IVoverim te, et noverim me! Conozca yo á Vos y á mí, para des preciarme á mí, y amaros á Vos: así me confundiré co mo indigno de que me sus tente la tierra; pondré so bre ella mi rostro, para que me levantéis á mí sobre mí, esto es, á la participación de vuestra gracia, para ha
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RELOJ
cerme digno de veros eter namente en la gloria. Á LAS OCHO. Memoria á Dios. DOLOR.
En esta hora, Dios mío, os entrego la memoria para acordarme de lo que habéis hecho por mí, y yo contra Vos, de vuestros favores y de mis ingratitudes; de vuestras misericordias y de mis culpas,; Ohj ¿cuán tas? sinnúmero, ¿Y cuáles? gravísimas. ¿ Y por qué? por un deleite breve, por un antojo miserable. ¿Y en qué tiempo ? cuando
ESPIRITUAL
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más me ayudabais á ser bueno. ¿ Y cómo ? con fe de que me veíais, con conoci miento de que os injuriaba, con el temor de que me iba á perder, con la luz de que podía perderos por toda una eternidad. Todo lo atro pellé, bien mío, mi temor, mi recuerdo, mi sobresalto, mi fe, vuestra luz, vuestra sangre, vuestra misericor dia, vuestra justicia. Pues ¿qué haré? Humillarme, confundirme, clamar, ge mir, llorar en esta hora, en todas las horas, día y noche, sin cesar, con lágrimas salí-
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RELOJ
das de mi corazón. Será mi protectora santa María Mag dalena; con esta penitente pecadora os bascaré, y si merezco hallaros, me arro jaré á vuestros piés, los be saré con mis labios; los re garé con agua de mis ojos, los limpiaré con mis cabe llos, y no me levantaré has ta que, como á ella, me di gáis : Amaste mucho, te per donaron mucho : vive en paz, que ya te ha perdo nado Dios: así sea, Padre de mi corazón, Redentor de mi alma, consuelo de mi vida. Así sea.
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Á LAS NUEVE. Voluntad á Dios. CONFORMIDAD.
En esta hora, Señor, os ofrezco mi voluntad, para que en todo se conforme con la vuestra, se acabe mi querer, y sólo quiera lo que Vos queráis. En lo prós pero y adverso, en la fortuna y en la desgracia, viviré contento, esperaré resignado, seré fiel, estaré igual, me sujetaré á vues tras providencias, adoraré vuestros secretos, veneraré vuestros juicios, y me resig naré en los trabajos; diré
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RELOJ
con S. Pablo: Señor, ¿ qué queréis hacer de mí? Con el Profeta : Enseñadme á hacer vuestra voluntad ; y con el santo Job: Si de vues tra mano recibí los bienes, ¿ por qué no recibiré los males? Este será mi ejerci cio en esta hora, y mi pro tectora será la gloriosa san ta Gertrudis : con ella os diré trescientos y sesenta y cinco veces al d ía: Señor, hágase vuestra voluntad. Si me falta la salud, la honra, la conveniencia, hágase vuestra voluntad : si me dejan los amigos, si me fal
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tan los hermanos, si se me mueren padres ó hijos, há gase vuestra voluntad : en todo y por todo, ahora en mi vida, y en muerte, há gase vuestra voluntad; sólo en una cosa haced Vos la mía, en que yo os ame, con este amor viva, con él muera, y con él os goce: así sea, gozo eterno de los bienaventurados, así sea, consuelo eterno de los jus tos. Á LAS DIEZ. Corazón á Dios· AMOR.
En esta hora, Dios mío,
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RELOJ
os entrego mi corazón todo entero, porque no lo queréis partido; ya no es mío, vues tro es, á vuestra custodia ha de estar: Padre mío, pe sadlo hasta que en la ba lanza de vuestro agrado le halléis ñel; probadlo con trabajos, rectificadlo con vuestros preceptos, reno vadlo con virtudes, ilumi nadlo con inspiraciones, aradlo con la reja de vues tra cruz, sembrad en él vuestra verdad , regadlo con vuestra Sangre, culti vadlo con vuestra gracia, guardadlo con vuestra mi
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sericordia, dilatadlo con vuestra alegría, selladlo con el dulcísimo nombre de Je sús, heridlo con la lanza de mi Redentor, inflamadlo en un ardiente amor, con que os ame sobre todas las cosas, más que aman los Angeles, más que los Serafines. Este será mi empleo en esta ho ra, despegar mi corazón de las criaturas, y ponerlo en Vos, mi amabilísimo Cria dor. Será mi protectora san ta Teresa de Jesús; con ella repetiré cuantos actos pue da de amor vivo, de amor desinteresado , de amor
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RELOJ
filial, hasta que como ella muera haciendo actos de amor. Así sea, amor de mi alma, amor de mi oído, dul císimo Jesús, y sea por una eternidad. Á LAS ONCE. Pensamientos á Dios. PUREZA.
En esta hora, Señor, os entrego mis pensamientos. ¡O h! ¡y cuántos me tiene llevado el mundo, el inte rés, la vanidad, la estima ción, la honra, la casa, la culpa, sus fines y sus conse cuencias! ¡Oh pensamien tos sucios y perdidos! ¡ Oh
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tiempo perdido en tales pensamientos! Bien puedo decir con el profeta: ¡ Mis pensamientos los disipó el viento de la vanidad, y ahora atormentan mi cora zón ! ¡Oh si lo que pensé en mi daño, lo hubiera pen sado en mi remedio, qué rico me hallara en la vida, y qué consolado en la muerte! ¡Oh si aquellos pensamientos que se lla man y fueron de inutilidad, lo hubieran sido de mi sal vación ! Pues, Dios mío. á llorar lo pasado, y á pensar en lo venidero: á lavar mi
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RELOJ
corazón de la malicia de aquellos pensamientos, en el agua pura destilada á fuegos de mi amor de los ojos, mi ejercicio en esta hora ha de ser no admitir pensamiento que no sea casto y puro, sólo pensar en Vos y en lo que me lleve á Vos, Cordero á quien siguen las Vírgenes, pureza de quien la copian los An geles. Será mi protector San José; con él ofreceré pu reza en alma, cuerpo, pen samientos, palabras y obras. Don es especialísimo de vuestra mano : no me lo
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neguéis, para que puro y casto os vea eternamente entre los Angeles, y os alabe sin lin con los Serafines. k LAS DOCE.
Trabajos á Dios. PACIENCIA.
En esta hora, Señor, os ofrezco mis trabajos, y vengan más, que todo lo merezco y o ; los recibiré gustoso como dádivas de vuestra mano, señales de mi predestinación, Angeles custodios de mi eterna sa lud, prevención de vues tras misericordias,7 v satis?
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RELOJ
facción anticipada de mis culpas: los adoraré como toques paternales de vues tra clemencia, avisos dul ces de vuestra justicia, y azotes suavísimos de vues tra providencia, para mi ejercicio, mérito, gracia y eterno peso de la gloria; para que yo desapegue mi corazón de las cosas del mundo, y lo ponga en las del cielo; para que me co nozca, me humille y clame en la tribulación á Vos, alivio de los atribulados, consuelo de los afligidos, y oremio eterno de los traba-
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jos. Vengan, pues, Señor, vengan cruces, aflicciones, enfermedades, deshonras, cuanto queráis, que todo lo sufriré por Vos; aquí que ma, aquí abrasa, no me perdonéis aquí, á cuenta de que me perdonéis allá. Cierto estoy, diré con San Pablo, que ni la tribulación, ni la desnudez, ni la perse cución, ni el hambre, ni la angustia, ni la deshonra, ni la muerte me apartarán de la caridad y paciencia de Jesús. La paciencia será mi ejercicio en esta hora; mi protector San Juan de la
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RELOJ
Cruz, que no quiso más premio por sus trabajos, que los trabajos m ism os: tampoco, Dios mío, quiero yo otro, como me deis pa ciencia en e llo s, gracia para merecer, y gloria para veros por una eterni dad. Á LA UNA. Familia á Dios. PIEDAD.
En esta hora, Señor, os entrego mi familia, marido, hijos, criados; Vos me los disteis, yo os doy las gra cias : vuestros son, y los
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pongo á vuestros piés; de todo hago entero sacrificio, para que dispongáis como de mueble propio. Echad les vuestra bendición, que lo sea de salud, de paz, de unión, de misericordia y de gracia. Mandad á vues tros Angeles que los visiten y les asistan en los peligros de cuerpo, alma, honra y vida: no permitáis que en tre ellos habite el enemigo, ni reine el pecado, antes los vea yo muertos en gracia, que vivos en culpas. Li bradlos, Señor, de la saeta que vuela en el día, del ne
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gocio que cruza por la no che, y del demonio que tienta al mediodía: á este fin os hago entero sacrificio de mi corazón, como Job, para que sus hijos no caye ran en alguna maldad; á este fin enderezo mis ora ciones, ejercicios, súplicas y lágrimas, á que sirvamos todos en pureza de vida, y logremos una dicha eterna: á ello mismo cooperaré en esta hora con mi persuasión, cuidado y buen ejemplo; será mi ejercicio la piedad, hablarlos con afabilidad, enderezarlos con amor, co4
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rregirlos co» blandura, su frirlos con paciencia, y sobrellevarlos con confor midad : mi protectora en esta hora será toda la sa grada Familia Jesús, María, José, Joaquín y Ana, bajo cuyo amoroso patrocinio pongo yo la mía, y me pon go también para que cui den de nuestras almas, y juntos aquí viviendo, nos veamos juntos gozando. Amén.
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Á LAS DOS. Deseos á Dios. DESHACIMIENTO.
En esta hora, Dios mío, os ofrezco mis deseos, y desde luego detesto cuantos me ha llevado el mundo, sus honras, sus ídolos y sus deleiteis. Nada deseo ya, ¿ ni para qué, si todo es figura, sombra, viento, hu mo, aflicción, vanidad de vanidades, y todo vanidad? ¿Para qué desear lo que deseado aflige, poseído can sa, gozadonollena,yperdido lastima? ¿Para qué desear lo que es peso en la vida,
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cuidado en la muerte, cargo en el juicio, y tormento en el infierno? Ya mi único deseo seréis Vos, bien eter no de mi alma, que nunca cansáis, nunca afligís, nun ca os acabáis : Vos que só lo podéis saciar los deseos de mi corazón; Vos dond^ están todos losbienesjuntos con superioridad. Si busco amigos, Vos lo sois fiel; si honra, no la hay como ser viros á Vos; si riqueza, sois el tesoro sin precio: si con suelo, Vos sois el seguro; si hermosura, lo sois por esen cia ; si bondad, sois la su-
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ma; si misericordia, sois infinita ; si verdad, sois la infalible; si gozo, sois ine fable; si deleite, lo sois dé los A ngeles; si gusto, no tienen otro los Serafines: pues, Dios mío, desde hoy os entrego mi voluntad, y la aparto de todo lo que no sea Vos: este será mi ejer cicio en la presente hora; mi protector San Francisco de Asís, con él repetiré: Dios mío y de todas las co sas, de todas las del mundo me despegaré por teneros, veros, amaros, y gozaros por toda una eternidad.
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A LAS TRES. Cuerpo á Dios. PENITENCIA.
En esta hora, Señor, os entrego mi cuerpo, delante de Vos acuso á este enemigo capital de mi espíritu, ti rano rey de la razón, esclavo rebelde á vuestra ley, cárcel de por vida de mi pobre al ma, vaso de iniquidad, de corrupción, de miserias y de culpas. ¡ Oh Señor! ¿ y quién me librará del cuerpo de esta muerte, ó de la muer te de este cuerpo? Yo me tengo la culpa de haberle
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cedido el mando, condes cendiendo á sus gustos, y dado rienda á sus antojos; pero, Dios mío, desde esta hora le publico continua guerra, no darle gusto en cosa alguna, mortificarlo en todo cuanto me permita el Director, el estado y la sa lud; quiera ó no quiera, ha de servir al espíritu, obede cer á la razón, sujetarse á la ley y ayudar á mi alma á la conquista del cielo, con las armas de las cruz y pe nitencia; su pan será la ce niza, su bebida las lágri mas, su comida el ayuno,
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su sueño la vigilia, su cama el suelo, su gala el cilicio, su espejo la muerte, su to cador la eternidad, su paseo la oración, su conversación el silencio, su refrigerio la disciplina, su ejercicio la pe nitencia. Asi conquistaré el reino de los cielos que pa dece fuerza; así lo conquis taron los mayores Santos. ¡ Ay de m í! que nada de esto he hecho hasta aquí. Mi protector en esta hora será San Francisco de Paula; á su imitación aborreceré mi cuerpo, sus regalos, delicias y pasatiempos; haré peni-
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tencia aquí, para descansar en el cielo una eternidad. Á LAS CUATRO. Ojos á Dios. RECATO.
En esta hora, Dios mío, os entrego mis ojos, ciegos con vista; curadlos, Vos que dais vista á Jos ciegos; obs curos con luz, dádsela, Vos que sois la lumbre de mis ojos.Ellosme robaron algún día el corazón, desde hoy os he de robar el corazón con ellos; por ellos entró la muerte, por ellos ha de entrarme la vida; me perdí
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con ellos viendo, con ellos me ganaré llorando; pagaré con lágrimas las vistas, ce sarán las vistas, y empeza rán las lágrimas; lloraré, Padre mío, cuanto vi por afición, por curiosidad, por gusto, sin recato y sin mira miento ; los apartaré en esta hora para <|ue 110 vean la vanidad; fijos en Vos, Dios mío, como los ojos de la es clava en las manos de su señora; fijos en tierra, prin cipio de mi ser, recuerdo de mi mortalidad. Haré un pacto con ellos, para que sólo vean lo que no puede O
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dañar, y no vean lo que puede ofender; para que vean lo que visto trae pen samientos santos, y no vean lo que visto trae pensamien tos feos. Este será mi ejerci cio : mi protector será San Luis Gonzuga, que entre las delicias del palacio, refrenó sus ojos para no ver ni aun lo permitido: á su imitación los cerraré yo, para que Vos me los abráis al conoci miento vuestro, aquí vi viendo por fe, y por clara visión en el cielo por una eternidad.
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A LAS CINCO. Palabras á Dios. SILENCIO.
En esta hora, Dios mío, os entrego mis palabras. ¡ Oh, y cuántas han salido de mi boca vanas, ociosas, perdidas, murmuratorias, provocativas, escandalosas, llenas de envidia, odio, si mulación y vanidad! ¿Qué ha sido mi boca sino un sepulcro abierto, por donde salían los malos olores de mi alma? ¿Qué mi lengua, sino una serpiente veneno sa, picando en todo y á to dos, á mis superiores, á mis
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iguales, á mis inferiores, al rico, al pobre, al virtuo so y al que 110 lo era? Y si de una palabra ociosa se ha de pedir estrecha cuenta, ¿qué será, miserable de mí, de tantas como hablé ? Si en el hablar mucho nunca faltó pecado, ¿cuánto habrá pecado quiensiempre habló mal y mucho ? ¡ Oh Señor, habed misericordia de m í! ¡ Perdonad mis pa labras, Vos que sois pa labra de eterna verdad ! Desde hoy propongo poner un candado á mi boca, una guarda á mi lengua, una
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puerto de circunstancias á mis labios, y un peso fiel á todas mis palabras. El can dado, será el silencio; la guarda, vuestro santo te mor; la puerta de circuns tancias, la prudencia ; el peso, la caridad: desde hoy será el silencio guarda de mi corazón; callaré, ha blando sólo lo preciso á gloria vuestra, bien del prójimo y de mi alm a: mi protector en esta hora será San Bernardo, ejercitadísi mo en esta virtud á fuerza del trato interior: callaré, Señor, para que Vos habléis
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en silencio á mi corazón pa labras de la vida eterna, donde os espero ver. Asi sea, por una eternidad. Á LAS SEIS. Libertad á Dios. OBEDIENCIA.
En esta hora, Dios mío, os entrego mi libertad; me la disteis, Señor, como á criatura racional, ¡qué be neficio! ¡qué favor! ¡qué m erced! poner en mi mano el fuego y el agua, la muer te y la vida, el pan y el cu chillo, el remedio y el daño, gloria eterna, ó muerte
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eterna. Pero ¡ oh mi Dios! ¡ qué mal usé yo de. esta merced! Lo que me disteis para merecer, lo empleé para pecar; lo que me disteis para elegir corona, lo dedi qué para elegir ignominia eterna. Libre, me hice sier vo de mi apetito; libre, me hice esclavo del demonio; libre para serviros, me hice más libre para ofenderos. ¡Oh libre albedrío, diré con Santa Teresa de Jesús, tan esclavo de tu propia liber tad, si 110 vives enclavado con el temor v amor de quien te crió! ¡ Oh cuándo
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será aquel día que te has de ver ahogado en el mar infinito de la suma verdad donde ya no serás libre para pecar, ni lo querrás ser! ¡Oh libertad! Pero ya se acabó para mí. Dios mío, quiero vivir sujeto en todo y por todo á Vos, á vuestra luz, á vuestra ley, y á la razón; que vivir con espíritu, esto es libertad. Obediente estaré á mi Pre lado, á mi Director, no ha ciendo cosa sin su voluntad: mi ejercicio en esta hora será ponerme todo en mano de la obediencia, renovarla,
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cumplirla, y vivir obe diente, hasta morir por amor del que obedeció hasta la muerte y la muerte de cruz. Será mi protectora Santa Catalina de Sena, tan dada á esta virtu d , que nada hacía sin licencia de su Confesor. Obedeceré yo también, para que cantan do en la muerte victoria, logre palma eterna en la gloria. Á LAS SIETE. Tentaciones á Dios. TEMOR.
En esta hora, Señor, os entrego mis tentaciones.
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No os pido que me libréis de ellas, si han de ser para mi ejercicio, mérito, gracia y corona, sólo sí, que no me dejéis caer en la tenta ción. Por todas partes me persiguen mundo, demonio y carne; ésta con sus apeti tos, el demonio con sus en gaños, y el mundo con sus embelesos, dentro y fuera: velando y durmiendo tiran á perderme. ¿ Qué hará mi flaqueza si le falta vues tra gracia, vuestro auxilio, vuestra luz y vuestra pie dad? ¡Oh mi Dios! no la desmerezca vo con mi mala
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correspondencia á vuestras luces, con mi terquedad á vuestras inspiraciones, y con mi poco reparo en cometerculpas veniales.No ponga yo el hilo de que se me pre pare el lazo, la enfermedad de que se me siga la muerte; uo ponga yo aquella dispo sición última, que sea para mi ruina, la última dispo sición. Tenedme, Señor, antes de llegar aquí por vuestro amor, por vuestra Sangre, por vuestra Madre María Santísima, á quien desde ahora invoco para no desmerecer esta gracia.
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Este es mi temor, si la des merecí ya, ó si la desmere ceré para el tiempo de morir. ¡Oh Señor! ¿qué te mo si esto no temo? ¿qué lloro, si esto no lloro? Llo raré á lágrima viva haberla desmerecido, temeré no vol verla á desmerecer. Este será mi ejercicio en la pre sente hora: temer á Dios, á sus juicios; temor de no oírle, de no corresponderle, de no aplicarme á su servicio conforme á mi llamamiento.Serámi protector San VicenteFerrer,cuya voz continua e r a : Criaturas,
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temed á Dios. Os temeré; Dios mío, como á Padre para llegar á veros, y amaros como hijo por una eterni dad. !
Á LAS OCHO. Beneficios á Dios. AGRADECIMIENTO.
En esta hora, Dios mío, os entrego todos los bene ficios que me habéis hecho, generales, particulares, cla ros, ocultos, los que sé y no sé, de todos me reco nozco deudor por recibidos, malogrados y poco agrade cidos. Agradézcanlos por mí cuantos corazones jun
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tos tenéis en el cielo y en la tierra, mientras yo reco nocido vuelvo los ojos al beneficio de llamarme á penitencia, después de ha ber caído en la culpa. ¡ Oh qué beneficio! Bien puedo d e cir: Me libraste del in fierno inferior y del lazo de los que cazan para una eternidad. ¡Qué fuera de mí, sí no me librara vues tra misericordia! Me hicis teis, me deshice, y me volvisteis á hacer; me ga nasteis, me perdí, me vol visteis á ganar; me resu citasteis , me m até, me
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volvisteis á resucitar; pero ¿cuándo? cuando más muer to, más deshecho y más perdido, os ofendía yo sin ley y sin temor. ¡Oh bon dad sobre toda bondad, que hicisteis motivo de mi cul pa para llamarme á vuestra gracia! ¡ Cuántos, Jesús de mi alma, en este mismo tiempo, y con menos culpas que yo, se perdieron por una eternidad! ¿Pues por qué ellos perdidos, y yo ganado; yo escogido, yo señalado de vuestra miseri cordia ? ¿ Por qué entre tanta multitud de enfer
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mos, se fueron á este solo paralítico vuestros divinos ojos? No hay respuesta á este por qué, sino adorar y agradecer: éste será mi ejercicio en la presente ho ra; mis protectores cuantos santos penitentes después de pecadores se veneran en la Iglesia; con ellos os daré infinitas gracias, con ellos lloraré, y como ellos me en mendaré: prometo, Señor, nunca ofenderos, primero morir que pecar: así lo haré asistido de vuestra gracia, para agradecero eterna mente en la gloria.
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Á LAS NUEVE. Alma á Dios. ADORACIÓN.
En esta hora, Dios mío, os entrego mi alma; vuestra es por todos los títulos, de criada, red imidaj ustiíl cada, y de otros m ás: no despre ciéis, Señor, esta obra de vuestro poder, de vuestras manosydevuestrosauxilios. A Vos acudo como reo con victo delante de su j u e z : perdonada quien es vuestro, obró mal, lo conoce, lo con fiesa, lio llora: á Vos acudo como enfermo á su médico: sanadme, Señor, y sanará
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quien está ciego, lunático y paralítico, y entre tanta enfermedad suspira por su salud. A Vos acudo como el ciervo sediento á la fuen te de aguas vivas; dadme, Señor, el agua de contri ción, de las lágrimas y de la penitencia, que me apa gue la sed de lo transitorio, y me aumente la de lo eter no. A Vos acudo como es clavo á su Señor, vasallo á su Rey, hijo á su Padre, y criatura á su Criador; como á tal os adoro, y será en es ta hora mi ejercicio repetir actos de adoración en espí
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ritu de humildad, y ánimo de verdadera contrición: os adorará mi alma como á su principio, centro, bien, y último fin, y protestando vuestra suprema excelen cia, os adoraré también con el cuerpo, como que cuer po y alma los debo á vues tra misericordia. Será mi protector en esta hora San Patricio, que cien veces al día y otras tantas á la no che os adoraba con alma y cuerpo: así os adoraré yo, Dios mío, con todos mis sentidos, hasta que os adore con los Angeles en el cielo.
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Á LAS DIEZ. Obras á Dios. PERSEVERANCIA.
En esta hora os entrego, Dios mío, y con todo mi co razón, cuantas obras bue nas tengo hechas en este día. Vuelven las aguas al mar de donde salieron : si algo bueno hay en ellas, de Vos vino, de quien descien de todo bien, y lo vuelvo á Vos sin buscar más premio que vuestro divino agrado: y para que lo sean, valo radlas con vuestra piedad, ilustradlas con vuestra gra
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cia juntadlas con la Sangre de mi Redentor, con los dolores de la Virgen mi Se ñora, con el amor de los Serafines, con los suspiros de los Patriarcas, con los deseos de los Profetas, con la fortaleza de los Mártires, con la mortificación de los Confesores, con la pureza de las Vírgenes, y con la perseverancia de todos los Santos. Esta virtud será mi ejercicio en la presente ho ra, la perseverancia en el bien hasta el fin, para reci bir por corona la eterna salvación. Será mi protec
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tor San Miguel Arcángel, á quien suplico me defienda de los enemigos de mi alma, me asista en los peligros de conciencia, aliente mi poco fervor, me quite los estorbos de la virtud, para que perseverando en ella, logre el premio por una eternidad.
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ORACION Al Arcángel San RAFAEL.
Oh glorioso arcángel san Rafael, destinado por Dios para cuidar de la salud de los hombres, como vuestro mismo nombre que quiere decir medicina de Dios lo testifica; á quien han acu dido con resultado consola dor en sus apuros las fami lias, los pueblos y los cris tianos en particular: tened me bajo de vuestra protec ción, y guardadme de los peligrosdealmaycuerpoque me rodean, como librasteis
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al joven Tobías del pez que iba ya á devorarle, y ahu yentasteis al demonio de Sara: socorredme en mis tribulaciones y angustias como lo hicisteis al padre de Tobías restituyéndole la vista y haciendo que vol viera á ver la luz del cielo: y acompañadme en el viaje de la vida presente hasta llevarme sano y salvo, esto es, libre de la esclavitud del demonio, á la casa de mi Padre celestial, que es el puerto seguro de mi eter na salvación. Amén.
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ORACION
Á SAN LUIS GONZAGA.
jAngélicojóven san Luis Gonzaga! Miradme con ojos de piedad y de amor. Des de este valle de corrupción y de muerte clamo á Vos, ángel purísimo de castidad, y os ruego libréis mi alma de los innumerables peli gros que la cercan. El mun do, la carne, y el maligno espíritu conspiran sin cesar para vencerme, y hacer que se marchite la pureza que tanto agrada á su divina
ORACIÓN Á SAN LUIS GONZAGA
Majestad.No permitáis pues, abogado mío, que ceda á los funestos atractivos que me ofrecen mis contrarios; haced puros mi alma y cuer po; limpiad mi corazón de los afectos sensuales, y con seguidme, en premio de mi constancia, la corona que estaisdisfrutando, por vues tra pureza inmaculada. Así sea.