Accidentes Del Trabajo Tomo Ii Imp

  • Uploaded by: leo davidovich
  • 0
  • 0
  • January 2021
  • PDF

This document was uploaded by user and they confirmed that they have the permission to share it. If you are author or own the copyright of this book, please report to us by using this DMCA report form. Report DMCA


Overview

Download & View Accidentes Del Trabajo Tomo Ii Imp as PDF for free.

More details

  • Words: 1,117,784
  • Pages: 804
Loading documents preview...
TIRO

RETIRO

TIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

ACCIDENTES DEL TRABAJO

Tomo II CUANTIFICACIÓN

CUANTIFICACIÓN

Tomo II

ACCIDENTES DEL TRABAJO TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

RETIRO

La Ley Nº 17.336 sobre Propiedad Intelectual prohíbe el uso no exceptuado de obras protegidas sin la autorización expresa de los titulares de los derechos de autor. El fotocopiado o reproducción por cualquier otro medio o procedimiento, de la presente publicación, queda expresamente prohibido. Usos infractores pueden constituir delito. ADVERTENCIA ACCIDENTE DEL TRABAJO TOMO II © LEGAL PUBLISHING CHILE 2012 Legal Publishing Chile • MiraÀores 383, piso 10, Santiago, Chile • Teléfono: 510 5000 • www.legalpublishing.cl ISBN Obra Completa 978 - 956 - 346 - 166 - 4 Registro de Propiedad Intelectual Nº 214.653 • I.S.B.N. 978 - 956 - 346 - 168 - 8 1ª edición marzo 2012 Legal Publishing Chile Tiraje: 500 ejemplares Impresores: CyC Impresores - San Francisco 1434, Santiago IMPRESO EN CHILE / PRINTED IN CHILE TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

ACCIDENTE DEL TRABAJO TOMO II © LEGAL PUBLISHING CHILE 2012 Legal Publishing Chile • MiraÀores 383, piso 10, Santiago, Chile • Teléfono: 510 5000 • www.legalpublishing.cl ISBN Obra Completa 978 - 956 - 346 - 166 - 4 Registro de Propiedad Intelectual Nº 214.653 • I.S.B.N. 978 - 956 - 346 - 168 - 8 1ª edición marzo 2012 Legal Publishing Chile Tiraje: 500 ejemplares Impresores: CyC Impresores - San Francisco 1434, Santiago IMPRESO EN CHILE / PRINTED IN CHILE ADVERTENCIA La Ley Nº 17.336 sobre Propiedad Intelectual prohíbe el uso no exceptuado de obras protegidas sin la autorización expresa de los titulares de los derechos de autor. El fotocopiado o reproducción por cualquier otro medio o procedimiento, de la presente publicación, queda expresamente prohibido. Usos infractores pueden constituir delito.

TIRO

ÍNDICE

I

ÍNDICE

Página

I. DEBER DE PROTECCIÓN Y SEGURIDAD DEL ART. 184 DEL CTRAB .......................................... a. En virtud de la aplicación del principio de la integración se tiene por acreditado el incumplimiento de las normas legales y contractuales. b. El artículo 2330 del CC no es compatible con el régimen de subordinación y dependencia, donde el empleador conoce claramente las conductas riesgosas del trabajador. II. INDEMNIZACIÓN DEL DAÑO MORAL a. Su indemnización no está contemplada en la ley N° 16.744, por lo tanto, constando el daño y el incumplimiento del empleador debe otorgarse.

7

FICHA Nº 3 Página ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD FICHA Nº 1 I.

DEBER DE PROTECCIÓN Y SEGURIDAD DEL ART. 184 DEL CTRAB .......................................... a. No basta con el cumplimiento meramente formal, se requiere la máxima diligencia del empleador. b. No se adoptaron todas las providencias precisas y efectivas para evitar el accidente (ausencia de capacitación, charlas de prevención y supervisión en su labor).

3

I. DEBER DE PROTECCIÓN Y SEGURIDAD DEL ART. 184 DEL CTRAB .......................................... a. Se entiende que no se ha cumplido si no existe reglamento interno de orden, higiene y seguridad y no se tomaron todas las medidas necesarias, ni eficaces. II. INDEMNIZACIÓN DEL DAÑO MORAL a. Debe indemnizarse no sólo el dolor sufrido por la pérdida parcial e irrecuperable de la vista sino que también considerar los perjuicios que ha ocasionado en lo estético, lo social, el agrado de vivir.

5

FICHA Nº 2

FICHA Nº 2 I.

DEBER DE PROTECCIÓN Y SEGURIDAD DEL ART. 184 DEL CTRAB .......................................... a. Se entiende que no se ha cumplido si no existe reglamento interno de orden, higiene y seguridad y no se tomaron todas las medidas necesarias, ni eficaces. II. INDEMNIZACIÓN DEL DAÑO MORAL a. Debe indemnizarse no sólo el dolor sufrido por la pérdida parcial e irrecuperable de la vista sino que también considerar los perjuicios que ha ocasionado en lo estético, lo social, el agrado de vivir.

5

I.

DEBER DE PROTECCIÓN Y SEGURIDAD DEL ART. 184 DEL CTRAB .......................................... a. No basta con el cumplimiento meramente formal, se requiere la máxima diligencia del empleador. b. No se adoptaron todas las providencias precisas y efectivas para evitar el accidente (ausencia de capacitación, charlas de prevención y supervisión en su labor).

3

FICHA Nº 1 ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD Página

FICHA Nº 3 I.

DEBER DE PROTECCIÓN Y SEGURIDAD DEL ART. 184 DEL CTRAB .......................................... a. En virtud de la aplicación del principio de la integración se tiene por acreditado el incumplimiento de las normas legales y contractuales. b. El artículo 2330 del CC no es compatible con el régimen de subordinación y dependencia, donde el empleador conoce claramente las conductas riesgosas del trabajador. II. INDEMNIZACIÓN DEL DAÑO MORAL a. Su indemnización no está contemplada en la ley N° 16.744, por lo tanto, constando el daño y el incumplimiento del empleador debe otorgarse.

7

ÍNDICE ÍNDICE

Página I

RETIRO

9

FICHA Nº 5 10

FICHA Nº 6

FICHA Nº 6 12

10

FICHA Nº 5 Página II

ÍNDICE

14

FICHA Nº 4

EXCEPCIÓN DE FINIQUITO ............................................................................................... a. La falta de mención expresa del accidente del trabajo en el finiquito no es suficiente para que el Tribunal pueda presumir la falta de consentimiento en dicho acto. b. El deber de seguridad es de origen legal y se deriva de la prestación de servicios, por lo tanto, está comprendido en la declaración de finiquito que el trabajador efectuó respecto de su empleador.

9

I.

I.

FICHA Nº 7

DEBER DE PROTECCIÓN Y SEGURIDAD DEL ART. 184 DEL CTRAB .......................................... a. Para que la protección sea eficaz, deben revisarse constantemente los lugares de trabajo e instruirse al actor sobre los peligros que involucran el cumplimiento de sus labores.

DEBER DE PROTECCIÓN Y SEGURIDAD DEL ART. 184 DEL CTRAB .......................................... a. El empleador no ha cumplido su deber si no exigió licencia de conducir adecuada, no supervisó al trabajador ni probó conducta temeraria de este último. II. INDEMNIZACIÓN DEL LUCRO CESANTE a. La proyección de las expectativas laborales futuras no es en ningún caso suficiente para darlo por satisfecho. b. Los gastos de prótesis no son indemnizables puesto que tienen cobertura de la ley N° 16.744.

I.

I. RESPONSABILIDAD CIVIL CONTRACTUAL ............................................................................. a. Se genera, para la empresa, por la sola ocurrencia del accidente. b. Debido al incumplimiento del imperativo legal del deber de protección del art. 184 del CTRAB. II. INDEMNIZACIÓN DEL LUCRO CESANTE a. La incertidumbre y las condiciones del mercado no permiten asegurar que el trabajador fuera a permanecer toda la vida activa como dependiente de la empresa. b. El contrato laboral puede resolverse con antelación de aquella fecha, ya sea por voluntad del empleador o por voluntad del trabajador. III. INDEMNIZACIÓN DEL DAÑO MORAL a. Tiene un carácter netamente subjetivo. b. Su evaluación y determinación se encuentra entregada al criterio discrecional del Juez. c. Su valorización se encuentra entregada al mérito del proceso considerando el grado de culpa o dolo con que actuó el empleador.

RESPONSABILIDAD CIVIL CONTRACTUAL ............................................................................. a. Se genera, para la empresa, por la sola ocurrencia del accidente. b. Debido al incumplimiento del imperativo legal del deber de protección del art. 184 del CTRAB. II. INDEMNIZACIÓN DEL LUCRO CESANTE a. La incertidumbre y las condiciones del mercado no permiten asegurar que el trabajador fuera a permanecer toda la vida activa como dependiente de la empresa. b. El contrato laboral puede resolverse con antelación de aquella fecha, ya sea por voluntad del empleador o por voluntad del trabajador. III. INDEMNIZACIÓN DEL DAÑO MORAL a. Tiene un carácter netamente subjetivo. b. Su evaluación y determinación se encuentra entregada al criterio discrecional del Juez. c. Su valorización se encuentra entregada al mérito del proceso considerando el grado de culpa o dolo con que actuó el empleador.

12

I.

I. DEBER DE PROTECCIÓN Y SEGURIDAD DEL ART. 184 DEL CTRAB .......................................... a. El empleador no ha cumplido su deber si no exigió licencia de conducir adecuada, no supervisó al trabajador ni probó conducta temeraria de este último. II. INDEMNIZACIÓN DEL LUCRO CESANTE a. La proyección de las expectativas laborales futuras no es en ningún caso suficiente para darlo por satisfecho. b. Los gastos de prótesis no son indemnizables puesto que tienen cobertura de la ley N° 16.744.

DEBER DE PROTECCIÓN Y SEGURIDAD DEL ART. 184 DEL CTRAB .......................................... a. Para que la protección sea eficaz, deben revisarse constantemente los lugares de trabajo e instruirse al actor sobre los peligros que involucran el cumplimiento de sus labores.

FICHA Nº 7

I.

14

FICHA Nº 4

I.

Página

EXCEPCIÓN DE FINIQUITO ............................................................................................... a. La falta de mención expresa del accidente del trabajo en el finiquito no es suficiente para que el Tribunal pueda presumir la falta de consentimiento en dicho acto. b. El deber de seguridad es de origen legal y se deriva de la prestación de servicios, por lo tanto, está comprendido en la declaración de finiquito que el trabajador efectuó respecto de su empleador.

ÍNDICE

II

TIRO

ÍNDICE

III

I.

RESPONSABILIDAD EN RÉGIMEN DE SUBCONTRATACIÓN .........................................................

21

FICHA Nº 12

Página FICHA Nº 8 I.

DEBER DE PROTECCIÓN Y SEGURIDAD DEL ART 184 DEL CTRAB .......................................... a. Existe un incumplimiento si el empleador no veló porque sus trabajadores no realicen maniobras peligrosas para su vida y salud. II. EXPOSICIÓN IMPRUDENTE DE LA VÍCTIMA AL DAÑO a. No se aplica puesto que la calidad de garante que tiene el empleador se extiende no sólo a la salud e integridad de sus trabajadores, sino también al comportamiento laboral.

15

FICHA Nº 9 I.

INDEMNIZACIÓN DEL DAÑO MORAL ................................................................................... a. Para otorgarla deben considerarse los antecedentes médicos, sus características, su tratamiento médico, la necesidad de intervenciones quirúrgicas, la aparición natural de un stress postraumático e indicios de la evolución hacia un cuadro depresivo, y los múltiples tratamientos médicos y farmacológicos que apuntan a la recuperación física y psíquica del actor.

16

FICHA Nº 10 I. DEBER DE PROTECCIÓN Y SEGURIDAD DEL ART. 184 DEL CTRAB .............................................. a. Existió un incumplimiento culposo del empleador al no tener medidas que hubiesen permitido una coordinación adecuada del trabajo, en los distintos niveles, medidas de supervisión y medidas que hubiesen evitado la caída de objetos en altura. II. RESPONSABILIDAD EN EL RÉGIMEN DE SUBCONTRATACIÓN a. Las empresas deben responder en forma simplemente conjunta o mancomunada, que es la regla general en materia de responsabilidad en casos de pluralidad de sujetos.

17

FICHA Nº 11 I.

DEBER DE PROTECCIÓN Y SEGURIDAD DEL ART. 184 DEL CTRAB .......................................... a. En virtud del principio de la integración se entiende incluido dentro de las obligaciones contractuales del empleador. b. No se pueden reducir las indemnizaciones que derivan del incumplimiento de este deber puesto que no consta que el trabajador se expuso imprudentemente al daño. II. INDEMNIZACIÓN DEL LUCRO CESANTE a. Esta indemnización es incompatible con el subsidio de la ley N° 16.744.

19

I. DEBER DE PROTECCIÓN Y SEGURIDAD DEL ART. 184 DEL CTRAB .......................................... a. En virtud del principio de la integración se entiende incluido dentro de las obligaciones contractuales del empleador. b. No se pueden reducir las indemnizaciones que derivan del incumplimiento de este deber puesto que no consta que el trabajador se expuso imprudentemente al daño. II. INDEMNIZACIÓN DEL LUCRO CESANTE a. Esta indemnización es incompatible con el subsidio de la ley N° 16.744.

19

FICHA Nº 11 I. DEBER DE PROTECCIÓN Y SEGURIDAD DEL ART. 184 DEL CTRAB .............................................. a. Existió un incumplimiento culposo del empleador al no tener medidas que hubiesen permitido una coordinación adecuada del trabajo, en los distintos niveles, medidas de supervisión y medidas que hubiesen evitado la caída de objetos en altura. II. RESPONSABILIDAD EN EL RÉGIMEN DE SUBCONTRATACIÓN a. Las empresas deben responder en forma simplemente conjunta o mancomunada, que es la regla general en materia de responsabilidad en casos de pluralidad de sujetos.

17

FICHA Nº 10 I.

INDEMNIZACIÓN DEL DAÑO MORAL ................................................................................... a. Para otorgarla deben considerarse los antecedentes médicos, sus características, su tratamiento médico, la necesidad de intervenciones quirúrgicas, la aparición natural de un stress postraumático e indicios de la evolución hacia un cuadro depresivo, y los múltiples tratamientos médicos y farmacológicos que apuntan a la recuperación física y psíquica del actor.

16

FICHA Nº 9 I. DEBER DE PROTECCIÓN Y SEGURIDAD DEL ART 184 DEL CTRAB .......................................... a. Existe un incumplimiento si el empleador no veló porque sus trabajadores no realicen maniobras peligrosas para su vida y salud. II. EXPOSICIÓN IMPRUDENTE DE LA VÍCTIMA AL DAÑO a. No se aplica puesto que la calidad de garante que tiene el empleador se extiende no sólo a la salud e integridad de sus trabajadores, sino también al comportamiento laboral.

15

FICHA Nº 8 Página

FICHA Nº 12 I.

RESPONSABILIDAD EN RÉGIMEN DE SUBCONTRATACIÓN .........................................................

21

ÍNDICE

III

RETIRO

Página a. La conducta exigida al empleador directo (contratista) y al dueño de la obra, empresa o faena corresponde a una obligación de hacer, ello con independencia de donde se cumplen funciones. FICHA Nº 13 22

FICHA Nº 16 23

FICHA Nº 15 24

FICHA Nº 14 25

FICHA Nº 13 a. La conducta exigida al empleador directo (contratista) y al dueño de la obra, empresa o faena corresponde a una obligación de hacer, ello con independencia de donde se cumplen funciones. Página IV

ÍNDICE

EXCEPCIÓN DE FINIQUITO ............................................................................................... a. Su existencia, no obsta al cobro de las indemnizaciones por el daño moral y lucro cesante puesto que no consta la renuncia a dichas acciones. b. La obligación de otorgar seguridad en el trabajo es una de las manifestaciones concretas del deber general de protección del empleador. II. INDEMNIZACIÓN DE LUCRO CESANTE a. No resulta suficiente para otorgarla la disminución en la capacidad de trabajo y la responsabilidad directa del empleador. b. El trabajador debe acreditar los presupuestos indispensables para hacerlo procedente, esto es, la merma efectiva del beneficio o provecho que se habría obtenido en determinadas condiciones. c. No puede establecer como parámetro para su cuantificación, los años que restan para su jubilación o de vida, pues la indemnización debe corresponder efectivamente al daño causado y no a conjeturas. d. La compensación de este tipo de daño se encuentra establecida a través de la ley sobre Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales.

22

I.

I.

FICHA Nº 16

DEBER DE PROTECCIÓN Y SEGURIDAD DEL ART. 184 DEL CTRAB .......................................... a. No se trata una obligación de garantía que origine responsabilidades en el empleador por el solo acontecimiento de un hecho dañoso b. No resulta lógico exigir al empleador una conducta de control y las consecuencias de una dolencia que fue oportunamente tratada por los respectivos especialistas.

DEBER DE PROTECCIÓN Y SEGURIDAD DEL ART. 184 DEL CTRAB .......................................... a. El empleador lo incumplió puesto que no realizó capacitaciones, ni instruyó sobre los riesgos, ni realizó charlas del cuidado de manos ni tampoco supervisó las labores del trabajador como debía.

23

I.

I.

FICHA Nº 15

PROCEDENCIA DE LA RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL ........................................................ a. Siendo el ataque delictual provocado por terceros, una circunstancia ajena absolutamente a la voluntad del empleador, resulta indiferente si el empleador cumplió o no las medidas de seguridad puesto que ello no es causa directa del accidente.

PROCEDENCIA DE LA RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL ........................................................ a. Siendo el ataque delictual provocado por terceros, una circunstancia ajena absolutamente a la voluntad del empleador, resulta indiferente si el empleador cumplió o no las medidas de seguridad puesto que ello no es causa directa del accidente.

24

I.

I.

FICHA Nº 14

DEBER DE PROTECCIÓN Y SEGURIDAD DEL ART. 184 DEL CTRAB .......................................... a. El empleador lo incumplió puesto que no realizó capacitaciones, ni instruyó sobre los riesgos, ni realizó charlas del cuidado de manos ni tampoco supervisó las labores del trabajador como debía.

DEBER DE PROTECCIÓN Y SEGURIDAD DEL ART. 184 DEL CTRAB .......................................... a. No se trata una obligación de garantía que origine responsabilidades en el empleador por el solo acontecimiento de un hecho dañoso b. No resulta lógico exigir al empleador una conducta de control y las consecuencias de una dolencia que fue oportunamente tratada por los respectivos especialistas.

25

I.

I. EXCEPCIÓN DE FINIQUITO ............................................................................................... a. Su existencia, no obsta al cobro de las indemnizaciones por el daño moral y lucro cesante puesto que no consta la renuncia a dichas acciones. b. La obligación de otorgar seguridad en el trabajo es una de las manifestaciones concretas del deber general de protección del empleador. II. INDEMNIZACIÓN DE LUCRO CESANTE a. No resulta suficiente para otorgarla la disminución en la capacidad de trabajo y la responsabilidad directa del empleador. b. El trabajador debe acreditar los presupuestos indispensables para hacerlo procedente, esto es, la merma efectiva del beneficio o provecho que se habría obtenido en determinadas condiciones. c. No puede establecer como parámetro para su cuantificación, los años que restan para su jubilación o de vida, pues la indemnización debe corresponder efectivamente al daño causado y no a conjeturas. d. La compensación de este tipo de daño se encuentra establecida a través de la ley sobre Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales.

ÍNDICE

IV

TIRO

ÍNDICE

V

Página FICHA Nº 17

II. INDEMNIZACIÓN DEL DAÑO MORAL a. El artículo 1558 del Código Civil establece la obligación de indemnizar perjuicios provenientes del incumplimiento de las obligaciones contractuales. b. En el caso de la ley N° 16.744 debe ampliarse a la indemnización del daño moral (otras indemnizaciones a que tiene derecho).

I.

EXCEPCIÓN DE CASO FORTUITO ........................................................................................ a. No se acoge la excepción puesto que no se siguió rigurosamente el procedimiento de seguridad. b. La demandada principal no aplicó los resguardos señalados en el manual y la demandada solidaria no veló porque así fuera.

27

I.

II. INDEMNIZACIÓN DEL LUCRO CESANTE a. Independiente de si existe o no declaración de invalidez es claro que el trabajador deberá someterse a una larga rehabilitación. b. Al momento de cuantificarlo debe considerarse que el trabajador no tiene capacitación para desarrollar otras actividades remuneradas. c. Como base de cálculo debe considerarse las labores que desempeño en la empresa, la última remuneración mensual y multiplicarla por el número de años que le falta para jubilar. III. INDEMNIZACIÓN DEL DAÑO MORAL a. Dice relación con aproximarse al estado de vida emocional que el trabajador tenía antes del accidente. b. Si la demandada considera que la cifra solicitada constituye lucro debe acreditarlo. c. La cantidad solicitada es suficiente para intentar alcanzar el mismo o más próximo nivel de bienestar emocional que tenía antes del accidente. FICHA Nº 18 I.

RESPONSABILIDAD DEL ACCIDENTE DE TRAYECTO ................................................................. a. Aun cuando sea considerado como accidente del trabajo, al trabajador que lo padece le está vedada la acción indemnizatoria en contra de su empleador. b. El empleador no es responsable puesto que el accidente ocurre fuera del lugar donde se prestan los servicios.

29

FICHA Nº 19

INDEMNIZACIÓN DEL LUCRO CESANTE ................................................................................ a. Su determinación debe obedecer a criterios objetivos y comprobados. b. Aunque están acreditadas las lesiones, no hay antecedentes suficientes para acreditar que el actor haya dejado de ganar o dejará de percibir en el futuro por el daño sufrido.

30

FICHA Nº 19 I.

RESPONSABILIDAD DEL ACCIDENTE DE TRAYECTO ................................................................. a. Aun cuando sea considerado como accidente del trabajo, al trabajador que lo padece le está vedada la acción indemnizatoria en contra de su empleador. b. El empleador no es responsable puesto que el accidente ocurre fuera del lugar donde se prestan los servicios.

29

FICHA Nº 18 III. INDEMNIZACIÓN DEL DAÑO MORAL a. Dice relación con aproximarse al estado de vida emocional que el trabajador tenía antes del accidente. b. Si la demandada considera que la cifra solicitada constituye lucro debe acreditarlo. c. La cantidad solicitada es suficiente para intentar alcanzar el mismo o más próximo nivel de bienestar emocional que tenía antes del accidente. II. INDEMNIZACIÓN DEL LUCRO CESANTE a. Independiente de si existe o no declaración de invalidez es claro que el trabajador deberá someterse a una larga rehabilitación. b. Al momento de cuantificarlo debe considerarse que el trabajador no tiene capacitación para desarrollar otras actividades remuneradas. c. Como base de cálculo debe considerarse las labores que desempeño en la empresa, la última remuneración mensual y multiplicarla por el número de años que le falta para jubilar.

I.

INDEMNIZACIÓN DEL LUCRO CESANTE ................................................................................ a. Su determinación debe obedecer a criterios objetivos y comprobados. b. Aunque están acreditadas las lesiones, no hay antecedentes suficientes para acreditar que el actor haya dejado de ganar o dejará de percibir en el futuro por el daño sufrido.

II. INDEMNIZACIÓN DEL DAÑO MORAL a. El artículo 1558 del Código Civil establece la obligación de indemnizar perjuicios provenientes del incumplimiento de las obligaciones contractuales. b. En el caso de la ley N° 16.744 debe ampliarse a la indemnización del daño moral (otras indemnizaciones a que tiene derecho).

30

I.

EXCEPCIÓN DE CASO FORTUITO ........................................................................................ a. No se acoge la excepción puesto que no se siguió rigurosamente el procedimiento de seguridad. b. La demandada principal no aplicó los resguardos señalados en el manual y la demandada solidaria no veló porque así fuera.

27

FICHA Nº 17 Página ÍNDICE

V

RETIRO

ÍNDICE

Página FICHA Nº 20 32 37

FICHA Nº 24 36 35

FICHA Nº 22 35 34

FICHA Nº 23 36

FICHA Nº 24 37

FICHA Nº 20 Página VI

ÍNDICE

INDEMNIZACIÓN DEL DAÑO MORAL ................................................................................... a. Las circunstancias concomintantes, anteriores y posteriores, interfieren en la relación de causalidad directa entre el accidente, el dolor y las lesiones sufridas (accidente anterior en la misma mano). II. INDEMNIZACIÓN DEL LUCRO CESANTE a. La extensión de su vida laboral, de su vida y la perduración de su relación laboral con la empresa constituyen hechos inciertos que impiden establecer en forma concreta, cierta y precisa la eventual pérdida patrimonial que pudiere sufrir derivada del accidente.

32

I.

I. INDEMNIZACIÓN DEL LUCRO CESANTE ................................................................................ a. Informe de cotizaciones previsionales permite acreditar que el trabajador se desempeñó con posterioridad al accidente en otras funciones pero con la misma remuneración. II. INDEMNIZACIÓN DEL DAÑO MORAL a. Antecedentes para otorgarlo: circunstancias del accidente, el tiempo de hospitalización, las intervenciones quirúrgicas y el temor que le produjo el hecho de verse expuesto a perder su capacidad de trabajo. b. Negligencia y falta de cuidado de su empleador y de la empresa principal (responsabilidad solidaria).

INDEMNIZACIÓN DE LUCRO CESANTE ................................................................................. a. Está determinado por aquella ganancia que la víctima del accidente laboral ha dejado de percibir producto del accidente laboral y sus secuelas. b. Al mantener su trabajo en los mismos términos, no es posible establecer que se ha afectado su nivel de ingresos o ganancia.

FICHA Nº 21

I.

I.

INDEMNIZACIÓN DEL LUCRO CESANTE ................................................................................ a. No procede puesto que ya se pagó de la indemnización por parte de la mutual y no se ha demostrado la existencia de secuelas reales que impidan al demandante trabajar en su rubro o en otro diferente.

DEBER DE PROTECCIÓN Y SEGURIDAD DEL ART. 184 DEL CTRAB .......................................... a. Acreditación insuficiente del cumplimiento de las medidas de seguridad y supervigilancia. b. La omisión inaceptable del empleador es la causa inmediata y directa del accidente.

FICHA Nº 22 I.

I.

34

INDEMNIZACIÓN DEL LUCRO CESANTE ................................................................................ a. No procede puesto que ya se pagó de la indemnización por parte de la mutual y no se ha demostrado la existencia de secuelas reales que impidan al demandante trabajar en su rubro o en otro diferente.

DEBER DE PROTECCIÓN Y SEGURIDAD DEL ART. 184 DEL CTRAB .......................................... a. Acreditación insuficiente del cumplimiento de las medidas de seguridad y supervigilancia. b. La omisión inaceptable del empleador es la causa inmediata y directa del accidente.

FICHA Nº 23

I.

I.

FICHA Nº 21

INDEMNIZACIÓN DE LUCRO CESANTE ................................................................................. a. Está determinado por aquella ganancia que la víctima del accidente laboral ha dejado de percibir producto del accidente laboral y sus secuelas. b. Al mantener su trabajo en los mismos términos, no es posible establecer que se ha afectado su nivel de ingresos o ganancia.

INDEMNIZACIÓN DEL LUCRO CESANTE ................................................................................ a. Informe de cotizaciones previsionales permite acreditar que el trabajador se desempeñó con posterioridad al accidente en otras funciones pero con la misma remuneración. II. INDEMNIZACIÓN DEL DAÑO MORAL a. Antecedentes para otorgarlo: circunstancias del accidente, el tiempo de hospitalización, las intervenciones quirúrgicas y el temor que le produjo el hecho de verse expuesto a perder su capacidad de trabajo. b. Negligencia y falta de cuidado de su empleador y de la empresa principal (responsabilidad solidaria).

I.

I. INDEMNIZACIÓN DEL DAÑO MORAL ................................................................................... a. Las circunstancias concomintantes, anteriores y posteriores, interfieren en la relación de causalidad directa entre el accidente, el dolor y las lesiones sufridas (accidente anterior en la misma mano). II. INDEMNIZACIÓN DEL LUCRO CESANTE a. La extensión de su vida laboral, de su vida y la perduración de su relación laboral con la empresa constituyen hechos inciertos que impiden establecer en forma concreta, cierta y precisa la eventual pérdida patrimonial que pudiere sufrir derivada del accidente.

VI

TIRO

ÍNDICE

VII

Página FICHA Nº 25 I.

INDEMNIZACIÓN DEL LUCRO CESANTE ................................................................................ a. La cesantía de la actora no es atribuible a su incapacidad laboral parcial que deriva del accidente del trabajo. b. Incapacidad del 15% no le impide desarrollar otras funciones. c. La empresa no debe indemnizar, al no existir una clara vinculación entre este tipo de daño y el accidente sufrido.

39

FICHA Nº 26

II. INDEMNIZACIÓN DEL DAÑO MORAL a. Para efectos del quántum debe considerarse el esfuerzo de la empresa y de los seguros involucrados para morigerar el sufrimiento. b. Para el cálculo del quántum hay que considerar que el trabajador se ha visto privado de una de sus principales extremidades, que es una persona de edad media, padre de familia y proveedor, que ha tenido que recibir tratamiento sicológico y siquiátrico. c. Toda persona que experimenta una amputación traumática de parte de su cuerpo siempre tiene un gran dolor no sólo físico sino que emocional, procediendo a su regulación prudencial. I.

INDEMNIZACIÓN DEL LUCRO CESANTE ................................................................................ a. Independiente de la magnitud del daño, no procede puesto que ha existido una mejora de las ganancias presentes (aumento de su remuneración y pensión de invalidez) y en las condiciones futuras (financiamiento de carrera universitaria).

I.

INDEMNIZACIÓN DEL LUCRO CESANTE ................................................................................ a. No corresponde incluir dentro de este concepto los daños sufridos por estrés postraumático, ello significa confundir los fundamentos y objetos que persiguen las diversas indemnizaciones emanadas de la responsabilidad contractual. b. Su objetivo es compensar lo que la víctima haya dejado de ganar o dejará de percibir en el futuro, por efecto del daño sufrido. c. Su determinación, debe obedecer a criterios objetivos y comprobados, y en la especie no existen antecedentes suficientes para acreditar que la actora haya dejado de ganar o dejará de percibir en el futuro por efecto del daño.

40

42

FICHA Nº 27 II. INDEMNIZACIÓN DEL DAÑO MORAL a. Su quántum no es compensatorio, puesto que no es objetivamente dimensionable, sino que debe ser sólo reparatorio, por lo que debe estar destinado a morigerar, disminuir o atenuar las consecuencias del mal sufrido.

II. INDEMNIZACIÓN DEL DAÑO MORAL a. Su quántum no es compensatorio, puesto que no es objetivamente dimensionable, sino que debe ser sólo reparatorio, por lo que debe estar destinado a morigerar, disminuir o atenuar las consecuencias del mal sufrido. FICHA Nº 27

I.

INDEMNIZACIÓN DEL LUCRO CESANTE ................................................................................ a. No corresponde incluir dentro de este concepto los daños sufridos por estrés postraumático, ello significa confundir los fundamentos y objetos que persiguen las diversas indemnizaciones emanadas de la responsabilidad contractual. b. Su objetivo es compensar lo que la víctima haya dejado de ganar o dejará de percibir en el futuro, por efecto del daño sufrido. c. Su determinación, debe obedecer a criterios objetivos y comprobados, y en la especie no existen antecedentes suficientes para acreditar que la actora haya dejado de ganar o dejará de percibir en el futuro por efecto del daño.

I.

INDEMNIZACIÓN DEL LUCRO CESANTE ................................................................................ a. Independiente de la magnitud del daño, no procede puesto que ha existido una mejora de las ganancias presentes (aumento de su remuneración y pensión de invalidez) y en las condiciones futuras (financiamiento de carrera universitaria).

II. INDEMNIZACIÓN DEL DAÑO MORAL a. Para efectos del quántum debe considerarse el esfuerzo de la empresa y de los seguros involucrados para morigerar el sufrimiento. b. Para el cálculo del quántum hay que considerar que el trabajador se ha visto privado de una de sus principales extremidades, que es una persona de edad media, padre de familia y proveedor, que ha tenido que recibir tratamiento sicológico y siquiátrico. c. Toda persona que experimenta una amputación traumática de parte de su cuerpo siempre tiene un gran dolor no sólo físico sino que emocional, procediendo a su regulación prudencial.

42

40

FICHA Nº 26 I.

INDEMNIZACIÓN DEL LUCRO CESANTE ................................................................................ a. La cesantía de la actora no es atribuible a su incapacidad laboral parcial que deriva del accidente del trabajo. b. Incapacidad del 15% no le impide desarrollar otras funciones. c. La empresa no debe indemnizar, al no existir una clara vinculación entre este tipo de daño y el accidente sufrido.

39

FICHA Nº 25 Página ÍNDICE

VII

RETIRO

ÍNDICE

II. INDEMNIZACIÓN DEL DAÑO MORAL a. Su evaluación y determinación, se encuentra entregado al criterio discrecional del Juez que conoce de la causa y por ello tiene un carácter netamente subjetivo, su valorización se encuentra entregada al mérito del proceso, teniendo para ello como base el grado de culpa o dolo con el que ha actuado el empleador.

FICHA Nº 28 44

FICHA Nº 30 III. INDEMNIZACIÓN DEL LUCRO CESANTE a. Para calcularla hay que multiplicar el porcentaje que corresponde a la invalidez respecto de la última remuneración mensual, multiplicada por los años hasta cumplir edad de jubilación.

II. INDEMNIZACIÓN DEL DAÑO MORAL a. Se debe atender a las características de la lesión, a las sensaciones psicológicas y físicas tanto del sujeto como de terceros en relación a la lesión para determinar su intensidad y procedencia.

II. EXCEPCIÓN DE FINIQUITO a. Firma de finiquito no significa que no pueda demandar indemnización de perjuicios por accidente del trabajo. 46

FICHA Nº 29

II. EXCEPCIÓN DE FINIQUITO a. Firma de finiquito no significa que no pueda demandar indemnización de perjuicios por accidente del trabajo.

II. INDEMNIZACIÓN DEL DAÑO MORAL a. Se debe atender a las características de la lesión, a las sensaciones psicológicas y físicas tanto del sujeto como de terceros en relación a la lesión para determinar su intensidad y procedencia.

FICHA Nº 30

Página VIII

ÍNDICE

II. INDEMNIZACIÓN DEL DAÑO MORAL a. Su evaluación y determinación, se encuentra entregado al criterio discrecional del Juez que conoce de la causa y por ello tiene un carácter netamente subjetivo, su valorización se encuentra entregada al mérito del proceso, teniendo para ello como base el grado de culpa o dolo con el que ha actuado el empleador.

48

FICHA Nº 28

RESPONSABILIDAD CIVIL CONTRACTUAL ............................................................................. a. La sola ocurrencia del accidente permite concluir que la empresa demandada incurrió en responsabilidad civil contractual.

44

I.

I.

III. INDEMNIZACIÓN DEL LUCRO CESANTE a. Para calcularla hay que multiplicar el porcentaje que corresponde a la invalidez respecto de la última remuneración mensual, multiplicada por los años hasta cumplir edad de jubilación.

INDEMNIZACIÓN DEL LUCRO CESANTE ................................................................................ a. Es lo que se ha dejado de ganar y que se habría ganado de no haber sucedido un daño. b. No es suficiente para determinar el monto de este concepto el grado de incapacidad del trabajador, pues para su base de cálculo se parte de una serie de premisas que carecen de certeza. c. No procede si el trabajador luego del accidente del trabajo continúa prestando servicios a la empresa en iguales condiciones a las previas al accidente.

DEBER DE PROTECCIÓN Y SEGURIDAD DEL ART. 184 DEL CTRAB .......................................... a. El hecho que el trabajador demandante haya sido miembro del comité paritario no permite concluir que se encontraba capacitado en materia de riesgos laborales. b. Para que se entienda cumplido este deber se requiere, entre otras cosas, que el empleador se cerciore de las capacidades de sus empleados.

46

I.

I.

FICHA Nº 29

DEBER DE PROTECCIÓN Y SEGURIDAD DEL ART. 184 DEL CTRAB .......................................... a. El hecho que el trabajador demandante haya sido miembro del comité paritario no permite concluir que se encontraba capacitado en materia de riesgos laborales. b. Para que se entienda cumplido este deber se requiere, entre otras cosas, que el empleador se cerciore de las capacidades de sus empleados.

INDEMNIZACIÓN DEL LUCRO CESANTE ................................................................................ a. Es lo que se ha dejado de ganar y que se habría ganado de no haber sucedido un daño. b. No es suficiente para determinar el monto de este concepto el grado de incapacidad del trabajador, pues para su base de cálculo se parte de una serie de premisas que carecen de certeza. c. No procede si el trabajador luego del accidente del trabajo continúa prestando servicios a la empresa en iguales condiciones a las previas al accidente.

48

I.

I.

Página

RESPONSABILIDAD CIVIL CONTRACTUAL ............................................................................. a. La sola ocurrencia del accidente permite concluir que la empresa demandada incurrió en responsabilidad civil contractual.

VIII

TIRO

ÍNDICE

IX

I.

Página

EXCEPCIÓN DE FINIQUITO ............................................................................................... a. La suscripción de un finiquito no obsta a la responsabilidad del empleador por accidentes del trabajo.

56

FICHA Nº 36

FICHA Nº 31 I.

DEBER DE PROTECCIÓN Y SEGURIDAD DEL ART. 184 DEL CTRAB .......................................... a. El empleador no podía prever que el trabajador sería atacado por una barra brava como tampoco podía prever las circunstancias que rodearon el hecho.

50

FICHA Nº 32 I.

DEBER DE PROTECCIÓN Y SEGURIDAD DEL ART. 184 DEL CTRAB .......................................... a. Sin perjuicio de la culpa del trabajador, el empleador incumplió su deber al no haber adoptado las medidas de seguridades especiales para efectuar las labores de mantención de las maquinarias.

51

I. DEBER DE PROTECCIÓN Y SEGURIDAD DEL ART. 184 DEL CTRAB .......................................... a. La carga de la prueba recae en el empleador siendo él quien debe probar el cumplimento de esta obligación. b. No es suficiente para acreditar su cumplimiento la realización de charlas de prevención si no van acompañadas de la entrega de elementos de seguridad. II. INDEMNIZACIÓN DE DAÑO MORAL a. Para regularlo debe considerarse la naturaleza del daño experimentado; el tratamiento médico empleado; las posibilidades de trabajo de la víctima; la edad y la entidad y duración de los padecimientos físicos y psíquicos.

54

FICHA Nº 35

FICHA Nº 33 I.

DEBER DE PROTECCIÓN Y SEGURIDAD DEL ART. 184 DEL CTRAB .......................................... a. Sin perjuicio de la culpa del trabajador, el empleador incumplió su deber al no haber adoptado las medidas de seguridad necesarias atendiendo lo riesgoso de las labores y la ausencia de vigilancia del supervisor a cargo.

52

I.

INDEMNIZACIÓN DEL LUCRO CESANTE ................................................................................ a. Ni la falta de calificación, ni la edad del trabajador pueden considerarse fundamento suficiente para otorgarla, puesto que se requiere de la acreditación total de la pérdida de ganancias.

53

FICHA Nº 34

FICHA Nº 34 I.

INDEMNIZACIÓN DEL LUCRO CESANTE ................................................................................ a. Ni la falta de calificación, ni la edad del trabajador pueden considerarse fundamento suficiente para otorgarla, puesto que se requiere de la acreditación total de la pérdida de ganancias.

53

I.

DEBER DE PROTECCIÓN Y SEGURIDAD DEL ART. 184 DEL CTRAB .......................................... a. Sin perjuicio de la culpa del trabajador, el empleador incumplió su deber al no haber adoptado las medidas de seguridad necesarias atendiendo lo riesgoso de las labores y la ausencia de vigilancia del supervisor a cargo.

52

FICHA Nº 33

FICHA Nº 35 DEBER DE PROTECCIÓN Y SEGURIDAD DEL ART. 184 DEL CTRAB .......................................... a. La carga de la prueba recae en el empleador siendo él quien debe probar el cumplimento de esta obligación. b. No es suficiente para acreditar su cumplimiento la realización de charlas de prevención si no van acompañadas de la entrega de elementos de seguridad. II. INDEMNIZACIÓN DE DAÑO MORAL a. Para regularlo debe considerarse la naturaleza del daño experimentado; el tratamiento médico empleado; las posibilidades de trabajo de la víctima; la edad y la entidad y duración de los padecimientos físicos y psíquicos. I.

54

I.

DEBER DE PROTECCIÓN Y SEGURIDAD DEL ART. 184 DEL CTRAB .......................................... a. Sin perjuicio de la culpa del trabajador, el empleador incumplió su deber al no haber adoptado las medidas de seguridades especiales para efectuar las labores de mantención de las maquinarias.

51

FICHA Nº 32 I.

DEBER DE PROTECCIÓN Y SEGURIDAD DEL ART. 184 DEL CTRAB .......................................... a. El empleador no podía prever que el trabajador sería atacado por una barra brava como tampoco podía prever las circunstancias que rodearon el hecho.

50

FICHA Nº 31

FICHA Nº 36

Página

I.

EXCEPCIÓN DE FINIQUITO ............................................................................................... a. La suscripción de un finiquito no obsta a la responsabilidad del empleador por accidentes del trabajo.

56

ÍNDICE

IX

RETIRO

ÍNDICE

Página

58

FICHA Nº 43

FICHA Nº 38 59

FICHA Nº 42

FICHA Nº 39 60

61

62 60

FICHA Nº 39 63

FICHA Nº 38 58 64

FICHA Nº 37 Página X

ÍNDICE

INDEMNIZACIÓN POR DAÑO MORAL ................................................................................... a. Su procedencia se desprende de la naturaleza del daño; la pérdida de un miembro. II. CULPA DE LA VÍCTIMA a. Reducción del quántum indemnizatorio tomando en cuenta la imprudencia del actor en la ocurrencia del accidente, equidad.

I.

I.

FICHA Nº 43

RESPONSABILIDAD CIVIL CONTRACTUAL ............................................................................. a. La acción indemnizatoria originada en un accidente del trabajo prescribe en el plazo de 5 años contados desde la fecha del accidente.

INDEMNIZACIÓN DEL LUCRO CESANTE ................................................................................ a. Es imposible determinarla sin un pronunciamiento administrativo sobre la incapacidad del trabajador. II. INDEMNIZACIÓN DEL DAÑO MORAL a. Comprende no sólo daños físicos sino también psicológicos.

59

I.

DEBER DE PROTECCIÓN Y SEGURIDAD DEL ART. 184 DEL CTRAB .......................................... a. La obligación que contempla es de índole contractual.

FICHA Nº 42

I.

INDEMNIZACIÓN DEL LUCRO CESANTE ................................................................................ a. Para su cálculo debe considerarse el grado de incapacidad del trabajador, su remuneración y cantidad de años de vida útil laboral que le restan al trabajador.

DEBER DE PROTECCIÓN Y SEGURIDAD DEL ART. 184 DEL CTRAB .......................................... a. Es la contrapartida al deber de fidelidad y lealtad que tiene el trabajador.

I.

I.

FICHA Nº 41

FICHA Nº 40

RESPONSABILIDAD CIVIL CONTRACTUAL ............................................................................. a. No procede en esta sede rebaja en las indemnizaciones por accidentes del trabajo en virtud de la exposición imprudente al daño. II. DAÑO EXTRAPATRIMONIAL a. El daño físico se encuentra comprendido en el daño moral.

61

I.

I. RESPONSABILIDAD CIVIL CONTRACTUAL ............................................................................. a. No procede en esta sede rebaja en las indemnizaciones por accidentes del trabajo en virtud de la exposición imprudente al daño. II. DAÑO EXTRAPATRIMONIAL a. El daño físico se encuentra comprendido en el daño moral.

FICHA Nº 40

FICHA Nº 41

DEBER DE PROTECCIÓN Y SEGURIDAD DEL ART. 184 DEL CTRAB .......................................... a. Es la contrapartida al deber de fidelidad y lealtad que tiene el trabajador.

62

I.

I.

DEBER DE PROTECCIÓN Y SEGURIDAD DEL ART. 184 DEL CTRAB .......................................... a. La obligación que contempla es de índole contractual.

63

I.

INDEMNIZACIÓN DEL LUCRO CESANTE ................................................................................ a. Para su cálculo debe considerarse el grado de incapacidad del trabajador, su remuneración y cantidad de años de vida útil laboral que le restan al trabajador.

RESPONSABILIDAD CIVIL CONTRACTUAL ............................................................................. a. La acción indemnizatoria originada en un accidente del trabajo prescribe en el plazo de 5 años contados desde la fecha del accidente.

64

I.

I. INDEMNIZACIÓN DEL LUCRO CESANTE ................................................................................ a. Es imposible determinarla sin un pronunciamiento administrativo sobre la incapacidad del trabajador. II. INDEMNIZACIÓN DEL DAÑO MORAL a. Comprende no sólo daños físicos sino también psicológicos.

FICHA Nº 37

I. INDEMNIZACIÓN POR DAÑO MORAL ................................................................................... a. Su procedencia se desprende de la naturaleza del daño; la pérdida de un miembro. II. CULPA DE LA VÍCTIMA a. Reducción del quántum indemnizatorio tomando en cuenta la imprudencia del actor en la ocurrencia del accidente, equidad.

X

TIRO

ÍNDICE

XI

I.

INDEMNIZACIÓN DEL LUCRO CESANTE ................................................................................

72

FICHA Nº 50

Página FICHA Nº 44 I.

INDEMNIZACIÓN DEL LUCRO CESANTE ................................................................................ a. Existe plena compatibilidad entre las prestaciones que otorga la ley N° 16.744 y esta indemnización.

65

I.

RESPONSABILIDAD DEL EMPLEADOR ................................................................................. a. No sólo no se acreditó el dolo o culpa del empleador sino que además se concluyó que el accidente se debió a negligencia del trabajador.

71

FICHA Nº 49

FICHA Nº 45 I.

DEBER DE PROTECCIÓN Y SEGURIDAD DEL ART. 184 DEL CTRAB .......................................... a. Existe un incumplimiento del empleador si ha habido omisión culpable en la selección, vigilancia, control y dirección de sus dependientes.

67

I. EXCEPCIÓN DE FINIQUITO ............................................................................................... a. Existencia del finiquito no obsta a la indemnización del daño moral. II. INDEMNIZACIÓN DEL DAÑO MORAL a. Apreciación pecuniaria debe ser entregada a la estimación discrecional del sentenciador.

70

FICHA Nº 48

FICHA Nº 46 I.

EXPOSICIÓN IMPRUDENTE AL RIESGO ................................................................................. a. Si el trabajador incurrió en dicha conducta, ello debe ser considerado al momento de apreciar el daño. II. INDEMNIZACIÓN DEL LUCRO CESANTE a. Para efectos de calcular su monto, se deben descontar las sumas que le corresponde percibir al trabajador a título de pensión de invalidez, proyectado por el mismo período en que se otorgó la suma, vale decir, hasta su edad de jubilación.

68

FICHA Nº 47 I.

INDEMNIZACIÓN POR LUCRO CESANTE ............................................................................... a. No procede la indemnización si el trabajador que recibe pensión de invalidez parcial por incapacidad producida por accidente.

69

I.

INDEMNIZACIÓN POR LUCRO CESANTE ............................................................................... a. No procede la indemnización si el trabajador que recibe pensión de invalidez parcial por incapacidad producida por accidente.

69

FICHA Nº 47 I. EXPOSICIÓN IMPRUDENTE AL RIESGO ................................................................................. a. Si el trabajador incurrió en dicha conducta, ello debe ser considerado al momento de apreciar el daño. II. INDEMNIZACIÓN DEL LUCRO CESANTE a. Para efectos de calcular su monto, se deben descontar las sumas que le corresponde percibir al trabajador a título de pensión de invalidez, proyectado por el mismo período en que se otorgó la suma, vale decir, hasta su edad de jubilación.

68

FICHA Nº 46

FICHA Nº 48 I.

EXCEPCIÓN DE FINIQUITO ............................................................................................... a. Existencia del finiquito no obsta a la indemnización del daño moral. II. INDEMNIZACIÓN DEL DAÑO MORAL a. Apreciación pecuniaria debe ser entregada a la estimación discrecional del sentenciador.

70

I.

DEBER DE PROTECCIÓN Y SEGURIDAD DEL ART. 184 DEL CTRAB .......................................... a. Existe un incumplimiento del empleador si ha habido omisión culpable en la selección, vigilancia, control y dirección de sus dependientes.

67

FICHA Nº 45

FICHA Nº 49 I.

RESPONSABILIDAD DEL EMPLEADOR ................................................................................. a. No sólo no se acreditó el dolo o culpa del empleador sino que además se concluyó que el accidente se debió a negligencia del trabajador.

71

I.

INDEMNIZACIÓN DEL LUCRO CESANTE ................................................................................ a. Existe plena compatibilidad entre las prestaciones que otorga la ley N° 16.744 y esta indemnización.

65

FICHA Nº 44 Página

FICHA Nº 50 I.

INDEMNIZACIÓN DEL LUCRO CESANTE ................................................................................

72

ÍNDICE

XI

RETIRO

83 116

Página

01. ROL N°: 910-2011, CITA ONLINE: CL/JUR/9274/2011 ................................................. 02. ROL N°: 506-2011, CITA ONLINE: CL/JUR/7214/2011 .................................................

ÍNDICE

XII

ANEXO DE JURISPRUDENCIA FICHA Nº 51 73

FICHA Nº 54 75

FICHA Nº 53

FICHA Nº 53 77

FICHA Nº 52

FICHA Nº 54 78

FICHA Nº 51 a. La declaración de incapacidad por la entidad competente no implica necesariamente el otorgamiento de dicha indemnización.

RESPONSABILIDAD DEL EMPLEADOR.................................................................................. a. Queda establecida probándose la existencia de un contrato de trabajo y la causalidad entre el acto u omisión atribuible a la empresa y el resultado dañoso, sin necesidad de acreditar culpa o dolo. b. El empleador sólo se exime si prueba caso fortuito o fuerza mayor. II. EXPOSICIÓN TEMERARIA AL DAÑO a. Si el trabajador no respeta los reglamentos e instrucciones y no cumple con una obligación que deriva del contrato, no se genera la responsabilidad civil de indemnizar los daños.

73

I.

I. RESPONSABILIDAD DEL EMPLEADOR.................................................................................. a. Es carga de la empresa demostrar que los daños sufridos por el actor no le son imputables a título de culpa. II. DERECHO A REPETIR a. Según la ley N° 16.744 el organismo asegurador tiene derecho a repetir en contra de entidad empleadora culpable.

PRESUNCIÓN JUDICIAL DE CULPA ...................................................................................... a. La preocupación y pago de los gastos médicos ocasionados por un accidente de trabajo por parte del empleador permiten presumir que ha incurrido en incumplimiento de la obligación del art. 184 del CTRAB.

75

I.

I. PRUEBA DEL DAÑO ....................................................................................................... a. El hecho que el trabajador haya quedado con una invalidez del cien por ciento permite tener por acreditado el daño. II. INDEMNIZACIÓN DEL LUCRO CESANTE a. No es posible presumir que la relación entre el trabajador y el empleador se extendería por toda la vida del primero para efectos del cálculo de la indemnización de perjuicios.

PRUEBA DEL DAÑO ....................................................................................................... a. El hecho que el trabajador haya quedado con una invalidez del cien por ciento permite tener por acreditado el daño. II. INDEMNIZACIÓN DEL LUCRO CESANTE a. No es posible presumir que la relación entre el trabajador y el empleador se extendería por toda la vida del primero para efectos del cálculo de la indemnización de perjuicios.

77

I.

I.

FICHA Nº 52

PRESUNCIÓN JUDICIAL DE CULPA ...................................................................................... a. La preocupación y pago de los gastos médicos ocasionados por un accidente de trabajo por parte del empleador permiten presumir que ha incurrido en incumplimiento de la obligación del art. 184 del CTRAB.

RESPONSABILIDAD DEL EMPLEADOR.................................................................................. a. Es carga de la empresa demostrar que los daños sufridos por el actor no le son imputables a título de culpa. II. DERECHO A REPETIR a. Según la ley N° 16.744 el organismo asegurador tiene derecho a repetir en contra de entidad empleadora culpable.

78

I.

I. RESPONSABILIDAD DEL EMPLEADOR.................................................................................. a. Queda establecida probándose la existencia de un contrato de trabajo y la causalidad entre el acto u omisión atribuible a la empresa y el resultado dañoso, sin necesidad de acreditar culpa o dolo. b. El empleador sólo se exime si prueba caso fortuito o fuerza mayor. II. EXPOSICIÓN TEMERARIA AL DAÑO a. Si el trabajador no respeta los reglamentos e instrucciones y no cumple con una obligación que deriva del contrato, no se genera la responsabilidad civil de indemnizar los daños.

a. La declaración de incapacidad por la entidad competente no implica necesariamente el otorgamiento de dicha indemnización.

ANEXO DE JURISPRUDENCIA

XII

ÍNDICE

83 116

Página

01. ROL N°: 910-2011, CITA ONLINE: CL/JUR/9274/2011 ................................................. 02. ROL N°: 506-2011, CITA ONLINE: CL/JUR/7214/2011 .................................................

TIRO

ÍNDICE

XIII

Página 03. ROL N°: 651-2011, CITA ONLINE: CL/JUR/7289/2011 ................................................. 04. ROL N°: 469-2011, CITA ONLINE: CL/JUR/7181/2011.................................................. 05. ROL N°: 165-2011, CITA ONLINE: CL/JUR/8437/2011 ................................................. 06. ROL N°: 994-2010, CITA ONLINE: CL/JUR/4688/2010 .............................................. 07. ROL N°: 105-2011, CITA ONLINE: CL/JUR/16563/2010 .............................................. 08. ROL N°: 294-2011, CITA ONLINE: CL/JUR/8259/2011 ................................................ 09. ROL N°: 1686-2010, CITA ONLINE: CL/JUR/ 16492/2010 .......................................... 10. ROL N°: O-786-2011, CITA ONLINE: CL/JUR/9271/2011 ............................................. 11. ROL N°: O-797-2011, CITA ONLINE: CL/JUR/9272/2011 ............................................. 12. ROL N°: O-432-2011, CITA ONLINE: CL/JUR/9313/2011 ............................................. 13. ROL N°: O-904-2011, CITA ONLINE: CL/JUR/9273/2011 ............................................ 14. ROL N°: 1156-2010, CITA ONLINE: CL/JUR/16170/2010 ............................................. 15. ROL N°: O-3660-2010, CITA ONLINE: CL/JUR/7304/2011 ......................................... 16. ROL N°: 1208-2010, CITA ONLINE: CL/JUR/16336/2010 ........................................... 17. ROL N°: 1280-2010, CITA ONLINE: CL/JUR/15416/2010 ............................................ 18. ROL N°: O-3142-2010, CITA ONLINE: CL/JUR/7006/2011.......................................... 19. ROL N°: 1427-2010, CITA ONLINE: CL/JUR/16425/2010 ............................................ 20. ROL N°: O-2557-2011, CITA ONLINE: CL/JUR/16513/2010 ......................................... 21. ROL N°: O-2367-2010, CITA ONLINE: CL/JUR/16503/2010 ....................................... 22. ROL N°: 1021-2010, CITA ONLINE: CL/JUR/15113/2010 .............................................. 23. ROL N°: 886-2010, CITA ONLINE: CL/JUR/16225/2010 ............................................ 24. ROL N°: O-1469-2010, CITA ONLINE: CL/JUR/16374/2010........................................ 25. ROL N°: O-879-2010, CITA ONLINE: CL/JUR/16255/2010......................................... 26. ROL N°: O-368-2010, CITA ONLINE: CL/JUR/14818/2010 ......................................... 27. ROL N°: O-20-2010, CITA ONLINE: CL/JUR/16166/2010 ........................................... 28. ROL N°: O-773-2009, CITA ONLINE: CL/JUR/14777/2010.......................................... 29. ROL N°: 146-2009, CITA ONLINE: CL/JUR/9332/2009 ............................................. 30. ROL N°: O-590-2009, CITA ONLINE: CL/JUR/15936/2010 ....................................... 31. ROL N°: O-518-2009, CITA ONLINE: CL/JUR/15915/2010 ......................................... 32. ROL N°: O-80-2009, CITA ONLINE: CL/JUR/8985/2009 .......................................... 33. ROL N°: 4442-2009, CITA ONLINE: CL/JUR/9490/2009 .......................................... 34. ROL N°: 2049-2008, CITA ONLINE: CL/JUR/2474/2008 .......................................... 35. ROL N°: 6066-2007, CITA ONLINE: CL/JUR/5303/2007 ........................................... 36. ROL N°: 5230-2007, CITA ONLINE: CL/JUR/5229/2007 ........................................... 37. ROL N°: 4978-2007, CITA ONLINE: CL/JUR/3166/2005 ............................................ 38. ROL N°: 4972-2007, CITA ONLINE: CL/JUR/5246/2007............................................ 39. ROL N°: 748-2006, CITA ONLINE: CL/JUR/5177/2007...............................................

153 172 197 208 210 220 224 236 249 256 269 280 290 307 325 356 366 381 394 412 425 436 446 468 477 497 504 523 538 552 567 578 592 606 614 624 637

03. ROL N°: 651-2011, CITA ONLINE: CL/JUR/7289/2011 ................................................. 04. ROL N°: 469-2011, CITA ONLINE: CL/JUR/7181/2011.................................................. 05. ROL N°: 165-2011, CITA ONLINE: CL/JUR/8437/2011 ................................................. 06. ROL N°: 994-2010, CITA ONLINE: CL/JUR/4688/2010 .............................................. 07. ROL N°: 105-2011, CITA ONLINE: CL/JUR/16563/2010 .............................................. 08. ROL N°: 294-2011, CITA ONLINE: CL/JUR/8259/2011 ................................................ 09. ROL N°: 1686-2010, CITA ONLINE: CL/JUR/ 16492/2010 .......................................... 10. ROL N°: O-786-2011, CITA ONLINE: CL/JUR/9271/2011 ............................................. 11. ROL N°: O-797-2011, CITA ONLINE: CL/JUR/9272/2011 ............................................. 12. ROL N°: O-432-2011, CITA ONLINE: CL/JUR/9313/2011 ............................................. 13. ROL N°: O-904-2011, CITA ONLINE: CL/JUR/9273/2011 ............................................ 14. ROL N°: 1156-2010, CITA ONLINE: CL/JUR/16170/2010 ............................................. 15. ROL N°: O-3660-2010, CITA ONLINE: CL/JUR/7304/2011 ......................................... 16. ROL N°: 1208-2010, CITA ONLINE: CL/JUR/16336/2010 ........................................... 17. ROL N°: 1280-2010, CITA ONLINE: CL/JUR/15416/2010 ............................................ 18. ROL N°: O-3142-2010, CITA ONLINE: CL/JUR/7006/2011.......................................... 19. ROL N°: 1427-2010, CITA ONLINE: CL/JUR/16425/2010 ............................................ 20. ROL N°: O-2557-2011, CITA ONLINE: CL/JUR/16513/2010 ......................................... 21. ROL N°: O-2367-2010, CITA ONLINE: CL/JUR/16503/2010 ....................................... 22. ROL N°: 1021-2010, CITA ONLINE: CL/JUR/15113/2010 .............................................. 23. ROL N°: 886-2010, CITA ONLINE: CL/JUR/16225/2010 ............................................ 24. ROL N°: O-1469-2010, CITA ONLINE: CL/JUR/16374/2010........................................ 25. ROL N°: O-879-2010, CITA ONLINE: CL/JUR/16255/2010......................................... 26. ROL N°: O-368-2010, CITA ONLINE: CL/JUR/14818/2010 ......................................... 27. ROL N°: O-20-2010, CITA ONLINE: CL/JUR/16166/2010 ........................................... 28. ROL N°: O-773-2009, CITA ONLINE: CL/JUR/14777/2010.......................................... 29. ROL N°: 146-2009, CITA ONLINE: CL/JUR/9332/2009 ............................................. 30. ROL N°: O-590-2009, CITA ONLINE: CL/JUR/15936/2010 ....................................... 31. ROL N°: O-518-2009, CITA ONLINE: CL/JUR/15915/2010 ......................................... 32. ROL N°: O-80-2009, CITA ONLINE: CL/JUR/8985/2009 .......................................... 33. ROL N°: 4442-2009, CITA ONLINE: CL/JUR/9490/2009 .......................................... 34. ROL N°: 2049-2008, CITA ONLINE: CL/JUR/2474/2008 .......................................... 35. ROL N°: 6066-2007, CITA ONLINE: CL/JUR/5303/2007 ........................................... 36. ROL N°: 5230-2007, CITA ONLINE: CL/JUR/5229/2007 ........................................... 37. ROL N°: 4978-2007, CITA ONLINE: CL/JUR/3166/2005 ............................................ 38. ROL N°: 4972-2007, CITA ONLINE: CL/JUR/5246/2007............................................ 39. ROL N°: 748-2006, CITA ONLINE: CL/JUR/5177/2007...............................................

153 172 197 208 210 220 224 236 249 256 269 280 290 307 325 356 366 381 394 412 425 436 446 468 477 497 504 523 538 552 567 578 592 606 614 624 637 Página

ÍNDICE

XIII

RETIRO

XIV

ÍNDICE

Página 654 666 668 678 690 702 713 720 733 740 749 754 761 770 778

40. ROL N°: 3995-2006, CITA ONLINE: CL/JUR/6065/2006 .......................................... 41. ROL N°: 6694-2005, CITA ONLINE: CL/JUR/1799/2006 ........................................... 42. ROL N°: 673-2006, CITA ONLINE: CL/JUR/7236/2006 ............................................ 43. ROL N°: 336 -2006, CITA ONLINE: CL/JUR/7235/2006 ........................................... 44. ROL N°: 3094-2004, CITA ONLINE: CL/JUR/3086/2005 .......................................... 45. ROL N°: 4019-2003, CITA ONLINE: CL/JUR/724/2004 ............................................. 46. ROL N°: 1835-2004, CITA ONLINE: CL/JUR/2409/2004 ........................................... 47. ROL N°: 1895-2003, CITA ONLINE: CL/JUR/3338/2004 ........................................... 48. ROL N°: 254-2004, CITA ONLINE: CL/JUR/1702/2004 ............................................. 49. ROL N°: 1323-2003, CITA ONLINE: CL/JUR/3925/2004 ............................................ 50. ROL N°: 200-2003, CITA ONLINE: CL/JUR/2050/2003 ............................................ 51. ROL N°: 4856-2000, CITA ONLINE: CL/JUR/1433/2001............................................ 52. ROL N°: 3407-2000, CITA ONLINE: CL/JUR/898/2000 ............................................ 53. ROL N°: 2786-1998, CITA ONLINE: CL/JUR/1932/1998 ............................................. 54. ROL N°: 633-1997, CITA ONLINE: CL/JUR/973/1997 ..................................................

654 666 668 678 690 702 713 720 733 740 749 754 761 770 778 Página

XIV

ÍNDICE

40. ROL N°: 3995-2006, CITA ONLINE: CL/JUR/6065/2006 .......................................... 41. ROL N°: 6694-2005, CITA ONLINE: CL/JUR/1799/2006 ........................................... 42. ROL N°: 673-2006, CITA ONLINE: CL/JUR/7236/2006 ............................................ 43. ROL N°: 336 -2006, CITA ONLINE: CL/JUR/7235/2006 ........................................... 44. ROL N°: 3094-2004, CITA ONLINE: CL/JUR/3086/2005 .......................................... 45. ROL N°: 4019-2003, CITA ONLINE: CL/JUR/724/2004 ............................................. 46. ROL N°: 1835-2004, CITA ONLINE: CL/JUR/2409/2004 ........................................... 47. ROL N°: 1895-2003, CITA ONLINE: CL/JUR/3338/2004 ........................................... 48. ROL N°: 254-2004, CITA ONLINE: CL/JUR/1702/2004 ............................................. 49. ROL N°: 1323-2003, CITA ONLINE: CL/JUR/3925/2004 ............................................ 50. ROL N°: 200-2003, CITA ONLINE: CL/JUR/2050/2003 ............................................ 51. ROL N°: 4856-2000, CITA ONLINE: CL/JUR/1433/2001............................................ 52. ROL N°: 3407-2000, CITA ONLINE: CL/JUR/898/2000 ............................................ 53. ROL N°: 2786-1998, CITA ONLINE: CL/JUR/1932/1998 ............................................. 54. ROL N°: 633-1997, CITA ONLINE: CL/JUR/973/1997 ..................................................

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

RETIRO

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

3

FICHA Nº 1 I. DEBER DE PROTECCIÓN Y SEGURIDAD DEL ART. 184 DEL CTRAB a. No basta con el cumplimiento meramente formal, se requiere la máxima diligencia del empleador. b. No se adoptaron todas las providencias precisas y efectivas para evitar el accidente (ausencia de capacitación, charlas de prevención y supervisión en su labor).

CUADRO DE CUANTIFICACIÓN ANTECEDENTES GENERALES: OCUPACIÓN: Trabajadora (operaria industrial de maquinarias para la fabricación de productos de plástico) EDAD: 42 años. CARACTERÍSTICAS DEL DAÑO: Incapacidad (amputación en forma de V a nivel metacarpiano distal) EXPOSICIÓN AL DAÑO DE LA VÍCTIMA: Inexistente VÍCTIMA QUE SOLICITA LA INDEMNIZACIÓN: Directa MONTOS DEMANDADOS MONTOS OTORGADOS CONCEPTOS DEMANDADOS Daño Moral $120.000.000 $25.000.000 Lucro Cesante $18.357.580 Rechazado ANTECEDENTES DEL FALLO Rol: 910-2011 Tipo: Recurso de nulidad (rechazado). Partes: Genoveva del Carmen Escalona Ortiz con Fábrica de Envases Mater S.A. Ministros: Sr. Raúl Héctor Rocha Pérez, Sr. Omar Astudillo Contreras y el abogado integrante Sr. Patricio González Marín. Cita OnLine: CL/JUR/9274/2011. DOCTRINA El deber de seguridad del empleador se concretiza con el cumplimiento de una serie de exigencias legales, como la existencia de un Reglamento Interno de Orden, Higiene y Seguridad, la capacitación de los trabajadores con el fin de permitirles mejores condiciones de vida; la adopción y mantención de medidas de higiene y seguridad en la forma, dentro de los términos y con las sanciones que señala la ley, y el funcionamiento de un Comité Paritario de Higiene y Seguridad y de un Departamento de Prevención de Riesgos Profesionales, entre otras. Por su parte, el artículo 184 del Código del Trabajo categóricamente indica que el empleador no sólo debe tomar medidas para proteger la vida y salud de los trabajadores, sino le exige adoptar todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de los trabajadores, razón por la cual no basta con un cumplimiento meramente formal de tal obligación, sino se exige una máxima diligencia del empleador en el cumplimiento de dicho deber. En tal sentido, el sentenciador debe analizar si las medidas adoptadas por el empleador son todas las necesarias para dar cumplimiento a la obligación que le impone el referido artículo 184 y, si de serlo, fueron eficaces para obtener

El deber de seguridad del empleador se concretiza con el cumplimiento de una serie de exigencias legales, como la existencia de un Reglamento Interno de Orden, Higiene y Seguridad, la capacitación de los trabajadores con el fin de permitirles mejores condiciones de vida; la adopción y mantención de medidas de higiene y seguridad en la forma, dentro de los términos y con las sanciones que señala la ley, y el funcionamiento de un Comité Paritario de Higiene y Seguridad y de un Departamento de Prevención de Riesgos Profesionales, entre otras. Por su parte, el artículo 184 del Código del Trabajo categóricamente indica que el empleador no sólo debe tomar medidas para proteger la vida y salud de los trabajadores, sino le exige adoptar todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de los trabajadores, razón por la cual no basta con un cumplimiento meramente formal de tal obligación, sino se exige una máxima diligencia del empleador en el cumplimiento de dicho deber. En tal sentido, el sentenciador debe analizar si las medidas adoptadas por el empleador son todas las necesarias para dar cumplimiento a la obligación que le impone el referido artículo 184 y, si de serlo, fueron eficaces para obtener DOCTRINA ANTECEDENTES DEL FALLO Rol: 910-2011 Tipo: Recurso de nulidad (rechazado). Partes: Genoveva del Carmen Escalona Ortiz con Fábrica de Envases Mater S.A. Ministros: Sr. Raúl Héctor Rocha Pérez, Sr. Omar Astudillo Contreras y el abogado integrante Sr. Patricio González Marín. Cita OnLine: CL/JUR/9274/2011. ANTECEDENTES GENERALES: OCUPACIÓN: Trabajadora (operaria industrial de maquinarias para la fabricación de productos de plástico) EDAD: 42 años. CARACTERÍSTICAS DEL DAÑO: Incapacidad (amputación en forma de V a nivel metacarpiano distal) EXPOSICIÓN AL DAÑO DE LA VÍCTIMA: Inexistente VÍCTIMA QUE SOLICITA LA INDEMNIZACIÓN: Directa MONTOS DEMANDADOS MONTOS OTORGADOS CONCEPTOS DEMANDADOS Daño Moral $120.000.000 $25.000.000 Lucro Cesante $18.357.580 Rechazado CUADRO DE CUANTIFICACIÓN I. DEBER DE PROTECCIÓN Y SEGURIDAD DEL ART. 184 DEL CTRAB a. No basta con el cumplimiento meramente formal, se requiere la máxima diligencia del empleador. b. No se adoptaron todas las providencias precisas y efectivas para evitar el accidente (ausencia de capacitación, charlas de prevención y supervisión en su labor). FICHA Nº 1 ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

3

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

4

la protección y seguridad del trabajador. (Considerandos 8º y 12º de la sentencia del Juzgado de Letras del Trabajo) En la especie, las medidas adoptadas por el empleador demandado para cumplir su obligación de seguridad no fueron todas las necesarias para ello, desde que no se adoptaron todas las providencias precisas y efectivas para evitar el accidente. En efecto, no se capacitó debidamente a la actora ni se le instruyó sobre los riesgos de la labor realizada, no se le dieron charlas sobre medidas de prevención en el desempeño de sus funciones y tampoco fue debidamente supervisada en su trabajo. Y existiendo un nexo causal entre la falta de medidas de seguridad y el accidente sufrido por la demandante, toda vez que si se hubieran tomado las medidas de seguridad necesarias para dar efectiva y eficaz protección a la trabajadora, no se habría producido el accidente que derivó en daño para ésta, debe entenderse que ello se debe a la falta del deber de cuidado y protección que exige el legislador al empleador para con sus trabajadores, quedando aquél obligado a indemnizar el mismo. (Considerandos 14º y 15º de la sentencia del Juzgado de Letras del Trabajo) NORMATIVA RELEVANTE CITADA: Código del Trabajo art. 184.

NORMATIVA RELEVANTE CITADA: Código del Trabajo art. 184. En la especie, las medidas adoptadas por el empleador demandado para cumplir su obligación de seguridad no fueron todas las necesarias para ello, desde que no se adoptaron todas las providencias precisas y efectivas para evitar el accidente. En efecto, no se capacitó debidamente a la actora ni se le instruyó sobre los riesgos de la labor realizada, no se le dieron charlas sobre medidas de prevención en el desempeño de sus funciones y tampoco fue debidamente supervisada en su trabajo. Y existiendo un nexo causal entre la falta de medidas de seguridad y el accidente sufrido por la demandante, toda vez que si se hubieran tomado las medidas de seguridad necesarias para dar efectiva y eficaz protección a la trabajadora, no se habría producido el accidente que derivó en daño para ésta, debe entenderse que ello se debe a la falta del deber de cuidado y protección que exige el legislador al empleador para con sus trabajadores, quedando aquél obligado a indemnizar el mismo. (Considerandos 14º y 15º de la sentencia del Juzgado de Letras del Trabajo) la protección y seguridad del trabajador. (Considerandos 8º y 12º de la sentencia del Juzgado de Letras del Trabajo) 4

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

5

FICHA Nº 2 I. DEBER DE PROTECCIÓN Y SEGURIDAD DEL ART. 184 DEL CTRAB a. Se entiende que no se ha cumplido si no existe reglamento interno de orden, higiene y seguridad y no se tomaron todas las medidas necesarias, ni eficaces. II. INDEMNIZACIÓN DEL DAÑO MORAL a. Debe indemnizarse no sólo el dolor sufrido por la pérdida parcial e irrecuperable de la vista, sino que también considerar los perjuicios que ha ocasionado en lo estético, lo social, el agrado de vivir.

II. El daño moral se produce por toda lesión, menoscabo o perturbación a los derechos inherentes a la personalidad de un sujeto y, por ende, deben someterse a la reparación no sólo del dolor sufrido por la pérdida que le ha afectado a la persona, sino que también conI. Las medidas adoptadas por el empleador para cumplir su obligación de seguridad establecida en el artículo 184 del Código del Trabajo, no fueron todas las necesarias para ello, ni tampoco fueron eficaces, más aún a la fecha del accidente no se logró acreditar la existencia de un reglamento interno de orden, higiene y seguridad que contemplara las medidas preventivas ante los trabajaos realizados en la bodega o centro de distribución de la demandada. Que al no haber cumplido con tales normas, permite concluir la responsabilidad de la empleadora en el accidente que afectó al demandante. (Considerando 28° de la sentencia del Juzgado de Letras del Trabajo) DOCTRINA

CUADRO DE CUANTIFICACIÓN ANTECEDENTES GENERALES: OCUPACIÓN: Trabajador (Bodeguero) EDAD: No se consigna CARACTERÍSTICAS DEL DAÑO: Incapacidad (Pérdida de visión del ojo derecho) EXPOSICIÓN AL DAÑO DE LA VÍCTIMA: INEXISTENTE VÍCTIMA QUE SOLICITA LA INDEMNIZACIÓN: Directa CONCEPTOS DEMANDADOS MONTOS DEMANDADOS MONTOS OTORGADOS Daño Moral 100.000.000 $20.000.000 Lucro Cesante (incapacidad No señala monto Rechazado estimada del 27,5%) ANTECEDENTES DEL FALLO Rol: 506-2011 Tipo: Recurso de nulidad (rechazado) Partes: Gabriel Guillermo Lara Gómez con Empresa Vesuvio Comercial y Textil Chile Ltda. Ministros: Sr. Mario Rojas González, Sra. Pilar Aguayo Pino y abogado integrante Sr. Rodrigo Asenjo Zegers Cita OnLine: CL/JUR/7214/2011

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol: 506-2011 Tipo: Recurso de nulidad (rechazado) Partes: Gabriel Guillermo Lara Gómez con Empresa Vesuvio Comercial y Textil Chile Ltda. Ministros: Sr. Mario Rojas González, Sra. Pilar Aguayo Pino y abogado integrante Sr. Rodrigo Asenjo Zegers Cita OnLine: CL/JUR/7214/2011 ANTECEDENTES GENERALES: OCUPACIÓN: Trabajador (Bodeguero) EDAD: No se consigna CARACTERÍSTICAS DEL DAÑO: Incapacidad (Pérdida de visión del ojo derecho) EXPOSICIÓN AL DAÑO DE LA VÍCTIMA: INEXISTENTE VÍCTIMA QUE SOLICITA LA INDEMNIZACIÓN: Directa CONCEPTOS DEMANDADOS MONTOS DEMANDADOS MONTOS OTORGADOS Daño Moral 100.000.000 $20.000.000 Lucro Cesante (incapacidad No señala monto Rechazado estimada del 27,5%) CUADRO DE CUANTIFICACIÓN

DOCTRINA I. Las medidas adoptadas por el empleador para cumplir su obligación de seguridad establecida en el artículo 184 del Código del Trabajo, no fueron todas las necesarias para ello, ni tampoco fueron eficaces, más aún a la fecha del accidente no se logró acreditar la existencia de un reglamento interno de orden, higiene y seguridad que contemplara las medidas preventivas ante los trabajaos realizados en la bodega o centro de distribución de la demandada. Que al no haber cumplido con tales normas, permite concluir la responsabilidad de la empleadora en el accidente que afectó al demandante. (Considerando 28° de la sentencia del Juzgado de Letras del Trabajo) II. El daño moral se produce por toda lesión, menoscabo o perturbación a los derechos inherentes a la personalidad de un sujeto y, por ende, deben someterse a la reparación no sólo del dolor sufrido por la pérdida que le ha afectado a la persona, sino que también con-

I. DEBER DE PROTECCIÓN Y SEGURIDAD DEL ART. 184 DEL CTRAB a. Se entiende que no se ha cumplido si no existe reglamento interno de orden, higiene y seguridad y no se tomaron todas las medidas necesarias, ni eficaces. II. INDEMNIZACIÓN DEL DAÑO MORAL a. Debe indemnizarse no sólo el dolor sufrido por la pérdida parcial e irrecuperable de la vista, sino que también considerar los perjuicios que ha ocasionado en lo estético, lo social, el agrado de vivir. FICHA Nº 2 ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

5

RETIRO

6

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

siderar los perjuicios que ha ocasionado en lo estético, lo social, el agrado de vivir, el incumplimiento del deber de protección que le imponía el artículo 184 del Código del Trabajo, que le aseguraba la relación contractual que le unía con la demandada. Que atendido lo anterior, en especial que el accidente provocó la pérdida parcial de uno de los sentidos más valiosos de la persona, como lo es la vista, la que no es recuperable, en especial el dolor y aflicción debe ser indemnizado en una suma congruente con su magnitud, que se estima en la suma de $20.000.000. (Considerando 30° de la sentencia del Juzgado de Letras del Trabajo) NORMATIVA RELEVANTE CITADA: Código del Trabajo art. 160 N° 7; Código del Trabajo art. 171; Código del Trabajo art. 183 A; Código del Trabajo art. 184; ley N° 16.744 Año 1968 art. 69.

NORMATIVA RELEVANTE CITADA: Código del Trabajo art. 160 N° 7; Código del Trabajo art. 171; Código del Trabajo art. 183 A; Código del Trabajo art. 184; ley N° 16.744 Año 1968 art. 69. siderar los perjuicios que ha ocasionado en lo estético, lo social, el agrado de vivir, el incumplimiento del deber de protección que le imponía el artículo 184 del Código del Trabajo, que le aseguraba la relación contractual que le unía con la demandada. Que atendido lo anterior, en especial que el accidente provocó la pérdida parcial de uno de los sentidos más valiosos de la persona, como lo es la vista, la que no es recuperable, en especial el dolor y aflicción debe ser indemnizado en una suma congruente con su magnitud, que se estima en la suma de $20.000.000. (Considerando 30° de la sentencia del Juzgado de Letras del Trabajo) 6

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

7

FICHA Nº 3 I. DEBER DE PROTECCIÓN Y SEGURIDAD DEL ART. 184 DEL CTRAB a. En virtud de la aplicación del principio de la integración se tiene por acreditado el incumplimiento de las normas legales y contractuales. b. El artículo 2330 del CC no es compatible con el régimen de subordinación y dependencia, donde el empleador conoce claramente las conductas riesgosas del trabajador. II. INDEMNIZACIÓN DEL DAÑO MORAL a. Su indemnización no está contemplada en la ley N° 16.744, por lo tanto, constando el daño y el incumplimiento del empleador debe otorgarse.

CUADRO DE CUANTIFICACIÓN ANTECEDENTES GENERALES: OCUPACIÓN: Trabajador (Auxiliar de aseo y mantenimiento) EDAD: 57 años. CARACTERÍSTICAS DEL DAÑO: Incapacidad (Fractura de columna cervical; Lesión medular completa, nivel neurológico C4; Bacteremia por Estafilococo Epidermis; Bloque aurículo/ ventricular primer grado más bloqueo completo rama izquierda; subluxación hombro derecho; Ulcera sacra grado II; Síndrome de inmovilización; Accidente cerebrovascular antiguo; Artrosis de columna cervical; Artrosis de columna lumbar) EXPOSICIÓN AL DAÑO DE LA VÍCTIMA: Parcial VÍCTIMA QUE SOLICITA LA INDEMNIZACIÓN: Directa CONCEPTOS DEMANDADOS MONTOS DEMANDADOS MONTOS OTORGADOS Daño Moral $400.000.000 $175.000.000 Lucro Cesante $28.229.760 Rechazado ANTECEDENTES DEL FALLO Rol: 651-2011 Tipo: Recurso de nulidad. Partes: Francisco Antonio Hermosilla Román con Escuela Particular Nº 315 Nuestra Señora de Guadalupe. Ministros: Sres. Patricio Villarroel Valdivia, Raúl Héctor Rocha Pérez y Omar Astudillo Contreras. Cita OnLine: CL/JUR/7289-2011 DOCTRINA I. Todos los incumplimientos al deber de seguridad, sumados a la actitud proactiva del actor, que cumplió sus labores habituales con premura y aun a riesgo personal, más allá de lo expresamente ordenado, y a la indolencia de su empleador, quien al verlo realizar una actitud riesgosa consideró como suficiente medida de seguridad el pedirle “por favor” que cesara en ella, sin quedarse siquiera a esperar que ello se concretara, con el resultado ya conocido por las partes, consistente en la caída del actor, permiten tener como suficientemente acreditado aquel incumplimiento de normas legales y contractuales, en virtud del principio de integra-

I. Todos los incumplimientos al deber de seguridad, sumados a la actitud proactiva del actor, que cumplió sus labores habituales con premura y aun a riesgo personal, más allá de lo expresamente ordenado, y a la indolencia de su empleador, quien al verlo realizar una actitud riesgosa consideró como suficiente medida de seguridad el pedirle “por favor” que cesara en ella, sin quedarse siquiera a esperar que ello se concretara, con el resultado ya conocido por las partes, consistente en la caída del actor, permiten tener como suficientemente acreditado aquel incumplimiento de normas legales y contractuales, en virtud del principio de integraDOCTRINA ANTECEDENTES DEL FALLO Rol: 651-2011 Tipo: Recurso de nulidad. Partes: Francisco Antonio Hermosilla Román con Escuela Particular Nº 315 Nuestra Señora de Guadalupe. Ministros: Sres. Patricio Villarroel Valdivia, Raúl Héctor Rocha Pérez y Omar Astudillo Contreras. Cita OnLine: CL/JUR/7289-2011 ANTECEDENTES GENERALES: OCUPACIÓN: Trabajador (Auxiliar de aseo y mantenimiento) EDAD: 57 años. CARACTERÍSTICAS DEL DAÑO: Incapacidad (Fractura de columna cervical; Lesión medular completa, nivel neurológico C4; Bacteremia por Estafilococo Epidermis; Bloque aurículo/ ventricular primer grado más bloqueo completo rama izquierda; subluxación hombro derecho; Ulcera sacra grado II; Síndrome de inmovilización; Accidente cerebrovascular antiguo; Artrosis de columna cervical; Artrosis de columna lumbar) EXPOSICIÓN AL DAÑO DE LA VÍCTIMA: Parcial VÍCTIMA QUE SOLICITA LA INDEMNIZACIÓN: Directa CONCEPTOS DEMANDADOS MONTOS DEMANDADOS MONTOS OTORGADOS Daño Moral $400.000.000 $175.000.000 Lucro Cesante $28.229.760 Rechazado CUADRO DE CUANTIFICACIÓN I. DEBER DE PROTECCIÓN Y SEGURIDAD DEL ART. 184 DEL CTRAB a. En virtud de la aplicación del principio de la integración se tiene por acreditado el incumplimiento de las normas legales y contractuales. b. El artículo 2330 del CC no es compatible con el régimen de subordinación y dependencia, donde el empleador conoce claramente las conductas riesgosas del trabajador. II. INDEMNIZACIÓN DEL DAÑO MORAL a. Su indemnización no está contemplada en la ley N° 16.744, por lo tanto, constando el daño y el incumplimiento del empleador debe otorgarse. FICHA Nº 3 ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

7

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

8

ción, por parte del empleador, en particular aquella obligación prevista en el artículo 184 del Código Civil, que a la luz de las normas generales sobre responsabilidad contractual previstas en el ordenamiento civil, es fundamento del deber del empleador de indemnizar al trabajador los perjuicios sufridos a consecuencia de su negligencia, descartándose, como se adelantó previamente, el reducir dicha indemnización por estimar que el actor se impuso imprudentemente al riesgo, según lo dispuesto en el artículo 2330 del Código Civil, puesto que dicha norma no es compatible con el régimen de subordinación y dependencia, no a lo menos, cuando el empleador conoce claramente las conductas riesgosas que realiza el trabajador y nada hace al respecto, omisión que en este contexto es equivalente a una autorización. (Considerando 9° de la sentencia del Juzgado de Letras del Trabajo)

II. En lo que respecta al daño moral, este es uno que no ha sido indemnizado a través de las prestaciones de la ley Nº 16.744, por lo que constando la existencia de un daño de este tipo, y constando además la existencia del incumplimiento del empleador que fundamenta su deber de indemnizar, se hará lugar a otorgar esta prestación, la que atendida la entidad del daño, que se traduce en un evidente dolor físico del actor, al ser sometido a una serie de tratamientos médicos, pero especialmente en el dolor emocional que significa ya no poder ser dueño de su cuerpo, encontrarse postrado, no poder realizar por sí mismo aquellas acciones más habituales y ordinarias de la vida, no poder atender a sus obligaciones de familia, y no sólo eso, sino que además transformase en una carga para ésta, a una edad en que aún estaba en condiciones de llevar una vida activa, teniendo una familia conformada por su cónyuge y sus tres hijos, con la que ya no podrá realizar ninguna de las actividades que antes del accidente desarrollaba, alterándose con ello no sólo la vida del trabajador, sino que también la de su familia, es que se regula prudencialmente el monto de esta indemnización en la suma de $250.000.000, suma que si bien es del todo insuficiente en orden a devolver al actor al estado de salud, físico y mental, previo al accidente, sí puede contribuir en parte a que éste pueda sobrellevar de mejor modo su actual condición. (Considerando 11° de la sentencia del Juzgado de Letras del Trabajo) ción, por parte del empleador, en particular aquella obligación prevista en el artículo 184 del Código Civil, que a la luz de las normas generales sobre responsabilidad contractual previstas en el ordenamiento civil, es fundamento del deber del empleador de indemnizar al trabajador los perjuicios sufridos a consecuencia de su negligencia, descartándose, como se adelantó previamente, el reducir dicha indemnización por estimar que el actor se impuso imprudentemente al riesgo, según lo dispuesto en el artículo 2330 del Código Civil, puesto que dicha norma no es compatible con el régimen de subordinación y dependencia, no a lo menos, cuando el empleador conoce claramente las conductas riesgosas que realiza el trabajador y nada hace al respecto, omisión que en este contexto es equivalente a una autorización. (Considerando 9° de la sentencia del Juzgado de Letras del Trabajo) 8

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

NORMATIVA RELEVANTE CITADA: Código del Trabajo art. 184.

NORMATIVA RELEVANTE CITADA: Código del Trabajo art. 184.

II. En lo que respecta al daño moral, este es uno que no ha sido indemnizado a través de las prestaciones de la ley Nº 16.744, por lo que constando la existencia de un daño de este tipo, y constando además la existencia del incumplimiento del empleador que fundamenta su deber de indemnizar, se hará lugar a otorgar esta prestación, la que atendida la entidad del daño, que se traduce en un evidente dolor físico del actor, al ser sometido a una serie de tratamientos médicos, pero especialmente en el dolor emocional que significa ya no poder ser dueño de su cuerpo, encontrarse postrado, no poder realizar por sí mismo aquellas acciones más habituales y ordinarias de la vida, no poder atender a sus obligaciones de familia, y no sólo eso, sino que además transformase en una carga para ésta, a una edad en que aún estaba en condiciones de llevar una vida activa, teniendo una familia conformada por su cónyuge y sus tres hijos, con la que ya no podrá realizar ninguna de las actividades que antes del accidente desarrollaba, alterándose con ello no sólo la vida del trabajador, sino que también la de su familia, es que se regula prudencialmente el monto de esta indemnización en la suma de $250.000.000, suma que si bien es del todo insuficiente en orden a devolver al actor al estado de salud, físico y mental, previo al accidente, sí puede contribuir en parte a que éste pueda sobrellevar de mejor modo su actual condición. (Considerando 11° de la sentencia del Juzgado de Letras del Trabajo)

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

9

FICHA Nº 4 I. DEBER DE PROTECCIÓN Y SEGURIDAD DEL ART. 184 DEL CTRAB a. Para que la protección sea eficaz, deben revisarse constantemente los lugares de trabajo e instruirse al actor sobre los peligros que involucran el cumplimiento de sus labores.

CUADRO DE CUANTIFICACIÓN ANTECEDENTES GENERALES: OCUPACIÓN: Trabajador (jornal en construcción) EDAD: No se consigna CARACTERÍSTICAS DEL DAÑO: Incapacidad (Tec complicado, fractura expuesta parietal izquierda, contusión medular cervical HNP traumática, y lesión medular C4, consecuencias a nivel neurológico: mielopatía post traumática con espasticidad grado uno de extremidades inferiores, dolor neuropatico, y déficit cognitivo leve) EXPOSICIÓN AL DAÑO DE LA VÍCTIMA: Inexistente VÍCTIMA QUE SOLICITA LA INDEMNIZACIÓN: Directa CONCEPTOS DEMANDADOS MONTOS DEMANDADOS MONTOS OTORGADOS Daño Moral $40.000.000 $20.000.000 Lucro Cesante (incapacidad $20.448.000 Rechazado estimada del 50%) ANTECEDENTES DEL FALLO Rol: 469-2011 Tipo: Recurso de nulidad (rechazado) Partes: Antonio Gilberto Acosta García con Inmobiliaria Construcciones Ltda. Ministros: Sr. Mario Rojas González, Sra. Pilar Aguayo Pino y por el abogado integrante Sr. Rodrigo Asenjo Zegers. Cita OnLine: CL/JUR/7181/2011 DOCTRINA I. Si el empleador hubiera actuado orientado a la protección eficaz de sus trabajadores, debió haber tenido las estructuras en la que efectúan sus labores los trabajadores en forma adecuada, impedido su ingreso o bien advertido de las condiciones de trabajo con que se podían encontrar, adoptado las medidas de seguridad pertinentes para ello, revisando constantemente los lugares de trabajo e instruyendo al actor en sus usos y peligros. (Considerando 11° de la sentencia del Juzgado de Letras del Trabajo) NORMATIVA RELEVANTE CITADA: Código del Trabajo art. 184; decreto supremo N° 594 de 15/09/1999 Ministerio de Salud art. 3; decreto supremo N° 594 de 15/09/1999 Ministerio de Salud art. 36; decreto supremo N° 594 de 15/09/1999 Ministerio de Salud art. 37; ley N° 16.744 Año 1968 art. 66; ley N° 16.744 Año 1968 art. 67; ley N° 16.744 Año 1968 art. 68.

NORMATIVA RELEVANTE CITADA: Código del Trabajo art. 184; decreto supremo N° 594 de 15/09/1999 Ministerio de Salud art. 3; decreto supremo N° 594 de 15/09/1999 Ministerio de Salud art. 36; decreto supremo N° 594 de 15/09/1999 Ministerio de Salud art. 37; ley N° 16.744 Año 1968 art. 66; ley N° 16.744 Año 1968 art. 67; ley N° 16.744 Año 1968 art. 68. I. Si el empleador hubiera actuado orientado a la protección eficaz de sus trabajadores, debió haber tenido las estructuras en la que efectúan sus labores los trabajadores en forma adecuada, impedido su ingreso o bien advertido de las condiciones de trabajo con que se podían encontrar, adoptado las medidas de seguridad pertinentes para ello, revisando constantemente los lugares de trabajo e instruyendo al actor en sus usos y peligros. (Considerando 11° de la sentencia del Juzgado de Letras del Trabajo) DOCTRINA ANTECEDENTES DEL FALLO Rol: 469-2011 Tipo: Recurso de nulidad (rechazado) Partes: Antonio Gilberto Acosta García con Inmobiliaria Construcciones Ltda. Ministros: Sr. Mario Rojas González, Sra. Pilar Aguayo Pino y por el abogado integrante Sr. Rodrigo Asenjo Zegers. Cita OnLine: CL/JUR/7181/2011 ANTECEDENTES GENERALES: OCUPACIÓN: Trabajador (jornal en construcción) EDAD: No se consigna CARACTERÍSTICAS DEL DAÑO: Incapacidad (Tec complicado, fractura expuesta parietal izquierda, contusión medular cervical HNP traumática, y lesión medular C4, consecuencias a nivel neurológico: mielopatía post traumática con espasticidad grado uno de extremidades inferiores, dolor neuropatico, y déficit cognitivo leve) EXPOSICIÓN AL DAÑO DE LA VÍCTIMA: Inexistente VÍCTIMA QUE SOLICITA LA INDEMNIZACIÓN: Directa CONCEPTOS DEMANDADOS MONTOS DEMANDADOS MONTOS OTORGADOS Daño Moral $40.000.000 $20.000.000 Lucro Cesante (incapacidad $20.448.000 Rechazado estimada del 50%) CUADRO DE CUANTIFICACIÓN I. DEBER DE PROTECCIÓN Y SEGURIDAD DEL ART. 184 DEL CTRAB a. Para que la protección sea eficaz, deben revisarse constantemente los lugares de trabajo e instruirse al actor sobre los peligros que involucran el cumplimiento de sus labores. FICHA Nº 4 ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

9

RETIRO

I. La sola ocurrencia del accidente permite concluir que la empresa demandada incurrió en responsabilidad civil contractual, desde que en su calidad de empleadora, estaba obligada por imperativo legal y así disponerlo el artículo 184 del Código del Trabajo, a proteger

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

DOCTRINA

10

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol: 165-2011 Tipo: Recurso de nulidad (rechazado) Partes: Antonio Pizarro Rodríguez con Constructora Hochtief Tecsa S.A. Ministros: Sra. Gloria Ana Chevesich Ruiz, Sra. Beatriz Pedrals García de Cortázar y la abogado integrante Sra. Andrea Muñoz Sánchez. Cita OnLine: CL/JUR/8437/2011

FICHA Nº 5

OCUPACIÓN: Maestro de Primera EDAD: No se consigna CARACTERÍSTICAS DEL DAÑO: Incapacidad (Fractura de radio y cúbito izquierdo, que requirió dos intervenciones quirúrgicas, generándole imposibilidad de cualquier actividad con su mano izquierda (porcentaje de incapacidad aún no evaluado por los organismos competentes de seguridad social)) EXPOSICIÓN AL DAÑO DE LA VÍCTIMA: Parcial VÍCTIMA QUE SOLICITA LA INDEMNIZACIÓN: Directa MONTOS DEMANDADOS MONTOS OTORGADOS CONCEPTOS DEMANDADOS Daño Moral $40.000.000 $15.000.000 Lucro Cesante $31.622.073 Rechazado

I. RESPONSABILIDAD CIVIL CONTRACTUAL a. Se genera, para la empresa, por la sola ocurrencia del accidente. b. Debido al incumplimiento del imperativo legal del deber de protección del art. 184 del CTRAB. II. INDEMNIZACIÓN DEL LUCRO CESANTE a. La incertidumbre y las condiciones del mercado no permiten asegurar que el trabajador fuera a permanecer toda la vida activa como dependiente de la empresa. b. El contrato laboral puede resolverse con antelación de aquella fecha, ya sea por voluntad del empleador o por voluntad del trabajador. III. INDEMNIZACIÓN DEL DAÑO MORAL a. Tiene un carácter netamente subjetivo. b. Su evaluación y determinación se encuentra entregada al criterio discrecional del juez. c. Su valorización se encuentra entregada al mérito del proceso, considerando el grado de culpa o dolo con que actuó el empleador.

ANTECEDENTES GENERALES:

CUADRO DE CUANTIFICACIÓN

CUADRO DE CUANTIFICACIÓN

ANTECEDENTES GENERALES: OCUPACIÓN: Maestro de Primera EDAD: No se consigna CARACTERÍSTICAS DEL DAÑO: Incapacidad (Fractura de radio y cúbito izquierdo, que requirió dos intervenciones quirúrgicas, generándole imposibilidad de cualquier actividad con su mano izquierda (porcentaje de incapacidad aún no evaluado por los organismos competentes de seguridad social)) EXPOSICIÓN AL DAÑO DE LA VÍCTIMA: Parcial VÍCTIMA QUE SOLICITA LA INDEMNIZACIÓN: Directa MONTOS DEMANDADOS MONTOS OTORGADOS CONCEPTOS DEMANDADOS Daño Moral $40.000.000 $15.000.000 Lucro Cesante $31.622.073 Rechazado

I. RESPONSABILIDAD CIVIL CONTRACTUAL a. Se genera, para la empresa, por la sola ocurrencia del accidente. b. Debido al incumplimiento del imperativo legal del deber de protección del art. 184 del CTRAB. II. INDEMNIZACIÓN DEL LUCRO CESANTE a. La incertidumbre y las condiciones del mercado no permiten asegurar que el trabajador fuera a permanecer toda la vida activa como dependiente de la empresa. b. El contrato laboral puede resolverse con antelación de aquella fecha, ya sea por voluntad del empleador o por voluntad del trabajador. III. INDEMNIZACIÓN DEL DAÑO MORAL a. Tiene un carácter netamente subjetivo. b. Su evaluación y determinación se encuentra entregada al criterio discrecional del juez. c. Su valorización se encuentra entregada al mérito del proceso, considerando el grado de culpa o dolo con que actuó el empleador.

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol: 165-2011 Tipo: Recurso de nulidad (rechazado) Partes: Antonio Pizarro Rodríguez con Constructora Hochtief Tecsa S.A. Ministros: Sra. Gloria Ana Chevesich Ruiz, Sra. Beatriz Pedrals García de Cortázar y la abogado integrante Sra. Andrea Muñoz Sánchez. Cita OnLine: CL/JUR/8437/2011

FICHA Nº 5

DOCTRINA

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

I. La sola ocurrencia del accidente permite concluir que la empresa demandada incurrió en responsabilidad civil contractual, desde que en su calidad de empleadora, estaba obligada por imperativo legal y así disponerlo el artículo 184 del Código del Trabajo, a proteger

10

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

11

eficazmente la vida y salud de sus trabajadores, obligación que la demandada incumplió. (Considerando 5º de la sentencia del Juzgado de Letras del Trabajo) II. Que en relación al lucro cesante, se procederá a rechazar dicho concepto, tanto en su monto como en su concepto, pues dada la incertidumbre y las contingencias del mercado, nada asegura que el trabajador demandante fuera a permanecer durante toda la vida activa como dependiente para las demandadas, pudiendo en este caso resolverse el contrato laboral con antelación de aquella fecha, ya sea por voluntad del empleador, o incluso por decisión del propio trabajador. (Considerando 5º de la sentencia del Juzgado de Letras del Trabajo) III. La evaluación y determinación del daño moral se encuentra entregado al criterio discrecional del juez que conoce de la causa y por ello tiene un carácter netamente subjetivo, su valorización se encuentra entregada al mérito del proceso, teniendo para ello como base el grado de culpa o dolo con el que ha actuado el empleador, como infractor del artículo 184 del Código del Trabajo. (Considerando 5º de la sentencia del Juzgado de Letras del Trabajo) NORMATIVA RELEVANTE CITADA: Código del Trabajo art. 184.

NORMATIVA RELEVANTE CITADA: Código del Trabajo art. 184. III. La evaluación y determinación del daño moral se encuentra entregado al criterio discrecional del juez que conoce de la causa y por ello tiene un carácter netamente subjetivo, su valorización se encuentra entregada al mérito del proceso, teniendo para ello como base el grado de culpa o dolo con el que ha actuado el empleador, como infractor del artículo 184 del Código del Trabajo. (Considerando 5º de la sentencia del Juzgado de Letras del Trabajo) II. Que en relación al lucro cesante, se procederá a rechazar dicho concepto, tanto en su monto como en su concepto, pues dada la incertidumbre y las contingencias del mercado, nada asegura que el trabajador demandante fuera a permanecer durante toda la vida activa como dependiente para las demandadas, pudiendo en este caso resolverse el contrato laboral con antelación de aquella fecha, ya sea por voluntad del empleador, o incluso por decisión del propio trabajador. (Considerando 5º de la sentencia del Juzgado de Letras del Trabajo) eficazmente la vida y salud de sus trabajadores, obligación que la demandada incumplió. (Considerando 5º de la sentencia del Juzgado de Letras del Trabajo) ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

11

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

I. Corresponde al empleador probar que dio cumplimiento al deber de seguridad, o demostrar que el dependiente actuó temerariamente y que por eso se produjo el accidente. Del análisis del caso se desprende que el empleador no dio cumplimiento a su deber de cuidado, toda vez que el trabajador que manejaba el vehículo motorizado no se encontraba capacitado ya que no tenía licencia de conducir para dicho tipo de maquinaria, sumado a que no había presencia de supervisor del personal que se encontraba trabajando en dicho lugar, para detener supuestas conductas que iban en contra de lo dispuesto en el Reglamento Interno de la Empresa. A todo esto cabe agregar que no ha sido probada en el presente litigio una imprudencia temeraria por parte del afectado. (Considerandos 13º y 14º sentencia de reemplazo de la Corte Suprema)

12

DOCTRINA

FICHA Nº 6

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol: 994-2010 Tipo: Casación en la Forma y el Fondo (Anula de Oficio). Partes: Luis Ortega Flores con Servicios Geoservice Limitada Ministros: Sres.Urbano Marín V., Patricio Valdés A., Sras. Gabriela Pérez P., Rosa María Maggi D., y el abogado integrante Patricio Figueroa S. Cita OnLine: CL/JUR/4688/2010

I. DEBER DE PROTECCIÓN Y SEGURIDAD DEL ART. 184 DEL CTRAB a. El empleador no ha cumplido su deber si no exigió licencia de conducir adecuada, no supervisó al trabajador ni probó conducta temeraria de este último. II. INDEMNIZACIÓN DEL LUCRO CESANTE a. La proyección de las expectativas laborales futuras no es ningún caso suficiente para darlo por satisfecho. b. Los gastos de prótesis no son indemnizables, puesto que tienen cobertura de la ley N° 16.744.

ANTECEDENTES GENERALES: OCUPACIÓN: Movilizador en unidad de frigorífico EDAD: 26 años. CARACTERÍSTICAS DEL DAÑO: Incapacidad (Amputación del muslo derecho a nivel del tercio medio y tercio distal, cicatrices de carácter grave, secuela consistente en la pérdida de un miembro, sólo recuperable parcialmente mediante el uso de una prótesis) EXPOSICIÓN AL DAÑO DE LA VÍCTIMA: Inexistente VÍCTIMA QUE SOLICITA LA INDEMNIZACIÓN: Directa CONCEPTOS DEMANDADOS MONTOS DEMANDADOS MONTOS OTORGADOS Daño Moral $250.000.000 $45.000.000 Lucro Cesante $109.375.812 Rechazado

CUADRO DE CUANTIFICACIÓN

CUADRO DE CUANTIFICACIÓN

ANTECEDENTES GENERALES: OCUPACIÓN: Movilizador en unidad de frigorífico EDAD: 26 años. CARACTERÍSTICAS DEL DAÑO: Incapacidad (Amputación del muslo derecho a nivel del tercio medio y tercio distal, cicatrices de carácter grave, secuela consistente en la pérdida de un miembro, sólo recuperable parcialmente mediante el uso de una prótesis) EXPOSICIÓN AL DAÑO DE LA VÍCTIMA: Inexistente VÍCTIMA QUE SOLICITA LA INDEMNIZACIÓN: Directa CONCEPTOS DEMANDADOS MONTOS DEMANDADOS MONTOS OTORGADOS Daño Moral $250.000.000 $45.000.000 Lucro Cesante $109.375.812 Rechazado

I. DEBER DE PROTECCIÓN Y SEGURIDAD DEL ART. 184 DEL CTRAB a. El empleador no ha cumplido su deber si no exigió licencia de conducir adecuada, no supervisó al trabajador ni probó conducta temeraria de este último. II. INDEMNIZACIÓN DEL LUCRO CESANTE a. La proyección de las expectativas laborales futuras no es ningún caso suficiente para darlo por satisfecho. b. Los gastos de prótesis no son indemnizables, puesto que tienen cobertura de la ley N° 16.744.

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol: 994-2010 Tipo: Casación en la Forma y el Fondo (Anula de Oficio). Partes: Luis Ortega Flores con Servicios Geoservice Limitada Ministros: Sres.Urbano Marín V., Patricio Valdés A., Sras. Gabriela Pérez P., Rosa María Maggi D., y el abogado integrante Patricio Figueroa S. Cita OnLine: CL/JUR/4688/2010

FICHA Nº 6

DOCTRINA

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

I. Corresponde al empleador probar que dio cumplimiento al deber de seguridad, o demostrar que el dependiente actuó temerariamente y que por eso se produjo el accidente. Del análisis del caso se desprende que el empleador no dio cumplimiento a su deber de cuidado, toda vez que el trabajador que manejaba el vehículo motorizado no se encontraba capacitado ya que no tenía licencia de conducir para dicho tipo de maquinaria, sumado a que no había presencia de supervisor del personal que se encontraba trabajando en dicho lugar, para detener supuestas conductas que iban en contra de lo dispuesto en el Reglamento Interno de la Empresa. A todo esto cabe agregar que no ha sido probada en el presente litigio una imprudencia temeraria por parte del afectado. (Considerandos 13º y 14º sentencia de reemplazo de la Corte Suprema)

12

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

13

II. En lo relativo a las indemnizaciones que corresponde enterar al trabajador, el lucro cesante ha sido rechazado, puesto que una proyección de las expectativas laborales futuras no es ningún caso suficiente para darlo por satisfecho, así como los gastos que ha incurrido en prótesis también deberá ser rechazados como indemnizaciones, puesto que son coberturas que otorga la ley N° 16.744. En lo que al daño moral respecta el mismo deberá ser acogido, con el mérito de los antecedentes acompañados al juicio. (Considerandos 17º, 19º y 22º sentencia de reemplazo de la Corte Suprema) NORMATIVA RELEVANTE CITADA: Código del Trabajo art. 184.

NORMATIVA RELEVANTE CITADA: Código del Trabajo art. 184. II. En lo relativo a las indemnizaciones que corresponde enterar al trabajador, el lucro cesante ha sido rechazado, puesto que una proyección de las expectativas laborales futuras no es ningún caso suficiente para darlo por satisfecho, así como los gastos que ha incurrido en prótesis también deberá ser rechazados como indemnizaciones, puesto que son coberturas que otorga la ley N° 16.744. En lo que al daño moral respecta el mismo deberá ser acogido, con el mérito de los antecedentes acompañados al juicio. (Considerandos 17º, 19º y 22º sentencia de reemplazo de la Corte Suprema) ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

13

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

NORMATIVA RELEVANTE CITADA: Código del Trabajo art. 184; Código del Trabajo art. 177.

14

No es factible para el tribunal, por la sola falta de mención expresa, entender que el finiquito no alcanza al accidente de trabajo, puesto que ello significa presumir la falta de consentimiento en un acto que consiste esencialmente en un acuerdo de voluntades, y que en razón del principio protector está dotado además de formalidades que buscan adquirir certeza respecto de la concurrencia del necesario consentimiento del trabajador. Más aún si, tal como se indica en el informe en derecho aportado por la parte demandante, la materia de accidentes de trabajo tiene una naturaleza evidentemente laboral, teniendo además en consideración que la norma que constituye la piedra angular de la obligación de seguridad del empleador está contenida en el Código del Trabajo y que, por ende, el mencionado deber es de origen legal y se deriva de la prestación de servicios, estando comprendido, entonces, en la declaración de finiquito que el trabajador efectuó respecto de su empleador. (Considerando 8º de la sentencia del Juzgado de Letras del Trabajo)

FICHA Nº 7

DOCTRINA

I. EXCEPCIÓN DE FINIQUITO a. La falta de mención expresa del accidente del trabajo en el finiquito, no es suficiente para que el Tribunal pueda presumir la falta de consentimiento en dicho acto. b. El deber de seguridad es de origen legal y se deriva de la prestación de servicios, por lo tanto, está comprendido en la declaración de finiquito que el trabajador efectuó respecto de su empleador.

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol: 105-2011 Tipo: Recurso de nulidad (rechazado) Partes: Fernando Cáceres Antúnez con Sociedad de Inversiones Cerro Dominador Ltda; Ingeniería en Transporte a Granel Limitada Ministros: Sr. Patricio Villarroel Valdivia, Sr. Raúl Héctor Rocha Pérez y Sr. Omar Astudillo Contreras. Cita OnLine: CL/JUR/16563/2010

CUADRO DE CUANTIFICACIÓN

ANTECEDENTES GENERALES: OCUPACIÓN: Chofer de camión EDAD: 43 años CARACTERÍSTICAS DEL DAÑO: Incapacidad (Fractura base V metacarpiano derecho, con compromiso articular, artroplastía de interposición y artrodesis de la mano derecha, por lo que sufre de dolores permanentes y crónicos y no puede efectuar ningún tipo de actividad que requiera fuerza o precisión con esa mano. Lo que le generó un 20% de incapacidad declarada por los organismos de seguridad social competentes) EXPOSICIÓN AL DAÑO DE LA VÍCTIMA: Total VÍCTIMA QUE SOLICITA LA INDEMNIZACIÓN: Directa CONCEPTOS DEMANDADOS MONTOS DEMANDADOS MONTOS OTORGADOS Daño Moral $60.000.000 Rechazado (excepción de finiquito) Lucro Cesante $18.480.000 Rechazado (excepción de finiquito)

ANTECEDENTES GENERALES: OCUPACIÓN: Chofer de camión EDAD: 43 años CARACTERÍSTICAS DEL DAÑO: Incapacidad (Fractura base V metacarpiano derecho, con compromiso articular, artroplastía de interposición y artrodesis de la mano derecha, por lo que sufre de dolores permanentes y crónicos y no puede efectuar ningún tipo de actividad que requiera fuerza o precisión con esa mano. Lo que le generó un 20% de incapacidad declarada por los organismos de seguridad social competentes) EXPOSICIÓN AL DAÑO DE LA VÍCTIMA: Total VÍCTIMA QUE SOLICITA LA INDEMNIZACIÓN: Directa CONCEPTOS DEMANDADOS MONTOS DEMANDADOS MONTOS OTORGADOS Daño Moral $60.000.000 Rechazado (excepción de finiquito) Lucro Cesante $18.480.000 Rechazado (excepción de finiquito)

CUADRO DE CUANTIFICACIÓN

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol: 105-2011 Tipo: Recurso de nulidad (rechazado) Partes: Fernando Cáceres Antúnez con Sociedad de Inversiones Cerro Dominador Ltda; Ingeniería en Transporte a Granel Limitada Ministros: Sr. Patricio Villarroel Valdivia, Sr. Raúl Héctor Rocha Pérez y Sr. Omar Astudillo Contreras. Cita OnLine: CL/JUR/16563/2010

I. EXCEPCIÓN DE FINIQUITO a. La falta de mención expresa del accidente del trabajo en el finiquito, no es suficiente para que el Tribunal pueda presumir la falta de consentimiento en dicho acto. b. El deber de seguridad es de origen legal y se deriva de la prestación de servicios, por lo tanto, está comprendido en la declaración de finiquito que el trabajador efectuó respecto de su empleador.

DOCTRINA

FICHA Nº 7

No es factible para el tribunal, por la sola falta de mención expresa, entender que el finiquito no alcanza al accidente de trabajo, puesto que ello significa presumir la falta de consentimiento en un acto que consiste esencialmente en un acuerdo de voluntades, y que en razón del principio protector está dotado además de formalidades que buscan adquirir certeza respecto de la concurrencia del necesario consentimiento del trabajador. Más aún si, tal como se indica en el informe en derecho aportado por la parte demandante, la materia de accidentes de trabajo tiene una naturaleza evidentemente laboral, teniendo además en consideración que la norma que constituye la piedra angular de la obligación de seguridad del empleador está contenida en el Código del Trabajo y que, por ende, el mencionado deber es de origen legal y se deriva de la prestación de servicios, estando comprendido, entonces, en la declaración de finiquito que el trabajador efectuó respecto de su empleador. (Considerando 8º de la sentencia del Juzgado de Letras del Trabajo)

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

NORMATIVA RELEVANTE CITADA: Código del Trabajo art. 184; Código del Trabajo art. 177.

14

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

15

FICHA Nº 8 I. Deber de Protección y Seguridad del art. 184 del CTRAB a. Existe un incumplimiento si el empleador no veló porque sus trabajadores no realicen maniobras peligrosas para su vida y salud. II. Exposición imprudente de la víctima al daño a. No se aplica, puesto que la calidad de garante que tiene el empleador se extiende no sólo a la salud e integridad de sus trabajadores, sino también al comportamiento laboral. CUADRO DE CUANTIFICACIÓN ANTECEDENTES GENERALES: OCUPACIÓN: Trabajador (chofer de camiones) EDAD: 51 años CARACTERÍSTICAS DEL DAÑO: Incapacidad (Fractura de tibia y peroné en el tobillo derecho y herida cortante en el muslo izquierdo) EXPOSICIÓN AL DAÑO DE LA VÍCTIMA: PARCIAL VÍCTIMA QUE SOLICITA LA INDEMNIZACIÓN: Directa CONCEPTOS DEMANDADOS MONTOS DEMANDADOS MONTOS OTORGADOS Daño Moral $56.000.000 $10.000.000 Lucro Cesante (Incapacidad del 22,5%) $15.008.011 $11.256.008 ANTECEDENTES DEL FALLO Rol: 294-2011 Tipo: Recurso de nulidad (acogido) Partes: José Ignacio Rubio Viedra con Próspero González Camus Ministros: Sr. José Ismael Contreras Pérez y Sra. Lya Cabello Abdala y por la Fiscal Judicial Sra. Cecilia Venegas Vásquez. Cita OnLine: CL/JUR/8259/2011 DOCTRINA I. Establecida la existencia del accidente del trabajo, que éste ocurrió durante la jornada de trabajo y mientras desarrollaba las labores para las cuales había sido contratado el demandante, queda acreditado con los informes médicos agregados el hecho que causó el daño, su resultado perjudicial y la relación de causalidad entre ambos. En tales condiciones, correspondía al empleador acreditar que cumplió con su obligación de seguridad, en cuanto a velar porque sus trabajadores no realicen maniobras peligrosas para su vida y salud, con el objeto de eximirse de la responsabilidad que se le atribuye. Al no hacerlo, cabe atribuir responsabilidad en el accidente sufrido por el actor a su empleador y, por consiguiente, éste queda obligado a indemnizar a la víctima, por los daños sufridos. (Considerandos 3º a 6º de la sentencia de reemplazo de la Corte de Apelaciones) II. No procede reducir la indemnización de perjuicios en los términos del artículo 2320 del Código Civil, esto es, por la exposición imprudente de la víctima al daño, porque la calidad de garante que tiene el empleador se extiende no sólo a la salud e integridad de sus trabajadores, sino también al comportamiento laboral, debiendo velar y ejercer vigilancia para la mejor ejecución de los trabajos y para evitar accidentes. (Considerandos 8º de la sentencia de nulidad y 6º de la sentencia de reemplazo de la Corte de Apelaciones) NORMATIVA RELEVANTE CITADA: Código del Trabajo; art. 184. Código Civil; arts. 2320 y 2330.

NORMATIVA RELEVANTE CITADA: Código del Trabajo; art. 184. Código Civil; arts. 2320 y 2330. II. No procede reducir la indemnización de perjuicios en los términos del artículo 2320 del Código Civil, esto es, por la exposición imprudente de la víctima al daño, porque la calidad de garante que tiene el empleador se extiende no sólo a la salud e integridad de sus trabajadores, sino también al comportamiento laboral, debiendo velar y ejercer vigilancia para la mejor ejecución de los trabajos y para evitar accidentes. (Considerandos 8º de la sentencia de nulidad y 6º de la sentencia de reemplazo de la Corte de Apelaciones) I. Establecida la existencia del accidente del trabajo, que éste ocurrió durante la jornada de trabajo y mientras desarrollaba las labores para las cuales había sido contratado el demandante, queda acreditado con los informes médicos agregados el hecho que causó el daño, su resultado perjudicial y la relación de causalidad entre ambos. En tales condiciones, correspondía al empleador acreditar que cumplió con su obligación de seguridad, en cuanto a velar porque sus trabajadores no realicen maniobras peligrosas para su vida y salud, con el objeto de eximirse de la responsabilidad que se le atribuye. Al no hacerlo, cabe atribuir responsabilidad en el accidente sufrido por el actor a su empleador y, por consiguiente, éste queda obligado a indemnizar a la víctima, por los daños sufridos. (Considerandos 3º a 6º de la sentencia de reemplazo de la Corte de Apelaciones) DOCTRINA ANTECEDENTES DEL FALLO Rol: 294-2011 Tipo: Recurso de nulidad (acogido) Partes: José Ignacio Rubio Viedra con Próspero González Camus Ministros: Sr. José Ismael Contreras Pérez y Sra. Lya Cabello Abdala y por la Fiscal Judicial Sra. Cecilia Venegas Vásquez. Cita OnLine: CL/JUR/8259/2011 ANTECEDENTES GENERALES: OCUPACIÓN: Trabajador (chofer de camiones) EDAD: 51 años CARACTERÍSTICAS DEL DAÑO: Incapacidad (Fractura de tibia y peroné en el tobillo derecho y herida cortante en el muslo izquierdo) EXPOSICIÓN AL DAÑO DE LA VÍCTIMA: PARCIAL VÍCTIMA QUE SOLICITA LA INDEMNIZACIÓN: Directa CONCEPTOS DEMANDADOS MONTOS DEMANDADOS MONTOS OTORGADOS Daño Moral $56.000.000 $10.000.000 Lucro Cesante (Incapacidad del 22,5%) $15.008.011 $11.256.008 CUADRO DE CUANTIFICACIÓN I. Deber de Protección y Seguridad del art. 184 del CTRAB a. Existe un incumplimiento si el empleador no veló porque sus trabajadores no realicen maniobras peligrosas para su vida y salud. II. Exposición imprudente de la víctima al daño a. No se aplica, puesto que la calidad de garante que tiene el empleador se extiende no sólo a la salud e integridad de sus trabajadores, sino también al comportamiento laboral. FICHA Nº 8 ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

15

RETIRO

NORMATIVA RELEVANTE CITADA: Código del Trabajo art. 184.

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

16

CUADRO DE CUANTIFICACIÓN

El accidente ha lesionado la integridad física y psíquica del trabajador, provocando dolor y aflicción desde el momento mismo del daño y en el transcurso de la fase recuperativa. La afectación que en el libelo de demanda aparece representada por el perjuicio de sufrimiento y el perjuicio de agrado queda asentada en el proceso en ambos extremos desde los señalados antecedentes médicos que dan cuenta de la lesión, sus características (amputación traumática y fractura), su tratamiento médico, la necesidad de intervenciones quirúrgicas (todavía sugeridas para una corrección parcial de la funcionalidad de un dedo por el especialista a la época de recepción de la prueba), la aparición natural de un stress post traumático e indicios de la evolución hacia un cuadro depresivo, y los múltiples tratamientos médicos y farmacológicos que apuntan a la recuperación física y psíquica del actor. (Considerando 12º de la sentencia del Juzgado de Letras del Trabajo)

ANTECEDENTES GENERALES:

DOCTRINA TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

NORMATIVA RELEVANTE CITADA: Código del Trabajo art. 184.

16

El accidente ha lesionado la integridad física y psíquica del trabajador, provocando dolor y aflicción desde el momento mismo del daño y en el transcurso de la fase recuperativa. La afectación que en el libelo de demanda aparece representada por el perjuicio de sufrimiento y el perjuicio de agrado queda asentada en el proceso en ambos extremos desde los señalados antecedentes médicos que dan cuenta de la lesión, sus características (amputación traumática y fractura), su tratamiento médico, la necesidad de intervenciones quirúrgicas (todavía sugeridas para una corrección parcial de la funcionalidad de un dedo por el especialista a la época de recepción de la prueba), la aparición natural de un stress post traumático e indicios de la evolución hacia un cuadro depresivo, y los múltiples tratamientos médicos y farmacológicos que apuntan a la recuperación física y psíquica del actor. (Considerando 12º de la sentencia del Juzgado de Letras del Trabajo)

FICHA Nº 9

DOCTRINA

I. INDEMNIZACIÓN DEL DAÑO MORAL a. Para otorgarla, deben considerarse los antecedentes médicos, sus características, su tratamiento médico, la necesidad de intervenciones quirúrgicas, la aparición natural de un stress post traumático e indicios de la evolución hacia un cuadro depresivo, y los múltiples tratamientos médicos y farmacológicos que apuntan a la recuperación física y psíquica del actor.

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol: 1686-2010 Tipo: Recurso de nulidad (rechazado) Partes: Gonzalo Poza Parraguez con Recicladora Nacional de Metales S.A. Ministros: Sra. Dobra Lusic Nadal, Sra. Patricia González Quiroz y Abogado Integrante Sr. Eduardo Morales Robles. Cita OnLine: CL/JUR/16492/2010

CUADRO DE CUANTIFICACIÓN

OCUPACIÓN: EDAD: No se consigna CARACTERÍSTICAS DEL DAÑO: Incapacidad (Mutilación de mano derecha con guillotina; lo que trajo como consecuencia la amputación parcial de dedos de la mano derecha, fractura expuesta de la 2ª falange del anular y el dedo índice es amputado en la 3ª falange y el medio a nivel de la primera. Todo lo anterior conllevó para el trabajador un 25% de incapacidad decretada por los organismos competentes de seguridad social) EXPOSICIÓN AL DAÑO DE LA VÍCTIMA: Parcial VÍCTIMA QUE SOLICITA LA INDEMNIZACIÓN: Directa CONCEPTOS DEMANDADOS MONTOS DEMANDADOS MONTOS OTORGADOS Daño Moral $120.000.000 $12.000.000 Lucro Cesante $50.826.000 Rechazado

ANTECEDENTES GENERALES: OCUPACIÓN: EDAD: No se consigna CARACTERÍSTICAS DEL DAÑO: Incapacidad (Mutilación de mano derecha con guillotina; lo que trajo como consecuencia la amputación parcial de dedos de la mano derecha, fractura expuesta de la 2ª falange del anular y el dedo índice es amputado en la 3ª falange y el medio a nivel de la primera. Todo lo anterior conllevó para el trabajador un 25% de incapacidad decretada por los organismos competentes de seguridad social) EXPOSICIÓN AL DAÑO DE LA VÍCTIMA: Parcial VÍCTIMA QUE SOLICITA LA INDEMNIZACIÓN: Directa CONCEPTOS DEMANDADOS MONTOS DEMANDADOS MONTOS OTORGADOS Daño Moral $120.000.000 $12.000.000 Lucro Cesante $50.826.000 Rechazado

I. INDEMNIZACIÓN DEL DAÑO MORAL a. Para otorgarla, deben considerarse los antecedentes médicos, sus características, su tratamiento médico, la necesidad de intervenciones quirúrgicas, la aparición natural de un stress post traumático e indicios de la evolución hacia un cuadro depresivo, y los múltiples tratamientos médicos y farmacológicos que apuntan a la recuperación física y psíquica del actor.

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol: 1686-2010 Tipo: Recurso de nulidad (rechazado) Partes: Gonzalo Poza Parraguez con Recicladora Nacional de Metales S.A. Ministros: Sra. Dobra Lusic Nadal, Sra. Patricia González Quiroz y Abogado Integrante Sr. Eduardo Morales Robles. Cita OnLine: CL/JUR/16492/2010

FICHA Nº 9

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

17

FICHA Nº 10 I. DEBER DE PROTECCIÓN Y SEGURIDAD DEL ART. 184 DEL CTRAB a. Existió un incumplimiento culposo del empleador al no tener medidas que hubiesen permitido una coordinación adecuada del trabajo, en los distintos niveles, medidas de supervisión y medidas que hubiesen evitado la caída de objetos en altura. II. RESPONSABILIDAD EN EL RÉGIMEN DE SUBCONTRATACIÓN a. Las empresas deben responder en forma simplemente conjunta o mancomunada, que es la regla general en materia de responsabilidad en casos de pluralidad de sujetos.

II. En cuanto a la responsabilidad que le cabe al dueño de la obra o faena, habiéndose establecido que la causa del accidente fue la falta de coordinación de las faenas entre los distintos niveles y la falta de adopción de medidas de seguridad que evitaran la caída de elementos en altura, situación que no es posible de calificar como caso fortuito o fuerza mayor y, por lo demás, no habiendo esta demandada acreditado la adopción de ninguna medida de prevención de accidentes de trabajo en favor del actor, o de fiscalización de sus faenas, I. Existió un incumplimiento culposo en la obligación de seguridad por parte del empleador, incumplimiento que es, además, la causa directa del accidente ocurrido al trabajador, pues de haber existido medidas que hubiesen permitido una coordinación adecuada del trabajo, en los distintos niveles, medidas de supervisión y medidas que hubiesen evitado la caída de objetos en altura, el accidente no se habría producido. (Considerando 11° de la sentencia del Juzgado de Letras del Trabajo) DOCTRINA

CUADRO DE CUANTIFICACIÓN ANTECEDENTES GENERALES: OCUPACIÓN: Trabajador (jornalero) EDAD: 54 años CARACTERÍSTICAS DEL DAÑO: Incapacidad (síndrome de distrofia dolor complejo en la mano derecha) EXPOSICIÓN AL DAÑO DE LA VÍCTIMA: INEXISTENTE VÍCTIMA QUE SOLICITA LA INDEMNIZACIÓN: Directa CONCEPTOS DEMANDADOS MONTOS DEMANDADOS MONTOS OTORGADOS Daño Moral $300.000.000 $30.000.000 Lucro Cesante (Incapacidad del 70%) $27.786.000 $19.450.200 ANTECEDENTES DEL FALLO Rol: O-786-2011 Tipo: Demanda Partes: Luis Enrique Ríos Poblete con Constructora Senarco S.A. y otros Magistrado: María Vivianne Morande Dattwyler Cita OnLine: CL/JUR/9271/2011

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol: O-786-2011 Tipo: Demanda Partes: Luis Enrique Ríos Poblete con Constructora Senarco S.A. y otros Magistrado: María Vivianne Morande Dattwyler Cita OnLine: CL/JUR/9271/2011 ANTECEDENTES GENERALES: OCUPACIÓN: Trabajador (jornalero) EDAD: 54 años CARACTERÍSTICAS DEL DAÑO: Incapacidad (síndrome de distrofia dolor complejo en la mano derecha) EXPOSICIÓN AL DAÑO DE LA VÍCTIMA: INEXISTENTE VÍCTIMA QUE SOLICITA LA INDEMNIZACIÓN: Directa CONCEPTOS DEMANDADOS MONTOS DEMANDADOS MONTOS OTORGADOS Daño Moral $300.000.000 $30.000.000 Lucro Cesante (Incapacidad del 70%) $27.786.000 $19.450.200 CUADRO DE CUANTIFICACIÓN

DOCTRINA I. Existió un incumplimiento culposo en la obligación de seguridad por parte del empleador, incumplimiento que es, además, la causa directa del accidente ocurrido al trabajador, pues de haber existido medidas que hubiesen permitido una coordinación adecuada del trabajo, en los distintos niveles, medidas de supervisión y medidas que hubiesen evitado la caída de objetos en altura, el accidente no se habría producido. (Considerando 11° de la sentencia del Juzgado de Letras del Trabajo) II. En cuanto a la responsabilidad que le cabe al dueño de la obra o faena, habiéndose establecido que la causa del accidente fue la falta de coordinación de las faenas entre los distintos niveles y la falta de adopción de medidas de seguridad que evitaran la caída de elementos en altura, situación que no es posible de calificar como caso fortuito o fuerza mayor y, por lo demás, no habiendo esta demandada acreditado la adopción de ninguna medida de prevención de accidentes de trabajo en favor del actor, o de fiscalización de sus faenas,

I. DEBER DE PROTECCIÓN Y SEGURIDAD DEL ART. 184 DEL CTRAB a. Existió un incumplimiento culposo del empleador al no tener medidas que hubiesen permitido una coordinación adecuada del trabajo, en los distintos niveles, medidas de supervisión y medidas que hubiesen evitado la caída de objetos en altura. II. RESPONSABILIDAD EN EL RÉGIMEN DE SUBCONTRATACIÓN a. Las empresas deben responder en forma simplemente conjunta o mancomunada, que es la regla general en materia de responsabilidad en casos de pluralidad de sujetos. FICHA Nº 10 ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

17

RETIRO

18

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

se le tendrá también como responsable del accidente. (Considerando 14° de la sentencia del Juzgado de Letras del Trabajo) En cuanto a la forma en que deben responder ambas demandadas, cabe tener presente que éstas no responden solidariamente, al no existir fuente legal que así lo establezca. En consecuencia, responden en forma simplemente conjunta o mancomunada, que es la regla general en materia de responsabilidad en casos de pluralidad de sujetos. Más aún, si los daños ocasionados al actor no son divisibles, ni posibles de atribuir, en forma separada, al accionar de una de las demandadas. (Considerando 15° de la sentencia del Juzgado de Letras del Trabajo) NORMATIVA RELEVANTE CITADA: Código del Trabajo arts. 153, 183 E y 184.

NORMATIVA RELEVANTE CITADA: Código del Trabajo arts. 153, 183 E y 184. se le tendrá también como responsable del accidente. (Considerando 14° de la sentencia del Juzgado de Letras del Trabajo) En cuanto a la forma en que deben responder ambas demandadas, cabe tener presente que éstas no responden solidariamente, al no existir fuente legal que así lo establezca. En consecuencia, responden en forma simplemente conjunta o mancomunada, que es la regla general en materia de responsabilidad en casos de pluralidad de sujetos. Más aún, si los daños ocasionados al actor no son divisibles, ni posibles de atribuir, en forma separada, al accionar de una de las demandadas. (Considerando 15° de la sentencia del Juzgado de Letras del Trabajo) 18

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

19

FICHA Nº 11 I. DEBER DE PROTECCIÓN Y SEGURIDAD DEL ART. 184 DEL CTRAB a. En virtud del principio de la integración se entiende incluido dentro de las obligaciones contractuales del empleador. b. No se pueden reducir las indemnizaciones que derivan del incumplimiento de este deber, puesto que no consta que el trabajador se expuso imprudentemente al daño. II. INDEMNIZACIÓN DEL LUCRO CESANTE a. Esta indemnización es incompatible con el subsidio de la ley N° 16.744.

CUADRO DE CUANTIFICACIÓN ANTECEDENTES GENERALES: OCUPACIÓN: Trabajador (operario, auxiliar de frigoríficos) EDAD: 30 años CARACTERÍSTICAS DEL DAÑO: Incapacidad (fractura calcáneo izquierdo) EXPOSICIÓN AL DAÑO DE LA VÍCTIMA: PARCIAL VÍCTIMA QUE SOLICITA LA INDEMNIZACIÓN: Directa MONTOS DEMANDADOS CONCEPTOS DEMANDADOS Daño Moral $20.000.000 Lucro Cesante (Aún no se determina $15.000.000 el grado de incapacidad)

MONTOS OTORGADOS $1.000.000 Rechazado

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol: O-797-2011 Tipo: Demanda Partes: Manuel Andrés Pavez Lara con Empresa Cabo de Hornos S.A. Magistrado: Patricia Fuenzalida Martínez Cita OnLine: CL/JUR/9272/2011 DOCTRINA I. No es aceptable, por no ajustarse a la conducta proactiva que el artículo 184 del Código del Trabajo le impone al empleador, en cuanto garante de la vida y seguridad del trabajador, durante el espacio de tiempo en que éste se pone bajo su subordinación, dependencia y, por tanto, también bajo su cuidado, que el empleador que ordena al trabajador realizar una labor a dos metros de altura no adopte todas las medidas posibles para protegerlo de aquellos riesgos evidentes de todo trabajo en altura, estimándose por tanto que la demandada sí incumplió el deber de seguridad, al disponer que las labores de encarpado se realizaran a través de un procedimiento que no contemplaba mecanismos destinados a evitar caídas o a minimizar las consecuencias de éstas; que a su vez, dicho incumplimiento a aquella normal legal, el artículo 184 del Código Civil, que en virtud del principio de integración se entiende incluídos a las obligaciones contractuales del empleador, a la luz de las normas generales sobre responsabilidad contractual previstas en el ordenamiento civil, es fundamento del deber del empleador de indemnizar al trabajador los perjuicios sufridos a consecuencia de su ne-

I. No es aceptable, por no ajustarse a la conducta proactiva que el artículo 184 del Código del Trabajo le impone al empleador, en cuanto garante de la vida y seguridad del trabajador, durante el espacio de tiempo en que éste se pone bajo su subordinación, dependencia y, por tanto, también bajo su cuidado, que el empleador que ordena al trabajador realizar una labor a dos metros de altura no adopte todas las medidas posibles para protegerlo de aquellos riesgos evidentes de todo trabajo en altura, estimándose por tanto que la demandada sí incumplió el deber de seguridad, al disponer que las labores de encarpado se realizaran a través de un procedimiento que no contemplaba mecanismos destinados a evitar caídas o a minimizar las consecuencias de éstas; que a su vez, dicho incumplimiento a aquella normal legal, el artículo 184 del Código Civil, que en virtud del principio de integración se entiende incluídos a las obligaciones contractuales del empleador, a la luz de las normas generales sobre responsabilidad contractual previstas en el ordenamiento civil, es fundamento del deber del empleador de indemnizar al trabajador los perjuicios sufridos a consecuencia de su neDOCTRINA ANTECEDENTES DEL FALLO Rol: O-797-2011 Tipo: Demanda Partes: Manuel Andrés Pavez Lara con Empresa Cabo de Hornos S.A. Magistrado: Patricia Fuenzalida Martínez Cita OnLine: CL/JUR/9272/2011 ANTECEDENTES GENERALES: OCUPACIÓN: Trabajador (operario, auxiliar de frigoríficos) EDAD: 30 años CARACTERÍSTICAS DEL DAÑO: Incapacidad (fractura calcáneo izquierdo) EXPOSICIÓN AL DAÑO DE LA VÍCTIMA: PARCIAL VÍCTIMA QUE SOLICITA LA INDEMNIZACIÓN: Directa MONTOS DEMANDADOS CONCEPTOS DEMANDADOS Daño Moral $20.000.000 Lucro Cesante (Aún no se determina $15.000.000 el grado de incapacidad)

MONTOS OTORGADOS $1.000.000 Rechazado

CUADRO DE CUANTIFICACIÓN I. DEBER DE PROTECCIÓN Y SEGURIDAD DEL ART. 184 DEL CTRAB a. En virtud del principio de la integración se entiende incluido dentro de las obligaciones contractuales del empleador. b. No se pueden reducir las indemnizaciones que derivan del incumplimiento de este deber, puesto que no consta que el trabajador se expuso imprudentemente al daño. II. INDEMNIZACIÓN DEL LUCRO CESANTE a. Esta indemnización es incompatible con el subsidio de la ley N° 16.744. FICHA Nº 11 ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

19

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

20

gligencia, descartándose el reducir dichas indemnización por estimar que el actor se impuso imprudentemente al riesgo, según lo dispuesto en el artículo 2330 del Código Civil, puesto que no consta que ello haya ocurrido, sino que únicamente consta en autos que el actor se subió a la pila de pallet a desarrollar la labor que le había sido ordenada, del modo que le fue ordenada, sin que conste ningún actuar negligente o culpable de su parte. (Considerando 10° de la sentencia del Juzgado de Letras del Trabajo) II. Para efectos de regular el monto de las indemnizaciones que serán otorgadas al trabajador, debe determinarse la entidad del daño por él sufrido, para cuyo efecto se han incorporado una serie de antecedentes médicos respecto del estado actual del actor y sus pronósticos, constando como se indicó que el actor ya ha sido dado de alta, sin que registre secuelas físicas o psicológicas del accidente, que sólo le significó una incapacidad temporal y no algún tipo de invalidez o pérdida de ganancia definitiva. En relación a este daño previamente establecido, el Tribunal rechazará la indemnización solicitada por concepto de lucro cesante, por cuanto el actor recibió durante el período de reposo médico, en que se vio impedido de realizar sus labores, los subsidios previstos al efecto en la ley Nº 16.744, que tienen por fin reemplazar justamente aquella remuneración que no recibió a consecuencia del accidente sufrido, accidente que al no haberse traducido en una pérdida de la capacidad de ganancia del actor, no puede ser fundamento de una pérdida de ganancia efectiva, más aún cuando, en efecto, el actor no acreditó estar impedido de realizar funciones en el presente, ni encontrarse actualmente cesante. (Considerando 11° de la sentencia del Juzgado de Letras del Trabajo)

NORMATIVA RELEVANTE CITADA: Código del Trabajo art. 184. II. Para efectos de regular el monto de las indemnizaciones que serán otorgadas al trabajador, debe determinarse la entidad del daño por él sufrido, para cuyo efecto se han incorporado una serie de antecedentes médicos respecto del estado actual del actor y sus pronósticos, constando como se indicó que el actor ya ha sido dado de alta, sin que registre secuelas físicas o psicológicas del accidente, que sólo le significó una incapacidad temporal y no algún tipo de invalidez o pérdida de ganancia definitiva. En relación a este daño previamente establecido, el Tribunal rechazará la indemnización solicitada por concepto de lucro cesante, por cuanto el actor recibió durante el período de reposo médico, en que se vio impedido de realizar sus labores, los subsidios previstos al efecto en la ley Nº 16.744, que tienen por fin reemplazar justamente aquella remuneración que no recibió a consecuencia del accidente sufrido, accidente que al no haberse traducido en una pérdida de la capacidad de ganancia del actor, no puede ser fundamento de una pérdida de ganancia efectiva, más aún cuando, en efecto, el actor no acreditó estar impedido de realizar funciones en el presente, ni encontrarse actualmente cesante. (Considerando 11° de la sentencia del Juzgado de Letras del Trabajo) gligencia, descartándose el reducir dichas indemnización por estimar que el actor se impuso imprudentemente al riesgo, según lo dispuesto en el artículo 2330 del Código Civil, puesto que no consta que ello haya ocurrido, sino que únicamente consta en autos que el actor se subió a la pila de pallet a desarrollar la labor que le había sido ordenada, del modo que le fue ordenada, sin que conste ningún actuar negligente o culpable de su parte. (Considerando 10° de la sentencia del Juzgado de Letras del Trabajo) 20

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

NORMATIVA RELEVANTE CITADA: Código del Trabajo art. 184.

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

21

FICHA Nº 12 I. RESPONSABILIDAD EN RÉGIMEN DE SUBCONTRATACIÓN a. La conducta exigida al empleador directo (contratista) y al dueño de la obra, empresa o faena, corresponde a una obligación de hacer, ello con independencia de dónde se cumplen funciones.

CUADRO DE CUANTIFICACIÓN ANTECEDENTES GENERALES: OCUPACIÓN: Trabajador (ayudante de matricero) EDAD: No se consigna CARACTERÍSTICAS DEL DAÑO: Incapacidad (amputación de dedo índice) EXPOSICIÓN AL DAÑO DE LA VÍCTIMA: PARCIAL VÍCTIMA QUE SOLICITA LA INDEMNIZACIÓN: Directa MONTOS DEMANDADOS CONCEPTOS DEMANDADOS Daño Moral $50.000.000 Lucro Cesante (Incapacidad del 17,5%) No solicita

MONTOS OTORGADOS $8.000.000 Rechazado

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol: O-432-2011 Tipo: Demanda Partes: Guillermo del Carmen Tamayo Rodríguez con Constructora Armas Ltda. y otros. Magistrado: Eugenia Paz Fuenzalida Reyes Cita OnLine: CL/JUR/9313/2011 DOCTRINA De acuerdo a las normas transcritas precedentemente, en caso de accidentes del trabajo, el empleador directo –en este caso el contratista– tiene una responsabilidad propia en el cumplimiento de la obligación legal de adoptar medidas dirigidas a conseguir la protección eficaz de la salud y la vida de todos los trabajadores que laboran en la obra, empresa o faena, cualquiera sea su empleador. Según el tenor literal de dichos preceptos, no cabe duda que la conducta exigida corresponde a una obligación de hacer, que también debe cumplir, con la misma extensión, el dueño de la empresa principal, respecto de sus dependientes y de otros trabajadores que laboren en el trabajo encargado, aun cuando los servicios se presten fuera de su establecimiento, o si por la naturaleza de las funciones, el trabajo deba realizarse en un lugar distinto, como ocurre en la especie. (Considerando 14° de la sentencia del Juzgado de Letras del Trabajo) NORMATIVA RELEVANTE CITADA: Código del Trabajo arts. 183 E, 184.

NORMATIVA RELEVANTE CITADA: Código del Trabajo arts. 183 E, 184. De acuerdo a las normas transcritas precedentemente, en caso de accidentes del trabajo, el empleador directo –en este caso el contratista– tiene una responsabilidad propia en el cumplimiento de la obligación legal de adoptar medidas dirigidas a conseguir la protección eficaz de la salud y la vida de todos los trabajadores que laboran en la obra, empresa o faena, cualquiera sea su empleador. Según el tenor literal de dichos preceptos, no cabe duda que la conducta exigida corresponde a una obligación de hacer, que también debe cumplir, con la misma extensión, el dueño de la empresa principal, respecto de sus dependientes y de otros trabajadores que laboren en el trabajo encargado, aun cuando los servicios se presten fuera de su establecimiento, o si por la naturaleza de las funciones, el trabajo deba realizarse en un lugar distinto, como ocurre en la especie. (Considerando 14° de la sentencia del Juzgado de Letras del Trabajo) DOCTRINA ANTECEDENTES DEL FALLO Rol: O-432-2011 Tipo: Demanda Partes: Guillermo del Carmen Tamayo Rodríguez con Constructora Armas Ltda. y otros. Magistrado: Eugenia Paz Fuenzalida Reyes Cita OnLine: CL/JUR/9313/2011 ANTECEDENTES GENERALES: OCUPACIÓN: Trabajador (ayudante de matricero) EDAD: No se consigna CARACTERÍSTICAS DEL DAÑO: Incapacidad (amputación de dedo índice) EXPOSICIÓN AL DAÑO DE LA VÍCTIMA: PARCIAL VÍCTIMA QUE SOLICITA LA INDEMNIZACIÓN: Directa MONTOS DEMANDADOS CONCEPTOS DEMANDADOS Daño Moral $50.000.000 Lucro Cesante (Incapacidad del 17,5%) No solicita

MONTOS OTORGADOS $8.000.000 Rechazado

CUADRO DE CUANTIFICACIÓN I. RESPONSABILIDAD EN RÉGIMEN DE SUBCONTRATACIÓN a. La conducta exigida al empleador directo (contratista) y al dueño de la obra, empresa o faena, corresponde a una obligación de hacer, ello con independencia de dónde se cumplen funciones. FICHA Nº 12 ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

21

RETIRO

NORMATIVA RELEVANTE CITADA: Código del Trabajo art. 184.

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

FICHA Nº 13 I. DEBER DE PROTECCIÓN Y SEGURIDAD DEL ART. 184 DEL CTRAB a. No se trata una obligación de garantía que origine responsabilidades en el empleador por el solo acontecimiento de un hecho dañoso. b. No resulta lógico exigir al empleador una conducta de control y las consecuencias de una dolencia que fue oportunamente tratada por los respectivos especialistas. CUADRO DE CUANTIFICACIÓN

DOCTRINA MONTOS OTORGADOS Rechazado Rechazado

I. DEBER DE PROTECCIÓN Y SEGURIDAD DEL ART. 184 DEL CTRAB a. No se trata una obligación de garantía que origine responsabilidades en el empleador por el solo acontecimiento de un hecho dañoso. b. No resulta lógico exigir al empleador una conducta de control y las consecuencias de una dolencia que fue oportunamente tratada por los respectivos especialistas. FICHA Nº 13 22

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

NORMATIVA RELEVANTE CITADA: Código del Trabajo art. 184.

CUADRO DE CUANTIFICACIÓN

Las medidas adoptadas por la demandada fueron objetivamente las adecuadas y eficaces para la protección de la vida y salud de este trabajador, y que dicen relación con aquellas necesarias que contempla el ordenamiento jurídico de seguridad y salud laboral. Es necesario señalar que en este caso no estamos frente a una obligación de garantía que origine responsabilidades en el empleador por el soólo acontecimiento de un hecho dañoso, sino que se requiere de una conducta de su parte, que lo ocasione y que se trata de indemnizar, como lo son los incumplimientos y las omisiones de las obligaciones de seguridad y protección que la impone la ley. A mayor abundamiento, cabe hacer notar que en la especie en forma anterior al supuesto accidente que afectó al demandante, la empresa evaluó su puesto de trabajo, luego y ocurrido éste, la demandada procedió a su cambio, el demandante fue intervenido quirúrgicamente y finalmente retomó sus labores, pues había sido dado de alta por los médicos del organismo previsional, Asociación Chilena de Seguridad, con lo cual no resulta lógico exigir al empleador una conducta de control y las consecuencias de una dolencia que fue oportunamente tratada por los respectivos especialistas. (Considerando 13° de la sentencia del Juzgado de Letras del Trabajo)

MONTOS OTORGADOS Rechazado Rechazado

DOCTRINA

ANTECEDENTES GENERALES: OCUPACIÓN: Trabajador (auxiliar de bodega) EDAD: 38 años CARACTERÍSTICAS DEL DAÑO: Incapacidad (Daños en el nervio ciático) EXPOSICIÓN AL DAÑO DE LA VÍCTIMA: INEXISTENTE VÍCTIMA QUE SOLICITA LA INDEMNIZACIÓN: Directa CONCEPTOS DEMANDADOS MONTOS DEMANDADOS Daño Moral $16.992.000 Lucro Cesante (Incapacidad del 20%) $70.000.000

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol: O-904-2011 Tipo: Demanda Partes: Jaime Aburto Guevara con Yolito Balart Hermanos Ltda. Magistrado: Alondra Valentina Castro Jiménez Cita OnLine: CL/JUR/9273/2011

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol: O-904-2011 Tipo: Demanda Partes: Jaime Aburto Guevara con Yolito Balart Hermanos Ltda. Magistrado: Alondra Valentina Castro Jiménez Cita OnLine: CL/JUR/9273/2011

ANTECEDENTES GENERALES: OCUPACIÓN: Trabajador (auxiliar de bodega) EDAD: 38 años CARACTERÍSTICAS DEL DAÑO: Incapacidad (Daños en el nervio ciático) EXPOSICIÓN AL DAÑO DE LA VÍCTIMA: INEXISTENTE VÍCTIMA QUE SOLICITA LA INDEMNIZACIÓN: Directa CONCEPTOS DEMANDADOS MONTOS DEMANDADOS Daño Moral $16.992.000 Lucro Cesante (Incapacidad del 20%) $70.000.000

Las medidas adoptadas por la demandada fueron objetivamente las adecuadas y eficaces para la protección de la vida y salud de este trabajador, y que dicen relación con aquellas necesarias que contempla el ordenamiento jurídico de seguridad y salud laboral. Es necesario señalar que en este caso no estamos frente a una obligación de garantía que origine responsabilidades en el empleador por el soólo acontecimiento de un hecho dañoso, sino que se requiere de una conducta de su parte, que lo ocasione y que se trata de indemnizar, como lo son los incumplimientos y las omisiones de las obligaciones de seguridad y protección que la impone la ley. A mayor abundamiento, cabe hacer notar que en la especie en forma anterior al supuesto accidente que afectó al demandante, la empresa evaluó su puesto de trabajo, luego y ocurrido éste, la demandada procedió a su cambio, el demandante fue intervenido quirúrgicamente y finalmente retomó sus labores, pues había sido dado de alta por los médicos del organismo previsional, Asociación Chilena de Seguridad, con lo cual no resulta lógico exigir al empleador una conducta de control y las consecuencias de una dolencia que fue oportunamente tratada por los respectivos especialistas. (Considerando 13° de la sentencia del Juzgado de Letras del Trabajo)

22

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

23

FICHA Nº 14 I. PROCEDENCIA DE LA RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL a. Siendo el ataque delictual provocado por terceros, una circunstancia ajena absolutamente a la voluntad del empleador, resulta indiferente si el empleador cumplió o no las medidas de seguridad, puesto que ello no es causa directa del accidente.

CUADRO DE CUANTIFICACIÓN ANTECEDENTES GENERALES: OCUPACIÓN: Chofer de Bus EDAD: No se consigna CARACTERÍSTICAS DEL DAÑO: Incapacidad (Pérdida de dedo índice de mano izquierda como consecuencia de corte ocasionado por un tercero que asaltó el bus que conducía) EXPOSICIÓN AL DAÑO DE LA VÍCTIMA: Inexistente VÍCTIMA QUE SOLICITA LA INDEMNIZACIÓN: Directa CONCEPTOS DEMANDADOS MONTOS DEMANDADOS MONTOS OTORGADOS Daño Moral $120.000.000 Rechazado Lucro Cesante $87.445.282 Rechazado ANTECEDENTES DEL FALLO Rol: 1156-2010 Tipo: Recurso de nulidad (rechazado) Partes: Mario Humberto Beltrán Jara con STP Santiago S.A. Ministro: Sr. Patricio Villarroel Valdivia. Cita OnLine: CL/JUR/16170/2010. DOCTRINA En virtud de la naturaleza del accidente, esto es ataque delictual provocado por terceros, circunstancia ajena absolutamente a la voluntad del empleador, el incumplimiento o cumplimiento del empleador en orden a adoptar todas las medidas de seguridad necesarias para proteger eficazmente la vida y salud del trabajador no es causa directa del accidente sufrido por el demandante y los daños provocados por éste, toda vez que de haber existido éstas el accidente igualmente se habría producido, no siendo posible, entonces, tener por acreditado a juicio de esta falladora que el accidente se deba a causas atribuibles a la demandada, y que por tanto, se cumplan los presupuestos necesarios para que se configure la obligación de indemnizar en sede contractual, por lo que procederá a rechazar la demanda interpuesta en autos. (Considerando 22º de la sentencia del Juzgado de Letras del Trabajo) NORMATIVA RELEVANTE CITADA: Código del Trabajo art. 184.

NORMATIVA RELEVANTE CITADA: Código del Trabajo art. 184. En virtud de la naturaleza del accidente, esto es ataque delictual provocado por terceros, circunstancia ajena absolutamente a la voluntad del empleador, el incumplimiento o cumplimiento del empleador en orden a adoptar todas las medidas de seguridad necesarias para proteger eficazmente la vida y salud del trabajador no es causa directa del accidente sufrido por el demandante y los daños provocados por éste, toda vez que de haber existido éstas el accidente igualmente se habría producido, no siendo posible, entonces, tener por acreditado a juicio de esta falladora que el accidente se deba a causas atribuibles a la demandada, y que por tanto, se cumplan los presupuestos necesarios para que se configure la obligación de indemnizar en sede contractual, por lo que procederá a rechazar la demanda interpuesta en autos. (Considerando 22º de la sentencia del Juzgado de Letras del Trabajo) DOCTRINA ANTECEDENTES DEL FALLO Rol: 1156-2010 Tipo: Recurso de nulidad (rechazado) Partes: Mario Humberto Beltrán Jara con STP Santiago S.A. Ministro: Sr. Patricio Villarroel Valdivia. Cita OnLine: CL/JUR/16170/2010. ANTECEDENTES GENERALES: OCUPACIÓN: Chofer de Bus EDAD: No se consigna CARACTERÍSTICAS DEL DAÑO: Incapacidad (Pérdida de dedo índice de mano izquierda como consecuencia de corte ocasionado por un tercero que asaltó el bus que conducía) EXPOSICIÓN AL DAÑO DE LA VÍCTIMA: Inexistente VÍCTIMA QUE SOLICITA LA INDEMNIZACIÓN: Directa CONCEPTOS DEMANDADOS MONTOS DEMANDADOS MONTOS OTORGADOS Daño Moral $120.000.000 Rechazado Lucro Cesante $87.445.282 Rechazado CUADRO DE CUANTIFICACIÓN I. PROCEDENCIA DE LA RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL a. Siendo el ataque delictual provocado por terceros, una circunstancia ajena absolutamente a la voluntad del empleador, resulta indiferente si el empleador cumplió o no las medidas de seguridad, puesto que ello no es causa directa del accidente. FICHA Nº 14 ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

23

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

NORMATIVA RELEVANTE CITADA: Código del Trabajo artículo 184.

FICHA Nº 15

FICHA Nº 15 TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

NORMATIVA RELEVANTE CITADA: Código del Trabajo artículo 184.

I. DEBER DE PROTECCIÓN Y SEGURIDAD DEL ART. 184 DEL CTRAB a. El empleador lo incumplió, puesto que no realizó capacitaciones ni instruyó sobre los riesgos, ni realizó charlas del cuidado de manos, ni tampoco supervisó las labores del trabajador como debía.

Establecido que la empresa demandada no tomó todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la salud y vida del trabajador demandante, por ende, no cumplió su deber de seguridad en los términos del artículo 184 del Código del Trabajo, toda vez que no se adoptaron todas las providencias precisas y efectivas para evitar el accidente, atendido que no se capacitó debidamente al actor ni se le instruyó sobre los riesgos de la labor realizada, ni se le dieron charlas sobre cuidado de manos, sobre en general medidas de prevención en el desempeño de sus funciones, tampoco fue debidamente supervisado en su trabajo, entre otras, y teniendo presente el vínculo contractual que le une con el trabajador derivaba del vínculo de subordinación y dependencia, surge para él la obligación de reparación del daño causado en virtud de dicha relación laboral. (Considerando 14º de la sentencia del Juzgado de Letras del Trabajo)

CUADRO DE CUANTIFICACIÓN

DOCTRINA

ANTECEDENTES GENERALES: OCUPACIÓN: Trabajador (maestro rematador, labores de estucado y enchape) EDAD: 29 años CARACTERÍSTICAS DEL DAÑO: Incapacidad (amputación parcial de los dedos pulgar e índice de la mano izquierda) EXPOSICIÓN AL DAÑO DE LA VÍCTIMA: Inexistente VÍCTIMA QUE SOLICITA LA INDEMNIZACIÓN: Directa CONCEPTOS DEMANDADOS MONTOS DEMANDADOS MONTOS OTORGADOS Daño Moral $200.000.000 $10.000.000 Lucro Cesante (incapacidad indeterminada) $ 7.196.544 Rechazado

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol: O-3660-2010 Tipo: Demanda Partes: Jorge Emerson Rodríguez Rojas con Jorge Gutiérrez e Hijo Limitada. Magistrado: Gloria Marcela Cárdenas Quintero Cita OnLine: CL/JUR/7304-2011

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol: O-3660-2010 Tipo: Demanda Partes: Jorge Emerson Rodríguez Rojas con Jorge Gutiérrez e Hijo Limitada. Magistrado: Gloria Marcela Cárdenas Quintero Cita OnLine: CL/JUR/7304-2011

ANTECEDENTES GENERALES: OCUPACIÓN: Trabajador (maestro rematador, labores de estucado y enchape) EDAD: 29 años CARACTERÍSTICAS DEL DAÑO: Incapacidad (amputación parcial de los dedos pulgar e índice de la mano izquierda) EXPOSICIÓN AL DAÑO DE LA VÍCTIMA: Inexistente VÍCTIMA QUE SOLICITA LA INDEMNIZACIÓN: Directa CONCEPTOS DEMANDADOS MONTOS DEMANDADOS MONTOS OTORGADOS Daño Moral $200.000.000 $10.000.000 Lucro Cesante (incapacidad indeterminada) $ 7.196.544 Rechazado

DOCTRINA

CUADRO DE CUANTIFICACIÓN

Establecido que la empresa demandada no tomó todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la salud y vida del trabajador demandante, por ende, no cumplió su deber de seguridad en los términos del artículo 184 del Código del Trabajo, toda vez que no se adoptaron todas las providencias precisas y efectivas para evitar el accidente, atendido que no se capacitó debidamente al actor ni se le instruyó sobre los riesgos de la labor realizada, ni se le dieron charlas sobre cuidado de manos, sobre en general medidas de prevención en el desempeño de sus funciones, tampoco fue debidamente supervisado en su trabajo, entre otras, y teniendo presente el vínculo contractual que le une con el trabajador derivaba del vínculo de subordinación y dependencia, surge para él la obligación de reparación del daño causado en virtud de dicha relación laboral. (Considerando 14º de la sentencia del Juzgado de Letras del Trabajo)

I. DEBER DE PROTECCIÓN Y SEGURIDAD DEL ART. 184 DEL CTRAB a. El empleador lo incumplió, puesto que no realizó capacitaciones ni instruyó sobre los riesgos, ni realizó charlas del cuidado de manos, ni tampoco supervisó las labores del trabajador como debía.

24

24

TIRO

I. La existencia del finiquito suscrito por la partes no obsta al cobro de las indemnizaciones por el daño moral y lucro cesante sufrido por el trabajador como consecuencia de un ac-

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

DOCTRINA

FICHA Nº 16

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol: 1208-2010 Tipo: Recurso de nulidad (rechazado) Partes: Justina Garrido Astudillo con Intercity Service y Comercial Eccsa Ministros: Sr. Juan Escobar Zepeda, Sra. Gloria Ana Chevesich Ruiz y Abogado Integrante Sr. Patricio González Marín. Cita OnLine: CL/JUR/16336/2010.

I. EXCEPCIÓN DE FINIQUITO a. Su existencia no obsta al cobro de las indemnizaciones por el daño moral y lucro cesante, puesto que no consta la renuncia a dichas acciones. b. La obligación de otorgar seguridad en el trabajo es una de las manifestaciones concretas del deber general de protección del empleador. II. INDEMNIZACIÓN DE LUCRO CESANTE a. No resulta suficiente para otorgarla la disminución en la capacidad de trabajo y la responsabilidad directa del empleador. b. El trabajador debe acreditar los presupuestos indispensables para hacerlo procedente, esto es, la merma efectiva del beneficio o provecho que se habría obtenido en determinadas condiciones. c. No puede establecer como parámetro para su cuantificación los años que restan para su jubilación o de vida, pues la indemnización debe corresponder efectivamente al daño causado y no a conjeturas. d. La compensación de este tipo de daño se encuentra establecida a través de la Ley sobre Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales.

25

CUADRO DE CUANTIFICACIÓN ANTECEDENTES GENERALES: OCUPACIÓN: Auxiliar de aseo EDAD: 55 años CARACTERÍSTICAS DEL DAÑO: Incapacidad (Luxación peritalar del pie derecho como consecuencia de una caída en una escalera. En su evolución posterior aparece una artrosis subtalar del pie derecho, mantención del dolor del pie derecho, tratamiento de dolor crónico, además presentó un trastorno adaptativo depresivo. Todo lo anterior ha generado un grado de incapacidad del 40%, declarado por los organismos de seguridad social competentes) EXPOSICIÓN AL DAÑO DE LA VÍCTIMA: Parcial VÍCTIMA QUE SOLICITA LA INDEMNIZACIÓN: Directa CONCEPTOS DEMANDADOS MONTOS DEMANDADOS MONTOS OTORGADOS Daño Moral $80.000.000 $25.000.000 Lucro Cesante $4.950.000 Rechazado ANTECEDENTES DEL FALLO Rol: 1208-2010 Tipo: Recurso de nulidad (rechazado) Partes: Justina Garrido Astudillo con Intercity Service y Comercial Eccsa Ministros: Sr. Juan Escobar Zepeda, Sra. Gloria Ana Chevesich Ruiz y Abogado Integrante Sr. Patricio González Marín. Cita OnLine: CL/JUR/16336/2010.

ANTECEDENTES GENERALES: OCUPACIÓN: Auxiliar de aseo EDAD: 55 años CARACTERÍSTICAS DEL DAÑO: Incapacidad (Luxación peritalar del pie derecho como consecuencia de una caída en una escalera. En su evolución posterior aparece una artrosis subtalar del pie derecho, mantención del dolor del pie derecho, tratamiento de dolor crónico, además presentó un trastorno adaptativo depresivo. Todo lo anterior ha generado un grado de incapacidad del 40%, declarado por los organismos de seguridad social competentes) EXPOSICIÓN AL DAÑO DE LA VÍCTIMA: Parcial VÍCTIMA QUE SOLICITA LA INDEMNIZACIÓN: Directa CONCEPTOS DEMANDADOS MONTOS DEMANDADOS MONTOS OTORGADOS Daño Moral $80.000.000 $25.000.000 Lucro Cesante $4.950.000 Rechazado CUADRO DE CUANTIFICACIÓN I. EXCEPCIÓN DE FINIQUITO a. Su existencia no obsta al cobro de las indemnizaciones por el daño moral y lucro cesante, puesto que no consta la renuncia a dichas acciones. b. La obligación de otorgar seguridad en el trabajo es una de las manifestaciones concretas del deber general de protección del empleador. II. INDEMNIZACIÓN DE LUCRO CESANTE a. No resulta suficiente para otorgarla la disminución en la capacidad de trabajo y la responsabilidad directa del empleador. b. El trabajador debe acreditar los presupuestos indispensables para hacerlo procedente, esto es, la merma efectiva del beneficio o provecho que se habría obtenido en determinadas condiciones. c. No puede establecer como parámetro para su cuantificación los años que restan para su jubilación o de vida, pues la indemnización debe corresponder efectivamente al daño causado y no a conjeturas. d. La compensación de este tipo de daño se encuentra establecida a través de la Ley sobre Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales. FICHA Nº 16

DOCTRINA

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

I. La existencia del finiquito suscrito por la partes no obsta al cobro de las indemnizaciones por el daño moral y lucro cesante sufrido por el trabajador como consecuencia de un ac-

25

RETIRO

26

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

cidente del trabajo, ya que éste se refiere a las obligaciones legales y contractuales emanadas precisamente de la relación laboral que las unió, sin que constara que en él se renuncia a las acciones aquí impetradas. A lo que cabe agregar las normas que reglan la materia, en cuanto el empleador está obligado a dar cuidado y protección a sus trabajadores, siendo un verdadero deudor de seguridad para con ellos. La obligación de otorgar seguridad en el trabajo, bajo todos sus respectos, es una de las manifestaciones concretas del deber general de protección del empleador; su cabal cumplimiento es de una trascendencia superior a la de una simple obligación de una de las partes en un negocio jurídico, pues ella mira a la prevención de los riesgos profesionales, lo que importa a los trabajadores, a sus familias y a la sociedad toda, tanto para proteger la vida y la salud de los trabajadores, como por razones éticas y sociales, por lo que verificado un accidente del trabajo, lo autoriza para ejercer las acciones indemnizatorias que corresponda. (Considerando 6º de la sentencia del Juzgado de Letras del Trabajo)

II. No puede darse lugar a la indemnización del lucro cesante derivado de la disminución de la capacidad de trabajo con que quedó el trabajador accidentado, ya que entendiendo el lucro cesante como la pérdida efectiva de una ganancia cierta, el trabajador que ha dejado sus funciones por una imposibilidad física producto de un accidente laboral que es de responsabilidad de su empleador directo, debe acreditar los presupuestos indispensables para hacerlo procedente, esto es, la merma efectiva del beneficio o provecho que se habría obtenido en determinadas condiciones. En consecuencia, no puede establecer como parámetro para la cuantificación del lucro cesante, los años que restan para su jubilación o de vida, pues la indemnización debe corresponder efectivamente al daño causado y no a conjeturas. Además, la compensación de este tipo de daño se encuentra establecida a través de la Ley sobre Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales a las cuales el trabajador puede acceder. Sí se indemnizará el daño moral. (Considerandos 21º a 24º de la sentencia del Juzgado de Letras del Trabajo) cidente del trabajo, ya que éste se refiere a las obligaciones legales y contractuales emanadas precisamente de la relación laboral que las unió, sin que constara que en él se renuncia a las acciones aquí impetradas. A lo que cabe agregar las normas que reglan la materia, en cuanto el empleador está obligado a dar cuidado y protección a sus trabajadores, siendo un verdadero deudor de seguridad para con ellos. La obligación de otorgar seguridad en el trabajo, bajo todos sus respectos, es una de las manifestaciones concretas del deber general de protección del empleador; su cabal cumplimiento es de una trascendencia superior a la de una simple obligación de una de las partes en un negocio jurídico, pues ella mira a la prevención de los riesgos profesionales, lo que importa a los trabajadores, a sus familias y a la sociedad toda, tanto para proteger la vida y la salud de los trabajadores, como por razones éticas y sociales, por lo que verificado un accidente del trabajo, lo autoriza para ejercer las acciones indemnizatorias que corresponda. (Considerando 6º de la sentencia del Juzgado de Letras del Trabajo) 26

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

NORMATIVA RELEVANTE CITADA: Código del Trabajo art. 1º; Código del Trabajo art. 183; Código del Trabajo art. 184; Código del Trabajo art. 420; Código del Trabajo art. 63; Código del Trabajo art. 7º; ley N° 16.744 Año 1968 art. 68; ley N° 16.744 Año 1968 art. 69.

NORMATIVA RELEVANTE CITADA: Código del Trabajo art. 1º; Código del Trabajo art. 183; Código del Trabajo art. 184; Código del Trabajo art. 420; Código del Trabajo art. 63; Código del Trabajo art. 7º; ley N° 16.744 Año 1968 art. 68; ley N° 16.744 Año 1968 art. 69.

II. No puede darse lugar a la indemnización del lucro cesante derivado de la disminución de la capacidad de trabajo con que quedó el trabajador accidentado, ya que entendiendo el lucro cesante como la pérdida efectiva de una ganancia cierta, el trabajador que ha dejado sus funciones por una imposibilidad física producto de un accidente laboral que es de responsabilidad de su empleador directo, debe acreditar los presupuestos indispensables para hacerlo procedente, esto es, la merma efectiva del beneficio o provecho que se habría obtenido en determinadas condiciones. En consecuencia, no puede establecer como parámetro para la cuantificación del lucro cesante, los años que restan para su jubilación o de vida, pues la indemnización debe corresponder efectivamente al daño causado y no a conjeturas. Además, la compensación de este tipo de daño se encuentra establecida a través de la Ley sobre Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales a las cuales el trabajador puede acceder. Sí se indemnizará el daño moral. (Considerandos 21º a 24º de la sentencia del Juzgado de Letras del Trabajo)

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

27

FICHA Nº 17 I. EXCEPCIÓN DE CASO FORTUITO a. No se acoge la excepción, puesto que no se siguió rigurosamente el procedimiento de seguridad. b. La demandada principal no aplicó los resguardos señalados en el manual y la demandada solidaria no veló porque así fuera. II. INDEMNIZACIÓN DEL LUCRO CESANTE a. Independiente de si existe o no declaración de invalidez, es claro que el trabajador deberá someterse a una larga rehabilitación. b. Al momento de cuantificarlo debe considerarse que el trabajador no tiene capacitación para desarrollar otras actividades remuneradas. c. Como base de cálculo debe considerarse las labores que desempeñó en la empresa, la última remuneración mensual y multiplicarla por el número de años que le faltan para jubilar. III. INDEMNIZACIÓN DEL DAÑO MORAL a. Dice relación con aproximarse al estado de vida emocional que el trabajador tenía antes del accidente. b. Si la demandada considera que la cifra solicitada constituye lucro, debe acreditarlo. c. La cantidad solicitada es suficiente para intentar alcanzar el mismo o más próximo nivel de bienestar emocional que tenía antes del accidente.

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol: 1280-2010 Tipo: Recurso de nulidad (Rechazado) Partes: Eduardo Espinoza Cares con Ingeniería y Construcción Sigdo Koppers S.A. ANTECEDENTES GENERALES: OCUPACIÓN: Albañil EDAD: 41 CARACTERÍSTICAS DEL DAÑO: Incapacidad (Politraumatismo grave, TEC complicado, Fractura de cráneo occipital, Trauma toráxico complicado, Fracturas costales múltiples, Hemotórax bilateral, Fractura columna dorsal, fractura por aplastamiento T6, Luxo fractura T9 TI O y T11, y fractura apófisis transversas de los mismos segmentos. Fractura tipo Burst de T6 estable y luxo fractura de T9 a T1 1 inestable, que fue fijada mediante intervención quirúrgica (cirugía de la columna). Posteriormente se realiza una nueva cirugía maxilofacial para la reconstrucción del piso de órbita y osteosíntesis con placa, implante de prótesis de titanio en el maxilofacial derecho de su rostro) EXPOSICIÓN AL DAÑO DE LA VÍCTIMA: Parcial VÍCTIMA QUE SOLICITA LA INDEMNIZACIÓN: Directa MONTOS DEMANDADOS MONTOS OTORGADOS CONCEPTOS DEMANDADOS Daño Moral $300.000.000 $300.000.000 Lucro Cesante $79.317.446 $45.795.744 CUADRO DE CUANTIFICACIÓN

CUADRO DE CUANTIFICACIÓN ANTECEDENTES GENERALES: OCUPACIÓN: Albañil EDAD: 41 CARACTERÍSTICAS DEL DAÑO: Incapacidad (Politraumatismo grave, TEC complicado, Fractura de cráneo occipital, Trauma toráxico complicado, Fracturas costales múltiples, Hemotórax bilateral, Fractura columna dorsal, fractura por aplastamiento T6, Luxo fractura T9 TI O y T11, y fractura apófisis transversas de los mismos segmentos. Fractura tipo Burst de T6 estable y luxo fractura de T9 a T1 1 inestable, que fue fijada mediante intervención quirúrgica (cirugía de la columna). Posteriormente se realiza una nueva cirugía maxilofacial para la reconstrucción del piso de órbita y osteosíntesis con placa, implante de prótesis de titanio en el maxilofacial derecho de su rostro) EXPOSICIÓN AL DAÑO DE LA VÍCTIMA: Parcial VÍCTIMA QUE SOLICITA LA INDEMNIZACIÓN: Directa MONTOS DEMANDADOS MONTOS OTORGADOS CONCEPTOS DEMANDADOS Daño Moral $300.000.000 $300.000.000 Lucro Cesante $79.317.446 $45.795.744

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol: 1280-2010 Tipo: Recurso de nulidad (Rechazado) Partes: Eduardo Espinoza Cares con Ingeniería y Construcción Sigdo Koppers S.A.

I. EXCEPCIÓN DE CASO FORTUITO a. No se acoge la excepción, puesto que no se siguió rigurosamente el procedimiento de seguridad. b. La demandada principal no aplicó los resguardos señalados en el manual y la demandada solidaria no veló porque así fuera. II. INDEMNIZACIÓN DEL LUCRO CESANTE a. Independiente de si existe o no declaración de invalidez, es claro que el trabajador deberá someterse a una larga rehabilitación. b. Al momento de cuantificarlo debe considerarse que el trabajador no tiene capacitación para desarrollar otras actividades remuneradas. c. Como base de cálculo debe considerarse las labores que desempeñó en la empresa, la última remuneración mensual y multiplicarla por el número de años que le faltan para jubilar. III. INDEMNIZACIÓN DEL DAÑO MORAL a. Dice relación con aproximarse al estado de vida emocional que el trabajador tenía antes del accidente. b. Si la demandada considera que la cifra solicitada constituye lucro, debe acreditarlo. c. La cantidad solicitada es suficiente para intentar alcanzar el mismo o más próximo nivel de bienestar emocional que tenía antes del accidente. FICHA Nº 17 ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

27

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Ministros: Sr. Carlos Cerda Fernández, Sr. Daniel Calvo Flores y la Abogado Integrante Sra. Paola Herrera Fuenzalida. Cita OnLine: CL/JUR/15416/2010

NORMATIVA RELEVANTE CITADA: Código del Trabajo art. 184.

DOCTRINA

DOCTRINA Ministros: Sr. Carlos Cerda Fernández, Sr. Daniel Calvo Flores y la Abogado Integrante Sra. Paola Herrera Fuenzalida. Cita OnLine: CL/JUR/15416/2010 TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

NORMATIVA RELEVANTE CITADA: Código del Trabajo art. 184.

I. Las demandadas han opuesto la excepción de caso fortuito que el Código Civil define en su artículo 45 como el imprevisto que no es posible de resistir, como un naufragio, un terremoto, el apresamiento de enemigos, los actos de autoridad ejercidos por funcionario público. Al respecto, teniendo en consideración que en el manual de montaje seguro se señala que no deben ingresar a la zona de montaje los trabajadores que no estén ejecutando labor de montaje, habiendo señalado que se debía resguardar la zona y advertir los riesgos, se puede colegir que se previó que por el manejo de estructuras de gran magnitud se podía perder el control sobre las mismas, no procediendo la excepción alegada. (Considerando 40º de la sentencia del Juzgado de Letras del Trabajo)

III. En lo que al daño moral se refiere, ha quedado establecido que el demandante actualmente se encuentra en una situación de pérdida, tanto respecto de una disminución de su ingreso mensual y la pérdida de su calidad de vida en general, de tal modo que la solicitud del daño moral no dice relación con lucro, sino con que el actor logre aproximarse al estado de vida emocional que tenía antes del accidente. De este modo si la demandada argumenta que la cifra solicitada constituye lucro debió acreditarlo, en definitiva, demostrar cuál es la cantidad de dinero necesaria para que el actor vuelva a estar en las condiciones que estaba antes del hecho que lo afectó, así no habiéndose rendido prueba en ese sentido y con la prueba rendida por la demandante al respecto se puede concluir que la cantidad solicitada por el actor es suficiente para intentar alcanzar el mismo o más próximo nivel de bienestar emocional que tenía antes del accidente referido. (Considerando 42º de la sentencia del Juzgado de Letras del Trabajo)

II. En relación a la existencia del lucro cesante, se debe tener en cuenta que al actor a la fecha del accidente le quedaban 24 años de vida laboral. Si bien hasta ahora no hay declaración de incapacidad, los informes de salud, los peritajes traumatológicos y neurológicos dan cuenta que el actor debe seguir en tratamiento durante dos años más, que dada la lesión es improbable que pueda volver a realizar la labor que tenía antes, debiendo considerarse que además no tiene capacitación para desempeñar otro tipo de actividades remuneradas. Para cuantificar dicha pérdida se debe estar a las labores que desempeñó en la empresa de la demandada y su última remuneración, en relación a ésta se establece que la pérdida de la misma multiplicado por los 24 años que le faltan para jubilar se obtiene la cifra otorgada por el Tribunal. (Considerando 41º de la sentencia del Juzgado de Letras del Trabajo)

II. En relación a la existencia del lucro cesante, se debe tener en cuenta que al actor a la fecha del accidente le quedaban 24 años de vida laboral. Si bien hasta ahora no hay declaración de incapacidad, los informes de salud, los peritajes traumatológicos y neurológicos dan cuenta que el actor debe seguir en tratamiento durante dos años más, que dada la lesión es improbable que pueda volver a realizar la labor que tenía antes, debiendo considerarse que además no tiene capacitación para desempeñar otro tipo de actividades remuneradas. Para cuantificar dicha pérdida se debe estar a las labores que desempeñó en la empresa de la demandada y su última remuneración, en relación a ésta se establece que la pérdida de la misma multiplicado por los 24 años que le faltan para jubilar se obtiene la cifra otorgada por el Tribunal. (Considerando 41º de la sentencia del Juzgado de Letras del Trabajo)

III. En lo que al daño moral se refiere, ha quedado establecido que el demandante actualmente se encuentra en una situación de pérdida, tanto respecto de una disminución de su ingreso mensual y la pérdida de su calidad de vida en general, de tal modo que la solicitud del daño moral no dice relación con lucro, sino con que el actor logre aproximarse al estado de vida emocional que tenía antes del accidente. De este modo si la demandada argumenta que la cifra solicitada constituye lucro debió acreditarlo, en definitiva, demostrar cuál es la cantidad de dinero necesaria para que el actor vuelva a estar en las condiciones que estaba antes del hecho que lo afectó, así no habiéndose rendido prueba en ese sentido y con la prueba rendida por la demandante al respecto se puede concluir que la cantidad solicitada por el actor es suficiente para intentar alcanzar el mismo o más próximo nivel de bienestar emocional que tenía antes del accidente referido. (Considerando 42º de la sentencia del Juzgado de Letras del Trabajo)

I. Las demandadas han opuesto la excepción de caso fortuito que el Código Civil define en su artículo 45 como el imprevisto que no es posible de resistir, como un naufragio, un terremoto, el apresamiento de enemigos, los actos de autoridad ejercidos por funcionario público. Al respecto, teniendo en consideración que en el manual de montaje seguro se señala que no deben ingresar a la zona de montaje los trabajadores que no estén ejecutando labor de montaje, habiendo señalado que se debía resguardar la zona y advertir los riesgos, se puede colegir que se previó que por el manejo de estructuras de gran magnitud se podía perder el control sobre las mismas, no procediendo la excepción alegada. (Considerando 40º de la sentencia del Juzgado de Letras del Trabajo)

28

28

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

29

FICHA Nº 18 I. RESPONSABILIDAD DEL ACCIDENTE DE TRAYECTO a. Aun cuando sea considerado como accidente del trabajo, al trabajador que lo padece le está vedada la acción indemnizatoria en contra de su empleador. b. El empleador no es responsable, puesto que el accidente ocurre fuera del lugar donde se prestan los servicios. CUADRO DE CUANTIFICACIÓN ANTECEDENTES GENERALES: OCUPACIÓN: Trabajadora (Desempeñaba labores de aseo) EDAD: No se consigna CARACTERÍSTICAS DEL DAÑO: Incapacidad (edema subcutáneo del dorso de la mano y antebrazo distal, rotura del 50% tendón anular inmediatamente proximal a MTCF y pequeña cantidad de líquido peritendineo) EXPOSICIÓN AL DAÑO DE LA VÍCTIMA: Inexistente VÍCTIMA QUE SOLICITA LA INDEMNIZACIÓN: Directa MONTOS DEMANDADOS MONTOS OTORGADOS CONCEPTOS DEMANDADOS Daño Moral $30.000.000 Rechazado Lucro Cesante (incapacidad No se solicita Rechazado estimada del 27,5%) ANTECEDENTES DEL FALLO Rol: O-3142-2010 Tipo: Demanda Partes: Cristián Alberto Fuentes Álvarez con SALFA Construcción S.A. Magistrado: Daniela de los Ángeles González Martínez Cita OnLine: CL/JUR/7006/2011 DOCTRINA La ley establece como presupuesto de la acción de indemnización por accidente de trabajo, que el siniestro sufrido por el actor provenga del actuar negligente o dañoso, entendiéndose por tal aquel que no cumple con la obligación indicada el artículo 184 del Código del Trabajo. Que, asimismo, entonces se concluye que aun cuando el accidente de trayecto sea considerado como accidente del trabajo, al trabajador que lo padece le está vedada la acción indemnizatoria en contra de su empleador, al no poder imputarse responsabilidad alguna a éste, toda vez que ocurre fuera de las dependencias de lugar en donde presta sus servicios. No habiéndose acreditado por el demandante que la voluntad del trabajador manifestada ante su empresa y la Mutual de Seguridad fue obtenida fraudulentamente, con el fin de encubrir un accidente de trabajo y así eludir responsabilidades por parte de la demandada, y no habiendo tampoco logrado convicción en esta falladora de la efectividad de haber sufrido un accidente en dependencias de la empresa, sólo resta concluir que el accidente sufrido por el demandante constituye un accidente de trayecto entre las dependencias de la empresa y el domicilio del trabajador. (Considerando 10° de la sentencia del Juzgado de Letras del Trabajo) NORMATIVA RELEVANTE CITADA: Código del Trabajo art. 184.

NORMATIVA RELEVANTE CITADA: Código del Trabajo art. 184. La ley establece como presupuesto de la acción de indemnización por accidente de trabajo, que el siniestro sufrido por el actor provenga del actuar negligente o dañoso, entendiéndose por tal aquel que no cumple con la obligación indicada el artículo 184 del Código del Trabajo. Que, asimismo, entonces se concluye que aun cuando el accidente de trayecto sea considerado como accidente del trabajo, al trabajador que lo padece le está vedada la acción indemnizatoria en contra de su empleador, al no poder imputarse responsabilidad alguna a éste, toda vez que ocurre fuera de las dependencias de lugar en donde presta sus servicios. No habiéndose acreditado por el demandante que la voluntad del trabajador manifestada ante su empresa y la Mutual de Seguridad fue obtenida fraudulentamente, con el fin de encubrir un accidente de trabajo y así eludir responsabilidades por parte de la demandada, y no habiendo tampoco logrado convicción en esta falladora de la efectividad de haber sufrido un accidente en dependencias de la empresa, sólo resta concluir que el accidente sufrido por el demandante constituye un accidente de trayecto entre las dependencias de la empresa y el domicilio del trabajador. (Considerando 10° de la sentencia del Juzgado de Letras del Trabajo) DOCTRINA ANTECEDENTES DEL FALLO Rol: O-3142-2010 Tipo: Demanda Partes: Cristián Alberto Fuentes Álvarez con SALFA Construcción S.A. Magistrado: Daniela de los Ángeles González Martínez Cita OnLine: CL/JUR/7006/2011 ANTECEDENTES GENERALES: OCUPACIÓN: Trabajadora (Desempeñaba labores de aseo) EDAD: No se consigna CARACTERÍSTICAS DEL DAÑO: Incapacidad (edema subcutáneo del dorso de la mano y antebrazo distal, rotura del 50% tendón anular inmediatamente proximal a MTCF y pequeña cantidad de líquido peritendineo) EXPOSICIÓN AL DAÑO DE LA VÍCTIMA: Inexistente VÍCTIMA QUE SOLICITA LA INDEMNIZACIÓN: Directa MONTOS DEMANDADOS MONTOS OTORGADOS CONCEPTOS DEMANDADOS Daño Moral $30.000.000 Rechazado Lucro Cesante (incapacidad No se solicita Rechazado estimada del 27,5%) CUADRO DE CUANTIFICACIÓN I. RESPONSABILIDAD DEL ACCIDENTE DE TRAYECTO a. Aun cuando sea considerado como accidente del trabajo, al trabajador que lo padece le está vedada la acción indemnizatoria en contra de su empleador. b. El empleador no es responsable, puesto que el accidente ocurre fuera del lugar donde se prestan los servicios. FICHA Nº 18 ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

29

RETIRO

I. La determinación del lucro cesante debe corresponder u obedecer a criterios objetivos y comprobados, y en la especie, si bien es cierto se ha establecido la entidad de la lesiones sufridas por el actor, no es menos cierto que no existen antecedentes suficientes en orden a acreditar que el actor haya dejado de ganar o dejará de percibir en el futuro por efecto del Rechazado

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol: 1427-2010 Tipo: Recurso de nulidad (rechazado) Partes: Mauricio Manríquez con Botti y Jameson Ltda. Ministros: Sr. Lamberto Cisternas Rocha, Sra. Gloria Ana Chevesich Ruiz y Abogado Integrante Sra. Claudia Chaimovich Guralnik. Cita OnLine: CL/JUR/16425/2010. DOCTRINA I. La determinación del lucro cesante debe corresponder u obedecer a criterios objetivos y comprobados, y en la especie, si bien es cierto se ha establecido la entidad de la lesiones sufridas por el actor, no es menos cierto que no existen antecedentes suficientes en orden a acreditar que el actor haya dejado de ganar o dejará de percibir en el futuro por efecto del

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Rechazado

30

$23.328.000

I. INDEMNIZACIÓN DEL LUCRO CESANTE a. Su determinación debe obedecer a criterios objetivos y comprobados. b. Aunque están acreditadas las lesiones, no hay antecedentes suficientes para acreditar que el actor haya dejado de ganar o dejará de percibir en el futuro por el daño sufrido. II. INDEMNIZACIÓN DEL DAÑO MORAL a. El artículo 1558 del Código Civil establece la obligación de indemnizar perjuicios provenientes del incumplimiento de las obligaciones contractuales. b. En el caso de la ley N° 16.744 debe ampliarse a la indemnización del daño moral (otras indemnizaciones a que tiene derecho).

Lucro Cesante

CUADRO DE CUANTIFICACIÓN

OCUPACIÓN: Maestro Hojalatero EDAD: 29 años CARACTERÍSTICAS DEL DAÑO: Incapacidad (Tec cerrado, luxofractura del codo derecho, fractura diafisiaria del húmero y radio proximal derechos, lesión del nervio radial derecho, por lo que debió ser sometido a intervención quirúrgica y tratamientos médicos, persistencia de dolor y limitación de la movilidad del codo, de carácter secuelar, flexo extensión de 45-140 grados. A raíz del accidente, presenta problemas para realizar fuerzas y tomar a su hijo pequeño en brazos, lo que ha afectado su diario vivir, debiendo incluso adaptar el vehículo que conduce. Todo lo anterior como consecuencia de una caída de un galpón de 11 metros de altura.) EXPOSICIÓN AL DAÑO DE LA VÍCTIMA: Total VÍCTIMA QUE SOLICITA LA INDEMNIZACIÓN: Directa MONTOS DEMANDADOS MONTOS OTORGADOS CONCEPTOS DEMANDADOS Daño Moral $70.000.000 $5.000.000

ANTECEDENTES GENERALES: OCUPACIÓN: Maestro Hojalatero EDAD: 29 años CARACTERÍSTICAS DEL DAÑO: Incapacidad (Tec cerrado, luxofractura del codo derecho, fractura diafisiaria del húmero y radio proximal derechos, lesión del nervio radial derecho, por lo que debió ser sometido a intervención quirúrgica y tratamientos médicos, persistencia de dolor y limitación de la movilidad del codo, de carácter secuelar, flexo extensión de 45-140 grados. A raíz del accidente, presenta problemas para realizar fuerzas y tomar a su hijo pequeño en brazos, lo que ha afectado su diario vivir, debiendo incluso adaptar el vehículo que conduce. Todo lo anterior como consecuencia de una caída de un galpón de 11 metros de altura.) EXPOSICIÓN AL DAÑO DE LA VÍCTIMA: Total VÍCTIMA QUE SOLICITA LA INDEMNIZACIÓN: Directa MONTOS DEMANDADOS MONTOS OTORGADOS CONCEPTOS DEMANDADOS Daño Moral $70.000.000 $5.000.000

ANTECEDENTES GENERALES:

FICHA Nº 19

CUADRO DE CUANTIFICACIÓN

$23.328.000

I. INDEMNIZACIÓN DEL LUCRO CESANTE a. Su determinación debe obedecer a criterios objetivos y comprobados. b. Aunque están acreditadas las lesiones, no hay antecedentes suficientes para acreditar que el actor haya dejado de ganar o dejará de percibir en el futuro por el daño sufrido. II. INDEMNIZACIÓN DEL DAÑO MORAL a. El artículo 1558 del Código Civil establece la obligación de indemnizar perjuicios provenientes del incumplimiento de las obligaciones contractuales. b. En el caso de la ley N° 16.744 debe ampliarse a la indemnización del daño moral (otras indemnizaciones a que tiene derecho).

Lucro Cesante

FICHA Nº 19

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol: 1427-2010 Tipo: Recurso de nulidad (rechazado) Partes: Mauricio Manríquez con Botti y Jameson Ltda. Ministros: Sr. Lamberto Cisternas Rocha, Sra. Gloria Ana Chevesich Ruiz y Abogado Integrante Sra. Claudia Chaimovich Guralnik. Cita OnLine: CL/JUR/16425/2010.

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

DOCTRINA

30

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

31

daño sufrido, y por ende, no resultan útiles al efecto las pretensiones basadas en posibilidades. (Considerando 12º de la sentencia del Juzgado de Letras del Trabajo) II. Según el artículo 1558 del Código Civil, el incumplimiento de las obligaciones contractuales impone al deudor la obligación de indemnizar los perjuicios que previeron o pudieron preverse al tiempo del contrato, norma que para el caso de los infortunios a que se refiere la ley Nº 16.744, debe entenderse ampliado a la indemnización por daño moral, toda vez que la letra b) de dicha norma estipula que la víctima del accidente o enfermedad pueda reclamar al empleador responsable también las otras indemnizaciones a que tiene derecho, incluso el daño moral. (Considerando 13º de la sentencia del Juzgado de Letras del Trabajo) NORMATIVA RELEVANTE CITADA: Código Civil art. 1558; Código del Trabajo art. 184; ley N° 16.744 Año 1968 art. 66; ley N° 16.744 Año 1968 art. 67; ley N° 16.744 Año 1968 art. 68.

NORMATIVA RELEVANTE CITADA: Código Civil art. 1558; Código del Trabajo art. 184; ley N° 16.744 Año 1968 art. 66; ley N° 16.744 Año 1968 art. 67; ley N° 16.744 Año 1968 art. 68. II. Según el artículo 1558 del Código Civil, el incumplimiento de las obligaciones contractuales impone al deudor la obligación de indemnizar los perjuicios que previeron o pudieron preverse al tiempo del contrato, norma que para el caso de los infortunios a que se refiere la ley Nº 16.744, debe entenderse ampliado a la indemnización por daño moral, toda vez que la letra b) de dicha norma estipula que la víctima del accidente o enfermedad pueda reclamar al empleador responsable también las otras indemnizaciones a que tiene derecho, incluso el daño moral. (Considerando 13º de la sentencia del Juzgado de Letras del Trabajo) daño sufrido, y por ende, no resultan útiles al efecto las pretensiones basadas en posibilidades. (Considerando 12º de la sentencia del Juzgado de Letras del Trabajo) ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

31

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

II. A raíz de las circunstancias del accidente, el tiempo que el actor estuvo hospitalizado, las intervenciones quirúrgicas de las que ha tenido que ser objeto, y el temor que le produjo el

FICHA Nº 20

I. Se da por establecido que el daño producido es moral, mas no lucro cesante, toda vez que se ha acreditado con el Informe de Cotizaciones Previsionales del actor que éste sí ha trabajado con posterioridad al accidente y ello lo ha sido en calidad de supervisor y no de maestro carpintero como lo hacía, con una remuneración que era aquella que percibía por el trabajo contratado. Además al efecto se tiene presente que resulta insuficiente la prueba aportada por el demandante en orden a ilustrar al Tribunal respecto de un grado de incapacidad declarado al actor, lo que permitiría determinar la existencia de este daño como cierto. (Considerando 7º de la sentencia del Juzgado de Letras del Trabajo)

II. A raíz de las circunstancias del accidente, el tiempo que el actor estuvo hospitalizado, las intervenciones quirúrgicas de las que ha tenido que ser objeto, y el temor que le produjo el

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

I. Se da por establecido que el daño producido es moral, mas no lucro cesante, toda vez que se ha acreditado con el Informe de Cotizaciones Previsionales del actor que éste sí ha trabajado con posterioridad al accidente y ello lo ha sido en calidad de supervisor y no de maestro carpintero como lo hacía, con una remuneración que era aquella que percibía por el trabajo contratado. Además al efecto se tiene presente que resulta insuficiente la prueba aportada por el demandante en orden a ilustrar al Tribunal respecto de un grado de incapacidad declarado al actor, lo que permitiría determinar la existencia de este daño como cierto. (Considerando 7º de la sentencia del Juzgado de Letras del Trabajo)

32

DOCTRINA

FICHA Nº 20

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol: O-2557-2010 Tipo: Demanda Partes: Juan Carlos Cisternas Plaza con Héctor Eduardo Zurita y Prosegur Ltda. Magistrado: María Verónica Torres Reyes Cita OnLine: CL/JUR/16513/2010.

I. INDEMNIZACIÓN DEL LUCRO CESANTE a. Informe de Cotizaciones Previsionales, permite acreditar que el trabajador se desempeñó con posterioridad al accidente en otras funciones, pero con la misma remuneración. II. INDEMNIZACIÓN DEL DAÑO MORAL a. Antecedentes para otorgarlo: circunstancias del accidente, el tiempo de hospitalización, las intervenciones quirúrgicas y el temor que le produjo el hecho de verse expuesto a perder su capacidad de trabajo. b. Negligencia y falta de cuidado de su empleador y de la empresa principal (responsabilidad solidaria).

OCUPACIÓN: Obrero EDAD: 42 años CARACTERÍSTICAS DEL DAÑO: Incapacidad (Policontusiones; politraumatismos; fractura base quinto metacarpiano; herida región axilar derecha complicada; fractura tibia peroné distal derecho; fractura tibio peroné proximal derecho. Lo anterior como consecuencia de una caída de un galpón de 8 metros de altura) Exposición al daño de la víctima: Total VÍCTIMA QUE SOLICITA LA INDEMNIZACIÓN: Directa CONCEPTOS DEMANDADOS MONTOS DEMANDADOS MONTOS OTORGADOS Daño Moral $100.000.000 $4.000.000 Lucro Cesante $82.600.000 Rechazado

CUADRO DE CUANTIFICACIÓN

ANTECEDENTES GENERALES:

ANTECEDENTES GENERALES: OCUPACIÓN: Obrero EDAD: 42 años CARACTERÍSTICAS DEL DAÑO: Incapacidad (Policontusiones; politraumatismos; fractura base quinto metacarpiano; herida región axilar derecha complicada; fractura tibia peroné distal derecho; fractura tibio peroné proximal derecho. Lo anterior como consecuencia de una caída de un galpón de 8 metros de altura) Exposición al daño de la víctima: Total VÍCTIMA QUE SOLICITA LA INDEMNIZACIÓN: Directa CONCEPTOS DEMANDADOS MONTOS DEMANDADOS MONTOS OTORGADOS Daño Moral $100.000.000 $4.000.000 Lucro Cesante $82.600.000 Rechazado

CUADRO DE CUANTIFICACIÓN

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol: O-2557-2010 Tipo: Demanda Partes: Juan Carlos Cisternas Plaza con Héctor Eduardo Zurita y Prosegur Ltda. Magistrado: María Verónica Torres Reyes Cita OnLine: CL/JUR/16513/2010.

I. INDEMNIZACIÓN DEL LUCRO CESANTE a. Informe de Cotizaciones Previsionales, permite acreditar que el trabajador se desempeñó con posterioridad al accidente en otras funciones, pero con la misma remuneración. II. INDEMNIZACIÓN DEL DAÑO MORAL a. Antecedentes para otorgarlo: circunstancias del accidente, el tiempo de hospitalización, las intervenciones quirúrgicas y el temor que le produjo el hecho de verse expuesto a perder su capacidad de trabajo. b. Negligencia y falta de cuidado de su empleador y de la empresa principal (responsabilidad solidaria).

DOCTRINA

32

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

33

hecho de verse expuesto a perder su capacidad de trabajo, la aflicción y pesar que el actor debió soportar por el hecho de verse sometido a esa situación por negligencia y falta de cuidado de su empleador y de la empresa principal, quienes debieron adoptar las medidas de seguridad necesarias para proteger la vida y la integridad del actor, el Tribunal da por establecido un daño moral del actor que debe ser reparado por las demandadas. (Considerando 7º de la sentencia del Juzgado de Letras del Trabajo) NORMATIVA RELEVANTE CITADA: Código del Trabajo art. 184; Código del Trabajo art. 183 B; Código del Trabajo art. 183 E.

NORMATIVA RELEVANTE CITADA: Código del Trabajo art. 184; Código del Trabajo art. 183 B; Código del Trabajo art. 183 E. hecho de verse expuesto a perder su capacidad de trabajo, la aflicción y pesar que el actor debió soportar por el hecho de verse sometido a esa situación por negligencia y falta de cuidado de su empleador y de la empresa principal, quienes debieron adoptar las medidas de seguridad necesarias para proteger la vida y la integridad del actor, el Tribunal da por establecido un daño moral del actor que debe ser reparado por las demandadas. (Considerando 7º de la sentencia del Juzgado de Letras del Trabajo) ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

33

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

34

FICHA Nº 21

FICHA Nº 21 34

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

NORMATIVA RELEVANTE CITADA: Código del Trabajo art. 184.

I. DEBER DE PROTECCIÓN Y SEGURIDAD DEL ART. 184 DEL CTRAB a. Acreditación insuficiente del cumplimiento de las medidas de seguridad y supervigilancia. b. La omisión inaceptable del empleador es la causa inmediata y directa del accidente.

No habiéndose acreditado suficientemente por la parte demandada que mantenga las medidas de seguridad y supervigilancia auténtica en cuanto a la forma como deba o haya de desarrollarse la actividad del actor, como debió hacerlo, corresponde concluir que el accidente sufrido y el resultado dañoso producido a su salud, tuvo como causa inmediata y directa la omisión inaceptable de la demandada respecto a velar y supervigilar el estricto cumplimiento de la obligación que le impone el artículo 184 del Código del Trabajo. (Considerando 11º de la sentencia del Juzgado de Letras del Trabajo)

CUADRO DE CUANTIFICACIÓN

DOCTRINA

ANTECEDENTES GENERALES: OCUPACIÓN: Jornal EDAD: 45 años CARACTERÍSTICAS DEL DAÑO: Incapacidad (fractura expuesta de F3 dedo meñique mano derecha, con desforramiento del mismo y amputación traumática; lo que generó en el trabajador una incapacidad de 7,5% declarada por los organismos de seguridad social competentes) Exposición al daño de la víctima: Total VÍCTIMA QUE SOLICITA LA INDEMNIZACIÓN: Directa CONCEPTOS DEMANDADOS MONTOS DEMANDADOS MONTOS OTORGADOS Daño Moral $50.000.000 $6.000.000 Lucro Cesante $16.200.000 Rechazado

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol: O-2367-2010 Tipo: Demanda Partes: Serafín Ortega Fuentes con Mellado y Compañía Limitada Magistrado: Iván Santibáñez Torres Cita OnLine: CL/JUR/16503/2010

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol: O-2367-2010 Tipo: Demanda Partes: Serafín Ortega Fuentes con Mellado y Compañía Limitada Magistrado: Iván Santibáñez Torres Cita OnLine: CL/JUR/16503/2010

OCUPACIÓN: Jornal EDAD: 45 años CARACTERÍSTICAS DEL DAÑO: Incapacidad (fractura expuesta de F3 dedo meñique mano derecha, con desforramiento del mismo y amputación traumática; lo que generó en el trabajador una incapacidad de 7,5% declarada por los organismos de seguridad social competentes) Exposición al daño de la víctima: Total VÍCTIMA QUE SOLICITA LA INDEMNIZACIÓN: Directa CONCEPTOS DEMANDADOS MONTOS DEMANDADOS MONTOS OTORGADOS Daño Moral $50.000.000 $6.000.000 Lucro Cesante $16.200.000 Rechazado

DOCTRINA

ANTECEDENTES GENERALES:

No habiéndose acreditado suficientemente por la parte demandada que mantenga las medidas de seguridad y supervigilancia auténtica en cuanto a la forma como deba o haya de desarrollarse la actividad del actor, como debió hacerlo, corresponde concluir que el accidente sufrido y el resultado dañoso producido a su salud, tuvo como causa inmediata y directa la omisión inaceptable de la demandada respecto a velar y supervigilar el estricto cumplimiento de la obligación que le impone el artículo 184 del Código del Trabajo. (Considerando 11º de la sentencia del Juzgado de Letras del Trabajo)

CUADRO DE CUANTIFICACIÓN

NORMATIVA RELEVANTE CITADA: Código del Trabajo art. 184.

I. DEBER DE PROTECCIÓN Y SEGURIDAD DEL ART. 184 DEL CTRAB a. Acreditación insuficiente del cumplimiento de las medidas de seguridad y supervigilancia. b. La omisión inaceptable del empleador es la causa inmediata y directa del accidente.

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

35

FICHA Nº 22 I. INDEMNIZACIÓN DEL LUCRO CESANTE a. No procede, puesto que ya se pagó de la indemnización por parte de la mutual y no se ha demostrado la existencia de secuelas reales que impidan al demandante trabajar en su rubro o en otro diferente. CUADRO DE CUANTIFICACIÓN ANTECEDENTES GENERALES: OCUPACIÓN: Trabajador Agrícola EDAD: 35 años. CARACTERÍSTICAS DEL DAÑO: Incapacidad (Incompetencia palpebral inferior derecha y atrofia ósea maxilar post traumática, extrusión globo ocular derecho, fractura compleja macizo facial, ambos operados, y pérdida del globo ocular derecho. Lesiones estéticas consistentes en hundimiento de un sector de su cara, al no estar ambos pómulos a la misma altura, y notándose claramente que tiene un ojo artificial. Lo anterior como consecuencia del atropello que sufrió el actor por un tractor que pasó por encima de su cara) EXPOSICIÓN AL DAÑO DE LA VÍCTIMA: Total VÍCTIMA QUE SOLICITA LA INDEMNIZACIÓN: Directa CONCEPTOS DEMANDADOS MONTOS DEMANDADOS MONTOS OTORGADOS Daño Moral $200.000.000 $28.000.000 Lucro Cesante $52.049.287 Rechazado ANTECEDENTES DEL FALLO Rol: 1021-2010 Tipo: Recurso de nulidad (rechazado) Partes: Fernando Poblete Suárez con Solimoes Ltda. Ministros: Jorge Dahm Oyarzún, Sra. María Soledad Melo Labra y el abogado integrante Sr. Ángel Cruchaga Gandarillas. Cita OnLine: CL/JUR/15113/2010. DOCTRINA I. Se ha pretendido, también, el cobro de lucro cesante. Éste se ha hecho consistir en la pérdida de la capacidad de ganancia del trabajador, que ha quedado demostrada por el pago de una indemnización. Sin embargo, claro es que el demandante sufrió una pérdida de capacidad de ganancia, al perder la visión del ojo derecho, padecimiento que fue compensado económicamente a través de una indemnización, y en atención a que, más allá de dicha indemnización, no se ha demostrado la existencia de secuelas reales que impidan al demandante trabajar en su rubro o en otro diferente, obrando, de contrario, prueba en el sentido que ha podido continuar desarrollándose en la conducción de tractores, es que se desestimará la pretensión de condena al pago de lucro cesante. (Considerando 13º de la sentencia del Juzgado de Letras del Trabajo) NORMATIVA RELEVANTE CITADA: Código Civil art. 1547; Código del Trabajo art. 184; Constitución Política art. 19 N° 1.

NORMATIVA RELEVANTE CITADA: Código Civil art. 1547; Código del Trabajo art. 184; Constitución Política art. 19 N° 1. I. Se ha pretendido, también, el cobro de lucro cesante. Éste se ha hecho consistir en la pérdida de la capacidad de ganancia del trabajador, que ha quedado demostrada por el pago de una indemnización. Sin embargo, claro es que el demandante sufrió una pérdida de capacidad de ganancia, al perder la visión del ojo derecho, padecimiento que fue compensado económicamente a través de una indemnización, y en atención a que, más allá de dicha indemnización, no se ha demostrado la existencia de secuelas reales que impidan al demandante trabajar en su rubro o en otro diferente, obrando, de contrario, prueba en el sentido que ha podido continuar desarrollándose en la conducción de tractores, es que se desestimará la pretensión de condena al pago de lucro cesante. (Considerando 13º de la sentencia del Juzgado de Letras del Trabajo) DOCTRINA ANTECEDENTES DEL FALLO Rol: 1021-2010 Tipo: Recurso de nulidad (rechazado) Partes: Fernando Poblete Suárez con Solimoes Ltda. Ministros: Jorge Dahm Oyarzún, Sra. María Soledad Melo Labra y el abogado integrante Sr. Ángel Cruchaga Gandarillas. Cita OnLine: CL/JUR/15113/2010. ANTECEDENTES GENERALES: OCUPACIÓN: Trabajador Agrícola EDAD: 35 años. CARACTERÍSTICAS DEL DAÑO: Incapacidad (Incompetencia palpebral inferior derecha y atrofia ósea maxilar post traumática, extrusión globo ocular derecho, fractura compleja macizo facial, ambos operados, y pérdida del globo ocular derecho. Lesiones estéticas consistentes en hundimiento de un sector de su cara, al no estar ambos pómulos a la misma altura, y notándose claramente que tiene un ojo artificial. Lo anterior como consecuencia del atropello que sufrió el actor por un tractor que pasó por encima de su cara) EXPOSICIÓN AL DAÑO DE LA VÍCTIMA: Total VÍCTIMA QUE SOLICITA LA INDEMNIZACIÓN: Directa CONCEPTOS DEMANDADOS MONTOS DEMANDADOS MONTOS OTORGADOS Daño Moral $200.000.000 $28.000.000 Lucro Cesante $52.049.287 Rechazado CUADRO DE CUANTIFICACIÓN I. INDEMNIZACIÓN DEL LUCRO CESANTE a. No procede, puesto que ya se pagó de la indemnización por parte de la mutual y no se ha demostrado la existencia de secuelas reales que impidan al demandante trabajar en su rubro o en otro diferente. FICHA Nº 22 ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

35

RETIRO

NORMATIVA RELEVANTE CITADA: Código Civil art. 1437; Código Civil art. 1545; Código del Trabajo art. 183 letra e; Código del Trabajo art. 184; ley N° 16.744 Año 1968.

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

II. Sin perjuicio de lo anterior, sí se dará lugar a la indemnización por daño moral sufrido. (Considerando 19º de la sentencia del Juzgado de Letras del Trabajo)

36

I. El lucro cesante está determinado por aquella ganancia que la víctima del accidente laboral ha dejado de percibir producto del accidente laboral y sus secuelas, y analizada la demanda el actor pretende el pago de un porcentaje de la remuneración pactada (30%) multiplicada por el tiempo que le queda de vida laboral. Sin embargo, ocurre que analizada el conjunto de la prueba no es posible establecer que el demandante haya visto afectado su nivel de ingresos o ganancia con ocasión del accidente (pérdida de un dedo), ya que a la fecha mantiene su fuente laboral con la demandada en los mismos términos que regían al momento de producirse el accidente, situación que lleva al tribunal a desestimar esta pretensión. (Considerando 18º de la sentencia del Juzgado de Letras del Trabajo)

FICHA Nº 23

DOCTRINA

I. INDEMNIZACIÓN DE LUCRO CESANTE a. Está determinado por aquella ganancia que la víctima del accidente laboral ha dejado de percibir producto del accidente laboral y sus secuelas. b. Al mantener su trabajo en los mismos términos, no es posible establecer que se ha afectado su nivel de ingresos o ganancia.

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol: 886-2010 Tipo: Recurso de nulidad (Rechazado) Partes: Roberto Orlando Quilapán con Easy S.A. Ministros: Sr. Juan Cristóbal Mera Muñoz, Sr. Emilio Elgueta Torres y Sra. Adelita Ravanales Arriagada. Cita OnLine: CL/JUR/16225/2010.

CUADRO DE CUANTIFICACIÓN

OCUPACIÓN: Vendedor-Reponedor EDAD: 25 años CARACTERÍSTICAS DEL DAÑO: Incapacidad (Corte de primera falange de dedo pulgar izquierdo) EXPOSICIÓN AL DAÑO DE LA VÍCTIMA: Parcial VÍCTIMA QUE SOLICITA LA INDEMNIZACIÓN: Directa CONCEPTOS DEMANDADOS MONTOS DEMANDADOS MONTOS OTORGADOS Daño Moral $10.000.000 $8.500.000 Lucro Cesante $30.000.000 Rechazado

ANTECEDENTES GENERALES: OCUPACIÓN: Vendedor-Reponedor EDAD: 25 años CARACTERÍSTICAS DEL DAÑO: Incapacidad (Corte de primera falange de dedo pulgar izquierdo) EXPOSICIÓN AL DAÑO DE LA VÍCTIMA: Parcial VÍCTIMA QUE SOLICITA LA INDEMNIZACIÓN: Directa CONCEPTOS DEMANDADOS MONTOS DEMANDADOS MONTOS OTORGADOS Daño Moral $10.000.000 $8.500.000 Lucro Cesante $30.000.000 Rechazado

ANTECEDENTES GENERALES:

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol: 886-2010 Tipo: Recurso de nulidad (Rechazado) Partes: Roberto Orlando Quilapán con Easy S.A. Ministros: Sr. Juan Cristóbal Mera Muñoz, Sr. Emilio Elgueta Torres y Sra. Adelita Ravanales Arriagada. Cita OnLine: CL/JUR/16225/2010.

CUADRO DE CUANTIFICACIÓN

DOCTRINA

I. INDEMNIZACIÓN DE LUCRO CESANTE a. Está determinado por aquella ganancia que la víctima del accidente laboral ha dejado de percibir producto del accidente laboral y sus secuelas. b. Al mantener su trabajo en los mismos términos, no es posible establecer que se ha afectado su nivel de ingresos o ganancia.

I. El lucro cesante está determinado por aquella ganancia que la víctima del accidente laboral ha dejado de percibir producto del accidente laboral y sus secuelas, y analizada la demanda el actor pretende el pago de un porcentaje de la remuneración pactada (30%) multiplicada por el tiempo que le queda de vida laboral. Sin embargo, ocurre que analizada el conjunto de la prueba no es posible establecer que el demandante haya visto afectado su nivel de ingresos o ganancia con ocasión del accidente (pérdida de un dedo), ya que a la fecha mantiene su fuente laboral con la demandada en los mismos términos que regían al momento de producirse el accidente, situación que lleva al tribunal a desestimar esta pretensión. (Considerando 18º de la sentencia del Juzgado de Letras del Trabajo)

FICHA Nº 23

II. Sin perjuicio de lo anterior, sí se dará lugar a la indemnización por daño moral sufrido. (Considerando 19º de la sentencia del Juzgado de Letras del Trabajo)

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

NORMATIVA RELEVANTE CITADA: Código Civil art. 1437; Código Civil art. 1545; Código del Trabajo art. 183 letra e; Código del Trabajo art. 184; ley N° 16.744 Año 1968.

36

TIRO

II. En cuanto al lucro cesante, el actor no ha perdido su trabajo ni ha presentado disminución de remuneraciones. A esto debe añadirse que la extensión de su vida laboral y de su

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

I. En lo que a la indemnización por daño moral se refiere, existen circunstancias concomitantes, anteriores y posteriores que interfieren, en cuanto a relación de causalidad directa entre el accidente y el dolor y lesiones sufridas. El actor sufrió un accidente anterior no imputable al empleador, el cual según antecedentes médicos, claramente al lesionarse esta segunda vez en la misma mano, la lesión anterior afectó su recuperación de la lesión producto del accidente que se reclama. (Considerando 6º de la sentencia del Juzgado de Letras del Trabajo)

FICHA Nº 24

37

I. INDEMNIZACIÓN DEL DAÑO MORAL a. Las circunstancias concomintantes, anteriores y posteriores, interfieren en la relación de causalidad directa entre el accidente, el dolor y las lesiones sufridas (accidente anterior en la misma mano). II. INDEMNIZACIÓN DEL LUCRO CESANTE a. La extensión de su vida laboral, de su vida y la perduración de su relación laboral con la empresa, constituyen hechos inciertos que impiden establecer en forma concreta, cierta y precisa la eventual pérdida patrimonial que pudiere sufrir derivada del accidente.

CUADRO DE CUANTIFICACIÓN ANTECEDENTES GENERALES: OCUPACIÓN: Conductor Profesional EDAD: 49 años CARACTERÍSTICAS DEL DAÑO: Incapacidad (Disociación escafolunar izquierda de la extremidad superior izquierda, rizartrosis mano derecha, epicondilitis derecha, lo que produjo rigidez muñeca izquierda, dolor residual, pérdida de abducción y extensión pulgar izquierdo y de IFD índice izquierdo y dolor epicondilo derecho. Lo anterior le ocasionó un 30% de incapacidad establecido por los organismos de seguridad social competentes) EXPOSICIÓN AL DAÑO DE LA VÍCTIMA: Parcial VÍCTIMA QUE SOLICITA LA INDEMNIZACIÓN: Directa CONCEPTOS DEMANDADOS MONTOS DEMANDADOS MONTOS OTORGADOS Daño Moral $90.000.000 $3.000.000 Lucro Cesante $96.000.000 Rechazado ANTECEDENTES DEL FALLO Rol: O-1469-2010 Tipo: Demanda Partes: Alejandro Campos Velásquez con Express de Santiago Uno S.A. Magistrado: Iván Santibáñez Torres Cita OnLine: CL/JUR/16374/2010. DOCTRINA

DOCTRINA ANTECEDENTES DEL FALLO Rol: O-1469-2010 Tipo: Demanda Partes: Alejandro Campos Velásquez con Express de Santiago Uno S.A. Magistrado: Iván Santibáñez Torres Cita OnLine: CL/JUR/16374/2010. ANTECEDENTES GENERALES: OCUPACIÓN: Conductor Profesional EDAD: 49 años CARACTERÍSTICAS DEL DAÑO: Incapacidad (Disociación escafolunar izquierda de la extremidad superior izquierda, rizartrosis mano derecha, epicondilitis derecha, lo que produjo rigidez muñeca izquierda, dolor residual, pérdida de abducción y extensión pulgar izquierdo y de IFD índice izquierdo y dolor epicondilo derecho. Lo anterior le ocasionó un 30% de incapacidad establecido por los organismos de seguridad social competentes) EXPOSICIÓN AL DAÑO DE LA VÍCTIMA: Parcial VÍCTIMA QUE SOLICITA LA INDEMNIZACIÓN: Directa CONCEPTOS DEMANDADOS MONTOS DEMANDADOS MONTOS OTORGADOS Daño Moral $90.000.000 $3.000.000 Lucro Cesante $96.000.000 Rechazado CUADRO DE CUANTIFICACIÓN I. INDEMNIZACIÓN DEL DAÑO MORAL a. Las circunstancias concomintantes, anteriores y posteriores, interfieren en la relación de causalidad directa entre el accidente, el dolor y las lesiones sufridas (accidente anterior en la misma mano). II. INDEMNIZACIÓN DEL LUCRO CESANTE a. La extensión de su vida laboral, de su vida y la perduración de su relación laboral con la empresa, constituyen hechos inciertos que impiden establecer en forma concreta, cierta y precisa la eventual pérdida patrimonial que pudiere sufrir derivada del accidente. FICHA Nº 24

I. En lo que a la indemnización por daño moral se refiere, existen circunstancias concomitantes, anteriores y posteriores que interfieren, en cuanto a relación de causalidad directa entre el accidente y el dolor y lesiones sufridas. El actor sufrió un accidente anterior no imputable al empleador, el cual según antecedentes médicos, claramente al lesionarse esta segunda vez en la misma mano, la lesión anterior afectó su recuperación de la lesión producto del accidente que se reclama. (Considerando 6º de la sentencia del Juzgado de Letras del Trabajo)

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

II. En cuanto al lucro cesante, el actor no ha perdido su trabajo ni ha presentado disminución de remuneraciones. A esto debe añadirse que la extensión de su vida laboral y de su

37

RETIRO

38

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

propia vida constituyen hechos inciertos, como también lo es la perduración de su relación laboral con la empresa demandada, por lo que resulta imposible determinar e impide establecer en forma concreta, cierta y precisa la eventual pérdida patrimonial que pudiere experimentar el actor derivada del accidente sufrido. Así, de los comprobantes de cotizaciones de seguridad social pagadas, lo informado por oficio del Instituto de Seguridad del Trabajo y lo que señalan las propias liquidaciones de remuneraciones, el actor ha recibido y está cubierto por las prestaciones que establece la ley Nº 16.744 y además se ha reincorporado a trabajar en las mismas labores que realizaba antes, percibiendo remuneraciones en ese espacio de tiempo, sin acusar una rebaja en sus ingresos, ni que haya pedido ni se haya sugerido un cambio de funciones, al ser reincorporado. Por todo esto es categórica la improcedencia de la indemnización por concepto de lucro cesante. (Considerando 6º de la sentencia del Juzgado de Letras del Trabajo) NORMATIVA RELEVANTE CITADA: Código del Trabajo art. 184; Código del Trabajo art. 210.

NORMATIVA RELEVANTE CITADA: Código del Trabajo art. 184; Código del Trabajo art. 210. propia vida constituyen hechos inciertos, como también lo es la perduración de su relación laboral con la empresa demandada, por lo que resulta imposible determinar e impide establecer en forma concreta, cierta y precisa la eventual pérdida patrimonial que pudiere experimentar el actor derivada del accidente sufrido. Así, de los comprobantes de cotizaciones de seguridad social pagadas, lo informado por oficio del Instituto de Seguridad del Trabajo y lo que señalan las propias liquidaciones de remuneraciones, el actor ha recibido y está cubierto por las prestaciones que establece la ley Nº 16.744 y además se ha reincorporado a trabajar en las mismas labores que realizaba antes, percibiendo remuneraciones en ese espacio de tiempo, sin acusar una rebaja en sus ingresos, ni que haya pedido ni se haya sugerido un cambio de funciones, al ser reincorporado. Por todo esto es categórica la improcedencia de la indemnización por concepto de lucro cesante. (Considerando 6º de la sentencia del Juzgado de Letras del Trabajo) 38

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

39

FICHA Nº 25 I. INDEMNIZACIÓN DEL LUCRO CESANTE a. La cesantía de la actora no es atribuible a su incapacidad laboral parcial que deriva del accidente del trabajo. b. Incapacidad del 15% no le impide desarrollar otras funciones. c. La empresa no debe indemnizar, al no existir una clara vinculación entre este tipo de daño y el accidente sufrido.

CUADRO DE CUANTIFICACIÓN ANTECEDENTES GENERALES: OCUPACIÓN: Operaria de Selección EDAD: 48 años CARACTERÍSTICAS DEL DAÑO: Incapacidad (Esguince de muñeca derecha, síndrome impactación cubital muleca derecha, y trastorno adaptativo, que ha tenido como consecuencia un 15% de incapacidad de la actora, declarado por las autoridades de seguridad social competente. Lo anterior como consecuencia de la caída de un piso al que debía subir para alcanzar su casillero) EXPOSICIÓN AL DAÑO DE LA VÍCTIMA: Parcial VÍCTIMA QUE SOLICITA LA INDEMNIZACIÓN: Directa CONCEPTOS DEMANDADOS MONTOS DEMANDADOS MONTOS OTORGADOS Daño Moral $30.000.000 $6.000.000 Lucro Cesante $4.320.000 Rechazado ANTECEDENTES DEL FALLO Rol: O-879-2010 Tipo: Demanda Partes: Alejandra Reyes Carvallo con Invertec Natural Juice S.A. Magistrado: Ramón Barría Cárcamo Cita OnLine: CL/JUR/16255/2010

NORMATIVA RELEVANTE CITADA: Código del Trabajo art. 184. En lo que al lucro cesante respecta, si bien la actora no ha tenido trabajo con posterioridad al accidente, y por ende, no ha percibido remuneración alguna, su incapacidad laboral parcial no permite sostener que la cesantía en que se ve envuelta la actora está directa y claramente determinada por el accidente laboral sufrido, y por ende, resarcir a la actora por este concepto. Una persona con 15% de incapacidad puede desempeñarse en otras funciones, y por ello se estima que nada puede la empresa resarcir por este concepto, al no existir una clara vinculación entre este tipo de daño y el accidente sufrido. (Considerando 9º de la sentencia del Juzgado de Letras del Trabajo) DOCTRINA ANTECEDENTES DEL FALLO Rol: O-879-2010 Tipo: Demanda Partes: Alejandra Reyes Carvallo con Invertec Natural Juice S.A. Magistrado: Ramón Barría Cárcamo Cita OnLine: CL/JUR/16255/2010 ANTECEDENTES GENERALES: OCUPACIÓN: Operaria de Selección EDAD: 48 años CARACTERÍSTICAS DEL DAÑO: Incapacidad (Esguince de muñeca derecha, síndrome impactación cubital muleca derecha, y trastorno adaptativo, que ha tenido como consecuencia un 15% de incapacidad de la actora, declarado por las autoridades de seguridad social competente. Lo anterior como consecuencia de la caída de un piso al que debía subir para alcanzar su casillero) EXPOSICIÓN AL DAÑO DE LA VÍCTIMA: Parcial VÍCTIMA QUE SOLICITA LA INDEMNIZACIÓN: Directa CONCEPTOS DEMANDADOS MONTOS DEMANDADOS MONTOS OTORGADOS Daño Moral $30.000.000 $6.000.000 Lucro Cesante $4.320.000 Rechazado CUADRO DE CUANTIFICACIÓN

DOCTRINA En lo que al lucro cesante respecta, si bien la actora no ha tenido trabajo con posterioridad al accidente, y por ende, no ha percibido remuneración alguna, su incapacidad laboral parcial no permite sostener que la cesantía en que se ve envuelta la actora está directa y claramente determinada por el accidente laboral sufrido, y por ende, resarcir a la actora por este concepto. Una persona con 15% de incapacidad puede desempeñarse en otras funciones, y por ello se estima que nada puede la empresa resarcir por este concepto, al no existir una clara vinculación entre este tipo de daño y el accidente sufrido. (Considerando 9º de la sentencia del Juzgado de Letras del Trabajo) NORMATIVA RELEVANTE CITADA: Código del Trabajo art. 184.

I. INDEMNIZACIÓN DEL LUCRO CESANTE a. La cesantía de la actora no es atribuible a su incapacidad laboral parcial que deriva del accidente del trabajo. b. Incapacidad del 15% no le impide desarrollar otras funciones. c. La empresa no debe indemnizar, al no existir una clara vinculación entre este tipo de daño y el accidente sufrido. FICHA Nº 25 ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

39

RETIRO

I. Resulta del todo inapropiada la alegación de la actora al incluir dentro del concepto de lucro cesante los daños sufridos por estrés post-traumático, confundiendo de esta manera los fundamentos y objetos que persiguen las diversas indemnizaciones emanadas de la responsabilidad contractual. La indemnización por lucro cesante tiene por objeto compensar lo que la víctima haya dejado de ganar o dejará de percibir en el futuro, por efecto del daño sufrido y la determina-

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

DOCTRINA

40

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol: O-368-2010 Tipo: Demanda Partes: Irasema Guevara Clavo con Felipe Pardo Hernández y Otros Magistrado: Yelica Montenegro Galli Cita OnLine: CL/JUR/14818/2010

FICHA Nº 26

OCUPACIÓN: Operaria en Plástico EDAD: 24 años CARACTERÍSTICAS DEL DAÑO: Incapacidad (Amputación de dedo pulgar izquierdo; lo que le generó un grado de incapacidad de 27,5% declarado por los organismos de seguridad social competentes) EXPOSICIÓN AL DAÑO DE LA VÍCTIMA: Parcial VÍCTIMA QUE SOLICITA LA INDEMNIZACIÓN: Directa MONTOS DEMANDADOS MONTOS OTORGADOS CONCEPTOS DEMANDADOS Daño Moral $40.000.000 $8.000.000 Lucro Cesante $38.500.000 Rechazado

I. INDEMNIZACIÓN DEL LUCRO CESANTE a. No corresponde incluir dentro de este concepto los daños sufridos por estrés post-traumático, ello significa confundir los fundamentos y objetos que persiguen las diversas indemnizaciones emanadas de la responsabilidad contractual. b. Su objetivo es compensar lo que la víctima haya dejado de ganar o dejará de percibir en el futuro, por efecto del daño sufrido. c. Su determinación debe obedecer a criterios objetivos y comprobados, y en la especie no existen antecedentes suficientes para acreditar que la actora haya dejado de ganar o dejará de percibir en el futuro por efecto del daño. II. INDEMNIZACIÓN DEL DAÑO MORAL a. Su quantum no es compensatorio, puesto que no es objetivamente dimensionable, sino que debe ser sólo reparatorio, por lo que debe estar destinado a morigerar, disminuir o atenuar las consecuencias del mal sufrido.

ANTECEDENTES GENERALES:

CUADRO DE CUANTIFICACIÓN

CUADRO DE CUANTIFICACIÓN

ANTECEDENTES GENERALES: OCUPACIÓN: Operaria en Plástico EDAD: 24 años CARACTERÍSTICAS DEL DAÑO: Incapacidad (Amputación de dedo pulgar izquierdo; lo que le generó un grado de incapacidad de 27,5% declarado por los organismos de seguridad social competentes) EXPOSICIÓN AL DAÑO DE LA VÍCTIMA: Parcial VÍCTIMA QUE SOLICITA LA INDEMNIZACIÓN: Directa MONTOS DEMANDADOS MONTOS OTORGADOS CONCEPTOS DEMANDADOS Daño Moral $40.000.000 $8.000.000 Lucro Cesante $38.500.000 Rechazado

I. INDEMNIZACIÓN DEL LUCRO CESANTE a. No corresponde incluir dentro de este concepto los daños sufridos por estrés post-traumático, ello significa confundir los fundamentos y objetos que persiguen las diversas indemnizaciones emanadas de la responsabilidad contractual. b. Su objetivo es compensar lo que la víctima haya dejado de ganar o dejará de percibir en el futuro, por efecto del daño sufrido. c. Su determinación debe obedecer a criterios objetivos y comprobados, y en la especie no existen antecedentes suficientes para acreditar que la actora haya dejado de ganar o dejará de percibir en el futuro por efecto del daño. II. INDEMNIZACIÓN DEL DAÑO MORAL a. Su quantum no es compensatorio, puesto que no es objetivamente dimensionable, sino que debe ser sólo reparatorio, por lo que debe estar destinado a morigerar, disminuir o atenuar las consecuencias del mal sufrido.

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol: O-368-2010 Tipo: Demanda Partes: Irasema Guevara Clavo con Felipe Pardo Hernández y Otros Magistrado: Yelica Montenegro Galli Cita OnLine: CL/JUR/14818/2010

FICHA Nº 26

DOCTRINA

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

I. Resulta del todo inapropiada la alegación de la actora al incluir dentro del concepto de lucro cesante los daños sufridos por estrés post-traumático, confundiendo de esta manera los fundamentos y objetos que persiguen las diversas indemnizaciones emanadas de la responsabilidad contractual. La indemnización por lucro cesante tiene por objeto compensar lo que la víctima haya dejado de ganar o dejará de percibir en el futuro, por efecto del daño sufrido y la determina-

40

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

41

ción del lucro cesante, debe obedecer a criterios objetivos y comprobados, y en la especie no existen antecedentes suficientes para acreditar que la actora haya dejado de ganar o dejará de percibir en el futuro por efecto del daño. De otro lado, debe apreciarse que la demandante se encontraba acogida al seguro de la ley Nº 16.744 y durante el tiempo que duró su tratamiento, los subsidios por incapacidad laboral, como el tratamiento y rehabilitación fueron cubiertos por dicho seguro sin costo económico. (Considerandos 13º y 14º de la sentencia del Juzgado de Letras del Trabajo) II. El quantum de la indemnización por daño moral ciertamente no es compensatorio, desde que no es objetivamente dimensionable, sino que debe ser sólo reparatorio, por lo que debe estar destinado a morigerar, disminuir o atenuar las consecuencias del mal sufrido, en consecuencia. En el caso resulta evidente que la demandante experimentó dolor y sufrimiento, como consecuencia de la amputación de su pulgar izquierdo; procediendo así la indemnización por este concepto. (Considerando 12º de la sentencia del Juzgado de Letras del Trabajo) NORMATIVA RELEVANTE CITADA: Código del Trabajo art. 184; ley N° 16.744 Año 1968 art. 69.

NORMATIVA RELEVANTE CITADA: Código del Trabajo art. 184; ley N° 16.744 Año 1968 art. 69. II. El quantum de la indemnización por daño moral ciertamente no es compensatorio, desde que no es objetivamente dimensionable, sino que debe ser sólo reparatorio, por lo que debe estar destinado a morigerar, disminuir o atenuar las consecuencias del mal sufrido, en consecuencia. En el caso resulta evidente que la demandante experimentó dolor y sufrimiento, como consecuencia de la amputación de su pulgar izquierdo; procediendo así la indemnización por este concepto. (Considerando 12º de la sentencia del Juzgado de Letras del Trabajo) ción del lucro cesante, debe obedecer a criterios objetivos y comprobados, y en la especie no existen antecedentes suficientes para acreditar que la actora haya dejado de ganar o dejará de percibir en el futuro por efecto del daño. De otro lado, debe apreciarse que la demandante se encontraba acogida al seguro de la ley Nº 16.744 y durante el tiempo que duró su tratamiento, los subsidios por incapacidad laboral, como el tratamiento y rehabilitación fueron cubiertos por dicho seguro sin costo económico. (Considerandos 13º y 14º de la sentencia del Juzgado de Letras del Trabajo) ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

41

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

I. En el caso de autos, y en relación a la pretensión por lucro cesante, no es posible establecer que el demandante haya visto afectado su nivel de ingresos o ganancia, ya que a la fecha mantiene su fuente laboral con un nivel de ingreso superior al que tenía pactado originalmente, ya que los ítems que formaban parte de su remuneración de carácter variable pasaron a integrar su sueldo base garantizado (según su confesión prestada en el juicio), recibe la pensión de invalidez en forma adicional a su sueldo mensual, y además la

42

DOCTRINA

FICHA Nº 27

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol: O-20-2010 Tipo: Demanda Partes: Miguel Cortés Valenzuela con Sandvik Chile S.A. y otro Magistrado: David Gómez Palma Cita OnLine: CL/JUR/16166/2010

I. INDEMNIZACIÓN DEL LUCRO CESANTE a. Independiente de la magnitud del daño, no procede puesto que ha existido una mejora de las ganancias presentes (aumento de su remuneración y pensión de invalidez) y en las condiciones futuras (financiamiento de carrera universitaria). II. INDEMNIZACIÓN DEL DAÑO MORAL a. Para efectos del quantum debe considerarse el esfuerzo de la empresa y de los seguros involucrados para morigerar el sufrimiento. b. Para el cálculo del quantum hay que considerar que el trabajador se ha visto privado de una de sus principales extremidades, que es una persona de edad media, padre de familia y proveedor, que ha tenido que recibir tratamiento sicológico y siquiátrico. c. Toda persona que experimenta una amputación traumática de parte de su cuerpo siempre tiene un gran dolor no sólo físico sino que emocional, procediendo a su regulación prudencial.

ANTECEDENTES GENERALES: OCUPACIÓN: Mantenedor electromecánico de Minería EDAD: 37 años. CARACTERÍSTICAS DEL DAÑO: Incapacidad (Atrición grave de la mano derecha con amputación de antebrazo a 22,5 centímetros por debajo del vértice del olecranon con 45% de incapacidad laboral) EXPOSICIÓN AL DAÑO DE LA VÍCTIMA: Parcial (labor no habitual, causa falla de maquinaria). VÍCTIMA QUE SOLICITA LA INDEMNIZACIÓN: Directa MONTOS DEMANDADOS MONTOS OTORGADOS CONCEPTOS DEMANDADOS Daño Moral $500.000.000 $9.711.290 Lucro Cesante $92.185.128 Rechazado

CUADRO DE CUANTIFICACIÓN

CUADRO DE CUANTIFICACIÓN

ANTECEDENTES GENERALES: OCUPACIÓN: Mantenedor electromecánico de Minería EDAD: 37 años. CARACTERÍSTICAS DEL DAÑO: Incapacidad (Atrición grave de la mano derecha con amputación de antebrazo a 22,5 centímetros por debajo del vértice del olecranon con 45% de incapacidad laboral) EXPOSICIÓN AL DAÑO DE LA VÍCTIMA: Parcial (labor no habitual, causa falla de maquinaria). VÍCTIMA QUE SOLICITA LA INDEMNIZACIÓN: Directa MONTOS DEMANDADOS MONTOS OTORGADOS CONCEPTOS DEMANDADOS Daño Moral $500.000.000 $9.711.290 Lucro Cesante $92.185.128 Rechazado

I. INDEMNIZACIÓN DEL LUCRO CESANTE a. Independiente de la magnitud del daño, no procede puesto que ha existido una mejora de las ganancias presentes (aumento de su remuneración y pensión de invalidez) y en las condiciones futuras (financiamiento de carrera universitaria). II. INDEMNIZACIÓN DEL DAÑO MORAL a. Para efectos del quantum debe considerarse el esfuerzo de la empresa y de los seguros involucrados para morigerar el sufrimiento. b. Para el cálculo del quantum hay que considerar que el trabajador se ha visto privado de una de sus principales extremidades, que es una persona de edad media, padre de familia y proveedor, que ha tenido que recibir tratamiento sicológico y siquiátrico. c. Toda persona que experimenta una amputación traumática de parte de su cuerpo siempre tiene un gran dolor no sólo físico sino que emocional, procediendo a su regulación prudencial.

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol: O-20-2010 Tipo: Demanda Partes: Miguel Cortés Valenzuela con Sandvik Chile S.A. y otro Magistrado: David Gómez Palma Cita OnLine: CL/JUR/16166/2010

FICHA Nº 27

DOCTRINA

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

I. En el caso de autos, y en relación a la pretensión por lucro cesante, no es posible establecer que el demandante haya visto afectado su nivel de ingresos o ganancia, ya que a la fecha mantiene su fuente laboral con un nivel de ingreso superior al que tenía pactado originalmente, ya que los ítems que formaban parte de su remuneración de carácter variable pasaron a integrar su sueldo base garantizado (según su confesión prestada en el juicio), recibe la pensión de invalidez en forma adicional a su sueldo mensual, y además la

42

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

43

empleadora le financió una carrera universitaria elegida por el mismo, que lo más lógico es que una vez concluida le permita acceder a una actividad laboral en donde no sea tan fundamental su esfuerzo físico. (Considerando 19º de la sentencia del Juzgado de Letras del Trabajo) II. En lo que al daño moral se refiere, la empresa trató que el sufrimiento experimentado por el trabajador fuera morigerado (cambio de funciones, remuneración mensual superior a la originalmente pactada, financiamiento de carrera universitaria, etc.), pero además de lo anterior es necesario considerar que el trabajador se ha visto privado de una de sus principales extremidades, que es una persona de edad media, padre de familia y proveedor, que ha tenido que recibir tratamiento sicológico y siquiátrico, y que la lógica y experiencia demuestra que toda persona que experimenta una amputación traumática de parte de su cuerpo siempre tiene un gran dolor no sólo físico sino que emocional, procediendo a su regulación prudencial. Cabe hacer referencia que del monto otorgado por el tribunal se ha descontado lo que percibió el actor gracias a seguros por accidente contratados por su empleador, recibiendo así la diferencia entre lo percibido por dicho concepto y lo otorgado por el juez. (Considerandos 20º y 21º de la sentencia del Juzgado de Letras del Trabajo) NORMATIVA RELEVANTE CITADA: Código del Trabajo art. 184.

NORMATIVA RELEVANTE CITADA: Código del Trabajo art. 184. II. En lo que al daño moral se refiere, la empresa trató que el sufrimiento experimentado por el trabajador fuera morigerado (cambio de funciones, remuneración mensual superior a la originalmente pactada, financiamiento de carrera universitaria, etc.), pero además de lo anterior es necesario considerar que el trabajador se ha visto privado de una de sus principales extremidades, que es una persona de edad media, padre de familia y proveedor, que ha tenido que recibir tratamiento sicológico y siquiátrico, y que la lógica y experiencia demuestra que toda persona que experimenta una amputación traumática de parte de su cuerpo siempre tiene un gran dolor no sólo físico sino que emocional, procediendo a su regulación prudencial. Cabe hacer referencia que del monto otorgado por el tribunal se ha descontado lo que percibió el actor gracias a seguros por accidente contratados por su empleador, recibiendo así la diferencia entre lo percibido por dicho concepto y lo otorgado por el juez. (Considerandos 20º y 21º de la sentencia del Juzgado de Letras del Trabajo) empleadora le financió una carrera universitaria elegida por el mismo, que lo más lógico es que una vez concluida le permita acceder a una actividad laboral en donde no sea tan fundamental su esfuerzo físico. (Considerando 19º de la sentencia del Juzgado de Letras del Trabajo) ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

43

RETIRO

I. Es el lucro cesante en simples términos, lo que se ha dejado de ganar y que se habría ganado de no haber sucedido un daño. No es suficiente para determinar el monto de este concepto el grado de incapacidad del trabajador, pues para su base de cálculo se parte de una serie de premisas que carecen de certeza, como lo es el hecho que el demandante trabaje en forma ininterrumpida hasta la edad de jubilarse y que reciba la misma remuneración. Sumado lo anterior, en el caso de autos ha quedado acreditado que el actor sigue prestando servicios para la demandada y en las mismas condiciones previas al accidente, por lo tanto,

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

DOCTRINA

44

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol: O-773-2009 Tipo: Demanda Partes: Rafael Quiche Quichiz con Winpack S.A. Magistrado: Carmen Correa Valenzuela Cita OnLine: CL/JUR/14777/2010

FICHA Nº 28

OCUPACIÓN: EDAD: No se consigna CARACTERÍSTICAS DEL DAÑO: Incapacidad (Herida penetrante ocular en ojo izquierdo, desprendimiento de retina inferior crónico, circunstancia que lo mantuvo hospitalizado y produjo una incapacidad del 30%, declarada por los organismos de seguridad social competentes) EXPOSICIÓN AL DAÑO DE LA VÍCTIMA: Parcial VÍCTIMA QUE SOLICITA LA INDEMNIZACIÓN: Directa CONCEPTOS DEMANDADOS MONTOS DEMANDADOS MONTOS OTORGADOS Daño Moral $40.000.000 $12.000.000 Lucro Cesante $28.828.200 Rechazado

I. INDEMNIZACIÓN DEL LUCRO CESANTE a. Es lo que se ha dejado de ganar y que se habría ganado de no haber sucedido un daño. b. No es suficiente para determinar el monto de este concepto el grado de incapacidad del trabajador, pues para su base de cálculo se parte de una serie de premisas que carecen de certeza. c. No procede si el trabajador luego del accidente del trabajo continúa prestando servicios a la empresa en iguales condiciones a las previas al accidente. II. INDEMNIZACIÓN DEL DAÑO MORAL a. Se debe atender a las características de la lesión, a las sensaciones psicológicas y físicas tanto del sujeto como de terceros en relación a la lesión, para determinar su intensidad y procedencia.

ANTECEDENTES GENERALES:

CUADRO DE CUANTIFICACIÓN

CUADRO DE CUANTIFICACIÓN

ANTECEDENTES GENERALES: OCUPACIÓN: EDAD: No se consigna CARACTERÍSTICAS DEL DAÑO: Incapacidad (Herida penetrante ocular en ojo izquierdo, desprendimiento de retina inferior crónico, circunstancia que lo mantuvo hospitalizado y produjo una incapacidad del 30%, declarada por los organismos de seguridad social competentes) EXPOSICIÓN AL DAÑO DE LA VÍCTIMA: Parcial VÍCTIMA QUE SOLICITA LA INDEMNIZACIÓN: Directa CONCEPTOS DEMANDADOS MONTOS DEMANDADOS MONTOS OTORGADOS Daño Moral $40.000.000 $12.000.000 Lucro Cesante $28.828.200 Rechazado

I. INDEMNIZACIÓN DEL LUCRO CESANTE a. Es lo que se ha dejado de ganar y que se habría ganado de no haber sucedido un daño. b. No es suficiente para determinar el monto de este concepto el grado de incapacidad del trabajador, pues para su base de cálculo se parte de una serie de premisas que carecen de certeza. c. No procede si el trabajador luego del accidente del trabajo continúa prestando servicios a la empresa en iguales condiciones a las previas al accidente. II. INDEMNIZACIÓN DEL DAÑO MORAL a. Se debe atender a las características de la lesión, a las sensaciones psicológicas y físicas tanto del sujeto como de terceros en relación a la lesión, para determinar su intensidad y procedencia.

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol: O-773-2009 Tipo: Demanda Partes: Rafael Quiche Quichiz con Winpack S.A. Magistrado: Carmen Correa Valenzuela Cita OnLine: CL/JUR/14777/2010

FICHA Nº 28

DOCTRINA

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

I. Es el lucro cesante en simples términos, lo que se ha dejado de ganar y que se habría ganado de no haber sucedido un daño. No es suficiente para determinar el monto de este concepto el grado de incapacidad del trabajador, pues para su base de cálculo se parte de una serie de premisas que carecen de certeza, como lo es el hecho que el demandante trabaje en forma ininterrumpida hasta la edad de jubilarse y que reciba la misma remuneración. Sumado lo anterior, en el caso de autos ha quedado acreditado que el actor sigue prestando servicios para la demandada y en las mismas condiciones previas al accidente, por lo tanto,

44

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

45

no es posible dar por concurrente la existencia de un lucro cesante, razón por la que se rechazará la demanda por este concepto. (Considerando 14º de la sentencia del Juzgado de Letras del Trabajo) II. En relación al daño moral, se acogerá la pretensión deducida (no en cuanto a su monto, pero sí se ha verificado) toda vez que los sentimientos que conforme dictan las máximas de la experiencia, pueden derivarse de la pérdida de ojo como ha acaecido en el presente caso, sumado a la sensación de desagrado visual que ello provoca en el trabajador y en las demás personas, resulta motivo suficiente para aseverar que el actor ha sufrido una aflicción por el daño sufrido motivo por el cual se accederá a la demanda. (Considerando 13º de la sentencia del Juzgado de Letras del Trabajo) NORMATIVA RELEVANTE CITADA: Código Civil art. 2314; ley N° 16.744 Año 1968 art. 69.

NORMATIVA RELEVANTE CITADA: Código Civil art. 2314; ley N° 16.744 Año 1968 art. 69. II. En relación al daño moral, se acogerá la pretensión deducida (no en cuanto a su monto, pero sí se ha verificado) toda vez que los sentimientos que conforme dictan las máximas de la experiencia, pueden derivarse de la pérdida de ojo como ha acaecido en el presente caso, sumado a la sensación de desagrado visual que ello provoca en el trabajador y en las demás personas, resulta motivo suficiente para aseverar que el actor ha sufrido una aflicción por el daño sufrido motivo por el cual se accederá a la demanda. (Considerando 13º de la sentencia del Juzgado de Letras del Trabajo) no es posible dar por concurrente la existencia de un lucro cesante, razón por la que se rechazará la demanda por este concepto. (Considerando 14º de la sentencia del Juzgado de Letras del Trabajo) ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

45

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

I. El hecho que el trabajador demandante haya sido miembro suplente del Comité Paritario no constituye un elemento que permita concluir que se encontraba capacitado en materia de riesgos laborales, pues el deber de seguridad del empleador es de actividad, tomar medidas, entregar elementos de seguridad, entre otros, asegurarse que los trabajadores cuentan con la capacitación, por lo tanto, no puede presumir dicha circunstancia. (Considerando 30º de la sentencia del Juzgado de Letras)

46

DOCTRINA

FICHA Nº 29

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol: 146-2009 Tipo: Recurso de nulidad (rechazado) Partes: Alfonso Eduardo Manríquez Riquelme con Plásticos Burgos S.A. Ministros: Sr. Juan Cristóbal Mera Muñoz, Fiscal Judicial Sra. Marta Jimena Pinto Salazar y Abogado Integrante Sra. Andrea Muñoz Sánchez. Cita OnLine: CL/JUR/9332/2009.

I. DEBER DE PROTECCIÓN Y SEGURIDAD DEL ART. 184 DEL CTRAB a. El hecho que el trabajador demandante haya sido miembro del comité paritario no permite concluir que se encontraba capacitado en materia de riesgos laborales. b. Para que se entienda cumplido este deber se requiere, entre otras cosas, que el empleador se cerciore de las capacidades de sus empleados. II. EXCEPCIÓN DE FINIQUITO a. Firma de finiquito no significa que no pueda demandar indemnización de perjuicios por accidente del trabajo. III. INDEMNIZACIÓN DEL LUCRO CESANTE a. Para calcularla hay que multiplicar el porcentaje que corresponde a la invalidez respecto de la última remuneración mensual, multiplicada por los años hasta cumplir edad de jubilación.

ANTECEDENTES GENERALES: OCUPACIÓN: Trabajador (mecánico de máquinas procesadoras de plástico) EDAD: 29 años CARACTERÍSTICAS DEL DAÑO: Incapacidad (Fractura expuesta falange proximal, pulgar derecho, rigidez secuelar de la interfalángica de pulgar derecho, artrodesis interfalángica pulgar derecho, infección de la herida operatoria, reartrodesis y aporte de injerto óseo a la interfalángica del pulgar derecho) EXPOSICIÓN AL DAÑO DE LA VÍCTIMA: PARCIAL VÍCTIMA QUE SOLICITA LA INDEMNIZACIÓN: Directa MONTOS DEMANDADOS MONTOS OTORGADOS CONCEPTOS DEMANDADOS Daño Moral $50.000.000 $15.000.000 Lucro Cesante (Incapacidad del 15%) $29.700.000 $ 22.076.650

CUADRO DE CUANTIFICACIÓN

CUADRO DE CUANTIFICACIÓN

ANTECEDENTES GENERALES: OCUPACIÓN: Trabajador (mecánico de máquinas procesadoras de plástico) EDAD: 29 años CARACTERÍSTICAS DEL DAÑO: Incapacidad (Fractura expuesta falange proximal, pulgar derecho, rigidez secuelar de la interfalángica de pulgar derecho, artrodesis interfalángica pulgar derecho, infección de la herida operatoria, reartrodesis y aporte de injerto óseo a la interfalángica del pulgar derecho) EXPOSICIÓN AL DAÑO DE LA VÍCTIMA: PARCIAL VÍCTIMA QUE SOLICITA LA INDEMNIZACIÓN: Directa MONTOS DEMANDADOS MONTOS OTORGADOS CONCEPTOS DEMANDADOS Daño Moral $50.000.000 $15.000.000 Lucro Cesante (Incapacidad del 15%) $29.700.000 $ 22.076.650

I. DEBER DE PROTECCIÓN Y SEGURIDAD DEL ART. 184 DEL CTRAB a. El hecho que el trabajador demandante haya sido miembro del comité paritario no permite concluir que se encontraba capacitado en materia de riesgos laborales. b. Para que se entienda cumplido este deber se requiere, entre otras cosas, que el empleador se cerciore de las capacidades de sus empleados. II. EXCEPCIÓN DE FINIQUITO a. Firma de finiquito no significa que no pueda demandar indemnización de perjuicios por accidente del trabajo. III. INDEMNIZACIÓN DEL LUCRO CESANTE a. Para calcularla hay que multiplicar el porcentaje que corresponde a la invalidez respecto de la última remuneración mensual, multiplicada por los años hasta cumplir edad de jubilación.

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol: 146-2009 Tipo: Recurso de nulidad (rechazado) Partes: Alfonso Eduardo Manríquez Riquelme con Plásticos Burgos S.A. Ministros: Sr. Juan Cristóbal Mera Muñoz, Fiscal Judicial Sra. Marta Jimena Pinto Salazar y Abogado Integrante Sra. Andrea Muñoz Sánchez. Cita OnLine: CL/JUR/9332/2009.

FICHA Nº 29

DOCTRINA

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

I. El hecho que el trabajador demandante haya sido miembro suplente del Comité Paritario no constituye un elemento que permita concluir que se encontraba capacitado en materia de riesgos laborales, pues el deber de seguridad del empleador es de actividad, tomar medidas, entregar elementos de seguridad, entre otros, asegurarse que los trabajadores cuentan con la capacitación, por lo tanto, no puede presumir dicha circunstancia. (Considerando 30º de la sentencia del Juzgado de Letras)

46

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

47

El cumplimiento del deber de seguridad del empleador debe ser más que un cumplimiento formal, pues requiere que el empleador, con la misma diligencia con la que dirige su empresa, se cerciore de las capacidades de sus empleados, del uso de las medidas de seguridad, de resguardar su vida y salud de manera eficiente. De este modo, si el empleador no acredita haber proporcionado la capacitación adecuada al actor, el Comité Paritario realizó una investigación insuficiente y el profesional encargado de la prevención de riesgos concurría en una jornada inferior a la que contempla la ley y consideraba que le faltaba tiempo para desempeñar su labor, se concluye que el demandado incumplió la obligación de seguridad del artículo 184 del Código del Trabajo Reformado en cuanto a las medidas de capacitación y prevención, actuar culposo que afectó al trabajador, lo que hace procedente acoger la demanda de indemnización de perjuicios. (Considerando 30º de la sentencia del Juzgado de Letras) Aun cuando el empleador no cumplió adecuadamente con los deberes de resguardar la vida y salud del trabajador, teniendo éste tres años de experiencia en la materia y diez años en la empresa, y reconociendo no haber detenido la máquina en cuanto falló, se puede establecer que el actor se expuso imprudentemente al daño, debiendo reducirse la apreciación del mismo. (Considerando 31º de la sentencia del Juzgado de Letras) II. El trabajador haya firmado un finiquito, donde deja constancia que nada se le adeuda y que no tiene reclamo ni cargo alguno que formular contra su ex empleador –el demandado–, no significa que no pueda demandar indemnización de perjuicios por accidente del trabajo. En efecto, la responsabilidad contractual por accidente del trabajo que reclama el trabajador corresponde, de acuerdo al artículo 88 de la Ley sobre Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales, a derechos personalísimos e irrenunciables, sin distinguir si se refiere sólo a las prestaciones o también a las acciones contempladas en su artículo 69, por lo que el finiquito suscrito por las partes no tiene el efecto de renuncia anticipada del trabajador a la acción de indemnización respectiva. (Considerando 24º de la sentencia del Juzgado de Letras) III. En cuanto al lucro cesante, para calcular la indemnización por dicho rubro, corresponde multiplicar el porcentaje de incapacidad laboral, en la proporción que representa respecto de la última remuneración del trabajador en la empresa, por los años que le faltaban por jubilar. (Considerando 33º de la sentencia del Juzgado de Letras) NORMATIVA RELEVANTE CITADA: Código del Trabajo art. 156, art. 184. Ley N° 16.744 Año 1968. Ley sobre Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales art. 69, art. 88.

NORMATIVA RELEVANTE CITADA: Código del Trabajo art. 156, art. 184. Ley N° 16.744 Año 1968. Ley sobre Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales art. 69, art. 88. III. En cuanto al lucro cesante, para calcular la indemnización por dicho rubro, corresponde multiplicar el porcentaje de incapacidad laboral, en la proporción que representa respecto de la última remuneración del trabajador en la empresa, por los años que le faltaban por jubilar. (Considerando 33º de la sentencia del Juzgado de Letras) II. El trabajador haya firmado un finiquito, donde deja constancia que nada se le adeuda y que no tiene reclamo ni cargo alguno que formular contra su ex empleador –el demandado–, no significa que no pueda demandar indemnización de perjuicios por accidente del trabajo. En efecto, la responsabilidad contractual por accidente del trabajo que reclama el trabajador corresponde, de acuerdo al artículo 88 de la Ley sobre Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales, a derechos personalísimos e irrenunciables, sin distinguir si se refiere sólo a las prestaciones o también a las acciones contempladas en su artículo 69, por lo que el finiquito suscrito por las partes no tiene el efecto de renuncia anticipada del trabajador a la acción de indemnización respectiva. (Considerando 24º de la sentencia del Juzgado de Letras) El cumplimiento del deber de seguridad del empleador debe ser más que un cumplimiento formal, pues requiere que el empleador, con la misma diligencia con la que dirige su empresa, se cerciore de las capacidades de sus empleados, del uso de las medidas de seguridad, de resguardar su vida y salud de manera eficiente. De este modo, si el empleador no acredita haber proporcionado la capacitación adecuada al actor, el Comité Paritario realizó una investigación insuficiente y el profesional encargado de la prevención de riesgos concurría en una jornada inferior a la que contempla la ley y consideraba que le faltaba tiempo para desempeñar su labor, se concluye que el demandado incumplió la obligación de seguridad del artículo 184 del Código del Trabajo Reformado en cuanto a las medidas de capacitación y prevención, actuar culposo que afectó al trabajador, lo que hace procedente acoger la demanda de indemnización de perjuicios. (Considerando 30º de la sentencia del Juzgado de Letras) Aun cuando el empleador no cumplió adecuadamente con los deberes de resguardar la vida y salud del trabajador, teniendo éste tres años de experiencia en la materia y diez años en la empresa, y reconociendo no haber detenido la máquina en cuanto falló, se puede establecer que el actor se expuso imprudentemente al daño, debiendo reducirse la apreciación del mismo. (Considerando 31º de la sentencia del Juzgado de Letras) ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

47

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

I. Esta sentenciadora estima que la sola ocurrencia del accidente permite concluir que la empresa demandada incurrió en responsabilidad civil contractual, desde que en su calidad de empleadora, estaba obligada por imperativo legal y así disponerlo el artículo 184 del Código del Trabajo, a proteger eficazmente la vida y salud de sus trabajadores, obligación que a juicio de esta sentenciadora, la demandada incumplió, conforme a lo razonado en el considerando anterior. (Considerando 8° letra h) En este caso se observa que ha habido un exceso de confianza por parte de las demandadas, dada la vasta experiencia que detenta el actor, omitiendo con ello supervisar la labor que éste ejecutaba a diario; como también se colige del relato de don Rolando Solar y de don Leoncio Pino, que también ha habido un exceso de confianza en la ejecución de dicha

48

DOCTRINA

FICHA Nº 30

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol: O-590-2009 Tipo: Demanda Partes: Héctor Domingo Muñoz Lara con Gustavo Boetsch y Compañía Limitada Magistrado: Alondra Valentina Castro Jiménez Cita OnLine: CL/JUR/15936/2010.

I. RESPONSABILIDAD CIVIL CONTRACTUAL a. La sola ocurrencia del accidente permite concluir que la empresa demandada incurrió en responsabilidad civil contractual. II. INDEMNIZACIÓN DEL DAÑO MORAL a. Su evaluación y determinación se encuentra entregado al criterio discrecional del juez que conoce de la causa y por ello tiene un carácter netamente subjetivo, su valorización se encuentra entregada al mérito del proceso, teniendo para ello como base el grado de culpa o dolo con el que ha actuado el empleador.

ANTECEDENTES GENERALES: OCUPACIÓN: Trabajador (maestro en calefacción) EDAD: No se consigna CARACTERÍSTICAS DEL DAÑO: Incapacidad (amputación de la segunda falange del dedo medio derecho y fractura de la tercera falange de los dedos medio y anular de la mano derecha, disminución de la fuerza de presión de la mano derecha, exclusión funcional parcial dedo medio derecho, hipertesia borde muñón dedo medio derecho) EXPOSICIÓN AL DAÑO DE LA VÍCTIMA: PARCIAL VÍCTIMA QUE SOLICITA LA INDEMNIZACIÓN: Directa CONCEPTOS DEMANDADOS MONTOS DEMANDADOS MONTOS OTORGADOS Daño Moral $60.000.000 $3.000.000 Lucro Cesante (Incapacidad del 15%) $35.190.000 Rechazado

CUADRO DE CUANTIFICACIÓN

CUADRO DE CUANTIFICACIÓN

ANTECEDENTES GENERALES: OCUPACIÓN: Trabajador (maestro en calefacción) EDAD: No se consigna CARACTERÍSTICAS DEL DAÑO: Incapacidad (amputación de la segunda falange del dedo medio derecho y fractura de la tercera falange de los dedos medio y anular de la mano derecha, disminución de la fuerza de presión de la mano derecha, exclusión funcional parcial dedo medio derecho, hipertesia borde muñón dedo medio derecho) EXPOSICIÓN AL DAÑO DE LA VÍCTIMA: PARCIAL VÍCTIMA QUE SOLICITA LA INDEMNIZACIÓN: Directa CONCEPTOS DEMANDADOS MONTOS DEMANDADOS MONTOS OTORGADOS Daño Moral $60.000.000 $3.000.000 Lucro Cesante (Incapacidad del 15%) $35.190.000 Rechazado

I. RESPONSABILIDAD CIVIL CONTRACTUAL a. La sola ocurrencia del accidente permite concluir que la empresa demandada incurrió en responsabilidad civil contractual. II. INDEMNIZACIÓN DEL DAÑO MORAL a. Su evaluación y determinación se encuentra entregado al criterio discrecional del juez que conoce de la causa y por ello tiene un carácter netamente subjetivo, su valorización se encuentra entregada al mérito del proceso, teniendo para ello como base el grado de culpa o dolo con el que ha actuado el empleador.

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol: O-590-2009 Tipo: Demanda Partes: Héctor Domingo Muñoz Lara con Gustavo Boetsch y Compañía Limitada Magistrado: Alondra Valentina Castro Jiménez Cita OnLine: CL/JUR/15936/2010.

FICHA Nº 30

DOCTRINA

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

I. Esta sentenciadora estima que la sola ocurrencia del accidente permite concluir que la empresa demandada incurrió en responsabilidad civil contractual, desde que en su calidad de empleadora, estaba obligada por imperativo legal y así disponerlo el artículo 184 del Código del Trabajo, a proteger eficazmente la vida y salud de sus trabajadores, obligación que a juicio de esta sentenciadora, la demandada incumplió, conforme a lo razonado en el considerando anterior. (Considerando 8° letra h) En este caso se observa que ha habido un exceso de confianza por parte de las demandadas, dada la vasta experiencia que detenta el actor, omitiendo con ello supervisar la labor que éste ejecutaba a diario; como también se colige del relato de don Rolando Solar y de don Leoncio Pino, que también ha habido un exceso de confianza en la ejecución de dicha

48

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

49

labor por parte del actor, al tomar de manera equivocada la referida cañería, pues atendida también esa vasta experiencia y la capacitación, no se entiende que en la instalación de dicha cañería posicione sus manos, en especial sus dedos, en un lugar de choque o de unión de ambas cañerías. (Considerando 8° de la sentencia del Juzgado de Letras del Trabajo) II. El daño moral, conforme lo ha sostenido la Jurisprudencia Judicial, es indemnizable y debe entenderse como aquel daño que ha causado sufrimiento, dolor o aflicción psicológica, tanto de quien se ha visto expuesto de manera directa por él, como el trabajador, como también respecto de todos quienes se han visto expuestos de manera indirecta a consecuencia del mismo, esto es, los familiares del trabajador afectado por el accidente de trabajo. Que la evaluación y determinación del referido daño, se encuentra entregado al criterio discrecional del juez que conoce de la causa y por ello tiene un carácter netamente subjetivo, su valorización se encuentra entregada al mérito del proceso, teniendo para ello como base el grado de culpa o dolo con el que ha actuado el empleador, como infractor del artículo 184 del Código del Trabajo. Que en este sentido esta sentenciadora recoge lo que expresamente el legislador ha indicado en el artículo 2330 del Código Civil, ello principalmente con el exceso de confianza con que ha actuado el trabajador, atribuyéndose una vasta experiencia en esta tarea, pues de manera reiterada lo manifestó el actor en el desarrollo del juicio. (Considerando 8° de la sentencia del Juzgado de Letras del Trabajo) NORMATIVA RELEVANTE CITADA: Código Civil art. 1547; art. 2330; Código del Trabajo art. 184; ley N° 16.744 Año 1968 art. 69.

NORMATIVA RELEVANTE CITADA: Código Civil art. 1547; art. 2330; Código del Trabajo art. 184; ley N° 16.744 Año 1968 art. 69. II. El daño moral, conforme lo ha sostenido la Jurisprudencia Judicial, es indemnizable y debe entenderse como aquel daño que ha causado sufrimiento, dolor o aflicción psicológica, tanto de quien se ha visto expuesto de manera directa por él, como el trabajador, como también respecto de todos quienes se han visto expuestos de manera indirecta a consecuencia del mismo, esto es, los familiares del trabajador afectado por el accidente de trabajo. Que la evaluación y determinación del referido daño, se encuentra entregado al criterio discrecional del juez que conoce de la causa y por ello tiene un carácter netamente subjetivo, su valorización se encuentra entregada al mérito del proceso, teniendo para ello como base el grado de culpa o dolo con el que ha actuado el empleador, como infractor del artículo 184 del Código del Trabajo. Que en este sentido esta sentenciadora recoge lo que expresamente el legislador ha indicado en el artículo 2330 del Código Civil, ello principalmente con el exceso de confianza con que ha actuado el trabajador, atribuyéndose una vasta experiencia en esta tarea, pues de manera reiterada lo manifestó el actor en el desarrollo del juicio. (Considerando 8° de la sentencia del Juzgado de Letras del Trabajo) labor por parte del actor, al tomar de manera equivocada la referida cañería, pues atendida también esa vasta experiencia y la capacitación, no se entiende que en la instalación de dicha cañería posicione sus manos, en especial sus dedos, en un lugar de choque o de unión de ambas cañerías. (Considerando 8° de la sentencia del Juzgado de Letras del Trabajo) ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

49

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

FICHA Nº 31

I. DEBER DE PROTECCIÓN Y SEGURIDAD DEL ART. 184 DEL CTRAB a. El empleador no podía prever que el trabajador sería atacado por una barra brava como tampoco podía prever las circunstancias que rodearon el hecho. FICHA Nº 31 TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

NORMATIVA RELEVANTE CITADA: Código del Trabajo art. 184.

CUADRO DE CUANTIFICACIÓN

Se rechaza la demanda indemnizatoria por accidente del trabajo presentada por un chofer de bus que sufrió un ataque de una barra brava de fútbol, ya que el accidente no era previsible por el empleador, pues como ya se ha señalado, el partido en cuestión celebrado el día de los hechos, no fue catalogado por la Intendencia Metropolitana como de alto riesgo, que ameritaría tomar resguardos especiales, tampoco existían incidentes reportados, no se trata de un recorrido conflictivo y aquél no pasa frente del Estadio Monumental, de hecho su pasada es tangencial de acercamiento, tampoco era predecible que los pasajeros en un afán de autotutela impidieran el acceso de los barristas al vehículo, tampoco a la hora en que ocurrieron los hechos se podía prever el estado anímico de los hinchas, el partido aún no comenzaba. (Considerando 8° de la sentencia del Juzgado de Letras del Trabajo)

ANTECEDENTES GENERALES: OCUPACIÓN: Trabajador (conductor profesional) EDAD: No se consigna CARACTERÍSTICAS DEL DAÑO: Incapacidad (minusvalía permanente en su desplazamiento y capacidad auditiva.) EXPOSICIÓN AL DAÑO DE LA VÍCTIMA: INEXISTENTE VÍCTIMA QUE SOLICITA LA INDEMNIZACIÓN: Directa MONTOS DEMANDADOS MONTOS OTORGADOS CONCEPTOS DEMANDADOS Daño Moral $200.000.000 Rechazado Lucro Cesante (Aún no se determina No solicita Rechazado el grado de incapacidad)

DOCTRINA

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol: O-518-2009 Tipo: Demanda Partes: Luis Patricio Cáceres Vicencio con Subus Chile S.A. Magistrado: Yelica Marianella Montenegro Galli Cita OnLine: CL/JUR/15915/2010.

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol: O-518-2009 Tipo: Demanda Partes: Luis Patricio Cáceres Vicencio con Subus Chile S.A. Magistrado: Yelica Marianella Montenegro Galli Cita OnLine: CL/JUR/15915/2010.

DOCTRINA

ANTECEDENTES GENERALES: OCUPACIÓN: Trabajador (conductor profesional) EDAD: No se consigna CARACTERÍSTICAS DEL DAÑO: Incapacidad (minusvalía permanente en su desplazamiento y capacidad auditiva.) EXPOSICIÓN AL DAÑO DE LA VÍCTIMA: INEXISTENTE VÍCTIMA QUE SOLICITA LA INDEMNIZACIÓN: Directa MONTOS DEMANDADOS MONTOS OTORGADOS CONCEPTOS DEMANDADOS Daño Moral $200.000.000 Rechazado Lucro Cesante (Aún no se determina No solicita Rechazado el grado de incapacidad)

Se rechaza la demanda indemnizatoria por accidente del trabajo presentada por un chofer de bus que sufrió un ataque de una barra brava de fútbol, ya que el accidente no era previsible por el empleador, pues como ya se ha señalado, el partido en cuestión celebrado el día de los hechos, no fue catalogado por la Intendencia Metropolitana como de alto riesgo, que ameritaría tomar resguardos especiales, tampoco existían incidentes reportados, no se trata de un recorrido conflictivo y aquél no pasa frente del Estadio Monumental, de hecho su pasada es tangencial de acercamiento, tampoco era predecible que los pasajeros en un afán de autotutela impidieran el acceso de los barristas al vehículo, tampoco a la hora en que ocurrieron los hechos se podía prever el estado anímico de los hinchas, el partido aún no comenzaba. (Considerando 8° de la sentencia del Juzgado de Letras del Trabajo)

CUADRO DE CUANTIFICACIÓN

NORMATIVA RELEVANTE CITADA: Código del Trabajo art. 184.

I. DEBER DE PROTECCIÓN Y SEGURIDAD DEL ART. 184 DEL CTRAB a. El empleador no podía prever que el trabajador sería atacado por una barra brava como tampoco podía prever las circunstancias que rodearon el hecho.

50

50

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

51

FICHA Nº 32 I. DEBER DE PROTECCIÓN Y SEGURIDAD DEL ART. 184 DEL CTRAB a. Sin perjuicio de la culpa del trabajador, el empleador incumplió su deber al no haber adoptado las medidas de seguridad especiales para efectuar las labores de mantención de las maquinarias. CUADRO DE CUANTIFICACIÓN ANTECEDENTES GENERALES: OCUPACIÓN: Trabajador (soldador) EDAD: 30 años CARACTERÍSTICAS DEL DAÑO: Incapacidad (Amputación de la mano derecha) EXPOSICIÓN AL DAÑO DE LA VÍCTIMA: INEXISTENTE VÍCTIMA QUE SOLICITA LA INDEMNIZACIÓN: Directa CONCEPTOS DEMANDADOS MONTOS DEMANDADOS MONTOS OTORGADOS Daño Moral $140.000.000 $55.000.000 Lucro Cesante (Incapacidad del 50%) $63.000.000 Rechazado ANTECEDENTES DEL FALLO Rol: O-80-2009 Tipo: Demanda Partes: Luis Alberto Díaz Lucero con Proyexion Servicios S.A. Magistrado: Ricardo Antonio Araya Pérez Cita OnLine: CL/JUR/8985/2009. DOCTRINA Aun cuando se hubiere concluido que el trabajador tuvo algún grado de culpa en lo ocurrido, no obsta a que el empleador igual incurriera en culpa, pues no había adoptado ninguna clase de medidas de seguridad especiales para el sector de la guillotina, ni había un instructivo o manual que estableciera cómo efectuar las labores de mantención o mantenimiento, entre otras falencias. Por ello, de todas formas se concluiría que la parte demandada no dio cumplimiento a lo indicado en el ya citado artículo 184. Que, atento a lo establecido precedentemente, no habiéndose acreditado suficientemente por la parte demandada que mantenga las medidas de seguridad y supervigilancia auténtica en cuanto a la forma como deba o haya de desarrollarse la actividad del actor, como debió hacerlo, corresponde concluir que el accidente sufrido por el trabajador y el resultado dañoso producido a su salud, tuvo como causa inmediata y directa la omisión inaceptable de la demandada respecto a velar y supervigilar el estricto cumplimiento de la obligación que le impone el artículo 184 del Código del Trabajo. Que, con el mérito a lo establecido y concluido en los fundamentos precedentes, se rechazan todas y cada una de las alegaciones efectuadas por la demandada, en el sentido que el actor se expuso imprudentemente al daño sufrido a consecuencia del accidente del trabajo. (Considerandos 9° y 10° de la sentencia del Juzgado de Letras del Trabajo) NORMATIVA RELEVANTE CITADA: Código del Trabajo, art. 184. Ley N° 16.744 Año 1968, art. 69.

NORMATIVA RELEVANTE CITADA: Código del Trabajo, art. 184. Ley N° 16.744 Año 1968, art. 69. Aun cuando se hubiere concluido que el trabajador tuvo algún grado de culpa en lo ocurrido, no obsta a que el empleador igual incurriera en culpa, pues no había adoptado ninguna clase de medidas de seguridad especiales para el sector de la guillotina, ni había un instructivo o manual que estableciera cómo efectuar las labores de mantención o mantenimiento, entre otras falencias. Por ello, de todas formas se concluiría que la parte demandada no dio cumplimiento a lo indicado en el ya citado artículo 184. Que, atento a lo establecido precedentemente, no habiéndose acreditado suficientemente por la parte demandada que mantenga las medidas de seguridad y supervigilancia auténtica en cuanto a la forma como deba o haya de desarrollarse la actividad del actor, como debió hacerlo, corresponde concluir que el accidente sufrido por el trabajador y el resultado dañoso producido a su salud, tuvo como causa inmediata y directa la omisión inaceptable de la demandada respecto a velar y supervigilar el estricto cumplimiento de la obligación que le impone el artículo 184 del Código del Trabajo. Que, con el mérito a lo establecido y concluido en los fundamentos precedentes, se rechazan todas y cada una de las alegaciones efectuadas por la demandada, en el sentido que el actor se expuso imprudentemente al daño sufrido a consecuencia del accidente del trabajo. (Considerandos 9° y 10° de la sentencia del Juzgado de Letras del Trabajo) DOCTRINA ANTECEDENTES DEL FALLO Rol: O-80-2009 Tipo: Demanda Partes: Luis Alberto Díaz Lucero con Proyexion Servicios S.A. Magistrado: Ricardo Antonio Araya Pérez Cita OnLine: CL/JUR/8985/2009. ANTECEDENTES GENERALES: OCUPACIÓN: Trabajador (soldador) EDAD: 30 años CARACTERÍSTICAS DEL DAÑO: Incapacidad (Amputación de la mano derecha) EXPOSICIÓN AL DAÑO DE LA VÍCTIMA: INEXISTENTE VÍCTIMA QUE SOLICITA LA INDEMNIZACIÓN: Directa CONCEPTOS DEMANDADOS MONTOS DEMANDADOS MONTOS OTORGADOS Daño Moral $140.000.000 $55.000.000 Lucro Cesante (Incapacidad del 50%) $63.000.000 Rechazado CUADRO DE CUANTIFICACIÓN I. DEBER DE PROTECCIÓN Y SEGURIDAD DEL ART. 184 DEL CTRAB a. Sin perjuicio de la culpa del trabajador, el empleador incumplió su deber al no haber adoptado las medidas de seguridad especiales para efectuar las labores de mantención de las maquinarias. FICHA Nº 32 ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

51

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

NORMATIVA RELEVANTE CITADA: Código del Trabajo, art. 184. Código Civil, artículo 2330.

52

De la prueba rendida en autos, analizada según las reglas de la sana crítica, aparece demostrado el hecho que el empleador cumplió con las obligaciones referidas anteriormente, ya que los testigos presentados por la parte demandada, señalan que las medidas adoptadas por el empleador, como el empleo de zapatos de seguridad, cascos, guantes y otros, estando a la disposición del actor, no fue utilizada por éste. (Considerando 16° de la sentencia del Juzgado de Letras del Trabajo) Pese al riesgo implícito en la falta de observancia de las normas de seguridad por parte del actor, atendida la actividad desarrollada por la demandada, ante las maniobras a ejecutar ante un trabajo riesgoso, considerando una altura aproximada a los dos metros y la forma en que se encontraban sujetos en una forma improvisada en el bin, un recipiente plástico, liso y sin amarras, inepto por su naturaleza y finalidad para dar estabilidad y sostén a los trabajadores, aparte de la ausencia del jefe de seguridad quien se encontraba a cinco minutos de distancia de estas faenas, resultan en suma un cúmulo de ausencias de los factores mínimos o básicos de seguridad laboral que establece el artículo 184 del Código del Trabajo. (Considerando 16° de la sentencia del Juzgado de Letras del Trabajo)

FICHA Nº 33

DOCTRINA

I. DEBER DE PROTECCIÓN Y SEGURIDAD DEL ART. 184 DEL CTRAB a. Sin perjuicio de la culpa del trabajador, el empleador incumplió su deber al no haber adoptado las medidas de seguridad necesarias, atendiendo lo riesgoso de las labores y la ausencia de vigilancia del supervisor a cargo.

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol: 4442-2009 Tipo: Recurso de casación en el fondo (rechazado) Partes: Martín Olivares Vera con Desarrollo Agrario S.A. Ministros: Sr. Patricio Valdés A., Sra. Rosa María Maggi D., Sr. Julio Torres A. y los Abogados Integrantes Srs. Roberto Jacob Ch. y Ricardo Peralta V. Cita OnLine: CL/JUR/9490/2009.

CUADRO DE CUANTIFICACIÓN

ANTECEDENTES GENERALES: OCUPACIÓN: Trabajador (Agrícola) EDAD: 47 años CARACTERÍSTICAS DEL DAÑO: Incapacidad (luxofractura expuesta de su tobillo derecho grado 1) EXPOSICIÓN AL DAÑO DE LA VÍCTIMA: Parcial VÍCTIMA QUE SOLICITA LA INDEMNIZACIÓN: Directa CONCEPTOS DEMANDADOS MONTOS DEMANDADOS MONTOS OTORGADOS Daño Moral $ 80.000.000 $ 12.000.000 Lucro Cesante (incapacidad del 40 %) $ 2.880.000 Se rechaza

ANTECEDENTES GENERALES: OCUPACIÓN: Trabajador (Agrícola) EDAD: 47 años CARACTERÍSTICAS DEL DAÑO: Incapacidad (luxofractura expuesta de su tobillo derecho grado 1) EXPOSICIÓN AL DAÑO DE LA VÍCTIMA: Parcial VÍCTIMA QUE SOLICITA LA INDEMNIZACIÓN: Directa CONCEPTOS DEMANDADOS MONTOS DEMANDADOS MONTOS OTORGADOS Daño Moral $ 80.000.000 $ 12.000.000 Lucro Cesante (incapacidad del 40 %) $ 2.880.000 Se rechaza

CUADRO DE CUANTIFICACIÓN

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol: 4442-2009 Tipo: Recurso de casación en el fondo (rechazado) Partes: Martín Olivares Vera con Desarrollo Agrario S.A. Ministros: Sr. Patricio Valdés A., Sra. Rosa María Maggi D., Sr. Julio Torres A. y los Abogados Integrantes Srs. Roberto Jacob Ch. y Ricardo Peralta V. Cita OnLine: CL/JUR/9490/2009.

I. DEBER DE PROTECCIÓN Y SEGURIDAD DEL ART. 184 DEL CTRAB a. Sin perjuicio de la culpa del trabajador, el empleador incumplió su deber al no haber adoptado las medidas de seguridad necesarias, atendiendo lo riesgoso de las labores y la ausencia de vigilancia del supervisor a cargo.

DOCTRINA

FICHA Nº 33

De la prueba rendida en autos, analizada según las reglas de la sana crítica, aparece demostrado el hecho que el empleador cumplió con las obligaciones referidas anteriormente, ya que los testigos presentados por la parte demandada, señalan que las medidas adoptadas por el empleador, como el empleo de zapatos de seguridad, cascos, guantes y otros, estando a la disposición del actor, no fue utilizada por éste. (Considerando 16° de la sentencia del Juzgado de Letras del Trabajo) Pese al riesgo implícito en la falta de observancia de las normas de seguridad por parte del actor, atendida la actividad desarrollada por la demandada, ante las maniobras a ejecutar ante un trabajo riesgoso, considerando una altura aproximada a los dos metros y la forma en que se encontraban sujetos en una forma improvisada en el bin, un recipiente plástico, liso y sin amarras, inepto por su naturaleza y finalidad para dar estabilidad y sostén a los trabajadores, aparte de la ausencia del jefe de seguridad quien se encontraba a cinco minutos de distancia de estas faenas, resultan en suma un cúmulo de ausencias de los factores mínimos o básicos de seguridad laboral que establece el artículo 184 del Código del Trabajo. (Considerando 16° de la sentencia del Juzgado de Letras del Trabajo)

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

NORMATIVA RELEVANTE CITADA: Código del Trabajo, art. 184. Código Civil, artículo 2330.

52

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

53

FICHA Nº 34 I. INDEMNIZACIÓN DEL LUCRO CESANTE a. Ni la falta de calificación ni la edad del trabajador pueden considerarse fundamento suficiente para otorgarla, puesto que se requiere de la acreditación total de la pérdida de ganancias. CUADRO DE CUANTIFICACIÓN ANTECEDENTES GENERALES: OCUPACIÓN: Trabajador (obrero) EDAD: 36 años CARACTERÍSTICAS DEL DAÑO: Incapacidad (luxo fractura de Chopart con luxofractura subastragalina del tobillo y pie derecho) EXPOSICIÓN AL DAÑO DE LA VÍCTIMA: PARCIAL VÍCTIMA QUE SOLICITA LA INDEMNIZACIÓN: Directa MONTOS DEMANDADOS MONTOS OTORGADOS CONCEPTOS DEMANDADOS Daño Moral Solicita, pero no señala monto $10.000.000 Lucro Cesante (Incapacidad del 20%) $44.035.200 Rechazado ANTECEDENTES DEL FALLO Rol: 2049-2008 Tipo de recurso: Casación en la forma y en el fondo (Anula de oficio) Partes: Claudio Mauricio Ibarra Bobadilla con Construcciones y Transportes Laja Limitada; Constructora Bío Bío S.A. Ministros: Sr. Patricio Valdés A., Sra. Gabriela Pérez P., Sr. Julio Torres A., y los abogados integrantes Sres. Roberto Jacob Ch. y Juan Carlos Cárcamo O. Cita OnLine: CL/JUR/2474/2008. DOCTRINA I. En conformidad con lo dispuesto en el artículo 1556 del Código Civil, la indemnización de perjuicios comprende el daño emergente y el lucro cesante y este último ha sido conceptualizado como la pérdida cierta de la ganancia probable, de modo que deben acreditarse, por quien pretende su reparación, los presupuestos necesarios para hacerlo procedente, es decir, la merma efectiva del beneficio o provecho que se habría obtenido en determinadas condiciones. En el caso, se ha partido del supuesto constituido por la labor realizada por el trabajador, sin calificación y su edad, sin embargo, ninguna de esas circunstancias puede considerarse como antecedente suficiente para tener por concurrente el lucro cesante, desde que ambas son conjeturas, por cuanto suponen presumir, sin fundamento conocido alguno, que la víctima sobrevivirá el tiempo necesario y con un ingreso permanente y determinado, el cual habrá dejado de percibir en razón de la incapacidad que lo afectó. (Considerando 3º de la sentencia de casación de la Corte Suprema) NORMATIVA RELEVANTE CITADA: Código del Trabajo, art. 184. Código Civil, art. 1556. Ley N° 16.744, arts. 5º y 69.

NORMATIVA RELEVANTE CITADA: Código del Trabajo, art. 184. Código Civil, art. 1556. Ley N° 16.744, arts. 5º y 69. I. En conformidad con lo dispuesto en el artículo 1556 del Código Civil, la indemnización de perjuicios comprende el daño emergente y el lucro cesante y este último ha sido conceptualizado como la pérdida cierta de la ganancia probable, de modo que deben acreditarse, por quien pretende su reparación, los presupuestos necesarios para hacerlo procedente, es decir, la merma efectiva del beneficio o provecho que se habría obtenido en determinadas condiciones. En el caso, se ha partido del supuesto constituido por la labor realizada por el trabajador, sin calificación y su edad, sin embargo, ninguna de esas circunstancias puede considerarse como antecedente suficiente para tener por concurrente el lucro cesante, desde que ambas son conjeturas, por cuanto suponen presumir, sin fundamento conocido alguno, que la víctima sobrevivirá el tiempo necesario y con un ingreso permanente y determinado, el cual habrá dejado de percibir en razón de la incapacidad que lo afectó. (Considerando 3º de la sentencia de casación de la Corte Suprema) DOCTRINA ANTECEDENTES DEL FALLO Rol: 2049-2008 Tipo de recurso: Casación en la forma y en el fondo (Anula de oficio) Partes: Claudio Mauricio Ibarra Bobadilla con Construcciones y Transportes Laja Limitada; Constructora Bío Bío S.A. Ministros: Sr. Patricio Valdés A., Sra. Gabriela Pérez P., Sr. Julio Torres A., y los abogados integrantes Sres. Roberto Jacob Ch. y Juan Carlos Cárcamo O. Cita OnLine: CL/JUR/2474/2008. ANTECEDENTES GENERALES: OCUPACIÓN: Trabajador (obrero) EDAD: 36 años CARACTERÍSTICAS DEL DAÑO: Incapacidad (luxo fractura de Chopart con luxofractura subastragalina del tobillo y pie derecho) EXPOSICIÓN AL DAÑO DE LA VÍCTIMA: PARCIAL VÍCTIMA QUE SOLICITA LA INDEMNIZACIÓN: Directa MONTOS DEMANDADOS MONTOS OTORGADOS CONCEPTOS DEMANDADOS Daño Moral Solicita, pero no señala monto $10.000.000 Lucro Cesante (Incapacidad del 20%) $44.035.200 Rechazado CUADRO DE CUANTIFICACIÓN I. INDEMNIZACIÓN DEL LUCRO CESANTE a. Ni la falta de calificación ni la edad del trabajador pueden considerarse fundamento suficiente para otorgarla, puesto que se requiere de la acreditación total de la pérdida de ganancias. FICHA Nº 34 ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

53

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

I. El empleador es un deudor de seguridad frente a sus trabajadores, debiendo actuar con la máxima diligencia para evitar que éstos sufran accidentes o enfermedades profesionales. (Considerando Cuarto, Corte de Apelaciones de Concepción). De manera que al trabajador que reclama dicha responsabilidad sólo le incumbe probar la existencia de la obligación; siendo el empleador quien debe desvirtuar la presunción de culpa, probando que empleó la debida diligencia (Considerando 4° de la sentencia de la Corte de Apelaciones) Las charlas dadas por el empleador a los trabajadores sobre los peligros que generaba la actividad realizada, no aparecen como suficientes para prevenir un accidente si son muy generalizadas y no van unidas a la entrega de elementos de protección personal. (Considerando 11° de la sentencia de la Corte de Apelaciones)

54

DOCTRINA

FICHA Nº 35

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol: 6066-2007 Tipo: Recurso de casación en el fondo (rechazado) Partes: Sergio Rojas González con Sociedad Agrícola Requingua Ltda. Ministros: Sres. Marcos Libedinsky T.; Orlando Álvarez H.; Urbano Marín V.; Patricio Valdés A. y Sra. Gabriela Pérez P. Cita OnLine: CL/JUR/5303/2007

I. DEBER DE PROTECCIÓN Y SEGURIDAD DEL ART. 184 DEL CTRAB a. La carga de la prueba recae en el empleador, siendo él quien debe probar el cumplimento de esta obligación. b. No es suficiente para acreditar su cumplimiento la realización de charlas de prevención si no van acompañadas de la entrega de elementos de seguridad. II. INDEMNIZACIÓN DE DAÑO MORAL a. Para regularlo debe considerarse la naturaleza del daño experimentado; el tratamiento médico empleado; las posibilidades de trabajo de la víctima; la edad y la entidad y duración de los padecimientos físicos y psíquicos.

ANTECEDENTES GENERALES: OCUPACIÓN: Trabajador (se desempeña sacando madera trozada y armando palet) EDAD: No se consigna CARACTERÍSTICAS DEL DAÑO: Incapacidad (cercenación de tres dedos de su mano derecha) EXPOSICIÓN AL DAÑO DE LA VÍCTIMA: Parcial VÍCTIMA QUE SOLICITA LA INDEMNIZACIÓN: Directa CONCEPTOS DEMANDADOS MONTOS DEMANDADOS MONTOS OTORGADOS Daño Moral $ 60.000.000 $ 10.000.000 Lucro Cesante ( incapacidad $ 15.060.000 $ 10.000.000 equivalente al 27,5% )

CUADRO DE CUANTIFICACIÓN

CUADRO DE CUANTIFICACIÓN

ANTECEDENTES GENERALES: OCUPACIÓN: Trabajador (se desempeña sacando madera trozada y armando palet) EDAD: No se consigna CARACTERÍSTICAS DEL DAÑO: Incapacidad (cercenación de tres dedos de su mano derecha) EXPOSICIÓN AL DAÑO DE LA VÍCTIMA: Parcial VÍCTIMA QUE SOLICITA LA INDEMNIZACIÓN: Directa CONCEPTOS DEMANDADOS MONTOS DEMANDADOS MONTOS OTORGADOS Daño Moral $ 60.000.000 $ 10.000.000 Lucro Cesante ( incapacidad $ 15.060.000 $ 10.000.000 equivalente al 27,5% )

I. DEBER DE PROTECCIÓN Y SEGURIDAD DEL ART. 184 DEL CTRAB a. La carga de la prueba recae en el empleador, siendo él quien debe probar el cumplimento de esta obligación. b. No es suficiente para acreditar su cumplimiento la realización de charlas de prevención si no van acompañadas de la entrega de elementos de seguridad. II. INDEMNIZACIÓN DE DAÑO MORAL a. Para regularlo debe considerarse la naturaleza del daño experimentado; el tratamiento médico empleado; las posibilidades de trabajo de la víctima; la edad y la entidad y duración de los padecimientos físicos y psíquicos.

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol: 6066-2007 Tipo: Recurso de casación en el fondo (rechazado) Partes: Sergio Rojas González con Sociedad Agrícola Requingua Ltda. Ministros: Sres. Marcos Libedinsky T.; Orlando Álvarez H.; Urbano Marín V.; Patricio Valdés A. y Sra. Gabriela Pérez P. Cita OnLine: CL/JUR/5303/2007

FICHA Nº 35

DOCTRINA

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

I. El empleador es un deudor de seguridad frente a sus trabajadores, debiendo actuar con la máxima diligencia para evitar que éstos sufran accidentes o enfermedades profesionales. (Considerando Cuarto, Corte de Apelaciones de Concepción). De manera que al trabajador que reclama dicha responsabilidad sólo le incumbe probar la existencia de la obligación; siendo el empleador quien debe desvirtuar la presunción de culpa, probando que empleó la debida diligencia (Considerando 4° de la sentencia de la Corte de Apelaciones) Las charlas dadas por el empleador a los trabajadores sobre los peligros que generaba la actividad realizada, no aparecen como suficientes para prevenir un accidente si son muy generalizadas y no van unidas a la entrega de elementos de protección personal. (Considerando 11° de la sentencia de la Corte de Apelaciones)

54

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

55

III. En un accidente del trabajo, la regulación del daño moral debe tener en consideración la naturaleza del daño experimentado, el tratamiento médico empleado, las posibilidades de trabajo de la víctima, su edad y la entidad y duración de los padecimientos físicos y psíquicos que han sufrido los ofendidos. (Considerando 23° de la sentencia de la Corte de Apelaciones) NORMATIVA RELEVANTE CITADA: Código del Trabajo; artículos 184, 425, 455, 456 y 468. Ley N° 16.744, artículos 66 y 69. Código Civil, artículo 2515.

NORMATIVA RELEVANTE CITADA: Código del Trabajo; artículos 184, 425, 455, 456 y 468. Ley N° 16.744, artículos 66 y 69. Código Civil, artículo 2515. III. En un accidente del trabajo, la regulación del daño moral debe tener en consideración la naturaleza del daño experimentado, el tratamiento médico empleado, las posibilidades de trabajo de la víctima, su edad y la entidad y duración de los padecimientos físicos y psíquicos que han sufrido los ofendidos. (Considerando 23° de la sentencia de la Corte de Apelaciones) ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

55

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

I. A la luz del tenor literal del artículo 5º inciso segundo del Código del Trabajo, pareciera, a primera vista, que la antedicha renuncia es legalmente admisible y que, en consecuencia, el finiquito, no objetado, tendría amplios efectos liberatorios, careciendo, por ende, el actor de legitimación activa para el ejercicio de la acción sub lite. Sin embargo, los sentenciadores de mayoría son de criterio de sostener que aun terminada la relación laboral, la renuncia formulada por el trabajador es ineficaz en la medida que se vincula no con el puro interés patrimonial individual del actor, sino con un bien jurídico o interés colectivo, como es el derecho a la integridad física y psíquica establecido en el artículo 19 Nº 1 inciso primero de la Constitución Política de la República, el que, dado su carácter de garantía constitucional, es indisponible entre las partes y, en consecuencia, no puede ser objeto de renuncia, pues como lo expresa el profesor Sergio Gamonal Contreras, en su obra Introducción al Derecho, capítulo V, pág. 156, “su proyección trasciende el mero ámbito individual del sujeto”, agregando que “en este caso se encuentran las normas relativas a la capacidad y protección a los trabajadores establecidas en los artículos 13 y siguientes y 184 y siguientes del Código del Trabajo”. Así, entonces, el artículo 5º inciso segundo, en comento, necesariamente se ve subordinado a la

56

DOCTRINA

FICHA Nº 36

ANTECEDENTES DEL FALLO: Rol: 5230-2007 Tipo: Recurso de casación en el fondo (rechazado) Partes: Juan Luis Reyes Maldonado con Pesquera y Conservera Real Ltda. Ministros: Sres. Marcos Libedinsky T., Sr. Orlando Álvarez H., Sra. Sonia Araneda B., y los Abogados Integrantes Sres. Ricardo Peralta V. y Sr. Juan Carlos Cárcamo O. Cita OnLine: CL/JUR/5229/2007.

I. EXCEPCIÓN DE FINIQUITO a. La suscripción de un finiquito no obsta a la responsabilidad del empleador por accidentes del trabajo.

ANTECEDENTES GENERALES: OCUPACIÓN: Trabajador (técnico en refrigeración) EDAD: No se consigna CARACTERÍSTICAS DEL DAÑO: Incapacidad (incrustación de un fierro de 20 centímetros de largo por 5 centímetros de ancho, recibiendo el impacto en el macizo cráneo facial, particularmente el sector frontonasoorbitario derecho) EXPOSICIÓN AL DAÑO DE LA VÍCTIMA: Parcial VÍCTIMA QUE SOLICITA LA INDEMNIZACIÓN: Directa MONTOS DEMANDADOS MONTOS OTORGADOS CONCEPTOS DEMANDADOS Daño Moral $ 1.681.456.220 Rechazado Lucro Cesante $ 305.743.630 Rechazado

CUADRO DE CUANTIFICACIÓN

CUADRO DE CUANTIFICACIÓN

ANTECEDENTES GENERALES: OCUPACIÓN: Trabajador (técnico en refrigeración) EDAD: No se consigna CARACTERÍSTICAS DEL DAÑO: Incapacidad (incrustación de un fierro de 20 centímetros de largo por 5 centímetros de ancho, recibiendo el impacto en el macizo cráneo facial, particularmente el sector frontonasoorbitario derecho) EXPOSICIÓN AL DAÑO DE LA VÍCTIMA: Parcial VÍCTIMA QUE SOLICITA LA INDEMNIZACIÓN: Directa MONTOS DEMANDADOS MONTOS OTORGADOS CONCEPTOS DEMANDADOS Daño Moral $ 1.681.456.220 Rechazado Lucro Cesante $ 305.743.630 Rechazado

I. EXCEPCIÓN DE FINIQUITO a. La suscripción de un finiquito no obsta a la responsabilidad del empleador por accidentes del trabajo.

ANTECEDENTES DEL FALLO: Rol: 5230-2007 Tipo: Recurso de casación en el fondo (rechazado) Partes: Juan Luis Reyes Maldonado con Pesquera y Conservera Real Ltda. Ministros: Sres. Marcos Libedinsky T., Sr. Orlando Álvarez H., Sra. Sonia Araneda B., y los Abogados Integrantes Sres. Ricardo Peralta V. y Sr. Juan Carlos Cárcamo O. Cita OnLine: CL/JUR/5229/2007.

FICHA Nº 36

DOCTRINA

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

I. A la luz del tenor literal del artículo 5º inciso segundo del Código del Trabajo, pareciera, a primera vista, que la antedicha renuncia es legalmente admisible y que, en consecuencia, el finiquito, no objetado, tendría amplios efectos liberatorios, careciendo, por ende, el actor de legitimación activa para el ejercicio de la acción sub lite. Sin embargo, los sentenciadores de mayoría son de criterio de sostener que aun terminada la relación laboral, la renuncia formulada por el trabajador es ineficaz en la medida que se vincula no con el puro interés patrimonial individual del actor, sino con un bien jurídico o interés colectivo, como es el derecho a la integridad física y psíquica establecido en el artículo 19 Nº 1 inciso primero de la Constitución Política de la República, el que, dado su carácter de garantía constitucional, es indisponible entre las partes y, en consecuencia, no puede ser objeto de renuncia, pues como lo expresa el profesor Sergio Gamonal Contreras, en su obra Introducción al Derecho, capítulo V, pág. 156, “su proyección trasciende el mero ámbito individual del sujeto”, agregando que “en este caso se encuentran las normas relativas a la capacidad y protección a los trabajadores establecidas en los artículos 13 y siguientes y 184 y siguientes del Código del Trabajo”. Así, entonces, el artículo 5º inciso segundo, en comento, necesariamente se ve subordinado a la

56

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

57

norma de rango constitucional referida, debiendo primar ésta por sobre la certeza o seguridad jurídica, lo que produce como consecuencia la plena vigencia del ya citado artículo 184 del mismo Código para proceder, en sede judicial, al examen y resolución que corresponda respecto de la reparación de los daños experimentados por el dependiente con motivo de una eventual transgresión de dicho deber de seguridad; máxime, que llama la atención de estos sentenciadores de mayoría que, pese a que la relación laboral concluyó, por una causal que no genera las indemnizaciones establecidas en los artículos 162 inciso cuarto y 163 del Código del Trabajo, éstas se hayan pagado efectivamente, en forma simultánea con la ratificación del finiquito. (Considerando 5º de la sentencia de la Corte de Apelaciones) NORMATIVA RELEVANTE CITADA: Código del Trabajo, artículos 7º y siguientes, 160, 162, 163, 168, 173, 177, 420, 422, 425, y siguientes, 445, 446, 456 y 480.

NORMATIVA RELEVANTE CITADA: Código del Trabajo, artículos 7º y siguientes, 160, 162, 163, 168, 173, 177, 420, 422, 425, y siguientes, 445, 446, 456 y 480. norma de rango constitucional referida, debiendo primar ésta por sobre la certeza o seguridad jurídica, lo que produce como consecuencia la plena vigencia del ya citado artículo 184 del mismo Código para proceder, en sede judicial, al examen y resolución que corresponda respecto de la reparación de los daños experimentados por el dependiente con motivo de una eventual transgresión de dicho deber de seguridad; máxime, que llama la atención de estos sentenciadores de mayoría que, pese a que la relación laboral concluyó, por una causal que no genera las indemnizaciones establecidas en los artículos 162 inciso cuarto y 163 del Código del Trabajo, éstas se hayan pagado efectivamente, en forma simultánea con la ratificación del finiquito. (Considerando 5º de la sentencia de la Corte de Apelaciones) ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

57

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

NORMATIVA RELEVANTE CITADA: Código del Trabajo, artículos 1º, 3º, 5º, 7º, 184 y siguientes, 420 y siguientes. Ley N° 16.744, artículos 68, 69 y 79. Código Civil, artículos 1545, 1698 y 2329.

58

I. Este Tribunal ha señalado reiteradamente que ante el incumplimiento por parte del empleador de una de las obligaciones de la esencia de un contrato laboral, el legislador ha previsto el subsiguiente resarcimiento para el o los afectados, consagrando la acción pertinente en la Ley Nº 16.744, sobre Seguro Social contra Riesgos de Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales (artículo 69 letra b, en el caso concreto), la que de acuerdo con lo dispuesto por el artículo 79 de la misma ley, prescribe en el término de cinco años contados desde la fecha del accidente o desde el diagnóstico de la enfermedad. En consecuencia, conforme a lo señalado se establece que los sentenciadores no han incurrido en error de derecho, al resolver como lo han hecho en el sentido de aplicar a la materia las disposiciones de la ley Nº 16.744 y si bien para efectos de la prescripción que se reclama, consideran que esta institución se rige por las disposiciones del derecho común, lo cierto es que dicho yerro no tiene influencia en lo dispositivo del fallo, desde que la norma aplicable al caso, esto es, la del artículo 79 de la mencionada Ley sobre Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales, establece también un término de cinco años para tales efectos, plazo que en el caso de autos no ha transcurrido. (Considerandos 4º y 5º de la sentencia de la Corte Suprema)

FICHA Nº 37

DOCTRINA

I. RESPONSABILIDAD CIVIL CONTRACTUAL a. La acción indemnizatoria originada en un accidente del trabajo prescribe en el plazo de 5 años contados desde la fecha del accidente.

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol: 4978-2007 Tipo: Recurso de casación en el fondo (rechazado) Partes: Juan Ramón Lazcano Muñoz con Conservera Pentzke S.A. Ministros: Sr. Marcos Libedinsky T., Sr. Orlando Álvarez H., Sr. Urbano Marín V., Sr. Patricio Valdés A. y la Sra. Gabriela Pérez P. Cita OnLine: CL/JUR/3166/2005.

CUADRO DE CUANTIFICACIÓN

ANTECEDENTES GENERALES: OCUPACIÓN: Trabajador (labores de procesamiento de diversos productos agro) EDAD: No se consigna CARACTERÍSTICAS DEL DAÑO: Incapacidad (fractura vertebral) EXPOSICIÓN AL DAÑO DE LA VÍCTIMA: Parcial VÍCTIMA QUE SOLICITA LA INDEMNIZACIÓN: Directa CONCEPTOS DEMANDADOS MONTOS DEMANDADOS MONTOS OTORGADOS Daño Moral $100.000.000 $ 15.000.000 Lucro Cesante (incapacidad $5.180.000 Se rechaza laboral del 100%)

ANTECEDENTES GENERALES: OCUPACIÓN: Trabajador (labores de procesamiento de diversos productos agro) EDAD: No se consigna CARACTERÍSTICAS DEL DAÑO: Incapacidad (fractura vertebral) EXPOSICIÓN AL DAÑO DE LA VÍCTIMA: Parcial VÍCTIMA QUE SOLICITA LA INDEMNIZACIÓN: Directa CONCEPTOS DEMANDADOS MONTOS DEMANDADOS MONTOS OTORGADOS Daño Moral $100.000.000 $ 15.000.000 Lucro Cesante (incapacidad $5.180.000 Se rechaza laboral del 100%)

CUADRO DE CUANTIFICACIÓN

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol: 4978-2007 Tipo: Recurso de casación en el fondo (rechazado) Partes: Juan Ramón Lazcano Muñoz con Conservera Pentzke S.A. Ministros: Sr. Marcos Libedinsky T., Sr. Orlando Álvarez H., Sr. Urbano Marín V., Sr. Patricio Valdés A. y la Sra. Gabriela Pérez P. Cita OnLine: CL/JUR/3166/2005.

I. RESPONSABILIDAD CIVIL CONTRACTUAL a. La acción indemnizatoria originada en un accidente del trabajo prescribe en el plazo de 5 años contados desde la fecha del accidente.

DOCTRINA

FICHA Nº 37

I. Este Tribunal ha señalado reiteradamente que ante el incumplimiento por parte del empleador de una de las obligaciones de la esencia de un contrato laboral, el legislador ha previsto el subsiguiente resarcimiento para el o los afectados, consagrando la acción pertinente en la Ley Nº 16.744, sobre Seguro Social contra Riesgos de Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales (artículo 69 letra b, en el caso concreto), la que de acuerdo con lo dispuesto por el artículo 79 de la misma ley, prescribe en el término de cinco años contados desde la fecha del accidente o desde el diagnóstico de la enfermedad. En consecuencia, conforme a lo señalado se establece que los sentenciadores no han incurrido en error de derecho, al resolver como lo han hecho en el sentido de aplicar a la materia las disposiciones de la ley Nº 16.744 y si bien para efectos de la prescripción que se reclama, consideran que esta institución se rige por las disposiciones del derecho común, lo cierto es que dicho yerro no tiene influencia en lo dispositivo del fallo, desde que la norma aplicable al caso, esto es, la del artículo 79 de la mencionada Ley sobre Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales, establece también un término de cinco años para tales efectos, plazo que en el caso de autos no ha transcurrido. (Considerandos 4º y 5º de la sentencia de la Corte Suprema)

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

NORMATIVA RELEVANTE CITADA: Código del Trabajo, artículos 1º, 3º, 5º, 7º, 184 y siguientes, 420 y siguientes. Ley N° 16.744, artículos 68, 69 y 79. Código Civil, artículos 1545, 1698 y 2329.

58

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

59

FICHA Nº 38 I. DEBER DE PROTECCIÓN Y SEGURIDAD DEL ART. 184 DEL CTRAB a. La obligación que contempla es de índole contractual.

CUADRO DE CUANTIFICACIÓN ANTECEDENTES GENERALES: OCUPACIÓN: Trabajador (trabajador de la construcción) EDAD: No se consigna CARACTERÍSTICAS DEL DAÑO: Incapacidad (traumatismo encéfalo craneano cerrado, luxofractura de columna cervical con traumatismo raquimedular, hernia del núcleo pulposo traumática y fractura del antebrazo izquierdo; secuelas funcionales de carácter irreversible y permanente consistentes en una tetraparesia, que le imposibilita usar las extremidades inferiores y exteriores) EXPOSICIÓN AL DAÑO DE LA VÍCTIMA: Parcial VÍCTIMA QUE SOLICITA LA INDEMNIZACIÓN: Directa MONTOS DEMANDADOS MONTOS OTORGADOS CONCEPTOS DEMANDADOS Daño Moral $100.000.000 $40.000.000 Lucro Cesante (incapacidad $5.180.000 Se rechaza laboral del 100%) ANTECEDENTES DEL FALLO: Rol: 4972-2007 Tipo: Recurso de casación en el fondo (rechazado) Partes: Héctor Jesús Cabello Neira con Ramón González Labbé Ministros: Sr. Orlando Álvarez H., Sr. Urbano Marín V., Sr. Patricio Valdés A., y los Abogados Integrantes Sres. Óscar Herrera V. y Sr. Hernán Álvarez G. Cita OnLine: CL/JUR/5246/2007. DOCTRINA I. De este modo, aceptando que el deber de seguridad pertenece a la esfera de lo contractual, el hecho discutido es si se adoptaron de parte del empleador las medidas eficaces para evitar todo riesgo en la vida y salud del trabajador, lo que a juicio de estos sentenciadores fueron insuficientes, en especial en lo que dice relación con el llamado cinturón de seguridad o cabo de vida, y dado el principio general de la reparación del daño, es que procede en virtud de la responsabilidad contractual que emana de los propios hechos, hacer efectivo tal principio. (Considerando 5º de la sentencia de la Corte de Apelaciones) NORMATIVA RELEVANTE CITADA: Código del Trabajo; artículos 1º, 3º, 5º, 7º, 184 y siguientes, 420 y siguientes. Ley N° 16.744, artículos 68 y 69. Código Civil, artículos 1545, 1698 y 2329.

NORMATIVA RELEVANTE CITADA: Código del Trabajo; artículos 1º, 3º, 5º, 7º, 184 y siguientes, 420 y siguientes. Ley N° 16.744, artículos 68 y 69. Código Civil, artículos 1545, 1698 y 2329. I. De este modo, aceptando que el deber de seguridad pertenece a la esfera de lo contractual, el hecho discutido es si se adoptaron de parte del empleador las medidas eficaces para evitar todo riesgo en la vida y salud del trabajador, lo que a juicio de estos sentenciadores fueron insuficientes, en especial en lo que dice relación con el llamado cinturón de seguridad o cabo de vida, y dado el principio general de la reparación del daño, es que procede en virtud de la responsabilidad contractual que emana de los propios hechos, hacer efectivo tal principio. (Considerando 5º de la sentencia de la Corte de Apelaciones) DOCTRINA ANTECEDENTES DEL FALLO: Rol: 4972-2007 Tipo: Recurso de casación en el fondo (rechazado) Partes: Héctor Jesús Cabello Neira con Ramón González Labbé Ministros: Sr. Orlando Álvarez H., Sr. Urbano Marín V., Sr. Patricio Valdés A., y los Abogados Integrantes Sres. Óscar Herrera V. y Sr. Hernán Álvarez G. Cita OnLine: CL/JUR/5246/2007. ANTECEDENTES GENERALES: OCUPACIÓN: Trabajador (trabajador de la construcción) EDAD: No se consigna CARACTERÍSTICAS DEL DAÑO: Incapacidad (traumatismo encéfalo craneano cerrado, luxofractura de columna cervical con traumatismo raquimedular, hernia del núcleo pulposo traumática y fractura del antebrazo izquierdo; secuelas funcionales de carácter irreversible y permanente consistentes en una tetraparesia, que le imposibilita usar las extremidades inferiores y exteriores) EXPOSICIÓN AL DAÑO DE LA VÍCTIMA: Parcial VÍCTIMA QUE SOLICITA LA INDEMNIZACIÓN: Directa MONTOS DEMANDADOS MONTOS OTORGADOS CONCEPTOS DEMANDADOS Daño Moral $100.000.000 $40.000.000 Lucro Cesante (incapacidad $5.180.000 Se rechaza laboral del 100%) CUADRO DE CUANTIFICACIÓN I. DEBER DE PROTECCIÓN Y SEGURIDAD DEL ART. 184 DEL CTRAB a. La obligación que contempla es de índole contractual. FICHA Nº 38 ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

59

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

NORMATIVA RELEVANTE CITADA: Código del Trabajo, artículos 184, 420 letra f) y 64. Ley Nº 16.744.

60

El deber de seguridad del artículo 184 del Código del Trabajo es una de las variadas manifestaciones del deber general de protección que se impone al empleador. Su origen algunos autores lo sitúan en la contrapartida al deber de fidelidad y lealtad del trabajador; otros, en la situación de comunidad jurídico-personal que caracteriza a la vinculación laboral. Se trata de una obligación laboral cuya fuente es la ley, inmersa en la responsabilidad subsidiaria del dueño de la obra. (Considerando 20° de la sentencia de la Corte Suprema)

FICHA Nº 39

DOCTRINA

I. DEBER DE PROTECCIÓN Y SEGURIDAD DEL ART. 184 DEL CTRAB a. Es la contrapartida al deber de fidelidad y lealtad que tiene el trabajador.

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol: 748-2006 Tipo: Recurso de casación en el fondo y en la forma (rechazados). Partes: Claudio Bastías Contreras con Sandra Salgado Neira; Pesquera Camanchaca S.A. Ministros: Sr. Orlando Álvarez H., Sr. Urbano Marín V., Sr. Patricio Valdés A., Sra. Gabriela Pérez P. y el Abogado Integrante Sr. Fernando Castro A. Cita OnLine: CL/JUR/5177/2007.

CUADRO DE CUANTIFICACIÓN

ANTECEDENTES GENERALES: OCUPACIÓN: Trabajador (labores de reparación del techo) EDAD: 22 años. CARACTERÍSTICAS DEL DAÑO: Incapacidad (traumatismo encéfalo craneal grave, quedando politraumatizado con fractura de muñeca derecha operada y con resultado final de hemiplejia derecha, afasia y trastornos de deglución con severo compromiso neurológico y desde el punto de vista motor, sin control de cabeza, con alteración de la movilidad ocular, labial, saliveo constante, sin movilidad espontánea de su cuerpo en general, con movimientos involuntarios y automáticos persistentes en su extremidad inferior izquierda, rigidez y acortamiento tendinoso al nivel de cervicales paravertebrales y flexores de cadera, rodilla en flexión y pie de equino, rigidez y limitación articular dolorosa de ambas muñecas, con casi nula actividad voluntaria) EXPOSICIÓN AL DAÑO DE LA VÍCTIMA: Parcial VÍCTIMA QUE SOLICITA LA INDEMNIZACIÓN: Directa MONTOS DEMANDADOS MONTOS OTORGADOS CONCEPTOS DEMANDADOS Daño Moral $500.000.000 90.000.000 Lucro Cesante (incapacidad $80.000.000 Rechazado estimada del 90%)

ANTECEDENTES GENERALES: OCUPACIÓN: Trabajador (labores de reparación del techo) EDAD: 22 años. CARACTERÍSTICAS DEL DAÑO: Incapacidad (traumatismo encéfalo craneal grave, quedando politraumatizado con fractura de muñeca derecha operada y con resultado final de hemiplejia derecha, afasia y trastornos de deglución con severo compromiso neurológico y desde el punto de vista motor, sin control de cabeza, con alteración de la movilidad ocular, labial, saliveo constante, sin movilidad espontánea de su cuerpo en general, con movimientos involuntarios y automáticos persistentes en su extremidad inferior izquierda, rigidez y acortamiento tendinoso al nivel de cervicales paravertebrales y flexores de cadera, rodilla en flexión y pie de equino, rigidez y limitación articular dolorosa de ambas muñecas, con casi nula actividad voluntaria) EXPOSICIÓN AL DAÑO DE LA VÍCTIMA: Parcial VÍCTIMA QUE SOLICITA LA INDEMNIZACIÓN: Directa MONTOS DEMANDADOS MONTOS OTORGADOS CONCEPTOS DEMANDADOS Daño Moral $500.000.000 90.000.000 Lucro Cesante (incapacidad $80.000.000 Rechazado estimada del 90%)

CUADRO DE CUANTIFICACIÓN

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol: 748-2006 Tipo: Recurso de casación en el fondo y en la forma (rechazados). Partes: Claudio Bastías Contreras con Sandra Salgado Neira; Pesquera Camanchaca S.A. Ministros: Sr. Orlando Álvarez H., Sr. Urbano Marín V., Sr. Patricio Valdés A., Sra. Gabriela Pérez P. y el Abogado Integrante Sr. Fernando Castro A. Cita OnLine: CL/JUR/5177/2007.

I. DEBER DE PROTECCIÓN Y SEGURIDAD DEL ART. 184 DEL CTRAB a. Es la contrapartida al deber de fidelidad y lealtad que tiene el trabajador.

DOCTRINA

FICHA Nº 39

El deber de seguridad del artículo 184 del Código del Trabajo es una de las variadas manifestaciones del deber general de protección que se impone al empleador. Su origen algunos autores lo sitúan en la contrapartida al deber de fidelidad y lealtad del trabajador; otros, en la situación de comunidad jurídico-personal que caracteriza a la vinculación laboral. Se trata de una obligación laboral cuya fuente es la ley, inmersa en la responsabilidad subsidiaria del dueño de la obra. (Considerando 20° de la sentencia de la Corte Suprema)

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

NORMATIVA RELEVANTE CITADA: Código del Trabajo, artículos 184, 420 letra f) y 64. Ley Nº 16.744.

60

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

61

FICHA Nº 40 I. RESPONSABILIDAD CIVIL CONTRACTUAL a. No procede en esta sede, rebaja en las indemnizaciones por accidentes del trabajo en virtud de la exposición imprudente al daño. II. DAÑO EXTRAPATRIMONIAL a. El daño físico se encuentra comprendido en el daño moral.

CUADRO DE CUANTIFICACIÓN ANTECEDENTES GENERALES: OCUPACIÓN: Trabajador (obrero) EDAD: No se consigna CARACTERÍSTICAS DEL DAÑO: Incapacidad (traumatismo encéfalo craneano (T.E.C. abierto) rotura de su masa ósea craneana, pómulo izquierdo, pérdida parcial de la visión y quebradura expuesta de muñeca de su mano derecha) EXPOSICIÓN AL DAÑO DE LA VÍCTIMA: Parcial VÍCTIMA QUE SOLICITA LA INDEMNIZACIÓN: Directa MONTOS DEMANDADOS MONTOS OTORGADOS CONCEPTOS DEMANDADOS Daño Moral $ 80.000.000 $ 20.000.000 Lucro Cesante No se solicita ANTECEDENTES DEL FALLO Rol: 3995-2006 Tipo de recurso: Recurso de casación en el fondo (rechazado) Partes: Rafael Calderón Alarcón con Empresa Constructora ACM Limitada Ministros: Sres. Marcos Libedinsky T.; Orlando Álvarez H.; Urbano Marín V.; y los abogados integrantes Sres. Roberto Jacob Ch. y Ricardo Peralta V. Cita OnLine: CL/JUR/6065/2006. DOCTRINA I. No puede rebajarse la indemnización por accidente del trabajo por exposición imprudente al daño, porque no estamos aquí en el campo de la responsabilidad civil extracontractual, sino en el de la contractual. (Considerando Undécimo, Corte de Apelaciones de Rancagua) II. Es improcedente el pago de indemnización por el daño físico, pues ni las partes del cuerpo humano tienen precio, no siendo entonces ése un daño patrimonial, ni puede incluirse en el extrapatrimonial porque se confunde allí necesariamente con el daño moral. (Considerando Duodécimo, Corte de Apelaciones de Rancagua) NORMATIVA RELEVANTE CITADA: Código del Trabajo, artículo 184. Ley N° 16.744, artículo 68 inciso 1º y 3º.

NORMATIVA RELEVANTE CITADA: Código del Trabajo, artículo 184. Ley N° 16.744, artículo 68 inciso 1º y 3º. II. Es improcedente el pago de indemnización por el daño físico, pues ni las partes del cuerpo humano tienen precio, no siendo entonces ése un daño patrimonial, ni puede incluirse en el extrapatrimonial porque se confunde allí necesariamente con el daño moral. (Considerando Duodécimo, Corte de Apelaciones de Rancagua) I. No puede rebajarse la indemnización por accidente del trabajo por exposición imprudente al daño, porque no estamos aquí en el campo de la responsabilidad civil extracontractual, sino en el de la contractual. (Considerando Undécimo, Corte de Apelaciones de Rancagua) DOCTRINA ANTECEDENTES DEL FALLO Rol: 3995-2006 Tipo de recurso: Recurso de casación en el fondo (rechazado) Partes: Rafael Calderón Alarcón con Empresa Constructora ACM Limitada Ministros: Sres. Marcos Libedinsky T.; Orlando Álvarez H.; Urbano Marín V.; y los abogados integrantes Sres. Roberto Jacob Ch. y Ricardo Peralta V. Cita OnLine: CL/JUR/6065/2006. ANTECEDENTES GENERALES: OCUPACIÓN: Trabajador (obrero) EDAD: No se consigna CARACTERÍSTICAS DEL DAÑO: Incapacidad (traumatismo encéfalo craneano (T.E.C. abierto) rotura de su masa ósea craneana, pómulo izquierdo, pérdida parcial de la visión y quebradura expuesta de muñeca de su mano derecha) EXPOSICIÓN AL DAÑO DE LA VÍCTIMA: Parcial VÍCTIMA QUE SOLICITA LA INDEMNIZACIÓN: Directa MONTOS DEMANDADOS MONTOS OTORGADOS CONCEPTOS DEMANDADOS Daño Moral $ 80.000.000 $ 20.000.000 Lucro Cesante No se solicita CUADRO DE CUANTIFICACIÓN I. RESPONSABILIDAD CIVIL CONTRACTUAL a. No procede en esta sede, rebaja en las indemnizaciones por accidentes del trabajo en virtud de la exposición imprudente al daño. II. DAÑO EXTRAPATRIMONIAL a. El daño físico se encuentra comprendido en el daño moral. FICHA Nº 40 ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

61

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

NORMATIVA RELEVANTE CITADA: Código Civil art. 1553; Código del Trabajo art. 184; Código del Trabajo art. 420 letra f; Código del Trabajo art. 455; ley N° 16.774 art. 68; ley N° 16.774 art. 69.

62

Para fijar la indemnización por lucro cesante en el caso particular, el tribunal señala que debe considerarse el grado de incapacidad permanente generado al trabajador, la pensión de invalidez que éste percibe por dicho concepto, su remuneración y la cantidad de años de vida útil laboral que resta al actor, obteniendo así la suma idéntica a la solicitada por el actor. En cuanto al daño moral, sólo se persigue otorgar una ayuda económica que permita morigerar el daño ocasionado, por lo que el juez fija una suma de dinero por tal ítem, que fue rebajada en un 25 por ciento por el tribunal de alzada. (Considerando 9º de la sentencia de la Corte Suprema)

FICHA Nº 41

DOCTRINA

I. INDEMNIZACIÓN DEL LUCRO CESANTE a. Para su cálculo debe considerarse el grado de incapacidad del trabajador, su remuneración y cantidad de años de vida útil laboral que le restan al trabajador.

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol: 6694-2005 Tipo: Recurso de casación en el fondo (inadmisible) Partes: Bernardo del Carmen Pérez Muñoz con Empresa Constructora Copeva S.A. Ministros: Sres. Urbano Marín V.; Jorge Medina C.; Rubén Ballesteros C. y los abogados integrantes Sres. Roberto Jacob Ch. y Patricio Valdés A. Cita OnLine: CL/JUR/1799/2006.

CUADRO DE CUANTIFICACIÓN

OCUPACIÓN: Maestro Carpintero EDAD: 41 años CARACTERÍSTICAS DEL DAÑO: Incapacidad (Fractura de flexocompresión de L1 sin compromiso neurológico, fractura de cúpula radial derecha y conminuta del calcáneo izquierdo. Secuelas en la extremidad inferior izquierda, de pie plano, rigidez de substrágalina y menor movilidad del tobillo, podalgia y claudicación. En la columna lumbalgia post traumática, todo lo que ha determinado una incapacidad laboral valorada en un 40%) EXPOSICIÓN AL DAÑO DE LA VÍCTIMA: Parcial VÍCTIMA QUE SOLICITA LA INDEMNIZACIÓN: Directa MONTOS DEMANDADOS MONTOS OTORGADOS CONCEPTOS DEMANDADOS Daño Moral $20.000.000 $15.000.000 Lucro Cesante $25.000.000 $25.000.000

ANTECEDENTES GENERALES: OCUPACIÓN: Maestro Carpintero EDAD: 41 años CARACTERÍSTICAS DEL DAÑO: Incapacidad (Fractura de flexocompresión de L1 sin compromiso neurológico, fractura de cúpula radial derecha y conminuta del calcáneo izquierdo. Secuelas en la extremidad inferior izquierda, de pie plano, rigidez de substrágalina y menor movilidad del tobillo, podalgia y claudicación. En la columna lumbalgia post traumática, todo lo que ha determinado una incapacidad laboral valorada en un 40%) EXPOSICIÓN AL DAÑO DE LA VÍCTIMA: Parcial VÍCTIMA QUE SOLICITA LA INDEMNIZACIÓN: Directa MONTOS DEMANDADOS MONTOS OTORGADOS CONCEPTOS DEMANDADOS Daño Moral $20.000.000 $15.000.000 Lucro Cesante $25.000.000 $25.000.000

ANTECEDENTES GENERALES:

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol: 6694-2005 Tipo: Recurso de casación en el fondo (inadmisible) Partes: Bernardo del Carmen Pérez Muñoz con Empresa Constructora Copeva S.A. Ministros: Sres. Urbano Marín V.; Jorge Medina C.; Rubén Ballesteros C. y los abogados integrantes Sres. Roberto Jacob Ch. y Patricio Valdés A. Cita OnLine: CL/JUR/1799/2006.

CUADRO DE CUANTIFICACIÓN

DOCTRINA

I. INDEMNIZACIÓN DEL LUCRO CESANTE a. Para su cálculo debe considerarse el grado de incapacidad del trabajador, su remuneración y cantidad de años de vida útil laboral que le restan al trabajador.

Para fijar la indemnización por lucro cesante en el caso particular, el tribunal señala que debe considerarse el grado de incapacidad permanente generado al trabajador, la pensión de invalidez que éste percibe por dicho concepto, su remuneración y la cantidad de años de vida útil laboral que resta al actor, obteniendo así la suma idéntica a la solicitada por el actor. En cuanto al daño moral, sólo se persigue otorgar una ayuda económica que permita morigerar el daño ocasionado, por lo que el juez fija una suma de dinero por tal ítem, que fue rebajada en un 25 por ciento por el tribunal de alzada. (Considerando 9º de la sentencia de la Corte Suprema)

FICHA Nº 41

NORMATIVA RELEVANTE CITADA: Código Civil art. 1553; Código del Trabajo art. 184; Código del Trabajo art. 420 letra f; Código del Trabajo art. 455; ley N° 16.774 art. 68; ley N° 16.774 art. 69.

62

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

63

FICHA Nº 42 I. INDEMNIZACIÓN DEL LUCRO CESANTE a. Es imposible determinarla sin un pronunciamiento administrativo sobre la incapacidad del trabajador. II. INDEMNIZACIÓN DEL DAÑO MORAL a. Comprende no sólo daños físicos sino también psicológicos. CUADRO DE CUANTIFICACIÓN ANTECEDENTES GENERALES: OCUPACIÓN: Controlador de ingresos de vehículos en faena obrera EDAD: 23 años CARACTERÍSTICAS DEL DAÑO: Incapacidad (atrición pierna izquierda; pierna y pie izquierdos deformados con extensas erosiones cutáneas, flujo capilar disminuido. Luxo fractura de tobillo izquierdo y fractura de metatarso, con tres intervenciones. Trastorno depresivo reactivo, con compromiso del ánimo, insomnio de conciliación y despertar precoz, abulia y apatía. Insomnio persistente. Claudicación de pierna izquierda) EXPOSICIÓN AL DAÑO DE LA VÍCTIMA: Parcial VÍCTIMA QUE SOLICITA LA INDEMNIZACIÓN: Directa CONCEPTOS DEMANDADOS MONTOS DEMANDADOS MONTOS OTORGADOS Daño Moral 2.500 UF $25.000.000 Lucro Cesante 1.000 UF Rechazado ANTECEDENTES DEL FALLO Rol: 673-2006 Tipo: Recurso de apelación (confirma). Partes: Patricio Martínez Lara con Ingeniería y Construcción Icafal Ltda. Ministros: Sres. José Luis Pérez Z.; Orlando Álvarez H.; Urbano Marín V.; Jorge Medina C. y el abogado integrante Sr. Ricardo Peralta V. Cita OnLine: CL/JUR/7236/2006 DOCTRINA I. El lucro cesante se pide por las sumas que no podrá continuar percibiendo a causa de la dificultad de postular a empleos que requieran destreza y exigencia física. En el caso de autos no es posible aún evaluar las secuelas e incapacidades y lo que se pide por el lucro cesante requiere precisamente de dicha evaluación, por lo que el juez se declara incompetente para determinar un monto por dicho concepto, no negando su procedencia genéricamente, sino que sólo por verse privado de los antecedentes necesarios para su cálculo. (Considerando 14º de la sentencia del Juzgado de Letras) II. En lo que respecta al daño moral demandado, existen en el caso sub lite antecedentes para establecer la procedencia de su pago. Es evidente el sufrimiento y dolor no sólo físico, sino que también moral, dejando en evidencia la prueba del litigio que el accidente laboral que sufrió le causó graves padecimientos psicológicos que deben ser indemnizados. (Considerando 14º de la sentencia del Juzgado de Letras) NORMATIVA RELEVANTE CITADA: Código del Trabajo art. 184; Código del Trabajo art. 64; ley N° 16.744 Año 1968 art. 69 Nº 2.

NORMATIVA RELEVANTE CITADA: Código del Trabajo art. 184; Código del Trabajo art. 64; ley N° 16.744 Año 1968 art. 69 Nº 2. II. En lo que respecta al daño moral demandado, existen en el caso sub lite antecedentes para establecer la procedencia de su pago. Es evidente el sufrimiento y dolor no sólo físico, sino que también moral, dejando en evidencia la prueba del litigio que el accidente laboral que sufrió le causó graves padecimientos psicológicos que deben ser indemnizados. (Considerando 14º de la sentencia del Juzgado de Letras) I. El lucro cesante se pide por las sumas que no podrá continuar percibiendo a causa de la dificultad de postular a empleos que requieran destreza y exigencia física. En el caso de autos no es posible aún evaluar las secuelas e incapacidades y lo que se pide por el lucro cesante requiere precisamente de dicha evaluación, por lo que el juez se declara incompetente para determinar un monto por dicho concepto, no negando su procedencia genéricamente, sino que sólo por verse privado de los antecedentes necesarios para su cálculo. (Considerando 14º de la sentencia del Juzgado de Letras) DOCTRINA ANTECEDENTES DEL FALLO Rol: 673-2006 Tipo: Recurso de apelación (confirma). Partes: Patricio Martínez Lara con Ingeniería y Construcción Icafal Ltda. Ministros: Sres. José Luis Pérez Z.; Orlando Álvarez H.; Urbano Marín V.; Jorge Medina C. y el abogado integrante Sr. Ricardo Peralta V. Cita OnLine: CL/JUR/7236/2006 ANTECEDENTES GENERALES: OCUPACIÓN: Controlador de ingresos de vehículos en faena obrera EDAD: 23 años CARACTERÍSTICAS DEL DAÑO: Incapacidad (atrición pierna izquierda; pierna y pie izquierdos deformados con extensas erosiones cutáneas, flujo capilar disminuido. Luxo fractura de tobillo izquierdo y fractura de metatarso, con tres intervenciones. Trastorno depresivo reactivo, con compromiso del ánimo, insomnio de conciliación y despertar precoz, abulia y apatía. Insomnio persistente. Claudicación de pierna izquierda) EXPOSICIÓN AL DAÑO DE LA VÍCTIMA: Parcial VÍCTIMA QUE SOLICITA LA INDEMNIZACIÓN: Directa CONCEPTOS DEMANDADOS MONTOS DEMANDADOS MONTOS OTORGADOS Daño Moral 2.500 UF $25.000.000 Lucro Cesante 1.000 UF Rechazado CUADRO DE CUANTIFICACIÓN I. INDEMNIZACIÓN DEL LUCRO CESANTE a. Es imposible determinarla sin un pronunciamiento administrativo sobre la incapacidad del trabajador. II. INDEMNIZACIÓN DEL DAÑO MORAL a. Comprende no sólo daños físicos sino también psicológicos. FICHA Nº 42 ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

63

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

NORMATIVA RELEVANTE CITADA: Código Civil art. 1556; Código Civil art. 2330; ley N° 16.744 Año 1968 art. 69 letra b.

FICHA Nº 43

II. La regulación de la antedicha indemnización trata de otorgar a quien sufrió una satisfacción, pero también considerando el grado de incidencia que ha podido tener en la producción del daño la imprudencia de la propia víctima al tratar de limpiar una máquina en movimiento con arreglo a lo que dispone el artículo 2330 del Código Civil, norma que si bien se encuentra dentro de las que regulan la responsabilidad extracontractual debe ser considerada por el juez como expresión de un principio de equidad que debe influir en la determinación del monto de la indemnización. (Considerando 14º de la sentencia del Juzgado de Letras del Trabajo)

NORMATIVA RELEVANTE CITADA: Código Civil art. 1556; Código Civil art. 2330; ley N° 16.744 Año 1968 art. 69 letra b.

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

II. La regulación de la antedicha indemnización trata de otorgar a quien sufrió una satisfacción, pero también considerando el grado de incidencia que ha podido tener en la producción del daño la imprudencia de la propia víctima al tratar de limpiar una máquina en movimiento con arreglo a lo que dispone el artículo 2330 del Código Civil, norma que si bien se encuentra dentro de las que regulan la responsabilidad extracontractual debe ser considerada por el juez como expresión de un principio de equidad que debe influir en la determinación del monto de la indemnización. (Considerando 14º de la sentencia del Juzgado de Letras del Trabajo)

64

I. La empresa demandada es responsable del daño moral sufrido por el actor, el que se desprende de la naturaleza y secuelas del accidente que han producido la pérdida de un miembro de su anatomía que limita su capacidad de ganancia y ha producido una deformidad que afecta su autoestima, lo que ha generado una reacción que ha requerido de tratamiento psiquiátrico. Todos estos antecedentes llevan a la sentenciadora a tener por acreditado el daño moral o extrapatrimonial causado al demandante por el accidente. (Considerando 13º de la sentencia del Juzgado de Letras del Trabajo)

FICHA Nº 43

DOCTRINA

I. INDEMNIZACIÓN POR DAÑO MORAL a. Su procedencia se desprende de la naturaleza del daño; la pérdida de un miembro. II. CULPA DE LA VÍCTIMA a. Reducción del quantum indemnizatorio tomando en cuenta la imprudencia del actor en la ocurrencia del accidente, equidad.

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol: 336-2006 Tipo: Recurso de apelación (confirma) Partes: Enrique Valdés Tejada con Ingeniería en Laminación de Maderas Ltda. Ministros: Sres. Alberto Chaigneau del C.; Orlando Álvarez H.; Jorge Medina C.; Rubén Ballesteros C. y el abogado integrante Sr. Fernando Castro A. Cita OnLine: CL/JUR/7235/2006

CUADRO DE CUANTIFICACIÓN

OCUPACIÓN: Movilizador Portuario EDAD: No se consigna CARACTERÍSTICAS DEL DAÑO: Incapacidad (Amputación y limitación en la movilidad del dedo medio, ambos de la mano derecha y alergia o dolor residual, calificado su grado de incapacidad laboral en un veinticinco por ciento por el organismo de seguridad social competente) EXPOSICIÓN AL DAÑO DE LA VÍCTIMA: Parcial VÍCTIMA QUE SOLICITA LA INDEMNIZACIÓN: Directa CONCEPTOS DEMANDADOS MONTOS DEMANDADOS MONTOS OTORGADOS Daño Moral $80.000.000 $10.000.000 Lucro Cesante No solicita -.

ANTECEDENTES GENERALES: OCUPACIÓN: Movilizador Portuario EDAD: No se consigna CARACTERÍSTICAS DEL DAÑO: Incapacidad (Amputación y limitación en la movilidad del dedo medio, ambos de la mano derecha y alergia o dolor residual, calificado su grado de incapacidad laboral en un veinticinco por ciento por el organismo de seguridad social competente) EXPOSICIÓN AL DAÑO DE LA VÍCTIMA: Parcial VÍCTIMA QUE SOLICITA LA INDEMNIZACIÓN: Directa CONCEPTOS DEMANDADOS MONTOS DEMANDADOS MONTOS OTORGADOS Daño Moral $80.000.000 $10.000.000 Lucro Cesante No solicita -.

ANTECEDENTES GENERALES:

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol: 336-2006 Tipo: Recurso de apelación (confirma) Partes: Enrique Valdés Tejada con Ingeniería en Laminación de Maderas Ltda. Ministros: Sres. Alberto Chaigneau del C.; Orlando Álvarez H.; Jorge Medina C.; Rubén Ballesteros C. y el abogado integrante Sr. Fernando Castro A. Cita OnLine: CL/JUR/7235/2006

CUADRO DE CUANTIFICACIÓN

DOCTRINA

I. INDEMNIZACIÓN POR DAÑO MORAL a. Su procedencia se desprende de la naturaleza del daño; la pérdida de un miembro. II. CULPA DE LA VÍCTIMA a. Reducción del quantum indemnizatorio tomando en cuenta la imprudencia del actor en la ocurrencia del accidente, equidad.

I. La empresa demandada es responsable del daño moral sufrido por el actor, el que se desprende de la naturaleza y secuelas del accidente que han producido la pérdida de un miembro de su anatomía que limita su capacidad de ganancia y ha producido una deformidad que afecta su autoestima, lo que ha generado una reacción que ha requerido de tratamiento psiquiátrico. Todos estos antecedentes llevan a la sentenciadora a tener por acreditado el daño moral o extrapatrimonial causado al demandante por el accidente. (Considerando 13º de la sentencia del Juzgado de Letras del Trabajo)

64

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

65

FICHA Nº 44 I. INDEMNIZACIÓN DEL LUCRO CESANTE a. Existe plena compatibilidad entre las prestaciones que otorga la ley N° 16.744 y esta indemnización.

CUADRO DE CUANTIFICACIÓN ANTECEDENTES GENERALES: OCUPACIÓN: Carpintero EDAD: 27 años CARACTERÍSTICAS DEL DAÑO: Incapacidad (Paraplejia; traumatismo raquimedular grave con fractura T 10 y lesión secundaria de la médula espinal. Lo anterior, lo invalida en forma absoluta y definitiva, para el desempeño de sus labores.) EXPOSICIÓN AL DAÑO DE LA VÍCTIMA: Parcial VÍCTIMA QUE SOLICITA LA INDEMNIZACIÓN: Directa CONCEPTOS DEMANDADOS MONTOS DEMANDADOS MONTOS OTORGADOS Daño Moral $300.000.000 $150.000.000 Lucro Cesante $60.000.000 $60.000.000

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol: 3094/2004 Tipo: Recurso de apelación (acogido) Partes: Marco Chandía Martínez con Ingeniería y Construcción Dem Ltda. Ministros: Sres. José Luis Pérez Z.; Orlando Álvarez H.; Urbano Marín V.; Jorge Medina C., y el abogado integrante Sr. Roberto Jacob Ch. Cita OnLine: CL/JUR/3086/2005. DOCTRINA I. El lucro cesante es la diferencia entre la entidad del patrimonio del trabajador al producirse el accidente y el que tendría por medio del aumento no se ha realizado por causa directa de él. La indemnización por concepto de lucro cesante está representada por la diferencia de lo que dejará de percibir el trabajador a causa del percance, proyectada hasta el momento en que hubiere de cumplir 65 años de edad. En el fondo, equivale a colocar a la víctima en una situación análoga a la anterior a producirse el accidente. Esta indemnización se encuentra representada por la diferencia de emolumentos que dejará de percibir el trabajador proyectada por los años y meses de vida laboral que le restan entre el día del accidente y el momento en que hubiere de cumplir sesenta y cinco años de edad (fecha previsible de su jubilación por vejez), la cual debe calcularse sobre el monto de la remuneración que el trabajador ganaba estando en actividad, sin desentenderse de la pensión de invalidez que le otorgue el seguro social a que se refiere la ley Nº 16.744. (Considerandos 18º y 19º de la sentencia de la Corte de Apelaciones). II. Se produce daño moral con toda lesión o perturbación a un simple interés de una persona, como lo es la diferencia perjudicial para el actor entre su condición antes y después del accidente. A esto cabe agregar que la Superintendencia de Seguridad Social lo consideró

II. Se produce daño moral con toda lesión o perturbación a un simple interés de una persona, como lo es la diferencia perjudicial para el actor entre su condición antes y después del accidente. A esto cabe agregar que la Superintendencia de Seguridad Social lo consideró I. El lucro cesante es la diferencia entre la entidad del patrimonio del trabajador al producirse el accidente y el que tendría por medio del aumento no se ha realizado por causa directa de él. La indemnización por concepto de lucro cesante está representada por la diferencia de lo que dejará de percibir el trabajador a causa del percance, proyectada hasta el momento en que hubiere de cumplir 65 años de edad. En el fondo, equivale a colocar a la víctima en una situación análoga a la anterior a producirse el accidente. Esta indemnización se encuentra representada por la diferencia de emolumentos que dejará de percibir el trabajador proyectada por los años y meses de vida laboral que le restan entre el día del accidente y el momento en que hubiere de cumplir sesenta y cinco años de edad (fecha previsible de su jubilación por vejez), la cual debe calcularse sobre el monto de la remuneración que el trabajador ganaba estando en actividad, sin desentenderse de la pensión de invalidez que le otorgue el seguro social a que se refiere la ley Nº 16.744. (Considerandos 18º y 19º de la sentencia de la Corte de Apelaciones). DOCTRINA ANTECEDENTES DEL FALLO Rol: 3094/2004 Tipo: Recurso de apelación (acogido) Partes: Marco Chandía Martínez con Ingeniería y Construcción Dem Ltda. Ministros: Sres. José Luis Pérez Z.; Orlando Álvarez H.; Urbano Marín V.; Jorge Medina C., y el abogado integrante Sr. Roberto Jacob Ch. Cita OnLine: CL/JUR/3086/2005. ANTECEDENTES GENERALES: OCUPACIÓN: Carpintero EDAD: 27 años CARACTERÍSTICAS DEL DAÑO: Incapacidad (Paraplejia; traumatismo raquimedular grave con fractura T 10 y lesión secundaria de la médula espinal. Lo anterior, lo invalida en forma absoluta y definitiva, para el desempeño de sus labores.) EXPOSICIÓN AL DAÑO DE LA VÍCTIMA: Parcial VÍCTIMA QUE SOLICITA LA INDEMNIZACIÓN: Directa CONCEPTOS DEMANDADOS MONTOS DEMANDADOS MONTOS OTORGADOS Daño Moral $300.000.000 $150.000.000 Lucro Cesante $60.000.000 $60.000.000 CUADRO DE CUANTIFICACIÓN I. INDEMNIZACIÓN DEL LUCRO CESANTE a. Existe plena compatibilidad entre las prestaciones que otorga la ley N° 16.744 y esta indemnización. FICHA Nº 44 ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

65

RETIRO

66

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

un gran inválido, con cien por ciento de incapacidad, pues requiere de un cuidador especial y personal, ya que no puede valerse por sí mismo para los menesteres elementales de su vida y que no sólo experimenta dolor o sufrimiento por la lesión sufrida, sino que a ello se añade una alteración definitiva de toda su existencia, la que nunca podrá volver a ser la misma, factor determinante para aumentar su quantum por el tribunal de alzada. (Considerandos 10º y 16º de la sentencia de la Corte de Apelaciones) NORMATIVA RELEVANTE CITADA: Código Civil art. 1556; Código Civil art. 1557; Código del Trabajo art. 184; Código del Trabajo art. 4º y siguientes; ley N° 16.744 Año 1968.

NORMATIVA RELEVANTE CITADA: Código Civil art. 1556; Código Civil art. 1557; Código del Trabajo art. 184; Código del Trabajo art. 4º y siguientes; ley N° 16.744 Año 1968. un gran inválido, con cien por ciento de incapacidad, pues requiere de un cuidador especial y personal, ya que no puede valerse por sí mismo para los menesteres elementales de su vida y que no sólo experimenta dolor o sufrimiento por la lesión sufrida, sino que a ello se añade una alteración definitiva de toda su existencia, la que nunca podrá volver a ser la misma, factor determinante para aumentar su quantum por el tribunal de alzada. (Considerandos 10º y 16º de la sentencia de la Corte de Apelaciones) 66

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

67

FICHA Nº 45 I. DEBER DE PROTECCIÓN Y SEGURIDAD DEL ART. 184 DEL CTRAB a. Existe un incumplimiento del empleador si ha habido omisión culpable en la selección, vigilancia, control y dirección de sus dependientes. CUADRO DE CUANTIFICACIÓN ANTECEDENTES GENERALES: OCUPACIÓN: Bodeguero EDAD: 56 años CARACTERÍSTICAS DEL DAÑO: Incapacidad (Desplazamiento de rótula, platillos tibiales, corte de tendones, ligamentos y provocó fractura ósea grave. Daño en el sistema neurológico periférico; parálisis de pie derecho. Territorios neurológicos irreversiblemente dañados, parálisis en el pie derecho y falta de flexibilidad por la prótesis metálica implantada) EXPOSICIÓN AL DAÑO DE LA VÍCTIMA: Parcial VÍCTIMA QUE SOLICITA LA INDEMNIZACIÓN: Directa CONCEPTOS DEMANDADOS MONTOS DEMANDADOS MONTOS OTORGADOS Daño Moral $150.000.000 $40.000.000 Lucro Cesante $8.979.768 Rechazado ANTECEDENTES DEL FALLO Rol: 4019-2003 Tipo: Recurso de casación en la forma (acogido) Partes: Marcos Luengo Poblete con Dirección Regional de Riego y otro Ministros: Sres. José Luis Pérez Z.; Orlando Álvarez H.; Urbano Marín V.; Jorge Medina C., y el abogado integrante Sr. Roberto Jacob Ch. Cita OnLine: CL/JUR/724/2004. DOCTRINA Existe ausencia de control por parte de los administradores en relación con los agentes directos que en ejercicio de las funciones encomendadas por el empresario, causaron el daño, lo que hace a la empresa demandada, responsable de ellos. Esto en virtud de lo dispuesto en el artículo 2330 del Código Civil. De esta manera, el fundamento de la responsabilidad es la culpa o negligencia del empresario derivada de la falta de vigilancia sobre sus dependientes, la que no ejerció en debida forma o las medidas que esgrime, como la contratación de un experto en prevención de riesgo o la existencia de un reglamento interno, las que resultaron insuficientes. Omisión culpable en la selección, vigilancia, control y dirección de sus dependientes. Esto se manifiesta claramente, por la ausencia del ingeniero a cargo y del capataz, lo que permitió que otros trabajadores determinaran por sí la ejecución de una labor de trabajo de alto riesgo, sin advertir de ella a ningún superior. (Considerandos 5º y 6º de la sentencia de reemplazo de la Corte Suprema) NORMATIVA RELEVANTE CITADA: Código Civil art. 2314; Código Civil art. 2320; Código Civil art. 2330; Código del Trabajo art. 184.

NORMATIVA RELEVANTE CITADA: Código Civil art. 2314; Código Civil art. 2320; Código Civil art. 2330; Código del Trabajo art. 184. Existe ausencia de control por parte de los administradores en relación con los agentes directos que en ejercicio de las funciones encomendadas por el empresario, causaron el daño, lo que hace a la empresa demandada, responsable de ellos. Esto en virtud de lo dispuesto en el artículo 2330 del Código Civil. De esta manera, el fundamento de la responsabilidad es la culpa o negligencia del empresario derivada de la falta de vigilancia sobre sus dependientes, la que no ejerció en debida forma o las medidas que esgrime, como la contratación de un experto en prevención de riesgo o la existencia de un reglamento interno, las que resultaron insuficientes. Omisión culpable en la selección, vigilancia, control y dirección de sus dependientes. Esto se manifiesta claramente, por la ausencia del ingeniero a cargo y del capataz, lo que permitió que otros trabajadores determinaran por sí la ejecución de una labor de trabajo de alto riesgo, sin advertir de ella a ningún superior. (Considerandos 5º y 6º de la sentencia de reemplazo de la Corte Suprema) DOCTRINA ANTECEDENTES DEL FALLO Rol: 4019-2003 Tipo: Recurso de casación en la forma (acogido) Partes: Marcos Luengo Poblete con Dirección Regional de Riego y otro Ministros: Sres. José Luis Pérez Z.; Orlando Álvarez H.; Urbano Marín V.; Jorge Medina C., y el abogado integrante Sr. Roberto Jacob Ch. Cita OnLine: CL/JUR/724/2004. ANTECEDENTES GENERALES: OCUPACIÓN: Bodeguero EDAD: 56 años CARACTERÍSTICAS DEL DAÑO: Incapacidad (Desplazamiento de rótula, platillos tibiales, corte de tendones, ligamentos y provocó fractura ósea grave. Daño en el sistema neurológico periférico; parálisis de pie derecho. Territorios neurológicos irreversiblemente dañados, parálisis en el pie derecho y falta de flexibilidad por la prótesis metálica implantada) EXPOSICIÓN AL DAÑO DE LA VÍCTIMA: Parcial VÍCTIMA QUE SOLICITA LA INDEMNIZACIÓN: Directa CONCEPTOS DEMANDADOS MONTOS DEMANDADOS MONTOS OTORGADOS Daño Moral $150.000.000 $40.000.000 Lucro Cesante $8.979.768 Rechazado CUADRO DE CUANTIFICACIÓN I. DEBER DE PROTECCIÓN Y SEGURIDAD DEL ART. 184 DEL CTRAB a. Existe un incumplimiento del empleador si ha habido omisión culpable en la selección, vigilancia, control y dirección de sus dependientes. FICHA Nº 45 ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

67

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

NORMATIVA RELEVANTE CITADA: Código Civil art. 1698; Código Civil art. 1712; Código Civil art. 2330; Código del Trabajo art. 184; Código del Trabajo art. 439.

68

II. En cuanto a la fórmula determinada por el tribunal de primera instancia para el cálculo del lucro cesante (remuneración del actor proyectada hasta la edad de jubilación), el tribunal de alzada determina que se deben descontar las sumas que le corresponde percibir al trabajador a título de pensión de invalidez, proyectado por el mismo período en que se otorgó la suma, vale decir, hasta su edad de jubilación, de esta manera se llega a la fórmula correcta para la indemnización por dicho concepto. (Considerando 9º de la sentencia de la Corte de Apelaciones)

FICHA Nº 46

I. El trabajador conducía a una velocidad mayor que aquella que le hubiere permitido controlar el vehículo, aun teniendo un sistema de frenos deficiente. En atención a ello, cabe estimar que el trabajador se ha expuesto imprudentemente al riesgo, por lo que en la apreciación del daño habrá que considerar una reducción, de acuerdo a lo dispuesto por el artículo 2330 del Código Civil. (Considerando 8º de la sentencia de la Corte de Apelaciones)

I. EXPOSICIÓN IMPRUDENTE AL RIESGO a. Si el trabajador incurrió en dicha conducta, ello debe ser considerado al momento de apreciar el daño. II. INDEMNIZACIÓN DEL LUCRO CESANTE a. Para efectos de calcular su monto, se deben descontar las sumas que le corresponde percibir al trabajador a título de pensión de invalidez, proyectado por el mismo período en que se otorgó la suma, vale decir, hasta su edad de jubilación.

DOCTRINA

CUADRO DE CUANTIFICACIÓN

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol: 1835-2004 Tipo: Recurso de casación en la forma (Inadmisible) Partes: Luis Maulén Nilo con Constructora San Felipe Limitada. Ministros: Sres. Orlando Álvarez H.; Urbano Marín V. y Jorge Medina C., y los abogados integrantes Sres. Juan Infante Ph. y Roberto Jacob Ch. Cita OnLine: CL/JUR/2409/2004

ANTECEDENTES GENERALES: OCUPACIÓN: Chofer de Camión EDAD: 36 CARACTERÍSTICAS DEL DAÑO: Incapacidad (Limitación de la movilidad de la cadera por pérdida de masa muscular, rigidez en la extensión de la rodilla, acortamiento de 4 centímetros, y claudicación de la marcha 80% valor de la extremidad, en definitiva, le provocó un grado de incapacidad del 60%, como consecuencia de un choque) EXPOSICIÓN AL DAÑO DE LA VÍCTIMA: Parcial VÍCTIMA QUE SOLICITA LA INDEMNIZACIÓN: Directa MONTOS DEMANDADOS MONTOS OTORGADOS CONCEPTOS DEMANDADOS Daño Moral $100.000.000 $50.000.000 Lucro Cesante $59.416.157 $29.453.692

ANTECEDENTES GENERALES: OCUPACIÓN: Chofer de Camión EDAD: 36 CARACTERÍSTICAS DEL DAÑO: Incapacidad (Limitación de la movilidad de la cadera por pérdida de masa muscular, rigidez en la extensión de la rodilla, acortamiento de 4 centímetros, y claudicación de la marcha 80% valor de la extremidad, en definitiva, le provocó un grado de incapacidad del 60%, como consecuencia de un choque) EXPOSICIÓN AL DAÑO DE LA VÍCTIMA: Parcial VÍCTIMA QUE SOLICITA LA INDEMNIZACIÓN: Directa MONTOS DEMANDADOS MONTOS OTORGADOS CONCEPTOS DEMANDADOS Daño Moral $100.000.000 $50.000.000 Lucro Cesante $59.416.157 $29.453.692

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol: 1835-2004 Tipo: Recurso de casación en la forma (Inadmisible) Partes: Luis Maulén Nilo con Constructora San Felipe Limitada. Ministros: Sres. Orlando Álvarez H.; Urbano Marín V. y Jorge Medina C., y los abogados integrantes Sres. Juan Infante Ph. y Roberto Jacob Ch. Cita OnLine: CL/JUR/2409/2004

CUADRO DE CUANTIFICACIÓN

DOCTRINA

I. EXPOSICIÓN IMPRUDENTE AL RIESGO a. Si el trabajador incurrió en dicha conducta, ello debe ser considerado al momento de apreciar el daño. II. INDEMNIZACIÓN DEL LUCRO CESANTE a. Para efectos de calcular su monto, se deben descontar las sumas que le corresponde percibir al trabajador a título de pensión de invalidez, proyectado por el mismo período en que se otorgó la suma, vale decir, hasta su edad de jubilación.

I. El trabajador conducía a una velocidad mayor que aquella que le hubiere permitido controlar el vehículo, aun teniendo un sistema de frenos deficiente. En atención a ello, cabe estimar que el trabajador se ha expuesto imprudentemente al riesgo, por lo que en la apreciación del daño habrá que considerar una reducción, de acuerdo a lo dispuesto por el artículo 2330 del Código Civil. (Considerando 8º de la sentencia de la Corte de Apelaciones)

FICHA Nº 46

II. En cuanto a la fórmula determinada por el tribunal de primera instancia para el cálculo del lucro cesante (remuneración del actor proyectada hasta la edad de jubilación), el tribunal de alzada determina que se deben descontar las sumas que le corresponde percibir al trabajador a título de pensión de invalidez, proyectado por el mismo período en que se otorgó la suma, vale decir, hasta su edad de jubilación, de esta manera se llega a la fórmula correcta para la indemnización por dicho concepto. (Considerando 9º de la sentencia de la Corte de Apelaciones)

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

NORMATIVA RELEVANTE CITADA: Código Civil art. 1698; Código Civil art. 1712; Código Civil art. 2330; Código del Trabajo art. 184; Código del Trabajo art. 439.

68

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

69

FICHA Nº 47 I. INDEMNIZACIÓN POR LUCRO CESANTE a. No procede la indemnización si el trabajador que recibe pensión de invalidez parcial por incapacidad producida por accidente.

CUADRO DE CUANTIFICACIÓN ANTECEDENTES GENERALES: OCUPACIÓN: Tripulante de Barco EDAD: 38 años CARACTERÍSTICAS DEL DAÑO: Incapacidad (Amputación traumática 1/3 medio pierna derecha, produciéndole un porcentaje de incapacidad del 40%) EXPOSICIÓN AL DAÑO DE LA VÍCTIMA: Parcial VÍCTIMA QUE SOLICITA LA INDEMNIZACIÓN: Directa MONTOS DEMANDADOS MONTOS OTORGADOS CONCEPTOS DEMANDADOS Daño Moral $20.000.000 $8.000.000 Lucro Cesante $63.967.708 Rechazado ANTECEDENTES DEL FALLO Rol: 1895-2003 Tipo: Casación en la Forma y el Fondo (Rechazado) Partes: Juan Carlos Sepúlveda Allendes con Pesquera Sopesa Alimar S.A. Ministros: José Benquis C.; José Luis Pérez Z.; Orlando Álvarez H.; Urbano Marín V. y Jorge Medina C. Cita OnLine: CL/JUR/3338/2004 DOCTRINA Habiéndose establecido que el siniestro que afectó al actor de autos, fue un accidente del trabajo que le produjo incapacidad parcial y que, por ello, se le otorgó el derecho a una pensión calculada en la forma establecida en la citada ley, es decir, se le confirió el derecho a una de las prestaciones contempladas en la ley Nº 16.744, no es dable pretender una indemnización diferente por ese concepto, ya que por expresa disposición legal, las incapacidades o disminución de la actividad laboral de un trabajador, deben dar lugar a las prestaciones ya señaladas, de suerte que no procedía acoger la demanda por lucro cesante intentada por el actor. (Considerando 13º de la sentencia de la Corte Suprema) NORMATIVA RELEVANTE CITADA: Código del Trabajo art. 184; Código del Trabajo art. 463; ley N° 16.744 Año 1968 art. 69.

NORMATIVA RELEVANTE CITADA: Código del Trabajo art. 184; Código del Trabajo art. 463; ley N° 16.744 Año 1968 art. 69. Habiéndose establecido que el siniestro que afectó al actor de autos, fue un accidente del trabajo que le produjo incapacidad parcial y que, por ello, se le otorgó el derecho a una pensión calculada en la forma establecida en la citada ley, es decir, se le confirió el derecho a una de las prestaciones contempladas en la ley Nº 16.744, no es dable pretender una indemnización diferente por ese concepto, ya que por expresa disposición legal, las incapacidades o disminución de la actividad laboral de un trabajador, deben dar lugar a las prestaciones ya señaladas, de suerte que no procedía acoger la demanda por lucro cesante intentada por el actor. (Considerando 13º de la sentencia de la Corte Suprema) DOCTRINA ANTECEDENTES DEL FALLO Rol: 1895-2003 Tipo: Casación en la Forma y el Fondo (Rechazado) Partes: Juan Carlos Sepúlveda Allendes con Pesquera Sopesa Alimar S.A. Ministros: José Benquis C.; José Luis Pérez Z.; Orlando Álvarez H.; Urbano Marín V. y Jorge Medina C. Cita OnLine: CL/JUR/3338/2004 ANTECEDENTES GENERALES: OCUPACIÓN: Tripulante de Barco EDAD: 38 años CARACTERÍSTICAS DEL DAÑO: Incapacidad (Amputación traumática 1/3 medio pierna derecha, produciéndole un porcentaje de incapacidad del 40%) EXPOSICIÓN AL DAÑO DE LA VÍCTIMA: Parcial VÍCTIMA QUE SOLICITA LA INDEMNIZACIÓN: Directa MONTOS DEMANDADOS MONTOS OTORGADOS CONCEPTOS DEMANDADOS Daño Moral $20.000.000 $8.000.000 Lucro Cesante $63.967.708 Rechazado CUADRO DE CUANTIFICACIÓN I. INDEMNIZACIÓN POR LUCRO CESANTE a. No procede la indemnización si el trabajador que recibe pensión de invalidez parcial por incapacidad producida por accidente. FICHA Nº 47 ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

69

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

NORMATIVA RELEVANTE CITADA: Código del Trabajo art. 177; Código del Trabajo art. 456.

FICHA Nº 48 I. EXCEPCIÓN DE FINIQUITO a. Existencia del finiquito no obsta a la indemnización del daño moral. II. INDEMNIZACIÓN DEL DAÑO MORAL. a. Apreciación pecuniaria debe ser entregada a la estimación discrecional del sentenciador.

I. La existencia del finiquito no obsta a la indemnización del daño moral, por ser ajena a las prestaciones de origen legal o contractual derivadas de los servicios del actor. Si bien el demandante fue indemnizado por la Asociación Chilena de Seguridad, debe tenerse presente que la relación laboral existente entre las partes generó para la empleadora, aparte de las obligaciones específicas indicadas en el contrato, la llamada obligación de seguridad, de la cual no se encuentra liberada por el solo hecho de existir a favor del trabajador un seguro contra riesgos de accidentes del trabajo y enfermedades profesionales. (Considerando 5º de la sentencia del Juzgado de Letras del Trabajo)

CUADRO DE CUANTIFICACIÓN

DOCTRINA 70

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

NORMATIVA RELEVANTE CITADA: Código del Trabajo art. 177; Código del Trabajo art. 456.

FICHA Nº 48

II. El daño moral es de índole subjetivo, por lo tanto, su apreciación pecuniaria debe ser entregada a la estimación discrecional del sentenciador, el que tomará en cuenta algunos parámetros objetivos al momento de avaluar el daño, como por ejemplo, la edad del actor, su actividad, las secuelas y grado de incapacidad sufrido. (Considerando 10º de la sentencia del Juzgado de Letras del Trabajo)

I. EXCEPCIÓN DE FINIQUITO a. Existencia del finiquito no obsta a la indemnización del daño moral. II. INDEMNIZACIÓN DEL DAÑO MORAL. a. Apreciación pecuniaria debe ser entregada a la estimación discrecional del sentenciador.

I. La existencia del finiquito no obsta a la indemnización del daño moral, por ser ajena a las prestaciones de origen legal o contractual derivadas de los servicios del actor. Si bien el demandante fue indemnizado por la Asociación Chilena de Seguridad, debe tenerse presente que la relación laboral existente entre las partes generó para la empleadora, aparte de las obligaciones específicas indicadas en el contrato, la llamada obligación de seguridad, de la cual no se encuentra liberada por el solo hecho de existir a favor del trabajador un seguro contra riesgos de accidentes del trabajo y enfermedades profesionales. (Considerando 5º de la sentencia del Juzgado de Letras del Trabajo)

CUADRO DE CUANTIFICACIÓN

DOCTRINA

MONTOS OTORGADOS $3.500.000 -.

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol: 254-2004 Tipo: Recurso de casación en el fondo (rechazado). Partes: Ramón Álvarez Reyes con Empresa de Servicios Sanitarios del Libertador S.A. Ministros: Sres. José Benquis C.; Urbano Marín V.; Jorge Medina C., y los abogados integrantes Juan Infante Ph. y Roberto Jacob Ch. Cita OnLine: CL/JUR/1702/2004.

ANTECEDENTES GENERALES: OCUPACIÓN: Conductor EDAD: No se consigna CARACTERÍSTICAS DEL DAÑO: Incapacidad (Pérdida del dedo meñique) EXPOSICIÓN AL DAÑO DE LA VÍCTIMA: Parcial VÍCTIMA QUE SOLICITA LA INDEMNIZACIÓN: Directa MONTOS DEMANDADOS CONCEPTOS DEMANDADOS Daño Moral $10.000.000 Lucro Cesante No solicita

MONTOS OTORGADOS $3.500.000 -.

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol: 254-2004 Tipo: Recurso de casación en el fondo (rechazado). Partes: Ramón Álvarez Reyes con Empresa de Servicios Sanitarios del Libertador S.A. Ministros: Sres. José Benquis C.; Urbano Marín V.; Jorge Medina C., y los abogados integrantes Juan Infante Ph. y Roberto Jacob Ch. Cita OnLine: CL/JUR/1702/2004.

ANTECEDENTES GENERALES: OCUPACIÓN: Conductor EDAD: No se consigna CARACTERÍSTICAS DEL DAÑO: Incapacidad (Pérdida del dedo meñique) EXPOSICIÓN AL DAÑO DE LA VÍCTIMA: Parcial VÍCTIMA QUE SOLICITA LA INDEMNIZACIÓN: Directa MONTOS DEMANDADOS CONCEPTOS DEMANDADOS Daño Moral $10.000.000 Lucro Cesante No solicita

II. El daño moral es de índole subjetivo, por lo tanto, su apreciación pecuniaria debe ser entregada a la estimación discrecional del sentenciador, el que tomará en cuenta algunos parámetros objetivos al momento de avaluar el daño, como por ejemplo, la edad del actor, su actividad, las secuelas y grado de incapacidad sufrido. (Considerando 10º de la sentencia del Juzgado de Letras del Trabajo)

70

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

71

FICHA Nº 49 I. RESPONSABILIDAD DEL EMPLEADOR a. No solo no se acreditó el dolo o culpa del empleador, sino que además se concluyó que el accidente se debió a negligencia del trabajador.

NORMATIVA RELEVANTE CITADA: Código Civil art. 1547; Código Civil art. 2314; Código Civil art. 2329 inc. 1; Código del Trabajo art. 184. II. En lo atinente con la exigencia de la prueba del dolo o la culpa, como lo señala el recurrente, en la especie, se trata de una responsabilidad contractual, de manera que tal exigencia no es procedente. Sin embargo, tal consideración, la que puede estimarse como un yerro sustantivo, no ha tenido influencia en lo dispositivo del fallo, por cuanto quedó establecido que el accidente se debió a la negligencia del trabajador, de manera que no pudo resolverse de manera distinta a la que se hizo. (Considerando 5° de la sentencia de la Corte Suprema)

CUADRO DE CUANTIFICACIÓN ANTECEDENTES GENERALES: OCUPACIÓN: Operario de Maquinaria EDAD: 25 años CARACTERÍSTICAS DEL DAÑO: Incapacidad (Pérdida de tres dedos de la mano derecha, lo que le ha ocasionado una incapacidad del 30%, conforme a declaración de organismo de seguridad social competente) EXPOSICIÓN AL DAÑO DE LA VÍCTIMA: Total VÍCTIMA QUE SOLICITA LA INDEMNIZACIÓN: Directa CONCEPTOS DEMANDADOS MONTOS DEMANDADOS MONTOS OTORGADOS Daño Moral $80.000.000 Rechazado Lucro Cesante $52.000.000 Rechazado ANTECEDENTES DEL FALLO Rol: 1323-2003 Tipo: Recurso de casación en el fondo (rechazado) Partes: René Farías Valdés con Sargent Agrícola Limitada Ministros: Sres. José Benquis C.; Orlando Álvarez H.; Urbano Marín V.; Jorge Medina C. y Adalis Oyarzún M. Cita OnLine: CL/JUR/3925/2004 DOCTRINA I. Si bien es cierto que no puede negarse el hecho de que un accidente con secuelas, especialmente si es del trabajo como lo es el del caso de autos, produce estragos en el ánimo y estado psíquico de la víctima y de su familia, con el dolor consiguiente; no lo es menos que para decidir que las demandadas son responsables del daño moral cuya indemnización se pretende, deben concurrir a su respecto alguno de los elementos que son esenciales para configurar esa responsabilidad, que son el dolo o culpa, lo que no se ha acreditado en este proceso, en el que ha quedado establecido que el accidente ocurrió sólo por la lamentable negligencia del trabajador afectado. (Considerando Único de la sentencia de la Corte de Apelaciones)

I. Si bien es cierto que no puede negarse el hecho de que un accidente con secuelas, especialmente si es del trabajo como lo es el del caso de autos, produce estragos en el ánimo y estado psíquico de la víctima y de su familia, con el dolor consiguiente; no lo es menos que para decidir que las demandadas son responsables del daño moral cuya indemnización se pretende, deben concurrir a su respecto alguno de los elementos que son esenciales para configurar esa responsabilidad, que son el dolo o culpa, lo que no se ha acreditado en este proceso, en el que ha quedado establecido que el accidente ocurrió sólo por la lamentable negligencia del trabajador afectado. (Considerando Único de la sentencia de la Corte de Apelaciones) DOCTRINA ANTECEDENTES DEL FALLO Rol: 1323-2003 Tipo: Recurso de casación en el fondo (rechazado) Partes: René Farías Valdés con Sargent Agrícola Limitada Ministros: Sres. José Benquis C.; Orlando Álvarez H.; Urbano Marín V.; Jorge Medina C. y Adalis Oyarzún M. Cita OnLine: CL/JUR/3925/2004 ANTECEDENTES GENERALES: OCUPACIÓN: Operario de Maquinaria EDAD: 25 años CARACTERÍSTICAS DEL DAÑO: Incapacidad (Pérdida de tres dedos de la mano derecha, lo que le ha ocasionado una incapacidad del 30%, conforme a declaración de organismo de seguridad social competente) EXPOSICIÓN AL DAÑO DE LA VÍCTIMA: Total VÍCTIMA QUE SOLICITA LA INDEMNIZACIÓN: Directa CONCEPTOS DEMANDADOS MONTOS DEMANDADOS MONTOS OTORGADOS Daño Moral $80.000.000 Rechazado Lucro Cesante $52.000.000 Rechazado CUADRO DE CUANTIFICACIÓN

II. En lo atinente con la exigencia de la prueba del dolo o la culpa, como lo señala el recurrente, en la especie, se trata de una responsabilidad contractual, de manera que tal exigencia no es procedente. Sin embargo, tal consideración, la que puede estimarse como un yerro sustantivo, no ha tenido influencia en lo dispositivo del fallo, por cuanto quedó establecido que el accidente se debió a la negligencia del trabajador, de manera que no pudo resolverse de manera distinta a la que se hizo. (Considerando 5° de la sentencia de la Corte Suprema) NORMATIVA RELEVANTE CITADA: Código Civil art. 1547; Código Civil art. 2314; Código Civil art. 2329 inc. 1; Código del Trabajo art. 184.

I. RESPONSABILIDAD DEL EMPLEADOR a. No solo no se acreditó el dolo o culpa del empleador, sino que además se concluyó que el accidente se debió a negligencia del trabajador. FICHA Nº 49 ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

71

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

72

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

NORMATIVA RELEVANTE CITADA: Código del Trabajo; art. 184.

FICHA Nº 50

Encontrándose establecido que el actor sufrió un accidente de trabajo, por haberse producido en la máquina que operaba el corte de un tornillo, lo que impidió su funcionamiento normal, atrapando la mano del trabajador, quien la había introducido en la matriz, sobre lo que existía prohibición absoluta reglamentaria de hacer, debiendo colocarse y retirarse los objetos en dicha matriz, mediante pinzas de las que el demandante disponía, que como consecuencia de dicho accidente el actor sufrió la mutilación de dos dedos de su mano derecha, lo que acorde al informe del Instituto Médico Legal, le ha significado una pérdida de capacidad de un 30%. No obstante ello, su empleador lo ha recibido para seguirse desempeñando como prensista en el mismo trabajo y con la remuneración que tenía con anterioridad al accidente, sin que haya sufrido menoscabo económico alguno de sus remuneraciones y percibiendo durante su tratamiento, atención de la Mutual de Seguridad y el pago de subsidios y, por último, que el accidente sufrido por el demandante, quien era una persona que tenía la adecuación y experiencia necesarias para desempeñarse en su oficio, fue motivado por una acción insegura inexcusable del mismo y, consecuentemente, no resulta procedente hacer lugar a la demanda en ninguna de sus partes. (Considerando 10º de la sentencia del Juzgado de Letras del Trabajo)

I. INDEMNIZACIÓN DEL LUCRO CESANTE a. La declaración de incapacidad por la entidad competente no implica necesariamente el otorgamiento de dicha indemnización.

DOCTRINA

CUADRO DE CUANTIFICACIÓN

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol: 200-2003 Tipo: Recurso de apelación (rechazado) Partes: Juan Carlos González Mejías con Sociedad Manufacturera de Electroartefactos S.A. Ministros: Sres. Marcos Libedinsky T.; José Benquis C.; Orlando Álvarez H.; Urbano Marín V. y Jorge medina C. Cita OnLine: CL/JUR/2050/2003.

ANTECEDENTES GENERALES: OCUPACIÓN: Trabajador (labores de prensista) EDAD: No se consigna CARACTERÍSTICAS DEL DAÑO: Incapacidad (amputación de los dedos medio y anular de su mano derecha) EXPOSICIÓN AL DAÑO DE LA VÍCTIMA: Total VÍCTIMA QUE SOLICITA LA INDEMNIZACIÓN: Directa MONTOS DEMANDADOS MONTOS OTORGADOS CONCEPTOS DEMANDADOS Daño Moral $ 20.000.000 Rechazado Lucro Cesante (incapacidad de un 30%) $ 39.887.400 Rechazado

ANTECEDENTES GENERALES: OCUPACIÓN: Trabajador (labores de prensista) EDAD: No se consigna CARACTERÍSTICAS DEL DAÑO: Incapacidad (amputación de los dedos medio y anular de su mano derecha) EXPOSICIÓN AL DAÑO DE LA VÍCTIMA: Total VÍCTIMA QUE SOLICITA LA INDEMNIZACIÓN: Directa MONTOS DEMANDADOS MONTOS OTORGADOS CONCEPTOS DEMANDADOS Daño Moral $ 20.000.000 Rechazado Lucro Cesante (incapacidad de un 30%) $ 39.887.400 Rechazado

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol: 200-2003 Tipo: Recurso de apelación (rechazado) Partes: Juan Carlos González Mejías con Sociedad Manufacturera de Electroartefactos S.A. Ministros: Sres. Marcos Libedinsky T.; José Benquis C.; Orlando Álvarez H.; Urbano Marín V. y Jorge medina C. Cita OnLine: CL/JUR/2050/2003.

CUADRO DE CUANTIFICACIÓN

DOCTRINA

I. INDEMNIZACIÓN DEL LUCRO CESANTE a. La declaración de incapacidad por la entidad competente no implica necesariamente el otorgamiento de dicha indemnización.

Encontrándose establecido que el actor sufrió un accidente de trabajo, por haberse producido en la máquina que operaba el corte de un tornillo, lo que impidió su funcionamiento normal, atrapando la mano del trabajador, quien la había introducido en la matriz, sobre lo que existía prohibición absoluta reglamentaria de hacer, debiendo colocarse y retirarse los objetos en dicha matriz, mediante pinzas de las que el demandante disponía, que como consecuencia de dicho accidente el actor sufrió la mutilación de dos dedos de su mano derecha, lo que acorde al informe del Instituto Médico Legal, le ha significado una pérdida de capacidad de un 30%. No obstante ello, su empleador lo ha recibido para seguirse desempeñando como prensista en el mismo trabajo y con la remuneración que tenía con anterioridad al accidente, sin que haya sufrido menoscabo económico alguno de sus remuneraciones y percibiendo durante su tratamiento, atención de la Mutual de Seguridad y el pago de subsidios y, por último, que el accidente sufrido por el demandante, quien era una persona que tenía la adecuación y experiencia necesarias para desempeñarse en su oficio, fue motivado por una acción insegura inexcusable del mismo y, consecuentemente, no resulta procedente hacer lugar a la demanda en ninguna de sus partes. (Considerando 10º de la sentencia del Juzgado de Letras del Trabajo)

FICHA Nº 50

NORMATIVA RELEVANTE CITADA: Código del Trabajo; art. 184.

72

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

73

FICHA Nº 51 I. RESPONSABILIDAD DEL EMPLEADOR a. Es carga de la empresa demostrar que los daños sufridos por el actor no le son imputables a título de culpa. II. DERECHO A REPETIR a. Según la ley N° 16.744 el organismo asegurador tiene derecho a repetir en contra de la entidad empleadora culpable.

I. Tratándose de responsabilidad contractual, corresponde a la demandada acreditar que los daños sufridos por el actor no le son imputables a título de culpa, de acuerdo con lo dispuesto por el artículo 1547 del Código Civil, es decir, corresponde a aquélla acreditar que desarrolló una actividad diligente tendiente a mantener y tomar todas las medidas de seguridad con el fin de evitar la ocurrencia de accidentes como los sufridos por el actor. No obstante ello, debe tenerse en consideración que, dada la naturaleza de los servicios prestados por el demandante, y muy especialmente la calificación o pericia requerida para desarrollar sus funciones, la manera fundamental de evitar la ocurrencia de accidentes era el despliegue de una conducta prudente por parte del propio demandante, la que, a mayor abundamiento, debía ser la de un trabajador muy calificado. Al respecto, resulta importante considerar que el actor señaló que nunca antes había trabajado como técnico inyectorista, y que habría sido capacitado por el demandado y un compañero de trabajo, en circunstancias que el testigo señala que nadie le enseñó al actor a operar la máquina, y que el accidente se produjo cuando

CUADRO DE CUANTIFICACIÓN ANTECEDENTES GENERALES: OCUPACIÓN: Trabajador (operador de una máquina inyectora de plástico) EDAD: No se consigna CARACTERÍSTICAS DEL DAÑO: Incapacidad (dedo anular mutilado desde su raíz y con una mano inválida e inútil) EXPOSICIÓN AL DAÑO DE LA VÍCTIMA: Total VÍCTIMA QUE SOLICITA LA INDEMNIZACIÓN: Directa MONTOS DEMANDADOS MONTOS OTORGADOS CONCEPTOS DEMANDADOS Daño Moral $ 83.000.000 Se rechaza Lucro Cesante No se solicita

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol: 4856-2000 Tipo de recurso: Casación en el fondo (rechazado) Partes: Guillermo Patricio Estay Riquelme, con Cristián Sinsay Carreti Ministros: Sr. Mario Garrido M., Sr. Marcos Libedinsky T., Sr. José Benquis C., Sr. Urbano Marín V. y Abogado Integrante Sr. Patricio Novoa F. Cita OnLine: CL/JUR/1433/2001 DOCTRINA

DOCTRINA ANTECEDENTES DEL FALLO Rol: 4856-2000 Tipo de recurso: Casación en el fondo (rechazado) Partes: Guillermo Patricio Estay Riquelme, con Cristián Sinsay Carreti Ministros: Sr. Mario Garrido M., Sr. Marcos Libedinsky T., Sr. José Benquis C., Sr. Urbano Marín V. y Abogado Integrante Sr. Patricio Novoa F. Cita OnLine: CL/JUR/1433/2001 ANTECEDENTES GENERALES: OCUPACIÓN: Trabajador (operador de una máquina inyectora de plástico) EDAD: No se consigna CARACTERÍSTICAS DEL DAÑO: Incapacidad (dedo anular mutilado desde su raíz y con una mano inválida e inútil) EXPOSICIÓN AL DAÑO DE LA VÍCTIMA: Total VÍCTIMA QUE SOLICITA LA INDEMNIZACIÓN: Directa MONTOS DEMANDADOS MONTOS OTORGADOS CONCEPTOS DEMANDADOS Daño Moral $ 83.000.000 Se rechaza Lucro Cesante No se solicita CUADRO DE CUANTIFICACIÓN

I. Tratándose de responsabilidad contractual, corresponde a la demandada acreditar que los daños sufridos por el actor no le son imputables a título de culpa, de acuerdo con lo dispuesto por el artículo 1547 del Código Civil, es decir, corresponde a aquélla acreditar que desarrolló una actividad diligente tendiente a mantener y tomar todas las medidas de seguridad con el fin de evitar la ocurrencia de accidentes como los sufridos por el actor. No obstante ello, debe tenerse en consideración que, dada la naturaleza de los servicios prestados por el demandante, y muy especialmente la calificación o pericia requerida para desarrollar sus funciones, la manera fundamental de evitar la ocurrencia de accidentes era el despliegue de una conducta prudente por parte del propio demandante, la que, a mayor abundamiento, debía ser la de un trabajador muy calificado. Al respecto, resulta importante considerar que el actor señaló que nunca antes había trabajado como técnico inyectorista, y que habría sido capacitado por el demandado y un compañero de trabajo, en circunstancias que el testigo señala que nadie le enseñó al actor a operar la máquina, y que el accidente se produjo cuando

I. RESPONSABILIDAD DEL EMPLEADOR a. Es carga de la empresa demostrar que los daños sufridos por el actor no le son imputables a título de culpa. II. DERECHO A REPETIR a. Según la ley N° 16.744 el organismo asegurador tiene derecho a repetir en contra de la entidad empleadora culpable. FICHA Nº 51 ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

73

RETIRO

74

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

el demandante se encontraba trabajando y tomando once al mismo tiempo. (Considerando 15° de la sentencia del Juzgado de Letras del Trabajo) II. Es preciso tener especialmente en consideración, además, que, debiendo dilucidarse la procedencia de una indemnización por lucro cesante, derivada de un accidente del trabajo, debe estarse a lo previsto en el artículo 69 de la ley Nº 16.744, que rige la materia y cuya última modificación está contenida en la ley Nº 19.454, que establece que: “Cuando el accidente o enfermedad se deba a culpa o dolo de la entidad empleadora o de un tercero, sin perjuicio de las acciones criminales que procedan, deberán observarse las siguientes reglas: A) El organismo administrador tendrá derecho a repetir en contra del responsable del accidente, por las prestaciones que haya otorgado o deberá otorgar, y B) La víctima y las demás personas a quienes el accidente o enfermedad cause daño podrán reclamar al empleador o terceros responsables del accidente, también las otras indemnizaciones a que tengan derecho, con arreglo a las prescripciones de derecho común, incluso el daño moral”. De la copia de declaración individual de accidente del trabajo acompañada por el mismo demandante en su libelo como, asimismo, de la declaración de evaluación de invalidez de accidentes del trabajo, que determina una incapacidad del 32%, apreciados ambos antecedentes conforme a las reglas de la sana crítica, se colige que la parte empleadora demandada cumplió con las exigencias contenidas en la citada ley Nº 16.744, lo que posibilitó al trabajador acceder a los beneficios que contempla esta normativa. (Considerando 1° de la sentencia de la Corte de Apelaciones)

NORMATIVA RELEVANTE CITADA: Código del Trabajo, artículo 184. Ley Nº 16.744, artículos 5º y 69. II. Es preciso tener especialmente en consideración, además, que, debiendo dilucidarse la procedencia de una indemnización por lucro cesante, derivada de un accidente del trabajo, debe estarse a lo previsto en el artículo 69 de la ley Nº 16.744, que rige la materia y cuya última modificación está contenida en la ley Nº 19.454, que establece que: “Cuando el accidente o enfermedad se deba a culpa o dolo de la entidad empleadora o de un tercero, sin perjuicio de las acciones criminales que procedan, deberán observarse las siguientes reglas: A) El organismo administrador tendrá derecho a repetir en contra del responsable del accidente, por las prestaciones que haya otorgado o deberá otorgar, y B) La víctima y las demás personas a quienes el accidente o enfermedad cause daño podrán reclamar al empleador o terceros responsables del accidente, también las otras indemnizaciones a que tengan derecho, con arreglo a las prescripciones de derecho común, incluso el daño moral”. De la copia de declaración individual de accidente del trabajo acompañada por el mismo demandante en su libelo como, asimismo, de la declaración de evaluación de invalidez de accidentes del trabajo, que determina una incapacidad del 32%, apreciados ambos antecedentes conforme a las reglas de la sana crítica, se colige que la parte empleadora demandada cumplió con las exigencias contenidas en la citada ley Nº 16.744, lo que posibilitó al trabajador acceder a los beneficios que contempla esta normativa. (Considerando 1° de la sentencia de la Corte de Apelaciones) el demandante se encontraba trabajando y tomando once al mismo tiempo. (Considerando 15° de la sentencia del Juzgado de Letras del Trabajo) 74

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

NORMATIVA RELEVANTE CITADA: Código del Trabajo, artículo 184. Ley Nº 16.744, artículos 5º y 69.

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

75

FICHA Nº 52 I. PRUEBA DEL DAÑO a. El hecho que el trabajador haya quedado con una invalidez del cien por ciento, permite tener por acreditado el daño. II. INDEMNIZACIÓN DEL LUCRO CESANTE a. No es posible presumir que la relación entre el trabajador y el empleador se extendería por toda la vida del primero, para efectos del cálculo de la indemnización de perjuicios.

CUADRO DE CUANTIFICACIÓN ANTECEDENTES GENERALES: OCUPACIÓN: Trabajador (labores de colocación y retiro de transformadores del tendido eléctrico) EDAD: 32 años CARACTERÍSTICAS DEL DAÑO: Incapacidad (Tec cerrado, amputación del 5° dedo derecho, fractura de clavícula derecha, hemiparesia espástica y síndrome atáxico) EXPOSICIÓN AL DAÑO DE LA VÍCTIMA: Inexistente VÍCTIMA QUE SOLICITA LA INDEMNIZACIÓN: Directa CONCEPTOS DEMANDADOS MONTOS DEMANDADOS MONTOS OTORGADOS Daño Moral $ 30.000.000 $ 12.000.000 Lucro Cesante (incapacidad de 100%) $ 51.480.000 $ 36.000.000

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol: 3407-2000 Tipo: Recurso de casación en el fondo (rechazado) Partes: Rubén Juan Uribe Fernández con Manuel Antonio Martínez Gallego Ministros: Sr. Mario Garrido M., Sr. Marcos Libedinsky T., Sr. Humberto Espejo Z. y Abogados Integrantes Sr. Patricio Novoa F. y Sr. Juan Infante P. Cita OnLine: CL/JUR/898/2000. DOCTRINA I. Teniendo presente lo prevenido en el art. 69 de la ley N° 16.744, procede también concluir que hubo una conducta culpable de la parte demandada, pues ordenó que el trabajador demandante realizara una labor, sin contar con los elementos de seguridad necesarios, y además sin preocuparse en la forma debida que los elementos que debía manipular el trabajador estuvieran en perfecto estado para no causar al actor las gravísimas lesiones que sufrió. (Considerandos 19º de la sentencia del Juzgado de Letras del Trabajo) II. Estimado en esta sentencia, se ha producido un efectivo perjuicio por concepto de lucro cesante para el demandante, en efecto, el actor poseía una capacidad física y mental de un cien por ciento, percibiendo una remuneración mensual de $ 130.000 a la data del accidente del trabajo; como el demandante a la fecha de ese accidente tenía 32 años de edad aproximadamente, le quedaba una vida laboral útil de a lo menos 23 años, y a consecuencia del

II. Estimado en esta sentencia, se ha producido un efectivo perjuicio por concepto de lucro cesante para el demandante, en efecto, el actor poseía una capacidad física y mental de un cien por ciento, percibiendo una remuneración mensual de $ 130.000 a la data del accidente del trabajo; como el demandante a la fecha de ese accidente tenía 32 años de edad aproximadamente, le quedaba una vida laboral útil de a lo menos 23 años, y a consecuencia del I. Teniendo presente lo prevenido en el art. 69 de la ley N° 16.744, procede también concluir que hubo una conducta culpable de la parte demandada, pues ordenó que el trabajador demandante realizara una labor, sin contar con los elementos de seguridad necesarios, y además sin preocuparse en la forma debida que los elementos que debía manipular el trabajador estuvieran en perfecto estado para no causar al actor las gravísimas lesiones que sufrió. (Considerandos 19º de la sentencia del Juzgado de Letras del Trabajo) DOCTRINA ANTECEDENTES DEL FALLO Rol: 3407-2000 Tipo: Recurso de casación en el fondo (rechazado) Partes: Rubén Juan Uribe Fernández con Manuel Antonio Martínez Gallego Ministros: Sr. Mario Garrido M., Sr. Marcos Libedinsky T., Sr. Humberto Espejo Z. y Abogados Integrantes Sr. Patricio Novoa F. y Sr. Juan Infante P. Cita OnLine: CL/JUR/898/2000. ANTECEDENTES GENERALES: OCUPACIÓN: Trabajador (labores de colocación y retiro de transformadores del tendido eléctrico) EDAD: 32 años CARACTERÍSTICAS DEL DAÑO: Incapacidad (Tec cerrado, amputación del 5° dedo derecho, fractura de clavícula derecha, hemiparesia espástica y síndrome atáxico) EXPOSICIÓN AL DAÑO DE LA VÍCTIMA: Inexistente VÍCTIMA QUE SOLICITA LA INDEMNIZACIÓN: Directa CONCEPTOS DEMANDADOS MONTOS DEMANDADOS MONTOS OTORGADOS Daño Moral $ 30.000.000 $ 12.000.000 Lucro Cesante (incapacidad de 100%) $ 51.480.000 $ 36.000.000 CUADRO DE CUANTIFICACIÓN I. PRUEBA DEL DAÑO a. El hecho que el trabajador haya quedado con una invalidez del cien por ciento, permite tener por acreditado el daño. II. INDEMNIZACIÓN DEL LUCRO CESANTE a. No es posible presumir que la relación entre el trabajador y el empleador se extendería por toda la vida del primero, para efectos del cálculo de la indemnización de perjuicios. FICHA Nº 52 ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

75

RETIRO

76

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

citado accidente se le produjo una grave invalidez con un ciento por ciento de incapacidad laboral. Del mismo modo, a juicio del sentenciador se ha producido un daño moral real, pues el actor siendo un hombre joven ha padecido un evidente sufrimiento, al verse impedido de laborar y quedar inválido dependiendo del cuidado de otras personas, sin poder andar ya que debe ser trasladado en silla de ruedas y sin poder hablar bien, perdiendo la posibilidad de comunicarse con otros seres humanos debidamente; y sin perjuicio de también ver desmejorada su situación económica y social, por no poder volver a trabajar. (Considerandos 20 y 21º de la sentencia del Juzgado de Letras del Trabajo) Si bien es cierto el trabajador tenía 32 años a la época del accidente y, por lo tanto, no es descartable que hubiese podido continuar desempeñándose en las faenas en las que se lesionó, no lo es menos que carece esta judicatura de evidencia en orden a vincular a la parte demandada como empleadora del nombrado el trabajador durante toda su vida laboral, por cuanto no parece posible que la relación de dependencia que los ligaba al momento del siniestro, hubiere necesariamente de perdurar de por vida y, siendo así, no se da la indispensable responsabilidad que siempre va aneja a la obligación de indemnizar. (Considerando 1º de la sentencia de la Corte de Apelaciones) NORMATIVA RELEVANTE CITADA: Código del Trabajo, artículo 184; ley N° 16.744, art. 69.

NORMATIVA RELEVANTE CITADA: Código del Trabajo, artículo 184; ley N° 16.744, art. 69. citado accidente se le produjo una grave invalidez con un ciento por ciento de incapacidad laboral. Del mismo modo, a juicio del sentenciador se ha producido un daño moral real, pues el actor siendo un hombre joven ha padecido un evidente sufrimiento, al verse impedido de laborar y quedar inválido dependiendo del cuidado de otras personas, sin poder andar ya que debe ser trasladado en silla de ruedas y sin poder hablar bien, perdiendo la posibilidad de comunicarse con otros seres humanos debidamente; y sin perjuicio de también ver desmejorada su situación económica y social, por no poder volver a trabajar. (Considerandos 20 y 21º de la sentencia del Juzgado de Letras del Trabajo) Si bien es cierto el trabajador tenía 32 años a la época del accidente y, por lo tanto, no es descartable que hubiese podido continuar desempeñándose en las faenas en las que se lesionó, no lo es menos que carece esta judicatura de evidencia en orden a vincular a la parte demandada como empleadora del nombrado el trabajador durante toda su vida laboral, por cuanto no parece posible que la relación de dependencia que los ligaba al momento del siniestro, hubiere necesariamente de perdurar de por vida y, siendo así, no se da la indispensable responsabilidad que siempre va aneja a la obligación de indemnizar. (Considerando 1º de la sentencia de la Corte de Apelaciones) 76

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

77

FICHA Nº 53 I. PRESUNCIÓN JUDICIAL DE CULPA a. La preocupación y pago de los gastos médicos ocasionados por un accidente de trabajo por parte del empleador, permiten presumir que ha incurrido en incumplimiento de la obligación del art. 184 del CTRAB. CUADRO DE CUANTIFICACIÓN ANTECEDENTES GENERALES: OCUPACIÓN: Trabajador (junior) EDAD: No se consigna CARACTERÍSTICAS DEL DAÑO: Incapacidad (amputación extremidad inferior derecha) EXPOSICIÓN AL DAÑO DE LA VÍCTIMA: Parcial VÍCTIMA QUE SOLICITA LA INDEMNIZACIÓN: Directa CONCEPTOS DEMANDADOS MONTOS DEMANDADOS MONTOS OTORGADOS Daño Moral $ 30.000.000 $30.000.000 Lucro Cesante $ 15.000.000 Se rechaza ANTECEDENTES DEL FALLO Rol: 2786-1998 Tipo: Recurso de casación en el fondo (rechazado) Partes: Walter Patricio Álvarez Venegas, con Pesquera Qurbosa S.A. Ministros: Sr. Marcos Libedinsky T., Sr. José Benquis C., Sr. Urbano Marín V. y Abogados Integrantes Sr. Arturo Montes R. y Sr. Patricio Novoa F. Cita OnLine: CL/JUR/1932/1998. DOCTRINA I. La empresa demandada no ha probado haber tomado todas las medidas necesarias y elementales respecto de su deber de cuidado para prevenir riesgos provenientes del hecho de carecer de un lugar adecuado para lavar los fondos y de permitir el estacionamiento de camiones en sitios no adecuados ni destinados a su revisión en el caso de presentar problemas mecánicos, no dando así cumplimiento a la clara disposición del inciso 1º del artículo 184 del Código del Trabajo, que la obligaba a tomar todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de los trabajadores, manteniendo las condiciones adecuadas de seguridad en las faenas. A ello cabe agregar que la empresa demandada en todo momento estuvo atenta al pago de la totalidad de los gastos médicos, operaciones, tratamientos, incluso traslado de parientes, su estadía y alojamiento, etc., por lo que puede concluirse de esta actitud patronal es que estimó que se trataba de un accidente del trabajo y un reconocimiento de falta del deber de protección que toda industria debe a sus trabajadores. Es al menos una presunción de reconocimiento de falta del deber de seguridad. (Considerandos 3° y 4° de la sentencia de la Corte de Apelaciones) NORMATIVA RELEVANTE CITADA: Código del Trabajo, artículo 184. Ley Nº 16.744, art. 69.

NORMATIVA RELEVANTE CITADA: Código del Trabajo, artículo 184. Ley Nº 16.744, art. 69. I. La empresa demandada no ha probado haber tomado todas las medidas necesarias y elementales respecto de su deber de cuidado para prevenir riesgos provenientes del hecho de carecer de un lugar adecuado para lavar los fondos y de permitir el estacionamiento de camiones en sitios no adecuados ni destinados a su revisión en el caso de presentar problemas mecánicos, no dando así cumplimiento a la clara disposición del inciso 1º del artículo 184 del Código del Trabajo, que la obligaba a tomar todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de los trabajadores, manteniendo las condiciones adecuadas de seguridad en las faenas. A ello cabe agregar que la empresa demandada en todo momento estuvo atenta al pago de la totalidad de los gastos médicos, operaciones, tratamientos, incluso traslado de parientes, su estadía y alojamiento, etc., por lo que puede concluirse de esta actitud patronal es que estimó que se trataba de un accidente del trabajo y un reconocimiento de falta del deber de protección que toda industria debe a sus trabajadores. Es al menos una presunción de reconocimiento de falta del deber de seguridad. (Considerandos 3° y 4° de la sentencia de la Corte de Apelaciones) DOCTRINA ANTECEDENTES DEL FALLO Rol: 2786-1998 Tipo: Recurso de casación en el fondo (rechazado) Partes: Walter Patricio Álvarez Venegas, con Pesquera Qurbosa S.A. Ministros: Sr. Marcos Libedinsky T., Sr. José Benquis C., Sr. Urbano Marín V. y Abogados Integrantes Sr. Arturo Montes R. y Sr. Patricio Novoa F. Cita OnLine: CL/JUR/1932/1998. ANTECEDENTES GENERALES: OCUPACIÓN: Trabajador (junior) EDAD: No se consigna CARACTERÍSTICAS DEL DAÑO: Incapacidad (amputación extremidad inferior derecha) EXPOSICIÓN AL DAÑO DE LA VÍCTIMA: Parcial VÍCTIMA QUE SOLICITA LA INDEMNIZACIÓN: Directa CONCEPTOS DEMANDADOS MONTOS DEMANDADOS MONTOS OTORGADOS Daño Moral $ 30.000.000 $30.000.000 Lucro Cesante $ 15.000.000 Se rechaza CUADRO DE CUANTIFICACIÓN I. PRESUNCIÓN JUDICIAL DE CULPA a. La preocupación y pago de los gastos médicos ocasionados por un accidente de trabajo por parte del empleador, permiten presumir que ha incurrido en incumplimiento de la obligación del art. 184 del CTRAB. FICHA Nº 53 ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

77

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

II. Si bien es cierto la ley pone de cargo del empleador tomar las medidas para proteger la vida y salud de los trabajadores, no lo es menos que la ley, por otra parte, impone a los

FICHA Nº 54

I. En el caso de los accidentes del trabajo estamos frente a una responsabilidad contractual, conforme lo prescrito en el artículo 184, por lo tanto, se presume la culpa, correspondiendo al presunto responsable –el empleador– probar que ha empleado la debida diligencia para impedir el acto u omisión dañoso. En otras palabras, la responsabilidad contractual del patrono quedaría establecida probándose la existencia de un contrato de trabajo y la causalidad entre el acto u omisión atribuible a la empresa y el resultado dañoso, sin necesidad de acreditar culpa o dolo, quedando liberado de responsabilidad en cuanto pruebe la concurrencia de caso fortuito o fuerza mayor o que el accidente se debió a un actuar voluntario de la víctima. (Considerando 3° de la sentencia de la Corte de Apelaciones)

78

I. RESPONSABILIDAD DEL EMPLEADOR a. Queda establecida probándose la existencia de un contrato de trabajo y la causalidad entre el acto u omisión atribuible a la empresa y el resultado dañoso, sin necesidad de acreditar culpa o dolo. b. El empleador sólo se exime si prueba caso fortuito o fuerza mayor. II. EXPOSICIÓN TEMERARIA AL DAÑO a. Si el trabajador no respeta los reglamentos e instrucciones y no cumple con una obligación que deriva del contrato, no se genera la responsabilidad civil de indemnizar los daños.

DOCTRINA CUADRO DE CUANTIFICACIÓN

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol: 633-1997 Tipo de recurso: Casación (rechazado) Partes: Marcela Bahamondes Quezada; Daniel Bustos Figueroa, con Patricia Pino Machuca; Pesquera San José S.A. Ministros: Sr. Enrique Zurita C., Sr. Mario Garrido M., Sr. Marcos Libedinsky T. y Abogados Integrantes Sr. Mario Mosquera R. y Sr. Jorge Rodríguez A. Cita OnLine: CL/JUR/873/1997.

ANTECEDENTES GENERALES: OCUPACIÓN: Trabajador EDAD: No se consigna CARACTERÍSTICAS DEL DAÑO: Incapacidad (tetraplegia y vejiga neurogénica) EXPOSICIÓN AL DAÑO DE LA VÍCTIMA: Total VÍCTIMA QUE SOLICITA LA INDEMNIZACIÓN: Indirecta MONTOS DEMANDADOS MONTOS OTORGADOS CONCEPTOS DEMANDADOS Daño Moral $53.064.416 Se rechaza Lucro Cesante No se solicita

ANTECEDENTES GENERALES: OCUPACIÓN: Trabajador EDAD: No se consigna CARACTERÍSTICAS DEL DAÑO: Incapacidad (tetraplegia y vejiga neurogénica) EXPOSICIÓN AL DAÑO DE LA VÍCTIMA: Total VÍCTIMA QUE SOLICITA LA INDEMNIZACIÓN: Indirecta MONTOS DEMANDADOS MONTOS OTORGADOS CONCEPTOS DEMANDADOS Daño Moral $53.064.416 Se rechaza Lucro Cesante No se solicita

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol: 633-1997 Tipo de recurso: Casación (rechazado) Partes: Marcela Bahamondes Quezada; Daniel Bustos Figueroa, con Patricia Pino Machuca; Pesquera San José S.A. Ministros: Sr. Enrique Zurita C., Sr. Mario Garrido M., Sr. Marcos Libedinsky T. y Abogados Integrantes Sr. Mario Mosquera R. y Sr. Jorge Rodríguez A. Cita OnLine: CL/JUR/873/1997.

CUADRO DE CUANTIFICACIÓN

DOCTRINA

FICHA Nº 54 78

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

II. Si bien es cierto la ley pone de cargo del empleador tomar las medidas para proteger la vida y salud de los trabajadores, no lo es menos que la ley, por otra parte, impone a los

I. RESPONSABILIDAD DEL EMPLEADOR a. Queda establecida probándose la existencia de un contrato de trabajo y la causalidad entre el acto u omisión atribuible a la empresa y el resultado dañoso, sin necesidad de acreditar culpa o dolo. b. El empleador sólo se exime si prueba caso fortuito o fuerza mayor. II. EXPOSICIÓN TEMERARIA AL DAÑO a. Si el trabajador no respeta los reglamentos e instrucciones y no cumple con una obligación que deriva del contrato, no se genera la responsabilidad civil de indemnizar los daños.

I. En el caso de los accidentes del trabajo estamos frente a una responsabilidad contractual, conforme lo prescrito en el artículo 184, por lo tanto, se presume la culpa, correspondiendo al presunto responsable –el empleador– probar que ha empleado la debida diligencia para impedir el acto u omisión dañoso. En otras palabras, la responsabilidad contractual del patrono quedaría establecida probándose la existencia de un contrato de trabajo y la causalidad entre el acto u omisión atribuible a la empresa y el resultado dañoso, sin necesidad de acreditar culpa o dolo, quedando liberado de responsabilidad en cuanto pruebe la concurrencia de caso fortuito o fuerza mayor o que el accidente se debió a un actuar voluntario de la víctima. (Considerando 3° de la sentencia de la Corte de Apelaciones)

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

79

trabajadores la obligación de acatar las normas de seguridad que en forma directa determine la empresa a través del reglamento interno e indirectamente las contempladas en la legislación. El reglamento y las instrucciones son otra obligación que el contrato impone al trabajador. Así, al no usar la víctima el cabo de vida que se le había proporcionado, pese al peligro que ello significaba, se produjo su caída, con el resultado de lesiones conocido y ello aparece como producto de su propia imprudencia. Luego, las lesiones que sufrió el trabajador no resultan imputables a los demandados y no ha surgido responsabilidad civil de indemnizar para éstos. (Considerando 9° de la sentencia de la Corte de Apelaciones) NORMATIVA RELEVANTE CITADA: Código del Trabajo, artículo 184.

NORMATIVA RELEVANTE CITADA: Código del Trabajo, artículo 184. trabajadores la obligación de acatar las normas de seguridad que en forma directa determine la empresa a través del reglamento interno e indirectamente las contempladas en la legislación. El reglamento y las instrucciones son otra obligación que el contrato impone al trabajador. Así, al no usar la víctima el cabo de vida que se le había proporcionado, pese al peligro que ello significaba, se produjo su caída, con el resultado de lesiones conocido y ello aparece como producto de su propia imprudencia. Luego, las lesiones que sufrió el trabajador no resultan imputables a los demandados y no ha surgido responsabilidad civil de indemnizar para éstos. (Considerando 9° de la sentencia de la Corte de Apelaciones) ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

79

RETIRO

TIRO

ANEXO DE JURISPRUDENCIA

ANEXO DE JURISPRUDENCIA

RETIRO

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

83

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol N° 910-2011 Cita online: CL/JUR/9274/2011 I. SENTENCIA DEL JUZGADO DE LETRAS DEL TRABAJO SANTIAGO, nueve de mayo de dos mil once. VISTOS, OÍDOS Y CONSIDERANDO: PRIMERO: Comparece doña Genoveva del Carmen Escalona Ortiz, operaria industrial, domiciliada para estos efectos en calle Huérfanos Nº 835, oficina 1601. Comuna de Santiago, viene en deducir demanda en juicio del trabajo de aplicación general por indemnización de perjuicios de accidentes del trabajo, en contra de su empleador Fábrica de Envases Mater S.A., sociedad del giro de fabricación y comercialización de productos industriales, representada por don Luis Fernando Castañeda Vivieros, empresario, ambos con domicilio en calle Henry Ford Nº 771, Comuna de Maipú, Santiago, en razón de los siguientes hechos y antecedentes de derecho que expone: Señala que con fecha 25 de septiembre de 2006 celebró un contrato de trabajo con la empresa, Fábrica de Envases Mater S.A., desempeñando las labores de operaria industrial, en dependencias de la empresa ubicadas en calle Henry Ford Nº 771, Comuna de Maipú, Santiago. Su remuneración ascendía a la suma aproximada de $ 212.472 brutos mensuales. En cuanto al accidente de trabajo, refiere que las labores habituales que debía ejecutar para la empresa demandada, eran las de operar maquinarias que se utilizan en la fabricación de productos de plástico. Refiere que el día del accidente, esto es, el 11 de mayo de 2010, ingresó a trabajar al turno de la tarde que comienza a las 14:30 horas y concluye a las 22:00 horas, y se le ordenó operar una máquina denominada TV1, que es una máquina antigua que fue reacondicionada artesanalmente por personal de la misma empresa, de aproximadamente 5 metros de largo por 1,20 metros de ancho y que era utilizada para fabricar platos plásticos. Dicha máquina no funcionaba adecuadamente ya que el plástico utilizado para fabricar los platos quedaba enrollado en la matriz y el horno. La máquina en cuestión debía ser operada entre dos personas, las que debían sentarse sobre unas sillas de un 1,20 metros de atura –a las que subía por una escalerilla– y de costado, pues la máquina no contaba con protecciones, funcionado las cadenas y chuchillos muy cerca de las piernas de los operadores. Asimismo, los contactos y circuitos eléctricos de la máquina no se encontraban protegidos, sino que expuestos, encontrándose la máquina en malas condiciones de mantención, por lo que se producían cortocircuitos periódicamente. Aproximadamente a las 15:20 horas del día del accidente, afirma que detuvo los cuchillos y las cadenas de la máquina para proceder a limpiar la matriz –debido a la acumulación de material que obstruía su funcionamiento–, cuando sorpresivamente la máquina se puso en funcionamiento cortando y amputando su mano derecha, quedando sus dedos en la matriz de la máquina. Agrega que de inmediato fue auxiliada por sus compañeros de trabajo, quienes la bajaron de la silla, don Álvaro Cuadra le colocó una polera en el brazo y su jefa, doña Janet Castañeda Viveros, llamó a la ambulancia, mientras el mecánico de la empresa, don Carlos Cuevas, retiró los dedos de la máquina y los colocó en una bolsa con hielo. Fue trasladada en ambulancia hasta el Hospital Clínico de la Mutual de Seguridad de la Cámara Chilena de la Construcción, ubicado en la Alameda L. B. O’Higgins Nº 4848, comuna de Estación Central, donde fue atendida de urgencia siendo operada para injertar 3 de sus 4 dedos amputados, cirugía laboriosa que demoró 12 horas, quedando internada en la UTI durante cuatro días, y debiendo permanecer hospitalizada por más de 40 días, período durante el cual fue operada en otras 5 oportunidades. Relata que luego de salir del Hospital debió iniciar un largo y doloroso proceso de curaciones quirúrgicas, terapia física y siquiátrica, ordenándole reposo laboral hasta la fecha. Expresa que el accidente señalado anteriormente da cuenta de la falta total de cuidados y medidas de seguridad por parte de su empleadora al desarrollar las actividades en que se accidentó, ya que

SANTIAGO, nueve de mayo de dos mil once. VISTOS, OÍDOS Y CONSIDERANDO: PRIMERO: Comparece doña Genoveva del Carmen Escalona Ortiz, operaria industrial, domiciliada para estos efectos en calle Huérfanos Nº 835, oficina 1601. Comuna de Santiago, viene en deducir demanda en juicio del trabajo de aplicación general por indemnización de perjuicios de accidentes del trabajo, en contra de su empleador Fábrica de Envases Mater S.A., sociedad del giro de fabricación y comercialización de productos industriales, representada por don Luis Fernando Castañeda Vivieros, empresario, ambos con domicilio en calle Henry Ford Nº 771, Comuna de Maipú, Santiago, en razón de los siguientes hechos y antecedentes de derecho que expone: Señala que con fecha 25 de septiembre de 2006 celebró un contrato de trabajo con la empresa, Fábrica de Envases Mater S.A., desempeñando las labores de operaria industrial, en dependencias de la empresa ubicadas en calle Henry Ford Nº 771, Comuna de Maipú, Santiago. Su remuneración ascendía a la suma aproximada de $ 212.472 brutos mensuales. En cuanto al accidente de trabajo, refiere que las labores habituales que debía ejecutar para la empresa demandada, eran las de operar maquinarias que se utilizan en la fabricación de productos de plástico. Refiere que el día del accidente, esto es, el 11 de mayo de 2010, ingresó a trabajar al turno de la tarde que comienza a las 14:30 horas y concluye a las 22:00 horas, y se le ordenó operar una máquina denominada TV1, que es una máquina antigua que fue reacondicionada artesanalmente por personal de la misma empresa, de aproximadamente 5 metros de largo por 1,20 metros de ancho y que era utilizada para fabricar platos plásticos. Dicha máquina no funcionaba adecuadamente ya que el plástico utilizado para fabricar los platos quedaba enrollado en la matriz y el horno. La máquina en cuestión debía ser operada entre dos personas, las que debían sentarse sobre unas sillas de un 1,20 metros de atura –a las que subía por una escalerilla– y de costado, pues la máquina no contaba con protecciones, funcionado las cadenas y chuchillos muy cerca de las piernas de los operadores. Asimismo, los contactos y circuitos eléctricos de la máquina no se encontraban protegidos, sino que expuestos, encontrándose la máquina en malas condiciones de mantención, por lo que se producían cortocircuitos periódicamente. Aproximadamente a las 15:20 horas del día del accidente, afirma que detuvo los cuchillos y las cadenas de la máquina para proceder a limpiar la matriz –debido a la acumulación de material que obstruía su funcionamiento–, cuando sorpresivamente la máquina se puso en funcionamiento cortando y amputando su mano derecha, quedando sus dedos en la matriz de la máquina. Agrega que de inmediato fue auxiliada por sus compañeros de trabajo, quienes la bajaron de la silla, don Álvaro Cuadra le colocó una polera en el brazo y su jefa, doña Janet Castañeda Viveros, llamó a la ambulancia, mientras el mecánico de la empresa, don Carlos Cuevas, retiró los dedos de la máquina y los colocó en una bolsa con hielo. Fue trasladada en ambulancia hasta el Hospital Clínico de la Mutual de Seguridad de la Cámara Chilena de la Construcción, ubicado en la Alameda L. B. O’Higgins Nº 4848, comuna de Estación Central, donde fue atendida de urgencia siendo operada para injertar 3 de sus 4 dedos amputados, cirugía laboriosa que demoró 12 horas, quedando internada en la UTI durante cuatro días, y debiendo permanecer hospitalizada por más de 40 días, período durante el cual fue operada en otras 5 oportunidades. Relata que luego de salir del Hospital debió iniciar un largo y doloroso proceso de curaciones quirúrgicas, terapia física y siquiátrica, ordenándole reposo laboral hasta la fecha. Expresa que el accidente señalado anteriormente da cuenta de la falta total de cuidados y medidas de seguridad por parte de su empleadora al desarrollar las actividades en que se accidentó, ya que

I. SENTENCIA DEL JUZGADO DE LETRAS DEL TRABAJO

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol N° 910-2011 Cita online: CL/JUR/9274/2011 ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

83

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

asevera evidentemente la hacía trabajar con un procedimiento riesgoso, pues la máquina que debía operar presentaba constantes desperfectos, a la que no se le hacían mantenciones, no contaba con ninguna protección que impidiera el contacto de sus extremidades con los mecanismos operación de la máquina, no existían topes o elementos auxiliares que evitaran que las manos del operador se expusieran a accidentes como el que sufrió; no contaba con guantes de seguridad adecuados a las labores que realizaba; no contaba con ningún tipo de entrenamiento o capacitación adecuado para operar la máquina en que se accidentó; no existía procedimiento formal escrito para utilizarla y, en definitiva, no tenía ningún mecanismo de cuidado que disminuyera el riesgo al trabajar. Indica que su empleadora, no le proporcionó medidas adecuadas de seguridad para efectuar el trabajo en que se accidentó. Asimismo, nunca se le habría informado sobre los riesgos existentes al ejecutar dicha labor. Subraya que no acepta ni cree que nadie haya previsto el peligro existente al trabajar en esas condiciones, ya que tomar precauciones era obligación de su empleadora, así como también supervisar todos los procedimientos de trabajo que debían efectuar día a día. En cuanto a los daños físicos, psíquicos y morales. Luego del accidente fue atendida en el Hospital Clínico de la Mutual de Seguridad de la Cámara Chilena de la Construcción, el que calificó el siniestro como un accidente del trabajo, otorgándole las prestaciones médicas de rigor y proporcionándome los subsidios por incapacidad laboral que le franquea la ley Nº 16.744. En definitiva, producto del accidente del trabajo sufrió la amputación traumática de su mano derecha, lo que le ha causado graves trastornos psiquiátricos y psicológicos. Señala que los daños referidos son permanentes ya que no obstante que lograron re injertar tres de sus dedos amputados de su mano derecha, ésta se encuentra completamente inutilizada. No puede efectuar ninguna labor con los restos de su mano derecha, encontrándose impedida para efectuar las labores más simples, como abrocharse los botones o los zapatos, no puede efectuar ningún tipo de actividad que requiera la utilización de su mano amputada, por lo que requiere la ayuda de terceros para poder efectuar las labores más simples, como cocinar o ducharse. Los daños referidos son permanentes ya que ha quedado con su mano derecha –que era su mano hábil– mutilada y completamente inutilizada. A la fecha, expresa tener 42 años de edad y, no puede valerse por sí misma, ni ejecutar las funciones que desempeñaba hasta antes del referido accidente del trabajo. Por todo lo relatado, expresa que ha sido víctima de un perjuicio de sufrimiento. Para ejecutar cualquier tipo de labor física, requiere tener ambas manos en perfectas condiciones para poder trabajar adecuadamente, no puede tomar objetos ni herramientas, ni utilizar máquinas, todo lo cual requiere de precisión y fuerza, características que ya no tiene debido a la mutilación de su mano derecha. El daño físico y psicológico que porta, la mantiene en una fuerte angustia. Ya no puede realizar las actividades normales que estaba acostumbrada antes del accidente, sintiéndose absolutamente limitada, toda vez que para muchas actividades cotidianas depende de terceros. Alega también haber sido víctima de un perjuicio de agrado. En efecto, estas lesiones la han privado de las satisfacciones diversas de orden social, mundana y deportiva que normalmente benefician a una mujer de su edad y condición. Este accidente y el largo tratamiento médico, progresivamente le han significado la pérdida de todos los entretenimientos comunes y ordinarios de la vida, afectando incluso su salud mental. En cuanto al derecho, alega primeramente incumplimiento de la obligación legal y contractual de seguridad establecida en el artículo 184 del Código del Trabajo por parte de la demandada. Refiere que el accidente fue causado porque la demandada infringió la obligación de seguridad que mantiene para con sus trabajadores, la cual le es impuesta por el artículo 184 del Código del Trabajo, el que dispone: “El empleador estará obligado a tomar todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de los trabajadores, informando de los posibles riesgos y manteniendo las condiciones adecuadas de higiene y seguridad en las faenas, como también los implementos necesarios para prevenir accidentes y enfermedades profesionales”. Por ende, el empleador está obligado a mantener y velar por la seguridad de sus trabajadores. La obligación de otorgar seguridad en el trabajo, bajo todos sus aspectos, es una de las manifestaciones

84

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

asevera evidentemente la hacía trabajar con un procedimiento riesgoso, pues la máquina que debía operar presentaba constantes desperfectos, a la que no se le hacían mantenciones, no contaba con ninguna protección que impidiera el contacto de sus extremidades con los mecanismos operación de la máquina, no existían topes o elementos auxiliares que evitaran que las manos del operador se expusieran a accidentes como el que sufrió; no contaba con guantes de seguridad adecuados a las labores que realizaba; no contaba con ningún tipo de entrenamiento o capacitación adecuado para operar la máquina en que se accidentó; no existía procedimiento formal escrito para utilizarla y, en definitiva, no tenía ningún mecanismo de cuidado que disminuyera el riesgo al trabajar. Indica que su empleadora, no le proporcionó medidas adecuadas de seguridad para efectuar el trabajo en que se accidentó. Asimismo, nunca se le habría informado sobre los riesgos existentes al ejecutar dicha labor. Subraya que no acepta ni cree que nadie haya previsto el peligro existente al trabajar en esas condiciones, ya que tomar precauciones era obligación de su empleadora, así como también supervisar todos los procedimientos de trabajo que debían efectuar día a día. En cuanto a los daños físicos, psíquicos y morales. Luego del accidente fue atendida en el Hospital Clínico de la Mutual de Seguridad de la Cámara Chilena de la Construcción, el que calificó el siniestro como un accidente del trabajo, otorgándole las prestaciones médicas de rigor y proporcionándome los subsidios por incapacidad laboral que le franquea la ley Nº 16.744. En definitiva, producto del accidente del trabajo sufrió la amputación traumática de su mano derecha, lo que le ha causado graves trastornos psiquiátricos y psicológicos. Señala que los daños referidos son permanentes ya que no obstante que lograron re injertar tres de sus dedos amputados de su mano derecha, ésta se encuentra completamente inutilizada. No puede efectuar ninguna labor con los restos de su mano derecha, encontrándose impedida para efectuar las labores más simples, como abrocharse los botones o los zapatos, no puede efectuar ningún tipo de actividad que requiera la utilización de su mano amputada, por lo que requiere la ayuda de terceros para poder efectuar las labores más simples, como cocinar o ducharse. Los daños referidos son permanentes ya que ha quedado con su mano derecha –que era su mano hábil– mutilada y completamente inutilizada. A la fecha, expresa tener 42 años de edad y, no puede valerse por sí misma, ni ejecutar las funciones que desempeñaba hasta antes del referido accidente del trabajo. Por todo lo relatado, expresa que ha sido víctima de un perjuicio de sufrimiento. Para ejecutar cualquier tipo de labor física, requiere tener ambas manos en perfectas condiciones para poder trabajar adecuadamente, no puede tomar objetos ni herramientas, ni utilizar máquinas, todo lo cual requiere de precisión y fuerza, características que ya no tiene debido a la mutilación de su mano derecha. El daño físico y psicológico que porta, la mantiene en una fuerte angustia. Ya no puede realizar las actividades normales que estaba acostumbrada antes del accidente, sintiéndose absolutamente limitada, toda vez que para muchas actividades cotidianas depende de terceros. Alega también haber sido víctima de un perjuicio de agrado. En efecto, estas lesiones la han privado de las satisfacciones diversas de orden social, mundana y deportiva que normalmente benefician a una mujer de su edad y condición. Este accidente y el largo tratamiento médico, progresivamente le han significado la pérdida de todos los entretenimientos comunes y ordinarios de la vida, afectando incluso su salud mental. En cuanto al derecho, alega primeramente incumplimiento de la obligación legal y contractual de seguridad establecida en el artículo 184 del Código del Trabajo por parte de la demandada. Refiere que el accidente fue causado porque la demandada infringió la obligación de seguridad que mantiene para con sus trabajadores, la cual le es impuesta por el artículo 184 del Código del Trabajo, el que dispone: “El empleador estará obligado a tomar todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de los trabajadores, informando de los posibles riesgos y manteniendo las condiciones adecuadas de higiene y seguridad en las faenas, como también los implementos necesarios para prevenir accidentes y enfermedades profesionales”. Por ende, el empleador está obligado a mantener y velar por la seguridad de sus trabajadores. La obligación de otorgar seguridad en el trabajo, bajo todos sus aspectos, es una de las manifestaciones

84

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

85

concretas del deber de protección del empleador y su cabal cumplimiento es de una trascendencia superior a la de una simple obligación de una de las partes en un negocio jurídico. Dicha obligación del empleador es fundamental, pues busca prevenir los riesgos profesionales, resguardando así la vida y salud de los trabajadores, materia de suma importancia tanto para ellos mismos, como para sus familias y la totalidad de la sociedad. La regulación del cumplimiento de este deber no queda entregada a la autonomía de la voluntad de las partes, ni menos aún a la decisión del empleador. Dicha regulación comprende en general una serie de normas de derecho necesario, cuyo contenido, forma y extensión se encuentran establecidas en normas de orden público. Ello sin perjuicio de otras normativas adicionales decididas o convenidas con el propio empleador. Analiza el tenor gramatical del artículo 184, inciso 1º del Código del Trabajo, haciendo presente que señala que el empleador debe adoptar todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de sus trabajadores. La palabra “eficazmente”, empleada en la disposición legal citada, apunta a un efecto de RESULTADO, esto es, prevenir los accidentes. Pero además, fundamentalmente, debe considerársela referida a la magnitud de la responsabilidad y acuciosidad con que el empleador debe dar cumplimiento a su obligación de prevención y seguridad. En definitiva cabe inferir una suma exigencia del legislador. En relación con la obligación de prevención y seguridad que pesa sobre el empleador, aluden a ella los artículos 66, 67 y 68 de la ley Nº 16.744, cuyo reglamento fue aprobado por el decreto supremo Nº 40, de 1969, del Ministerio del Trabajo y Previsión Social, conocido como el Reglamento de Prevención de Riesgos. Además, existen prescripciones específicas de seguridad para la ejecución de labores como las que realizaba al momento de ocurrir el accidente del trabajo en análisis. En la especie, indica resulta indudable que existen normativas en prevención de riesgos precisas que el demandado ha incumplido, como asimismo normas sobre una adecuada y óptima capacitación e información de los riesgos a los trabajadores. Por consiguiente, siendo la obligación de protección estatuida en el inciso 1º del artículo 184 del Código del Trabajo, una obligación de la naturaleza del contrato, la que además emana de la ley, ésta obliga al empleador, ya que de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 1556 del Código Civil a propósito de las obligaciones contractuales, los contratos obligan no sólo a lo que en ellos se expresa, sino a todas las cosas que emanan precisamente de la naturaleza de la obligación, o que por la ley o la costumbre pertenecen a ella. Es así que el contrato de trabajo impone obligaciones y crea derechos que nacen de la voluntad de las partes y que también emanan de la ley. Aún más, el Código del Trabajo establece la irrenunciabilidad de tales derechos, circunstancia que confirma que las leyes laborales deben entenderse incorporadas a los contratos. El contrato de trabajo, además del contenido patrimonial, tiene un importante contenido personal, en el que destacan básicamente el deber general de protección del empleador y los de lealtad y fidelidad que pesan sobre los trabajadores. Por cierto, el deber general de protección del empleador comprende el deber de seguridad que encierra una problemática adicional. Los valores que tienden a preservar la obligación de seguridad, en forma directa e inmediata, no son de índole patrimonial, sino que son la propia vida, la integridad física y psíquica, y la salud del trabajador en general. Atendido lo anterior, y dada la circunstancia de que la ley Nº 16.744, especialmente su artículo 69, no determina el grado de culpa de que debe responder el empleador, la Excma. Corte Suprema en forma reiterada ha concluido que éste es el propio de la culpa levísima, es decir, la falta de aquella esmerada diligencia que un hombre juicioso emplea en la administración de sus negocios importantes. (Artículo 44 del Código Civil). Esta conclusión, a su vez, guarda consonancia con la forma cómo debe interpretarse y aplicarse la norma, varias veces citada, contenida en el artículo 184 del Código del Trabajo, lo que fluye de su texto, de su sentido y de su finalidad. Acorde con los principios generales del Derecho del Trabajo y al imperativo social, este artículo debe interpretarse en sentido amplio, específicamente su inciso 1º, vale decir, que el empleador debe adoptar todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de los trabajadores.

concretas del deber de protección del empleador y su cabal cumplimiento es de una trascendencia superior a la de una simple obligación de una de las partes en un negocio jurídico. Dicha obligación del empleador es fundamental, pues busca prevenir los riesgos profesionales, resguardando así la vida y salud de los trabajadores, materia de suma importancia tanto para ellos mismos, como para sus familias y la totalidad de la sociedad. La regulación del cumplimiento de este deber no queda entregada a la autonomía de la voluntad de las partes, ni menos aún a la decisión del empleador. Dicha regulación comprende en general una serie de normas de derecho necesario, cuyo contenido, forma y extensión se encuentran establecidas en normas de orden público. Ello sin perjuicio de otras normativas adicionales decididas o convenidas con el propio empleador. Analiza el tenor gramatical del artículo 184, inciso 1º del Código del Trabajo, haciendo presente que señala que el empleador debe adoptar todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de sus trabajadores. La palabra “eficazmente”, empleada en la disposición legal citada, apunta a un efecto de RESULTADO, esto es, prevenir los accidentes. Pero además, fundamentalmente, debe considerársela referida a la magnitud de la responsabilidad y acuciosidad con que el empleador debe dar cumplimiento a su obligación de prevención y seguridad. En definitiva cabe inferir una suma exigencia del legislador. En relación con la obligación de prevención y seguridad que pesa sobre el empleador, aluden a ella los artículos 66, 67 y 68 de la ley Nº 16.744, cuyo reglamento fue aprobado por el decreto supremo Nº 40, de 1969, del Ministerio del Trabajo y Previsión Social, conocido como el Reglamento de Prevención de Riesgos. Además, existen prescripciones específicas de seguridad para la ejecución de labores como las que realizaba al momento de ocurrir el accidente del trabajo en análisis. En la especie, indica resulta indudable que existen normativas en prevención de riesgos precisas que el demandado ha incumplido, como asimismo normas sobre una adecuada y óptima capacitación e información de los riesgos a los trabajadores. Por consiguiente, siendo la obligación de protección estatuida en el inciso 1º del artículo 184 del Código del Trabajo, una obligación de la naturaleza del contrato, la que además emana de la ley, ésta obliga al empleador, ya que de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 1556 del Código Civil a propósito de las obligaciones contractuales, los contratos obligan no sólo a lo que en ellos se expresa, sino a todas las cosas que emanan precisamente de la naturaleza de la obligación, o que por la ley o la costumbre pertenecen a ella. Es así que el contrato de trabajo impone obligaciones y crea derechos que nacen de la voluntad de las partes y que también emanan de la ley. Aún más, el Código del Trabajo establece la irrenunciabilidad de tales derechos, circunstancia que confirma que las leyes laborales deben entenderse incorporadas a los contratos. El contrato de trabajo, además del contenido patrimonial, tiene un importante contenido personal, en el que destacan básicamente el deber general de protección del empleador y los de lealtad y fidelidad que pesan sobre los trabajadores. Por cierto, el deber general de protección del empleador comprende el deber de seguridad que encierra una problemática adicional. Los valores que tienden a preservar la obligación de seguridad, en forma directa e inmediata, no son de índole patrimonial, sino que son la propia vida, la integridad física y psíquica, y la salud del trabajador en general. Atendido lo anterior, y dada la circunstancia de que la ley Nº 16.744, especialmente su artículo 69, no determina el grado de culpa de que debe responder el empleador, la Excma. Corte Suprema en forma reiterada ha concluido que éste es el propio de la culpa levísima, es decir, la falta de aquella esmerada diligencia que un hombre juicioso emplea en la administración de sus negocios importantes. (Artículo 44 del Código Civil). Esta conclusión, a su vez, guarda consonancia con la forma cómo debe interpretarse y aplicarse la norma, varias veces citada, contenida en el artículo 184 del Código del Trabajo, lo que fluye de su texto, de su sentido y de su finalidad. Acorde con los principios generales del Derecho del Trabajo y al imperativo social, este artículo debe interpretarse en sentido amplio, específicamente su inciso 1º, vale decir, que el empleador debe adoptar todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de los trabajadores. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

85

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Obviamente, en su caso, la demandada no tomó las medidas eficaces de protección, pues el accidente se debió a la falta total de un instructivo de normas y medidas básicas para prevenir la ocurrencia de accidentes al tener que trabajar con una máquina industrial que no funcionaba adecuadamente y que presentaba constantes desperfectos y a la cual no se le efectuaba mantención alguna; sin elementos de protección personal acordes a las labores que ejecutaba; no contaba con guantes de seguridad adecuados; sin ninguna advertencia o información sobre los peligros que conlleva la operación de una máquina industrial; la que no contaba con barreras o protecciones que impidiera el contacto de sus extremidades con sus elementos cortantes; no existía procedimiento formal escrito o no escrito para utilización; y, en definitiva, no tenía ningún mecanismo de cuidado que disminuyera el riesgo al trabajar; no existir una señalética que advirtiera o informara los potenciales peligros; no existir un supervisor en la zona del accidente; no supervigilar la forma y método de trabajo de sus trabajadores, con un evidente descuido en la supervisión de los riesgos; todo según ya se ha descrito. La obligación de seguridad analizada hace responsable al demandado en sede contractual, cuando por su culpa levísima no ha dado cumplimiento al elemental y principalísimo DEBER DE SEGURIDAD que le impone el artículo 184 del Código del Trabajo, lo que ha sucedido en la especie, teniendo como consecuencia el accidente laboral del que ha sido víctima. En cuanto a otras infracciones a normas laborales y de seguridad social específicas cometidas por la demandada. Alude las de la obligación de prevención y seguridad que pesa sobre el empleador de los artículo 66, 67 y 68 de la ley Nº 16.744, artículos reglamentados por el D.S. Nº 40, de 1969, del Ministerio de Trabajo y Previsión Social. Ello además de las prescripciones específicas para la ejecución del trabajo que se le había ordenado ejecutar. Los mencionados preceptos de la ley Nº 16.744 apuntan a que en las empresas se logre una “conciencia de la seguridad”, por la importancia que ella tiene para los diversos sectores referidos: los trabajadores, sus familias, la propia empresa y la comunidad, siempre ésta interesada por los recursos humanos. Al respecto, destaca entre otros preceptos, las dos primeras funciones que deben cumplir los Comités Paritarios de Higiene y Seguridad que deben funcionar en las empresas: 1. “Asesorar e instruir a los trabajadores para la correcta utilización de los instrumentos de protección. 2. Vigilar el cumplimiento, tanto por parte de las empresas como de los trabajadores, de las medidas de prevención, higiene y seguridad”. Pues bien, alega que la demandada incurrió, entre otras, en esta serie de infracciones específicas: Infracción a los artículos 66 de la ley Nº 16.744 y 210 del Código del Trabajo, en relación con los artículos 3º, 36, 37, 43 y 53, acápite 1º del D.S. Nº 594, de 1999, del Ministerio del Trabajo y de Previsión Social, que aprobó el Reglamento sobre Condiciones Sanitarias y Ambientales Básicas en los Lugares de Trabajo: Artículo 3º: “La empresa está obligada a mantener en los lugares de trabajo las condiciones sanitarias y ambientales para proteger la vida y salud de los trabajadores que en ella se desempeñan, sean estos dependientes directos suyos o lo sean de terceros contratistas que realizan actividades para ella”. Señala que se puede apreciar, que estas normas obligan a la empresa a suprimir todo factor de peligro que pueda afectar la salud e integridad de los trabajadores. Artículo 36: “Los elementos estructurales de la construcción de los locales de trabajo y todas las maquinarias, instalaciones, así como las herramientas y equipos, se mantendrán en condiciones seguras y en buen estado de funcionamiento para evitar daño a las personas”. Concluye que el accidente del trabajo descrito no habría ocurrido si su empleadora hubiese tomado las medidas y dispuesto las condiciones básicas que aseguraran a los trabajadores la no ocurrencia de accidentes, estableciendo medidas de seguridad que impidieran verse expuesta a una máquina industrial a la que no se le hacía mantención alguna; que no contaba con ningún elemento de protección o barreras que impidieran el contacto de sus manos con sus elementos cortantes, lo que a todas luces deja la posibilidad de accidentarse como algo sumamente probable. Artículo 37 inciso 1º: “Deberá suprimirse en los lugares de trabajo cualquier factor de peligro que pueda afectar la salud e integridad de los trabajadores. (...) Las dependencias de los establecimientos

86

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Obviamente, en su caso, la demandada no tomó las medidas eficaces de protección, pues el accidente se debió a la falta total de un instructivo de normas y medidas básicas para prevenir la ocurrencia de accidentes al tener que trabajar con una máquina industrial que no funcionaba adecuadamente y que presentaba constantes desperfectos y a la cual no se le efectuaba mantención alguna; sin elementos de protección personal acordes a las labores que ejecutaba; no contaba con guantes de seguridad adecuados; sin ninguna advertencia o información sobre los peligros que conlleva la operación de una máquina industrial; la que no contaba con barreras o protecciones que impidiera el contacto de sus extremidades con sus elementos cortantes; no existía procedimiento formal escrito o no escrito para utilización; y, en definitiva, no tenía ningún mecanismo de cuidado que disminuyera el riesgo al trabajar; no existir una señalética que advirtiera o informara los potenciales peligros; no existir un supervisor en la zona del accidente; no supervigilar la forma y método de trabajo de sus trabajadores, con un evidente descuido en la supervisión de los riesgos; todo según ya se ha descrito. La obligación de seguridad analizada hace responsable al demandado en sede contractual, cuando por su culpa levísima no ha dado cumplimiento al elemental y principalísimo DEBER DE SEGURIDAD que le impone el artículo 184 del Código del Trabajo, lo que ha sucedido en la especie, teniendo como consecuencia el accidente laboral del que ha sido víctima. En cuanto a otras infracciones a normas laborales y de seguridad social específicas cometidas por la demandada. Alude las de la obligación de prevención y seguridad que pesa sobre el empleador de los artículo 66, 67 y 68 de la ley Nº 16.744, artículos reglamentados por el D.S. Nº 40, de 1969, del Ministerio de Trabajo y Previsión Social. Ello además de las prescripciones específicas para la ejecución del trabajo que se le había ordenado ejecutar. Los mencionados preceptos de la ley Nº 16.744 apuntan a que en las empresas se logre una “conciencia de la seguridad”, por la importancia que ella tiene para los diversos sectores referidos: los trabajadores, sus familias, la propia empresa y la comunidad, siempre ésta interesada por los recursos humanos. Al respecto, destaca entre otros preceptos, las dos primeras funciones que deben cumplir los Comités Paritarios de Higiene y Seguridad que deben funcionar en las empresas: 1. “Asesorar e instruir a los trabajadores para la correcta utilización de los instrumentos de protección. 2. Vigilar el cumplimiento, tanto por parte de las empresas como de los trabajadores, de las medidas de prevención, higiene y seguridad”. Pues bien, alega que la demandada incurrió, entre otras, en esta serie de infracciones específicas: Infracción a los artículos 66 de la ley Nº 16.744 y 210 del Código del Trabajo, en relación con los artículos 3º, 36, 37, 43 y 53, acápite 1º del D.S. Nº 594, de 1999, del Ministerio del Trabajo y de Previsión Social, que aprobó el Reglamento sobre Condiciones Sanitarias y Ambientales Básicas en los Lugares de Trabajo: Artículo 3º: “La empresa está obligada a mantener en los lugares de trabajo las condiciones sanitarias y ambientales para proteger la vida y salud de los trabajadores que en ella se desempeñan, sean estos dependientes directos suyos o lo sean de terceros contratistas que realizan actividades para ella”. Señala que se puede apreciar, que estas normas obligan a la empresa a suprimir todo factor de peligro que pueda afectar la salud e integridad de los trabajadores. Artículo 36: “Los elementos estructurales de la construcción de los locales de trabajo y todas las maquinarias, instalaciones, así como las herramientas y equipos, se mantendrán en condiciones seguras y en buen estado de funcionamiento para evitar daño a las personas”. Concluye que el accidente del trabajo descrito no habría ocurrido si su empleadora hubiese tomado las medidas y dispuesto las condiciones básicas que aseguraran a los trabajadores la no ocurrencia de accidentes, estableciendo medidas de seguridad que impidieran verse expuesta a una máquina industrial a la que no se le hacía mantención alguna; que no contaba con ningún elemento de protección o barreras que impidieran el contacto de sus manos con sus elementos cortantes, lo que a todas luces deja la posibilidad de accidentarse como algo sumamente probable. Artículo 37 inciso 1º: “Deberá suprimirse en los lugares de trabajo cualquier factor de peligro que pueda afectar la salud e integridad de los trabajadores. (...) Las dependencias de los establecimientos

86

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

87

públicos o privados deberán contar con señalización visible y permanente en las zonas de peligro, indicando el agente y/o condición de riesgo, así como las vías de escape y zonas de seguridad ante emergencias. Además, deberá indicarse claramente por medio de señalización visible y permanente la necesidad de uso de elementos de protección personal específicos cuando sea necesario. Los símbolos y palabras que se utilicen en la señalización, deberán estar de acuerdo con la normativa nacional vigente, y a falta de ella con la que determinen las normas chilenas oficiales y aparecer en el idioma oficial del país y, en caso necesario cuando haya trabajadores de otro idioma, además en el de ellos”. Afirma que jamás se le capacitó con un procedimiento de trabajo seguro. Alega además Infracción a los artículos 66 de la ley Nº 16.744 y 210 del Código del Trabajo, en relación con los Nºs. 1 y 2 del artículo 24 del D.S. Nº 54, de 1969, del Ministerio de Trabajo y Previsión Social, que aprobó el Reglamento de Comités Paritarios de Higiene y Seguridad. En efecto, afirma el Comité Paritario de la demandada no asesoró ni instruyó a la suscrita, ni al resto de los trabajadores para la utilización de los elementos de protección y para la capacitación adecuada de sus labores. Infracción a los artículos 66 y 68 de la ley Nº 16.744, en relación a los artículos 210 del Código del Trabajo y artículos 8º, 14 y 21y siguientes del D.S. Nº 40, de 1969, del Ministerio del Trabajo y Previsión Social, que aprobó el Reglamento de Prevención de Riesgos: Efectivamente, el Departamento de Prevención de Riesgos del demandado –si es que existía– no cumplió, en su caso, con sus acciones de reconocimiento, evaluación y control de riesgos en el trabajo, ni en otorgar al Comité Paritario la adecuada asesoría técnica, ni tampoco cumplió con la acción educativa de adiestramiento y capacitación de los trabajadores en materia de prevención de riesgos laborales. Infracción al artículo 187 del Código del Trabajo y al artículo 68 de la ley Nº 16.744: La primera norma prohíbe exigir y admitir el desempeño de un trabajador en faenas que puedan comprometer su salud o seguridad. La segunda, obliga al empleador a entregar a un trabajador los implementos respectivos de seguridad. Todas estas normas se incumplieron por la demandada. En cuanto a la responsabilidad que alega. Señala que la infracción del artículo 184 del Código del Trabajo en que incurrió la demandada, en este caso, da origen a su responsabilidad contractual, como señaló anteriormente, y siendo responsable de la culpa levísima, afirma que la obligación de la demandada se resuelve en la de indemnizarle los daños provocados por su incumplimiento. Las normas que regulan esta materia son las contenidas en los artículos 19 Nºs. 1 inciso 1º y 4º de la Constitución Política, en relación con los artículos 1547, 1556 y 1557 del Código Civil y con el artículo 184 del Código del Trabajo, en los Tratados Internacionales ya reseñados, y en el artículo 69 de la ley Nº 16.744 sobre Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales, entre otros. “Esta última disposición, de carácter especial, establece que mediando culpa de la entidad empleadora, la víctima y las demás personas a quienes el accidente cause daño, podrán reclamar al empleador responsable del accidente también las otras indemnizaciones a que tengan derecho, con arreglo a las prescripciones del derecho común, incluso el daño moral. De esta forma advierte, la indemnización de perjuicios deberá cubrir, en su caso, el lucro cesante y el daño moral. En cuanto al lucro cesante. Refiere que el artículo 1556 del Código Civil establece que la indemnización de perjuicios comprende el daño emergente y el lucro cesante, ya provengan de no haberse cumplido la obligación, ya de haberse cumplido imperfectamente. Por su parte, el artículo 1557 agrega que se debe la indemnización de perjuicios desde que el deudor se ha constituido en mora o si la obligación es de no hacer, desde el momento de la contravención. El lucro cesante es la diferencia, en este caso, entre la entidad del patrimonio tal como estaba al momento de producirse el accidente laboral y el que tendría por medio del aumento que no se ha realizado por causa directa de dicho accidente, y que sin él, ciertamente se hubiese obtenido o logrado. Es decir, equivale a colocarse en una situación análoga a la que existía con anterioridad a ocurrido el accidente. En este punto refiere el fallo de la Ilustre Corte de Apelaciones de Santiago al acoger la procedencia de la indemnización del lucro cesante en un accidente del trabajo, que establece:

públicos o privados deberán contar con señalización visible y permanente en las zonas de peligro, indicando el agente y/o condición de riesgo, así como las vías de escape y zonas de seguridad ante emergencias. Además, deberá indicarse claramente por medio de señalización visible y permanente la necesidad de uso de elementos de protección personal específicos cuando sea necesario. Los símbolos y palabras que se utilicen en la señalización, deberán estar de acuerdo con la normativa nacional vigente, y a falta de ella con la que determinen las normas chilenas oficiales y aparecer en el idioma oficial del país y, en caso necesario cuando haya trabajadores de otro idioma, además en el de ellos”. Afirma que jamás se le capacitó con un procedimiento de trabajo seguro. Alega además Infracción a los artículos 66 de la ley Nº 16.744 y 210 del Código del Trabajo, en relación con los Nºs. 1 y 2 del artículo 24 del D.S. Nº 54, de 1969, del Ministerio de Trabajo y Previsión Social, que aprobó el Reglamento de Comités Paritarios de Higiene y Seguridad. En efecto, afirma el Comité Paritario de la demandada no asesoró ni instruyó a la suscrita, ni al resto de los trabajadores para la utilización de los elementos de protección y para la capacitación adecuada de sus labores. Infracción a los artículos 66 y 68 de la ley Nº 16.744, en relación a los artículos 210 del Código del Trabajo y artículos 8º, 14 y 21y siguientes del D.S. Nº 40, de 1969, del Ministerio del Trabajo y Previsión Social, que aprobó el Reglamento de Prevención de Riesgos: Efectivamente, el Departamento de Prevención de Riesgos del demandado –si es que existía– no cumplió, en su caso, con sus acciones de reconocimiento, evaluación y control de riesgos en el trabajo, ni en otorgar al Comité Paritario la adecuada asesoría técnica, ni tampoco cumplió con la acción educativa de adiestramiento y capacitación de los trabajadores en materia de prevención de riesgos laborales. Infracción al artículo 187 del Código del Trabajo y al artículo 68 de la ley Nº 16.744: La primera norma prohíbe exigir y admitir el desempeño de un trabajador en faenas que puedan comprometer su salud o seguridad. La segunda, obliga al empleador a entregar a un trabajador los implementos respectivos de seguridad. Todas estas normas se incumplieron por la demandada. En cuanto a la responsabilidad que alega. Señala que la infracción del artículo 184 del Código del Trabajo en que incurrió la demandada, en este caso, da origen a su responsabilidad contractual, como señaló anteriormente, y siendo responsable de la culpa levísima, afirma que la obligación de la demandada se resuelve en la de indemnizarle los daños provocados por su incumplimiento. Las normas que regulan esta materia son las contenidas en los artículos 19 Nºs. 1 inciso 1º y 4º de la Constitución Política, en relación con los artículos 1547, 1556 y 1557 del Código Civil y con el artículo 184 del Código del Trabajo, en los Tratados Internacionales ya reseñados, y en el artículo 69 de la ley Nº 16.744 sobre Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales, entre otros. “Esta última disposición, de carácter especial, establece que mediando culpa de la entidad empleadora, la víctima y las demás personas a quienes el accidente cause daño, podrán reclamar al empleador responsable del accidente también las otras indemnizaciones a que tengan derecho, con arreglo a las prescripciones del derecho común, incluso el daño moral. De esta forma advierte, la indemnización de perjuicios deberá cubrir, en su caso, el lucro cesante y el daño moral. En cuanto al lucro cesante. Refiere que el artículo 1556 del Código Civil establece que la indemnización de perjuicios comprende el daño emergente y el lucro cesante, ya provengan de no haberse cumplido la obligación, ya de haberse cumplido imperfectamente. Por su parte, el artículo 1557 agrega que se debe la indemnización de perjuicios desde que el deudor se ha constituido en mora o si la obligación es de no hacer, desde el momento de la contravención. El lucro cesante es la diferencia, en este caso, entre la entidad del patrimonio tal como estaba al momento de producirse el accidente laboral y el que tendría por medio del aumento que no se ha realizado por causa directa de dicho accidente, y que sin él, ciertamente se hubiese obtenido o logrado. Es decir, equivale a colocarse en una situación análoga a la que existía con anterioridad a ocurrido el accidente. En este punto refiere el fallo de la Ilustre Corte de Apelaciones de Santiago al acoger la procedencia de la indemnización del lucro cesante en un accidente del trabajo, que establece: ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

87

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

“19º.– Que la indemnización por concepto de lucro cesante se encuentra representada por la diferencia de emolumentos que dejará de percibir el trabajador con ocasión de este desgraciado percance, proyectada por los años y meses de vida laboral que le restan entre el día del accidente, 7 de agosto de 2001 y e/ momento en que hubiere de cumplir sesenta y cinco años de edad, considerando que registra su nacimiento el día 28 de febrero de 1974, lo que permite establecer la fecha previsible de su jubilación por vejez, la cual debe calcularse sobre el monto de la remuneración que el trabajador ganaba estando en actividad, que el actor ha probado con su contrato de trabajo ascendía a cien mil pesos ($ 100.000), sin desentenderse de la pensión de invalidez que le otorgue el seguro social a que se refiere la ley Nº 16.744, sobre Seguro Social Obligatorio de Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales”. En este fallo, en que el trabajador ganaba $ 100.000 pesos mensuales se establece una indemnización por lucro cesante ascendente a sesenta millones de pesos ($ 60.000.000). (Fallo de la Ilustre Corte de Apelaciones de Santiago de fecha 7 de mayo de 2004, causa Rol Nº 2.531–2003). Continúa y señala que, la indemnización por concepto de lucro cesante se encuentra representada por los emolumentos que dejara de percibir con ocasión de este accidente, proyectada por los años y meses de vida laboral que le restan entre esta fecha, y el momento en que hubiere de cumplir 60 años de edad, fecha de previsible jubilación por vejez. Teniendo presente lo precedentemente expuesto y el hecho de que el monto de la remuneración que ganaba estando en actividad, ascendía a $ 212.472.– mensuales, se multiplica por 12 (para obtener la remuneración anual) y luego por 18 (años que van desde esta fecha hasta la fecha en que yo cumplo 60 años de edad), lo que da un total de $ 45.893.952.–, señala que si se aplica prudencialmente un grado de incapacidad estimativo ascendente a un 40%, da un total de $ 18.357.580.- que corresponde a la suma por la cual demanda por concepto de lucro cesante. En subsidio de todo lo anterior, demanda por este concepto, la suma mayor o menor que el Tribunal se sirva fijar en justicia y equidad, de acuerdo al mérito de autos. En cuanto al daño moral, señala que es indiscutible la procedencia del mismo en nuestra legislación, cuando deriva de un accidente del trabajo. En efecto, el artículo 19 Nºs. 1 inciso 1º y 4º de la Constitución Política, en relación con el artículo 69 de la ley Nº 16.744, reconocen expresamente el derecho a tal clase de reparación. Refiere que la lesión a los intereses patrimoniales origina un daño patrimonial o material, en tanto que la lesión a los intereses extra patrimoniales hace surgir un daño extrapatrimonial o moral. En este caso, se entiende por interés lo que es útil, por cualquier causa, aunque no sea pecuniariamente valuable, con tal que signifique un bien para el sujeto, que le satisfaga una necesidad, que le cause una felicidad o que le inhiba un dolor. Consciente de lo anterior, afirma que del conjunto de preceptos que rigen las indemnizaciones provenientes del daño, se desprende que su procedencia presupone ese interés de parte de quien lo experimenta o sufre, surgiendo la obligación de indemnizarlo, en el caso de autos, por parte de la demandada. Por ende, se produce daño moral con toda lesión, menoscabo, detrimento, molestia o perturbación a un simple interés del que sea titular una persona, como lo es la diferencia perjudicial para ella, de 42 años a la fecha, entre su condición antes de sufrir el accidente del trabajo, encontrándose sana física y psicológicamente, y la condición en que he quedado con posterioridad al mismo, lo que ha significado que deba quedar con su mano derecha gravemente mutilada; rechazo de la gente al ver sus lesiones; no poder realizar ningún tipo de actividades con su mano derecha, la que ni siquiera logra empuñar; con todas las secuelas psicológicas y psiquiátricas que ello implica. A ello se suma una serie de dolores crónicos que deberá soportar el resto de mi vida, y los mencionados perjuicios de sufrimiento y de agrado descritos precedentemente. En este punto cabe cita el fallo pronunciado con fecha 27 de agosto de 2010, por el Primer juzgado de Letras del Trabajo de Santiago, Causa RIT Nº 0–1113–2010. En el mismo sentido razona el fallo pronunciado con fecha 28 de abril da 2010, por el Juzgado de Letras del Trabajo de Valparaíso, Causa RIT Nº 0–136–2008. En ambos procesos se acogió la demanda y se condenó al pago de sumas por conceptos de lucro cesante y además por daños moral.

88

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

“19º.– Que la indemnización por concepto de lucro cesante se encuentra representada por la diferencia de emolumentos que dejará de percibir el trabajador con ocasión de este desgraciado percance, proyectada por los años y meses de vida laboral que le restan entre el día del accidente, 7 de agosto de 2001 y e/ momento en que hubiere de cumplir sesenta y cinco años de edad, considerando que registra su nacimiento el día 28 de febrero de 1974, lo que permite establecer la fecha previsible de su jubilación por vejez, la cual debe calcularse sobre el monto de la remuneración que el trabajador ganaba estando en actividad, que el actor ha probado con su contrato de trabajo ascendía a cien mil pesos ($ 100.000), sin desentenderse de la pensión de invalidez que le otorgue el seguro social a que se refiere la ley Nº 16.744, sobre Seguro Social Obligatorio de Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales”. En este fallo, en que el trabajador ganaba $ 100.000 pesos mensuales se establece una indemnización por lucro cesante ascendente a sesenta millones de pesos ($ 60.000.000). (Fallo de la Ilustre Corte de Apelaciones de Santiago de fecha 7 de mayo de 2004, causa Rol Nº 2.531–2003). Continúa y señala que, la indemnización por concepto de lucro cesante se encuentra representada por los emolumentos que dejara de percibir con ocasión de este accidente, proyectada por los años y meses de vida laboral que le restan entre esta fecha, y el momento en que hubiere de cumplir 60 años de edad, fecha de previsible jubilación por vejez. Teniendo presente lo precedentemente expuesto y el hecho de que el monto de la remuneración que ganaba estando en actividad, ascendía a $ 212.472.– mensuales, se multiplica por 12 (para obtener la remuneración anual) y luego por 18 (años que van desde esta fecha hasta la fecha en que yo cumplo 60 años de edad), lo que da un total de $ 45.893.952.–, señala que si se aplica prudencialmente un grado de incapacidad estimativo ascendente a un 40%, da un total de $ 18.357.580.- que corresponde a la suma por la cual demanda por concepto de lucro cesante. En subsidio de todo lo anterior, demanda por este concepto, la suma mayor o menor que el Tribunal se sirva fijar en justicia y equidad, de acuerdo al mérito de autos. En cuanto al daño moral, señala que es indiscutible la procedencia del mismo en nuestra legislación, cuando deriva de un accidente del trabajo. En efecto, el artículo 19 Nºs. 1 inciso 1º y 4º de la Constitución Política, en relación con el artículo 69 de la ley Nº 16.744, reconocen expresamente el derecho a tal clase de reparación. Refiere que la lesión a los intereses patrimoniales origina un daño patrimonial o material, en tanto que la lesión a los intereses extra patrimoniales hace surgir un daño extrapatrimonial o moral. En este caso, se entiende por interés lo que es útil, por cualquier causa, aunque no sea pecuniariamente valuable, con tal que signifique un bien para el sujeto, que le satisfaga una necesidad, que le cause una felicidad o que le inhiba un dolor. Consciente de lo anterior, afirma que del conjunto de preceptos que rigen las indemnizaciones provenientes del daño, se desprende que su procedencia presupone ese interés de parte de quien lo experimenta o sufre, surgiendo la obligación de indemnizarlo, en el caso de autos, por parte de la demandada. Por ende, se produce daño moral con toda lesión, menoscabo, detrimento, molestia o perturbación a un simple interés del que sea titular una persona, como lo es la diferencia perjudicial para ella, de 42 años a la fecha, entre su condición antes de sufrir el accidente del trabajo, encontrándose sana física y psicológicamente, y la condición en que he quedado con posterioridad al mismo, lo que ha significado que deba quedar con su mano derecha gravemente mutilada; rechazo de la gente al ver sus lesiones; no poder realizar ningún tipo de actividades con su mano derecha, la que ni siquiera logra empuñar; con todas las secuelas psicológicas y psiquiátricas que ello implica. A ello se suma una serie de dolores crónicos que deberá soportar el resto de mi vida, y los mencionados perjuicios de sufrimiento y de agrado descritos precedentemente. En este punto cabe cita el fallo pronunciado con fecha 27 de agosto de 2010, por el Primer juzgado de Letras del Trabajo de Santiago, Causa RIT Nº 0–1113–2010. En el mismo sentido razona el fallo pronunciado con fecha 28 de abril da 2010, por el Juzgado de Letras del Trabajo de Valparaíso, Causa RIT Nº 0–136–2008. En ambos procesos se acogió la demanda y se condenó al pago de sumas por conceptos de lucro cesante y además por daños moral.

88

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

89

Señala que por concepto de daño moral demanda la cantidad de $ 120.000.000– (ciento veinte millones de pesos). En subsidio, demando por este concepto, la suma mayor o menor que el tribunal se sirva fijar, de acuerdo a la equidad, justicia y al mérito del proceso. Finaliza solicitando se acoja la demanda en todas sus partes declarando: Que, la demandada debe pagarle las indemnizaciones por daño moral y por lucro cesante que se cobran en el libelo de autos, o, en subsidio, las indemnizaciones que por estos conceptos determine en tribunal, en cantidades superiores o inferiores a las peticionadas en la demanda, de acuerdo a la justicia, equidad y al mérito del proceso; sumas que se deberán pagar con los reajustes e intereses que establecen los artículos 63 y 173 del Código del Trabajo; o, en subsidio, con los reajustes e intereses que determine el tribunal, contados desde la fecha de notificación de esta demanda, o contados desde la fecha que fije el tribunal y además de las costas de la causa. SEGUNDO: Comparece don Luis Alberto Medina Johansen, abogado, con domicilio en calle Compañía Nº 1390 oficina 1307, Santiago, en representación de Fábrica de Envases Mater S.A., quien contesta la demanda, solicitando desde ya su rechazo en todas sus partes, en atención a las siguientes consideraciones: Primeramente expone que antes de referirse específicamente al accidente de la actora, es necesario definir cuáles son las partes móviles de la máquina TV–1, donde se verificó el accidente. Cadena. Ésta se encarga de trasladar la lámina de plástico, que es alimentada en el cabezal de la máquina con la finalidad de fabricar, en este caso, bandejas y trasladarla a través de la matriz y troquel, para luego llegar donde se encuentran las operarias. Esta cadena tiene una protección que impide que la máquina se desplace de su eje y mantenga su proceso en forma segura, según se ha establecido por el comité paritario de la empresa. El día 11 de mayo de 2010, y antes que ocurriera el accidente, la protección de la cadena se soltó en un pequeño tramo (8 cms aproximadamente) lo que provocó que la lámina se atascara, la trabajadora dio el aviso al jefe de turno, el que, de acuerdo a los procedimientos establecidos por la empresa (acción segura), ordenó la detención de la máquina, para que una vez detenida se pudiera limpiar la zona y volver la cadena a su sitio. Con esto la máquina pudo volver a funcionar en forma correcta. Lo señalado fue debidamente declarado por el jefe de turno a la Comisión Investigadora de la Mutual de Seguridad. Sólo transcurrieron unos pocos minutos, cuando la máquina se volvió a atascar producto de acumulación de material nuevamente, pero en esta oportunidad la operaria no dio el respectivo aviso al jefe de turno, ya que ella, en su fuero más interno, consideró que lo podía hacer sin ayuda, queriendo destrabar la máquina sin detenerla, para poder ejecutar la acción segura que correspondía introduciendo su mano derecha para intentar tirar la lámina hacia fuera, mientras la máquina seguía en funcionamiento. Craso error, producto de este actuar negligente y temerario de la trabajadora se produjo el accidente. Frente a esto señala que la trabajadora al verificarse una situación igual, momentos antes del accidente, actuó como correspondía, y frente a la repetición del problema actuó de mutuo propio, conociendo el riesgo, de forma absolutamente negligente. Es decir, si la trabajadora ya sabía lo que tenía que hacer en caso de que la máquina se atascara, se cuestiona porque no repitió el procedimiento (acción segura), y decidió solucionar el problema (acción no segura) con las lamentables consecuencias. Matriz. Esta pieza es la que da forma al producto a fabricar y está ubicado luego de los calefactores, haciendo un proceso que sube y baja moldeando la lámina caliente, desde donde sale el producto listo para su corte. Esta pieza sólo puede ser removida por personal de mantención, y mientras la máquina está en funcionamiento la matriz está fijada a la base de la máquina. No existe protección para esta pieza ya que está al interior de la máquina. Troquel. Está formado por cuchillos que tienen el mismo diseño del producto salido de la matriz y su función es la de cortar la lámina de plástico, preparando la separación del producto del residuo de la lámina, lo que termina por hacer la operaria de la máquina. El troquel tampoco tiene una protección, ya que igual que la matriz debe ser cambiado de acuerdo al molde utilizado. Ahora bien, explica que esta es una máquina que tiene un funcionamiento de casi 14 años e históricamente nunca tuvo accidente alguno, siendo éste el primero, ya que cuenta con el debido panel de control con botones de apagado para detener la máquina al realizar cualquier cambio o problema en el proceso de fabricación.

Señala que por concepto de daño moral demanda la cantidad de $ 120.000.000– (ciento veinte millones de pesos). En subsidio, demando por este concepto, la suma mayor o menor que el tribunal se sirva fijar, de acuerdo a la equidad, justicia y al mérito del proceso. Finaliza solicitando se acoja la demanda en todas sus partes declarando: Que, la demandada debe pagarle las indemnizaciones por daño moral y por lucro cesante que se cobran en el libelo de autos, o, en subsidio, las indemnizaciones que por estos conceptos determine en tribunal, en cantidades superiores o inferiores a las peticionadas en la demanda, de acuerdo a la justicia, equidad y al mérito del proceso; sumas que se deberán pagar con los reajustes e intereses que establecen los artículos 63 y 173 del Código del Trabajo; o, en subsidio, con los reajustes e intereses que determine el tribunal, contados desde la fecha de notificación de esta demanda, o contados desde la fecha que fije el tribunal y además de las costas de la causa. SEGUNDO: Comparece don Luis Alberto Medina Johansen, abogado, con domicilio en calle Compañía Nº 1390 oficina 1307, Santiago, en representación de Fábrica de Envases Mater S.A., quien contesta la demanda, solicitando desde ya su rechazo en todas sus partes, en atención a las siguientes consideraciones: Primeramente expone que antes de referirse específicamente al accidente de la actora, es necesario definir cuáles son las partes móviles de la máquina TV–1, donde se verificó el accidente. Cadena. Ésta se encarga de trasladar la lámina de plástico, que es alimentada en el cabezal de la máquina con la finalidad de fabricar, en este caso, bandejas y trasladarla a través de la matriz y troquel, para luego llegar donde se encuentran las operarias. Esta cadena tiene una protección que impide que la máquina se desplace de su eje y mantenga su proceso en forma segura, según se ha establecido por el comité paritario de la empresa. El día 11 de mayo de 2010, y antes que ocurriera el accidente, la protección de la cadena se soltó en un pequeño tramo (8 cms aproximadamente) lo que provocó que la lámina se atascara, la trabajadora dio el aviso al jefe de turno, el que, de acuerdo a los procedimientos establecidos por la empresa (acción segura), ordenó la detención de la máquina, para que una vez detenida se pudiera limpiar la zona y volver la cadena a su sitio. Con esto la máquina pudo volver a funcionar en forma correcta. Lo señalado fue debidamente declarado por el jefe de turno a la Comisión Investigadora de la Mutual de Seguridad. Sólo transcurrieron unos pocos minutos, cuando la máquina se volvió a atascar producto de acumulación de material nuevamente, pero en esta oportunidad la operaria no dio el respectivo aviso al jefe de turno, ya que ella, en su fuero más interno, consideró que lo podía hacer sin ayuda, queriendo destrabar la máquina sin detenerla, para poder ejecutar la acción segura que correspondía introduciendo su mano derecha para intentar tirar la lámina hacia fuera, mientras la máquina seguía en funcionamiento. Craso error, producto de este actuar negligente y temerario de la trabajadora se produjo el accidente. Frente a esto señala que la trabajadora al verificarse una situación igual, momentos antes del accidente, actuó como correspondía, y frente a la repetición del problema actuó de mutuo propio, conociendo el riesgo, de forma absolutamente negligente. Es decir, si la trabajadora ya sabía lo que tenía que hacer en caso de que la máquina se atascara, se cuestiona porque no repitió el procedimiento (acción segura), y decidió solucionar el problema (acción no segura) con las lamentables consecuencias. Matriz. Esta pieza es la que da forma al producto a fabricar y está ubicado luego de los calefactores, haciendo un proceso que sube y baja moldeando la lámina caliente, desde donde sale el producto listo para su corte. Esta pieza sólo puede ser removida por personal de mantención, y mientras la máquina está en funcionamiento la matriz está fijada a la base de la máquina. No existe protección para esta pieza ya que está al interior de la máquina. Troquel. Está formado por cuchillos que tienen el mismo diseño del producto salido de la matriz y su función es la de cortar la lámina de plástico, preparando la separación del producto del residuo de la lámina, lo que termina por hacer la operaria de la máquina. El troquel tampoco tiene una protección, ya que igual que la matriz debe ser cambiado de acuerdo al molde utilizado. Ahora bien, explica que esta es una máquina que tiene un funcionamiento de casi 14 años e históricamente nunca tuvo accidente alguno, siendo éste el primero, ya que cuenta con el debido panel de control con botones de apagado para detener la máquina al realizar cualquier cambio o problema en el proceso de fabricación. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

89

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

De acuerdo a lo solicitado por el Seremi de Salud, las protecciones ya están fabricadas e instaladas en la máquina, de tal modo de impedir acceso directo tanto al troquel como a la matriz, por parte de cualquier operario o personal no autorizado, pero teniendo la movilidad en ciertas zonas para que al momento de realizar un cambio del producto, los mecánicos encargados puedan hacerlo sin ningún inconveniente. Respecto a la señalética indicando el riesgo de atrapamiento de manos, refiere que según consta en actas del comité paritario y en reuniones con el departamento de riesgo de la mutual de seguridad, la señalética se pone en los lugares adecuados, no sólo la de atrapamiento, sino también las necesarias para prevenir accidentes dentro de la planta, además de las que muestran las salidas de emergencia. Asevera que lamentablemente debido a que son sacadas del lugar por parte del personal en señal de broma, o sea sin justificación alguna, es que se reemplazan continuamente, solicitando en la Mutual su reposición. Su representado diseña un sistema en que el peligro de atrapamiento sea pintado en la pared a primera vista de los trabajadores para evitar así el retiro o caída de los afiches, además de seguir pegando continuamente afiches. Con respecto a esto, se hicieron reuniones con todo el personal de la planta, para solicitar mayor responsabilidad con ellos mismos y preocuparse de no quitar o impedir que rayen o saquen los afiches de prevención de riesgos, el personal se comprometió a hacerlo y a preocuparse no sólo ahora, sino también en el futuro de evitar y denunciar al comité paritario estas conductas y tomar conciencia de los riesgos que existen en cualquier empresa manufacturera. En cuanto al Instructivo indicando la prohibición de intervenir equipos por personal no autorizado para la tarea que provocó el accidente, refiere que cada vez que ingresa una persona a trabajar a la planta por primera vez se le hace entrega del Reglamento Interno de Higiene y Seguridad, (acreditando en el sumario) además del instructivo de manejo y prevención de accidentes. En todo caso, asevera se han realizado charlas de prevención por parte de facultativos de la Mutual de Seguridad y del Comité Paritario existente en la empresa, donde se les deja claro a los trabajadores la importancia de cumplir las normas de seguridad y los peligros a que se exponen si las transgreden. Por otra parte, se les enseña los pasos a seguir cuando tienen algún problema en su máquina y a que persona deben recurrir en orden jerárquico si es que alguno faltare, indicándoles que por ningún motivo pueden ingresar las manos a la matriz, a la termo-formadora o troquel en funcionamiento para sacar, arreglar o destrabar envases, lo que se obliga es a detener la máquina y dar el aviso a la persona indicada. Tal como lo hizo la trabajadora accidentada en una primera instancia, sin explicarse porque en la segunda ocasión no siguió el procedimiento. Indica que la trabajadora accidentada, tiene una experiencia de 3 años y 7 meses realizando trabajos en máquinas. Durante la inspección realizada por parte del experto de la Mutual de Seguridad, se mostró instructivo de normas (medidas) a cumplir por los operarios de máquinas termo–formadoras, además de acreditar la asistencia de la trabajadora a capacitaciones en materias afines a la prevención de riesgos en máquinas y las reuniones realizadas por el Comité Pantano Vigente. Expresa que la máquina en cuestión presentó un problema general en la bomba hidráulica y estuvo detenida desde el 27 de abril hasta el 4 de mayo de 2010, tiempo durante el cual se sacó la protección del tablero eléctrico para poder efectuar la reparación y cambiar el guarda motor de la bomba hidráulica. Esta reparación quedó en garantía del servicio técnico por lo que el eléctrico de la empresa no repuso la protección ya que aún se encontraba monitoreando el equipo para verificar su buen funcionamiento y así también evitar cualquier otro tipo de problema posterior. A pesar de que el eléctrico de planta fue amonestado por no colocar la protección antes de empezar a operar la máquina, e indicarle que en futuro para monitorear cualquier equipo eléctrico debe darse el tiempo de sacar y reponer las tapas correspondientes, en defensa de la actitud presentada por este trabajador expone que el lugar donde debe estar el operario para poder realizar su trabajo en la máquina en cuestión tiene una distancia mínima de casi dos metros del tablero eléctrico y que a lo único que podrían acercarse es a apretar el botón de detención, y que desde el lugar en donde están se accede a este sin necesidad de acercarse al tablero, por lo que no existe riesgo de sufrir algún accidente de tipo eléctrico.

90

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

De acuerdo a lo solicitado por el Seremi de Salud, las protecciones ya están fabricadas e instaladas en la máquina, de tal modo de impedir acceso directo tanto al troquel como a la matriz, por parte de cualquier operario o personal no autorizado, pero teniendo la movilidad en ciertas zonas para que al momento de realizar un cambio del producto, los mecánicos encargados puedan hacerlo sin ningún inconveniente. Respecto a la señalética indicando el riesgo de atrapamiento de manos, refiere que según consta en actas del comité paritario y en reuniones con el departamento de riesgo de la mutual de seguridad, la señalética se pone en los lugares adecuados, no sólo la de atrapamiento, sino también las necesarias para prevenir accidentes dentro de la planta, además de las que muestran las salidas de emergencia. Asevera que lamentablemente debido a que son sacadas del lugar por parte del personal en señal de broma, o sea sin justificación alguna, es que se reemplazan continuamente, solicitando en la Mutual su reposición. Su representado diseña un sistema en que el peligro de atrapamiento sea pintado en la pared a primera vista de los trabajadores para evitar así el retiro o caída de los afiches, además de seguir pegando continuamente afiches. Con respecto a esto, se hicieron reuniones con todo el personal de la planta, para solicitar mayor responsabilidad con ellos mismos y preocuparse de no quitar o impedir que rayen o saquen los afiches de prevención de riesgos, el personal se comprometió a hacerlo y a preocuparse no sólo ahora, sino también en el futuro de evitar y denunciar al comité paritario estas conductas y tomar conciencia de los riesgos que existen en cualquier empresa manufacturera. En cuanto al Instructivo indicando la prohibición de intervenir equipos por personal no autorizado para la tarea que provocó el accidente, refiere que cada vez que ingresa una persona a trabajar a la planta por primera vez se le hace entrega del Reglamento Interno de Higiene y Seguridad, (acreditando en el sumario) además del instructivo de manejo y prevención de accidentes. En todo caso, asevera se han realizado charlas de prevención por parte de facultativos de la Mutual de Seguridad y del Comité Paritario existente en la empresa, donde se les deja claro a los trabajadores la importancia de cumplir las normas de seguridad y los peligros a que se exponen si las transgreden. Por otra parte, se les enseña los pasos a seguir cuando tienen algún problema en su máquina y a que persona deben recurrir en orden jerárquico si es que alguno faltare, indicándoles que por ningún motivo pueden ingresar las manos a la matriz, a la termo-formadora o troquel en funcionamiento para sacar, arreglar o destrabar envases, lo que se obliga es a detener la máquina y dar el aviso a la persona indicada. Tal como lo hizo la trabajadora accidentada en una primera instancia, sin explicarse porque en la segunda ocasión no siguió el procedimiento. Indica que la trabajadora accidentada, tiene una experiencia de 3 años y 7 meses realizando trabajos en máquinas. Durante la inspección realizada por parte del experto de la Mutual de Seguridad, se mostró instructivo de normas (medidas) a cumplir por los operarios de máquinas termo–formadoras, además de acreditar la asistencia de la trabajadora a capacitaciones en materias afines a la prevención de riesgos en máquinas y las reuniones realizadas por el Comité Pantano Vigente. Expresa que la máquina en cuestión presentó un problema general en la bomba hidráulica y estuvo detenida desde el 27 de abril hasta el 4 de mayo de 2010, tiempo durante el cual se sacó la protección del tablero eléctrico para poder efectuar la reparación y cambiar el guarda motor de la bomba hidráulica. Esta reparación quedó en garantía del servicio técnico por lo que el eléctrico de la empresa no repuso la protección ya que aún se encontraba monitoreando el equipo para verificar su buen funcionamiento y así también evitar cualquier otro tipo de problema posterior. A pesar de que el eléctrico de planta fue amonestado por no colocar la protección antes de empezar a operar la máquina, e indicarle que en futuro para monitorear cualquier equipo eléctrico debe darse el tiempo de sacar y reponer las tapas correspondientes, en defensa de la actitud presentada por este trabajador expone que el lugar donde debe estar el operario para poder realizar su trabajo en la máquina en cuestión tiene una distancia mínima de casi dos metros del tablero eléctrico y que a lo único que podrían acercarse es a apretar el botón de detención, y que desde el lugar en donde están se accede a este sin necesidad de acercarse al tablero, por lo que no existe riesgo de sufrir algún accidente de tipo eléctrico.

90

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

91

En cuanto a la conclusión y mejoramiento de los procedimientos. Refiere que luego del accidente se tomaron medidas inmediatas para controlar el riesgo que dio origen al mismo: a) Después que la trabajadora fue llevada por la ambulancia a la Mutual de Seguridad, se realizó el cierre total de empresa enviando a todos los trabajadores a sus hogares para que pudieran reponerse del impacto provocado por el accidente. En el inicio de cada uno de los siguientes turnos se comenzó a reforzar el tema de la prevención y cuidado personal, de los peligros de las máquinas y las consecuencias que pueden existir si no se toman en cuenta las medidas de seguridad, recordando además la labor de cada trabajador y que está estrictamente prohibido desde siempre tratar de arreglar una máquina, ya que para eso existe el personal calificado, que deben llamar al jefe de turno de ese momento o en su defecto al jefe de planta, de no tener solución también pueden recurrir al personal del comité paritario quienes evaluaran el problema y los riesgos del mismo y tomarán las medidas correspondientes. Permitir una investigación expedita por parte de la Mutual de Seguridad, ofreciendo toda la ayuda necesaria para obtener una observación objetiva que permita mejorar los problemas a futuro. Indica que esta entidad dentro de sus observaciones dijo que en primera instancia, y de acuerdo a lo investigado, se podrá concluir que la trabajadora no detuvo el accionar del troquel desde el panel de control que contiene el botón de detención respectivo. Además, asevera se concluyó que la trabajadora habría realizado el retiro de la lámina atorada con la mano derecha, sin avisar a su jefe directo y con la máquina en movimiento, lo que provocó la amputación de sus dedos. (Sabiendo que debía detenerla y avisar al jefe). Su representada, a través de los años de funcionamiento, siempre se ha preocupado de tener un funcionamiento seguro, preocupándose de entregar los conocimientos de operación necesarios para las máquinas, como así también de las medidas de seguridad. Hacer presente otros antecedentes. Primeramente el Reglamento sobre condiciones sanitarias y ambientales básicas en los lugares de trabajo dispone en su artículo 37 que deberá suprimirse en los lugares de trabajo cualquier factor de peligro que pueda afectar la salud o integridad física de los trabajadores. Las dependencias de los establecimientos públicos o privados deberán contar con señalización visible y permanente en las zonas de peligro, indicando el agente y/o condición de riesgo, así como las vías de escape y zonas de seguridad ante emergencias, cuando corresponda. Además, deberá indicarse claramente por medio de señalización visible y permanente la necesidad de uso de elementos de protección personal específicos cuando sea necesario. Los símbolos y palabras que se utilicen en la señalización, deberán estar de acuerdo a la normativa internacional, en el idioma oficial del país y, en caso necesario cuando haya trabajadores de otro idioma, además en el de ellos. En su artículo 38 señala que deberán estar debidamente protegidas todas las partes móviles, transmisiones y puntos de operación de maquinarias y equipos. A su turno el artículo 39, dispone que las instalaciones eléctricas y de gas de los lugares de trabajo deberán ser construidas, instaladas, protegidas y mantenidas de acuerdo a las normas establecidas por la autoridad competente. De lo señalado más los antecedentes que ofrece acompañar en la etapa procesal que corresponda, afirma que se deja claro que las condiciones de seguridad están cumplidas a plenitud, más aún, de acuerdo a lo dispuesto en el artículo 3º del mismo reglamento, por definición, su representado ha mantenido siempre las condiciones de seguridad necesarias, lo que se expresa a través de una trayectoria de funcionamiento sin accidentes laborales, teniendo presente que en la empresa se opera con máquinas industriales de gran entidad. Todos los argumentos referentes a la falta de señalética o de algún tipo de negligencia o falta de cuidado de su representada como causa principal o no del accidente de la actora, son inanes, ya que la causa primera del accidente no tiene que ver directamente con una falta de un letrero, con la falta de una tapa, sino que con la decisión personal y temeraria de la trabajadora accidentada. En efecto, la trabajadora demuestra el haber conocido perfectamente el procedimiento seguro para destrabar la máquina, al llevarlo a cabo en primera instancia, sin ningún problema, pero es ella solo ella quien en una segunda detención de la máquina decide, en su fuero más interno, introducir la mano a la máquina con el resultado conocido.

En cuanto a la conclusión y mejoramiento de los procedimientos. Refiere que luego del accidente se tomaron medidas inmediatas para controlar el riesgo que dio origen al mismo: a) Después que la trabajadora fue llevada por la ambulancia a la Mutual de Seguridad, se realizó el cierre total de empresa enviando a todos los trabajadores a sus hogares para que pudieran reponerse del impacto provocado por el accidente. En el inicio de cada uno de los siguientes turnos se comenzó a reforzar el tema de la prevención y cuidado personal, de los peligros de las máquinas y las consecuencias que pueden existir si no se toman en cuenta las medidas de seguridad, recordando además la labor de cada trabajador y que está estrictamente prohibido desde siempre tratar de arreglar una máquina, ya que para eso existe el personal calificado, que deben llamar al jefe de turno de ese momento o en su defecto al jefe de planta, de no tener solución también pueden recurrir al personal del comité paritario quienes evaluaran el problema y los riesgos del mismo y tomarán las medidas correspondientes. Permitir una investigación expedita por parte de la Mutual de Seguridad, ofreciendo toda la ayuda necesaria para obtener una observación objetiva que permita mejorar los problemas a futuro. Indica que esta entidad dentro de sus observaciones dijo que en primera instancia, y de acuerdo a lo investigado, se podrá concluir que la trabajadora no detuvo el accionar del troquel desde el panel de control que contiene el botón de detención respectivo. Además, asevera se concluyó que la trabajadora habría realizado el retiro de la lámina atorada con la mano derecha, sin avisar a su jefe directo y con la máquina en movimiento, lo que provocó la amputación de sus dedos. (Sabiendo que debía detenerla y avisar al jefe). Su representada, a través de los años de funcionamiento, siempre se ha preocupado de tener un funcionamiento seguro, preocupándose de entregar los conocimientos de operación necesarios para las máquinas, como así también de las medidas de seguridad. Hacer presente otros antecedentes. Primeramente el Reglamento sobre condiciones sanitarias y ambientales básicas en los lugares de trabajo dispone en su artículo 37 que deberá suprimirse en los lugares de trabajo cualquier factor de peligro que pueda afectar la salud o integridad física de los trabajadores. Las dependencias de los establecimientos públicos o privados deberán contar con señalización visible y permanente en las zonas de peligro, indicando el agente y/o condición de riesgo, así como las vías de escape y zonas de seguridad ante emergencias, cuando corresponda. Además, deberá indicarse claramente por medio de señalización visible y permanente la necesidad de uso de elementos de protección personal específicos cuando sea necesario. Los símbolos y palabras que se utilicen en la señalización, deberán estar de acuerdo a la normativa internacional, en el idioma oficial del país y, en caso necesario cuando haya trabajadores de otro idioma, además en el de ellos. En su artículo 38 señala que deberán estar debidamente protegidas todas las partes móviles, transmisiones y puntos de operación de maquinarias y equipos. A su turno el artículo 39, dispone que las instalaciones eléctricas y de gas de los lugares de trabajo deberán ser construidas, instaladas, protegidas y mantenidas de acuerdo a las normas establecidas por la autoridad competente. De lo señalado más los antecedentes que ofrece acompañar en la etapa procesal que corresponda, afirma que se deja claro que las condiciones de seguridad están cumplidas a plenitud, más aún, de acuerdo a lo dispuesto en el artículo 3º del mismo reglamento, por definición, su representado ha mantenido siempre las condiciones de seguridad necesarias, lo que se expresa a través de una trayectoria de funcionamiento sin accidentes laborales, teniendo presente que en la empresa se opera con máquinas industriales de gran entidad. Todos los argumentos referentes a la falta de señalética o de algún tipo de negligencia o falta de cuidado de su representada como causa principal o no del accidente de la actora, son inanes, ya que la causa primera del accidente no tiene que ver directamente con una falta de un letrero, con la falta de una tapa, sino que con la decisión personal y temeraria de la trabajadora accidentada. En efecto, la trabajadora demuestra el haber conocido perfectamente el procedimiento seguro para destrabar la máquina, al llevarlo a cabo en primera instancia, sin ningún problema, pero es ella solo ella quien en una segunda detención de la máquina decide, en su fuero más interno, introducir la mano a la máquina con el resultado conocido. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

91

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

De esta forma, y al corresponder a una decisión personal, cuestiona como el empleador puede evitarla; si se tomaron todas las medidas necesarias para aminorarlo y evitarlo, y estas medidas estaban en conocimiento de la trabajadora, quien las ejecuta a cabalidad en un primer momento. La única causa que da lugar al accidente es la decisión personal temeraria y negligente de la trabajadora de introducir su mano donde sabía que no podía hacerlo y que era peligroso. Las medidas de seguridad por parte de la empresa estaban adoptadas de forma efectiva y oportuna. Asevera que si se aplica lo que corresponde a una supresión hipotética, tomando en cuenta las infracciones imputadas a su representado, y ante el supuesto que hubiesen estado cumplidas las supuestas falencias denunciadas como falta de seguridad, y se piensa si ellas hubiesen influido en la decisión del trabajador a llevar a cabo tal maniobra que le resultó perniciosa, afirma que se concluye que las medidas de seguridad necesarias para evitar el accidente eran otras que el empleador adoptó y el trabajador conocía y respetó, por esto derechamente cree con certeza que no existe un incumplimiento legal y contractual del deber de seguridad, y que de hecho no lo es la causa directa del accidente. En cuanto a la relación causa efecto y responsabilidad, cita primeramente un fallo reciente de la Corte de Apelaciones de Santiago señaló: “No es posible acceder a la demanda, pues no se ha acreditado ninguna infracción del empleador que pudiere justificar la responsabilidad que se le demanda; así como tampoco la relación de causa a efecto que debe existir entre la acción u omisión del demandado –empleador– y el accidente. Corte de Apelaciones de Santiago, Rol Nº 285-2010”. En consecuencia, señala siendo la causa de las lesiones el actuar negligente de la propia trabajadora, y ajeno a su representada, no cabe sino rechazar la demanda en todas sus partes, sobre todo porque la demandada, ha dado cumplimiento cabal e íntegro a lo dispuesto en el artículo 184 del Código del Trabajo y demás disposiciones sobre la protección de sus trabajadores. Afirma que para examinar si una omisión, particularmente una omisión de medidas de seguridad puede comprometer la responsabilidad del omitente, hay que estarse a la jurisprudencia de los tribunales. Para imputar el resultado dañoso al omitente, según la Excma. Corte Suprema, ha de acreditarse que si el actor hubiese ejecutado la conducta de él esperada (y necesaria), el resultado no se hubiese producido “con una probabilidad que raya en la certeza”, Corte Suprema, 15 de noviembre de 1999, fallos del mes 492, 2600, citado “La responsabilidad extracontractual en la jurisprudencia” Adrian Schopf Olea y William García Machmar, Ed. LexisNexis Pág. 462,463, cuestión que por cierto debe acreditar la demandante. Ahora, si bien no existe una omisión culposa o dolosa por parte de su representada, cuestión suficiente para rechazar la demanda, ésta también debe ser desestimada puesto que las lesiones fueron causadas por un acto temerario de la propia trabajadora, es decir, no existe relación de causalidad. El artículo 69 de la Ley Nº 16.744 sobre Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales autoriza a las víctimas a demandar al empleador el pago de indemnizaciones distintas a las establecidas en dicho cuerpo legal, siempre y cuando el accidente se deba a culpa o dolo del empleador. En pocas palabras, no es suficiente la declaración de que un accidente se encuentra cubierto por la ley Nº 16.744 para demandar indemnizaciones de perjuicios como las pretendidas en autos. Lo anterior implica que el trabajador debe acreditar, conforme a las normas del derecho común, la existencia de los elementos propios de la responsabilidad civil general. Esto implica que el actor deberá acreditar que los hechos ocurrieron en la forma que señala en la demanda, que existido una acción u omisión culpable de mi representada y la relación de causalidad entre dicha acción u omisión y el daño alegado. Es conocido que en ámbito cuasi delictual, para que el hecho u omisión de una persona capaz de delito o cuasidelito le imponga responsabilidad delictual o cuasi delictual civil, no basta que ese hecho u omisión haya sido ejecutado con dolo o culpa que cause daño. Es menester que entre el dolo y la culpa, por una parte, y el daño, por la otra, haya una relación de causalidad, es decir, que este sea la consecuencia o efecto de ese dolo o culpa. De lo contrario, el autor del hecho o de la omisión no es responsable del daño sufrido por la víctima, aunque ese hecho u omisión sea doloso o culpable. Así se ha fallado. Arturo Alessandri Rodríguez, De la responsabilidad extracontractual en el derecho civil Chileno, pp. 238, 1943.

92

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

De esta forma, y al corresponder a una decisión personal, cuestiona como el empleador puede evitarla; si se tomaron todas las medidas necesarias para aminorarlo y evitarlo, y estas medidas estaban en conocimiento de la trabajadora, quien las ejecuta a cabalidad en un primer momento. La única causa que da lugar al accidente es la decisión personal temeraria y negligente de la trabajadora de introducir su mano donde sabía que no podía hacerlo y que era peligroso. Las medidas de seguridad por parte de la empresa estaban adoptadas de forma efectiva y oportuna. Asevera que si se aplica lo que corresponde a una supresión hipotética, tomando en cuenta las infracciones imputadas a su representado, y ante el supuesto que hubiesen estado cumplidas las supuestas falencias denunciadas como falta de seguridad, y se piensa si ellas hubiesen influido en la decisión del trabajador a llevar a cabo tal maniobra que le resultó perniciosa, afirma que se concluye que las medidas de seguridad necesarias para evitar el accidente eran otras que el empleador adoptó y el trabajador conocía y respetó, por esto derechamente cree con certeza que no existe un incumplimiento legal y contractual del deber de seguridad, y que de hecho no lo es la causa directa del accidente. En cuanto a la relación causa efecto y responsabilidad, cita primeramente un fallo reciente de la Corte de Apelaciones de Santiago señaló: “No es posible acceder a la demanda, pues no se ha acreditado ninguna infracción del empleador que pudiere justificar la responsabilidad que se le demanda; así como tampoco la relación de causa a efecto que debe existir entre la acción u omisión del demandado –empleador– y el accidente. Corte de Apelaciones de Santiago, Rol Nº 285-2010”. En consecuencia, señala siendo la causa de las lesiones el actuar negligente de la propia trabajadora, y ajeno a su representada, no cabe sino rechazar la demanda en todas sus partes, sobre todo porque la demandada, ha dado cumplimiento cabal e íntegro a lo dispuesto en el artículo 184 del Código del Trabajo y demás disposiciones sobre la protección de sus trabajadores. Afirma que para examinar si una omisión, particularmente una omisión de medidas de seguridad puede comprometer la responsabilidad del omitente, hay que estarse a la jurisprudencia de los tribunales. Para imputar el resultado dañoso al omitente, según la Excma. Corte Suprema, ha de acreditarse que si el actor hubiese ejecutado la conducta de él esperada (y necesaria), el resultado no se hubiese producido “con una probabilidad que raya en la certeza”, Corte Suprema, 15 de noviembre de 1999, fallos del mes 492, 2600, citado “La responsabilidad extracontractual en la jurisprudencia” Adrian Schopf Olea y William García Machmar, Ed. LexisNexis Pág. 462,463, cuestión que por cierto debe acreditar la demandante. Ahora, si bien no existe una omisión culposa o dolosa por parte de su representada, cuestión suficiente para rechazar la demanda, ésta también debe ser desestimada puesto que las lesiones fueron causadas por un acto temerario de la propia trabajadora, es decir, no existe relación de causalidad. El artículo 69 de la Ley Nº 16.744 sobre Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales autoriza a las víctimas a demandar al empleador el pago de indemnizaciones distintas a las establecidas en dicho cuerpo legal, siempre y cuando el accidente se deba a culpa o dolo del empleador. En pocas palabras, no es suficiente la declaración de que un accidente se encuentra cubierto por la ley Nº 16.744 para demandar indemnizaciones de perjuicios como las pretendidas en autos. Lo anterior implica que el trabajador debe acreditar, conforme a las normas del derecho común, la existencia de los elementos propios de la responsabilidad civil general. Esto implica que el actor deberá acreditar que los hechos ocurrieron en la forma que señala en la demanda, que existido una acción u omisión culpable de mi representada y la relación de causalidad entre dicha acción u omisión y el daño alegado. Es conocido que en ámbito cuasi delictual, para que el hecho u omisión de una persona capaz de delito o cuasidelito le imponga responsabilidad delictual o cuasi delictual civil, no basta que ese hecho u omisión haya sido ejecutado con dolo o culpa que cause daño. Es menester que entre el dolo y la culpa, por una parte, y el daño, por la otra, haya una relación de causalidad, es decir, que este sea la consecuencia o efecto de ese dolo o culpa. De lo contrario, el autor del hecho o de la omisión no es responsable del daño sufrido por la víctima, aunque ese hecho u omisión sea doloso o culpable. Así se ha fallado. Arturo Alessandri Rodríguez, De la responsabilidad extracontractual en el derecho civil Chileno, pp. 238, 1943.

92

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

93

En este sentido, y en relación a la exigida causalidad, es categórico: sostiene que las lesiones sufridas por la actora no han tenido por causa la inexistencia de una señalización o una protección, sino el actual negligente de la propia trabajadora. Tampoco es posible asegurar que de haber existido la protección alegada el hecho materia de autos no se habría producido, lo que denota la falta de relación de causalidad respecto de la omisión imputada a su representada. En definitiva, existe relación causal cuando el hecho o la omisión dolosa o culpable es la causa directa y necesaria del daño, cuando sin él no se habría producido. Sobre los perjuicios demandados, la actora exige el pago de cuantiosas indemnizaciones de perjuicios resultando absolutamente desmedido atendida la realidad jurisprudencia nacional. Señala que el principio de resarcimiento íntegro del daño conlleva la reparación total, pero precisa de aquél. La víctima no puede recibir menos, mas no debe recibir más de lo necesario para reparar íntegramente el daño efectivamente sufrido, cuya existencia, naturaleza y monto obviamente corresponde probar a quien lo alega, artículo 1698 Código Civil, y que su parte controvierte. Considerar el pago de los montos demandados significaría una verdadera indemnización punitiva lo que repugna a nuestro sistema jurídico basado en la compensación del daño y la negación del enriquecimiento sin causa. Esto fue precisamente destacado en los autos “Porman con empresa pesquera Bío Bío”, Rol Corte Suprema Nº 309-2006. Controvierte íntegramente las indemnizaciones reclamadas por concepto de lucro cesante y daño moral, tanto en su existencia, extensión, naturaleza y monto. Será carga de la actora, conforme al artículo 1698 del Código Civil, acreditar lo referente a los daños reclamados. Sobre el lucro cesante. La forma de calcular el lucro cesante, en forma lineal después de realizar simples operaciones aritméticas, es improcedente para proyectar el presunto lucro cesante adeudado. No es posible hacer una determinación de la manera simplista que se pretende de contrario, por cuanto no es conocido cuál sería el desarrollo de la vida laboral de la actora, lo que podría estar influido por periodos sin trabajar, variación de remuneraciones u otras Circunstancias que hacen que el elemento certidumbre del daño se pierda, motivo por el cual debe rechazarse. Agrega que los tribunales superiores de justicia se han pronunciado en el sentido expresado. En sentencia del 19 de enero de 2009, la I. Corte de Valparaíso, en los autos Rol Nº 525-2008 señaló lo siguiente: “Octavo: Que desde la perspectiva antes indicada, se hace necesario señalar de inmediato, que no se encuentran acreditados los requisitos para que opere la indemnización que se pretende, por concepto de lucro cesante. En efecto, lucro cesante –como ha dicho la jurisprudencia– puede ser definido como la pérdida efectiva de ganancia cierta. Así el trabajador que ha dejado sus funciones por una imposibilidad física, producto de un accidente laboral que es responsable su empleador directo, debe acreditar los presupuestos indispensables para hacerlo procedente, es decir, la merma efectiva del beneficio o provecho que se habría obtenido en determinadas condiciones, no puede establecer como parámetro para la cuantificación del lucro cesante, los años que restan para su jubilación o de vida, pues la indemnización debe corresponder efectivamente al daño causado y no a conjeturas. Además, la compensación de este tipo de daño se encuentra establecida a través de la Ley Nº 16.744 sobre Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales a las cuales el trabajador puede acceder. Otro aspecto a considerar dice relación con que la compensación del lucro cesante debe establecerse por medio de las normas de la ley Nº 16.744. Así queda reflejado en el último fallo comentado en sentencia de la Corte de Rancagua, casación rechazada por la Corte Suprema, Rol Ingreso Corte Nº 2.016-2002. Sin perjuicio de lo expresado en torno a la improcedencia del lucro cesante alegado, en el evento de otorgarse esta petición, se estaría indemnizando dos veces por el mismo hecho al demandante. Esto por cuanto de ser efectiva la incapacidad que se alega en la demanda, la actora percibirá beneficios económicos de aquellos de la ley Nº 16.744, los cuales precisamente suplirán su disminución de capacidad de ganancia. Continúa y señala que ratifica lo señalado la jurisprudencia fijada en el recurso de unificación Rol Nº 2.786-2010, de la Excma. Corte Suprema de 10 de septiembre del 2010. Séptimo: Que, de esta manera no se advierte incompatibilidad entre ambos sistema, cuyas finalidades y fundamentos son diversos,

En este sentido, y en relación a la exigida causalidad, es categórico: sostiene que las lesiones sufridas por la actora no han tenido por causa la inexistencia de una señalización o una protección, sino el actual negligente de la propia trabajadora. Tampoco es posible asegurar que de haber existido la protección alegada el hecho materia de autos no se habría producido, lo que denota la falta de relación de causalidad respecto de la omisión imputada a su representada. En definitiva, existe relación causal cuando el hecho o la omisión dolosa o culpable es la causa directa y necesaria del daño, cuando sin él no se habría producido. Sobre los perjuicios demandados, la actora exige el pago de cuantiosas indemnizaciones de perjuicios resultando absolutamente desmedido atendida la realidad jurisprudencia nacional. Señala que el principio de resarcimiento íntegro del daño conlleva la reparación total, pero precisa de aquél. La víctima no puede recibir menos, mas no debe recibir más de lo necesario para reparar íntegramente el daño efectivamente sufrido, cuya existencia, naturaleza y monto obviamente corresponde probar a quien lo alega, artículo 1698 Código Civil, y que su parte controvierte. Considerar el pago de los montos demandados significaría una verdadera indemnización punitiva lo que repugna a nuestro sistema jurídico basado en la compensación del daño y la negación del enriquecimiento sin causa. Esto fue precisamente destacado en los autos “Porman con empresa pesquera Bío Bío”, Rol Corte Suprema Nº 309-2006. Controvierte íntegramente las indemnizaciones reclamadas por concepto de lucro cesante y daño moral, tanto en su existencia, extensión, naturaleza y monto. Será carga de la actora, conforme al artículo 1698 del Código Civil, acreditar lo referente a los daños reclamados. Sobre el lucro cesante. La forma de calcular el lucro cesante, en forma lineal después de realizar simples operaciones aritméticas, es improcedente para proyectar el presunto lucro cesante adeudado. No es posible hacer una determinación de la manera simplista que se pretende de contrario, por cuanto no es conocido cuál sería el desarrollo de la vida laboral de la actora, lo que podría estar influido por periodos sin trabajar, variación de remuneraciones u otras Circunstancias que hacen que el elemento certidumbre del daño se pierda, motivo por el cual debe rechazarse. Agrega que los tribunales superiores de justicia se han pronunciado en el sentido expresado. En sentencia del 19 de enero de 2009, la I. Corte de Valparaíso, en los autos Rol Nº 525-2008 señaló lo siguiente: “Octavo: Que desde la perspectiva antes indicada, se hace necesario señalar de inmediato, que no se encuentran acreditados los requisitos para que opere la indemnización que se pretende, por concepto de lucro cesante. En efecto, lucro cesante –como ha dicho la jurisprudencia– puede ser definido como la pérdida efectiva de ganancia cierta. Así el trabajador que ha dejado sus funciones por una imposibilidad física, producto de un accidente laboral que es responsable su empleador directo, debe acreditar los presupuestos indispensables para hacerlo procedente, es decir, la merma efectiva del beneficio o provecho que se habría obtenido en determinadas condiciones, no puede establecer como parámetro para la cuantificación del lucro cesante, los años que restan para su jubilación o de vida, pues la indemnización debe corresponder efectivamente al daño causado y no a conjeturas. Además, la compensación de este tipo de daño se encuentra establecida a través de la Ley Nº 16.744 sobre Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales a las cuales el trabajador puede acceder. Otro aspecto a considerar dice relación con que la compensación del lucro cesante debe establecerse por medio de las normas de la ley Nº 16.744. Así queda reflejado en el último fallo comentado en sentencia de la Corte de Rancagua, casación rechazada por la Corte Suprema, Rol Ingreso Corte Nº 2.016-2002. Sin perjuicio de lo expresado en torno a la improcedencia del lucro cesante alegado, en el evento de otorgarse esta petición, se estaría indemnizando dos veces por el mismo hecho al demandante. Esto por cuanto de ser efectiva la incapacidad que se alega en la demanda, la actora percibirá beneficios económicos de aquellos de la ley Nº 16.744, los cuales precisamente suplirán su disminución de capacidad de ganancia. Continúa y señala que ratifica lo señalado la jurisprudencia fijada en el recurso de unificación Rol Nº 2.786-2010, de la Excma. Corte Suprema de 10 de septiembre del 2010. Séptimo: Que, de esta manera no se advierte incompatibilidad entre ambos sistema, cuyas finalidades y fundamentos son diversos, ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

93

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

en la medida que con ello se haga posible obtener la reparación de todo daño no cubierto por el sistema de seguridad social, pues ciertamente no es aceptable el cúmulo de indemnizaciones que llegue a superar el valor real de la reparación que se pretende. Por ello, al determinar las indemnizaciones civiles, deberán también atenderse a las reparaciones ya obtenidas en compensación de los mismos daños, no porque ambos sistemas sean incompatibles, sino para evitar un enriquecimiento sin causa. Cabe agregar que el recurso de unificación en análisis contiene un voto disidente de los Excmos. Ministros señores Valdés y Pérez, que en lo relevante para este caso expresa lo siguiente: 3º. Que como ya lo ha señalado esta Corte en casos similares el tenor de las normas aludidas da cuenta que la intención del legislador en esta materia especial fue, precisamente, resarcir la incapacidad o disminución de la actividad laboral del trabajador afectado por un siniestro, mismo principio que determina el cobro de lucro cesante en tanto obedece a la pérdida de una ganancia cierta. 5º. Que de acuerdo a lo razonado, a juicio de los disidentes, resulta necesario unificar la jurisprudencia relativa a la procedencia de la indemnización por lucro cesante en los accidentes laborales en orden a que las normas contenidas en los referidos artículos 34 y 35 del citado cuerpo legal –ley Nº 16.744– son los que, por especialidad, regulan el resarcimiento de la pérdida de capacidad laboral y, por ende, de la ganancia que la indemnidad de la misma importaba antes del siniestro laboral padecido por el dependiente, estableciendo derechos al respecto que por lo explicado, resultan incompatibles con el mismo resarcimiento que por la vía de las normas generales se persiga, pues ambos atienden al mismo fin. En consecuencia, tanto el voto de mayoría como los disidentes, permiten sostener en forma contundente que la indemnización, será constitutiva de un enriquecimiento injusto para los primeros o incompatible para los segundos, por lo que debe rechazarse dicha pretensión. Sobre el daño moral, estima que la suma demandada como daño moral es desmedida y si tuviera éxito trasunta en un enriquecimiento injusto al cual no se puede dar lugar. El monto de la indemnización solicitada en autos, derechamente desnaturaliza el fin propio de la reparación del daño moral. El fin reparatorio se sustituye por una posición ventajista y que no hace sino utilizarse como una fuente injustificada e ilegitima de lograr un lucro. Hay que recordar que la indemnización tiene como único fin reparar, no castigar ni enriquecer, como lo pretende la actora. Como se ha planteado anteriormente la sola exposición y el hecho de exponerse al resultado dañoso por parte de la víctima habilita al sentenciador a reducir considerablemente el monto de las indemnizaciones si es que en un caso hipotético estimare que son procedentes. Solicita tener por contestada la demanda de indemnización de perjuicios interpuesta en contra de su representada, y en definitiva rechazarla en todas sus partes, ya sea totalmente o en subsidio de lo anterior, condenando al pago de las sumas que en derecho correspondan según el real merito de autos, con costas. TERCERO: Que el tribunal fijo como hechos no controvertidos los siguientes: 1. Existencia de la relación laboral entre las partes cuya fecha de inicio es el día 25 de septiembre de 2006. 2. Funciones de operaria industrial que realizaba la trabajadora. 3. Que el día 11 de mayo de 2010 la trabajadora sufrió un accidente en las dependencias de la demandada ubicadas en la comuna de Maipú. 4. Que producto del accidente la demandante sufrió la amputación de los cinco dedos de la mano derecha, siéndole re injertados tres dedos de forma quirúrgica. 5. Que al momento del accidente la máquina TV–1, no tenía la protección del tablero eléctrico. CUARTO: Que realizado el llamado a conciliación por parte del Tribunal este no prosperó, razón por la cual se fijaron los siguientes hechos a probar. 1. Si el accidente sufrido por la demandante el día 11 de mayo de 2010, se produjo por la negligencia de la empresa en adoptar las medidas de seguridad respecto de la máquina que se encontraba operando la trabajadora; o si por el contrario ocurrió a raíz de la imprudencia de la demandante. 2. Existencia de secuelas físicas y psíquicas para la demandante como consecuencia del accidente.

94

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

en la medida que con ello se haga posible obtener la reparación de todo daño no cubierto por el sistema de seguridad social, pues ciertamente no es aceptable el cúmulo de indemnizaciones que llegue a superar el valor real de la reparación que se pretende. Por ello, al determinar las indemnizaciones civiles, deberán también atenderse a las reparaciones ya obtenidas en compensación de los mismos daños, no porque ambos sistemas sean incompatibles, sino para evitar un enriquecimiento sin causa. Cabe agregar que el recurso de unificación en análisis contiene un voto disidente de los Excmos. Ministros señores Valdés y Pérez, que en lo relevante para este caso expresa lo siguiente: 3º. Que como ya lo ha señalado esta Corte en casos similares el tenor de las normas aludidas da cuenta que la intención del legislador en esta materia especial fue, precisamente, resarcir la incapacidad o disminución de la actividad laboral del trabajador afectado por un siniestro, mismo principio que determina el cobro de lucro cesante en tanto obedece a la pérdida de una ganancia cierta. 5º. Que de acuerdo a lo razonado, a juicio de los disidentes, resulta necesario unificar la jurisprudencia relativa a la procedencia de la indemnización por lucro cesante en los accidentes laborales en orden a que las normas contenidas en los referidos artículos 34 y 35 del citado cuerpo legal –ley Nº 16.744– son los que, por especialidad, regulan el resarcimiento de la pérdida de capacidad laboral y, por ende, de la ganancia que la indemnidad de la misma importaba antes del siniestro laboral padecido por el dependiente, estableciendo derechos al respecto que por lo explicado, resultan incompatibles con el mismo resarcimiento que por la vía de las normas generales se persiga, pues ambos atienden al mismo fin. En consecuencia, tanto el voto de mayoría como los disidentes, permiten sostener en forma contundente que la indemnización, será constitutiva de un enriquecimiento injusto para los primeros o incompatible para los segundos, por lo que debe rechazarse dicha pretensión. Sobre el daño moral, estima que la suma demandada como daño moral es desmedida y si tuviera éxito trasunta en un enriquecimiento injusto al cual no se puede dar lugar. El monto de la indemnización solicitada en autos, derechamente desnaturaliza el fin propio de la reparación del daño moral. El fin reparatorio se sustituye por una posición ventajista y que no hace sino utilizarse como una fuente injustificada e ilegitima de lograr un lucro. Hay que recordar que la indemnización tiene como único fin reparar, no castigar ni enriquecer, como lo pretende la actora. Como se ha planteado anteriormente la sola exposición y el hecho de exponerse al resultado dañoso por parte de la víctima habilita al sentenciador a reducir considerablemente el monto de las indemnizaciones si es que en un caso hipotético estimare que son procedentes. Solicita tener por contestada la demanda de indemnización de perjuicios interpuesta en contra de su representada, y en definitiva rechazarla en todas sus partes, ya sea totalmente o en subsidio de lo anterior, condenando al pago de las sumas que en derecho correspondan según el real merito de autos, con costas. TERCERO: Que el tribunal fijo como hechos no controvertidos los siguientes: 1. Existencia de la relación laboral entre las partes cuya fecha de inicio es el día 25 de septiembre de 2006. 2. Funciones de operaria industrial que realizaba la trabajadora. 3. Que el día 11 de mayo de 2010 la trabajadora sufrió un accidente en las dependencias de la demandada ubicadas en la comuna de Maipú. 4. Que producto del accidente la demandante sufrió la amputación de los cinco dedos de la mano derecha, siéndole re injertados tres dedos de forma quirúrgica. 5. Que al momento del accidente la máquina TV–1, no tenía la protección del tablero eléctrico. CUARTO: Que realizado el llamado a conciliación por parte del Tribunal este no prosperó, razón por la cual se fijaron los siguientes hechos a probar. 1. Si el accidente sufrido por la demandante el día 11 de mayo de 2010, se produjo por la negligencia de la empresa en adoptar las medidas de seguridad respecto de la máquina que se encontraba operando la trabajadora; o si por el contrario ocurrió a raíz de la imprudencia de la demandante. 2. Existencia de secuelas físicas y psíquicas para la demandante como consecuencia del accidente.

94

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

95

3. Perjuicios económicos, psíquicos y psicológicos sufridos por la actora, naturaleza y montos de los mismos, existencia de causalidad entre los perjuicios sufridos y el accidente ocurrido. QUINTO: Que la parte demandante para acreditar sus alegaciones incorporó a juicio la siguiente prueba documental: 1. Contrato de Trabajo, celebrado entre la actora y la demandada fabrica de Envases Mater S.A., de fecha 25 de septiembre de 2006. 2. Informe médico, emitido por la Mutual de Seguridad de la Cámara Chilena de la Construcción, de fecha 20 de octubre de 2010. 3. Set de citaciones a control médico (43) emitidos por la Mutual de Seguridad, por el período mayo 2010 a enero 2011–02–22. 4. Copia de carnet de controles médicos emitido a nombre de la actora por el centro de kinesiología en quemados y cirugía plástica, centro kine actual. 5. Copia de carnet de programación emitida por Polioprot, guantes y prótesis para manos y pies, a nombre de la actora. 6. Tres Copias de solicitud de terapia ocupacional, y dos de kinesiología, emitido por la Mutual de Seguridad, a nombre de la actora, indicándose como fecha de atención el día 29 de junio de 2010 y el día 5 de octubre del mismo año. 7. 7 órdenes médicas de reposo laboral, emitidas por la mutual de seguridad a nombre de la actora. 8. Ocho recetas médicas emitidas por la mutual de seguridad, a nombre de la actora. 9. Copia de sumario sanitario Nº 2.397/2010 emitido por la Secretaría Regional Ministerial de Salud a la empresa demandada con ocasión del accidente sufrido por la actora, obtenido de la página web. Google.cl. 10. Cartilla informativa de protección de manos emitida por la mutual de seguridad de la Cámara Chilena de la Construcción. 11. Cartilla informativa de prevención de riesgos en envasado y manipulación de productos emitidos por la asociación chilena de seguridad. 12. Copia de la cédula de identidad de la actora. 13. Set de 7 fotografías de la mano derecha de la actora, que dan cuenta de las lesiones sufridas con ocasión del accidente de autos. 14. Copia del reglamento Interno de Orden, Higiene y Seguridad. Rindió además la confesional del representante legal de la demandada, don Luis Fernando Castañeda Viveros, cédula nacional de identidad Nº 6.862.659-5, quien legalmente juramentado señala que hay cerca de 60 trabajadores en su empresa y que a la fecha del accidente de la actora él tenía la misma cantidad de trabajadores e indica que se realizaron investigaciones luego del accidente con el comité paritario y la mutual, indica que no tiene completo conocimiento de la investigación que realizó la SEREMI y refiere que le cursaron una multa pero no sabe el monto ni el motivo de la misma. Agrega que él no firmó ningún documento de la SEREMI, acotando esos asuntos lo ve personal. Tiene entendido que la Inspección del Trabajo, cursó multas pero no sabe el motivo ni el monto. Señala conocer el motivo del juicio e indica que fue notificado de la demanda pero no la leyó. Cuando se preparó la contestación de la demanda por parte de la empresa tomó conocimiento de lo que estaba contestando pero no cabalmente. Indica que sí sabe a lo que viene en audiencia. Indica que producto del sumario sanitario que realizó la SEREMI de salud, relacionado a la máquina en la tuvo el accidente la actora. La máquina se encontraba sin protecciones debido a que los trabajadores siempre los sacan, en el lugar en que se accidentó la actora no tenía protección debido a que era imposible llegar a ella, pero la empresa no puede tener protecciones donde sale el envase, tampoco pueden haber ojos que puedan detectar un objeto extraño que entra dentro de la máquina, eso significa que las máquinas están expuestas a que temerariamente meta la mano dentro y como consecuencia se la va a apretar o cortar. Las protecciones que la SEREMI encontró que no estaban en la máquina son las que estaban en las partes eléctricas que era un tablero, el que lamentablemente sacan los empleados y pidió protecciones

3. Perjuicios económicos, psíquicos y psicológicos sufridos por la actora, naturaleza y montos de los mismos, existencia de causalidad entre los perjuicios sufridos y el accidente ocurrido. QUINTO: Que la parte demandante para acreditar sus alegaciones incorporó a juicio la siguiente prueba documental: 1. Contrato de Trabajo, celebrado entre la actora y la demandada fabrica de Envases Mater S.A., de fecha 25 de septiembre de 2006. 2. Informe médico, emitido por la Mutual de Seguridad de la Cámara Chilena de la Construcción, de fecha 20 de octubre de 2010. 3. Set de citaciones a control médico (43) emitidos por la Mutual de Seguridad, por el período mayo 2010 a enero 2011–02–22. 4. Copia de carnet de controles médicos emitido a nombre de la actora por el centro de kinesiología en quemados y cirugía plástica, centro kine actual. 5. Copia de carnet de programación emitida por Polioprot, guantes y prótesis para manos y pies, a nombre de la actora. 6. Tres Copias de solicitud de terapia ocupacional, y dos de kinesiología, emitido por la Mutual de Seguridad, a nombre de la actora, indicándose como fecha de atención el día 29 de junio de 2010 y el día 5 de octubre del mismo año. 7. 7 órdenes médicas de reposo laboral, emitidas por la mutual de seguridad a nombre de la actora. 8. Ocho recetas médicas emitidas por la mutual de seguridad, a nombre de la actora. 9. Copia de sumario sanitario Nº 2.397/2010 emitido por la Secretaría Regional Ministerial de Salud a la empresa demandada con ocasión del accidente sufrido por la actora, obtenido de la página web. Google.cl. 10. Cartilla informativa de protección de manos emitida por la mutual de seguridad de la Cámara Chilena de la Construcción. 11. Cartilla informativa de prevención de riesgos en envasado y manipulación de productos emitidos por la asociación chilena de seguridad. 12. Copia de la cédula de identidad de la actora. 13. Set de 7 fotografías de la mano derecha de la actora, que dan cuenta de las lesiones sufridas con ocasión del accidente de autos. 14. Copia del reglamento Interno de Orden, Higiene y Seguridad. Rindió además la confesional del representante legal de la demandada, don Luis Fernando Castañeda Viveros, cédula nacional de identidad Nº 6.862.659-5, quien legalmente juramentado señala que hay cerca de 60 trabajadores en su empresa y que a la fecha del accidente de la actora él tenía la misma cantidad de trabajadores e indica que se realizaron investigaciones luego del accidente con el comité paritario y la mutual, indica que no tiene completo conocimiento de la investigación que realizó la SEREMI y refiere que le cursaron una multa pero no sabe el monto ni el motivo de la misma. Agrega que él no firmó ningún documento de la SEREMI, acotando esos asuntos lo ve personal. Tiene entendido que la Inspección del Trabajo, cursó multas pero no sabe el motivo ni el monto. Señala conocer el motivo del juicio e indica que fue notificado de la demanda pero no la leyó. Cuando se preparó la contestación de la demanda por parte de la empresa tomó conocimiento de lo que estaba contestando pero no cabalmente. Indica que sí sabe a lo que viene en audiencia. Indica que producto del sumario sanitario que realizó la SEREMI de salud, relacionado a la máquina en la tuvo el accidente la actora. La máquina se encontraba sin protecciones debido a que los trabajadores siempre los sacan, en el lugar en que se accidentó la actora no tenía protección debido a que era imposible llegar a ella, pero la empresa no puede tener protecciones donde sale el envase, tampoco pueden haber ojos que puedan detectar un objeto extraño que entra dentro de la máquina, eso significa que las máquinas están expuestas a que temerariamente meta la mano dentro y como consecuencia se la va a apretar o cortar. Las protecciones que la SEREMI encontró que no estaban en la máquina son las que estaban en las partes eléctricas que era un tablero, el que lamentablemente sacan los empleados y pidió protecciones ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

95

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

en las partes móviles que estaban alejadas de donde trabajaba la actora, en donde ella trabajaba no solicitaron protecciones. Indica que él diseñó las máquinas y que es diseñador industrial en INACAP, es egresado pero no titulado. La máquina del accidente no está operando en la empresa porque está en proceso de renovación. En el tiempo que trabajó era el último período en que operaría. Agrega que hay otra máquina que hace la misma función, con la diferencia de esta máquina en vez de sacar de una cadena las bandejas, esta máquina sopla. Indica que no sacarán más el producto en el cual trabajaba la actora, las bandejas las dejaron de vender y las mandan a hacer a otra empresa que tiene máquinas iguales y que están expuestos a lo mismo que la empresa a la cual representa. Aclara sus dichos en cuanto él se refiere a que si alguien decide poner la mano dentro de la máquina se la va apretar, porque no hay protección que pueda impedir que la persona pueda meter la mano. Indica que sí ha habido otros accidentes pero menores, algunos que se cortan con cuchillo, anterior al accidente de la actora sí se habían producido accidentes y son regulares. En la empresa existen muchos trabajadores que se les enseña que no deben hacer ciertas cosas. Cuando ingresan a la empresa se les hace firmar que están expuestos a accidentes, la actora no tenía porque meter la mano ahí, ella tenía que llamar al supervisor para que él detuviera la máquina. Indica que al momento del accidente él no estaba en la planta. Describe el sector donde la actora trabaja. Ella está sentada sobre una cadena que avanza y ella tiene que sacar las bandejas de la cadena, el sector donde ella metió la mano está lejano de ella más menos un metro, su trabajo era sacar la bandeja y echarlo a una caja y si la máquina tenía algún problema debía comunicarle al supervisor y el debía detener la máquina. Ella sin mirar metió la mano donde están los cuchillos, es una parte móvil de la máquina, en esa zona no puede tener protecciones porque no puede salir de las bandejas. Aclara que sacó la máquina para que no ocurrieran más accidentes. Agrega que la máquina en que se accidentó la actora, tiene cuchillos muy filudos. Lo que ella hizo fue sacar el envase que se había quedado dentro atrapado, cuando ella sacó el envase lógicamente la máquina comenzó a funcionar y le cortó los dedos. La función de la máquina es que funciona con una cadena, con unos pines la lámina va avanzando, los envases salen de dentro de la máquina ya formados, llegan donde está la actora que debe estar sentada frete a la máquina y ella debe sacarlos. Lo que ella trató de hacer por no parar la máquina, fue sacar el envase que estaba roto dentro de la matriz y para eso metió la mano por debajo. La correa transportadora es permanente. La operación de la detención de la máquina está en un registro y los trabajadores firman antes de entrar a la empresa, ellos sólo deben hacer embalaje. Agrega que ese procedimiento esta entregado a la actora y firmado por ella. Afirma que se les hacen curso a los trabajadores para que no realicen acciones temerarias. La función de la actora era sólo de embalaje. La SEREMI no investigó bien acerca de los instructivos que existen en la empresa. Asevera que la actora no detuvo la máquina, porque ella no tenía acceso a los botones de la máquina. La conclusión de que ella no pudo detener la máquina es porque estaba muy lejos, el botón de parada es un botón rojo y el de echar a andar la máquina son dos botones verdes que hay que tener apretados los dos para ponerla en funcionamiento. El que debía detener la máquina era el maquinista o jefe de turno. Indica que la SEREMI y la ACHS están equivocados en cuanto a los botones de la máquina. Cuando la máquina se traba con un envase sigue funcionando, la correa sigue funcionando a pesar de que exista un envase sucio dentro de la máquina. Al consultarle sobre la recepción del procedimiento de la máquina a la actora el absolvente contesta que en el documento que le exhiben no tiene la firma de la actora. Indica que en el contrato de trabajo están las especificaciones y debiera estar firmado en el. Rindió además la testimonial de doña María Alarcón Díaz, cédula de identidad Nº 9.317.858–0, quien legalmente juramentada expone que es operaria y trabaja en la empresa demandada hace 10

96

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

en las partes móviles que estaban alejadas de donde trabajaba la actora, en donde ella trabajaba no solicitaron protecciones. Indica que él diseñó las máquinas y que es diseñador industrial en INACAP, es egresado pero no titulado. La máquina del accidente no está operando en la empresa porque está en proceso de renovación. En el tiempo que trabajó era el último período en que operaría. Agrega que hay otra máquina que hace la misma función, con la diferencia de esta máquina en vez de sacar de una cadena las bandejas, esta máquina sopla. Indica que no sacarán más el producto en el cual trabajaba la actora, las bandejas las dejaron de vender y las mandan a hacer a otra empresa que tiene máquinas iguales y que están expuestos a lo mismo que la empresa a la cual representa. Aclara sus dichos en cuanto él se refiere a que si alguien decide poner la mano dentro de la máquina se la va apretar, porque no hay protección que pueda impedir que la persona pueda meter la mano. Indica que sí ha habido otros accidentes pero menores, algunos que se cortan con cuchillo, anterior al accidente de la actora sí se habían producido accidentes y son regulares. En la empresa existen muchos trabajadores que se les enseña que no deben hacer ciertas cosas. Cuando ingresan a la empresa se les hace firmar que están expuestos a accidentes, la actora no tenía porque meter la mano ahí, ella tenía que llamar al supervisor para que él detuviera la máquina. Indica que al momento del accidente él no estaba en la planta. Describe el sector donde la actora trabaja. Ella está sentada sobre una cadena que avanza y ella tiene que sacar las bandejas de la cadena, el sector donde ella metió la mano está lejano de ella más menos un metro, su trabajo era sacar la bandeja y echarlo a una caja y si la máquina tenía algún problema debía comunicarle al supervisor y el debía detener la máquina. Ella sin mirar metió la mano donde están los cuchillos, es una parte móvil de la máquina, en esa zona no puede tener protecciones porque no puede salir de las bandejas. Aclara que sacó la máquina para que no ocurrieran más accidentes. Agrega que la máquina en que se accidentó la actora, tiene cuchillos muy filudos. Lo que ella hizo fue sacar el envase que se había quedado dentro atrapado, cuando ella sacó el envase lógicamente la máquina comenzó a funcionar y le cortó los dedos. La función de la máquina es que funciona con una cadena, con unos pines la lámina va avanzando, los envases salen de dentro de la máquina ya formados, llegan donde está la actora que debe estar sentada frete a la máquina y ella debe sacarlos. Lo que ella trató de hacer por no parar la máquina, fue sacar el envase que estaba roto dentro de la matriz y para eso metió la mano por debajo. La correa transportadora es permanente. La operación de la detención de la máquina está en un registro y los trabajadores firman antes de entrar a la empresa, ellos sólo deben hacer embalaje. Agrega que ese procedimiento esta entregado a la actora y firmado por ella. Afirma que se les hacen curso a los trabajadores para que no realicen acciones temerarias. La función de la actora era sólo de embalaje. La SEREMI no investigó bien acerca de los instructivos que existen en la empresa. Asevera que la actora no detuvo la máquina, porque ella no tenía acceso a los botones de la máquina. La conclusión de que ella no pudo detener la máquina es porque estaba muy lejos, el botón de parada es un botón rojo y el de echar a andar la máquina son dos botones verdes que hay que tener apretados los dos para ponerla en funcionamiento. El que debía detener la máquina era el maquinista o jefe de turno. Indica que la SEREMI y la ACHS están equivocados en cuanto a los botones de la máquina. Cuando la máquina se traba con un envase sigue funcionando, la correa sigue funcionando a pesar de que exista un envase sucio dentro de la máquina. Al consultarle sobre la recepción del procedimiento de la máquina a la actora el absolvente contesta que en el documento que le exhiben no tiene la firma de la actora. Indica que en el contrato de trabajo están las especificaciones y debiera estar firmado en el. Rindió además la testimonial de doña María Alarcón Díaz, cédula de identidad Nº 9.317.858–0, quien legalmente juramentada expone que es operaria y trabaja en la empresa demandada hace 10

96

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

97

años. Conoce a la actora como compañera de trabajo, indica que trabaja en distintas máquinas en la empresa, en la TV1, TF4, TF5, TV2, indica que el accidente de la actora fue en la máquina TV1, el 11 de mayo de 2010. El funcionamiento de la máquina es con láminas, se ponen royos de plástico atrás de la máquina y empieza a producirse la bandeja, ese día señala se estaban produciendo bandejas cariocas, indica que no estaba al momento del accidente, estaba de turno de noche, agrega que ella había estado trabajando de noche en la misma máquina del accidente el mismo día martes, indica que ella se retira a las 7:20 de la mañana, ahí comienza el turno de la mañana y la máquina estaba operativa. Explica que son tres los turnos: mañana, tarde y noche. La máquina cuando entró ella trabajo en muy malas condiciones, se ensuciaban los cuchillos, había que parar la máquina. Cuando la máquina presentaba problema había que pararla y limpiar los cuchillos. Ese problema se producía por que la lámina de plástico, se pegaba y las bandejas salían mal. Explica que la máquina se paraba con dos botones que estaban a su izquierda, ella ocupaba el mismo puesto que la actora, señala que para alcanzar los botones tenía que estirarse para apagarla, la limpiaban con la mano, no tenían ningún tipo de limpieza. Cuando se producía un problema en la máquina no tenían un procedimiento, indica que nunca les entregaron nada escrito, continúa y señala que el problema de la máquina era cada tres minutos, cada dos minutos, todos los días. En el turno de noche había un jefe, las funciones de él era de echar a andar las máquinas, parar las máquinas, pero eso no lo hacía, esa responsabilidad la tenían los trabajadores. La empresa cuanta con 3 encargados de turno y uno de ellos está presente en cada turno. Es un encargado para 12 máquinas. El procedimiento que realizaban de parar la máquina y limpiar los cuchillos, los jefes lo sabían, ellos veían y no les decían nada, indica que ella ese día de turno de noche se aburrió de tanto parar y limpiar, se dirigió a Luciano Díaz que era su supervisor y le reclamó, indicándole que la responsabilidad de limpiar la máquina era de él. Cuando entregó el turno a su compañera Soledad Guerrero, le hizo presente que la máquina estaba en malas condiciones. Relata que a veces la máquina se activa sola, indica que ellas habían avisado sobre que la máquina se activaba sola, ella sabía de ese defecto de la máquina y le había avisado a sus supervisores. Después del accidente de la actora estuvo sancionada la máquina, después le levantaron la sanción y volvieron a echar a andar el plato mater liso, sacaron el molde y los cuchillos de la máquina. Indica que se enteró del accidente, cuando el martes 11 llegó de las primeras al trabajo, cuando llegó a la empresa vio todo oscuro, entró por un fierro y cuando iba a empujar la puerta le dio susto y salió de la empresa, llamó a Braulio, le pregunto qué pasaba y él le contó que había habido un accidente. Cuando llegó a la empresa el jefe le contó que se había cortado una mano la actora, él le dijo que estuviera tranquila y comenzó a darles una charla para que pudieran seguir trabajando. Todas las máquinas tienen cuchillos, todas las máquinas trabajan a base de cuchillo. Su función de operadora era sacar los platos y embalar, una vez que salen los platos de los cuchillos, si un plato queda atrapado en la máquina tiene que ir a parar la máquina y sacar el plato. Esa función tiene que hacerla el supervisor. La acción de retirar el plástico de los cuchillos era una labor habitual, porque de repente no habían jefes encargados, y si la máquina estaba parada les decían: ¿por qué paraste la máquina? Se le exhiben unas fotografías de la máquina que corresponde al informe de la Seremi, la testigo señala que es la máquina en la que ocurrió el accidente, pero no reconoce como alguna parte especifica. En cuanto la fotografía Nº 2 es donde pasa la lámina, ella trabaja en la punta de la máquina. Indica que si la máquina la va a parar completa tiene que pararse de su asiento, y no están autorizadas a parar la máquina completa y para parar los cuchillos tampoco están autorizadas. La parada completa de la máquina está más o menos como 2 metros, si lo hace sentada no alcanza, tiene que saber bajar para parar la máquina completa. La actora lleva como 4 ó 5 años en la empresa, la actora no había tenido otros accidentes en la máquina y ella tampoco. Indica que una vez se activó una cadena de una máquina y ella se golpeó en el brazo.

años. Conoce a la actora como compañera de trabajo, indica que trabaja en distintas máquinas en la empresa, en la TV1, TF4, TF5, TV2, indica que el accidente de la actora fue en la máquina TV1, el 11 de mayo de 2010. El funcionamiento de la máquina es con láminas, se ponen royos de plástico atrás de la máquina y empieza a producirse la bandeja, ese día señala se estaban produciendo bandejas cariocas, indica que no estaba al momento del accidente, estaba de turno de noche, agrega que ella había estado trabajando de noche en la misma máquina del accidente el mismo día martes, indica que ella se retira a las 7:20 de la mañana, ahí comienza el turno de la mañana y la máquina estaba operativa. Explica que son tres los turnos: mañana, tarde y noche. La máquina cuando entró ella trabajo en muy malas condiciones, se ensuciaban los cuchillos, había que parar la máquina. Cuando la máquina presentaba problema había que pararla y limpiar los cuchillos. Ese problema se producía por que la lámina de plástico, se pegaba y las bandejas salían mal. Explica que la máquina se paraba con dos botones que estaban a su izquierda, ella ocupaba el mismo puesto que la actora, señala que para alcanzar los botones tenía que estirarse para apagarla, la limpiaban con la mano, no tenían ningún tipo de limpieza. Cuando se producía un problema en la máquina no tenían un procedimiento, indica que nunca les entregaron nada escrito, continúa y señala que el problema de la máquina era cada tres minutos, cada dos minutos, todos los días. En el turno de noche había un jefe, las funciones de él era de echar a andar las máquinas, parar las máquinas, pero eso no lo hacía, esa responsabilidad la tenían los trabajadores. La empresa cuanta con 3 encargados de turno y uno de ellos está presente en cada turno. Es un encargado para 12 máquinas. El procedimiento que realizaban de parar la máquina y limpiar los cuchillos, los jefes lo sabían, ellos veían y no les decían nada, indica que ella ese día de turno de noche se aburrió de tanto parar y limpiar, se dirigió a Luciano Díaz que era su supervisor y le reclamó, indicándole que la responsabilidad de limpiar la máquina era de él. Cuando entregó el turno a su compañera Soledad Guerrero, le hizo presente que la máquina estaba en malas condiciones. Relata que a veces la máquina se activa sola, indica que ellas habían avisado sobre que la máquina se activaba sola, ella sabía de ese defecto de la máquina y le había avisado a sus supervisores. Después del accidente de la actora estuvo sancionada la máquina, después le levantaron la sanción y volvieron a echar a andar el plato mater liso, sacaron el molde y los cuchillos de la máquina. Indica que se enteró del accidente, cuando el martes 11 llegó de las primeras al trabajo, cuando llegó a la empresa vio todo oscuro, entró por un fierro y cuando iba a empujar la puerta le dio susto y salió de la empresa, llamó a Braulio, le pregunto qué pasaba y él le contó que había habido un accidente. Cuando llegó a la empresa el jefe le contó que se había cortado una mano la actora, él le dijo que estuviera tranquila y comenzó a darles una charla para que pudieran seguir trabajando. Todas las máquinas tienen cuchillos, todas las máquinas trabajan a base de cuchillo. Su función de operadora era sacar los platos y embalar, una vez que salen los platos de los cuchillos, si un plato queda atrapado en la máquina tiene que ir a parar la máquina y sacar el plato. Esa función tiene que hacerla el supervisor. La acción de retirar el plástico de los cuchillos era una labor habitual, porque de repente no habían jefes encargados, y si la máquina estaba parada les decían: ¿por qué paraste la máquina? Se le exhiben unas fotografías de la máquina que corresponde al informe de la Seremi, la testigo señala que es la máquina en la que ocurrió el accidente, pero no reconoce como alguna parte especifica. En cuanto la fotografía Nº 2 es donde pasa la lámina, ella trabaja en la punta de la máquina. Indica que si la máquina la va a parar completa tiene que pararse de su asiento, y no están autorizadas a parar la máquina completa y para parar los cuchillos tampoco están autorizadas. La parada completa de la máquina está más o menos como 2 metros, si lo hace sentada no alcanza, tiene que saber bajar para parar la máquina completa. La actora lleva como 4 ó 5 años en la empresa, la actora no había tenido otros accidentes en la máquina y ella tampoco. Indica que una vez se activó una cadena de una máquina y ella se golpeó en el brazo. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

97

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Señala que a ella le entregaron un reglamento interno, pero que ahí que no sale la peligrosidad de las máquinas. Indica que si uno mete las manos a cualquier de las máquina, le corta la mano o se la aprieta o le causa algún tipo de lesión, si no la apagan. El que tiene la función de apagar las máquinas es el jefe de turno, eso lo saben los trabajadores, indica que desde que entró a la empresa sabe que es el jefe quien debe apagar la máquina. Indica que no está autorizada para parar los cuchillos y ella lo hace porque no hay nadie cuando la máquina se echa a perder, no está el jefe de turno o está arreglando otra máquina. En la máquina TV1 trabajan 3 personas, estas 3 personas se ven de frente, cuando la máquina se detiene en el día se va a buscar al mecánico y de repente no viene y esa “pega la tienen que hacer ellos, los operarios”. Hay tres personas que pueden manejar la máquina, los trabajadores, el mecánico y el jefe de turno. En cada turno hay 6 máquinas, 7 máquinas, a veces mucho más, por cada turno hay 14 ó 16 personas. Indica que a la entrada de la empresa están las máquinas chicas y la TV 1 y TV2 después hay puras máquinas de tapas en el mismo reciento, es un galpón sin muros. Cuando la máquina para los cuchillos, para destrabar la máquina se tiene que bajar o por encima de la máquina. Y sabiendo que la máquina está detenida mete la mano para destrabarla. Uno no se siente segura porque de repente la máquina se activa sola, en los platos sobre todo. Declaró además Eladia Soledad Guerrero Guerrero, cédula nacional de identidad Nº 15.153.020–6, quien legalmente juramentada expone ser operaria de la empresa demandada, y opera todas las máquinas de termo formado hace 7 años. Señala laborar la máquina de tapas, platos, bandejas, vasos, TV1, TV2, TF4. Indica que el día del accidente ella le entregó a la actora el turno, en el momento del accidente ella no estaba, pero sabe que la máquina estaba funcionando mal. Indica que su jornada de trabajo ese día era de 7.00 a 15.00 horas de la tarde y el de la actora era de 14:45 y dentro del turno se debía operar la TV1, su función era sacar bandejas. El problema que presentaba la máquina cuando estaba en su turno era de cadenas y cuchillos. Indica que la lámina se pegaba en la cadena y se pegaban en los cuchillos y tenía que limpiarla. El procedimiento era para el sector de cuchillo, estiraban la mano y apretaban el botón rojo que era para parar el sector de cuchillo y con la mano limpiaban la máquina y después tenían que volver a hacer todo nuevamente. Siempre que estaba mala la máquina tenían que hacer lo mismo, ese día del accidente tenían que hacer el procedimiento cada 5 minutos y los días anteriores no era tan seguido, pero siempre presentaba ese tipo de problemas. Cuando el problema eran sólo los cuchillos los limpiaban ellos, cuando el problema era mayor entonces tenía que hacerlo el encargado de turno o los mecánicos. Todos los jefes de turno estaban en conocimiento porque ellos las veían cuando hacían el proceso. No contaban con un procedimiento escrito para operar la máquina, ella aprendió sola a operar la máquina, nadie de la empresa le explicó cómo operar la máquina ni los riegos que tenían las mimas. No contaban con ningún tipo de herramientas para limpiar los cuchillos, sino que solamente la mano y tenían que sacarla por obligación, ya que si no lo hacían las bandejas que venían después salían malas. En cuanto a la detención, explica que la diferencia es que cuando se ensuciaban los cuchillos no era necesario detener la matriz, ellas estaban autorizadas para apagar los cuchillos, incluso los cuchillos les rosaban las piernas, ellas metían las manos. La testigo reconoce las fotografías que se le muestran en audiencia. Indica que al momento del accidente habían 2 botones uno rojo y otro verde al alcance de ellas. La actora al momento del accidente estaba limpiando los cuchillos. Después del accidente la máquina estuvo meses sin funcionar, después la volvieron a hacer funcionar con otro producto y no se corría el mismo riesgo, los trabajadores ya no tienen acceso a meter las manos en esa máquina, pero ahora ya no funciona, se cambio de lugar. Después del accidente la máquina hacía sólo platos y le pusieron protecciones en el mismo lugar del accidente, le pusieron rejas y señaléticas de atrapamiento de cadenas, etc. Cuando la máquina estuvo parada ella ocupó todas las máquinas, pero casi todas tenían el mismo proceso de tapas plato y vasos y las bandejas ya no las están haciendo, al parecer las están haciendo fuera de la empresa.

98

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Señala que a ella le entregaron un reglamento interno, pero que ahí que no sale la peligrosidad de las máquinas. Indica que si uno mete las manos a cualquier de las máquina, le corta la mano o se la aprieta o le causa algún tipo de lesión, si no la apagan. El que tiene la función de apagar las máquinas es el jefe de turno, eso lo saben los trabajadores, indica que desde que entró a la empresa sabe que es el jefe quien debe apagar la máquina. Indica que no está autorizada para parar los cuchillos y ella lo hace porque no hay nadie cuando la máquina se echa a perder, no está el jefe de turno o está arreglando otra máquina. En la máquina TV1 trabajan 3 personas, estas 3 personas se ven de frente, cuando la máquina se detiene en el día se va a buscar al mecánico y de repente no viene y esa “pega la tienen que hacer ellos, los operarios”. Hay tres personas que pueden manejar la máquina, los trabajadores, el mecánico y el jefe de turno. En cada turno hay 6 máquinas, 7 máquinas, a veces mucho más, por cada turno hay 14 ó 16 personas. Indica que a la entrada de la empresa están las máquinas chicas y la TV 1 y TV2 después hay puras máquinas de tapas en el mismo reciento, es un galpón sin muros. Cuando la máquina para los cuchillos, para destrabar la máquina se tiene que bajar o por encima de la máquina. Y sabiendo que la máquina está detenida mete la mano para destrabarla. Uno no se siente segura porque de repente la máquina se activa sola, en los platos sobre todo. Declaró además Eladia Soledad Guerrero Guerrero, cédula nacional de identidad Nº 15.153.020–6, quien legalmente juramentada expone ser operaria de la empresa demandada, y opera todas las máquinas de termo formado hace 7 años. Señala laborar la máquina de tapas, platos, bandejas, vasos, TV1, TV2, TF4. Indica que el día del accidente ella le entregó a la actora el turno, en el momento del accidente ella no estaba, pero sabe que la máquina estaba funcionando mal. Indica que su jornada de trabajo ese día era de 7.00 a 15.00 horas de la tarde y el de la actora era de 14:45 y dentro del turno se debía operar la TV1, su función era sacar bandejas. El problema que presentaba la máquina cuando estaba en su turno era de cadenas y cuchillos. Indica que la lámina se pegaba en la cadena y se pegaban en los cuchillos y tenía que limpiarla. El procedimiento era para el sector de cuchillo, estiraban la mano y apretaban el botón rojo que era para parar el sector de cuchillo y con la mano limpiaban la máquina y después tenían que volver a hacer todo nuevamente. Siempre que estaba mala la máquina tenían que hacer lo mismo, ese día del accidente tenían que hacer el procedimiento cada 5 minutos y los días anteriores no era tan seguido, pero siempre presentaba ese tipo de problemas. Cuando el problema eran sólo los cuchillos los limpiaban ellos, cuando el problema era mayor entonces tenía que hacerlo el encargado de turno o los mecánicos. Todos los jefes de turno estaban en conocimiento porque ellos las veían cuando hacían el proceso. No contaban con un procedimiento escrito para operar la máquina, ella aprendió sola a operar la máquina, nadie de la empresa le explicó cómo operar la máquina ni los riegos que tenían las mimas. No contaban con ningún tipo de herramientas para limpiar los cuchillos, sino que solamente la mano y tenían que sacarla por obligación, ya que si no lo hacían las bandejas que venían después salían malas. En cuanto a la detención, explica que la diferencia es que cuando se ensuciaban los cuchillos no era necesario detener la matriz, ellas estaban autorizadas para apagar los cuchillos, incluso los cuchillos les rosaban las piernas, ellas metían las manos. La testigo reconoce las fotografías que se le muestran en audiencia. Indica que al momento del accidente habían 2 botones uno rojo y otro verde al alcance de ellas. La actora al momento del accidente estaba limpiando los cuchillos. Después del accidente la máquina estuvo meses sin funcionar, después la volvieron a hacer funcionar con otro producto y no se corría el mismo riesgo, los trabajadores ya no tienen acceso a meter las manos en esa máquina, pero ahora ya no funciona, se cambio de lugar. Después del accidente la máquina hacía sólo platos y le pusieron protecciones en el mismo lugar del accidente, le pusieron rejas y señaléticas de atrapamiento de cadenas, etc. Cuando la máquina estuvo parada ella ocupó todas las máquinas, pero casi todas tenían el mismo proceso de tapas plato y vasos y las bandejas ya no las están haciendo, al parecer las están haciendo fuera de la empresa.

98

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

99

No se le ha advertido los riegos de esta máquina. Cuando la máquina tenía algún problema le informaba a los jefes y no la tomaban en cuenta y las dejas que ellas mismas solucionen los problemas. Indica que si ella para una máquina o avisa que está mala una máquina, a veces viene el jefe y a veces no, y cuando está parada las reta. Explica que si se quedó un envase adentro de la máquina y le avisa al jefe, no existía la posibilidad de quedarse esperando a que la fueran a arreglar, ahora sí. Indica que nunca ha tenido una capacitación, todo lo que sabe es porque lo ha aprendido mirando y preguntando. El primer día que ella llegó a trabajar, la mandaron a una máquina y le dieron la instrucción de contar los potes y echarlos a la caja, cualquier problema que tuviera debía indicarlo a sus jefes. Indica que si ha habido otros accidentes en la TV2, y ella se accidentó, en una semana sucedieron 3 accidentes, se cortaron los dedos en una cadena, porque funciona igual que una cadena de bicicleta y al tomar el plato se pasaban a llevar con las cadenas, apretones de dedo, de mano, un compañero estuvo a punto de perder el brazo. Todos los trabajadores llegan sin saber nada y los antiguos les indican los peligros de las máquinas. Este proceso de trabajo es conocido por los jefes de turno y mecánicos y lo único que a veces les dicen es que tengan cuidado, pero nada más. Ella indica que le avisaron por teléfono del accidente de la actora, el accidente cree que fue cerca de las 3, no tiene muy claro el horario. Hay 3 jefes de turnos, uno por cada turno. En cuanto a la máquina del accidente, señala que debía detenerla cada 5 minutos para poder limpiar la máquina, reitera que está autorizada para detener los cuchillos y no para detener el total de la máquina. El color de la detención de los botones son rojo para detenerla y el verde para activarla. Relata que la máquina se ha activado sola más de una vez, a pesar de que la máquina se ponía sola en marcha ella igual metía la mano, aclara que estaba obligada por sus jefes, era parte de sus funciones. Por último declaró Roberto Manuel Labrín Mena, cédula nacional de identidad Nº 7.926.617–5, quien señala que conoce a la actora porque es su esposo hace 20 años y tienen 3 hijos de 19, 16 y 11 años. Se enteró del accidente por su hijo que estaba trabajando en la misma empresa pero de noche y le contó que su mama había sufrido un accidente y que se había cortado los dedos. Después de eso se fue a la Mutual inmediatamente, después tipo 17:45 horas, salió un doctor para firmar una solicitud para autorizar la operación, el doctor le contó que su mujer se había amputado la mano izquierda, le dijo que la operación era para largo y que necesitaba su autorización, el doctor le dijo que no sabía a la hora que podía tener noticias de ella. Relata que regresó a las 11 de la noche al hospital y aún la estaban operando, una enfermera le dijo que la operación sería para largo, la operación empezó a las 6 y terminó a las 7 ó 7:30 del otro día. En la operación le reimplantaron la mano, con la pérdida de un dedo y después perdió el dedo gordo porque se le fue secando, y se lo amputaron. Su esposa estuvo de mayo a junio en el hospital y en agosto tuvo que volver al hospital, todo el mes de julio estuvo en la casa. Ella no podía hacer nada en la casa, sólo con la ayuda de su hijo y una cuñada que vive cerca que va a cocinar, él llega del trabajo a planchar, ella no puede hacer nada. Actualmente ella no hace casi nada, porque con su mano no puede hacer nada, indica que tiene la mano con cicatriz y aclara que es la mano derecha la afectada. Ella hasta el día de hoy se mantiene con licencia y todos los días tiene terapia, le hacen trabajar la mano izquierda para que pueda hacer las cosas con esa mano. Va al psicólogo dos veces al mes y toma medicamentos para calmar el dolor de la mano y para la depresión, el dolor de la mano es constante, ella le dice, llora y no se le puede tomar la mano, porque le genera dolor. No se puede bañar, ni vestir, ni comer sola. Refiere que su señora siempre usó su mano derecha, ahora le están enseñando a usar la mano izquierda. La relación con los hijos ha sido afectada ya que no les aguanta muchas cosas. Antes había trabajado en otras partes como operaria de máquinas también.

No se le ha advertido los riegos de esta máquina. Cuando la máquina tenía algún problema le informaba a los jefes y no la tomaban en cuenta y las dejas que ellas mismas solucionen los problemas. Indica que si ella para una máquina o avisa que está mala una máquina, a veces viene el jefe y a veces no, y cuando está parada las reta. Explica que si se quedó un envase adentro de la máquina y le avisa al jefe, no existía la posibilidad de quedarse esperando a que la fueran a arreglar, ahora sí. Indica que nunca ha tenido una capacitación, todo lo que sabe es porque lo ha aprendido mirando y preguntando. El primer día que ella llegó a trabajar, la mandaron a una máquina y le dieron la instrucción de contar los potes y echarlos a la caja, cualquier problema que tuviera debía indicarlo a sus jefes. Indica que si ha habido otros accidentes en la TV2, y ella se accidentó, en una semana sucedieron 3 accidentes, se cortaron los dedos en una cadena, porque funciona igual que una cadena de bicicleta y al tomar el plato se pasaban a llevar con las cadenas, apretones de dedo, de mano, un compañero estuvo a punto de perder el brazo. Todos los trabajadores llegan sin saber nada y los antiguos les indican los peligros de las máquinas. Este proceso de trabajo es conocido por los jefes de turno y mecánicos y lo único que a veces les dicen es que tengan cuidado, pero nada más. Ella indica que le avisaron por teléfono del accidente de la actora, el accidente cree que fue cerca de las 3, no tiene muy claro el horario. Hay 3 jefes de turnos, uno por cada turno. En cuanto a la máquina del accidente, señala que debía detenerla cada 5 minutos para poder limpiar la máquina, reitera que está autorizada para detener los cuchillos y no para detener el total de la máquina. El color de la detención de los botones son rojo para detenerla y el verde para activarla. Relata que la máquina se ha activado sola más de una vez, a pesar de que la máquina se ponía sola en marcha ella igual metía la mano, aclara que estaba obligada por sus jefes, era parte de sus funciones. Por último declaró Roberto Manuel Labrín Mena, cédula nacional de identidad Nº 7.926.617–5, quien señala que conoce a la actora porque es su esposo hace 20 años y tienen 3 hijos de 19, 16 y 11 años. Se enteró del accidente por su hijo que estaba trabajando en la misma empresa pero de noche y le contó que su mama había sufrido un accidente y que se había cortado los dedos. Después de eso se fue a la Mutual inmediatamente, después tipo 17:45 horas, salió un doctor para firmar una solicitud para autorizar la operación, el doctor le contó que su mujer se había amputado la mano izquierda, le dijo que la operación era para largo y que necesitaba su autorización, el doctor le dijo que no sabía a la hora que podía tener noticias de ella. Relata que regresó a las 11 de la noche al hospital y aún la estaban operando, una enfermera le dijo que la operación sería para largo, la operación empezó a las 6 y terminó a las 7 ó 7:30 del otro día. En la operación le reimplantaron la mano, con la pérdida de un dedo y después perdió el dedo gordo porque se le fue secando, y se lo amputaron. Su esposa estuvo de mayo a junio en el hospital y en agosto tuvo que volver al hospital, todo el mes de julio estuvo en la casa. Ella no podía hacer nada en la casa, sólo con la ayuda de su hijo y una cuñada que vive cerca que va a cocinar, él llega del trabajo a planchar, ella no puede hacer nada. Actualmente ella no hace casi nada, porque con su mano no puede hacer nada, indica que tiene la mano con cicatriz y aclara que es la mano derecha la afectada. Ella hasta el día de hoy se mantiene con licencia y todos los días tiene terapia, le hacen trabajar la mano izquierda para que pueda hacer las cosas con esa mano. Va al psicólogo dos veces al mes y toma medicamentos para calmar el dolor de la mano y para la depresión, el dolor de la mano es constante, ella le dice, llora y no se le puede tomar la mano, porque le genera dolor. No se puede bañar, ni vestir, ni comer sola. Refiere que su señora siempre usó su mano derecha, ahora le están enseñando a usar la mano izquierda. La relación con los hijos ha sido afectada ya que no les aguanta muchas cosas. Antes había trabajado en otras partes como operaria de máquinas también. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

99

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Rindió además prueba pericial declarando en juicio el doctor señor Eugenio Aníbal Luna Pérez, cédula nacional de identidad Nº 9.988.588–2, quien legalmente juramentado expuso, que examinó a la actora, respecto de una lesión que ella presenta, los antecedentes indicaban que la actora habría sufrido en algún momento la amputación de la mano derecha a nivel de los metacarpianos, producto de eso la paciente fue atendida en un hospital mutual, en donde se realizó una cirugía de reimplante, esta cirugía es complicada, especialmente en la mano, por lo tanto es una cirugía larga, compleja y su evolución se va dando en el tiempo muy lentamente. Al momento del examen la paciente llevaba aproximadamente 6 meses de evolución de la cirugía y se observaba una pérdida del pulgar al nivel de la unión del cuello del metacarpiano que es la zona del primer hueso del dedo. Se amputó definitivamente posteriormente el dedo pulgar a nivel del cuello del primer metacarpiano y se amputó el 5º dedo a nivel de la base de la primera falange. Uno puede ver que hay una serie de cicatrices en la mano que es por la serie de procedimientos que se hicieron; posteriormente, hay una zona levantada con cicatrices muy definidas por los bordes, con una piel que es de un color más oscuro, que corresponde al sector del dedo pulgar. Como resultado la paciente tiene amputación del pulgar, amputación del quinto dedo, cicatrices múltiples en la zona palmar que corresponde a la cirugía y cicatrices múltiples en el dorso que corresponde a los colgajos que se hicieron para cubrir las zonas cruentas. Además la paciente presenta una posición de la mano que es en extensión de los dedos, esta extensión está relacionada con la gravedad de la lesión porque la estructura a reparar era múltiple, por lo tanto, en razón de la entidad y gravedad la evolución de estos procesos, es una evolución que no es buena. Explica al tribunal que los dedos están rígidos y en este caso no va a lograr mover los dedos, es poco probable que ella los pueda mover. La evolución se debe ver en el tiempo, pero en ella también tiene los metacarpos falángicos rígidos, las interfalángicas y síndrome del dolor. A su juicio es muy difícil dar una solución a la lesión que presenta la actora. La mano como está en este momento no le sirve. Estima un grado de incapacidad del 40%, esto considerando la funcionalidad de la mano. Señala que cuando se evalúa a estos pacientes en el tiempo, como tiene dolor persistente llega un momento que piden la amputación de la extremidad. Este dolor es incierto, el dolor complejo tiene una evolución, dependiendo de la evolución que tenga, no hay un tratamiento definido, hay que hacer terapia permanentemente. Con el tiempo el dolor adquiere un circuito central y el paciente lo siente permanentemente. El dolor que siente al tacto es un síndrome de dolor regional complejo, cualquier estímulo por pequeño que sea duele. La recuperación de movilidad, a su juicio es poco probable. En la paciente hay dos componentes importantes que lo pueden haber desencadenado: uno, el trauma en sí, y segundo las múltiples lesiones neurológicos que tuvo la mano, que implican dos territorios por lo menos, el territorio del nervio cubital y el territorio del nervio mediano, que serian los nervios que participan de la palma de la mano. El perito define la lesión de la actora como muy grave. Consultado señala ser médico traumatólogo y trabaja en el Hospital Traumatológico de Santiago desde el año 2004, hace turnos de urgencia, es jefe de turno del Nº 2 es especialista en traumatología y ortopedia y sub especialidad de manos. Indica que no conoce desde antes a la actora, nunca la ha tratado, señala que tuvo a la vista solo la evaluación anterior de la actora y una radiografía que tomo en ese momento. Indica que nunca ha participado de un informe de incapacidad de la Mutual de Seguridad y basa su apreciación del 40% de incapacidad de la actora en dos cosas, la posibilidad de la recuperación de la mano y la gravedad de la lesión y en este caso la recuperación máxima es lo que se logró, es muy poco probable que alcance una nivel de recuperación mayor, además ella no puede hacer ninguna función con su mano, solo para mirarla, no puede ni siquiera tocarla, su mano funcionalmente no le sirve para nada. El 40% que señala es de la funcionalidad del total de las funciones del cuerpo. Indica que ha realizado unos 3 ó 4 informes periciales en un plazo de 2 años. Indica que hay más especialistas en manos en el Hospital donde él trabaja y se distribuyen para hacer las pericias de acuerdo a la jerarquía, son 4 médicos. Solamente uno se entera de la pericia cuando la va a hacer.

100

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Rindió además prueba pericial declarando en juicio el doctor señor Eugenio Aníbal Luna Pérez, cédula nacional de identidad Nº 9.988.588–2, quien legalmente juramentado expuso, que examinó a la actora, respecto de una lesión que ella presenta, los antecedentes indicaban que la actora habría sufrido en algún momento la amputación de la mano derecha a nivel de los metacarpianos, producto de eso la paciente fue atendida en un hospital mutual, en donde se realizó una cirugía de reimplante, esta cirugía es complicada, especialmente en la mano, por lo tanto es una cirugía larga, compleja y su evolución se va dando en el tiempo muy lentamente. Al momento del examen la paciente llevaba aproximadamente 6 meses de evolución de la cirugía y se observaba una pérdida del pulgar al nivel de la unión del cuello del metacarpiano que es la zona del primer hueso del dedo. Se amputó definitivamente posteriormente el dedo pulgar a nivel del cuello del primer metacarpiano y se amputó el 5º dedo a nivel de la base de la primera falange. Uno puede ver que hay una serie de cicatrices en la mano que es por la serie de procedimientos que se hicieron; posteriormente, hay una zona levantada con cicatrices muy definidas por los bordes, con una piel que es de un color más oscuro, que corresponde al sector del dedo pulgar. Como resultado la paciente tiene amputación del pulgar, amputación del quinto dedo, cicatrices múltiples en la zona palmar que corresponde a la cirugía y cicatrices múltiples en el dorso que corresponde a los colgajos que se hicieron para cubrir las zonas cruentas. Además la paciente presenta una posición de la mano que es en extensión de los dedos, esta extensión está relacionada con la gravedad de la lesión porque la estructura a reparar era múltiple, por lo tanto, en razón de la entidad y gravedad la evolución de estos procesos, es una evolución que no es buena. Explica al tribunal que los dedos están rígidos y en este caso no va a lograr mover los dedos, es poco probable que ella los pueda mover. La evolución se debe ver en el tiempo, pero en ella también tiene los metacarpos falángicos rígidos, las interfalángicas y síndrome del dolor. A su juicio es muy difícil dar una solución a la lesión que presenta la actora. La mano como está en este momento no le sirve. Estima un grado de incapacidad del 40%, esto considerando la funcionalidad de la mano. Señala que cuando se evalúa a estos pacientes en el tiempo, como tiene dolor persistente llega un momento que piden la amputación de la extremidad. Este dolor es incierto, el dolor complejo tiene una evolución, dependiendo de la evolución que tenga, no hay un tratamiento definido, hay que hacer terapia permanentemente. Con el tiempo el dolor adquiere un circuito central y el paciente lo siente permanentemente. El dolor que siente al tacto es un síndrome de dolor regional complejo, cualquier estímulo por pequeño que sea duele. La recuperación de movilidad, a su juicio es poco probable. En la paciente hay dos componentes importantes que lo pueden haber desencadenado: uno, el trauma en sí, y segundo las múltiples lesiones neurológicos que tuvo la mano, que implican dos territorios por lo menos, el territorio del nervio cubital y el territorio del nervio mediano, que serian los nervios que participan de la palma de la mano. El perito define la lesión de la actora como muy grave. Consultado señala ser médico traumatólogo y trabaja en el Hospital Traumatológico de Santiago desde el año 2004, hace turnos de urgencia, es jefe de turno del Nº 2 es especialista en traumatología y ortopedia y sub especialidad de manos. Indica que no conoce desde antes a la actora, nunca la ha tratado, señala que tuvo a la vista solo la evaluación anterior de la actora y una radiografía que tomo en ese momento. Indica que nunca ha participado de un informe de incapacidad de la Mutual de Seguridad y basa su apreciación del 40% de incapacidad de la actora en dos cosas, la posibilidad de la recuperación de la mano y la gravedad de la lesión y en este caso la recuperación máxima es lo que se logró, es muy poco probable que alcance una nivel de recuperación mayor, además ella no puede hacer ninguna función con su mano, solo para mirarla, no puede ni siquiera tocarla, su mano funcionalmente no le sirve para nada. El 40% que señala es de la funcionalidad del total de las funciones del cuerpo. Indica que ha realizado unos 3 ó 4 informes periciales en un plazo de 2 años. Indica que hay más especialistas en manos en el Hospital donde él trabaja y se distribuyen para hacer las pericias de acuerdo a la jerarquía, son 4 médicos. Solamente uno se entera de la pericia cuando la va a hacer.

100

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

101

El Hospital Traumatológico es el único hospital especializado en Chile. Agrega y explica que clínicamente era suficiente la radiografía para hacer la pericia. Si en la actora no se hubiese hecho nada no tendría ningún dedo, el reimplante no es mejor de lo que hicieron en la actora y si no se hubiese hecho nada tendría un muñón de mano y tampoco le serviría de nada. Explica que no se reimplantan en todos los pacientes sólo en algunos casos como en los niños pacientes jóvenes y cortes netos. La lesión corresponde a cortes neto, es decir un corte directo. Asimismo incorporó respuesta de los oficios dirigidos al Hospital Clínico de la Mutual de Seguridad de la Cámara Chilena de la Construcción, Inspección Comunal del Trabajo Maipú y Seremi de Salud Metropolitano. Se valió además de exhibición de documentos de Copia del Informe de Investigación del Comité Paritario respecto de las causas del accidente que sufrió la actora y además copia de las actas correspondientes a las tres sesiones realizadas tanto con anterioridad, como con posterioridad a la fecha de la sesión que investigó el accidente que sufrió el demandante. Las denuncias y/o comunicación de siniestro efectuadas por las demandadas a cualquier compañía de seguros en relación al accidente del trabajo que sufrió el actor. Este documento no se exhibió señalando la demandada que no existe. Copia de los registros o constancias de que la actora fue informada de los riesgos que implicaba operar la TV1. Refiere la demandada que esto está señalado en el articulo 79 letras O, Q y S y al final del reglamento interno. Copia del procedimiento o método de trabajo escrito debidamente recepcionado por la actora para operar la máquina TV1. SEXTO: Que la parte demandada con el objeto de acreditar sus defensas incorporó a juicio la siguiente prueba documental: 1. Contrato de trabajo de fecha 25 de septiembre de 2006. 2. Resolución del Seremi de salud, de fecha 22 de octubre de 2010. 3. Acta de investigación de accidente del trabajo de la mutual de seguridad, de fecha 12 de mayo de 2010. 4. Instructivo procedimiento de trabajo seguro. 5. Recepción de artículos de seguridad de distintas fechas firmadas por la actora. 6. Carta de la Mutual de Seguridad dirigida al representante de la demandada, de fecha 14 de mayo de 2010. 7. Declaración individual del accidente del trabajo de fecha 12 de mayo de 2010. 8. Informe de los temas tratados con fecha 19 de noviembre de 2008 en reunión informativa de la Mutual de Seguridad, que incluye nómina de trabajadores asistentes. Rindió además la confesional de la actora doña Genoveva del Carmen Escalona Ortiz, cédula de identidad Nº 11.273.049-4, quien legalmente juramentada expuso que lleva tres años y 7 meses trabajado para la demandada, sus funciones era de operaria de producción y trabajaba en otras máquinas a parte de la del accidente. Al momento de suscribir su contrato recibió un reglamento interno pero no lo leyó. En la máquina donde sufrió el accidente trabajan dos personas al mismo tiempo y otra compañera abajo que saca las cajas, o sea son tres personas. La función de la persona que está en frente de ella es la misma función que hace ella, con la diferencia de que ella tenía acceso a parar los cuchillos. En el momento del accidente, indica que paró el botón rojo para detener los cuchillos, miró que los cuchillos estuvieron abajo y metió la mano, en ese momento la compañera no la ayudó porque estaba contando las bandejas. Ella introdujo su mano en la máquina porque había pedazos de bandeja en los cuchillos, los limpió y cree que la máquina quedó con aire, porque no se explica porque pasó eso, ya que eso ella lo hacía siempre. Indica que los jefes 5 minutos antes que ella se accidentara estaban los dos, ellos la vieron muchas veces parar la máquina, no llevaba ni una hora trabajando ese día. Ellos no le dijeron nada, ellos espe-

El Hospital Traumatológico es el único hospital especializado en Chile. Agrega y explica que clínicamente era suficiente la radiografía para hacer la pericia. Si en la actora no se hubiese hecho nada no tendría ningún dedo, el reimplante no es mejor de lo que hicieron en la actora y si no se hubiese hecho nada tendría un muñón de mano y tampoco le serviría de nada. Explica que no se reimplantan en todos los pacientes sólo en algunos casos como en los niños pacientes jóvenes y cortes netos. La lesión corresponde a cortes neto, es decir un corte directo. Asimismo incorporó respuesta de los oficios dirigidos al Hospital Clínico de la Mutual de Seguridad de la Cámara Chilena de la Construcción, Inspección Comunal del Trabajo Maipú y Seremi de Salud Metropolitano. Se valió además de exhibición de documentos de Copia del Informe de Investigación del Comité Paritario respecto de las causas del accidente que sufrió la actora y además copia de las actas correspondientes a las tres sesiones realizadas tanto con anterioridad, como con posterioridad a la fecha de la sesión que investigó el accidente que sufrió el demandante. Las denuncias y/o comunicación de siniestro efectuadas por las demandadas a cualquier compañía de seguros en relación al accidente del trabajo que sufrió el actor. Este documento no se exhibió señalando la demandada que no existe. Copia de los registros o constancias de que la actora fue informada de los riesgos que implicaba operar la TV1. Refiere la demandada que esto está señalado en el articulo 79 letras O, Q y S y al final del reglamento interno. Copia del procedimiento o método de trabajo escrito debidamente recepcionado por la actora para operar la máquina TV1. SEXTO: Que la parte demandada con el objeto de acreditar sus defensas incorporó a juicio la siguiente prueba documental: 1. Contrato de trabajo de fecha 25 de septiembre de 2006. 2. Resolución del Seremi de salud, de fecha 22 de octubre de 2010. 3. Acta de investigación de accidente del trabajo de la mutual de seguridad, de fecha 12 de mayo de 2010. 4. Instructivo procedimiento de trabajo seguro. 5. Recepción de artículos de seguridad de distintas fechas firmadas por la actora. 6. Carta de la Mutual de Seguridad dirigida al representante de la demandada, de fecha 14 de mayo de 2010. 7. Declaración individual del accidente del trabajo de fecha 12 de mayo de 2010. 8. Informe de los temas tratados con fecha 19 de noviembre de 2008 en reunión informativa de la Mutual de Seguridad, que incluye nómina de trabajadores asistentes. Rindió además la confesional de la actora doña Genoveva del Carmen Escalona Ortiz, cédula de identidad Nº 11.273.049-4, quien legalmente juramentada expuso que lleva tres años y 7 meses trabajado para la demandada, sus funciones era de operaria de producción y trabajaba en otras máquinas a parte de la del accidente. Al momento de suscribir su contrato recibió un reglamento interno pero no lo leyó. En la máquina donde sufrió el accidente trabajan dos personas al mismo tiempo y otra compañera abajo que saca las cajas, o sea son tres personas. La función de la persona que está en frente de ella es la misma función que hace ella, con la diferencia de que ella tenía acceso a parar los cuchillos. En el momento del accidente, indica que paró el botón rojo para detener los cuchillos, miró que los cuchillos estuvieron abajo y metió la mano, en ese momento la compañera no la ayudó porque estaba contando las bandejas. Ella introdujo su mano en la máquina porque había pedazos de bandeja en los cuchillos, los limpió y cree que la máquina quedó con aire, porque no se explica porque pasó eso, ya que eso ella lo hacía siempre. Indica que los jefes 5 minutos antes que ella se accidentara estaban los dos, ellos la vieron muchas veces parar la máquina, no llevaba ni una hora trabajando ese día. Ellos no le dijeron nada, ellos espeACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

101

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

raban a que ella arreglara la máquina, subraya y reitera que nunca le dijeron nada. Si ella no hubiese estado autorizada para hacer limpieza le hubiesen dicho algo, se lo hubiesen prohibido. El propio dueño de la empresa trataba a los trabajadores con garabatos, cuando estaban las máquinas detenidas. El día del accidente ella detuvo la máquina varias veces para limpiarla y hacer el mismo procedimiento. Refiere que hay dos jefes que están autorizados para detener las máquinas, ellos supuestamente deberían haber parado la máquina. Su compañera que le entregó el turno le dijo que la máquina estaba mala y ella no le avisó al jefe de turno porque esa labor era de las trabajadoras. Agrega que la máquina rosaba sus piernas con los cuchillos, no tenían asiento con respaldo. Rindió además prueba testimonial de Carlos Alberto Cuevas Padilla, cédula de identidad Nº 13.089.479-8, quien legalmente juramentado expuso que su función en la empresa demandada es de encargado de mantenimiento industrial, mantiene y repara las máquinas termo-formadoras, laminadoras, las que fabrican tapas, todas las máquinas. Indica que el día del accidente de la actora él estaba trabajando, ese día venía entrando de colación y de repente se escuchan gritos por toda la fábrica y corrió hacia producción para ver qué había ocurrido, y se encuentra que la actora se había amputado los dedos con la máquina que hace bandejas para galletas, cuando él llega a la actora ya la habían retirado del puesto de donde se accidentó, la sacaron al pasillo y estuvo tendida mientras la apoyaban. Relata que fue corriendo hacia la oficina, pidió unos guantes quirúrgicos, se dirigió a la máquina, tomo los dedos de la actora, se fue corriendo al casino, tomó hielo y puso los dedos a congelar para que pudieran reimplantárselos si fuera posible. Este procedimiento lo sabe porque él es preparador físico y ahí le enseñaron primeros auxilios. Las circunstancias del accidente de la actora fue que la máquina estaba andando cuando ella metió la mano y se cortó los dedos, esto lo concluye, además porque el jefe de turno don Ángel Catalán, fue el que paró la máquina y sacó a la actora. Su jornada es de 8.00 a 18.00 de la tarde, él es el mecánico de la fábrica. Señala que es normal que las máquinas se traben con los productos y hay que llamar a un jefe de turno para que pare las máquinas y limpie las bandejas del troquel. Ese es el procedimiento de la empresa, él lo sabe porque se les explica a los jefes de turno y a los operarios, se les dice que no metan las manos a las máquinas, y el reiteradamente les indica a los trabajadores que van llegando que no metan las manos a las máquinas. Insiste en que los operadores no están autorizados para meter las manos a la máquina. En cada turno hay un jefe y un ayudante. El procedimiento para sacar un producto que se ha trabado en la máquina es avisar a un jefe de turno, él que va y detiene la máquina y la limpia. La forma de detención de las máquinas es detener el troquel, que son los cuchillos, y para echarla a andar se usan dos botoneras verdes y un botón rojo. En esta máquina, de donde están sacando el producto al botón de apagar la máquina está a un metro o metro y medio de distancia. Para detener el troquel es un comando y para detener la máquina es otro comando. Están separados 15 cm cada botonera. Son dos botones rojos. En el comando de la máquina hay dos para encender y dos para apagar la máquina. El troquel se echa a andar con un solo botón. A él nadie le informó que la máquina estaba en mal estado. Él está en ese cargo hace 15 años. Cuando entran a trabajar los operarios se les hace una explicación del sistema de trabajo de la fábrica y se les entrega un papel de donde consta la explicación. Señala que estudió en liceo, Técnico Mecánico, y no terminó sus estudios técnicos después. Su único trabajo como mecánico ha sido en la empresa demandada. El procedimiento escrito tiene que estar firmado en el reglamento interno. Señala que la máquina funciona en base a una bomba hidráulica, que es la que hace subir y bajar el troquel, la bomba se había cambiado un mes antes del accidente, no se acuerda ni el mes ni el año del accidente. Indica que se cambio la válvula, los flexibles de mangueras, ese cambio se hizo con una empresa externa por que siempre se hace así.

102

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

raban a que ella arreglara la máquina, subraya y reitera que nunca le dijeron nada. Si ella no hubiese estado autorizada para hacer limpieza le hubiesen dicho algo, se lo hubiesen prohibido. El propio dueño de la empresa trataba a los trabajadores con garabatos, cuando estaban las máquinas detenidas. El día del accidente ella detuvo la máquina varias veces para limpiarla y hacer el mismo procedimiento. Refiere que hay dos jefes que están autorizados para detener las máquinas, ellos supuestamente deberían haber parado la máquina. Su compañera que le entregó el turno le dijo que la máquina estaba mala y ella no le avisó al jefe de turno porque esa labor era de las trabajadoras. Agrega que la máquina rosaba sus piernas con los cuchillos, no tenían asiento con respaldo. Rindió además prueba testimonial de Carlos Alberto Cuevas Padilla, cédula de identidad Nº 13.089.479-8, quien legalmente juramentado expuso que su función en la empresa demandada es de encargado de mantenimiento industrial, mantiene y repara las máquinas termo-formadoras, laminadoras, las que fabrican tapas, todas las máquinas. Indica que el día del accidente de la actora él estaba trabajando, ese día venía entrando de colación y de repente se escuchan gritos por toda la fábrica y corrió hacia producción para ver qué había ocurrido, y se encuentra que la actora se había amputado los dedos con la máquina que hace bandejas para galletas, cuando él llega a la actora ya la habían retirado del puesto de donde se accidentó, la sacaron al pasillo y estuvo tendida mientras la apoyaban. Relata que fue corriendo hacia la oficina, pidió unos guantes quirúrgicos, se dirigió a la máquina, tomo los dedos de la actora, se fue corriendo al casino, tomó hielo y puso los dedos a congelar para que pudieran reimplantárselos si fuera posible. Este procedimiento lo sabe porque él es preparador físico y ahí le enseñaron primeros auxilios. Las circunstancias del accidente de la actora fue que la máquina estaba andando cuando ella metió la mano y se cortó los dedos, esto lo concluye, además porque el jefe de turno don Ángel Catalán, fue el que paró la máquina y sacó a la actora. Su jornada es de 8.00 a 18.00 de la tarde, él es el mecánico de la fábrica. Señala que es normal que las máquinas se traben con los productos y hay que llamar a un jefe de turno para que pare las máquinas y limpie las bandejas del troquel. Ese es el procedimiento de la empresa, él lo sabe porque se les explica a los jefes de turno y a los operarios, se les dice que no metan las manos a las máquinas, y el reiteradamente les indica a los trabajadores que van llegando que no metan las manos a las máquinas. Insiste en que los operadores no están autorizados para meter las manos a la máquina. En cada turno hay un jefe y un ayudante. El procedimiento para sacar un producto que se ha trabado en la máquina es avisar a un jefe de turno, él que va y detiene la máquina y la limpia. La forma de detención de las máquinas es detener el troquel, que son los cuchillos, y para echarla a andar se usan dos botoneras verdes y un botón rojo. En esta máquina, de donde están sacando el producto al botón de apagar la máquina está a un metro o metro y medio de distancia. Para detener el troquel es un comando y para detener la máquina es otro comando. Están separados 15 cm cada botonera. Son dos botones rojos. En el comando de la máquina hay dos para encender y dos para apagar la máquina. El troquel se echa a andar con un solo botón. A él nadie le informó que la máquina estaba en mal estado. Él está en ese cargo hace 15 años. Cuando entran a trabajar los operarios se les hace una explicación del sistema de trabajo de la fábrica y se les entrega un papel de donde consta la explicación. Señala que estudió en liceo, Técnico Mecánico, y no terminó sus estudios técnicos después. Su único trabajo como mecánico ha sido en la empresa demandada. El procedimiento escrito tiene que estar firmado en el reglamento interno. Señala que la máquina funciona en base a una bomba hidráulica, que es la que hace subir y bajar el troquel, la bomba se había cambiado un mes antes del accidente, no se acuerda ni el mes ni el año del accidente. Indica que se cambio la válvula, los flexibles de mangueras, ese cambio se hizo con una empresa externa por que siempre se hace así.

102

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

103

La bomba hidráulica sirve para cortar el producto, la que hace subir y bajar el troquel, funciona con aceite. Señala que se sacó la máquina después del accidente. La máquina está detenida por tema de venta de producto, esa máquina no está conectada. Decidieron no hacer más bandejas. Cuando volvió a funcionar la máquina le pusieron protecciones en la parte móvil del plato, porque el troquel no se uso más para hacer bandejas. No tiene claro si alguna operadora metió la mano como la actora a las máquinas. Nunca vio a alguna de ellas meter la mano en las máquinas. Habiendo detenido sólo el troquel, es imposible que la máquina vuelva a encender, estando la máquina totalmente apagada es imposible que se enciende sola. La bomba hidráulica quedó buena, nadie le solicitó que sacara material o que estaban en mal estado en el período en que ocurrió el accidente. Declaró además Misael Guillermo Donoso Viera, cédula de identidad Nº 6.970.659-2, quien legalmente juramentado expuso, su función es ser encargado de la parte de impresión y lleva 26 años trabajando para la empresa demandada. La máquina TV1 funciona con láminas, se cierra y se abre en sistema de segundos y funciona con rollo, hace todo el procedimiento, forma y vota la lámina, y la tapa sale cortada. Indica que estuvo 16 años a cargo de la máquina del accidente. Trabaja sólo una persona en la máquina TV1 y la persona que está a cargo de verla y ponerle el rollo. Esa máquina a lo largo del tiempo se ha ido modificando muchas cosas, pero el funcionamiento es el mismo que él hacía antes a cuando tenía la máquina al momento del accidente. El estuvo encargado de producción y su labor era mantener la máquina andando y preocuparse que los operarios no metieran las manos en la máquina. Cuando se quedaban desperdicios dentro de la máquina el paraba la máquina y avisaba al jefe de turno, los botones son los mismos que antes, tiene el de encendido y de apagado y el de avance, son tres botones. No sabe cómo fue el accidente de la actora, lo único que supo es que la máquina se trancó y se supone que ella debería haber apretado un botón y no lo hizo, el botón es de parada, pero no estaba autorizada a parar la máquina, debería haber avisado para que la pararan. Al momento de accidente estaba en otra área, en la de impresión. Señala que es normal que las máquinas se tranquen porque hay manipulación, a veces está mal corrido el rollo, las cadenas, no debería ocurrir pero de repente si ocurre. Se supone que la máquina viene cubierta pero fuera del troquel, no es simplemente llegar y meter la mano, porque uno tendría que estar debajo de la máquina para poder meter la mano, de otra forma no se lo explica. Cuando él trabajaba en la TV1 y se trababa el procedimiento que él seguía era, parar la máquina, limpiar el troquel y encender la máquina. Refiere que él hacía lo mismo que la actora para limpiar la máquina. Aclara que la máquina nunca se “echó a andar sola”. Cuando firmó el contrato de trabajo en la empresa recibió el reglamento interno en el año 86 y no habían máquinas ni nada. Tiempo atrás recibió algún tipo de capacitación. Él fue uno de los que hizo las máquinas, realizó las instalaciones eléctricas junto con su empleador. Su jefe Luis Castañeda era el que tenía que ver con los diseños de la máquina, el se los pasaba y ellos lo realizaban, es una copia de las máquinas que habían en Chile en ese momento. La frecuencia de que se trabajaba la máquina era relativa, dependía del rollo, la lámina. Este desperfecto no era lo mismo que antes era más lento, ahora es más avanzado. Después del accidente, la máquina la sacaron de esa posición y no siguió funcionando, no se ha dado cuenta si nunca más funcionó, no sabe si ha funcionado después del accidente. El tomó conocimiento del accidente de la actora porque la fábrica se paró, y ahí se supo que se había accidentado, fue el comentario de toda la gente, fueron distintas versiones de la gente de lo que pasó. Indica que todos decían que la actora se había pegado una “volada” y no paró la máquina, ninguna sabía porque había metido la mano. El primero en llegar al lugar el accidente fue Carlos Cuevas.

La bomba hidráulica sirve para cortar el producto, la que hace subir y bajar el troquel, funciona con aceite. Señala que se sacó la máquina después del accidente. La máquina está detenida por tema de venta de producto, esa máquina no está conectada. Decidieron no hacer más bandejas. Cuando volvió a funcionar la máquina le pusieron protecciones en la parte móvil del plato, porque el troquel no se uso más para hacer bandejas. No tiene claro si alguna operadora metió la mano como la actora a las máquinas. Nunca vio a alguna de ellas meter la mano en las máquinas. Habiendo detenido sólo el troquel, es imposible que la máquina vuelva a encender, estando la máquina totalmente apagada es imposible que se enciende sola. La bomba hidráulica quedó buena, nadie le solicitó que sacara material o que estaban en mal estado en el período en que ocurrió el accidente. Declaró además Misael Guillermo Donoso Viera, cédula de identidad Nº 6.970.659-2, quien legalmente juramentado expuso, su función es ser encargado de la parte de impresión y lleva 26 años trabajando para la empresa demandada. La máquina TV1 funciona con láminas, se cierra y se abre en sistema de segundos y funciona con rollo, hace todo el procedimiento, forma y vota la lámina, y la tapa sale cortada. Indica que estuvo 16 años a cargo de la máquina del accidente. Trabaja sólo una persona en la máquina TV1 y la persona que está a cargo de verla y ponerle el rollo. Esa máquina a lo largo del tiempo se ha ido modificando muchas cosas, pero el funcionamiento es el mismo que él hacía antes a cuando tenía la máquina al momento del accidente. El estuvo encargado de producción y su labor era mantener la máquina andando y preocuparse que los operarios no metieran las manos en la máquina. Cuando se quedaban desperdicios dentro de la máquina el paraba la máquina y avisaba al jefe de turno, los botones son los mismos que antes, tiene el de encendido y de apagado y el de avance, son tres botones. No sabe cómo fue el accidente de la actora, lo único que supo es que la máquina se trancó y se supone que ella debería haber apretado un botón y no lo hizo, el botón es de parada, pero no estaba autorizada a parar la máquina, debería haber avisado para que la pararan. Al momento de accidente estaba en otra área, en la de impresión. Señala que es normal que las máquinas se tranquen porque hay manipulación, a veces está mal corrido el rollo, las cadenas, no debería ocurrir pero de repente si ocurre. Se supone que la máquina viene cubierta pero fuera del troquel, no es simplemente llegar y meter la mano, porque uno tendría que estar debajo de la máquina para poder meter la mano, de otra forma no se lo explica. Cuando él trabajaba en la TV1 y se trababa el procedimiento que él seguía era, parar la máquina, limpiar el troquel y encender la máquina. Refiere que él hacía lo mismo que la actora para limpiar la máquina. Aclara que la máquina nunca se “echó a andar sola”. Cuando firmó el contrato de trabajo en la empresa recibió el reglamento interno en el año 86 y no habían máquinas ni nada. Tiempo atrás recibió algún tipo de capacitación. Él fue uno de los que hizo las máquinas, realizó las instalaciones eléctricas junto con su empleador. Su jefe Luis Castañeda era el que tenía que ver con los diseños de la máquina, el se los pasaba y ellos lo realizaban, es una copia de las máquinas que habían en Chile en ese momento. La frecuencia de que se trabajaba la máquina era relativa, dependía del rollo, la lámina. Este desperfecto no era lo mismo que antes era más lento, ahora es más avanzado. Después del accidente, la máquina la sacaron de esa posición y no siguió funcionando, no se ha dado cuenta si nunca más funcionó, no sabe si ha funcionado después del accidente. El tomó conocimiento del accidente de la actora porque la fábrica se paró, y ahí se supo que se había accidentado, fue el comentario de toda la gente, fueron distintas versiones de la gente de lo que pasó. Indica que todos decían que la actora se había pegado una “volada” y no paró la máquina, ninguna sabía porque había metido la mano. El primero en llegar al lugar el accidente fue Carlos Cuevas. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

103

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Por último declaró doña Jeanette del Pilar Castañeda Viveros, cédula nacional de identidad Nº 7.811.216-8, quien legalmente juramentada expuso que, su función es de administración y finanzas. Lo que sabe del accidente es que fue el 11 de mayo. Señala que estaba en su oficina y de repente escucho un grito, abrió la puerta explica que su oficina da a un balcón, y vio a la actora con la mano sin los dedos, vio lo que había sucedió, se devolvió a su escritorio a marcar a la Mutual, que era lo primero que había que hacer. Gritó para el otro lado donde estaban los demás, gritó: “accidente, accidente!! Todos salieron a ver, se comunicó con la Mutual al tiro, le contestó la ambulancia y la dejaron ahí, y el resto de la oficina le Iban diciendo lo que le consultaban por teléfono, entonces los demás bajaban y le decían a ella cómo se encontraba la actora, los de la Mutual le decían que no le cortara que tenía que quedarse al teléfono. Relata que cuando miró desde el balcón la actora, ella aún estaba sentada en su puesto, estaba con su mano arriba, estaba apoyada. Ella metió la mano adentro del troquel que le cortó los dedos, no se explica de otra forma, porque ella aún estaba sentada, y otra niña estaba gritando, y después que se fue a hablar con la mutual siguió mirando, la actora nunca perdió el conocimiento, estaba en shock, todos tiritaban en la empresa. Concluye que la actora no se bajó de la silla, porque es una silla alta, es imposible que después del accidente ella se hubiese vuelto a sentar. Cuando escuchó el grito de inmediato miró y la actora estaba sentada, reitera que es imposible que después del accidente ella se hubiese sentado nuevamente en su asiento. Ella concluye que estando sentada en su asiento, la actora metió las manos al troquel y se cortó los dedos, no es usual que los trabajadores metan las manos, ya que el troquel corta el plástico. Todos los troqueles cortan, la fuerza que tiene es de 2 toneladas, según dicen los maestros, entonces si usted mete la mano se va a cortar. Con la máquina detenida no corta. Señala que ella ha trabajado en esa máquina. Estado sentada en esa máquina es posible detenerla, y ese procedimiento de detención no están facultados los operarios para la detención. Hay dos tipos de detención de la máquina, hay un botón rojo que para todo. Indica que ella no efectuaba ese procedimiento, porque siempre está sentada, uno llama y vienen y revisan la máquina. Cuando se detiene la máquina hay que llamar al jefe de turno, la función del jefe de turno es de ver las condiciones de la máquina, si le falta la temperatura, si no está cortando el troquel, si la lámina no viene parejita, si viene más gruesa o más delgada, la lámina se pone en el riel y la echan a andar, todo este proceso lo hace el jefe de turno, el maquinista. Los operarios no están autorizados para hacer el trabajo del maquinista, por eso va el jefe de turno a arreglar la máquina, él es el que sabe si tiene un problema eléctrico, mecánico, y según ello, la persona va destinando a quien arregla la máquina. Cuando ella operó la máquina nunca se encendió sola, señala que no puede quedarle aire a la máquina, porque el aire está en el termo formado, no tiene nada que ver con el otro lado en el que va el troquel. El aire es para que el plástico se enfríe, porque el horno calienta el plato hasta el punto que queda como chicle, entonces pasa por la matriz y en ese proceso necesita frío para que se ponga helado el plato y de ahí pasa al troquel para que lo corte. Ella supo después de los hechos, que antes del accidente tuvo que ir el jefe de turno porque la máquina estaba mal, fue una sola vez, el jefe de turno se la reparó y la echó a andar nuevamente, y después de eso ocurrió el accidente. Se realizó investigación del accidente en la empresa por el comité paritario y la conclusión de ellos es que es inexplicable, porque la actora es una persona que llevaba mucho tiempo operando la máquina, no es una persona que se expusiera a cometer actos anti temerosos, porque hay personas que son temerarias, y la actora no es temeraria. Señala que la demandante una vez metió la mano a una cadena y se rompió un dedo, pero eso fue lo más temerario que había pasado que fue el año anterior. La razón del accidente para ella fue un minuto nefasto, no cree que ella quiso meter la mano al troquel, tampoco cree que haya tenido la intención de meter la mano, tal vez algún problema tenía en su cabeza y no pensaba bien, o tenía su cabeza en blanco, refiere “a todos nos ha pasado”.

104

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Por último declaró doña Jeanette del Pilar Castañeda Viveros, cédula nacional de identidad Nº 7.811.216-8, quien legalmente juramentada expuso que, su función es de administración y finanzas. Lo que sabe del accidente es que fue el 11 de mayo. Señala que estaba en su oficina y de repente escucho un grito, abrió la puerta explica que su oficina da a un balcón, y vio a la actora con la mano sin los dedos, vio lo que había sucedió, se devolvió a su escritorio a marcar a la Mutual, que era lo primero que había que hacer. Gritó para el otro lado donde estaban los demás, gritó: “accidente, accidente!! Todos salieron a ver, se comunicó con la Mutual al tiro, le contestó la ambulancia y la dejaron ahí, y el resto de la oficina le Iban diciendo lo que le consultaban por teléfono, entonces los demás bajaban y le decían a ella cómo se encontraba la actora, los de la Mutual le decían que no le cortara que tenía que quedarse al teléfono. Relata que cuando miró desde el balcón la actora, ella aún estaba sentada en su puesto, estaba con su mano arriba, estaba apoyada. Ella metió la mano adentro del troquel que le cortó los dedos, no se explica de otra forma, porque ella aún estaba sentada, y otra niña estaba gritando, y después que se fue a hablar con la mutual siguió mirando, la actora nunca perdió el conocimiento, estaba en shock, todos tiritaban en la empresa. Concluye que la actora no se bajó de la silla, porque es una silla alta, es imposible que después del accidente ella se hubiese vuelto a sentar. Cuando escuchó el grito de inmediato miró y la actora estaba sentada, reitera que es imposible que después del accidente ella se hubiese sentado nuevamente en su asiento. Ella concluye que estando sentada en su asiento, la actora metió las manos al troquel y se cortó los dedos, no es usual que los trabajadores metan las manos, ya que el troquel corta el plástico. Todos los troqueles cortan, la fuerza que tiene es de 2 toneladas, según dicen los maestros, entonces si usted mete la mano se va a cortar. Con la máquina detenida no corta. Señala que ella ha trabajado en esa máquina. Estado sentada en esa máquina es posible detenerla, y ese procedimiento de detención no están facultados los operarios para la detención. Hay dos tipos de detención de la máquina, hay un botón rojo que para todo. Indica que ella no efectuaba ese procedimiento, porque siempre está sentada, uno llama y vienen y revisan la máquina. Cuando se detiene la máquina hay que llamar al jefe de turno, la función del jefe de turno es de ver las condiciones de la máquina, si le falta la temperatura, si no está cortando el troquel, si la lámina no viene parejita, si viene más gruesa o más delgada, la lámina se pone en el riel y la echan a andar, todo este proceso lo hace el jefe de turno, el maquinista. Los operarios no están autorizados para hacer el trabajo del maquinista, por eso va el jefe de turno a arreglar la máquina, él es el que sabe si tiene un problema eléctrico, mecánico, y según ello, la persona va destinando a quien arregla la máquina. Cuando ella operó la máquina nunca se encendió sola, señala que no puede quedarle aire a la máquina, porque el aire está en el termo formado, no tiene nada que ver con el otro lado en el que va el troquel. El aire es para que el plástico se enfríe, porque el horno calienta el plato hasta el punto que queda como chicle, entonces pasa por la matriz y en ese proceso necesita frío para que se ponga helado el plato y de ahí pasa al troquel para que lo corte. Ella supo después de los hechos, que antes del accidente tuvo que ir el jefe de turno porque la máquina estaba mal, fue una sola vez, el jefe de turno se la reparó y la echó a andar nuevamente, y después de eso ocurrió el accidente. Se realizó investigación del accidente en la empresa por el comité paritario y la conclusión de ellos es que es inexplicable, porque la actora es una persona que llevaba mucho tiempo operando la máquina, no es una persona que se expusiera a cometer actos anti temerosos, porque hay personas que son temerarias, y la actora no es temeraria. Señala que la demandante una vez metió la mano a una cadena y se rompió un dedo, pero eso fue lo más temerario que había pasado que fue el año anterior. La razón del accidente para ella fue un minuto nefasto, no cree que ella quiso meter la mano al troquel, tampoco cree que haya tenido la intención de meter la mano, tal vez algún problema tenía en su cabeza y no pensaba bien, o tenía su cabeza en blanco, refiere “a todos nos ha pasado”.

104

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

105

Señala que es hermana de don Luis Castañeda, ella es accionista de la empresa y tiene un cargo como directora de la empresa, sólo los dos son accionistas de la empresa demandada. Señala que hubo una fiscalización en la empresa por la SEREMI de Salud, la que estableció que hicieran unos carteles que dijeran que no tenían que meter las manos a las máquinas, los que duraron algunos días nada más, los hicieron hacerle a la máquina modificaciones reforzando lo mismo que ya tenía, se hizo alargar la llegada al troquel. Las mismas protecciones de la máquina se alargaron más. No existía esta protección antes del accidente porque nadie pensó que alguien metería la mano dentro del troquel. Lo que se hizo fue poner más protecciones a la máquina eso se alargó. Esta máquina se hizo en la matricera en la empresa, en la máquina participaron personas que ya no están y Luis Castañeda que es el gestor de todo esto, junto a los matriceros que estaban en esa época. Después del accidente la máquina no siguió funcionado y al día de hoy debería estar trabajando. Al jefe de turno le puede tomar horas o minutos en arreglar la máquina, y el que se le traben bandejas adentro de la máquina eso toma minutos. Señala que son dos máquinas que hacen la misma función la TV1 y la TV2. El encargado de asistir a los operados es el jefe de turno. Ella no formó parte del comité paritario y tomó conocimiento del informe de la Mutual se Seguridad, la que inculpa a la trabajadora. No se acuerda bien, ya que su hermana era la que estaba encargada en ese momento. El abogado de la actora, le lee las conclusiones del informe de la Mutual y la testigo indica que a ella le llegó otra parte. Indica que luego del informe de la Mutual, reforzaron lo que se indicó en él. Todas las máquinas en la empresa pueden cortarle un dedo, no tan grave como la mano, porque todas las máquinas trabajan con troqueles. Pero si meten los dedos para sacar los vasos de entre medio de una matriz igual van a sufrir daño, la instrucción es no meter las manos en la máquina, parar la máquina antes de todo. Este procedimiento consta por escrito y la actora lo recibió. Se les da las charlas orales a todos los trabajadores, que le llaman la charla de los 5 ó 10 minutos, la charla los dan los jefes y de esa charla hay documentos firmados, esas charlas se les da a la gente nueva a todos se les da la charla y la Mutual va haciendo charlas y después a todo el mundo se le va diciendo que no metan las manos. Cuando se hace la charla se hace con la gente que está en el turno. Aclara que a los trabajadores siempre están siendo llamados cuando hacen actos impropios. No sabe cuántas capacitaciones antes del accidente tuvo la actora. Cuando ella trabajó en la máquina eran sólo 5 personas, en la empresa. Incorporó además la respuesta de los oficios dirigidos a la Seremi de Salud y a la Mutual de de Seguridad SÉPTIMO: Que es un hecho de la causa que el día 11 de mayo de 2011, en horas de la tarde, en circunstancias que Genoveva Escalona Ortiz se encontraba desempeñando labores como operaria en la máquina TV–1, en dependencias de la demandada en la comuna de Maipú, sufrió un accidente laboral. Que corresponde determinar las circunstancias en que se produjo dicho accidente, correspondiendo a la demandada acreditar que se tomaron todas las medidas necesarias para prevenir o evitar el mismo y al efecto rindió la testimonial pormenorizada en el motivo anterior de esta sentencia y de las mismas conjuntamente con la documental aportada por ambas partes, consta que el accidente se produjo al realizar la trabajadora sus labores en la máquina termoformadora y troqueladora TV–1. Que el oficio de la Mutual de Seguridad de 25 de marzo de 2011, señala que: “No es posible determinar grado de incapacidad debido a que se encuentra aún en tratamiento y no en estado secular y remite copia de la ficha médica, señalando además que no existe investigación del accidente realizada por dicho organismo y en la ficha médica se señala: “Paciente de 42 años. Operaria en fábrica de plásticos. Sufre atrapamiento de mano derecha en máquina cortadora de plástico. Al examen presenta amputación en forma de V a nivel metacarpiano distal. Trae mano distal en bolsa. Estudio radiológico y traslado a pabellón central.

Señala que es hermana de don Luis Castañeda, ella es accionista de la empresa y tiene un cargo como directora de la empresa, sólo los dos son accionistas de la empresa demandada. Señala que hubo una fiscalización en la empresa por la SEREMI de Salud, la que estableció que hicieran unos carteles que dijeran que no tenían que meter las manos a las máquinas, los que duraron algunos días nada más, los hicieron hacerle a la máquina modificaciones reforzando lo mismo que ya tenía, se hizo alargar la llegada al troquel. Las mismas protecciones de la máquina se alargaron más. No existía esta protección antes del accidente porque nadie pensó que alguien metería la mano dentro del troquel. Lo que se hizo fue poner más protecciones a la máquina eso se alargó. Esta máquina se hizo en la matricera en la empresa, en la máquina participaron personas que ya no están y Luis Castañeda que es el gestor de todo esto, junto a los matriceros que estaban en esa época. Después del accidente la máquina no siguió funcionado y al día de hoy debería estar trabajando. Al jefe de turno le puede tomar horas o minutos en arreglar la máquina, y el que se le traben bandejas adentro de la máquina eso toma minutos. Señala que son dos máquinas que hacen la misma función la TV1 y la TV2. El encargado de asistir a los operados es el jefe de turno. Ella no formó parte del comité paritario y tomó conocimiento del informe de la Mutual se Seguridad, la que inculpa a la trabajadora. No se acuerda bien, ya que su hermana era la que estaba encargada en ese momento. El abogado de la actora, le lee las conclusiones del informe de la Mutual y la testigo indica que a ella le llegó otra parte. Indica que luego del informe de la Mutual, reforzaron lo que se indicó en él. Todas las máquinas en la empresa pueden cortarle un dedo, no tan grave como la mano, porque todas las máquinas trabajan con troqueles. Pero si meten los dedos para sacar los vasos de entre medio de una matriz igual van a sufrir daño, la instrucción es no meter las manos en la máquina, parar la máquina antes de todo. Este procedimiento consta por escrito y la actora lo recibió. Se les da las charlas orales a todos los trabajadores, que le llaman la charla de los 5 ó 10 minutos, la charla los dan los jefes y de esa charla hay documentos firmados, esas charlas se les da a la gente nueva a todos se les da la charla y la Mutual va haciendo charlas y después a todo el mundo se le va diciendo que no metan las manos. Cuando se hace la charla se hace con la gente que está en el turno. Aclara que a los trabajadores siempre están siendo llamados cuando hacen actos impropios. No sabe cuántas capacitaciones antes del accidente tuvo la actora. Cuando ella trabajó en la máquina eran sólo 5 personas, en la empresa. Incorporó además la respuesta de los oficios dirigidos a la Seremi de Salud y a la Mutual de de Seguridad SÉPTIMO: Que es un hecho de la causa que el día 11 de mayo de 2011, en horas de la tarde, en circunstancias que Genoveva Escalona Ortiz se encontraba desempeñando labores como operaria en la máquina TV–1, en dependencias de la demandada en la comuna de Maipú, sufrió un accidente laboral. Que corresponde determinar las circunstancias en que se produjo dicho accidente, correspondiendo a la demandada acreditar que se tomaron todas las medidas necesarias para prevenir o evitar el mismo y al efecto rindió la testimonial pormenorizada en el motivo anterior de esta sentencia y de las mismas conjuntamente con la documental aportada por ambas partes, consta que el accidente se produjo al realizar la trabajadora sus labores en la máquina termoformadora y troqueladora TV–1. Que el oficio de la Mutual de Seguridad de 25 de marzo de 2011, señala que: “No es posible determinar grado de incapacidad debido a que se encuentra aún en tratamiento y no en estado secular y remite copia de la ficha médica, señalando además que no existe investigación del accidente realizada por dicho organismo y en la ficha médica se señala: “Paciente de 42 años. Operaria en fábrica de plásticos. Sufre atrapamiento de mano derecha en máquina cortadora de plástico. Al examen presenta amputación en forma de V a nivel metacarpiano distal. Trae mano distal en bolsa. Estudio radiológico y traslado a pabellón central. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

105

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Se realiza reimplante de mano derecha 12.05.10. Se realiza regulación ósea de cabezas de 2,4 metacarpiano y meñique a nivel de falange 1 (pérdida total dedo meñique), se reduce y fija con agujas. Se reimplantan dedo pulgar, índice, medio y anular. Evaluada post operatorio, destaca dedo índice, anular y medio rosados, pulgar pálido, sin llene capilar (clinodactilia dedo índice). Se señala como última anotación, la referida al día 19 de enero de 2011, “en control con equipo de mano con rigidez en extensión de dedos, cicatriz sensible en región palmar y dorsal, persiste con importante componente emocional que la imposibilita a trabajar por ahora. Que el tipo de lesión, gravedad y consecuencias de las mismas fue también acreditada al Tribunal mediante la declaración del Perito doctor Eugenio Luna Pérez. Que sin perjuicio de que la Mutual de Seguridad, informó en su oficio que este no existía, éste si consta materialmente dentro del sumario sanitario instruido para estos efectos por la Seremi de Salud. En dicho informe de fecha 14 de mayo de 2010, suscrito por Pablo Baeza Cruz, experto profesional en Prevención de la Mutual de Seguridad, consta como circunstancias del accidente que: “El día 11.05.2010, alrededor de las 15:25 horas, la trabajadora Genoveva Escalona se habría encontrado operando la máquina TV1, formadora de platos plásticos. El proceso en sí consiste en el paso de una lámina de plástico alimentada por una cabezal de la máquina con la finalidad de conformar platos; dicha lámina avanzando hacia el otro extremo de la máquina, pasando en primer lugar por la prensa en la cual por el tipo de matriz que tiene, conforma los platos. La lámina de plástico continúa avanzando por dicha máquina pasando por croquera, ello con la finalidad de separar los platos del resto de la lámina de plástico, como aún están unidos los platos a la lámina plástica, es por lo cual se encuentran las operarias en el proceso separando manualmente los envases del resto de la lámina plástica. De acuerdo a la información recopilada en la empresa proporcionada por la señora Castañeda, jefe de personal, y los señores Luis Castañeda, Ángel Catalán y Olguín, línea de supervisión y visita del suscrito al sitio del accidente este hecho ocurrido cuando la Sra. Genoveva Escalona, intentaba liberar la máquina trabada en el sector de troquel y, dado que por algún motivo la máquina no fue detenida realizar dicho destrabamiento, por lo cual con la máquina continuó con su ciclo de trabajo, aprisionando y amputando los dedos de la mano derecha de la señora Escalona. En cuanto a las observaciones del experto que investigó, señala que: “Nº 5: Para realizar operaciones de mantención y corregir anomalías (atascos) durante operación, la máquina cuenta con sistema de parada total y además detención de movimiento de troquel. Nº 6: Deficiente protección de partes móviles, puntos de operación y áreas de transmisión de fuerza motriz en máquinas. Nº 7 No está diferenciada la forma de botones de partida con botones de parada de emergencia. Nº 8 Consola de trabajo sin tapa para proteger a trabajadores de contacto con eléctrico. Nº 9: La trabajadora tiene una experiencia de 3 años y siete meses realizando trabajos en máquinas; se muestra al suscrito instructivo de “normas (medidas a cumplir por los operarios de máquina termo formadoras. Nº 10: En una primera instancia se podría concluir que la trabajadora no detuvo el accionar del troquel desde el panel de control (botón para detener accionar de troquel). Además, se podría concluir que la trabajadora habría realizado retiro de lámina atorada (trancada) con la máquina en movimiento. En cuanto a las recomendaciones que constan en el informe, se señala que: “Nº 1 Implementar y controlar que en todo momento se encuentren instaladas, en el lugar correcto, en buenas condiciones y operativas las protecciones de máquinas, tanto en sus partes móviles, como en sus puntos de operación y áreas de transmisión de fuerza motriz. (Artículo 38. D.S. Nº 594 del Ministerio de Salud). Situación analizada en terreno con el señor Braulio Chiesa Orellana, encargado de Planta. El objetivo es que el trabajador se vea impedido de introducir su cuerpo o partes de este en zonas que pudiera lesionarlos. Nº 2 Reiterar a los trabajadores, dejando constancia escrita de dicha acción que solamente la línea de supervisión y/o quienes ellos designen podrá intervenir las máquinas, lo cual deberán hacerlo con esta detenida, utilizando además tarjetas de bloqueo de energía.

106

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Se realiza reimplante de mano derecha 12.05.10. Se realiza regulación ósea de cabezas de 2,4 metacarpiano y meñique a nivel de falange 1 (pérdida total dedo meñique), se reduce y fija con agujas. Se reimplantan dedo pulgar, índice, medio y anular. Evaluada post operatorio, destaca dedo índice, anular y medio rosados, pulgar pálido, sin llene capilar (clinodactilia dedo índice). Se señala como última anotación, la referida al día 19 de enero de 2011, “en control con equipo de mano con rigidez en extensión de dedos, cicatriz sensible en región palmar y dorsal, persiste con importante componente emocional que la imposibilita a trabajar por ahora. Que el tipo de lesión, gravedad y consecuencias de las mismas fue también acreditada al Tribunal mediante la declaración del Perito doctor Eugenio Luna Pérez. Que sin perjuicio de que la Mutual de Seguridad, informó en su oficio que este no existía, éste si consta materialmente dentro del sumario sanitario instruido para estos efectos por la Seremi de Salud. En dicho informe de fecha 14 de mayo de 2010, suscrito por Pablo Baeza Cruz, experto profesional en Prevención de la Mutual de Seguridad, consta como circunstancias del accidente que: “El día 11.05.2010, alrededor de las 15:25 horas, la trabajadora Genoveva Escalona se habría encontrado operando la máquina TV1, formadora de platos plásticos. El proceso en sí consiste en el paso de una lámina de plástico alimentada por una cabezal de la máquina con la finalidad de conformar platos; dicha lámina avanzando hacia el otro extremo de la máquina, pasando en primer lugar por la prensa en la cual por el tipo de matriz que tiene, conforma los platos. La lámina de plástico continúa avanzando por dicha máquina pasando por croquera, ello con la finalidad de separar los platos del resto de la lámina de plástico, como aún están unidos los platos a la lámina plástica, es por lo cual se encuentran las operarias en el proceso separando manualmente los envases del resto de la lámina plástica. De acuerdo a la información recopilada en la empresa proporcionada por la señora Castañeda, jefe de personal, y los señores Luis Castañeda, Ángel Catalán y Olguín, línea de supervisión y visita del suscrito al sitio del accidente este hecho ocurrido cuando la Sra. Genoveva Escalona, intentaba liberar la máquina trabada en el sector de troquel y, dado que por algún motivo la máquina no fue detenida realizar dicho destrabamiento, por lo cual con la máquina continuó con su ciclo de trabajo, aprisionando y amputando los dedos de la mano derecha de la señora Escalona. En cuanto a las observaciones del experto que investigó, señala que: “Nº 5: Para realizar operaciones de mantención y corregir anomalías (atascos) durante operación, la máquina cuenta con sistema de parada total y además detención de movimiento de troquel. Nº 6: Deficiente protección de partes móviles, puntos de operación y áreas de transmisión de fuerza motriz en máquinas. Nº 7 No está diferenciada la forma de botones de partida con botones de parada de emergencia. Nº 8 Consola de trabajo sin tapa para proteger a trabajadores de contacto con eléctrico. Nº 9: La trabajadora tiene una experiencia de 3 años y siete meses realizando trabajos en máquinas; se muestra al suscrito instructivo de “normas (medidas a cumplir por los operarios de máquina termo formadoras. Nº 10: En una primera instancia se podría concluir que la trabajadora no detuvo el accionar del troquel desde el panel de control (botón para detener accionar de troquel). Además, se podría concluir que la trabajadora habría realizado retiro de lámina atorada (trancada) con la máquina en movimiento. En cuanto a las recomendaciones que constan en el informe, se señala que: “Nº 1 Implementar y controlar que en todo momento se encuentren instaladas, en el lugar correcto, en buenas condiciones y operativas las protecciones de máquinas, tanto en sus partes móviles, como en sus puntos de operación y áreas de transmisión de fuerza motriz. (Artículo 38. D.S. Nº 594 del Ministerio de Salud). Situación analizada en terreno con el señor Braulio Chiesa Orellana, encargado de Planta. El objetivo es que el trabajador se vea impedido de introducir su cuerpo o partes de este en zonas que pudiera lesionarlos. Nº 2 Reiterar a los trabajadores, dejando constancia escrita de dicha acción que solamente la línea de supervisión y/o quienes ellos designen podrá intervenir las máquinas, lo cual deberán hacerlo con esta detenida, utilizando además tarjetas de bloqueo de energía.

106

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

107

Nº 3 Cambiar botones para parada de emergencia, de tal forma que se diferencian de los de accionamiento de máquinas. De mayor volumen, sobresaliente y de color rojo, de fácil acceso, al alcance de todos los operarios de la máquina respectiva. Nº 4 La línea de supervisión debe re instruir a los trabajadores en materias afines a prevención de riesgos, en este caso específicamente en los peligros y riesgos de trabajos con máquinas en movimiento. Nº 5 El Comité Paritario de Higiene y Seguridad, deberá realizar inspecciones a las condiciones de la planta, recomendaciones y seguimiento de cumplimiento a éstas, de lo cual deben dejar constancia en sus actas de reunión. OCTAVO: Que establecida la existencia del accidente del trabajo y las lesiones sufridas por la trabajadora a consecuencia del mismo, y dado que el mecanismo de seguridad social se activó con el otorgamiento de las prestaciones médicas otorgadas a la demandante con ocasión del accidente y que fueron realizadas por la Mutual de Seguridad, y que aún a nivel de seguridad social no se determina incapacidad laboral del demandante. Corresponde determinar si a la demandada le asiste responsabilidad en la ocurrencia del mismo y, sí así fuere, su deber de indemnizar el daño producido por ello, morigerado en el caso que la víctima se haya expuesto imprudentemente al mismo. Que, por ende, debe determinarse, si la demandada cumplió su obligación legal de orden, higiene y seguridad establecidas en el artículo 184 del Código del Trabajo, esto es, si por un lado, cumplió con su obligación legal de otorgar seguridad a los trabajadores en el desempeño de sus funciones, para lo cual tomó todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de los mismos, y por otro, si dichas medidas tuvieron el efecto querido por el legislador, esto es “proteger eficazmente la vida y salud de los trabajadores, lo que implica una máxima diligencia del empleador en el cumplimiento de tal deber. Que tal deber del empleador se concretiza con el cumplimiento de una serie de exigencias legales, tales como existencia de un Reglamento Interno de Orden, Higiene y Seguridad –artículo 153 Código del Trabajo–, que debe contener las obligaciones y prohibiciones de los trabajadores, en relación con sus labores, permanencia y vida en el medio laboral y las normas e instrucciones de prevención, higiene y seguridad que deben observarse en el establecimiento donde desempeña sus labores; capacitación de los trabajadores con el fin de permitirles mejores condiciones de vida –artículo 179 del Código del Trabajo–; adopción y mantención de medidas de higiene y seguridad en la forma, dentro de los términos y con las sanciones que señala la ley –artículo 210 del Código precitado–; funcionamiento de un Comité Paritario de Higiene y Seguridad y de un Departamento de Prevención de riesgos profesionales –artículo 65 ley Nº 16.744, entre otras. Que, asimismo, los deberes básicos del empleados referidos a tomar las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de los trabajadores, lo lleva a la adopción de acciones dentro de la empresa destinadas a llenar de contenido tales deberes, entre las cuales se puede mencionar una evaluación permanente de los riesgos de la empresa, una definición de las funciones a realizar por los trabajadores en razón de su peligrosidad, selección de éstos de acuerdo con esta realidad, instrucción y capacitación conforme con las contingencias advertidas, entrega de elementos de protección a los trabajadores y de los equipos e instrumentos idóneos para operar, mantención de sistemas de reacción eficientes y eficaces en caso que se declare una emergencia, evaluación frente a cada accidente de sus causas para evitar su ocurrencia futura, respeto de todas las normas legales, reglamentarias e internas, que norman aspectos de seguridad laboral. NOVENO: Que la demandada, dentro de su prueba adjunto la siguiente, que reviste relevancia para determinar si cumplió su deber de seguridad respecto del trabajador, en los términos señalados en el considerando anterior: 1. Reglamento de Orden, Higiene y Seguridad, que se dicta en cumplimiento de lo previsto en el artículo 67 de la ley Nº 16.744. Expresa en su artículo 52, referente a la Colaboración: “Las disposiciones que contiene el presente reglamento han sido establecidas con el fin de prevenir los riesgos de accidentes del trabajo o enfermedades profesionales que pudieran afectar a los trabajadores de la empresa y contribuir así a mejorar y aumentar la seguridad en los lugares de trabajo. Agrega, que la prevención contra riesgos de accidentes del trabajo y enfermedades profesionales requiere que tanto el sector laboral, como el patronal, realicen una acción mancomunada y en estrecha

Nº 3 Cambiar botones para parada de emergencia, de tal forma que se diferencian de los de accionamiento de máquinas. De mayor volumen, sobresaliente y de color rojo, de fácil acceso, al alcance de todos los operarios de la máquina respectiva. Nº 4 La línea de supervisión debe re instruir a los trabajadores en materias afines a prevención de riesgos, en este caso específicamente en los peligros y riesgos de trabajos con máquinas en movimiento. Nº 5 El Comité Paritario de Higiene y Seguridad, deberá realizar inspecciones a las condiciones de la planta, recomendaciones y seguimiento de cumplimiento a éstas, de lo cual deben dejar constancia en sus actas de reunión. OCTAVO: Que establecida la existencia del accidente del trabajo y las lesiones sufridas por la trabajadora a consecuencia del mismo, y dado que el mecanismo de seguridad social se activó con el otorgamiento de las prestaciones médicas otorgadas a la demandante con ocasión del accidente y que fueron realizadas por la Mutual de Seguridad, y que aún a nivel de seguridad social no se determina incapacidad laboral del demandante. Corresponde determinar si a la demandada le asiste responsabilidad en la ocurrencia del mismo y, sí así fuere, su deber de indemnizar el daño producido por ello, morigerado en el caso que la víctima se haya expuesto imprudentemente al mismo. Que, por ende, debe determinarse, si la demandada cumplió su obligación legal de orden, higiene y seguridad establecidas en el artículo 184 del Código del Trabajo, esto es, si por un lado, cumplió con su obligación legal de otorgar seguridad a los trabajadores en el desempeño de sus funciones, para lo cual tomó todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de los mismos, y por otro, si dichas medidas tuvieron el efecto querido por el legislador, esto es “proteger eficazmente la vida y salud de los trabajadores, lo que implica una máxima diligencia del empleador en el cumplimiento de tal deber. Que tal deber del empleador se concretiza con el cumplimiento de una serie de exigencias legales, tales como existencia de un Reglamento Interno de Orden, Higiene y Seguridad –artículo 153 Código del Trabajo–, que debe contener las obligaciones y prohibiciones de los trabajadores, en relación con sus labores, permanencia y vida en el medio laboral y las normas e instrucciones de prevención, higiene y seguridad que deben observarse en el establecimiento donde desempeña sus labores; capacitación de los trabajadores con el fin de permitirles mejores condiciones de vida –artículo 179 del Código del Trabajo–; adopción y mantención de medidas de higiene y seguridad en la forma, dentro de los términos y con las sanciones que señala la ley –artículo 210 del Código precitado–; funcionamiento de un Comité Paritario de Higiene y Seguridad y de un Departamento de Prevención de riesgos profesionales –artículo 65 ley Nº 16.744, entre otras. Que, asimismo, los deberes básicos del empleados referidos a tomar las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de los trabajadores, lo lleva a la adopción de acciones dentro de la empresa destinadas a llenar de contenido tales deberes, entre las cuales se puede mencionar una evaluación permanente de los riesgos de la empresa, una definición de las funciones a realizar por los trabajadores en razón de su peligrosidad, selección de éstos de acuerdo con esta realidad, instrucción y capacitación conforme con las contingencias advertidas, entrega de elementos de protección a los trabajadores y de los equipos e instrumentos idóneos para operar, mantención de sistemas de reacción eficientes y eficaces en caso que se declare una emergencia, evaluación frente a cada accidente de sus causas para evitar su ocurrencia futura, respeto de todas las normas legales, reglamentarias e internas, que norman aspectos de seguridad laboral. NOVENO: Que la demandada, dentro de su prueba adjunto la siguiente, que reviste relevancia para determinar si cumplió su deber de seguridad respecto del trabajador, en los términos señalados en el considerando anterior: 1. Reglamento de Orden, Higiene y Seguridad, que se dicta en cumplimiento de lo previsto en el artículo 67 de la ley Nº 16.744. Expresa en su artículo 52, referente a la Colaboración: “Las disposiciones que contiene el presente reglamento han sido establecidas con el fin de prevenir los riesgos de accidentes del trabajo o enfermedades profesionales que pudieran afectar a los trabajadores de la empresa y contribuir así a mejorar y aumentar la seguridad en los lugares de trabajo. Agrega, que la prevención contra riesgos de accidentes del trabajo y enfermedades profesionales requiere que tanto el sector laboral, como el patronal, realicen una acción mancomunada y en estrecha ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

107

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

colaboración, para alcanzar objetivos principales que radican en el control y suprimir las causas que provocan accidentes y enfermedades. Señala en su inciso cuarto: “Los empleadores tiene la obligación de informar oportuna y conveniente a todos sus trabajadores acerca de los riesgos que entrañan sus labores, de las medidas preventivas y de los métodos de trabajo correctos. Los riesgos son inherentes a la actividad de cada empresa. Su artículo 67, refiere que: “La investigación de accidentes se basa en el principio de que éstos no son casuales, sino que tiene causas precisas. Por consiguiente, su objetivo principal es descubrir condiciones y prácticas inseguras de trabajo con el fin de evitar que se produzcan las circunstancias o condiciones que posibiliten los accidentes. En consecuencia, durante la investigación de accidentes del trabajo, a diferencia de otros tipos de investigaciones, no se persigue identificar o ubicar culpables para sancionar, sino que tratar de descubrir posibles fallas humanas o materiales para corregirlas o eliminarlas a través de la aplicación de medidas de carácter técnico. Posteriormente en el artículo 72, que se encuentra bajo el título: De Las Obligaciones se señala: “La seguridad es esencial para el desarrollo eficiente de cualquier trabajo. Será de obligación primordial, por lo tanto, de los trabajadores de la empresa en sus distintos niveles conocer y cumplir las disposiciones de este reglamento: f. Todo Trabajador deberá dar cuenta inmediatamente a su jefe directo cuando no sepa usar el equipo o elemento de protección, o si éste no le acomoda o le molesta para efectuar su trabajo. h. Los jefes inmediatos serán directamente responsables de la supervisión, exigir y controlar el mantenimiento de las condiciones de seguridad en los puestos de trabajo, éstos serán responsables en la supervisión y control del uso oportuno y correcto de los elementos de protección y del cumplimiento de las normas de este reglamento. o. Los trabajadores revisarán cada vez que hagan uso de las máquinas a su cargo, la limpieza necesaria para poder así laborar en una nueva oportunidad con elementos en perfectas condiciones de seguridad. En los casos que el trabajador detecte alguna irregularidad en el funcionamiento de estas máquinas, deberá informar de inmediato a su jefe directo. u. El personal deberá dar aviso a su jefe directo o al Departamento de Prevención de Riesgos, de toda condición insegura que detecte en su lugar de trabajo y que pueda significar un riesgo de accidente o situación de emergencia. cc. No se aceptarán reclamo por desconocimiento de las materias tratadas en el presente Reglamento una vez cumplidas las disposiciones antes establecidas”. El artículo 73, por su parte, se refiere a las obligaciones del empleador y señala en su letra: “a) Informar oportuna y convenientemente a todos sus trabajadores acerca de los riesgos que entrañan sus labores, de las medidas preventivas y de los métodos de trabajo correcto. Los riesgos son inherentes a la actividad que desarrolla la empresa. Especialmente, debe informar a los trabajadores acerca de los elementos, productos y sustancias que deba utilizar en los procesos de producción o en su trabajo, sobre la identificación de los mismos, sobre los límites de exposición permisibles de esos productos, a cerca de los peligros para la salud y sobre las medidas de control y de prevención que deben adoptar para evitar tales riesgos”. Por último, el artículo 74 del reglamento señala: “En razón de la seguridad personal, de la continuidad de las operaciones y de la integridad de los bienes y recursos de la empresa, queda prohibido a todos los trabajadores las acciones o procedimiento que se mencionan en los artículos siguientes: o. Se prohíbe al personal reemplazar por propia iniciativa o responsabilidad a otra persona en un trabajo especializado, operar máquinas, sistemas o mecanismos extraños a su trabajo habitual para los cuales no está capacitado ni autorizado. q. Se prohíbe al personal accionar, reparar o alterar mecanismos, equipos, sistemas eléctricos o instrumentos, sin estar expresamente autorizado o encargado de tales operaciones. s. Se prohíbe al personal no autorizado, sacar, eliminar o desactivar mecanismos o instalaciones de seguridad o protección existentes en las dependencias de la empresa, y detener el funcionamiento de equipos o instalaciones de ventilación, extracción, calefacción o drenaje dispuestos en determinadas operaciones”.

108

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

colaboración, para alcanzar objetivos principales que radican en el control y suprimir las causas que provocan accidentes y enfermedades. Señala en su inciso cuarto: “Los empleadores tiene la obligación de informar oportuna y conveniente a todos sus trabajadores acerca de los riesgos que entrañan sus labores, de las medidas preventivas y de los métodos de trabajo correctos. Los riesgos son inherentes a la actividad de cada empresa. Su artículo 67, refiere que: “La investigación de accidentes se basa en el principio de que éstos no son casuales, sino que tiene causas precisas. Por consiguiente, su objetivo principal es descubrir condiciones y prácticas inseguras de trabajo con el fin de evitar que se produzcan las circunstancias o condiciones que posibiliten los accidentes. En consecuencia, durante la investigación de accidentes del trabajo, a diferencia de otros tipos de investigaciones, no se persigue identificar o ubicar culpables para sancionar, sino que tratar de descubrir posibles fallas humanas o materiales para corregirlas o eliminarlas a través de la aplicación de medidas de carácter técnico. Posteriormente en el artículo 72, que se encuentra bajo el título: De Las Obligaciones se señala: “La seguridad es esencial para el desarrollo eficiente de cualquier trabajo. Será de obligación primordial, por lo tanto, de los trabajadores de la empresa en sus distintos niveles conocer y cumplir las disposiciones de este reglamento: f. Todo Trabajador deberá dar cuenta inmediatamente a su jefe directo cuando no sepa usar el equipo o elemento de protección, o si éste no le acomoda o le molesta para efectuar su trabajo. h. Los jefes inmediatos serán directamente responsables de la supervisión, exigir y controlar el mantenimiento de las condiciones de seguridad en los puestos de trabajo, éstos serán responsables en la supervisión y control del uso oportuno y correcto de los elementos de protección y del cumplimiento de las normas de este reglamento. o. Los trabajadores revisarán cada vez que hagan uso de las máquinas a su cargo, la limpieza necesaria para poder así laborar en una nueva oportunidad con elementos en perfectas condiciones de seguridad. En los casos que el trabajador detecte alguna irregularidad en el funcionamiento de estas máquinas, deberá informar de inmediato a su jefe directo. u. El personal deberá dar aviso a su jefe directo o al Departamento de Prevención de Riesgos, de toda condición insegura que detecte en su lugar de trabajo y que pueda significar un riesgo de accidente o situación de emergencia. cc. No se aceptarán reclamo por desconocimiento de las materias tratadas en el presente Reglamento una vez cumplidas las disposiciones antes establecidas”. El artículo 73, por su parte, se refiere a las obligaciones del empleador y señala en su letra: “a) Informar oportuna y convenientemente a todos sus trabajadores acerca de los riesgos que entrañan sus labores, de las medidas preventivas y de los métodos de trabajo correcto. Los riesgos son inherentes a la actividad que desarrolla la empresa. Especialmente, debe informar a los trabajadores acerca de los elementos, productos y sustancias que deba utilizar en los procesos de producción o en su trabajo, sobre la identificación de los mismos, sobre los límites de exposición permisibles de esos productos, a cerca de los peligros para la salud y sobre las medidas de control y de prevención que deben adoptar para evitar tales riesgos”. Por último, el artículo 74 del reglamento señala: “En razón de la seguridad personal, de la continuidad de las operaciones y de la integridad de los bienes y recursos de la empresa, queda prohibido a todos los trabajadores las acciones o procedimiento que se mencionan en los artículos siguientes: o. Se prohíbe al personal reemplazar por propia iniciativa o responsabilidad a otra persona en un trabajo especializado, operar máquinas, sistemas o mecanismos extraños a su trabajo habitual para los cuales no está capacitado ni autorizado. q. Se prohíbe al personal accionar, reparar o alterar mecanismos, equipos, sistemas eléctricos o instrumentos, sin estar expresamente autorizado o encargado de tales operaciones. s. Se prohíbe al personal no autorizado, sacar, eliminar o desactivar mecanismos o instalaciones de seguridad o protección existentes en las dependencias de la empresa, y detener el funcionamiento de equipos o instalaciones de ventilación, extracción, calefacción o drenaje dispuestos en determinadas operaciones”.

108

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

109

2. Instructivo de procedimiento de trabajo seguro para máquinas termo-formadoras; en el que consta textualmente: “Si la máquina presentara problemas y/o los envases salieran defectuoso, el operario deberá realizar lo siguiente: – Detener la máquina termo formadora (botón rojo), luego la extrusora (interruptor off) – Retirar exceso de plástico que queda en la máquina. – Avisar al jefe de turno o ayudante que se encuentre o en su defecto al jefe de planta (Braulio Chiesa) – Por ningún motivo el operario deberá intentar arreglar la máquina por sí mismo, y sólo podrá reiniciar el funcionamiento de la máquina si algún jefe de turno o ayudante este presente, para verificar el buen funcionamiento de este. – Por ningún motivo el operario debe meter las manos o partes del cuerpo a la matriz de la termoformadora y extrusora en funcionamiento”. 3. Recepción de artículos de seguridad firmada en distintas fechas por la actora. DÉCIMO: Que de la testimonial rendida por la demandada ya referida en el motivo sexto, se logra establecer como hechos acreditados: Que la demandante era operario de las diversas máquinas de la empresa y en tal calidad se encontraba operando la máquina TV1. Que la actora desempeñaba esa función desde hacía 3 años y 7 meses. Que se le entregó reglamento interno y de seguridad, lo que fue ratificado por la actora en su confesional, agregando no haberlo leído. Que no se le entregó manuales, instructivos ni cartillas respecto a la operatividad de las máquinas respecto de las cuales laboraba, salvo lo que refiere en forma genérica el reglamento interno. Que no existe constancia por parte de la demandada de haber entregado a la actora el procedimiento de trabaja seguro para máquinas termoformadoras. Que no existe prueba alguna que acredite la asistencia de la actora a charlas relativas al manejo y cuidado que se debía tener durante el desarrollo de su función. Que son contestes las testigos de la demandante Eladia Guerrero y María Alarcón, en cuanto a que si bien el procedimiento en caso de falla, era avisar al supervisor para que este tomara las medidas necesarias para continuar con la producción, siendo éste el encargado de limpiar la máquina, ello en razón del tiempo y por ser una práctica aceptada era realizado por las mismas operarias. Que el hecho de realizar ellas mismas la limpieza fue ratificado por el testigo de la demandada Misael Donoso, quien declaró haber trabajador 16 años operando la máquina TV1, y que en caso de estar sucia con plástico realizaba la misma acción que la actora. Esto es, detener el comando de los troqueles y cuchillos, limpiar y continuar trabajando. Que ha quedado acreditado que existían dos botones para parar la máquina, uno que era de detención parcial que incluía los cuchillos y otro que correspondía a un apagado general de la máquina. Que el primero estaba al alcance de los operarios quienes estaba sentados estiraban su tronco y con el brazo extendido tenían alcance para presionar dicho botón. Situación que fue constatada por el Tribunal mediante la declaración de los testigos Alarcón, Guerrero, Donoso y Castañeda, quienes refirieron el mismo movimiento, sin perjuicio de señalar diversas distancias pero asegurando poder alcanzar y tocar el botón. Que ha sido establecido, que la máquina presentó el mismo problema de funcionamiento que conllevó al accidente en los dos turnos anteriores, según los dichos de las testigos Alarcón y Guerrero, quienes trabajaron en el turno de noche y mañana respectivamente, que avisaron a sus supervisores de los problemas y no tomaron medidas. Que asimismo estos supervisores dependientes de la demandada no depusieron en juicio, ni se acreditó la toma de medidas por medio de otra probanza. Que a juicio de la testigo Jeanette Castañeda, quien es encargada de personal y socia de la empresa, califica el comportamiento de la actora como poco temerario y prudente. Que la demandada a pesar de contar con testigos presenciales dependientes de la empresa, como la señora Keyth Román, operaria en el mismo turno de la actora de la máquina y el supervisor Ángel Catalán, los que si declararon en la investigación que efectuó la Mutual de Seguridad, privó al tribunal de conocer de primera fuente los hechos acaecidos.

2. Instructivo de procedimiento de trabajo seguro para máquinas termo-formadoras; en el que consta textualmente: “Si la máquina presentara problemas y/o los envases salieran defectuoso, el operario deberá realizar lo siguiente: – Detener la máquina termo formadora (botón rojo), luego la extrusora (interruptor off) – Retirar exceso de plástico que queda en la máquina. – Avisar al jefe de turno o ayudante que se encuentre o en su defecto al jefe de planta (Braulio Chiesa) – Por ningún motivo el operario deberá intentar arreglar la máquina por sí mismo, y sólo podrá reiniciar el funcionamiento de la máquina si algún jefe de turno o ayudante este presente, para verificar el buen funcionamiento de este. – Por ningún motivo el operario debe meter las manos o partes del cuerpo a la matriz de la termoformadora y extrusora en funcionamiento”. 3. Recepción de artículos de seguridad firmada en distintas fechas por la actora. DÉCIMO: Que de la testimonial rendida por la demandada ya referida en el motivo sexto, se logra establecer como hechos acreditados: Que la demandante era operario de las diversas máquinas de la empresa y en tal calidad se encontraba operando la máquina TV1. Que la actora desempeñaba esa función desde hacía 3 años y 7 meses. Que se le entregó reglamento interno y de seguridad, lo que fue ratificado por la actora en su confesional, agregando no haberlo leído. Que no se le entregó manuales, instructivos ni cartillas respecto a la operatividad de las máquinas respecto de las cuales laboraba, salvo lo que refiere en forma genérica el reglamento interno. Que no existe constancia por parte de la demandada de haber entregado a la actora el procedimiento de trabaja seguro para máquinas termoformadoras. Que no existe prueba alguna que acredite la asistencia de la actora a charlas relativas al manejo y cuidado que se debía tener durante el desarrollo de su función. Que son contestes las testigos de la demandante Eladia Guerrero y María Alarcón, en cuanto a que si bien el procedimiento en caso de falla, era avisar al supervisor para que este tomara las medidas necesarias para continuar con la producción, siendo éste el encargado de limpiar la máquina, ello en razón del tiempo y por ser una práctica aceptada era realizado por las mismas operarias. Que el hecho de realizar ellas mismas la limpieza fue ratificado por el testigo de la demandada Misael Donoso, quien declaró haber trabajador 16 años operando la máquina TV1, y que en caso de estar sucia con plástico realizaba la misma acción que la actora. Esto es, detener el comando de los troqueles y cuchillos, limpiar y continuar trabajando. Que ha quedado acreditado que existían dos botones para parar la máquina, uno que era de detención parcial que incluía los cuchillos y otro que correspondía a un apagado general de la máquina. Que el primero estaba al alcance de los operarios quienes estaba sentados estiraban su tronco y con el brazo extendido tenían alcance para presionar dicho botón. Situación que fue constatada por el Tribunal mediante la declaración de los testigos Alarcón, Guerrero, Donoso y Castañeda, quienes refirieron el mismo movimiento, sin perjuicio de señalar diversas distancias pero asegurando poder alcanzar y tocar el botón. Que ha sido establecido, que la máquina presentó el mismo problema de funcionamiento que conllevó al accidente en los dos turnos anteriores, según los dichos de las testigos Alarcón y Guerrero, quienes trabajaron en el turno de noche y mañana respectivamente, que avisaron a sus supervisores de los problemas y no tomaron medidas. Que asimismo estos supervisores dependientes de la demandada no depusieron en juicio, ni se acreditó la toma de medidas por medio de otra probanza. Que a juicio de la testigo Jeanette Castañeda, quien es encargada de personal y socia de la empresa, califica el comportamiento de la actora como poco temerario y prudente. Que la demandada a pesar de contar con testigos presenciales dependientes de la empresa, como la señora Keyth Román, operaria en el mismo turno de la actora de la máquina y el supervisor Ángel Catalán, los que si declararon en la investigación que efectuó la Mutual de Seguridad, privó al tribunal de conocer de primera fuente los hechos acaecidos. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

109

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

UNDÉCIMO: Que el artículo 184 del Código del Trabajo, en su inciso primero dispone que “el empleador estará obligado a tomar todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de los trabajadores, informando de los posible riesgos y manteniendo las condiciones adecuadas de higiene y seguridad en las faenas, como también los implementos necesarios para prevenir accidentes y enfermedades profesionales”. Que de la prueba rendida y referida en los considerandos precedentes aparece que la demandada habría cumplido con las siguientes exigencias legales para responder a su obligación de seguridad y protección de los trabajadores, esto es, elaborar y entregar el Reglamento Interno de Orden, Higiene y Seguridad, así fue reconocido por la actora; que se entregaron implementos de seguridad a la actor; que estaba constituido el Comité Paritario. DUODÉCIMO: Que, sin perjuicio de lo anterior, la norma del artículo 184 ya citada es categórica al indicar no sólo que el empleador debe tomar medidas para proteger la vida y salud de los trabajadores, sino que exige que debe adoptar “todas las medidas necesarias para proteger eficazmente LA VIDA Y SALUD DE LOS TRABAJADORES”. Por ende, no basta con un cumplimiento meramente formal de tal obligación, sino que se exige una máxima diligencia del empleador en el cumplimiento de dicho deber. En tal sentido, es deber del sentenciador analizar si las medidas referidas precedentemente son “todas las necesarias para cumplir la obligación del empleador y, sí de serlo, fueron eficaces para obtener la protección y seguridad del trabajador”. Al efecto se tiene presente que con la prueba rendida y analizada en los considerandos anteriores, se concluye lo siguiente: 1. Que la actora desempeñaba labores de retiro de los diversos productos de la empresa platos, bandejas, los que luego debía embalar otra operaria. 2. Que en tal calidad recibió reglamento interno de higiene y seguridad, y sólo capacitación verbal al inicio de su contrato (charla de los cinco minutos como refirió la testigo Castañeda), no constando de manera alguna una de tipo formal. 3. Que no se le entregó material escrito respecto al funcionamiento y operatividad de las máquinas que debía revisar trabajar, tanto preventiva como correctiva. 4. Que no se le hicieron charlas sobre prevención de riesgos, (la testigo Castañeda refiere la Mutual hacía charlas pero sólo a los que trabajadores que estaban en el turno cuando ellos iban). 5. Que atendido lo anterior no se le instruyó sobre el derecho a saber de los riesgos de la actividad realizada por ella, ni sobre medidas preventivas como cuidado de las manos. 6. Que durante el desempeño de sus labores, se accidentó en una ocasión lesionándose un dedo en el año 2010, por el corte con la cadena de la máquina (testigo Castañeda). 7. Que al momento del accidente hizo accionar el botón de parada parcial de la máquina TV1, antes de sacar el plástico que se atascó en los troqueles de la misma. Acción que corresponde al supervisor según los dichos de los testigos Alarcón, Guerrero, Cuevas, Donoso y Castañeda. 8. Que de lo expuesto, aparece que las medidas adoptadas por el empleador para cumplir su obligación de seguridad establecida en el artículo 184 del Código del Trabajo, no fueron todas las necesarias para ello, por cuanto no se instruyó debidamente a la actor sobre los riesgos inherentes al trabajo realizado por ella, más aún, su capacitación fue deficiente porque no se le entregó manuales o instructivos sobre el uso de la máquina y sus distintos componentes, limitándose a una capacitación verbal, sin que existiera un procedimiento estándar respecto a la operática de la misma; más aún cuando ni siquiera se entregó un instructivo de uso de la misma, y por los dichos del propio testigo de la demandada Misael Donoso, la acción de la actora fue la que el también realizaba, por cuanto para detener los troqueles de la máquina debía presionar el botón de parada parcial. Que de los dichos de la testigo Alarcón y Guerrero ha quedado establecido que la máquina presentaba defectos en su accionar y que la circunstancia que la máquina no se haya detenido o lo haya hecho con retraso, se debía a problemas de la misma, que podrían haber sido detectados por el supervisor si hubiese acudido a los reclamos anteriores y vigilante de que las operarias y, en este caso la actora, no se expusiera tratando de limpiar ella misma la máquina. Que obligación pesa sobre la empleadora, más aún cuando en el propio Reglamento interno establece un deber de colaboración que fue cumplido por los trabajadores quienes dieron cuenta de los desperfectos.

110

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

UNDÉCIMO: Que el artículo 184 del Código del Trabajo, en su inciso primero dispone que “el empleador estará obligado a tomar todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de los trabajadores, informando de los posible riesgos y manteniendo las condiciones adecuadas de higiene y seguridad en las faenas, como también los implementos necesarios para prevenir accidentes y enfermedades profesionales”. Que de la prueba rendida y referida en los considerandos precedentes aparece que la demandada habría cumplido con las siguientes exigencias legales para responder a su obligación de seguridad y protección de los trabajadores, esto es, elaborar y entregar el Reglamento Interno de Orden, Higiene y Seguridad, así fue reconocido por la actora; que se entregaron implementos de seguridad a la actor; que estaba constituido el Comité Paritario. DUODÉCIMO: Que, sin perjuicio de lo anterior, la norma del artículo 184 ya citada es categórica al indicar no sólo que el empleador debe tomar medidas para proteger la vida y salud de los trabajadores, sino que exige que debe adoptar “todas las medidas necesarias para proteger eficazmente LA VIDA Y SALUD DE LOS TRABAJADORES”. Por ende, no basta con un cumplimiento meramente formal de tal obligación, sino que se exige una máxima diligencia del empleador en el cumplimiento de dicho deber. En tal sentido, es deber del sentenciador analizar si las medidas referidas precedentemente son “todas las necesarias para cumplir la obligación del empleador y, sí de serlo, fueron eficaces para obtener la protección y seguridad del trabajador”. Al efecto se tiene presente que con la prueba rendida y analizada en los considerandos anteriores, se concluye lo siguiente: 1. Que la actora desempeñaba labores de retiro de los diversos productos de la empresa platos, bandejas, los que luego debía embalar otra operaria. 2. Que en tal calidad recibió reglamento interno de higiene y seguridad, y sólo capacitación verbal al inicio de su contrato (charla de los cinco minutos como refirió la testigo Castañeda), no constando de manera alguna una de tipo formal. 3. Que no se le entregó material escrito respecto al funcionamiento y operatividad de las máquinas que debía revisar trabajar, tanto preventiva como correctiva. 4. Que no se le hicieron charlas sobre prevención de riesgos, (la testigo Castañeda refiere la Mutual hacía charlas pero sólo a los que trabajadores que estaban en el turno cuando ellos iban). 5. Que atendido lo anterior no se le instruyó sobre el derecho a saber de los riesgos de la actividad realizada por ella, ni sobre medidas preventivas como cuidado de las manos. 6. Que durante el desempeño de sus labores, se accidentó en una ocasión lesionándose un dedo en el año 2010, por el corte con la cadena de la máquina (testigo Castañeda). 7. Que al momento del accidente hizo accionar el botón de parada parcial de la máquina TV1, antes de sacar el plástico que se atascó en los troqueles de la misma. Acción que corresponde al supervisor según los dichos de los testigos Alarcón, Guerrero, Cuevas, Donoso y Castañeda. 8. Que de lo expuesto, aparece que las medidas adoptadas por el empleador para cumplir su obligación de seguridad establecida en el artículo 184 del Código del Trabajo, no fueron todas las necesarias para ello, por cuanto no se instruyó debidamente a la actor sobre los riesgos inherentes al trabajo realizado por ella, más aún, su capacitación fue deficiente porque no se le entregó manuales o instructivos sobre el uso de la máquina y sus distintos componentes, limitándose a una capacitación verbal, sin que existiera un procedimiento estándar respecto a la operática de la misma; más aún cuando ni siquiera se entregó un instructivo de uso de la misma, y por los dichos del propio testigo de la demandada Misael Donoso, la acción de la actora fue la que el también realizaba, por cuanto para detener los troqueles de la máquina debía presionar el botón de parada parcial. Que de los dichos de la testigo Alarcón y Guerrero ha quedado establecido que la máquina presentaba defectos en su accionar y que la circunstancia que la máquina no se haya detenido o lo haya hecho con retraso, se debía a problemas de la misma, que podrían haber sido detectados por el supervisor si hubiese acudido a los reclamos anteriores y vigilante de que las operarias y, en este caso la actora, no se expusiera tratando de limpiar ella misma la máquina. Que obligación pesa sobre la empleadora, más aún cuando en el propio Reglamento interno establece un deber de colaboración que fue cumplido por los trabajadores quienes dieron cuenta de los desperfectos.

110

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

111

Que además la bomba hidráulica (encargada de hacer subir y bajar los troqueles y cuchillos), según el testigo Cuevas estaba en siendo observada, en tanto, solo llevaba una semana instalada luego de su reparación. DECIMOTERCERO: Que no es suficiente para desvirtuar la conclusión anterior, la defensa de la demandada respecto a que el accidente se produjo por una maniobra imprudente del actor, quien habría metido la mano a los troqueles para sacar el plástico, estando en funcionamiento la misma, atendido a una falta de cuidado, por cuanto ya en la contestación, aparece que previamente realizó la acción que correspondía, cual era avisar a su supervisor para que limpiara el sector de cuchillo, y que funcionaba con normalidad, esto último según los dichos del testigo Cuevas; lo que es desvirtuado por los dichos de las testigos Alarcón y Guerrero quienes señalan primeramente que la máquina en sus turnos presentaron problemas similares en que se trancaba con plástico y que en varias ocasiones la máquina a pesar de estar parada comenzaba a funcionar nuevamente sin haber presionado el botón de partida. Que por otra parte de acuerdo a las reglas de la lógica y de las máximas de la experiencia, es improbable que una persona prudente –según los dichos de la testigo Castañeda–, introduzca sus manos a una máquina en funcionamiento, sabiendo que va a tener contacto con cuchillos. Como es, la teoría que presenta la demandada, aun si se considera como “volada” como señaló el testigo Donoso. Por lo demás, tampoco se acreditó que, de existir tal maniobra imprudente o negligente del trabajador, se haya cumplido por la demandada con la debida supervisión o control de la persona encargada y que se hayan realizado las charlas de prevención respectivas o que se haya entregado el manual operativo de la máquina y que pese a ello, ésta se hubiese realizado sin seguir los procedimientos –que fueron entregados verbalmente y que al efecto consistirían en accionar el botón de parada de la máquina, y llamar al supervisor–, por lo que ello es más que suficiente para descartar tal alegación de la demandada y en definitiva establecer su responsabilidad en los hechos, que por lo mismo deberá rechazarse su alegación de exposición imprudente al daño de parte de la víctima, por todo lo latamente expuesto. DECIMOCUARTO: Que establecido que la empresa demandada no tomó todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la salud y vida del trabajador demandante, por ende no cumplió su deber de seguridad en los términos del artículo 184 del Código del Trabajo, toda vez que no se adoptaron todas las providencias precisas y efectivas para evitar el accidente, atendido que no se capacitó debidamente a la actor ni se le instruyó sobre los riesgos de la labor realizada, ni se le dieron charlas sobre el derecho a saber, sobre el cuidado de manos, sobre en general medidas de prevención en el desempeño de sus funciones, tampoco fue debidamente supervisado en su trabajo, entre otras, y teniendo presente el vínculo contractual que le une con el trabajador derivaba del vínculo de subordinación y dependencia, surge para él la obligación de reparación del daño causado en virtud de dicha relación laboral. DECIMOQUINTO: Que existiendo el nexo causal entre la falta de medidas de seguridad y el accidente sufrido por la actora, toda vez que si hubiera tomado todas las medidas de seguridad necesarias (entrega de instructivos del uso de la máquina, capacitación e información sobre riesgos y medidas de prevención, capacitación adecuada para el cumplimiento de las labores, procedimientos estandarizados del manejo de las máquinas) para dar efectiva y eficaz protección a la trabajadora, no se habría producido el accidente, que derivó en daño para ésta, debe entenderse que ello se debe a la falta del deber de cuidado y protección que le exige el legislador para con sus trabajadores. Y el que causa daño a otro debe indemnizar el mismo. DECIMOSEXTO: Que el demandante pide se indemnice el lucro cesante, en la suma que la trabajadora deja de percibir como consecuencia del accidente que le ha provocado el daño a reparar en el tiempo entre el día del accidente y el término de la vida útil laboral a la que hubiera accedido sin mediar el infortunio descrito y el que avalúa en la suma $ 18.357.580, según los antecedentes que indica en su libelo de demanda o en subsidio la suma que el tribunal estime de justicia y equidad, de acuerdo al mérito de autos. Que para que se indemnice tal prestación es necesario que éste sea real, es decir, que teniendo determinado ingreso lo dejó de percibir a consecuencia de una lesión física, que en autos la demandante no acreditó por medio alguno tal circunstancias, es más, se estableció que el demandante aún sigue vinculado a la demandada por el contrato de trabajo (informe mutual), pero se encuentra percibiendo los subsidios de la Ley de Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales, y aún no se declara la

Que además la bomba hidráulica (encargada de hacer subir y bajar los troqueles y cuchillos), según el testigo Cuevas estaba en siendo observada, en tanto, solo llevaba una semana instalada luego de su reparación. DECIMOTERCERO: Que no es suficiente para desvirtuar la conclusión anterior, la defensa de la demandada respecto a que el accidente se produjo por una maniobra imprudente del actor, quien habría metido la mano a los troqueles para sacar el plástico, estando en funcionamiento la misma, atendido a una falta de cuidado, por cuanto ya en la contestación, aparece que previamente realizó la acción que correspondía, cual era avisar a su supervisor para que limpiara el sector de cuchillo, y que funcionaba con normalidad, esto último según los dichos del testigo Cuevas; lo que es desvirtuado por los dichos de las testigos Alarcón y Guerrero quienes señalan primeramente que la máquina en sus turnos presentaron problemas similares en que se trancaba con plástico y que en varias ocasiones la máquina a pesar de estar parada comenzaba a funcionar nuevamente sin haber presionado el botón de partida. Que por otra parte de acuerdo a las reglas de la lógica y de las máximas de la experiencia, es improbable que una persona prudente –según los dichos de la testigo Castañeda–, introduzca sus manos a una máquina en funcionamiento, sabiendo que va a tener contacto con cuchillos. Como es, la teoría que presenta la demandada, aun si se considera como “volada” como señaló el testigo Donoso. Por lo demás, tampoco se acreditó que, de existir tal maniobra imprudente o negligente del trabajador, se haya cumplido por la demandada con la debida supervisión o control de la persona encargada y que se hayan realizado las charlas de prevención respectivas o que se haya entregado el manual operativo de la máquina y que pese a ello, ésta se hubiese realizado sin seguir los procedimientos –que fueron entregados verbalmente y que al efecto consistirían en accionar el botón de parada de la máquina, y llamar al supervisor–, por lo que ello es más que suficiente para descartar tal alegación de la demandada y en definitiva establecer su responsabilidad en los hechos, que por lo mismo deberá rechazarse su alegación de exposición imprudente al daño de parte de la víctima, por todo lo latamente expuesto. DECIMOCUARTO: Que establecido que la empresa demandada no tomó todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la salud y vida del trabajador demandante, por ende no cumplió su deber de seguridad en los términos del artículo 184 del Código del Trabajo, toda vez que no se adoptaron todas las providencias precisas y efectivas para evitar el accidente, atendido que no se capacitó debidamente a la actor ni se le instruyó sobre los riesgos de la labor realizada, ni se le dieron charlas sobre el derecho a saber, sobre el cuidado de manos, sobre en general medidas de prevención en el desempeño de sus funciones, tampoco fue debidamente supervisado en su trabajo, entre otras, y teniendo presente el vínculo contractual que le une con el trabajador derivaba del vínculo de subordinación y dependencia, surge para él la obligación de reparación del daño causado en virtud de dicha relación laboral. DECIMOQUINTO: Que existiendo el nexo causal entre la falta de medidas de seguridad y el accidente sufrido por la actora, toda vez que si hubiera tomado todas las medidas de seguridad necesarias (entrega de instructivos del uso de la máquina, capacitación e información sobre riesgos y medidas de prevención, capacitación adecuada para el cumplimiento de las labores, procedimientos estandarizados del manejo de las máquinas) para dar efectiva y eficaz protección a la trabajadora, no se habría producido el accidente, que derivó en daño para ésta, debe entenderse que ello se debe a la falta del deber de cuidado y protección que le exige el legislador para con sus trabajadores. Y el que causa daño a otro debe indemnizar el mismo. DECIMOSEXTO: Que el demandante pide se indemnice el lucro cesante, en la suma que la trabajadora deja de percibir como consecuencia del accidente que le ha provocado el daño a reparar en el tiempo entre el día del accidente y el término de la vida útil laboral a la que hubiera accedido sin mediar el infortunio descrito y el que avalúa en la suma $ 18.357.580, según los antecedentes que indica en su libelo de demanda o en subsidio la suma que el tribunal estime de justicia y equidad, de acuerdo al mérito de autos. Que para que se indemnice tal prestación es necesario que éste sea real, es decir, que teniendo determinado ingreso lo dejó de percibir a consecuencia de una lesión física, que en autos la demandante no acreditó por medio alguno tal circunstancias, es más, se estableció que el demandante aún sigue vinculado a la demandada por el contrato de trabajo (informe mutual), pero se encuentra percibiendo los subsidios de la Ley de Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales, y aún no se declara la ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

111

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

incapacidad que le afecta por dicho accidente, así aparece del oficio del organismo de seguridad laboral, por ende no ha sufrido lucro cesante con motivo del accidente, aun no se determina su incapacidad laboral y está obteniendo el subsidio que al efecto contempla la ley Nº 16.744, y la circunstancia que en el futuro pueda sufrir una merma en las remuneraciones que espera obtener en sus actividades labores, constituyen meras expectativas que no se pueden considerar lucro cesante, por lo anterior, se rechazará el cobro de tal indemnización. DECIMOSÉPTIMO: Que, además, solicita indemnización por daño moral, que avalúa en la suma de $ 120.000.000, atendido el sufrimiento físico y moral que le provocó el accidente sufrido, atendida su condición antes del mismo, refiere que era una mujer absolutamente sana y plena, con una vida familiar intensa, con 42 años de edad, y hoy es persona que ve absolutamente truncado su futuro y el de toda su familia nuclear, se encuentra incapacitada, no pude efectuar labores de la vida cotidiana como vestirse, asearse, comer, sumado a la serie de dolores crónicos que deberá soportar. Que el tribunal tendrá presente al efecto, las declaraciones del testigo Roberto Labrín Mena y del perito Eugenio Luna Pérez. Señaló el primero la serie de complicaciones que sufre su cónyuge en su vida diaria, quien presenta dificultades para comer, que él debe ayudarla a vestir, que no puede desarrollar actividades en la casa y que reciben para ello ayuda de familiares. Que su mujer se encuentra irritable, que ni siquiera puede tocar su mano porque ello le provoca dolor. Que, por su parte, el perito Luna Pérez, detalló al tribunal el síndrome de dolor crónico que padece la actora a raíz de su lesión, que según su experiencia, la mayoría de los pacientes que presenta dicho problema solicitan finalmente la amputación de la extremidad. Que a su juicio la mano de la actora no podrá tener más avance y que en el estado en que está, no sirve funcionalmente para nada. El informe de la Mutual de Seguridad que señala las lesiones sufridas y que aún está en tratamiento y no se ha determinado su incapacidad. Que el daño moral se produce por toda lesión, menoscabo o perturbación a los derechos inherentes a la personalidad de un sujeto, y por ende deben someterse a la reparación no solo del dolor sufrido por la pérdida que le ha afectado a la persona sino que también considerar los perjuicios que ha ocasionado en lo estético, lo social, el agrado de vivir, el incumplimiento del deber de protección que le imponía el artículo 184 del Código del trabajo, que le aseguraba la relación contractual que le unía con la demandada. Que atendido lo anterior, y en especial el dolor y aflicción debe ser indemnizado en una suma congruente con su magnitud, que se estima en la suma de $ 25.000.000. DECIMOCTAVO: Que la prueba rendida ha sido analizada conforme a las reglas de la sana crítica. Por estas consideraciones, y lo dispuesto en los artículos 1º, 2º, 3º, 4º, 5º, 7º, 10, 63, 153, 173, 179, 184, 185 y siguientes, 210, 425 a 432, 434 a 438, 440 a 462 del Código del Trabajo; 34, 69 de la ley Nº 16.744 se resuelve: I. Que se hace lugar a la demanda interpuesta por doña Genoveva de las Mercedes Escalona Ortiz, en contra de su empleadora empresa Fábrica de Envases Mater S.A., representada por don Luis Fernando Castañeda Viveros, y se declara que el accidente laboral sufrido por la actora fue por culpa del empleador y por ende se condena éste a resarcir el daño moral causado, fijándose como suma a pagar por tal concepto la cantidad de $ 25.000.000 (veinticinco millones de pesos). II. Que se rechaza en lo demás la demanda de autos. III. Que las sumas ordenadas pagar deberán serlo con los reajustes e intereses conforme a lo dispuesto en los artículos 63 del Código del Trabajo, más los intereses corrientes desde la fecha que quede ejecutoriado el fallo hasta su pago efectivo. IV. Que no se condena en costas a la demandada por no haber sido totalmente vencida. V. Ejecutoriada que sea la presente sentencia, cúmplase lo resuelto en ella dentro de quinto día, en caso contrario se dará inicio a su ejecución, de acuerdo a lo establecido en el artículo 462 del Código del Trabajo. Regístrese y notifíquese. RUC: 11– 4–0005745–3. RIT: O–110–2011. Pronunciada por don (ña) GLORIA MARCELA CÁRDENAS QUINTERO, Juez Titular del Primer Juzgado de Letras del Trabajo de Santiago.

112

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

incapacidad que le afecta por dicho accidente, así aparece del oficio del organismo de seguridad laboral, por ende no ha sufrido lucro cesante con motivo del accidente, aun no se determina su incapacidad laboral y está obteniendo el subsidio que al efecto contempla la ley Nº 16.744, y la circunstancia que en el futuro pueda sufrir una merma en las remuneraciones que espera obtener en sus actividades labores, constituyen meras expectativas que no se pueden considerar lucro cesante, por lo anterior, se rechazará el cobro de tal indemnización. DECIMOSÉPTIMO: Que, además, solicita indemnización por daño moral, que avalúa en la suma de $ 120.000.000, atendido el sufrimiento físico y moral que le provocó el accidente sufrido, atendida su condición antes del mismo, refiere que era una mujer absolutamente sana y plena, con una vida familiar intensa, con 42 años de edad, y hoy es persona que ve absolutamente truncado su futuro y el de toda su familia nuclear, se encuentra incapacitada, no pude efectuar labores de la vida cotidiana como vestirse, asearse, comer, sumado a la serie de dolores crónicos que deberá soportar. Que el tribunal tendrá presente al efecto, las declaraciones del testigo Roberto Labrín Mena y del perito Eugenio Luna Pérez. Señaló el primero la serie de complicaciones que sufre su cónyuge en su vida diaria, quien presenta dificultades para comer, que él debe ayudarla a vestir, que no puede desarrollar actividades en la casa y que reciben para ello ayuda de familiares. Que su mujer se encuentra irritable, que ni siquiera puede tocar su mano porque ello le provoca dolor. Que, por su parte, el perito Luna Pérez, detalló al tribunal el síndrome de dolor crónico que padece la actora a raíz de su lesión, que según su experiencia, la mayoría de los pacientes que presenta dicho problema solicitan finalmente la amputación de la extremidad. Que a su juicio la mano de la actora no podrá tener más avance y que en el estado en que está, no sirve funcionalmente para nada. El informe de la Mutual de Seguridad que señala las lesiones sufridas y que aún está en tratamiento y no se ha determinado su incapacidad. Que el daño moral se produce por toda lesión, menoscabo o perturbación a los derechos inherentes a la personalidad de un sujeto, y por ende deben someterse a la reparación no solo del dolor sufrido por la pérdida que le ha afectado a la persona sino que también considerar los perjuicios que ha ocasionado en lo estético, lo social, el agrado de vivir, el incumplimiento del deber de protección que le imponía el artículo 184 del Código del trabajo, que le aseguraba la relación contractual que le unía con la demandada. Que atendido lo anterior, y en especial el dolor y aflicción debe ser indemnizado en una suma congruente con su magnitud, que se estima en la suma de $ 25.000.000. DECIMOCTAVO: Que la prueba rendida ha sido analizada conforme a las reglas de la sana crítica. Por estas consideraciones, y lo dispuesto en los artículos 1º, 2º, 3º, 4º, 5º, 7º, 10, 63, 153, 173, 179, 184, 185 y siguientes, 210, 425 a 432, 434 a 438, 440 a 462 del Código del Trabajo; 34, 69 de la ley Nº 16.744 se resuelve: I. Que se hace lugar a la demanda interpuesta por doña Genoveva de las Mercedes Escalona Ortiz, en contra de su empleadora empresa Fábrica de Envases Mater S.A., representada por don Luis Fernando Castañeda Viveros, y se declara que el accidente laboral sufrido por la actora fue por culpa del empleador y por ende se condena éste a resarcir el daño moral causado, fijándose como suma a pagar por tal concepto la cantidad de $ 25.000.000 (veinticinco millones de pesos). II. Que se rechaza en lo demás la demanda de autos. III. Que las sumas ordenadas pagar deberán serlo con los reajustes e intereses conforme a lo dispuesto en los artículos 63 del Código del Trabajo, más los intereses corrientes desde la fecha que quede ejecutoriado el fallo hasta su pago efectivo. IV. Que no se condena en costas a la demandada por no haber sido totalmente vencida. V. Ejecutoriada que sea la presente sentencia, cúmplase lo resuelto en ella dentro de quinto día, en caso contrario se dará inicio a su ejecución, de acuerdo a lo establecido en el artículo 462 del Código del Trabajo. Regístrese y notifíquese. RUC: 11– 4–0005745–3. RIT: O–110–2011. Pronunciada por don (ña) GLORIA MARCELA CÁRDENAS QUINTERO, Juez Titular del Primer Juzgado de Letras del Trabajo de Santiago.

112

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

113

II. CORTE DE APELACIONES Santiago, treinta de enero de dos mil doce. VISTOS: Se sustanció la causa RIT O-110-2011, del Primer Juzgado de Letras del Trabajo de esta ciudad, caratulada “Genoveva Escalona Ortiz con Fábrica de Envases Mater S.A.”. El proceso fue seguido de acuerdo con las reglas del procedimiento de aplicación general y versó sobre la declaración y cobro de indemnizaciones derivadas de un accidente del trabajo. Por sentencia definitiva de 09 de mayo de 2011, la juez de la causa acogió parcialmente la demanda y, en lo que interesa para estos fines, rechazó esa misma demanda en cuanto pretendía el pago de una indemnización por concepto de lucro cesante. En contra de ese fallo la demandante dedujo recurso de nulidad en el que se esgrimen dos causales, en forma conjunta. CONSIDERANDO: I. Causal del artículo 477 del Código del Trabajo. PRIMERO: Se denuncia la infracción del artículo 69 de la ley Nº 16.744, en relación con los artículos 1553 y 1556 del Código Civil y artículo 161 inciso 3° del Código del Trabajo. Recuerda la recurrente que su pretensión de lucro cesante fue desestimada porque –al entender de la juez– no acreditó que haya dejado de percibir un determinado ingreso como consecuencia de la lesión física que sufriera; porque, de modo diferente, se estableció que aún sigue vinculada por contrato de trabajo a la demandada, percibiendo los subsidios correspondientes a la Ley de Accidentes del Trabajo; porque aún no se declara la incapacidad que le afecta por el accidente; y porque tampoco se ha determinado su incapacidad laboral, de todo lo cual concluye que no ha sufrido lucro cesante y que la merma futura en sus remuneraciones constituyen sólo meras expectativas que no pueden ser consideradas como pérdida de ganancias; SEGUNDO: En concepto de la recurrente, las argumentaciones del fallo son erradas y para demostrarlo plantea las siguientes reflexiones: a) La circunstancia de que siga vigente su contrato de trabajo sólo se debe al hecho que está haciendo uso de licencias médicas y que no puede ser despedida, porque así lo ordena el artículo 161 inciso 3° del Código del Trabajo. Sin embargo, esa vigencia laboral no asegura que vaya a contar con una fuente de ingresos permanente ni que el demandado no vaya a poner término a su relación laboral, máxime si se tiene en cuenta que, según el informe pericial, su incapacidad es de un 40% y que su mano no le sirve de nada, de modo que la amputación de los dedos de su mano derecha limita sus expectativas de obtener ingresos en las mismas condiciones en que podía hacerlo antes de sufrir el accidente. Es de toda lógica que bajo las actuales circunstancias verá disminuidas sus posibilidades económicas y que el hecho de mantenerse vigente el contrato de trabajo no tiene la incidencia atribuida, porque el lucro cesante es siempre un daño futuro; b) El hecho que esté percibiendo subsidios de la Ley de Accidentes del Trabajo y la circunstancia de que aún no se declare su incapacidad, tampoco es óbice para la procedencia del lucro cesante. El subsidio aludido equivale sólo a una parte de las remuneraciones de la víctima, de modo que se produce una diferencia entre el ingreso real, previo al accidente, y el que se recibe “por solidaridad”. Es evidente que ese diferencial de ingresos no debe ser solventado por la víctima sino por el agente que causa el perjuicio, lo que es de mínima lógica y equidad. Si el concepto de justicia importa que toda reparación sea integral, no puede comprenderse que una compensación únicamente parcial, como son las prestaciones de la ley Nº 16.744, vayan a eliminar los daños experimentados y aquellos por experimentar. En abono de sus planteamientos cita jurisprudencia de la Excma. Corte Suprema (Rol Nº 2.786-2010) que hace compatibles las prestaciones de la ley Nº 16.744 con las “otras indemnizaciones” a que se refiere el artículo 69 de esa ley; c) Se equivoca igualmente la juez en su fallo cuando, para sustentar su rechazo, aduce que los órganos competentes no han determinado el grado de incapacidad de la demandante. En otras palabras, para hacer lugar al lucro cesante, la sentenciadora exige la existencia de un “certificado de incapacidad”, lo que no contempla nuestra legislación. La evaluación de incapacidad a que se refiere la juez es necesaria para las prestaciones de la ley Nº 16.744, pero no para los fines de la indemnización reclamada en esta causa;

Santiago, treinta de enero de dos mil doce. VISTOS: Se sustanció la causa RIT O-110-2011, del Primer Juzgado de Letras del Trabajo de esta ciudad, caratulada “Genoveva Escalona Ortiz con Fábrica de Envases Mater S.A.”. El proceso fue seguido de acuerdo con las reglas del procedimiento de aplicación general y versó sobre la declaración y cobro de indemnizaciones derivadas de un accidente del trabajo. Por sentencia definitiva de 09 de mayo de 2011, la juez de la causa acogió parcialmente la demanda y, en lo que interesa para estos fines, rechazó esa misma demanda en cuanto pretendía el pago de una indemnización por concepto de lucro cesante. En contra de ese fallo la demandante dedujo recurso de nulidad en el que se esgrimen dos causales, en forma conjunta. CONSIDERANDO: I. Causal del artículo 477 del Código del Trabajo. PRIMERO: Se denuncia la infracción del artículo 69 de la ley Nº 16.744, en relación con los artículos 1553 y 1556 del Código Civil y artículo 161 inciso 3° del Código del Trabajo. Recuerda la recurrente que su pretensión de lucro cesante fue desestimada porque –al entender de la juez– no acreditó que haya dejado de percibir un determinado ingreso como consecuencia de la lesión física que sufriera; porque, de modo diferente, se estableció que aún sigue vinculada por contrato de trabajo a la demandada, percibiendo los subsidios correspondientes a la Ley de Accidentes del Trabajo; porque aún no se declara la incapacidad que le afecta por el accidente; y porque tampoco se ha determinado su incapacidad laboral, de todo lo cual concluye que no ha sufrido lucro cesante y que la merma futura en sus remuneraciones constituyen sólo meras expectativas que no pueden ser consideradas como pérdida de ganancias; SEGUNDO: En concepto de la recurrente, las argumentaciones del fallo son erradas y para demostrarlo plantea las siguientes reflexiones: a) La circunstancia de que siga vigente su contrato de trabajo sólo se debe al hecho que está haciendo uso de licencias médicas y que no puede ser despedida, porque así lo ordena el artículo 161 inciso 3° del Código del Trabajo. Sin embargo, esa vigencia laboral no asegura que vaya a contar con una fuente de ingresos permanente ni que el demandado no vaya a poner término a su relación laboral, máxime si se tiene en cuenta que, según el informe pericial, su incapacidad es de un 40% y que su mano no le sirve de nada, de modo que la amputación de los dedos de su mano derecha limita sus expectativas de obtener ingresos en las mismas condiciones en que podía hacerlo antes de sufrir el accidente. Es de toda lógica que bajo las actuales circunstancias verá disminuidas sus posibilidades económicas y que el hecho de mantenerse vigente el contrato de trabajo no tiene la incidencia atribuida, porque el lucro cesante es siempre un daño futuro; b) El hecho que esté percibiendo subsidios de la Ley de Accidentes del Trabajo y la circunstancia de que aún no se declare su incapacidad, tampoco es óbice para la procedencia del lucro cesante. El subsidio aludido equivale sólo a una parte de las remuneraciones de la víctima, de modo que se produce una diferencia entre el ingreso real, previo al accidente, y el que se recibe “por solidaridad”. Es evidente que ese diferencial de ingresos no debe ser solventado por la víctima sino por el agente que causa el perjuicio, lo que es de mínima lógica y equidad. Si el concepto de justicia importa que toda reparación sea integral, no puede comprenderse que una compensación únicamente parcial, como son las prestaciones de la ley Nº 16.744, vayan a eliminar los daños experimentados y aquellos por experimentar. En abono de sus planteamientos cita jurisprudencia de la Excma. Corte Suprema (Rol Nº 2.786-2010) que hace compatibles las prestaciones de la ley Nº 16.744 con las “otras indemnizaciones” a que se refiere el artículo 69 de esa ley; c) Se equivoca igualmente la juez en su fallo cuando, para sustentar su rechazo, aduce que los órganos competentes no han determinado el grado de incapacidad de la demandante. En otras palabras, para hacer lugar al lucro cesante, la sentenciadora exige la existencia de un “certificado de incapacidad”, lo que no contempla nuestra legislación. La evaluación de incapacidad a que se refiere la juez es necesaria para las prestaciones de la ley Nº 16.744, pero no para los fines de la indemnización reclamada en esta causa;

II. CORTE DE APELACIONES ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

113

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

II. Causal del artículo 478, letra b) del Código del Trabajo. TERCERO: Luego de transcribir las reflexiones contenidas en los fundamentos decimosexto y decimoséptimo de la sentencia impugnada, la recurrente sostiene que en el fallo se vulnera las reglas de la sana crítica porque éstas exigen del juzgador un discurso armónico y coherente que dé cuenta de un razonamiento consistente y no contradictorio. En su concepto, existiría una evidente contradicción e incoherencia en el fallo al establecer en el considerando décimo sexto que no existen las condiciones para estimar la procedencia del lucro cesante, ya que la actora mantiene vigente su contrato de trabajo (se encuentra “activa”), y al asentar enseguida que la demandante no puede siquiera realizar las labores más simples ya que su mano no le sirva para nada; III. Consideraciones de esta Corte. CUARTO: Cuando una recurrente promueve la revisión de los hechos probados y, al mismo tiempo, el modo en que se ha aplicado el derecho atingente al caso, la natural disposición de las cosas indica que primero ha de plantearse la causal relativa a la revisión fáctica y luego la pertinente a la fijación del alcance y sentido de la ley, porque para la aplicación de la norma jurídica siempre va a ser necesario que los hechos estén previa y correctamente fijados. Ello no fue observado por quien recurre y he ahí un primer defecto atribuible al recurso que se examina. En cualquier caso, el propósito de la causal del artículo 478, letra b) es la modificación de los hechos, siempre que se incurra en infracciones manifiestas que, conforme a la ley, pueden dar lugar a una nueva determinación fáctica. Al esgrimirse dicho motivo significa que la impugnación debe estar referida a la aplicación de los criterios de validación de la valoración probatoria, esto es, a la pertinencia y corrección de la premisa mayor que sustenta el juicio fáctico, sea que se trate de una máxima de experiencia o del conocimiento científico, técnico o jurídico empleado para ese fin. En la especie, de modo implícito, se postula la vulneración del principio de la no contradicción porque no existiría coherencia en sostenerse simultáneamente –como se haría en el fallo–, que no se dan los supuestos para dar lugar al lucro cesante, ya que la actora se mantiene laboralmente “activa” y al asentarse, enseguida, que la demandante no podría realizar siquiera las labores más simples, ya que su mano no le sirve para nada. En cuanto a ello, baste mencionar que, si existiera tal contraposición, significaría que la sentencia carece de reflexiones sobre un punto determinado, es decir, que adolecería de un defecto de forma, por omisión de los requisitos que la ley prevé para su elaboración, defecto que es jurídicamente anterior al acto de tachar el análisis probatorio. En suma, los hechos que se aducen no constituyen la causal que se esgrime sino que una diferente, que no se ha hecho valer; QUINTO: En relación a la causal del artículo 477 del Código del Trabajo, sobre infracción de ley, se ha expresado reiteradamente que su propósito es revisar el juicio de derecho contenido en el fallo; y que, por lo mismo, se circunscribe al aspecto puramente jurídico, de aplicación de la ley, al caso concreto, esto es, conforme a los hechos fijados en la sentencia, tal y como han sido establecidos en ella. En la especie, no ha prosperado la causal que pretendía la modificación fáctica. Al ser así, el motivo de nulidad subsistente contraría esos hechos, porque los errores jurídicos que se plantea no pueden tener cabida cuando en ese fallo se ha determinado que la actora no acreditó los presupuestos que hacen procedente el lucro cesante ni menos cuando se remarca que la demandante “no ha sufrido lucro cesante con motivo del accidente” (fundamento decimoséptimo). Como quiera que sea, resulta pertinente indicar que el citado artículo 477 impone como exigencia que el error de derecho influya “sustancialmente en lo dispositivo del fallo”, esto es, que la infracción de ley sea de tal entidad que, por si sola, sea capaz de alterar el resultado o, que es lo mismo, que exista una relación de causa a efecto entre el error de derecho y la decisión desacertada. Sigue a ello destacar que lo anotado comporta una limitación tanto para el recurrente como para esta Corte. Siguiendo la propia línea de razonamiento del recurso, son elementos indispensables para definir la infracción de ley que se reclama y, especialmente, para la eventual sentencia de reemplazo, conocer la remuneración percibida en actividad por la trabajadora y la cuantificación de la incapacidad laboral, determinada pericialmente, entre otros factores. Ocurre que ninguno de esos extremos es un hecho determinado en la sentencia. Consecuentemente, con arreglo a los lineamientos antes enunciados, se tiene que los errores que se denuncia en el recurso carecen de esa influencia sustancial, porque –aun de asumirlos como efectivos– no sería posible para este tribunal de nulidad variar la decisión contenida en el fallo que se impugna. Al ser así, la causal analizada tampoco puede prosperar;

114

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

II. Causal del artículo 478, letra b) del Código del Trabajo. TERCERO: Luego de transcribir las reflexiones contenidas en los fundamentos decimosexto y decimoséptimo de la sentencia impugnada, la recurrente sostiene que en el fallo se vulnera las reglas de la sana crítica porque éstas exigen del juzgador un discurso armónico y coherente que dé cuenta de un razonamiento consistente y no contradictorio. En su concepto, existiría una evidente contradicción e incoherencia en el fallo al establecer en el considerando décimo sexto que no existen las condiciones para estimar la procedencia del lucro cesante, ya que la actora mantiene vigente su contrato de trabajo (se encuentra “activa”), y al asentar enseguida que la demandante no puede siquiera realizar las labores más simples ya que su mano no le sirva para nada; III. Consideraciones de esta Corte. CUARTO: Cuando una recurrente promueve la revisión de los hechos probados y, al mismo tiempo, el modo en que se ha aplicado el derecho atingente al caso, la natural disposición de las cosas indica que primero ha de plantearse la causal relativa a la revisión fáctica y luego la pertinente a la fijación del alcance y sentido de la ley, porque para la aplicación de la norma jurídica siempre va a ser necesario que los hechos estén previa y correctamente fijados. Ello no fue observado por quien recurre y he ahí un primer defecto atribuible al recurso que se examina. En cualquier caso, el propósito de la causal del artículo 478, letra b) es la modificación de los hechos, siempre que se incurra en infracciones manifiestas que, conforme a la ley, pueden dar lugar a una nueva determinación fáctica. Al esgrimirse dicho motivo significa que la impugnación debe estar referida a la aplicación de los criterios de validación de la valoración probatoria, esto es, a la pertinencia y corrección de la premisa mayor que sustenta el juicio fáctico, sea que se trate de una máxima de experiencia o del conocimiento científico, técnico o jurídico empleado para ese fin. En la especie, de modo implícito, se postula la vulneración del principio de la no contradicción porque no existiría coherencia en sostenerse simultáneamente –como se haría en el fallo–, que no se dan los supuestos para dar lugar al lucro cesante, ya que la actora se mantiene laboralmente “activa” y al asentarse, enseguida, que la demandante no podría realizar siquiera las labores más simples, ya que su mano no le sirve para nada. En cuanto a ello, baste mencionar que, si existiera tal contraposición, significaría que la sentencia carece de reflexiones sobre un punto determinado, es decir, que adolecería de un defecto de forma, por omisión de los requisitos que la ley prevé para su elaboración, defecto que es jurídicamente anterior al acto de tachar el análisis probatorio. En suma, los hechos que se aducen no constituyen la causal que se esgrime sino que una diferente, que no se ha hecho valer; QUINTO: En relación a la causal del artículo 477 del Código del Trabajo, sobre infracción de ley, se ha expresado reiteradamente que su propósito es revisar el juicio de derecho contenido en el fallo; y que, por lo mismo, se circunscribe al aspecto puramente jurídico, de aplicación de la ley, al caso concreto, esto es, conforme a los hechos fijados en la sentencia, tal y como han sido establecidos en ella. En la especie, no ha prosperado la causal que pretendía la modificación fáctica. Al ser así, el motivo de nulidad subsistente contraría esos hechos, porque los errores jurídicos que se plantea no pueden tener cabida cuando en ese fallo se ha determinado que la actora no acreditó los presupuestos que hacen procedente el lucro cesante ni menos cuando se remarca que la demandante “no ha sufrido lucro cesante con motivo del accidente” (fundamento decimoséptimo). Como quiera que sea, resulta pertinente indicar que el citado artículo 477 impone como exigencia que el error de derecho influya “sustancialmente en lo dispositivo del fallo”, esto es, que la infracción de ley sea de tal entidad que, por si sola, sea capaz de alterar el resultado o, que es lo mismo, que exista una relación de causa a efecto entre el error de derecho y la decisión desacertada. Sigue a ello destacar que lo anotado comporta una limitación tanto para el recurrente como para esta Corte. Siguiendo la propia línea de razonamiento del recurso, son elementos indispensables para definir la infracción de ley que se reclama y, especialmente, para la eventual sentencia de reemplazo, conocer la remuneración percibida en actividad por la trabajadora y la cuantificación de la incapacidad laboral, determinada pericialmente, entre otros factores. Ocurre que ninguno de esos extremos es un hecho determinado en la sentencia. Consecuentemente, con arreglo a los lineamientos antes enunciados, se tiene que los errores que se denuncia en el recurso carecen de esa influencia sustancial, porque –aun de asumirlos como efectivos– no sería posible para este tribunal de nulidad variar la decisión contenida en el fallo que se impugna. Al ser así, la causal analizada tampoco puede prosperar;

114

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

115

Por estas razones y de conformidad con lo establecido en los artículos 474, 477, 478 y 479 del Código del Trabajo, se rechaza el recurso de nulidad deducido por la demandante contra la sentencia definitiva de nueve de mayo de dos mil once, recaída en la causa RIT O-110-2011, del Primer Juzgado del Trabajo de esta ciudad. Regístrese y comuníquese. Redacción del ministro señor Astudillo. Rol N° 910-2011.Pronunciada por la Novena Sala de la Corte de Apelaciones de Santiago, presidida por el ministro señor Raúl Héctor Rocha Pérez e integrada por el ministro señor Omar Astudillo Contreras y por el abogado integrante señor Patricio González Marín.

Por estas razones y de conformidad con lo establecido en los artículos 474, 477, 478 y 479 del Código del Trabajo, se rechaza el recurso de nulidad deducido por la demandante contra la sentencia definitiva de nueve de mayo de dos mil once, recaída en la causa RIT O-110-2011, del Primer Juzgado del Trabajo de esta ciudad. Regístrese y comuníquese. Redacción del ministro señor Astudillo. Rol N° 910-2011.Pronunciada por la Novena Sala de la Corte de Apelaciones de Santiago, presidida por el ministro señor Raúl Héctor Rocha Pérez e integrada por el ministro señor Omar Astudillo Contreras y por el abogado integrante señor Patricio González Marín. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

115

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Santiago, quince de marzo de dos mil once. VISTOS Y CONSIDERANDO: PRIMERO: Que comparece don Gabriel Guillermo Lara Gómez, abogado, con domicilio en Tenderini N° 85 oficina 65, Comuna de Santiago por don Sergio Eduardo Toro Navarro, empleado, domiciliado en Calle Vicuña N° 10138, Villa Bahía Catalina, Comuna La Granja, Santiago, e interpone demanda en juicio del trabajo de aplicación general, en contra de: Empresa Vesuvio Comercial y Textil Chile Limitada, empresa del giro de su denominación, representada por don Jaime Flores Fuentes, ignora profesión u oficio, ambos domiciliados para estos efectos en San Ignacio N° 500, Módulo 10, Comuna de Quilicura, en calidad de empresa principal; y, en contra de Empresa BHA Transporte y Distribución Limitada, empresa del giro de su denominación, representada por doña Marcia Alejandra Quiñones Durán, ignora profesión u oficio, ambos domiciliados para estos efectos en Cerro San Luis N° 9971, Galpón N° 5, Comuna de Quilicura, ambas en régimen de subcontratación y para que responsan en los términos que a continuación indica: Señala que Vesuvio Comercial y Textil Limitada, tiene la calidad de Empresa Principal y BHA Transporte y Distribución Limitada, tiene la calidad de Empresa Contratista, lo que se deduce de los siguientes hechos, cumpliéndose cabalmente con lo establecido en el articulo 183 A del Código del Trabajo, que el actor trabajaba con contrato de trabajo para la empresa BHA Transporte y Distribución Limitada, desde el 12 de febrero de 2008, hasta el 14 de octubre de 2010; que la Empresa Vesuvio Comercial y Textil Limitada encarga a empresa BHA Trasporte y Distribución Limitada el desarrollo y ejecución de diversos servicios relacionados con la marca “Lacoste” de la cual está a cargo la empresa principal. De lo cual se puede colegir que existía una relación contractual entre ambas empresas, en la cual BHA Transporte y Distribución Limitada como empresa Contratista, se encarga de ejecutar, por cuenta y riesgo de Vesuvio (Empresa Principal), obras o servicios, como lo era la recepción, revisión y distribución de mercaderías de la marca “Lacoste”. Añade que si bien el lugar físico donde se ejecutaban los servicios para la empresa principal pertenecía a la empresa contratista (BHA Transporte y Distribución Limitada), en dicho establecimiento industrial se realizaban labores y se ejecutaban servicios para la empresa Vesuvio, por orden expresa de BHA Transporte y Distribución Ltda. Que el respectivo desarrollo de los servicios para la Empresa Principal (Vesuvio), en el momento de ocurrir el accidente laboral, eran ejecutadas por el Contratista “BHA Transporte y Distribución Limitada”, con trabajadores que tenían un contrato de trabajo con esta última, es decir existía una relación de subordinación y dependencia entre mi representado y la empresa contratista. Por todo lo expuesto, ambas empresas demandadas, deben responder en forma Solidaria o Subsidiaria, según se determine, del accidente laboral sufrido por el actor con fecha 28 de febrero de 2008, ya que en esa época permanecía vigente la relación con la empresa Contratista. Por ello, al cumplirse cada uno de los requisitos exigidos por la ley para estar ante un Régimen de Subcontratación, sólo se debe determinar cómo responden las empresas demandadas, si es conforme al artículo 183 B, es decir en forma Solidaria; o, por el contrario, responden conforme al artículo 183 D, es decir, en forma Subsidiaria. Y que en el caso que se estime que no se dan los presupuestos para estar ante el “Régimen de Subcontratación”, la demanda se interpone en subsidio, directamente en contra del empleador directo, es decir en contra de “BHA Transporte y Distribución Limitada” si finalmente se determina que éste es dueño de la obra, empresa o faena respectiva. Que la demanda se interpone con el fin que se declare que el término de la relación laboral por despido indirecto por parte del trabajador, es debido, justificado, y legal, y se condene al pago de las prestaciones laborales que se indicaran, como asimismo al pago de una indemnización por accidente de trabajo. Expone que el 12 de febrero de 2008, su representado ingresó a trabajar en la empresa BHA Transporte y Distribución Limitada, en calidad de “Bodeguero”; que la remuneración mensual pactada as-

116

I. SENTENCIA DEL JUZGADO DE LETRAS DEL TRABAJO

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol N° 506-2011 Cita online: CL/JUR/7214/2011

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol N° 506-2011 Cita online: CL/JUR/7214/2011

I. SENTENCIA DEL JUZGADO DE LETRAS DEL TRABAJO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Santiago, quince de marzo de dos mil once. VISTOS Y CONSIDERANDO: PRIMERO: Que comparece don Gabriel Guillermo Lara Gómez, abogado, con domicilio en Tenderini N° 85 oficina 65, Comuna de Santiago por don Sergio Eduardo Toro Navarro, empleado, domiciliado en Calle Vicuña N° 10138, Villa Bahía Catalina, Comuna La Granja, Santiago, e interpone demanda en juicio del trabajo de aplicación general, en contra de: Empresa Vesuvio Comercial y Textil Chile Limitada, empresa del giro de su denominación, representada por don Jaime Flores Fuentes, ignora profesión u oficio, ambos domiciliados para estos efectos en San Ignacio N° 500, Módulo 10, Comuna de Quilicura, en calidad de empresa principal; y, en contra de Empresa BHA Transporte y Distribución Limitada, empresa del giro de su denominación, representada por doña Marcia Alejandra Quiñones Durán, ignora profesión u oficio, ambos domiciliados para estos efectos en Cerro San Luis N° 9971, Galpón N° 5, Comuna de Quilicura, ambas en régimen de subcontratación y para que responsan en los términos que a continuación indica: Señala que Vesuvio Comercial y Textil Limitada, tiene la calidad de Empresa Principal y BHA Transporte y Distribución Limitada, tiene la calidad de Empresa Contratista, lo que se deduce de los siguientes hechos, cumpliéndose cabalmente con lo establecido en el articulo 183 A del Código del Trabajo, que el actor trabajaba con contrato de trabajo para la empresa BHA Transporte y Distribución Limitada, desde el 12 de febrero de 2008, hasta el 14 de octubre de 2010; que la Empresa Vesuvio Comercial y Textil Limitada encarga a empresa BHA Trasporte y Distribución Limitada el desarrollo y ejecución de diversos servicios relacionados con la marca “Lacoste” de la cual está a cargo la empresa principal. De lo cual se puede colegir que existía una relación contractual entre ambas empresas, en la cual BHA Transporte y Distribución Limitada como empresa Contratista, se encarga de ejecutar, por cuenta y riesgo de Vesuvio (Empresa Principal), obras o servicios, como lo era la recepción, revisión y distribución de mercaderías de la marca “Lacoste”. Añade que si bien el lugar físico donde se ejecutaban los servicios para la empresa principal pertenecía a la empresa contratista (BHA Transporte y Distribución Limitada), en dicho establecimiento industrial se realizaban labores y se ejecutaban servicios para la empresa Vesuvio, por orden expresa de BHA Transporte y Distribución Ltda. Que el respectivo desarrollo de los servicios para la Empresa Principal (Vesuvio), en el momento de ocurrir el accidente laboral, eran ejecutadas por el Contratista “BHA Transporte y Distribución Limitada”, con trabajadores que tenían un contrato de trabajo con esta última, es decir existía una relación de subordinación y dependencia entre mi representado y la empresa contratista. Por todo lo expuesto, ambas empresas demandadas, deben responder en forma Solidaria o Subsidiaria, según se determine, del accidente laboral sufrido por el actor con fecha 28 de febrero de 2008, ya que en esa época permanecía vigente la relación con la empresa Contratista. Por ello, al cumplirse cada uno de los requisitos exigidos por la ley para estar ante un Régimen de Subcontratación, sólo se debe determinar cómo responden las empresas demandadas, si es conforme al artículo 183 B, es decir en forma Solidaria; o, por el contrario, responden conforme al artículo 183 D, es decir, en forma Subsidiaria. Y que en el caso que se estime que no se dan los presupuestos para estar ante el “Régimen de Subcontratación”, la demanda se interpone en subsidio, directamente en contra del empleador directo, es decir en contra de “BHA Transporte y Distribución Limitada” si finalmente se determina que éste es dueño de la obra, empresa o faena respectiva. Que la demanda se interpone con el fin que se declare que el término de la relación laboral por despido indirecto por parte del trabajador, es debido, justificado, y legal, y se condene al pago de las prestaciones laborales que se indicaran, como asimismo al pago de una indemnización por accidente de trabajo. Expone que el 12 de febrero de 2008, su representado ingresó a trabajar en la empresa BHA Transporte y Distribución Limitada, en calidad de “Bodeguero”; que la remuneración mensual pactada as-

116

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

117

cendía a la cantidad de $ 200.000. Que con fecha 14 de octubre de 2010, su representado decide poner término a la relación laboral que lo ligaba con la Empresa BHA Transporte y Distribución Limitada, en virtud del artículo 171 en relación al 160 N° 7, ambos del Código del Trabajo, esto es Incumplimiento Grave de las obligaciones que impone el contrato, fundado, según lo expresa en la carta despido, en tres hechos puntuales: 1. Falta de información o instrucciones en el uso de herramientas de la empresa, por cuanto al incorporarse a trabajar como “bodeguero”, debía realizar todo lo relativo a revisión de cajas de mercaderías, pedidos, distribución y contabilidad, de las mismas y comenzó inmediatamente a desempeñar diversas funciones, sin que se le impartiera alguna charla de instrucciones ni generales ni específicas o aconsejara como llevar a cabo las labores de trabajo, por lo cual se desempeñó en forma autodidacta, pues no contó con la información necesaria que debía ser proporcionada por su empresa antes de comenzar sus labores. 2. Falta de medidas de seguridad, por cuanto el 28 de febrero de 2008, sufrió un grave accidente en dependencias de la Empresa BHA Transporte y Distribución Limitada, ubicada en la Comuna de Quilicura, mientras cumplía con deberes laborales, las cuales consistían en la revisión de las mercaderías que habían ingresado a la empresa mencionada, para lo cual debía abrir las cajas, las cuales estaban selladas con la denominada huincha “Zuncho”, la que presionaba fuertemente la caja. Al efectuar el corte de la huincha con cartonero “tip Top”, la huincha corta su ojo derecho al elevarse fuertemente producto de la presión, siendo trasladado a IST, donde fue hospitalizado y atendido. Ello trajo como consecuencias la pérdida total de la visión de su ojo derecho, debiendo ser sometido a varias intervenciones quirúrgicas. Y debido a la falta de Medidas de Seguridad y Falta de Control de Riesgos, sufrió el accidente mencionado, ya que no contaba con ninguna medida de seguridad o protección. 3. Falta de implementos necesarios para prevenir accidentes, al hace presente que en el momento de su incorporación a la empresa, no contaba con ningún resguardo, pues trabajaba con su propia vestimenta; no contaba con uniforme, zapatos de seguridad, ni antiparras, que pudiesen proteger su integridad física, por lo cual, no existió por parte de la empresa el compromiso para prevenir accidentes, pues la obligación de tomar precauciones, otorgar uniformes e implementos de seguridad, así como también supervisar las instalaciones, maquinarias y herramientas de trabajo, es de cargo de la Empresa. Por lo que, en conclusión, se puede observar que dichos incumplimientos son graves pues la empresa no cumplió con una de las principales obligaciones establecidas en el artículo 184 del Código del Trabajo, toda vez que no tomó todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de la persona del demandante como parte integrante de la empresa, puesto que no fue debidamente informado de los posibles riesgos, ni tampoco existió las condiciones de seguridad en las labores a realizar, ni implementos necesarios para prevenir accidentes. 4. Ambiguedad respecto a determinar quién es su empleador y uso unilateral y desinformado de su contrato de trabajo por parte de la empresa: reitera que su representado ingresó a trabajar para la empresa BHA Transporte y Distribución Limitada, con fecha 12 de febrero de 2008, cuando sufre el accidente, dicha Empresa no se encontraba afiliada a IST, donde fue llevado de urgencia, por lo cual con posterioridad a un año aproximadamente de ocurrido dichos hechos, sin darle ninguna explicación o información, en su liquidación de subsidio aparece como trabajador de BHA Cargo Logistic Limitada; puesto que dicha empresa pertenece a los mismos dueños y contaba con la afiliación necesaria al momento de sufrir mi accidente y ser atendido en IST. Y jamás le consultaron o informaron de dicha modificación, sólo se enteré de ello al revisar su liquidación de subsidio. Que ello trajo como consecuencia su desafiliación a IST, quien estaba a cargo de su tratamiento y rehabilitación, pues se percataron de lo ya mencionado, encontrándose actualmente en la más completa incertidumbre respecto a su respaldo de salud. Esto es una falta grave de los deberes del empleador, toda vez que existe una ambiguedad en cuanto a determinar quién es su verdadero empleador y además le deja en el más completo abandono respecto a la continuación de sui rehabilitación. En virtud de lo expuesto, queda de manifiesto que el término de la relación contractual se produce por el incumplimiento grave de las obligaciones que impone el contrato por parte del empleador, pues no dio estricto cumplimiento de tomar las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud del actor, no otorgando las condiciones adecuadas de higiene y seguridad, ni implementos necesarios

cendía a la cantidad de $ 200.000. Que con fecha 14 de octubre de 2010, su representado decide poner término a la relación laboral que lo ligaba con la Empresa BHA Transporte y Distribución Limitada, en virtud del artículo 171 en relación al 160 N° 7, ambos del Código del Trabajo, esto es Incumplimiento Grave de las obligaciones que impone el contrato, fundado, según lo expresa en la carta despido, en tres hechos puntuales: 1. Falta de información o instrucciones en el uso de herramientas de la empresa, por cuanto al incorporarse a trabajar como “bodeguero”, debía realizar todo lo relativo a revisión de cajas de mercaderías, pedidos, distribución y contabilidad, de las mismas y comenzó inmediatamente a desempeñar diversas funciones, sin que se le impartiera alguna charla de instrucciones ni generales ni específicas o aconsejara como llevar a cabo las labores de trabajo, por lo cual se desempeñó en forma autodidacta, pues no contó con la información necesaria que debía ser proporcionada por su empresa antes de comenzar sus labores. 2. Falta de medidas de seguridad, por cuanto el 28 de febrero de 2008, sufrió un grave accidente en dependencias de la Empresa BHA Transporte y Distribución Limitada, ubicada en la Comuna de Quilicura, mientras cumplía con deberes laborales, las cuales consistían en la revisión de las mercaderías que habían ingresado a la empresa mencionada, para lo cual debía abrir las cajas, las cuales estaban selladas con la denominada huincha “Zuncho”, la que presionaba fuertemente la caja. Al efectuar el corte de la huincha con cartonero “tip Top”, la huincha corta su ojo derecho al elevarse fuertemente producto de la presión, siendo trasladado a IST, donde fue hospitalizado y atendido. Ello trajo como consecuencias la pérdida total de la visión de su ojo derecho, debiendo ser sometido a varias intervenciones quirúrgicas. Y debido a la falta de Medidas de Seguridad y Falta de Control de Riesgos, sufrió el accidente mencionado, ya que no contaba con ninguna medida de seguridad o protección. 3. Falta de implementos necesarios para prevenir accidentes, al hace presente que en el momento de su incorporación a la empresa, no contaba con ningún resguardo, pues trabajaba con su propia vestimenta; no contaba con uniforme, zapatos de seguridad, ni antiparras, que pudiesen proteger su integridad física, por lo cual, no existió por parte de la empresa el compromiso para prevenir accidentes, pues la obligación de tomar precauciones, otorgar uniformes e implementos de seguridad, así como también supervisar las instalaciones, maquinarias y herramientas de trabajo, es de cargo de la Empresa. Por lo que, en conclusión, se puede observar que dichos incumplimientos son graves pues la empresa no cumplió con una de las principales obligaciones establecidas en el artículo 184 del Código del Trabajo, toda vez que no tomó todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de la persona del demandante como parte integrante de la empresa, puesto que no fue debidamente informado de los posibles riesgos, ni tampoco existió las condiciones de seguridad en las labores a realizar, ni implementos necesarios para prevenir accidentes. 4. Ambiguedad respecto a determinar quién es su empleador y uso unilateral y desinformado de su contrato de trabajo por parte de la empresa: reitera que su representado ingresó a trabajar para la empresa BHA Transporte y Distribución Limitada, con fecha 12 de febrero de 2008, cuando sufre el accidente, dicha Empresa no se encontraba afiliada a IST, donde fue llevado de urgencia, por lo cual con posterioridad a un año aproximadamente de ocurrido dichos hechos, sin darle ninguna explicación o información, en su liquidación de subsidio aparece como trabajador de BHA Cargo Logistic Limitada; puesto que dicha empresa pertenece a los mismos dueños y contaba con la afiliación necesaria al momento de sufrir mi accidente y ser atendido en IST. Y jamás le consultaron o informaron de dicha modificación, sólo se enteré de ello al revisar su liquidación de subsidio. Que ello trajo como consecuencia su desafiliación a IST, quien estaba a cargo de su tratamiento y rehabilitación, pues se percataron de lo ya mencionado, encontrándose actualmente en la más completa incertidumbre respecto a su respaldo de salud. Esto es una falta grave de los deberes del empleador, toda vez que existe una ambiguedad en cuanto a determinar quién es su verdadero empleador y además le deja en el más completo abandono respecto a la continuación de sui rehabilitación. En virtud de lo expuesto, queda de manifiesto que el término de la relación contractual se produce por el incumplimiento grave de las obligaciones que impone el contrato por parte del empleador, pues no dio estricto cumplimiento de tomar las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud del actor, no otorgando las condiciones adecuadas de higiene y seguridad, ni implementos necesarios ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

117

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

para prevenir accidentes, transgrediendo de manera expresa lo establecido en el artículo 184 del Código del Trabajo. Añade que a la fecha del despido indirecto se adeuda a su representado los siguientes ítems: a. $ 200.000, por concepto de indemnización sustitutiva del aviso previo, o lo que se determine por el tribunal b. $ 400.000 por concepto de indemnización de años de servicio, que equivalen a dos años, o lo que se determine por el tribunal. c. $ 200.000, correspondiente al recargo del 50% según lo preceptuado en el artículo 171, o lo que se determine por el tribunal. d. $ 139.986, las vacaciones legales por el período trabajado desde el día 12 de agosto del 2009 al 12 de agosto del 2010, o lo que se determine por el tribunal. e. $ 23.333, las vacaciones proporcionales correspondientes al período del día 12 de agosto del 2010 al día 14 de octubre 2010, o lo que se determine por el tribunal. Que respecto al accidente del trabajo, señala que el 28 de febrero de 2008, ingresó a trabajar, en la empresa BHA Transporte y Distribución Limitada, ubicada en la Comuna de Quilicura, empresa que se encarga de la distribución de la marca Lacoste, por encargo de la Empresa Vesuvio Comercial y Textil Chile Limitada dentro de Chile a los distintos malls y tiendas que comercializan dicha marca, por lo cual BHA Transporte y Distribución Limitada, tenía como misión llevar a cabo una labor completa, pues se encarga de la búsqueda de las mercancías hasta el aeropuerto o puertos respectivos, pues dichas especies llegaban desde Argentina, además fiscalizaba y revisaba el contenido de las cajas enviadas que contenían las prendas, las contabilizaba y distribuía hasta las tiendas y malls respectivos. Ese día, le encomendaron la función de efectuar la revisión de la mercadería, la cual consistía en vestuario de la marca Lacoste perteneciente a la Empresa Vesuvio Comercial y Textil Chile Limitada, las cuales se encontraban dentro de cajas de cartón selladas completamente con unas huinchas denominadas “zuncho”; que cuando su representado ingresa a trabajar a la Empresa BHA Transporte y Distribución Limitada, ésta no le hace entrega de ningún implemento de seguridad para prevenir accidentes, como guantes, antiparras, entre otros; es más, debía concurrir a trabajar con su propia vestimenta, pues la empresa no le dio uniformes para desempeñar sus labores. Cuando el actor, a fin de contabilizar la mercadería corta el “zuncho”, éste, producto de la presión con la que apretaba la caja, se eleva velozmente hacia su ojo derecho, provocando una herida penetrante ocular y desprendimiento de retina. Dicho accidente se produjo alrededor de las 10:00 a.m. Luego fue trasladado en vehículo de la empresa hasta el Instituto de Seguridad del Trabajador (IST), donde lo atendieron de urgencia, pero debido a la complejidad de sus lesiones, fue derivado a IST ubicado en Placer 1410, que trata aquellas urgencias que revisten mayor complejidad. Que fue operado y luego hospitalizado en IST, alrededor de 1 mes y debido a la compleja herida que sufrió debió ser sometido nuevamente a una intervención quirúrgica, procedimiento quirúrgico, mediante el cual se extrae el humor vítreo de un ojo y se sustituye, generalmente, con un gas o líquido, debiendo ser hospitalizado en IST durante 14 días más. Como no se logró dar solución al desprendimiento de retina originado a raíz del accidente, debió ser intervenido en tres oportunidades distintas, en las cuales no se logró paralizar el avance de la disminución y pérdida de la visión de su ojo derecho. Que en el mes de septiembre 2008, se reincorpora a trabajar a Empresa BHA Transporte y Distribución Limitada, pero debido a los fuertes dolores, en el mes de marzo de 2009, presenta licencia para ser operado nuevamente. Que en el informe médico de IST de fecha 20 de agosto de 2009, diagnosticó pérdida de visión de ojo derecho con una incapacidad de 27.5 %, ante lo cual el trabajador apela ante la “Comisión Médica de Reclamos”, la cual con fecha 24 de agosto de 2009, revisa los antecedentes y determina que el grado de incapacidad establecido por el IST es correcto. Presenta apelación de lo resuelto por la Comisión Médica de Reclamos, ante la Superintendencia de Seguridad Social, la cual ratificó la resolución adoptada por la comisión ya mencionada. Hace presente que en el año 2010, es decir, después de la evaluación y resolución de las instituciones mencionadas, debió ser objeto de nuevas y complejas operaciones, ya que gradualmente perdía la visión. Producto de lo anterior se atrofió su ojo derecho, provocando pérdida total de visión, resultando con una incapacidad de un 100 %. Actualmente utiliza una prótesis estética, la cual cubre

118

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

para prevenir accidentes, transgrediendo de manera expresa lo establecido en el artículo 184 del Código del Trabajo. Añade que a la fecha del despido indirecto se adeuda a su representado los siguientes ítems: a. $ 200.000, por concepto de indemnización sustitutiva del aviso previo, o lo que se determine por el tribunal b. $ 400.000 por concepto de indemnización de años de servicio, que equivalen a dos años, o lo que se determine por el tribunal. c. $ 200.000, correspondiente al recargo del 50% según lo preceptuado en el artículo 171, o lo que se determine por el tribunal. d. $ 139.986, las vacaciones legales por el período trabajado desde el día 12 de agosto del 2009 al 12 de agosto del 2010, o lo que se determine por el tribunal. e. $ 23.333, las vacaciones proporcionales correspondientes al período del día 12 de agosto del 2010 al día 14 de octubre 2010, o lo que se determine por el tribunal. Que respecto al accidente del trabajo, señala que el 28 de febrero de 2008, ingresó a trabajar, en la empresa BHA Transporte y Distribución Limitada, ubicada en la Comuna de Quilicura, empresa que se encarga de la distribución de la marca Lacoste, por encargo de la Empresa Vesuvio Comercial y Textil Chile Limitada dentro de Chile a los distintos malls y tiendas que comercializan dicha marca, por lo cual BHA Transporte y Distribución Limitada, tenía como misión llevar a cabo una labor completa, pues se encarga de la búsqueda de las mercancías hasta el aeropuerto o puertos respectivos, pues dichas especies llegaban desde Argentina, además fiscalizaba y revisaba el contenido de las cajas enviadas que contenían las prendas, las contabilizaba y distribuía hasta las tiendas y malls respectivos. Ese día, le encomendaron la función de efectuar la revisión de la mercadería, la cual consistía en vestuario de la marca Lacoste perteneciente a la Empresa Vesuvio Comercial y Textil Chile Limitada, las cuales se encontraban dentro de cajas de cartón selladas completamente con unas huinchas denominadas “zuncho”; que cuando su representado ingresa a trabajar a la Empresa BHA Transporte y Distribución Limitada, ésta no le hace entrega de ningún implemento de seguridad para prevenir accidentes, como guantes, antiparras, entre otros; es más, debía concurrir a trabajar con su propia vestimenta, pues la empresa no le dio uniformes para desempeñar sus labores. Cuando el actor, a fin de contabilizar la mercadería corta el “zuncho”, éste, producto de la presión con la que apretaba la caja, se eleva velozmente hacia su ojo derecho, provocando una herida penetrante ocular y desprendimiento de retina. Dicho accidente se produjo alrededor de las 10:00 a.m. Luego fue trasladado en vehículo de la empresa hasta el Instituto de Seguridad del Trabajador (IST), donde lo atendieron de urgencia, pero debido a la complejidad de sus lesiones, fue derivado a IST ubicado en Placer 1410, que trata aquellas urgencias que revisten mayor complejidad. Que fue operado y luego hospitalizado en IST, alrededor de 1 mes y debido a la compleja herida que sufrió debió ser sometido nuevamente a una intervención quirúrgica, procedimiento quirúrgico, mediante el cual se extrae el humor vítreo de un ojo y se sustituye, generalmente, con un gas o líquido, debiendo ser hospitalizado en IST durante 14 días más. Como no se logró dar solución al desprendimiento de retina originado a raíz del accidente, debió ser intervenido en tres oportunidades distintas, en las cuales no se logró paralizar el avance de la disminución y pérdida de la visión de su ojo derecho. Que en el mes de septiembre 2008, se reincorpora a trabajar a Empresa BHA Transporte y Distribución Limitada, pero debido a los fuertes dolores, en el mes de marzo de 2009, presenta licencia para ser operado nuevamente. Que en el informe médico de IST de fecha 20 de agosto de 2009, diagnosticó pérdida de visión de ojo derecho con una incapacidad de 27.5 %, ante lo cual el trabajador apela ante la “Comisión Médica de Reclamos”, la cual con fecha 24 de agosto de 2009, revisa los antecedentes y determina que el grado de incapacidad establecido por el IST es correcto. Presenta apelación de lo resuelto por la Comisión Médica de Reclamos, ante la Superintendencia de Seguridad Social, la cual ratificó la resolución adoptada por la comisión ya mencionada. Hace presente que en el año 2010, es decir, después de la evaluación y resolución de las instituciones mencionadas, debió ser objeto de nuevas y complejas operaciones, ya que gradualmente perdía la visión. Producto de lo anterior se atrofió su ojo derecho, provocando pérdida total de visión, resultando con una incapacidad de un 100 %. Actualmente utiliza una prótesis estética, la cual cubre

118

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

119

la superficie externa del ojo derecho. Además, presenta fuertes dolores que cubren el lado derecho de su cara, por lo cual debía acudir a IST para ser operado, teniendo fecha de hospitalización para el 6 de abril de 2010, con el objeto de paralizar los constantes y fuertes dolores que experimenta, pero ello no pudo llevarse a efecto, toda vez que IST niega la atención al actor debido a que existe un problema entre la empresa “BHA Transporte y Distribución Limitada” e IST, pues dicha empresa a la fecha del accidente no se encontraba afiliada a dicha entidad, ya que ingreso a IST recién el 3 de marzo de 2008, siendo aceptada el 4 de abril de 2008 y el accidente sufrido por el actor ocurrió con fecha 28 de febrero de 2008, motivo por el cual, el actor al inicio se presenta como trabajador de la empresa ya mencionada y en un período posterior, aparece como trabajador de BHA Cargo Logistic Limitada, pues ésta al tiempo del accidente se encontraba afiliada a IST y pertenece a los mismos dueños que BHA Transporte y Distribución Limitada. En conclusión, a él jamás le impartieron cursos de capacitación o alguna medida de prevención de riesgos o de seguridad, como es el uso de antiparras, las cuales hubiesen servido como medida de protección para sus ojos, evitando de esta forma, el accidente del cual fue protagonista. Además desde que ingresó a la Empresa “BHA Transporte y Distribución Limitada” a prestar sus servicios, comienza en forma autodidacta a adquirir conocimientos, sin capacitación o instrucciones generales o especificas respecto a el modo de desempeñar sus labores, más aún, trabajaba sin uniforme ni implementos de seguridad. Respecto a lo anterior la empresa incumple de manera grave la obligación de mantener a sus trabajadores con implementos necesarios para prevenir accidentes y enfermedades laborales, según lo exige el mismo artículo 184 del Código del trabajo anteriormente mencionado. Sin duda la empresa en la que él se desempeñaba, no tomó las medidas necesarias para evitar accidentes de este tipo, pues no existían ni las mínimas condiciones de seguridad. Debido a la gravedad de las lesiones su representado fue trasladado a IST, la que calificó este siniestro como un accidente del trabajo, otorgándole las prestaciones médicas de rigor y proporcionando los subsidios por incapacidad laboral que franquea la ley N° 16.744. Y el actor sufrió la pérdida total de la visión de su ojo izquierdo, debió ser sometido a un largo proceso de rehabilitación. En la actualidad tiene una prótesis que cubre la superficie del ojo, presentando incapacidad del 100%. Además, sufre de dolores permanentes en su ojo derecho, debe ser sometido a nuevas intervenciones quirúrgicas. Por lo que ha sido víctima de perjuicio de sufrimiento. Y que el daño físico y psicológico experimentado lo mantiene en una fuerte angustia, traspasando dicha angustia a su familia. Y ha sido víctima de perjuicio de agrado, ya que la pérdida de su ojo, lo ha privado de diversas satisfacciones de orden social mundano y deportivo que normalmente benefician a un hombre de la edad y condición de mi cliente. Este accidente ha significado progresivamente la pérdida de variados entretenimientos comunes y ordinarios, afectando incluso su salud mental. Posteriormente, se refiere a las normas aplicables, citando la ley Nº 16.744, y que se entiende por accidente del trabajo y que la demandada ha incumplido la obligación legal de higiene y seguridad establecida en el artículo 184 del Código del Trabajo, refiriéndose a la obligación de velar por la protección de la vida y salud de sus trabajadores. Y que en relación con la obligación de prevención y seguridad que pesa sobre el empleador aluden a ella los artículos 66, 67 y 68 de la ley Nº 16.744 y el reglamento de Prevención de Riesgos Profesionales, cuyo texto fue aprobado por decreto supremo N° 40 del 1969, del Ministerio del Trabajo y Previsión Social. Añade que la obligación de seguridad analizada hace responsable al empleador en el ámbito contractual, cuando por su culpa no se ha dado cumplimiento al elemental y principal deber de seguridad que le impone el artículo 184 del Código del Trabajo, lo cual ha sucedido en este caso, con el accidente laboral que nos ocupa. Por ende, debe indemnizarse los perjuicios causados, cubriendo el daño moral y lucro cesante que se le ha inferido. Y la indemnización del daño moral se identifica en general con la expresión latina “pretium doloris” o “precio del dolor”. Como el concepto de daño moral no solo se refiere aquel ocasionado en la sensibilidad física del individuo, sino que también incluye otras manifestaciones de esta especie de daño como los perjuicios estéticos o la alteración de las condiciones de vida, la jurisprudencia ha terminado por definir el daño moral como aquél que lesiona un derecho extrapatrimonial de la víctima. Al respecto, destacan como daños sufridos por el actor los siguientes: Daño directo: Que es el daño físico, a consecuencia de la pérdida del ojo izquierdo.

la superficie externa del ojo derecho. Además, presenta fuertes dolores que cubren el lado derecho de su cara, por lo cual debía acudir a IST para ser operado, teniendo fecha de hospitalización para el 6 de abril de 2010, con el objeto de paralizar los constantes y fuertes dolores que experimenta, pero ello no pudo llevarse a efecto, toda vez que IST niega la atención al actor debido a que existe un problema entre la empresa “BHA Transporte y Distribución Limitada” e IST, pues dicha empresa a la fecha del accidente no se encontraba afiliada a dicha entidad, ya que ingreso a IST recién el 3 de marzo de 2008, siendo aceptada el 4 de abril de 2008 y el accidente sufrido por el actor ocurrió con fecha 28 de febrero de 2008, motivo por el cual, el actor al inicio se presenta como trabajador de la empresa ya mencionada y en un período posterior, aparece como trabajador de BHA Cargo Logistic Limitada, pues ésta al tiempo del accidente se encontraba afiliada a IST y pertenece a los mismos dueños que BHA Transporte y Distribución Limitada. En conclusión, a él jamás le impartieron cursos de capacitación o alguna medida de prevención de riesgos o de seguridad, como es el uso de antiparras, las cuales hubiesen servido como medida de protección para sus ojos, evitando de esta forma, el accidente del cual fue protagonista. Además desde que ingresó a la Empresa “BHA Transporte y Distribución Limitada” a prestar sus servicios, comienza en forma autodidacta a adquirir conocimientos, sin capacitación o instrucciones generales o especificas respecto a el modo de desempeñar sus labores, más aún, trabajaba sin uniforme ni implementos de seguridad. Respecto a lo anterior la empresa incumple de manera grave la obligación de mantener a sus trabajadores con implementos necesarios para prevenir accidentes y enfermedades laborales, según lo exige el mismo artículo 184 del Código del trabajo anteriormente mencionado. Sin duda la empresa en la que él se desempeñaba, no tomó las medidas necesarias para evitar accidentes de este tipo, pues no existían ni las mínimas condiciones de seguridad. Debido a la gravedad de las lesiones su representado fue trasladado a IST, la que calificó este siniestro como un accidente del trabajo, otorgándole las prestaciones médicas de rigor y proporcionando los subsidios por incapacidad laboral que franquea la ley N° 16.744. Y el actor sufrió la pérdida total de la visión de su ojo izquierdo, debió ser sometido a un largo proceso de rehabilitación. En la actualidad tiene una prótesis que cubre la superficie del ojo, presentando incapacidad del 100%. Además, sufre de dolores permanentes en su ojo derecho, debe ser sometido a nuevas intervenciones quirúrgicas. Por lo que ha sido víctima de perjuicio de sufrimiento. Y que el daño físico y psicológico experimentado lo mantiene en una fuerte angustia, traspasando dicha angustia a su familia. Y ha sido víctima de perjuicio de agrado, ya que la pérdida de su ojo, lo ha privado de diversas satisfacciones de orden social mundano y deportivo que normalmente benefician a un hombre de la edad y condición de mi cliente. Este accidente ha significado progresivamente la pérdida de variados entretenimientos comunes y ordinarios, afectando incluso su salud mental. Posteriormente, se refiere a las normas aplicables, citando la ley Nº 16.744, y que se entiende por accidente del trabajo y que la demandada ha incumplido la obligación legal de higiene y seguridad establecida en el artículo 184 del Código del Trabajo, refiriéndose a la obligación de velar por la protección de la vida y salud de sus trabajadores. Y que en relación con la obligación de prevención y seguridad que pesa sobre el empleador aluden a ella los artículos 66, 67 y 68 de la ley Nº 16.744 y el reglamento de Prevención de Riesgos Profesionales, cuyo texto fue aprobado por decreto supremo N° 40 del 1969, del Ministerio del Trabajo y Previsión Social. Añade que la obligación de seguridad analizada hace responsable al empleador en el ámbito contractual, cuando por su culpa no se ha dado cumplimiento al elemental y principal deber de seguridad que le impone el artículo 184 del Código del Trabajo, lo cual ha sucedido en este caso, con el accidente laboral que nos ocupa. Por ende, debe indemnizarse los perjuicios causados, cubriendo el daño moral y lucro cesante que se le ha inferido. Y la indemnización del daño moral se identifica en general con la expresión latina “pretium doloris” o “precio del dolor”. Como el concepto de daño moral no solo se refiere aquel ocasionado en la sensibilidad física del individuo, sino que también incluye otras manifestaciones de esta especie de daño como los perjuicios estéticos o la alteración de las condiciones de vida, la jurisprudencia ha terminado por definir el daño moral como aquél que lesiona un derecho extrapatrimonial de la víctima. Al respecto, destacan como daños sufridos por el actor los siguientes: Daño directo: Que es el daño físico, a consecuencia de la pérdida del ojo izquierdo. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

119

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Daño Moral: Que se traduce en la aflicción, pesar que experimenta día a día el actor a consecuencia de la gran pérdida física, como lo es un ojo. Indica que al señalar el daño moral y daño directo por accidente del trabajo, esta parte no ve en ello una fuente de lucro o enriquecimiento, sino una indemnización satisfactoria a los perjuicios causados a consecuencia del descuido y negligencia por parte de la empresa, en el sentido de no proveer a sus trabajadores y en particular a don Sergio Toro de implementos de seguridad y prevención necesarios, que hubiesen evitado el accidente experimentado por el actor. Respecto al incumplimiento grave por parte del empleador en relación a la afiliación del actor, señala que éste ingresa a trabajar a la Empresa BHA Transporte y Distribución Limitada el 12 de febrero de 2008, con fecha 28 de febrero de 2008 sufre un accidente que fue calificado como “Accidente del Trabajo” por IST, conforme a la ley N° 16.744, fue atendido en IST como trabajador de la Empresa BHA Transporte y Distribución Limitada, incluso la primera liquidación de subsidio se consigna dicha empresa como adherente, respecto a ello se presentó un problema, ya que la empresa mencionada a la fecha del accidente no se encontraba afiliada a IST, pues ingreso con fecha 3 de marzo de 2008 y fue aceptada recién el 4 de abril de 2008. Indica que en las liquidaciones de Subsidio del actor aparece como trabajador en primer período de BHA Transporte y Distribución Limitada y después como trabajador de BHA Cargo Logistic Limitada, ya que ambas empresas pertenecen a la misma dueña y la última empresa se encontraba afiliada a IST con anterioridad a la fecha del accidente del actor. Que el IST, al percatarse de dicha ambiguedad a fines del 2009, decide no otorgar servicios médicos a su representado quedando en el más absoluto desamparo. Posteriormente, y por razones que se ignoran, nuevamente IST accede a atenderlo, consignándose como trabajador de BHA Cargo Logistic Limitada, empresa para la cual mi representado jamás prestó servicios, ni firmó contrato alguno de trabajo. Luego el IST cita al actor para ser operado nuevamente, a fin de paralizar el dolor que cubre el lado derecho de la cara, para hospitalizarlo con fecha 06 de abril de 2010. Dicha operación no fue posible de realizar, toda vez que nuevamente IST le niega la atención, debido a la falta de claridad, de quien finalmente resulta ser la empresa afiliada para la cual él trabaja, en relación a la fecha en que se produjo el accidente. Y ello sin duda, trae como consecuencia la incertidumbre en su futuro, pues no cuenta con atención médica para continuar recuperándose, experimentando fuertes dolores, negándose una digna atención médica, conforme sus derechos corresponde, por negligencia manifiesta de la empresa para la cual fue contratado. Y a mayor abundamiento, el incumplimiento por parte del empleador se hace cada vez más grave al modificar en forma unilateral, sin información alguna al trabajador, el contrato de trabajo, pues el actor ingresa a prestar servicios a “BHA Transporte y Distribución Limitada” y con posterioridad al accidente, en forma oculta y arbitraria se modifica el empleador por “BHA Cargo Logistic Limitada”, sin consultar a su cliente y sin existir modificación expresa al contrato de trabajo o algún anexo a éste. Todo lo expuesto trae como consecuencia directa e inmediata que el daño moral se agrave considerablemente en desmedro del actor, toda vez, que la aflicción que experimenta hoy, no sólo se resume en el daño físico experimentado y las consecuencias traumáticas; físicas, psicológicas y psíquicas, producto de ello; sino también se extiende a la falta de seguridad y garantía de ser acreedor de una atención digna que de alguna forma genere el resarcimiento del daño experimentado. Por lo que se colige en forma expresa el incumplimiento grave por parte del empleador, respecto al Seguro Social contra riesgos y accidentes del trabajo, pues éste es responsable de las obligaciones de afiliación y cotización que se originan del seguro social obligatorio contra riesgos y accidentes del trabajo, regulados en la ley N° 16.744, tal como lo consigna el artículo 209 del Código del Trabajo. Al respecto, a don Sergio Toro no le respetaron sus derechos como trabajador, pues el seguro obligatorio tal como su nombre lo indica es imperativo para el empleador, no facultativo, y en definitiva es éste quien debe otorgar las respectivas garantías de seguridad para la afiliación de mi representado, a fin de que obtenga tratamiento médico completo, por el accidente sufrido. Y además resulta evidente que el empleador de mi representado transgredió abiertamente y de manera grave su obligación respecto el contrato de trabajo, pues no respeto el vínculo contractual que los unía, modificándolo a su antojo y conveniencia sin informar y esperar acuerdo alguno por parte del trabajador. Lo anterior trae como consecuencia que actualmente exista una ambiguedad respecto a quien figura como empleador de mi representado.

120

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Daño Moral: Que se traduce en la aflicción, pesar que experimenta día a día el actor a consecuencia de la gran pérdida física, como lo es un ojo. Indica que al señalar el daño moral y daño directo por accidente del trabajo, esta parte no ve en ello una fuente de lucro o enriquecimiento, sino una indemnización satisfactoria a los perjuicios causados a consecuencia del descuido y negligencia por parte de la empresa, en el sentido de no proveer a sus trabajadores y en particular a don Sergio Toro de implementos de seguridad y prevención necesarios, que hubiesen evitado el accidente experimentado por el actor. Respecto al incumplimiento grave por parte del empleador en relación a la afiliación del actor, señala que éste ingresa a trabajar a la Empresa BHA Transporte y Distribución Limitada el 12 de febrero de 2008, con fecha 28 de febrero de 2008 sufre un accidente que fue calificado como “Accidente del Trabajo” por IST, conforme a la ley N° 16.744, fue atendido en IST como trabajador de la Empresa BHA Transporte y Distribución Limitada, incluso la primera liquidación de subsidio se consigna dicha empresa como adherente, respecto a ello se presentó un problema, ya que la empresa mencionada a la fecha del accidente no se encontraba afiliada a IST, pues ingreso con fecha 3 de marzo de 2008 y fue aceptada recién el 4 de abril de 2008. Indica que en las liquidaciones de Subsidio del actor aparece como trabajador en primer período de BHA Transporte y Distribución Limitada y después como trabajador de BHA Cargo Logistic Limitada, ya que ambas empresas pertenecen a la misma dueña y la última empresa se encontraba afiliada a IST con anterioridad a la fecha del accidente del actor. Que el IST, al percatarse de dicha ambiguedad a fines del 2009, decide no otorgar servicios médicos a su representado quedando en el más absoluto desamparo. Posteriormente, y por razones que se ignoran, nuevamente IST accede a atenderlo, consignándose como trabajador de BHA Cargo Logistic Limitada, empresa para la cual mi representado jamás prestó servicios, ni firmó contrato alguno de trabajo. Luego el IST cita al actor para ser operado nuevamente, a fin de paralizar el dolor que cubre el lado derecho de la cara, para hospitalizarlo con fecha 06 de abril de 2010. Dicha operación no fue posible de realizar, toda vez que nuevamente IST le niega la atención, debido a la falta de claridad, de quien finalmente resulta ser la empresa afiliada para la cual él trabaja, en relación a la fecha en que se produjo el accidente. Y ello sin duda, trae como consecuencia la incertidumbre en su futuro, pues no cuenta con atención médica para continuar recuperándose, experimentando fuertes dolores, negándose una digna atención médica, conforme sus derechos corresponde, por negligencia manifiesta de la empresa para la cual fue contratado. Y a mayor abundamiento, el incumplimiento por parte del empleador se hace cada vez más grave al modificar en forma unilateral, sin información alguna al trabajador, el contrato de trabajo, pues el actor ingresa a prestar servicios a “BHA Transporte y Distribución Limitada” y con posterioridad al accidente, en forma oculta y arbitraria se modifica el empleador por “BHA Cargo Logistic Limitada”, sin consultar a su cliente y sin existir modificación expresa al contrato de trabajo o algún anexo a éste. Todo lo expuesto trae como consecuencia directa e inmediata que el daño moral se agrave considerablemente en desmedro del actor, toda vez, que la aflicción que experimenta hoy, no sólo se resume en el daño físico experimentado y las consecuencias traumáticas; físicas, psicológicas y psíquicas, producto de ello; sino también se extiende a la falta de seguridad y garantía de ser acreedor de una atención digna que de alguna forma genere el resarcimiento del daño experimentado. Por lo que se colige en forma expresa el incumplimiento grave por parte del empleador, respecto al Seguro Social contra riesgos y accidentes del trabajo, pues éste es responsable de las obligaciones de afiliación y cotización que se originan del seguro social obligatorio contra riesgos y accidentes del trabajo, regulados en la ley N° 16.744, tal como lo consigna el artículo 209 del Código del Trabajo. Al respecto, a don Sergio Toro no le respetaron sus derechos como trabajador, pues el seguro obligatorio tal como su nombre lo indica es imperativo para el empleador, no facultativo, y en definitiva es éste quien debe otorgar las respectivas garantías de seguridad para la afiliación de mi representado, a fin de que obtenga tratamiento médico completo, por el accidente sufrido. Y además resulta evidente que el empleador de mi representado transgredió abiertamente y de manera grave su obligación respecto el contrato de trabajo, pues no respeto el vínculo contractual que los unía, modificándolo a su antojo y conveniencia sin informar y esperar acuerdo alguno por parte del trabajador. Lo anterior trae como consecuencia que actualmente exista una ambiguedad respecto a quien figura como empleador de mi representado.

120

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

121

Por lo expuesto, solicita que se ordene a la demandada indemnizar a su mandante por el accidente del trabajo del que es objeto, condenándole a pagar, por daño moral: la cantidad de $ 100.000.000.(cien millones de pesos), por el sufrimiento físico y moral que le provocó el accidente del trabajo, agravándose aún más con la falta de cumplimiento por parte del empleador respecto al seguro social obligatorio prescrito en el artículo 209 del Código del Trabajo y normas pertinentes de la ley Nº 16.744. En subsidio, demanda por este concepto, la suma mayor o menor que el tribunal se sirva fijar, de acuerdo a la equidad, justicia y mérito del proceso. En relación a la subcontratación, cita las normas del artículo 183 letras a), b) d) y e) del Código del Trabajo. Además, cita los artículos 184 y 209 del Código del Trabajo, además del inciso segundo y tercero, artículo 4º de la ley N° 16.744. y señala que entre las demandadas existe una relación de mandante a mandatario por medio de la cual Vesuvio Comercial y Textil Chile Limitada, en calidad Empresa Principal, encarga a BHA Transporte y Distribución Limitada, en calidad de Empresa Contratista, la ejecución de servicios respecto a la marca Lacoste de la cual es dueña la primera. Los demandados son solidariamente o subsidiariamente responsables, según se determine, de los derechos de del actor, y las obligaciones que corresponden por el término de la relación laboral y de la respectiva indemnización por daño moral, y de la afiliación del trabajador. Solicita tener por interpuesta la demanda y, en definitiva, se declare que el Despido Indirecto es debido, justificado, y legal, ordenando al pago de las indemnizaciones que se han señalado y además declarar como responsables del accidente del trabajo sufrido por don Sergio Eduardo Toro Navarro, a las demandadas en forma solidaria o en subsidio en forma subsidiaria, según se determine conforme al mérito de los autos; o en subsidio en caso de no cumplir con los requisitos para el régimen de subcontratación, declarar responsable al empleador directo y conforme a los hechos descritos y al derecho expuesto, solicitando como peticiones concretas: 1. Dar lugar a la demanda en definitiva y declarar que el despido indirecto es debido, justificado y procedente. 2. Declarar además que la causal es la de Despido Indirecto, señalada en el artículo 171, en relación con el artículo 160 N° 7 del Código del Trabajo, esto es, el incumplimiento grave de las obligaciones que impone el contrato. 3. Declarar responsable del accidente del trabajo sufrido por su representado y de la falta de afiliación, a la Empresa Vesuvio Comercial y Textil Chile Limitada, en calidad de empresa principal y a BHA Transporte y Distribución Limitada, en calidad de empresa contratista, en forma solidaria conforme el artículo 183 B; o en subsidio declarar responsabilidad Subsidiaria de la empresa principal, conforme el artículo 183 D; o si se estima no procede régimen de subcontratación conforme al proceso, declarar responsable al empleador directo, en las tres hipótesis planteadas para que sea condenado al pago que por concepto de daño moral que se señala en la demanda. A dar cumplimiento inmediato a la obligación relativa a la materia de afiliación prescrita en artículo 209 del código del Trabajo, en relación al inciso 2º y 3º del artículo 4º de la ley N° 16.744. Que las sumas demandadas se paguen con los reajusten e intereses y costas de esta causa. SEGUNDO: Que notificadas legalmente las demandadas, contestan dentro de plazo, oponiendo excepción dilatoria de ineptitud del libelo, la cual se acogió y corregida la demanda, se tiene por contestada la demanda. Comparece la demandada sociedad BHA Transporte y Distribución Limitada, a través de su representante legal doña Marcia Quiñones Durán, solicitando su total rechazo, atendidas las siguientes consideraciones: Señala que el actor comenzó a prestar servicios para su representada con fecha 12 de febrero de 2008, como operario de Bodega, en las dependencias de su representada ubicadas en Cerro San Luis N° 9971, Galpón Quilicura, que la remuneración del actor ascendía a un sueldo base de $ 172.00. Que con fecha 14 de octubre de 2010, éste puso término a su contrato de trabajo, por medio de un despido indirecto, en virtud del artículo 171 en relación al artículo 160 N° 7 del Código del Trabajo, por un supuesto incumplimiento grave de las obligaciones que impone el contrato de parte del empleador. Que los hechos imputados no son efectivos, por cuanto, respecto a la falta de información o instrucciones en el uso de herramientas de la empresa, se le indicaron todas las instrucciones para el adecuado desarrollo

Por lo expuesto, solicita que se ordene a la demandada indemnizar a su mandante por el accidente del trabajo del que es objeto, condenándole a pagar, por daño moral: la cantidad de $ 100.000.000.(cien millones de pesos), por el sufrimiento físico y moral que le provocó el accidente del trabajo, agravándose aún más con la falta de cumplimiento por parte del empleador respecto al seguro social obligatorio prescrito en el artículo 209 del Código del Trabajo y normas pertinentes de la ley Nº 16.744. En subsidio, demanda por este concepto, la suma mayor o menor que el tribunal se sirva fijar, de acuerdo a la equidad, justicia y mérito del proceso. En relación a la subcontratación, cita las normas del artículo 183 letras a), b) d) y e) del Código del Trabajo. Además, cita los artículos 184 y 209 del Código del Trabajo, además del inciso segundo y tercero, artículo 4º de la ley N° 16.744. y señala que entre las demandadas existe una relación de mandante a mandatario por medio de la cual Vesuvio Comercial y Textil Chile Limitada, en calidad Empresa Principal, encarga a BHA Transporte y Distribución Limitada, en calidad de Empresa Contratista, la ejecución de servicios respecto a la marca Lacoste de la cual es dueña la primera. Los demandados son solidariamente o subsidiariamente responsables, según se determine, de los derechos de del actor, y las obligaciones que corresponden por el término de la relación laboral y de la respectiva indemnización por daño moral, y de la afiliación del trabajador. Solicita tener por interpuesta la demanda y, en definitiva, se declare que el Despido Indirecto es debido, justificado, y legal, ordenando al pago de las indemnizaciones que se han señalado y además declarar como responsables del accidente del trabajo sufrido por don Sergio Eduardo Toro Navarro, a las demandadas en forma solidaria o en subsidio en forma subsidiaria, según se determine conforme al mérito de los autos; o en subsidio en caso de no cumplir con los requisitos para el régimen de subcontratación, declarar responsable al empleador directo y conforme a los hechos descritos y al derecho expuesto, solicitando como peticiones concretas: 1. Dar lugar a la demanda en definitiva y declarar que el despido indirecto es debido, justificado y procedente. 2. Declarar además que la causal es la de Despido Indirecto, señalada en el artículo 171, en relación con el artículo 160 N° 7 del Código del Trabajo, esto es, el incumplimiento grave de las obligaciones que impone el contrato. 3. Declarar responsable del accidente del trabajo sufrido por su representado y de la falta de afiliación, a la Empresa Vesuvio Comercial y Textil Chile Limitada, en calidad de empresa principal y a BHA Transporte y Distribución Limitada, en calidad de empresa contratista, en forma solidaria conforme el artículo 183 B; o en subsidio declarar responsabilidad Subsidiaria de la empresa principal, conforme el artículo 183 D; o si se estima no procede régimen de subcontratación conforme al proceso, declarar responsable al empleador directo, en las tres hipótesis planteadas para que sea condenado al pago que por concepto de daño moral que se señala en la demanda. A dar cumplimiento inmediato a la obligación relativa a la materia de afiliación prescrita en artículo 209 del código del Trabajo, en relación al inciso 2º y 3º del artículo 4º de la ley N° 16.744. Que las sumas demandadas se paguen con los reajusten e intereses y costas de esta causa. SEGUNDO: Que notificadas legalmente las demandadas, contestan dentro de plazo, oponiendo excepción dilatoria de ineptitud del libelo, la cual se acogió y corregida la demanda, se tiene por contestada la demanda. Comparece la demandada sociedad BHA Transporte y Distribución Limitada, a través de su representante legal doña Marcia Quiñones Durán, solicitando su total rechazo, atendidas las siguientes consideraciones: Señala que el actor comenzó a prestar servicios para su representada con fecha 12 de febrero de 2008, como operario de Bodega, en las dependencias de su representada ubicadas en Cerro San Luis N° 9971, Galpón Quilicura, que la remuneración del actor ascendía a un sueldo base de $ 172.00. Que con fecha 14 de octubre de 2010, éste puso término a su contrato de trabajo, por medio de un despido indirecto, en virtud del artículo 171 en relación al artículo 160 N° 7 del Código del Trabajo, por un supuesto incumplimiento grave de las obligaciones que impone el contrato de parte del empleador. Que los hechos imputados no son efectivos, por cuanto, respecto a la falta de información o instrucciones en el uso de herramientas de la empresa, se le indicaron todas las instrucciones para el adecuado desarrollo ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

121

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

de sus funciones, por parte de sus jefes directos, tareas que, en todo caso, no revisten ningún tipo de dificultad, ya que se limitaban a guardar y revisar las cajas que llegaban a la bodega. En relación a la falta de medidas de seguridad, la empresa cuenta con todas las medidas de seguridad que exigen las leyes y reglamentos vigentes, a saber Reglamento Intimo de Orden, Higiene y Seguridad; Procedimiento Internos, etc., todo lo cual fue inspeccionado por los organismos pertinentes y por el IST (Instituto de Seguridad, del Trabajo) en su oportunidad. En relación a falta de implementos necesarios para prevenir accidentes, al momento de incorporarse a la empresa, se le hizo entrega de todos los implementos de seguridad a saber: uniforme; zapatos; faja lumbar; peto reflectante y muy especialmente ANTIPARRAS, como consta en documento firmado por el actor. Respecto a ambiguedad respecto a determinar quién es su empleador y uso unilateral y desinformado de su contrato de trabajo por parte de la empresa, indica que, de acuerdo a la copia del contrato de trabajo, firmada por el trabajador, no cabe ninguna duda que el único empleador del actor es y ha sido la empresa BHA Transporte y Distribución Limitada. Respecto al accidente, indica que el actor reconoce en su propia declaración que el accidente se produjo por el corte de la huincha “Zuncho” efectuado por él, sin que le quepa responsabilidad ni intervención alguna al empleador. Además, omite gran parte de lo sucedido el día del accidente, ya que, en cuanto a los implementos de segundad, en vez de tener las antiparras puestas, las tenía colgando en su cuello, lo cual es una grave negligencia de su parte, y estaba bromeando y jugando en el lugar, sin hacer caso a las instrucciones y advertencias de sus Supervisores. Que, en segundo lugar, en vez de cortar el zuncho hacia abajo, lo cortó hacia arriba, lo cual provocó que saltara y le golpeara en el ojo derecho, de haber tenido las antiparras puestas y haber cortado el Zuncho hacia abajo como debe ser, ningún accidente habría ocurrido, sin embargo, la temeraria acción del trabajador, sin lugar a dudas lo expuso imprudentemente al daño, provocando que se accidentara. Añade que el accidente se produjo el día 28 de febrero y su parte de inmediato solicitó la atención médica por accidentes del trabajo al IST y efectúo la declaración individual del accidente del trabajo, dando total y cabal cumplimiento a la normativa laboral vigente. Expresa que llama la atención que después de casi tres años de ocurrido el accidente se presente esta demanda, ya que de haber habido algún grado de responsabilidad de su parte, la demanda se habría presentado inmediatamente y no tres años después de ocurridos los hechos. Que ocurrido el accidente, el actor fue inmediatamente trasladado al IST, donde se le practicó una cirugía y se le dieron todas las atenciones médicas que correspondían. Desde esa fecha (28 de febrero de 2008), el actor estuvo siempre con licencias médicas, no volvió más a trabajar y obtuvo todos los tratamientos médicos, incluidas las cirugías, hospitalizaciones, medicamentos, de parte del ente asegurador IST, la que lo dio de alta el día 7 de septiembre de 2008, quedando en condiciones de reintegrarse a sus labores a contar del día 8 de septiembre de 2008, sin embargo, el trabajador apeló a dicha alta médica y se mantuvo en tratamiento médico hasta el día que decidió poner término a su relación laboral. Expone que al estar su representada afiliada al IST, el trabajador no debió incurrir en ningún gasto médico con ocasión del presente accidente, ya que todas las atenciones médicas y tratamientos fueron cubiertos por el seguro de accidentes del trabajo de acuerdo a lo establecido en la ley N° 16.744, siendo de cargo del IST todas las atenciones médicas proporcionadas. Y que de acuerdo a carta enviada a su parte por el IST, con fecha 4 de mayo de 2009, se informa que, de acuerdo a lo establecido en la ley N° 16.744, la Comisión Interna de Evaluación de Invalidez ha resuelto que el demandante ha experimentado, como consecuencia de su accidente del trabajo, una pérdida de capacidad evaluada en un 27,5% lo que le da derecho a percibir beneficio económico de indemnización de parte de este organismo, la que fue rechazada por el trabajador, apelando a instancias superiores, sin embargo, como reconoce el propio actor tanto la Comisión Médica de Recamos como la Superintendencia de Seguridad Social ratificaron la resolución adoptada por el IST. Señala que no es efectivo que el IST le haya negado la atención médica por no estar su representada afiliada, ya que sí se encuentra afiliada al ente asegurador, tanto es así que recibió todas las atenciones que correspondían. De manera que si el IST dejó de prestarle atención, después de más de dos años de ocurrido el accidente, fue simplemente porque ya no las requería. Respecto al régimen de subcontratación con la empresa Vesuvio Comercial y Textil Chile Limitada, ello no es efectivo, ya que dicha empresa era uno de los tantos clientes de su representada, sin existir

122

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

de sus funciones, por parte de sus jefes directos, tareas que, en todo caso, no revisten ningún tipo de dificultad, ya que se limitaban a guardar y revisar las cajas que llegaban a la bodega. En relación a la falta de medidas de seguridad, la empresa cuenta con todas las medidas de seguridad que exigen las leyes y reglamentos vigentes, a saber Reglamento Intimo de Orden, Higiene y Seguridad; Procedimiento Internos, etc., todo lo cual fue inspeccionado por los organismos pertinentes y por el IST (Instituto de Seguridad, del Trabajo) en su oportunidad. En relación a falta de implementos necesarios para prevenir accidentes, al momento de incorporarse a la empresa, se le hizo entrega de todos los implementos de seguridad a saber: uniforme; zapatos; faja lumbar; peto reflectante y muy especialmente ANTIPARRAS, como consta en documento firmado por el actor. Respecto a ambiguedad respecto a determinar quién es su empleador y uso unilateral y desinformado de su contrato de trabajo por parte de la empresa, indica que, de acuerdo a la copia del contrato de trabajo, firmada por el trabajador, no cabe ninguna duda que el único empleador del actor es y ha sido la empresa BHA Transporte y Distribución Limitada. Respecto al accidente, indica que el actor reconoce en su propia declaración que el accidente se produjo por el corte de la huincha “Zuncho” efectuado por él, sin que le quepa responsabilidad ni intervención alguna al empleador. Además, omite gran parte de lo sucedido el día del accidente, ya que, en cuanto a los implementos de segundad, en vez de tener las antiparras puestas, las tenía colgando en su cuello, lo cual es una grave negligencia de su parte, y estaba bromeando y jugando en el lugar, sin hacer caso a las instrucciones y advertencias de sus Supervisores. Que, en segundo lugar, en vez de cortar el zuncho hacia abajo, lo cortó hacia arriba, lo cual provocó que saltara y le golpeara en el ojo derecho, de haber tenido las antiparras puestas y haber cortado el Zuncho hacia abajo como debe ser, ningún accidente habría ocurrido, sin embargo, la temeraria acción del trabajador, sin lugar a dudas lo expuso imprudentemente al daño, provocando que se accidentara. Añade que el accidente se produjo el día 28 de febrero y su parte de inmediato solicitó la atención médica por accidentes del trabajo al IST y efectúo la declaración individual del accidente del trabajo, dando total y cabal cumplimiento a la normativa laboral vigente. Expresa que llama la atención que después de casi tres años de ocurrido el accidente se presente esta demanda, ya que de haber habido algún grado de responsabilidad de su parte, la demanda se habría presentado inmediatamente y no tres años después de ocurridos los hechos. Que ocurrido el accidente, el actor fue inmediatamente trasladado al IST, donde se le practicó una cirugía y se le dieron todas las atenciones médicas que correspondían. Desde esa fecha (28 de febrero de 2008), el actor estuvo siempre con licencias médicas, no volvió más a trabajar y obtuvo todos los tratamientos médicos, incluidas las cirugías, hospitalizaciones, medicamentos, de parte del ente asegurador IST, la que lo dio de alta el día 7 de septiembre de 2008, quedando en condiciones de reintegrarse a sus labores a contar del día 8 de septiembre de 2008, sin embargo, el trabajador apeló a dicha alta médica y se mantuvo en tratamiento médico hasta el día que decidió poner término a su relación laboral. Expone que al estar su representada afiliada al IST, el trabajador no debió incurrir en ningún gasto médico con ocasión del presente accidente, ya que todas las atenciones médicas y tratamientos fueron cubiertos por el seguro de accidentes del trabajo de acuerdo a lo establecido en la ley N° 16.744, siendo de cargo del IST todas las atenciones médicas proporcionadas. Y que de acuerdo a carta enviada a su parte por el IST, con fecha 4 de mayo de 2009, se informa que, de acuerdo a lo establecido en la ley N° 16.744, la Comisión Interna de Evaluación de Invalidez ha resuelto que el demandante ha experimentado, como consecuencia de su accidente del trabajo, una pérdida de capacidad evaluada en un 27,5% lo que le da derecho a percibir beneficio económico de indemnización de parte de este organismo, la que fue rechazada por el trabajador, apelando a instancias superiores, sin embargo, como reconoce el propio actor tanto la Comisión Médica de Recamos como la Superintendencia de Seguridad Social ratificaron la resolución adoptada por el IST. Señala que no es efectivo que el IST le haya negado la atención médica por no estar su representada afiliada, ya que sí se encuentra afiliada al ente asegurador, tanto es así que recibió todas las atenciones que correspondían. De manera que si el IST dejó de prestarle atención, después de más de dos años de ocurrido el accidente, fue simplemente porque ya no las requería. Respecto al régimen de subcontratación con la empresa Vesuvio Comercial y Textil Chile Limitada, ello no es efectivo, ya que dicha empresa era uno de los tantos clientes de su representada, sin existir

122

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

123

ningún tipo de subcontratación, y el actor ejercía las labores en dependencias arrendadas por su parte, no tenía la calidad de contratista respecto de la empresa Vesuvio, era y es dueña de la empresa y no había ningún acuerdo conforme al cual BHA Transporte y Distribución Ltda. se obligara a ejecutar, por su cuenta y riesgo obras o servicios para Vesuvio. Y en el presente caso no se dan ninguno de los supuestos del artículo 183 letra a) del Código del Trabajo para estimar que se está presencia de un régimen de subcontratación. Posteriormente cita el derecho que estima aplicable y señala que debe la Ley Nº 16.744 no contempla una responsabilidad objetiva respecto a los accidentes del trabajo, sino que por el contrario el factor de imputación descansa en la existencia de dolo o culpa por parte del empleador. Y que el artículo 184 del Código del Trabajo lo que impone es una obligación de medios, esto es que el empleador no ha contraído la obligación de garantizar la no concurrencia absoluta de accidentes en el lugar de trabajo, sino de procurar medios posibles que éstos sean evitados. Finaliza expresando que por lo expuesto no procede el pago de la indemnización sustitutiva del previo aviso ni la de por años de servicio, incluido el recargo, tampoco procede el pago de las vacaciones legales ni las proporcionales. Que no pago alguno por concepto de daño moral, ya que como se ha señalado el accidente no se provocó por culpa o dolo del empleador. Solicita tener por contestada, desecharla en todas y cada una de sus partes y declarar, en definitiva, que su representada nada le adeuda bajo ningún concepto, todo ello con costas de la causa. TERCERO: Que dicha demandada, opone en el primer otrosí demandada reconvencional en contra del actor, por cuanto señala que desde la fecha del accidente del trabajo sufrido con fecha 26 de febrero de 2008, por don Sergio Toro Navarro, éste se mantuvo hasta la fecha del auto despido, en tratamientos médicos en el IST y haciendo uso de licencias médicas, que le cubrían el total de sus remuneraciones. Que no obstante ello, al señor Toro se le otorgó anticipos de remuneraciones, entre los meses de septiembre de 2008 y abril de 2009, por la suma de $ 490.000, que demanda, por lo que solicita acoger la presente demanda reconvencional en todas sus partes, con expresa condena en costas. CUARTO: Que la demandada solidaria y/o subsidiaria, por su parte, notificada legalmente, contesta la demanda a través del abogado don Manuel Bull Córdova, abogado, quien opone y formula, respectivamente, las siguientes excepciones y alegaciones: De conformidad a lo previsto en el artículo 510 del Código del Trabajo, opone excepción de prescripción respecto de la acción deducida por el actor en su contra, la cual tiene como fundamento y pretensión, hacer valer la responsabilidad legal de Vesubio, de conformidad a lo previsto en los artículos 183 A y siguientes del Código del Trabajo, por cuanto los derechos regidos por dicho Código prescribirán en el plazo de dos años contados desde la fecha en que se hicieron exigibles. Por ende, el derecho que le otorga la ley a los trabajadores, en virtud del cual podrán eventualmente responsabilizar a las empresas mandantes de sus empleadores, prescriben en el término de 2 años contados desde que se produjo la infracción o el hecho que le sirve de causa para su pretensión. Señala que en la especie, el actor intenta hacer efectiva la supuesta responsabilidad legal de Vesubio, en virtud de lo dispuesto en el artículo 183 A y siguientes del Código del Trabajo Ley de Subcontratación todo por causa de hechos ocurridos en el mes de febrero de 2008, vale decir, hace prácticamente 3 años atrás. Y el sistema de responsabilidad solidario y/o subsidiario contenido en el estatuto legal incorporado por la Ley Nº 20.123, es de aplicación estricta y restringida, de forma que la acción respecto de su representada está claramente prescrita, no pudiendo por tanto tampoco, recurrir a otro tipo de acciones legales u otras prescripciones, por cuanto su relación contractual era con su ex empleador. La posibilidad de hacer efectiva alguna responsabilidad respecto de las empresas mandantes, lo son únicamente en virtud de lo establecido en los artículos 183 A y siguientes del Código del Trabajo, a cuyo respecto opera la prescripción de 2 años ya alegada. Por lo que solicita rechazar la acción intentada por el actor en contra de Vesubio, por cuanto la misma se encuentra claramente prescrita. Luego señala que en el evento que se rechace la excepción de prescripción opuesta, formular las siguientes alegaciones y defensas: Su representada es una empresa que representa en Chile a diversas marcas de ropa, entre las cuales está Lacoste, para ello cuenta con varios locales a lo largo del país, habiendo inaugurado su centro

ningún tipo de subcontratación, y el actor ejercía las labores en dependencias arrendadas por su parte, no tenía la calidad de contratista respecto de la empresa Vesuvio, era y es dueña de la empresa y no había ningún acuerdo conforme al cual BHA Transporte y Distribución Ltda. se obligara a ejecutar, por su cuenta y riesgo obras o servicios para Vesuvio. Y en el presente caso no se dan ninguno de los supuestos del artículo 183 letra a) del Código del Trabajo para estimar que se está presencia de un régimen de subcontratación. Posteriormente cita el derecho que estima aplicable y señala que debe la Ley Nº 16.744 no contempla una responsabilidad objetiva respecto a los accidentes del trabajo, sino que por el contrario el factor de imputación descansa en la existencia de dolo o culpa por parte del empleador. Y que el artículo 184 del Código del Trabajo lo que impone es una obligación de medios, esto es que el empleador no ha contraído la obligación de garantizar la no concurrencia absoluta de accidentes en el lugar de trabajo, sino de procurar medios posibles que éstos sean evitados. Finaliza expresando que por lo expuesto no procede el pago de la indemnización sustitutiva del previo aviso ni la de por años de servicio, incluido el recargo, tampoco procede el pago de las vacaciones legales ni las proporcionales. Que no pago alguno por concepto de daño moral, ya que como se ha señalado el accidente no se provocó por culpa o dolo del empleador. Solicita tener por contestada, desecharla en todas y cada una de sus partes y declarar, en definitiva, que su representada nada le adeuda bajo ningún concepto, todo ello con costas de la causa. TERCERO: Que dicha demandada, opone en el primer otrosí demandada reconvencional en contra del actor, por cuanto señala que desde la fecha del accidente del trabajo sufrido con fecha 26 de febrero de 2008, por don Sergio Toro Navarro, éste se mantuvo hasta la fecha del auto despido, en tratamientos médicos en el IST y haciendo uso de licencias médicas, que le cubrían el total de sus remuneraciones. Que no obstante ello, al señor Toro se le otorgó anticipos de remuneraciones, entre los meses de septiembre de 2008 y abril de 2009, por la suma de $ 490.000, que demanda, por lo que solicita acoger la presente demanda reconvencional en todas sus partes, con expresa condena en costas. CUARTO: Que la demandada solidaria y/o subsidiaria, por su parte, notificada legalmente, contesta la demanda a través del abogado don Manuel Bull Córdova, abogado, quien opone y formula, respectivamente, las siguientes excepciones y alegaciones: De conformidad a lo previsto en el artículo 510 del Código del Trabajo, opone excepción de prescripción respecto de la acción deducida por el actor en su contra, la cual tiene como fundamento y pretensión, hacer valer la responsabilidad legal de Vesubio, de conformidad a lo previsto en los artículos 183 A y siguientes del Código del Trabajo, por cuanto los derechos regidos por dicho Código prescribirán en el plazo de dos años contados desde la fecha en que se hicieron exigibles. Por ende, el derecho que le otorga la ley a los trabajadores, en virtud del cual podrán eventualmente responsabilizar a las empresas mandantes de sus empleadores, prescriben en el término de 2 años contados desde que se produjo la infracción o el hecho que le sirve de causa para su pretensión. Señala que en la especie, el actor intenta hacer efectiva la supuesta responsabilidad legal de Vesubio, en virtud de lo dispuesto en el artículo 183 A y siguientes del Código del Trabajo Ley de Subcontratación todo por causa de hechos ocurridos en el mes de febrero de 2008, vale decir, hace prácticamente 3 años atrás. Y el sistema de responsabilidad solidario y/o subsidiario contenido en el estatuto legal incorporado por la Ley Nº 20.123, es de aplicación estricta y restringida, de forma que la acción respecto de su representada está claramente prescrita, no pudiendo por tanto tampoco, recurrir a otro tipo de acciones legales u otras prescripciones, por cuanto su relación contractual era con su ex empleador. La posibilidad de hacer efectiva alguna responsabilidad respecto de las empresas mandantes, lo son únicamente en virtud de lo establecido en los artículos 183 A y siguientes del Código del Trabajo, a cuyo respecto opera la prescripción de 2 años ya alegada. Por lo que solicita rechazar la acción intentada por el actor en contra de Vesubio, por cuanto la misma se encuentra claramente prescrita. Luego señala que en el evento que se rechace la excepción de prescripción opuesta, formular las siguientes alegaciones y defensas: Su representada es una empresa que representa en Chile a diversas marcas de ropa, entre las cuales está Lacoste, para ello cuenta con varios locales a lo largo del país, habiendo inaugurado su centro ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

123

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

de distribución en el mes de abril de 2009, donde cuenta con personal propio para el transporte, logística y bodegaje de los productos que comercializa. Dentro de ese personal no se encuentra el actor. Que antes de esa fecha y dado que no contaba con el referido centro de distribución Vesubio suplió dicha necesidad mediante la contratación de esos servicios a una empresa externa dedicada a ese rubro, que fue la sociedad BHA Transporte y Distribución Ltda. y BHA Cargo Logistic Ltda., tal contrato se extendió entre el año 2007 y 2009, finalizando el día 25 de marzo de 2009, según da cuenta el respectivo finiquito de contrato que se suscribió ante don Alfredo Martin Manes, titular de la 15° Notaría Pública de Santiago. Que el actor indica en su demanda, que el supuesto incumplimiento grave de su ex empleador, tendría por fundamento una serie de hechos que habrían ocurrido en el mes de febrero de 2008, lo cual significó a la postre que éste invocara el despido indirecto con fecha 14 de octubre de 2010. Indica que el régimen de subcontratación no aplica para este caso, por cuanto no consta que el actor haya trabajado para su ex empleadora, en aquellos servicios que Vesubio contrató a esta última. Es más, Vesubio contrató diversos servicios tanto a BHA Transporte y Distribución Ltda. como a BHA Cargo Logistic Ltda., sociedades que, conforme indica el mismo actor, no tiene claro quién era realmente su ex empleador, por ende, será el actor quien deba probar que el accidente del cual dice haber sido víctima, se produjo con ocasión de los servicios que Vesubio contrató a BHA Transporte y Distribución Ltda. y/o BHA Cargo Logistic Ltda., y que aun cuando ello se lograre probar, en todo caso su representada no es responsable, por cuanto exigió siempre a BHA Transporte y Distribución Ltda. y BHA Cargo Logistic Ltda. el cumplimiento de los estándares en seguridad que deben existir en toda actividad, por mucho que la misma pudiere no represente mayores riesgos. Que debe tenerse presente lo dispuesto en el artículo 183 B) del Código precitado y que, en todo caso, la responsabilidad de la empresa principal se limita al tiempo o período durante el cual el o los trabajadores prestaron servicios en régimen de subcontratación para la empresa principal, regla que aplica también cuando se pretenda hacer efectiva la responsabilidad subsidiaria en contra de la empresa principal, y respecto de la obligación de cuidado que deben los empleadores respecto de sus trabajadores. Que, en este caso, el vínculo entre Vesubio y la demandada principal rigió hasta el mes de marzo de 2009, no habiendo ejercido jamás el actor acción alguna en su contra, con lo cual ha operado un verdadero perdón tácito frente a los hechos con los que hoy se le pretende responsabilizar. Añade que, en todo caso, su parte, mientras se vinculó con la ex empleadora del actor, ejerció siempre su derecho a ser informada de modo tal que no procede tampoco, que sea acogida la demanda principal que pretende hacer efectiva su responsabilidad solidaria. Y tampoco procede que se pretenda hacer efectiva su responsabilidad subsidiaria, toda vez que mientras se vínculo con la ex empleadora del actor, ejerció siempre su derecho a ser informada, por lo que no procede hacer efectiva ni la responsabilidad solidaria ni la subsidiaria respecto de su representada, por cuanto ésta nada adeuda al actor oponiendo excepción de pago. Niega la efectividad de todos los hechos que denuncia el actor, en virtud de los cuales pretende responsabilizar a Vesubio. Solicita tener por contestada la demanda, por opuesta las excepciones legales y formuladas las alegaciones y defensas ya indicadas, rechazándose la demanda en toda y cada una de sus partes, todo con expresa condena en costas. QUINTO: Que en la audiencia preparatoria, instancia a la que concurren ambas partes, se confiere traslado de las excepciones opuestas y demanda reconvencional y el demandante evacuando el traslado señala: Respecto la excepción de prescripción opuesta, solicita su rechazo con costas, por cuanto los hechos que motivaron la demanda son el accidente del trabajo, y el artículo 510 del Código del Trabajo se refiere a derechos regulados por dicho cuerpo legal, y el fundamento del accidente del trabajo no está en dicho Código, si bien se pone como infracción al artículo 184, el fundamento está en la Ley de Accidente del Trabajo y según texto expreso el plazo de prescripción es de cinco años, por lo que solicita el rechazo de dicha excepción. En relación a la excepción de pago, no existen antecedentes para resolver por cuanto no se tiene acceso a la escritura y contratos celebrados entre las demandadas, por ende no tiene conocimiento si la

124

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

de distribución en el mes de abril de 2009, donde cuenta con personal propio para el transporte, logística y bodegaje de los productos que comercializa. Dentro de ese personal no se encuentra el actor. Que antes de esa fecha y dado que no contaba con el referido centro de distribución Vesubio suplió dicha necesidad mediante la contratación de esos servicios a una empresa externa dedicada a ese rubro, que fue la sociedad BHA Transporte y Distribución Ltda. y BHA Cargo Logistic Ltda., tal contrato se extendió entre el año 2007 y 2009, finalizando el día 25 de marzo de 2009, según da cuenta el respectivo finiquito de contrato que se suscribió ante don Alfredo Martin Manes, titular de la 15° Notaría Pública de Santiago. Que el actor indica en su demanda, que el supuesto incumplimiento grave de su ex empleador, tendría por fundamento una serie de hechos que habrían ocurrido en el mes de febrero de 2008, lo cual significó a la postre que éste invocara el despido indirecto con fecha 14 de octubre de 2010. Indica que el régimen de subcontratación no aplica para este caso, por cuanto no consta que el actor haya trabajado para su ex empleadora, en aquellos servicios que Vesubio contrató a esta última. Es más, Vesubio contrató diversos servicios tanto a BHA Transporte y Distribución Ltda. como a BHA Cargo Logistic Ltda., sociedades que, conforme indica el mismo actor, no tiene claro quién era realmente su ex empleador, por ende, será el actor quien deba probar que el accidente del cual dice haber sido víctima, se produjo con ocasión de los servicios que Vesubio contrató a BHA Transporte y Distribución Ltda. y/o BHA Cargo Logistic Ltda., y que aun cuando ello se lograre probar, en todo caso su representada no es responsable, por cuanto exigió siempre a BHA Transporte y Distribución Ltda. y BHA Cargo Logistic Ltda. el cumplimiento de los estándares en seguridad que deben existir en toda actividad, por mucho que la misma pudiere no represente mayores riesgos. Que debe tenerse presente lo dispuesto en el artículo 183 B) del Código precitado y que, en todo caso, la responsabilidad de la empresa principal se limita al tiempo o período durante el cual el o los trabajadores prestaron servicios en régimen de subcontratación para la empresa principal, regla que aplica también cuando se pretenda hacer efectiva la responsabilidad subsidiaria en contra de la empresa principal, y respecto de la obligación de cuidado que deben los empleadores respecto de sus trabajadores. Que, en este caso, el vínculo entre Vesubio y la demandada principal rigió hasta el mes de marzo de 2009, no habiendo ejercido jamás el actor acción alguna en su contra, con lo cual ha operado un verdadero perdón tácito frente a los hechos con los que hoy se le pretende responsabilizar. Añade que, en todo caso, su parte, mientras se vinculó con la ex empleadora del actor, ejerció siempre su derecho a ser informada de modo tal que no procede tampoco, que sea acogida la demanda principal que pretende hacer efectiva su responsabilidad solidaria. Y tampoco procede que se pretenda hacer efectiva su responsabilidad subsidiaria, toda vez que mientras se vínculo con la ex empleadora del actor, ejerció siempre su derecho a ser informada, por lo que no procede hacer efectiva ni la responsabilidad solidaria ni la subsidiaria respecto de su representada, por cuanto ésta nada adeuda al actor oponiendo excepción de pago. Niega la efectividad de todos los hechos que denuncia el actor, en virtud de los cuales pretende responsabilizar a Vesubio. Solicita tener por contestada la demanda, por opuesta las excepciones legales y formuladas las alegaciones y defensas ya indicadas, rechazándose la demanda en toda y cada una de sus partes, todo con expresa condena en costas. QUINTO: Que en la audiencia preparatoria, instancia a la que concurren ambas partes, se confiere traslado de las excepciones opuestas y demanda reconvencional y el demandante evacuando el traslado señala: Respecto la excepción de prescripción opuesta, solicita su rechazo con costas, por cuanto los hechos que motivaron la demanda son el accidente del trabajo, y el artículo 510 del Código del Trabajo se refiere a derechos regulados por dicho cuerpo legal, y el fundamento del accidente del trabajo no está en dicho Código, si bien se pone como infracción al artículo 184, el fundamento está en la Ley de Accidente del Trabajo y según texto expreso el plazo de prescripción es de cinco años, por lo que solicita el rechazo de dicha excepción. En relación a la excepción de pago, no existen antecedentes para resolver por cuanto no se tiene acceso a la escritura y contratos celebrados entre las demandadas, por ende no tiene conocimiento si la

124

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

125

demandada Vesubio pudo hacer valer las obligaciones que establece el artículo 183 letra a) y siguientes del Código del Trabajo, por lo que solicita su rechazo, sin costas, porque es tema más de fondo. En lo referente a la demanda reconvencional, el demandante solicita su rechazo, con costas, por cuanto el artículo 452 del Código del Trabajo señala que la demanda reconvencional sólo será procedente cuando el tribunal sea competente para conocer de ella como demanda principal y siempre que esté íntimamente ligada a ella, por ello opone excepción de incompetencia ya que el artículo 420 del Código del Trabajo en ninguno de sus numerales establece que el Tribunal Laboral sea competente para conocer de devoluciones de dinero, y teniendo presente que el que paga dos veces, paga dos veces. En subsidio, contesta y señala. Sin perjuicio que en la época que se señalan estos pagos, septiembre de 2008 y abril de 2009 el actor prestó servicios efectivamente a la empresa demandante reconvencional y ese dinero fue percibido por concepto de remuneración por el período trabajado. SEXTO: Que evacuando la demandada principal la excepción de incompetencia planteada por el demanda en la audiencia preparatoria a su demanda reconvencional, solicita su rechazo toda vez que el motivo de la demanda reconvencional son anticipos de remuneraciones, que están íntimamente ligadas y son a causa y consecuencia del contrato de trabajo que mantenía el actor con la empresa y son una causa directa de la relación contractual laboral y de las obligaciones derivadas de la misma, por lo tanto, únicamente un juzgado laboral es competente para conocer de ella y solicita rechazar dicha excepción con costas. Lo que deja el tribunal para definitiva. SÉPTIMO: Que en la audiencia preparatoria, luego de evacuados los traslados de las excepciones y demanda reconvencional opuestas por las demandadas, y demandante, resolución que se dejo para definitiva, el Tribunal efectúa el llamado a conciliación, que no prospera, por lo que previo a fijar los hechos controvertidos, fija como hechos pacíficos respecto de los cuales las partes están de acuerdo, los siguientes: (1) la existencia de la relación laboral entre el actor y la demandada BH Transportes y Distribución Limitada, desde el 12 de febrero de 2008 hasta el 14 de octubre de 2010, fecha en que el demandante puso término a los servicios en virtud del artículo 171 del Código del Trabajo, por la causal establecida en el artículo 160 N° 7 del mismo cuerpo legal, y (2) que el día 28 de febrero de 2008 el demandante sufrió un accidente del trabajo. Fijándose como hechos a probar los siguientes: (1) efectividad de haber dado cumplimiento el demandante a las comunicaciones señaladas en el art. 162 del Código del Trabajo; (2) efectividad de haber incurrido la demandada en los hechos que se señalan como incumplimiento grave de las obligaciones del contrato; (3) efectividad de haber dado cumplimiento las demandadas a la obligación de seguridad contenida en el artículo 184 del Código del Trabajo; (4) remuneración pactada y efectivamente percibida por el demandante. Rubros de que se compone; (5) efectividad de haber sufrido el actor algún tipo de perjuicio derivado de la ocurrencia del accidente del trabajo. En la afirmativa naturaleza y monto; (6) efectividad de haber prestado servicios el demandante en régimen de subcontratación; (7) relación contractual existente entre las demandadas. Naturaleza y vigencia de la misma; (8) efectividad de adeudar la demandada BH Transportes al actor feriado legal y proporcional. En la afirmativa monto y período, y (9) efectividad de adeudar el actor a la demandada BHA Transporte alguna suma de dinero por concepto de anticipo de remuneraciones. En la afirmativa monto y período. OCTAVO: Que el demandante, en la audiencia de juicio, incorporó los siguientes medios probatorios, ofrecidos y declarados admisibles en la preparatoria: A. Documental que hizo consistir en: 1. Resolución Nº B101/20090636 de la comisión médica de reclamos, de fecha 20 de abril de 2009. 2. Ingreso de apelación de fecha 20 de mayo de 2009, con el respectivo formulario y fundamentos, timbrada el 5 de octubre de 2009. 3. Resolución de la apelación, de fecha 10 de diciembre de 2009. 4. Copia de carta certificada de correos de chile, emitida a la empresa Transportes y Distribución Ltda. e Inspección comunal del Trabajo. 5. Copia de remisión de carta a la Inspección del Trabajo por el despido indirecto del actor. 6. Copia de carta auto despido del actor de fecha 14 de octubre de 2010, remitida por el actor a la empresa BHA Transporte Y Distribución Ltda., en la cual indica que pone término a su contrato de

demandada Vesubio pudo hacer valer las obligaciones que establece el artículo 183 letra a) y siguientes del Código del Trabajo, por lo que solicita su rechazo, sin costas, porque es tema más de fondo. En lo referente a la demanda reconvencional, el demandante solicita su rechazo, con costas, por cuanto el artículo 452 del Código del Trabajo señala que la demanda reconvencional sólo será procedente cuando el tribunal sea competente para conocer de ella como demanda principal y siempre que esté íntimamente ligada a ella, por ello opone excepción de incompetencia ya que el artículo 420 del Código del Trabajo en ninguno de sus numerales establece que el Tribunal Laboral sea competente para conocer de devoluciones de dinero, y teniendo presente que el que paga dos veces, paga dos veces. En subsidio, contesta y señala. Sin perjuicio que en la época que se señalan estos pagos, septiembre de 2008 y abril de 2009 el actor prestó servicios efectivamente a la empresa demandante reconvencional y ese dinero fue percibido por concepto de remuneración por el período trabajado. SEXTO: Que evacuando la demandada principal la excepción de incompetencia planteada por el demanda en la audiencia preparatoria a su demanda reconvencional, solicita su rechazo toda vez que el motivo de la demanda reconvencional son anticipos de remuneraciones, que están íntimamente ligadas y son a causa y consecuencia del contrato de trabajo que mantenía el actor con la empresa y son una causa directa de la relación contractual laboral y de las obligaciones derivadas de la misma, por lo tanto, únicamente un juzgado laboral es competente para conocer de ella y solicita rechazar dicha excepción con costas. Lo que deja el tribunal para definitiva. SÉPTIMO: Que en la audiencia preparatoria, luego de evacuados los traslados de las excepciones y demanda reconvencional opuestas por las demandadas, y demandante, resolución que se dejo para definitiva, el Tribunal efectúa el llamado a conciliación, que no prospera, por lo que previo a fijar los hechos controvertidos, fija como hechos pacíficos respecto de los cuales las partes están de acuerdo, los siguientes: (1) la existencia de la relación laboral entre el actor y la demandada BH Transportes y Distribución Limitada, desde el 12 de febrero de 2008 hasta el 14 de octubre de 2010, fecha en que el demandante puso término a los servicios en virtud del artículo 171 del Código del Trabajo, por la causal establecida en el artículo 160 N° 7 del mismo cuerpo legal, y (2) que el día 28 de febrero de 2008 el demandante sufrió un accidente del trabajo. Fijándose como hechos a probar los siguientes: (1) efectividad de haber dado cumplimiento el demandante a las comunicaciones señaladas en el art. 162 del Código del Trabajo; (2) efectividad de haber incurrido la demandada en los hechos que se señalan como incumplimiento grave de las obligaciones del contrato; (3) efectividad de haber dado cumplimiento las demandadas a la obligación de seguridad contenida en el artículo 184 del Código del Trabajo; (4) remuneración pactada y efectivamente percibida por el demandante. Rubros de que se compone; (5) efectividad de haber sufrido el actor algún tipo de perjuicio derivado de la ocurrencia del accidente del trabajo. En la afirmativa naturaleza y monto; (6) efectividad de haber prestado servicios el demandante en régimen de subcontratación; (7) relación contractual existente entre las demandadas. Naturaleza y vigencia de la misma; (8) efectividad de adeudar la demandada BH Transportes al actor feriado legal y proporcional. En la afirmativa monto y período, y (9) efectividad de adeudar el actor a la demandada BHA Transporte alguna suma de dinero por concepto de anticipo de remuneraciones. En la afirmativa monto y período. OCTAVO: Que el demandante, en la audiencia de juicio, incorporó los siguientes medios probatorios, ofrecidos y declarados admisibles en la preparatoria: A. Documental que hizo consistir en: 1. Resolución Nº B101/20090636 de la comisión médica de reclamos, de fecha 20 de abril de 2009. 2. Ingreso de apelación de fecha 20 de mayo de 2009, con el respectivo formulario y fundamentos, timbrada el 5 de octubre de 2009. 3. Resolución de la apelación, de fecha 10 de diciembre de 2009. 4. Copia de carta certificada de correos de chile, emitida a la empresa Transportes y Distribución Ltda. e Inspección comunal del Trabajo. 5. Copia de remisión de carta a la Inspección del Trabajo por el despido indirecto del actor. 6. Copia de carta auto despido del actor de fecha 14 de octubre de 2010, remitida por el actor a la empresa BHA Transporte Y Distribución Ltda., en la cual indica que pone término a su contrato de ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

125

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

trabajo por incumplimiento graves de las obligaciones que impone el contrato de trabajo, según N° 7 del artículo 160 del Código del Trabajo, y ello fundado en los hechos que detalla y que se resumen en la falta de información o instrucciones en el uso de herramientas de la empresa, falta de medidas de seguridad, y de control de riesgos que implicó que sufriera un accidente en dependencias de la empresa el 28 de febrero de 2008, mientras cumplía sus deberes laborales, que le ocasionaron la pérdida total de la visión de su ojo derecho, y la falta de implementos necesarios para prevenir accidentes, ya que entre otros no contaba con antiparras que pudiesen proteger su integridad física; y ambiguedad respecto a determinar quién es su empleador y uso unilateral y desinformado de su contrato de trabajo por parte de la empresa, ya que fue contratado por BHA Transporte y Distribución Ltda., el 12 de febrero de 2008,y cuando sufrió el accidente el 28 de dicho mes y año, en su liquidación de subsidio aparece como trabajador de BHA Cargo logistic Ltda., lo que trajo como consecuencia su desafiliación a IST, que estaba a cargo de su tratamiento y rehabilitación. 7. 29 liquidaciones de subsidios del actor de fechas: 29 de septiembre, 25 de agosto, 9 de agosto, 22 de julio, 5 de julio, 18 de mayo, 3 de mayo, 6 de abril, 1 de abril, 27 de enero y 7 de enero de 2010, 22 de diciembre, 1 de diciembre, 6 de noviembre, 30 de octubre, 14 de octubre, 9 de septiembre, 14 de agosto, 3 de julio, 23 de junio, 22 de mayo de 2009; 8 de agosto, 25 de julio, 1 de julio, 30 de mayo, 7 de mayo, 14 de abril de 2008, emitidos por el IST. 8. Resolución Nº I 53 2009 de fecha 23 de julio de 2009, emitida por el IST. 9. Ocho hojas de diferentes fechas de informes de traslado de paciente del actor, emitidas por el IST: 7 de enero de 2010, 25 de noviembre de 2009, 1 de diciembre de 2009, 24 y 25 de noviembre de 2009, 5 y 7 de mayo de 2009, 29 de abril de 2008, 6 de mayo de 2008, 1 y 8 de abril de 2008, 25 de marzo de 2008, 1 de abril de 2008, 8 y 10 de abril de 2008. 9. Alta hospitalaria del actor sin fecha, la que señala la fecha de ingreso y egreso del IST. 10. Acta hospitalaria ingreso 6 de abril y egreso del 7 de abril, con citaciones y fecha de control médico. 11. Fecha de control médico para el 22 de abril de 2008 y otros datos. 12. Fecha de control para el 12 de enero, sin año y otros datos. 13. Certificado del oftalmólogo del IST, sobre prótesis. 14. Recetas médicas del actor de fechas 29 de septiembre de 2010, 17 de marzo de 2009 y 10 de mayo de 2009. 15. Certificado de AFC Capital (sic) de las cotizaciones de AFP del actor de fecha 13 de octubre de 2010. 16. Set de 3 fotografías, certificadas ante notario, del actor y prótesis ocular del mismo. B. Además, solicitó y obtuvo confesional de don Jaime Flores fuentes, representante legal de la demandada Vesubio, y de doña Marcia Quiñones Durán, representante legal de BHA, quienes citados legalmente, y llamados a viva voz en la antesala del tribunal por tres veces consecutivas, no comparecieron, por lo cual la demandante solicita se haga efectivo el apercibimiento legal, lo que el tribunal tuvo presente. C. Testimonial consistente en las declaraciones de doña Paulina Marlene Ramírez Núñez y doña María soledad Núñez Carter, cuyos testimonios constan en el registro de audio. La primera, Paulina Ramírez Núñez, señala ser la señora del demandante hace ocho años, que el día 28 de febrero de 2008 la llaman de la mutual, de la IST y le avisan que su marido tuvo un accidente y que estaba operado. Que el actor perdió la visión completa del ojo derecho, y actualmente está con una prótesis. Que en la operación anterior, le dañaron un nervio y requiere otra operación, porque le daban dolores fuertes neurálgicos y no lo operaron porque IST no responde y lo desafiliaron, y porque tiene problemas en la empresa que está contratado, BHA Transporte. Que antes del accidente ella veía que el actor iba a trabajar con su ropa, y volvía como iba; que su marido no tenía elementos de seguridad al momento del accidente y sólo después del accidente porque de la misma bodega señalaron que recién le iban a comprar antiparras y ese tipo de cosas, lo que le consta porque conoce personas que en esa fecha trabajaban allí como Mauricio Douni y Margarita Troncoso, que ahora ya no trabajan allí. Que su marido después del accidente ha quedado mal, depresión, sin ayuda de nadie, ha tenido varias operaciones, le ha afectado, pero él está mal, con pérdida de la visión de un ojo, no ha encontrado trabajo, y

126

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

trabajo por incumplimiento graves de las obligaciones que impone el contrato de trabajo, según N° 7 del artículo 160 del Código del Trabajo, y ello fundado en los hechos que detalla y que se resumen en la falta de información o instrucciones en el uso de herramientas de la empresa, falta de medidas de seguridad, y de control de riesgos que implicó que sufriera un accidente en dependencias de la empresa el 28 de febrero de 2008, mientras cumplía sus deberes laborales, que le ocasionaron la pérdida total de la visión de su ojo derecho, y la falta de implementos necesarios para prevenir accidentes, ya que entre otros no contaba con antiparras que pudiesen proteger su integridad física; y ambiguedad respecto a determinar quién es su empleador y uso unilateral y desinformado de su contrato de trabajo por parte de la empresa, ya que fue contratado por BHA Transporte y Distribución Ltda., el 12 de febrero de 2008,y cuando sufrió el accidente el 28 de dicho mes y año, en su liquidación de subsidio aparece como trabajador de BHA Cargo logistic Ltda., lo que trajo como consecuencia su desafiliación a IST, que estaba a cargo de su tratamiento y rehabilitación. 7. 29 liquidaciones de subsidios del actor de fechas: 29 de septiembre, 25 de agosto, 9 de agosto, 22 de julio, 5 de julio, 18 de mayo, 3 de mayo, 6 de abril, 1 de abril, 27 de enero y 7 de enero de 2010, 22 de diciembre, 1 de diciembre, 6 de noviembre, 30 de octubre, 14 de octubre, 9 de septiembre, 14 de agosto, 3 de julio, 23 de junio, 22 de mayo de 2009; 8 de agosto, 25 de julio, 1 de julio, 30 de mayo, 7 de mayo, 14 de abril de 2008, emitidos por el IST. 8. Resolución Nº I 53 2009 de fecha 23 de julio de 2009, emitida por el IST. 9. Ocho hojas de diferentes fechas de informes de traslado de paciente del actor, emitidas por el IST: 7 de enero de 2010, 25 de noviembre de 2009, 1 de diciembre de 2009, 24 y 25 de noviembre de 2009, 5 y 7 de mayo de 2009, 29 de abril de 2008, 6 de mayo de 2008, 1 y 8 de abril de 2008, 25 de marzo de 2008, 1 de abril de 2008, 8 y 10 de abril de 2008. 9. Alta hospitalaria del actor sin fecha, la que señala la fecha de ingreso y egreso del IST. 10. Acta hospitalaria ingreso 6 de abril y egreso del 7 de abril, con citaciones y fecha de control médico. 11. Fecha de control médico para el 22 de abril de 2008 y otros datos. 12. Fecha de control para el 12 de enero, sin año y otros datos. 13. Certificado del oftalmólogo del IST, sobre prótesis. 14. Recetas médicas del actor de fechas 29 de septiembre de 2010, 17 de marzo de 2009 y 10 de mayo de 2009. 15. Certificado de AFC Capital (sic) de las cotizaciones de AFP del actor de fecha 13 de octubre de 2010. 16. Set de 3 fotografías, certificadas ante notario, del actor y prótesis ocular del mismo. B. Además, solicitó y obtuvo confesional de don Jaime Flores fuentes, representante legal de la demandada Vesubio, y de doña Marcia Quiñones Durán, representante legal de BHA, quienes citados legalmente, y llamados a viva voz en la antesala del tribunal por tres veces consecutivas, no comparecieron, por lo cual la demandante solicita se haga efectivo el apercibimiento legal, lo que el tribunal tuvo presente. C. Testimonial consistente en las declaraciones de doña Paulina Marlene Ramírez Núñez y doña María soledad Núñez Carter, cuyos testimonios constan en el registro de audio. La primera, Paulina Ramírez Núñez, señala ser la señora del demandante hace ocho años, que el día 28 de febrero de 2008 la llaman de la mutual, de la IST y le avisan que su marido tuvo un accidente y que estaba operado. Que el actor perdió la visión completa del ojo derecho, y actualmente está con una prótesis. Que en la operación anterior, le dañaron un nervio y requiere otra operación, porque le daban dolores fuertes neurálgicos y no lo operaron porque IST no responde y lo desafiliaron, y porque tiene problemas en la empresa que está contratado, BHA Transporte. Que antes del accidente ella veía que el actor iba a trabajar con su ropa, y volvía como iba; que su marido no tenía elementos de seguridad al momento del accidente y sólo después del accidente porque de la misma bodega señalaron que recién le iban a comprar antiparras y ese tipo de cosas, lo que le consta porque conoce personas que en esa fecha trabajaban allí como Mauricio Douni y Margarita Troncoso, que ahora ya no trabajan allí. Que su marido después del accidente ha quedado mal, depresión, sin ayuda de nadie, ha tenido varias operaciones, le ha afectado, pero él está mal, con pérdida de la visión de un ojo, no ha encontrado trabajo, y

126

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

127

ello también le ha afectado a ella. Repreguntada, señala que su marido no ha demandado al médico de la IST que realizó la última operación. La segunda, María Soledad Núñez Carter, señala que el actor es su yerno quien sufrió un accidente el 12 de febrero del año 98, no recuerda porque está nerviosa, ella cuando fue a ver su yerno cuando estuvo en el Hospital supo que cuando él estaba viendo en la empresa los fardos con los que estaba amarrado la ropa, los paquetes, él corto la hincha y se le fue y se le incrustó en el ojo, el cual actualmente tiene pérdida de visión de 99%; que él tuvo varias operaciones, unas 7 u 8, y le parece que requiere más tratamiento del ojo. Que después del accidente su yerno ha tenido varias depresiones, ya que además de la pérdida de la visión ha tenido dolores de cabeza, esto le consta porque ella lo veía ya que él estaba en su casa. Repreguntada, señala que todas esas operaciones eran porque no quedaba bien de la visual y las operaciones la realizaba un médico de la mutual. No sabe si su yerno demandó por negligencia médica al médico que la operó. NOVENO: Que, asimismo, incorporó: D. Oficio, solicitado en la preparatoria, del Instituto de Salud del Trabajo, N° 4.07/304/2011, de 1 de febrero de 2011, adjuntando la ficha clínica, donde aparece en el Registro de Admisión de 28 de febrero de 2008, ante el IST que ingresa a las 10.39 horas, que el accidente fue a las 10.15 horas, con diagnóstico de “herida penetrante del globo ocular sin cuerpo extraño” y como antecedentes del adherente “R.U.T. 77.675.460 9, razón social: BHA Cargo Logistic Limitada”; en la hoja de evolución de la ficha médica, de 28 de febrero de 2008 se indica que “mientras desembalaba una caja se golpeó ojo con cinta de embalaje. También hay un registro de admisión al IST de 3 de abril de 2009, como reingreso, donde se indica como antecedentes del adherente: “R.U.T. 76.915.840 5, razón social: BHA Transporte y Distribución Limitada”. Y en resumen de 30 de septiembre de 2010, se indica que en accidente de 28 de febrero de 2008 se lesiona ojo derecho con cinta de embalaje, con trauma ocular con globo ocular derecho abierto, desprendimiento de retina complicada, hipotonía ocular persistente, pérdida visión ojo derecho, evaluado por Comeva (Comisión Médica de evaluación de incapacidades y accidentes del trabajo) el 29 de diciembre de 2008, que otorgó un 27,5% de incapacidad, se reclamó ante Comere (comisión médica revisora) que no modificó el porcentaje y luego a SSS (Superintendencia de Seguridad Social), entidad que confirmó el porcentaje otorgado por el IST e instruye que el ISL (Instituto de Seguridad Laboral, ex INP) constituye y pague indemnización. Asimismo se indica que el accidentando ingresó el 28 de febrero de 2008 con solicitud provisoria bajo razón social BHA Carga Logistic Ltda., RUT 77.675.460 9, cuando el paciente trabaja en BHA Transporte y Distribución Ltda., RUT 76.915.840 5, que se dio licencia médica para continuar tratamiento en ACHS, convenio INP (7 de abril de 2009) y continuó con el IST. E. Además, el informe pericial médico y la declaración de la perito, doña Edda Scarlet Dresdner Pesce, registrada en audio, quien juramentada, ratifica el informe pericial incorporado La perito señala, en lo que interesa, que ratifica el informe pericial acompañado, en el cual señala que el de salud pre mórbido del demandante era óptimo, que a raíz del accidente sufrido se vio comprometido su ojo derecho, produciendo una laceración o corte extenso en las capas conjuntivas, córnea y esclerótica del mismo, y concomitante con ello desde un comienzo presentó desprendimiento de la retina, lesiones que de acuerdo a la clasificación médico legal son graves. Que a pesar del adecuado manejo médico especializado a que fue sometido el actor, sufrió una Vitreoretinopatía Crónica la que se fue complicando hasta que en junio de 2009 se produjo el desprendimiento total de la retina, perdiendo completamente la visión de su ojo derecho y entrando en un proceso de atrofia progresiva. Que le fue implantada una prótesis parcial en la órbita derecha en diciembre de 2009, que actualmente tiene visión de 0% en el ojo derecho y actualmente mantiene una secuela de dolor frecuente en la zona peri orbitaria derecha, especialmente en el segmento supra ciliar (alrededor del ojo) y ello porque en los procesos de Ptisi Bulbi (ojo ciego que involuciona hacia la atrofia) se ve comprometido el nervio trigémino, por lo que el dolor del mismos puede en ocasiones ser invalidante. Que las secuelas actuales, pérdida completa de la visión del ojo derecho y la atrofia del mismo, son condiciones médicas derivadas de una concatenación de hechos que se gatillaron con el accidente sufrido por el actor el 28 de febrero de 2008, asimismo indica que desde el principio del manejo médico el actor fue advertido de que la lesión era grave y que el riesgo de perder su ojo derecho estaba siempre presente. Que actualmente,

ello también le ha afectado a ella. Repreguntada, señala que su marido no ha demandado al médico de la IST que realizó la última operación. La segunda, María Soledad Núñez Carter, señala que el actor es su yerno quien sufrió un accidente el 12 de febrero del año 98, no recuerda porque está nerviosa, ella cuando fue a ver su yerno cuando estuvo en el Hospital supo que cuando él estaba viendo en la empresa los fardos con los que estaba amarrado la ropa, los paquetes, él corto la hincha y se le fue y se le incrustó en el ojo, el cual actualmente tiene pérdida de visión de 99%; que él tuvo varias operaciones, unas 7 u 8, y le parece que requiere más tratamiento del ojo. Que después del accidente su yerno ha tenido varias depresiones, ya que además de la pérdida de la visión ha tenido dolores de cabeza, esto le consta porque ella lo veía ya que él estaba en su casa. Repreguntada, señala que todas esas operaciones eran porque no quedaba bien de la visual y las operaciones la realizaba un médico de la mutual. No sabe si su yerno demandó por negligencia médica al médico que la operó. NOVENO: Que, asimismo, incorporó: D. Oficio, solicitado en la preparatoria, del Instituto de Salud del Trabajo, N° 4.07/304/2011, de 1 de febrero de 2011, adjuntando la ficha clínica, donde aparece en el Registro de Admisión de 28 de febrero de 2008, ante el IST que ingresa a las 10.39 horas, que el accidente fue a las 10.15 horas, con diagnóstico de “herida penetrante del globo ocular sin cuerpo extraño” y como antecedentes del adherente “R.U.T. 77.675.460 9, razón social: BHA Cargo Logistic Limitada”; en la hoja de evolución de la ficha médica, de 28 de febrero de 2008 se indica que “mientras desembalaba una caja se golpeó ojo con cinta de embalaje. También hay un registro de admisión al IST de 3 de abril de 2009, como reingreso, donde se indica como antecedentes del adherente: “R.U.T. 76.915.840 5, razón social: BHA Transporte y Distribución Limitada”. Y en resumen de 30 de septiembre de 2010, se indica que en accidente de 28 de febrero de 2008 se lesiona ojo derecho con cinta de embalaje, con trauma ocular con globo ocular derecho abierto, desprendimiento de retina complicada, hipotonía ocular persistente, pérdida visión ojo derecho, evaluado por Comeva (Comisión Médica de evaluación de incapacidades y accidentes del trabajo) el 29 de diciembre de 2008, que otorgó un 27,5% de incapacidad, se reclamó ante Comere (comisión médica revisora) que no modificó el porcentaje y luego a SSS (Superintendencia de Seguridad Social), entidad que confirmó el porcentaje otorgado por el IST e instruye que el ISL (Instituto de Seguridad Laboral, ex INP) constituye y pague indemnización. Asimismo se indica que el accidentando ingresó el 28 de febrero de 2008 con solicitud provisoria bajo razón social BHA Carga Logistic Ltda., RUT 77.675.460 9, cuando el paciente trabaja en BHA Transporte y Distribución Ltda., RUT 76.915.840 5, que se dio licencia médica para continuar tratamiento en ACHS, convenio INP (7 de abril de 2009) y continuó con el IST. E. Además, el informe pericial médico y la declaración de la perito, doña Edda Scarlet Dresdner Pesce, registrada en audio, quien juramentada, ratifica el informe pericial incorporado La perito señala, en lo que interesa, que ratifica el informe pericial acompañado, en el cual señala que el de salud pre mórbido del demandante era óptimo, que a raíz del accidente sufrido se vio comprometido su ojo derecho, produciendo una laceración o corte extenso en las capas conjuntivas, córnea y esclerótica del mismo, y concomitante con ello desde un comienzo presentó desprendimiento de la retina, lesiones que de acuerdo a la clasificación médico legal son graves. Que a pesar del adecuado manejo médico especializado a que fue sometido el actor, sufrió una Vitreoretinopatía Crónica la que se fue complicando hasta que en junio de 2009 se produjo el desprendimiento total de la retina, perdiendo completamente la visión de su ojo derecho y entrando en un proceso de atrofia progresiva. Que le fue implantada una prótesis parcial en la órbita derecha en diciembre de 2009, que actualmente tiene visión de 0% en el ojo derecho y actualmente mantiene una secuela de dolor frecuente en la zona peri orbitaria derecha, especialmente en el segmento supra ciliar (alrededor del ojo) y ello porque en los procesos de Ptisi Bulbi (ojo ciego que involuciona hacia la atrofia) se ve comprometido el nervio trigémino, por lo que el dolor del mismos puede en ocasiones ser invalidante. Que las secuelas actuales, pérdida completa de la visión del ojo derecho y la atrofia del mismo, son condiciones médicas derivadas de una concatenación de hechos que se gatillaron con el accidente sufrido por el actor el 28 de febrero de 2008, asimismo indica que desde el principio del manejo médico el actor fue advertido de que la lesión era grave y que el riesgo de perder su ojo derecho estaba siempre presente. Que actualmente, ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

127

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

por encontrarse sin tratamiento médico especializado su ojo atrofiado hace infecciones a repetición las cuales se contagian al ojo sano (conjuntivitis purulenta a repetición, resecamiento progresivo de la prótesis parcial con incremento del dolor en la zona). Que la lesión fue una lesión directa a ojo desnudo (sin anteojos, antiparras o medidas de protección). Y señala como sugerencia que se debe efectuar un examen actualizados por parte de la Comisión de Medicina Preventiva de Invalidez ya que al momento de haberse realizada ésta en abril de 2008, el peritado no había sufrido aún la pérdida completa de la visión de su ojo derecho. F. Solicitó y obtuvo exhibición de documentos de la demandada principal consistente en el contrato de trabajo que unió a las partes, lo que se entiende cumplido por la incorporación que se realizó. Respecto a las liquidaciones de remuneraciones del actor de 12 de febrero al día del accidente y de septiembre de 2008 y abril de 2009, no las exhibe, la demandada señala que no le es aplicable apercibimiento alguno por no haberse solicitado por el actor y demandante señala que la norma del Código del trabajo es especial y se refiere a valoración de la prueba y solicita su aplicación. Respecto a la exhibición solicitada a ambas partes, se acompañó por la demandada principal el acuerdo entre ambas demandadas y también el finiquito del mismo; respecto a la petición de cualquier contrato entre las demandadas, distinto, se desiste. DÉCIMO: Que, por su parte, la demandada principal BHA Transportes y Distribución Ltda., incorporó en la audiencia de juicio, la prueba ofrecida y declarada admisible en la preparatoria, consistente en: A. Documental: 1. Contrato de arrendamiento de fecha 12 de abril de 2007 celebrado entre Inmobiliaria Nicamisi S.A. y BHA Cargo Logistic Ltda., representada por doña Marcia Quiñones Durán, en virtud del cual aquella empresa entrega en arrendamiento a BHA Cargo Logistic el galpón N° 5 o bodega ubicado en calle Cañaveral de Quilicura, y en su cláusula 14ª que se prohíbe subarrendar, ceder o transferir el presente contrato, pero que la arrendataria podrá autorizar el uso de la propiedad arrendada a su matriz, accionistas, filiales, coligadas y demás personas relacionadas 2. Cesión de contrato de arrendamiento de BHA Cargo Logistic Ltda. a BHA Transporte y distribución Ltda. de fecha 23 de agosto de 2007, del mismo inmueble anterior, en el que se indica que por instrumento de 12 de abril de 2007 Inmobiliaria Nicamisi S.A. y BHA Cargo, celebraron contrato de arrendamiento sobre la bodega o galpón N° 5 que tiene como dirección calle San Luis N° 9971, Quilicura y en su cláusula 2ª que la arrendataria cede y transfiere a BHA Transportes y Distribución Ltda., todos los derechos y obligaciones emanados del contrato de arrendamiento. 3. Reglamento interno de orden, higiene y Seguridad de la demandada: que en su título I, sobre disposiciones generales indica que el organismo administrador del seguro es el IST, y que normas de seguridad es el conjunto de reglas obligatorias emanadas del reglamento y/0 del organismo administrador. En su título VII trata de las obligaciones de los trabajadores, en su letra g) se indica concurrir a los cursos o seminarios de capacitación programados por la empresa de los cuales haya sido nominado; letra i) desempeñar con la mayor diligencia las instrucciones de sus superiores jerárquicos, ya sea relativas al servicio mismo o a los deberes que le impone el cargo que se le asigna; k) desarrollar su trabajo con el debido cuidado, evitando comprometer la seguridad y la salud personal o del resto de los integrantes de la empresa, o área de trabajo productivo; p) la utilización de elementos de protección personal en la zona de la bodega como la utilización de calzado de seguridad, guantes, etc., es de uso obligatorio y permanente durante toda la jornada de trabajo. En el título IX se trata de las prohibiciones. En sus artículos 73 y siguientes trata sobre las normas de higiene y seguridad: en el título XXIII, trata de las Obligaciones, así en su artículo 74 se indica que los trabajadores están obligados a tomar cabal conocimiento del reglamento interno; en su artículo 76 que la empresa está obligada a proteger a todo su personal de los riesgos del trabajo, entregándole al trabajador cuya labor lo requiera, sin costo, y bajo su responsabilidad los elementos de protección personal del caso. En su artículo 82, a propósito de la denuncia de accidente al IST, se indica que ésta debe indicar en forma precisa las circunstancias en que ocurrió el accidente. En su artículo 87, que los avisos, letreros y afiches de seguridad deberán ser leídos por todos los trabajadores, quienes deberán cumplir sus instrucciones. En su título XXI, de las prohibiciones, se contempla en su artículo 102 las prohibiciones

128

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

por encontrarse sin tratamiento médico especializado su ojo atrofiado hace infecciones a repetición las cuales se contagian al ojo sano (conjuntivitis purulenta a repetición, resecamiento progresivo de la prótesis parcial con incremento del dolor en la zona). Que la lesión fue una lesión directa a ojo desnudo (sin anteojos, antiparras o medidas de protección). Y señala como sugerencia que se debe efectuar un examen actualizados por parte de la Comisión de Medicina Preventiva de Invalidez ya que al momento de haberse realizada ésta en abril de 2008, el peritado no había sufrido aún la pérdida completa de la visión de su ojo derecho. F. Solicitó y obtuvo exhibición de documentos de la demandada principal consistente en el contrato de trabajo que unió a las partes, lo que se entiende cumplido por la incorporación que se realizó. Respecto a las liquidaciones de remuneraciones del actor de 12 de febrero al día del accidente y de septiembre de 2008 y abril de 2009, no las exhibe, la demandada señala que no le es aplicable apercibimiento alguno por no haberse solicitado por el actor y demandante señala que la norma del Código del trabajo es especial y se refiere a valoración de la prueba y solicita su aplicación. Respecto a la exhibición solicitada a ambas partes, se acompañó por la demandada principal el acuerdo entre ambas demandadas y también el finiquito del mismo; respecto a la petición de cualquier contrato entre las demandadas, distinto, se desiste. DÉCIMO: Que, por su parte, la demandada principal BHA Transportes y Distribución Ltda., incorporó en la audiencia de juicio, la prueba ofrecida y declarada admisible en la preparatoria, consistente en: A. Documental: 1. Contrato de arrendamiento de fecha 12 de abril de 2007 celebrado entre Inmobiliaria Nicamisi S.A. y BHA Cargo Logistic Ltda., representada por doña Marcia Quiñones Durán, en virtud del cual aquella empresa entrega en arrendamiento a BHA Cargo Logistic el galpón N° 5 o bodega ubicado en calle Cañaveral de Quilicura, y en su cláusula 14ª que se prohíbe subarrendar, ceder o transferir el presente contrato, pero que la arrendataria podrá autorizar el uso de la propiedad arrendada a su matriz, accionistas, filiales, coligadas y demás personas relacionadas 2. Cesión de contrato de arrendamiento de BHA Cargo Logistic Ltda. a BHA Transporte y distribución Ltda. de fecha 23 de agosto de 2007, del mismo inmueble anterior, en el que se indica que por instrumento de 12 de abril de 2007 Inmobiliaria Nicamisi S.A. y BHA Cargo, celebraron contrato de arrendamiento sobre la bodega o galpón N° 5 que tiene como dirección calle San Luis N° 9971, Quilicura y en su cláusula 2ª que la arrendataria cede y transfiere a BHA Transportes y Distribución Ltda., todos los derechos y obligaciones emanados del contrato de arrendamiento. 3. Reglamento interno de orden, higiene y Seguridad de la demandada: que en su título I, sobre disposiciones generales indica que el organismo administrador del seguro es el IST, y que normas de seguridad es el conjunto de reglas obligatorias emanadas del reglamento y/0 del organismo administrador. En su título VII trata de las obligaciones de los trabajadores, en su letra g) se indica concurrir a los cursos o seminarios de capacitación programados por la empresa de los cuales haya sido nominado; letra i) desempeñar con la mayor diligencia las instrucciones de sus superiores jerárquicos, ya sea relativas al servicio mismo o a los deberes que le impone el cargo que se le asigna; k) desarrollar su trabajo con el debido cuidado, evitando comprometer la seguridad y la salud personal o del resto de los integrantes de la empresa, o área de trabajo productivo; p) la utilización de elementos de protección personal en la zona de la bodega como la utilización de calzado de seguridad, guantes, etc., es de uso obligatorio y permanente durante toda la jornada de trabajo. En el título IX se trata de las prohibiciones. En sus artículos 73 y siguientes trata sobre las normas de higiene y seguridad: en el título XXIII, trata de las Obligaciones, así en su artículo 74 se indica que los trabajadores están obligados a tomar cabal conocimiento del reglamento interno; en su artículo 76 que la empresa está obligada a proteger a todo su personal de los riesgos del trabajo, entregándole al trabajador cuya labor lo requiera, sin costo, y bajo su responsabilidad los elementos de protección personal del caso. En su artículo 82, a propósito de la denuncia de accidente al IST, se indica que ésta debe indicar en forma precisa las circunstancias en que ocurrió el accidente. En su artículo 87, que los avisos, letreros y afiches de seguridad deberán ser leídos por todos los trabajadores, quienes deberán cumplir sus instrucciones. En su título XXI, de las prohibiciones, se contempla en su artículo 102 las prohibiciones

128

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

129

a todo trabajador y llama la atención su letra f) “Las lesiones que haya sufrido en algún accidente”; en su letra i) negarse a proporcionar información en relación con determinadas condiciones de trabajo y de su seguridad o acerca de accidentes ocurridos. En su título XXII se trata de las sanciones y reclamos, es así como su artículo 103 señala que el trabajador que contravenga las normas del reglamento o las instrucciones del organismo administrador, será sancionado con multa de hasta el 25% del salario diario, y que en el caso de infracciones a las normas de higiene y seguridad el destino de dichas multas. Y en su artículo 104 que las obligaciones, prohibiciones y sanciones señaladas en el reglamento, se deben entender incorporadas a los contratos de trabajo”. En su artículo 111, que la entidad empleadora deberá denunciar al organismo “respectivo, inmediatamente de producido, todo accidente o enfermedad que pueda ocasionar incapacidad para el trabajo. En su título XXIV, de los riesgos típicos y medidas preventivas (Derecho a saber D.S. N° 40), en su artículo 116 que la empresa deberá informar oportuna y convenientemente a todos sus trabajadores, acerca de los riesgos que entrañan sus labores, de las medidas preventivas y de los métodos de trabajo correctos, en especial respecto de “los elementos, productos y sustancias que deben utilizar en su trabajo, sobre la identificación de los mismos, sobre los límites de exposición permisible, acerca de los peligros para la salud y sobre las medidas de control y prevención que deben adoptar para evitar riesgos”. El artículo 119, que los trabajadores deben tener conocimiento acerca de los riesgos típicos que entrañan sus labores, las consecuencias y medidas preventivas conducentes a su eliminación y control, señalando algunos de ellos, tales como sobre esfuerzos en manejo de materiales; sobre atropellos (movimiento de vehículos al interior bodega); riesgo de incendio, golpes con objetos (caídas de material apilado), con consecuencias de contusiones, fracturas, muerte, medidas preventivas usar casco en zona de bodega, apilar correctamente y controlar el buen estado de los pallets. Y en su Título XXV trata de la vigencia de dicho reglamento: “tendrá una vigencia de un año, a contar del 01 de abril de 2009, pero se entenderá prorrogado automáticamente… indicándose su distribución para los trabajadores de la empresa...”. 4. Procedimiento interno de CD (Centro de distribución) de BHA, sin fecha de emisión, ni firmas, donde se señala la manera de llevar a cabo las funciones o labores que se indican, tales como llegada o ingreso de mercadería al CD compra internacional, almacenaje, solicitud de pedidos a grandes tiendas, control de despacho, despacho (donde se señala que debe adjuntar entre otras, … guía de Vesuvio), devoluciones y traslados (donde se indica que tendrán que ser autorizadas por Vesuvio solamente), fletes u otros servicios solicitados (se señala que “todos aquellos servicios como transporte de muebles para Vesuvio o sus filiales…”); luego respecto al personal administrativo en la operatoria; luego mantenimiento del CD, que será labor y responsabilidad del jefe de bodega; y “Requerimientos para el Personal: labor y responsabilidad del jefe de bodega Procurar que todo el personal cumpla con las normas establecidas por la empresa 1. todo el personal que ingrese al CD debe contar con el uniforme establecido por la gerencia; 2. zapatos de seguridad correspondientes; 3. todo el personal debe portar su radio de comunicación conectada al manos libres. 4. todo el personal que intervenga en el proceso de carga y descarga debe contar con la faja establecida y guantes de seguridad. 5. todo el personal debe ser revisado al salir del CD, 11. todo el personal debe contar con chaleco reflectante y casco. Posteriormente hay un organigrama con los pasos a seguir por Recepción y Almacenaje y en la última hoja un esquema de las distintas secciones de la bodega o CD”. 5. Contrato individual de trabajo firmado por el trabajador, de fecha 12 de febrero de 2008, que en su cláusula 1ª indica que el actor se compromete a realizar el trabajo de operario de bodega en las dependencias ubicadas en Cerro San Luis 9971, galpón 5, Quilicura; la cláusula 2ª sobre la jornada de trabajo, la tercera sobre la remuneración, la cuarta sobre gratificación, la 5ª sobre obligaciones del trabajador, entre otras, recibir y almacenar y entregar mercaderías y llevar el registro pertinente, verificar que la misma coincida con las notas de pedidos y anotar los daños y fallas, cuidas que las mercaderías esté bien ubicada con las inscripciones necesarias para su identificación, hacer inventarios periódicos, cuidar los implementos que se le entregan para el desempeño de sus funciones, f) efectuar el trabajo de acuerdo con las órdenes e instrucciones recibidas de la administración y jefes directos. En su cláusula 6ª, las prohibiciones. No hay referencia alguna al reglamento interno de orden, higienes y seguridad.

a todo trabajador y llama la atención su letra f) “Las lesiones que haya sufrido en algún accidente”; en su letra i) negarse a proporcionar información en relación con determinadas condiciones de trabajo y de su seguridad o acerca de accidentes ocurridos. En su título XXII se trata de las sanciones y reclamos, es así como su artículo 103 señala que el trabajador que contravenga las normas del reglamento o las instrucciones del organismo administrador, será sancionado con multa de hasta el 25% del salario diario, y que en el caso de infracciones a las normas de higiene y seguridad el destino de dichas multas. Y en su artículo 104 que las obligaciones, prohibiciones y sanciones señaladas en el reglamento, se deben entender incorporadas a los contratos de trabajo”. En su artículo 111, que la entidad empleadora deberá denunciar al organismo “respectivo, inmediatamente de producido, todo accidente o enfermedad que pueda ocasionar incapacidad para el trabajo. En su título XXIV, de los riesgos típicos y medidas preventivas (Derecho a saber D.S. N° 40), en su artículo 116 que la empresa deberá informar oportuna y convenientemente a todos sus trabajadores, acerca de los riesgos que entrañan sus labores, de las medidas preventivas y de los métodos de trabajo correctos, en especial respecto de “los elementos, productos y sustancias que deben utilizar en su trabajo, sobre la identificación de los mismos, sobre los límites de exposición permisible, acerca de los peligros para la salud y sobre las medidas de control y prevención que deben adoptar para evitar riesgos”. El artículo 119, que los trabajadores deben tener conocimiento acerca de los riesgos típicos que entrañan sus labores, las consecuencias y medidas preventivas conducentes a su eliminación y control, señalando algunos de ellos, tales como sobre esfuerzos en manejo de materiales; sobre atropellos (movimiento de vehículos al interior bodega); riesgo de incendio, golpes con objetos (caídas de material apilado), con consecuencias de contusiones, fracturas, muerte, medidas preventivas usar casco en zona de bodega, apilar correctamente y controlar el buen estado de los pallets. Y en su Título XXV trata de la vigencia de dicho reglamento: “tendrá una vigencia de un año, a contar del 01 de abril de 2009, pero se entenderá prorrogado automáticamente… indicándose su distribución para los trabajadores de la empresa...”. 4. Procedimiento interno de CD (Centro de distribución) de BHA, sin fecha de emisión, ni firmas, donde se señala la manera de llevar a cabo las funciones o labores que se indican, tales como llegada o ingreso de mercadería al CD compra internacional, almacenaje, solicitud de pedidos a grandes tiendas, control de despacho, despacho (donde se señala que debe adjuntar entre otras, … guía de Vesuvio), devoluciones y traslados (donde se indica que tendrán que ser autorizadas por Vesuvio solamente), fletes u otros servicios solicitados (se señala que “todos aquellos servicios como transporte de muebles para Vesuvio o sus filiales…”); luego respecto al personal administrativo en la operatoria; luego mantenimiento del CD, que será labor y responsabilidad del jefe de bodega; y “Requerimientos para el Personal: labor y responsabilidad del jefe de bodega Procurar que todo el personal cumpla con las normas establecidas por la empresa 1. todo el personal que ingrese al CD debe contar con el uniforme establecido por la gerencia; 2. zapatos de seguridad correspondientes; 3. todo el personal debe portar su radio de comunicación conectada al manos libres. 4. todo el personal que intervenga en el proceso de carga y descarga debe contar con la faja establecida y guantes de seguridad. 5. todo el personal debe ser revisado al salir del CD, 11. todo el personal debe contar con chaleco reflectante y casco. Posteriormente hay un organigrama con los pasos a seguir por Recepción y Almacenaje y en la última hoja un esquema de las distintas secciones de la bodega o CD”. 5. Contrato individual de trabajo firmado por el trabajador, de fecha 12 de febrero de 2008, que en su cláusula 1ª indica que el actor se compromete a realizar el trabajo de operario de bodega en las dependencias ubicadas en Cerro San Luis 9971, galpón 5, Quilicura; la cláusula 2ª sobre la jornada de trabajo, la tercera sobre la remuneración, la cuarta sobre gratificación, la 5ª sobre obligaciones del trabajador, entre otras, recibir y almacenar y entregar mercaderías y llevar el registro pertinente, verificar que la misma coincida con las notas de pedidos y anotar los daños y fallas, cuidas que las mercaderías esté bien ubicada con las inscripciones necesarias para su identificación, hacer inventarios periódicos, cuidar los implementos que se le entregan para el desempeño de sus funciones, f) efectuar el trabajo de acuerdo con las órdenes e instrucciones recibidas de la administración y jefes directos. En su cláusula 6ª, las prohibiciones. No hay referencia alguna al reglamento interno de orden, higienes y seguridad. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

129

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

6. Anexo de contrato de trabajo, de BHA Transporte y Distribución Ltda., que señala que a partir del 2 de julio de 2010 se reajusta el sueldo del actor, sin firmar por el trabajador. 7. Documento denominado “Descripción de cargos entregados emitido por la demandada principal, que señala la entrega de implementos, entre otros, antiparra, sin fecha de emisión y la declaración de haberlos recibidos por el actor, con su nombre y cargo escrito con formato de máquina y firma sobre él. 8. Liquidaciones de remuneraciones de los meses de agosto y septiembre de 2010. 9. Solicitud provisional de atención médica por accidente del Trabajo ante el IST de fecha 28 de febrero de 2008 a nombre del actor, que indica como empresa asociada a BHA Cargo logistic Ltda., y en la firma y timbre de asociado aparece el timbre de BHA Transporte y Distribución, RUT 76.915.840 6. 10. Declaración individual de accidente del trabajo del actor, formulario de IST, con timbre de recibido 11. Carta del IST dirigida a Marcia Quiñones, representante de la BHA Transportes y Distribución Ltda., de fecha 4 de abril de 2008, en que se acepta la solicitud de ingreso como adherente de la IST a contar del 1 de marzo de 2008. 12. Certificado de alta médica del actor, emitido por el Instituto de Seguridad del Trabajo, de fecha de alta 7 de septiembre de 2008, “quedando en condiciones de reintegrarse a su trabajo el 8 de septiembre de 2008”. 13. Certificado del IST, de 23 de febrero de 2009, en que se certifica que el actor concurre a control médico. 14. Certificado del IST de 17 de mayo de 2009, en que certifica que el actor se presenta a control médico. 15. Carta del IST de 4 de mayo de 2009 dirigido a la demandada referente al actor, en que señala la pérdida de capacidad estimada por la comisión de invalidez del instituto, evaluada en un 27,5%. 16. Acuerdo de término de la relación comercial y finiquito entre Vesuvio Comercial y Textil Chile Ltda. y la demandada, de 25 de marzo de 2009. 17. Recibos de anticipos firmados por el actor entre el 15 de septiembre del 2008 al 15 de abril de 2009 por la suma total de $ 490.000, donde aparece anticipos el 15/9/2008, 15/10/2008, 15/11/2008 y 15/12/2008, 15/1/2009; 15/2/2009, 15/3/2009 y 15/4/2009. UNDÉCIMO: Que, además, incorporó: B. Testimonial consistente en las declaraciones de don Cristian Hernán Quiñones Durán y don Jaime Alberto Salazar Aburto, que constan en registro de audio. El primero, Cristian Quiñones Durán, señala ser Gerente de Logística de BHA Transportes, que su cargo radica en la operativa del transporte de carga, almacenaje y distribución de productos, lo que se realiza en dependencias ubicadas en Avda. Cerro San Luis 9771, Quilicura, almacenaje de distintos clientes. Se maneja despacho y preparación de pedidos para diferentes tipos de clientes. Respecto a los hechos que afectaron al actor, ello fue a fines de febrero de 2008, mientras manipulaba una carga que ingresaba al centro de distribución, producto de una mala maniobra ejecutando una apertura de caja, corta el zuncho desde abajo hacia arriba y el extremo del zuncho salta y se introduce a su ojo, en ese momento estaban otros funcionarios como el jefe de bodega, señor Gallardo, y don Jaime Salazar, de la parte administrativa, y compañeros del actor, lo llevan a IST para atención de rigor por la gravedad de la lesión. Que todo el tema de manipulación de carga y de productos que se manejan en el CD (centro de distribución) son cargas sumamente delicadas, son productos de alto costo que se manejan con estándares de estricto celo, ya sea por productos de “Lacoste” y otros productos de alto costo, entregando al efecto manual de procedimiento y reglamento interno, aportados para todos los funcionarios desde el momento que ingresan al CD, y funciona la bodega y entregados personalmente, y conocimiento pleno de la operativa que normalmente la exige el cliente, por lo delicado de la prenda y exclusivo de la marca. Hubo una mala manipulación y fue errado la forma en que se hizo el corte, porque la cantidad de cajas y volumen que se maneja en el bulto es bastante menor, porque la cantidad de prendas es exclusiva y no van abultadas, son elementos livianos y de baja presión. Que con posterioridad vio en un par de ocasiones al demandante, en forma de visita. El siguió con tratamiento por el IST, se lo comentó en esas ocasiones que fue de visita a la bodega y le consta porque en esas ocasiones él autorizó unos prés-

130

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

6. Anexo de contrato de trabajo, de BHA Transporte y Distribución Ltda., que señala que a partir del 2 de julio de 2010 se reajusta el sueldo del actor, sin firmar por el trabajador. 7. Documento denominado “Descripción de cargos entregados emitido por la demandada principal, que señala la entrega de implementos, entre otros, antiparra, sin fecha de emisión y la declaración de haberlos recibidos por el actor, con su nombre y cargo escrito con formato de máquina y firma sobre él. 8. Liquidaciones de remuneraciones de los meses de agosto y septiembre de 2010. 9. Solicitud provisional de atención médica por accidente del Trabajo ante el IST de fecha 28 de febrero de 2008 a nombre del actor, que indica como empresa asociada a BHA Cargo logistic Ltda., y en la firma y timbre de asociado aparece el timbre de BHA Transporte y Distribución, RUT 76.915.840 6. 10. Declaración individual de accidente del trabajo del actor, formulario de IST, con timbre de recibido 11. Carta del IST dirigida a Marcia Quiñones, representante de la BHA Transportes y Distribución Ltda., de fecha 4 de abril de 2008, en que se acepta la solicitud de ingreso como adherente de la IST a contar del 1 de marzo de 2008. 12. Certificado de alta médica del actor, emitido por el Instituto de Seguridad del Trabajo, de fecha de alta 7 de septiembre de 2008, “quedando en condiciones de reintegrarse a su trabajo el 8 de septiembre de 2008”. 13. Certificado del IST, de 23 de febrero de 2009, en que se certifica que el actor concurre a control médico. 14. Certificado del IST de 17 de mayo de 2009, en que certifica que el actor se presenta a control médico. 15. Carta del IST de 4 de mayo de 2009 dirigido a la demandada referente al actor, en que señala la pérdida de capacidad estimada por la comisión de invalidez del instituto, evaluada en un 27,5%. 16. Acuerdo de término de la relación comercial y finiquito entre Vesuvio Comercial y Textil Chile Ltda. y la demandada, de 25 de marzo de 2009. 17. Recibos de anticipos firmados por el actor entre el 15 de septiembre del 2008 al 15 de abril de 2009 por la suma total de $ 490.000, donde aparece anticipos el 15/9/2008, 15/10/2008, 15/11/2008 y 15/12/2008, 15/1/2009; 15/2/2009, 15/3/2009 y 15/4/2009. UNDÉCIMO: Que, además, incorporó: B. Testimonial consistente en las declaraciones de don Cristian Hernán Quiñones Durán y don Jaime Alberto Salazar Aburto, que constan en registro de audio. El primero, Cristian Quiñones Durán, señala ser Gerente de Logística de BHA Transportes, que su cargo radica en la operativa del transporte de carga, almacenaje y distribución de productos, lo que se realiza en dependencias ubicadas en Avda. Cerro San Luis 9771, Quilicura, almacenaje de distintos clientes. Se maneja despacho y preparación de pedidos para diferentes tipos de clientes. Respecto a los hechos que afectaron al actor, ello fue a fines de febrero de 2008, mientras manipulaba una carga que ingresaba al centro de distribución, producto de una mala maniobra ejecutando una apertura de caja, corta el zuncho desde abajo hacia arriba y el extremo del zuncho salta y se introduce a su ojo, en ese momento estaban otros funcionarios como el jefe de bodega, señor Gallardo, y don Jaime Salazar, de la parte administrativa, y compañeros del actor, lo llevan a IST para atención de rigor por la gravedad de la lesión. Que todo el tema de manipulación de carga y de productos que se manejan en el CD (centro de distribución) son cargas sumamente delicadas, son productos de alto costo que se manejan con estándares de estricto celo, ya sea por productos de “Lacoste” y otros productos de alto costo, entregando al efecto manual de procedimiento y reglamento interno, aportados para todos los funcionarios desde el momento que ingresan al CD, y funciona la bodega y entregados personalmente, y conocimiento pleno de la operativa que normalmente la exige el cliente, por lo delicado de la prenda y exclusivo de la marca. Hubo una mala manipulación y fue errado la forma en que se hizo el corte, porque la cantidad de cajas y volumen que se maneja en el bulto es bastante menor, porque la cantidad de prendas es exclusiva y no van abultadas, son elementos livianos y de baja presión. Que con posterioridad vio en un par de ocasiones al demandante, en forma de visita. El siguió con tratamiento por el IST, se lo comentó en esas ocasiones que fue de visita a la bodega y le consta porque en esas ocasiones él autorizó unos prés-

130

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

131

tamos que le solicitó en temas puntuales de fechas de septiembre y diciembre, ya que la empresa siempre lo apoyó, y para solventar temas de locomoción o cosas puntuales en esas fecha. Señala que las instrucciones están dadas en un manual de procedimiento y en el reglamento interno, detallado y escrito que se entregó a cada funcionario al inicio de las labores, que existe además recepciones de parte del personal de elementos de seguridad como casco de seguridad, antiparras, chaleco reflectante, zapatos de seguridad y todos los elementos necesarios, normalmente son visitados por IST y existen charlas impartidas por IST en la que participa todo el personal administrativo y operativo de bodega sobre manejo y manipulación de carga segura y ello desde el inicio de la empresa. Las inducciones son impartidas diariamente, el tema de instrucción se hace normalmente y es algo básico ya que no requiere instrucción mayor en cuanto a la manipulación y trabajo de bodega. En el caso del actor llevaba un tiempo realizando esa labor y se le entregó toda la información escrita e información verbal por parte del jefe directo de bodega el que daba las instrucciones sobre manipulación de los elementos y artículos de seguridad que se le entregaban. Las cajas son aproximadamente de 70 cm y un metro de largo, en cartón resistente, cajas de volumen pequeño de 70 x 20, peso liviano, 7 ks como máximo, donde va ropa, son de diferentes tamaños, las cajas viene enzunchadas para mantener la estructura de las mismas y el zuncho va como protegiendo la caja de cartón, como de seguridad para la caja, y son bultos pequeños y livianas, y nunca van aprisionadas, compactadas en sus cuatro extremos, las prendas van estiradas, no haciendo presión una a otra. La instrucción dada es el corte del zuncho hacia el inferior, hacia abajo, esa es la operativa, el zuncho es un elemento de contención de la caja y el corte determinado y lógico por el manual de procedimiento es hacia abajo, no hacia arriba que es lo que sucedió, ya que el cortar hacia arriba se levantó la punta de una de las arista y golpeó al actor en un ojo, y ello porque éste operó en forma negligente y distinta a lo descrito en el manual y totalmente irresponsable y portaba las antiparras pero no las tenía puestas en el sector que corresponde sino que colgadas del cuello, todos los que estaban en ese momento recepcionando la carga portaban sus elementos de seguridad como casco y zapatos de seguridad y los antiparras por el tema de la operativa y apertura de cajas, y que al actor se le proporcionaron dichos elementos de seguridad. Se le exhibe reglamento interno de orden, higiene y seguridad, procedimiento interno de centro de Distribución y bodegas, recepción de cargo y elementos de seguridad del actor y recibos de anticipo firmados por el actor: los reconoce y el reglamento interno de la empresa que es proporcionado por el empleador a todos los trabajadores, que describe condiciones de trabajo, higiene y seguridad; reconoce el manual de procedimiento interno del CD que indica claramente entre otras cosas sobre el funcionamiento y operativa de todos los elementos de seguridad proporcionados, sobre la forma y facilidades, elementos que deben usar; el siguiente documento es el que se entrega a todos los funcionarios por los elementos de seguridad proporcionados por la empresa y elementos corporativos, elementos que se usan dentro de la bodega, entre ellos antiparras, y en la distribución de los productos lo exigen, el cual está timbrado por la empresa y recepcionado por el actor. Y reconoce los anticipos de dinero que él autorizó para el actor, con posterioridad al accidente y firmado por el actor. Repreguntado, es el hermano de Marcia Quiñones Durán, la representante de la demandada, que el accidente ocurrió a fines de febrero y él no estuvo presente cuando sucedió y le consta lo relatado porque por su cargo se informó de lo sucedido, por la parte administrativa, ya que es el responsable de todo el tema de lo que es bodega, don Jaime Salazar le informó de ello además informado por el propio actor. La empresa Vesubio es un cliente más de la empresa, almacena productos en la empresa en forma capilar, para almacenamiento y distribución de carga en forma directa y capilar de entrega inmediata. Las funciones del actor como operador de bodega a la época del accidente no era exclusivamente para la empresa Vesubio, sino que prestaba funciones como operador de bodega para BHA Transportes, pero en el momento del accidente la carga que estaba llegando era de Vesubio, pero ello fue circunstancial, ningún funcionario trabaja haciendo una labor específica para cliente. Que los documentos exhibidos son recepcionados y firmados por los trabajadores, y respecto del demandante ellos fueron entregados a fines de febrero, cuando llegó, pero que es normativa de la empresa entregarlos cuando llegan los trabajadores. Se le vuelve a exhibir la documentación: respecto al reglamento interno se entrega adjunto con todos los demás documentos, pero en él no figura la firma del actor como recibido; respecto al procedimiento interno CD, no existe fecha de recepción ni de firma por el actor; en relación al documento sobre recepción de elementos de seguridad, no tiene fecha de recepción por el

tamos que le solicitó en temas puntuales de fechas de septiembre y diciembre, ya que la empresa siempre lo apoyó, y para solventar temas de locomoción o cosas puntuales en esas fecha. Señala que las instrucciones están dadas en un manual de procedimiento y en el reglamento interno, detallado y escrito que se entregó a cada funcionario al inicio de las labores, que existe además recepciones de parte del personal de elementos de seguridad como casco de seguridad, antiparras, chaleco reflectante, zapatos de seguridad y todos los elementos necesarios, normalmente son visitados por IST y existen charlas impartidas por IST en la que participa todo el personal administrativo y operativo de bodega sobre manejo y manipulación de carga segura y ello desde el inicio de la empresa. Las inducciones son impartidas diariamente, el tema de instrucción se hace normalmente y es algo básico ya que no requiere instrucción mayor en cuanto a la manipulación y trabajo de bodega. En el caso del actor llevaba un tiempo realizando esa labor y se le entregó toda la información escrita e información verbal por parte del jefe directo de bodega el que daba las instrucciones sobre manipulación de los elementos y artículos de seguridad que se le entregaban. Las cajas son aproximadamente de 70 cm y un metro de largo, en cartón resistente, cajas de volumen pequeño de 70 x 20, peso liviano, 7 ks como máximo, donde va ropa, son de diferentes tamaños, las cajas viene enzunchadas para mantener la estructura de las mismas y el zuncho va como protegiendo la caja de cartón, como de seguridad para la caja, y son bultos pequeños y livianas, y nunca van aprisionadas, compactadas en sus cuatro extremos, las prendas van estiradas, no haciendo presión una a otra. La instrucción dada es el corte del zuncho hacia el inferior, hacia abajo, esa es la operativa, el zuncho es un elemento de contención de la caja y el corte determinado y lógico por el manual de procedimiento es hacia abajo, no hacia arriba que es lo que sucedió, ya que el cortar hacia arriba se levantó la punta de una de las arista y golpeó al actor en un ojo, y ello porque éste operó en forma negligente y distinta a lo descrito en el manual y totalmente irresponsable y portaba las antiparras pero no las tenía puestas en el sector que corresponde sino que colgadas del cuello, todos los que estaban en ese momento recepcionando la carga portaban sus elementos de seguridad como casco y zapatos de seguridad y los antiparras por el tema de la operativa y apertura de cajas, y que al actor se le proporcionaron dichos elementos de seguridad. Se le exhibe reglamento interno de orden, higiene y seguridad, procedimiento interno de centro de Distribución y bodegas, recepción de cargo y elementos de seguridad del actor y recibos de anticipo firmados por el actor: los reconoce y el reglamento interno de la empresa que es proporcionado por el empleador a todos los trabajadores, que describe condiciones de trabajo, higiene y seguridad; reconoce el manual de procedimiento interno del CD que indica claramente entre otras cosas sobre el funcionamiento y operativa de todos los elementos de seguridad proporcionados, sobre la forma y facilidades, elementos que deben usar; el siguiente documento es el que se entrega a todos los funcionarios por los elementos de seguridad proporcionados por la empresa y elementos corporativos, elementos que se usan dentro de la bodega, entre ellos antiparras, y en la distribución de los productos lo exigen, el cual está timbrado por la empresa y recepcionado por el actor. Y reconoce los anticipos de dinero que él autorizó para el actor, con posterioridad al accidente y firmado por el actor. Repreguntado, es el hermano de Marcia Quiñones Durán, la representante de la demandada, que el accidente ocurrió a fines de febrero y él no estuvo presente cuando sucedió y le consta lo relatado porque por su cargo se informó de lo sucedido, por la parte administrativa, ya que es el responsable de todo el tema de lo que es bodega, don Jaime Salazar le informó de ello además informado por el propio actor. La empresa Vesubio es un cliente más de la empresa, almacena productos en la empresa en forma capilar, para almacenamiento y distribución de carga en forma directa y capilar de entrega inmediata. Las funciones del actor como operador de bodega a la época del accidente no era exclusivamente para la empresa Vesubio, sino que prestaba funciones como operador de bodega para BHA Transportes, pero en el momento del accidente la carga que estaba llegando era de Vesubio, pero ello fue circunstancial, ningún funcionario trabaja haciendo una labor específica para cliente. Que los documentos exhibidos son recepcionados y firmados por los trabajadores, y respecto del demandante ellos fueron entregados a fines de febrero, cuando llegó, pero que es normativa de la empresa entregarlos cuando llegan los trabajadores. Se le vuelve a exhibir la documentación: respecto al reglamento interno se entrega adjunto con todos los demás documentos, pero en él no figura la firma del actor como recibido; respecto al procedimiento interno CD, no existe fecha de recepción ni de firma por el actor; en relación al documento sobre recepción de elementos de seguridad, no tiene fecha de recepción por el ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

131

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

actor pero fue al minuto que ingresó al CD y esa documentación la entregó Jaime Salazar, lo que le consta, y sale firma del actor y conoce ésta porque le firmó otros documentos. Se le exhibe solicitud de anticipo de remuneraciones o adelanto de dinero, en él aparece la fecha en que se entregó el dinero, y en ellos se dice “anticipo no préstamo, esos son de de 15 de enero de 2009, mayo y abril de 2009, septiembre, octubre y diciembre, los que fueron autorizados por él y fueron por unas visitas que el actor realizó a bodega solicitando reincorporarse a sus funciones y ello no se hizo porque debía contarse con un documento de IST que señalara las condiciones de trabajo que el actor podía realizar, que no conoce el término derecho a saber y desconoce si la empresa lo sabe. Que la empresa toma todas las medidas de seguridad e informa a los trabajadores los riesgos del trabajo, que la relación contractual con Vesubio terminó a fines de 2008, que en ese minuto del accidente la información que le dieron es que se estaba ingresando mercadería de la empresa Vesubio, específicamente la marca Lacoste. Que al momento de los hechos estaba presente el jefe de bodega de ese minuto y jefe directo del actor, el señor Gallardo y el señor Jaime Salazar, encargado de administración y finanzas, que son los que concurrieron a ver al actor cuando ocurrió el accidente y lo llevaron al IST; que al momento de la firma del contrato de trabajo conjuntamente con él se entrega el reglamento interno, pero respecto del actor no sabe si se firmó; en el procedimiento interno del CD no hay instrucciones específicas de cómo operar con tip top o desembalar cajas, pero la instrucción directa está en la parte de almacenaje ya que es obligación del jefe de la bodega ver físicamente la operativa y chequear más que la apertura o la forma de abrir, el control de los elementos que están en ese minuto de trabajo, que preguntado sobre si en el procedimiento interno de CD se contemplan normas sobre la forma de realizar el embalaje o desembalaje de productos, el testigo refiere que sobre el uso de elemento cortantes no hay, el tribunal insiste en su pregunta señalando que se requiere conteste algo más general, respecto a cómo se debe realizar el embalaje o desembalaje de productos y el testigo insiste en señalar que en específico sobre operativa de elementos cortantes no, pero si sobre operativa de ingreso de carga y manejo y manipulación de la carga en el sentido de la ubicación y apiladores, que respecto de haber realizado el actor sobre charlas de capacitación no recuerda cuando se hizo eso, las charlas las realiza el personal de IST, él participó en dos que fueron ahora último, no maneja información respecto a si el actor participó a esas charlas. Que en el lugar donde se realiza la recepción de carga, existen letreros sobre recepción de carga, ello está desde siempre, y otro sobre uso de casco, que no puede bajar con elementos que tapen la visión, que en los logotipos que entrega la IST está el uso de cascos, zapatos de seguridad, no fumar, antiparras, y el letrero de ubicación geográfica de donde se recibe la carga y ello está en ese lugar. Pero no existe un letrero respecto al uso de elementos cortantes en el embalaje o desembalaje de productos. Que respecto a la instrucción de cortar el zuncho con tip top hacia abajo, ello no está por escrito sino que son elementos que se van aportando a medida de las diferentes tipos de carga y productos, la instrucción se da verbalmente a medida que va llegando la carga, ya que existen distintos tipos de carga en la bodega, para cada ingreso de carga existen diferentes tipos de aptitud a trabajar (en bolsa, a granel), en caso del actor se le dio la instrucción por el jefe de bodega, señor Gallardo, que ya no está, y ello le consta porque en el uso de elementos cortante se le informaba por un tema de seguridad o ruptura de los elementos, para no dañar las prendas que venían en las cajas. Que él no estuvo presente cuando le dieron la instrucción, pero el señor Gallardo siempre le decía que constantemente hacía hincapié sobre el uso de los elementos de seguridad para operar en la bodega, y normalmente esta persona hacia instrucciones a su personal. La caja en que el actor tuvo el accidente no tenía etiqueta sobre cómo debían abrirse, y era caja del cliente Vesubio, pero ninguna caja viene con esa instrucción, sólo tienen etiquetado sobre posición de la caja o de frágil, pero no tienen formato de cómo abrir la caja. Las charlas que realizó el IST, él participó en ellas el 2009 y 2010, respecto al año 2008 no le consta si se realizaron. Que en el lugar, a la época del accidente trabajaban entre 12 ó 15 personas, la empresa sólo realizó preguntas sobre cómo ocurrieron los hechos, y lo hizo él, preguntándose en especial el horario y cómo había sucedido y le preguntó al señor Gallardo y al señor Salas. Respecto a los anticipos, indica que el actor los solicitó en el 2008 y 2009 y fue en dos oportunidades en septiembre y diciembre, que fue cuando él vio al demandante de visita en la bodega. El segundo, Jaime Salazar Aburto, es encargado de administración y finanzas de la empresa BHA Transporte y trabaja en ella desde octubre de 2007, y su función principal es velar que se cumplan los

132

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

actor pero fue al minuto que ingresó al CD y esa documentación la entregó Jaime Salazar, lo que le consta, y sale firma del actor y conoce ésta porque le firmó otros documentos. Se le exhibe solicitud de anticipo de remuneraciones o adelanto de dinero, en él aparece la fecha en que se entregó el dinero, y en ellos se dice “anticipo no préstamo, esos son de de 15 de enero de 2009, mayo y abril de 2009, septiembre, octubre y diciembre, los que fueron autorizados por él y fueron por unas visitas que el actor realizó a bodega solicitando reincorporarse a sus funciones y ello no se hizo porque debía contarse con un documento de IST que señalara las condiciones de trabajo que el actor podía realizar, que no conoce el término derecho a saber y desconoce si la empresa lo sabe. Que la empresa toma todas las medidas de seguridad e informa a los trabajadores los riesgos del trabajo, que la relación contractual con Vesubio terminó a fines de 2008, que en ese minuto del accidente la información que le dieron es que se estaba ingresando mercadería de la empresa Vesubio, específicamente la marca Lacoste. Que al momento de los hechos estaba presente el jefe de bodega de ese minuto y jefe directo del actor, el señor Gallardo y el señor Jaime Salazar, encargado de administración y finanzas, que son los que concurrieron a ver al actor cuando ocurrió el accidente y lo llevaron al IST; que al momento de la firma del contrato de trabajo conjuntamente con él se entrega el reglamento interno, pero respecto del actor no sabe si se firmó; en el procedimiento interno del CD no hay instrucciones específicas de cómo operar con tip top o desembalar cajas, pero la instrucción directa está en la parte de almacenaje ya que es obligación del jefe de la bodega ver físicamente la operativa y chequear más que la apertura o la forma de abrir, el control de los elementos que están en ese minuto de trabajo, que preguntado sobre si en el procedimiento interno de CD se contemplan normas sobre la forma de realizar el embalaje o desembalaje de productos, el testigo refiere que sobre el uso de elemento cortantes no hay, el tribunal insiste en su pregunta señalando que se requiere conteste algo más general, respecto a cómo se debe realizar el embalaje o desembalaje de productos y el testigo insiste en señalar que en específico sobre operativa de elementos cortantes no, pero si sobre operativa de ingreso de carga y manejo y manipulación de la carga en el sentido de la ubicación y apiladores, que respecto de haber realizado el actor sobre charlas de capacitación no recuerda cuando se hizo eso, las charlas las realiza el personal de IST, él participó en dos que fueron ahora último, no maneja información respecto a si el actor participó a esas charlas. Que en el lugar donde se realiza la recepción de carga, existen letreros sobre recepción de carga, ello está desde siempre, y otro sobre uso de casco, que no puede bajar con elementos que tapen la visión, que en los logotipos que entrega la IST está el uso de cascos, zapatos de seguridad, no fumar, antiparras, y el letrero de ubicación geográfica de donde se recibe la carga y ello está en ese lugar. Pero no existe un letrero respecto al uso de elementos cortantes en el embalaje o desembalaje de productos. Que respecto a la instrucción de cortar el zuncho con tip top hacia abajo, ello no está por escrito sino que son elementos que se van aportando a medida de las diferentes tipos de carga y productos, la instrucción se da verbalmente a medida que va llegando la carga, ya que existen distintos tipos de carga en la bodega, para cada ingreso de carga existen diferentes tipos de aptitud a trabajar (en bolsa, a granel), en caso del actor se le dio la instrucción por el jefe de bodega, señor Gallardo, que ya no está, y ello le consta porque en el uso de elementos cortante se le informaba por un tema de seguridad o ruptura de los elementos, para no dañar las prendas que venían en las cajas. Que él no estuvo presente cuando le dieron la instrucción, pero el señor Gallardo siempre le decía que constantemente hacía hincapié sobre el uso de los elementos de seguridad para operar en la bodega, y normalmente esta persona hacia instrucciones a su personal. La caja en que el actor tuvo el accidente no tenía etiqueta sobre cómo debían abrirse, y era caja del cliente Vesubio, pero ninguna caja viene con esa instrucción, sólo tienen etiquetado sobre posición de la caja o de frágil, pero no tienen formato de cómo abrir la caja. Las charlas que realizó el IST, él participó en ellas el 2009 y 2010, respecto al año 2008 no le consta si se realizaron. Que en el lugar, a la época del accidente trabajaban entre 12 ó 15 personas, la empresa sólo realizó preguntas sobre cómo ocurrieron los hechos, y lo hizo él, preguntándose en especial el horario y cómo había sucedido y le preguntó al señor Gallardo y al señor Salas. Respecto a los anticipos, indica que el actor los solicitó en el 2008 y 2009 y fue en dos oportunidades en septiembre y diciembre, que fue cuando él vio al demandante de visita en la bodega. El segundo, Jaime Salazar Aburto, es encargado de administración y finanzas de la empresa BHA Transporte y trabaja en ella desde octubre de 2007, y su función principal es velar que se cumplan los

132

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

133

procedimientos internos de la empresa, todo el tema financiero, encargado de la parte documental de las operaciones que tienen con sus clientes. Que conoce al demandante y que en el 28 de febrero de 2008, en las bodegas de la empresa, el actor tomó una caja de ropa que en esa oportunidad ellos veían todo lo que era de la empresa Vesubio, como Armani, Ferucci y tomó el tip top y en vez de cortar el zuncho hacia abajo lo hizo hacia arriba, por lo que el zuncho plástico le impactó en su ojo, dejándolo con pérdida total, cuando ocurrió el accidente lo llevan directamente a un centro de atención del IST, quedó hospitalizado. Que el zuncho es un material plástico de alta resistencia, y al cortarlo ante la mala operativa del procedimiento, éste le pegó en el ojo, porque al cortar, se debe poner la mano izquierda en la caja de forma de dejar el zuncho sujetado y una vez que corta el zuncho se corta, y ello es hacia abajo, el tip top debe ser hacia abajo, es un procedimiento que se cumple en la empresa. Respecto al demandante, le consta que se le dieron todas las instrucciones, porque él ve el tema documental y tiene todos los estamentos de las inducciones y de las capacitaciones al personal y además controla también que usen los elementos de seguridad. Estos procedimiento, por política interna de la empresa, cuando ingresa el personal a la misma se le efectúa una inducción de cómo se adecúan cada proceso, para preparar pedidos, distribuir despacho. Todo tiene una secuencia de trabajo. Respecto al demandante ello se le hizo ello al momento del ingreso, lo que le consta porque tienen un manual de procedimiento y un reglamento interno en donde ponen énfasis que se cumplan ciertos estándares de seguridad. Respecto a los elementos de seguridad, le consta ello porque él surte al personal cuando llegan a la empresa les asigna sus elementos de seguridad, su ropa corporativa, además del reglamento interno y el manual de procedimiento, y ello se hizo al actor cuando llegó a la compañía. Al demandante se le entregó las antiparras y al momento del accidente tenía las antiparras y presume que no las tenía puestas por el daño al ojo. Que la caja que manipulaba el actor era de un metro por unos 60 cm de alto, de cartón no muy grande ni pesada ya que no contiene muchas prendas de vestir, pero muy valoradas, porque es la marca Lacoste, las prendas vienen rotuladas y el zuncho no ejerce presión, porque la caja no viene en su capacidad máxima; que el procedimiento para abrir la caja es la mano sobre la caja para adosar y asegurar que el zuncho quede frente a la caja y luego cortarlo desde arriba hacia abajo, de manera que el rebote sea hacia abajo, y el actor lo hizo desde abajo hacia arriba, y que ese procedimiento consta además por escrito y verbal. Que presenció el accidente, que estaba en el segundo piso, hablando por teléfono y lo escuchó gritar, el movimiento del zuncho no lo vio. Que una vez que se firma el contrato se entrega el reglamento interno y también, el manual de procedimiento, todo ello junto, y ello es firmado por los trabajadores y la empresa se queda con una copia y los trabajadores con una copia, y ello está firmado por el actor; se le exhibe el reglamento y el manual de procedimiento interno de CD, y señala que en ellos no está la firma del actor, y se le exhibe el contrato de trabajo e indica que en él constancia de la entrega de los documentos referidos en su cláusula 9ª “se entiende incorporada.. (la lee)” y 5ª. Respecto a la capacitación e inducción al actor fue cuando éste ingreso a la empresa y la hizo el jefe de bodega don Hernán Gallardo y que él no estuvo presente en ello; que el tip top es una herramienta de trabajo y se usa para abrir cajas, cortar zunchos; que hubo inducción y capacitación sobre el procedimiento de embalar y desembalar y el uso del tip top y ello lo hizo el señor Gallardo, y no hay constancia escrita de ello. Que al momento del accidente la bodega tiene todo señalizado, sobre carga y descarga de productos, no respecto a embalaje y desembalaje de cajas. Que en el manual de procedimiento interno que se le exhibe que en la parte de requerimientos para personal se dispone que es responsabilidad del jefe de bodegas procurar que todo el personal cumpla con las normas establecidas por la empresa, y en el punto 1 se indica que todo el personal que ingrese al centro de distribución debe contar con el uniforme establecido por la gerencia, zapatos correspondientes, todo el personal debe contar con su radio comunicación conectada al manos libres, todo el personal que intervenga en proceso de carga y descarga debe contar con faja establecida para carga y guantes de seguridad. Que en forma posterior al accidente la empresa no hizo una investigación que quedara por escrito del mismo y sí se reafirmó medidas de seguridad para evitar este tipo de desgracias. El actor llevaba 2 semanas trabajando en la empresa antes del accidente, que normalmente una persona que realiza el desembalaje de cajas aproximadamente hace este proceso en 10 cajas en forma diaria, que antes del accidente el demandante había realizado esta labor y no se accidentó, lo que entiende es que el actor adoptó mal el procedimiento y por ello sufrió el accidente, ya que se le realizó la inducción y se le entregó los elementos de seguridad; que

procedimientos internos de la empresa, todo el tema financiero, encargado de la parte documental de las operaciones que tienen con sus clientes. Que conoce al demandante y que en el 28 de febrero de 2008, en las bodegas de la empresa, el actor tomó una caja de ropa que en esa oportunidad ellos veían todo lo que era de la empresa Vesubio, como Armani, Ferucci y tomó el tip top y en vez de cortar el zuncho hacia abajo lo hizo hacia arriba, por lo que el zuncho plástico le impactó en su ojo, dejándolo con pérdida total, cuando ocurrió el accidente lo llevan directamente a un centro de atención del IST, quedó hospitalizado. Que el zuncho es un material plástico de alta resistencia, y al cortarlo ante la mala operativa del procedimiento, éste le pegó en el ojo, porque al cortar, se debe poner la mano izquierda en la caja de forma de dejar el zuncho sujetado y una vez que corta el zuncho se corta, y ello es hacia abajo, el tip top debe ser hacia abajo, es un procedimiento que se cumple en la empresa. Respecto al demandante, le consta que se le dieron todas las instrucciones, porque él ve el tema documental y tiene todos los estamentos de las inducciones y de las capacitaciones al personal y además controla también que usen los elementos de seguridad. Estos procedimiento, por política interna de la empresa, cuando ingresa el personal a la misma se le efectúa una inducción de cómo se adecúan cada proceso, para preparar pedidos, distribuir despacho. Todo tiene una secuencia de trabajo. Respecto al demandante ello se le hizo ello al momento del ingreso, lo que le consta porque tienen un manual de procedimiento y un reglamento interno en donde ponen énfasis que se cumplan ciertos estándares de seguridad. Respecto a los elementos de seguridad, le consta ello porque él surte al personal cuando llegan a la empresa les asigna sus elementos de seguridad, su ropa corporativa, además del reglamento interno y el manual de procedimiento, y ello se hizo al actor cuando llegó a la compañía. Al demandante se le entregó las antiparras y al momento del accidente tenía las antiparras y presume que no las tenía puestas por el daño al ojo. Que la caja que manipulaba el actor era de un metro por unos 60 cm de alto, de cartón no muy grande ni pesada ya que no contiene muchas prendas de vestir, pero muy valoradas, porque es la marca Lacoste, las prendas vienen rotuladas y el zuncho no ejerce presión, porque la caja no viene en su capacidad máxima; que el procedimiento para abrir la caja es la mano sobre la caja para adosar y asegurar que el zuncho quede frente a la caja y luego cortarlo desde arriba hacia abajo, de manera que el rebote sea hacia abajo, y el actor lo hizo desde abajo hacia arriba, y que ese procedimiento consta además por escrito y verbal. Que presenció el accidente, que estaba en el segundo piso, hablando por teléfono y lo escuchó gritar, el movimiento del zuncho no lo vio. Que una vez que se firma el contrato se entrega el reglamento interno y también, el manual de procedimiento, todo ello junto, y ello es firmado por los trabajadores y la empresa se queda con una copia y los trabajadores con una copia, y ello está firmado por el actor; se le exhibe el reglamento y el manual de procedimiento interno de CD, y señala que en ellos no está la firma del actor, y se le exhibe el contrato de trabajo e indica que en él constancia de la entrega de los documentos referidos en su cláusula 9ª “se entiende incorporada.. (la lee)” y 5ª. Respecto a la capacitación e inducción al actor fue cuando éste ingreso a la empresa y la hizo el jefe de bodega don Hernán Gallardo y que él no estuvo presente en ello; que el tip top es una herramienta de trabajo y se usa para abrir cajas, cortar zunchos; que hubo inducción y capacitación sobre el procedimiento de embalar y desembalar y el uso del tip top y ello lo hizo el señor Gallardo, y no hay constancia escrita de ello. Que al momento del accidente la bodega tiene todo señalizado, sobre carga y descarga de productos, no respecto a embalaje y desembalaje de cajas. Que en el manual de procedimiento interno que se le exhibe que en la parte de requerimientos para personal se dispone que es responsabilidad del jefe de bodegas procurar que todo el personal cumpla con las normas establecidas por la empresa, y en el punto 1 se indica que todo el personal que ingrese al centro de distribución debe contar con el uniforme establecido por la gerencia, zapatos correspondientes, todo el personal debe contar con su radio comunicación conectada al manos libres, todo el personal que intervenga en proceso de carga y descarga debe contar con faja establecida para carga y guantes de seguridad. Que en forma posterior al accidente la empresa no hizo una investigación que quedara por escrito del mismo y sí se reafirmó medidas de seguridad para evitar este tipo de desgracias. El actor llevaba 2 semanas trabajando en la empresa antes del accidente, que normalmente una persona que realiza el desembalaje de cajas aproximadamente hace este proceso en 10 cajas en forma diaria, que antes del accidente el demandante había realizado esta labor y no se accidentó, lo que entiende es que el actor adoptó mal el procedimiento y por ello sufrió el accidente, ya que se le realizó la inducción y se le entregó los elementos de seguridad; que ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

133

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

el reglamento interno y el manual de procedimiento interno son documentos estándar que se le entrega a todos los operarios de bodega, y se le exhibe el escrito de descripción de cargo entregados, que refleja la entrega de ropa corporativa y elementos de seguridad, donde se incluye las antiparras, que es porque usan el zuncho y por el tema de las cajas y son para prevenir para que no tengan daños, que ante condiciones inseguras es necesaria la antiparras, para proteger la vista. Que los trabajadores ocupan antiparras, y el actor con anterioridad a los hechos del accidente, la oficina del segundo piso las ventanas dan hacia la bodega y los trabajadores que allí operan ocupan antiparras y el actor en sus labores con anterioridad a la fecha del accidente estaba trabajando como el resto de los trabajadores en la apertura de cajas y usaba antiparras, y ello porque estaba trabajando en apertura de cajas y porque se lo instruyó el señor Gallardo, jefe de bodega. Que la antiparra es un elemento de protección personal. Que en el centro de distribución se manejan cajas de distintos clientes además de Vesubio, como Ferucci, Ellus, y le consta fehacientemente que el accidente se produjo cuando el demandante estaba abriendo una caja de Lacoste. Que respecto a los documentos de inducción o instrucciones a las que aludió y por lo cual le consta lo que declaró, expresa que ellos estaban contempladas en el procedimiento de CD respecto a los puntos de requerimientos del personal, pero luego de revisarlo señala que en él no está lo relativo a instrucciones sobre cómo embalar o desembalar productos ni cómo usar elementos cortantes en dicha labor; respecto a ciertos estándares de seguridad que señaló estaban contemplados en el manual de procedimiento y reglamento interno, indica que el manual exhibido es el único de procedimientos en la empresa, y que los estándares de seguridad en relación al trabajo de embalaje y desembalaje está en el manual, pero no específicamente respecto a cajas y en el contrato de trabajo dentro de sus obligaciones señala que está, luego añade que no recuerda si están en el reglamento interno dichos estándares de seguridad que establece la empresa. Que no existe un procedimiento escrito sobre acciones seguras y condiciones inseguras para la realización de labores de embalaje; que en la sección donde se produjo el accidente es el lugar exclusivamente para la recepción y manejo de preparación de pedidos, la señáletica es visible y está en toda la bodega, tanto extintores, red húmeda, que deben usar antiparras, casco de seguridad, pero a la fecha del accidente no existía ningún elemento o señáletica sobre cómo deben usarse los elementos cortantes, pero si hay inducción sobre ello, pero que respecto de ello no hay constancia por escrito de cuando se hizo, sólo le consta porque el jefe de bodega se lo dijo y porque por su normativa interna deben realizar ello, sólo firma el trabajador cuando va al trabajo y es firma de asistencia, no firma aparte sobre charlas de inducción en la que participa, que se hizo inducción sobre los riesgos que implicaba su trabajo en la bodega, en el centro de distribución, fue de media hora aproximadamente y a mediados del año 2008, le parece que fue en octubre de 2008 y ya había acaecido el accidente del trabajador; que tal inducción se hace siempre cuando llega personal nuevo, al menos una vez al mes, en la bodega para el mejor desarrollo de las funciones de los trabajadores y lo realiza el jefe de bodegas, que no estuvo presente y le consta que respecto del actor se hizo antes del accidente y el tenor de la charla son las medidas de seguridad, pero no tiene certeza de la fecha en que se hizo y que las medidas de seguridad están contempladas en el reglamento interno, en el título 7° de las obligaciones, artículo 22 letra f); la inducción aclara que se refiere a que tienen que llegar a la hora, sobre las medidas de seguridad generales; luego añade que don Hernán Gallardo hizo una charla sobre el uso de elementos cortantes y fue antes del accidente. Que posterior al accidente se hizo charlas por el IST, ello fueron medidas adoptadas después del accidente. Que no tiene ningún documento escrito sobre las charlas o inducciones tampoco sobre el derecho a saber de los riesgos que implica la actividad, que la caja donde se produjo el accidente no lleva ningún elemento o signo sobre como cortar los elementos de seguridad, que esa caja era del cliente que ellos tenían, Vesubio. DECIMOSEGUNDO: Que, por su parte, la demandada Vesuvio Comercial y Textil Chile Ltda., sólo ofreció e incorporó confesional consistente en la declaración del demandante don Sergio Toro Navarro, según consta en registro de audio, el cual declara que antes de trabajar para la demandada trabajaba en una fundición, era más peligroso y allí no se accidentó porque usaba elementos de seguridad, conoce lo que es una antiparra y sabe cuándo debe usarse, que cuando sucedió el accidente no tenía antiparras, que antes de este accidente sufrió otro accidente se cayó de una techumbre cuando trabajaba en la construcción; que cuando trabajó para la demandada BHA manejaba cajas y bultos que eran de Vesuvio y ello le consta porque trabajaban para ellos solamente, le prestaban servicios a

134

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

el reglamento interno y el manual de procedimiento interno son documentos estándar que se le entrega a todos los operarios de bodega, y se le exhibe el escrito de descripción de cargo entregados, que refleja la entrega de ropa corporativa y elementos de seguridad, donde se incluye las antiparras, que es porque usan el zuncho y por el tema de las cajas y son para prevenir para que no tengan daños, que ante condiciones inseguras es necesaria la antiparras, para proteger la vista. Que los trabajadores ocupan antiparras, y el actor con anterioridad a los hechos del accidente, la oficina del segundo piso las ventanas dan hacia la bodega y los trabajadores que allí operan ocupan antiparras y el actor en sus labores con anterioridad a la fecha del accidente estaba trabajando como el resto de los trabajadores en la apertura de cajas y usaba antiparras, y ello porque estaba trabajando en apertura de cajas y porque se lo instruyó el señor Gallardo, jefe de bodega. Que la antiparra es un elemento de protección personal. Que en el centro de distribución se manejan cajas de distintos clientes además de Vesubio, como Ferucci, Ellus, y le consta fehacientemente que el accidente se produjo cuando el demandante estaba abriendo una caja de Lacoste. Que respecto a los documentos de inducción o instrucciones a las que aludió y por lo cual le consta lo que declaró, expresa que ellos estaban contempladas en el procedimiento de CD respecto a los puntos de requerimientos del personal, pero luego de revisarlo señala que en él no está lo relativo a instrucciones sobre cómo embalar o desembalar productos ni cómo usar elementos cortantes en dicha labor; respecto a ciertos estándares de seguridad que señaló estaban contemplados en el manual de procedimiento y reglamento interno, indica que el manual exhibido es el único de procedimientos en la empresa, y que los estándares de seguridad en relación al trabajo de embalaje y desembalaje está en el manual, pero no específicamente respecto a cajas y en el contrato de trabajo dentro de sus obligaciones señala que está, luego añade que no recuerda si están en el reglamento interno dichos estándares de seguridad que establece la empresa. Que no existe un procedimiento escrito sobre acciones seguras y condiciones inseguras para la realización de labores de embalaje; que en la sección donde se produjo el accidente es el lugar exclusivamente para la recepción y manejo de preparación de pedidos, la señáletica es visible y está en toda la bodega, tanto extintores, red húmeda, que deben usar antiparras, casco de seguridad, pero a la fecha del accidente no existía ningún elemento o señáletica sobre cómo deben usarse los elementos cortantes, pero si hay inducción sobre ello, pero que respecto de ello no hay constancia por escrito de cuando se hizo, sólo le consta porque el jefe de bodega se lo dijo y porque por su normativa interna deben realizar ello, sólo firma el trabajador cuando va al trabajo y es firma de asistencia, no firma aparte sobre charlas de inducción en la que participa, que se hizo inducción sobre los riesgos que implicaba su trabajo en la bodega, en el centro de distribución, fue de media hora aproximadamente y a mediados del año 2008, le parece que fue en octubre de 2008 y ya había acaecido el accidente del trabajador; que tal inducción se hace siempre cuando llega personal nuevo, al menos una vez al mes, en la bodega para el mejor desarrollo de las funciones de los trabajadores y lo realiza el jefe de bodegas, que no estuvo presente y le consta que respecto del actor se hizo antes del accidente y el tenor de la charla son las medidas de seguridad, pero no tiene certeza de la fecha en que se hizo y que las medidas de seguridad están contempladas en el reglamento interno, en el título 7° de las obligaciones, artículo 22 letra f); la inducción aclara que se refiere a que tienen que llegar a la hora, sobre las medidas de seguridad generales; luego añade que don Hernán Gallardo hizo una charla sobre el uso de elementos cortantes y fue antes del accidente. Que posterior al accidente se hizo charlas por el IST, ello fueron medidas adoptadas después del accidente. Que no tiene ningún documento escrito sobre las charlas o inducciones tampoco sobre el derecho a saber de los riesgos que implica la actividad, que la caja donde se produjo el accidente no lleva ningún elemento o signo sobre como cortar los elementos de seguridad, que esa caja era del cliente que ellos tenían, Vesubio. DECIMOSEGUNDO: Que, por su parte, la demandada Vesuvio Comercial y Textil Chile Ltda., sólo ofreció e incorporó confesional consistente en la declaración del demandante don Sergio Toro Navarro, según consta en registro de audio, el cual declara que antes de trabajar para la demandada trabajaba en una fundición, era más peligroso y allí no se accidentó porque usaba elementos de seguridad, conoce lo que es una antiparra y sabe cuándo debe usarse, que cuando sucedió el accidente no tenía antiparras, que antes de este accidente sufrió otro accidente se cayó de una techumbre cuando trabajaba en la construcción; que cuando trabajó para la demandada BHA manejaba cajas y bultos que eran de Vesuvio y ello le consta porque trabajaban para ellos solamente, le prestaban servicios a

134

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

135

Vesuvio, no sabe si su empresa le prestaba servicios a otra empresa, pero él sólo desembalaba cajas de Vesuvio, le consta porque las cajas eran de Vesuvio, que antes del accidente realizaba otras labores o acciones, ya que cuando empezó a trabajar separaba pedidos, y que el día del accidente empezó a desembalar cajas, que nadie le explicó cómo realizar esa labor, pero él cortó el zuncho hacia abajo como le dijo la otra persona que si cortaba el zuncho hacia arriba podía cortarse la mano, él cortó hacia abajo el zuncho y lo que sucedió es que el zuncho reventó y se fue hacia arriba igual y le pegó en el ojo, y ello fue porque no tenía elementos de seguridad, no tenía antiparras, se le exhibe el documento acompañado N° 7, y el demandante no lo reconoce y señala que esa no es su firma, es distinta a su firma. Que don Hernán Gallardo cuando él empezó a trabajar allí le dijo que debía cortar el zuncho hacia abajo, con el tip top hacia abajo, ya que si lo hacia arriba se podía cortar la mano o la cara, y no tenía antiparras porque no le habían dado elementos de seguridad, que había otros trabajadores en el lugar y ninguno tenía antiparras. DECIMOTERCERO: Que el tribunal, actuando de oficio, incorporó las declaraciones de don Aníbal Alexis Orellana Guanquimil, quien declara como de BHA Transporte y Distribución Ltda., y de don Nelson Gustavo Núñez Becerra quien lo hace por la demandada Vesuvio Comercial y Textil Chile Ltda., según consta en el registro de audio. El primero, Aníbal Orellana, quien es contador y Gerente de Finanzas de BHA Transporte y Distribución Ltda., y trabaja allí desde el año 2001, quien señala que en febrero de 2008 las medidas de seguridad en el Centro de Distribución eran las normales para una empresa de transportes y bodegaje: cascos, antiparras, fajas lumbares, guantes con goma; que además, para que una empresa de bodega pueda sacar la patente en la municipalidad, debe estar fiscalizada por el IST o algún organismo de seguridad del trabajador, todo lo que influye en seguridad debe estar dentro de la empresa para que pueda funcionar. Respecto al embalaje y desembalaje de cajas, las charlas e instrucciones de seguridad, pero nada respecto a cómo usar el tip top, porque eso es conocido, en relación a riesgos en cuanto a embalaje y cómo usar tip top no, pero sí en todo lo demás; dentro de la empresa, el tema de embalaje y desembalaje dependía del cliente porque algunos no pedían ello. Que el tip top o elemento cortante no era primordial para hacer el trabajo y lo otorgaba la oficina de administración. Que después del accidente se hizo reunión con el personal, que tuvieran más cuidado, no sabe si se tomó alguna otra medida, no sabe si las charlas o instrucciones después del accidente quedaron consignadas por escrito, cree que se puso alguna señalética en el lugar. El segundo, don Nelson Núñez, gerente de negocios de Vesuvio Comercial y Textil Chile Ltda., señala que la empresa no tuvo conocimiento del accidente y sólo tomaron conocimiento por la demanda, la función de la empresa BHA Transportes era que le prestaba servicios de recepción, almacenamiento y distribución de mercadería que ellos importaban, esta mercadería iba en cajas, desconoce si se le señaló a la otra demandada alguna prevención sobre medidas de seguridad tampoco sabe si la empresa Vesuvio fue a la empresa BHA a ver el lugar y medidas de seguridad, que ello lo ve el área de administración y finanzas que es la que se relaciona con los prestadores de servicios y la vinculación con la demandada principal la tuvieron desde mediados de 2007 hasta principios de 2009. RESPECTO EXCEPCIONES OPUESTAS: DECIMOCUARTO: Que respecto a la excepción de prescripción opuesta por la demandada Vesubio, en conformidad a lo dispuesto en el artículo 510 del Código del trabajo, deberá rechazarse la misma por cuanto los derechos demandados por el actor se refieren a las indemnizaciones por despido indirecto, los que se hacen exigibles a contar de la terminación de los servicios, hecho que acaeció el 14 de octubre de 2010, por ende no ha transcurrido el plazo para que opere su extinción. Que en relación a la excepción de pago opuesta por la misma demanda, atendido que ello tiene directa incidencia con el fondo del asunto debatido, se resolverá en dicha oportunidad. DECIMOQUINTO: Que respecto a la excepción de incompetencia opuesta por el demandante a la demanda reconvencional, deberá rechazarse la misma por cuanto la acción entablada por la demandada BHA Transporte y Distribución dice relación directa con el asunto sometido al conocimiento del tribunal y está íntimamente relacionado con el mismo toda vez que se está demandando el pago de los anticipos que alega se entregaron al actor en calidad de remuneración y con ocasión de la relación laboral que les une.

Vesuvio, no sabe si su empresa le prestaba servicios a otra empresa, pero él sólo desembalaba cajas de Vesuvio, le consta porque las cajas eran de Vesuvio, que antes del accidente realizaba otras labores o acciones, ya que cuando empezó a trabajar separaba pedidos, y que el día del accidente empezó a desembalar cajas, que nadie le explicó cómo realizar esa labor, pero él cortó el zuncho hacia abajo como le dijo la otra persona que si cortaba el zuncho hacia arriba podía cortarse la mano, él cortó hacia abajo el zuncho y lo que sucedió es que el zuncho reventó y se fue hacia arriba igual y le pegó en el ojo, y ello fue porque no tenía elementos de seguridad, no tenía antiparras, se le exhibe el documento acompañado N° 7, y el demandante no lo reconoce y señala que esa no es su firma, es distinta a su firma. Que don Hernán Gallardo cuando él empezó a trabajar allí le dijo que debía cortar el zuncho hacia abajo, con el tip top hacia abajo, ya que si lo hacia arriba se podía cortar la mano o la cara, y no tenía antiparras porque no le habían dado elementos de seguridad, que había otros trabajadores en el lugar y ninguno tenía antiparras. DECIMOTERCERO: Que el tribunal, actuando de oficio, incorporó las declaraciones de don Aníbal Alexis Orellana Guanquimil, quien declara como de BHA Transporte y Distribución Ltda., y de don Nelson Gustavo Núñez Becerra quien lo hace por la demandada Vesuvio Comercial y Textil Chile Ltda., según consta en el registro de audio. El primero, Aníbal Orellana, quien es contador y Gerente de Finanzas de BHA Transporte y Distribución Ltda., y trabaja allí desde el año 2001, quien señala que en febrero de 2008 las medidas de seguridad en el Centro de Distribución eran las normales para una empresa de transportes y bodegaje: cascos, antiparras, fajas lumbares, guantes con goma; que además, para que una empresa de bodega pueda sacar la patente en la municipalidad, debe estar fiscalizada por el IST o algún organismo de seguridad del trabajador, todo lo que influye en seguridad debe estar dentro de la empresa para que pueda funcionar. Respecto al embalaje y desembalaje de cajas, las charlas e instrucciones de seguridad, pero nada respecto a cómo usar el tip top, porque eso es conocido, en relación a riesgos en cuanto a embalaje y cómo usar tip top no, pero sí en todo lo demás; dentro de la empresa, el tema de embalaje y desembalaje dependía del cliente porque algunos no pedían ello. Que el tip top o elemento cortante no era primordial para hacer el trabajo y lo otorgaba la oficina de administración. Que después del accidente se hizo reunión con el personal, que tuvieran más cuidado, no sabe si se tomó alguna otra medida, no sabe si las charlas o instrucciones después del accidente quedaron consignadas por escrito, cree que se puso alguna señalética en el lugar. El segundo, don Nelson Núñez, gerente de negocios de Vesuvio Comercial y Textil Chile Ltda., señala que la empresa no tuvo conocimiento del accidente y sólo tomaron conocimiento por la demanda, la función de la empresa BHA Transportes era que le prestaba servicios de recepción, almacenamiento y distribución de mercadería que ellos importaban, esta mercadería iba en cajas, desconoce si se le señaló a la otra demandada alguna prevención sobre medidas de seguridad tampoco sabe si la empresa Vesuvio fue a la empresa BHA a ver el lugar y medidas de seguridad, que ello lo ve el área de administración y finanzas que es la que se relaciona con los prestadores de servicios y la vinculación con la demandada principal la tuvieron desde mediados de 2007 hasta principios de 2009. RESPECTO EXCEPCIONES OPUESTAS: DECIMOCUARTO: Que respecto a la excepción de prescripción opuesta por la demandada Vesubio, en conformidad a lo dispuesto en el artículo 510 del Código del trabajo, deberá rechazarse la misma por cuanto los derechos demandados por el actor se refieren a las indemnizaciones por despido indirecto, los que se hacen exigibles a contar de la terminación de los servicios, hecho que acaeció el 14 de octubre de 2010, por ende no ha transcurrido el plazo para que opere su extinción. Que en relación a la excepción de pago opuesta por la misma demanda, atendido que ello tiene directa incidencia con el fondo del asunto debatido, se resolverá en dicha oportunidad. DECIMOQUINTO: Que respecto a la excepción de incompetencia opuesta por el demandante a la demanda reconvencional, deberá rechazarse la misma por cuanto la acción entablada por la demandada BHA Transporte y Distribución dice relación directa con el asunto sometido al conocimiento del tribunal y está íntimamente relacionado con el mismo toda vez que se está demandando el pago de los anticipos que alega se entregaron al actor en calidad de remuneración y con ocasión de la relación laboral que les une. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

135

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

SOBRE DEMANDA RECONVENCIONAL: DECIMOSEXTO: Que la demandada principal opone demandada reconvencional en contra del actor, por cuanto señala que desde la fecha del accidente del trabajo sufrido con fecha 28 de febrero de 2008, el actor se mantuvo hasta la fecha del auto despido, en tratamientos médicos en el IST y haciendo uso de licencias médicas, que le cubrían el total de sus remuneraciones. Que no obstante ello, se le otorgaron anticipos de remuneraciones, entre los meses de septiembre de 2008 y abril de 2009, por la suma de $ 490.000, que demanda, que al efecto presentó documento que da cuenta de tales anticipos por el período señalado, que sin perjuicio de ello, ha de tenerse presente que los mismos se inician el 15 de septiembre de 2008 y según documentos acompañado por la propia demandada, el IST lo dio de alta el 7 de septiembre de 2008, debiendo reincorporarse a sus funciones el 8 de septiembre, que la demandada no adjunto más que las liquidaciones de sueldo de agosto y septiembre de 2010 y respecto a las del período de la fecha de alta nada adjunto y su testigo Cristian Quiñones, gerente de logística de la demanda, quien señala que en un par de ocasiones el actor fue de visita a bodega y en ellas autorizó unos “préstamos que le solicitó y ello fue en fechas de septiembre y diciembre ya que la empresa siempre lo apoyó y fue para solventar temas de locomoción o cosas puntuales de esas fechas, y posteriormente cuando se le exhibe el documento que da cuenta de los anticipos lo reconoce como el que autorizó con posterioridad al accidente y fueron firmados por el actor; luego al volver a ser repreguntado, indica que en realidad en el documento se indica “anticipo y no préstamo, y que fueron de enero, abril y mayo de 2009 y septiembre, octubre y diciembre, que fueron autorizados por él y por unas visitas que realizó el actor a bodega “solicitando reincorporarse a sus funciones y que ello no se hizo porque debía contarse con un documento de IST que señalara las condiciones de trabajo que el actor podía realizar, y al ser interrogado por el tribunal respecto a los anticipos señala que el actor los solicitó en el año 2008 y 2009 y fue en dos oportunidades, en septiembre y diciembre cuando fue de visita a bodega. Que tales antecedentes, son insuficientes para acreditar que la suma de dinero demandada por la empleadora en su demanda reconvencional efectivamente sea adeudada por el actor y derivada del contrato de trabajo, por cuanto la persona que emitió o autorizó los mismos indicó en su primera respuesta que fueron “préstamos otorgados por la empresa ante la situación del actor y dada las fechas solicitadas, septiembre y diciembre, y dado que la empresa siempre apoya a sus trabajadores y posteriormente al ser interrogado indica que en dos oportunidades se lo solicito el actor, cuando fue de visita a la bodega, en septiembre y diciembre pero resulta que ellos son además de enero a abril de 2009, y de octubre y noviembre de 2008, y luego declara otra cosa, que el actor fue a reincorporarse en septiembre de 2008 y la empresa no lo hizo porque requerían un documento del IST, en circunstancias que la propia demandada adjunto el documento de alta del IST que da cuenta que el trabajador es dado de alta el 7 de septiembre de 2008 y puede reincorporarse a sus funciones a contar del 8 de septiembre de 2008, sin añadir nada más. De manera tal que la demandada no ha logrado acreditar que la fuente de dicha obligación sea el contrato de trabajo, es más su testigo indicó claramente que era un préstamo de la empresa como forma de apoyo al trabajador, por ende no deriva ni está íntimamente ligada a la prestación de servicios, por lo que deberá rechazarse la demanda reconvencional, con costas. Sobre el despido indirecto: DECIMOSÉPTIMO: Que es un hecho pacífico entre las partes que el actor fue contratado por la demandada principal el 12 de febrero de 2008, para desempeñar funciones de operario de bodega y que dicha relación concluyó el 14 de octubre de 2010, por decisión del trabajador y en uso de la facultad establecida en el artículo 171 del Código del trabajo, toda vez que estima que la empleadora ha incurrido en una causal de caducidad del contrato de trabajo, específicamente la del artículo 160 N° 7 del Código del Trabajo, esto es, incumplimiento grave de las obligaciones que impone el contrato de trabajo por parte del empleador, que asimismo quedó establecido que el actor con fecha 28 de febrero de 2008 sufrió un accidente en dependencias de la empleadora mientras desempeñaba funciones de desembalaje de productos. Que, en consecuencia, corresponde establecer si la demandada incurrió en la causal de caducidad del contrato invocada por el trabajador, pero para ello debe determinarse previamente si el trabajador cumplió las formalidades establecidas en el inciso 4° del artículo 171 del Código del Trabajo y al efecto

136

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

SOBRE DEMANDA RECONVENCIONAL: DECIMOSEXTO: Que la demandada principal opone demandada reconvencional en contra del actor, por cuanto señala que desde la fecha del accidente del trabajo sufrido con fecha 28 de febrero de 2008, el actor se mantuvo hasta la fecha del auto despido, en tratamientos médicos en el IST y haciendo uso de licencias médicas, que le cubrían el total de sus remuneraciones. Que no obstante ello, se le otorgaron anticipos de remuneraciones, entre los meses de septiembre de 2008 y abril de 2009, por la suma de $ 490.000, que demanda, que al efecto presentó documento que da cuenta de tales anticipos por el período señalado, que sin perjuicio de ello, ha de tenerse presente que los mismos se inician el 15 de septiembre de 2008 y según documentos acompañado por la propia demandada, el IST lo dio de alta el 7 de septiembre de 2008, debiendo reincorporarse a sus funciones el 8 de septiembre, que la demandada no adjunto más que las liquidaciones de sueldo de agosto y septiembre de 2010 y respecto a las del período de la fecha de alta nada adjunto y su testigo Cristian Quiñones, gerente de logística de la demanda, quien señala que en un par de ocasiones el actor fue de visita a bodega y en ellas autorizó unos “préstamos que le solicitó y ello fue en fechas de septiembre y diciembre ya que la empresa siempre lo apoyó y fue para solventar temas de locomoción o cosas puntuales de esas fechas, y posteriormente cuando se le exhibe el documento que da cuenta de los anticipos lo reconoce como el que autorizó con posterioridad al accidente y fueron firmados por el actor; luego al volver a ser repreguntado, indica que en realidad en el documento se indica “anticipo y no préstamo, y que fueron de enero, abril y mayo de 2009 y septiembre, octubre y diciembre, que fueron autorizados por él y por unas visitas que realizó el actor a bodega “solicitando reincorporarse a sus funciones y que ello no se hizo porque debía contarse con un documento de IST que señalara las condiciones de trabajo que el actor podía realizar, y al ser interrogado por el tribunal respecto a los anticipos señala que el actor los solicitó en el año 2008 y 2009 y fue en dos oportunidades, en septiembre y diciembre cuando fue de visita a bodega. Que tales antecedentes, son insuficientes para acreditar que la suma de dinero demandada por la empleadora en su demanda reconvencional efectivamente sea adeudada por el actor y derivada del contrato de trabajo, por cuanto la persona que emitió o autorizó los mismos indicó en su primera respuesta que fueron “préstamos otorgados por la empresa ante la situación del actor y dada las fechas solicitadas, septiembre y diciembre, y dado que la empresa siempre apoya a sus trabajadores y posteriormente al ser interrogado indica que en dos oportunidades se lo solicito el actor, cuando fue de visita a la bodega, en septiembre y diciembre pero resulta que ellos son además de enero a abril de 2009, y de octubre y noviembre de 2008, y luego declara otra cosa, que el actor fue a reincorporarse en septiembre de 2008 y la empresa no lo hizo porque requerían un documento del IST, en circunstancias que la propia demandada adjunto el documento de alta del IST que da cuenta que el trabajador es dado de alta el 7 de septiembre de 2008 y puede reincorporarse a sus funciones a contar del 8 de septiembre de 2008, sin añadir nada más. De manera tal que la demandada no ha logrado acreditar que la fuente de dicha obligación sea el contrato de trabajo, es más su testigo indicó claramente que era un préstamo de la empresa como forma de apoyo al trabajador, por ende no deriva ni está íntimamente ligada a la prestación de servicios, por lo que deberá rechazarse la demanda reconvencional, con costas. Sobre el despido indirecto: DECIMOSÉPTIMO: Que es un hecho pacífico entre las partes que el actor fue contratado por la demandada principal el 12 de febrero de 2008, para desempeñar funciones de operario de bodega y que dicha relación concluyó el 14 de octubre de 2010, por decisión del trabajador y en uso de la facultad establecida en el artículo 171 del Código del trabajo, toda vez que estima que la empleadora ha incurrido en una causal de caducidad del contrato de trabajo, específicamente la del artículo 160 N° 7 del Código del Trabajo, esto es, incumplimiento grave de las obligaciones que impone el contrato de trabajo por parte del empleador, que asimismo quedó establecido que el actor con fecha 28 de febrero de 2008 sufrió un accidente en dependencias de la empleadora mientras desempeñaba funciones de desembalaje de productos. Que, en consecuencia, corresponde establecer si la demandada incurrió en la causal de caducidad del contrato invocada por el trabajador, pero para ello debe determinarse previamente si el trabajador cumplió las formalidades establecidas en el inciso 4° del artículo 171 del Código del Trabajo y al efecto

136

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

137

acompañó la comunicación de término de contrato, con su respectivo comprobante de remisión por correo certificado a la demandada con fecha 14 de octubre 2010, a nombre de BHA Transporte y Distribución, con domicilio en cerro San Luis 9971, que coincide con el designado en el contrato de trabajo de 12 de febrero de 2008, celebrado entre las partes y la copia remitida a la Inspección del Trabajo, todos documentos debidamente incorporados por el actor en la audiencia de juicio, no objetados por la demandada. Que en la comunicación de despido se invocan como hechos fundantes del mismo, la falta de información o instrucciones en el uso de herramientas de la empresa, falta de medidas de seguridad, y de control de riesgos que implicó que sufriera un accidente en dependencias de la empresa el 28 de febrero de 2008, mientras cumplía sus deberes laborales, que le ocasionaron la pérdida total de la visión de su ojo derecho, y la falta de implementos necesarios para prevenir accidentes, ya que entre otros no contaba con antiparras que pudiesen proteger su integridad física; y ambiguedad respecto a determinar quién es su empleador y uso unilateral y desinformado de su contrato de trabajo por parte de la empresa, ya que fue contratado por BHA Transporte y Distribución Ltda., el 12 de febrero de 2008,y cuando sufrió el accidente el 28 de dicho mes y año, en su liquidación de subsidio aparece como trabajador de BHA Cargo Logistic Ltda., lo que trajo como consecuencia su desafiliación a IST, que estaba a cargo de su tratamiento y rehabilitación. DECIMOOCTAVO: Que de la comunicación de despido aludida en el motivo octavo del fallo aparece que la decisión del trabajador de poner término a su contrato de trabajo, la basa primordialmente en el hecho que al no haber tomado las medidas de seguridad conforme lo dispone el artículo 184 del Código del Trabajo, para que el trabajador realizará sus labores sin riesgo de su integridad física y salud, el empleador no adoptó las mismas lo que originó el accidente de 28 de febrero de 2008, el cual en definitiva significó la pérdida de visión de su ojo derecho y la declaración de incapacidad de un 27,5 % por los organismos respectivos, todo lo cual le significó varias intervenciones quirúrgicas, tratamientos que le significaron estar con licencia médica por bastante tiempo y además, el actuar de la demandada al señalar como empleador a otra persona distinta al momento del accidente y atención por el IST habría significado la desafiliación a dicho organismo, encargado de su tratamiento y rehabilitación. Que, en consecuencia, la cuestión debatida queda circunscrita primordialmente a determinar, por una parte, si la demandada incurrió en incumplimiento de las obligaciones del contrato de trabajo y, por otra, si dicho incumplimiento reviste la gravedad en el contexto del vínculo laboral que llevó al trabajador a tomar la medida de poner término al contrato que lo vinculaba con la demandada, ante la gravedad de dichos incumplimientos. Que se debe tener presente que el actor está imputando al empleador una falta de medidas, en consecuencia la carga probatoria recae en éste quien debe acreditar que sí se tomaron las medidas necesarias, esto es, acreditar la justificación de su conducta, toda vez que los hechos negativos no se prueban, bastando al actor acreditar la consecuencia de ello el accidente de trabajo y al empleador demostrar que ese efecto no es causa de incumplimiento de su deber de seguridad. Que habiéndose establecido como hecho pacífico que el día 28 de febrero de 2008 el demandante sufrió un accidente del trabajo, corresponde entonces al demandado, acreditar el cumplimiento del deber de protección y seguridad de sus trabajadores establecido en el artículo 184 del Código del Trabajo. DECIMONOVENO: Que el actor rindió la prueba pormenorizada en los motivos octavo y noveno de esta sentencia, y por su parte la demandada principal rindió la prueba en los considerandos décimo y undécimo de la misma. Previo al análisis de la prueba, debe estarse a lo dispuesto en el artículo 184 del Código del Trabajo, que dispone en su inciso 1° “El empleador estará obligado a tomar todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de los trabajadores, informando de los posibles riesgos y manteniendo las condiciones adecuadas de higiene y seguridad en las faenas, como también los implementos necesarios para prevenir accidentes y enfermedades profesionales. En dicha norma se contiene la obligación del empleador de tomar todas las providencias necesarias a fin de procurar por todos los medios posibles que los accidentes sean evitados en la empresa, lo que implica una esfera amplia de protección por parte del empleador, de manera de adoptar en forma permanente y eficaz todas aquellas medidas tendientes a evitar que en el lugar de trabajo o con ocasión de él, se produzca un accidente que afecta

acompañó la comunicación de término de contrato, con su respectivo comprobante de remisión por correo certificado a la demandada con fecha 14 de octubre 2010, a nombre de BHA Transporte y Distribución, con domicilio en cerro San Luis 9971, que coincide con el designado en el contrato de trabajo de 12 de febrero de 2008, celebrado entre las partes y la copia remitida a la Inspección del Trabajo, todos documentos debidamente incorporados por el actor en la audiencia de juicio, no objetados por la demandada. Que en la comunicación de despido se invocan como hechos fundantes del mismo, la falta de información o instrucciones en el uso de herramientas de la empresa, falta de medidas de seguridad, y de control de riesgos que implicó que sufriera un accidente en dependencias de la empresa el 28 de febrero de 2008, mientras cumplía sus deberes laborales, que le ocasionaron la pérdida total de la visión de su ojo derecho, y la falta de implementos necesarios para prevenir accidentes, ya que entre otros no contaba con antiparras que pudiesen proteger su integridad física; y ambiguedad respecto a determinar quién es su empleador y uso unilateral y desinformado de su contrato de trabajo por parte de la empresa, ya que fue contratado por BHA Transporte y Distribución Ltda., el 12 de febrero de 2008,y cuando sufrió el accidente el 28 de dicho mes y año, en su liquidación de subsidio aparece como trabajador de BHA Cargo Logistic Ltda., lo que trajo como consecuencia su desafiliación a IST, que estaba a cargo de su tratamiento y rehabilitación. DECIMOOCTAVO: Que de la comunicación de despido aludida en el motivo octavo del fallo aparece que la decisión del trabajador de poner término a su contrato de trabajo, la basa primordialmente en el hecho que al no haber tomado las medidas de seguridad conforme lo dispone el artículo 184 del Código del Trabajo, para que el trabajador realizará sus labores sin riesgo de su integridad física y salud, el empleador no adoptó las mismas lo que originó el accidente de 28 de febrero de 2008, el cual en definitiva significó la pérdida de visión de su ojo derecho y la declaración de incapacidad de un 27,5 % por los organismos respectivos, todo lo cual le significó varias intervenciones quirúrgicas, tratamientos que le significaron estar con licencia médica por bastante tiempo y además, el actuar de la demandada al señalar como empleador a otra persona distinta al momento del accidente y atención por el IST habría significado la desafiliación a dicho organismo, encargado de su tratamiento y rehabilitación. Que, en consecuencia, la cuestión debatida queda circunscrita primordialmente a determinar, por una parte, si la demandada incurrió en incumplimiento de las obligaciones del contrato de trabajo y, por otra, si dicho incumplimiento reviste la gravedad en el contexto del vínculo laboral que llevó al trabajador a tomar la medida de poner término al contrato que lo vinculaba con la demandada, ante la gravedad de dichos incumplimientos. Que se debe tener presente que el actor está imputando al empleador una falta de medidas, en consecuencia la carga probatoria recae en éste quien debe acreditar que sí se tomaron las medidas necesarias, esto es, acreditar la justificación de su conducta, toda vez que los hechos negativos no se prueban, bastando al actor acreditar la consecuencia de ello el accidente de trabajo y al empleador demostrar que ese efecto no es causa de incumplimiento de su deber de seguridad. Que habiéndose establecido como hecho pacífico que el día 28 de febrero de 2008 el demandante sufrió un accidente del trabajo, corresponde entonces al demandado, acreditar el cumplimiento del deber de protección y seguridad de sus trabajadores establecido en el artículo 184 del Código del Trabajo. DECIMONOVENO: Que el actor rindió la prueba pormenorizada en los motivos octavo y noveno de esta sentencia, y por su parte la demandada principal rindió la prueba en los considerandos décimo y undécimo de la misma. Previo al análisis de la prueba, debe estarse a lo dispuesto en el artículo 184 del Código del Trabajo, que dispone en su inciso 1° “El empleador estará obligado a tomar todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de los trabajadores, informando de los posibles riesgos y manteniendo las condiciones adecuadas de higiene y seguridad en las faenas, como también los implementos necesarios para prevenir accidentes y enfermedades profesionales. En dicha norma se contiene la obligación del empleador de tomar todas las providencias necesarias a fin de procurar por todos los medios posibles que los accidentes sean evitados en la empresa, lo que implica una esfera amplia de protección por parte del empleador, de manera de adoptar en forma permanente y eficaz todas aquellas medidas tendientes a evitar que en el lugar de trabajo o con ocasión de él, se produzca un accidente que afecta ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

137

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

la vida, la integridad física o salud del trabajador, exigiéndose en definitiva al empleador una máxima diligencia al efecto. Y en la misma norma se mencionan medidas preventivas específicas que debe adoptar el mismo, esto es, mantener las condiciones adecuadas de higiene y seguridad en las faenas y los implementos necesarios para prevenir accidentes. VIGÉSIMO: Que la empleadora BHA Transportes y distribución expresa al contestar la demanda, en relación a los hechos fundantes del despido: 1. En cuanto a la alta de información o instrucciones en el uso de herramientas de la empresa, y 2. a la falta de medidas se seguridad: no es efectivo, toda vez que al iniciar sus labores se le indicaron todas las instrucciones para el adecuado desarrollo de sus funciones de operario de bodega, por parte de sus jefes directos, tareas que en todo caso no revisten ningún tipo de dificultad ya que se limitaban a “guardar y revisar las cajas que llegaban a la bodega”. Al efecto rindió la prueba pormenorizada en los motivos de este fallo, donde destaca la declaración de sus testigos Cristian Quiñones Durán y Jaime Salazar Aburto, Gerente de Logística y Encargado de administración y finanzas respectivamente, el primero declaró todo el tema de manipulación de carga y de productos que se manejan en el CD (centro de distribución) son cargas sumamente delicadas, productos de alto costo “que se manejan con estándares de estricto celo, “entregando al efecto manual de procedimiento y reglamento interno, aportados para todos los funcionarios desde el momento que ingresan al CD, además señala que existe recepciones de parte del personal de elementos de seguridad como casco de seguridad, antiparras, chaleco reflectante, zapatos de seguridad y todos los elementos necesarios, normalmente son visitados por IST y existen charlas impartidas por IST en la que participa todo el personal administrativo y operativo de bodega sobre manejo y manipulación de carga segura y ello desde el inicio de la empresa; que las inducciones son impartidas diariamente, el tema de instrucción se hace normalmente y es algo básico ya que no requiere instrucción mayor en cuanto a la manipulación y trabajo de bodega, y que respecto del actor llevaba un tiempo realizando esa labor y se le entregó toda la información escrita e información verbal por parte del jefe directo de bodega el que daba las instrucciones sobre manipulación de los elementos y artículos de seguridad que se le entregaban; que la instrucción dada es el corte del zuncho hacia el inferior, hacia abajo, esa es la operativa, el zuncho es un elemento de contención de la caja y el corte determinado y lógico por el manual de procedimiento es hacia abajo, y al exhibírsele el reglamento interno de orden, higiene y seguridad y el procedimiento interno de centro de Distribución y bodegas, los reconoce señalando que el primer documento es el proporcionado por el empleador a todos los trabajadores, que describe condiciones de trabajo, higiene y seguridad y el segundo también en el que se señala el funcionamiento y operativa de todos los elementos de seguridad proporcionados, sobre la forma y facilidades, elementos que deben usar; y estos documentos fueron entregados al demandante a fines de febrero, cuando llegó, y al ser nuevamente exhibidos, mantiene su declaración respecto a que el reglamento interno se entrega adjunto con todos los demás documentos, pero que en el exhibido no figura la firma del actor como recibido y tampoco en el procedimiento interno CD, donde no hay fecha de recepción ni firma del actor; pero que le consta que tal documentación le fue entregada al actor al momento que ingresó al CD y por don Jaime Salazar; que además se realizaron charlas por el IST en las que él estuvo y ello fue en los años 2009 y 2010 y no sabe si se realizaron en el año 2008. Y el segundo, Salazar Aburto, señala que le corresponde velar porque se cumplan los procedimientos internos de la empresa y que le consta que al actor se le dieron todas las instrucciones porque él ve “el tema documental y tiene todos los estamentos de las inducciones y capacitaciones al personal y además controla también que usen los elementos de seguridad, y que cuando ingresa el personal se le efectúa inducción de cómo se adecua cada proceso, para preparar pedidor y distribuir despacho, y al actor se le hizo tal inducción porque “tienen un manual de procedimiento y un reglamento interno en donde ponen énfasis que se cumplan ciertos estándares de seguridad, que le consta la entrega de los elementos de seguridad al actor por él los surte, y que una vez que se firma el contrato se entrega el reglamento interno y también, el manual de procedimiento, todo ello junto, y ello es firmado por los trabajadores y la empresa se queda con una copia y los trabajadores con una copia, y ello está firmado por el actor; y al exhibírsele tales reconoce que en los mismos no está la firma del actor, pero que ellos son documentos estándar que se entrega a todos los trabajadores y que ello está en el contrato de trabajo ésta y al exhibirse éste señala que la constancia de la entrega de

138

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

la vida, la integridad física o salud del trabajador, exigiéndose en definitiva al empleador una máxima diligencia al efecto. Y en la misma norma se mencionan medidas preventivas específicas que debe adoptar el mismo, esto es, mantener las condiciones adecuadas de higiene y seguridad en las faenas y los implementos necesarios para prevenir accidentes. VIGÉSIMO: Que la empleadora BHA Transportes y distribución expresa al contestar la demanda, en relación a los hechos fundantes del despido: 1. En cuanto a la alta de información o instrucciones en el uso de herramientas de la empresa, y 2. a la falta de medidas se seguridad: no es efectivo, toda vez que al iniciar sus labores se le indicaron todas las instrucciones para el adecuado desarrollo de sus funciones de operario de bodega, por parte de sus jefes directos, tareas que en todo caso no revisten ningún tipo de dificultad ya que se limitaban a “guardar y revisar las cajas que llegaban a la bodega”. Al efecto rindió la prueba pormenorizada en los motivos de este fallo, donde destaca la declaración de sus testigos Cristian Quiñones Durán y Jaime Salazar Aburto, Gerente de Logística y Encargado de administración y finanzas respectivamente, el primero declaró todo el tema de manipulación de carga y de productos que se manejan en el CD (centro de distribución) son cargas sumamente delicadas, productos de alto costo “que se manejan con estándares de estricto celo, “entregando al efecto manual de procedimiento y reglamento interno, aportados para todos los funcionarios desde el momento que ingresan al CD, además señala que existe recepciones de parte del personal de elementos de seguridad como casco de seguridad, antiparras, chaleco reflectante, zapatos de seguridad y todos los elementos necesarios, normalmente son visitados por IST y existen charlas impartidas por IST en la que participa todo el personal administrativo y operativo de bodega sobre manejo y manipulación de carga segura y ello desde el inicio de la empresa; que las inducciones son impartidas diariamente, el tema de instrucción se hace normalmente y es algo básico ya que no requiere instrucción mayor en cuanto a la manipulación y trabajo de bodega, y que respecto del actor llevaba un tiempo realizando esa labor y se le entregó toda la información escrita e información verbal por parte del jefe directo de bodega el que daba las instrucciones sobre manipulación de los elementos y artículos de seguridad que se le entregaban; que la instrucción dada es el corte del zuncho hacia el inferior, hacia abajo, esa es la operativa, el zuncho es un elemento de contención de la caja y el corte determinado y lógico por el manual de procedimiento es hacia abajo, y al exhibírsele el reglamento interno de orden, higiene y seguridad y el procedimiento interno de centro de Distribución y bodegas, los reconoce señalando que el primer documento es el proporcionado por el empleador a todos los trabajadores, que describe condiciones de trabajo, higiene y seguridad y el segundo también en el que se señala el funcionamiento y operativa de todos los elementos de seguridad proporcionados, sobre la forma y facilidades, elementos que deben usar; y estos documentos fueron entregados al demandante a fines de febrero, cuando llegó, y al ser nuevamente exhibidos, mantiene su declaración respecto a que el reglamento interno se entrega adjunto con todos los demás documentos, pero que en el exhibido no figura la firma del actor como recibido y tampoco en el procedimiento interno CD, donde no hay fecha de recepción ni firma del actor; pero que le consta que tal documentación le fue entregada al actor al momento que ingresó al CD y por don Jaime Salazar; que además se realizaron charlas por el IST en las que él estuvo y ello fue en los años 2009 y 2010 y no sabe si se realizaron en el año 2008. Y el segundo, Salazar Aburto, señala que le corresponde velar porque se cumplan los procedimientos internos de la empresa y que le consta que al actor se le dieron todas las instrucciones porque él ve “el tema documental y tiene todos los estamentos de las inducciones y capacitaciones al personal y además controla también que usen los elementos de seguridad, y que cuando ingresa el personal se le efectúa inducción de cómo se adecua cada proceso, para preparar pedidor y distribuir despacho, y al actor se le hizo tal inducción porque “tienen un manual de procedimiento y un reglamento interno en donde ponen énfasis que se cumplan ciertos estándares de seguridad, que le consta la entrega de los elementos de seguridad al actor por él los surte, y que una vez que se firma el contrato se entrega el reglamento interno y también, el manual de procedimiento, todo ello junto, y ello es firmado por los trabajadores y la empresa se queda con una copia y los trabajadores con una copia, y ello está firmado por el actor; y al exhibírsele tales reconoce que en los mismos no está la firma del actor, pero que ellos son documentos estándar que se entrega a todos los trabajadores y que ello está en el contrato de trabajo ésta y al exhibirse éste señala que la constancia de la entrega de

138

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

139

tales documentos está en la cláusula 9ª y 5ª. Que la capacitación e inducción al actor se realizó cuando ingresó a la empresa y por el jefe de bodega don Hernán Gallardo, aunque él no estuvo presente y tampoco existe constancia escrita. VIGÉSIMO PRIMERO: Que la declaración de tales testigos no resultan concordantes con la documental aportada al efecto por la propia demandada y consistente principalmente en el ya tantas veces aludido Reglamento interno de Orden, Higiene y Seguridad de la empresa y en el manual de Procedimiento Interno del CD, ello por cuanto del propio tenor del Reglamento que según los testigos se entregó al actor al momento de ingresan al Centro de Distribución, esto es, en febrero de 2008 aparece que el mismo tiene una vigencia muy posterior a esa fecha, así aparece en su título XXV, sobre vigencia del mismos: “a contar del 1 de abril de 2009, señalándose en su parte final la distribución a los trabajadores de la demandada; por otro lado, respecto al manual de procedimiento interno, el testigo Quiñones señala que en él se contempla el funcionamiento y operativa de todos los elementos de seguridad proporcionados, y que este manual al igual que el reglamento y el de recepción de elementos de seguridad le fue entregado al actor a fines de febrero por don Jaime Salazar, aunque no consta firma de recepción de los dos primeros, y el testigo Salazar refiere que le consta que al actor se le dieron todas las instrucciones porque él ve “el tema documental y tiene todos los estamentos de las inducciones y capacitaciones al personal y además controla también que usen los elementos de seguridad, y que una vez que se firma el contrato se entrega el reglamento interno y también, el manual de procedimiento, todo ello junto, y la empresa se queda con una copia y los trabajadores con una copia, y ello está firmado por el actor; y al exhibírsele tales reconoce que en los mismos no está la firma del actor, pero que ellos son documentos estándar que se entrega a todos los trabajadores y que está en el contrato de trabajo ésta en sus cláusulas 9ª y 5ª, y el contrato de trabajo acompañado por la demandada en su cláusula 9ª se establece “Se entienden incorporadas al presente contrato todas las disposiciones legales que se dicten con posterioridad a la fecha de suscripción y que tengan relación con él”, y en su cláusula 5ª se trata de las obligaciones del trabajador referidas a la función desempeñada, en la letra h) “efectuar el trabajo de acuerdo con las órdenes e instrucciones que emanen de la administración de la empresa, como asimismo, las recibidas de sus jefes directos, pero no existe referencia expresa ni al reglamento interno de Orden Higiene y Seguridad ni a su entrega. Que al ser interrogado por el Tribunal respecto a las medidas de seguridad impartidas respecto a la forma de realizar el trabajo de embalaje y desembalaje en el centro de distribución, sobre trabajo seguro con elementos cortantes, sobre señalética dando cuenta de las acciones seguras en la labor de embalado y desembalado de productos con elementos cortantes, ambos testigos se remiten tanto al manual de procedimiento interno del Cd que fue pormenorizado en el motivo de este fallo y el cual trata principalmente sobre la forma de organización del trabajo en el despacho y almacenaje de productos y referido a normas generales de uso de uniforme, zapatos de seguridad, y faja que debe usar el personas que interviene en carga y descarga como al reglamento interno que según ya se señaló es de más de un año después del accidente del actor y que según Quiñones todo el tema de manipulación de carga y productos que se manejan en el CD son con estándares de estricto celo, y que respecto al manejo y manipulación de carga segura existen charlas impartidas por el IST en la que participa todo el personal, que no le constan que en el año 2008 se hayan realizado pero sí en el año 2009 y 2010, y luego que el tema de instrucción se hace normalmente y es algo básico ya que no requiere instrucción mayor en cuanto a la manipulación y trabajo de bodega, y posteriormente dice que een el manual de procedimiento interno del CD se indica “el funcionamiento y operativa de todos los elementos de seguridad proporcionados y al interrogado por el tribunal declara que en dicho procedimiento no hay instrucciones específicas de cómo operar con tip top o desembalar cajas, pero que la instrucción directa está en la parte de almacenaje ya que es obligación del jefe de la bodega ver físicamente la operativa y chequear más que la apertura o la forma de abrir, el control de los elementos que están en ese minuto de trabajo y luego al ser preguntado sobre si en dicho manual que indica que es el único de procedimiento que hay en la empresa se contemplan normas sobre la forma de realizar el embalaje o desembalaje de productos, el testigo contesta que sobre el uso de elemento cortantes no hay, y al insistírsele en la pregunta por cuanto lo requerido es en relación al embalaje no a los elementos cortantes, el testigo evade la respuesta señalando nuevamente que en el manual en específico sobre operativa de elementos cortantes

tales documentos está en la cláusula 9ª y 5ª. Que la capacitación e inducción al actor se realizó cuando ingresó a la empresa y por el jefe de bodega don Hernán Gallardo, aunque él no estuvo presente y tampoco existe constancia escrita. VIGÉSIMO PRIMERO: Que la declaración de tales testigos no resultan concordantes con la documental aportada al efecto por la propia demandada y consistente principalmente en el ya tantas veces aludido Reglamento interno de Orden, Higiene y Seguridad de la empresa y en el manual de Procedimiento Interno del CD, ello por cuanto del propio tenor del Reglamento que según los testigos se entregó al actor al momento de ingresan al Centro de Distribución, esto es, en febrero de 2008 aparece que el mismo tiene una vigencia muy posterior a esa fecha, así aparece en su título XXV, sobre vigencia del mismos: “a contar del 1 de abril de 2009, señalándose en su parte final la distribución a los trabajadores de la demandada; por otro lado, respecto al manual de procedimiento interno, el testigo Quiñones señala que en él se contempla el funcionamiento y operativa de todos los elementos de seguridad proporcionados, y que este manual al igual que el reglamento y el de recepción de elementos de seguridad le fue entregado al actor a fines de febrero por don Jaime Salazar, aunque no consta firma de recepción de los dos primeros, y el testigo Salazar refiere que le consta que al actor se le dieron todas las instrucciones porque él ve “el tema documental y tiene todos los estamentos de las inducciones y capacitaciones al personal y además controla también que usen los elementos de seguridad, y que una vez que se firma el contrato se entrega el reglamento interno y también, el manual de procedimiento, todo ello junto, y la empresa se queda con una copia y los trabajadores con una copia, y ello está firmado por el actor; y al exhibírsele tales reconoce que en los mismos no está la firma del actor, pero que ellos son documentos estándar que se entrega a todos los trabajadores y que está en el contrato de trabajo ésta en sus cláusulas 9ª y 5ª, y el contrato de trabajo acompañado por la demandada en su cláusula 9ª se establece “Se entienden incorporadas al presente contrato todas las disposiciones legales que se dicten con posterioridad a la fecha de suscripción y que tengan relación con él”, y en su cláusula 5ª se trata de las obligaciones del trabajador referidas a la función desempeñada, en la letra h) “efectuar el trabajo de acuerdo con las órdenes e instrucciones que emanen de la administración de la empresa, como asimismo, las recibidas de sus jefes directos, pero no existe referencia expresa ni al reglamento interno de Orden Higiene y Seguridad ni a su entrega. Que al ser interrogado por el Tribunal respecto a las medidas de seguridad impartidas respecto a la forma de realizar el trabajo de embalaje y desembalaje en el centro de distribución, sobre trabajo seguro con elementos cortantes, sobre señalética dando cuenta de las acciones seguras en la labor de embalado y desembalado de productos con elementos cortantes, ambos testigos se remiten tanto al manual de procedimiento interno del Cd que fue pormenorizado en el motivo de este fallo y el cual trata principalmente sobre la forma de organización del trabajo en el despacho y almacenaje de productos y referido a normas generales de uso de uniforme, zapatos de seguridad, y faja que debe usar el personas que interviene en carga y descarga como al reglamento interno que según ya se señaló es de más de un año después del accidente del actor y que según Quiñones todo el tema de manipulación de carga y productos que se manejan en el CD son con estándares de estricto celo, y que respecto al manejo y manipulación de carga segura existen charlas impartidas por el IST en la que participa todo el personal, que no le constan que en el año 2008 se hayan realizado pero sí en el año 2009 y 2010, y luego que el tema de instrucción se hace normalmente y es algo básico ya que no requiere instrucción mayor en cuanto a la manipulación y trabajo de bodega, y posteriormente dice que een el manual de procedimiento interno del CD se indica “el funcionamiento y operativa de todos los elementos de seguridad proporcionados y al interrogado por el tribunal declara que en dicho procedimiento no hay instrucciones específicas de cómo operar con tip top o desembalar cajas, pero que la instrucción directa está en la parte de almacenaje ya que es obligación del jefe de la bodega ver físicamente la operativa y chequear más que la apertura o la forma de abrir, el control de los elementos que están en ese minuto de trabajo y luego al ser preguntado sobre si en dicho manual que indica que es el único de procedimiento que hay en la empresa se contemplan normas sobre la forma de realizar el embalaje o desembalaje de productos, el testigo contesta que sobre el uso de elemento cortantes no hay, y al insistírsele en la pregunta por cuanto lo requerido es en relación al embalaje no a los elementos cortantes, el testigo evade la respuesta señalando nuevamente que en el manual en específico sobre operativa de elementos cortantes ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

139

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

no hay nada contemplado, pero sí sobre operativa de ingreso de carga y manejo y manipulación de la carga en el sentido de la ubicación y apiladores. Y el testigo Salazar, también al ser interrogado por el tribunal respecto a lo declarado por él en cuanto a que al actor se le dieron todas las instrucciones, lo que le consta porque ve el tema documental y tiene todos los estamentos de las inducciones y de las capacitaciones al personal y además controla también que usen los elementos de seguridad, señala que los mismos están en el procedimiento o manual del CD específicamente en los referido a requerimientos de personal, pero luego se retracta al serle exhibido dicho documento y leerlo, indicando que no está lo relativo a instrucciones sobre cómo embalar o desembalar productos ni cómo usar elementos cortantes en dicha labor; y respecto a ciertos estándares de seguridad que señaló estaban contemplados en el manual de procedimiento y reglamento interno, indica que en el manual están dichos estándares en relación al trabajo de embalaje y desembalaje, para luego, ante otra pregunta del tribunal declarar que no existe un procedimiento escrito sobre acciones seguras y condiciones inseguras para la realización de labores de embalaje; luego añade que se hizo inducción sobre los riesgos que implicaba su trabajo en la bodega, en el centro de distribución, fue de media hora aproximadamente y ello a mediados del año 2008, le parece que fue en octubre de 2008 y ya había acaecido el accidente del trabajador; pero que le consta que respecto del actor se hizo antes del accidente una charla y el tenor de ella se refiere a que tienen que llegar a la hora, sobre las medidas de seguridad generales, pero no tiene certeza de la fecha en que se hizo y que las medidas de seguridad están contempladas en el reglamento interno, en el título 7° de las obligaciones, artículo 22 letra f); para posteriormente declarar que el jefe de bodega de la época, don Hernán Gallardo realizó una charla sobre el uso de elementos cortantes y ello antes del accidente, y posterior a él se hizo charlas por el IST, ello fueron medidas adoptadas después del accidente. VIGÉSIMO SEGUNDO: Que, además, la demandada incorporó documento emanado del IST (Instituto de Seguridad del Trabajo), de fecha 4 de abril de 2008, y dirigido a la representante legal de BHA Transportes y distribución Ltda., en la que se le indica que su solicitud de ingreso como adherente a dicha institución ha sido aceptada a contar del 1 de marzo de 2008. Que el actor ha indicado como hechos fundantes situaciones que se enmarcan en lo dispuesto en el inciso 1° del artículo 184 del Código del trabajo, norma que cómo ya se indicó establece un deber de cuidado del empleador hacia sus trabajadores, consignando expresamente el legislador en dicha disposición una obligación de seguridad del empleador, en cuanto adoptar las medidas que una persona prudente y diligente tomaría al respecto para proteger la salud e integridad física de sus trabajadores. En tal sentido, el empleador está sujeto a deberes de cuidado que provienen de la ley, de regulaciones administrativas y de reglamentos internos, además de usos normativos de prevención de riesgo en la industria respectiva, en su caso, y a ello se une los deberes generales de cuidado. Que se desprende de la prueba aportada por la demandada y pormenorizada en los motivos que preceden que efectivamente incumplió su deber de seguridad con respecto al actor, por cuanto: Al momento de la incorporación del trabajador no se le entregó el reglamento interno de orden, higiene y seguridad, instrumento que según dispone el artículo 153 del Código del trabajo, la demandada está obligada a confeccionar y en él deben contenerse las obligaciones y prohibiciones a que deba sujetarse el trabajador en relación con sus labores, permanencia y vida en las dependencia de la empresa y contener las normas e instrucciones de prevención, higiene y seguridad que deba conservarse en ella (artículo 154 letra g), que debe ponerse en conocimiento de los trabajadores 30 días antes de su entrada en vigencia (artículo 156) y del mérito del documento aportado aparece, por un lado, que él entró en vigencia el 1 de abril de 2009, esto es un año y un mes después de acaecido el accidente, por otro, no consta la entrega de otro reglamento de fecha anterior al actor, por cuanto los testigos reconocen aquél como el entregado, que nada refiere de ser una modificación de uno anterior. Además que sus testigos son poco creíbles respecto a tal entrega porque, por un lado, Jaime Salazar encargado de la documentación al efecto, señaló que el reglamento le fue entregado al actor y que para ello firmó uno copia y la otra se mantuvo en poder de la empresa con su firma el testigo Quiñones refiere que le consta tal entrega porque Salazar le dijo, y al exhibirle el documento, refiere que es el reglamento al que ha aludido el que claramente tiene fecha de vigencia un año después del ingreso del actor a la empresa, pero que no está la firma y luego añade que ello está en el contrato de trabajo, lo que no es efectivo.

140

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

no hay nada contemplado, pero sí sobre operativa de ingreso de carga y manejo y manipulación de la carga en el sentido de la ubicación y apiladores. Y el testigo Salazar, también al ser interrogado por el tribunal respecto a lo declarado por él en cuanto a que al actor se le dieron todas las instrucciones, lo que le consta porque ve el tema documental y tiene todos los estamentos de las inducciones y de las capacitaciones al personal y además controla también que usen los elementos de seguridad, señala que los mismos están en el procedimiento o manual del CD específicamente en los referido a requerimientos de personal, pero luego se retracta al serle exhibido dicho documento y leerlo, indicando que no está lo relativo a instrucciones sobre cómo embalar o desembalar productos ni cómo usar elementos cortantes en dicha labor; y respecto a ciertos estándares de seguridad que señaló estaban contemplados en el manual de procedimiento y reglamento interno, indica que en el manual están dichos estándares en relación al trabajo de embalaje y desembalaje, para luego, ante otra pregunta del tribunal declarar que no existe un procedimiento escrito sobre acciones seguras y condiciones inseguras para la realización de labores de embalaje; luego añade que se hizo inducción sobre los riesgos que implicaba su trabajo en la bodega, en el centro de distribución, fue de media hora aproximadamente y ello a mediados del año 2008, le parece que fue en octubre de 2008 y ya había acaecido el accidente del trabajador; pero que le consta que respecto del actor se hizo antes del accidente una charla y el tenor de ella se refiere a que tienen que llegar a la hora, sobre las medidas de seguridad generales, pero no tiene certeza de la fecha en que se hizo y que las medidas de seguridad están contempladas en el reglamento interno, en el título 7° de las obligaciones, artículo 22 letra f); para posteriormente declarar que el jefe de bodega de la época, don Hernán Gallardo realizó una charla sobre el uso de elementos cortantes y ello antes del accidente, y posterior a él se hizo charlas por el IST, ello fueron medidas adoptadas después del accidente. VIGÉSIMO SEGUNDO: Que, además, la demandada incorporó documento emanado del IST (Instituto de Seguridad del Trabajo), de fecha 4 de abril de 2008, y dirigido a la representante legal de BHA Transportes y distribución Ltda., en la que se le indica que su solicitud de ingreso como adherente a dicha institución ha sido aceptada a contar del 1 de marzo de 2008. Que el actor ha indicado como hechos fundantes situaciones que se enmarcan en lo dispuesto en el inciso 1° del artículo 184 del Código del trabajo, norma que cómo ya se indicó establece un deber de cuidado del empleador hacia sus trabajadores, consignando expresamente el legislador en dicha disposición una obligación de seguridad del empleador, en cuanto adoptar las medidas que una persona prudente y diligente tomaría al respecto para proteger la salud e integridad física de sus trabajadores. En tal sentido, el empleador está sujeto a deberes de cuidado que provienen de la ley, de regulaciones administrativas y de reglamentos internos, además de usos normativos de prevención de riesgo en la industria respectiva, en su caso, y a ello se une los deberes generales de cuidado. Que se desprende de la prueba aportada por la demandada y pormenorizada en los motivos que preceden que efectivamente incumplió su deber de seguridad con respecto al actor, por cuanto: Al momento de la incorporación del trabajador no se le entregó el reglamento interno de orden, higiene y seguridad, instrumento que según dispone el artículo 153 del Código del trabajo, la demandada está obligada a confeccionar y en él deben contenerse las obligaciones y prohibiciones a que deba sujetarse el trabajador en relación con sus labores, permanencia y vida en las dependencia de la empresa y contener las normas e instrucciones de prevención, higiene y seguridad que deba conservarse en ella (artículo 154 letra g), que debe ponerse en conocimiento de los trabajadores 30 días antes de su entrada en vigencia (artículo 156) y del mérito del documento aportado aparece, por un lado, que él entró en vigencia el 1 de abril de 2009, esto es un año y un mes después de acaecido el accidente, por otro, no consta la entrega de otro reglamento de fecha anterior al actor, por cuanto los testigos reconocen aquél como el entregado, que nada refiere de ser una modificación de uno anterior. Además que sus testigos son poco creíbles respecto a tal entrega porque, por un lado, Jaime Salazar encargado de la documentación al efecto, señaló que el reglamento le fue entregado al actor y que para ello firmó uno copia y la otra se mantuvo en poder de la empresa con su firma el testigo Quiñones refiere que le consta tal entrega porque Salazar le dijo, y al exhibirle el documento, refiere que es el reglamento al que ha aludido el que claramente tiene fecha de vigencia un año después del ingreso del actor a la empresa, pero que no está la firma y luego añade que ello está en el contrato de trabajo, lo que no es efectivo.

140

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

141

Que el decreto supremo 40, que aprueba el reglamento sobre riesgos profesionales, dispone la obligación de la empresa de mantener un reglamento interno de orden, higiene y seguridad, contemplando en su título V, lo referido a las normas que debe contener dicho reglamento, tales como las prohibiciones relativas a actos o acciones que no se permitirán al personal por envolver riesgos para sí mismos u otros o para los medios de trabajo. Y en su capítulo VI, trata sobre la obligación de informar los riesgos laborales, así en su artículo 21 dispone la obligación de los empleadores de informar oportuna y convenientemente a todos sus trabajadores acerca de los riesgos que entrañan sus labores, de las medidas preventivas y de los métodos de trabajo correctos. Que al efecto, respecto a dicha obligación, denominada “Derecho a saber para el trabajador, la prueba rendida por la demandada no ha sido suficientemente precisa y concordante para acreditar que el empleador cumplió con su obligación de informar debidamente al trabajador, toda vez que no obstante haber señalado éste en su confesional que don Hernán Gallardo cuando él empezó a trabajar en bodega le dijo que debía cortar el zuncho hacia abajo, con el tip top hacia abajo, ya que si lo hacía arriba se podía cortar la mano o la cara, no consta que la empresa lo hubiese instruido, más allá de lo expuesto, sobre acciones seguras y condiciones inseguras en su labor de embalador o desembalador de productos, es más los testigos de la demandada refirieron insistentemente que tales instrucciones estaban en el manual de procedimiento interno del CD lo que no es efectivo y al exhibírselos señalan que no aparece, pero que son instrucciones que se dan en forma verbal, sin contar con señalamiento gráfico sobre el modo de efectuar tal labor sin que ello implique riesgo para el trabajador. Ello claramente da cuenta que el demandado no cumplió con su obligación y menos fue diligente y prudente en tomar las medidas de resguardo necesarias y eficaces para evitar accidentes, en específico el que sufrió el actor. VIGÉSIMO TERCERO: Que, a mayor abundamiento, el empleador BHA Transporte y Distribución, tampoco cumplió con lo dispuesto en el decreto supremo Nº 101, que aprueba el reglamento para la aplicación de la Ley de Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales, toda vez que al momento del accidente y ante el Organismo de Seguridad, IST presentó una solicitud provisoria de atención médica a nombre de BHA Cargo Logistic Ltda., como empresa asociada, en circunstancias que la empleadora es BHA Transporte y Distribución, la que sólo con fecha 1 de marzo de 2008 es ingresada como adherente a ese organismo, de manera tal que antes de esa fecha era imposible que dicho organismo hubiese efectuado charlas o inducciones sobre trabajo seguro, ya que la demandada no se encontraba adherida a la misma. VIGÉSIMO CUARTO: Que en relación al incumplimiento respecto a la entrega de los implementos de seguridad, la demandada incorporó documento consistente en descripción de cargos entregados, con firma del actor, no objetados por el mismo en la audiencia preparatoria, no obstante haber señalado el actor en su confesional que no firmó tal documento, tal declaración es extemporánea por cuanto nada señaló en la audiencia preparatoria ni al momento de la incorporación del documento en la audiencia de juicio respecto a su falsedad, precluyendo así el derecho a objetarla al momento de prestar declaración. Sin perjuicio de ello, respecto a la valoración de tal documento, el tribunal tendrá presente no su supuesta falsedad de firma alegada en forma extemporánea por el actor sino lo señalado por los propios testigos de la demandada cuando se le exhiben los documentos consistentes en reglamento interno, manual de procedimiento y el documento descripción de cargos, respecto a que fueron entregados al momento del ingreso al actor al Centro de Distribución, por cuanto respecto del reglamento quedó establecido que ello no es efectivo, en relación al manual de procedimiento tampoco por cuanto se refiere que el actor la recibió y firmó quedándose con copia con firma la demandada, que no exhibe ni acompaña en este juicio, no obstante ser documento emanado de ella y que debería estar en su poder, y respecto a la descripción de cargo, no obstante la firma del trabajador, el mismo no tiene fecha de emisión, por ende pierde verosimilitud. VIGÉSIMO QUINTO: Que, como se ha señalado, el demandante indica que la falta de medidas de seguridad eficaces y apropiadas por parte de la demandada significaron la pérdida de la visión de su ojo derecho, y aparece de lo expuesto en los motivos precedentes que tal obligación que surge el deber de seguridad para el empleador desde que existe un vínculo de subordinación y dependencia con el trabajador, ya que al estar éste subordinado a las órdenes del empleador y a desempeñar las funciones que éste encomiende dentro del vínculo que las une, surge para el empleador la obligación

Que el decreto supremo 40, que aprueba el reglamento sobre riesgos profesionales, dispone la obligación de la empresa de mantener un reglamento interno de orden, higiene y seguridad, contemplando en su título V, lo referido a las normas que debe contener dicho reglamento, tales como las prohibiciones relativas a actos o acciones que no se permitirán al personal por envolver riesgos para sí mismos u otros o para los medios de trabajo. Y en su capítulo VI, trata sobre la obligación de informar los riesgos laborales, así en su artículo 21 dispone la obligación de los empleadores de informar oportuna y convenientemente a todos sus trabajadores acerca de los riesgos que entrañan sus labores, de las medidas preventivas y de los métodos de trabajo correctos. Que al efecto, respecto a dicha obligación, denominada “Derecho a saber para el trabajador, la prueba rendida por la demandada no ha sido suficientemente precisa y concordante para acreditar que el empleador cumplió con su obligación de informar debidamente al trabajador, toda vez que no obstante haber señalado éste en su confesional que don Hernán Gallardo cuando él empezó a trabajar en bodega le dijo que debía cortar el zuncho hacia abajo, con el tip top hacia abajo, ya que si lo hacía arriba se podía cortar la mano o la cara, no consta que la empresa lo hubiese instruido, más allá de lo expuesto, sobre acciones seguras y condiciones inseguras en su labor de embalador o desembalador de productos, es más los testigos de la demandada refirieron insistentemente que tales instrucciones estaban en el manual de procedimiento interno del CD lo que no es efectivo y al exhibírselos señalan que no aparece, pero que son instrucciones que se dan en forma verbal, sin contar con señalamiento gráfico sobre el modo de efectuar tal labor sin que ello implique riesgo para el trabajador. Ello claramente da cuenta que el demandado no cumplió con su obligación y menos fue diligente y prudente en tomar las medidas de resguardo necesarias y eficaces para evitar accidentes, en específico el que sufrió el actor. VIGÉSIMO TERCERO: Que, a mayor abundamiento, el empleador BHA Transporte y Distribución, tampoco cumplió con lo dispuesto en el decreto supremo Nº 101, que aprueba el reglamento para la aplicación de la Ley de Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales, toda vez que al momento del accidente y ante el Organismo de Seguridad, IST presentó una solicitud provisoria de atención médica a nombre de BHA Cargo Logistic Ltda., como empresa asociada, en circunstancias que la empleadora es BHA Transporte y Distribución, la que sólo con fecha 1 de marzo de 2008 es ingresada como adherente a ese organismo, de manera tal que antes de esa fecha era imposible que dicho organismo hubiese efectuado charlas o inducciones sobre trabajo seguro, ya que la demandada no se encontraba adherida a la misma. VIGÉSIMO CUARTO: Que en relación al incumplimiento respecto a la entrega de los implementos de seguridad, la demandada incorporó documento consistente en descripción de cargos entregados, con firma del actor, no objetados por el mismo en la audiencia preparatoria, no obstante haber señalado el actor en su confesional que no firmó tal documento, tal declaración es extemporánea por cuanto nada señaló en la audiencia preparatoria ni al momento de la incorporación del documento en la audiencia de juicio respecto a su falsedad, precluyendo así el derecho a objetarla al momento de prestar declaración. Sin perjuicio de ello, respecto a la valoración de tal documento, el tribunal tendrá presente no su supuesta falsedad de firma alegada en forma extemporánea por el actor sino lo señalado por los propios testigos de la demandada cuando se le exhiben los documentos consistentes en reglamento interno, manual de procedimiento y el documento descripción de cargos, respecto a que fueron entregados al momento del ingreso al actor al Centro de Distribución, por cuanto respecto del reglamento quedó establecido que ello no es efectivo, en relación al manual de procedimiento tampoco por cuanto se refiere que el actor la recibió y firmó quedándose con copia con firma la demandada, que no exhibe ni acompaña en este juicio, no obstante ser documento emanado de ella y que debería estar en su poder, y respecto a la descripción de cargo, no obstante la firma del trabajador, el mismo no tiene fecha de emisión, por ende pierde verosimilitud. VIGÉSIMO QUINTO: Que, como se ha señalado, el demandante indica que la falta de medidas de seguridad eficaces y apropiadas por parte de la demandada significaron la pérdida de la visión de su ojo derecho, y aparece de lo expuesto en los motivos precedentes que tal obligación que surge el deber de seguridad para el empleador desde que existe un vínculo de subordinación y dependencia con el trabajador, ya que al estar éste subordinado a las órdenes del empleador y a desempeñar las funciones que éste encomiende dentro del vínculo que las une, surge para el empleador la obligación ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

141

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

de protección derivada de la exposición al riesgo del contratante económicamente más débil y que se subordina al poder de otro. Y al efecto, tales medidas se concretizan, entre otras, con el cumplimiento por parte del empleador de una serie de exigencias legales, tales como existencia de un Reglamento Interno de Orden, Higiene y Seguridad, artículo 153 Código del Trabajo, que debe contener las obligaciones y prohibiciones de los trabajadores, en relación con sus labores, permanencia y vida en el medio laboral y las normas e instrucciones de prevención, higiene y seguridad que deben observarse en el establecimiento donde desempeña sus labores; capacitación de los trabajadores con el fin de permitirles mejores condiciones de vida, artículo 179 del Código del Trabajo ; adopción y mantención de medidas de higiene y seguridad en la forma, dentro de los términos y con las sanciones que señala la ley, artículo 210 del Código precitado ; obligaciones todas que además se complementan con los respectivos reglamentos contenidos, entre otros, en los Decretos Supremos N° 40, de 1969, sobre Prevención de Riesgos Profesionales; N° 594, de 1999, sobre Condiciones Sanitarias y Ambientales Básicas en los Lugares de Trabajo. Que, asimismo, los deberes básicos del empleador referidos a tomar las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de los trabajadores, lo lleva a la adopción de acciones dentro de la empresa destinadas a llenar de contenido tales deberes, entre las cuales se puede mencionar una evaluación permanente de los riesgos de la empresa, una definición de las funciones a realizar por los trabajadores en razón de su peligrosidad, selección de éstos de acuerdo con esta realidad, instrucción y capacitación conforme con las contingencias advertidas, entrega de elementos de protección a los trabajadores y de los equipos e instrumentos idóneos para operar, mantención de sistemas de reacción eficientes y eficaces en caso que se declare una emergencia, evaluación frente a cada accidente de sus causas para evitar su ocurrencia futura, respeto de todas las normas legales, reglamentarias e internas, que norman aspectos de seguridad laboral. Que, en este caso, se ha demostrado por el demandante que el empleador incumplió su deber de protección por cuanto no tomó las medidas necesarias y eficaces para precaver el accidente que en definitiva ocurrió en febrero de 2008, ya que la demandada no desplegó la máxima diligencia que le exige la norma del artículo 184 del Código del Trabajo para tomar medidas preventivas específicas para evitar dicho accidente, al no entregar un reglamento de orden, higiene y seguridad al actor al momento de su contratación que contemplará sus obligaciones y prohibiciones, en especial las relativas a actos o acciones que no se permitirán al personal por envolver riesgos para sí mismos u otros o para los medios de trabajo, ni tampoco la obligación de informar los riesgos laborales, en forma oportuna y convenientemente, ya que consta que el reglamento incorporado es de un año después de los hechos; tampoco se acreditó que efectivamente se hubiesen realizado las charlas al trabajador referidas al llamado derecho a saber, sobre los riesgos laborales que implicaba las labores que desempeñaba ello aunque el actor indica que el jefe de bodega le dijo que no usara el tip top hacia arriba, sino hacia abajo, y que así lo hizo, es más sus testigos indican que no existía ningún procedimiento sobre la forma de embalar o desembalar los productos y menos sobre el uso de elementos cortantes en tal función, incluso el testigo Quiñones refiere que había charlas o instrucciones de seguridad sobre embalaje no escritas ni establecidas en procedimiento, pero nada respecto al uso del tip top porque ello es conocido (así por lo demás lo manifiesta también el abogado de la demandada al momento de sus observaciones a la prueba), pero cabe preguntarse, si tan seguro o si tan innecesario es una charla al respecto, ¿por qué se produjo el accidente del trabajador? Obviamente porque las medidas de seguridad adoptadas por la empresa no fueren eficaces ni seguras, máxime si ni siquiera se contaba con reglamento interno a esa fecha por lo menos en el juicio así quedó demostrado con el documento incorporado, tampoco se solicitó a los organismos de seguridad charlas o capacitación al efecto, tanto es así que a la fecha del accidente la demandada ni siquiera era adherente de algún organismo de seguridad o mutual, así da cuenta el documento incorporado sobre aceptación de solicitud de ingreso como adherente y la solicitud provisoria de atención médica por accidente del trabajo ancorada por la demandad. VIGÉSIMO SEXTO: Que, acreditado los incumplimientos en que incurrió la demandada, debe determinarse si éstos revisten la gravedad suficiente para ocasionar el término de la relación laboral entre las partes. Que está establecido que el actor a raíz del accidente de trabajo acaecido el 28 de febrero de 2008 y luego de un tratamiento largo y de sucesivas intervenciones quirúrgicas, perdió la visión del ojo dere-

142

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

de protección derivada de la exposición al riesgo del contratante económicamente más débil y que se subordina al poder de otro. Y al efecto, tales medidas se concretizan, entre otras, con el cumplimiento por parte del empleador de una serie de exigencias legales, tales como existencia de un Reglamento Interno de Orden, Higiene y Seguridad, artículo 153 Código del Trabajo, que debe contener las obligaciones y prohibiciones de los trabajadores, en relación con sus labores, permanencia y vida en el medio laboral y las normas e instrucciones de prevención, higiene y seguridad que deben observarse en el establecimiento donde desempeña sus labores; capacitación de los trabajadores con el fin de permitirles mejores condiciones de vida, artículo 179 del Código del Trabajo ; adopción y mantención de medidas de higiene y seguridad en la forma, dentro de los términos y con las sanciones que señala la ley, artículo 210 del Código precitado ; obligaciones todas que además se complementan con los respectivos reglamentos contenidos, entre otros, en los Decretos Supremos N° 40, de 1969, sobre Prevención de Riesgos Profesionales; N° 594, de 1999, sobre Condiciones Sanitarias y Ambientales Básicas en los Lugares de Trabajo. Que, asimismo, los deberes básicos del empleador referidos a tomar las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de los trabajadores, lo lleva a la adopción de acciones dentro de la empresa destinadas a llenar de contenido tales deberes, entre las cuales se puede mencionar una evaluación permanente de los riesgos de la empresa, una definición de las funciones a realizar por los trabajadores en razón de su peligrosidad, selección de éstos de acuerdo con esta realidad, instrucción y capacitación conforme con las contingencias advertidas, entrega de elementos de protección a los trabajadores y de los equipos e instrumentos idóneos para operar, mantención de sistemas de reacción eficientes y eficaces en caso que se declare una emergencia, evaluación frente a cada accidente de sus causas para evitar su ocurrencia futura, respeto de todas las normas legales, reglamentarias e internas, que norman aspectos de seguridad laboral. Que, en este caso, se ha demostrado por el demandante que el empleador incumplió su deber de protección por cuanto no tomó las medidas necesarias y eficaces para precaver el accidente que en definitiva ocurrió en febrero de 2008, ya que la demandada no desplegó la máxima diligencia que le exige la norma del artículo 184 del Código del Trabajo para tomar medidas preventivas específicas para evitar dicho accidente, al no entregar un reglamento de orden, higiene y seguridad al actor al momento de su contratación que contemplará sus obligaciones y prohibiciones, en especial las relativas a actos o acciones que no se permitirán al personal por envolver riesgos para sí mismos u otros o para los medios de trabajo, ni tampoco la obligación de informar los riesgos laborales, en forma oportuna y convenientemente, ya que consta que el reglamento incorporado es de un año después de los hechos; tampoco se acreditó que efectivamente se hubiesen realizado las charlas al trabajador referidas al llamado derecho a saber, sobre los riesgos laborales que implicaba las labores que desempeñaba ello aunque el actor indica que el jefe de bodega le dijo que no usara el tip top hacia arriba, sino hacia abajo, y que así lo hizo, es más sus testigos indican que no existía ningún procedimiento sobre la forma de embalar o desembalar los productos y menos sobre el uso de elementos cortantes en tal función, incluso el testigo Quiñones refiere que había charlas o instrucciones de seguridad sobre embalaje no escritas ni establecidas en procedimiento, pero nada respecto al uso del tip top porque ello es conocido (así por lo demás lo manifiesta también el abogado de la demandada al momento de sus observaciones a la prueba), pero cabe preguntarse, si tan seguro o si tan innecesario es una charla al respecto, ¿por qué se produjo el accidente del trabajador? Obviamente porque las medidas de seguridad adoptadas por la empresa no fueren eficaces ni seguras, máxime si ni siquiera se contaba con reglamento interno a esa fecha por lo menos en el juicio así quedó demostrado con el documento incorporado, tampoco se solicitó a los organismos de seguridad charlas o capacitación al efecto, tanto es así que a la fecha del accidente la demandada ni siquiera era adherente de algún organismo de seguridad o mutual, así da cuenta el documento incorporado sobre aceptación de solicitud de ingreso como adherente y la solicitud provisoria de atención médica por accidente del trabajo ancorada por la demandad. VIGÉSIMO SEXTO: Que, acreditado los incumplimientos en que incurrió la demandada, debe determinarse si éstos revisten la gravedad suficiente para ocasionar el término de la relación laboral entre las partes. Que está establecido que el actor a raíz del accidente de trabajo acaecido el 28 de febrero de 2008 y luego de un tratamiento largo y de sucesivas intervenciones quirúrgicas, perdió la visión del ojo dere-

142

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

143

cho y fue declarada una incapacidad por el organismo de seguridad social respectivo de 27,5%, lo que fue confirmado por la Superintendencia de Seguridad Social por Ord. 064831, de 10 de diciembre de 2009; asimismo consta del informe médico de 9 de abril de 2009 emitido por el Instituto de Seguridad del Trabajo (IST) que el diagnóstico del actor el 28 de febrero de 2008 fue “Trauma ocular con globo ocular derecho abierto; desprendimiento de retina complicada, hipotonía ocular persistente pérdida severa visión ojo derecho”. Que las consecuencias referidas producto del accidente sufrido por el actor el 28 de febrero de 2008, son claramente derivadas del incumplimiento contractual del empleador de su deber de seguridad y protección de sus trabajadores, el cual reviste la gravedad suficiente para poner término a la relación laboral, toda vez que por su falta de diligencia afectó la integridad física del trabajador, más aún, su carencia de sumo cuidado en la adopción de medidas eficaces y necesarias para prevenir accidentes importó para el trabajador la pérdida parcial de uno de sus sentidos, cual es la vista, con una incapacidad declarada de 27,5%, de manera que la causal de caducidad del contrato de trabajo invocada por el actor es plenamente justificada y, en consecuencia, la demandada BHA Transporte y Distribución Ltda. deberá responder de las indemnizaciones sustitutivas del aviso previo y por años de servicio, está última con el incremento legal del 50% de acuerdo al inciso 1° del artículo 171 del Código del trabajo, atendido que se encuentra plenamente justificado el auto despido. VIGÉSIMO SÉPTIMO: Que respecto a la remuneración a considerar para efectos del pago de las indemnizaciones referidas, deberá tenerse presente que la demandada no controvierte ni nada dice respecto a la remuneración señalada por el actor ascendente a $ 200.000, y que en el anexo de contrato de trabajo de 1 de julio de 2010 incorporada por la demandada, se reajusta el sueldo base a la suma de $ 172.000 y en el contrato de trabajo de 12 de febrero de 2008, se indica en su cláusula 4ª que el empleador abonara al trabajador el 25% del sueldo base mensual por concepto de gratificación legal, con el tope de 4,75 ingresos mínimos mensuales, lo que coincide con lo señalado por el actor de $ 200.000 como remuneración mensual, a la que deberá estarse para tales efectos. Que asimismo el demandante solicita el pago de feriado legal y proporcional, y la demandada correspondiéndole hacerlo no acreditó por medio alguno el pago de tales conceptos, por lo que deberá accederse a su cobro, determinándose el monto adeudado por los mismos en lo resolutivo de este fallo. Sobre el accidente del trabajo: VIGÉSIMO OCTAVO: Que el demandante solicita que se condene a la empresa BHA Transporte y Distribución, como responsable de la accidente de trabajo sufrido por el actor, que al efecto sin perjuicio de lo ya resuelto respecto al despido indirecto, debe tenerse presente que respecto a la existencia del accidente del trabajo ello ha quedado establecido como hecho pacífico entre las partes y en relación a las lesiones sufridas por el trabajador a consecuencia del mismo, también ha quedado demostrado de las pruebas incorporadas en este juicio y analizadas en los motivos que preceden, que el actor sufrió la pérdida de la visión del ojo derecho siendo declarada una incapacidad de 27,5%, activándose el mecanismo de seguridad social con el otorgamiento de las prestaciones médicas realizada al demandante con ocasión del accidente por parte del Instituto de Seguridad del Trabajo. Que quedó establecido que la demandada principal (BHA Transportes y distribución) incurrió en incumplimiento grave de las obligaciones que impone el contrato al no haber adoptado todas las medidas necesarias y eficaces preventivas de la ocurrencia del accidente que sufrió el actor con fecha 28 de febrero de 2008, en consecuencia claramente le asiste responsabilidad en la ocurrencia del mismo debiendo determinarse si le corresponde indemnizar el daño producido por ello, y si éste se ha morigerado en el caso que la víctima se haya expuesto imprudentemente al mismo. Que, se estableció que dicha demandada no cumplió la obligación se seguridad y protección establecida en el artículo 184 del Código del Trabajo, por cuanto no otorgó todas las medidas de seguridad al demandante para el desempeño de sus funciones, necesarias para proteger eficazmente la vida y salud del mismo, y las adoptadas manual de procedimiento interno de CD e incluso entrega de elementos de seguridad no tuvieron el efecto querido por el legislador, esto es “proteger eficazmente la vida y salud del trabajador, lo que implica una máxima diligencia del empleador en el cumplimiento de tal deber. Es así, como, sin perjuicio de lo concluido a propósito de la acción de despido indirecto, el empleador no logró demostrar fehacientemente la adopción por su parte de las medidas necesarias que doten de contenido su obligación de seguridad y protección, en el caso específico, como una evaluación

cho y fue declarada una incapacidad por el organismo de seguridad social respectivo de 27,5%, lo que fue confirmado por la Superintendencia de Seguridad Social por Ord. 064831, de 10 de diciembre de 2009; asimismo consta del informe médico de 9 de abril de 2009 emitido por el Instituto de Seguridad del Trabajo (IST) que el diagnóstico del actor el 28 de febrero de 2008 fue “Trauma ocular con globo ocular derecho abierto; desprendimiento de retina complicada, hipotonía ocular persistente pérdida severa visión ojo derecho”. Que las consecuencias referidas producto del accidente sufrido por el actor el 28 de febrero de 2008, son claramente derivadas del incumplimiento contractual del empleador de su deber de seguridad y protección de sus trabajadores, el cual reviste la gravedad suficiente para poner término a la relación laboral, toda vez que por su falta de diligencia afectó la integridad física del trabajador, más aún, su carencia de sumo cuidado en la adopción de medidas eficaces y necesarias para prevenir accidentes importó para el trabajador la pérdida parcial de uno de sus sentidos, cual es la vista, con una incapacidad declarada de 27,5%, de manera que la causal de caducidad del contrato de trabajo invocada por el actor es plenamente justificada y, en consecuencia, la demandada BHA Transporte y Distribución Ltda. deberá responder de las indemnizaciones sustitutivas del aviso previo y por años de servicio, está última con el incremento legal del 50% de acuerdo al inciso 1° del artículo 171 del Código del trabajo, atendido que se encuentra plenamente justificado el auto despido. VIGÉSIMO SÉPTIMO: Que respecto a la remuneración a considerar para efectos del pago de las indemnizaciones referidas, deberá tenerse presente que la demandada no controvierte ni nada dice respecto a la remuneración señalada por el actor ascendente a $ 200.000, y que en el anexo de contrato de trabajo de 1 de julio de 2010 incorporada por la demandada, se reajusta el sueldo base a la suma de $ 172.000 y en el contrato de trabajo de 12 de febrero de 2008, se indica en su cláusula 4ª que el empleador abonara al trabajador el 25% del sueldo base mensual por concepto de gratificación legal, con el tope de 4,75 ingresos mínimos mensuales, lo que coincide con lo señalado por el actor de $ 200.000 como remuneración mensual, a la que deberá estarse para tales efectos. Que asimismo el demandante solicita el pago de feriado legal y proporcional, y la demandada correspondiéndole hacerlo no acreditó por medio alguno el pago de tales conceptos, por lo que deberá accederse a su cobro, determinándose el monto adeudado por los mismos en lo resolutivo de este fallo. Sobre el accidente del trabajo: VIGÉSIMO OCTAVO: Que el demandante solicita que se condene a la empresa BHA Transporte y Distribución, como responsable de la accidente de trabajo sufrido por el actor, que al efecto sin perjuicio de lo ya resuelto respecto al despido indirecto, debe tenerse presente que respecto a la existencia del accidente del trabajo ello ha quedado establecido como hecho pacífico entre las partes y en relación a las lesiones sufridas por el trabajador a consecuencia del mismo, también ha quedado demostrado de las pruebas incorporadas en este juicio y analizadas en los motivos que preceden, que el actor sufrió la pérdida de la visión del ojo derecho siendo declarada una incapacidad de 27,5%, activándose el mecanismo de seguridad social con el otorgamiento de las prestaciones médicas realizada al demandante con ocasión del accidente por parte del Instituto de Seguridad del Trabajo. Que quedó establecido que la demandada principal (BHA Transportes y distribución) incurrió en incumplimiento grave de las obligaciones que impone el contrato al no haber adoptado todas las medidas necesarias y eficaces preventivas de la ocurrencia del accidente que sufrió el actor con fecha 28 de febrero de 2008, en consecuencia claramente le asiste responsabilidad en la ocurrencia del mismo debiendo determinarse si le corresponde indemnizar el daño producido por ello, y si éste se ha morigerado en el caso que la víctima se haya expuesto imprudentemente al mismo. Que, se estableció que dicha demandada no cumplió la obligación se seguridad y protección establecida en el artículo 184 del Código del Trabajo, por cuanto no otorgó todas las medidas de seguridad al demandante para el desempeño de sus funciones, necesarias para proteger eficazmente la vida y salud del mismo, y las adoptadas manual de procedimiento interno de CD e incluso entrega de elementos de seguridad no tuvieron el efecto querido por el legislador, esto es “proteger eficazmente la vida y salud del trabajador, lo que implica una máxima diligencia del empleador en el cumplimiento de tal deber. Es así, como, sin perjuicio de lo concluido a propósito de la acción de despido indirecto, el empleador no logró demostrar fehacientemente la adopción por su parte de las medidas necesarias que doten de contenido su obligación de seguridad y protección, en el caso específico, como una evaluación ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

143

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

permanente de los riesgos de la empresa, una definición de las funciones a realizar por los trabajadores en razón de su peligrosidad, selección de éstos de acuerdo con esta realidad, instrucción y capacitación conforme con las contingencias advertidas, señalética en el lugar de las diversas acciones inseguras relacionadas con el uso de elementos cortantes en el embalaje y desembalaje de productos; uso adecuado de los elementos para el desempeño de sus funciones y de los equipos e instrumentos idóneos para operar, mantención de sistemas de reacción eficientes y eficaces en caso que se declare una emergencia, evaluación frente a cada accidente de sus causas para evitar su ocurrencia futura, respeto de todas las normas legales, reglamentarias e internas, que norman aspectos de seguridad laboral. Que no es óbice de lo anterior el que dicha demandada tenía las siguientes medidas: entrega de un manual de procedimiento interno del CD, que establece en forma general las funciones y la forma de desarrollar el despacho y almacenaje de los productos, sin alusión específica al uso de elementos cortantes para el desembalaje de productos; la entrega de elementos de seguridad, entre ellas antiparras, que según demandante no recibió; y una charla general sobre cumplimiento de normas de horario y medidas generales de seguridad (como uso de casco, faja en la carga y descarga), por cuanto debe insistirse que la norma del artículo 184 ya citado es categórica al indicar no sólo que el empleador deben tomar medidas para proteger la vida y salud de los trabajadores, sino que exige que debe adoptar “todas las medidas necesarias para proteger eficazmente La vida y Salud de los Trabajadores”. Por ende, no basta con un cumplimiento meramente formal de tal obligación, sino que se exige una máxima diligencia del empleador en el cumplimiento de dicho deber. En tal sentido, es deber del sentenciador analizar si las medidas referidas precedentemente son “todas las necesarias para cumplir la obligación del empleador y, sí de serlo, fueron eficaces para obtener la protección y seguridad del trabajador”. Al efecto se tiene presente que con la prueba rendida y analizada en los considerandos anteriores, se concluye lo siguiente: 1. que el actor desempeñaba labores operario en el centro de distribución de la demandada. 2. que en tal calidad le correspondió realizar el desembalaje de mercaderías para lo cual se le entregó un elemento cortante llamado tip top. 3. que en tal calidad recibió sólo una instrucción verbal por parte del jefe de bodegas, 4. que no se le entregó reglamento interno de orden, higiene y seguridad ni consta la entrega del manual de procedimiento interno del CD. 5. que no se le instruyó sobre el derecho a saber de los riesgos de la actividad realizada por él, ni sobre medidas preventivas como cuidado de los ojos. Que de lo expuesto, aparece que las medidas adoptadas por el empleador para cumplir su obligación de seguridad establecida en el artículo 184 del Código del Trabajo, no fueron todas las necesarias para ello, ni tampoco fueron eficaces, más aún a la fecha del accidente no se logró acreditar la existencia de un reglamento interno de orden higiene y seguridad que contemplara las medidas preventivas ante los trabajaos realizados en la bodega o centro de distribución de la demandada. Que al no haber cumplido con tales normas, permite concluir la responsabilidad de la empleadora en el accidente que afectó al demandante. VIGÉSIMO NOVENO: Que no es suficiente para desvirtuar la conclusión anterior, la defensa de la demandada respecto a que el accidente se produjo por una maniobra imprudente del actor, quien primero no habría portado las antiparras entregadas para la labor, y además, habría realizado el corte del zuncho en forma indebida, de abajo hacia arriba, por cuanto respecto al documento relativo a la entrega de antiparras no obstante no haber sido objetado por la demandante en la oportunidad procesal para ello, la efectividad de tal entrega quedo en duda en atención a lo señalado por los propios testigos de la demandada señores Quiñones y Salazar quienes indicaron que este documento fue entregado conjuntamente con el reglamento interno y el manual de procedimiento al actor, el primero refiere que al ingresar al Centro de Distribución y le consta porque se lo contó Salazar que es quien entrega eta documentación, y por cuanto éste refiere que todos esos documentos los entregó al actor bajo firma y se quedó con copia firmada, pero dichas copias firmadas del reglamento y el manual no fueron incorporados en este juicio, por el contrario el reglamento interno incorporado tiene fecha de vigencia el1 de abril de 2009, esto es un años y un mes después del accidente, no pudiendo por ende corresponder al que supuestamente se le entregó al actor conjuntamente con los elementos de seguridad, y además

144

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

permanente de los riesgos de la empresa, una definición de las funciones a realizar por los trabajadores en razón de su peligrosidad, selección de éstos de acuerdo con esta realidad, instrucción y capacitación conforme con las contingencias advertidas, señalética en el lugar de las diversas acciones inseguras relacionadas con el uso de elementos cortantes en el embalaje y desembalaje de productos; uso adecuado de los elementos para el desempeño de sus funciones y de los equipos e instrumentos idóneos para operar, mantención de sistemas de reacción eficientes y eficaces en caso que se declare una emergencia, evaluación frente a cada accidente de sus causas para evitar su ocurrencia futura, respeto de todas las normas legales, reglamentarias e internas, que norman aspectos de seguridad laboral. Que no es óbice de lo anterior el que dicha demandada tenía las siguientes medidas: entrega de un manual de procedimiento interno del CD, que establece en forma general las funciones y la forma de desarrollar el despacho y almacenaje de los productos, sin alusión específica al uso de elementos cortantes para el desembalaje de productos; la entrega de elementos de seguridad, entre ellas antiparras, que según demandante no recibió; y una charla general sobre cumplimiento de normas de horario y medidas generales de seguridad (como uso de casco, faja en la carga y descarga), por cuanto debe insistirse que la norma del artículo 184 ya citado es categórica al indicar no sólo que el empleador deben tomar medidas para proteger la vida y salud de los trabajadores, sino que exige que debe adoptar “todas las medidas necesarias para proteger eficazmente La vida y Salud de los Trabajadores”. Por ende, no basta con un cumplimiento meramente formal de tal obligación, sino que se exige una máxima diligencia del empleador en el cumplimiento de dicho deber. En tal sentido, es deber del sentenciador analizar si las medidas referidas precedentemente son “todas las necesarias para cumplir la obligación del empleador y, sí de serlo, fueron eficaces para obtener la protección y seguridad del trabajador”. Al efecto se tiene presente que con la prueba rendida y analizada en los considerandos anteriores, se concluye lo siguiente: 1. que el actor desempeñaba labores operario en el centro de distribución de la demandada. 2. que en tal calidad le correspondió realizar el desembalaje de mercaderías para lo cual se le entregó un elemento cortante llamado tip top. 3. que en tal calidad recibió sólo una instrucción verbal por parte del jefe de bodegas, 4. que no se le entregó reglamento interno de orden, higiene y seguridad ni consta la entrega del manual de procedimiento interno del CD. 5. que no se le instruyó sobre el derecho a saber de los riesgos de la actividad realizada por él, ni sobre medidas preventivas como cuidado de los ojos. Que de lo expuesto, aparece que las medidas adoptadas por el empleador para cumplir su obligación de seguridad establecida en el artículo 184 del Código del Trabajo, no fueron todas las necesarias para ello, ni tampoco fueron eficaces, más aún a la fecha del accidente no se logró acreditar la existencia de un reglamento interno de orden higiene y seguridad que contemplara las medidas preventivas ante los trabajaos realizados en la bodega o centro de distribución de la demandada. Que al no haber cumplido con tales normas, permite concluir la responsabilidad de la empleadora en el accidente que afectó al demandante. VIGÉSIMO NOVENO: Que no es suficiente para desvirtuar la conclusión anterior, la defensa de la demandada respecto a que el accidente se produjo por una maniobra imprudente del actor, quien primero no habría portado las antiparras entregadas para la labor, y además, habría realizado el corte del zuncho en forma indebida, de abajo hacia arriba, por cuanto respecto al documento relativo a la entrega de antiparras no obstante no haber sido objetado por la demandante en la oportunidad procesal para ello, la efectividad de tal entrega quedo en duda en atención a lo señalado por los propios testigos de la demandada señores Quiñones y Salazar quienes indicaron que este documento fue entregado conjuntamente con el reglamento interno y el manual de procedimiento al actor, el primero refiere que al ingresar al Centro de Distribución y le consta porque se lo contó Salazar que es quien entrega eta documentación, y por cuanto éste refiere que todos esos documentos los entregó al actor bajo firma y se quedó con copia firmada, pero dichas copias firmadas del reglamento y el manual no fueron incorporados en este juicio, por el contrario el reglamento interno incorporado tiene fecha de vigencia el1 de abril de 2009, esto es un años y un mes después del accidente, no pudiendo por ende corresponder al que supuestamente se le entregó al actor conjuntamente con los elementos de seguridad, y además

144

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

145

dicho testigo indica que tales documentos le fueron entregados al actor a fines de febrero de 2010, en circunstancias que el otro testigo indicó que fue cuando ingresó a bodega y ello fue el 12 de febrero de 2010, esto es, a mediados de dicho mes a lo menos. Por lo que tal prueba se desvirtúa por los propios dichos de la parte que la incorpora. Que respecto a que el actor al momento del accidente no usó las antiparras que se le habían entregado previamente, por un lado, se tiene presente que el documento incorporado que da cuenta de tal entrega aparece dubitado por la propia prueba de la demandada según se expone en el acápite anterior, y por otro el testigo Quiñones no presenció el accidente porque no estaba allí en ese momento y sólo le consta el mismo por los dichos de Salazar y el actor, además refiere que él preguntó sobre el accidente y realizó una investigación pero no formar sólo referida a qué hora ocurrió el accidente, y el testigo Salazar refiere por un lado que antes del accidente días previos a ello el actor usaba las antiparras y que ese día el estaba en el segundo piso, escuchó al actor y al darse vuelta vio que éste tenía las antiparras en el cuello, pero no le consta que no las tuviera puesta ya que no vio el momento mismo del accidente, y en todo caso si desde el segundo piso observaba a los trabajadores que realizaban sus labores en despacho que no eran más de doce personas declaran ambos testigos y realmente el actor hubiese tenido las antiparras en el cuello porque no adoptó las medidas de seguridad al efecto, lo que da cuenta claramente que no se cumplió por la demandada con la debida supervisión o control de la persona encargada jefe de bodega, y que se hayan realizado las charlas de prevención y que pese a ello, ello se hubiese realizado sin seguir los procedimientos, máxime cuando el trabajador indica que si los siguió por cuanto efectúo el corte del zuncho de abajo hacia arriba como le indicó el jefe de bodegas y pese a ello sufrió el accidente, sin que tales dichos puedan ser contradecidos suficientemente por los testigos de la demandada, ya que uno no estuvo presente y el otro sólo percibió los hechos una vez ya acaecidos los mismos, circunstancias bastantes para descartar tal alegación de la demandada y en definitiva establecer su responsabilidad en los hechos, que por lo mismo deberá rechazarse su alegación de exposición imprudente al daño de parte de la víctima, por todo lo latamente expuesto. TRIGÉSIMO: Que establecido que la empresa demandada no tomó todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la salud y vida del trabajador demandante, por ende no cumplió su deber de seguridad en los términos del artículo 184 del Código del Trabajo, y teniendo presente el vínculo contractual que le unía con el trabajador derivaba del vínculo de subordinación y dependencia, surge para él la obligación de reparación del daño causado en virtud de dicha relación laboral. Por tanto, existiendo el nexo causal entre la falta de medidas de seguridad y el accidente sufrido por el actor, toda vez que si hubiera tomados todas las medidas de seguridad necesarias (entrega de reglamento interno, inducción del derecho a saber, capacitación e información sobre riesgos y medidas de prevención, estándares de seguridad en los cuales se graficara los peligros del uso de elementos cortantes en el desembalado de productos, etc.) para dar efectiva y eficaz protección al trabajador, no se habría producido el accidente, que derivó en daño para éste, debe entenderse que ello se debe a la falta del deber de cuidado y protección que le exige el legislador para con sus trabajadores. Y el que causa daño a otro debe indemnizar el mismo Que, el actor, solicita indemnización por daño moral, que avalúa en la suma de $ 100.000.000, atendido el sufrimiento físico y moral que le provocó el accidente sufrido, con la pérdida total de la visión de su ojo derecho, sometido a un largo proceso de rehabilitación. En la actualidad tiene una prótesis que cubre la superficie del ojo, presentando incapacidad del 100%. Además, sufre de dolores permanentes en su ojo derecho, debe ser sometido a nuevas intervenciones quirúrgicas. Además, el daño físico y psicológico experimentado lo mantiene en una fuerte angustia, traspasando dicha angustia a su familia. Que el tribunal tendrá presente al efecto, las declaraciones de las testigos Paulina Ramírez Núñez y María Soledad Núñez Carte, cónyuge y suegra del actor, respectivamente, quienes están contestes en señalar que a raíz del accidente el actor perdió la visión completa del ojo derecho, que actualmente está con una prótesis, que sufre dolores fuertes neurálgicos, y a razón del mismo está depresivo, mal, lo que les afecta a ellos como familia. El informe pericial y declaración de la perito doña Edda Scarlet Dresdner Pesce, quien señala que las lesiones del actor según clasificación médico legal son graves, que a pesar del adecuado manejo médico especializado a que fue sometido el actor, sufrió una Vitreoretinopatía

dicho testigo indica que tales documentos le fueron entregados al actor a fines de febrero de 2010, en circunstancias que el otro testigo indicó que fue cuando ingresó a bodega y ello fue el 12 de febrero de 2010, esto es, a mediados de dicho mes a lo menos. Por lo que tal prueba se desvirtúa por los propios dichos de la parte que la incorpora. Que respecto a que el actor al momento del accidente no usó las antiparras que se le habían entregado previamente, por un lado, se tiene presente que el documento incorporado que da cuenta de tal entrega aparece dubitado por la propia prueba de la demandada según se expone en el acápite anterior, y por otro el testigo Quiñones no presenció el accidente porque no estaba allí en ese momento y sólo le consta el mismo por los dichos de Salazar y el actor, además refiere que él preguntó sobre el accidente y realizó una investigación pero no formar sólo referida a qué hora ocurrió el accidente, y el testigo Salazar refiere por un lado que antes del accidente días previos a ello el actor usaba las antiparras y que ese día el estaba en el segundo piso, escuchó al actor y al darse vuelta vio que éste tenía las antiparras en el cuello, pero no le consta que no las tuviera puesta ya que no vio el momento mismo del accidente, y en todo caso si desde el segundo piso observaba a los trabajadores que realizaban sus labores en despacho que no eran más de doce personas declaran ambos testigos y realmente el actor hubiese tenido las antiparras en el cuello porque no adoptó las medidas de seguridad al efecto, lo que da cuenta claramente que no se cumplió por la demandada con la debida supervisión o control de la persona encargada jefe de bodega, y que se hayan realizado las charlas de prevención y que pese a ello, ello se hubiese realizado sin seguir los procedimientos, máxime cuando el trabajador indica que si los siguió por cuanto efectúo el corte del zuncho de abajo hacia arriba como le indicó el jefe de bodegas y pese a ello sufrió el accidente, sin que tales dichos puedan ser contradecidos suficientemente por los testigos de la demandada, ya que uno no estuvo presente y el otro sólo percibió los hechos una vez ya acaecidos los mismos, circunstancias bastantes para descartar tal alegación de la demandada y en definitiva establecer su responsabilidad en los hechos, que por lo mismo deberá rechazarse su alegación de exposición imprudente al daño de parte de la víctima, por todo lo latamente expuesto. TRIGÉSIMO: Que establecido que la empresa demandada no tomó todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la salud y vida del trabajador demandante, por ende no cumplió su deber de seguridad en los términos del artículo 184 del Código del Trabajo, y teniendo presente el vínculo contractual que le unía con el trabajador derivaba del vínculo de subordinación y dependencia, surge para él la obligación de reparación del daño causado en virtud de dicha relación laboral. Por tanto, existiendo el nexo causal entre la falta de medidas de seguridad y el accidente sufrido por el actor, toda vez que si hubiera tomados todas las medidas de seguridad necesarias (entrega de reglamento interno, inducción del derecho a saber, capacitación e información sobre riesgos y medidas de prevención, estándares de seguridad en los cuales se graficara los peligros del uso de elementos cortantes en el desembalado de productos, etc.) para dar efectiva y eficaz protección al trabajador, no se habría producido el accidente, que derivó en daño para éste, debe entenderse que ello se debe a la falta del deber de cuidado y protección que le exige el legislador para con sus trabajadores. Y el que causa daño a otro debe indemnizar el mismo Que, el actor, solicita indemnización por daño moral, que avalúa en la suma de $ 100.000.000, atendido el sufrimiento físico y moral que le provocó el accidente sufrido, con la pérdida total de la visión de su ojo derecho, sometido a un largo proceso de rehabilitación. En la actualidad tiene una prótesis que cubre la superficie del ojo, presentando incapacidad del 100%. Además, sufre de dolores permanentes en su ojo derecho, debe ser sometido a nuevas intervenciones quirúrgicas. Además, el daño físico y psicológico experimentado lo mantiene en una fuerte angustia, traspasando dicha angustia a su familia. Que el tribunal tendrá presente al efecto, las declaraciones de las testigos Paulina Ramírez Núñez y María Soledad Núñez Carte, cónyuge y suegra del actor, respectivamente, quienes están contestes en señalar que a raíz del accidente el actor perdió la visión completa del ojo derecho, que actualmente está con una prótesis, que sufre dolores fuertes neurálgicos, y a razón del mismo está depresivo, mal, lo que les afecta a ellos como familia. El informe pericial y declaración de la perito doña Edda Scarlet Dresdner Pesce, quien señala que las lesiones del actor según clasificación médico legal son graves, que a pesar del adecuado manejo médico especializado a que fue sometido el actor, sufrió una Vitreoretinopatía ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

145

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Crónica la que se fue complicando hasta que en junio de 2009 se produjo el desprendimiento total de la retina, perdiendo completamente la visión de su ojo derecho y entrando en un proceso de atrofia progresiva y que le fue implantada una prótesis parcial en la órbita derecha en diciembre de 2009, que actualmente tiene visión de 0% en el ojo derecho y actualmente mantiene una secuela de dolor frecuente en la zona peri orbitaria derecha, y el oficio del Instituto de seguridad del Trabajo que indica que, evaluado por Comeva (Comisión médica de evaluación de incapacidades y accidentes del trabajo) el 29 de diciembre de 2008, que otorgó un 27,5% de incapacidad, se reclamó ante Comere (Comisión médica revisora) que no modificó el porcentaje y luego a SSS (Superintendencia de Seguridad Social), entidad que confirmó el porcentaje otorgado por el IST. Que el daño moral se produce por toda lesión, menoscabo o perturbación a los derechos inherentes a la personalidad de un sujeto, y por ende deben someterse a la reparación no solo del dolor sufrido por la pérdida que le ha afectado a la persona sino que también considerar los perjuicios que ha ocasionado en lo estético, lo social, el agrado de vivir, el incumplimiento del deber de protección que le imponía el artículo 184 del Código del Trabajo, que le aseguraba la relación contractual que le unía con la demandada. Que atendido lo anterior, en especial que el accidente provocó la pérdida parcial de uno de los sentidos más valiosos de la persona, como lo es la vista, la que no es recuperable, en especial el dolor y aflicción debe ser indemnizado en una suma congruente con su magnitud, que se estima en la suma de $ 20.000.000. TRIGÉSIMO PRIMERO: Que respecto a la petición de condenar a la demandada a la afiliación prescrita en el artículo 209 del Código del Trabajo, no se acreditó por medio alguno que el demandante haya sido desafiliado del sistema en los términos que señala, sino que por el contrario lo que aparece de las resoluciones emitidas por los distintos estamentos de seguridad social (IST, SSS), aparece que no obstante haberse tomado conocimiento que la demanda ingresó como adherente en el IST a contar del mes de maro de 2008, siendo aceptada el 4 de abril de 2008, tal error no invalida el porcentaje de incapacidad no obstante ser evaluado por entidad que no correspondía, e incluso se indica por la Superintendencia de Seguridad Social en resolución e 10 de diciembre de 2009 que dicha incapacidad debe ser notificada al IST (entidad que otorgó las prestaciones médicas al actor) para que constituye y pague su indemnización, por ende deberá rechazarse tal pretensión. Sobre la subcontratación y responsabilidad solidaria de la Empresa Vesuvio Comercial y Textil Chole Ltda. TRIGÉSIMO SEGUNDO: Que el demandante sostiene que la empresa Vesuvio Comercial y Textil chile Ltda., en adelante Vesuvio, debe responder en forma solidaria tanto de las prestaciones por despido indirecto como de la indemnización por daño moral derivada del accidente del trabajo que afectó al actor, y ello en virtud de lo dispuesto en el artículo 183 letra B) del Código del Trabajo, en relación al artículo 183 letra A) del citado cuerpo legal. Que las demandadas niegan la existencia de tal régimen de subcontratación, por los fundamentos que expresan y se pormenorizan en los motivos segundo y siguientes de esta sentencia. TRIGÉSIMO TERCERO: Que el artículo 183 letra A) del Código del Trabajo señala que es trabajo en régimen de subcontratación aquel realizado en virtud de un contrato de trabajo por un trabajador para un empleador denominado contratista o subcontratista, cuando éste en razón de un acuerdo contractual, se encarga de ejecutar obras o servicios, por su cuenta y riesgo y con trabajadores bajo su dependencia, para una tercera persona natural o jurídica dueña de la obra, empresa o faena, denominada la empresa principal, en la que se desarrollan los servicios o ejecutan las obras contratadas. Que negado el régimen de subcontratación por las demandadas correspondía al actor acreditar la existencia del mismo y al efecto rindió prueba confesional ficta de los representantes legales de las demandadas, y su prueba testimonial nada aporta respecto a dicha relación y su documental tampoco. Que en la exhibición de documentos solicitada a la demandadas sólo obtuvo que se allegara un acuerdo de término de relación comercial y finiquito entre ambas demandadas, de 25 de marzo de 2009 que sólo da cuenta de la existencia de una relación comercial entre ellas, pero no de la existencia de un régimen de subcontratación, máxime cuando los testigos de la demandada al declarar han señalado que en el centro de distribución de la demandada BHA Transporte y Distribución no sólo se despachaba y almacenaba mercaderías de dicha empresa sino que de otras más.

146

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Crónica la que se fue complicando hasta que en junio de 2009 se produjo el desprendimiento total de la retina, perdiendo completamente la visión de su ojo derecho y entrando en un proceso de atrofia progresiva y que le fue implantada una prótesis parcial en la órbita derecha en diciembre de 2009, que actualmente tiene visión de 0% en el ojo derecho y actualmente mantiene una secuela de dolor frecuente en la zona peri orbitaria derecha, y el oficio del Instituto de seguridad del Trabajo que indica que, evaluado por Comeva (Comisión médica de evaluación de incapacidades y accidentes del trabajo) el 29 de diciembre de 2008, que otorgó un 27,5% de incapacidad, se reclamó ante Comere (Comisión médica revisora) que no modificó el porcentaje y luego a SSS (Superintendencia de Seguridad Social), entidad que confirmó el porcentaje otorgado por el IST. Que el daño moral se produce por toda lesión, menoscabo o perturbación a los derechos inherentes a la personalidad de un sujeto, y por ende deben someterse a la reparación no solo del dolor sufrido por la pérdida que le ha afectado a la persona sino que también considerar los perjuicios que ha ocasionado en lo estético, lo social, el agrado de vivir, el incumplimiento del deber de protección que le imponía el artículo 184 del Código del Trabajo, que le aseguraba la relación contractual que le unía con la demandada. Que atendido lo anterior, en especial que el accidente provocó la pérdida parcial de uno de los sentidos más valiosos de la persona, como lo es la vista, la que no es recuperable, en especial el dolor y aflicción debe ser indemnizado en una suma congruente con su magnitud, que se estima en la suma de $ 20.000.000. TRIGÉSIMO PRIMERO: Que respecto a la petición de condenar a la demandada a la afiliación prescrita en el artículo 209 del Código del Trabajo, no se acreditó por medio alguno que el demandante haya sido desafiliado del sistema en los términos que señala, sino que por el contrario lo que aparece de las resoluciones emitidas por los distintos estamentos de seguridad social (IST, SSS), aparece que no obstante haberse tomado conocimiento que la demanda ingresó como adherente en el IST a contar del mes de maro de 2008, siendo aceptada el 4 de abril de 2008, tal error no invalida el porcentaje de incapacidad no obstante ser evaluado por entidad que no correspondía, e incluso se indica por la Superintendencia de Seguridad Social en resolución e 10 de diciembre de 2009 que dicha incapacidad debe ser notificada al IST (entidad que otorgó las prestaciones médicas al actor) para que constituye y pague su indemnización, por ende deberá rechazarse tal pretensión. Sobre la subcontratación y responsabilidad solidaria de la Empresa Vesuvio Comercial y Textil Chole Ltda. TRIGÉSIMO SEGUNDO: Que el demandante sostiene que la empresa Vesuvio Comercial y Textil chile Ltda., en adelante Vesuvio, debe responder en forma solidaria tanto de las prestaciones por despido indirecto como de la indemnización por daño moral derivada del accidente del trabajo que afectó al actor, y ello en virtud de lo dispuesto en el artículo 183 letra B) del Código del Trabajo, en relación al artículo 183 letra A) del citado cuerpo legal. Que las demandadas niegan la existencia de tal régimen de subcontratación, por los fundamentos que expresan y se pormenorizan en los motivos segundo y siguientes de esta sentencia. TRIGÉSIMO TERCERO: Que el artículo 183 letra A) del Código del Trabajo señala que es trabajo en régimen de subcontratación aquel realizado en virtud de un contrato de trabajo por un trabajador para un empleador denominado contratista o subcontratista, cuando éste en razón de un acuerdo contractual, se encarga de ejecutar obras o servicios, por su cuenta y riesgo y con trabajadores bajo su dependencia, para una tercera persona natural o jurídica dueña de la obra, empresa o faena, denominada la empresa principal, en la que se desarrollan los servicios o ejecutan las obras contratadas. Que negado el régimen de subcontratación por las demandadas correspondía al actor acreditar la existencia del mismo y al efecto rindió prueba confesional ficta de los representantes legales de las demandadas, y su prueba testimonial nada aporta respecto a dicha relación y su documental tampoco. Que en la exhibición de documentos solicitada a la demandadas sólo obtuvo que se allegara un acuerdo de término de relación comercial y finiquito entre ambas demandadas, de 25 de marzo de 2009 que sólo da cuenta de la existencia de una relación comercial entre ellas, pero no de la existencia de un régimen de subcontratación, máxime cuando los testigos de la demandada al declarar han señalado que en el centro de distribución de la demandada BHA Transporte y Distribución no sólo se despachaba y almacenaba mercaderías de dicha empresa sino que de otras más.

146

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

147

Que en virtud de lo anterior, el tribunal respecto a la confesional ficta no hará uso de la facultad de presumir como reconocidos los hechos señalados en la demanda, conforme al artículo 454 N° 3 inciso 1° del Código del Trabajo, toda vez que no ello no es suficiente para acreditar todos los requisitos para la procedencia de un régimen de subcontratación y no existen otros antecedentes que unido a ello permita construir o sustentar la tesis del demandante. Que en virtud de lo razonado precedentemente, deberá rechazarse la demanda en cuanto persigue la responsabilidad, ya en forma solidaria ya en forma subsidiaria, de Vesubio tanto en lo referente al despido indirecto como en lo que toca al accidente del trabajo. Que en mérito de lo razonado precedentemente, no corresponde emitir pronunciamiento sobre la excepción de pago opuesta por Vesuvio, por resultar inoficioso. TRIGÉSIMO CUARTO: Que la prueba rendida ha sido analizada conforme a las reglas de la sana crítica. Por estas consideraciones y lo dispuesto en los artículos 1º, 2º, 3º, 4º, 5º, 7º, 10, 63, 67, 73, 153, 160 N° 7, 162, 163, 171, 172, 173, 184, 425 a 432, 434 a 438, 440 a 462 del Código del Trabajo; 34, 66, 67, 68 y 69 de la ley Nº 16.744; se resuelve: I. Que se rechaza la excepción de prescripción opuesta por la demandada solidaria Vesuvio. II. Que se rechaza la excepción de incompetencia interpuesta por la demandada reconvencional. III. Que se rechaza la demanda reconvencional interpuesta por la demandante reconvencional BHA Transporte y Distribución. IV. Que se acoge la demanda interpuesta por don Gabriel Guillermo Lara Gómez, en representación de don Sergio Eduardo Toro Navarro, empleado, en contra de Empresa BHA Transporte y Distribución Limitada, representada por doña Marcia Alejandra Quiñones Durán, y se declara: 1. Que el despido indirecto es justificado por haber incurrido dicha demandada en la causal de caducidad del contrato establecida en el artículo 160 N° 7 del Código del Trabajo, esto es, incumplimiento grave de las obligaciones que impone el contrato, y en consecuencia se condena a dicha demandada al pago de las siguientes prestaciones: a. $ 200.000 por indemnización sustitutiva dela viso previo; b. $ 400.000, por indemnización por años de servicios; c. $ 200.000 por recargo del 50% de la indemnización por años de servicios. d. $ 139.986 por feriado anual legal. e. $ 24.067, por feriado proporcional. 2. Que se hace lugar a la demanda y se declara que el accidente laboral sufrido por el actor fue por culpa del empleador ya individualizado y por ende se condena éste a resarcir el daño moral causado, fijándose como suma a pagar por tal concepto la cantidad de $ 20.000.000 (veinte millones de pesos). V. Que se rechaza en lo demás la demanda de autos. VI. Que las cantidades ordenadas pagar deberán serlo con los reajustes e intereses conforme a lo dispuesto en los artículos 63 y 173 del Código del Trabajo. VII. Que cada parte pagará sus costas. Ejecutoriada que sea la presente sentencia, cúmplase lo resuelto en ella dentro de quinto día, en caso contrario se dará inicio a su ejecución, de acuerdo a lo establecido en el artículo 462 del Código del Trabajo. Devuélvanse los documentos en su oportunidad. Regístrese y archívese en su oportunidad. RIT: O 3099 2010 RUC: 10 4 0042875 7 Dictada por doña Lorena Flores Canevaro, Juez Titular del Segundo Juzgado de Letras del Trabajo de Santiago.

II. CORTE DE APELACIONES Santiago, treinta de diciembre del año dos mil once. I) En cuanto al recurso de nulidad de la demandante. Vistos y teniendo presente:

Santiago, treinta de diciembre del año dos mil once. I) En cuanto al recurso de nulidad de la demandante. Vistos y teniendo presente:

II. CORTE DE APELACIONES Que en virtud de lo anterior, el tribunal respecto a la confesional ficta no hará uso de la facultad de presumir como reconocidos los hechos señalados en la demanda, conforme al artículo 454 N° 3 inciso 1° del Código del Trabajo, toda vez que no ello no es suficiente para acreditar todos los requisitos para la procedencia de un régimen de subcontratación y no existen otros antecedentes que unido a ello permita construir o sustentar la tesis del demandante. Que en virtud de lo razonado precedentemente, deberá rechazarse la demanda en cuanto persigue la responsabilidad, ya en forma solidaria ya en forma subsidiaria, de Vesubio tanto en lo referente al despido indirecto como en lo que toca al accidente del trabajo. Que en mérito de lo razonado precedentemente, no corresponde emitir pronunciamiento sobre la excepción de pago opuesta por Vesuvio, por resultar inoficioso. TRIGÉSIMO CUARTO: Que la prueba rendida ha sido analizada conforme a las reglas de la sana crítica. Por estas consideraciones y lo dispuesto en los artículos 1º, 2º, 3º, 4º, 5º, 7º, 10, 63, 67, 73, 153, 160 N° 7, 162, 163, 171, 172, 173, 184, 425 a 432, 434 a 438, 440 a 462 del Código del Trabajo; 34, 66, 67, 68 y 69 de la ley Nº 16.744; se resuelve: I. Que se rechaza la excepción de prescripción opuesta por la demandada solidaria Vesuvio. II. Que se rechaza la excepción de incompetencia interpuesta por la demandada reconvencional. III. Que se rechaza la demanda reconvencional interpuesta por la demandante reconvencional BHA Transporte y Distribución. IV. Que se acoge la demanda interpuesta por don Gabriel Guillermo Lara Gómez, en representación de don Sergio Eduardo Toro Navarro, empleado, en contra de Empresa BHA Transporte y Distribución Limitada, representada por doña Marcia Alejandra Quiñones Durán, y se declara: 1. Que el despido indirecto es justificado por haber incurrido dicha demandada en la causal de caducidad del contrato establecida en el artículo 160 N° 7 del Código del Trabajo, esto es, incumplimiento grave de las obligaciones que impone el contrato, y en consecuencia se condena a dicha demandada al pago de las siguientes prestaciones: a. $ 200.000 por indemnización sustitutiva dela viso previo; b. $ 400.000, por indemnización por años de servicios; c. $ 200.000 por recargo del 50% de la indemnización por años de servicios. d. $ 139.986 por feriado anual legal. e. $ 24.067, por feriado proporcional. 2. Que se hace lugar a la demanda y se declara que el accidente laboral sufrido por el actor fue por culpa del empleador ya individualizado y por ende se condena éste a resarcir el daño moral causado, fijándose como suma a pagar por tal concepto la cantidad de $ 20.000.000 (veinte millones de pesos). V. Que se rechaza en lo demás la demanda de autos. VI. Que las cantidades ordenadas pagar deberán serlo con los reajustes e intereses conforme a lo dispuesto en los artículos 63 y 173 del Código del Trabajo. VII. Que cada parte pagará sus costas. Ejecutoriada que sea la presente sentencia, cúmplase lo resuelto en ella dentro de quinto día, en caso contrario se dará inicio a su ejecución, de acuerdo a lo establecido en el artículo 462 del Código del Trabajo. Devuélvanse los documentos en su oportunidad. Regístrese y archívese en su oportunidad. RIT: O 3099 2010 RUC: 10 4 0042875 7 Dictada por doña Lorena Flores Canevaro, Juez Titular del Segundo Juzgado de Letras del Trabajo de Santiago. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

147

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

1º) Que, por presentación de de 26 de marzo del año 2011 ha comparecido don Gabriel Guillermo Lara Gómez, abogado, en representación del demandante don Sergio Eduardo Toro Navarro, deduciendo recurso de nulidad en contra de la sentencia pronunciada por el Segundo Juzgado de Letras del Trabajo de la ciudad de Santiago, en cuanto rechazó la demanda interpuesta contra la Empresa Vesubio Comercial y Textil Chile Limitada. Invoca la causal del artículo 478 letra e) del Código del Trabajo, consistente en “Cuando la sentencia se hubiere dictado con omisión de cualquiera de los requisitos establecidos en el artículo 459… de este Código”, vicio que se manifestaría en la circunstancia que la sentencia infringió la norma del número 4 del artículo 459 del Código Laboral, “ya que no contiene un análisis de toda la prueba rendida”. Luego de transcribir el motivo trigésimo tercero del fallo que impugna, el recurso afirma que éste desecha per se varias pruebas que obran en el proceso y que serían concordantes entre ellas, sin realizar siquiera un somero análisis de la mismas, o en otras se hace un análisis parcial, añadiendo que la exigencia no puede entenderse satisfecha por la sola mención de un elemento probatorio, pues ello no cumple con lo que la ley impone a través del verbo analizar, como uno de los requisitos básicos de fundamentación de una decisión judicial, y cuya omisión acarrea su nulidad. Explica que su significación radica en la necesidad que los jueces estudien el contenido y alcance de cada antecedente allegado al proceso, individualmente, y luego en conjunto, contrastándolos y relacionándolos para ponderar su mérito y señalar las razones jurídicas, lógicas o de experiencia, por las cuales unos preferirán a los otros al formarse la convicción; 2º) Que el recurrente añade que el otro requisito destacado, vinculado al anterior, obedece a la necesidad de que lo juzgado y decidido en cada caso se ciña al mérito de los elementos de convicción aportados, apreciados de la manera dicha y, por el otro, se conforme con la normativa que regula la materia en que incide la controversia, por lo que la ley obliga al tribunal a exponer y desarrollar los raciocinios que motivan cada una de sus conclusiones para que ellos sean conocidos por las partes. Agrega que de la lectura del fallo impugnado aparece que además de la parte expositiva en que se resumen los planteamientos de los litigantes, los fundamentos reproducidos de la sentencia de primera instancia se refieren a los hechos no discutidos. Añade que, no obstante lo anterior, y tratarse de una decisión en la que se rechaza la acción deducida, el tribunal a quo no efectuó el análisis de la totalidad de los elementos de prueba relacionados con la controversia, pues el estudio contrastado de ellos se realiza en forma parcial o no se hace, quedando omitidas la primera y segunda contestación de demanda de la empresa Vesubio Comercial y Textil Chile Limitada, en la que expresamente se reconoce la externalización del trabajo. Luego de diversas consideraciones, expresa que según el fallo “sólo se tiene la confesión ficta de los representantes legales de demandadas, (sic) pero omite señala (sic) que en la misma audiencia como medida para mejor resolver solicita como prueba del tribunal la declaración judicial de los representantes de las demandadas, donde ambos reconocen la existencia de labores de bodega, logística y distribución encargadas por la empresa Vesubio, y la contratista”. Agrega que en la declaración del representante de Vesubio reconoce que nunca se entera del accidente, por lo que quedaría claro que nunca ejerce su derecho de información, manifestando que el proceso de apreciación de los antecedentes ha quedado reducido al efectuado en los motivos reproducidos de la sentencia –que llama de primer grado–, quedando excluida del mismo la documental indicada, la confesión ficta y de la propia declaración de parte como prueba del Tribunal, respecto a la cual “los sentenciadores han incurrido en una omisión”; 3º) Que, seguidamente, el recurso indica que al no analizarse la prueba rendida se ha vulnerado el derecho del actor como también al no cumplir con lo dispuesto en el artículo 459 Nº 4 del Código del ramo, ambas infracciones influyeron en lo dispositivo del fallo, pues de haberse aplicado, el fallo no adolecería de un vicio que trae como consecuencia la declaración del mismo. Indica que debe concluirse que el fallo carece del examen que, de acuerdo a la lógica y las máximas de experiencia, debe desarrollar el tribunal respecto de los medios probatorios en relación a cada punto controvertido, en la especie los presupuestos de la acción, así como también de las consideraciones que deben servirle de necesario fundamento.

148

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

1º) Que, por presentación de de 26 de marzo del año 2011 ha comparecido don Gabriel Guillermo Lara Gómez, abogado, en representación del demandante don Sergio Eduardo Toro Navarro, deduciendo recurso de nulidad en contra de la sentencia pronunciada por el Segundo Juzgado de Letras del Trabajo de la ciudad de Santiago, en cuanto rechazó la demanda interpuesta contra la Empresa Vesubio Comercial y Textil Chile Limitada. Invoca la causal del artículo 478 letra e) del Código del Trabajo, consistente en “Cuando la sentencia se hubiere dictado con omisión de cualquiera de los requisitos establecidos en el artículo 459… de este Código”, vicio que se manifestaría en la circunstancia que la sentencia infringió la norma del número 4 del artículo 459 del Código Laboral, “ya que no contiene un análisis de toda la prueba rendida”. Luego de transcribir el motivo trigésimo tercero del fallo que impugna, el recurso afirma que éste desecha per se varias pruebas que obran en el proceso y que serían concordantes entre ellas, sin realizar siquiera un somero análisis de la mismas, o en otras se hace un análisis parcial, añadiendo que la exigencia no puede entenderse satisfecha por la sola mención de un elemento probatorio, pues ello no cumple con lo que la ley impone a través del verbo analizar, como uno de los requisitos básicos de fundamentación de una decisión judicial, y cuya omisión acarrea su nulidad. Explica que su significación radica en la necesidad que los jueces estudien el contenido y alcance de cada antecedente allegado al proceso, individualmente, y luego en conjunto, contrastándolos y relacionándolos para ponderar su mérito y señalar las razones jurídicas, lógicas o de experiencia, por las cuales unos preferirán a los otros al formarse la convicción; 2º) Que el recurrente añade que el otro requisito destacado, vinculado al anterior, obedece a la necesidad de que lo juzgado y decidido en cada caso se ciña al mérito de los elementos de convicción aportados, apreciados de la manera dicha y, por el otro, se conforme con la normativa que regula la materia en que incide la controversia, por lo que la ley obliga al tribunal a exponer y desarrollar los raciocinios que motivan cada una de sus conclusiones para que ellos sean conocidos por las partes. Agrega que de la lectura del fallo impugnado aparece que además de la parte expositiva en que se resumen los planteamientos de los litigantes, los fundamentos reproducidos de la sentencia de primera instancia se refieren a los hechos no discutidos. Añade que, no obstante lo anterior, y tratarse de una decisión en la que se rechaza la acción deducida, el tribunal a quo no efectuó el análisis de la totalidad de los elementos de prueba relacionados con la controversia, pues el estudio contrastado de ellos se realiza en forma parcial o no se hace, quedando omitidas la primera y segunda contestación de demanda de la empresa Vesubio Comercial y Textil Chile Limitada, en la que expresamente se reconoce la externalización del trabajo. Luego de diversas consideraciones, expresa que según el fallo “sólo se tiene la confesión ficta de los representantes legales de demandadas, (sic) pero omite señala (sic) que en la misma audiencia como medida para mejor resolver solicita como prueba del tribunal la declaración judicial de los representantes de las demandadas, donde ambos reconocen la existencia de labores de bodega, logística y distribución encargadas por la empresa Vesubio, y la contratista”. Agrega que en la declaración del representante de Vesubio reconoce que nunca se entera del accidente, por lo que quedaría claro que nunca ejerce su derecho de información, manifestando que el proceso de apreciación de los antecedentes ha quedado reducido al efectuado en los motivos reproducidos de la sentencia –que llama de primer grado–, quedando excluida del mismo la documental indicada, la confesión ficta y de la propia declaración de parte como prueba del Tribunal, respecto a la cual “los sentenciadores han incurrido en una omisión”; 3º) Que, seguidamente, el recurso indica que al no analizarse la prueba rendida se ha vulnerado el derecho del actor como también al no cumplir con lo dispuesto en el artículo 459 Nº 4 del Código del ramo, ambas infracciones influyeron en lo dispositivo del fallo, pues de haberse aplicado, el fallo no adolecería de un vicio que trae como consecuencia la declaración del mismo. Indica que debe concluirse que el fallo carece del examen que, de acuerdo a la lógica y las máximas de experiencia, debe desarrollar el tribunal respecto de los medios probatorios en relación a cada punto controvertido, en la especie los presupuestos de la acción, así como también de las consideraciones que deben servirle de necesario fundamento.

148

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

149

Pide invalidar la sentencia, dictando una sentencia de reemplazo en que se acoja la demanda en todas y cada una de sus partes en contra de Empresa Vesubio Comercial y Textil Chile Limitada, por existir régimen de subcontratación, con costas; 4º) Que, resolviendo ya el recurso, ha de consignarse en primer lugar que según el artículo 474 del Código Laboral “Los recursos se regirán por las normas establecidas en este Párrafo, y supletoriamente por las normas establecidas en el Libro Primero del Código de Procedimiento Civil”. El artículo 477 del mismo Código agrega que “Tratándose de las sentencias definitivas, sólo será procedente el recurso de nulidad…”, añadiendo que “El recurso de nulidad tendrá por finalidad invalidar el procedimiento total o parcialmente junto con la sentencia definitiva, o sólo esta última, según corresponda”. El artículo 478, luego, precisa que “El recurso de nulidad procederá, además:… e) Cuando la sentencia se hubiere dictado con omisión de cualquiera de los requisitos establecidos en los artículos 459, 495 o 501, inciso final, de este Código, según corresponda…”. Finalmente, el artículo 459 del Código de que se trata estatuye que “La sentencia definitiva deberá contener: … 4.- El análisis de toda la prueba rendida, los hechos que estime probados, y el razonamiento que conduce a esta estimación”; 5º) Que, como se ha visto, el recurso se funda en la causal de nulidad del artículo 478, letra e), en relación al Nº 4 del artículo 459, ambos del Código Laboral, y se funda en la circunstancia de que no se habría analizado toda la prueba rendida. Además de las pruebas que ha señalado la recurrente, agrega a los antecedentes no analizados lo que denomina la primera y la segunda contestación, dice al respecto que “si bien los instrumentos antes mencionados fueron agregados a los autos y no se manifestó objeción alguna a su respecto por la parte demandante, ellos no sólo no se analizaron conforme a la normativa sino que fueron preteridos, por cuanto de la lectura de la resolución del tribunal ad quem no consta razonamiento alguno en el que se haya efectuado siquiera una referencia a los mismos”. Añade que “Simplemente se afirma que las demandadas niegan la existencia de subcontratación, pero eso es cierto para la empresa contratista pero en ningún caso para la empresa principal que jamás niega la existencia de la relación y sólo se defiende con dos argumentos, primero que accidente ocurre cuando la relación comercial no estaría vigente, y en segundo lugar en su posterior contestación afirma que siempre hizo valer su derecho de estar informada de las medidas de seguridad, que a todas luces implica un reconocimiento de subcontratación”. También afirma que “el magistrado omite racionar que toda relación entre empresas contratistas y principales por los general (sic) tienen un carácter comercial, es más el Código del Trabajo habla de acuerdo contractual, no hace distinción alguna no exigiendo una naturaleza especial, es más no se hace un análisis de dicho contrato puesto que de haberlo hecho se podrá observar que se dice relación a labores de bodega, logística y distribución, cuestión que se debía hacer con los trabajadores de la contratista”; 6º) Que, empero, lo que parecería ser un problema de forma, pues así está planteado ya que la causal invocada es formal, en verdad se trata de un problema de fondo, como es desentrañar el verdadero sentido y alcance del régimen de subcontratación. Y al respecto, la sentencia, en el motivo trigésimo tercero, recuerda que el artículo 183 letra A del Código del ramo prescribe que es trabajo en régimen de subcontratación aquel realizado en virtud de un contrato de trabajo por un trabajador para un empleador denominado contratista o subcontratista, cuando éste en razón de un acuerdo contractual, se encarga de ejecutar obras o servicios, por su cuenta y riesgo y con trabajadores bajo su dependencia, para una tercera persona natural o jurídica dueña de la obra, empresa o faena, denominada la empresa principal, en la que se desarrollan los servicios o ejecutan las obras contratadas; 7º) Que el fallo afirma que “negado el régimen de subcontratación por las demandadas correspondía al actor acreditar la existencia del mismo y al efecto rindió prueba confesional ficta de los representantes legales de las demandadas, y su prueba testimonial nada aporta respecto a dicha relación y su documental tampoco. Que en la exhibición de documentos solicitada a la demandadas (sic) sólo obtuvo que se allegara un acuerdo de término de relación comercial y finiquito entre ambas demandadas, de 25 de marzo de 2009, que sólo da cuenta de la existencia de una relación comercial entre ellas, pero

Pide invalidar la sentencia, dictando una sentencia de reemplazo en que se acoja la demanda en todas y cada una de sus partes en contra de Empresa Vesubio Comercial y Textil Chile Limitada, por existir régimen de subcontratación, con costas; 4º) Que, resolviendo ya el recurso, ha de consignarse en primer lugar que según el artículo 474 del Código Laboral “Los recursos se regirán por las normas establecidas en este Párrafo, y supletoriamente por las normas establecidas en el Libro Primero del Código de Procedimiento Civil”. El artículo 477 del mismo Código agrega que “Tratándose de las sentencias definitivas, sólo será procedente el recurso de nulidad…”, añadiendo que “El recurso de nulidad tendrá por finalidad invalidar el procedimiento total o parcialmente junto con la sentencia definitiva, o sólo esta última, según corresponda”. El artículo 478, luego, precisa que “El recurso de nulidad procederá, además:… e) Cuando la sentencia se hubiere dictado con omisión de cualquiera de los requisitos establecidos en los artículos 459, 495 o 501, inciso final, de este Código, según corresponda…”. Finalmente, el artículo 459 del Código de que se trata estatuye que “La sentencia definitiva deberá contener: … 4.- El análisis de toda la prueba rendida, los hechos que estime probados, y el razonamiento que conduce a esta estimación”; 5º) Que, como se ha visto, el recurso se funda en la causal de nulidad del artículo 478, letra e), en relación al Nº 4 del artículo 459, ambos del Código Laboral, y se funda en la circunstancia de que no se habría analizado toda la prueba rendida. Además de las pruebas que ha señalado la recurrente, agrega a los antecedentes no analizados lo que denomina la primera y la segunda contestación, dice al respecto que “si bien los instrumentos antes mencionados fueron agregados a los autos y no se manifestó objeción alguna a su respecto por la parte demandante, ellos no sólo no se analizaron conforme a la normativa sino que fueron preteridos, por cuanto de la lectura de la resolución del tribunal ad quem no consta razonamiento alguno en el que se haya efectuado siquiera una referencia a los mismos”. Añade que “Simplemente se afirma que las demandadas niegan la existencia de subcontratación, pero eso es cierto para la empresa contratista pero en ningún caso para la empresa principal que jamás niega la existencia de la relación y sólo se defiende con dos argumentos, primero que accidente ocurre cuando la relación comercial no estaría vigente, y en segundo lugar en su posterior contestación afirma que siempre hizo valer su derecho de estar informada de las medidas de seguridad, que a todas luces implica un reconocimiento de subcontratación”. También afirma que “el magistrado omite racionar que toda relación entre empresas contratistas y principales por los general (sic) tienen un carácter comercial, es más el Código del Trabajo habla de acuerdo contractual, no hace distinción alguna no exigiendo una naturaleza especial, es más no se hace un análisis de dicho contrato puesto que de haberlo hecho se podrá observar que se dice relación a labores de bodega, logística y distribución, cuestión que se debía hacer con los trabajadores de la contratista”; 6º) Que, empero, lo que parecería ser un problema de forma, pues así está planteado ya que la causal invocada es formal, en verdad se trata de un problema de fondo, como es desentrañar el verdadero sentido y alcance del régimen de subcontratación. Y al respecto, la sentencia, en el motivo trigésimo tercero, recuerda que el artículo 183 letra A del Código del ramo prescribe que es trabajo en régimen de subcontratación aquel realizado en virtud de un contrato de trabajo por un trabajador para un empleador denominado contratista o subcontratista, cuando éste en razón de un acuerdo contractual, se encarga de ejecutar obras o servicios, por su cuenta y riesgo y con trabajadores bajo su dependencia, para una tercera persona natural o jurídica dueña de la obra, empresa o faena, denominada la empresa principal, en la que se desarrollan los servicios o ejecutan las obras contratadas; 7º) Que el fallo afirma que “negado el régimen de subcontratación por las demandadas correspondía al actor acreditar la existencia del mismo y al efecto rindió prueba confesional ficta de los representantes legales de las demandadas, y su prueba testimonial nada aporta respecto a dicha relación y su documental tampoco. Que en la exhibición de documentos solicitada a la demandadas (sic) sólo obtuvo que se allegara un acuerdo de término de relación comercial y finiquito entre ambas demandadas, de 25 de marzo de 2009, que sólo da cuenta de la existencia de una relación comercial entre ellas, pero ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

149

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

de la existencia de un régimen de subcontratación, máxime cuando los testigos de la demandada al declarar han señalado que en el centro de distribución de la demandada BHA Transporte y Distribución no sólo se despachaba y almacenaba mercaderías de dicha empresa sino que de otras más”. Y agrega que “en virtud de lo anterior, el tribunal respecto a la confesional ficta no hará uso de la facultad de presumir como reconocidos los hechos señalados en la demanda, conforme al artículo 454 Nº 3 inciso 1º del Código del Trabajo, toda vez que ello no es suficiente para acreditar todos los requisitos para la procedencia de un régimen de subcontratación y no existen otros antecedentes que unido a ello permita construir o sustentar la tesis del demandante”. Y remata consignando que “en virtud de lo razonado precedentemente, deberá rechazarse la demanda en cuanto persigue la responsabilidad, ya en forma solidaria, ya en forma subsidiaria, de Vesubio tanto en lo referente al despido indirecto como en lo que toca al accidente del trabajo”; 8º) Que, en suma, el tribunal de la causa llegó a la conclusión de que en la especie no había subcontratación, sino que existió simplemente una relación de orden comercial con la otra empresa demandada, lo que por cierto no genera responsabilidad solidaria o subsidiaria, que es la pretendida por quien demandó y ha presentado este infundado recurso de nulidad. En efecto, habiendo quedado sentado como hecho de la causa la no existencia de un régimen de subcontratación, el tribunal ha estimado que cabía la carga de probar tal régimen a la parte demandante, pues ello fue negado por la demandada. Y señaló, a mayor abundamiento, que las pruebas rendidas no servían a tal propósito, para lo cual, lógicamente, ha debido analizarlas pues de otra manera no habría estado en situación de rechazarlas, como lo hizo, y si bien es cierto destinó pocas palabras a tal materia, la verdad es que el asunto no ameritaba mayores consideraciones, puesto que, tal como se adelantó, se trata de una cuestión conceptual, esto es, de fondo más que de forma; 9º) Que, en mérito de lo anterior, es que el primer recurso de nulidad entablado no puede prosperar y debe ser desestimado, ya que el fundamento del mismo no es efectivo, puesto que el tribunal sí realizó el análisis de la prueba en su sentencia y, además, el recurso va contra los hechos de la causa, esto es, aquellos que han quedado sentados por el mismo, que consisten simplemente en el hecho que en la especie no existió régimen de subcontratación. Finalmente, debe consignarse que lo que ha hecho el primer recurrente no es sino plasmar su propia interpretación del asunto, incluso insinuando que los escritos de contestación de demanda constituirían pruebas, lo que no puede ser más alejado de la realidad. En cualquier caso, todo lo alegado es más propio de un recurso de apelación que de uno de nulidad, ya que el primero permite el análisis de los hechos y del derecho, lo que no admite el segundo, especialmente por la causal invocada, en el que sólo cabe precisar si hubo o no análisis de la prueba, y si ello ha tenido o no influencia sustancial en lo dispositivo de la sentencia. Por estas consideraciones, y en conformidad, asimismo, con lo que disponen los artículos 474, 477, 478, 479, 480 y 481 del Código Laboral, se declara que se rechaza el recurso de nulidad interpuesto por el abogado don Gabriel Guillermo Lara Gómez, con fecha veintiséis de marzo del año dos mil once, en contra de la sentencia pronunciada por el Segundo Juzgado de Letras del Trabajo de la ciudad de Santiago con fecha quince del mismo mes de marzo. Asimismo, se condena al señalado recurrente a pagar las costas del recurso en favor de la Empresa Vesubio Comercial y Textil Chile Limitada. II) En cuanto al recurso de nulidad de la demandada. Vistos y teniendo presente: 10º) Que, mediante presentación de 25 del mes de marzo del año 2011, don Rocco Moles Ávila, por la demandada BHA Transporte y Distribución Limitada ha deducido también recurso de nulidad, en contra del fallo previamente individualizado, mediante el cual se decidió acoger la demanda interpuesta por don Gabriel Guillermo Lara Gómez, en representación de don Sergio Eduardo Toro Navarro, declarando que el despido indirecto es justificado por haber incurrido el demandado en la causal de caducidad del contrato establecida en el artículo 160 N° 7 del Código del Trabajo, incumplimiento grave de las obligaciones que impone el contrato, condenando a la empresa recurrente a pagar diversas sumas. Invoca la causal del artículo 478 letra b) del Código del Trabajo “en relación con lo dispuesto en el artículo 456 del mismo cuerpo legal y con el artículo 1698 del Código Civil”, denunciando que “La sen-

150

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

de la existencia de un régimen de subcontratación, máxime cuando los testigos de la demandada al declarar han señalado que en el centro de distribución de la demandada BHA Transporte y Distribución no sólo se despachaba y almacenaba mercaderías de dicha empresa sino que de otras más”. Y agrega que “en virtud de lo anterior, el tribunal respecto a la confesional ficta no hará uso de la facultad de presumir como reconocidos los hechos señalados en la demanda, conforme al artículo 454 Nº 3 inciso 1º del Código del Trabajo, toda vez que ello no es suficiente para acreditar todos los requisitos para la procedencia de un régimen de subcontratación y no existen otros antecedentes que unido a ello permita construir o sustentar la tesis del demandante”. Y remata consignando que “en virtud de lo razonado precedentemente, deberá rechazarse la demanda en cuanto persigue la responsabilidad, ya en forma solidaria, ya en forma subsidiaria, de Vesubio tanto en lo referente al despido indirecto como en lo que toca al accidente del trabajo”; 8º) Que, en suma, el tribunal de la causa llegó a la conclusión de que en la especie no había subcontratación, sino que existió simplemente una relación de orden comercial con la otra empresa demandada, lo que por cierto no genera responsabilidad solidaria o subsidiaria, que es la pretendida por quien demandó y ha presentado este infundado recurso de nulidad. En efecto, habiendo quedado sentado como hecho de la causa la no existencia de un régimen de subcontratación, el tribunal ha estimado que cabía la carga de probar tal régimen a la parte demandante, pues ello fue negado por la demandada. Y señaló, a mayor abundamiento, que las pruebas rendidas no servían a tal propósito, para lo cual, lógicamente, ha debido analizarlas pues de otra manera no habría estado en situación de rechazarlas, como lo hizo, y si bien es cierto destinó pocas palabras a tal materia, la verdad es que el asunto no ameritaba mayores consideraciones, puesto que, tal como se adelantó, se trata de una cuestión conceptual, esto es, de fondo más que de forma; 9º) Que, en mérito de lo anterior, es que el primer recurso de nulidad entablado no puede prosperar y debe ser desestimado, ya que el fundamento del mismo no es efectivo, puesto que el tribunal sí realizó el análisis de la prueba en su sentencia y, además, el recurso va contra los hechos de la causa, esto es, aquellos que han quedado sentados por el mismo, que consisten simplemente en el hecho que en la especie no existió régimen de subcontratación. Finalmente, debe consignarse que lo que ha hecho el primer recurrente no es sino plasmar su propia interpretación del asunto, incluso insinuando que los escritos de contestación de demanda constituirían pruebas, lo que no puede ser más alejado de la realidad. En cualquier caso, todo lo alegado es más propio de un recurso de apelación que de uno de nulidad, ya que el primero permite el análisis de los hechos y del derecho, lo que no admite el segundo, especialmente por la causal invocada, en el que sólo cabe precisar si hubo o no análisis de la prueba, y si ello ha tenido o no influencia sustancial en lo dispositivo de la sentencia. Por estas consideraciones, y en conformidad, asimismo, con lo que disponen los artículos 474, 477, 478, 479, 480 y 481 del Código Laboral, se declara que se rechaza el recurso de nulidad interpuesto por el abogado don Gabriel Guillermo Lara Gómez, con fecha veintiséis de marzo del año dos mil once, en contra de la sentencia pronunciada por el Segundo Juzgado de Letras del Trabajo de la ciudad de Santiago con fecha quince del mismo mes de marzo. Asimismo, se condena al señalado recurrente a pagar las costas del recurso en favor de la Empresa Vesubio Comercial y Textil Chile Limitada. II) En cuanto al recurso de nulidad de la demandada. Vistos y teniendo presente: 10º) Que, mediante presentación de 25 del mes de marzo del año 2011, don Rocco Moles Ávila, por la demandada BHA Transporte y Distribución Limitada ha deducido también recurso de nulidad, en contra del fallo previamente individualizado, mediante el cual se decidió acoger la demanda interpuesta por don Gabriel Guillermo Lara Gómez, en representación de don Sergio Eduardo Toro Navarro, declarando que el despido indirecto es justificado por haber incurrido el demandado en la causal de caducidad del contrato establecida en el artículo 160 N° 7 del Código del Trabajo, incumplimiento grave de las obligaciones que impone el contrato, condenando a la empresa recurrente a pagar diversas sumas. Invoca la causal del artículo 478 letra b) del Código del Trabajo “en relación con lo dispuesto en el artículo 456 del mismo cuerpo legal y con el artículo 1698 del Código Civil”, denunciando que “La sen-

150

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

151

tencia ha sido pronunciada con infracción manifiesta de las normas sobre la apreciación de la prueba conforme a las reglas de la sana crítica, especialmente con infracción a los principios de la lógica, lo cual ha influido sustancialmente en lo dispositivo del fallo”, lo que dice afirmar pues se acogió la demanda de autos, condenando a la recurrente al pago de las prestaciones que detalla, en circunstancias que “De la simple lectura del fallo se puede apreciar que la prueba rendida en el juicio no fue debidamente apreciada por el Tribunal”. Manifiesta que la sentencia, luego de una exposición de las alegaciones de las partes y de fijar los hechos a probar, se limitó a no dar valor a cada una de las pruebas que presentara, desestimándolas sin ningún fundamento y, al contrario, dando por acreditada la versión del actor. Informa que la juez que dirigió la audiencia preparatoria desestimó que se estuviera frente a un accidente del trabajo, señalando que se trataba de un despido indirecto por incumplimiento grave de las obligaciones de parte del empleador, proponiendo como base de acuerdo el monto de seis millones de pesos, lo que aceptó, más en la audiencia de juicio se produjo un cambio radicar en el enfoque de la causa, ya la jueza que intervino, antes de recibir a prueba, aumentó el monto base para un acuerdo, a la suma de trece millones de pesos, lo cual la inhabilitaba para fallar esta causa, al anticipar el fallo en su contra; 11º) Que la recurrente, luego transcribe el motivo décimo séptimo de la sentencia, concluyendo que “la sentenciadora invierte la carga de la prueba, ya que señala que la demandada tiene la carga de la prueba, cuando es precisamente lo contrario, ya que el actor debe probar el incumplimiento grave de las obligaciones de parte del empleador, infringiendo lo dispuesto en el artículo 1698 del Código Civil”. Expresa, seguidamente que “Lo anterior, por cuanto señala que los hechos negativos no se prueban”, sin embargo, a continuación señala: bastando al actor acreditar la consecuencia de ello –el accidente de trabajo– y al empleador demostrar que ese hecho no es causa de incumplimiento de su deber de seguridad, esto es obliga al empleador a probar un hecho negativo, y a lo imposible nadie está obligado.”; 12º) Que el recurso en estudio manifiesta que se incorporó un documento denominado “Descripción de cargos entregados”, firmado por el actor y no objetado, donde consta la entrega de antiparras, y en el motivo vigésimo cuarto, la sentenciadora le resta verosimilitud a este documento, sin fundamento alguno para ello. Además, señala, le resta validez a las declaraciones de los dos testigos que presentara, sin razón ni fundamento, en forma arbitraria, basándose en supuestos imaginarios y simplemente declarando que no son creíbles, lo que estima de la mayor gravedad, ya que están bajo juramento. Añade que “a la sentencia le afecta la causal de nulidad contemplada en la letra b) del artículo 478 del Código del Trabajo, consistente en una manifiesta infracción de las normas sobre la apreciación de la prueba conforme a las reglas de la sana crítica, específicamente las reglas de la lógica, en concordancia con lo dispuesto en el artículo 456 del mismo cuerpo legal”. Posteriormente, reproduce la normativa invocada, para concluir señalando la “influencia en lo dispositivo del fallo”, afirmando que “Por los defectos del fallo ya señalados, los cuales son de tal envergadura y magnitud, se debe necesariamente concluir que no se han cumplido los límites que señala la ley para una correcta motivación de la sentencia, conjuntamente con una errada valoración probatoria y una abierta infracción a lo dispuesto en el art. 456 del Código del Trabajo, lo cual influye en lo dispositivo del fallo”. En cuanto al petitorio pide “tener por interpuesto, dentro de plazo legal, recurso de nulidad fundado, en forma total, en contra de la sentencia de autos, de fecha 15 de marzo de 2011, dictando la correspondiente sentencia de reemplazo con arreglo a la ley, con expresa condena en costas”; 13º) Que, tal como se dijo a raíz del primer recurso de nulidad, el artículo 478 del Código del Trabajo dispone que “El recurso de nulidad procederá, además: …b) Cuando haya sido pronunciada con infracción manifiesta de las normas sobre la apreciación de la prueba conforme a las reglas de la sana crítica”. Dicho precepto se complementa con el artículo 456 del mismo Código, en cuanto dispone que “El tribunal apreciará la prueba conforme a las reglas de la sana crítica. “Al hacerlo, el tribunal deberá expresar las razones jurídicas y las simplemente lógicas, científicas, técnicas o de experiencia, en cuya virtud les asigne valor a las desestime. En general, tomará en

tencia ha sido pronunciada con infracción manifiesta de las normas sobre la apreciación de la prueba conforme a las reglas de la sana crítica, especialmente con infracción a los principios de la lógica, lo cual ha influido sustancialmente en lo dispositivo del fallo”, lo que dice afirmar pues se acogió la demanda de autos, condenando a la recurrente al pago de las prestaciones que detalla, en circunstancias que “De la simple lectura del fallo se puede apreciar que la prueba rendida en el juicio no fue debidamente apreciada por el Tribunal”. Manifiesta que la sentencia, luego de una exposición de las alegaciones de las partes y de fijar los hechos a probar, se limitó a no dar valor a cada una de las pruebas que presentara, desestimándolas sin ningún fundamento y, al contrario, dando por acreditada la versión del actor. Informa que la juez que dirigió la audiencia preparatoria desestimó que se estuviera frente a un accidente del trabajo, señalando que se trataba de un despido indirecto por incumplimiento grave de las obligaciones de parte del empleador, proponiendo como base de acuerdo el monto de seis millones de pesos, lo que aceptó, más en la audiencia de juicio se produjo un cambio radicar en el enfoque de la causa, ya la jueza que intervino, antes de recibir a prueba, aumentó el monto base para un acuerdo, a la suma de trece millones de pesos, lo cual la inhabilitaba para fallar esta causa, al anticipar el fallo en su contra; 11º) Que la recurrente, luego transcribe el motivo décimo séptimo de la sentencia, concluyendo que “la sentenciadora invierte la carga de la prueba, ya que señala que la demandada tiene la carga de la prueba, cuando es precisamente lo contrario, ya que el actor debe probar el incumplimiento grave de las obligaciones de parte del empleador, infringiendo lo dispuesto en el artículo 1698 del Código Civil”. Expresa, seguidamente que “Lo anterior, por cuanto señala que los hechos negativos no se prueban”, sin embargo, a continuación señala: bastando al actor acreditar la consecuencia de ello –el accidente de trabajo– y al empleador demostrar que ese hecho no es causa de incumplimiento de su deber de seguridad, esto es obliga al empleador a probar un hecho negativo, y a lo imposible nadie está obligado.”; 12º) Que el recurso en estudio manifiesta que se incorporó un documento denominado “Descripción de cargos entregados”, firmado por el actor y no objetado, donde consta la entrega de antiparras, y en el motivo vigésimo cuarto, la sentenciadora le resta verosimilitud a este documento, sin fundamento alguno para ello. Además, señala, le resta validez a las declaraciones de los dos testigos que presentara, sin razón ni fundamento, en forma arbitraria, basándose en supuestos imaginarios y simplemente declarando que no son creíbles, lo que estima de la mayor gravedad, ya que están bajo juramento. Añade que “a la sentencia le afecta la causal de nulidad contemplada en la letra b) del artículo 478 del Código del Trabajo, consistente en una manifiesta infracción de las normas sobre la apreciación de la prueba conforme a las reglas de la sana crítica, específicamente las reglas de la lógica, en concordancia con lo dispuesto en el artículo 456 del mismo cuerpo legal”. Posteriormente, reproduce la normativa invocada, para concluir señalando la “influencia en lo dispositivo del fallo”, afirmando que “Por los defectos del fallo ya señalados, los cuales son de tal envergadura y magnitud, se debe necesariamente concluir que no se han cumplido los límites que señala la ley para una correcta motivación de la sentencia, conjuntamente con una errada valoración probatoria y una abierta infracción a lo dispuesto en el art. 456 del Código del Trabajo, lo cual influye en lo dispositivo del fallo”. En cuanto al petitorio pide “tener por interpuesto, dentro de plazo legal, recurso de nulidad fundado, en forma total, en contra de la sentencia de autos, de fecha 15 de marzo de 2011, dictando la correspondiente sentencia de reemplazo con arreglo a la ley, con expresa condena en costas”; 13º) Que, tal como se dijo a raíz del primer recurso de nulidad, el artículo 478 del Código del Trabajo dispone que “El recurso de nulidad procederá, además: …b) Cuando haya sido pronunciada con infracción manifiesta de las normas sobre la apreciación de la prueba conforme a las reglas de la sana crítica”. Dicho precepto se complementa con el artículo 456 del mismo Código, en cuanto dispone que “El tribunal apreciará la prueba conforme a las reglas de la sana crítica. “Al hacerlo, el tribunal deberá expresar las razones jurídicas y las simplemente lógicas, científicas, técnicas o de experiencia, en cuya virtud les asigne valor a las desestime. En general, tomará en ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

151

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

152

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

especial consideración la multiplicidad, gravedad, precisión, concordancia y conexión de las pruebas o antecedentes del proceso que utilice, de manera que el examen conduzca lógicamente a la conclusión que convence al sentenciador”. También corresponde consignar que según el inciso final del artículo 480 del Código del ramo “Ingresado el recurso al tribunal ad quem, éste se pronunciará en cuenta acerca de su admisibilidad, declarándolo inadmisible si no concurrieren los requisitos del inciso primero del artículo 479, careciere de fundamentos de hecho o de derecho o de peticiones concretas, o, en los casos que corresponda, el recurso no se hubiere preparado oportunamente”; 14º) Que, dicho lo anterior, debe ahora hacerse notar que el recurso en examen adolece de una falencia que lo torna inviable, a la luz de la normativa citada. Efectivamente, dicho medio de impugnación carece de peticiones concretas, ya que se limita a dictar “la correspondiente sentencia de reemplazo con arreglo a la ley, con expresa condena en costas”, lo que implica un petitorio incompleto y deficiente, y, por ende, que no cumple con el requerimiento de tener un petitorio concreto, pues esto significa que debe ser correctamente presentado. En tanto, el petitorio debió plantear, en primer lugar, el acogimiento del recurso, la invalidación de la sentencia impugnada, y la dictación de una sentencia de reemplazo en la cual se desechara la demanda entablada. Como se aprecia, el correcto petitorio dista mucho del que remata el recurso que se analiza y sólo este motivo permite al tribunal, desde ya, el rechazo del mismo lo cual, en rigor, debió ocurrir en el examen de admisibilidad; 15º) Que, en seguida, si bien es cierto el recurso señala que en la especie se habrían transgredido las reglas de la lógica, una de las que gobiernan el sistema de apreciación de las evidencias conforme a las reglas de la sana crítica, no se ha explicado con claridad la forma como ello habría ocurrido, de tal modo que esta Corte no se encuentra en condiciones de discernir si ello es o no efectivo, como se afirma. El recurso critica el fallo, y plantea su posición frente a las pruebas por él rendidas, que estima debieron considerarse, en un ejercicio intelectual más propio del recurso de apelación, pero no de uno de nulidad, que es de lo que se trata en la especie; 16º) Que, en cualquier caso, analizado el fallo que se pretende impugnar, esta Corte no aprecia ninguna falencia como la que imputa el recurso, sino más bien advierte que cumple con los estándares y parámetros que rigen la dictación de sentencias en materia laboral y, en lo tocante a la apreciación o valoración de las probanzas, tampoco advierte vicio alguno que amerite anularlo, en la forma pretendida por el segundo recurrente. Por todo lo anterior, el recurso en examen tampoco se encuentra en condiciones de prosperar y debe ser, por ello, desestimado. Por estas consideraciones y en conformidad con lo que disponen los artículos 474, 477, 478, 479, 480 y 481 del Código del Trabajo, se declara que se rechaza con costas el recurso de nulidad presentado por el abogado don Rocco Moles Ávila, por la parte demandada BHA Transporte y Distribución Limitada, con la sentencia previamente individualizada, expedida por el Segundo Juzgado de Letras del Trabajo de la ciudad de Santiago el día quince del mes de marzo del año dos mil once en curso. Regístrese, notifíquese y, oportunamente, comuníquese al tribunal de origen. Redacción del Ministro Mario D. Rojas González. Nº Reforma Laboral-506-2011. Pronunciada por la Séptima Sala de esta Iltma. Corte de Apelaciones de Santiago presidida por el Ministro señor Mario Rojas González e integrada por la Ministro señora Pilar Aguayo Pino y por el abogado integrante señor Rodrigo Asenjo Zegers.

especial consideración la multiplicidad, gravedad, precisión, concordancia y conexión de las pruebas o antecedentes del proceso que utilice, de manera que el examen conduzca lógicamente a la conclusión que convence al sentenciador”. También corresponde consignar que según el inciso final del artículo 480 del Código del ramo “Ingresado el recurso al tribunal ad quem, éste se pronunciará en cuenta acerca de su admisibilidad, declarándolo inadmisible si no concurrieren los requisitos del inciso primero del artículo 479, careciere de fundamentos de hecho o de derecho o de peticiones concretas, o, en los casos que corresponda, el recurso no se hubiere preparado oportunamente”; 14º) Que, dicho lo anterior, debe ahora hacerse notar que el recurso en examen adolece de una falencia que lo torna inviable, a la luz de la normativa citada. Efectivamente, dicho medio de impugnación carece de peticiones concretas, ya que se limita a dictar “la correspondiente sentencia de reemplazo con arreglo a la ley, con expresa condena en costas”, lo que implica un petitorio incompleto y deficiente, y, por ende, que no cumple con el requerimiento de tener un petitorio concreto, pues esto significa que debe ser correctamente presentado. En tanto, el petitorio debió plantear, en primer lugar, el acogimiento del recurso, la invalidación de la sentencia impugnada, y la dictación de una sentencia de reemplazo en la cual se desechara la demanda entablada. Como se aprecia, el correcto petitorio dista mucho del que remata el recurso que se analiza y sólo este motivo permite al tribunal, desde ya, el rechazo del mismo lo cual, en rigor, debió ocurrir en el examen de admisibilidad; 15º) Que, en seguida, si bien es cierto el recurso señala que en la especie se habrían transgredido las reglas de la lógica, una de las que gobiernan el sistema de apreciación de las evidencias conforme a las reglas de la sana crítica, no se ha explicado con claridad la forma como ello habría ocurrido, de tal modo que esta Corte no se encuentra en condiciones de discernir si ello es o no efectivo, como se afirma. El recurso critica el fallo, y plantea su posición frente a las pruebas por él rendidas, que estima debieron considerarse, en un ejercicio intelectual más propio del recurso de apelación, pero no de uno de nulidad, que es de lo que se trata en la especie; 16º) Que, en cualquier caso, analizado el fallo que se pretende impugnar, esta Corte no aprecia ninguna falencia como la que imputa el recurso, sino más bien advierte que cumple con los estándares y parámetros que rigen la dictación de sentencias en materia laboral y, en lo tocante a la apreciación o valoración de las probanzas, tampoco advierte vicio alguno que amerite anularlo, en la forma pretendida por el segundo recurrente. Por todo lo anterior, el recurso en examen tampoco se encuentra en condiciones de prosperar y debe ser, por ello, desestimado. Por estas consideraciones y en conformidad con lo que disponen los artículos 474, 477, 478, 479, 480 y 481 del Código del Trabajo, se declara que se rechaza con costas el recurso de nulidad presentado por el abogado don Rocco Moles Ávila, por la parte demandada BHA Transporte y Distribución Limitada, con la sentencia previamente individualizada, expedida por el Segundo Juzgado de Letras del Trabajo de la ciudad de Santiago el día quince del mes de marzo del año dos mil once en curso. Regístrese, notifíquese y, oportunamente, comuníquese al tribunal de origen. Redacción del Ministro Mario D. Rojas González. Nº Reforma Laboral-506-2011. Pronunciada por la Séptima Sala de esta Iltma. Corte de Apelaciones de Santiago presidida por el Ministro señor Mario Rojas González e integrada por la Ministro señora Pilar Aguayo Pino y por el abogado integrante señor Rodrigo Asenjo Zegers.

152

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

153

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol N° 651-2011 Cita online: CL/JUR/7289/2011 I. SENTENCIA DEL JUZGADO DE LETRAS DEL TRABAJO Santiago, seis de abril de dos mil once. VISTOS: PRIMERO: Que con fecha 21 de diciembre de 2010, compareció don Joaquín Marcelo Silva Grille, abogado, domiciliado en calle Huérfanos N° 1147, oficina 549, comuna de Santiago, quien actuando en nombre y representación de don Francisco Antonio Hermosilla Román, auxiliar de mantención, con domicilio en calle Coposa Block 505, depto. B 12, comuna de Quilicura, interpone demanda de indemnización por accidente del trabajo, en contra de la Escuela Particular N° 315 Nuestra Señora de Guadalupe, del giro de su denominación, representada por doña Viola Inés Werner Álvarez, ignora profesión u oficio, ambos domiciliados en calle Pedro Donoso N° 325, comuna de Recoleta. Funda la acción en que su representado ingresó a prestar servicios para la demandada, como auxiliar de aseo y mantenimiento, con fecha 1 de diciembre de 2005, siendo la única persona que cumplía estas funciones, por las que percibía la suma de $ 294.060; añade que el día sábado 30 de octubre de 2010, el señor Hermosilla debió cumplir sus funciones, específicamente debía colocar unas mallas negras, que se ubican en los techos del sector de las bodegas de la demandada para proteger de la luz solar, utilizando una escalera metálica, para alcanzar los tres metros de altura, y siendo aproximadamente las 10:00 horas, cuando realizaba las labores, la escalera que le fuera proporcionada para estos efectos se movió, lo que originó su caída al sueldo desde la referida altura, siendo trasladado al Hospital Santiago de la Mutual de Seguridad C.CH.C, ingresando con tetraplejia, se le realizó un estudio con tomografía axial computada (TAC) de columna total, que mostró a nivel cervical C3 4 y C 4 5 una alteración poco clara de alineación de espinosas con ocupación anterior del canal al mismo nivel, con imágenes degenerativas severas en todos los segmentos estudiados, realizándose una resonancia nuclear magnética (RNM) de urgencia, que mostró claro compromiso traumático con disrupción de elementos posteriores C3 a C5, con una importante lesión a nivel medular en los mismos segmentos, siendo trasladado a la unidad de cuidados intensivos, al corresponder a una lesión medular completa de la columna, a los pocos días comenzó con un cuadro con peak febril, producto de estafilococo epidermis multiresistente, el 8 de noviembre presentó un episodio de hipoventilación, requiriendo el apoyo de ventilación mecánica, el 9 de noviembre comenzó con abundantes secreciones bronquiales purulentas, estableciéndose luego de una radiografía de tórax, que mostraba atelectasia basal derecha y derrame pleural basal, continuando con ventilación mecánica, hasta el 16 de noviembre de 2010, cuando se le realizó una traqueostomía perutánea, y para poder alimentarlo, el 19 de noviembre se le realizó una gastreostomía percutánea, gravedad que se mantiene hasta hoy, siendo lo único claro que el daño sufrido es irreversible. En cuanto a las condiciones de seguridad proporcionadas al señor Hermosilla, éstas eran inexistentes, ya que sólo en el mes de marzo de 2010 se constituyó un Comité Paritario, habiendo realizado sólo una reunión hasta la fecha, no se tiene conocimiento de la existencia de un Reglamento Interno de Orden, Higiene y Seguridad, nunca se han realizado charlas de seguridad, no se cumplió con la obligación de hacerle saber los riesgos inherentes a sus funciones, no se le entregaron elementos e implementos de seguridad, y mucho menos los necesarios para trabajar en altura, de modo que es posible sostener, que el accidente se produjo exclusivamente producto de la irresponsabilidad y total negligencia de la demandada. Señala que la calidad de vida de su representado nunca será la misma, que las secuelas del accidente serán permanentes e irreversibles y su vida continuará postrado en una cama, teniendo el trabajador 57 años de edad, quien se encuentra casado con doña Tránsito del Carmen Ortega González, con quien tuvo tres hijos, Catherine Andrea, Macarena Dennos y David Alexis, todos Hermosilla Ortega, de 24, 20 y 12 años de edad, respectivamente, viviendo en el hogar común con su cónyuge y con sus dos

Santiago, seis de abril de dos mil once. VISTOS: PRIMERO: Que con fecha 21 de diciembre de 2010, compareció don Joaquín Marcelo Silva Grille, abogado, domiciliado en calle Huérfanos N° 1147, oficina 549, comuna de Santiago, quien actuando en nombre y representación de don Francisco Antonio Hermosilla Román, auxiliar de mantención, con domicilio en calle Coposa Block 505, depto. B 12, comuna de Quilicura, interpone demanda de indemnización por accidente del trabajo, en contra de la Escuela Particular N° 315 Nuestra Señora de Guadalupe, del giro de su denominación, representada por doña Viola Inés Werner Álvarez, ignora profesión u oficio, ambos domiciliados en calle Pedro Donoso N° 325, comuna de Recoleta. Funda la acción en que su representado ingresó a prestar servicios para la demandada, como auxiliar de aseo y mantenimiento, con fecha 1 de diciembre de 2005, siendo la única persona que cumplía estas funciones, por las que percibía la suma de $ 294.060; añade que el día sábado 30 de octubre de 2010, el señor Hermosilla debió cumplir sus funciones, específicamente debía colocar unas mallas negras, que se ubican en los techos del sector de las bodegas de la demandada para proteger de la luz solar, utilizando una escalera metálica, para alcanzar los tres metros de altura, y siendo aproximadamente las 10:00 horas, cuando realizaba las labores, la escalera que le fuera proporcionada para estos efectos se movió, lo que originó su caída al sueldo desde la referida altura, siendo trasladado al Hospital Santiago de la Mutual de Seguridad C.CH.C, ingresando con tetraplejia, se le realizó un estudio con tomografía axial computada (TAC) de columna total, que mostró a nivel cervical C3 4 y C 4 5 una alteración poco clara de alineación de espinosas con ocupación anterior del canal al mismo nivel, con imágenes degenerativas severas en todos los segmentos estudiados, realizándose una resonancia nuclear magnética (RNM) de urgencia, que mostró claro compromiso traumático con disrupción de elementos posteriores C3 a C5, con una importante lesión a nivel medular en los mismos segmentos, siendo trasladado a la unidad de cuidados intensivos, al corresponder a una lesión medular completa de la columna, a los pocos días comenzó con un cuadro con peak febril, producto de estafilococo epidermis multiresistente, el 8 de noviembre presentó un episodio de hipoventilación, requiriendo el apoyo de ventilación mecánica, el 9 de noviembre comenzó con abundantes secreciones bronquiales purulentas, estableciéndose luego de una radiografía de tórax, que mostraba atelectasia basal derecha y derrame pleural basal, continuando con ventilación mecánica, hasta el 16 de noviembre de 2010, cuando se le realizó una traqueostomía perutánea, y para poder alimentarlo, el 19 de noviembre se le realizó una gastreostomía percutánea, gravedad que se mantiene hasta hoy, siendo lo único claro que el daño sufrido es irreversible. En cuanto a las condiciones de seguridad proporcionadas al señor Hermosilla, éstas eran inexistentes, ya que sólo en el mes de marzo de 2010 se constituyó un Comité Paritario, habiendo realizado sólo una reunión hasta la fecha, no se tiene conocimiento de la existencia de un Reglamento Interno de Orden, Higiene y Seguridad, nunca se han realizado charlas de seguridad, no se cumplió con la obligación de hacerle saber los riesgos inherentes a sus funciones, no se le entregaron elementos e implementos de seguridad, y mucho menos los necesarios para trabajar en altura, de modo que es posible sostener, que el accidente se produjo exclusivamente producto de la irresponsabilidad y total negligencia de la demandada. Señala que la calidad de vida de su representado nunca será la misma, que las secuelas del accidente serán permanentes e irreversibles y su vida continuará postrado en una cama, teniendo el trabajador 57 años de edad, quien se encuentra casado con doña Tránsito del Carmen Ortega González, con quien tuvo tres hijos, Catherine Andrea, Macarena Dennos y David Alexis, todos Hermosilla Ortega, de 24, 20 y 12 años de edad, respectivamente, viviendo en el hogar común con su cónyuge y con sus dos

I. SENTENCIA DEL JUZGADO DE LETRAS DEL TRABAJO

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol N° 651-2011 Cita online: CL/JUR/7289/2011 ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

153

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

hijos menores, de quien era el sustento, lo que no podrá realizar desde la fecha del accidente, ya que al haber quedado postrado en una cama, imposibilitado de moverse, no podrá trabajar, siendo víctima de un perjuicio de sufrimiento y de un perjuicio de agrado. Analiza luego el derecho que lo asiste, solicitando, en definitiva, en atención a tales normas y a la responsabilidad de la demandada en el accidente, el pago de una indemnización de perjuicios por concepto de lucro cesante, se encuentra representada por los emolumentos que dejará de percibir el señor Hermosilla con ocasión de este accidente, proyectada por los años y meses de vida laboral que le restaban entre esta fecha y el momento en que hubiere de cumplir 65 años de edad, fecha de previsible jubilación por vejez, lo que asciende a la suma de $ 28.229.760. Asimismo, por concepto de daño moral, que corresponde a toda lesión, menoscabo, detrimento, molestia o perturbación a un simple interés del que sea titular una persona, el que ciertamente se produce para el caso de don Francisco Hermosilla Román, quien vivirá el resto de sus días postrado en una cama, aunque en pleno uso de sus facultades mentales, lo que lo hace aún peor, puesto que estará siempre total y absolutamente consciente que la vida que realizaba con anterioridad al 30 de octubre de 2010 nunca la volverá a tener, no podrá disfrutar y compartir con sus hijos y nietos, no podrá apoyar a su familia, en síntesis, no podrá hacer nada, a lo que se deben sumar los dolores físicos que experimenta y experimentará como consecuencia del accidente, concepto por el que se demanda la suma de $ 400.000.000, todo lo cual solicita con reajustes, intereses y costas. SEGUNDO: Que la demandada contestó la demanda, solicitando su rechazo, con costas, en atención a que su parte niega que el día sábado 30 de octubre de 2010, el demandante haya estado cumpliendo funciones que eran propias, “específicamente colocar unas mallas negras, que se ubican en los techos del sector bodegas de la demandada para proteger de la luz solar, utilizando una escalera metálica, para alcanzar los tres metros de altura”, niega asimismo que “las condiciones de seguridad proporcionadas al señor Hermosilla (...) eran inexistentes”, que no existiese Reglamento Interno de Orden, Higiene y Seguridad, que “nunca se han realizado charlas de seguridad”, que “no se cumplió con la obligación de hacerle saber los riesgos inherentes a sus funciones” al señor Hermosilla, que “no se le entregaron elementos e implementos de seguridad, y mucho menos los necesarios para trabajar en altura”, y que el accidente de autos “se produjo exclusivamente producto de la irresponsabilidad y total negligencia de la demandada”. Señalando por el contrario, que la causa mediata e inmediata basal del accidente fue la negligencia inexcusable del propio trabajador y no, el supuesto incumplimiento de la obligación de seguridad o cuidado de su representada, reconociendo como efectivo que el señor Hermosilla desempeñaba funciones de auxiliar de aseo y mantenimiento en la Escuela Particular N° 315 Nuestra Señora de Guadalupe, desde el 01 de diciembre de 2005, teniendo expresamente prohibido hacer trabajos en altura sin la ayuda de otro auxiliar y sin el uso de los implementos de seguridad que estaban a su disposición, lo que sólo él controlaba, ya que era el auxiliar principal de la Escuela, y más aún, el viernes 29 de octubre de 2010, la Directora de la Escuela, la Srta. Vivian Oyarzún Calvo le solicitó que apretara y/o ajustara las mallas Rachel que cubren el Patio principal de la Escuela, con la ayuda del auxiliar de mantenimiento señor Cristián Carreño Salinas, pues sin la presencia de él, no se puede realizar dichas funciones y puesto que el señor Cristián Carreño Salinas no trabaja los días sábados, es que el sábado 30 de octubre de 2010, bajo ninguna circunstancia se iban a realizar las labores de apriete de las mallas Rachel, encargándose al trabajador en cambio, por la Hermana Ana Videla Silva, Subdirectora del Establecimiento, que ese día concurriera sólo a efectos de arreglar las chapas del gimnasio, y ese día, al momento del accidente, sólo se encontraban en la Escuela el señor Hermosilla y la Hermana Ana Videla Silva. A eso de las 08:30 de la mañana, como siempre, ambos tomaron desayuno, repasando mientras las tareas del día, quedando muy bien establecido que el señor Hermosilla, terminaría el aseo del patio y arreglaría las chapas del gimnasio, sin que pudiese encaramarse al techo a apretar las mallas Rachel que cubrían el patio, terminado el desayuno, cada cual partió a realizar sus deberes. Añade que transcurridos unos minutos, la Hermana Ana Videla Silva, llega a su oficina y advierte que no tiene las llaves de su oficina, saliendo en busca del señor Hermosilla para que éste le proporcionara otro juego de llaves, y con sorpresa y estupor, advierte que el señor Hermosilla contrariando

154

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

hijos menores, de quien era el sustento, lo que no podrá realizar desde la fecha del accidente, ya que al haber quedado postrado en una cama, imposibilitado de moverse, no podrá trabajar, siendo víctima de un perjuicio de sufrimiento y de un perjuicio de agrado. Analiza luego el derecho que lo asiste, solicitando, en definitiva, en atención a tales normas y a la responsabilidad de la demandada en el accidente, el pago de una indemnización de perjuicios por concepto de lucro cesante, se encuentra representada por los emolumentos que dejará de percibir el señor Hermosilla con ocasión de este accidente, proyectada por los años y meses de vida laboral que le restaban entre esta fecha y el momento en que hubiere de cumplir 65 años de edad, fecha de previsible jubilación por vejez, lo que asciende a la suma de $ 28.229.760. Asimismo, por concepto de daño moral, que corresponde a toda lesión, menoscabo, detrimento, molestia o perturbación a un simple interés del que sea titular una persona, el que ciertamente se produce para el caso de don Francisco Hermosilla Román, quien vivirá el resto de sus días postrado en una cama, aunque en pleno uso de sus facultades mentales, lo que lo hace aún peor, puesto que estará siempre total y absolutamente consciente que la vida que realizaba con anterioridad al 30 de octubre de 2010 nunca la volverá a tener, no podrá disfrutar y compartir con sus hijos y nietos, no podrá apoyar a su familia, en síntesis, no podrá hacer nada, a lo que se deben sumar los dolores físicos que experimenta y experimentará como consecuencia del accidente, concepto por el que se demanda la suma de $ 400.000.000, todo lo cual solicita con reajustes, intereses y costas. SEGUNDO: Que la demandada contestó la demanda, solicitando su rechazo, con costas, en atención a que su parte niega que el día sábado 30 de octubre de 2010, el demandante haya estado cumpliendo funciones que eran propias, “específicamente colocar unas mallas negras, que se ubican en los techos del sector bodegas de la demandada para proteger de la luz solar, utilizando una escalera metálica, para alcanzar los tres metros de altura”, niega asimismo que “las condiciones de seguridad proporcionadas al señor Hermosilla (...) eran inexistentes”, que no existiese Reglamento Interno de Orden, Higiene y Seguridad, que “nunca se han realizado charlas de seguridad”, que “no se cumplió con la obligación de hacerle saber los riesgos inherentes a sus funciones” al señor Hermosilla, que “no se le entregaron elementos e implementos de seguridad, y mucho menos los necesarios para trabajar en altura”, y que el accidente de autos “se produjo exclusivamente producto de la irresponsabilidad y total negligencia de la demandada”. Señalando por el contrario, que la causa mediata e inmediata basal del accidente fue la negligencia inexcusable del propio trabajador y no, el supuesto incumplimiento de la obligación de seguridad o cuidado de su representada, reconociendo como efectivo que el señor Hermosilla desempeñaba funciones de auxiliar de aseo y mantenimiento en la Escuela Particular N° 315 Nuestra Señora de Guadalupe, desde el 01 de diciembre de 2005, teniendo expresamente prohibido hacer trabajos en altura sin la ayuda de otro auxiliar y sin el uso de los implementos de seguridad que estaban a su disposición, lo que sólo él controlaba, ya que era el auxiliar principal de la Escuela, y más aún, el viernes 29 de octubre de 2010, la Directora de la Escuela, la Srta. Vivian Oyarzún Calvo le solicitó que apretara y/o ajustara las mallas Rachel que cubren el Patio principal de la Escuela, con la ayuda del auxiliar de mantenimiento señor Cristián Carreño Salinas, pues sin la presencia de él, no se puede realizar dichas funciones y puesto que el señor Cristián Carreño Salinas no trabaja los días sábados, es que el sábado 30 de octubre de 2010, bajo ninguna circunstancia se iban a realizar las labores de apriete de las mallas Rachel, encargándose al trabajador en cambio, por la Hermana Ana Videla Silva, Subdirectora del Establecimiento, que ese día concurriera sólo a efectos de arreglar las chapas del gimnasio, y ese día, al momento del accidente, sólo se encontraban en la Escuela el señor Hermosilla y la Hermana Ana Videla Silva. A eso de las 08:30 de la mañana, como siempre, ambos tomaron desayuno, repasando mientras las tareas del día, quedando muy bien establecido que el señor Hermosilla, terminaría el aseo del patio y arreglaría las chapas del gimnasio, sin que pudiese encaramarse al techo a apretar las mallas Rachel que cubrían el patio, terminado el desayuno, cada cual partió a realizar sus deberes. Añade que transcurridos unos minutos, la Hermana Ana Videla Silva, llega a su oficina y advierte que no tiene las llaves de su oficina, saliendo en busca del señor Hermosilla para que éste le proporcionara otro juego de llaves, y con sorpresa y estupor, advierte que el señor Hermosilla contrariando

154

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

155

órdenes expresas, está en el techo del patio donde se amarran las mallas Rachel, conminándolo a que morigere tal proceder, diciéndole que por favor tuviera mucho cuidado, pero el señor Hermosilla se molesta y enoja con la Hermana Ana, por haberlo reprendido, diciéndole con tono malhumorado, y textualmente: ¡no se preocupe Hermana!, retirándose ésta del lugar, pensando que el señor Hermosilla se desistiría de su imprudente actuar y que no desobedecería las instrucciones, pero al parecer no fue así, porque a eso de las 10:00 de las mañana la Hermana, Ana Videla Silva, escucha un grito, y al salir de su oficina, advierte que el señor Hermosilla se encuentra tirado en posición fetal, al pie de una escalera que se apoyaba en un muro, escalera que no había caído, por lo que la Hermana Ana Videla Silva pide ayuda y el señor Hermosilla es trasladado a los servicios de urgencia, sin que existan testigos presenciales del accidente, advirtiendo luego la Hermana que la escalera no estaba amarrada a la pared y que el trabajador no llevaba el arnés de seguridad, de modo que el señor Hermosilla no fue mandado a “específicamente colocar unas mallas negras, que se ubican en los techos del sector bodegas de la demandada para proteger de la luz solar, utilizando una escalera metálica, para alcanzar los tres metros de altura”, ello porque las mallas Rachel ya estaban puestas (cubriendo el patio del colegio), s le había ordenado expresamente no arreglar las mallas, y las únicas funciones laborales que debía prestar aquél día, eran hacer el aseo y arreglar las chapas del gimnasio. Efectuada la Investigación del Accidente por el Comité Paritario de Higiene y Seguridad de la Escuela, éste concluyó, como causas del accidente: no obedecer, el señor Hermosilla, las órdenes expresas de la Directora, Srta. Vivian Oyarzún, de realizar el trabajo de ajustar la malla Rachel con su ayudante, el señor Cristián Carreño, no utilizar, el trabajador, equipo de seguridad, no informar, el señor Hermosilla, el trabajo que realizaba, la imprudencia y/o negligencia inexcusable del propio trabajador; teniendo el señor Hermosilla experiencia en tareas de aseo y mantenimiento, siendo quien manejaba y controlaba los implementos de seguridad, y teniendo instrucciones precisas de hacer trabajos de altura sólo con la ayuda del auxiliar Cristián Carreño Salinas e implementando todas las medidas de seguridad, tales como: amarrar la escalera, ponerse arnés de seguridad, atarse a una cuerda de vida, usar casco entre las más imprescindibles, siendo además el trabajador miembro del Comité Paritario de Higiene y Seguridad de la Escuela. Por lo expuesto, y estimando que los daños sufridos por el actor han sido fruto de su propio actuar negligente, debe ser él quien los soporte, no siendo posible responsabilizar a su representada por ellos, sin que el demandante haya especificado científica y legalmente la magnitud del daño en términos de pérdida de capacidad de ganancia, parámetro racional y jurídico de medición de los mismos bajo el amparo de la ley N° 16.744, sin perjuicio, de advertir, en cuanto al lucro cesante, una completa falta de realidad de lo solicitado por los demandantes porque no hacen una clara cuantificación del daño futuro, no realizan el ejercicio consistente en detraer o restar de los supuestos perjuicios futuros, las prestaciones de seguridad social que eventualmente sustituirán la supuesta capacidad de pérdida de ganancia y que eventualmente lo reemplazaran, ya que si el trabajador hasta este momento ha percibido subsidio de incapacidad laboral, ningún lucro cesante ha sufrido porque sus remuneraciones han sido reemplazadas por los subsidios, y en el futuro, si su condición es irreversible e invalidante se le pagarán pensiones de invalidez, que compensan la pérdida de capacidad de ganancia o suplen a la capacidad de ganancia subsistente, sin que exista finalmente pérdida efectiva de ganancia cierta; y en cuanto al daño moral, manifiesta que el monto demandado, resulta de suyo fuera de los montos que los Tribunales acostumbran a fijar en casos similares a de la especie. Solicitando en subsidio de todo lo anterior, que se reduzcan los perjuicios, por aplicación de la norma contenida en el artículo 2330 del Código Civil, ya que el actor se expuso imprudentemente al daño pues las circunstancias que produjeron no están relacionadas causalmente con acciones u omisiones de su representada, y dado además que otorgar lo pedido en cuanto al lucro cesante, sería una fuente de enriquecimiento injusto, y en cuanto al daño moral este es claramente excesivo. TERCERO: Que con fecha 1 de febrero de 2010, se celebró audiencia preparatoria, durante la cual se efectuó sin éxito el llamado a conciliación, fijando el Tribunal los hechos pacíficos y aquellos controvertidos, sobre los cuales debía recaer la prueba, ofreciendo las partes las probanzas que fueron incorporadas y observadas en la audiencia de juicio, iniciada el día 7 de marzo de 2011, la que debió ser suspendida atendida la falta de pruebas indispensables para la resolución del conflicto, concluyendo el

órdenes expresas, está en el techo del patio donde se amarran las mallas Rachel, conminándolo a que morigere tal proceder, diciéndole que por favor tuviera mucho cuidado, pero el señor Hermosilla se molesta y enoja con la Hermana Ana, por haberlo reprendido, diciéndole con tono malhumorado, y textualmente: ¡no se preocupe Hermana!, retirándose ésta del lugar, pensando que el señor Hermosilla se desistiría de su imprudente actuar y que no desobedecería las instrucciones, pero al parecer no fue así, porque a eso de las 10:00 de las mañana la Hermana, Ana Videla Silva, escucha un grito, y al salir de su oficina, advierte que el señor Hermosilla se encuentra tirado en posición fetal, al pie de una escalera que se apoyaba en un muro, escalera que no había caído, por lo que la Hermana Ana Videla Silva pide ayuda y el señor Hermosilla es trasladado a los servicios de urgencia, sin que existan testigos presenciales del accidente, advirtiendo luego la Hermana que la escalera no estaba amarrada a la pared y que el trabajador no llevaba el arnés de seguridad, de modo que el señor Hermosilla no fue mandado a “específicamente colocar unas mallas negras, que se ubican en los techos del sector bodegas de la demandada para proteger de la luz solar, utilizando una escalera metálica, para alcanzar los tres metros de altura”, ello porque las mallas Rachel ya estaban puestas (cubriendo el patio del colegio), s le había ordenado expresamente no arreglar las mallas, y las únicas funciones laborales que debía prestar aquél día, eran hacer el aseo y arreglar las chapas del gimnasio. Efectuada la Investigación del Accidente por el Comité Paritario de Higiene y Seguridad de la Escuela, éste concluyó, como causas del accidente: no obedecer, el señor Hermosilla, las órdenes expresas de la Directora, Srta. Vivian Oyarzún, de realizar el trabajo de ajustar la malla Rachel con su ayudante, el señor Cristián Carreño, no utilizar, el trabajador, equipo de seguridad, no informar, el señor Hermosilla, el trabajo que realizaba, la imprudencia y/o negligencia inexcusable del propio trabajador; teniendo el señor Hermosilla experiencia en tareas de aseo y mantenimiento, siendo quien manejaba y controlaba los implementos de seguridad, y teniendo instrucciones precisas de hacer trabajos de altura sólo con la ayuda del auxiliar Cristián Carreño Salinas e implementando todas las medidas de seguridad, tales como: amarrar la escalera, ponerse arnés de seguridad, atarse a una cuerda de vida, usar casco entre las más imprescindibles, siendo además el trabajador miembro del Comité Paritario de Higiene y Seguridad de la Escuela. Por lo expuesto, y estimando que los daños sufridos por el actor han sido fruto de su propio actuar negligente, debe ser él quien los soporte, no siendo posible responsabilizar a su representada por ellos, sin que el demandante haya especificado científica y legalmente la magnitud del daño en términos de pérdida de capacidad de ganancia, parámetro racional y jurídico de medición de los mismos bajo el amparo de la ley N° 16.744, sin perjuicio, de advertir, en cuanto al lucro cesante, una completa falta de realidad de lo solicitado por los demandantes porque no hacen una clara cuantificación del daño futuro, no realizan el ejercicio consistente en detraer o restar de los supuestos perjuicios futuros, las prestaciones de seguridad social que eventualmente sustituirán la supuesta capacidad de pérdida de ganancia y que eventualmente lo reemplazaran, ya que si el trabajador hasta este momento ha percibido subsidio de incapacidad laboral, ningún lucro cesante ha sufrido porque sus remuneraciones han sido reemplazadas por los subsidios, y en el futuro, si su condición es irreversible e invalidante se le pagarán pensiones de invalidez, que compensan la pérdida de capacidad de ganancia o suplen a la capacidad de ganancia subsistente, sin que exista finalmente pérdida efectiva de ganancia cierta; y en cuanto al daño moral, manifiesta que el monto demandado, resulta de suyo fuera de los montos que los Tribunales acostumbran a fijar en casos similares a de la especie. Solicitando en subsidio de todo lo anterior, que se reduzcan los perjuicios, por aplicación de la norma contenida en el artículo 2330 del Código Civil, ya que el actor se expuso imprudentemente al daño pues las circunstancias que produjeron no están relacionadas causalmente con acciones u omisiones de su representada, y dado además que otorgar lo pedido en cuanto al lucro cesante, sería una fuente de enriquecimiento injusto, y en cuanto al daño moral este es claramente excesivo. TERCERO: Que con fecha 1 de febrero de 2010, se celebró audiencia preparatoria, durante la cual se efectuó sin éxito el llamado a conciliación, fijando el Tribunal los hechos pacíficos y aquellos controvertidos, sobre los cuales debía recaer la prueba, ofreciendo las partes las probanzas que fueron incorporadas y observadas en la audiencia de juicio, iniciada el día 7 de marzo de 2011, la que debió ser suspendida atendida la falta de pruebas indispensables para la resolución del conflicto, concluyendo el ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

155

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

día 25 de marzo de 2010, con la incorporación de tales probanzas y la citación a las partes, para el día 6 de abril de 2011 a las 16.30 horas, a fin de notificarse de la presente sentencia. CUARTO: Que atendido lo expuesto por las partes en sus libelos de demanda y contestación, se recibieron a prueba los siguientes hechos: labores que desempeñaba habitualmente el Sr. Hermosilla Román, si la labor que ejecutaba el día y al momento del accidente era parte de sus cometidos habituales; antecedentes, forma y circunstancias del accidente; medidas de seguridad adoptadas por la empleadora; daño físico y psíquico sufrido por el Sr. Hermosilla Román a causa del accidente; última remuneración del demandante y pérdida de capacidad de ganancia sufrida a causa del accidente, edad del demandante al momento del accidente, existencia y porcentaje de invalidez. QUINTO: Que a fin de acreditar sus alegaciones y defensas en relación a dichos hechos, las partes incorporaron las siguientes probanzas: a)Por la parte demandante: I. Documental consistente en: i. Copia del contrato de trabajo del actor, suscrito entre las partes con fecha 1 de marzo de 2006, en que constan las obligaciones, jornada, remuneración y demás cláusulas pactadas. ii. Copia de liquidaciones de remuneraciones del actor desde el mes de enero a octubre de 2010, que dan cuenta de los ingresos que percibía el actor, que incluían sueldo base, asignación ley Nº 19.464 no docente y asignación de movilización, todo por la suma de $ 303.600. iii. Informe médico emitido por el Hospital Santiago de la Mutual de Seguridad de la Cámara Chilena de la Construcción, de fecha 29 de noviembre de 2010, en que consta el diagnóstico del actor, y se da cuenta de los hitos más relevantes en su historia médica desde que ingresó a la Mutual el día 30 de octubre de 2010, tras sufrir una caída desde 3 metros de alturas. iv. Fotografía aérea del colegio Nuestra Señora de Guadalupe. v. Carta enviada a la comunidad escolar por Vivian Valenzuela, supervisora provincial de la congregación, de fecha 12 de enero de 2011, en que se les solicita orar por su recuperación, haciendo mención a las circunstancias en que llegó a trabajar al colegio, y las circunstancias del accidente, indicando sobre este punto que el día 29 de octubre se le encomendó arreglar la malla que cubre el patio con su ayudante, Cristián Carreño, debiendo enganchar piezas que se habían soltado, lo que no hizo, ya que siempre pedía ir a trabajar en horario extra, porque lo necesitaba, y que lo que se le pidió ese día sábado, fue arreglar una puerta del gimnasio, cambiando el trabajador las órdenes sin autorización. vi. Certificado de matrimonio del actor, y de nacimiento de sus 3 hijos. vii. Impresión de la página Web de la fundación Belén en que define y explica la lesión medular, indicando sus causas y consecuencias. viii. 4 fotografías en que se aprecia al actor hospitalizado, y sus condiciones actuales. ix. Por último, como prueba nueva, la parte incorporó un documento emitido por el Hospital Clínico de la Mutual de Seguridad con posterioridad a la fecha de celebración de la audiencia preparatoria, consistente en una Evaluación Domiciliaria de Terapia Ocupacional, que concluye que la vivienda del actor no es apara para su actual condiciones y requerimientos, indicando todas las modificaciones que sería necesario realizar, además de recomendaciones generales para modificación de viviendas de usuarios de sillas de rueda. x. Además, como otros medios de prueba, se incorporó un disco compacto que contiene 15 imágenes del interior del establecimiento, en que, revisadas durante la audiencia, se aprecia el lugar en que ocurrió accidente y la escalera metálica a la que debía subir el actor. II. Asimismo, la parte solicitó se oficiara a las siguientes instituciones: i. A la Inspección Comunal del Trabajo Santiago Norte, a fin que señalase si la demandada Escuela Particular Nuestra Señora de Guadalupe, informó de la ocurrencia del accidente, institución que contestó que no se registra ninguna información respecto al trabajador. ii. A la Seremi de Salud Metropolitana de Santiago, con el mismo fin, informándose en este caso que ellos tampoco registran datos relacionados con este accidente. iii. A la Mutual de Seguridad de la Cámara Chilena de la Construcción, a fin que informase el diagnóstico y tratamiento otorgado al trabajador, incorporándose un documento que contiene la declara-

156

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

día 25 de marzo de 2010, con la incorporación de tales probanzas y la citación a las partes, para el día 6 de abril de 2011 a las 16.30 horas, a fin de notificarse de la presente sentencia. CUARTO: Que atendido lo expuesto por las partes en sus libelos de demanda y contestación, se recibieron a prueba los siguientes hechos: labores que desempeñaba habitualmente el Sr. Hermosilla Román, si la labor que ejecutaba el día y al momento del accidente era parte de sus cometidos habituales; antecedentes, forma y circunstancias del accidente; medidas de seguridad adoptadas por la empleadora; daño físico y psíquico sufrido por el Sr. Hermosilla Román a causa del accidente; última remuneración del demandante y pérdida de capacidad de ganancia sufrida a causa del accidente, edad del demandante al momento del accidente, existencia y porcentaje de invalidez. QUINTO: Que a fin de acreditar sus alegaciones y defensas en relación a dichos hechos, las partes incorporaron las siguientes probanzas: a)Por la parte demandante: I. Documental consistente en: i. Copia del contrato de trabajo del actor, suscrito entre las partes con fecha 1 de marzo de 2006, en que constan las obligaciones, jornada, remuneración y demás cláusulas pactadas. ii. Copia de liquidaciones de remuneraciones del actor desde el mes de enero a octubre de 2010, que dan cuenta de los ingresos que percibía el actor, que incluían sueldo base, asignación ley Nº 19.464 no docente y asignación de movilización, todo por la suma de $ 303.600. iii. Informe médico emitido por el Hospital Santiago de la Mutual de Seguridad de la Cámara Chilena de la Construcción, de fecha 29 de noviembre de 2010, en que consta el diagnóstico del actor, y se da cuenta de los hitos más relevantes en su historia médica desde que ingresó a la Mutual el día 30 de octubre de 2010, tras sufrir una caída desde 3 metros de alturas. iv. Fotografía aérea del colegio Nuestra Señora de Guadalupe. v. Carta enviada a la comunidad escolar por Vivian Valenzuela, supervisora provincial de la congregación, de fecha 12 de enero de 2011, en que se les solicita orar por su recuperación, haciendo mención a las circunstancias en que llegó a trabajar al colegio, y las circunstancias del accidente, indicando sobre este punto que el día 29 de octubre se le encomendó arreglar la malla que cubre el patio con su ayudante, Cristián Carreño, debiendo enganchar piezas que se habían soltado, lo que no hizo, ya que siempre pedía ir a trabajar en horario extra, porque lo necesitaba, y que lo que se le pidió ese día sábado, fue arreglar una puerta del gimnasio, cambiando el trabajador las órdenes sin autorización. vi. Certificado de matrimonio del actor, y de nacimiento de sus 3 hijos. vii. Impresión de la página Web de la fundación Belén en que define y explica la lesión medular, indicando sus causas y consecuencias. viii. 4 fotografías en que se aprecia al actor hospitalizado, y sus condiciones actuales. ix. Por último, como prueba nueva, la parte incorporó un documento emitido por el Hospital Clínico de la Mutual de Seguridad con posterioridad a la fecha de celebración de la audiencia preparatoria, consistente en una Evaluación Domiciliaria de Terapia Ocupacional, que concluye que la vivienda del actor no es apara para su actual condiciones y requerimientos, indicando todas las modificaciones que sería necesario realizar, además de recomendaciones generales para modificación de viviendas de usuarios de sillas de rueda. x. Además, como otros medios de prueba, se incorporó un disco compacto que contiene 15 imágenes del interior del establecimiento, en que, revisadas durante la audiencia, se aprecia el lugar en que ocurrió accidente y la escalera metálica a la que debía subir el actor. II. Asimismo, la parte solicitó se oficiara a las siguientes instituciones: i. A la Inspección Comunal del Trabajo Santiago Norte, a fin que señalase si la demandada Escuela Particular Nuestra Señora de Guadalupe, informó de la ocurrencia del accidente, institución que contestó que no se registra ninguna información respecto al trabajador. ii. A la Seremi de Salud Metropolitana de Santiago, con el mismo fin, informándose en este caso que ellos tampoco registran datos relacionados con este accidente. iii. A la Mutual de Seguridad de la Cámara Chilena de la Construcción, a fin que informase el diagnóstico y tratamiento otorgado al trabajador, incorporándose un documento que contiene la declara-

156

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

157

ción individual de accidente del trabajo, ficha clínica del actor, informes médicos, evaluaciones, resultados de exámenes y procedimiento, y otros. III. Igualmente, además de la documental incorporada, la parte solicitó a la contraria exhibir: i. Declaración de accidente del trabajo realizada en la Mutual de Seguridad de la Cámara Chilena de la Construcción, documento que fue exhibido y en que se indica como relato del accidente que el trabajador cayó subiendo la escalera sin testigos. ii. Acta de entrega de los elementos de protección y seguridad que se le hubiesen entregado al trabajador, documento que no fue exhibido, argumentando la parte que se habría extraviado con ocasión del terremoto de febrero de 2010. Iv. Finalmente la parte rindió prueba testimonial, consiste en las declaraciones de don José Luis Guzmán Muñoz, doña Paola Alejandra Gutiérrez Castro, doña María Teresa Bustos Martínez y doña Tránsito del Carmen Ortega González; el primero, que a la fecha del accidente se desempeñaba como profesor del Colegio, sabe que el actor sufrió un accidente y fue hospitalizado, contándole la cónyuge de éste, que según su relato, el accidente habría ocurrido cuando el actor fue un día sábado a arreglar unas mayas, cayéndose de las escaleras, señala que el Comité Paritario se había formado recién en mayo de ese año, y que él y el actor participaban de él, eligiéndose su directiva en la primera reunión, sin que luego se reunieran más, ni se realizara ninguna otra acción por parte de dicho Comité, indica que el actor realizaba sólo las tareas de mantención, explica que la malla servía para proteger el patio del sol, que se ponía en época de verano, siendo el actor quien la ponía, y que cuando se soltaba algún gancho el actor debía tensarla, viéndolo varias veces manipulando la malla, lo que hacía desde una escalera telescópica; la segunda testigo, a la fecha del accidente se desempeñaba como psicopedagoga del Colegio, también refirió que el actor realizaba labores de mantención, que incluían reparar el techo cuando habían goteras, reparar chapas, y poner, sacar y reparar la malla que se ubicaba en el patio para cubrirlo del sol, y que en esas circunstancias ocurrió el accidente, del que ella sólo supo con posterioridad, enterándose que en ese momento no había nadie cerca, y que lo asistió una Hermana, la subdirectora del Colegio, quien llegó poco después, señalando luego cuál es la condiciones actual del trabajador; la tercera testigo es una vecina del actor y la cuarta su cónyuge, quienes principalmente declararon sobre cómo era la vida del actor antes del accidente y cómo es ahora, sobre su situación actual tanto física como anímica, añadiendo además la última las dificultades que presenta su departamento para recibir al demandante si es que en algún momento se autoriza su traslado desde el Hospital, por lo que de ocurrir ello necesita cambiarse a una casa, además de referir que ahora es ella la única que sostiene a su familia, por lo que, además cuidar a su cónyuge, debe trabajar. b) En tanto que la demandada incorporó: I. Documental, consistente en: i. Reglamento interno de orden higiene y seguridad, documento que cuenta con timbres de recepción de la SEREMI de salud y la Dirección del Trabajo, de 23 y 22 de octubre de 2007, respectivamente. ii. Acta de constitución del comité paritario de fecha 2 de mayo de 2010, en que constan sus integrantes, entre ellos, el actor, documento también recepcionado por la Dirección del Trabajo. iii. Informe del accidente del trabajo elaborado por el Comité Paritario, de fecha 3 de enero de 2011, que señala que se ignoran los motivos por los que sube, que no hay testigos presenciales, que la cuerda de vida estaba colgada a la escalera, que se le había exigido realizar las reparaciones en altura en compañía de otro trabajador, señalando como causa del accidente no obedecer, el señor Hermosilla, las órdenes expresas de la Directora, Srta. Vivian Oyarzún, de realizar el trabajo de ajustar la malla Rachel con su ayudante, el señor Cristián Carreño; no utilizar, el trabajador, equipo de seguridad; no informar, el señor Hermosilla, el trabajo que realizaba; la imprudencia y/o negligencia inexcusable del propio trabajador, señalando luego como medidas preventivas supervisar y exigir uso de equipos de seguridad; todos los trabajadores deben acatar instrucciones dadas; capacitación sobre seguridad laboral; realizar más reuniones del comité paritario. iv. Certificado de pago de cotizaciones previsionales del actor, emitido por Previred, con fecha 28 de enero de 2011; además de otro de fecha 7 de enero de 2011.

ción individual de accidente del trabajo, ficha clínica del actor, informes médicos, evaluaciones, resultados de exámenes y procedimiento, y otros. III. Igualmente, además de la documental incorporada, la parte solicitó a la contraria exhibir: i. Declaración de accidente del trabajo realizada en la Mutual de Seguridad de la Cámara Chilena de la Construcción, documento que fue exhibido y en que se indica como relato del accidente que el trabajador cayó subiendo la escalera sin testigos. ii. Acta de entrega de los elementos de protección y seguridad que se le hubiesen entregado al trabajador, documento que no fue exhibido, argumentando la parte que se habría extraviado con ocasión del terremoto de febrero de 2010. Iv. Finalmente la parte rindió prueba testimonial, consiste en las declaraciones de don José Luis Guzmán Muñoz, doña Paola Alejandra Gutiérrez Castro, doña María Teresa Bustos Martínez y doña Tránsito del Carmen Ortega González; el primero, que a la fecha del accidente se desempeñaba como profesor del Colegio, sabe que el actor sufrió un accidente y fue hospitalizado, contándole la cónyuge de éste, que según su relato, el accidente habría ocurrido cuando el actor fue un día sábado a arreglar unas mayas, cayéndose de las escaleras, señala que el Comité Paritario se había formado recién en mayo de ese año, y que él y el actor participaban de él, eligiéndose su directiva en la primera reunión, sin que luego se reunieran más, ni se realizara ninguna otra acción por parte de dicho Comité, indica que el actor realizaba sólo las tareas de mantención, explica que la malla servía para proteger el patio del sol, que se ponía en época de verano, siendo el actor quien la ponía, y que cuando se soltaba algún gancho el actor debía tensarla, viéndolo varias veces manipulando la malla, lo que hacía desde una escalera telescópica; la segunda testigo, a la fecha del accidente se desempeñaba como psicopedagoga del Colegio, también refirió que el actor realizaba labores de mantención, que incluían reparar el techo cuando habían goteras, reparar chapas, y poner, sacar y reparar la malla que se ubicaba en el patio para cubrirlo del sol, y que en esas circunstancias ocurrió el accidente, del que ella sólo supo con posterioridad, enterándose que en ese momento no había nadie cerca, y que lo asistió una Hermana, la subdirectora del Colegio, quien llegó poco después, señalando luego cuál es la condiciones actual del trabajador; la tercera testigo es una vecina del actor y la cuarta su cónyuge, quienes principalmente declararon sobre cómo era la vida del actor antes del accidente y cómo es ahora, sobre su situación actual tanto física como anímica, añadiendo además la última las dificultades que presenta su departamento para recibir al demandante si es que en algún momento se autoriza su traslado desde el Hospital, por lo que de ocurrir ello necesita cambiarse a una casa, además de referir que ahora es ella la única que sostiene a su familia, por lo que, además cuidar a su cónyuge, debe trabajar. b) En tanto que la demandada incorporó: I. Documental, consistente en: i. Reglamento interno de orden higiene y seguridad, documento que cuenta con timbres de recepción de la SEREMI de salud y la Dirección del Trabajo, de 23 y 22 de octubre de 2007, respectivamente. ii. Acta de constitución del comité paritario de fecha 2 de mayo de 2010, en que constan sus integrantes, entre ellos, el actor, documento también recepcionado por la Dirección del Trabajo. iii. Informe del accidente del trabajo elaborado por el Comité Paritario, de fecha 3 de enero de 2011, que señala que se ignoran los motivos por los que sube, que no hay testigos presenciales, que la cuerda de vida estaba colgada a la escalera, que se le había exigido realizar las reparaciones en altura en compañía de otro trabajador, señalando como causa del accidente no obedecer, el señor Hermosilla, las órdenes expresas de la Directora, Srta. Vivian Oyarzún, de realizar el trabajo de ajustar la malla Rachel con su ayudante, el señor Cristián Carreño; no utilizar, el trabajador, equipo de seguridad; no informar, el señor Hermosilla, el trabajo que realizaba; la imprudencia y/o negligencia inexcusable del propio trabajador, señalando luego como medidas preventivas supervisar y exigir uso de equipos de seguridad; todos los trabajadores deben acatar instrucciones dadas; capacitación sobre seguridad laboral; realizar más reuniones del comité paritario. iv. Certificado de pago de cotizaciones previsionales del actor, emitido por Previred, con fecha 28 de enero de 2011; además de otro de fecha 7 de enero de 2011. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

157

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

v. Contrato de trabajo del actor de fecha 1 de marzo de 2010, que reconoce antiguedad desde el 1 de diciembre de 2005, declarando que prestar servicios como auxiliar de aseo y mantenimiento, en una jornada de lunes a viernes de 07:00 a 17:00 horas, y a cambio de una remuneración de $ 271.469. vi. Contrato de trabajo de don Cristián Carreño Salinas, de fecha 1 de marzo de 2010, quien es contratado para prestar servicios como auxiliar de aseo y mantenimiento, en una jornada de lunes a viernes de 09:00 a 19:00 horas, y a cambio de una remuneración de $ 223.000. vii. Cinco fotografías del lugar de trabajo del señor Hermosilla, en algunas de las cuales se aprecia el patio y la malla que lo cubre. II. Asimismo, como otros medios de prueba, se incorporaron un arnés de seguridad, cuerda de mantenimiento de la escalera, casco de seguridad y antipara de seguridad, cuerda con la cual se conecta el arnés de seguridad. III. Testimonial, consistente en las declaraciones de doña Vivian Loreto Oyarzún Calvo, doña Ana Ruth Videla Silva, y doña Miriam Lucía Valenzuela Lay; la primera directora del Colegio, quien refiere que entre las funciones del actor como auxiliar de aseo y mantenimiento, se encontraba el reparar mobiliario escolar y otros implementos, que el día del accidente ella no estaba por lo que se le avisó por teléfono, pero, que lo que sabía es que ese día él iba a reparar unas chapas del baño del gimnasio, según lo acordado con la subdirectora, que efectivamente ponen en el patio del Colegio mallas para proteger del sol, pero, que habían instrucciones en orden a que esas labores en altura el actor las realizara siempre con el auxiliar Cristián, además de tomar las medidas de seguridad respectiva, usando los implementos que estaban en la bodega, y que el actor había sido reprendido por no usar estos implementos, explicando luego que él era quien realizaba los trabajos en altura, y que Cristián debía apoyarlo, sin que sepa si éste usaba el arnés cuando subía o la fecha en que se le entregaron los implementos de seguridad; la segunda testigo es la subdirectora del Colegio, quien refiere que cuando ella llegó ese sábado, él estaba limpiando el piso, que luego tomaron desayuno juntos y repasaron las tareas del día, que en el caso del actor correspondía a revisar una puerta del gimnasio, y que al rato lo fue a buscar y no lo encontró en el gimnasio, sino que en el techo de la gradería, diciéndole que se baje de ahí, escuchando poco después el grito del actor, por lo que volvió hasta el lugar, notando que se había caído, dando aviso a las demás Hermanas, reitera que las instrucciones del actor para ese día eran otras, que no sabe qué hacía ahí, que la escalera estaba parada, sin haberse caído, y que el actor no tenía puestos los implementos de seguridad, que se guardaban en una bodega cuya llave tenía él, y que cuando lo vio le dijo que tuviese cuidado y que se bajara, para luego seguir su camino, sin esperar a que el actor efectivamente se bajara; finalmente la tercera testigo, asesora espiritual del Colegio, ratificó los dichos de las anteriores, señalando que según estas le contaron, las instrucciones del actor, convenidas con la subdirectora eran sólo el arreglo de puertas del colegio, además de que ese día habitualmente enceraba el patio, que no tenía instrucción de subirse al techo ese día, que el actor contaba con los elementos de seguridad necesarios, y que él tenía la llave del lugar en que se guardaban, los que usaban él y el auxiliar Cristián carreño, que al actor no le gustaba mucho usar los implementos de seguridad, que se le entregaron cuando llegó al colegio, y que en cuanto al arnés sólo existe uno, porque hay sólo una escalera que se usa para realizar trabajos en altura. SEXTO: Que así las cosas, es un hecho pacífico que el actor ingresó a prestar servicios para la demandada, en forma subordinada y dependiente, el día 1 de diciembre de 2005, para prestar servicios como auxiliar de aseo y mantenimiento en sus dependencias, contrato de trabajo que impone a la demandada el deber de seguridad establecido en el artículo 184 del Código del Trabajo, que establece que el empleador estará obligado a tomar todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de los trabajadores, informando de los posibles riesgos y manteniendo las condiciones adecuadas de higiene y seguridad en las faenas, como también los implementos necesarios para prevenir accidentes y enfermedades profesionales, así como también las normas previstas al respecto en la Ley Nº 16.744 sobre Accidentes del Trabajo y Enfermedad Profesional. SÉPTIMO: Que por otra parte también es un hecho cierto que el actor sufrió un accidente de trabajo, el día sábado 30 de octubre de 2010, hecho reconocido por ambas partes y que consta por lo demás de la respectiva Declaración Individual de Accidente del Trabajo y de la calificación efectuada por la Mutual de Seguridad, recibiendo por tanto las atenciones y prestaciones previstas en la ley Nº 16.744;

158

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

v. Contrato de trabajo del actor de fecha 1 de marzo de 2010, que reconoce antiguedad desde el 1 de diciembre de 2005, declarando que prestar servicios como auxiliar de aseo y mantenimiento, en una jornada de lunes a viernes de 07:00 a 17:00 horas, y a cambio de una remuneración de $ 271.469. vi. Contrato de trabajo de don Cristián Carreño Salinas, de fecha 1 de marzo de 2010, quien es contratado para prestar servicios como auxiliar de aseo y mantenimiento, en una jornada de lunes a viernes de 09:00 a 19:00 horas, y a cambio de una remuneración de $ 223.000. vii. Cinco fotografías del lugar de trabajo del señor Hermosilla, en algunas de las cuales se aprecia el patio y la malla que lo cubre. II. Asimismo, como otros medios de prueba, se incorporaron un arnés de seguridad, cuerda de mantenimiento de la escalera, casco de seguridad y antipara de seguridad, cuerda con la cual se conecta el arnés de seguridad. III. Testimonial, consistente en las declaraciones de doña Vivian Loreto Oyarzún Calvo, doña Ana Ruth Videla Silva, y doña Miriam Lucía Valenzuela Lay; la primera directora del Colegio, quien refiere que entre las funciones del actor como auxiliar de aseo y mantenimiento, se encontraba el reparar mobiliario escolar y otros implementos, que el día del accidente ella no estaba por lo que se le avisó por teléfono, pero, que lo que sabía es que ese día él iba a reparar unas chapas del baño del gimnasio, según lo acordado con la subdirectora, que efectivamente ponen en el patio del Colegio mallas para proteger del sol, pero, que habían instrucciones en orden a que esas labores en altura el actor las realizara siempre con el auxiliar Cristián, además de tomar las medidas de seguridad respectiva, usando los implementos que estaban en la bodega, y que el actor había sido reprendido por no usar estos implementos, explicando luego que él era quien realizaba los trabajos en altura, y que Cristián debía apoyarlo, sin que sepa si éste usaba el arnés cuando subía o la fecha en que se le entregaron los implementos de seguridad; la segunda testigo es la subdirectora del Colegio, quien refiere que cuando ella llegó ese sábado, él estaba limpiando el piso, que luego tomaron desayuno juntos y repasaron las tareas del día, que en el caso del actor correspondía a revisar una puerta del gimnasio, y que al rato lo fue a buscar y no lo encontró en el gimnasio, sino que en el techo de la gradería, diciéndole que se baje de ahí, escuchando poco después el grito del actor, por lo que volvió hasta el lugar, notando que se había caído, dando aviso a las demás Hermanas, reitera que las instrucciones del actor para ese día eran otras, que no sabe qué hacía ahí, que la escalera estaba parada, sin haberse caído, y que el actor no tenía puestos los implementos de seguridad, que se guardaban en una bodega cuya llave tenía él, y que cuando lo vio le dijo que tuviese cuidado y que se bajara, para luego seguir su camino, sin esperar a que el actor efectivamente se bajara; finalmente la tercera testigo, asesora espiritual del Colegio, ratificó los dichos de las anteriores, señalando que según estas le contaron, las instrucciones del actor, convenidas con la subdirectora eran sólo el arreglo de puertas del colegio, además de que ese día habitualmente enceraba el patio, que no tenía instrucción de subirse al techo ese día, que el actor contaba con los elementos de seguridad necesarios, y que él tenía la llave del lugar en que se guardaban, los que usaban él y el auxiliar Cristián carreño, que al actor no le gustaba mucho usar los implementos de seguridad, que se le entregaron cuando llegó al colegio, y que en cuanto al arnés sólo existe uno, porque hay sólo una escalera que se usa para realizar trabajos en altura. SEXTO: Que así las cosas, es un hecho pacífico que el actor ingresó a prestar servicios para la demandada, en forma subordinada y dependiente, el día 1 de diciembre de 2005, para prestar servicios como auxiliar de aseo y mantenimiento en sus dependencias, contrato de trabajo que impone a la demandada el deber de seguridad establecido en el artículo 184 del Código del Trabajo, que establece que el empleador estará obligado a tomar todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de los trabajadores, informando de los posibles riesgos y manteniendo las condiciones adecuadas de higiene y seguridad en las faenas, como también los implementos necesarios para prevenir accidentes y enfermedades profesionales, así como también las normas previstas al respecto en la Ley Nº 16.744 sobre Accidentes del Trabajo y Enfermedad Profesional. SÉPTIMO: Que por otra parte también es un hecho cierto que el actor sufrió un accidente de trabajo, el día sábado 30 de octubre de 2010, hecho reconocido por ambas partes y que consta por lo demás de la respectiva Declaración Individual de Accidente del Trabajo y de la calificación efectuada por la Mutual de Seguridad, recibiendo por tanto las atenciones y prestaciones previstas en la ley Nº 16.744;

158

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

159

accidente que ocurrió cuando desempeñaba labores en el Colegio, cumpliendo una jornada de trabajo extraordinaria, como, según refieren las partes y testigos, era bastante habitual, circunstancias en que habiendo subido por una escalera metálica existente en el Colegio, a fin de apretar o tensar la malla que cubre el patio del Colegio, cayó desde una altura cercana a los tres metros de altura, provocándose lesiones, constando asimismo que al realizar esta labor el actor no usaba arnés de seguridad, como lo verificó la subdirectora del Colegio, primera persona que se apersonó en el lugar luego del accidente, arnés que existía en el Colegio, donde efectivamente había uno de ellos, lo mismo que la cuerda de vida, sobre la cual no hay total precisión en cuanto a si estaba o no en la escalera, sin perjuicio, que sin el arnés y el rosetón, mediante el cual este se engancha a la cuerda, dicha cuerda es del todo inútil. De modo que estando las partes, y las probanzas rendidas por ella, de acuerdo en las circunstancias generales en que ocurre el accidente, lo realmente discutido en el proceso, es el motivo por el cual el actor estaba realizando esa labor, sólo y sin usar los implementos de seguridad necesarios para realizar trabajo en altura, o en otros términos, si el accidente se debió al incumplimiento al deber de seguridad de su empleador o, por el contrario, a un actuar descuidado o negligente del actor. OCTAVO: Que acreditada la existencia del accidente del trabajo, corresponde analizar, de acuerdo a lo previamente expuesto, si cupo alguna responsabilidad a la demandada en el accidente y las lesiones sufridas por el actor, quien sobre este punto el actor ofreció la declaración de dos testigos, ex funcionarios del Colegio, quienes refirieron haber visto al actor tensando o reparando la malla antes, siendo él además quien la ponía y sacaba, lo que también es reconocido por las testigos de la demandada, sin perjuicio que estas añaden dos elementos a esta declaración, por una parte, que el actor tenía prohibido hacerlo sin asistencia o apoyo del auxiliar, y por otra, que solía no usar los elementos de seguridad, habiendo sido reprendido por ello. Que tales declaraciones, permiten tener por acreditado que la mantención de la malla en cuestión, se encontraba dentro de aquellas labores habituales del actor, de modo que éste bien podía velar por su buen estado, aun sin instrucción expresa de la demandada en tal sentido, como en efecto todo trabajador hace con sus obligaciones habituales, las que cumple sin necesidad de instrucción precisa que le ordene hacerlo, ahora bien, en el caso de autos, la demandada no sólo afirma que no existió instrucción en tal sentido, sino que se le instruyó precisamente en orden a reparar o tensar la maya, pero, con la colaboración del auxiliar, habiéndosele prohibido hacerlo sólo. Ahora bien, esta tesis presenta dos dificultades desde el punto de vista de su prueba, una es que sólo es sostenida por las testigos de la demandada, quienes eran la directora del colegio, la subdirectora y la asesora espiritual y ex directora, lo que importa que se posible advertir en ellas un cierto interés en el resultado del juicio, que lleva a dudar de su credibilidad, más cuando ninguno de los testigos de la contraria, cuando refieren haber visto antes al actor realizando las mismas labores respecto de la malla, señalan que lo hiciere con la ayuda o asistencia del auxiliar, y además en segundo término, el problema probatorio de esta tesis, es que la parte empleadora sabía que ese día el actor estaba arriba del techo de la gradería, arreglando la malla, sin arnés y sin apoyo de persona alguna, ¿cómo sabemos que ello es así? Por haberlo declarado expresamente la subdirectora del Colegio, quien señala haber estado buscando al actor, haberlo encontrado en tal posición, y haberle pedido por favor que se bajara, para luego retirarse del lugar, quedando el actor en la misma posición, hasta que se produce el accidente. En tal sentido debemos interpretar el artículo 184 del Código del Trabajo, a la luz de las facultades de dirección que el mismo cuerpo legal otorga al empleador, puesto que, en efecto, sería del todo absurdo, que dicha norma exigiese al empleador tomar todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de los trabajadores, si el actor fuese dueño de obrar como le pareciese más conveniente durante el desarrollo de su trabajo, pudiendo, a su arbitrio, acatar o no las instrucciones del empleador; de modo que, si la norma entrega dicha obligación al empleador, es justamente porque cuenta con los medios para ser él y no el trabajador, quien decide los métodos de trabajo, quien determina cuales son las condiciones más seguras para desarrollarlo e impone el uso de dichos procedimientos, prohibiendo en cambio los que se consideren riesgosos, pudiendo además a fin de hacer cumplir lo anterior, aplicar las distintas medidas previstas en el ordenamiento laboral, desde una simple amonestación verbal o escrita y hasta la más grave, cual es el despido del empleador, existiendo justamente una causal del Código del Trabajo que recoge la posibilidad de que el trabajador realice acciones inseguras, como lo

accidente que ocurrió cuando desempeñaba labores en el Colegio, cumpliendo una jornada de trabajo extraordinaria, como, según refieren las partes y testigos, era bastante habitual, circunstancias en que habiendo subido por una escalera metálica existente en el Colegio, a fin de apretar o tensar la malla que cubre el patio del Colegio, cayó desde una altura cercana a los tres metros de altura, provocándose lesiones, constando asimismo que al realizar esta labor el actor no usaba arnés de seguridad, como lo verificó la subdirectora del Colegio, primera persona que se apersonó en el lugar luego del accidente, arnés que existía en el Colegio, donde efectivamente había uno de ellos, lo mismo que la cuerda de vida, sobre la cual no hay total precisión en cuanto a si estaba o no en la escalera, sin perjuicio, que sin el arnés y el rosetón, mediante el cual este se engancha a la cuerda, dicha cuerda es del todo inútil. De modo que estando las partes, y las probanzas rendidas por ella, de acuerdo en las circunstancias generales en que ocurre el accidente, lo realmente discutido en el proceso, es el motivo por el cual el actor estaba realizando esa labor, sólo y sin usar los implementos de seguridad necesarios para realizar trabajo en altura, o en otros términos, si el accidente se debió al incumplimiento al deber de seguridad de su empleador o, por el contrario, a un actuar descuidado o negligente del actor. OCTAVO: Que acreditada la existencia del accidente del trabajo, corresponde analizar, de acuerdo a lo previamente expuesto, si cupo alguna responsabilidad a la demandada en el accidente y las lesiones sufridas por el actor, quien sobre este punto el actor ofreció la declaración de dos testigos, ex funcionarios del Colegio, quienes refirieron haber visto al actor tensando o reparando la malla antes, siendo él además quien la ponía y sacaba, lo que también es reconocido por las testigos de la demandada, sin perjuicio que estas añaden dos elementos a esta declaración, por una parte, que el actor tenía prohibido hacerlo sin asistencia o apoyo del auxiliar, y por otra, que solía no usar los elementos de seguridad, habiendo sido reprendido por ello. Que tales declaraciones, permiten tener por acreditado que la mantención de la malla en cuestión, se encontraba dentro de aquellas labores habituales del actor, de modo que éste bien podía velar por su buen estado, aun sin instrucción expresa de la demandada en tal sentido, como en efecto todo trabajador hace con sus obligaciones habituales, las que cumple sin necesidad de instrucción precisa que le ordene hacerlo, ahora bien, en el caso de autos, la demandada no sólo afirma que no existió instrucción en tal sentido, sino que se le instruyó precisamente en orden a reparar o tensar la maya, pero, con la colaboración del auxiliar, habiéndosele prohibido hacerlo sólo. Ahora bien, esta tesis presenta dos dificultades desde el punto de vista de su prueba, una es que sólo es sostenida por las testigos de la demandada, quienes eran la directora del colegio, la subdirectora y la asesora espiritual y ex directora, lo que importa que se posible advertir en ellas un cierto interés en el resultado del juicio, que lleva a dudar de su credibilidad, más cuando ninguno de los testigos de la contraria, cuando refieren haber visto antes al actor realizando las mismas labores respecto de la malla, señalan que lo hiciere con la ayuda o asistencia del auxiliar, y además en segundo término, el problema probatorio de esta tesis, es que la parte empleadora sabía que ese día el actor estaba arriba del techo de la gradería, arreglando la malla, sin arnés y sin apoyo de persona alguna, ¿cómo sabemos que ello es así? Por haberlo declarado expresamente la subdirectora del Colegio, quien señala haber estado buscando al actor, haberlo encontrado en tal posición, y haberle pedido por favor que se bajara, para luego retirarse del lugar, quedando el actor en la misma posición, hasta que se produce el accidente. En tal sentido debemos interpretar el artículo 184 del Código del Trabajo, a la luz de las facultades de dirección que el mismo cuerpo legal otorga al empleador, puesto que, en efecto, sería del todo absurdo, que dicha norma exigiese al empleador tomar todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de los trabajadores, si el actor fuese dueño de obrar como le pareciese más conveniente durante el desarrollo de su trabajo, pudiendo, a su arbitrio, acatar o no las instrucciones del empleador; de modo que, si la norma entrega dicha obligación al empleador, es justamente porque cuenta con los medios para ser él y no el trabajador, quien decide los métodos de trabajo, quien determina cuales son las condiciones más seguras para desarrollarlo e impone el uso de dichos procedimientos, prohibiendo en cambio los que se consideren riesgosos, pudiendo además a fin de hacer cumplir lo anterior, aplicar las distintas medidas previstas en el ordenamiento laboral, desde una simple amonestación verbal o escrita y hasta la más grave, cual es el despido del empleador, existiendo justamente una causal del Código del Trabajo que recoge la posibilidad de que el trabajador realice acciones inseguras, como lo ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

159

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

es la del artículo 160 N° 5 del Código del ramo, contando además a este efecto, el empleador, con la herramienta prevista en el artículo 67 de la ley Nº 16.744, que establece que el Reglamento Interno de Orden y Seguridad de la empresa deberán consultar la aplicación de multas a los trabajadores que no usen los elementos de seguridad entregados o que no cumplan las instrucciones o reglamentaciones sobre higiene y seguridad. NOVENO: Que atendido lo previamente razonado, no es aceptable, por no ajustarse a la conducta proactiva que el artículo 184 del Código del Trabajo le impone al empleador, en cuanto garante de la vida y seguridad del trabajador, durante el espacio de tiempo en que este se pone bajo su subordinación, dependencia, y por tanto, también bajo su cuidado, que el empleador renuncie a ejercer su rol de mando, empleador, en este caso representado por la figura de la subdirectora, figura máxima de autoridad presente ese día en el establecimiento, y que al contrario, al ver a un trabajador desempeñando una actividad evidentemente riesgosa, simplemente le pida por favor que cese en ella, sin usar los mecanismos coactivos con que cuenta, sin dar al efecto ninguna orden perentoria, ni emplear o hacer presente al trabajador la posibilidad de utilizar otras medidas tales como la amonestación, multa o despido; más aún, consta de las declaraciones de la propia demandada, que este es un empleador que hacía tiempo ya, había renunciado a ejercer su poder de mando en beneficio de la seguridad de los trabajadores, lo que se desprende del propio testimonio de las testigos presentadas por la demandada, quienes son contestes en cuanto a que el actor ya había sido reprendido por no usar los elementos de seguridad, sin que, no obstante conste ninguna amonestación por escrito, ni la adopción de ninguna otra medida a fin de evitar hacer cesar este riesgo, riesgo que no es posible imputar al trabajador como lo pretende la parte, puesto que el actor únicamente cumplía con una labor, que, según ya se ha dicho, formaba parte de sus obligaciones habituales, y siendo la propia demandada quien señala que era el actor quien pedía realizar trabajos en jornada extraordinaria, puesto que necesitaba tal ingreso adicional, es presumible y del toldo lógico y razonable, que quisiere ir más allá de lo expresamente ordenado o de lo esperado de él a fin de agradar a su empleador, y asegurar con ello su fuente de ingresos. Que por lo expuesto, esta sentenciadora estima que la demandada sí incumplió el deber de seguridad mediante las siguientes acciones u omisiones. a) No fiscalizar o supervisar el uso de los implementos de seguridad personal, ya que consta que el actor no los usaba ni el día del accidente, ni habitualmente, contando el empleador con plenas facultades para evitar que ello ocurriese, como en efecto se reconoce en el informe del Comité Paritario sobre el accidente, al proponer como una medida correctiva el supervisar y exigir uso de equipos de seguridad ; b) No usar su poder de mando y dirección, en sentido de disponer claramente cuáles eran las medidas de seguridad que debían ser adoptadas por los trabajadores e imponer su respeto, en tal sentido no consta que el actor se le hubiese informado por escrito algún procedimiento de medida de seguridad respecto de sus funciones en particular o que se le explicase por qué no debía subirse al techo o realizar labores en altura sólo y sin emplear las medidas de seguridad, más allá de las normas generales previstas en el Reglamento Interno de Orden, Higiene y Seguridad, lo que también es reconocido en el citado informe, que propone igualmente como medida correctiva que los trabajadores deben acatar instrucciones dadas ; c) El empleador tampoco acreditó haber capacitado al actor en cuanto a las medidas de seguridad o informarlo sobre los riesgos de su trabajo, como lo exige el artículo 21 del Reglamento sobre Prevención de Riesgos Profesionales, D.S. N° 40 de 1969, en efecto, como se indicaba en la letra anterior, malamente podría el actor cumplir con aquellas instrucciones tan livianamente dadas por su empleador, sino se le había capacitado o informado sobre los riesgos existentes, punto también propuesto en el informe como medida correctiva, al señalar como una de ellas que se deberán realizar acciones de capacitación sobre seguridad laboral ; y en relación a este mismo punto, se propone además realizar más reuniones del comité paritario, puesto que respecto de dicho Comité, desde su creación en mayo de 2010, cuando el actor ya llevaba cinco años en la empresa, y hasta la época del accidente, sólo se acreditó que se reuniera una vez, a efectos de elegir su directiva, sin que se haya acreditado ninguna acción concreta realizada por este a fin de mejorar las medidas de seguridad en la empresa, pareciendo tal Comité en una figura más bien decorativa que realmente operativa.

160

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

es la del artículo 160 N° 5 del Código del ramo, contando además a este efecto, el empleador, con la herramienta prevista en el artículo 67 de la ley Nº 16.744, que establece que el Reglamento Interno de Orden y Seguridad de la empresa deberán consultar la aplicación de multas a los trabajadores que no usen los elementos de seguridad entregados o que no cumplan las instrucciones o reglamentaciones sobre higiene y seguridad. NOVENO: Que atendido lo previamente razonado, no es aceptable, por no ajustarse a la conducta proactiva que el artículo 184 del Código del Trabajo le impone al empleador, en cuanto garante de la vida y seguridad del trabajador, durante el espacio de tiempo en que este se pone bajo su subordinación, dependencia, y por tanto, también bajo su cuidado, que el empleador renuncie a ejercer su rol de mando, empleador, en este caso representado por la figura de la subdirectora, figura máxima de autoridad presente ese día en el establecimiento, y que al contrario, al ver a un trabajador desempeñando una actividad evidentemente riesgosa, simplemente le pida por favor que cese en ella, sin usar los mecanismos coactivos con que cuenta, sin dar al efecto ninguna orden perentoria, ni emplear o hacer presente al trabajador la posibilidad de utilizar otras medidas tales como la amonestación, multa o despido; más aún, consta de las declaraciones de la propia demandada, que este es un empleador que hacía tiempo ya, había renunciado a ejercer su poder de mando en beneficio de la seguridad de los trabajadores, lo que se desprende del propio testimonio de las testigos presentadas por la demandada, quienes son contestes en cuanto a que el actor ya había sido reprendido por no usar los elementos de seguridad, sin que, no obstante conste ninguna amonestación por escrito, ni la adopción de ninguna otra medida a fin de evitar hacer cesar este riesgo, riesgo que no es posible imputar al trabajador como lo pretende la parte, puesto que el actor únicamente cumplía con una labor, que, según ya se ha dicho, formaba parte de sus obligaciones habituales, y siendo la propia demandada quien señala que era el actor quien pedía realizar trabajos en jornada extraordinaria, puesto que necesitaba tal ingreso adicional, es presumible y del toldo lógico y razonable, que quisiere ir más allá de lo expresamente ordenado o de lo esperado de él a fin de agradar a su empleador, y asegurar con ello su fuente de ingresos. Que por lo expuesto, esta sentenciadora estima que la demandada sí incumplió el deber de seguridad mediante las siguientes acciones u omisiones. a) No fiscalizar o supervisar el uso de los implementos de seguridad personal, ya que consta que el actor no los usaba ni el día del accidente, ni habitualmente, contando el empleador con plenas facultades para evitar que ello ocurriese, como en efecto se reconoce en el informe del Comité Paritario sobre el accidente, al proponer como una medida correctiva el supervisar y exigir uso de equipos de seguridad ; b) No usar su poder de mando y dirección, en sentido de disponer claramente cuáles eran las medidas de seguridad que debían ser adoptadas por los trabajadores e imponer su respeto, en tal sentido no consta que el actor se le hubiese informado por escrito algún procedimiento de medida de seguridad respecto de sus funciones en particular o que se le explicase por qué no debía subirse al techo o realizar labores en altura sólo y sin emplear las medidas de seguridad, más allá de las normas generales previstas en el Reglamento Interno de Orden, Higiene y Seguridad, lo que también es reconocido en el citado informe, que propone igualmente como medida correctiva que los trabajadores deben acatar instrucciones dadas ; c) El empleador tampoco acreditó haber capacitado al actor en cuanto a las medidas de seguridad o informarlo sobre los riesgos de su trabajo, como lo exige el artículo 21 del Reglamento sobre Prevención de Riesgos Profesionales, D.S. N° 40 de 1969, en efecto, como se indicaba en la letra anterior, malamente podría el actor cumplir con aquellas instrucciones tan livianamente dadas por su empleador, sino se le había capacitado o informado sobre los riesgos existentes, punto también propuesto en el informe como medida correctiva, al señalar como una de ellas que se deberán realizar acciones de capacitación sobre seguridad laboral ; y en relación a este mismo punto, se propone además realizar más reuniones del comité paritario, puesto que respecto de dicho Comité, desde su creación en mayo de 2010, cuando el actor ya llevaba cinco años en la empresa, y hasta la época del accidente, sólo se acreditó que se reuniera una vez, a efectos de elegir su directiva, sin que se haya acreditado ninguna acción concreta realizada por este a fin de mejorar las medidas de seguridad en la empresa, pareciendo tal Comité en una figura más bien decorativa que realmente operativa.

160

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

161

Que así las cosas, todos esos incumplimientos, sumados a la actitud proactiva del actor, que cumplió sus labores habituales con premura y aun a riesgo personal, más allá de lo expresamente ordenado, y a la indolencia de su empleador, quien al verlo realizar una actitud riesgosa consideró como suficiente medida de seguridad el pedirle por favor que cesara en ella, sin quedarse siquiera a esperar que ello se concretara, con el resultado ya conocido por las partes, consistente en la caída del actor, permiten tener como suficientemente acreditado aquel incumplimiento de normas legales y contractuales, en virtud del principio de integración, por parte del empleador, en particular aquella obligación prevista en el artículo 184 del Código Civil, que a la luz de las normas generales sobre responsabilidad contractual previstas en el ordenamiento civil, es fundamento del deber del empleador de indemnizar al trabajador los perjuicios sufridos a consecuencia de su negligencia, descartándose, como se adelantó previamente, el reducir dichas indemnización por estimar que el actor se impuso imprudentemente al riesgo, según los dispuesto en el artículo 2330 del Código Civil, puesto que dicha norma no es compatible con el régimen de subordinación y dependencia, no a lo menos, cuando el empleador conoce claramente las conductas riesgosas que realiza el trabajador y nada hace al respecto, omisión que en este contexto es equivalente a una autorización. DÉCIMO: Que a efectos de regular el monto de las indemnizaciones que serán otorgadas al trabajador, debe determinarse la entidad del daño por él sufrido, para cuyo efecto se han incorporado una serie de antecedentes médicos respecto del estado actual del actor y sus pronósticos, documentos todos emitidos por una institución prestadora de aquellas prestaciones o beneficios establecidos en la ley Nº 16.744, en particular la Mutual de Seguridad de la Cámara Chilena de la Construcción, institución cuyas opiniones, dado su prestigio en la materia e independencia de las partes, resultan altamente creíbles para el Tribunal, el que dará por ciertos cada uno de los diagnósticos que allí se contienen. De acuerdo a dichos antecedentes médicos, si bien aún no se dicta la resolución definitiva de incapacidad o invalidez en los términos de la ley Nº 16.744, lo cierto es que consta que el diagnóstico del actor incluye: Fractura de columna cervical; Lesión medular completa, nivel neurológico C4; Bacteremia por Estafilococo Epidermis; Bloque aurículo/ventricular primer grado más bloqueo completo rama izquierda; Subluxación hombro derecho; Úlcera sacra grado II; Síndrome de inmovilización; Accidente cerebrovascular antiguo; Artrosis de columna cervical; Artrosis de columna lumbar, habiendo ingresado al Hospital de la Mutual de Seguridad sin compromiso se conciencia y con tetraplejia, situaciones ambas que a la fecha se mantienen, encontrándose efectivamente el actor postrado, sin movilidad en casi todo su cuerpo, lo que importa que deba ser sometido a constantes intervenciones y procedimientos médicos, además de requerir asistencia de terceros para realizar las acciones y operaciones más básicas y elementales. Que como no se indicó no consta que esta situación vaya a ser necesariamente permanente, pero, lo cierto es que, a lo menos, dada la grave lesión cervical sufrida por el actor, resulta del todo improbable que pueda volver a caminar o tenerse en pie, como se reconoce por parte del equipo médico al evaluar su vivienda para recibirlo como paciente semipostrado o al menos en uso de silla de ruedas; habiendo declarado además extensamente los testigos presentados por la parte demandante, en particular la cónyuge y la vecina del actor, acerca del modo en que todo esto ha afectado su ánimo e incluso sus ganas de vivir. DECIMOPRIMERO: Que en relación a este daño previamente establecido, el Tribunal rechazará la indemnización solicitada por concepto de lucro cesante, por cuanto si bien existe un daño cierto, no es igualmente cierto que el actor fuese necesariamente a recibir hasta cumplir los 65 años de edad, edad legal para jubilar, la misma remuneración que percibía a la fecha del accidente, sin experimentar períodos de cesantías o reducciones de remuneración; y porque además el daño antes referido, ha sido causa y antecedente ya, para el otorgamiento de las prestaciones pecuniarias previstas en la ley Nº 16.744, prestaciones que, en efecto, y tal como lo señala la demandada, tienen por finalidad reemplazar aquel ingreso que el trabajador deja de percibir al ver suspendida, disminuida o terminada definitivamente su capacidad de trabajo, y que en cada caso se traducen en el pago de subsidios, indemnizaciones o pensiones. Por otra parte, en lo que respecta al daño moral, éste es uno que no ha sido indemnizado a través de las prestaciones de la ley Nº 16.744, por lo que constando la existencia de un daño de este tipo, se-

Que así las cosas, todos esos incumplimientos, sumados a la actitud proactiva del actor, que cumplió sus labores habituales con premura y aun a riesgo personal, más allá de lo expresamente ordenado, y a la indolencia de su empleador, quien al verlo realizar una actitud riesgosa consideró como suficiente medida de seguridad el pedirle por favor que cesara en ella, sin quedarse siquiera a esperar que ello se concretara, con el resultado ya conocido por las partes, consistente en la caída del actor, permiten tener como suficientemente acreditado aquel incumplimiento de normas legales y contractuales, en virtud del principio de integración, por parte del empleador, en particular aquella obligación prevista en el artículo 184 del Código Civil, que a la luz de las normas generales sobre responsabilidad contractual previstas en el ordenamiento civil, es fundamento del deber del empleador de indemnizar al trabajador los perjuicios sufridos a consecuencia de su negligencia, descartándose, como se adelantó previamente, el reducir dichas indemnización por estimar que el actor se impuso imprudentemente al riesgo, según los dispuesto en el artículo 2330 del Código Civil, puesto que dicha norma no es compatible con el régimen de subordinación y dependencia, no a lo menos, cuando el empleador conoce claramente las conductas riesgosas que realiza el trabajador y nada hace al respecto, omisión que en este contexto es equivalente a una autorización. DÉCIMO: Que a efectos de regular el monto de las indemnizaciones que serán otorgadas al trabajador, debe determinarse la entidad del daño por él sufrido, para cuyo efecto se han incorporado una serie de antecedentes médicos respecto del estado actual del actor y sus pronósticos, documentos todos emitidos por una institución prestadora de aquellas prestaciones o beneficios establecidos en la ley Nº 16.744, en particular la Mutual de Seguridad de la Cámara Chilena de la Construcción, institución cuyas opiniones, dado su prestigio en la materia e independencia de las partes, resultan altamente creíbles para el Tribunal, el que dará por ciertos cada uno de los diagnósticos que allí se contienen. De acuerdo a dichos antecedentes médicos, si bien aún no se dicta la resolución definitiva de incapacidad o invalidez en los términos de la ley Nº 16.744, lo cierto es que consta que el diagnóstico del actor incluye: Fractura de columna cervical; Lesión medular completa, nivel neurológico C4; Bacteremia por Estafilococo Epidermis; Bloque aurículo/ventricular primer grado más bloqueo completo rama izquierda; Subluxación hombro derecho; Úlcera sacra grado II; Síndrome de inmovilización; Accidente cerebrovascular antiguo; Artrosis de columna cervical; Artrosis de columna lumbar, habiendo ingresado al Hospital de la Mutual de Seguridad sin compromiso se conciencia y con tetraplejia, situaciones ambas que a la fecha se mantienen, encontrándose efectivamente el actor postrado, sin movilidad en casi todo su cuerpo, lo que importa que deba ser sometido a constantes intervenciones y procedimientos médicos, además de requerir asistencia de terceros para realizar las acciones y operaciones más básicas y elementales. Que como no se indicó no consta que esta situación vaya a ser necesariamente permanente, pero, lo cierto es que, a lo menos, dada la grave lesión cervical sufrida por el actor, resulta del todo improbable que pueda volver a caminar o tenerse en pie, como se reconoce por parte del equipo médico al evaluar su vivienda para recibirlo como paciente semipostrado o al menos en uso de silla de ruedas; habiendo declarado además extensamente los testigos presentados por la parte demandante, en particular la cónyuge y la vecina del actor, acerca del modo en que todo esto ha afectado su ánimo e incluso sus ganas de vivir. DECIMOPRIMERO: Que en relación a este daño previamente establecido, el Tribunal rechazará la indemnización solicitada por concepto de lucro cesante, por cuanto si bien existe un daño cierto, no es igualmente cierto que el actor fuese necesariamente a recibir hasta cumplir los 65 años de edad, edad legal para jubilar, la misma remuneración que percibía a la fecha del accidente, sin experimentar períodos de cesantías o reducciones de remuneración; y porque además el daño antes referido, ha sido causa y antecedente ya, para el otorgamiento de las prestaciones pecuniarias previstas en la ley Nº 16.744, prestaciones que, en efecto, y tal como lo señala la demandada, tienen por finalidad reemplazar aquel ingreso que el trabajador deja de percibir al ver suspendida, disminuida o terminada definitivamente su capacidad de trabajo, y que en cada caso se traducen en el pago de subsidios, indemnizaciones o pensiones. Por otra parte, en lo que respecta al daño moral, éste es uno que no ha sido indemnizado a través de las prestaciones de la ley Nº 16.744, por lo que constando la existencia de un daño de este tipo, seACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

161

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Santiago, veintitrés de diciembre de dos mil once. VISTOS: Se sustanció esta causa RIT O-3833-2010, del Segundo Juzgado de Letras del Trabajo de esta ciudad, denominada “Hermosilla con Escuela Particular Nuestra Señora de Guadalupe”. La causa corresponde a una sobre declaración y cobro de indemnizaciones derivadas de un accidente del trabajo. El proceso se siguió de acuerdo con las reglas del procedimiento de aplicación general. En lo que es pertinente para estos fines, en la sentencia definitiva se acogió parcialmente la demanda, condenándose a la demandada al pago de una indemnización, por concepto de daño moral, ascendente a $ 250.000.000, más reajustes e intereses. La demandada dedujo recurso de nulidad contra esa sentencia, esgrimiendo cuatro causales, las que son planteadas subsidiariamente. Solicitó la invalidación del fallo recurrido y, en su caso, que se anule lo actuado, reponiendo la causa al estado de celebrarse nuevamente la audiencia de juicio o que se dicte una sentencia de reemplazo, en la que se rechace la demanda o se reduzca la indemnización. CONSIDERANDO: I. Causal del artículo 477 del Código del Trabajo. PRIMERO: Se aduce a ese efecto que durante la tramitación del procedimiento se habría infringido sustancialmente las garantías constitucionales de la igualdad ante la ley y de igual protección de la ley en el ejercicio de los derechos, consagradas en los numerales 2 y 3 del artículo 19 de la Carta Fundamen-

162

II. SENTENCIA DE NULIDAD

gún lo expuesto en el considerando precedente, y constando además la existencia del incumplimiento del empleador que fundamenta su deber de indemnizar, se hará lugar a otorgar esta prestación, la que atendida la entidad del daño, que se traduce en un evidente dolor físico del actor, al ser sometido a una serie de tratamientos médicos, pero, especialmente en el dolor emocional que significa ya no poder ser dueño de su cuerpo, encontrarse postrado, no poder realizar por sí mismo aquellas acciones más habituales y ordinarias de la vida, no poder atender a sus obligaciones de familia, y no sólo eso, sino que además transformase en una carga para ésta, a una edad en que aún estaba en condiciones de llevar una vida activa, teniendo una familia conformado por su cónyuge y sus tres hijos, con la que ya no podrá realizar ninguna de las actividades que antes del accidente desarrollaba, alterándose con ello no sólo la vida del trabajador, sino que también la de su familia, es que se regula prudencialmente el monto de esta indemnización en la suma de $ 250.000.000, suma que si bien es del todo insuficiente en orden a devolver al actor al estado de salud, físico y mental, previo al accidente, sí puede contribuir en parte a que éste pueda sobrellevar de mejor modo su actual condición. Y VISTOS también lo dispuesto por los artículos 1º, 7º, 184, 420, 425 y siguientes, 439 y siguientes, 446 y siguientes, 456 y 459 del Código del Trabajo, y 5º y 69 de la ley Nº 16.744, SE DECLARA: I. Que SE HACE LUGAR a la demanda de indemnización de perjuicios por accidente del trabajo, interpuesta por don Joaquín Marcelo Silva Grille, abogado, en nombre y representación de don Francisco Antonio Hermosilla Román, en contra de la Escuela Particular N° 315 Nuestra Señora de Guadalupe, representada por doña Viola Inés Werner Álvarez, todos ya individualizados, SÓLO EN CUANTO, se condena a la demanda a pagar al trabajador una indemnización de perjuicios, únicamente, por concepto daño moral, equivalente a $ 250.000.0000 (doscientos cincuenta millones de pesos). II. Que la prestación ordenada pagar devengará intereses y reajustes de acuerdo a lo dispuesto en el artículo 63 del Código del Trabajo. III. Que no habiendo sido totalmente vencida y habiendo tenido motivo plausible para litigar, se exime a la demandada del pago de las costas del proceso. Anótese, regístrese y notifíquese. Archívese en su oportunidad. RIT O 3833 2010. Pronunciada por doña Patricia Fuenzalida Martínez, Juez titular del Segundo Juzgado de Letras del Trabajo de Santiago.

gún lo expuesto en el considerando precedente, y constando además la existencia del incumplimiento del empleador que fundamenta su deber de indemnizar, se hará lugar a otorgar esta prestación, la que atendida la entidad del daño, que se traduce en un evidente dolor físico del actor, al ser sometido a una serie de tratamientos médicos, pero, especialmente en el dolor emocional que significa ya no poder ser dueño de su cuerpo, encontrarse postrado, no poder realizar por sí mismo aquellas acciones más habituales y ordinarias de la vida, no poder atender a sus obligaciones de familia, y no sólo eso, sino que además transformase en una carga para ésta, a una edad en que aún estaba en condiciones de llevar una vida activa, teniendo una familia conformado por su cónyuge y sus tres hijos, con la que ya no podrá realizar ninguna de las actividades que antes del accidente desarrollaba, alterándose con ello no sólo la vida del trabajador, sino que también la de su familia, es que se regula prudencialmente el monto de esta indemnización en la suma de $ 250.000.000, suma que si bien es del todo insuficiente en orden a devolver al actor al estado de salud, físico y mental, previo al accidente, sí puede contribuir en parte a que éste pueda sobrellevar de mejor modo su actual condición. Y VISTOS también lo dispuesto por los artículos 1º, 7º, 184, 420, 425 y siguientes, 439 y siguientes, 446 y siguientes, 456 y 459 del Código del Trabajo, y 5º y 69 de la ley Nº 16.744, SE DECLARA: I. Que SE HACE LUGAR a la demanda de indemnización de perjuicios por accidente del trabajo, interpuesta por don Joaquín Marcelo Silva Grille, abogado, en nombre y representación de don Francisco Antonio Hermosilla Román, en contra de la Escuela Particular N° 315 Nuestra Señora de Guadalupe, representada por doña Viola Inés Werner Álvarez, todos ya individualizados, SÓLO EN CUANTO, se condena a la demanda a pagar al trabajador una indemnización de perjuicios, únicamente, por concepto daño moral, equivalente a $ 250.000.0000 (doscientos cincuenta millones de pesos). II. Que la prestación ordenada pagar devengará intereses y reajustes de acuerdo a lo dispuesto en el artículo 63 del Código del Trabajo. III. Que no habiendo sido totalmente vencida y habiendo tenido motivo plausible para litigar, se exime a la demandada del pago de las costas del proceso. Anótese, regístrese y notifíquese. Archívese en su oportunidad. RIT O 3833 2010. Pronunciada por doña Patricia Fuenzalida Martínez, Juez titular del Segundo Juzgado de Letras del Trabajo de Santiago.

II. SENTENCIA DE NULIDAD

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Santiago, veintitrés de diciembre de dos mil once. VISTOS: Se sustanció esta causa RIT O-3833-2010, del Segundo Juzgado de Letras del Trabajo de esta ciudad, denominada “Hermosilla con Escuela Particular Nuestra Señora de Guadalupe”. La causa corresponde a una sobre declaración y cobro de indemnizaciones derivadas de un accidente del trabajo. El proceso se siguió de acuerdo con las reglas del procedimiento de aplicación general. En lo que es pertinente para estos fines, en la sentencia definitiva se acogió parcialmente la demanda, condenándose a la demandada al pago de una indemnización, por concepto de daño moral, ascendente a $ 250.000.000, más reajustes e intereses. La demandada dedujo recurso de nulidad contra esa sentencia, esgrimiendo cuatro causales, las que son planteadas subsidiariamente. Solicitó la invalidación del fallo recurrido y, en su caso, que se anule lo actuado, reponiendo la causa al estado de celebrarse nuevamente la audiencia de juicio o que se dicte una sentencia de reemplazo, en la que se rechace la demanda o se reduzca la indemnización. CONSIDERANDO: I. Causal del artículo 477 del Código del Trabajo. PRIMERO: Se aduce a ese efecto que durante la tramitación del procedimiento se habría infringido sustancialmente las garantías constitucionales de la igualdad ante la ley y de igual protección de la ley en el ejercicio de los derechos, consagradas en los numerales 2 y 3 del artículo 19 de la Carta Fundamen-

162

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

163

tal. Respecto del fundamento fáctico, se señala que en la audiencia de juicio la juez admitió la producción de un medio probatorio no ofrecido en su oportunidad, constituido por una “evaluación de terapia ocupacional”, en la que se concluiría que la vivienda del actor no es apta para su actual condición y requerimientos. Explica que no existe norma legal que autorice esa forma de incorporación de prueba documental en la audiencia de juicio. Lejos de ello, la única oportunidad para hacerlo es la audiencia preparatoria y, excepcionalmente, en la demanda. Remarca que con ello se vulnera texto legal expreso y que se afectan las garantías invocadas. Primero, porque la situación denunciada evidencia una indebida ventaja procesal para su contraparte y, enseguida, porque el proceso no ha sido legalmente tramitado. Respecto de la influencia de tales vulneraciones, asevera que ese medio probatorio contribuye a fijar la cuantía del daño moral. Es más, afirma que ese instrumento fue “gravitante” en la decisión; SEGUNDO: Por expresa precisión legal la configuración de esta causal precisa que la vulneración del derecho o de la garantía constitucional sea de carácter “sustancial”. Desde un punto de vista gramatical, dicha expresión alude a la parte más importante de algo. Tal acepción resulta coherente con el sentido final del motivo de invalidación. Si se atiende a los efectos que provoca la causal, nada menos que la invalidación de lo actuado y la reposición de la causa a un estado procesal determinado –que supone volver a hacer lo actuado, esta vez sin deficiencias– puede concluirse que para la anulación no basta cualquier imperfección en la tramitación del procedimiento. Es menester que se trate de un defecto de actividad que comprometa el derecho en su esencia o que comporte un impedimento para su ejercicio efectivo y es indispensable también que de ello se siga una decisión que, por viciada, no puede ser tenida por correcta. En lo que interesa destacar para estos fines, resulta entonces necesario que exista algún nexo, cercano, entre la deficiencia denunciada y la decisión que se supone afectada por ese vicio. El mismo recurrente parece entenderlo así, desde que asegura que el medio probatorio cuestionado contribuyó a fijar la cuantía del daño moral, aventurando enseguida que fue “gravitante” en esa resolución. Ahora bien, una definición de esa índole no puede ser el resultado de un ejercicio especulativo ni de mera suposición, sino que ha de ser el producto del análisis de la sentencia. Es de rigor que ello fluya de las reflexiones y de las conclusiones contenidas en el fallo; TERCERO: De acuerdo con la propia exposición del recurrente, el documento cuestionado está constituido por una “evaluación de terapia ocupacional”, conforme al cual la vivienda del actor no sería apta para su actual condición física y requerimientos, es decir, apunta a una cuestión de índole material y exclusivamente económica. Los extremos relativos a la determinación del daño y de su cuantía son analizados en las reflexiones décima y undécima del fallo que se revisa. Cabe destacar, en primer término, que en dichas motivaciones ni siquiera es mencionado el instrumento de que se trata; y, enseguida, que de su estudio dimana que la indemnización concedida corresponde al daño moral, el que se hace consistir en el dolor o sufrimiento padecido por la víctima (“pretium doloris”) y en la pérdida de su calidad de vida (“perjuicio de agrado”). Al ser así, no se logra advertir la debida conexión entre el contenido probatorio del documento aludido y la clase de daño que la juez tomó en cuenta para indemnizar al actor ni el vínculo que existiría entre ese instrumento y el monto asignado a tal resarcimiento. Distinto habría sido, por ejemplo, que se hubiera otorgado alguna indemnización a título de daño emergente o, eventualmente, por concepto de lucro cesante, pero ese no es el caso. En suma, no puede estimarse que la prueba cuestionada haya tenido alguna incidencia en la decisión o que la hubiera determinado de alguna forma. Por ende, no puede asumirse que su exclusión sería capaz de variar el resultado. Debe entonces desecharse esta causal; II. Causal del artículo 478, letra b) del Código del Trabajo. CUARTO: En subsidio de la causal anteriormente examinada, la recurrente postula que en la sentencia recurrida se habrían vulnerado las reglas de la sana crítica, al imputarse responsabilidad a su representada en el accidente sufrido por el actor, señalando que esa es una conclusión errónea ya que dicho accidente obedecería a la negligencia “inexcusable” del demandante. En cuanto a las reglas específicas que se habría infringido en este caso, menciona las que se pasa a reseñar a continuación: a) Infracción de la regla de técnica jurídica de la imparcialidad de juicio o de la carga de la argumentación y de la regla lógica de argumentación sobre la base de un falso antecedente. Destaca que en el considerando octavo de la sentencia impugnada se asevera que tanto los testigos del demandante como los de la demandada aseguran haber visto al actor tensando o reparando una malla antes del

tal. Respecto del fundamento fáctico, se señala que en la audiencia de juicio la juez admitió la producción de un medio probatorio no ofrecido en su oportunidad, constituido por una “evaluación de terapia ocupacional”, en la que se concluiría que la vivienda del actor no es apta para su actual condición y requerimientos. Explica que no existe norma legal que autorice esa forma de incorporación de prueba documental en la audiencia de juicio. Lejos de ello, la única oportunidad para hacerlo es la audiencia preparatoria y, excepcionalmente, en la demanda. Remarca que con ello se vulnera texto legal expreso y que se afectan las garantías invocadas. Primero, porque la situación denunciada evidencia una indebida ventaja procesal para su contraparte y, enseguida, porque el proceso no ha sido legalmente tramitado. Respecto de la influencia de tales vulneraciones, asevera que ese medio probatorio contribuye a fijar la cuantía del daño moral. Es más, afirma que ese instrumento fue “gravitante” en la decisión; SEGUNDO: Por expresa precisión legal la configuración de esta causal precisa que la vulneración del derecho o de la garantía constitucional sea de carácter “sustancial”. Desde un punto de vista gramatical, dicha expresión alude a la parte más importante de algo. Tal acepción resulta coherente con el sentido final del motivo de invalidación. Si se atiende a los efectos que provoca la causal, nada menos que la invalidación de lo actuado y la reposición de la causa a un estado procesal determinado –que supone volver a hacer lo actuado, esta vez sin deficiencias– puede concluirse que para la anulación no basta cualquier imperfección en la tramitación del procedimiento. Es menester que se trate de un defecto de actividad que comprometa el derecho en su esencia o que comporte un impedimento para su ejercicio efectivo y es indispensable también que de ello se siga una decisión que, por viciada, no puede ser tenida por correcta. En lo que interesa destacar para estos fines, resulta entonces necesario que exista algún nexo, cercano, entre la deficiencia denunciada y la decisión que se supone afectada por ese vicio. El mismo recurrente parece entenderlo así, desde que asegura que el medio probatorio cuestionado contribuyó a fijar la cuantía del daño moral, aventurando enseguida que fue “gravitante” en esa resolución. Ahora bien, una definición de esa índole no puede ser el resultado de un ejercicio especulativo ni de mera suposición, sino que ha de ser el producto del análisis de la sentencia. Es de rigor que ello fluya de las reflexiones y de las conclusiones contenidas en el fallo; TERCERO: De acuerdo con la propia exposición del recurrente, el documento cuestionado está constituido por una “evaluación de terapia ocupacional”, conforme al cual la vivienda del actor no sería apta para su actual condición física y requerimientos, es decir, apunta a una cuestión de índole material y exclusivamente económica. Los extremos relativos a la determinación del daño y de su cuantía son analizados en las reflexiones décima y undécima del fallo que se revisa. Cabe destacar, en primer término, que en dichas motivaciones ni siquiera es mencionado el instrumento de que se trata; y, enseguida, que de su estudio dimana que la indemnización concedida corresponde al daño moral, el que se hace consistir en el dolor o sufrimiento padecido por la víctima (“pretium doloris”) y en la pérdida de su calidad de vida (“perjuicio de agrado”). Al ser así, no se logra advertir la debida conexión entre el contenido probatorio del documento aludido y la clase de daño que la juez tomó en cuenta para indemnizar al actor ni el vínculo que existiría entre ese instrumento y el monto asignado a tal resarcimiento. Distinto habría sido, por ejemplo, que se hubiera otorgado alguna indemnización a título de daño emergente o, eventualmente, por concepto de lucro cesante, pero ese no es el caso. En suma, no puede estimarse que la prueba cuestionada haya tenido alguna incidencia en la decisión o que la hubiera determinado de alguna forma. Por ende, no puede asumirse que su exclusión sería capaz de variar el resultado. Debe entonces desecharse esta causal; II. Causal del artículo 478, letra b) del Código del Trabajo. CUARTO: En subsidio de la causal anteriormente examinada, la recurrente postula que en la sentencia recurrida se habrían vulnerado las reglas de la sana crítica, al imputarse responsabilidad a su representada en el accidente sufrido por el actor, señalando que esa es una conclusión errónea ya que dicho accidente obedecería a la negligencia “inexcusable” del demandante. En cuanto a las reglas específicas que se habría infringido en este caso, menciona las que se pasa a reseñar a continuación: a) Infracción de la regla de técnica jurídica de la imparcialidad de juicio o de la carga de la argumentación y de la regla lógica de argumentación sobre la base de un falso antecedente. Destaca que en el considerando octavo de la sentencia impugnada se asevera que tanto los testigos del demandante como los de la demandada aseguran haber visto al actor tensando o reparando una malla antes del ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

163

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

accidente y que era ese trabajador quien las ponía y sacaba. Al entender del recurrente el falso antecedente estaría constituido por el hecho que los testigos de su parte declararon algo muy distinto de lo que se expresa en el fallo, refiriendo enseguida cuáles serían sus dichos. Insiste en que el fallo sólo menciona parcial y sesgadamente las declaraciones de sus testigos, omitiendo importantes antecedentes que constan en el registro de audio. De otro lado, entiende contrariada la regla de la experiencia de imparcialidad del juicio y el principio lógico de identidad. Esa primera regla se vulnera porque el fallo desacredita los testimonios aportados por su parte, “sin mayores argumentos”. Hace notar que en esa sentencia se duda de la credibilidad de sus testigos, por los cargos que ocupan en el colegio demandado, lo que en materias laborales nunca ha sido razón suficiente para desacreditar los testimonios. Tampoco se justifica en ese fallo por qué se prefiere los testimonios proporcionados por el actor, en lugar de los que aportara la demandada, de modo que esa decisión deviene arbitraria e inmotivada. De modo diferente, considera que son los testigos del demandante los que carecen de verosimilitud e imparcialidad, para lo cual bastaría con escuchar los registros de audio; b) Vulneración del principio de identidad, razonamiento a partir de falsos antecedentes e infracción sobre la regla de experiencia que indica que las personas usan un lenguaje según su nivel de educación, sus valores y grupo cultural de pertenencia. Enfatiza la recurrente que en el mismo considerando octavo, para reafirmar su hipótesis sobre la forma y circunstancias de ocurrencia del accidente, se afirma que la empleadora sabía que el actor estaba arriba del techo arreglando la malla, porque la subdirectora habría declarado que lo encontró en esa posición y que le pidió “por favor” que se bajara. Nuevamente insiste en que ello no correspondería exactamente a lo declarado por la persona aludida, de lo que se sigue que el razonamiento parte de un falso antecedente, vulnerando también el principio de identidad. Enseguida, aduce que cuando la testigo pidió al actor que “por favor” se bajara, en realidad impartió una orden perentoria, pues esa es su forma de expresarse, en su condición de monja mercedaria; c) Vulneración del principio de la razón suficiente, razonamientos desde falsos antecedentes e infracción sobre la regla de experiencia que indica que las personas usan un lenguaje según su nivel de educación, sus valores y grupo cultural de pertenencia y vulneración de las reglas de inducción. Del mismo considerando octavo pone de relieve que, contrariamente lo que en él se sugiere, el accidente no se habría evitado si se hubiera hecho uso de medios coercitivos o compulsivos respecto del trabajador. Tales medidas son preventivas, de manera que no operan cuando el riesgo ya está creado. La única causa del accidente es el hecho propio del actor, en orden a subirse al techo del inmueble, contra expresas instrucciones y prevenciones del empleador; d) Infracción del principio de la no contradicción, del principio de la razón suficiente, sobre la regla de experiencia que indica que las personas usan un lenguaje según su nivel de educación, sus valores y grupo cultural de pertenencia, de la regla de experiencia de la imparcialidad de juicio, el error lógico de argumentación desde un falso antecedente y error en las reglas de inducción. Repite que había expresas instrucciones al trabajador de no subirse al techo y que fue conminado a no hacerlo por la subdirectora del colegio cuando ésta se dio cuenta que el trabajador lo había hecho. Se infringe el principio de la no contradicción porque el aserto de que la empleadora habría renunciado a ejercer su poder de mando no concilia con otro que se vierte en el mismo fallo en cuanto a que el trabajador ya había sido reprendido antes por no usar elementos de seguridad. Reitera igualmente que la circunstancia de mediar o no mediar amenazas de sanciones no anula el hecho causal del accidente, esto es, que el demandante esté encaramado en el techo. Las medidas a que se alude son sólo preventivas y no pueden ser eficaces ante un riesgo ya creado. Finalmente, ve un error de inducción cuando en la sentencia se expresa que del hecho que el trabajador acostumbraba a interesarse por realizar labores en horas extras puede deducirse que quisiera ir más allá de lo expresamente ordenado, para agradar a su empleador, porque de ese hecho no se infiere necesariamente el concluido; e) Infracción del principio de la razón suficiente, de la regla de experiencia de los peligros de trabajos en altura y autocuidado, del principio de identidad, de la argumentación desde un falso antecedente y error en las reglas de inducción. Tras reproducir el fundamento noveno de la sentencia recurrida, se sostiene en el recurso que las conclusiones probatorias de ese fallo no tienen sustento en la sana crítica. Se dice que su parte omitió fiscalizar el uso de elementos de seguridad, pero estaría probado que la empleadora proporcionó al trabajador tales implementos, que controlaba su uso y que el día del accidente

164

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

accidente y que era ese trabajador quien las ponía y sacaba. Al entender del recurrente el falso antecedente estaría constituido por el hecho que los testigos de su parte declararon algo muy distinto de lo que se expresa en el fallo, refiriendo enseguida cuáles serían sus dichos. Insiste en que el fallo sólo menciona parcial y sesgadamente las declaraciones de sus testigos, omitiendo importantes antecedentes que constan en el registro de audio. De otro lado, entiende contrariada la regla de la experiencia de imparcialidad del juicio y el principio lógico de identidad. Esa primera regla se vulnera porque el fallo desacredita los testimonios aportados por su parte, “sin mayores argumentos”. Hace notar que en esa sentencia se duda de la credibilidad de sus testigos, por los cargos que ocupan en el colegio demandado, lo que en materias laborales nunca ha sido razón suficiente para desacreditar los testimonios. Tampoco se justifica en ese fallo por qué se prefiere los testimonios proporcionados por el actor, en lugar de los que aportara la demandada, de modo que esa decisión deviene arbitraria e inmotivada. De modo diferente, considera que son los testigos del demandante los que carecen de verosimilitud e imparcialidad, para lo cual bastaría con escuchar los registros de audio; b) Vulneración del principio de identidad, razonamiento a partir de falsos antecedentes e infracción sobre la regla de experiencia que indica que las personas usan un lenguaje según su nivel de educación, sus valores y grupo cultural de pertenencia. Enfatiza la recurrente que en el mismo considerando octavo, para reafirmar su hipótesis sobre la forma y circunstancias de ocurrencia del accidente, se afirma que la empleadora sabía que el actor estaba arriba del techo arreglando la malla, porque la subdirectora habría declarado que lo encontró en esa posición y que le pidió “por favor” que se bajara. Nuevamente insiste en que ello no correspondería exactamente a lo declarado por la persona aludida, de lo que se sigue que el razonamiento parte de un falso antecedente, vulnerando también el principio de identidad. Enseguida, aduce que cuando la testigo pidió al actor que “por favor” se bajara, en realidad impartió una orden perentoria, pues esa es su forma de expresarse, en su condición de monja mercedaria; c) Vulneración del principio de la razón suficiente, razonamientos desde falsos antecedentes e infracción sobre la regla de experiencia que indica que las personas usan un lenguaje según su nivel de educación, sus valores y grupo cultural de pertenencia y vulneración de las reglas de inducción. Del mismo considerando octavo pone de relieve que, contrariamente lo que en él se sugiere, el accidente no se habría evitado si se hubiera hecho uso de medios coercitivos o compulsivos respecto del trabajador. Tales medidas son preventivas, de manera que no operan cuando el riesgo ya está creado. La única causa del accidente es el hecho propio del actor, en orden a subirse al techo del inmueble, contra expresas instrucciones y prevenciones del empleador; d) Infracción del principio de la no contradicción, del principio de la razón suficiente, sobre la regla de experiencia que indica que las personas usan un lenguaje según su nivel de educación, sus valores y grupo cultural de pertenencia, de la regla de experiencia de la imparcialidad de juicio, el error lógico de argumentación desde un falso antecedente y error en las reglas de inducción. Repite que había expresas instrucciones al trabajador de no subirse al techo y que fue conminado a no hacerlo por la subdirectora del colegio cuando ésta se dio cuenta que el trabajador lo había hecho. Se infringe el principio de la no contradicción porque el aserto de que la empleadora habría renunciado a ejercer su poder de mando no concilia con otro que se vierte en el mismo fallo en cuanto a que el trabajador ya había sido reprendido antes por no usar elementos de seguridad. Reitera igualmente que la circunstancia de mediar o no mediar amenazas de sanciones no anula el hecho causal del accidente, esto es, que el demandante esté encaramado en el techo. Las medidas a que se alude son sólo preventivas y no pueden ser eficaces ante un riesgo ya creado. Finalmente, ve un error de inducción cuando en la sentencia se expresa que del hecho que el trabajador acostumbraba a interesarse por realizar labores en horas extras puede deducirse que quisiera ir más allá de lo expresamente ordenado, para agradar a su empleador, porque de ese hecho no se infiere necesariamente el concluido; e) Infracción del principio de la razón suficiente, de la regla de experiencia de los peligros de trabajos en altura y autocuidado, del principio de identidad, de la argumentación desde un falso antecedente y error en las reglas de inducción. Tras reproducir el fundamento noveno de la sentencia recurrida, se sostiene en el recurso que las conclusiones probatorias de ese fallo no tienen sustento en la sana crítica. Se dice que su parte omitió fiscalizar el uso de elementos de seguridad, pero estaría probado que la empleadora proporcionó al trabajador tales implementos, que controlaba su uso y que el día del accidente

164

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

165

el actor tenía instrucciones precisas de realizar únicamente trabajos de arreglo de chapas. En ese contexto, la empleadora no tenía por qué fiscalizar, porque tampoco tenía cómo saber o suponer que el demandante desobedecería las órdenes y que se subiría al techo. De otro lado, es una regla de experiencia que es peligroso subirse a un techo o estar en alturas y que al hacerlo hay que ser en extremo precavido. Antes del suceso de que se trata el trabajador había efectuado labores similares y sin embargo no sufrió ningún accidente. Ello se explica porque estaba instruido y porque sus faenas eran fiscalizadas. Si en este caso hubo un desenlace distinto fue por negligencia inexcusable del propio trabajador y porque el actor se subió a escondidas, desobedeciendo órdenes expresas. A este respecto añade también que se vulnera la imparcialidad de juicio y la razón suficiente ya que la sentencia no toma en cuenta las conclusiones del Comité Paritario de Orden, Higiene y Seguridad. Reitera una vez más que al trabajador le fue impartida la orden de bajarse del techo, lo que no acató y que la circunstancia de que se le haya dicho que “por favor” lo hiciera, responde a la regla de experiencia varias veces mencionada. Repite también que el accidente no se habría producido por la falta de ejercicio de supuestos poderes coactivos de la empleadora, sino que por la negligencia inexcusable del trabajador. Finalmente, destaca la inconsistencia de que en el fallo se diga que no hubo capacitación al actor en materias de seguridad, en circunstancias que al mismo tiempo se reconoce que al trabajador le fue entregado un reglamento sobre la materia, que existía un Comité Paritario y que el propio demandante formaba parte de él; QUINTO: Por lo pronto, parece necesario señalar que la causal esgrimida supone que en el fallo existe infracción de las normas sobre apreciación de la prueba conforme a las reglas de la sana crítica y, además, que esa infracción tiene el carácter de “manifiesta”. Enseguida, como el propósito de este motivo de invalidación es propiciar la modificación de los hechos asentados en el fallo, desde que lo impugnado es la valoración probatoria efectuada en la sentencia, debiera entenderse que ello exige del recurrente el señalamiento de las reglas supuestamente vulneradas, el modo en que ellas habrían sido contrariadas, los medios probatorios comprendidos en ese error y, especialmente, la identificación de los hechos que cuestiona. No puede pretenderse que a través de esta causal el tribunal de nulidad lleve a cabo la revisión de cada uno de los hechos debatidos y de todos los medios producidos, como si se tratara de un reexamen del asunto, más propio de un recurso de apelación. No está demás precisarlo, el estudio del recurso de nulidad no significa la realización de un nuevo juicio; SEXTO: Es ineludible consignar también que la profusión de argumentaciones y el modo en que las mismas han sido planteadas en el recurso imponen desde ya un desafío no menor para su comprensión y hacen cuando menos dudoso que satisfaga las exigencias aludidas, particularmente en lo que se refiere a la singularización de los medios probatorios comprendidos en el supuesto error y a la identificación de los hechos específicos, fijados en el fallo, que pretende cuestionar. Con todo, lo que no debe perderse de vista es que, al entender del recurrente, el accidente laboral tendría por única causa la negligencia “inexcusable” del demandante, de manera que la equivocación cometida en la sentencia estaría en concluir que dicho suceso es responsabilidad de la empleadora. Para ese efecto plantea, como se dijo, múltiples proposiciones que –con las salvedades hechas– procurará abordarse en los motivos que siguen, siguiéndose el mismo orden de su postulación; SÉPTIMO: a) Infracción de la regla de técnica jurídica de la imparcialidad de juicio o de la carga de la argumentación y de la regla lógica de argumentación sobre la base de un falso antecedente; Bajo este capítulo se desarrollan tres ideas fundamentales: La primera, que en la sentencia se atribuirían a sus testigos declaraciones que no corresponderían a lo que ellos expresaron. Sobre esto debe señalarse que el cuestionamiento a que puede dar lugar la causal del artículo 478 letra b) del Código del Trabajo parte de la base que los medios de prueba son lo que son y que su contenido material es el que se expresa en la sentencia toda vez que la impugnación sólo puede estar referida a la aplicación de los criterios de validación de la valoración probatoria, esto es, a la pertinencia y corrección de la premisa mayor que sustenta el juicio fáctico, sea que se trate de la máxima de experiencia o del conocimiento científico, técnico o jurídico empleado para ese fin. Por lo tanto, escapan de su ámbito las cuestiones relativas a una falsa percepción del sentido o materialidad de los medios probatorios. Si ello fuera así –lo que debe demostrarse por el recurrente– significaría que no se han analizado los medios de prueba efectivamente producidos y que, por lo tanto, la sentencia adolecería de un defecto de forma, por omisión de los requisitos que la ley prevé para su elaboración,

el actor tenía instrucciones precisas de realizar únicamente trabajos de arreglo de chapas. En ese contexto, la empleadora no tenía por qué fiscalizar, porque tampoco tenía cómo saber o suponer que el demandante desobedecería las órdenes y que se subiría al techo. De otro lado, es una regla de experiencia que es peligroso subirse a un techo o estar en alturas y que al hacerlo hay que ser en extremo precavido. Antes del suceso de que se trata el trabajador había efectuado labores similares y sin embargo no sufrió ningún accidente. Ello se explica porque estaba instruido y porque sus faenas eran fiscalizadas. Si en este caso hubo un desenlace distinto fue por negligencia inexcusable del propio trabajador y porque el actor se subió a escondidas, desobedeciendo órdenes expresas. A este respecto añade también que se vulnera la imparcialidad de juicio y la razón suficiente ya que la sentencia no toma en cuenta las conclusiones del Comité Paritario de Orden, Higiene y Seguridad. Reitera una vez más que al trabajador le fue impartida la orden de bajarse del techo, lo que no acató y que la circunstancia de que se le haya dicho que “por favor” lo hiciera, responde a la regla de experiencia varias veces mencionada. Repite también que el accidente no se habría producido por la falta de ejercicio de supuestos poderes coactivos de la empleadora, sino que por la negligencia inexcusable del trabajador. Finalmente, destaca la inconsistencia de que en el fallo se diga que no hubo capacitación al actor en materias de seguridad, en circunstancias que al mismo tiempo se reconoce que al trabajador le fue entregado un reglamento sobre la materia, que existía un Comité Paritario y que el propio demandante formaba parte de él; QUINTO: Por lo pronto, parece necesario señalar que la causal esgrimida supone que en el fallo existe infracción de las normas sobre apreciación de la prueba conforme a las reglas de la sana crítica y, además, que esa infracción tiene el carácter de “manifiesta”. Enseguida, como el propósito de este motivo de invalidación es propiciar la modificación de los hechos asentados en el fallo, desde que lo impugnado es la valoración probatoria efectuada en la sentencia, debiera entenderse que ello exige del recurrente el señalamiento de las reglas supuestamente vulneradas, el modo en que ellas habrían sido contrariadas, los medios probatorios comprendidos en ese error y, especialmente, la identificación de los hechos que cuestiona. No puede pretenderse que a través de esta causal el tribunal de nulidad lleve a cabo la revisión de cada uno de los hechos debatidos y de todos los medios producidos, como si se tratara de un reexamen del asunto, más propio de un recurso de apelación. No está demás precisarlo, el estudio del recurso de nulidad no significa la realización de un nuevo juicio; SEXTO: Es ineludible consignar también que la profusión de argumentaciones y el modo en que las mismas han sido planteadas en el recurso imponen desde ya un desafío no menor para su comprensión y hacen cuando menos dudoso que satisfaga las exigencias aludidas, particularmente en lo que se refiere a la singularización de los medios probatorios comprendidos en el supuesto error y a la identificación de los hechos específicos, fijados en el fallo, que pretende cuestionar. Con todo, lo que no debe perderse de vista es que, al entender del recurrente, el accidente laboral tendría por única causa la negligencia “inexcusable” del demandante, de manera que la equivocación cometida en la sentencia estaría en concluir que dicho suceso es responsabilidad de la empleadora. Para ese efecto plantea, como se dijo, múltiples proposiciones que –con las salvedades hechas– procurará abordarse en los motivos que siguen, siguiéndose el mismo orden de su postulación; SÉPTIMO: a) Infracción de la regla de técnica jurídica de la imparcialidad de juicio o de la carga de la argumentación y de la regla lógica de argumentación sobre la base de un falso antecedente; Bajo este capítulo se desarrollan tres ideas fundamentales: La primera, que en la sentencia se atribuirían a sus testigos declaraciones que no corresponderían a lo que ellos expresaron. Sobre esto debe señalarse que el cuestionamiento a que puede dar lugar la causal del artículo 478 letra b) del Código del Trabajo parte de la base que los medios de prueba son lo que son y que su contenido material es el que se expresa en la sentencia toda vez que la impugnación sólo puede estar referida a la aplicación de los criterios de validación de la valoración probatoria, esto es, a la pertinencia y corrección de la premisa mayor que sustenta el juicio fáctico, sea que se trate de la máxima de experiencia o del conocimiento científico, técnico o jurídico empleado para ese fin. Por lo tanto, escapan de su ámbito las cuestiones relativas a una falsa percepción del sentido o materialidad de los medios probatorios. Si ello fuera así –lo que debe demostrarse por el recurrente– significaría que no se han analizado los medios de prueba efectivamente producidos y que, por lo tanto, la sentencia adolecería de un defecto de forma, por omisión de los requisitos que la ley prevé para su elaboración, ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

165

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

defecto que es jurídicamente anterior al acto de tachar el análisis probatorio. En suma, los hechos que se aducen no constituyen la causal que se esgrime sino que una diferente, que no se ha hecho valer. La segunda idea que se postula es que en ese mismo fallo no se justificaría por qué se otorga mayor credibilidad a los testimonios de los testigos de la demandante, en lugar de los suyos. Nuevamente se produce una impropiedad similar. Entregar las razones para una opción probatoria es una exigencia que atañe al modo que el juez debe observar para el pronunciamiento de su fallo. Si opta por unos testimonios en desmedro de otros, debe decir por qué lo hace (requisito del artículo 459 N° 4 del Código del Trabajo, en relación a lo que prevé su artículo 456 inciso segundo). Ese es un aspecto de forma. Ahora, si expresa una razón y la misma puede juzgarse como desacertada, entonces ya no es un tema de forma sino que concerniente a la sustancialidad del razonamiento que como tal –en principio– es susceptible de reprochar a través de la causal del artículo 478 letra b). Empero, lo que se reclama en este caso es la supuesta ausencia de motivos para justificar dicha decisión probatoria. La tercera idea consiste en poner en entredicho lo sostenido en el fallo en cuanto a que mermaría la credibilidad de los testimonios de los testigos de la demandada un “cierto interés en el resultado del juicio”, por su condición de directora, subdirectora, ex directora y asesora espiritual en el colegio demandado, en circunstancias que en materias laborales ello nunca habría sido razón suficiente para desacreditar los testimonios. De algún modo esto se contrapone a lo postulado anteriormente en el recurso. Parece que existen las razones que en el recurso se afirmaban como ausentes. Con todo, cabe referir que lo aplicado en ese aspecto corresponde a lo que –implícitamente– la juez asume como una regla de experiencia pertinente al caso, conforme a la cual los directivos de una empresa no suelen ser fiables en sus dichos, porque propenden a declarar a favor de la entidad que dirigen. Sin embargo, el recurrente no la identifica como una máxima de experiencia ni la controvierte como tal sino que se asila en el principio lógico de la razón suficiente, es decir, no la ataca como parámetro para el juicio probatorio sino como condición necesaria para motivar el fallo. Como quiera que sea, lo cierto es que esa no es la única razón que se vierte en la sentencia para descreer esos testimonios, ya que también se invoca como fundamento que sus aseveraciones no concuerdan con los demás elementos de prueba producidos en la causa (fundamento octavo, párrafo segundo de la sentencia), lo que no es impugnado por el recurrente. Por lo tanto, este capítulo tampoco puede prosperar; b) Vulneración del principio de identidad, razonamiento a partir de falsos antecedentes e infracción sobre la regla de experiencia que indica que las personas usan un lenguaje según su nivel de educación, sus valores y grupo cultural de pertenencia. Vuelve a sostener la recurrente que en la sentencia se construyen las inferencias a partir de aseveraciones atribuidas a sus testigos, que no corresponderían exactamente a lo declarado, añadiendo ahora que se infringe una regla de experiencia al entenderse que la expresión “por favor” no sería constitutiva de una orden, lo que importaría una equivocación si se considera el contexto y las particularidades de la persona que la pronunciara. Respecto al primero de esos extremos cabe reiterar lo ya indicado, esto es, que aun si fuera efectivo, no configura la causal que se examina. Respecto de lo segundo, la cabal inteligencia del fallo hace concluir que, más allá de las palabras empleadas y de las características de la persona que las manifestara (una monja mercedaria), la conclusión fáctica no se construye a partir del tono y/o tenor de las expresiones sino que a partir de la actitud evidenciada por la persona aludida. En la línea de razonamiento de la sentencia, no resulta acorde a la conducta esperable de quien tiene deberes de cuidado que, al advertir a un trabajador desarrollando labores en altura, sin su arnés, se haya limitado a indicarle que bajara, retirándose luego del lugar sin esperar que ello se cumpliera, lo que, en ese contexto, comporta autorización (considerando octavo, segundo párrafo, parte final y motivo noveno, parte final del último párrafo). En suma, en esa concatenación de ideas la regla de experiencia que se dice contrariada no es la que determina la extracción de la inferencia, de modo que su hipotética falta de observancia carece de la influencia insinuada, lo que conduce a desestimar este cuestionamiento; c) Vulneración del principio de la razón suficiente, razonamientos desde falsos antecedentes e infracción sobre la regla de experiencia que indica que las personas usan un lenguaje según su nivel de educación, sus valores y grupo cultural de pertenencia y vulneración de las reglas de inducción. En esta parte del recurso se dice que el accidente no se habría evitado con el uso de medios coercitivos o com-

166

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

defecto que es jurídicamente anterior al acto de tachar el análisis probatorio. En suma, los hechos que se aducen no constituyen la causal que se esgrime sino que una diferente, que no se ha hecho valer. La segunda idea que se postula es que en ese mismo fallo no se justificaría por qué se otorga mayor credibilidad a los testimonios de los testigos de la demandante, en lugar de los suyos. Nuevamente se produce una impropiedad similar. Entregar las razones para una opción probatoria es una exigencia que atañe al modo que el juez debe observar para el pronunciamiento de su fallo. Si opta por unos testimonios en desmedro de otros, debe decir por qué lo hace (requisito del artículo 459 N° 4 del Código del Trabajo, en relación a lo que prevé su artículo 456 inciso segundo). Ese es un aspecto de forma. Ahora, si expresa una razón y la misma puede juzgarse como desacertada, entonces ya no es un tema de forma sino que concerniente a la sustancialidad del razonamiento que como tal –en principio– es susceptible de reprochar a través de la causal del artículo 478 letra b). Empero, lo que se reclama en este caso es la supuesta ausencia de motivos para justificar dicha decisión probatoria. La tercera idea consiste en poner en entredicho lo sostenido en el fallo en cuanto a que mermaría la credibilidad de los testimonios de los testigos de la demandada un “cierto interés en el resultado del juicio”, por su condición de directora, subdirectora, ex directora y asesora espiritual en el colegio demandado, en circunstancias que en materias laborales ello nunca habría sido razón suficiente para desacreditar los testimonios. De algún modo esto se contrapone a lo postulado anteriormente en el recurso. Parece que existen las razones que en el recurso se afirmaban como ausentes. Con todo, cabe referir que lo aplicado en ese aspecto corresponde a lo que –implícitamente– la juez asume como una regla de experiencia pertinente al caso, conforme a la cual los directivos de una empresa no suelen ser fiables en sus dichos, porque propenden a declarar a favor de la entidad que dirigen. Sin embargo, el recurrente no la identifica como una máxima de experiencia ni la controvierte como tal sino que se asila en el principio lógico de la razón suficiente, es decir, no la ataca como parámetro para el juicio probatorio sino como condición necesaria para motivar el fallo. Como quiera que sea, lo cierto es que esa no es la única razón que se vierte en la sentencia para descreer esos testimonios, ya que también se invoca como fundamento que sus aseveraciones no concuerdan con los demás elementos de prueba producidos en la causa (fundamento octavo, párrafo segundo de la sentencia), lo que no es impugnado por el recurrente. Por lo tanto, este capítulo tampoco puede prosperar; b) Vulneración del principio de identidad, razonamiento a partir de falsos antecedentes e infracción sobre la regla de experiencia que indica que las personas usan un lenguaje según su nivel de educación, sus valores y grupo cultural de pertenencia. Vuelve a sostener la recurrente que en la sentencia se construyen las inferencias a partir de aseveraciones atribuidas a sus testigos, que no corresponderían exactamente a lo declarado, añadiendo ahora que se infringe una regla de experiencia al entenderse que la expresión “por favor” no sería constitutiva de una orden, lo que importaría una equivocación si se considera el contexto y las particularidades de la persona que la pronunciara. Respecto al primero de esos extremos cabe reiterar lo ya indicado, esto es, que aun si fuera efectivo, no configura la causal que se examina. Respecto de lo segundo, la cabal inteligencia del fallo hace concluir que, más allá de las palabras empleadas y de las características de la persona que las manifestara (una monja mercedaria), la conclusión fáctica no se construye a partir del tono y/o tenor de las expresiones sino que a partir de la actitud evidenciada por la persona aludida. En la línea de razonamiento de la sentencia, no resulta acorde a la conducta esperable de quien tiene deberes de cuidado que, al advertir a un trabajador desarrollando labores en altura, sin su arnés, se haya limitado a indicarle que bajara, retirándose luego del lugar sin esperar que ello se cumpliera, lo que, en ese contexto, comporta autorización (considerando octavo, segundo párrafo, parte final y motivo noveno, parte final del último párrafo). En suma, en esa concatenación de ideas la regla de experiencia que se dice contrariada no es la que determina la extracción de la inferencia, de modo que su hipotética falta de observancia carece de la influencia insinuada, lo que conduce a desestimar este cuestionamiento; c) Vulneración del principio de la razón suficiente, razonamientos desde falsos antecedentes e infracción sobre la regla de experiencia que indica que las personas usan un lenguaje según su nivel de educación, sus valores y grupo cultural de pertenencia y vulneración de las reglas de inducción. En esta parte del recurso se dice que el accidente no se habría evitado con el uso de medios coercitivos o com-

166

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

167

pulsivos respecto del trabajador, porque su única causa sería el hecho propio del actor, esto es, subirse al techo del inmueble, contra expresas instrucciones y prevenciones del empleador. A este respecto cabe consignar que en la atribución de culpa interactúan las cuestiones fácticas (lo que se hizo o dejó de hacerse) y los criterios normativos (lo que debió hacerse). Como se dijo, el fin de esta causal es la modificación de los hechos cuando se incurre en infracciones que, conforme a la ley, pueden dar lugar a una nueva determinación fáctica. Sin embargo, lo impugnado por el recurrente no es el hecho asentado –relativo a la conducta evidenciada por la testigo cuando encontró al trabajador desarrollando labores en altura– sino que la conclusión contenida en el fallo en cuanto a que, tanto ese hecho como los demás que menciona juzgador, configuran la culpa del empleador que se realiza en el resultado producido, es decir, un juicio de derecho que no concierne a la causal de nulidad que se examina; d) Infracción del principio de la no contradicción, del principio de la razón suficiente, sobre la regla de experiencia que indica que las personas usan un lenguaje según su nivel de educación, sus valores y grupo cultural de pertenencia, de la regla de experiencia de la imparcialidad de juicio, el error lógico de argumentación desde un falso antecedente y error en las reglas de inducción. Se intentará responder en cada caso las elucubraciones del recurso. i) Dice la recurrente que había expresas instrucciones al trabajador de no subirse al techo y que fue conminado a no hacerlo por la subdirectora del colegio cuando ésta se dio cuenta que estaba trabajando en altura. Empero, ese hecho no se conecta con las supuestas reglas de valoración que se aducen como infringidas y, más relevante aún, de la revisión de la sentencia se aprecia que no es un hecho determinado en ella que el trabajador tuviera esas instrucciones previas de no subirse al techo; ii) Se postula la infracción del principio de la no contradicción porque no existiría coherencia en sostenerse simultáneamente, como se haría en el fallo, que la empleadora abdicó de su poder de mando y que el trabajador había sido reprendido con antelación, por no usar elementos de seguridad. En cuanto a ello, baste mencionar que si existiera tal contradicción significaría que la sentencia carece de reflexiones o de consideraciones sobre un punto determinado, cuestión que atañe a los requisitos legales de todo fallo y que, por lo mismo, es ajeno a esta causal; iii) Finalmente, se aduce en el recurso que existiría un error de inducción cuando se manifiesta que si el trabajador acostumbraba a realizar labores en jornadas extras, para incrementar sus ingresos, resultaría presumible que en el día de los hechos quisiera ir más allá de lo ordenado o de lo esperado de él, para agradar a su empleador y asegurar su fuente de ingresos. Sin embargo, el recurrente no explica cuál sería la relevancia de este supuesto error de inferencia, en función de la decisión probatoria adoptada. Tampoco logra apreciarse cómo pudiera incidir en ello. Por lo tanto, tampoco puede aceptarse este capítulo de impugnación; e) Infracción del principio de la razón suficiente, de la regla de experiencia de los peligros de trabajos en altura y autocuidado, del principio de identidad, de la argumentación desde un falso antecedente y error en las reglas de inducción. Conforme quedara reseñado, en este caso las argumentaciones esenciales, diferentes de las que ya se ha abordado en las reflexiones que preceden, son las siguientes: i) El fallo le imputa falta de fiscalización, en circunstancias que no tenía qué supervigilar, porque las faenas encargadas al trabajador consistían en un arreglo de chapas y no la reparación de las mallas; ii) El accidente se debió a la negligencia inexcusable del actor, porque se subió a escondidas a arreglar esas mallas, desobedeciendo órdenes precisas en cuanto a que le habían sido encomendadas labores distintas. Respecto de esas dos primeras argumentaciones, corresponde reiterar la impropiedad en que se incurre en el recurso al sustentarse sus fundamentos en torno a hechos que no son los que figuran determinados en el fallo. Lo asentado en la sentencia, teóricamente susceptible de impugnar por esta causal, consiste en que el día de los hechos el trabajador apretaba o tensaba una malla que cubre el patio del colegio; que la mantención de las mallas formaba parte de sus labores habituales; y que para ejecutarla no requería de instrucción precisa que le ordenara hacerlo. Empero, sin cuestionar esos hechos, la recurrente pretende incorporar uno nuevo y diferente, esto es, que ese día al trabajador le fue encomendada la reparación de unas chapas; iii) En la sentencia no se toman en cuenta las conclusiones del Comité Paritario de Orden, Higiene y Seguridad. Sobre esta argumentación, ha de señalarse que si fue omitido el análisis del medio de prueba, poco tiene que ver con la causal en comento, lo que ya ha sido explicado anteriormente, a propósito de cuestionamientos similares; iv) Es inconsistente que en el fallo se diga que no hubo capacitación al actor en materias de seguridad, en circunstancias

pulsivos respecto del trabajador, porque su única causa sería el hecho propio del actor, esto es, subirse al techo del inmueble, contra expresas instrucciones y prevenciones del empleador. A este respecto cabe consignar que en la atribución de culpa interactúan las cuestiones fácticas (lo que se hizo o dejó de hacerse) y los criterios normativos (lo que debió hacerse). Como se dijo, el fin de esta causal es la modificación de los hechos cuando se incurre en infracciones que, conforme a la ley, pueden dar lugar a una nueva determinación fáctica. Sin embargo, lo impugnado por el recurrente no es el hecho asentado –relativo a la conducta evidenciada por la testigo cuando encontró al trabajador desarrollando labores en altura– sino que la conclusión contenida en el fallo en cuanto a que, tanto ese hecho como los demás que menciona juzgador, configuran la culpa del empleador que se realiza en el resultado producido, es decir, un juicio de derecho que no concierne a la causal de nulidad que se examina; d) Infracción del principio de la no contradicción, del principio de la razón suficiente, sobre la regla de experiencia que indica que las personas usan un lenguaje según su nivel de educación, sus valores y grupo cultural de pertenencia, de la regla de experiencia de la imparcialidad de juicio, el error lógico de argumentación desde un falso antecedente y error en las reglas de inducción. Se intentará responder en cada caso las elucubraciones del recurso. i) Dice la recurrente que había expresas instrucciones al trabajador de no subirse al techo y que fue conminado a no hacerlo por la subdirectora del colegio cuando ésta se dio cuenta que estaba trabajando en altura. Empero, ese hecho no se conecta con las supuestas reglas de valoración que se aducen como infringidas y, más relevante aún, de la revisión de la sentencia se aprecia que no es un hecho determinado en ella que el trabajador tuviera esas instrucciones previas de no subirse al techo; ii) Se postula la infracción del principio de la no contradicción porque no existiría coherencia en sostenerse simultáneamente, como se haría en el fallo, que la empleadora abdicó de su poder de mando y que el trabajador había sido reprendido con antelación, por no usar elementos de seguridad. En cuanto a ello, baste mencionar que si existiera tal contradicción significaría que la sentencia carece de reflexiones o de consideraciones sobre un punto determinado, cuestión que atañe a los requisitos legales de todo fallo y que, por lo mismo, es ajeno a esta causal; iii) Finalmente, se aduce en el recurso que existiría un error de inducción cuando se manifiesta que si el trabajador acostumbraba a realizar labores en jornadas extras, para incrementar sus ingresos, resultaría presumible que en el día de los hechos quisiera ir más allá de lo ordenado o de lo esperado de él, para agradar a su empleador y asegurar su fuente de ingresos. Sin embargo, el recurrente no explica cuál sería la relevancia de este supuesto error de inferencia, en función de la decisión probatoria adoptada. Tampoco logra apreciarse cómo pudiera incidir en ello. Por lo tanto, tampoco puede aceptarse este capítulo de impugnación; e) Infracción del principio de la razón suficiente, de la regla de experiencia de los peligros de trabajos en altura y autocuidado, del principio de identidad, de la argumentación desde un falso antecedente y error en las reglas de inducción. Conforme quedara reseñado, en este caso las argumentaciones esenciales, diferentes de las que ya se ha abordado en las reflexiones que preceden, son las siguientes: i) El fallo le imputa falta de fiscalización, en circunstancias que no tenía qué supervigilar, porque las faenas encargadas al trabajador consistían en un arreglo de chapas y no la reparación de las mallas; ii) El accidente se debió a la negligencia inexcusable del actor, porque se subió a escondidas a arreglar esas mallas, desobedeciendo órdenes precisas en cuanto a que le habían sido encomendadas labores distintas. Respecto de esas dos primeras argumentaciones, corresponde reiterar la impropiedad en que se incurre en el recurso al sustentarse sus fundamentos en torno a hechos que no son los que figuran determinados en el fallo. Lo asentado en la sentencia, teóricamente susceptible de impugnar por esta causal, consiste en que el día de los hechos el trabajador apretaba o tensaba una malla que cubre el patio del colegio; que la mantención de las mallas formaba parte de sus labores habituales; y que para ejecutarla no requería de instrucción precisa que le ordenara hacerlo. Empero, sin cuestionar esos hechos, la recurrente pretende incorporar uno nuevo y diferente, esto es, que ese día al trabajador le fue encomendada la reparación de unas chapas; iii) En la sentencia no se toman en cuenta las conclusiones del Comité Paritario de Orden, Higiene y Seguridad. Sobre esta argumentación, ha de señalarse que si fue omitido el análisis del medio de prueba, poco tiene que ver con la causal en comento, lo que ya ha sido explicado anteriormente, a propósito de cuestionamientos similares; iv) Es inconsistente que en el fallo se diga que no hubo capacitación al actor en materias de seguridad, en circunstancias ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

167

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

que al mismo tiempo se reconoce que al trabajador le fue entregado un reglamento sobre la materia, que existía un Comité Paritario y que el propio demandante formaba parte de él. Acerca de esto último, ha de enfatizarse que la supuesta “inconsistencia” concierne a si la razón dada es o no bastante para sustentar la decisión probatoria, lo que no se relaciona con el respeto de las reglas de valoración sino que con aspectos de forma. Tampoco se explica en el recurso la incidencia que ello tendría en la resolución del asunto, máxime si se tiene en cuenta que existen otros motivos que le sirven de soporte. En cualquier caso, el reproche que se expresa en la sentencia versa sobre el cumplimiento efectivo y eficaz de la capacitación que se echa en falta y no sobre el cumplimiento de legalidades o de formalidades que no responden necesariamente al principio de protección que está en el sustrato de las normas de seguridad; III. Causal del artículo 478, letra b) del Código del Trabajo. OCTAVO: En subsidio de lo anterior, se hace valer el mismo motivo legal del artículo 478 letra b), pero esta vez porque la sentencia desestima la exposición imprudente al daño por parte del demandante, en circunstancias que sería pertinente, lo que habría conducido a reducir la indemnización fijada. Precisa el recurrente que ataca la conclusión del fallo, contenida en la parte final del considerando noveno, en cuanto se asevera allí que “cuando el empleador conoce claramente las conductas riesgosas que realiza el trabajador y nada hace al respecto, (importa una) omisión que en este contexto es equivalente a una autorización”. Estima que esa conclusión es consecuencia de los mismos errores e infracciones a las reglas de la lógica y de la experiencia, que ya expuso a propósito de sus capítulos de impugnación precedentes, los que repite una vez más y que se dan por reproducidos para los fines de esta reseña; NOVENO: Hay en esta proposición una inconsistencia sustancial que no resulta aceptable. No puede pretenderse que las mismas argumentaciones que se dirigen a excluir toda responsabilidad en los hechos, por la vía de atribuir la causa del accidente del trabajo a la “negligencia inexcusable del trabajador”, sean igualmente idóneas para provocar el efecto de reducir la indemnización de perjuicios. Esta sola razón parece suficiente para desestimar la causal esgrimida; IV. Causal del artículo 477 del Código del Trabajo, parte final. DÉCIMO: En subsidio de los motivos anteriores, la recurrente denuncia la infracción del artículo 2330 del Código Civil, en relación a los artículos 69 letra b) y 70 de la Ley Nº 16.744, sobre Accidentes del Trabajo. El error cometido en la sentencia, sostiene, está en aseverar que la norma del Código Civil no sería aplicable en materia laboral, en circunstancias que es una doctrina inconcusa que las reglas de la responsabilidad civil son reguladoras generales de la responsabilidad por accidentes del trabajo. Remarca que en sede laboral no existen disposiciones que permitan construir un sistema de responsabilidad civil especial, motivo por el que cabe remitirse a las normas sobre derecho común y de ahí que resulte aplicable el citado artículo 2330. Añade que reafirma su tesis la circunstancia de que el artículo 69 de la ley Nº 16.744 se remita a las prescripciones del derecho común y el hecho de que su artículo 70 imponga una multa al trabajador cuya conducta negligente cause el accidente laboral. En cuanto a esto último, enfatiza que esa misma norma legal radica en el Comité Paritario de Higiene y Seguridad la potestad de decidir si ha mediado negligencia inexcusable por parte del trabajador, mandato legal que también es olvidado en la sentencia. Para reforzar sus argumentos, en orden a que sería procedente una reducción del resarcimiento dispuesto, invoca el principio de enriquecimiento sin causa y los criterios que han de regir la determinación de la cuantía del resarcimiento; UNDÉCIMO: Para una adecuada resolución de esta causal parece preciso resumir los hechos establecidos en el fallo recurrido, que fluyen de sus fundamentos sexto a noveno, toda vez que es en torno a esos hechos que este tribunal debe examinar la aplicación del derecho, respecto a una eventual exposición imprudente al daño. A saber: 1. El demandante (don Francisco Hermosilla Román), se desempeñaba como auxiliar de aseo y mantenimiento de la empresa demandada (“Escuela Particular Nuestra señora de Guadalupe”), habiendo ingresado al servicio el 01 de diciembre de 2005; 2. Dentro de las labores habituales del trabajador estaban comprendidas las de mantención de una malla que cubre el patio del colegio; 3. El día sábado 30 de octubre de 2010, el trabajador subió a una escalera metálica para tensar o apretar la malla aludida, cayendo desde una altura cercana a los tres metros;

168

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

que al mismo tiempo se reconoce que al trabajador le fue entregado un reglamento sobre la materia, que existía un Comité Paritario y que el propio demandante formaba parte de él. Acerca de esto último, ha de enfatizarse que la supuesta “inconsistencia” concierne a si la razón dada es o no bastante para sustentar la decisión probatoria, lo que no se relaciona con el respeto de las reglas de valoración sino que con aspectos de forma. Tampoco se explica en el recurso la incidencia que ello tendría en la resolución del asunto, máxime si se tiene en cuenta que existen otros motivos que le sirven de soporte. En cualquier caso, el reproche que se expresa en la sentencia versa sobre el cumplimiento efectivo y eficaz de la capacitación que se echa en falta y no sobre el cumplimiento de legalidades o de formalidades que no responden necesariamente al principio de protección que está en el sustrato de las normas de seguridad; III. Causal del artículo 478, letra b) del Código del Trabajo. OCTAVO: En subsidio de lo anterior, se hace valer el mismo motivo legal del artículo 478 letra b), pero esta vez porque la sentencia desestima la exposición imprudente al daño por parte del demandante, en circunstancias que sería pertinente, lo que habría conducido a reducir la indemnización fijada. Precisa el recurrente que ataca la conclusión del fallo, contenida en la parte final del considerando noveno, en cuanto se asevera allí que “cuando el empleador conoce claramente las conductas riesgosas que realiza el trabajador y nada hace al respecto, (importa una) omisión que en este contexto es equivalente a una autorización”. Estima que esa conclusión es consecuencia de los mismos errores e infracciones a las reglas de la lógica y de la experiencia, que ya expuso a propósito de sus capítulos de impugnación precedentes, los que repite una vez más y que se dan por reproducidos para los fines de esta reseña; NOVENO: Hay en esta proposición una inconsistencia sustancial que no resulta aceptable. No puede pretenderse que las mismas argumentaciones que se dirigen a excluir toda responsabilidad en los hechos, por la vía de atribuir la causa del accidente del trabajo a la “negligencia inexcusable del trabajador”, sean igualmente idóneas para provocar el efecto de reducir la indemnización de perjuicios. Esta sola razón parece suficiente para desestimar la causal esgrimida; IV. Causal del artículo 477 del Código del Trabajo, parte final. DÉCIMO: En subsidio de los motivos anteriores, la recurrente denuncia la infracción del artículo 2330 del Código Civil, en relación a los artículos 69 letra b) y 70 de la Ley Nº 16.744, sobre Accidentes del Trabajo. El error cometido en la sentencia, sostiene, está en aseverar que la norma del Código Civil no sería aplicable en materia laboral, en circunstancias que es una doctrina inconcusa que las reglas de la responsabilidad civil son reguladoras generales de la responsabilidad por accidentes del trabajo. Remarca que en sede laboral no existen disposiciones que permitan construir un sistema de responsabilidad civil especial, motivo por el que cabe remitirse a las normas sobre derecho común y de ahí que resulte aplicable el citado artículo 2330. Añade que reafirma su tesis la circunstancia de que el artículo 69 de la ley Nº 16.744 se remita a las prescripciones del derecho común y el hecho de que su artículo 70 imponga una multa al trabajador cuya conducta negligente cause el accidente laboral. En cuanto a esto último, enfatiza que esa misma norma legal radica en el Comité Paritario de Higiene y Seguridad la potestad de decidir si ha mediado negligencia inexcusable por parte del trabajador, mandato legal que también es olvidado en la sentencia. Para reforzar sus argumentos, en orden a que sería procedente una reducción del resarcimiento dispuesto, invoca el principio de enriquecimiento sin causa y los criterios que han de regir la determinación de la cuantía del resarcimiento; UNDÉCIMO: Para una adecuada resolución de esta causal parece preciso resumir los hechos establecidos en el fallo recurrido, que fluyen de sus fundamentos sexto a noveno, toda vez que es en torno a esos hechos que este tribunal debe examinar la aplicación del derecho, respecto a una eventual exposición imprudente al daño. A saber: 1. El demandante (don Francisco Hermosilla Román), se desempeñaba como auxiliar de aseo y mantenimiento de la empresa demandada (“Escuela Particular Nuestra señora de Guadalupe”), habiendo ingresado al servicio el 01 de diciembre de 2005; 2. Dentro de las labores habituales del trabajador estaban comprendidas las de mantención de una malla que cubre el patio del colegio; 3. El día sábado 30 de octubre de 2010, el trabajador subió a una escalera metálica para tensar o apretar la malla aludida, cayendo desde una altura cercana a los tres metros;

168

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

169

4. Esas faenas eran desarrolladas por el trabajador sin emplear un arnés de seguridad disponible en el establecimiento y sin la asistencia o apoyo de otra persona; 5. Momentos antes de la caída del trabajador, la subdirectora del colegio presenció que este ejecutaba dichas labores, pidiéndole “por favor” que se bajara, retirándose luego del lugar y quedando el actor en la misma posición, hasta que se produjo el accidente; 6. Como consecuencia de la caída, el trabajador evidenció “Fractura de columna cervical; Lesión medular completa, nivel neurológico C4; Bacteremia por Estafilococo Epidermis; Bloque aurículo/ ventricular primer grado más bloqueo completo rama izquierda; Subluxación hombro derecho; Úlcera sacra grado II; Síndrome de inmovilización; Accidente cerebrovascular antiguo; Artrosis de columna cervical; Artrosis de columna lumbar”, habiendo ingresado al Hospital de la Mutual de Seguridad sin compromiso de conciencia y con tetraplejia, situaciones ambas que se mantienen, encontrándose el actor postrado, sin movilidad en casi todo su cuerpo, debiendo ser sometido a constantes intervenciones y procedimientos médicos, además de requerir de la asistencia de terceros para realizar las acciones y operaciones más básicas y elementales; DUODÉCIMO: Como razón para desestimar la aplicación del artículo 2330 del Código Civil se indica en la sentencia lo que pasa a transcribirse: “…descartándose, como se adelantó previamente… puesto que dicha norma no es compatible con el régimen de subordinación y dependencia, no a lo menos, cuando el empleador conoce claramente las conductas riesgosas que realiza el trabajador y nada hace al respecto, omisión que en este caso es equivalente a autorización…”. Al margen de la doble ambigüedad del fallo –porque primero se dice que se había anticipado su impertinencia, sin precisar dónde ni cómo; y porque enseguida se afirma tajantemente algo para luego decirse que, en este caso, no sería procedente la reducción, lo que supone que en otros similares sí podría serlo– pareciera que su fundamento final estaría compuesto de dos líneas de razonamiento, a saber: que en el contexto de una relación subordinada el trabajador no es dueño de obrar como le parezca más conveniente en la ejecución de sus labores y que en este caso específico el empleador implícitamente autorizó la ejecución de la conducta riesgosa; DÉCIMO TERCERO: En el contexto de la responsabilidad por accidentes del trabajo el empresario puede liberarse de responsabilidad en la medida que logre demostrar que ese accidente tiene como causa única la culpa del trabajador (“negligencia inexcusable” le llamó el recurrente), pero también puede obtener una reducción de su responsabilidad en los daños producidos, cuando la conducta observada por el trabajador, si bien no determina el resultado, concurre en su producción, es decir, cuando media una concausa atribuible a la víctima; DÉCIMO CUARTO: No puede desconocerse que en el ámbito de la relación laboral las partes no interactúan en planos de igualdad. Empero, ello no excluye, de suyo, que ambas deban conducirse con el debido cuidado de sí mismas. En particular, no parece razonable asumir que la circunstancia de que el trabajador ejecute labores para las cuales fue contratado y que las lleve a cabo en condiciones que no sólo hagan posible sino también exigible el deber de protección que el empleador tiene a su respecto, signifique necesariamente una suerte de abrogación de la necesidad elemental, instintiva si se quiere, de que igualmente daba cuidar de su persona. Aquella asimetría en la relación contractual tiene indudable relevancia cuando el trabajador no tiene más alternativa que acatar la orden de ejecutar sus faenas en condiciones objetivamente inseguras. Empero, no puede decirse lo mismo cuando lo hace –muy probablemente bajo el loable entendido que es eso lo que tiene que hacer– y el empleador simplemente consiente o lo acepta. De otro lado, una cosa es que pueda atribuirse a la empleadora –como factor del suceso–, la falta de capacitación al trabajador acerca de las condiciones más seguras para la ejecución de las faenas, en términos de formar en él cabal conciencia de los riesgos y/o o su falta de supervisión eficaz; y otra, diferente, es que el mismo trabajador deba propender a su auto cuidado; DÉCIMO QUINTO: Considera esta Corte que no puede desatender a lo que ha sido establecido en esta causa, esto es, que el trabajador no recibió una orden explícita para ejecutar labores en altura y menos, por cierto, para que lo hiciera sin emplear el arnés disponible en el establecimiento. Resulta inconcuso que ello se explica esencialmente por la omisión de la empleadora de velar eficazmente por el cumplimiento de las medidas de seguridad y de capacitarlo realmente, lo que comporta su culpa. Con todo, tal circunstancia no excluye la regla de experiencia que dictamina que las labores en altura son

4. Esas faenas eran desarrolladas por el trabajador sin emplear un arnés de seguridad disponible en el establecimiento y sin la asistencia o apoyo de otra persona; 5. Momentos antes de la caída del trabajador, la subdirectora del colegio presenció que este ejecutaba dichas labores, pidiéndole “por favor” que se bajara, retirándose luego del lugar y quedando el actor en la misma posición, hasta que se produjo el accidente; 6. Como consecuencia de la caída, el trabajador evidenció “Fractura de columna cervical; Lesión medular completa, nivel neurológico C4; Bacteremia por Estafilococo Epidermis; Bloque aurículo/ ventricular primer grado más bloqueo completo rama izquierda; Subluxación hombro derecho; Úlcera sacra grado II; Síndrome de inmovilización; Accidente cerebrovascular antiguo; Artrosis de columna cervical; Artrosis de columna lumbar”, habiendo ingresado al Hospital de la Mutual de Seguridad sin compromiso de conciencia y con tetraplejia, situaciones ambas que se mantienen, encontrándose el actor postrado, sin movilidad en casi todo su cuerpo, debiendo ser sometido a constantes intervenciones y procedimientos médicos, además de requerir de la asistencia de terceros para realizar las acciones y operaciones más básicas y elementales; DUODÉCIMO: Como razón para desestimar la aplicación del artículo 2330 del Código Civil se indica en la sentencia lo que pasa a transcribirse: “…descartándose, como se adelantó previamente… puesto que dicha norma no es compatible con el régimen de subordinación y dependencia, no a lo menos, cuando el empleador conoce claramente las conductas riesgosas que realiza el trabajador y nada hace al respecto, omisión que en este caso es equivalente a autorización…”. Al margen de la doble ambigüedad del fallo –porque primero se dice que se había anticipado su impertinencia, sin precisar dónde ni cómo; y porque enseguida se afirma tajantemente algo para luego decirse que, en este caso, no sería procedente la reducción, lo que supone que en otros similares sí podría serlo– pareciera que su fundamento final estaría compuesto de dos líneas de razonamiento, a saber: que en el contexto de una relación subordinada el trabajador no es dueño de obrar como le parezca más conveniente en la ejecución de sus labores y que en este caso específico el empleador implícitamente autorizó la ejecución de la conducta riesgosa; DÉCIMO TERCERO: En el contexto de la responsabilidad por accidentes del trabajo el empresario puede liberarse de responsabilidad en la medida que logre demostrar que ese accidente tiene como causa única la culpa del trabajador (“negligencia inexcusable” le llamó el recurrente), pero también puede obtener una reducción de su responsabilidad en los daños producidos, cuando la conducta observada por el trabajador, si bien no determina el resultado, concurre en su producción, es decir, cuando media una concausa atribuible a la víctima; DÉCIMO CUARTO: No puede desconocerse que en el ámbito de la relación laboral las partes no interactúan en planos de igualdad. Empero, ello no excluye, de suyo, que ambas deban conducirse con el debido cuidado de sí mismas. En particular, no parece razonable asumir que la circunstancia de que el trabajador ejecute labores para las cuales fue contratado y que las lleve a cabo en condiciones que no sólo hagan posible sino también exigible el deber de protección que el empleador tiene a su respecto, signifique necesariamente una suerte de abrogación de la necesidad elemental, instintiva si se quiere, de que igualmente daba cuidar de su persona. Aquella asimetría en la relación contractual tiene indudable relevancia cuando el trabajador no tiene más alternativa que acatar la orden de ejecutar sus faenas en condiciones objetivamente inseguras. Empero, no puede decirse lo mismo cuando lo hace –muy probablemente bajo el loable entendido que es eso lo que tiene que hacer– y el empleador simplemente consiente o lo acepta. De otro lado, una cosa es que pueda atribuirse a la empleadora –como factor del suceso–, la falta de capacitación al trabajador acerca de las condiciones más seguras para la ejecución de las faenas, en términos de formar en él cabal conciencia de los riesgos y/o o su falta de supervisión eficaz; y otra, diferente, es que el mismo trabajador deba propender a su auto cuidado; DÉCIMO QUINTO: Considera esta Corte que no puede desatender a lo que ha sido establecido en esta causa, esto es, que el trabajador no recibió una orden explícita para ejecutar labores en altura y menos, por cierto, para que lo hiciera sin emplear el arnés disponible en el establecimiento. Resulta inconcuso que ello se explica esencialmente por la omisión de la empleadora de velar eficazmente por el cumplimiento de las medidas de seguridad y de capacitarlo realmente, lo que comporta su culpa. Con todo, tal circunstancia no excluye la regla de experiencia que dictamina que las labores en altura son ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

169

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

riesgosas y que exigen de especiales precauciones, como el uso de arnés, cuestión que el trabajador debió razonablemente conocer, inobservancia que le es imputable. Sigue a ello destacar que es también un hecho asentado que la subdirectora del colegio le pidió al trabajador que se bajara de donde estaba y que a pesar de ello, éste continuó con esas labores riesgosas. Es también una verdad determinada en el fallo que, aparte de esa petición, la empleadora nada más hizo, retirándose del lugar, lo que se traduce en su comportamiento culpable. Empero continúa siendo cierto que el trabajador no hizo caso a tal solicitud, de lo que se sigue que tampoco se condujo con la debida diligencia. En esas condiciones, parece atendible concluir que la víctima actuó con imprudencia y que, por lo mismo, la apreciación del daño pueda ser susceptible de reducción; DÉCIMO SEXTO: Aunque no es una razón vertida en la sentencia recurrida, no debe eludirse el tema relativo a si la regla del artículo 2330 del Código Civil puede recibir aplicación en el contexto de una relación contractual, porque –como se sabe– la disposición legal aludida se ubica en el título de la responsabilidad extracontractual. Sin embargo, ha de recordarse que la acción para hacer efectiva este tipo de responsabilidad del empleador está reconocida en el artículo 69 letra b) de la ley Nº 16.744, de acuerdo con el cual el trabajador puede demandar el resarcimiento de los otros daños no cubiertos por el seguro respectivo, lo que –por disposición de esa norma legal– ha de hacerse “con arreglo a las prescripciones del derecho común”. Desde luego, en la materia que se aborda, el Código del Trabajo no contiene una regulación especial. Tampoco está consultada en el contrato de trabajo. Al ser así, sólo cabe acudir a las normas del Código Civil y, entre ellas, a las reglas generales que, para estos fines, no son otras que las contenidas en su Título XXXV. En similar sentido, se ha fallado que “surge la procedencia de la consideración por parte del tribunal de la conducta del afectado por el siniestro al momento de determinar el monto de la indemnización por daño moral, en tanto concreta en el caso la directriz de compensación de culpas ínsita en la norma del artículo 2330 del Código Civil y para lo cual el estatuto dentro del cual ésta fue situada por el legislador, no obsta en forma alguna. En efecto, la vigencia del principio se sustrae de todo obstáculo originado en la naturaleza del precepto mencionado que lo regula desde que el comportamiento negligente del trabajador que fue una con causa del hecho dañoso o provocó la mayor gravedad de sus consecuencias, si bien no desplaza ni elimina en el presupuesto de imputación de responsabilidad el incumplimiento del deber de cuidado que permite el acaecimiento del siniestro, sea por el debilitamiento de las medidas pertinentes, sea por ausencia de fiscalización o control de la operatividad de las mismas, sí constituye un elemento de medición de aquél, que informa un criterio de carácter general para este fin sustentado en el principio de la buena fe y la proscripción del enriquecimiento sin causa”. (Corte Suprema, 10 de septiembre de 2009, GJ. N° 351, p. 219.); DÉCIMO SÉPTIMO: Consecuentemente, en la sentencia impugnada se incurre en el error de derecho de desechar la aplicación del artículo 2330 del Código Civil a un caso para el que ha sido previsto, ya que también medió culpa del trabajador, infringiendo de esa manera el señalado mandato legal. El error evidenciado tiene influencia sustancial en la decisión toda vez que, de no haberse producido, se habría hecho lugar a la reducción reclamada por la parte demandada, en lugar de desestimarse, como aconteciera. Por estas razones, y de conformidad, además, con lo previsto en los artículos 477 a 482 del Código del Trabajo, se acoge el recurso de nulidad interpuesto por la parte demandada, por la causal del artículo 477, sólo en lo que concierne a la falta de aplicación del artículo 2330 del Código Civil. Consecuentemente, se invalida la decisión I.- de la sentencia definitiva de seis de abril de dos mil once, recaída en la causa RIT O-3833-2010, del Segundo Juzgado de Letras del Trabajo de esta ciudad, denominada “Hermosilla con Escuela Particular Nuestra Señora de Guadalupe”, en cuanto por ella se condena a la demandada al pago de una indemnización por daño moral ascendente a $ 250.000.000. Por lo tanto, se reemplaza la parte afectada de la sentencia con el error de derecho establecido, por la que se dicta a continuación, en forma separada y sin nueva vista. Redactó el ministro señor Astudillo. Regístrese y comuníquese. Rol N° 651-2011.No firma el ministro señor Rocha, no obstante haber concurrido a la vista del recurso y acuerdo del fallo, por ausencia.

170

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

riesgosas y que exigen de especiales precauciones, como el uso de arnés, cuestión que el trabajador debió razonablemente conocer, inobservancia que le es imputable. Sigue a ello destacar que es también un hecho asentado que la subdirectora del colegio le pidió al trabajador que se bajara de donde estaba y que a pesar de ello, éste continuó con esas labores riesgosas. Es también una verdad determinada en el fallo que, aparte de esa petición, la empleadora nada más hizo, retirándose del lugar, lo que se traduce en su comportamiento culpable. Empero continúa siendo cierto que el trabajador no hizo caso a tal solicitud, de lo que se sigue que tampoco se condujo con la debida diligencia. En esas condiciones, parece atendible concluir que la víctima actuó con imprudencia y que, por lo mismo, la apreciación del daño pueda ser susceptible de reducción; DÉCIMO SEXTO: Aunque no es una razón vertida en la sentencia recurrida, no debe eludirse el tema relativo a si la regla del artículo 2330 del Código Civil puede recibir aplicación en el contexto de una relación contractual, porque –como se sabe– la disposición legal aludida se ubica en el título de la responsabilidad extracontractual. Sin embargo, ha de recordarse que la acción para hacer efectiva este tipo de responsabilidad del empleador está reconocida en el artículo 69 letra b) de la ley Nº 16.744, de acuerdo con el cual el trabajador puede demandar el resarcimiento de los otros daños no cubiertos por el seguro respectivo, lo que –por disposición de esa norma legal– ha de hacerse “con arreglo a las prescripciones del derecho común”. Desde luego, en la materia que se aborda, el Código del Trabajo no contiene una regulación especial. Tampoco está consultada en el contrato de trabajo. Al ser así, sólo cabe acudir a las normas del Código Civil y, entre ellas, a las reglas generales que, para estos fines, no son otras que las contenidas en su Título XXXV. En similar sentido, se ha fallado que “surge la procedencia de la consideración por parte del tribunal de la conducta del afectado por el siniestro al momento de determinar el monto de la indemnización por daño moral, en tanto concreta en el caso la directriz de compensación de culpas ínsita en la norma del artículo 2330 del Código Civil y para lo cual el estatuto dentro del cual ésta fue situada por el legislador, no obsta en forma alguna. En efecto, la vigencia del principio se sustrae de todo obstáculo originado en la naturaleza del precepto mencionado que lo regula desde que el comportamiento negligente del trabajador que fue una con causa del hecho dañoso o provocó la mayor gravedad de sus consecuencias, si bien no desplaza ni elimina en el presupuesto de imputación de responsabilidad el incumplimiento del deber de cuidado que permite el acaecimiento del siniestro, sea por el debilitamiento de las medidas pertinentes, sea por ausencia de fiscalización o control de la operatividad de las mismas, sí constituye un elemento de medición de aquél, que informa un criterio de carácter general para este fin sustentado en el principio de la buena fe y la proscripción del enriquecimiento sin causa”. (Corte Suprema, 10 de septiembre de 2009, GJ. N° 351, p. 219.); DÉCIMO SÉPTIMO: Consecuentemente, en la sentencia impugnada se incurre en el error de derecho de desechar la aplicación del artículo 2330 del Código Civil a un caso para el que ha sido previsto, ya que también medió culpa del trabajador, infringiendo de esa manera el señalado mandato legal. El error evidenciado tiene influencia sustancial en la decisión toda vez que, de no haberse producido, se habría hecho lugar a la reducción reclamada por la parte demandada, en lugar de desestimarse, como aconteciera. Por estas razones, y de conformidad, además, con lo previsto en los artículos 477 a 482 del Código del Trabajo, se acoge el recurso de nulidad interpuesto por la parte demandada, por la causal del artículo 477, sólo en lo que concierne a la falta de aplicación del artículo 2330 del Código Civil. Consecuentemente, se invalida la decisión I.- de la sentencia definitiva de seis de abril de dos mil once, recaída en la causa RIT O-3833-2010, del Segundo Juzgado de Letras del Trabajo de esta ciudad, denominada “Hermosilla con Escuela Particular Nuestra Señora de Guadalupe”, en cuanto por ella se condena a la demandada al pago de una indemnización por daño moral ascendente a $ 250.000.000. Por lo tanto, se reemplaza la parte afectada de la sentencia con el error de derecho establecido, por la que se dicta a continuación, en forma separada y sin nueva vista. Redactó el ministro señor Astudillo. Regístrese y comuníquese. Rol N° 651-2011.No firma el ministro señor Rocha, no obstante haber concurrido a la vista del recurso y acuerdo del fallo, por ausencia.

170

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

171

Pronunciada por la Novena Sala de la Corte de Apelaciones de Santiago, presidida por el ministro señor Patricio Villarroel Valdivia e integrada por los ministros señor Raúl Héctor Rocha Pérez y señor Omar Astudillo Contreras.

III. SENTENCIA DE REEMPLAZO Santiago, veintitrés de diciembre de dos mil once. VISTOS: De la sentencia anulada se reproduce su parte expositiva y considerativa, con las siguientes modificaciones: 1. En su fundamento noveno, párrafo final, se suprime la reflexión que se inicia con la frase “descartándose, como se adelantó previamente…”, hasta las palabras “…de subordinación y dependencia, no a lo menos…”; 2. En el fundamento undécimo, párrafo segundo, se elimina todo lo que está escrito desde las expresiones “que si bien es del todo…”, hasta la frase “…previo al accidente, sí…”. Considerando lo expresado en los motivos decimotercero a decimosexto de la sentencia de invalidación que antecede, los que han de tenerse por reproducidos para estos efectos, y teniendo presente, además, las siguientes razones: PRIMERO: Atendiendo a la causal que ha motivado la nulidad del fallo, la sentencia de reemplazo debe dictarse con estricta sujeción a los hechos determinados en la sentencia que se invalida; SEGUNDO: Según lo ordena el artículo 2330 del Código Civil, la apreciación del daño está sujeta a reducción si quien lo ha sufrido se expone imprudentemente al mismo. La ley no ha entregado criterios explícitos para esa definición, de manera que corresponde a los jueces efectuar la fijación correlativa. Para ese propósito cabe tomar en cuenta la entidad de cada culpa, la influencia que cada una de ellas ha tenido en el daño provocado, la posición de garante que recae en el empleador –como primer obligado del deber de protección– y la circunstancia ineludible de que, para graficarlo, el trabajador no ejecutaba un acto “suicida” sino que realizaba labores inherentes a su función, aunque sin tomar las precauciones aconsejables; TERCERO: Conforme a esos lineamientos, en el entendido que la causa que prevalece en la verificación del accidente es la conducta negligente de la empleadora, de momento que fue la que determinó el resultado producido, pero considerando también que la actuación poco diligente del trabajador contribuyó a la producción del daño, parece razonable reducir en un 30% el monto de la indemnización establecida en la sentencia que se revisa. Consecuentemente, al haberse fijado la indemnización por daño moral en la suma total de $ 250.000.000, por las consideraciones precedentemente expresadas, cabe rebajar ese monto a la cantidad de $ 175.000.000; Por estas razones, lo previsto en el artículo 507 del Código del Trabajo, manteniéndose las decisiones no afectadas por la invalidación, signadas con los números II.- y III.-, se declara que se acoge la demanda interpuesta únicamente en cuanto se condena a la demandada “Escuela Particular N° 315 Nuestra Señora de Guadalupe”, a pagar al actor la suma de $ 175.000.000 (ciento setenta y cinco millones de pesos), por concepto de daño moral. Regístrese y comuníquese. Redactó el ministro señor Astudillo. Rol N° 651-2011.No firma el ministro señor Rocha no obstante haber concurrido a la vista del recurso y acuerdo del fallo, por ausencia. Pronunciada por la Novena Sala de la Corte de Apelaciones de Santiago, presidida por el ministro señor Patricio Villarroel Valdivia e integrada por los ministros señor Raúl Héctor Rocha Pérez y señor Omar Astudillo Contreras.

Santiago, veintitrés de diciembre de dos mil once. VISTOS: De la sentencia anulada se reproduce su parte expositiva y considerativa, con las siguientes modificaciones: 1. En su fundamento noveno, párrafo final, se suprime la reflexión que se inicia con la frase “descartándose, como se adelantó previamente…”, hasta las palabras “…de subordinación y dependencia, no a lo menos…”; 2. En el fundamento undécimo, párrafo segundo, se elimina todo lo que está escrito desde las expresiones “que si bien es del todo…”, hasta la frase “…previo al accidente, sí…”. Considerando lo expresado en los motivos decimotercero a decimosexto de la sentencia de invalidación que antecede, los que han de tenerse por reproducidos para estos efectos, y teniendo presente, además, las siguientes razones: PRIMERO: Atendiendo a la causal que ha motivado la nulidad del fallo, la sentencia de reemplazo debe dictarse con estricta sujeción a los hechos determinados en la sentencia que se invalida; SEGUNDO: Según lo ordena el artículo 2330 del Código Civil, la apreciación del daño está sujeta a reducción si quien lo ha sufrido se expone imprudentemente al mismo. La ley no ha entregado criterios explícitos para esa definición, de manera que corresponde a los jueces efectuar la fijación correlativa. Para ese propósito cabe tomar en cuenta la entidad de cada culpa, la influencia que cada una de ellas ha tenido en el daño provocado, la posición de garante que recae en el empleador –como primer obligado del deber de protección– y la circunstancia ineludible de que, para graficarlo, el trabajador no ejecutaba un acto “suicida” sino que realizaba labores inherentes a su función, aunque sin tomar las precauciones aconsejables; TERCERO: Conforme a esos lineamientos, en el entendido que la causa que prevalece en la verificación del accidente es la conducta negligente de la empleadora, de momento que fue la que determinó el resultado producido, pero considerando también que la actuación poco diligente del trabajador contribuyó a la producción del daño, parece razonable reducir en un 30% el monto de la indemnización establecida en la sentencia que se revisa. Consecuentemente, al haberse fijado la indemnización por daño moral en la suma total de $ 250.000.000, por las consideraciones precedentemente expresadas, cabe rebajar ese monto a la cantidad de $ 175.000.000; Por estas razones, lo previsto en el artículo 507 del Código del Trabajo, manteniéndose las decisiones no afectadas por la invalidación, signadas con los números II.- y III.-, se declara que se acoge la demanda interpuesta únicamente en cuanto se condena a la demandada “Escuela Particular N° 315 Nuestra Señora de Guadalupe”, a pagar al actor la suma de $ 175.000.000 (ciento setenta y cinco millones de pesos), por concepto de daño moral. Regístrese y comuníquese. Redactó el ministro señor Astudillo. Rol N° 651-2011.No firma el ministro señor Rocha no obstante haber concurrido a la vista del recurso y acuerdo del fallo, por ausencia. Pronunciada por la Novena Sala de la Corte de Apelaciones de Santiago, presidida por el ministro señor Patricio Villarroel Valdivia e integrada por los ministros señor Raúl Héctor Rocha Pérez y señor Omar Astudillo Contreras.

III. SENTENCIA DE REEMPLAZO Pronunciada por la Novena Sala de la Corte de Apelaciones de Santiago, presidida por el ministro señor Patricio Villarroel Valdivia e integrada por los ministros señor Raúl Héctor Rocha Pérez y señor Omar Astudillo Contreras. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

171

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Santiago, ocho de marzo de dos mil once. VISTOS, OÍDOS LOS INTERVINIENTES Y CONSIDERANDO: PRIMERO: Que comparece al proceso Antonio Gilberto Acosta García, domiciliado Fray Camilo N° 692, comuna de Santiago quien interpone demanda en juicio del trabajo de aplicación general en contra de su empleador Inmobiliaria Construcciones Ltda., representada legalmente por gerente general, don José Alvarado Pérez, ambos domiciliados en Alonso de Córdova N° 5670, comuna de Las Condes, a fin de que se declare que debe indemnizársele por los perjuicios causados por su negligencia culpable en el accidente de trabajo sufrido y se le condene al pago de la suma de $ 61.448.000, por concepto de daño emergente, lucro cesante y daño moral, todo con reajuste, intereses y costas. Señala que comenzó a trabajar para la demandada en el mes de junio de 2008, desempeñándose como Jornal, mediante contrato por obra determinada, correspondiente al edificio ubicado en Santa Rosa N° 325, Comuna de Santiago y que su remuneración mensual ascendía a la suma de $ 227.200, la que deberá servir de base para el cálculo de las indemnizaciones demandadas, de conformidad a lo establecido en el artículo 172 del Código del Trabajo. Manifiesta que las labores de jornal eran indeterminadas, es decir, debía cumplir con todas las labores que le encomendara su jefe directo, don Francisco Osorio, capataz de la demandada, sin que se le designara ninguna labor en particular como propia. Añade que no se le capacitó en el desempeño de ninguno de los trabajos encomendados, ni se le dio implementos de seguridad para el desarrollo de sus labores. Expone que el día sábado 20 de diciembre de 2008, asistió a su trabajo en compensación por el día viernes 26 de diciembre, cerca de las 13:00 horas, después de cumplidas otras labores encomendadas, el señor Manuel Aránguiz, otro de los jefes de obra de la demandada, le ordenó limpiar los andamios ubicados en el piso 13 de la construcción. Indica que, al acabar, aproximadamente a las 13:40 horas, su jefe Francisco Osorio le apuro a fin de salir del lugar por haber terminado el horario de trabajo, sin embargo, al tratar de cumplir sus órdenes a la brevedad posible, el señor Acosta cayó por la abertura que estaba al final del andamio, de alrededor de un metro de ancho, la que debía estar cubierta por una tapa que se colocaba al efecto, pero que en esa ocasión no ocurrió. Agrega que en los andamios de los 12 pisos restantes, estas tapas estaban todas abiertas, por lo que la caída fue directa hasta el tercer nivel de andamio. Manifiesta que su brutal caída le produjo inconsciencia inmediata, siendo trasladado por sus compañeros de trabajo hasta la Mutual, donde recibió los primeros auxilios. Añade que las lesiones sufridas fueron de tal gravedad que su inconsciencia duro tres semanas, siendo diagnosticado de Tec complicado, hundimiento expuesto parietal izquierdo, herida de cuero cabelludo y contusión codo izquierdo. Agrega que el tratamiento dado incluyo: Esquirlectomía y craniectomia descompresiva. Dosectomía C3 C4 y C4 5/ estabilización. Craneoplastia (Desplazamiento y colocación de un injerto osteoperióstico en una brecha practicada en el cráneo, con objeto de facilitar la formación de tejido óseo nuevo) con acrílico. Expone que con fecha 26 de noviembre de 2009, la comisión de evaluación de incapacidad por accidente del trabajo, mediante resolución N° 2009 1289, resolvió como diagnóstico: Tec complicado, fractura expuesta parietal izquierda, contusión medular cervical HNP traumática, y lesión medular C4. Las secuelas del accidente sufrido por el señor Acosta, a nivel neurológico fueron: Mielopatía post traumática con espasticidad grado uno de extremidades inferiores, dolor neuropático, y déficit cognitivo leve, otorgándosele un 50% de grado de incapacidad. Refiere que debe hacer presente que toda su vida laboral la desarrollo realizando trabajos de carácter manual, los que se ve impedido de realizar nuevamente ya que su discapacidad le imposibilita

172

I. SENTENCIA DEL JUZGADO DE LETRAS DEL TRABAJO

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol N° 469-2011 Cita online: CL/JUR/7181/2011

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol N° 469-2011 Cita online: CL/JUR/7181/2011

I. SENTENCIA DEL JUZGADO DE LETRAS DEL TRABAJO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Santiago, ocho de marzo de dos mil once. VISTOS, OÍDOS LOS INTERVINIENTES Y CONSIDERANDO: PRIMERO: Que comparece al proceso Antonio Gilberto Acosta García, domiciliado Fray Camilo N° 692, comuna de Santiago quien interpone demanda en juicio del trabajo de aplicación general en contra de su empleador Inmobiliaria Construcciones Ltda., representada legalmente por gerente general, don José Alvarado Pérez, ambos domiciliados en Alonso de Córdova N° 5670, comuna de Las Condes, a fin de que se declare que debe indemnizársele por los perjuicios causados por su negligencia culpable en el accidente de trabajo sufrido y se le condene al pago de la suma de $ 61.448.000, por concepto de daño emergente, lucro cesante y daño moral, todo con reajuste, intereses y costas. Señala que comenzó a trabajar para la demandada en el mes de junio de 2008, desempeñándose como Jornal, mediante contrato por obra determinada, correspondiente al edificio ubicado en Santa Rosa N° 325, Comuna de Santiago y que su remuneración mensual ascendía a la suma de $ 227.200, la que deberá servir de base para el cálculo de las indemnizaciones demandadas, de conformidad a lo establecido en el artículo 172 del Código del Trabajo. Manifiesta que las labores de jornal eran indeterminadas, es decir, debía cumplir con todas las labores que le encomendara su jefe directo, don Francisco Osorio, capataz de la demandada, sin que se le designara ninguna labor en particular como propia. Añade que no se le capacitó en el desempeño de ninguno de los trabajos encomendados, ni se le dio implementos de seguridad para el desarrollo de sus labores. Expone que el día sábado 20 de diciembre de 2008, asistió a su trabajo en compensación por el día viernes 26 de diciembre, cerca de las 13:00 horas, después de cumplidas otras labores encomendadas, el señor Manuel Aránguiz, otro de los jefes de obra de la demandada, le ordenó limpiar los andamios ubicados en el piso 13 de la construcción. Indica que, al acabar, aproximadamente a las 13:40 horas, su jefe Francisco Osorio le apuro a fin de salir del lugar por haber terminado el horario de trabajo, sin embargo, al tratar de cumplir sus órdenes a la brevedad posible, el señor Acosta cayó por la abertura que estaba al final del andamio, de alrededor de un metro de ancho, la que debía estar cubierta por una tapa que se colocaba al efecto, pero que en esa ocasión no ocurrió. Agrega que en los andamios de los 12 pisos restantes, estas tapas estaban todas abiertas, por lo que la caída fue directa hasta el tercer nivel de andamio. Manifiesta que su brutal caída le produjo inconsciencia inmediata, siendo trasladado por sus compañeros de trabajo hasta la Mutual, donde recibió los primeros auxilios. Añade que las lesiones sufridas fueron de tal gravedad que su inconsciencia duro tres semanas, siendo diagnosticado de Tec complicado, hundimiento expuesto parietal izquierdo, herida de cuero cabelludo y contusión codo izquierdo. Agrega que el tratamiento dado incluyo: Esquirlectomía y craniectomia descompresiva. Dosectomía C3 C4 y C4 5/ estabilización. Craneoplastia (Desplazamiento y colocación de un injerto osteoperióstico en una brecha practicada en el cráneo, con objeto de facilitar la formación de tejido óseo nuevo) con acrílico. Expone que con fecha 26 de noviembre de 2009, la comisión de evaluación de incapacidad por accidente del trabajo, mediante resolución N° 2009 1289, resolvió como diagnóstico: Tec complicado, fractura expuesta parietal izquierda, contusión medular cervical HNP traumática, y lesión medular C4. Las secuelas del accidente sufrido por el señor Acosta, a nivel neurológico fueron: Mielopatía post traumática con espasticidad grado uno de extremidades inferiores, dolor neuropático, y déficit cognitivo leve, otorgándosele un 50% de grado de incapacidad. Refiere que debe hacer presente que toda su vida laboral la desarrollo realizando trabajos de carácter manual, los que se ve impedido de realizar nuevamente ya que su discapacidad le imposibilita

172

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

173

desempeñarse nuevamente en iguales labores. Agrega que este accidente laboral y la incapacidad del 50% que ésta le acarreó, le imposibilita desempeñarse con la misma eficacia y remuneración, dificultándole los desplazamientos y movimientos, aun los más cotidianos, situación que le hace sentir menoscabado e inútil, resintiéndose con ello también su salud psicológica, cayendo en depresión y debiendo ser medicado. Indica que debe entenderse que este accidente laboral y sus efectos, le han provocado un fuerte menoscabo económico, ya que se encuentra actualmente imposibilitado de desempeñarse al 100% en sus labores, y sin posibilidad de encontrar algún otro trabajo de la misma especie y con igual nivel de ingresos. Agrega que así, por causa directa de las lesiones que sufrió y la incapacidad que padece, ha quedado imposibilitado para trabajar normalmente en el oficio en que se desempeñaba y en general en cualquier otro oficio que requiera la fuerza física, los que son los únicos que conoce, lo que le provoca un profundo daño irreparable tanto económico como moral. Expone que de acuerdo al inciso 1° del artículo 5° de la ley Nº 16.744, se entiende por accidente del trabajo: “Toda lesión que una persona sufra a causa o con ocasión del trabajo y que le produzca incapacidad o muerte”. Señala que al respecto la doctrina nacional comparada ha señalado que los accidentes “a causa del trabajo” deben tener su origen inmediato y directo en el trabajo mismo, en términos tales que se enmarquen en las labores que desempeña el trabajador, en el lugar y en las horas que debe ejecutarlas, y que en aquellos casos acaecidos “con ocasión del trabajo”, existe una ampliación del vinculo causal, teniendo en tal evento el siniestro, una relación indirecta o mediata, pero en todo caso, indubitable. Añade que la demandada incurrió en el incumplimiento de las siguientes obligaciones que le impone la relación contractual. Indica que así en su calidad de empleadora, estaba obligada a velar por la protección de la vida y la salud de sus trabajadores. Añade que en efecto, en el Libro II del Código del Trabajo, titulado “De la protección a los Trabajadores”, se regula sustantivamente la que debe otorgar el empleador, como responsabilidad suya, de esta forma, el artículo 184, inciso primero del Código antes citado, establece la obligación del empleador de tomar todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de los trabajadores, manteniendo las condiciones adecuadas de higiene y seguridad en las faenas, como también los implementos necesarios para prevenir accidentes y enfermedades profesionales, lo que se traduce en la obligación legal que hace exigible al empleador usar la debida diligencia y cuidado en la dirección de la empresa, obra o faena, previniendo adecuadamente los riesgos consiguientes a la ejecución del trabajo. Concluye que, por ende, el empleador es un deudor de seguridad de sus trabajadores, la obligación de otorgar seguridad en el trabajo, bajo todos sus aspectos, es una de las manifestaciones concretas del deber general de protección del empleador, su cabal cumplimiento es de una trascendencia superior a la de una simple obligación de una de las partes en un negocio jurídico, pues ella mira a la prevención de los riesgos profesionales, lo que importa a sus trabajadores, a sus familias y a la sociedad toda, tanto para proteger la vida y la salud de los trabajadores, como por rezones éticas y morales. Añade que la regulación del cumplimiento de éste deber no queda entregada a la autonomía de las voluntades de las partes, ni menos aun a la unilateral decisión del empleador, ella comprende, en general, una serie de normas de derecho necesarias, cuyo contenido, forma y extensión se encuentran regladas mediante normas de orden público, sin perjuicio de normativas adicionales decididas o convenidas con el empleador. Expone que si nos detenemos en el tenor gramatical del artículo 184 inciso primero del Código del Trabajo, podemos advertir que señala que el empleador debe adoptar todas las necesarias medidas para proteger eficazmente la vida y salud de sus trabajadores. Agrega que la palabra eficazmente, empleada en la disposición legal citada, aparentemente apunta a un efecto de resultado, el que sin duda se encuentra también presente, pero, fundamentalmente, debe considerarse referida a la magnitud de responsabilidad y acuciosidad con que el empleador debe dar cumplimiento a su obligación de prevención y seguridad, en relación con lo cual cabe inferir inequívocamente, una suma exigencia del legislador.

desempeñarse nuevamente en iguales labores. Agrega que este accidente laboral y la incapacidad del 50% que ésta le acarreó, le imposibilita desempeñarse con la misma eficacia y remuneración, dificultándole los desplazamientos y movimientos, aun los más cotidianos, situación que le hace sentir menoscabado e inútil, resintiéndose con ello también su salud psicológica, cayendo en depresión y debiendo ser medicado. Indica que debe entenderse que este accidente laboral y sus efectos, le han provocado un fuerte menoscabo económico, ya que se encuentra actualmente imposibilitado de desempeñarse al 100% en sus labores, y sin posibilidad de encontrar algún otro trabajo de la misma especie y con igual nivel de ingresos. Agrega que así, por causa directa de las lesiones que sufrió y la incapacidad que padece, ha quedado imposibilitado para trabajar normalmente en el oficio en que se desempeñaba y en general en cualquier otro oficio que requiera la fuerza física, los que son los únicos que conoce, lo que le provoca un profundo daño irreparable tanto económico como moral. Expone que de acuerdo al inciso 1° del artículo 5° de la ley Nº 16.744, se entiende por accidente del trabajo: “Toda lesión que una persona sufra a causa o con ocasión del trabajo y que le produzca incapacidad o muerte”. Señala que al respecto la doctrina nacional comparada ha señalado que los accidentes “a causa del trabajo” deben tener su origen inmediato y directo en el trabajo mismo, en términos tales que se enmarquen en las labores que desempeña el trabajador, en el lugar y en las horas que debe ejecutarlas, y que en aquellos casos acaecidos “con ocasión del trabajo”, existe una ampliación del vinculo causal, teniendo en tal evento el siniestro, una relación indirecta o mediata, pero en todo caso, indubitable. Añade que la demandada incurrió en el incumplimiento de las siguientes obligaciones que le impone la relación contractual. Indica que así en su calidad de empleadora, estaba obligada a velar por la protección de la vida y la salud de sus trabajadores. Añade que en efecto, en el Libro II del Código del Trabajo, titulado “De la protección a los Trabajadores”, se regula sustantivamente la que debe otorgar el empleador, como responsabilidad suya, de esta forma, el artículo 184, inciso primero del Código antes citado, establece la obligación del empleador de tomar todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de los trabajadores, manteniendo las condiciones adecuadas de higiene y seguridad en las faenas, como también los implementos necesarios para prevenir accidentes y enfermedades profesionales, lo que se traduce en la obligación legal que hace exigible al empleador usar la debida diligencia y cuidado en la dirección de la empresa, obra o faena, previniendo adecuadamente los riesgos consiguientes a la ejecución del trabajo. Concluye que, por ende, el empleador es un deudor de seguridad de sus trabajadores, la obligación de otorgar seguridad en el trabajo, bajo todos sus aspectos, es una de las manifestaciones concretas del deber general de protección del empleador, su cabal cumplimiento es de una trascendencia superior a la de una simple obligación de una de las partes en un negocio jurídico, pues ella mira a la prevención de los riesgos profesionales, lo que importa a sus trabajadores, a sus familias y a la sociedad toda, tanto para proteger la vida y la salud de los trabajadores, como por rezones éticas y morales. Añade que la regulación del cumplimiento de éste deber no queda entregada a la autonomía de las voluntades de las partes, ni menos aun a la unilateral decisión del empleador, ella comprende, en general, una serie de normas de derecho necesarias, cuyo contenido, forma y extensión se encuentran regladas mediante normas de orden público, sin perjuicio de normativas adicionales decididas o convenidas con el empleador. Expone que si nos detenemos en el tenor gramatical del artículo 184 inciso primero del Código del Trabajo, podemos advertir que señala que el empleador debe adoptar todas las necesarias medidas para proteger eficazmente la vida y salud de sus trabajadores. Agrega que la palabra eficazmente, empleada en la disposición legal citada, aparentemente apunta a un efecto de resultado, el que sin duda se encuentra también presente, pero, fundamentalmente, debe considerarse referida a la magnitud de responsabilidad y acuciosidad con que el empleador debe dar cumplimiento a su obligación de prevención y seguridad, en relación con lo cual cabe inferir inequívocamente, una suma exigencia del legislador. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

173

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Añade que en relación con la obligación de prevención y seguridad que pesa sobre el empleador, aluden a ella los artículos 66, 67 y 68 de la ley N° 16.744, y el Reglamento de Prevención de Riesgos Profesionales, cuyo texto fue aprobado por decreto supremo N° 40 del año 1969, del Ministerio del Trabajo y Previsión Social, además de las prescripciones especificas, a las que nos referiremos más adelante, para la ejecución de las funciones motivantes del accidente del trabajo en análisis, de ahí que resulta indudable que existen normativas de prevención de riesgos precisas que la empleadora demandada ha incumplido y que ni siquiera respeto en su mínima observancia, como se explica a continuación. Refiere que en efecto, el artículo 187 del Código del Trabajo, contempla como medida de seguridad la de prohibir la admisión del trabajador a la faena cuando ésta pueda comprometer su salud o su seguridad. Añade que si se produjeron los diversos accidentes que tuvo el trabajador, fue por que las medidas de seguridad “Nunca existieron” o las que se adoptaron “Fueron insuficientes o ineficaces”. Refiere que así, si las condiciones de trabajo no eran seguras, en este caso, por absoluta falta de respeto a la ley, produciendo de ese modo inadecuados métodos de trabajo y la comisión de falta de medidas de seguridad en el desarrollo de la labor que a él como trabajador me correspondía efectuar. Manifiesta que, por consiguiente, siendo la obligación de protección estatuida en el artículo 184 del Código del Trabajo, de la naturaleza del contrato, la que además emana de la ley, obliga al empleador. Señala que, en efecto, de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 1546 del Código Civil, a propósito de las obligaciones contractuales, los contratos obligan no sólo a lo que en ellos se expresa, sino a todas las cosas que emanan precisamente de la naturaleza de la obligación, o que por la ley o la costumbre pertenecen a ella, es así que el contrato de trabajo impone obligaciones y crea derechos que nacen de la voluntad de las partes y que también emanan de la Ley. Añade que aún más, el Código del Trabajo establece la irrenunciabilidad de tales derechos, circunstancias que confirman que deben entenderse incorporadas a los contratos de trabajo las leyes laborales, de lo contrario, habría que transcribir el citado Código en cada contrato laboral, lo que resulta absurdo por decir lo menos. Indica que además, es necesario señalar que el artículo 68 de la ley N° 16.774, establece la obligación de las empresas de implantar todas las medidas de seguridad tanto las que establece el Servicio Nacional de Salud como el organismo administrador a que esté afecta. Agrega que el artículo 69 de la ley N° 16.774 presume que existe negligencia cuando se infringen las medidas de seguridad. Expone que el artículo 420 del Código del Trabajo establece las materias de competencia de los juzgados del trabajo y en su letra f) dice que son de su competencia los juicios en que se pretenda hacer efectiva la responsabilidad del empleador derivada de accidentes del trabajo. Refiere que el artículo 425 y siguientes del Código del Trabajo establece el procedimiento aplicable, añade que la obligación de seguridad analizada hace responsable a mi empleador en el ámbito contractual, cuando por su culpa no se ha dado cumplimiento al elemental y principalísimo deber de seguridad que le impone el artículo 184 del Código del Trabajo, lo cual ha sucedido en el caso sub lite con los diversos accidentes laborales de los cuales he sido víctima. Indica que se ha expuesto que la obligación de prevención y seguridad que pesa sobre el empleador, aludiendo a ella los artículos 66, 67, y 68 de la ley N° 16.744 y el Reglamento de Prevención de Riegos Profesionales, cuyo texto, como se dijo, fue aprobado por decreto supremo N° 40 del año 1969 del Ministerio del Trabajo y Previsión Social, además de las prescripciones especificas para la ejecución de las funciones motivantes del accidente del trabajo que originan este proceso. Agrega que los mencionados preceptos de la ley N° 16.744 apuntan a que las empresas se logre una “conciencia de seguridad” por la importancia que ella tiene para los diversos sectores, los trabajadores, sus familias, las propias empresas y la comunidad, siempre interesada por diversos recursos humanos. Señala que las infracciones en que incurrió el empleador en este caso, dan origen a la responsabilidad contractual, y siendo responsable de la culpa levísima, su obligación se resuelve en la de indemnizar el daño provocado a mi persona por su incumplimiento.

174

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Añade que en relación con la obligación de prevención y seguridad que pesa sobre el empleador, aluden a ella los artículos 66, 67 y 68 de la ley N° 16.744, y el Reglamento de Prevención de Riesgos Profesionales, cuyo texto fue aprobado por decreto supremo N° 40 del año 1969, del Ministerio del Trabajo y Previsión Social, además de las prescripciones especificas, a las que nos referiremos más adelante, para la ejecución de las funciones motivantes del accidente del trabajo en análisis, de ahí que resulta indudable que existen normativas de prevención de riesgos precisas que la empleadora demandada ha incumplido y que ni siquiera respeto en su mínima observancia, como se explica a continuación. Refiere que en efecto, el artículo 187 del Código del Trabajo, contempla como medida de seguridad la de prohibir la admisión del trabajador a la faena cuando ésta pueda comprometer su salud o su seguridad. Añade que si se produjeron los diversos accidentes que tuvo el trabajador, fue por que las medidas de seguridad “Nunca existieron” o las que se adoptaron “Fueron insuficientes o ineficaces”. Refiere que así, si las condiciones de trabajo no eran seguras, en este caso, por absoluta falta de respeto a la ley, produciendo de ese modo inadecuados métodos de trabajo y la comisión de falta de medidas de seguridad en el desarrollo de la labor que a él como trabajador me correspondía efectuar. Manifiesta que, por consiguiente, siendo la obligación de protección estatuida en el artículo 184 del Código del Trabajo, de la naturaleza del contrato, la que además emana de la ley, obliga al empleador. Señala que, en efecto, de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 1546 del Código Civil, a propósito de las obligaciones contractuales, los contratos obligan no sólo a lo que en ellos se expresa, sino a todas las cosas que emanan precisamente de la naturaleza de la obligación, o que por la ley o la costumbre pertenecen a ella, es así que el contrato de trabajo impone obligaciones y crea derechos que nacen de la voluntad de las partes y que también emanan de la Ley. Añade que aún más, el Código del Trabajo establece la irrenunciabilidad de tales derechos, circunstancias que confirman que deben entenderse incorporadas a los contratos de trabajo las leyes laborales, de lo contrario, habría que transcribir el citado Código en cada contrato laboral, lo que resulta absurdo por decir lo menos. Indica que además, es necesario señalar que el artículo 68 de la ley N° 16.774, establece la obligación de las empresas de implantar todas las medidas de seguridad tanto las que establece el Servicio Nacional de Salud como el organismo administrador a que esté afecta. Agrega que el artículo 69 de la ley N° 16.774 presume que existe negligencia cuando se infringen las medidas de seguridad. Expone que el artículo 420 del Código del Trabajo establece las materias de competencia de los juzgados del trabajo y en su letra f) dice que son de su competencia los juicios en que se pretenda hacer efectiva la responsabilidad del empleador derivada de accidentes del trabajo. Refiere que el artículo 425 y siguientes del Código del Trabajo establece el procedimiento aplicable, añade que la obligación de seguridad analizada hace responsable a mi empleador en el ámbito contractual, cuando por su culpa no se ha dado cumplimiento al elemental y principalísimo deber de seguridad que le impone el artículo 184 del Código del Trabajo, lo cual ha sucedido en el caso sub lite con los diversos accidentes laborales de los cuales he sido víctima. Indica que se ha expuesto que la obligación de prevención y seguridad que pesa sobre el empleador, aludiendo a ella los artículos 66, 67, y 68 de la ley N° 16.744 y el Reglamento de Prevención de Riegos Profesionales, cuyo texto, como se dijo, fue aprobado por decreto supremo N° 40 del año 1969 del Ministerio del Trabajo y Previsión Social, además de las prescripciones especificas para la ejecución de las funciones motivantes del accidente del trabajo que originan este proceso. Agrega que los mencionados preceptos de la ley N° 16.744 apuntan a que las empresas se logre una “conciencia de seguridad” por la importancia que ella tiene para los diversos sectores, los trabajadores, sus familias, las propias empresas y la comunidad, siempre interesada por diversos recursos humanos. Señala que las infracciones en que incurrió el empleador en este caso, dan origen a la responsabilidad contractual, y siendo responsable de la culpa levísima, su obligación se resuelve en la de indemnizar el daño provocado a mi persona por su incumplimiento.

174

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

175

Añade que las normas que regulan estas materias son las contenidas en los artículos 1556, 1557, y 1558 del Código Civil, y las del artículo 69 letra b) de la Ley N° 16.744 sobre Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales, esta ultima disposición, de carácter especial, establece que, mediando culpa de la entidad empleadora o de un tercero: “b) la víctima y las demás personas a quiénes el accidente o enfermedad causen daño podrán reclamar al empleador o terceros responsables del accidente, también las otras indemnizaciones a que tengan derecho, con arreglo a las prescripciones del derecho común, incluso el daño moral”, de esta forma la indemnización de perjuicios deberá cubrir el daño moral y lucro cesante que se me ha inferido. Finaliza señalando que por todo lo anteriormente expuesto interpone la presente demanda, a fin de que se le indemnice por los perjuicios causados, condenando a la demandada al pago de los siguientes conceptos: a) daño emergente: estimando este rubro en la suma de $ 1.000.000. por concepto de medicinas, venda, radiografías, movilizaciones en taxis y otros gastos médicos que el trabajador ha debido asumir durante todo este tiempo, producto del accidente. b) lucro cesante: el que asciende a $ 20.448.000 toda vez que la incapacidad física que afecta al actor es de un 50%, la que no le permitirá percibir en su totalidad la remuneración normal que recibía por su trabajo, diciendo el cálculo de la indemnización relación con el porcentaje de las remuneraciones que el demandante dejará de percibir durante el resto de su vida útil como trabajador. c) daño moral: El que se estima en un monto no inferior a los $ 40.000.000., dado el sufrimiento físico y moral que le ha provocado el accidente producido por la actitud negligente de la demandada, y las secuelas permanentes que sufrirá. d) intereses y reajustes: Hasta la fecha del pago efectivo. e) costas de la causa. SEGUNDO: Que la demandada estando dentro de plazo y evacuando el traslado que le fuera conferido, solicita el rechazo de la demanda de autos, con expresa condenación en costas. Señala que en cuanto a la relación de hechos efectuada por el actor en su libelo, niega y controvierte todo lo expuesto respecto a la materia de autos en la demanda, por no haber sido narrados los acontecimientos conforme la verdad. Expone que, sin embargo, el actor ingresó a prestar servicios con fecha 1° de septiembre de 2008 (no en junio de 2008), agrega que en dicha oportunidad, fue contratado para que prestara servicios en la obra de construcción denominada “Edificio Nuevo Centro II”, ubicada en Avenida Santa Rosa N° 325, comuna de Santiago, desempeñándose en labores de Jornal (funciones básicas al interior de una construcción). Manifiesta que conforme consta en el contrato de trabajo celebrado en dicha oportunidad, la remuneración pactada con el trabajador alcanzó la suma de $ 159.000 (no $ 227.200). Añade que a diferencia de lo señalado en la demanda, las labores de jornal en una obra de construcción no son indeterminadas, sino que son amplias, se trata en síntesis, de funciones auxiliares a las distintas especialidades de la construcción como son la albañilería, la carpintería y la instalación de servicios. Indica que cabe hacer notar que efectivamente el demandante recibía órdenes e instrucciones de su jefe directo, don Francisco Osorio, quien se desempeñaba como jefe de cuadrilla (no capataz). Señala que resulta ser absolutamente falso que al demandante no se le haya capacitado para trabajar en construcción y, particularmente, en la obra a la que se ha hecho mención. Manifiesta que resulta ser efectivo que con fecha 20 de diciembre de 2008, el demandante sufrió un accidente, consistente en una caída desde un andamio en el piso 13 hasta el piso tercero de fa misma construcción, con todo, la realidad de los acontecimientos fue diferente a la relatada en la demanda. Expone que, en efecto, el día de los hechos el demandante ingresa a realizar sus funciones, en dicha oportunidad se le entregan sus elementos de seguridad, realizando distintas tareas para las cuales se encuentra contratado, encontrándose, a finales de su jornada de trabajo, realizando el aseo de un andamio ubicado en la fachada sur poniente del edificio, a la altura del piso 13. Manifiesta que según pudo constatarse por el personal de la empresa que estaba en las obras ese día, y por el prevencionista de riesgos, el demandante se encontraba realizando la acción reseñada

Añade que las normas que regulan estas materias son las contenidas en los artículos 1556, 1557, y 1558 del Código Civil, y las del artículo 69 letra b) de la Ley N° 16.744 sobre Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales, esta ultima disposición, de carácter especial, establece que, mediando culpa de la entidad empleadora o de un tercero: “b) la víctima y las demás personas a quiénes el accidente o enfermedad causen daño podrán reclamar al empleador o terceros responsables del accidente, también las otras indemnizaciones a que tengan derecho, con arreglo a las prescripciones del derecho común, incluso el daño moral”, de esta forma la indemnización de perjuicios deberá cubrir el daño moral y lucro cesante que se me ha inferido. Finaliza señalando que por todo lo anteriormente expuesto interpone la presente demanda, a fin de que se le indemnice por los perjuicios causados, condenando a la demandada al pago de los siguientes conceptos: a) daño emergente: estimando este rubro en la suma de $ 1.000.000. por concepto de medicinas, venda, radiografías, movilizaciones en taxis y otros gastos médicos que el trabajador ha debido asumir durante todo este tiempo, producto del accidente. b) lucro cesante: el que asciende a $ 20.448.000 toda vez que la incapacidad física que afecta al actor es de un 50%, la que no le permitirá percibir en su totalidad la remuneración normal que recibía por su trabajo, diciendo el cálculo de la indemnización relación con el porcentaje de las remuneraciones que el demandante dejará de percibir durante el resto de su vida útil como trabajador. c) daño moral: El que se estima en un monto no inferior a los $ 40.000.000., dado el sufrimiento físico y moral que le ha provocado el accidente producido por la actitud negligente de la demandada, y las secuelas permanentes que sufrirá. d) intereses y reajustes: Hasta la fecha del pago efectivo. e) costas de la causa. SEGUNDO: Que la demandada estando dentro de plazo y evacuando el traslado que le fuera conferido, solicita el rechazo de la demanda de autos, con expresa condenación en costas. Señala que en cuanto a la relación de hechos efectuada por el actor en su libelo, niega y controvierte todo lo expuesto respecto a la materia de autos en la demanda, por no haber sido narrados los acontecimientos conforme la verdad. Expone que, sin embargo, el actor ingresó a prestar servicios con fecha 1° de septiembre de 2008 (no en junio de 2008), agrega que en dicha oportunidad, fue contratado para que prestara servicios en la obra de construcción denominada “Edificio Nuevo Centro II”, ubicada en Avenida Santa Rosa N° 325, comuna de Santiago, desempeñándose en labores de Jornal (funciones básicas al interior de una construcción). Manifiesta que conforme consta en el contrato de trabajo celebrado en dicha oportunidad, la remuneración pactada con el trabajador alcanzó la suma de $ 159.000 (no $ 227.200). Añade que a diferencia de lo señalado en la demanda, las labores de jornal en una obra de construcción no son indeterminadas, sino que son amplias, se trata en síntesis, de funciones auxiliares a las distintas especialidades de la construcción como son la albañilería, la carpintería y la instalación de servicios. Indica que cabe hacer notar que efectivamente el demandante recibía órdenes e instrucciones de su jefe directo, don Francisco Osorio, quien se desempeñaba como jefe de cuadrilla (no capataz). Señala que resulta ser absolutamente falso que al demandante no se le haya capacitado para trabajar en construcción y, particularmente, en la obra a la que se ha hecho mención. Manifiesta que resulta ser efectivo que con fecha 20 de diciembre de 2008, el demandante sufrió un accidente, consistente en una caída desde un andamio en el piso 13 hasta el piso tercero de fa misma construcción, con todo, la realidad de los acontecimientos fue diferente a la relatada en la demanda. Expone que, en efecto, el día de los hechos el demandante ingresa a realizar sus funciones, en dicha oportunidad se le entregan sus elementos de seguridad, realizando distintas tareas para las cuales se encuentra contratado, encontrándose, a finales de su jornada de trabajo, realizando el aseo de un andamio ubicado en la fachada sur poniente del edificio, a la altura del piso 13. Manifiesta que según pudo constatarse por el personal de la empresa que estaba en las obras ese día, y por el prevencionista de riesgos, el demandante se encontraba realizando la acción reseñada ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

175

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

precedentemente, utilizando su arnés de seguridad, mismo que se le había entregado al inicio de la jornada, para cuyo uso se le había capacitado oportunamente. Añade que con todo, y luego que su jefe le avisó que su jornada de trabajo estaba por concluir, el actor procedió a soltarse del arnés y, al dar unos pasos, cayó por la escotilla que se encuentra en el medio de las plataformas del andamio que se encontraba limpiando. Señala que cabe preguntarse: ¿por qué estaba abierta la escotilla? cómo es posible que el demandante haya caído a través de ella desde el piso 13 al 3? Indica que de las averiguaciones e informes que se han desarrollado con motivo del citado accidente, unas en el mismo momento, otras con posterioridad al hecho, ha podido acreditarse fehacientemente, que tales interrogantes se resuelven con una sola respuesta, que fue el propio actor el que se puso en una situación de riesgo, ya que actuando negligentemente y por comodidad, abrió la escotilla del andamio que estaba limpiando, así como las de aquellos otros que se encontraban hacía abajo hasta el nivel de la superficie, con miras a utilizar ese conducto para ir botando los escombros y basura que limpiaba, de modo de ahorrarse el tener que juntarlos y llevarlos cada vez, hasta el primer piso. Expone que, así las cosas, y a diferencia de lo señalado en la demanda, no ha sido su representada culpable de la caída del actor, sino que fue éste y sus propios actos negligentes, los que han ocasionado el accidente. Indica que luego del accidente, el demandante fue trasladado a la Mutual de Seguridad de la Cámara Chilena de la Construcción por personal de la misma (no por compañeros de trabajo), para recibir atención médica. Añade que en dicha oportunidad quedó hospitalizado, con diagnóstico de TEC abierto y fractura de codo izquierdo. Hacen presente al tribunal, que todos los gastos médicos asociados a esta hospitalización, fueron cubiertos por la citada mutual, en razón del seguro de accidentes del trabajo y enfermedades profesionales. Agrega que de la misma forma, hacen presente que el tratamiento a que fue sometido el demandante se extendió desde el 20 de diciembre de 2008, hasta el 14 de noviembre de 2009, fecha esta última en que retornó a su trabajo para con su representada. Añade que dicha relación laboral se mantuvo vigente hasta el día 30 de abril de 2010, oportunidad en que el trabajador hizo abandono voluntario de las obras, sin que se hayan tenido noticias de éste, hasta la fecha de notificación de la presente demanda. Indica que para finalizar esta revisión de los hechos, dejan constancia que es efectivo que la institución previsional correspondiente, reconoció al demandante un grado de incapacidad luego del accidente, pero éste sólo alcanza el 50% (no un 100%), y que resulta falso que se vea impedido desempeñarse nuevamente en labores similares, cuestión que se ve confirmada, por los 5 meses de trabajo posteriores que realizó para mi representada en iguales faenas y actividades. Expone que, en síntesis, de lo expuesto se sigue claramente que la demanda materia de autos no puede prosperar, ya que no se dan los supuestos legales que hagan al actor merecedor de las abultadas e infundadas indemnizaciones que son materia de su libelo. Agrega que en relación al concepto de accidente del trabajo, coincidimos en la definición legal y doctrinaria señalada en la demanda. Señala que con todo, hacen especial hincapié en el hecho que el accidente del trabajo debe referirse a toda lesión que una persona sufra “a causa del trabajo”, esto es, tener su origen en el trabajo mismo, en términos tales que se enmarquen en las labores para las cuales fue contratado, ejecutadas con la debida diligencia y cuidado. Añade que no puede estimarse en la especie, que el demandante haya ejecutado sus funciones de jornal, con la diligencia y cuidado debido, ya que se expuso negligentemente al riesgo de caer por el espacio que abrió como atajo, para botar la basura y escombros que estaba limpiando. Indica en cuanto a la obligación legal de protección y seguridad del trabajador que establece el artículo 184 del Código del Trabajo y demás normas afines, cabe señalar, que la demandada ha cumplido íntegra y oportunamente con ella, arbitrando todas las medidas necesarias para ello, materia que ha sido absolutamente omitida por la demandante.

176

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

precedentemente, utilizando su arnés de seguridad, mismo que se le había entregado al inicio de la jornada, para cuyo uso se le había capacitado oportunamente. Añade que con todo, y luego que su jefe le avisó que su jornada de trabajo estaba por concluir, el actor procedió a soltarse del arnés y, al dar unos pasos, cayó por la escotilla que se encuentra en el medio de las plataformas del andamio que se encontraba limpiando. Señala que cabe preguntarse: ¿por qué estaba abierta la escotilla? cómo es posible que el demandante haya caído a través de ella desde el piso 13 al 3? Indica que de las averiguaciones e informes que se han desarrollado con motivo del citado accidente, unas en el mismo momento, otras con posterioridad al hecho, ha podido acreditarse fehacientemente, que tales interrogantes se resuelven con una sola respuesta, que fue el propio actor el que se puso en una situación de riesgo, ya que actuando negligentemente y por comodidad, abrió la escotilla del andamio que estaba limpiando, así como las de aquellos otros que se encontraban hacía abajo hasta el nivel de la superficie, con miras a utilizar ese conducto para ir botando los escombros y basura que limpiaba, de modo de ahorrarse el tener que juntarlos y llevarlos cada vez, hasta el primer piso. Expone que, así las cosas, y a diferencia de lo señalado en la demanda, no ha sido su representada culpable de la caída del actor, sino que fue éste y sus propios actos negligentes, los que han ocasionado el accidente. Indica que luego del accidente, el demandante fue trasladado a la Mutual de Seguridad de la Cámara Chilena de la Construcción por personal de la misma (no por compañeros de trabajo), para recibir atención médica. Añade que en dicha oportunidad quedó hospitalizado, con diagnóstico de TEC abierto y fractura de codo izquierdo. Hacen presente al tribunal, que todos los gastos médicos asociados a esta hospitalización, fueron cubiertos por la citada mutual, en razón del seguro de accidentes del trabajo y enfermedades profesionales. Agrega que de la misma forma, hacen presente que el tratamiento a que fue sometido el demandante se extendió desde el 20 de diciembre de 2008, hasta el 14 de noviembre de 2009, fecha esta última en que retornó a su trabajo para con su representada. Añade que dicha relación laboral se mantuvo vigente hasta el día 30 de abril de 2010, oportunidad en que el trabajador hizo abandono voluntario de las obras, sin que se hayan tenido noticias de éste, hasta la fecha de notificación de la presente demanda. Indica que para finalizar esta revisión de los hechos, dejan constancia que es efectivo que la institución previsional correspondiente, reconoció al demandante un grado de incapacidad luego del accidente, pero éste sólo alcanza el 50% (no un 100%), y que resulta falso que se vea impedido desempeñarse nuevamente en labores similares, cuestión que se ve confirmada, por los 5 meses de trabajo posteriores que realizó para mi representada en iguales faenas y actividades. Expone que, en síntesis, de lo expuesto se sigue claramente que la demanda materia de autos no puede prosperar, ya que no se dan los supuestos legales que hagan al actor merecedor de las abultadas e infundadas indemnizaciones que son materia de su libelo. Agrega que en relación al concepto de accidente del trabajo, coincidimos en la definición legal y doctrinaria señalada en la demanda. Señala que con todo, hacen especial hincapié en el hecho que el accidente del trabajo debe referirse a toda lesión que una persona sufra “a causa del trabajo”, esto es, tener su origen en el trabajo mismo, en términos tales que se enmarquen en las labores para las cuales fue contratado, ejecutadas con la debida diligencia y cuidado. Añade que no puede estimarse en la especie, que el demandante haya ejecutado sus funciones de jornal, con la diligencia y cuidado debido, ya que se expuso negligentemente al riesgo de caer por el espacio que abrió como atajo, para botar la basura y escombros que estaba limpiando. Indica en cuanto a la obligación legal de protección y seguridad del trabajador que establece el artículo 184 del Código del Trabajo y demás normas afines, cabe señalar, que la demandada ha cumplido íntegra y oportunamente con ella, arbitrando todas las medidas necesarias para ello, materia que ha sido absolutamente omitida por la demandante.

176

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

177

Expone que, en efecto, el actor omite referirse a las siguientes acciones en materia de proteger y asegurar eficazmente la higiene y salud del trabajador accidentado: a) Oportunamente le fue entregado al trabajador copia del Reglamento Interno de orden, higiene y seguridad de la empresa. b) Haber recibido oportunamente la denominada “Charla de Hombre Nuevo”. c) Haber recibido oportunamente la denominada Charla “del Derecho a Saber” y haber suscrito una declaración donde señala conocer los riesgos del trabajo que realizaba. d) Haber recibido con fecha 3 de septiembre de 2008, la denominada Charla de “Preocuparse de los elementos de protección personal, para mantenerlos en buen estado”. e) Haber recibido con fecha 5 de septiembre de 2008, la denominada charla de cuidado con los materiales que caen de los pisos superiores. f) Haber recibido con fecha 10 de septiembre de 2008, la denominada charla de forma correcta de tomar y levantar una carpa. g) Haber recibido con fecha 12 de septiembre de 2008, la denominada charla de tapones auditivos, uso correcto y tiempo que dura. h) Haber recibido con fecha 17 de septiembre de 2008, a denominada charla de protegerse de las caídas de los materiales y objetos de pisos superiores. i) Haber recibido con fecha 24 de septiembre de 2008, la denominada Charla de “el cuidado de los elementos de protección personal y cuándo deben cambiarse”. j) Haber recibido con fecha 26 de septiembre de 2008, la denominada Charla de “Precaución a elementos que caen de los pisos superiores”. k) Haber recibido con fecha 1° de octubre de 2008, la denominada Charla de “forma correcta de cargar y descargar materiales”. l) Haber recibido con fecha 3 de octubre de 2008, la denominada Charla de “uso correcto de los elementos de protección personal”. m) Haber recibido con fecha 8 de octubre de 2008, la denominada Charla de “mantener los elementos de protección personal en buen estado”. n) Haber recibido con fecha 10 de octubre de 2008, la denominada Charla de “cuidado con los de abajo” (tener precaución con los trabajadores que se encuentren en pisos inferiores). ñ) Haber recibido con fecha 15 de octubre de 2008, la denominada Charla de “mantener lugares de acceso despejados”. o) Haber recibido con fecha 17 de octubre de 2008, la denominada Charla de “revisión de los elementos de protección personal”. p) Haber recibido con fecha 24 de octubre de 2008, la denominada Charla de “mantener lugares (pasillos y escalas) despejados en caso de emergencias”. q) Haber recibido con fecha 29 de octubre de 2008, la denominada Charla de “Revisión de los elementos de protección personal (cambios de los elementos defectuosos). r) Haber recibido con fecha 7 de noviembre de 2008, la denominada Charla de “condiciones de seguridad en el trabajo”. s) Haber recibido con fecha 11 de noviembre de 2008, la denominada Charla de “trabajo con herramienta eléctrica, precauciones”. t) Haber recibido con fecha 14 de noviembre de 2008, la denominada Charla de “guantes de seguridad, protegerse las manos hace bien”. u) Haber recibido con fecha 19 de noviembre de 2008, la denominada Charla de “elementos de protección personal. Uso y función que cumplen”. v) Haber recibido con fecha 21 de noviembre de 2008, la denominada Charla de “uso obligatorio de los lentes de seguridad”. w) Haber recibido con fecha 3 de diciembre de 2008, la denominada Charla de “mantener lugares de trabajo despejados y sin obstáculos para trabajar”. x) Haber recibido con fecha 10 de diciembre de 2008, la denominada Charla de “uso de arnés de seguridad y caída de objetos de los pisos superiores”.

Expone que, en efecto, el actor omite referirse a las siguientes acciones en materia de proteger y asegurar eficazmente la higiene y salud del trabajador accidentado: a) Oportunamente le fue entregado al trabajador copia del Reglamento Interno de orden, higiene y seguridad de la empresa. b) Haber recibido oportunamente la denominada “Charla de Hombre Nuevo”. c) Haber recibido oportunamente la denominada Charla “del Derecho a Saber” y haber suscrito una declaración donde señala conocer los riesgos del trabajo que realizaba. d) Haber recibido con fecha 3 de septiembre de 2008, la denominada Charla de “Preocuparse de los elementos de protección personal, para mantenerlos en buen estado”. e) Haber recibido con fecha 5 de septiembre de 2008, la denominada charla de cuidado con los materiales que caen de los pisos superiores. f) Haber recibido con fecha 10 de septiembre de 2008, la denominada charla de forma correcta de tomar y levantar una carpa. g) Haber recibido con fecha 12 de septiembre de 2008, la denominada charla de tapones auditivos, uso correcto y tiempo que dura. h) Haber recibido con fecha 17 de septiembre de 2008, a denominada charla de protegerse de las caídas de los materiales y objetos de pisos superiores. i) Haber recibido con fecha 24 de septiembre de 2008, la denominada Charla de “el cuidado de los elementos de protección personal y cuándo deben cambiarse”. j) Haber recibido con fecha 26 de septiembre de 2008, la denominada Charla de “Precaución a elementos que caen de los pisos superiores”. k) Haber recibido con fecha 1° de octubre de 2008, la denominada Charla de “forma correcta de cargar y descargar materiales”. l) Haber recibido con fecha 3 de octubre de 2008, la denominada Charla de “uso correcto de los elementos de protección personal”. m) Haber recibido con fecha 8 de octubre de 2008, la denominada Charla de “mantener los elementos de protección personal en buen estado”. n) Haber recibido con fecha 10 de octubre de 2008, la denominada Charla de “cuidado con los de abajo” (tener precaución con los trabajadores que se encuentren en pisos inferiores). ñ) Haber recibido con fecha 15 de octubre de 2008, la denominada Charla de “mantener lugares de acceso despejados”. o) Haber recibido con fecha 17 de octubre de 2008, la denominada Charla de “revisión de los elementos de protección personal”. p) Haber recibido con fecha 24 de octubre de 2008, la denominada Charla de “mantener lugares (pasillos y escalas) despejados en caso de emergencias”. q) Haber recibido con fecha 29 de octubre de 2008, la denominada Charla de “Revisión de los elementos de protección personal (cambios de los elementos defectuosos). r) Haber recibido con fecha 7 de noviembre de 2008, la denominada Charla de “condiciones de seguridad en el trabajo”. s) Haber recibido con fecha 11 de noviembre de 2008, la denominada Charla de “trabajo con herramienta eléctrica, precauciones”. t) Haber recibido con fecha 14 de noviembre de 2008, la denominada Charla de “guantes de seguridad, protegerse las manos hace bien”. u) Haber recibido con fecha 19 de noviembre de 2008, la denominada Charla de “elementos de protección personal. Uso y función que cumplen”. v) Haber recibido con fecha 21 de noviembre de 2008, la denominada Charla de “uso obligatorio de los lentes de seguridad”. w) Haber recibido con fecha 3 de diciembre de 2008, la denominada Charla de “mantener lugares de trabajo despejados y sin obstáculos para trabajar”. x) Haber recibido con fecha 10 de diciembre de 2008, la denominada Charla de “uso de arnés de seguridad y caída de objetos de los pisos superiores”. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

177

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

y) Haber recibido con fecha 12 de diciembre de 2008, la denominada Charla de “Uso y función de los elementos de protección personal y revisión de éstos”. z) Haber recibido con fecha 17 de diciembre de 2008, la denominada Charla de “uso de arnés y lentes de seguridad”. a´) Haber recibido oportunamente casco, guantes, antiparras, tapones auditivos y zapatos de seguridad. b´) Tener las cotizaciones previsionales y de salud al día, junto con tener vigente el seguro de accidentes laborales en convenio con la Mutual de Seguridad de la Cámara Chilena de la Construcción. Indica que, en síntesis, y sin perjuicio de lo señalado, resulta inaceptable que se acuse a su representada de haber incumplido su obligación de proteger eficazmente la vida y la salud del demandante, en circunstancias que se han señalado treinta acciones concretas de protección. Expone que, por otra parte, este deber de seguridad o protección que el ordenamiento jurídico impone al empleador, necesariamente, tiene una contraparte, cual es, el trabajador, pues resultaría del todo ilusorio y se transformaría en letra muerta la intención del legislador de proteger la vida y salud de los trabajadores, si éstos, fueran simples sujetos pasivos, a quienes no les corresponde ninguna obligación. Agrega que de la forma señalada, el demandante, como beneficiario directo de este deber de protección que ahora alega y denuncia incumplido por mí representada, le corresponden dos obligaciones (deberes) básicas, a saber: a) Dar estricto y oportuno cumplimiento a todas las medidas de seguridad que el empleador adoptó, conforme a los propios documentos suscritos para que su vida y salud no se vieran afectadas, pues de lo contrario, el imperativo que recae sobre la empresa carece de todo sentido. No es posible imaginar que, el trabajador, sin mediar ningún tipo de justificación, se encuentra en condiciones de desobedecer y no acatar precisamente, aquellas medidas que tiene como finalidad preservar su vida, salud e integridad física, y, b) Realizar todas aquellas acciones que la lógica y el sentido común, le requieran para superar las contingencias a que se vea enfrentado en el cumplimiento de sus deberes o funciones laborales, como un complemento a las medidas de seguridad adoptadas ya por su empleador Indica que en otras palabras, sin perjuicio del deber de cuidado que le asiste, corresponde al trabajador desplegar una diligencia mínima en el desempeño de sus funciones, cuestión que finalmente no hizo, entender el deber de seguridad o protección, de una forma diferente, significará que aun cuando el trabajador se exponga imprudentemente al daño, igualmente, el empleador deberá responder de los daños causados, lo cual, es inaceptable e injusto. Señala que para finalizar controvierten y niegan la supuesta existencia de diversos accidentes sufridos por el trabajador y que éste haya trabajado en condiciones inseguras, lo que es simplemente falso. Manifiesta en relación a las infracciones a normas laborales y de seguridad social específicas alegadas por la demandante, hacen presente al Tribunal que el actor nada indica al respecto, con todo controvierten la imputación, siendo la misma absolutamente falsa. Expone en cuanto a las prestaciones demandadas, solicitamos su total rechazo, ya que, tal como se dijo, carecen del más mínimo fundamento legal. Añade que sin perjuicio de lo anterior, y para el caso que el tribunal estime que mi representada tiene responsabilidad en los hechos denunciados, solicito se tenga presente lo siguiente: a) Que no existen los daños cuya reparación se solicita, en efecto, en primer lugar, el actor no ha tenido gasto alguno derivado del tratamiento del accidente, todos los cuales han sido cubiertos por la Mutual de Seguridad. Agrega que, en segundo lugar, y tal como se acreditará, luego del accidente el actor no ha dejado de percibir remuneraciones en cantidad inferior a aquella que recibía previamente, basta para confirmarlo todo el período post licencia que trabajó para ella. Añade que consecuentemente con ello, el demandante no se ha visto privado de legítimo beneficio alguno. Indica que, finalmente, y en tercer lugar, tampoco consta a esta parte que el accidente sufrido, haya producido al demandante un sufrimiento determinado, correspondiendo a éste acreditarlo debidamente. Expone que en el evento que los daños alegados por la demandante, fueran probados y existieren realmente, la evaluación que de los mismos fue hecha por el demandante en su libelo, es absolutamen-

178

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

y) Haber recibido con fecha 12 de diciembre de 2008, la denominada Charla de “Uso y función de los elementos de protección personal y revisión de éstos”. z) Haber recibido con fecha 17 de diciembre de 2008, la denominada Charla de “uso de arnés y lentes de seguridad”. a´) Haber recibido oportunamente casco, guantes, antiparras, tapones auditivos y zapatos de seguridad. b´) Tener las cotizaciones previsionales y de salud al día, junto con tener vigente el seguro de accidentes laborales en convenio con la Mutual de Seguridad de la Cámara Chilena de la Construcción. Indica que, en síntesis, y sin perjuicio de lo señalado, resulta inaceptable que se acuse a su representada de haber incumplido su obligación de proteger eficazmente la vida y la salud del demandante, en circunstancias que se han señalado treinta acciones concretas de protección. Expone que, por otra parte, este deber de seguridad o protección que el ordenamiento jurídico impone al empleador, necesariamente, tiene una contraparte, cual es, el trabajador, pues resultaría del todo ilusorio y se transformaría en letra muerta la intención del legislador de proteger la vida y salud de los trabajadores, si éstos, fueran simples sujetos pasivos, a quienes no les corresponde ninguna obligación. Agrega que de la forma señalada, el demandante, como beneficiario directo de este deber de protección que ahora alega y denuncia incumplido por mí representada, le corresponden dos obligaciones (deberes) básicas, a saber: a) Dar estricto y oportuno cumplimiento a todas las medidas de seguridad que el empleador adoptó, conforme a los propios documentos suscritos para que su vida y salud no se vieran afectadas, pues de lo contrario, el imperativo que recae sobre la empresa carece de todo sentido. No es posible imaginar que, el trabajador, sin mediar ningún tipo de justificación, se encuentra en condiciones de desobedecer y no acatar precisamente, aquellas medidas que tiene como finalidad preservar su vida, salud e integridad física, y, b) Realizar todas aquellas acciones que la lógica y el sentido común, le requieran para superar las contingencias a que se vea enfrentado en el cumplimiento de sus deberes o funciones laborales, como un complemento a las medidas de seguridad adoptadas ya por su empleador Indica que en otras palabras, sin perjuicio del deber de cuidado que le asiste, corresponde al trabajador desplegar una diligencia mínima en el desempeño de sus funciones, cuestión que finalmente no hizo, entender el deber de seguridad o protección, de una forma diferente, significará que aun cuando el trabajador se exponga imprudentemente al daño, igualmente, el empleador deberá responder de los daños causados, lo cual, es inaceptable e injusto. Señala que para finalizar controvierten y niegan la supuesta existencia de diversos accidentes sufridos por el trabajador y que éste haya trabajado en condiciones inseguras, lo que es simplemente falso. Manifiesta en relación a las infracciones a normas laborales y de seguridad social específicas alegadas por la demandante, hacen presente al Tribunal que el actor nada indica al respecto, con todo controvierten la imputación, siendo la misma absolutamente falsa. Expone en cuanto a las prestaciones demandadas, solicitamos su total rechazo, ya que, tal como se dijo, carecen del más mínimo fundamento legal. Añade que sin perjuicio de lo anterior, y para el caso que el tribunal estime que mi representada tiene responsabilidad en los hechos denunciados, solicito se tenga presente lo siguiente: a) Que no existen los daños cuya reparación se solicita, en efecto, en primer lugar, el actor no ha tenido gasto alguno derivado del tratamiento del accidente, todos los cuales han sido cubiertos por la Mutual de Seguridad. Agrega que, en segundo lugar, y tal como se acreditará, luego del accidente el actor no ha dejado de percibir remuneraciones en cantidad inferior a aquella que recibía previamente, basta para confirmarlo todo el período post licencia que trabajó para ella. Añade que consecuentemente con ello, el demandante no se ha visto privado de legítimo beneficio alguno. Indica que, finalmente, y en tercer lugar, tampoco consta a esta parte que el accidente sufrido, haya producido al demandante un sufrimiento determinado, correspondiendo a éste acreditarlo debidamente. Expone que en el evento que los daños alegados por la demandante, fueran probados y existieren realmente, la evaluación que de los mismos fue hecha por el demandante en su libelo, es absolutamen-

178

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

179

te arbitraria y desproporcionada, lo que les permite afirmar que se busca con ella un enriquecimiento indebido. Añade que, en efecto, y en lo que respecta al lucro cesante demandado, la jurisprudencia ha señalado que para discernir adecuadamente sobre este punto, es necesario tener presente las reflexiones siguientes: Señala que el lucro cesante no definido por el legislador suele conceptualizarse como la privación de una ganancia futura o la utilidad que deja de percibir el acreedor por incumplimiento o cumplimiento tardío de una obligación; Manifiesta que cualesquiera sea la fuente de responsabilidad que se imputa contractualmente o extracontractual existe acuerdo en el sentido que los daños futuros sólo son indemnizables a condición de que sean “directos” y “ciertos”, excluyéndose de esta condición los “indirectos” y los “eventuales” o “hipotéticos”; Refiere que para acreditar las certidumbre del daño, debe proporcionarse al juez antecedentes que le permitan determinar la ganancia probable dejada de percibir en lo que la víctima del accidente pudo percibir, por concepto de remuneraciones, durante el resto de su vida laboral útil, “por cuanto no parece posible que la relación de dependencia que los ligaba (al trabajador y al empleador) al momento del siniestro, hubiera necesariamente de perdurar de por vida y, siendo así, no se da la indispensable causalidad que siempre va aparejada a la obligación de indemnizar. Agrega que a mayor abundamiento, la indemnización del daño material debe ser integral, pero no puede constituir ocasión de ganancia para su beneficiario, principio que no puede omitirse a la hora de computar el eventual perjuicio derivado del lucro cesante, en la especie, entendemos que el actor percibe una pensión, y la mantendrá mientras permanezca inválido, antecedente que dificulta, aun más la determinación del concepto reclamado que, en todo caso, aparece como hipotético y, por lo tanto, incierto. Expone que tal correcto pensamiento jurídico, ha sido reafirmado y confirmado pese a !a entrada de la nueva reforma procesal laboral y la “oportunidad” para nuevas interpretaciones jurídicas que pueda dar la parte activa a la indemnización de lucro cesante, con innumerables fallos confirmando lo expuesto precedentemente por tos Tribunales Superiores de Justicia, como el fallo del Segundo Juzgado del Trabajo de Santiago, RIT N° 0 630 2010 o el radicado en el Primer Juzgado del Trabajo de Santiago, RIT N° 0 590 2009. Indica que, por otra parte, y en lo que respecta al daño moral, cabe tener presente que la indemnización de perjuicios en nuestro derecho tiene un carácter resarcitorio, y más precisamente satisfactivo que se le otorga a la víctima para aminorar las consecuencias de un dolor de orden moral, así también se ha señalado, que de modo alguno puede considerarse a la indemnización de daño moral un carácter compensatorio desde el momento que el dolor no es compensable, a diferencia de lo que ocurre con el daño patrimonial material. Tal como señala el profesor Ramón Díaz Pizarro, desde una perspectiva estrictamente resarcitoria, el daño no puede convertirse en una fuente de lucro indebida para el damnificado, y en un motivo expoliación para el dañador. Consecuentemente con lo anterior, nos sorprende la suma demandada por el actor, quien ciertamente no ha dado ningún parámetro para establecer la cuantía del monto y sólo ha requerido “al boleo” una suma que resulta del todo ilusoria. TERCERO: Que con fecha 17 de enero de 2011, se llevó a efecto la audiencia preparatoria, en ella el tribunal fijaron los siguientes hechos no controvertidos los cuales fueron aceptados por las partes, a saber: a) Labores desempeñadas por el actor. b) Que mantiene una incapacidad del 50%. c) Fecha del accidente y circunstancias de la caída. d) Año en el que se inició la relación laboral (2008). A continuación se llamó a los litigantes a conciliación, proponiendo al efecto el Tribunal bases concretar de un posible acuerdo, el cual no prosperó. Atendido lo precedentemente relatado y existiendo al juicio del tribunal hechos sustanciales, pertinentes y controvertidos, fijó los siguientes hechos a probar:

te arbitraria y desproporcionada, lo que les permite afirmar que se busca con ella un enriquecimiento indebido. Añade que, en efecto, y en lo que respecta al lucro cesante demandado, la jurisprudencia ha señalado que para discernir adecuadamente sobre este punto, es necesario tener presente las reflexiones siguientes: Señala que el lucro cesante no definido por el legislador suele conceptualizarse como la privación de una ganancia futura o la utilidad que deja de percibir el acreedor por incumplimiento o cumplimiento tardío de una obligación; Manifiesta que cualesquiera sea la fuente de responsabilidad que se imputa contractualmente o extracontractual existe acuerdo en el sentido que los daños futuros sólo son indemnizables a condición de que sean “directos” y “ciertos”, excluyéndose de esta condición los “indirectos” y los “eventuales” o “hipotéticos”; Refiere que para acreditar las certidumbre del daño, debe proporcionarse al juez antecedentes que le permitan determinar la ganancia probable dejada de percibir en lo que la víctima del accidente pudo percibir, por concepto de remuneraciones, durante el resto de su vida laboral útil, “por cuanto no parece posible que la relación de dependencia que los ligaba (al trabajador y al empleador) al momento del siniestro, hubiera necesariamente de perdurar de por vida y, siendo así, no se da la indispensable causalidad que siempre va aparejada a la obligación de indemnizar. Agrega que a mayor abundamiento, la indemnización del daño material debe ser integral, pero no puede constituir ocasión de ganancia para su beneficiario, principio que no puede omitirse a la hora de computar el eventual perjuicio derivado del lucro cesante, en la especie, entendemos que el actor percibe una pensión, y la mantendrá mientras permanezca inválido, antecedente que dificulta, aun más la determinación del concepto reclamado que, en todo caso, aparece como hipotético y, por lo tanto, incierto. Expone que tal correcto pensamiento jurídico, ha sido reafirmado y confirmado pese a !a entrada de la nueva reforma procesal laboral y la “oportunidad” para nuevas interpretaciones jurídicas que pueda dar la parte activa a la indemnización de lucro cesante, con innumerables fallos confirmando lo expuesto precedentemente por tos Tribunales Superiores de Justicia, como el fallo del Segundo Juzgado del Trabajo de Santiago, RIT N° 0 630 2010 o el radicado en el Primer Juzgado del Trabajo de Santiago, RIT N° 0 590 2009. Indica que, por otra parte, y en lo que respecta al daño moral, cabe tener presente que la indemnización de perjuicios en nuestro derecho tiene un carácter resarcitorio, y más precisamente satisfactivo que se le otorga a la víctima para aminorar las consecuencias de un dolor de orden moral, así también se ha señalado, que de modo alguno puede considerarse a la indemnización de daño moral un carácter compensatorio desde el momento que el dolor no es compensable, a diferencia de lo que ocurre con el daño patrimonial material. Tal como señala el profesor Ramón Díaz Pizarro, desde una perspectiva estrictamente resarcitoria, el daño no puede convertirse en una fuente de lucro indebida para el damnificado, y en un motivo expoliación para el dañador. Consecuentemente con lo anterior, nos sorprende la suma demandada por el actor, quien ciertamente no ha dado ningún parámetro para establecer la cuantía del monto y sólo ha requerido “al boleo” una suma que resulta del todo ilusoria. TERCERO: Que con fecha 17 de enero de 2011, se llevó a efecto la audiencia preparatoria, en ella el tribunal fijaron los siguientes hechos no controvertidos los cuales fueron aceptados por las partes, a saber: a) Labores desempeñadas por el actor. b) Que mantiene una incapacidad del 50%. c) Fecha del accidente y circunstancias de la caída. d) Año en el que se inició la relación laboral (2008). A continuación se llamó a los litigantes a conciliación, proponiendo al efecto el Tribunal bases concretar de un posible acuerdo, el cual no prosperó. Atendido lo precedentemente relatado y existiendo al juicio del tribunal hechos sustanciales, pertinentes y controvertidos, fijó los siguientes hechos a probar: ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

179

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

a) Monto de la remuneración del actor a la época del accidente. b) Hechos y circunstancias en las que ocurre el accidente de fecha 20 de diciembre de 2008. c) Efectividad que la demandada entregó los elementos de seguridad y capacitación al actor durante la vigencia de la relación laboral y de manera previa al accidente. d) Consecuencias patrimoniales emocionales y físicas con ocasión del accidente que aquejó al actor. CUARTO: Que para acreditar sus alegaciones la parte demandante rindió en la audiencia de juicio los siguientes medios de prueba consistentes en: I. Documental: Incorporó mediante lectura los siguientes documentos no objetados de contrario, consistentes en: a) Declaración individual de accidente del trabajo de fecha 22 de diciembre de 2008. b) Informe médico emitido por mutual de seguridad de fecha 13 de enero de 2009. c) Epicrisis emitida por la mutual de seguridad de fecha 25 de febrero de 2009 y de 14 de julio de 2009. d) Evaluación de incapacidad por accidente del trabajo de fecha 26 de noviembre de 2009. e) Informe médico del demandante, emitido por la mutual de seguridad de fecha 1 de julio de 2009. f) Liquidaciones de sueldo de febrero y marzo de 2010. g) Horario de actividades terapéuticas de la Clínica los Coihues de fecha 30 de abril de 2009. h) Tres citaciones a control médico emitidos por la mutual de seguridad de fecha 13 de abril de 2010, 4 de octubre de 2010, 10 de enero de 2011. i) Cuatro recetas médicas N° 0464678, N° 2290411, N° 2115925 y N° 1508620. j) Set de 18 boletas de remedios comprados por el actor. II. Exhibición de documentos: La parte demandante solicitó y obtuvo se exhibieran una serie de documentos, obteniendo la incorporación en juicio de lo siguiente: a) El documento de derecho a saber. b) Charlas de capacitaciones efectuadas al actor. c) Documentos que acrediten la entrega de implementos de seguridad. d) Reglamento interno suscrito por el trabajador y la copia enviada a la inspección del trabajo. e) Informe de investigación del comité paritario de higiene y seguridad respecto del accidente sufrido por actor. III. Confesional: La parte demandante solicitó y obtuvo la absolución de posiciones de Jaime Fernando Vera Díaz, quien compareció en representación de Juan Wallis Ariztía, llamado a la presente diligencia, quien expuso que conoce al demandante de la obra Alonso de Córdova, añade que tuvo conocimiento del accidente pero no trabajaba directamente con él, porque lo hacía en la oficina central de la Constructora demandada, expone que tuvo conocimiento porque el accidente consistente en que llegó del piso 13 al segundo, porque este llegó a la oficina central cuando fue el trabajador trasladado a la Mutual de Seguridad, agrega que sabe que estuvo convaleciente de diciembre de 2008 hasta la quincena del 2009, que fue dado de alta, reintegrándose a la empresa y luego fue trasladado a la obra Alonso de Córdova, de donde se fue porque no volvió a trabajar más. Expone que no tiene conocimiento de las obras, porque el maneja la parte administrativa, por lo que no sabe en qué consisten los andamios, señala que se hizo una investigación del comité paritario, agrega que componían dicho comité en terreno por el jefe de prevención Carlos Huerta, Danilo Soto y Gastón García, efectuándose en terreno y no le consta que hubo declaración del actor, porque a esa época estaba inconsciente. Señala que vio el documento de la investigación. Interrogado por el tribunal señala que tuvo conocimiento del accidente, porque el día lunes llegó un documento que daba cuenta del accidente ocurrido por el actor, del traslado a la mutual, agrega que lo demás lo sabe el departamento de prevención de riesgos. IV. Testimonial: Rindió la testifical de Octavio Dávila Palominos, quien debidamente juramentados y dando razón de sus dichos señaló que conoce al actor, que se llama Antonio, lo conoce de la pega de Santa Rosa,

180

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

a) Monto de la remuneración del actor a la época del accidente. b) Hechos y circunstancias en las que ocurre el accidente de fecha 20 de diciembre de 2008. c) Efectividad que la demandada entregó los elementos de seguridad y capacitación al actor durante la vigencia de la relación laboral y de manera previa al accidente. d) Consecuencias patrimoniales emocionales y físicas con ocasión del accidente que aquejó al actor. CUARTO: Que para acreditar sus alegaciones la parte demandante rindió en la audiencia de juicio los siguientes medios de prueba consistentes en: I. Documental: Incorporó mediante lectura los siguientes documentos no objetados de contrario, consistentes en: a) Declaración individual de accidente del trabajo de fecha 22 de diciembre de 2008. b) Informe médico emitido por mutual de seguridad de fecha 13 de enero de 2009. c) Epicrisis emitida por la mutual de seguridad de fecha 25 de febrero de 2009 y de 14 de julio de 2009. d) Evaluación de incapacidad por accidente del trabajo de fecha 26 de noviembre de 2009. e) Informe médico del demandante, emitido por la mutual de seguridad de fecha 1 de julio de 2009. f) Liquidaciones de sueldo de febrero y marzo de 2010. g) Horario de actividades terapéuticas de la Clínica los Coihues de fecha 30 de abril de 2009. h) Tres citaciones a control médico emitidos por la mutual de seguridad de fecha 13 de abril de 2010, 4 de octubre de 2010, 10 de enero de 2011. i) Cuatro recetas médicas N° 0464678, N° 2290411, N° 2115925 y N° 1508620. j) Set de 18 boletas de remedios comprados por el actor. II. Exhibición de documentos: La parte demandante solicitó y obtuvo se exhibieran una serie de documentos, obteniendo la incorporación en juicio de lo siguiente: a) El documento de derecho a saber. b) Charlas de capacitaciones efectuadas al actor. c) Documentos que acrediten la entrega de implementos de seguridad. d) Reglamento interno suscrito por el trabajador y la copia enviada a la inspección del trabajo. e) Informe de investigación del comité paritario de higiene y seguridad respecto del accidente sufrido por actor. III. Confesional: La parte demandante solicitó y obtuvo la absolución de posiciones de Jaime Fernando Vera Díaz, quien compareció en representación de Juan Wallis Ariztía, llamado a la presente diligencia, quien expuso que conoce al demandante de la obra Alonso de Córdova, añade que tuvo conocimiento del accidente pero no trabajaba directamente con él, porque lo hacía en la oficina central de la Constructora demandada, expone que tuvo conocimiento porque el accidente consistente en que llegó del piso 13 al segundo, porque este llegó a la oficina central cuando fue el trabajador trasladado a la Mutual de Seguridad, agrega que sabe que estuvo convaleciente de diciembre de 2008 hasta la quincena del 2009, que fue dado de alta, reintegrándose a la empresa y luego fue trasladado a la obra Alonso de Córdova, de donde se fue porque no volvió a trabajar más. Expone que no tiene conocimiento de las obras, porque el maneja la parte administrativa, por lo que no sabe en qué consisten los andamios, señala que se hizo una investigación del comité paritario, agrega que componían dicho comité en terreno por el jefe de prevención Carlos Huerta, Danilo Soto y Gastón García, efectuándose en terreno y no le consta que hubo declaración del actor, porque a esa época estaba inconsciente. Señala que vio el documento de la investigación. Interrogado por el tribunal señala que tuvo conocimiento del accidente, porque el día lunes llegó un documento que daba cuenta del accidente ocurrido por el actor, del traslado a la mutual, agrega que lo demás lo sabe el departamento de prevención de riesgos. IV. Testimonial: Rindió la testifical de Octavio Dávila Palominos, quien debidamente juramentados y dando razón de sus dichos señaló que conoce al actor, que se llama Antonio, lo conoce de la pega de Santa Rosa,

180

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

181

ya que trabaja de jornal y el demandante también, señala que el trabajador sufrió un accidente cuando estaban trabajando, encontrándose él en los cuartos de adentro y el demandante estaba en un andamio. Agrega que uno de sus amigos de la construcción estaba afuera y le dijo que se había caído un peruano, lo que va a ver y era el demandante, agrega que estaba en el segundo nivel, sin casco, sin un zapato, medio moribundo, agrega que después que lo vio, bajó y uno de los capataces le dijeron que se fueran hacia afuera, salió a la calle y luego no lo dejaron entrar, añade que se cayó desde el trece piso, de un cuadro pequeño, el estaba de frente, casi en la esquina del lado derecho, añade que el andamio es largo y había un espacio para la escalera. Señala que el actor desarrollaba una labor de limpieza de los andamios desde el piso 13, la escalera estaba al lado, en vez de estar diagonal estaba de lado, como vertical, añade que las escaleras no estaban, las pusieron amarradas. Añade que el orificio sirve para subir de una escala a otra, debía subir y cerrar el cuadrado, agrega que la tapa subía y cerraba las tapas, lo que debía hacer el trabajador, cuando bajaba podía subir la tapa, añade que otros trabajadores no podían abrir y cerrar las tapas. Señala que posteriormente al accidente no volvió a ver al actor, hasta que se vieron en un nuevo trabajo, en Novatec, señala que el actor había perdido la noción, antes jugaba a la pelota pero ahora no puede, antes era alegre, conversador pero después no, bajo su ritmo de hablar, lo vio durante tres meses y medio y el trabajador estuvo más tiempo, sabe que no trabaja más allí y le dijo que se salió, porque se sentía desesperado, quería subir y ya no podía. Contrainterrogado señala que se encontró hace un mes con el actor, en la calle, señalándole que ya no trabajaba para Novatec, expone que él se encontraba en el piso 9, en el momento del accidente, no subió al piso trece. Señala que en el día de los hechos vio el andamio del piso trece, no cumplía labores en el andamio, sabe de la composición de dicha estructura porque siempre lo ponen pegado al edificio y el orificio sirve para acceder de un piso a otro, no existiendo otro espacio. Expone que vio escombros alrededor del cuerpo del actor al momento de caer, se encontraba con sus implementos de seguridad. Interrogado por el tribunal, señala que estaba con arnés de seguridad, el actor había renunciado, ya no era el mismo de antes, no trabajaba como antes, anteriormente era bien hábil, señala que en Novatec era paletero, pone señal roja y verde, nunca tuvo problemas al desempeñar su labor. Expone que en las charlas le habían hablado de los andamios, le habían explicado el funcionamiento, cree que le habían dicho, el andamio en el día de los hechos estaban mal puestas, porque debía ser en diagonal y no estaban así, se encontraba todo de frente, indica que las escaleras debían ponerse en diagonal y no una tras otras quedando lineal con un hoyo al medio. QUINTO: Que a su turno la demandada rindió en la audiencia de juicio los siguientes medios de prueba consistentes en: I. Documental: Incorporó mediante lectura los siguientes documentos no objetados de contrario, consistentes en: a) Declaración individual accidente de trabajo. b) Cinco fotos del accidente. c) Informe médico de la mutual de seguridad de fecha 23 febrero de 2009. d) Informe de la comisión de la evaluación de incapacidad de fecha 26 de noviembre de 2009. e) Contrato de trabajo de fecha 1 de septiembre de 2008. f) Copia del Reglamento Interno de Orden, Higiene y Seguridad de la empresa. g) Registro de “Charla de Hombre Nuevo”. h) Registro de capacitación “del Derecho a Saber” y haber suscrito una declaración donde señala conocer los riesgos del trabajo que realizaba. i) Registro de capacitación de fecha 3 de septiembre de 2008, de la denominada Charla de “Preocuparse de los elementos de protección personal, para mantenerlos en buen estado”. j) Registro de capacitación de fecha 5 de septiembre de 2008, de la denominada charla de cuidado con los materiales que caen de los pisos superiores. k) Registro de capacitación de fecha 10 de septiembre de 2008, de la denominada charla de forma correcta de tomar y levantar una carpa. l) Registro de capacitación de fecha 12 de septiembre de 2008, de la denominada charla de tapones auditivos, uso correcto y tiempo que dura.

ya que trabaja de jornal y el demandante también, señala que el trabajador sufrió un accidente cuando estaban trabajando, encontrándose él en los cuartos de adentro y el demandante estaba en un andamio. Agrega que uno de sus amigos de la construcción estaba afuera y le dijo que se había caído un peruano, lo que va a ver y era el demandante, agrega que estaba en el segundo nivel, sin casco, sin un zapato, medio moribundo, agrega que después que lo vio, bajó y uno de los capataces le dijeron que se fueran hacia afuera, salió a la calle y luego no lo dejaron entrar, añade que se cayó desde el trece piso, de un cuadro pequeño, el estaba de frente, casi en la esquina del lado derecho, añade que el andamio es largo y había un espacio para la escalera. Señala que el actor desarrollaba una labor de limpieza de los andamios desde el piso 13, la escalera estaba al lado, en vez de estar diagonal estaba de lado, como vertical, añade que las escaleras no estaban, las pusieron amarradas. Añade que el orificio sirve para subir de una escala a otra, debía subir y cerrar el cuadrado, agrega que la tapa subía y cerraba las tapas, lo que debía hacer el trabajador, cuando bajaba podía subir la tapa, añade que otros trabajadores no podían abrir y cerrar las tapas. Señala que posteriormente al accidente no volvió a ver al actor, hasta que se vieron en un nuevo trabajo, en Novatec, señala que el actor había perdido la noción, antes jugaba a la pelota pero ahora no puede, antes era alegre, conversador pero después no, bajo su ritmo de hablar, lo vio durante tres meses y medio y el trabajador estuvo más tiempo, sabe que no trabaja más allí y le dijo que se salió, porque se sentía desesperado, quería subir y ya no podía. Contrainterrogado señala que se encontró hace un mes con el actor, en la calle, señalándole que ya no trabajaba para Novatec, expone que él se encontraba en el piso 9, en el momento del accidente, no subió al piso trece. Señala que en el día de los hechos vio el andamio del piso trece, no cumplía labores en el andamio, sabe de la composición de dicha estructura porque siempre lo ponen pegado al edificio y el orificio sirve para acceder de un piso a otro, no existiendo otro espacio. Expone que vio escombros alrededor del cuerpo del actor al momento de caer, se encontraba con sus implementos de seguridad. Interrogado por el tribunal, señala que estaba con arnés de seguridad, el actor había renunciado, ya no era el mismo de antes, no trabajaba como antes, anteriormente era bien hábil, señala que en Novatec era paletero, pone señal roja y verde, nunca tuvo problemas al desempeñar su labor. Expone que en las charlas le habían hablado de los andamios, le habían explicado el funcionamiento, cree que le habían dicho, el andamio en el día de los hechos estaban mal puestas, porque debía ser en diagonal y no estaban así, se encontraba todo de frente, indica que las escaleras debían ponerse en diagonal y no una tras otras quedando lineal con un hoyo al medio. QUINTO: Que a su turno la demandada rindió en la audiencia de juicio los siguientes medios de prueba consistentes en: I. Documental: Incorporó mediante lectura los siguientes documentos no objetados de contrario, consistentes en: a) Declaración individual accidente de trabajo. b) Cinco fotos del accidente. c) Informe médico de la mutual de seguridad de fecha 23 febrero de 2009. d) Informe de la comisión de la evaluación de incapacidad de fecha 26 de noviembre de 2009. e) Contrato de trabajo de fecha 1 de septiembre de 2008. f) Copia del Reglamento Interno de Orden, Higiene y Seguridad de la empresa. g) Registro de “Charla de Hombre Nuevo”. h) Registro de capacitación “del Derecho a Saber” y haber suscrito una declaración donde señala conocer los riesgos del trabajo que realizaba. i) Registro de capacitación de fecha 3 de septiembre de 2008, de la denominada Charla de “Preocuparse de los elementos de protección personal, para mantenerlos en buen estado”. j) Registro de capacitación de fecha 5 de septiembre de 2008, de la denominada charla de cuidado con los materiales que caen de los pisos superiores. k) Registro de capacitación de fecha 10 de septiembre de 2008, de la denominada charla de forma correcta de tomar y levantar una carpa. l) Registro de capacitación de fecha 12 de septiembre de 2008, de la denominada charla de tapones auditivos, uso correcto y tiempo que dura. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

181

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

m) Registro de capacitación de fecha 17 de septiembre de 2008, de la denominada charla de protegerse de las caídas de los materiales y objetos de pisos superiores. ñ) Registro de capacitación de fecha 24 de septiembre de 2008, de la denominada Charla de “el cuidado de los elementos de protección personal y cuándo deben cambiarse”. o) Registro de capacitación de fecha 26 de septiembre de 2008, de la denominada Charla de “Precaución a elementos que caen de los pisos superiores”. p) Registro de capacitación de fecha 1° de octubre de 2008, de la denominada Charla de “forma correcta de cargar y descargar materiales”. q) Registro de capacitación de fecha 3 de octubre de 2008, de la denominada Charla de “uso correcto de los elementos de protección personal”. r) Registro de capacitación de fecha 8 de octubre de 2008, de la denominada Charla de “mantener los elementos de protección personal en buen estado”. s) Registro de capacitación de fecha 10 de octubre de 2008, de la denominada Charla de “cuidado con los de abajo” (tener precaución con los trabajadores que se encuentren en pisos inferiores). t) Registro de capacitación de fecha 15 de octubre de 2008, de la denominada Charla de “mantener lugares de acceso despejados” u) Registro de capacitación de fecha 17 de octubre de 2008, de la denominada Charla de “revisión de los elementos de protección personal”. v) Registro de capacitación de fecha 24 de octubre de 2008, de la denominada Charla de “mantener lugares (pasillos y escalas) despejados en caso de emergencias”. w) Registro de capacitación de fecha 29 de octubre de 2008, de la denominada Charla de “revisión de los elementos de protección personal (cambios de los elementos defectuosos”. x) Registro de capacitación de fecha 7 de noviembre de 2008, de la denominada Charla de “condiciones de seguridad en el trabajo”. y) Registro de capacitación de fecha 11 de noviembre de 2008, de la denominada Charla de “trabajo con herramienta eléctrica, precauciones”. z) Registro de capacitación de fecha 14 de noviembre de 2008, de la denominada Charla de “guantes de seguridad, protegerse las manos hace bien”. a´) Registro de capacitación de fecha 19 de noviembre de 2008, de la denominada Charla de “elementos de protección personal. Uso y función que cumplen”. b´) Registro de capacitación de fecha 21 de noviembre de 2008, de la denominada Charla de “uso obligatorio de los lentes de seguridad”. c´) Registro de capacitación de fecha 3 de diciembre de 2008, de la denominada Charla de “mantener lugares de trabajo despejados y sin obstáculos para trabajar”. d´) Registro de capacitación de fecha 10 de diciembre de 2008, de la denominada Charla de “uso de arnés de seguridad y caída de objetos de los pisos superiores”. e´) Registro de capacitación de fecha 12 de diciembre de 2008, de la denominada Charla de “uso y función de los elementos de protección personal y revisión de éstos”. f´) Registro de capacitación de fecha 17 de diciembre de 2008, de la denominada Charla de “uso de arnés y lentes de seguridad”. g´) Procedimiento de trabajo seguro. h´) Comprobante de entrega de elementos de seguridad. II. Confesional: La demandada solicitó y obtuvo la absolución de posiciones del demandante don Octavio Dávila Palominos, quien expuso que trabajo en la empresa demandada desde el mes de agosto de 2008, cree que el día 4, agrega que recibió charlas de seguridad por la empresa, sobre uso de guantes, arnés, pero no del andamio, sólo lo mandaban a hacer su trabajo, recibió charlas de uso de arnés, pero no de trabajo en altura. Expone que al momento de sufrir el accidente estaba barriendo los andamios con un escobillón fino y el jefe le dijo que no cayera nada hacia abajo, agrega que partió del piso quince e iba bajando por las puertas que tiene la escala, ya no se acuerda de la hora, sólo recuerda que estaba haciendo limpieza, que juntaba la tierrita a un costadito y lo juntaba en la pieza, agrega que pensaba que cayó por un lado y fue por el otro. Señala que usaba casco, arnés, antiparras y guantes, pero el casco

182

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

m) Registro de capacitación de fecha 17 de septiembre de 2008, de la denominada charla de protegerse de las caídas de los materiales y objetos de pisos superiores. ñ) Registro de capacitación de fecha 24 de septiembre de 2008, de la denominada Charla de “el cuidado de los elementos de protección personal y cuándo deben cambiarse”. o) Registro de capacitación de fecha 26 de septiembre de 2008, de la denominada Charla de “Precaución a elementos que caen de los pisos superiores”. p) Registro de capacitación de fecha 1° de octubre de 2008, de la denominada Charla de “forma correcta de cargar y descargar materiales”. q) Registro de capacitación de fecha 3 de octubre de 2008, de la denominada Charla de “uso correcto de los elementos de protección personal”. r) Registro de capacitación de fecha 8 de octubre de 2008, de la denominada Charla de “mantener los elementos de protección personal en buen estado”. s) Registro de capacitación de fecha 10 de octubre de 2008, de la denominada Charla de “cuidado con los de abajo” (tener precaución con los trabajadores que se encuentren en pisos inferiores). t) Registro de capacitación de fecha 15 de octubre de 2008, de la denominada Charla de “mantener lugares de acceso despejados” u) Registro de capacitación de fecha 17 de octubre de 2008, de la denominada Charla de “revisión de los elementos de protección personal”. v) Registro de capacitación de fecha 24 de octubre de 2008, de la denominada Charla de “mantener lugares (pasillos y escalas) despejados en caso de emergencias”. w) Registro de capacitación de fecha 29 de octubre de 2008, de la denominada Charla de “revisión de los elementos de protección personal (cambios de los elementos defectuosos”. x) Registro de capacitación de fecha 7 de noviembre de 2008, de la denominada Charla de “condiciones de seguridad en el trabajo”. y) Registro de capacitación de fecha 11 de noviembre de 2008, de la denominada Charla de “trabajo con herramienta eléctrica, precauciones”. z) Registro de capacitación de fecha 14 de noviembre de 2008, de la denominada Charla de “guantes de seguridad, protegerse las manos hace bien”. a´) Registro de capacitación de fecha 19 de noviembre de 2008, de la denominada Charla de “elementos de protección personal. Uso y función que cumplen”. b´) Registro de capacitación de fecha 21 de noviembre de 2008, de la denominada Charla de “uso obligatorio de los lentes de seguridad”. c´) Registro de capacitación de fecha 3 de diciembre de 2008, de la denominada Charla de “mantener lugares de trabajo despejados y sin obstáculos para trabajar”. d´) Registro de capacitación de fecha 10 de diciembre de 2008, de la denominada Charla de “uso de arnés de seguridad y caída de objetos de los pisos superiores”. e´) Registro de capacitación de fecha 12 de diciembre de 2008, de la denominada Charla de “uso y función de los elementos de protección personal y revisión de éstos”. f´) Registro de capacitación de fecha 17 de diciembre de 2008, de la denominada Charla de “uso de arnés y lentes de seguridad”. g´) Procedimiento de trabajo seguro. h´) Comprobante de entrega de elementos de seguridad. II. Confesional: La demandada solicitó y obtuvo la absolución de posiciones del demandante don Octavio Dávila Palominos, quien expuso que trabajo en la empresa demandada desde el mes de agosto de 2008, cree que el día 4, agrega que recibió charlas de seguridad por la empresa, sobre uso de guantes, arnés, pero no del andamio, sólo lo mandaban a hacer su trabajo, recibió charlas de uso de arnés, pero no de trabajo en altura. Expone que al momento de sufrir el accidente estaba barriendo los andamios con un escobillón fino y el jefe le dijo que no cayera nada hacia abajo, agrega que partió del piso quince e iba bajando por las puertas que tiene la escala, ya no se acuerda de la hora, sólo recuerda que estaba haciendo limpieza, que juntaba la tierrita a un costadito y lo juntaba en la pieza, agrega que pensaba que cayó por un lado y fue por el otro. Señala que usaba casco, arnés, antiparras y guantes, pero el casco

182

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

183

no tenía barbiquejo, no reclamó la situación porque no sabía que se usaba ese implemento. Señala que la basura la retiraba la juntaba y la sacaba con una espátula, llevándola luego al departamento. Señala que llevaba unos quince o 20 minutos limpiando el andamio al momento de caerse. Indica que los andamios tienen una dimensión de 60 centímetros. Agrega que cayó del piso 13, que hay unas escotillas por las cuales se debe bajar y que deben ir en forma diagonal y no estaban así. Añade que recuerda que se cayó durante su hora de trabajo y no recuerda si la escotilla estaba abierta y que el andamio continuaba. Señala que trabajo en construcción en Carmen 418, en Novatec, se anotó como pretero, haciendo la losa y no se sintió trabajando igual que antes, renunciando, pero lo hizo cinco meses. Añade que trabajó en la empresa demandada, yéndose al Perú para recuperarse más y hasta para caminar tiene problemas. Señala que el costo de los tratamientos en Chile se lo daba la Mutual, pero en Perú se lo vendían. Agrega que cuando volvió del Perú siguió teniendo tratamiento gratis, sólo los pagó cuando estuvo en Perú. Señala que la remuneración en la empresa cuando trabajó era como un jornal, alrededor de $ 220.000 con sobretiempo. Interrogado por el tribunal le ordenó hacer la limpieza de los andamios don Francisco Osorio, después de las 11:00 horas, ellos habían hablado para que él se retirara antes, pero el señor Aranguiz le habló a Francisco Osorio, quien le dijo que mejor se fuera a trabajar, le dijeron que hiciera limpieza del piso 15, se puso el arnés, se afirma de la misma baranda, subió en el montacarga y se fue al piso 15. III. Testimonial: Rindió la testifical de Danilo Soto Valenzuela, César Pino González y Francisco Soto Fuentes, quienes debidamente juramentado y dando razón de sus dichos señalaron: El primero de ellos señaló que conoció al actor en el año 2008, porque trabajaba en la obra donde él prestaba servicios como jornal de aseo, desempeñándose él como prevencionista en riesgos, encontrándose presente en el día de los hechos, agrega que se encontraban trabajando un día sábado alrededor de las 13:30 horas o más, la persona se encontraba haciendo aseo de los andamios y al avisarle que se había terminado la jornada cayó, llevaba como implementos de seguridad, casco, arnés, guantes y zapatos, agrega que el actor asistió a las charlas de seguridad que daba la empresa, lo que sabe porque él tenía los registros escritos de ello, añade que el andamio es modular de fachada, alrededor de unos 20 metros de largo, el lugar del accidente era un ajuste del andamio, para extender la longitud del andamio, no es zona de tránsito para pasar de un nivel a otro, indica que todos los andamios tienen una escotilla de acceso que se levanta una tapa y baja la escala, señala que la escotilla es de acceso y lo otro es ajuste, creen que el ajuste estaba abierto para botar basura o bajar por el lugar, vio que habían escombros y es normal que caigan escombros, al aseo se juntan y es normal que caigan. Agrega que el actor asistió a un 90% o más de las charlas, porque se hacían dos a las semanas, que la hacía el supervisor y una general que la efectuaba él, el jefe de obra o profesional en terreno una vez a la semana. Señala que existe una charla para el uso de andamios y arnés de seguridad. Contrainterrogado señala que existía capacitación en trabajo de altura arnés, pero no recuerda de andamio. Agrega que el actor cayó por el ajuste, las tapas estaban retiradas, están seguros que los sacó el actor porque existe un chequeo visual de los andamios, la escalera se encontraba hacia el sector oriente de la plataforma, la escotilla se levanta y la escala baja, la escotilla se cierra en forma automática. Señala que el actor tenía zapatos, arnés, casco y participó en el retiro del arnés, también llevaba casco. Agrega que no sabe cuánto se demora un trabajador en limpiar un andamio, pudiendo estar todo un día limpiando un andamio de 13 pisos. Señala que la investigación del Comité Paritaria se efectuó cuando el trabajador estaba inconsciente. Interrogado por el tribunal señala que el andamio es una estructura que posee una escotilla, la que al abrir tiene una escala la que se suelta, agrega que la escotilla y el ajuste son totalmente distintas, concluye que el actor cae por el ajuste y no por la escotilla lo que determina por cuanto el ajuste esta por el lado poniente y la escotilla por el lado oriente. Indica que la escotilla esta toda por un mismo lugar. Señala que el ajuste tiene por objeto alargar la estructura, es un andamio más y ella no tiene escotilla, agrega que se habría sacado el ajuste, lo que suponen por los escombros que se acumularon en el sector, no recordando la cantidad, porque se sacaban en tinetas, los tiraban al piso y luego los barrían, esto para no ir por los departamentos. Señala que no sabe por el piso en el cual comenzó a trabajar, pero al caer estaba en el piso 13, agrega que cree que se tiraran los escombres porque él vio como una tineta de 20 kilos de escombros.

no tenía barbiquejo, no reclamó la situación porque no sabía que se usaba ese implemento. Señala que la basura la retiraba la juntaba y la sacaba con una espátula, llevándola luego al departamento. Señala que llevaba unos quince o 20 minutos limpiando el andamio al momento de caerse. Indica que los andamios tienen una dimensión de 60 centímetros. Agrega que cayó del piso 13, que hay unas escotillas por las cuales se debe bajar y que deben ir en forma diagonal y no estaban así. Añade que recuerda que se cayó durante su hora de trabajo y no recuerda si la escotilla estaba abierta y que el andamio continuaba. Señala que trabajo en construcción en Carmen 418, en Novatec, se anotó como pretero, haciendo la losa y no se sintió trabajando igual que antes, renunciando, pero lo hizo cinco meses. Añade que trabajó en la empresa demandada, yéndose al Perú para recuperarse más y hasta para caminar tiene problemas. Señala que el costo de los tratamientos en Chile se lo daba la Mutual, pero en Perú se lo vendían. Agrega que cuando volvió del Perú siguió teniendo tratamiento gratis, sólo los pagó cuando estuvo en Perú. Señala que la remuneración en la empresa cuando trabajó era como un jornal, alrededor de $ 220.000 con sobretiempo. Interrogado por el tribunal le ordenó hacer la limpieza de los andamios don Francisco Osorio, después de las 11:00 horas, ellos habían hablado para que él se retirara antes, pero el señor Aranguiz le habló a Francisco Osorio, quien le dijo que mejor se fuera a trabajar, le dijeron que hiciera limpieza del piso 15, se puso el arnés, se afirma de la misma baranda, subió en el montacarga y se fue al piso 15. III. Testimonial: Rindió la testifical de Danilo Soto Valenzuela, César Pino González y Francisco Soto Fuentes, quienes debidamente juramentado y dando razón de sus dichos señalaron: El primero de ellos señaló que conoció al actor en el año 2008, porque trabajaba en la obra donde él prestaba servicios como jornal de aseo, desempeñándose él como prevencionista en riesgos, encontrándose presente en el día de los hechos, agrega que se encontraban trabajando un día sábado alrededor de las 13:30 horas o más, la persona se encontraba haciendo aseo de los andamios y al avisarle que se había terminado la jornada cayó, llevaba como implementos de seguridad, casco, arnés, guantes y zapatos, agrega que el actor asistió a las charlas de seguridad que daba la empresa, lo que sabe porque él tenía los registros escritos de ello, añade que el andamio es modular de fachada, alrededor de unos 20 metros de largo, el lugar del accidente era un ajuste del andamio, para extender la longitud del andamio, no es zona de tránsito para pasar de un nivel a otro, indica que todos los andamios tienen una escotilla de acceso que se levanta una tapa y baja la escala, señala que la escotilla es de acceso y lo otro es ajuste, creen que el ajuste estaba abierto para botar basura o bajar por el lugar, vio que habían escombros y es normal que caigan escombros, al aseo se juntan y es normal que caigan. Agrega que el actor asistió a un 90% o más de las charlas, porque se hacían dos a las semanas, que la hacía el supervisor y una general que la efectuaba él, el jefe de obra o profesional en terreno una vez a la semana. Señala que existe una charla para el uso de andamios y arnés de seguridad. Contrainterrogado señala que existía capacitación en trabajo de altura arnés, pero no recuerda de andamio. Agrega que el actor cayó por el ajuste, las tapas estaban retiradas, están seguros que los sacó el actor porque existe un chequeo visual de los andamios, la escalera se encontraba hacia el sector oriente de la plataforma, la escotilla se levanta y la escala baja, la escotilla se cierra en forma automática. Señala que el actor tenía zapatos, arnés, casco y participó en el retiro del arnés, también llevaba casco. Agrega que no sabe cuánto se demora un trabajador en limpiar un andamio, pudiendo estar todo un día limpiando un andamio de 13 pisos. Señala que la investigación del Comité Paritaria se efectuó cuando el trabajador estaba inconsciente. Interrogado por el tribunal señala que el andamio es una estructura que posee una escotilla, la que al abrir tiene una escala la que se suelta, agrega que la escotilla y el ajuste son totalmente distintas, concluye que el actor cae por el ajuste y no por la escotilla lo que determina por cuanto el ajuste esta por el lado poniente y la escotilla por el lado oriente. Indica que la escotilla esta toda por un mismo lugar. Señala que el ajuste tiene por objeto alargar la estructura, es un andamio más y ella no tiene escotilla, agrega que se habría sacado el ajuste, lo que suponen por los escombros que se acumularon en el sector, no recordando la cantidad, porque se sacaban en tinetas, los tiraban al piso y luego los barrían, esto para no ir por los departamentos. Señala que no sabe por el piso en el cual comenzó a trabajar, pero al caer estaba en el piso 13, agrega que cree que se tiraran los escombres porque él vio como una tineta de 20 kilos de escombros. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

183

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

El segundo de los testigos expuso que conoce al actor desde la obra Santa Rosa, por cuanto era ingeniero a cargo de la obra, era administrador de obra, se encargaba del aseo, que dependía del capataz que estaba a cargo, podía ser el patio, los pisos, departamentos, andamios, etc. Añade que estaba presente el día de los hechos, ese día recuperaron un día normal y la salida era a las 15:00 horas, agrega que el dio la orden que salieran más temprano y lo llaman por radio de que había un accidente, pidió al prevencionista en riesgos que llamaran a la Mutual de Seguridad, añade que lo vio en el segundo piso y tenía su implemento de seguridad. Expone que ellos trabajan con un andamio euro, especiales para edificios de más de 15 ó 20 pisos de altura, para trabajar en la fachada, que completan el perímetro y para ello se le colocaban ajustes. Sabe que Francisco le dio la orden de limpiar los andamios. Señala que su idea era recuperar hasta las 18:00 horas, pero mejor dio la orden de retirarse a las 15:00 horas, pero tipo 13:00 horas lo mandaron a limpiar a varios. Expone que en el lugar vio escombros, añade que ellos le dan un saco de yeso y ahí deben echar sus escombros, pero lo que debe haber ocurrido es que abrió el ajuste para no darse la vuelta para tirar los escombros por otra parte. Sabe que asistía a las charlas de seguridad, porque debe revisar que los trabajadores estén con las charlas. Señala que se reintegró a trabajar por aproximadamente seis meses, con las mismas funciones, mismo sueldo, subiendo a pisos altos, retirándose por voluntad propia para viajar a Perú e inclusive se le ofreció el pago de los pasajes, no aceptándolo y no concurriendo nunca más. Expone que estaba prohibido manipular los ajustes de los andamios, si se pueden manipular, que es lo que debe haber hecho el actor, agrega que los trabajadores deben transitar por las escotillas. Contrainterrogado señala que al actor se le dio la orden de limpiar como a las 13:00 horas y el accidente ocurrió como las 14:30 horas, añade que el prevencionista en riesgos debió haberlo revisado, cree que al subir por el andamio fue abriendo el ajuste, esto de abajo hacia arriba, añade que se daban las capacitaciones respecto del andamio. Señala que el ajuste viene con el andamio y es para cubrir la estructura. Señala que el andamio tiene una escala que va al final para subir, el ajuste va al final del andamio, agrega que la escotilla funciona cerrada y cuando van subiendo los pisos se abre y cierra. Interrogado por el tribunal señala que supone que el actor fue subiendo el andamio y abriendo los ajustes, porque el viernes al salir del andamio estaba completo, no recuerda si otras personas trabajaron. Señala que la orden de limpiar los andamios la dio el capataz Francisco y supone que debió haberse comenzado la limpieza desde abajo hacia arriba, esto porque ya se iban los trabajadores. El tercer deponente manifiesta que conoce al actor en el edificio Nova Centro 2, donde trabajaban, donde el demandante era jornal y el era capataz de terminaciones. Señala que el día del accidente vio al señor Acosta y tenía sus implementos de seguridad, porque lo vio trabajando con el andamio y después cuando cayó también. Señala que él al momento del accidente estaba en el piso 13, ya que estuvo trabajando entre el piso 5 y 13. Expone que vio al señor Acosta momentos antes del accidente, ya que le aviso que debían irse, teniendo el arnés puesto. Agrega que vio al señor Acosta en el momento de haberse caído y vio escombros, cubriendo él por donde el cayó, que corresponde a un ajuste que se hace a los andamios, encontrándose la tapa al lado. Expone que las labores de aseo se trabajan dependiendo de lo que se necesite, agrega que no sabe la orden que se le dio ese día. Contrainterrogado señala que no sabe quien le dio la orden para hacer el aseo, sabe que el accidente ocurrió cerca de las 14:00 horas. Expone que en los andamios, las escotillas van en diagonal van zigzagueando y vienen preparado para eso, el le aviso que debía retirarse, no sabe de qué piso venía, sólo lo vio en el piso 13, agrega que colocó el ajuste para que no cayeran mas escombros encima de él. Señala que no sabe si había personas encargadas de verificar que las tapas y los ajustes estuvieran en su lugar. Interrogado por el tribunal señala que no era el jefe directo del trabajador de autos, que era otro capaz de nombre Francisco Osorio. Señala que no sabe cómo estaba el andamio antes de entrar a trabajar en el día de los hechos. V. Oficios: La parte demandada solicitó en la audiencia preparatoria se oficiara a AFP Habitat y Fonasa a fin de que informe si el actor ha tenido cotizaciones durante el año 2010 y cuáles fueron los montos. Asimismo pidió y obtuvo oficio a la Mutual de Seguridad a fin de que informe el monto de la pensión que actualmente recibe el actor, en razón de la invalidez de autos.

184

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

El segundo de los testigos expuso que conoce al actor desde la obra Santa Rosa, por cuanto era ingeniero a cargo de la obra, era administrador de obra, se encargaba del aseo, que dependía del capataz que estaba a cargo, podía ser el patio, los pisos, departamentos, andamios, etc. Añade que estaba presente el día de los hechos, ese día recuperaron un día normal y la salida era a las 15:00 horas, agrega que el dio la orden que salieran más temprano y lo llaman por radio de que había un accidente, pidió al prevencionista en riesgos que llamaran a la Mutual de Seguridad, añade que lo vio en el segundo piso y tenía su implemento de seguridad. Expone que ellos trabajan con un andamio euro, especiales para edificios de más de 15 ó 20 pisos de altura, para trabajar en la fachada, que completan el perímetro y para ello se le colocaban ajustes. Sabe que Francisco le dio la orden de limpiar los andamios. Señala que su idea era recuperar hasta las 18:00 horas, pero mejor dio la orden de retirarse a las 15:00 horas, pero tipo 13:00 horas lo mandaron a limpiar a varios. Expone que en el lugar vio escombros, añade que ellos le dan un saco de yeso y ahí deben echar sus escombros, pero lo que debe haber ocurrido es que abrió el ajuste para no darse la vuelta para tirar los escombros por otra parte. Sabe que asistía a las charlas de seguridad, porque debe revisar que los trabajadores estén con las charlas. Señala que se reintegró a trabajar por aproximadamente seis meses, con las mismas funciones, mismo sueldo, subiendo a pisos altos, retirándose por voluntad propia para viajar a Perú e inclusive se le ofreció el pago de los pasajes, no aceptándolo y no concurriendo nunca más. Expone que estaba prohibido manipular los ajustes de los andamios, si se pueden manipular, que es lo que debe haber hecho el actor, agrega que los trabajadores deben transitar por las escotillas. Contrainterrogado señala que al actor se le dio la orden de limpiar como a las 13:00 horas y el accidente ocurrió como las 14:30 horas, añade que el prevencionista en riesgos debió haberlo revisado, cree que al subir por el andamio fue abriendo el ajuste, esto de abajo hacia arriba, añade que se daban las capacitaciones respecto del andamio. Señala que el ajuste viene con el andamio y es para cubrir la estructura. Señala que el andamio tiene una escala que va al final para subir, el ajuste va al final del andamio, agrega que la escotilla funciona cerrada y cuando van subiendo los pisos se abre y cierra. Interrogado por el tribunal señala que supone que el actor fue subiendo el andamio y abriendo los ajustes, porque el viernes al salir del andamio estaba completo, no recuerda si otras personas trabajaron. Señala que la orden de limpiar los andamios la dio el capataz Francisco y supone que debió haberse comenzado la limpieza desde abajo hacia arriba, esto porque ya se iban los trabajadores. El tercer deponente manifiesta que conoce al actor en el edificio Nova Centro 2, donde trabajaban, donde el demandante era jornal y el era capataz de terminaciones. Señala que el día del accidente vio al señor Acosta y tenía sus implementos de seguridad, porque lo vio trabajando con el andamio y después cuando cayó también. Señala que él al momento del accidente estaba en el piso 13, ya que estuvo trabajando entre el piso 5 y 13. Expone que vio al señor Acosta momentos antes del accidente, ya que le aviso que debían irse, teniendo el arnés puesto. Agrega que vio al señor Acosta en el momento de haberse caído y vio escombros, cubriendo él por donde el cayó, que corresponde a un ajuste que se hace a los andamios, encontrándose la tapa al lado. Expone que las labores de aseo se trabajan dependiendo de lo que se necesite, agrega que no sabe la orden que se le dio ese día. Contrainterrogado señala que no sabe quien le dio la orden para hacer el aseo, sabe que el accidente ocurrió cerca de las 14:00 horas. Expone que en los andamios, las escotillas van en diagonal van zigzagueando y vienen preparado para eso, el le aviso que debía retirarse, no sabe de qué piso venía, sólo lo vio en el piso 13, agrega que colocó el ajuste para que no cayeran mas escombros encima de él. Señala que no sabe si había personas encargadas de verificar que las tapas y los ajustes estuvieran en su lugar. Interrogado por el tribunal señala que no era el jefe directo del trabajador de autos, que era otro capaz de nombre Francisco Osorio. Señala que no sabe cómo estaba el andamio antes de entrar a trabajar en el día de los hechos. V. Oficios: La parte demandada solicitó en la audiencia preparatoria se oficiara a AFP Habitat y Fonasa a fin de que informe si el actor ha tenido cotizaciones durante el año 2010 y cuáles fueron los montos. Asimismo pidió y obtuvo oficio a la Mutual de Seguridad a fin de que informe el monto de la pensión que actualmente recibe el actor, en razón de la invalidez de autos.

184

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

185

El primero de ellos señala en síntesis que en la cuenta de capitalización de actor la demandada enteró cotizaciones de seguridad social hasta el mes de mayo de 2010 y que entre los meses de septiembre y diciembre ambos de 2010, lo efectuó la Constructora Aconcagua. Asimismo se lee que entre el mes de abril y diciembre, ambos de 2010 efectuó cotizaciones de esta naturaleza la Mutual de Seguridad. El segundo de ellos indica que entre el mes de septiembre y noviembre ambos de 2010, se enteraron cotizaciones por la Mutual de Seguridad, que entre el mes de noviembre de 2009 a mayo de 2010 lo hizo Inmobilia Construcciones y luego entre el mes de septiembre y diciembre, ambos de 2009 se efectuó Constructora Novatec Casas S.A. Finalmente el tercer oficio a la Mutual de Seguridad indica que el valor de la pensión de invalidez pagada al actor en el mes de enero de 2011 era de $ 107.626 menos cotizaciones de seguridad social por $ 19.760, lo que da un total de $ 87.866. SEXTO: Que apreciadas las pruebas conforme a las reglas de la sana crítica, importando con ello tomar en especial consideración la gravedad, concordancia, multiplicidad y conexión de aquellos medios probatorios incorporados por las partes al proceso, permiten a este tribunal tener por acreditados los siguientes hechos de la causa: 1. Que el día 20 de diciembre de 2008 el actor se encontraba prestando servicios a fin de recuperar un día que se le otorgaría libre más adelante, lo que se determina de lo declarado por Danilo Soto Valenzuela y Cesar Pino González. 2. Que el día antes referido alrededor de las 13:00 horas se le indicó al actor que debía realizar labores de aseo de andamio de fachada, hecho que se establece de lo declarado en juicio por los testigos de la demandada y la demandante, además de la confesional del actor de autos, testimonios que en síntesis señalan que el demandante desarrollaba tales funciones momentos antes de ocurrir el accidente de autos, hecho que se encuentra refrendado de lo indicado en la Declaración Individual de Accidente del Trabajo en la cual se describe que el incidente antes referido se produce al encontrarse el trabajador limpiando los andamios de la fachada sur. 3. Que las labores antes referidas consistía en barrer la tierra y/o escombros existentes en los andamios para su retiro por medio bolsas, lo que se determina de lo declarado en juicio por el actor, quien señala que debía barrer la tierra, dejándola en un costado y juntarla en el departamento, refrendado por lo declarado en juicio por Danilo Soto y César Pino, quienes exponen que la basura debía juntarse en unos sacos de yeso y sacarse por los departamentos. 4. Que alrededor de las 13:30 horas se les comunicó a los trabajadores que las faenas concluían, lo que se determina de lo declarado en juicio por don Danilo Soto Valenzuela, César Pino González y Francisco Soto Fuentes, así el primero indica que se encontraba presente en la faena el día de los hechos y cerca de las 13:00, la persona que se encontraba trabajando en los andamios, al avisársele del término de la faena, cayó; por su parte, el segundo de los deponentes agrega que su idea era que salieran a las 15:00 horas, pero que dio la orden que lo hicieran más temprano y que tipo 13:00 horas mandaron a varias a limpiar, finalmente el último testigo señala que fue él quien le avisó la salida y luego lo vio caído. Lo anterior en concordancia con la declaración individual de accidente de trabajo, que manifiesta que el accidente ocurrió a las 13:40 horas y de lo declarado en juicio por el actor quien señala que llevaba alrededor de 20 minutos trabajando en la limpieza de los andamios cuando ocurrió el accidente. 5. Que una vez otorgada la orden de término de las labores, alrededor de las 13:40 horas, el actor cayó desde el 13 al 2 piso del andamio que se encontraba limpiando, lo que se determina de lo declarado en juicio por el actor, quien señala que se le avisó el termino de las labores poco tiempo después que había comenzado las labores de limpieza y por los testigos de la demandada quienes exponen en síntesis que una vez dada la instrucción de concluir sus funciones recibieron la información de que un trabajador se había caído de un andamio. 6. Que el actor al momento de la caída se encontraba con arnés, guantes, zapatos de seguridad y casco sin barbiquejo, lo que se determina de lo declarado en juicio por el actor, quien señala expresamente haber tenido los implementos referidos, además de lo señalado por todos los testigos de autos, don Octavio Dávila Palominos, Danilo Soto Valenzuela, César Pino y Francisco Soto Fuentes, además del documento que da cuenta de la entrega de los elementos de seguridad incorporado en la audiencia de juicio por la parte demandada.

El primero de ellos señala en síntesis que en la cuenta de capitalización de actor la demandada enteró cotizaciones de seguridad social hasta el mes de mayo de 2010 y que entre los meses de septiembre y diciembre ambos de 2010, lo efectuó la Constructora Aconcagua. Asimismo se lee que entre el mes de abril y diciembre, ambos de 2010 efectuó cotizaciones de esta naturaleza la Mutual de Seguridad. El segundo de ellos indica que entre el mes de septiembre y noviembre ambos de 2010, se enteraron cotizaciones por la Mutual de Seguridad, que entre el mes de noviembre de 2009 a mayo de 2010 lo hizo Inmobilia Construcciones y luego entre el mes de septiembre y diciembre, ambos de 2009 se efectuó Constructora Novatec Casas S.A. Finalmente el tercer oficio a la Mutual de Seguridad indica que el valor de la pensión de invalidez pagada al actor en el mes de enero de 2011 era de $ 107.626 menos cotizaciones de seguridad social por $ 19.760, lo que da un total de $ 87.866. SEXTO: Que apreciadas las pruebas conforme a las reglas de la sana crítica, importando con ello tomar en especial consideración la gravedad, concordancia, multiplicidad y conexión de aquellos medios probatorios incorporados por las partes al proceso, permiten a este tribunal tener por acreditados los siguientes hechos de la causa: 1. Que el día 20 de diciembre de 2008 el actor se encontraba prestando servicios a fin de recuperar un día que se le otorgaría libre más adelante, lo que se determina de lo declarado por Danilo Soto Valenzuela y Cesar Pino González. 2. Que el día antes referido alrededor de las 13:00 horas se le indicó al actor que debía realizar labores de aseo de andamio de fachada, hecho que se establece de lo declarado en juicio por los testigos de la demandada y la demandante, además de la confesional del actor de autos, testimonios que en síntesis señalan que el demandante desarrollaba tales funciones momentos antes de ocurrir el accidente de autos, hecho que se encuentra refrendado de lo indicado en la Declaración Individual de Accidente del Trabajo en la cual se describe que el incidente antes referido se produce al encontrarse el trabajador limpiando los andamios de la fachada sur. 3. Que las labores antes referidas consistía en barrer la tierra y/o escombros existentes en los andamios para su retiro por medio bolsas, lo que se determina de lo declarado en juicio por el actor, quien señala que debía barrer la tierra, dejándola en un costado y juntarla en el departamento, refrendado por lo declarado en juicio por Danilo Soto y César Pino, quienes exponen que la basura debía juntarse en unos sacos de yeso y sacarse por los departamentos. 4. Que alrededor de las 13:30 horas se les comunicó a los trabajadores que las faenas concluían, lo que se determina de lo declarado en juicio por don Danilo Soto Valenzuela, César Pino González y Francisco Soto Fuentes, así el primero indica que se encontraba presente en la faena el día de los hechos y cerca de las 13:00, la persona que se encontraba trabajando en los andamios, al avisársele del término de la faena, cayó; por su parte, el segundo de los deponentes agrega que su idea era que salieran a las 15:00 horas, pero que dio la orden que lo hicieran más temprano y que tipo 13:00 horas mandaron a varias a limpiar, finalmente el último testigo señala que fue él quien le avisó la salida y luego lo vio caído. Lo anterior en concordancia con la declaración individual de accidente de trabajo, que manifiesta que el accidente ocurrió a las 13:40 horas y de lo declarado en juicio por el actor quien señala que llevaba alrededor de 20 minutos trabajando en la limpieza de los andamios cuando ocurrió el accidente. 5. Que una vez otorgada la orden de término de las labores, alrededor de las 13:40 horas, el actor cayó desde el 13 al 2 piso del andamio que se encontraba limpiando, lo que se determina de lo declarado en juicio por el actor, quien señala que se le avisó el termino de las labores poco tiempo después que había comenzado las labores de limpieza y por los testigos de la demandada quienes exponen en síntesis que una vez dada la instrucción de concluir sus funciones recibieron la información de que un trabajador se había caído de un andamio. 6. Que el actor al momento de la caída se encontraba con arnés, guantes, zapatos de seguridad y casco sin barbiquejo, lo que se determina de lo declarado en juicio por el actor, quien señala expresamente haber tenido los implementos referidos, además de lo señalado por todos los testigos de autos, don Octavio Dávila Palominos, Danilo Soto Valenzuela, César Pino y Francisco Soto Fuentes, además del documento que da cuenta de la entrega de los elementos de seguridad incorporado en la audiencia de juicio por la parte demandada. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

185

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

7. Que el actor cayó por entremedio de los andamios cuya limpieza se estaba realizando, lo anterior conforme a la Declaración Individual de Accidente de Trabajo y declaración de los testigos de ambas partes. 8. Que los andamios referidos presentaban una escotilla por medio de la cual se accede al mismo y un ajuste que se encuentra al final de ella, lo que permite unirla con otro andamio, lo que se establece de lo declarado en juicio por Octavio Dávila Palominos, quien expone que el andamio tenía una escotilla por donde se accedía, el que tenía amarrada una escalera, además de lo expuesto por don Danilo Soto Valenzuela, César Pino González y Francisco Soto Fuentes, así el primero indica que dicha estructura tiene un ajuste para extender la longitud del andamio y una escotilla de acceso que se levanta una tapa y baja la escalera, por su parte, el segundo señala que al andamio se colocan ajustes y que la escotilla funciona cerrada y finalmente el tercer testigo indica que las escotillas van en diagonal. 9. Que el accidente de autos se produjo por la caída de actor por uno de los ajustes referidos los que se encontraban abiertos, lo que se determina en juicio de lo declarado por don Danilo Soto Valenzuela, César Pino González y Francisco Soto Fuentes, quienes expresan que el demandante habría caído por dichos ajustes, lo que establecen por haber visto al actor cuando ya se encontraba en el segundo piso, en esa posición y encontrar abiertos los ajustes. 10. Que producto de la caída el actor resultó con tec complicado, fractura expuesta parietal izquierda, contusión medular cervical, HNP Traumática, lesión medular C4, que lo mantuvo en reposo laboral al menos entre el 20 de diciembre de 2010 y octubre del año 2009, generándole como secuelas una mielopatía post traumática con espasticidad grado 1 de extremidades inferiores, dolor neuropático y déficit cognitivo leve y una incapacidad laboral del 50%, lo que se determina de la resolución de incapacidad, informe médico, epicrisis y cartola de cotizaciones de salud. 11. Que el trabajador prestó servicios a la demandada con posterioridad al accidente del trabajo, renunciando al mismo en el mes de mayo de 2010, lo que se determina de lo declarado en juicio por aquél y de lo declarado en juicio por César Pino González, quien expuso que el actor renunció señalándole que iría a Perú, lo anterior en concordancia con las liquidaciones de remuneración y certificado de cotizaciones de seguridad social. 12. Que el actor prestó servicios para la empresa llamada Novatec S.A. entre los meses de septiembre y diciembre, todos del año 2010, como pretero, con una remuneración promedio de $ 364.712 y renunciando el actor a aquel trabajo en la época referida, según da cuenta lo por este declarado en el proceso, además de lo expuesto por el testigo del actor y cartola de cotizaciones de seguridad social. 13. Que las tres últimas remuneración percibidas por el actor de la demandada era de alrededor $ 240.000, lo que da cuenta liquidación de remuneraciones de los meses de febrero y marzo de 2010, incorporadas al proceso por la parte demandante y certificado de cotizaciones de seguridad social. 14. Que el actor en el mes de marzo de 2011, percibió la suma de $ 107.626 por concepto de pensión de invalidez, según da cuenta la liquidación correspondiente. 15. Que al trabajador se le hizo entrega de un Reglamento Interno de Higiene y Seguridad, de acuerdo al comprobante de entrega de fecha 4 de agosto de 2008. 16. Que al trabajador se le impartieron numerosas charlas de seguridad entre el mes de agosto y diciembre, todos de 2008, entre ellos el derecho a saber, uso de arnes, charla de hombre nuevo etc., lo que se determina de los registros de capacitación incorporados en la audiencia de juicio por la parte demandada. Así en aquella que se indica Derecho a Saber se señala como riesgo las caídas desde distinto nivel, señalando los casos en el cual debe usarse cinturón de seguridad. Luego en el registro de charla hombre nuevo se expone que el trabajador se compromete a no retirar ni modificar los sistemas de andamios de manera que permitan el riesgo de caída. 17. Que con fecha 13 de abril y 4 de octubre, ambos de 2010 y 10 de enero de 2011, se emitieron recetas a nombre del actor para el despacho de una serie de medicamentos, según dan cuenta aquellas incorporadas en la audiencia de juicio por la parte demandante. SÉPTIMO: Que de acuerdo a lo antes señalado, se encuentra fehacientemente establecido que el actor sufrió una caída del piso 13, sufriendo un tec complicado, fractura expuesta parietal izquierda, contusión medular cervical, HNP traumática, lesión medular C4, que lo mantuvo en reposo laboral al

186

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

7. Que el actor cayó por entremedio de los andamios cuya limpieza se estaba realizando, lo anterior conforme a la Declaración Individual de Accidente de Trabajo y declaración de los testigos de ambas partes. 8. Que los andamios referidos presentaban una escotilla por medio de la cual se accede al mismo y un ajuste que se encuentra al final de ella, lo que permite unirla con otro andamio, lo que se establece de lo declarado en juicio por Octavio Dávila Palominos, quien expone que el andamio tenía una escotilla por donde se accedía, el que tenía amarrada una escalera, además de lo expuesto por don Danilo Soto Valenzuela, César Pino González y Francisco Soto Fuentes, así el primero indica que dicha estructura tiene un ajuste para extender la longitud del andamio y una escotilla de acceso que se levanta una tapa y baja la escalera, por su parte, el segundo señala que al andamio se colocan ajustes y que la escotilla funciona cerrada y finalmente el tercer testigo indica que las escotillas van en diagonal. 9. Que el accidente de autos se produjo por la caída de actor por uno de los ajustes referidos los que se encontraban abiertos, lo que se determina en juicio de lo declarado por don Danilo Soto Valenzuela, César Pino González y Francisco Soto Fuentes, quienes expresan que el demandante habría caído por dichos ajustes, lo que establecen por haber visto al actor cuando ya se encontraba en el segundo piso, en esa posición y encontrar abiertos los ajustes. 10. Que producto de la caída el actor resultó con tec complicado, fractura expuesta parietal izquierda, contusión medular cervical, HNP Traumática, lesión medular C4, que lo mantuvo en reposo laboral al menos entre el 20 de diciembre de 2010 y octubre del año 2009, generándole como secuelas una mielopatía post traumática con espasticidad grado 1 de extremidades inferiores, dolor neuropático y déficit cognitivo leve y una incapacidad laboral del 50%, lo que se determina de la resolución de incapacidad, informe médico, epicrisis y cartola de cotizaciones de salud. 11. Que el trabajador prestó servicios a la demandada con posterioridad al accidente del trabajo, renunciando al mismo en el mes de mayo de 2010, lo que se determina de lo declarado en juicio por aquél y de lo declarado en juicio por César Pino González, quien expuso que el actor renunció señalándole que iría a Perú, lo anterior en concordancia con las liquidaciones de remuneración y certificado de cotizaciones de seguridad social. 12. Que el actor prestó servicios para la empresa llamada Novatec S.A. entre los meses de septiembre y diciembre, todos del año 2010, como pretero, con una remuneración promedio de $ 364.712 y renunciando el actor a aquel trabajo en la época referida, según da cuenta lo por este declarado en el proceso, además de lo expuesto por el testigo del actor y cartola de cotizaciones de seguridad social. 13. Que las tres últimas remuneración percibidas por el actor de la demandada era de alrededor $ 240.000, lo que da cuenta liquidación de remuneraciones de los meses de febrero y marzo de 2010, incorporadas al proceso por la parte demandante y certificado de cotizaciones de seguridad social. 14. Que el actor en el mes de marzo de 2011, percibió la suma de $ 107.626 por concepto de pensión de invalidez, según da cuenta la liquidación correspondiente. 15. Que al trabajador se le hizo entrega de un Reglamento Interno de Higiene y Seguridad, de acuerdo al comprobante de entrega de fecha 4 de agosto de 2008. 16. Que al trabajador se le impartieron numerosas charlas de seguridad entre el mes de agosto y diciembre, todos de 2008, entre ellos el derecho a saber, uso de arnes, charla de hombre nuevo etc., lo que se determina de los registros de capacitación incorporados en la audiencia de juicio por la parte demandada. Así en aquella que se indica Derecho a Saber se señala como riesgo las caídas desde distinto nivel, señalando los casos en el cual debe usarse cinturón de seguridad. Luego en el registro de charla hombre nuevo se expone que el trabajador se compromete a no retirar ni modificar los sistemas de andamios de manera que permitan el riesgo de caída. 17. Que con fecha 13 de abril y 4 de octubre, ambos de 2010 y 10 de enero de 2011, se emitieron recetas a nombre del actor para el despacho de una serie de medicamentos, según dan cuenta aquellas incorporadas en la audiencia de juicio por la parte demandante. SÉPTIMO: Que de acuerdo a lo antes señalado, se encuentra fehacientemente establecido que el actor sufrió una caída del piso 13, sufriendo un tec complicado, fractura expuesta parietal izquierda, contusión medular cervical, HNP traumática, lesión medular C4, que lo mantuvo en reposo laboral al

186

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

187

menos entre el 20 de diciembre de 2010 y octubre del año 2009, generándole como secuelas una mielopatía post traumática con espasticidad grado 1 de extremidades inferiores, dolor neuropático y déficit cognitivo leve y una incapacidad laboral del 50%. OCTAVO: Que asimismo se encuentra acreditado, que el accidente antes referido se produjo por el ingreso del actor a un espacio abierto existente en los andamios en que este desarrollaba sus labores de limpieza, cayendo al vacio. NOVENO: Que por otra parte de los medios de prueba reseñados en autos, aparece que el actor contaba con sus implementos de seguridad, como casco, arnés y bototos, al momento de la caída, soltándose el primero de ellos. DÉCIMO: Que así las cosas, el punto a discernir en esta contienda radica en determinar si en los hechos antes descritos, la demandada dio cumplimiento a lo dispuesto en el artículo 184 del Código del Trabajo, esto es haber tomado todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y la salud del trabajador de autos, manteniendo las condiciones adecuadas de Higiene y Seguridad en las faenas, como también los implementos necesarios para prevenir accidentes y enfermedades profesionales. UNDÉCIMO: Que a juicio de esta sentenciadora, en el hecho de que el trabajador se introdujera en una espacio abierto existente en los andamios en los cuales trabajaba, supone una falta de cumplimiento del deber de cuidado del empleador, por cuanto era obligación de la demandada mantener las estructuras en los cuales el actor prestaba servicios en una adecuada condición para hacerlo, esto es sin aberturas que permitieran su desplazamiento hacia el suelo o en el caso de que fuere necesario para el funcionamiento de aquella o por las características del proyecto, bien impedir su ingreso o advertir de su presencia y los peligros que importaba. Lo anterior por cuanto la demandada no logró acreditar en el proceso que el hecho de que el andamio en el cual se desempeñaba el actor, presentara este defecto, precisamente porque aquel él lo hubiera dejado así, toda vez que resultan insuficientes las declaraciones efectuadas por los testigos de la demandada don Danilo Soto Valenzuela y César Pino González, quienes indican que creen que el actor abrió dichos ajustes para depositar allí la basura que obtenía, porque era lo que habitualmente se efectuaba, además de ver una gran cantidad de basura en el piso a donde cayó el trabajador y por haberse encontrado en forma adecuada los mismos el día anterior, por cuanto tal conclusión no la obtienen por sus propios sentidos, es decir por haber ellos presenciado al actor removiendo los ajustes del andamio, sino por otros antecedentes como serían la habitualidad de la conducta por terceros ajenos al juicio, la presencia de escombros en el lugar y haber visto el día anterior de los hechos el lugar en buen estado, antecedentes del todo insuficientes para arribar a una conclusión de tal naturaleza y que no se encuentra corroborado por ningún otro medio de prueba rendido en el juicio. A mayor abundamiento, si bien tales deponentes señalan que había gran cantidad de escombros en el piso del lugar en que fue encontrado el actor, llegando inclusive uno de ellos a decir que había una cantidad equivalente a una tina de 20 kilos, esto no resulta acorde con lo expresado por el deponente Soto Fuentes, que señala que cubrió por donde el actor cayó, para que no le cayeran escombros, los que no podrían haberse detenido de ninguna forma si tuvieran la magnitud antes señalada, debiendo sumarse a lo anterior el hecho de que el actor al describir sus funciones indica que el juntaba la tierra en un rincón con un escobillón y la retiraba hacia la pieza. Además de lo anterior no resulta acorde con las normas de la lógica y las máximas de experiencia, que una persona que dice remover escombros o tierra con un escobillón haya evacuado aproximadamente 20 kilos de ello, por un lugar inadecuado, sin que nadie lo hubiera reparado. Además de lo antes señalado, para obtener la cantidad de escombros relatada por los testigos de la demandada, resulta necesario que el actor hubiera limpiado una gran cantidad de andamios, lo que no es posible, por cuanto conforme lo expresado en autos, el actor efectuaba tales labores desde hacía una cantidad de tiempo menor para ello, así el demandante indica que estaba hacía 20 minutos realizando tal tarea y conforme lo expresado por el señor Pino González, él a las 13:00 horas dio la tarea de limpiar. Asimismo, no resulta plausible señalar que el señor Acosta García hubiera abierto tales ajustes para tirar por medio de él la basura que recogía, por cuanto para que resultara conveniente hacerlo,

menos entre el 20 de diciembre de 2010 y octubre del año 2009, generándole como secuelas una mielopatía post traumática con espasticidad grado 1 de extremidades inferiores, dolor neuropático y déficit cognitivo leve y una incapacidad laboral del 50%. OCTAVO: Que asimismo se encuentra acreditado, que el accidente antes referido se produjo por el ingreso del actor a un espacio abierto existente en los andamios en que este desarrollaba sus labores de limpieza, cayendo al vacio. NOVENO: Que por otra parte de los medios de prueba reseñados en autos, aparece que el actor contaba con sus implementos de seguridad, como casco, arnés y bototos, al momento de la caída, soltándose el primero de ellos. DÉCIMO: Que así las cosas, el punto a discernir en esta contienda radica en determinar si en los hechos antes descritos, la demandada dio cumplimiento a lo dispuesto en el artículo 184 del Código del Trabajo, esto es haber tomado todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y la salud del trabajador de autos, manteniendo las condiciones adecuadas de Higiene y Seguridad en las faenas, como también los implementos necesarios para prevenir accidentes y enfermedades profesionales. UNDÉCIMO: Que a juicio de esta sentenciadora, en el hecho de que el trabajador se introdujera en una espacio abierto existente en los andamios en los cuales trabajaba, supone una falta de cumplimiento del deber de cuidado del empleador, por cuanto era obligación de la demandada mantener las estructuras en los cuales el actor prestaba servicios en una adecuada condición para hacerlo, esto es sin aberturas que permitieran su desplazamiento hacia el suelo o en el caso de que fuere necesario para el funcionamiento de aquella o por las características del proyecto, bien impedir su ingreso o advertir de su presencia y los peligros que importaba. Lo anterior por cuanto la demandada no logró acreditar en el proceso que el hecho de que el andamio en el cual se desempeñaba el actor, presentara este defecto, precisamente porque aquel él lo hubiera dejado así, toda vez que resultan insuficientes las declaraciones efectuadas por los testigos de la demandada don Danilo Soto Valenzuela y César Pino González, quienes indican que creen que el actor abrió dichos ajustes para depositar allí la basura que obtenía, porque era lo que habitualmente se efectuaba, además de ver una gran cantidad de basura en el piso a donde cayó el trabajador y por haberse encontrado en forma adecuada los mismos el día anterior, por cuanto tal conclusión no la obtienen por sus propios sentidos, es decir por haber ellos presenciado al actor removiendo los ajustes del andamio, sino por otros antecedentes como serían la habitualidad de la conducta por terceros ajenos al juicio, la presencia de escombros en el lugar y haber visto el día anterior de los hechos el lugar en buen estado, antecedentes del todo insuficientes para arribar a una conclusión de tal naturaleza y que no se encuentra corroborado por ningún otro medio de prueba rendido en el juicio. A mayor abundamiento, si bien tales deponentes señalan que había gran cantidad de escombros en el piso del lugar en que fue encontrado el actor, llegando inclusive uno de ellos a decir que había una cantidad equivalente a una tina de 20 kilos, esto no resulta acorde con lo expresado por el deponente Soto Fuentes, que señala que cubrió por donde el actor cayó, para que no le cayeran escombros, los que no podrían haberse detenido de ninguna forma si tuvieran la magnitud antes señalada, debiendo sumarse a lo anterior el hecho de que el actor al describir sus funciones indica que el juntaba la tierra en un rincón con un escobillón y la retiraba hacia la pieza. Además de lo anterior no resulta acorde con las normas de la lógica y las máximas de experiencia, que una persona que dice remover escombros o tierra con un escobillón haya evacuado aproximadamente 20 kilos de ello, por un lugar inadecuado, sin que nadie lo hubiera reparado. Además de lo antes señalado, para obtener la cantidad de escombros relatada por los testigos de la demandada, resulta necesario que el actor hubiera limpiado una gran cantidad de andamios, lo que no es posible, por cuanto conforme lo expresado en autos, el actor efectuaba tales labores desde hacía una cantidad de tiempo menor para ello, así el demandante indica que estaba hacía 20 minutos realizando tal tarea y conforme lo expresado por el señor Pino González, él a las 13:00 horas dio la tarea de limpiar. Asimismo, no resulta plausible señalar que el señor Acosta García hubiera abierto tales ajustes para tirar por medio de él la basura que recogía, por cuanto para que resultara conveniente hacerlo, ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

187

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

era necesario, si se efectuaba la operación desde los primeros inferiores a los superiores, abrir todos los ajustes previamente, lo que implica una gran cantidad de tiempo que no se condice con lo por los deponentes relatado o bien si se efectuaba de los pisos superiores a los inferiores, no es posible estimar que en un período menor a 2 horas se hubieran avanzado desde el piso 2 al 13, sacando los ajustes y efectuando la limpieza de todos ellos. Además de lo anterior, no se acompaña ningún otro medio de prueba que permita establecer fehacientemente, que los andamios antes de comenzar el actor a realizar sus labores, hayan estado debidamente cerrados, ya que aun cuando se pudiera estimar de acuerdo a lo declarado por los testigos de la demandada que sí lo estaban el día anterior de los hechos, en el mismo día se desarrollaron labores habituales pudiendo ser retirados los ajustes durante el trascurso de aquélla. Por otra parte, si bien la demandada entregó elementos de protección, no resultó suficiente para el debido resguardo del actor el casco sin barbiquejo que se le dio, que permitió que se desprendiera de él y golpeara su cabeza, tal como aparece del accidente, concordante con lo expresado por Octavio Dávila Palominos. De la misma forma, el empleador no dio al actor charla alguna respecto del trabajo en andamio, siendo insuficiente para ello, lo que aparece en el derecho a saber y charla de hombre nuevo, en referencia a no alterar los andamios y caídas de distinto nivel. Igualmente no advirtió al actor de la presencia de tal situación ni implemento ninguna advertencia de su existencia y de los peligros que importaba. Así las cosas, si el empleador hubiera actuado orientado a la protección eficaz de sus trabajadores, debió haber tenido las estructuras en la que efectúan sus labores los trabajadores en forma adecuada, impedido su ingreso o bien advertido de las condiciones de trabajo con que se podían encontrar, adoptado las medidas de seguridad pertinentes para ello, revisando constantemente los lugares de trabajo e instruyendo al actor en sus usos y peligros. DUODÉCIMO: Que por otra parte, la empleadora también infringió los artículos 3º, 36 y 37 del decreto supremo Nº 594, especialmente el último de aquellos, al establecer la obligación del empleador de suprimir cualquier factor de peligro que pueda afectar la salud e integridad de los trabajadores, lo que no ocurrió en la especie, al no haber instruido sobre los peligros que pueden presentar los trabajos en andamios y haber previamente revisado las condiciones de los mismos. DECIMOTERCERO: Que a mayor abundamiento, los implementos de seguridad otorgados al trabajador para desarrollar la labor sub lite, aparecen del todo insuficiente, frente a un trabajo que se efectúa a más de 2 metros de altura. DECIMOCUARTO: Que de esta forma, habiéndose establecido que el actor sufrió un daño, consistente en tec complicado, fractura expuesta parietal izquierda, contusión medular cervical, HNP Traumática, lesión medular C4, la que lo dejó con una incapacidad laboral del 50%, producto de una caída sufrida desde el 13 piso por una abertura existente en los andamios en que trabajaba el actor, hecho no advertido por la demandada, quien además no adoptó ninguna medida de protección, siendo su obligación haber protegido eficazmente al trabajador frente a hechos de tal naturaleza, se acogerá la demanda de autos. DECIMOQUINTO: Que en cuanto al daño emergente alegado, la parte demandante lo funda en los gastos de medicamentos que debió incurrir mientras se encontró fuera del país. Que conforme lo dispone el artículo 29 de la ley Nº 16.744 las víctimas de un accidente del trabajo tienen derecho a la entrega gratuita de medicamentos y productos farmacéuticos. Que, sin embargo, de los medios de prueba incorporados en la audiencia de juicio, aparece que el actor, en circunstancias que se encontraba siguiendo un tratamiento médico ante la Mutual de Seguridad, por medio del cual se le entregaban los medicamentos prescritos, decidió por su propia voluntad viajar al país de Perú, marginándose de dicha cobertura, razón por la cual se desechará la demanda referente al pago de este concepto. DECIMOSEXTO: Que de la misma forma se desestimará la demanda de autos en lo que se refiere al lucro cesante, por cuanto se encuentra acreditado del proceso que el actor prestó servicios tanto para la propia demandada como para terceros después de ocurrido el accidente de autos, percibiendo una remuneración aun mayor a la primitivamente recepcionada mientras prestaba servicios para Inmobilia

188

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

era necesario, si se efectuaba la operación desde los primeros inferiores a los superiores, abrir todos los ajustes previamente, lo que implica una gran cantidad de tiempo que no se condice con lo por los deponentes relatado o bien si se efectuaba de los pisos superiores a los inferiores, no es posible estimar que en un período menor a 2 horas se hubieran avanzado desde el piso 2 al 13, sacando los ajustes y efectuando la limpieza de todos ellos. Además de lo anterior, no se acompaña ningún otro medio de prueba que permita establecer fehacientemente, que los andamios antes de comenzar el actor a realizar sus labores, hayan estado debidamente cerrados, ya que aun cuando se pudiera estimar de acuerdo a lo declarado por los testigos de la demandada que sí lo estaban el día anterior de los hechos, en el mismo día se desarrollaron labores habituales pudiendo ser retirados los ajustes durante el trascurso de aquélla. Por otra parte, si bien la demandada entregó elementos de protección, no resultó suficiente para el debido resguardo del actor el casco sin barbiquejo que se le dio, que permitió que se desprendiera de él y golpeara su cabeza, tal como aparece del accidente, concordante con lo expresado por Octavio Dávila Palominos. De la misma forma, el empleador no dio al actor charla alguna respecto del trabajo en andamio, siendo insuficiente para ello, lo que aparece en el derecho a saber y charla de hombre nuevo, en referencia a no alterar los andamios y caídas de distinto nivel. Igualmente no advirtió al actor de la presencia de tal situación ni implemento ninguna advertencia de su existencia y de los peligros que importaba. Así las cosas, si el empleador hubiera actuado orientado a la protección eficaz de sus trabajadores, debió haber tenido las estructuras en la que efectúan sus labores los trabajadores en forma adecuada, impedido su ingreso o bien advertido de las condiciones de trabajo con que se podían encontrar, adoptado las medidas de seguridad pertinentes para ello, revisando constantemente los lugares de trabajo e instruyendo al actor en sus usos y peligros. DUODÉCIMO: Que por otra parte, la empleadora también infringió los artículos 3º, 36 y 37 del decreto supremo Nº 594, especialmente el último de aquellos, al establecer la obligación del empleador de suprimir cualquier factor de peligro que pueda afectar la salud e integridad de los trabajadores, lo que no ocurrió en la especie, al no haber instruido sobre los peligros que pueden presentar los trabajos en andamios y haber previamente revisado las condiciones de los mismos. DECIMOTERCERO: Que a mayor abundamiento, los implementos de seguridad otorgados al trabajador para desarrollar la labor sub lite, aparecen del todo insuficiente, frente a un trabajo que se efectúa a más de 2 metros de altura. DECIMOCUARTO: Que de esta forma, habiéndose establecido que el actor sufrió un daño, consistente en tec complicado, fractura expuesta parietal izquierda, contusión medular cervical, HNP Traumática, lesión medular C4, la que lo dejó con una incapacidad laboral del 50%, producto de una caída sufrida desde el 13 piso por una abertura existente en los andamios en que trabajaba el actor, hecho no advertido por la demandada, quien además no adoptó ninguna medida de protección, siendo su obligación haber protegido eficazmente al trabajador frente a hechos de tal naturaleza, se acogerá la demanda de autos. DECIMOQUINTO: Que en cuanto al daño emergente alegado, la parte demandante lo funda en los gastos de medicamentos que debió incurrir mientras se encontró fuera del país. Que conforme lo dispone el artículo 29 de la ley Nº 16.744 las víctimas de un accidente del trabajo tienen derecho a la entrega gratuita de medicamentos y productos farmacéuticos. Que, sin embargo, de los medios de prueba incorporados en la audiencia de juicio, aparece que el actor, en circunstancias que se encontraba siguiendo un tratamiento médico ante la Mutual de Seguridad, por medio del cual se le entregaban los medicamentos prescritos, decidió por su propia voluntad viajar al país de Perú, marginándose de dicha cobertura, razón por la cual se desechará la demanda referente al pago de este concepto. DECIMOSEXTO: Que de la misma forma se desestimará la demanda de autos en lo que se refiere al lucro cesante, por cuanto se encuentra acreditado del proceso que el actor prestó servicios tanto para la propia demandada como para terceros después de ocurrido el accidente de autos, percibiendo una remuneración aun mayor a la primitivamente recepcionada mientras prestaba servicios para Inmobilia

188

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

189

Construcciones, lo que impide establecer una real pérdida económica para el futuro, máxime si la calificación del trabajador le permite acceder a trabajos de similar naturaleza y remuneración los antes referidos, esto es obrero percibiendo la remuneración mínima establecida por ley. Por otra parte, tal como aparece de los documentos incorporados en la audiencia de juicio por el propio trabajador, este ha continuado con su tratamiento, encontrándose en una posición de superar las dificultades mencionadas por el actor para trabajar. DECIMOSÉPTIMO: Que sin embargo, atendido los hechos establecidos en esta causa, es posible para el tribunal tener por acreditada la existencia de un daño moral en el actor, entendido como el dolor y sufrimiento espiritual del mismo, frente al accidente sufrido, ya que cayó de una gran altura, golpeándose en los fierros por los que circuló, resultando con un tec cerrado, fractura expuesta y contusión medular, debiendo ser intervenido quirúrgicamente y encontrarse en reposo laboral por aproximadamente 12 meses, declarándose una incapacidad del 50%, no recordando el hecho específico de la caída y resultando con secuelas que necesariamente dificultarán su vida familiar, laboral y social, al diagnosticarse como tal una espasticidad en sus miembros inferiores y un déficit cognitivo leve. DECIMOOCTAVO: Que lo antes señalado permite establecer que dicho daño se verá resarcido con la suma de $ 20.000.000, suma que deberá reajustarse y devengará intereses corrientes, entre la fecha que la sentencia quede ejecutoriada y el pago efectivo. DECIMONOVENO: Que los demás medios de prueba allegados al proceso por los litigantes, en nada alteran lo antes concluido, razón por la cual se omitirá un análisis pormenorizado de los mismos. Visto además, lo dispuesto en los artículos 1º, 184 y 446 a 462 del Código del Trabajo, ley Nº 16.744 y decreto supremo Nº 549, 2314 y siguientes del Código Civil, SE DECLARA: Que SE ACOGE la demanda de autos interpuesta por ANTONIO GILBERTO ACOSTA GARCÍA en contra de INMOBILIA CONSTRUCCIONES LTDA., sólo en cuanto la demandada deberá pagar al actor la suma de $ 20.000.000, la que deberá reajustarse y devengará intereses corrientes, entre la fecha que la sentencia quede ejecutoriada y el pago efectivo, sin costas por no haber sido totalmente vencida. Una vez ejecutoriada la presente sentencia definitiva, devuélvanse los documentos guardados en custodia. Regístrese y archívese en su oportunidad. RIT: O 3654 2010 RUC: 10 4 0047866 5 Dictada por doña ANGÉLICA PÉREZ CASTRO, Juez Titular del Primer Juzgado de Letras del Trabajo de Santiago.

II. CORTE DE APELACIONES Santiago, veintinueve de noviembre del año dos mil once. VISTOS Y TENIENDO PRESENTE: 1°) Que, en estos autos rol Nº 469-2011 ha comparecido don Lautaro Téllez Anguita, abogado, deduciendo recurso de nulidad en contra de la sentencia definitiva pronunciada por el Primer Juzgado de Letras del Trabajo de la ciudad de Santiago, mediante la cual se acogió la demanda interpuesta por don Antonio Gilberto Acosta García en contra de Inmobiliaria Construcciones Ltda., disponiendo que la demandada debe pagar al actor la suma de veinte millones de pesos, con reajustes e intereses corrientes. El recurso se refiere, primero, a los fundamentos de la sentencia recurrida y luego a los fundamentos del recurso, denunciando que el fallo incurrió en la causal de nulidad de la letra b) del artículo 478 del Código del Trabajo, “en armonía y relación con los artículos 459 Nº 4 y 477 inciso primero del mismo cuerpo legal, esto es, cuando la sentencia ha sido pronunciada con infracción manifiesta a las normas sobre apreciación de la prueba conforme a las reglas de la sana crítica, sin realizar el análisis y razonamiento de toda la prueba rendida, lo cual ha influido sustancialmente en lo dispositivo del fallo”; 2°) Que el recurso afirma que la sentencia impugnada infringe el artículo 456 del Código del Trabajo, que contiene las normas reguladoras de la prueba en materia laboral, pues al acoger el daño moral solicitado en la demanda, sin existir prueba al respecto, vulneró los elementos que constituyen la sana crítica como método de ponderación y apreciación de las pruebas.

Santiago, veintinueve de noviembre del año dos mil once. VISTOS Y TENIENDO PRESENTE: 1°) Que, en estos autos rol Nº 469-2011 ha comparecido don Lautaro Téllez Anguita, abogado, deduciendo recurso de nulidad en contra de la sentencia definitiva pronunciada por el Primer Juzgado de Letras del Trabajo de la ciudad de Santiago, mediante la cual se acogió la demanda interpuesta por don Antonio Gilberto Acosta García en contra de Inmobiliaria Construcciones Ltda., disponiendo que la demandada debe pagar al actor la suma de veinte millones de pesos, con reajustes e intereses corrientes. El recurso se refiere, primero, a los fundamentos de la sentencia recurrida y luego a los fundamentos del recurso, denunciando que el fallo incurrió en la causal de nulidad de la letra b) del artículo 478 del Código del Trabajo, “en armonía y relación con los artículos 459 Nº 4 y 477 inciso primero del mismo cuerpo legal, esto es, cuando la sentencia ha sido pronunciada con infracción manifiesta a las normas sobre apreciación de la prueba conforme a las reglas de la sana crítica, sin realizar el análisis y razonamiento de toda la prueba rendida, lo cual ha influido sustancialmente en lo dispositivo del fallo”; 2°) Que el recurso afirma que la sentencia impugnada infringe el artículo 456 del Código del Trabajo, que contiene las normas reguladoras de la prueba en materia laboral, pues al acoger el daño moral solicitado en la demanda, sin existir prueba al respecto, vulneró los elementos que constituyen la sana crítica como método de ponderación y apreciación de las pruebas.

II. CORTE DE APELACIONES Construcciones, lo que impide establecer una real pérdida económica para el futuro, máxime si la calificación del trabajador le permite acceder a trabajos de similar naturaleza y remuneración los antes referidos, esto es obrero percibiendo la remuneración mínima establecida por ley. Por otra parte, tal como aparece de los documentos incorporados en la audiencia de juicio por el propio trabajador, este ha continuado con su tratamiento, encontrándose en una posición de superar las dificultades mencionadas por el actor para trabajar. DECIMOSÉPTIMO: Que sin embargo, atendido los hechos establecidos en esta causa, es posible para el tribunal tener por acreditada la existencia de un daño moral en el actor, entendido como el dolor y sufrimiento espiritual del mismo, frente al accidente sufrido, ya que cayó de una gran altura, golpeándose en los fierros por los que circuló, resultando con un tec cerrado, fractura expuesta y contusión medular, debiendo ser intervenido quirúrgicamente y encontrarse en reposo laboral por aproximadamente 12 meses, declarándose una incapacidad del 50%, no recordando el hecho específico de la caída y resultando con secuelas que necesariamente dificultarán su vida familiar, laboral y social, al diagnosticarse como tal una espasticidad en sus miembros inferiores y un déficit cognitivo leve. DECIMOOCTAVO: Que lo antes señalado permite establecer que dicho daño se verá resarcido con la suma de $ 20.000.000, suma que deberá reajustarse y devengará intereses corrientes, entre la fecha que la sentencia quede ejecutoriada y el pago efectivo. DECIMONOVENO: Que los demás medios de prueba allegados al proceso por los litigantes, en nada alteran lo antes concluido, razón por la cual se omitirá un análisis pormenorizado de los mismos. Visto además, lo dispuesto en los artículos 1º, 184 y 446 a 462 del Código del Trabajo, ley Nº 16.744 y decreto supremo Nº 549, 2314 y siguientes del Código Civil, SE DECLARA: Que SE ACOGE la demanda de autos interpuesta por ANTONIO GILBERTO ACOSTA GARCÍA en contra de INMOBILIA CONSTRUCCIONES LTDA., sólo en cuanto la demandada deberá pagar al actor la suma de $ 20.000.000, la que deberá reajustarse y devengará intereses corrientes, entre la fecha que la sentencia quede ejecutoriada y el pago efectivo, sin costas por no haber sido totalmente vencida. Una vez ejecutoriada la presente sentencia definitiva, devuélvanse los documentos guardados en custodia. Regístrese y archívese en su oportunidad. RIT: O 3654 2010 RUC: 10 4 0047866 5 Dictada por doña ANGÉLICA PÉREZ CASTRO, Juez Titular del Primer Juzgado de Letras del Trabajo de Santiago. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

189

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

De dicha norma legal –que transcribe– se desprende, agrega, que la valoración de la prueba conforme a las reglas de la sana crítica es judicial y está supeditada a elementos subjetivos constituidos especialmente por la lógica y las máximas de experiencia, los que deben estar complementados por factores probatorios que obliguen al sentenciador a llegar a un pleno conocimiento a través del estudio razonado de la prueba rendida, toda vez que la sentencia no puede apoyarse en un juicio dubitable, sino en hechos acreditados en el juicio, complementados con ciertas máximas de solución, que la norma legal detalla y precisa; 3º) Que el recurso añade que si bien la sana crítica permite la libre valoración de la prueba, el sentenciador debe ajustarse a criterios racionales. En otras palabras, el sistema de persuasión racional excluye la rigidez de la tasación de las pruebas, pero no libera al sentenciador de la sujeción a estándares de racionalidad, donde el análisis de las pruebas y la motivación y raciocinio de las conclusiones probatorias constituyen una herramienta de control frente a cualquier arbitrariedad. Manifiesta que el sentenciador debe apreciar la prueba rendida por las partes conforme a las reglas de la sana crítica, debiendo considerar la multiplicidad, gravedad, precisión, concordancia y conexión de las pruebas o antecedentes del proceso que utilice para lograr la convicción necesaria y fallar la materia sometida a su conocimiento. Señala que si bien esta apreciación de los hechos compete a la esfera de atribuciones del sentenciador, es preciso que los razonamientos que llevan a la dictación del fallo final contengan la necesaria y lógica concordancia, de manera que sean lo suficientemente comprensibles de las decisiones adoptadas. La sentencia debe analizar toda la prueba rendida, los hechos que estime probados y el razonamiento que conduce a esta estimación, debiendo arribar a una conclusión a través del sistema de sana crítica, aplicando estándares objetivos consistentes en reglas de lógica y máximas de experiencia. Al hacerlo, el tribunal debe expresar las razones jurídicas y las simplemente lógicas, científicas, técnicas o de experiencia en cuya virtud les asigne valor o las desestime; 4º) Que añade el recurso que la fuente de donde el magistrado debe extraer los argumentos o motivos de la sentencia definitiva, ya sea para acogerla o rechazarla, corresponde a las pruebas rendidas en autos. Expresa que en el presente juicio el tribunal a quo no ha realizado un estudio razonado y lógico de las pruebas rendidas, en los términos exigidos por el referido artículo 456, disposición que le ordena expresar las razones jurídicas y las simplemente lógicas, científicas, técnicas o de experiencia, en cuya virtud asigne valor a las pruebas de una u otra parte, o en su caso las desestime, considerando además la multiplicidad, gravedad, precisión, concordancia y conexión de las pruebas o antecedentes vertidos en el proceso. Al no valorar el fallo todos y cada uno de los elementos de convicción aportados se han contrariado, además, los razonamientos de lógica y de experiencia que conforman la sana crítica, de manera que la resolución de la controversia se ha alejado del mérito del proceso. Aduce que la sentencia recurrida infringe las normas legales sobre apreciación de la prueba conforme las reglas de la sana crítica, ya que no analizó íntegramente la prueba rendida, vierte razonamientos que contradicen los principios de lógica y experiencia que importan la sana crítica, y emite un juicio acogiendo el daño moral alegado, aun cuando no existen pruebas rendidas que acrediten algún daño del carácter del que se solicitó en la demanda y se concedió por el tribunal; 5º) Que, a continuación, el recurso se refiere a lo que denomina “erróneos razonamientos de los considerandos”, y anuncia que hará un análisis para “dar cuenta de las innumerables imprecisiones contenidas en los considerandos de la sentencia, los que claramente han llevado a esta sentenciadora a una errada aplicación de las normas referentes a la valoración de la prueba. Así las cosas, nos permitimos señalar algunos de los errores contenidos en la sentencia, cuestiones que pueden ser ratificadas conforme el audio de la presente causa…”, pasando revista luego a una serie de pruebas y hechos más propios de una apelación que de un recurso como el que se analiza; 6º) Que el recurrente afirma que el Tribunal comete un nuevo error al condenarlo al pago de $ 20.000.000, pues tiene por acreditado el daño moral del Sr. Acosta a partir de la acreditación de hechos que dicen relación con la caída sufrida por éste, conclusiones que estima erradas por basarse en

190

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

De dicha norma legal –que transcribe– se desprende, agrega, que la valoración de la prueba conforme a las reglas de la sana crítica es judicial y está supeditada a elementos subjetivos constituidos especialmente por la lógica y las máximas de experiencia, los que deben estar complementados por factores probatorios que obliguen al sentenciador a llegar a un pleno conocimiento a través del estudio razonado de la prueba rendida, toda vez que la sentencia no puede apoyarse en un juicio dubitable, sino en hechos acreditados en el juicio, complementados con ciertas máximas de solución, que la norma legal detalla y precisa; 3º) Que el recurso añade que si bien la sana crítica permite la libre valoración de la prueba, el sentenciador debe ajustarse a criterios racionales. En otras palabras, el sistema de persuasión racional excluye la rigidez de la tasación de las pruebas, pero no libera al sentenciador de la sujeción a estándares de racionalidad, donde el análisis de las pruebas y la motivación y raciocinio de las conclusiones probatorias constituyen una herramienta de control frente a cualquier arbitrariedad. Manifiesta que el sentenciador debe apreciar la prueba rendida por las partes conforme a las reglas de la sana crítica, debiendo considerar la multiplicidad, gravedad, precisión, concordancia y conexión de las pruebas o antecedentes del proceso que utilice para lograr la convicción necesaria y fallar la materia sometida a su conocimiento. Señala que si bien esta apreciación de los hechos compete a la esfera de atribuciones del sentenciador, es preciso que los razonamientos que llevan a la dictación del fallo final contengan la necesaria y lógica concordancia, de manera que sean lo suficientemente comprensibles de las decisiones adoptadas. La sentencia debe analizar toda la prueba rendida, los hechos que estime probados y el razonamiento que conduce a esta estimación, debiendo arribar a una conclusión a través del sistema de sana crítica, aplicando estándares objetivos consistentes en reglas de lógica y máximas de experiencia. Al hacerlo, el tribunal debe expresar las razones jurídicas y las simplemente lógicas, científicas, técnicas o de experiencia en cuya virtud les asigne valor o las desestime; 4º) Que añade el recurso que la fuente de donde el magistrado debe extraer los argumentos o motivos de la sentencia definitiva, ya sea para acogerla o rechazarla, corresponde a las pruebas rendidas en autos. Expresa que en el presente juicio el tribunal a quo no ha realizado un estudio razonado y lógico de las pruebas rendidas, en los términos exigidos por el referido artículo 456, disposición que le ordena expresar las razones jurídicas y las simplemente lógicas, científicas, técnicas o de experiencia, en cuya virtud asigne valor a las pruebas de una u otra parte, o en su caso las desestime, considerando además la multiplicidad, gravedad, precisión, concordancia y conexión de las pruebas o antecedentes vertidos en el proceso. Al no valorar el fallo todos y cada uno de los elementos de convicción aportados se han contrariado, además, los razonamientos de lógica y de experiencia que conforman la sana crítica, de manera que la resolución de la controversia se ha alejado del mérito del proceso. Aduce que la sentencia recurrida infringe las normas legales sobre apreciación de la prueba conforme las reglas de la sana crítica, ya que no analizó íntegramente la prueba rendida, vierte razonamientos que contradicen los principios de lógica y experiencia que importan la sana crítica, y emite un juicio acogiendo el daño moral alegado, aun cuando no existen pruebas rendidas que acrediten algún daño del carácter del que se solicitó en la demanda y se concedió por el tribunal; 5º) Que, a continuación, el recurso se refiere a lo que denomina “erróneos razonamientos de los considerandos”, y anuncia que hará un análisis para “dar cuenta de las innumerables imprecisiones contenidas en los considerandos de la sentencia, los que claramente han llevado a esta sentenciadora a una errada aplicación de las normas referentes a la valoración de la prueba. Así las cosas, nos permitimos señalar algunos de los errores contenidos en la sentencia, cuestiones que pueden ser ratificadas conforme el audio de la presente causa…”, pasando revista luego a una serie de pruebas y hechos más propios de una apelación que de un recurso como el que se analiza; 6º) Que el recurrente afirma que el Tribunal comete un nuevo error al condenarlo al pago de $ 20.000.000, pues tiene por acreditado el daño moral del Sr. Acosta a partir de la acreditación de hechos que dicen relación con la caída sufrida por éste, conclusiones que estima erradas por basarse en

190

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

191

hechos tergiversados en la sentencia y que no se relacionan con las pruebas allegadas al proceso por la demandante, que le permitan adquirir la convicción que existió daño, y que existe un nexo causal entre el hecho generador del daño y el daño moral alegado. Argumenta que el actor, al solicitar indemnización por daño moral, señaló en su libelo que éste correspondía al sufrimiento físico y moral que le ha provocado el accidente por la actitud negligente de la demandada y las secuelas permanentes que sufrirá. El tribunal a quo al determinar los puntos de prueba, fijó como punto, bajo la letra d) “Consecuencias patrimoniales, emocionales y físicas con ocasión del accidente que aquejó al actor”, aduciendo que de la revisión de la prueba rendida y de la lectura de los considerandos cuarto, sexto y séptimo de la sentencia, aparece que la demandante no aportó prueba tendiente a acreditar dicho punto de prueba, que permitiera a la sentenciadora determinar la existencia de las consecuencias patrimoniales y emocionales del accidente que hagan procedente la indemnización por daño moral en los términos en que se le condenó. Señala que la sentenciadora en el considerando decimoséptimo precisa que entiende por daño moral el dolor y sufrimiento espiritual del actor frente al accidente sufrido, sin embargo ello no es suficiente para que proceda la demanda en los términos decretados. Según las reglas de la sana crítica, es necesario que exista multiplicidad, gravedad, precisión, concordancia y conexión de las pruebas o antecedentes del proceso que utilice para lograr la convicción necesaria y fallar la materia sometida a su conocimiento, lo cual en la presente causa no ha acaecido, ya que no se rindió prueba que permita al fallador arribar a la conclusión lógica que procede indemnización por daño moral y que ésta sea del monto por el que se condenó. En la sentencia recurrida, si bien existe análisis de la prueba rendida y los hechos que se estiman probados, no existe análisis de la prueba rendida en materia de daño moral, ya que no se rindió prueba al respecto que permita al sentenciador y a su parte arribar a una conclusión lógica mediante estándares objetivos que manifiesten razones jurídicas o simplemente lógicas, científicas, técnicas o de experiencia, en cuya virtud la sentenciadora logró una convicción tal, que permitió hacer procedente una indemnización de $ 20.000.000 (veinte millones de pesos). Además, dice, no se encuentra acreditado que el Sr. Acosta se haya golpeado con los fierros durante la caída como señala la sentencia; tampoco cuáles serían las secuelas específicas que dificultarán su vida familiar laboral y social, sobre todo si se considera que no existe prueba que permita dimensionar su vida familiar, social y laboral antes del accidente. Así, de la prueba rendida y analizada por el sentenciador se acreditó que el actor no sólo no vio afectada su vida laboral, sino que, por el contrario, ésta se vio desarrollada después del accidente, ya que, a pesar de dejar voluntariamente su trabajo en abril de 2010, pudo obtener un nuevo empleo a meses del accidente, percibiendo una remuneración por casi el doble de lo que percibía antes del accidente laborando con su parte. Lo anterior es recogido por la sentenciadora en el considerando decimosexto de la sentencia, y por ende resulta aun más ilógico y contrario a las reglas de la sana crítica que la sentenciadora, aun teniendo por acreditado que el actor prestó servicios a la recurrente y a terceros después del accidente en mejores condiciones que cuando éste ocurrió, se base precisamente en un perjuicio en la vida laboral del Sr. Acosta para condenarla a indemnizar el daño moral en ese ámbito. En este análisis existe una contradicción que hace procedente el recurso de nulidad, lo que deduce se produjo por la gran cantidad de imprecisiones que contiene la sentencia, ya que se han infringido, dada la prueba rendida y apreciada por el tribunal, las reglas de la sana crítica. El propio demandante, afirma, señaló que renunció voluntariamente a su último trabajo, por lo que es de toda lógica que, más allá de sus dichos, no siente afectada su vida laboral, ya que de lo contrario se habría mantenido en su puesto de trabajo como único medio de subsistencia, dado el accidente que tuvo y que le impediría desarrollar sus labores en forma completa. Señala además que con la declaración del demandante se acreditó que vive sólo en Chile, y que su familia se encuentra en Perú, lugar al que pudo viajar después del accidente y de renunciar a su trabajo con la reclamante, en forma autovalente, pudiendo compartir con su familia por cerca de 6 meses, incluso de forma más extendida a la que habría podido hacerlo hasta antes del accidente.

hechos tergiversados en la sentencia y que no se relacionan con las pruebas allegadas al proceso por la demandante, que le permitan adquirir la convicción que existió daño, y que existe un nexo causal entre el hecho generador del daño y el daño moral alegado. Argumenta que el actor, al solicitar indemnización por daño moral, señaló en su libelo que éste correspondía al sufrimiento físico y moral que le ha provocado el accidente por la actitud negligente de la demandada y las secuelas permanentes que sufrirá. El tribunal a quo al determinar los puntos de prueba, fijó como punto, bajo la letra d) “Consecuencias patrimoniales, emocionales y físicas con ocasión del accidente que aquejó al actor”, aduciendo que de la revisión de la prueba rendida y de la lectura de los considerandos cuarto, sexto y séptimo de la sentencia, aparece que la demandante no aportó prueba tendiente a acreditar dicho punto de prueba, que permitiera a la sentenciadora determinar la existencia de las consecuencias patrimoniales y emocionales del accidente que hagan procedente la indemnización por daño moral en los términos en que se le condenó. Señala que la sentenciadora en el considerando decimoséptimo precisa que entiende por daño moral el dolor y sufrimiento espiritual del actor frente al accidente sufrido, sin embargo ello no es suficiente para que proceda la demanda en los términos decretados. Según las reglas de la sana crítica, es necesario que exista multiplicidad, gravedad, precisión, concordancia y conexión de las pruebas o antecedentes del proceso que utilice para lograr la convicción necesaria y fallar la materia sometida a su conocimiento, lo cual en la presente causa no ha acaecido, ya que no se rindió prueba que permita al fallador arribar a la conclusión lógica que procede indemnización por daño moral y que ésta sea del monto por el que se condenó. En la sentencia recurrida, si bien existe análisis de la prueba rendida y los hechos que se estiman probados, no existe análisis de la prueba rendida en materia de daño moral, ya que no se rindió prueba al respecto que permita al sentenciador y a su parte arribar a una conclusión lógica mediante estándares objetivos que manifiesten razones jurídicas o simplemente lógicas, científicas, técnicas o de experiencia, en cuya virtud la sentenciadora logró una convicción tal, que permitió hacer procedente una indemnización de $ 20.000.000 (veinte millones de pesos). Además, dice, no se encuentra acreditado que el Sr. Acosta se haya golpeado con los fierros durante la caída como señala la sentencia; tampoco cuáles serían las secuelas específicas que dificultarán su vida familiar laboral y social, sobre todo si se considera que no existe prueba que permita dimensionar su vida familiar, social y laboral antes del accidente. Así, de la prueba rendida y analizada por el sentenciador se acreditó que el actor no sólo no vio afectada su vida laboral, sino que, por el contrario, ésta se vio desarrollada después del accidente, ya que, a pesar de dejar voluntariamente su trabajo en abril de 2010, pudo obtener un nuevo empleo a meses del accidente, percibiendo una remuneración por casi el doble de lo que percibía antes del accidente laborando con su parte. Lo anterior es recogido por la sentenciadora en el considerando decimosexto de la sentencia, y por ende resulta aun más ilógico y contrario a las reglas de la sana crítica que la sentenciadora, aun teniendo por acreditado que el actor prestó servicios a la recurrente y a terceros después del accidente en mejores condiciones que cuando éste ocurrió, se base precisamente en un perjuicio en la vida laboral del Sr. Acosta para condenarla a indemnizar el daño moral en ese ámbito. En este análisis existe una contradicción que hace procedente el recurso de nulidad, lo que deduce se produjo por la gran cantidad de imprecisiones que contiene la sentencia, ya que se han infringido, dada la prueba rendida y apreciada por el tribunal, las reglas de la sana crítica. El propio demandante, afirma, señaló que renunció voluntariamente a su último trabajo, por lo que es de toda lógica que, más allá de sus dichos, no siente afectada su vida laboral, ya que de lo contrario se habría mantenido en su puesto de trabajo como único medio de subsistencia, dado el accidente que tuvo y que le impediría desarrollar sus labores en forma completa. Señala además que con la declaración del demandante se acreditó que vive sólo en Chile, y que su familia se encuentra en Perú, lugar al que pudo viajar después del accidente y de renunciar a su trabajo con la reclamante, en forma autovalente, pudiendo compartir con su familia por cerca de 6 meses, incluso de forma más extendida a la que habría podido hacerlo hasta antes del accidente. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

191

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Respecto de su vida social, señala que el demandante y su testigo se limitaron a señalar que el Sr. Acosta “ya no sería el mismo de antes”, “que ya no juega fútbol”, sin detallar cual sería la forma precisa en que el accidente sufrido habría incidido en su vida social, cuáles serían los daños que es ese ámbito se le habrían producido, y que justificaran el pago de una indemnización. Recalca que el actor no rindió prueba para acreditar sus dolencias emocionales, y no acreditó la magnitud del daño moral alegado que justifique la procedencia y monto de la indemnización fijada por la sentencia. En consecuencia, no existe parámetro en la prueba rendida que permita al tribunal determinar la existencia del sufrimiento alegado ni el monto por el cual debe ser indemnizado. Prueba de lo anterior es que el sentenciador, una vez rendida toda la prueba, propuso a las partes una última conciliación, con una base de acuerdo por un monto de ocho y diez millones de pesos, condenando finalmente a una suma equivalente a mas del doble suma propuesta. Lo mínimo que se puede exigir a la parte demandante es que acredite, como en derecho corresponde, la existencia de daño susceptible de ser indemnizado, lo que en la especie no ha sucedido. Asimismo, debe exigirse al Tribunal fundamentar debidamente el monto que fije como indemnización del daño moral, cuestión que no ocurrió, por no existir prueba al respecto, y afirma que la parte demandante no fue capaz de acreditar un daño moral inexistente; 7º) Que, finalmente, el recurso indica que la infracción a las normas sobre apreciación de la prueba ha influido substancialmente en lo dispositivo de la sentencia, puesto que, de haberse aplicado correctamente las disposiciones legales citadas, se habría razonado de forma distinta a lo consignado en el fallo recurrido, desechando en su totalidad la demanda de autos, por no existir prueba para acreditar el daño moral supuestamente sufrido por el demandante. Agrega que la infracción mencionada influye sustancialmente en lo dispositivo del fallo, pues de haberse aplicado correctamente el Nº 4 del artículo 459 del Código del Trabajo, en relación al artículo 456 del mismo cuerpo legal, considerando todas y cada una de las pruebas rendidas, realizando el análisis pormenorizado de las mismas, expresando además el razonamiento lógico que se exige a todo sentenciador, examinando la multiplicidad de las pruebas rendidas en autos, su gravedad y precisión, lo resuelto hubiese sido que el actor no acreditó el supuesto daño moral que habría sufrido producto del accidente, desechando su solicitud tal como lo hizo respecto de los otros ítems pedidos en la demanda, rechazando íntegramente la demanda intentada. Las premisas o hipótesis que llevaron al fallo a concluir que existió daño moral en la persona del demandante, sin haberse rendido prueba al respecto y basándose en hechos errados, según se expresan en la sentencia, atenta contra los principios básicos de lógica formal, por contrariar las reglas del correcto entendimiento humano, conforme a las normas analizadas, concluyendo como probados hechos que no constan en el proceso y que carecen de fundamento. Pide tener por deducido el recurso de nulidad en contra de la sentencia definitiva, admitirlo a tramitación y concederlo para ante esta Corte, a fin de que la anule en la parte que acoge el daño moral, condenando a la recurrente al pago de $ 20.000.000 por dicho concepto, dictando sentencia de reemplazo en la que se declare que la demandante no logró probar daño moral y que deben rechazarse íntegramente las pretensiones de la demanda, con costas; 8º) Que, para el correcto análisis del recurso en examen, corresponde recordar que el artículo 478 del Código del Trabajo estatuye que “El recurso de nulidad procederá, además:… b) Cuando haya sido pronunciada –la sentencia– con infracción manifiesta de las normas sobre la apreciación de la prueba conforme a las reglas de la sana crítica”. El artículo 456 del mismo texto legal prescribe que “El tribunal apreciará la prueba conforme a las reglas de la sana crítica. Al hacerlo, el tribunal deberá expresar las razones jurídicas y las simplemente lógicas, científicas, técnicas o de experiencia, en cuya virtud les asigne valor o las desestime. En general, tomará en especial consideración la multiplicidad, gravedad, precisión, concordancia y conexión de las pruebas o antecedentes del proceso que utilice, de manera que el examen conduzca lógicamente a la conclusión que convence al sentenciador”. Se debe poner de relieve que si bien es cierto el recurso dice fundarse en la causal de nulidad ya referida, agrega “en relación y armonía con lo establecido en el artículo 459 Nº 4 y 477 inciso primero del

192

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Respecto de su vida social, señala que el demandante y su testigo se limitaron a señalar que el Sr. Acosta “ya no sería el mismo de antes”, “que ya no juega fútbol”, sin detallar cual sería la forma precisa en que el accidente sufrido habría incidido en su vida social, cuáles serían los daños que es ese ámbito se le habrían producido, y que justificaran el pago de una indemnización. Recalca que el actor no rindió prueba para acreditar sus dolencias emocionales, y no acreditó la magnitud del daño moral alegado que justifique la procedencia y monto de la indemnización fijada por la sentencia. En consecuencia, no existe parámetro en la prueba rendida que permita al tribunal determinar la existencia del sufrimiento alegado ni el monto por el cual debe ser indemnizado. Prueba de lo anterior es que el sentenciador, una vez rendida toda la prueba, propuso a las partes una última conciliación, con una base de acuerdo por un monto de ocho y diez millones de pesos, condenando finalmente a una suma equivalente a mas del doble suma propuesta. Lo mínimo que se puede exigir a la parte demandante es que acredite, como en derecho corresponde, la existencia de daño susceptible de ser indemnizado, lo que en la especie no ha sucedido. Asimismo, debe exigirse al Tribunal fundamentar debidamente el monto que fije como indemnización del daño moral, cuestión que no ocurrió, por no existir prueba al respecto, y afirma que la parte demandante no fue capaz de acreditar un daño moral inexistente; 7º) Que, finalmente, el recurso indica que la infracción a las normas sobre apreciación de la prueba ha influido substancialmente en lo dispositivo de la sentencia, puesto que, de haberse aplicado correctamente las disposiciones legales citadas, se habría razonado de forma distinta a lo consignado en el fallo recurrido, desechando en su totalidad la demanda de autos, por no existir prueba para acreditar el daño moral supuestamente sufrido por el demandante. Agrega que la infracción mencionada influye sustancialmente en lo dispositivo del fallo, pues de haberse aplicado correctamente el Nº 4 del artículo 459 del Código del Trabajo, en relación al artículo 456 del mismo cuerpo legal, considerando todas y cada una de las pruebas rendidas, realizando el análisis pormenorizado de las mismas, expresando además el razonamiento lógico que se exige a todo sentenciador, examinando la multiplicidad de las pruebas rendidas en autos, su gravedad y precisión, lo resuelto hubiese sido que el actor no acreditó el supuesto daño moral que habría sufrido producto del accidente, desechando su solicitud tal como lo hizo respecto de los otros ítems pedidos en la demanda, rechazando íntegramente la demanda intentada. Las premisas o hipótesis que llevaron al fallo a concluir que existió daño moral en la persona del demandante, sin haberse rendido prueba al respecto y basándose en hechos errados, según se expresan en la sentencia, atenta contra los principios básicos de lógica formal, por contrariar las reglas del correcto entendimiento humano, conforme a las normas analizadas, concluyendo como probados hechos que no constan en el proceso y que carecen de fundamento. Pide tener por deducido el recurso de nulidad en contra de la sentencia definitiva, admitirlo a tramitación y concederlo para ante esta Corte, a fin de que la anule en la parte que acoge el daño moral, condenando a la recurrente al pago de $ 20.000.000 por dicho concepto, dictando sentencia de reemplazo en la que se declare que la demandante no logró probar daño moral y que deben rechazarse íntegramente las pretensiones de la demanda, con costas; 8º) Que, para el correcto análisis del recurso en examen, corresponde recordar que el artículo 478 del Código del Trabajo estatuye que “El recurso de nulidad procederá, además:… b) Cuando haya sido pronunciada –la sentencia– con infracción manifiesta de las normas sobre la apreciación de la prueba conforme a las reglas de la sana crítica”. El artículo 456 del mismo texto legal prescribe que “El tribunal apreciará la prueba conforme a las reglas de la sana crítica. Al hacerlo, el tribunal deberá expresar las razones jurídicas y las simplemente lógicas, científicas, técnicas o de experiencia, en cuya virtud les asigne valor o las desestime. En general, tomará en especial consideración la multiplicidad, gravedad, precisión, concordancia y conexión de las pruebas o antecedentes del proceso que utilice, de manera que el examen conduzca lógicamente a la conclusión que convence al sentenciador”. Se debe poner de relieve que si bien es cierto el recurso dice fundarse en la causal de nulidad ya referida, agrega “en relación y armonía con lo establecido en el artículo 459 Nº 4 y 477 inciso primero del

192

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

193

mismo cuerpo legal, esto es, cuando la sentencia ha sido pronunciada con infracción manifiesta de las normas sobre la apreciación de la prueba conforme a las reglas de la sana crítica, sin realizar el análisis de toda la prueba rendida, lo cual ha influido sustancialmente en lo dispositivo del fallo…”. Lo anterior, en verdad, demuestra falta de rigor en la interposición del referido medio de impugnación jurídico procesal, ya que se mezclan causales, sin que se desarrollen algunas. En efecto, ninguna relación tiene el artículo 459 Nº 4 del Código Laboral con la causal esgrimida, puesto que tal norma entronca más bien con el motivo de nulidad del artículo 478 letra e) de dicho texto legal. Por su parte, el artículo 477 consagra un motivo de nulidad diverso del presentado a la consideración de esta Corte y que no fue desarrollado, por lo que no cabe hacerse cargo del mismo; 9º) Que, clarificado lo anterior, debe ahora señalarse que el recurso acusa al fallo impugnado de falta de análisis de probanzas, cuestión que no puede relacionarse con la causal de nulidad que se ha esgrimido que, como se advirtió, se refiere a la infracción de las normas sobre apreciación de la prueba conforme a las reglas de la sana crítica. En efecto, como es básico, para que haya apreciación de evidencias con infracción de reglas de la sana crítica, debe ciertamente haber ponderación de prueba, no omisión de ponderación de evidencias, lo cual como se dijo, se relaciona con la causal de la letra e) del mentado artículo 478, situación que configura una causal diversa, que no fue invocada en el recurso de nulidad que se estudia. Por lo anterior, es que esta parte del aludido medio de impugnación jurídico procesa es totalmente errada en su planteamiento, bastando lo anterior para desestimar las alegaciones vertidas sobre falta de mención de probanzas, pues a tal respecto no se presenta la infracción que se denuncia sino otra diversa, no desarrollada debidamente; 10º) Que, de otro lado, en cuanto al motivo realmente planteado, debe consignarse que la extensa sentencia impugnada –37 carillas– ha detallado las probanzas rendidas, dejó sentados diversos hechos. En primer lugar, en la motivación sexta, que el día 20 de diciembre de 2008 se le indicó al actor que debía realizar labores de aseo de andamio de fachada. Agrega que “las labores antes referidas consistía (sic) en barrer la tierra y/o escombros existentes en los andamios para su retiro por medio bolsas (sic), lo que se determina de lo declarado en juicio por el actor, quien señala que debía barrer la tierra, dejándola en un costado y juntarla en el departamento, refrendado por lo declarado en juicio por Danilo Soto y César Pino, quienes exponen que la basura debía juntarse en unos sacos de yeso y sacarse por los departamento”. Añade que “alrededor de las 13:30 horas se les comunicó a los trabajadores que las faenas concluían, lo que se determina de lo declarado en juicio por… así el primero indica que se encontraba presente en la faena el día de los hechos y cerca de las 13:00, la persona que se encontraba trabajando en los andamios, al avisársele del término de la faena, cayó; por su parte el segundo de los deponentes agrega que su idea era que salieran a las 15:00 horas, pero que dio la orden que lo hicieran más temprano y que tipo 13:00 horas mandaron a varias a limpiar, finalmente el último testigo señala que fue él quien le avisó la salida y luego lo vio caído”. El fallo deja asimismo sentado que “una vez otorgada la orden de término de las labores, alrededor de las 13:40 horas, el actor cayó desde el 13 al 2 piso del andamio que se encontraba limpiando, lo que se determina de lo declarado en juicio por el actor…”; “Que el actor al momento de la caída se encontraba con arnés, guantes, zapatos de seguridad y casco sin barbiquejo, lo que se determina de lo declarado en juicio por el actor… además de lo señalado por todos los testigos de autos… además del documento que da cuenta de la entrega de los elementos de seguridad incorporado en la audiencia de juicio por la parte demandada”. Asimismo, se establece que “el actor cayó por entremedio de los andamios cuya limpieza se estaba realizando, lo anterior conforme a la Declaración Individual de Accidente de Trabajo y declaración de los testigos de ambas partes.” Además, “Que los andamios referidos presentaban una escotilla por medio de la cual se accede al mismo y un ajuste que se encuentra al final de ella, lo que permite unirla con otro andamio, lo que se establece … quien expone que el andamio tenía una escotilla por donde se accedía, el que tenía amarrada una escalera, además de lo expuesto por … así el primero indica que dicha estructura tiene un ajuste para extender la longitud del andamio y una escotilla de acceso que se levanta una tapa y baja la escalera, por su parte el segundo señala que al andamio se colocan

mismo cuerpo legal, esto es, cuando la sentencia ha sido pronunciada con infracción manifiesta de las normas sobre la apreciación de la prueba conforme a las reglas de la sana crítica, sin realizar el análisis de toda la prueba rendida, lo cual ha influido sustancialmente en lo dispositivo del fallo…”. Lo anterior, en verdad, demuestra falta de rigor en la interposición del referido medio de impugnación jurídico procesal, ya que se mezclan causales, sin que se desarrollen algunas. En efecto, ninguna relación tiene el artículo 459 Nº 4 del Código Laboral con la causal esgrimida, puesto que tal norma entronca más bien con el motivo de nulidad del artículo 478 letra e) de dicho texto legal. Por su parte, el artículo 477 consagra un motivo de nulidad diverso del presentado a la consideración de esta Corte y que no fue desarrollado, por lo que no cabe hacerse cargo del mismo; 9º) Que, clarificado lo anterior, debe ahora señalarse que el recurso acusa al fallo impugnado de falta de análisis de probanzas, cuestión que no puede relacionarse con la causal de nulidad que se ha esgrimido que, como se advirtió, se refiere a la infracción de las normas sobre apreciación de la prueba conforme a las reglas de la sana crítica. En efecto, como es básico, para que haya apreciación de evidencias con infracción de reglas de la sana crítica, debe ciertamente haber ponderación de prueba, no omisión de ponderación de evidencias, lo cual como se dijo, se relaciona con la causal de la letra e) del mentado artículo 478, situación que configura una causal diversa, que no fue invocada en el recurso de nulidad que se estudia. Por lo anterior, es que esta parte del aludido medio de impugnación jurídico procesa es totalmente errada en su planteamiento, bastando lo anterior para desestimar las alegaciones vertidas sobre falta de mención de probanzas, pues a tal respecto no se presenta la infracción que se denuncia sino otra diversa, no desarrollada debidamente; 10º) Que, de otro lado, en cuanto al motivo realmente planteado, debe consignarse que la extensa sentencia impugnada –37 carillas– ha detallado las probanzas rendidas, dejó sentados diversos hechos. En primer lugar, en la motivación sexta, que el día 20 de diciembre de 2008 se le indicó al actor que debía realizar labores de aseo de andamio de fachada. Agrega que “las labores antes referidas consistía (sic) en barrer la tierra y/o escombros existentes en los andamios para su retiro por medio bolsas (sic), lo que se determina de lo declarado en juicio por el actor, quien señala que debía barrer la tierra, dejándola en un costado y juntarla en el departamento, refrendado por lo declarado en juicio por Danilo Soto y César Pino, quienes exponen que la basura debía juntarse en unos sacos de yeso y sacarse por los departamento”. Añade que “alrededor de las 13:30 horas se les comunicó a los trabajadores que las faenas concluían, lo que se determina de lo declarado en juicio por… así el primero indica que se encontraba presente en la faena el día de los hechos y cerca de las 13:00, la persona que se encontraba trabajando en los andamios, al avisársele del término de la faena, cayó; por su parte el segundo de los deponentes agrega que su idea era que salieran a las 15:00 horas, pero que dio la orden que lo hicieran más temprano y que tipo 13:00 horas mandaron a varias a limpiar, finalmente el último testigo señala que fue él quien le avisó la salida y luego lo vio caído”. El fallo deja asimismo sentado que “una vez otorgada la orden de término de las labores, alrededor de las 13:40 horas, el actor cayó desde el 13 al 2 piso del andamio que se encontraba limpiando, lo que se determina de lo declarado en juicio por el actor…”; “Que el actor al momento de la caída se encontraba con arnés, guantes, zapatos de seguridad y casco sin barbiquejo, lo que se determina de lo declarado en juicio por el actor… además de lo señalado por todos los testigos de autos… además del documento que da cuenta de la entrega de los elementos de seguridad incorporado en la audiencia de juicio por la parte demandada”. Asimismo, se establece que “el actor cayó por entremedio de los andamios cuya limpieza se estaba realizando, lo anterior conforme a la Declaración Individual de Accidente de Trabajo y declaración de los testigos de ambas partes.” Además, “Que los andamios referidos presentaban una escotilla por medio de la cual se accede al mismo y un ajuste que se encuentra al final de ella, lo que permite unirla con otro andamio, lo que se establece … quien expone que el andamio tenía una escotilla por donde se accedía, el que tenía amarrada una escalera, además de lo expuesto por … así el primero indica que dicha estructura tiene un ajuste para extender la longitud del andamio y una escotilla de acceso que se levanta una tapa y baja la escalera, por su parte el segundo señala que al andamio se colocan ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

193

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

ajustes y que la escotilla funciona cerrada y finalmente el tercer testigo indica que las escotillas van en diagonal.” Luego “Que el accidente de autos se produjo por la caída del actor por uno de los ajustes referidos los que se encontraban abiertos…” y “Que producto de la caída el actor resultó con tec complicado, fractura expuesta parietal izquierda, contusión medular cervical, HNP traumática, lesión medular C4, que lo mantuvo en reposo laboral al menos entre el 20 de diciembre de 2010 y octubre del año 2009, generándole como secuelas una mielopatía post traumática con espasticidad grado 1 de extremidades inferiores, dolor neuropático y déficit cognitivo leve y una incapacidad laboral del 50%, lo que se determina de la resolución de incapacidad, informe médico, epicrisis y cartola de cotizaciones de salud”. El motivo séptimo deja sentado que “de acuerdo a lo antes señalado, se encuentra fehacientemente establecido que el actor sufrió una caída del piso 13, sufriendo un tec complicado, fractura expuesta parietal izquierda, contusión medular cervical, HNP traumática, lesión medular C4, que lo mantuvo en reposo laboral al menos entre el 20 de diciembre de 2010 y octubre del año 2009, generándole como secuelas una mielopatía post traumática con espasticidad grado 1 de extremidades inferiores, dolos neuropático y déficit cognitivo leve y una incapacidad laboral del 50%”. Añade en el motivo octavo “Que asimismo se encuentra acreditado, que el accidente antes referido se produjo por el ingreso del actor a un espacio abierto existente en los andamios en que este desarrollaba sus labores de limpieza, cayendo al vacío”. En el motivo noveno, “Que por otra parte de los medios de prueba reseñados en autos, aparece que el actor contaba con sus implementos de seguridad, como casco, arnés y bototos, al momento de la caída, soltándose el primero de ellos”. Posteriormente, en el motivo décimo precisa que el punto a discernir radica en determinar si en los hechos descritos la demandada dio cumplimiento a lo dispuesto en el artículo 184 del Código del Trabajo. Sobre el particular, en el motivo siguiente, undécimo, expresa el tribunal que “a juicio de esta sentenciadora, en el hecho de que el trabajador se introdujera en un espacio abierto existente en los andamios en los cuales trabajaba, supone una falta de cumplimiento del deber de cuidado del empleador, por cuanto era obligación del demandado mantener las estructuras en los cuales el actor prestaba servicios en una adecuada condición para hacerlo, esto es sin aberturas que permitieran un desplazamiento hacia el suelo o en el caso de que fuere necesario para el funcionamiento de aquella o por las características del proyecto, bien impedir su ingreso o advertir de su presencia y los peligros que importaba”. “Lo anterior por cuanto la demandada no logró acreditar en el proceso que el hecho de que el andamio en el cual se desempeñaba el actor, presentara este defecto, precisamente porque aquel él lo hubiera dejado así, toda vez que resultan insuficientes las declaraciones efectuadas por los testigos de la demandada don Danilo Soto Valenzuela y César Pino González, quienes indican que creen que el actor abrió dichos ajustes para depositar allí la basura que obtenía, porque era lo que habitualmente se efectuaba, además de ver una gran cantidad de basura en el piso donde cayó el trabajador y por haberse encontrado en forma adecuada los mismos el día anterior, por cuanto tal conclusión no la obtienen por sus propios sentidos, es decir por haber ellos presenciado al actor removiendo los ajustes del andamio, sino por otros antecedentes como serían la habitualidad de la conducta por terceros ajenos al juicio, la presencia de escombros en el lugar y haber visto el día anterior de los hechos el lugar en buen estado, antecedentes del todo insuficientes para arribar a una conclusión de tal naturaleza y que no se encuentra corroborado por ningún otro medio de prueba rendido en el juicio”; 11º) Que en el motivo duodécimo el fallo deja sentado que “la empleadora también infringió los artículos 3º, 36 y 37 del decreto supremo Nº 594, especialmente el último de aquellos, al establecer la obligación del empleador de suprimir cualquier factor de peligro que pueda afectar la salud e integridad de los trabajadores, lo que no ocurrió en la especie, al no haber instruido sobre los peligros que pueden presentar los trabajos en andamios y haber previamente revisado las condiciones de los mismos”. Y en el motivo decimotercero “Que a mayor abundamiento, los implementos de seguridad otorgados al trabajador para desarrollar la labor sub-lite, aparecen del todo insuficiente, (sic), frente a un trabajo que se efectúa a más de 2 metros de altura”. En el motivo décimo cuarto, sienta que “habiéndose establecido que el actor sufrió un daño, consistente en tec complicado, fractura expuesta parietal izquierda, contusión medular cervical, HNP traumática, lesión medular C4, la que lo dejó con una incapacidad laboral del 50% producto de una caída

194

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

ajustes y que la escotilla funciona cerrada y finalmente el tercer testigo indica que las escotillas van en diagonal.” Luego “Que el accidente de autos se produjo por la caída del actor por uno de los ajustes referidos los que se encontraban abiertos…” y “Que producto de la caída el actor resultó con tec complicado, fractura expuesta parietal izquierda, contusión medular cervical, HNP traumática, lesión medular C4, que lo mantuvo en reposo laboral al menos entre el 20 de diciembre de 2010 y octubre del año 2009, generándole como secuelas una mielopatía post traumática con espasticidad grado 1 de extremidades inferiores, dolor neuropático y déficit cognitivo leve y una incapacidad laboral del 50%, lo que se determina de la resolución de incapacidad, informe médico, epicrisis y cartola de cotizaciones de salud”. El motivo séptimo deja sentado que “de acuerdo a lo antes señalado, se encuentra fehacientemente establecido que el actor sufrió una caída del piso 13, sufriendo un tec complicado, fractura expuesta parietal izquierda, contusión medular cervical, HNP traumática, lesión medular C4, que lo mantuvo en reposo laboral al menos entre el 20 de diciembre de 2010 y octubre del año 2009, generándole como secuelas una mielopatía post traumática con espasticidad grado 1 de extremidades inferiores, dolos neuropático y déficit cognitivo leve y una incapacidad laboral del 50%”. Añade en el motivo octavo “Que asimismo se encuentra acreditado, que el accidente antes referido se produjo por el ingreso del actor a un espacio abierto existente en los andamios en que este desarrollaba sus labores de limpieza, cayendo al vacío”. En el motivo noveno, “Que por otra parte de los medios de prueba reseñados en autos, aparece que el actor contaba con sus implementos de seguridad, como casco, arnés y bototos, al momento de la caída, soltándose el primero de ellos”. Posteriormente, en el motivo décimo precisa que el punto a discernir radica en determinar si en los hechos descritos la demandada dio cumplimiento a lo dispuesto en el artículo 184 del Código del Trabajo. Sobre el particular, en el motivo siguiente, undécimo, expresa el tribunal que “a juicio de esta sentenciadora, en el hecho de que el trabajador se introdujera en un espacio abierto existente en los andamios en los cuales trabajaba, supone una falta de cumplimiento del deber de cuidado del empleador, por cuanto era obligación del demandado mantener las estructuras en los cuales el actor prestaba servicios en una adecuada condición para hacerlo, esto es sin aberturas que permitieran un desplazamiento hacia el suelo o en el caso de que fuere necesario para el funcionamiento de aquella o por las características del proyecto, bien impedir su ingreso o advertir de su presencia y los peligros que importaba”. “Lo anterior por cuanto la demandada no logró acreditar en el proceso que el hecho de que el andamio en el cual se desempeñaba el actor, presentara este defecto, precisamente porque aquel él lo hubiera dejado así, toda vez que resultan insuficientes las declaraciones efectuadas por los testigos de la demandada don Danilo Soto Valenzuela y César Pino González, quienes indican que creen que el actor abrió dichos ajustes para depositar allí la basura que obtenía, porque era lo que habitualmente se efectuaba, además de ver una gran cantidad de basura en el piso donde cayó el trabajador y por haberse encontrado en forma adecuada los mismos el día anterior, por cuanto tal conclusión no la obtienen por sus propios sentidos, es decir por haber ellos presenciado al actor removiendo los ajustes del andamio, sino por otros antecedentes como serían la habitualidad de la conducta por terceros ajenos al juicio, la presencia de escombros en el lugar y haber visto el día anterior de los hechos el lugar en buen estado, antecedentes del todo insuficientes para arribar a una conclusión de tal naturaleza y que no se encuentra corroborado por ningún otro medio de prueba rendido en el juicio”; 11º) Que en el motivo duodécimo el fallo deja sentado que “la empleadora también infringió los artículos 3º, 36 y 37 del decreto supremo Nº 594, especialmente el último de aquellos, al establecer la obligación del empleador de suprimir cualquier factor de peligro que pueda afectar la salud e integridad de los trabajadores, lo que no ocurrió en la especie, al no haber instruido sobre los peligros que pueden presentar los trabajos en andamios y haber previamente revisado las condiciones de los mismos”. Y en el motivo decimotercero “Que a mayor abundamiento, los implementos de seguridad otorgados al trabajador para desarrollar la labor sub-lite, aparecen del todo insuficiente, (sic), frente a un trabajo que se efectúa a más de 2 metros de altura”. En el motivo décimo cuarto, sienta que “habiéndose establecido que el actor sufrió un daño, consistente en tec complicado, fractura expuesta parietal izquierda, contusión medular cervical, HNP traumática, lesión medular C4, la que lo dejó con una incapacidad laboral del 50% producto de una caída

194

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

195

sufrida desde el 13 piso por una abertura existente en los andamios en que trabajaba el actor, hecho no advertido por la demandada, quien además no adoptó ninguna medida de protección, siendo su obligación haber protegido eficazmente al trabajador frente a hechos de tal naturaleza, se acogerá la demanda de autos”. Por lo tanto, constituye un hecho asentado por el tribunal del fondo que se produjo el hecho denunciado, que a raíz del mismo el demandante resultó con lesiones de consideración, y que en el mismo cupo responsabilidad al demandado, los que se han deducido a partir de los datos entregados por el proceso. Por lo tanto, las alegaciones de la parte recurrente chocan con los hechos establecidos, y sus alegaciones de faltas a las reglas de la sana crítica únicamente dan cuenta que tiene una visión distinta de los hechos, esto es, su opinión es diversa de la planteada en el fallo, lo que no implica que éste sea contrario a derecho; 12°) Que, en lo referente al daño moral, el fallo destina a su análisis los motivos décimo séptimo y decimooctavo. En el primero precisa que “atendido los hechos establecidos en esta causa, es posible para el tribunal tener por acreditada la existencia de un daño moral en el actor, entendido como el dolor y sufrimiento espiritual del mismo, frente al accidente sufrido, ya que cayó de una gran altura, golpeándose en los fierros por los que circuló, resultando con un tec cerrado, fractura expuesta y contusión medular, debiendo ser intervenido quirúrgicamente y encontrarse en reposo laboral por aproximadamente 12 meses, declarándose una incapacidad del 50%, no recordando el hecho específico de la caída y resultando con secuelas que necesariamente dificultarán su vida familiar, laboral y social, al diagnosticarse como tal una espasticidad en sus miembros inferiores y un déficit cognitivo leve”. Luego, añade que “lo antes señalado permite establecer que dicho daño se verá resarcido con la suma de $ 20.000.000, suma que deberá reajustarse y devengará intereses corrientes, entre la fecha que la sentencia quede ejecutoriada y el pago efectivo”. Por tanto, en materia de daño moral, el fallo ha hecho lo único que podía hacer, habida cuenta que éste no resulta posible de acreditar mediante las probanzas convencionales, puesto que se trata de una cuestión íntima de quien lo padece a partir de determinada circunstancia o eventualidad, como lo es en el presente caso, haber sufrido graves lesiones producto de una caída desde un décimo tercer piso. Esto es, el fallo ha justipreciado el daño moral, lo que significa que lo ha determinado de manera prudencial a partir de las lesiones efectivamente probadas, método que es el que habitualmente se utiliza para determinar dicha forma de perjuicio; 13º) Que, desde luego, y por otra parte, resulta necesario agregar que el recurso no puede cuestionar la circunstancia que el tribunal adquiriera o no la convicción de haber ocurrido los hechos, y ocasionar el daño moral alegado, desde que la convicción es propia del sentenciador del grado, equivale al convencimiento íntimo de haber sucedido realmente el hecho que se estima generador del daño que se intenta resarcir. En ello no puede intervenir la parte responsable, pues no es su convicción la que interesa, sino la que adquiere el tribunal, a través de los medios de prueba, que apreciará conforme a las reglas de la sana crítica. Debe agregarse que nadie podría, sensatamente, negar el hecho que una persona, al caer desde el piso número 13 de una construcción, sufrirá lesiones graves. Más bien debe estimarse que bien pudo perder la vida producto de tan grave circunstancia, y éste sería, en verdad, el resultado esperable de un accidente de tal magnitud, por lo que la negativa en tal sentido de la parte recurrente revela, amén de falta de sustento jurídico, verdadera falta de humanidad; 14°) Que, por otro, y en cuanto al monto fijado para resarcir el daño moral, debe recordarse que la facultad de hacerlo es privativa de los jueces del fondo, y que cuando lo hacen se limitan a utilizar sus prerrogativas legales, sin que sea posible formularles reproche por medio de un recurso como el presente, por tratarse de una cuestión de hecho y no de derecho. El único modo de impugnar la determinación del monto de una indemnización es mediante la denuncia y comprobación de transgresión de normas reguladoras de la prueba que fijen parámetros fijos de apreciación, lo que en el caso de autos no ocurre, ya que la prueba se pondera conforme a las reglas de la sana crítica y, la verdad, a esta Corte, dada la entidad del hecho ocurrido y las lesiones que sufrió el actor, le parece algo mezquina; 15°) Que, en fin, se concluye, por todo lo dicho, que el fallo impugnado no ha incurrido en el único vicio que formalmente se le ha imputado. Además, debe consignar que el recurso, por su factura, más

sufrida desde el 13 piso por una abertura existente en los andamios en que trabajaba el actor, hecho no advertido por la demandada, quien además no adoptó ninguna medida de protección, siendo su obligación haber protegido eficazmente al trabajador frente a hechos de tal naturaleza, se acogerá la demanda de autos”. Por lo tanto, constituye un hecho asentado por el tribunal del fondo que se produjo el hecho denunciado, que a raíz del mismo el demandante resultó con lesiones de consideración, y que en el mismo cupo responsabilidad al demandado, los que se han deducido a partir de los datos entregados por el proceso. Por lo tanto, las alegaciones de la parte recurrente chocan con los hechos establecidos, y sus alegaciones de faltas a las reglas de la sana crítica únicamente dan cuenta que tiene una visión distinta de los hechos, esto es, su opinión es diversa de la planteada en el fallo, lo que no implica que éste sea contrario a derecho; 12°) Que, en lo referente al daño moral, el fallo destina a su análisis los motivos décimo séptimo y decimooctavo. En el primero precisa que “atendido los hechos establecidos en esta causa, es posible para el tribunal tener por acreditada la existencia de un daño moral en el actor, entendido como el dolor y sufrimiento espiritual del mismo, frente al accidente sufrido, ya que cayó de una gran altura, golpeándose en los fierros por los que circuló, resultando con un tec cerrado, fractura expuesta y contusión medular, debiendo ser intervenido quirúrgicamente y encontrarse en reposo laboral por aproximadamente 12 meses, declarándose una incapacidad del 50%, no recordando el hecho específico de la caída y resultando con secuelas que necesariamente dificultarán su vida familiar, laboral y social, al diagnosticarse como tal una espasticidad en sus miembros inferiores y un déficit cognitivo leve”. Luego, añade que “lo antes señalado permite establecer que dicho daño se verá resarcido con la suma de $ 20.000.000, suma que deberá reajustarse y devengará intereses corrientes, entre la fecha que la sentencia quede ejecutoriada y el pago efectivo”. Por tanto, en materia de daño moral, el fallo ha hecho lo único que podía hacer, habida cuenta que éste no resulta posible de acreditar mediante las probanzas convencionales, puesto que se trata de una cuestión íntima de quien lo padece a partir de determinada circunstancia o eventualidad, como lo es en el presente caso, haber sufrido graves lesiones producto de una caída desde un décimo tercer piso. Esto es, el fallo ha justipreciado el daño moral, lo que significa que lo ha determinado de manera prudencial a partir de las lesiones efectivamente probadas, método que es el que habitualmente se utiliza para determinar dicha forma de perjuicio; 13º) Que, desde luego, y por otra parte, resulta necesario agregar que el recurso no puede cuestionar la circunstancia que el tribunal adquiriera o no la convicción de haber ocurrido los hechos, y ocasionar el daño moral alegado, desde que la convicción es propia del sentenciador del grado, equivale al convencimiento íntimo de haber sucedido realmente el hecho que se estima generador del daño que se intenta resarcir. En ello no puede intervenir la parte responsable, pues no es su convicción la que interesa, sino la que adquiere el tribunal, a través de los medios de prueba, que apreciará conforme a las reglas de la sana crítica. Debe agregarse que nadie podría, sensatamente, negar el hecho que una persona, al caer desde el piso número 13 de una construcción, sufrirá lesiones graves. Más bien debe estimarse que bien pudo perder la vida producto de tan grave circunstancia, y éste sería, en verdad, el resultado esperable de un accidente de tal magnitud, por lo que la negativa en tal sentido de la parte recurrente revela, amén de falta de sustento jurídico, verdadera falta de humanidad; 14°) Que, por otro, y en cuanto al monto fijado para resarcir el daño moral, debe recordarse que la facultad de hacerlo es privativa de los jueces del fondo, y que cuando lo hacen se limitan a utilizar sus prerrogativas legales, sin que sea posible formularles reproche por medio de un recurso como el presente, por tratarse de una cuestión de hecho y no de derecho. El único modo de impugnar la determinación del monto de una indemnización es mediante la denuncia y comprobación de transgresión de normas reguladoras de la prueba que fijen parámetros fijos de apreciación, lo que en el caso de autos no ocurre, ya que la prueba se pondera conforme a las reglas de la sana crítica y, la verdad, a esta Corte, dada la entidad del hecho ocurrido y las lesiones que sufrió el actor, le parece algo mezquina; 15°) Que, en fin, se concluye, por todo lo dicho, que el fallo impugnado no ha incurrido en el único vicio que formalmente se le ha imputado. Además, debe consignar que el recurso, por su factura, más ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

195

RETIRO

196

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

bien constituye una apelación que un recurso de nulidad, lo que se advierte con facilidad, puesto que impugna cuestiones de hecho, propone conclusiones diversas a partir del análisis de la prueba del proceso, sin demostrar propiamente la causal invocada, que es la de haberse pronunciado la sentencia con transgresión manifiesta de las normas sobre apreciación de la prueba conforme las reglas la sana crítica, razones por las cuales el recurso no puede prosperar y debe ser desestimado. Por estas consideraciones, y en conformidad, asimismo, con lo que disponen los artículos 474, 478, 480 y 481, se declara que se rechaza con costas el recurso de nulidad deducido por el abogado don Lautaro Téllez Anguita, contra la sentencia pronunciada por el Primer Juzgado de Letras del Trabajo de la ciudad de Santiago con fecha ocho del mes de marzo del año dos mil once en curso. Regístrese, notifíquese y, oportunamente, comuníquese. Redacción del Ministro Mario D. Rojas González. N° Reforma Laboral-469-2011. Pronunciada por la Séptima Sala de esta Iltma. Corte de Apelaciones de Santiago presidida por el Ministro señor Mario Rojas González e integrada por la Ministro señora Pilar Aguayo Pino y por el abogado integrante señor Rodrigo Asenjo Zegers.

bien constituye una apelación que un recurso de nulidad, lo que se advierte con facilidad, puesto que impugna cuestiones de hecho, propone conclusiones diversas a partir del análisis de la prueba del proceso, sin demostrar propiamente la causal invocada, que es la de haberse pronunciado la sentencia con transgresión manifiesta de las normas sobre apreciación de la prueba conforme las reglas la sana crítica, razones por las cuales el recurso no puede prosperar y debe ser desestimado. Por estas consideraciones, y en conformidad, asimismo, con lo que disponen los artículos 474, 478, 480 y 481, se declara que se rechaza con costas el recurso de nulidad deducido por el abogado don Lautaro Téllez Anguita, contra la sentencia pronunciada por el Primer Juzgado de Letras del Trabajo de la ciudad de Santiago con fecha ocho del mes de marzo del año dos mil once en curso. Regístrese, notifíquese y, oportunamente, comuníquese. Redacción del Ministro Mario D. Rojas González. N° Reforma Laboral-469-2011. Pronunciada por la Séptima Sala de esta Iltma. Corte de Apelaciones de Santiago presidida por el Ministro señor Mario Rojas González e integrada por la Ministro señora Pilar Aguayo Pino y por el abogado integrante señor Rodrigo Asenjo Zegers. 196

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

197

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol N° 165-2011 Cita online: CL/JUR/8437/2011 I. SENTENCIA DE JUZGADOS DE LETRAS DEL TRABAJO Santiago, diez de enero de dos mil once. VISTOS, OÍDOS Y CONSIDERANDO: PRIMERO: Que comparece don Mauricio Bravo Aris, chileno, abogado, domiciliado en Huérfanos N° 669, oficina 303, comuna de Santiago, quien en su calidad de mandatario judicial de don Antonio Pizarro Rodríguez, chileno, casado trabajador, domiciliado en Vecinal Norte N° 1521, comuna de El Bosque, deduce demanda en procedimiento de aplicación general, por indemnización de perjuicios por accidente del trabajo en contra de Constructora Hochtief Tecsa S.A., sociedad del giro de su denominación, representada por don Axel Paul, de quien ignora segundo apellido y profesión u oficio, todos domiciliados en Avda. Apoquindo N° 3068, piso 2, comuna de Las Condes. Funda su acción en el hecho que comenzó a prestar servicios para la demandada con fecha 9 de octubre de 2008; que cumplía funciones de maestro de primera; que su remuneración mensual ascendía a la suma de $ 506.764, la que deberá servir de base para el cálculo de las indemnizaciones demandadas; explica las funciones que cumplía, en el sentido que debía poner tableros metálicos para levantar la estructura de la represa ubicada en San Fernando, del proyecto La Confluencia Hidro Power Project; señala que con fecha 23 de marzo de 2010, su representado fue trasladado desde la zona habitual de trabajo, hasta la zona denominada Chaff, ya que se le dijo que no había trabajo de carpintero; así comenzó su turno a las 8.00 horas; que debía trabajar junto a otros dos compañeros sobre una plataforma de tableros metálicos, ubicada sobre un gran cono de vaciado de concreto, de unos cuatro metros de altura, el que se encontraba en una excavación de 300 metros, indica que sobre este cono se descargaba el concreto hacia la excavación, a través de un capacho de mil litros, el que era manejado por fuera mediante una grúa pluma. Precisa que el trabajo lo realizaban en total cuatro personas: el operador, que manejaba la grúa, el rigger quien a través de una radio portátil daba las instrucciones para maniobrar la grúa y encajar el capacho en la abertura del cono de vaciado de concreto, más el demandante y otro compañero ubicados a ambos lados del cono y sobre la plataforma, quienes debían aplomar el capacho para su perfecto encajamiento en el cono. Indica que el radio que utilizaba el Rigger estaba en mal estado, lo que ya había sido denunciado por él en varias ocasiones, tal situación hacía dificultosa la comunicación y no permitía que las instrucciones llegaran nítidamente al operador de la grúa. Señala que aproximadamente alrededor de las 17.30 horas y mientras el demandante y su compañero intentaban realizar una vez más el encajamiento del capacho en el cono del vaciado, en un momento el Rigger le ordenó al operador de la grúa que dejara de descender el capacho, cuando este se encontraba a unos 5 metros de distancia de la abertura del cono, sin embargo tal orden no fue recepcionada por el operador de la grúa, quien continuó haciendo descender el capacho, sin escuchar órdenes de parar, que a gritos daba el rigger, en tales circunstancias el capacho golpeó fuertemente contra la estructura del cono, desviando el capacho hacia el demandante a una fuerte velocidad, quien de manera instintiva y a fin de proteger su rostro levantó su brazo izquierdo, el que fue golpeado por el capacho, fracturándose en dos su brazo, sufriendo además en la mano derecha una herida hasta el hueso de su dedo medio, y golpeándose la ceja derecha. Conforme a los fuertes golpes el demandante cayó inconsciente, siendo auxiliado por sus compañeros, luego trasladado al consultorio que la empresa mantiene y de ahí trasladado a la Clínica Integral de Rancagua, lugar donde fue diagnosticado fractura de radio y cúbito izquierdo, permaneciendo hospitalizado por 8 días en ese recinto, siendo operado al cuarto día por inexistencia de los suministros necesarios, tales como tornillos de platino para reparar su fractura de brazo, realizándose finalmente reducción y osteosíntesis; indica que una vez dado de alta, la empresa le ordenó que se trasladara en bus a la Mutual de Seguridad, ubicada en San Bernardo, sin considerar su estado delicado y que se encontraba recién operado. Añade que en la Mutual se le hizo un tratamiento de kinesioterapia el que no ha sido exitoso, pues no se ha logrado la recuperación de su fractura, debiendo ser intervenido en el mes de noviembre de 2010; además el golpe en la ceja le

Santiago, diez de enero de dos mil once. VISTOS, OÍDOS Y CONSIDERANDO: PRIMERO: Que comparece don Mauricio Bravo Aris, chileno, abogado, domiciliado en Huérfanos N° 669, oficina 303, comuna de Santiago, quien en su calidad de mandatario judicial de don Antonio Pizarro Rodríguez, chileno, casado trabajador, domiciliado en Vecinal Norte N° 1521, comuna de El Bosque, deduce demanda en procedimiento de aplicación general, por indemnización de perjuicios por accidente del trabajo en contra de Constructora Hochtief Tecsa S.A., sociedad del giro de su denominación, representada por don Axel Paul, de quien ignora segundo apellido y profesión u oficio, todos domiciliados en Avda. Apoquindo N° 3068, piso 2, comuna de Las Condes. Funda su acción en el hecho que comenzó a prestar servicios para la demandada con fecha 9 de octubre de 2008; que cumplía funciones de maestro de primera; que su remuneración mensual ascendía a la suma de $ 506.764, la que deberá servir de base para el cálculo de las indemnizaciones demandadas; explica las funciones que cumplía, en el sentido que debía poner tableros metálicos para levantar la estructura de la represa ubicada en San Fernando, del proyecto La Confluencia Hidro Power Project; señala que con fecha 23 de marzo de 2010, su representado fue trasladado desde la zona habitual de trabajo, hasta la zona denominada Chaff, ya que se le dijo que no había trabajo de carpintero; así comenzó su turno a las 8.00 horas; que debía trabajar junto a otros dos compañeros sobre una plataforma de tableros metálicos, ubicada sobre un gran cono de vaciado de concreto, de unos cuatro metros de altura, el que se encontraba en una excavación de 300 metros, indica que sobre este cono se descargaba el concreto hacia la excavación, a través de un capacho de mil litros, el que era manejado por fuera mediante una grúa pluma. Precisa que el trabajo lo realizaban en total cuatro personas: el operador, que manejaba la grúa, el rigger quien a través de una radio portátil daba las instrucciones para maniobrar la grúa y encajar el capacho en la abertura del cono de vaciado de concreto, más el demandante y otro compañero ubicados a ambos lados del cono y sobre la plataforma, quienes debían aplomar el capacho para su perfecto encajamiento en el cono. Indica que el radio que utilizaba el Rigger estaba en mal estado, lo que ya había sido denunciado por él en varias ocasiones, tal situación hacía dificultosa la comunicación y no permitía que las instrucciones llegaran nítidamente al operador de la grúa. Señala que aproximadamente alrededor de las 17.30 horas y mientras el demandante y su compañero intentaban realizar una vez más el encajamiento del capacho en el cono del vaciado, en un momento el Rigger le ordenó al operador de la grúa que dejara de descender el capacho, cuando este se encontraba a unos 5 metros de distancia de la abertura del cono, sin embargo tal orden no fue recepcionada por el operador de la grúa, quien continuó haciendo descender el capacho, sin escuchar órdenes de parar, que a gritos daba el rigger, en tales circunstancias el capacho golpeó fuertemente contra la estructura del cono, desviando el capacho hacia el demandante a una fuerte velocidad, quien de manera instintiva y a fin de proteger su rostro levantó su brazo izquierdo, el que fue golpeado por el capacho, fracturándose en dos su brazo, sufriendo además en la mano derecha una herida hasta el hueso de su dedo medio, y golpeándose la ceja derecha. Conforme a los fuertes golpes el demandante cayó inconsciente, siendo auxiliado por sus compañeros, luego trasladado al consultorio que la empresa mantiene y de ahí trasladado a la Clínica Integral de Rancagua, lugar donde fue diagnosticado fractura de radio y cúbito izquierdo, permaneciendo hospitalizado por 8 días en ese recinto, siendo operado al cuarto día por inexistencia de los suministros necesarios, tales como tornillos de platino para reparar su fractura de brazo, realizándose finalmente reducción y osteosíntesis; indica que una vez dado de alta, la empresa le ordenó que se trasladara en bus a la Mutual de Seguridad, ubicada en San Bernardo, sin considerar su estado delicado y que se encontraba recién operado. Añade que en la Mutual se le hizo un tratamiento de kinesioterapia el que no ha sido exitoso, pues no se ha logrado la recuperación de su fractura, debiendo ser intervenido en el mes de noviembre de 2010; además el golpe en la ceja le

I. SENTENCIA DE JUZGADOS DE LETRAS DEL TRABAJO

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol N° 165-2011 Cita online: CL/JUR/8437/2011 ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

197

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

provoca fuertes dolores de cabeza, desorientación y cambios profundos de humor, su brazo izquierdo no puede ser utilizado para ninguna labor, ni siquiera para labores de aseo personal, dependiendo en forma total de su familia, aun para las labores más básicas e íntimas. Hace presente que toda la vida laboral las ha desempeñado el demandante en trabajos de carácter manual, por lo que en la actualidad se ve impedido de realizarlas nuevamente. Agrega que este accidente le incapacita de manera absoluta para efectuar cualquier manipulación de objetos, aun con los más cotidianos, situación que lo hace sentirse menoscabado e inútil, ya que siempre fue el proveedor de su familia, debiendo resignarse a permanecer inactivo, resintiéndose con ello también su salud psicológica, cayendo en depresión, la que ha debido ser medicada. Invoca, a través de la presente acción, las normas contenidas en la Ley Nº 16.744, sobre Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales; el artículo 184 del Código del Trabajo, en relación a las obligaciones de protección de la vida y salud de sus trabajadores y los deberes que ella conlleva, la obligación de prevención y seguridad que pesa sobre el empleador, alude los artículo 66,67 y 68 de la ley Nº 16.744 y el Reglamento de Prevención de Riesgos Profesionales, cuyo texto fue aprobado por decreto supremo N° 40 del año 1969, del Ministerio del Trabajo y Previsión Social, además de las prescripciones específicas; advierte que el artículo 187 del Código del Trabajo contempla como medida de seguridad la de prohibir la admisión del trabajador a la faena cuando esta pueda comprometer su salud y seguridad, todo ello porque las medidas de seguridad nunca existieron o las que se adoptaron no fueron insuficientes o ineficaces, existieron métodos inadecuados de trabajo y la comisión de falta de medidas en el desarrollo de la labor que como trabajador le correspondía efectuar. Menciona que dicha obligación emana de la ley conforme lo establece el artículo 1546 del Código Civil, cita al efecto el artículo 69 de la ley Nº 16.744, el artículo 420 letra f) del Código del Trabajo y las normas laborales infringidas. En cuanto a las prestaciones demandadas, indica que por daño emergente la demandada le adeuda la suma de $ 1.000.000, por concepto de gastos en medicinas, venda, radiografías, movilizaciones en taxis y otros gastos médicos que el trabajador ha debido asumir durante todo el tiempo; en cuanto al lucro cesante, demanda $ 31.622.073, toda vez que la incapacidad física que le afecta es al menos de un 40%, y la suma solicitada dice relación al porcentaje de remuneraciones que dejará de percibir durante el resto de su vida útil; en cuanto al daño moral estima que debe ser indemnizado por un monto no inferior a los $ 40.000.000, dado el sufrimiento físico y moral que le ha provocado al demandante por el accidente sufrido; todo ello con los respectivos reajustes, intereses y costas de la casusa. SEGUNDO: Que la demandada, contestando la demanda, solicita su rechazo, con costas. Reconoce relación laboral con el demandante, las funciones prestadas, controvirtiendo el monto de su remuneración; menciona que el demandante contaba con una vasta experiencia en el campo laboral donde se desempeñaba, y se encontraba capacitado para cumplir adecuadamente con sus labores. Indica que su representada cumplió con la normativa laboral vigente entregándole los implementos de seguridad adecuados y pertinentes según la obra o faena que debía desarrollar, como también el reglamento interno de orden higiene y seguridad, instructivos de trabajo seguro y cumplimiento de medidas de seguridad. En cuanto al accidente, lo describe y expresa que su representada tomó todas las medidas de seguridad que corresponden, y fue la conducta imprudente de un tercero la que causó el accidente, opone por ello la excepción de falta de legitimación pasiva para litigar. En cuanto a la referida excepción, cita doctrina y jurisprudencia en relación a la responsabilidad contractual, los requisitos de culpa, daño y causalidad, requisitos que en la especie no se cumplen pues el hecho generador del daño tuvo su origen en la conducta de un tercero, por ello señala que frente a la indemnización de perjuicios por responsabilidad contractual, la doctrina y jurisprudencia son unánimes en sostener que este debe ser la causa necesaria del supuesto daño, cita el artículo 1556, 1558 del Código Civil; insiste que la responsabilidad pretendida por el trabajador demandante no existe, desapareciendo el requisito de causalidad, y por ello no tiene la calidad de legitimado pasivo del juicio. Precisa que los requisitos fundantes del artículo 69 de la ley Nº 16.744, no existen, lo que es concordante con el estatuto de responsabilidad civil general que emana del Código Civil; al efecto señala que la premisa básica de toda responsabilidad no existe, pues, afirma, el accidente corresponde a la acción de un tercero.

198

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

provoca fuertes dolores de cabeza, desorientación y cambios profundos de humor, su brazo izquierdo no puede ser utilizado para ninguna labor, ni siquiera para labores de aseo personal, dependiendo en forma total de su familia, aun para las labores más básicas e íntimas. Hace presente que toda la vida laboral las ha desempeñado el demandante en trabajos de carácter manual, por lo que en la actualidad se ve impedido de realizarlas nuevamente. Agrega que este accidente le incapacita de manera absoluta para efectuar cualquier manipulación de objetos, aun con los más cotidianos, situación que lo hace sentirse menoscabado e inútil, ya que siempre fue el proveedor de su familia, debiendo resignarse a permanecer inactivo, resintiéndose con ello también su salud psicológica, cayendo en depresión, la que ha debido ser medicada. Invoca, a través de la presente acción, las normas contenidas en la Ley Nº 16.744, sobre Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales; el artículo 184 del Código del Trabajo, en relación a las obligaciones de protección de la vida y salud de sus trabajadores y los deberes que ella conlleva, la obligación de prevención y seguridad que pesa sobre el empleador, alude los artículo 66,67 y 68 de la ley Nº 16.744 y el Reglamento de Prevención de Riesgos Profesionales, cuyo texto fue aprobado por decreto supremo N° 40 del año 1969, del Ministerio del Trabajo y Previsión Social, además de las prescripciones específicas; advierte que el artículo 187 del Código del Trabajo contempla como medida de seguridad la de prohibir la admisión del trabajador a la faena cuando esta pueda comprometer su salud y seguridad, todo ello porque las medidas de seguridad nunca existieron o las que se adoptaron no fueron insuficientes o ineficaces, existieron métodos inadecuados de trabajo y la comisión de falta de medidas en el desarrollo de la labor que como trabajador le correspondía efectuar. Menciona que dicha obligación emana de la ley conforme lo establece el artículo 1546 del Código Civil, cita al efecto el artículo 69 de la ley Nº 16.744, el artículo 420 letra f) del Código del Trabajo y las normas laborales infringidas. En cuanto a las prestaciones demandadas, indica que por daño emergente la demandada le adeuda la suma de $ 1.000.000, por concepto de gastos en medicinas, venda, radiografías, movilizaciones en taxis y otros gastos médicos que el trabajador ha debido asumir durante todo el tiempo; en cuanto al lucro cesante, demanda $ 31.622.073, toda vez que la incapacidad física que le afecta es al menos de un 40%, y la suma solicitada dice relación al porcentaje de remuneraciones que dejará de percibir durante el resto de su vida útil; en cuanto al daño moral estima que debe ser indemnizado por un monto no inferior a los $ 40.000.000, dado el sufrimiento físico y moral que le ha provocado al demandante por el accidente sufrido; todo ello con los respectivos reajustes, intereses y costas de la casusa. SEGUNDO: Que la demandada, contestando la demanda, solicita su rechazo, con costas. Reconoce relación laboral con el demandante, las funciones prestadas, controvirtiendo el monto de su remuneración; menciona que el demandante contaba con una vasta experiencia en el campo laboral donde se desempeñaba, y se encontraba capacitado para cumplir adecuadamente con sus labores. Indica que su representada cumplió con la normativa laboral vigente entregándole los implementos de seguridad adecuados y pertinentes según la obra o faena que debía desarrollar, como también el reglamento interno de orden higiene y seguridad, instructivos de trabajo seguro y cumplimiento de medidas de seguridad. En cuanto al accidente, lo describe y expresa que su representada tomó todas las medidas de seguridad que corresponden, y fue la conducta imprudente de un tercero la que causó el accidente, opone por ello la excepción de falta de legitimación pasiva para litigar. En cuanto a la referida excepción, cita doctrina y jurisprudencia en relación a la responsabilidad contractual, los requisitos de culpa, daño y causalidad, requisitos que en la especie no se cumplen pues el hecho generador del daño tuvo su origen en la conducta de un tercero, por ello señala que frente a la indemnización de perjuicios por responsabilidad contractual, la doctrina y jurisprudencia son unánimes en sostener que este debe ser la causa necesaria del supuesto daño, cita el artículo 1556, 1558 del Código Civil; insiste que la responsabilidad pretendida por el trabajador demandante no existe, desapareciendo el requisito de causalidad, y por ello no tiene la calidad de legitimado pasivo del juicio. Precisa que los requisitos fundantes del artículo 69 de la ley Nº 16.744, no existen, lo que es concordante con el estatuto de responsabilidad civil general que emana del Código Civil; al efecto señala que la premisa básica de toda responsabilidad no existe, pues, afirma, el accidente corresponde a la acción de un tercero.

198

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

199

En cuanto al dolo y culpa, sostiene que no ha existido dolo, como se ha alegado, y en relación a la culpa existe culpa cuando el sujeto falta con su actuación a la diligencia y cuidado que le es exigido y como se aprecia en uno u otro caso es una acción u omisión de cuidado. Señala que los lamentables hechos acaecidos no son atribuibles a la conducta por omisión de su representada, que suponer que el empleador puede hacerse cargo de prever toda situación es imposible, ya que debe haber un rango de responsabilidad del propio trabajador, pensar lo contrario sería simplemente reconocer la falta de necesidad de concurrencia del factor imputación subjetiva, dolo o culpa y confirmar que estamos en presencia de un sistema de responsabilidad estricta u objetiva, lo que constituye una infracción de ley. Indica que este deber de seguridad no puede constituirse en un derecho absoluto, así lo ha declarado la jurisprudencia judicial. Indica, en cuanto al daño, que no todo daño es indemnizable, ya que debe reunir ciertos y determinados requisitos, menciona que el autor Pablo Rodríguez incluye el requisito de no haber sido reparado, sin embargo señala que hay que cuidar que la reparación sea efectiva, ya que si la victima haciendo uso de sistemas de seguridad social reparó parcialmente el daño, el detrimento o daño será menor, lo contrario importaría un enriquecimiento sin causa. En cuanto a las sumas pretendidas, señala, en relación al daño emergente que todo el tratamiento y rehabilitación del trabajador demandante, no ha tenido absolutamente ningún costo para él, pues ha sido cubierto por la mutual de seguridad, y el hecho que genéricamente de cuenta que ha gastado dinero en taxi, vendas radiografías y otros, en circunstancias que no especifica cuál ha sido el monto del gasto en específico, cree que aquellos gastos no existen en realidad ya que resulta vago e inespecífico la forma y modo en que se proponen. En relación al lucro cesante, afirma que tal petición resulta improcedente y no indemnizable por el carácter eventual e hipotético, lo que ha sido así afirmado por la doctrina y jurisprudencia, pues ésta concluye que éste debe ser cierto, real y efectivo, razón por la cual no se indemniza el daño eventual, en este caso nadie puede asegurar que el demandante durante los próximos años cuente siempre con un trabajo y que de contarlo este sea retribuido en las mismas condiciones económicas anteriores, de esta forma se concluye que el lucro cesante pretendido por el demandante se basa sólo en suposiciones y no descansan en antecedentes serios, reales y concretos, incluso una multiplicación lineal del mismo, ha sido rechazada por la jurisprudencia. Indica que ante la existencia de una petición subsidiaria, la misma jurisprudencia de los tribunales superiores de justicia, ha fijado prudencialmente el monto de la indemnización en una suma menor, específicamente en un tiempo cercano al de la fecha del accidente. En relación al daño moral pretendido, no indica el demandante la razón que da sustento a dicha pretensión, por lo demás señala que resulta completamente injustificado y carente de toda base de sustentación, ya que mal podría su representada ser condenado a pagar semejante cantidad de dinero, en circunstancias que la causa del daño es una ajena a toda conducta imputable a su representada. En relación a los reajustes e intereses, éstos no pueden pretenderse desde la fecha de ocurrencia de los hechos, y deben ser considerados desde la fecha en que estos se declaren, esto es, desde que la sentencia se encuentre firme y ejecutoriada, reitera que deben ser calculados desde la fecha en que la hipotética sentencia condenatoria se encuentre en situación de cumplirse y no antes y deben ser calculados de manera lineal, vale decir, no se capitalizan los intereses del período anterior para los efectos de calcular el subsiguiente. Finalmente, y en cuanto a las costas, su representada no puede ser condenada en costas, ya que ha tenido motivo plausible para litigar y conforme lo dispone el artículo 144 del Código de Procedimiento Civil, debe ser eximida del pago de las costas del juicio. TERCERO: Que en audiencia preparatoria celebrada con fecha dieciséis de noviembre de dos mil diez, y del análisis de los escritos de discusión existe acuerdo entre las partes respecto de: 1. La existencia de una relación laboral entre las partes desde octubre de 2008 y que el actor desempeñaba funciones de maestro carpintero; 2. Que el día 23 de marzo el actor sufrió un accidente siendo golpeado por el capacho en su brazo izquierdo. Que se efectuó el llamado a conciliación que dispone el procedimiento, el que no se produjo. Acto seguido, y en relación a los hechos a probar, se fijaron los siguientes: 1. Monto de la remuneración mensual; 2. Si la demandada adoptó todas las medidas de protección necesarias para proteger la vida y seguridad del trabajador y si los elementos se encontraban operando en forma correcta el día del accidente; 3. Causa del accidente; 4. Relación de causalidad entre la conducta que se le imputa a la

En cuanto al dolo y culpa, sostiene que no ha existido dolo, como se ha alegado, y en relación a la culpa existe culpa cuando el sujeto falta con su actuación a la diligencia y cuidado que le es exigido y como se aprecia en uno u otro caso es una acción u omisión de cuidado. Señala que los lamentables hechos acaecidos no son atribuibles a la conducta por omisión de su representada, que suponer que el empleador puede hacerse cargo de prever toda situación es imposible, ya que debe haber un rango de responsabilidad del propio trabajador, pensar lo contrario sería simplemente reconocer la falta de necesidad de concurrencia del factor imputación subjetiva, dolo o culpa y confirmar que estamos en presencia de un sistema de responsabilidad estricta u objetiva, lo que constituye una infracción de ley. Indica que este deber de seguridad no puede constituirse en un derecho absoluto, así lo ha declarado la jurisprudencia judicial. Indica, en cuanto al daño, que no todo daño es indemnizable, ya que debe reunir ciertos y determinados requisitos, menciona que el autor Pablo Rodríguez incluye el requisito de no haber sido reparado, sin embargo señala que hay que cuidar que la reparación sea efectiva, ya que si la victima haciendo uso de sistemas de seguridad social reparó parcialmente el daño, el detrimento o daño será menor, lo contrario importaría un enriquecimiento sin causa. En cuanto a las sumas pretendidas, señala, en relación al daño emergente que todo el tratamiento y rehabilitación del trabajador demandante, no ha tenido absolutamente ningún costo para él, pues ha sido cubierto por la mutual de seguridad, y el hecho que genéricamente de cuenta que ha gastado dinero en taxi, vendas radiografías y otros, en circunstancias que no especifica cuál ha sido el monto del gasto en específico, cree que aquellos gastos no existen en realidad ya que resulta vago e inespecífico la forma y modo en que se proponen. En relación al lucro cesante, afirma que tal petición resulta improcedente y no indemnizable por el carácter eventual e hipotético, lo que ha sido así afirmado por la doctrina y jurisprudencia, pues ésta concluye que éste debe ser cierto, real y efectivo, razón por la cual no se indemniza el daño eventual, en este caso nadie puede asegurar que el demandante durante los próximos años cuente siempre con un trabajo y que de contarlo este sea retribuido en las mismas condiciones económicas anteriores, de esta forma se concluye que el lucro cesante pretendido por el demandante se basa sólo en suposiciones y no descansan en antecedentes serios, reales y concretos, incluso una multiplicación lineal del mismo, ha sido rechazada por la jurisprudencia. Indica que ante la existencia de una petición subsidiaria, la misma jurisprudencia de los tribunales superiores de justicia, ha fijado prudencialmente el monto de la indemnización en una suma menor, específicamente en un tiempo cercano al de la fecha del accidente. En relación al daño moral pretendido, no indica el demandante la razón que da sustento a dicha pretensión, por lo demás señala que resulta completamente injustificado y carente de toda base de sustentación, ya que mal podría su representada ser condenado a pagar semejante cantidad de dinero, en circunstancias que la causa del daño es una ajena a toda conducta imputable a su representada. En relación a los reajustes e intereses, éstos no pueden pretenderse desde la fecha de ocurrencia de los hechos, y deben ser considerados desde la fecha en que estos se declaren, esto es, desde que la sentencia se encuentre firme y ejecutoriada, reitera que deben ser calculados desde la fecha en que la hipotética sentencia condenatoria se encuentre en situación de cumplirse y no antes y deben ser calculados de manera lineal, vale decir, no se capitalizan los intereses del período anterior para los efectos de calcular el subsiguiente. Finalmente, y en cuanto a las costas, su representada no puede ser condenada en costas, ya que ha tenido motivo plausible para litigar y conforme lo dispone el artículo 144 del Código de Procedimiento Civil, debe ser eximida del pago de las costas del juicio. TERCERO: Que en audiencia preparatoria celebrada con fecha dieciséis de noviembre de dos mil diez, y del análisis de los escritos de discusión existe acuerdo entre las partes respecto de: 1. La existencia de una relación laboral entre las partes desde octubre de 2008 y que el actor desempeñaba funciones de maestro carpintero; 2. Que el día 23 de marzo el actor sufrió un accidente siendo golpeado por el capacho en su brazo izquierdo. Que se efectuó el llamado a conciliación que dispone el procedimiento, el que no se produjo. Acto seguido, y en relación a los hechos a probar, se fijaron los siguientes: 1. Monto de la remuneración mensual; 2. Si la demandada adoptó todas las medidas de protección necesarias para proteger la vida y seguridad del trabajador y si los elementos se encontraban operando en forma correcta el día del accidente; 3. Causa del accidente; 4. Relación de causalidad entre la conducta que se le imputa a la ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

199

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

demandada y los daño sufridos por el actor; 5. Si se ocasionó al trabajador daño emergente, el lucro cesante y el daño moral que demandada y si son susceptibles de ser indemnizados por esta vía. Montos. CUARTO: Que con el fin de acreditar sus alegaciones las partes incorporaron en audiencia de juicio los siguientes medios legales de convicción: Parte Demandante ofrece: I. Documental: 1. Epicrisis emitido por la mutual de seguridad de fecha 22 de octubre de 2010 adjuntando fotografías con el estado del brazo. 2. Informe médico de la mutual de seguridad emitida por el doctor tratante. 3. Contrato de trabajo de fecha 09 de octubre de 2008. Que la documental antes citada se tuvo por incorporada a través de su lectura resumida y consta en registro de audio. II. Testimonial: 1. Nombre: María Romero Céspedes. 2. Nombre: Alejandro Pizarro Romero Cuyas declaraciones constan de manera íntegra en registro de audio, las que se dan por enteramente reproducidas. III. Otros medios de Prueba: Exhibición de documentos: 1. Derecho a saber, documentos de la última capacitación o charla recibida por el trabajador. 2. Remuneraciones de los últimos 3 meses trabajados íntegramente por el actor. 3. Manual o hojas de procedimiento de maniobra de descenso de capacho. 4. Reglamento interno enviado a seremi y mutual. La que tuvo por cumplida respecto de los documentos indicados en el N° 1, 2 y 4, haciendo efectivo el apercibimiento legal contemplado en el artículo 453 N° 5 del Código del Trabajo, respecto del documento solicitado en el N° 3. IV. Oficios: incorporando a través de su lectura resumida: 1. Mutual de Seguridad. Parte Demandada ofrece: I. Documental: 1. Contrato entre las partes de fecha 09 de octubre de 2008. 2. Anexo de contrato de fecha 12 de febrero de 2009. 3. Acta de entrega de reglamento interno de orden higiene y seguridad. 4. Reglamento interno de orden higiene y seguridad. 5. Inducción a trabajador nuevo de fecha 09 de octubre de 2008. 6. Cargos de bodega de entrega de implementos de seguridad al actor desde el 09 de octubre de 2008. 7. Certificado de afiliación de la demandada a la mutual de seguridad de la cámara. 8. Acción de capacitación de fecha 23 de marzo de 2010. Documental que se tuvo por incorporada a través de su lectura resumida. II. Confesional de: 1. Nombre: Antonio Pizarro Rodríguez. Declaración que consta en registro de audio. III. Testimonial: 1. Nombre: Volodia Marchant Muñoz. Domiciliado en: Villa El Bosque, Psje. Los Quillalles 1668, San Javier. 2. Nombre: Miguel Ángel Muñoz Muñoz. Domiciliado en: Apoquindo 3068 2° Piso, Las Condes. Cuyos testimonios constan en registro de audio y se dan por reproducidos. QUINTO: Que analizados los elementos de convicción allegados a los autos, en virtud de las reglas de la sana crítica, esto es, conforme lo establece el artículo 456 del Código del Trabajo, esta sentenciadora ha llegado a las siguientes conclusiones: a) Que la presente acción persigue determinar la responsabilidad que le asiste al empleador, en cuanto al accidente sufrido por el trabajador demandante, específicamente la responsabilidad que determina la ley Nº 16.744 y si se encuentra obligado o no a indemnizar al trabajador, más allá de lo establecido en esta disposición legal, haciendo aplicación de las normas del Derecho Común tal y como lo cita el artículo 69 del cuerpo normativo citado. Por su parte el Código del Trabajo, en

200

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

demandada y los daño sufridos por el actor; 5. Si se ocasionó al trabajador daño emergente, el lucro cesante y el daño moral que demandada y si son susceptibles de ser indemnizados por esta vía. Montos. CUARTO: Que con el fin de acreditar sus alegaciones las partes incorporaron en audiencia de juicio los siguientes medios legales de convicción: Parte Demandante ofrece: I. Documental: 1. Epicrisis emitido por la mutual de seguridad de fecha 22 de octubre de 2010 adjuntando fotografías con el estado del brazo. 2. Informe médico de la mutual de seguridad emitida por el doctor tratante. 3. Contrato de trabajo de fecha 09 de octubre de 2008. Que la documental antes citada se tuvo por incorporada a través de su lectura resumida y consta en registro de audio. II. Testimonial: 1. Nombre: María Romero Céspedes. 2. Nombre: Alejandro Pizarro Romero Cuyas declaraciones constan de manera íntegra en registro de audio, las que se dan por enteramente reproducidas. III. Otros medios de Prueba: Exhibición de documentos: 1. Derecho a saber, documentos de la última capacitación o charla recibida por el trabajador. 2. Remuneraciones de los últimos 3 meses trabajados íntegramente por el actor. 3. Manual o hojas de procedimiento de maniobra de descenso de capacho. 4. Reglamento interno enviado a seremi y mutual. La que tuvo por cumplida respecto de los documentos indicados en el N° 1, 2 y 4, haciendo efectivo el apercibimiento legal contemplado en el artículo 453 N° 5 del Código del Trabajo, respecto del documento solicitado en el N° 3. IV. Oficios: incorporando a través de su lectura resumida: 1. Mutual de Seguridad. Parte Demandada ofrece: I. Documental: 1. Contrato entre las partes de fecha 09 de octubre de 2008. 2. Anexo de contrato de fecha 12 de febrero de 2009. 3. Acta de entrega de reglamento interno de orden higiene y seguridad. 4. Reglamento interno de orden higiene y seguridad. 5. Inducción a trabajador nuevo de fecha 09 de octubre de 2008. 6. Cargos de bodega de entrega de implementos de seguridad al actor desde el 09 de octubre de 2008. 7. Certificado de afiliación de la demandada a la mutual de seguridad de la cámara. 8. Acción de capacitación de fecha 23 de marzo de 2010. Documental que se tuvo por incorporada a través de su lectura resumida. II. Confesional de: 1. Nombre: Antonio Pizarro Rodríguez. Declaración que consta en registro de audio. III. Testimonial: 1. Nombre: Volodia Marchant Muñoz. Domiciliado en: Villa El Bosque, Psje. Los Quillalles 1668, San Javier. 2. Nombre: Miguel Ángel Muñoz Muñoz. Domiciliado en: Apoquindo 3068 2° Piso, Las Condes. Cuyos testimonios constan en registro de audio y se dan por reproducidos. QUINTO: Que analizados los elementos de convicción allegados a los autos, en virtud de las reglas de la sana crítica, esto es, conforme lo establece el artículo 456 del Código del Trabajo, esta sentenciadora ha llegado a las siguientes conclusiones: a) Que la presente acción persigue determinar la responsabilidad que le asiste al empleador, en cuanto al accidente sufrido por el trabajador demandante, específicamente la responsabilidad que determina la ley Nº 16.744 y si se encuentra obligado o no a indemnizar al trabajador, más allá de lo establecido en esta disposición legal, haciendo aplicación de las normas del Derecho Común tal y como lo cita el artículo 69 del cuerpo normativo citado. Por su parte el Código del Trabajo, en

200

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

201

el artículo 184 dispone en forma imperativa, que el empleador deberá adoptar todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y la salud de los trabajadores, manteniendo las condiciones adecuadas de higiene y seguridad en las faenas, como también otorgando los implementos necesarios para prevenir accidentes y enfermedades profesionales, importante es descubrir si a la época del accidente se cumplía con la normativa vigente. b) Que respecto de la documental ofrecida por la demandada, cabe señalar que dicha parte ha acreditado con el detalle de cargos de bodega, que ha efectuado la entrega de los implementos o elementos de seguridad para que el demandante cumpliera sus funciones, elementos que fue entregando desde el mes de octubre de 2008 a enero de 2010; asimismo, del mérito del detalle de inducción al trabajador de 9 de octubre de 2009, también es posible establecer que al menos en aquella fecha, se cumplió con tal obligación, inducción que se efectuó durante una hora por el prevencionista don Antonio Díaz; finalmente, y con el mérito del documento consistente en copia de recepción de reglamento interno, se tiene por acreditado en autos, que la demandada le entregó aquel ejemplar al actor, con fecha 16 de octubre de 2008, asimismo, y con el certificado extendido por la Mutual Chilena de Seguridad, se encuentra acreditado que la demandada es asesorada por dicha institución, respecto de seguridad y salud ocupacional; que los cumplimientos a la normativa legal vigente también se han logrado establecer a través de la prueba de exhibición de documentos incorporada por la demandante en cuanto a la última capacitación o charla recibida, igual situación ocurre con reglamento interno Seremi y Mutual, los que observó en cuanto la suscripción de los mismos; sin embargo pesa por sobre la demandada el apercibimiento establecido en el artículo 453 N°5 del Código del Trabajo, respecto del Manual u hoja de procedimiento de maniobra de descenso de capacho, por no haberlo exhibido. c) Que en cuanto a la testimonial ofrecida por la demandada, don Volodia Marchant, señaló que se encontraba cumpliendo labores el mismo día del accidente del demandante, explicando la faena y la forma en que llegaron al interior de la misma para realizar la operación de hormigonado; que se encontraba una cuadrilla de alrededor de 15 personas ( personal de JLC y ellos) el jefe de turno y el capataz, que él ejercía las funciones de jefe mayor; que el trabajador demandante se encontraba posicionado donde se encontraba posicionado el capacho; que llevaban unos 63 metros de profundidad, que bajando el capacho el rigger, la persona que hace la maniobra e indica al operador de la grúa la forma de trasladar el capacho y que se estaban conectadas a través de una radio ( aparatos que se encontraban en buen estado, ya que hubo dos turnos que trabajaron con las mismas radios y que se habían comunicado toda la noche), y con el descenso se produjo el problema. Interrogado por el Tribunal desconoce si hubo informe del Comité Paritario, pero a él lo interrogaron; asimismo indica que todos los días la empresa realiza charlas de seguridad. Menciona que al preguntarle al rigger el porqué no había detenido el descenso del capacho, le indicó que la radio no le respondía. Por su parte el testigo don Miguel Ángel Muñoz, señala que se desempeña como jefe de recursos humanos en la empresa, agregando que como política de la compañía sabe de las medidas de seguridad, explicando el cumplimiento de las mismas tanto al ingreso de un dependiente a la empresa como diariamente a la faena. Indica que se encuentran adheridos a la Mutual Chilena de Seguridad, que existe al interior de la misma un departamento de prevención de riesgos y personal idóneo a su cargo; asimismo señala que existe comité paritario. Expresa que conoce al demandante y sabe lo que ocurrió en torno al accidente. Menciona que tomó conocimiento del mismo y del descenso del capacho, y que producto de una mala maniobra, en este caso del rigger, se produjo el accidente, provocándole lesiones al trabajador demandante. Contrainterrogado señala que tiempo más tarde y en relación a los argumentos expresados por el jefe de área del lugar de trabajo, con el jefe de construcción, le indicaron que por una comunicación no adecuada y fuera de tiempo, pues se descuidó el rigger de avisar como bajó el capacho. Reconoce que no se obtuvo declaración del operador del rigger. En relación a las radios, explica que las radios, de la cual tiene una a cargo también, tienen 6 ó 7 canales, un canal exclusivo para el rigger y el operador de grúa, por ejemplo; que para efectos del procedimiento que se utiliza en el descenso del capacho, existen otros canales dentro del radio que utilizan los jefes de turno o capataces.

el artículo 184 dispone en forma imperativa, que el empleador deberá adoptar todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y la salud de los trabajadores, manteniendo las condiciones adecuadas de higiene y seguridad en las faenas, como también otorgando los implementos necesarios para prevenir accidentes y enfermedades profesionales, importante es descubrir si a la época del accidente se cumplía con la normativa vigente. b) Que respecto de la documental ofrecida por la demandada, cabe señalar que dicha parte ha acreditado con el detalle de cargos de bodega, que ha efectuado la entrega de los implementos o elementos de seguridad para que el demandante cumpliera sus funciones, elementos que fue entregando desde el mes de octubre de 2008 a enero de 2010; asimismo, del mérito del detalle de inducción al trabajador de 9 de octubre de 2009, también es posible establecer que al menos en aquella fecha, se cumplió con tal obligación, inducción que se efectuó durante una hora por el prevencionista don Antonio Díaz; finalmente, y con el mérito del documento consistente en copia de recepción de reglamento interno, se tiene por acreditado en autos, que la demandada le entregó aquel ejemplar al actor, con fecha 16 de octubre de 2008, asimismo, y con el certificado extendido por la Mutual Chilena de Seguridad, se encuentra acreditado que la demandada es asesorada por dicha institución, respecto de seguridad y salud ocupacional; que los cumplimientos a la normativa legal vigente también se han logrado establecer a través de la prueba de exhibición de documentos incorporada por la demandante en cuanto a la última capacitación o charla recibida, igual situación ocurre con reglamento interno Seremi y Mutual, los que observó en cuanto la suscripción de los mismos; sin embargo pesa por sobre la demandada el apercibimiento establecido en el artículo 453 N°5 del Código del Trabajo, respecto del Manual u hoja de procedimiento de maniobra de descenso de capacho, por no haberlo exhibido. c) Que en cuanto a la testimonial ofrecida por la demandada, don Volodia Marchant, señaló que se encontraba cumpliendo labores el mismo día del accidente del demandante, explicando la faena y la forma en que llegaron al interior de la misma para realizar la operación de hormigonado; que se encontraba una cuadrilla de alrededor de 15 personas ( personal de JLC y ellos) el jefe de turno y el capataz, que él ejercía las funciones de jefe mayor; que el trabajador demandante se encontraba posicionado donde se encontraba posicionado el capacho; que llevaban unos 63 metros de profundidad, que bajando el capacho el rigger, la persona que hace la maniobra e indica al operador de la grúa la forma de trasladar el capacho y que se estaban conectadas a través de una radio ( aparatos que se encontraban en buen estado, ya que hubo dos turnos que trabajaron con las mismas radios y que se habían comunicado toda la noche), y con el descenso se produjo el problema. Interrogado por el Tribunal desconoce si hubo informe del Comité Paritario, pero a él lo interrogaron; asimismo indica que todos los días la empresa realiza charlas de seguridad. Menciona que al preguntarle al rigger el porqué no había detenido el descenso del capacho, le indicó que la radio no le respondía. Por su parte el testigo don Miguel Ángel Muñoz, señala que se desempeña como jefe de recursos humanos en la empresa, agregando que como política de la compañía sabe de las medidas de seguridad, explicando el cumplimiento de las mismas tanto al ingreso de un dependiente a la empresa como diariamente a la faena. Indica que se encuentran adheridos a la Mutual Chilena de Seguridad, que existe al interior de la misma un departamento de prevención de riesgos y personal idóneo a su cargo; asimismo señala que existe comité paritario. Expresa que conoce al demandante y sabe lo que ocurrió en torno al accidente. Menciona que tomó conocimiento del mismo y del descenso del capacho, y que producto de una mala maniobra, en este caso del rigger, se produjo el accidente, provocándole lesiones al trabajador demandante. Contrainterrogado señala que tiempo más tarde y en relación a los argumentos expresados por el jefe de área del lugar de trabajo, con el jefe de construcción, le indicaron que por una comunicación no adecuada y fuera de tiempo, pues se descuidó el rigger de avisar como bajó el capacho. Reconoce que no se obtuvo declaración del operador del rigger. En relación a las radios, explica que las radios, de la cual tiene una a cargo también, tienen 6 ó 7 canales, un canal exclusivo para el rigger y el operador de grúa, por ejemplo; que para efectos del procedimiento que se utiliza en el descenso del capacho, existen otros canales dentro del radio que utilizan los jefes de turno o capataces. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

201

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Interrogado por el tribunal, señala que se hizo una investigación y que un informe preliminar del departamento de prevención de riesgos indica que el accidente se produjo por negligencia del rigger, situación que posteriormente fue ratificada por el jefe de área y gerente de construcción, quienes además ratificaron la salida del rigger del proyecto. d) Que de lo citado de manera precedente, en especial del mérito de las declaraciones de los testigos presentados por la demandada, se puede afirmar, que la causa basal del accidente se debe de manera exclusiva a la descoordinación entre el rigger y el operador de grúa del descenso del capacho, pues el primero no logró escuchar la petición de corte de descenso dada por el trabajador Volodia Machant, ni el rigger a su vez pudo advertir al operador del capacho que lo detuviera; al analizar ambas declaraciones las mismas resultan coincidentes en el hecho que el problema de coordinación y comunicación no adecuada se ha debido de manera exclusiva a la radio que tales dependientes operaban, hecho específico que en este caso, es atribuible al trabajador que manipula tal artefacto, sino que a quien se beneficia con el mismo, esto es, la empresa demandada. En efecto, si bien la demandada con los documentos citados, ha acreditado la entrega de material de trabajo, de reglamento interno de orden higiene y seguridad, de charlas de seguridad al inicio del ingreso de la empresa, no es menos cierto que no ha logrado establecer ni acreditar que los implementos entregados y utilizados para el desarrollo de la faena y las labores diarias, también se encontraban en buen estado, asegurando su uso la vida e integridad de los dependientes bajo su cargo; en este caso no se ha logrado establecer el estado de las radios que se utilizaban al interior de la faena que desarrollaba el actor. Asimismo ambos testigos dan cuenta de la existencia de Comité Paritario, y que se les tomó declaración, no obstante no fue incorporado, documento alguno que acredite tal investigación con la finalidad de dilucidar efectivamente las razones o motivos del accidente; siendo en este sentido insuficiente sólo las declaraciones incorporadas; tampoco fue demostrado todas las charlas diarias a que hacen alusión los testigos de la demandada, que realiza la empresa al inicio de la faena. e) Que el legislador impone un carácter imperativo al artículo 184 del Código del Trabajo, pues señala que el empleador estará obligado a tomar todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de los trabajadores, manteniendo las condiciones adecuadas de higiene y seguridad en las faenas, como también entregar los implementos necesarios para prevenir accidentes y enfermedades profesionales. Agregando en el inciso segundo la obligación de prestar o garantizar los elementos necesarios para que los trabajadores en caso de accidente o emergencia puedan acceder a una oportuna y adecuada atención médica, hospitalaria y farmacéutica. En relación a lo anterior, en este caso, no ha bastado tan solo con la entrega de ropa de trabajo, copia de reglamento interno y charlas de seguridad al ingresar a la empresa para que la demandada justifique la referida protección aludida en el artículo 184 del cuerpo legal citado, sino que además esta obligación incluye la disponibilidad de los elementos de trabajo para la ejecución de la faena y la mantención de los mismos, esto es, que se encuentren en optimas condiciones para el desarrollo de la labor diaria, máxime si estamos hablando de la comunicación que por la vía de radio se realiza a considerables metros de distancia entre el rigger y el operador de grúa, así también se supone además un fuerte control respecto al desgaste de los cordeles que sostienen los capachos, el capacho en sí, la grúa que logra que este descienda, etc., en tal sentido aquella omisión respecto de la acreditación nos conduce a concluir que el responsable del accidente sufrido por el trabajador demandante, es la empresa demandada, y en caso alguno puede ser atribuido a un tercero, en específico al Rigger. f) Que la demandada, conforme a los argumentos esgrimidos en el considerando segundo de la presente sentencia, ha opuesto falta de legitimación pasiva respecto de su persona, sustentando la misma en el hecho que la responsabilidad del accidente es del rigger, un tercero ajeno al presente juicio. Que de acuerdo a lo razonado en la letra e) de la presente sentencia, se procederá a rechazar la excepción opuesta, pues, en la especie, a juicio de esta sentenciadora, la ocurrencia del accidente y las circunstancias que rodearon el mismo se han producido por responsabilidad de la empresa demandada. g) Que esta sentenciadora estima que la sola ocurrencia del accidente permite concluir que la empresa demandada incurrió en responsabilidad civil contractual, desde que en su calidad de empleadora, estaba obligada por imperativo legal y así disponerlo el artículo 184 del Código del Trabajo, a proteger

202

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Interrogado por el tribunal, señala que se hizo una investigación y que un informe preliminar del departamento de prevención de riesgos indica que el accidente se produjo por negligencia del rigger, situación que posteriormente fue ratificada por el jefe de área y gerente de construcción, quienes además ratificaron la salida del rigger del proyecto. d) Que de lo citado de manera precedente, en especial del mérito de las declaraciones de los testigos presentados por la demandada, se puede afirmar, que la causa basal del accidente se debe de manera exclusiva a la descoordinación entre el rigger y el operador de grúa del descenso del capacho, pues el primero no logró escuchar la petición de corte de descenso dada por el trabajador Volodia Machant, ni el rigger a su vez pudo advertir al operador del capacho que lo detuviera; al analizar ambas declaraciones las mismas resultan coincidentes en el hecho que el problema de coordinación y comunicación no adecuada se ha debido de manera exclusiva a la radio que tales dependientes operaban, hecho específico que en este caso, es atribuible al trabajador que manipula tal artefacto, sino que a quien se beneficia con el mismo, esto es, la empresa demandada. En efecto, si bien la demandada con los documentos citados, ha acreditado la entrega de material de trabajo, de reglamento interno de orden higiene y seguridad, de charlas de seguridad al inicio del ingreso de la empresa, no es menos cierto que no ha logrado establecer ni acreditar que los implementos entregados y utilizados para el desarrollo de la faena y las labores diarias, también se encontraban en buen estado, asegurando su uso la vida e integridad de los dependientes bajo su cargo; en este caso no se ha logrado establecer el estado de las radios que se utilizaban al interior de la faena que desarrollaba el actor. Asimismo ambos testigos dan cuenta de la existencia de Comité Paritario, y que se les tomó declaración, no obstante no fue incorporado, documento alguno que acredite tal investigación con la finalidad de dilucidar efectivamente las razones o motivos del accidente; siendo en este sentido insuficiente sólo las declaraciones incorporadas; tampoco fue demostrado todas las charlas diarias a que hacen alusión los testigos de la demandada, que realiza la empresa al inicio de la faena. e) Que el legislador impone un carácter imperativo al artículo 184 del Código del Trabajo, pues señala que el empleador estará obligado a tomar todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de los trabajadores, manteniendo las condiciones adecuadas de higiene y seguridad en las faenas, como también entregar los implementos necesarios para prevenir accidentes y enfermedades profesionales. Agregando en el inciso segundo la obligación de prestar o garantizar los elementos necesarios para que los trabajadores en caso de accidente o emergencia puedan acceder a una oportuna y adecuada atención médica, hospitalaria y farmacéutica. En relación a lo anterior, en este caso, no ha bastado tan solo con la entrega de ropa de trabajo, copia de reglamento interno y charlas de seguridad al ingresar a la empresa para que la demandada justifique la referida protección aludida en el artículo 184 del cuerpo legal citado, sino que además esta obligación incluye la disponibilidad de los elementos de trabajo para la ejecución de la faena y la mantención de los mismos, esto es, que se encuentren en optimas condiciones para el desarrollo de la labor diaria, máxime si estamos hablando de la comunicación que por la vía de radio se realiza a considerables metros de distancia entre el rigger y el operador de grúa, así también se supone además un fuerte control respecto al desgaste de los cordeles que sostienen los capachos, el capacho en sí, la grúa que logra que este descienda, etc., en tal sentido aquella omisión respecto de la acreditación nos conduce a concluir que el responsable del accidente sufrido por el trabajador demandante, es la empresa demandada, y en caso alguno puede ser atribuido a un tercero, en específico al Rigger. f) Que la demandada, conforme a los argumentos esgrimidos en el considerando segundo de la presente sentencia, ha opuesto falta de legitimación pasiva respecto de su persona, sustentando la misma en el hecho que la responsabilidad del accidente es del rigger, un tercero ajeno al presente juicio. Que de acuerdo a lo razonado en la letra e) de la presente sentencia, se procederá a rechazar la excepción opuesta, pues, en la especie, a juicio de esta sentenciadora, la ocurrencia del accidente y las circunstancias que rodearon el mismo se han producido por responsabilidad de la empresa demandada. g) Que esta sentenciadora estima que la sola ocurrencia del accidente permite concluir que la empresa demandada incurrió en responsabilidad civil contractual, desde que en su calidad de empleadora, estaba obligada por imperativo legal y así disponerlo el artículo 184 del Código del Trabajo, a proteger

202

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

203

eficazmente la vida y salud de sus trabajadores, obligación que, a juicio de esta sentenciadora, la demandada incumplió, conforme ha quedado demostrado en estos antecedentes. Que en cuanto al dolo o culpa que exige el artículo 69 de la ley Nº 16.744, por parte del empleador en su actuar y como deudor de seguridad la ley nada señala, por lo que para determinarlo habrá de estarse a las normas del derecho común, específicamente a las del artículo 1547 del Código Civil, norma que al hacer una clasificación tripartita de los contratos, según el beneficio que reportan a las partes, es aplicable al contrato de trabajo en su contenido patrimonial, al igual como lo es con contenido personal, en especial el deber de protección del empleador al trabajador, y el deber de lealtad y fidelidad, del trabajador al empleador. Que respecto del deber de protección, comprende el deber de seguridad, que es un valor que, en definitiva, tiende a preservar la vida e integridad de sus trabajadores, situación que permite concluir que la culpa de la cual responde el empleador, es de la culpa levísima, es decir, de la falta de aquella esmerada diligencia que un hombre juicioso emplea en la administración de los negocios importantes, situación que en la especie no ocurrió. h) Que determinadas las circunstancias del accidente, los incumplimientos de la demandada y el carácter imperativo del artículo 184 del Código del Trabajo, se establece que ésta incurrió en responsabilidad civil contractual, desde que en su calidad de empleadora estaba obligada, por así disponerlo el artículo 184 del Código del Trabajo, a proteger eficazmente la vida y salud de sus trabajadores, obligación que a juicio de esta sentenciadora, se incumplió. Que la referida disposición legal es imperativa y ordena al empleador adoptar todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de sus trabajadores. La expresión eficaz se encuentra dirigida a una responsabilidad y acuciosidad con que el empleador debe dar cumplimiento a dicha obligación, con lo que debe concluirse que la exigencia en esta materia es máxima. i) Que así también, y considerando lo dispuesto en el artículo 69 de la ley Nº 16.744, procede concluir que hubo una conducta culposa por parte de la demandada, pues atendido los avances de la tecnología no fueron proporcionados los implementos necesarios para que esta se llevara a cabo sin inconvenientes, ni mucho menos incorporó las tan aludidas medidas diarias que adoptó a través de las charlas de seguridad. Cabe hacer presente sobre este punto que además pesa sobre la demandada el apercibimiento contemplado en el artículo 453 N° 5 del Código del Trabajo, respecto del Manual de procedimiento de maniobra de descenso de capacho. j) Que en cuanto al daño emergente, pretendido por el demandante, considerando que tal rubro comprende los gastos médicos que el propio trabajador ha debido asumir como consecuencia del accidente sufrido, y teniendo presente además que no se ha acreditado en autos egreso alguno que por este concepto haya tenido que solventar el demandante, no se accederá a dicho concepto. k)Que en relación al lucro cesante pretendido en autos, se procederá a rechazar dicho concepto, tanto en su monto como en su concepto, pues en la especie a juicio de esta sentenciadora, dada la incertidumbre y las contingencias del mercado, nada asegura que el trabajador demandante fuera a permanecer durante toda la vida activa como dependiente para las demandadas, pudiendo en este caso resolverse el contrato laboral con antelación de aquella fecha, ya sea por voluntad del empleador, o incluso por decisión del propio trabajador. l) Que, finalmente, y en relación al daño moral, el actor avalúa este concepto en la suma de $ 40.000.000., monto que en definitiva es producto y por causa del accidente sufrido con fecha 23 de marzo de 2010, en atención a los intensos padecimientos físicos que ha debido experimental con motivo del mismo, específicamente diversos tratamientos, sufrimiento y angustia de ver disminuida en forma irreversible su capacidad física, especialmente el sufrimiento familiar que acarrea como consecuencia prevista e ineludible de un accidente de trabajo. Que respecto de este punto fue incorporado por el actor el testimonio de dos testigos, quienes a través de sus declaraciones ilustran al tribunal de manera circunstanciada la vida que tiene el demandante, y en definitiva les consta el padecimiento y sufrimiento del actor durante este tiempo, como las cosas que ha debido dejar de hacer. o) Que el daño moral, conforme lo ha sostenido la Jurisprudencia Judicial, es indemnizable y debe entenderse como aquel daño que ha causado sufrimiento, dolor o aflicción psicológica, tanto de quien

eficazmente la vida y salud de sus trabajadores, obligación que, a juicio de esta sentenciadora, la demandada incumplió, conforme ha quedado demostrado en estos antecedentes. Que en cuanto al dolo o culpa que exige el artículo 69 de la ley Nº 16.744, por parte del empleador en su actuar y como deudor de seguridad la ley nada señala, por lo que para determinarlo habrá de estarse a las normas del derecho común, específicamente a las del artículo 1547 del Código Civil, norma que al hacer una clasificación tripartita de los contratos, según el beneficio que reportan a las partes, es aplicable al contrato de trabajo en su contenido patrimonial, al igual como lo es con contenido personal, en especial el deber de protección del empleador al trabajador, y el deber de lealtad y fidelidad, del trabajador al empleador. Que respecto del deber de protección, comprende el deber de seguridad, que es un valor que, en definitiva, tiende a preservar la vida e integridad de sus trabajadores, situación que permite concluir que la culpa de la cual responde el empleador, es de la culpa levísima, es decir, de la falta de aquella esmerada diligencia que un hombre juicioso emplea en la administración de los negocios importantes, situación que en la especie no ocurrió. h) Que determinadas las circunstancias del accidente, los incumplimientos de la demandada y el carácter imperativo del artículo 184 del Código del Trabajo, se establece que ésta incurrió en responsabilidad civil contractual, desde que en su calidad de empleadora estaba obligada, por así disponerlo el artículo 184 del Código del Trabajo, a proteger eficazmente la vida y salud de sus trabajadores, obligación que a juicio de esta sentenciadora, se incumplió. Que la referida disposición legal es imperativa y ordena al empleador adoptar todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de sus trabajadores. La expresión eficaz se encuentra dirigida a una responsabilidad y acuciosidad con que el empleador debe dar cumplimiento a dicha obligación, con lo que debe concluirse que la exigencia en esta materia es máxima. i) Que así también, y considerando lo dispuesto en el artículo 69 de la ley Nº 16.744, procede concluir que hubo una conducta culposa por parte de la demandada, pues atendido los avances de la tecnología no fueron proporcionados los implementos necesarios para que esta se llevara a cabo sin inconvenientes, ni mucho menos incorporó las tan aludidas medidas diarias que adoptó a través de las charlas de seguridad. Cabe hacer presente sobre este punto que además pesa sobre la demandada el apercibimiento contemplado en el artículo 453 N° 5 del Código del Trabajo, respecto del Manual de procedimiento de maniobra de descenso de capacho. j) Que en cuanto al daño emergente, pretendido por el demandante, considerando que tal rubro comprende los gastos médicos que el propio trabajador ha debido asumir como consecuencia del accidente sufrido, y teniendo presente además que no se ha acreditado en autos egreso alguno que por este concepto haya tenido que solventar el demandante, no se accederá a dicho concepto. k)Que en relación al lucro cesante pretendido en autos, se procederá a rechazar dicho concepto, tanto en su monto como en su concepto, pues en la especie a juicio de esta sentenciadora, dada la incertidumbre y las contingencias del mercado, nada asegura que el trabajador demandante fuera a permanecer durante toda la vida activa como dependiente para las demandadas, pudiendo en este caso resolverse el contrato laboral con antelación de aquella fecha, ya sea por voluntad del empleador, o incluso por decisión del propio trabajador. l) Que, finalmente, y en relación al daño moral, el actor avalúa este concepto en la suma de $ 40.000.000., monto que en definitiva es producto y por causa del accidente sufrido con fecha 23 de marzo de 2010, en atención a los intensos padecimientos físicos que ha debido experimental con motivo del mismo, específicamente diversos tratamientos, sufrimiento y angustia de ver disminuida en forma irreversible su capacidad física, especialmente el sufrimiento familiar que acarrea como consecuencia prevista e ineludible de un accidente de trabajo. Que respecto de este punto fue incorporado por el actor el testimonio de dos testigos, quienes a través de sus declaraciones ilustran al tribunal de manera circunstanciada la vida que tiene el demandante, y en definitiva les consta el padecimiento y sufrimiento del actor durante este tiempo, como las cosas que ha debido dejar de hacer. o) Que el daño moral, conforme lo ha sostenido la Jurisprudencia Judicial, es indemnizable y debe entenderse como aquel daño que ha causado sufrimiento, dolor o aflicción psicológica, tanto de quien ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

203

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Santiago, veintiséis de octubre de dos mil once. VISTOS: En estos autos, RIT O-2892-2010, RUC 1040041237-0, del Primer Juzgado de Letras del Trabajo de Santiago, caratulados “Pizarro con Constructora Hochtief Tecsa S.A.”, en procedimiento de aplicación general, por sentencia de diez de enero de dos mil once, la juez titular de dicho tribunal, doña Alondra Valentina Castro Jiménez, declaró que la demandada incurrió en responsabilidad civil contractual en el accidente sufrido por el actor con fecha 23 de marzo de 2010, por lo que deberá pagarle la suma de $ 15.000.000 por concepto de daño moral, con los reajustes e intereses previstos en el artículo 63 del

204

II. CORTE DE APELACIONES

se ha visto expuesto de manera directa por él, como el trabajador, como también respecto de todos quienes se han visto expuestos de manera indirecta a consecuencia del mismo, esto es, los familiares del trabajador afectado por el accidente de trabajo. Que la evaluación y determinación del referido daño, se encuentra entregado al criterio discrecional del Juez que conoce de la causa y por ello tiene un carácter netamente subjetivo, su valorización se encuentra entregada al mérito del proceso, teniendo para ello como base el grado de culpa o dolo con el que ha actuado el empleador, como infractor del artículo 184 del Código del Trabajo, que pese a no existir un porcentaje de incapacidad del demandante determinado por organismo previsional alguno, se encuentra establecido en estos antecedentes que el hecho sufrido por el actor el 23 de marzo de 2010, fue calificado como un accidente de trabajo, conforme a la documental incorporada por la demandante, en especial epicrisis del actor, set de fotografías e informe médico, y estimando que efectivamente a raíz del accidente sufrido por el demandante ha experimentado un perjuicio, el que debe ser indemnizado, esta sentenciadora estima que el monto por concepto de daño moral respecto del cual deberá responder la demandada asciende a la suma de $ 15.000.000., suma se arriba, considerando el largo período post operatorio que ha tenido el demandante, quien incluso a la época de realización de audiencia de juicio, aún no ha sido dado de alta, conforme consta además, con el oficio de la Mutual de Seguridad incorporado en audiencia de juicio. SEXTO: Que se estima innecesario emitir pronunciamiento en relación con el contrato de trabajo y anexo de contrato, incorporado en autos por las partes, pues las funciones cumplidas coinciden con las expresadas en el contrato de trabajo. Asimismo se estima innecesario analizar la prueba confesional ofrecida por la demandada. SÉPTIMO: Que la prueba ha sido valorada conforme a las reglas de la sana crítica. OCTAVO: Que incumbe probar las obligaciones o su extinción a quien alega aquellas o ésta. Por estas consideraciones y, visto además lo dispuesto en los artículos 7º, 10, 63, 184, 420, 425, 432, 446 y siguientes, 453, 454, 456, 459 del Código del Trabajo; ley Nº 16.744; 1545 y siguientes, 1698, del Código Civil, y demás normas legales vigentes, SE DECLARA: I. Que se estima que la demandada, incurrió en responsabilidad civil contractual en el accidente sufrido por el actor, con fecha 23 de marzo de 2010, por lo que deberá pagar la suma de $ 15.000.000., por concepto de daño moral. II. Que en la etapa procesal correspondiente se deberá liquidar la suma mandada pagar, con los reajustes e intereses previstos en el artículo 63 del Código del Trabajo. III.Que en lo demás se rechaza la demanda. IV. Que no se condena en costas a la demandada, por no haber sido totalmente vencida. V. Ejecutoriada que se encuentre la presente sentencia cúmplase con lo dispuesto en ella, dentro de quinto día. En caso contrario, certifíquese dicha circunstancia y pasen los antecedentes al Juzgado de Cobranza Laboral y Previsional de Santiago, y hágase devolución de los documentos acompañados por las partes, ejecutoriada que se encuentre la presente sentencia. Regístrese, notifíquese y archívese en su oportunidad. RIT O 2892 2009 RUC 10 4 00 41237 0 Pronunciada por Alondra Valentina Castro Jiménez, Juez Titular del Primer Juzgado de Letras del Trabajo de Santiago. En Santiago a diez de enero de dos mil once, se notificó por el estado diario la sentencia precedente.

se ha visto expuesto de manera directa por él, como el trabajador, como también respecto de todos quienes se han visto expuestos de manera indirecta a consecuencia del mismo, esto es, los familiares del trabajador afectado por el accidente de trabajo. Que la evaluación y determinación del referido daño, se encuentra entregado al criterio discrecional del Juez que conoce de la causa y por ello tiene un carácter netamente subjetivo, su valorización se encuentra entregada al mérito del proceso, teniendo para ello como base el grado de culpa o dolo con el que ha actuado el empleador, como infractor del artículo 184 del Código del Trabajo, que pese a no existir un porcentaje de incapacidad del demandante determinado por organismo previsional alguno, se encuentra establecido en estos antecedentes que el hecho sufrido por el actor el 23 de marzo de 2010, fue calificado como un accidente de trabajo, conforme a la documental incorporada por la demandante, en especial epicrisis del actor, set de fotografías e informe médico, y estimando que efectivamente a raíz del accidente sufrido por el demandante ha experimentado un perjuicio, el que debe ser indemnizado, esta sentenciadora estima que el monto por concepto de daño moral respecto del cual deberá responder la demandada asciende a la suma de $ 15.000.000., suma se arriba, considerando el largo período post operatorio que ha tenido el demandante, quien incluso a la época de realización de audiencia de juicio, aún no ha sido dado de alta, conforme consta además, con el oficio de la Mutual de Seguridad incorporado en audiencia de juicio. SEXTO: Que se estima innecesario emitir pronunciamiento en relación con el contrato de trabajo y anexo de contrato, incorporado en autos por las partes, pues las funciones cumplidas coinciden con las expresadas en el contrato de trabajo. Asimismo se estima innecesario analizar la prueba confesional ofrecida por la demandada. SÉPTIMO: Que la prueba ha sido valorada conforme a las reglas de la sana crítica. OCTAVO: Que incumbe probar las obligaciones o su extinción a quien alega aquellas o ésta. Por estas consideraciones y, visto además lo dispuesto en los artículos 7º, 10, 63, 184, 420, 425, 432, 446 y siguientes, 453, 454, 456, 459 del Código del Trabajo; ley Nº 16.744; 1545 y siguientes, 1698, del Código Civil, y demás normas legales vigentes, SE DECLARA: I. Que se estima que la demandada, incurrió en responsabilidad civil contractual en el accidente sufrido por el actor, con fecha 23 de marzo de 2010, por lo que deberá pagar la suma de $ 15.000.000., por concepto de daño moral. II. Que en la etapa procesal correspondiente se deberá liquidar la suma mandada pagar, con los reajustes e intereses previstos en el artículo 63 del Código del Trabajo. III.Que en lo demás se rechaza la demanda. IV. Que no se condena en costas a la demandada, por no haber sido totalmente vencida. V. Ejecutoriada que se encuentre la presente sentencia cúmplase con lo dispuesto en ella, dentro de quinto día. En caso contrario, certifíquese dicha circunstancia y pasen los antecedentes al Juzgado de Cobranza Laboral y Previsional de Santiago, y hágase devolución de los documentos acompañados por las partes, ejecutoriada que se encuentre la presente sentencia. Regístrese, notifíquese y archívese en su oportunidad. RIT O 2892 2009 RUC 10 4 00 41237 0 Pronunciada por Alondra Valentina Castro Jiménez, Juez Titular del Primer Juzgado de Letras del Trabajo de Santiago. En Santiago a diez de enero de dos mil once, se notificó por el estado diario la sentencia precedente.

II. CORTE DE APELACIONES

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Santiago, veintiséis de octubre de dos mil once. VISTOS: En estos autos, RIT O-2892-2010, RUC 1040041237-0, del Primer Juzgado de Letras del Trabajo de Santiago, caratulados “Pizarro con Constructora Hochtief Tecsa S.A.”, en procedimiento de aplicación general, por sentencia de diez de enero de dos mil once, la juez titular de dicho tribunal, doña Alondra Valentina Castro Jiménez, declaró que la demandada incurrió en responsabilidad civil contractual en el accidente sufrido por el actor con fecha 23 de marzo de 2010, por lo que deberá pagarle la suma de $ 15.000.000 por concepto de daño moral, con los reajustes e intereses previstos en el artículo 63 del

204

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

205

Código del Trabajo, rechazando en lo demás la demanda y sin condenar en costas a la demandada por no haber sido totalmente vencida. En contra de dicha sentencia, el abogado Alonso García Echegoyen dedujo recurso de nulidad en representación de la parte demandada, invocando las causales contempladas en el artículo 477 y en el artículo 478 letra b) ambos del Código del Trabajo, las que interpone una en subsidio de la otra. Pide que conociendo del recurso por las causales que invoca anule la sentencia definitiva en todas sus partes, o en subsidio de lo anterior, dicte la de reemplazo, con costas. Se procedió a la vista del recurso con fecha 30 de agosto pasado. CONSIDERANDO: PRIMERO: Que la primera causal en que se funda el recurso es la del artículo 477 del Código del Trabajo, en cuanto la sentencia habría sido dictada con infracción de ley que ha influido en lo dispositivo del fallo. El recurrente sostiene que se ha infringido el artículo 160 del Código de Procedimiento Civil, por aplicación del artículo 432 del Código del Trabajo, norma supletoria que obliga al sentenciador a fallar conforme al mérito del proceso y hace consistir el vicio en que la sentencia da por sentado ciertos hechos que no tienen ningún sustento probatorio y respecto de los cuales no consta su efectividad en el proceso. Desarrollando su afirmación, señala que en el considerando quinto, letra d) de la sentencia el juez da por establecido que la causa basal del accidente es la descoordinación entre el rigger y el operador de grúa a cargo del descenso del “capacho”, pues el primero no habría logrado escuchar la petición de corte del descenso, lo que atribuye de manera exclusiva a la radio que estos trabajadores operaban, cuestión que es de responsabilidad de la empresa, porque es la que se beneficia del mismo. Agrega que todo ello, no obstante que del mérito de la prueba rendida aparece que las radios se encontraban en perfecto estado y operativas al momento de ocurrir el accidente, como lo señalaría la sentencia en otro acápite del mismo considerando (letra c). Otro aspecto que reclama es la cuantía en que se fijó el daño moral, sosteniendo que en la secuela del juicio no se rindió prueba de ninguna naturaleza sobre el monto demandado. SEGUNDO: Que, los hechos alegados no configuran la causal invocada, toda vez que como se aprecia de las argumentaciones anteriores, lo que el recurrente pretende es que se modifiquen hechos establecidos en la sentencia, como es la causa basal del accidente o la avaluación del daño moral sufrido por el actor, lo que no es posible realizar por esta vía, atendido que al acoger la causal de “infracción de ley” los hechos fijados por el sentenciador se mantienen inamovibles y lo único que se corrige es la interpretación o aplicación errónea del derecho. En tales condiciones, la causal invocada no podrá prosperar. TERCERO: Que, en subsidio de lo anterior, el recurrente plantea la causal del artículo 48 letra b) del Código del Trabajo, esto es, cuando la sentencia ha sido pronunciada con infracción manifiesta de las normas de la sana crítica, la que a su juicio se habría configurado al contradecir la sentencia los principios de la lógica y las máximas de la experiencia en la forma que explica. Funda la primera de estas afirmaciones, en que si bien por una parte la sentencia establece que la causa basal del accidente se produjo por una descoordinación entre el rigger y el gruero, motivada por el mal estado de las radios, afirma, por otro lado, que no se acreditó el estado en que se encontraban las radios y que el demandado ha faltado a la mantención de las mismas. De lo anterior, desprende que se produce una vulneración del principio lógico de “no contradicción”. En cuanto a las máximas de la experiencia, sostiene el recurrente que resulta inverosímil que la sentencia atribuya a un desperfecto mecánico la causa del accidente, en circunstancias que se habría probado que la operación con radios se realizaba varias veces en el día y que incluso se siguió usando estos implementos después del accidente, sin que presentaran falla alguna, lo que llevaría a pensar de acuerdo a la experiencia que más probable es que hubiera existido una falla humana. CUARTO: Que examinada la sentencia, es posible establecer, en primer lugar, que el sentido en que ha razonado el juez a quo es distinto al que pretende darle el recurrente, siendo evidente para esta Corte que en éste no existe contradicción. En efecto, en el motivo quinto, letra d), luego de extractar las declaraciones de los testigos presentados por la propia demandada, el sentenciador señala “Que de lo citado de manera precedente, en es-

Código del Trabajo, rechazando en lo demás la demanda y sin condenar en costas a la demandada por no haber sido totalmente vencida. En contra de dicha sentencia, el abogado Alonso García Echegoyen dedujo recurso de nulidad en representación de la parte demandada, invocando las causales contempladas en el artículo 477 y en el artículo 478 letra b) ambos del Código del Trabajo, las que interpone una en subsidio de la otra. Pide que conociendo del recurso por las causales que invoca anule la sentencia definitiva en todas sus partes, o en subsidio de lo anterior, dicte la de reemplazo, con costas. Se procedió a la vista del recurso con fecha 30 de agosto pasado. CONSIDERANDO: PRIMERO: Que la primera causal en que se funda el recurso es la del artículo 477 del Código del Trabajo, en cuanto la sentencia habría sido dictada con infracción de ley que ha influido en lo dispositivo del fallo. El recurrente sostiene que se ha infringido el artículo 160 del Código de Procedimiento Civil, por aplicación del artículo 432 del Código del Trabajo, norma supletoria que obliga al sentenciador a fallar conforme al mérito del proceso y hace consistir el vicio en que la sentencia da por sentado ciertos hechos que no tienen ningún sustento probatorio y respecto de los cuales no consta su efectividad en el proceso. Desarrollando su afirmación, señala que en el considerando quinto, letra d) de la sentencia el juez da por establecido que la causa basal del accidente es la descoordinación entre el rigger y el operador de grúa a cargo del descenso del “capacho”, pues el primero no habría logrado escuchar la petición de corte del descenso, lo que atribuye de manera exclusiva a la radio que estos trabajadores operaban, cuestión que es de responsabilidad de la empresa, porque es la que se beneficia del mismo. Agrega que todo ello, no obstante que del mérito de la prueba rendida aparece que las radios se encontraban en perfecto estado y operativas al momento de ocurrir el accidente, como lo señalaría la sentencia en otro acápite del mismo considerando (letra c). Otro aspecto que reclama es la cuantía en que se fijó el daño moral, sosteniendo que en la secuela del juicio no se rindió prueba de ninguna naturaleza sobre el monto demandado. SEGUNDO: Que, los hechos alegados no configuran la causal invocada, toda vez que como se aprecia de las argumentaciones anteriores, lo que el recurrente pretende es que se modifiquen hechos establecidos en la sentencia, como es la causa basal del accidente o la avaluación del daño moral sufrido por el actor, lo que no es posible realizar por esta vía, atendido que al acoger la causal de “infracción de ley” los hechos fijados por el sentenciador se mantienen inamovibles y lo único que se corrige es la interpretación o aplicación errónea del derecho. En tales condiciones, la causal invocada no podrá prosperar. TERCERO: Que, en subsidio de lo anterior, el recurrente plantea la causal del artículo 48 letra b) del Código del Trabajo, esto es, cuando la sentencia ha sido pronunciada con infracción manifiesta de las normas de la sana crítica, la que a su juicio se habría configurado al contradecir la sentencia los principios de la lógica y las máximas de la experiencia en la forma que explica. Funda la primera de estas afirmaciones, en que si bien por una parte la sentencia establece que la causa basal del accidente se produjo por una descoordinación entre el rigger y el gruero, motivada por el mal estado de las radios, afirma, por otro lado, que no se acreditó el estado en que se encontraban las radios y que el demandado ha faltado a la mantención de las mismas. De lo anterior, desprende que se produce una vulneración del principio lógico de “no contradicción”. En cuanto a las máximas de la experiencia, sostiene el recurrente que resulta inverosímil que la sentencia atribuya a un desperfecto mecánico la causa del accidente, en circunstancias que se habría probado que la operación con radios se realizaba varias veces en el día y que incluso se siguió usando estos implementos después del accidente, sin que presentaran falla alguna, lo que llevaría a pensar de acuerdo a la experiencia que más probable es que hubiera existido una falla humana. CUARTO: Que examinada la sentencia, es posible establecer, en primer lugar, que el sentido en que ha razonado el juez a quo es distinto al que pretende darle el recurrente, siendo evidente para esta Corte que en éste no existe contradicción. En efecto, en el motivo quinto, letra d), luego de extractar las declaraciones de los testigos presentados por la propia demandada, el sentenciador señala “Que de lo citado de manera precedente, en esACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

205

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

pecial, del mérito de las declaraciones de los testigos presentados por la demandada, se puede afirmar que la causa basal del accidente se debe de manera exclusiva a la descoordinación entre el rigger y el operador de grúa de descenso del capacho, pues el primero no logró escuchar la petición de corte de descenso dada por el trabajador Volodia Machant, ni el rigger a su vez pudo advertir al operador del capacho que lo detuviera; al analizar ambas declaraciones las mismas resultan coincidentes en el hecho que el problema de coordinación y comunicación no adecuada se ha debido de manera exclusiva a la radio que tales dependientes operaban, hecho específico que en este caso (no) es atribuible al trabajador que manipula tal artefacto, sino a quien se beneficia con el mismo, esto es, la empresa demandada”. Agrega luego la sentencia, “En efecto, si bien la demandada con los documentos citados, ha acreditado la entrega de material de trabajo, de reglamento interno de higiene y seguridad, de charlas de seguridad al inicio del ingreso a la empresa, no es menos cierto que no ha logrado establecer ni acreditar que los implementos entregados y utilizados para el desarrollo de la faena y las labores diarias, también se encontraban en buen estado, asegurando su uso la vida e integridad de los dependientes bajo su cargo; en esta caso no se ha logrado establecer el estado de las radios que se utilizaban al interior de la faena que desarrollaba el actor”. Lo que ha querido decir el sentenciador, al señalar que no se ha logrado establecer el estado en que las radios se encontraban, es que siendo de cargo del demandado acreditar la diligencia y cuidados empleados para asegurar efectivamente la vida e integridad de sus trabajadores, el hecho que no haya probado que las radios se encontraban en óptimas condiciones, permite presumir que la descoordinación en la comunicación tuvo su causa precisamente en que éstas presentaban algún defecto. Así lo corrobora el razonamiento de la letra e) del considerando quinto citado cuando indica “…no ha bastado tan sólo la entrega de ropa de trabajo, copia de reglamento interno y charlas de seguridad para que la demandada justifique la referida protección aludida en el artículo 184 del cuerpo legal citado, sino además esta obligación incluye la disponibilidad de los elementos de trabajo para la ejecución de la faena y la mantención de los mismos, esto es, que se encuentren en óptimas condiciones para el desarrollo de la labor diaria, máxime si estamos hablando de la comunicación que por la vía de la radio se realiza a considerables metros de distancia entre el rigger y el operador de grúa…en tal sentido, aquella omisión respecto de la acreditación nos conduce a concluir que el responsable del accidente sufrido por el trabajador demandante es la empresa demandada”. QUINTO: Que, en consecuencia, en el contexto ya señalado, los razonamientos del juez apuntan claramente a atribuir responsabilidad a la empresa demandada en tanto cuanto no logró acreditar que las radios se encontraban en buenas condiciones, cuestión que le correspondía, ya que tratándose de una responsabilidad contractual como la de la especie, la culpa se presume (artículo 1547 del Código Civil) y es el deudor quien debe probar la diligencia empleada. Así las cosas, no resulta contradictorio que establezca la causa basal del accidente en la descoordinación basada en el mal estado de la radio y, al mismo tiempo diga, que la demandada no probó en qué estado se encontraban. Lo que está remarcando no es otra cosa que la conclusión a que ha llegado al apreciar la prueba conforme a las normas de la sana crítica. SEXTO: Que tampoco se aprecia vulneración de las máximas de la experiencia, al establecer que la falla estaba en el artefacto y no en un error humano, ya que en esta parte no hace sino ponderar las declaraciones de los testigos presentados por la propia demandada y la no exhibición del informe del Comité Paritario evacuado al efecto. Por otra parte, no consta en el proceso que las radios hubieran operado en buen estado antes y después del accidente como señala el demandado. Por lo reflexionado, esta causal de nulidad subsidiaria también habrá de ser desestimada, ya que del examen de la sentencia no emanan las contradicciones que el recurrente pretende, máxime si ésta se evalúa en su conjunto, lo que permite apreciar que estamos en presencia de una sentencia que razona en forma coherente y justifica sus afirmaciones, sobre la base de la prueba rendida en el proceso, aplicando correctamente las reglas de la sana crítica. SÉPTIMO: Que, a mayor abundamiento, los defectos formales en el modo de plantear el recurso impedirían acoger el recurso, aún cuando se hubiere considerado que concurría alguna de las causales invocadas. En efecto, el recurso de nulidad es de derecho estricto, lo que significa que procede sólo por las causales que la ley establece y en la forma y términos que ésta señala. Así, no podría hacerse lugar al

206

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

pecial, del mérito de las declaraciones de los testigos presentados por la demandada, se puede afirmar que la causa basal del accidente se debe de manera exclusiva a la descoordinación entre el rigger y el operador de grúa de descenso del capacho, pues el primero no logró escuchar la petición de corte de descenso dada por el trabajador Volodia Machant, ni el rigger a su vez pudo advertir al operador del capacho que lo detuviera; al analizar ambas declaraciones las mismas resultan coincidentes en el hecho que el problema de coordinación y comunicación no adecuada se ha debido de manera exclusiva a la radio que tales dependientes operaban, hecho específico que en este caso (no) es atribuible al trabajador que manipula tal artefacto, sino a quien se beneficia con el mismo, esto es, la empresa demandada”. Agrega luego la sentencia, “En efecto, si bien la demandada con los documentos citados, ha acreditado la entrega de material de trabajo, de reglamento interno de higiene y seguridad, de charlas de seguridad al inicio del ingreso a la empresa, no es menos cierto que no ha logrado establecer ni acreditar que los implementos entregados y utilizados para el desarrollo de la faena y las labores diarias, también se encontraban en buen estado, asegurando su uso la vida e integridad de los dependientes bajo su cargo; en esta caso no se ha logrado establecer el estado de las radios que se utilizaban al interior de la faena que desarrollaba el actor”. Lo que ha querido decir el sentenciador, al señalar que no se ha logrado establecer el estado en que las radios se encontraban, es que siendo de cargo del demandado acreditar la diligencia y cuidados empleados para asegurar efectivamente la vida e integridad de sus trabajadores, el hecho que no haya probado que las radios se encontraban en óptimas condiciones, permite presumir que la descoordinación en la comunicación tuvo su causa precisamente en que éstas presentaban algún defecto. Así lo corrobora el razonamiento de la letra e) del considerando quinto citado cuando indica “…no ha bastado tan sólo la entrega de ropa de trabajo, copia de reglamento interno y charlas de seguridad para que la demandada justifique la referida protección aludida en el artículo 184 del cuerpo legal citado, sino además esta obligación incluye la disponibilidad de los elementos de trabajo para la ejecución de la faena y la mantención de los mismos, esto es, que se encuentren en óptimas condiciones para el desarrollo de la labor diaria, máxime si estamos hablando de la comunicación que por la vía de la radio se realiza a considerables metros de distancia entre el rigger y el operador de grúa…en tal sentido, aquella omisión respecto de la acreditación nos conduce a concluir que el responsable del accidente sufrido por el trabajador demandante es la empresa demandada”. QUINTO: Que, en consecuencia, en el contexto ya señalado, los razonamientos del juez apuntan claramente a atribuir responsabilidad a la empresa demandada en tanto cuanto no logró acreditar que las radios se encontraban en buenas condiciones, cuestión que le correspondía, ya que tratándose de una responsabilidad contractual como la de la especie, la culpa se presume (artículo 1547 del Código Civil) y es el deudor quien debe probar la diligencia empleada. Así las cosas, no resulta contradictorio que establezca la causa basal del accidente en la descoordinación basada en el mal estado de la radio y, al mismo tiempo diga, que la demandada no probó en qué estado se encontraban. Lo que está remarcando no es otra cosa que la conclusión a que ha llegado al apreciar la prueba conforme a las normas de la sana crítica. SEXTO: Que tampoco se aprecia vulneración de las máximas de la experiencia, al establecer que la falla estaba en el artefacto y no en un error humano, ya que en esta parte no hace sino ponderar las declaraciones de los testigos presentados por la propia demandada y la no exhibición del informe del Comité Paritario evacuado al efecto. Por otra parte, no consta en el proceso que las radios hubieran operado en buen estado antes y después del accidente como señala el demandado. Por lo reflexionado, esta causal de nulidad subsidiaria también habrá de ser desestimada, ya que del examen de la sentencia no emanan las contradicciones que el recurrente pretende, máxime si ésta se evalúa en su conjunto, lo que permite apreciar que estamos en presencia de una sentencia que razona en forma coherente y justifica sus afirmaciones, sobre la base de la prueba rendida en el proceso, aplicando correctamente las reglas de la sana crítica. SÉPTIMO: Que, a mayor abundamiento, los defectos formales en el modo de plantear el recurso impedirían acoger el recurso, aún cuando se hubiere considerado que concurría alguna de las causales invocadas. En efecto, el recurso de nulidad es de derecho estricto, lo que significa que procede sólo por las causales que la ley establece y en la forma y términos que ésta señala. Así, no podría hacerse lugar al

206

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

207

recurso de autos, desde que en su parte petitoria solicita, como ya se dijo, “tener por interpuesto recurso de nulidad…por las causales contempladas en los artículos 477 y 478 letra b) del Código del Trabajo, interpuestas de manera subsidiaria y concederlas…a fin de que dicho tribunal conociendo del recurso por las causales que se invoca anule la sentencia definitiva en todas sus partes, o para que, en subsidio de lo anterior, y de conformidad a los antecedentes expuestos, dicte la de reemplazo, con costas”. Es claro que el recurso no se sostiene, si lo que se pide es anular la sentencia, o en subsidio, dictar la sentencia de reemplazo, cuando las causales invocadas precisamente son de aquéllas que de ser acogidas suponen la invalidación del fallo y posterior dictación de la respectiva sentencia de reemplazo. Por estos fundamentos, disposiciones legales citadas y lo dispuesto en los artículos 478, 479 y 482 del Código del Trabajo, se rechaza el recurso de nulidad interpuesto en contra de la sentencia dictada por la juez del Primer Juzgado del Trabajo de Santiago, doña Alondra Valentina Castro Jiménez, con fecha diez de enero de dos mil once y, en consecuencia, se decide que ésta no es nula. Redactó la abogado integrante señora Muñoz. Regístrese y devuélvase la competencia. N° 165-2011. Pronunciada por la Octava Sala de esta Corte de Apelaciones de Santiago, presidida por la ministro Gloria Ana Chevesic Ruiz, e integrada, además, por la Fiscal Judicial Beatriz Pedrals García de Cortázar y la abogado integrante Andrea Muñoz Sánchez.

recurso de autos, desde que en su parte petitoria solicita, como ya se dijo, “tener por interpuesto recurso de nulidad…por las causales contempladas en los artículos 477 y 478 letra b) del Código del Trabajo, interpuestas de manera subsidiaria y concederlas…a fin de que dicho tribunal conociendo del recurso por las causales que se invoca anule la sentencia definitiva en todas sus partes, o para que, en subsidio de lo anterior, y de conformidad a los antecedentes expuestos, dicte la de reemplazo, con costas”. Es claro que el recurso no se sostiene, si lo que se pide es anular la sentencia, o en subsidio, dictar la sentencia de reemplazo, cuando las causales invocadas precisamente son de aquéllas que de ser acogidas suponen la invalidación del fallo y posterior dictación de la respectiva sentencia de reemplazo. Por estos fundamentos, disposiciones legales citadas y lo dispuesto en los artículos 478, 479 y 482 del Código del Trabajo, se rechaza el recurso de nulidad interpuesto en contra de la sentencia dictada por la juez del Primer Juzgado del Trabajo de Santiago, doña Alondra Valentina Castro Jiménez, con fecha diez de enero de dos mil once y, en consecuencia, se decide que ésta no es nula. Redactó la abogado integrante señora Muñoz. Regístrese y devuélvase la competencia. N° 165-2011. Pronunciada por la Octava Sala de esta Corte de Apelaciones de Santiago, presidida por la ministro Gloria Ana Chevesic Ruiz, e integrada, además, por la Fiscal Judicial Beatriz Pedrals García de Cortázar y la abogado integrante Andrea Muñoz Sánchez. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

207

RETIRO

208

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Santiago, cinco de agosto de dos mil diez. VISTOS: En estos autos, Rol Nº 1110-07-, del Octavo Juzgado de Letras de Santiago, caratulados “Ortega Flores Luis con Servicios Geoservice Limitada”, juicio ordinario de indemnización por accidente del trabajo, el tribunal de primera instancia por sentencia de dieciséis de diciembre de dos mil ocho, que se lee a fojas 285 y siguientes, desestimó las excepciones opuestas de incompetencia y falta de legitimación pasiva; y, en cuanto al fondo, rechazó en su integridad, la demanda interpuesta en lo principal de fojas 7, sin costas. Se alzó la demandante y recurrió de casación en la forma, éste último fue declarado desierto por la Corte de Apelaciones de Santiago, por resolución de cinco de febrero del año dos mil nueve, según se lee a fojas 364. En cuanto al recurso de apelación, en fallo de veinticuatro de noviembre del año dos mil nueve, escrito a fojas 371, lo confirmó, sin modificaciones. En contra de esta última resolución, la demandante dedujo recursos de casación en la forma y en el fondo. Se trajeron los autos en relación. CONSIDERANDO: PRIMERO: Que en el ejercicio de la facultad contemplada en el artículo 775 del Código de Procedimiento Civil, aplicable en la especie, de conformidad a lo dispuesto en el artículo 463 del Código del Trabajo, esta Corte estima del caso examinar si el fallo en estudio se encuentra extendido legalmente. SEGUNDO: Que, en materia laboral, la sentencia definitiva debe reunir los requisitos señalados en el artículo 458 del Código del Trabajo, en especial, las exigencias contempladas en los numerales 4º y 5º, es decir, “el análisis de toda la prueba rendida quote y” las consideraciones de hecho y de derecho que sirvan de fundamento al fallo”. TERCERO: Que las exigencias legales reseñadas en el número anterior, impone a los jueces del grado la obligación de ponderar toda la prueba rendida y apreciarla de acuerdo al sistema de la sana crítica, esto es, conforme a las normas de la lógica y las máximas de la experiencia y si bien son soberanos en cuanto determinan los hechos asentados conforme a ella, no es procedente que en tal análisis prescindan de los elementos de convicción que están llamados a valorar o efectúen un análisis parcial o aislado de éstos. CUARTO: Que, en el caso en estudio, el actor interpuso la acción de indemnización de perjuicios con motivo del accidente que le afectó, mientras prestaba sus servicios, y, dado los términos en que se posicionaron jurídicamente los demandados, la controversia –según se establece en el motivo cuarto de la sentencia de primer grado, hecho suyo por la de segunda– se centró en determinar la responsabilidad que le cabe al trabajador, su cometido especifico y el cumplimiento de parte del empleador de sus deberes en esta materia. QUINTO: Que en relación a lo anteriormente expuesto, correspondía que la sentencia analizara y ponderara la prueba rendida por ambas partes, la que consistió en documental, testimonial y confesional. En el caso de la primera, sólo se valió de algunos de los antecedentes allegados al proceso, los que valoró parcialmente, como es el Informe del accidente realizado por la Asociación Chilena de Seguridad, omitiendo entre otros, como el del Comité Paritario de la empresa demandada, el Dictamen de la Superintendencia de Seguridad Social y las piezas del proceso de la Fiscalía de Rancagua en contra de los señores Guerrero y Barrera, por el cuasidelito de lesiones graves en perjuicio del actor, su formalización y su término, por la Suspensión Condicional del Procedimiento. Tampoco consta el análisis conjunto de tales elementos de prueba ni menos comparados con aquéllos que allegó la contraria. SEXTO: Que, asimismo, la falta de análisis de toda la prueba rendida condujo, a que la sentencia carezca de todas las consideraciones de hecho y de derecho que deben servirle de necesario sustento,

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol Nº 994-2010 Cita online: CL/JUR/4688/2010

I. CORTE SUPREMA

I. CORTE SUPREMA

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol Nº 994-2010 Cita online: CL/JUR/4688/2010

Santiago, cinco de agosto de dos mil diez. VISTOS: En estos autos, Rol Nº 1110-07-, del Octavo Juzgado de Letras de Santiago, caratulados “Ortega Flores Luis con Servicios Geoservice Limitada”, juicio ordinario de indemnización por accidente del trabajo, el tribunal de primera instancia por sentencia de dieciséis de diciembre de dos mil ocho, que se lee a fojas 285 y siguientes, desestimó las excepciones opuestas de incompetencia y falta de legitimación pasiva; y, en cuanto al fondo, rechazó en su integridad, la demanda interpuesta en lo principal de fojas 7, sin costas. Se alzó la demandante y recurrió de casación en la forma, éste último fue declarado desierto por la Corte de Apelaciones de Santiago, por resolución de cinco de febrero del año dos mil nueve, según se lee a fojas 364. En cuanto al recurso de apelación, en fallo de veinticuatro de noviembre del año dos mil nueve, escrito a fojas 371, lo confirmó, sin modificaciones. En contra de esta última resolución, la demandante dedujo recursos de casación en la forma y en el fondo. Se trajeron los autos en relación. CONSIDERANDO: PRIMERO: Que en el ejercicio de la facultad contemplada en el artículo 775 del Código de Procedimiento Civil, aplicable en la especie, de conformidad a lo dispuesto en el artículo 463 del Código del Trabajo, esta Corte estima del caso examinar si el fallo en estudio se encuentra extendido legalmente. SEGUNDO: Que, en materia laboral, la sentencia definitiva debe reunir los requisitos señalados en el artículo 458 del Código del Trabajo, en especial, las exigencias contempladas en los numerales 4º y 5º, es decir, “el análisis de toda la prueba rendida quote y” las consideraciones de hecho y de derecho que sirvan de fundamento al fallo”. TERCERO: Que las exigencias legales reseñadas en el número anterior, impone a los jueces del grado la obligación de ponderar toda la prueba rendida y apreciarla de acuerdo al sistema de la sana crítica, esto es, conforme a las normas de la lógica y las máximas de la experiencia y si bien son soberanos en cuanto determinan los hechos asentados conforme a ella, no es procedente que en tal análisis prescindan de los elementos de convicción que están llamados a valorar o efectúen un análisis parcial o aislado de éstos. CUARTO: Que, en el caso en estudio, el actor interpuso la acción de indemnización de perjuicios con motivo del accidente que le afectó, mientras prestaba sus servicios, y, dado los términos en que se posicionaron jurídicamente los demandados, la controversia –según se establece en el motivo cuarto de la sentencia de primer grado, hecho suyo por la de segunda– se centró en determinar la responsabilidad que le cabe al trabajador, su cometido especifico y el cumplimiento de parte del empleador de sus deberes en esta materia. QUINTO: Que en relación a lo anteriormente expuesto, correspondía que la sentencia analizara y ponderara la prueba rendida por ambas partes, la que consistió en documental, testimonial y confesional. En el caso de la primera, sólo se valió de algunos de los antecedentes allegados al proceso, los que valoró parcialmente, como es el Informe del accidente realizado por la Asociación Chilena de Seguridad, omitiendo entre otros, como el del Comité Paritario de la empresa demandada, el Dictamen de la Superintendencia de Seguridad Social y las piezas del proceso de la Fiscalía de Rancagua en contra de los señores Guerrero y Barrera, por el cuasidelito de lesiones graves en perjuicio del actor, su formalización y su término, por la Suspensión Condicional del Procedimiento. Tampoco consta el análisis conjunto de tales elementos de prueba ni menos comparados con aquéllos que allegó la contraria. SEXTO: Que, asimismo, la falta de análisis de toda la prueba rendida condujo, a que la sentencia carezca de todas las consideraciones de hecho y de derecho que deben servirle de necesario sustento,

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

208

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

209

omisión que no se subsana, porque en el motivo decimotercero del fallo de primer grado, reproducido por el de segunda se haya expresado que la confesional de Cristina Echeverría como la testimonial de la demandante así como la documental no apreciada y por referirse a materias distintas a las examinadas. SÉPTIMO: Que si la sentencia hubiese analizado todos los elementos probatorios allegados al proceso la conclusión debió ser distinta, esto es, que la demandada Servicios Geoservice Limitada, incumplió las obligaciones que le impone el artículo 184 del Código del Trabajo, ya que no adoptó todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud del trabajador, tal omisión permitió que otros dependientes de su empresa provocaran el accidente que causó al demandante lesiones y, consecuentemente, la pérdida de uno de sus miembros inferiores y respecto de las que debe responder. OCTAVO: Que, por consiguiente, la sentencia de que se trata adolece del vicio descrito en el motivo segundo que precede, es decir, omitió analizar toda la prueba rendida por las partes y expresar las consideraciones de hecho y de derecho que debieron servirle de necesario sustento. NOVENO: Que, por lo razonado, cabe concluir que en el pronunciamiento del fallo no se han cumplido los requisitos de los numerales 4° y 5º del artículo 458 del Código del Ramo, en relación con el 4º del artículo 170 y 768 N° 5 del Código de Procedimiento Civil, vicios que influyeron sustancialmente en lo resolutivo de la sentencia atacada, desde que condujeron a rechazar las pretensiones del actor, que a la luz de lo expresado precedentemente, eran procedentes. DÉCIMO: Que el tribunal hará uso de la facultad que le confiere el artículo 775 del Código de Enjuiciamiento Civil, procederá a anular la sentencia atacada, no habiéndose oído sobre este punto a los abogados de las partes que concurrieron a estrados porque el vicio sólo fue detectado en el estado de acuerdo. Por estos fundamentos, y de conformidad, además, con lo dispuesto en los artículos 764, 765 y 775 del Código de Procedimiento Civil, se declara que se invalida de oficio la sentencia de veinticuatro de noviembre del año dos mil nueve, escrita a fojas 371, y se reemplaza por la que se dicta a continuación y en forma separada, sin nueva vista. Ténganse por no interpuestos los recursos de casación en la forma y en el fondo deducidos por la demandante en lo principal y primer otrosí de fojas 372. Redacción a cargo del Ministro señor Urbano Marín Vallejo. Regístrese. Nº 994-10 Pronunciada por la Cuarta Sala de la Corte Suprema integrada por los Ministros señores Urbano Marín V., Patricio Valdés A., señoras Gabriela Pérez P., Rosa María Maggi D. y el Abogado Integrante señor Patricio Figueroa S. No firma el Ministro señor Marín, no obstante haber concurrido a la vista y al acuerdo de la causa, por estar con feriado legal. Santiago, 05 de agosto de 2010. Autoriza la Secretaria de la Corte Suprema, señora Rosa María Pinto Egusquiza. En Santiago, a cinco de agosto de dos mil diez, notifiqué en Secretaría por el Estado Diario la resolución precedente.

omisión que no se subsana, porque en el motivo decimotercero del fallo de primer grado, reproducido por el de segunda se haya expresado que la confesional de Cristina Echeverría como la testimonial de la demandante así como la documental no apreciada y por referirse a materias distintas a las examinadas. SÉPTIMO: Que si la sentencia hubiese analizado todos los elementos probatorios allegados al proceso la conclusión debió ser distinta, esto es, que la demandada Servicios Geoservice Limitada, incumplió las obligaciones que le impone el artículo 184 del Código del Trabajo, ya que no adoptó todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud del trabajador, tal omisión permitió que otros dependientes de su empresa provocaran el accidente que causó al demandante lesiones y, consecuentemente, la pérdida de uno de sus miembros inferiores y respecto de las que debe responder. OCTAVO: Que, por consiguiente, la sentencia de que se trata adolece del vicio descrito en el motivo segundo que precede, es decir, omitió analizar toda la prueba rendida por las partes y expresar las consideraciones de hecho y de derecho que debieron servirle de necesario sustento. NOVENO: Que, por lo razonado, cabe concluir que en el pronunciamiento del fallo no se han cumplido los requisitos de los numerales 4° y 5º del artículo 458 del Código del Ramo, en relación con el 4º del artículo 170 y 768 N° 5 del Código de Procedimiento Civil, vicios que influyeron sustancialmente en lo resolutivo de la sentencia atacada, desde que condujeron a rechazar las pretensiones del actor, que a la luz de lo expresado precedentemente, eran procedentes. DÉCIMO: Que el tribunal hará uso de la facultad que le confiere el artículo 775 del Código de Enjuiciamiento Civil, procederá a anular la sentencia atacada, no habiéndose oído sobre este punto a los abogados de las partes que concurrieron a estrados porque el vicio sólo fue detectado en el estado de acuerdo. Por estos fundamentos, y de conformidad, además, con lo dispuesto en los artículos 764, 765 y 775 del Código de Procedimiento Civil, se declara que se invalida de oficio la sentencia de veinticuatro de noviembre del año dos mil nueve, escrita a fojas 371, y se reemplaza por la que se dicta a continuación y en forma separada, sin nueva vista. Ténganse por no interpuestos los recursos de casación en la forma y en el fondo deducidos por la demandante en lo principal y primer otrosí de fojas 372. Redacción a cargo del Ministro señor Urbano Marín Vallejo. Regístrese. Nº 994-10 Pronunciada por la Cuarta Sala de la Corte Suprema integrada por los Ministros señores Urbano Marín V., Patricio Valdés A., señoras Gabriela Pérez P., Rosa María Maggi D. y el Abogado Integrante señor Patricio Figueroa S. No firma el Ministro señor Marín, no obstante haber concurrido a la vista y al acuerdo de la causa, por estar con feriado legal. Santiago, 05 de agosto de 2010. Autoriza la Secretaria de la Corte Suprema, señora Rosa María Pinto Egusquiza. En Santiago, a cinco de agosto de dos mil diez, notifiqué en Secretaría por el Estado Diario la resolución precedente. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

209

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Santiago, veintiocho de diciembre de dos mil diez. VISTOS, OÍDOS Y CONSIDERANDO: PRIMERO: Son partes de este juicio, como demandante y ex trabajador, don Fernando Iván Cáceres Antúnez, chofer de camión, domiciliado para estos efectos en calle Huérfanos N°835, oficina 1601, Comuna de Santiago, quien pretende el pago de indemnizaciones por accidente del trabajo, con costas. Como demandadas, Sociedad de Inversiones Cerro Dominador Ltda. e Ingeniería en Transporte a Granel Limitada, empresas de su giro, representadas judicialmente por doña Leyla Hirmas Bormann, abogado, domiciliada en calle Miraflores N° 178, piso 15, comuna de Santiago, quien solicita el rechazo de la demanda, con costas. SEGUNDO: La demanda se funda en una relación laboral que comenzó el día 14 de octubre de 2005 con Sociedad de Inversiones Cerro Dominador Limitada, continuando luego con Ingeniería en Transporte a Granel Limitada, desempeñándose el actor como chofer de camión operador de silo, y percibiendo una última remuneración de $ 350.000. Agrega que el 26 de julio de 2007 debió ir a dejar material hasta una empresa, oportunidad en que mientras ingresaba a la obra a dejar material sintió un ruido en el camión, indicándole un trabajador que se incrustó una piedra en el eje trasero del mismo, se estaciona y se percata de ello, por lo que trata de sacarla con sus manos, ya que ese camión no contaba con herramientas ni existía procedimiento al efecto, para lo cual se consiguió un martillo de grandes dimensiones con el que se golpeó en el dorso de la mano derecha, y a pesar que avisó inmediatamente a sus superiores, le señalaron que concurriera a las dependencias de la empresa al día siguiente, asistiendo al Hospital del Trabajador de la Asociación Chilena de Seguridad por sus propios medios al lunes siguiente y dada su insistencia ante el empleador. Añade que fue enyesado por aproximadamente 4 meses, luego de lo cual comenzó un procedimiento de rehabilitación que ha comprendido cinco operaciones, dentro del cual el 15 de septiembre del año 2009 se determinó un 20% de incapacidad, siendo finalmente despedido el 19 de octubre siguiente ya que la empresa se negó a recibirlo una vez dado de alta. Su lesión consistió en la fractura base V metacarpiano derecho, con compromiso articular, artroplastía de interposición y artrodesis base 40 y 50 metarcarpiano de la mano derecha, por lo que sufre de dolores permanentes y crónicos y no puede efectuar ningún tipo de actividad que requiera fuerza o precisión con esa mano, incluyendo sus labores de chofer. Por lo mismo, dados sus 43 años de edad y su rol de proveedor de su familia, integrada por su pareja y dos hijos, ha presentado un perjuicio de sufrimiento, y ya que padece de angustia y depresión que ha sido traspasada a su grupo familiar, también ha sufrido un perjuicio de agrado. Efectúa la cita del artículo 184 del Código del Trabajo que establece la obligación de seguridad en el trabajo, imponiendo que la prevención sea eficaz, por lo que el empleador debe responder en este punto de culpa levísima. A pesar de dicha obligación la demandada no tomó las medidas eficaces de protección, ya que no efectuó mantenciones y reparaciones en el camión, no otorgó capacitación ni un procedimiento para este tipo de situaciones. Agrega como normas aplicables los artículos 3º y 37 del D.S. N° 594, artículo 24 N°s. 1 y 2 del D.S. N° 54, de 1969, Reglamento de Comités Paritarios de Higiene y Seguridad, artículos 8º, 14 y 21 del D.S. N° 40, de 1969. Invoca, asimismo, las normas de los artículos 4 y 507 del Código del Trabajo, alegando el solo cambio de Rut de su empleador. Finaliza solicitando se condene a las demandadas, en forma solidaria, al pago de una indemnización por lucro cesante por los emolumentos que dejará de percibir con ocasión del accidente proyectada por su vida laboral entre esa fecha y el día que cumpla 65 años de edad, por un monto de $ 18.480.000 (dieciocho millones cuatrocientos ochenta mil pesos), y por daño moral en razón de las aflicciones citadas, por un total de $ 60.000.000 (sesenta millones de pesos); ello con reajustes e

210

I. SENTENCIA DE JUZGADO DE LETRAS DEL TRABAJO

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol Nº 105-2011 Cita online: CL/JUR/16563/2010

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol Nº 105-2011 Cita online: CL/JUR/16563/2010

I. SENTENCIA DE JUZGADO DE LETRAS DEL TRABAJO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Santiago, veintiocho de diciembre de dos mil diez. VISTOS, OÍDOS Y CONSIDERANDO: PRIMERO: Son partes de este juicio, como demandante y ex trabajador, don Fernando Iván Cáceres Antúnez, chofer de camión, domiciliado para estos efectos en calle Huérfanos N°835, oficina 1601, Comuna de Santiago, quien pretende el pago de indemnizaciones por accidente del trabajo, con costas. Como demandadas, Sociedad de Inversiones Cerro Dominador Ltda. e Ingeniería en Transporte a Granel Limitada, empresas de su giro, representadas judicialmente por doña Leyla Hirmas Bormann, abogado, domiciliada en calle Miraflores N° 178, piso 15, comuna de Santiago, quien solicita el rechazo de la demanda, con costas. SEGUNDO: La demanda se funda en una relación laboral que comenzó el día 14 de octubre de 2005 con Sociedad de Inversiones Cerro Dominador Limitada, continuando luego con Ingeniería en Transporte a Granel Limitada, desempeñándose el actor como chofer de camión operador de silo, y percibiendo una última remuneración de $ 350.000. Agrega que el 26 de julio de 2007 debió ir a dejar material hasta una empresa, oportunidad en que mientras ingresaba a la obra a dejar material sintió un ruido en el camión, indicándole un trabajador que se incrustó una piedra en el eje trasero del mismo, se estaciona y se percata de ello, por lo que trata de sacarla con sus manos, ya que ese camión no contaba con herramientas ni existía procedimiento al efecto, para lo cual se consiguió un martillo de grandes dimensiones con el que se golpeó en el dorso de la mano derecha, y a pesar que avisó inmediatamente a sus superiores, le señalaron que concurriera a las dependencias de la empresa al día siguiente, asistiendo al Hospital del Trabajador de la Asociación Chilena de Seguridad por sus propios medios al lunes siguiente y dada su insistencia ante el empleador. Añade que fue enyesado por aproximadamente 4 meses, luego de lo cual comenzó un procedimiento de rehabilitación que ha comprendido cinco operaciones, dentro del cual el 15 de septiembre del año 2009 se determinó un 20% de incapacidad, siendo finalmente despedido el 19 de octubre siguiente ya que la empresa se negó a recibirlo una vez dado de alta. Su lesión consistió en la fractura base V metacarpiano derecho, con compromiso articular, artroplastía de interposición y artrodesis base 40 y 50 metarcarpiano de la mano derecha, por lo que sufre de dolores permanentes y crónicos y no puede efectuar ningún tipo de actividad que requiera fuerza o precisión con esa mano, incluyendo sus labores de chofer. Por lo mismo, dados sus 43 años de edad y su rol de proveedor de su familia, integrada por su pareja y dos hijos, ha presentado un perjuicio de sufrimiento, y ya que padece de angustia y depresión que ha sido traspasada a su grupo familiar, también ha sufrido un perjuicio de agrado. Efectúa la cita del artículo 184 del Código del Trabajo que establece la obligación de seguridad en el trabajo, imponiendo que la prevención sea eficaz, por lo que el empleador debe responder en este punto de culpa levísima. A pesar de dicha obligación la demandada no tomó las medidas eficaces de protección, ya que no efectuó mantenciones y reparaciones en el camión, no otorgó capacitación ni un procedimiento para este tipo de situaciones. Agrega como normas aplicables los artículos 3º y 37 del D.S. N° 594, artículo 24 N°s. 1 y 2 del D.S. N° 54, de 1969, Reglamento de Comités Paritarios de Higiene y Seguridad, artículos 8º, 14 y 21 del D.S. N° 40, de 1969. Invoca, asimismo, las normas de los artículos 4 y 507 del Código del Trabajo, alegando el solo cambio de Rut de su empleador. Finaliza solicitando se condene a las demandadas, en forma solidaria, al pago de una indemnización por lucro cesante por los emolumentos que dejará de percibir con ocasión del accidente proyectada por su vida laboral entre esa fecha y el día que cumpla 65 años de edad, por un monto de $ 18.480.000 (dieciocho millones cuatrocientos ochenta mil pesos), y por daño moral en razón de las aflicciones citadas, por un total de $ 60.000.000 (sesenta millones de pesos); ello con reajustes e

210

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

211

intereses de los artículos 63 y 173 del Código del Trabajo desde la fecha de notificación de la demanda, con costas. TERCERO: La apoderado de las demandadas, al contestar, opone en primer lugar excepción de finiquito, por cuanto las partes suscribieron tal instrumento el 22 de octubre de 2009 ante Notario, cumpliendo con los requisitos del artículo 177 del Código del Trabajo, documento en que no se hizo reserva de derechos de ninguna naturaleza. Subsidiariamente opone excepción de incompetencia, fundada en el artículo 69 de la ley Nº 16.744, que confiere acción para demandar daño moral en sede civil, y en su defecto la excepción de prescripción ya que la relación laboral terminó con fecha 22 de octubre de 2009, alegando el plazo de seis meses contados desde la terminación de los servicios prescrito por el artículo 510 del Código del Trabajo, y el de dos años de inciso primero de la misma disposición. Contestando derechamente reconoce la existencia de la relación laboral, su fecha de inicio, remuneración, la efectividad del accidente y su fecha, controvirtiendo que la empresa no contara con herramientas en los camiones. Alega que en la situación en estudio el trabajador debía llamar a la empresa para recibir ayuda, a pesar de lo cual se expuso imprudentemente al peligro al decidir actuar por sí mismo, lastimándose la mano derecha con un martillo y agregando que no informó a su empleador del accidente, que ocurrió un día jueves concurriendo a la Mutual de Seguridad recién el día 30 de julio. Indica que desconoce el diagnóstico, tratamiento de rehabilitación y las operaciones indicadas en la demanda como la declaración de un 20% de incapacidad, añadiendo que el actor fue dado de alta el 30 de julio de 2009. Alega que sí otorgó medidas de seguridad y efectuó mantenciones y reparaciones al camión, ya que el hecho que se haya incrustado una piedra en el tren delantero es caso fortuito, siendo una irresponsabilidad pedir prestado un martillo y arreglar el problema con sus propios medios. Expone que no se verifican los requisitos de la responsabilidad extracontractual, que estima invocada en la demanda, ya que no existe dolo ni culpa de la empresa, que debe responder sólo de culpa leve, mientras que la relación de causalidad tampoco se aprecia ya que el dolo o la culpa deben ser los causantes directos e inmediatos del daño, siendo desproporcionados en este caso los perjuicios reclamados. Si, de contrario, se pretende configurar responsabilidad contractual, indica que el artículo 1546 del Código Civil impone la ejecución de buena fe de los contratos, norma cumplida por la empresa, en especial en cuanto a los artículos 184 y siguientes del Código del Trabajo y las normas de la ley Nº 16.744. Luego de alegar que el actor se expuso imprudentemente al peligro, solicita se rechace la demanda en todas sus partes, con costas. CUARTO: Con fecha nueve de noviembre del año en curso, se llevó a cabo la audiencia preparatoria, en la que se evacuó el traslado de las excepciones de incompetencia, de prescripción y de finiquito, desestimando el tribunal las dos primeras. En cuanto a la excepción de finiquito, la demandante reconoció la suscripción del mismo, discutiendo sus alcances en cuanto a su poder liberatorio respecto del accidente del trabajo e invocando el artículo 88 de la ley Nº 16.744, que establece la irrenunciabilidad de los derechos sobre la materia, debiendo contener el documento una mención específica sobre el accidente de marras, lo que no ocurre, por lo que procede rechazar la excepción. Luego de ello, se fijaron los hechos no controvertidos: 1) Existencia de relación laboral entre el demandante y la demandada entre el 14 de octubre del 2005 hasta el 22 de octubre del 2009; 2) Funciones desempeñadas por el demandante esto es chofer de camión; 3) Remuneración percibida por el actor; 4) Ocurrencia del accidente; 5) Fecha del mismo esto es 26 de julio del 2007; 6) Efectividad que las partes suscribieron un finiquito con fecha 22 de octubre del 2009, y 7) Efectividad que Ingeniería en Trasportes a Granel Ltda. es continuadora legal de Sociedad de Inversiones Cerro Dominador Ltda. Luego de ello se instó a las partes a arribar a una conciliación, proponiendo bases para ello, gestión que no tuvo resultados. En consecuencia, se determinó como hechos a probar, los siguientes: 1) Si la Empresa demandada tomó las medidas de seguridad para proteger eficazmente la vida y salud del trabajador o si por el contrario el trabajador se expuso negligentemente a trabajar en forma insegura en las funciones que realizaba al momento de producirse el accidente. Efectividad de existir un procedimiento aplicable a los conductores de camiones en caso de desperfectos que puedan sufrir mientras desarrollan sus funciones; 2) Consecuencias derivadas del accidente para el trabajador o daños sufridos por el mismo naturaleza y monto de los mismos; 3) Grado de incapacidad que presenta el trabajador como consecuencia del accidente sufrido el 26 de julio del 2007; 4) Contenido y alcance del finiquito en relación al accidente sufrido por el actor.

intereses de los artículos 63 y 173 del Código del Trabajo desde la fecha de notificación de la demanda, con costas. TERCERO: La apoderado de las demandadas, al contestar, opone en primer lugar excepción de finiquito, por cuanto las partes suscribieron tal instrumento el 22 de octubre de 2009 ante Notario, cumpliendo con los requisitos del artículo 177 del Código del Trabajo, documento en que no se hizo reserva de derechos de ninguna naturaleza. Subsidiariamente opone excepción de incompetencia, fundada en el artículo 69 de la ley Nº 16.744, que confiere acción para demandar daño moral en sede civil, y en su defecto la excepción de prescripción ya que la relación laboral terminó con fecha 22 de octubre de 2009, alegando el plazo de seis meses contados desde la terminación de los servicios prescrito por el artículo 510 del Código del Trabajo, y el de dos años de inciso primero de la misma disposición. Contestando derechamente reconoce la existencia de la relación laboral, su fecha de inicio, remuneración, la efectividad del accidente y su fecha, controvirtiendo que la empresa no contara con herramientas en los camiones. Alega que en la situación en estudio el trabajador debía llamar a la empresa para recibir ayuda, a pesar de lo cual se expuso imprudentemente al peligro al decidir actuar por sí mismo, lastimándose la mano derecha con un martillo y agregando que no informó a su empleador del accidente, que ocurrió un día jueves concurriendo a la Mutual de Seguridad recién el día 30 de julio. Indica que desconoce el diagnóstico, tratamiento de rehabilitación y las operaciones indicadas en la demanda como la declaración de un 20% de incapacidad, añadiendo que el actor fue dado de alta el 30 de julio de 2009. Alega que sí otorgó medidas de seguridad y efectuó mantenciones y reparaciones al camión, ya que el hecho que se haya incrustado una piedra en el tren delantero es caso fortuito, siendo una irresponsabilidad pedir prestado un martillo y arreglar el problema con sus propios medios. Expone que no se verifican los requisitos de la responsabilidad extracontractual, que estima invocada en la demanda, ya que no existe dolo ni culpa de la empresa, que debe responder sólo de culpa leve, mientras que la relación de causalidad tampoco se aprecia ya que el dolo o la culpa deben ser los causantes directos e inmediatos del daño, siendo desproporcionados en este caso los perjuicios reclamados. Si, de contrario, se pretende configurar responsabilidad contractual, indica que el artículo 1546 del Código Civil impone la ejecución de buena fe de los contratos, norma cumplida por la empresa, en especial en cuanto a los artículos 184 y siguientes del Código del Trabajo y las normas de la ley Nº 16.744. Luego de alegar que el actor se expuso imprudentemente al peligro, solicita se rechace la demanda en todas sus partes, con costas. CUARTO: Con fecha nueve de noviembre del año en curso, se llevó a cabo la audiencia preparatoria, en la que se evacuó el traslado de las excepciones de incompetencia, de prescripción y de finiquito, desestimando el tribunal las dos primeras. En cuanto a la excepción de finiquito, la demandante reconoció la suscripción del mismo, discutiendo sus alcances en cuanto a su poder liberatorio respecto del accidente del trabajo e invocando el artículo 88 de la ley Nº 16.744, que establece la irrenunciabilidad de los derechos sobre la materia, debiendo contener el documento una mención específica sobre el accidente de marras, lo que no ocurre, por lo que procede rechazar la excepción. Luego de ello, se fijaron los hechos no controvertidos: 1) Existencia de relación laboral entre el demandante y la demandada entre el 14 de octubre del 2005 hasta el 22 de octubre del 2009; 2) Funciones desempeñadas por el demandante esto es chofer de camión; 3) Remuneración percibida por el actor; 4) Ocurrencia del accidente; 5) Fecha del mismo esto es 26 de julio del 2007; 6) Efectividad que las partes suscribieron un finiquito con fecha 22 de octubre del 2009, y 7) Efectividad que Ingeniería en Trasportes a Granel Ltda. es continuadora legal de Sociedad de Inversiones Cerro Dominador Ltda. Luego de ello se instó a las partes a arribar a una conciliación, proponiendo bases para ello, gestión que no tuvo resultados. En consecuencia, se determinó como hechos a probar, los siguientes: 1) Si la Empresa demandada tomó las medidas de seguridad para proteger eficazmente la vida y salud del trabajador o si por el contrario el trabajador se expuso negligentemente a trabajar en forma insegura en las funciones que realizaba al momento de producirse el accidente. Efectividad de existir un procedimiento aplicable a los conductores de camiones en caso de desperfectos que puedan sufrir mientras desarrollan sus funciones; 2) Consecuencias derivadas del accidente para el trabajador o daños sufridos por el mismo naturaleza y monto de los mismos; 3) Grado de incapacidad que presenta el trabajador como consecuencia del accidente sufrido el 26 de julio del 2007; 4) Contenido y alcance del finiquito en relación al accidente sufrido por el actor. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

211

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

QUINTO: En la audiencia de juicio, se rindieron las probanzas ofrecidas en la preparación, consistente en Documental: 1) Contrato de trabajo de fecha 14 de octubre del 2005; 2) Carta enviada por la demandada de agosto de 2009; 3) Comprobante de fecha 28 de septiembre del 2009; 4) Finiquito de fecha 22 de octubre del 2009; 5) Informe médico de fecha 14 de octubre del 2009; 6) Declaración de incapacidad de fecha 15 de septiembre del 2009; 7) Resolución de fecha 06 de julio de 2010; 8) Carta enviada por el Hospital de 30 de julio del 2009; 9) Certificado de alta de fecha 29 de julio de 2009; 10) Orden de atención de 19 de octubre del 2009; 11) Certificado de concurrencia de fecha 19 de octubre del 2009; 12) Certificado de concurrencia de 24 de febrero de 2010; 13) Citación de ingreso a terapia de fecha 27 de septiembre del 2010; 14) Carnet de control ambulatorio de fecha 23 de junio del 2010; 15) Set de 4 boletines informativos; 16) Consulta por ficha emitida por el Hospital del Trabajador de fecha 01 de octubre del 2010; 17) Comprobante de reserva de horas de fecha 13 de septiembre del 2010; 18) Set de 2 fotografías autorizadas; 19) Fotocopia de la cédula de identidad del actor; 20) Ficha técnica de prevención de riesgo, y 21) Informe en derecho del abogado Juan Sebastián Gumucio Rivas. También rindió Testimonial, compareciendo don José Patricio Quinteros Díaz, conoce al actor porque fueron compañeros de trabajo, el testigo era chofer de camión y operador de silo, conducía un camión igual al del actor. Trabajó desde el 2006 al 2008 en la empresa. Los camiones son de seis ejes, cinco ejes traseros que son dobles, tiene dos ruedas cada eje. Manejaban el camión y descargaban en el silo, las instrucciones las daba Polpaico. El testigo estaba descargando cuando le avisan del accidente del actor, éste le llamó, llegó al sitio y trataron de comunicarse con los jefes lo que no consiguieron, al otro día volvieron a ir y no mandaron al demandante a la Mutual así que el testigo le dijo que fuera solo. El accidente fue en la faena de Chicureo, es ahí donde hay problemas con las piedras y los palos. Cuando se coloca una piedra en el neumático no se pude circular, van entremedio de los dos neumáticos de los puentes y cuando se reventaba un neumático eso se descontaba. Lo que había que hacer era sacar la piedra de alguna manera. Ese tipo de problema era habitual. No tenían implementos para sacar las piedras, tenían lo básico como los combos. La empresa no les señaló qué hacer ante esos problemas, a veces quedaban botados, al testigo una vez le pasó y tuvo que arreglar él el camión, el demandante vio también ese problema y el testigo le ayudaba porque tenía herramientas propias. No se les enseñó cómo funcionaban los camiones, la empresa tenía más de 100 trabajadores y cuando llegó había 90 camiones. La mantención se hacía cuando quedaban en pana, no había mantenciones periódicas. La empresa sabía de esas dificultades porque el testigo no quería meter mano una vez y habló con el Sr. Meza quien le dijo que solucionara el problema él solo. La empresa no les informó de los riesgos, aunque Polpaico los mandaba más. Cuando se tomó conocimiento del accidente el jefe le dijo que volviera a las 9 de la mañana al día siguiente, el actor tenía la mano hinchada, no se le dio transporte y se fue en colectivo a la Mutual. No hay enemistad contra la empresa. No ha visto el contrato de trabajo del actor, desarrollaban las mismas funciones, era chofer y el demandante tenía conocimientos básicos de mecánica. El actor trató de sacar la piedra con un martillo tipo combo, eso se usa o un tubo. No sabe si el demandante estaba con el martillo antes o lo pidió en el momento. El actor estaba lesionado en su mano derecha, el accidente fue más o menos en junio de 2007, no sabe a qué hora fue porque no estaba en la empresa. En la tarde, oscureciendo, el actor lo llamó y cuando llegó el testigo en la noche a la empresa le vio la mano, eso fue tipo 9:30 o 10:00 de la noche, sólo estaba el guardia. Al día siguiente en la mañana el actor volvió a la empresa. No sabe si tuvo lesiones antes en esa mano. El demandante le comentó que no había recibido atención. En la mañana siguiente el jefe no había llegado cuando el testigo se retiró a trabajar, y no sabe si el actor antes alcanzó o no a hablar con un jefe antes de ir a la Mutual solo. También rindió Prueba Pericial, compareciendo Carlos Alberto Madariaga Dallez, quien expone que para determinar daño psíquico al actor leyó los antecedentes médicos, lo entrevistó e hizo una prueba. En cuanto al daño psíquico es ocasionado por un evento inesperado e imprevisible que causa distintos grados de alteración en diferentes ámbitos. El actor está lúcido de conciencia y ubicado en tiempo y espacio, hilvana frases sin ningún problema y hay un correlato emocional con la relación de hechos. Vive en Teno con su conviviente, tiene dos hijos, tiene un negocio de abarrotes para dar sustento a la familia. Indica que el actor le relató que se dirigía a una obra en Puente Alto para descargar cemento y surge el problema de la piedra, en el sector había un combo y empieza a golpear la piedra como

212

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

QUINTO: En la audiencia de juicio, se rindieron las probanzas ofrecidas en la preparación, consistente en Documental: 1) Contrato de trabajo de fecha 14 de octubre del 2005; 2) Carta enviada por la demandada de agosto de 2009; 3) Comprobante de fecha 28 de septiembre del 2009; 4) Finiquito de fecha 22 de octubre del 2009; 5) Informe médico de fecha 14 de octubre del 2009; 6) Declaración de incapacidad de fecha 15 de septiembre del 2009; 7) Resolución de fecha 06 de julio de 2010; 8) Carta enviada por el Hospital de 30 de julio del 2009; 9) Certificado de alta de fecha 29 de julio de 2009; 10) Orden de atención de 19 de octubre del 2009; 11) Certificado de concurrencia de fecha 19 de octubre del 2009; 12) Certificado de concurrencia de 24 de febrero de 2010; 13) Citación de ingreso a terapia de fecha 27 de septiembre del 2010; 14) Carnet de control ambulatorio de fecha 23 de junio del 2010; 15) Set de 4 boletines informativos; 16) Consulta por ficha emitida por el Hospital del Trabajador de fecha 01 de octubre del 2010; 17) Comprobante de reserva de horas de fecha 13 de septiembre del 2010; 18) Set de 2 fotografías autorizadas; 19) Fotocopia de la cédula de identidad del actor; 20) Ficha técnica de prevención de riesgo, y 21) Informe en derecho del abogado Juan Sebastián Gumucio Rivas. También rindió Testimonial, compareciendo don José Patricio Quinteros Díaz, conoce al actor porque fueron compañeros de trabajo, el testigo era chofer de camión y operador de silo, conducía un camión igual al del actor. Trabajó desde el 2006 al 2008 en la empresa. Los camiones son de seis ejes, cinco ejes traseros que son dobles, tiene dos ruedas cada eje. Manejaban el camión y descargaban en el silo, las instrucciones las daba Polpaico. El testigo estaba descargando cuando le avisan del accidente del actor, éste le llamó, llegó al sitio y trataron de comunicarse con los jefes lo que no consiguieron, al otro día volvieron a ir y no mandaron al demandante a la Mutual así que el testigo le dijo que fuera solo. El accidente fue en la faena de Chicureo, es ahí donde hay problemas con las piedras y los palos. Cuando se coloca una piedra en el neumático no se pude circular, van entremedio de los dos neumáticos de los puentes y cuando se reventaba un neumático eso se descontaba. Lo que había que hacer era sacar la piedra de alguna manera. Ese tipo de problema era habitual. No tenían implementos para sacar las piedras, tenían lo básico como los combos. La empresa no les señaló qué hacer ante esos problemas, a veces quedaban botados, al testigo una vez le pasó y tuvo que arreglar él el camión, el demandante vio también ese problema y el testigo le ayudaba porque tenía herramientas propias. No se les enseñó cómo funcionaban los camiones, la empresa tenía más de 100 trabajadores y cuando llegó había 90 camiones. La mantención se hacía cuando quedaban en pana, no había mantenciones periódicas. La empresa sabía de esas dificultades porque el testigo no quería meter mano una vez y habló con el Sr. Meza quien le dijo que solucionara el problema él solo. La empresa no les informó de los riesgos, aunque Polpaico los mandaba más. Cuando se tomó conocimiento del accidente el jefe le dijo que volviera a las 9 de la mañana al día siguiente, el actor tenía la mano hinchada, no se le dio transporte y se fue en colectivo a la Mutual. No hay enemistad contra la empresa. No ha visto el contrato de trabajo del actor, desarrollaban las mismas funciones, era chofer y el demandante tenía conocimientos básicos de mecánica. El actor trató de sacar la piedra con un martillo tipo combo, eso se usa o un tubo. No sabe si el demandante estaba con el martillo antes o lo pidió en el momento. El actor estaba lesionado en su mano derecha, el accidente fue más o menos en junio de 2007, no sabe a qué hora fue porque no estaba en la empresa. En la tarde, oscureciendo, el actor lo llamó y cuando llegó el testigo en la noche a la empresa le vio la mano, eso fue tipo 9:30 o 10:00 de la noche, sólo estaba el guardia. Al día siguiente en la mañana el actor volvió a la empresa. No sabe si tuvo lesiones antes en esa mano. El demandante le comentó que no había recibido atención. En la mañana siguiente el jefe no había llegado cuando el testigo se retiró a trabajar, y no sabe si el actor antes alcanzó o no a hablar con un jefe antes de ir a la Mutual solo. También rindió Prueba Pericial, compareciendo Carlos Alberto Madariaga Dallez, quien expone que para determinar daño psíquico al actor leyó los antecedentes médicos, lo entrevistó e hizo una prueba. En cuanto al daño psíquico es ocasionado por un evento inesperado e imprevisible que causa distintos grados de alteración en diferentes ámbitos. El actor está lúcido de conciencia y ubicado en tiempo y espacio, hilvana frases sin ningún problema y hay un correlato emocional con la relación de hechos. Vive en Teno con su conviviente, tiene dos hijos, tiene un negocio de abarrotes para dar sustento a la familia. Indica que el actor le relató que se dirigía a una obra en Puente Alto para descargar cemento y surge el problema de la piedra, en el sector había un combo y empieza a golpear la piedra como

212

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

213

45 minutos, la astilla y saca. Siente luego dolor, se dirige a la empresa, llama a su jefe directo quien le pide que aguante. La primera noche se queda en la empresa, sufre de dolor, sigue trabajando durante el día y en la noche se va a la oficina central, duerme en el camión y pasa el fin de semana con la familia. A la semana siguiente ya no podía manejar y el jefe le dice que vaya solo a la Mutual. Después de cinco intervenciones el brazo derecho no funciona. En lo personal, el demandante está prácticamente imposibilitado de realizar las actividades laborales previas y colaborar en labores del hogar. Hay un cambio anímico, está ofuscado e irritable, tiende a aislarse del grupo familiar ya que no conversa. Hay un menoscabo en capacidades previas, se siente autolimitado. El dueño de la empresa lo trata de inútil, existiendo alto correlato emocional. En cuanto a la familia, su señora y su hija están preocupadas, la última ha bajado su rendimiento escolar, están preocupadas por alguna acción que él pueda cometer en su contra y ha disminuido sus expresiones de afecto con la familia. Cuenta con apoyo de su señora aunque estuvieron a punto de separarse. En el ámbito laboral está imposibilitado de cumplir las funciones previas al accidente, tiene mucho dolor y no tiene proyección en el ámbito laboral de transportes y no hay proyección laboral o de reconversión. En el ámbito social, se han deteriorado sus vínculos sociales con amigos o compañeros de trabajo, le molesta que se refieran al problema de su mano y por eso se desvincula de los temas sociales. Presenta dolor en su extremidad, pérdida en la capacidad articulatoria y sensibilidad, toma altas dosis de analgésicos, le cuesta conciliar el sueño, está cansado y agotado. Presenta un estado de somnolencia y está aletargado. Cuando estaba internado tuvo una ideación suicida, lo que no se concretó, que hoy no presenta. Hoy tiene tratamiento medicamentoso: analgésicos, fluoxetina y tranquilizantes, también omeprazol y cada tres semanas tiene entrevistas con una psicóloga de la ACHS, lo que le permite compartir y elaborar su situación, sintiéndose más aliviado y cada tres meses tiene entrevista con psiquiatra que le indica tratamiento por ese período pero no sabe si es de la ACHS. Existe una respuesta deprimida del ámbito afectivo y tendencia a aislarse, no tiene dolencias psiquiátricas previas, el cuadro que presenta está vinculado al accidente, afectándolo significativamente, en particular su capacidad de goce vital y recomienda mantener tratamiento psicológico. No sabe si hay diagnóstico de la psiquiatra, no puede establecer diagnóstico de depresión pero sí hay una respuesta deprimida a estímulos afectivos. Existe la posibilidad de simulación pero la descarta por el correlato emocional, que se llama congruencia ideo afectiva. Es posible la mantención en el tiempo de las consecuencias emocionales, y no se puede asegurar que revierta la situación. Trabaja en Gendarmería en diagnóstico presentencial. Su fuente de información son los antecedentes médicos y la información dada por el actor, no pudo entrevistar a la pareja y su hija es menor de edad. El actor no le comentó de accidentes previos, aunque le preguntó. Deterioro de la capacidad laboral puede ser superado con más esfuerzo del trabajador, aun hay cosas que tiene que elaborar y no están dadas aún las condiciones para que lo supere. Se retoma la Testimonial, declarando doña Rosa Elena Cáceres Antúnez, hermana del actor, era una persona muy activa antes del accidente, en el año 2007 en junio o julio tuvo ese accidente y le han hecho cinco operaciones, él tiene pensamiento de suicidarse, no puede trabajar. Antes trabajaba en los camiones, hacía las cosas en su casa y en la de su mamá, lavaba, apaleaba, no tenía problemas y su carácter era alegre y feliz, ahora no es alegre ni feliz y llora, se encierra en su mundo y le afecta no ser como antes. Ahora su vida es difícil porque no puede trabajar ni mantener a sus hijos, antes se hacía sus cosas y ahora tiene dificultades para vestirse y bañarse. El actor tiene una señora y dos hijos, de 14 y 5 años. Ellos viven de un kiosco desde hace más de un año y venden papas fritas, dulces, bebidas. El actor no quiere estar más en este mundo con esa mano, ahora está encerrado en ese mundo. Siempre han sido cercanos, no viven cerca, ella viaja mucho hacia Teno porque allí vive la mamá, va casi todas las semanas o cada 15 días y lo va a ver. De la lesión del actor se enteró por la mamá y cuando lo fue a ver ya se había hecho una operación, él se atendió a la ACHS, no lo han dado de alta. Antes no tuvo lesiones en su mano. El accidente consistió en que se le metió una piedra en un neumático y con un combo trató de sacar la piedra y le produjo la lesión. El actor entiende poco de mecánica. Después del accidente no sabe si lo llevaron de inmediato, en su mano incluso tuvo unos fierros salidos, unos cortes, puntos. De ahí el actor no ha podido trabajar. También solicitó Oficios, incorporándose la respuesta de la Asociación Chilena de Seguridad, Fondo Nacional de Salud, y AFP Capital.

45 minutos, la astilla y saca. Siente luego dolor, se dirige a la empresa, llama a su jefe directo quien le pide que aguante. La primera noche se queda en la empresa, sufre de dolor, sigue trabajando durante el día y en la noche se va a la oficina central, duerme en el camión y pasa el fin de semana con la familia. A la semana siguiente ya no podía manejar y el jefe le dice que vaya solo a la Mutual. Después de cinco intervenciones el brazo derecho no funciona. En lo personal, el demandante está prácticamente imposibilitado de realizar las actividades laborales previas y colaborar en labores del hogar. Hay un cambio anímico, está ofuscado e irritable, tiende a aislarse del grupo familiar ya que no conversa. Hay un menoscabo en capacidades previas, se siente autolimitado. El dueño de la empresa lo trata de inútil, existiendo alto correlato emocional. En cuanto a la familia, su señora y su hija están preocupadas, la última ha bajado su rendimiento escolar, están preocupadas por alguna acción que él pueda cometer en su contra y ha disminuido sus expresiones de afecto con la familia. Cuenta con apoyo de su señora aunque estuvieron a punto de separarse. En el ámbito laboral está imposibilitado de cumplir las funciones previas al accidente, tiene mucho dolor y no tiene proyección en el ámbito laboral de transportes y no hay proyección laboral o de reconversión. En el ámbito social, se han deteriorado sus vínculos sociales con amigos o compañeros de trabajo, le molesta que se refieran al problema de su mano y por eso se desvincula de los temas sociales. Presenta dolor en su extremidad, pérdida en la capacidad articulatoria y sensibilidad, toma altas dosis de analgésicos, le cuesta conciliar el sueño, está cansado y agotado. Presenta un estado de somnolencia y está aletargado. Cuando estaba internado tuvo una ideación suicida, lo que no se concretó, que hoy no presenta. Hoy tiene tratamiento medicamentoso: analgésicos, fluoxetina y tranquilizantes, también omeprazol y cada tres semanas tiene entrevistas con una psicóloga de la ACHS, lo que le permite compartir y elaborar su situación, sintiéndose más aliviado y cada tres meses tiene entrevista con psiquiatra que le indica tratamiento por ese período pero no sabe si es de la ACHS. Existe una respuesta deprimida del ámbito afectivo y tendencia a aislarse, no tiene dolencias psiquiátricas previas, el cuadro que presenta está vinculado al accidente, afectándolo significativamente, en particular su capacidad de goce vital y recomienda mantener tratamiento psicológico. No sabe si hay diagnóstico de la psiquiatra, no puede establecer diagnóstico de depresión pero sí hay una respuesta deprimida a estímulos afectivos. Existe la posibilidad de simulación pero la descarta por el correlato emocional, que se llama congruencia ideo afectiva. Es posible la mantención en el tiempo de las consecuencias emocionales, y no se puede asegurar que revierta la situación. Trabaja en Gendarmería en diagnóstico presentencial. Su fuente de información son los antecedentes médicos y la información dada por el actor, no pudo entrevistar a la pareja y su hija es menor de edad. El actor no le comentó de accidentes previos, aunque le preguntó. Deterioro de la capacidad laboral puede ser superado con más esfuerzo del trabajador, aun hay cosas que tiene que elaborar y no están dadas aún las condiciones para que lo supere. Se retoma la Testimonial, declarando doña Rosa Elena Cáceres Antúnez, hermana del actor, era una persona muy activa antes del accidente, en el año 2007 en junio o julio tuvo ese accidente y le han hecho cinco operaciones, él tiene pensamiento de suicidarse, no puede trabajar. Antes trabajaba en los camiones, hacía las cosas en su casa y en la de su mamá, lavaba, apaleaba, no tenía problemas y su carácter era alegre y feliz, ahora no es alegre ni feliz y llora, se encierra en su mundo y le afecta no ser como antes. Ahora su vida es difícil porque no puede trabajar ni mantener a sus hijos, antes se hacía sus cosas y ahora tiene dificultades para vestirse y bañarse. El actor tiene una señora y dos hijos, de 14 y 5 años. Ellos viven de un kiosco desde hace más de un año y venden papas fritas, dulces, bebidas. El actor no quiere estar más en este mundo con esa mano, ahora está encerrado en ese mundo. Siempre han sido cercanos, no viven cerca, ella viaja mucho hacia Teno porque allí vive la mamá, va casi todas las semanas o cada 15 días y lo va a ver. De la lesión del actor se enteró por la mamá y cuando lo fue a ver ya se había hecho una operación, él se atendió a la ACHS, no lo han dado de alta. Antes no tuvo lesiones en su mano. El accidente consistió en que se le metió una piedra en un neumático y con un combo trató de sacar la piedra y le produjo la lesión. El actor entiende poco de mecánica. Después del accidente no sabe si lo llevaron de inmediato, en su mano incluso tuvo unos fierros salidos, unos cortes, puntos. De ahí el actor no ha podido trabajar. También solicitó Oficios, incorporándose la respuesta de la Asociación Chilena de Seguridad, Fondo Nacional de Salud, y AFP Capital. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

213

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Se lleva a cabo la Exhibición De Documentos, indicándose que no existen denuncias o comunicaciones efectuadas por la demandada a cualquier compañía de seguros en relación con el accidente sufrido por el actor, incorpora copia del libro de remuneraciones de los trabajadores de la demandada a la época del accidente y copia de la declaración individual de accidente. Respecto de los restantes documentos, la demandante se desistió. SEXTO: Por su parte, la demandada incorporó Documental, consistente en: 1) Contrato de trabajo de fecha 14 de octubre del 2005; 2) Finiquito de 22 de octubre del 2009; 3) Carta enviada por el hospital de fecha 30 de julio del 2009; 4) Certificado de alta de fecha 30 de julio del 2009; 5) Derecho a saber, y 6) Certificado de revisión técnica del camión. Incorporó también Oficio a la Asociación Chilena de Seguridad según se hizo en la prueba de la demandante. Finalmente rindió Confesional, compareciendo don Fernando Iván Cáceres Antúnez, quien reconoce su firma en el contrato de trabajo y niega la firma en el anexo de contrato de trabajo, indicando que las firmas no son iguales. En su contrato se decía que la empresa debía prestar ayuda pero eso no pasó, nunca dio las herramientas adecuadas. Su obligación era informar los desperfectos, no tenía que revisar la mecánica porque no es mecánico. Se decidió a sacar la piedra con martillo porque la empresa no prestaba ayuda, el representante le dijo que tenía que hacer su pega y cumplir. Cuando le avisaron de la piedra incrustada en el neumático, eso pasó a la entrada de la obra, se bajó a ver y estaba en el eje del choco, había que sacarla para que no se incruste más. Trató de poner gata pero no pudo y tuvo que usar un martillo y si llamaba a la empresa no lo iban a ayudar. Llamó a la empresa después de sacar la piedra. El combo se lo consiguió en la obra. Martilló más de 45 minutos. Nunca ha tenido accidentes en la mano o en la otra. Se le lee parte de la respuesta de oficio, y reconoce que sufrió un accidente en el dedo del medio de la mano derecha. Fue dado de alta en agosto, al parecer de 2009, se reincorporó y el jefe de personal no lo dejó trabajar porque estaba con guante y era un riesgo para terceros. Fue de vuelta al Hospital, lo revisaron y le dijeron que no estaba bien la herida, pero no le dieron licencia y le dijeron que volviera a trabajar. En la empresa dijo que le dolía la mano pero iba a intentar trabajar. La doctora fue a hablar primero con la gente de la empresa y no lo examinó, conversaron y le dijo que intentara trabajar y el representante de la empresa le dijo que lo finiquitara, de mutuo acuerdo, y estuvo conforme porque necesitaba la plata. Se le exhibe el finiquito, y reconoce la firma, dice que no tuvo la posibilidad de decir algo sobre su accidente por la forma en que fue tratado. Cuando se hizo el acuerdo estaban juntos y fue maltratado por el empleador. Ese mismo día se firmó el finiquito y fue acompañado de una secretaria. No hizo reserva. Llamó a la empresa cuando ya había sacado la piedra y antes de sacarla llamó a don Cristian Patiño. Antes le pasó muchas veces que se incrustaran piedras, y siempre usó el mismo modo de operar. En cuanto a la excepción de finiquito: SÉPTIMO: Siendo indispensable, para entrar al fondo del asunto, resolver en primer lugar la excepción de finiquito, es que se analizará la prueba rendida en torno al hecho a probar N°4, consistente en el contenido y alcance del finiquito en relación al accidente sufrido por el actor. Sobre el punto, se tiene por acreditado que el trabajador otorgó finiquito a la demandada respecto de cualquier concepto de origen legal y contractual derivado de la prestación de servicios. Ello, de acuerdo con el tenor del finiquito incorporado ambas partes, suscrito el 22 de octubre de 2009, en el que el demandante, luego de declarar que le fueron pagadas sus remuneraciones, asignaciones familiares, horas extraordinarias, feriados, gratificaciones o participaciones, indica que nada se le adeuda por esos conceptos ni por ningún otro, sea de origen legal o contractual derivado de la prestación de servicios, por lo que concluye otorgando el más amplio y total finiquito a su empleador. En cuanto a las formalidades del acto, el documento está suscrito por el trabajador, quien firmó y ratificó ante notario público, por lo que puede ser invocado por el empleador. Al respecto, es necesario tener en consideración que el finiquito, como acto jurídico, constituye una convención o acuerdo de voluntades, que tiene por objeto extinguir obligaciones. En este caso, se trata de obligaciones que deriven de la prestación de servicios según el texto del finiquito, y se vincula tanto con las que pesan sobre el empleador, como las que recaen sobre el trabajador. Al tratarse de deberes propios del derecho laboral, es que el legislador sobre la materia ha establecido, en el artículo 177 del

214

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Se lleva a cabo la Exhibición De Documentos, indicándose que no existen denuncias o comunicaciones efectuadas por la demandada a cualquier compañía de seguros en relación con el accidente sufrido por el actor, incorpora copia del libro de remuneraciones de los trabajadores de la demandada a la época del accidente y copia de la declaración individual de accidente. Respecto de los restantes documentos, la demandante se desistió. SEXTO: Por su parte, la demandada incorporó Documental, consistente en: 1) Contrato de trabajo de fecha 14 de octubre del 2005; 2) Finiquito de 22 de octubre del 2009; 3) Carta enviada por el hospital de fecha 30 de julio del 2009; 4) Certificado de alta de fecha 30 de julio del 2009; 5) Derecho a saber, y 6) Certificado de revisión técnica del camión. Incorporó también Oficio a la Asociación Chilena de Seguridad según se hizo en la prueba de la demandante. Finalmente rindió Confesional, compareciendo don Fernando Iván Cáceres Antúnez, quien reconoce su firma en el contrato de trabajo y niega la firma en el anexo de contrato de trabajo, indicando que las firmas no son iguales. En su contrato se decía que la empresa debía prestar ayuda pero eso no pasó, nunca dio las herramientas adecuadas. Su obligación era informar los desperfectos, no tenía que revisar la mecánica porque no es mecánico. Se decidió a sacar la piedra con martillo porque la empresa no prestaba ayuda, el representante le dijo que tenía que hacer su pega y cumplir. Cuando le avisaron de la piedra incrustada en el neumático, eso pasó a la entrada de la obra, se bajó a ver y estaba en el eje del choco, había que sacarla para que no se incruste más. Trató de poner gata pero no pudo y tuvo que usar un martillo y si llamaba a la empresa no lo iban a ayudar. Llamó a la empresa después de sacar la piedra. El combo se lo consiguió en la obra. Martilló más de 45 minutos. Nunca ha tenido accidentes en la mano o en la otra. Se le lee parte de la respuesta de oficio, y reconoce que sufrió un accidente en el dedo del medio de la mano derecha. Fue dado de alta en agosto, al parecer de 2009, se reincorporó y el jefe de personal no lo dejó trabajar porque estaba con guante y era un riesgo para terceros. Fue de vuelta al Hospital, lo revisaron y le dijeron que no estaba bien la herida, pero no le dieron licencia y le dijeron que volviera a trabajar. En la empresa dijo que le dolía la mano pero iba a intentar trabajar. La doctora fue a hablar primero con la gente de la empresa y no lo examinó, conversaron y le dijo que intentara trabajar y el representante de la empresa le dijo que lo finiquitara, de mutuo acuerdo, y estuvo conforme porque necesitaba la plata. Se le exhibe el finiquito, y reconoce la firma, dice que no tuvo la posibilidad de decir algo sobre su accidente por la forma en que fue tratado. Cuando se hizo el acuerdo estaban juntos y fue maltratado por el empleador. Ese mismo día se firmó el finiquito y fue acompañado de una secretaria. No hizo reserva. Llamó a la empresa cuando ya había sacado la piedra y antes de sacarla llamó a don Cristian Patiño. Antes le pasó muchas veces que se incrustaran piedras, y siempre usó el mismo modo de operar. En cuanto a la excepción de finiquito: SÉPTIMO: Siendo indispensable, para entrar al fondo del asunto, resolver en primer lugar la excepción de finiquito, es que se analizará la prueba rendida en torno al hecho a probar N°4, consistente en el contenido y alcance del finiquito en relación al accidente sufrido por el actor. Sobre el punto, se tiene por acreditado que el trabajador otorgó finiquito a la demandada respecto de cualquier concepto de origen legal y contractual derivado de la prestación de servicios. Ello, de acuerdo con el tenor del finiquito incorporado ambas partes, suscrito el 22 de octubre de 2009, en el que el demandante, luego de declarar que le fueron pagadas sus remuneraciones, asignaciones familiares, horas extraordinarias, feriados, gratificaciones o participaciones, indica que nada se le adeuda por esos conceptos ni por ningún otro, sea de origen legal o contractual derivado de la prestación de servicios, por lo que concluye otorgando el más amplio y total finiquito a su empleador. En cuanto a las formalidades del acto, el documento está suscrito por el trabajador, quien firmó y ratificó ante notario público, por lo que puede ser invocado por el empleador. Al respecto, es necesario tener en consideración que el finiquito, como acto jurídico, constituye una convención o acuerdo de voluntades, que tiene por objeto extinguir obligaciones. En este caso, se trata de obligaciones que deriven de la prestación de servicios según el texto del finiquito, y se vincula tanto con las que pesan sobre el empleador, como las que recaen sobre el trabajador. Al tratarse de deberes propios del derecho laboral, es que el legislador sobre la materia ha establecido, en el artículo 177 del

214

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

215

Código del Trabajo, una serie de formalidades que tienen por objeto contar con la certeza que el contratante más débil de la relación (el trabajador), concurra efectivamente con su voluntad a la terminación del vínculo laboral, teniendo pleno conocimiento del contenido e implicancias del finiquito a suscribir, como que dicho conocimiento sea constatado por alguno de los ministros de fe señalados en la norma. En efecto, dicha norma prescribe que el finiquito es un acto solemne, ya que debe constar por escrito, y debe ser suscrito por el interesado más el presidente del sindicato o el delegados del personal o sindical respectivo, o bien debe ser ratificado ante el inspector del trabajo, o bien un notario público o el oficial del registro civil. Como ya se indicó, dichas exigencias tienen por objeto constatar el concurso de voluntades en orden a las condiciones en que se verifica el término de la relación laboral, consentimiento que, sin embargo, puede no haberse alcanzado en alguna materia. Es por ello que es admisible que el trabajador deje constancia, bajo las mismas formalidades que tiene el instrumento, de una reserva de derechos, resguardando una discusión futura respecto de un determinado aspecto de la relación laboral, sin que ello signifique un obstáculo para la percepción de los conceptos que le corresponde recibir con motivo del término de los servicios, como que ello impida dotar del poder liberatorio que favorece a ambas partes respecto del acuerdo que se haya alcanzado en cuanto a las restantes materias. Ahora bien, el texto del finiquito suscrito por el actor no contempla reserva de derechos alguna, pero tampoco una mención concreta del accidente del trabajo como parte del acuerdo de voluntades. Por lo mismo, se hace necesario analizar si el trabajador se encontraba en condiciones de efectuar la reserva y, en su caso, si la mención genérica sobre el cumplimiento de obligaciones laborales alcanza al accidente del trabajo. OCTAVO: Se puede establecer, de acuerdo con el tenor de la Resolución N° 041062709, que el demandante, a la época de suscripción del finiquito, se encontraba en condiciones de efectuar una reserva de derechos respecto del accidente de trabajo. No sólo porque, a esa fecha, habían transcurrido ya dos años desde la ocurrencia del mismo y, por ende, se encontraba en pleno tratamiento de su lesión, sino también porque se había determinado al 15 de septiembre de 2009 a través de la mencionada resolución un grado de incapacidad de 20%, el que fue objeto de apelación por el trabajador, según consta del tenor de la resolución N° B101/20100686 de 06 de julio de 2010. De lo anterior se concluye que el demandante, en la oportunidad en que procede a la firma del finiquito, había sido evaluado y se determinó una pérdida en su capacidad de ganancia, lo que sumado a los tratamientos seguidos, ya daba pie al análisis de probables acciones legales en contra de su empleadora y, por ende, a la confección de una reserva en su finiquito. Ahora bien, ante la falta de una reserva de derechos, cabe razonar en torno a la necesidad de una mención expresa en el finiquito sobre el accidente de trabajo para dotarlo de pleno poder liberatorio a su respecto. En ese punto, es importante indicar que el finiquito, si bien contiene un acuerdo de voluntades, no necesariamente es producto de una negociación entre las partes del contrato de trabajo, de lo que se sigue que el contenido del mismo, generalmente, es determinado de manera exclusiva por el empleador, otorgando un alcance general liberatorio a dicho instrumento. Por lo mismo, es que la herramienta con que el trabajador cuenta para negar dicho alcance general es la reserva de derechos, único antecedente que permite adquirir certeza respecto de la falta de discusión o negociación sobre un accidente de trabajo o de la disconformidad con el contenido del finiquito sobre la materia. En ese sentido, no es factible para el tribunal, por la sola falta de mención expresa, entender que el finiquito no alcanza al accidente de trabajo, puesto que ello significa presumir la falta de consentimiento en un acto que consiste esencialmente en un acuerdo de voluntades, y que en razón del principio protector está dotado además de formalidades que buscan adquirir certeza respecto de la concurrencia del necesario consentimiento del trabajador. Más aún si, tal como se indica en el informe en derecho aportado por la parte demandante, la materia de accidentes de trabajo tiene una naturaleza evidentemente laboral, teniendo además en consideración que la norma que constituye la piedra angular de la obligación de seguridad del empleador está contenida en el Código del Trabajo y que, por ende, el mencionado deber es de origen legal y se deriva de la prestación de servicios, estando comprendido, entonces, en la declaración de finiquito que el trabajador efectuó respecto de su empleador.

Código del Trabajo, una serie de formalidades que tienen por objeto contar con la certeza que el contratante más débil de la relación (el trabajador), concurra efectivamente con su voluntad a la terminación del vínculo laboral, teniendo pleno conocimiento del contenido e implicancias del finiquito a suscribir, como que dicho conocimiento sea constatado por alguno de los ministros de fe señalados en la norma. En efecto, dicha norma prescribe que el finiquito es un acto solemne, ya que debe constar por escrito, y debe ser suscrito por el interesado más el presidente del sindicato o el delegados del personal o sindical respectivo, o bien debe ser ratificado ante el inspector del trabajo, o bien un notario público o el oficial del registro civil. Como ya se indicó, dichas exigencias tienen por objeto constatar el concurso de voluntades en orden a las condiciones en que se verifica el término de la relación laboral, consentimiento que, sin embargo, puede no haberse alcanzado en alguna materia. Es por ello que es admisible que el trabajador deje constancia, bajo las mismas formalidades que tiene el instrumento, de una reserva de derechos, resguardando una discusión futura respecto de un determinado aspecto de la relación laboral, sin que ello signifique un obstáculo para la percepción de los conceptos que le corresponde recibir con motivo del término de los servicios, como que ello impida dotar del poder liberatorio que favorece a ambas partes respecto del acuerdo que se haya alcanzado en cuanto a las restantes materias. Ahora bien, el texto del finiquito suscrito por el actor no contempla reserva de derechos alguna, pero tampoco una mención concreta del accidente del trabajo como parte del acuerdo de voluntades. Por lo mismo, se hace necesario analizar si el trabajador se encontraba en condiciones de efectuar la reserva y, en su caso, si la mención genérica sobre el cumplimiento de obligaciones laborales alcanza al accidente del trabajo. OCTAVO: Se puede establecer, de acuerdo con el tenor de la Resolución N° 041062709, que el demandante, a la época de suscripción del finiquito, se encontraba en condiciones de efectuar una reserva de derechos respecto del accidente de trabajo. No sólo porque, a esa fecha, habían transcurrido ya dos años desde la ocurrencia del mismo y, por ende, se encontraba en pleno tratamiento de su lesión, sino también porque se había determinado al 15 de septiembre de 2009 a través de la mencionada resolución un grado de incapacidad de 20%, el que fue objeto de apelación por el trabajador, según consta del tenor de la resolución N° B101/20100686 de 06 de julio de 2010. De lo anterior se concluye que el demandante, en la oportunidad en que procede a la firma del finiquito, había sido evaluado y se determinó una pérdida en su capacidad de ganancia, lo que sumado a los tratamientos seguidos, ya daba pie al análisis de probables acciones legales en contra de su empleadora y, por ende, a la confección de una reserva en su finiquito. Ahora bien, ante la falta de una reserva de derechos, cabe razonar en torno a la necesidad de una mención expresa en el finiquito sobre el accidente de trabajo para dotarlo de pleno poder liberatorio a su respecto. En ese punto, es importante indicar que el finiquito, si bien contiene un acuerdo de voluntades, no necesariamente es producto de una negociación entre las partes del contrato de trabajo, de lo que se sigue que el contenido del mismo, generalmente, es determinado de manera exclusiva por el empleador, otorgando un alcance general liberatorio a dicho instrumento. Por lo mismo, es que la herramienta con que el trabajador cuenta para negar dicho alcance general es la reserva de derechos, único antecedente que permite adquirir certeza respecto de la falta de discusión o negociación sobre un accidente de trabajo o de la disconformidad con el contenido del finiquito sobre la materia. En ese sentido, no es factible para el tribunal, por la sola falta de mención expresa, entender que el finiquito no alcanza al accidente de trabajo, puesto que ello significa presumir la falta de consentimiento en un acto que consiste esencialmente en un acuerdo de voluntades, y que en razón del principio protector está dotado además de formalidades que buscan adquirir certeza respecto de la concurrencia del necesario consentimiento del trabajador. Más aún si, tal como se indica en el informe en derecho aportado por la parte demandante, la materia de accidentes de trabajo tiene una naturaleza evidentemente laboral, teniendo además en consideración que la norma que constituye la piedra angular de la obligación de seguridad del empleador está contenida en el Código del Trabajo y que, por ende, el mencionado deber es de origen legal y se deriva de la prestación de servicios, estando comprendido, entonces, en la declaración de finiquito que el trabajador efectuó respecto de su empleador. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

215

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Santiago, treinta de agosto de dos mil once. VISTOS: En estos autos, la parte demandante –don Fernando Iván Cáceres Antúnez– ha recurrido de nulidad contra la sentencia definitiva dictada el 28 de diciembre de 2010, recaída en la causa RIT O-28052010, caratulada “Cáceres Antúnez con Sociedad Cerro Dominador Limitada”, del ingreso del Primer Juzgado de Letras del Trabajo de Santiago. El proceso que incide el recurso de nulidad corresponde a una acción de indemnización por accidente de trabajo. En el fallo impugnado, se rechaza la demanda, con costas. Admitido el referido recurso a tramitación, se procedió a su vista el 22 del mes en curso, oportunidad en que se escucharon los alegatos de los representantes de las partes. Concluidos los alegatos, quedaron los autos para dictar sentencia. CON LO RELACIONADO Y OIDO LOS INTERVINIENTES: 1°. Que la parte demandante dedujo recurso de nulidad en contra de la sentencia singularizada en lo expositivo invocando las causales de invalidación establecidas en los artículos 477 y 478 letras b) y c), todos del Código del Trabajo, por estimar que ha sido dictada con infracción de ley que habría influido sustancialmente en lo dispositivo del fallo, y las siguientes, por haber sido pronunciada con infracción manifiesta de las normas sobre apreciación de la prueba conforme a las reglas de la sana crítica y por haber incurrido en una errónea calificación jurídica de los hechos que ha influido en lo dispositivo de la sentencia respectivamente, las que interpone en forma conjunta, solicitando, en definitiva, se invalide el fallo y la dictación de sentencia de reemplazo que rechace la excepción de finiquito opuesta por la demandada “y proceda a pronunciarse sobre el fondo de la acción deducida”, “o a ordenar que ello se haga por el Tribunal que se estime habilitado acogiendo la demanda en todas sus partes, con costas”. 2°. Que, fundamentando la primera causal esgrimida –después de una lata exposición– el recurrente señala, en lo sustancial, que la sentencia en estudio le asignaría efecto liberatorio y extintintivo de derechos al finiquito que singulariza en lo relativo a las acciones deducidas, vulnerando “diversas

216

II. CORTE DE APELACIONES

Finalmente, cabe hacer presente que, si bien el contrato de trabajo se suscribió entre el actor y la demandada Sociedad de Inversiones Cerro Dominador Limitada como empleadora, y el finiquito se extendió respecto de Ingeniería en Transporte a Granel Limitada, al haberse determinado como hecho no controvertido que esta última sociedad es la continuadora legal de la primera, no existe obstáculo para dotar de pleno poder liberatorio al finiquito, debiendo entenderse que cualquiera de las obligaciones que la Sociedad de Inversiones Cerro Dominador Limitada tenía respecto del actor, pesa actualmente sobre Ingeniería en Transporte a Granel Limitada, de acuerdo con lo dispuesto por el artículo 4 del Código del Trabajo. Por lo mismo, se acogerá la excepción de finiquito. NOVENO: En atención a lo previamente decidido, no es procedente analizar la prueba rendida respecto de los hechos a probar 1 a 3. DÉCIMO: La prueba analizada ha sido apreciada conforme con las reglas de la sana crítica. Por estas consideraciones, y de conformidad, además, con lo dispuesto en los artículos 1º, 4º, 177, 184, 420, 446 y siguientes, 456 del Código del Trabajo; SE DECLARA: I. Que se acoge la excepción de finiquito deducida por la demandada y, en consecuencia, se rechaza la demanda. II. Se condena en costas de la causa a la parte demandante, las que se regulan en la suma única de $ 250.000, sin perjuicio de las que, para cada parte, han sido determinadas durante el transcurso del juicio. Digitalícense los documentos incorporados en audiencia y devuélvanse. Regístrese y archívese en su oportunidad. Dictada por Ximena Rivera Salinas, Juez titular del Primer Juzgado de Letras del Trabajo de Santiago.

Finalmente, cabe hacer presente que, si bien el contrato de trabajo se suscribió entre el actor y la demandada Sociedad de Inversiones Cerro Dominador Limitada como empleadora, y el finiquito se extendió respecto de Ingeniería en Transporte a Granel Limitada, al haberse determinado como hecho no controvertido que esta última sociedad es la continuadora legal de la primera, no existe obstáculo para dotar de pleno poder liberatorio al finiquito, debiendo entenderse que cualquiera de las obligaciones que la Sociedad de Inversiones Cerro Dominador Limitada tenía respecto del actor, pesa actualmente sobre Ingeniería en Transporte a Granel Limitada, de acuerdo con lo dispuesto por el artículo 4 del Código del Trabajo. Por lo mismo, se acogerá la excepción de finiquito. NOVENO: En atención a lo previamente decidido, no es procedente analizar la prueba rendida respecto de los hechos a probar 1 a 3. DÉCIMO: La prueba analizada ha sido apreciada conforme con las reglas de la sana crítica. Por estas consideraciones, y de conformidad, además, con lo dispuesto en los artículos 1º, 4º, 177, 184, 420, 446 y siguientes, 456 del Código del Trabajo; SE DECLARA: I. Que se acoge la excepción de finiquito deducida por la demandada y, en consecuencia, se rechaza la demanda. II. Se condena en costas de la causa a la parte demandante, las que se regulan en la suma única de $ 250.000, sin perjuicio de las que, para cada parte, han sido determinadas durante el transcurso del juicio. Digitalícense los documentos incorporados en audiencia y devuélvanse. Regístrese y archívese en su oportunidad. Dictada por Ximena Rivera Salinas, Juez titular del Primer Juzgado de Letras del Trabajo de Santiago.

II. CORTE DE APELACIONES

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Santiago, treinta de agosto de dos mil once. VISTOS: En estos autos, la parte demandante –don Fernando Iván Cáceres Antúnez– ha recurrido de nulidad contra la sentencia definitiva dictada el 28 de diciembre de 2010, recaída en la causa RIT O-28052010, caratulada “Cáceres Antúnez con Sociedad Cerro Dominador Limitada”, del ingreso del Primer Juzgado de Letras del Trabajo de Santiago. El proceso que incide el recurso de nulidad corresponde a una acción de indemnización por accidente de trabajo. En el fallo impugnado, se rechaza la demanda, con costas. Admitido el referido recurso a tramitación, se procedió a su vista el 22 del mes en curso, oportunidad en que se escucharon los alegatos de los representantes de las partes. Concluidos los alegatos, quedaron los autos para dictar sentencia. CON LO RELACIONADO Y OIDO LOS INTERVINIENTES: 1°. Que la parte demandante dedujo recurso de nulidad en contra de la sentencia singularizada en lo expositivo invocando las causales de invalidación establecidas en los artículos 477 y 478 letras b) y c), todos del Código del Trabajo, por estimar que ha sido dictada con infracción de ley que habría influido sustancialmente en lo dispositivo del fallo, y las siguientes, por haber sido pronunciada con infracción manifiesta de las normas sobre apreciación de la prueba conforme a las reglas de la sana crítica y por haber incurrido en una errónea calificación jurídica de los hechos que ha influido en lo dispositivo de la sentencia respectivamente, las que interpone en forma conjunta, solicitando, en definitiva, se invalide el fallo y la dictación de sentencia de reemplazo que rechace la excepción de finiquito opuesta por la demandada “y proceda a pronunciarse sobre el fondo de la acción deducida”, “o a ordenar que ello se haga por el Tribunal que se estime habilitado acogiendo la demanda en todas sus partes, con costas”. 2°. Que, fundamentando la primera causal esgrimida –después de una lata exposición– el recurrente señala, en lo sustancial, que la sentencia en estudio le asignaría efecto liberatorio y extintintivo de derechos al finiquito que singulariza en lo relativo a las acciones deducidas, vulnerando “diversas

216

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

217

disposiciones legales que se han aplicado erróneamente o que no se han aplicado, correspondiendo hacerlo”. Añade –después de una extensa exposición de los antecedentes fácticos que dice habrían originado la suscripción del finiquito impugnado–, que el alcance atribuido a una clausula general y amplia inserta en éste, “sin mención específica de los derechos y obligaciones emanados del siniestro profesional que sufrió el trabajador atribuible a culpa del empleador”, habría dado lugar a la infracción de las normas que indica, en la especie, los artículos 1560, 1561, 1563, 1566, 2446, 2448, 2457 y 2462, todos del Código Civil, al 88 de la ley N° 16.744 y al 5º del Código del Trabajo, añadiendo, latamente, según estima, la forma en que se habrían producido los vicios en la sentencia impugnada. 3°. Que, en cuanto a la segunda causal de invalidación, expone, en lo pertinente, que el fallo sub lite se habría dictado con infracción manifiesta de las normas sobre apreciación de la prueba conforme a las reglas de la sana crítica, ya que no sería “natural ni racional que un sujeto que sufre un accidente laboral que significó graves lesiones con un 20% de incapacidad, que inicia un litigio pretendiendo una reparación por más de $ 78.480.000.- vaya …. a renunciar a dicha pretensión a cambio de nada”, añadiendo, que si se hubieran aplicado las reglas de la sana crítica, de la racionalidad y las máximas de la experiencia, no se habría arribado a una apreciación equivocada de los hechos que influyó en lo dispositivo del fallo. 4°. Que, en relación a la tercera causal de nulidad, señala, en lo sustancial, que la sentencia incurre en una errónea calificación jurídica de los hechos, que habría influido en lo dispositivo, por lo que correspondería una recalificación, añadiendo que en sus motivos 7° y 8° se califican las menciones consignadas “en el documento denominado “finiquito” como una renuncia a las acciones reparatorias del accidente del trabajo, lo que estima, “en el evento de haber sido voluntaria, espontánea e informada, que ésta sería gratuita, lo que está prohibido por el artículo 88 de la ley N° 16.744. 5°. Que, concluye, en atención a las alegaciones que expone, consignadas, en lo sustancial, en los basamentos que anteceden, solicitando la invalidación de la sentencia sub judice, por uno o más de los capítulos de nulidad invocados, dictándose un fallo de reemplazo que rechace la excepción de finiquito y se proceda a pronunciarse sobre el fondo de la acción deducida, o a ordenarse que se haga por el tribunal que se estime habilitado, acogiendo la demanda en todas sus partes, con costas. 6°. Que, previo al análisis de las causales de invalidación en comento, cabe tener presente que, atendida su naturaleza y objetivos, éstas son de derecho estricto y, en consecuencia, deben ser interpretadas restrictivamente y aplicadas estrictamente en razón de su especialidad, según cada hipótesis. De acuerdo a lo señalado precedentemente, el referido recurso no puede ser una vía de acceso a una velada segunda instancia, sino sólo una vía procesal excepcional, siendo su único objetivo legal precaver y sancionar la existencia de vicios o excesos constitutivos de nulidad, según las hipótesis causales que la ley taxativamente ha señalado y que hayan influido sustancialmente en lo dispositivo de la sentencia recurrida. 7°. Que, como consecuencia ineludible de lo anterior, fluye la obligación del recurrente de precisar formal, cuidadosa y correctamente –en cada caso– la o las causales que harían procedente la declaración de nulidad, so pena de inviabilidad del recurso. 8°. Que, el actor ha invocado, en forma conjunta, las causales establecidas en los artículos 477 y 478 letra b), ambos del Código del Trabajo, precisando que la sentencia impugnada se habría dictado con infracción de ley que ha influido sustancialmente en lo dispositivo del fallo, según la primera, y la siguiente, con infracción de las normas sobre la apreciación de la prueba conforme a las reglas de la sana critica. 9°. Que, a juicio de estos sentenciadores, al interponerse en forma conjunta los capítulos de invalidación antes referidos es dable inferir que, en la especie, existe una evidente contradicción, ya que el primero tiene como fundamento la dictación del fallo objetado con infracción de ley y el segundo infracción a las normas sobre la apreciación de la prueba. 10°. Que, no obstante, que atendido lo establecido en el basamento que antecede, bastaría para desestimar las dos causales en comento, cabe tener presente, a mayor abundamiento, respecto de la primera, que el reproche que se hace –según mérito de la sentencia y del fundamento de la impugnación– éste incide en una interpretación legal y no infracción de ley y, en cuanto a la segunda, correspon-

disposiciones legales que se han aplicado erróneamente o que no se han aplicado, correspondiendo hacerlo”. Añade –después de una extensa exposición de los antecedentes fácticos que dice habrían originado la suscripción del finiquito impugnado–, que el alcance atribuido a una clausula general y amplia inserta en éste, “sin mención específica de los derechos y obligaciones emanados del siniestro profesional que sufrió el trabajador atribuible a culpa del empleador”, habría dado lugar a la infracción de las normas que indica, en la especie, los artículos 1560, 1561, 1563, 1566, 2446, 2448, 2457 y 2462, todos del Código Civil, al 88 de la ley N° 16.744 y al 5º del Código del Trabajo, añadiendo, latamente, según estima, la forma en que se habrían producido los vicios en la sentencia impugnada. 3°. Que, en cuanto a la segunda causal de invalidación, expone, en lo pertinente, que el fallo sub lite se habría dictado con infracción manifiesta de las normas sobre apreciación de la prueba conforme a las reglas de la sana crítica, ya que no sería “natural ni racional que un sujeto que sufre un accidente laboral que significó graves lesiones con un 20% de incapacidad, que inicia un litigio pretendiendo una reparación por más de $ 78.480.000.- vaya …. a renunciar a dicha pretensión a cambio de nada”, añadiendo, que si se hubieran aplicado las reglas de la sana crítica, de la racionalidad y las máximas de la experiencia, no se habría arribado a una apreciación equivocada de los hechos que influyó en lo dispositivo del fallo. 4°. Que, en relación a la tercera causal de nulidad, señala, en lo sustancial, que la sentencia incurre en una errónea calificación jurídica de los hechos, que habría influido en lo dispositivo, por lo que correspondería una recalificación, añadiendo que en sus motivos 7° y 8° se califican las menciones consignadas “en el documento denominado “finiquito” como una renuncia a las acciones reparatorias del accidente del trabajo, lo que estima, “en el evento de haber sido voluntaria, espontánea e informada, que ésta sería gratuita, lo que está prohibido por el artículo 88 de la ley N° 16.744. 5°. Que, concluye, en atención a las alegaciones que expone, consignadas, en lo sustancial, en los basamentos que anteceden, solicitando la invalidación de la sentencia sub judice, por uno o más de los capítulos de nulidad invocados, dictándose un fallo de reemplazo que rechace la excepción de finiquito y se proceda a pronunciarse sobre el fondo de la acción deducida, o a ordenarse que se haga por el tribunal que se estime habilitado, acogiendo la demanda en todas sus partes, con costas. 6°. Que, previo al análisis de las causales de invalidación en comento, cabe tener presente que, atendida su naturaleza y objetivos, éstas son de derecho estricto y, en consecuencia, deben ser interpretadas restrictivamente y aplicadas estrictamente en razón de su especialidad, según cada hipótesis. De acuerdo a lo señalado precedentemente, el referido recurso no puede ser una vía de acceso a una velada segunda instancia, sino sólo una vía procesal excepcional, siendo su único objetivo legal precaver y sancionar la existencia de vicios o excesos constitutivos de nulidad, según las hipótesis causales que la ley taxativamente ha señalado y que hayan influido sustancialmente en lo dispositivo de la sentencia recurrida. 7°. Que, como consecuencia ineludible de lo anterior, fluye la obligación del recurrente de precisar formal, cuidadosa y correctamente –en cada caso– la o las causales que harían procedente la declaración de nulidad, so pena de inviabilidad del recurso. 8°. Que, el actor ha invocado, en forma conjunta, las causales establecidas en los artículos 477 y 478 letra b), ambos del Código del Trabajo, precisando que la sentencia impugnada se habría dictado con infracción de ley que ha influido sustancialmente en lo dispositivo del fallo, según la primera, y la siguiente, con infracción de las normas sobre la apreciación de la prueba conforme a las reglas de la sana critica. 9°. Que, a juicio de estos sentenciadores, al interponerse en forma conjunta los capítulos de invalidación antes referidos es dable inferir que, en la especie, existe una evidente contradicción, ya que el primero tiene como fundamento la dictación del fallo objetado con infracción de ley y el segundo infracción a las normas sobre la apreciación de la prueba. 10°. Que, no obstante, que atendido lo establecido en el basamento que antecede, bastaría para desestimar las dos causales en comento, cabe tener presente, a mayor abundamiento, respecto de la primera, que el reproche que se hace –según mérito de la sentencia y del fundamento de la impugnación– éste incide en una interpretación legal y no infracción de ley y, en cuanto a la segunda, corresponACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

217

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

de tener presente que la norma invocada exige que la infracción a las normas reguladoras de la prueba sea “manifiesta”, o sea, que aparezca del simple examen del fallo, lo que en la especie no sucede, pues de la lectura de la sentencia en comento se concluye que no hay una alteración visible o manifiesta de las señaladas normas, por el contrario, a juicio de esta Corte, se ha dado debido cumplimiento a lo preceptuado en el artículo 456 del Código del Trabajo. 11°. Que, sin perjuicio de lo antes consignado, es del caso resaltar, que del análisis del fallo en estudio es dable concluir que la sentenciadora, en especial en los considerandos séptimo y octavo, analiza y pondera las circunstancias fácticas y jurídicas invocadas por el demandante tendiente a restarle valor liberatorio al finiquito, infiriéndose, que en forma razonada hace una construcción lógica que la lleva a acoger la pretensión de la demandada. 12°. Que, para los efectos procesales, sin perjuicio de lo establecido en los anteriores motivos, en relación a la causal de invalidación contemplada en la letra c) del artículo 478 del Código del Trabajo, basta para desestimarla que las circunstancias fácticas invocadas –consignadas en el basamento 4° que antecede– resultan impertinentes en derecho. 13°. Que, atendido lo razonado en los considerandos precedentes, se infiere que la sentencia impugnada por vía de nulidad no ha incurrido en las infracciones que se reprochan, en mérito de lo cual, corresponde desestimar las causales de nulidad en estudio. Y vistos, además, lo dispuesto en los artículos 477 y siguientes del Código del Trabajo, se rechaza el recurso de nulidad interpuesto por don Javier Susacasa Massone, en representación del demandante don Fernando Iván Cáceres Antúnez, en contra de la sentencia dictada el veintiocho de diciembre de dos mil diez, por el Primer Juzgado de Letras del Trabajo de Santiago, pronunciada en los autos RIT O-2805-2010, la cual, por consiguiente, no es nula. No se condena en costas, por estimar esta Corte que el actor tuvo motivo plausible para litigar. Se previene que el ministro señor Astudillo concurre al rechazo del recuso del recurso de nulidad, aunque teniendo presente las siguientes consideraciones: 1. Tal como se hace notar en la sentencia impugnada, es efectivo que el finiquito suscrito por el trabajador no contempla ninguna reserva de derechos, pero resulta igualmente cierto –como ese mismo fallo lo destaca– que tampoco hace mención alguna a las obligaciones derivadas del accidente del trabajo. Sigue a ello enfatizar que es un hecho igualmente asentado que el documento respectivo fue redactado por la parte empleadora, actual demandada; 2. Esa ambigüedad no puede perjudicar al trabajador. No sólo porque es la parte a proteger en la relación laboral, sino –principalmente– porque es el acreedor del deber seguridad a que se refiere el artículo 184 del Código del Trabajo y porque corresponde a una regla de interpretación contractual que las cláusulas ambiguas deben interpretarse contra quien las haya extendido; 3. De acuerdo con su uso frecuente, la voz “finiquitar” alude a la noción de terminar, saldar una cuenta. Enseguida, conforme lo dispone el inciso final del artículo 177 del Código del Trabajo, el finiquito –extendido con las formalidades legales– tiene mérito ejecutivo respecto de las obligaciones pendientes “que se hubieren consignado en él”. A contrario sensu, carece de eficacia respecto de las obligaciones que no han sido explicitadas en el documento; 4. Entonces, no puede llegarse al extremo de concluir que una mera referencia ambigua y genérica de “otorgar el más amplio y total finiquito al empleador”, de expresar que “nada se le adeuda por ningún concepto, sea de origen legal o contractual, derivado de la relación laboral” u otras fórmulas similares, tengan la virtud de extinguir obligaciones indeterminadas, a las que no se hace mención expresa en el documento. De ahí que en la sentencia recurrida se cometa el error de derecho de asignar poder liberatorio al finiquito; 5. Con todo, de la revisión del fallo impugnado aparece que en él se incumplió la obligación que impone el artículo 459 N° 4 del Código del Trabajo. Por respeto al principio de la no contradicción en casos como éste el tribunal del juicio está liberado de su deber de pronunciarse sobre el fondo de la acción deducida, es decir, no es exigible que resuelva la pretensión, que decida sobre ella, pero sólo eso. Así fluye, por ejemplo, del artículo 170 N° 6 del Código de Procedimiento Civil, en relación a lo que dispone el N° 11 del Auto Acordado sobre la Forma de las Sentencias; y así surgía también de lo que ordenaba el inciso segundo del artículo 472 del antiguo Código del Trabajo. Empero, eso no significa que

218

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

de tener presente que la norma invocada exige que la infracción a las normas reguladoras de la prueba sea “manifiesta”, o sea, que aparezca del simple examen del fallo, lo que en la especie no sucede, pues de la lectura de la sentencia en comento se concluye que no hay una alteración visible o manifiesta de las señaladas normas, por el contrario, a juicio de esta Corte, se ha dado debido cumplimiento a lo preceptuado en el artículo 456 del Código del Trabajo. 11°. Que, sin perjuicio de lo antes consignado, es del caso resaltar, que del análisis del fallo en estudio es dable concluir que la sentenciadora, en especial en los considerandos séptimo y octavo, analiza y pondera las circunstancias fácticas y jurídicas invocadas por el demandante tendiente a restarle valor liberatorio al finiquito, infiriéndose, que en forma razonada hace una construcción lógica que la lleva a acoger la pretensión de la demandada. 12°. Que, para los efectos procesales, sin perjuicio de lo establecido en los anteriores motivos, en relación a la causal de invalidación contemplada en la letra c) del artículo 478 del Código del Trabajo, basta para desestimarla que las circunstancias fácticas invocadas –consignadas en el basamento 4° que antecede– resultan impertinentes en derecho. 13°. Que, atendido lo razonado en los considerandos precedentes, se infiere que la sentencia impugnada por vía de nulidad no ha incurrido en las infracciones que se reprochan, en mérito de lo cual, corresponde desestimar las causales de nulidad en estudio. Y vistos, además, lo dispuesto en los artículos 477 y siguientes del Código del Trabajo, se rechaza el recurso de nulidad interpuesto por don Javier Susacasa Massone, en representación del demandante don Fernando Iván Cáceres Antúnez, en contra de la sentencia dictada el veintiocho de diciembre de dos mil diez, por el Primer Juzgado de Letras del Trabajo de Santiago, pronunciada en los autos RIT O-2805-2010, la cual, por consiguiente, no es nula. No se condena en costas, por estimar esta Corte que el actor tuvo motivo plausible para litigar. Se previene que el ministro señor Astudillo concurre al rechazo del recuso del recurso de nulidad, aunque teniendo presente las siguientes consideraciones: 1. Tal como se hace notar en la sentencia impugnada, es efectivo que el finiquito suscrito por el trabajador no contempla ninguna reserva de derechos, pero resulta igualmente cierto –como ese mismo fallo lo destaca– que tampoco hace mención alguna a las obligaciones derivadas del accidente del trabajo. Sigue a ello enfatizar que es un hecho igualmente asentado que el documento respectivo fue redactado por la parte empleadora, actual demandada; 2. Esa ambigüedad no puede perjudicar al trabajador. No sólo porque es la parte a proteger en la relación laboral, sino –principalmente– porque es el acreedor del deber seguridad a que se refiere el artículo 184 del Código del Trabajo y porque corresponde a una regla de interpretación contractual que las cláusulas ambiguas deben interpretarse contra quien las haya extendido; 3. De acuerdo con su uso frecuente, la voz “finiquitar” alude a la noción de terminar, saldar una cuenta. Enseguida, conforme lo dispone el inciso final del artículo 177 del Código del Trabajo, el finiquito –extendido con las formalidades legales– tiene mérito ejecutivo respecto de las obligaciones pendientes “que se hubieren consignado en él”. A contrario sensu, carece de eficacia respecto de las obligaciones que no han sido explicitadas en el documento; 4. Entonces, no puede llegarse al extremo de concluir que una mera referencia ambigua y genérica de “otorgar el más amplio y total finiquito al empleador”, de expresar que “nada se le adeuda por ningún concepto, sea de origen legal o contractual, derivado de la relación laboral” u otras fórmulas similares, tengan la virtud de extinguir obligaciones indeterminadas, a las que no se hace mención expresa en el documento. De ahí que en la sentencia recurrida se cometa el error de derecho de asignar poder liberatorio al finiquito; 5. Con todo, de la revisión del fallo impugnado aparece que en él se incumplió la obligación que impone el artículo 459 N° 4 del Código del Trabajo. Por respeto al principio de la no contradicción en casos como éste el tribunal del juicio está liberado de su deber de pronunciarse sobre el fondo de la acción deducida, es decir, no es exigible que resuelva la pretensión, que decida sobre ella, pero sólo eso. Así fluye, por ejemplo, del artículo 170 N° 6 del Código de Procedimiento Civil, en relación a lo que dispone el N° 11 del Auto Acordado sobre la Forma de las Sentencias; y así surgía también de lo que ordenaba el inciso segundo del artículo 472 del antiguo Código del Trabajo. Empero, eso no significa que

218

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

219

esté autorizado para desatender el imperativo legal de analizar toda la prueba rendida y de asentar los hechos que surjan de la misma, en la medida que ello se hace necesario para el caso que el tribunal de nulidad desestime la excepción extintiva, caso en el que debiera dictarse la correspondiente sentencia de reemplazo, sobre el fondo del asunto; 6. De esta manera, la omisión evidenciada se traduce en este caso en la imposibilidad de alterar lo que viene decidido por el tribunal del juicio oral, toda vez que no existen hechos establecidos que hagan factible un pronunciamiento sobre el fondo y tampoco se ha hecho valer por el recurrente alguna causal de nulidad que así lo permita. Redacción del Ministro señor Raúl Héctor Rocha Pérez y de la prevención, su autor. Regístrese y comuníquese. N° Reforma Laboral-105-2011. No firma el ministro señor Astudillo, no obstante haber concurrido a la vista y al acuerdo del fallo, por ausencia. Pronunciada por la Novena Sala de la Corte de Apelaciones de Santiago, presidida por el ministro señor Patricio Villarroel Valdivia e integrada por los ministros señor Raúl Héctor Rocha Pérez y señor Omar Astudillo Contreras.

esté autorizado para desatender el imperativo legal de analizar toda la prueba rendida y de asentar los hechos que surjan de la misma, en la medida que ello se hace necesario para el caso que el tribunal de nulidad desestime la excepción extintiva, caso en el que debiera dictarse la correspondiente sentencia de reemplazo, sobre el fondo del asunto; 6. De esta manera, la omisión evidenciada se traduce en este caso en la imposibilidad de alterar lo que viene decidido por el tribunal del juicio oral, toda vez que no existen hechos establecidos que hagan factible un pronunciamiento sobre el fondo y tampoco se ha hecho valer por el recurrente alguna causal de nulidad que así lo permita. Redacción del Ministro señor Raúl Héctor Rocha Pérez y de la prevención, su autor. Regístrese y comuníquese. N° Reforma Laboral-105-2011. No firma el ministro señor Astudillo, no obstante haber concurrido a la vista y al acuerdo del fallo, por ausencia. Pronunciada por la Novena Sala de la Corte de Apelaciones de Santiago, presidida por el ministro señor Patricio Villarroel Valdivia e integrada por los ministros señor Raúl Héctor Rocha Pérez y señor Omar Astudillo Contreras. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

219

RETIRO

220

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

San Miguel, dieciocho de octubre de dos mil once. VISTOS: Que en estos antecedentes RUC 1140019299-7, RIT O-62-2011 del Juzgado de Letras del Trabajo de Puente Alto, por sentencia de 19 de agosto de 2011, dictada por la señora Juez Suplente, doña Elizabeth Soledad Melero López, se acogió la demanda interpuesta por don José Ignacio Rubio Viedra en contra de don Próspero Marcelo González Camus y se condenó a éste a pagar la suma de $ 5.628.004.- por concepto de lucro cesante y $ 5.000.000.- por concepto de daño moral, más reajustes e intereses conforme lo dispone el artículo 63 del Código del Trabajo, a consecuencia del accidente laboral ocurrido con fecha 18 de abril de 2009. Contra el aludido fallo, el demandante interpuso recurso de nulidad fundado en la causal del artículo 477 en relación con el artículo 2330 del Código Civil, y en subsidio, por la causal del artículo 478 letra c) del Código del Trabajo en relación con los artículos 69 de la Ley N° 16.744 y 1556, 2314 y 2329 del Código Civil. Habiéndose estimado admisible el recurso, se ordenó su incorporación a la tabla ordinaria y en la audiencia respectiva intervinieron los apoderados de ambas partes, concluido el alegato, quedaron los autos para dictar sentencia. CON LO OÍDO Y CONSIDERANDO: PRIMERO: Que la causal de nulidad alegada como principal es la del artículo 477 del Código del Trabajo, a saber, que la sentencia se dictó con infracción de ley que influyó sustancialmente en lo dispositivo del fallo, y la hace consistir en la vulneración del artículo 2330 del Código Civil, por cuanto aplica una compensación de culpas o rebaja de indemnización por una supuesta exposición imprudente al daño por parte de la víctima, conforme a la norma citada, la que es aplicable en materia de responsabilidad extracontractual, según el recurrente y no en la responsabilidad contractual como en el caso de autos. Señala que esta infracción ha influido en lo dispositivo del fallo, pues en caso de no aplicarse dicha compensación de culpas, los montos a indemnizar serían de $ 11.256.008.- y $ 10.000.000.- para los conceptos de lucro cesante y daño moral, respectivamente y no los dispuestos por el fallo recurrido. SEGUNDO: En subsidio de la causal referida en el considerando precedente, invoca el demandante la causal de nulidad del artículo 478 letra c) del Código del Trabajo, siendo necesario alterar la calificación jurídica de los hechos sin modificar las condiciones fácticas, pues el fallo ha infringido los artículos 69 de la ley N° 16.744 y 1556, 2314 y 2329 del Código Civil. En efecto, señala que en base a las disposiciones citadas procedía una indemnización mayor a la regulada pues se efectuó un descuento indebido por la aplicación del artículo 2330 del Código Civil, la que debe ser reparada con los mismos antecedentes fácticos y pruebas, que dan cuenta de la pérdida de capacidad de ganancia y gravedad de los daños del actor. TERCERO: Que el fallo recurrido dio lugar a la demanda de indemnización de perjuicios por accidente del trabajo, iniciada por el demandante José Ignacio Rubio Viedra, en su calidad de conductor de camiones de propiedad de don Próspero Marcelo González Camus, demandado para el cual trabajaba desde el 01 de febrero de 1996, con contrato indefinido desde el 01 de febrero de 2008, hechos que no han sido cuestionados por el demandado. CUARTO: Que el accidente ocurrió el día sábado 18 de abril de 2009, aproximadamente a las 14:00 horas, en circunstancias que el mencionado conductor concurrió, con su hermano, hasta el taller mecánico de su empleador, para efectuar la mantención del camión asignado, momento en que el jefe de taller se encontraba trabajando en el motor de otro vehículo, el que estaba sobre un mesón y él procedió a ayudarlo, sosteniendo una pieza del motor la cual era apretada con una prensa, la que giró sorpresivamente cayendo el motor sobre su pierna, lesionándolo, hechos que fueron probados en la forma que

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol N° 294-2011 Cita online: CL/JUR/8259/2011

I. SENTENCIA DE NULIDAD

I. SENTENCIA DE NULIDAD

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol N° 294-2011 Cita online: CL/JUR/8259/2011

San Miguel, dieciocho de octubre de dos mil once. VISTOS: Que en estos antecedentes RUC 1140019299-7, RIT O-62-2011 del Juzgado de Letras del Trabajo de Puente Alto, por sentencia de 19 de agosto de 2011, dictada por la señora Juez Suplente, doña Elizabeth Soledad Melero López, se acogió la demanda interpuesta por don José Ignacio Rubio Viedra en contra de don Próspero Marcelo González Camus y se condenó a éste a pagar la suma de $ 5.628.004.- por concepto de lucro cesante y $ 5.000.000.- por concepto de daño moral, más reajustes e intereses conforme lo dispone el artículo 63 del Código del Trabajo, a consecuencia del accidente laboral ocurrido con fecha 18 de abril de 2009. Contra el aludido fallo, el demandante interpuso recurso de nulidad fundado en la causal del artículo 477 en relación con el artículo 2330 del Código Civil, y en subsidio, por la causal del artículo 478 letra c) del Código del Trabajo en relación con los artículos 69 de la Ley N° 16.744 y 1556, 2314 y 2329 del Código Civil. Habiéndose estimado admisible el recurso, se ordenó su incorporación a la tabla ordinaria y en la audiencia respectiva intervinieron los apoderados de ambas partes, concluido el alegato, quedaron los autos para dictar sentencia. CON LO OÍDO Y CONSIDERANDO: PRIMERO: Que la causal de nulidad alegada como principal es la del artículo 477 del Código del Trabajo, a saber, que la sentencia se dictó con infracción de ley que influyó sustancialmente en lo dispositivo del fallo, y la hace consistir en la vulneración del artículo 2330 del Código Civil, por cuanto aplica una compensación de culpas o rebaja de indemnización por una supuesta exposición imprudente al daño por parte de la víctima, conforme a la norma citada, la que es aplicable en materia de responsabilidad extracontractual, según el recurrente y no en la responsabilidad contractual como en el caso de autos. Señala que esta infracción ha influido en lo dispositivo del fallo, pues en caso de no aplicarse dicha compensación de culpas, los montos a indemnizar serían de $ 11.256.008.- y $ 10.000.000.- para los conceptos de lucro cesante y daño moral, respectivamente y no los dispuestos por el fallo recurrido. SEGUNDO: En subsidio de la causal referida en el considerando precedente, invoca el demandante la causal de nulidad del artículo 478 letra c) del Código del Trabajo, siendo necesario alterar la calificación jurídica de los hechos sin modificar las condiciones fácticas, pues el fallo ha infringido los artículos 69 de la ley N° 16.744 y 1556, 2314 y 2329 del Código Civil. En efecto, señala que en base a las disposiciones citadas procedía una indemnización mayor a la regulada pues se efectuó un descuento indebido por la aplicación del artículo 2330 del Código Civil, la que debe ser reparada con los mismos antecedentes fácticos y pruebas, que dan cuenta de la pérdida de capacidad de ganancia y gravedad de los daños del actor. TERCERO: Que el fallo recurrido dio lugar a la demanda de indemnización de perjuicios por accidente del trabajo, iniciada por el demandante José Ignacio Rubio Viedra, en su calidad de conductor de camiones de propiedad de don Próspero Marcelo González Camus, demandado para el cual trabajaba desde el 01 de febrero de 1996, con contrato indefinido desde el 01 de febrero de 2008, hechos que no han sido cuestionados por el demandado. CUARTO: Que el accidente ocurrió el día sábado 18 de abril de 2009, aproximadamente a las 14:00 horas, en circunstancias que el mencionado conductor concurrió, con su hermano, hasta el taller mecánico de su empleador, para efectuar la mantención del camión asignado, momento en que el jefe de taller se encontraba trabajando en el motor de otro vehículo, el que estaba sobre un mesón y él procedió a ayudarlo, sosteniendo una pieza del motor la cual era apretada con una prensa, la que giró sorpresivamente cayendo el motor sobre su pierna, lesionándolo, hechos que fueron probados en la forma que

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

220

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

221

establece el considerando decimoséptimo de la sentencia recurrida, que además deja por establecido que el demandante concurrió al taller mecánico con hálito alcohólico y que, por contrato, debía abstenerse de efectuar trabajos mecánicos encargados a personal especializado. Sin perjuicio de lo anterior, el sentenciador consigna que el empleador tiene la obligación de velar por que sus trabajadores no realicen maniobras peligrosas para su vida y su salud, por tanto si el empleador pudo verificar que el demandante estaba con hálito alcohólico, debió tomar las medidas pertinentes para que el chofer no ingresara al taller, ni siguiera conduciendo el vehículo. QUINTO: Que, efectivamente, como lo señala el considerando décimo octavo del fallo, es preciso dilucidar cuál fue la causa basal del accidente del trabajo, si el empleador no adoptó las medidas de seguridad a lo que lo obliga el artículo 184 del Código del Trabajo o, si el antecedente directo fue la exposición imprudente al riesgo por parte del demandante, quien realizaba funciones que por contrato no le correspondían y que además se encontraba con hálito alcohólico. SEXTO: Que según las pruebas analizadas latamente por el sentenciador y ponderadas de acuerdo a la ley, el demandado no comprobó que hubiere tomado todas las medidas de seguridad que eran necesarias en el taller mecánico de su propiedad, lo que le correspondía de acuerdo a las reglas generales del peso de la prueba, es decir, es evidente que existía un escenario laboral inseguro. SÉPTIMO: Que de acuerdo a lo antes mencionado, la Juez sostiene que no puede dar por acreditado que la causa basal del accidente sufrido por el actor se deba en forma exclusiva a la exposición imprudente al riesgo por parte del demandante o del escenario laboral inseguro que existía en el taller mecánico donde se produjo el accidente, lo cual debe quedar reflejado al momento de cuantificar las indemnizaciones demandadas y, es por ello que, en los motivos siguientes, determina la procedencia del lucro cesante demandado, mediante una operación matemática en relación a la remuneración percibida por el actor a la época del accidente ($ 297.778, hecho no controvertido) multiplicando tal cifra por catorce años que es el tiempo que al trabajador le falta para jubilar, aplicándole a la suma resultante el factor de incapacidad declarado por el organismo pertinente (22,5 %) lo cual le dio como resultante un total de once millones doscientos cincuenta y seis mil ocho pesos y, sopesando las responsabilidades, redujo la indemnización final por este rubro a cinco millones seiscientos veintiocho mil cuatro pesos. En relación a la indemnización solicitada por concepto de daño moral, el juzgador con las pruebas existentes en el proceso, lo consideró como suficientemente probado, tanto en cuanto al perjuicio de sufrimiento como al perjuicio de agrado y, pese a la dificultad que reconoce el avaluarlo económicamente, lo determina en diez millones de pesos, pero reduce la indemnización por este rubro a la mitad, esto es, cinco millones de pesos, ello en relación a la exposición imprudente al riesgo por parte del demandante y al sopesamiento de las responsabilidades, como lo dejó establecido en los considerandos pertinentes. OCTAVO: Que de acuerdo a la prueba producida en autos, y como lo establece el fallo impugnado, no es posible llegar a la convicción de que el demandado hubiere tomado todas las medidas de seguridad en la empresa, especialmente en el taller mecánico donde se produjo el accidente, ya que si bien en la inspección del Tribunal se constató la existencia de un letrero blanco que prohibía el ingreso a personas extrañas al recinto, éste no se encontraba el día de los hechos según el demandante, no habiéndose podido dilucidar la data de dicha advertencia, ya que tampoco ninguno de los testigos de la demandada hizo alusión alguna a la existencia del mismo. Por tanto, para desestimar la alegación de la demandada en cuanto a la improcedencia de la indemnización o disminución de la misma a causa de la exposición imprudente de la víctima al daño, se tuvo en consideración que la calidad de garante que tiene el empleador se extiende no sólo a la de la salud e integridad de sus trabajadores, sino también al comportamiento laboral, debiendo velar y ejercer vigilancia para la mejor ejecución de los trabajos y para evitar accidentes como los que aquí se ventilan. NOVENO: Que se produjo la infracción de ley que se reclama, toda vez que entre los hechos descritos en el considerando décimo séptimo, esto es que el actor tenía hálito alcohólico y que no se encontraba entre sus tareas la de ayudar al mecánico en la reparación de los motores, no se concluyó ni ese motivo, ni en los siguientes, que esas dos circunstancias fueran las causantes del accidente ni que

establece el considerando decimoséptimo de la sentencia recurrida, que además deja por establecido que el demandante concurrió al taller mecánico con hálito alcohólico y que, por contrato, debía abstenerse de efectuar trabajos mecánicos encargados a personal especializado. Sin perjuicio de lo anterior, el sentenciador consigna que el empleador tiene la obligación de velar por que sus trabajadores no realicen maniobras peligrosas para su vida y su salud, por tanto si el empleador pudo verificar que el demandante estaba con hálito alcohólico, debió tomar las medidas pertinentes para que el chofer no ingresara al taller, ni siguiera conduciendo el vehículo. QUINTO: Que, efectivamente, como lo señala el considerando décimo octavo del fallo, es preciso dilucidar cuál fue la causa basal del accidente del trabajo, si el empleador no adoptó las medidas de seguridad a lo que lo obliga el artículo 184 del Código del Trabajo o, si el antecedente directo fue la exposición imprudente al riesgo por parte del demandante, quien realizaba funciones que por contrato no le correspondían y que además se encontraba con hálito alcohólico. SEXTO: Que según las pruebas analizadas latamente por el sentenciador y ponderadas de acuerdo a la ley, el demandado no comprobó que hubiere tomado todas las medidas de seguridad que eran necesarias en el taller mecánico de su propiedad, lo que le correspondía de acuerdo a las reglas generales del peso de la prueba, es decir, es evidente que existía un escenario laboral inseguro. SÉPTIMO: Que de acuerdo a lo antes mencionado, la Juez sostiene que no puede dar por acreditado que la causa basal del accidente sufrido por el actor se deba en forma exclusiva a la exposición imprudente al riesgo por parte del demandante o del escenario laboral inseguro que existía en el taller mecánico donde se produjo el accidente, lo cual debe quedar reflejado al momento de cuantificar las indemnizaciones demandadas y, es por ello que, en los motivos siguientes, determina la procedencia del lucro cesante demandado, mediante una operación matemática en relación a la remuneración percibida por el actor a la época del accidente ($ 297.778, hecho no controvertido) multiplicando tal cifra por catorce años que es el tiempo que al trabajador le falta para jubilar, aplicándole a la suma resultante el factor de incapacidad declarado por el organismo pertinente (22,5 %) lo cual le dio como resultante un total de once millones doscientos cincuenta y seis mil ocho pesos y, sopesando las responsabilidades, redujo la indemnización final por este rubro a cinco millones seiscientos veintiocho mil cuatro pesos. En relación a la indemnización solicitada por concepto de daño moral, el juzgador con las pruebas existentes en el proceso, lo consideró como suficientemente probado, tanto en cuanto al perjuicio de sufrimiento como al perjuicio de agrado y, pese a la dificultad que reconoce el avaluarlo económicamente, lo determina en diez millones de pesos, pero reduce la indemnización por este rubro a la mitad, esto es, cinco millones de pesos, ello en relación a la exposición imprudente al riesgo por parte del demandante y al sopesamiento de las responsabilidades, como lo dejó establecido en los considerandos pertinentes. OCTAVO: Que de acuerdo a la prueba producida en autos, y como lo establece el fallo impugnado, no es posible llegar a la convicción de que el demandado hubiere tomado todas las medidas de seguridad en la empresa, especialmente en el taller mecánico donde se produjo el accidente, ya que si bien en la inspección del Tribunal se constató la existencia de un letrero blanco que prohibía el ingreso a personas extrañas al recinto, éste no se encontraba el día de los hechos según el demandante, no habiéndose podido dilucidar la data de dicha advertencia, ya que tampoco ninguno de los testigos de la demandada hizo alusión alguna a la existencia del mismo. Por tanto, para desestimar la alegación de la demandada en cuanto a la improcedencia de la indemnización o disminución de la misma a causa de la exposición imprudente de la víctima al daño, se tuvo en consideración que la calidad de garante que tiene el empleador se extiende no sólo a la de la salud e integridad de sus trabajadores, sino también al comportamiento laboral, debiendo velar y ejercer vigilancia para la mejor ejecución de los trabajos y para evitar accidentes como los que aquí se ventilan. NOVENO: Que se produjo la infracción de ley que se reclama, toda vez que entre los hechos descritos en el considerando décimo séptimo, esto es que el actor tenía hálito alcohólico y que no se encontraba entre sus tareas la de ayudar al mecánico en la reparación de los motores, no se concluyó ni ese motivo, ni en los siguientes, que esas dos circunstancias fueran las causantes del accidente ni que ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

221

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

San Miguel, dieciocho de octubre de dos mil once. En cumplimiento de lo dispuesto en el artículo 478 del Código del Trabajo, se dicta a continuación la siguiente sentencia de reemplazo: VISTOS: Se reproduce la sentencia en alzada con excepción de los considerandos decimo octavo y decimonoveno, que se eliminan. Y SE TIENE PRESENTE. PRIMERO: Los fundamentos del fallo de nulidad que se tienen por expresamente reproducidos. SEGUNDO: Que del mérito de los elementos de convicción contenidos en la causa, se desprende que el día sábado 18 de abril de 2009, aproximadamente a las 14:00 horas, en circunstancias que el conductor José Ignacio Rubio Viedra, que conducía un camión de propiedad de Próspero Marcelo González Camus, concurrió con su hermano, hasta el taller mecánico de su empleador, para efectuar la mantención del camión asignado, momento en que el jefe de taller se encontraba trabajando en el motor de otro vehículo, el que estaba sobre un mesón y él procedió a ayudarlo, sosteniendo una pieza del motor la cual era apretada con una prensa, la que giró sorpresivamente cayendo el motor sobre su pierna, causándole fractura en la pierna derecha y herida cortante en el muslo izquierdo, provocándole un grado de incapacidad del 22,5 %. TERCERO: Que ni la existencia del accidente del trabajo, ni que éste ocurrió durante la jornada de trabajo y mientras desarrollaba las labores para las cuales había sido contratado el demandante, han sido controvertidos, por tanto el hecho que causó el daño ha existido y su resultado perjudicial se

222

II. SENTENCIA DE REEMPLAZO

fueran con causa del mismo, tampoco se señaló como ellas habrían influido en la producción del hecho dañoso, de forma que no se dio sustento fáctico a la aplicación de la norma contenida en el artículo 2330 citado. DÉCIMO: Que en los considerandos decimooctavo y decimonoveno de la sentencia se establece la responsabilidad del actor por incumplimiento de la obligación contractual y legal del artículo 184 del Código del Trabajo, razonando al final de este último motivo sobre un sopesamiento de responsabilidades para cuantificar las indemnizaciones demandadas, dicha compensación no resulta procedente, por las razones antes dichas y porque nos encontramos en sede de responsabilidad contractual, toda vez que el deber de indemnizar surge del incumplimiento de las obligaciones del demandado Próspero Marcelo González Camus, como lo señala la propia sentencia, sin que se concluyera como causa del accidente las actuaciones del mandante, por lo que no es posible aplicar la norma del artículo 2330 del Código Civil, sin haber establecido como hechos concurrentes en la producción del daño las conductas que se imputan al trabajador o la forma en que éstas influyeron en éste. UNDÉCIMO: Que apareciendo que se hizo una errónea aplicación del artículo citado y ésta influye sustancialmente en lo dispositivo del fallo al reducir en un 50% las indemnizaciones establecidas, procede acoger el recurso y declarar la nulidad del fallo. Por estos fundamentos, y de acuerdo con lo previsto en los artículos 474, 477 y 478 del Código del Trabajo, SE ACOGE el recurso de nulidad interpuesto por la parte demandante, en contra de la sentencia definitiva de diecinueve de agosto de dos mil once, en causa RIT O-62-2011, RUC 1140019299-7 del Juzgado de Letras del Trabajo de Puente Alto, y no se emitirá pronunciamiento respecto a la causal subsidiaria, atendido lo resuelto. De conformidad con el artículo 478 del Código del Trabajo se procede a dictar a continuación y por separado sentencia de reemplazo. Regístrese y comuníquese. ROL CORTE N° 294-2011 Ref. Redacción de la Fiscal Judicial doña Cecilia Venegas Vásquez. Pronunciado por los Ministros de la Tercera Sala, señor José Ismael Contreras Pérez y señora Lya Cabello Abdala y por la Fiscal Judicial señora Cecilia Venegas Vásquez. En San Miguel, a dieciocho de octubre de dos mil once, notifiqué por el estado diario la resolución precedente.

fueran con causa del mismo, tampoco se señaló como ellas habrían influido en la producción del hecho dañoso, de forma que no se dio sustento fáctico a la aplicación de la norma contenida en el artículo 2330 citado. DÉCIMO: Que en los considerandos decimooctavo y decimonoveno de la sentencia se establece la responsabilidad del actor por incumplimiento de la obligación contractual y legal del artículo 184 del Código del Trabajo, razonando al final de este último motivo sobre un sopesamiento de responsabilidades para cuantificar las indemnizaciones demandadas, dicha compensación no resulta procedente, por las razones antes dichas y porque nos encontramos en sede de responsabilidad contractual, toda vez que el deber de indemnizar surge del incumplimiento de las obligaciones del demandado Próspero Marcelo González Camus, como lo señala la propia sentencia, sin que se concluyera como causa del accidente las actuaciones del mandante, por lo que no es posible aplicar la norma del artículo 2330 del Código Civil, sin haber establecido como hechos concurrentes en la producción del daño las conductas que se imputan al trabajador o la forma en que éstas influyeron en éste. UNDÉCIMO: Que apareciendo que se hizo una errónea aplicación del artículo citado y ésta influye sustancialmente en lo dispositivo del fallo al reducir en un 50% las indemnizaciones establecidas, procede acoger el recurso y declarar la nulidad del fallo. Por estos fundamentos, y de acuerdo con lo previsto en los artículos 474, 477 y 478 del Código del Trabajo, SE ACOGE el recurso de nulidad interpuesto por la parte demandante, en contra de la sentencia definitiva de diecinueve de agosto de dos mil once, en causa RIT O-62-2011, RUC 1140019299-7 del Juzgado de Letras del Trabajo de Puente Alto, y no se emitirá pronunciamiento respecto a la causal subsidiaria, atendido lo resuelto. De conformidad con el artículo 478 del Código del Trabajo se procede a dictar a continuación y por separado sentencia de reemplazo. Regístrese y comuníquese. ROL CORTE N° 294-2011 Ref. Redacción de la Fiscal Judicial doña Cecilia Venegas Vásquez. Pronunciado por los Ministros de la Tercera Sala, señor José Ismael Contreras Pérez y señora Lya Cabello Abdala y por la Fiscal Judicial señora Cecilia Venegas Vásquez. En San Miguel, a dieciocho de octubre de dos mil once, notifiqué por el estado diario la resolución precedente.

II. SENTENCIA DE REEMPLAZO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

San Miguel, dieciocho de octubre de dos mil once. En cumplimiento de lo dispuesto en el artículo 478 del Código del Trabajo, se dicta a continuación la siguiente sentencia de reemplazo: VISTOS: Se reproduce la sentencia en alzada con excepción de los considerandos decimo octavo y decimonoveno, que se eliminan. Y SE TIENE PRESENTE. PRIMERO: Los fundamentos del fallo de nulidad que se tienen por expresamente reproducidos. SEGUNDO: Que del mérito de los elementos de convicción contenidos en la causa, se desprende que el día sábado 18 de abril de 2009, aproximadamente a las 14:00 horas, en circunstancias que el conductor José Ignacio Rubio Viedra, que conducía un camión de propiedad de Próspero Marcelo González Camus, concurrió con su hermano, hasta el taller mecánico de su empleador, para efectuar la mantención del camión asignado, momento en que el jefe de taller se encontraba trabajando en el motor de otro vehículo, el que estaba sobre un mesón y él procedió a ayudarlo, sosteniendo una pieza del motor la cual era apretada con una prensa, la que giró sorpresivamente cayendo el motor sobre su pierna, causándole fractura en la pierna derecha y herida cortante en el muslo izquierdo, provocándole un grado de incapacidad del 22,5 %. TERCERO: Que ni la existencia del accidente del trabajo, ni que éste ocurrió durante la jornada de trabajo y mientras desarrollaba las labores para las cuales había sido contratado el demandante, han sido controvertidos, por tanto el hecho que causó el daño ha existido y su resultado perjudicial se

222

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

223

encuentra acreditado con los informes médicos agregados, como asimismo la relación de causalidad entre el accidente y el resultado producido. CUARTO: Que en tal circunstancia correspondía al empleador acreditar que cumplió con su obligación de seguridad, en cuanto a velar por que sus trabajadores no realicen maniobras peligrosas para su vida y salud, con el objeto de eximirse de la responsabilidad que se le atribuye, lo que no ha logró hacer, y más aún ha reconocido en la instancia que no existe control de ingreso al taller mecánico, ya que los mecánicos son los únicos que ingresan al lugar. QUINTO: Que cabe atribuir responsabilidad en el accidente sufrido por el actor José Ignacio Rubio Viedra, a su empleador Próspero Marcelo González Camus, al no haber acreditado, según lo expuesto precedentemente, que dio cumplimiento con su obligación de velar adecuadamente por la seguridad de sus trabajadores, de acuerdo a lo establecido en el artículo 184 del Código del Trabajo, debiendo ser el garante de ellas. SEXTO: Que por consiguiente, siendo el demandado responsable del accidente sufrido por el actor el día 18 de abril de 2009, está obligado a indemnizar a la víctima, por los daños sufridos, tanto por concepto de lucro cesante como por el daño moral ocasionado, en los términos y por los montos que estableció primeramente el sentenciador en los considerandos vigésimo y vigésimo primero, pero sin la reducción establecida solicitada por el demandado por exposición imprudente de la víctima al daño, teniendo para ello en consideración que la calidad de garante que tiene el empleador se extiende no sólo a la de la salud e integridad de sus trabajadores, sino también al comportamiento laboral, debiendo velar y ejercer vigilancia para la mejor ejecución de los trabajos y para evitar accidentes como los que aquí se ventilan, no siendo aplicable, en la especie, lo señalado por el artículo 2330 del Código Civil. SÉPTIMO: Que por lo anteriormente expuesto se acogerá la demanda de autos, en cuanto se fija la indemnización que le corresponde recibir al actor por el accidente del trabajo sufrido el 18 de abril de 2009, debiendo su empleador cancelarle por concepto de lucro cesante la suma de once millones doscientos cincuenta y seis mil ocho pesos y por concepto de daño moral, la suma de diez millones de pesos. Por estas consideraciones, y visto además lo dispuesto en los artículos 184 del Código del Trabajo y artículos 5º y 69 de la ley Nº 16.744, SE DECLARA que SE ACOGE la demanda interpuesta por don José Ignacio Rubio Viedra en contra de don Próspero Marcelo González Camus y en consecuencia se condena este último a pagarle al demandante la suma de once millones doscientos cincuenta y seis mil ocho pesos, por concepto de lucro cesante y por concepto de daño moral, la cantidad de diez millones de pesos, sumas que deberán aumentarse de acuerdo a lo establecido por el artículo 63 del Código del Trabajo, sin costas. Regístrese y comuníquese. N° 294-2011 Ref. Lab. Redacción de la Fiscal Judicial señora Cecilia Venegas Vásquez. Pronunciado por los Ministros de la Tercera Sala, señor José Ismael Contreras Pérez y señora Lya Cabello Abdala y por la Fiscal Judicial señora Cecilia Venegas Vásquez. En San Miguel, a dieciocho de octubre de dos mil once, notifiqué por el estado diario la resolución precedente.

encuentra acreditado con los informes médicos agregados, como asimismo la relación de causalidad entre el accidente y el resultado producido. CUARTO: Que en tal circunstancia correspondía al empleador acreditar que cumplió con su obligación de seguridad, en cuanto a velar por que sus trabajadores no realicen maniobras peligrosas para su vida y salud, con el objeto de eximirse de la responsabilidad que se le atribuye, lo que no ha logró hacer, y más aún ha reconocido en la instancia que no existe control de ingreso al taller mecánico, ya que los mecánicos son los únicos que ingresan al lugar. QUINTO: Que cabe atribuir responsabilidad en el accidente sufrido por el actor José Ignacio Rubio Viedra, a su empleador Próspero Marcelo González Camus, al no haber acreditado, según lo expuesto precedentemente, que dio cumplimiento con su obligación de velar adecuadamente por la seguridad de sus trabajadores, de acuerdo a lo establecido en el artículo 184 del Código del Trabajo, debiendo ser el garante de ellas. SEXTO: Que por consiguiente, siendo el demandado responsable del accidente sufrido por el actor el día 18 de abril de 2009, está obligado a indemnizar a la víctima, por los daños sufridos, tanto por concepto de lucro cesante como por el daño moral ocasionado, en los términos y por los montos que estableció primeramente el sentenciador en los considerandos vigésimo y vigésimo primero, pero sin la reducción establecida solicitada por el demandado por exposición imprudente de la víctima al daño, teniendo para ello en consideración que la calidad de garante que tiene el empleador se extiende no sólo a la de la salud e integridad de sus trabajadores, sino también al comportamiento laboral, debiendo velar y ejercer vigilancia para la mejor ejecución de los trabajos y para evitar accidentes como los que aquí se ventilan, no siendo aplicable, en la especie, lo señalado por el artículo 2330 del Código Civil. SÉPTIMO: Que por lo anteriormente expuesto se acogerá la demanda de autos, en cuanto se fija la indemnización que le corresponde recibir al actor por el accidente del trabajo sufrido el 18 de abril de 2009, debiendo su empleador cancelarle por concepto de lucro cesante la suma de once millones doscientos cincuenta y seis mil ocho pesos y por concepto de daño moral, la suma de diez millones de pesos. Por estas consideraciones, y visto además lo dispuesto en los artículos 184 del Código del Trabajo y artículos 5º y 69 de la ley Nº 16.744, SE DECLARA que SE ACOGE la demanda interpuesta por don José Ignacio Rubio Viedra en contra de don Próspero Marcelo González Camus y en consecuencia se condena este último a pagarle al demandante la suma de once millones doscientos cincuenta y seis mil ocho pesos, por concepto de lucro cesante y por concepto de daño moral, la cantidad de diez millones de pesos, sumas que deberán aumentarse de acuerdo a lo establecido por el artículo 63 del Código del Trabajo, sin costas. Regístrese y comuníquese. N° 294-2011 Ref. Lab. Redacción de la Fiscal Judicial señora Cecilia Venegas Vásquez. Pronunciado por los Ministros de la Tercera Sala, señor José Ismael Contreras Pérez y señora Lya Cabello Abdala y por la Fiscal Judicial señora Cecilia Venegas Vásquez. En San Miguel, a dieciocho de octubre de dos mil once, notifiqué por el estado diario la resolución precedente. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

223

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Santiago, quince de noviembre de dos mil diez. I. Antecedentes: Ante este Segundo Juzgado del Trabajo de Santiago, Gonzalo Poza Parraguez, operario, domiciliado en Huérfanos 835, oficina 1601, Santiago deduce demanda en juicio del trabajo contra Recicladora Nacional de Metales S.A. representada por Guillermo Carrión Valdés, empresario, domiciliado en Los Helechos 3663, Renca, fundado en prestar servicios bajo vínculo laboral, desde agosto de 2009 hasta la fecha en labores de operario, con una remuneración de $ 246.250. El 1 de febrero de 2010 sufrió un accidente del trabajo, luego de haber ingresado a trabajar a las 8:30 horas. Aproximadamente a las 14:30 horas, mientras operaba una guillotina eléctrica, sin ningún tipo de procedimiento de trabajo seguro, cortando cables de aluminio, los que eran depositados al lado de la guillotina, en un completo desorden (quedando muchos en el suelo), pasó a llevar el pedal que accionaba la guillotina, lo que hizo que ésta se cerrara sorpresivamente atrapándole y mutilándole la mano derecha (amputación de parte del dedo índice, con fractura expuesta a nivel de la segunda falange de los dedos medio y anular). Relata la atención médica de urgencia que recibió en el SAMU y en el Instituto Traumatológico, donde se le amputó su dedo medio hasta la segunda falange, quedando con el dedo anular inmovilizado y mutilado. Luego de salir del Hospital debió iniciar un largo y doloroso proceso de curaciones quirúrgicas y rehabilitación, siendo operado en dos oportunidades y ordenándosele reposo laboral. El accidente da cuenta de la falta total de cuidado y medidas de seguridad de la demandada, que lo hacía trabajar con un procedimiento riesgoso, en una guillotina sin protección que impidiera el contacto de las manos con los cuchillos del artefacto, sin topes o elementos auxiliares, sin guantes de seguridad adecuados, pues sólo disponía de guantes de cabritilla, sin entrenamiento o capacitación para operar con seguridad la máquina, sin procedimiento formal o escrito, sin información sobre los riesgos, sin poder aceptar que no se hubiere previsto por nadie de la empresa el peligro. El accidente fue calificado como laboral, recibiendo las prestaciones de la ley Nº 16.744. Quedó con la mano derecha completamente inutilizada y con dolores crónicos, con daño permanente, lo que le impide volver a las labores normales, con grandes dificultades para realizar las labores más simples y sin poder realizar ningún tipo de actividad que requiera fuerza o precisión. A la fecha tiene 22 años, sin poder valerse por sí mismo ni ejecutar las labores que desempeñaba. Ha sufrido perjuicio de sufrimiento (daño físico, psicológico, estado de angustia, pérdida de actividades normales a las que estaba acostumbrado, sintiéndose limitado absolutamente, dependiendo de terceros para muchas actividades cotidianas) y de agrado (privación de satisfacciones de orden social, mundano y deportivas que normalmente benefician a un hombre de su edad y condición, perdiendo los entretenimientos comunes y ordinarios de la vida, afectando incluso su salud mental). Pormenoriza y desarrolla el incumplimiento legal contractual de la empleadora, consagrados en los artículos 184 del Código del Trabajo; 66 a 68 de la ley Nº 16.744, Reglamento contenido en decreto supremo Nº 40 de 1969; 3, 36, 37, 43 y 53 del D.S. Nº 594; 54 del decreto supremo Nº 54; la infracción del deber de asesoría e instrucción en los riesgos del trabajo; vigilancia del cumplimiento de las medidas de prevención; ausencia de comité paritario de higiene y seguridad. Expone que la empleadora responde por culpa levísima y que por concepto de lucro cesante (citando previamente jurisprudencia) demanda $ 50.826.000, resultante de multiplicar el saldo de vida laboral contemplado en meses, por la remuneración que percibía y reducido al 40%, representando este guarismo el grado de incapacidad estimativo. Por daño moral demanda $ 120.000.000. Todo lo cual solicita se condene a pagar a la demandada con los reajustes e intereses que se determine (sic).

224

I. SENTENCIA DEL JUZGADO DE LETRAS DEL TRABAJO

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol N° 1686-2010 Cita online: CL/JUR/ 16492/2010

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol N° 1686-2010 Cita online: CL/JUR/ 16492/2010

I. SENTENCIA DEL JUZGADO DE LETRAS DEL TRABAJO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Santiago, quince de noviembre de dos mil diez. I. Antecedentes: Ante este Segundo Juzgado del Trabajo de Santiago, Gonzalo Poza Parraguez, operario, domiciliado en Huérfanos 835, oficina 1601, Santiago deduce demanda en juicio del trabajo contra Recicladora Nacional de Metales S.A. representada por Guillermo Carrión Valdés, empresario, domiciliado en Los Helechos 3663, Renca, fundado en prestar servicios bajo vínculo laboral, desde agosto de 2009 hasta la fecha en labores de operario, con una remuneración de $ 246.250. El 1 de febrero de 2010 sufrió un accidente del trabajo, luego de haber ingresado a trabajar a las 8:30 horas. Aproximadamente a las 14:30 horas, mientras operaba una guillotina eléctrica, sin ningún tipo de procedimiento de trabajo seguro, cortando cables de aluminio, los que eran depositados al lado de la guillotina, en un completo desorden (quedando muchos en el suelo), pasó a llevar el pedal que accionaba la guillotina, lo que hizo que ésta se cerrara sorpresivamente atrapándole y mutilándole la mano derecha (amputación de parte del dedo índice, con fractura expuesta a nivel de la segunda falange de los dedos medio y anular). Relata la atención médica de urgencia que recibió en el SAMU y en el Instituto Traumatológico, donde se le amputó su dedo medio hasta la segunda falange, quedando con el dedo anular inmovilizado y mutilado. Luego de salir del Hospital debió iniciar un largo y doloroso proceso de curaciones quirúrgicas y rehabilitación, siendo operado en dos oportunidades y ordenándosele reposo laboral. El accidente da cuenta de la falta total de cuidado y medidas de seguridad de la demandada, que lo hacía trabajar con un procedimiento riesgoso, en una guillotina sin protección que impidiera el contacto de las manos con los cuchillos del artefacto, sin topes o elementos auxiliares, sin guantes de seguridad adecuados, pues sólo disponía de guantes de cabritilla, sin entrenamiento o capacitación para operar con seguridad la máquina, sin procedimiento formal o escrito, sin información sobre los riesgos, sin poder aceptar que no se hubiere previsto por nadie de la empresa el peligro. El accidente fue calificado como laboral, recibiendo las prestaciones de la ley Nº 16.744. Quedó con la mano derecha completamente inutilizada y con dolores crónicos, con daño permanente, lo que le impide volver a las labores normales, con grandes dificultades para realizar las labores más simples y sin poder realizar ningún tipo de actividad que requiera fuerza o precisión. A la fecha tiene 22 años, sin poder valerse por sí mismo ni ejecutar las labores que desempeñaba. Ha sufrido perjuicio de sufrimiento (daño físico, psicológico, estado de angustia, pérdida de actividades normales a las que estaba acostumbrado, sintiéndose limitado absolutamente, dependiendo de terceros para muchas actividades cotidianas) y de agrado (privación de satisfacciones de orden social, mundano y deportivas que normalmente benefician a un hombre de su edad y condición, perdiendo los entretenimientos comunes y ordinarios de la vida, afectando incluso su salud mental). Pormenoriza y desarrolla el incumplimiento legal contractual de la empleadora, consagrados en los artículos 184 del Código del Trabajo; 66 a 68 de la ley Nº 16.744, Reglamento contenido en decreto supremo Nº 40 de 1969; 3, 36, 37, 43 y 53 del D.S. Nº 594; 54 del decreto supremo Nº 54; la infracción del deber de asesoría e instrucción en los riesgos del trabajo; vigilancia del cumplimiento de las medidas de prevención; ausencia de comité paritario de higiene y seguridad. Expone que la empleadora responde por culpa levísima y que por concepto de lucro cesante (citando previamente jurisprudencia) demanda $ 50.826.000, resultante de multiplicar el saldo de vida laboral contemplado en meses, por la remuneración que percibía y reducido al 40%, representando este guarismo el grado de incapacidad estimativo. Por daño moral demanda $ 120.000.000. Todo lo cual solicita se condene a pagar a la demandada con los reajustes e intereses que se determine (sic).

224

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

225

La demandada contesta pidiendo el rechazo de la acción, con costas. Reconoce la elación de trabajo desde el 1 de julio de 2009, las labores de operario en el establecimiento de compra y venta de metales, la remuneración de $ 246.250, en el contesto de un contrato de duración indefinida. Controvierte la narración de los hechos del 11 de febrero, específicamente que el actor se hubiere encontrado operando la cortadora de metales hidráulica, que ésta se hubiere cerrado sorpresivamente, la entidad de la lesión, el escenario caótico de condiciones de seguridad que relata. Sostiene que no es efectivo que existiera un completo desorden. El actor llevaba ya 7 meses operando sin problemas esa maquinaria no pudiendo negar que conocía perfectamente su funcionamiento, por lo que difícilmente puede sostener que el accidente se produjo porque no tenía información sobre los riesgos. No es exigible el departamento de Prevención de Riesgos ni el Comité Paritario de Higiene y Seguridad Paritario en una empresa con no más de 22 trabajadores, que dispone de un capital de 30 millones de pesos. El actor recibió oportunamente implementos de seguridad. La máquina estaba en perfectas condiciones y no tiene protecciones porque hay una distancia de 30 centímetros desde el sector en que el empleador emplea sus manos para faenar los metales que se cortan hasta el extremo delantero de la máquina en la que se produce el corte. No hay ningún mecanismo de cierre ni de cierre sorpresivo ni ninguna pieza que pueda provocar un atrapamiento e impida que la mano sea retirada y la guillotina jamás podría bajar o caer. El accidente tuvo como causa la acción insegura y temeraria del trabajador, pues no había razón alguna para situar la mano en el sector sonde la cortadora cae, acción que califica de torpe e indebida. La cortadora jamás hubiera descendido si alguien al mismo tempo no hubiere accionado el pedal que la hace bajar verticalmente. Estima inobjetable la exposición de antecedentes de derecho que hace la demandante, desde que de ellos no advierte cómo éstos hubieran sido eficientes para impedir la extrema falta de cuidado del operador. En derecho postula que la parte demandante debe acreditar la concurrencia de una conducta culpable de su parte, la relación de causalidad entre el hecho ilícito y el resultado dañoso que en la especie no se verifica, siendo improcedente las indemnizaciones que se demandan. Señala además que la determinación de la indemnización por lucro cesante exige certeza y en la especie no hay una incapacidad determinada (cita jurisprudencia en apoyo de este punto). II. Consideraciones de hecho y de derecho: 1. No ha habido controversia en los siguientes hechos: i) la existencia de la relación de trabajo a contar del mes de agosto de 2009. ii) las funciones de operario del actor. iii) la existencia de un accidente del trabajo sufrido por el actor el 11 de febrero de 2010 en la máquina denominada guillotina de fierro (revisar), que se produce cuando éste presiona el pedal que provoca el accionamiento de la guillotina y ésta corta parte de dos dedos de su mano derecha y provoca una fractura expuesta en otro. 3. La controversia fáctica impuso determinar: a) la forma y circunstancias en que se produce el accidente, con especial especificación de la actuación del actor en este hecho; b) las medidas de seguridad adoptadas por la empresa, a la luz de las normas legales y reglamentarias de seguridad; c) la lesión; tratamiento recuperativo y secuelas. 2. Forma y circunstancias en que se produce el accidente: Este hecho será determinado en el proceso desde el testimonio de los dos operarios de la máquina el día del accidente: el propio actor Gabriel Poza Rodríguez y Wilmer Tantas de la Cruz. Ambos señalan que el accidente se produce en el momento en que el actor saludaba a un tercero, mirando hacia arriba. Tantas de la Cruz describe físicamente la acción señalando que el actor giró el tronco para saludar y mirar hacia arriba, momento en que se produce el accidente (guillotina corta parte de dedos de la mano derecha del actor). Esta acción está graficada en copia de la fotografía en que aparece el actor reproduciéndola contenida en el informe pericial del prevencionista de riesgos Neculpán Reyes.

La demandada contesta pidiendo el rechazo de la acción, con costas. Reconoce la elación de trabajo desde el 1 de julio de 2009, las labores de operario en el establecimiento de compra y venta de metales, la remuneración de $ 246.250, en el contesto de un contrato de duración indefinida. Controvierte la narración de los hechos del 11 de febrero, específicamente que el actor se hubiere encontrado operando la cortadora de metales hidráulica, que ésta se hubiere cerrado sorpresivamente, la entidad de la lesión, el escenario caótico de condiciones de seguridad que relata. Sostiene que no es efectivo que existiera un completo desorden. El actor llevaba ya 7 meses operando sin problemas esa maquinaria no pudiendo negar que conocía perfectamente su funcionamiento, por lo que difícilmente puede sostener que el accidente se produjo porque no tenía información sobre los riesgos. No es exigible el departamento de Prevención de Riesgos ni el Comité Paritario de Higiene y Seguridad Paritario en una empresa con no más de 22 trabajadores, que dispone de un capital de 30 millones de pesos. El actor recibió oportunamente implementos de seguridad. La máquina estaba en perfectas condiciones y no tiene protecciones porque hay una distancia de 30 centímetros desde el sector en que el empleador emplea sus manos para faenar los metales que se cortan hasta el extremo delantero de la máquina en la que se produce el corte. No hay ningún mecanismo de cierre ni de cierre sorpresivo ni ninguna pieza que pueda provocar un atrapamiento e impida que la mano sea retirada y la guillotina jamás podría bajar o caer. El accidente tuvo como causa la acción insegura y temeraria del trabajador, pues no había razón alguna para situar la mano en el sector sonde la cortadora cae, acción que califica de torpe e indebida. La cortadora jamás hubiera descendido si alguien al mismo tempo no hubiere accionado el pedal que la hace bajar verticalmente. Estima inobjetable la exposición de antecedentes de derecho que hace la demandante, desde que de ellos no advierte cómo éstos hubieran sido eficientes para impedir la extrema falta de cuidado del operador. En derecho postula que la parte demandante debe acreditar la concurrencia de una conducta culpable de su parte, la relación de causalidad entre el hecho ilícito y el resultado dañoso que en la especie no se verifica, siendo improcedente las indemnizaciones que se demandan. Señala además que la determinación de la indemnización por lucro cesante exige certeza y en la especie no hay una incapacidad determinada (cita jurisprudencia en apoyo de este punto). II. Consideraciones de hecho y de derecho: 1. No ha habido controversia en los siguientes hechos: i) la existencia de la relación de trabajo a contar del mes de agosto de 2009. ii) las funciones de operario del actor. iii) la existencia de un accidente del trabajo sufrido por el actor el 11 de febrero de 2010 en la máquina denominada guillotina de fierro (revisar), que se produce cuando éste presiona el pedal que provoca el accionamiento de la guillotina y ésta corta parte de dos dedos de su mano derecha y provoca una fractura expuesta en otro. 3. La controversia fáctica impuso determinar: a) la forma y circunstancias en que se produce el accidente, con especial especificación de la actuación del actor en este hecho; b) las medidas de seguridad adoptadas por la empresa, a la luz de las normas legales y reglamentarias de seguridad; c) la lesión; tratamiento recuperativo y secuelas. 2. Forma y circunstancias en que se produce el accidente: Este hecho será determinado en el proceso desde el testimonio de los dos operarios de la máquina el día del accidente: el propio actor Gabriel Poza Rodríguez y Wilmer Tantas de la Cruz. Ambos señalan que el accidente se produce en el momento en que el actor saludaba a un tercero, mirando hacia arriba. Tantas de la Cruz describe físicamente la acción señalando que el actor giró el tronco para saludar y mirar hacia arriba, momento en que se produce el accidente (guillotina corta parte de dedos de la mano derecha del actor). Esta acción está graficada en copia de la fotografía en que aparece el actor reproduciéndola contenida en el informe pericial del prevencionista de riesgos Neculpán Reyes. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

225

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Igualmente, coinciden en que el mismo actor fue el que accionó el mecanismo que activaba la guillotina eléctrica y permite que el cuchillo superior baje, mediante un mecanismo de pie (pedal). Poza dice que lo estaban saludando, miró para arriba, que no sabe cómo apretó el pedal y pasó. Admite que si el pie es quitado de la máquina la cuchilla sube. El actor reconoce que se distrajo en ese momento. Ambos testigos concuerdan en que habían operado la máquina durante esa mañana; que el accidente ocurre cerca de las 14:00 horas. Poza señala que en el momento del accidente no estaban cortando cable. La acción que habían realizado durante el día era al decir de Tantas de La Cruz cortar cables desde un rollo de aluminio que desenrollaban y reducían (achicaban) a unos 80 centímetros. Ambos estaban al frente del rollo. El testigo señala que la activación de la guillotina requiere una presión del pedal de unos 5 segundos y que [la cuchilla superior] no cae de sorpresa. El mismo actor describe esta operación (caída del cuchillo una vez accionado el pedal) como medianamente lenta (informe pericial señala que demora 6.5 segundos y requiere que el pedal esté apretado). Características de la máquina en que se produce el accidente: La guillotina eléctrica es analizada en sus características por el perito Rodrigo Neculpán Reyes, quien rarifica el informe pericial allegado al proceso denominado Informe de Investigación de accidente (26 de octubre de 2010). En lo pertinente, de las fotografías se observa que se trata de una maquinaria pesada no empotrada, cuya cuchilla de corte está en una estructura sobresaliente, hacia un costado en forma de V acostada, aproximadamente a un metro o un metro 20 centímetros de altura desde el piso; sin un mesón que sirva a la conducción del material que se corta. Se divisa el pedal que sirve al accionamiento del mecanismo de corte (fotos 1 y 2). Describiendo un conjunto de fotografías, el perito señala que: El pedal tiene protecciones laterales (1); la forma en que debe apoyarse el pie para su activación (3), y la posición en que se encontraba el afectado al momento del accidente (5), foto en que aparece el mismo demandante con el perito, con la mano apoyada en la estructura fija (paralela al piso) de la V (y la posición del cuerpo cuando conforme al mismo testimonio que recoge el perito y según se establece más adelante, éste le indica cómo giró el tronco para saludar a alguien en la parte superior. Señala que el tiempo de recorrido de la guillotina un vez presionado el pedal y mantenida la presión sobre él es de 6.5 segundos. Debe agregarse que no hay información técnica del fabricante acerca de la máquina, sus características, su antiguedad y los riegos. 3. Cabe concluir ya tempranamente sin necesidad de ir a otras fuentes de prueba menos confiables que la información dada por los involucrados directamente en el hecho y por el informe pericial aludido, que las circunstancias reconocidas por el actor y más coincidentes con el relato de la demandada están asentadas. En efecto, el accidente se desencadena por una distracción del actor, en un momento en que no ejecutaban cortes de aluminio acción que habían realizado toda la mañana, cuando saluda a otro trabajador que estaba en la parte superior del galpón, accionando el mismo el mecanismo de corte ( el actor pasa a llevar el pedal de la máquina señala el informe de investigación del accidente) mientras tenía apoyada la mano derecha en la parte de la máquina en que baja la cuchilla de la guillotina. 4. Medidas de seguridad implementadas por la empresa. Por otra parte, por donde quiera que se aborde el examen de la obligación de protección del empleador, la conclusión es la misma: no hay medidas de seguridad adoptadas y allí donde se ha pretendido demostrar que se cumplió con alguna de ellas, el proceso develó la actuación de mala fe de la demandada. La empresa estuvo obligada a probar a lo menos las siguientes cuestiones: a) Existencia de Reglamento Interno de Orden, Higiene y Seguridad y sus normas (artículo 153 y 154, número 9 del Código del Trabajo, 185; 67 de la ley Nº 16.744, 14, 18, 19, 20 del decreto Nº 40 de 1969). b) Existencia Comité Paritario de Higiene y Seguridad; arts. 66 y siguientes de la ley Nº 16.744 (el representante de la demandada junto con reconocer el número de trabajadores que le impone tenerlo, dice que no existe por falta de conocimiento).

226

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Igualmente, coinciden en que el mismo actor fue el que accionó el mecanismo que activaba la guillotina eléctrica y permite que el cuchillo superior baje, mediante un mecanismo de pie (pedal). Poza dice que lo estaban saludando, miró para arriba, que no sabe cómo apretó el pedal y pasó. Admite que si el pie es quitado de la máquina la cuchilla sube. El actor reconoce que se distrajo en ese momento. Ambos testigos concuerdan en que habían operado la máquina durante esa mañana; que el accidente ocurre cerca de las 14:00 horas. Poza señala que en el momento del accidente no estaban cortando cable. La acción que habían realizado durante el día era al decir de Tantas de La Cruz cortar cables desde un rollo de aluminio que desenrollaban y reducían (achicaban) a unos 80 centímetros. Ambos estaban al frente del rollo. El testigo señala que la activación de la guillotina requiere una presión del pedal de unos 5 segundos y que [la cuchilla superior] no cae de sorpresa. El mismo actor describe esta operación (caída del cuchillo una vez accionado el pedal) como medianamente lenta (informe pericial señala que demora 6.5 segundos y requiere que el pedal esté apretado). Características de la máquina en que se produce el accidente: La guillotina eléctrica es analizada en sus características por el perito Rodrigo Neculpán Reyes, quien rarifica el informe pericial allegado al proceso denominado Informe de Investigación de accidente (26 de octubre de 2010). En lo pertinente, de las fotografías se observa que se trata de una maquinaria pesada no empotrada, cuya cuchilla de corte está en una estructura sobresaliente, hacia un costado en forma de V acostada, aproximadamente a un metro o un metro 20 centímetros de altura desde el piso; sin un mesón que sirva a la conducción del material que se corta. Se divisa el pedal que sirve al accionamiento del mecanismo de corte (fotos 1 y 2). Describiendo un conjunto de fotografías, el perito señala que: El pedal tiene protecciones laterales (1); la forma en que debe apoyarse el pie para su activación (3), y la posición en que se encontraba el afectado al momento del accidente (5), foto en que aparece el mismo demandante con el perito, con la mano apoyada en la estructura fija (paralela al piso) de la V (y la posición del cuerpo cuando conforme al mismo testimonio que recoge el perito y según se establece más adelante, éste le indica cómo giró el tronco para saludar a alguien en la parte superior. Señala que el tiempo de recorrido de la guillotina un vez presionado el pedal y mantenida la presión sobre él es de 6.5 segundos. Debe agregarse que no hay información técnica del fabricante acerca de la máquina, sus características, su antiguedad y los riegos. 3. Cabe concluir ya tempranamente sin necesidad de ir a otras fuentes de prueba menos confiables que la información dada por los involucrados directamente en el hecho y por el informe pericial aludido, que las circunstancias reconocidas por el actor y más coincidentes con el relato de la demandada están asentadas. En efecto, el accidente se desencadena por una distracción del actor, en un momento en que no ejecutaban cortes de aluminio acción que habían realizado toda la mañana, cuando saluda a otro trabajador que estaba en la parte superior del galpón, accionando el mismo el mecanismo de corte ( el actor pasa a llevar el pedal de la máquina señala el informe de investigación del accidente) mientras tenía apoyada la mano derecha en la parte de la máquina en que baja la cuchilla de la guillotina. 4. Medidas de seguridad implementadas por la empresa. Por otra parte, por donde quiera que se aborde el examen de la obligación de protección del empleador, la conclusión es la misma: no hay medidas de seguridad adoptadas y allí donde se ha pretendido demostrar que se cumplió con alguna de ellas, el proceso develó la actuación de mala fe de la demandada. La empresa estuvo obligada a probar a lo menos las siguientes cuestiones: a) Existencia de Reglamento Interno de Orden, Higiene y Seguridad y sus normas (artículo 153 y 154, número 9 del Código del Trabajo, 185; 67 de la ley Nº 16.744, 14, 18, 19, 20 del decreto Nº 40 de 1969). b) Existencia Comité Paritario de Higiene y Seguridad; arts. 66 y siguientes de la ley Nº 16.744 (el representante de la demandada junto con reconocer el número de trabajadores que le impone tenerlo, dice que no existe por falta de conocimiento).

226

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

227

c) Medidas de seguridad implementadas y a las que está obligada la actividad de que desarrolla (artículo 68 de ley Nº 16.744). d) La entrega detallada y específica, que conste en un instrumento idóneo de los implementos de seguridad concordantes con los riesgos de la actividad laborativa (misma norma citada). e) La información sobre los riesgos laborales, medidas preventivas y métodos de trabajos correctos (artículo 21 decreto Nº 40). f) La existencia de equipos y dispositivos técnicamente necesarios para reducir a niveles mínimos los riesgos (artículo 22 decreto Nº 40). En lo relativo a la inexistencia de comprobantes de entrega de implementos de seguridad, cabe resaltar además que el Informe Pericial Caligráfico realizado por el experto Juan Morales Villagra y refrendado suficientemente por su declaración en el proceso ha demostrado la falsedad de las firmas atribuibles al actor que se advierten en instrumento Entrega Implementos de Seguridad de fecha 4 de febrero de 2010, lo mismo que la del Contrato de Trabajo y Anexo de Contrato Individual de Trabajo del mismo, de 6 de agosto de 2009 y 2 de octubre del mismo año, respectivamente (Informe Pericial recibido 25 de octubre de 2010 y testimonio del perito), quedando establecido que a la fecha del accidente no había entrega de implementos de seguridad y ni siquiera contrato de trabajo suscrito. 5. El incumplimiento de tales medidas es consistente con lo que la prueba allegada al proceso ha evidenciado: la existencia de un escenario laboral inseguro consistente con la falta de relevancia que a éstas asigna el propio representante legal de la demandada Guillermo Carrión: Dice que capacitación escrita no había, pero se hablaba [de ello], pero mucha capacitación no hay que hacer porque la máquina es sencilla. No tiene claro que tuviera Reglamento Interno. No tiene Comité Paritario, por falta de conocimiento. En materia de seguridad, no se parte con todo y llevaban un año de funcionamiento. Reconoce además que Poza tuvo un accidente antes. Tantas de la Cruz, además dice que después del accidente se nos instruyen mejor. Raúl Sumonte Espinoza (testigo de la demandada, encargado de patio y jefe directo del actor), describe la máquina como fácil de operar; dice que él mismo instruyó al demandante (conversa con ellos y les explica el uso determinado); la acción de corte que hacían los actores era una reducción a 20 ó 30 centímetros. Es lo mismo que usar una juguera en la casa apretar un botón agrega. Señala que desconoce el manual de la máquina y las indicaciones de fábrica acerca de sus peligros y que con posterioridad al accidente se ha capacitado a los trabajadores mediante un prevencionista de riesgos. Finalmente, siempre sobre el extremo de las condiciones de seguridad en el lugar de trabajo, el informe del prevencionista Neculpán Reyes revela la inexistencia de un procedimiento seguro de trabajo, radicando a su juicio la responsabilidad del accidente en la acción del actor. 6. La prueba precedentemente analizada devela dos hechos inconcusos que respaldan sendos postulados de ambas partes. Que la demandada incumplió gravemente con su obligación de seguridad, desde que no se trata de un incumplimiento parcial o la falta de alguna medida de aquellas que en un conjunto complejo y dinámico de medidas y acciones impone la legislación, ni del relajo de medidas de control sobre directrices y obligaciones ya enseñadas al trabajador, sino que no lo hizo absolutamente, omisión congruente con la desaprensión que reconoce el gerente general respecto de esa obligación. Por otra parte, según ya se dijera, la acción del actor ha sido negligente y torpe a ojos del juicio común. ¿Cuál es entonces la causa del accidente? ¿La que nace de la inconsciencia del actor en la acción específica que lo mutila o la que surge de la inconsciencia de la empleadora sobre su deber de protección? 7. Asentada como está por la jurisprudencia que la norma del artículo 184 del Código del Trabajo, en cuanto exige que la protección sea eficaz significa una especial forma de cuidado por parte del que está en posición de garante de la vida e integridad psíquico-física del cocontratante (por lo que responde por culpa levísima), la defensa de la demandada para tener éxito, aun en presencia de una acción

c) Medidas de seguridad implementadas y a las que está obligada la actividad de que desarrolla (artículo 68 de ley Nº 16.744). d) La entrega detallada y específica, que conste en un instrumento idóneo de los implementos de seguridad concordantes con los riesgos de la actividad laborativa (misma norma citada). e) La información sobre los riesgos laborales, medidas preventivas y métodos de trabajos correctos (artículo 21 decreto Nº 40). f) La existencia de equipos y dispositivos técnicamente necesarios para reducir a niveles mínimos los riesgos (artículo 22 decreto Nº 40). En lo relativo a la inexistencia de comprobantes de entrega de implementos de seguridad, cabe resaltar además que el Informe Pericial Caligráfico realizado por el experto Juan Morales Villagra y refrendado suficientemente por su declaración en el proceso ha demostrado la falsedad de las firmas atribuibles al actor que se advierten en instrumento Entrega Implementos de Seguridad de fecha 4 de febrero de 2010, lo mismo que la del Contrato de Trabajo y Anexo de Contrato Individual de Trabajo del mismo, de 6 de agosto de 2009 y 2 de octubre del mismo año, respectivamente (Informe Pericial recibido 25 de octubre de 2010 y testimonio del perito), quedando establecido que a la fecha del accidente no había entrega de implementos de seguridad y ni siquiera contrato de trabajo suscrito. 5. El incumplimiento de tales medidas es consistente con lo que la prueba allegada al proceso ha evidenciado: la existencia de un escenario laboral inseguro consistente con la falta de relevancia que a éstas asigna el propio representante legal de la demandada Guillermo Carrión: Dice que capacitación escrita no había, pero se hablaba [de ello], pero mucha capacitación no hay que hacer porque la máquina es sencilla. No tiene claro que tuviera Reglamento Interno. No tiene Comité Paritario, por falta de conocimiento. En materia de seguridad, no se parte con todo y llevaban un año de funcionamiento. Reconoce además que Poza tuvo un accidente antes. Tantas de la Cruz, además dice que después del accidente se nos instruyen mejor. Raúl Sumonte Espinoza (testigo de la demandada, encargado de patio y jefe directo del actor), describe la máquina como fácil de operar; dice que él mismo instruyó al demandante (conversa con ellos y les explica el uso determinado); la acción de corte que hacían los actores era una reducción a 20 ó 30 centímetros. Es lo mismo que usar una juguera en la casa apretar un botón agrega. Señala que desconoce el manual de la máquina y las indicaciones de fábrica acerca de sus peligros y que con posterioridad al accidente se ha capacitado a los trabajadores mediante un prevencionista de riesgos. Finalmente, siempre sobre el extremo de las condiciones de seguridad en el lugar de trabajo, el informe del prevencionista Neculpán Reyes revela la inexistencia de un procedimiento seguro de trabajo, radicando a su juicio la responsabilidad del accidente en la acción del actor. 6. La prueba precedentemente analizada devela dos hechos inconcusos que respaldan sendos postulados de ambas partes. Que la demandada incumplió gravemente con su obligación de seguridad, desde que no se trata de un incumplimiento parcial o la falta de alguna medida de aquellas que en un conjunto complejo y dinámico de medidas y acciones impone la legislación, ni del relajo de medidas de control sobre directrices y obligaciones ya enseñadas al trabajador, sino que no lo hizo absolutamente, omisión congruente con la desaprensión que reconoce el gerente general respecto de esa obligación. Por otra parte, según ya se dijera, la acción del actor ha sido negligente y torpe a ojos del juicio común. ¿Cuál es entonces la causa del accidente? ¿La que nace de la inconsciencia del actor en la acción específica que lo mutila o la que surge de la inconsciencia de la empleadora sobre su deber de protección? 7. Asentada como está por la jurisprudencia que la norma del artículo 184 del Código del Trabajo, en cuanto exige que la protección sea eficaz significa una especial forma de cuidado por parte del que está en posición de garante de la vida e integridad psíquico-física del cocontratante (por lo que responde por culpa levísima), la defensa de la demandada para tener éxito, aun en presencia de una acción ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

227

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

que a ojos del sentido común impresiona torpe y negligente, ha necesitado que la conducta del dependiente hubiere sido además inexcusable la adjetivación se encuentra en el inciso segundo del artículo 20 del decreto Nº 40, es decir, que no tiene disculpa ; (diccionario de la Lengua Española de la Real Academia de la Lengua, última edición). En el caso, la acción insegura del actor está disculpada por el derecho, precisamente porque el incumplimiento grueso de las medidas de prevención por parte de quien está obligado a proveerlas, explica la inconsciencia en el manejo de la maquinaria, la comisión de una acción insegura que desemboca en el accidente. La conclusión es, entonces, que el accidente se produce en un contexto se condiciones de trabajo inseguras en las que no se han desarrollado las acciones mínimas que la ley exige para dar cumplimiento a la obligación contenida en el artículo 184 del Código del Trabajo, de lo cual se concluye que cualquiera que haya sido la operación específica que motivó al actor a desarrollar la conducta que genera el accidente, éste carecía de instrucción suficiente sobre la operación del máquina contando sólo con una precaria instrucción informal, según la propia percepción de la empresa (manifestada por el gerente y el jefe del actor) sobre lo innecesaria de otras medidas. No existía información sobre los riesgos inherentes a su uso (no pudiendo quedar tales riesgos entregados al sentido común o subjetividad de actor), ni señalética que representara tales riesgos. No hay tampoco, consecuencialmente, acciones de control relativas a medidas de seguridad no adoptadas, quedando entregadas éstas a una especie de aprendizaje práctico carente de rigor y, por lo mismo, ineficaz a los objetivos pretendidos. La obligación de seguridad que impone la ley y que dimana del mandato constitucional que cautela la vida integridad psíquica y física de las personas, no queda entregada ni a una potestad discrecional, ni al sentido común ni a la buena voluntad de empleados con más o menos experiencia. El legislador impone un conjunto de obligaciones generales que deben cumplirse copulativamente al momento para generar condiciones seguras y medidas específicas de seguridad atendidas las particularidades de la actividad de que se trate y los niveles de riesgo que genera (artículo 210 del Código del Trabajo, en relación a la ley Nº 16.744). 8. De allí que no encuentra amparo en el derecho la alegación que, resaltando lo que al sentido común impresiona como una conducta torpe, pretende ocultar el abandono de las propias obligaciones que están dispuestas precisamente para evitar el tipo de conductas que reprocha en ambientes en que existen condiciones de peligro creadas por la empresa. La prevención de los riesgos en el trabajo en lo que a la enseñanza de los mismo atañe, es un proceso educativo representado por un conjunto de acciones teórico-prácticas de enseñanza y aprendizaje que exige eficacia; un proceso sistemático y permanente que como tal, busca internalizar en el trabajador conocimientos relevantes sobre los riesgos generales y específicos existentes en su actividad y en el ambiente de trabajo en que se desenvuelve y busca despertar la conciencia individual y colectiva respecto de tales riesgos, desarrollando conductas seguras. El caso analizado demuestra que puede conocerse el funcionamiento de una máquina (desde la simplicidad de su operatoria) pero carecerse de conciencia educada por la prevención sobre sus riesgos, forma de internalización del riesgo que la ley exige, desatendiendo aquélla que nace del sentido común. La falta absoluta de capacitación explica la presencia de conductas peligrosas del trabajador en el ámbito laboral. 9. No puede, entonces, la demandada en la absoluta mora que evidencia respecto de sus obligaciones de seguridad, reprochar al trabajador que su daño es fruto de su falta de juicio y descuido, pues si bien estos factores comparecen en la acción, no se está en presencia de una negligencia inexcusable, ajena a su propio incumplimiento legal contractual. La excusa del operario es el incumplimiento absoluto del deber de seguridad por parte de su empleadora que ha originado la inconsciencia sobre el peligro que representaba la máquina, manifestada en el exceso de confianza que la acción evidencia, como un saludo desaprensivo a otro trabajador, desatendiendo confiado por segundos el artefacto, operándolo por error y generando el hecho luctuoso. El artefacto, además, sin demostración sobre su procedencia y características técnicas de fabricante evidencia una clara condición de peligro, pues no obstante necesitar un tiempo de 6 segundos

228

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

que a ojos del sentido común impresiona torpe y negligente, ha necesitado que la conducta del dependiente hubiere sido además inexcusable la adjetivación se encuentra en el inciso segundo del artículo 20 del decreto Nº 40, es decir, que no tiene disculpa ; (diccionario de la Lengua Española de la Real Academia de la Lengua, última edición). En el caso, la acción insegura del actor está disculpada por el derecho, precisamente porque el incumplimiento grueso de las medidas de prevención por parte de quien está obligado a proveerlas, explica la inconsciencia en el manejo de la maquinaria, la comisión de una acción insegura que desemboca en el accidente. La conclusión es, entonces, que el accidente se produce en un contexto se condiciones de trabajo inseguras en las que no se han desarrollado las acciones mínimas que la ley exige para dar cumplimiento a la obligación contenida en el artículo 184 del Código del Trabajo, de lo cual se concluye que cualquiera que haya sido la operación específica que motivó al actor a desarrollar la conducta que genera el accidente, éste carecía de instrucción suficiente sobre la operación del máquina contando sólo con una precaria instrucción informal, según la propia percepción de la empresa (manifestada por el gerente y el jefe del actor) sobre lo innecesaria de otras medidas. No existía información sobre los riesgos inherentes a su uso (no pudiendo quedar tales riesgos entregados al sentido común o subjetividad de actor), ni señalética que representara tales riesgos. No hay tampoco, consecuencialmente, acciones de control relativas a medidas de seguridad no adoptadas, quedando entregadas éstas a una especie de aprendizaje práctico carente de rigor y, por lo mismo, ineficaz a los objetivos pretendidos. La obligación de seguridad que impone la ley y que dimana del mandato constitucional que cautela la vida integridad psíquica y física de las personas, no queda entregada ni a una potestad discrecional, ni al sentido común ni a la buena voluntad de empleados con más o menos experiencia. El legislador impone un conjunto de obligaciones generales que deben cumplirse copulativamente al momento para generar condiciones seguras y medidas específicas de seguridad atendidas las particularidades de la actividad de que se trate y los niveles de riesgo que genera (artículo 210 del Código del Trabajo, en relación a la ley Nº 16.744). 8. De allí que no encuentra amparo en el derecho la alegación que, resaltando lo que al sentido común impresiona como una conducta torpe, pretende ocultar el abandono de las propias obligaciones que están dispuestas precisamente para evitar el tipo de conductas que reprocha en ambientes en que existen condiciones de peligro creadas por la empresa. La prevención de los riesgos en el trabajo en lo que a la enseñanza de los mismo atañe, es un proceso educativo representado por un conjunto de acciones teórico-prácticas de enseñanza y aprendizaje que exige eficacia; un proceso sistemático y permanente que como tal, busca internalizar en el trabajador conocimientos relevantes sobre los riesgos generales y específicos existentes en su actividad y en el ambiente de trabajo en que se desenvuelve y busca despertar la conciencia individual y colectiva respecto de tales riesgos, desarrollando conductas seguras. El caso analizado demuestra que puede conocerse el funcionamiento de una máquina (desde la simplicidad de su operatoria) pero carecerse de conciencia educada por la prevención sobre sus riesgos, forma de internalización del riesgo que la ley exige, desatendiendo aquélla que nace del sentido común. La falta absoluta de capacitación explica la presencia de conductas peligrosas del trabajador en el ámbito laboral. 9. No puede, entonces, la demandada en la absoluta mora que evidencia respecto de sus obligaciones de seguridad, reprochar al trabajador que su daño es fruto de su falta de juicio y descuido, pues si bien estos factores comparecen en la acción, no se está en presencia de una negligencia inexcusable, ajena a su propio incumplimiento legal contractual. La excusa del operario es el incumplimiento absoluto del deber de seguridad por parte de su empleadora que ha originado la inconsciencia sobre el peligro que representaba la máquina, manifestada en el exceso de confianza que la acción evidencia, como un saludo desaprensivo a otro trabajador, desatendiendo confiado por segundos el artefacto, operándolo por error y generando el hecho luctuoso. El artefacto, además, sin demostración sobre su procedencia y características técnicas de fabricante evidencia una clara condición de peligro, pues no obstante necesitar un tiempo de 6 segundos

228

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

229

y presión sostenida del pedal para la caída de la cuchilla, ha debido tener una protección eficaz sobresaliente sobre la cuchilla superior que impida el contacto directo con las manos imposibilitando el apoyo innecesario sobre la misma y un mesón metálico anterior a la zona de corte que permitiera el uso de guías. La causa del accidente es entonces, el incumplimiento de las medidas de seguridad que la ley impone al empleador y la lesión del actor es consecuencia directa de ese ilícito. 10. Descarta el tribunal la existencia de otros factores presentes en la acción del actor que irrumpen en la fase probatoria tal como la falta de descanso del actor por haber celebrado su cumpleaños la noche anterior, con consumo de alcohol; por no haber sido alegados expresamente en la fase de discusión y porque todavía mencionados en algún testimonio (Tantas de la Cruz), tales condiciones no son siquiera advertidas, por otro testigo (Sumonte) de la misma parte que supervisa al actor y conversa con él en la jornada de la mañana previa al accidente. 11. La lesión. La lesión física producida por el accidente es amputación parcial de dedos de la mano derecha. Fractura expuesta de la 2ª falange del anular. El dedo índice es amputado en la 3ª falange y el medio a nivel de la primera. Fue llevado a pabellón, efectuándose aseo y regularización de muñones y osteosíntesis de la fractura del anular F2 y quedó hospitalizado para analgesia y curaciones. Evolucionó hasta la cicatrización de los muñones de los dedos índices y medio. Alta de hospital : 26 de febrero de 2010 para continuar controles y tratamiento ambulatorio. A fines de marzo de 2010 se retiró agujas de osteosíntesis y se realizó escarectomía. Siguió con curaciones y con ejercicios, recuperando parcialmente la movilidad del dedo. Evolucionó con retardo de consolidación de la fractura F2 y con clinodactilia por lo que el 21.06.2010, se operó cambiándose la placa de osteosínteis, corrigiendo ejes y colocando injertos óseos en el foco de la fractura. ( ) Fue derivado a psiquiatra quien diagnosticó trastorno de stress postraumático y observación de síndrome depresivo indicando psicofármacos y psicoterapia. Controlado por traumatólogo el 22 de septiembre de 2010 había escaso dolor local en el anular y las radiografías mostraban fractura en consolidación con buena movilidad. A la fecha del informe está en rehabilitación kinésica, en terapia ocupacional y tratamiento psiquiátrico, sin que esté contemplado efectuar nuevas intervenciones quirúrgicas. (Mutual de Seguridad; memorandum 2625 2010 de 27 de octubre; suscrito por Guillermo Bonta L, Asesor de la Dirección del Hospital). La pericia médica dispuesta en el proceso (informe de 21 de octubre de 2010 y testimonio del facultativo Gabriel Carrasco Penna, traumatólogo del equipo de cirugía de mano del Instituto Traumatológico de Santiago), indica que en el examen observa: En la mano derecha dedo pulgar indemne, dedo índice con falta de pulpejo con remanente de 1/3 de una proximal con sensibilidad conservada. Dedo medio con amputación a nivel de articulación interfalángica proximal con muñón a nivel de falange proximal. Dedo anular con flexión de articulación interfalángica de 90°, sin extensión activa, con desviación radial sin sensibilidad: limitación de la movilidad de los dedos medios y anular, estas lesiones dificultan el uso de herramientas con esa mano o tomar utensilios, sin embargo la lesión permite al paciente realizar puño completo con una fuerza disminuida a 28 kilogramos y permite realizar pinza pulgar índice con 14 kg. De fuerza en evaluación dinamométrica La lesión corresponde a una lesión grave con tiempo de recuperación de sobre los 31 días y una pérdida de función de al menos un 25% La condición del paciente es permanente y puede considerarse como una secuela del accidente, es conveniente mantener las acciones tendientes a manejar el dolor residual y la rigidez articular presente ( ) así también puede requerir nuevas cirugías tendientes a mejorar la funcionalidad de la mano, fundamentalmente considerar una astrodesis del dedo anular derecho Otros antecedentes fueron allegados al proceso en armonía con los precedentemente detallados (Epicrisis de la Mutual de Seguridad, orden de hospitalización, instrucciones preoperatorias, recetas médicas, ficha clínica, hoja de historia clínica del actor, entre otros).

y presión sostenida del pedal para la caída de la cuchilla, ha debido tener una protección eficaz sobresaliente sobre la cuchilla superior que impida el contacto directo con las manos imposibilitando el apoyo innecesario sobre la misma y un mesón metálico anterior a la zona de corte que permitiera el uso de guías. La causa del accidente es entonces, el incumplimiento de las medidas de seguridad que la ley impone al empleador y la lesión del actor es consecuencia directa de ese ilícito. 10. Descarta el tribunal la existencia de otros factores presentes en la acción del actor que irrumpen en la fase probatoria tal como la falta de descanso del actor por haber celebrado su cumpleaños la noche anterior, con consumo de alcohol; por no haber sido alegados expresamente en la fase de discusión y porque todavía mencionados en algún testimonio (Tantas de la Cruz), tales condiciones no son siquiera advertidas, por otro testigo (Sumonte) de la misma parte que supervisa al actor y conversa con él en la jornada de la mañana previa al accidente. 11. La lesión. La lesión física producida por el accidente es amputación parcial de dedos de la mano derecha. Fractura expuesta de la 2ª falange del anular. El dedo índice es amputado en la 3ª falange y el medio a nivel de la primera. Fue llevado a pabellón, efectuándose aseo y regularización de muñones y osteosíntesis de la fractura del anular F2 y quedó hospitalizado para analgesia y curaciones. Evolucionó hasta la cicatrización de los muñones de los dedos índices y medio. Alta de hospital : 26 de febrero de 2010 para continuar controles y tratamiento ambulatorio. A fines de marzo de 2010 se retiró agujas de osteosíntesis y se realizó escarectomía. Siguió con curaciones y con ejercicios, recuperando parcialmente la movilidad del dedo. Evolucionó con retardo de consolidación de la fractura F2 y con clinodactilia por lo que el 21.06.2010, se operó cambiándose la placa de osteosínteis, corrigiendo ejes y colocando injertos óseos en el foco de la fractura. ( ) Fue derivado a psiquiatra quien diagnosticó trastorno de stress postraumático y observación de síndrome depresivo indicando psicofármacos y psicoterapia. Controlado por traumatólogo el 22 de septiembre de 2010 había escaso dolor local en el anular y las radiografías mostraban fractura en consolidación con buena movilidad. A la fecha del informe está en rehabilitación kinésica, en terapia ocupacional y tratamiento psiquiátrico, sin que esté contemplado efectuar nuevas intervenciones quirúrgicas. (Mutual de Seguridad; memorandum 2625 2010 de 27 de octubre; suscrito por Guillermo Bonta L, Asesor de la Dirección del Hospital). La pericia médica dispuesta en el proceso (informe de 21 de octubre de 2010 y testimonio del facultativo Gabriel Carrasco Penna, traumatólogo del equipo de cirugía de mano del Instituto Traumatológico de Santiago), indica que en el examen observa: En la mano derecha dedo pulgar indemne, dedo índice con falta de pulpejo con remanente de 1/3 de una proximal con sensibilidad conservada. Dedo medio con amputación a nivel de articulación interfalángica proximal con muñón a nivel de falange proximal. Dedo anular con flexión de articulación interfalángica de 90°, sin extensión activa, con desviación radial sin sensibilidad: limitación de la movilidad de los dedos medios y anular, estas lesiones dificultan el uso de herramientas con esa mano o tomar utensilios, sin embargo la lesión permite al paciente realizar puño completo con una fuerza disminuida a 28 kilogramos y permite realizar pinza pulgar índice con 14 kg. De fuerza en evaluación dinamométrica La lesión corresponde a una lesión grave con tiempo de recuperación de sobre los 31 días y una pérdida de función de al menos un 25% La condición del paciente es permanente y puede considerarse como una secuela del accidente, es conveniente mantener las acciones tendientes a manejar el dolor residual y la rigidez articular presente ( ) así también puede requerir nuevas cirugías tendientes a mejorar la funcionalidad de la mano, fundamentalmente considerar una astrodesis del dedo anular derecho Otros antecedentes fueron allegados al proceso en armonía con los precedentemente detallados (Epicrisis de la Mutual de Seguridad, orden de hospitalización, instrucciones preoperatorias, recetas médicas, ficha clínica, hoja de historia clínica del actor, entre otros). ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

229

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

12. Tales antecedentes permiten inferir desde hechos demostrados (naturaleza y entidad de la lesión, acciones médicas de recuperación, extensión del tratamiento, etc.) que el accidente ha lesionado la integridad física y psíquica del trabajador, provocando dolor y aflicción desde el momento mismo del daño y en el transcurso de la fase recuperativa. La afectación que en el libelo de demanda aparece representada por el perjuicio de sufrimiento y el perjuicio de agrado queda asentada en el proceso en ambos extremos desde los señalados antecedentes médicos que dan cuenta de la lesión, sus características (amputación traumática y fractura), su tratamiento médico, la necesidad de intervenciones quirúrgicas (todavía sugeridas para una corrección parcial de la funcionalidad de un dedo por el especialista a la época de recepción de la prueba), la aparición natural de un stress post traumático e indicios de la evolución hacia un cuadro depresivo, y los múltiples tratamientos médicos y farmacológicos que apuntan a la recuperación física y psíquica del actor. Son prueba suficiente de la lesión psíquica generada por el accidente y aparecen además refrendados por el testimonio de dos familiares directos tías del actor ( Angélica y María Parraguez Albarán). Ambas develan al proceso la cotidianeidad post accidente que conocen por su cercanía con Gonzalo Poza, lo que describen como una personalidad afectada por el hecho: se manifiesta retraído, siempre en su pieza, no sale, sin amigos, deprimido, con dificultades para usar utensilios de uso común, anda escondiendo la mano señala María Luz (con quien vive el actor) y agrega, que no es el mismo ( ) quedó como traumado. Tiene 22 años y un hijo de 6 meses. Es soltero. 13. Existe entonces un daño extrapatrimonial significado por la lesión física que ha originado una demostrada lesión psíquica (perjuicio de sufrimiento) y otra, también suficientemente asentada en el proceso representada por la privación que la lesión ha producido de las actividades que le deparaban ordinariamente agrado y placer (perjuicio de agrado). Ambos son daños indemnizables. El derecho impone al sentenciador el deber de fijar una indemnización dineraria para compensar el sufrimiento, es decir aquello propio de la esfera de los bienes extramatrimoniales que constituyen una lesión de derechos de rango constitucional (integridad psíquica). Lo hace, a sabiendas de que se trata de bienes jurídicos cuya reparación a través del recurso de la compensación dineraria por equivalencia, es extremadamente difícil, confiando en el juicio en equidad del juzgador que ha formularse sin vulnerar dos mandatos inherentes al ordenamiento, como que constituyen principios ampliamente aceptados por la comunidad jurídica, a saber, la reparación integral del daño y la interdicción de enriquecimiento sin causa (que en otra formulación, se traduce en la prohibición de transformar este tipo de indemnizaciones en una fuente de lucro). Reconociendo las dificultades propias de la justivaloración destinada a paliar el dolor físico y psíquico únicos acápites de daño demandados determina este sentenciador la indemnización por este concepto en la suma total de $ 12.000.000, cifra resultante de la avaluación en partes iguales del perjuicio de sufrimiento y el perjuicio de agrado. 14. Lucro cesante: En la especie, la pericia médica llega a determinar la pérdida de la funcionalidad de la mano afectada en 25% en la apreciación pericial, en una prueba relevante más insuficiente para definir la incapacidad que dicho aspecto parcial puede significar en relación con el concepto de incapacidad laboral permanente que ha de servir de base en un pronunciamiento para determinar la pérdida de ganancia y que queda entregado a órganos con competencia exclusiva en los artículos 58 y 59 de la ley Nº 16.744, sin que exista en la especie, a la época de la dictación de esta resolución, determinación por parte de la Mutual de Seguridad de la Cámara Chilena de la Construcción, el pronunciamiento previsto por el inciso segundo de la primera norma citada. Además, del mérito del proceso se advierte que el vínculo laboral subsiste. La decisión ha de ser desestimatoria de este acápite de la demanda, por no haberse demostrado los presupuestos fácticos necesarios para su declaración. 15. No hay otra prueba relevante que analizar. Y de acuerdo además con lo que disponen los artículos 5º ley Nº 16.744, 8, 71, letra b) decreto Nº 101 del Ministerio del Trabajo de 1968; decreto Nº 40 de 1969 (Reglamento sobre Prevención de riesgos profesionales); 1, 3, 5, 7, 184, 210, 420, 453, 454, 459 del Código del Trabajo, se resuelve:

230

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

12. Tales antecedentes permiten inferir desde hechos demostrados (naturaleza y entidad de la lesión, acciones médicas de recuperación, extensión del tratamiento, etc.) que el accidente ha lesionado la integridad física y psíquica del trabajador, provocando dolor y aflicción desde el momento mismo del daño y en el transcurso de la fase recuperativa. La afectación que en el libelo de demanda aparece representada por el perjuicio de sufrimiento y el perjuicio de agrado queda asentada en el proceso en ambos extremos desde los señalados antecedentes médicos que dan cuenta de la lesión, sus características (amputación traumática y fractura), su tratamiento médico, la necesidad de intervenciones quirúrgicas (todavía sugeridas para una corrección parcial de la funcionalidad de un dedo por el especialista a la época de recepción de la prueba), la aparición natural de un stress post traumático e indicios de la evolución hacia un cuadro depresivo, y los múltiples tratamientos médicos y farmacológicos que apuntan a la recuperación física y psíquica del actor. Son prueba suficiente de la lesión psíquica generada por el accidente y aparecen además refrendados por el testimonio de dos familiares directos tías del actor ( Angélica y María Parraguez Albarán). Ambas develan al proceso la cotidianeidad post accidente que conocen por su cercanía con Gonzalo Poza, lo que describen como una personalidad afectada por el hecho: se manifiesta retraído, siempre en su pieza, no sale, sin amigos, deprimido, con dificultades para usar utensilios de uso común, anda escondiendo la mano señala María Luz (con quien vive el actor) y agrega, que no es el mismo ( ) quedó como traumado. Tiene 22 años y un hijo de 6 meses. Es soltero. 13. Existe entonces un daño extrapatrimonial significado por la lesión física que ha originado una demostrada lesión psíquica (perjuicio de sufrimiento) y otra, también suficientemente asentada en el proceso representada por la privación que la lesión ha producido de las actividades que le deparaban ordinariamente agrado y placer (perjuicio de agrado). Ambos son daños indemnizables. El derecho impone al sentenciador el deber de fijar una indemnización dineraria para compensar el sufrimiento, es decir aquello propio de la esfera de los bienes extramatrimoniales que constituyen una lesión de derechos de rango constitucional (integridad psíquica). Lo hace, a sabiendas de que se trata de bienes jurídicos cuya reparación a través del recurso de la compensación dineraria por equivalencia, es extremadamente difícil, confiando en el juicio en equidad del juzgador que ha formularse sin vulnerar dos mandatos inherentes al ordenamiento, como que constituyen principios ampliamente aceptados por la comunidad jurídica, a saber, la reparación integral del daño y la interdicción de enriquecimiento sin causa (que en otra formulación, se traduce en la prohibición de transformar este tipo de indemnizaciones en una fuente de lucro). Reconociendo las dificultades propias de la justivaloración destinada a paliar el dolor físico y psíquico únicos acápites de daño demandados determina este sentenciador la indemnización por este concepto en la suma total de $ 12.000.000, cifra resultante de la avaluación en partes iguales del perjuicio de sufrimiento y el perjuicio de agrado. 14. Lucro cesante: En la especie, la pericia médica llega a determinar la pérdida de la funcionalidad de la mano afectada en 25% en la apreciación pericial, en una prueba relevante más insuficiente para definir la incapacidad que dicho aspecto parcial puede significar en relación con el concepto de incapacidad laboral permanente que ha de servir de base en un pronunciamiento para determinar la pérdida de ganancia y que queda entregado a órganos con competencia exclusiva en los artículos 58 y 59 de la ley Nº 16.744, sin que exista en la especie, a la época de la dictación de esta resolución, determinación por parte de la Mutual de Seguridad de la Cámara Chilena de la Construcción, el pronunciamiento previsto por el inciso segundo de la primera norma citada. Además, del mérito del proceso se advierte que el vínculo laboral subsiste. La decisión ha de ser desestimatoria de este acápite de la demanda, por no haberse demostrado los presupuestos fácticos necesarios para su declaración. 15. No hay otra prueba relevante que analizar. Y de acuerdo además con lo que disponen los artículos 5º ley Nº 16.744, 8, 71, letra b) decreto Nº 101 del Ministerio del Trabajo de 1968; decreto Nº 40 de 1969 (Reglamento sobre Prevención de riesgos profesionales); 1, 3, 5, 7, 184, 210, 420, 453, 454, 459 del Código del Trabajo, se resuelve:

230

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

231

I. Hacer lugar a la demanda sólo en cuanto se condena a la demandada a pagar al actor la suma de $ 12.000.000 por perjuicio moral, suma que deberá ser reajustada conforme a la variación del IPC desde la fecha de dictación de esta resolución y con intereses corrientes desde que quede ejecutoriada. II. Se desestima en lo demás la demanda y no se condena en costas a la demandada por no haber sido totalmente vencida. Regístrese. RIT: O 2329 2010 Pronunciada por Álvaro Flores Monardes, Juez titular del 2° Juzgado de Letras del Trabajo de Santiago.

II. CORTE DE APELACIONES Santiago, ocho de julio de dos mil once. VISTOS: Con fecha 15 de noviembre de 2010, don Álvaro Flores Monardes, juez titular del Segundo Juzgado de Letras del Trabajo de Santiago, dictó sentencia definitiva en la causa RIT 0-2329-2010, iniciada por demanda deducida por don Gonzalo Poza Parraguez en contra de Recicladora Nacional de Metales S.A. La sentencia hizo lugar a la demanda sólo en cuanto se condenó a la demandada a pagar la suma de $ 12.000.000 por daño moral, más el reajuste, desestimándola en lo demás, sin costas. El 26 de noviembre de 2010 don Javier Susacasa Massone, en representación del demandante, dedujo recurso de nulidad, sosteniendo que el fallo infringió el artículo 69 de la ley Nº 16.744, en relación con los artículos 1553 y 1556 del Código Civil, siendo el artículo 477 del Código del Trabajo el que lo concede. Por su parte, con esa misma fecha, 26 de noviembre de 2010, la defensa de la sociedad demandada Recicladora Nacional de Metales S.A., también dedujo recurso de nulidad en contra del fallo, fundándolo en el artículo 477 del Código del Trabajo, en relación con el artículo 478, letra e) del mismo cuerpo legal. La vista del mismo tuvo lugar el 25 de abril de 2011. CON LO RELACIONADO Y CONSIDERANDO: a) En cuanto al recurso de nulidad deducido por la defensa de don Gonzalo Poza Parraguez: 1º. Que el vicio que motiva el recurso está contenido en el motivo 14º del fallo, que rechaza la petición de indemnizar el lucro cesante, al resolverse que la pericia médica acompañada determinó una pérdida de funcionalidad de la mano afectada en un 25%; que esa prueba es relevante pero insuficiente para definir la incapacidad; que la determinación de la pérdida de ganancia queda entregada a los órganos a los que se refieren los artículos 58 y 59 de la ley Nº 16.477, sin que a la época del pronunciamiento de la resolución hubiera manifestación en tal sentido por parte de la Mutual de Seguridad de la Cámara Chilena de la Construcción, de acuerdo con el pronunciamiento previsto por el inciso segundo de la primera norma citada; que del mérito del proceso se advierte que el vínculo laboral subsistía; y que no se ha demostrado los presupuestos fácticos necesarios para su declaración. Sostiene que la sentencia se equivoca al desestimar su demanda pues esa conclusión no se condice con lo dispuesto en el artículo 69 de la ley Nº 16.744, en relación con los artículos 1553 y 1556 del Código Civil; que el sentenciador exige como requisito para su concesión la existencia de un certificado de incapacidad, el cual no se encuentra contemplado en nuestra legislación; que el artículo 1556 del Código Civil establece que la indemnización de perjuicios comprende el daño emergente y el lucro cesante, ya provengan de no haberse cumplido la obligación, ya de haberla cumplido imperfectamente; que la obligación contractual incumplida es la obligación de seguridad contenida en el artículo 184 del Código del Trabajo, donde es el empleador quien debe adoptar todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y la salud de los trabajadores; y que es el incumplimiento de la obligación de seguridad por parte del empleador, la que hace procedente el pago del lucro cesante demandado y no la evaluación de incapacidad que efectúe eventualmente la Mutual de Seguridad de la Cámara Chilena de la Construcción; que, esta última dice relación o se exige para las prestaciones por invalidez que establecen los artículos 34 y siguientes de la propia ley Nº 16.744; que dichos artículos establecen

Santiago, ocho de julio de dos mil once. VISTOS: Con fecha 15 de noviembre de 2010, don Álvaro Flores Monardes, juez titular del Segundo Juzgado de Letras del Trabajo de Santiago, dictó sentencia definitiva en la causa RIT 0-2329-2010, iniciada por demanda deducida por don Gonzalo Poza Parraguez en contra de Recicladora Nacional de Metales S.A. La sentencia hizo lugar a la demanda sólo en cuanto se condenó a la demandada a pagar la suma de $ 12.000.000 por daño moral, más el reajuste, desestimándola en lo demás, sin costas. El 26 de noviembre de 2010 don Javier Susacasa Massone, en representación del demandante, dedujo recurso de nulidad, sosteniendo que el fallo infringió el artículo 69 de la ley Nº 16.744, en relación con los artículos 1553 y 1556 del Código Civil, siendo el artículo 477 del Código del Trabajo el que lo concede. Por su parte, con esa misma fecha, 26 de noviembre de 2010, la defensa de la sociedad demandada Recicladora Nacional de Metales S.A., también dedujo recurso de nulidad en contra del fallo, fundándolo en el artículo 477 del Código del Trabajo, en relación con el artículo 478, letra e) del mismo cuerpo legal. La vista del mismo tuvo lugar el 25 de abril de 2011. CON LO RELACIONADO Y CONSIDERANDO: a) En cuanto al recurso de nulidad deducido por la defensa de don Gonzalo Poza Parraguez: 1º. Que el vicio que motiva el recurso está contenido en el motivo 14º del fallo, que rechaza la petición de indemnizar el lucro cesante, al resolverse que la pericia médica acompañada determinó una pérdida de funcionalidad de la mano afectada en un 25%; que esa prueba es relevante pero insuficiente para definir la incapacidad; que la determinación de la pérdida de ganancia queda entregada a los órganos a los que se refieren los artículos 58 y 59 de la ley Nº 16.477, sin que a la época del pronunciamiento de la resolución hubiera manifestación en tal sentido por parte de la Mutual de Seguridad de la Cámara Chilena de la Construcción, de acuerdo con el pronunciamiento previsto por el inciso segundo de la primera norma citada; que del mérito del proceso se advierte que el vínculo laboral subsistía; y que no se ha demostrado los presupuestos fácticos necesarios para su declaración. Sostiene que la sentencia se equivoca al desestimar su demanda pues esa conclusión no se condice con lo dispuesto en el artículo 69 de la ley Nº 16.744, en relación con los artículos 1553 y 1556 del Código Civil; que el sentenciador exige como requisito para su concesión la existencia de un certificado de incapacidad, el cual no se encuentra contemplado en nuestra legislación; que el artículo 1556 del Código Civil establece que la indemnización de perjuicios comprende el daño emergente y el lucro cesante, ya provengan de no haberse cumplido la obligación, ya de haberla cumplido imperfectamente; que la obligación contractual incumplida es la obligación de seguridad contenida en el artículo 184 del Código del Trabajo, donde es el empleador quien debe adoptar todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y la salud de los trabajadores; y que es el incumplimiento de la obligación de seguridad por parte del empleador, la que hace procedente el pago del lucro cesante demandado y no la evaluación de incapacidad que efectúe eventualmente la Mutual de Seguridad de la Cámara Chilena de la Construcción; que, esta última dice relación o se exige para las prestaciones por invalidez que establecen los artículos 34 y siguientes de la propia ley Nº 16.744; que dichos artículos establecen

II. CORTE DE APELACIONES I. Hacer lugar a la demanda sólo en cuanto se condena a la demandada a pagar al actor la suma de $ 12.000.000 por perjuicio moral, suma que deberá ser reajustada conforme a la variación del IPC desde la fecha de dictación de esta resolución y con intereses corrientes desde que quede ejecutoriada. II. Se desestima en lo demás la demanda y no se condena en costas a la demandada por no haber sido totalmente vencida. Regístrese. RIT: O 2329 2010 Pronunciada por Álvaro Flores Monardes, Juez titular del 2° Juzgado de Letras del Trabajo de Santiago. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

231

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

una indemnización global, en el caso que la víctima sufra una disminución igual o superior a un 15% e inferior a un 40%, que no excederá de 15 veces el sueldo base, o una, si la disminución de capacidad de ganancia es igual o superior a una 40% e inferior a un 70% el accidentado tendrá derecho a una pensión que será equivalente al 35% del sueldo base y si la incapacidad es superior al 70%, la pensión será equivalente al 70% del sueldo base; que, en ninguna parte ni de la ley Nº 16.744 ni en las normas del Código Civil se exige que la víctima de un accidente del trabajo deba contar con una declaración de incapacidad de los órganos competentes de la ley Nº 16.744 para que se dé lugar a la indemnización por lucro cesante. Que, al exigir un requisito que no está recogido en ninguna norma, la sentencia falla en contra del Derecho. En cuanto a la subsistencia del vínculo laboral, arguye que el contrato del trabajador continúa vigente con la demandada porque aun, luego de diez meses desde la fecha del accidente, se encuentra en tratamiento y haciendo uso de licencias médicas; que el contrato de trabajo del actor tiene el carácter de indefinido; que lo anterior no asegura que el actor cuente desde la fecha del accidente hasta su jubilación con una fuente laboral permanente, menos aún teniendo presente que según el informe emitido por el perito que lo evaluó determinó una pérdida de función de la mano al menos de un 25%, resultando evidente que la amputación de los dedos de su mano derecha limitará sus expectativas de obtener ingresos en las mismas condiciones anteriores al accidente sufrido; que antes del accidente el actor se encontraba con el 100% de su aptitud laboral; que, con ello, el actor ve disminuida su capacidad de ganancia y que dejará de percibir una remuneración acorde a las labores que estaba en condiciones de ejecutar, más allá de si el actual contrato de trabajo estuviere vigente, puesto que el lucro cesante es, siempre un daño futuro, visto desde la perspectiva y realidad de quien padeció el daño y no de quien lo causó; que la sentencia que se recurre, ha alterado esta regla básica, al entender que no procedía la indemnización por lucro cesante, ya que el daño queda supeditado a la relación contractual existente entre el autor del mismo y quien lo padeció. Que, para que el lucro cesante sea otorgado es preciso que sea razonablemente posible, de acuerdo al mérito de los antecedentes de que se dispongan en el proceso; que para analizar lógicamente y con equidad la procedencia del lucro cesante, hay que considerar una concatenación normal de acontecimientos que son detenidos únicamente por el acaecimiento del hecho dañoso, que trae nefastas consecuencias para el damnificado; que es plenamente procedente que se conceda el lucro cesante a una víctima de un hecho dañoso, cuando producto del mismo, se corta la cadena causal de los acontecimientos de su vida y ello es un obstáculo para obtener las ganancias a las cuales estaba acostumbrado hasta la fecha del accidente; que para ello deberán evaluarse las ganancias probables que podrían esperarse de la actividad o trabajo profesional de la víctima, teniendo en cuenta la duración probable de la vida; que es un hecho de la causa que el trabajador sufrió una pérdida de función ascendente al 25% de funcionalidad total de la mano derecha; que esa es la mano la dominante del actor y que de acuerdo a la declaración del perito que estuvo a cargo de evaluar al actor, éste no podrá volver a realizar las labores que estaba acostumbrado antes del accidente, señalando al respecto que el actor tendrá dificultades para realizar trabajos que requieran mucha fuerza o motricidad fina, no pudiendo realizar trabajos que impliquen riesgos ya que la falta de sensibilidad de su dedo anular puede generar el riesgo de otro accidente, lo cual evidentemente se verá reflejado en sus expectativas de obtener ingresos en las mismas condiciones anteriores al accidente sufrido. Que, en cuanto a las disposiciones infringida, ellas son lo dispuesto en el artículo 69 de la ley Nº 16.744 en relación con los artículos 1553 y 1556 del Código Civil, al no aplicarlos correctamente; que la primera establece que mediando culpa o dolo del empleador en el accidente laboral, el trabajador víctima del mismo, aparte de las prestaciones a que tiene derecho a percibir del seguro social contra riesgos de accidentes del trabajo y enfermedades profesionales, tiene derecho a las demás indemnizaciones que contempla el derecho común, incluso la reparación del daño moral; que, el artículo 1553 Código Civil que integra la normativa que regula la responsabilidad contractual, establece el derecho del trabajador, en cuanto acreedor del deber de seguridad del artículo 184 del Código del Trabajo, a “que el deudor le indemnice de los perjuicios resultantes de la infracción del contrato” y el artículo 1556 del mismo Código agrega que dicha indemnización comprende el lucro cesante; que tanto la normativa so-

232

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

una indemnización global, en el caso que la víctima sufra una disminución igual o superior a un 15% e inferior a un 40%, que no excederá de 15 veces el sueldo base, o una, si la disminución de capacidad de ganancia es igual o superior a una 40% e inferior a un 70% el accidentado tendrá derecho a una pensión que será equivalente al 35% del sueldo base y si la incapacidad es superior al 70%, la pensión será equivalente al 70% del sueldo base; que, en ninguna parte ni de la ley Nº 16.744 ni en las normas del Código Civil se exige que la víctima de un accidente del trabajo deba contar con una declaración de incapacidad de los órganos competentes de la ley Nº 16.744 para que se dé lugar a la indemnización por lucro cesante. Que, al exigir un requisito que no está recogido en ninguna norma, la sentencia falla en contra del Derecho. En cuanto a la subsistencia del vínculo laboral, arguye que el contrato del trabajador continúa vigente con la demandada porque aun, luego de diez meses desde la fecha del accidente, se encuentra en tratamiento y haciendo uso de licencias médicas; que el contrato de trabajo del actor tiene el carácter de indefinido; que lo anterior no asegura que el actor cuente desde la fecha del accidente hasta su jubilación con una fuente laboral permanente, menos aún teniendo presente que según el informe emitido por el perito que lo evaluó determinó una pérdida de función de la mano al menos de un 25%, resultando evidente que la amputación de los dedos de su mano derecha limitará sus expectativas de obtener ingresos en las mismas condiciones anteriores al accidente sufrido; que antes del accidente el actor se encontraba con el 100% de su aptitud laboral; que, con ello, el actor ve disminuida su capacidad de ganancia y que dejará de percibir una remuneración acorde a las labores que estaba en condiciones de ejecutar, más allá de si el actual contrato de trabajo estuviere vigente, puesto que el lucro cesante es, siempre un daño futuro, visto desde la perspectiva y realidad de quien padeció el daño y no de quien lo causó; que la sentencia que se recurre, ha alterado esta regla básica, al entender que no procedía la indemnización por lucro cesante, ya que el daño queda supeditado a la relación contractual existente entre el autor del mismo y quien lo padeció. Que, para que el lucro cesante sea otorgado es preciso que sea razonablemente posible, de acuerdo al mérito de los antecedentes de que se dispongan en el proceso; que para analizar lógicamente y con equidad la procedencia del lucro cesante, hay que considerar una concatenación normal de acontecimientos que son detenidos únicamente por el acaecimiento del hecho dañoso, que trae nefastas consecuencias para el damnificado; que es plenamente procedente que se conceda el lucro cesante a una víctima de un hecho dañoso, cuando producto del mismo, se corta la cadena causal de los acontecimientos de su vida y ello es un obstáculo para obtener las ganancias a las cuales estaba acostumbrado hasta la fecha del accidente; que para ello deberán evaluarse las ganancias probables que podrían esperarse de la actividad o trabajo profesional de la víctima, teniendo en cuenta la duración probable de la vida; que es un hecho de la causa que el trabajador sufrió una pérdida de función ascendente al 25% de funcionalidad total de la mano derecha; que esa es la mano la dominante del actor y que de acuerdo a la declaración del perito que estuvo a cargo de evaluar al actor, éste no podrá volver a realizar las labores que estaba acostumbrado antes del accidente, señalando al respecto que el actor tendrá dificultades para realizar trabajos que requieran mucha fuerza o motricidad fina, no pudiendo realizar trabajos que impliquen riesgos ya que la falta de sensibilidad de su dedo anular puede generar el riesgo de otro accidente, lo cual evidentemente se verá reflejado en sus expectativas de obtener ingresos en las mismas condiciones anteriores al accidente sufrido. Que, en cuanto a las disposiciones infringida, ellas son lo dispuesto en el artículo 69 de la ley Nº 16.744 en relación con los artículos 1553 y 1556 del Código Civil, al no aplicarlos correctamente; que la primera establece que mediando culpa o dolo del empleador en el accidente laboral, el trabajador víctima del mismo, aparte de las prestaciones a que tiene derecho a percibir del seguro social contra riesgos de accidentes del trabajo y enfermedades profesionales, tiene derecho a las demás indemnizaciones que contempla el derecho común, incluso la reparación del daño moral; que, el artículo 1553 Código Civil que integra la normativa que regula la responsabilidad contractual, establece el derecho del trabajador, en cuanto acreedor del deber de seguridad del artículo 184 del Código del Trabajo, a “que el deudor le indemnice de los perjuicios resultantes de la infracción del contrato” y el artículo 1556 del mismo Código agrega que dicha indemnización comprende el lucro cesante; que tanto la normativa so-

232

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

233

bre responsabilidad contractual, así como el artículo 2329 del Código Civil relativo a la responsabilidad extracontractual recogen el principio matriz del derecho de daños o de responsabilidad en orden a que todo daño derivado de culpa o dolo debe ser reparado por el agente; que, en cuanto a la influencia en lo dispositivo del fallo, sostiene que si se hubiere aplicado correctamente las disposiciones infringidas, la sentencia habría acogido y no rechazado la demanda de la víctima para que su empleadora, en cuanto responsable del daño, le indemnice el monto de lo que ha dejado y dejará de percibir como resultado directo del accidente sufrido, así como también de tener una disminución de funcionalidad en su mano izquierda ascendente a un 25% según informe pericial realizado por el médico traumatólogo designado por el tribunal. 2º. Que, el recurso de nulidad pretende dejar sin efecto las sentencias que adoleciere de vicios, sean en ella misma o en el procedimiento previo a su generación; que dichos vicios corresponden a aquellos que expresamente indica la ley y que, salvo la causal indicada en la letra b) del artículo 478 del Código del Trabajo, la competencia del tribunal ad quem no se extiende a los hechos fijados por el tribunal a quo. Por ello, debe desestimarse toda argumentación o especulación relacionada con la subsistencia del vínculo laboral, puesto que ese es un punto de hecho y no de derecho, materia que, como se ha dicho, escapa al control de este tribunal; 3º. Que, en definitiva, el recurrente advierte una infracción de ley, infracción que ha influido sustancialmente en lo dispositivo del fallo, cuando el sentenciador agrega un requisito para hacer procedente el pago de la indemnización del lucro cesante. De la lectura del fallo recurrido, no se advierte que el tribunal a quo hubiere agregado algún elemento adicional al exigido por la ley para condenar al pago de la indemnización del lucro cesante, sino que se ha limitado a señalar que el demandante no ha acreditado suficientemente los elementos indispensables para establecer su monto y condiciones. 4º. Que, de acuerdo con el art. 69 de la ley Nº 16.744, “cuando el accidente o enfermedad se deba a culpa o dolo de la entidad empleadora o de un tercero, sin perjuicio de las acciones criminales que procedan, deberán observase las siguientes reglas: a) El organismo administrador tendrá derecho a repetir en contra del responsable del accidente, por las prestaciones que haya otorgado o deba otorgar, y b) La víctima y las demás personas a quienes el accidente o enfermedad cause daño podrán reclamar al empleador o terceros responsables del accidente, también las otras indemnizaciones a que tenga derecho, con arreglo a las prescripciones del derecho común, incluso el daño moral”. En cuanto al lucro cesante, el literal b) del precepto transcrito remite al cumplimiento de las normas del derecho común la determinación de dicha indemnización, la que no puede presumirse sin prueba suficiente. 5º. Que, de acuerdo con el inciso primero del artículo 58 de la ley Nº 16.744, “la declaración, evaluación, reevaluación y revisión de las incapacidades permanentes serán de exclusiva competencia de los Servicios de Salud. Sin embargo, respecto de los afiliados a las Mutualidades, la declaración, evaluación, reevaluación y revisión de las incapacidades permanentes derivadas de accidentes del trabajo corresponderán a estas instituciones...”. Por su parte, el artículo 59 del mismo cuerpo legal, “las declaraciones de incapacidad permanente del accidentado o enfermo se harán en función de su incapacidad para procurarse por medio de un trabajo proporcionado a sus actuales fuerzas, capacidad y formación, una remuneración equivalente al salario o renta que gana una persona sana en condiciones análogas y en la misma localidad”. 6º. Que, desde antiguo, el lucro cesante no es más que aquella legítima ganancia que el afectado dejará de percibir producto de la acción u omisión dolosa o culposa de la persona que legalmente debía cumplir la obligación subsiguiente; que este daño no se puede presumir, sino que es indispensable contar con elementos objetivos e independientes para su establecimiento y determinación, y que es en ese sentido en el que debe tomarse la exigencia probatoria de contar con la opinión o el informe de la respectiva mutualidad. Así, no basta con establecer cuál es la remuneración del trabajador, ni cuantos años de vida laboral le restan al trabajador –elementos que no bastan por sí solos, ya que ello implicará entrar en el terreno

bre responsabilidad contractual, así como el artículo 2329 del Código Civil relativo a la responsabilidad extracontractual recogen el principio matriz del derecho de daños o de responsabilidad en orden a que todo daño derivado de culpa o dolo debe ser reparado por el agente; que, en cuanto a la influencia en lo dispositivo del fallo, sostiene que si se hubiere aplicado correctamente las disposiciones infringidas, la sentencia habría acogido y no rechazado la demanda de la víctima para que su empleadora, en cuanto responsable del daño, le indemnice el monto de lo que ha dejado y dejará de percibir como resultado directo del accidente sufrido, así como también de tener una disminución de funcionalidad en su mano izquierda ascendente a un 25% según informe pericial realizado por el médico traumatólogo designado por el tribunal. 2º. Que, el recurso de nulidad pretende dejar sin efecto las sentencias que adoleciere de vicios, sean en ella misma o en el procedimiento previo a su generación; que dichos vicios corresponden a aquellos que expresamente indica la ley y que, salvo la causal indicada en la letra b) del artículo 478 del Código del Trabajo, la competencia del tribunal ad quem no se extiende a los hechos fijados por el tribunal a quo. Por ello, debe desestimarse toda argumentación o especulación relacionada con la subsistencia del vínculo laboral, puesto que ese es un punto de hecho y no de derecho, materia que, como se ha dicho, escapa al control de este tribunal; 3º. Que, en definitiva, el recurrente advierte una infracción de ley, infracción que ha influido sustancialmente en lo dispositivo del fallo, cuando el sentenciador agrega un requisito para hacer procedente el pago de la indemnización del lucro cesante. De la lectura del fallo recurrido, no se advierte que el tribunal a quo hubiere agregado algún elemento adicional al exigido por la ley para condenar al pago de la indemnización del lucro cesante, sino que se ha limitado a señalar que el demandante no ha acreditado suficientemente los elementos indispensables para establecer su monto y condiciones. 4º. Que, de acuerdo con el art. 69 de la ley Nº 16.744, “cuando el accidente o enfermedad se deba a culpa o dolo de la entidad empleadora o de un tercero, sin perjuicio de las acciones criminales que procedan, deberán observase las siguientes reglas: a) El organismo administrador tendrá derecho a repetir en contra del responsable del accidente, por las prestaciones que haya otorgado o deba otorgar, y b) La víctima y las demás personas a quienes el accidente o enfermedad cause daño podrán reclamar al empleador o terceros responsables del accidente, también las otras indemnizaciones a que tenga derecho, con arreglo a las prescripciones del derecho común, incluso el daño moral”. En cuanto al lucro cesante, el literal b) del precepto transcrito remite al cumplimiento de las normas del derecho común la determinación de dicha indemnización, la que no puede presumirse sin prueba suficiente. 5º. Que, de acuerdo con el inciso primero del artículo 58 de la ley Nº 16.744, “la declaración, evaluación, reevaluación y revisión de las incapacidades permanentes serán de exclusiva competencia de los Servicios de Salud. Sin embargo, respecto de los afiliados a las Mutualidades, la declaración, evaluación, reevaluación y revisión de las incapacidades permanentes derivadas de accidentes del trabajo corresponderán a estas instituciones...”. Por su parte, el artículo 59 del mismo cuerpo legal, “las declaraciones de incapacidad permanente del accidentado o enfermo se harán en función de su incapacidad para procurarse por medio de un trabajo proporcionado a sus actuales fuerzas, capacidad y formación, una remuneración equivalente al salario o renta que gana una persona sana en condiciones análogas y en la misma localidad”. 6º. Que, desde antiguo, el lucro cesante no es más que aquella legítima ganancia que el afectado dejará de percibir producto de la acción u omisión dolosa o culposa de la persona que legalmente debía cumplir la obligación subsiguiente; que este daño no se puede presumir, sino que es indispensable contar con elementos objetivos e independientes para su establecimiento y determinación, y que es en ese sentido en el que debe tomarse la exigencia probatoria de contar con la opinión o el informe de la respectiva mutualidad. Así, no basta con establecer cuál es la remuneración del trabajador, ni cuantos años de vida laboral le restan al trabajador –elementos que no bastan por sí solos, ya que ello implicará entrar en el terreno ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

233

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

de la especulación y no de la certeza del Derecho–, sino que también que parte de la remuneración dejará de percibir en el futuro. Lo expuesto es distinto y del todo diverso a la indemnización por el daño emergente, donde es el sentenciador, acreditada la mortificación generada en el afectado, quien debe estimar razonablemente y con las dificultades que este procedimiento entraña –como se reconoce en el fallo–, el monto al que este último asciende. 7º. Que, de lo expresado en los considerados precedentes y confrontándolos con lo solicitado por el recurrente, se tiene que el fallo impugnado desestimó la indemnización del lucro cesante precisamente por falta de prueba del mismo, ya que eso es lo que exigen las disposiciones legales del derecho común que aquél ha citado. b) En cuanto al recurso de nulidad deducido por la defensa de Recicladora Nacional de Metales S.A. 8º. Que este recurso sostiene que el considerando 13 del fallo condena a la empleadora a pagar al actor por el concepto de daño moral a la suma de $ 12.000.000.- “cifra resultante de la avaluación en partes iguales del perjuicio de sufrimiento y el perjuicio de agrado”; que el fallo es agraviante para sus derechos puesto que no consideró la excepción de reducción prudencial de cualquier indemnización que se determinara conforme al artículo 2330 del Código Civil, por una exposición imprudente al daño en que había incurrido el demandante; que es el artículo 477 de del Código del Trabajo el que concede el recurso, sosteniendo como causal aquella contenida en el artículo 478 letra e) del mismo cuerpo legal, esto es, si la sentencia “se hubiere dictado con omisión de cualquiera de los requisitos establecidos en los artículos 459, 495 ó 501 inciso final, según corresponda…”. Que, el artículo 459 del Código del Trabajo, que es el aplicable en la especie, dispone que “la sentencia definitiva deberá contener: Nº 3: Una síntesis de los hechos y de las alegaciones de las partes... Nº 6: La resolución de las cuestiones sometidas a la decisión del Tribunal, con expresa determinación de las sumas que ordene pagar o las bases necesarias para su liquidación, si ello fuere procedente”; que el fallo no cumple con estos requisitos porque ha obviado las alegaciones formuladas en este sentido por el recurrente, por lo que la única oportunidad para reclamarlos es la del presente recurso, y que si se hubiera sometido a los requisitos a que la ley lo obliga, el fallo habría expuesto que entre las materias alegadas se había opuesto la excepción subsidiaria de la empleadora; luego hubiera emitido sobre ella, en su parte considerativa, algún razonamiento y consecuentemente hubiera emitido en la parte decisoria, el pronunciamiento respectivo, y que nada de ello ocurrió. Que el fallo estableció como hechos que el accidente se desencadena por una distracción del actor en un momento en que no se ejecutaban cortes de aluminio –acción que habían realizado toda la mañana– cuando saluda a otro trabajador que estaba en la parte superior del galpón, accionando él mismo el mecanismo de corte (“el actor pasa a llevar el pedal de la máquina” señala el informe de investigación del accidente) mientras tenía apoyada la mano derecha en la parte de la máquina en que baja la cuchilla de la guillotina; que en el considerando sexto, tras exponer que la empresa incumplió gravemente con su obligación de seguridad, agrega textualmente que la acción del actor ha sido negligente y torpe a ojos del juicio común, y que el reproche habría sido más severo aún si el Juez hubiera considerado además los que denomina como “factores presentes en la acción del actor” imputables al propio trabajador, tal como la falta de descanso del actor por haber celebrado su cumpleaños la noche anterior, con consumo de alcohol, elementos de juicio que “irrumpen en la fase probatoria” y que el fallo decide descartar por no haber sido alegados expresamente en la fase de discusión; que el recurrente discrepa de esa exclusión ya que la empresa desconocía esta ingesta de alcohol al contestar la demanda, pero si estas condiciones físicas deficientes “irrumpieron”, y el Juez las estima “presentes”, ellas encuadraban y eran pertinentes al punto de prueba respectivo que se dictó y debieron ser ponderada por el sentenciador; que es evidente que el sentenciador se convenció de que hubo acción imprudente del trabajador y que así lo dejó nítidamente asentado en fallo. Que la sentencia acogió la demanda de daño moral, la que el actor fundamentó en el artículo 69 de la Ley de Accidentes del Trabajo Nº 16.744, precepto que en su letra b) incorpora expresamente en beneficio de la víctima como concepto de resarcimiento “también las otras indemnizaciones a que tengan derecho con arreglo a las prescripciones del derecho común, incluso el daño moral”; que entre estas

234

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

de la especulación y no de la certeza del Derecho–, sino que también que parte de la remuneración dejará de percibir en el futuro. Lo expuesto es distinto y del todo diverso a la indemnización por el daño emergente, donde es el sentenciador, acreditada la mortificación generada en el afectado, quien debe estimar razonablemente y con las dificultades que este procedimiento entraña –como se reconoce en el fallo–, el monto al que este último asciende. 7º. Que, de lo expresado en los considerados precedentes y confrontándolos con lo solicitado por el recurrente, se tiene que el fallo impugnado desestimó la indemnización del lucro cesante precisamente por falta de prueba del mismo, ya que eso es lo que exigen las disposiciones legales del derecho común que aquél ha citado. b) En cuanto al recurso de nulidad deducido por la defensa de Recicladora Nacional de Metales S.A. 8º. Que este recurso sostiene que el considerando 13 del fallo condena a la empleadora a pagar al actor por el concepto de daño moral a la suma de $ 12.000.000.- “cifra resultante de la avaluación en partes iguales del perjuicio de sufrimiento y el perjuicio de agrado”; que el fallo es agraviante para sus derechos puesto que no consideró la excepción de reducción prudencial de cualquier indemnización que se determinara conforme al artículo 2330 del Código Civil, por una exposición imprudente al daño en que había incurrido el demandante; que es el artículo 477 de del Código del Trabajo el que concede el recurso, sosteniendo como causal aquella contenida en el artículo 478 letra e) del mismo cuerpo legal, esto es, si la sentencia “se hubiere dictado con omisión de cualquiera de los requisitos establecidos en los artículos 459, 495 ó 501 inciso final, según corresponda…”. Que, el artículo 459 del Código del Trabajo, que es el aplicable en la especie, dispone que “la sentencia definitiva deberá contener: Nº 3: Una síntesis de los hechos y de las alegaciones de las partes... Nº 6: La resolución de las cuestiones sometidas a la decisión del Tribunal, con expresa determinación de las sumas que ordene pagar o las bases necesarias para su liquidación, si ello fuere procedente”; que el fallo no cumple con estos requisitos porque ha obviado las alegaciones formuladas en este sentido por el recurrente, por lo que la única oportunidad para reclamarlos es la del presente recurso, y que si se hubiera sometido a los requisitos a que la ley lo obliga, el fallo habría expuesto que entre las materias alegadas se había opuesto la excepción subsidiaria de la empleadora; luego hubiera emitido sobre ella, en su parte considerativa, algún razonamiento y consecuentemente hubiera emitido en la parte decisoria, el pronunciamiento respectivo, y que nada de ello ocurrió. Que el fallo estableció como hechos que el accidente se desencadena por una distracción del actor en un momento en que no se ejecutaban cortes de aluminio –acción que habían realizado toda la mañana– cuando saluda a otro trabajador que estaba en la parte superior del galpón, accionando él mismo el mecanismo de corte (“el actor pasa a llevar el pedal de la máquina” señala el informe de investigación del accidente) mientras tenía apoyada la mano derecha en la parte de la máquina en que baja la cuchilla de la guillotina; que en el considerando sexto, tras exponer que la empresa incumplió gravemente con su obligación de seguridad, agrega textualmente que la acción del actor ha sido negligente y torpe a ojos del juicio común, y que el reproche habría sido más severo aún si el Juez hubiera considerado además los que denomina como “factores presentes en la acción del actor” imputables al propio trabajador, tal como la falta de descanso del actor por haber celebrado su cumpleaños la noche anterior, con consumo de alcohol, elementos de juicio que “irrumpen en la fase probatoria” y que el fallo decide descartar por no haber sido alegados expresamente en la fase de discusión; que el recurrente discrepa de esa exclusión ya que la empresa desconocía esta ingesta de alcohol al contestar la demanda, pero si estas condiciones físicas deficientes “irrumpieron”, y el Juez las estima “presentes”, ellas encuadraban y eran pertinentes al punto de prueba respectivo que se dictó y debieron ser ponderada por el sentenciador; que es evidente que el sentenciador se convenció de que hubo acción imprudente del trabajador y que así lo dejó nítidamente asentado en fallo. Que la sentencia acogió la demanda de daño moral, la que el actor fundamentó en el artículo 69 de la Ley de Accidentes del Trabajo Nº 16.744, precepto que en su letra b) incorpora expresamente en beneficio de la víctima como concepto de resarcimiento “también las otras indemnizaciones a que tengan derecho con arreglo a las prescripciones del derecho común, incluso el daño moral”; que entre estas

234

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

235

prescripciones se encuentra la norma que la demandada invocó para justificar su petición de rebaja prudencial de cualquier indemnización que fuera acogida por el fallo; que el artículo 2.330 del Código Civil que dispone que la apreciación del daño está sujeta a reducción, si el que lo ha sufrido se expuso a él imprudentemente; que dicho precepto que por imposición de las normas procesales que aseguran la garantía constitucional de debido proceso, el Juez de la causa estaba obligado a aplicar, incurriendo en vicio de forma al no hacerlo. Acompaña, además citas jurisprudenciales en apoyo a su defensa. 9º. Que, según lo que se ha expresado, este tribunal se encuentra impedido de modificar los hechos que ha fijado el tribunal a quo, de modo que la alusión al desconocimiento de circunstancias fácticas por parte del demandado no puede argumentarse en esta sede ni ser sustento del recurso, y que, por el contrario, es un hecho de la causa, que el actor demandó la indemnización por daño moral, avaluándolo en una suma de $ 120.000.000 y que el fallo sólo condenó al pago de $ 12.000.000. 10º. Que, el recurrente ha extraído determinados pasajes del fallo en análisis en su defensa sin considerarlo en su conjunto, ya que si bien es efectivo que ha afirmado que la acción del actor ha sido negligente y torpe, a ojos del juicio común (considerando sexto), exculpa dicha calificación en los motivos 7, 8, 9 y 10. Para estos efectos, resulta conveniente citar lo indicado en el motivo noveno, donde expresa que “la excusa del operario es el incumplimiento absoluto del deber de seguridad por parte de su empleadora que ha originado la inconsciencia sobre el peligro que representaba la máquina, manifestada en el exceso de confianza que la acción evidencia, como un saludo desaprensivo a otro trabajador, desatendiendo –confiado– por segundos el artefacto, operándolo por error y generando el hecho luctuoso”, y, más adelante, que “la causa del accidente es entonces, el incumplimiento de las medidas de seguridad que la ley impone al empleador y la lesión del actor es consecuencia directa de ese ilícito”. 11º. Que, de lo expuesto y de la lectura del fallo impugnado, no puede sino concluirse que todas las argumentaciones de las partes han sido consideradas en su texto, ya que no otra cosa se ha hecho al considerar tanto la actuación del actor –que no es más que la “exposición imprudente al daño” al que alude el recurrente–, como las omisiones y responsabilidades de la sociedad demandada, lo que, como necesario corolario, sólo permite desestimar la acción entablada. Y, visto lo dispuesto en los artículos 477 y siguientes del Código del Trabajo; y 58, 59 y 69 de la Ley Nº 16.774, sobre Accidentes del Trabajado y Enfermedades Profesionales, se declara: a) que se rechaza el recurso de nulidad interpuesto por don Javier Susacasa Massone en representación del demandante señor Gonzalo Poza Parraguez, sin costas; b) que se rechaza el recurso de nulidad interpuesto por don Ulises Aburto Spitzer en representación de Recicladora Nacional de Metales S.A., sin costas, y c) que la sentencia de fecha quince de noviembre de dos mil diez, dictada por don Álvaro Flores Monardes, juez Titular del Segundo juzgado de Letras del trabajo de Santiago, no es nula. Regístrese y devuélvase. N° Reforma Laboral 1.686-2010 Redacción del Abogado Integrante señor Eduardo Morales Robles. Pronunciada por la Octava Sala de esta Corte de Apelaciones de Santiago, presidida por la Ministro señora Dobra Lusic Nadal e integrada por la Ministra señora Patricia González Quiroz y Abogado Integrante señor Eduardo Morales Robles.

prescripciones se encuentra la norma que la demandada invocó para justificar su petición de rebaja prudencial de cualquier indemnización que fuera acogida por el fallo; que el artículo 2.330 del Código Civil que dispone que la apreciación del daño está sujeta a reducción, si el que lo ha sufrido se expuso a él imprudentemente; que dicho precepto que por imposición de las normas procesales que aseguran la garantía constitucional de debido proceso, el Juez de la causa estaba obligado a aplicar, incurriendo en vicio de forma al no hacerlo. Acompaña, además citas jurisprudenciales en apoyo a su defensa. 9º. Que, según lo que se ha expresado, este tribunal se encuentra impedido de modificar los hechos que ha fijado el tribunal a quo, de modo que la alusión al desconocimiento de circunstancias fácticas por parte del demandado no puede argumentarse en esta sede ni ser sustento del recurso, y que, por el contrario, es un hecho de la causa, que el actor demandó la indemnización por daño moral, avaluándolo en una suma de $ 120.000.000 y que el fallo sólo condenó al pago de $ 12.000.000. 10º. Que, el recurrente ha extraído determinados pasajes del fallo en análisis en su defensa sin considerarlo en su conjunto, ya que si bien es efectivo que ha afirmado que la acción del actor ha sido negligente y torpe, a ojos del juicio común (considerando sexto), exculpa dicha calificación en los motivos 7, 8, 9 y 10. Para estos efectos, resulta conveniente citar lo indicado en el motivo noveno, donde expresa que “la excusa del operario es el incumplimiento absoluto del deber de seguridad por parte de su empleadora que ha originado la inconsciencia sobre el peligro que representaba la máquina, manifestada en el exceso de confianza que la acción evidencia, como un saludo desaprensivo a otro trabajador, desatendiendo –confiado– por segundos el artefacto, operándolo por error y generando el hecho luctuoso”, y, más adelante, que “la causa del accidente es entonces, el incumplimiento de las medidas de seguridad que la ley impone al empleador y la lesión del actor es consecuencia directa de ese ilícito”. 11º. Que, de lo expuesto y de la lectura del fallo impugnado, no puede sino concluirse que todas las argumentaciones de las partes han sido consideradas en su texto, ya que no otra cosa se ha hecho al considerar tanto la actuación del actor –que no es más que la “exposición imprudente al daño” al que alude el recurrente–, como las omisiones y responsabilidades de la sociedad demandada, lo que, como necesario corolario, sólo permite desestimar la acción entablada. Y, visto lo dispuesto en los artículos 477 y siguientes del Código del Trabajo; y 58, 59 y 69 de la Ley Nº 16.774, sobre Accidentes del Trabajado y Enfermedades Profesionales, se declara: a) que se rechaza el recurso de nulidad interpuesto por don Javier Susacasa Massone en representación del demandante señor Gonzalo Poza Parraguez, sin costas; b) que se rechaza el recurso de nulidad interpuesto por don Ulises Aburto Spitzer en representación de Recicladora Nacional de Metales S.A., sin costas, y c) que la sentencia de fecha quince de noviembre de dos mil diez, dictada por don Álvaro Flores Monardes, juez Titular del Segundo juzgado de Letras del trabajo de Santiago, no es nula. Regístrese y devuélvase. N° Reforma Laboral 1.686-2010 Redacción del Abogado Integrante señor Eduardo Morales Robles. Pronunciada por la Octava Sala de esta Corte de Apelaciones de Santiago, presidida por la Ministro señora Dobra Lusic Nadal e integrada por la Ministra señora Patricia González Quiroz y Abogado Integrante señor Eduardo Morales Robles. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

235

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Santiago, dieciséis de junio de dos mil once. VISTOS: PRIMERO: Que don Luis Enrique Ríos Poblete, jornal, domiciliado en Pasaje Combate Angamos N° 3358, comuna de Maipú, Santiago, interpone demanda laboral de indemnización de perjuicios, por responsabilidad contractual derivada de accidente del trabajo en contra de su empleador Constructora Senarco S.A., empresa del giro de su denominación, representada legalmente por don Víctor García Fuentes, ignora profesión u oficio, ambos domiciliados en Avenida El Bosque Norte N° 500, piso 24, comuna de Las Condes, Santiago y en forma solidaria o subsidiaria, según se determine, en contra de la Inmobiliaria Titanium S.A., del giro de su denominación, representada legalmente por don Abraham Senerman Lamas, ignora profesión u oficio, ambos domiciliados en Avenida El Bosque Norte N° 500, piso 24, comuna de Las Condes, Santiago, en su calidad de dueña de la obra, empresa o faena, en virtud de los siguientes fundamentos Ingresó a prestar servicios para la constructora el 5 de agosto de 2008, como jornal, en la obra o faena denominada Torre Titanium La Portada, ubicada en Avenida Isidora Goyenechea N° 2800, comuna de Las Condes, obra o faena que su empleador realizaba por encargo de la empresa Inmobiliaria Titanium S.A. Hace presente que con esa misma fecha se escrituró el contrato de trabajo, el que establecía una jornada de trabajo de 45 horas semanales y una remuneración mensual consistente en un sueldo base de $ 170.000.-, más un bono de colación de $ 15.000.-, un bono de movilización de $ 15.000.- y gratificación legal garantizada, suma que en la actualidad ascendería a lo menos a $ 361.000.-, si se consideran también las horas extraordinarias. Señala que el accidente de trabajo que sufrió ocurrió el día 28 de enero del año 2009, en la referida obra, en la cual llevaba trabajando a lo menos seis meses. Es así que ese día, cerca de las 15:00 horas y en circunstancias en que se encontraba en el piso 30 poniendo una loseta, le cae desde el piso 47 del mismo edificio, a gran velocidad, una placa OSB carpintera, de a lo menos medio metro por medio metro, la que golpea de lleno su mano derecha, situación que no pudo evitar, pues se encontraba amarrado con el arnés de seguridad. Afirma que lo anterior le provocó graves lesiones, debiendo ser socorrido por sus compañeros de trabajo, quienes lo bajaron del edificio por el monta carga, siendo después llevado a un centro asistencial del sector Oriente de Santiago, en vez de ser llevado directamente al Hospital de la Mutual de Seguridad, que era lo que correspondía. Señala que con posterioridad, comenzó en la referida Mutual un doloroso y largo proceso de recuperación, ya que tenía problemas de hinchazón en su mano accidentada, lo que no se calmaba con nada, pese al seguimiento de todas las indicaciones médicas. Es así que en febrero del año 2010, es hospitalizado por casi un mes, por el equipo médico de la Mutual, oportunidad en que le colocaron un catéter en el hombro y se lo infiltraron para bajar los dolores, tratamiento que no dio resultado. Luego de 24 meses, el equipo médico tratante le señaló que no podían hacer nada más y que irremediablemente quedaría sin fuerza en su brazo derecho y con graves dolores de por vida. Con fecha 28 de enero de 2011, la Mutual de Seguridad le comunica la resolución que le otorga un 70% de incapacidad laboral producto del accidente de trabajo. Asimismo con fecha 16 de febrero de 2011, termina su reposo laboral por el accidente sufrido, situación que puso en conocimiento de su empleador, junto con la resolución antes señalada. Sostiene que es claro, que el accidente laboral que sufrió se debe al grave incumplimiento de su empleador a su deber de seguridad. Es así, que el ambiente de trabajo en donde desarrollaba sus labores era absolutamente inseguro y peligroso, pues no existían las protecciones que evitaran la caída

236

I. SENTENCIA DEL JUZGADO DE LETRAS DEL TRABAJO

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol N° O-786-2011 Cita online: CL/JUR/9271/2011

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol N° O-786-2011 Cita online: CL/JUR/9271/2011

I. SENTENCIA DEL JUZGADO DE LETRAS DEL TRABAJO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Santiago, dieciséis de junio de dos mil once. VISTOS: PRIMERO: Que don Luis Enrique Ríos Poblete, jornal, domiciliado en Pasaje Combate Angamos N° 3358, comuna de Maipú, Santiago, interpone demanda laboral de indemnización de perjuicios, por responsabilidad contractual derivada de accidente del trabajo en contra de su empleador Constructora Senarco S.A., empresa del giro de su denominación, representada legalmente por don Víctor García Fuentes, ignora profesión u oficio, ambos domiciliados en Avenida El Bosque Norte N° 500, piso 24, comuna de Las Condes, Santiago y en forma solidaria o subsidiaria, según se determine, en contra de la Inmobiliaria Titanium S.A., del giro de su denominación, representada legalmente por don Abraham Senerman Lamas, ignora profesión u oficio, ambos domiciliados en Avenida El Bosque Norte N° 500, piso 24, comuna de Las Condes, Santiago, en su calidad de dueña de la obra, empresa o faena, en virtud de los siguientes fundamentos Ingresó a prestar servicios para la constructora el 5 de agosto de 2008, como jornal, en la obra o faena denominada Torre Titanium La Portada, ubicada en Avenida Isidora Goyenechea N° 2800, comuna de Las Condes, obra o faena que su empleador realizaba por encargo de la empresa Inmobiliaria Titanium S.A. Hace presente que con esa misma fecha se escrituró el contrato de trabajo, el que establecía una jornada de trabajo de 45 horas semanales y una remuneración mensual consistente en un sueldo base de $ 170.000.-, más un bono de colación de $ 15.000.-, un bono de movilización de $ 15.000.- y gratificación legal garantizada, suma que en la actualidad ascendería a lo menos a $ 361.000.-, si se consideran también las horas extraordinarias. Señala que el accidente de trabajo que sufrió ocurrió el día 28 de enero del año 2009, en la referida obra, en la cual llevaba trabajando a lo menos seis meses. Es así que ese día, cerca de las 15:00 horas y en circunstancias en que se encontraba en el piso 30 poniendo una loseta, le cae desde el piso 47 del mismo edificio, a gran velocidad, una placa OSB carpintera, de a lo menos medio metro por medio metro, la que golpea de lleno su mano derecha, situación que no pudo evitar, pues se encontraba amarrado con el arnés de seguridad. Afirma que lo anterior le provocó graves lesiones, debiendo ser socorrido por sus compañeros de trabajo, quienes lo bajaron del edificio por el monta carga, siendo después llevado a un centro asistencial del sector Oriente de Santiago, en vez de ser llevado directamente al Hospital de la Mutual de Seguridad, que era lo que correspondía. Señala que con posterioridad, comenzó en la referida Mutual un doloroso y largo proceso de recuperación, ya que tenía problemas de hinchazón en su mano accidentada, lo que no se calmaba con nada, pese al seguimiento de todas las indicaciones médicas. Es así que en febrero del año 2010, es hospitalizado por casi un mes, por el equipo médico de la Mutual, oportunidad en que le colocaron un catéter en el hombro y se lo infiltraron para bajar los dolores, tratamiento que no dio resultado. Luego de 24 meses, el equipo médico tratante le señaló que no podían hacer nada más y que irremediablemente quedaría sin fuerza en su brazo derecho y con graves dolores de por vida. Con fecha 28 de enero de 2011, la Mutual de Seguridad le comunica la resolución que le otorga un 70% de incapacidad laboral producto del accidente de trabajo. Asimismo con fecha 16 de febrero de 2011, termina su reposo laboral por el accidente sufrido, situación que puso en conocimiento de su empleador, junto con la resolución antes señalada. Sostiene que es claro, que el accidente laboral que sufrió se debe al grave incumplimiento de su empleador a su deber de seguridad. Es así, que el ambiente de trabajo en donde desarrollaba sus labores era absolutamente inseguro y peligroso, pues no existían las protecciones que evitaran la caída

236

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

237

de materiales desde los pisos superiores del edificio, ni mediadas que protegieran efectivamente a los trabajadores de tales objetos, no siendo además, debidamente advertido de los peligros. Por lo demás, se le hacía trabajar horas extraordinarias de manera continua y permanente, lo que creaba un ambiente laboral estresante y agotador. Afirma que a consecuencia del accidente, quedó con una herida complicada de mano derecha y un trastorno de adaptación con reacción depresiva. Por otra parte, la Comisión de Evaluación de Incapacidad por Accidentes del Trabajo de la Mutual de Seguridad, estableció que el accidente de trabajo le había provocado las siguientes secuelas: Segmento: extremidad superior derecha; paciente evaluado en presencia. Dolor neuropático de difícil manejo, edema y alodinia importante. Rigidez en semiflexión de mano, dificultad en flexión codo. En definitiva, producto del accidente ha quedado imposibilitado de hacer una vida normal, con daños a su apariencia física y dolores crónicos permanentes, con su vida sexual y matrimonial también profundamente dañada, sin poder jugar con sus hijos y sin poder hacer deportes, perdiendo no sólo la destreza de su brazo diestro, sino que además su movilidad. A lo anterior, hay que agregarle que ha perdido su oficio, quedando en una precaria situación económica, además de su entretención favorita, la de reparar calzados, todo lo cual lo tiene sumido en una grave y profunda depresión. En cuanto al derecho, sostiene que el accidente fue causado por el incumplimiento de la demandada principal de su obligación de seguridad, establecida en el artículo 184 del Código del Trabajo. Asimismo que el accidente implicó una infracción a los artículos 36 y 37 del D.S. N° 54 de 1969, del Ministerio de Trabajo y Previsión Social, Reglamento sobre Condiciones Sanitarias y Ambientales Básicas en los Lugares de Trabajo. Por otra parte, el accidente fue producto de la total ausencia de fiscalización en la faena por parte del empleador y además implicó un incumplimiento al deber de asistencia al trabajador accidentado, en la forma que se expusiera. En cuanto a la responsabilidad del dueño de la obra o faena, señala que está se deriva de lo dispuesto en el artículo 183–E del Código del Trabajo y del trabajo en régimen de subcontratación, por lo que se trata de una responsabilidad solidaria, subsidiaria, o simplemente conjunta, según el tribunal determine. Hace presente al respecto, lo dispuesto en el artículo 3º del D.S. N° 54 de 1969, del Ministerio de Trabajo y Previsión Social, norma aplicable a los dependientes directos como a los trabajadores de terceros contratistas que laboran en la obra o faena. Asimismo invoca los artículos 6º y 7º del decreto Nº 76, Reglamento para la Aplicación del artículo 66 Bis de la Ley Nº 16.744, sobre la Gestión de la Seguridad y Salud en el Trabajo, Obras, Faenas o Servicios. En relación con los perjuicios, demanda lucro cesante, fundado en que conforme a la incapacidad laboral que se le ha determinado y lo dispuesto en el artículo 39 de la ley Nº 16.744, sólo tiene derecho a una pensión mensual equivalente al 70% de su sueldo base, el que conforme a la ley Nº 16.744 no supera los $ 150.500, con lo cual no podrá solventar a su familia en iguales condiciones a como lo realizaba antes del accidente sufrido. Es por ello, que tendiendo presente la real remuneración que tenía al momento del accidente, la que alcanza a $ 361.000.- mensuales, su edad, que es de 54 años y su vida útil en el país, la que llega a los 65 años, concluye que dejará de percibir mensualmente la suma de $ 210.500.-, lo que multiplicado por 11 años, los que le restan de vida laboral, arroja la suma de $ 27.786.000.-, la que demanda a título de lucro cesante. En cuanto al daño moral, demanda por este concepto todos los daños a que ha hecho referencia, consistentes en los dolores físicos, en el daño psicológico y el daño ocasionado a su vida sexual y marital y otros perjuicios de sufrimiento y agrado, los cuales por su carácter de irreparables avalúa en la suma de $ 300.000.000.Por tanto, en mérito de lo expuesto y lo dispuesto en los artículos 19 N° 1 de la Constitución Política de la República, 183-A y siguientes, 184, 187, 210, 420, 425 y siguientes, 446 y siguientes del Código del Trabajo, 5º, 66, 68, 69, 79 y 88 de la ley Nº 16.744, 1547, 1556 y 1557 del Código Civil, solicita se acoja en definitiva la demanda y se condene a las demandadas al pago de la suma de $ 327.786.000.- por in-

de materiales desde los pisos superiores del edificio, ni mediadas que protegieran efectivamente a los trabajadores de tales objetos, no siendo además, debidamente advertido de los peligros. Por lo demás, se le hacía trabajar horas extraordinarias de manera continua y permanente, lo que creaba un ambiente laboral estresante y agotador. Afirma que a consecuencia del accidente, quedó con una herida complicada de mano derecha y un trastorno de adaptación con reacción depresiva. Por otra parte, la Comisión de Evaluación de Incapacidad por Accidentes del Trabajo de la Mutual de Seguridad, estableció que el accidente de trabajo le había provocado las siguientes secuelas: Segmento: extremidad superior derecha; paciente evaluado en presencia. Dolor neuropático de difícil manejo, edema y alodinia importante. Rigidez en semiflexión de mano, dificultad en flexión codo. En definitiva, producto del accidente ha quedado imposibilitado de hacer una vida normal, con daños a su apariencia física y dolores crónicos permanentes, con su vida sexual y matrimonial también profundamente dañada, sin poder jugar con sus hijos y sin poder hacer deportes, perdiendo no sólo la destreza de su brazo diestro, sino que además su movilidad. A lo anterior, hay que agregarle que ha perdido su oficio, quedando en una precaria situación económica, además de su entretención favorita, la de reparar calzados, todo lo cual lo tiene sumido en una grave y profunda depresión. En cuanto al derecho, sostiene que el accidente fue causado por el incumplimiento de la demandada principal de su obligación de seguridad, establecida en el artículo 184 del Código del Trabajo. Asimismo que el accidente implicó una infracción a los artículos 36 y 37 del D.S. N° 54 de 1969, del Ministerio de Trabajo y Previsión Social, Reglamento sobre Condiciones Sanitarias y Ambientales Básicas en los Lugares de Trabajo. Por otra parte, el accidente fue producto de la total ausencia de fiscalización en la faena por parte del empleador y además implicó un incumplimiento al deber de asistencia al trabajador accidentado, en la forma que se expusiera. En cuanto a la responsabilidad del dueño de la obra o faena, señala que está se deriva de lo dispuesto en el artículo 183–E del Código del Trabajo y del trabajo en régimen de subcontratación, por lo que se trata de una responsabilidad solidaria, subsidiaria, o simplemente conjunta, según el tribunal determine. Hace presente al respecto, lo dispuesto en el artículo 3º del D.S. N° 54 de 1969, del Ministerio de Trabajo y Previsión Social, norma aplicable a los dependientes directos como a los trabajadores de terceros contratistas que laboran en la obra o faena. Asimismo invoca los artículos 6º y 7º del decreto Nº 76, Reglamento para la Aplicación del artículo 66 Bis de la Ley Nº 16.744, sobre la Gestión de la Seguridad y Salud en el Trabajo, Obras, Faenas o Servicios. En relación con los perjuicios, demanda lucro cesante, fundado en que conforme a la incapacidad laboral que se le ha determinado y lo dispuesto en el artículo 39 de la ley Nº 16.744, sólo tiene derecho a una pensión mensual equivalente al 70% de su sueldo base, el que conforme a la ley Nº 16.744 no supera los $ 150.500, con lo cual no podrá solventar a su familia en iguales condiciones a como lo realizaba antes del accidente sufrido. Es por ello, que tendiendo presente la real remuneración que tenía al momento del accidente, la que alcanza a $ 361.000.- mensuales, su edad, que es de 54 años y su vida útil en el país, la que llega a los 65 años, concluye que dejará de percibir mensualmente la suma de $ 210.500.-, lo que multiplicado por 11 años, los que le restan de vida laboral, arroja la suma de $ 27.786.000.-, la que demanda a título de lucro cesante. En cuanto al daño moral, demanda por este concepto todos los daños a que ha hecho referencia, consistentes en los dolores físicos, en el daño psicológico y el daño ocasionado a su vida sexual y marital y otros perjuicios de sufrimiento y agrado, los cuales por su carácter de irreparables avalúa en la suma de $ 300.000.000.Por tanto, en mérito de lo expuesto y lo dispuesto en los artículos 19 N° 1 de la Constitución Política de la República, 183-A y siguientes, 184, 187, 210, 420, 425 y siguientes, 446 y siguientes del Código del Trabajo, 5º, 66, 68, 69, 79 y 88 de la ley Nº 16.744, 1547, 1556 y 1557 del Código Civil, solicita se acoja en definitiva la demanda y se condene a las demandadas al pago de la suma de $ 327.786.000.- por inACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

237

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

demnización de perjuicios, o en subsidio, a la suma que el tribunal determine conforme a los principios de justicia y equidad, todo ello con reajustes, intereses y costas. SEGUNDO: Que doña Carolina Aparicio Puentes, abogado, en representación de la demandada Constructora Senarco S.A., contesta la demanda solicitando su total rechazo, con costas, atendidas las siguientes razones: En primer lugar, su parte controvierte todos y cada uno de los hechos señalados en la demanda, los cuales deberán ser acreditados por el demandante, a excepción de los expresamente reconocidos por su parte. Es así, que reconoce que el actor ingresó a prestar servicios para su representada el día 5 de agosto de 2008, en el cargo de jornal, en la obra o faena denominada Torre Titanium La Portada, mediante una jornada de trabajo de 45 horas semanales, por un sueldo mensual de $ 170.000.-, más asignaciones por concepto de movilización y colación, por la suma de $ 15.000.-, cada una de ellas. Señala que a la fecha de ocurrencia del accidente, el demandante se encontraba cumpliendo sus funciones, como ayudante de carpintero, en la colocación de losa cielo en la respectiva faena. Fue así, que cerca de las 15:00 horas del día 28 de enero de 2009, y mientras trabajaba en el piso 38, el actor resultó golpeado por un trozo de una placa carpintera, de alrededor de 40 x 50 centímetros, en su mano derecha, el cual cayó de los pisos superiores. Hace presente que el actor contaba en ese momento con todos sus elementos de seguridad. Agrega que inmediatamente ocurrido el accidente, personal de la empresa trasladó al trabajador a la ambulancia dispuesta por la Mutual en la obra, siendo atendido por un paramédico, el que indicó el trasladó del actor al Centro de Atención de la Mutual de Seguridad, ubicado en las Tranqueras 1327, comuna de Vitacura, en donde fue examinado por el médico de turno, quien determinó su derivación al Hospital de la Mutual de Seguridad. Es por ello, que no es efectivo lo señalado por el actor, en cuanto a que no tuvo la asistencia adecuada, ya que se le trasladó a un centro médico que cuenta con especialistas en el área de traumatología y ortopedia, y que atiende urgencias médicas. Asimismo, la denuncia del accidente se realizó de manera inmediata, ya que de otra forma el actor no habría sido atendido. Por lo expuesto, su parte cumplió a cabalidad con su deber de asistencia. Por otra parte, al ingresar el actor a la empresa, se le entregaron todos los elementos de seguridad personal que debía utilizar para el correcto desempeño de sus funciones laborales. Asimismo, se le hizo entrega del Reglamento Interno de Orden, Higiene y Seguridad de la empresa, el que comprende los distintos procedimientos de seguridad que deben implementar los trabajadores en el ejercicio de sus funciones. Además, el trabajador fue instruido en la prevención de riesgos y accidentes de trabajo, según da cuenta el certificado de inducción correspondiente. Es más, el actor recibió una serie de charlas y capacitaciones, por lo que desarrollaba sus funciones bajo un completo ámbito de seguridad personal y libre de riesgos. Por lo demás, el actor ya había desempeñado las mismas funciones sin sufrir ningún accidente, al igual que los restantes trabajadores. Es por ello, que lo ocurrido no fue posible de prever ni evitar, ni aun habiéndose tomado todas las precauciones y medidas de seguridad. Hace presente que el demandante tiene relación laboral vigente con su representada, quien ha cumplido con su obligación de pagarle las remuneraciones que le corresponden, por lo que no existe daño que indemnizar. Lo anterior, por cuanto no hay daño atribuible a la responsabilidad de su mandante. Asimismo, no existe relación de causalidad entre el accidente sufrido por el trabajador y el actuar de su representada. Además, porque las secuelas alegadas por el demandante son consecuencia de la evolución de sus lesiones, lo que no es imputable a ellos. En relación con la declaración de incapacidad, señala que ésta se determina sólo para los efectos del cálculo de la pensión establecida en la ley Nº 16.744 y que fue la propia Mutual quien determinó que el actor se encontraba en condiciones de trabajar, al otorgarle el alta médica. Agrega que su representada se ha incorporado al denominado “Modelo de Gestión de Riesgos Empresa Competitiva”, el cual es auditado en forma semestral por la Mutual, alcanzando en el período en

238

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

demnización de perjuicios, o en subsidio, a la suma que el tribunal determine conforme a los principios de justicia y equidad, todo ello con reajustes, intereses y costas. SEGUNDO: Que doña Carolina Aparicio Puentes, abogado, en representación de la demandada Constructora Senarco S.A., contesta la demanda solicitando su total rechazo, con costas, atendidas las siguientes razones: En primer lugar, su parte controvierte todos y cada uno de los hechos señalados en la demanda, los cuales deberán ser acreditados por el demandante, a excepción de los expresamente reconocidos por su parte. Es así, que reconoce que el actor ingresó a prestar servicios para su representada el día 5 de agosto de 2008, en el cargo de jornal, en la obra o faena denominada Torre Titanium La Portada, mediante una jornada de trabajo de 45 horas semanales, por un sueldo mensual de $ 170.000.-, más asignaciones por concepto de movilización y colación, por la suma de $ 15.000.-, cada una de ellas. Señala que a la fecha de ocurrencia del accidente, el demandante se encontraba cumpliendo sus funciones, como ayudante de carpintero, en la colocación de losa cielo en la respectiva faena. Fue así, que cerca de las 15:00 horas del día 28 de enero de 2009, y mientras trabajaba en el piso 38, el actor resultó golpeado por un trozo de una placa carpintera, de alrededor de 40 x 50 centímetros, en su mano derecha, el cual cayó de los pisos superiores. Hace presente que el actor contaba en ese momento con todos sus elementos de seguridad. Agrega que inmediatamente ocurrido el accidente, personal de la empresa trasladó al trabajador a la ambulancia dispuesta por la Mutual en la obra, siendo atendido por un paramédico, el que indicó el trasladó del actor al Centro de Atención de la Mutual de Seguridad, ubicado en las Tranqueras 1327, comuna de Vitacura, en donde fue examinado por el médico de turno, quien determinó su derivación al Hospital de la Mutual de Seguridad. Es por ello, que no es efectivo lo señalado por el actor, en cuanto a que no tuvo la asistencia adecuada, ya que se le trasladó a un centro médico que cuenta con especialistas en el área de traumatología y ortopedia, y que atiende urgencias médicas. Asimismo, la denuncia del accidente se realizó de manera inmediata, ya que de otra forma el actor no habría sido atendido. Por lo expuesto, su parte cumplió a cabalidad con su deber de asistencia. Por otra parte, al ingresar el actor a la empresa, se le entregaron todos los elementos de seguridad personal que debía utilizar para el correcto desempeño de sus funciones laborales. Asimismo, se le hizo entrega del Reglamento Interno de Orden, Higiene y Seguridad de la empresa, el que comprende los distintos procedimientos de seguridad que deben implementar los trabajadores en el ejercicio de sus funciones. Además, el trabajador fue instruido en la prevención de riesgos y accidentes de trabajo, según da cuenta el certificado de inducción correspondiente. Es más, el actor recibió una serie de charlas y capacitaciones, por lo que desarrollaba sus funciones bajo un completo ámbito de seguridad personal y libre de riesgos. Por lo demás, el actor ya había desempeñado las mismas funciones sin sufrir ningún accidente, al igual que los restantes trabajadores. Es por ello, que lo ocurrido no fue posible de prever ni evitar, ni aun habiéndose tomado todas las precauciones y medidas de seguridad. Hace presente que el demandante tiene relación laboral vigente con su representada, quien ha cumplido con su obligación de pagarle las remuneraciones que le corresponden, por lo que no existe daño que indemnizar. Lo anterior, por cuanto no hay daño atribuible a la responsabilidad de su mandante. Asimismo, no existe relación de causalidad entre el accidente sufrido por el trabajador y el actuar de su representada. Además, porque las secuelas alegadas por el demandante son consecuencia de la evolución de sus lesiones, lo que no es imputable a ellos. En relación con la declaración de incapacidad, señala que ésta se determina sólo para los efectos del cálculo de la pensión establecida en la ley Nº 16.744 y que fue la propia Mutual quien determinó que el actor se encontraba en condiciones de trabajar, al otorgarle el alta médica. Agrega que su representada se ha incorporado al denominado “Modelo de Gestión de Riesgos Empresa Competitiva”, el cual es auditado en forma semestral por la Mutual, alcanzando en el período en

238

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

239

que ocurrió el accidente un rendimiento del 97%, conforme a los estándares definidos en el Programa de Empresa Competitiva. En cuanto a las consideraciones de derecho, hace presente que la responsabilidad por accidente de trabajo es de carácter subjetiva, por lo que no basta la ocurrencia del accidente de trabajo, ni su calificación como tal, pues se requiere acreditar los requisitos que la hacen procedente. En el caso en cuestión, la ocurrencia del accidente tuvo como única causa un hecho fortuito imposible de prever, razón por la que opone la excepción de caso fortuito. Es así, que su parte cumplió la obligación de seguridad que le correspondía respecto del actor, por lo que la ocurrencia del accidente no dice relación alguna con el actuar de su representada. En relación con los daños, afirma que la lesión sufrida por el actor y su posterior evolución, escapan al control y a la esfera de cuidado de su parte. En subsidio, señala que el actor deberá probar que los daños sufridos son directos y ciertos, y que son consecuencia necesaria del obrar deficiente de su representada. Respecto del lucro cesante, señala que no es efectivo que el actor haya quedado impedido de realizar cualquier labor. Además este tipo de daño debe ser cierto, por lo que deben proporcionarse antecedentes que permitan así determinarlo. En cuanto al daño moral, señala que éste también debe ser acreditado, tanto en su existencia como entidad y que en todo caso la indemnización a su respecto es de carácter resarcitorio y no punitivo. En lo referente a los reajustes e intereses, afirma que éstos se devengan sólo desde la fecha en que la sentencia quede ejecutoriada y en cuanto a las costas, solicita que se exima a su parte del pago de las mismas, o en subsidio, considere una rebaja prudencial de ellas, en mérito de las alegaciones formuladas. TERCERO: Que doña Carla Robledo Malhue, abogado, en representación de la demandada Inmobiliaria Titanium S.A., contesta la demanda de autos solicitando su absoluto rechazo, con costas, en base a las siguientes consideraciones: En primer término, su parte controvierte todos y cada uno de los hechos señalados en la demanda, los que deberán ser acreditados por el demandante. Es así que a su representada no le consta la ocurrencia del accidente referido por el actor, ya que éste no es dependiente de ella. Hace presente que la Constructora Senarco S.A., tiene incluso supervisores propios y espacios físicos delimitados dentro de las faenas de la Torre Titanium La Portada. Es por ello, que el trabajo que realizaba el demandante, lo hacía bajo supervisión directa de su propio empleador. Por lo demás, el supuesto accidente no se relaciona en lo absoluto con el actuar de su mandante. En consecuencia, no existe incumplimiento contractual alguno por parte de la Inmobiliaria, ya que no existe contrato alguno que la vincule al actor. Además, no concurre ningún comportamiento negligente o culposo de parte de su representada. Hace presente que en la especie no existe responsabilidad objetiva que se le pueda atribuir a su representada por la sola ocurrencia del accidente. Afirma que su parte no tenía autoridad ni atribuciones respecto del actor, ya que no era dependiente suyo sino de la demandada Constructora Senarco S.A., con lo cual nunca le impartió ninguna clase de órdenes, razón por la que no hay otra conducta que pueda habérsele exigido. Por lo demás, de la propia demanda se colige la ausencia de imputaciones específicas respecto del actuar de su representada, lo cual basta para rechazar la demanda a su respecto. Además, su parte ha cumplido con todas las obligaciones que le corresponden en materia de protección de los trabajadores, tanto respecto de sus propios trabajadores como de los trabajadores de sus contratistas. Es por ello, que se configura una situación de caso fortuito respecto de su parte, esto es, un imprevisto imposible de resistir y/o controlar. De la misma forma, resulta improcedente una condena solidaria a su representada, conforme a los artículos 183-A y 183-B del Código del Trabajo, si dichas normas no establecen ese tipo de responsabilidad, en caso de perjuicios sufridos por un trabajador contratista o subcontratista a causa de un accidente de trabajo.

que ocurrió el accidente un rendimiento del 97%, conforme a los estándares definidos en el Programa de Empresa Competitiva. En cuanto a las consideraciones de derecho, hace presente que la responsabilidad por accidente de trabajo es de carácter subjetiva, por lo que no basta la ocurrencia del accidente de trabajo, ni su calificación como tal, pues se requiere acreditar los requisitos que la hacen procedente. En el caso en cuestión, la ocurrencia del accidente tuvo como única causa un hecho fortuito imposible de prever, razón por la que opone la excepción de caso fortuito. Es así, que su parte cumplió la obligación de seguridad que le correspondía respecto del actor, por lo que la ocurrencia del accidente no dice relación alguna con el actuar de su representada. En relación con los daños, afirma que la lesión sufrida por el actor y su posterior evolución, escapan al control y a la esfera de cuidado de su parte. En subsidio, señala que el actor deberá probar que los daños sufridos son directos y ciertos, y que son consecuencia necesaria del obrar deficiente de su representada. Respecto del lucro cesante, señala que no es efectivo que el actor haya quedado impedido de realizar cualquier labor. Además este tipo de daño debe ser cierto, por lo que deben proporcionarse antecedentes que permitan así determinarlo. En cuanto al daño moral, señala que éste también debe ser acreditado, tanto en su existencia como entidad y que en todo caso la indemnización a su respecto es de carácter resarcitorio y no punitivo. En lo referente a los reajustes e intereses, afirma que éstos se devengan sólo desde la fecha en que la sentencia quede ejecutoriada y en cuanto a las costas, solicita que se exima a su parte del pago de las mismas, o en subsidio, considere una rebaja prudencial de ellas, en mérito de las alegaciones formuladas. TERCERO: Que doña Carla Robledo Malhue, abogado, en representación de la demandada Inmobiliaria Titanium S.A., contesta la demanda de autos solicitando su absoluto rechazo, con costas, en base a las siguientes consideraciones: En primer término, su parte controvierte todos y cada uno de los hechos señalados en la demanda, los que deberán ser acreditados por el demandante. Es así que a su representada no le consta la ocurrencia del accidente referido por el actor, ya que éste no es dependiente de ella. Hace presente que la Constructora Senarco S.A., tiene incluso supervisores propios y espacios físicos delimitados dentro de las faenas de la Torre Titanium La Portada. Es por ello, que el trabajo que realizaba el demandante, lo hacía bajo supervisión directa de su propio empleador. Por lo demás, el supuesto accidente no se relaciona en lo absoluto con el actuar de su mandante. En consecuencia, no existe incumplimiento contractual alguno por parte de la Inmobiliaria, ya que no existe contrato alguno que la vincule al actor. Además, no concurre ningún comportamiento negligente o culposo de parte de su representada. Hace presente que en la especie no existe responsabilidad objetiva que se le pueda atribuir a su representada por la sola ocurrencia del accidente. Afirma que su parte no tenía autoridad ni atribuciones respecto del actor, ya que no era dependiente suyo sino de la demandada Constructora Senarco S.A., con lo cual nunca le impartió ninguna clase de órdenes, razón por la que no hay otra conducta que pueda habérsele exigido. Por lo demás, de la propia demanda se colige la ausencia de imputaciones específicas respecto del actuar de su representada, lo cual basta para rechazar la demanda a su respecto. Además, su parte ha cumplido con todas las obligaciones que le corresponden en materia de protección de los trabajadores, tanto respecto de sus propios trabajadores como de los trabajadores de sus contratistas. Es por ello, que se configura una situación de caso fortuito respecto de su parte, esto es, un imprevisto imposible de resistir y/o controlar. De la misma forma, resulta improcedente una condena solidaria a su representada, conforme a los artículos 183-A y 183-B del Código del Trabajo, si dichas normas no establecen ese tipo de responsabilidad, en caso de perjuicios sufridos por un trabajador contratista o subcontratista a causa de un accidente de trabajo. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

239

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

El artículo 183–E, por su parte, tampoco alude a la existencia de solidaridad para estos casos, razón por la que rechazan categóricamente su procedencia. En subsidio y para el caso en que no se acojan las excepciones invocadas, alega que igualmente no existe responsabilidad de su representada en los hechos, al no existir incumplimiento alguno por su parte y, por tanto, no existir perjuicios que le puedan ser imputados. Lo anterior, por cuanto no concurren los elementos básicos de la responsabilidad, especialmente, la relación de causalidad entre la supuesta acción u omisión que se le imputa a su representada y la ocurrencia del accidente. En cuanto a los perjuicios reclamados, señala que su parte rechaza absolutamente la procedencia de los mismos y en forma subsidiaria, señala que sólo podrá darse lugar a aquellos daños que se acrediten como directos, ciertos y consecuencia necesaria del obrar deficiente de su representada. En tal sentido, el lucro cesante es improcedente, pues se solicita una suma que carece de la certidumbre jurídica que dicho concepto requiere. Por otro parte, la supuesta disminución de ingresos a la que alude el demandante, sólo corresponde a una estimación apresurada y sin fundamentos, carente de elementos ciertos y técnicos para su apreciación. Respecto del daño moral demandado, afirma que éste debe ser fehacientemente acreditado, tanto respecto de su existencia como respecto de su entidad. Hace presente que las indemnizaciones tienen un fin exclusivamente resarcitorio y no punitivo. Es por ello, que las sumas demandadas resultan desmesuradas y claramente lucrativas, lo que podría significar un enriquecimiento indebido en el caso de acogerse. En relación con los reajustes e intereses, señala que estos se devengan sólo desde la fecha en que la sentencia quede ejecutoriada y no antes. Finalmente, en cuanto a la petición de condena en costas, solicita que se exima a su parte del pago de las mismas, o en subsidio considere una rebaja prudencial de ellas, en razón de las alegaciones formuladas. CUARTO: Que en audiencia preparatoria se establecieron los siguientes hechos no controvertidos: 1) Existencia de relación laboral entre el actor y Constructora Senarco S.A., a partir del 5 de agosto de 2008; 2) Que las labores del actor, a la época del accidente, eran ayudante de carpintero y que desarrollaba sus funciones en la obra denominada Torre Titanium La Portada; 3) Que el día 28 de enero de 2009, a las 15:00 horas aproximadamente, mientras el actor cumplía sus funciones sufrió un accidente; 4) Que a la época del accidente el sueldo base del actor era de $ 170.000.-; 5) Que la dueña de la obra es Inmobiliaria Titanium S.A.; 6) Que el actor mantiene relación laboral vigente con la demandada principal. En cambio, se fijaron como hechos a probar: 1) Forma, circunstancias y pormenores del accidente ocurrido al actor el 28 de enero de 2009; 2) Procedimientos y medidas de seguridad adoptadas por la demandada principal, a fin de proteger eficazmente la salud e integridad física del actor. A su vez, medidas adoptadas por la empresa el día del accidente, en relación a las primeras atenciones médicas otorgadas al actor; 3) Perjuicios sufridos por el actor a raíz del accidente, naturaleza y monto de los mismos; 4) Efectividad de haber hecho uso la demandada solidaria de los derechos de información y retención establecidos en la ley. QUINTO: Que en audiencia de juicio la demandante incorpora los siguientes documentos: 1) Contrato de trabajo entre la demandada Constructora Senarco S.A. y el actor de fecha 5 de agosto del año 2008, para trabajar en la obra denominada Torre Titanium La Portada; 2) Set de 12 liquidaciones de sueldo entre el actor y la demandada principal; 3) Copia de investigación del accidente de autos por el Comité Paritario; 4) Copia del reporte de accidente de autos por parte del jefe directo; 5) Copia de investigación del accidente de autos por la empresa principal; 6) Copia de la comunicación de evaluación de incapacidad, emitida por la Mutual de Seguridad de la Cámara Chilena de la Construcción, de fecha 28 de enero del año 2011; 7) Copia de la resolución de la Comisión de Evaluación de Incapacidad por Accidente del Trabajo, de fecha 27 de enero del año 2011, emitida por la Mutual de Seguridad de la Cámara Chilena de la Construcción, en que se le asigna al demandante un 70.0% de grado de incapacidad; 8) Copia de la solicitud del actor de constitución de pensión por accidente de trabajo; 9) Tres informes médicos, de fechas 22 de julio y 20 de octubre de 2010 y 1 de marzo de 2011, efectuados por la Mutual de Seguridad de la Cámara Chilena de la Construcción al actor; 10) Órdenes médicas de reposo laboral,

240

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

El artículo 183–E, por su parte, tampoco alude a la existencia de solidaridad para estos casos, razón por la que rechazan categóricamente su procedencia. En subsidio y para el caso en que no se acojan las excepciones invocadas, alega que igualmente no existe responsabilidad de su representada en los hechos, al no existir incumplimiento alguno por su parte y, por tanto, no existir perjuicios que le puedan ser imputados. Lo anterior, por cuanto no concurren los elementos básicos de la responsabilidad, especialmente, la relación de causalidad entre la supuesta acción u omisión que se le imputa a su representada y la ocurrencia del accidente. En cuanto a los perjuicios reclamados, señala que su parte rechaza absolutamente la procedencia de los mismos y en forma subsidiaria, señala que sólo podrá darse lugar a aquellos daños que se acrediten como directos, ciertos y consecuencia necesaria del obrar deficiente de su representada. En tal sentido, el lucro cesante es improcedente, pues se solicita una suma que carece de la certidumbre jurídica que dicho concepto requiere. Por otro parte, la supuesta disminución de ingresos a la que alude el demandante, sólo corresponde a una estimación apresurada y sin fundamentos, carente de elementos ciertos y técnicos para su apreciación. Respecto del daño moral demandado, afirma que éste debe ser fehacientemente acreditado, tanto respecto de su existencia como respecto de su entidad. Hace presente que las indemnizaciones tienen un fin exclusivamente resarcitorio y no punitivo. Es por ello, que las sumas demandadas resultan desmesuradas y claramente lucrativas, lo que podría significar un enriquecimiento indebido en el caso de acogerse. En relación con los reajustes e intereses, señala que estos se devengan sólo desde la fecha en que la sentencia quede ejecutoriada y no antes. Finalmente, en cuanto a la petición de condena en costas, solicita que se exima a su parte del pago de las mismas, o en subsidio considere una rebaja prudencial de ellas, en razón de las alegaciones formuladas. CUARTO: Que en audiencia preparatoria se establecieron los siguientes hechos no controvertidos: 1) Existencia de relación laboral entre el actor y Constructora Senarco S.A., a partir del 5 de agosto de 2008; 2) Que las labores del actor, a la época del accidente, eran ayudante de carpintero y que desarrollaba sus funciones en la obra denominada Torre Titanium La Portada; 3) Que el día 28 de enero de 2009, a las 15:00 horas aproximadamente, mientras el actor cumplía sus funciones sufrió un accidente; 4) Que a la época del accidente el sueldo base del actor era de $ 170.000.-; 5) Que la dueña de la obra es Inmobiliaria Titanium S.A.; 6) Que el actor mantiene relación laboral vigente con la demandada principal. En cambio, se fijaron como hechos a probar: 1) Forma, circunstancias y pormenores del accidente ocurrido al actor el 28 de enero de 2009; 2) Procedimientos y medidas de seguridad adoptadas por la demandada principal, a fin de proteger eficazmente la salud e integridad física del actor. A su vez, medidas adoptadas por la empresa el día del accidente, en relación a las primeras atenciones médicas otorgadas al actor; 3) Perjuicios sufridos por el actor a raíz del accidente, naturaleza y monto de los mismos; 4) Efectividad de haber hecho uso la demandada solidaria de los derechos de información y retención establecidos en la ley. QUINTO: Que en audiencia de juicio la demandante incorpora los siguientes documentos: 1) Contrato de trabajo entre la demandada Constructora Senarco S.A. y el actor de fecha 5 de agosto del año 2008, para trabajar en la obra denominada Torre Titanium La Portada; 2) Set de 12 liquidaciones de sueldo entre el actor y la demandada principal; 3) Copia de investigación del accidente de autos por el Comité Paritario; 4) Copia del reporte de accidente de autos por parte del jefe directo; 5) Copia de investigación del accidente de autos por la empresa principal; 6) Copia de la comunicación de evaluación de incapacidad, emitida por la Mutual de Seguridad de la Cámara Chilena de la Construcción, de fecha 28 de enero del año 2011; 7) Copia de la resolución de la Comisión de Evaluación de Incapacidad por Accidente del Trabajo, de fecha 27 de enero del año 2011, emitida por la Mutual de Seguridad de la Cámara Chilena de la Construcción, en que se le asigna al demandante un 70.0% de grado de incapacidad; 8) Copia de la solicitud del actor de constitución de pensión por accidente de trabajo; 9) Tres informes médicos, de fechas 22 de julio y 20 de octubre de 2010 y 1 de marzo de 2011, efectuados por la Mutual de Seguridad de la Cámara Chilena de la Construcción al actor; 10) Órdenes médicas de reposo laboral,

240

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

241

otorgadas por la Mutual de Seguridad de la Cámara Chilena de la Construcción al demandante; 11) Certificado de término de reposo laboral, en que se señala como término de reposo el día 16 de febrero de 2011; 12) Dos hojas de historia clínica del actor, otorgadas por la Mutual de Seguridad de la Cámara Chilena de la Construcción; 13) Orden de atención del demandante en el Hospital Militar de Santiago, para tratamiento del dolor, por las lesiones ocasionadas por el accidente de autos; 14) Comprobante de citación del actor al Hospital Militar de Santiago, para tratamiento del dolor; 15) Cuatro hojas de indicaciones del Hospital Militar de Santiago al actor, de la unidad de tratamiento del dolor; 16) Seis copias de recetas de medicamentos, extendidas por el médico tratante, para el tratamiento del dolor del demandante; 17) Cartel y/o afiche del demandante en que ofrece sus servicios de reparación de calzados; 18) Cinco fotografías del taller que tiene el demandante en su domicilio, para la reparación de calzado. Asimismo incorpora el oficio dirigido al Hospital Clínico de la Mutual de Seguridad, por el cual se informa acerca del ingreso y diagnóstico inicial del actor con ocasión del accidente de trabajo que sufrió el 28 de enero de 2009 y si existen atenciones pendientes por parte de dicha institución. Rinde también exhibición de documentos, provocando la exhibición por parte de la demandada principal de los siguientes instrumentos: 1) Copia del contrato de trabajo del actor de fecha 5 de agosto de 2008 y de los anexos de contrato de fechas 23 de diciembre de 2008 y 1 de noviembre de 2008; 2) Copia del informe de investigación del accidente evacuado por el Comité Paritario de fecha 28 de enero de 2009; 3) Copia de las tres sesiones realizadas por el Comité Paritario, tanto anteriores al accidente como posteriores al mismo; 4) Copia del informe del prevencionista de riesgos respecto de las causas del accidente; 5) Certificado de inducción en prevención de riesgos e inducción específica al puesto de trabajo, más dieciocho actas de inspección de protección personal y cuarenta y seis charlas operacionales del personal impartidas en el período 2008–2009; 6) Constancia de recepción del Reglamento Interno de Orden Higiene y Seguridad por parte del actor y de la entrega de elementos de protección personal. Se deja constancia que la demandada Inmobiliaria Titanium S.A., en cambio, no exhibe ninguno de los documentos antes indicados. Además rinde prueba confesional, consistente en las declaraciones previo juramento de don Víctor Eduardo García Fuentes, en representación de la demandada Constructora Senarco S.A. y de don Patricio Montt Errázuriz, en representación de la demandada Inmobiliaria Titanium S.A. El primero, gerente general de la demandada Constructora Senarco S.A. e ingeniero mecánico de profesión, expone que ignora si el demandante volvió o no a trabajar en la constructora después del accidente. Sus instrucciones al administrador de la obra, fueron que el actor se reincorpora apenas pudiera, en alguna función ad-hoc, ya que no puede realizar las mismas funciones que hacía antes. Es efectivo que para prevenir la caída de elementos de altura deben colocarse pantallas, es una obligación tenerlas. El segundo absolvente, Patricio Montt, gerente general de la Inmobiliaria, expone que la empresa tiene doce trabajadores y que en el caso de la obra Titanium, ellos subcontrataron la construcción a la empresa Senarco. De los doce trabajadores, sólo cinco estaban dedicados a la fiscalización de la obra. Señala que a ellos no les correspondía efectuar capacitaciones a los trabajadores de la constructora, por lo que no lo hicieron. En cambio, sí les correspondía fiscalizar y por eso tenían una inspección técnica de obra. Es efectivo que ellos fiscalizaron que la obra contara con pantallas para prevenir la caída de elementos de altura, las que se veían a simple vista. Es habitual que las obras tengan este tipo de pantallas. Finalmente rinde prueba testimonial, consistente en las declaraciones previo juramento de doña Paola Andrea Cáceres Bravo y de doña Elizabeth de las Nieves Sepúlveda Montero. La primera expone que conoce al actor, ya que son vecinos hace doce años, pues viven en el mismo pasaje, por lo que le consta que sufrió un accidente del trabajo con fecha 28 de enero de 2009. Antes del accidente, el actor era una persona muy alegre y risueña, que jugaba con los niños en el pasaje. Después del accidente cambió mucho, ya que lo ve apagado, ya no lo ve compartir con los niños. Además lo ha visto llorar muchas veces. Lo ha visto pasearse afuera de su casa, porque no puede dormir. Lo anterior le consta, porque ella también tiene problemas para dormir, pues tiene un hijo chico. El actor tiene el brazo siempre hinchado y además hace movimientos raros, no controla el brazo. El cartel que se le exhibe

otorgadas por la Mutual de Seguridad de la Cámara Chilena de la Construcción al demandante; 11) Certificado de término de reposo laboral, en que se señala como término de reposo el día 16 de febrero de 2011; 12) Dos hojas de historia clínica del actor, otorgadas por la Mutual de Seguridad de la Cámara Chilena de la Construcción; 13) Orden de atención del demandante en el Hospital Militar de Santiago, para tratamiento del dolor, por las lesiones ocasionadas por el accidente de autos; 14) Comprobante de citación del actor al Hospital Militar de Santiago, para tratamiento del dolor; 15) Cuatro hojas de indicaciones del Hospital Militar de Santiago al actor, de la unidad de tratamiento del dolor; 16) Seis copias de recetas de medicamentos, extendidas por el médico tratante, para el tratamiento del dolor del demandante; 17) Cartel y/o afiche del demandante en que ofrece sus servicios de reparación de calzados; 18) Cinco fotografías del taller que tiene el demandante en su domicilio, para la reparación de calzado. Asimismo incorpora el oficio dirigido al Hospital Clínico de la Mutual de Seguridad, por el cual se informa acerca del ingreso y diagnóstico inicial del actor con ocasión del accidente de trabajo que sufrió el 28 de enero de 2009 y si existen atenciones pendientes por parte de dicha institución. Rinde también exhibición de documentos, provocando la exhibición por parte de la demandada principal de los siguientes instrumentos: 1) Copia del contrato de trabajo del actor de fecha 5 de agosto de 2008 y de los anexos de contrato de fechas 23 de diciembre de 2008 y 1 de noviembre de 2008; 2) Copia del informe de investigación del accidente evacuado por el Comité Paritario de fecha 28 de enero de 2009; 3) Copia de las tres sesiones realizadas por el Comité Paritario, tanto anteriores al accidente como posteriores al mismo; 4) Copia del informe del prevencionista de riesgos respecto de las causas del accidente; 5) Certificado de inducción en prevención de riesgos e inducción específica al puesto de trabajo, más dieciocho actas de inspección de protección personal y cuarenta y seis charlas operacionales del personal impartidas en el período 2008–2009; 6) Constancia de recepción del Reglamento Interno de Orden Higiene y Seguridad por parte del actor y de la entrega de elementos de protección personal. Se deja constancia que la demandada Inmobiliaria Titanium S.A., en cambio, no exhibe ninguno de los documentos antes indicados. Además rinde prueba confesional, consistente en las declaraciones previo juramento de don Víctor Eduardo García Fuentes, en representación de la demandada Constructora Senarco S.A. y de don Patricio Montt Errázuriz, en representación de la demandada Inmobiliaria Titanium S.A. El primero, gerente general de la demandada Constructora Senarco S.A. e ingeniero mecánico de profesión, expone que ignora si el demandante volvió o no a trabajar en la constructora después del accidente. Sus instrucciones al administrador de la obra, fueron que el actor se reincorpora apenas pudiera, en alguna función ad-hoc, ya que no puede realizar las mismas funciones que hacía antes. Es efectivo que para prevenir la caída de elementos de altura deben colocarse pantallas, es una obligación tenerlas. El segundo absolvente, Patricio Montt, gerente general de la Inmobiliaria, expone que la empresa tiene doce trabajadores y que en el caso de la obra Titanium, ellos subcontrataron la construcción a la empresa Senarco. De los doce trabajadores, sólo cinco estaban dedicados a la fiscalización de la obra. Señala que a ellos no les correspondía efectuar capacitaciones a los trabajadores de la constructora, por lo que no lo hicieron. En cambio, sí les correspondía fiscalizar y por eso tenían una inspección técnica de obra. Es efectivo que ellos fiscalizaron que la obra contara con pantallas para prevenir la caída de elementos de altura, las que se veían a simple vista. Es habitual que las obras tengan este tipo de pantallas. Finalmente rinde prueba testimonial, consistente en las declaraciones previo juramento de doña Paola Andrea Cáceres Bravo y de doña Elizabeth de las Nieves Sepúlveda Montero. La primera expone que conoce al actor, ya que son vecinos hace doce años, pues viven en el mismo pasaje, por lo que le consta que sufrió un accidente del trabajo con fecha 28 de enero de 2009. Antes del accidente, el actor era una persona muy alegre y risueña, que jugaba con los niños en el pasaje. Después del accidente cambió mucho, ya que lo ve apagado, ya no lo ve compartir con los niños. Además lo ha visto llorar muchas veces. Lo ha visto pasearse afuera de su casa, porque no puede dormir. Lo anterior le consta, porque ella también tiene problemas para dormir, pues tiene un hijo chico. El actor tiene el brazo siempre hinchado y además hace movimientos raros, no controla el brazo. El cartel que se le exhibe ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

241

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

es el que tenía el actor delante de su casa, pues tiene un taller de arreglo de calzado. Las fotografías que se le exhiben, corresponden al taller que el actor tiene al interior de su vivienda. Él tenía clientes y es efectivo que cobraba por sus arreglos. Actualmente ignora si sigue efectuando esos servicios. En todo caso, no lo ha visto trabajar en el taller. Lo anterior le consta, pues frecuenta la casa del actor casi diariamente, ya que es amiga de su señora. El actor es casado y tiene cuatro hijos. Él es el único que trabaja en la casa, por lo que el accidente de trabajo le ha significado una gran baja en sus ingresos. Es efectivo que recibe una pensión, pero eso hace sólo un mes. Además ya no recibe ingresos por el taller. La segunda testigo, doña Elizabeth Sepúlveda, expone que conoce al actor hace 35 años, pues es su esposo, por lo que le consta que sufrió un accidente de trabajo y los daños que ello le ocasionó. Él antes del accidente era una persona muy activa y trabajólica, y además muy alegre. Después el accidente se transformó en un hombre triste, que se siente incapacitado, pues ya no puede hacer nada con su mano. Se siente que ya no vale nada como persona y resulta que deben seguir adelante, pues tienen cuatro hijos. El actor entró a la empresa como jornalero. Después fue ayudante carpintero y lo iban a subir a maestro carpintero, lo que no sucedió por el accidente. El actor en sus tiempos libres, tenía una reparadora de calzado, en la cual hacía arreglos para el público, cobrando por los mismos. De hecho el letrero que se le exhibe, es el que tenían puesto afuera de su domicilio para atraer clientes. Las fotografías que se le exhiben, corresponden al taller de calzado, a una pieza chica en donde el actor coloca las máquinas y sus herramientas. Ambas las compró con su esfuerzo personal. A la época del accidente, sólo aportaba económicamente a la casa el actor, mediante ingresos que provenían de su empleador y de su taller. En estos momentos, el actor es pensionado de la Mutual de Seguridad, pensión que salió recién en mayo último y que asciende a la suma de $ 211.000.- aproximadamente, es decir, $ 180.000.líquidos. Cuando estaba trabajando, en cambio, recibía una suma cercana a los $ 380.000.- Señala que el actor actualmente, no puede tomar un kilo con la mano, con lo cual no puede ni siquiera levantar un martillo. Además bota involuntariamente las cosas que porta en la mano. Tiene que tomar muchos medicamentos y va a tener que tratarse de por vida con la Mutual, por los dolores que tiene. En ese sentido, lo dieron de alta sólo respecto de lo laboral. Incluso la doctora que lo trataba, la doctora Miranda, lo derivó al Hospital Militar, a la unidad del dolor, para que lo traten. Si el dolor máximo es de un 10, el actor fue catalogado con a lo menos un seis. Tiene además, problemas para dormir producto del dolor. También la relación entre ellos ha cambiado, la parte íntima y sexual, ya que no le puede tocar el brazo, con lo cual no se le puede acercar. Además tiene que estar pendiente que la gente no lo vaya a abrazar para saludarlo. Contrainterrogada por la demandad principal, señala que tienen tres hijos en común, e 24, 16 y 13 años. Aclara que lo que tiene el actor se denomina síndrome de dolor regional, y no tiene remedio. Lo pueden tratar, pero sólo para que el dolor disminuya, pero en el caso del actor no ha sido posible, porque no baja de seis. La causa de ese síndrome es el accidente que él tuvo, ya que la placa que le cayó encima le afectó todo el brazo. Interrogado por la Juez expone que fue la Mutual la que lo derivó al Hospital Militar a tratarse el tema del dolor. Ellos financian las prestaciones y por intermedio de la mutual también, reciben los medicamentos que necesita. El hospital le cobra directamente a la Mutual. En todo caso, esas atenciones son de por vida, pues así se lo señaló la doctora. Además el actor está con depresión y está siendo tratado por un psiquiatra que le da una serie de medicamentos, entre ellos uno para dormir. Por ejemplo, toma un medicamento sólo para bajar la hinchazón del brazo y otro para evitar los movimientos involuntarios que realiza con la mano y brazo. SEXTO: Que en la misma audiencia la parte demandada Constructora Senarco S.A. incorpora los siguientes documentos: 1) Contrato de trabajo del actor de fecha 5 de agosto de 2008; 2) Anexo de contrato de fecha 23 de diciembre de 2008; 3) Anexo de contrato de fecha 1 de noviembre de 2008; 4) Protocolo de la Mutual de Seguridad con Senarco de fecha 26 de agosto de 2008; 5) Certificado de la demandada; 6) Documento emitido por la Mutual de Seguridad de fecha 19 de febrero de 2009; 7) Informe consolidado del Programa Empresa Competitiva 2.0.; 8) Resolución que fija tasa de cotización diferenciada de fecha 14 de noviembre de 2009; 9) Reporte del accidente de fecha 28 de enero de 2009; 10) Investigación del accidente de fecha 28 de enero de 2009; 11) Investigación del accidente por parte del Comité Paritario de fecha 28 de enero de 2009; 12) Declaración individual del accidente del trabajo

242

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

es el que tenía el actor delante de su casa, pues tiene un taller de arreglo de calzado. Las fotografías que se le exhiben, corresponden al taller que el actor tiene al interior de su vivienda. Él tenía clientes y es efectivo que cobraba por sus arreglos. Actualmente ignora si sigue efectuando esos servicios. En todo caso, no lo ha visto trabajar en el taller. Lo anterior le consta, pues frecuenta la casa del actor casi diariamente, ya que es amiga de su señora. El actor es casado y tiene cuatro hijos. Él es el único que trabaja en la casa, por lo que el accidente de trabajo le ha significado una gran baja en sus ingresos. Es efectivo que recibe una pensión, pero eso hace sólo un mes. Además ya no recibe ingresos por el taller. La segunda testigo, doña Elizabeth Sepúlveda, expone que conoce al actor hace 35 años, pues es su esposo, por lo que le consta que sufrió un accidente de trabajo y los daños que ello le ocasionó. Él antes del accidente era una persona muy activa y trabajólica, y además muy alegre. Después el accidente se transformó en un hombre triste, que se siente incapacitado, pues ya no puede hacer nada con su mano. Se siente que ya no vale nada como persona y resulta que deben seguir adelante, pues tienen cuatro hijos. El actor entró a la empresa como jornalero. Después fue ayudante carpintero y lo iban a subir a maestro carpintero, lo que no sucedió por el accidente. El actor en sus tiempos libres, tenía una reparadora de calzado, en la cual hacía arreglos para el público, cobrando por los mismos. De hecho el letrero que se le exhibe, es el que tenían puesto afuera de su domicilio para atraer clientes. Las fotografías que se le exhiben, corresponden al taller de calzado, a una pieza chica en donde el actor coloca las máquinas y sus herramientas. Ambas las compró con su esfuerzo personal. A la época del accidente, sólo aportaba económicamente a la casa el actor, mediante ingresos que provenían de su empleador y de su taller. En estos momentos, el actor es pensionado de la Mutual de Seguridad, pensión que salió recién en mayo último y que asciende a la suma de $ 211.000.- aproximadamente, es decir, $ 180.000.líquidos. Cuando estaba trabajando, en cambio, recibía una suma cercana a los $ 380.000.- Señala que el actor actualmente, no puede tomar un kilo con la mano, con lo cual no puede ni siquiera levantar un martillo. Además bota involuntariamente las cosas que porta en la mano. Tiene que tomar muchos medicamentos y va a tener que tratarse de por vida con la Mutual, por los dolores que tiene. En ese sentido, lo dieron de alta sólo respecto de lo laboral. Incluso la doctora que lo trataba, la doctora Miranda, lo derivó al Hospital Militar, a la unidad del dolor, para que lo traten. Si el dolor máximo es de un 10, el actor fue catalogado con a lo menos un seis. Tiene además, problemas para dormir producto del dolor. También la relación entre ellos ha cambiado, la parte íntima y sexual, ya que no le puede tocar el brazo, con lo cual no se le puede acercar. Además tiene que estar pendiente que la gente no lo vaya a abrazar para saludarlo. Contrainterrogada por la demandad principal, señala que tienen tres hijos en común, e 24, 16 y 13 años. Aclara que lo que tiene el actor se denomina síndrome de dolor regional, y no tiene remedio. Lo pueden tratar, pero sólo para que el dolor disminuya, pero en el caso del actor no ha sido posible, porque no baja de seis. La causa de ese síndrome es el accidente que él tuvo, ya que la placa que le cayó encima le afectó todo el brazo. Interrogado por la Juez expone que fue la Mutual la que lo derivó al Hospital Militar a tratarse el tema del dolor. Ellos financian las prestaciones y por intermedio de la mutual también, reciben los medicamentos que necesita. El hospital le cobra directamente a la Mutual. En todo caso, esas atenciones son de por vida, pues así se lo señaló la doctora. Además el actor está con depresión y está siendo tratado por un psiquiatra que le da una serie de medicamentos, entre ellos uno para dormir. Por ejemplo, toma un medicamento sólo para bajar la hinchazón del brazo y otro para evitar los movimientos involuntarios que realiza con la mano y brazo. SEXTO: Que en la misma audiencia la parte demandada Constructora Senarco S.A. incorpora los siguientes documentos: 1) Contrato de trabajo del actor de fecha 5 de agosto de 2008; 2) Anexo de contrato de fecha 23 de diciembre de 2008; 3) Anexo de contrato de fecha 1 de noviembre de 2008; 4) Protocolo de la Mutual de Seguridad con Senarco de fecha 26 de agosto de 2008; 5) Certificado de la demandada; 6) Documento emitido por la Mutual de Seguridad de fecha 19 de febrero de 2009; 7) Informe consolidado del Programa Empresa Competitiva 2.0.; 8) Resolución que fija tasa de cotización diferenciada de fecha 14 de noviembre de 2009; 9) Reporte del accidente de fecha 28 de enero de 2009; 10) Investigación del accidente de fecha 28 de enero de 2009; 11) Investigación del accidente por parte del Comité Paritario de fecha 28 de enero de 2009; 12) Declaración individual del accidente del trabajo

242

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

243

de fecha 28 de enero de 2009; 13) Certificado de término de reposo laboral; 14) Registro de cargos en el que consta la entrega de elementos de protección personal al actor, de fecha 6 de agosto de 2008; 15) Certificado de inducción en prevención de riesgos de fecha 4 de agosto de 2008; 16) Constancia de recepción del Reglamento Interno de Orden Higiene y Seguridad por parte del actor; 17) Inducción específica al puesto de trabajo, de fecha 7 de agosto de 2008; 18) Dieciocho actas de inspección de protección personal, y 19) Cuarenta y seis charlas operacionales del personal impartidas en el período 2008–2009. Además incorpora el oficio dirigido al Hospital Clínico de la Mutual de Seguridad, por el cual se informa acerca del ingreso y diagnóstico inicial del actor, con ocasión del accidente de trabajo que sufrió con fecha 28 de enero de 2009. SÉPTIMO: Que la demandada Inmobiliaria Titanium S.A. rinde prueba testimonial, consistente en la declaración previo juramento de don Cristian Eduardo Aravena Torres, quien expone que es traumatólogo y ortopedista y trabaja en el Hospital de la Mutual de Seguridad, en el equipo de hombro. Reconoce el informe que se le exhibe, pues lo emite una entidad de la Mutual, según los antecedentes recopilados por los distintos médicos tratantes, entre ellos, consta un informe aportado por él, documento que, sin embargo, no se encuentra suscrito por él, ya que la firma no es suya. Respecto del diagnóstico de ruptura del tendón supraespinoso derecho, señala que el tendón del actor estaba roto, pero que esa lesión era de origen común. Señala que los pacientes con ese diagnóstico pueden quedar con dolor y con un grado de impotencia funcional del hombro. El demandante presentaba un cuadro de dolor en el hombro, pero en el contexto de otra patología. Él estaba siendo tratado por un síndrome de dolor regional complejo, que es un cuadro que se puede generar sin una causa evidente o en relación a algún traumatismo, y que se manifiesta por dolor y problemas inflamatorios locales. Los dos diagnósticos son diferentes. Es efectivo que pueden coexistir patologías. La rotura del tendón supraespinoso no debiera influir en la declaración de incapacidad del paciente. El vio al paciente una sola vez. Esa rotura produce dolor casi inmediato, por lo que es difícil que esa ruptura se haya producido con el accidente de trabajo. Además en la resonancia había signos que podían interpretarse como de rotura espontánea, signos degenerativos. Se trataba de un paciente que prácticamente no pudo examinar por el dolor, y éste estaría más bien explicado por el síndrome del dolor regional complejo. Interrogado por la Juez señala que el síndrome de dolor regional complejo puede tener relación con el accidente de trabajo, no así la rotura del tendón supraespinoso. También incorpora el oficio dirigido a la Mutual de Seguridad de Santiago, por el cual se informa acerca de la patología denominada síndrome de distrofia dolor complejo o SD dolor complejo y sus causas. OCTAVO: Que en cuanto a las testigos de la parte demandante, si bien cabe tener presente la cercanía personal y familiar de éstas con el actor, sus relatos impresionaron como verídicos y creíbles, por la verosimilitud de lo expuesto en ellos y la coherencia y conexión de los mismos con los demás antecedentes del juicio. NOVENO: Que en cuanto a la responsabilidad que le compete al empleador por accidente de trabajo, cabe tener presente, que de acuerdo a lo sostenido por la doctrina y jurisprudencia laboral, si es el mismo trabajador quien la reclama, es de índole contractual, pues dice relación con el incumplimiento al deber de seguridad, consagrado en el artículo 184 del Código del Trabajo, obligación que comprende la protección y cuidado de la vida y salud del trabajador y que se encuentra incorporado al contrato de trabajo, como parte de su contenido ético jurídico. Es así, que para que dicha responsabilidad tenga lugar, deben concurrir los siguientes requisitos: 1) Que se haya producido un accidente de trabajo; 2) Que dicho accidente sea imputable a dolo o culpa del empleador, esto es, que se deba a un incumplimiento a su obligación legal de seguridad, y 3) Que el accidente le haya ocasionado perjuicios al trabajador. En cuanto al primer requisito, cabe tener presente, que conforme al artículo 5º de la Ley Nº 16.744 sobre Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales, se entiende por accidente del trabajo toda lesión que una persona sufra a causa o con ocasión del trabajo, y que le produzca incapacidad o muerte. Asimismo, son accidentes del trabajo los ocurridos en el trayecto directo, de ida o regreso, entre la habitación y el lugar de trabajo.

de fecha 28 de enero de 2009; 13) Certificado de término de reposo laboral; 14) Registro de cargos en el que consta la entrega de elementos de protección personal al actor, de fecha 6 de agosto de 2008; 15) Certificado de inducción en prevención de riesgos de fecha 4 de agosto de 2008; 16) Constancia de recepción del Reglamento Interno de Orden Higiene y Seguridad por parte del actor; 17) Inducción específica al puesto de trabajo, de fecha 7 de agosto de 2008; 18) Dieciocho actas de inspección de protección personal, y 19) Cuarenta y seis charlas operacionales del personal impartidas en el período 2008–2009. Además incorpora el oficio dirigido al Hospital Clínico de la Mutual de Seguridad, por el cual se informa acerca del ingreso y diagnóstico inicial del actor, con ocasión del accidente de trabajo que sufrió con fecha 28 de enero de 2009. SÉPTIMO: Que la demandada Inmobiliaria Titanium S.A. rinde prueba testimonial, consistente en la declaración previo juramento de don Cristian Eduardo Aravena Torres, quien expone que es traumatólogo y ortopedista y trabaja en el Hospital de la Mutual de Seguridad, en el equipo de hombro. Reconoce el informe que se le exhibe, pues lo emite una entidad de la Mutual, según los antecedentes recopilados por los distintos médicos tratantes, entre ellos, consta un informe aportado por él, documento que, sin embargo, no se encuentra suscrito por él, ya que la firma no es suya. Respecto del diagnóstico de ruptura del tendón supraespinoso derecho, señala que el tendón del actor estaba roto, pero que esa lesión era de origen común. Señala que los pacientes con ese diagnóstico pueden quedar con dolor y con un grado de impotencia funcional del hombro. El demandante presentaba un cuadro de dolor en el hombro, pero en el contexto de otra patología. Él estaba siendo tratado por un síndrome de dolor regional complejo, que es un cuadro que se puede generar sin una causa evidente o en relación a algún traumatismo, y que se manifiesta por dolor y problemas inflamatorios locales. Los dos diagnósticos son diferentes. Es efectivo que pueden coexistir patologías. La rotura del tendón supraespinoso no debiera influir en la declaración de incapacidad del paciente. El vio al paciente una sola vez. Esa rotura produce dolor casi inmediato, por lo que es difícil que esa ruptura se haya producido con el accidente de trabajo. Además en la resonancia había signos que podían interpretarse como de rotura espontánea, signos degenerativos. Se trataba de un paciente que prácticamente no pudo examinar por el dolor, y éste estaría más bien explicado por el síndrome del dolor regional complejo. Interrogado por la Juez señala que el síndrome de dolor regional complejo puede tener relación con el accidente de trabajo, no así la rotura del tendón supraespinoso. También incorpora el oficio dirigido a la Mutual de Seguridad de Santiago, por el cual se informa acerca de la patología denominada síndrome de distrofia dolor complejo o SD dolor complejo y sus causas. OCTAVO: Que en cuanto a las testigos de la parte demandante, si bien cabe tener presente la cercanía personal y familiar de éstas con el actor, sus relatos impresionaron como verídicos y creíbles, por la verosimilitud de lo expuesto en ellos y la coherencia y conexión de los mismos con los demás antecedentes del juicio. NOVENO: Que en cuanto a la responsabilidad que le compete al empleador por accidente de trabajo, cabe tener presente, que de acuerdo a lo sostenido por la doctrina y jurisprudencia laboral, si es el mismo trabajador quien la reclama, es de índole contractual, pues dice relación con el incumplimiento al deber de seguridad, consagrado en el artículo 184 del Código del Trabajo, obligación que comprende la protección y cuidado de la vida y salud del trabajador y que se encuentra incorporado al contrato de trabajo, como parte de su contenido ético jurídico. Es así, que para que dicha responsabilidad tenga lugar, deben concurrir los siguientes requisitos: 1) Que se haya producido un accidente de trabajo; 2) Que dicho accidente sea imputable a dolo o culpa del empleador, esto es, que se deba a un incumplimiento a su obligación legal de seguridad, y 3) Que el accidente le haya ocasionado perjuicios al trabajador. En cuanto al primer requisito, cabe tener presente, que conforme al artículo 5º de la Ley Nº 16.744 sobre Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales, se entiende por accidente del trabajo toda lesión que una persona sufra a causa o con ocasión del trabajo, y que le produzca incapacidad o muerte. Asimismo, son accidentes del trabajo los ocurridos en el trayecto directo, de ida o regreso, entre la habitación y el lugar de trabajo. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

243

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Respecto del segundo requisito, cabe destacar, que la responsabilidad derivada de un accidente del trabajo es siempre subjetiva, y por tanto, que no basta con la ocurrencia del accidente de trabajo, sino se requiere de culpa o dolo del empleador para su configuración. No obstante lo anterior, tratándose de responsabilidad contractual, al trabajador sólo le compete acreditar el incumplimiento del empleador a su deber de seguridad, caso en el cual dicho incumplimiento se presume culpable, debiendo entonces el empleador justificarse, acreditando que empleó la debida diligencia o cuidado y que aún así el accidente se produjo, ya sea por el hecho de la propia víctima o por caso fortuito o fuerza mayor. En relación con el grado de diligencia o cuidado que corresponde aplicar en la especie, conforme a la jurisprudencia reiterada de la Excma. Corte Suprema acerca de la materia, corresponde a la culpa levísima, esto es, a la esmerada diligencia que un hombre juicioso emplea en la administración de sus negocios importantes, razón por la que se estará a esta interpretación judicial. Por otra parte, cabe tener presente, que aún cuando no se estuviera de acuerdo con este criterio judicial, y se estimara que en la especie el empleador responde de culpa leve, no cabe duda que el estándar de diligencia exigido difiere de aquél necesario para cumplir una obligación de carácter patrimonial, en atención a la entidad de los bienes jurídicos protegidos, nada menos que la vida e integridad física y psíquica del trabajador (ver al respecto la obra de Enrique BARROS BOURIE, Tratado de Responsabilidad Extracontractual, Editorial Jurídica de Chile, Santiago, año 2006, página 706). Finalmente, en relación con el tercer requisito, cabe destacar que los perjuicios invocados deben reunir dos condiciones, deben ser ciertos y haberse producido a consecuencia directa del accidente de trabajo y deben ser acreditados, conforme a las reglas generales en materia de peso probatorio. DÉCIMO: Que habiendo ocurrido el accidente al interior de la obra o faena de la cual el empleador era contratista, en horario de trabajo y mientras el actor desempeñaba sus funciones, implica que se trata de un accidente de trabajo, ocurrido a causa del mismo, por encuadrarse los hechos en la definición establecida en el artículo 5º de la ley Nº 16.744. Por lo demás, dicha circunstancia no fue controvertida, siendo el actor beneficiado además, con las prestaciones médicas y de seguridad social establecidas en la citada ley. UNDÉCIMO: Que corresponde entonces determinar, si en el accidente sufrido por el actor, existió un incumplimiento por parte del empleador al deber de seguridad, y si dicho incumplimiento es doloso o culposo. Al respecto, cabe tener presente lo señalado por los distintos informes de investigación acerca de la ocurrencia del accidente. Es así, que según el informe del Departamento de Prevención de Riesgos de la constructora, el accidente consistió en lo siguiente: A las 15:25 horas, aproximadamente, en circunstancias que el señor Marcos Poblete Navarrete se encontraba realizando labores de descimbre en el piso 44, se le cae un trozo de moldaje al piso 38, el que golpea al actor en su mano derecha, produciéndole una profunda herida cortante. En relación a la causa del accidente, el informe señala que el material caído (el trozo de moldaje) cayó desde el piso 44 al piso 38, producto que los maestros carpinteros que realizaban las labores de descimbre, no tomaron las medidas de seguridad apropiadas para evitar la caída de materiales. El informe del Comité Paritario, por su parte, señala que el accidente se debió a la incomunicación entre las personas que estaban ejecutando la faena, ya que no se preocuparon de tener afirmado firmemente el tablero antes de aplicar la fuerza para despegarlo. Además hubo incomunicación o descoordinación hacia las personas que trabajan en los niveles inferiores, para que no realizaran faenas mientras se está descimbrando en los niveles superiores. De lo expuesto, cabe preguntarse entonces, a quién le correspondía la coordinación de las faenas entre los distintos niveles, quién debía tomar la decisión de suspender el trabajo en los niveles inferiores si en los niveles superiores se estaba realizando labores de descimbre y a quién le correspondía adoptar las medidas de seguridad apropiadas para evitar la caída de materiales en altura. La única respuesta adecuada, es que lo anterior le correspondía al empleador, pues es él, en virtud de sus facultades de dirección y mando y de organización del trabajo, quien debía adoptar las medidas necesarias para prevenir eficazmente la caída de elementos en altura.

244

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Respecto del segundo requisito, cabe destacar, que la responsabilidad derivada de un accidente del trabajo es siempre subjetiva, y por tanto, que no basta con la ocurrencia del accidente de trabajo, sino se requiere de culpa o dolo del empleador para su configuración. No obstante lo anterior, tratándose de responsabilidad contractual, al trabajador sólo le compete acreditar el incumplimiento del empleador a su deber de seguridad, caso en el cual dicho incumplimiento se presume culpable, debiendo entonces el empleador justificarse, acreditando que empleó la debida diligencia o cuidado y que aún así el accidente se produjo, ya sea por el hecho de la propia víctima o por caso fortuito o fuerza mayor. En relación con el grado de diligencia o cuidado que corresponde aplicar en la especie, conforme a la jurisprudencia reiterada de la Excma. Corte Suprema acerca de la materia, corresponde a la culpa levísima, esto es, a la esmerada diligencia que un hombre juicioso emplea en la administración de sus negocios importantes, razón por la que se estará a esta interpretación judicial. Por otra parte, cabe tener presente, que aún cuando no se estuviera de acuerdo con este criterio judicial, y se estimara que en la especie el empleador responde de culpa leve, no cabe duda que el estándar de diligencia exigido difiere de aquél necesario para cumplir una obligación de carácter patrimonial, en atención a la entidad de los bienes jurídicos protegidos, nada menos que la vida e integridad física y psíquica del trabajador (ver al respecto la obra de Enrique BARROS BOURIE, Tratado de Responsabilidad Extracontractual, Editorial Jurídica de Chile, Santiago, año 2006, página 706). Finalmente, en relación con el tercer requisito, cabe destacar que los perjuicios invocados deben reunir dos condiciones, deben ser ciertos y haberse producido a consecuencia directa del accidente de trabajo y deben ser acreditados, conforme a las reglas generales en materia de peso probatorio. DÉCIMO: Que habiendo ocurrido el accidente al interior de la obra o faena de la cual el empleador era contratista, en horario de trabajo y mientras el actor desempeñaba sus funciones, implica que se trata de un accidente de trabajo, ocurrido a causa del mismo, por encuadrarse los hechos en la definición establecida en el artículo 5º de la ley Nº 16.744. Por lo demás, dicha circunstancia no fue controvertida, siendo el actor beneficiado además, con las prestaciones médicas y de seguridad social establecidas en la citada ley. UNDÉCIMO: Que corresponde entonces determinar, si en el accidente sufrido por el actor, existió un incumplimiento por parte del empleador al deber de seguridad, y si dicho incumplimiento es doloso o culposo. Al respecto, cabe tener presente lo señalado por los distintos informes de investigación acerca de la ocurrencia del accidente. Es así, que según el informe del Departamento de Prevención de Riesgos de la constructora, el accidente consistió en lo siguiente: A las 15:25 horas, aproximadamente, en circunstancias que el señor Marcos Poblete Navarrete se encontraba realizando labores de descimbre en el piso 44, se le cae un trozo de moldaje al piso 38, el que golpea al actor en su mano derecha, produciéndole una profunda herida cortante. En relación a la causa del accidente, el informe señala que el material caído (el trozo de moldaje) cayó desde el piso 44 al piso 38, producto que los maestros carpinteros que realizaban las labores de descimbre, no tomaron las medidas de seguridad apropiadas para evitar la caída de materiales. El informe del Comité Paritario, por su parte, señala que el accidente se debió a la incomunicación entre las personas que estaban ejecutando la faena, ya que no se preocuparon de tener afirmado firmemente el tablero antes de aplicar la fuerza para despegarlo. Además hubo incomunicación o descoordinación hacia las personas que trabajan en los niveles inferiores, para que no realizaran faenas mientras se está descimbrando en los niveles superiores. De lo expuesto, cabe preguntarse entonces, a quién le correspondía la coordinación de las faenas entre los distintos niveles, quién debía tomar la decisión de suspender el trabajo en los niveles inferiores si en los niveles superiores se estaba realizando labores de descimbre y a quién le correspondía adoptar las medidas de seguridad apropiadas para evitar la caída de materiales en altura. La única respuesta adecuada, es que lo anterior le correspondía al empleador, pues es él, en virtud de sus facultades de dirección y mando y de organización del trabajo, quien debía adoptar las medidas necesarias para prevenir eficazmente la caída de elementos en altura.

244

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

245

Es por ello, que lo ocurrido no es posible de ser calificado como caso fortuito, pues conforme a la definición del mismo, éste es el imprevisto al que no es posible resistir, concepto que no se condice con el accidente en cuestión, ni con la causa del mismo, la falta de adopción de medidas de seguridad apropiadas para evitar la caída de materiales. En tal sentido, la prueba aportada por la demandada, consistente en el comprobante de entrega de elementos de protección personal al actor, la constancia de la entrega al mismo del Reglamento de Orden, Higiene y Seguridad de la constructora y las distintas charlas de capacitación que se le efectuaron, junto con las inspecciones de obra, no pueden desvirtuar lo anterior. Tampoco los documentos que acreditan que la empresa participa en el Programa de Empresa Competitiva y que tiene un alto rendimiento de eficacia en la prevención de accidentes, pues las medidas de seguridad se califican de acuerdo al accidente ocurrido. Cabe destacar, que el accidente en cuestión, no tuvo como causa la falta de capacitación del actor en relación con el desempeño de sus funciones o la falta de información acerca de los riesgos a los que se encontraba expuesto en el desarrollo de las mismas, el accidente se debió a una descoordinación en los distintos niveles de la obra y en la falta de adopción de medidas adecuadas para prevenir la caída de elementos de altura. De lo expuesto se concluye que existió un incumplimiento culposo en la obligación de seguridad por parte del empleador, incumplimiento que es, además, la causa directa del accidente ocurrido al trabajador, pues de haber existido medidas que hubiesen permitido una coordinación adecuada del trabajo, en los distintos niveles, medidas de supervisión y medidas que hubiesen evitado la caída de objetos en altura, el accidente no se habría producido. DUODÉCIMO: Que en cuanto a los perjuicios reclamados por el actor, en especial el lucro cesante, cabe tener presente que éste puede definirse como la pérdida efectiva experimentada por el trabajador en su patrimonio, a consecuencia directa del accidente de trabajo. Es así, que si bien puede tratarse de un daño no sólo presente, sino también futuro, debe tratarse de un daño cierto y determinado y además cuantificable. Es así, que si bien ambas testigos de la demandante coinciden en que el actor tenía un taller de reparación de calzado en su casa, mediante el cual ofrecía sus servicios, todos remunerados, habiéndose acompañado también las fotografías que dan cuenta del taller y el cartel con el cual se promocionaba el mismo, no se aportó prueba alguna que pudiera cuantificar los ingresos percibidos por el actor por este concepto, siendo dicha circunstancia imprescindible para establecer el daño en cuestión, por tratarse de un daño patrimonial. En cambio, mediante las liquidaciones de sueldo del actor de los últimos tres meses íntegramente trabajados, los meses de noviembre y diciembre de 2008 y enero de 2009, se acredita que éste percibió una remuneración imponible promedio de $ 361.000.-, como afirma en la demanda. Asimismo, mediante la resolución de la Comisión de Evaluación de Incapacidad por Accidentes del Trabajo de la Mutual de Seguridad, se acredita que el actor tiene un grado de incapacidad del 70%, lo que conforme al artículo 39 de la ley Nº 16.744, le da derecho a una pensión de invalidez total, por el equivalente al 70% de su sueldo base, la suma de $ 150.500.-, según se indica en la demanda. Establecido, entonces, que el actor dejará de percibir la suma de $ 210.500.- mensual a causa del accidente, suma que no le es compensada por la Mutual de Seguridad y teniendo presente los 11 años de vida laboral que le quedan, al tener 54 años de edad, se llega a una cifra de $ 27.786.000.Sin embargo, habiéndose determinado un grado de incapacidad laboral del 70%, se reducirá también dicha cifra en un 70%, de modo que ésta refleje la incapacidad real del actor. Es por las razones expuestas, que se acogerá la demanda por lucro cesante, pero por la suma de $ 19.450.200.-, por no tratarse de una incapacidad total para generar ingresos. DECIMOTERCERO: Que en relación a lo reclamado por concepto de daño moral, cabe tener presente, que éste puede ser definido como toda lesión, menoscabo, detrimento, molestia o perturbación a un simple interés del que es titular la víctima. Es así, que califican como tal, tanto el daño corporal, el daño estético, el daño psicológico, el daño de agrado y el daño sexual, al corresponder todos ellos a daños extrapatrimoniales. Es por ello, que se consideran como un todo para efectos de indemnización, como daño moral.

Es por ello, que lo ocurrido no es posible de ser calificado como caso fortuito, pues conforme a la definición del mismo, éste es el imprevisto al que no es posible resistir, concepto que no se condice con el accidente en cuestión, ni con la causa del mismo, la falta de adopción de medidas de seguridad apropiadas para evitar la caída de materiales. En tal sentido, la prueba aportada por la demandada, consistente en el comprobante de entrega de elementos de protección personal al actor, la constancia de la entrega al mismo del Reglamento de Orden, Higiene y Seguridad de la constructora y las distintas charlas de capacitación que se le efectuaron, junto con las inspecciones de obra, no pueden desvirtuar lo anterior. Tampoco los documentos que acreditan que la empresa participa en el Programa de Empresa Competitiva y que tiene un alto rendimiento de eficacia en la prevención de accidentes, pues las medidas de seguridad se califican de acuerdo al accidente ocurrido. Cabe destacar, que el accidente en cuestión, no tuvo como causa la falta de capacitación del actor en relación con el desempeño de sus funciones o la falta de información acerca de los riesgos a los que se encontraba expuesto en el desarrollo de las mismas, el accidente se debió a una descoordinación en los distintos niveles de la obra y en la falta de adopción de medidas adecuadas para prevenir la caída de elementos de altura. De lo expuesto se concluye que existió un incumplimiento culposo en la obligación de seguridad por parte del empleador, incumplimiento que es, además, la causa directa del accidente ocurrido al trabajador, pues de haber existido medidas que hubiesen permitido una coordinación adecuada del trabajo, en los distintos niveles, medidas de supervisión y medidas que hubiesen evitado la caída de objetos en altura, el accidente no se habría producido. DUODÉCIMO: Que en cuanto a los perjuicios reclamados por el actor, en especial el lucro cesante, cabe tener presente que éste puede definirse como la pérdida efectiva experimentada por el trabajador en su patrimonio, a consecuencia directa del accidente de trabajo. Es así, que si bien puede tratarse de un daño no sólo presente, sino también futuro, debe tratarse de un daño cierto y determinado y además cuantificable. Es así, que si bien ambas testigos de la demandante coinciden en que el actor tenía un taller de reparación de calzado en su casa, mediante el cual ofrecía sus servicios, todos remunerados, habiéndose acompañado también las fotografías que dan cuenta del taller y el cartel con el cual se promocionaba el mismo, no se aportó prueba alguna que pudiera cuantificar los ingresos percibidos por el actor por este concepto, siendo dicha circunstancia imprescindible para establecer el daño en cuestión, por tratarse de un daño patrimonial. En cambio, mediante las liquidaciones de sueldo del actor de los últimos tres meses íntegramente trabajados, los meses de noviembre y diciembre de 2008 y enero de 2009, se acredita que éste percibió una remuneración imponible promedio de $ 361.000.-, como afirma en la demanda. Asimismo, mediante la resolución de la Comisión de Evaluación de Incapacidad por Accidentes del Trabajo de la Mutual de Seguridad, se acredita que el actor tiene un grado de incapacidad del 70%, lo que conforme al artículo 39 de la ley Nº 16.744, le da derecho a una pensión de invalidez total, por el equivalente al 70% de su sueldo base, la suma de $ 150.500.-, según se indica en la demanda. Establecido, entonces, que el actor dejará de percibir la suma de $ 210.500.- mensual a causa del accidente, suma que no le es compensada por la Mutual de Seguridad y teniendo presente los 11 años de vida laboral que le quedan, al tener 54 años de edad, se llega a una cifra de $ 27.786.000.Sin embargo, habiéndose determinado un grado de incapacidad laboral del 70%, se reducirá también dicha cifra en un 70%, de modo que ésta refleje la incapacidad real del actor. Es por las razones expuestas, que se acogerá la demanda por lucro cesante, pero por la suma de $ 19.450.200.-, por no tratarse de una incapacidad total para generar ingresos. DECIMOTERCERO: Que en relación a lo reclamado por concepto de daño moral, cabe tener presente, que éste puede ser definido como toda lesión, menoscabo, detrimento, molestia o perturbación a un simple interés del que es titular la víctima. Es así, que califican como tal, tanto el daño corporal, el daño estético, el daño psicológico, el daño de agrado y el daño sexual, al corresponder todos ellos a daños extrapatrimoniales. Es por ello, que se consideran como un todo para efectos de indemnización, como daño moral. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

245

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

En cuanto al daño corporal, éste quedó acreditado mediante los distintos informes médicos allegados al juicio, los que demuestran que el actor presentó, en un primer momento, una herida en la mano derecha, de carácter complicada, situación que evolucionó después en una lesión en la polea A1 D2, desarrollando además un síndrome doloroso regional complejo de extremidad superior derecha, quedando con secuelas de rigidez en semiflexión de mano, y de dificultad en flexión codo. A su vez, respecto de este síndrome, cabe tener presente lo señalado por el testigo Cristián Aravena, médico traumatólogo y ortopedista, quien manifestó que éste podía relacionarse con el accidente de trabajo sufrido por el actor, por lo que se concluye que dicho síndrome es también daño directo provocado por el accidente. En cambio, en relación con la lesión consistente en la ruptura supraespinoso derecho, según explicara el mismo testigo y de acuerdo a la propia resolución de la Comisión de Evaluación de Incapacidad por Accidentes del Trabajo, ésta es de origen común y no laboral. En consecuencia, dicho daño no puede ser considerado para estos efectos, por no ser un daño directo, consecuencia del accidente en cuestión y por tanto, no ser imputable al accionar del empleador. En cuanto al daño psicológico, éste quedó acreditado mediante los informes médicos, los que dan cuenta que el actor sufrió de un trastorno de adaptación con reacción depresiva mixta, lo cual hay que relacionarlo también, con el testimonio de las testigos de la demandante, quienes coinciden en que después del accidente, el actor está triste, que lo ven llorar constantemente, que tiene dificultades para dormir, que se encuentra abatido y angustiado por su situación personal. En cuanto al daño de agrado, éste quedó acreditado mediante el testimonio de las dos testigos de la demandante, quienes están contestes en que antes del accidente el actor era una persona alegre, activa, que le gustaba jugar con sus hijos en el patio, actividades que ya no realiza. A lo que hay que agregar, el hecho de que ya no pueda desarrollar el oficio que le gustaba, el de arreglar calzado. En cuanto al daño a la vida íntima y sexual del actor, éste quedo acreditado mediante el testimonio de su cónyuge, testimonio creíble si se toma en cuenta los dolores que sufre el actor, de carácter crónico y la hinchazón permanente de su brazo derecho, los que dificultan enormemente el ejercicio normal de la actividad sexual. En definitiva, por las razones expuestas, se acogerá lo reclamado por daño moral, por haber acreditado el actor tanto su existencia como entidad, daño que será avaluado prudencialmente en la suma de treinta millones de pesos, teniendo presente para ello la extensión del daño corporal sufrido por el actor, las secuelas que le ha originado el accidente, tanto la incapacidad funcional que presenta en su mano y brazo derecho, como los dolores crónicos y permanentes que tiene, que lo han obligado a tratarse al efecto en una unidad especializada del Hospital Militar, así como el daño psicológico, en el que se incluye el largo proceso de rehabilitación que ha debido enfrentar, además de la depresión que desarrolló a consecuencia del accidente. A lo anterior, además, debe agregarse todos los perjuicios personales, de sufrimiento y agrado experimentados por el actor, y a los cuales se refirieron las testigos, considerándose también, entre ellos, el daño a su vida íntima y sexual. La referida indemnización deberá ser reajustada, desde el mes anterior a que el fallo quede ejecutoriado y el mes anterior al del pago efectivo y devengará intereses desde que las demandadas se constituyan en mora, todo ello en virtud de lo dispuesto en el artículo 63 del Código del Trabajo (ver al respecto sentencia de la Excma. Corte Suprema de fecha 7 de mayo de 2009, en causa Rol N° 755-2009). DECIMOCUARTO: Que en cuanto a la responsabilidad que le cabe al dueño de la obra o faena, cabe tener presente, que si bien el trabajo desarrollado por el actor lo fue en régimen de subcontratación, dicha responsabilidad no deriva de lo dispuesto en el artículo 183–B del Código del Trabajo, sino de lo establecido en el artículo 183–E del mismo Código, norma que regula específicamente la señalada hipótesis. En ese sentido, la responsabilidad del dueño de la obra o faena respecto de un accidente ocurrido al interior de la misma, a un trabajador de una empresa contratista, es una responsabilidad directa, que deriva de su propio incumplimiento al deber de seguridad, consagrado en la citada norma y también en los artículos 66 bis de la ley Nº 16.744 y 3º del D.S. N° 59 de 1999, del Ministerio del Trabajo y Previsión Social.

246

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

En cuanto al daño corporal, éste quedó acreditado mediante los distintos informes médicos allegados al juicio, los que demuestran que el actor presentó, en un primer momento, una herida en la mano derecha, de carácter complicada, situación que evolucionó después en una lesión en la polea A1 D2, desarrollando además un síndrome doloroso regional complejo de extremidad superior derecha, quedando con secuelas de rigidez en semiflexión de mano, y de dificultad en flexión codo. A su vez, respecto de este síndrome, cabe tener presente lo señalado por el testigo Cristián Aravena, médico traumatólogo y ortopedista, quien manifestó que éste podía relacionarse con el accidente de trabajo sufrido por el actor, por lo que se concluye que dicho síndrome es también daño directo provocado por el accidente. En cambio, en relación con la lesión consistente en la ruptura supraespinoso derecho, según explicara el mismo testigo y de acuerdo a la propia resolución de la Comisión de Evaluación de Incapacidad por Accidentes del Trabajo, ésta es de origen común y no laboral. En consecuencia, dicho daño no puede ser considerado para estos efectos, por no ser un daño directo, consecuencia del accidente en cuestión y por tanto, no ser imputable al accionar del empleador. En cuanto al daño psicológico, éste quedó acreditado mediante los informes médicos, los que dan cuenta que el actor sufrió de un trastorno de adaptación con reacción depresiva mixta, lo cual hay que relacionarlo también, con el testimonio de las testigos de la demandante, quienes coinciden en que después del accidente, el actor está triste, que lo ven llorar constantemente, que tiene dificultades para dormir, que se encuentra abatido y angustiado por su situación personal. En cuanto al daño de agrado, éste quedó acreditado mediante el testimonio de las dos testigos de la demandante, quienes están contestes en que antes del accidente el actor era una persona alegre, activa, que le gustaba jugar con sus hijos en el patio, actividades que ya no realiza. A lo que hay que agregar, el hecho de que ya no pueda desarrollar el oficio que le gustaba, el de arreglar calzado. En cuanto al daño a la vida íntima y sexual del actor, éste quedo acreditado mediante el testimonio de su cónyuge, testimonio creíble si se toma en cuenta los dolores que sufre el actor, de carácter crónico y la hinchazón permanente de su brazo derecho, los que dificultan enormemente el ejercicio normal de la actividad sexual. En definitiva, por las razones expuestas, se acogerá lo reclamado por daño moral, por haber acreditado el actor tanto su existencia como entidad, daño que será avaluado prudencialmente en la suma de treinta millones de pesos, teniendo presente para ello la extensión del daño corporal sufrido por el actor, las secuelas que le ha originado el accidente, tanto la incapacidad funcional que presenta en su mano y brazo derecho, como los dolores crónicos y permanentes que tiene, que lo han obligado a tratarse al efecto en una unidad especializada del Hospital Militar, así como el daño psicológico, en el que se incluye el largo proceso de rehabilitación que ha debido enfrentar, además de la depresión que desarrolló a consecuencia del accidente. A lo anterior, además, debe agregarse todos los perjuicios personales, de sufrimiento y agrado experimentados por el actor, y a los cuales se refirieron las testigos, considerándose también, entre ellos, el daño a su vida íntima y sexual. La referida indemnización deberá ser reajustada, desde el mes anterior a que el fallo quede ejecutoriado y el mes anterior al del pago efectivo y devengará intereses desde que las demandadas se constituyan en mora, todo ello en virtud de lo dispuesto en el artículo 63 del Código del Trabajo (ver al respecto sentencia de la Excma. Corte Suprema de fecha 7 de mayo de 2009, en causa Rol N° 755-2009). DECIMOCUARTO: Que en cuanto a la responsabilidad que le cabe al dueño de la obra o faena, cabe tener presente, que si bien el trabajo desarrollado por el actor lo fue en régimen de subcontratación, dicha responsabilidad no deriva de lo dispuesto en el artículo 183–B del Código del Trabajo, sino de lo establecido en el artículo 183–E del mismo Código, norma que regula específicamente la señalada hipótesis. En ese sentido, la responsabilidad del dueño de la obra o faena respecto de un accidente ocurrido al interior de la misma, a un trabajador de una empresa contratista, es una responsabilidad directa, que deriva de su propio incumplimiento al deber de seguridad, consagrado en la citada norma y también en los artículos 66 bis de la ley Nº 16.744 y 3º del D.S. N° 59 de 1999, del Ministerio del Trabajo y Previsión Social.

246

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

247

En consecuencia, para que se configure este tipo de responsabilidad, deben concurrir los mismos requisitos exigidos para la responsabilidad del empleador, siendo el estatuto aplicable al caso el de la responsabilidad contractual, con los beneficios que ello implica para el trabajador, en términos de presunción de culpa, no obstante no ser éste dependiente directo del dueño de la obra, por haberlo consagrado así el legislador, al regular este tipo de responsabilidad con ocasión del trabajo en régimen de subcontratación y, en consecuencia, tratarse de un caso de excepción legal al efecto relativo del contrato (ver al respecto la obra de Pamela PRADO LÓPEZ, La Subcontratación y el Suministro en el Derecho Civil, LegalPublishing Chile, Santiago, año 2009, p. 97). Es por ello, que habiéndose establecido que el accidente sufrido por el actor corresponde a un accidente de trabajo y habiéndose establecido también, el tipo de perjuicios sufridos por el demandante, a consecuencia directa del mismo, sólo resta determinar la existencia o no de dolo o culpa en el accionar del dueño de la obra o faena, esto es, un incumplimiento a su deber legal de seguridad. Al respecto, cabe destacar, que si bien se estableció que la Inmobiliaria sólo tiene doce trabajadores, según declaró su representante legal, por lo que no le son aplicables una serie de normas relativas a los Comités Paritarios de Higiene y Seguridad y los Departamentos de Prevención de Riesgos, si debía tener un Reglamento Interno de Orden, Higiene y Seguridad, conforme al artículo 153 del Código del Trabajo, documento que no exhibió, siendo legalmente apercibida al efecto. Por otra parte, el propio representante legal de dicha demandada, reconoció que la empresa debía fiscalizar la obra, mediante inspecciones técnicas, no habiéndose proporcionado ningún antecedente que acredite que así se hizo. Por lo demás, dicho representante reconoció, que ellos fiscalizaban la existencia de pantallas para prevenir la caída de elementos en altura, situación que tampoco se encuentra acreditada. Es por ello, que habiéndose establecido que la causa del accidente fue la falta de coordinación de las faenas entre los distintos niveles y la falta de adopción de medidas de seguridad que evitaran la caída de elementos en altura, situación que no es posible de calificar como caso fortuito o fuerza mayor y por lo demás, no habiendo esta demandada acreditado la adopción de ninguna medida de prevención de accidentes de trabajo en favor del actor, o de fiscalización de sus faenas, se le tendrá también como responsable del accidente. Es por lo expuesto, que se concluye que existió incumplimiento culposo de la obligación de seguridad, por parte de la dueña de la obra o faena, incumplimiento que fue causa directa del accidente ocurrido al trabajador y de sus daños, aquellos efectivamente atribuibles al accidente, razón por la que se acogerá la demanda a su respecto. DECIMOQUINTO: Que en cuanto a la forma en que deben responder ambas demandadas, cabe tener presente, que éstas no responden solidariamente, al no existir fuente legal que así lo establezca. En consecuencia, responden en forma simplemente conjunta o mancomunada, que es la regla general en materia de responsabilidad en casos de pluralidad de sujetos. Más aún, si los daños ocasionados al actor no son divisibles, ni posibles de atribuir, en forma separada, al accionar de una de las demandadas. DECIMOSEXTO: Que la restante prueba en nada altera lo antes razonado, por lo que será desestimada. Y visto, además, lo dispuesto en los artículos 5º, 7º, 63, 183–E, 184, 210, 446 y siguientes del Código del Trabajo y artículos 5º, 39, 66, 68, 69, 88 y 89 de la ley Nº 16.744 y artículos 1547, 1556 y 1557 del Código Civil, se declara: I. Que se acoge la demanda interpuesta por don Luis Enrique Ríos Poblete en contra de su empleador Constructora Senarco S.A., representada legalmente por don Víctor García Fuentes, y en forma simplemente conjunta en contra de la Inmobiliaria Titanium S.A., representada legalmente por don Abraham Senerman Lamas, en su calidad de dueña de la obra o faena y en consecuencia, se condena a las demandadas a pagarle al actor, por el accidente de trabajo sufrido por éste, el día 28 de enero del año 2009, en la obra Torre Titanium La Portada, ubicada en Avenida Isidora Goyenechea N° 2800, comuna de Las Condes, las siguientes sumas: a) $ 19.450.200.- por concepto de lucro cesante. b) $ 30.000.000.- por concepto de daño moral.

En consecuencia, para que se configure este tipo de responsabilidad, deben concurrir los mismos requisitos exigidos para la responsabilidad del empleador, siendo el estatuto aplicable al caso el de la responsabilidad contractual, con los beneficios que ello implica para el trabajador, en términos de presunción de culpa, no obstante no ser éste dependiente directo del dueño de la obra, por haberlo consagrado así el legislador, al regular este tipo de responsabilidad con ocasión del trabajo en régimen de subcontratación y, en consecuencia, tratarse de un caso de excepción legal al efecto relativo del contrato (ver al respecto la obra de Pamela PRADO LÓPEZ, La Subcontratación y el Suministro en el Derecho Civil, LegalPublishing Chile, Santiago, año 2009, p. 97). Es por ello, que habiéndose establecido que el accidente sufrido por el actor corresponde a un accidente de trabajo y habiéndose establecido también, el tipo de perjuicios sufridos por el demandante, a consecuencia directa del mismo, sólo resta determinar la existencia o no de dolo o culpa en el accionar del dueño de la obra o faena, esto es, un incumplimiento a su deber legal de seguridad. Al respecto, cabe destacar, que si bien se estableció que la Inmobiliaria sólo tiene doce trabajadores, según declaró su representante legal, por lo que no le son aplicables una serie de normas relativas a los Comités Paritarios de Higiene y Seguridad y los Departamentos de Prevención de Riesgos, si debía tener un Reglamento Interno de Orden, Higiene y Seguridad, conforme al artículo 153 del Código del Trabajo, documento que no exhibió, siendo legalmente apercibida al efecto. Por otra parte, el propio representante legal de dicha demandada, reconoció que la empresa debía fiscalizar la obra, mediante inspecciones técnicas, no habiéndose proporcionado ningún antecedente que acredite que así se hizo. Por lo demás, dicho representante reconoció, que ellos fiscalizaban la existencia de pantallas para prevenir la caída de elementos en altura, situación que tampoco se encuentra acreditada. Es por ello, que habiéndose establecido que la causa del accidente fue la falta de coordinación de las faenas entre los distintos niveles y la falta de adopción de medidas de seguridad que evitaran la caída de elementos en altura, situación que no es posible de calificar como caso fortuito o fuerza mayor y por lo demás, no habiendo esta demandada acreditado la adopción de ninguna medida de prevención de accidentes de trabajo en favor del actor, o de fiscalización de sus faenas, se le tendrá también como responsable del accidente. Es por lo expuesto, que se concluye que existió incumplimiento culposo de la obligación de seguridad, por parte de la dueña de la obra o faena, incumplimiento que fue causa directa del accidente ocurrido al trabajador y de sus daños, aquellos efectivamente atribuibles al accidente, razón por la que se acogerá la demanda a su respecto. DECIMOQUINTO: Que en cuanto a la forma en que deben responder ambas demandadas, cabe tener presente, que éstas no responden solidariamente, al no existir fuente legal que así lo establezca. En consecuencia, responden en forma simplemente conjunta o mancomunada, que es la regla general en materia de responsabilidad en casos de pluralidad de sujetos. Más aún, si los daños ocasionados al actor no son divisibles, ni posibles de atribuir, en forma separada, al accionar de una de las demandadas. DECIMOSEXTO: Que la restante prueba en nada altera lo antes razonado, por lo que será desestimada. Y visto, además, lo dispuesto en los artículos 5º, 7º, 63, 183–E, 184, 210, 446 y siguientes del Código del Trabajo y artículos 5º, 39, 66, 68, 69, 88 y 89 de la ley Nº 16.744 y artículos 1547, 1556 y 1557 del Código Civil, se declara: I. Que se acoge la demanda interpuesta por don Luis Enrique Ríos Poblete en contra de su empleador Constructora Senarco S.A., representada legalmente por don Víctor García Fuentes, y en forma simplemente conjunta en contra de la Inmobiliaria Titanium S.A., representada legalmente por don Abraham Senerman Lamas, en su calidad de dueña de la obra o faena y en consecuencia, se condena a las demandadas a pagarle al actor, por el accidente de trabajo sufrido por éste, el día 28 de enero del año 2009, en la obra Torre Titanium La Portada, ubicada en Avenida Isidora Goyenechea N° 2800, comuna de Las Condes, las siguientes sumas: a) $ 19.450.200.- por concepto de lucro cesante. b) $ 30.000.000.- por concepto de daño moral. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

247

RETIRO

248

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

II. Que las sumas antes indicadas deberán reajustarse y devengarán intereses conforme a lo establecido en el artículo 63 del Código del Trabajo. III. Que se condena en costas a las demandadas, por haber sido totalmente vencidas, las que conforme al artículo 445 del Código del Trabajo, se fijan en la suma de $ 1.000.000. Regístrese, notifíquese y archívese en su oportunidad. Ejecutoriada la presente sentencia, cúmplase con lo dispuesto en ella dentro de quinto día, bajo apercibimiento de pasar los antecedentes al Juzgado de Cobranza Laboral y Previsional de Santiago. Dictada por doña María Vivianne Morandé Dattwyler, Juez Titular del Primer Juzgado de Letras del Trabajo de Santiago.

II. Que las sumas antes indicadas deberán reajustarse y devengarán intereses conforme a lo establecido en el artículo 63 del Código del Trabajo. III. Que se condena en costas a las demandadas, por haber sido totalmente vencidas, las que conforme al artículo 445 del Código del Trabajo, se fijan en la suma de $ 1.000.000. Regístrese, notifíquese y archívese en su oportunidad. Ejecutoriada la presente sentencia, cúmplase con lo dispuesto en ella dentro de quinto día, bajo apercibimiento de pasar los antecedentes al Juzgado de Cobranza Laboral y Previsional de Santiago. Dictada por doña María Vivianne Morandé Dattwyler, Juez Titular del Primer Juzgado de Letras del Trabajo de Santiago. 248

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

249

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol N° O-797-2011 Cita online: CL/JUR/9272/2011 I. SENTENCIA DEL JUZGADO DE LETRAS DEL TRABAJO Santiago, dieciséis de junio de dos mil once. VISTOS: PRIMERO: Que con fecha 14 de marzo de 2011, compareció don Manuel Andrés Pavez Lara, operario, domiciliado en pasaje Calafquén 1488, comuna de Curicó, quien interpuso demanda de indemnización por accidente del trabajo, en contra de Empresas Cabo de Hornos S.A., representada por don Carlos Fernando Gardewege Ried, ignora profesión u oficio, ambos con domicilio en Agustinas 814, Of. 706, comuna de Santiago. Funda la acción en que ingresó a prestar servicios para la demanda, en virtud de un contrato por temporada o faena en el mes de noviembre de 2010, como auxiliar de frigorífico, desarrollando funciones de mantención y aseo en packing y frigorífico, en el Fundo Pulido – Fundo Los Hornos, sector Las Juntas, Tierra Amarilla, ascendiendo su última remuneración a la suma de $ 375.000, aproximadamente. Señala que con fecha 11 de enero de 2011, mientras desarrollaba sus labores, fue elevado junto a otros compañeros por medio de un pallet y una grúa horquilla, a lo alto de una pila de pallet, donde debía extender una capa para alejar el frío de estos y de los productos que contenían, sin contar con ningún tipo de arnés, casco u otra medida de seguridad para trabajos en altura, y no estando anclados o amarrados los pallets, al intentar extender la capa, resbaló, cayendo desde una altura aproximada de 3 mts, sufriendo una fractura del calcáneo izquierdo. Añade que la causa directa de los hechos descritos, es el incumplimiento de la demandada de la obligación de seguridad para con sus trabajadores, debiendo tomar todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y la salud de los trabajadores. En razón del daño sufrido, se le adeuda indemnización de perjuicios por lucro cesante, atendido que le quedan 35 años para jubilar, que en el estado de salud anterior a los hechos, hubiese trabajado en la misma o mejor forma, lo que producto de las lesiones no ocurrirá, estando aún a la espera de que se resuelva el grado de su lesión o invalidez, daño que estima en un mínimo de $ 15.000.000; igualmente demanda indemnización de perjuicios por daño moral, al haber sido afectado en su dimensión de persona, tanto ética, espiritual y moralmente, por cuanto se ve privado de continuar con su actividad laboral normalmente, habiendo sufrido una lesión cuyos alcances, efectos y secuelas en el futuro desconoce, toda lo que le genera dolor y aflicción, que estima en la suma de $ 20.000.000. Por lo expuesto, solicita se acoja la demanda, declarando que la demandada debe pagarle las indemnizaciones demandadas, con reajustes, intereses y costas. SEGUNDO: Que la demandada contestó la demanda, solicitando su rechazo, con costas, señalando que su parte se dedica al procesamiento y comercialización de uva en el extranjero, lo que requiere la observancia rigurosa de las normas técnicas dirigidas a la producción y exportación del producto y, en especial, de las normas laborales, previsionales y de higiene y seguridad del personal que presta servicios en el predio, por lo que la empresa ha implantado las medidas de higiene y seguridad a que se encuentra obligada, consistentes en su afiliación a la Mutual de Seguridad de la Cámara Chilena de la Construcción, el pago oportuno de las imposiciones previsionales dicho organismo, la contratación de un Experto en Prevención de Riesgos, a la fecha del accidente, don Gino Varas, la constitución y funcionamiento del Comité Paritario de Higiene y Seguridad, la vigencia del Reglamento Interno de Orden, Higiene y Seguridad de la Empresa, las instrucciones impartidas a los trabajadores por el Departamento de Prevención de Riesgos, tanto al ser contratados –charlas de inducción impartidas por el Experto o por otros trabajadores capacitados para ello– cuanto mediante charlas operacionales periódicas, impartidas también por dichos funcionarios, la dotación a los trabajadores de los elementos de trabajo necesarios para el desempeño seguro de sus labores, la existencia de condiciones seguras de trabajo, haciendo presente que las medidas de prevención de riesgos están sujetas a la certificación periódica

Santiago, dieciséis de junio de dos mil once. VISTOS: PRIMERO: Que con fecha 14 de marzo de 2011, compareció don Manuel Andrés Pavez Lara, operario, domiciliado en pasaje Calafquén 1488, comuna de Curicó, quien interpuso demanda de indemnización por accidente del trabajo, en contra de Empresas Cabo de Hornos S.A., representada por don Carlos Fernando Gardewege Ried, ignora profesión u oficio, ambos con domicilio en Agustinas 814, Of. 706, comuna de Santiago. Funda la acción en que ingresó a prestar servicios para la demanda, en virtud de un contrato por temporada o faena en el mes de noviembre de 2010, como auxiliar de frigorífico, desarrollando funciones de mantención y aseo en packing y frigorífico, en el Fundo Pulido – Fundo Los Hornos, sector Las Juntas, Tierra Amarilla, ascendiendo su última remuneración a la suma de $ 375.000, aproximadamente. Señala que con fecha 11 de enero de 2011, mientras desarrollaba sus labores, fue elevado junto a otros compañeros por medio de un pallet y una grúa horquilla, a lo alto de una pila de pallet, donde debía extender una capa para alejar el frío de estos y de los productos que contenían, sin contar con ningún tipo de arnés, casco u otra medida de seguridad para trabajos en altura, y no estando anclados o amarrados los pallets, al intentar extender la capa, resbaló, cayendo desde una altura aproximada de 3 mts, sufriendo una fractura del calcáneo izquierdo. Añade que la causa directa de los hechos descritos, es el incumplimiento de la demandada de la obligación de seguridad para con sus trabajadores, debiendo tomar todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y la salud de los trabajadores. En razón del daño sufrido, se le adeuda indemnización de perjuicios por lucro cesante, atendido que le quedan 35 años para jubilar, que en el estado de salud anterior a los hechos, hubiese trabajado en la misma o mejor forma, lo que producto de las lesiones no ocurrirá, estando aún a la espera de que se resuelva el grado de su lesión o invalidez, daño que estima en un mínimo de $ 15.000.000; igualmente demanda indemnización de perjuicios por daño moral, al haber sido afectado en su dimensión de persona, tanto ética, espiritual y moralmente, por cuanto se ve privado de continuar con su actividad laboral normalmente, habiendo sufrido una lesión cuyos alcances, efectos y secuelas en el futuro desconoce, toda lo que le genera dolor y aflicción, que estima en la suma de $ 20.000.000. Por lo expuesto, solicita se acoja la demanda, declarando que la demandada debe pagarle las indemnizaciones demandadas, con reajustes, intereses y costas. SEGUNDO: Que la demandada contestó la demanda, solicitando su rechazo, con costas, señalando que su parte se dedica al procesamiento y comercialización de uva en el extranjero, lo que requiere la observancia rigurosa de las normas técnicas dirigidas a la producción y exportación del producto y, en especial, de las normas laborales, previsionales y de higiene y seguridad del personal que presta servicios en el predio, por lo que la empresa ha implantado las medidas de higiene y seguridad a que se encuentra obligada, consistentes en su afiliación a la Mutual de Seguridad de la Cámara Chilena de la Construcción, el pago oportuno de las imposiciones previsionales dicho organismo, la contratación de un Experto en Prevención de Riesgos, a la fecha del accidente, don Gino Varas, la constitución y funcionamiento del Comité Paritario de Higiene y Seguridad, la vigencia del Reglamento Interno de Orden, Higiene y Seguridad de la Empresa, las instrucciones impartidas a los trabajadores por el Departamento de Prevención de Riesgos, tanto al ser contratados –charlas de inducción impartidas por el Experto o por otros trabajadores capacitados para ello– cuanto mediante charlas operacionales periódicas, impartidas también por dichos funcionarios, la dotación a los trabajadores de los elementos de trabajo necesarios para el desempeño seguro de sus labores, la existencia de condiciones seguras de trabajo, haciendo presente que las medidas de prevención de riesgos están sujetas a la certificación periódica

I. SENTENCIA DEL JUZGADO DE LETRAS DEL TRABAJO

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol N° O-797-2011 Cita online: CL/JUR/9272/2011 ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

249

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

de su calidad, tanto por empresas independientes como por la Mutual de Seguridad, con el objeto de acreditar su existencia y vigencia en el tiempo. El actor fue contratado el 11 de noviembre de 2010, para desempeñarse en funciones de temporada, fundamentalmente como auxiliar de frigorífico, con inclusión de labores de aseo y mantención, siendo instruido para su ejecución, tanto al inicio de sus funciones como en forma periódica, sus funciones incluían rociar con agua las cámaras del frigorífico, ordenar los pallets de fruta en los cuatro túneles de acceso al frigorífico o túneles de prefrío, colocar los racks o estructuras metálicas de dichos pallets, y colaborar en el encarpado de los mismos, explica que un pallet está formado por dieciséis corridas ascendentes, de seis unidades o cajas cada una, que se posan sobre una base de madera, y en su parte superior se incorpora una superficie o parrilla de madera, a lo que se agrega la estructura metálica o rack, de modo que lo compacto de las cajas y la solidez que proporciona la estructura metálica, hacen innecesario que sean fijados al suelo; añade que con el objeto de conservar la temperatura de la fruta, los pallets deben ser encarpados mientras permanecen en los túneles de entrada al Frigorífico, sirviendo una misma carpa para dos corridas de pallets, separadas por un metro de distancia, y cada corrida consta de un máximo de doce pallets, encarpado que se practica, para mayor seguridad, entre dos trabajadores, cada uno de los cuales sube hasta la parrilla superior de los mismos, y se desplaza de inicio a fin de cada corrida, en una superficie aproximada de un metro de ancho, usando una escalera metálica, tipo A, contando los trabajadores con el vestuario adecuado, que incluye zapatos de seguridad con base de goma, a fin que no resbalen en la superficie de madera, reiterando que los trabajadores deben subir usando las escaleras, y que no es posible, pues les está totalmente vedado, que se alcen mediante la acción de una grúa horquilla. En cuanto al accidente, niega que el actor fuere elevado junto a otros compañeros por medio de un pallet accionado por una grúa horquilla, ya que para desplazarse hacia la cara superior de los pallets tenía a su disposición las escaleras existentes en los diversos túneles de frío, quedándole vedado el desplazamiento en una grúa horquilla, prohibición que era conocida del actor, quien al declarar sobre el accidente, reconoció haber subido a los pallets utilizando la escalera existente en el túnel, sin mencionar el supuesto traslado en una grúa horquilla, y sin que hubiere podido ser elevado junto a compañeros de trabajo, pues todos ellos no podrían caber en la superficie del pallet, todo lo cual es por lo demás irrelevante, dado que la demandante no señala que el infortunio fuese consecuencia de ser elevado por medio de la grúa horquilla, sino que por un resbalón que experimentó mientras se encontraba ya en la plataforma; sobre la alegación del actor de no haber contado con arnés, casco u otra medida de trabajo en altura, y no estar anclados o amarrados los pallets, precisa que el demandante contaba con el equipo de trabajo adecuado, integrado por zapatos de seguridad con planta de goma, siendo falso que los pallets se alzaran hasta tres metros de altura, sino que alcanzan a los dos metros y trece centímetros, lo que torna innecesario el arnés de seguridad, que las normas internacionales fijan habitualmente para actividades que se ejecutan en labores que exceden a los dos metros con veinte centímetros, tampoco era necesario el casco, que según la norma técnica UNE–EN 397: 1995, está destinado a proteger la parte superior de la cabeza contra heridas producidas por objetos que caigan sobre el mismo; agrega que los pallets no requieren de anclaje, atendidas las características de compactación de las cajas que los integran; por todo lo cual, debe concluirse que el accidente se produjo sólo por una mala maniobra ejecutada por el demandante, ya que la superficie en la que resbaló estaba exenta de todo obstáculo, el demandante contaba con el equipo adecuado para permanecer sobre ella, la función le era conocida y ninguno de los factores que el demandante menciona como defecciones en las instalaciones o en la maniobra –todos los cuales la Empresa no acepta– tienen incidencia alguna en la causa del accidente, cual es el resbalón que experimento. Agrega que el demandante sólo hace presente que se habría fracturado el talón izquierdo y que por ello fue tratado por la Mutual de Seguridad, lo que es efectivo, pero, que no explica el tratamiento a que ha sido sometido, ni precisa si su presunta incapacidad constituye o no invalidez, y si ésta es total o parcial, permanente o temporal, de modo que el libelo es insuficiente para sostener la acción indemnizatoria que constituye el objeto del libelo, del que sólo queda en claro que el demandante fue atendido en el Hospital de la Mutual de Seguridad perteneciente a Copiapó, y que con posterioridad su tratamiento ha demostrado una evolución favorable.

250

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

de su calidad, tanto por empresas independientes como por la Mutual de Seguridad, con el objeto de acreditar su existencia y vigencia en el tiempo. El actor fue contratado el 11 de noviembre de 2010, para desempeñarse en funciones de temporada, fundamentalmente como auxiliar de frigorífico, con inclusión de labores de aseo y mantención, siendo instruido para su ejecución, tanto al inicio de sus funciones como en forma periódica, sus funciones incluían rociar con agua las cámaras del frigorífico, ordenar los pallets de fruta en los cuatro túneles de acceso al frigorífico o túneles de prefrío, colocar los racks o estructuras metálicas de dichos pallets, y colaborar en el encarpado de los mismos, explica que un pallet está formado por dieciséis corridas ascendentes, de seis unidades o cajas cada una, que se posan sobre una base de madera, y en su parte superior se incorpora una superficie o parrilla de madera, a lo que se agrega la estructura metálica o rack, de modo que lo compacto de las cajas y la solidez que proporciona la estructura metálica, hacen innecesario que sean fijados al suelo; añade que con el objeto de conservar la temperatura de la fruta, los pallets deben ser encarpados mientras permanecen en los túneles de entrada al Frigorífico, sirviendo una misma carpa para dos corridas de pallets, separadas por un metro de distancia, y cada corrida consta de un máximo de doce pallets, encarpado que se practica, para mayor seguridad, entre dos trabajadores, cada uno de los cuales sube hasta la parrilla superior de los mismos, y se desplaza de inicio a fin de cada corrida, en una superficie aproximada de un metro de ancho, usando una escalera metálica, tipo A, contando los trabajadores con el vestuario adecuado, que incluye zapatos de seguridad con base de goma, a fin que no resbalen en la superficie de madera, reiterando que los trabajadores deben subir usando las escaleras, y que no es posible, pues les está totalmente vedado, que se alcen mediante la acción de una grúa horquilla. En cuanto al accidente, niega que el actor fuere elevado junto a otros compañeros por medio de un pallet accionado por una grúa horquilla, ya que para desplazarse hacia la cara superior de los pallets tenía a su disposición las escaleras existentes en los diversos túneles de frío, quedándole vedado el desplazamiento en una grúa horquilla, prohibición que era conocida del actor, quien al declarar sobre el accidente, reconoció haber subido a los pallets utilizando la escalera existente en el túnel, sin mencionar el supuesto traslado en una grúa horquilla, y sin que hubiere podido ser elevado junto a compañeros de trabajo, pues todos ellos no podrían caber en la superficie del pallet, todo lo cual es por lo demás irrelevante, dado que la demandante no señala que el infortunio fuese consecuencia de ser elevado por medio de la grúa horquilla, sino que por un resbalón que experimentó mientras se encontraba ya en la plataforma; sobre la alegación del actor de no haber contado con arnés, casco u otra medida de trabajo en altura, y no estar anclados o amarrados los pallets, precisa que el demandante contaba con el equipo de trabajo adecuado, integrado por zapatos de seguridad con planta de goma, siendo falso que los pallets se alzaran hasta tres metros de altura, sino que alcanzan a los dos metros y trece centímetros, lo que torna innecesario el arnés de seguridad, que las normas internacionales fijan habitualmente para actividades que se ejecutan en labores que exceden a los dos metros con veinte centímetros, tampoco era necesario el casco, que según la norma técnica UNE–EN 397: 1995, está destinado a proteger la parte superior de la cabeza contra heridas producidas por objetos que caigan sobre el mismo; agrega que los pallets no requieren de anclaje, atendidas las características de compactación de las cajas que los integran; por todo lo cual, debe concluirse que el accidente se produjo sólo por una mala maniobra ejecutada por el demandante, ya que la superficie en la que resbaló estaba exenta de todo obstáculo, el demandante contaba con el equipo adecuado para permanecer sobre ella, la función le era conocida y ninguno de los factores que el demandante menciona como defecciones en las instalaciones o en la maniobra –todos los cuales la Empresa no acepta– tienen incidencia alguna en la causa del accidente, cual es el resbalón que experimento. Agrega que el demandante sólo hace presente que se habría fracturado el talón izquierdo y que por ello fue tratado por la Mutual de Seguridad, lo que es efectivo, pero, que no explica el tratamiento a que ha sido sometido, ni precisa si su presunta incapacidad constituye o no invalidez, y si ésta es total o parcial, permanente o temporal, de modo que el libelo es insuficiente para sostener la acción indemnizatoria que constituye el objeto del libelo, del que sólo queda en claro que el demandante fue atendido en el Hospital de la Mutual de Seguridad perteneciente a Copiapó, y que con posterioridad su tratamiento ha demostrado una evolución favorable.

250

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

251

Respecto al supuesto lucro cesante experimentado por el demandante, reitera que el accidente no es imputable a la responsabilidad de la Compañía demandada, que éste produjo una fractura del talón, que probablemente no afecte sino transitoriamente al demandante, que existe una falsa base de hecho para calcular la indemnización, ya que el libelo razona sobre la base de que durante treinta y cinco años el demandante habría estado siempre en actividad, no que no es cierto, ya que el demandante se encuentra actualmente contratado por la Compañía demandada, por lo que no cabe suponer una cesantía en sus funciones que aún no se inicia y además, porque, desempeñándose en funciones de temporada, es lícito suponer que en lapsos considerables de su vida activa no prestará servicios efectivos; y sobre el perjuicio moral, señala que la legislación nacional no reconoce la existencia de indemnizaciones punitivas, que no existen resarcimientos fundados en el castigo a su autor, que sean adicionales a los compensatorios por los perjuicios realmente experimentados, y que mientras no se conozca la evaluación médica que haya de practicar la Mutual de Seguridad, puede afirmarse que el hecho que invoca el demandante no lo ha imposibilitado para continuar prestando servicios, ni le ha causado una disminución en su capacidad de ganancia, que el demandante ha sido debidamente tratado, y que el valor invocado por el demandante es manifiestamente desmesurado, sin que se presente base para la estimación de estos daños. Sin perjuicio de lo expuesto, invoca la norma sobre reducción del daño contenida en el artículo 2330 del Código Civil, que señala que “la apreciación del daño está sujeta a reducción, si el que lo ha sufrido se expuso a él imprudentemente”. TERCERO: Que con fecha 25 de abril de 2011, se celebró audiencia preparatoria, durante la cual se efectuó sin éxito el llamado a conciliación, fijando el Tribunal los hechos pacíficos y aquellos controvertidos, sobre los cuales debía recaer la prueba, ofreciendo las partes las probanzas que fueron incorporadas y observadas en la audiencia de juicio, iniciada el día 26 de mayo de 2011, la que debió ser suspendida atendida la falta de pruebas indispensables para la resolución del conflicto, concluyendo el día 9 de junio de 2011, con la incorporación de tales probanzas y la citación a las partes, para el día 16 de junio de 2011 a las 16:00 horas, a fin de notificarse de la presente sentencia. CUARTO: Que atendido lo expuesto por las partes en sus libelos de demanda y contestación, se tuvieron como hechos pacíficos los siguientes: que la relación laboral comenzó en el mes de noviembre de 2010, desempeñando el actor funciones como auxiliar de frigorífico y percibiendo como remuneración la suma de $ 375.000; que el día 11 de enero de 2011, el actor experimento un accidente del trabajo; que en la empresa existe un prevencionista de riesgo. En tanto que se recibieron a prueba los siguientes hechos: efectividad que la demandada tomó las medidas necesarias para evitar el accidente sufrido por el trabajador el 11 de enero de 2011; causas que provocaron el accidente, circunstancias del mismo; naturaleza y entidad de los daños sufridos por el actor a consecuencia del accidente del 11 de enero de 2011. QUINTO: Que a fin de acreditar sus alegaciones y defensas en relación a dichos hechos, las partes incorporaron las siguientes probanzas: I. Por la parte demandante: a) Documental consistente en: i. Contrato de trabajo para temporada suscrito entre las partes con fecha 11 de noviembre de 2010, que da cuenta de las funciones y obligaciones del actor, así como las demás cláusulas pactadas por las partes. ii. Epicrisis de atención ambulatoria correspondiente al actor, emitida por la Mutual de Seguridad de la Cámara Chilena de la Construcción, Centro de Atención de Copiapó, con fecha 11 de enero del año 2011, que señala como diagnóstico “Fractura Calcáneo Izquierdo”. iii. Derivación, de fecha 11 de enero de 2011, mediante la cual se deriva al actor desde el Centro de Atención de Copiapó a la especialidad Traumatología. iv. Citación, de fecha 11 de abril de 2004, en que constan cuatro citaciones al actor relativas a atenciones recibidas en el mes de abril de 2011, tres de Kinesiología y una de Traumatología. v. Cuatro órdenes de reposo laboral N° 1125257, 1136426, 1151695 y 1164020, de fecha 7 de febrero, 21 de febrero, 9 de marzo y 23 de marzo, todas del año 2011, emitidas por la Mutual de Seguridad de la Cámara Chilena de la Construcción, correspondientes a 14, 16, 14 y 15 días de descanso respectivamente.

Respecto al supuesto lucro cesante experimentado por el demandante, reitera que el accidente no es imputable a la responsabilidad de la Compañía demandada, que éste produjo una fractura del talón, que probablemente no afecte sino transitoriamente al demandante, que existe una falsa base de hecho para calcular la indemnización, ya que el libelo razona sobre la base de que durante treinta y cinco años el demandante habría estado siempre en actividad, no que no es cierto, ya que el demandante se encuentra actualmente contratado por la Compañía demandada, por lo que no cabe suponer una cesantía en sus funciones que aún no se inicia y además, porque, desempeñándose en funciones de temporada, es lícito suponer que en lapsos considerables de su vida activa no prestará servicios efectivos; y sobre el perjuicio moral, señala que la legislación nacional no reconoce la existencia de indemnizaciones punitivas, que no existen resarcimientos fundados en el castigo a su autor, que sean adicionales a los compensatorios por los perjuicios realmente experimentados, y que mientras no se conozca la evaluación médica que haya de practicar la Mutual de Seguridad, puede afirmarse que el hecho que invoca el demandante no lo ha imposibilitado para continuar prestando servicios, ni le ha causado una disminución en su capacidad de ganancia, que el demandante ha sido debidamente tratado, y que el valor invocado por el demandante es manifiestamente desmesurado, sin que se presente base para la estimación de estos daños. Sin perjuicio de lo expuesto, invoca la norma sobre reducción del daño contenida en el artículo 2330 del Código Civil, que señala que “la apreciación del daño está sujeta a reducción, si el que lo ha sufrido se expuso a él imprudentemente”. TERCERO: Que con fecha 25 de abril de 2011, se celebró audiencia preparatoria, durante la cual se efectuó sin éxito el llamado a conciliación, fijando el Tribunal los hechos pacíficos y aquellos controvertidos, sobre los cuales debía recaer la prueba, ofreciendo las partes las probanzas que fueron incorporadas y observadas en la audiencia de juicio, iniciada el día 26 de mayo de 2011, la que debió ser suspendida atendida la falta de pruebas indispensables para la resolución del conflicto, concluyendo el día 9 de junio de 2011, con la incorporación de tales probanzas y la citación a las partes, para el día 16 de junio de 2011 a las 16:00 horas, a fin de notificarse de la presente sentencia. CUARTO: Que atendido lo expuesto por las partes en sus libelos de demanda y contestación, se tuvieron como hechos pacíficos los siguientes: que la relación laboral comenzó en el mes de noviembre de 2010, desempeñando el actor funciones como auxiliar de frigorífico y percibiendo como remuneración la suma de $ 375.000; que el día 11 de enero de 2011, el actor experimento un accidente del trabajo; que en la empresa existe un prevencionista de riesgo. En tanto que se recibieron a prueba los siguientes hechos: efectividad que la demandada tomó las medidas necesarias para evitar el accidente sufrido por el trabajador el 11 de enero de 2011; causas que provocaron el accidente, circunstancias del mismo; naturaleza y entidad de los daños sufridos por el actor a consecuencia del accidente del 11 de enero de 2011. QUINTO: Que a fin de acreditar sus alegaciones y defensas en relación a dichos hechos, las partes incorporaron las siguientes probanzas: I. Por la parte demandante: a) Documental consistente en: i. Contrato de trabajo para temporada suscrito entre las partes con fecha 11 de noviembre de 2010, que da cuenta de las funciones y obligaciones del actor, así como las demás cláusulas pactadas por las partes. ii. Epicrisis de atención ambulatoria correspondiente al actor, emitida por la Mutual de Seguridad de la Cámara Chilena de la Construcción, Centro de Atención de Copiapó, con fecha 11 de enero del año 2011, que señala como diagnóstico “Fractura Calcáneo Izquierdo”. iii. Derivación, de fecha 11 de enero de 2011, mediante la cual se deriva al actor desde el Centro de Atención de Copiapó a la especialidad Traumatología. iv. Citación, de fecha 11 de abril de 2004, en que constan cuatro citaciones al actor relativas a atenciones recibidas en el mes de abril de 2011, tres de Kinesiología y una de Traumatología. v. Cuatro órdenes de reposo laboral N° 1125257, 1136426, 1151695 y 1164020, de fecha 7 de febrero, 21 de febrero, 9 de marzo y 23 de marzo, todas del año 2011, emitidas por la Mutual de Seguridad de la Cámara Chilena de la Construcción, correspondientes a 14, 16, 14 y 15 días de descanso respectivamente. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

251

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

vi. Informe emitido por don Ricardo Barriga Betanzo, médico cirujano traumatología y ortopedia, de fecha 19 de abril de 2011, que da cuenta de haber sufrido el actor una fractura de calcáneo, evidenciando adecuada movilidad y dolor residual, además de una receta de plantillas. b) Además de la documental ya referida, la parte incorporó el siguiente oficio: i. Oficio remitido por la Mutual de Seguridad de la Cámara Chilena de la Construcción, al que se adjunta un informe y antecedentes médicos del actor, los que dan cuenta de que la lesión del actor fue atendida inmovilizando el pie, recibiendo tratamiento con antiinflamatorios y reposo, siendo dada el alta con fecha 27 de abril de 2011, tras comprobarse que había logrado movilidad completa en la zona, sin secuelas. c) Confesional prestada por don Fernando Taborga Collao, representante legal de la demandada, quien indica que el actor era auxiliar de frigorífico, que debía subir a una pila de pallet de aproximadamente 2,13 metros de altura, que corresponde a la altura máxima de las pilas, por lo que no se usa arnés de seguridad, que sólo se requieren respecto de alturas superiores de 2,20 metros, añadiendo que el actor fue atendido por la Mutual, que no le consta que el Comité Paritario haya sugerido reforzar medidas de seguridad, y que la empresa cumple con medidas de seguridad certificadas. d) Testimonial, prestada por don Bernardino Araya Castillo, cuñado del actor, quien refirió saber que tuvo un accidente, que se cayó de un pallet, que no esta trabajando y que aún siente molestias. II. En tanto que la demandada incorporó: a) Documental, consistente en: i. Contrato de trabajo y recepción de reglamento interno por parte del actor. ii. Reglamento Interno de la empresa demandada. iii. Comprobante de asistencia del actor a charla operacional, de fecha 16 de diciembre de 2010, sobre programa de permanencia de trabajadores en ambientes fríos y prevención de caídas. iv. Cinco ordenes médicas de reposo laboral otorgadas al actor a consecuencia del accidente. v. Comunicación enviada por la empresa a la Mutual de Seguridad Seremi Salud Atacama, Inspección Provincial del Trabajo de Copiapó, relativa a la conformación del comité paritario. vi. Acta de entrega de equipos de protección personal suscrita por el demandante. vii. Informe de investigación de accidente practicado por comité paritario, de fecha 13 de enero de 2011, que señala como causa del accidente “Caída de altura, por responsabilidad del trabajador”, y como sugerencia indica “Recalcar a los trabajadores que siempre hay que tener cuidado y ser responsable al ejecutar trabajos”. viii. Acta de reunión de comité paritario de 13 de enero y 12 de febrero de 2011, en que se acuerda dar más charlas de seguridad para recalcar la importancia de que los trabajadores usen los elementos de seguridad personal y sean responsables en la ejecución de los trabajos. ix. Informe médico suscrito por don Juan Loch Calvo, director médico de la Mutual de Seguridad de la Cámara Chilena de la Construcción, de fecha 24 de marzo de 2011, que refiere el tratamiento seguido por el actor, quien a la fecha se encontraba con reposo médico hasta el día 7 de abril de 2011, con control médico en esa fecha. x. Declaración individual de accidente del trabajo del actor. xi. Comprobante de pago de cotizaciones previsionales enero de 2011. b) La parte además de su documental, incorporó el mismo oficio ya reseñado respecto de la contraria, evacuado por la Mutual de Seguridad de la Cámara Chilena de la Construcción. c) Testimonial, prestada por doña María Ercilla Páez Cáceres, don Juan Carlos Venegas Villalobos y don Reinaldo Lantaño Rodríguez, respectivamente capataz de terreno, supervisor y encargado de recursos humanos de la empresa, quienes refieren sobre las circunstancias en que se produce el accidente de trabajo, cuáles eran las medidas de seguridad adoptadas al efecto por la empresa, y los pasos seguidos luego de ocurrido el hecho. SEXTO: Que así las cosas, es un hecho pacífico que el actor ingresó a prestar servicios para la demandada, en forma subordinada y dependiente, el día 11 de noviembre de 2010, para prestar servicios de temporada como auxiliar de frigorífico, contrato de trabajo que impone a la demandada el deber de seguridad establecido en el artículo 184 del Código del Trabajo, que establece que “el empleador estará obligado a tomar todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de los

252

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

vi. Informe emitido por don Ricardo Barriga Betanzo, médico cirujano traumatología y ortopedia, de fecha 19 de abril de 2011, que da cuenta de haber sufrido el actor una fractura de calcáneo, evidenciando adecuada movilidad y dolor residual, además de una receta de plantillas. b) Además de la documental ya referida, la parte incorporó el siguiente oficio: i. Oficio remitido por la Mutual de Seguridad de la Cámara Chilena de la Construcción, al que se adjunta un informe y antecedentes médicos del actor, los que dan cuenta de que la lesión del actor fue atendida inmovilizando el pie, recibiendo tratamiento con antiinflamatorios y reposo, siendo dada el alta con fecha 27 de abril de 2011, tras comprobarse que había logrado movilidad completa en la zona, sin secuelas. c) Confesional prestada por don Fernando Taborga Collao, representante legal de la demandada, quien indica que el actor era auxiliar de frigorífico, que debía subir a una pila de pallet de aproximadamente 2,13 metros de altura, que corresponde a la altura máxima de las pilas, por lo que no se usa arnés de seguridad, que sólo se requieren respecto de alturas superiores de 2,20 metros, añadiendo que el actor fue atendido por la Mutual, que no le consta que el Comité Paritario haya sugerido reforzar medidas de seguridad, y que la empresa cumple con medidas de seguridad certificadas. d) Testimonial, prestada por don Bernardino Araya Castillo, cuñado del actor, quien refirió saber que tuvo un accidente, que se cayó de un pallet, que no esta trabajando y que aún siente molestias. II. En tanto que la demandada incorporó: a) Documental, consistente en: i. Contrato de trabajo y recepción de reglamento interno por parte del actor. ii. Reglamento Interno de la empresa demandada. iii. Comprobante de asistencia del actor a charla operacional, de fecha 16 de diciembre de 2010, sobre programa de permanencia de trabajadores en ambientes fríos y prevención de caídas. iv. Cinco ordenes médicas de reposo laboral otorgadas al actor a consecuencia del accidente. v. Comunicación enviada por la empresa a la Mutual de Seguridad Seremi Salud Atacama, Inspección Provincial del Trabajo de Copiapó, relativa a la conformación del comité paritario. vi. Acta de entrega de equipos de protección personal suscrita por el demandante. vii. Informe de investigación de accidente practicado por comité paritario, de fecha 13 de enero de 2011, que señala como causa del accidente “Caída de altura, por responsabilidad del trabajador”, y como sugerencia indica “Recalcar a los trabajadores que siempre hay que tener cuidado y ser responsable al ejecutar trabajos”. viii. Acta de reunión de comité paritario de 13 de enero y 12 de febrero de 2011, en que se acuerda dar más charlas de seguridad para recalcar la importancia de que los trabajadores usen los elementos de seguridad personal y sean responsables en la ejecución de los trabajos. ix. Informe médico suscrito por don Juan Loch Calvo, director médico de la Mutual de Seguridad de la Cámara Chilena de la Construcción, de fecha 24 de marzo de 2011, que refiere el tratamiento seguido por el actor, quien a la fecha se encontraba con reposo médico hasta el día 7 de abril de 2011, con control médico en esa fecha. x. Declaración individual de accidente del trabajo del actor. xi. Comprobante de pago de cotizaciones previsionales enero de 2011. b) La parte además de su documental, incorporó el mismo oficio ya reseñado respecto de la contraria, evacuado por la Mutual de Seguridad de la Cámara Chilena de la Construcción. c) Testimonial, prestada por doña María Ercilla Páez Cáceres, don Juan Carlos Venegas Villalobos y don Reinaldo Lantaño Rodríguez, respectivamente capataz de terreno, supervisor y encargado de recursos humanos de la empresa, quienes refieren sobre las circunstancias en que se produce el accidente de trabajo, cuáles eran las medidas de seguridad adoptadas al efecto por la empresa, y los pasos seguidos luego de ocurrido el hecho. SEXTO: Que así las cosas, es un hecho pacífico que el actor ingresó a prestar servicios para la demandada, en forma subordinada y dependiente, el día 11 de noviembre de 2010, para prestar servicios de temporada como auxiliar de frigorífico, contrato de trabajo que impone a la demandada el deber de seguridad establecido en el artículo 184 del Código del Trabajo, que establece que “el empleador estará obligado a tomar todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de los

252

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

253

trabajadores, informando de los posibles riesgos y manteniendo las condiciones adecuadas de higiene y seguridad en las faenas, como también los implementos necesarios para prevenir accidentes y enfermedades profesionales, así como también las normas previstas al respecto en la Ley Nº 16.744 sobre accidentes del trabajo y enfermedad profesional”. SÉPTIMO: Que por otra parte también es un hecho cierto que el actor sufrió un accidente de trabajo, el día 11 de enero de 2011, cuando se cayó desde una pila de pallet, sobre la cual se encontraba, hecho reconocido por ambas partes y que consta por lo demás de la respectiva Declaración Individual de Accidente del Trabajo y de la calificación efectuada por la Mutual de Seguridad, recibiendo por tanto las atenciones y prestaciones previstas en la ley Nº 16.744. Que respecto de tales atenciones y a las consecuencias físicas que el accidente le produjo al actor, la prueba rendida, en particular el oficio remitido desde la Mutual de Seguridad con fecha 8 de junio de 2011, permite establecer que estas incluyeron la inmovilización del pie (yeso), atención con medicamentos (antiinflamatorio), reposo y controles médicos, hasta que fue dado de alta el 27 de abril de 2011, tras lograr movilidad completa, sin presentar secuelas, por lo que el accidente sólo le produjo una incapacidad temporal, sin que se declarase ninguna invalidez o pérdida de capacidad de ganancia permanente. OCTAVO: Que ahora bien, en relación a las circunstancias en que se produce el accidente y a la eventual responsabilidad que corresponde en ello a su empleador, por haber incurrido en algún incumplimiento a las normas de seguridad o haber incurrido en un actuar culpable o negligente, deben desestimarse en primer término las alegaciones del actor en relación a que habría sido elevado hasta el tope de la pila de pallets mediante una grúa horquilla, dado que dicha alegación no fue debidamente acreditada, constando únicamente que estando sobre una pila de pallets, se resbala y cae, sufriendo una lesión diagnosticada como fractura de calcáneo izquierdo, sin que la prueba rendida sea tampoco precisa en relación a la altura desde la cual cayó el actor, quien en su libelo señalara que ello ocurrió desde aproximadamente tres metros de altura, en tanto que los testigos de la demandada indican que las pilas de pallets, dada la medida de cada caja y la cantidad de cajas que se apilan, no superan los 2,13 metros, señalando que justamente por ello no entregan arnés de seguridad, porque estos sólo serían exigidos, de acuerdo a normas internacionales, a partir de los 2,20 metros de altura. Que, por otra parte, no existe ninguna multa cursada a la empresa ya sea por los organismos administradores del seguro previsto en el ley Nº 16.744 o por la Inspección del Trabajo respectiva, en relación a algún incumplimiento relativo a materias de higiene y seguridad que hubiere incidido en la ocurrencia del accidente o en sus consecuencias, en tanto que el Comité Paritario de la empresa, al investigar el hecho, lo atribuyó a la exclusiva responsabilidad del trabajador, señalando como una medida a fin de evitar que estos hechos se repitan en el futuro el “Recalcar a los trabajadores que siempre hay que tener cuidado y ser responsable al ejecutar trabajos”. En el mismo orden de ideas, la empresa acreditó encontrarse afiliada a una Mutualidad de Empleadores, lo que permitió al actor recibir un pronto y eficaz tratamiento médico, se acreditó además el cumplimiento de las normas relativas al derecho a saber, en los términos previstos en el artículo 21 del citado D.S. N° 40 de 1969, la entrega del reglamento interno al trabajador al momento de iniciar la relación laboral, consta asimismo que se le entregaron los elementos de protección personal necesarios, y que además, la empresa efectuaba periódicamente charlas de capacitación, relativas a temas de higiene y seguridad, una de ellas relativas específicamente a la prevención de riesgos de caídas. NOVENO: Que ahora bien, desde el momento en que se produce efectivamente un accidente al interior de la empresa, cabe preguntarse si todas aquellas medidas que efectivamente se adoptaron por parte de la empresa fueron “eficaces”, como lo exige el artículo 184 del Código del Trabajo, o dicho de otro modo, si éstas fueron suficientes, si la empresa pudo adoptar alguna medida adicional tendiente a evitar estas caídas, y lo cierto es que la respuesta a esa pregunta a juicio de esta sentenciadora es positiva, ya que es la empresa, quien a fin de mejorar la calidad de su producto, expone al trabajador a realizar labores a una altura superior a los dos metros, sin que conste exista algún procedimiento establecido al efecto a fin de evitar accidentes, ni exista ningún mecanismo destinado a sujetar al trabajador que labora en dicha altura, ya sea arnés, cuerda de vida u otro, por lo que, ciertamente es posible prever que un trabajador que se desplaza sobre una estructura de más de dos metros de altura sin estar sujeto

trabajadores, informando de los posibles riesgos y manteniendo las condiciones adecuadas de higiene y seguridad en las faenas, como también los implementos necesarios para prevenir accidentes y enfermedades profesionales, así como también las normas previstas al respecto en la Ley Nº 16.744 sobre accidentes del trabajo y enfermedad profesional”. SÉPTIMO: Que por otra parte también es un hecho cierto que el actor sufrió un accidente de trabajo, el día 11 de enero de 2011, cuando se cayó desde una pila de pallet, sobre la cual se encontraba, hecho reconocido por ambas partes y que consta por lo demás de la respectiva Declaración Individual de Accidente del Trabajo y de la calificación efectuada por la Mutual de Seguridad, recibiendo por tanto las atenciones y prestaciones previstas en la ley Nº 16.744. Que respecto de tales atenciones y a las consecuencias físicas que el accidente le produjo al actor, la prueba rendida, en particular el oficio remitido desde la Mutual de Seguridad con fecha 8 de junio de 2011, permite establecer que estas incluyeron la inmovilización del pie (yeso), atención con medicamentos (antiinflamatorio), reposo y controles médicos, hasta que fue dado de alta el 27 de abril de 2011, tras lograr movilidad completa, sin presentar secuelas, por lo que el accidente sólo le produjo una incapacidad temporal, sin que se declarase ninguna invalidez o pérdida de capacidad de ganancia permanente. OCTAVO: Que ahora bien, en relación a las circunstancias en que se produce el accidente y a la eventual responsabilidad que corresponde en ello a su empleador, por haber incurrido en algún incumplimiento a las normas de seguridad o haber incurrido en un actuar culpable o negligente, deben desestimarse en primer término las alegaciones del actor en relación a que habría sido elevado hasta el tope de la pila de pallets mediante una grúa horquilla, dado que dicha alegación no fue debidamente acreditada, constando únicamente que estando sobre una pila de pallets, se resbala y cae, sufriendo una lesión diagnosticada como fractura de calcáneo izquierdo, sin que la prueba rendida sea tampoco precisa en relación a la altura desde la cual cayó el actor, quien en su libelo señalara que ello ocurrió desde aproximadamente tres metros de altura, en tanto que los testigos de la demandada indican que las pilas de pallets, dada la medida de cada caja y la cantidad de cajas que se apilan, no superan los 2,13 metros, señalando que justamente por ello no entregan arnés de seguridad, porque estos sólo serían exigidos, de acuerdo a normas internacionales, a partir de los 2,20 metros de altura. Que, por otra parte, no existe ninguna multa cursada a la empresa ya sea por los organismos administradores del seguro previsto en el ley Nº 16.744 o por la Inspección del Trabajo respectiva, en relación a algún incumplimiento relativo a materias de higiene y seguridad que hubiere incidido en la ocurrencia del accidente o en sus consecuencias, en tanto que el Comité Paritario de la empresa, al investigar el hecho, lo atribuyó a la exclusiva responsabilidad del trabajador, señalando como una medida a fin de evitar que estos hechos se repitan en el futuro el “Recalcar a los trabajadores que siempre hay que tener cuidado y ser responsable al ejecutar trabajos”. En el mismo orden de ideas, la empresa acreditó encontrarse afiliada a una Mutualidad de Empleadores, lo que permitió al actor recibir un pronto y eficaz tratamiento médico, se acreditó además el cumplimiento de las normas relativas al derecho a saber, en los términos previstos en el artículo 21 del citado D.S. N° 40 de 1969, la entrega del reglamento interno al trabajador al momento de iniciar la relación laboral, consta asimismo que se le entregaron los elementos de protección personal necesarios, y que además, la empresa efectuaba periódicamente charlas de capacitación, relativas a temas de higiene y seguridad, una de ellas relativas específicamente a la prevención de riesgos de caídas. NOVENO: Que ahora bien, desde el momento en que se produce efectivamente un accidente al interior de la empresa, cabe preguntarse si todas aquellas medidas que efectivamente se adoptaron por parte de la empresa fueron “eficaces”, como lo exige el artículo 184 del Código del Trabajo, o dicho de otro modo, si éstas fueron suficientes, si la empresa pudo adoptar alguna medida adicional tendiente a evitar estas caídas, y lo cierto es que la respuesta a esa pregunta a juicio de esta sentenciadora es positiva, ya que es la empresa, quien a fin de mejorar la calidad de su producto, expone al trabajador a realizar labores a una altura superior a los dos metros, sin que conste exista algún procedimiento establecido al efecto a fin de evitar accidentes, ni exista ningún mecanismo destinado a sujetar al trabajador que labora en dicha altura, ya sea arnés, cuerda de vida u otro, por lo que, ciertamente es posible prever que un trabajador que se desplaza sobre una estructura de más de dos metros de altura sin estar sujeto ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

253

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

a ninguna otra estructura fija o móvil pueda caer, y que dichas caídas, producirán una lesión, como ha ocurrido en la especie. DÉCIMO: Que atendido lo previamente razonado, no es aceptable, por no ajustarse a la conducta proactiva, que el artículo 184 del Código del Trabajo le impone al empleador, en cuanto garante de la vida y seguridad del trabajador, durante el espacio de tiempo en que éste se pone bajo su subordinación, dependencia, y por tanto, también bajo su cuidado, que el empleador que ordena al trabajador realizar una labor a dos metros de altura no adopte todas las medidas posibles para protegerlo de aquellos riesgos evidentes de todo trabajo en altura, estimándose por tanto que la demandada sí incumplió el deber de seguridad, al disponer que las labores de encarpado se realizaran a través de un procedimiento que no contemplaba mecanismos destinados a evitar caídas o a minimizar las consecuencias de estas; que a su vez, dicho incumplimiento a aquella normal legal, el artículo 184 del Código Civil, que en virtud del principio de integración se entiende incluidos a las obligaciones contractuales del empleador, a la luz de las normas generales sobre responsabilidad contractual previstas en el ordenamiento civil, es fundamento del deber del empleador de indemnizar al trabajador los perjuicios sufridos a consecuencia de su negligencia, descartándose, el reducir dichas indemnización por estimar que el actor se impuso imprudentemente al riesgo, según los dispuesto en el artículo 2330 del Código Civil, puesto que no consta que ello haya ocurrido, sino que únicamente consta en autos que el actor se subió a la pila de pallet a desarrollar la labor que le había sido ordenada, del modo que le fue ordenada, sin que conste ningún actuar negligente o culpable de su parte. DECIMOPRIMERO: Que a efectos de regular el monto de las indemnizaciones que serán otorgadas al trabajador, debe determinarse la entidad del daño por él sufrido, para cuyo efecto se han incorporado una serie de antecedentes médicos respecto del estado actual del actor y sus pronósticos, constando como se indicó que el actor ya ha sido dado de alta, sin que registre secuelas físicas o psicológicas del accidente, que sólo le significó una incapacidad temporal y no algún tipo de invalidez o pérdida de ganancia definitiva. Que en relación a este daño previamente establecido, el Tribunal rechazará la indemnización solicitada por concepto de lucro cesante, por cuanto el actor recibió durante el período de reposo médico, en que se vio impedido de realizar sus labores, los subsidios previstos al efecto en la ley Nº 16.744, que tienen por fin reemplazar justamente aquella remuneración que no recibió a consecuencia del accidente sufrido, accidente que al no haberse traducido en una pérdida de la capacidad de ganancia del actor, no puede ser fundamento de una pérdida de ganancia efectiva, más aún cuando en efecto, el actor no acreditó estar impedido de realizar funciones en el presente, ni encontrarse actualmente cesante. Por otra parte, en lo que respecta al daño moral, que no ha sido indemnizado a través de las prestaciones de la ley Nº 16.744, y estimando el Tribunal que el dolor o sufrimiento provocado al actor por la propia caída y el posterior tratamiento médico, que los meses de reposo, en que vio limitada su movilidad y sus posibilidades de realizar no sólo sus labores en cuanto trabajador, sino que diversas actividades de orden social, suponen la existencia de una afectación de orden moral al trabajador, que excede de aquellos riesgos que naturalmente puede significar la realización de labores como aquellas desarrolladas por el actor, actor, y constando además la existencia del incumplimiento del empleador que fundamenta su deber de indemnizar, se hará lugar a otorgar esta prestación, la que atendida la entidad del daño, se regula prudencialmente en la suma de $ 1.000.000. Y VISTOS también lo dispuesto por los artículos 1º, 7º, 184, 420, 425 y siguientes, 439 y siguientes, 446 y siguientes, 456 y 459 del Código del Trabajo, y 5º y 69 de la ley Nº 16.744, SE DECLARA: I. Que SE HACE LUGAR a la demanda de indemnización de perjuicios por accidente del trabajo, interpuesta por don Manuel Andrés Pavez Lara, en contra de Empresas Cabo de Hornos S.A., representada por don Carlos Fernando Gardewege Ried, todos ya individualizados, SÓLO EN CUANTO, se condena a la demanda a pagar al trabajador una indemnización de perjuicios, únicamente, por concepto daño moral, equivalente a $ 1.000.0000 (un millón de pesos). II. Que la prestación ordenada pagar devengará intereses y reajustes de acuerdo a lo dispuesto en el artículo 63 del Código del Trabajo.

254

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

a ninguna otra estructura fija o móvil pueda caer, y que dichas caídas, producirán una lesión, como ha ocurrido en la especie. DÉCIMO: Que atendido lo previamente razonado, no es aceptable, por no ajustarse a la conducta proactiva, que el artículo 184 del Código del Trabajo le impone al empleador, en cuanto garante de la vida y seguridad del trabajador, durante el espacio de tiempo en que éste se pone bajo su subordinación, dependencia, y por tanto, también bajo su cuidado, que el empleador que ordena al trabajador realizar una labor a dos metros de altura no adopte todas las medidas posibles para protegerlo de aquellos riesgos evidentes de todo trabajo en altura, estimándose por tanto que la demandada sí incumplió el deber de seguridad, al disponer que las labores de encarpado se realizaran a través de un procedimiento que no contemplaba mecanismos destinados a evitar caídas o a minimizar las consecuencias de estas; que a su vez, dicho incumplimiento a aquella normal legal, el artículo 184 del Código Civil, que en virtud del principio de integración se entiende incluidos a las obligaciones contractuales del empleador, a la luz de las normas generales sobre responsabilidad contractual previstas en el ordenamiento civil, es fundamento del deber del empleador de indemnizar al trabajador los perjuicios sufridos a consecuencia de su negligencia, descartándose, el reducir dichas indemnización por estimar que el actor se impuso imprudentemente al riesgo, según los dispuesto en el artículo 2330 del Código Civil, puesto que no consta que ello haya ocurrido, sino que únicamente consta en autos que el actor se subió a la pila de pallet a desarrollar la labor que le había sido ordenada, del modo que le fue ordenada, sin que conste ningún actuar negligente o culpable de su parte. DECIMOPRIMERO: Que a efectos de regular el monto de las indemnizaciones que serán otorgadas al trabajador, debe determinarse la entidad del daño por él sufrido, para cuyo efecto se han incorporado una serie de antecedentes médicos respecto del estado actual del actor y sus pronósticos, constando como se indicó que el actor ya ha sido dado de alta, sin que registre secuelas físicas o psicológicas del accidente, que sólo le significó una incapacidad temporal y no algún tipo de invalidez o pérdida de ganancia definitiva. Que en relación a este daño previamente establecido, el Tribunal rechazará la indemnización solicitada por concepto de lucro cesante, por cuanto el actor recibió durante el período de reposo médico, en que se vio impedido de realizar sus labores, los subsidios previstos al efecto en la ley Nº 16.744, que tienen por fin reemplazar justamente aquella remuneración que no recibió a consecuencia del accidente sufrido, accidente que al no haberse traducido en una pérdida de la capacidad de ganancia del actor, no puede ser fundamento de una pérdida de ganancia efectiva, más aún cuando en efecto, el actor no acreditó estar impedido de realizar funciones en el presente, ni encontrarse actualmente cesante. Por otra parte, en lo que respecta al daño moral, que no ha sido indemnizado a través de las prestaciones de la ley Nº 16.744, y estimando el Tribunal que el dolor o sufrimiento provocado al actor por la propia caída y el posterior tratamiento médico, que los meses de reposo, en que vio limitada su movilidad y sus posibilidades de realizar no sólo sus labores en cuanto trabajador, sino que diversas actividades de orden social, suponen la existencia de una afectación de orden moral al trabajador, que excede de aquellos riesgos que naturalmente puede significar la realización de labores como aquellas desarrolladas por el actor, actor, y constando además la existencia del incumplimiento del empleador que fundamenta su deber de indemnizar, se hará lugar a otorgar esta prestación, la que atendida la entidad del daño, se regula prudencialmente en la suma de $ 1.000.000. Y VISTOS también lo dispuesto por los artículos 1º, 7º, 184, 420, 425 y siguientes, 439 y siguientes, 446 y siguientes, 456 y 459 del Código del Trabajo, y 5º y 69 de la ley Nº 16.744, SE DECLARA: I. Que SE HACE LUGAR a la demanda de indemnización de perjuicios por accidente del trabajo, interpuesta por don Manuel Andrés Pavez Lara, en contra de Empresas Cabo de Hornos S.A., representada por don Carlos Fernando Gardewege Ried, todos ya individualizados, SÓLO EN CUANTO, se condena a la demanda a pagar al trabajador una indemnización de perjuicios, únicamente, por concepto daño moral, equivalente a $ 1.000.0000 (un millón de pesos). II. Que la prestación ordenada pagar devengará intereses y reajustes de acuerdo a lo dispuesto en el artículo 63 del Código del Trabajo.

254

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

255

III. Que no habiendo sido totalmente vencida y habiendo tenido motivo plausible para litigar, se exime a la demandada del pago de las costas del proceso. Anótese, regístrese y notifíquese. Archívese en su oportunidad. RIT O–797–2011.Pronunciada por doña Patricia Fuenzalida Martínez, Juez titular del Segundo Juzgado de Letras del Trabajo de Santiago.

III. Que no habiendo sido totalmente vencida y habiendo tenido motivo plausible para litigar, se exime a la demandada del pago de las costas del proceso. Anótese, regístrese y notifíquese. Archívese en su oportunidad. RIT O–797–2011.Pronunciada por doña Patricia Fuenzalida Martínez, Juez titular del Segundo Juzgado de Letras del Trabajo de Santiago. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

255

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Santiago, trece de junio de dos mil once. VISTO, OÍDOS Y CONSIDERANDO: PRIMERO: Que don Guillermo del Carmen Tamayo Rodríguez, obrero, cedula de identidad N° 7.137.391-6, domiciliado en Presidente Juan Antonio Ríos Of. 1521, Santiago, interpone demanda de accidente del trabajo en contra de su empleadora directa, la empresa Constructora Armas Ltda., Rut N° 76311720-0, del giro contratista en obras civiles y administración de personal, representada legalmente por don Leonardo Pérez Muga, cedula de identidad N° 5.905.023-0, ambos domiciliados en calle El Arrayán 8306, comuna de Cerillos, Santiago, y en contra de Empresa Constructora Claro Vicuña Valenzuela S.A., RUT N° 78.169.430-4, empresa del giro que su razón social indica, representada legalmente por don Gustabo Vicuña Molina, Rut N° 9.211.040-0, ingeniero, ambos domiciliados en Avenida Presidente Riesco N° 5335, oficina N° 404, Comuna de Las Condes, en su calidad de dueña de la obra empresa y/o faena y/o además en su calidad de mandante y/o contratante de los servicios de Constructora Armas Ltda., por su responsabilidad solidaria, subsidiaria, directa y/o simplemente conjunta, según en derecho corresponda, de acuerdo a lo dispuesto en el Título VII, “Del trabajo en régimen de subcontratación y del trabajo en empresas de servicios transitorios”, en los artículos 183 A y siguientes del Código del Trabajo. Fundamenta su demanda en los siguientes argumentos: Señala que con fecha 23 de septiembre del año 2009, escrituró un primer contrato de trabajo, bajo vínculo de subordinación y dependencia, con la empresa demandada constructora Armas Ltda., para trabajar como jornal, en las dependencias de su empleadora ubicadas en Santiago. Con fecha 24 de febrero del año 2010, escrituraron un nuevo contrato de trabajo, para trabajar como ayudante de matricero, dicho contrato, tal como se señala en su párrafo noveno, tendría una duración de 30 días, posteriormente a dicha fecha, continuó prestando servicios para la demandada, por lo que conforme con lo dispuesto por el artículo 159 numeral 4 inciso final, su contrato se transformó en de duración indefinida. Hace presente que el contrato de trabajo era de 45 horas semanales, de lunes a viernes de 08:00 hrs. hasta las 12:30 hrs. y desde las 13:15 hrs. hasta las 17:45 hrs., pero se le exigía firmar continuos pactos de horas extraordinarias, por sobre su jornada, teniendo en definitiva, una jornada real, muy por sobre la legalmente establecida y su remuneración consistía en un sueldo base mensual de $ 165.000 pesos, más un bono de colación mensual de $ 24.900 pesos y un bono de locomoción mensual de $ 24.900 pesos. Indica que desde el día 01 de febrero del año 2010, sus servicios, los debió desempeñar en las obras y/o faenas denominadas Condominio Bicentenario, en la Comuna de Lo Barnechea, obras que su empleador, realizaba por encargo de la empresa Constructora Claro Vicuña Valenzuela S.A. Manifiesta que con fecha 25 de mayo de 2010, alrededor de las 08:00 de la mañana, su jefe lo mandó a trabajar a la máquina betonera, también llamada “trompo”, a preparar “mezcla”, se colocó los guantes y empezó a cargar el “trompo” con ripio y un tarro de agua, el “trompo” comenzó a dar vueltas, pero casi recién encendido se empezó a sentir un ruido muy fuerte en dicho “trompo”, así que tomó un palo y empezó a esparcirle grasa por todos los “dientes”, para que el “trompo” “trabajara mejor”, ello lo realizó pues cada vez que ocurría una falla similar, en algún “trompo”, realizaban dicho procedimiento, en ese momento la máquina le agarró el guante, con su mano derecha en su interior y así sintió como que la máquina le arrancaba su dedo índice, horrorizado empezó a gritar ¡ayúdenme!, pero nadie acudió en su auxilio, siguió gritando muchas veces ¡por favor necesito ayuda!, en vista de que nadie vino a socorrerlo, y en su estado de desesperación, tuvo que solo, con su mano no aprisionada, detener la máquina y en tales condiciones sacar con mucho dolor su mano ensangrentada y destrozada desde la máquina, así vio que tenía uno de sus dedos completamente molido y el resto de la mano derecha muy lastimada.

256

I. SENTENCIA DEL JUZGADO DE LETRAS DEL TRABAJO

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol N° O-432-2011 Cita online: CL/JUR/9313/2011

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol N° O-432-2011 Cita online: CL/JUR/9313/2011

I. SENTENCIA DEL JUZGADO DE LETRAS DEL TRABAJO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Santiago, trece de junio de dos mil once. VISTO, OÍDOS Y CONSIDERANDO: PRIMERO: Que don Guillermo del Carmen Tamayo Rodríguez, obrero, cedula de identidad N° 7.137.391-6, domiciliado en Presidente Juan Antonio Ríos Of. 1521, Santiago, interpone demanda de accidente del trabajo en contra de su empleadora directa, la empresa Constructora Armas Ltda., Rut N° 76311720-0, del giro contratista en obras civiles y administración de personal, representada legalmente por don Leonardo Pérez Muga, cedula de identidad N° 5.905.023-0, ambos domiciliados en calle El Arrayán 8306, comuna de Cerillos, Santiago, y en contra de Empresa Constructora Claro Vicuña Valenzuela S.A., RUT N° 78.169.430-4, empresa del giro que su razón social indica, representada legalmente por don Gustabo Vicuña Molina, Rut N° 9.211.040-0, ingeniero, ambos domiciliados en Avenida Presidente Riesco N° 5335, oficina N° 404, Comuna de Las Condes, en su calidad de dueña de la obra empresa y/o faena y/o además en su calidad de mandante y/o contratante de los servicios de Constructora Armas Ltda., por su responsabilidad solidaria, subsidiaria, directa y/o simplemente conjunta, según en derecho corresponda, de acuerdo a lo dispuesto en el Título VII, “Del trabajo en régimen de subcontratación y del trabajo en empresas de servicios transitorios”, en los artículos 183 A y siguientes del Código del Trabajo. Fundamenta su demanda en los siguientes argumentos: Señala que con fecha 23 de septiembre del año 2009, escrituró un primer contrato de trabajo, bajo vínculo de subordinación y dependencia, con la empresa demandada constructora Armas Ltda., para trabajar como jornal, en las dependencias de su empleadora ubicadas en Santiago. Con fecha 24 de febrero del año 2010, escrituraron un nuevo contrato de trabajo, para trabajar como ayudante de matricero, dicho contrato, tal como se señala en su párrafo noveno, tendría una duración de 30 días, posteriormente a dicha fecha, continuó prestando servicios para la demandada, por lo que conforme con lo dispuesto por el artículo 159 numeral 4 inciso final, su contrato se transformó en de duración indefinida. Hace presente que el contrato de trabajo era de 45 horas semanales, de lunes a viernes de 08:00 hrs. hasta las 12:30 hrs. y desde las 13:15 hrs. hasta las 17:45 hrs., pero se le exigía firmar continuos pactos de horas extraordinarias, por sobre su jornada, teniendo en definitiva, una jornada real, muy por sobre la legalmente establecida y su remuneración consistía en un sueldo base mensual de $ 165.000 pesos, más un bono de colación mensual de $ 24.900 pesos y un bono de locomoción mensual de $ 24.900 pesos. Indica que desde el día 01 de febrero del año 2010, sus servicios, los debió desempeñar en las obras y/o faenas denominadas Condominio Bicentenario, en la Comuna de Lo Barnechea, obras que su empleador, realizaba por encargo de la empresa Constructora Claro Vicuña Valenzuela S.A. Manifiesta que con fecha 25 de mayo de 2010, alrededor de las 08:00 de la mañana, su jefe lo mandó a trabajar a la máquina betonera, también llamada “trompo”, a preparar “mezcla”, se colocó los guantes y empezó a cargar el “trompo” con ripio y un tarro de agua, el “trompo” comenzó a dar vueltas, pero casi recién encendido se empezó a sentir un ruido muy fuerte en dicho “trompo”, así que tomó un palo y empezó a esparcirle grasa por todos los “dientes”, para que el “trompo” “trabajara mejor”, ello lo realizó pues cada vez que ocurría una falla similar, en algún “trompo”, realizaban dicho procedimiento, en ese momento la máquina le agarró el guante, con su mano derecha en su interior y así sintió como que la máquina le arrancaba su dedo índice, horrorizado empezó a gritar ¡ayúdenme!, pero nadie acudió en su auxilio, siguió gritando muchas veces ¡por favor necesito ayuda!, en vista de que nadie vino a socorrerlo, y en su estado de desesperación, tuvo que solo, con su mano no aprisionada, detener la máquina y en tales condiciones sacar con mucho dolor su mano ensangrentada y destrozada desde la máquina, así vio que tenía uno de sus dedos completamente molido y el resto de la mano derecha muy lastimada.

256

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

257

Expresa que luego de ocurrido el accidente, corrió con la mano ensangrentada aproximadamente unos 60 metros hasta donde vio los trabajadores más cercanos, unos trabajadores que hacían las funciones de encargados le sacaron hasta la calle, donde pasaba locomoción, y en esas condiciones le tuvieron parado esperando un taxi, así lo llevaron a un centro asistencial, y no directamente a la Mutual más cercana, estuvo alrededor de treinta minutos en dicho recinto, hasta que fue llevado en ambulancia a la Mutual de General Velásquez. Ahí llegó solo en la ambulancia y sus pertenencias en una bolsa, fue ingresado por urgencias aproximadamente a las nueve treinta de la mañana, los doctores le dijeron que venía grave, le señalan que pese al tiempo transcurrido van a hacer todo lo posible por salvar su dedo, así entró a pabellón, cuando despertó, se encontraba en una sala, con fuertes dolores y su dedo índice había sido amputado. Se horrorizó y lloró por lo sucedido. Alrededor de las ocho de la tarde llegó su familia, su esposa le dice que no pudo venir antes, porque sólo le fueron a avisar dos compañeros de trabajo, como a las seis de la tarde del accidente y le explicaron algo de lo que le había ocurrido. Agrega que al segundo día de accidentado, en el hospital, alrededor de las cuatro de la tarde, recién apareció su jefe con quien conversaron alrededor de media hora y después llega una persona a interrogarlo y dice que viene a tomar declaraciones de su accidente, dice que firme una declaración que le muestra, le señala que es analfabeto, que no sabe leer y sólo escribir algunas palabras, le dice que no se preocupe, que era necesario para estar en la Mutual, por lo que firmó ignorando qué documento y su contenido. Estuvo hospitalizado tres días hasta que fue dado de alta, en este supuesto reposo en el que se debía encontrar, por su condición de salud, se enteró que su empleador no tenía canceladas sus cotizaciones correspondientes, se enteró de esto debido a que mi señora se enfermó y necesitaba comprar un bono, tampoco su empleadora le entregaba sus liquidaciones mensuales, por lo que ignoraba tal situación. Aún con reposo, debió personalmente ir con su señora al trabajo para que mandaran sus liquidaciones a la Mutual, y así le cancelaran su licencia, pero su empleadora mando sus liquidaciones con un sueldo mínimo y no pusieron a su señora como carga, tampoco figuraban las horas extraordinarias que había realizado, en definitiva no correspondían a sus reales remuneraciones. Indica que nunca recibió instrucción y/o capacitación de parte de las demandadas, respecto a la correcta realización de sus labores, sobre el uso de maquinaria, ni mucho menos de cómo actuar frente a la ocurrencia de un accidente como el que me sucedió. El “trompo” o maquinaria en que se accidentó, no contaba con las condiciones técnicas para funcionar, ni las protecciones mínimas, y según el relato de sus compañeros de labores, luego de su accidente dicho “trompo”, fue intervenido, arreglado y/o reparado, colocándole una lata de protección, pintándolo y así dejándolo en buenas condiciones para posibles futuras inspecciones. Continua señalando que con fecha 28 de octubre de 2010, termina su reposo laboral, por el accidente del trabajo producido el día 25 de mayo del año 2010 y el día 29 de octubre del 2010, intentó numerosas veces comunicarse telefónicamente con su empleadora, lo que no ocurrió, en la tarde conversó con algunos compañeros de trabajo que viven cerca de su domicilio, para consultarles respecto de donde se encontraban trabajando y cómo poder ubicar a su jefe, por lo que fueron juntos el día martes 02 de noviembre a las obras donde estaban trabajando. Allí habla con su jefe Leonardo Pérez y él le señala el término de su contrato desde el día viernes 29 de octubre del año 2010, ya que según su jefe no existía más trabajo para él, por su condición física, todo esto se lo comunica de manera verbal, sin las formalidades y exigencias legales. Le señala que él no puede pagar su finiquito, pues la empresa principal Constructora Claro Vicuña Valenzuela S.A., no quiere hacer los pagos por los trabajos que se les realizaron y donde se accidentó. También llega a su domicilio una carta de la empresa constructora Claro Vicuña Valenzuela S.A., fechada 14 de octubre del presente año 2010, en la cual se le señala que: “su finiquito de julio de 2010, se encuentra disponible en nuestras oficinas de Claro Vicuña Valenzuela S.A. en obra condominio bicentenario, el cual será cancelado por subrogación a nombre de constructora armas, RUT 76.311.720-0.”, se señala como fecha de ingreso el 01–02–2010 y fecha de término el 30-07- 2010. Manifiesta que el día 19 de julio del año 2010, presentó la solicitud de fiscalización N° 13091201011472, en contra de su empleadora Constructora Armas Ltda., por no pago de cotizaciones, no pago de ingreso mínimo y revisión de higiene y seguridad, asociada a dicha fiscalización, a su empleador se le cursa la multa N° 7390110041. Por el despido ilegal, indebido e injustificado señalado, el día 30 de diciembre del

Expresa que luego de ocurrido el accidente, corrió con la mano ensangrentada aproximadamente unos 60 metros hasta donde vio los trabajadores más cercanos, unos trabajadores que hacían las funciones de encargados le sacaron hasta la calle, donde pasaba locomoción, y en esas condiciones le tuvieron parado esperando un taxi, así lo llevaron a un centro asistencial, y no directamente a la Mutual más cercana, estuvo alrededor de treinta minutos en dicho recinto, hasta que fue llevado en ambulancia a la Mutual de General Velásquez. Ahí llegó solo en la ambulancia y sus pertenencias en una bolsa, fue ingresado por urgencias aproximadamente a las nueve treinta de la mañana, los doctores le dijeron que venía grave, le señalan que pese al tiempo transcurrido van a hacer todo lo posible por salvar su dedo, así entró a pabellón, cuando despertó, se encontraba en una sala, con fuertes dolores y su dedo índice había sido amputado. Se horrorizó y lloró por lo sucedido. Alrededor de las ocho de la tarde llegó su familia, su esposa le dice que no pudo venir antes, porque sólo le fueron a avisar dos compañeros de trabajo, como a las seis de la tarde del accidente y le explicaron algo de lo que le había ocurrido. Agrega que al segundo día de accidentado, en el hospital, alrededor de las cuatro de la tarde, recién apareció su jefe con quien conversaron alrededor de media hora y después llega una persona a interrogarlo y dice que viene a tomar declaraciones de su accidente, dice que firme una declaración que le muestra, le señala que es analfabeto, que no sabe leer y sólo escribir algunas palabras, le dice que no se preocupe, que era necesario para estar en la Mutual, por lo que firmó ignorando qué documento y su contenido. Estuvo hospitalizado tres días hasta que fue dado de alta, en este supuesto reposo en el que se debía encontrar, por su condición de salud, se enteró que su empleador no tenía canceladas sus cotizaciones correspondientes, se enteró de esto debido a que mi señora se enfermó y necesitaba comprar un bono, tampoco su empleadora le entregaba sus liquidaciones mensuales, por lo que ignoraba tal situación. Aún con reposo, debió personalmente ir con su señora al trabajo para que mandaran sus liquidaciones a la Mutual, y así le cancelaran su licencia, pero su empleadora mando sus liquidaciones con un sueldo mínimo y no pusieron a su señora como carga, tampoco figuraban las horas extraordinarias que había realizado, en definitiva no correspondían a sus reales remuneraciones. Indica que nunca recibió instrucción y/o capacitación de parte de las demandadas, respecto a la correcta realización de sus labores, sobre el uso de maquinaria, ni mucho menos de cómo actuar frente a la ocurrencia de un accidente como el que me sucedió. El “trompo” o maquinaria en que se accidentó, no contaba con las condiciones técnicas para funcionar, ni las protecciones mínimas, y según el relato de sus compañeros de labores, luego de su accidente dicho “trompo”, fue intervenido, arreglado y/o reparado, colocándole una lata de protección, pintándolo y así dejándolo en buenas condiciones para posibles futuras inspecciones. Continua señalando que con fecha 28 de octubre de 2010, termina su reposo laboral, por el accidente del trabajo producido el día 25 de mayo del año 2010 y el día 29 de octubre del 2010, intentó numerosas veces comunicarse telefónicamente con su empleadora, lo que no ocurrió, en la tarde conversó con algunos compañeros de trabajo que viven cerca de su domicilio, para consultarles respecto de donde se encontraban trabajando y cómo poder ubicar a su jefe, por lo que fueron juntos el día martes 02 de noviembre a las obras donde estaban trabajando. Allí habla con su jefe Leonardo Pérez y él le señala el término de su contrato desde el día viernes 29 de octubre del año 2010, ya que según su jefe no existía más trabajo para él, por su condición física, todo esto se lo comunica de manera verbal, sin las formalidades y exigencias legales. Le señala que él no puede pagar su finiquito, pues la empresa principal Constructora Claro Vicuña Valenzuela S.A., no quiere hacer los pagos por los trabajos que se les realizaron y donde se accidentó. También llega a su domicilio una carta de la empresa constructora Claro Vicuña Valenzuela S.A., fechada 14 de octubre del presente año 2010, en la cual se le señala que: “su finiquito de julio de 2010, se encuentra disponible en nuestras oficinas de Claro Vicuña Valenzuela S.A. en obra condominio bicentenario, el cual será cancelado por subrogación a nombre de constructora armas, RUT 76.311.720-0.”, se señala como fecha de ingreso el 01–02–2010 y fecha de término el 30-07- 2010. Manifiesta que el día 19 de julio del año 2010, presentó la solicitud de fiscalización N° 13091201011472, en contra de su empleadora Constructora Armas Ltda., por no pago de cotizaciones, no pago de ingreso mínimo y revisión de higiene y seguridad, asociada a dicha fiscalización, a su empleador se le cursa la multa N° 7390110041. Por el despido ilegal, indebido e injustificado señalado, el día 30 de diciembre del ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

257

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

año 2010, efectúe la correspondiente presentación de Reclamo ante la Inspección del Trabajo, llevándose a efecto el día 12 de enero del año 2011, comparendo de conciliación, ante la Dirección del Trabajo, en la cual se constata que desde el contrato original de fecha 23/09/2009, ininterrumpidamente fue trasladado a la obra del contrato de fecha 24/02/2010, este último contrato tenía una duración de 30 días, por lo que al continuar prestando sus servicios luego del vencimiento del plazo, la funcionaria le informa al reclamado, que nuestro contrato de trabajo efectivamente se habría transformado en indefinido. No existiendo acuerdo con su empleadora en la instancia administrativa, debió entablar acción judicial, en procedimiento monitorio en contra de las demandadas de estos autos. Indica que es claro que en el accidente laboral descrito, se dieron una serie de circunstancias, que han importado una falta o infracción a las medidas de prevención y seguridad, por parte de las demandadas. De acuerdo con lo señalado, existieron una serie de faltas de condiciones de seguridad, que permitieron la ocurrencia del accidente laboral, que en definitiva le ha provocado un irrecuperable perjuicio, a saber: el ambiente de trabajo en donde desarrollaban sus labores, era absolutamente inseguro y peligroso. Producto de lo anterior y a la falta de medidas de seguridad efectivas, es que se produjo este accidente laboral, sus labores deberían haber sido desarrolladas en un lugar y ambiente seguro, con las condiciones y medios técnicos apropiados, y sin la exposición a riesgos de accidentes. Además, las empresas hacían trabajar, horas extraordinarias de manera continua y permanente, creando un ambiente laboral estresante y demasiado agotador. Se agrega que la maquinaria que manipulaba, al momento del accidente, no contaba con las protecciones que evitaran efectivamente el accidente, si no por el contrario presentaba fallas continuas en su funcionamiento, tenemos como resultado que indudablemente este accidente se producirla. En los hechos descritos, no se implemento un sistema de trabajo seguro efectivo, y por el contrario se le expuso en su calidad de trabajador, a un ambiente inseguro, sin advertencia de los riesgos. Expresa que conforme con el informe médico de la Mutual de Seguridad, producto del accidente laboral descrito, resultó con fractura expuesta y amputación interfalangica proximal del índice derecho. Así también, producto del accidente laboral que sufrió, ha caído en una grave y profunda depresión, al verme mutilado y desechado por las demandadas producto del accidente, todo lo que se ha visto aumentado por la precaria situación económica que vivo a raíz del accidente. Luego cita el derecho, la doctrina y jurisprudencia en apoyo a su postura. Expresa que, conforme con los hechos expuestos, y las disposiciones legales citadas, no cabe duda alguna, acerca de los enormes daños que el accidente de autos, le han provocado. Estos daños tienen las características de ser materiales, corporales y morales y de acuerdo a lo dispuesto por las normas legales ya invocadas, y el artículo 69 de la Ley de Accidentes del Trabajo, son indemnizables. Conforme con nuestra jurisprudencia, importan daño moral, indemnizable, los dolores, sufrimientos, aflicciones, preocupaciones, depresiones y molestias inferidos a la víctima. Este daño consiste en los dolores y angustias experimentados, y el tribunal debe regularlo, atendido a la cantidad del mal que se ha debido soportar. Se ha afectado su integridad, es evidente que como consecuencia del accidente ha sufrido un gran daño y dolor físico, corporal, biológico, que afecta su integridad, es decir, ha sufrido un perjuicio real, visible, material, en su salud, que compromete su bienestar integral como persona, pero además de haberse provocado un daño moral por el gran dolor físico que experimente, con ocasión de las lesiones corporales sufridas, tanto en el accidente mismo como mientras estuve hospitalizado, y durante toda mi etapa de rehabilitación, hasta el día de hoy. Así también, por las consecuencias que el accidente de autos, ha provocado en su aspecto físico luego del accidente, así debo esconder siempre su mano diestra en los bolsillos de sus pantalones, para evitar la verguenza cuando la gente se queda observando la mano, con su dedo amputado. Indica que sufre un grave daño moral por la angustia que le causa, que producto del accidente y de las lesiones causadas a raíz del accidente y de ser despedido por su empleadora, razón por la que se encuentra con una grave y seria depresión. En mérito de lo anterior por concepto de daño moral propiamente tal, y atendido lo irreparable de sus lesiones, dolores y angustias, demanda la suma de $ 50.000.000 de pesos (cincuenta millones de pesos) por este concepto. Por lo que expone y normas legales que invoca solicita se acoja la demanda en todas sus partes, declarando:

258

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

año 2010, efectúe la correspondiente presentación de Reclamo ante la Inspección del Trabajo, llevándose a efecto el día 12 de enero del año 2011, comparendo de conciliación, ante la Dirección del Trabajo, en la cual se constata que desde el contrato original de fecha 23/09/2009, ininterrumpidamente fue trasladado a la obra del contrato de fecha 24/02/2010, este último contrato tenía una duración de 30 días, por lo que al continuar prestando sus servicios luego del vencimiento del plazo, la funcionaria le informa al reclamado, que nuestro contrato de trabajo efectivamente se habría transformado en indefinido. No existiendo acuerdo con su empleadora en la instancia administrativa, debió entablar acción judicial, en procedimiento monitorio en contra de las demandadas de estos autos. Indica que es claro que en el accidente laboral descrito, se dieron una serie de circunstancias, que han importado una falta o infracción a las medidas de prevención y seguridad, por parte de las demandadas. De acuerdo con lo señalado, existieron una serie de faltas de condiciones de seguridad, que permitieron la ocurrencia del accidente laboral, que en definitiva le ha provocado un irrecuperable perjuicio, a saber: el ambiente de trabajo en donde desarrollaban sus labores, era absolutamente inseguro y peligroso. Producto de lo anterior y a la falta de medidas de seguridad efectivas, es que se produjo este accidente laboral, sus labores deberían haber sido desarrolladas en un lugar y ambiente seguro, con las condiciones y medios técnicos apropiados, y sin la exposición a riesgos de accidentes. Además, las empresas hacían trabajar, horas extraordinarias de manera continua y permanente, creando un ambiente laboral estresante y demasiado agotador. Se agrega que la maquinaria que manipulaba, al momento del accidente, no contaba con las protecciones que evitaran efectivamente el accidente, si no por el contrario presentaba fallas continuas en su funcionamiento, tenemos como resultado que indudablemente este accidente se producirla. En los hechos descritos, no se implemento un sistema de trabajo seguro efectivo, y por el contrario se le expuso en su calidad de trabajador, a un ambiente inseguro, sin advertencia de los riesgos. Expresa que conforme con el informe médico de la Mutual de Seguridad, producto del accidente laboral descrito, resultó con fractura expuesta y amputación interfalangica proximal del índice derecho. Así también, producto del accidente laboral que sufrió, ha caído en una grave y profunda depresión, al verme mutilado y desechado por las demandadas producto del accidente, todo lo que se ha visto aumentado por la precaria situación económica que vivo a raíz del accidente. Luego cita el derecho, la doctrina y jurisprudencia en apoyo a su postura. Expresa que, conforme con los hechos expuestos, y las disposiciones legales citadas, no cabe duda alguna, acerca de los enormes daños que el accidente de autos, le han provocado. Estos daños tienen las características de ser materiales, corporales y morales y de acuerdo a lo dispuesto por las normas legales ya invocadas, y el artículo 69 de la Ley de Accidentes del Trabajo, son indemnizables. Conforme con nuestra jurisprudencia, importan daño moral, indemnizable, los dolores, sufrimientos, aflicciones, preocupaciones, depresiones y molestias inferidos a la víctima. Este daño consiste en los dolores y angustias experimentados, y el tribunal debe regularlo, atendido a la cantidad del mal que se ha debido soportar. Se ha afectado su integridad, es evidente que como consecuencia del accidente ha sufrido un gran daño y dolor físico, corporal, biológico, que afecta su integridad, es decir, ha sufrido un perjuicio real, visible, material, en su salud, que compromete su bienestar integral como persona, pero además de haberse provocado un daño moral por el gran dolor físico que experimente, con ocasión de las lesiones corporales sufridas, tanto en el accidente mismo como mientras estuve hospitalizado, y durante toda mi etapa de rehabilitación, hasta el día de hoy. Así también, por las consecuencias que el accidente de autos, ha provocado en su aspecto físico luego del accidente, así debo esconder siempre su mano diestra en los bolsillos de sus pantalones, para evitar la verguenza cuando la gente se queda observando la mano, con su dedo amputado. Indica que sufre un grave daño moral por la angustia que le causa, que producto del accidente y de las lesiones causadas a raíz del accidente y de ser despedido por su empleadora, razón por la que se encuentra con una grave y seria depresión. En mérito de lo anterior por concepto de daño moral propiamente tal, y atendido lo irreparable de sus lesiones, dolores y angustias, demanda la suma de $ 50.000.000 de pesos (cincuenta millones de pesos) por este concepto. Por lo que expone y normas legales que invoca solicita se acoja la demanda en todas sus partes, declarando:

258

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

259

a) Que los demandados deben pagarle las indemnizaciones por daño moral que se cobran en el cuerpo de su demanda; o, en subsidio, las cantidades que por estos conceptos que el tribunal determine, de acuerdo a la equidad, a la justicia y al mérito de autos; b) Que estas indemnizaciones deberán pagarse con los reajustes e intereses que establece el artículo 63 del Código del Trabajo, en subsidio, con los reajustes e intereses que el tribunal determine; c) Que se condene en costas al demandado. SEGUNDO: Que la empresa demandada principal Constructora Armas S.A., no obstante encontrarse legalmente notificada, no contestó la demanda en la oportunidad prevista por el artículo 452 del Código del Trabajo, precluyendo por ello su derecho a pronunciarse sobre los hechos contenidos en la demanda, aceptándolos o negándolos en forma expresa y concreta como lo señala norma legal precitada, circunstancia que se tendrá presente al resolver la controversia. TERCERO: Que en tiempo y forma, comparece el abogado don Santiago Doña Vial, en representación de la demandada Claro Vicuña Valenzuela S.A., contesta la demanda, deducida por el trabajador, solicitando sea rechazada en todas sus partes, con expresa condenación en costas, de conformidad a los siguientes argumentos que expone: Manifiesta que no son efectivos los hechos que se exponen en la demanda y/o la interpretación que se atribuye a los mismos. Indica que no es efectivo que el 25 de mayo de 2010 el actor utilizará un palo para engrasar la Betonera, tampoco son efectivos ni los hechos, ni las circunstancias que expone de cómo ocurrieron los hechos, ya que el actor nunca estuvo a cargo de reparar las fallas de la maquinaria. Niega que la Betonera no contará con las condiciones técnicas para funcionar, que el actor no recibiera la asistencia de las empresas al momento de sufrir el accidente, que la empresa incumpliera las medidas de seguridad, ni tampoco es efectivo que estuviera obligada a proveer el arnés de seguridad al trabajador. Niega igualmente los incumplimientos a las medidas de seguridad que se les imputan en la demanda y que su representada infringiera el artículo 183–E del Código del Trabajo, sobre la obligación de seguridad que le compete a cada empresa. En relación a los hechos sucedidos el día 25 de mayo de 2009, su representada pudo determinar, a través de los testimonios de personas que se encontraban en la empresa en esa época y la investigación llevada cabo, el accidente ocurrió cuando el Sr. Tamayo trabajando en la “Betonera” decide ante sí y por sí, engrasar la Betonera y para ello utiliza su propio dedo índice con la máquina aún girando, y en ese momento el dedo es atrapado por el engranaje de la máquina y sufrió distintas lesiones en su dedo. Luego, es transportado por personal de la empresa a la Mutual de Seguridad, sucursal Las Tranqueras, donde es derivado de inmediato al Hospital de la Mutual de Seguridad. De lo anterior, queda meridianamente claro, que el Sr. Tamayo, actúo negligentemente al 1) Efectuar una labor que no le correspondía, y 2) Engrasar un engranaje con su dedo índice y la máquina en funcionamiento, como sucedió en este caso. En este sentido, de haber actuado de una manera normal para cualquier persona, el actor no habría efectuado una labor para la que no estaba destinado, en este sentido, es clave que la decisión de engrasar la Betonera, no fue producto del cumplimiento de una orden de su superior, sino que fue causado por la determinación del propio Sr. Tamayo, que consideró bajo sus conocimientos que había que engrasar la máquina. Por ende, el accidente fue causado por la propia decisión del actor, que estimó que debía engrasarse la Betonera, lo que no comunicó a nadie. Agrega que, la forma en que lo realizó, únicamente demuestra la negligencia del actor, quien en vez de detener la máquina —cuestión a todas luces lógica– el demandante efectúo la labor con la máquina girando. En este sentido, la corte Suprema en un fallo señaló que: “Que así, conforme a los hechos establecidos, se ha aplicado incorrectamente el artículo 184 del Código del Trabajo, por cuanto las medidas que este precepto requiere del empleador para proteger la vida y la salud de los trabajadores, aparecen adoptadas por el demandado, y no pudiendo exigirse medidas que contemplan e impidan conductas que van contra la normal ocurrencia de los sucesos, como lo constituye en autos el transportarse en una pisadora de un tractor; por lo que se yerra al fundamentar la indemnización concedida en este juicio, en la infracción a esta normativa, por cuanto como se ha dejado asentado el demandado cumplió con ella, y los acontecimientos ocurridos, sólo son imputables a quien, contraviniendo órdenes expresas, incurre en un comportamiento que además es contrario a lo norman María Adelita Barría Carmona con Pablo

a) Que los demandados deben pagarle las indemnizaciones por daño moral que se cobran en el cuerpo de su demanda; o, en subsidio, las cantidades que por estos conceptos que el tribunal determine, de acuerdo a la equidad, a la justicia y al mérito de autos; b) Que estas indemnizaciones deberán pagarse con los reajustes e intereses que establece el artículo 63 del Código del Trabajo, en subsidio, con los reajustes e intereses que el tribunal determine; c) Que se condene en costas al demandado. SEGUNDO: Que la empresa demandada principal Constructora Armas S.A., no obstante encontrarse legalmente notificada, no contestó la demanda en la oportunidad prevista por el artículo 452 del Código del Trabajo, precluyendo por ello su derecho a pronunciarse sobre los hechos contenidos en la demanda, aceptándolos o negándolos en forma expresa y concreta como lo señala norma legal precitada, circunstancia que se tendrá presente al resolver la controversia. TERCERO: Que en tiempo y forma, comparece el abogado don Santiago Doña Vial, en representación de la demandada Claro Vicuña Valenzuela S.A., contesta la demanda, deducida por el trabajador, solicitando sea rechazada en todas sus partes, con expresa condenación en costas, de conformidad a los siguientes argumentos que expone: Manifiesta que no son efectivos los hechos que se exponen en la demanda y/o la interpretación que se atribuye a los mismos. Indica que no es efectivo que el 25 de mayo de 2010 el actor utilizará un palo para engrasar la Betonera, tampoco son efectivos ni los hechos, ni las circunstancias que expone de cómo ocurrieron los hechos, ya que el actor nunca estuvo a cargo de reparar las fallas de la maquinaria. Niega que la Betonera no contará con las condiciones técnicas para funcionar, que el actor no recibiera la asistencia de las empresas al momento de sufrir el accidente, que la empresa incumpliera las medidas de seguridad, ni tampoco es efectivo que estuviera obligada a proveer el arnés de seguridad al trabajador. Niega igualmente los incumplimientos a las medidas de seguridad que se les imputan en la demanda y que su representada infringiera el artículo 183–E del Código del Trabajo, sobre la obligación de seguridad que le compete a cada empresa. En relación a los hechos sucedidos el día 25 de mayo de 2009, su representada pudo determinar, a través de los testimonios de personas que se encontraban en la empresa en esa época y la investigación llevada cabo, el accidente ocurrió cuando el Sr. Tamayo trabajando en la “Betonera” decide ante sí y por sí, engrasar la Betonera y para ello utiliza su propio dedo índice con la máquina aún girando, y en ese momento el dedo es atrapado por el engranaje de la máquina y sufrió distintas lesiones en su dedo. Luego, es transportado por personal de la empresa a la Mutual de Seguridad, sucursal Las Tranqueras, donde es derivado de inmediato al Hospital de la Mutual de Seguridad. De lo anterior, queda meridianamente claro, que el Sr. Tamayo, actúo negligentemente al 1) Efectuar una labor que no le correspondía, y 2) Engrasar un engranaje con su dedo índice y la máquina en funcionamiento, como sucedió en este caso. En este sentido, de haber actuado de una manera normal para cualquier persona, el actor no habría efectuado una labor para la que no estaba destinado, en este sentido, es clave que la decisión de engrasar la Betonera, no fue producto del cumplimiento de una orden de su superior, sino que fue causado por la determinación del propio Sr. Tamayo, que consideró bajo sus conocimientos que había que engrasar la máquina. Por ende, el accidente fue causado por la propia decisión del actor, que estimó que debía engrasarse la Betonera, lo que no comunicó a nadie. Agrega que, la forma en que lo realizó, únicamente demuestra la negligencia del actor, quien en vez de detener la máquina —cuestión a todas luces lógica– el demandante efectúo la labor con la máquina girando. En este sentido, la corte Suprema en un fallo señaló que: “Que así, conforme a los hechos establecidos, se ha aplicado incorrectamente el artículo 184 del Código del Trabajo, por cuanto las medidas que este precepto requiere del empleador para proteger la vida y la salud de los trabajadores, aparecen adoptadas por el demandado, y no pudiendo exigirse medidas que contemplan e impidan conductas que van contra la normal ocurrencia de los sucesos, como lo constituye en autos el transportarse en una pisadora de un tractor; por lo que se yerra al fundamentar la indemnización concedida en este juicio, en la infracción a esta normativa, por cuanto como se ha dejado asentado el demandado cumplió con ella, y los acontecimientos ocurridos, sólo son imputables a quien, contraviniendo órdenes expresas, incurre en un comportamiento que además es contrario a lo norman María Adelita Barría Carmona con Pablo ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

259

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Alberto González Kettler, Rol: 2975-2006). Luego, para agravar más el actuar del demandante, la labor de engrasar en movimiento la Betonera, no la realiza con un palo –como indica la normal ocurrencia de los hechos– sino que lo hace con su propio dedo índice, lo que constituye naturalmente un acto negligente por parte del actor. Sin embargo, aun aceptando la versión de los hechos efectuada por el Sr. Tamayo, éste expone que la labor, la efectúo sin orden de su superior, que todo lo hizo con la Betonera en movimiento, es decir, girando a gran velocidad, pero con un palo, el que fue atrapado por la máquina y luego atrapó el dedo índice causándole las lesiones. De estos hechos, se constata que la negligencia es manifiesta, actuando evidentemente contra el orden normal de las cosas, cuál es parar la Betonera y realizar el procedimiento de engrase, pero ello no sucedió, sino por el contrario, el Sr. Tamayo efectuó la labor con la máquina girando, con la consecuencia de sufrir diversas lesiones en el dedo índice. Alrededor de las 8:45 horas, es decir tan sólo 30 minutos después de ocurrido el accidente, el actor fue internado en la Mutual de Seguridad siendo trasladado con recursos propios al centro asistencial, lo que demuestra la falta de exactitud de lo señalado en el sentido de que no fue asistido. Tomando en consideración los antecedentes fácticos expuestos, la demanda de autos deberá ser rechazada en todas sus partes, con expresa condenación en costas, por cuanto el accidente se debe a la culpa exclusiva de la víctima; en subsidio, por ser inexistente el incumplimiento contractual imputado, no existir culpa por parte de mi representada y ser completamente inexistentes los perjuicios; todo ello según se pasa a exponer. En subsidio de lo anterior, y para el evento improbable que se estime que su representada es responsable del accidente del trabajo, vengo en alegar exposición imprudente al daño por parte del trabajador por cuanto los hechos acaecidos el día 25 de mayo de 2010, se debió a la culpa exclusiva de la víctima. Agrega que al Sr. Tamayo se le ordenó trabajar en la Betonera, y que conocía los riesgos laborales que implicaba su labor. Que cuenta con un departamento de prevención de riesgos en la obra. Que se le efectuó la inducción laboral sobre el Derecho a Saber, lo que ocurrió el 24 de febrero de 2010.Que se le habían entregado todos los elementos de protección personal, con fecha 24 de febrero de 2010. Que Claro Vicuña Valenzuela S.A. con fecha 24 de febrero de 2010, le efectúo la charla de hombre nuevo de la empresa principal. Que se le entregó copia del Reglamento Interno de orden, higiene y seguridad. El hecho de la víctima exonera de responsabilidad en el sentido que interrumpe el indispensable vínculo de causalidad que se requiere entre la acción u omisión dolosa o culpable y el daño “y ello aun cuando la conducta haya sido culpable, desde que el punto se resuelva a la luz del nexo causal y no en atención a la culpabilidad”. Sobre esta clase de accidentes, donde el trabajador evidentemente actuó negligentemente, es importante hacer presente que la jurisprudencia de nuestros tribunales superiores de justicia ha establecido que “no puede entenderse que una persona queda relevada del mínimo y elemental deber de resguardar su propia seguridad”. En subsidio de lo anterior, para el evento improbable que se concluya que no es culpa exclusiva de la víctima, venimos en solicitar que se rechace la demanda por la inexistencia del incumplimiento contractual que se les imputa, en conformidad a los argumentos de hecho y de derecho que pasamos a exponer: En primer lugar, respecto al ambiente inseguro y peligroso, no es efectivo que en la obra Condominio Bicentenario, contaba con prevencionista de riesgo en la obra, existía un Sistema de Gestión Integrada y que se le había dado a la demandada principal un Reglamento Especial para Contratistas, etc., que denotan la falsedad absoluta de dicha imputación y que, por lo demás, no es ni siquiera desarrollada por el actor en su libelo pretensor. Respecto a que la maquinaria no contaba con protecciones, el accidente no se debió a un error en el sistema de protección, como podría haber sucedido si el trabajador hubiera caído sobre la maquinaria, pero no procede aceptar tal imputación, cuando el accidente ocurre en circunstancias que el Sr. Tamayo intenta intervenir en el funcionamiento de la máquina, introduciendo voluntariamente su dedo índice en el engranaje de la máquina. No hay medida de protección que resista tal acto negligente del actor. Por otro lado, les imputa haber infringido “la obligación de seguridad que mantiene para con sus trabajadores” en virtud de los dispuesto por el artículo 183–E del Código del Trabajo, lo que no es efectivo. Su representada cumplió en su integridad con la norma del artículo 183–E del Código del Trabajo, porque toma siempre y continuamente todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de los trabajadores que laboran

260

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Alberto González Kettler, Rol: 2975-2006). Luego, para agravar más el actuar del demandante, la labor de engrasar en movimiento la Betonera, no la realiza con un palo –como indica la normal ocurrencia de los hechos– sino que lo hace con su propio dedo índice, lo que constituye naturalmente un acto negligente por parte del actor. Sin embargo, aun aceptando la versión de los hechos efectuada por el Sr. Tamayo, éste expone que la labor, la efectúo sin orden de su superior, que todo lo hizo con la Betonera en movimiento, es decir, girando a gran velocidad, pero con un palo, el que fue atrapado por la máquina y luego atrapó el dedo índice causándole las lesiones. De estos hechos, se constata que la negligencia es manifiesta, actuando evidentemente contra el orden normal de las cosas, cuál es parar la Betonera y realizar el procedimiento de engrase, pero ello no sucedió, sino por el contrario, el Sr. Tamayo efectuó la labor con la máquina girando, con la consecuencia de sufrir diversas lesiones en el dedo índice. Alrededor de las 8:45 horas, es decir tan sólo 30 minutos después de ocurrido el accidente, el actor fue internado en la Mutual de Seguridad siendo trasladado con recursos propios al centro asistencial, lo que demuestra la falta de exactitud de lo señalado en el sentido de que no fue asistido. Tomando en consideración los antecedentes fácticos expuestos, la demanda de autos deberá ser rechazada en todas sus partes, con expresa condenación en costas, por cuanto el accidente se debe a la culpa exclusiva de la víctima; en subsidio, por ser inexistente el incumplimiento contractual imputado, no existir culpa por parte de mi representada y ser completamente inexistentes los perjuicios; todo ello según se pasa a exponer. En subsidio de lo anterior, y para el evento improbable que se estime que su representada es responsable del accidente del trabajo, vengo en alegar exposición imprudente al daño por parte del trabajador por cuanto los hechos acaecidos el día 25 de mayo de 2010, se debió a la culpa exclusiva de la víctima. Agrega que al Sr. Tamayo se le ordenó trabajar en la Betonera, y que conocía los riesgos laborales que implicaba su labor. Que cuenta con un departamento de prevención de riesgos en la obra. Que se le efectuó la inducción laboral sobre el Derecho a Saber, lo que ocurrió el 24 de febrero de 2010.Que se le habían entregado todos los elementos de protección personal, con fecha 24 de febrero de 2010. Que Claro Vicuña Valenzuela S.A. con fecha 24 de febrero de 2010, le efectúo la charla de hombre nuevo de la empresa principal. Que se le entregó copia del Reglamento Interno de orden, higiene y seguridad. El hecho de la víctima exonera de responsabilidad en el sentido que interrumpe el indispensable vínculo de causalidad que se requiere entre la acción u omisión dolosa o culpable y el daño “y ello aun cuando la conducta haya sido culpable, desde que el punto se resuelva a la luz del nexo causal y no en atención a la culpabilidad”. Sobre esta clase de accidentes, donde el trabajador evidentemente actuó negligentemente, es importante hacer presente que la jurisprudencia de nuestros tribunales superiores de justicia ha establecido que “no puede entenderse que una persona queda relevada del mínimo y elemental deber de resguardar su propia seguridad”. En subsidio de lo anterior, para el evento improbable que se concluya que no es culpa exclusiva de la víctima, venimos en solicitar que se rechace la demanda por la inexistencia del incumplimiento contractual que se les imputa, en conformidad a los argumentos de hecho y de derecho que pasamos a exponer: En primer lugar, respecto al ambiente inseguro y peligroso, no es efectivo que en la obra Condominio Bicentenario, contaba con prevencionista de riesgo en la obra, existía un Sistema de Gestión Integrada y que se le había dado a la demandada principal un Reglamento Especial para Contratistas, etc., que denotan la falsedad absoluta de dicha imputación y que, por lo demás, no es ni siquiera desarrollada por el actor en su libelo pretensor. Respecto a que la maquinaria no contaba con protecciones, el accidente no se debió a un error en el sistema de protección, como podría haber sucedido si el trabajador hubiera caído sobre la maquinaria, pero no procede aceptar tal imputación, cuando el accidente ocurre en circunstancias que el Sr. Tamayo intenta intervenir en el funcionamiento de la máquina, introduciendo voluntariamente su dedo índice en el engranaje de la máquina. No hay medida de protección que resista tal acto negligente del actor. Por otro lado, les imputa haber infringido “la obligación de seguridad que mantiene para con sus trabajadores” en virtud de los dispuesto por el artículo 183–E del Código del Trabajo, lo que no es efectivo. Su representada cumplió en su integridad con la norma del artículo 183–E del Código del Trabajo, porque toma siempre y continuamente todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de los trabajadores que laboran

260

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

261

en la obra, manteniendo las condiciones adecuadas de higiene y seguridad en las faenas que les ha encomendado, fiscalizando la entrega oportuna de necesarios para prevenir accidentes y enfermedades profesionales. Su representada, Claro Vicuña Valenzuela S.A., ha dado pleno cumplimiento a todas las normas legales y reglamentarias que regulan las medidas de seguridad y elementos de protección que se les deban dar a los trabajadores. En el caso particular del Sr. Tamayo, el subcontratista les entregó elementos de protección personal consistentes en zapato de seguridad, lentes de seguridad guantes de seguridad, etc. Además, se le entregó copia sobre las obligaciones, prohibiciones y sanciones contempladas en el Reglamento Interno de Orden, Higiene y Seguridad; Asimismo, se le informó sobre los riesgos típicos a los cuales podría estar expuesto en la obra. Aparte de estas instrucciones efectuadas al ingresar a trabajar a la empresa, Claro Vicuña Valenzuela S.A. le realizó diversas charlas operaciones e inducciones del trabajo diario, respecto de las medidas de seguridad que debería aplicar. De la misma forma, cuenta con un Departamento de Prevención de Riesgos, un Comité Paritario que funciona adecuadamente y que cumple cabalmente las recomendaciones de la Mutual de Seguridad, organismos fiscalizadores y del comité paritario, tal como se acreditará en su oportunidad legal. Finalmente, señala que la jurisprudencia de la Corte Suprema se opone a lo denominado, “responsabilidad objetiva”, señalando que basta demostrar que han cumplido con las medidas de seguridad necesarias, para eximirse de la responsabilidad por el accidente del trabajo. En conclusión, se tomaron todas las medidas de seguridad y de capacitación, por ende, no ven que culpa o dolo pueda atribuirse a mi representada, por el accidente del trabajo sufrido por el demandante. En subsidio de lo anterior, y en el evento de establecer que existió algún tipo de responsabilidad por parte de su representada, alega que sería meramente subsidiaria y no solidaria como lo pretende la demandante. Claro Vicuña Valenzuela S.A. cumple todos los requisitos señalados en el artículo 183-D del Código del Trabajo, esto es ejerciendo el derecho de información y retención contemplados en el artículo 183-C del mismo cuerpo legal, respecto de los trabajadores de Constructora Armas Ltda. con quien existe un vínculo contractual civil. Debido a que Constructora Armas Ltda. no se encontraba al día en el pago de sus remuneraciones y cotizaciones previsionales, mi representada retuvo los estados de pago y pago directamente las obligaciones laborales y previsionales de los trabajadores del subcontratista, como las indemnizaciones por término de contrato. Tal como se acreditará en su oportunidad procesal, su representada ha ejercido su derecho a información y de retención tal como lo dispone la ley respecto de la sociedad Constructora Armas Ltda., por consiguiente, su responsabilidad en conformidad con la legislación vigente es solamente subsidiaria. En este sentido el artículo 183–D del Código del Trabajo dispone: “Si la empresa principal hiciere efectivo el derecho a ser informada y el derecho de retención a que se refieren los incisos primero y tercero del artículo anterior, responderá subsidiariamente de aquellas obligaciones laborales y previsionales que afecten a los contratistas y subcontratistas en favor de los trabajadores de éstos”. Indica que en lo que atañe a la indemnización del daño moral negamos también su existencia en todos sus extremos, por lo que también deberá ser acreditado en la forma prevista en el artículo 1698 del Código Civil y, en todo caso, hacemos presente al tribunal que indemnización de perjuicios jamás puede constituir un motivo de lucro, como al parecer lo pretende la demandante, quien por esta vía pretende obtener una suerte de capital que ni en sus más productivos años de trabajo habría logrado, al igual que la gran mayoría de los trabajadores de Chile. Por consiguiente, corresponderá a la parte demandante acreditar cada uno de los hechos que le permiten configurar los daños reclamados, particularmente el daño moral; de forma tal que si ello no ocurre se deberá rechazar igualmente la demanda por los motivos antes expresados, con expresa condenación en costas, indicando doctrina y jurisprudencia en apoyo a su postura. Para el evento improbable que se considere que debe indemnizarse al Sr. Tamayo, de conformidad a lo dispuesto en el Código Civil en el artículo 2330 al disponer que “la apreciación del daño está sujeta a reducción, si el que la ha sufrido se expuso a él imprudentemente”. De esta forma, el actuar del actor, de efectuar una labor sin detener una máquina que giraba, y engrasar con su dedo índice, siendo estos hechos una exposición imprudente por parte del trabajador al accidente de fecha 25 de mayo de 2010.

en la obra, manteniendo las condiciones adecuadas de higiene y seguridad en las faenas que les ha encomendado, fiscalizando la entrega oportuna de necesarios para prevenir accidentes y enfermedades profesionales. Su representada, Claro Vicuña Valenzuela S.A., ha dado pleno cumplimiento a todas las normas legales y reglamentarias que regulan las medidas de seguridad y elementos de protección que se les deban dar a los trabajadores. En el caso particular del Sr. Tamayo, el subcontratista les entregó elementos de protección personal consistentes en zapato de seguridad, lentes de seguridad guantes de seguridad, etc. Además, se le entregó copia sobre las obligaciones, prohibiciones y sanciones contempladas en el Reglamento Interno de Orden, Higiene y Seguridad; Asimismo, se le informó sobre los riesgos típicos a los cuales podría estar expuesto en la obra. Aparte de estas instrucciones efectuadas al ingresar a trabajar a la empresa, Claro Vicuña Valenzuela S.A. le realizó diversas charlas operaciones e inducciones del trabajo diario, respecto de las medidas de seguridad que debería aplicar. De la misma forma, cuenta con un Departamento de Prevención de Riesgos, un Comité Paritario que funciona adecuadamente y que cumple cabalmente las recomendaciones de la Mutual de Seguridad, organismos fiscalizadores y del comité paritario, tal como se acreditará en su oportunidad legal. Finalmente, señala que la jurisprudencia de la Corte Suprema se opone a lo denominado, “responsabilidad objetiva”, señalando que basta demostrar que han cumplido con las medidas de seguridad necesarias, para eximirse de la responsabilidad por el accidente del trabajo. En conclusión, se tomaron todas las medidas de seguridad y de capacitación, por ende, no ven que culpa o dolo pueda atribuirse a mi representada, por el accidente del trabajo sufrido por el demandante. En subsidio de lo anterior, y en el evento de establecer que existió algún tipo de responsabilidad por parte de su representada, alega que sería meramente subsidiaria y no solidaria como lo pretende la demandante. Claro Vicuña Valenzuela S.A. cumple todos los requisitos señalados en el artículo 183-D del Código del Trabajo, esto es ejerciendo el derecho de información y retención contemplados en el artículo 183-C del mismo cuerpo legal, respecto de los trabajadores de Constructora Armas Ltda. con quien existe un vínculo contractual civil. Debido a que Constructora Armas Ltda. no se encontraba al día en el pago de sus remuneraciones y cotizaciones previsionales, mi representada retuvo los estados de pago y pago directamente las obligaciones laborales y previsionales de los trabajadores del subcontratista, como las indemnizaciones por término de contrato. Tal como se acreditará en su oportunidad procesal, su representada ha ejercido su derecho a información y de retención tal como lo dispone la ley respecto de la sociedad Constructora Armas Ltda., por consiguiente, su responsabilidad en conformidad con la legislación vigente es solamente subsidiaria. En este sentido el artículo 183–D del Código del Trabajo dispone: “Si la empresa principal hiciere efectivo el derecho a ser informada y el derecho de retención a que se refieren los incisos primero y tercero del artículo anterior, responderá subsidiariamente de aquellas obligaciones laborales y previsionales que afecten a los contratistas y subcontratistas en favor de los trabajadores de éstos”. Indica que en lo que atañe a la indemnización del daño moral negamos también su existencia en todos sus extremos, por lo que también deberá ser acreditado en la forma prevista en el artículo 1698 del Código Civil y, en todo caso, hacemos presente al tribunal que indemnización de perjuicios jamás puede constituir un motivo de lucro, como al parecer lo pretende la demandante, quien por esta vía pretende obtener una suerte de capital que ni en sus más productivos años de trabajo habría logrado, al igual que la gran mayoría de los trabajadores de Chile. Por consiguiente, corresponderá a la parte demandante acreditar cada uno de los hechos que le permiten configurar los daños reclamados, particularmente el daño moral; de forma tal que si ello no ocurre se deberá rechazar igualmente la demanda por los motivos antes expresados, con expresa condenación en costas, indicando doctrina y jurisprudencia en apoyo a su postura. Para el evento improbable que se considere que debe indemnizarse al Sr. Tamayo, de conformidad a lo dispuesto en el Código Civil en el artículo 2330 al disponer que “la apreciación del daño está sujeta a reducción, si el que la ha sufrido se expuso a él imprudentemente”. De esta forma, el actuar del actor, de efectuar una labor sin detener una máquina que giraba, y engrasar con su dedo índice, siendo estos hechos una exposición imprudente por parte del trabajador al accidente de fecha 25 de mayo de 2010. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

261

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

En conclusión, solicita se rechace la demanda en todas sus partes fundado en las excepciones, alegaciones y defensas hechas valer en este escrito, con costas, o en subsidio, reducir en forma considerable las indemnizaciones demandadas por los fundamentos de hecho y de derecho antes expuestos, con costas. CUARTO: Que, se llevó a efecto la audiencia preparatoria celebrada con fecha 22 de marzo de 2011, con la presencia de la demandante y su abogado, del representante de la demandada principal y de los abogados de la parte demandada solidaria. El tribunal llamó a las partes a conciliación proponiendo bases de acuerdo, sin resultados positivos, sin embargo, por acuerdo de las partes se fijaron como hechos no controvertidos los siguientes: 1. Existencia de la relación laboral entre el actor y la demandada Constructora Armas Ltda., la que se inició el 23 de septiembre de 2009 y que terminó el 29 octubre de 2010. 2. Funciones del actor al momento del accidente, esto es, ayudante de matricero. 3. Lugar donde se desempeñaba el actor al momento del accidente, a saber, faena ubicada en el Condominio Bicentenario, en la comuna de Barnechea. 4. Que la remuneración del el actor ascendía a la suma de $ 214.980.5. Jornada de trabajo. 6. Ocurrencia del accidente sufrido por el actor, el día 25 de mayo de 2010. 7. Existencia de un contrato de prestación de servicios, de carácter civil y/o comercial, entre las demandadas Constructora Armas y Constructora Claro, Vicuña, Valenzuela S.A. 8. Que el trabajador se desempeñó en régimen de subcontratación desde del 01 de febrero de 2010 a la fecha de terminó de la relación laboral, esto es, al 29 de octubre de 2010. 9. Que la demandada solidaria ejerció el derecho información y retención en los términos del art. 183 c) del Código del Trabajo. Posteriormente se recibe la causa a prueba y se fijaron como hechos a probar los siguientes: 1. Si las empresas demandadas tomaron las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y demás riesgos a que pudiera estar expuesto el trabajador demandante en las faenas. 2. Si el trabajador se expuso negligentemente a trabajar en forma insegura. 3. Hechos y circunstancias en que se produjo el accidente ocurrido el día 25 de mayo de 2010. 4. Consecuencias derivadas por el accidente sufrido por el trabajador desde el punto de vista físico y psicológico. 5. Daños y sufrimiento, sufridos por el trabajador como consecuencia del accidente ocurrido el 25 de mayo de 2010, naturaleza de los daños y sus montos. QUINTO: Que en la audiencia de juicio, la parte demandante incorporó la siguiente prueba: DOCUMENTAL: 1. Copia de contrato de trabajo entre el actor y la demandada Constructora Armas. 2. Pacto de horas extraordinaria entre el actor y la demandada Constructora Armas. 3. 2 charlas de inducción de trabajador nuevo de 23 de septiembre de 2009 y de 24 de febrero de 2010. 4. Copia del sobre enviado por Claro Vicuña Valenzuela al demandante con fecha 18 de octubre de 2010 y comunicación de fecha 14 de octubre de 2010. 5. Copia de documento de la demandada solidaria de fecha 09 de mayo de 2011 remitida al demandante. 6. Copia demanda, acta y sentencia, de la demanda interpuesta por el actor con fecha 17 de enero de 2011. 7. Resolución de Comisión de Evaluación de mutual de seguridad de fecha 26 enero de 2011. 8. Informe médico de 03 de junio de 2010 emitido por la Mutual de Seguridad al demandante. 9. Legajo de 5 órdenes médicas de reposo laboral extendidas al demandante. 10. Set de 07 citaciones de la Mutual de Seguridad al demandante. 11. Set de 4 recetas otorgadas por la Mutual de Seguridad al demandante. 12. Informe social del demandante emitido por la Ilustre Municipalidad de Puente Alto. 13. Ingreso de fiscalización N° 1472 de 19 de junio de 2010. 14. Copia de relato de la demanda O-459-2011 de don José Gallego Guzmán.

262

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

En conclusión, solicita se rechace la demanda en todas sus partes fundado en las excepciones, alegaciones y defensas hechas valer en este escrito, con costas, o en subsidio, reducir en forma considerable las indemnizaciones demandadas por los fundamentos de hecho y de derecho antes expuestos, con costas. CUARTO: Que, se llevó a efecto la audiencia preparatoria celebrada con fecha 22 de marzo de 2011, con la presencia de la demandante y su abogado, del representante de la demandada principal y de los abogados de la parte demandada solidaria. El tribunal llamó a las partes a conciliación proponiendo bases de acuerdo, sin resultados positivos, sin embargo, por acuerdo de las partes se fijaron como hechos no controvertidos los siguientes: 1. Existencia de la relación laboral entre el actor y la demandada Constructora Armas Ltda., la que se inició el 23 de septiembre de 2009 y que terminó el 29 octubre de 2010. 2. Funciones del actor al momento del accidente, esto es, ayudante de matricero. 3. Lugar donde se desempeñaba el actor al momento del accidente, a saber, faena ubicada en el Condominio Bicentenario, en la comuna de Barnechea. 4. Que la remuneración del el actor ascendía a la suma de $ 214.980.5. Jornada de trabajo. 6. Ocurrencia del accidente sufrido por el actor, el día 25 de mayo de 2010. 7. Existencia de un contrato de prestación de servicios, de carácter civil y/o comercial, entre las demandadas Constructora Armas y Constructora Claro, Vicuña, Valenzuela S.A. 8. Que el trabajador se desempeñó en régimen de subcontratación desde del 01 de febrero de 2010 a la fecha de terminó de la relación laboral, esto es, al 29 de octubre de 2010. 9. Que la demandada solidaria ejerció el derecho información y retención en los términos del art. 183 c) del Código del Trabajo. Posteriormente se recibe la causa a prueba y se fijaron como hechos a probar los siguientes: 1. Si las empresas demandadas tomaron las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y demás riesgos a que pudiera estar expuesto el trabajador demandante en las faenas. 2. Si el trabajador se expuso negligentemente a trabajar en forma insegura. 3. Hechos y circunstancias en que se produjo el accidente ocurrido el día 25 de mayo de 2010. 4. Consecuencias derivadas por el accidente sufrido por el trabajador desde el punto de vista físico y psicológico. 5. Daños y sufrimiento, sufridos por el trabajador como consecuencia del accidente ocurrido el 25 de mayo de 2010, naturaleza de los daños y sus montos. QUINTO: Que en la audiencia de juicio, la parte demandante incorporó la siguiente prueba: DOCUMENTAL: 1. Copia de contrato de trabajo entre el actor y la demandada Constructora Armas. 2. Pacto de horas extraordinaria entre el actor y la demandada Constructora Armas. 3. 2 charlas de inducción de trabajador nuevo de 23 de septiembre de 2009 y de 24 de febrero de 2010. 4. Copia del sobre enviado por Claro Vicuña Valenzuela al demandante con fecha 18 de octubre de 2010 y comunicación de fecha 14 de octubre de 2010. 5. Copia de documento de la demandada solidaria de fecha 09 de mayo de 2011 remitida al demandante. 6. Copia demanda, acta y sentencia, de la demanda interpuesta por el actor con fecha 17 de enero de 2011. 7. Resolución de Comisión de Evaluación de mutual de seguridad de fecha 26 enero de 2011. 8. Informe médico de 03 de junio de 2010 emitido por la Mutual de Seguridad al demandante. 9. Legajo de 5 órdenes médicas de reposo laboral extendidas al demandante. 10. Set de 07 citaciones de la Mutual de Seguridad al demandante. 11. Set de 4 recetas otorgadas por la Mutual de Seguridad al demandante. 12. Informe social del demandante emitido por la Ilustre Municipalidad de Puente Alto. 13. Ingreso de fiscalización N° 1472 de 19 de junio de 2010. 14. Copia de relato de la demanda O-459-2011 de don José Gallego Guzmán.

262

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

263

CONFESIONAL: Se produce la confesional ficta de don Leonardo Pérez Muga, representante legal de la demanda principal quien no concurre al llamamiento judicial. Comparece absolviendo posiciones don Guillermo Rodríguez Salgado, en su calidad de representante legal de la demandada, quien previamente juramentado expone, lo que consta en el registro de audio. TESTIMONIAL: Comparecen y prestan testimonio los testigos doña Rosa de Lourdes González Muñoz y doña Fresia Tamayo González, cuyas declaraciones constan íntegramente en el registro de audio. EXHIBICIÓN DE DOCUMENTOS: La demandada principal exhibió a la parte demandante: Declaración individual de accidente del trabajo (Diat). La demandante solicitó la exhibición de los siguientes documentos: 1. Copia de informe de investigación de comité paritario respecto del accidente sufrido por el demandante. 2. Copia de 3 sesiones previas y 3 sesiones posteriores al accidente, del Comité Paritario. 3. Copia de instrucción y procedimiento de trabajo seguro con que contaba la demandante para la labores que cumplía el demandante el día que sufrió el accidente debidamente firmadas por el trabajador. 4. Denuncias y comunicaciones de siniestro efectuadas a cualquier compañía de seguros respecto del accidente sufrido por el demandante. 5. Copia de reglamento interno de orden higiene de seguridad y las constancias de presentación ante el SEREMI de Salud, ante la Inspección del Trabajo y comprobante de entrega al demandante. 6. Exhibición de documentos de un juicio que existiría entre las demandadas. Se tiene por cumplida la exhibición solicitada por la parte demandante en la audiencia preparatoria, en lo respectivo a los documentos 3 y 5. La demandada indica que los demás documentos no los tiene en su poder. La parte demandante solicita el apercibimiento legal, lo que será resuelto en definitiva, lo que consta en el registro de audio. OFICIO: Se incorpora respuesta oficio solicitado por la parte demandante, a la Mutual de seguridad de fecha, donde se adjunto copia íntegra de la ficha clínica del demandante e indica atenciones del Sr. Tamayo a raíz del accidente del día, 25 de mayo de 2010, diagnóstico, tratamiento físico, psicológico y psiquiátrico, período de recuperación, intervenciones quirúrgicas, tiempo de hospitalización. SEXTO: Que la parte demandada principal no ofreció ni incorporó prueba alguna. SÉPTIMO: Que la parte demandada solidaria incorporó la siguiente prueba: DOCUMENTAL: 1. Contrato trabajo. 2. Pacto horas extraordinarias. 3. Registro de capacitación y declaración firmado por el actor. 4. Registro charla inducción a trabajador nuevo 24 de febrero de 2011. 5. Ficha individual de entrega y reposición de elementos de seguridad y protección personal. 6. Acta de entrega de reglamento interno de orden higiene y seguridad. 7. Registro de charla de hombre nuevo. 8. Reglamento interno de Constructora Claro, Vicuña, Valenzuela S.A. 9. Informe de investigación de incidentes efectuado por el prevencionista de riesgos de Constructora Claro, Vicuña, Valenzuela S.A. de fecha 26 de mayo de 2010. 10. Declaración Alejandro Ponce Garay que da cuenta como testigo del accidente. 11. Registro entrega reglamento especial para contratistas y reglamento para seguridad de Constructora Claro, Vicuña, Valenzuela S.A. 12. Entrega de sistema de seguridad y salud del trabajo en faena de 19 de noviembre de 2009. 13. Procedimiento de trabajo seguro de la obra. 14. Entrega de información de programa de empresa competitiva 2.0 para empresas contratistas entregado con fecha 19 de noviembre de 2009.

CONFESIONAL: Se produce la confesional ficta de don Leonardo Pérez Muga, representante legal de la demanda principal quien no concurre al llamamiento judicial. Comparece absolviendo posiciones don Guillermo Rodríguez Salgado, en su calidad de representante legal de la demandada, quien previamente juramentado expone, lo que consta en el registro de audio. TESTIMONIAL: Comparecen y prestan testimonio los testigos doña Rosa de Lourdes González Muñoz y doña Fresia Tamayo González, cuyas declaraciones constan íntegramente en el registro de audio. EXHIBICIÓN DE DOCUMENTOS: La demandada principal exhibió a la parte demandante: Declaración individual de accidente del trabajo (Diat). La demandante solicitó la exhibición de los siguientes documentos: 1. Copia de informe de investigación de comité paritario respecto del accidente sufrido por el demandante. 2. Copia de 3 sesiones previas y 3 sesiones posteriores al accidente, del Comité Paritario. 3. Copia de instrucción y procedimiento de trabajo seguro con que contaba la demandante para la labores que cumplía el demandante el día que sufrió el accidente debidamente firmadas por el trabajador. 4. Denuncias y comunicaciones de siniestro efectuadas a cualquier compañía de seguros respecto del accidente sufrido por el demandante. 5. Copia de reglamento interno de orden higiene de seguridad y las constancias de presentación ante el SEREMI de Salud, ante la Inspección del Trabajo y comprobante de entrega al demandante. 6. Exhibición de documentos de un juicio que existiría entre las demandadas. Se tiene por cumplida la exhibición solicitada por la parte demandante en la audiencia preparatoria, en lo respectivo a los documentos 3 y 5. La demandada indica que los demás documentos no los tiene en su poder. La parte demandante solicita el apercibimiento legal, lo que será resuelto en definitiva, lo que consta en el registro de audio. OFICIO: Se incorpora respuesta oficio solicitado por la parte demandante, a la Mutual de seguridad de fecha, donde se adjunto copia íntegra de la ficha clínica del demandante e indica atenciones del Sr. Tamayo a raíz del accidente del día, 25 de mayo de 2010, diagnóstico, tratamiento físico, psicológico y psiquiátrico, período de recuperación, intervenciones quirúrgicas, tiempo de hospitalización. SEXTO: Que la parte demandada principal no ofreció ni incorporó prueba alguna. SÉPTIMO: Que la parte demandada solidaria incorporó la siguiente prueba: DOCUMENTAL: 1. Contrato trabajo. 2. Pacto horas extraordinarias. 3. Registro de capacitación y declaración firmado por el actor. 4. Registro charla inducción a trabajador nuevo 24 de febrero de 2011. 5. Ficha individual de entrega y reposición de elementos de seguridad y protección personal. 6. Acta de entrega de reglamento interno de orden higiene y seguridad. 7. Registro de charla de hombre nuevo. 8. Reglamento interno de Constructora Claro, Vicuña, Valenzuela S.A. 9. Informe de investigación de incidentes efectuado por el prevencionista de riesgos de Constructora Claro, Vicuña, Valenzuela S.A. de fecha 26 de mayo de 2010. 10. Declaración Alejandro Ponce Garay que da cuenta como testigo del accidente. 11. Registro entrega reglamento especial para contratistas y reglamento para seguridad de Constructora Claro, Vicuña, Valenzuela S.A. 12. Entrega de sistema de seguridad y salud del trabajo en faena de 19 de noviembre de 2009. 13. Procedimiento de trabajo seguro de la obra. 14. Entrega de información de programa de empresa competitiva 2.0 para empresas contratistas entregado con fecha 19 de noviembre de 2009. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

263

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

15. Entrega plan de medio ambiente de la empresa Constructora Claro, Vicuña, Valenzuela S.A. a Constructora Armas. 16. Carta enviada por el comité paritario de la obra bicentenario a la Constructora Armas. 17. Carta de invitación del Comité paritario a los trabajadores de Constructora Armas. 18. Charla suscrita por el actor sobre “Mantener Distancia de Maquinarias“. 19. Charla suscrita por el actor sobre “ Trabajo seguro con Maquinarias“. 20. Registro de capacitación de 29 de marzo de 2010 sobre “Responsabilidad en el trabajo“. 21. 16 registros de capacitación y entrenamientos suscritos por el demandante. 22. Copia de contrato de trabajo por faena del prevencionista Cristian Pérez López. 23. Contrato de la Sra. Erika Rioseco Hurtado Subgerente de Prevención de Riesgos. 24. Copia del carnet de la SEREMI DE SALUD de la Sra. Erika Rioseco. 25. Informe medio de la mutual de seguridad de fecha 03 de marzo de 2011. 26. 5 inspecciones de excavación en la obra bicentenario. 27. 2 charlas suscritas por el actor. 28. Instructivo de seguridad en la fabricación de morteros y ajuste de hormigón. 29. 10 registros de capacitación y entrenamientos no firmados por el actor. 30. Observación de conducta, seguridad y salud, de fecha 16 de febrero de 2010. 31. 9 inspecciones de maquinarias. 32. 4 correos electrónicos del prevencionista de la empresa al Sr. Eduardo López. 33. DIAT del accidente recepcionado en las tranqueras. 34. Manual de gestión integrada. 35. Resultado de auditoría efectuada por la Mutual de Seguridad. CONFESIONAL: Se desiste. TESTIMONIAL: Previo juramento declaran don Alejandro Ponce Garay, don José Parra Sánchez y don Mario Dinamarca Soto, cuyos testimonios constan íntegramente en el registro de audio de la audiencia de juicio. OCTAVO: Que, no se encuentra discutido por las partes de este juicio que el día 25 de mayo de 2010, el actor Guillermo Del Carmen Tamayo Rodríguez, sufrió un accidente laboral, lo que se discute en el proceso, fueron las circunstancias en que se produjo el accidente, si las demandadas tomaron las medidas de seguridad necesarias para evitar el accidente, si el demandante se expuso imprudentemente al daño, los perjuicios sufridos por el demandante, el grado de incapacidad sufrido por el actor, y las responsabilidad que le cabría a la demandada solidaria Claro Vicuña S.A. todo lo anterior de conformidad a la controversia fijada en la audiencia de preparación llevada a efecto en este proceso. NOVENO: Que, asentado lo anterior, surge como normativa legal aplicable a la cuestión debatida el artículo 184 del Código del Trabajo, norma de cuyo tenor literal se desprende que la obligación de diligencia y cuidado que la ley impone al empleador en la especie, es de mayor entidad, que la comúnmente exigida en los contratos bilaterales, pues no sólo es de cargo de aquel tomar todas las medidas de seguridad necesarias para proteger la vida y salud de sus trabajadores, sino que, además, debe hacerlo eficazmente. En consecuencia, atendido lo dispuesto en el ya citado artículo 184 del Código del Trabajo, correspondió a las empresas demandadas acreditar que efectivamente tomaron todas las medidas de seguridad que la naturaleza de las faenas ameritaba, para proteger eficazmente la vida y salud del dependiente don Guillermo Del Carmen Tamayo Rodríguez, en los términos y modalidades a que legalmente estaba obligado. DÉCIMO: Que al efecto, era carga probatoria en primer término de la demandada principal acreditar en juicio que tomó todas las medidas tendientes a evitar el accidente sufrido por el demandante, quien no contestó la demanda de acuerdo a lo expuesto en el motivo segundo y no se presentó debidamente representada a estrados a ofrecer o rendir ningún tipo de prueba, situación que tiene contemplada en nuestra legislación laboral una innovadora sanción contemplada en el articulo 453 N° 1 inciso séptimo, consistente en que el juez tiene la facultad de considerar como tácitamente admitidos los hechos

264

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

15. Entrega plan de medio ambiente de la empresa Constructora Claro, Vicuña, Valenzuela S.A. a Constructora Armas. 16. Carta enviada por el comité paritario de la obra bicentenario a la Constructora Armas. 17. Carta de invitación del Comité paritario a los trabajadores de Constructora Armas. 18. Charla suscrita por el actor sobre “Mantener Distancia de Maquinarias“. 19. Charla suscrita por el actor sobre “ Trabajo seguro con Maquinarias“. 20. Registro de capacitación de 29 de marzo de 2010 sobre “Responsabilidad en el trabajo“. 21. 16 registros de capacitación y entrenamientos suscritos por el demandante. 22. Copia de contrato de trabajo por faena del prevencionista Cristian Pérez López. 23. Contrato de la Sra. Erika Rioseco Hurtado Subgerente de Prevención de Riesgos. 24. Copia del carnet de la SEREMI DE SALUD de la Sra. Erika Rioseco. 25. Informe medio de la mutual de seguridad de fecha 03 de marzo de 2011. 26. 5 inspecciones de excavación en la obra bicentenario. 27. 2 charlas suscritas por el actor. 28. Instructivo de seguridad en la fabricación de morteros y ajuste de hormigón. 29. 10 registros de capacitación y entrenamientos no firmados por el actor. 30. Observación de conducta, seguridad y salud, de fecha 16 de febrero de 2010. 31. 9 inspecciones de maquinarias. 32. 4 correos electrónicos del prevencionista de la empresa al Sr. Eduardo López. 33. DIAT del accidente recepcionado en las tranqueras. 34. Manual de gestión integrada. 35. Resultado de auditoría efectuada por la Mutual de Seguridad. CONFESIONAL: Se desiste. TESTIMONIAL: Previo juramento declaran don Alejandro Ponce Garay, don José Parra Sánchez y don Mario Dinamarca Soto, cuyos testimonios constan íntegramente en el registro de audio de la audiencia de juicio. OCTAVO: Que, no se encuentra discutido por las partes de este juicio que el día 25 de mayo de 2010, el actor Guillermo Del Carmen Tamayo Rodríguez, sufrió un accidente laboral, lo que se discute en el proceso, fueron las circunstancias en que se produjo el accidente, si las demandadas tomaron las medidas de seguridad necesarias para evitar el accidente, si el demandante se expuso imprudentemente al daño, los perjuicios sufridos por el demandante, el grado de incapacidad sufrido por el actor, y las responsabilidad que le cabría a la demandada solidaria Claro Vicuña S.A. todo lo anterior de conformidad a la controversia fijada en la audiencia de preparación llevada a efecto en este proceso. NOVENO: Que, asentado lo anterior, surge como normativa legal aplicable a la cuestión debatida el artículo 184 del Código del Trabajo, norma de cuyo tenor literal se desprende que la obligación de diligencia y cuidado que la ley impone al empleador en la especie, es de mayor entidad, que la comúnmente exigida en los contratos bilaterales, pues no sólo es de cargo de aquel tomar todas las medidas de seguridad necesarias para proteger la vida y salud de sus trabajadores, sino que, además, debe hacerlo eficazmente. En consecuencia, atendido lo dispuesto en el ya citado artículo 184 del Código del Trabajo, correspondió a las empresas demandadas acreditar que efectivamente tomaron todas las medidas de seguridad que la naturaleza de las faenas ameritaba, para proteger eficazmente la vida y salud del dependiente don Guillermo Del Carmen Tamayo Rodríguez, en los términos y modalidades a que legalmente estaba obligado. DÉCIMO: Que al efecto, era carga probatoria en primer término de la demandada principal acreditar en juicio que tomó todas las medidas tendientes a evitar el accidente sufrido por el demandante, quien no contestó la demanda de acuerdo a lo expuesto en el motivo segundo y no se presentó debidamente representada a estrados a ofrecer o rendir ningún tipo de prueba, situación que tiene contemplada en nuestra legislación laboral una innovadora sanción contemplada en el articulo 453 N° 1 inciso séptimo, consistente en que el juez tiene la facultad de considerar como tácitamente admitidos los hechos

264

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

265

contenidos en la demanda, facultad de la cual se hará uso, por estimar que la demandada teniendo la posibilidad de hacerlo ha optado por la pasividad, exponiéndose a la aplicación de una innovadora sanción protectora de los derechos laborales, por lo que se tiene como tácitamente admitidos cada unos de los hechos que sirven de fundamento a la acción y que dicen relación con esta demandada, vale decir, la existencia de la relación laboral entre las partes, su fecha de inicio, que el actor fue contratado para desempeñar funciones como maestro y que el día 25 de mayo sufrió un accidente del trabajo, luego de que su jefe le encomendara preparar la mescla de una máquina Betonera y al engrasar la misma con un palo, esta le extrajera su dedo índice derecho. Que lo expuesto anteriormente es reforzado por la inasistencia de la parte demandada a absolver posiciones, aplicándose el apercibimiento del articulo 454 Nº 3, teniéndose como efectivas las alegaciones contenidas en la demanda. Que lo anterior es reforzado por el Oficio recepcionado de la Mutual de Seguridad que indica en la Declaración DIAT que el actor sufre un accidente al efectuar mantención a Betonera. UNDÉCIMO: Que, atento a lo establecido precedentemente, no habiéndose acreditado de ninguna forma por la parte demandada principal que mantenga las medidas de seguridad y supervigilancia auténtica en cuanto a la forma como deba o haya de desarrollarse la actividad del actor, como debió hacerlo, corresponde concluir que, el accidente sufrido por don Guillermo Del Carmen Tamayo Rodríguez, y el resultado dañoso producido a su salud, tuvo como causa inmediata y directa la omisión inaceptable de la demandada respecto a velar y supervigilar el estricto cumplimiento de la obligación que le impone el artículo 184 del Código del Trabajo. DUODÉCIMO: Que, con el mérito a lo establecido y concluido en los fundamentos precedentes, se rechazan todas y cada una de las alegaciones efectuadas por la demandada principal, en el sentido que el actor se expuso imprudentemente al daño sufrido a consecuencia del accidente del trabajo. DECIMOTERCERO: Que, respecto al daño moral, cuya concepción y aplicación como consecuencia de la responsabilidad extra contractual y contractual, muy particularmente esta última, se ha incrementado por la vía de la creación jurisprudencial, para concordar en que éste se identifica con los dolores y turbaciones psíquicas que derivan del quebranto padecido. Así nuestros tribunales han dicho que el daño moral es el dolor, la aflicción, el pesar en la víctima o en sus parientes más cercanos o aquel que consiste en el dolor psíquico y aun físico que se experimenta a raíz de un suceso determinado. Estos daños, en consecuencia, son aquéllos que se refieren al patrimonio espiritual, a los bienes inmateriales, tales como la salud, el honor, la libertad y otros análogos. Que, sin embargo, otra cosa es el quantum de la indemnización por daño moral el cual, ciertamente, no es compensatorio, desde que no es objetivamente dimensionable, sino que debe ser sólo reparatorio, por lo que debe estar destinado a morigerar, disminuir o atenuar las consecuencias del mal sufrido, en consecuencia, en el caso en comento resulta evidente que el demandante, experimentó dolor y sufrimiento, como consecuencia de las lesiones sufridas que producto del accidente sufrió con fractura expuesta y amputación interfalangica proximal del índice derecho. Que es claro que el actor ha experimentado dolor psíquico y aun físico, aflicción y pesar, como lo expresaron sus testigos quienes estuvieron contestes en que el actor desde el accidente ya no es el mismo, que no es feliz, que se siente avergonzado de su mano, desanimado, ha cambiado su humor y con el objeto de determinar la existencia del daño afectivo y moral producto del accidente sufrido. Que la evaluación y determinación del referido daño, se encuentra entregada al criterio del Juez que conoce de la causa y por ello tiene un carácter netamente subjetivo, su valorización se encuentra entregada al mérito del proceso, que con tal finalidad y considerando también el informe definitivo de la COMPIN debidamente incorporado, del porcentaje de incapacidad del demandante, de un 17.5%, esta magistratura estimará prudencialmente que el monto por concepto de daño moral asciende a la suma de $ 8.000.000.– (ocho millones de pesos). DECIMOCUARTO: Que respecto de la responsabilidad que le cabría a la demandada Constructora Claro Vicuña Valenzuela S.A., es necesario precisar que el demandante ha interpuesto la presente demanda con el objeto que se condene a las indemnizaciones que cobra en su libelo, en forma solidaria subsidiaria, directa y/o simplemente conjunta, según en derecho corresponda a Constructora Claro Vicuña Valenzuela S.A., atendido que sus servicios se prestaron bajo régimen de subcontratación, cues-

contenidos en la demanda, facultad de la cual se hará uso, por estimar que la demandada teniendo la posibilidad de hacerlo ha optado por la pasividad, exponiéndose a la aplicación de una innovadora sanción protectora de los derechos laborales, por lo que se tiene como tácitamente admitidos cada unos de los hechos que sirven de fundamento a la acción y que dicen relación con esta demandada, vale decir, la existencia de la relación laboral entre las partes, su fecha de inicio, que el actor fue contratado para desempeñar funciones como maestro y que el día 25 de mayo sufrió un accidente del trabajo, luego de que su jefe le encomendara preparar la mescla de una máquina Betonera y al engrasar la misma con un palo, esta le extrajera su dedo índice derecho. Que lo expuesto anteriormente es reforzado por la inasistencia de la parte demandada a absolver posiciones, aplicándose el apercibimiento del articulo 454 Nº 3, teniéndose como efectivas las alegaciones contenidas en la demanda. Que lo anterior es reforzado por el Oficio recepcionado de la Mutual de Seguridad que indica en la Declaración DIAT que el actor sufre un accidente al efectuar mantención a Betonera. UNDÉCIMO: Que, atento a lo establecido precedentemente, no habiéndose acreditado de ninguna forma por la parte demandada principal que mantenga las medidas de seguridad y supervigilancia auténtica en cuanto a la forma como deba o haya de desarrollarse la actividad del actor, como debió hacerlo, corresponde concluir que, el accidente sufrido por don Guillermo Del Carmen Tamayo Rodríguez, y el resultado dañoso producido a su salud, tuvo como causa inmediata y directa la omisión inaceptable de la demandada respecto a velar y supervigilar el estricto cumplimiento de la obligación que le impone el artículo 184 del Código del Trabajo. DUODÉCIMO: Que, con el mérito a lo establecido y concluido en los fundamentos precedentes, se rechazan todas y cada una de las alegaciones efectuadas por la demandada principal, en el sentido que el actor se expuso imprudentemente al daño sufrido a consecuencia del accidente del trabajo. DECIMOTERCERO: Que, respecto al daño moral, cuya concepción y aplicación como consecuencia de la responsabilidad extra contractual y contractual, muy particularmente esta última, se ha incrementado por la vía de la creación jurisprudencial, para concordar en que éste se identifica con los dolores y turbaciones psíquicas que derivan del quebranto padecido. Así nuestros tribunales han dicho que el daño moral es el dolor, la aflicción, el pesar en la víctima o en sus parientes más cercanos o aquel que consiste en el dolor psíquico y aun físico que se experimenta a raíz de un suceso determinado. Estos daños, en consecuencia, son aquéllos que se refieren al patrimonio espiritual, a los bienes inmateriales, tales como la salud, el honor, la libertad y otros análogos. Que, sin embargo, otra cosa es el quantum de la indemnización por daño moral el cual, ciertamente, no es compensatorio, desde que no es objetivamente dimensionable, sino que debe ser sólo reparatorio, por lo que debe estar destinado a morigerar, disminuir o atenuar las consecuencias del mal sufrido, en consecuencia, en el caso en comento resulta evidente que el demandante, experimentó dolor y sufrimiento, como consecuencia de las lesiones sufridas que producto del accidente sufrió con fractura expuesta y amputación interfalangica proximal del índice derecho. Que es claro que el actor ha experimentado dolor psíquico y aun físico, aflicción y pesar, como lo expresaron sus testigos quienes estuvieron contestes en que el actor desde el accidente ya no es el mismo, que no es feliz, que se siente avergonzado de su mano, desanimado, ha cambiado su humor y con el objeto de determinar la existencia del daño afectivo y moral producto del accidente sufrido. Que la evaluación y determinación del referido daño, se encuentra entregada al criterio del Juez que conoce de la causa y por ello tiene un carácter netamente subjetivo, su valorización se encuentra entregada al mérito del proceso, que con tal finalidad y considerando también el informe definitivo de la COMPIN debidamente incorporado, del porcentaje de incapacidad del demandante, de un 17.5%, esta magistratura estimará prudencialmente que el monto por concepto de daño moral asciende a la suma de $ 8.000.000.– (ocho millones de pesos). DECIMOCUARTO: Que respecto de la responsabilidad que le cabría a la demandada Constructora Claro Vicuña Valenzuela S.A., es necesario precisar que el demandante ha interpuesto la presente demanda con el objeto que se condene a las indemnizaciones que cobra en su libelo, en forma solidaria subsidiaria, directa y/o simplemente conjunta, según en derecho corresponda a Constructora Claro Vicuña Valenzuela S.A., atendido que sus servicios se prestaron bajo régimen de subcontratación, cuesACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

265

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

tión que no se encuentra controvertida en el proceso y que fue establecida como un hecho pacífico por las partes en la audiencia de preparación. Que el artículo 183–B del Código Laboral dispone lo siguiente: “La empresa principal será solidariamente responsable de las obligaciones laborales y previsionales de dar que afecten a los contratistas en favor de los trabajadores de éstos, incluidas las eventuales indemnizaciones legales que correspondan por término de la relación laboral. Tal responsabilidad estará limitada al tiempo o período durante el cual el o los trabajadores prestaron servicios en régimen de subcontratación para la empresa principal“. Que a la luz de las disposición legal transcrita precedentemente se puede establecer que la responsabilidad del dueño de la obra –que puede ser solidaria o subsidiaria– respecto de las obligaciones laborales y previsionales “de dar, a favor de los trabajadores del contratista o subcontratista, incluidas las eventuales indemnizaciones legales que correspondan por término de la relación laboral y dentro del límite temporal indicado, pues su responsabilidad abarcará únicamente el tiempo durante el cual el o los trabajadores prestaron servicios en régimen de subcontratación “para la empresa principal. Ello no incluye, naturalmente, las obligaciones de hacer, como la de proporcionar condiciones de seguridad a los dependientes. Que, no obstante, la reforma introducida por la ley N° 20.123, que rige desde el 14 de enero de 2007, lejos de liberar a la empresa principal de toda responsabilidad, le impone directamente la obligación de velar por la vida y salud de los trabajadores de sus empresas subcontratadas que laboren en la respectiva obra, empresa o faena. De este modo, su responsabilidad no deriva ni está vinculada con el posible incumplimiento del empleador, sino tiene su causa en su propio comportamiento. Es así que el artículo 183 E del Código del Trabajo, estatuye que: “Sin perjuicio de las obligaciones de la empresa principal, contratista y subcontratista respecto de sus propios trabajadores en virtud de lo dispuesto en el artículo 184, la empresa principal deberá adoptar las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de todos los trabajadores que laboran en su obra, empresa o faena, cualquiera sea su dependencia, en conformidad a lo dispuesto en el artículo 66 bis de la ley Nº 16.744 y el artículo 3º del decreto supremo Nº 594, de 1999, del Ministerio de Salud. En los casos de construcción de edificaciones por un precio único prefijado, no procederán las obligaciones y responsabilidades señaladas en el inciso precedente, cuando quien encargue la obra sea una persona natural. Sin perjuicio de los derechos que se reconocen en este Párrafo 1º al trabajador en régimen de subcontratación, respecto del dueño de la obra, empresa o faena, el trabajador gozará de todos los derechos que las leyes del trabajo le reconocen en relación con su empleador. A su turno, el inciso 1° del artículo 184 de la misma normativa, pertinente a la infracción de ley que se reclama, dispone: “El empleador estará obligado a tomar todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de los trabajadores, informando de los posibles riesgos y manteniendo las condiciones adecuadas de higiene y seguridad en las faenas, como también los implementos necesarios para prevenir accidentes y enfermedades profesionales“. Que de acuerdo a las normas transcritas precedentemente, en caso de accidentes del trabajo, el empleador directo –en este caso el contratista– tiene una responsabilidad propia en el cumplimiento de la obligación legal de adoptar medidas dirigidas a conseguir la protección eficaz de la salud y la vida de todos los trabajadores que laboran en la obra, empresa o faena, cualquiera sea su empleador. Según el tenor literal de dichos preceptos, no cabe duda que la conducta exigida corresponde a una obligación de hacer, que también debe cumplir, con la misma extensión, el dueño de la empresa principal, respecto de sus dependientes y de otros trabajadores que laboren en el trabajo encargado, aun cuando los servicios se presten fuera de su establecimiento, o si por la naturaleza de las funciones, el trabajo deba realizarse en un lugar distinto, como ocurre en la especie. Que en la especie, como se señaló, no resulta controvertido el trabajo del actor en régimen de subcontratación, ya que el actor desarrollaba funciones en la obra Condominio Bicentenario que construía la demandada, a quien le asiste responsabilidad directa en el accidente ocurrido al actor ya que no acreditó en juicio haber dado cumplimiento a la obligación de adoptar eficazmente las medidas de seguridad que le impone la ley, al haberse limitado a incorporar una serie de documentos tales como

266

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

tión que no se encuentra controvertida en el proceso y que fue establecida como un hecho pacífico por las partes en la audiencia de preparación. Que el artículo 183–B del Código Laboral dispone lo siguiente: “La empresa principal será solidariamente responsable de las obligaciones laborales y previsionales de dar que afecten a los contratistas en favor de los trabajadores de éstos, incluidas las eventuales indemnizaciones legales que correspondan por término de la relación laboral. Tal responsabilidad estará limitada al tiempo o período durante el cual el o los trabajadores prestaron servicios en régimen de subcontratación para la empresa principal“. Que a la luz de las disposición legal transcrita precedentemente se puede establecer que la responsabilidad del dueño de la obra –que puede ser solidaria o subsidiaria– respecto de las obligaciones laborales y previsionales “de dar, a favor de los trabajadores del contratista o subcontratista, incluidas las eventuales indemnizaciones legales que correspondan por término de la relación laboral y dentro del límite temporal indicado, pues su responsabilidad abarcará únicamente el tiempo durante el cual el o los trabajadores prestaron servicios en régimen de subcontratación “para la empresa principal. Ello no incluye, naturalmente, las obligaciones de hacer, como la de proporcionar condiciones de seguridad a los dependientes. Que, no obstante, la reforma introducida por la ley N° 20.123, que rige desde el 14 de enero de 2007, lejos de liberar a la empresa principal de toda responsabilidad, le impone directamente la obligación de velar por la vida y salud de los trabajadores de sus empresas subcontratadas que laboren en la respectiva obra, empresa o faena. De este modo, su responsabilidad no deriva ni está vinculada con el posible incumplimiento del empleador, sino tiene su causa en su propio comportamiento. Es así que el artículo 183 E del Código del Trabajo, estatuye que: “Sin perjuicio de las obligaciones de la empresa principal, contratista y subcontratista respecto de sus propios trabajadores en virtud de lo dispuesto en el artículo 184, la empresa principal deberá adoptar las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de todos los trabajadores que laboran en su obra, empresa o faena, cualquiera sea su dependencia, en conformidad a lo dispuesto en el artículo 66 bis de la ley Nº 16.744 y el artículo 3º del decreto supremo Nº 594, de 1999, del Ministerio de Salud. En los casos de construcción de edificaciones por un precio único prefijado, no procederán las obligaciones y responsabilidades señaladas en el inciso precedente, cuando quien encargue la obra sea una persona natural. Sin perjuicio de los derechos que se reconocen en este Párrafo 1º al trabajador en régimen de subcontratación, respecto del dueño de la obra, empresa o faena, el trabajador gozará de todos los derechos que las leyes del trabajo le reconocen en relación con su empleador. A su turno, el inciso 1° del artículo 184 de la misma normativa, pertinente a la infracción de ley que se reclama, dispone: “El empleador estará obligado a tomar todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de los trabajadores, informando de los posibles riesgos y manteniendo las condiciones adecuadas de higiene y seguridad en las faenas, como también los implementos necesarios para prevenir accidentes y enfermedades profesionales“. Que de acuerdo a las normas transcritas precedentemente, en caso de accidentes del trabajo, el empleador directo –en este caso el contratista– tiene una responsabilidad propia en el cumplimiento de la obligación legal de adoptar medidas dirigidas a conseguir la protección eficaz de la salud y la vida de todos los trabajadores que laboran en la obra, empresa o faena, cualquiera sea su empleador. Según el tenor literal de dichos preceptos, no cabe duda que la conducta exigida corresponde a una obligación de hacer, que también debe cumplir, con la misma extensión, el dueño de la empresa principal, respecto de sus dependientes y de otros trabajadores que laboren en el trabajo encargado, aun cuando los servicios se presten fuera de su establecimiento, o si por la naturaleza de las funciones, el trabajo deba realizarse en un lugar distinto, como ocurre en la especie. Que en la especie, como se señaló, no resulta controvertido el trabajo del actor en régimen de subcontratación, ya que el actor desarrollaba funciones en la obra Condominio Bicentenario que construía la demandada, a quien le asiste responsabilidad directa en el accidente ocurrido al actor ya que no acreditó en juicio haber dado cumplimiento a la obligación de adoptar eficazmente las medidas de seguridad que le impone la ley, al haberse limitado a incorporar una serie de documentos tales como

266

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

267

Registro de capacitación y declaración, Registro charla inducción a trabajador nuevo 24 de febrero de 2011, Ficha individual de entrega y reposición de elementos de seguridad y protección personal, Acta de entrega de reglamento interno de orden higiene y seguridad, Registro de charla de hombre nuevo, Reglamento interno de Constructora Claro, Vicuña, Valenzuela S.A., que dan cuenta de haber realizado charlas sobre riesgos laborales con anterioridad al accidente en las cuales no consta fehacientemente el tema de la capacitación, y haber confeccionado un informe preliminar de accidente de fecha 26 de mayo de 2010, del cual no aparece con claridad quien lo confeccionó, y no aporta ningún antecedente respecto de la causa del accidente y sobre todo respecto al cumplimiento de las medidas de seguridad para evitar su ocurrencia por parte de la demandada. Que asimismo, incorpora una copia de la Declaración Individual de Accidente del Trabajo efectuada por el empleador –documento que es también remitido por la Mutual de Seguridad–, que refiere en la descripción del accidente que el trabajador se aprieta el dedo índice de la mano derecha al realizar mantención a Betonera. Tal información es perfectamente concordante con el relato del actor y contrario a la teoría del caso de esta demandada, que pretende convencer a esta magistratura de que el trabajador, de mutuo propio, realizó una maniobra en el trompo o betonera, que no era la que le correspondía de acuerdo a sus funciones. Que en tal sentido expresan los testigo de la demandada don Alejandro Ponce Garay señala: día accidente, estaba a 7 metros de trompito funcionando y escucho del accidente. Fue a ver y se agarro la mano. El comentario de la los viejos es que había tratado de agarrar algo con la mano. No sabe por qué el actor usó el trompito porque no era el encargado; don José Parra Sánchez quien indica “estaba a 25 metros de la betonera. Él era la persona autorizada porque le hacían charlas. El actor carretillaba, y don Mario Dinamarca Soto que expresa “Fue a ver cuando llego le dijeron que se atrapo un dedo en el engranaje de un trompito. Es decir, ninguno de los testigos presenció los hechos ya que se encontraban a varios metros del lugar en donde estaba el actor, sus declaraciones constituyen conjeturas de lo que creen le puede haber ocurrido al señor Tamayo, y no son aptas para desvirtuar las conclusiones previamente establecidas respecto de la forma cómo ocurrieron los hechos. Que en cuanto al cumplimento de las medidas de seguridad, nada aportan puesto que en definitiva no saben cómo ni por qué ocurrió el accidente, ni explican de qué forma la empresa lo intentó evitar. Que por lo tanto Constructora Claro Vicuña Valenzuela S.A, como dueña de la empresa, obra o faena, tiene una responsabilidad propia y directa en el accidente del trabajo sufrido por el actor, conforme al artículo 183–E del Código del ramo. DECIMOQUINTO: Que, concurriendo una pluralidad de sujetos obligados a una misma prestación de carácter divisible, se hace aplicable la regla general para este tipo de obligaciones, en este caso, las simplemente conjuntas o mancomunadas, en que cada deudor está obligado al pago de su parte o cuota de la deuda, descartando el cumplimiento en solidaridad de la obligación, ya que para que ésta proceda debe ser establecida en virtud de una convención, testamento o de la ley, como lo establece el inciso 2º del artículo 1511 del Código Civil. Que atendido lo anterior, la demandada Constructora Claro Vicuña Valenzuela S.A. será condenada en forma simplemente conjunta o mancomunada, a las prestaciones que por esta sentencia se establezcan en favor del actor. DECIMOSEXTO: Que, con el mérito a lo establecido y concluido en los fundamentos precedentes, se rechazan todas y cada una de las alegaciones efectuadas por la demandada Constructora Claro Vicuña Valenzuela S.A., en el sentido que el actor se expuso imprudentemente al daño, y que su responsabilidad sea subsidiaria. DECIMOSÉPTIMO: Que la prueba se apreció de conformidad a las reglas de la sana crítica, que la demás prueba documental en nada altera las conclusiones expresadas en los fundamentos anteriores y que no se hará lugar al apercibimiento del articulo 453 N° 5 solicitado por el demandante, por no haberse especificado que alegaciones debían estimarse probadas con la prueba decretada. Y visto lo dispuesto en los artículos 19 N° 1 de la Constitución Política de la República, 7, 184, 446 y siguientes del Código del Trabajo, artículo 66 bis de la ley Nº 16.744 y decreto supremo Nº 76 del Ministerio del Trabajo, se declara:

Registro de capacitación y declaración, Registro charla inducción a trabajador nuevo 24 de febrero de 2011, Ficha individual de entrega y reposición de elementos de seguridad y protección personal, Acta de entrega de reglamento interno de orden higiene y seguridad, Registro de charla de hombre nuevo, Reglamento interno de Constructora Claro, Vicuña, Valenzuela S.A., que dan cuenta de haber realizado charlas sobre riesgos laborales con anterioridad al accidente en las cuales no consta fehacientemente el tema de la capacitación, y haber confeccionado un informe preliminar de accidente de fecha 26 de mayo de 2010, del cual no aparece con claridad quien lo confeccionó, y no aporta ningún antecedente respecto de la causa del accidente y sobre todo respecto al cumplimiento de las medidas de seguridad para evitar su ocurrencia por parte de la demandada. Que asimismo, incorpora una copia de la Declaración Individual de Accidente del Trabajo efectuada por el empleador –documento que es también remitido por la Mutual de Seguridad–, que refiere en la descripción del accidente que el trabajador se aprieta el dedo índice de la mano derecha al realizar mantención a Betonera. Tal información es perfectamente concordante con el relato del actor y contrario a la teoría del caso de esta demandada, que pretende convencer a esta magistratura de que el trabajador, de mutuo propio, realizó una maniobra en el trompo o betonera, que no era la que le correspondía de acuerdo a sus funciones. Que en tal sentido expresan los testigo de la demandada don Alejandro Ponce Garay señala: día accidente, estaba a 7 metros de trompito funcionando y escucho del accidente. Fue a ver y se agarro la mano. El comentario de la los viejos es que había tratado de agarrar algo con la mano. No sabe por qué el actor usó el trompito porque no era el encargado; don José Parra Sánchez quien indica “estaba a 25 metros de la betonera. Él era la persona autorizada porque le hacían charlas. El actor carretillaba, y don Mario Dinamarca Soto que expresa “Fue a ver cuando llego le dijeron que se atrapo un dedo en el engranaje de un trompito. Es decir, ninguno de los testigos presenció los hechos ya que se encontraban a varios metros del lugar en donde estaba el actor, sus declaraciones constituyen conjeturas de lo que creen le puede haber ocurrido al señor Tamayo, y no son aptas para desvirtuar las conclusiones previamente establecidas respecto de la forma cómo ocurrieron los hechos. Que en cuanto al cumplimento de las medidas de seguridad, nada aportan puesto que en definitiva no saben cómo ni por qué ocurrió el accidente, ni explican de qué forma la empresa lo intentó evitar. Que por lo tanto Constructora Claro Vicuña Valenzuela S.A, como dueña de la empresa, obra o faena, tiene una responsabilidad propia y directa en el accidente del trabajo sufrido por el actor, conforme al artículo 183–E del Código del ramo. DECIMOQUINTO: Que, concurriendo una pluralidad de sujetos obligados a una misma prestación de carácter divisible, se hace aplicable la regla general para este tipo de obligaciones, en este caso, las simplemente conjuntas o mancomunadas, en que cada deudor está obligado al pago de su parte o cuota de la deuda, descartando el cumplimiento en solidaridad de la obligación, ya que para que ésta proceda debe ser establecida en virtud de una convención, testamento o de la ley, como lo establece el inciso 2º del artículo 1511 del Código Civil. Que atendido lo anterior, la demandada Constructora Claro Vicuña Valenzuela S.A. será condenada en forma simplemente conjunta o mancomunada, a las prestaciones que por esta sentencia se establezcan en favor del actor. DECIMOSEXTO: Que, con el mérito a lo establecido y concluido en los fundamentos precedentes, se rechazan todas y cada una de las alegaciones efectuadas por la demandada Constructora Claro Vicuña Valenzuela S.A., en el sentido que el actor se expuso imprudentemente al daño, y que su responsabilidad sea subsidiaria. DECIMOSÉPTIMO: Que la prueba se apreció de conformidad a las reglas de la sana crítica, que la demás prueba documental en nada altera las conclusiones expresadas en los fundamentos anteriores y que no se hará lugar al apercibimiento del articulo 453 N° 5 solicitado por el demandante, por no haberse especificado que alegaciones debían estimarse probadas con la prueba decretada. Y visto lo dispuesto en los artículos 19 N° 1 de la Constitución Política de la República, 7, 184, 446 y siguientes del Código del Trabajo, artículo 66 bis de la ley Nº 16.744 y decreto supremo Nº 76 del Ministerio del Trabajo, se declara: ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

267

RETIRO

268

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

I. Que, SE ACOGE la demanda deducida, en cuanto se condena a las demandadas Constructora Armas Ltda. y Cía. Ltda. en su calidad de empleadora directa y Constructora Claro Vicuña Valenzuela S.A., en calidad de empresa principal o mandante, a pagar en forma simplemente conjunta o mancomunada, al demandante don Guillermo del Carmen Tamayo Rodríguez, la suma total de $ 8.000.000, por concepto de daño moral, debiendo concurrir cada demandada al pago por la suma de $ 4.000.000, cada una, con más el reajuste que prevé el artículo 63 del Código del Trabajo, en razón de no haber cumplido con su obligación como lo dispone el artículo 184 del Código del Trabajo. II. Que, SE RECHAZA la demanda en las demás pretensiones. III. Que, SE CONDENA a las demandadas al pago de las costas de la causa, en razón de haber resultado totalmente vencidas, regulándose las personales en la suma de $ 200.000 respecto de cada una de ellas. IV. Ejecutoriada esta sentencia, cúmplase lo dispuesto en ella, dentro de quinto día. En caso contrario, certifíquese dicha circunstancia y pasen los antecedentes al Juzgado de Cobranza Laboral y Previsional. Regístrese, notifíquese a las partes y archívese en su oportunidad. Dictada por Eugenia Paz Fuenzalida Reyes, Juez Titular del Primer Juzgado de Letras del Trabajo de Santiago.

I. Que, SE ACOGE la demanda deducida, en cuanto se condena a las demandadas Constructora Armas Ltda. y Cía. Ltda. en su calidad de empleadora directa y Constructora Claro Vicuña Valenzuela S.A., en calidad de empresa principal o mandante, a pagar en forma simplemente conjunta o mancomunada, al demandante don Guillermo del Carmen Tamayo Rodríguez, la suma total de $ 8.000.000, por concepto de daño moral, debiendo concurrir cada demandada al pago por la suma de $ 4.000.000, cada una, con más el reajuste que prevé el artículo 63 del Código del Trabajo, en razón de no haber cumplido con su obligación como lo dispone el artículo 184 del Código del Trabajo. II. Que, SE RECHAZA la demanda en las demás pretensiones. III. Que, SE CONDENA a las demandadas al pago de las costas de la causa, en razón de haber resultado totalmente vencidas, regulándose las personales en la suma de $ 200.000 respecto de cada una de ellas. IV. Ejecutoriada esta sentencia, cúmplase lo dispuesto en ella, dentro de quinto día. En caso contrario, certifíquese dicha circunstancia y pasen los antecedentes al Juzgado de Cobranza Laboral y Previsional. Regístrese, notifíquese a las partes y archívese en su oportunidad. Dictada por Eugenia Paz Fuenzalida Reyes, Juez Titular del Primer Juzgado de Letras del Trabajo de Santiago. 268

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

269

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol N° O–904–2011 Cita online: CL/JUR/9273/2011 I. SENTENCIA DEL JUZGADO DE LETRAS DEL TRABAJO Santiago, veinticuatro de junio de dos mil once. VISTOS, OÍDOS Y TENIENDO PRESENTE: PRIMERO: Que comparece don Jaime Aburto Guevara, chileno, soltero, domiciliado en calle Huérfanos N° 1117, oficina 707, Santiago, quien en representación de Abel Hernández Sánchez, de 38 años, casado, empleado, de su mismo domicilio, deduce demanda en procedimiento de aplicación general de indemnización por accidente del trabajo, en contra de la empresa Yolito Balart Hermanos Ltda., representada por don Antonio Yolito Balart, de quien ignora estado civil y profesión, domiciliado en Avda. Las Condes N° 7090, comuna de Las Condes. Indica que con fecha 13 de diciembre de 2004, suscribió contrato con la empresa demandada; que los servicios prestados eran de auxiliar de bodega, debiendo en la práctica cargar, descargar y despachar mercadería; que tenía una jornada de trabajo de 7:30 a 18:30 horas con 30 minutos de colación; y que su remuneración ascendía a la suma de $ 236.000.– Reitera que durante la relación laboral la función del demandante era de cargador, debiendo por instrucciones bajar las planchas de vulcanita de 60 kilos, bolsas o sacos de cemento de 40 ó 50 kilos, cocinas a leña de 120 ó 150 kilos, tinas de 70 kilos, entre otros. Señala que todas estas funciones y esfuerzos se realizaban sin ningún tipo de protección otorgada por la demandada, y sin haber entregado algún tipo de capacitación para realizar en forma apropiada las labores encomendadas. Indica que con fecha 8 de marzo de 2007, prestando servicios para la demandada, al descargar unas planchas de vulcanita de 60 kilos, resultó con un dolor intenso en la región lumbar derecha. El supervisor de la empresa, al constatarse del hecho, lo mandó a descansar entre los materiales de construcción, obligándolo a mantenerse en la empresa hasta que finalizara su jornada de trabajo. Indica que solicitó en reiteradas ocasiones que lo derivaran a la Mutual, pues el dolor era inimaginable y su movilidad estaba totalmente disminuida, no obstante ante dicha petición el jefe se negó, señalándole que dicha institución se encontraría muy llena y que debería ir a un doctor particular, advierte que con la intención de no responder por el accidente de trabajo. Manifiesta que la empresa, aceptó derivarlo a la Mutual el día 28 de marzo de 2007, donde fue evaluado y operado el 15 de mayo de 2007, dándose de alta el día 16 de mayo de 2007, continuando con controles ambulatorios y kinesioterapia. A las diez semanas post operatorio, señala que continuaba con molestias, declarándose secuelas pos quirúrgicas habituales; el 16 de octubre de 2007 predomina un dolor facetario efectuándose en pabellón un bloqueo de las facetas, además de la colación de nuevo depromedrol peridural; el 14 de diciembre de 2007, la comisión evaluadora de incapacidad determinó en un 20% la pérdida de capacidad; el 7 de marzo de 2008, el actor fue despedido por necesidades de la empresa por la demandada, claramente por encontrarse imposibilitado de continuar los servicios de fuerza física. Indica que de manera posterior al despido, los dolores de espalda duran hasta la actualidad, debiendo utilizar una faja y cremas para el dolor, así como medicamentos. Señala que el accidente, le ha impedido buscar empleos mejores remunerados grandes dolores por estar sentado, encontrando dolo de aseador, sin que sea aceptado en muchos lugares por su incapacidad. Señala que producto del accidente, le ha quedado dañado el nervio ciático, que le ocasiona una especie de corriente en la pierna, recogiéndosela. Agrega que de las nuevas imposibilidades o limitaciones, esta la de jugar fútbol, debiendo renunciar a la lugar en que participaba; en el ámbito sexual, los medicamentos que ingiere son derivados de la morfina, por lo que le han quitado el líbido, ocasionando problemas con su esposa, causando incluso impotencia parcial. Señala que el demandante tiene 38 años de edad, su esposa 37 años, y dos hijos varones de 15 y 4 años; que el accidente de trabajo y sus secuelas le impiden realizar la mayoría de las actividades recreacionales, en especial con su hijo más pequeño, que por los dolores ni siquiera puede tomarlo en brazos; afirma que los responsables del accidente es

Santiago, veinticuatro de junio de dos mil once. VISTOS, OÍDOS Y TENIENDO PRESENTE: PRIMERO: Que comparece don Jaime Aburto Guevara, chileno, soltero, domiciliado en calle Huérfanos N° 1117, oficina 707, Santiago, quien en representación de Abel Hernández Sánchez, de 38 años, casado, empleado, de su mismo domicilio, deduce demanda en procedimiento de aplicación general de indemnización por accidente del trabajo, en contra de la empresa Yolito Balart Hermanos Ltda., representada por don Antonio Yolito Balart, de quien ignora estado civil y profesión, domiciliado en Avda. Las Condes N° 7090, comuna de Las Condes. Indica que con fecha 13 de diciembre de 2004, suscribió contrato con la empresa demandada; que los servicios prestados eran de auxiliar de bodega, debiendo en la práctica cargar, descargar y despachar mercadería; que tenía una jornada de trabajo de 7:30 a 18:30 horas con 30 minutos de colación; y que su remuneración ascendía a la suma de $ 236.000.– Reitera que durante la relación laboral la función del demandante era de cargador, debiendo por instrucciones bajar las planchas de vulcanita de 60 kilos, bolsas o sacos de cemento de 40 ó 50 kilos, cocinas a leña de 120 ó 150 kilos, tinas de 70 kilos, entre otros. Señala que todas estas funciones y esfuerzos se realizaban sin ningún tipo de protección otorgada por la demandada, y sin haber entregado algún tipo de capacitación para realizar en forma apropiada las labores encomendadas. Indica que con fecha 8 de marzo de 2007, prestando servicios para la demandada, al descargar unas planchas de vulcanita de 60 kilos, resultó con un dolor intenso en la región lumbar derecha. El supervisor de la empresa, al constatarse del hecho, lo mandó a descansar entre los materiales de construcción, obligándolo a mantenerse en la empresa hasta que finalizara su jornada de trabajo. Indica que solicitó en reiteradas ocasiones que lo derivaran a la Mutual, pues el dolor era inimaginable y su movilidad estaba totalmente disminuida, no obstante ante dicha petición el jefe se negó, señalándole que dicha institución se encontraría muy llena y que debería ir a un doctor particular, advierte que con la intención de no responder por el accidente de trabajo. Manifiesta que la empresa, aceptó derivarlo a la Mutual el día 28 de marzo de 2007, donde fue evaluado y operado el 15 de mayo de 2007, dándose de alta el día 16 de mayo de 2007, continuando con controles ambulatorios y kinesioterapia. A las diez semanas post operatorio, señala que continuaba con molestias, declarándose secuelas pos quirúrgicas habituales; el 16 de octubre de 2007 predomina un dolor facetario efectuándose en pabellón un bloqueo de las facetas, además de la colación de nuevo depromedrol peridural; el 14 de diciembre de 2007, la comisión evaluadora de incapacidad determinó en un 20% la pérdida de capacidad; el 7 de marzo de 2008, el actor fue despedido por necesidades de la empresa por la demandada, claramente por encontrarse imposibilitado de continuar los servicios de fuerza física. Indica que de manera posterior al despido, los dolores de espalda duran hasta la actualidad, debiendo utilizar una faja y cremas para el dolor, así como medicamentos. Señala que el accidente, le ha impedido buscar empleos mejores remunerados grandes dolores por estar sentado, encontrando dolo de aseador, sin que sea aceptado en muchos lugares por su incapacidad. Señala que producto del accidente, le ha quedado dañado el nervio ciático, que le ocasiona una especie de corriente en la pierna, recogiéndosela. Agrega que de las nuevas imposibilidades o limitaciones, esta la de jugar fútbol, debiendo renunciar a la lugar en que participaba; en el ámbito sexual, los medicamentos que ingiere son derivados de la morfina, por lo que le han quitado el líbido, ocasionando problemas con su esposa, causando incluso impotencia parcial. Señala que el demandante tiene 38 años de edad, su esposa 37 años, y dos hijos varones de 15 y 4 años; que el accidente de trabajo y sus secuelas le impiden realizar la mayoría de las actividades recreacionales, en especial con su hijo más pequeño, que por los dolores ni siquiera puede tomarlo en brazos; afirma que los responsables del accidente es

I. SENTENCIA DEL JUZGADO DE LETRAS DEL TRABAJO

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol N° O–904–2011 Cita online: CL/JUR/9273/2011 ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

269

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

la empresa demandada, ya que no tomó las medidas de prevención de riesgo ni tampoco tomaron las medidas de seguridad adecuadas para evitar que el accidente sucediera. Afirma que los daños físicos, psíquicos y morales se encuentran establecidos a través de informe médico de 19 de noviembre de 2007, que transcribe; que en la actualidad es víctima de un perjuicio de sufrimiento y un perjuicio de agrado. Señala la normativa laboral y de seguridad social que se debe entender infringida por la demandada, como consecuencia del accidente sufrido. En cuanto a la responsabilidad contractual, la infracción al artículo 184 del Código del Trabajo, da origen a una responsabilidad contractual, siendo responsable de culpa levísima, resolviéndose obligación su obligación en la indemnización provocada por su incumplimiento; las normas que regulan esta materia son las contenidas en los artículos 19 N° 1 de la Constitución Política de la República, artículos 1547, 1556 y 1557 del Código Civil, artículo 184 del Código del Trabajo, artículo 69 de la ley Nº 16.744. En cuanto a la indemnización por concepto de lucro cesante, en conformidad a diversa jurisprudencia, se encuentra representada por los emolumentos que el actor dejará de percibir con ocasión de este accidente, proyectada por los años y meses de vida laboral que le restan entre esta fecha y el momento en que se deba cumplir los 65 años de edad, fecha previsible de jubilación, indica que la remuneración del demandante ascendía a la suma de $ 236.000 mensuales, lo que multiplicado hasta cumplir los 65 años da $ 84.960.000; teniendo presente que la disminución de la capacidad de generar ingresos asciende a un 20%, queda definitivamente el lucro cesante por la suma de $ 16.992.000. En cuanto al daño moral, cuantifica este concepto en la suma de $ 70.000.000.Luego de citas legales solicita se condene a la demandada al pago de las prestaciones antes indicadas por las sumas solicitadas. SEGUNDO: Que la demandada, al contestar la demanda solicita el rechazo de la misma, con costas, por cuanto controvierte los argumentos de hecho y en su totalidad los argumentos de derecho. Opone excepción de finiquito, por cuanto señala que el demandante en forma personal firmó su finiquito de contrato, el cual goza de pleno poder liberatorio; tal instrumento se suscribió entre su representada y el demandante con fecha 7 de marzo de 2008, en el cual se daba término a la relación laboral habida entre el 13 de diciembre de 2004 y el 7 de marzo d 2008, manifestando el demandante que le otorgaba el más amplio, y total finiquito declaración que formula libre y espontáneamente, en perfecto y cabal conocimiento de cada uno y todos sus derechos. Agrega que en tal instrumento no consta ninguna reserva de derechos, respecto de alguna situación pendiente, ni en su anverso o reverso, del modo que goza de pleno poder liberatorio entre las partes. La parte demandante da argumentaciones en relación al finiquito y las formalidades legales exigidas por el legislador, cita jurisprudencia judicial al respecto. Añade que en la especie ha transcurrido en largo tiempo entre la fecha del accidente, la suscripción del finiquito y la interposición de la demanda, lo que deja en evidencia que el demandante estuvo plenamente conforme al momento de suscribir el finiquito y liberar a su empleador de toda responsabilidad; añade que el demandante sabía perfectamente la entidad del accidente que había sufrido cuando firmó su finiquito, de caso contrario no tiene explicación que 4 años después alegue que le quedaron secuelas del mismo, situación que señala contraria los actos anteriores. Como segundo aspecto previo, indica que la demanda está mal planteada y no cumple con las exigencias legales, por cuanto si bien sustenta la acción en el incumplimiento a lo dispuesto en el artículo 184 del Código del Trabajo, sin indicar qué clase de medidas de seguridad no habría adoptado su representada, es decir, no especifica cuáles fueron los incumplimientos específicos que se imputan, asimismo la demanda hace alusión a la ley Nº 16.744 y su reglamento, pero tampoco indica cuáles serían aquellas prescripciones específicas de seguridad para la ejecución de las labores que desempeñaba el actor; luego expresa que se quebrantó el artículo 66 de esa ley Nº 3 y 37 del D.S. N°594, no obstante no indica en qué forma se habrían producido dichas infracciones, cuál habría sido la acción u omisión de su representada constitutiva de tales infracciones, lo que se habría hecho mal o lo que se habría dejado de hacer, para haber impedido el accidente laboral imputado, todo lo cual genera una situación de indefensión para su representada, por cuanto no resulta posible hacerse cargo de una imputación tan general, el tenor de la redacción de la demanda, entrega la sensación de estar en presencia de un formato de demanda utilizado para cualquier accidente y que simplemente se le cambiaron los datos

270

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

la empresa demandada, ya que no tomó las medidas de prevención de riesgo ni tampoco tomaron las medidas de seguridad adecuadas para evitar que el accidente sucediera. Afirma que los daños físicos, psíquicos y morales se encuentran establecidos a través de informe médico de 19 de noviembre de 2007, que transcribe; que en la actualidad es víctima de un perjuicio de sufrimiento y un perjuicio de agrado. Señala la normativa laboral y de seguridad social que se debe entender infringida por la demandada, como consecuencia del accidente sufrido. En cuanto a la responsabilidad contractual, la infracción al artículo 184 del Código del Trabajo, da origen a una responsabilidad contractual, siendo responsable de culpa levísima, resolviéndose obligación su obligación en la indemnización provocada por su incumplimiento; las normas que regulan esta materia son las contenidas en los artículos 19 N° 1 de la Constitución Política de la República, artículos 1547, 1556 y 1557 del Código Civil, artículo 184 del Código del Trabajo, artículo 69 de la ley Nº 16.744. En cuanto a la indemnización por concepto de lucro cesante, en conformidad a diversa jurisprudencia, se encuentra representada por los emolumentos que el actor dejará de percibir con ocasión de este accidente, proyectada por los años y meses de vida laboral que le restan entre esta fecha y el momento en que se deba cumplir los 65 años de edad, fecha previsible de jubilación, indica que la remuneración del demandante ascendía a la suma de $ 236.000 mensuales, lo que multiplicado hasta cumplir los 65 años da $ 84.960.000; teniendo presente que la disminución de la capacidad de generar ingresos asciende a un 20%, queda definitivamente el lucro cesante por la suma de $ 16.992.000. En cuanto al daño moral, cuantifica este concepto en la suma de $ 70.000.000.Luego de citas legales solicita se condene a la demandada al pago de las prestaciones antes indicadas por las sumas solicitadas. SEGUNDO: Que la demandada, al contestar la demanda solicita el rechazo de la misma, con costas, por cuanto controvierte los argumentos de hecho y en su totalidad los argumentos de derecho. Opone excepción de finiquito, por cuanto señala que el demandante en forma personal firmó su finiquito de contrato, el cual goza de pleno poder liberatorio; tal instrumento se suscribió entre su representada y el demandante con fecha 7 de marzo de 2008, en el cual se daba término a la relación laboral habida entre el 13 de diciembre de 2004 y el 7 de marzo d 2008, manifestando el demandante que le otorgaba el más amplio, y total finiquito declaración que formula libre y espontáneamente, en perfecto y cabal conocimiento de cada uno y todos sus derechos. Agrega que en tal instrumento no consta ninguna reserva de derechos, respecto de alguna situación pendiente, ni en su anverso o reverso, del modo que goza de pleno poder liberatorio entre las partes. La parte demandante da argumentaciones en relación al finiquito y las formalidades legales exigidas por el legislador, cita jurisprudencia judicial al respecto. Añade que en la especie ha transcurrido en largo tiempo entre la fecha del accidente, la suscripción del finiquito y la interposición de la demanda, lo que deja en evidencia que el demandante estuvo plenamente conforme al momento de suscribir el finiquito y liberar a su empleador de toda responsabilidad; añade que el demandante sabía perfectamente la entidad del accidente que había sufrido cuando firmó su finiquito, de caso contrario no tiene explicación que 4 años después alegue que le quedaron secuelas del mismo, situación que señala contraria los actos anteriores. Como segundo aspecto previo, indica que la demanda está mal planteada y no cumple con las exigencias legales, por cuanto si bien sustenta la acción en el incumplimiento a lo dispuesto en el artículo 184 del Código del Trabajo, sin indicar qué clase de medidas de seguridad no habría adoptado su representada, es decir, no especifica cuáles fueron los incumplimientos específicos que se imputan, asimismo la demanda hace alusión a la ley Nº 16.744 y su reglamento, pero tampoco indica cuáles serían aquellas prescripciones específicas de seguridad para la ejecución de las labores que desempeñaba el actor; luego expresa que se quebrantó el artículo 66 de esa ley Nº 3 y 37 del D.S. N°594, no obstante no indica en qué forma se habrían producido dichas infracciones, cuál habría sido la acción u omisión de su representada constitutiva de tales infracciones, lo que se habría hecho mal o lo que se habría dejado de hacer, para haber impedido el accidente laboral imputado, todo lo cual genera una situación de indefensión para su representada, por cuanto no resulta posible hacerse cargo de una imputación tan general, el tenor de la redacción de la demanda, entrega la sensación de estar en presencia de un formato de demanda utilizado para cualquier accidente y que simplemente se le cambiaron los datos

270

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

271

esenciales, demuestra lo anterior cuando en la página 7 del libelo de demanda se habla de un acoso laboral. Indica que el demandante no explica en qué habría consistido el incumplimiento de su representada, lo que es esencial desde el momento en que se pretende hacer efectiva una responsabilidad legal por un supuesto accidente del trabajo, todo lo que hace incumplir la exigencia legal de hacer una relación circunstanciada de los hechos, en los que se funda la demanda, situación que le impide incorporar pruebas para acreditar sus dichos, cita jurisprudencia judicial relativa a la materia. En cuanto a los hechos contenidos en la demanda, da cuenta del giro de su representada, y que dentro de las habituales actividades en que ella se desarrolla está la carga, descarga y traslado de materiales y en cuanto a la carga que debía efectuar el demandante, según expresa en su demanda, la niega. Explica que el peso de las planchas de volcanita es de 32.5 Kg cada una; los sacos de cemento son de 42 kg cada uno, las tinas no pesan más de 40 kilos, y su representada no vende cocinas a leña; asimismo afirma que jamás se le ha exigido a un solo trabajador levantar pesos que excedan de lo legal, por cuanto de hacerlo se pone en riesgo su salud y además se pone en riesgo la integridad misma del producto, ya que si el mismo se destroza, el perjuicio sólo recae en la empresa; por ello la gran mayoría de los traslados de materiales de mayor peso, que no pueden ser levantados por personas, se hace por medios mecánicos con lo son las paletas, montacarga, carros manuales de arrastre y traspaletas que su representada tiene dispuestos para ese fin, advierte que sólo el traslado de materiales cuyo peso es menor a 50 kg, se hace de manera manual por personas que son los auxiliares de bodega y generalmente se hace de a dos personas, para evitar cualquier daño. Reconoce relación laboral con el demandante, y las funciones prestadas, explicando en qué consistían las mismas. En cuanto a la desvinculación del actor el 7 de marzo de 2008, afirma que en caso alguno ello ocurrió por la supuesta “incapacidad física del demandante“. Controvierte íntegramente lo aseverado por el actor en cuanto a los hechos que le habrían originado sus lesiones, y lo ocurrido con fecha 8 de marzo de 2007, ya que no es efectivo que las planchas de volcanita, no pesan 60 kg, y cada su traslado es de a una cada vez. Además se trata de una plancha de larga dimensión, y de escaso grosor por lo que se dobla o flexa con facilidad, por ello la carga y traslado de la misma se hace de a dos personas conjuntamente, ya que se hace por una sola persona, la plancha se quiebra, pues son fabricadas de yeso cartón. Precisa que en la descarga de las planchas las realiza el personal dependiente del fabricante de las mismas quien despacha las planchas hasta las dependencias de su representada y sólo en la eventualidad se requiere el traslado a otro lugar de la empresa, pero aquello se efectúa con dos personas; agrega que además la descarga de materiales siempre se hacen de a dos personas, precisamente para aliviar el peso que debe soportar cada uno. Niega que el demandante haya informado de la lesión al supervisor y que éste lo hubiera enviado a descansar, relata que lo que ocurrió fue que durante el día 8 de marzo de 2007, el actor le informó a Daniel Sandoval, Jefe de Operaciones de la Bodega, que sentía un dolor en la zona lumbar, sin señalar las razones de ello, sólo que no podía seguir trabajando; al día siguiente presentó una licencia médica y luego presentó una licencia médica y posteriormente dos más, por un total de 29 días, comenzando el reposo el 7 de marzo de 2007, es decir, un día antes de la fecha del supuesto accidente sufrido. Agrega que lo relevante en este caso es que las tres licencias médicas fueron por enfermedad común y no por accidente de trabajo o enfermedad profesional, pues en momento alguno se informó a la empresa de una situación como esa. Señala que el demandante tenía plena libertad para haber indicado a su médico tratante qué tipo de lesión padecía y cuál era su origen, situación esencial a la hora de determinar si se estaba en presencia de un accidente de trabajo o una enfermedad común; controvierte que se le negara permiso al demandante para acudir a la mutual, sino que requerido éste jamás justificó el origen de su lesión, ni como se produjo; lo anterior se ve agravado por el hecho que sus compañeros de trabajo, sabían que el demandante ya tenía una antigua lesión en el mismo lugar donde ahora se quejaba, tanto es así que su representada siempre reclamó a la ACHS, que la situación del actor fuera calificada como un accidente del trabajo de ya que jamás supo de la existencia de este y además presentaba antecedentes anteriores, por ello niega que el actor hubiese exigido varias veces que se le enviara a la ACHS al tener dolores inimaginables, ni menos que su jefe se negara a ello, por cuanto dicha institución estaría llena, argumento que señala carece de toda lógica, ya que tal situación

esenciales, demuestra lo anterior cuando en la página 7 del libelo de demanda se habla de un acoso laboral. Indica que el demandante no explica en qué habría consistido el incumplimiento de su representada, lo que es esencial desde el momento en que se pretende hacer efectiva una responsabilidad legal por un supuesto accidente del trabajo, todo lo que hace incumplir la exigencia legal de hacer una relación circunstanciada de los hechos, en los que se funda la demanda, situación que le impide incorporar pruebas para acreditar sus dichos, cita jurisprudencia judicial relativa a la materia. En cuanto a los hechos contenidos en la demanda, da cuenta del giro de su representada, y que dentro de las habituales actividades en que ella se desarrolla está la carga, descarga y traslado de materiales y en cuanto a la carga que debía efectuar el demandante, según expresa en su demanda, la niega. Explica que el peso de las planchas de volcanita es de 32.5 Kg cada una; los sacos de cemento son de 42 kg cada uno, las tinas no pesan más de 40 kilos, y su representada no vende cocinas a leña; asimismo afirma que jamás se le ha exigido a un solo trabajador levantar pesos que excedan de lo legal, por cuanto de hacerlo se pone en riesgo su salud y además se pone en riesgo la integridad misma del producto, ya que si el mismo se destroza, el perjuicio sólo recae en la empresa; por ello la gran mayoría de los traslados de materiales de mayor peso, que no pueden ser levantados por personas, se hace por medios mecánicos con lo son las paletas, montacarga, carros manuales de arrastre y traspaletas que su representada tiene dispuestos para ese fin, advierte que sólo el traslado de materiales cuyo peso es menor a 50 kg, se hace de manera manual por personas que son los auxiliares de bodega y generalmente se hace de a dos personas, para evitar cualquier daño. Reconoce relación laboral con el demandante, y las funciones prestadas, explicando en qué consistían las mismas. En cuanto a la desvinculación del actor el 7 de marzo de 2008, afirma que en caso alguno ello ocurrió por la supuesta “incapacidad física del demandante“. Controvierte íntegramente lo aseverado por el actor en cuanto a los hechos que le habrían originado sus lesiones, y lo ocurrido con fecha 8 de marzo de 2007, ya que no es efectivo que las planchas de volcanita, no pesan 60 kg, y cada su traslado es de a una cada vez. Además se trata de una plancha de larga dimensión, y de escaso grosor por lo que se dobla o flexa con facilidad, por ello la carga y traslado de la misma se hace de a dos personas conjuntamente, ya que se hace por una sola persona, la plancha se quiebra, pues son fabricadas de yeso cartón. Precisa que en la descarga de las planchas las realiza el personal dependiente del fabricante de las mismas quien despacha las planchas hasta las dependencias de su representada y sólo en la eventualidad se requiere el traslado a otro lugar de la empresa, pero aquello se efectúa con dos personas; agrega que además la descarga de materiales siempre se hacen de a dos personas, precisamente para aliviar el peso que debe soportar cada uno. Niega que el demandante haya informado de la lesión al supervisor y que éste lo hubiera enviado a descansar, relata que lo que ocurrió fue que durante el día 8 de marzo de 2007, el actor le informó a Daniel Sandoval, Jefe de Operaciones de la Bodega, que sentía un dolor en la zona lumbar, sin señalar las razones de ello, sólo que no podía seguir trabajando; al día siguiente presentó una licencia médica y luego presentó una licencia médica y posteriormente dos más, por un total de 29 días, comenzando el reposo el 7 de marzo de 2007, es decir, un día antes de la fecha del supuesto accidente sufrido. Agrega que lo relevante en este caso es que las tres licencias médicas fueron por enfermedad común y no por accidente de trabajo o enfermedad profesional, pues en momento alguno se informó a la empresa de una situación como esa. Señala que el demandante tenía plena libertad para haber indicado a su médico tratante qué tipo de lesión padecía y cuál era su origen, situación esencial a la hora de determinar si se estaba en presencia de un accidente de trabajo o una enfermedad común; controvierte que se le negara permiso al demandante para acudir a la mutual, sino que requerido éste jamás justificó el origen de su lesión, ni como se produjo; lo anterior se ve agravado por el hecho que sus compañeros de trabajo, sabían que el demandante ya tenía una antigua lesión en el mismo lugar donde ahora se quejaba, tanto es así que su representada siempre reclamó a la ACHS, que la situación del actor fuera calificada como un accidente del trabajo de ya que jamás supo de la existencia de este y además presentaba antecedentes anteriores, por ello niega que el actor hubiese exigido varias veces que se le enviara a la ACHS al tener dolores inimaginables, ni menos que su jefe se negara a ello, por cuanto dicha institución estaría llena, argumento que señala carece de toda lógica, ya que tal situación ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

271

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

no es relevante ni perjudicial para el empleador. Indica que en aquellos pocos casos en los que se han verificado accidentes del trabajo en forma inmediata, se han derivado a la mutual de seguridad, ya que no existe razón para evitar tal decisión. Señala que el demandante no indica cuáles eran las medidas particulares de prevención y de seguridad que se debían haber tomado en la empresa, para evitar que ocurriera su supuesto accidente, lo que es un signo de la falta de fundamento de la demanda, ya que no existe certeza de las lesiones que alega el actor, y que éstas sean consecuencia de un accidente de trabajo, ya que si es el mismo hecho de marzo de 2007, el mismo es una enfermedad común y no un siniestro laboral y aun cuando el demandante fuera tratado en la ACHS, su representada reclamó de la calificación del mismo; y si se llega a tratar de esto último, era un hecho absolutamente evitable pues el demandante, debía abstenerse de levantar más peso que aquél establecido en la propia ley, 50 kilos y que nadie en la empresa lo obliga a hacer e indica que todos los trabajadores de su representada que ejecutan labores de carga y descarga, se encuentran informados que no pueden cargar pesos excesivos. Advierte que el demandante tenía una antiguedad de más de dos años en el cargo, y que durante aquél período ejecutó la misma labor, por lo que conocía perfectamente lo que debía o no debía hacer, sin que se tratara de algo nuevo que hacer. Reconoce la entre a todos los auxiliares de patio una faja lumbar que precisamente tiene por objeto proteger la integridad física previniendo la ocurrencia de lesiones por levantar peso excedido; admite que el propio reglamento interno contempla expresamente una regulación sobre los riesgos de pesos inherentes cuando se ejecutan estas actividades. Señala que en la especie hay ausencia responsabilidad de su parte, pues en el caso se han adoptado todas las medidas de seguridad que le correspondían, con la suscripción de los instrumentos respectivos y la entrega de documentos necesarios; su representada cuenta con un Comité Paritario de Higiene y Seguridad, le fue entregado al actor el equipamiento de seguridad adecuado para trabajar, en especial la faja lumbar que era utilizada diariamente por el actor y que había sido entregada dos meses antes del accidente. Indica que su representada contaba con la asesoría de un Ingeniero en prevención de riesgos para otorgar así una mayor protección a sus trabajadores, como a su vez todos los auxiliares de patio estaban informados y en conocimiento de las condiciones en que debían realizar las actividades de carga de materiales, absteniéndose de levantar objetos que excedieran del máximo legal, ya que para ello utilizan medios mecánicos dispuestos. Por ello sostiene que no concurren en la especie los elementos constitutivos de responsabilidad de su representada para reclamar la indemnización pretendida, ya que aquel elemento esencial consiste en haber faltado a la obligación de cuidado, lo que no se configura. Hace presente que una vez que el demandante fue tratado por la ACHS, de acuerdo al diagnóstico de ésta, volvió a trabajar para su empresa sin problema alguno, sin demostrar ningún síntoma o falencia médica que denotara alguna consecuencia de la lesión, por ello firmó finiquito sin problemas y sin reserva de acciones. En forma subsidiaria alega caso fortuito, ya que su representada cumplió con todas las medidas y disposiciones de seguridad y agrega que el demandante relató en varias ocasiones a sus compañeros de trabajo, que tenía un disco apolillado, situación que resulta coincidente con lo indicado en informe médico, vale decir el demandante ya padecía de una lesión en el mismo lugar donde fue intervenido quirúrgicamente, descartando con ello una relación de causalidad directa entre algún incumplimiento imputable a su representada y la lesión. Indica que lo que ocurrió es que debido a la lesión, las actividades de carga y descarga afectaron aun más la zona lesionada, provocando aquél dolor que manifestó el actor en el mes de marzo de 2007 y admite que si el actor padecía de esta dolencia y su labor de auxiliar de patio, es claro que no debía estar constantemente exigiendo su físico en labores de carga de peso, ya que evidente que en algún momento ello se iba a agravar. Controvierte en su totalidad tanto en su naturaleza, procedencia y extensión, los perjuicios reclamados, debiendo ser acreditados conforme a las reglas generales. Alega la extemporaneidad del reclamo, ya que si el demandante se recuperó, no logra entender que después de 4 años desde la fecha del accidente, alegue una serie de daños físicos y psíquicos; señala que le sorprende la cuantía de los mismos y en relación al informe médica, ha sido el mismo demandante quien en su demanda confiesa haber sido dado de alta en mayo de 2007, y que luego en octubre de 2007, se le practicó una resonancia nuclear magnética la cual demostró la inexistencia de algo anormal. Indica que la respuesta de la ex-

272

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

no es relevante ni perjudicial para el empleador. Indica que en aquellos pocos casos en los que se han verificado accidentes del trabajo en forma inmediata, se han derivado a la mutual de seguridad, ya que no existe razón para evitar tal decisión. Señala que el demandante no indica cuáles eran las medidas particulares de prevención y de seguridad que se debían haber tomado en la empresa, para evitar que ocurriera su supuesto accidente, lo que es un signo de la falta de fundamento de la demanda, ya que no existe certeza de las lesiones que alega el actor, y que éstas sean consecuencia de un accidente de trabajo, ya que si es el mismo hecho de marzo de 2007, el mismo es una enfermedad común y no un siniestro laboral y aun cuando el demandante fuera tratado en la ACHS, su representada reclamó de la calificación del mismo; y si se llega a tratar de esto último, era un hecho absolutamente evitable pues el demandante, debía abstenerse de levantar más peso que aquél establecido en la propia ley, 50 kilos y que nadie en la empresa lo obliga a hacer e indica que todos los trabajadores de su representada que ejecutan labores de carga y descarga, se encuentran informados que no pueden cargar pesos excesivos. Advierte que el demandante tenía una antiguedad de más de dos años en el cargo, y que durante aquél período ejecutó la misma labor, por lo que conocía perfectamente lo que debía o no debía hacer, sin que se tratara de algo nuevo que hacer. Reconoce la entre a todos los auxiliares de patio una faja lumbar que precisamente tiene por objeto proteger la integridad física previniendo la ocurrencia de lesiones por levantar peso excedido; admite que el propio reglamento interno contempla expresamente una regulación sobre los riesgos de pesos inherentes cuando se ejecutan estas actividades. Señala que en la especie hay ausencia responsabilidad de su parte, pues en el caso se han adoptado todas las medidas de seguridad que le correspondían, con la suscripción de los instrumentos respectivos y la entrega de documentos necesarios; su representada cuenta con un Comité Paritario de Higiene y Seguridad, le fue entregado al actor el equipamiento de seguridad adecuado para trabajar, en especial la faja lumbar que era utilizada diariamente por el actor y que había sido entregada dos meses antes del accidente. Indica que su representada contaba con la asesoría de un Ingeniero en prevención de riesgos para otorgar así una mayor protección a sus trabajadores, como a su vez todos los auxiliares de patio estaban informados y en conocimiento de las condiciones en que debían realizar las actividades de carga de materiales, absteniéndose de levantar objetos que excedieran del máximo legal, ya que para ello utilizan medios mecánicos dispuestos. Por ello sostiene que no concurren en la especie los elementos constitutivos de responsabilidad de su representada para reclamar la indemnización pretendida, ya que aquel elemento esencial consiste en haber faltado a la obligación de cuidado, lo que no se configura. Hace presente que una vez que el demandante fue tratado por la ACHS, de acuerdo al diagnóstico de ésta, volvió a trabajar para su empresa sin problema alguno, sin demostrar ningún síntoma o falencia médica que denotara alguna consecuencia de la lesión, por ello firmó finiquito sin problemas y sin reserva de acciones. En forma subsidiaria alega caso fortuito, ya que su representada cumplió con todas las medidas y disposiciones de seguridad y agrega que el demandante relató en varias ocasiones a sus compañeros de trabajo, que tenía un disco apolillado, situación que resulta coincidente con lo indicado en informe médico, vale decir el demandante ya padecía de una lesión en el mismo lugar donde fue intervenido quirúrgicamente, descartando con ello una relación de causalidad directa entre algún incumplimiento imputable a su representada y la lesión. Indica que lo que ocurrió es que debido a la lesión, las actividades de carga y descarga afectaron aun más la zona lesionada, provocando aquél dolor que manifestó el actor en el mes de marzo de 2007 y admite que si el actor padecía de esta dolencia y su labor de auxiliar de patio, es claro que no debía estar constantemente exigiendo su físico en labores de carga de peso, ya que evidente que en algún momento ello se iba a agravar. Controvierte en su totalidad tanto en su naturaleza, procedencia y extensión, los perjuicios reclamados, debiendo ser acreditados conforme a las reglas generales. Alega la extemporaneidad del reclamo, ya que si el demandante se recuperó, no logra entender que después de 4 años desde la fecha del accidente, alegue una serie de daños físicos y psíquicos; señala que le sorprende la cuantía de los mismos y en relación al informe médica, ha sido el mismo demandante quien en su demanda confiesa haber sido dado de alta en mayo de 2007, y que luego en octubre de 2007, se le practicó una resonancia nuclear magnética la cual demostró la inexistencia de algo anormal. Indica que la respuesta de la ex-

272

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

273

temporaneidad en el reclamo, la entrega otro informe médico en el que se señala que en evaluación de equipo de salud mental impresiona conducta de enfermedad animada, orientado a la incapacidad de obtención de beneficios, incorporando en su contestación el contenido del informe de 29 de noviembre de 2007. Manifiesta que las sumas pretendidas por el demandante son desmedidas y que si tuvieran éxito, trasuntan una suerte de enriquecimiento injusto, al cual no se puede dar lugar. Hace presente que el demandante después del acta médica continuó trabajando para su representada en las mismas labores que ahora plantea no puede ejecutar y ahoya incluso, reconoce que se encuentra trabajando como aseador, labor que también requiere un despliegue físico de relevancia, lo que en definitiva descarta la acción de cobro de lucro cesante. En cuanto al daño moral cita doctrina relativa a la materia y expresa que el daño moral reclamado se encuentra asociado a su componente psicológico anormal, tal como lo asevera el informe médico de la ACHS; indica que en caso de examinar los perjuicios se haga aplicación de lo dispuesto en el artículo 2330 del Código Civil. Finalmente señala que para demostrar que ha existido culpa de parte del empleador, deberá probarse en el juicio que ha fallado en el cumplimiento de los deberes de cuidado, lo que no será posible, toda vez que como empresa la demandada ha sido cuidadosa en dar aplicación a todas las exigencias y obligaciones en materia de seguridad para los trabajadores, como se ha explicado, y si ocurrió el accidente que afectó al demandante, se debió a su imprudente exposición al riesgo. Solicita en definitiva que se concluya que el accidente sufrido por el demandante no se debió a una incumplimiento de parte de su representada, que no existe la causa del daño eventualmente causado, responsabilidad contractual no extracontractual de su representada y que su representada dio íntegro y real cumplimiento a su obligación legal de cuidado de la persona del trabajador, por lo que la demanda necesariamente debe ser rechazada. TERCERO: Que con fecha cinco de mayo de dos mil once, se llevó a efecto la audiencia preparatoria, oportunidad en la cual y luego de conferir traslado respecto de la excepción de finiquito, se dejó su resolución para definitiva. Asimismo y conforme a los escritos de discusión, se establecieron como hechos no controvertidos del proceso, los siguientes: 1. Existencia de la relación laboral entre las partes, con fecha inicio el 13 de diciembre de 2004 y fecha de término el 07 de marzo de 2008; 2. Que el actor se desempeñaba como auxiliar de bodega; 3. Remuneración percibida por el actor era de $ 236.000.-; 4. Que el accidente que se alega ocurrió el día 08 de marzo de 2007. Acto seguido se procedió a efectuar el llamado a conciliación que dispone el procedimiento, el que no prosperó, por lo que se procedió a establecer los hechos a probar y luego a determinar la admisibilidad de la prueba ofrecida por las partes. Asimismo se estableció como convención probatoria, la circunstancia que existe una declaración de incapacidad determinada por el organismo pertinente y que la declara en un 20%. Que se fijaron como hechos controvertidos del proceso los siguientes: 1. Si el accidente sufrido por el actor de fecha 07 de marzo de 2007 se produjo por negligencia de la empresa por no adoptar las medidas de seguridad necesarias para proteger eficazmente la vida y salud del trabajador; 2. Efectividad que la demandada entregó implementos de seguridad e informó de los posibles riesgos de la actividad del actor; 3. Perjuicio sufridos por el actor naturaleza y montos de los mismos. Existencia de causalidad entre los perjuicios sufridos y el accidente ocurrido; 4. Existencias de secuelas físicas del actor, en su caso causalidad con el accidente alegado; 5. Existencia de caso fortuito en la ocurrencia del accidente alegado, en su caso si los hechos cumplen, con los requisitos de procedencia; 6. Ámbito de aplicación del finiquito celebrado entre las partes, ítems que lo componían; en su caso si existe reserva de derechos. CUARTO: Que con el fin de acreditar sus alegaciones las partes incorporaron en audiencia de juicio los siguientes medios legales de convicción: PARTE DEMANDANTE: I. Documental: 1. Informe médico del Hospital del Trabajador del actor Nº 147.11.07. 2. Carnet de control ambulatorio del actor emitido por el Hospital del Trabajador.

temporaneidad en el reclamo, la entrega otro informe médico en el que se señala que en evaluación de equipo de salud mental impresiona conducta de enfermedad animada, orientado a la incapacidad de obtención de beneficios, incorporando en su contestación el contenido del informe de 29 de noviembre de 2007. Manifiesta que las sumas pretendidas por el demandante son desmedidas y que si tuvieran éxito, trasuntan una suerte de enriquecimiento injusto, al cual no se puede dar lugar. Hace presente que el demandante después del acta médica continuó trabajando para su representada en las mismas labores que ahora plantea no puede ejecutar y ahoya incluso, reconoce que se encuentra trabajando como aseador, labor que también requiere un despliegue físico de relevancia, lo que en definitiva descarta la acción de cobro de lucro cesante. En cuanto al daño moral cita doctrina relativa a la materia y expresa que el daño moral reclamado se encuentra asociado a su componente psicológico anormal, tal como lo asevera el informe médico de la ACHS; indica que en caso de examinar los perjuicios se haga aplicación de lo dispuesto en el artículo 2330 del Código Civil. Finalmente señala que para demostrar que ha existido culpa de parte del empleador, deberá probarse en el juicio que ha fallado en el cumplimiento de los deberes de cuidado, lo que no será posible, toda vez que como empresa la demandada ha sido cuidadosa en dar aplicación a todas las exigencias y obligaciones en materia de seguridad para los trabajadores, como se ha explicado, y si ocurrió el accidente que afectó al demandante, se debió a su imprudente exposición al riesgo. Solicita en definitiva que se concluya que el accidente sufrido por el demandante no se debió a una incumplimiento de parte de su representada, que no existe la causa del daño eventualmente causado, responsabilidad contractual no extracontractual de su representada y que su representada dio íntegro y real cumplimiento a su obligación legal de cuidado de la persona del trabajador, por lo que la demanda necesariamente debe ser rechazada. TERCERO: Que con fecha cinco de mayo de dos mil once, se llevó a efecto la audiencia preparatoria, oportunidad en la cual y luego de conferir traslado respecto de la excepción de finiquito, se dejó su resolución para definitiva. Asimismo y conforme a los escritos de discusión, se establecieron como hechos no controvertidos del proceso, los siguientes: 1. Existencia de la relación laboral entre las partes, con fecha inicio el 13 de diciembre de 2004 y fecha de término el 07 de marzo de 2008; 2. Que el actor se desempeñaba como auxiliar de bodega; 3. Remuneración percibida por el actor era de $ 236.000.-; 4. Que el accidente que se alega ocurrió el día 08 de marzo de 2007. Acto seguido se procedió a efectuar el llamado a conciliación que dispone el procedimiento, el que no prosperó, por lo que se procedió a establecer los hechos a probar y luego a determinar la admisibilidad de la prueba ofrecida por las partes. Asimismo se estableció como convención probatoria, la circunstancia que existe una declaración de incapacidad determinada por el organismo pertinente y que la declara en un 20%. Que se fijaron como hechos controvertidos del proceso los siguientes: 1. Si el accidente sufrido por el actor de fecha 07 de marzo de 2007 se produjo por negligencia de la empresa por no adoptar las medidas de seguridad necesarias para proteger eficazmente la vida y salud del trabajador; 2. Efectividad que la demandada entregó implementos de seguridad e informó de los posibles riesgos de la actividad del actor; 3. Perjuicio sufridos por el actor naturaleza y montos de los mismos. Existencia de causalidad entre los perjuicios sufridos y el accidente ocurrido; 4. Existencias de secuelas físicas del actor, en su caso causalidad con el accidente alegado; 5. Existencia de caso fortuito en la ocurrencia del accidente alegado, en su caso si los hechos cumplen, con los requisitos de procedencia; 6. Ámbito de aplicación del finiquito celebrado entre las partes, ítems que lo componían; en su caso si existe reserva de derechos. CUARTO: Que con el fin de acreditar sus alegaciones las partes incorporaron en audiencia de juicio los siguientes medios legales de convicción: PARTE DEMANDANTE: I. Documental: 1. Informe médico del Hospital del Trabajador del actor Nº 147.11.07. 2. Carnet de control ambulatorio del actor emitido por el Hospital del Trabajador. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

273

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

3. Certificado de control obligatorio del actor a través de boletín informativo emitido por el Hospital del Trabajador. 4. Seguro social de Accidente del trabajo de la comisión de evaluación de incapacidad de la ACHS Nº 041065107. 5. Certificado de control de terapia física de emitido por el Hospital del Trabajador. 6. Certificado de alta emitido por el Hospital del Trabajador de 14 de diciembre de 2007. 7. Finiquito indemnizatorio de Accidente del Trabajo respecto de la ACH N°28.3–2008. 8. Copia de cédula de identidad del actor y manual de capacitación de cargas con medidas preventiva de 17 de mayo de 2007. Exhibición documental: de 1. 3 actas anteriores y 3 actas posteriores del comité paritario. 2. Informe de investigación del accidente del trabajo del Depto. De prevención de riesgos. 3. Reglamento interno de orden higiene y seguridad con constancia de presentación ante la Inspección de Trabajo, la Seremi y recepcionada por el actor. 4. Actas de entrega de derecho a saber y de implementos debidamente suscritas en relación a las labores que cumplía cuando sufrió el accidente. Oficios: Se incorpora oficio del Hospital del Trabajador. Confesional: Comparece a la absolución de posiciones en la audiencia don Antonio Yolito Navarro. Testimonial: 1. Mario Álvarez Castillo y doña Carolina Contreras Cortez. PARTE DEMANDADA: Documental: 1. Recepción de reglamento interno de orden higiene y seguridad del actor, suscrito por éste. 2. Finiquito de contrato de trabajo de 07 de marzo de 2008. 3. Copia de reglamento interno de la empresa. 4. Copia del derecho a saber firmado por el demandante. 5. Acta elección de Comité Paritario de 10 de agosto de 2004. 6. Acta de constitución del Comité Paritario. 7. Copia de carta de 03 de enero de 2005 informando la constitución del Comité Paritario. 8. Acta de constitución del Comité Paritario de 24 de noviembre de 2006. 9. Acta de elección del Comité Paritario de 17 de noviembre de 2006. 10. Comunicación a la IT de constitución del Comité Paritario de 31 de marzo de 2009. 11. Comprobante de recepción de implementos de seguridad suscrito por el actor de fecha 03 de abril de 2006. 12. Comprobante de recepción de implementos de seguridad suscrito por el actor de fecha 08 de junio de 2006. 13. Comprobante de recepción de implementos de seguridad suscrito por el actor de fecha 28 de agosto de 2006. 14. Comprobante de recepción de implementos de seguridad suscrito por el actor de fecha 20 de noviembre de 2006. 15. Comprobante de recepción de implementos de seguridad suscrito por el actor de fecha 27 de noviembre de 2006. 16. Comprobante de recepción de implementos de seguridad suscrito por el actor de fecha 20 diciembre de 2006. 17. Comprobante de recepción de implementos de seguridad suscrito por el actor de fecha 22 de febrero de 2007. 18. Comprobante de recepción de implementos de seguridad suscrito por el actor de fecha 16 de enero de 2006. 19. Comprobante de recepción de implementos de seguridad suscrito por el actor de fecha 18 de diciembre de 2006.

274

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

3. Certificado de control obligatorio del actor a través de boletín informativo emitido por el Hospital del Trabajador. 4. Seguro social de Accidente del trabajo de la comisión de evaluación de incapacidad de la ACHS Nº 041065107. 5. Certificado de control de terapia física de emitido por el Hospital del Trabajador. 6. Certificado de alta emitido por el Hospital del Trabajador de 14 de diciembre de 2007. 7. Finiquito indemnizatorio de Accidente del Trabajo respecto de la ACH N°28.3–2008. 8. Copia de cédula de identidad del actor y manual de capacitación de cargas con medidas preventiva de 17 de mayo de 2007. Exhibición documental: de 1. 3 actas anteriores y 3 actas posteriores del comité paritario. 2. Informe de investigación del accidente del trabajo del Depto. De prevención de riesgos. 3. Reglamento interno de orden higiene y seguridad con constancia de presentación ante la Inspección de Trabajo, la Seremi y recepcionada por el actor. 4. Actas de entrega de derecho a saber y de implementos debidamente suscritas en relación a las labores que cumplía cuando sufrió el accidente. Oficios: Se incorpora oficio del Hospital del Trabajador. Confesional: Comparece a la absolución de posiciones en la audiencia don Antonio Yolito Navarro. Testimonial: 1. Mario Álvarez Castillo y doña Carolina Contreras Cortez. PARTE DEMANDADA: Documental: 1. Recepción de reglamento interno de orden higiene y seguridad del actor, suscrito por éste. 2. Finiquito de contrato de trabajo de 07 de marzo de 2008. 3. Copia de reglamento interno de la empresa. 4. Copia del derecho a saber firmado por el demandante. 5. Acta elección de Comité Paritario de 10 de agosto de 2004. 6. Acta de constitución del Comité Paritario. 7. Copia de carta de 03 de enero de 2005 informando la constitución del Comité Paritario. 8. Acta de constitución del Comité Paritario de 24 de noviembre de 2006. 9. Acta de elección del Comité Paritario de 17 de noviembre de 2006. 10. Comunicación a la IT de constitución del Comité Paritario de 31 de marzo de 2009. 11. Comprobante de recepción de implementos de seguridad suscrito por el actor de fecha 03 de abril de 2006. 12. Comprobante de recepción de implementos de seguridad suscrito por el actor de fecha 08 de junio de 2006. 13. Comprobante de recepción de implementos de seguridad suscrito por el actor de fecha 28 de agosto de 2006. 14. Comprobante de recepción de implementos de seguridad suscrito por el actor de fecha 20 de noviembre de 2006. 15. Comprobante de recepción de implementos de seguridad suscrito por el actor de fecha 27 de noviembre de 2006. 16. Comprobante de recepción de implementos de seguridad suscrito por el actor de fecha 20 diciembre de 2006. 17. Comprobante de recepción de implementos de seguridad suscrito por el actor de fecha 22 de febrero de 2007. 18. Comprobante de recepción de implementos de seguridad suscrito por el actor de fecha 16 de enero de 2006. 19. Comprobante de recepción de implementos de seguridad suscrito por el actor de fecha 18 de diciembre de 2006.

274

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

275

20. Comprobante de recepción de implementos de seguridad suscrito por el actor de fecha 04 de noviembre de 2006. 21. Comprobante de recepción de implementos de seguridad suscrito por el actor de fecha 12 de septiembre de 2006. 22. Comprobante de recepción de implementos de seguridad suscrito por el actor de fecha 04 de julio de 2006. 23. Comprobante de recepción de implementos de seguridad suscrito por el actor de fecha 16 de julio de 2006. 24. Comprobante de recepción de implementos de seguridad suscrito por el actor de fecha 09 de junio de 2006. 25. Comprobante de recepción de implementos de seguridad suscrito por el actor de fecha 30 de mayo de 2006. 26. Licencia médica del actor 19 de marzo de 2007 por 5 días. 27. Licencia médica del actor 23 de marzo de 2007 por 12 días. 28. Copia de la carta de solicitud de recalificación de accidente del trabajo, de 17 de diciembre de 2007. 29. Evaluación de puesto de trabajo de don Carlos Hernández de 28 de julio de 2006. 30. Memorándum interno de fecha 8 de febrero de 2007. 31. Copia de informe médico de fecha 14 de diciembre de 2007. 32. Informe de investigación de accidente del trabajo de 08 de marzo de 2007. Oficios: La parte demandada incorpora el oficio del Hospital del Trabajador y de la Empresa Pizarreño. Testimonial: Don Daniel Sandoval Calzadilla y Don Nelson Miranda Mori. QUINTO: Que la parte demandada opone excepción de finiquito de la acción intentada, por cuanto señala que el demandante en forma personal firmó su finiquito de contrato, el cual goza de pleno poder liberatorio; tal instrumento se suscribió entre su representada y el demandante con fecha 7 de marzo de 2008, en el cual se daba término a la relación laboral habida entre el 13 de diciembre de 2004 y el 7 de marzo d 2008, manifestando el demandante que le otorgaba el más amplio, y total finiquito declaración que formula libre y espontáneamente, en perfecto y cabal conocimiento de cada uno y todos sus derechos. Agrega que en tal instrumento no consta ninguna reserva de derechos, respecto de alguna situación pendiente, ni en su anverso o reverso, del modo que goza de pleno poder liberatorio entre las partes. La parte demandante da argumentaciones en relación al finiquito y las formalidades legales exigidas por el legislador, cita jurisprudencia judicial al respecto. Añade que en la especie ha transcurrido en largo tiempo entre la fecha del accidente, la suscripción del finiquito y la interposición de la demanda, lo que deja en evidencia que el demandante estuvo plenamente conforme al momento de suscribir el finiquito y liberar a su empleador de toda responsabilidad; añade que el demandante sabía perfectamente la entidad del accidente que había sufrido cuando firmó su finiquito, de caso contrario no tiene explicación que 4 años después alegue que le quedaron secuelas del mismo, situación que señala contraria los actos anteriores. Que a dicha excepción se le confirió traslado a la actora, el que fue evacuado en audiencia preparatoria, conforme consta en registro de audio, solicitando su rechazo, con expresa condena en costas. Señalando que la renuncia es ineficaz en la medida que se vincula con el interés patrimonial del actor, sino que además con la integridad psíquica y física del trabajador, cita el artículo 19 Nº 1 de la Constitución Política de la República, el que dado su carácter de garantía constitucional es indispensable entre las partes, no puede ser objeto de renuncia, asimismo el artículo 5º inciso segundo del Código del Trabajo, necesariamente se ve subordinada a una norma de rango constitucional, ya referido debiendo primar esta por sobre la certeza o seguridad jurídica la que produce como consecuencia la plena vigencia del citado artículo 184 del Código del ramo, para proceder en sede judicial al examen y resolución que corresponda, respecto de la reparación del daño experimentado del dependiente con motivo de la eventual transgresión de las normas de seguridad. Agrega en relación al tiempo transcurrido, el plazo de prescripción de 5 años establecidos en la Ley de Accidentes de Trabajo y Enfermedades Profesionales.

20. Comprobante de recepción de implementos de seguridad suscrito por el actor de fecha 04 de noviembre de 2006. 21. Comprobante de recepción de implementos de seguridad suscrito por el actor de fecha 12 de septiembre de 2006. 22. Comprobante de recepción de implementos de seguridad suscrito por el actor de fecha 04 de julio de 2006. 23. Comprobante de recepción de implementos de seguridad suscrito por el actor de fecha 16 de julio de 2006. 24. Comprobante de recepción de implementos de seguridad suscrito por el actor de fecha 09 de junio de 2006. 25. Comprobante de recepción de implementos de seguridad suscrito por el actor de fecha 30 de mayo de 2006. 26. Licencia médica del actor 19 de marzo de 2007 por 5 días. 27. Licencia médica del actor 23 de marzo de 2007 por 12 días. 28. Copia de la carta de solicitud de recalificación de accidente del trabajo, de 17 de diciembre de 2007. 29. Evaluación de puesto de trabajo de don Carlos Hernández de 28 de julio de 2006. 30. Memorándum interno de fecha 8 de febrero de 2007. 31. Copia de informe médico de fecha 14 de diciembre de 2007. 32. Informe de investigación de accidente del trabajo de 08 de marzo de 2007. Oficios: La parte demandada incorpora el oficio del Hospital del Trabajador y de la Empresa Pizarreño. Testimonial: Don Daniel Sandoval Calzadilla y Don Nelson Miranda Mori. QUINTO: Que la parte demandada opone excepción de finiquito de la acción intentada, por cuanto señala que el demandante en forma personal firmó su finiquito de contrato, el cual goza de pleno poder liberatorio; tal instrumento se suscribió entre su representada y el demandante con fecha 7 de marzo de 2008, en el cual se daba término a la relación laboral habida entre el 13 de diciembre de 2004 y el 7 de marzo d 2008, manifestando el demandante que le otorgaba el más amplio, y total finiquito declaración que formula libre y espontáneamente, en perfecto y cabal conocimiento de cada uno y todos sus derechos. Agrega que en tal instrumento no consta ninguna reserva de derechos, respecto de alguna situación pendiente, ni en su anverso o reverso, del modo que goza de pleno poder liberatorio entre las partes. La parte demandante da argumentaciones en relación al finiquito y las formalidades legales exigidas por el legislador, cita jurisprudencia judicial al respecto. Añade que en la especie ha transcurrido en largo tiempo entre la fecha del accidente, la suscripción del finiquito y la interposición de la demanda, lo que deja en evidencia que el demandante estuvo plenamente conforme al momento de suscribir el finiquito y liberar a su empleador de toda responsabilidad; añade que el demandante sabía perfectamente la entidad del accidente que había sufrido cuando firmó su finiquito, de caso contrario no tiene explicación que 4 años después alegue que le quedaron secuelas del mismo, situación que señala contraria los actos anteriores. Que a dicha excepción se le confirió traslado a la actora, el que fue evacuado en audiencia preparatoria, conforme consta en registro de audio, solicitando su rechazo, con expresa condena en costas. Señalando que la renuncia es ineficaz en la medida que se vincula con el interés patrimonial del actor, sino que además con la integridad psíquica y física del trabajador, cita el artículo 19 Nº 1 de la Constitución Política de la República, el que dado su carácter de garantía constitucional es indispensable entre las partes, no puede ser objeto de renuncia, asimismo el artículo 5º inciso segundo del Código del Trabajo, necesariamente se ve subordinada a una norma de rango constitucional, ya referido debiendo primar esta por sobre la certeza o seguridad jurídica la que produce como consecuencia la plena vigencia del citado artículo 184 del Código del ramo, para proceder en sede judicial al examen y resolución que corresponda, respecto de la reparación del daño experimentado del dependiente con motivo de la eventual transgresión de las normas de seguridad. Agrega en relación al tiempo transcurrido, el plazo de prescripción de 5 años establecidos en la Ley de Accidentes de Trabajo y Enfermedades Profesionales. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

275

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Que del mérito de la prueba incorporada por la demandada, consta finiquito suscrito entre las partes de 7 de marzo de 2008, el que fue debidamente autorizado ante ministro de fe, cumpliendo en tal caso las formalidades que al efecto establece el artículo 177 del Código del Trabajo. SEXTO: Que aun cuando esta juez observe que el finiquito suscrito entre las partes cumple con las formalidades legales que al efecto establece el artículo 177 del Código del Trabajo, como se ha expresado precedentemente, no es posible entender que en tal declaración se encuentren comprendidas aquellas prestaciones que se vienen demandando en la presente causa, por cuanto en este sentido cabe tener presente que incluso el plazo que ha otorgado el legislador para hacer efectiva la responsabilidad en materia de accidentes de trabajo o de enfermedades profesionales, es de cinco años contados desde la fecha del accidente o desde el diagnóstico de la enfermedad profesional, conforme lo indica el artículo 79 de la ley Nº 16.744, así en tal escenario y aun cuando se hubiere puesto término a la relación contractual habida entre las partes resolviendo las prestaciones laborales que por tal vínculo existían pendientes, por el solo ministerio de la ley perdura este derecho al trabajador de pretender la responsabilidad contractual del empleador, hasta el término establecido en la disposición legal antes anotada. Conforme a lo anterior, se procederá a rechazar la excepción de finiquito opuesta, como se indicará en la parte resolutiva del presente fallo. SÉPTIMO: Que del examen de la prueba incorporada por las partes se pueden dar por establecido en estos antecedentes los siguientes hechos: a) Que conforme a resolución N° 041065107 de 14 de diciembre de 2007, se determinó un grado de incapacidad al actor de un 20%. b) Que conforme consta en finiquito de indemnización de accidente del trabajo N° 28.3/2008, emitido por la Asociación Chilena de Seguridad, le fue pagado al demandante la suma de $ 1.064.807.– c) Que conforme consta en informe médico N° 147.11.07, emitido al demandante, se señala que el actor fue atendido bajo los beneficios de la ley Nº 16.744; que refiere un accidente el 15 de marzo de 2007 y luego de levantar plancha de 60 kilos quedó con dolor intenso en la región lumbar derecha. Ingresó al Hospital el 28 de marzo de 2007, fue evaluado y citado a control médico; que evolucionó con dolor persistente e irradiado a pierna derecha y que debido a la falla del tratamiento conservador se decidió efectuar cirugía, operándose el 15 de mayo de 2007, resecándose una hernia; evolucionó bien después del post–operatorio, fue dado de alta el 16 de mayo de 2007, continuando con controles ambulatorios y kinesioterapia con pauta específica; que a las 10 semanas continuaba con molestias, pero estudio con resonancia magnética por imágenes descartó recidiva herniaria y sólo demostró secuelas post–quirúrgicas habituales. Continuó cursando dolor de tipo atípico, por lo cual fue evaluado por salud mental, diagnosticándosele un trastorno de actuación ansioso depresivo. d) Que el demandante suscribió, sólo con fecha 7 de marzo de 2008, finiquito de trabajo con la demandada, en el cual se ponía término a la relación laboral por la causal de necesidades de la empresa, artículo 161 inciso primero del Código del Trabajo. e) Que el demandante recibió un ejemplar de Reglamento de Higiene y Seguridad de la empresa demandada, conforme consta en acta de recibo. f) Que conforme consta de las actas de elección de representantes de Comité Paritario, se colige que la empresa demandada contaba con esta organismo, al menos desde agosto de 2004. g) Que conforme aparece en los comprobantes de “regularización consumo interno“, consta, que el actor recibió diversos implementos de trabajo, tales como mascarilla desechable, guante anticorte, guante descarne corto, faja lumbar, botín nazca CAC, buzo piloto gris, traje agua amarillo. h) Que conforme consta en “Evaluación de Puesto de trabajo“, se colige que don Carlos Hernández, Experto en Prevención de Riesgos, efectuó una evaluación del puesto de trabajo del actor con fecha 28 de junio de 2006, oportunidad en la cual el demandante ya registraba dolencias o lesión músculo– esquelético. i) Que conforme consta en memorándum interno de fecha 8 de febrero de 2007, esto es un mes antes del accidente denunciado por el demandante, se determinó por el subgerente de operaciones el cambio de puesto de trabajo del actor. j) Que con fecha 8 de marzo de 2007, la demandada efectuó un informe de investigación de accidentes del trabajo al demandante.

276

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Que del mérito de la prueba incorporada por la demandada, consta finiquito suscrito entre las partes de 7 de marzo de 2008, el que fue debidamente autorizado ante ministro de fe, cumpliendo en tal caso las formalidades que al efecto establece el artículo 177 del Código del Trabajo. SEXTO: Que aun cuando esta juez observe que el finiquito suscrito entre las partes cumple con las formalidades legales que al efecto establece el artículo 177 del Código del Trabajo, como se ha expresado precedentemente, no es posible entender que en tal declaración se encuentren comprendidas aquellas prestaciones que se vienen demandando en la presente causa, por cuanto en este sentido cabe tener presente que incluso el plazo que ha otorgado el legislador para hacer efectiva la responsabilidad en materia de accidentes de trabajo o de enfermedades profesionales, es de cinco años contados desde la fecha del accidente o desde el diagnóstico de la enfermedad profesional, conforme lo indica el artículo 79 de la ley Nº 16.744, así en tal escenario y aun cuando se hubiere puesto término a la relación contractual habida entre las partes resolviendo las prestaciones laborales que por tal vínculo existían pendientes, por el solo ministerio de la ley perdura este derecho al trabajador de pretender la responsabilidad contractual del empleador, hasta el término establecido en la disposición legal antes anotada. Conforme a lo anterior, se procederá a rechazar la excepción de finiquito opuesta, como se indicará en la parte resolutiva del presente fallo. SÉPTIMO: Que del examen de la prueba incorporada por las partes se pueden dar por establecido en estos antecedentes los siguientes hechos: a) Que conforme a resolución N° 041065107 de 14 de diciembre de 2007, se determinó un grado de incapacidad al actor de un 20%. b) Que conforme consta en finiquito de indemnización de accidente del trabajo N° 28.3/2008, emitido por la Asociación Chilena de Seguridad, le fue pagado al demandante la suma de $ 1.064.807.– c) Que conforme consta en informe médico N° 147.11.07, emitido al demandante, se señala que el actor fue atendido bajo los beneficios de la ley Nº 16.744; que refiere un accidente el 15 de marzo de 2007 y luego de levantar plancha de 60 kilos quedó con dolor intenso en la región lumbar derecha. Ingresó al Hospital el 28 de marzo de 2007, fue evaluado y citado a control médico; que evolucionó con dolor persistente e irradiado a pierna derecha y que debido a la falla del tratamiento conservador se decidió efectuar cirugía, operándose el 15 de mayo de 2007, resecándose una hernia; evolucionó bien después del post–operatorio, fue dado de alta el 16 de mayo de 2007, continuando con controles ambulatorios y kinesioterapia con pauta específica; que a las 10 semanas continuaba con molestias, pero estudio con resonancia magnética por imágenes descartó recidiva herniaria y sólo demostró secuelas post–quirúrgicas habituales. Continuó cursando dolor de tipo atípico, por lo cual fue evaluado por salud mental, diagnosticándosele un trastorno de actuación ansioso depresivo. d) Que el demandante suscribió, sólo con fecha 7 de marzo de 2008, finiquito de trabajo con la demandada, en el cual se ponía término a la relación laboral por la causal de necesidades de la empresa, artículo 161 inciso primero del Código del Trabajo. e) Que el demandante recibió un ejemplar de Reglamento de Higiene y Seguridad de la empresa demandada, conforme consta en acta de recibo. f) Que conforme consta de las actas de elección de representantes de Comité Paritario, se colige que la empresa demandada contaba con esta organismo, al menos desde agosto de 2004. g) Que conforme aparece en los comprobantes de “regularización consumo interno“, consta, que el actor recibió diversos implementos de trabajo, tales como mascarilla desechable, guante anticorte, guante descarne corto, faja lumbar, botín nazca CAC, buzo piloto gris, traje agua amarillo. h) Que conforme consta en “Evaluación de Puesto de trabajo“, se colige que don Carlos Hernández, Experto en Prevención de Riesgos, efectuó una evaluación del puesto de trabajo del actor con fecha 28 de junio de 2006, oportunidad en la cual el demandante ya registraba dolencias o lesión músculo– esquelético. i) Que conforme consta en memorándum interno de fecha 8 de febrero de 2007, esto es un mes antes del accidente denunciado por el demandante, se determinó por el subgerente de operaciones el cambio de puesto de trabajo del actor. j) Que con fecha 8 de marzo de 2007, la demandada efectuó un informe de investigación de accidentes del trabajo al demandante.

276

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

277

k) Que de acuerdo consta en informe médico de 14 de diciembre de 2007, emitido por la Asociación Chilena de Seguridad, se refiere a la evaluación del demandante quien es un operario de ferretería, con antecedentes de episodios de dolor lumbar previos y que consulta el 28 de marzo de 2007, por dolor lumbar derecho que se inicia el 15 de marzo de 2007, luego de levantar plancha de 60 kilos. Informe que en la parte final indica que es dado de alta el 29 de noviembre de 2007, por el equipo de salud mental ya que cuadro psiquiátrico está tratado y sólo persiste rabia asociada a la conducta de enfermedad en función de la búsqueda de ganancia, probablemente sustentada en rasgos anómalos de la personalidad. l) Que consta derecho a saber de fecha 15 de diciembre de 2004. m) Que consta Informe de Investigación de Accidente del demandante acaecido el 8 de marzo de 2007, en el que se determina una acción correctiva de cambio en la realización de la movilización y manejo de cargas, y realizar actividades de despacho de mercaderías que no le impliquen realizar esfuerzos cargando pesos superiores a 25 kilos y frecuencias de 6 eventos por minuto. Asimismo se determina reeducación en cuanto al Manejo manual de carga y entrevista reflexiva. n) Que consta a través de las actas de comité paritario incorporadas, el funcionamiento de aquel organismo al interior de la empresa. o) Que consta misiva enviada por la demandada a la Superintendencia de Seguridad Social en la que hace uso del derecho que le concede la ley Nº 16.744 Título VII, párrafo 2, artículo 77, esto es, reponer de la calificación de accidente de trabajo del demandante, esgrimiendo que la dolencia del demandante es preexistente dado que no tiene origen inmediato el evento que declara el último ingreso a la Asociación Chilena de Seguridad, el que además no se enmarca en las labores que debía estar desempeñando, por indicación impartida por el propio Comité Paritario. p) Que para la descarga de materiales, eran los mismos trabajadores de las empresas que provisionaban de insumos a la demandada, quienes efectuaban dicha labor. q) Que existían en la empresa diversos elementos mecánicos para ayudar a la carga y descarga de los materiales que llegaban a la empresa, como también de aquellos que efectuaban el egreso de la misma. r) Que a través de oficio de la empresa Pizarreño, se informa que las placas de yeso cartón cumplen la norma NCh 146 para Placas o Planchas de yeso cartón; que la norma indicada no contempla especificación ni variación de pesos; y que los pesos de 2007 a 2010 han sufrido una reducción de 0,9%; adjuntando los pesos de diferentes productos desde 2007 y 2010, expresados como gramos/m2, e indicando que para la conversión a peso por placa se debe multiplicar por ancho y largo de ella. s) Que del mérito de las declaraciones prestadas en estrados se colige que el peso de cada plancha de vulcanita, es de aproximadamente 32.5 kg, y que para su traslado se requiere el manejo de dos trabajadores, pues de lo contrario eventualmente dicho elemento puede sufrir daños. OCTAVO: Que en autos el demandante ha ejercido la acción de indemnización de perjuicios por accidente del trabajo, toda vez que el hecho en que se fundan las indemnizaciones reclamadas ocurrió, según sus dichos, con fecha 8 de marzo de 2007, prestando servicios para la demandada, y al descargar unas planchas de vulcanita de 60 kilos, resultó con un dolor intenso en la región lumbar derecha. NOVENO: Que, en relación a lo expuesto precedentemente, el artículo 184 del Código del Trabajo establece que el empleador está obligado a tomar todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y la salud de los trabajadores manteniendo las condiciones adecuadas de seguridad de las faenas, como también otorgar los implementos necesarios para prevenir accidentes. Asimismo, el artículo 69 de la ley Nº 16.744 establece que cuando el accidente se deba a culpa o dolo de la entidad empleadora o de un tercero, la víctima o demás personas a quienes el accidente cause daño podrá reclamar también contra estos las otras indemnizaciones a que tenga derecho. DÉCIMO: Que así las cosas se establece una responsabilidad contractual por incumplimiento de la obligación de seguridad del empleador cuyo contenido es la necesaria adopción de todas aquellas medidas tendientes a evitar que en el lugar de trabajo se produzca algún accidente que pueda afectar la vida, la integridad física o la salud del trabajador. Que siendo entonces la responsabilidad de naturaleza contractual, es menester analizar en la especie la ocurrencia de cada uno de los requisitos que el legislador ha establecido para efectos de determinar la ocurrencia de dicha responsabilidad, en el caso sub lite, para efectos de que el emplea-

k) Que de acuerdo consta en informe médico de 14 de diciembre de 2007, emitido por la Asociación Chilena de Seguridad, se refiere a la evaluación del demandante quien es un operario de ferretería, con antecedentes de episodios de dolor lumbar previos y que consulta el 28 de marzo de 2007, por dolor lumbar derecho que se inicia el 15 de marzo de 2007, luego de levantar plancha de 60 kilos. Informe que en la parte final indica que es dado de alta el 29 de noviembre de 2007, por el equipo de salud mental ya que cuadro psiquiátrico está tratado y sólo persiste rabia asociada a la conducta de enfermedad en función de la búsqueda de ganancia, probablemente sustentada en rasgos anómalos de la personalidad. l) Que consta derecho a saber de fecha 15 de diciembre de 2004. m) Que consta Informe de Investigación de Accidente del demandante acaecido el 8 de marzo de 2007, en el que se determina una acción correctiva de cambio en la realización de la movilización y manejo de cargas, y realizar actividades de despacho de mercaderías que no le impliquen realizar esfuerzos cargando pesos superiores a 25 kilos y frecuencias de 6 eventos por minuto. Asimismo se determina reeducación en cuanto al Manejo manual de carga y entrevista reflexiva. n) Que consta a través de las actas de comité paritario incorporadas, el funcionamiento de aquel organismo al interior de la empresa. o) Que consta misiva enviada por la demandada a la Superintendencia de Seguridad Social en la que hace uso del derecho que le concede la ley Nº 16.744 Título VII, párrafo 2, artículo 77, esto es, reponer de la calificación de accidente de trabajo del demandante, esgrimiendo que la dolencia del demandante es preexistente dado que no tiene origen inmediato el evento que declara el último ingreso a la Asociación Chilena de Seguridad, el que además no se enmarca en las labores que debía estar desempeñando, por indicación impartida por el propio Comité Paritario. p) Que para la descarga de materiales, eran los mismos trabajadores de las empresas que provisionaban de insumos a la demandada, quienes efectuaban dicha labor. q) Que existían en la empresa diversos elementos mecánicos para ayudar a la carga y descarga de los materiales que llegaban a la empresa, como también de aquellos que efectuaban el egreso de la misma. r) Que a través de oficio de la empresa Pizarreño, se informa que las placas de yeso cartón cumplen la norma NCh 146 para Placas o Planchas de yeso cartón; que la norma indicada no contempla especificación ni variación de pesos; y que los pesos de 2007 a 2010 han sufrido una reducción de 0,9%; adjuntando los pesos de diferentes productos desde 2007 y 2010, expresados como gramos/m2, e indicando que para la conversión a peso por placa se debe multiplicar por ancho y largo de ella. s) Que del mérito de las declaraciones prestadas en estrados se colige que el peso de cada plancha de vulcanita, es de aproximadamente 32.5 kg, y que para su traslado se requiere el manejo de dos trabajadores, pues de lo contrario eventualmente dicho elemento puede sufrir daños. OCTAVO: Que en autos el demandante ha ejercido la acción de indemnización de perjuicios por accidente del trabajo, toda vez que el hecho en que se fundan las indemnizaciones reclamadas ocurrió, según sus dichos, con fecha 8 de marzo de 2007, prestando servicios para la demandada, y al descargar unas planchas de vulcanita de 60 kilos, resultó con un dolor intenso en la región lumbar derecha. NOVENO: Que, en relación a lo expuesto precedentemente, el artículo 184 del Código del Trabajo establece que el empleador está obligado a tomar todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y la salud de los trabajadores manteniendo las condiciones adecuadas de seguridad de las faenas, como también otorgar los implementos necesarios para prevenir accidentes. Asimismo, el artículo 69 de la ley Nº 16.744 establece que cuando el accidente se deba a culpa o dolo de la entidad empleadora o de un tercero, la víctima o demás personas a quienes el accidente cause daño podrá reclamar también contra estos las otras indemnizaciones a que tenga derecho. DÉCIMO: Que así las cosas se establece una responsabilidad contractual por incumplimiento de la obligación de seguridad del empleador cuyo contenido es la necesaria adopción de todas aquellas medidas tendientes a evitar que en el lugar de trabajo se produzca algún accidente que pueda afectar la vida, la integridad física o la salud del trabajador. Que siendo entonces la responsabilidad de naturaleza contractual, es menester analizar en la especie la ocurrencia de cada uno de los requisitos que el legislador ha establecido para efectos de determinar la ocurrencia de dicha responsabilidad, en el caso sub lite, para efectos de que el empleaACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

277

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

dor responda de los perjuicios sufridos por el trabajador como consecuencia de su actuar negligente en el cumplimiento de su obligación de seguridad, los que son: a) Incumplimiento imputable al empleador: El incumplimiento es imputable al empleador cuando proviene de su dolo, de su culpa o de un hecho suyo; b) Perjuicios del acreedor: Es toda disminución patrimonial del trabajador así como la pérdida de la legítima utilidad que debía reportarle el contrato, y de que el incumplimiento le priva; c) Relación causal: Esta relación debe existir entre el incumplimiento del deudor y de los perjuicios ocasionados. Que en relación al incumplimiento imputable, cabe señalar que este requisito supone en primer término un incumplimiento por parte del empleador y en segundo término que este sea imputable, es decir, que lo haya cometido con culpa o dolo. Que el peso de la prueba, conforme a las reglas del “onus probandi“, en cuanto al cumplimiento de la obligación de seguridad, corresponde al empleador, asimismo le corresponde acreditar la debida diligencia y cuidado, respondiendo de culpa levísima. DECIMOPRIMERO: Que del análisis de la prueba documental aportada por la demandada a los autos, es posible colegir que la misma resulta suficiente para tener por acreditada la debida diligencia y cuidado de la demandada en la protección del trabajador para velar por su salud y la integridad física, pues durante la vigencia del contrato se desprende que la demandada proporcionó los implementos de seguridad necesarios al trabajador para el debido desarrollo de sus labores, lo que consta del detalle indicado en el considerando séptimo de la presente sentencia. Que la entrega y el uso de los implementos de seguridad se encuentran además corroborados con las declaraciones de los testigos que depusieron en audiencia. Es así como don Mario Álvarez, testigo del actor, expresó que le consta la entrega de implementos de seguridad tales como zapatos y overol, como también la circunstancia que el demandante usaba faja lumbar standard. Que asimismo obra en la referida documental, que la demandada con fecha 28 de junio de 2006, vale decir seis meses antes, efectuó una evaluación de puesto de trabajo del demandante, en la que luego de efectuar una descripción de la tarea, sus exigencias físicas, el manejo manual de carga, el transporte de la carga con carretilla, y el embalaje de materiales, concluye que las exigencias físicas de las tareas evaluadas no necesariamente involucran riesgo o lesión de músculo esquelético en la medida que el trabajador no se someta a sobre esfuerzo físico y respete las técnicas básicas de manejo manual de carga. Recomienda, respaldar la instrucción impartida por el jefe directo, sobre el manejo manual de carga, con el curso de manejo manual de carga impartido por Prevención de Riesgos, y además evaluar la posibilidad de cambiar al trabajador de puesto de trabajo, dentro de la bodega para que desarrolle labores de menor exigencia dorso lumbar. Que asimismo consta a través de memorándum interno de 8 de febrero de 2007, esto es, un mes antes del accidente que denuncia el actor en la presente causa, que se determinó dar acogida a las indicaciones impartidas por el Comité Paritario de Higiene y Seguridad y se decretó por el subgerente de operaciones don José Teno Orellana, el cambio de puesto de trabajo del demandante, para que a partir de aquella semana, 8 de febrero de 2007, cumpla sus funciones en la bodega del primer piso en las tareas de apoyo de la recepción de mercaderías. Cabe destacar que en este instrumento aparece al margen inferior derecho un manuscrito que señala que se procede al cambio, pero que el trabajador insiste en cargar para la obtención de propina. DECIMOSEGUNDO: Que, en la especie, de acuerdo a lo señalado en los considerandos anteriores, no se cumple con el primer requisito que el legislador ha establecido para efectos de determinar la ocurrencia de esta responsabilidad, y en este caso en específico cabe examinar el planteamiento formulado por el demandante en su libelo de demanda, por cuanto si bien el demandante sustenta su acción en lo dispuesto en el artículo 184 del Código del Trabajo, y ley Nº 16.744 y decreto supremo Nº 594, no fue ilustrativo en la exposición de hechos, al indicar qué clase de medidas de seguridad no se habrían adoptado, esto es, no detalla ni especifica cuáles serían los incumplimientos que se habrían producido por parte de la demandada, ni especifica las medidas particulares de prevención y de seguridad que se deberían haber adoptado para evitar que ocurriera el siniestro del día 8 de marzo de 2007, esto es, no señala cuál sería la acción o la omisión que hace responsable a la empresa en esta sede, del siniestro ocurrido en tal fecha.

278

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

dor responda de los perjuicios sufridos por el trabajador como consecuencia de su actuar negligente en el cumplimiento de su obligación de seguridad, los que son: a) Incumplimiento imputable al empleador: El incumplimiento es imputable al empleador cuando proviene de su dolo, de su culpa o de un hecho suyo; b) Perjuicios del acreedor: Es toda disminución patrimonial del trabajador así como la pérdida de la legítima utilidad que debía reportarle el contrato, y de que el incumplimiento le priva; c) Relación causal: Esta relación debe existir entre el incumplimiento del deudor y de los perjuicios ocasionados. Que en relación al incumplimiento imputable, cabe señalar que este requisito supone en primer término un incumplimiento por parte del empleador y en segundo término que este sea imputable, es decir, que lo haya cometido con culpa o dolo. Que el peso de la prueba, conforme a las reglas del “onus probandi“, en cuanto al cumplimiento de la obligación de seguridad, corresponde al empleador, asimismo le corresponde acreditar la debida diligencia y cuidado, respondiendo de culpa levísima. DECIMOPRIMERO: Que del análisis de la prueba documental aportada por la demandada a los autos, es posible colegir que la misma resulta suficiente para tener por acreditada la debida diligencia y cuidado de la demandada en la protección del trabajador para velar por su salud y la integridad física, pues durante la vigencia del contrato se desprende que la demandada proporcionó los implementos de seguridad necesarios al trabajador para el debido desarrollo de sus labores, lo que consta del detalle indicado en el considerando séptimo de la presente sentencia. Que la entrega y el uso de los implementos de seguridad se encuentran además corroborados con las declaraciones de los testigos que depusieron en audiencia. Es así como don Mario Álvarez, testigo del actor, expresó que le consta la entrega de implementos de seguridad tales como zapatos y overol, como también la circunstancia que el demandante usaba faja lumbar standard. Que asimismo obra en la referida documental, que la demandada con fecha 28 de junio de 2006, vale decir seis meses antes, efectuó una evaluación de puesto de trabajo del demandante, en la que luego de efectuar una descripción de la tarea, sus exigencias físicas, el manejo manual de carga, el transporte de la carga con carretilla, y el embalaje de materiales, concluye que las exigencias físicas de las tareas evaluadas no necesariamente involucran riesgo o lesión de músculo esquelético en la medida que el trabajador no se someta a sobre esfuerzo físico y respete las técnicas básicas de manejo manual de carga. Recomienda, respaldar la instrucción impartida por el jefe directo, sobre el manejo manual de carga, con el curso de manejo manual de carga impartido por Prevención de Riesgos, y además evaluar la posibilidad de cambiar al trabajador de puesto de trabajo, dentro de la bodega para que desarrolle labores de menor exigencia dorso lumbar. Que asimismo consta a través de memorándum interno de 8 de febrero de 2007, esto es, un mes antes del accidente que denuncia el actor en la presente causa, que se determinó dar acogida a las indicaciones impartidas por el Comité Paritario de Higiene y Seguridad y se decretó por el subgerente de operaciones don José Teno Orellana, el cambio de puesto de trabajo del demandante, para que a partir de aquella semana, 8 de febrero de 2007, cumpla sus funciones en la bodega del primer piso en las tareas de apoyo de la recepción de mercaderías. Cabe destacar que en este instrumento aparece al margen inferior derecho un manuscrito que señala que se procede al cambio, pero que el trabajador insiste en cargar para la obtención de propina. DECIMOSEGUNDO: Que, en la especie, de acuerdo a lo señalado en los considerandos anteriores, no se cumple con el primer requisito que el legislador ha establecido para efectos de determinar la ocurrencia de esta responsabilidad, y en este caso en específico cabe examinar el planteamiento formulado por el demandante en su libelo de demanda, por cuanto si bien el demandante sustenta su acción en lo dispuesto en el artículo 184 del Código del Trabajo, y ley Nº 16.744 y decreto supremo Nº 594, no fue ilustrativo en la exposición de hechos, al indicar qué clase de medidas de seguridad no se habrían adoptado, esto es, no detalla ni especifica cuáles serían los incumplimientos que se habrían producido por parte de la demandada, ni especifica las medidas particulares de prevención y de seguridad que se deberían haber adoptado para evitar que ocurriera el siniestro del día 8 de marzo de 2007, esto es, no señala cuál sería la acción o la omisión que hace responsable a la empresa en esta sede, del siniestro ocurrido en tal fecha.

278

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

279

A mayor abundamiento, resulta no menos curiosa las reiteradas observaciones por el organismo de salud en el que hace presente que el demandante no obstante ser dado de alta: “Lo que resta es la rabia asociada a la conducta de enfermedad en función de la búsqueda de ganancia. Probablemente sustentada en rasgos anómalos de la personalidad. Asunto no laboral, página 37 de ficha médica del demandante extendida por el Hospital del Trabajador. DECIMOTERCERO: Que analizados los elementos de convicción, incorporados en estos antecedentes, en virtud de las reglas de la sana crítica, esta sentenciadora concluye que en la especie la imputación efectuada por el demandante en su libelo de demanda no fue acreditada, por el contrario fue acreditado y establecido en el proceso la circunstancia que las medidas adoptadas por la demandada fueron objetivamente las adecuadas y eficaces para la protección de la vida y salud de este trabajador, y que dicen relación con aquellas necesarias que contempla el ordenamiento jurídico de seguridad y salud laboral. Es necesario señalar que en este caso no estamos frente a una obligación de garantía que origine responsabilidades en el empleador por el solo acontecimiento de un hecho dañoso, sino que se requiere de una conducta de su parte, que lo ocasione y que se trata de indemnizar, como lo son los incumplimientos y las omisiones de las obligaciones de seguridad y protección que la impone la ley. A mayor abundamiento, cabe hacer notar que en la especie en forma anterior al supuesto accidente que afectó al demandante, la empresa evaluó su puesto de trabajo, luego y ocurrido éste, la demandada, procedió a su cambio, el demandante fue intervenido quirúrgicamente y finalmente retomó sus labores, pues había sido dado de alta por los médicos del organismo previsional, Asociación Chilena de Seguridad, con lo cual no resulta lógico exigir al empleador una conducta de control y las consecuencias de una dolencia que fue oportunamente tratada por los respectivos especialistas. Por ello la demandada no es responsable en los términos pretendidos por el demandante de las indemnizaciones solicitadas, ya que no se ha acreditado una conducta u omisión culpable de su parte, por lo que se procederá a rechazar la demanda interpuesta en autos. DECIMOCUARTO: Que la prueba analizada lo ha sido conforme a las reglas de la sana crítica, y el resto de las alegaciones y probanzas no contiene información que contradiga aquellos hechos asentados por los medios que se han tenido en consideración para resolver la controversia en este pleito. DECIMOQUINTO: Que incumbe probar las obligaciones o su extinción a quien alega aquellas o ésta. Por estas consideraciones y, visto además lo dispuesto en los artículos 7º, 10, 420, 425, 432, 446 y siguientes, 453, 454, 456, 459 del Código del Trabajo; 1545, 1698 del Código Civil, ley Nº 16.744, y demás normas legales vigentes, SE DECLARA: I. Que se rechaza la excepción de finiquito opuesta por la demandada. II. Que se rechaza la demanda en todas sus partes. III. Que no se condena en costas al actor por haber tenido motivo plausible para litigar. Regístrese, notifíquese, archívese en su oportunidad y hágase devolución de los documentos, ejecutoriada que se encuentre la presente sentencia RIT : O–904–2011 RUC : 11– 4–0013114–9 Pronunciada por Alondra Valentina Castro Jiménez, Juez Titular del Primer Juzgado de Letras del Trabajo de Santiago. En Santiago a veinticuatro de junio de dos mil once, se notificó por el estado diario la sentencia precedente.

A mayor abundamiento, resulta no menos curiosa las reiteradas observaciones por el organismo de salud en el que hace presente que el demandante no obstante ser dado de alta: “Lo que resta es la rabia asociada a la conducta de enfermedad en función de la búsqueda de ganancia. Probablemente sustentada en rasgos anómalos de la personalidad. Asunto no laboral, página 37 de ficha médica del demandante extendida por el Hospital del Trabajador. DECIMOTERCERO: Que analizados los elementos de convicción, incorporados en estos antecedentes, en virtud de las reglas de la sana crítica, esta sentenciadora concluye que en la especie la imputación efectuada por el demandante en su libelo de demanda no fue acreditada, por el contrario fue acreditado y establecido en el proceso la circunstancia que las medidas adoptadas por la demandada fueron objetivamente las adecuadas y eficaces para la protección de la vida y salud de este trabajador, y que dicen relación con aquellas necesarias que contempla el ordenamiento jurídico de seguridad y salud laboral. Es necesario señalar que en este caso no estamos frente a una obligación de garantía que origine responsabilidades en el empleador por el solo acontecimiento de un hecho dañoso, sino que se requiere de una conducta de su parte, que lo ocasione y que se trata de indemnizar, como lo son los incumplimientos y las omisiones de las obligaciones de seguridad y protección que la impone la ley. A mayor abundamiento, cabe hacer notar que en la especie en forma anterior al supuesto accidente que afectó al demandante, la empresa evaluó su puesto de trabajo, luego y ocurrido éste, la demandada, procedió a su cambio, el demandante fue intervenido quirúrgicamente y finalmente retomó sus labores, pues había sido dado de alta por los médicos del organismo previsional, Asociación Chilena de Seguridad, con lo cual no resulta lógico exigir al empleador una conducta de control y las consecuencias de una dolencia que fue oportunamente tratada por los respectivos especialistas. Por ello la demandada no es responsable en los términos pretendidos por el demandante de las indemnizaciones solicitadas, ya que no se ha acreditado una conducta u omisión culpable de su parte, por lo que se procederá a rechazar la demanda interpuesta en autos. DECIMOCUARTO: Que la prueba analizada lo ha sido conforme a las reglas de la sana crítica, y el resto de las alegaciones y probanzas no contiene información que contradiga aquellos hechos asentados por los medios que se han tenido en consideración para resolver la controversia en este pleito. DECIMOQUINTO: Que incumbe probar las obligaciones o su extinción a quien alega aquellas o ésta. Por estas consideraciones y, visto además lo dispuesto en los artículos 7º, 10, 420, 425, 432, 446 y siguientes, 453, 454, 456, 459 del Código del Trabajo; 1545, 1698 del Código Civil, ley Nº 16.744, y demás normas legales vigentes, SE DECLARA: I. Que se rechaza la excepción de finiquito opuesta por la demandada. II. Que se rechaza la demanda en todas sus partes. III. Que no se condena en costas al actor por haber tenido motivo plausible para litigar. Regístrese, notifíquese, archívese en su oportunidad y hágase devolución de los documentos, ejecutoriada que se encuentre la presente sentencia RIT : O–904–2011 RUC : 11– 4–0013114–9 Pronunciada por Alondra Valentina Castro Jiménez, Juez Titular del Primer Juzgado de Letras del Trabajo de Santiago. En Santiago a veinticuatro de junio de dos mil once, se notificó por el estado diario la sentencia precedente. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

279

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Santiago, seis de mayo de dos mil diez VISTOS, OÍDOS Y CONSIDERANDO: PRIMERO: Que compareció don Mario Humberto Beltrán Jara conductor de buses domiciliado en calle Río Los Ciervos N° 3100, comuna de Puente Alto, quien interpone demanda de indemnización de perjuicios por accidente del trabajo en procedimiento de aplicación general en contra de su empleador STP Santiago S.A., representada por don Luis Barahona Moraga ambos domiciliados en Abdón Cifuentes N° 36, comuna de Santiago, solicitando se declare que ha sido víctima de un accidente del trabajo y se condene a la demandada a pago de las siguientes indemnizaciones: a) por indemnización por daño emergente la suma de $ 1.500.000; b) por indemnización por lucro cesante por la suma de $ 87.445.282, c) la suma de $ 120.000.000. por indemnización del daño moral o la suma que el Tribunal determine, ambas con intereses de los artículos 63 y 173 del Código del Trabajo o los que el Tribunal establezca, todo con costas. Señala que fue contratado el seis de noviembre de 2008, por la demandada para prestar servicios como conductor de buses de recorrido urbano de pasajeros, con una jornada de trabajo de 45 horas semanales distribuidas en seis días a la semana, que su remuneración ascendía a la suma de $ 401.792 y que su contrato era de naturaleza indefinida. Indica que el día 18 de noviembre de 2009 a las 9:40 horas aproximadamente mientras desarrollaba sus actividades laborales en forma normal, habiendo un total de 18 personas en el bus que conducía, repentinamente tres individuos que iban como pasajeros comenzaron a agredirlo, con pies y puños, dirigiendo uno de ellos hacia su cabeza un objeto que en ese momento identificó como un martillo, por lo que procedió a esquivar dicho objeto con su mano izquierda, y que después de recibir el golpe al ver mucha sangre se percato de que el golpe fue con un machete y no con un martillo, sufriendo un corte profundo en el dedo índice de la mano izquierda quedando el dedo literalmente colgando, luego de ocurrido el accidente le resultó imposible comunicarse con su empleador, pues indica la radio del bus no funciona, por lo que procedió a quitarse la camisa para envolver su mano pues el bus tampoco contaba con botiquín, dirigiéndose acto seguido al patio más cercano ubicado en Avenida Juanita sin número, momento en el que les comunica a sus jefes directos lo ocurrido, quienes le indican que espere y que lo llevaran a un centro asistencial, ante la espera se retira del lugar, y al verlo un compañero de labores, éste decide llevarlo a la Mutual de Puente Alto donde fue atendido. Agrega que la empresa no dio aviso a Carabineros, ni a la Mutual ni el Ministerio de Transporte respecto del accidente que sufrió, por lo que con fecha 22 de febrero del presente año la empresa fue multada por la Inspección. Indica que el mismo día del accidente fue sometido a una primera operación, con el objeto de salvar su dedo, por al haber sufrido daños profundos con fecha 27 de noviembre en una segunda operación se lo amputan, manteniéndose con posterioridad a dicha intervención 14 días hospitalizado, siendo enviado a su casa al finalizar dicho período con reposo, derivándolo con un psiquiatra y psicólogo, los que le han otorgado licencia hasta el día de hoy, debido a que no se encuentra en condiciones de volver a su trabajo, por el trauma que sufrió. Indica que la empresa el día del accidente no le brindó la ayuda que debió haberle prestado, así como tampoco cumplió con la obligación de denunciar a las entidades correspondientes. Por lo que el día 29 de enero la empresa fue multada por no contar con medidas básicas de seguridad como botiquín de primeros auxilios. Señala que la empresa es responsable de no otorgar las medidas y elementos de seguridad para evitar el accidente, quien debió velar por la protección de la vida y salud de los trabajadores, lo que incumplió gravemente.

280

I. SENTENCIA DEL JUZGADO DE LETRAS DEL TRABAJO

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol N° 1156-2010 Cita online: CL/JUR/16170/2010

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol N° 1156-2010 Cita online: CL/JUR/16170/2010

I. SENTENCIA DEL JUZGADO DE LETRAS DEL TRABAJO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Santiago, seis de mayo de dos mil diez VISTOS, OÍDOS Y CONSIDERANDO: PRIMERO: Que compareció don Mario Humberto Beltrán Jara conductor de buses domiciliado en calle Río Los Ciervos N° 3100, comuna de Puente Alto, quien interpone demanda de indemnización de perjuicios por accidente del trabajo en procedimiento de aplicación general en contra de su empleador STP Santiago S.A., representada por don Luis Barahona Moraga ambos domiciliados en Abdón Cifuentes N° 36, comuna de Santiago, solicitando se declare que ha sido víctima de un accidente del trabajo y se condene a la demandada a pago de las siguientes indemnizaciones: a) por indemnización por daño emergente la suma de $ 1.500.000; b) por indemnización por lucro cesante por la suma de $ 87.445.282, c) la suma de $ 120.000.000. por indemnización del daño moral o la suma que el Tribunal determine, ambas con intereses de los artículos 63 y 173 del Código del Trabajo o los que el Tribunal establezca, todo con costas. Señala que fue contratado el seis de noviembre de 2008, por la demandada para prestar servicios como conductor de buses de recorrido urbano de pasajeros, con una jornada de trabajo de 45 horas semanales distribuidas en seis días a la semana, que su remuneración ascendía a la suma de $ 401.792 y que su contrato era de naturaleza indefinida. Indica que el día 18 de noviembre de 2009 a las 9:40 horas aproximadamente mientras desarrollaba sus actividades laborales en forma normal, habiendo un total de 18 personas en el bus que conducía, repentinamente tres individuos que iban como pasajeros comenzaron a agredirlo, con pies y puños, dirigiendo uno de ellos hacia su cabeza un objeto que en ese momento identificó como un martillo, por lo que procedió a esquivar dicho objeto con su mano izquierda, y que después de recibir el golpe al ver mucha sangre se percato de que el golpe fue con un machete y no con un martillo, sufriendo un corte profundo en el dedo índice de la mano izquierda quedando el dedo literalmente colgando, luego de ocurrido el accidente le resultó imposible comunicarse con su empleador, pues indica la radio del bus no funciona, por lo que procedió a quitarse la camisa para envolver su mano pues el bus tampoco contaba con botiquín, dirigiéndose acto seguido al patio más cercano ubicado en Avenida Juanita sin número, momento en el que les comunica a sus jefes directos lo ocurrido, quienes le indican que espere y que lo llevaran a un centro asistencial, ante la espera se retira del lugar, y al verlo un compañero de labores, éste decide llevarlo a la Mutual de Puente Alto donde fue atendido. Agrega que la empresa no dio aviso a Carabineros, ni a la Mutual ni el Ministerio de Transporte respecto del accidente que sufrió, por lo que con fecha 22 de febrero del presente año la empresa fue multada por la Inspección. Indica que el mismo día del accidente fue sometido a una primera operación, con el objeto de salvar su dedo, por al haber sufrido daños profundos con fecha 27 de noviembre en una segunda operación se lo amputan, manteniéndose con posterioridad a dicha intervención 14 días hospitalizado, siendo enviado a su casa al finalizar dicho período con reposo, derivándolo con un psiquiatra y psicólogo, los que le han otorgado licencia hasta el día de hoy, debido a que no se encuentra en condiciones de volver a su trabajo, por el trauma que sufrió. Indica que la empresa el día del accidente no le brindó la ayuda que debió haberle prestado, así como tampoco cumplió con la obligación de denunciar a las entidades correspondientes. Por lo que el día 29 de enero la empresa fue multada por no contar con medidas básicas de seguridad como botiquín de primeros auxilios. Señala que la empresa es responsable de no otorgar las medidas y elementos de seguridad para evitar el accidente, quien debió velar por la protección de la vida y salud de los trabajadores, lo que incumplió gravemente.

280

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

281

En cuanto a los fundamentos de derecho y normas legales entre otras citas el artículo 184 del Código del Trabajo señalando que la demandada infringió la obligación de seguridad que tiene para con sus trabajadores. Alude también a la obligación de prevención y seguridad los artículos 68 de la ley Nº 16.744, y el artículo 76 de la misma norma, por cuanto no dio aviso a la entidad administrativa correspondiente del hecho de haber sufrido un accidente grave. Señala que en cuanto al grado de culpa respecto del cual deben responder los empleadores, expresa que éste será culpa grave o lata, señala que además se han infraccionado otras prescripciones que en su libelo detalladamente expone. Respecto a la procedencia y determinación del lucro cesante hace referencia al artículo 1546 del Código Civil. SEGUNDO: Que encontrándose debidamente notificada la demandada contestó la demanda interpuesta dentro del plazo legal solicitando su rechazo con costas. En primer término no controvierte lo relativo a existencia y características de la relación laboral que lo une con el actor, sólo indica que el monto de la remuneración indicada por el actor, no es efectiva toda vez que corresponde a la suma de $ 289.395. En segundo término no controvierte las circunstancias del accidente sufrido por el actor y su carácter de laboral, ya que efectivamente éste fue víctima de una agresión de tres individuos en momentos en que conducía el bus que tenía a su cargo, provocándole un corte en el dedo índice de su mano izquierda, hace especial referencia a que el corte no le produjo la amputación inmediata del dedo, sino que ésta se llevó a cabo con posterioridad por decisión voluntaria del trabajador. Respecto a los antecedentes proporcionados por el actor, referentes a lo ocurrido con posterioridad del siniestro, indica que es efectivo que el conductor se dirigió al patio Juanita, pero indica que no es cierto que no fue asistido inmediatamente por sus superiores, a este respecto señala que en cuanto ingresa al recinto es llevado por uno de sus empleados y en un vehículo de su propiedad a la Mutual de Seguridad de Puente Alto, quien lo deriva al Hospital del Trabajador, por lo que entre la hora del accidente y la hora en que fue atendido no transcurrió más de un hora y media. Respecto al hecho que se le imputa referente a no haber dado aviso a las entidades correspondientes, una vez ocurrido el accidente indica que en lo que respecta a la Mutual, esto no es efectivo toda vez que prueba de ello es que el trabajador fue intervenido el mismo día del accidente. Respecto a la Inspección del Trabajo y el Seremi de Salud, indica que efectivamente no se le dio aviso, pero en virtud de que de acuerdo a la circular número 2345 de enero de 2007 de la Superintendencia de Seguridad Social en relación con lo establecido en el artículo 76 de la ley Nº 16.744, el empleador sólo está obligado a efectuar dicha notificación cuando el accidente sea de carácter grave, circular que indica que debe entenderse por accidente grave, a través de diversas hipótesis, que sólo contempla como una de ellas los que hayan provocado una amputación inmediata, lo que en el caso sublite no ocurrió, agrega que además en la demanda no son claros los incumplimientos atribuidos a su representada. Indica que no obstante no haberse incumplido la obligación establecido en el artículo 184 del Cogido del Trabajo, la demanda deberá ser rechazada en virtud de que los daños reclamados no son consecuencias de los incumplimientos de deberes de su representada ni a un hecho imputable a ella, toda vez que el accidente se origina el hecho de terceros en virtud de lo señalado por la propia demandada, que además no existe relación de causalidad entre los referidos daños y el incumplimiento, por lo que tampoco procede indemnizar el daño emergente, lucro cesante y daño moral. Agrega que aun cuando deberán ser rechazadas las demandas, las indemnizaciones por lucro cesante y daño emergente, solicitadas por el actor son improcedentes por cuanto no se configuran los presupuesto necesarios para acogerlas, haciendo referencia a que la indemnización no puede ser nunca fuente de lucro o enriquecimiento. En el caso del daño moral, la finalidad de la indemnización es de carácter satisfactoria. El derecho reconoce la necesidad de una indemnización pero rechaza la comercialización de los sentimientos. TERCERO: Que con fecha 04 de junio de 2010 tuvo lugar la audiencia preparatoria. Por su parte con fecha 6 de julio de 2010, tuvo lugar la audiencia de juicio respectiva, que se fijó una audiencia especial la que se efectuó con fecha 23 de julio de 2010. CUARTO: Hechos no controvertidos y llamado a conciliación: Que se fijaron los siguientes hechos pacíficos o no controvertidos entre las partes: ya sea porque expresamente fueron admitidos por la demandada o bien porque las partes así lo declararon; 1) Existencia de la relación laboral entre las partes,

En cuanto a los fundamentos de derecho y normas legales entre otras citas el artículo 184 del Código del Trabajo señalando que la demandada infringió la obligación de seguridad que tiene para con sus trabajadores. Alude también a la obligación de prevención y seguridad los artículos 68 de la ley Nº 16.744, y el artículo 76 de la misma norma, por cuanto no dio aviso a la entidad administrativa correspondiente del hecho de haber sufrido un accidente grave. Señala que en cuanto al grado de culpa respecto del cual deben responder los empleadores, expresa que éste será culpa grave o lata, señala que además se han infraccionado otras prescripciones que en su libelo detalladamente expone. Respecto a la procedencia y determinación del lucro cesante hace referencia al artículo 1546 del Código Civil. SEGUNDO: Que encontrándose debidamente notificada la demandada contestó la demanda interpuesta dentro del plazo legal solicitando su rechazo con costas. En primer término no controvierte lo relativo a existencia y características de la relación laboral que lo une con el actor, sólo indica que el monto de la remuneración indicada por el actor, no es efectiva toda vez que corresponde a la suma de $ 289.395. En segundo término no controvierte las circunstancias del accidente sufrido por el actor y su carácter de laboral, ya que efectivamente éste fue víctima de una agresión de tres individuos en momentos en que conducía el bus que tenía a su cargo, provocándole un corte en el dedo índice de su mano izquierda, hace especial referencia a que el corte no le produjo la amputación inmediata del dedo, sino que ésta se llevó a cabo con posterioridad por decisión voluntaria del trabajador. Respecto a los antecedentes proporcionados por el actor, referentes a lo ocurrido con posterioridad del siniestro, indica que es efectivo que el conductor se dirigió al patio Juanita, pero indica que no es cierto que no fue asistido inmediatamente por sus superiores, a este respecto señala que en cuanto ingresa al recinto es llevado por uno de sus empleados y en un vehículo de su propiedad a la Mutual de Seguridad de Puente Alto, quien lo deriva al Hospital del Trabajador, por lo que entre la hora del accidente y la hora en que fue atendido no transcurrió más de un hora y media. Respecto al hecho que se le imputa referente a no haber dado aviso a las entidades correspondientes, una vez ocurrido el accidente indica que en lo que respecta a la Mutual, esto no es efectivo toda vez que prueba de ello es que el trabajador fue intervenido el mismo día del accidente. Respecto a la Inspección del Trabajo y el Seremi de Salud, indica que efectivamente no se le dio aviso, pero en virtud de que de acuerdo a la circular número 2345 de enero de 2007 de la Superintendencia de Seguridad Social en relación con lo establecido en el artículo 76 de la ley Nº 16.744, el empleador sólo está obligado a efectuar dicha notificación cuando el accidente sea de carácter grave, circular que indica que debe entenderse por accidente grave, a través de diversas hipótesis, que sólo contempla como una de ellas los que hayan provocado una amputación inmediata, lo que en el caso sublite no ocurrió, agrega que además en la demanda no son claros los incumplimientos atribuidos a su representada. Indica que no obstante no haberse incumplido la obligación establecido en el artículo 184 del Cogido del Trabajo, la demanda deberá ser rechazada en virtud de que los daños reclamados no son consecuencias de los incumplimientos de deberes de su representada ni a un hecho imputable a ella, toda vez que el accidente se origina el hecho de terceros en virtud de lo señalado por la propia demandada, que además no existe relación de causalidad entre los referidos daños y el incumplimiento, por lo que tampoco procede indemnizar el daño emergente, lucro cesante y daño moral. Agrega que aun cuando deberán ser rechazadas las demandas, las indemnizaciones por lucro cesante y daño emergente, solicitadas por el actor son improcedentes por cuanto no se configuran los presupuesto necesarios para acogerlas, haciendo referencia a que la indemnización no puede ser nunca fuente de lucro o enriquecimiento. En el caso del daño moral, la finalidad de la indemnización es de carácter satisfactoria. El derecho reconoce la necesidad de una indemnización pero rechaza la comercialización de los sentimientos. TERCERO: Que con fecha 04 de junio de 2010 tuvo lugar la audiencia preparatoria. Por su parte con fecha 6 de julio de 2010, tuvo lugar la audiencia de juicio respectiva, que se fijó una audiencia especial la que se efectuó con fecha 23 de julio de 2010. CUARTO: Hechos no controvertidos y llamado a conciliación: Que se fijaron los siguientes hechos pacíficos o no controvertidos entre las partes: ya sea porque expresamente fueron admitidos por la demandada o bien porque las partes así lo declararon; 1) Existencia de la relación laboral entre las partes, ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

281

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

comenzando esta el 06 de noviembre de 2008, ejerciendo labor de conductor; 2) El día 18 de noviembre el actor sufrió un accidente al interior del bus que conducía y como consecuencia de este accidente el actor sufrió la pérdida del dedo índice de la mano izquierda, y 3) El accidente se origino por hechos de terceros. Luego llamadas las partes a conciliación sobre las bases propuestas por el tribunal, ésta no se produjo, por lo que se determinaron los hechos sustanciales, pertinentes y controvertidos; 1) La remuneración pactada y efectivamente percibida por el actor; 2) Si la empresa demandada tomo las medidas de seguridad necesarias para proteger eficazmente la vida y salud del trabajador demandante, manteniendo las condiciones de higiene y seguridad, como los elementos necesarios para prevenir el accidente ocurrido el día 18 de noviembre de 2009 y si correspondía avisar por la empresa a la SEREMI de Salud y la Inspección del Trabajo la ocurrencia de dicho accidente; 3) Lesiones sufridas por el actor como consecuencia del accidente ocurrido el día 18 de noviembre de 2009 y secuelas posteriores en el plano físico y sicológicos. En su caso naturaleza de las lesiones, tratamiento a que fue sometido el actor y tiempo en que demoraron en sanar las lesiones; 4) Si por motivo del accidente sufrido por el actor a éste se le ocasionaron daños materiales y morales hacer indemnizados por esta vía, en caso afirmativo, naturaleza, entidad y monto; 5) Grado de incapacidad del actor por el accidente sufrido el accidente sufrido el día 18 de noviembre de 2009. QUINTO: Que para acreditar sus alegaciones la parte demandante rindió en la audiencia de juicio la siguiente prueba: A. Documental de la demandante: 1. Denuncia N° 7445 ante el Ministerio de Transportes, de fecha 08 de enero de 2010; 2. Set de 4 órdenes de atención de terapia física emitidas por el Hospital del Trabajador, de fechas: 22 de diciembre de 2009, 11 de enero, 26 enero y 02 de marzo, todas del año 2010; 3. Comprobante ingreso de fiscalización N° 1305/2010/90 ante la Inspección del Trabajo Cordillera, de fecha 29 de enero de 2010; 4. Lista de cotizaciones emitida por la IPS, de fecha 09 de abril de 2010; 5. Ordinario N° 118 emitido por la Inspectora provincial del trabajo Cordillera; 6. Copia de informe de fiscalización de la Inspección del Trabajo, de fecha 22 de febrero de 2010; 7. Liquidaciones de remuneraciones del actor, correspondiente a los meses de noviembre y diciembre de 2008 y enero a noviembre del año 2009; 8. Informe médico N° 133.12.09, emitido por Hospital del Trabajador de Santiago; 9. Copia de contrato de trabajo, y 10. 5 Boletines informativos emitidos por el Hospital de Trabajador de Santiago; 11. Informe médico emitido por el Hospital de Trabajador de Santiago, y 12. 11 carnets de controles ambulatorios del Hospital de Trabajador. B. Oficios: 1. Oficio IST que informe respecto de las atenciones efectuadas al actor a partir del día 18 de noviembre de 2008 a la fecha y la razón de las mismas atenciones, remite, ficha médica, e indique el grado de incapacidad del actor, C. Confesional: Don Luis Barahona: Que el actor a la fecha del accidente era dependiente de su empresa, el recorrido era en Puente Alto, en el sector sur de Santiago, siendo el sector más peligroso la Villa Chiloé, que no es común que sus trabajadores sufran accidentes, y que ignora un porcentaje de trabajadores han sufrido accidentes, que su empresa da cumplimiento a lo dispuesto en el artículo 184, a través de el reglamento interno, constantes capacitaciones, respecto a las medidas de seguridad de los buses, indica que cumple con lo que le exige el Estado, no dependen de su empresa, sino de FP, como la radio y el botiquín, AFT es el responsable en virtud de las bases de licitación y un contrato con el Estado de Chile, que las normas de seguridad no dependen de su empresa, sino de un consorcio de bancos, que no constituyen una práctica aplicar las bases de la licitación por sobre las normas del trabajo, que las que les corresponden las han adoptados pero, las relativas a los buses los maneja la autoridad. Que sabe que el accidente ocurrió el 18 de noviembre, que a los pocos minutos de haber arribado al terminal Juanita fue llevado por un trabajador de su empresa a la Mutual, que respecto si le dio

282

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

comenzando esta el 06 de noviembre de 2008, ejerciendo labor de conductor; 2) El día 18 de noviembre el actor sufrió un accidente al interior del bus que conducía y como consecuencia de este accidente el actor sufrió la pérdida del dedo índice de la mano izquierda, y 3) El accidente se origino por hechos de terceros. Luego llamadas las partes a conciliación sobre las bases propuestas por el tribunal, ésta no se produjo, por lo que se determinaron los hechos sustanciales, pertinentes y controvertidos; 1) La remuneración pactada y efectivamente percibida por el actor; 2) Si la empresa demandada tomo las medidas de seguridad necesarias para proteger eficazmente la vida y salud del trabajador demandante, manteniendo las condiciones de higiene y seguridad, como los elementos necesarios para prevenir el accidente ocurrido el día 18 de noviembre de 2009 y si correspondía avisar por la empresa a la SEREMI de Salud y la Inspección del Trabajo la ocurrencia de dicho accidente; 3) Lesiones sufridas por el actor como consecuencia del accidente ocurrido el día 18 de noviembre de 2009 y secuelas posteriores en el plano físico y sicológicos. En su caso naturaleza de las lesiones, tratamiento a que fue sometido el actor y tiempo en que demoraron en sanar las lesiones; 4) Si por motivo del accidente sufrido por el actor a éste se le ocasionaron daños materiales y morales hacer indemnizados por esta vía, en caso afirmativo, naturaleza, entidad y monto; 5) Grado de incapacidad del actor por el accidente sufrido el accidente sufrido el día 18 de noviembre de 2009. QUINTO: Que para acreditar sus alegaciones la parte demandante rindió en la audiencia de juicio la siguiente prueba: A. Documental de la demandante: 1. Denuncia N° 7445 ante el Ministerio de Transportes, de fecha 08 de enero de 2010; 2. Set de 4 órdenes de atención de terapia física emitidas por el Hospital del Trabajador, de fechas: 22 de diciembre de 2009, 11 de enero, 26 enero y 02 de marzo, todas del año 2010; 3. Comprobante ingreso de fiscalización N° 1305/2010/90 ante la Inspección del Trabajo Cordillera, de fecha 29 de enero de 2010; 4. Lista de cotizaciones emitida por la IPS, de fecha 09 de abril de 2010; 5. Ordinario N° 118 emitido por la Inspectora provincial del trabajo Cordillera; 6. Copia de informe de fiscalización de la Inspección del Trabajo, de fecha 22 de febrero de 2010; 7. Liquidaciones de remuneraciones del actor, correspondiente a los meses de noviembre y diciembre de 2008 y enero a noviembre del año 2009; 8. Informe médico N° 133.12.09, emitido por Hospital del Trabajador de Santiago; 9. Copia de contrato de trabajo, y 10. 5 Boletines informativos emitidos por el Hospital de Trabajador de Santiago; 11. Informe médico emitido por el Hospital de Trabajador de Santiago, y 12. 11 carnets de controles ambulatorios del Hospital de Trabajador. B. Oficios: 1. Oficio IST que informe respecto de las atenciones efectuadas al actor a partir del día 18 de noviembre de 2008 a la fecha y la razón de las mismas atenciones, remite, ficha médica, e indique el grado de incapacidad del actor, C. Confesional: Don Luis Barahona: Que el actor a la fecha del accidente era dependiente de su empresa, el recorrido era en Puente Alto, en el sector sur de Santiago, siendo el sector más peligroso la Villa Chiloé, que no es común que sus trabajadores sufran accidentes, y que ignora un porcentaje de trabajadores han sufrido accidentes, que su empresa da cumplimiento a lo dispuesto en el artículo 184, a través de el reglamento interno, constantes capacitaciones, respecto a las medidas de seguridad de los buses, indica que cumple con lo que le exige el Estado, no dependen de su empresa, sino de FP, como la radio y el botiquín, AFT es el responsable en virtud de las bases de licitación y un contrato con el Estado de Chile, que las normas de seguridad no dependen de su empresa, sino de un consorcio de bancos, que no constituyen una práctica aplicar las bases de la licitación por sobre las normas del trabajo, que las que les corresponden las han adoptados pero, las relativas a los buses los maneja la autoridad. Que sabe que el accidente ocurrió el 18 de noviembre, que a los pocos minutos de haber arribado al terminal Juanita fue llevado por un trabajador de su empresa a la Mutual, que respecto si le dio

282

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

283

aviso a la Inspección del Trabajo del Trabajo y al Seremi de Transporte, indica que las bases no le exigen dar aviso. D. Testimonial: Carmen Gloria Bandak Bravo, Rut 8892499 1, quien legalmente juramentada expone: Que conoce al actor, porque es la pareja de su hermano Víctor, que en noviembre de 2008, no tenía mucha relación con él, que sabe que fue víctima de un asalto, porque ocurrido el accidente llamaron a su pareja para avisarle, que el accidente el 18 de noviembre de 2008, cuando era conductor, que el accidente fue traumático para todos, por la amputación de su dedo, que el actor producto del accidente duerme mal, está muy irritable, ya no sale a la calle, tiene a una persona que le conduce porque ya no se atreve, que lo sabe porque siempre conversa con su señora, que incluso le ha comentado que la relación de ellos también está mal, que el actor actualmente está en tratamiento psicológico. Contrainterrogada: Que cuando sufrió el accidente le amputaron el dedo en la Mutual, que un amigo le conduce, que no sabe ni quién es la doctora ni dónde lo atiende. Mauricio Budín Henríquez, 11851672 9, quien legalmente juramentado expone: Que conoce al actor hace siete años, y que sabe el accidente que sufrió, porque al día siguiente de ocurrido fue a verlo y su familia le contó que había perdido un dedo, que después del accidente ha cambiado bastante, ya no es el mismo, esta temeroso, y por eso siempre lo acompaño, estando en forma continuamente a su lado, lo ayudo a hacer sus trámites. Que como consecuencia del accidente ya no es la misma persona, antes compartía con la familia, ahora ya no comparte, como antes. SEXTO: Que, por su parte, la demandada rindió en la audiencia de juicio la siguiente prueba: A. Documental de la demandada: 1. Contrato de trabajo del actor de fecha 06 de noviembre de 2008; 2. Informe técnico de investigación de accidente, hecho por don Marcelo Urrutia, prevencioncita de riesgo; 3. Declaración individual de accidente de trabajo Folio N° 378695; 4. Recibo de Reglamento de Orden Higiene y Seguridad por parte del actor; 5. Carta de declaración efectuada por don Cristian Avendaño Sáez, y 6. Finiquito de fecha 04 de mayo de 2010 celebrado por el actor y Compañía de seguros de Vida La Interamericana S.A. y cheque girado al actor. B. Oficios: 1. Oficio, a Ana luisa Covarrubias, Coordinación del Sistema de Transportes de Santiago, a fin de que informe cuál es la entidad encargada de proveer del equipamiento a bordo de los buses que prestan servicios en el sistema Transantiago, específicamente en cuanto cámaras de seguridad, y si vuestra institución ha cumplido con las obligaciones que le imponen las bases de licitación correspondiente. 2. Oficio, a la IST para que indique a) Subsidios pagados a don Mario Humberto Beltrán Jara, C.I. N° 9.462.124 0, base de cálculo de los mismos; b) Si se ha decretado por parte de don Mario Humberto Beltrán Jara, algún grado de incapacidad. C. Confesional de la demandada: Que comparece don Mario Beltrán Jara, quien legalmente juramentado expone: Que el accidente fue como a las 10 ó 10:20, que no recuerda a qué hora ingresó a la Mutual, y lo operaron en el Hospital del Trabajador, que no trabaja en el terminal Juanita, y desde el lugar en donde sufrió el accidente y el terminal Juanita se demoró como 40 minutos, que nadie lo recibió al llegar a dicho terminal, y que un compañero lo llevó, y que entre le terminal y la Mutual transcurrieron 15 ó 20 minutos, que en el momento del accidente no perdió el dedo, y que el dedo se le amputaron en la Mutual, que no fue decisión de él, que lo operaron dos veces más, amputándole el dedo la segunda vez, por lo que el dedo no se le amputaron el día del accidente. Que interrogado por el Tribunal indica: Que la primera vez no le amputaron el dedo, sino fue después, incluso un psicólogo hablo con él y le preguntó si estaba de acuerdo, entonces sí le informaron, que él no tenía claro cuántos dedos estaban lesionados, cuando sufrió el accidente, estaba tan impresionado que no sabía que había pasado, pero logro calmarse para no sufrir otro accidente.

aviso a la Inspección del Trabajo del Trabajo y al Seremi de Transporte, indica que las bases no le exigen dar aviso. D. Testimonial: Carmen Gloria Bandak Bravo, Rut 8892499 1, quien legalmente juramentada expone: Que conoce al actor, porque es la pareja de su hermano Víctor, que en noviembre de 2008, no tenía mucha relación con él, que sabe que fue víctima de un asalto, porque ocurrido el accidente llamaron a su pareja para avisarle, que el accidente el 18 de noviembre de 2008, cuando era conductor, que el accidente fue traumático para todos, por la amputación de su dedo, que el actor producto del accidente duerme mal, está muy irritable, ya no sale a la calle, tiene a una persona que le conduce porque ya no se atreve, que lo sabe porque siempre conversa con su señora, que incluso le ha comentado que la relación de ellos también está mal, que el actor actualmente está en tratamiento psicológico. Contrainterrogada: Que cuando sufrió el accidente le amputaron el dedo en la Mutual, que un amigo le conduce, que no sabe ni quién es la doctora ni dónde lo atiende. Mauricio Budín Henríquez, 11851672 9, quien legalmente juramentado expone: Que conoce al actor hace siete años, y que sabe el accidente que sufrió, porque al día siguiente de ocurrido fue a verlo y su familia le contó que había perdido un dedo, que después del accidente ha cambiado bastante, ya no es el mismo, esta temeroso, y por eso siempre lo acompaño, estando en forma continuamente a su lado, lo ayudo a hacer sus trámites. Que como consecuencia del accidente ya no es la misma persona, antes compartía con la familia, ahora ya no comparte, como antes. SEXTO: Que, por su parte, la demandada rindió en la audiencia de juicio la siguiente prueba: A. Documental de la demandada: 1. Contrato de trabajo del actor de fecha 06 de noviembre de 2008; 2. Informe técnico de investigación de accidente, hecho por don Marcelo Urrutia, prevencioncita de riesgo; 3. Declaración individual de accidente de trabajo Folio N° 378695; 4. Recibo de Reglamento de Orden Higiene y Seguridad por parte del actor; 5. Carta de declaración efectuada por don Cristian Avendaño Sáez, y 6. Finiquito de fecha 04 de mayo de 2010 celebrado por el actor y Compañía de seguros de Vida La Interamericana S.A. y cheque girado al actor. B. Oficios: 1. Oficio, a Ana luisa Covarrubias, Coordinación del Sistema de Transportes de Santiago, a fin de que informe cuál es la entidad encargada de proveer del equipamiento a bordo de los buses que prestan servicios en el sistema Transantiago, específicamente en cuanto cámaras de seguridad, y si vuestra institución ha cumplido con las obligaciones que le imponen las bases de licitación correspondiente. 2. Oficio, a la IST para que indique a) Subsidios pagados a don Mario Humberto Beltrán Jara, C.I. N° 9.462.124 0, base de cálculo de los mismos; b) Si se ha decretado por parte de don Mario Humberto Beltrán Jara, algún grado de incapacidad. C. Confesional de la demandada: Que comparece don Mario Beltrán Jara, quien legalmente juramentado expone: Que el accidente fue como a las 10 ó 10:20, que no recuerda a qué hora ingresó a la Mutual, y lo operaron en el Hospital del Trabajador, que no trabaja en el terminal Juanita, y desde el lugar en donde sufrió el accidente y el terminal Juanita se demoró como 40 minutos, que nadie lo recibió al llegar a dicho terminal, y que un compañero lo llevó, y que entre le terminal y la Mutual transcurrieron 15 ó 20 minutos, que en el momento del accidente no perdió el dedo, y que el dedo se le amputaron en la Mutual, que no fue decisión de él, que lo operaron dos veces más, amputándole el dedo la segunda vez, por lo que el dedo no se le amputaron el día del accidente. Que interrogado por el Tribunal indica: Que la primera vez no le amputaron el dedo, sino fue después, incluso un psicólogo hablo con él y le preguntó si estaba de acuerdo, entonces sí le informaron, que él no tenía claro cuántos dedos estaban lesionados, cuando sufrió el accidente, estaba tan impresionado que no sabía que había pasado, pero logro calmarse para no sufrir otro accidente. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

283

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Que después del accidente, le cambio la forma de vivir, porque es maestro de cocina y ahora no puede, por ejemplo, usar cuchillo, que ahora no sabe si le van a dar a trabajo, porque sabe que el contrato con la empresa va a terminar, que él ya no quiere manejar, porque le da miedo, que el 2008 comenzó a trabajar para la empresa, y que sabía que asaltaban a los conductores antes con el sistema antiguo, pero con el Transantiago eso se supone había terminado, porque ya no andan con dinero, por lo que no tenía contemplado el riesgo, porque pensaba que nunca iban a asaltar a un conductor, pero ahora está pasando, incluso han muerto trabajadores, no se sabe si son dos o uno. Testimonial de la demandada: Cristian Avendaño Sáez, rut 12.636.654 K, quien legalmente juramentado expone: que conoce al actor, que trabajó en el terminal Paradero igual que el actor, que tuvo un problema en la máquina, él estaba ejerciendo el cargo de conductor, y el día del accidente él estaba en el terminal Juanita, que él lo vio llegar al terminal, lo vio subir y a los dos minutos el jefe terminal le indicó que lo llevara a la asociación, que transcurrieron unos diez minutos entre que llegó al terminal y la asociación, y que don Rafael dirigente sindical estuvo con él en la Asociación, esperando información, y que la herida que tenía el actor era profunda. Contrainterrogado: Que el actor al bajar de la oficina bajo acompañado por don Miguel el jefe de la oficina. Miguel Ángel Gómez Pérez, Rut 6.597.975 6, quien legalmente juramentado expone: Que no conoce al actor, sólo lo vio por el accidente, que ese día llegó a la oficina sangrando, y bajaron y le indicó a un trabajador don Cristian y le indicó que lo llevara a la Asociación, que el traslado no debería haber durado más de diez minutos, por lo que conversó con el conductor que lo asistió. Contrainterrogado: Que el actor lo fue a buscar con las manos ensangrentadas, pero no le vio la mano, ya que había que mandarlo rápido a la Mutual, y que es Gerente del Terminal. Marcelo Urrutia Maldonado, Rut 12.690.113 5, quien legalmente juramentado expuso: Que es el jefe de departamento de prevencioncita de riesgos de la empresa, que sabe que el actor fue agredido sin previo aviso, donde le propinaron un corte, y él se trasladó al terminal Juanita para que lo auxiliaran, y posteriormente fue llevado al asociación, que el día del accidente no tuvo desmembramiento, que él es el encargado de avisar según lo dispone la circular 2345 de la Suceso, por lo que se informó de las consecuencias del accidente, y que el trabajador que lo asistió, el gerente del terminal y la mutual le informó que no hubo desmembramiento, por lo que no tuvo que aplicar la antedicha circular. Que el sector donde el actor el accidente es de alto riesgo, y que por eso le han pedido a Carabineros que refuerce la seguridad, que hizo un informe respecto del accidente, y concluyo que requieren más refuerzo policial. Que el actor perdió sólo una falange producto del accidente, que se encuentra con licencia médica. Contrainterrogado. Que se desempeña hace tres años como prevencioncita para la empresa, que en virtud de la estadística que ellos manejan concluye que los pasajeros son de alta complicación, que el promedio de agresiones mensuales tendrían que ser 4 trabajadores agredidos. Que se le han pedido a la empresa que implemente cabinas de seguridad, y la primera vez que hizo esta petición fue el 2007, y la respuesta de la empresa, es que por costos no se puede implementar, además los trabajadores se rehúsan, por el calor en el verano, y que sólo podría ser esa la forma de asegurar a los trabajadores. Que interrogado por el Tribunal indica: Que las cabinas sólo son usadas por dos operadores, fue un tema que discutieron en una mesa de trabajo, y concluyeron que es la única manera de prevenir, indica que la agresión no la pueden evitar, pero sí contaron con cabinas, sería más fácil, las cabinas no son exigidas por la legislación. Que la obligación de proteger la vida se cumpliría con las cabinas. SÉPTIMO: Que la parte demandada objetó por falta de veracidad e la prueba documental incorporada por la parte demandante que corresponde a Informe técnico de investigación de accidente, hecho por don Marcelo Urrutia, prevencioncita de riesgo, toda vez que no le consta la fecha, por quién y la veracidad de los dichos que en él se contienen. La demandante evacúa el traslado respectivo solicitando el rechazo de la objeción planteada toda vez que la falsedad no constituye causal de impugnación de los documentos, sino más dice relación con el valor probatorio. Que para resolver la incidencia se tiene pre-

284

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Que después del accidente, le cambio la forma de vivir, porque es maestro de cocina y ahora no puede, por ejemplo, usar cuchillo, que ahora no sabe si le van a dar a trabajo, porque sabe que el contrato con la empresa va a terminar, que él ya no quiere manejar, porque le da miedo, que el 2008 comenzó a trabajar para la empresa, y que sabía que asaltaban a los conductores antes con el sistema antiguo, pero con el Transantiago eso se supone había terminado, porque ya no andan con dinero, por lo que no tenía contemplado el riesgo, porque pensaba que nunca iban a asaltar a un conductor, pero ahora está pasando, incluso han muerto trabajadores, no se sabe si son dos o uno. Testimonial de la demandada: Cristian Avendaño Sáez, rut 12.636.654 K, quien legalmente juramentado expone: que conoce al actor, que trabajó en el terminal Paradero igual que el actor, que tuvo un problema en la máquina, él estaba ejerciendo el cargo de conductor, y el día del accidente él estaba en el terminal Juanita, que él lo vio llegar al terminal, lo vio subir y a los dos minutos el jefe terminal le indicó que lo llevara a la asociación, que transcurrieron unos diez minutos entre que llegó al terminal y la asociación, y que don Rafael dirigente sindical estuvo con él en la Asociación, esperando información, y que la herida que tenía el actor era profunda. Contrainterrogado: Que el actor al bajar de la oficina bajo acompañado por don Miguel el jefe de la oficina. Miguel Ángel Gómez Pérez, Rut 6.597.975 6, quien legalmente juramentado expone: Que no conoce al actor, sólo lo vio por el accidente, que ese día llegó a la oficina sangrando, y bajaron y le indicó a un trabajador don Cristian y le indicó que lo llevara a la Asociación, que el traslado no debería haber durado más de diez minutos, por lo que conversó con el conductor que lo asistió. Contrainterrogado: Que el actor lo fue a buscar con las manos ensangrentadas, pero no le vio la mano, ya que había que mandarlo rápido a la Mutual, y que es Gerente del Terminal. Marcelo Urrutia Maldonado, Rut 12.690.113 5, quien legalmente juramentado expuso: Que es el jefe de departamento de prevencioncita de riesgos de la empresa, que sabe que el actor fue agredido sin previo aviso, donde le propinaron un corte, y él se trasladó al terminal Juanita para que lo auxiliaran, y posteriormente fue llevado al asociación, que el día del accidente no tuvo desmembramiento, que él es el encargado de avisar según lo dispone la circular 2345 de la Suceso, por lo que se informó de las consecuencias del accidente, y que el trabajador que lo asistió, el gerente del terminal y la mutual le informó que no hubo desmembramiento, por lo que no tuvo que aplicar la antedicha circular. Que el sector donde el actor el accidente es de alto riesgo, y que por eso le han pedido a Carabineros que refuerce la seguridad, que hizo un informe respecto del accidente, y concluyo que requieren más refuerzo policial. Que el actor perdió sólo una falange producto del accidente, que se encuentra con licencia médica. Contrainterrogado. Que se desempeña hace tres años como prevencioncita para la empresa, que en virtud de la estadística que ellos manejan concluye que los pasajeros son de alta complicación, que el promedio de agresiones mensuales tendrían que ser 4 trabajadores agredidos. Que se le han pedido a la empresa que implemente cabinas de seguridad, y la primera vez que hizo esta petición fue el 2007, y la respuesta de la empresa, es que por costos no se puede implementar, además los trabajadores se rehúsan, por el calor en el verano, y que sólo podría ser esa la forma de asegurar a los trabajadores. Que interrogado por el Tribunal indica: Que las cabinas sólo son usadas por dos operadores, fue un tema que discutieron en una mesa de trabajo, y concluyeron que es la única manera de prevenir, indica que la agresión no la pueden evitar, pero sí contaron con cabinas, sería más fácil, las cabinas no son exigidas por la legislación. Que la obligación de proteger la vida se cumpliría con las cabinas. SÉPTIMO: Que la parte demandada objetó por falta de veracidad e la prueba documental incorporada por la parte demandante que corresponde a Informe técnico de investigación de accidente, hecho por don Marcelo Urrutia, prevencioncita de riesgo, toda vez que no le consta la fecha, por quién y la veracidad de los dichos que en él se contienen. La demandante evacúa el traslado respectivo solicitando el rechazo de la objeción planteada toda vez que la falsedad no constituye causal de impugnación de los documentos, sino más dice relación con el valor probatorio. Que para resolver la incidencia se tiene pre-

284

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

285

sente que la veracidad dice relación con que el instrumento sea falso. De la observación del documento y en cuanto a la falsedad del mismo la parte demandante no sustentó sus dichos en ese sentido, la falta de individualización del mismo no dice relación con que sean falsa, ese un aspecto que dice relación con la valoración del medio de prueba en su oportunidad, por lo tanto la objeción debe ser rechazada por carecer de fundamento legal. OCTAVO: Que en autos el demandante ha ejercido la acción de indemnización de perjuicios por accidente del trabajo, toda vez que el hecho en que se fundan las indemnizaciones reclamadas ocurrió en circunstancias que el demandante prestaba servicios a la demandada según contrato de trabajo celebrado entre las partes de fecha seis de abril de 2008 incorporado en audiencia. NOVENO: Que, en relación a lo expuesto precedentemente, el artículo 184 del Código del Trabajo establece que el empleador está obligado a tomar todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y la salud de los trabajadores manteniendo las condiciones adecuadas de seguridad de las faenas, como también los implementos necesarios para prevenir accidentes. Asimismo, el artículo 69 de la ley Nº 16.744 establece que cuando el accidente se deba a culpa o dolo de la entidad empleadora o de un tercero, la víctima o demás personas a quienes el accidente cause daño podrá reclamar también contra estos las otras indemnizaciones a que tenga derecho. DÉCIMO: Que así las cosas se establece una responsabilidad contractual por incumplimiento de la obligación de seguridad del empleador cuyo contenido es la necesaria adopción de todas aquellas medidas tendientes a evitar que en el lugar de trabajo se produzca algún accidente que pueda afectar la vida, la integridad física o la salud del trabajador. DECIMOPRIMERO: Que el peso de la prueba, conforme a las reglas del onus probandi, en cuanto al cumplimiento de la obligación de seguridad, corresponde al empleador, asimismo le corresponde acreditar la debida diligencia y cuidado, respondiendo de culpa levísima. DECIMOSEGUNDO: Es menester indicar que no es un hecho controvertido en el caso sub lite que el accidente se origina por terceros ajenos a este procedimiento, quienes en un ataque con ribetes delictuales, propinaron un corte profundo en el dedo índice izquierdo del demandante, mientras realizaba su recorrido. DECIMOTERCERO: Que de los hechos contenidos en la demanda se desprende que el incumplimiento de la demandada que sería causa directa del accidente sufrido por el actor, se origina en primer término en el hecho de que el bus que conducía el actor no contaba con implementos de seguridad que pudieren prevenir la ocurrencia del accidente producto del ataque propinado al actor, indica como elementos faltantes botiquín de primeros auxilios y radio comunicadora en virtud de lo señalado en el artículo 68 de la ley Nº 16.744, en segundo término en la circunstancia de no haber notificado el empleador a la Inspección del Trabajo y a la Secretaría Ministerial de Salud correspondiente el accidente sufrido por el actor, en virtud de lo señalado en el artículo 76 de la ley Nº 16.744 y en último término en que el empleador no le otorgo la ayuda oportuna una vez ocurrido y puesto en conocimiento el accidente DECIMOCUARTO: Que no es un hecho controvertido en el caso sub lite que el accidente se origina por terceros ajenos a este procedimiento, quienes en un ataque con ribetes delictuales, propinaron un corte profundo en el dedo índice izquierdo del demandante. DECIMOQUINTO: Que respecto al primer incumplimiento, relativo al haber adoptado la empleadora las medidas o condiciones adecuadas de seguridad en las faenas y haber informado al trabajador de los posibles riesgos que su labor implicaba, obligación que la demandada logra acreditar a través de la prueba incorporada en el juicio, toda vez que del examen de los documentos ofrecidos es posible concluir la entrega del reglamento de higiene y seguridad de la empresa en virtud de los señalado en el punto noveno de dicho documento, en el que se expresa que el trabajador declara recibir en este acto copia del reglamento interno de orden, higiene y seguridad además considerando que este hecho no fue controvertido por la demandante en juicio. Que además la empresa contaba con un comité paritario en virtud de lo señalado por el informe de fiscalización de la Inspección del Trabajo, incorporado en juicio por el demandante, en donde el fiscalizador constata dicha circunstancia, circunstancia que tampoco fue controvertida por la demandante. DECIMOSEXTO: Que respecto a la obligación relativa a proporcionar los implementos necesarios para prevenir accidentes del trabajo, es necesario en este punto, tener presente que el labor desem-

sente que la veracidad dice relación con que el instrumento sea falso. De la observación del documento y en cuanto a la falsedad del mismo la parte demandante no sustentó sus dichos en ese sentido, la falta de individualización del mismo no dice relación con que sean falsa, ese un aspecto que dice relación con la valoración del medio de prueba en su oportunidad, por lo tanto la objeción debe ser rechazada por carecer de fundamento legal. OCTAVO: Que en autos el demandante ha ejercido la acción de indemnización de perjuicios por accidente del trabajo, toda vez que el hecho en que se fundan las indemnizaciones reclamadas ocurrió en circunstancias que el demandante prestaba servicios a la demandada según contrato de trabajo celebrado entre las partes de fecha seis de abril de 2008 incorporado en audiencia. NOVENO: Que, en relación a lo expuesto precedentemente, el artículo 184 del Código del Trabajo establece que el empleador está obligado a tomar todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y la salud de los trabajadores manteniendo las condiciones adecuadas de seguridad de las faenas, como también los implementos necesarios para prevenir accidentes. Asimismo, el artículo 69 de la ley Nº 16.744 establece que cuando el accidente se deba a culpa o dolo de la entidad empleadora o de un tercero, la víctima o demás personas a quienes el accidente cause daño podrá reclamar también contra estos las otras indemnizaciones a que tenga derecho. DÉCIMO: Que así las cosas se establece una responsabilidad contractual por incumplimiento de la obligación de seguridad del empleador cuyo contenido es la necesaria adopción de todas aquellas medidas tendientes a evitar que en el lugar de trabajo se produzca algún accidente que pueda afectar la vida, la integridad física o la salud del trabajador. DECIMOPRIMERO: Que el peso de la prueba, conforme a las reglas del onus probandi, en cuanto al cumplimiento de la obligación de seguridad, corresponde al empleador, asimismo le corresponde acreditar la debida diligencia y cuidado, respondiendo de culpa levísima. DECIMOSEGUNDO: Es menester indicar que no es un hecho controvertido en el caso sub lite que el accidente se origina por terceros ajenos a este procedimiento, quienes en un ataque con ribetes delictuales, propinaron un corte profundo en el dedo índice izquierdo del demandante, mientras realizaba su recorrido. DECIMOTERCERO: Que de los hechos contenidos en la demanda se desprende que el incumplimiento de la demandada que sería causa directa del accidente sufrido por el actor, se origina en primer término en el hecho de que el bus que conducía el actor no contaba con implementos de seguridad que pudieren prevenir la ocurrencia del accidente producto del ataque propinado al actor, indica como elementos faltantes botiquín de primeros auxilios y radio comunicadora en virtud de lo señalado en el artículo 68 de la ley Nº 16.744, en segundo término en la circunstancia de no haber notificado el empleador a la Inspección del Trabajo y a la Secretaría Ministerial de Salud correspondiente el accidente sufrido por el actor, en virtud de lo señalado en el artículo 76 de la ley Nº 16.744 y en último término en que el empleador no le otorgo la ayuda oportuna una vez ocurrido y puesto en conocimiento el accidente DECIMOCUARTO: Que no es un hecho controvertido en el caso sub lite que el accidente se origina por terceros ajenos a este procedimiento, quienes en un ataque con ribetes delictuales, propinaron un corte profundo en el dedo índice izquierdo del demandante. DECIMOQUINTO: Que respecto al primer incumplimiento, relativo al haber adoptado la empleadora las medidas o condiciones adecuadas de seguridad en las faenas y haber informado al trabajador de los posibles riesgos que su labor implicaba, obligación que la demandada logra acreditar a través de la prueba incorporada en el juicio, toda vez que del examen de los documentos ofrecidos es posible concluir la entrega del reglamento de higiene y seguridad de la empresa en virtud de los señalado en el punto noveno de dicho documento, en el que se expresa que el trabajador declara recibir en este acto copia del reglamento interno de orden, higiene y seguridad además considerando que este hecho no fue controvertido por la demandante en juicio. Que además la empresa contaba con un comité paritario en virtud de lo señalado por el informe de fiscalización de la Inspección del Trabajo, incorporado en juicio por el demandante, en donde el fiscalizador constata dicha circunstancia, circunstancia que tampoco fue controvertida por la demandante. DECIMOSEXTO: Que respecto a la obligación relativa a proporcionar los implementos necesarios para prevenir accidentes del trabajo, es necesario en este punto, tener presente que el labor desemACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

285

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

peñada por el actor es la de conductor de buses del Transantiago, servicios que son contratados por empresa concesionarias del Estado, en este caso STP Santiago S.A., que resulta propio en atención a lo señalado, hacer alusión a lo informado por doña Ana Luisa Covarrubias, Coordinadora Transantiago, quien por oficio emitido por este Tribunal, informa que corresponde al Administrador Financiero de Transantiago S.A., la prestación de servicios complementarios y el equipamiento a bordo de los buses del Sistema de Transporte Público para la provincia de Santiago, Puente Alto y San Bernardo, agregando que es de público conocimiento que producto de una gestión de flotas insuficientes, ha sido necesario realizar un proceso de búsqueda, selección, adjudicación e implementación de una solución definitiva, que considera, entre otros servicios, la implementación de dispositivos de seguridad como cámaras de videos, implementación que está en período transitorio, que de lo señalado por la coordinadora de Transantiago, es dable concluir que corresponde al administrador financiero del Transantiago proporcionar las medidas de seguridad a bordo de los buses, no siendo entonces obligación del empleador, en este caso STP condicionar los buses con dichos implementos, que además habrá que tener presente que el sistema Transantiago funciona de acuerdo a las bases de licitación que el propio Estado determina, no siendo entonces posible a juicio de esta falladora exigir a la demandada que sólo respecto a la implementación de los buses haga más de lo que está obligada. Que a mayor abundamiento, aun cuando fuera obligación del empleador proporcionar elementos de seguridad como cámaras de seguridad y radios, dichos elementos no podrían haber evitado el accidente sufrido por el actor. Que respecto al hecho de no estar implementado el bus conducido por el actor con un botiquín de primeros auxilios, hecho que se tiene por acreditado en virtud de que el demandado no incorporo prueba alguna, que hubiere dado cuenta de que el bus si contaba con el respectivo botiquín, debe tenerse presente que un cuando el actor no contaba con implementos de primeros auxilios, dichos elementos, en virtud, de la máxima de lógica y experiencia, no tiene como finalidad poder prevenir eficazmente el accidente sufrido por el actor, ya que el accidente se origino por un ataque de terceros, armados con un machete, no siendo posible concluir que si el bus hubiera contado con dicho botiquín las consecuencias de éste hubieran sido distintas. DECIMOSÉPTIMO: Que, por lo señalado anteriormente sólo es posible concluir que en virtud de la naturaleza del accidente sufrido por el actor, ninguno de los elementos señalados en su demanda, que fundan el incumplimiento imputado a la demandada, en cuanto a proporcionar elementos que prevengan la ocurrencia de accidentes, hubieran podido hacerlo, por cuanto lo relativo a dicha alegación deberá ser desestimada, considerando que no es posible imputar a la demandada, solo en ese sentido, la ocurrencia y consecuencias del accidente sufrido por el actor. DECIMOOCTAVO: Que respecto a la obligación de proporcionarle elementos necesarios para acceder a una oportuna y adecuada atención medica, es posible concluir en virtud de lo señalado por los testigos de la demandada Cristian Avendaño y Miguel Ángel Gómez, dicha obligación se tiene por acreditada en virtud de que se encuentran contestes en señalar que al llegar el actor al terminal Juanita, una vez ocurrido el accidente, fue llevado de forma rápida y oportuna a la Mutual de Seguridad de Puente Alto, por orden de gerente de dicho terminal el testigo Gómez, conducido en vehículo de la empresa por el testigo Avendaño, quienes además indican que el tiempo transcurrido entre la llegada del actor a dicho terminal y su llegada a la Mutual, fue de 20 minutos aproximadamente. Que además, el propio actor declaro que entre su llegada al terminal y su traslado a la mutual trascurrieron 25 a 20 minutos, que además la ficha médica incorporada a juicio mediante la respuesta del oficio remitido por la ACHS, se indica que la hora de ingreso del actor al Hospital del Trabajador, lugar del que es remitido por la ACHS de Puente Alto, es a las 11:13 a.m., habiendo por tanto entre la hora del accidente 10:00 a.m. y el traslado al Hospital, trascurrido 1 hora con 13 minutos. Que, por tanto, considerando lo señalado se desestimará lo señalado por el actor en cuanto a que su empleador no le prestó la ayuda inmediata para procurarle la atención médica necesaria, en virtud del accidente ocurrido, así como también se desestimará lo indicado en su libelo, referido al hecho de que el gerente de la empresa no le proporciono ayuda inmediata y que un compañero de trabajo fue quien lo asistió.

286

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

peñada por el actor es la de conductor de buses del Transantiago, servicios que son contratados por empresa concesionarias del Estado, en este caso STP Santiago S.A., que resulta propio en atención a lo señalado, hacer alusión a lo informado por doña Ana Luisa Covarrubias, Coordinadora Transantiago, quien por oficio emitido por este Tribunal, informa que corresponde al Administrador Financiero de Transantiago S.A., la prestación de servicios complementarios y el equipamiento a bordo de los buses del Sistema de Transporte Público para la provincia de Santiago, Puente Alto y San Bernardo, agregando que es de público conocimiento que producto de una gestión de flotas insuficientes, ha sido necesario realizar un proceso de búsqueda, selección, adjudicación e implementación de una solución definitiva, que considera, entre otros servicios, la implementación de dispositivos de seguridad como cámaras de videos, implementación que está en período transitorio, que de lo señalado por la coordinadora de Transantiago, es dable concluir que corresponde al administrador financiero del Transantiago proporcionar las medidas de seguridad a bordo de los buses, no siendo entonces obligación del empleador, en este caso STP condicionar los buses con dichos implementos, que además habrá que tener presente que el sistema Transantiago funciona de acuerdo a las bases de licitación que el propio Estado determina, no siendo entonces posible a juicio de esta falladora exigir a la demandada que sólo respecto a la implementación de los buses haga más de lo que está obligada. Que a mayor abundamiento, aun cuando fuera obligación del empleador proporcionar elementos de seguridad como cámaras de seguridad y radios, dichos elementos no podrían haber evitado el accidente sufrido por el actor. Que respecto al hecho de no estar implementado el bus conducido por el actor con un botiquín de primeros auxilios, hecho que se tiene por acreditado en virtud de que el demandado no incorporo prueba alguna, que hubiere dado cuenta de que el bus si contaba con el respectivo botiquín, debe tenerse presente que un cuando el actor no contaba con implementos de primeros auxilios, dichos elementos, en virtud, de la máxima de lógica y experiencia, no tiene como finalidad poder prevenir eficazmente el accidente sufrido por el actor, ya que el accidente se origino por un ataque de terceros, armados con un machete, no siendo posible concluir que si el bus hubiera contado con dicho botiquín las consecuencias de éste hubieran sido distintas. DECIMOSÉPTIMO: Que, por lo señalado anteriormente sólo es posible concluir que en virtud de la naturaleza del accidente sufrido por el actor, ninguno de los elementos señalados en su demanda, que fundan el incumplimiento imputado a la demandada, en cuanto a proporcionar elementos que prevengan la ocurrencia de accidentes, hubieran podido hacerlo, por cuanto lo relativo a dicha alegación deberá ser desestimada, considerando que no es posible imputar a la demandada, solo en ese sentido, la ocurrencia y consecuencias del accidente sufrido por el actor. DECIMOOCTAVO: Que respecto a la obligación de proporcionarle elementos necesarios para acceder a una oportuna y adecuada atención medica, es posible concluir en virtud de lo señalado por los testigos de la demandada Cristian Avendaño y Miguel Ángel Gómez, dicha obligación se tiene por acreditada en virtud de que se encuentran contestes en señalar que al llegar el actor al terminal Juanita, una vez ocurrido el accidente, fue llevado de forma rápida y oportuna a la Mutual de Seguridad de Puente Alto, por orden de gerente de dicho terminal el testigo Gómez, conducido en vehículo de la empresa por el testigo Avendaño, quienes además indican que el tiempo transcurrido entre la llegada del actor a dicho terminal y su llegada a la Mutual, fue de 20 minutos aproximadamente. Que además, el propio actor declaro que entre su llegada al terminal y su traslado a la mutual trascurrieron 25 a 20 minutos, que además la ficha médica incorporada a juicio mediante la respuesta del oficio remitido por la ACHS, se indica que la hora de ingreso del actor al Hospital del Trabajador, lugar del que es remitido por la ACHS de Puente Alto, es a las 11:13 a.m., habiendo por tanto entre la hora del accidente 10:00 a.m. y el traslado al Hospital, trascurrido 1 hora con 13 minutos. Que, por tanto, considerando lo señalado se desestimará lo señalado por el actor en cuanto a que su empleador no le prestó la ayuda inmediata para procurarle la atención médica necesaria, en virtud del accidente ocurrido, así como también se desestimará lo indicado en su libelo, referido al hecho de que el gerente de la empresa no le proporciono ayuda inmediata y que un compañero de trabajo fue quien lo asistió.

286

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

287

Que a mayor abundamiento aun cuando no se le hubiere prestado la atención inmediata, no es posible concluir que el incumplimiento de dicha obligación sería la causa directa del accidente sufrido por el actor, ya que la obligación del empleador en virtud de lo señalado en el artículo 184 del Código del Trabajo, dice relación directa con las medidas necesarias para prevenir accidentes del trabajo, siendo, necesario entonces para configurar la responsabilidad del actor que exista una relación de causalidad entre el incumplimiento y el daño. DECIMONOVENO: Que respecto al tercer incumplimiento imputado al demandado en cuanto a no haber notificado el empleador a la Inspección del Trabajo y a la Secretaría Ministerial de Salud correspondiente el accidente sufrido por el actor, en virtud de lo señalado en el artículo 76 de la ley Nº 16.744, es menester indicar que dicha disposición prescribe en su inciso cuarto. Que sin perjuicio de lo establecido en los incisos precedentes, en caso de accidentes del trabajo fatales y graves, el empleador deberá informar inmediatamente a la Inspección del Trabajo y al Seremi de Salud, acerca de cualquiera de dichos hechos, corresponderá a la Superintendencia de Seguridad Social impartir instrucciones sobre la forma en que deberá cumplirse esta obligación. VIGÉSIMO: Que una vez precisado lo señalado en el considerando anterior, habrá que analizar si efectivamente el empleador estaba obligado a notificar a las entidades mencionadas del accidente ocurrido al actor, que a esta respecto la referida norma indica que deberá cumplirse dicha obligación en virtud de las instrucciones que a este respecto indique la Superintendencia de Seguridad Social, en este sentido entonces, será necesario tener a la vista la circular 2.345 emitida por dicha institución, que tiene como único objeto impartir instrucciones para el cumplimiento de la obligación establecida en el artículo 76 de la ley Nº 16.744, que a este respecto indica en el título I, numero 2, que deberá entenderse por Accidente del trabajo grave, cualquier accidente del trabajo que: 1. Obligue a realizar maniobras de reanimación; 2. Obligue a realizar maniobras de rescate, 3. Ocurra por caída de altura, de más de 2 metros; 4. Provoque, en forma inmediata, la amputación o pérdida de cualquier parte del cuerpo; 5. Involucre un número tal de trabajadores que afecte el desarrollo normal de la faena afectada. El listado de accidentes del trabajo graves será revisado por la Superintendencia de Seguridad Social periódicamente. Que así las cosas teniendo presente, que debe entenderse por accidente grave, es posible concluir, que el empleador estaba obligado a dar aviso a Inspección del Trabajo y al Seremi de Salud, por cuanto el accidente sufrido por el actor, tuvo como consecuencia una amputación traumática de acuerdo a lo establecido en la ficha clínica incorporada a través de la lectura del oficio remitido por la ASCH, por lo que se desestimara lo señalado por el prevencioncita de riesgo, en cuanto indicó que el accidente no ocasionó la amputación del empleador. Que entonces es posible concluir que efectivamente el empleador incumplió la obligación establecidas en el artículo 77 de la ley Nº 16.744. VIGÉSIMO PRIMERO: Que, sin perjuicio de lo señalado en el considerando anterior, esta sentenciadora no logra llegar a la convicción de que aun cuando el empleador hubiere dado aviso del accidente, cumpliendo así con la norma citada, esta medida hubiere podido prevenir la ocurrencia de siniestro sufrido por el actor, nuevamente no es posible establecer el nexo causal entre el incumplimiento acreditado y los daños provocados al actor. VIGÉSIMO SEGUNDO: Que, en la especie, de acuerdo a lo señalado en los considerantes anteriores, y en virtud de la naturaleza del accidente, esto es ataque delictual provocado por terceros, circunstancia ajena absolutamente a la voluntad del empleador, el incumplimiento o cumplimiento del empleador en orden a adoptar todas las medidas de seguridad necesarias para proteger eficazmente la vida y salud del trabajador no es causa directa del accidente sufrido por el demandante y los daños provocados por éste, toda vez que de haber existido éstas el accidente igualmente se habría producido, no siendo posible, entonces, tener por acreditado a juicio de esta falladora, que el accidente se deba a causas atribuibles a la demandada, y que por tanto, se cumplan los presupuesto necesarios para que se configure la obligación de indemnizar en sede contractual, por lo que procederá a rechazar la demanda interpuesta en autos. VIGÉSIMO TERCERO: Que en virtud de lo resuelto se omitirá el pronunciamiento de las demás alegaciones y prestaciones solicitadas por la demandante en su libelo.

Que a mayor abundamiento aun cuando no se le hubiere prestado la atención inmediata, no es posible concluir que el incumplimiento de dicha obligación sería la causa directa del accidente sufrido por el actor, ya que la obligación del empleador en virtud de lo señalado en el artículo 184 del Código del Trabajo, dice relación directa con las medidas necesarias para prevenir accidentes del trabajo, siendo, necesario entonces para configurar la responsabilidad del actor que exista una relación de causalidad entre el incumplimiento y el daño. DECIMONOVENO: Que respecto al tercer incumplimiento imputado al demandado en cuanto a no haber notificado el empleador a la Inspección del Trabajo y a la Secretaría Ministerial de Salud correspondiente el accidente sufrido por el actor, en virtud de lo señalado en el artículo 76 de la ley Nº 16.744, es menester indicar que dicha disposición prescribe en su inciso cuarto. Que sin perjuicio de lo establecido en los incisos precedentes, en caso de accidentes del trabajo fatales y graves, el empleador deberá informar inmediatamente a la Inspección del Trabajo y al Seremi de Salud, acerca de cualquiera de dichos hechos, corresponderá a la Superintendencia de Seguridad Social impartir instrucciones sobre la forma en que deberá cumplirse esta obligación. VIGÉSIMO: Que una vez precisado lo señalado en el considerando anterior, habrá que analizar si efectivamente el empleador estaba obligado a notificar a las entidades mencionadas del accidente ocurrido al actor, que a esta respecto la referida norma indica que deberá cumplirse dicha obligación en virtud de las instrucciones que a este respecto indique la Superintendencia de Seguridad Social, en este sentido entonces, será necesario tener a la vista la circular 2.345 emitida por dicha institución, que tiene como único objeto impartir instrucciones para el cumplimiento de la obligación establecida en el artículo 76 de la ley Nº 16.744, que a este respecto indica en el título I, numero 2, que deberá entenderse por Accidente del trabajo grave, cualquier accidente del trabajo que: 1. Obligue a realizar maniobras de reanimación; 2. Obligue a realizar maniobras de rescate, 3. Ocurra por caída de altura, de más de 2 metros; 4. Provoque, en forma inmediata, la amputación o pérdida de cualquier parte del cuerpo; 5. Involucre un número tal de trabajadores que afecte el desarrollo normal de la faena afectada. El listado de accidentes del trabajo graves será revisado por la Superintendencia de Seguridad Social periódicamente. Que así las cosas teniendo presente, que debe entenderse por accidente grave, es posible concluir, que el empleador estaba obligado a dar aviso a Inspección del Trabajo y al Seremi de Salud, por cuanto el accidente sufrido por el actor, tuvo como consecuencia una amputación traumática de acuerdo a lo establecido en la ficha clínica incorporada a través de la lectura del oficio remitido por la ASCH, por lo que se desestimara lo señalado por el prevencioncita de riesgo, en cuanto indicó que el accidente no ocasionó la amputación del empleador. Que entonces es posible concluir que efectivamente el empleador incumplió la obligación establecidas en el artículo 77 de la ley Nº 16.744. VIGÉSIMO PRIMERO: Que, sin perjuicio de lo señalado en el considerando anterior, esta sentenciadora no logra llegar a la convicción de que aun cuando el empleador hubiere dado aviso del accidente, cumpliendo así con la norma citada, esta medida hubiere podido prevenir la ocurrencia de siniestro sufrido por el actor, nuevamente no es posible establecer el nexo causal entre el incumplimiento acreditado y los daños provocados al actor. VIGÉSIMO SEGUNDO: Que, en la especie, de acuerdo a lo señalado en los considerantes anteriores, y en virtud de la naturaleza del accidente, esto es ataque delictual provocado por terceros, circunstancia ajena absolutamente a la voluntad del empleador, el incumplimiento o cumplimiento del empleador en orden a adoptar todas las medidas de seguridad necesarias para proteger eficazmente la vida y salud del trabajador no es causa directa del accidente sufrido por el demandante y los daños provocados por éste, toda vez que de haber existido éstas el accidente igualmente se habría producido, no siendo posible, entonces, tener por acreditado a juicio de esta falladora, que el accidente se deba a causas atribuibles a la demandada, y que por tanto, se cumplan los presupuesto necesarios para que se configure la obligación de indemnizar en sede contractual, por lo que procederá a rechazar la demanda interpuesta en autos. VIGÉSIMO TERCERO: Que en virtud de lo resuelto se omitirá el pronunciamiento de las demás alegaciones y prestaciones solicitadas por la demandante en su libelo. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

287

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

II. CORTE DE APELACIONES Santiago, quince de marzo de dos mil once. Vistos y teniendo presente: 1°. Que la abogado de la parte demandante, doña Carol Roa Aroca, recurre de nulidad contra la sentencia del Primer Juzgado de Letras del Trabajo de fecha seis de agosto de dos mil diez, erróneamente datada en lo que respecta al mes, seis de mayo, alegando en primer término la infracción de derechos y garantías constitucionales y subsidiariamente, la infracción de ley que ha influido sustancialmente en lo dispositivo del fallo. 2°. Que para determinar si la sentencia adolece del primer vicio de nulidad que invoca la demandante es menester estudiar si al dictarla el tribunal a quo infringió sustancialmente los derechos y garantías constitucionales de los trabajadores. Cita la recurrente que de acuerdo al artículo 5° del Código del Trabajo, el empleador debe respetar las garantías constitucionales de los trabajadores, sin que se excluyan los derechos consagrados en los números 1° y 2° del artículo 19 de nuestra Constitución Política, normas que resguardan el derecho a la vida y a la integridad física y síquica de la persona y la igualdad ante la ley. Dice que, consecuencialmente, se deben adoptar todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y la salud de los trabajadores y mantener las condiciones de higiene y seguridad adecuadas y los implementos necesarios para prevenir accidentes y enfermedades profesionales. 3°. Que la sentencia impugnada hace un exhaustivo análisis del incidente en que resultó lesionado el demandante y recalca que se debió a una agresión perpetrada por terceros totalmente ajenos al servicio. 4°. Que por otra parte el fallo objetado también descarta la supuesta obligación de la empresa de mantener dispositivos de seguridad como cámaras de video, ya que según las bases de la licitación, tal obligación es propia del Administrador Financiero del Transantiago S.A. Resulta evidente que no corresponde a la demandada alterar tales bases y hacerse cargo de algo a lo que no es obligada, tal como se razona en la sentencia recurrida. 5°. Que la sentencia también pondera adecuadamente los testimonios relativos a la atención dada por la demandada al trabajador y el documento emitido con motivo de la atención médica que se le prestara tanto en la Mutual de Seguridad de Puente Alto como en el Hospital del Trabajador, y en virtud de ello el fallo concluye acertadamente que no existió la inobservancia de las medidas orientadas a proteger la vida y salud del trabajador. 6°. Que los sentenciadores no advierten que la sentenciadora haya desconocido en su fallo el derecho de igualdad ante la ley por un supuesto incumplimiento relativo a la obligación de velar por la seguridad de los trabajadores, pues, el fallo se hace cargo de tal alegación y la desestima argumentando que –como se dijo– las medidas de seguridad que echa de menos el recurrente son de cargo de otra empresa según la correspondiente licitación.

288

VIGÉSIMO QUINTO: Que los demás antecedentes allegados a los autos, en nada alteran lo concluido. VIGÉSIMO SEXTO: Que la prueba ha sido valorada conforme a las reglas de la sana crítica. Por estas consideraciones y visto además lo dispuesto en los artículos 7º, 63, 184, 210, 420, 425 a 432, 453 a 459, 507, y 510 del Código del trabajo, artículos 5º, 68, 69 y 88 de la ley Nº 16.744 y artículos 1547 inc. 3°, 1556 y 1557 del Código Civil se resuelve: I. Que se rechaza la demanda deducida por indemnización de perjuicios del accidente del trabajo sufrido por el actor. II. Que no se condena en costas a la demandante por haber tenido motivo plausible para litigar. Regístrese. RUC 10 4 0024507 5 RIT O 1105 2009 Dictada por doña Daniela González Martínez, Juez Suplente del 1º Juzgado de Letras del Trabajo de Santiago En Santiago a seis de mayo de dos mil diez, se notificó por el estado diario la resolución precedente.

VIGÉSIMO QUINTO: Que los demás antecedentes allegados a los autos, en nada alteran lo concluido. VIGÉSIMO SEXTO: Que la prueba ha sido valorada conforme a las reglas de la sana crítica. Por estas consideraciones y visto además lo dispuesto en los artículos 7º, 63, 184, 210, 420, 425 a 432, 453 a 459, 507, y 510 del Código del trabajo, artículos 5º, 68, 69 y 88 de la ley Nº 16.744 y artículos 1547 inc. 3°, 1556 y 1557 del Código Civil se resuelve: I. Que se rechaza la demanda deducida por indemnización de perjuicios del accidente del trabajo sufrido por el actor. II. Que no se condena en costas a la demandante por haber tenido motivo plausible para litigar. Regístrese. RUC 10 4 0024507 5 RIT O 1105 2009 Dictada por doña Daniela González Martínez, Juez Suplente del 1º Juzgado de Letras del Trabajo de Santiago En Santiago a seis de mayo de dos mil diez, se notificó por el estado diario la resolución precedente.

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

II. CORTE DE APELACIONES Santiago, quince de marzo de dos mil once. Vistos y teniendo presente: 1°. Que la abogado de la parte demandante, doña Carol Roa Aroca, recurre de nulidad contra la sentencia del Primer Juzgado de Letras del Trabajo de fecha seis de agosto de dos mil diez, erróneamente datada en lo que respecta al mes, seis de mayo, alegando en primer término la infracción de derechos y garantías constitucionales y subsidiariamente, la infracción de ley que ha influido sustancialmente en lo dispositivo del fallo. 2°. Que para determinar si la sentencia adolece del primer vicio de nulidad que invoca la demandante es menester estudiar si al dictarla el tribunal a quo infringió sustancialmente los derechos y garantías constitucionales de los trabajadores. Cita la recurrente que de acuerdo al artículo 5° del Código del Trabajo, el empleador debe respetar las garantías constitucionales de los trabajadores, sin que se excluyan los derechos consagrados en los números 1° y 2° del artículo 19 de nuestra Constitución Política, normas que resguardan el derecho a la vida y a la integridad física y síquica de la persona y la igualdad ante la ley. Dice que, consecuencialmente, se deben adoptar todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y la salud de los trabajadores y mantener las condiciones de higiene y seguridad adecuadas y los implementos necesarios para prevenir accidentes y enfermedades profesionales. 3°. Que la sentencia impugnada hace un exhaustivo análisis del incidente en que resultó lesionado el demandante y recalca que se debió a una agresión perpetrada por terceros totalmente ajenos al servicio. 4°. Que por otra parte el fallo objetado también descarta la supuesta obligación de la empresa de mantener dispositivos de seguridad como cámaras de video, ya que según las bases de la licitación, tal obligación es propia del Administrador Financiero del Transantiago S.A. Resulta evidente que no corresponde a la demandada alterar tales bases y hacerse cargo de algo a lo que no es obligada, tal como se razona en la sentencia recurrida. 5°. Que la sentencia también pondera adecuadamente los testimonios relativos a la atención dada por la demandada al trabajador y el documento emitido con motivo de la atención médica que se le prestara tanto en la Mutual de Seguridad de Puente Alto como en el Hospital del Trabajador, y en virtud de ello el fallo concluye acertadamente que no existió la inobservancia de las medidas orientadas a proteger la vida y salud del trabajador. 6°. Que los sentenciadores no advierten que la sentenciadora haya desconocido en su fallo el derecho de igualdad ante la ley por un supuesto incumplimiento relativo a la obligación de velar por la seguridad de los trabajadores, pues, el fallo se hace cargo de tal alegación y la desestima argumentando que –como se dijo– las medidas de seguridad que echa de menos el recurrente son de cargo de otra empresa según la correspondiente licitación.

288

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

289

7°. Que atendido el adecuado raciocinio manifestado en el fallo impugnado tampoco resulta aceptable que haya sido pronunciado con infracción manifiesta de las reglas de la sana crítica como sostiene el recurrente, pues, la sentenciadora expone claramente las razones lógicas y jurídicas que la llevan a decidir en la forma que resuelve la controversia, motivo que conduce a desechar la referida causa de nulidad. 8°. Que en razón de lo precedentemente expresado, se concluye que no se da ninguna de las causales de nulidad impetradas por el señor abogado de la parte demandante de manera que el recurso de nulidad, debe desestimarse. Por estas consideraciones, y teniendo, además, presente lo dispuesto en el artículo 474 y 481 del Código del Trabajo, SE RECHAZA el recurso de nulidad deducido por la parte demandante, don Mario Beltrán Jara, contra la sentencia del Primer Juzgado de Letras del Trabajo de Santiago pronunciada en la causa Rol o RIT o-1105-2010, RUC 1040024507-5. Regístrese y devuélvase. Rol 1156-2010. Redacción del Ministro señor Patricio Villarroel Valdivia.

7°. Que atendido el adecuado raciocinio manifestado en el fallo impugnado tampoco resulta aceptable que haya sido pronunciado con infracción manifiesta de las reglas de la sana crítica como sostiene el recurrente, pues, la sentenciadora expone claramente las razones lógicas y jurídicas que la llevan a decidir en la forma que resuelve la controversia, motivo que conduce a desechar la referida causa de nulidad. 8°. Que en razón de lo precedentemente expresado, se concluye que no se da ninguna de las causales de nulidad impetradas por el señor abogado de la parte demandante de manera que el recurso de nulidad, debe desestimarse. Por estas consideraciones, y teniendo, además, presente lo dispuesto en el artículo 474 y 481 del Código del Trabajo, SE RECHAZA el recurso de nulidad deducido por la parte demandante, don Mario Beltrán Jara, contra la sentencia del Primer Juzgado de Letras del Trabajo de Santiago pronunciada en la causa Rol o RIT o-1105-2010, RUC 1040024507-5. Regístrese y devuélvase. Rol 1156-2010. Redacción del Ministro señor Patricio Villarroel Valdivia. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

289

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

SANTIAGO, veintiséis de abril de dos mil once VISTOS, OÍDOS Y CONSIDERANDO: PRIMERO: Comparece don Jorge Emerson Rodríguez Rojas, maestro, domiciliado en Pasaje Los Nogales N° 2103, Población Chorrillos, Llay Llay, y para efectos del presente proceso en calle Burgos 429, comuna de Las Condes, Santiago, quien viene a interponer demanda de indemnización por daños y perjuicios por accidente del trabajo en procedimiento de Aplicación General en contra de su ex empleador Jorge Gutiérrez e Hijo Limitada, sociedad del giro constructor, Rut 78.534.400-6, representada por don Alejandro Gutiérrez Pino, profesión ignoro, Rut 8.713.150-5, ambos con domicilio en la ciudad de Santiago, calle Max Jara 5107 L, comuna de Macul. En razón de los siguientes hechos y antecedentes de derecho que expone: Indica que con fecha 10 de junio de 2010, ingresó a prestar servicios bajo vínculo de subordinación y dependencia para la sociedad demandada Jorge Gutiérrez e Hijo Limitada. Las labores para las que fue contratado consistían en desempeñarse como Maestro Rematador. En cuanto a la obra donde se desempeñaba indica que se trataba de la obra denominada Gabriela Mistral, que consistía en la construcción de tres bloques de departamentos ubicados en la calle Ignacio Carrera Pinto 553, comuna de Llay Llay, de la misma ciudad. Sus funciones consistían en dejar sin desperfectos la fachada principal del edificio, y esto incluía, entre otras, labores de estucado y enchape. Su remuneración pactada por escrito ascendía a la suma de $ 199.104.- pesos mensuales, aproximadamente. En cuanto a la relación de los hechos, expone que el día 3 de noviembre del año 2010, cuando ya se había finalizado su trabajo en el bloque número 1 y se había iniciado la semana anterior su trabajo en el bloque 2, se encontraba precisamente en este último bloque llevando a cabo su trabajo de estuque y enchape que tenía por objeto dejar la fachada del edificio en un estado bien presentado y parejo. Añade que la semana anterior estuvieron trabajando con un ayudante en las cadenas del bloque 2, que son aquellas que le dan la firmeza a la instalación en general y además soporte a los pisos superiores. Para estos efectos utilizaron un Cango, que es una máquina de corriente para picar el cemento, y así, una vez que picaban el cemento, luego uno se encargaba manualmente de dejarlo parejo y paralelo a las cadenas. Producto de esta difícil labor, dada la corriente y fuerza de la máquina, como es natural se pasaron a llevar algunos ladrillos, los que quedaron con perforaciones y por tanto disparejos. Por esta razón, se hacía necesario volver el día siguiente de trabajo para emparejar los ladrillos y dejar la fachada pareja. Como consecuencia de lo anterior, el día 3 de noviembre de 2010, llegó al trabajo a eso de las 8:00 de la mañana a realizar las labores de emparejamiento y enchape que tenían por objeto precisamente dejar la fachada en estado parejo y terminado. Para realizar estas labores, al igual como lo había hecho en el block 1 y siempre instruidos por la demandada a través de su jefe de obra, se le hizo entrega en bodega de un galletero (herramienta eléctrica para cortar materiales). Luego, entonces, comenzó a cortar la cara de los ladrillos a fin de luego ponerlas y pegarlas encima de los ladrillos disparejos y perforados para, como consecuencia de ello, dejar la fachada del bloque del edificio, en forma pareja y ordenada. Expresa que lo anterior, constituye una irregularidad gravísima, si se considera que dicha labor la desempeñó en el block 1 y en el block 2 (donde se accidentó), siendo que (teóricamente porque en la práctica muchas veces no sucedía así) había otro trabajador encargado de cortar ladrillos, y que, en cualquier caso, supone que ese día no se encontraba o estaba en otra sección, ya que le ordenaron a él, otra vez realizar dicha función.

290

I. SENTENCIA DEL JUZGADO DE LETRAS DEL TRABAJO

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol N° O-3660-2010 Cita online: CL/JUR/7304/2011

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol N° O-3660-2010 Cita online: CL/JUR/7304/2011

I. SENTENCIA DEL JUZGADO DE LETRAS DEL TRABAJO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

SANTIAGO, veintiséis de abril de dos mil once VISTOS, OÍDOS Y CONSIDERANDO: PRIMERO: Comparece don Jorge Emerson Rodríguez Rojas, maestro, domiciliado en Pasaje Los Nogales N° 2103, Población Chorrillos, Llay Llay, y para efectos del presente proceso en calle Burgos 429, comuna de Las Condes, Santiago, quien viene a interponer demanda de indemnización por daños y perjuicios por accidente del trabajo en procedimiento de Aplicación General en contra de su ex empleador Jorge Gutiérrez e Hijo Limitada, sociedad del giro constructor, Rut 78.534.400-6, representada por don Alejandro Gutiérrez Pino, profesión ignoro, Rut 8.713.150-5, ambos con domicilio en la ciudad de Santiago, calle Max Jara 5107 L, comuna de Macul. En razón de los siguientes hechos y antecedentes de derecho que expone: Indica que con fecha 10 de junio de 2010, ingresó a prestar servicios bajo vínculo de subordinación y dependencia para la sociedad demandada Jorge Gutiérrez e Hijo Limitada. Las labores para las que fue contratado consistían en desempeñarse como Maestro Rematador. En cuanto a la obra donde se desempeñaba indica que se trataba de la obra denominada Gabriela Mistral, que consistía en la construcción de tres bloques de departamentos ubicados en la calle Ignacio Carrera Pinto 553, comuna de Llay Llay, de la misma ciudad. Sus funciones consistían en dejar sin desperfectos la fachada principal del edificio, y esto incluía, entre otras, labores de estucado y enchape. Su remuneración pactada por escrito ascendía a la suma de $ 199.104.- pesos mensuales, aproximadamente. En cuanto a la relación de los hechos, expone que el día 3 de noviembre del año 2010, cuando ya se había finalizado su trabajo en el bloque número 1 y se había iniciado la semana anterior su trabajo en el bloque 2, se encontraba precisamente en este último bloque llevando a cabo su trabajo de estuque y enchape que tenía por objeto dejar la fachada del edificio en un estado bien presentado y parejo. Añade que la semana anterior estuvieron trabajando con un ayudante en las cadenas del bloque 2, que son aquellas que le dan la firmeza a la instalación en general y además soporte a los pisos superiores. Para estos efectos utilizaron un Cango, que es una máquina de corriente para picar el cemento, y así, una vez que picaban el cemento, luego uno se encargaba manualmente de dejarlo parejo y paralelo a las cadenas. Producto de esta difícil labor, dada la corriente y fuerza de la máquina, como es natural se pasaron a llevar algunos ladrillos, los que quedaron con perforaciones y por tanto disparejos. Por esta razón, se hacía necesario volver el día siguiente de trabajo para emparejar los ladrillos y dejar la fachada pareja. Como consecuencia de lo anterior, el día 3 de noviembre de 2010, llegó al trabajo a eso de las 8:00 de la mañana a realizar las labores de emparejamiento y enchape que tenían por objeto precisamente dejar la fachada en estado parejo y terminado. Para realizar estas labores, al igual como lo había hecho en el block 1 y siempre instruidos por la demandada a través de su jefe de obra, se le hizo entrega en bodega de un galletero (herramienta eléctrica para cortar materiales). Luego, entonces, comenzó a cortar la cara de los ladrillos a fin de luego ponerlas y pegarlas encima de los ladrillos disparejos y perforados para, como consecuencia de ello, dejar la fachada del bloque del edificio, en forma pareja y ordenada. Expresa que lo anterior, constituye una irregularidad gravísima, si se considera que dicha labor la desempeñó en el block 1 y en el block 2 (donde se accidentó), siendo que (teóricamente porque en la práctica muchas veces no sucedía así) había otro trabajador encargado de cortar ladrillos, y que, en cualquier caso, supone que ese día no se encontraba o estaba en otra sección, ya que le ordenaron a él, otra vez realizar dicha función.

290

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

291

Relata que mientras se encontraba cortando con el galletero la cara de los ladrillos para llevar a cabo la labor de enchape, los cuales era difícil mantener en una posición estática, la máquina, dada su fuerza y corriente, se desvió y le cortó el dedo pulgar y el índice de su mano izquierda. Agrega que el dolor fue terrible. Consigna que para estos efectos no se le destinó ayudante ni tampoco había supervisor presente. No había nadie. Continúa y señala que no había nadie cerca de él, teniendo que dirigirse solo y por sus propios medios, corriendo como podía producto del mareo que lo sofocaba, a la oficina del Jefe Administrativo, don Lautaro Vera, que se encontraba como a 15 ó 20 metros de distancia. Don Lautaro, refiere constató la sangre y la gravedad de la lesión y lo llevó de inmediato a la clínica de Llay Llay, siendo derivado de inmediato a la Mutual de Santiago donde, en definitiva, fue intervenido quirúrgicamente dos veces, sufriendo finalmente la amputación de sus dedos pulgar e índice de la mano izquierda. Los hechos descritos, por consiguiente, dan cuenta de la absoluta falta de cuidado y medidas de seguridad y protección eficaces y adecuadas por parte de la demandada. Indica que la demandada no efectuó en su caso capacitación alguna de ninguna especie. En efecto, la demandada no realizó capacitación sobre la manipulación y operación respecto al uso del galletero ni del cango ni de herramienta de ninguna especie. Lo anterior, señala lo privó de un conocimiento técnico necesario para ejecutar la labor en forma segura para su integridad corporal y, en consecuencia, en la especie, el perjuicio corresponde sea resarcido por la empleadora. Por su parte, tampoco demandada le hizo capacitación mínima sobre aspectos de seguridad dentro de la empresa ni sobre el uso de los elementos de seguridad. Por último, tampoco le efectuó la debida capacitación sobre aspectos técnicos o de riesgos a los que se puede exponer un usuario frente a una deficiente manipulación del tipo de maquinaria encomendada. La demandada no le proporcionó elementos de protección pertinentes, suficientes y adecuados. Agrega que la demandada le hizo entrega de los siguientes elementos de protección: botas, casco, tapón para los oídos, antiparras y guantes. Sin embargo, no lo capacitó para su uso, y los guantes utilizados eran absolutamente inadecuados e inseguros para las funciones que realizaba. En efecto, los primeros guantes que utilizó eran de cuero pero inadecuados para su labor, alega que se rompieron, y luego le entregaron unos guantes de lana revestidos de goma por debajo de los dedos que eran absolutamente inadecuados para la labor de corte de ladrillos y enchape. Agrega que hasta la semana anterior a la fecha de su accidente se le destinaba para llevar a cabo sus funciones un ayudante, sin embargo, y sin explicación alguna esto no sucedió el día de su accidente, razón por la cual, se vio en la obligación de desempeñar sus funciones en solitario. Ni antes ni en la fecha de su accidente, hubo de cuerpo presente un supervisor que fiscalizara las faenas que realizaba. De lo expuesto, manifiesta se sigue que el accidente que sufrió fue a consecuencia directa e inmediata de las condiciones riesgosas en que se desarrollaba su trabajo, esto es, sin las medidas de seguridad y de protección que resguardaran eficazmente la salud e integridad física, atendida la actividad y el lugar donde se encontraba desarrollando las labores por instrucciones directas de su empleador, no mereciendo excusa alguna que éste no haya tomado las medidas para prevenir el accidente, incumpliendo el deber de seguridad y prevención a que lo obliga el contrato de trabajo y las leyes laborales y de seguridad social. Indica que resulta sorprendente que la demandada no hubiera tomado ni la más mínima precaución y coordinación para el desarrollo del trabajo de estucados y enchape, realizado en este caso también en altura y con andamio, lo que es más grave aun si se considera que tomar precauciones en una situación de peligro era su obligación, como también resguardar las condiciones de higiene y seguridad de sus trabajadores. Concluye que la negligencia e indolencia de la demandada es total y completamente inexcusable. Debido a la gravedad de las lesiones fue trasladado a la Clínica de Llay Llay, y ese mismo día, atendida la gravedad del accidente, se derivó a la Mutual de Santiago, donde se le intervino quirúrgicamente sufriendo la amputación de su dedo índice y se intentó reinsertar el dedo pulgar. Sin embargo, el día 9 de noviembre sufrió una nueva intervención en la que se tuvo que amputar también el dedo pulgar, ya que el injerto no dio resultados.

Relata que mientras se encontraba cortando con el galletero la cara de los ladrillos para llevar a cabo la labor de enchape, los cuales era difícil mantener en una posición estática, la máquina, dada su fuerza y corriente, se desvió y le cortó el dedo pulgar y el índice de su mano izquierda. Agrega que el dolor fue terrible. Consigna que para estos efectos no se le destinó ayudante ni tampoco había supervisor presente. No había nadie. Continúa y señala que no había nadie cerca de él, teniendo que dirigirse solo y por sus propios medios, corriendo como podía producto del mareo que lo sofocaba, a la oficina del Jefe Administrativo, don Lautaro Vera, que se encontraba como a 15 ó 20 metros de distancia. Don Lautaro, refiere constató la sangre y la gravedad de la lesión y lo llevó de inmediato a la clínica de Llay Llay, siendo derivado de inmediato a la Mutual de Santiago donde, en definitiva, fue intervenido quirúrgicamente dos veces, sufriendo finalmente la amputación de sus dedos pulgar e índice de la mano izquierda. Los hechos descritos, por consiguiente, dan cuenta de la absoluta falta de cuidado y medidas de seguridad y protección eficaces y adecuadas por parte de la demandada. Indica que la demandada no efectuó en su caso capacitación alguna de ninguna especie. En efecto, la demandada no realizó capacitación sobre la manipulación y operación respecto al uso del galletero ni del cango ni de herramienta de ninguna especie. Lo anterior, señala lo privó de un conocimiento técnico necesario para ejecutar la labor en forma segura para su integridad corporal y, en consecuencia, en la especie, el perjuicio corresponde sea resarcido por la empleadora. Por su parte, tampoco demandada le hizo capacitación mínima sobre aspectos de seguridad dentro de la empresa ni sobre el uso de los elementos de seguridad. Por último, tampoco le efectuó la debida capacitación sobre aspectos técnicos o de riesgos a los que se puede exponer un usuario frente a una deficiente manipulación del tipo de maquinaria encomendada. La demandada no le proporcionó elementos de protección pertinentes, suficientes y adecuados. Agrega que la demandada le hizo entrega de los siguientes elementos de protección: botas, casco, tapón para los oídos, antiparras y guantes. Sin embargo, no lo capacitó para su uso, y los guantes utilizados eran absolutamente inadecuados e inseguros para las funciones que realizaba. En efecto, los primeros guantes que utilizó eran de cuero pero inadecuados para su labor, alega que se rompieron, y luego le entregaron unos guantes de lana revestidos de goma por debajo de los dedos que eran absolutamente inadecuados para la labor de corte de ladrillos y enchape. Agrega que hasta la semana anterior a la fecha de su accidente se le destinaba para llevar a cabo sus funciones un ayudante, sin embargo, y sin explicación alguna esto no sucedió el día de su accidente, razón por la cual, se vio en la obligación de desempeñar sus funciones en solitario. Ni antes ni en la fecha de su accidente, hubo de cuerpo presente un supervisor que fiscalizara las faenas que realizaba. De lo expuesto, manifiesta se sigue que el accidente que sufrió fue a consecuencia directa e inmediata de las condiciones riesgosas en que se desarrollaba su trabajo, esto es, sin las medidas de seguridad y de protección que resguardaran eficazmente la salud e integridad física, atendida la actividad y el lugar donde se encontraba desarrollando las labores por instrucciones directas de su empleador, no mereciendo excusa alguna que éste no haya tomado las medidas para prevenir el accidente, incumpliendo el deber de seguridad y prevención a que lo obliga el contrato de trabajo y las leyes laborales y de seguridad social. Indica que resulta sorprendente que la demandada no hubiera tomado ni la más mínima precaución y coordinación para el desarrollo del trabajo de estucados y enchape, realizado en este caso también en altura y con andamio, lo que es más grave aun si se considera que tomar precauciones en una situación de peligro era su obligación, como también resguardar las condiciones de higiene y seguridad de sus trabajadores. Concluye que la negligencia e indolencia de la demandada es total y completamente inexcusable. Debido a la gravedad de las lesiones fue trasladado a la Clínica de Llay Llay, y ese mismo día, atendida la gravedad del accidente, se derivó a la Mutual de Santiago, donde se le intervino quirúrgicamente sufriendo la amputación de su dedo índice y se intentó reinsertar el dedo pulgar. Sin embargo, el día 9 de noviembre sufrió una nueva intervención en la que se tuvo que amputar también el dedo pulgar, ya que el injerto no dio resultados. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

291

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Aclara que el accidente ha sido calificado por la Mutual de Seguridad de Santiago como un accidente del trabajo, otorgándole las prestaciones médicas de rigor y proporcionándole los subsidios por incapacidad laboral que franquea la ley N° 16.744. Debido al accidente sufrió lesiones de gravedad: amputación completa de dedo pulgar y amputación de dedo índice. Ambos de la mano izquierda. Los daños físicos, psíquicos y morales. Alega perjuicio de sufrimiento, de agrado, estético y psicológico. Hace presente que la víctima se encuentra en tratamiento porque padece de una depresión o trastorno psicológico producto de los hechos de que ha sido víctima y arguye que se está en presencia de un perjuicio psicológico distinto del puramente emocional, y que debe ser considerado también para los efectos de determinar la cuantía del daño moral ocasionado. En cuanto a las argumentaciones de derecho. Incumplimiento de obligación legal y contractual de seguridad establecida en el artículo 184 del Código del Trabajo por parte de la demandada. El accidente del trabajo descrito fue causado porque la demandada infringió la obligación de seguridad y protección que le impone el artículo 184 del Código del Trabajo, especialmente su inciso 1°. Conforme al testo de la norma, el empleador está obligado a mantener y velar por la seguridad de sus trabajadores, lo que se manifiesta precisamente en el deber de protección del empleador y a su cabal cumplimiento, tratándose de un deber trascendental toda vez que persigue proteger la vida y salud de los trabajadores. La obligación de seguridad señalada hace responsable al empleador en sede contractual, y por culpa levísima. El deber de protección y seguridad por parte del empleador se encuentra incluso consagrado en el ámbito del derecho internacional, ya que diversos tratados ratificados y vigentes en Chile, contemplan dicha protección ejerciendo un fuerte defensa de esas garantías, tal es el caso de del artículo 12 del la declaración internacional de derechos humanos, del artículo 17 del pacto de derechos civiles y políticos y del artículo 11 de la Convención Americana sobre estos derechos. Menciona además la infracción a otras normas laborales y de seguridad social especificas cometidas por la demandada., en específico los artículos 66, 67, 68 de la ley Nº 16.744, artículos reglamentarios en el D.S. N° 40 de 1969 del Ministerio del Trabajo y Previsión Social. Infracción a los artículos 66 de la ley N°16.744 y 210 del Código del Trabajo, en relación a los artículos 1º y 2º del artículo 24 del D.S N° 54, de 1969, del Ministerio del Trabajo y de Previsión Social, que aprobó el Reglamento de Comités Paritarios de Higiene y Seguridad sobre Condiciones Sanitarias y Ambientales Básicas en los lugares de trabajo. Manifiesta que en efecto, el Comité Paritario de la demandada no asesoró ni instruyó al suscrito ni al resto de los trabajadores para la utilización de los elementos de protección y para la capacitación de las labores en que se accidentó. Infracción a los artículos 66 de la ley N° 16.744 y 210 del Código del Trabajo, en relación a los artículos 8º, 14 y 21 y siguientes del D.S N° 40, de 1969, del Ministerio del Trabajo y de Previsión Social, que aprobó el Reglamento de Comités Paritarios de Higiene y Seguridad que aprobó el Reglamento de Prevención de Riesgos. En efecto, el Departamento de Prevención de Riesgos de la demandada no cumplió, en el caso del suscrito, con sus acciones de reconocimiento, evaluación y control de riesgos en el trabajo, ni en otorgar al Comité Paritario la adecuada asesoría técnica, ni tampoco con la acción educativa de adiestramiento y capacitación de los trabajadores en materia de prevención de riesgos laborales. Solicita además indemnización por lucro cesante y daño moral. De acuerdo a la expuesto y la prueba que se rendirá en el juicio, y tratándose de responsabilidad contractual, ya que la acción intentada encuentra su origen en la vinculación laboral que unía a las partes y a la disposición contenida en el artículo 184 del Código del Trabajo, se cumplen cabalmente los requisitos de la pretensión. Al respecto, hace presente que en el derecho chileno es indiscutible la procedencia del daño moral, según lo establece el artículo 19 N° 1 y 4 de la Constitución Política de la República, en relación con lo previsto en el artículo 69 de la ley Nº 16.744. Como consecuencia de lo expuesto, solicita se le

292

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Aclara que el accidente ha sido calificado por la Mutual de Seguridad de Santiago como un accidente del trabajo, otorgándole las prestaciones médicas de rigor y proporcionándole los subsidios por incapacidad laboral que franquea la ley N° 16.744. Debido al accidente sufrió lesiones de gravedad: amputación completa de dedo pulgar y amputación de dedo índice. Ambos de la mano izquierda. Los daños físicos, psíquicos y morales. Alega perjuicio de sufrimiento, de agrado, estético y psicológico. Hace presente que la víctima se encuentra en tratamiento porque padece de una depresión o trastorno psicológico producto de los hechos de que ha sido víctima y arguye que se está en presencia de un perjuicio psicológico distinto del puramente emocional, y que debe ser considerado también para los efectos de determinar la cuantía del daño moral ocasionado. En cuanto a las argumentaciones de derecho. Incumplimiento de obligación legal y contractual de seguridad establecida en el artículo 184 del Código del Trabajo por parte de la demandada. El accidente del trabajo descrito fue causado porque la demandada infringió la obligación de seguridad y protección que le impone el artículo 184 del Código del Trabajo, especialmente su inciso 1°. Conforme al testo de la norma, el empleador está obligado a mantener y velar por la seguridad de sus trabajadores, lo que se manifiesta precisamente en el deber de protección del empleador y a su cabal cumplimiento, tratándose de un deber trascendental toda vez que persigue proteger la vida y salud de los trabajadores. La obligación de seguridad señalada hace responsable al empleador en sede contractual, y por culpa levísima. El deber de protección y seguridad por parte del empleador se encuentra incluso consagrado en el ámbito del derecho internacional, ya que diversos tratados ratificados y vigentes en Chile, contemplan dicha protección ejerciendo un fuerte defensa de esas garantías, tal es el caso de del artículo 12 del la declaración internacional de derechos humanos, del artículo 17 del pacto de derechos civiles y políticos y del artículo 11 de la Convención Americana sobre estos derechos. Menciona además la infracción a otras normas laborales y de seguridad social especificas cometidas por la demandada., en específico los artículos 66, 67, 68 de la ley Nº 16.744, artículos reglamentarios en el D.S. N° 40 de 1969 del Ministerio del Trabajo y Previsión Social. Infracción a los artículos 66 de la ley N°16.744 y 210 del Código del Trabajo, en relación a los artículos 1º y 2º del artículo 24 del D.S N° 54, de 1969, del Ministerio del Trabajo y de Previsión Social, que aprobó el Reglamento de Comités Paritarios de Higiene y Seguridad sobre Condiciones Sanitarias y Ambientales Básicas en los lugares de trabajo. Manifiesta que en efecto, el Comité Paritario de la demandada no asesoró ni instruyó al suscrito ni al resto de los trabajadores para la utilización de los elementos de protección y para la capacitación de las labores en que se accidentó. Infracción a los artículos 66 de la ley N° 16.744 y 210 del Código del Trabajo, en relación a los artículos 8º, 14 y 21 y siguientes del D.S N° 40, de 1969, del Ministerio del Trabajo y de Previsión Social, que aprobó el Reglamento de Comités Paritarios de Higiene y Seguridad que aprobó el Reglamento de Prevención de Riesgos. En efecto, el Departamento de Prevención de Riesgos de la demandada no cumplió, en el caso del suscrito, con sus acciones de reconocimiento, evaluación y control de riesgos en el trabajo, ni en otorgar al Comité Paritario la adecuada asesoría técnica, ni tampoco con la acción educativa de adiestramiento y capacitación de los trabajadores en materia de prevención de riesgos laborales. Solicita además indemnización por lucro cesante y daño moral. De acuerdo a la expuesto y la prueba que se rendirá en el juicio, y tratándose de responsabilidad contractual, ya que la acción intentada encuentra su origen en la vinculación laboral que unía a las partes y a la disposición contenida en el artículo 184 del Código del Trabajo, se cumplen cabalmente los requisitos de la pretensión. Al respecto, hace presente que en el derecho chileno es indiscutible la procedencia del daño moral, según lo establece el artículo 19 N° 1 y 4 de la Constitución Política de la República, en relación con lo previsto en el artículo 69 de la ley Nº 16.744. Como consecuencia de lo expuesto, solicita se le

292

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

293

otorgue la indemnización por lucro cesante y daño moral correspondientes, conforme los siguientes fundamentos: Refiere que el lucro cesante se encuentra representado por los emolumentos que dejará de percibir con ocasión del accidente, proyectados por los años y meses de vida laboral que le restan entre esta fecha y el momento en que hubiere de cumplir 65 años de edad, fecha previsible de jubilación por vejez. Hace presente que si bien hasta la fecha de presentación de la demanda, no existe declaración de incapacidad va que ésta se hará una vez completada su rehabilitación, los informes de salud dan cuenta que debe seguir en tratamiento durante dos años más, y a su vez dado que por la naturaleza de la lesión es improbable sino imposible que pueda volver a realizar la labor que tenía antes, debiendo considerarse que además carece de capacitación para desempeñar otro tipo de actividades remuneradas, para cuantificar dicha pérdida, explica se debe estar a las labores que desempeñó en la empresa de la demandada y su última remuneración, y en relación a ésta se establece que la pérdida de la misma asciende a $ 199.904., cantidad que multiplicada por los 36 años que le faltan para jubilar se determina en $ 7.196.544. Señala que así, por lo demás, lo ha resuelto nuestra jurisprudencia. En cuanto al daño moral, refiere que sólo es un medio de paliar el dolor, aflicción y pesar sufridos, cumpliendo una función satisfactoria en lo material y espiritual y, por tanto, su valoración pecuniaria debe ser apreciada en concordancia con la real magnitud y extensión del daño sufrido y las circunstancias del hecho. Al respecto, señala son conocidas las dificultades para dimensionar la reparación por daño moral porque faltan parámetros y valores concretos de naturaleza económica que representen una efectiva compensación por los perjuicios causados. En este sentido, la tutela de los derechos del trabajador no atiende exclusivamente a los componentes salariales y los derechos extra patrimoniales, va que los componentes ideales de la personalidad o morales, son tan prioritarios o más que aquéllos. La idoneidad del trabajador y su personalidad humana son bienes jurídicos fundamentales especialmente amparados, de modo que imponen al intérprete y Juez laboral una valoración de estas categorías de derechos desde una óptica substancialmente diversa a la del intérprete Juez civil. En la especie, estima que los hechos descritos y la prueba que al efecto ofrece rendir, hablan por sí solos: la amputación de dos dedos, y sobre todo el pulgar y el índice, reviste de una gravedad y un daño enorme. Se configuran, en la especie, perjuicios de sufrimiento, perjuicios de agrado, perjuicios psicológicos y perjuicios estéticos... Se trata de los dedos que emplean las funciones principales de la mano, y la carencia de ellos, no sólo implica un daño sicológico y emocional sino además un terrible perjuicio estético, de agrado y funcional. Entre la condición antes de sufrir el siniestro, encontrándome sano física y psicológicamente y la condición en que he quedado con posterioridad al mismo, lo que ha significado que quede con lesiones y secuelas permanentes. Lo anterior ha significado que tenga la mano izquierda en estado absolutamente inservible, debiendo ingerir medicamentos para atenuar el dolor agudo y evitar inflamaciones, sin contar los fuertes molestias y dolores en la mano, que igual persisten, y todas las secuelas psicológicas que ello implica, encontrándose sumido en una fuerte depresión. Añade, en este caso, que el derecho a la integridad física comprende el respeto a la corporeidad del hombre de forma plena y total, de suerte que conserve su estructura natural como ser humano. Muy vinculado con este derecho porque también es una extensión directa del derecho a la vida está el derecho a la salud, entendiendo por tal la facultad que tiene todo ser humano de mantener la normalidad orgánica funcional, tanto física como en el plano de la operatividad mental, y de restablecerse cuando se presente una perturbación en la estabilidad orgánica o funcional de su ser. Por consiguiente, el monto del daño moral lo estima, en una suma no inferior a $ 200.000.000 (doscientos millones de pesos), monto a su juicio más que razonable y que se condice a todas luces con el dolor ocasionado, y desde luego con las graves e inexcusables negligencias en que incurrió la demandada, más los intereses y reajustes correspondientes, contados desde la fecha de notificación de la demanda o desde la fecha que el Tribunal determine para estos efectos. Solicita se sirva tener por interpuesta de indemnización de perjuicios en contra de Jorge Gutiérrez e Hijo Limitada, representada por don Alejandro Gutiérrez Pino, ambos ya individualizados, acogerla a tramitación y en definitiva condenarla a indemnizarme por concepto de lucro cesante la cantidad

otorgue la indemnización por lucro cesante y daño moral correspondientes, conforme los siguientes fundamentos: Refiere que el lucro cesante se encuentra representado por los emolumentos que dejará de percibir con ocasión del accidente, proyectados por los años y meses de vida laboral que le restan entre esta fecha y el momento en que hubiere de cumplir 65 años de edad, fecha previsible de jubilación por vejez. Hace presente que si bien hasta la fecha de presentación de la demanda, no existe declaración de incapacidad va que ésta se hará una vez completada su rehabilitación, los informes de salud dan cuenta que debe seguir en tratamiento durante dos años más, y a su vez dado que por la naturaleza de la lesión es improbable sino imposible que pueda volver a realizar la labor que tenía antes, debiendo considerarse que además carece de capacitación para desempeñar otro tipo de actividades remuneradas, para cuantificar dicha pérdida, explica se debe estar a las labores que desempeñó en la empresa de la demandada y su última remuneración, y en relación a ésta se establece que la pérdida de la misma asciende a $ 199.904., cantidad que multiplicada por los 36 años que le faltan para jubilar se determina en $ 7.196.544. Señala que así, por lo demás, lo ha resuelto nuestra jurisprudencia. En cuanto al daño moral, refiere que sólo es un medio de paliar el dolor, aflicción y pesar sufridos, cumpliendo una función satisfactoria en lo material y espiritual y, por tanto, su valoración pecuniaria debe ser apreciada en concordancia con la real magnitud y extensión del daño sufrido y las circunstancias del hecho. Al respecto, señala son conocidas las dificultades para dimensionar la reparación por daño moral porque faltan parámetros y valores concretos de naturaleza económica que representen una efectiva compensación por los perjuicios causados. En este sentido, la tutela de los derechos del trabajador no atiende exclusivamente a los componentes salariales y los derechos extra patrimoniales, va que los componentes ideales de la personalidad o morales, son tan prioritarios o más que aquéllos. La idoneidad del trabajador y su personalidad humana son bienes jurídicos fundamentales especialmente amparados, de modo que imponen al intérprete y Juez laboral una valoración de estas categorías de derechos desde una óptica substancialmente diversa a la del intérprete Juez civil. En la especie, estima que los hechos descritos y la prueba que al efecto ofrece rendir, hablan por sí solos: la amputación de dos dedos, y sobre todo el pulgar y el índice, reviste de una gravedad y un daño enorme. Se configuran, en la especie, perjuicios de sufrimiento, perjuicios de agrado, perjuicios psicológicos y perjuicios estéticos... Se trata de los dedos que emplean las funciones principales de la mano, y la carencia de ellos, no sólo implica un daño sicológico y emocional sino además un terrible perjuicio estético, de agrado y funcional. Entre la condición antes de sufrir el siniestro, encontrándome sano física y psicológicamente y la condición en que he quedado con posterioridad al mismo, lo que ha significado que quede con lesiones y secuelas permanentes. Lo anterior ha significado que tenga la mano izquierda en estado absolutamente inservible, debiendo ingerir medicamentos para atenuar el dolor agudo y evitar inflamaciones, sin contar los fuertes molestias y dolores en la mano, que igual persisten, y todas las secuelas psicológicas que ello implica, encontrándose sumido en una fuerte depresión. Añade, en este caso, que el derecho a la integridad física comprende el respeto a la corporeidad del hombre de forma plena y total, de suerte que conserve su estructura natural como ser humano. Muy vinculado con este derecho porque también es una extensión directa del derecho a la vida está el derecho a la salud, entendiendo por tal la facultad que tiene todo ser humano de mantener la normalidad orgánica funcional, tanto física como en el plano de la operatividad mental, y de restablecerse cuando se presente una perturbación en la estabilidad orgánica o funcional de su ser. Por consiguiente, el monto del daño moral lo estima, en una suma no inferior a $ 200.000.000 (doscientos millones de pesos), monto a su juicio más que razonable y que se condice a todas luces con el dolor ocasionado, y desde luego con las graves e inexcusables negligencias en que incurrió la demandada, más los intereses y reajustes correspondientes, contados desde la fecha de notificación de la demanda o desde la fecha que el Tribunal determine para estos efectos. Solicita se sirva tener por interpuesta de indemnización de perjuicios en contra de Jorge Gutiérrez e Hijo Limitada, representada por don Alejandro Gutiérrez Pino, ambos ya individualizados, acogerla a tramitación y en definitiva condenarla a indemnizarme por concepto de lucro cesante la cantidad ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

293

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

ascendente a $ 7.196.544 (siete millones ciento noventa y seis mil quinientos cuarenta y cuatro), y por concepto de daño moral la suma ascendiente a $ 200.000.000 (doscientos millones de pesos), o las cantidades menores o mayores que el Tribunal estime conforme a derecho, todo lo anterior con reajustes, intereses y costas. SEGUNDO: Comparece don Mario Andrés Acuña Díaz, abogado, en nombre y representación, según acredita, de la demandada Jorge Gutiérrez e hijo Ltda., quien contesta la demanda interpuesta en autos en contra de su representada, respecto de las acciones deducidas en lo principal del libelo de autos, solicitando sean rechazadas en todas sus partes, en razón de las consideraciones de hecho y de derecho que expone: Refiere que entre el actor y su mi representada existe una relación laboral, desde el día 9 de junio de 2010 hasta la actualidad en que el trabajador se encuentra con licencia médica, asegura que en ningún momento ha sido despedido ni se le despedirá toda vez que siempre se ha comportado en forma aceptable. Al tiempo de la terminación de sus servicios el demandante se desempeñaba como maestro rematador y su última remuneración mensual para efectos de lo dispuesto por el artículo 172 del Código del Trabajo era la suma de $ 118.000. El día 09 de junio se contrató al trabajador demandante para efectuar trabajos de maestro rematador en la obra denominada Gabriela Mistral. Algunos días después, precisamente el 17 de junio es contratado otro trabajador, Sr. Francisco Guerra Herrera, para efectuar el mismo trabajo, y así poder avanzar más rápido en dicha faena. Sus funciones consistían en ir recorriendo el edificio tanto por dentro como por fuera y efectuando los remates de estuco que se fueran presentando, esto para el Comité de la Vivienda Gabriela Mistral, consistente en 3 bloque de 20 departamentos cada uno. En detalle el trabajo consistía en: a) Picar los detalles y problemas de plomo que se presentasen; b) Limpiar la zona; c) Preparar la mezcla respectiva, y d) Rematar el muro. En caso de que en dicho remate se dañen ladrillos, el trabajador deberá “enchapar” el ladrillo dañado, para lo cual deberá solicitar al trabajador a cargo de “cortar ladrillos” que le entregue un enchape. Por ningún motivo el maestro rematador debe cortar ladrillos. Las faenas se desarrollaron con absoluta normalidad, lo que llevó a realizar un nuevo contrato con el Sr. Rodríguez y con el Sr. Guerra a fines de agosto. Para realizar dichos trabajos se entregó a los trabajadores todos los elementos de protección personal requeridos para la faena a ejecutar, tales como zapatos de seguridad, antiparras, careta de protección, guantes, etc., según consta en la documentación firmada por dicho trabajador. De igual forma se realizaron las charlas de inducción y algunas otras de derecho a saber de los riesgos asociados a las faenas. En términos generales, el Sr. Rodríguez tuvo un desempeño aceptable, sin perjuicio de señalar algunas inasistencias. El día miércoles 3 alrededor de las 9:30 hrs., el Sr. Rodríguez llega a la oficina del Sr. Lautaro Vera, Administrativo de Obra, con la mano ensangrentada en virtud de haberse cortando un par de dedos. Rápidamente el Sr. Vera protege la zona de la herida con gasa y el Sr. Rodríguez es trasladado en un auto particular al Hospital de Llay Llay. En el camino el Sr. Rodríguez le informa al Sr. Vera que dicho corte se produjo porque estaba cortando un par de ladrillos y el esmeril angular se le trabo y le pegó un salto, siendo que no era su función. Simultáneo al traslado al hospital del Sr. Rodríguez, el bodeguero y apoyo en Prevención de Riesgos, Sr. Felipe Vega concurre al lugar exacto del accidente y logra ubicar con la ayuda del jefe de Obras y de la Profesional de Autocontrol Srta. Carolina Zúñiga los dedos amputados. Dichos dedos son trasladados de forma inmediata al hospital. El Administrador de la Obra, Sr. Alfredo Correa camino al Hospital se pone en contacto con el Prevencionista de Riesgos Sr. Francisco Uranga para hacer las notificaciones pertinentes a los distintos organismos por la ocurrencia del accidente. El Prevencionista efectúa la Notificación Inmediata del Accidente a “Salud Responde”. Se toma la determinación de paralizar la obra hasta la hora de almuerzo, y esperar instrucciones de la Seremi de Salud. De igual forma se procede a aislar el lugar del accidente.

294

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

ascendente a $ 7.196.544 (siete millones ciento noventa y seis mil quinientos cuarenta y cuatro), y por concepto de daño moral la suma ascendiente a $ 200.000.000 (doscientos millones de pesos), o las cantidades menores o mayores que el Tribunal estime conforme a derecho, todo lo anterior con reajustes, intereses y costas. SEGUNDO: Comparece don Mario Andrés Acuña Díaz, abogado, en nombre y representación, según acredita, de la demandada Jorge Gutiérrez e hijo Ltda., quien contesta la demanda interpuesta en autos en contra de su representada, respecto de las acciones deducidas en lo principal del libelo de autos, solicitando sean rechazadas en todas sus partes, en razón de las consideraciones de hecho y de derecho que expone: Refiere que entre el actor y su mi representada existe una relación laboral, desde el día 9 de junio de 2010 hasta la actualidad en que el trabajador se encuentra con licencia médica, asegura que en ningún momento ha sido despedido ni se le despedirá toda vez que siempre se ha comportado en forma aceptable. Al tiempo de la terminación de sus servicios el demandante se desempeñaba como maestro rematador y su última remuneración mensual para efectos de lo dispuesto por el artículo 172 del Código del Trabajo era la suma de $ 118.000. El día 09 de junio se contrató al trabajador demandante para efectuar trabajos de maestro rematador en la obra denominada Gabriela Mistral. Algunos días después, precisamente el 17 de junio es contratado otro trabajador, Sr. Francisco Guerra Herrera, para efectuar el mismo trabajo, y así poder avanzar más rápido en dicha faena. Sus funciones consistían en ir recorriendo el edificio tanto por dentro como por fuera y efectuando los remates de estuco que se fueran presentando, esto para el Comité de la Vivienda Gabriela Mistral, consistente en 3 bloque de 20 departamentos cada uno. En detalle el trabajo consistía en: a) Picar los detalles y problemas de plomo que se presentasen; b) Limpiar la zona; c) Preparar la mezcla respectiva, y d) Rematar el muro. En caso de que en dicho remate se dañen ladrillos, el trabajador deberá “enchapar” el ladrillo dañado, para lo cual deberá solicitar al trabajador a cargo de “cortar ladrillos” que le entregue un enchape. Por ningún motivo el maestro rematador debe cortar ladrillos. Las faenas se desarrollaron con absoluta normalidad, lo que llevó a realizar un nuevo contrato con el Sr. Rodríguez y con el Sr. Guerra a fines de agosto. Para realizar dichos trabajos se entregó a los trabajadores todos los elementos de protección personal requeridos para la faena a ejecutar, tales como zapatos de seguridad, antiparras, careta de protección, guantes, etc., según consta en la documentación firmada por dicho trabajador. De igual forma se realizaron las charlas de inducción y algunas otras de derecho a saber de los riesgos asociados a las faenas. En términos generales, el Sr. Rodríguez tuvo un desempeño aceptable, sin perjuicio de señalar algunas inasistencias. El día miércoles 3 alrededor de las 9:30 hrs., el Sr. Rodríguez llega a la oficina del Sr. Lautaro Vera, Administrativo de Obra, con la mano ensangrentada en virtud de haberse cortando un par de dedos. Rápidamente el Sr. Vera protege la zona de la herida con gasa y el Sr. Rodríguez es trasladado en un auto particular al Hospital de Llay Llay. En el camino el Sr. Rodríguez le informa al Sr. Vera que dicho corte se produjo porque estaba cortando un par de ladrillos y el esmeril angular se le trabo y le pegó un salto, siendo que no era su función. Simultáneo al traslado al hospital del Sr. Rodríguez, el bodeguero y apoyo en Prevención de Riesgos, Sr. Felipe Vega concurre al lugar exacto del accidente y logra ubicar con la ayuda del jefe de Obras y de la Profesional de Autocontrol Srta. Carolina Zúñiga los dedos amputados. Dichos dedos son trasladados de forma inmediata al hospital. El Administrador de la Obra, Sr. Alfredo Correa camino al Hospital se pone en contacto con el Prevencionista de Riesgos Sr. Francisco Uranga para hacer las notificaciones pertinentes a los distintos organismos por la ocurrencia del accidente. El Prevencionista efectúa la Notificación Inmediata del Accidente a “Salud Responde”. Se toma la determinación de paralizar la obra hasta la hora de almuerzo, y esperar instrucciones de la Seremi de Salud. De igual forma se procede a aislar el lugar del accidente.

294

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

295

Simultáneamente el trabajador es estabilizado en el Hospital y llega la ambulancia de la Mutual, proveniente de San Felipe y traslada al trabajador para Santiago. Alrededor de las 12:00 horas, llega a la obra la Inspectora del Trabajo, Sra. Marta Bustos con el fin de revisar el lugar y recabar antecedentes del accidente. Se entrega toda la información requerida a la Inspección. Al reconstruir el accidente, se percataron que nadie observó lo que realmente ocurrió, y sin embargo, al apreciar el lugar de los hechos indican que el trabajador se encontraba efectuando labores de estuco y remates de muro, y en algún instante requirió hacer un remate relacionado con ladrillo. Concurrió a la bodega y solicitó en forma temeraria e irresponsablemente un esmeril angular al bodeguero, el cual le preguntó para que ocuparía la herramienta si no era su función realizarla. El maestro indicó para cortar un par de ladrillos. El bodeguero le recordó que para dichos efectos la obra posee un banco y un personal determinado y especializado para hacer estas faenas, sin embargo, el trabajador habría insistido que solo era 1 ó 2. El bodeguero entregó la herramienta. Presume que al efectuar el trabajo, tal como el maestro alcanzó a indicar camino al hospital, dicha herramienta se la trabó contra el ladrillo y en el “zapateo” produjo el accidente. En consecuencia como producto de su actuar negligente y temerario es que se produjo el accidente antes señalado siendo que la empresa siempre ha cumplido con todos y cada una de las normas laborales tendientes a la seguridad, la integridad física y síquica de sus trabajadores, lo que señala se puede comprobar con las fiscalizaciones realizadas por distintas instituciones, entre ellas la Inspección del Trabajo. En cuanto a daño moral, psíquico y físico, refiere que no tiene asidero en nuestra actual, legislación laboral salvo bajo la modalidad de tarifado legal propios de infracciones cometidas por el empleador en el marco de despidos injustificados y despidos abusivos, y respecto a estos últimos, al alero del nuevo procedimiento de tutela de derechos fundamentales. Para confirma lo anterior cita sentencia de fecha 13 de agosto de 2007, dictada por la Excma. Corte Suprema, en los autos Rol N° 3.327 06. Así las cosas, señala que la empresa siempre ha cumplido con todas y cada una de las normas legales tendientes al resguardo de la integridad de todos sus trabajadores, haciendo entrega de reglamento interno, constante comunicación con el comité paritario y otros tendientes al mismo fin, el trabajador se encontraba imposibilitado de operar esa herramienta dado que no era su función pero que tozudamente lo intentó durante ese tiempo antes señalado nada señalo como daño moral alguno o bien una aflicción como consecuencia del accidente, que a su juicio fue solamente producto de su temerario e imprudente actuar. En cuanto a los daños por lucro cesante y daño moral estos gastos se encuentran totalmente cubiertos por las distintas instituciones de salud, correspondientes al trabajador. En definitiva, indica que la demanda interpuesta en autos carece del más mínimo asidero de hecho o de derecho, debiendo en definitiva ser desestimada, con costas. TERCERO: Que el Tribunal fijó como hechos no controvertidos los siguientes: 1. Existencia de la relación laboral entre las partes, con fecha de inicio el 10 de julio de 2010 y vigente a la fecha; 2. Que el actor actualmente se encuentra trabajando como ayudante de bodega, y 3. Al demandante se le hizo entrega de un galletero por parte del bodeguero. 4. El accidente ocurrió, el 03 de noviembre de 2010. CUARTO: Que el llamado a conciliación no prosperó, que en atención a lo anterior se fijaron los siguientes hechos a probar. 1. Si la empresa demandada tomó las medidas de seguridad necesarias para proteger eficazmente la vida y salud y demás riesgo al trabajador demandante; 2. Si el trabajador estaba en conocimiento de las normas de seguridad para el desempeño de sus funciones y si le fue entregada la información necesaria y requerida para el trabajo a desempeñar al momento de su contratación y si recibió capacitación respecto de las medidas de seguridad y prevención de riesgos; 3. Si la empresa demandada proporcionó al actor los implementos necesarios a efecto de prevenir accidentes;

Simultáneamente el trabajador es estabilizado en el Hospital y llega la ambulancia de la Mutual, proveniente de San Felipe y traslada al trabajador para Santiago. Alrededor de las 12:00 horas, llega a la obra la Inspectora del Trabajo, Sra. Marta Bustos con el fin de revisar el lugar y recabar antecedentes del accidente. Se entrega toda la información requerida a la Inspección. Al reconstruir el accidente, se percataron que nadie observó lo que realmente ocurrió, y sin embargo, al apreciar el lugar de los hechos indican que el trabajador se encontraba efectuando labores de estuco y remates de muro, y en algún instante requirió hacer un remate relacionado con ladrillo. Concurrió a la bodega y solicitó en forma temeraria e irresponsablemente un esmeril angular al bodeguero, el cual le preguntó para que ocuparía la herramienta si no era su función realizarla. El maestro indicó para cortar un par de ladrillos. El bodeguero le recordó que para dichos efectos la obra posee un banco y un personal determinado y especializado para hacer estas faenas, sin embargo, el trabajador habría insistido que solo era 1 ó 2. El bodeguero entregó la herramienta. Presume que al efectuar el trabajo, tal como el maestro alcanzó a indicar camino al hospital, dicha herramienta se la trabó contra el ladrillo y en el “zapateo” produjo el accidente. En consecuencia como producto de su actuar negligente y temerario es que se produjo el accidente antes señalado siendo que la empresa siempre ha cumplido con todos y cada una de las normas laborales tendientes a la seguridad, la integridad física y síquica de sus trabajadores, lo que señala se puede comprobar con las fiscalizaciones realizadas por distintas instituciones, entre ellas la Inspección del Trabajo. En cuanto a daño moral, psíquico y físico, refiere que no tiene asidero en nuestra actual, legislación laboral salvo bajo la modalidad de tarifado legal propios de infracciones cometidas por el empleador en el marco de despidos injustificados y despidos abusivos, y respecto a estos últimos, al alero del nuevo procedimiento de tutela de derechos fundamentales. Para confirma lo anterior cita sentencia de fecha 13 de agosto de 2007, dictada por la Excma. Corte Suprema, en los autos Rol N° 3.327 06. Así las cosas, señala que la empresa siempre ha cumplido con todas y cada una de las normas legales tendientes al resguardo de la integridad de todos sus trabajadores, haciendo entrega de reglamento interno, constante comunicación con el comité paritario y otros tendientes al mismo fin, el trabajador se encontraba imposibilitado de operar esa herramienta dado que no era su función pero que tozudamente lo intentó durante ese tiempo antes señalado nada señalo como daño moral alguno o bien una aflicción como consecuencia del accidente, que a su juicio fue solamente producto de su temerario e imprudente actuar. En cuanto a los daños por lucro cesante y daño moral estos gastos se encuentran totalmente cubiertos por las distintas instituciones de salud, correspondientes al trabajador. En definitiva, indica que la demanda interpuesta en autos carece del más mínimo asidero de hecho o de derecho, debiendo en definitiva ser desestimada, con costas. TERCERO: Que el Tribunal fijó como hechos no controvertidos los siguientes: 1. Existencia de la relación laboral entre las partes, con fecha de inicio el 10 de julio de 2010 y vigente a la fecha; 2. Que el actor actualmente se encuentra trabajando como ayudante de bodega, y 3. Al demandante se le hizo entrega de un galletero por parte del bodeguero. 4. El accidente ocurrió, el 03 de noviembre de 2010. CUARTO: Que el llamado a conciliación no prosperó, que en atención a lo anterior se fijaron los siguientes hechos a probar. 1. Si la empresa demandada tomó las medidas de seguridad necesarias para proteger eficazmente la vida y salud y demás riesgo al trabajador demandante; 2. Si el trabajador estaba en conocimiento de las normas de seguridad para el desempeño de sus funciones y si le fue entregada la información necesaria y requerida para el trabajo a desempeñar al momento de su contratación y si recibió capacitación respecto de las medidas de seguridad y prevención de riesgos; 3. Si la empresa demandada proporcionó al actor los implementos necesarios a efecto de prevenir accidentes; ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

295

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

4. Si el actor recibió capacitación respecto de la actividad que realizaba al momento del accidente; 5. Daño sufrido por el actor, naturaleza, entidad y monto de los mismos; 6. Circunstancias en que realizó la entrega del galletero al actor, y 7. Grado de incapacidad del actor producto del accidente. QUINTO: Que la parte demandante con el objeto de acreditar sus pretensiones incorporó la siguiente prueba documental: 1. Copia de informe médico de lesiones emitido por la Mutual de Seguridad de Santiago; 2. Certificado de término de reposo laboral emitido por la Mutual de Seguridad de Santiago; 3. Receta médica N° 2232524 otorgada por la Mutual de Seguridad al actor. Rindió además la confesional de don Alejandro Daniel Gutiérrez Pino, cédula nacional de identidad N° 8.713.150 5, representante legal de la demandada, quien legalmente juramentado expuso consultado por las funciones del jefe de obra, señala que esta encargado de organizar la gente y los materiales que se van a realizar. El supervisor de obra era Alfredo Correa. El supervisor el profesional y el jefe de obra es el capataz mayor. Consultado porque al momento de los hechos no había un supervisor presente, señala que es una obra de 10.000 m2 aproximadamente, en las cuales trabajan 35 personas más toda la gente que está administrando la obra. Es imposible que haya un supervisor. Consultado por la forma de trabajo del actor, señala que hacía remates de albañilería, para sacar los detalles por derrames del hormigón la idea es sacarlo para que se vea una obra bien terminada y presentable. Consultado por cuál era: están construyendo tres torres de edificio en la comuna de Llay Llay de cinco pisos cada una, un total de 60 departamentos, de viviendas sociales. Agrega cuando se rama la liza muchas veces el hormigón chorrea lo que está abajo, se debe hacer un aseo para que quede marcado y luego viene la pintura. Por eso la tarea era de rematador, la cual en ocasiones necesitaba ayudante y en otros no, Era necesario cuando tenía que llevar material, la mezcla de cemento o hacer un estuco. En cuanto a los hechos del accidente señala que le contaron que hubo un accidentes, que se había cortado lo dedos, lo que habían hecho inmediatamente y que llamaron a las instituciones que corresponden. Sabe que se cortó los dedos, fue utilizando un galletero que retiró de la bodega, el bodeguero le advirtió. En la tarea de rematador necesita como herramientas no muchas las que necesita el albañil, quien es el que tira la mezcla y con un patacho va afinado. En sus funciones le corresponde hacer los remates. Si quería cortar un ladrillo existe un cortador de ladrillos que está a ciento y tantos metros y probablemente por la flojera de no cortar los ladrillos fue a la bodega que estaba a quince metros a buscar el galletero. Explica que el galletero es un serrucho circular eléctrico, que tiene un disco que gira a muchas revoluciones. Lo usan en general los enfierradores. El ladrillo se corta con un cortador de ladrillos especializado. El ladrillo en cuestión es el ladrillo princesa. En cuanto a que el bodeguero que le advirtió lo sabe porque no sabe si el bodeguero o el administrativo. No recuerda bien. Le avisaron por teléfono. Las funciones del bodeguero eran la de la entregar materiales. Estaba al tanto de lo que era seguridad. Consultado si estaba capacitado o si existía restricción en la entrega de materiales. La entrega depende de un criterio de seguridad que se tiene en obra, se sustenta en las charlas que les dan de seguridad periódicamente, en que todos se defienden para no tener accidentes. Hay procedimientos, pero no existe una restricción real. El bodeguero puede consultar a un superior en este caso al jefe de obra. No tiene conocimiento que se hayan presentado problemas. El bodeguero llevaba entre 6 ó 8 meses. Sabe que al bodeguero se le hizo una inducción por el prevencionista de riesgo. El prevencionista de riesgo no estaba el día del accidente. El día del accidente estaba el profesional a cargo que es un constructor civil. Era ocasional en el caso que necesarita obra, trabajaba con un ayudante. No había otro rematador en la obra. Existe una persona que está encargada de cortar los ladrillos, está siempre en la obra y no se traslada. Para cortar los ladrillos se usa una mesa de un metro cuadrado de base metálica, bajo tiene un

296

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

4. Si el actor recibió capacitación respecto de la actividad que realizaba al momento del accidente; 5. Daño sufrido por el actor, naturaleza, entidad y monto de los mismos; 6. Circunstancias en que realizó la entrega del galletero al actor, y 7. Grado de incapacidad del actor producto del accidente. QUINTO: Que la parte demandante con el objeto de acreditar sus pretensiones incorporó la siguiente prueba documental: 1. Copia de informe médico de lesiones emitido por la Mutual de Seguridad de Santiago; 2. Certificado de término de reposo laboral emitido por la Mutual de Seguridad de Santiago; 3. Receta médica N° 2232524 otorgada por la Mutual de Seguridad al actor. Rindió además la confesional de don Alejandro Daniel Gutiérrez Pino, cédula nacional de identidad N° 8.713.150 5, representante legal de la demandada, quien legalmente juramentado expuso consultado por las funciones del jefe de obra, señala que esta encargado de organizar la gente y los materiales que se van a realizar. El supervisor de obra era Alfredo Correa. El supervisor el profesional y el jefe de obra es el capataz mayor. Consultado porque al momento de los hechos no había un supervisor presente, señala que es una obra de 10.000 m2 aproximadamente, en las cuales trabajan 35 personas más toda la gente que está administrando la obra. Es imposible que haya un supervisor. Consultado por la forma de trabajo del actor, señala que hacía remates de albañilería, para sacar los detalles por derrames del hormigón la idea es sacarlo para que se vea una obra bien terminada y presentable. Consultado por cuál era: están construyendo tres torres de edificio en la comuna de Llay Llay de cinco pisos cada una, un total de 60 departamentos, de viviendas sociales. Agrega cuando se rama la liza muchas veces el hormigón chorrea lo que está abajo, se debe hacer un aseo para que quede marcado y luego viene la pintura. Por eso la tarea era de rematador, la cual en ocasiones necesitaba ayudante y en otros no, Era necesario cuando tenía que llevar material, la mezcla de cemento o hacer un estuco. En cuanto a los hechos del accidente señala que le contaron que hubo un accidentes, que se había cortado lo dedos, lo que habían hecho inmediatamente y que llamaron a las instituciones que corresponden. Sabe que se cortó los dedos, fue utilizando un galletero que retiró de la bodega, el bodeguero le advirtió. En la tarea de rematador necesita como herramientas no muchas las que necesita el albañil, quien es el que tira la mezcla y con un patacho va afinado. En sus funciones le corresponde hacer los remates. Si quería cortar un ladrillo existe un cortador de ladrillos que está a ciento y tantos metros y probablemente por la flojera de no cortar los ladrillos fue a la bodega que estaba a quince metros a buscar el galletero. Explica que el galletero es un serrucho circular eléctrico, que tiene un disco que gira a muchas revoluciones. Lo usan en general los enfierradores. El ladrillo se corta con un cortador de ladrillos especializado. El ladrillo en cuestión es el ladrillo princesa. En cuanto a que el bodeguero que le advirtió lo sabe porque no sabe si el bodeguero o el administrativo. No recuerda bien. Le avisaron por teléfono. Las funciones del bodeguero eran la de la entregar materiales. Estaba al tanto de lo que era seguridad. Consultado si estaba capacitado o si existía restricción en la entrega de materiales. La entrega depende de un criterio de seguridad que se tiene en obra, se sustenta en las charlas que les dan de seguridad periódicamente, en que todos se defienden para no tener accidentes. Hay procedimientos, pero no existe una restricción real. El bodeguero puede consultar a un superior en este caso al jefe de obra. No tiene conocimiento que se hayan presentado problemas. El bodeguero llevaba entre 6 ó 8 meses. Sabe que al bodeguero se le hizo una inducción por el prevencionista de riesgo. El prevencionista de riesgo no estaba el día del accidente. El día del accidente estaba el profesional a cargo que es un constructor civil. Era ocasional en el caso que necesarita obra, trabajaba con un ayudante. No había otro rematador en la obra. Existe una persona que está encargada de cortar los ladrillos, está siempre en la obra y no se traslada. Para cortar los ladrillos se usa una mesa de un metro cuadrado de base metálica, bajo tiene un

296

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

297

motor y asoma una hoja de cuchillo que circula a mucha velocidad y se pasa el ladrillo para cortarlo. Ese trabajador utiliza lentes, guantes, mascarillas. Consultado por el actor que herramientas de seguridad utiliza señala que los mismos recién indicados. Ofreció además la prueba testimonial de doña Doris Isabel Mondaca Madariaga, cédula de identidad N° 15.851.373 0, quien legalmente juramentada expuso: señala que es pareja del actor hace cuatro o cinco años. Señala que la relación ha sido buena y ha cambiado a raíz del accidente porque sean muchas peleas, por ejemplo al comer se le caen las cosas con la mano y comienzan las peleas. Antes era muy alegre y ahora está triste, ya no es como era antes. Señala que tiene problemas para dormir, llora en la noche, a veces en el baño. Estuvo asesoría psicológica pero ahora no. No sabe lo que determinó ese profesional pero no le comenta nada. Señala que el actor estaba trabajando de guardia y luego trabajo al final de maestro. En cuanto al trabajo, señala que con herramienta, con galletera, tango subía andamio. Lo escuchaba y preguntaba qué cosas eran esas herramientas. Le decía que trabajaba en ocasiones solos o con ayudantes. Le decía que trabajaba con enchapes, que subía andamios. Siempre le decía que tenía miedo a subir andamios y que la seguridad no era muy buena. Le contaba de las herramientas. Del accidente prefiere no hablar con él del tema. Señala que del accidente sabe que estaba haciendo enchapes y que el galletero se corrió. Señala que lo sabía usar porque antes había trabajado con galletero. No sabe lo que realmente pasó. Ha preferido no preguntarle sobre el accidente. En cuanto a las medidas de seguridad le dijo el actor que los guantes no eran muy seguros. Había alguien a cargo de los ladrillos pero no sabe bien. El actor le contó que trabajaba en labores distintas. En cuanto a cómo consiguió el galletero, señala que fue a la bodega y no recuerda que fue lo que dijo el galletero. Como estuvo en la bodega señala que pedían el galletero y se lo pasaban no más. Consultada en atención a que después se desempeñara en la bodega igual lo entregaba, no le dijo que le hubieran dado instrucciones. Había una persona a cargo de cortar los ladrillos. Señala que se enteró del accidente porque ella llamó por teléfono, porque le dio algo en el corazón y lo llamó y el actor le dijo que se había cortado los dedos que había tendido un accidente. En el hospital no le preguntó nada. No había personas de la empresa. Lo llamó como a las 11:00 de la mañana, y se entera de lo que pasó. Luego insistió con la llamada y le contó más del accidente. Le dijo que primero había ido al hospital de Llay llay y luego lo trasladaron a Santiago. Señala que al día siguiente fue al hospital. El actor cuando habló por segunda vez por teléfono, apenas le salía la voz por el dolor, después en el hospital, las personas que lo iban a ver le preguntaban qué había pasado. Él les responda que se sentía muy mal y les contaba que usando el galletero no sabe cómo se corrió y se cortó los dedos. Sabe que usaba el galletero, que los sacaba con permiso, sin permiso es imposible. Asimismo solicitó oficio de la Mutual de Seguridad de Santiago, cuyas respuestas fueron incorporadas mediante lectura y que corresponde al informe médico denominado memorándum interno MEDA 699/2011, de fecha 22 de marzo de 2011. Que señala como diagnóstico: Ingresó en este Hospital el 03.11.2010, refiriendo que en su trabajo cortando ladrillos con una galleta sufrió la amputación traumática del pulgar en la base 1° falange y del índice en base de la 2ª falange, recibió la primera atenciones en LLay LLay. Diagnóstico: Amputación parcial de los dedos pulgar e índice de la mano izquierda. En pabellón bajo microscopio se efectuó reimplante de pulgar osteosíntesis, plastía venosa y arterial y tenorrafía y neurorrafía. Regularización del índice izquierdo. A pesar de la heparinización y tratamiento antibiótico evolucionó con necrosis del pulgar por lo que el 09.11.2010, se efectuó amputación y regularización del pulgar a nivel del metacarpiano. Fue evaluado por psiquiatra no encontrando síntomas psíquicos en relación a lo ocurrido citándolo en un mes. Se le confeccionó ortoprótesis y guante cosmético.

motor y asoma una hoja de cuchillo que circula a mucha velocidad y se pasa el ladrillo para cortarlo. Ese trabajador utiliza lentes, guantes, mascarillas. Consultado por el actor que herramientas de seguridad utiliza señala que los mismos recién indicados. Ofreció además la prueba testimonial de doña Doris Isabel Mondaca Madariaga, cédula de identidad N° 15.851.373 0, quien legalmente juramentada expuso: señala que es pareja del actor hace cuatro o cinco años. Señala que la relación ha sido buena y ha cambiado a raíz del accidente porque sean muchas peleas, por ejemplo al comer se le caen las cosas con la mano y comienzan las peleas. Antes era muy alegre y ahora está triste, ya no es como era antes. Señala que tiene problemas para dormir, llora en la noche, a veces en el baño. Estuvo asesoría psicológica pero ahora no. No sabe lo que determinó ese profesional pero no le comenta nada. Señala que el actor estaba trabajando de guardia y luego trabajo al final de maestro. En cuanto al trabajo, señala que con herramienta, con galletera, tango subía andamio. Lo escuchaba y preguntaba qué cosas eran esas herramientas. Le decía que trabajaba en ocasiones solos o con ayudantes. Le decía que trabajaba con enchapes, que subía andamios. Siempre le decía que tenía miedo a subir andamios y que la seguridad no era muy buena. Le contaba de las herramientas. Del accidente prefiere no hablar con él del tema. Señala que del accidente sabe que estaba haciendo enchapes y que el galletero se corrió. Señala que lo sabía usar porque antes había trabajado con galletero. No sabe lo que realmente pasó. Ha preferido no preguntarle sobre el accidente. En cuanto a las medidas de seguridad le dijo el actor que los guantes no eran muy seguros. Había alguien a cargo de los ladrillos pero no sabe bien. El actor le contó que trabajaba en labores distintas. En cuanto a cómo consiguió el galletero, señala que fue a la bodega y no recuerda que fue lo que dijo el galletero. Como estuvo en la bodega señala que pedían el galletero y se lo pasaban no más. Consultada en atención a que después se desempeñara en la bodega igual lo entregaba, no le dijo que le hubieran dado instrucciones. Había una persona a cargo de cortar los ladrillos. Señala que se enteró del accidente porque ella llamó por teléfono, porque le dio algo en el corazón y lo llamó y el actor le dijo que se había cortado los dedos que había tendido un accidente. En el hospital no le preguntó nada. No había personas de la empresa. Lo llamó como a las 11:00 de la mañana, y se entera de lo que pasó. Luego insistió con la llamada y le contó más del accidente. Le dijo que primero había ido al hospital de Llay llay y luego lo trasladaron a Santiago. Señala que al día siguiente fue al hospital. El actor cuando habló por segunda vez por teléfono, apenas le salía la voz por el dolor, después en el hospital, las personas que lo iban a ver le preguntaban qué había pasado. Él les responda que se sentía muy mal y les contaba que usando el galletero no sabe cómo se corrió y se cortó los dedos. Sabe que usaba el galletero, que los sacaba con permiso, sin permiso es imposible. Asimismo solicitó oficio de la Mutual de Seguridad de Santiago, cuyas respuestas fueron incorporadas mediante lectura y que corresponde al informe médico denominado memorándum interno MEDA 699/2011, de fecha 22 de marzo de 2011. Que señala como diagnóstico: Ingresó en este Hospital el 03.11.2010, refiriendo que en su trabajo cortando ladrillos con una galleta sufrió la amputación traumática del pulgar en la base 1° falange y del índice en base de la 2ª falange, recibió la primera atenciones en LLay LLay. Diagnóstico: Amputación parcial de los dedos pulgar e índice de la mano izquierda. En pabellón bajo microscopio se efectuó reimplante de pulgar osteosíntesis, plastía venosa y arterial y tenorrafía y neurorrafía. Regularización del índice izquierdo. A pesar de la heparinización y tratamiento antibiótico evolucionó con necrosis del pulgar por lo que el 09.11.2010, se efectuó amputación y regularización del pulgar a nivel del metacarpiano. Fue evaluado por psiquiatra no encontrando síntomas psíquicos en relación a lo ocurrido citándolo en un mes. Se le confeccionó ortoprótesis y guante cosmético. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

297

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Permaneció en reposo laboral hasta el 31.12.2010, manteniéndose en controles en poli de amputados. Controlado el 02.02.2011, por especialista de mano decidió enviar a la Comisión Médica de la mutual para que fije grado de incapacidad lo que se encuentra en trámite. Suscrito por el doctor Guillermo Bonta L. Se incorporó además resolución N° 2011.0288 de la Comisión Médica de Evaluación de Incapacidades por Accidentes del Trabajo, de fecha 24 de marzo del año en curso, que señala como diagnóstico: Accidente del trabajo actual, amputación traumática pulgar e índice izquierdo. Secuelas: Segmento Extremidad superior izquierda. Paciente evaluado en presencia. Mano: amputación pulgar nivel MTCF y de índice en F1, dolor neuropático muñones. 90% valor mano. % de incapacidad: 36.00. Valor Residual: 0%; Incapacidad: 36.00. Ponderación por artículo 32. Por edad: 5% - 1,8; Por oficio: 5% - 1,8. Factor de ponderación: 3,60. Artículo 29- 40. Grado de incapacidad 40,0% cuarenta por ciento. Pensión por invalidez Parcial. Notas resolución definitiva. Siniestro 895440 FTC/CMS. Suscrito por la Dra. Milka Zlatar Rodríguez, Ministro de Fe y Dr. Carlos Bolomey Elgueta, Presidente, con timbre de la Comisión. Se hace presente además que en la audiencia especial que se incorporó esta resolución, el actor exhibió su copia, donde consta su notificación personal y la leyenda que tiene 90 días en caso de apelación. SEXTO: Que la parte demandada incorporó a juicio la siguiente prueba documental: 1. Copia de informe de obligación de informar firmado por el actor de fecha 26 de julio de 2010; 2. Formulario de derecho a saber de fecha 09 de junio de 2010 del actor; 3. Declaración y acuso de recibo del actor de fecha 09 de junio de 2010; 4. Declaración y acuso de recibo de materiales por el actor de fecha 09 de junio de 2010; 5. Carta enviada a la Inspección del Trabajo de fecha 28 de abril de 2010; 6. Acta de constitución del comité paritario de higiene y seguridad y nomina de persona que votaron para la constitución; 7. Investigación del accidente de autos, de fecha 03 de noviembre de 2010 realizado por Luis Ortiz; 8. Formulario de notificación inmediata de accidente de trabajo fatal y grave enviada al SEREMI de Salud, de fecha 03 de noviembre de 2010; 9. Asistencia de capacitación en terreno de fecha 08 de noviembre de 2010; 10. Asistencia de capacitación en terreno de fecha 15 de noviembre de 2010; 11. Acta de constitución de comité paritario de fecha 24 de abril de 2010; 12. Acta de reunión N° 1 de comité paritario de fecha 26 de mayo de 2010; 13. Acta de reunión N° 2 de comité paritario de fecha 24 de junio de 2010; 14. Acta de reunión N° 3 de comité paritario de fecha 23 de julio de 2010; 15. Acta de reunión N° 4 de comité paritario de fecha 26 de agosto de 2010; 16. Acta de reunión N° 5 de comité paritario de fecha 30 de septiembre de 2010; 17. Acta de reunión N° 6 de comité paritario de fecha 03 de noviembre de 2010; 18. Reglamento interno de orden, higiene y seguridad de la demandada; 19. Derecho a saber de la demandada; 20. Declaración de salud de fecha 09 de julio de 2010; 21. Acta de inspección de la SEREMI de Salud, fecha 05 de noviembre de 2010; 22. Acta de constatación de hechos en terreno de fecha 03 de noviembre de 2010, realizada por la Inspección del Trabajo; 23. Acta de reanudación de labores de fecha 18 de noviembre de 2010 por la inspección del Trabajo; 24. Carta enviada a la Seremi de Salud de fecha 09 de noviembre de 2010; 25. Informe de accidente del actor, emitido por el prevencionista de prevención de riesgo Francisco Uranga Marín. Que se desistió de incorporar la prueba confesional del actor. Que rindió además la prueba testimonial de Lautaro Eduardo Vera Orellana, C.I. N° 7.205.038 K, quien legalmente juramentado expuso que conoce a las partes del juicio, señala que en la actualidad el actor no se encuentra trabajando. En cuanto al accidente le consta, porque el 3 de noviembre estaba en reunión en la oficina del director de la obra. Ve a alguien corriendo tomándose la mano y se da cuenta

298

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Permaneció en reposo laboral hasta el 31.12.2010, manteniéndose en controles en poli de amputados. Controlado el 02.02.2011, por especialista de mano decidió enviar a la Comisión Médica de la mutual para que fije grado de incapacidad lo que se encuentra en trámite. Suscrito por el doctor Guillermo Bonta L. Se incorporó además resolución N° 2011.0288 de la Comisión Médica de Evaluación de Incapacidades por Accidentes del Trabajo, de fecha 24 de marzo del año en curso, que señala como diagnóstico: Accidente del trabajo actual, amputación traumática pulgar e índice izquierdo. Secuelas: Segmento Extremidad superior izquierda. Paciente evaluado en presencia. Mano: amputación pulgar nivel MTCF y de índice en F1, dolor neuropático muñones. 90% valor mano. % de incapacidad: 36.00. Valor Residual: 0%; Incapacidad: 36.00. Ponderación por artículo 32. Por edad: 5% - 1,8; Por oficio: 5% - 1,8. Factor de ponderación: 3,60. Artículo 29- 40. Grado de incapacidad 40,0% cuarenta por ciento. Pensión por invalidez Parcial. Notas resolución definitiva. Siniestro 895440 FTC/CMS. Suscrito por la Dra. Milka Zlatar Rodríguez, Ministro de Fe y Dr. Carlos Bolomey Elgueta, Presidente, con timbre de la Comisión. Se hace presente además que en la audiencia especial que se incorporó esta resolución, el actor exhibió su copia, donde consta su notificación personal y la leyenda que tiene 90 días en caso de apelación. SEXTO: Que la parte demandada incorporó a juicio la siguiente prueba documental: 1. Copia de informe de obligación de informar firmado por el actor de fecha 26 de julio de 2010; 2. Formulario de derecho a saber de fecha 09 de junio de 2010 del actor; 3. Declaración y acuso de recibo del actor de fecha 09 de junio de 2010; 4. Declaración y acuso de recibo de materiales por el actor de fecha 09 de junio de 2010; 5. Carta enviada a la Inspección del Trabajo de fecha 28 de abril de 2010; 6. Acta de constitución del comité paritario de higiene y seguridad y nomina de persona que votaron para la constitución; 7. Investigación del accidente de autos, de fecha 03 de noviembre de 2010 realizado por Luis Ortiz; 8. Formulario de notificación inmediata de accidente de trabajo fatal y grave enviada al SEREMI de Salud, de fecha 03 de noviembre de 2010; 9. Asistencia de capacitación en terreno de fecha 08 de noviembre de 2010; 10. Asistencia de capacitación en terreno de fecha 15 de noviembre de 2010; 11. Acta de constitución de comité paritario de fecha 24 de abril de 2010; 12. Acta de reunión N° 1 de comité paritario de fecha 26 de mayo de 2010; 13. Acta de reunión N° 2 de comité paritario de fecha 24 de junio de 2010; 14. Acta de reunión N° 3 de comité paritario de fecha 23 de julio de 2010; 15. Acta de reunión N° 4 de comité paritario de fecha 26 de agosto de 2010; 16. Acta de reunión N° 5 de comité paritario de fecha 30 de septiembre de 2010; 17. Acta de reunión N° 6 de comité paritario de fecha 03 de noviembre de 2010; 18. Reglamento interno de orden, higiene y seguridad de la demandada; 19. Derecho a saber de la demandada; 20. Declaración de salud de fecha 09 de julio de 2010; 21. Acta de inspección de la SEREMI de Salud, fecha 05 de noviembre de 2010; 22. Acta de constatación de hechos en terreno de fecha 03 de noviembre de 2010, realizada por la Inspección del Trabajo; 23. Acta de reanudación de labores de fecha 18 de noviembre de 2010 por la inspección del Trabajo; 24. Carta enviada a la Seremi de Salud de fecha 09 de noviembre de 2010; 25. Informe de accidente del actor, emitido por el prevencionista de prevención de riesgo Francisco Uranga Marín. Que se desistió de incorporar la prueba confesional del actor. Que rindió además la prueba testimonial de Lautaro Eduardo Vera Orellana, C.I. N° 7.205.038 K, quien legalmente juramentado expuso que conoce a las partes del juicio, señala que en la actualidad el actor no se encuentra trabajando. En cuanto al accidente le consta, porque el 3 de noviembre estaba en reunión en la oficina del director de la obra. Ve a alguien corriendo tomándose la mano y se da cuenta

298

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

299

que es el demandante. Le vio la mano con abundante sangre, lo llevó a la oficina, se le envolvió con gasa y pidió un auto, se fue en el vehículo del director de obra, fueron al hospital de Llay Llay, al llegar planteó el problema y lo recepcionaron. En principio el encuentro fue rápido, en el auto el actor le contó que estaba cortando un ladrillo, saltó la máquina y lo pasó a llevar y le cortó los dedos. Se cortó con una esmeriladora angular que se conoce como galletero. Consultado por las funciones del demandante si utilizaba el galletero, conoce esa posibilidad pero lo lógico es no utilizarlo. El contrato del demandante es de maestro rematador. Si necesitaba cortar ladrillos, había una persona encargada y la máquina para tal efecto. La persona que tenía que cortar los ladrillos estaba en la obra, se llama Juan Aguayo. Aclara que estaba en una reunión con Alfredo Correa y el jefe de obra don Luis Ortiz. El auto con el que llevó al actor, es el del señor Correa. En el auto sólo iban los dos. En cuanto a la función del actor como rematador, si bien como administrativo no la conoce como tal, sabe que debía reparar los frontis de los edificios, desconoce la herramienta que debía utilizar. Reitera que trabaja como administrativo en la obra. En la empresa se emiten charlas de seguridad que se dan al momento de la contratación. Agrega que él le hizo la charla de inducción al actor. Las charlas se las dio directamente el día que fue contratado, se le advirtió que debía usar implementos de seguridad, señala que hay una parte que menciona los elementos eléctricos, aislación, estado. En cuanto al uso del galletero desconoce si como maestro debía utilizarlo. Agrega que por su función permanece en una oficina no tiene que estar en terreno. Consultado por el tribunal quién lo capacitó para dar estas charlas. Señala que se trata de charlas de inducción, en la cual hay un detalle con los potenciales riesgos en la obra y como poder evitarlos. Indica que como recibe a las personas con los antecedentes para contratarlos está estipulado que él haga la charla sobre los riesgos. Consultado señala que el material didáctico está. Que corresponde a los formularios de los derechos a saber. Consultado quién confeccionó la información didáctica, responde no saber y agrega que cuando llegó ya existían. Trabaja desde el 2 de noviembre 2009 en la obra. Reconsultado por el tribunal si su función es administrativa, porque ve la inducción, indica que recopila los antecedentes como papel de antecedentes afiliación de AFP, FONASA, fotocopia de la cédula de identidad y luego se le informa a lo que viene el contrato que va a tener y cuando acepta se comienza con la inducción. Reitera que no se desempeña en la obra. Señala que es técnico en nivel superior en abastecimiento y mantenimiento de material de guerra. Posterior a eso se jubiló, realizó otros cursos ya sea un charla en la ACHS o mutual. En la Achs vieron esta parte de prevención hacia el trabajador, duro dos días sábados, años atrás, no con esta empresa. Respecto a la función del actor, explica al tribunal lo que significa reparar enchapes. Consultado que involucra esa labor, señala que no sabe cómo se hace, piensa que si está reparando los muros si debería cortar ladrillos. Describe un galletero, señala que es de diversas medidas, que tiene una protección metálica y el eje hace circular un disco de corte. Antes en su profesión anterior conoció el galletero. Refiere que lo textual que le dijo el actor fue: estaba cortando el ladrillo, tomándolo y la máquina comenzó a saltar y me pasó a llevar los dedos y me di cuenta que me los cortó. Normalmente pasa solo en la oficina a veces sale a dar una vuelta a la obra, pero es raro, en esas escasas circunstancias señala que tenía acceso visual al actor. Estaba alejado de la oficina. No lo vio antes trabajando con esa máquina. Indica que es administrativo, consultado si tiene conocimiento de las normas de seguridad señala que esas normas de seguridad dentro de la empresa se dan inicialmente cuando los contratan. Consultado señala que las herramientas deberían estar en bodega y señala que hay alguien a cargo contratado de la empresa. Consultado si en el caso de bodegueros se les señala alguna instrucción o forma de entregar las herramientas y restricciones. Señala que no sabe si existe un procedimiento, no sabe cuál es la función propia del bodeguero.

que es el demandante. Le vio la mano con abundante sangre, lo llevó a la oficina, se le envolvió con gasa y pidió un auto, se fue en el vehículo del director de obra, fueron al hospital de Llay Llay, al llegar planteó el problema y lo recepcionaron. En principio el encuentro fue rápido, en el auto el actor le contó que estaba cortando un ladrillo, saltó la máquina y lo pasó a llevar y le cortó los dedos. Se cortó con una esmeriladora angular que se conoce como galletero. Consultado por las funciones del demandante si utilizaba el galletero, conoce esa posibilidad pero lo lógico es no utilizarlo. El contrato del demandante es de maestro rematador. Si necesitaba cortar ladrillos, había una persona encargada y la máquina para tal efecto. La persona que tenía que cortar los ladrillos estaba en la obra, se llama Juan Aguayo. Aclara que estaba en una reunión con Alfredo Correa y el jefe de obra don Luis Ortiz. El auto con el que llevó al actor, es el del señor Correa. En el auto sólo iban los dos. En cuanto a la función del actor como rematador, si bien como administrativo no la conoce como tal, sabe que debía reparar los frontis de los edificios, desconoce la herramienta que debía utilizar. Reitera que trabaja como administrativo en la obra. En la empresa se emiten charlas de seguridad que se dan al momento de la contratación. Agrega que él le hizo la charla de inducción al actor. Las charlas se las dio directamente el día que fue contratado, se le advirtió que debía usar implementos de seguridad, señala que hay una parte que menciona los elementos eléctricos, aislación, estado. En cuanto al uso del galletero desconoce si como maestro debía utilizarlo. Agrega que por su función permanece en una oficina no tiene que estar en terreno. Consultado por el tribunal quién lo capacitó para dar estas charlas. Señala que se trata de charlas de inducción, en la cual hay un detalle con los potenciales riesgos en la obra y como poder evitarlos. Indica que como recibe a las personas con los antecedentes para contratarlos está estipulado que él haga la charla sobre los riesgos. Consultado señala que el material didáctico está. Que corresponde a los formularios de los derechos a saber. Consultado quién confeccionó la información didáctica, responde no saber y agrega que cuando llegó ya existían. Trabaja desde el 2 de noviembre 2009 en la obra. Reconsultado por el tribunal si su función es administrativa, porque ve la inducción, indica que recopila los antecedentes como papel de antecedentes afiliación de AFP, FONASA, fotocopia de la cédula de identidad y luego se le informa a lo que viene el contrato que va a tener y cuando acepta se comienza con la inducción. Reitera que no se desempeña en la obra. Señala que es técnico en nivel superior en abastecimiento y mantenimiento de material de guerra. Posterior a eso se jubiló, realizó otros cursos ya sea un charla en la ACHS o mutual. En la Achs vieron esta parte de prevención hacia el trabajador, duro dos días sábados, años atrás, no con esta empresa. Respecto a la función del actor, explica al tribunal lo que significa reparar enchapes. Consultado que involucra esa labor, señala que no sabe cómo se hace, piensa que si está reparando los muros si debería cortar ladrillos. Describe un galletero, señala que es de diversas medidas, que tiene una protección metálica y el eje hace circular un disco de corte. Antes en su profesión anterior conoció el galletero. Refiere que lo textual que le dijo el actor fue: estaba cortando el ladrillo, tomándolo y la máquina comenzó a saltar y me pasó a llevar los dedos y me di cuenta que me los cortó. Normalmente pasa solo en la oficina a veces sale a dar una vuelta a la obra, pero es raro, en esas escasas circunstancias señala que tenía acceso visual al actor. Estaba alejado de la oficina. No lo vio antes trabajando con esa máquina. Indica que es administrativo, consultado si tiene conocimiento de las normas de seguridad señala que esas normas de seguridad dentro de la empresa se dan inicialmente cuando los contratan. Consultado señala que las herramientas deberían estar en bodega y señala que hay alguien a cargo contratado de la empresa. Consultado si en el caso de bodegueros se les señala alguna instrucción o forma de entregar las herramientas y restricciones. Señala que no sabe si existe un procedimiento, no sabe cuál es la función propia del bodeguero. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

299

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Consultado por el tribunal si le dio la charla de inducción al bodeguero, señala que sí, agregando que le dio la charla de inducción que es la misma que se les da a todos, con las medidas y riesgos. Es una charla igual para todos los cargos. La charla que le dio al bodeguero es la misma que le dio a al actor. Consultado si días después hubo, responde que hubo un accidente que afectó a Juan Aguayo, se fracturó el dedo meñique corriendo un tablero la labor era la de jornal, pero tiene más funciones como jornal. Rindió además la testimonial de Alfredo Eugenio Eduardo Correa Correa, C.I. N° 9.966.828 8, quien legalmente juramentado expuso, señala que conoce a las partes del juicio. En cuanto al accidente del actor, señala que estaba esa mañana en el conteiner en su oficina y vio pasar al actor hacia la oficina del administrativo tomándose la mano, pidiendo ayuda a una distancia de 10 metros. No le contó lo que sucedió por cómo se dio la situación. Le prestó el vehículo y partieron al hospital, llegó a al recinto unos 30 ó 40 minutos después, se dedicó a acompañar y después del hecho pudieron conversar y pudo saber la versión de él. Señala que en terreno con con el comité paritario, fueron deduciendo algunas cosas. En el lugar de los hechos estaba el actor haciendo remates de estucos a una cadena a una atura de 2,20 metros, por alguna razón que no entienden cortó una ladrillo, una cascarita de ladrillo para cortar enchapes, entienden que se les resbaló la galleta y le cortó los dedos. Dentro de su función no se encontraba el uso del galletero. En la obra existe un trabajador que corta los ladrillos y una máquina destinada para tal efecto. Éste se encontraba en la obra. Por qué no se utilizó no sabe por qué pero cree que por la cercanía porque no estaba tan a mano. Señala que la construcción comprende 11 blocks de edificios. Los primeros tres, estaban listos y los segundos cuatro, se estaban construyendo. Expresa que el señor Aguayo se encontraba a unos 50 a 80 metros. El señor Aguayo es un jornal que corta ladrillos. Sabe que los trabajadores reciben una charla de seguridad. El actor recibió una charla de inducción, de uso de los elementos de protección personal y el uso de los mismos. En este caso zapatos, guantes y casco. Los que tiene un uso evidente. En algunos casos las hace el administrativo del prevencionista de la obra, el prevencionista de riesgo y el asistente del prevencionista. Las charlas son genéricas, las de riesgos específicos son dadas por el prevencionista, por la envergadura de la obra no hay un prevencionista en forma permanente, explica que va una mañana cada dos semana, pero señala que no pueden esperar todo ese tiempo una charla de inducción o derecho a saber. Señala que el prevencionista ha certificado que el administrador haga las charlas. No es una certificación formal pero ha delegado en el administrador estas charlas de inducción. Consultado por el trabajador que sólo corta ladrillos, refiere que fue capacitado para el corte de ladrillos y en trabajos en forma general. El corte de ladrillos no es permanente de la obra. Luego del accidente conversó con el actor un par de ocasiones, trató de darle la mejor acogida, le indicó que llegó con la intención de no moverse en portería y guardia. Le señaló que lo mejor era sacarlo a terreno, para mejorar los oficios. Señala que hay un bodeguero titular, el actor era el asistente, oficiaba de bodeguero cuando faltaba el titular. Consultado si existe un procedimiento para la entrega de las herramientas desde la bodega, señala que en general son de los contratistas. En ese caso debió solicitar al jefe de obra, en el caso de la galleta que es de uso eventual concurre un maestro para un trabajo determinado. El actor no tenía autorización para usar la galleta, porque lo que estaban haciendo eran remates de albañilería y estuco y había un trabajador encargado de cortas. Consultado por el tribunal si consta en alguna parte la restricción del uso de la galleta, señala no creo. Consultado por el tribunal si el procedimiento para la entrega de materiales consta en alguna parte, señala que no. La función que desempeña el testigo es el profesional a cargo de la obra. Es constructor civil, y está en la obra desde noviembre de 2009. De lo que ha visto por su experiencia, la función propia del rematador conlleva el uso de herramientas depende de que está rematando, en este caso se tiene un edificio de ladrillos con muros de hormigón y cadenas. Se entrega obra gruesa terminada con una especie de maquillaje y luego pintura.

300

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Consultado por el tribunal si le dio la charla de inducción al bodeguero, señala que sí, agregando que le dio la charla de inducción que es la misma que se les da a todos, con las medidas y riesgos. Es una charla igual para todos los cargos. La charla que le dio al bodeguero es la misma que le dio a al actor. Consultado si días después hubo, responde que hubo un accidente que afectó a Juan Aguayo, se fracturó el dedo meñique corriendo un tablero la labor era la de jornal, pero tiene más funciones como jornal. Rindió además la testimonial de Alfredo Eugenio Eduardo Correa Correa, C.I. N° 9.966.828 8, quien legalmente juramentado expuso, señala que conoce a las partes del juicio. En cuanto al accidente del actor, señala que estaba esa mañana en el conteiner en su oficina y vio pasar al actor hacia la oficina del administrativo tomándose la mano, pidiendo ayuda a una distancia de 10 metros. No le contó lo que sucedió por cómo se dio la situación. Le prestó el vehículo y partieron al hospital, llegó a al recinto unos 30 ó 40 minutos después, se dedicó a acompañar y después del hecho pudieron conversar y pudo saber la versión de él. Señala que en terreno con con el comité paritario, fueron deduciendo algunas cosas. En el lugar de los hechos estaba el actor haciendo remates de estucos a una cadena a una atura de 2,20 metros, por alguna razón que no entienden cortó una ladrillo, una cascarita de ladrillo para cortar enchapes, entienden que se les resbaló la galleta y le cortó los dedos. Dentro de su función no se encontraba el uso del galletero. En la obra existe un trabajador que corta los ladrillos y una máquina destinada para tal efecto. Éste se encontraba en la obra. Por qué no se utilizó no sabe por qué pero cree que por la cercanía porque no estaba tan a mano. Señala que la construcción comprende 11 blocks de edificios. Los primeros tres, estaban listos y los segundos cuatro, se estaban construyendo. Expresa que el señor Aguayo se encontraba a unos 50 a 80 metros. El señor Aguayo es un jornal que corta ladrillos. Sabe que los trabajadores reciben una charla de seguridad. El actor recibió una charla de inducción, de uso de los elementos de protección personal y el uso de los mismos. En este caso zapatos, guantes y casco. Los que tiene un uso evidente. En algunos casos las hace el administrativo del prevencionista de la obra, el prevencionista de riesgo y el asistente del prevencionista. Las charlas son genéricas, las de riesgos específicos son dadas por el prevencionista, por la envergadura de la obra no hay un prevencionista en forma permanente, explica que va una mañana cada dos semana, pero señala que no pueden esperar todo ese tiempo una charla de inducción o derecho a saber. Señala que el prevencionista ha certificado que el administrador haga las charlas. No es una certificación formal pero ha delegado en el administrador estas charlas de inducción. Consultado por el trabajador que sólo corta ladrillos, refiere que fue capacitado para el corte de ladrillos y en trabajos en forma general. El corte de ladrillos no es permanente de la obra. Luego del accidente conversó con el actor un par de ocasiones, trató de darle la mejor acogida, le indicó que llegó con la intención de no moverse en portería y guardia. Le señaló que lo mejor era sacarlo a terreno, para mejorar los oficios. Señala que hay un bodeguero titular, el actor era el asistente, oficiaba de bodeguero cuando faltaba el titular. Consultado si existe un procedimiento para la entrega de las herramientas desde la bodega, señala que en general son de los contratistas. En ese caso debió solicitar al jefe de obra, en el caso de la galleta que es de uso eventual concurre un maestro para un trabajo determinado. El actor no tenía autorización para usar la galleta, porque lo que estaban haciendo eran remates de albañilería y estuco y había un trabajador encargado de cortas. Consultado por el tribunal si consta en alguna parte la restricción del uso de la galleta, señala no creo. Consultado por el tribunal si el procedimiento para la entrega de materiales consta en alguna parte, señala que no. La función que desempeña el testigo es el profesional a cargo de la obra. Es constructor civil, y está en la obra desde noviembre de 2009. De lo que ha visto por su experiencia, la función propia del rematador conlleva el uso de herramientas depende de que está rematando, en este caso se tiene un edificio de ladrillos con muros de hormigón y cadenas. Se entrega obra gruesa terminada con una especie de maquillaje y luego pintura.

300

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

301

Presumen que se pasó a llevar un ladrillo, para cortar esta cascarita de ladrillos decido usar la galleta y no pedirle al cortador de ladrillos. No había otro rematador en la obra. En cuanto al corte del ladrillo y las restricciones no le consta si esa instrucción expresa se dio pero no se dio la instrucción de poder hacerlo. La obra que se está realizando, es de 100.000 UF, son 180 departamentos, que son tres etapas. Son 11 block, de planta de 250 metros cuadrados cada una. Es media cuadra. Hay una persona que corta ladrillos designada no sabe si Juan o José Aguayo. Consultado si hubo otro accidente sabe que un trabajador se cortó el dedo meñique, Juan Aguayo, moviendo una plancha de melanina. No hay una persona todo el día cortando de ladrillo, pero para los trabajos de cortes de ladrillos Juan Aguayo corta ladrillos. Este trabajador trasladando material se pasó a llevar y se quebró el dedo meñique. Aguayo es un jornal que está ejerciendo el oficio de cortador de ladrillos, cuando se requiere. Aguayo el día del accidente estaba en otro lugar de la obra. Los bloques donde ocurrió el accidente estaban terminados desde el punto de vista de albañilería, estaban afinando, haciendo remates, por lo tanto la segunda etapa se requerían ladrillos y el banco de corte de ladrillos lo requiere más. Es una mesa con un motor. Con los galleteros se puede cortar cualquier tipo de material. Por último declaró don Luis Alfonso Ortiz Parada, C.I. N° 7.847.937 K, quien legalmente juramentado expuso, señala que conoce a las partes del juicio. Conoce del accidente materia del proceso, al respecto relata que el trabajador fue a bodega a buscar una herramienta que no estaba autorizado para pedirla, no se la pidió a nadie, a él no se la pidió pero se la entregaron, pero reitera que no lo autorizó a pedir la galleta. Señala que a 30 metros de donde fue el accidente estaba la máquina que cortaba los ladrillos y el operador don Juan Aguayo, quien es el encargado de realizar los cortes. No sabía que estaba usando la galleta y qué estaba cortando. El trabajo del actor es rematador de albañilería, eso significa se debe descarachar, picar poner el mortero donde esta averiado. El necesita herramientas tales como la plana, llana, platacho, punta y cincel. Desconoce porque no fue a la máquina o porque no le dijo al operador que lo cortara. Habló muy poco con el actor. Señala que era el jefe de directo del actor. El bodeguero tiene que ver con las herramientas, está que llevar una lista de materiales. Estas herramientas generalmente están asociadas al trabajador: un carpintero que tiene serrucho y taladro eléctrico va a buscar sus herramientas a la bodega, cada función tiene una herramienta. La retira en la mañana la guarda a mediodía y después la devuelve. Un rematador que dice necesitar un serrucho eléctrico se supone que las herramientas están clasificadas para cada cosa, tiene que conseguir la herramienta con el maestro carpintero, si éste acepta y el carpintero le dice: dígale que yo le prestó la herramienta. El bodeguero puede constatar con el maestro. La responsabilidad es de el maestro, generalmente va el mismo maestro o va el dueño de la herramienta, el bodeguero puede salir a preguntar. Señala que él supo después que estaba manipulando la herramienta. Reitera que no le pidió permiso a él ni a otro maestro. La persona dueña de la galleta, en este caso la herramienta es de la empresa. El relato anterior es para cuando las herramientas son personales. El actor no avisó nada, si hubiera dicho necesito una galleta para cortar ladrillo, le hubiera dicho que no porque está la máquina ahí. Generalmente las bodegas funcionan mediante vales para el retiro de herramientas. Señala que es jefe de obra, que el señor Aguayo y la máquina para cortar ladrillos estaba a 30 metros calculando, la habían trasladado de lugar, por necesidad por que estaban empezando la nueva etapa y ahí estaba el maestro, sólo está para corte de ladrillos cuando está acumulado y tiene stock coopera en otras materias. Había sólo una persona a cargo del corte. Para cortar ladrillos se puede usar un banco con un motor, antes lo hacían con el hacha y ha ido evolucionando. Aguayo ocupa un mesón con su disco, lo pasa y la corta. La mejor herramienta es la máquina. La galleta es grande con el movimiento del aire se puede desplazar. Describe como es una galleta o esmerilador angular y la forma de funcionamiento, señala que tiene una máscara de protección, se usa gafas o lentes. Para la utilización de la galleta de 9 pulgadas como en este caso se utilizan las dos manos, porque son muy fuertes las revoluciones. Si no se asegura bien se va a tener problemas. Hay una galleta chica de cuatro pulgadas. Señala que se debe tomar la

Presumen que se pasó a llevar un ladrillo, para cortar esta cascarita de ladrillos decido usar la galleta y no pedirle al cortador de ladrillos. No había otro rematador en la obra. En cuanto al corte del ladrillo y las restricciones no le consta si esa instrucción expresa se dio pero no se dio la instrucción de poder hacerlo. La obra que se está realizando, es de 100.000 UF, son 180 departamentos, que son tres etapas. Son 11 block, de planta de 250 metros cuadrados cada una. Es media cuadra. Hay una persona que corta ladrillos designada no sabe si Juan o José Aguayo. Consultado si hubo otro accidente sabe que un trabajador se cortó el dedo meñique, Juan Aguayo, moviendo una plancha de melanina. No hay una persona todo el día cortando de ladrillo, pero para los trabajos de cortes de ladrillos Juan Aguayo corta ladrillos. Este trabajador trasladando material se pasó a llevar y se quebró el dedo meñique. Aguayo es un jornal que está ejerciendo el oficio de cortador de ladrillos, cuando se requiere. Aguayo el día del accidente estaba en otro lugar de la obra. Los bloques donde ocurrió el accidente estaban terminados desde el punto de vista de albañilería, estaban afinando, haciendo remates, por lo tanto la segunda etapa se requerían ladrillos y el banco de corte de ladrillos lo requiere más. Es una mesa con un motor. Con los galleteros se puede cortar cualquier tipo de material. Por último declaró don Luis Alfonso Ortiz Parada, C.I. N° 7.847.937 K, quien legalmente juramentado expuso, señala que conoce a las partes del juicio. Conoce del accidente materia del proceso, al respecto relata que el trabajador fue a bodega a buscar una herramienta que no estaba autorizado para pedirla, no se la pidió a nadie, a él no se la pidió pero se la entregaron, pero reitera que no lo autorizó a pedir la galleta. Señala que a 30 metros de donde fue el accidente estaba la máquina que cortaba los ladrillos y el operador don Juan Aguayo, quien es el encargado de realizar los cortes. No sabía que estaba usando la galleta y qué estaba cortando. El trabajo del actor es rematador de albañilería, eso significa se debe descarachar, picar poner el mortero donde esta averiado. El necesita herramientas tales como la plana, llana, platacho, punta y cincel. Desconoce porque no fue a la máquina o porque no le dijo al operador que lo cortara. Habló muy poco con el actor. Señala que era el jefe de directo del actor. El bodeguero tiene que ver con las herramientas, está que llevar una lista de materiales. Estas herramientas generalmente están asociadas al trabajador: un carpintero que tiene serrucho y taladro eléctrico va a buscar sus herramientas a la bodega, cada función tiene una herramienta. La retira en la mañana la guarda a mediodía y después la devuelve. Un rematador que dice necesitar un serrucho eléctrico se supone que las herramientas están clasificadas para cada cosa, tiene que conseguir la herramienta con el maestro carpintero, si éste acepta y el carpintero le dice: dígale que yo le prestó la herramienta. El bodeguero puede constatar con el maestro. La responsabilidad es de el maestro, generalmente va el mismo maestro o va el dueño de la herramienta, el bodeguero puede salir a preguntar. Señala que él supo después que estaba manipulando la herramienta. Reitera que no le pidió permiso a él ni a otro maestro. La persona dueña de la galleta, en este caso la herramienta es de la empresa. El relato anterior es para cuando las herramientas son personales. El actor no avisó nada, si hubiera dicho necesito una galleta para cortar ladrillo, le hubiera dicho que no porque está la máquina ahí. Generalmente las bodegas funcionan mediante vales para el retiro de herramientas. Señala que es jefe de obra, que el señor Aguayo y la máquina para cortar ladrillos estaba a 30 metros calculando, la habían trasladado de lugar, por necesidad por que estaban empezando la nueva etapa y ahí estaba el maestro, sólo está para corte de ladrillos cuando está acumulado y tiene stock coopera en otras materias. Había sólo una persona a cargo del corte. Para cortar ladrillos se puede usar un banco con un motor, antes lo hacían con el hacha y ha ido evolucionando. Aguayo ocupa un mesón con su disco, lo pasa y la corta. La mejor herramienta es la máquina. La galleta es grande con el movimiento del aire se puede desplazar. Describe como es una galleta o esmerilador angular y la forma de funcionamiento, señala que tiene una máscara de protección, se usa gafas o lentes. Para la utilización de la galleta de 9 pulgadas como en este caso se utilizan las dos manos, porque son muy fuertes las revoluciones. Si no se asegura bien se va a tener problemas. Hay una galleta chica de cuatro pulgadas. Señala que se debe tomar la ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

301

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

manilla con una mano y guiarla con un mango. Se le exhibe las fotografías del informe de accidentes. Reconoce el lugar y la herramienta y describe cómo usarla. Señala que tiene un motor, un partidor que se aprieta y parte, tiene además un fijador. Calcula que debe pesar como ocho kilos, con una mano es difícil de manejar. Cuando Aguayo no estaba se colocaba a otra persona con todos los elementos, se le reemplazo por Navarro, solo ellos pueden cortar. El galletero lo ocupa cualquier persona pero con cuidado, la capacitación que se le hacen son con las charlas previas el primer día cuando entra a trabajar, señala que hay un encargado de prevención de riesgo. El encargado en dar las charlas, es don Lautaro, a él nunca lo ha visto usando un galletero u otra herramienta. No le consta que el actor haya tenido capacitación para usar la máquina. SÉPTIMO: Que es un hecho de la causa que el día 03 de noviembre de 2011, en horas de la mañana, en circunstancias que el actor Jorge Rodríguez se encontraba desempeñando labores de rematando un muro dentro de la obra Gabriela Mistral en la comuna de LLay LLay, sufrió un accidente laboral. Que corresponde determinar las circunstancias en que se produjo dicho accidente, correspondiendo a la demandada acreditar que se tomaron todas las medidas necesarias para prevenir o evitar el mismo y al efecto rindió la testimonial pormenorizada en el motivo anterior de esta sentencia y de las mismas conjuntamente con la documental aportada por ambas partes, consta que el accidente se produjo al realizar el trabajador funciones de albañil rematador. Que el oficio de la Mutual de Seguridad de 22 de marzo de 2011, señala como diagnóstico la amputación parcial de los dedos e índice de la mano izquierda, dejando constancia que el trabajador refiere que en su trabajo cortando ladrillos con una galleta sufrió la amputación de los dedos. y la resolución de la comisión de evaluación de incapacidad por accidentes del trabajo determinó un 40% de grado de incapacidad, haciendo mención del beneficio de pensión por invalidez parcial. OCTAVO: Que establecida la existencia del accidente del trabajo y las lesiones sufridas por el trabajador a consecuencia del mismo, y dado que el mecanismo de seguridad social se activó con el otorgamiento de las prestaciones médicas otorgadas al demandante con ocasión del accidente y que fueron realizadas por la Mutual de Seguridad, quien bien determinó el grado de incapacidad, dicha resolución a la fecha no se encuentra firme. Corresponde determinar si a la demandada le asiste responsabilidad en la ocurrencia del mismo y, si así fuere, su deber de indemnizar el daño producido por ello, morigerado en el caso que la víctima se haya expuesto imprudentemente al mismo. Que, por ende, debe determinarse, si la demandada cumplió su obligación legal de orden, higiene y seguridad establecidas en el artículo 184 del Código del Trabajo, esto es, si por un lado, cumplió con su obligación legal de otorgar seguridad a los trabajadores en el desempeño de sus funciones, para lo cual tomó todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de los mismos, y por otro, si dichas medidas tuvieron el efecto querido por el legislador, esto es proteger eficazmente la vida y salud de los trabajadores, lo que implica una máxima diligencia del empleador en el cumplimiento de tal deber. Que tal deber del empleador se concretiza con el cumplimiento de una serie de exigencias legales, tales como existencia de un Reglamento Interno de Orden, Higiene y Seguridad artículo 153 Código del Trabajo, que debe contener las obligaciones y prohibiciones de los trabajadores, en relación con sus labores, permanencia y vida en el medio laboral y las normas e instrucciones de prevención, higiene y seguridad que deben observarse en el establecimiento donde desempeña sus labores; capacitación de los trabajadores con el fin de permitirles mejores condiciones de vida artículo 179 del Código del Trabajo; adopción y mantención de medidas de higiene y seguridad en la forma, dentro de los términos y con las sanciones que señala la ley artículo 210 del código precitado; funcionamiento de un Comité Paritario de Higiene y Seguridad y de un Departamento de Prevención de riesgos profesionales artículo 65 ley Nº 16.744, entre otras. Que, asimismo, los deberes básicos del empleador referidos a tomar las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de los trabajadores, lo lleva a la adopción de acciones dentro de la empresa destinadas a llenar de contenido tales deberes, entre las cuales se puede mencionar una evaluación permanente de los riesgos de la empresa, una definición de las funciones a realizar por los trabajadores en razón de su peligrosidad, selección de éstos de acuerdo con esta realidad, instrucción

302

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

manilla con una mano y guiarla con un mango. Se le exhibe las fotografías del informe de accidentes. Reconoce el lugar y la herramienta y describe cómo usarla. Señala que tiene un motor, un partidor que se aprieta y parte, tiene además un fijador. Calcula que debe pesar como ocho kilos, con una mano es difícil de manejar. Cuando Aguayo no estaba se colocaba a otra persona con todos los elementos, se le reemplazo por Navarro, solo ellos pueden cortar. El galletero lo ocupa cualquier persona pero con cuidado, la capacitación que se le hacen son con las charlas previas el primer día cuando entra a trabajar, señala que hay un encargado de prevención de riesgo. El encargado en dar las charlas, es don Lautaro, a él nunca lo ha visto usando un galletero u otra herramienta. No le consta que el actor haya tenido capacitación para usar la máquina. SÉPTIMO: Que es un hecho de la causa que el día 03 de noviembre de 2011, en horas de la mañana, en circunstancias que el actor Jorge Rodríguez se encontraba desempeñando labores de rematando un muro dentro de la obra Gabriela Mistral en la comuna de LLay LLay, sufrió un accidente laboral. Que corresponde determinar las circunstancias en que se produjo dicho accidente, correspondiendo a la demandada acreditar que se tomaron todas las medidas necesarias para prevenir o evitar el mismo y al efecto rindió la testimonial pormenorizada en el motivo anterior de esta sentencia y de las mismas conjuntamente con la documental aportada por ambas partes, consta que el accidente se produjo al realizar el trabajador funciones de albañil rematador. Que el oficio de la Mutual de Seguridad de 22 de marzo de 2011, señala como diagnóstico la amputación parcial de los dedos e índice de la mano izquierda, dejando constancia que el trabajador refiere que en su trabajo cortando ladrillos con una galleta sufrió la amputación de los dedos. y la resolución de la comisión de evaluación de incapacidad por accidentes del trabajo determinó un 40% de grado de incapacidad, haciendo mención del beneficio de pensión por invalidez parcial. OCTAVO: Que establecida la existencia del accidente del trabajo y las lesiones sufridas por el trabajador a consecuencia del mismo, y dado que el mecanismo de seguridad social se activó con el otorgamiento de las prestaciones médicas otorgadas al demandante con ocasión del accidente y que fueron realizadas por la Mutual de Seguridad, quien bien determinó el grado de incapacidad, dicha resolución a la fecha no se encuentra firme. Corresponde determinar si a la demandada le asiste responsabilidad en la ocurrencia del mismo y, si así fuere, su deber de indemnizar el daño producido por ello, morigerado en el caso que la víctima se haya expuesto imprudentemente al mismo. Que, por ende, debe determinarse, si la demandada cumplió su obligación legal de orden, higiene y seguridad establecidas en el artículo 184 del Código del Trabajo, esto es, si por un lado, cumplió con su obligación legal de otorgar seguridad a los trabajadores en el desempeño de sus funciones, para lo cual tomó todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de los mismos, y por otro, si dichas medidas tuvieron el efecto querido por el legislador, esto es proteger eficazmente la vida y salud de los trabajadores, lo que implica una máxima diligencia del empleador en el cumplimiento de tal deber. Que tal deber del empleador se concretiza con el cumplimiento de una serie de exigencias legales, tales como existencia de un Reglamento Interno de Orden, Higiene y Seguridad artículo 153 Código del Trabajo, que debe contener las obligaciones y prohibiciones de los trabajadores, en relación con sus labores, permanencia y vida en el medio laboral y las normas e instrucciones de prevención, higiene y seguridad que deben observarse en el establecimiento donde desempeña sus labores; capacitación de los trabajadores con el fin de permitirles mejores condiciones de vida artículo 179 del Código del Trabajo; adopción y mantención de medidas de higiene y seguridad en la forma, dentro de los términos y con las sanciones que señala la ley artículo 210 del código precitado; funcionamiento de un Comité Paritario de Higiene y Seguridad y de un Departamento de Prevención de riesgos profesionales artículo 65 ley Nº 16.744, entre otras. Que, asimismo, los deberes básicos del empleador referidos a tomar las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de los trabajadores, lo lleva a la adopción de acciones dentro de la empresa destinadas a llenar de contenido tales deberes, entre las cuales se puede mencionar una evaluación permanente de los riesgos de la empresa, una definición de las funciones a realizar por los trabajadores en razón de su peligrosidad, selección de éstos de acuerdo con esta realidad, instrucción

302

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

303

y capacitación conforme con las contingencias advertidas, entrega de elementos de protección a los trabajadores y de los equipos e instrumentos idóneos para operar, mantención de sistemas de reacción eficientes y eficaces en caso que se declare una emergencia, evaluación frente a cada accidente de sus causas para evitar su ocurrencia futura, respeto de todas las normas legales, reglamentarias e internas, que norman aspectos de seguridad laboral. NOVENO: Que la demandada, dentro de su prueba adjunto la siguiente, que reviste relevancia para determinar si cumplió su deber de seguridad respecto del trabajador, en los términos señalados en el considerando anterior: a. Reglamento de Orden, Higiene y Seguridad, que señala como objetivo precisar y clarificar las obligaciones y prohibiciones a que deben sujetarse los trabajadores en relación con sus labores, permanencia y vida en dependencias de la empresa y además dar cumplimiento al artículo 67 de la Ley Nº 16.744, sobre Accidentes de Trabajo y Enfermedades Profesionales. Estableciendo en su segunda parte sobre higiene y seguridad industrial, una serie de obligaciones y prohibiciones que propenden a desarrollar actividad en forma segura. En su artículo 41, hace mención de las obligaciones que debe cumplir los supervisores en cuanto a control, instrucción, corrección y mantención de diversas medidas con el mismo objetivo. b. Copia de informe de obligación de informar firmado por el actor de fecha 26 de julio de 2010. c. Formulario de derecho a saber de fecha 9 de junio de 2010. d. Investigación de accidente del accidente, realizado por Luis Ortiz. DÉCIMO: Que de la testimonial rendida por la demandada ya referida en el motivo sexto precedente, se logra establecer como hechos acreditados que el demandante era albañil y específicamente rematador y en tal calidad se desempeñaba en la obra en la ciudad de Llay LLay. Que se le dio una charla de inducción y suscribió el derecho saber, que dicha charla se la dio el administrativo de la obra Lautaro Vera, quien según su declaración fue designado para hacer dicha labor, donde se informa los riesgo y cuidados que se deben mantener en la obra para evitar accidentes. Además se le hizo entrega de elementos de seguridad. Que no se le dio instrucción específica sobre su función sino que sólo la inducción general. Que no se le hizo entrega de algún documento que restringiera el uso de las herramientas en razón de su función ni tampoco se acredita de la existencia de un procedimiento formal de entrega de herramientas por parte del bodeguero, que tampoco se le hicieron charlas de prevención de riesgos posteriores sobre prevención sobre el cuidado de las manos, nada se dice tampoco en el documento denominado derecho a saber atendida la labor de rematador por el prevencionista de riesgos de la empresa o personal del departamento de prevención de riesgos, por lo que no existen documentos que den cuenta de su asistencia a charlas de inducción o de capacitación o sobre el derecho a saber. Excepto la charla efectuada por el señor Vera quien es administrativo, quien no cuenta con capacitación en materia de prevención de riesgos. Que la empresa según se pudo exponer por el señor Correa, profesional a cargo de la obra, va cada 15 días una mañana y por eso se delegó las funciones al señor Vera. Que no existe una certificación sobre la idoneidad de este funcionario. Que el señor Vera según declaración del señor Ortiz, no desempeña labores en obra, por lo que tampoco es posible presumir que es en razón de su experiencia que puede dictar aquellas instrucciones a los trabajadores que se incorporan. En definitiva la única capacitación que se ha logrado establecer es la que recibió el actor al momento de incorporarse y que fue realizada por el administrativo Lautaro Vera, en forma verbal, que revisado los documentos de derecho a saber y de obligación de informar no consta en ellos entrega de algún documento que diera cuenta de los cuidados que debía adoptar ni las prohibiciones o restricciones en razón de su cargo, en especial de aquella en que se produjo el accidente. Que no declaró en juicio el prevencionista de riesgos de la empresa, por lo que no existe claridad de cuál era el material didáctico a que hace alusión el testigo Vera al declarar. Que el testigo Luis Ortiz por su parte señala que el actor no le solicitó autorización para usar el galletero, que sólo se enteró por el accidente del uso de esa herramienta. Los tres testigos de la demandada señalan que se encontraba presente en la obra Juan Aguayo, trabajador que fue contratado como jornal pero para desempeñar especialmente la función de cortador de ladrillos, lo cierto es que ninguno de los testigos coincide en la distancia que se encontraba este

y capacitación conforme con las contingencias advertidas, entrega de elementos de protección a los trabajadores y de los equipos e instrumentos idóneos para operar, mantención de sistemas de reacción eficientes y eficaces en caso que se declare una emergencia, evaluación frente a cada accidente de sus causas para evitar su ocurrencia futura, respeto de todas las normas legales, reglamentarias e internas, que norman aspectos de seguridad laboral. NOVENO: Que la demandada, dentro de su prueba adjunto la siguiente, que reviste relevancia para determinar si cumplió su deber de seguridad respecto del trabajador, en los términos señalados en el considerando anterior: a. Reglamento de Orden, Higiene y Seguridad, que señala como objetivo precisar y clarificar las obligaciones y prohibiciones a que deben sujetarse los trabajadores en relación con sus labores, permanencia y vida en dependencias de la empresa y además dar cumplimiento al artículo 67 de la Ley Nº 16.744, sobre Accidentes de Trabajo y Enfermedades Profesionales. Estableciendo en su segunda parte sobre higiene y seguridad industrial, una serie de obligaciones y prohibiciones que propenden a desarrollar actividad en forma segura. En su artículo 41, hace mención de las obligaciones que debe cumplir los supervisores en cuanto a control, instrucción, corrección y mantención de diversas medidas con el mismo objetivo. b. Copia de informe de obligación de informar firmado por el actor de fecha 26 de julio de 2010. c. Formulario de derecho a saber de fecha 9 de junio de 2010. d. Investigación de accidente del accidente, realizado por Luis Ortiz. DÉCIMO: Que de la testimonial rendida por la demandada ya referida en el motivo sexto precedente, se logra establecer como hechos acreditados que el demandante era albañil y específicamente rematador y en tal calidad se desempeñaba en la obra en la ciudad de Llay LLay. Que se le dio una charla de inducción y suscribió el derecho saber, que dicha charla se la dio el administrativo de la obra Lautaro Vera, quien según su declaración fue designado para hacer dicha labor, donde se informa los riesgo y cuidados que se deben mantener en la obra para evitar accidentes. Además se le hizo entrega de elementos de seguridad. Que no se le dio instrucción específica sobre su función sino que sólo la inducción general. Que no se le hizo entrega de algún documento que restringiera el uso de las herramientas en razón de su función ni tampoco se acredita de la existencia de un procedimiento formal de entrega de herramientas por parte del bodeguero, que tampoco se le hicieron charlas de prevención de riesgos posteriores sobre prevención sobre el cuidado de las manos, nada se dice tampoco en el documento denominado derecho a saber atendida la labor de rematador por el prevencionista de riesgos de la empresa o personal del departamento de prevención de riesgos, por lo que no existen documentos que den cuenta de su asistencia a charlas de inducción o de capacitación o sobre el derecho a saber. Excepto la charla efectuada por el señor Vera quien es administrativo, quien no cuenta con capacitación en materia de prevención de riesgos. Que la empresa según se pudo exponer por el señor Correa, profesional a cargo de la obra, va cada 15 días una mañana y por eso se delegó las funciones al señor Vera. Que no existe una certificación sobre la idoneidad de este funcionario. Que el señor Vera según declaración del señor Ortiz, no desempeña labores en obra, por lo que tampoco es posible presumir que es en razón de su experiencia que puede dictar aquellas instrucciones a los trabajadores que se incorporan. En definitiva la única capacitación que se ha logrado establecer es la que recibió el actor al momento de incorporarse y que fue realizada por el administrativo Lautaro Vera, en forma verbal, que revisado los documentos de derecho a saber y de obligación de informar no consta en ellos entrega de algún documento que diera cuenta de los cuidados que debía adoptar ni las prohibiciones o restricciones en razón de su cargo, en especial de aquella en que se produjo el accidente. Que no declaró en juicio el prevencionista de riesgos de la empresa, por lo que no existe claridad de cuál era el material didáctico a que hace alusión el testigo Vera al declarar. Que el testigo Luis Ortiz por su parte señala que el actor no le solicitó autorización para usar el galletero, que sólo se enteró por el accidente del uso de esa herramienta. Los tres testigos de la demandada señalan que se encontraba presente en la obra Juan Aguayo, trabajador que fue contratado como jornal pero para desempeñar especialmente la función de cortador de ladrillos, lo cierto es que ninguno de los testigos coincide en la distancia que se encontraba este ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

303

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

trabajador y que los hace presumir que fue la flojera del actor lo que lo llevó a buscar el galletero a la bodega por estar más cercana y no la de acudir donde este otro compañeros para cortar el ladrillo que necesitaba. Que de los testigos que depusieron en estrado ninguno es presencial. No existen testigos con esa calidad, situación que es alegada como descuido ya, en el libelo pretensor. Que ha quedado claro que el actor de mutuo propio, ya que no recibió instrucción de nadie, fue hasta la bodega y pidió un galletero de 9 pulgadas. Que luego lo hizo funcionar, que al estar en dicha tarea, la herramienta se movió y pasándole a llevar los dedos cortándoselos. DECIMOPRIMERO: Que el artículo 184 del Código del Trabajo, en su inciso primero dispone que el empleador estará obligado a tomar todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de los trabajadores, informando de los posible riesgos y manteniendo las condiciones adecuadas de higiene y seguridad en las faenas, como también los implementos necesarios para prevenir accidentes y enfermedades profesionales. Que de la prueba rendida y referida en los considerandos precedentes aparece que la demandada habría cumplido con las siguientes exigencias legales para responder a su obligación de seguridad y protección de los trabajadores, esto es, elaborar y entregar el Reglamento Interno de Orden, Higiene y Seguridad así aparece del recibo de tal documento firmado por el actor; que se entregaron implementos de seguridad al actor; que existía Comité Paritario y contaban con un prevencionista de riesgos. DECIMOSEGUNDO: Que, sin perjuicio de lo anterior, la norma del artículo 184 ya citada es categórica al indicar no sólo que el empleador deben tomar medidas para proteger la vida y salud de los trabajadores, sino que exige que debe adoptar todas las medidas necesarias para proteger eficazmente LA VIDA Y SALUD DE LOS TRABAJADORES. Por ende, no basta con un cumplimiento meramente formal de tal obligación, sino que se exige una máxima diligencia del empleador en el cumplimiento de dicho deber. En tal sentido, es deber del sentenciador analizar si las medidas referidas precedentemente son todas las necesarias para cumplir la obligación del empleador y, sí de serlo, fueron eficaces para obtener la protección y seguridad del trabajador. Al efecto se tiene presente que con la prueba rendida y analizada en los considerandos anteriores, se concluye lo siguiente: 1. Que el actor se desempeñaba como albañil rematador, en la obra Gabriela Mistral. 2. Que en tal calidad recibió sólo capacitación verbal al momento de su contratación por el administrativo Lautaro Vera. 3. Que no se le entregó material escrito respecto a sus labores, herramientas que debía utilizar, restricciones y prohibiciones para el uso de determinadas herramientas y el procedimiento a seguir en caso de requerir alguna. 4. Que no se le hicieron charlas sobre prevención de riesgos por parte del prevencionista de riesgo, quien va solo una mañana cada dos semanas (dichos del testigo Javier Flores). 5. Que atendido lo anterior no se le instruyó sobre el derecho a saber de los riesgos de la actividad realizada por él, ni sobre medidas preventivas como cuidado de las manos o el trabajo el altura, dos de las situaciones de riesgo efectivas en atención a su función. 6. Que no existía un procedimiento formal o normado para la entrega de herramientas por parte del bodeguero. 7. Que según los dichos la testigo Doris Mondaca, no es la primera vez que el actor usaba dicha herramienta. Que de lo expuesto, aparece que las medidas adoptadas por el empleador para cumplir su obligación de seguridad establecida en el artículo 184 del Código del Trabajo, no fueron todas las necesarias para ello, por cuanto no se instruyó debidamente al actor sobre los riesgos inherentes al trabajo realizado por él, más aún, su capacitación fue deficiente porque no se le entregó material advirtiera de los riesgos limitándose a una capacitación verbal, sin que existiera un procedimiento estándar respecto de la labor de albañil y las restricciones y prohibiciones en el uso y manejo de las herramientas, y por los dichos de los propios testigos esta charla era otorgada por un administrativo, que además la empresa no tuvo el debido cuidado de tener un procedimiento normado para la entrega de herramientas por el bodeguero, quedando a su criterio el verificar o no la autorización. Estas obligaciones pesan sobre la empleadora, más aún cuando en el propio Reglamento interno en su artículo 35. Que el reglamento

304

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

trabajador y que los hace presumir que fue la flojera del actor lo que lo llevó a buscar el galletero a la bodega por estar más cercana y no la de acudir donde este otro compañeros para cortar el ladrillo que necesitaba. Que de los testigos que depusieron en estrado ninguno es presencial. No existen testigos con esa calidad, situación que es alegada como descuido ya, en el libelo pretensor. Que ha quedado claro que el actor de mutuo propio, ya que no recibió instrucción de nadie, fue hasta la bodega y pidió un galletero de 9 pulgadas. Que luego lo hizo funcionar, que al estar en dicha tarea, la herramienta se movió y pasándole a llevar los dedos cortándoselos. DECIMOPRIMERO: Que el artículo 184 del Código del Trabajo, en su inciso primero dispone que el empleador estará obligado a tomar todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de los trabajadores, informando de los posible riesgos y manteniendo las condiciones adecuadas de higiene y seguridad en las faenas, como también los implementos necesarios para prevenir accidentes y enfermedades profesionales. Que de la prueba rendida y referida en los considerandos precedentes aparece que la demandada habría cumplido con las siguientes exigencias legales para responder a su obligación de seguridad y protección de los trabajadores, esto es, elaborar y entregar el Reglamento Interno de Orden, Higiene y Seguridad así aparece del recibo de tal documento firmado por el actor; que se entregaron implementos de seguridad al actor; que existía Comité Paritario y contaban con un prevencionista de riesgos. DECIMOSEGUNDO: Que, sin perjuicio de lo anterior, la norma del artículo 184 ya citada es categórica al indicar no sólo que el empleador deben tomar medidas para proteger la vida y salud de los trabajadores, sino que exige que debe adoptar todas las medidas necesarias para proteger eficazmente LA VIDA Y SALUD DE LOS TRABAJADORES. Por ende, no basta con un cumplimiento meramente formal de tal obligación, sino que se exige una máxima diligencia del empleador en el cumplimiento de dicho deber. En tal sentido, es deber del sentenciador analizar si las medidas referidas precedentemente son todas las necesarias para cumplir la obligación del empleador y, sí de serlo, fueron eficaces para obtener la protección y seguridad del trabajador. Al efecto se tiene presente que con la prueba rendida y analizada en los considerandos anteriores, se concluye lo siguiente: 1. Que el actor se desempeñaba como albañil rematador, en la obra Gabriela Mistral. 2. Que en tal calidad recibió sólo capacitación verbal al momento de su contratación por el administrativo Lautaro Vera. 3. Que no se le entregó material escrito respecto a sus labores, herramientas que debía utilizar, restricciones y prohibiciones para el uso de determinadas herramientas y el procedimiento a seguir en caso de requerir alguna. 4. Que no se le hicieron charlas sobre prevención de riesgos por parte del prevencionista de riesgo, quien va solo una mañana cada dos semanas (dichos del testigo Javier Flores). 5. Que atendido lo anterior no se le instruyó sobre el derecho a saber de los riesgos de la actividad realizada por él, ni sobre medidas preventivas como cuidado de las manos o el trabajo el altura, dos de las situaciones de riesgo efectivas en atención a su función. 6. Que no existía un procedimiento formal o normado para la entrega de herramientas por parte del bodeguero. 7. Que según los dichos la testigo Doris Mondaca, no es la primera vez que el actor usaba dicha herramienta. Que de lo expuesto, aparece que las medidas adoptadas por el empleador para cumplir su obligación de seguridad establecida en el artículo 184 del Código del Trabajo, no fueron todas las necesarias para ello, por cuanto no se instruyó debidamente al actor sobre los riesgos inherentes al trabajo realizado por él, más aún, su capacitación fue deficiente porque no se le entregó material advirtiera de los riesgos limitándose a una capacitación verbal, sin que existiera un procedimiento estándar respecto de la labor de albañil y las restricciones y prohibiciones en el uso y manejo de las herramientas, y por los dichos de los propios testigos esta charla era otorgada por un administrativo, que además la empresa no tuvo el debido cuidado de tener un procedimiento normado para la entrega de herramientas por el bodeguero, quedando a su criterio el verificar o no la autorización. Estas obligaciones pesan sobre la empleadora, más aún cuando en el propio Reglamento interno en su artículo 35. Que el reglamento

304

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

305

interno tiene por objetivo: letra a) Promover la participación de los trabajadores en actividades de prevención de accidentes y enfermedades profesionales en todas las faenas y lugares de trabajo. Letra c) Fijas las obligaciones y prohibiciones que todo trabajador de la empresa debe conocer y cumplir. Que al no haber cumplido con tales normas, permite concluir la responsabilidad de la empleadora en el accidente que afectó al demandante. DECIMOTERCERO: Que no es suficiente para desvirtuar la conclusión anterior, la defensa de la demandada respecto a que el accidente se produjo por una acción imprudente del actor, quien actuó sin autorización de sus superiores, en tanto no se ha acreditado en juicio la fuente de esa prohibición ni la existencia de un procedimiento de entrega de herramientas por parte del bodeguero, excepto en lo que conlleva a nivel de inventario de las mismas. Por lo demás, tampoco se acreditó que el bodeguero hubiese advertido al actor sobre el uso de la herramienta, prueba que la demandan contaba en su poder, en tanto es un trabajador que se desempeña bajo su dependencia, no existiendo excusas para no presentarlo a juicio. Que al no haber tomado las medidas debidas de prevención mediante la capacitación del trabajador solo aumento la posibilidad de riesgo de accidente. Es razonable concluir que un trabajador que no tenga conciencia de los riesgos aumenta el factor de riesgo de accidente. DECIMOCUARTO: Que establecido que la empresa demandada no tomó todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la salud y vida del trabajador demandante, por ende no cumplió su deber de seguridad en los términos del artículo 184 del Código del Trabajo, toda vez que no se adoptaron todas las providencias precisas y efectivas para evitar el accidente, atendido que no se capacitó debidamente al actor ni se le instruyó sobre los riesgos de la labor realizada, ni se le dieron charlas sobre cuidado de manos, sobre en general medidas de prevención en el desempeño de sus funciones, tampoco fue debidamente supervisado en su trabajo, entre otras, y teniendo presente el vínculo contractual que le une con el trabajador derivaba del vínculo de subordinación y dependencia, surge para él la obligación de reparación del daño causado en virtud de dicha relación laboral. DECIMOQUINTO: Que existiendo el nexo causal entre la falta de medidas de seguridad y el accidente sufrido por el actor, toda vez que si hubiera tomados todas las medidas de seguridad necesarias para dar efectiva y eficaz protección al trabajador, no se habría producido el accidente, que derivó en daño para éste, debe entenderse que ello se debe a la falta del deber de cuidado y protección que le exige el legislador para con sus trabajadores. Y el que causa daño a otro debe indemnizar el mismo. DECIMOSEXTO: Que el demandante pide se indemnice el lucro cesante, en la suma que el trabajador deja de percibir como consecuencia del accidente que le ha provocado el daño a reparar en el tiempo entre el día del accidente y el término de la vida útil laboral a la que hubiera accedido sin mediar el infortunio descrito y el que avalúa en la suma $ 7.196.544, según los antecedentes que indica en su libelo de demanda o en subsidio la suma que el tribunal estime de justicia y equidad, de acuerdo al mérito de autos. Que para que se indemnice tal prestación es necesario que éste sea real, es decir, que teniendo determinado ingreso lo dejo de percibir a consecuencia de una lesión física, que en autos el demandante no acreditó por medio alguno tal circunstancias, es más, se estableció que el demandante aún siguió vinculado a la empresa y que decidió renunciar, que se encuentra percibiendo los subsidios de la Ley de Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales, y que de acuerdo a la declaración de incapacidad tendrá derecho a una pensión por invalidez parcial, así aparece del oficio del organismo de seguridad laboral, por ende no ha sufrido lucro cesante con motivo del accidente, y recibirá ahora el subsidio que al efecto contempla la ley Nº 16.744, y la circunstancia que en el futuro pueda sufrir una merma en las remuneraciones que espera obtener en sus actividades labores, constituyen meras expectativas que no se pueden considerar lucro cesante, por lo anterior, se rechazará el cobro de tal indemnización. DECIMOSÉPTIMO: Que, además, solicita indemnización por daño moral, que avalúa en la suma de $ 200.000.000, atendido el sufrimiento físico, estético, de agrado y moral que le provocó el accidente sufrido, atendida su condición antes del mismo, era un hombre absolutamente sano y pleno, con una vida familiar normal, que contaba con 29 años de edad, y hoy es persona que ve absolutamente truncado su futuro y el de su familia nuclear, se encuentra incapacitado, tiene pocas expectativas de trabajo, y la serie de dolores crónicos que deberá soportar.

interno tiene por objetivo: letra a) Promover la participación de los trabajadores en actividades de prevención de accidentes y enfermedades profesionales en todas las faenas y lugares de trabajo. Letra c) Fijas las obligaciones y prohibiciones que todo trabajador de la empresa debe conocer y cumplir. Que al no haber cumplido con tales normas, permite concluir la responsabilidad de la empleadora en el accidente que afectó al demandante. DECIMOTERCERO: Que no es suficiente para desvirtuar la conclusión anterior, la defensa de la demandada respecto a que el accidente se produjo por una acción imprudente del actor, quien actuó sin autorización de sus superiores, en tanto no se ha acreditado en juicio la fuente de esa prohibición ni la existencia de un procedimiento de entrega de herramientas por parte del bodeguero, excepto en lo que conlleva a nivel de inventario de las mismas. Por lo demás, tampoco se acreditó que el bodeguero hubiese advertido al actor sobre el uso de la herramienta, prueba que la demandan contaba en su poder, en tanto es un trabajador que se desempeña bajo su dependencia, no existiendo excusas para no presentarlo a juicio. Que al no haber tomado las medidas debidas de prevención mediante la capacitación del trabajador solo aumento la posibilidad de riesgo de accidente. Es razonable concluir que un trabajador que no tenga conciencia de los riesgos aumenta el factor de riesgo de accidente. DECIMOCUARTO: Que establecido que la empresa demandada no tomó todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la salud y vida del trabajador demandante, por ende no cumplió su deber de seguridad en los términos del artículo 184 del Código del Trabajo, toda vez que no se adoptaron todas las providencias precisas y efectivas para evitar el accidente, atendido que no se capacitó debidamente al actor ni se le instruyó sobre los riesgos de la labor realizada, ni se le dieron charlas sobre cuidado de manos, sobre en general medidas de prevención en el desempeño de sus funciones, tampoco fue debidamente supervisado en su trabajo, entre otras, y teniendo presente el vínculo contractual que le une con el trabajador derivaba del vínculo de subordinación y dependencia, surge para él la obligación de reparación del daño causado en virtud de dicha relación laboral. DECIMOQUINTO: Que existiendo el nexo causal entre la falta de medidas de seguridad y el accidente sufrido por el actor, toda vez que si hubiera tomados todas las medidas de seguridad necesarias para dar efectiva y eficaz protección al trabajador, no se habría producido el accidente, que derivó en daño para éste, debe entenderse que ello se debe a la falta del deber de cuidado y protección que le exige el legislador para con sus trabajadores. Y el que causa daño a otro debe indemnizar el mismo. DECIMOSEXTO: Que el demandante pide se indemnice el lucro cesante, en la suma que el trabajador deja de percibir como consecuencia del accidente que le ha provocado el daño a reparar en el tiempo entre el día del accidente y el término de la vida útil laboral a la que hubiera accedido sin mediar el infortunio descrito y el que avalúa en la suma $ 7.196.544, según los antecedentes que indica en su libelo de demanda o en subsidio la suma que el tribunal estime de justicia y equidad, de acuerdo al mérito de autos. Que para que se indemnice tal prestación es necesario que éste sea real, es decir, que teniendo determinado ingreso lo dejo de percibir a consecuencia de una lesión física, que en autos el demandante no acreditó por medio alguno tal circunstancias, es más, se estableció que el demandante aún siguió vinculado a la empresa y que decidió renunciar, que se encuentra percibiendo los subsidios de la Ley de Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales, y que de acuerdo a la declaración de incapacidad tendrá derecho a una pensión por invalidez parcial, así aparece del oficio del organismo de seguridad laboral, por ende no ha sufrido lucro cesante con motivo del accidente, y recibirá ahora el subsidio que al efecto contempla la ley Nº 16.744, y la circunstancia que en el futuro pueda sufrir una merma en las remuneraciones que espera obtener en sus actividades labores, constituyen meras expectativas que no se pueden considerar lucro cesante, por lo anterior, se rechazará el cobro de tal indemnización. DECIMOSÉPTIMO: Que, además, solicita indemnización por daño moral, que avalúa en la suma de $ 200.000.000, atendido el sufrimiento físico, estético, de agrado y moral que le provocó el accidente sufrido, atendida su condición antes del mismo, era un hombre absolutamente sano y pleno, con una vida familiar normal, que contaba con 29 años de edad, y hoy es persona que ve absolutamente truncado su futuro y el de su familia nuclear, se encuentra incapacitado, tiene pocas expectativas de trabajo, y la serie de dolores crónicos que deberá soportar. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

305

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

306

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Que el tribunal tendrá presente al efecto, las declaraciones de la testigo Doris Mondaca, quien señaló que el actor sufrió no sólo lesiones físicas sino también síquicas, que sufre de constantes dolores. Que en su vida diaria ha cambiado, que esta depresivo, callado, que lo sorprende llorando en las noches. Que esta situación los ha afectado como pareja, que en lo físico quedó mal, no puede realizar las actividades en forma normal. Que el daño moral se produce por toda lesión, menoscabo o perturbación a los derechos inherentes a la personalidad de un sujeto, y por ende deben someterse a la reparación no solo del dolor sufrido por la pérdida que le ha afectado a la persona sino que también considerar los perjuicios que ha ocasionado en lo estético, lo social, el agrado de vivir, el incumplimiento del deber de protección que le imponía el artículo 184 del Código del Trabajo, que le aseguraba la relación contractual que le unía con la demandada. Que atendido lo anterior, y en especial el dolor y aflicción debe ser indemnizado en una suma congruente con su magnitud, que se estima en la suma de $ 10.000.000. DECIMOOCTAVO: Que la prueba rendida ha sido analizada conforme a las reglas de la sana crítica. Por estas consideraciones y lo dispuesto en los artículos 1º, 2º, 3º, 4º, 5º, 7º, 10, 63, 153, 173, 179, 184, 185 y siguientes, 210, 425 a 432, 434 a 438, 440 a 462 del Código del Trabajo; 34, 69 de la ley Nº 16.744 se resuelve: I. Que se hace lugar a la demanda interpuesta por don Jorge Emerson Rodríguez Rojas en contra de su empleadora empresa Jorge Gutiérrez e Hijo Limitada, representada por Alejandro Gutiérrez Pino, y se declara que el accidente laboral sufrido por el actor fue por culpa del empleador y por ende se condena éste a resarcir el daño moral causado, fijándose como suma a pagar por tal concepto la cantidad de $ 10.000.000 (diez millones de pesos). II. Que se rechaza en lo demás la demanda de autos. III. Que las cantidades ordenadas pagar deberán serlo con los reajustes e intereses conforme a lo dispuesto en los artículos 63 y 173 del Código del Trabajo. IV. Que no se condena en costas a la demandada por no haber sido totalmente vencida. V. Ejecutoriada que sea la presente sentencia, cúmplase lo resuelto en ella dentro de quinto día, en caso contrario se dará inicio a su ejecución, de acuerdo a lo establecido en el artículo 462 del Código del Trabajo. Regístrese y notifíquese. RIT : O 3660 2010 RUC : 10 4 0047924 6 Pronunciada por don(ña) Gloria Marcela Cárdenas Quintero, Juez Titular del Primer Juzgado de Letras del Trabajo de Santiago. En Santiago a veintiséis de abril de dos mil once, se notificó por el estado diario la sentencia precedente.

Que el tribunal tendrá presente al efecto, las declaraciones de la testigo Doris Mondaca, quien señaló que el actor sufrió no sólo lesiones físicas sino también síquicas, que sufre de constantes dolores. Que en su vida diaria ha cambiado, que esta depresivo, callado, que lo sorprende llorando en las noches. Que esta situación los ha afectado como pareja, que en lo físico quedó mal, no puede realizar las actividades en forma normal. Que el daño moral se produce por toda lesión, menoscabo o perturbación a los derechos inherentes a la personalidad de un sujeto, y por ende deben someterse a la reparación no solo del dolor sufrido por la pérdida que le ha afectado a la persona sino que también considerar los perjuicios que ha ocasionado en lo estético, lo social, el agrado de vivir, el incumplimiento del deber de protección que le imponía el artículo 184 del Código del Trabajo, que le aseguraba la relación contractual que le unía con la demandada. Que atendido lo anterior, y en especial el dolor y aflicción debe ser indemnizado en una suma congruente con su magnitud, que se estima en la suma de $ 10.000.000. DECIMOOCTAVO: Que la prueba rendida ha sido analizada conforme a las reglas de la sana crítica. Por estas consideraciones y lo dispuesto en los artículos 1º, 2º, 3º, 4º, 5º, 7º, 10, 63, 153, 173, 179, 184, 185 y siguientes, 210, 425 a 432, 434 a 438, 440 a 462 del Código del Trabajo; 34, 69 de la ley Nº 16.744 se resuelve: I. Que se hace lugar a la demanda interpuesta por don Jorge Emerson Rodríguez Rojas en contra de su empleadora empresa Jorge Gutiérrez e Hijo Limitada, representada por Alejandro Gutiérrez Pino, y se declara que el accidente laboral sufrido por el actor fue por culpa del empleador y por ende se condena éste a resarcir el daño moral causado, fijándose como suma a pagar por tal concepto la cantidad de $ 10.000.000 (diez millones de pesos). II. Que se rechaza en lo demás la demanda de autos. III. Que las cantidades ordenadas pagar deberán serlo con los reajustes e intereses conforme a lo dispuesto en los artículos 63 y 173 del Código del Trabajo. IV. Que no se condena en costas a la demandada por no haber sido totalmente vencida. V. Ejecutoriada que sea la presente sentencia, cúmplase lo resuelto en ella dentro de quinto día, en caso contrario se dará inicio a su ejecución, de acuerdo a lo establecido en el artículo 462 del Código del Trabajo. Regístrese y notifíquese. RIT : O 3660 2010 RUC : 10 4 0047924 6 Pronunciada por don(ña) Gloria Marcela Cárdenas Quintero, Juez Titular del Primer Juzgado de Letras del Trabajo de Santiago. En Santiago a veintiséis de abril de dos mil once, se notificó por el estado diario la sentencia precedente.

306

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

307

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol N° 1208-2010 Cita online: CL/JUR/16336/2010 I. SENTENCIA DEL JUZGADO DE LETRAS DEL TRABAJO Santiago, trece de agosto de dos mil diez VISTOS, OÍDOS Y CONSIDERANDO: PRIMERO: Que compareció doña Justina Alicia Garrido Astudillo, auxiliar de aseo, domiciliada en calle Huérfanos N° 885, comuna de Santiago, quien interpone demanda de indemnización de perjuicios por accidente del trabajo en procedimiento de aplicación general en contra de su ex empleador Intercity Service, representada por doña Matilde Sepúlveda ambos domiciliados en Avenida Pedro de Valdivia N° 478, comuna de Providencia, y solidaria o subsidiariamente en contra de Comercial Eccsa representada legalmente por don Alejandro Fridman Pirozanski solicitando se declare que ha sido víctima de un accidente del trabajo y se condene a la demandada a pago de las siguientes indemnizaciones: a) por indemnización por lucro cesante a la suma de dinero que resulte de la diferencia entre las últimas remuneraciones obtenidas y el monto mensual que le corresponda o logre eventualmente percibir en el futuro a titulo de pensión por incapacidad o por otro título, multiplicado por el número de meses y años que restan (5) para jubilar $ 4.950.000 o lo que el Tribunal determine por este concepto, b) la suma de $ 80.000.000. por indemnización del daño moral o la suma que el Tribunal determine, ambas con intereses de los artículos 63 y 173 del Código del Trabajo o los que el Tribunal establezca, todo con costas. Señala que fue contratada el dieciocho de mayo de 2006, por la demandada Intercity Service para prestar servicios como auxiliar de aseo en dependencias de la demandada solidaria Comercial Eccsa, específicamente en Ripley Crillon ubicado en Agustinas con Huérfanos, de la comuna de Santiago, percibiendo una remuneración bruta mensual de $ 220.000. Indica que el día 10 de julio de 2007 aproximadamente a las 12:15 horas mientras desempeñaba sus labores en Ripley Crillon ubicado en Agustinas con Huérfanos, comuna de Santiago, en circunstancias que bajaba del segundo piso a la portería de la tienda por la escalera interna, pues en virtud de encontrarse reemplazando a la supervisora, estaba a cargo del personal, y debía encargarse del ingreso de un nuevo trabajador, llevaba en sus manos documentación, resbaló cayendo fuertemente al piso, golpeándose la cabeza contra el muro, quebrando incluso sus anteojos, inmediatamente fue auxiliada por el guardia de la portería, siendo trasladada en ambulancia hasta el Hospital de Trabajador, siendo examinada por los médicos de turno, quienes le enyesaron e inmovilizaron el pie derecho, dejándola hospitalizada por una semana aproximadamente. Luego, indica debió iniciar un largo proceso de rehabilitación, efectuándose hasta la fecha una gran cantidad de operaciones y curaciones quirúrgicas en su pie derecho, sufriendo como lo anterior conlleva grandes dolores y complicaciones, finalmente agrega los médicos decidieron fijar su tobillo derecho. Señala que las responsables de su accidente son Intercity Service y Comercial Eccsa, ya que ninguna de ellas tomaron las medidas de prevención de riesgos ni tampoco las medidas necesarias de seguridad para evitar el accidente, pues la zona de la escalera no contaba con la iluminación adecuada, tampoco con piso antideslizante, ni con señalización de peligro, y tampoco le entregaron elementos mínimos de seguridad. Además indica la momento del accidente no se encontraba ningún supervisor de seguridad ni experto en prevención de riesgos. Respecto a los daños físicos y psíquicos y morales, expone en primer término que el Hospital del Trabajador, fue quien calificó el siniestro como accidente de trabajo, otorgándole prestaciones médicas y subsidios por incapacidad laboral que establece la ley Nº 16.744. En definitiva sostiene que producto del accidente sufrió luxación perital, artrosis subtalar, artrodesis sub astragalina del pie derecho, todo con dolor crónico, los que al día de hoy le causa un gran dolor, indica que luego de recibir tratamientos médicos por dos años, por resolución Nº 041017109 de fecha 13 de marzo de 2009, la comisión de evaluación y declaración de incapacidad de la Asociación Chilena de Seguridad, determinó que había

Santiago, trece de agosto de dos mil diez VISTOS, OÍDOS Y CONSIDERANDO: PRIMERO: Que compareció doña Justina Alicia Garrido Astudillo, auxiliar de aseo, domiciliada en calle Huérfanos N° 885, comuna de Santiago, quien interpone demanda de indemnización de perjuicios por accidente del trabajo en procedimiento de aplicación general en contra de su ex empleador Intercity Service, representada por doña Matilde Sepúlveda ambos domiciliados en Avenida Pedro de Valdivia N° 478, comuna de Providencia, y solidaria o subsidiariamente en contra de Comercial Eccsa representada legalmente por don Alejandro Fridman Pirozanski solicitando se declare que ha sido víctima de un accidente del trabajo y se condene a la demandada a pago de las siguientes indemnizaciones: a) por indemnización por lucro cesante a la suma de dinero que resulte de la diferencia entre las últimas remuneraciones obtenidas y el monto mensual que le corresponda o logre eventualmente percibir en el futuro a titulo de pensión por incapacidad o por otro título, multiplicado por el número de meses y años que restan (5) para jubilar $ 4.950.000 o lo que el Tribunal determine por este concepto, b) la suma de $ 80.000.000. por indemnización del daño moral o la suma que el Tribunal determine, ambas con intereses de los artículos 63 y 173 del Código del Trabajo o los que el Tribunal establezca, todo con costas. Señala que fue contratada el dieciocho de mayo de 2006, por la demandada Intercity Service para prestar servicios como auxiliar de aseo en dependencias de la demandada solidaria Comercial Eccsa, específicamente en Ripley Crillon ubicado en Agustinas con Huérfanos, de la comuna de Santiago, percibiendo una remuneración bruta mensual de $ 220.000. Indica que el día 10 de julio de 2007 aproximadamente a las 12:15 horas mientras desempeñaba sus labores en Ripley Crillon ubicado en Agustinas con Huérfanos, comuna de Santiago, en circunstancias que bajaba del segundo piso a la portería de la tienda por la escalera interna, pues en virtud de encontrarse reemplazando a la supervisora, estaba a cargo del personal, y debía encargarse del ingreso de un nuevo trabajador, llevaba en sus manos documentación, resbaló cayendo fuertemente al piso, golpeándose la cabeza contra el muro, quebrando incluso sus anteojos, inmediatamente fue auxiliada por el guardia de la portería, siendo trasladada en ambulancia hasta el Hospital de Trabajador, siendo examinada por los médicos de turno, quienes le enyesaron e inmovilizaron el pie derecho, dejándola hospitalizada por una semana aproximadamente. Luego, indica debió iniciar un largo proceso de rehabilitación, efectuándose hasta la fecha una gran cantidad de operaciones y curaciones quirúrgicas en su pie derecho, sufriendo como lo anterior conlleva grandes dolores y complicaciones, finalmente agrega los médicos decidieron fijar su tobillo derecho. Señala que las responsables de su accidente son Intercity Service y Comercial Eccsa, ya que ninguna de ellas tomaron las medidas de prevención de riesgos ni tampoco las medidas necesarias de seguridad para evitar el accidente, pues la zona de la escalera no contaba con la iluminación adecuada, tampoco con piso antideslizante, ni con señalización de peligro, y tampoco le entregaron elementos mínimos de seguridad. Además indica la momento del accidente no se encontraba ningún supervisor de seguridad ni experto en prevención de riesgos. Respecto a los daños físicos y psíquicos y morales, expone en primer término que el Hospital del Trabajador, fue quien calificó el siniestro como accidente de trabajo, otorgándole prestaciones médicas y subsidios por incapacidad laboral que establece la ley Nº 16.744. En definitiva sostiene que producto del accidente sufrió luxación perital, artrosis subtalar, artrodesis sub astragalina del pie derecho, todo con dolor crónico, los que al día de hoy le causa un gran dolor, indica que luego de recibir tratamientos médicos por dos años, por resolución Nº 041017109 de fecha 13 de marzo de 2009, la comisión de evaluación y declaración de incapacidad de la Asociación Chilena de Seguridad, determinó que había

I. SENTENCIA DEL JUZGADO DE LETRAS DEL TRABAJO

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol N° 1208-2010 Cita online: CL/JUR/16336/2010 ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

307

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

sufrido una incapacidad de 32,5 de sus capacidades, resolución de la que apelo, y fue posteriormente determino una incapacidad de 37,5%. Indica que en virtud de lo señalado los daños que sufrió producto del accidente son permanentes, ya que ha quedado con su pie derecho gravemente lesionado, sufriendo aun dolores permanentes, no puede agacharse, posee graves problemas para caminar y para subir las escalares de su propia casa, debiendo utilizar hasta la fecha bastón clínico, tanto por los dolores como por la fijación de su tobillo, así le es imposible desarrollar sus labores de auxiliar de aseo, hace expresa mención del hecho de que tiene 55 años y una familia que mantener, siendo por tanto víctima del perjuicio de sufrimiento. Agrega que el daño psíquico y psicológico que porta la mantiene con una fuerte angustia, ya no puede realizar las actividades normales que antes del accidente desarrollaba, ya no puede trabajar, ni tampoco desarrollar oficios ordinarios para el común de las personas, lo que la hace sentir completamente inútil. Además sostiene que ha sido víctima de un perjuicio de agrado, ya que las lesiones que sufre la han privado de las satisfacciones de la vida social, familiar y mundanas, ya que dichas lesiones y los diversos tratamientos médicos relativos a ellas, le han significado una pérdida progresiva de los entretenimientos comunes y ordinarios de la vida afectando su salud mental. En cuanto a los fundamentos de derecho y normas legales entre otros cita el artículo 184 183 E del Código del Trabajo señalando que la demandada infringió la obligación de seguridad que tiene para con sus trabajadores. Alude también a la obligación de prevención y seguridad los artículos 69 de la ley N° 16.744, l. Señala que en cuanto al grado de culpa respecto del cual deben responder los empleadores expresa que éste será culpa levísima, señala que además se han infraccionado otras prescripciones que en su libelo detalladamente expone. Respecto a la procedencia y determinación del lucro cesante hace referencia a los artículos 1546, 1556 1557 y 1558 del Código Civil. SEGUNDO: Que encontrándose debidamente notificada la demandada Intercity Service contestó la demanda interpuesta dentro del plazo legal solicitando su rechazo con costas. En primer término opone excepción de finiquito, fundada en que entre su representada y la demandante, existió una relación laboral que se extendió entre el 18 de mayo de 2006 y el 31 de marzo de 2009, la que terminó por la causal de mutuo acuerdo entre las partes, en virtud de la cual su representada le pago una indemnización voluntaria de $ 569.250, quedando establecido en el finiquito que la actora firmó y ratificó ante Notario Público el 15 de abril de 2009, cumpliendo todas las formalidades del artículo 177 del Código del Trabajo. Señala que en antedicho finiquito la actora señaló que nada se le adeuda por los conceptos antes indicados ni por algún otro, sea de origen legal o contractual derivado de la prestación de servicios y motivo por el cual no teniendo reclamo ni cargo alguno que formular en contra de Intercity Service S.A., le otorgó el más completo y amplio finiquito, indica que deberá ponderarse que dicho finiquito se suscribe accediendo su representado a un pago de indemnización voluntario, que efectuó teniendo en consideración, que el accidente sufrido por la demandante fue por bajar rápido las escaleras e ir leyendo unos documentos, por consiguiente refiere que al suscribirse el finiquito no sólo se considera cumplidas las obligaciones que el empleador debe cumplir por mandato legal, sino que además la demandante declara que nada se le adeuda por ningún motivo, lo que incluiría las prestaciones a que da lugar la ley Nº 16.744. Agrega que debe tenerse presente que al momento de resolver esta excepción de finiquito, la causa de pedir del presente juicio, consiste en el presunto incumplimiento del deber de seguridad contenido en los artículos 183 E y 184 del Código del Trabajo en sede contractual, por lo que expone no se podría acceder a una petición de origen contractual, cuando el contrato habría terminado por el citado finiquito, en virtud de su poder liberatorio. En segundo lugar, señala que no son efectivos los hechos invocados por la actora en apoyo de sus pretensiones indemnizatorias, los que controvierte formalmente en su totalidad. A este respecto indica que no es efectivo que lo ocurrido el 10 de julio de 2007, en Ripley Crillon Store de Comercial Eccsa, se debió a que la actora debía hacer todo rápidamente dad la presión que ejercían hacia ella, también indica que no es efectivo lo relativo al estado de la escalera, la falta de supervisores ni la no entrega de implementos de seguridad.

308

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

sufrido una incapacidad de 32,5 de sus capacidades, resolución de la que apelo, y fue posteriormente determino una incapacidad de 37,5%. Indica que en virtud de lo señalado los daños que sufrió producto del accidente son permanentes, ya que ha quedado con su pie derecho gravemente lesionado, sufriendo aun dolores permanentes, no puede agacharse, posee graves problemas para caminar y para subir las escalares de su propia casa, debiendo utilizar hasta la fecha bastón clínico, tanto por los dolores como por la fijación de su tobillo, así le es imposible desarrollar sus labores de auxiliar de aseo, hace expresa mención del hecho de que tiene 55 años y una familia que mantener, siendo por tanto víctima del perjuicio de sufrimiento. Agrega que el daño psíquico y psicológico que porta la mantiene con una fuerte angustia, ya no puede realizar las actividades normales que antes del accidente desarrollaba, ya no puede trabajar, ni tampoco desarrollar oficios ordinarios para el común de las personas, lo que la hace sentir completamente inútil. Además sostiene que ha sido víctima de un perjuicio de agrado, ya que las lesiones que sufre la han privado de las satisfacciones de la vida social, familiar y mundanas, ya que dichas lesiones y los diversos tratamientos médicos relativos a ellas, le han significado una pérdida progresiva de los entretenimientos comunes y ordinarios de la vida afectando su salud mental. En cuanto a los fundamentos de derecho y normas legales entre otros cita el artículo 184 183 E del Código del Trabajo señalando que la demandada infringió la obligación de seguridad que tiene para con sus trabajadores. Alude también a la obligación de prevención y seguridad los artículos 69 de la ley N° 16.744, l. Señala que en cuanto al grado de culpa respecto del cual deben responder los empleadores expresa que éste será culpa levísima, señala que además se han infraccionado otras prescripciones que en su libelo detalladamente expone. Respecto a la procedencia y determinación del lucro cesante hace referencia a los artículos 1546, 1556 1557 y 1558 del Código Civil. SEGUNDO: Que encontrándose debidamente notificada la demandada Intercity Service contestó la demanda interpuesta dentro del plazo legal solicitando su rechazo con costas. En primer término opone excepción de finiquito, fundada en que entre su representada y la demandante, existió una relación laboral que se extendió entre el 18 de mayo de 2006 y el 31 de marzo de 2009, la que terminó por la causal de mutuo acuerdo entre las partes, en virtud de la cual su representada le pago una indemnización voluntaria de $ 569.250, quedando establecido en el finiquito que la actora firmó y ratificó ante Notario Público el 15 de abril de 2009, cumpliendo todas las formalidades del artículo 177 del Código del Trabajo. Señala que en antedicho finiquito la actora señaló que nada se le adeuda por los conceptos antes indicados ni por algún otro, sea de origen legal o contractual derivado de la prestación de servicios y motivo por el cual no teniendo reclamo ni cargo alguno que formular en contra de Intercity Service S.A., le otorgó el más completo y amplio finiquito, indica que deberá ponderarse que dicho finiquito se suscribe accediendo su representado a un pago de indemnización voluntario, que efectuó teniendo en consideración, que el accidente sufrido por la demandante fue por bajar rápido las escaleras e ir leyendo unos documentos, por consiguiente refiere que al suscribirse el finiquito no sólo se considera cumplidas las obligaciones que el empleador debe cumplir por mandato legal, sino que además la demandante declara que nada se le adeuda por ningún motivo, lo que incluiría las prestaciones a que da lugar la ley Nº 16.744. Agrega que debe tenerse presente que al momento de resolver esta excepción de finiquito, la causa de pedir del presente juicio, consiste en el presunto incumplimiento del deber de seguridad contenido en los artículos 183 E y 184 del Código del Trabajo en sede contractual, por lo que expone no se podría acceder a una petición de origen contractual, cuando el contrato habría terminado por el citado finiquito, en virtud de su poder liberatorio. En segundo lugar, señala que no son efectivos los hechos invocados por la actora en apoyo de sus pretensiones indemnizatorias, los que controvierte formalmente en su totalidad. A este respecto indica que no es efectivo que lo ocurrido el 10 de julio de 2007, en Ripley Crillon Store de Comercial Eccsa, se debió a que la actora debía hacer todo rápidamente dad la presión que ejercían hacia ella, también indica que no es efectivo lo relativo al estado de la escalera, la falta de supervisores ni la no entrega de implementos de seguridad.

308

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

309

Expone que además la actora ha errado en fundamentar su demanda en los articulo 183 y 184 del Código del Trabajo, pretendiendo invocar responsabilidad contractual por parte de los demandado, ya que la única forma en que pudiera ser analizada en su mérito consistiría en que hubiese invocado como causa de pedir los artículos 5º y 7º de la Ley Nº 16.744 en relación con el artículo 69 de la misma ley, ya que la relación laboral fue finiquitada, además indica las indemnizaciones solicitadas deben ser consecuencia de que se declarare judicialmente el incumplimiento de una obligación, lo que en el caso sub lite el petitorio de la demanda no contiene petición alguna relativa a solicitar se declare que los demandados son responsables del incumplimiento de una obligación, así las cosas si se accediera a las peticiones de la demandante en el fallo respectivo, se estaría concediendo más de lo pedido. En subsidio de lo señalado anteriormente, indica que para las indemnizaciones de lucro cesante y daño moral derivados de la ocurrencia de un accidente de trabajo, se derivaría de una responsabilidad contractual que necesita de la ocurrencia de ciertos presupuestos para hacerse efectiva, siendo carga de la actora acreditar la efectividad de los perjuicios y daños reclamados, agrega que el accidente sufrido por la demandante se debe a su exclusiva responsabilidad, ya que no apoyo las manos en las barandas o pasamanos respectivos, lo que hubiera evitado el accidente, indicando que la escalera se encontraba en excelente estado, cumpliendo la antedicha escalera con lo establecido en la ordenanza General de la Ley General de Urbanismo y Construcción, dejando establecido además que a quien le corresponde la vigilancia en el cumplimiento de sus normas es a la Dirección de Obras Municipal respectiva, concluye señalando que en virtud del artículo 44 del Código Civil, no procede responsabilizar al empleador en razón de no haber utilizado el trabajador la baranda o pasamanos, que la escalera si tenía, ya que dicha conducta habría evitado toda consecuencia a la actora. TERCERO: Que encontrándose debidamente notificada la demandada Comercial Eccsa S.A., contestó la demanda interpuesta dentro del plazo legal solicitando su rechazo con costas. A este respecto indica que efectivamente existe un contrato de prestación de servicios entre su representada y Intercity Service, pero desconoce la efectividad de que la actora haya prestado servicios en dependencias de su representada. Indica que respecto al actuar negligente que se imputa deberá ser la actora quien acredite sus alegaciones en virtud de lo señalado en su demanda. Agrega que en virtud de que las prestaciones reclamadas por la actora son de origen extracontractual, respecto al lucro cesante deberá ésta acreditar la imposibilidad absoluta o parcial que el impide obtener ingresos por la suma que señala, respecto al daño moral expone que constituye una apreciación objetiva, que puede ser valorada económica, pero la valoración que se determine no puede ser causa de un enriquecimiento sin causa, sino un resarcimiento por el estado de postración física o moral, pero sólo en cuanto exista una relación de causalidad entre el hecho y el efecto que pueda atribuírsele al daño, no siendo aceptable que invoque la demandante las pérdidas de agrado, arguyendo que hubiese sido privada de ellas por acción u omisión de su representada, olvidando que ella misma fue la causante de su accidente por su actuar negligente. Sostiene que la valoración de los perjuicios que se ha invocado por la demandante es a lo menos grotesca, pues se ha olvidado que las indemnizaciones que demanda, no pueden dar lugar a daños punitivos, sino simplemente compensatorios, considerando que ésta no presenta base alguna para la estimación que pretende. Además señala que para efectos de que prosperara la acción interpuesta en contra de su representada, debiera la supuesta víctima probar el hecho culpable y su relación de causa efecto con el daño. Refiere que en caso de ser condenada su representada al pago de las prestaciones solicitadas por la demandante, invoca lo previsto en el artículo 2330 del Código Civil, ya que en virtud de lo señalado al ser el accidente imputable a la negligencia de la demandada, deberá ser la responsabilidad compartida. Indica que respecto a los intereses que se demandan, en virtud de lo señalado en los artículos 63 y 173 del Código del Trabajo, refiere a que dichas disposiciones son improcedentes en virtud de la naturales de las prestaciones solicitadas. Concluye señalando que el trabajador es el primer obligado a resguardar a su propia su seguridad, evitando el absurdo que ocurren en la especie de imputar culpa a su representada, cuando el actuar ha emanado de la propia demandante, en virtud de lo señalado en el artículo 70 de la ley Nº 16.744.

Expone que además la actora ha errado en fundamentar su demanda en los articulo 183 y 184 del Código del Trabajo, pretendiendo invocar responsabilidad contractual por parte de los demandado, ya que la única forma en que pudiera ser analizada en su mérito consistiría en que hubiese invocado como causa de pedir los artículos 5º y 7º de la Ley Nº 16.744 en relación con el artículo 69 de la misma ley, ya que la relación laboral fue finiquitada, además indica las indemnizaciones solicitadas deben ser consecuencia de que se declarare judicialmente el incumplimiento de una obligación, lo que en el caso sub lite el petitorio de la demanda no contiene petición alguna relativa a solicitar se declare que los demandados son responsables del incumplimiento de una obligación, así las cosas si se accediera a las peticiones de la demandante en el fallo respectivo, se estaría concediendo más de lo pedido. En subsidio de lo señalado anteriormente, indica que para las indemnizaciones de lucro cesante y daño moral derivados de la ocurrencia de un accidente de trabajo, se derivaría de una responsabilidad contractual que necesita de la ocurrencia de ciertos presupuestos para hacerse efectiva, siendo carga de la actora acreditar la efectividad de los perjuicios y daños reclamados, agrega que el accidente sufrido por la demandante se debe a su exclusiva responsabilidad, ya que no apoyo las manos en las barandas o pasamanos respectivos, lo que hubiera evitado el accidente, indicando que la escalera se encontraba en excelente estado, cumpliendo la antedicha escalera con lo establecido en la ordenanza General de la Ley General de Urbanismo y Construcción, dejando establecido además que a quien le corresponde la vigilancia en el cumplimiento de sus normas es a la Dirección de Obras Municipal respectiva, concluye señalando que en virtud del artículo 44 del Código Civil, no procede responsabilizar al empleador en razón de no haber utilizado el trabajador la baranda o pasamanos, que la escalera si tenía, ya que dicha conducta habría evitado toda consecuencia a la actora. TERCERO: Que encontrándose debidamente notificada la demandada Comercial Eccsa S.A., contestó la demanda interpuesta dentro del plazo legal solicitando su rechazo con costas. A este respecto indica que efectivamente existe un contrato de prestación de servicios entre su representada y Intercity Service, pero desconoce la efectividad de que la actora haya prestado servicios en dependencias de su representada. Indica que respecto al actuar negligente que se imputa deberá ser la actora quien acredite sus alegaciones en virtud de lo señalado en su demanda. Agrega que en virtud de que las prestaciones reclamadas por la actora son de origen extracontractual, respecto al lucro cesante deberá ésta acreditar la imposibilidad absoluta o parcial que el impide obtener ingresos por la suma que señala, respecto al daño moral expone que constituye una apreciación objetiva, que puede ser valorada económica, pero la valoración que se determine no puede ser causa de un enriquecimiento sin causa, sino un resarcimiento por el estado de postración física o moral, pero sólo en cuanto exista una relación de causalidad entre el hecho y el efecto que pueda atribuírsele al daño, no siendo aceptable que invoque la demandante las pérdidas de agrado, arguyendo que hubiese sido privada de ellas por acción u omisión de su representada, olvidando que ella misma fue la causante de su accidente por su actuar negligente. Sostiene que la valoración de los perjuicios que se ha invocado por la demandante es a lo menos grotesca, pues se ha olvidado que las indemnizaciones que demanda, no pueden dar lugar a daños punitivos, sino simplemente compensatorios, considerando que ésta no presenta base alguna para la estimación que pretende. Además señala que para efectos de que prosperara la acción interpuesta en contra de su representada, debiera la supuesta víctima probar el hecho culpable y su relación de causa efecto con el daño. Refiere que en caso de ser condenada su representada al pago de las prestaciones solicitadas por la demandante, invoca lo previsto en el artículo 2330 del Código Civil, ya que en virtud de lo señalado al ser el accidente imputable a la negligencia de la demandada, deberá ser la responsabilidad compartida. Indica que respecto a los intereses que se demandan, en virtud de lo señalado en los artículos 63 y 173 del Código del Trabajo, refiere a que dichas disposiciones son improcedentes en virtud de la naturales de las prestaciones solicitadas. Concluye señalando que el trabajador es el primer obligado a resguardar a su propia su seguridad, evitando el absurdo que ocurren en la especie de imputar culpa a su representada, cuando el actuar ha emanado de la propia demandante, en virtud de lo señalado en el artículo 70 de la ley Nº 16.744. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

309

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

En cuanto a la excepción de finiquito: CUARTO: Que, la parte demandada Intercity Service impetra excepción de finiquito fundada en que entre su representada y la demandante, existió una relación laboral que se extendió entre el 18 de mayo de 2006 y el 31 de marzo de 2009, la que terminó por la causal de mutuo acuerdo entre las partes, en virtud de la cual su representada le pagó una indemnización voluntaria de $ 569.250, quedando establecido en el finiquito que la actora firmó y ratificó ante Notario Público el 15 de abril de 2009, cumpliendo todas las formalidades del artículo 177 del Código del Trabajo. Señala que en antedicho finiquito la actora señaló que nada se le adeuda por los conceptos antes indicados ni por algún otro, sea de origen legal o contractual derivado de la prestación de servicios y motivo por el cual no teniendo reclamo ni cargo alguno que formular en contra de Intercity Service S.A., le otorgó el más completo y amplio finiquito, indica que deberá ponderarse que dicho finiquito se suscribe accediendo su representado a un pago de indemnización voluntario, que efectuó teniendo en consideración, que el accidente sufrido por la demandante fue por bajar rápido las escaleras e ir leyendo unos documentos, por consiguiente refiere que al suscribirse el finiquito no sólo se considera cumplidas las obligaciones que el empleador debe cumplir por mandato legal, sino que además la demandante declara que nada se le adeuda por ningún motivo, lo que incluiría las prestaciones a que da lugar la ley Nº 16.744. Agrega que debe tenerse presente que al momento de resolver esta excepción de finiquito, la causa de pedir del presente juicio, consiste en el presunto incumplimiento del deber de seguridad contenido en los artículos 183 E y 184 del Código del Trabajo en sede contractual, por lo que expone no se podría acceder a una petición de origen contractual, cuando el contrato habría terminado por el citado finiquito, en virtud de su poder liberatorio. QUINTO: Que, la parte demandante evacuando el traslado alega que el finiquito firmado, por su representado con ocasión del despido, no obstante cumplir con las formalidades legales, no produce pleno poder liberatorio respecto de la acción deducida en la presente causa, a saber, indemnización de perjuicios por accidente del trabajo, toda vez que el mismo está referido a prestaciones laborales derivadas del contrato de trabajo que ligó a las partes. SEXTO: Que, la existencia del finiquito suscrito por la partes, no obsta al cobro de las indemnizaciones por el daño moral y lucro cesante sufrido por el trabajador como consecuencia de un accidente del trabajo, ocurrido el 10 de julio de 2007, puesto que éste se refirió expresamente a obligaciones legales y contractuales emanadas precisamente de la relación laboral que las unió, sin que constara que en él se renuncia a las acciones aquí impetradas. A lo que cabe agregar, las normas que reglan la materia, en cuanto el empleador está obligado a dar cuidado y protección a sus trabajadores, siendo un verdadero deudor de seguridad para con ellos. La obligación de otorgar seguridad en el trabajo, bajo todos sus respectos, es una de las manifestaciones concretas del deber general de protección del empleador; su cabal cumplimiento es de una trascendencia superior a la de una simple obligación de una de las partes en un negocio jurídico, pues ella mira a la prevención de los riesgos profesionales, lo que importa a los trabajadores, a sus familias y a la sociedad toda, tanto para proteger la vida y la salud de los trabajadores, como por razones éticas y sociales, por lo que verificado un accidente del trabajo, lo autoriza para ejercer las acciones indemnizatorias que corresponda. Por lo que, necesario será rechazar la excepción planteada. SÉPTIMO: Que con fecha 24 de junio de 2010 tuvo lugar la audiencia preparatoria. Por su parte con fecha 30 de julio de 2010, tuvo lugar la audiencia de juicio respectiva. OCTAVO: Hechos no controvertidos y llamado a conciliación: Que se fijaron los siguientes hechos pacíficos o no controvertidos entre las partes: ya sea porque expresamente fueron admitidos por la demandada o bien porque las partes así lo declararon; 1. Ocurrencia del accidente y fecha del mismo, esto es, el 10 de julio de 2007. 2. Efectividad que la acora inició la relación laboral el 18 de mayo de 2006 hasta el 01 de abril de 2009, en calidad de auxiliar de aseo. 3. Que la remuneración que percibía era de $ 220.000. brutos. 4. Que las partes suscribieron finiquito el día 15 de marzo de 2009. 5. Efectividad que las demandadas mantenían una relación contractual vigente a la fecha del accidente.

310

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

En cuanto a la excepción de finiquito: CUARTO: Que, la parte demandada Intercity Service impetra excepción de finiquito fundada en que entre su representada y la demandante, existió una relación laboral que se extendió entre el 18 de mayo de 2006 y el 31 de marzo de 2009, la que terminó por la causal de mutuo acuerdo entre las partes, en virtud de la cual su representada le pagó una indemnización voluntaria de $ 569.250, quedando establecido en el finiquito que la actora firmó y ratificó ante Notario Público el 15 de abril de 2009, cumpliendo todas las formalidades del artículo 177 del Código del Trabajo. Señala que en antedicho finiquito la actora señaló que nada se le adeuda por los conceptos antes indicados ni por algún otro, sea de origen legal o contractual derivado de la prestación de servicios y motivo por el cual no teniendo reclamo ni cargo alguno que formular en contra de Intercity Service S.A., le otorgó el más completo y amplio finiquito, indica que deberá ponderarse que dicho finiquito se suscribe accediendo su representado a un pago de indemnización voluntario, que efectuó teniendo en consideración, que el accidente sufrido por la demandante fue por bajar rápido las escaleras e ir leyendo unos documentos, por consiguiente refiere que al suscribirse el finiquito no sólo se considera cumplidas las obligaciones que el empleador debe cumplir por mandato legal, sino que además la demandante declara que nada se le adeuda por ningún motivo, lo que incluiría las prestaciones a que da lugar la ley Nº 16.744. Agrega que debe tenerse presente que al momento de resolver esta excepción de finiquito, la causa de pedir del presente juicio, consiste en el presunto incumplimiento del deber de seguridad contenido en los artículos 183 E y 184 del Código del Trabajo en sede contractual, por lo que expone no se podría acceder a una petición de origen contractual, cuando el contrato habría terminado por el citado finiquito, en virtud de su poder liberatorio. QUINTO: Que, la parte demandante evacuando el traslado alega que el finiquito firmado, por su representado con ocasión del despido, no obstante cumplir con las formalidades legales, no produce pleno poder liberatorio respecto de la acción deducida en la presente causa, a saber, indemnización de perjuicios por accidente del trabajo, toda vez que el mismo está referido a prestaciones laborales derivadas del contrato de trabajo que ligó a las partes. SEXTO: Que, la existencia del finiquito suscrito por la partes, no obsta al cobro de las indemnizaciones por el daño moral y lucro cesante sufrido por el trabajador como consecuencia de un accidente del trabajo, ocurrido el 10 de julio de 2007, puesto que éste se refirió expresamente a obligaciones legales y contractuales emanadas precisamente de la relación laboral que las unió, sin que constara que en él se renuncia a las acciones aquí impetradas. A lo que cabe agregar, las normas que reglan la materia, en cuanto el empleador está obligado a dar cuidado y protección a sus trabajadores, siendo un verdadero deudor de seguridad para con ellos. La obligación de otorgar seguridad en el trabajo, bajo todos sus respectos, es una de las manifestaciones concretas del deber general de protección del empleador; su cabal cumplimiento es de una trascendencia superior a la de una simple obligación de una de las partes en un negocio jurídico, pues ella mira a la prevención de los riesgos profesionales, lo que importa a los trabajadores, a sus familias y a la sociedad toda, tanto para proteger la vida y la salud de los trabajadores, como por razones éticas y sociales, por lo que verificado un accidente del trabajo, lo autoriza para ejercer las acciones indemnizatorias que corresponda. Por lo que, necesario será rechazar la excepción planteada. SÉPTIMO: Que con fecha 24 de junio de 2010 tuvo lugar la audiencia preparatoria. Por su parte con fecha 30 de julio de 2010, tuvo lugar la audiencia de juicio respectiva. OCTAVO: Hechos no controvertidos y llamado a conciliación: Que se fijaron los siguientes hechos pacíficos o no controvertidos entre las partes: ya sea porque expresamente fueron admitidos por la demandada o bien porque las partes así lo declararon; 1. Ocurrencia del accidente y fecha del mismo, esto es, el 10 de julio de 2007. 2. Efectividad que la acora inició la relación laboral el 18 de mayo de 2006 hasta el 01 de abril de 2009, en calidad de auxiliar de aseo. 3. Que la remuneración que percibía era de $ 220.000. brutos. 4. Que las partes suscribieron finiquito el día 15 de marzo de 2009. 5. Efectividad que las demandadas mantenían una relación contractual vigente a la fecha del accidente.

310

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

311

Luego, llamadas las partes a conciliación sobre las bases propuestas por el tribunal, ésta no se produjo, por lo que se determinaron los hechos sustanciales, pertinentes y controvertidos; 1. Pormenores y circunstancias del accidente que sufrió la demandante. 2. Lesiones y secuelas sufridas por la demandante a causa del accidente del trabajo sufrido. 3. Si el accidente del trabajo se debió a causas imputables de las demandadas. 4. Efectividad que las demandadas tomaron medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de la demandante. 5. Efectividad que la demandante obtuvo declaración de invalidez, y en su caso, en qué grado fue declarada ésta. 6. Procedencia, monto y naturaleza de las indemnizaciones de lucro cesante y daño moral que reclama la actora. 7. Contenido y alcance del finiquito en relación al accidente del trabajo sufrido por la demandante. 8. Efectividad que la demandante, al momento del accidente se encontraba prestando servicios en dependencias de la demandada solidaria. 9. Efectividad de que las demandadas al momento del accidente, se encontraban bajo régimen de subcontratación. NOVENO: Que para acreditar sus alegaciones la parte demandante rindió en la audiencia de juicio la siguiente prueba: A. Documental de la demandante: 1. Contrato de trabajo de fecha 18 de mayo de 2006 celebrado entre la actora y la demandada principal de autos Intercity Service S.A. 2. Anexo de contrato de Instalaciones y Horarios, de fecha 18 de mayo de 2006. 3. Anexos de contrato de fecha 17 de julio de 2006. 4. Carta de término de contrato de mutuo acuerdo, de fecha marzo de 2009. 5. Finiquito de la actora, fecha 15 de abril de 2009. 6. Carta informativa respecto de solicitud de fiscalización por parte de la actora a su empleador Intercity Services S.A. de fecha 5 de marzo de 2009, emitida por la Dirección del Trabajo de Providencia, en el cual constan las multas cursadas a la demandada. 7. Comprobante de Ingreso de Fiscalización. Número de comisión 1312/2009/688 de fecha 20 de febrero de 2009, emitida por la Dirección del Trabajo. 8. Resolución de la Comisión de Evaluación de Incapacidad emitida por la Asociación Chilena de Seguridad N2 041017109 de fecha 13 de marzo de 2009, el cual se determina una incapacidad en la actora a consecuencia del accidente sufrido de un 32.5%. 9. Resolución Nº B101/20090956 emitido por la Comisión Médica de Reclamos de fecha 23 de noviembre de 2008, en el cual se determina que el grado de incapacidad sufrido por la actora a consecuencia del accidente de autos, corresponde a un 37.4%. 10. Resolución de Revisión de Evaluación y Declaración de Incapacidad emitida por la Asociación Chilena de Seguridad N2 04133110, de fecha 28 de mayo de 2010, en la cual finalmente se establece un grado de incapacidad en la actora a consecuencia del accidentes sufrido de un 40%. 11. Informe Médico N2 95.01.09, a nombre de la actora, emitida por el Hospital del Trabajador de Santiago de fecha 8 de enero de 2009. 12. Legajo de 12 Carnet de Control Ambulatorio de los períodos comprendidos entre los arios 2007 al 2009, emitidos por el Hospital del Trabajador. 13. Ingreso de Orden Manual emitido por el Hospital del Trabajador de fecha 23 de noviembre de 2007. 14. Consultas de Citaciones, a nombre de la actora, emitidas por el Hospital del Trabajador de fecha 19 de febrero de 2009. 15. Seis Órdenes de Transporte, a nombre de la actora, emitidas por el Hospital del Trabajador entre los periodos comprendidos durante los meses de diciembre de 2008 y octubre de 2009. 16. Cuatro Boletines Informativos, a nombre de la actora, emitidos por el Hospital del Trabajador durante los periodos comprendidos entre los meses de octubre de 2008 y enero a octubre de 2009.

Luego, llamadas las partes a conciliación sobre las bases propuestas por el tribunal, ésta no se produjo, por lo que se determinaron los hechos sustanciales, pertinentes y controvertidos; 1. Pormenores y circunstancias del accidente que sufrió la demandante. 2. Lesiones y secuelas sufridas por la demandante a causa del accidente del trabajo sufrido. 3. Si el accidente del trabajo se debió a causas imputables de las demandadas. 4. Efectividad que las demandadas tomaron medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de la demandante. 5. Efectividad que la demandante obtuvo declaración de invalidez, y en su caso, en qué grado fue declarada ésta. 6. Procedencia, monto y naturaleza de las indemnizaciones de lucro cesante y daño moral que reclama la actora. 7. Contenido y alcance del finiquito en relación al accidente del trabajo sufrido por la demandante. 8. Efectividad que la demandante, al momento del accidente se encontraba prestando servicios en dependencias de la demandada solidaria. 9. Efectividad de que las demandadas al momento del accidente, se encontraban bajo régimen de subcontratación. NOVENO: Que para acreditar sus alegaciones la parte demandante rindió en la audiencia de juicio la siguiente prueba: A. Documental de la demandante: 1. Contrato de trabajo de fecha 18 de mayo de 2006 celebrado entre la actora y la demandada principal de autos Intercity Service S.A. 2. Anexo de contrato de Instalaciones y Horarios, de fecha 18 de mayo de 2006. 3. Anexos de contrato de fecha 17 de julio de 2006. 4. Carta de término de contrato de mutuo acuerdo, de fecha marzo de 2009. 5. Finiquito de la actora, fecha 15 de abril de 2009. 6. Carta informativa respecto de solicitud de fiscalización por parte de la actora a su empleador Intercity Services S.A. de fecha 5 de marzo de 2009, emitida por la Dirección del Trabajo de Providencia, en el cual constan las multas cursadas a la demandada. 7. Comprobante de Ingreso de Fiscalización. Número de comisión 1312/2009/688 de fecha 20 de febrero de 2009, emitida por la Dirección del Trabajo. 8. Resolución de la Comisión de Evaluación de Incapacidad emitida por la Asociación Chilena de Seguridad N2 041017109 de fecha 13 de marzo de 2009, el cual se determina una incapacidad en la actora a consecuencia del accidente sufrido de un 32.5%. 9. Resolución Nº B101/20090956 emitido por la Comisión Médica de Reclamos de fecha 23 de noviembre de 2008, en el cual se determina que el grado de incapacidad sufrido por la actora a consecuencia del accidente de autos, corresponde a un 37.4%. 10. Resolución de Revisión de Evaluación y Declaración de Incapacidad emitida por la Asociación Chilena de Seguridad N2 04133110, de fecha 28 de mayo de 2010, en la cual finalmente se establece un grado de incapacidad en la actora a consecuencia del accidentes sufrido de un 40%. 11. Informe Médico N2 95.01.09, a nombre de la actora, emitida por el Hospital del Trabajador de Santiago de fecha 8 de enero de 2009. 12. Legajo de 12 Carnet de Control Ambulatorio de los períodos comprendidos entre los arios 2007 al 2009, emitidos por el Hospital del Trabajador. 13. Ingreso de Orden Manual emitido por el Hospital del Trabajador de fecha 23 de noviembre de 2007. 14. Consultas de Citaciones, a nombre de la actora, emitidas por el Hospital del Trabajador de fecha 19 de febrero de 2009. 15. Seis Órdenes de Transporte, a nombre de la actora, emitidas por el Hospital del Trabajador entre los periodos comprendidos durante los meses de diciembre de 2008 y octubre de 2009. 16. Cuatro Boletines Informativos, a nombre de la actora, emitidos por el Hospital del Trabajador durante los periodos comprendidos entre los meses de octubre de 2008 y enero a octubre de 2009. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

311

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

17. Cuatro Órdenes de Terapia Física, a nombre de la actora, emitidas por el Hospital del Trabajador de los periodos comprendidos entre los meses de octubre y diciembre de 2008 y enero de 2010. 18. Cuatro Programas de Citación e Informativo por el Hospital del Trabajador de los periodos comprendidos entre los meses de septiembre a marzo de 2010. 19. Tres Controles de Curación, a nombre del actor, emitidos por el Hospital del Trabajador de los periodos comprendidos entre los meses julio de 2007 y abril de 2008. 20. Fotocopia carnet de identidad de la actora. 21. Ficha técnica de prevención de riesgos, referente a las actividades de servicios de limpieza, obtenido de la página web de la Asociación Chilena de Seguridad. 22. Ficha informativa Nº 2, referente a zapatos de seguridad, obtenida de la página web de la Inspección del Trabajo. 23. Evaluación psicológica realizada a la demandante por la psicóloga María José Martínez Sepúlveda, con fecha 3 de junio de 2010, adjuntando currículum de la profesional. 24. Informe en derecho del abogado Juan Sebastián Gumucio. C. Confesional: 1. Don Raimundo Alfredo Ayar Bravo, RUN N° 5.549.310 3, en representación de Intercity Service, declara: Que su representada le presta servicios de aseo a Ripley, desde hace ya bastante años, que él comenzó a prestar servicios en 2007, y ya se prestaban servicios para ella, del accidente se entero cuando se tuvo que hacer la solicitud a la Asociación Chilena de Seguridad, el accidente fue en la escalera de Ripley, en julio de 2007 trabajaban 900 personas de su empresa, en la que existe un comité paritario, aunque no existe en la actualidad, que tienen un supervisor en la dependencias de Ripley, María Loreto Curin, además de Gloria Acosta, quien presta servicios en Ripley Crillon que ella estaba ahí el día del accidente, pero estaba en el quinto piso, y escuchó el accidente y fue a auxiliarla, en su empresa tienen un prevencioncita de riesgos, desde el año 2003, quien presta servicios a honorarios tres días a la semana, la empresa no fue fiscalizada por el accidente que sufrió el actor. Indica que el no despidió a la actora, pero tuvo conocimiento porque giro los cheques, que el motivo de término fue porque ya no podía seguir prestando servicios. 2. Alejandro Fridman Pirozanski en representación de Comercial Eccsa S.A., expone: Que la relación comercial existía al año 2007 entre su representada e Intercity Service, que consistía en aseo y servicios, y existe un contrato marco, que los servicios los prestaba en Ripley Crillon, sólo tomo conocimiento del accidente cuando le notificaron la demanda, pero sólo conoce por un relato general lo que le ocurrió a la demandante, que sabe que ella se cayó en el local de Ripley Crillon, ubicado en agustinas con ahumada, en dependencias de la empresa que representa No sabe si existían al momento del accidente medidas para prevenir accidentes, agrega que su representada cumplen con todas las obligaciones que le impone específicamente la Asociación Chilena de Seguridad, no conoce el detalle de medidas de seguridad que se hayan tomado para doña Justina. Que no sabe porque despidieron a doña Justina, que existe un reglamento de empresas contratista pero no sabe cómo se ejecuta dicho reglamento. D. Testimonial: María José Martínez Sepúlveda, domiciliada en calle Monseñor Escriba de Balaguer Nº 14240 departamento 404, Comuna de Lo Barnechea, quien juramentada en forma legal, depone: Que conoce a la actora, porque le hizo una evaluación sicológica, informe que al ser exhibido reconoce haber emitido, los primeros días de julio, se le practicó entrevista clínica, test de Rorschach, con una duración de dos horas, que la paciente presenta un cuadro depresivo leve, anhadonia que consiste en la incapacidad para percibir placer, lo que se muy marcado por doña Justina, quien además presenta debilidad emocional, alteración del sueño, por lo que tampoco descansa, además de taquicardia, persiste sus desanimo, tiene muchos dolor, además el no poder trabajar la desanima en forma permanente. Macarena Francisca Riquelme Bustos, dueña de casa, cédula nacional de identidad N° 13.378.086 6, domiciliada en calle Pirineos N° 1021, departamento 23, Villa Andrés II Comuna de San Bernardo, quien juramentada en forma legal, declara: Que conoce a la actora porque es su suegra, la ve todos lo días porque vive al frente, el accidente fue el diez de julio, doña Justina cambió, antes era independiente

312

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

17. Cuatro Órdenes de Terapia Física, a nombre de la actora, emitidas por el Hospital del Trabajador de los periodos comprendidos entre los meses de octubre y diciembre de 2008 y enero de 2010. 18. Cuatro Programas de Citación e Informativo por el Hospital del Trabajador de los periodos comprendidos entre los meses de septiembre a marzo de 2010. 19. Tres Controles de Curación, a nombre del actor, emitidos por el Hospital del Trabajador de los periodos comprendidos entre los meses julio de 2007 y abril de 2008. 20. Fotocopia carnet de identidad de la actora. 21. Ficha técnica de prevención de riesgos, referente a las actividades de servicios de limpieza, obtenido de la página web de la Asociación Chilena de Seguridad. 22. Ficha informativa Nº 2, referente a zapatos de seguridad, obtenida de la página web de la Inspección del Trabajo. 23. Evaluación psicológica realizada a la demandante por la psicóloga María José Martínez Sepúlveda, con fecha 3 de junio de 2010, adjuntando currículum de la profesional. 24. Informe en derecho del abogado Juan Sebastián Gumucio. C. Confesional: 1. Don Raimundo Alfredo Ayar Bravo, RUN N° 5.549.310 3, en representación de Intercity Service, declara: Que su representada le presta servicios de aseo a Ripley, desde hace ya bastante años, que él comenzó a prestar servicios en 2007, y ya se prestaban servicios para ella, del accidente se entero cuando se tuvo que hacer la solicitud a la Asociación Chilena de Seguridad, el accidente fue en la escalera de Ripley, en julio de 2007 trabajaban 900 personas de su empresa, en la que existe un comité paritario, aunque no existe en la actualidad, que tienen un supervisor en la dependencias de Ripley, María Loreto Curin, además de Gloria Acosta, quien presta servicios en Ripley Crillon que ella estaba ahí el día del accidente, pero estaba en el quinto piso, y escuchó el accidente y fue a auxiliarla, en su empresa tienen un prevencioncita de riesgos, desde el año 2003, quien presta servicios a honorarios tres días a la semana, la empresa no fue fiscalizada por el accidente que sufrió el actor. Indica que el no despidió a la actora, pero tuvo conocimiento porque giro los cheques, que el motivo de término fue porque ya no podía seguir prestando servicios. 2. Alejandro Fridman Pirozanski en representación de Comercial Eccsa S.A., expone: Que la relación comercial existía al año 2007 entre su representada e Intercity Service, que consistía en aseo y servicios, y existe un contrato marco, que los servicios los prestaba en Ripley Crillon, sólo tomo conocimiento del accidente cuando le notificaron la demanda, pero sólo conoce por un relato general lo que le ocurrió a la demandante, que sabe que ella se cayó en el local de Ripley Crillon, ubicado en agustinas con ahumada, en dependencias de la empresa que representa No sabe si existían al momento del accidente medidas para prevenir accidentes, agrega que su representada cumplen con todas las obligaciones que le impone específicamente la Asociación Chilena de Seguridad, no conoce el detalle de medidas de seguridad que se hayan tomado para doña Justina. Que no sabe porque despidieron a doña Justina, que existe un reglamento de empresas contratista pero no sabe cómo se ejecuta dicho reglamento. D. Testimonial: María José Martínez Sepúlveda, domiciliada en calle Monseñor Escriba de Balaguer Nº 14240 departamento 404, Comuna de Lo Barnechea, quien juramentada en forma legal, depone: Que conoce a la actora, porque le hizo una evaluación sicológica, informe que al ser exhibido reconoce haber emitido, los primeros días de julio, se le practicó entrevista clínica, test de Rorschach, con una duración de dos horas, que la paciente presenta un cuadro depresivo leve, anhadonia que consiste en la incapacidad para percibir placer, lo que se muy marcado por doña Justina, quien además presenta debilidad emocional, alteración del sueño, por lo que tampoco descansa, además de taquicardia, persiste sus desanimo, tiene muchos dolor, además el no poder trabajar la desanima en forma permanente. Macarena Francisca Riquelme Bustos, dueña de casa, cédula nacional de identidad N° 13.378.086 6, domiciliada en calle Pirineos N° 1021, departamento 23, Villa Andrés II Comuna de San Bernardo, quien juramentada en forma legal, declara: Que conoce a la actora porque es su suegra, la ve todos lo días porque vive al frente, el accidente fue el diez de julio, doña Justina cambió, antes era independiente

312

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

313

no usaba bastón, que su genio también ha cambiado porque tiene que depender de sus hijos, ya no es la misma, que antes trabajaba y era independiente. Después del accidente no pudo seguir trabajando, porque se le inflamaba el pie y tuvo que volver a terapia, hoy en día va todos los días a terapia para masajes y además va al sicólogo, y tuvo un trastorno al corazón y el doctor le dijo que era por el ánimo, toma medicamentos para el dolor de su pierna, le consta porque viven casi juntas, y que siempre llega a su casa con el pie inflamado, de las terapias, que además la ACHS la va a buscar a 2 de la tarde y la va a dejar a las 8:30 horas, que ha vivido todo el proceso del accidente con doña Justina. Indica que su suegra paga arriendo, no tiene casa propia y necesita trabajar, por lo que sus hijos la ayudan, y no quiere depender de ellos. Contrainterrogada expone: Que no puede trabajar porque está con una discapacidad, no puede caminar porque se le inflama el pie, ya que tiene que movilizarse y eso le inflama el pie, que vive sola y que no sabe de más enfermedades. Myriam Constanza Veliz Inostroza, dueña de casa, cédula nacional de identidad N° 15.470.848 0, domiciliada en calle Pirineos N° 1050, departamento 21, Villa Andrés II Comuna de San Bernardo, quien previo juramento, declara: Que la demandante ya no puede trabajar, está cabizbaja, está en tratamiento, sabe que está en terapia porque la va a buscar y dejar la Asociación Chilena de Seguridad, que ya no sale, su vida es lunes a viernes terapia, y fines de semana está con su familia, vive en un segundo piso y siempre la ayudan a bajar. Contrainterrogada: Que todas las otras enfermedades son relacionadas con el pie, que no podría realizar ni trabajos ni de forma dependiente ni dependiente no puede caminar además está en terapia todos los días. D. Oficios: La parte demandante incorpora mediante su lectura, la respuesta dada por la Inspección del Trabajo, por el Hospital Clínico de la Asociación Chilena de Seguridad y de la Seremi de Salud. DÉCIMO: Que, por su parte, la demandada principal Intercity Service rindió en la audiencia de juicio la siguiente prueba: A. Documental de la demandada: 1. Finiquito de la trabajadora. 2. Declaración individual de accidente de trabajo, emitido por la Asociación Chilena de Seguridad. 3. Certificado de alta emitido por la Asociación Chilena de Seguridad respecto de la actora. 4. Set de 05 fotografías del la escalera adonde ocurrió el accidente. B. Confesional: Justina Alicia Garrido Astudillo. Que sufrió el accidente le día 10 de julio de 2007, el día del accidente había corrido toda la mañana, la señora Gloria Acosta, era compañera de trabajo, y en ese momento estaba como supervisora, la tienda se abrió a las 10 de la mañana, había faltado 2 cajeras y ella empezó a llamar a la supervisora de terreno que iba una vez a la semana, y le informa que faltaban dos personas, que la llaman y le indican que debe ir a buscar unos fax, la escalera sólo tiene por un lado baranda, en el segundo piso habían gomas sueltas, y cayó, se azotó en el suelto, tuvo una hemorragia externa, que la primera persona que la auxilió fue la niña de la portería, que la señora Gloria Acosta no la auxilió, y la que estaba a cargo de la gente era ella. Que este accidente le jodió la vida, y es muy probable que tenga que someterse a otra intervención, la vida desde el accidente le cambió, por los problemas económicos que trajo aparejados, que no tiene casa y arrienda, antes vivía con su hijo pero ahora vive sola porque no puede ser carga para su hijo. Agrega que la empresa siempre contó con ella. C. Testimonial demandada: María Loreto Curín Inostroza, Rut: 13.943.382 3, domiciliada en La Cañada Oriente 2674, casa 51, Barrió El Sol, Lampa, quien juramentada en forma legal, expone: Que es la administradora de los contratos de Intercity, y está a cargo del personal de Ripley Crillon, que el día del accidente no se encontraba en la tienda, pero le comunicaron a la empresa del accidente, que el día del accidente no tuvo contacto con doña Justina, con posterioridad la fue a visitar a su domicilio, y le comentó que no podría volver a trabajar, ya que no estaba en condiciones, que al día siguiente

no usaba bastón, que su genio también ha cambiado porque tiene que depender de sus hijos, ya no es la misma, que antes trabajaba y era independiente. Después del accidente no pudo seguir trabajando, porque se le inflamaba el pie y tuvo que volver a terapia, hoy en día va todos los días a terapia para masajes y además va al sicólogo, y tuvo un trastorno al corazón y el doctor le dijo que era por el ánimo, toma medicamentos para el dolor de su pierna, le consta porque viven casi juntas, y que siempre llega a su casa con el pie inflamado, de las terapias, que además la ACHS la va a buscar a 2 de la tarde y la va a dejar a las 8:30 horas, que ha vivido todo el proceso del accidente con doña Justina. Indica que su suegra paga arriendo, no tiene casa propia y necesita trabajar, por lo que sus hijos la ayudan, y no quiere depender de ellos. Contrainterrogada expone: Que no puede trabajar porque está con una discapacidad, no puede caminar porque se le inflama el pie, ya que tiene que movilizarse y eso le inflama el pie, que vive sola y que no sabe de más enfermedades. Myriam Constanza Veliz Inostroza, dueña de casa, cédula nacional de identidad N° 15.470.848 0, domiciliada en calle Pirineos N° 1050, departamento 21, Villa Andrés II Comuna de San Bernardo, quien previo juramento, declara: Que la demandante ya no puede trabajar, está cabizbaja, está en tratamiento, sabe que está en terapia porque la va a buscar y dejar la Asociación Chilena de Seguridad, que ya no sale, su vida es lunes a viernes terapia, y fines de semana está con su familia, vive en un segundo piso y siempre la ayudan a bajar. Contrainterrogada: Que todas las otras enfermedades son relacionadas con el pie, que no podría realizar ni trabajos ni de forma dependiente ni dependiente no puede caminar además está en terapia todos los días. D. Oficios: La parte demandante incorpora mediante su lectura, la respuesta dada por la Inspección del Trabajo, por el Hospital Clínico de la Asociación Chilena de Seguridad y de la Seremi de Salud. DÉCIMO: Que, por su parte, la demandada principal Intercity Service rindió en la audiencia de juicio la siguiente prueba: A. Documental de la demandada: 1. Finiquito de la trabajadora. 2. Declaración individual de accidente de trabajo, emitido por la Asociación Chilena de Seguridad. 3. Certificado de alta emitido por la Asociación Chilena de Seguridad respecto de la actora. 4. Set de 05 fotografías del la escalera adonde ocurrió el accidente. B. Confesional: Justina Alicia Garrido Astudillo. Que sufrió el accidente le día 10 de julio de 2007, el día del accidente había corrido toda la mañana, la señora Gloria Acosta, era compañera de trabajo, y en ese momento estaba como supervisora, la tienda se abrió a las 10 de la mañana, había faltado 2 cajeras y ella empezó a llamar a la supervisora de terreno que iba una vez a la semana, y le informa que faltaban dos personas, que la llaman y le indican que debe ir a buscar unos fax, la escalera sólo tiene por un lado baranda, en el segundo piso habían gomas sueltas, y cayó, se azotó en el suelto, tuvo una hemorragia externa, que la primera persona que la auxilió fue la niña de la portería, que la señora Gloria Acosta no la auxilió, y la que estaba a cargo de la gente era ella. Que este accidente le jodió la vida, y es muy probable que tenga que someterse a otra intervención, la vida desde el accidente le cambió, por los problemas económicos que trajo aparejados, que no tiene casa y arrienda, antes vivía con su hijo pero ahora vive sola porque no puede ser carga para su hijo. Agrega que la empresa siempre contó con ella. C. Testimonial demandada: María Loreto Curín Inostroza, Rut: 13.943.382 3, domiciliada en La Cañada Oriente 2674, casa 51, Barrió El Sol, Lampa, quien juramentada en forma legal, expone: Que es la administradora de los contratos de Intercity, y está a cargo del personal de Ripley Crillon, que el día del accidente no se encontraba en la tienda, pero le comunicaron a la empresa del accidente, que el día del accidente no tuvo contacto con doña Justina, con posterioridad la fue a visitar a su domicilio, y le comentó que no podría volver a trabajar, ya que no estaba en condiciones, que al día siguiente ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

313

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

al accidente, fue a Ripley y vio que la escalera contaba con todas las normas de seguridad, que el accidente fue entre piso del segundo al primero, que por versión de doña Justina supo que el accidente fue bajando la escalera con unos papeles en la mano. El Tribunal: Que visitó a doña Justina un par de meses después a fines del 2007, que fue al día siguiente del accidente a Ripley, y que eran escaleras mecánicas con piso antideslizante. Daniela Andrea Ruiz Espinoza, Rut: 13.933.162 1, domiciliada en Daría Salas 5361, San Miguel, quien juramentada en forma legal, expone: Que es la asesora de prevención de riesgos de Intercity Service, desde noviembre de 2006, que fue al lugar del accidente con posterioridad a éste para verificar las condiciones de seguridad, que el accidente fue en escaleras internas de Ripley, que a las porterías ubicada entre el primer y segundo nivel, escaleras que tienen un descanso, un pasamos, vías de evacuación, señalética, y gomas antideslizantes incluso en los descanso, medidas de seguridad que han sido así siempre. Que las medidas que se actualmente le dan a los auxiliares de aseo, son guantes de seguridad y zapatos de seguridad que sólo se entregan para efectos de prevenir golpes, pero en la época del accidente recién se estaba implementando con zapatos de seguridad. Que al momento de fiscalizar la escalera después del accidente esta se encontraban en buenas condiciones, no habían desperfectos en ella. Contrainterrogada: Que doña Justina no contaba con zapatos de seguridad, los Supervisores fiscalizan el cumplimiento de las normas de seguridad, indica que los zapatos de seguridad tienen por objeto prevenir cortes y golpes, pero no son elaborados para evitar deslizamiento, la demandante le exhibe ficha de elementos de seguridad de la Asociación Chilena de Seguridad, que indica que los auxiliares de aseo deben contar con calzado antideslizante, indica que no sabe a qué se refiere. Tribunal: Que su labor es prevenir y asesorar, respecto que a los trabajadores se le otorgan programas de capacitación, que no recuerda en que momento se capacitó a los trabajadores el 2007, que al tiempo del accidente se le entregaba sólo guantes y uniformes, que la empresa cuenta con Reglamento Interno vigente desde que ella llego a la empresa, que se reúne por la subcontratación con los prevensionista de las empresas a las que le prestan servicios cada dos meses aproximadamente, que no recuerda quién era prevensionista de riesgo de Ripley, a la fecha del accidente, que fue a fiscalizar sólo ha verificar las condiciones de seguridad para hacer un informe del accidente, que al momento de fiscalizar el lugar del accidente no habló con el prevensionista de Ripley. Gloria Irene Costa Solís, Rut 6.226.850 1, domiciliada en Enrique Araya 5165, Maipú, quien previa a promesa a decir verdad, expone: Que es auxiliar de aseo de Intercity Service, desarrollando sus funciones en Ripley Crillon hace cinco años, lugar donde ocurrió el accidente, que ella al momento de la caída estaba en el quinto piso, y bajo al escuchar los gritos, que el accidente ocurrió en las escaleras del segundo al primer piso, son escaleras con pasamano, goma negra y firmes porque es un edificio antiguo, que cuentan con señalética. Que al momento del accidente el uniforme que le daba la empresa era uniforme y pantalón, después del accidente le avisaron a los guardias para que llamaran a una ambulancia. Contrainterrogacion: La supervisora era doña Jessi Salgado, y no estaba al momento de accidente, agrega que ella no era Supervisora de Personal. DECIMOPRIMERO: Que, por su parte, la demandada Comercial Eccsa S.A., rindió en la audiencia de juicio la siguiente prueba: A. Documental: 1. Reglamento Interno de Orden Higiene y Seguridad. B. Testimonial: Cristian Cabezas Lizama, Rut: 12.690.001 5, domiciliado en: Agustinas 1025, Santiago, quien previa a promesa a decir verdad, declara: Que hace trece años trabaja en Ripley, hace 5 años de supervisor de seguridad, recuerda que en el 2007 le ocurrió un accidente a doña Justina, lo recuerda porque a él lo llamaron cuando ocurrió el accidente para ayudar, la escalera cumplía con todas las necesidades y medias de seguridad, en la escala no había condiciones inseguras. El ve la seguridad a nivel de la delincuencia, y sólo tiene que denunciar una acción insegura.

314

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

al accidente, fue a Ripley y vio que la escalera contaba con todas las normas de seguridad, que el accidente fue entre piso del segundo al primero, que por versión de doña Justina supo que el accidente fue bajando la escalera con unos papeles en la mano. El Tribunal: Que visitó a doña Justina un par de meses después a fines del 2007, que fue al día siguiente del accidente a Ripley, y que eran escaleras mecánicas con piso antideslizante. Daniela Andrea Ruiz Espinoza, Rut: 13.933.162 1, domiciliada en Daría Salas 5361, San Miguel, quien juramentada en forma legal, expone: Que es la asesora de prevención de riesgos de Intercity Service, desde noviembre de 2006, que fue al lugar del accidente con posterioridad a éste para verificar las condiciones de seguridad, que el accidente fue en escaleras internas de Ripley, que a las porterías ubicada entre el primer y segundo nivel, escaleras que tienen un descanso, un pasamos, vías de evacuación, señalética, y gomas antideslizantes incluso en los descanso, medidas de seguridad que han sido así siempre. Que las medidas que se actualmente le dan a los auxiliares de aseo, son guantes de seguridad y zapatos de seguridad que sólo se entregan para efectos de prevenir golpes, pero en la época del accidente recién se estaba implementando con zapatos de seguridad. Que al momento de fiscalizar la escalera después del accidente esta se encontraban en buenas condiciones, no habían desperfectos en ella. Contrainterrogada: Que doña Justina no contaba con zapatos de seguridad, los Supervisores fiscalizan el cumplimiento de las normas de seguridad, indica que los zapatos de seguridad tienen por objeto prevenir cortes y golpes, pero no son elaborados para evitar deslizamiento, la demandante le exhibe ficha de elementos de seguridad de la Asociación Chilena de Seguridad, que indica que los auxiliares de aseo deben contar con calzado antideslizante, indica que no sabe a qué se refiere. Tribunal: Que su labor es prevenir y asesorar, respecto que a los trabajadores se le otorgan programas de capacitación, que no recuerda en que momento se capacitó a los trabajadores el 2007, que al tiempo del accidente se le entregaba sólo guantes y uniformes, que la empresa cuenta con Reglamento Interno vigente desde que ella llego a la empresa, que se reúne por la subcontratación con los prevensionista de las empresas a las que le prestan servicios cada dos meses aproximadamente, que no recuerda quién era prevensionista de riesgo de Ripley, a la fecha del accidente, que fue a fiscalizar sólo ha verificar las condiciones de seguridad para hacer un informe del accidente, que al momento de fiscalizar el lugar del accidente no habló con el prevensionista de Ripley. Gloria Irene Costa Solís, Rut 6.226.850 1, domiciliada en Enrique Araya 5165, Maipú, quien previa a promesa a decir verdad, expone: Que es auxiliar de aseo de Intercity Service, desarrollando sus funciones en Ripley Crillon hace cinco años, lugar donde ocurrió el accidente, que ella al momento de la caída estaba en el quinto piso, y bajo al escuchar los gritos, que el accidente ocurrió en las escaleras del segundo al primer piso, son escaleras con pasamano, goma negra y firmes porque es un edificio antiguo, que cuentan con señalética. Que al momento del accidente el uniforme que le daba la empresa era uniforme y pantalón, después del accidente le avisaron a los guardias para que llamaran a una ambulancia. Contrainterrogacion: La supervisora era doña Jessi Salgado, y no estaba al momento de accidente, agrega que ella no era Supervisora de Personal. DECIMOPRIMERO: Que, por su parte, la demandada Comercial Eccsa S.A., rindió en la audiencia de juicio la siguiente prueba: A. Documental: 1. Reglamento Interno de Orden Higiene y Seguridad. B. Testimonial: Cristian Cabezas Lizama, Rut: 12.690.001 5, domiciliado en: Agustinas 1025, Santiago, quien previa a promesa a decir verdad, declara: Que hace trece años trabaja en Ripley, hace 5 años de supervisor de seguridad, recuerda que en el 2007 le ocurrió un accidente a doña Justina, lo recuerda porque a él lo llamaron cuando ocurrió el accidente para ayudar, la escalera cumplía con todas las necesidades y medias de seguridad, en la escala no había condiciones inseguras. El ve la seguridad a nivel de la delincuencia, y sólo tiene que denunciar una acción insegura.

314

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

315

DECIMOSEGUNDO: Que analizados los elementos de convicción allegados a los autos, conforme lo dispone el artículo 456 del Código del Trabajo, esto es, en virtud de las reglas de la sana crítica, esta sentenciadora ha llegado a las siguientes conclusiones: 1. Que el artículo 184 del Código del Trabajo señala textualmente: El empleador estará obligado a tomar todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de los trabajadores manteniendo las condiciones adecuadas de higiene y seguridad en las faenas como también los elementos necesarios para prevenir accidentes y enfermedades profesionales. Deberá asimismo prestar o garantizar los elementos necesarios para que los trabadores en caso de accidente o emergencia puedan acceder a una oportuna y adecuada atención médica, hospitalaria y farmacéutica. Corresponderá también a la dirección del Trabajo fiscalizar el cumplimiento de normas de higiene y seguridad en el trabajo, en los términos señalados en el artículo 91, sin perjuicio de las facultades conferidas a otros servicios del Estado en virtud de las leyes que los rigen. 2. Que, por otra parte, dispone el artículo 183 E, sin perjuicio de las obligaciones de la empresa principal, contratista y subcontratista respecto de sus propios trabajadores en virtud de lo dispuesto en el artículo 184, la empresa principal deberá adoptar las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de todos los trabajadores que laboran en su obra, empresa o faena, cualquiera sea su dependencia, en conformidad a lo dispuesto en el artículo 66 bis de la ley Nº 16.744 y el artículo 3° del decreto supremo N° 594, de 1999, del Ministerio de Salud. Agrega, en su inciso 3° sin perjuicio de los derechos que se reconocen en este Párrafo 1° al trabajador en régimen de subcontratación, respecto del dueño de la obra, empresa o faena, el trabajador gozará de todos los derechos que las leyes del trabajo le reconocen en relación con su empleador. 3. Que, en las especie resultan aplicables la disposición antes transcrita y las demás relativas a la protección de los trabajadores y las disposiciones contenidas en la Ley sobre Accidentes del Trabajo N° 16.744. 4. Que con la prueba rendida en autos por el actor, apreciada de de acuerdo a las reglas de la sana crítica, se tiene por establecido que el accidente sufrido por doña Justina Garrido Astudillo, es de aquellos a los que el legislador califica como accidente del trabajo y éste se produjo a consecuencia de la falta de elementos de seguridad, que las demandas debías proporcionar en la obra o instalación a sus trabajadores, ya que aparece que las demandadas no tomaron las medidas necesarias para proteger la salud y vida de los trabajadores al no proporcionar los elementos necesarios ante el riesgo del trabajo que realizaba; y con la prueba rendida por las demandadas, también apreciadas de acuerdo a las reglas de la sana crítica, éstas no han logrado acreditar en la audiencia de juicio, que el accidente que sufrió el demandante que le causó lesiones graves haya sido por culpa del trabajador, por el contrario aún ésta misma prueba ha servido para corroborar lo acreditado por la prueba del actor, toda vez que de los testimonios se logra acreditar que el trabajador se encontraba bajando la escalera interna de Ripley Crillon perteneciente a Comercial Eccsa S.A. sin un elemento de seguridad que lo proteja en caso de caída zapatos de seguridad y además sin contar dicha escalera con láminas antideslizantes. Ahora, bien es del caso señalar, que se ha llegado a la convicción señalada anteriormente básicamente en virtud de que las demandadas no han incorporado prueba alguna que diga relación con el cumplimiento de la obligación contenida en el artículo 184 del Código del Trabajo, a mayor abundamiento, sólo han incorporado la declaración de testigos que afirmar el buen estado de las escaleras, declaraciones que no son suficientes para tener por acreditado el cumplimiento de dicha obligación, considerando el tiempo que ha pasado desde el siniestro hasta esta fecha, no obstante ellos están contestes en el hecho que a la fecha de ocurrida la caída de la actora, la empresa sólo entregaba a los trabajadores uniformes que sólo contemplaban el uso de polera y pantalón, que de ninguna manera podrían considerarse como elementos necesarios para prevenir accidentes, por lo que no puede sino considerarse incumplida dicha obligación. A mayor abundamiento, es menester indicar, que la empresa no tomaba a la fecha del siniestro medida de seguridad alguna, necesaria y eficaz para prevenir la ocurrencias de accidentes del trabajo de cualquier naturaleza, no sólo el ocurrido a la demandada.

DECIMOSEGUNDO: Que analizados los elementos de convicción allegados a los autos, conforme lo dispone el artículo 456 del Código del Trabajo, esto es, en virtud de las reglas de la sana crítica, esta sentenciadora ha llegado a las siguientes conclusiones: 1. Que el artículo 184 del Código del Trabajo señala textualmente: El empleador estará obligado a tomar todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de los trabajadores manteniendo las condiciones adecuadas de higiene y seguridad en las faenas como también los elementos necesarios para prevenir accidentes y enfermedades profesionales. Deberá asimismo prestar o garantizar los elementos necesarios para que los trabadores en caso de accidente o emergencia puedan acceder a una oportuna y adecuada atención médica, hospitalaria y farmacéutica. Corresponderá también a la dirección del Trabajo fiscalizar el cumplimiento de normas de higiene y seguridad en el trabajo, en los términos señalados en el artículo 91, sin perjuicio de las facultades conferidas a otros servicios del Estado en virtud de las leyes que los rigen. 2. Que, por otra parte, dispone el artículo 183 E, sin perjuicio de las obligaciones de la empresa principal, contratista y subcontratista respecto de sus propios trabajadores en virtud de lo dispuesto en el artículo 184, la empresa principal deberá adoptar las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de todos los trabajadores que laboran en su obra, empresa o faena, cualquiera sea su dependencia, en conformidad a lo dispuesto en el artículo 66 bis de la ley Nº 16.744 y el artículo 3° del decreto supremo N° 594, de 1999, del Ministerio de Salud. Agrega, en su inciso 3° sin perjuicio de los derechos que se reconocen en este Párrafo 1° al trabajador en régimen de subcontratación, respecto del dueño de la obra, empresa o faena, el trabajador gozará de todos los derechos que las leyes del trabajo le reconocen en relación con su empleador. 3. Que, en las especie resultan aplicables la disposición antes transcrita y las demás relativas a la protección de los trabajadores y las disposiciones contenidas en la Ley sobre Accidentes del Trabajo N° 16.744. 4. Que con la prueba rendida en autos por el actor, apreciada de de acuerdo a las reglas de la sana crítica, se tiene por establecido que el accidente sufrido por doña Justina Garrido Astudillo, es de aquellos a los que el legislador califica como accidente del trabajo y éste se produjo a consecuencia de la falta de elementos de seguridad, que las demandas debías proporcionar en la obra o instalación a sus trabajadores, ya que aparece que las demandadas no tomaron las medidas necesarias para proteger la salud y vida de los trabajadores al no proporcionar los elementos necesarios ante el riesgo del trabajo que realizaba; y con la prueba rendida por las demandadas, también apreciadas de acuerdo a las reglas de la sana crítica, éstas no han logrado acreditar en la audiencia de juicio, que el accidente que sufrió el demandante que le causó lesiones graves haya sido por culpa del trabajador, por el contrario aún ésta misma prueba ha servido para corroborar lo acreditado por la prueba del actor, toda vez que de los testimonios se logra acreditar que el trabajador se encontraba bajando la escalera interna de Ripley Crillon perteneciente a Comercial Eccsa S.A. sin un elemento de seguridad que lo proteja en caso de caída zapatos de seguridad y además sin contar dicha escalera con láminas antideslizantes. Ahora, bien es del caso señalar, que se ha llegado a la convicción señalada anteriormente básicamente en virtud de que las demandadas no han incorporado prueba alguna que diga relación con el cumplimiento de la obligación contenida en el artículo 184 del Código del Trabajo, a mayor abundamiento, sólo han incorporado la declaración de testigos que afirmar el buen estado de las escaleras, declaraciones que no son suficientes para tener por acreditado el cumplimiento de dicha obligación, considerando el tiempo que ha pasado desde el siniestro hasta esta fecha, no obstante ellos están contestes en el hecho que a la fecha de ocurrida la caída de la actora, la empresa sólo entregaba a los trabajadores uniformes que sólo contemplaban el uso de polera y pantalón, que de ninguna manera podrían considerarse como elementos necesarios para prevenir accidentes, por lo que no puede sino considerarse incumplida dicha obligación. A mayor abundamiento, es menester indicar, que la empresa no tomaba a la fecha del siniestro medida de seguridad alguna, necesaria y eficaz para prevenir la ocurrencias de accidentes del trabajo de cualquier naturaleza, no sólo el ocurrido a la demandada. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

315

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

A todo esto cabe agregar la propia confesión de la actora, transcrita a en el presente fallo. 5. Que, de otro lado, ha quedado acreditado que la actora no estaba en conocimiento de las normas de seguridad para el desempeño de sus funciones como tampoco hay constancia de que se le haya entregado el reglamento interno de higiene y seguridad al momento de su contratación como tampoco la circunstancia de haber recibido capacitación respecto de las medidas de seguridad y prevención de riesgos, tomando en consideración que se trata de un trabajadora que se desempeña como auxiliar de aseo en cuanto a que se ha sostenido por las demandadas que era su función específica y que en ese entendido se le habrían entregado todos los elementos de protección personal para desarrollar tal función ya que nada aporta para acreditar este punto, es más no se acompaño documento alguno que demuestre que a la trabajadora se le hizo entrega del reglamento interno de orden, higiene y seguridad, así como tampoco documentos que den cuenta de capacitaciones, sólo se limita a incorporar para estos efectos, la declaración de la prevensionista de riesgo de la demandada principal doña Daniela Ruiz, quien por sus propios dichos indica prestaba servicios para ésta, al momento del accidente, antecedente que no es posible tener por acreditado dado que no se acompañó contrato de trabajo o de prestación de servicios de la testigo para Intercity Service. 6. Que se ha acreditado que el accidente sufrido por la actora ocurrió en dependencias de la demandada solidaria, ubicado en Ripley Crillon de Agustinas con Huérfanos, en virtud de lo señalado por los dichos de los absolventes de las demandadas y sus testigos. 7. Que, se encuentra acreditado que la actora Justina Garrido, no se expuso negligentemente al bajar la escalera interna de Ripley Crillon, ya que al respecto no se incorporó prueba alguna que diera cuenta de dicha situación. 8. Que, habiéndose establecido como hecho no controvertido la existencia del accidente sufrido por el actor el día 10 de julio de 2007, en las instalaciones de Ripley Crillon y que el accidente se produjo por la falta de elementos de seguridad que la demandada debía proporcionar en la obra a sus trabajadores, ya que aparece que la demandada no tomó las medidas necesarias para proteger la salud y vida de los trabajadores al no proporcionar los elementos de seguridad personal que le eran necesarios ante el riesgo del trabajo que realizaba, queda por dilucidar las consecuencias y secuelas derivadas del accidente sufrido por el trabajador y los daños y sufrimientos físicos y psicológicos derivados del mismo. 9. Que, para acreditar los daños y padecimientos físicos y psicológicos que afectaron al actor como consecuencia del accidente ocurrido el día 10 de julio de 2007, la actora incorporó a la audiencia de juicio la historia clínica enviada por la Asociación Chilena de Seguridad, que da cuenta de la lesión sufrida por la actora en el pie derecho, como una luxación peritalar del pie derecho, en su evolución posterior aparece una artrosis subtalar del pie derecho, la evolución posterior fue con mantención del dolor del pie derecho, por lo que fue evaluada por la Comisión Evaluadora de Incapacidades, otorgándole un 32,5 % con fecha 13 de marzo de 2009, el 28 de mayo de 2010, se realizó una nueva evaluación por agravación de secuelas, aumentando en un porcentaje de incapacidad de 37,5%, actualmente la paciente, indica el informe, se mantiene con controles de seguimiento en el Hospital de Trabajador, con un tratamiento de dolor crónico, además presento un trastorno adaptativo depresivo, recibiendo tratamiento por un especialista, agrega como nota que la Comisión Evaluadora de Incapacidades de la ASCH, otorgó al paciente una incapacidad de un 40%, por resolución N° 041033110 de 28 de mayo de 2010, antecedente que ha sido corroborado a través de la incorporación de dicha resolución al juicio. Que en virtud de los antecedentes otorgados por ACHS, se logra tener por acreditado los padecimientos sufridos por la actora como consecuencia del accidente, los que causaron que posteriormente se declarara un 40% de incapacidad, antecedentes que coinciden plenamente con lo señalado por la actora en su declaración, en cuanto a considerarse en este punto, la duración del tratamiento, el agravamiento de los síntomas, y la imposibilidad de desplazarse de un lugar a otro. 10. Que, por otra parte, la parte demandante para acreditar los daños psicológicos aportó informe psicológico, de fecha 03 de junio de 2010, evacuado por la psicóloga doña María José Martínez, documento que fue reconocido por la misma en la audiencia de juicio, firmado por la profesional con el título de evaluación psicológica, que en lo pertinente señala que el señora Garrido, al examinarse de acuerdo a la evaluación y resultados de la prueba aplicada, entrevista clínica y test de Rorschach, es factible señalar que en cuanto al estado psicológico, posterior al accidente, se habría visto claramente

316

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

A todo esto cabe agregar la propia confesión de la actora, transcrita a en el presente fallo. 5. Que, de otro lado, ha quedado acreditado que la actora no estaba en conocimiento de las normas de seguridad para el desempeño de sus funciones como tampoco hay constancia de que se le haya entregado el reglamento interno de higiene y seguridad al momento de su contratación como tampoco la circunstancia de haber recibido capacitación respecto de las medidas de seguridad y prevención de riesgos, tomando en consideración que se trata de un trabajadora que se desempeña como auxiliar de aseo en cuanto a que se ha sostenido por las demandadas que era su función específica y que en ese entendido se le habrían entregado todos los elementos de protección personal para desarrollar tal función ya que nada aporta para acreditar este punto, es más no se acompaño documento alguno que demuestre que a la trabajadora se le hizo entrega del reglamento interno de orden, higiene y seguridad, así como tampoco documentos que den cuenta de capacitaciones, sólo se limita a incorporar para estos efectos, la declaración de la prevensionista de riesgo de la demandada principal doña Daniela Ruiz, quien por sus propios dichos indica prestaba servicios para ésta, al momento del accidente, antecedente que no es posible tener por acreditado dado que no se acompañó contrato de trabajo o de prestación de servicios de la testigo para Intercity Service. 6. Que se ha acreditado que el accidente sufrido por la actora ocurrió en dependencias de la demandada solidaria, ubicado en Ripley Crillon de Agustinas con Huérfanos, en virtud de lo señalado por los dichos de los absolventes de las demandadas y sus testigos. 7. Que, se encuentra acreditado que la actora Justina Garrido, no se expuso negligentemente al bajar la escalera interna de Ripley Crillon, ya que al respecto no se incorporó prueba alguna que diera cuenta de dicha situación. 8. Que, habiéndose establecido como hecho no controvertido la existencia del accidente sufrido por el actor el día 10 de julio de 2007, en las instalaciones de Ripley Crillon y que el accidente se produjo por la falta de elementos de seguridad que la demandada debía proporcionar en la obra a sus trabajadores, ya que aparece que la demandada no tomó las medidas necesarias para proteger la salud y vida de los trabajadores al no proporcionar los elementos de seguridad personal que le eran necesarios ante el riesgo del trabajo que realizaba, queda por dilucidar las consecuencias y secuelas derivadas del accidente sufrido por el trabajador y los daños y sufrimientos físicos y psicológicos derivados del mismo. 9. Que, para acreditar los daños y padecimientos físicos y psicológicos que afectaron al actor como consecuencia del accidente ocurrido el día 10 de julio de 2007, la actora incorporó a la audiencia de juicio la historia clínica enviada por la Asociación Chilena de Seguridad, que da cuenta de la lesión sufrida por la actora en el pie derecho, como una luxación peritalar del pie derecho, en su evolución posterior aparece una artrosis subtalar del pie derecho, la evolución posterior fue con mantención del dolor del pie derecho, por lo que fue evaluada por la Comisión Evaluadora de Incapacidades, otorgándole un 32,5 % con fecha 13 de marzo de 2009, el 28 de mayo de 2010, se realizó una nueva evaluación por agravación de secuelas, aumentando en un porcentaje de incapacidad de 37,5%, actualmente la paciente, indica el informe, se mantiene con controles de seguimiento en el Hospital de Trabajador, con un tratamiento de dolor crónico, además presento un trastorno adaptativo depresivo, recibiendo tratamiento por un especialista, agrega como nota que la Comisión Evaluadora de Incapacidades de la ASCH, otorgó al paciente una incapacidad de un 40%, por resolución N° 041033110 de 28 de mayo de 2010, antecedente que ha sido corroborado a través de la incorporación de dicha resolución al juicio. Que en virtud de los antecedentes otorgados por ACHS, se logra tener por acreditado los padecimientos sufridos por la actora como consecuencia del accidente, los que causaron que posteriormente se declarara un 40% de incapacidad, antecedentes que coinciden plenamente con lo señalado por la actora en su declaración, en cuanto a considerarse en este punto, la duración del tratamiento, el agravamiento de los síntomas, y la imposibilidad de desplazarse de un lugar a otro. 10. Que, por otra parte, la parte demandante para acreditar los daños psicológicos aportó informe psicológico, de fecha 03 de junio de 2010, evacuado por la psicóloga doña María José Martínez, documento que fue reconocido por la misma en la audiencia de juicio, firmado por la profesional con el título de evaluación psicológica, que en lo pertinente señala que el señora Garrido, al examinarse de acuerdo a la evaluación y resultados de la prueba aplicada, entrevista clínica y test de Rorschach, es factible señalar que en cuanto al estado psicológico, posterior al accidente, se habría visto claramente

316

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

317

afectada, generándole un desánimo frecuente asociado al constante dolor que sufre su pierna derecha, problemas económicos que ha tenido por no poder trabajar, problemas de vivienda y la actual enfermedad que la aqueja, lo que se traduce en un llanto fácil y una sintomatología anhedonica que la ha llevado a perder lo que antes era significativo, refiere indica la paciente trastornos en el sueño, respecto al ámbito social señala que se observa la imposibilidad de realizar tareas que antes le eran comunes, caminar adecuadamente ya que necesita bastones por lo que no puede salir mucho debido a los dolores y el temor de caerse o que le pase algo. En las conclusiones indica que la examinada no presentaba previo al accidente algún tipo de trastorno del estado de ánimo o patología que pudiese ser aplicada al estado actual, por el contrario, la depresión leve encontrada en la examinada tiene su origen a partir de las consecuencias en su vida gatilladas después del accidente, como consecuencias físicas, psicológicas y sociales, que el examinado se encuentra no pudiendo realizar actividad remunerativa, además indica se presenta un quiebre en el continuo vital del examinado, habiéndose generado una depresión leve, que se caracteriza por humor depresivo, preocupación, sentimiento de incapacidad para afrontar problemas, de planificar el futuro o poder continuar en la situación presente, además presenta ánimo triste, expresión de anhedonia subyacente, que es desinterés por realizar actividades que antes le eran significativas y placenteras manifestándose en un fuerte aplanamiento afectivo. En el ámbito social y relacional, se observa la imposibilidad tareas que antes le eran comunes, como caminar sin dolor, trabajar favoreciendo su deterioro emocional. Dicho informe fue corroborado por la declaración en juicio de la profesional María José Martínez, quien compareció como testigo a juicio. Además de la declaración de los testigos Riquelme y Véliz, quienes están contestes en que doña Justina Garrido después del accidente, presenta un desánimo permanente, que ya no es la misma, provocado por el dolor permanente de su pierna, además por el hecho de no poder caminar, de que además sólo camina con bastón, pero a los pocos metros se debe sentar, manifiestan que el no poder ser independiente como era antes la afectado de manera muy profunda, indican además que al no poder trabajar los problemas económicos la angustian de forma permanente. Se debe tener presente que el informe emitido por la ASCH establece que como consecuencia del accidente ocurrido a la actora, ésta sufre de dolor crónico del pie derecho y trastorno de adaptación con ánimo depresivo crónico. Antecedente que son coincidentes con la declaración de la actora doña Justina Garrido. DECIMOTERCERO: Que, como se advierte de los antecedentes, la acción entablada en estos autos corresponde a la de indemnización de perjuicios derivada del incumplimiento o cumplimiento imperfecto de las obligaciones emanadas del contrato de trabajo celebrado por el trabajador demandante con la Intercity Service S.A. respecto de la que se dirige la demanda en forma principal y, de manera solidaria o subsidiaria conforme con lo prevenido en el artículo 183 A y siguientes del Código del Trabajo, en contra de la Comercial Eccsa S.A., como empresa principal. DECIMOCUARTO: Que, de esta manera, el peso de la prueba en relación con el debido cumplimiento de las obligaciones surgidas de la relación laboral contractual en referencia y que, en la especie, de acuerdo al fundamento y petitorio de la demanda, se circunscribe especialmente con el deber del empleador de tomar todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud del trabajador contratado, manteniendo las condiciones adecuadas de higiene y de seguridad en las faenas, como también los implementos necesarios para prevenir accidentes, como lo estatuye el artículo 184 del Código del Trabajo, 68 de la ley Nº 16.744 y otras normas reglamentarias que cita, eran de cargo de las empresas demandadas. DECIMOQUINTO: Que, en este contexto, y coincidiendo con lo que se ha venido razonado por esta juez, la prueba rendida por las demandadas ha resultado insuficiente para acreditar el cumplimiento debido de la obligación antes señalada y, por el contrario, de la misma, como de la presentada por la parte demandante, entre las que se mencionan las testimoniales producidas, apreciadas de acuerdo a la sana crítica, se encuentra establecido que el lugar de trabajo, donde sufrió el accidente el trabajador, no contaba con las protecciones y resguardos indispensables para evitar la ocurrencia del accidente que le significó la caída, causándole artrodesis sub astragalina derecha y dolor crónico del pie derecho.

afectada, generándole un desánimo frecuente asociado al constante dolor que sufre su pierna derecha, problemas económicos que ha tenido por no poder trabajar, problemas de vivienda y la actual enfermedad que la aqueja, lo que se traduce en un llanto fácil y una sintomatología anhedonica que la ha llevado a perder lo que antes era significativo, refiere indica la paciente trastornos en el sueño, respecto al ámbito social señala que se observa la imposibilidad de realizar tareas que antes le eran comunes, caminar adecuadamente ya que necesita bastones por lo que no puede salir mucho debido a los dolores y el temor de caerse o que le pase algo. En las conclusiones indica que la examinada no presentaba previo al accidente algún tipo de trastorno del estado de ánimo o patología que pudiese ser aplicada al estado actual, por el contrario, la depresión leve encontrada en la examinada tiene su origen a partir de las consecuencias en su vida gatilladas después del accidente, como consecuencias físicas, psicológicas y sociales, que el examinado se encuentra no pudiendo realizar actividad remunerativa, además indica se presenta un quiebre en el continuo vital del examinado, habiéndose generado una depresión leve, que se caracteriza por humor depresivo, preocupación, sentimiento de incapacidad para afrontar problemas, de planificar el futuro o poder continuar en la situación presente, además presenta ánimo triste, expresión de anhedonia subyacente, que es desinterés por realizar actividades que antes le eran significativas y placenteras manifestándose en un fuerte aplanamiento afectivo. En el ámbito social y relacional, se observa la imposibilidad tareas que antes le eran comunes, como caminar sin dolor, trabajar favoreciendo su deterioro emocional. Dicho informe fue corroborado por la declaración en juicio de la profesional María José Martínez, quien compareció como testigo a juicio. Además de la declaración de los testigos Riquelme y Véliz, quienes están contestes en que doña Justina Garrido después del accidente, presenta un desánimo permanente, que ya no es la misma, provocado por el dolor permanente de su pierna, además por el hecho de no poder caminar, de que además sólo camina con bastón, pero a los pocos metros se debe sentar, manifiestan que el no poder ser independiente como era antes la afectado de manera muy profunda, indican además que al no poder trabajar los problemas económicos la angustian de forma permanente. Se debe tener presente que el informe emitido por la ASCH establece que como consecuencia del accidente ocurrido a la actora, ésta sufre de dolor crónico del pie derecho y trastorno de adaptación con ánimo depresivo crónico. Antecedente que son coincidentes con la declaración de la actora doña Justina Garrido. DECIMOTERCERO: Que, como se advierte de los antecedentes, la acción entablada en estos autos corresponde a la de indemnización de perjuicios derivada del incumplimiento o cumplimiento imperfecto de las obligaciones emanadas del contrato de trabajo celebrado por el trabajador demandante con la Intercity Service S.A. respecto de la que se dirige la demanda en forma principal y, de manera solidaria o subsidiaria conforme con lo prevenido en el artículo 183 A y siguientes del Código del Trabajo, en contra de la Comercial Eccsa S.A., como empresa principal. DECIMOCUARTO: Que, de esta manera, el peso de la prueba en relación con el debido cumplimiento de las obligaciones surgidas de la relación laboral contractual en referencia y que, en la especie, de acuerdo al fundamento y petitorio de la demanda, se circunscribe especialmente con el deber del empleador de tomar todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud del trabajador contratado, manteniendo las condiciones adecuadas de higiene y de seguridad en las faenas, como también los implementos necesarios para prevenir accidentes, como lo estatuye el artículo 184 del Código del Trabajo, 68 de la ley Nº 16.744 y otras normas reglamentarias que cita, eran de cargo de las empresas demandadas. DECIMOQUINTO: Que, en este contexto, y coincidiendo con lo que se ha venido razonado por esta juez, la prueba rendida por las demandadas ha resultado insuficiente para acreditar el cumplimiento debido de la obligación antes señalada y, por el contrario, de la misma, como de la presentada por la parte demandante, entre las que se mencionan las testimoniales producidas, apreciadas de acuerdo a la sana crítica, se encuentra establecido que el lugar de trabajo, donde sufrió el accidente el trabajador, no contaba con las protecciones y resguardos indispensables para evitar la ocurrencia del accidente que le significó la caída, causándole artrodesis sub astragalina derecha y dolor crónico del pie derecho. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

317

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

DECIMOSEXTO: Que, en cuanto a la improcedencia de la responsabilidad solidaria, alegada por la demandada Comercial Eccsa, es del caso señalar que el artículo 183 B del Código del Trabajo, dispone:”La empresa principal será solidariamente responsable de las obligaciones laborales y previsionales de dar que afecten a los contratistas en favor de los trabajadores de éstos, incluidas las eventuales indemnizaciones legales que correspondan por término de la relación laboral. Tal responsabilidad estará limitada al tiempo o período durante el cual el o los trabajadores prestaron servicios en régimen de subcontratación para la empresa principal. En los mismos términos, el contratista será solidariamente responsable de las obligaciones que afecten a los subcontratistas, a favor de los trabajadores de éstos. La empresa principal responderá de iguales obligaciones que afecten a los subcontratistas, cuando no pudiere hacerse efectiva la responsabilidad a que se refiere el inciso siguiente. El trabajador, al entablar la demanda en contra de su empleador directo, podrá hacerlo en contra de todos aquellos que puedan responder de sus derechos, en conformidad a las normas de este Párrafo. En los casos de construcción de edificaciones por un precio único prefijado, no procederán estas responsabilidades cuando quien encargue la obra sea una persona natural”. De la disposición legal anotada se infiere que el legislador hace solidariamente responsable a la empresa principal y al contratista, de las obligaciones laborales y previsionales de dar que afecten a contratistas y a los subcontratistas, en su caso, en favor de sus trabajadores, incluidas las eventuales indemnizaciones legales que corresponda pagar al término de la relación laboral. De la citada norma se infiere, asimismo, que la aludida responsabilidad se encuentra limitada o circunscrita al lapso de tiempo durante el cual el o los trabajadores prestaron servicios en régimen de subcontratación para la empresa principal, como también, que esta última deberá responder de las mismas obligaciones que afecten a los subcontratistas, cuando no pudiere hacerse efectiva la responsabilidad de su empleador directo. Del mismo precepto se colige que el trabajador podrá demandar tanto a su empleador directo, como a todos aquellos que de conformidad a las normas que regulan el trabajo en régimen de subcontratación, estén obligados a responder de sus derechos. Finalmente de la señalada disposición legal se desprende que la responsabilidad que en ella se establece no procede en los casos de construcción de edificaciones por un precio único prefijado, siempre y cuando quien encargue la obra sea una persona natural. Precisado lo anterior, corresponde determinar qué debe entenderse por obligaciones laborales y previsionales de dar a que alude el precepto en análisis, como también, el alcance de la responsabilidad solidaria de la empresa principal y del contratista en relación con las indemnizaciones por término de contrato y los límites en el tiempo de la misma. En lo que dice relación con las aludidas obligaciones, debe señalarse que mediante dictamen Nº 544/ 32 de 2.02.04, en sus Nºs 1) y 2), la Dirección del Trabajo fijó el alcance de las expresiones “obligaciones laborales y previsionales” contenidas en el hoy derogado artículo 64 del Código del Trabajo, cuyas conclusiones resultan plenamente válidas a la luz de las nuevas disposiciones contempladas en el artículo 183 B de dicho cuerpo legal. Conforme al punto 1) del citado pronunciamiento jurídico, constituyen obligaciones laborales para los fines previstos en el referido artículo 64, todas aquellas que emanan de los contratos individuales o colectivos de trabajo de los dependientes del contratista o subcontratista, según el caso, ocupados en la ejecución de la obra, empresa o faena, como asimismo, las que deriven del Código del Trabajo y sus leyes complementarias. A su vez el punto 2) del mismo pronunciamiento, establece que revisten el carácter de obligaciones previsionales para los señalados efectos, las relacionadas con el integro de las cotizaciones de seguridad social y con la prevención de accidentes del trabajo y enfermedades profesionales respecto de los mismos trabajadores. Armonizando todo lo expuesto, resulta dable afirmar que la responsabilidad solidaria que asiste a la empresa principal y al contratista por las obligaciones laborales de dar en favor de los trabajadores del contratista o subcontratista, según corresponda, alcanzará a todas aquellas obligaciones que, deri-

318

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

DECIMOSEXTO: Que, en cuanto a la improcedencia de la responsabilidad solidaria, alegada por la demandada Comercial Eccsa, es del caso señalar que el artículo 183 B del Código del Trabajo, dispone:”La empresa principal será solidariamente responsable de las obligaciones laborales y previsionales de dar que afecten a los contratistas en favor de los trabajadores de éstos, incluidas las eventuales indemnizaciones legales que correspondan por término de la relación laboral. Tal responsabilidad estará limitada al tiempo o período durante el cual el o los trabajadores prestaron servicios en régimen de subcontratación para la empresa principal. En los mismos términos, el contratista será solidariamente responsable de las obligaciones que afecten a los subcontratistas, a favor de los trabajadores de éstos. La empresa principal responderá de iguales obligaciones que afecten a los subcontratistas, cuando no pudiere hacerse efectiva la responsabilidad a que se refiere el inciso siguiente. El trabajador, al entablar la demanda en contra de su empleador directo, podrá hacerlo en contra de todos aquellos que puedan responder de sus derechos, en conformidad a las normas de este Párrafo. En los casos de construcción de edificaciones por un precio único prefijado, no procederán estas responsabilidades cuando quien encargue la obra sea una persona natural”. De la disposición legal anotada se infiere que el legislador hace solidariamente responsable a la empresa principal y al contratista, de las obligaciones laborales y previsionales de dar que afecten a contratistas y a los subcontratistas, en su caso, en favor de sus trabajadores, incluidas las eventuales indemnizaciones legales que corresponda pagar al término de la relación laboral. De la citada norma se infiere, asimismo, que la aludida responsabilidad se encuentra limitada o circunscrita al lapso de tiempo durante el cual el o los trabajadores prestaron servicios en régimen de subcontratación para la empresa principal, como también, que esta última deberá responder de las mismas obligaciones que afecten a los subcontratistas, cuando no pudiere hacerse efectiva la responsabilidad de su empleador directo. Del mismo precepto se colige que el trabajador podrá demandar tanto a su empleador directo, como a todos aquellos que de conformidad a las normas que regulan el trabajo en régimen de subcontratación, estén obligados a responder de sus derechos. Finalmente de la señalada disposición legal se desprende que la responsabilidad que en ella se establece no procede en los casos de construcción de edificaciones por un precio único prefijado, siempre y cuando quien encargue la obra sea una persona natural. Precisado lo anterior, corresponde determinar qué debe entenderse por obligaciones laborales y previsionales de dar a que alude el precepto en análisis, como también, el alcance de la responsabilidad solidaria de la empresa principal y del contratista en relación con las indemnizaciones por término de contrato y los límites en el tiempo de la misma. En lo que dice relación con las aludidas obligaciones, debe señalarse que mediante dictamen Nº 544/ 32 de 2.02.04, en sus Nºs 1) y 2), la Dirección del Trabajo fijó el alcance de las expresiones “obligaciones laborales y previsionales” contenidas en el hoy derogado artículo 64 del Código del Trabajo, cuyas conclusiones resultan plenamente válidas a la luz de las nuevas disposiciones contempladas en el artículo 183 B de dicho cuerpo legal. Conforme al punto 1) del citado pronunciamiento jurídico, constituyen obligaciones laborales para los fines previstos en el referido artículo 64, todas aquellas que emanan de los contratos individuales o colectivos de trabajo de los dependientes del contratista o subcontratista, según el caso, ocupados en la ejecución de la obra, empresa o faena, como asimismo, las que deriven del Código del Trabajo y sus leyes complementarias. A su vez el punto 2) del mismo pronunciamiento, establece que revisten el carácter de obligaciones previsionales para los señalados efectos, las relacionadas con el integro de las cotizaciones de seguridad social y con la prevención de accidentes del trabajo y enfermedades profesionales respecto de los mismos trabajadores. Armonizando todo lo expuesto, resulta dable afirmar que la responsabilidad solidaria que asiste a la empresa principal y al contratista por las obligaciones laborales de dar en favor de los trabajadores del contratista o subcontratista, según corresponda, alcanzará a todas aquellas obligaciones que, deri-

318

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

319

vando de los contratos individuales o colectivos de trabajo o del Código del Trabajo y sus leyes complementarias, consistan en el pago de una suma de dinero determinada. Por lo que respecta a las obligaciones previsionales, cabe señalar que la circunstancia que el artículo 183 B, en comento, haya circunscrito la responsabilidad de la empresa principal o del contratista sólo a las obligaciones de dar, no así a las de hacer, carácter que revisten las obligaciones de prevención de accidentes del trabajo y enfermedades profesionales a que se alude en el dictamen Nº 544/32, precedentemente citado, forzoso es convenir que a la luz de la nueva normativa que se contiene en el citado artículo 183 B, la responsabilidad solidaria de la empresa principal y el contratista sólo alcanzará al pago de las cotizaciones de seguridad social de los trabajadores de que se trata. La conclusión anterior no significa, que el legislador no haya contemplado responsabilidad alguna de la empresa principal o del contratista, en materia de higiene y seguridad respecto de los trabajadores afectos a un régimen de subcontratación. Por el contrario, el artículo 183 E del Código del Trabajo dispone expresamente que sin perjuicio de las obligaciones de la empresa principal, del contratista o subcontratista, en orden a adoptar las medidas necesarias para proteger la vida y salud de sus propios trabajadores de conformidad a lo dispuesto en el artículo 184 del mismo Código, establece una responsabilidad directa sobre la materia para la empresa principal, quien debe asumir tales obligaciones respecto de todos los trabajadores que laboren en su obra, empresa o faena, cualquiera que sea la dependencia de éstos, ya sea, en virtud de lo dispuesto en el artículo 66 bis de la ley Nº 16.744, sobre Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales o de acuerdo al artículo 3º del decreto supremo Nº 594, de 1999, del Ministerio de Salud, por lo que se deberán rechazar las defensas alegadas por la demandada Comercial Eccsa S.A., en cuanto a sostener que en el caso de que se trata, se aplica el régimen de responsabilidad extracontractual por culpa del hecho propio que deriva del artículo 2314 del Código Civil, como lo señala en su escrito al sostener la inexistencia de la solidaridad respecto de su representada como también sus argumentaciones tendientes a aseverar que el accidente se produjo por negligencia del trabajador. DECIMOSÉPTIMO: Que, de otro lado, conforme a lo prevenido en el artículo 5º de la ley Nº 16.744, la imprudencia del trabajador no hace perder a un accidente la calidad de accidente laboral; en efecto, no constituyen accidentes laborales los producidos intencionalmente por la víctima, de modo que aquéllos en que concurre una simple negligencia de su parte deben ser calificados como accidentes del trabajo y generan las responsabilidades correspondientes; el artículo 69 de esta ley hace responsable al empleador cuando el accidente se produce por dolo o culpa de su parte; el incumplimiento de las medidas eficaces para proteger la salud del trabajador (conforme al artículo 184 del Código del Trabajo) importa que el empleador no ha desplegado la diligencia, cuidados necesarios, que es de la culpa o descuido levísimo DECIMOOCTAVO: Que, de esta manera, a la luz de los hechos establecidos y de las normas que regulan la materia, aparece perfectamente procedente la responsabilidad solidaria que se atribuye a la empresa demandada Comercial Eccsa S.A. en relación con las indemnizaciones derivadas de la inexistencia o mal estado de las condiciones de higiene y seguridad que era su obligación mantener y, o fiscalizar, para la protección eficaz de la vida y salud de los trabajadores a su cargo, y que, en el presente caso, como ha quedado demostrado, no se cumplieron. Todo ello, sin perjuicio de lo que conforme a las probanzas rendidas se resuelva respecto de la naturaleza y monto de las indemnizaciones impetradas que efectivamente corresponden al actor. DECIMONOVENO: Que, las demandadas solicitaron el rechazo de la demanda, por no configurarse en este caso, la responsabilidad contractual que se rige por lo dispuesto en el artículo 184 del Código del Trabajo alegando, que en autos, lo demandado se enmarca dentro de la denominada responsabilidad extracontractual, no existiendo responsabilidad de su representada en los hechos que se demandan, no existiendo relación de causalidad respecto de su representada, ya que el supuesto daño que se reclamarse deriva de un hecho atribuible sólo al actor y no existe daño alguno atribuible a su parte, alegación que se rechazará atendido a lo que se ha venido diciendo, en especial por lo dispuesto en el citado artículo 184 del Código del Trabajo, en cuanto a que por mandato de la citada disposición legal, el empleador está obligado a dar cuidado y protección a sus trabajadores, lo cual implica que en el cumplimiento de la mencionada “obligación de seguridad”, que se encuentra ínsita en toda relación laboral, éste

vando de los contratos individuales o colectivos de trabajo o del Código del Trabajo y sus leyes complementarias, consistan en el pago de una suma de dinero determinada. Por lo que respecta a las obligaciones previsionales, cabe señalar que la circunstancia que el artículo 183 B, en comento, haya circunscrito la responsabilidad de la empresa principal o del contratista sólo a las obligaciones de dar, no así a las de hacer, carácter que revisten las obligaciones de prevención de accidentes del trabajo y enfermedades profesionales a que se alude en el dictamen Nº 544/32, precedentemente citado, forzoso es convenir que a la luz de la nueva normativa que se contiene en el citado artículo 183 B, la responsabilidad solidaria de la empresa principal y el contratista sólo alcanzará al pago de las cotizaciones de seguridad social de los trabajadores de que se trata. La conclusión anterior no significa, que el legislador no haya contemplado responsabilidad alguna de la empresa principal o del contratista, en materia de higiene y seguridad respecto de los trabajadores afectos a un régimen de subcontratación. Por el contrario, el artículo 183 E del Código del Trabajo dispone expresamente que sin perjuicio de las obligaciones de la empresa principal, del contratista o subcontratista, en orden a adoptar las medidas necesarias para proteger la vida y salud de sus propios trabajadores de conformidad a lo dispuesto en el artículo 184 del mismo Código, establece una responsabilidad directa sobre la materia para la empresa principal, quien debe asumir tales obligaciones respecto de todos los trabajadores que laboren en su obra, empresa o faena, cualquiera que sea la dependencia de éstos, ya sea, en virtud de lo dispuesto en el artículo 66 bis de la ley Nº 16.744, sobre Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales o de acuerdo al artículo 3º del decreto supremo Nº 594, de 1999, del Ministerio de Salud, por lo que se deberán rechazar las defensas alegadas por la demandada Comercial Eccsa S.A., en cuanto a sostener que en el caso de que se trata, se aplica el régimen de responsabilidad extracontractual por culpa del hecho propio que deriva del artículo 2314 del Código Civil, como lo señala en su escrito al sostener la inexistencia de la solidaridad respecto de su representada como también sus argumentaciones tendientes a aseverar que el accidente se produjo por negligencia del trabajador. DECIMOSÉPTIMO: Que, de otro lado, conforme a lo prevenido en el artículo 5º de la ley Nº 16.744, la imprudencia del trabajador no hace perder a un accidente la calidad de accidente laboral; en efecto, no constituyen accidentes laborales los producidos intencionalmente por la víctima, de modo que aquéllos en que concurre una simple negligencia de su parte deben ser calificados como accidentes del trabajo y generan las responsabilidades correspondientes; el artículo 69 de esta ley hace responsable al empleador cuando el accidente se produce por dolo o culpa de su parte; el incumplimiento de las medidas eficaces para proteger la salud del trabajador (conforme al artículo 184 del Código del Trabajo) importa que el empleador no ha desplegado la diligencia, cuidados necesarios, que es de la culpa o descuido levísimo DECIMOOCTAVO: Que, de esta manera, a la luz de los hechos establecidos y de las normas que regulan la materia, aparece perfectamente procedente la responsabilidad solidaria que se atribuye a la empresa demandada Comercial Eccsa S.A. en relación con las indemnizaciones derivadas de la inexistencia o mal estado de las condiciones de higiene y seguridad que era su obligación mantener y, o fiscalizar, para la protección eficaz de la vida y salud de los trabajadores a su cargo, y que, en el presente caso, como ha quedado demostrado, no se cumplieron. Todo ello, sin perjuicio de lo que conforme a las probanzas rendidas se resuelva respecto de la naturaleza y monto de las indemnizaciones impetradas que efectivamente corresponden al actor. DECIMONOVENO: Que, las demandadas solicitaron el rechazo de la demanda, por no configurarse en este caso, la responsabilidad contractual que se rige por lo dispuesto en el artículo 184 del Código del Trabajo alegando, que en autos, lo demandado se enmarca dentro de la denominada responsabilidad extracontractual, no existiendo responsabilidad de su representada en los hechos que se demandan, no existiendo relación de causalidad respecto de su representada, ya que el supuesto daño que se reclamarse deriva de un hecho atribuible sólo al actor y no existe daño alguno atribuible a su parte, alegación que se rechazará atendido a lo que se ha venido diciendo, en especial por lo dispuesto en el citado artículo 184 del Código del Trabajo, en cuanto a que por mandato de la citada disposición legal, el empleador está obligado a dar cuidado y protección a sus trabajadores, lo cual implica que en el cumplimiento de la mencionada “obligación de seguridad”, que se encuentra ínsita en toda relación laboral, éste ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

319

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

debe de actuar con la máxima diligencia para evitar que el trabajador sufra un accidente o enfermedad profesional que pueda afectar su vida o su integridad física. En términos del “derecho común”, tal deber de conducta lo hace responsable hasta la culpa levísima; conclusión a la que es necesario arribar en atención no sólo a la evidente extensión que ha de darse al tenor del citado inciso primero del artículo 184 del Código Laboral sino, además, a la naturaleza del bien jurídico que esa norma procura amparar, que no es otro que la vida, la salud y la integridad física del trabajador. VIGÉSIMO: Que, el actor solicita en su libelo que se le indemnice el lucro cesante fundado en que no tiene una profesión cualificada, que tiene 55 años de edad, que gozaba de buena salud física y psíquica, que sus posibilidades de obtener un mejor trabajo, se ha visto truncada como consecuencia del accidente, por lo que demanda el pago de la diferencia entre el promedio de su remuneraciones de $ 200.000 y su expectativa de trabajo acorde con su edad, era de 5 años, en base a la edad para jubilar es de 60 años y establecido que su incapacidad es de un 37,5%, estima que el lucro cesante sufrido asciende a la suma de $ 4.850.000. VIGÉSIMO PRIMERO: Que, entendiendo el lucro cesante como la pérdida efectiva de una ganancia cierta, el trabajador que ha dejado sus funciones por una imposibilidad física producto de un accidente laboral que es de responsabilidad de su empleador directo, debe acreditar los presupuestos indispensables para hacerlo procedente, esto es, la merma efectiva del beneficio o provecho que se habría obtenido en determinadas condiciones. En consecuencia, no puede establecer como parámetro para la cuantificación del lucro cesante, los años que restan para su jubilación o de vida, pues la indemnización debe corresponder efectivamente al daño causado y no a conjeturas. Además, la compensación de este tipo de daño se encuentra establecida a través de la Ley sobre Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales a las cuales el trabajador puede acceder. VIGÉSIMO SEGUNDO: Que, en consecuencia, la indemnización que persigue el pago del lucro cesante no pude ser acogida. VEGÉSIMO TERCERO: Que, en ese orden de ideas, el empleador debe hacerse cargo de la indemnización por daño moral por el accidente sufrido por un trabajador consistente en luxación peritalar derecha, artrodesis subtalar derecha, artrodesis subtragalina derecha, dolor crónico del pie derecho, al caer de la escalera interna ubicada en las instalaciones del Comercial Eccsa, específicamente Ripley Crillon, aun si dicha caída hubiere emanado de la negligencia de la actora, pues la existencia de ésta, no es suficiente para estimar satisfecha la obligación de adoptar todas las medidas necesarias para proteger al trabajador durante el desempeño de sus funciones. VIGÉSIMO CUARTO: Que, en cuanto al daño moral demandado, éste, si bien no es susceptible de apreciación pecuniaria, resulta facultativo para el tribunal su valorización y teniendo en cuenta que el accidente significó aflicción para la trabajadora, en todos los aspectos de la vida, provocándole las lesiones que se han señalado, como también está declarada su incapacidad laboral en el orden del 40% y el tiempo que ha demorado su recuperación, se accederá a dicha pretensión demandada, por la suma de $ 25.000.000. VIGÉSIMO QUINTO: Que, las demás probanzas allegadas al juicio, en nada alterar la conclusión a que se ha arribado. Por estas consideraciones, y visto, además, lo dispuesto en los artículos 1º, 4º, 7º, 63, 183 y siguientes, 184, 420, 446 y siguientes del Código del Trabajo, ley Nº 17.644, se declara: I. Que se rechaza la excepción de finiquito interpuesta por la demandada Intercity Service. II. Que SE ACOGE la demanda interpuesta por don Justina Garrido Astudillo en contra de su empleadora, la Intercity Service S.A., representada legalmente por don Matilde Espinoza Elgatillo y en contra de la empresa Comercial Eccsa S.A., representada legalmente por Alejandro Fridman Pirozanski y en consecuencia se condena las empresas demandadas a pagar solidariamente la suma de $ 25.000.000 a la actora, por concepto de daño moral. II. Que las prestaciones antes indicadas deberán ser reajustadas y devengarán intereses conforme a lo establecido en los artículos 63 del Código del Trabajo. III. Que se condena en costas a las demandadas por haber sido totalmente vencidas. Ejecutoriada la presente sentencia, cúmplase con lo dispuesto en ella dentro de quinto día, bajo apercibimiento de pasar los antecedentes al Juzgado de Cobranza Laboral y Previsional de Santiago.

320

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

debe de actuar con la máxima diligencia para evitar que el trabajador sufra un accidente o enfermedad profesional que pueda afectar su vida o su integridad física. En términos del “derecho común”, tal deber de conducta lo hace responsable hasta la culpa levísima; conclusión a la que es necesario arribar en atención no sólo a la evidente extensión que ha de darse al tenor del citado inciso primero del artículo 184 del Código Laboral sino, además, a la naturaleza del bien jurídico que esa norma procura amparar, que no es otro que la vida, la salud y la integridad física del trabajador. VIGÉSIMO: Que, el actor solicita en su libelo que se le indemnice el lucro cesante fundado en que no tiene una profesión cualificada, que tiene 55 años de edad, que gozaba de buena salud física y psíquica, que sus posibilidades de obtener un mejor trabajo, se ha visto truncada como consecuencia del accidente, por lo que demanda el pago de la diferencia entre el promedio de su remuneraciones de $ 200.000 y su expectativa de trabajo acorde con su edad, era de 5 años, en base a la edad para jubilar es de 60 años y establecido que su incapacidad es de un 37,5%, estima que el lucro cesante sufrido asciende a la suma de $ 4.850.000. VIGÉSIMO PRIMERO: Que, entendiendo el lucro cesante como la pérdida efectiva de una ganancia cierta, el trabajador que ha dejado sus funciones por una imposibilidad física producto de un accidente laboral que es de responsabilidad de su empleador directo, debe acreditar los presupuestos indispensables para hacerlo procedente, esto es, la merma efectiva del beneficio o provecho que se habría obtenido en determinadas condiciones. En consecuencia, no puede establecer como parámetro para la cuantificación del lucro cesante, los años que restan para su jubilación o de vida, pues la indemnización debe corresponder efectivamente al daño causado y no a conjeturas. Además, la compensación de este tipo de daño se encuentra establecida a través de la Ley sobre Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales a las cuales el trabajador puede acceder. VIGÉSIMO SEGUNDO: Que, en consecuencia, la indemnización que persigue el pago del lucro cesante no pude ser acogida. VEGÉSIMO TERCERO: Que, en ese orden de ideas, el empleador debe hacerse cargo de la indemnización por daño moral por el accidente sufrido por un trabajador consistente en luxación peritalar derecha, artrodesis subtalar derecha, artrodesis subtragalina derecha, dolor crónico del pie derecho, al caer de la escalera interna ubicada en las instalaciones del Comercial Eccsa, específicamente Ripley Crillon, aun si dicha caída hubiere emanado de la negligencia de la actora, pues la existencia de ésta, no es suficiente para estimar satisfecha la obligación de adoptar todas las medidas necesarias para proteger al trabajador durante el desempeño de sus funciones. VIGÉSIMO CUARTO: Que, en cuanto al daño moral demandado, éste, si bien no es susceptible de apreciación pecuniaria, resulta facultativo para el tribunal su valorización y teniendo en cuenta que el accidente significó aflicción para la trabajadora, en todos los aspectos de la vida, provocándole las lesiones que se han señalado, como también está declarada su incapacidad laboral en el orden del 40% y el tiempo que ha demorado su recuperación, se accederá a dicha pretensión demandada, por la suma de $ 25.000.000. VIGÉSIMO QUINTO: Que, las demás probanzas allegadas al juicio, en nada alterar la conclusión a que se ha arribado. Por estas consideraciones, y visto, además, lo dispuesto en los artículos 1º, 4º, 7º, 63, 183 y siguientes, 184, 420, 446 y siguientes del Código del Trabajo, ley Nº 17.644, se declara: I. Que se rechaza la excepción de finiquito interpuesta por la demandada Intercity Service. II. Que SE ACOGE la demanda interpuesta por don Justina Garrido Astudillo en contra de su empleadora, la Intercity Service S.A., representada legalmente por don Matilde Espinoza Elgatillo y en contra de la empresa Comercial Eccsa S.A., representada legalmente por Alejandro Fridman Pirozanski y en consecuencia se condena las empresas demandadas a pagar solidariamente la suma de $ 25.000.000 a la actora, por concepto de daño moral. II. Que las prestaciones antes indicadas deberán ser reajustadas y devengarán intereses conforme a lo establecido en los artículos 63 del Código del Trabajo. III. Que se condena en costas a las demandadas por haber sido totalmente vencidas. Ejecutoriada la presente sentencia, cúmplase con lo dispuesto en ella dentro de quinto día, bajo apercibimiento de pasar los antecedentes al Juzgado de Cobranza Laboral y Previsional de Santiago.

320

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

321

Regístrese, notifíquese y archívese en su oportunidad. RIT 0 1326 2010 RUC 10 4 0026540 8 Dictada por doña Daniela González Martínez, Juez Suplente del 1º Juzgado de Letras del Trabajo de Santiago En Santiago a trece de agosto de dos mil diez, se notificó por el estado diario la resolución precedente.

II. CORTE DE APELACIONES Santiago, veintinueve de marzo de dos mil once. VISTOS: 1° Que, a fojas 33, el abogado Sr. Félix Vergara Ruiz, por la demandada Comercial Eccsa S.A., deduce recurso de nulidad en contra de la sentencia dictada con fecha 13 de agosto de 2010, en juicio de indemnización de perjuicios por accidente del trabajo, solicitando la invalidación de dicha sentencia por la causal del artículo 477 del Código del Trabajo, esto es, cuando en la tramitación del procedimiento o en la dictación de la sentencia se hubieren infringido sustancialmente derechos o garantías constitucionales, o aquélla se hubiere dictado con infracción de ley que hubiere influido sustancialmente en lo dispositivo del fallo. En cuanto a la infracción de garantías o derechos fundamentales que alega el recurrente, sostiene que la infracción se habría producido en dos momentos: primero, al rechazarse la excepción de prescripción; y segundo, al desestimarse una excepción de incompetencia absoluta. En lo referente al rechazo de la excepción de prescripción, alega que la supuesta vulneración de garantías constitucionales se habría debido a una errónea aplicación del derecho (Cfr. página 15 del escrito de interposición del recurso, en relación al párrafo primero contenido en la página 16); por otra parte, en cuanto al rechazo de la excepción de incompetencia absoluta, también la funda en una supuesta aplicación errónea del derecho, en particular, en lo que dice relación con el artículo 420 del Código del Trabajo. Como último aspecto en lo que se refiere a la eventual infracción de garantías constitucionales, alega el recurrente que ésta se habría verificado ahora en el momento de la dictación de la sentencia, conectando dicha causal con la del artículo 478 letra b) del Código del Trabajo, esto es, cuando haya sido pronunciada con infracción manifiesta de las normas sobre la apreciación de la prueba conforme a las reglas de la sana crítica. Por otra parte, basa el recurso en la segunda causal contemplada en el artículo 477 del Código del Trabajo, esto es, en la infracción de ley que hubiere influido sustancialmente en lo dispositivo de la sentencia, infracción supuesta que la hace consistir en la eventual transgresión de la norma contenida en el artículo 459 N° 4 del Código del Trabajo, en cuanto impone al juez el deber de analizar toda la prueba rendida; y, en el artículo 456 inciso 2° del mismo cuerpo legal, referida al deber de fundamentación de las sentencias. 2° Que, a fojas 72, doña Yasna Maldonado Navarro, por la parte demandante, recurre de nulidad en contra de la sentencia de autos, solicitando la anulación del fallo y la dictación de sentencia de reemplazo, en virtud de las causales contempladas en los artículos 477 y 478 letra b), ambos del Código del Trabajo, las cuales invoca de manera conjunta. En primer lugar, y en cuanto a la causal del artículo 477, sostiene que a su juicio se ha aplicado erróneamente el artículo 69 de la ley Nº 16.744, en relación con las normas contenidas en los artículos 1553 y 1556, éstas últimas del Código Civil, en cuanto al rechazo que se hizo en la sentencia definitiva a la indemnización del lucro cesante. Al fundar la causal, señala por lo pronto que la conclusión contenida en la sentencia no concuerda con el mérito de los antecedentes, en particular con una resolución de la Asociación Chilena de Seguridad que establece un 40% de incapacidad de la demandante. De esta forma, arguye que si se estableció la invalidez, entonces el fallo impugnado incurre en un error al concluir que no procede la indemnización por lucro cesante, por considerar la sentencia –siempre a juicio del recurrente– que dicha invalidez se encuentra cubierta por el seguro contra riesgo de accidentes del trabajo que establece la ley Nº 16.744. En tal sentido, afirma haberse infringido el artículo 69 de la

Santiago, veintinueve de marzo de dos mil once. VISTOS: 1° Que, a fojas 33, el abogado Sr. Félix Vergara Ruiz, por la demandada Comercial Eccsa S.A., deduce recurso de nulidad en contra de la sentencia dictada con fecha 13 de agosto de 2010, en juicio de indemnización de perjuicios por accidente del trabajo, solicitando la invalidación de dicha sentencia por la causal del artículo 477 del Código del Trabajo, esto es, cuando en la tramitación del procedimiento o en la dictación de la sentencia se hubieren infringido sustancialmente derechos o garantías constitucionales, o aquélla se hubiere dictado con infracción de ley que hubiere influido sustancialmente en lo dispositivo del fallo. En cuanto a la infracción de garantías o derechos fundamentales que alega el recurrente, sostiene que la infracción se habría producido en dos momentos: primero, al rechazarse la excepción de prescripción; y segundo, al desestimarse una excepción de incompetencia absoluta. En lo referente al rechazo de la excepción de prescripción, alega que la supuesta vulneración de garantías constitucionales se habría debido a una errónea aplicación del derecho (Cfr. página 15 del escrito de interposición del recurso, en relación al párrafo primero contenido en la página 16); por otra parte, en cuanto al rechazo de la excepción de incompetencia absoluta, también la funda en una supuesta aplicación errónea del derecho, en particular, en lo que dice relación con el artículo 420 del Código del Trabajo. Como último aspecto en lo que se refiere a la eventual infracción de garantías constitucionales, alega el recurrente que ésta se habría verificado ahora en el momento de la dictación de la sentencia, conectando dicha causal con la del artículo 478 letra b) del Código del Trabajo, esto es, cuando haya sido pronunciada con infracción manifiesta de las normas sobre la apreciación de la prueba conforme a las reglas de la sana crítica. Por otra parte, basa el recurso en la segunda causal contemplada en el artículo 477 del Código del Trabajo, esto es, en la infracción de ley que hubiere influido sustancialmente en lo dispositivo de la sentencia, infracción supuesta que la hace consistir en la eventual transgresión de la norma contenida en el artículo 459 N° 4 del Código del Trabajo, en cuanto impone al juez el deber de analizar toda la prueba rendida; y, en el artículo 456 inciso 2° del mismo cuerpo legal, referida al deber de fundamentación de las sentencias. 2° Que, a fojas 72, doña Yasna Maldonado Navarro, por la parte demandante, recurre de nulidad en contra de la sentencia de autos, solicitando la anulación del fallo y la dictación de sentencia de reemplazo, en virtud de las causales contempladas en los artículos 477 y 478 letra b), ambos del Código del Trabajo, las cuales invoca de manera conjunta. En primer lugar, y en cuanto a la causal del artículo 477, sostiene que a su juicio se ha aplicado erróneamente el artículo 69 de la ley Nº 16.744, en relación con las normas contenidas en los artículos 1553 y 1556, éstas últimas del Código Civil, en cuanto al rechazo que se hizo en la sentencia definitiva a la indemnización del lucro cesante. Al fundar la causal, señala por lo pronto que la conclusión contenida en la sentencia no concuerda con el mérito de los antecedentes, en particular con una resolución de la Asociación Chilena de Seguridad que establece un 40% de incapacidad de la demandante. De esta forma, arguye que si se estableció la invalidez, entonces el fallo impugnado incurre en un error al concluir que no procede la indemnización por lucro cesante, por considerar la sentencia –siempre a juicio del recurrente– que dicha invalidez se encuentra cubierta por el seguro contra riesgo de accidentes del trabajo que establece la ley Nº 16.744. En tal sentido, afirma haberse infringido el artículo 69 de la

II. CORTE DE APELACIONES Regístrese, notifíquese y archívese en su oportunidad. RIT 0 1326 2010 RUC 10 4 0026540 8 Dictada por doña Daniela González Martínez, Juez Suplente del 1º Juzgado de Letras del Trabajo de Santiago En Santiago a trece de agosto de dos mil diez, se notificó por el estado diario la resolución precedente. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

321

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

ley Nº 16.744, norma que establece que mediando culpa o dolo del empleador en el accidente laboral, el trabajador víctima del mismo, aparte de las prestaciones a que tiene derecho a percibir del seguro social contra riesgos de accidentes del trabajo y enfermedades profesionales, tiene derecho a las demás indemnizaciones que contempla el derecho común, incluida la reparación del daño moral. Asimismo, y en relación a lo anterior, alega haberse incurrido en una errónea aplicación de los artículos 1553 y 1556 del Código Civil, en cuanto al deber de indemnizar los perjuicios que se derivan de la responsabilidad contractual, lo cual incluye la indemnización por lucro cesante. En segundo lugar, y en lo que respecta a la causal del artículo 478 letra b) del Código del Trabajo, señala la recurrente que el vicio se habría producido en el Considerando 21° de la sentencia impugnada, en cuanto se rechaza la procedencia de la indemnización por lucro cesante, señalando que en el razonamiento por el cual se rechaza dicha indemnización –que apunta a que no se acreditaron los supuestos indispensables para establecer su procedencia, esto es, la merma efectiva del beneficio o provecho que se habría obtenido en determinadas condiciones–, es revelador de una infracción a las reglas de la sana crítica, con lo cual se verificaría la causal de nulidad invocada. Además, agrega que es contradictoria dicha conclusión con lo establecido en otras consideraciones del fallo, como aquélla parte en que se tuvo por establecido el daño para los efectos de la concesión de la indemnización por daño moral. En fin, alega la recurrente que todo lo anterior es revelador de una valoración de la prueba que infringe las reglas de la sana crítica. 3° Que, por su parte, a fojas 87 deduce recurso de nulidad el representante de la demandada Intercity Service S.A., fundado, de manera principal, en la causal del artículo 478 letra a) del Código del Trabajo, esto es, cuando la sentencia haya sido dictada por un juez incompetente. En particular, alega el recurrente que la Magistrado Sra. Daniela de los Ángeles González Martínez detentaba el cargo de juez suplente en el Primer Juzgado del Trabajo de Santiago, durante el período comprendido entre el 5 de julio y el 5 de agosto de 2010 y que la sentencia, al ser dictada el 13 de agosto de 2010, fue dictada por un particular carente de jurisdicción, y por ende, el fallo carecería de toda fuerza legal. En subsidio de lo anterior, invoca la nulidad de la sentencia por la causal del artículo 478 letra e) del Código del Trabajo, en relación a lo dispuesto en el artículo 459 del mismo cuerpo legal, en particular, por contener la sentencia fundamentaciones de hecho y de derecho contradictorias, y por haber sido dictada en ultra petita. Tales vicios, lo hace consistir la recurrente en el hecho de que tal como lo reconoce el fallo en su Considerando 13° la acción entablada en autos corresponde a la de indemnización de perjuicios derivada del incumplimiento o cumplimiento imperfecto de las obligaciones emanadas del contrato de trabajo. En tal sentido, sostiene que la relación laboral entre Intercity Service S.A.y la demandante se extendió desde el 18 de mayo de 2006 y el 31 de marzo de 2009, época en la cual terminó el vínculo por mutuo acuerdo entre las partes, extendiéndose un finiquito firmado ante Notario el 15 de abril de 2009, en el cual se afirma por la demandante que “nada se le adeuda por los conceptos antes indicados ni por algún otro, sea de origen legal o contractual derivado de la prestación de sus servicios y motivo por el cual no teniendo reclamo ni cargo alguno que formular en contra de Intercity Service S.A. le otorgo el más amplio y completo finiquito”. En tal sentido, afirma la demandada recurrente que al reunir tal finiquito los requisitos del artículo 177 del Código del Trabajo, se debe asimilar en su fuerza a una sentencia firme o ejecutoriada. En cuanto a la eventual ultra petita señala que el fallo habría incurrido en tal defecto desde el momento que se estaría pronunciando sobre puntos no sometidos a la decisión del Tribunal, desde que fundamenta la sentencia en la aplicación del estatuto de los artículos 5° y 69 de la ley Nº 16.744, como si se hubiese invocado como causa de pedir lo establecido en el artículo 7° de dicha ley, todo lo cual no ocurrió a juicio de la recurrente, por cuanto la demandada fundó su pretensión en los artículo 183-A y 184 del Código del Trabajo. En subsidio de las dos causales anteriores, invoca la del artículo 478 letra b) del Código del Trabajo, esto es, por haber sido dictada la sentencia con infracción manifiesta de las normas sobre la apreciación de la prueba conforme a las reglas de la sana crítica, respecto a cuya influencia sustancial en lo dispositivo de la sentencia, señala que la causal consiste en haberse apartado el fallo de los principios de la lógica y de las máximas de la experiencia, y en “la falta de ponderación de uno o más medios de prueba que ayudaran al tribunal a llegar a su convicción final”.

322

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

ley Nº 16.744, norma que establece que mediando culpa o dolo del empleador en el accidente laboral, el trabajador víctima del mismo, aparte de las prestaciones a que tiene derecho a percibir del seguro social contra riesgos de accidentes del trabajo y enfermedades profesionales, tiene derecho a las demás indemnizaciones que contempla el derecho común, incluida la reparación del daño moral. Asimismo, y en relación a lo anterior, alega haberse incurrido en una errónea aplicación de los artículos 1553 y 1556 del Código Civil, en cuanto al deber de indemnizar los perjuicios que se derivan de la responsabilidad contractual, lo cual incluye la indemnización por lucro cesante. En segundo lugar, y en lo que respecta a la causal del artículo 478 letra b) del Código del Trabajo, señala la recurrente que el vicio se habría producido en el Considerando 21° de la sentencia impugnada, en cuanto se rechaza la procedencia de la indemnización por lucro cesante, señalando que en el razonamiento por el cual se rechaza dicha indemnización –que apunta a que no se acreditaron los supuestos indispensables para establecer su procedencia, esto es, la merma efectiva del beneficio o provecho que se habría obtenido en determinadas condiciones–, es revelador de una infracción a las reglas de la sana crítica, con lo cual se verificaría la causal de nulidad invocada. Además, agrega que es contradictoria dicha conclusión con lo establecido en otras consideraciones del fallo, como aquélla parte en que se tuvo por establecido el daño para los efectos de la concesión de la indemnización por daño moral. En fin, alega la recurrente que todo lo anterior es revelador de una valoración de la prueba que infringe las reglas de la sana crítica. 3° Que, por su parte, a fojas 87 deduce recurso de nulidad el representante de la demandada Intercity Service S.A., fundado, de manera principal, en la causal del artículo 478 letra a) del Código del Trabajo, esto es, cuando la sentencia haya sido dictada por un juez incompetente. En particular, alega el recurrente que la Magistrado Sra. Daniela de los Ángeles González Martínez detentaba el cargo de juez suplente en el Primer Juzgado del Trabajo de Santiago, durante el período comprendido entre el 5 de julio y el 5 de agosto de 2010 y que la sentencia, al ser dictada el 13 de agosto de 2010, fue dictada por un particular carente de jurisdicción, y por ende, el fallo carecería de toda fuerza legal. En subsidio de lo anterior, invoca la nulidad de la sentencia por la causal del artículo 478 letra e) del Código del Trabajo, en relación a lo dispuesto en el artículo 459 del mismo cuerpo legal, en particular, por contener la sentencia fundamentaciones de hecho y de derecho contradictorias, y por haber sido dictada en ultra petita. Tales vicios, lo hace consistir la recurrente en el hecho de que tal como lo reconoce el fallo en su Considerando 13° la acción entablada en autos corresponde a la de indemnización de perjuicios derivada del incumplimiento o cumplimiento imperfecto de las obligaciones emanadas del contrato de trabajo. En tal sentido, sostiene que la relación laboral entre Intercity Service S.A.y la demandante se extendió desde el 18 de mayo de 2006 y el 31 de marzo de 2009, época en la cual terminó el vínculo por mutuo acuerdo entre las partes, extendiéndose un finiquito firmado ante Notario el 15 de abril de 2009, en el cual se afirma por la demandante que “nada se le adeuda por los conceptos antes indicados ni por algún otro, sea de origen legal o contractual derivado de la prestación de sus servicios y motivo por el cual no teniendo reclamo ni cargo alguno que formular en contra de Intercity Service S.A. le otorgo el más amplio y completo finiquito”. En tal sentido, afirma la demandada recurrente que al reunir tal finiquito los requisitos del artículo 177 del Código del Trabajo, se debe asimilar en su fuerza a una sentencia firme o ejecutoriada. En cuanto a la eventual ultra petita señala que el fallo habría incurrido en tal defecto desde el momento que se estaría pronunciando sobre puntos no sometidos a la decisión del Tribunal, desde que fundamenta la sentencia en la aplicación del estatuto de los artículos 5° y 69 de la ley Nº 16.744, como si se hubiese invocado como causa de pedir lo establecido en el artículo 7° de dicha ley, todo lo cual no ocurrió a juicio de la recurrente, por cuanto la demandada fundó su pretensión en los artículo 183-A y 184 del Código del Trabajo. En subsidio de las dos causales anteriores, invoca la del artículo 478 letra b) del Código del Trabajo, esto es, por haber sido dictada la sentencia con infracción manifiesta de las normas sobre la apreciación de la prueba conforme a las reglas de la sana crítica, respecto a cuya influencia sustancial en lo dispositivo de la sentencia, señala que la causal consiste en haberse apartado el fallo de los principios de la lógica y de las máximas de la experiencia, y en “la falta de ponderación de uno o más medios de prueba que ayudaran al tribunal a llegar a su convicción final”.

322

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

323

Por último, solicita en el escrito de interposición del recurso en la parte petitoria del literal “B/” que “según sea la causal de nulidad acogida, se dicte la pertinente sentencia de reemplazo acogiendo el reclamo formulado por esta parte, o en su defecto, se señale el estado en que quedará el proceso”. Y, teniendo además, presente: 4° Que, en la audiencia efectuada el día 14 de marzo de 2011 ante esta Iltma. Corte de Apelaciones, no compareció representante alguno de la recurrente “Comercial Eccsa S.A.”, motivo por el cual, de acuerdo a lo contemplado en el artículo 481 inciso 3° del Código del Trabajo, corresponde declarar el abandono del recurso respecto al ausente. 5° Que, respecto a las causales invocadas de manera conjunta por la recurrente demandante doña Yasna Maldonado Navarro, cabe tener en consideración que lo que se impugna es el rechazo que se hizo en la sentencia de su pretensión indemnizatoria respecto al lucro cesante, esto es, la utilidad que en virtud del daño se ha dejado de percibir, y que en la especie, tendría su origen en el accidente que motivó la interposición de la demanda. 6° Que, del análisis del contenido del Considerando 21° se advierte que en la sentencia no se percibe una errónea aplicación del derecho con influencia en lo dispositivo de la sentencia, ni mucho menos, una vulneración a las normas de apreciación de la prueba según las normas de la sana crítica, toda vez que en el considerando en comento se hace un análisis correcto respecto a la naturaleza del lucro cesante y la necesidad de que sea acreditado por quién lo alega. En tal sentido, cabe tener presente que el daño patrimonial es aquel que afecta bienes que tienen un significado económico, que se expresa en un valor de cambio. En otras palabras, el daño patrimonial se traduce en una disminución del activo (en razón de la destrucción o el deterioro de una cosa, de gastos en que la víctima debe incurrir, o por cualquiera otra pérdida patrimonial), o porque el hecho del responsable ha impedido que el activo se incremente (como ocurre con la paralización de una actividad empresarial o con la incapacidad laboral). La disminución del activo da lugar a un daño emergente y la imposibilidad de que se incremente, a un lucro cesante. 7° Que, en lo que concierne a lo que se consigna en la parte final del mencionado Considerando 21°, en orden a que “… la compensación de este tipo de daño se encuentra establecida a través de la ley sobre Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales a las cuales el trabajador puede acceder…”, se debe tener presente que se trata de un argumento dado sólo a mayor abundamiento, y que no modifica la razón de fondo para el rechazo de la indemnización, cual es la falta de acreditación de los presupuestos del lucro cesante. 8° Que, sin perjuicio de lo expuesto en el Considerando Séptimo de esta sentencia, se debe concluir que no existe errónea aplicación del derecho en el razonamiento expuesto en la sentencia recurrida, ni tampoco, en la especie, las conclusiones a que llega el fallo se derivan de una incorrecta apreciación de la prueba. Al respecto, alega el recurrente que el antecedente que permite probar la existencia de este tipo de daño es una respuesta de la Asociación Chilena de Seguridad que establece la incapacidad de la demandante en un 40%. Sin embargo, ello sólo es un antecedente para la viabilidad de una indemnización de este tipo, puesto que aún resta acreditar la merma efectiva económica que dicha incapacidad implica, en el sentido de que represente una imposibilidad para que sus activos se incrementen. Así las cosas, en la demanda (páginas 25 y 26) afirma la actora que el lucro cesante es la diferencia entre la entidad de su patrimonio, tal como estaba al momento de producirse el accidente laboral, y el que tendría por medio del aumento que no se ha realizado por causa directa de dicho accidente. Con lo anterior queda de manifiesto la carencia probatoria de la demandante, por cuanto, si bien acreditó la incapacidad, no lo hizo respecto al eventual aumento patrimonial que se debería producir de no mediar el accidente, teniendo en consideración además, que el término de la relación laboral se realizó de “común acuerdo” según quedó estampado en el finiquito de fecha 15 de abril de 2009. 9° Que, en consecuencia, no puede prosperar el recurso respecto a estas causales deducidas de manera conjunta, por cuanto no existe ni error en la aplicación del derecho, ni mucho menos una infracción “manifiesta” a las reglas sobre apreciación de la prueba, conforme a las reglas de la sana crítica. 10° Que, reafirma lo anterior, la circunstancia que en el libelo de nulidad, la demandante señala como fundamento de la causal del artículo 478 letra b), el hecho de contener la sentencia una fundamentación contraria a la lógica (fojas 82 y 83), en el sentido de imputar al fallo una falta de armonía

Por último, solicita en el escrito de interposición del recurso en la parte petitoria del literal “B/” que “según sea la causal de nulidad acogida, se dicte la pertinente sentencia de reemplazo acogiendo el reclamo formulado por esta parte, o en su defecto, se señale el estado en que quedará el proceso”. Y, teniendo además, presente: 4° Que, en la audiencia efectuada el día 14 de marzo de 2011 ante esta Iltma. Corte de Apelaciones, no compareció representante alguno de la recurrente “Comercial Eccsa S.A.”, motivo por el cual, de acuerdo a lo contemplado en el artículo 481 inciso 3° del Código del Trabajo, corresponde declarar el abandono del recurso respecto al ausente. 5° Que, respecto a las causales invocadas de manera conjunta por la recurrente demandante doña Yasna Maldonado Navarro, cabe tener en consideración que lo que se impugna es el rechazo que se hizo en la sentencia de su pretensión indemnizatoria respecto al lucro cesante, esto es, la utilidad que en virtud del daño se ha dejado de percibir, y que en la especie, tendría su origen en el accidente que motivó la interposición de la demanda. 6° Que, del análisis del contenido del Considerando 21° se advierte que en la sentencia no se percibe una errónea aplicación del derecho con influencia en lo dispositivo de la sentencia, ni mucho menos, una vulneración a las normas de apreciación de la prueba según las normas de la sana crítica, toda vez que en el considerando en comento se hace un análisis correcto respecto a la naturaleza del lucro cesante y la necesidad de que sea acreditado por quién lo alega. En tal sentido, cabe tener presente que el daño patrimonial es aquel que afecta bienes que tienen un significado económico, que se expresa en un valor de cambio. En otras palabras, el daño patrimonial se traduce en una disminución del activo (en razón de la destrucción o el deterioro de una cosa, de gastos en que la víctima debe incurrir, o por cualquiera otra pérdida patrimonial), o porque el hecho del responsable ha impedido que el activo se incremente (como ocurre con la paralización de una actividad empresarial o con la incapacidad laboral). La disminución del activo da lugar a un daño emergente y la imposibilidad de que se incremente, a un lucro cesante. 7° Que, en lo que concierne a lo que se consigna en la parte final del mencionado Considerando 21°, en orden a que “… la compensación de este tipo de daño se encuentra establecida a través de la ley sobre Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales a las cuales el trabajador puede acceder…”, se debe tener presente que se trata de un argumento dado sólo a mayor abundamiento, y que no modifica la razón de fondo para el rechazo de la indemnización, cual es la falta de acreditación de los presupuestos del lucro cesante. 8° Que, sin perjuicio de lo expuesto en el Considerando Séptimo de esta sentencia, se debe concluir que no existe errónea aplicación del derecho en el razonamiento expuesto en la sentencia recurrida, ni tampoco, en la especie, las conclusiones a que llega el fallo se derivan de una incorrecta apreciación de la prueba. Al respecto, alega el recurrente que el antecedente que permite probar la existencia de este tipo de daño es una respuesta de la Asociación Chilena de Seguridad que establece la incapacidad de la demandante en un 40%. Sin embargo, ello sólo es un antecedente para la viabilidad de una indemnización de este tipo, puesto que aún resta acreditar la merma efectiva económica que dicha incapacidad implica, en el sentido de que represente una imposibilidad para que sus activos se incrementen. Así las cosas, en la demanda (páginas 25 y 26) afirma la actora que el lucro cesante es la diferencia entre la entidad de su patrimonio, tal como estaba al momento de producirse el accidente laboral, y el que tendría por medio del aumento que no se ha realizado por causa directa de dicho accidente. Con lo anterior queda de manifiesto la carencia probatoria de la demandante, por cuanto, si bien acreditó la incapacidad, no lo hizo respecto al eventual aumento patrimonial que se debería producir de no mediar el accidente, teniendo en consideración además, que el término de la relación laboral se realizó de “común acuerdo” según quedó estampado en el finiquito de fecha 15 de abril de 2009. 9° Que, en consecuencia, no puede prosperar el recurso respecto a estas causales deducidas de manera conjunta, por cuanto no existe ni error en la aplicación del derecho, ni mucho menos una infracción “manifiesta” a las reglas sobre apreciación de la prueba, conforme a las reglas de la sana crítica. 10° Que, reafirma lo anterior, la circunstancia que en el libelo de nulidad, la demandante señala como fundamento de la causal del artículo 478 letra b), el hecho de contener la sentencia una fundamentación contraria a la lógica (fojas 82 y 83), en el sentido de imputar al fallo una falta de armonía ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

323

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

324

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

al momento en que, por una parte, tiene por acreditados los hechos para la concesión de la indemnización por daño moral, y a la vez, no los tendría por acreditados para efectos de conceder la indemnización por lucro cesante. Al respecto, las consideraciones contenidas en la sentencia impugnada no se apartan de los principios de la lógica, toda vez, que como se señala latamente en el fallo recurrido, la indemnización por daño moral obedece a parámetros y requisitos totalmente distintos a los del daño emergente (lucro cesante), motivo por el cual, no atenta contra la lógica, y por ende, no constituye un razonamiento incoherente la afirmación respecto a que se cumplen los requisitos para una y no para la otra indemnización. 11° Que en cuanto al recurso de nulidad interpuesto por la demandada Intercity Service S.A., cabe tener en consideración, como primer aspecto, que el contenido de las peticiones concretas expresadas en el petitorio de fojas 97 no es claro en señalar la petición que se solicita para cada uno de los recursos, lo que afecta la apropiada inteligibilidad del mismo, y por otra parte, atenta contra el carácter estricto del recurso de nulidad que intentó. En este sentido, la recurrente ha invocado una causal principal, y dos subsidiarias, señalando genéricamente que según sea la causal que se acoja, “se dicte la pertinente sentencia de reemplazo”, o en su defecto, “se señale el estado en que quedará el proceso”, sin especificar qué es lo concretamente solicitado, según sea la causal que se acogiere. La cuestión resulta fundamental, por cuanto si esta Corte decidiera acoger una u otra causal, implicaría no poder tomar una decisión concreta respecto a lo resolutivo, siempre en el contexto de la petición del solicitante, lo cual, a juicio de estos sentenciadores, transforma en improcedente el recurso. 12° Que, lo anterior, implica la improcedencia del recurso de nulidad deducido a fojas 87. Por estas consideraciones, y las disposiciones legales pertinentes: I. Se declara abandonado el recurso de nulidad interpuesto a fojas 33 por el representante de Comercial Eccsa S.A. por no haber concurrido a estrados. II. Se rechazan los recursos de nulidad interpuestos a fojas 72 y 87, y en consecuencia, se declara que la sentencia NO ES NULA. Regístrese y devuélvase. Redacción del Abogado Integrante Sr. Patricio González Marín. N° Reforma Laboral 1.208-2010. Pronunciada por la Octava Sala de esta Iltma. Corte de Apelaciones de Santiago, presidida por el Ministro señor Juan Escobar Zepeda e integrada por la Ministro señora Gloria Ana Chevesich Ruiz y por el Abogado Integrante señor Patricio González Marín.

al momento en que, por una parte, tiene por acreditados los hechos para la concesión de la indemnización por daño moral, y a la vez, no los tendría por acreditados para efectos de conceder la indemnización por lucro cesante. Al respecto, las consideraciones contenidas en la sentencia impugnada no se apartan de los principios de la lógica, toda vez, que como se señala latamente en el fallo recurrido, la indemnización por daño moral obedece a parámetros y requisitos totalmente distintos a los del daño emergente (lucro cesante), motivo por el cual, no atenta contra la lógica, y por ende, no constituye un razonamiento incoherente la afirmación respecto a que se cumplen los requisitos para una y no para la otra indemnización. 11° Que en cuanto al recurso de nulidad interpuesto por la demandada Intercity Service S.A., cabe tener en consideración, como primer aspecto, que el contenido de las peticiones concretas expresadas en el petitorio de fojas 97 no es claro en señalar la petición que se solicita para cada uno de los recursos, lo que afecta la apropiada inteligibilidad del mismo, y por otra parte, atenta contra el carácter estricto del recurso de nulidad que intentó. En este sentido, la recurrente ha invocado una causal principal, y dos subsidiarias, señalando genéricamente que según sea la causal que se acoja, “se dicte la pertinente sentencia de reemplazo”, o en su defecto, “se señale el estado en que quedará el proceso”, sin especificar qué es lo concretamente solicitado, según sea la causal que se acogiere. La cuestión resulta fundamental, por cuanto si esta Corte decidiera acoger una u otra causal, implicaría no poder tomar una decisión concreta respecto a lo resolutivo, siempre en el contexto de la petición del solicitante, lo cual, a juicio de estos sentenciadores, transforma en improcedente el recurso. 12° Que, lo anterior, implica la improcedencia del recurso de nulidad deducido a fojas 87. Por estas consideraciones, y las disposiciones legales pertinentes: I. Se declara abandonado el recurso de nulidad interpuesto a fojas 33 por el representante de Comercial Eccsa S.A. por no haber concurrido a estrados. II. Se rechazan los recursos de nulidad interpuestos a fojas 72 y 87, y en consecuencia, se declara que la sentencia NO ES NULA. Regístrese y devuélvase. Redacción del Abogado Integrante Sr. Patricio González Marín. N° Reforma Laboral 1.208-2010. Pronunciada por la Octava Sala de esta Iltma. Corte de Apelaciones de Santiago, presidida por el Ministro señor Juan Escobar Zepeda e integrada por la Ministro señora Gloria Ana Chevesich Ruiz y por el Abogado Integrante señor Patricio González Marín.

324

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

325

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol N° 1280-2010 Cita online: CL/JUR/15416/2010 I. SENTENCIA DEL JUZGADO DE LETRAS DEL TRABAJO Santiago, veintisiete de agosto de dos mil diez. VISTOS, OÍDOS y CONSIDERANDO: PRIMERO: Que don Eduardo Mauricio Espinoza Cares, empleado, domiciliado en Santa Marta 184, Villa El Rosario, comuna de San Bernardo, señala que presenta demanda de indemnización de perjuicios por accidente del trabajo, por responsabilidad contractual en procedimiento de aplicación general, en contra de su ex empleadora Ingeniería y Construcción Sigdo Koppers S.A. en adelante Sigdo Koopers del giro de su denominación, representada legalmente por don Rodrigo Muñoz Fritz, ignoro profesión, ambos domiciliados en Málaga 120, comuna de Las Condes y solidariamente en contra de Posco Engineering Construction Co. Ltd. Agencia en Chile, en adelante Posco, representada legalmente por don OH Won Woong, ambos domiciliados en Vitacura 2939, oficina 1901, Las Condes y/o Arturo Prat 214, oficina 301, comuna de Antofagasta, sustenta el origen de la obligación de esta última demandada en lo dispuesto en el artículo 183 B del Código del Trabajo vigente a la fecha del accidente. Con fecha 21 de octubre de 2009 ingresó a trabajar a la empresa Ingeniería y Construcción Sigdo Koppers S.A., como albañil. Mi remuneración bruta mensual ascendía a la cantidad de $ 459.013 aproximadamente. Hace presente que con anterioridad ya había trabajado para la referida demandada, en otras obras también realizando labores de albañil. La jornada de trabajo era de 20 día de trabajos continuos seguidos de 10 días de descanso y el horario de trabajo era de 08:00 a 18:36 horas con una hora de colación no imputable a la jornada de trabajo. Con fecha 21 de octubre de 2009, al firmar mi contrato de trabajo se me ordenó ir a trabajar a la Planta Termoeléctrica Central Angamos, la empleadora Sigdo Koppers había sido subcontratada para prestar servicios allí para realizar labores de obras civiles, estructuras y montajes eléctricos e industriales. En la fecha del accidente el actor junto a numerosos trabajadores de Sigdo Koppers se encontraban desarrollando labores en la obra o faena de la Planta Termoeléctrica Central Angamos, de la Empresa Eléctrica Angamos S.A. filial de AES Gener S.A., bajo las instrucciones y subordinación de Sigdo Koppers quien se encontraba encargada de ejecutar las obras y servicios señalados, por su cuenta y riesgo y con trabajadores bajo su dependencia, para la dueña de la obra o mandante Gener S.A. en las que se desarrollan los servicios o ejecutan las obras contratadas. El 14 de diciembre de 2009, el actor concurrió a las faenas de la Planta Termoeléctrica Central Angamos, ubicada en Avenida Longitudinal S/N Mejillones, para realizar las labores diarias, ese día me encontraba ejecutando labores de chipeado con taladro rotomartillo (picar concreto) en una base de hormigón, trabajo que se me asignó por el Capataz de Sigdo Koppers Sr. Ario Belsham y que consta en HCR y AST de la empresa, en el cual se encuentra el nombre y firma del demandante. Hace presente que para realizar su trabajo se encontraba con protectores de oídos requeridos para ello y con todos los implementos de seguridad que le entregaba la empresa para desarrollar su trabajo. Aproximadamente a las 16:00 horas del día 14 de diciembre de 2009, y cuando se encontraba en plenas labores de chipeado, cayó sobre su cuerpo una estructura de FRP (fibra con compuesto de metal), estructura que se encontraba mal instalada en la Torre de Enfriamiento (Cooling Tower). La referida estructura tiene una altura de aproximadamente 10 metros y un peso de 2 toneladas y al caer golpeó su cabeza, luego su espalda y columna, para luego aplastarlo quedando parte de la estructura sobre su cuerpo. Minutos después del accidente laboral de que fue víctima llegó personal de la empresa y un paramédico, con una camilla y una tabla espinal; fue sacado del lugar en camilla, siendo trasladado a una oficina, donde sin prever posibles daños en mi cuello o columna fue puesto de pie, le rasgaron la ropa, dejándolo solo la ropa interior, alguien le suturo el parpado superior derecho, lo pusieron nuevamente en la camilla y lo trasladaron a la Clínica La Portada, donde quisieron ingresar el accidente como una caída de altura de un décimo piso, pero como el demandante no perdió el conocimiento a pesar del intenso e insostenible dolor que sentía en ese momento le informó de inmediato a la enfermera que esa no era la versión real de cómo ocurrió el accidente y que lo real es que se había caído la es-

Santiago, veintisiete de agosto de dos mil diez. VISTOS, OÍDOS y CONSIDERANDO: PRIMERO: Que don Eduardo Mauricio Espinoza Cares, empleado, domiciliado en Santa Marta 184, Villa El Rosario, comuna de San Bernardo, señala que presenta demanda de indemnización de perjuicios por accidente del trabajo, por responsabilidad contractual en procedimiento de aplicación general, en contra de su ex empleadora Ingeniería y Construcción Sigdo Koppers S.A. en adelante Sigdo Koopers del giro de su denominación, representada legalmente por don Rodrigo Muñoz Fritz, ignoro profesión, ambos domiciliados en Málaga 120, comuna de Las Condes y solidariamente en contra de Posco Engineering Construction Co. Ltd. Agencia en Chile, en adelante Posco, representada legalmente por don OH Won Woong, ambos domiciliados en Vitacura 2939, oficina 1901, Las Condes y/o Arturo Prat 214, oficina 301, comuna de Antofagasta, sustenta el origen de la obligación de esta última demandada en lo dispuesto en el artículo 183 B del Código del Trabajo vigente a la fecha del accidente. Con fecha 21 de octubre de 2009 ingresó a trabajar a la empresa Ingeniería y Construcción Sigdo Koppers S.A., como albañil. Mi remuneración bruta mensual ascendía a la cantidad de $ 459.013 aproximadamente. Hace presente que con anterioridad ya había trabajado para la referida demandada, en otras obras también realizando labores de albañil. La jornada de trabajo era de 20 día de trabajos continuos seguidos de 10 días de descanso y el horario de trabajo era de 08:00 a 18:36 horas con una hora de colación no imputable a la jornada de trabajo. Con fecha 21 de octubre de 2009, al firmar mi contrato de trabajo se me ordenó ir a trabajar a la Planta Termoeléctrica Central Angamos, la empleadora Sigdo Koppers había sido subcontratada para prestar servicios allí para realizar labores de obras civiles, estructuras y montajes eléctricos e industriales. En la fecha del accidente el actor junto a numerosos trabajadores de Sigdo Koppers se encontraban desarrollando labores en la obra o faena de la Planta Termoeléctrica Central Angamos, de la Empresa Eléctrica Angamos S.A. filial de AES Gener S.A., bajo las instrucciones y subordinación de Sigdo Koppers quien se encontraba encargada de ejecutar las obras y servicios señalados, por su cuenta y riesgo y con trabajadores bajo su dependencia, para la dueña de la obra o mandante Gener S.A. en las que se desarrollan los servicios o ejecutan las obras contratadas. El 14 de diciembre de 2009, el actor concurrió a las faenas de la Planta Termoeléctrica Central Angamos, ubicada en Avenida Longitudinal S/N Mejillones, para realizar las labores diarias, ese día me encontraba ejecutando labores de chipeado con taladro rotomartillo (picar concreto) en una base de hormigón, trabajo que se me asignó por el Capataz de Sigdo Koppers Sr. Ario Belsham y que consta en HCR y AST de la empresa, en el cual se encuentra el nombre y firma del demandante. Hace presente que para realizar su trabajo se encontraba con protectores de oídos requeridos para ello y con todos los implementos de seguridad que le entregaba la empresa para desarrollar su trabajo. Aproximadamente a las 16:00 horas del día 14 de diciembre de 2009, y cuando se encontraba en plenas labores de chipeado, cayó sobre su cuerpo una estructura de FRP (fibra con compuesto de metal), estructura que se encontraba mal instalada en la Torre de Enfriamiento (Cooling Tower). La referida estructura tiene una altura de aproximadamente 10 metros y un peso de 2 toneladas y al caer golpeó su cabeza, luego su espalda y columna, para luego aplastarlo quedando parte de la estructura sobre su cuerpo. Minutos después del accidente laboral de que fue víctima llegó personal de la empresa y un paramédico, con una camilla y una tabla espinal; fue sacado del lugar en camilla, siendo trasladado a una oficina, donde sin prever posibles daños en mi cuello o columna fue puesto de pie, le rasgaron la ropa, dejándolo solo la ropa interior, alguien le suturo el parpado superior derecho, lo pusieron nuevamente en la camilla y lo trasladaron a la Clínica La Portada, donde quisieron ingresar el accidente como una caída de altura de un décimo piso, pero como el demandante no perdió el conocimiento a pesar del intenso e insostenible dolor que sentía en ese momento le informó de inmediato a la enfermera que esa no era la versión real de cómo ocurrió el accidente y que lo real es que se había caído la es-

I. SENTENCIA DEL JUZGADO DE LETRAS DEL TRABAJO

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol N° 1280-2010 Cita online: CL/JUR/15416/2010 ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

325

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

tructura. Indudablemente el accidente que sufrió fue a consecuencia directa e inmediata de las condiciones riesgosas en que se desarrollaban los trabajos, esto es, sin las medidas de seguridad y de protección que resguardaran eficazmente la salud e integridad física, atendida la actividad y el lugar donde se encontraba desarrollando las labores por instrucciones directas del empleador Sigdo Kopper quien las instruía a través del Capataz, no mereciendo excusa alguna que el empleador no haya tomado las medidas para prevenirlo incumpliendo el deber de seguridad y prevención a que lo obliga el contrato de trabajo y las leyes laborales y de seguridad social. Resulta sorprendente que la demandada no hubiera tomado ni la más mínima precaución y coordinación para el desarrollo de los trabajos de instalación de la estructura que le cayó encima al demandante, aplastándolo y sin prevenir riesgos y accidentes laborales, lo que es más grave aun si se considerar que tomar precauciones en una situación de evidente peligro era su obligación, como también resguardar las condiciones de higiene y seguridad de sus trabajadores. Es decir, la negligencia y indolencia de la demandada es total y completamente inexcusable. Debido a la gravedad de las lesiones fue trasladado a la Clínica La Portada, ubicada en Antofagasta, siendo con esa misma fecha calificado el accidente por la Mutual de Seguridad de Antofagasta como un accidente del trabajo, otorgándole las prestaciones médicas de rigor y proporcionándole los subsidios por incapacidad laboral que franquea la ley Nº 16.744. Debido al accidente sufrió lesiones de gravedad tales como Politraumatismo grave, TEC complicado, Fractura de cráneo occipital, Trauma toráxico complicado, Fracturas costales múltiples, Hemotórax bilateral, Fractura columna dorsal, Fractura por aplastamiento T6, Luxo fractura T9 TI O y T11, y Fractura apófisis transversas de los mismos segmentos. La evaluación traumatológica confirmó fractura tipo Burst de T6 estable y luxo fractura de T9 a T1 1 inestable, que fue fijada mediante intervención quirúrgica de fecha 17 de diciembre de 2009 (cirugía de la columna). Posteriormente con fecha 23 de diciembre de 2009, se realiza una nueva cirugía maxilofacial para la reconstrucción del piso de órbita y osteosíntesis con placa, implante de prótesis de titanio en el maxilofacial derecho de su rostro. Tal como ya señaló lo han operado ya dos veces, pero aún tiene pendiente otra operación maxilofacial, a raíz del implante de prótesis de titanio en el maxilofacial derecho de su rostro. Con fecha 4 de enero de 2010, fue dado de alta de la Clínica La Portada, sin embargo, debido a todo lo anterior, he debido iniciar un largo y doloroso tratamiento en la Mutual de Seguridad, a la que concurro casi todos los días de la semana para realizar terapia maxilofacial, terapia de columna, asistir al psicólogo, psiquiatra, neurocirujano y especialista en dolor, encontrándome actualmente con licencia, reposo y totalmente incapacitado para ejercer cualquier tipo de actividad que requiere un esfuerzo físico. Atendida la naturaleza y magnitud de las lesiones que sufrió por el accidente del trabajo, quedará con secuelas e incapacidades permanentes. Demás está señalar que actualmente, cuando ya han transcurrido varios meses del accidente, se desplaza con mucha dificultad, no puede efectuar trabajo alguno y desde que fue dado de alta en la Clínica La Portada de Antofagasta, debe utilizar un corset de metal forrado, que le causa un terrible dolor y no tiene fecha para poder quitárselo, debido a las lesiones en la espalda. Evidentemente ya no podrá desarrollar labores como albañil. Debido a las lesiones, perdió parte de la movilidad de la espalda, no puede caminar bien, lo que le impide mantenerse de pie por mucho tiempo, tampoco podrá laborar en la mayoría de los oficios o labores corrientes, a lo que se suman los fuertes dolores. A la fecha tiene 41 años de edad, antes del accidente era el sustento principal de su hogar, ya que su cónyuge realizaba labores de asesora de hogar, percibiendo una remuneración de $ 135.950 mensuales, pero debido a la gravedad de las lesiones ocasionadas por el accidente y a los cuidados que requería debió dejar de trabajar, subsistiendo ahora junto a su esposa y dos hijos Bryan y Polett Espinoza Vega de 13 y 11 años de edad, sólo con el subsidio laboral, lo que no les alcanza para cubrir las necesidades. Todo lo relatado precedentemente se encuentra dentro de lo que en la doctrina se denomina perjuicio de sufrimiento, del cual es víctima. En la actualidad sufre dolores crónicos en espalda, cabeza, cráneo, rostro y en casi todo mi cuerpo, además no puede desplazarse bien ni caminar con normalidad, lo que lo priva de poder practicar cualquier actividad deportiva, en particular el baby fútbol que jugaba tanto en el trabajo como en el barrio. Tampoco podrá seguir tocando música junto a su hijo quien toca la guitarra eléctrica, el actor tocaba la batería, desde hace más de 10 años tocaba, pues ahora por la dificultad de movimiento y los dolores que el ruido le provoca está imposibilitado de seguir tocando música, es decir no puede ni podrá desarrollar cual-

326

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

tructura. Indudablemente el accidente que sufrió fue a consecuencia directa e inmediata de las condiciones riesgosas en que se desarrollaban los trabajos, esto es, sin las medidas de seguridad y de protección que resguardaran eficazmente la salud e integridad física, atendida la actividad y el lugar donde se encontraba desarrollando las labores por instrucciones directas del empleador Sigdo Kopper quien las instruía a través del Capataz, no mereciendo excusa alguna que el empleador no haya tomado las medidas para prevenirlo incumpliendo el deber de seguridad y prevención a que lo obliga el contrato de trabajo y las leyes laborales y de seguridad social. Resulta sorprendente que la demandada no hubiera tomado ni la más mínima precaución y coordinación para el desarrollo de los trabajos de instalación de la estructura que le cayó encima al demandante, aplastándolo y sin prevenir riesgos y accidentes laborales, lo que es más grave aun si se considerar que tomar precauciones en una situación de evidente peligro era su obligación, como también resguardar las condiciones de higiene y seguridad de sus trabajadores. Es decir, la negligencia y indolencia de la demandada es total y completamente inexcusable. Debido a la gravedad de las lesiones fue trasladado a la Clínica La Portada, ubicada en Antofagasta, siendo con esa misma fecha calificado el accidente por la Mutual de Seguridad de Antofagasta como un accidente del trabajo, otorgándole las prestaciones médicas de rigor y proporcionándole los subsidios por incapacidad laboral que franquea la ley Nº 16.744. Debido al accidente sufrió lesiones de gravedad tales como Politraumatismo grave, TEC complicado, Fractura de cráneo occipital, Trauma toráxico complicado, Fracturas costales múltiples, Hemotórax bilateral, Fractura columna dorsal, Fractura por aplastamiento T6, Luxo fractura T9 TI O y T11, y Fractura apófisis transversas de los mismos segmentos. La evaluación traumatológica confirmó fractura tipo Burst de T6 estable y luxo fractura de T9 a T1 1 inestable, que fue fijada mediante intervención quirúrgica de fecha 17 de diciembre de 2009 (cirugía de la columna). Posteriormente con fecha 23 de diciembre de 2009, se realiza una nueva cirugía maxilofacial para la reconstrucción del piso de órbita y osteosíntesis con placa, implante de prótesis de titanio en el maxilofacial derecho de su rostro. Tal como ya señaló lo han operado ya dos veces, pero aún tiene pendiente otra operación maxilofacial, a raíz del implante de prótesis de titanio en el maxilofacial derecho de su rostro. Con fecha 4 de enero de 2010, fue dado de alta de la Clínica La Portada, sin embargo, debido a todo lo anterior, he debido iniciar un largo y doloroso tratamiento en la Mutual de Seguridad, a la que concurro casi todos los días de la semana para realizar terapia maxilofacial, terapia de columna, asistir al psicólogo, psiquiatra, neurocirujano y especialista en dolor, encontrándome actualmente con licencia, reposo y totalmente incapacitado para ejercer cualquier tipo de actividad que requiere un esfuerzo físico. Atendida la naturaleza y magnitud de las lesiones que sufrió por el accidente del trabajo, quedará con secuelas e incapacidades permanentes. Demás está señalar que actualmente, cuando ya han transcurrido varios meses del accidente, se desplaza con mucha dificultad, no puede efectuar trabajo alguno y desde que fue dado de alta en la Clínica La Portada de Antofagasta, debe utilizar un corset de metal forrado, que le causa un terrible dolor y no tiene fecha para poder quitárselo, debido a las lesiones en la espalda. Evidentemente ya no podrá desarrollar labores como albañil. Debido a las lesiones, perdió parte de la movilidad de la espalda, no puede caminar bien, lo que le impide mantenerse de pie por mucho tiempo, tampoco podrá laborar en la mayoría de los oficios o labores corrientes, a lo que se suman los fuertes dolores. A la fecha tiene 41 años de edad, antes del accidente era el sustento principal de su hogar, ya que su cónyuge realizaba labores de asesora de hogar, percibiendo una remuneración de $ 135.950 mensuales, pero debido a la gravedad de las lesiones ocasionadas por el accidente y a los cuidados que requería debió dejar de trabajar, subsistiendo ahora junto a su esposa y dos hijos Bryan y Polett Espinoza Vega de 13 y 11 años de edad, sólo con el subsidio laboral, lo que no les alcanza para cubrir las necesidades. Todo lo relatado precedentemente se encuentra dentro de lo que en la doctrina se denomina perjuicio de sufrimiento, del cual es víctima. En la actualidad sufre dolores crónicos en espalda, cabeza, cráneo, rostro y en casi todo mi cuerpo, además no puede desplazarse bien ni caminar con normalidad, lo que lo priva de poder practicar cualquier actividad deportiva, en particular el baby fútbol que jugaba tanto en el trabajo como en el barrio. Tampoco podrá seguir tocando música junto a su hijo quien toca la guitarra eléctrica, el actor tocaba la batería, desde hace más de 10 años tocaba, pues ahora por la dificultad de movimiento y los dolores que el ruido le provoca está imposibilitado de seguir tocando música, es decir no puede ni podrá desarrollar cual-

326

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

327

quier otra actividad que requiera precisión. En definitiva, nunca recuperará la fuerza y habilidad que tenía antes del accidente, con las limitaciones que ello significa. El daño físico y psicológico que reportó lo mantiene con una fuerte depresión, habiéndose traspasado la angustia a su familia, la cual vive diariamente su deterioro porque no puede realizar las actividades normales a las que estaba acostumbrado antes del accidente. Menos aún puede jugar con sus hijos a la pelota, salir a pasear o tocar música, ni realizar labores u oficios ordinarios para el común de las personas, por lo que su capacidad laboral se encuentra absolutamente limitada, sintiéndose tremendamente inútil para mi familia. En efecto, estas lesiones le han privado de las diversas satisfacciones de orden social, mundano y deportivo que normalmente benefician a un hombre de su edad y condición. Este accidente y el tratamiento médico, le han significado progresivamente la pérdida de todos los entretenimientos comunes y ordinarios de la vida, afectando incluso mi salud mental. El artículo 5º de la ley Nº 16.744, señala que es accidente del trabajo toda lesión que sufra una persona a causa o con ocasión de su trabajo y que le produzca incapacidad o muerte. Por ello de todo lo relatado precedentemente queda claro que el accidente que sufrió es un accidente del trabajo y que los perjuicios que he padecido son enormes en todo ámbito. Con la entrada en vigencia de la ley Nº 20.123, que reguló el trabajo en régimen de subcontratación, incorporando un nuevo artículo 183 E, el cual complementó lo dispuesto en el artículo 184, ambas normas del C. del Trabajo y estableció la obligación de la empresa principal de velar por la seguridad de los trabajadores de los contratistas y subcontratistas. Así el artículo 183 E del Código del Trabajo dispone: “Sin perjuicio de las obligaciones de la empresa principal, contratista y subcontratista, respecto de sus propios trabajadores en virtud de lo dispuesto en el artículo 184, la empresa principal deberá adoptar las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de todos los trabajadores que laboran en su obra, empresa o faena, cualquiera sea su dependencia, en conformidad a lo dispuesto en el artículo 66 bis de la Ley N° 16.744 y el artículo 3 del decreto supremo Nº 594, de 1999, del Ministerio de Salud”. La obligación de otorgar seguridad en el trabajo, bajo todos sus aspectos, es una de las manifestaciones concretas del deber de protección del empleador, de la empresa principal, contratista y subcontratista, y su cabal cumplimiento es de una trascendencia superior a las de una simple obligación de una de las partes en un negocio jurídico, Dicha obligación es fundamental, pues busca prevenir los riesgos profesionales, resguardando así la vida y salud de los trabajadores, materia de suma importancia tanto para los propios trabajadores, como para sus familias y la sociedad. El cumplimiento de este deber no queda entregado a la autonomía de la voluntad de las partes, ni menos a la decisión unilateral del empleador, dicha regulación comprende en general una serie de normas de derecho necesario, cuyo contenido, forma y extensión se encuentran establecidas en normas de orden público, sin perjuicio de otras normativas adicionales decididas o convenidas con el propio empleador. Del tenor literal del artículo 184 inciso primero del Código del Trabajo, se desprende que el empleador debe adoptar todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de sus trabajadores. La palabra eficazmente, apunta a un efecto de resultado, claramente lo que se busca es un resultado, el cual es prevenir los accidentes. Pero además, debe considerársela referida a la magnitud de las responsabilidad y acuciosidad con que el empleador debe dar cumplimiento a su obligación de prevención y seguridad. En definitiva cabe inferir una máxima exigencia del legislador. La obligación de prevención y seguridad que pesa sobre el empleador, se encuentra regulada en el título VIII de la ley Nº 16.744 sobre “Seguro social contra riesgos de accidentes de trabajo y enfermedades profesionales”, en sus artículos 66, 66 bis, 67 y 68, cuyo reglamento fue aprobado por el decreto supremo N° 40 de 1969. del Ministerio del Trabajo y Previsión Social. De lo relatado resulta indudable que existen normativas en prevención de riesgos precisas que la demandada ha incumplido, como asimismo, normas sobre una adecuada y optima capacitación e información de los riesgos a los trabajadores. Siendo la obligación de protección estatuida en el inciso 1º del artículo 184 del C. del Trabajo, una obligación de la naturaleza del contrato, la que además emana de la ley, ésta obliga al empleador, ya que de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 1556 del C. Civil, a propósito de las obligaciones contractuales, los contratos obligan no sólo a lo que en ellos se expresa, sino a todas las cosas que emana precisamente de la naturaleza de la obligación, o que por ley o la costumbre pertenecen a ella. Es así que el contrato de trabajo impone obligaciones y crea derechos que nacen de la voluntad de las partes y que también emanan de la ley.

quier otra actividad que requiera precisión. En definitiva, nunca recuperará la fuerza y habilidad que tenía antes del accidente, con las limitaciones que ello significa. El daño físico y psicológico que reportó lo mantiene con una fuerte depresión, habiéndose traspasado la angustia a su familia, la cual vive diariamente su deterioro porque no puede realizar las actividades normales a las que estaba acostumbrado antes del accidente. Menos aún puede jugar con sus hijos a la pelota, salir a pasear o tocar música, ni realizar labores u oficios ordinarios para el común de las personas, por lo que su capacidad laboral se encuentra absolutamente limitada, sintiéndose tremendamente inútil para mi familia. En efecto, estas lesiones le han privado de las diversas satisfacciones de orden social, mundano y deportivo que normalmente benefician a un hombre de su edad y condición. Este accidente y el tratamiento médico, le han significado progresivamente la pérdida de todos los entretenimientos comunes y ordinarios de la vida, afectando incluso mi salud mental. El artículo 5º de la ley Nº 16.744, señala que es accidente del trabajo toda lesión que sufra una persona a causa o con ocasión de su trabajo y que le produzca incapacidad o muerte. Por ello de todo lo relatado precedentemente queda claro que el accidente que sufrió es un accidente del trabajo y que los perjuicios que he padecido son enormes en todo ámbito. Con la entrada en vigencia de la ley Nº 20.123, que reguló el trabajo en régimen de subcontratación, incorporando un nuevo artículo 183 E, el cual complementó lo dispuesto en el artículo 184, ambas normas del C. del Trabajo y estableció la obligación de la empresa principal de velar por la seguridad de los trabajadores de los contratistas y subcontratistas. Así el artículo 183 E del Código del Trabajo dispone: “Sin perjuicio de las obligaciones de la empresa principal, contratista y subcontratista, respecto de sus propios trabajadores en virtud de lo dispuesto en el artículo 184, la empresa principal deberá adoptar las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de todos los trabajadores que laboran en su obra, empresa o faena, cualquiera sea su dependencia, en conformidad a lo dispuesto en el artículo 66 bis de la Ley N° 16.744 y el artículo 3 del decreto supremo Nº 594, de 1999, del Ministerio de Salud”. La obligación de otorgar seguridad en el trabajo, bajo todos sus aspectos, es una de las manifestaciones concretas del deber de protección del empleador, de la empresa principal, contratista y subcontratista, y su cabal cumplimiento es de una trascendencia superior a las de una simple obligación de una de las partes en un negocio jurídico, Dicha obligación es fundamental, pues busca prevenir los riesgos profesionales, resguardando así la vida y salud de los trabajadores, materia de suma importancia tanto para los propios trabajadores, como para sus familias y la sociedad. El cumplimiento de este deber no queda entregado a la autonomía de la voluntad de las partes, ni menos a la decisión unilateral del empleador, dicha regulación comprende en general una serie de normas de derecho necesario, cuyo contenido, forma y extensión se encuentran establecidas en normas de orden público, sin perjuicio de otras normativas adicionales decididas o convenidas con el propio empleador. Del tenor literal del artículo 184 inciso primero del Código del Trabajo, se desprende que el empleador debe adoptar todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de sus trabajadores. La palabra eficazmente, apunta a un efecto de resultado, claramente lo que se busca es un resultado, el cual es prevenir los accidentes. Pero además, debe considerársela referida a la magnitud de las responsabilidad y acuciosidad con que el empleador debe dar cumplimiento a su obligación de prevención y seguridad. En definitiva cabe inferir una máxima exigencia del legislador. La obligación de prevención y seguridad que pesa sobre el empleador, se encuentra regulada en el título VIII de la ley Nº 16.744 sobre “Seguro social contra riesgos de accidentes de trabajo y enfermedades profesionales”, en sus artículos 66, 66 bis, 67 y 68, cuyo reglamento fue aprobado por el decreto supremo N° 40 de 1969. del Ministerio del Trabajo y Previsión Social. De lo relatado resulta indudable que existen normativas en prevención de riesgos precisas que la demandada ha incumplido, como asimismo, normas sobre una adecuada y optima capacitación e información de los riesgos a los trabajadores. Siendo la obligación de protección estatuida en el inciso 1º del artículo 184 del C. del Trabajo, una obligación de la naturaleza del contrato, la que además emana de la ley, ésta obliga al empleador, ya que de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 1556 del C. Civil, a propósito de las obligaciones contractuales, los contratos obligan no sólo a lo que en ellos se expresa, sino a todas las cosas que emana precisamente de la naturaleza de la obligación, o que por ley o la costumbre pertenecen a ella. Es así que el contrato de trabajo impone obligaciones y crea derechos que nacen de la voluntad de las partes y que también emanan de la ley. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

327

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Aún más el C. del Trabajo impone la irrenunciabilidad de tales derechos, circunstancia que confirma que las leyes laborales deben entenderse incorporadas a los contratos. A lo anterior se suma el importante contenido personal que tiene el contrato de trabajo, en el que destaca básicamente el deber general de protección del empleador. Dentro de este deber general de protección del empleador se encuentra del deber de seguridad que encierra una problemática adicional, Los valores que tienden a preservar la obligación de seguridad, en forma directa e inmediata, no son de índole patrimonial, sino que son la propia vida, la integridad física y psíquica y la salud del trabajador. Respecto al grado de culpa que debe responder el empleador y dado que el artículo 69 de la ley Nº 16.744 no determina el grado de culpa, la Corte Suprema en forma reiterada ha concluido que éste es el propio de la culpa levísima, la que de acuerdo a lo prescrito en el artículo 44 inciso 5º del C. Civil “es la falta de aquella esmerada diligencia que un hombre juicioso emplea en la administración de sus negocios importantes”. Lo anterior guarda concordancia con la forma como debe interpretarse el artículo 184 del C. del Trabajo, toda vez que de acuerdo a los principios generales del derecho del trabajo y al imperativo social, este artículo debe interpretarse en sentido amplio, específicamente su inciso 1°, vale decir, que el empleador debe adoptar TODAS las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de los trabajadores. En el accidente de que fue víctima la demandada no tomó las medidas de seguridad y prevención eficaces, ya que sufrí lesiones de gravedad mientras efectuaba mis funciones laborales ordinarias. En este caso la demandada no tomó las medidas eficaces de protección pues el accidente se debió a que la demandada no adoptó las medidas de seguridad o prevención que tuvieran por finalidad la protección eficaz de la vida y salud de sus trabajadores, para que los sitios o lugares de trabajo sean seguros. La obligación de seguridad señalada hace responsable a la demandada en sede contractual, cuando por su culpa levísima no ha dado cumplimiento al deber de seguridad que el impone el artículo 184 del C. del Trabajo, lo que ha sucedido en la especie, tendiendo como consecuencia el accidente laboral de que he sido víctima. El contrato de trabajo no es sólo un intercambio de remuneraciones por servicios personales, sino que en él se advierten diversos otros deberes éticos jurídicos o personales que lo ligan contractualmente a las partes. Así el empleador, como contrapartida de los deberes de diligencia, fidelidad y lealtad que le deben los trabajadores, tiene en relación con éstos, el deber general de protección, el deber de seguridad y el deber de prevención. Este deber de seguridad se encuentra incluso en el ámbito del derecho internacional, ya que diversos tratados ratificados y vigentes en Chile, contemplan dicha protección ejerciendo una fuerte defensa de estas garantías, tal es el caso del artículo 12 de la Declaración Internacional de Derechos Humanos; del artículo 17 del Pacto de Derechos Civiles y Políticos y del artículo 11 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos. Pues bien las demandadas incurrieron, entre otras, en esta serie de infracciones específicas: a) Infracción a los artículo 66 y 66 bis de la ley Nº 16.744 y 210 del C. del Trabajo, en relación con los artículos 3º; 36; 37, 43 y 53, del D.S. Nº 594 de 1999, del Ministerio del Trabajo y Previsión Social, que aprobó el Reglamento sobre Condiciones Sanitarias y Ambientales Básicas en los lugares de Trabajo. El artículo 3º del D.S. Nº 594 de 1999 señala: “La empresa está obligada a mantener en los lugares de trabajo las condiciones sanitarias y ambientales para proteger la vida y salud de los trabajadores que en ella se desempeñan, sean estos dependientes directos suyos o lo sean de terceros contratistas que realizan actividades para ella”. Esta norma obliga a las empresas a suprimir todo factor de peligro que pueda afectar la salud e integridad de los trabajadores. El artículo 36 del D.S. Nº 594 de 1999 señala: “Los elementos estructurales de la Construcción de los locales de trabajo, y todas las maquinarias, instalaciones, así como las herramientas y equipos, se mantendrán en condiciones seguras y en buen estado de funcionamiento para evitar daños a las personas”. El accidente de que fue víctima no habría ocurrido si la empresa demandada hubieren tomado las medidas y dispuestos condiciones que aseguraran a los trabajadores la no ocurrencia de accidentes. La demandada no cumplió con su obligación legal de eliminar los factores de peligro. Asimismo incurrió en la infracción al artículo 66 y 66 bis de la ley Nº 16.744 y 210 del C.del Trabajo, en relación con los N° 1 y 2 del artículo 24 del D.S. N° 54, de 1969, del Ministerio del Trabajo y Previsión social, que aprobó el Reglamento de Comités Paritarios de Higiene y Seguridad. El Comité Paritario de la demandada ni el de la empresa que la había subcontratado, si es que los tenían constituidos, prestaron la asesoría necesaria, ni menos aún veló por que se exigieran métodos seguros de trabajo. Por su parte, el Departamento de

328

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Aún más el C. del Trabajo impone la irrenunciabilidad de tales derechos, circunstancia que confirma que las leyes laborales deben entenderse incorporadas a los contratos. A lo anterior se suma el importante contenido personal que tiene el contrato de trabajo, en el que destaca básicamente el deber general de protección del empleador. Dentro de este deber general de protección del empleador se encuentra del deber de seguridad que encierra una problemática adicional, Los valores que tienden a preservar la obligación de seguridad, en forma directa e inmediata, no son de índole patrimonial, sino que son la propia vida, la integridad física y psíquica y la salud del trabajador. Respecto al grado de culpa que debe responder el empleador y dado que el artículo 69 de la ley Nº 16.744 no determina el grado de culpa, la Corte Suprema en forma reiterada ha concluido que éste es el propio de la culpa levísima, la que de acuerdo a lo prescrito en el artículo 44 inciso 5º del C. Civil “es la falta de aquella esmerada diligencia que un hombre juicioso emplea en la administración de sus negocios importantes”. Lo anterior guarda concordancia con la forma como debe interpretarse el artículo 184 del C. del Trabajo, toda vez que de acuerdo a los principios generales del derecho del trabajo y al imperativo social, este artículo debe interpretarse en sentido amplio, específicamente su inciso 1°, vale decir, que el empleador debe adoptar TODAS las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de los trabajadores. En el accidente de que fue víctima la demandada no tomó las medidas de seguridad y prevención eficaces, ya que sufrí lesiones de gravedad mientras efectuaba mis funciones laborales ordinarias. En este caso la demandada no tomó las medidas eficaces de protección pues el accidente se debió a que la demandada no adoptó las medidas de seguridad o prevención que tuvieran por finalidad la protección eficaz de la vida y salud de sus trabajadores, para que los sitios o lugares de trabajo sean seguros. La obligación de seguridad señalada hace responsable a la demandada en sede contractual, cuando por su culpa levísima no ha dado cumplimiento al deber de seguridad que el impone el artículo 184 del C. del Trabajo, lo que ha sucedido en la especie, tendiendo como consecuencia el accidente laboral de que he sido víctima. El contrato de trabajo no es sólo un intercambio de remuneraciones por servicios personales, sino que en él se advierten diversos otros deberes éticos jurídicos o personales que lo ligan contractualmente a las partes. Así el empleador, como contrapartida de los deberes de diligencia, fidelidad y lealtad que le deben los trabajadores, tiene en relación con éstos, el deber general de protección, el deber de seguridad y el deber de prevención. Este deber de seguridad se encuentra incluso en el ámbito del derecho internacional, ya que diversos tratados ratificados y vigentes en Chile, contemplan dicha protección ejerciendo una fuerte defensa de estas garantías, tal es el caso del artículo 12 de la Declaración Internacional de Derechos Humanos; del artículo 17 del Pacto de Derechos Civiles y Políticos y del artículo 11 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos. Pues bien las demandadas incurrieron, entre otras, en esta serie de infracciones específicas: a) Infracción a los artículo 66 y 66 bis de la ley Nº 16.744 y 210 del C. del Trabajo, en relación con los artículos 3º; 36; 37, 43 y 53, del D.S. Nº 594 de 1999, del Ministerio del Trabajo y Previsión Social, que aprobó el Reglamento sobre Condiciones Sanitarias y Ambientales Básicas en los lugares de Trabajo. El artículo 3º del D.S. Nº 594 de 1999 señala: “La empresa está obligada a mantener en los lugares de trabajo las condiciones sanitarias y ambientales para proteger la vida y salud de los trabajadores que en ella se desempeñan, sean estos dependientes directos suyos o lo sean de terceros contratistas que realizan actividades para ella”. Esta norma obliga a las empresas a suprimir todo factor de peligro que pueda afectar la salud e integridad de los trabajadores. El artículo 36 del D.S. Nº 594 de 1999 señala: “Los elementos estructurales de la Construcción de los locales de trabajo, y todas las maquinarias, instalaciones, así como las herramientas y equipos, se mantendrán en condiciones seguras y en buen estado de funcionamiento para evitar daños a las personas”. El accidente de que fue víctima no habría ocurrido si la empresa demandada hubieren tomado las medidas y dispuestos condiciones que aseguraran a los trabajadores la no ocurrencia de accidentes. La demandada no cumplió con su obligación legal de eliminar los factores de peligro. Asimismo incurrió en la infracción al artículo 66 y 66 bis de la ley Nº 16.744 y 210 del C.del Trabajo, en relación con los N° 1 y 2 del artículo 24 del D.S. N° 54, de 1969, del Ministerio del Trabajo y Previsión social, que aprobó el Reglamento de Comités Paritarios de Higiene y Seguridad. El Comité Paritario de la demandada ni el de la empresa que la había subcontratado, si es que los tenían constituidos, prestaron la asesoría necesaria, ni menos aún veló por que se exigieran métodos seguros de trabajo. Por su parte, el Departamento de

328

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

329

Prevención de Riesgos de la demandada, ni el de la empresa que la subcontrató cumplieron con sus acciones de reconocimiento, evaluación y control de riesgos en el trabajo, ni en otorgar al comité paritario la adecuada asesoría técnica. Las indemnizaciones que se cobran son el lucro cesante y el daño moral. La indemnización de perjuicios por concepto de lucro cesante se encuentra representada por los emolumentos que dejará de percibir con ocasión de este accidente, proyectada por los años y meses de vida laboral que me restan entre esta fecha y el momento en que hubiere de cumplir 65 años de edad, fecha de previsible jubilación por vejez. Teniendo presente lo precedentemente expuesto y el hecho de que el monto de la remuneración que ganaba estando en actividad ascendía a aproximadamente $ 459.013 mensuales brutos, se multiplica por 12 para obtener la remuneración anual que da $ 5.508.156 y luego por 24, que son la cantidad de años que existen entre la fecha del accidente hasta que cumpla los 65 años de edad, lo que da un total de $ 132.195.744. Luego, aplicando prudencialmente un factor de disminución de la capacidad de ganancia en un 40%, da un total de $ 79.317.446. En cuanto al daño moral, la lesión a los intereses patrimoniales origina un daño patrimonial o material, en tanto que la lesión a los intereses extrarnatrimoniales hace surgir un daño extrapatrimonial o moral. En este caso, se entiende por interés lo que es útil, por cualquier causa, aunque no sea pecuniariamente avaluable, con tal que signifique un bien para el sujeto, que el satisfaga una necesidad, que le cause una felicidad o que le inhiba un dolor, se produce daño moral con toda lesión, menoscabo, detrimento, molestia o perturbación a un simple interés del que sea titular una persona, como lo es la diferencia perjudicial para el actor de años a esta fecha, entre la condición antes de sufrir el siniestro, encontrándose sano física y psicológicamente y la condición en que ha quedado con posterioridad al mismo, lo que ha significado que quede con lesiones y secuelas permanentes. Lo anterior ha significado que tenga graves problemas para poder desplazarse, fuertes dolores crónicos de cabeza y espalda en la parte lumbar, en el rostro donde tiene el implante de titanio, debiendo ingerir medicamentos para el dolor, como Tramadol de 50 ML, 2 veces en la mañana y en la noche, ravotril en la noche, pastilla para dormir, para el apetito, fuertes molestias para caminar, con todas las secuelas psicológicas que ello implica, encontrándome sumido en una fuerte depresión. A ello debemos agregar una serie de dolores crónicos que deberá soportar el resto de su vida y los mencionados perjuicios de sufrimiento y de agrado. Por consiguiente, demando por concepto de daño moral la cantidad de $ 300.000.000. Solicita que la demandada le pague las indemnizaciones demandadas, esto es, la suma de $ 300.000.000 (trescientos millones de pesos) por daño moral y la suma de $ 79.317.446 (setenta y nueve millones trescientos diecisiete mil cuatrocientos cuarenta y seis pesos) por lucro cesante que se cobran en el libelo de autos, o, en subsidio, las indemnizaciones que por estos conceptos determine el tribunal, con los reajustes e intereses que establecen los artículos 63 y 173 del C. del Trabajo; o en subsidio, con los reajustes e intereses que determine contados desde la fecha de la notificación de la demanda o desde la fecha que SS determine. Las demandadas deben cancelar las costas de la causa. SEGUNDO: Que la demandada principal al contestar señaló que conforme a lo señalado por el propio señor Espinoza, en su demanda, contaba con todos sus implementos de seguridad. Agrega que una vez conocido el accidente del señor Espinoza Cares, el área de prevención de riesgos de SK investigó el mismo. De esto pudo colegirse que se trató un hecho imprevisto e irresistible para mi mandante, quien pese a haber adoptado todas las medidas de seguridad no pudo evitar lo que ocurrió. Conforme a la información recabada, el lugar del accidente corresponde a la torre de enfriamiento que se encontraba en construcción y que a la fecha del accidente se encontraba terminada su base de hormigón, muros perimetrales de 2,10 metros y pedestales interiores de 1,50 metros, dispuestos a modo de matriz, lo que permite posicionar los marcos FRP que forman la estructura de la torre de enfriamiento. Al momento del accidente se había instalado cuatro marcos y el quinto estaba en proceso de instalación, el demandante se encontraba se encontraba en el sector pedestal YO eje X 58, realizando actividad de tratamiento de juntas. Cabe agregar que entre los marcos instalados, habían andamios de alrededor de 12 metros de altura (6 7 cuerpos). Pues bien, el 14 de diciembre de 2009, una estructura de fibra de vidrio, destinada a ser parte de la torre de enfriamiento se desplomó durante la construcción en la instalación de uno de sus marcos. Hasta ese instante ya se habían instalado 4 marcos. La estructura aludida NO PESABA dos toneladas como se indica de contrario. Al caer la estructura, ésta golpeó al demandan-

Prevención de Riesgos de la demandada, ni el de la empresa que la subcontrató cumplieron con sus acciones de reconocimiento, evaluación y control de riesgos en el trabajo, ni en otorgar al comité paritario la adecuada asesoría técnica. Las indemnizaciones que se cobran son el lucro cesante y el daño moral. La indemnización de perjuicios por concepto de lucro cesante se encuentra representada por los emolumentos que dejará de percibir con ocasión de este accidente, proyectada por los años y meses de vida laboral que me restan entre esta fecha y el momento en que hubiere de cumplir 65 años de edad, fecha de previsible jubilación por vejez. Teniendo presente lo precedentemente expuesto y el hecho de que el monto de la remuneración que ganaba estando en actividad ascendía a aproximadamente $ 459.013 mensuales brutos, se multiplica por 12 para obtener la remuneración anual que da $ 5.508.156 y luego por 24, que son la cantidad de años que existen entre la fecha del accidente hasta que cumpla los 65 años de edad, lo que da un total de $ 132.195.744. Luego, aplicando prudencialmente un factor de disminución de la capacidad de ganancia en un 40%, da un total de $ 79.317.446. En cuanto al daño moral, la lesión a los intereses patrimoniales origina un daño patrimonial o material, en tanto que la lesión a los intereses extrarnatrimoniales hace surgir un daño extrapatrimonial o moral. En este caso, se entiende por interés lo que es útil, por cualquier causa, aunque no sea pecuniariamente avaluable, con tal que signifique un bien para el sujeto, que el satisfaga una necesidad, que le cause una felicidad o que le inhiba un dolor, se produce daño moral con toda lesión, menoscabo, detrimento, molestia o perturbación a un simple interés del que sea titular una persona, como lo es la diferencia perjudicial para el actor de años a esta fecha, entre la condición antes de sufrir el siniestro, encontrándose sano física y psicológicamente y la condición en que ha quedado con posterioridad al mismo, lo que ha significado que quede con lesiones y secuelas permanentes. Lo anterior ha significado que tenga graves problemas para poder desplazarse, fuertes dolores crónicos de cabeza y espalda en la parte lumbar, en el rostro donde tiene el implante de titanio, debiendo ingerir medicamentos para el dolor, como Tramadol de 50 ML, 2 veces en la mañana y en la noche, ravotril en la noche, pastilla para dormir, para el apetito, fuertes molestias para caminar, con todas las secuelas psicológicas que ello implica, encontrándome sumido en una fuerte depresión. A ello debemos agregar una serie de dolores crónicos que deberá soportar el resto de su vida y los mencionados perjuicios de sufrimiento y de agrado. Por consiguiente, demando por concepto de daño moral la cantidad de $ 300.000.000. Solicita que la demandada le pague las indemnizaciones demandadas, esto es, la suma de $ 300.000.000 (trescientos millones de pesos) por daño moral y la suma de $ 79.317.446 (setenta y nueve millones trescientos diecisiete mil cuatrocientos cuarenta y seis pesos) por lucro cesante que se cobran en el libelo de autos, o, en subsidio, las indemnizaciones que por estos conceptos determine el tribunal, con los reajustes e intereses que establecen los artículos 63 y 173 del C. del Trabajo; o en subsidio, con los reajustes e intereses que determine contados desde la fecha de la notificación de la demanda o desde la fecha que SS determine. Las demandadas deben cancelar las costas de la causa. SEGUNDO: Que la demandada principal al contestar señaló que conforme a lo señalado por el propio señor Espinoza, en su demanda, contaba con todos sus implementos de seguridad. Agrega que una vez conocido el accidente del señor Espinoza Cares, el área de prevención de riesgos de SK investigó el mismo. De esto pudo colegirse que se trató un hecho imprevisto e irresistible para mi mandante, quien pese a haber adoptado todas las medidas de seguridad no pudo evitar lo que ocurrió. Conforme a la información recabada, el lugar del accidente corresponde a la torre de enfriamiento que se encontraba en construcción y que a la fecha del accidente se encontraba terminada su base de hormigón, muros perimetrales de 2,10 metros y pedestales interiores de 1,50 metros, dispuestos a modo de matriz, lo que permite posicionar los marcos FRP que forman la estructura de la torre de enfriamiento. Al momento del accidente se había instalado cuatro marcos y el quinto estaba en proceso de instalación, el demandante se encontraba se encontraba en el sector pedestal YO eje X 58, realizando actividad de tratamiento de juntas. Cabe agregar que entre los marcos instalados, habían andamios de alrededor de 12 metros de altura (6 7 cuerpos). Pues bien, el 14 de diciembre de 2009, una estructura de fibra de vidrio, destinada a ser parte de la torre de enfriamiento se desplomó durante la construcción en la instalación de uno de sus marcos. Hasta ese instante ya se habían instalado 4 marcos. La estructura aludida NO PESABA dos toneladas como se indica de contrario. Al caer la estructura, ésta golpeó al demandanACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

329

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

te, quien luego fue atendido médicamente en la Mutual de Mejillones, se adoptaron los procedimientos de rigor y, posteriormente, se derivó al trabajador a Clínica La Portada. En consecuencia, no es efectiva la afirmación de la demanda en cuanto a que al demandante se lo ingresó en Clínica La Portada aduciendo que se trataba de una caída de altura de un 10° piso. En todo momento SK expresó la verdad acerca de cómo fue el incidente, la que quedó plasmada en la Declaración Individual de Accidente del Trabajo (DIAT) remitida el mismo día a la Mutual de Seguridad y suscrita por el prevencionista de riesgos señor Enrique Jaccard. Tras analizarse el accidente, no se logró determinar la causa exacta del desplome de la estructura. Lo anterior, pese a que la maniobra había sido planificada con antelación y testigos directos de ella (operador grúa, rigger, manlift y montaje) indicaron que el marco nunca golpeó o topó la estructura montada y que esta se habría desplomado de manera repentina. A la fecha no se ha podido establecer la causa directa y determinante que provocó el desplome de la estructura, pues insisto se había planificado la maniobra y el marco no golpeó con nada. Por otro lado, se habían adoptado todas las medidas de seguridad atingentes a la maniobra en cuestión, se restringió, el lugar donde se efectuaba ésta e incluso el propio señor Espinoza indica que contaba con todos los elementos implementos de seguridad. Opone la excepción de: A.) Caso fortuito o fuerza mayor. Conforme ha quedado de manifiesto, es procedente la excepción de caso fortuito o fuerza mayor como causal que exime de responsabilidad a nuestra parte, ya que de los hechos del caso se desprende que el desplome de la estructura importó un hecho ajeno imposible de prever por parte de SK. Conforme al art. 45 del Código Civil, se llama fuerza mayor o caso fortuito el imprevisto a que no es posible resistir. Así las cosas, si la maniobra fue planificada, se utilizó personal idóneo y capacitado para ello y la estructura de fibra de vidrio se desplomó, repentinamente como han señalado los testigos de los hechos, no cabe que más que concluir que estamos en presencia de un caso fortuito que libera absolutamente de responsabilidad a la demandada. Por tanto, el desplome repentino de la estructura y su consiguiente resultado dañoso, constituye un hecho ajeno a su, imposible de prever y que, por tanto, excluye cualquier imputación de responsabilidad en los hechos que causaron el golpe al Sr. Espinosa Cares. B.) En subsidio, ausencia de los elementos de la responsabilidad. Pese a lo que pretende el demandante, la responsabilidad que se intenta imputar a los demandados de autos, corresponde al tipo denominado Responsabilidad por Culpa o Negligencia, cuyos requisitos de procedencia son: Acción u omisión, Dolo o negligencia, Daño y y Relación de causalidad. De lo ya expuesto en esta presentación, queda en evidencia que los hechos de autos permiten confirmar que los elementos de la responsabilidad no se cumplirían en este caso, toda vez que no ha existido relación de causalidad entre la conducta de los demandados y el daño sufrido por el actor. En efecto, y como se expresa en el acápite anterior, el accidente sufrido por la Sr. Espinoza tuvo lugar a consecuencia de un suceso repentino e imprevisto. Por otro lado, no hubo ninguna acción u omisión culpable de los sujetos pasivos de la acción que contribuyera al hecho que causó las supuestas lesiones del actor. En suma, no se reúne ninguno de los elementos de la responsabilidad invocada, por lo que procede rechazar la demanda. II.C.) Lesiones reclamadas por el actor. En la página 5 de la demanda el actor relata una serie de lesiones que estaría sufriendo, concluyendo que quedará con secuelas e incapacidades permanentes, lo señalado por el actor es impreciso y confuso, pues no detalla expresamente el tipo de secuelas, sino que se hace una mención referencial. Por otro lado, de la lectura de la demanda no se desprende que respecto del actor se haya determinado algún grado de incapacidad conforme al decreto supremo Nº 109, pues nada dice en este sentido en su demanda En todo caso, las secuelas que se narran en la demanda, de haber sido de la gravedad que se pretende mostrar, estarían amparadas por los beneficios de la ley Nº 16.744. En base a lo expuesto precedentemente, en este acto controvierto las supuestas secuelas e incapacidades permanentes y de cualquier otra índole que pudiere haber generado el incidente de 14 de diciembre de 2009. Don Eduardo Espinoza Cares exige el pago de un monto total ascendente a $ 379.317,446., como indemnización de los supuestos daños, Esto resulta desmedido atendida la realidad jurisprudencial nacional. El principio del resarcimiento íntegro del daño conlleva la reparación total, pero precisa de aquél. La víctima no puede recibir menos, mas no debe recibir más de lo necesario para reparar íntegramente el daño efectivamente sufrido, cuya existencia, naturaleza y monto obviamente corresponde probar a quien lo alega (art. 1698 del Código Civil) y que desde luego mi parte controvierte. Considerar el pago de los montos demandados significaría una verdadera INDEMNIZACIÓN PUNITIVA, lo que repugna nuestro sistema jurídico basado en la compen-

330

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

te, quien luego fue atendido médicamente en la Mutual de Mejillones, se adoptaron los procedimientos de rigor y, posteriormente, se derivó al trabajador a Clínica La Portada. En consecuencia, no es efectiva la afirmación de la demanda en cuanto a que al demandante se lo ingresó en Clínica La Portada aduciendo que se trataba de una caída de altura de un 10° piso. En todo momento SK expresó la verdad acerca de cómo fue el incidente, la que quedó plasmada en la Declaración Individual de Accidente del Trabajo (DIAT) remitida el mismo día a la Mutual de Seguridad y suscrita por el prevencionista de riesgos señor Enrique Jaccard. Tras analizarse el accidente, no se logró determinar la causa exacta del desplome de la estructura. Lo anterior, pese a que la maniobra había sido planificada con antelación y testigos directos de ella (operador grúa, rigger, manlift y montaje) indicaron que el marco nunca golpeó o topó la estructura montada y que esta se habría desplomado de manera repentina. A la fecha no se ha podido establecer la causa directa y determinante que provocó el desplome de la estructura, pues insisto se había planificado la maniobra y el marco no golpeó con nada. Por otro lado, se habían adoptado todas las medidas de seguridad atingentes a la maniobra en cuestión, se restringió, el lugar donde se efectuaba ésta e incluso el propio señor Espinoza indica que contaba con todos los elementos implementos de seguridad. Opone la excepción de: A.) Caso fortuito o fuerza mayor. Conforme ha quedado de manifiesto, es procedente la excepción de caso fortuito o fuerza mayor como causal que exime de responsabilidad a nuestra parte, ya que de los hechos del caso se desprende que el desplome de la estructura importó un hecho ajeno imposible de prever por parte de SK. Conforme al art. 45 del Código Civil, se llama fuerza mayor o caso fortuito el imprevisto a que no es posible resistir. Así las cosas, si la maniobra fue planificada, se utilizó personal idóneo y capacitado para ello y la estructura de fibra de vidrio se desplomó, repentinamente como han señalado los testigos de los hechos, no cabe que más que concluir que estamos en presencia de un caso fortuito que libera absolutamente de responsabilidad a la demandada. Por tanto, el desplome repentino de la estructura y su consiguiente resultado dañoso, constituye un hecho ajeno a su, imposible de prever y que, por tanto, excluye cualquier imputación de responsabilidad en los hechos que causaron el golpe al Sr. Espinosa Cares. B.) En subsidio, ausencia de los elementos de la responsabilidad. Pese a lo que pretende el demandante, la responsabilidad que se intenta imputar a los demandados de autos, corresponde al tipo denominado Responsabilidad por Culpa o Negligencia, cuyos requisitos de procedencia son: Acción u omisión, Dolo o negligencia, Daño y y Relación de causalidad. De lo ya expuesto en esta presentación, queda en evidencia que los hechos de autos permiten confirmar que los elementos de la responsabilidad no se cumplirían en este caso, toda vez que no ha existido relación de causalidad entre la conducta de los demandados y el daño sufrido por el actor. En efecto, y como se expresa en el acápite anterior, el accidente sufrido por la Sr. Espinoza tuvo lugar a consecuencia de un suceso repentino e imprevisto. Por otro lado, no hubo ninguna acción u omisión culpable de los sujetos pasivos de la acción que contribuyera al hecho que causó las supuestas lesiones del actor. En suma, no se reúne ninguno de los elementos de la responsabilidad invocada, por lo que procede rechazar la demanda. II.C.) Lesiones reclamadas por el actor. En la página 5 de la demanda el actor relata una serie de lesiones que estaría sufriendo, concluyendo que quedará con secuelas e incapacidades permanentes, lo señalado por el actor es impreciso y confuso, pues no detalla expresamente el tipo de secuelas, sino que se hace una mención referencial. Por otro lado, de la lectura de la demanda no se desprende que respecto del actor se haya determinado algún grado de incapacidad conforme al decreto supremo Nº 109, pues nada dice en este sentido en su demanda En todo caso, las secuelas que se narran en la demanda, de haber sido de la gravedad que se pretende mostrar, estarían amparadas por los beneficios de la ley Nº 16.744. En base a lo expuesto precedentemente, en este acto controvierto las supuestas secuelas e incapacidades permanentes y de cualquier otra índole que pudiere haber generado el incidente de 14 de diciembre de 2009. Don Eduardo Espinoza Cares exige el pago de un monto total ascendente a $ 379.317,446., como indemnización de los supuestos daños, Esto resulta desmedido atendida la realidad jurisprudencial nacional. El principio del resarcimiento íntegro del daño conlleva la reparación total, pero precisa de aquél. La víctima no puede recibir menos, mas no debe recibir más de lo necesario para reparar íntegramente el daño efectivamente sufrido, cuya existencia, naturaleza y monto obviamente corresponde probar a quien lo alega (art. 1698 del Código Civil) y que desde luego mi parte controvierte. Considerar el pago de los montos demandados significaría una verdadera INDEMNIZACIÓN PUNITIVA, lo que repugna nuestro sistema jurídico basado en la compen-

330

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

331

sación del daño y la negación del enriquecimiento sin causa. 2) Sobre el lucro cesante. Dicho el cálculo lineal es improcedente para proyectar el presunto lucro cesante adeudado No es posible hacer una determinación de la manera simplista que se pretende de contrario, por cuanto no es conocido cuál sería el desarrollo de la vida laboral del demandante, lo que podría estar influido por períodos sin trabajar, variaciones de remuneración u otras circunstancias que hacen que el elemento certidumbre del daño se pierda, motivo por el cual debe rechazarse. Más aún, el propio señor Espinoza Cares suscribe contratos de trabajo por obra, por lo que NO permanece contratado indefinidamente. Por lo demás de declararse algún grado de incapacidad superior al 15%, significará que el actor percibirá un beneficio de aquellos de la ley Nº 16.744 que supliría precisamente su disminución de capacidad de ganancia. 3) Sobre el daño moral reclamado. En autos los actores pretenden la suma total de $ 300.000.000 bajo el capítulo de daño moral. Desde ya, es necesario indicar que la cantidad pretendida es desmedida y si tuviera éxito trasunta en un enriquecimiento injusto, al cual no se puede dar lugar. El autor señor José Pablo Vergara Benzanilla sostiene lo siguiente en este tema: Piensan los demandantes y no siempre sin razón que los tribunales se sentirán inclinados a concederles un porcentaje de lo que cobran. Por eso no vacilan en elevar sus pretensiones a cifras fuera de la realidad. La audacia juega un rol importante en el resultado y la indemnización pasa a constituirse en una fuente de lucro o ganancia, que excede los límites de lo que, jurídicamente y racionalmente, debe ser una reparación. Poco importa especular con la desgracia. La sociedad, conmovida por el infortunio, ampara al especulador. Los que así proceden suelen tener éxito, dependiendo éste también de la mayor o menor capacidad de dramatizar el daño y sus efectos que tenga el redactor de la demanda o los testigos que depongan en el juicio por el actor. Este mismo autor sostiene que !as fuentes de esta tendencia serían dos, a saber: cultura del enriquecimiento fácil. Con tal de obtener mayores ingresos o ganancias, no se trepida en los medios. Poco importa que la indemnización demandada sea exorbitante: hay que aprovechar la oportunidad para sacar de ella el mayor provecho posible, aunque se la desvíe de su finalidad natural y de su razón de ser. Como si el dinero fuere el universal dispensador de la felicidad. La errónea concepción práctica del daño moral. El hecho de considerar el daño moral como el dolor, pesar o molestia que sufre una persona como consecuencia de la conducta ajena y a este dolor se le pone un precio, es errónea. El daño moral es la consecuencia o el efecto de la injuria o lesión que se ha inferido a los derechos extrapatrimoniales de la persona. Esta concepción errónea del daño moral es débil, pues el dolor moral como el físico es superable. Se ha expresado que “Ni el dolor ni el sufrimiento se oponen a la felicidad. Por el contrario, más bien ésta los supone, ya que en el vencimiento de la desdicha donde se conquista la felicidad (...) en el fondo, es una actitud ante la vida que se caracteriza, precisamente, por la capacidad de superar lo precario y la vulnerabilidad inevitable de la existencia”. El monto de la indemnización solicitada en autos, derechamente desnaturaliza el fin propio de la reparación del daño moral. El fin reparatorio se sustituye por una posición ventajista y que no hace sino utilizarse como una fuente injustificada e ilegítima de lograr un lucro. Hay que recordar que la indemnización tiene como ÚNICO FIN REPARAR, no castigar ni enriquecer, como lo pretende la parte demandante. En este sentido el autor español señor Adriano de Cupis sostiene que: El resarcimiento es una reparación que corresponde a la medida del daño. No puede servir para enriquecer al perjudicado, superando tal medida. Semejante enriquecimiento sería extraño a su función reparadora y equilibradora e introducirla, a cargo del responsable, una pena privada. La pena privada, encaminada a castigar al culpable, a favor del perjudicado no puede ser un beneficio superior al daño sufrido. Pero una vez superada históricamente tal institución, la reacción contra el daño privado no puede encaminarse más que a conseguir al perjudicado la reparación del daño. De lo recién expuesto, podemos analizar que en el caso concreto se reclama precisamente un monto exagerado por concepto de daño moral, basado en una intención de enriquecimiento injusto y en un falso concepto de daño moral. Por otro lado, el profesor Sr. Fernando Fueyo L. expresaba que se creen dos cosas erróneas: a) que lo discrecional para fijar el daño moral es un simple declaración estimativa, de carácter subjetivo, sin fundamentación alguna, como quien calcula a ojo de buen cubero, y b) que este tipo de daño no requiere de prueba alguna conducente a señalar de qué modo se produce tal daño extrapatrimonial. El mismo autor sostiene que es preciso remarcar insistentemente que todo daño debe probarse, sea patrimonial, sea extrapatrimonial. El método y el objeto en que recae la prueba y su extensión serán diferentes según la clase de daño, pero esta es una cuestión aparte y no se hace excusable la prueba que ha de

sación del daño y la negación del enriquecimiento sin causa. 2) Sobre el lucro cesante. Dicho el cálculo lineal es improcedente para proyectar el presunto lucro cesante adeudado No es posible hacer una determinación de la manera simplista que se pretende de contrario, por cuanto no es conocido cuál sería el desarrollo de la vida laboral del demandante, lo que podría estar influido por períodos sin trabajar, variaciones de remuneración u otras circunstancias que hacen que el elemento certidumbre del daño se pierda, motivo por el cual debe rechazarse. Más aún, el propio señor Espinoza Cares suscribe contratos de trabajo por obra, por lo que NO permanece contratado indefinidamente. Por lo demás de declararse algún grado de incapacidad superior al 15%, significará que el actor percibirá un beneficio de aquellos de la ley Nº 16.744 que supliría precisamente su disminución de capacidad de ganancia. 3) Sobre el daño moral reclamado. En autos los actores pretenden la suma total de $ 300.000.000 bajo el capítulo de daño moral. Desde ya, es necesario indicar que la cantidad pretendida es desmedida y si tuviera éxito trasunta en un enriquecimiento injusto, al cual no se puede dar lugar. El autor señor José Pablo Vergara Benzanilla sostiene lo siguiente en este tema: Piensan los demandantes y no siempre sin razón que los tribunales se sentirán inclinados a concederles un porcentaje de lo que cobran. Por eso no vacilan en elevar sus pretensiones a cifras fuera de la realidad. La audacia juega un rol importante en el resultado y la indemnización pasa a constituirse en una fuente de lucro o ganancia, que excede los límites de lo que, jurídicamente y racionalmente, debe ser una reparación. Poco importa especular con la desgracia. La sociedad, conmovida por el infortunio, ampara al especulador. Los que así proceden suelen tener éxito, dependiendo éste también de la mayor o menor capacidad de dramatizar el daño y sus efectos que tenga el redactor de la demanda o los testigos que depongan en el juicio por el actor. Este mismo autor sostiene que !as fuentes de esta tendencia serían dos, a saber: cultura del enriquecimiento fácil. Con tal de obtener mayores ingresos o ganancias, no se trepida en los medios. Poco importa que la indemnización demandada sea exorbitante: hay que aprovechar la oportunidad para sacar de ella el mayor provecho posible, aunque se la desvíe de su finalidad natural y de su razón de ser. Como si el dinero fuere el universal dispensador de la felicidad. La errónea concepción práctica del daño moral. El hecho de considerar el daño moral como el dolor, pesar o molestia que sufre una persona como consecuencia de la conducta ajena y a este dolor se le pone un precio, es errónea. El daño moral es la consecuencia o el efecto de la injuria o lesión que se ha inferido a los derechos extrapatrimoniales de la persona. Esta concepción errónea del daño moral es débil, pues el dolor moral como el físico es superable. Se ha expresado que “Ni el dolor ni el sufrimiento se oponen a la felicidad. Por el contrario, más bien ésta los supone, ya que en el vencimiento de la desdicha donde se conquista la felicidad (...) en el fondo, es una actitud ante la vida que se caracteriza, precisamente, por la capacidad de superar lo precario y la vulnerabilidad inevitable de la existencia”. El monto de la indemnización solicitada en autos, derechamente desnaturaliza el fin propio de la reparación del daño moral. El fin reparatorio se sustituye por una posición ventajista y que no hace sino utilizarse como una fuente injustificada e ilegítima de lograr un lucro. Hay que recordar que la indemnización tiene como ÚNICO FIN REPARAR, no castigar ni enriquecer, como lo pretende la parte demandante. En este sentido el autor español señor Adriano de Cupis sostiene que: El resarcimiento es una reparación que corresponde a la medida del daño. No puede servir para enriquecer al perjudicado, superando tal medida. Semejante enriquecimiento sería extraño a su función reparadora y equilibradora e introducirla, a cargo del responsable, una pena privada. La pena privada, encaminada a castigar al culpable, a favor del perjudicado no puede ser un beneficio superior al daño sufrido. Pero una vez superada históricamente tal institución, la reacción contra el daño privado no puede encaminarse más que a conseguir al perjudicado la reparación del daño. De lo recién expuesto, podemos analizar que en el caso concreto se reclama precisamente un monto exagerado por concepto de daño moral, basado en una intención de enriquecimiento injusto y en un falso concepto de daño moral. Por otro lado, el profesor Sr. Fernando Fueyo L. expresaba que se creen dos cosas erróneas: a) que lo discrecional para fijar el daño moral es un simple declaración estimativa, de carácter subjetivo, sin fundamentación alguna, como quien calcula a ojo de buen cubero, y b) que este tipo de daño no requiere de prueba alguna conducente a señalar de qué modo se produce tal daño extrapatrimonial. El mismo autor sostiene que es preciso remarcar insistentemente que todo daño debe probarse, sea patrimonial, sea extrapatrimonial. El método y el objeto en que recae la prueba y su extensión serán diferentes según la clase de daño, pero esta es una cuestión aparte y no se hace excusable la prueba que ha de ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

331

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

rendirse en todo caso y que la necesidad de insistir en lo expresado nace del hecho muy corriente de encontrarnos con la frase siguiente: el daño moral no requiere prueba, se presume. Es realmente un grave error. En un sentido similar, se pronunció el profesor Sr. Arturo Alessandri R., quien señaló que el juez en materia de perjuicios morales debe evaluar la extensión del daño. Incluso, entrega una recomendación a los jueces al señalar que se debe proceder con prudencia tanto para evitar los abusos a que esta reparación puede dar origen como para impedir que se transforme en pena o en un enriquecimiento sin causa para quien la demanda, En el caso de autos, la sugerencia entregada por el autor es extremadamente atendible, ya que la suma demandada por daño moral, escapa a lo que nuestra realidad jurisprudencial ha considerado como acertado, por lo que de acogerse las pretensiones del actor ello podría resultar en un abuso cometido en contra de la demandada en esta causa. Solicita el rechazo de la demanda en todas sus partes fundado en las excepciones, alegaciones y defensas hechas valer, con costas. TERCERO: Que la demandada solidaria al contestar señaló que Posco celebró un contrato de construcción con Ingeniería y Construcción Sigdo Koppers S.A. SK, en virtud se encargó a esta última los trabajos de construcción de Planta Termoeléctrica Angamos en la región de Antofagasta. Lo anterior, significó que SK ejecutará todas las obras con su personal y se preocupara de todos los aspectos en lo que atañe a este juicio referido a la seguridad y prevención de riesgos al interior de la obra, empresa o faena. Más aún, dentro de la preocupación de Posco en materia de prevención de riesgos encontramos el documento denominado Health, Safety and Enviroment Plan and Manual, en el cual se abordan entre otros temas la prevención de accidentes del trabajo y cuidado del medioambiente. Este instrumento es entregado al contratista, en este caso SK, a objeto que ajuste sus procedimientos a dicha regulación contractual. Conforme a la información entregada por SK, una vez conocido el accidente del señor Espinoza Cares, el área de prevención de riesgos de ésta investigó el mismo. De esto pudo colegirse que se trató un hecho imprevisto e irresistible tanto para SK como Posco, por cuanto pese a haber adoptado todas las medidas de seguridad no se pudo evitar lo que ocurrió. Conforme a la información recabada, el lugar del accidente corresponde a la torre de enfriamiento que se encontraba en construcción y que a la fecha del accidente se encontraba terminada su base de hormigón, muros perimetrales de 2,10 metros y pedestales interiores de 1,50 metros, dispuestos a modo de matriz, lo que permite posicionar los marcos FRP que forman la estructura de la torre de enfriamiento. Al momento del accidente se había instalado cuatro marcos y el quinto estaba en proceso de instalación. El demandante se encontraba se encontraba en el sector pedestal YO eje X 58, realizando actividad de tratamiento de juntas. Cabe agregar que entre los marcos instalados, habían andamios de alrededor de 12 metros de altura (6 7 cuerpos). Pues bien, el 14 de diciembre de 2009, una estructura de fibra de vidrio, destinada a ser parte de la torre de enfriamiento, se desplomó durante la construcción en la instalación de uno de sus marcos. Hasta ese instante ya se habían instalado 4 marcos. La estructura aludida NO PESABA dos toneladas como se indica de contrario. Al caer la estructura, ésta golpeó al demandante, quien luego fue atendido médicamente en la Mutual de Mejillones, se adoptaron los procedimientos de rigor y, posteriormente, se derivó al trabajador a Clínica La Portada. En consecuencia, no es efectiva la afirmación de la demanda en cuanto a que al demandante se lo ingresó en Clínica La Portada aduciendo que se trataba de una caída de altura de un 10° piso. En todo momento SK expresó la verdad acerca de cómo fue el incidente, la que quedó plasmada en la Declaración Individual de Accidente del Trabajo (DIAT) remitida el mismo día a la Mutual de seguridad y suscrita por el prevencionista de riesgos señor Enrique Jaccard. Tras analizarse el accidente, no se logró determinar la causa exacta del desplome de la estructura. Lo anterior, pese a que la maniobra había sido planificada con antelación y testigos directos de ella (operador grúa, rigger, manlift y montaje) indicaron que el marco nunca golpeó o topó la estructura montada y que esta se habría desplomado de manera repentina. A la fecha no se ha podido establecer la causa directa y determinante que provocó el desplome de la estructura, pues insisto se había planificado la maniobra y el marco no golpeó con nada. Por otro lado, se habían adoptado todas las medidas, de seguridad atingentes a la maniobra en cuestión, se restringió el lugar donde se efectuaba ésta e incluso el propio señor Espinoza indica que contaba con todos los elementos implementos de seguridad. Opone como excepción, Posco no puede ser responsable subsidiario ni solidario, ya que la empresa principal es responsable solidaria de las obligaciones laborales y preyisionales de dar, mas en el presente caso nos encontra-

332

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

rendirse en todo caso y que la necesidad de insistir en lo expresado nace del hecho muy corriente de encontrarnos con la frase siguiente: el daño moral no requiere prueba, se presume. Es realmente un grave error. En un sentido similar, se pronunció el profesor Sr. Arturo Alessandri R., quien señaló que el juez en materia de perjuicios morales debe evaluar la extensión del daño. Incluso, entrega una recomendación a los jueces al señalar que se debe proceder con prudencia tanto para evitar los abusos a que esta reparación puede dar origen como para impedir que se transforme en pena o en un enriquecimiento sin causa para quien la demanda, En el caso de autos, la sugerencia entregada por el autor es extremadamente atendible, ya que la suma demandada por daño moral, escapa a lo que nuestra realidad jurisprudencial ha considerado como acertado, por lo que de acogerse las pretensiones del actor ello podría resultar en un abuso cometido en contra de la demandada en esta causa. Solicita el rechazo de la demanda en todas sus partes fundado en las excepciones, alegaciones y defensas hechas valer, con costas. TERCERO: Que la demandada solidaria al contestar señaló que Posco celebró un contrato de construcción con Ingeniería y Construcción Sigdo Koppers S.A. SK, en virtud se encargó a esta última los trabajos de construcción de Planta Termoeléctrica Angamos en la región de Antofagasta. Lo anterior, significó que SK ejecutará todas las obras con su personal y se preocupara de todos los aspectos en lo que atañe a este juicio referido a la seguridad y prevención de riesgos al interior de la obra, empresa o faena. Más aún, dentro de la preocupación de Posco en materia de prevención de riesgos encontramos el documento denominado Health, Safety and Enviroment Plan and Manual, en el cual se abordan entre otros temas la prevención de accidentes del trabajo y cuidado del medioambiente. Este instrumento es entregado al contratista, en este caso SK, a objeto que ajuste sus procedimientos a dicha regulación contractual. Conforme a la información entregada por SK, una vez conocido el accidente del señor Espinoza Cares, el área de prevención de riesgos de ésta investigó el mismo. De esto pudo colegirse que se trató un hecho imprevisto e irresistible tanto para SK como Posco, por cuanto pese a haber adoptado todas las medidas de seguridad no se pudo evitar lo que ocurrió. Conforme a la información recabada, el lugar del accidente corresponde a la torre de enfriamiento que se encontraba en construcción y que a la fecha del accidente se encontraba terminada su base de hormigón, muros perimetrales de 2,10 metros y pedestales interiores de 1,50 metros, dispuestos a modo de matriz, lo que permite posicionar los marcos FRP que forman la estructura de la torre de enfriamiento. Al momento del accidente se había instalado cuatro marcos y el quinto estaba en proceso de instalación. El demandante se encontraba se encontraba en el sector pedestal YO eje X 58, realizando actividad de tratamiento de juntas. Cabe agregar que entre los marcos instalados, habían andamios de alrededor de 12 metros de altura (6 7 cuerpos). Pues bien, el 14 de diciembre de 2009, una estructura de fibra de vidrio, destinada a ser parte de la torre de enfriamiento, se desplomó durante la construcción en la instalación de uno de sus marcos. Hasta ese instante ya se habían instalado 4 marcos. La estructura aludida NO PESABA dos toneladas como se indica de contrario. Al caer la estructura, ésta golpeó al demandante, quien luego fue atendido médicamente en la Mutual de Mejillones, se adoptaron los procedimientos de rigor y, posteriormente, se derivó al trabajador a Clínica La Portada. En consecuencia, no es efectiva la afirmación de la demanda en cuanto a que al demandante se lo ingresó en Clínica La Portada aduciendo que se trataba de una caída de altura de un 10° piso. En todo momento SK expresó la verdad acerca de cómo fue el incidente, la que quedó plasmada en la Declaración Individual de Accidente del Trabajo (DIAT) remitida el mismo día a la Mutual de seguridad y suscrita por el prevencionista de riesgos señor Enrique Jaccard. Tras analizarse el accidente, no se logró determinar la causa exacta del desplome de la estructura. Lo anterior, pese a que la maniobra había sido planificada con antelación y testigos directos de ella (operador grúa, rigger, manlift y montaje) indicaron que el marco nunca golpeó o topó la estructura montada y que esta se habría desplomado de manera repentina. A la fecha no se ha podido establecer la causa directa y determinante que provocó el desplome de la estructura, pues insisto se había planificado la maniobra y el marco no golpeó con nada. Por otro lado, se habían adoptado todas las medidas, de seguridad atingentes a la maniobra en cuestión, se restringió el lugar donde se efectuaba ésta e incluso el propio señor Espinoza indica que contaba con todos los elementos implementos de seguridad. Opone como excepción, Posco no puede ser responsable subsidiario ni solidario, ya que la empresa principal es responsable solidaria de las obligaciones laborales y preyisionales de dar, mas en el presente caso nos encontra-

332

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

333

mos con obligaciones de hacer. Lo anterior, procede analizarlo en concordancia con los artículos 183 E del citado Código y 66 bis de la ley Nº 16.744. Dichas normas establecen una responsabilidad de obligaciones de hacer, de carácter genérica respecto del mandante. Lo anterior ha sido confirmado por la Dirección del Trabajo, en ordinario Nº 141/05 de fecha 10 de enero de 2007, que indica en la parte pertinente. Precisado lo anterior, corresponde determinar qué debe entenderse por obligaciones laborales y previsionales de dar a que alude el precepto en análisis, como también, el alcance de la responsabilidad solidaria de la empresa principal y del contratista en relación con las indemnizaciones por término de contrato y los límites en el tiempo de la misma. En lo que dice relación con las aludidas obligaciones, debe señalarse que mediante dictamen N° 544/ 32 de 2.02.04, en sus Nºs. 1) y 2), esta Dirección fijó el alcance de las expresiones “obligaciones laborales y previsionales” contenidas en el hoy derogado artículo 64 del Código del Trabajo, cuyas conclusiones resultan plenamente válidas a la luz de las nuevas disposiciones contempladas en el artículo 183 B de dicho cuerpo legal. Conforme al punto 1) del citado pronunciamiento jurídico, constituyen obligaciones laborales para los fines previstos en el referido artículo 64, todas aquellas que emanan de los contratos individuales o colectivos de trabajo de los dependientes del contratista o subcontratista, según el caso, ocupados en la ejecución de la obra, empresa o faena, como asimismo, las que deriven del Código del Trabajo y sus leyes complementarias. A su vez el punto 2) del mismo pronunciamiento, establece que revisten el carácter de obligaciones previsionales para los señalados efectos, las relacionadas con el integro de las cotizaciones de seguridad social y con la prevención de accidentes del trabajo y enfermedades profesionales respecto de los mismos trabajadores. Armonizando todo lo expuesto, resulta dable afirmar que la responsabilidad solidaria que asiste a la empresa principal y al contratista por las obligaciones laborales de dar en favor de los trabajadores del contratista o subcontratista, según corresponda, alcanzará a todas aquellas obligaciones que, derivando de los contratos individuales o colectivos de trabajo o del Código del Trabajo y sus leyes complementarias, consistan en el pago de una suma de dinero determinada. Por lo que respecta a las obligaciones previsionales cabe señalar que la circunstancia que el artículo 183 B en comento, haya circunscrito la responsabilidad de la empresa principal o del contratista sólo a las obligaciones de dar, no así a las de hacer, carácter que revisten las obligaciones de prevención de accidentes del trabajo y enfermedades profesionales a que se alude en el dictamen N° 544/32, precedentemente citado, forzoso es convenir que a la luz de la nueva normativa que se contiene en el citado artículo 183 B, la responsabilidad solidaria de la empresa principal y el contratista sólo alcanzará al pago de las cotizaciones de seguridad social de los trabajadores. En consecuencia, no procede la solidaridad pasiva invocada ni responsabilidad subsidiaria. Opone la excepción de caso fortuito o fuerza mayor. Conforme ha quedado de manifiesto, es procedente la excepción de caso fortuito o fuerza mayor como causal que exime de responsabilidad a nuestra parte, ya que de los hechos del caso se desprende que el desplome de la estructura importó un hecho ajeno imposible de prever por parte de Posco. Conforme al art. 45 del Código Civil, se llama fuerza mayor o caso fortuito el imprevisto a que no es posible resistir. Así las cosas, si la maniobra fue planificada, se utilizó personal idóneo y capacitado para ello y la estructura de fibra de vidrio se desplomó, repentinamente como han señalado los testigos de los hechos, no cabe que más que concluir que estamos en presencia de un caso fortuito que libera absolutamente de responsabilidad de mi mandante. Por tanto, el desplome repentino de la estructura y su consiguiente resultado dañoso, constituye un hecho ajeno a nuestra parte, imposible de prever y que, por tanto, excluye cualquier imputación de responsabilidad en los hechos que causaron el golpe al Sr. Espinosa Cares. C.) En subsidio, ausencia de los elementos de la responsabilidad. Pese a lo que pretende el demandante, la responsabilidad que se intenta imputar a los demandados de autos, corresponde al tipo denominado Responsabilidad por Culpa o Negligencia, cuyos requisitos de procedencia son los siguientes: Acción u omisión; Dolo o negligencia; Daño, y Relación de causalidad. De lo ya expuesto en esta presentación, queda en evidencia que los hechos de autos permiten confirmar que los elementos de la responsabilidad no se cumplirían en este caso, toda vez que no ha existido relación de causalidad entre la conducta de los demandados y el daño sufrido por el actor. En efecto, y como se expresa en el acápite anterior, el accidente sufrido por la Sr. Espinoza tuvo lugar a consecuencia de un suceso repentino e imprevisto. Por otro lado, no hubo ninguna acción u omisión culpable de los sujetos pasivos de la acción que contribuyera al hecho que causó las supuestas lesiones del actor. En suma, no se reúne ninguno de los elemen-

mos con obligaciones de hacer. Lo anterior, procede analizarlo en concordancia con los artículos 183 E del citado Código y 66 bis de la ley Nº 16.744. Dichas normas establecen una responsabilidad de obligaciones de hacer, de carácter genérica respecto del mandante. Lo anterior ha sido confirmado por la Dirección del Trabajo, en ordinario Nº 141/05 de fecha 10 de enero de 2007, que indica en la parte pertinente. Precisado lo anterior, corresponde determinar qué debe entenderse por obligaciones laborales y previsionales de dar a que alude el precepto en análisis, como también, el alcance de la responsabilidad solidaria de la empresa principal y del contratista en relación con las indemnizaciones por término de contrato y los límites en el tiempo de la misma. En lo que dice relación con las aludidas obligaciones, debe señalarse que mediante dictamen N° 544/ 32 de 2.02.04, en sus Nºs. 1) y 2), esta Dirección fijó el alcance de las expresiones “obligaciones laborales y previsionales” contenidas en el hoy derogado artículo 64 del Código del Trabajo, cuyas conclusiones resultan plenamente válidas a la luz de las nuevas disposiciones contempladas en el artículo 183 B de dicho cuerpo legal. Conforme al punto 1) del citado pronunciamiento jurídico, constituyen obligaciones laborales para los fines previstos en el referido artículo 64, todas aquellas que emanan de los contratos individuales o colectivos de trabajo de los dependientes del contratista o subcontratista, según el caso, ocupados en la ejecución de la obra, empresa o faena, como asimismo, las que deriven del Código del Trabajo y sus leyes complementarias. A su vez el punto 2) del mismo pronunciamiento, establece que revisten el carácter de obligaciones previsionales para los señalados efectos, las relacionadas con el integro de las cotizaciones de seguridad social y con la prevención de accidentes del trabajo y enfermedades profesionales respecto de los mismos trabajadores. Armonizando todo lo expuesto, resulta dable afirmar que la responsabilidad solidaria que asiste a la empresa principal y al contratista por las obligaciones laborales de dar en favor de los trabajadores del contratista o subcontratista, según corresponda, alcanzará a todas aquellas obligaciones que, derivando de los contratos individuales o colectivos de trabajo o del Código del Trabajo y sus leyes complementarias, consistan en el pago de una suma de dinero determinada. Por lo que respecta a las obligaciones previsionales cabe señalar que la circunstancia que el artículo 183 B en comento, haya circunscrito la responsabilidad de la empresa principal o del contratista sólo a las obligaciones de dar, no así a las de hacer, carácter que revisten las obligaciones de prevención de accidentes del trabajo y enfermedades profesionales a que se alude en el dictamen N° 544/32, precedentemente citado, forzoso es convenir que a la luz de la nueva normativa que se contiene en el citado artículo 183 B, la responsabilidad solidaria de la empresa principal y el contratista sólo alcanzará al pago de las cotizaciones de seguridad social de los trabajadores. En consecuencia, no procede la solidaridad pasiva invocada ni responsabilidad subsidiaria. Opone la excepción de caso fortuito o fuerza mayor. Conforme ha quedado de manifiesto, es procedente la excepción de caso fortuito o fuerza mayor como causal que exime de responsabilidad a nuestra parte, ya que de los hechos del caso se desprende que el desplome de la estructura importó un hecho ajeno imposible de prever por parte de Posco. Conforme al art. 45 del Código Civil, se llama fuerza mayor o caso fortuito el imprevisto a que no es posible resistir. Así las cosas, si la maniobra fue planificada, se utilizó personal idóneo y capacitado para ello y la estructura de fibra de vidrio se desplomó, repentinamente como han señalado los testigos de los hechos, no cabe que más que concluir que estamos en presencia de un caso fortuito que libera absolutamente de responsabilidad de mi mandante. Por tanto, el desplome repentino de la estructura y su consiguiente resultado dañoso, constituye un hecho ajeno a nuestra parte, imposible de prever y que, por tanto, excluye cualquier imputación de responsabilidad en los hechos que causaron el golpe al Sr. Espinosa Cares. C.) En subsidio, ausencia de los elementos de la responsabilidad. Pese a lo que pretende el demandante, la responsabilidad que se intenta imputar a los demandados de autos, corresponde al tipo denominado Responsabilidad por Culpa o Negligencia, cuyos requisitos de procedencia son los siguientes: Acción u omisión; Dolo o negligencia; Daño, y Relación de causalidad. De lo ya expuesto en esta presentación, queda en evidencia que los hechos de autos permiten confirmar que los elementos de la responsabilidad no se cumplirían en este caso, toda vez que no ha existido relación de causalidad entre la conducta de los demandados y el daño sufrido por el actor. En efecto, y como se expresa en el acápite anterior, el accidente sufrido por la Sr. Espinoza tuvo lugar a consecuencia de un suceso repentino e imprevisto. Por otro lado, no hubo ninguna acción u omisión culpable de los sujetos pasivos de la acción que contribuyera al hecho que causó las supuestas lesiones del actor. En suma, no se reúne ninguno de los elemenACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

333

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

tos de la responsabilidad invocada, por lo que procede rechazar la demanda. D.) Lesiones reclamadas por el actor. El actor relata una serie de lesiones que estaría sufriendo, concluyendo que quedará con secuelas e incapacidades permanentes. No obstante, en parte alguna menciona si ha sido señalado algún grado de incapacidad o secuela de carácter permanente por la Mutual de Seguridad. Como se puede colegir de lo transcrito, lo señalado por el actor es impreciso y confuso, pues no detalla expresamente el tipo de secuelas, sino que se hace una mención referencial. Por otro lado, de la lectura de la demanda no se desprende que respecto del actor se haya determinado algún grado de incapacidad conforme al decreto supremo N° 109, pues nada dice en este sentido en su demanda. En todo caso, las secuelas que se narran en la demanda, de haber sido de la gravedad que se pretende mostrar, estarían amparadas por los beneficios de la ley N° 16.744. En base a lo expuesto precedentemente, en este acto controvierto las supuestas secuelas e incapacidades permanentes y de cualquier otra índole que pudiere haber generado el incidente de 14 de diciembre de 2009. Don Eduardo Espinoza Cares exige el pago de un monto total ascendente a $ 379.317.446, como indemnización de los supuestos daños. Esto resulta desmedido atendida la realidad jurisprudencial nacional. El principio del resarcimiento íntegro del daño conlleva la reparación total, pero precisa de aquél. La víctima no puede recibir menos, mas no debe recibir más de lo necesario para reparar íntegramente el daño efectivamente sufrido, cuya existencia, naturaleza y monto obviamente corresponde probar a quien lo alega (art. 1698 del Código Civil) y que desde luego la demandada solidaria controvierte. Considerar el pago de los montos demandados significaría una verdadera INDEMNIZACIÓN PUNITIVA, lo que repugna nuestro sistema jurídico basado en la compensación del daño y la negación del enriquecimiento sin causa. El actor pide una indemnización de $ 79.317.446, lo que resulta del cálculo lineal de la supuesta disminución de capacidad ganancia y la remuneración mensual del actor desde la época del accidente hasta cumplir 65 años. Dicho el cálculo lineal es improcedente para proyectar el presunto lucro cesante adeudado. No es posible hacer una determinación de la manera simplista que se pretende de contrario, por cuanto no es conocido cuál sería el desarrollo de la vida laboral del demandante, lo que podría estar influido por períodos sin trabajar, variaciones de remuneración u otras circunstancias que hacen que el elemento certidumbre del daño se pierda, motivo por el cual debe rechazarse. Más aún, el propio señor Espinoza Cares suscribe contratos de trabajo por obra, por lo que NO permanece contratado indefinidamente. Por lo demás de declararse algún grado de incapacidad superior al 15%, significará que el actor percibirá un beneficio de aquellos de la ley Nº 16.744 que supliría precisamente su disminución de capacidad de ganancia. 3) Sobre el daño moral reclamado. En autos los actores pretenden la suma total de $ 300.000.000 bajo el capítulo de daño moral. Desde ya, es necesario indicar que la cantidad pretendida es desmedida y si tuviera éxito trasunta en un enriquecimiento injusto, al cual no se puede dar lugar. El autor señor José Pablo Vergara Benzanilla sostiene lo siguiente en este tema: Piensan los demandantes y no siempre sin razón que los tribunales se sentirán inclinados a concederles un porcentaje de lo que cobran. Por eso no vacilan en elevar sus pretensiones a cifras fuera de la realidad. La audacia juega un rol importante en el resultado y la indemnización pasa a constituirse en una fuente de lucro o ganancia, que excede los límites de lo que, jurídicamente y racionalmente, debe ser una reparación. Poco importa especular con la desgracia. La sociedad, conmovida por el infortunio, ampara al especulador. Los que así proceden suelen tener éxito, dependiendo éste también de la mayor o menor capacidad de dramatizar el daño y sus efectos que tenga el redactor de la demanda o los testigos que depongan en el juicio por el actor. Este mismo autor sostiene que !as fuentes de esta tendencia serían dos, a saber: cultura del enriquecimiento fácil. Con tal de obtener mayores ingresos o ganancias, no se trepida en los medios. Poco importa que la indemnización demandada sea exorbitante: hay que aprovechar la oportunidad para sacar de ella el mayor provecho posible, aunque se la desvíe de su finalidad natural y de su razón de ser. Como si el dinero fuere el universal dispensador de la felicidad. La errónea concepción práctica del daño moral. El hecho de considerar el daño moral como el dolor, pesar o molestia que sufre una persona como consecuencia de la conducta ajena y a este dolor se le pone un precio, es errónea. El daño moral es la consecuencia o el efecto de la injuria o lesión que se ha inferido a los derechos extrapatrimoniales de la persona. Esta concepción errónea del daño moral es débil, pues el dolor moral como el físico es superable. Se ha expresado que “Ni el dolor ni el sufrimiento se oponen a la felicidad. Por el contrario, más bien ésta los supone, ya que en el vencimiento de la desdicha donde se conquista la felicidad (...) en el fondo,

334

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

tos de la responsabilidad invocada, por lo que procede rechazar la demanda. D.) Lesiones reclamadas por el actor. El actor relata una serie de lesiones que estaría sufriendo, concluyendo que quedará con secuelas e incapacidades permanentes. No obstante, en parte alguna menciona si ha sido señalado algún grado de incapacidad o secuela de carácter permanente por la Mutual de Seguridad. Como se puede colegir de lo transcrito, lo señalado por el actor es impreciso y confuso, pues no detalla expresamente el tipo de secuelas, sino que se hace una mención referencial. Por otro lado, de la lectura de la demanda no se desprende que respecto del actor se haya determinado algún grado de incapacidad conforme al decreto supremo N° 109, pues nada dice en este sentido en su demanda. En todo caso, las secuelas que se narran en la demanda, de haber sido de la gravedad que se pretende mostrar, estarían amparadas por los beneficios de la ley N° 16.744. En base a lo expuesto precedentemente, en este acto controvierto las supuestas secuelas e incapacidades permanentes y de cualquier otra índole que pudiere haber generado el incidente de 14 de diciembre de 2009. Don Eduardo Espinoza Cares exige el pago de un monto total ascendente a $ 379.317.446, como indemnización de los supuestos daños. Esto resulta desmedido atendida la realidad jurisprudencial nacional. El principio del resarcimiento íntegro del daño conlleva la reparación total, pero precisa de aquél. La víctima no puede recibir menos, mas no debe recibir más de lo necesario para reparar íntegramente el daño efectivamente sufrido, cuya existencia, naturaleza y monto obviamente corresponde probar a quien lo alega (art. 1698 del Código Civil) y que desde luego la demandada solidaria controvierte. Considerar el pago de los montos demandados significaría una verdadera INDEMNIZACIÓN PUNITIVA, lo que repugna nuestro sistema jurídico basado en la compensación del daño y la negación del enriquecimiento sin causa. El actor pide una indemnización de $ 79.317.446, lo que resulta del cálculo lineal de la supuesta disminución de capacidad ganancia y la remuneración mensual del actor desde la época del accidente hasta cumplir 65 años. Dicho el cálculo lineal es improcedente para proyectar el presunto lucro cesante adeudado. No es posible hacer una determinación de la manera simplista que se pretende de contrario, por cuanto no es conocido cuál sería el desarrollo de la vida laboral del demandante, lo que podría estar influido por períodos sin trabajar, variaciones de remuneración u otras circunstancias que hacen que el elemento certidumbre del daño se pierda, motivo por el cual debe rechazarse. Más aún, el propio señor Espinoza Cares suscribe contratos de trabajo por obra, por lo que NO permanece contratado indefinidamente. Por lo demás de declararse algún grado de incapacidad superior al 15%, significará que el actor percibirá un beneficio de aquellos de la ley Nº 16.744 que supliría precisamente su disminución de capacidad de ganancia. 3) Sobre el daño moral reclamado. En autos los actores pretenden la suma total de $ 300.000.000 bajo el capítulo de daño moral. Desde ya, es necesario indicar que la cantidad pretendida es desmedida y si tuviera éxito trasunta en un enriquecimiento injusto, al cual no se puede dar lugar. El autor señor José Pablo Vergara Benzanilla sostiene lo siguiente en este tema: Piensan los demandantes y no siempre sin razón que los tribunales se sentirán inclinados a concederles un porcentaje de lo que cobran. Por eso no vacilan en elevar sus pretensiones a cifras fuera de la realidad. La audacia juega un rol importante en el resultado y la indemnización pasa a constituirse en una fuente de lucro o ganancia, que excede los límites de lo que, jurídicamente y racionalmente, debe ser una reparación. Poco importa especular con la desgracia. La sociedad, conmovida por el infortunio, ampara al especulador. Los que así proceden suelen tener éxito, dependiendo éste también de la mayor o menor capacidad de dramatizar el daño y sus efectos que tenga el redactor de la demanda o los testigos que depongan en el juicio por el actor. Este mismo autor sostiene que !as fuentes de esta tendencia serían dos, a saber: cultura del enriquecimiento fácil. Con tal de obtener mayores ingresos o ganancias, no se trepida en los medios. Poco importa que la indemnización demandada sea exorbitante: hay que aprovechar la oportunidad para sacar de ella el mayor provecho posible, aunque se la desvíe de su finalidad natural y de su razón de ser. Como si el dinero fuere el universal dispensador de la felicidad. La errónea concepción práctica del daño moral. El hecho de considerar el daño moral como el dolor, pesar o molestia que sufre una persona como consecuencia de la conducta ajena y a este dolor se le pone un precio, es errónea. El daño moral es la consecuencia o el efecto de la injuria o lesión que se ha inferido a los derechos extrapatrimoniales de la persona. Esta concepción errónea del daño moral es débil, pues el dolor moral como el físico es superable. Se ha expresado que “Ni el dolor ni el sufrimiento se oponen a la felicidad. Por el contrario, más bien ésta los supone, ya que en el vencimiento de la desdicha donde se conquista la felicidad (...) en el fondo,

334

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

335

es una actitud ante la vida que se caracteriza, precisamente, por la capacidad de superar lo precario y la vulnerabilidad inevitable de la existencia”. El monto de la indemnización solicitada en autos, derechamente desnaturaliza el fin propio de la reparación del daño moral. El fin reparatorio se sustituye por una posición ventajista y que no hace sino utilizarse como una fuente injustificada e ilegítima de lograr un lucro. Hay que recordar que la indemnización tiene como ÚNICO FIN REPARAR, no castigar ni enriquecer, como lo pretende la parte demandante. En este sentido el autor español señor Adriano de Cupis sostiene que: El resarcimiento es una reparación que corresponde a la medida del daño. No puede servir para enriquecer al perjudicado, superando tal medida. Semejante enriquecimiento sería extraño a su función reparadora y equilibradora e introducirla, a cargo del responsable, una pena privada. La pena privada, encaminada a castigar al culpable, a favor del perjudicado no puede ser un beneficio superior al daño sufrido. Pero una vez superada históricamente tal institución, la reacción contra el daño privado no puede encaminarse más que a conseguir al perjudicado la reparación del daño. De lo recién expuesto, podemos analizar que en el caso concreto se reclama precisamente un monto exagerado por concepto de daño moral, basado en una intención de enriquecimiento injusto y en un falso concepto de daño moral. Por otro lado, el profesor Sr. Fernando Fueyo L. expresaba que se creen dos cosas erróneas: a) que lo discrecional para fijar el daño moral es un simple declaración estimativa, de carácter subjetivo, sin fundamentación alguna, como quien calcula a ojo de buen cubero, y b) que este tipo de daño no requiere de prueba alguna conducente a señalar de qué modo se produce tal daño extrapatrimonial. El mismo autor sostiene que es preciso remarcar insistentemente que todo daño debe probarse, sea patrimonial, sea extrapatrimonial. El método y el objeto en que recae la prueba y su extensión serán diferentes según la clase de daño, pero este es una cuestión aparte y no se hace excusable la prueba que ha de rendirse en todo caso y que la necesidad de insistir en lo expresado nace del hecho muy corriente de encontrarnos con la frase siguiente: el daño moral no requiere prueba, se presume. Es realmente un grave error. En un sentido similar, se pronunció el profesor Sr. Arturo Alessandri R., quien señaló que el juez en materia de perjuicios morales debe evaluar la extensión del daño. Incluso, entrega una recomendación a los jueces al señalar que se debe proceder con prudencia tanto para evitar los abusos a que esta reparación puede dar origen como para impedir que se transforme en pena o en un enriquecimiento sin causa para quien la demanda. En el caso de autos, la sugerencia entregada por el autor es extremadamente atendible, ya que la suma demandada por daño moral, escapa a lo que nuestra realidad jurisprudencial ha considerado como acertado, por lo que de acogerse las pretensiones del actor ello podría resultar en un abuso cometido en contra de la demandada en esta causa. Solicita el rechazo de la demanda con costas. CUARTO: Que con fecha 04 de junio de 2010 tuvo lugar la audiencia preparatoria. Por su parte con fecha 01 de julio y 10 de agosto de 2010, tuvo lugar la audiencia de juicio respectiva. Que llamadas las partes a conciliación sobre las bases propuestas por el tribunal, ésta no se produjo. Las partes hicieron sus respectivas observaciones a la prueba rendida. QUINTO: Que para acreditar sus alegaciones la parte demandante rindió la siguiente prueba: I. Documental incorporada al juicio: 1. Contrato de trabajo de fecha 21 de octubre de 2009. 2. Anexo de contrato de fecha 20 de noviembre 2009. 3. Carnet de alta de Clínica La Portada. 4. Régimen entregado por Clínica La Portada y que debió seguir el actor por tres meses. 5. Tres informes médicos de fechas 22 y 30 de diciembre de 2009 y 27 de enero de 2010, todos del doctor Manuel Guerra Godoy. 6. Certificado emitido por el doctor Manuel Guerra Godoy de fecha 16 de diciembre de 2009. 7. Declaración entregada por el demandante a la SEREMI de Salud de Antofagasta. 8. Fotografía de la estructura que le cayó al demandante. 9. Cuatro liquidaciones de remuneraciones del actor de los meses de mayo y octubre a diciembre de 2009. 10. Cuatro documentos denominados resultados de exámenes pre ocupacionales efectuados al actor de fechas 30 de marzo de 2009 y 15 de octubre de 2009. 11. Certificado de cotizaciones previsionales de fecha 05 de abril de 2010.

es una actitud ante la vida que se caracteriza, precisamente, por la capacidad de superar lo precario y la vulnerabilidad inevitable de la existencia”. El monto de la indemnización solicitada en autos, derechamente desnaturaliza el fin propio de la reparación del daño moral. El fin reparatorio se sustituye por una posición ventajista y que no hace sino utilizarse como una fuente injustificada e ilegítima de lograr un lucro. Hay que recordar que la indemnización tiene como ÚNICO FIN REPARAR, no castigar ni enriquecer, como lo pretende la parte demandante. En este sentido el autor español señor Adriano de Cupis sostiene que: El resarcimiento es una reparación que corresponde a la medida del daño. No puede servir para enriquecer al perjudicado, superando tal medida. Semejante enriquecimiento sería extraño a su función reparadora y equilibradora e introducirla, a cargo del responsable, una pena privada. La pena privada, encaminada a castigar al culpable, a favor del perjudicado no puede ser un beneficio superior al daño sufrido. Pero una vez superada históricamente tal institución, la reacción contra el daño privado no puede encaminarse más que a conseguir al perjudicado la reparación del daño. De lo recién expuesto, podemos analizar que en el caso concreto se reclama precisamente un monto exagerado por concepto de daño moral, basado en una intención de enriquecimiento injusto y en un falso concepto de daño moral. Por otro lado, el profesor Sr. Fernando Fueyo L. expresaba que se creen dos cosas erróneas: a) que lo discrecional para fijar el daño moral es un simple declaración estimativa, de carácter subjetivo, sin fundamentación alguna, como quien calcula a ojo de buen cubero, y b) que este tipo de daño no requiere de prueba alguna conducente a señalar de qué modo se produce tal daño extrapatrimonial. El mismo autor sostiene que es preciso remarcar insistentemente que todo daño debe probarse, sea patrimonial, sea extrapatrimonial. El método y el objeto en que recae la prueba y su extensión serán diferentes según la clase de daño, pero este es una cuestión aparte y no se hace excusable la prueba que ha de rendirse en todo caso y que la necesidad de insistir en lo expresado nace del hecho muy corriente de encontrarnos con la frase siguiente: el daño moral no requiere prueba, se presume. Es realmente un grave error. En un sentido similar, se pronunció el profesor Sr. Arturo Alessandri R., quien señaló que el juez en materia de perjuicios morales debe evaluar la extensión del daño. Incluso, entrega una recomendación a los jueces al señalar que se debe proceder con prudencia tanto para evitar los abusos a que esta reparación puede dar origen como para impedir que se transforme en pena o en un enriquecimiento sin causa para quien la demanda. En el caso de autos, la sugerencia entregada por el autor es extremadamente atendible, ya que la suma demandada por daño moral, escapa a lo que nuestra realidad jurisprudencial ha considerado como acertado, por lo que de acogerse las pretensiones del actor ello podría resultar en un abuso cometido en contra de la demandada en esta causa. Solicita el rechazo de la demanda con costas. CUARTO: Que con fecha 04 de junio de 2010 tuvo lugar la audiencia preparatoria. Por su parte con fecha 01 de julio y 10 de agosto de 2010, tuvo lugar la audiencia de juicio respectiva. Que llamadas las partes a conciliación sobre las bases propuestas por el tribunal, ésta no se produjo. Las partes hicieron sus respectivas observaciones a la prueba rendida. QUINTO: Que para acreditar sus alegaciones la parte demandante rindió la siguiente prueba: I. Documental incorporada al juicio: 1. Contrato de trabajo de fecha 21 de octubre de 2009. 2. Anexo de contrato de fecha 20 de noviembre 2009. 3. Carnet de alta de Clínica La Portada. 4. Régimen entregado por Clínica La Portada y que debió seguir el actor por tres meses. 5. Tres informes médicos de fechas 22 y 30 de diciembre de 2009 y 27 de enero de 2010, todos del doctor Manuel Guerra Godoy. 6. Certificado emitido por el doctor Manuel Guerra Godoy de fecha 16 de diciembre de 2009. 7. Declaración entregada por el demandante a la SEREMI de Salud de Antofagasta. 8. Fotografía de la estructura que le cayó al demandante. 9. Cuatro liquidaciones de remuneraciones del actor de los meses de mayo y octubre a diciembre de 2009. 10. Cuatro documentos denominados resultados de exámenes pre ocupacionales efectuados al actor de fechas 30 de marzo de 2009 y 15 de octubre de 2009. 11. Certificado de cotizaciones previsionales de fecha 05 de abril de 2010. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

335

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

12. Informe médico de fecha 25 de marzo de 2010. 13. Resolución en la cual se sanciona a la demandada con una multa de 300 UTM. 14. Certificado de matrimonio del actor y de nacimiento de sus dos hijos. II. Confesional: 1. Absuelve posiciones don Rodrigo Muñoz Fritz, cédula de identidad 10.317.083 4, en representación de la demandada Ingeniería y Construcción Sigdo Koppers S.A., quien promete: El día del accidente estaba en Concepción en viaje a Antofagasta, se enteró por vía telefónica del lo sucedido, es subadministrador del proyecto, no declaró en el sumario sanitario, desconoce lo que declaró Posco, Sigdo Koopers pagó la multa, cerca de 14 millones de pesos. Los detalles del accidente los desconoce porque no estaba presente, cada actividad que se desarrolla tiene un HRD. El actor debería haber estado con orejeras por el trabajo que desarrollaba. El actor ingresó a la obra el 21 de octubre, estaba contratado como albañil, se hizo investigación interna y del comité paritario, la investigación de la empresa concluye que el actor no tuvo responsabilidad. Respecto del montaje del marco se instalan las riostras, el procedimiento indica que se pueden retirar las diagonales. Precisa que esta era la primera vez que se instalaban los marcos, dado los hechos ocurridos al actor se cambió el proceso a uno más riguroso, tomando como medidas que mientras se desarrolla el montaje no se trabaje en el área. Agrega que con ocasión del accidente el cliente pidió que reasignaran a Jorge Donoso quien era el jefe de faena. 2. Absuelve posiciones don Oh Won Woong, cédula de identidad 22.951.544 6, en representación de la demandada Posco Engineering Construcción Company Limitada, quien previamente juramentado señala: Tomó conocimiento del accidente cuando estaba en una reunión. Sabe que al actor lo llevaron a un hospital cercano, en una ambulancia. El absolvente es gerente mecánico de construcción, se le exhibe el sumario sanitario, en específico su declaración, reconoce su firma, refiere haber acudido a declarar en compañía de un traductor. Respecto del hecho indica que el supervisor de Sigdo Koopers reportó a Posco la ocurrencia del accidente, a juicio del absolvente la responsabilidad mayor es de Sigdo Cooper, considera que hubo un problema de comunicación entre el Supervisor y Sigdo Koopers, refiere que existe el manual de seguridad y medio ambiente. El absolvente vio la estructura y como estaba edificada, no previó el accidente, refiere que el trabajador no debería haber permanecido en esa área de seguridad. El problema de comunicación pasa por el supervisor, cada trabajador es informado de sus funciones y de mantener las medidas de seguridad, las condiciones, cada trabajador sabe cómo prevenir el accidente. El supervisor del área de construcción era Diego Faúndez. III. Testimonial: 1. Ana Cristina Lara Reyes, cédula de identidad 5.816.260 4, quien previamente juramentada señala: Conoce al actor desde hace 6 años ya que trabaja en una cooperativa de vivienda y se inscribió para obtener una casa, la señora trabajó cuidando a la mamá de la testigo. Refiere que el actor tiene dos hijos menores de edad. Sabe que el actor tuvo un accidente que le ocasionó muchas lesiones, estuvo hospitalizado más de un mes, está en un tratamiento en la mutual de seguridad, ahora va tres veces a la semana y antes iba todos los días. Visita a la familia una vez a la semana, el actor después del accidente sufrió cambios, antes era trabajólico, jugaba a la pelota con los niños, era un hombre muy activo, ahora reta los niños, antes trabajaba la señora pero ahora lo tiene que cuidar, tiene problemas de pareja, la testigo los ayuda económicamente. Los hijos tienen 11 y 13 años, están tristes, no están pagando el dividendo, todo es difícil, el actor es un hombre de 38 años, es muy trabajador, no ha podido volver a tocar batería con los hijos, tiene constantes dolores, se levanta y se acuesta, no se puede meter ruido, Viven del subsidio y es insuficiente, no puede trabajar incluso deben ayudarlo a entrar a la tina, a vestirse. El actor antes del accidente tenía distintos proyectos, comprar un terreno en el playa, hacer cabañas y aumentar sus ingresos. 2. María Hortensia Abarzúa Ponce, cédula de identidad 17.486.038 6, quien previamente juramentada señala: Conoce al actor porque es media hermana de la señora de éste, tienen dos hijos de 11 y 13 años, tuvo un accidente del trabajo en diciembre de 2009, tuvo fractura en el cráneo, implante en la cara, es-

336

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

12. Informe médico de fecha 25 de marzo de 2010. 13. Resolución en la cual se sanciona a la demandada con una multa de 300 UTM. 14. Certificado de matrimonio del actor y de nacimiento de sus dos hijos. II. Confesional: 1. Absuelve posiciones don Rodrigo Muñoz Fritz, cédula de identidad 10.317.083 4, en representación de la demandada Ingeniería y Construcción Sigdo Koppers S.A., quien promete: El día del accidente estaba en Concepción en viaje a Antofagasta, se enteró por vía telefónica del lo sucedido, es subadministrador del proyecto, no declaró en el sumario sanitario, desconoce lo que declaró Posco, Sigdo Koopers pagó la multa, cerca de 14 millones de pesos. Los detalles del accidente los desconoce porque no estaba presente, cada actividad que se desarrolla tiene un HRD. El actor debería haber estado con orejeras por el trabajo que desarrollaba. El actor ingresó a la obra el 21 de octubre, estaba contratado como albañil, se hizo investigación interna y del comité paritario, la investigación de la empresa concluye que el actor no tuvo responsabilidad. Respecto del montaje del marco se instalan las riostras, el procedimiento indica que se pueden retirar las diagonales. Precisa que esta era la primera vez que se instalaban los marcos, dado los hechos ocurridos al actor se cambió el proceso a uno más riguroso, tomando como medidas que mientras se desarrolla el montaje no se trabaje en el área. Agrega que con ocasión del accidente el cliente pidió que reasignaran a Jorge Donoso quien era el jefe de faena. 2. Absuelve posiciones don Oh Won Woong, cédula de identidad 22.951.544 6, en representación de la demandada Posco Engineering Construcción Company Limitada, quien previamente juramentado señala: Tomó conocimiento del accidente cuando estaba en una reunión. Sabe que al actor lo llevaron a un hospital cercano, en una ambulancia. El absolvente es gerente mecánico de construcción, se le exhibe el sumario sanitario, en específico su declaración, reconoce su firma, refiere haber acudido a declarar en compañía de un traductor. Respecto del hecho indica que el supervisor de Sigdo Koopers reportó a Posco la ocurrencia del accidente, a juicio del absolvente la responsabilidad mayor es de Sigdo Cooper, considera que hubo un problema de comunicación entre el Supervisor y Sigdo Koopers, refiere que existe el manual de seguridad y medio ambiente. El absolvente vio la estructura y como estaba edificada, no previó el accidente, refiere que el trabajador no debería haber permanecido en esa área de seguridad. El problema de comunicación pasa por el supervisor, cada trabajador es informado de sus funciones y de mantener las medidas de seguridad, las condiciones, cada trabajador sabe cómo prevenir el accidente. El supervisor del área de construcción era Diego Faúndez. III. Testimonial: 1. Ana Cristina Lara Reyes, cédula de identidad 5.816.260 4, quien previamente juramentada señala: Conoce al actor desde hace 6 años ya que trabaja en una cooperativa de vivienda y se inscribió para obtener una casa, la señora trabajó cuidando a la mamá de la testigo. Refiere que el actor tiene dos hijos menores de edad. Sabe que el actor tuvo un accidente que le ocasionó muchas lesiones, estuvo hospitalizado más de un mes, está en un tratamiento en la mutual de seguridad, ahora va tres veces a la semana y antes iba todos los días. Visita a la familia una vez a la semana, el actor después del accidente sufrió cambios, antes era trabajólico, jugaba a la pelota con los niños, era un hombre muy activo, ahora reta los niños, antes trabajaba la señora pero ahora lo tiene que cuidar, tiene problemas de pareja, la testigo los ayuda económicamente. Los hijos tienen 11 y 13 años, están tristes, no están pagando el dividendo, todo es difícil, el actor es un hombre de 38 años, es muy trabajador, no ha podido volver a tocar batería con los hijos, tiene constantes dolores, se levanta y se acuesta, no se puede meter ruido, Viven del subsidio y es insuficiente, no puede trabajar incluso deben ayudarlo a entrar a la tina, a vestirse. El actor antes del accidente tenía distintos proyectos, comprar un terreno en el playa, hacer cabañas y aumentar sus ingresos. 2. María Hortensia Abarzúa Ponce, cédula de identidad 17.486.038 6, quien previamente juramentada señala: Conoce al actor porque es media hermana de la señora de éste, tienen dos hijos de 11 y 13 años, tuvo un accidente del trabajo en diciembre de 2009, tuvo fractura en el cráneo, implante en la cara, es-

336

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

337

tuvo hospitalizado un mes en el norte, la mutual lo va a buscar dos veces a la semana, su personalidad cambió, está mal genio, le afecta el ruido, no juega a la pelota, no salen a bailar, él pasa acostado por sus dolores. En las actividades diarias lo tienen que ayudar, no puede por ejemplo agacharse, toda esta situación le ha generado problemas económicos, antes ganaban $ 800.000, pero ahora que Caty dejó de trabajar para cuidar al actor, reciben sólo $ 300.000. Antes del accidente estaba alegre y activo, ahora está acostado por dolores, se siente mal, no tiene ganas de hacer nada, sus hijos por toda esta situación, ya no salen con su padre. La testigo visita al actor todos los fines de semana porque ayuda a su hermana. Con anterioridad al accidente el actor estaba 10 días en su hogar, trabajaba 20x10. La testigo se ha hecho cargo de sacar a pasear a los niños. IV. Oficios: 1. Unidad de Informes Médicos de la Mutual de Seguridad de Mejillones, quienes informan con fecha 17 de junio de 2010 respecto del actor, fecha de accidente 14 de diciembre de 2009. Paciente ingresa a UTI Clínica La Portada trasladado desde Mejillones luego de sufrir accidente laboral, mientras se encontraba sobre una torre de enfriamiento le cae la estructura metálica sobre su cabeza y espalda. Ingresa con los siguientes diagnósticos: TEC grave complicado Fractura de cráneo Hemotorax bilateral Fracturas costales múltiples Neumotorax bilateral Fractura de columna torácica (T6 y T10) Fractura apófisis transversales lumbares L2 a L4 izquierdas FX maxilofacial (órbito cigotomático máxilo malar y piso de órbita) Se solicita evaluación por el Dr. Raúl Carmona, médico traumatólogo especialista en cirugía de columna, quien realiza tratamiento quirúrgico el 17 de diciembre. Se realiza tratamiento quirúrgico de su fractura maxilofacial por Dr. Manuel Loo el 23 de diciembre. Tiene una buena evolución, es dado de alta de Clínica La Portada el 04 de enero de 2010, posteriormente se traslada a Santiago para continuar rehabilitación por motivos de residencia a principios de febrero de 2010. Suscribe Álvaro Delgado Jancso. Médico traumatólogo, Traumatología y Ortopedia, Antofagasta. Se adjunta la ficha médica de las atenciones que se le brindaron en Clínica la Portada, destacan los tres certificados de consentimiento informado que dan cuenta que en relación a la intervención del maxilar derecho, la fijación de columna y drenaje pleural declara haber recibido y comprendido la información acerca del procedimiento y los riesgos que conlleva, indicando que libera de responsabilidad a la Clínica La Portada de complicaciones derivadas directamente de las acciones del o los médicos tratantes. Se adjunta además declaración individual de accidente del trabajo que señala que el actor se encontraba chipeando un pedestal y al caer la estructura lo golpea. Está suscrita con firma ilegible y timbre de Sigdo Koopers. 2. Unidad de Informes Médicos de la Mutual de Seguridad de Santiago quienes informan señalando que el actor se trasladó a Santiago con fecha 09 de agosto de 2010 desde Antofagasta por motivo de residencia con el antecedente que el 14 de diciembre de 2009 le cayó una estructura metálica de altura golpeándole la cabeza y espalda. No tuvo pérdida de conciencia. Tuvo fracturas costales, neumotórax, fractura de T6 y T10 y de apófisis transversales lumbares siendo operado en Antofagasta de columna el 17 de diciembre de 2009. Desde el accidente tienen cefalea holocránea de tipo occipital permanente y dorsalgia. Tiene TAC de cerebro de 28 de enero de 2010 que no mostró lesiones traumáticas. En el examen no había déficit neurológico. Neurólogo lo dejó con amiptriptilina y antiinflamatorio y diagnóstico de cefalea y trastorno ansioso post TEC y dorsalgia. Lo derivó a equipo de dolor siendo evaluado el 12 de marzo de 2010, encontrando dolor en la zona operatoria con palpación sensible. Lo dejó con tramal, zaldiar y versatis. Especialista de columna lo controló el 16 de febrero de 2010 encontrando en TAC de columna reducción de la fractura de T6 y fijación en situ de T9 a T11. Indicó continuar con corsé que se había confeccionado en Antofagasta y evaluación psiquiátrica. Esta especialista le diagnosticó trastorno adaptativo depresivo severo a consecuencia del accidente del

tuvo hospitalizado un mes en el norte, la mutual lo va a buscar dos veces a la semana, su personalidad cambió, está mal genio, le afecta el ruido, no juega a la pelota, no salen a bailar, él pasa acostado por sus dolores. En las actividades diarias lo tienen que ayudar, no puede por ejemplo agacharse, toda esta situación le ha generado problemas económicos, antes ganaban $ 800.000, pero ahora que Caty dejó de trabajar para cuidar al actor, reciben sólo $ 300.000. Antes del accidente estaba alegre y activo, ahora está acostado por dolores, se siente mal, no tiene ganas de hacer nada, sus hijos por toda esta situación, ya no salen con su padre. La testigo visita al actor todos los fines de semana porque ayuda a su hermana. Con anterioridad al accidente el actor estaba 10 días en su hogar, trabajaba 20x10. La testigo se ha hecho cargo de sacar a pasear a los niños. IV. Oficios: 1. Unidad de Informes Médicos de la Mutual de Seguridad de Mejillones, quienes informan con fecha 17 de junio de 2010 respecto del actor, fecha de accidente 14 de diciembre de 2009. Paciente ingresa a UTI Clínica La Portada trasladado desde Mejillones luego de sufrir accidente laboral, mientras se encontraba sobre una torre de enfriamiento le cae la estructura metálica sobre su cabeza y espalda. Ingresa con los siguientes diagnósticos: TEC grave complicado Fractura de cráneo Hemotorax bilateral Fracturas costales múltiples Neumotorax bilateral Fractura de columna torácica (T6 y T10) Fractura apófisis transversales lumbares L2 a L4 izquierdas FX maxilofacial (órbito cigotomático máxilo malar y piso de órbita) Se solicita evaluación por el Dr. Raúl Carmona, médico traumatólogo especialista en cirugía de columna, quien realiza tratamiento quirúrgico el 17 de diciembre. Se realiza tratamiento quirúrgico de su fractura maxilofacial por Dr. Manuel Loo el 23 de diciembre. Tiene una buena evolución, es dado de alta de Clínica La Portada el 04 de enero de 2010, posteriormente se traslada a Santiago para continuar rehabilitación por motivos de residencia a principios de febrero de 2010. Suscribe Álvaro Delgado Jancso. Médico traumatólogo, Traumatología y Ortopedia, Antofagasta. Se adjunta la ficha médica de las atenciones que se le brindaron en Clínica la Portada, destacan los tres certificados de consentimiento informado que dan cuenta que en relación a la intervención del maxilar derecho, la fijación de columna y drenaje pleural declara haber recibido y comprendido la información acerca del procedimiento y los riesgos que conlleva, indicando que libera de responsabilidad a la Clínica La Portada de complicaciones derivadas directamente de las acciones del o los médicos tratantes. Se adjunta además declaración individual de accidente del trabajo que señala que el actor se encontraba chipeando un pedestal y al caer la estructura lo golpea. Está suscrita con firma ilegible y timbre de Sigdo Koopers. 2. Unidad de Informes Médicos de la Mutual de Seguridad de Santiago quienes informan señalando que el actor se trasladó a Santiago con fecha 09 de agosto de 2010 desde Antofagasta por motivo de residencia con el antecedente que el 14 de diciembre de 2009 le cayó una estructura metálica de altura golpeándole la cabeza y espalda. No tuvo pérdida de conciencia. Tuvo fracturas costales, neumotórax, fractura de T6 y T10 y de apófisis transversales lumbares siendo operado en Antofagasta de columna el 17 de diciembre de 2009. Desde el accidente tienen cefalea holocránea de tipo occipital permanente y dorsalgia. Tiene TAC de cerebro de 28 de enero de 2010 que no mostró lesiones traumáticas. En el examen no había déficit neurológico. Neurólogo lo dejó con amiptriptilina y antiinflamatorio y diagnóstico de cefalea y trastorno ansioso post TEC y dorsalgia. Lo derivó a equipo de dolor siendo evaluado el 12 de marzo de 2010, encontrando dolor en la zona operatoria con palpación sensible. Lo dejó con tramal, zaldiar y versatis. Especialista de columna lo controló el 16 de febrero de 2010 encontrando en TAC de columna reducción de la fractura de T6 y fijación en situ de T9 a T11. Indicó continuar con corsé que se había confeccionado en Antofagasta y evaluación psiquiátrica. Esta especialista le diagnosticó trastorno adaptativo depresivo severo a consecuencia del accidente del ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

337

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

trabajo dejándolo con psicofármacos y sesiones de psicoterapia. Evaluado por máxilo facial retiró puntos de vestibulotomía que estaba cicatrizada y lo controló con TAC encontrando múltiples osteosíntesis fronto cigomato maxilar derecha con reconstrucción anatómica no encontrando imágenes de inflamación periosteonsíntesis e indicando 10 sesiones de fisiokinesiterapia en la región cigomatomaxilar derecha y masajes a nivel de la cicatriz vestibular. Siguió en controles con especialista de columna encontrando signos de consolidación de la osteosíntesis dorsal con buen alineamiento por lo que se indicó fisiokinesiterapia analgesia y retiro progresivo del corsé. El dolor dorsal fue disminuyendo de intensidad pero persistiendo con cefalea. Evaluado por neurocirujano por cefalea holocránea y leve hundimiento parietal derecho encontró examen neurológico normal indicando continuar con fluzatrina y analgésicos logrando menor cefalea dándolo de alta de su especialidad e indicando controles con neurólogo. Controlado por especialista de columna el 18 de mayo de 2010 aún había rigidez dorso lumbar y dolor leve por lo que indicó mantener con fisiokinesiterapia y reposo. Neurólogo determinó el 25 de mayo de 2010 completar 3 meses de tratamiento con flunarizina. Controlado por especialista de columna el 29 de junio de 2010 acusaba dolor dorsal de predominio nocturno. Clínicamente había un buen balance sin signos inflamatorios y dolor al toque superficial de la musculatura para vertebral dorsal. Se indicó continuar con fisiokinesiterapia y control con TAC dorsal prolongando el reposo hasta julio. Adjunta ficha clínica. Lo suscribe GUILLERMO BONTA. En los documentos adjuntos se adjunta copia de ficha de ingreso de fecha 14 de diciembre de 2009, en antecedentes de la empresa registra Ingeniería y Construcción Sigdo Koopers, primera atención, ingreso 17:00 horas, fecha accidente 16:00 horas. Paciente se encontraba en torre de enfriamiento chipeando pedestal y le cae estructura desde altura golpeándole cabeza y cuerpo. 3. A la Secretaria Ministerial de Salud de Antofagasta quien informa que remite el sumario sanitario N° 79 11 2010, en el informe técnico número 2 de investigación de accidente la Seremi refiere que: Con fecha 28 de enero de 2010 Sigdo Kooper hace entrega del informe final de la investigación del accidente, detectándose que la causal del accidente es procedimiento inadecuado y contradictorio que había implementado la empres al día en que ocurrió el accidente. Además constatan en la investigación que el sistema de viento o cordeles que había implementado la empresa para mejorar la estabilidad de la estructura era inadecuado e insuficiente y que el retiro de los soportes transversales era necesario para poder continuar con el montaje de los demás paneles. Finalmente, detectan como causa del accidente el hecho que no existía delimitación ni señalización indicando el riesgo de ingreso al área de montaje. En relación al informe señalado que se encuentra dentro de las copias del sumario sanitario referido elaborado por Sigdo Koopers S.A. y suscrito por Héctor Sandoval, Rodrigo catalán y Héctor Astete señala Cuando la documentación (procedimientos) fueron revisados, se detectó de que el riesgo de un posible desplome de la estructura no fue evaluada, aunque el procedimiento de seguridad fue elaborado e integrado en el procedimiento operativo. Los testigos directos de la maniobra (operador grúa, rigger, manlift y montaje) indican que el marco nunca golpeó o topó la estructura montada y que esta se habría desplomado de manera repentina. No se ha encontrado evidencia de lo contrario. Al revisar el procedimiento de seguridad rev. 2 del 2 de diciembre de 2009no estaba claro como instalar la sección 3. Se establecen causas directas, indicando sistemas de advertencia insuficientes, hacia el lado sur de la estructura no existía delimitación ni señalización indicando riesgo de ingreso al área de montaje. Protección inadecuada o insuficiente. Se instalan cordeles con el fin de mejorar la estabilidad de la estructura montada. Causas básicas. Procedimiento inadecuado, era contradictorio en la Rev. 2 no estaba claro cómo instalar la sección (marco 68 al 71). Esta hipótesis está sustentada por los siguientes hechos: el manual de construcción de Hammond establece en el procedimiento de montaje (punto 3.3) los siguiente 3.32 Procedimiento (..) 10 El montaje debe ser de la forma siguiente: ( Si el trabajo de montaje es comenzado desde el grupo del lado poniente): fase 1: el montaje comienza desde celdas 5+6 y termina con las celdas 7+8. Siguiendo el plano S1, la primera estructura a montar es una línea de cuadrícula transversal X 28. Fase 2: el montaje comienza nuevamente desde las celdas 3+4 y termina con las celdas 1+2. Siguiendo el plano S2. La primera estructura a montar es la línea de cuadrícula transversal X33. Esta primera estructura deberá estar fijada a la estructura X32 siguiendo el detalle Típico en la Junta de Expansión en plano S2. Agrega que No existe ninguna

338

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

trabajo dejándolo con psicofármacos y sesiones de psicoterapia. Evaluado por máxilo facial retiró puntos de vestibulotomía que estaba cicatrizada y lo controló con TAC encontrando múltiples osteosíntesis fronto cigomato maxilar derecha con reconstrucción anatómica no encontrando imágenes de inflamación periosteonsíntesis e indicando 10 sesiones de fisiokinesiterapia en la región cigomatomaxilar derecha y masajes a nivel de la cicatriz vestibular. Siguió en controles con especialista de columna encontrando signos de consolidación de la osteosíntesis dorsal con buen alineamiento por lo que se indicó fisiokinesiterapia analgesia y retiro progresivo del corsé. El dolor dorsal fue disminuyendo de intensidad pero persistiendo con cefalea. Evaluado por neurocirujano por cefalea holocránea y leve hundimiento parietal derecho encontró examen neurológico normal indicando continuar con fluzatrina y analgésicos logrando menor cefalea dándolo de alta de su especialidad e indicando controles con neurólogo. Controlado por especialista de columna el 18 de mayo de 2010 aún había rigidez dorso lumbar y dolor leve por lo que indicó mantener con fisiokinesiterapia y reposo. Neurólogo determinó el 25 de mayo de 2010 completar 3 meses de tratamiento con flunarizina. Controlado por especialista de columna el 29 de junio de 2010 acusaba dolor dorsal de predominio nocturno. Clínicamente había un buen balance sin signos inflamatorios y dolor al toque superficial de la musculatura para vertebral dorsal. Se indicó continuar con fisiokinesiterapia y control con TAC dorsal prolongando el reposo hasta julio. Adjunta ficha clínica. Lo suscribe GUILLERMO BONTA. En los documentos adjuntos se adjunta copia de ficha de ingreso de fecha 14 de diciembre de 2009, en antecedentes de la empresa registra Ingeniería y Construcción Sigdo Koopers, primera atención, ingreso 17:00 horas, fecha accidente 16:00 horas. Paciente se encontraba en torre de enfriamiento chipeando pedestal y le cae estructura desde altura golpeándole cabeza y cuerpo. 3. A la Secretaria Ministerial de Salud de Antofagasta quien informa que remite el sumario sanitario N° 79 11 2010, en el informe técnico número 2 de investigación de accidente la Seremi refiere que: Con fecha 28 de enero de 2010 Sigdo Kooper hace entrega del informe final de la investigación del accidente, detectándose que la causal del accidente es procedimiento inadecuado y contradictorio que había implementado la empres al día en que ocurrió el accidente. Además constatan en la investigación que el sistema de viento o cordeles que había implementado la empresa para mejorar la estabilidad de la estructura era inadecuado e insuficiente y que el retiro de los soportes transversales era necesario para poder continuar con el montaje de los demás paneles. Finalmente, detectan como causa del accidente el hecho que no existía delimitación ni señalización indicando el riesgo de ingreso al área de montaje. En relación al informe señalado que se encuentra dentro de las copias del sumario sanitario referido elaborado por Sigdo Koopers S.A. y suscrito por Héctor Sandoval, Rodrigo catalán y Héctor Astete señala Cuando la documentación (procedimientos) fueron revisados, se detectó de que el riesgo de un posible desplome de la estructura no fue evaluada, aunque el procedimiento de seguridad fue elaborado e integrado en el procedimiento operativo. Los testigos directos de la maniobra (operador grúa, rigger, manlift y montaje) indican que el marco nunca golpeó o topó la estructura montada y que esta se habría desplomado de manera repentina. No se ha encontrado evidencia de lo contrario. Al revisar el procedimiento de seguridad rev. 2 del 2 de diciembre de 2009no estaba claro como instalar la sección 3. Se establecen causas directas, indicando sistemas de advertencia insuficientes, hacia el lado sur de la estructura no existía delimitación ni señalización indicando riesgo de ingreso al área de montaje. Protección inadecuada o insuficiente. Se instalan cordeles con el fin de mejorar la estabilidad de la estructura montada. Causas básicas. Procedimiento inadecuado, era contradictorio en la Rev. 2 no estaba claro cómo instalar la sección (marco 68 al 71). Esta hipótesis está sustentada por los siguientes hechos: el manual de construcción de Hammond establece en el procedimiento de montaje (punto 3.3) los siguiente 3.32 Procedimiento (..) 10 El montaje debe ser de la forma siguiente: ( Si el trabajo de montaje es comenzado desde el grupo del lado poniente): fase 1: el montaje comienza desde celdas 5+6 y termina con las celdas 7+8. Siguiendo el plano S1, la primera estructura a montar es una línea de cuadrícula transversal X 28. Fase 2: el montaje comienza nuevamente desde las celdas 3+4 y termina con las celdas 1+2. Siguiendo el plano S2. La primera estructura a montar es la línea de cuadrícula transversal X33. Esta primera estructura deberá estar fijada a la estructura X32 siguiendo el detalle Típico en la Junta de Expansión en plano S2. Agrega que No existe ninguna

338

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

339

instrucción respecto de que hacer para la instalación de un marco en presencia de diagonales de soporte, los cuales necesariamente deben ser retirados. Declara don OH WON WONG quien señala Posco y SK trabajamos en conjunto para desarrollar de mejor forma el proyecto, esto se debe a que nosotros les entregamos toda clase de información, manuales de montaje, planos de construcción y cualquier otra información en cualquier hora y en cualquier día que ellos lo requieran, cabe señalar que nosotros les damos eso como referencia, continuando con esta idea SK recibe esa información antes señalada y ellos con su gran experiencia elaboran procedimientos de montaje, como también procedimientos de seguridad, cada vez que exista una duda en una maniobra o dentro de los procedimientos, Posco y SK se hacen reuniones para que esto quede más claro, para que se realicen los problemas sin ninguna dificultad, estos procedimientos enviados a SK son revisados detalladamente y minuciosamente por nuestra empres, en ese caso el procedimiento puede ser rechazado, aprobado con comentarios, lo cual SK debe enviar una nueva revisión debiendo ser revisada por Posco de igual forma. Hasta el día del accidente hasta el día de hoy no ha existido ningún problema en el procedimiento de montaje ni en el procedimiento de seguridad, por contrato lo cual especifica que si el subcontratista SK tiene alguna duda, confusión con respecto al procedimiento y también a las acciones y decisiones que debiesen tomar, existe un documento llamado RFI Request For Information que constituye un procedimiento de aplicación general, ya que utiliza el mismo formato y procedimiento para todas las áreas, con la cual ellos nos envían sus dudas y nosotros les respondemos a la brevedad, clarificando sus dudas por medio de este documento oficial, en este caso SK nunca nos envió un RFI pidiéndonos más información con respecto al procedimiento o su clarificación, hasta antes del accidente. Antes de cualquier tipo de montaje, para todas las áreas, se hacen reuniones entre Posco y SK sirven para clarificar y resolver dudas, con respecto a la torre de enfriamiento, antes del montaje se hicieron varias reuniones entre las empresas, para ver el avance, si tenían alguna duda y resolvérsela, pero en este caso SK siempre tuvo la claridad del procedimiento de montaje, al que ellos no manifestaron ninguna duda respecto al procedimiento. El día del accidente, nuestros supervisores se encontraban en la torre de enfriamiento como todos los días y al momento de accidente manteníamos una reunión con las empresas Posco, SK y Aesgener (dueña del proyecto), en la que se discutía otro procedimiento de montaje. Paralelamente después nos enteramos que SK en terreno tuvo confusiones de cómo proceder en la torre de enfriamiento, porque no sabían que hacer y como proceder con el montaje, siendo que había un procedimiento de por medio, que se encontraba aprobado por nosotros y sí en esa reunión nos hubieran avisado, se hubiese detenido la maniobra para resolver el problema y así no hubiese ocurrido este accidente. A nosotros nos informaron del accidente, porque trabajadores que iban pasando por el área vieron que colapsó la estructura y se comunicaron con nosotros de por vía celular informando lo sucedido. Posterior a ese día se realizó una reunión con SK y Aesgener, para ver que pasó y porqué se produjo el accidente, SK dice haber tenido un problema de organización y comunicación interno, ya que el supervisor de SK detectó una condición insegura, peligrosa, la cual fue retirada del proyecto, por su presunta responsabilidad del accidente. En el caso que don Jorge Donoso hubiese dado cumplimiento al procedimiento de control, debía avisar al Sr. OH o cualquiera del equipo mecánico, 4 ó 5 personas. El supervisor de SK reportó al Sr. Donoso que ésta era una actividad riesgosa, ya que ellos no actuaron según el procedimiento, puesto que ellos no instalaron los conectores permanentes entre marco y marco, y tampoco instalaron las diagonales permanentes, aun así sacaron los soportes temporales, por ello la actividad parecía una maniobra peligrosa según SK, una vez retirados los soportes la estructura colapsó casi inmediatamente. Ellos en su informe aceptaron su responsabilidad en cuanto no cumplieron con procedimiento el numeral 7.10. El alcance de SK dentro del contrato, es que de acuerdo a lo dispuesto en el numeral 6.1 del contrato entre SK y Posco, indica que la responsabilidad general del subcontratista, es que tienen que ejecutar, garantizar y proveer todos los trabajos y labores, incluyendo toda la supervisión necesaria materiales, construcción, equipos y otras cosas, para cada trabajo. El subcontratista tiene que tomar 100% de responsabilidad por la adecuación, estabilidad y seguridad de todo el lugar de operaciones y método de construcción de la faena. La resolución del mismo de fecha 21 de abril de 2010 que en su considerando séptimo señala que se constató que la empresa no adoptó las medidas necesaria para proteger la vida y salud de los trabajadores, ya que no ejercía una labor de supervisión adecuada de las labores que se encontraban desa-

instrucción respecto de que hacer para la instalación de un marco en presencia de diagonales de soporte, los cuales necesariamente deben ser retirados. Declara don OH WON WONG quien señala Posco y SK trabajamos en conjunto para desarrollar de mejor forma el proyecto, esto se debe a que nosotros les entregamos toda clase de información, manuales de montaje, planos de construcción y cualquier otra información en cualquier hora y en cualquier día que ellos lo requieran, cabe señalar que nosotros les damos eso como referencia, continuando con esta idea SK recibe esa información antes señalada y ellos con su gran experiencia elaboran procedimientos de montaje, como también procedimientos de seguridad, cada vez que exista una duda en una maniobra o dentro de los procedimientos, Posco y SK se hacen reuniones para que esto quede más claro, para que se realicen los problemas sin ninguna dificultad, estos procedimientos enviados a SK son revisados detalladamente y minuciosamente por nuestra empres, en ese caso el procedimiento puede ser rechazado, aprobado con comentarios, lo cual SK debe enviar una nueva revisión debiendo ser revisada por Posco de igual forma. Hasta el día del accidente hasta el día de hoy no ha existido ningún problema en el procedimiento de montaje ni en el procedimiento de seguridad, por contrato lo cual especifica que si el subcontratista SK tiene alguna duda, confusión con respecto al procedimiento y también a las acciones y decisiones que debiesen tomar, existe un documento llamado RFI Request For Information que constituye un procedimiento de aplicación general, ya que utiliza el mismo formato y procedimiento para todas las áreas, con la cual ellos nos envían sus dudas y nosotros les respondemos a la brevedad, clarificando sus dudas por medio de este documento oficial, en este caso SK nunca nos envió un RFI pidiéndonos más información con respecto al procedimiento o su clarificación, hasta antes del accidente. Antes de cualquier tipo de montaje, para todas las áreas, se hacen reuniones entre Posco y SK sirven para clarificar y resolver dudas, con respecto a la torre de enfriamiento, antes del montaje se hicieron varias reuniones entre las empresas, para ver el avance, si tenían alguna duda y resolvérsela, pero en este caso SK siempre tuvo la claridad del procedimiento de montaje, al que ellos no manifestaron ninguna duda respecto al procedimiento. El día del accidente, nuestros supervisores se encontraban en la torre de enfriamiento como todos los días y al momento de accidente manteníamos una reunión con las empresas Posco, SK y Aesgener (dueña del proyecto), en la que se discutía otro procedimiento de montaje. Paralelamente después nos enteramos que SK en terreno tuvo confusiones de cómo proceder en la torre de enfriamiento, porque no sabían que hacer y como proceder con el montaje, siendo que había un procedimiento de por medio, que se encontraba aprobado por nosotros y sí en esa reunión nos hubieran avisado, se hubiese detenido la maniobra para resolver el problema y así no hubiese ocurrido este accidente. A nosotros nos informaron del accidente, porque trabajadores que iban pasando por el área vieron que colapsó la estructura y se comunicaron con nosotros de por vía celular informando lo sucedido. Posterior a ese día se realizó una reunión con SK y Aesgener, para ver que pasó y porqué se produjo el accidente, SK dice haber tenido un problema de organización y comunicación interno, ya que el supervisor de SK detectó una condición insegura, peligrosa, la cual fue retirada del proyecto, por su presunta responsabilidad del accidente. En el caso que don Jorge Donoso hubiese dado cumplimiento al procedimiento de control, debía avisar al Sr. OH o cualquiera del equipo mecánico, 4 ó 5 personas. El supervisor de SK reportó al Sr. Donoso que ésta era una actividad riesgosa, ya que ellos no actuaron según el procedimiento, puesto que ellos no instalaron los conectores permanentes entre marco y marco, y tampoco instalaron las diagonales permanentes, aun así sacaron los soportes temporales, por ello la actividad parecía una maniobra peligrosa según SK, una vez retirados los soportes la estructura colapsó casi inmediatamente. Ellos en su informe aceptaron su responsabilidad en cuanto no cumplieron con procedimiento el numeral 7.10. El alcance de SK dentro del contrato, es que de acuerdo a lo dispuesto en el numeral 6.1 del contrato entre SK y Posco, indica que la responsabilidad general del subcontratista, es que tienen que ejecutar, garantizar y proveer todos los trabajos y labores, incluyendo toda la supervisión necesaria materiales, construcción, equipos y otras cosas, para cada trabajo. El subcontratista tiene que tomar 100% de responsabilidad por la adecuación, estabilidad y seguridad de todo el lugar de operaciones y método de construcción de la faena. La resolución del mismo de fecha 21 de abril de 2010 que en su considerando séptimo señala que se constató que la empresa no adoptó las medidas necesaria para proteger la vida y salud de los trabajadores, ya que no ejercía una labor de supervisión adecuada de las labores que se encontraban desaACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

339

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

rrollando la empresa contratista en la obra y aprobó los procedimiento de retiro de los soportes de los paneles de estructura sin verificar la efectividad de los mismos, ya que se constató en el informe final de investigación del accidente, que los procedimientos era contradictorios e inadecuados, lo que puso en riesgo la vida y salud de los trabajadores de la empresa. Se aplica una multa de 300 unidades tributarias mensuales a la empresa Posco Engineering Construction Co. Ltd. Agencia Chile. Consta en el expediente que con fecha 05 de mayo de 2010 se presentó reconsideración por parte de la sancionada. V. Exhibición de documentos La demandada Ingeniería y Construcción Sigdo Koppers S.A. exhibe: 1. Copia de la declaración individual de accidente de trabajo presentada ante la Mutual de Seguridad de Mejillones, de fecha 14 de diciembre de 2009 que señala que el accidente ocurrió en la torre de enfriamiento, señala que señala que el actor se encontraba chipeando un pedestal y al caer la estructura lo golpea. Está suscrita con firma ilegible y timbre de Sigdo Koopers. 2. Copia de la denuncia de accidente de trabajo presentada ante la Inspección del Trabajo de Mejillones y a la SEREMI respectiva de fecha 15 de diciembre de 2009, se le clasifica como accidente grave, señala que mientras se instalaba con el apoyo de grúa un módulo de estructura de fibra por el lado norte de la instalación, el módulo existente contiguo al panel que se iba a instalar y formar parte del conjunto, cedió y se desplomó. En su caída parte de la estructura golpea al Sr. Espinoza que se encontraba realizando trabajos de tratamiento de juntas en un pedestal de la instalación por el lado sur oriente. Lesiones: fractura maxilar, fractura costal, herida cuero cabelludo, policontuso. El informante es don Héctor Astete Villanueva, Rut 7.319.194 7. 3. Copia del reglamento interno de Orden, Higiene y Seguridad, el que presentado ante la Inspección del Trabajo de Antofagasta con fecha 06 de noviembre de 2008 y sin que conste la entrega ante la Seremi de salud ante la correspondiente. El referido reglamento fue entregado al actor con fecha 29 de octubre de 2009. 4. Copia de las instrucciones y procedimiento escritos con que contaba el actor para las labores que cumplía el día que sufrió el accidente de trabajo, firmada por el mismo. En esta se da cuenta que se le entregaron equipos de protección personal contra caídas (arnés), ojos, cara (lentes, careta), respiratoria (mascarilla), pies (zapatos de seguridad), manos (guantes), oídos (tapones), ropa protectora (buzo), cabeza (casco de seguridad) y protección solar (bloqueador). El trabajo a ejecutar era rebaje de pedestal, lugar específico Collins Tower, hora inicio 08:00. Respecto de los riesgos, estos se encuentran manuscritos y son ilegibles, indicándose como medidas transitar con precaución, uso de arnés, uso de tapones auditivos y no exponer extremidades. 5. Acta de entrega de información derecho a saber y de implementos de seguridad al actor, de fecha 21 de octubre de 2009, firmada por el actor. Se le entregaron zapatos de seguridad, casco de seguridad, buzo tipo piloto, chaleco reflectante, lente de seguridad gris, lente de seguridad claro, barbiquejo y guante de seguridad, capucha naranja, arnés de seguridad, botas concreteras y otro implemento que resulta ilegible. 6. Copia del informe de investigación del Comité Paritario señala que en cuanto a las causas del accidente la secuencia de montaje de los marcos se especifica que éstos deben estar afianzados por unos puntales que van fijos en forma provisoria en los pedestales del marco Nº 1 y 2, con esto se afianza la estructura completa de los marcos y evita que ésta caiga. Al montar el marco Nº 2 se procedió a soltar los puntales que afianzaban la estructura completa lo cual provocó que ésta se desestabilizara y se volteara hacia el lado sur. Como medidas correctivas se establece que en el procedimiento y secuencia de montaje se debe afianzar en el otro sentido la estructura antes de soltar los puntales ya instalados. Además se debe evacuar el lugar de todos los trabajadores que no estén en el montaje cada vez que se requiera realizar el montaje de algún marco. 7. Contrato de prestación de servicios entre ella y Posco, traducido al español por la perito designada al efecto, que da cuenta que con fecha 22 de mayo de 2008 entre la demandada principal y la solidaria se establece un subcontrato para los trabajo de construcción par el proyecto de la planta de generación termoeléctrica de Angamos. Dentro de los aspectos desarrollados en el contrato están las obligaciones que la subcontratista respecto de los trabajadores que debe ajustarse a la normativa vigente.

340

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

rrollando la empresa contratista en la obra y aprobó los procedimiento de retiro de los soportes de los paneles de estructura sin verificar la efectividad de los mismos, ya que se constató en el informe final de investigación del accidente, que los procedimientos era contradictorios e inadecuados, lo que puso en riesgo la vida y salud de los trabajadores de la empresa. Se aplica una multa de 300 unidades tributarias mensuales a la empresa Posco Engineering Construction Co. Ltd. Agencia Chile. Consta en el expediente que con fecha 05 de mayo de 2010 se presentó reconsideración por parte de la sancionada. V. Exhibición de documentos La demandada Ingeniería y Construcción Sigdo Koppers S.A. exhibe: 1. Copia de la declaración individual de accidente de trabajo presentada ante la Mutual de Seguridad de Mejillones, de fecha 14 de diciembre de 2009 que señala que el accidente ocurrió en la torre de enfriamiento, señala que señala que el actor se encontraba chipeando un pedestal y al caer la estructura lo golpea. Está suscrita con firma ilegible y timbre de Sigdo Koopers. 2. Copia de la denuncia de accidente de trabajo presentada ante la Inspección del Trabajo de Mejillones y a la SEREMI respectiva de fecha 15 de diciembre de 2009, se le clasifica como accidente grave, señala que mientras se instalaba con el apoyo de grúa un módulo de estructura de fibra por el lado norte de la instalación, el módulo existente contiguo al panel que se iba a instalar y formar parte del conjunto, cedió y se desplomó. En su caída parte de la estructura golpea al Sr. Espinoza que se encontraba realizando trabajos de tratamiento de juntas en un pedestal de la instalación por el lado sur oriente. Lesiones: fractura maxilar, fractura costal, herida cuero cabelludo, policontuso. El informante es don Héctor Astete Villanueva, Rut 7.319.194 7. 3. Copia del reglamento interno de Orden, Higiene y Seguridad, el que presentado ante la Inspección del Trabajo de Antofagasta con fecha 06 de noviembre de 2008 y sin que conste la entrega ante la Seremi de salud ante la correspondiente. El referido reglamento fue entregado al actor con fecha 29 de octubre de 2009. 4. Copia de las instrucciones y procedimiento escritos con que contaba el actor para las labores que cumplía el día que sufrió el accidente de trabajo, firmada por el mismo. En esta se da cuenta que se le entregaron equipos de protección personal contra caídas (arnés), ojos, cara (lentes, careta), respiratoria (mascarilla), pies (zapatos de seguridad), manos (guantes), oídos (tapones), ropa protectora (buzo), cabeza (casco de seguridad) y protección solar (bloqueador). El trabajo a ejecutar era rebaje de pedestal, lugar específico Collins Tower, hora inicio 08:00. Respecto de los riesgos, estos se encuentran manuscritos y son ilegibles, indicándose como medidas transitar con precaución, uso de arnés, uso de tapones auditivos y no exponer extremidades. 5. Acta de entrega de información derecho a saber y de implementos de seguridad al actor, de fecha 21 de octubre de 2009, firmada por el actor. Se le entregaron zapatos de seguridad, casco de seguridad, buzo tipo piloto, chaleco reflectante, lente de seguridad gris, lente de seguridad claro, barbiquejo y guante de seguridad, capucha naranja, arnés de seguridad, botas concreteras y otro implemento que resulta ilegible. 6. Copia del informe de investigación del Comité Paritario señala que en cuanto a las causas del accidente la secuencia de montaje de los marcos se especifica que éstos deben estar afianzados por unos puntales que van fijos en forma provisoria en los pedestales del marco Nº 1 y 2, con esto se afianza la estructura completa de los marcos y evita que ésta caiga. Al montar el marco Nº 2 se procedió a soltar los puntales que afianzaban la estructura completa lo cual provocó que ésta se desestabilizara y se volteara hacia el lado sur. Como medidas correctivas se establece que en el procedimiento y secuencia de montaje se debe afianzar en el otro sentido la estructura antes de soltar los puntales ya instalados. Además se debe evacuar el lugar de todos los trabajadores que no estén en el montaje cada vez que se requiera realizar el montaje de algún marco. 7. Contrato de prestación de servicios entre ella y Posco, traducido al español por la perito designada al efecto, que da cuenta que con fecha 22 de mayo de 2008 entre la demandada principal y la solidaria se establece un subcontrato para los trabajo de construcción par el proyecto de la planta de generación termoeléctrica de Angamos. Dentro de los aspectos desarrollados en el contrato están las obligaciones que la subcontratista respecto de los trabajadores que debe ajustarse a la normativa vigente.

340

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

341

La demandada Posco Engineering Construcción Company Limitada exhibe: 1. Documento denominado comprobante histórico del procedimiento de supervisión de montaje de la Torre de enfriamiento realizado por Posco a Sigdo Koppers, que da cuenta del cronograma de trabajo trazado por ambas empresas, el referido documento fue incorporado en inglés sin que se cuente con la traducción al efecto 2. Documento denominado, procedimiento de trabajo seguro, el cual detalla las exigencias de seguridad de Posco a Sigdo Koopers con el objeto de proporcionar un trabajo seguro y sano a fin de evitar impacto y lesión adversos al medioambiente y a las comunidades en las cuales hacen negocios, este documento se incorpora en inglés además de la traducción al español que realizó la perito designada en esta causa. Se hace presente que la política de Posco es esforzarse para proporcionar un ambiente de trabajo seguro y sano, a fin de evitar impacto y lesión adversos al medioambiente y a las comunidades en las cuales hacen negocios. Este manual pretende sistematizar los procedimientos de seguridad del contratista, siendo una política fundamental de la empresa. Dentro de los contenidos tratados están evaluación de riesgos, señalética, señales para personas, signos y etiquetas entre otros. VI. Peritaje, solicitados por la demandante como por la demandada solidaria. 1. Peritaje psiquiátrico, realizado por don Juan Merello Galasso, psiquiatra de adultos y adolescentes, perito forense, quien ratificó su informe según consta en el registro de audio y en las conclusiones señala que el actor presenta una Depresión Inhibida Mayor con Psicosis. No hay trazas de exageración ni de simulación. 2. Peritaje neurológico, realizado por don Archibaldo Donoso Sepúlveda, doctor, profesor titular de neurología de la Universidad de Chile quien ratificó su informe según consta en el registro de audio y en las conclusiones señala que: a) El examen neurológico no muestra signos deficitarios. b) Existe una limitación importante de la movilidad global, incluso en actividades básicas de la vida diaria. c) Existe un trastorno emocional de tipo depresivo. Con respecto al pronóstico del Sr. Espinoza, en esos aspectos: No existe déficit neurológico, es aspecto del pronóstico es totalmente favorable. La limitación motora es importante y de mal pronóstico, ya que según los antecedentes recibidos la intervención traumatológica estaría completada y sólo queda la posibilidad de continuar con tratamiento kinésico y analgésicos. El pronóstico de su trastorno emocional debe ser hecho por un psiquiatra, pero como neurólogo no aprecia en su depresión otros elementos patogénicos que las limitaciones y dolores derivadas de las lesiones de columna. Para recuperar cierta estabilidad emocional será necesario que el Sr. Espinoza acepte la invalidez, lo que parece muy difícil por la persistencia del dolor. Como conclusión final, su invalidez laboral debe calificarse como absoluta y definitiva, ya que ni siquiera puede usar la locomoción colectiva sin un aumento apreciable de sus molestias. Sus antecedentes y capacidades le impiden optar a la posibilidad de un trabajo de escritorio. Finalmente cabe tener presente que no se pesquisaron elementos que hicieran pensar en una sobre simulación o una exageración de sus síntomas. 3. Peritaje traumatológico, realizado don Alberto Martí Gougain, médico cirujano, jefe de equipo de columna instituto traumatológico de Santiago quien ratificó su informe según consta en el registro de audio y en las conclusiones señala que: a) Las lesiones del paciente son de carácter grave. b) Período de recuperación uno a dos años. c) Secuelas de las mismas, se determinará al término de su tratamiento, aproximadamente en dos años más. d) Nuevas intervenciones: por el momento no son necesarias. e) Grado de incapacidad: se determinará al término de su rehabilitación. f) Diagnóstico del paciente: está descrito en el punto 1. g) Pronóstico: pendiente, según rehabilitación. h) Si las patologías que se detectan derivan del accidente: Sí.

La demandada Posco Engineering Construcción Company Limitada exhibe: 1. Documento denominado comprobante histórico del procedimiento de supervisión de montaje de la Torre de enfriamiento realizado por Posco a Sigdo Koppers, que da cuenta del cronograma de trabajo trazado por ambas empresas, el referido documento fue incorporado en inglés sin que se cuente con la traducción al efecto 2. Documento denominado, procedimiento de trabajo seguro, el cual detalla las exigencias de seguridad de Posco a Sigdo Koopers con el objeto de proporcionar un trabajo seguro y sano a fin de evitar impacto y lesión adversos al medioambiente y a las comunidades en las cuales hacen negocios, este documento se incorpora en inglés además de la traducción al español que realizó la perito designada en esta causa. Se hace presente que la política de Posco es esforzarse para proporcionar un ambiente de trabajo seguro y sano, a fin de evitar impacto y lesión adversos al medioambiente y a las comunidades en las cuales hacen negocios. Este manual pretende sistematizar los procedimientos de seguridad del contratista, siendo una política fundamental de la empresa. Dentro de los contenidos tratados están evaluación de riesgos, señalética, señales para personas, signos y etiquetas entre otros. VI. Peritaje, solicitados por la demandante como por la demandada solidaria. 1. Peritaje psiquiátrico, realizado por don Juan Merello Galasso, psiquiatra de adultos y adolescentes, perito forense, quien ratificó su informe según consta en el registro de audio y en las conclusiones señala que el actor presenta una Depresión Inhibida Mayor con Psicosis. No hay trazas de exageración ni de simulación. 2. Peritaje neurológico, realizado por don Archibaldo Donoso Sepúlveda, doctor, profesor titular de neurología de la Universidad de Chile quien ratificó su informe según consta en el registro de audio y en las conclusiones señala que: a) El examen neurológico no muestra signos deficitarios. b) Existe una limitación importante de la movilidad global, incluso en actividades básicas de la vida diaria. c) Existe un trastorno emocional de tipo depresivo. Con respecto al pronóstico del Sr. Espinoza, en esos aspectos: No existe déficit neurológico, es aspecto del pronóstico es totalmente favorable. La limitación motora es importante y de mal pronóstico, ya que según los antecedentes recibidos la intervención traumatológica estaría completada y sólo queda la posibilidad de continuar con tratamiento kinésico y analgésicos. El pronóstico de su trastorno emocional debe ser hecho por un psiquiatra, pero como neurólogo no aprecia en su depresión otros elementos patogénicos que las limitaciones y dolores derivadas de las lesiones de columna. Para recuperar cierta estabilidad emocional será necesario que el Sr. Espinoza acepte la invalidez, lo que parece muy difícil por la persistencia del dolor. Como conclusión final, su invalidez laboral debe calificarse como absoluta y definitiva, ya que ni siquiera puede usar la locomoción colectiva sin un aumento apreciable de sus molestias. Sus antecedentes y capacidades le impiden optar a la posibilidad de un trabajo de escritorio. Finalmente cabe tener presente que no se pesquisaron elementos que hicieran pensar en una sobre simulación o una exageración de sus síntomas. 3. Peritaje traumatológico, realizado don Alberto Martí Gougain, médico cirujano, jefe de equipo de columna instituto traumatológico de Santiago quien ratificó su informe según consta en el registro de audio y en las conclusiones señala que: a) Las lesiones del paciente son de carácter grave. b) Período de recuperación uno a dos años. c) Secuelas de las mismas, se determinará al término de su tratamiento, aproximadamente en dos años más. d) Nuevas intervenciones: por el momento no son necesarias. e) Grado de incapacidad: se determinará al término de su rehabilitación. f) Diagnóstico del paciente: está descrito en el punto 1. g) Pronóstico: pendiente, según rehabilitación. h) Si las patologías que se detectan derivan del accidente: Sí. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

341

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

i) Grado de discapacidad de acuerdo al D.S. N° 109: pendiente, se hará una vez completada su rehabilitación. SEXTO: Que para acreditar sus alegaciones la parte demandada principal SIGDO KOOPERS rindió la siguiente prueba: I. Documental incorporada al juicio: 1. Documento firmado por don Héctor Sandoval donde aparecen datos del trabajador, descripción de cargo y actividad que realizaba cuando le ocurrió el accidente. 2. Registro de firmas de instrucción de procedimiento de trabajo seguro montaje de estructuras de FRP. 3. Montaje de estructuras FRP Cooling Tower. 4. Procedimiento estructura FRP suscrito por don Miguel Letelier Vera. 5. Hojas de control de riesgos. 6. Formularios de análisis diario de seguridad del trabajo de fecha 14 de diciembre de 2009. 7. Procedimiento de trabajo seguro montaje de estructuras de FRP recubrimiento de torres de enfriamiento (documento en inglés). 8. Certificación y entrega de reglamento interno al actor. 9. Copia de declaración del trabajador de fecha 14 de diciembre de 2009, suscrita por doña Fabiola Matus Hoffman. 10. Declaración del trabajador de fecha 14 de diciembre de 2009, suscrita por don Juan Pereira Godoy. 11. Declaración del trabajador de fecha 14 de diciembre de 2009, suscrita por don Quintiliano Aquilanzo Soto. 12. Declaración del trabajador de fecha 14 de diciembre de 2009, suscrita por don Fernando Acuña Segovia. 13. Declaración del trabajador de fecha 14 de diciembre de 2009, suscrita por don Ario Belmant Daza. 14. Declaración del trabajador de fecha 14 de diciembre de 2009, suscrita por don Jorge Farías González. 15. Declaración del trabajador de fecha 14 de diciembre de 2009, suscrita por don Luis Catrilef Castillo. 16. Declaración del trabajador de fecha 14 de diciembre de 2009, suscrita por don Waldo Cataldo Cataldo. 17. Curso de altura de fecha 21 de octubre de 2009, suscrito por el actor. 18. Copia de tarjeta cargo bodega suscrita por el actor. 19. Copia de resultado de examen pre ocupacional del actor de fecha 15 de octubre de 2009. 20. Documento denominado Comunicado Integral de Grupo N° 83 y N° 81. 21. Charlas comunicación integral de grupo de fecha 26 de noviembre de 2009. 22. Acta derecho a saber de fecha 21 de octubre de 2009. 23. Acta inducción ambiental de fecha 21 de octubre de 2009. 24. Copia declaración individual de accidente del trabajo. 25. Carta dirigida a la Seremi de Antofagasta, recepcionada el 16 de octubre de 2009. 26. Carta de fecha 11 de marzo de 2010 suscrita por don Matías Gutiérrez y dirigida a la SEREMI de Salud. 27. Informe situación de salud de la Mutual de Seguridad. II. Testimonial: 1. Héctor Astete Villanueva, cédula de identidad número 7.319.194 7, quien promete y señala: Trabaja como ingeniero administrador obra central Terminal Angamos para Sigdo Koopers, trabaja desde noviembre de 2009. Respecto del accidente él estaba en la faena ese día y le tocó participar en algunas etapas de la investigación interna y las fiscalizaciones de la Seremi de salud. Refiere que se estaba realizando el montaje de la torre enfriamiento número 1, tenían montado 4 de la totalidad de los marcos, estando en el montaje el 5 se desplomó la estructura de los cuatro marcos al lado sur, eso fue alrededor de las 16 horas. El marco lo montaba una cuadrilla de mecánicos, cuadrilla compuesta por

342

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

i) Grado de discapacidad de acuerdo al D.S. N° 109: pendiente, se hará una vez completada su rehabilitación. SEXTO: Que para acreditar sus alegaciones la parte demandada principal SIGDO KOOPERS rindió la siguiente prueba: I. Documental incorporada al juicio: 1. Documento firmado por don Héctor Sandoval donde aparecen datos del trabajador, descripción de cargo y actividad que realizaba cuando le ocurrió el accidente. 2. Registro de firmas de instrucción de procedimiento de trabajo seguro montaje de estructuras de FRP. 3. Montaje de estructuras FRP Cooling Tower. 4. Procedimiento estructura FRP suscrito por don Miguel Letelier Vera. 5. Hojas de control de riesgos. 6. Formularios de análisis diario de seguridad del trabajo de fecha 14 de diciembre de 2009. 7. Procedimiento de trabajo seguro montaje de estructuras de FRP recubrimiento de torres de enfriamiento (documento en inglés). 8. Certificación y entrega de reglamento interno al actor. 9. Copia de declaración del trabajador de fecha 14 de diciembre de 2009, suscrita por doña Fabiola Matus Hoffman. 10. Declaración del trabajador de fecha 14 de diciembre de 2009, suscrita por don Juan Pereira Godoy. 11. Declaración del trabajador de fecha 14 de diciembre de 2009, suscrita por don Quintiliano Aquilanzo Soto. 12. Declaración del trabajador de fecha 14 de diciembre de 2009, suscrita por don Fernando Acuña Segovia. 13. Declaración del trabajador de fecha 14 de diciembre de 2009, suscrita por don Ario Belmant Daza. 14. Declaración del trabajador de fecha 14 de diciembre de 2009, suscrita por don Jorge Farías González. 15. Declaración del trabajador de fecha 14 de diciembre de 2009, suscrita por don Luis Catrilef Castillo. 16. Declaración del trabajador de fecha 14 de diciembre de 2009, suscrita por don Waldo Cataldo Cataldo. 17. Curso de altura de fecha 21 de octubre de 2009, suscrito por el actor. 18. Copia de tarjeta cargo bodega suscrita por el actor. 19. Copia de resultado de examen pre ocupacional del actor de fecha 15 de octubre de 2009. 20. Documento denominado Comunicado Integral de Grupo N° 83 y N° 81. 21. Charlas comunicación integral de grupo de fecha 26 de noviembre de 2009. 22. Acta derecho a saber de fecha 21 de octubre de 2009. 23. Acta inducción ambiental de fecha 21 de octubre de 2009. 24. Copia declaración individual de accidente del trabajo. 25. Carta dirigida a la Seremi de Antofagasta, recepcionada el 16 de octubre de 2009. 26. Carta de fecha 11 de marzo de 2010 suscrita por don Matías Gutiérrez y dirigida a la SEREMI de Salud. 27. Informe situación de salud de la Mutual de Seguridad. II. Testimonial: 1. Héctor Astete Villanueva, cédula de identidad número 7.319.194 7, quien promete y señala: Trabaja como ingeniero administrador obra central Terminal Angamos para Sigdo Koopers, trabaja desde noviembre de 2009. Respecto del accidente él estaba en la faena ese día y le tocó participar en algunas etapas de la investigación interna y las fiscalizaciones de la Seremi de salud. Refiere que se estaba realizando el montaje de la torre enfriamiento número 1, tenían montado 4 de la totalidad de los marcos, estando en el montaje el 5 se desplomó la estructura de los cuatro marcos al lado sur, eso fue alrededor de las 16 horas. El marco lo montaba una cuadrilla de mecánicos, cuadrilla compuesta por

342

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

343

el capataz Cristián Muñoz, con 4 ó 5 personas, a cargo de un supervisor. El capataz referido adquirió esa categoría dentro de la empresa mediante un proceso de certificación interna por la trayectoria, en el caso de Cristián Muñoz es un trabajador antiguo. Precisa que los marcos se prearman en el piso y se instalan en las columna de hormigón, el proceso de montaje se planifica previamente, se realiza un instructivo de terreno, se resuelven los temas técnicos del trabajo, se preparó este instructivo desde octubre y pasó por revisiones, se hizo en base a la información que proporciona Hammond (empresa que vende el producto), manual y plano, el día de los hechos estaba un representante de Hammond, eso lo sabe porque Posco le señaló que estaba disponible dos semana antes de la fecha de instalación de la torre, el día de los hechos no le consta que estuviera presente ese representante, ni la calificación ni el nombre del mismo. Después de tener el instructivo de trabajo aprobado, se revisaron en cuatro ocasiones más los mismos, lo aprobó Posco, ( quien le compró a Hamonnd), Sigdo Koopers hace el procedimiento de trabajo seguro, primero u instructivo de trabajo y un segundo que es el procedimiento de trabajo seguro que ve los temas de prevención de riesgos, esto lo prepara la gente del departamento de prevención de riesgos asesorada por los supervisores, todos pertenecen a Sigdo Koopers, refiere que tienen un contrato de construcción entre Sigdo Koopers y Posco de construcción de la central hidroeléctrica, Posco está desarrollando el proyecto para otra empresa. A nivel contractual tienen una cláusula que establece el plan de prevención de riesgos. En el sumario conoció los documentos de las fiscalizaciones a terreno. Se les aplicó una multa a Sigdo Koopers por el accidente de 14 millones de pesos. El día de los hechos estaba en el lugar del accidente, el comité paritario hizo una investigación, señala que no dice nada respecto de medidas de seguridad para el futuro. Se concluye que eso se produjo por el retiro de las diagonales e indica que no estaba suficientemente resguardada el área de trabajo, el testigo cree que se sugería que no hubiese nadie en el área de instalación. Es la primera vez que instalaban dichas torres. El actor tiene conocimiento por el análisis posterior, presume que el actor estaba en el área por instrucciones de Sigdo Koppers, se tomaron medida para lo que se previó pudiese ocurrir. Con posterioridad al accidente y por la evolución de las cosas, sufrió modificaciones. Las áreas donde se hace el montaje son aéreas que se segregan para realizar el montaje. No conoce al actor, la empresa Sigdo Koopers brinda la posibilidad de ascender, los maestros en función de sus capacidad. Los marcos pesan alrededor de 1300 kilos, un metro de elevación, 15 metros de altura por 21 ó 22 metros de ancho, las diagonales las retiraron para poder instalar el quinto marco, luego se parte nuevamente instalando las diagonales nuevamente, estaba desde 15 a 20 metros del marco, lo sabe por la información recabada posteriormente. Posco le pidió remover al jefe de faena, lo reubicaron, cuando ocurren cosas impactantes, los clientes tratan de dar una señal, como por ejemplo remover el responsable de faena. 2. Enrique Jaccard, cédula de identidad 4.193.300-3, cédula de identidad número 7.319.194 7, quien jura: Trabaja para Sigdo Koopers hace 17 años, ingeniero metalúrgico y dos postgrados en prevención de riesgo es jefe del departamento de prevención de riesgo, actualmente en central Angamos. El 14 de diciembre de 2009 estaba en la obra, por la radio, llegó al lugar del evento y vio que la estructura estaba colapsada, fue trasladado el actor. La estructura estaba hacia el lado sur de la instalación, los cuatro paneles estaban casi horizontal. Al investigar el hecho se estableció que al retirar los puntales provisorios del lado norte para instalar el quinto marco, había que sacar los puntales provisorios del lado norte, la grúa que sirve de apoyo tomó el panel 68 hace un giro y lo iba a posicionar sobre los pedestales correspondientes y la estructura se desplomó. Habían 7 personas ese día realizando diferentes funciones, todos trabajadores de Sigdo Koopers, los marcos para la instalación los provee Posco, se demoran unos 20 minutos por marco. Con los antecedentes que proporciona Posco se arma el panel, se debe seguir una lógica para preparar cada marco, se cuenta con el documento técnico y el de prevención de riesgos. La secuencia de montaje era la siguiente estaba previsto montar el panel 67 y cuatro más sucesivos al sur, se indicaba que para seguir el panel 68 había que retirar los puntales, le consta porque leyó el documento que Sigdo Koopers elaboró en base al manual enviado por Hammond, el cual no leyó el testigo. El proveedor ya había instalado esas estructuras en otras partes del mundo. Se le exhibe el documento, procedimiento trabajo seguro, es la revisión número 2, señala que participó y visó el documento lo contenido en él es de la experiencia en montaje general, en particular, el punto 8.12. La relación entre Posco y Sigdo Koopers tienen relación, tienen reuniones contractuales semanales para

el capataz Cristián Muñoz, con 4 ó 5 personas, a cargo de un supervisor. El capataz referido adquirió esa categoría dentro de la empresa mediante un proceso de certificación interna por la trayectoria, en el caso de Cristián Muñoz es un trabajador antiguo. Precisa que los marcos se prearman en el piso y se instalan en las columna de hormigón, el proceso de montaje se planifica previamente, se realiza un instructivo de terreno, se resuelven los temas técnicos del trabajo, se preparó este instructivo desde octubre y pasó por revisiones, se hizo en base a la información que proporciona Hammond (empresa que vende el producto), manual y plano, el día de los hechos estaba un representante de Hammond, eso lo sabe porque Posco le señaló que estaba disponible dos semana antes de la fecha de instalación de la torre, el día de los hechos no le consta que estuviera presente ese representante, ni la calificación ni el nombre del mismo. Después de tener el instructivo de trabajo aprobado, se revisaron en cuatro ocasiones más los mismos, lo aprobó Posco, ( quien le compró a Hamonnd), Sigdo Koopers hace el procedimiento de trabajo seguro, primero u instructivo de trabajo y un segundo que es el procedimiento de trabajo seguro que ve los temas de prevención de riesgos, esto lo prepara la gente del departamento de prevención de riesgos asesorada por los supervisores, todos pertenecen a Sigdo Koopers, refiere que tienen un contrato de construcción entre Sigdo Koopers y Posco de construcción de la central hidroeléctrica, Posco está desarrollando el proyecto para otra empresa. A nivel contractual tienen una cláusula que establece el plan de prevención de riesgos. En el sumario conoció los documentos de las fiscalizaciones a terreno. Se les aplicó una multa a Sigdo Koopers por el accidente de 14 millones de pesos. El día de los hechos estaba en el lugar del accidente, el comité paritario hizo una investigación, señala que no dice nada respecto de medidas de seguridad para el futuro. Se concluye que eso se produjo por el retiro de las diagonales e indica que no estaba suficientemente resguardada el área de trabajo, el testigo cree que se sugería que no hubiese nadie en el área de instalación. Es la primera vez que instalaban dichas torres. El actor tiene conocimiento por el análisis posterior, presume que el actor estaba en el área por instrucciones de Sigdo Koppers, se tomaron medida para lo que se previó pudiese ocurrir. Con posterioridad al accidente y por la evolución de las cosas, sufrió modificaciones. Las áreas donde se hace el montaje son aéreas que se segregan para realizar el montaje. No conoce al actor, la empresa Sigdo Koopers brinda la posibilidad de ascender, los maestros en función de sus capacidad. Los marcos pesan alrededor de 1300 kilos, un metro de elevación, 15 metros de altura por 21 ó 22 metros de ancho, las diagonales las retiraron para poder instalar el quinto marco, luego se parte nuevamente instalando las diagonales nuevamente, estaba desde 15 a 20 metros del marco, lo sabe por la información recabada posteriormente. Posco le pidió remover al jefe de faena, lo reubicaron, cuando ocurren cosas impactantes, los clientes tratan de dar una señal, como por ejemplo remover el responsable de faena. 2. Enrique Jaccard, cédula de identidad 4.193.300-3, cédula de identidad número 7.319.194 7, quien jura: Trabaja para Sigdo Koopers hace 17 años, ingeniero metalúrgico y dos postgrados en prevención de riesgo es jefe del departamento de prevención de riesgo, actualmente en central Angamos. El 14 de diciembre de 2009 estaba en la obra, por la radio, llegó al lugar del evento y vio que la estructura estaba colapsada, fue trasladado el actor. La estructura estaba hacia el lado sur de la instalación, los cuatro paneles estaban casi horizontal. Al investigar el hecho se estableció que al retirar los puntales provisorios del lado norte para instalar el quinto marco, había que sacar los puntales provisorios del lado norte, la grúa que sirve de apoyo tomó el panel 68 hace un giro y lo iba a posicionar sobre los pedestales correspondientes y la estructura se desplomó. Habían 7 personas ese día realizando diferentes funciones, todos trabajadores de Sigdo Koopers, los marcos para la instalación los provee Posco, se demoran unos 20 minutos por marco. Con los antecedentes que proporciona Posco se arma el panel, se debe seguir una lógica para preparar cada marco, se cuenta con el documento técnico y el de prevención de riesgos. La secuencia de montaje era la siguiente estaba previsto montar el panel 67 y cuatro más sucesivos al sur, se indicaba que para seguir el panel 68 había que retirar los puntales, le consta porque leyó el documento que Sigdo Koopers elaboró en base al manual enviado por Hammond, el cual no leyó el testigo. El proveedor ya había instalado esas estructuras en otras partes del mundo. Se le exhibe el documento, procedimiento trabajo seguro, es la revisión número 2, señala que participó y visó el documento lo contenido en él es de la experiencia en montaje general, en particular, el punto 8.12. La relación entre Posco y Sigdo Koopers tienen relación, tienen reuniones contractuales semanales para ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

343

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

hacer reuniones sobre prevención de riesgos. Refiere que él desempeña el cargo de jefe de prevención de riesgos, en la obra ese día habían 6 (prevencioncitas de riesgo) para aproximadamente 800 personas, ese día no había ninguno fijo en la instalación de torre de enfriamiento, el montaje de los paneles se hace con equipos de apoyo para ese fin, estaba todo circundado, no había zona de seguridad donde estaba el afectado, es recomendable haber evacuado el área. El actor cumplía una instrucción de trabajo, el primer prevencionista de riesgo que llegó fue Álvaro Cisterna, estima que debe haber llegado a los tres minutos, el testigo llegó a los 10 minutos, estaba lejos y se fue caminando, el actor no estaba y lo habían retirado. El accidente fue investigado por el comité paritario, quienes llegaron primero, con el jefe de montaje de la torre Sr. Jara, no sabe precisamente si éste estaba. Las conclusiones del comité paritario no citaba la responsabilidad del trabajador, se establecen medidas para futuras instalaciones, delimitar el área, supo del sumario sanitario, atendió a la representante del seremi y se aplicó una multa, se establecieron cuatro deficiencias en materia de riesgos laborales, se removió a un trabajador a Jorge Donoso a instancias de la mandante sin argumentar motivos. Los puntales mantenían rígida la estructura, el supervisor Diego Faúndez y el capataz, la instalación de la torre era una actividad especial dentro de la actividad de la empresa, era la primera vez que se realizaba. Se hicieron reuniones para instalar la torre en materia de prevención de riesgos. Había una zona de seguridad y el actor ingresó por una instrucción, no había nadie asignado a restringir el ingreso. III. Oficios: La Mutual de Seguridad de la Cámara Chilena de la Construcción, informa que el actor sufrió un accidente de trabajo el día 14 de diciembre de 2009, hasta el día de hoy ha sido controlado en tres oportunidades con diagnóstico de trastorno de estrés postraumático de inicio tardío (mayor a tres meses después de accidente). La patología es de intensidad severa que se considera recuperable. No es posible establecer incapacidad, puesto que tratamiento está en curso y existen medidas pendientes dado el reciente diagnóstico. Lo suscribe el médico Wilson Vielma Ayala. SÉPTIMO: Que para acreditar sus alegaciones la parte demandada solidaria Posco rindió la siguiente prueba: I. Documental incorporada al juicio 1. Documento en inglés denominado Subcontract entre Posco e Ingeniería y Construcción Sigdo Koppers, con fecha 22 de mayo de 2008 con anexos A, B, C, D, E F y G. 2. Documento en inglés denominado Health Safety and Environment preparado por Posco. 3. Documento en inglés denominado Appendix 2 lessons learn and action plans. Los documentos referidos fueron traducidos al español por la perito Marianella Peña Muñoz, quien ratificó su peritaje. OCTAVO: Que el contrato de trabajo de fecha 21 de octubre de 2009 y el anexo de contrato de fecha 20 de noviembre 2009 dan cuenta de un hecho no controvertido, el actor fue contratado por Sigdo Koopers para trabajar como maestro segunda albañil en la obra Central Angamos Posco, en un sistema de 20 días de trabajo continuo y 10 de descanso, estableciendo que su duración es por obra o faena, esto es cuando el avance general de obra Angamos alcance un 32%. NOVENO: Que el carnet de alta de Clínica La Portada, da cuenta que esta se produjo el día 04 de enero de 2010, dato coincidente con lo informado en los oficios respectivos y que no es objeto de controversia. Respecto del régimen entregado por Clínica La Portada, se establece un régimen hipercalórico, se le indica reposo, usar corset e indicándose otras medidas ilegibles. DÉCIMO: Que los tres informes médicos de fechas 22 y 30 de diciembre de 2009 y 27 de enero de 2010, todos suscritos por el doctor Manuel Guerra Godoy, médico director agencia Antofagasta Mutual Chilena de Seguridad, señala que se confirma fractura tipo Burst de T6 estable y luxofractura de T9 a T11 inestable, fijada mediante intervención quirúrgica el 17 de diciembre de 2009. La evaluación neuroquirúrgica descarta lesiones parenquimatosas y vasculares cerebrales. Presencia de hemotórax drenaje pleural bilateral, se realiza con fecha 23 de diciembre de 2009 cirugía maxilofacial para reconstrucción de piso de órbita y osteosíntesis con placa. El certificado emitido por el doctor Manuel Guerra Godoy de fecha 16 de diciembre de 2009 señala que: – politraumatizado grave – TEC complicado

344

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

hacer reuniones sobre prevención de riesgos. Refiere que él desempeña el cargo de jefe de prevención de riesgos, en la obra ese día habían 6 (prevencioncitas de riesgo) para aproximadamente 800 personas, ese día no había ninguno fijo en la instalación de torre de enfriamiento, el montaje de los paneles se hace con equipos de apoyo para ese fin, estaba todo circundado, no había zona de seguridad donde estaba el afectado, es recomendable haber evacuado el área. El actor cumplía una instrucción de trabajo, el primer prevencionista de riesgo que llegó fue Álvaro Cisterna, estima que debe haber llegado a los tres minutos, el testigo llegó a los 10 minutos, estaba lejos y se fue caminando, el actor no estaba y lo habían retirado. El accidente fue investigado por el comité paritario, quienes llegaron primero, con el jefe de montaje de la torre Sr. Jara, no sabe precisamente si éste estaba. Las conclusiones del comité paritario no citaba la responsabilidad del trabajador, se establecen medidas para futuras instalaciones, delimitar el área, supo del sumario sanitario, atendió a la representante del seremi y se aplicó una multa, se establecieron cuatro deficiencias en materia de riesgos laborales, se removió a un trabajador a Jorge Donoso a instancias de la mandante sin argumentar motivos. Los puntales mantenían rígida la estructura, el supervisor Diego Faúndez y el capataz, la instalación de la torre era una actividad especial dentro de la actividad de la empresa, era la primera vez que se realizaba. Se hicieron reuniones para instalar la torre en materia de prevención de riesgos. Había una zona de seguridad y el actor ingresó por una instrucción, no había nadie asignado a restringir el ingreso. III. Oficios: La Mutual de Seguridad de la Cámara Chilena de la Construcción, informa que el actor sufrió un accidente de trabajo el día 14 de diciembre de 2009, hasta el día de hoy ha sido controlado en tres oportunidades con diagnóstico de trastorno de estrés postraumático de inicio tardío (mayor a tres meses después de accidente). La patología es de intensidad severa que se considera recuperable. No es posible establecer incapacidad, puesto que tratamiento está en curso y existen medidas pendientes dado el reciente diagnóstico. Lo suscribe el médico Wilson Vielma Ayala. SÉPTIMO: Que para acreditar sus alegaciones la parte demandada solidaria Posco rindió la siguiente prueba: I. Documental incorporada al juicio 1. Documento en inglés denominado Subcontract entre Posco e Ingeniería y Construcción Sigdo Koppers, con fecha 22 de mayo de 2008 con anexos A, B, C, D, E F y G. 2. Documento en inglés denominado Health Safety and Environment preparado por Posco. 3. Documento en inglés denominado Appendix 2 lessons learn and action plans. Los documentos referidos fueron traducidos al español por la perito Marianella Peña Muñoz, quien ratificó su peritaje. OCTAVO: Que el contrato de trabajo de fecha 21 de octubre de 2009 y el anexo de contrato de fecha 20 de noviembre 2009 dan cuenta de un hecho no controvertido, el actor fue contratado por Sigdo Koopers para trabajar como maestro segunda albañil en la obra Central Angamos Posco, en un sistema de 20 días de trabajo continuo y 10 de descanso, estableciendo que su duración es por obra o faena, esto es cuando el avance general de obra Angamos alcance un 32%. NOVENO: Que el carnet de alta de Clínica La Portada, da cuenta que esta se produjo el día 04 de enero de 2010, dato coincidente con lo informado en los oficios respectivos y que no es objeto de controversia. Respecto del régimen entregado por Clínica La Portada, se establece un régimen hipercalórico, se le indica reposo, usar corset e indicándose otras medidas ilegibles. DÉCIMO: Que los tres informes médicos de fechas 22 y 30 de diciembre de 2009 y 27 de enero de 2010, todos suscritos por el doctor Manuel Guerra Godoy, médico director agencia Antofagasta Mutual Chilena de Seguridad, señala que se confirma fractura tipo Burst de T6 estable y luxofractura de T9 a T11 inestable, fijada mediante intervención quirúrgica el 17 de diciembre de 2009. La evaluación neuroquirúrgica descarta lesiones parenquimatosas y vasculares cerebrales. Presencia de hemotórax drenaje pleural bilateral, se realiza con fecha 23 de diciembre de 2009 cirugía maxilofacial para reconstrucción de piso de órbita y osteosíntesis con placa. El certificado emitido por el doctor Manuel Guerra Godoy de fecha 16 de diciembre de 2009 señala que: – politraumatizado grave – TEC complicado

344

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

345

– Fractura de cráneo – Hemotorax bilateral – Fracturas costales múltiples – Trauma torácico complicado – Fractura de columna dorsal – Fractura apófisis transversas – Fractura por aplastamiento T6 – Luxofractura T9, 10 y 11 UNDÉCIMO: Que la declaración entregada por el demandante a la SEREMI de Salud de Antofagasta con fecha 25 de enero de 2010 el actor señala que estaba ejecutando labores de chipeado con taladro rotomartillo (picar concreto) en una base de hormigón, este trabajo se lo asignó el capataz Ario Belsham, en un momento dado le cae la estructura de FRP sobre su cuerpo, no sintió ningún ruido porque estaba con los tapones puestos. Señala que lo sacaron del lugar, lo pusieron de pie, lo dejaron en ropa interior, le suturaron el párpado y al ingresar a la clínica quisieron ingresarlo como una caída del décimo piso, pero él como estaba consciente aclaró el hecho con la enfermera. DUODÉCIMO: Que la fotografía de la estructura que aparentemente le cayó al demandante no da cuenta que sea ésta efectivamente, ni logra dado la calidad de la misma advertir las dimensiones de ésta por lo tanto en nada aporta a esclarecer el hecho controvertido. DECIMOTERCERO: Que en cuanto a las cuatro liquidaciones de remuneraciones del actor de los meses de mayo y octubre a diciembre de 2009, al respecto dado que se reconoce que la relación laboral en que se enmarca el accidente del trabajo surge con fecha 21 de octubre de 2009 no se considerará la liquidación de mayo de 2009 por resultar impertinente respecto del hecho controvertido. En relación a las liquidaciones de los meses de octubre, noviembre y diciembre de 2009, del examen de las mismas se puede establecer que la remuneración tenía un componente fijo y variable, la remuneración imponible era: $ 179.167 por concepto de remuneración del 21 al 29 octubre de 2009. $ 459.013 por concepto de remuneración del mes de noviembre de 2009. $ 288.088 por concepto de remuneración de 16 días de diciembre de 2009. DECIMOCUARTO: Que respecto de los cuatro documentos denominados resultados de exámenes preocupacionales efectuados al actor de fechas 30 de marzo de 2009 y 15 de octubre de 2009, dan cuenta de un estado de salud normal, no demuestra alteraciones que le impidan desempeño en gran altura. DECIMOQUINTO: Que el certificado de cotizaciones previsionales de fecha 05 de abril de 2010, da cuenta de un hecho no discutido que es el pago de las cotizaciones previsionales en AFP Hábitat. DECIMOSEXTO: Que el informe médico de fecha 25 de marzo de 2010, emitido por la Mutual de Seguridad por la doctora Carolina Silva reiterando los diagnósticos ya emitidos por la misma institución. DECIMOSÉPTIMO: Que la resolución en la cual se sanciona a la demandada Posco con una multa de 300 UTM, conforme da cuenta también el sumario remitido a esta causa mediante oficio de la Seremi de Salud de Antofagasta. DECIMOOCTAVO: Que el certificado de matrimonio del actor da cuenta que el actor se encuentra casado con doña Katherine del Carmen Vega Díaz, que ambos son padres de Bryan Fernando y Polett del Carmen menores de edad. DECIMONOVENO: Que el documento firmado por don Héctor Sandoval donde se señala que el actor desempeñaba labores de albañil, al sufrir al accidente estaba realizando la actividad de tratamiento de juntas en los pedestales de hormigón de la torre de enfriamiento. VIGÉSIMO: Que el registro de firmas de instrucción de procedimiento de trabajo seguro montaje de estructuras de FRP, que da cuenta que las personas firmantes dentro de las cuales no está el actor el 16 y 20 de noviembre y entre el 04 y 07 de diciembre de 2009 recibieron instrucciones, capacitación y entrenamiento del procedimiento de trabajo seguro. VIGÉSIMO PRIMERO Que el documento Montaje de estructuras FRP COOLING TOWER da cuenta el documento fue realizado por Thomas Hall, revisado por Luis Aguilera y aprobado por don Rodrigo

– Fractura de cráneo – Hemotorax bilateral – Fracturas costales múltiples – Trauma torácico complicado – Fractura de columna dorsal – Fractura apófisis transversas – Fractura por aplastamiento T6 – Luxofractura T9, 10 y 11 UNDÉCIMO: Que la declaración entregada por el demandante a la SEREMI de Salud de Antofagasta con fecha 25 de enero de 2010 el actor señala que estaba ejecutando labores de chipeado con taladro rotomartillo (picar concreto) en una base de hormigón, este trabajo se lo asignó el capataz Ario Belsham, en un momento dado le cae la estructura de FRP sobre su cuerpo, no sintió ningún ruido porque estaba con los tapones puestos. Señala que lo sacaron del lugar, lo pusieron de pie, lo dejaron en ropa interior, le suturaron el párpado y al ingresar a la clínica quisieron ingresarlo como una caída del décimo piso, pero él como estaba consciente aclaró el hecho con la enfermera. DUODÉCIMO: Que la fotografía de la estructura que aparentemente le cayó al demandante no da cuenta que sea ésta efectivamente, ni logra dado la calidad de la misma advertir las dimensiones de ésta por lo tanto en nada aporta a esclarecer el hecho controvertido. DECIMOTERCERO: Que en cuanto a las cuatro liquidaciones de remuneraciones del actor de los meses de mayo y octubre a diciembre de 2009, al respecto dado que se reconoce que la relación laboral en que se enmarca el accidente del trabajo surge con fecha 21 de octubre de 2009 no se considerará la liquidación de mayo de 2009 por resultar impertinente respecto del hecho controvertido. En relación a las liquidaciones de los meses de octubre, noviembre y diciembre de 2009, del examen de las mismas se puede establecer que la remuneración tenía un componente fijo y variable, la remuneración imponible era: $ 179.167 por concepto de remuneración del 21 al 29 octubre de 2009. $ 459.013 por concepto de remuneración del mes de noviembre de 2009. $ 288.088 por concepto de remuneración de 16 días de diciembre de 2009. DECIMOCUARTO: Que respecto de los cuatro documentos denominados resultados de exámenes preocupacionales efectuados al actor de fechas 30 de marzo de 2009 y 15 de octubre de 2009, dan cuenta de un estado de salud normal, no demuestra alteraciones que le impidan desempeño en gran altura. DECIMOQUINTO: Que el certificado de cotizaciones previsionales de fecha 05 de abril de 2010, da cuenta de un hecho no discutido que es el pago de las cotizaciones previsionales en AFP Hábitat. DECIMOSEXTO: Que el informe médico de fecha 25 de marzo de 2010, emitido por la Mutual de Seguridad por la doctora Carolina Silva reiterando los diagnósticos ya emitidos por la misma institución. DECIMOSÉPTIMO: Que la resolución en la cual se sanciona a la demandada Posco con una multa de 300 UTM, conforme da cuenta también el sumario remitido a esta causa mediante oficio de la Seremi de Salud de Antofagasta. DECIMOOCTAVO: Que el certificado de matrimonio del actor da cuenta que el actor se encuentra casado con doña Katherine del Carmen Vega Díaz, que ambos son padres de Bryan Fernando y Polett del Carmen menores de edad. DECIMONOVENO: Que el documento firmado por don Héctor Sandoval donde se señala que el actor desempeñaba labores de albañil, al sufrir al accidente estaba realizando la actividad de tratamiento de juntas en los pedestales de hormigón de la torre de enfriamiento. VIGÉSIMO: Que el registro de firmas de instrucción de procedimiento de trabajo seguro montaje de estructuras de FRP, que da cuenta que las personas firmantes dentro de las cuales no está el actor el 16 y 20 de noviembre y entre el 04 y 07 de diciembre de 2009 recibieron instrucciones, capacitación y entrenamiento del procedimiento de trabajo seguro. VIGÉSIMO PRIMERO Que el documento Montaje de estructuras FRP COOLING TOWER da cuenta el documento fue realizado por Thomas Hall, revisado por Luis Aguilera y aprobado por don Rodrigo ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

345

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Muñoz absolvente en esta causa, respecto del inicio del montaje se parte desde el grupo lado norte se procederá con el montaje del primer portal correspondiente a la celda 5, el arriostramiento se realizará mediante el uso de diagonales temporales. Los arriostramientos se realizarán mediante vigas de conexiones fijadas al primer portal. Se continuará con el montaje hacia el lado sur, repitiendo la misma metodología y secuencia de montaje. VIGÉSIMO SEGUNDO: Que las hojas de control de riesgos tanto de los trabajadores del prearmado como el trabajo desarrollado por el actor el día 14 de diciembre de 2010, conforme ya se ha detallado en considerando precedentes. VIGÉSIMO TERCERO: Que los formularios de análisis diario de seguridad del trabajo de fecha 14 de diciembre de 2009 que da cuenta que se realizó la charla de 5 minutos, instalación de maniobras, uso grúa, montaje estructura, se hace presente que la letra es ilegible para entender las notas realizadas. VIGÉSIMO CUARTO: Que el procedimiento de trabajo seguro montaje de estructuras de FRP recubrimiento de torres de enfriamiento, que fue exhibido por la demandada está escrito en idioma inglés y español, este establece que es una guía para el control de los riesgos asociados que involucra a las actividades del montaje de estructuras FRP de la torre de enfriamiento con el fin de evitar lesiones a personas, daños a equipos e instalaciones. Refiere que este procedimiento es aplicable a todo el personal involucrado en las etapas de montaje de estructuras FRP, los cuales deberán conocer y aplicar las disposiciones del presente procedimiento. Indica que el trabajo consistirá en prearmar la estructura de FRP a nivel de piso, luego montar los marcos de estructura FRP sobre las fundaciones y recubrir exteriormente con planchas este montaje que se realizará de norte a sur eje 67 al 64. La supervisión debe realizar una inspección del área de trabajo para identificar y evaluar los riesgos del entorno determinando las medidas de seguridad que se deberán implementar. Asimismo deberán verificar el buen estado de los equipos y herramientas a emplear como también los elementos de izaje esta inspección deberá quedar respaldada en un documento. Los trabajadores deben tener un acceso definido y seguro a las zonas de trabajo. Los elementos de maniobra a utilizar deben contar con su certificación. En el área de trabajo del equipo de izaje y de la maniobra estará debidamente señalizada para advertir a los demás trabajadores de los riesgos y evitar el ingreso no autorizado o cruce por la zona peligrosa. Se debe evitar el ingreso de trabajadores al área de montaje. Una vez instalado el marco de estructura FRP en las fundaciones este debe quedar con un arriostramiento el cual se realizará mediante el uso de diagonales temporales. Al continuar con el montaje de los siguientes marcos estos deben quedar arriostrados, los que se realizarán mediante vigas de conexiones fijadas al primero marco. Las diagonales temporales serán retiradas una vez que todos los marcos estén debidamente afianzados. El montaje de los marcos se realizará de norte a sur, eje 67 al 64, iniciando el primer marco 67 esta debe quedar con un arriostramiento el cual se realizará mediante el uso de diagonales temporales según plano de secuencia del 01 al 07, instalando diagonales temporales alternados. Al continuar con el montaje de los siguientes marcos 66, 65 y 64 estos deben quedar arriostrados los que se realizarán mediante vigas de conexiones fijadas al primero marco. Para después seguir con marco 68 al marco 71 en ese orden. Para terminar primer tramo montando y su arriostramiento mediante vigas de conexiones para seguir secuencia hasta eje N°36 de unidad N° 1. VIGÉSIMO QUINTO: Que las copia de declaraciones de los trabajadores de fecha 14 de diciembre de 2009 dan cuenta de lo siguientes: – doña Fabiola Matus Hoffman quien es supervisora de obras civiles, e fecha 14 de diciembre de 2009 señala que advirtió que había una persona chipeando, por lo tanto tenía audífonos, presenció cómo cedió la estructura y golpeó a la persona referida. – don Ario Bellsham, capataz, reconoce que envió dos personas a trabajar en el lugar después de las 14:30 horas, consistente con lo declarado por el actor ante la Seremi de salud de Antofagasta. – don Waldo Cataldo Cataldo, albañil quien se encontraba realizando laboral de chipeado, sintió el ruido y alcanzó a saltar de la plataforma de trabajo. – don Juan Pereira Godoy, Quintiliano Aguilar Soto, Fernando Acuña Segovia, Jorge Farías González y Luis Catrilef Castillo refieren que presenciaron la caída de la estructura sin precisar más detalles respecto de las causas de la caída.

346

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Muñoz absolvente en esta causa, respecto del inicio del montaje se parte desde el grupo lado norte se procederá con el montaje del primer portal correspondiente a la celda 5, el arriostramiento se realizará mediante el uso de diagonales temporales. Los arriostramientos se realizarán mediante vigas de conexiones fijadas al primer portal. Se continuará con el montaje hacia el lado sur, repitiendo la misma metodología y secuencia de montaje. VIGÉSIMO SEGUNDO: Que las hojas de control de riesgos tanto de los trabajadores del prearmado como el trabajo desarrollado por el actor el día 14 de diciembre de 2010, conforme ya se ha detallado en considerando precedentes. VIGÉSIMO TERCERO: Que los formularios de análisis diario de seguridad del trabajo de fecha 14 de diciembre de 2009 que da cuenta que se realizó la charla de 5 minutos, instalación de maniobras, uso grúa, montaje estructura, se hace presente que la letra es ilegible para entender las notas realizadas. VIGÉSIMO CUARTO: Que el procedimiento de trabajo seguro montaje de estructuras de FRP recubrimiento de torres de enfriamiento, que fue exhibido por la demandada está escrito en idioma inglés y español, este establece que es una guía para el control de los riesgos asociados que involucra a las actividades del montaje de estructuras FRP de la torre de enfriamiento con el fin de evitar lesiones a personas, daños a equipos e instalaciones. Refiere que este procedimiento es aplicable a todo el personal involucrado en las etapas de montaje de estructuras FRP, los cuales deberán conocer y aplicar las disposiciones del presente procedimiento. Indica que el trabajo consistirá en prearmar la estructura de FRP a nivel de piso, luego montar los marcos de estructura FRP sobre las fundaciones y recubrir exteriormente con planchas este montaje que se realizará de norte a sur eje 67 al 64. La supervisión debe realizar una inspección del área de trabajo para identificar y evaluar los riesgos del entorno determinando las medidas de seguridad que se deberán implementar. Asimismo deberán verificar el buen estado de los equipos y herramientas a emplear como también los elementos de izaje esta inspección deberá quedar respaldada en un documento. Los trabajadores deben tener un acceso definido y seguro a las zonas de trabajo. Los elementos de maniobra a utilizar deben contar con su certificación. En el área de trabajo del equipo de izaje y de la maniobra estará debidamente señalizada para advertir a los demás trabajadores de los riesgos y evitar el ingreso no autorizado o cruce por la zona peligrosa. Se debe evitar el ingreso de trabajadores al área de montaje. Una vez instalado el marco de estructura FRP en las fundaciones este debe quedar con un arriostramiento el cual se realizará mediante el uso de diagonales temporales. Al continuar con el montaje de los siguientes marcos estos deben quedar arriostrados, los que se realizarán mediante vigas de conexiones fijadas al primero marco. Las diagonales temporales serán retiradas una vez que todos los marcos estén debidamente afianzados. El montaje de los marcos se realizará de norte a sur, eje 67 al 64, iniciando el primer marco 67 esta debe quedar con un arriostramiento el cual se realizará mediante el uso de diagonales temporales según plano de secuencia del 01 al 07, instalando diagonales temporales alternados. Al continuar con el montaje de los siguientes marcos 66, 65 y 64 estos deben quedar arriostrados los que se realizarán mediante vigas de conexiones fijadas al primero marco. Para después seguir con marco 68 al marco 71 en ese orden. Para terminar primer tramo montando y su arriostramiento mediante vigas de conexiones para seguir secuencia hasta eje N°36 de unidad N° 1. VIGÉSIMO QUINTO: Que las copia de declaraciones de los trabajadores de fecha 14 de diciembre de 2009 dan cuenta de lo siguientes: – doña Fabiola Matus Hoffman quien es supervisora de obras civiles, e fecha 14 de diciembre de 2009 señala que advirtió que había una persona chipeando, por lo tanto tenía audífonos, presenció cómo cedió la estructura y golpeó a la persona referida. – don Ario Bellsham, capataz, reconoce que envió dos personas a trabajar en el lugar después de las 14:30 horas, consistente con lo declarado por el actor ante la Seremi de salud de Antofagasta. – don Waldo Cataldo Cataldo, albañil quien se encontraba realizando laboral de chipeado, sintió el ruido y alcanzó a saltar de la plataforma de trabajo. – don Juan Pereira Godoy, Quintiliano Aguilar Soto, Fernando Acuña Segovia, Jorge Farías González y Luis Catrilef Castillo refieren que presenciaron la caída de la estructura sin precisar más detalles respecto de las causas de la caída.

346

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

347

VIGÉSIMO SEXTO: Que los documentos que corresponden a curso de altura de fecha 21 de octubre de 2009, suscrito por el actor, da cuenta que el referido hizo un curso en la materia señalada, que duró 90 minutos. Por su parte la tarjeta de copia de tarjeta cargo bodega suscrita por el actor, el acta de derecho a saber de fecha 21 de octubre de 2009, la copia declaración individual de accidente del trabajo son documentos ya incorporados y analizados en la presente causa. VIGÉSIMO SÉPTIMO: Que el documento denominado Comunicado Integral de Grupo N° 83 y N° 81, donde se trataron los temas Las manos, tesoro irremplazable y Riesgos de empalamiento, en ambas figura la firma en la lista del actor, realizadas en noviembre de 2009. VIGÉSIMO OCTAVO: Que la carta dirigida a la SEREMI de Antofagasta, recepcionada el 16 de octubre de 2009, da cuenta de la constitución y conformación del comité paritario. VIGÉSIMO NOVENO: Que el informe de descargos de fecha 11 de marzo de 2010 suscrita por don Matías Gutiérrez Director de Proyecto de Sigdo Koopers dirigido a la SEREMI de Salud refiere que cuentan con una memoria de cálculo entregada a la Seremi con posterioridad al accidente, la matriz de evaluación de riesgos consideró los mismos, las diagonales eran suficientes para sostener la totalidad de los marcos de la torre de enfriamiento, se implementó un sistema de vientos que no tenía como propósito sostener la estructura sino que correspondían a elementos de sujeción redundantes. El área estaba delimitada y señalizada en el lado norte y en el lado sur sólo tenía acceso restringido. Se debe tener en consideración que éstos son los dichos de la demandad principal, respecto de los cuales con la prueba rendida ha quedado demostrado que lo que habría ocasionado la caída de los marcos fue el retiro de las diagonales y que el control de acceso el área fue deficiente y descoordinado con las otras áreas de trabajo, lo que ocasionó que el actor estuviese ejecutando labores propias de su trabajo en un área en la que no debería haber estado si no participaba de la labor de montaje. TRIGÉSIMO: Que el informe de la situación de salud del actor de la Mutual de Seguridad de fecha 20 de mayo de 2010 da cuenta de los mismos diagnósticos realizados previamente por los médicos de la misma institución, según dan cuenta los oficios y certificados incorporados en la presente causa. TRIGÉSIMO PRIMERO: Que el documento en inglés denominado Appendix 2 lessons learn and action plans, traducido al español por la perito designada al efecto da cuenta que con posterioridad a la fecha del accidente, el día 18 de diciembre de 2009 se los representantes de Posco, analizando el accidente y concluyendo que todo el respaldo de luces altas no estuvieron conectadas por un marco FRP 67 64. Las riostras provisorias fueron eliminadas sin la construcción de riostras permanentes y construcción sin andamiaje. Deciden revisar los procedimientos de construcción con la máxima rigurosidad del vendor y los supervisores. Establecieron reuniones diarias y especiales para que no ocurran estos accidentes. TRIGÉSIMO SEGUNDO: Que son hechos no controvertidos: 1. La existencia de la relación laboral entre don Eduardo Mauricio Espinoza Cares y la empresa Ingeniería y Construcción Sigdo Koppers S.A. 2. Que la relación laboral se inició el día 21 de octubre del año 2009. 3. El monto de la remuneración mensual de $ 459.013 pesos. 4. Que al señor Espinoza se le contrató en calidad de albañil. 5. Que el día 14 de diciembre del año 2009, en las faenas de la planta Termoeléctrica Central Angamos, de la Comuna de Mejillones, al señor Espinoza Cares se le cayó una estructura sobre su cuerpo. 6. Que Posco Engineering Construcción Company Limitada encargó a la empresa Ingeniería y Construcción Sigdo Koppers S.A, según lo indica en su contestación de la demanda, celebró con dicha empresa un contrato de construcción en virtud de lo cual se encargó los trabajos de construcción de la planta Termoeléctrica Angamos en la Comuna de Mejillones, de la región de Antofagasta. TRIGÉSIMO TERCERO: Que mediante la prueba rendida ha quedado acreditado que la demandada Sigdo Koopers le proporcionó información, capacitación y materiales de seguridad al actor, de conformidad a lo prescrito en el artículo 184 del Código del Trabajo. Del mismo modo ha quedado acreditado que la demandada solidaria Posco elaboró un procedimiento de trabajo seguro en cumplimiento a lo dispuesto en el artículo 66 bis de la ley Nº 16.744 y el reglamento para la aplicación del citado artículo aprobado por D.S. Nº 76 de 18 de enero de 2010.

VIGÉSIMO SEXTO: Que los documentos que corresponden a curso de altura de fecha 21 de octubre de 2009, suscrito por el actor, da cuenta que el referido hizo un curso en la materia señalada, que duró 90 minutos. Por su parte la tarjeta de copia de tarjeta cargo bodega suscrita por el actor, el acta de derecho a saber de fecha 21 de octubre de 2009, la copia declaración individual de accidente del trabajo son documentos ya incorporados y analizados en la presente causa. VIGÉSIMO SÉPTIMO: Que el documento denominado Comunicado Integral de Grupo N° 83 y N° 81, donde se trataron los temas Las manos, tesoro irremplazable y Riesgos de empalamiento, en ambas figura la firma en la lista del actor, realizadas en noviembre de 2009. VIGÉSIMO OCTAVO: Que la carta dirigida a la SEREMI de Antofagasta, recepcionada el 16 de octubre de 2009, da cuenta de la constitución y conformación del comité paritario. VIGÉSIMO NOVENO: Que el informe de descargos de fecha 11 de marzo de 2010 suscrita por don Matías Gutiérrez Director de Proyecto de Sigdo Koopers dirigido a la SEREMI de Salud refiere que cuentan con una memoria de cálculo entregada a la Seremi con posterioridad al accidente, la matriz de evaluación de riesgos consideró los mismos, las diagonales eran suficientes para sostener la totalidad de los marcos de la torre de enfriamiento, se implementó un sistema de vientos que no tenía como propósito sostener la estructura sino que correspondían a elementos de sujeción redundantes. El área estaba delimitada y señalizada en el lado norte y en el lado sur sólo tenía acceso restringido. Se debe tener en consideración que éstos son los dichos de la demandad principal, respecto de los cuales con la prueba rendida ha quedado demostrado que lo que habría ocasionado la caída de los marcos fue el retiro de las diagonales y que el control de acceso el área fue deficiente y descoordinado con las otras áreas de trabajo, lo que ocasionó que el actor estuviese ejecutando labores propias de su trabajo en un área en la que no debería haber estado si no participaba de la labor de montaje. TRIGÉSIMO: Que el informe de la situación de salud del actor de la Mutual de Seguridad de fecha 20 de mayo de 2010 da cuenta de los mismos diagnósticos realizados previamente por los médicos de la misma institución, según dan cuenta los oficios y certificados incorporados en la presente causa. TRIGÉSIMO PRIMERO: Que el documento en inglés denominado Appendix 2 lessons learn and action plans, traducido al español por la perito designada al efecto da cuenta que con posterioridad a la fecha del accidente, el día 18 de diciembre de 2009 se los representantes de Posco, analizando el accidente y concluyendo que todo el respaldo de luces altas no estuvieron conectadas por un marco FRP 67 64. Las riostras provisorias fueron eliminadas sin la construcción de riostras permanentes y construcción sin andamiaje. Deciden revisar los procedimientos de construcción con la máxima rigurosidad del vendor y los supervisores. Establecieron reuniones diarias y especiales para que no ocurran estos accidentes. TRIGÉSIMO SEGUNDO: Que son hechos no controvertidos: 1. La existencia de la relación laboral entre don Eduardo Mauricio Espinoza Cares y la empresa Ingeniería y Construcción Sigdo Koppers S.A. 2. Que la relación laboral se inició el día 21 de octubre del año 2009. 3. El monto de la remuneración mensual de $ 459.013 pesos. 4. Que al señor Espinoza se le contrató en calidad de albañil. 5. Que el día 14 de diciembre del año 2009, en las faenas de la planta Termoeléctrica Central Angamos, de la Comuna de Mejillones, al señor Espinoza Cares se le cayó una estructura sobre su cuerpo. 6. Que Posco Engineering Construcción Company Limitada encargó a la empresa Ingeniería y Construcción Sigdo Koppers S.A, según lo indica en su contestación de la demanda, celebró con dicha empresa un contrato de construcción en virtud de lo cual se encargó los trabajos de construcción de la planta Termoeléctrica Angamos en la Comuna de Mejillones, de la región de Antofagasta. TRIGÉSIMO TERCERO: Que mediante la prueba rendida ha quedado acreditado que la demandada Sigdo Koopers le proporcionó información, capacitación y materiales de seguridad al actor, de conformidad a lo prescrito en el artículo 184 del Código del Trabajo. Del mismo modo ha quedado acreditado que la demandada solidaria Posco elaboró un procedimiento de trabajo seguro en cumplimiento a lo dispuesto en el artículo 66 bis de la ley Nº 16.744 y el reglamento para la aplicación del citado artículo aprobado por D.S. Nº 76 de 18 de enero de 2010. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

347

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

TRIGÉSIMO CUARTO: Que en relación a la prueba rendida con el objeto de dilucidar la causa del accidente, se debe tener en consideración que las demandadas afirman al contestar la demanda que no se ha logrado determinar la causa directa del accidente. Al respecto la prueba rendida en esta causa revela contradicciones en dicha información, ya que se puede advertir que explicaciones distintas respecto del mismo hecho por parte de los representantes de Posco y los de Sigdo Koopers tanto en el sumario interno como al absolver posiciones, al respecto en el sumario sanitario se adjunta un informe elaborado por Sigdo Koopers S.A. y suscrito por Héctor Sandoval, Rodrigo Catalán y Héctor Astete donde señalan que el riesgo de un posible desplome de la estructura no fue evaluado, no existe ninguna instrucción respecto de que hacer para la instalación de un marco en presencia de diagonales de soporte, los cuales necesariamente deben ser retirados. Esto resulta contradictorio con el procedimiento de trabajo seguro montaje de estructuras de FRP recubrimiento de torres de enfriamiento al que hace referencia Posco que señala que las diagonales temporales serán retiradas una vez que todos los marcos estén debidamente afianzados, no se menciona en dicho procedimiento que deba retirarse la diagonal para continuar con la instalación del marco 68. Por su parte don OH WON WONG señala en su declaración ante la Seremi de Salud y en estrados que Sigdo Koopers siempre tuvo la claridad del procedimiento de montaje, al que ellos no manifestaron ninguna duda respecto al procedimiento, sin embargo después enteraron que SK en terreno tuvo confusiones de cómo proceder en la torre de enfriamiento, porque no sabían qué hacer y cómo proceder con el montaje, ellos no actuaron según el procedimiento, puesto que ellos no instalaron los conectores permanentes entre marco y marco, y tampoco instalaron las diagonales permanentes, aun así sacaron los soportes temporales. Cabe tener presente que don Héctor Astete se presentó como testigo en esta causa sin hacer mayor referencia al informe suscrito por su parte e incorporado al sumario de la Seremi de salud de Antofagasta en cuanto a que no habían instrucciones claras acerca de cómo proceder en la instalación de marcos con presencia de soportes diagonales, señala que si el actor estaba ahí era por una instrucción, indica que la empresa fabricante además de los manuales pone a disposición un profesional para que los asista en la instalación, en el presente caso sabe que había una persona disponible pero no sabe el nombre ni lo vio personalmente, con lo que no se puede tener por acreditado que dicho profesional los hubiese estado asistiendo el día de los hechos. Por su parte el absolvente por Sigdo Koopers Rodrigo Muñoz señala que se pueden retirar las diagonales, lo que no se condice con el procedimiento de trabajo seguro conocido por parte de la demandada principal, por su parte el testigo Enrique Jaccard señala en su calidad de prevencionista de riesgos que el día de los hechos habían 6 prevencionistas en la planta, pero ninguno de punto fijo en la faena de instalación de la torre de enfriamiento, por lo demás si bien había un perímetro delimitado no había una persona limitando el ingreso, estas situaciones contravienen lo contemplado en el manual referido en cuanto a advertir los riesgos y evitar el ingreso de trabajadores a la zona de montaje. Tanto el absolvente referido como los testigos de la demandada principal están contestes en que el actor estaba en el interior de la obra de montaje por orden de su superior, hecho descrito así también en la declaración que dio el actor a la Seremi de salud, por lo demás su superior Ario Bellsham reconoce por escrito que el día del accidente puso a dos trabajadores después de las 14:30 horas en el área de montaje de la torre. Cabe tener presente que conforme dan cuenta de las declaraciones escritas de diversos trabajadores que presenciaron los hechos la estructura se desplomó y ellos salieron arrancando. El actor se encontraba usando tapones y operando un taladro por lo tanto no tenía cómo advertir el desplome de la estructura, que conforme ha quedado acreditado pesaba 1300 kgs y no tuvo la posibilidad de haber evitado el accidente. En definitiva ha quedado acreditado que existiendo un procedimiento para realizar el montaje referido, el mismo no se siguió rigurosamente por la demandada principal y la demandada solidaria no veló por que así fuera, toda vez que al llegar a ejecutar una instrucción que era poco clara se decidió por los ejecutantes de la demandada principal continuar la labor según lo que ellos estimaron entender ocasionándose el accidente referido. TRIGÉSIMO QUINTO: Que conforme ha quedado acreditado el actor tanto por los documentos remitidos por la mutual de seguridad, peritaje neurológico y el peritaje traumatológico que el actor con ocasión del accidente quedó con las siguientes lesiones: – TEC grave complicado – Fractura de cráneo

348

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

TRIGÉSIMO CUARTO: Que en relación a la prueba rendida con el objeto de dilucidar la causa del accidente, se debe tener en consideración que las demandadas afirman al contestar la demanda que no se ha logrado determinar la causa directa del accidente. Al respecto la prueba rendida en esta causa revela contradicciones en dicha información, ya que se puede advertir que explicaciones distintas respecto del mismo hecho por parte de los representantes de Posco y los de Sigdo Koopers tanto en el sumario interno como al absolver posiciones, al respecto en el sumario sanitario se adjunta un informe elaborado por Sigdo Koopers S.A. y suscrito por Héctor Sandoval, Rodrigo Catalán y Héctor Astete donde señalan que el riesgo de un posible desplome de la estructura no fue evaluado, no existe ninguna instrucción respecto de que hacer para la instalación de un marco en presencia de diagonales de soporte, los cuales necesariamente deben ser retirados. Esto resulta contradictorio con el procedimiento de trabajo seguro montaje de estructuras de FRP recubrimiento de torres de enfriamiento al que hace referencia Posco que señala que las diagonales temporales serán retiradas una vez que todos los marcos estén debidamente afianzados, no se menciona en dicho procedimiento que deba retirarse la diagonal para continuar con la instalación del marco 68. Por su parte don OH WON WONG señala en su declaración ante la Seremi de Salud y en estrados que Sigdo Koopers siempre tuvo la claridad del procedimiento de montaje, al que ellos no manifestaron ninguna duda respecto al procedimiento, sin embargo después enteraron que SK en terreno tuvo confusiones de cómo proceder en la torre de enfriamiento, porque no sabían qué hacer y cómo proceder con el montaje, ellos no actuaron según el procedimiento, puesto que ellos no instalaron los conectores permanentes entre marco y marco, y tampoco instalaron las diagonales permanentes, aun así sacaron los soportes temporales. Cabe tener presente que don Héctor Astete se presentó como testigo en esta causa sin hacer mayor referencia al informe suscrito por su parte e incorporado al sumario de la Seremi de salud de Antofagasta en cuanto a que no habían instrucciones claras acerca de cómo proceder en la instalación de marcos con presencia de soportes diagonales, señala que si el actor estaba ahí era por una instrucción, indica que la empresa fabricante además de los manuales pone a disposición un profesional para que los asista en la instalación, en el presente caso sabe que había una persona disponible pero no sabe el nombre ni lo vio personalmente, con lo que no se puede tener por acreditado que dicho profesional los hubiese estado asistiendo el día de los hechos. Por su parte el absolvente por Sigdo Koopers Rodrigo Muñoz señala que se pueden retirar las diagonales, lo que no se condice con el procedimiento de trabajo seguro conocido por parte de la demandada principal, por su parte el testigo Enrique Jaccard señala en su calidad de prevencionista de riesgos que el día de los hechos habían 6 prevencionistas en la planta, pero ninguno de punto fijo en la faena de instalación de la torre de enfriamiento, por lo demás si bien había un perímetro delimitado no había una persona limitando el ingreso, estas situaciones contravienen lo contemplado en el manual referido en cuanto a advertir los riesgos y evitar el ingreso de trabajadores a la zona de montaje. Tanto el absolvente referido como los testigos de la demandada principal están contestes en que el actor estaba en el interior de la obra de montaje por orden de su superior, hecho descrito así también en la declaración que dio el actor a la Seremi de salud, por lo demás su superior Ario Bellsham reconoce por escrito que el día del accidente puso a dos trabajadores después de las 14:30 horas en el área de montaje de la torre. Cabe tener presente que conforme dan cuenta de las declaraciones escritas de diversos trabajadores que presenciaron los hechos la estructura se desplomó y ellos salieron arrancando. El actor se encontraba usando tapones y operando un taladro por lo tanto no tenía cómo advertir el desplome de la estructura, que conforme ha quedado acreditado pesaba 1300 kgs y no tuvo la posibilidad de haber evitado el accidente. En definitiva ha quedado acreditado que existiendo un procedimiento para realizar el montaje referido, el mismo no se siguió rigurosamente por la demandada principal y la demandada solidaria no veló por que así fuera, toda vez que al llegar a ejecutar una instrucción que era poco clara se decidió por los ejecutantes de la demandada principal continuar la labor según lo que ellos estimaron entender ocasionándose el accidente referido. TRIGÉSIMO QUINTO: Que conforme ha quedado acreditado el actor tanto por los documentos remitidos por la mutual de seguridad, peritaje neurológico y el peritaje traumatológico que el actor con ocasión del accidente quedó con las siguientes lesiones: – TEC grave complicado – Fractura de cráneo

348

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

349

– Hemotorax bilateral – Fracturas costales múltiples – Neumotorax bilateral – Fractura de columna torácica (T6 y T10) – Fractura apófisis transversales lumbares L2 a L4 izquierdas – FX maxilofacial (órbito cigotomático máxilo malar y piso de órbita) Que de acuerdo a lo señalado por el perito estas son de carácter grave, con un período de recuperación uno a dos años, con un pronóstico pendiente, según rehabilitación, sin que aún se pueda determinar el grado de incapacidad ya que éste se hará una vez completada su rehabilitación. Por su parte el perito neurólogo señala que no existe déficit neurológico, es aspecto del pronóstico es totalmente favorable. La limitación motora es importante y de mal pronóstico, ya que según los antecedentes recibidos la intervención traumatológica estaría completada y sólo queda la posibilidad de continuar con tratamiento kinésico y analgésicos. Cabe tener en cuenta que la ficha clínica da cuenta de las condiciones en que quedó el actor tras el accidente, la necesidad de intervenirlo quirúrgicamente en tres ocasiones con los consecuentes riesgos que tiene cualquier operación para una persona. TRIGÉSIMO SEXTO: Que en relación al peritaje psiquiátrico éste será desestimado ya que el perito manifiesta no adscribir y desconocer instrumentos validados y reconocidos como de uso general en su ciencia o arte para proceder a categorizar las patologías de las personas en su área de especialización, con lo que se desvirtúa su especial saber en el área que fue consultado. TRIGÉSIMO SÉPTIMO: Que en base a lo señalado por el Memorandum Interno MEDA/1365/2010, emitido con fecha 30 de junio del mismo año, y firmado por el Dr. Guillermo Bonta L. de la Mutual de Seguridad, el actor fue diagnosticado con un trastorno adaptativo depresivo severo, a consecuencia del accidente del trabajo. Este cuadro clínico se encuentra debidamente reconocido y especificado en el manual de enfermedades mentales de mayor reconocimiento a nivel mundial el DSM IV (American Psychiatric Asociation). El trastorno de adaptación es definido como un estado de malestar subjetivo acompañados de alteraciones emocionales que, por lo general, interfieren con la actividad social y que aparecen en el período de adaptación a un cambio biográfico significativo o a un acontecimiento vital estresante. El agente estresante puede afectar la integridad de la trama social de la persona o al sistema más amplio de los soportes y valores sociales, conforme ha quedado acreditado con el testimonio de los testigos presentados por la parte demandante, quienes dan cuenta de un evidente cambio en las capacidades físicas, laborales y emocionales del actor. El agente estresante puede afectar sólo al individuo o también al grupo al que pertenece o a la comunidad. Las manifestaciones clínicas del trastorno de adaptación son muy variadas e incluyen: humor depresivo, ansiedad, preocupación (o una mezcla de todas ellas); sentimiento de incapacidad para afrontar los problemas, de planificar el futuro o de poder continuar en la situación presente y un cierto grado de deterioro del cómo se lleva a cabo la rutina diaria. El enfermo puede estar predispuesto a manifestaciones dramáticas o explosiones de violencia, las que por otra parte son raras. Así el demandante sufriría un tipo de malestar global que interfiere la integridad de la trama social, es decir, soportes y valores sociales, pudiendo alcanzar a su familia también en este desbarajuste. Experimentando un sentimiento global de incapacidad, tanto para enfrentar problemas cotidianos como para armar planes vitales. Estas dificultades serían aún más intensas toda vez que el trastorno ha pasado el límite de los 6 meses, habiéndose transformado a una reacción depresiva severa, tornándose totalmente incierta la posibilidad de recuperación al nivel vital del actor previo al accidente laboral. Según la información recabada en el juicio, el actor se mostraba adaptado en los planos personal, social y laboral antes de los sucesos acaecidos. Sin embargo, el accidente ocurrido habría transformado definitivamente su manera de ser. De este modo, el daño psicológico descrito se constituiría en una secuela al ser considerado como estado crónico irreversible, según señala la literatura especializada. Las limitaciones producidas por la aparición de la citada psicopatología implicarían un deterioro de la calidad de vida, desadaptación laboral, anulación de la vida sexual y de pareja, y un progresivo aislamiento social. TRIGÉSIMO OCTAVO: Que ha quedado acreditado que el actor era el principal proveedor de su grupo familiar, compuesta por su cónyuge y sus dos hijos menores de edad, que se encontraba desa-

– Hemotorax bilateral – Fracturas costales múltiples – Neumotorax bilateral – Fractura de columna torácica (T6 y T10) – Fractura apófisis transversales lumbares L2 a L4 izquierdas – FX maxilofacial (órbito cigotomático máxilo malar y piso de órbita) Que de acuerdo a lo señalado por el perito estas son de carácter grave, con un período de recuperación uno a dos años, con un pronóstico pendiente, según rehabilitación, sin que aún se pueda determinar el grado de incapacidad ya que éste se hará una vez completada su rehabilitación. Por su parte el perito neurólogo señala que no existe déficit neurológico, es aspecto del pronóstico es totalmente favorable. La limitación motora es importante y de mal pronóstico, ya que según los antecedentes recibidos la intervención traumatológica estaría completada y sólo queda la posibilidad de continuar con tratamiento kinésico y analgésicos. Cabe tener en cuenta que la ficha clínica da cuenta de las condiciones en que quedó el actor tras el accidente, la necesidad de intervenirlo quirúrgicamente en tres ocasiones con los consecuentes riesgos que tiene cualquier operación para una persona. TRIGÉSIMO SEXTO: Que en relación al peritaje psiquiátrico éste será desestimado ya que el perito manifiesta no adscribir y desconocer instrumentos validados y reconocidos como de uso general en su ciencia o arte para proceder a categorizar las patologías de las personas en su área de especialización, con lo que se desvirtúa su especial saber en el área que fue consultado. TRIGÉSIMO SÉPTIMO: Que en base a lo señalado por el Memorandum Interno MEDA/1365/2010, emitido con fecha 30 de junio del mismo año, y firmado por el Dr. Guillermo Bonta L. de la Mutual de Seguridad, el actor fue diagnosticado con un trastorno adaptativo depresivo severo, a consecuencia del accidente del trabajo. Este cuadro clínico se encuentra debidamente reconocido y especificado en el manual de enfermedades mentales de mayor reconocimiento a nivel mundial el DSM IV (American Psychiatric Asociation). El trastorno de adaptación es definido como un estado de malestar subjetivo acompañados de alteraciones emocionales que, por lo general, interfieren con la actividad social y que aparecen en el período de adaptación a un cambio biográfico significativo o a un acontecimiento vital estresante. El agente estresante puede afectar la integridad de la trama social de la persona o al sistema más amplio de los soportes y valores sociales, conforme ha quedado acreditado con el testimonio de los testigos presentados por la parte demandante, quienes dan cuenta de un evidente cambio en las capacidades físicas, laborales y emocionales del actor. El agente estresante puede afectar sólo al individuo o también al grupo al que pertenece o a la comunidad. Las manifestaciones clínicas del trastorno de adaptación son muy variadas e incluyen: humor depresivo, ansiedad, preocupación (o una mezcla de todas ellas); sentimiento de incapacidad para afrontar los problemas, de planificar el futuro o de poder continuar en la situación presente y un cierto grado de deterioro del cómo se lleva a cabo la rutina diaria. El enfermo puede estar predispuesto a manifestaciones dramáticas o explosiones de violencia, las que por otra parte son raras. Así el demandante sufriría un tipo de malestar global que interfiere la integridad de la trama social, es decir, soportes y valores sociales, pudiendo alcanzar a su familia también en este desbarajuste. Experimentando un sentimiento global de incapacidad, tanto para enfrentar problemas cotidianos como para armar planes vitales. Estas dificultades serían aún más intensas toda vez que el trastorno ha pasado el límite de los 6 meses, habiéndose transformado a una reacción depresiva severa, tornándose totalmente incierta la posibilidad de recuperación al nivel vital del actor previo al accidente laboral. Según la información recabada en el juicio, el actor se mostraba adaptado en los planos personal, social y laboral antes de los sucesos acaecidos. Sin embargo, el accidente ocurrido habría transformado definitivamente su manera de ser. De este modo, el daño psicológico descrito se constituiría en una secuela al ser considerado como estado crónico irreversible, según señala la literatura especializada. Las limitaciones producidas por la aparición de la citada psicopatología implicarían un deterioro de la calidad de vida, desadaptación laboral, anulación de la vida sexual y de pareja, y un progresivo aislamiento social. TRIGÉSIMO OCTAVO: Que ha quedado acreditado que el actor era el principal proveedor de su grupo familiar, compuesta por su cónyuge y sus dos hijos menores de edad, que se encontraba desaACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

349

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

rrollando en una empresa como Sigdo Koopers, que conforme reconoció el Sr. Astete da la posibilidad de ascender, recibiendo un sueldo el actor de $ 459.013 pesos. Ha quedado establecido que el actor percibe un subsidio por su estado de salud que asciende a $ 300.000, por lo tanto lo cierto es que el actor hasta ahora ha visto disminuida su remuneración en $ 159.013 pesos. TRIGÉSIMO NONO: Que analizada la prueba conforme a la sana crítica se puede señalar que son hechos probados en la presente causa que: 1. Que el actor el día 14 de diciembre de 2009 se encontraba en el área de trabajo de montaje de la torre de enfriamiento cumpliendo la instrucción que le dio su superior, trabajando con un taladro de concreto, con los oídos con tapones y usando los implementos de seguridad. 2. Que en esa misma área se encontraban realizando labores de instalación de marcos de 1300 kgs de peso, respecto de esta labor existe un manual que señala que no se deben retirar los arriostramientos o diagonales, sin embargo al instalar el quinto marco estimaron necesario retirar las diagonales, dada a juicio de los instaladores la falta de instrucción al efecto. Producto de lo anterior se desplomó la estructura golpeando al actor uno de esos marcos. 3. Que la demandada principal le entregó al actor el reglamento interno, implementos de seguridad, realizó actividades de capacitación en materia de seguridad y realizó las instrucciones diarias al actor como a los otros trabajadores el día de los hechos para resguardar la vida y seguridad de éstos. 4. Que la demandada solidaria elaboró un procedimiento de trabajo seguro en cumplimiento a lo dispuesto en el artículo 66 bis de la ley Nº 16.744 y el reglamento para la aplicación del citado artículo aprobado por D.S. Nº 76 de 18 de enero de 2010. 5. Que las consecuencias para el actor del accidente fueron: – TEC grave complicado – Fractura de cráneo – Hemotorax bilateral – Fracturas costales múltiples – Neumotorax bilateral – Fractura de columna torácica (T6 y T10) – Fractura apófisis transversales lumbares L2 a L4 izquierdas – FX maxilofacial (órbito cigotomático máxilo malar y piso de órbita) 6. Que el diagnóstico del actor es: Lesiones de carácter grave, con un período de recuperación uno a dos años, con un pronóstico pendiente, según rehabilitación, sin que aún se pueda determinar el grado de incapacidad ya que este se hará una vez completada su rehabilitación. 7. Que el actor si bien no presenta déficit neurológico, la limitación motora es importante y de mal pronóstico, ya que según los antecedentes recibidos la intervención traumatológica estaría completada y sólo queda la posibilidad de continuar con tratamiento kinésico y analgésicos. 8. Que el actor presenta un trastorno adaptativo depresivo grave, que ha afectado implicarían un deterioro de la calidad de vida, desadaptación laboral, anulación de la vida sexual y de pareja, y un progresivo aislamiento social. 9. Que el actor antes del accidente sufrido recibió en el mes de noviembre de 2009 una remuneración de $ 459.013, tras el accidente percibe un subsidio de $ 300.000, con lo que se puede concluir que su remuneración se vio mermada con ocasión del accidente en $ 159.013 pesos menos. 10. Que el actor tiene un grupo familiar compuesto por su cónyuge y dos hijos menores de edad respecto de los cuales él aportaba los mayores ingresos. CUADRAGÉSIMO: Que de conformidad a los hechos probados ha quedado establecido que tanto la demandada principal como la demandada solidaria conocen la causa del accidente, el que se produce porque la demandada principal no cumplió con seguir el procedimiento de trabajo seguro, primero respecto de advertir los riesgos, no permitir el acceso al área de trabajo de trabajadores que no desempeñen labores de montaje, cabe tener presente que el actor no realizaba labores relacionadas con el montaje, enfrentados a la ejecución del montaje de acuerdo al manual al advertir que habían instrucciones poco claras a su juicio siguieron adelante en el montaje. Si bien las demandadas han opuesto la excepción de caso fortuito que el Código Civil define en su artículo 45 como el imprevisto que no es po-

350

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

rrollando en una empresa como Sigdo Koopers, que conforme reconoció el Sr. Astete da la posibilidad de ascender, recibiendo un sueldo el actor de $ 459.013 pesos. Ha quedado establecido que el actor percibe un subsidio por su estado de salud que asciende a $ 300.000, por lo tanto lo cierto es que el actor hasta ahora ha visto disminuida su remuneración en $ 159.013 pesos. TRIGÉSIMO NONO: Que analizada la prueba conforme a la sana crítica se puede señalar que son hechos probados en la presente causa que: 1. Que el actor el día 14 de diciembre de 2009 se encontraba en el área de trabajo de montaje de la torre de enfriamiento cumpliendo la instrucción que le dio su superior, trabajando con un taladro de concreto, con los oídos con tapones y usando los implementos de seguridad. 2. Que en esa misma área se encontraban realizando labores de instalación de marcos de 1300 kgs de peso, respecto de esta labor existe un manual que señala que no se deben retirar los arriostramientos o diagonales, sin embargo al instalar el quinto marco estimaron necesario retirar las diagonales, dada a juicio de los instaladores la falta de instrucción al efecto. Producto de lo anterior se desplomó la estructura golpeando al actor uno de esos marcos. 3. Que la demandada principal le entregó al actor el reglamento interno, implementos de seguridad, realizó actividades de capacitación en materia de seguridad y realizó las instrucciones diarias al actor como a los otros trabajadores el día de los hechos para resguardar la vida y seguridad de éstos. 4. Que la demandada solidaria elaboró un procedimiento de trabajo seguro en cumplimiento a lo dispuesto en el artículo 66 bis de la ley Nº 16.744 y el reglamento para la aplicación del citado artículo aprobado por D.S. Nº 76 de 18 de enero de 2010. 5. Que las consecuencias para el actor del accidente fueron: – TEC grave complicado – Fractura de cráneo – Hemotorax bilateral – Fracturas costales múltiples – Neumotorax bilateral – Fractura de columna torácica (T6 y T10) – Fractura apófisis transversales lumbares L2 a L4 izquierdas – FX maxilofacial (órbito cigotomático máxilo malar y piso de órbita) 6. Que el diagnóstico del actor es: Lesiones de carácter grave, con un período de recuperación uno a dos años, con un pronóstico pendiente, según rehabilitación, sin que aún se pueda determinar el grado de incapacidad ya que este se hará una vez completada su rehabilitación. 7. Que el actor si bien no presenta déficit neurológico, la limitación motora es importante y de mal pronóstico, ya que según los antecedentes recibidos la intervención traumatológica estaría completada y sólo queda la posibilidad de continuar con tratamiento kinésico y analgésicos. 8. Que el actor presenta un trastorno adaptativo depresivo grave, que ha afectado implicarían un deterioro de la calidad de vida, desadaptación laboral, anulación de la vida sexual y de pareja, y un progresivo aislamiento social. 9. Que el actor antes del accidente sufrido recibió en el mes de noviembre de 2009 una remuneración de $ 459.013, tras el accidente percibe un subsidio de $ 300.000, con lo que se puede concluir que su remuneración se vio mermada con ocasión del accidente en $ 159.013 pesos menos. 10. Que el actor tiene un grupo familiar compuesto por su cónyuge y dos hijos menores de edad respecto de los cuales él aportaba los mayores ingresos. CUADRAGÉSIMO: Que de conformidad a los hechos probados ha quedado establecido que tanto la demandada principal como la demandada solidaria conocen la causa del accidente, el que se produce porque la demandada principal no cumplió con seguir el procedimiento de trabajo seguro, primero respecto de advertir los riesgos, no permitir el acceso al área de trabajo de trabajadores que no desempeñen labores de montaje, cabe tener presente que el actor no realizaba labores relacionadas con el montaje, enfrentados a la ejecución del montaje de acuerdo al manual al advertir que habían instrucciones poco claras a su juicio siguieron adelante en el montaje. Si bien las demandadas han opuesto la excepción de caso fortuito que el Código Civil define en su artículo 45 como el imprevisto que no es po-

350

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

351

sible de resistir, como un naufragio, un terremoto, el apresamiento de enemigos, los actos de autoridad ejercidos por funcionario público. Al respecto, teniendo en consideración que en el manual de montaje seguro se señala que no deben ingresar a la zona de montaje los trabajadores que no estén ejecutando labor de montaje, habiendo señalado que se debía resguardar la zona y advertir los riesgos, se puede colegir que se previó que por el manejo de estructuras de gran magnitud se podía perder el control sobre las mismas, es lógico pensar que intentar instalar estructuras que sólo pueden ser desplazadas con la fuerza de una máquina, la capacidad de la fuerza humana es insuficiente para eso como para controlarla, de este modo si a pesar de todas esas prevenciones se le ordena al actor que ingrese al área de trabajo, a desempeñar labores con un taladro que genera mucho ruido y con tapones en los oídos se le está exponiendo inexplicablemente a un accidente, contraviniendo todas las normas de seguridad en el trabajo, la circunstancia que la demandada principal el hubiese entregado los elementos de seguridad, las capacitaciones respectivas y las charlas diarias, no la exime de hacerse cargo de haber generado una condición insegura para el actor, quien cumplió con todas y cada una de las indicaciones de su empleadora. Por su parte la existencia de un manual elaborado por Posco en relación a las medidas de seguridad da cuenta del cumplimiento de una obligación legal, sin embargo los procedimientos escritos deben ejecutarse velando de manera efectiva en este caso la empresa mandante que así sea. En razón de lo anterior se concluye que la circunstancia que el marco de 1300 kgs se hubiese desplomado no es un hecho imprevisible, ya que no se cumplió con el procedimiento respecto de arriostrar debidamente los marcos, no se despejó el área de montaje, hechos totalmente evitables, por lo tanto resistibles. Cabe tener presente que la ley Nº 16.744 en su artículo 69 refiere que el empleador responde de la culpa o dolo, al no indicarse nada al respecto acerca de la culpa de acuerdo a lo señalado en el artículo 44 del Código Civil es culpa leve que es definida como aquella falta de diligencia u cuidado que los hombres emplean ordinariamente en sus negocios propios. En este sentido lo ordinario naturalmente es cumplir con el manual de procedimiento de trabajo seguro y ante cualquier duda de la instalación de los marcos, se debería haber detenido la maniobra hasta aclarar la situación, debiendo tener en cuenta que tratándose de la primera ejecución de este tipo de obras por la demandada principal ésta debió contar con la asesoría del profesional asignado por la empresa proveedora del producto hecho respecto del cual no acreditó el cumplimiento de esto. De esta forma sólo se puede concluir el actuar culposo de la demandada principal en los hechos que ocasionaron el accidente del trabajo que afectó al actor. CUADRAGÉSIMO PRIMERO: Que en relación a la existencia del lucro cesante, que dice relación con lo que el actor dejará de percibir como consecuencia del accidente se debe tener en cuenta que al actor a la fecha del accidente le quedaban 24 años de vida laboral, que conforme ha quedado establecido con ocasión del accidente el actor vio disminuida su remuneración en $ 159.013, si bien hasta ahora no hay declaración de incapacidad, los informes de salud, los peritajes traumatológicos y neurológicos dan cuenta que el actor debe seguir en tratamiento durante dos años más, que dada la lesión es improbable que pueda volver a realizar la labor que tenía antes, debiendo considerarse que además no tiene capacitación para desempeñar otro tipo de actividades remuneradas. Para cuantificar dicha pérdida se debe estar a las labores que desempeñó en la empresa de la demandada y su última remuneración, en relación a ésta se establece que la pérdida de la misma asciende a $ 159.013 lo que multiplicado por los 24 años que le faltan para jubilar se determina en $ 45.795.744. CUADRAGÉSIMO SEGUNDO: Que en relación al daño moral precedentemente se ha dado cuenta que el actor padece una lesión emocional que no lo afectaba antes del accidente, la que claramente es una consecuencia del mismo, el resarcimiento del daño moral pretende reparar en aquello que se ha perdido, en el presente caso el actor ha perdido la posibilidad de realizar una serie de actividades que la proporcionaban satisfacción emocional, realizar deportes, jugar con sus hijos compartir su tiempo libre con ellos, proyectos con su cónyuge, ámbitos que están claramente impactados por el accidente referido, pasó de ser una persona autónoma a alguien dependiente para las labores básicas como aseo, amarrarse los zapatos entre otros. Ahora bien las demandadas desarrollan su línea argumentativa en el sentido que el daño moral no se debe convertir en un lucro, al respecto resulta fundamental la definición de lucro que es la ganancia o provecho que se saca de algo. Al respecto ha quedado establecido que el demandante actualmente se encuentra en una situación de pérdida, tanto respecto de una disminución de su ingreso mensual y la pérdida de su calidad de vida en gene-

sible de resistir, como un naufragio, un terremoto, el apresamiento de enemigos, los actos de autoridad ejercidos por funcionario público. Al respecto, teniendo en consideración que en el manual de montaje seguro se señala que no deben ingresar a la zona de montaje los trabajadores que no estén ejecutando labor de montaje, habiendo señalado que se debía resguardar la zona y advertir los riesgos, se puede colegir que se previó que por el manejo de estructuras de gran magnitud se podía perder el control sobre las mismas, es lógico pensar que intentar instalar estructuras que sólo pueden ser desplazadas con la fuerza de una máquina, la capacidad de la fuerza humana es insuficiente para eso como para controlarla, de este modo si a pesar de todas esas prevenciones se le ordena al actor que ingrese al área de trabajo, a desempeñar labores con un taladro que genera mucho ruido y con tapones en los oídos se le está exponiendo inexplicablemente a un accidente, contraviniendo todas las normas de seguridad en el trabajo, la circunstancia que la demandada principal el hubiese entregado los elementos de seguridad, las capacitaciones respectivas y las charlas diarias, no la exime de hacerse cargo de haber generado una condición insegura para el actor, quien cumplió con todas y cada una de las indicaciones de su empleadora. Por su parte la existencia de un manual elaborado por Posco en relación a las medidas de seguridad da cuenta del cumplimiento de una obligación legal, sin embargo los procedimientos escritos deben ejecutarse velando de manera efectiva en este caso la empresa mandante que así sea. En razón de lo anterior se concluye que la circunstancia que el marco de 1300 kgs se hubiese desplomado no es un hecho imprevisible, ya que no se cumplió con el procedimiento respecto de arriostrar debidamente los marcos, no se despejó el área de montaje, hechos totalmente evitables, por lo tanto resistibles. Cabe tener presente que la ley Nº 16.744 en su artículo 69 refiere que el empleador responde de la culpa o dolo, al no indicarse nada al respecto acerca de la culpa de acuerdo a lo señalado en el artículo 44 del Código Civil es culpa leve que es definida como aquella falta de diligencia u cuidado que los hombres emplean ordinariamente en sus negocios propios. En este sentido lo ordinario naturalmente es cumplir con el manual de procedimiento de trabajo seguro y ante cualquier duda de la instalación de los marcos, se debería haber detenido la maniobra hasta aclarar la situación, debiendo tener en cuenta que tratándose de la primera ejecución de este tipo de obras por la demandada principal ésta debió contar con la asesoría del profesional asignado por la empresa proveedora del producto hecho respecto del cual no acreditó el cumplimiento de esto. De esta forma sólo se puede concluir el actuar culposo de la demandada principal en los hechos que ocasionaron el accidente del trabajo que afectó al actor. CUADRAGÉSIMO PRIMERO: Que en relación a la existencia del lucro cesante, que dice relación con lo que el actor dejará de percibir como consecuencia del accidente se debe tener en cuenta que al actor a la fecha del accidente le quedaban 24 años de vida laboral, que conforme ha quedado establecido con ocasión del accidente el actor vio disminuida su remuneración en $ 159.013, si bien hasta ahora no hay declaración de incapacidad, los informes de salud, los peritajes traumatológicos y neurológicos dan cuenta que el actor debe seguir en tratamiento durante dos años más, que dada la lesión es improbable que pueda volver a realizar la labor que tenía antes, debiendo considerarse que además no tiene capacitación para desempeñar otro tipo de actividades remuneradas. Para cuantificar dicha pérdida se debe estar a las labores que desempeñó en la empresa de la demandada y su última remuneración, en relación a ésta se establece que la pérdida de la misma asciende a $ 159.013 lo que multiplicado por los 24 años que le faltan para jubilar se determina en $ 45.795.744. CUADRAGÉSIMO SEGUNDO: Que en relación al daño moral precedentemente se ha dado cuenta que el actor padece una lesión emocional que no lo afectaba antes del accidente, la que claramente es una consecuencia del mismo, el resarcimiento del daño moral pretende reparar en aquello que se ha perdido, en el presente caso el actor ha perdido la posibilidad de realizar una serie de actividades que la proporcionaban satisfacción emocional, realizar deportes, jugar con sus hijos compartir su tiempo libre con ellos, proyectos con su cónyuge, ámbitos que están claramente impactados por el accidente referido, pasó de ser una persona autónoma a alguien dependiente para las labores básicas como aseo, amarrarse los zapatos entre otros. Ahora bien las demandadas desarrollan su línea argumentativa en el sentido que el daño moral no se debe convertir en un lucro, al respecto resulta fundamental la definición de lucro que es la ganancia o provecho que se saca de algo. Al respecto ha quedado establecido que el demandante actualmente se encuentra en una situación de pérdida, tanto respecto de una disminución de su ingreso mensual y la pérdida de su calidad de vida en geneACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

351

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

ral, de tal modo que la solicitud del daño moral no dice relación con lucro si no con que el actor logre aproximarse al estado de vida emocional que tenía antes del accidente. De este modo si la demandada argumenta que la cifra solicitada constituye lucro debió acreditarlo, en definitiva demostrar en definitiva cuál es la cantidad de dinero necesaria para que el actor vuelva a estar en las condiciones que estaba antes del hecho que lo afectó, así no habiéndose rendido prueba en ese sentido y con la prueba rendida por la demandante al respecto se puede concluir que la cantidad solicitada por el actor es suficiente para intentar alcanzar el mismo o más próximo nivel de bienestar emocional que tenía antes del accidente referido. CUADRAGÉSIMO TERCERO: Que en cuanto a la responsabilidad de la demandada solidaria, habiendo quedado establecido como hecho no controvertido la existencia de un régimen de subcontratación entre la demandada principal y la demandada solidaria, su responsabilidad encuentra sustento en lo dispuesto en el artículo 183 letra e del Código del Trabajo, la demandada Posco si bien ha acreditado que cumplió con la elaboración del documento requerido por ley respecto de las medidas de seguridad, no acreditó que hubiese tomado todas las medidas necesarias para velar por una correcta instalación de la torre referida, no acreditó que hubiese contado con la asistencia de un profesional enviado al efecto por la empresa proveedora de las estructuras, ni que hubiese tomado las medidas pertinentes supervisando a su mandataria, es más ha quedado acreditado que los manuales proporcionados resultaron confusos para Sigdo Koopers, de este modo sólo cabe concluir que Posco tiene responsabilidad en no haber adoptado todas las medidas de seguridad necesarias para haber evitado el desplome de la estructura referida y el accidente referido. En atención a que conforme a dispone el artículo 183 B del Código del Trabajo la empresa principal es solidariamente responsable de las obligaciones laborales, no pudiendo restringir éstas a las obligaciones de dar, sino también a las de hacer, ya que entenderlo conduce a que pierde el sentido el sistema normativo que busca proteger integralmente a los trabajadores que prestan servicios a una empresa principal y a una contratista, donde el cumplimiento en el pago de las remuneraciones y cotizaciones de seguridad social es tan importante como velar de manera real, eficiente y oportuna por la seguridad de los trabajadores, actividad que no se puede entender por satisfecha con la sola existencia de un manual al efecto. Así, sin que se hubiese hecho efectivo el derecho de información respecto de la demandada principal, se puede concluir que su responsabilidad es solidaria ya que la norma del artículo 183 b del cuerpo legal citado es de excepción y debiendo acreditarse su cumplimiento para estimarla procedente. Y visto además lo dispuesto en los artículos 1º, 5º, 7º al 10, 41, 42, 184, 425 a 432, 446, 452 y siguientes del Código del Trabajo, artículo 66 bis y 69 de la ley Nº 16.744, decreto supremo Nº 76 que Aprueba el reglamento para la aplicación del artículo 66 bis de la ley Nº 16.744, artículo 44 y 45 del Código Civil, SE DECLARA: I. Que en relación a la excepción de caso fortuito opuesta por la demandada principal y solidaria se rechaza la misma por los argumentos expresado, sin costas por estimar que hubo motivo plausible para litigar. II.Que se acoge la acción de lucro cesante y daño moral interpuesta por Eduardo Mauricio Espinoza Cares en contra de Ingeniería y Construcción Sigdo Koppers S.A., representada legalmente por don Rodrigo Muñoz Fritz y solidariamente en contra de de Posco Engineering Construction Co. Ltd. Agencia en Chile, representada legalmente por don OH Won Woong y se les condena a pagar solidariamente la cantidad de $ 45.795.744 por concepto de lucro cesante y $ 300.000.000 de pesos por concepto de daño moral. III. Que al haber sido vencidas se condena en costas a las demandadas que ascienden respecto de cada una a un 2% de la cuantía total por la que han sido condenadas. IV. Que las sumas ordenadas pagar mediante la presente sentencia deberán ser consignadas con los reajustes, intereses y recargos que establecen los artículos 63 y 173 del Código del Trabajo, según corresponda. V. Ejecutoriada que sea la presente sentencia, cúmplase con lo dispuesto en ella dentro de quinto día, en caso contrario, certifíquese dicha circunstancia y pasen los antecedentes al Juzgado de Cobranza Laboral de Santiago.

352

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

ral, de tal modo que la solicitud del daño moral no dice relación con lucro si no con que el actor logre aproximarse al estado de vida emocional que tenía antes del accidente. De este modo si la demandada argumenta que la cifra solicitada constituye lucro debió acreditarlo, en definitiva demostrar en definitiva cuál es la cantidad de dinero necesaria para que el actor vuelva a estar en las condiciones que estaba antes del hecho que lo afectó, así no habiéndose rendido prueba en ese sentido y con la prueba rendida por la demandante al respecto se puede concluir que la cantidad solicitada por el actor es suficiente para intentar alcanzar el mismo o más próximo nivel de bienestar emocional que tenía antes del accidente referido. CUADRAGÉSIMO TERCERO: Que en cuanto a la responsabilidad de la demandada solidaria, habiendo quedado establecido como hecho no controvertido la existencia de un régimen de subcontratación entre la demandada principal y la demandada solidaria, su responsabilidad encuentra sustento en lo dispuesto en el artículo 183 letra e del Código del Trabajo, la demandada Posco si bien ha acreditado que cumplió con la elaboración del documento requerido por ley respecto de las medidas de seguridad, no acreditó que hubiese tomado todas las medidas necesarias para velar por una correcta instalación de la torre referida, no acreditó que hubiese contado con la asistencia de un profesional enviado al efecto por la empresa proveedora de las estructuras, ni que hubiese tomado las medidas pertinentes supervisando a su mandataria, es más ha quedado acreditado que los manuales proporcionados resultaron confusos para Sigdo Koopers, de este modo sólo cabe concluir que Posco tiene responsabilidad en no haber adoptado todas las medidas de seguridad necesarias para haber evitado el desplome de la estructura referida y el accidente referido. En atención a que conforme a dispone el artículo 183 B del Código del Trabajo la empresa principal es solidariamente responsable de las obligaciones laborales, no pudiendo restringir éstas a las obligaciones de dar, sino también a las de hacer, ya que entenderlo conduce a que pierde el sentido el sistema normativo que busca proteger integralmente a los trabajadores que prestan servicios a una empresa principal y a una contratista, donde el cumplimiento en el pago de las remuneraciones y cotizaciones de seguridad social es tan importante como velar de manera real, eficiente y oportuna por la seguridad de los trabajadores, actividad que no se puede entender por satisfecha con la sola existencia de un manual al efecto. Así, sin que se hubiese hecho efectivo el derecho de información respecto de la demandada principal, se puede concluir que su responsabilidad es solidaria ya que la norma del artículo 183 b del cuerpo legal citado es de excepción y debiendo acreditarse su cumplimiento para estimarla procedente. Y visto además lo dispuesto en los artículos 1º, 5º, 7º al 10, 41, 42, 184, 425 a 432, 446, 452 y siguientes del Código del Trabajo, artículo 66 bis y 69 de la ley Nº 16.744, decreto supremo Nº 76 que Aprueba el reglamento para la aplicación del artículo 66 bis de la ley Nº 16.744, artículo 44 y 45 del Código Civil, SE DECLARA: I. Que en relación a la excepción de caso fortuito opuesta por la demandada principal y solidaria se rechaza la misma por los argumentos expresado, sin costas por estimar que hubo motivo plausible para litigar. II.Que se acoge la acción de lucro cesante y daño moral interpuesta por Eduardo Mauricio Espinoza Cares en contra de Ingeniería y Construcción Sigdo Koppers S.A., representada legalmente por don Rodrigo Muñoz Fritz y solidariamente en contra de de Posco Engineering Construction Co. Ltd. Agencia en Chile, representada legalmente por don OH Won Woong y se les condena a pagar solidariamente la cantidad de $ 45.795.744 por concepto de lucro cesante y $ 300.000.000 de pesos por concepto de daño moral. III. Que al haber sido vencidas se condena en costas a las demandadas que ascienden respecto de cada una a un 2% de la cuantía total por la que han sido condenadas. IV. Que las sumas ordenadas pagar mediante la presente sentencia deberán ser consignadas con los reajustes, intereses y recargos que establecen los artículos 63 y 173 del Código del Trabajo, según corresponda. V. Ejecutoriada que sea la presente sentencia, cúmplase con lo dispuesto en ella dentro de quinto día, en caso contrario, certifíquese dicha circunstancia y pasen los antecedentes al Juzgado de Cobranza Laboral de Santiago.

352

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

353

Devuélvase los documentos acompañados por las partes en la audiencia. Regístrese, archívese en su oportunidad, quedando las partes notificadas de esta sentencia en este acto. Dictada por Alejandra Beatriz Aguilar Muñoz, Juez titular del 1° Juzgado del Trabajo de Santiago.

II. CORTE DE APELACIONES Santiago, treinta y uno de enero de dos mil once. A fs. 162 de estos antecedentes: Estese al mérito de autos. VISTOS: En esta causa, caratulada “Espinoza Cares con Ingeniería y Construcción Sigdo Koppers S.A. y otro”, la parte demandada ha recurrido de nulidad contra la sentencia definitiva de veintisiete de agosto de dos mil diez, recaída en la causa RIT NºO-1113-2010, RUC Nº 1040024556-3, del Primer Juzgado de Letras del Trabajo de esta ciudad. En lo que interesa para estos fines, en la sentencia impugnada se hizo lugar a la demanda y se condenó a las demandadas a pagar solidariamente al actor por concepto de lucro cesante y daño moral, las sumas de $ 45.795.744. y $ 300.000.000.-, respectivamente, con costas. El día tres de enero del año en curso se realizó la vista del recurso. CONSIDERANDO Y OÍDOS LOS INTERVINIENTES; PRIMERO: Que el primer recurrente de nulidad Posco Engineering & Construction Co. Ltd. Agencia en Chile invoca en primer término, la causal del artículo 477 del Código del Trabajo por estimar que el fallo infringe sustancialmente derechos o garantías constitucionales; al no respetar el debido proceso. Como segunda causal alega la del artículo 477 parte final, esto es, que el fallo se dictó con infracción de ley, a saber: infracción de los artículos 183-B, 425, 432 y 456 del Código del Trabajo. Como tercera causal de nulidad invoca la del artículo 478 letra b) del Código del Trabajo “...infracción manifiesta de las normas sobre la apreciación de la prueba conforme a las reglas de la sana crítica”. Causales de nulidad que interpone en forma subsidiaria. SEGUNDO: Que el segundo recurrente de nulidad Ingeniería y Construcción Sigdo Koopers S.A. hace valer, en primer término, la causal del artículo 477 del Código del Trabajo por estimar que el fallo infringe sustancialmente derechos o garantías constitucionales; al no respetar el debido proceso. Como segunda causal alega la del artículo 477 parte final, esto es, que el fallo se dictó con infracción de ley, a saber: infracción de los artículos 183-B, 425, 432 del Código del Trabajo y artículo 1698 del Código Civil. Como tercera causal de nulidad invoca la del artículo 478 letra b) del Código del Trabajo “...infracción manifiesta de las normas sobre la apreciación de la prueba conforme a las reglas de la sana crítica”. Causales de nulidad que también se interponen en forma subsidiaria. TERCERO: Que observándose que las recurrentes de nulidad han basado sus alegaciones en idénticos argumentos, se hará un único análisis de ellos, en lo que fuere pertinente. CUARTO: Que es del caso señalar que el artículo 477 del Código del Trabajo, contempla dos causales de nulidad, una, cuando en la tramitación del procedimiento o en la dictación de la sentencia definitiva se hubieren infringido sustancialmente derechos o garantías constitucionales y la otra, cuando la sentencia se hubiere dictado con infracción de ley que hubiere influido sustancialmente en lo dispositivo del fallo. QUINTO: Que sobre la causal de nulidad el recurso relativa a la infracción del artículo 477, primera parte del Código del Trabajo, en lo esencial, se impugna la sentencia por estimar las partes que la garantía constitucional del artículo 19 Nº 3 de la Carta Fundamental ha sido violada, toda vez que la sentenciadora al incorporar y valorar un manual de enfermedades mentales, el DSM IV de la American Psychiatric Asociation, el cual al no ser incorporado al proceso como medio de prueba, carece de todo valor su análisis y, consecuentemente, habría permitido arribar a una conclusión condenatoria, cuestiones que, en concepto de los recurrentes, hacen nula la sentencia y el juicio por la causal que se impetra. SEXTO: Que los recurrentes hacen valer la causal del artículo 477 del Código del Trabajo, señalando que la sentencia ha incurrido en una infracción de ley que influye sustancialmente en lo dispositivo del fallo. Indican que la sentencia de primera instancia infringe el artículo 183 B del Código del Trabajo en relación con la solidaridad en el pago que impone a las demandadas, el artículo 425 del Código del

Santiago, treinta y uno de enero de dos mil once. A fs. 162 de estos antecedentes: Estese al mérito de autos. VISTOS: En esta causa, caratulada “Espinoza Cares con Ingeniería y Construcción Sigdo Koppers S.A. y otro”, la parte demandada ha recurrido de nulidad contra la sentencia definitiva de veintisiete de agosto de dos mil diez, recaída en la causa RIT NºO-1113-2010, RUC Nº 1040024556-3, del Primer Juzgado de Letras del Trabajo de esta ciudad. En lo que interesa para estos fines, en la sentencia impugnada se hizo lugar a la demanda y se condenó a las demandadas a pagar solidariamente al actor por concepto de lucro cesante y daño moral, las sumas de $ 45.795.744. y $ 300.000.000.-, respectivamente, con costas. El día tres de enero del año en curso se realizó la vista del recurso. CONSIDERANDO Y OÍDOS LOS INTERVINIENTES; PRIMERO: Que el primer recurrente de nulidad Posco Engineering & Construction Co. Ltd. Agencia en Chile invoca en primer término, la causal del artículo 477 del Código del Trabajo por estimar que el fallo infringe sustancialmente derechos o garantías constitucionales; al no respetar el debido proceso. Como segunda causal alega la del artículo 477 parte final, esto es, que el fallo se dictó con infracción de ley, a saber: infracción de los artículos 183-B, 425, 432 y 456 del Código del Trabajo. Como tercera causal de nulidad invoca la del artículo 478 letra b) del Código del Trabajo “...infracción manifiesta de las normas sobre la apreciación de la prueba conforme a las reglas de la sana crítica”. Causales de nulidad que interpone en forma subsidiaria. SEGUNDO: Que el segundo recurrente de nulidad Ingeniería y Construcción Sigdo Koopers S.A. hace valer, en primer término, la causal del artículo 477 del Código del Trabajo por estimar que el fallo infringe sustancialmente derechos o garantías constitucionales; al no respetar el debido proceso. Como segunda causal alega la del artículo 477 parte final, esto es, que el fallo se dictó con infracción de ley, a saber: infracción de los artículos 183-B, 425, 432 del Código del Trabajo y artículo 1698 del Código Civil. Como tercera causal de nulidad invoca la del artículo 478 letra b) del Código del Trabajo “...infracción manifiesta de las normas sobre la apreciación de la prueba conforme a las reglas de la sana crítica”. Causales de nulidad que también se interponen en forma subsidiaria. TERCERO: Que observándose que las recurrentes de nulidad han basado sus alegaciones en idénticos argumentos, se hará un único análisis de ellos, en lo que fuere pertinente. CUARTO: Que es del caso señalar que el artículo 477 del Código del Trabajo, contempla dos causales de nulidad, una, cuando en la tramitación del procedimiento o en la dictación de la sentencia definitiva se hubieren infringido sustancialmente derechos o garantías constitucionales y la otra, cuando la sentencia se hubiere dictado con infracción de ley que hubiere influido sustancialmente en lo dispositivo del fallo. QUINTO: Que sobre la causal de nulidad el recurso relativa a la infracción del artículo 477, primera parte del Código del Trabajo, en lo esencial, se impugna la sentencia por estimar las partes que la garantía constitucional del artículo 19 Nº 3 de la Carta Fundamental ha sido violada, toda vez que la sentenciadora al incorporar y valorar un manual de enfermedades mentales, el DSM IV de la American Psychiatric Asociation, el cual al no ser incorporado al proceso como medio de prueba, carece de todo valor su análisis y, consecuentemente, habría permitido arribar a una conclusión condenatoria, cuestiones que, en concepto de los recurrentes, hacen nula la sentencia y el juicio por la causal que se impetra. SEXTO: Que los recurrentes hacen valer la causal del artículo 477 del Código del Trabajo, señalando que la sentencia ha incurrido en una infracción de ley que influye sustancialmente en lo dispositivo del fallo. Indican que la sentencia de primera instancia infringe el artículo 183 B del Código del Trabajo en relación con la solidaridad en el pago que impone a las demandadas, el artículo 425 del Código del

II. CORTE DE APELACIONES Devuélvase los documentos acompañados por las partes en la audiencia. Regístrese, archívese en su oportunidad, quedando las partes notificadas de esta sentencia en este acto. Dictada por Alejandra Beatriz Aguilar Muñoz, Juez titular del 1° Juzgado del Trabajo de Santiago. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

353

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Trabajo que consagra la bilateralidad de la audiencia, e igualmente transgrede el artículo 432 del mismo cuerpo legal en relación con el artículo 160 del Código de Procedimiento Civil, al no fallar de acuerdo al merito del proceso y con ello se infringe, asimismo, el artículo 1698 del Código Civil en cuanto a la prueba del daño. Finalmente, exponen cómo a su entender la infracción que denuncian, esto es la incorporación del manual de enfermedades mentales, el DSM IV de la American Psychiatric Asociation, influyó en lo resolutivo de la sentencia atacada, solicitando se acoja el recurso, se anule la sentencia disponiendo que se lleva a efecto un nuevo juicio. SÉPTIMO: Que los recurrentes desatienden los fundamentos de hecho y de derecho que determinan la decisión y plantean, por esta vía excepcional, un argumento diverso. La sentencia razona latamente sobre el accidente laboral sufrido por el actor y sus consecuencias, que juicio de los recurrentes de nulidad, contraviene el debido proceso al incorporarse y valorarse un documento que no se encuentra materialmente incorporado al juicio. Asimismo, los recurrentes estiman erradamente que la juez del fondo se basó sólo en el documento tantas veces citado, para tener por probado como se indica en el numeral 8 del considerando 39º, que el actor presenta “un trastorno adaptativo depresivo severo grave, que ha afectado implicarían un deterioro en la calidad de vida, desadaptación laboral, anulación de la vida sexual y de pareja y un progresivo aislamiento social”, lo que finalmente la llevó a condenar a las demandadas por daño moral a la suma de $ 300.000.000.- (trescientos millones de pesos). OCTAVO: Que, en primer lugar no es efectivo que la juez sólo haya tomado en consideración lo que señala el manual de enfermedades mentales, el DSM IV de la American Psychiatric Asociation, sino que éste, siendo un documento técnico en la materia, le sirvió a la juez a quo para entender el diagnóstico médico en cuestión y no puede entonces entenderse que con ello, que se ha vulnerado el debido proceso porque la juez ha indicado como fuente de su conocimiento jurisdiccional, el manual de enfermedades mentales que señala, toda vez que el juez en el ejercicio de su función puede valerse de literatura especializada y no se puede pretender con ello limitar el libre ejercicio de la razón de la judicatura. NOVENO: Que respecto a la infracción del artículo 183 B del Código del Trabajo que habría acontecido al condenar al recurrente Posco Engineering & Construction Co. Ltd. Agencia en Chile al pago solidario de las obligaciones demandadas, cabe señalar a la fecha del accidente laboral que motivó la sentencia que se recurre de nulidad existía vínculo contractual entre las demandadas, y atendido que los hechos de la causa fueron soberanamente asentados por la juez de la instancia siendo estos inamovibles para esta Corte, que nada puede innovar respecto al hecho establecido en la sentencia en el sentido de que Posco Engineering & Construction Co. Ltd. Agencia en Chile e Ingeniería y Construcción Sigdo Kooppers S.A., estaban a cargo de la obra o faena de la Planta Termoeléctrica Central Angamos, de la Empresa Eléctrica Angamos S.A. filial de AES Gener S.A. donde efectuaba trabajos como albañil el actor. En base a lo anterior, y a lo señalado en el considerando cuadragésimo y cuadragésimo tercero de la sentencia y atendido precisamente a lo expresado en la norma que se denuncia infringida, el fallo condena a los recurrentes como responsables solidarios, sin vislumbrarse violación alguna a la ley como equívocamente se reclama. Es por ello y por no haber incurrido la sentenciadora en infracción a la ley al momento de dictarse la sentencia, se deberá necesariamente rechazar también la causal por el motivo expresado. DÉCIMO: Que en lo atinente a tercera causal prevista en el artículo 478 letra b) del Código del Trabajo, ésta también será desestimada, pues no se divisa en el fallo vulneración de las reglas, máximas y principios que informan la valoración de la prueba, desde que el tribunal del grado, se hizo cargo de cada uno de los aspectos que son materia de reproche, sólo que los recurrentes no concuerdan en la forma que lo hizo ni en los razonamientos que permitieron al Tribunal arribar a su conclusión condenatoria, pero tal diferencia de opinión, valórica o conceptual, no es fundamento de nulidad. UNDÉCIMO: Que, por lo antes razonado, los recursos de nulidad que se revisan debe ser rechazados en todas sus partes. Por estas razones y de conformidad, además, con lo previsto en los artículos 477 a 482 del Código del Trabajo, se rechazan, con costas, los recursos de nulidad interpuesto por Luis Javier Sandoval Oliva-

354

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Trabajo que consagra la bilateralidad de la audiencia, e igualmente transgrede el artículo 432 del mismo cuerpo legal en relación con el artículo 160 del Código de Procedimiento Civil, al no fallar de acuerdo al merito del proceso y con ello se infringe, asimismo, el artículo 1698 del Código Civil en cuanto a la prueba del daño. Finalmente, exponen cómo a su entender la infracción que denuncian, esto es la incorporación del manual de enfermedades mentales, el DSM IV de la American Psychiatric Asociation, influyó en lo resolutivo de la sentencia atacada, solicitando se acoja el recurso, se anule la sentencia disponiendo que se lleva a efecto un nuevo juicio. SÉPTIMO: Que los recurrentes desatienden los fundamentos de hecho y de derecho que determinan la decisión y plantean, por esta vía excepcional, un argumento diverso. La sentencia razona latamente sobre el accidente laboral sufrido por el actor y sus consecuencias, que juicio de los recurrentes de nulidad, contraviene el debido proceso al incorporarse y valorarse un documento que no se encuentra materialmente incorporado al juicio. Asimismo, los recurrentes estiman erradamente que la juez del fondo se basó sólo en el documento tantas veces citado, para tener por probado como se indica en el numeral 8 del considerando 39º, que el actor presenta “un trastorno adaptativo depresivo severo grave, que ha afectado implicarían un deterioro en la calidad de vida, desadaptación laboral, anulación de la vida sexual y de pareja y un progresivo aislamiento social”, lo que finalmente la llevó a condenar a las demandadas por daño moral a la suma de $ 300.000.000.- (trescientos millones de pesos). OCTAVO: Que, en primer lugar no es efectivo que la juez sólo haya tomado en consideración lo que señala el manual de enfermedades mentales, el DSM IV de la American Psychiatric Asociation, sino que éste, siendo un documento técnico en la materia, le sirvió a la juez a quo para entender el diagnóstico médico en cuestión y no puede entonces entenderse que con ello, que se ha vulnerado el debido proceso porque la juez ha indicado como fuente de su conocimiento jurisdiccional, el manual de enfermedades mentales que señala, toda vez que el juez en el ejercicio de su función puede valerse de literatura especializada y no se puede pretender con ello limitar el libre ejercicio de la razón de la judicatura. NOVENO: Que respecto a la infracción del artículo 183 B del Código del Trabajo que habría acontecido al condenar al recurrente Posco Engineering & Construction Co. Ltd. Agencia en Chile al pago solidario de las obligaciones demandadas, cabe señalar a la fecha del accidente laboral que motivó la sentencia que se recurre de nulidad existía vínculo contractual entre las demandadas, y atendido que los hechos de la causa fueron soberanamente asentados por la juez de la instancia siendo estos inamovibles para esta Corte, que nada puede innovar respecto al hecho establecido en la sentencia en el sentido de que Posco Engineering & Construction Co. Ltd. Agencia en Chile e Ingeniería y Construcción Sigdo Kooppers S.A., estaban a cargo de la obra o faena de la Planta Termoeléctrica Central Angamos, de la Empresa Eléctrica Angamos S.A. filial de AES Gener S.A. donde efectuaba trabajos como albañil el actor. En base a lo anterior, y a lo señalado en el considerando cuadragésimo y cuadragésimo tercero de la sentencia y atendido precisamente a lo expresado en la norma que se denuncia infringida, el fallo condena a los recurrentes como responsables solidarios, sin vislumbrarse violación alguna a la ley como equívocamente se reclama. Es por ello y por no haber incurrido la sentenciadora en infracción a la ley al momento de dictarse la sentencia, se deberá necesariamente rechazar también la causal por el motivo expresado. DÉCIMO: Que en lo atinente a tercera causal prevista en el artículo 478 letra b) del Código del Trabajo, ésta también será desestimada, pues no se divisa en el fallo vulneración de las reglas, máximas y principios que informan la valoración de la prueba, desde que el tribunal del grado, se hizo cargo de cada uno de los aspectos que son materia de reproche, sólo que los recurrentes no concuerdan en la forma que lo hizo ni en los razonamientos que permitieron al Tribunal arribar a su conclusión condenatoria, pero tal diferencia de opinión, valórica o conceptual, no es fundamento de nulidad. UNDÉCIMO: Que, por lo antes razonado, los recursos de nulidad que se revisan debe ser rechazados en todas sus partes. Por estas razones y de conformidad, además, con lo previsto en los artículos 477 a 482 del Código del Trabajo, se rechazan, con costas, los recursos de nulidad interpuesto por Luis Javier Sandoval Oliva-

354

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

355

res, en representación de Posco Engineering & Construction Co. Ltd. Agencia en Chile y de Ingeniería y Construcción Sigdo Koopers S.A. y se declara que la sentencia definitiva de veintisiete de agosto de dos mil diez, del Primer Juzgado de Letras del Trabajo de esta ciudad, no es nula. Regístrese y comuníquese. Redactó la abogado integrante señora Paola Herrera Fuenzalida. Rol Corte N° 1280-2010. Pronunciada por la Décima Sala de esta Iltma. Corte de Apelaciones de Santiago, presidida por el ministro señor Carlos Cerda Fernández, e integrada por el fiscal judicial señor Daniel Calvo Flores y la abogado integrante señora Paola Herrera Fuenzalida.

res, en representación de Posco Engineering & Construction Co. Ltd. Agencia en Chile y de Ingeniería y Construcción Sigdo Koopers S.A. y se declara que la sentencia definitiva de veintisiete de agosto de dos mil diez, del Primer Juzgado de Letras del Trabajo de esta ciudad, no es nula. Regístrese y comuníquese. Redactó la abogado integrante señora Paola Herrera Fuenzalida. Rol Corte N° 1280-2010. Pronunciada por la Décima Sala de esta Iltma. Corte de Apelaciones de Santiago, presidida por el ministro señor Carlos Cerda Fernández, e integrada por el fiscal judicial señor Daniel Calvo Flores y la abogado integrante señora Paola Herrera Fuenzalida. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

355

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Santiago, a veintisiete de enero de dos mil once. VISTOS, OÍDOS Y CONSIDERANDO: PRIMERO: Que, compare al proceso Rodrigo Wunkhaus Rigart, en representación de don Cristián Alberto Fuentes Álvarez, carpintero, chileno, soltero, domiciliado en Pasaje Juan Conrad N° 944, Población Manuel Plaza, comuna de Puente Alto, deduciendo demanda laboral en procedimiento de aplicación general en contra de Salfa Construcción S.A., persona jurídica del giro de su denominación, con domicilio en Avenida Presidente Riesco N° 5335, Piso 11, comuna de Las Condes, representada por don Matías Arteaga Correa, del mismo domicilio, señalando que su representado trabaja para la demandada Salfa S.A. desde el día 10 de julio de 2010, en la obra denominada “Costanera Center” en la Avenida Costanera Andrés Bello 2465, en la comuna de Providencia, con un contrato de trabajo es de carácter indefinido desempeñándose como maestro carpintero, agrega que su remuneración mensual asciende según la única liquidación a $ 647.283. Expone que el día 26 de julio de 2010, el actor se presentó a trabajar temprano en la mañana para comenzar su jornada habitual en la obra denominada Costanera Center, en Providencia, posteriormente y antes de iniciar la jornada su capataz, el señor Cristian Jaque le indicó que ese día seguirían realizando la misma labor de los últimos días: descimbrar y colocar moldajes en un pozo eléctrico al interior de la obra, entre dos niveles de la edificación. 6 obreros quedaron destinados a ejecutar esa labores y el capataz se ausentó, sin embargo, en el trascurso del día apareció algunas veces para revisar la marcha de la faena. En una de esas ocasiones, alrededor de las 17:00 horas, el capataz les informó que ese día harían una hora de trabajo extraordinario, de forma que siguieron trabajando. Pasadas las 18:00 horas, vale decir, después de la jornada ordinaria, los obreros encontraron que, para continuar su trabajo, había que recortar un tablón de madera que sobresalía de su lugar e impedía el avance. Uno de los trabajadores comenzó a utilizar un chuzo para cortar el tablón y, entre risas, otros trabajadores le encomendaron al actor traer un serrucho eléctrico que tenía otra cuadrilla de trabajadores en una losa cercana, situada en un nivel superior y como a 20 metros de distancia. Se trataba de un serrucho eléctrico alimentado con un cable de extensión de varios metros de largo así las cosas el actor subió por una escalera de aluminio al otro nivel, pidió prestado el serrucho y lo trajo de vuelta enchufado ya que en el lugar en que se encontraba el tablón no había dónde enchufar el serrucho y tampoco un equipo eléctrico autónomo. Expone que su representado al comenzar a bajar por la mencionada escalera de aluminio y a más de 2 metros del suelo, repentinamente resbaló debido a la gran cantidad de barro que tenía la escalera, pasando su pierna derecha entre dos eslabones de la escala y quedando el trabajador suspendido de su rodilla con la cabeza apuntando hacia abajo. Se trata de eslabones redondos, sin topes de goma, en una escalera telescópica que se encontraba demasiado parada, casi vertical acto seguido sus compañeros faenas lo sacaron de esa posición y lo dejaron sentado, en el suelo. En eso llegó el capataz señor Jaque, acompañado de un supervisor, ya que el paramédico ya se había retirado, debido a la hora, aproximadamente las 18:20 horas así llamaron al prevencionista de riesgos de la demandada y en compañía de éste fueron al lugar en que habitualmente se encuentra el paramédico y constataron que este último ya se había retirado. Desde allí fueron todos juntos a las oficinas de que disponen los prevencionistas quienes le indicaron finalmente que se fuera para su casa, en metro, a pesar de que tenía una gran hinchazón en su rodilla derecha y con muchos dolores. Manifiesta que estando en su casa, durmió muy poco debido a los fuertes dolores que lo aquejaban. Al día siguiente llegó después de las 07:00 horas al trabajo y se fue directamente a ver al paramédico, quien llegó a las 08:00, lo examinó y le aplicó una pomada y luego llamó al prevencionista y al ingeniero a cargo de ese sector, quienes en ese instante le señalaron que no debía ser conflictivo, que llegaran a un acuerdo y que pasaran el accidente laboral como uno de trayecto, que así no lo iban “a cortar de la

356

I. SENTENCIA JUZGADO DE LETRAS DEL TRABAJO

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol N° O-3142-2010 Cita online: CL/JUR/7006/2011

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol N° O-3142-2010 Cita online: CL/JUR/7006/2011

I. SENTENCIA JUZGADO DE LETRAS DEL TRABAJO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Santiago, a veintisiete de enero de dos mil once. VISTOS, OÍDOS Y CONSIDERANDO: PRIMERO: Que, compare al proceso Rodrigo Wunkhaus Rigart, en representación de don Cristián Alberto Fuentes Álvarez, carpintero, chileno, soltero, domiciliado en Pasaje Juan Conrad N° 944, Población Manuel Plaza, comuna de Puente Alto, deduciendo demanda laboral en procedimiento de aplicación general en contra de Salfa Construcción S.A., persona jurídica del giro de su denominación, con domicilio en Avenida Presidente Riesco N° 5335, Piso 11, comuna de Las Condes, representada por don Matías Arteaga Correa, del mismo domicilio, señalando que su representado trabaja para la demandada Salfa S.A. desde el día 10 de julio de 2010, en la obra denominada “Costanera Center” en la Avenida Costanera Andrés Bello 2465, en la comuna de Providencia, con un contrato de trabajo es de carácter indefinido desempeñándose como maestro carpintero, agrega que su remuneración mensual asciende según la única liquidación a $ 647.283. Expone que el día 26 de julio de 2010, el actor se presentó a trabajar temprano en la mañana para comenzar su jornada habitual en la obra denominada Costanera Center, en Providencia, posteriormente y antes de iniciar la jornada su capataz, el señor Cristian Jaque le indicó que ese día seguirían realizando la misma labor de los últimos días: descimbrar y colocar moldajes en un pozo eléctrico al interior de la obra, entre dos niveles de la edificación. 6 obreros quedaron destinados a ejecutar esa labores y el capataz se ausentó, sin embargo, en el trascurso del día apareció algunas veces para revisar la marcha de la faena. En una de esas ocasiones, alrededor de las 17:00 horas, el capataz les informó que ese día harían una hora de trabajo extraordinario, de forma que siguieron trabajando. Pasadas las 18:00 horas, vale decir, después de la jornada ordinaria, los obreros encontraron que, para continuar su trabajo, había que recortar un tablón de madera que sobresalía de su lugar e impedía el avance. Uno de los trabajadores comenzó a utilizar un chuzo para cortar el tablón y, entre risas, otros trabajadores le encomendaron al actor traer un serrucho eléctrico que tenía otra cuadrilla de trabajadores en una losa cercana, situada en un nivel superior y como a 20 metros de distancia. Se trataba de un serrucho eléctrico alimentado con un cable de extensión de varios metros de largo así las cosas el actor subió por una escalera de aluminio al otro nivel, pidió prestado el serrucho y lo trajo de vuelta enchufado ya que en el lugar en que se encontraba el tablón no había dónde enchufar el serrucho y tampoco un equipo eléctrico autónomo. Expone que su representado al comenzar a bajar por la mencionada escalera de aluminio y a más de 2 metros del suelo, repentinamente resbaló debido a la gran cantidad de barro que tenía la escalera, pasando su pierna derecha entre dos eslabones de la escala y quedando el trabajador suspendido de su rodilla con la cabeza apuntando hacia abajo. Se trata de eslabones redondos, sin topes de goma, en una escalera telescópica que se encontraba demasiado parada, casi vertical acto seguido sus compañeros faenas lo sacaron de esa posición y lo dejaron sentado, en el suelo. En eso llegó el capataz señor Jaque, acompañado de un supervisor, ya que el paramédico ya se había retirado, debido a la hora, aproximadamente las 18:20 horas así llamaron al prevencionista de riesgos de la demandada y en compañía de éste fueron al lugar en que habitualmente se encuentra el paramédico y constataron que este último ya se había retirado. Desde allí fueron todos juntos a las oficinas de que disponen los prevencionistas quienes le indicaron finalmente que se fuera para su casa, en metro, a pesar de que tenía una gran hinchazón en su rodilla derecha y con muchos dolores. Manifiesta que estando en su casa, durmió muy poco debido a los fuertes dolores que lo aquejaban. Al día siguiente llegó después de las 07:00 horas al trabajo y se fue directamente a ver al paramédico, quien llegó a las 08:00, lo examinó y le aplicó una pomada y luego llamó al prevencionista y al ingeniero a cargo de ese sector, quienes en ese instante le señalaron que no debía ser conflictivo, que llegaran a un acuerdo y que pasaran el accidente laboral como uno de trayecto, que así no lo iban “a cortar de la

356

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

357

pega”. Finalmente, y debido a la presión ejercida en su contra, su representado escribió una descripción fantástica del accidente, como que todo había ocurrido al bajar las escaleras de la estación de Metro, agrega que todo el relato le fue dictado por el prevencionista de riesgos de nombre Claudio Álvarez. Luego de eso le permitieron irse a la Mutual de Seguridad, agencia de Providencia. Una vez allí y siguiendo las instrucciones que había recibido, repitió la declaración del supuesto accidente de trayecto. Señala que en la Mutual le diagnosticaron primeramente esguince de rodilla otorgándole 4 días de reposo, posteriormente al asistir a control en la agencia de la Mutual en La florida, le enyesaron la rodilla por 15 días. Así indica, luego de diversas visitas a las agencias de La Florida, Puente Alto y Providencia de la Mutual, le dieron el alta y le indicaron que debía reintegrarse con fecha 23 de agosto 2010, refiere que ese mismo día su representado se sintió muy mal en el trabajo ya que no podía flectar la rodilla y sentía mucho dolor. Asignándole una “pega liviana” ese día y el siguiente. Expone que el 25 de agosto de 2010, después del almuerzo, el actor le pidió nuevamente al prevencionista que lo mandara a la Mutual porque ya no aguantaba el dolor, siendo examinado por un médico quien le otorgó 8 días de reposo y lo envió con un especialista al Hospital Clínico de la Mutual. Allí se le efectuó una resonancia nuclear magnética y, posteriormente, al estudiar los exámenes, el médico le señaló que debía ser operado de ligamentos y que debía retirarse parte del menisco fracturado. Sin embargo, con posterioridad a estos eventos, se le informó por una funcionaria administrativa de la Mutual de Seguridad que su lesión no sería operada por la Mutual decisión que se encuentra actualmente apelada por el trabajador. Indica finalmente que este accidente pudo evitarse fácilmente si se hubieran planificado adecuadamente las tareas, adicionalmente refiere, se observan las siguientes infracciones adicionales al artículo 184 del Código del Trabajo: * La escalera era inadecuada para los fines en que se utilizó, no tenía topes de goma, los peldaños eran muy pequeños y redondeados, se encontraba mojada y con barro, no tenía pasamanos ni un mosquetón donde enganchar el arnés; * Ausencia de capacitación laboral en los términos del artículo 179 en relación con los artículos 184 y 187, todos del Código del Trabajo; * No hubo supervisión efectiva de los trabajos, ni había jefe en el lugar; * No había herramientas adecuadas para realizar los trabajos, llámese serrucho, manual o eléctrico; * Hubo una maquinación para simular un accidente de trayecto, en circunstancia que tuvo lugar al interior de la obra; * No cumplir con la obligación de informar el accidente que el actor sufrió a la Inspección del Trabajo y a la Secretaria Regional Ministerial de Salud en los términos del artículo 76 de la ley Nº 16.744. * No informar al Comité Paritario la ocurrencia del accidente. Refiere que respecto a los daños físicos y morales su representado fue evaluado clínicamente en la Mutual de Seguridad de la Cámara Chilena de la Construcción que informa con fecha 08 de octubre de 2010, lo siguiente: Diagnóstico: Lesión ligamento cruzado anterior rodilla derecha, Rotura menisco rodilla derecha y Esguince media rodilla derecha. Concluye solicitando se declare que el accidente sufrido por el actor es un accidente de trabajo y se condene a la demandada al pago de la indemnización por daño moral ascendiente a la suma de $ 50.000.000 o en subsidio la suma que el Tribunal estime conforme a derecho, todo con reajustes, intereses y costas en la causa. SEGUNDO: Que, Juan Cristóbal Dougnac Correa, abogado, en representación de la demandada Salfa Construcción S.A., contesta la demanda manifestando que el demandante con fecha 01 de julio de 2010, ingresó a prestar servicios para su representada como Carpintero Maestro, en la obra denominada Costanera Center, faena ubicada en Avenida Costanera Andrés Bello 2465, Providencia y que por medio de anexo de contrato de fecha 15 de julio de 2010, las partes modificaron la faena específica para la cual fue contratado el actor, dejando expresa constancia que ésta sería “Hormigón Muros Bocatoma”. Señala que el trabajador suscribió, tomó conocimiento y recibió copias de su contrato de trabajo, del reglamento interno de orden higiene y seguridad de la empresa, así como diversas charlas de seguridad, además de recibir todos los elementos de protección personal necesarios para la faena

pega”. Finalmente, y debido a la presión ejercida en su contra, su representado escribió una descripción fantástica del accidente, como que todo había ocurrido al bajar las escaleras de la estación de Metro, agrega que todo el relato le fue dictado por el prevencionista de riesgos de nombre Claudio Álvarez. Luego de eso le permitieron irse a la Mutual de Seguridad, agencia de Providencia. Una vez allí y siguiendo las instrucciones que había recibido, repitió la declaración del supuesto accidente de trayecto. Señala que en la Mutual le diagnosticaron primeramente esguince de rodilla otorgándole 4 días de reposo, posteriormente al asistir a control en la agencia de la Mutual en La florida, le enyesaron la rodilla por 15 días. Así indica, luego de diversas visitas a las agencias de La Florida, Puente Alto y Providencia de la Mutual, le dieron el alta y le indicaron que debía reintegrarse con fecha 23 de agosto 2010, refiere que ese mismo día su representado se sintió muy mal en el trabajo ya que no podía flectar la rodilla y sentía mucho dolor. Asignándole una “pega liviana” ese día y el siguiente. Expone que el 25 de agosto de 2010, después del almuerzo, el actor le pidió nuevamente al prevencionista que lo mandara a la Mutual porque ya no aguantaba el dolor, siendo examinado por un médico quien le otorgó 8 días de reposo y lo envió con un especialista al Hospital Clínico de la Mutual. Allí se le efectuó una resonancia nuclear magnética y, posteriormente, al estudiar los exámenes, el médico le señaló que debía ser operado de ligamentos y que debía retirarse parte del menisco fracturado. Sin embargo, con posterioridad a estos eventos, se le informó por una funcionaria administrativa de la Mutual de Seguridad que su lesión no sería operada por la Mutual decisión que se encuentra actualmente apelada por el trabajador. Indica finalmente que este accidente pudo evitarse fácilmente si se hubieran planificado adecuadamente las tareas, adicionalmente refiere, se observan las siguientes infracciones adicionales al artículo 184 del Código del Trabajo: * La escalera era inadecuada para los fines en que se utilizó, no tenía topes de goma, los peldaños eran muy pequeños y redondeados, se encontraba mojada y con barro, no tenía pasamanos ni un mosquetón donde enganchar el arnés; * Ausencia de capacitación laboral en los términos del artículo 179 en relación con los artículos 184 y 187, todos del Código del Trabajo; * No hubo supervisión efectiva de los trabajos, ni había jefe en el lugar; * No había herramientas adecuadas para realizar los trabajos, llámese serrucho, manual o eléctrico; * Hubo una maquinación para simular un accidente de trayecto, en circunstancia que tuvo lugar al interior de la obra; * No cumplir con la obligación de informar el accidente que el actor sufrió a la Inspección del Trabajo y a la Secretaria Regional Ministerial de Salud en los términos del artículo 76 de la ley Nº 16.744. * No informar al Comité Paritario la ocurrencia del accidente. Refiere que respecto a los daños físicos y morales su representado fue evaluado clínicamente en la Mutual de Seguridad de la Cámara Chilena de la Construcción que informa con fecha 08 de octubre de 2010, lo siguiente: Diagnóstico: Lesión ligamento cruzado anterior rodilla derecha, Rotura menisco rodilla derecha y Esguince media rodilla derecha. Concluye solicitando se declare que el accidente sufrido por el actor es un accidente de trabajo y se condene a la demandada al pago de la indemnización por daño moral ascendiente a la suma de $ 50.000.000 o en subsidio la suma que el Tribunal estime conforme a derecho, todo con reajustes, intereses y costas en la causa. SEGUNDO: Que, Juan Cristóbal Dougnac Correa, abogado, en representación de la demandada Salfa Construcción S.A., contesta la demanda manifestando que el demandante con fecha 01 de julio de 2010, ingresó a prestar servicios para su representada como Carpintero Maestro, en la obra denominada Costanera Center, faena ubicada en Avenida Costanera Andrés Bello 2465, Providencia y que por medio de anexo de contrato de fecha 15 de julio de 2010, las partes modificaron la faena específica para la cual fue contratado el actor, dejando expresa constancia que ésta sería “Hormigón Muros Bocatoma”. Señala que el trabajador suscribió, tomó conocimiento y recibió copias de su contrato de trabajo, del reglamento interno de orden higiene y seguridad de la empresa, así como diversas charlas de seguridad, además de recibir todos los elementos de protección personal necesarios para la faena ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

357

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

a desempeñar, cumpliéndose estrictamente todas las normas de contratación establecidas en nuestra legislación. Agrega que la remuneración del actor, conforme su contrato de trabajo, ascendía a la cantidad de $ 172.000, más una gratificación de un 25% de lo pagado o devengado en el respectivo ejercicio comercial por concepto de sueldo mensual, con un tope de 4,75 ingresos mínimos mensuales. Expone que respecto al supuesto accidente de trabajo sufrido por el actor, éste manifiesta que el día 26 de julio de 2010 habría sufrido un accidente del trabajo consistente en un “resbalamiento” en una escalera de aluminio, donde habría pasado “Su pierna derecha entre dos eslabones de la escala y quedando el trabajador suspendido de su rodilla con la cabeza apuntando hacia abajo”, accidente que su representada niega en forma rotunda. Al efecto indica que Salfa jamás fue notificada por el trabajador o por algún otra persona del accidente que dice haber sufrido el demandante, jamás nadie reportó un incidente como el señalado en el libelo y hechas las averiguaciones del caso, nadie tampoco percibió ni presenció un siniestro como el que motiva la acción de autos. Sobre el particular señala que es necesario precisar que el día 27 de julio de 2010, el demandante se acercó a la sala de primeros auxilios con que cuenta el proyecto y manifestó de su puño y letra, y sin que absolutamente nadie le dijera lo que tenía que declarar, lo siguiente: “Bajando la escalera me enredé con gente y caí y comenzó a doler rodilla izquierda, esto fue dentro de 19:35 y 20:00. Hoy paso a la sala de primeros auxilios porque tengo dolor en la rodilla”. Así indica que el propio trabajador manifestó haber sufrido un accidente de trayecto, fue derivado a la Mutual de Seguridad, donde se le otorgaron sucesivas licencia médica hasta el 20 de agosto, luego de la cual se reintegró el trabajador a sus funciones, para volver a tener licencias por parte de la Mutual desde el 25 de agosto hasta el 01 de septiembre. Una vez finalizada la última de las referidas licencias, el trabajador comenzó a presentar licencias por enfermedad común. Expone que la Mutual de Seguridad emitió con fecha 10 de septiembre de 2010 la Resolución Centro Verificador C.V.N./900/04/838630, en la cual resolvió, en relación al reingreso del trabajador de fecha 25 de agosto de 2010: “Declarar que la patología que presenta el trabajador(a) NO CORRESPONDE a una secuela de su accidente ocurrido el 26/07/2010”. Refiere que respecto a ciertas afirmaciones establecidas en la demanda es necesario precisar lo siguiente: a) Que no es efectivo que el contrato de trabajo del actor sea de naturaleza indefinida, ya que era por obra o faena determinada. b) Que no es efectivo “el capataz se ausentó, sin embargo, en el transcurso del día apareció algunas veces para revisar la marcha de la faena”, ya que el capataz siempre está presente durante el desarrollo de las obras, sin excepciones. c) Que no es efectivo lo establecido por el actor en cuanto que “Pasadas las 18 horas, vale decir, después de la jornada ordinaria, los obreros encontraron que, para continuar su trabajo, había que recortar un tablón de madera que sobresalía de su lugar e impedía el avance. Uno de los trabajadores comenzó a utilizar un chuzo para cortar el tablón y, entre risas, otros trabajadores le encomendaron al actor traer un serrucho eléctrico que tenía otra cuadrilla de trabajadores en una losa cercana, situada en un nivel superior como a 20 metros de distancia. Se trataba de un serrucho eléctrico alimentado con un cable de extensión de varios metros de largo. Don Cristián Fuentes hizo como se le dijera, subió por una escalera de aluminio al otro nivel, pidió prestado el serrucho y lo trajo de vuelta enchufado ya que en el lugar en que se encontraba el tablón no había donde enchufar el serrucho ni tampoco un equipo eléctrico autónomo” en el sentido que no es efectivo que hubiera un tablón que sobresaliera, tampoco lo es el hecho que se le solicitara al demandante traer un serrucho eléctrico y menos aún que el demandante tuviera que circular por una escalera de aluminio para dichos efectos. d) Que no es efectivo que “Al comenzar a bajar por la mencionada escalera de aluminio y a más de 2 metros del suelo, el actor repentinamente resbaló debido a la gran cantidad de barro que tenía la escalera, pasando su pierna derecha entre dos eslabones de la escala y quedando el trabajador suspendido de su rodilla con la cabeza apuntando hacia abajo. Se trata de eslabones redondos, sin topes de goma, en una escalera telescópica que se encontraba demasiado parada, casi vertical”, ya que hechas las averiguaciones del caso se pudo determinar que lo señalado por el actor es absolutamente falso. En efecto, no es efectivo que el trabajador haya sufrido la caída que señala, nadie en la empresa vio lo que

358

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

a desempeñar, cumpliéndose estrictamente todas las normas de contratación establecidas en nuestra legislación. Agrega que la remuneración del actor, conforme su contrato de trabajo, ascendía a la cantidad de $ 172.000, más una gratificación de un 25% de lo pagado o devengado en el respectivo ejercicio comercial por concepto de sueldo mensual, con un tope de 4,75 ingresos mínimos mensuales. Expone que respecto al supuesto accidente de trabajo sufrido por el actor, éste manifiesta que el día 26 de julio de 2010 habría sufrido un accidente del trabajo consistente en un “resbalamiento” en una escalera de aluminio, donde habría pasado “Su pierna derecha entre dos eslabones de la escala y quedando el trabajador suspendido de su rodilla con la cabeza apuntando hacia abajo”, accidente que su representada niega en forma rotunda. Al efecto indica que Salfa jamás fue notificada por el trabajador o por algún otra persona del accidente que dice haber sufrido el demandante, jamás nadie reportó un incidente como el señalado en el libelo y hechas las averiguaciones del caso, nadie tampoco percibió ni presenció un siniestro como el que motiva la acción de autos. Sobre el particular señala que es necesario precisar que el día 27 de julio de 2010, el demandante se acercó a la sala de primeros auxilios con que cuenta el proyecto y manifestó de su puño y letra, y sin que absolutamente nadie le dijera lo que tenía que declarar, lo siguiente: “Bajando la escalera me enredé con gente y caí y comenzó a doler rodilla izquierda, esto fue dentro de 19:35 y 20:00. Hoy paso a la sala de primeros auxilios porque tengo dolor en la rodilla”. Así indica que el propio trabajador manifestó haber sufrido un accidente de trayecto, fue derivado a la Mutual de Seguridad, donde se le otorgaron sucesivas licencia médica hasta el 20 de agosto, luego de la cual se reintegró el trabajador a sus funciones, para volver a tener licencias por parte de la Mutual desde el 25 de agosto hasta el 01 de septiembre. Una vez finalizada la última de las referidas licencias, el trabajador comenzó a presentar licencias por enfermedad común. Expone que la Mutual de Seguridad emitió con fecha 10 de septiembre de 2010 la Resolución Centro Verificador C.V.N./900/04/838630, en la cual resolvió, en relación al reingreso del trabajador de fecha 25 de agosto de 2010: “Declarar que la patología que presenta el trabajador(a) NO CORRESPONDE a una secuela de su accidente ocurrido el 26/07/2010”. Refiere que respecto a ciertas afirmaciones establecidas en la demanda es necesario precisar lo siguiente: a) Que no es efectivo que el contrato de trabajo del actor sea de naturaleza indefinida, ya que era por obra o faena determinada. b) Que no es efectivo “el capataz se ausentó, sin embargo, en el transcurso del día apareció algunas veces para revisar la marcha de la faena”, ya que el capataz siempre está presente durante el desarrollo de las obras, sin excepciones. c) Que no es efectivo lo establecido por el actor en cuanto que “Pasadas las 18 horas, vale decir, después de la jornada ordinaria, los obreros encontraron que, para continuar su trabajo, había que recortar un tablón de madera que sobresalía de su lugar e impedía el avance. Uno de los trabajadores comenzó a utilizar un chuzo para cortar el tablón y, entre risas, otros trabajadores le encomendaron al actor traer un serrucho eléctrico que tenía otra cuadrilla de trabajadores en una losa cercana, situada en un nivel superior como a 20 metros de distancia. Se trataba de un serrucho eléctrico alimentado con un cable de extensión de varios metros de largo. Don Cristián Fuentes hizo como se le dijera, subió por una escalera de aluminio al otro nivel, pidió prestado el serrucho y lo trajo de vuelta enchufado ya que en el lugar en que se encontraba el tablón no había donde enchufar el serrucho ni tampoco un equipo eléctrico autónomo” en el sentido que no es efectivo que hubiera un tablón que sobresaliera, tampoco lo es el hecho que se le solicitara al demandante traer un serrucho eléctrico y menos aún que el demandante tuviera que circular por una escalera de aluminio para dichos efectos. d) Que no es efectivo que “Al comenzar a bajar por la mencionada escalera de aluminio y a más de 2 metros del suelo, el actor repentinamente resbaló debido a la gran cantidad de barro que tenía la escalera, pasando su pierna derecha entre dos eslabones de la escala y quedando el trabajador suspendido de su rodilla con la cabeza apuntando hacia abajo. Se trata de eslabones redondos, sin topes de goma, en una escalera telescópica que se encontraba demasiado parada, casi vertical”, ya que hechas las averiguaciones del caso se pudo determinar que lo señalado por el actor es absolutamente falso. En efecto, no es efectivo que el trabajador haya sufrido la caída que señala, nadie en la empresa vio lo que

358

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

359

él indica. Además, indica que los trabajadores cuando se movilizan por una escalera de aluminio, deben hacerlo con arnés de seguridad y debidamente amarrados a la estructura, de manera que si llegan a caer quedan suspendidos y sin ningún tipo de consecuencia. Junto con lo anterior, todas las escaleras que hay al interior de la empresa, en especial en la que el trabajador dice haber sufrido el accidente, se encuentran debidamente afianzadas y con un grado de inclinación normado, de acuerdo a los procedimientos de trabajo seguro, y en ningún caso se encuentran verticales (o casi verticales). En lo referente a los eslabones, refiere que si bien es cierto estos son redondos, son ranurados, lo que implica una mayor adherencia, incluso a la goma. e) Agrega que tampoco es efectivo que “Sus compañeros lo sacaron de esa posición y lo dejaron sentado, en el suelo. En eso llegó el capataz señor Jaque, acompañado de un supervisor ya que el paramédico ya se había retirado, debido a la hora, aproximadamente las 18:20 hrs. Ellos llamaron al prevencionista de riesgos de Salfa y en compañía de éste fueron al lugar en que habitualmente se encuentra el paramédico y constataron que éste último ya se había retirado. Desde allí fueron todos juntos a las oficinas de que disponen los prevencionistas quienes le indicaron finalmente que se fuera para su casa. El trabajador así lo hizo, en metro, a pesar de que tenía una gran hinchazón en su rodilla derecha y con muchos dolores”, ya que jamás el Sr. Jaque acompañado con un supervisor vieron al demandante sentado en el suelo acusando algún tipo de accidente, también es absolutamente falso que contactaran a algún prevencionista de la empresa y que el paramédico se haya retirado ese día a la hora indicada. Además es absolutamente falso que lo prevencionistas le haya indicado que se fuera para su casa, jamás el demandante concurrió donde algún capataz, supervisor o prevencionista acusando un accidente del trabajo. La única noticia que su representada tuvo respecto de un siniestro que haya sufrido el actor fue el accidente de trayecto que el denunció en su momento. f) Tampoco es efectivo que es actor “Estando en su casa, durmió muy poco debido a los fuertes dolores que lo aquejaban. Al día siguiente llegó pasadas las 07:00 horas al trabajo y se fue directamente a ver al paramédico, con la esperanza de que éste le diera algún analgésico o lo enviara a la Mutualidad. El paramédico llegó a las 08:00 lo examinó y le aplicó una pomada y luego llamó al prevencionista y al ingeniero a cargo de ese sector. En ese instante le señalaron que no debía ser conflictivo, que llegaran a un acuerdo y que pasaran el accidente laboral como de trayecto, que así ...no lo iban a cortar de la pega. Finalmente, y debido a la presión ejercida en su contra, Cristián Fuentes escribió una descripción fantástica del accidente, como que todo había ocurrido al bajar las escaleras de la estación de Metro. Todo se lo dictaba el prevencionista de riesgos de nombre Claudio Álvarez. Luego de eso le permitieron irse a la Mutual de Seguridad, agencia de Providencia. Una vez allí y siguiendo las instrucciones que había recibido, repitió la declaración del supuesto accidente de trayecto”. Ya que el actor concurrió el día 27 de julio del presente donde el paramédico de la obra, indicando que el día 26 del mismo mes, a las 19:30 horas había sufrido un accidente de trayecto al bajar las escaleras del metro. La referida información fue proporcionada por él directamente al paramédico, sin que nadie se lo indicara. Es más, el Sr. Claudio Álvarez (prevencionista), prácticamente no cruzó palabras con el demandante (sólo le dijo un chiste) y jamás le indicó lo que se señala en el libelo. Sobre este punto expone que es necesario señalar que Salfa Construcción S.A., tiene estrictas norma de seguridad y prevención de accidentes, existiendo la orden expresa y la obligación de todos los trabajadores de denunciar cualquier accidente del trabajo (obligación contenida en el Reglamento Interno), por más nimio que parezca, no aceptándose bajo ninguna circunstancia el ocultamiento de accidentes. Así la Obra Costanera Center presenta un índice de accidentabilidad de cerca del 1,3%, siendo la media nacional cercana al 6%. Agrega que todos los antecedentes aportados por el actor en su demanda y referidos en el punto anterior sólo trata de dar más credibilidad a un hecho que no ocurrió y por el cual se está tratando de obtener un provecho económico que no corresponde, respecto de todo el tratamiento médico que se indica en la demanda a su representada no le consta, por lo que lo niega expresamente. Respecto a los supuestos incumplimientos alegados señala: a) Que es absolutamente falso que “La escalera era inadecuada para los fines que se utilizó, no tenía topes de goma, los peldaños eran muy pequeños y redondeados, se encontraba mojada y con barro, no tenía pasamanos ni un mosquetón donde enganchar el arnés”, ya que la escalera donde el demandante dice que sufrió un accidente cumplía con todos los requisitos reglamentarios exigidos y con-

él indica. Además, indica que los trabajadores cuando se movilizan por una escalera de aluminio, deben hacerlo con arnés de seguridad y debidamente amarrados a la estructura, de manera que si llegan a caer quedan suspendidos y sin ningún tipo de consecuencia. Junto con lo anterior, todas las escaleras que hay al interior de la empresa, en especial en la que el trabajador dice haber sufrido el accidente, se encuentran debidamente afianzadas y con un grado de inclinación normado, de acuerdo a los procedimientos de trabajo seguro, y en ningún caso se encuentran verticales (o casi verticales). En lo referente a los eslabones, refiere que si bien es cierto estos son redondos, son ranurados, lo que implica una mayor adherencia, incluso a la goma. e) Agrega que tampoco es efectivo que “Sus compañeros lo sacaron de esa posición y lo dejaron sentado, en el suelo. En eso llegó el capataz señor Jaque, acompañado de un supervisor ya que el paramédico ya se había retirado, debido a la hora, aproximadamente las 18:20 hrs. Ellos llamaron al prevencionista de riesgos de Salfa y en compañía de éste fueron al lugar en que habitualmente se encuentra el paramédico y constataron que éste último ya se había retirado. Desde allí fueron todos juntos a las oficinas de que disponen los prevencionistas quienes le indicaron finalmente que se fuera para su casa. El trabajador así lo hizo, en metro, a pesar de que tenía una gran hinchazón en su rodilla derecha y con muchos dolores”, ya que jamás el Sr. Jaque acompañado con un supervisor vieron al demandante sentado en el suelo acusando algún tipo de accidente, también es absolutamente falso que contactaran a algún prevencionista de la empresa y que el paramédico se haya retirado ese día a la hora indicada. Además es absolutamente falso que lo prevencionistas le haya indicado que se fuera para su casa, jamás el demandante concurrió donde algún capataz, supervisor o prevencionista acusando un accidente del trabajo. La única noticia que su representada tuvo respecto de un siniestro que haya sufrido el actor fue el accidente de trayecto que el denunció en su momento. f) Tampoco es efectivo que es actor “Estando en su casa, durmió muy poco debido a los fuertes dolores que lo aquejaban. Al día siguiente llegó pasadas las 07:00 horas al trabajo y se fue directamente a ver al paramédico, con la esperanza de que éste le diera algún analgésico o lo enviara a la Mutualidad. El paramédico llegó a las 08:00 lo examinó y le aplicó una pomada y luego llamó al prevencionista y al ingeniero a cargo de ese sector. En ese instante le señalaron que no debía ser conflictivo, que llegaran a un acuerdo y que pasaran el accidente laboral como de trayecto, que así ...no lo iban a cortar de la pega. Finalmente, y debido a la presión ejercida en su contra, Cristián Fuentes escribió una descripción fantástica del accidente, como que todo había ocurrido al bajar las escaleras de la estación de Metro. Todo se lo dictaba el prevencionista de riesgos de nombre Claudio Álvarez. Luego de eso le permitieron irse a la Mutual de Seguridad, agencia de Providencia. Una vez allí y siguiendo las instrucciones que había recibido, repitió la declaración del supuesto accidente de trayecto”. Ya que el actor concurrió el día 27 de julio del presente donde el paramédico de la obra, indicando que el día 26 del mismo mes, a las 19:30 horas había sufrido un accidente de trayecto al bajar las escaleras del metro. La referida información fue proporcionada por él directamente al paramédico, sin que nadie se lo indicara. Es más, el Sr. Claudio Álvarez (prevencionista), prácticamente no cruzó palabras con el demandante (sólo le dijo un chiste) y jamás le indicó lo que se señala en el libelo. Sobre este punto expone que es necesario señalar que Salfa Construcción S.A., tiene estrictas norma de seguridad y prevención de accidentes, existiendo la orden expresa y la obligación de todos los trabajadores de denunciar cualquier accidente del trabajo (obligación contenida en el Reglamento Interno), por más nimio que parezca, no aceptándose bajo ninguna circunstancia el ocultamiento de accidentes. Así la Obra Costanera Center presenta un índice de accidentabilidad de cerca del 1,3%, siendo la media nacional cercana al 6%. Agrega que todos los antecedentes aportados por el actor en su demanda y referidos en el punto anterior sólo trata de dar más credibilidad a un hecho que no ocurrió y por el cual se está tratando de obtener un provecho económico que no corresponde, respecto de todo el tratamiento médico que se indica en la demanda a su representada no le consta, por lo que lo niega expresamente. Respecto a los supuestos incumplimientos alegados señala: a) Que es absolutamente falso que “La escalera era inadecuada para los fines que se utilizó, no tenía topes de goma, los peldaños eran muy pequeños y redondeados, se encontraba mojada y con barro, no tenía pasamanos ni un mosquetón donde enganchar el arnés”, ya que la escalera donde el demandante dice que sufrió un accidente cumplía con todos los requisitos reglamentarios exigidos y conACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

359

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

templados en los procedimientos de trabajo seguro. Los peldaños eran del porte adecuado y el hecho que fueran redondeados y ranurados le da mayor un mayor agarre a quien lo utilice. Por lo demás no se encontraba mojada ni con barro en la fecha del supuesto accidente y disponía de todos los elementos necesarios para que el trabajador se enganchara a ella y así evitar accidentes. b) “Ausencia de capacitación laboral en los términos del artículo 179 en relación con los artículos 184 y 187, todos del Código del Trabajo”. El trabajador cuando ingresó a la empresa se le hizo una charla de inducción donde se le informó de los riesgos a los que estaba expuesto y se le capacitaba en cómo prevenirlos. Además, todos los días se deba una charla diaria de cinco minutos relacionados con temas de seguridad y los trabajadores debían realizar al inicio de sus funciones un análisis del riesgo del trabajo (A.R.T.), donde se identificaba los potenciales peligros de los trabajos específicos a realizar y cómo prevenirlos. Además de todo lo anterior, periódicamente se realizan charlas de seguridad, de una duración superior a las charlas diarias. c) “No hubo supervisión efectiva de los trabajos, ni había jefe en el lugar”. Siempre, en todos los trabajos que se realizan en la obra Costanera Center existe supervisión, siendo absolutamente falso que en algún momento no lo haya habido. d) “No había herramientas adecuadas para realizar los trabajos, llámese serrucho, manual o eléctrico” Siempre se han otorgado todas las herramientas necesarias para el trabajo encomendado, siendo absolutamente falsa la historia del tablón relatada en la demanda. e) “Hubo una maquinación para simular un accidente de trayecto, en circunstancia que tuvo lugar al interior de la obra. No cumplir con la obligación de informar el accidente que el actor sufrió a la Inspección del Trabajo y a la Secretaría Regional Ministerial de Salud en los términos del artículo 76 de la ley Nº 16.744 No informar al Comité Paritario la ocurrencia del accidente”. Todo lo anterior es absolutamente falso, jamás existió el accidente que se denuncia y por ende todas las obligaciones que se señalan como infringidas no tienen aplicación al caso de autos. En conclusión, señala que su representada adoptó todas las medidas pertinentes para proteger la vida y salud del actor, cumpliendo al efecto con la obligación impuesta por el artículo 184 del Código del Trabajo, debiendo rechazarse por tanto la demanda de autos con expresa condenación en costas. En subsidio de la anterior, solicita que para el evento hipotético e improbable que el Tribunal estime que a su representada le cabe algún tipo de responsabilidad en el supuesto accidente y en las lesiones que el actor dice haber sufrido, a mi representada no le consta en modo alguno los supuestos daños solicitados indemnizar por el actor, los que aparecen a todas luces absolutamente desproporcionados, en relación con el supuesto accidente y las lesiones que habría sufrido el demandante, razón por la cual también cabe rechazar la demanda de autos o al menos reducir sustancialmente las indemnizaciones solicitadas. TERCERO: Que con fecha 02 de diciembre de 2010, previa propuesta del tribunal las partes aceptaron los siguientes hechos: 1. Relación laboral entre las partes con una fecha de inicio 1° de julio de 2010. 2. Funciones prestadas por el demandante como maestro carpintero primera. 3. Lugar donde el actor cumplía sus funciones. 4. Que el actor hizo una declaración con fecha 27 de julio de 2010. 5. Que con fecha 27 de julio de 2010, el actor fue derivado a la Mutual con motivo de un accidente. Luego el tribunal llamó a los litigantes a conciliación, proponiendo al efecto el Tribunal bases concretar de un posible acuerdo, el cual no prosperó. Atendido lo precedentemente relatado y existiendo al juicio del tribunal hechos sustanciales, pertinentes y controvertidos, fijo los siguientes hechos a probar: 1. Si el diagnóstico que tuvo el demandante y las lesiones que da cuenta el demandante es producto de un accidente de trabajo en su caso fecha y circunstancias que rodearon el mismo, o si por el contrario, éste se produce por un accidente de trayecto de regreso a su domicilio. 2. Si la declaración que efectuó el actor con fecha 27 de julio del año en curso, fue efectuada en forma libre y espontánea, o si por el contrario, fue realizada con personas de la empresa con la intención de dar cuenta de un accidente de trayecto.

360

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

templados en los procedimientos de trabajo seguro. Los peldaños eran del porte adecuado y el hecho que fueran redondeados y ranurados le da mayor un mayor agarre a quien lo utilice. Por lo demás no se encontraba mojada ni con barro en la fecha del supuesto accidente y disponía de todos los elementos necesarios para que el trabajador se enganchara a ella y así evitar accidentes. b) “Ausencia de capacitación laboral en los términos del artículo 179 en relación con los artículos 184 y 187, todos del Código del Trabajo”. El trabajador cuando ingresó a la empresa se le hizo una charla de inducción donde se le informó de los riesgos a los que estaba expuesto y se le capacitaba en cómo prevenirlos. Además, todos los días se deba una charla diaria de cinco minutos relacionados con temas de seguridad y los trabajadores debían realizar al inicio de sus funciones un análisis del riesgo del trabajo (A.R.T.), donde se identificaba los potenciales peligros de los trabajos específicos a realizar y cómo prevenirlos. Además de todo lo anterior, periódicamente se realizan charlas de seguridad, de una duración superior a las charlas diarias. c) “No hubo supervisión efectiva de los trabajos, ni había jefe en el lugar”. Siempre, en todos los trabajos que se realizan en la obra Costanera Center existe supervisión, siendo absolutamente falso que en algún momento no lo haya habido. d) “No había herramientas adecuadas para realizar los trabajos, llámese serrucho, manual o eléctrico” Siempre se han otorgado todas las herramientas necesarias para el trabajo encomendado, siendo absolutamente falsa la historia del tablón relatada en la demanda. e) “Hubo una maquinación para simular un accidente de trayecto, en circunstancia que tuvo lugar al interior de la obra. No cumplir con la obligación de informar el accidente que el actor sufrió a la Inspección del Trabajo y a la Secretaría Regional Ministerial de Salud en los términos del artículo 76 de la ley Nº 16.744 No informar al Comité Paritario la ocurrencia del accidente”. Todo lo anterior es absolutamente falso, jamás existió el accidente que se denuncia y por ende todas las obligaciones que se señalan como infringidas no tienen aplicación al caso de autos. En conclusión, señala que su representada adoptó todas las medidas pertinentes para proteger la vida y salud del actor, cumpliendo al efecto con la obligación impuesta por el artículo 184 del Código del Trabajo, debiendo rechazarse por tanto la demanda de autos con expresa condenación en costas. En subsidio de la anterior, solicita que para el evento hipotético e improbable que el Tribunal estime que a su representada le cabe algún tipo de responsabilidad en el supuesto accidente y en las lesiones que el actor dice haber sufrido, a mi representada no le consta en modo alguno los supuestos daños solicitados indemnizar por el actor, los que aparecen a todas luces absolutamente desproporcionados, en relación con el supuesto accidente y las lesiones que habría sufrido el demandante, razón por la cual también cabe rechazar la demanda de autos o al menos reducir sustancialmente las indemnizaciones solicitadas. TERCERO: Que con fecha 02 de diciembre de 2010, previa propuesta del tribunal las partes aceptaron los siguientes hechos: 1. Relación laboral entre las partes con una fecha de inicio 1° de julio de 2010. 2. Funciones prestadas por el demandante como maestro carpintero primera. 3. Lugar donde el actor cumplía sus funciones. 4. Que el actor hizo una declaración con fecha 27 de julio de 2010. 5. Que con fecha 27 de julio de 2010, el actor fue derivado a la Mutual con motivo de un accidente. Luego el tribunal llamó a los litigantes a conciliación, proponiendo al efecto el Tribunal bases concretar de un posible acuerdo, el cual no prosperó. Atendido lo precedentemente relatado y existiendo al juicio del tribunal hechos sustanciales, pertinentes y controvertidos, fijo los siguientes hechos a probar: 1. Si el diagnóstico que tuvo el demandante y las lesiones que da cuenta el demandante es producto de un accidente de trabajo en su caso fecha y circunstancias que rodearon el mismo, o si por el contrario, éste se produce por un accidente de trayecto de regreso a su domicilio. 2. Si la declaración que efectuó el actor con fecha 27 de julio del año en curso, fue efectuada en forma libre y espontánea, o si por el contrario, fue realizada con personas de la empresa con la intención de dar cuenta de un accidente de trayecto.

360

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

361

3. Si la demandada otorgó todas las medidas de seguridad que establece el art. 184, con la finalidad de resguardar la vida y salud de manera íntegra del trabajador. 4. Si la demandada otorgó los implementos necesarios de seguridad al demandante para el desarrollo de sus labores y en su caso implementos de seguridad con los que contaba el demandante el día 26 de julio de 2010. 5. Perjuicios sufridos por el demandante producto del accidente. CUARTO: Que para acreditar sus alegaciones la demandante rindió en la audiencia de juicio los siguientes medios de prueba consistentes en: I. Documental: Incorporó mediante lectura los siguientes documentos no objetados de contrario, consistentes en: 1. Documento denominado Epicrisis emanada de la Mutual de la Cámara Chilena de la Construcción, referida al actor. 2. Solicitud de orden de hospitalización de fecha 9 de septiembre de 2010, en que se solicita hospitalización del actor para proceder a una cirugía. 3. Presupuesto N° 5214, de fecha 30 de noviembre de 2010, emanado del Servicio Salud Occidente, Instituto Traumatológico de Santiago. 4. Informe médico relativo al actor emitido con fecha 8 de octubre de 2010, por la Mutual de la Cámara Chilena de la Construcción, Hospital Santiago. 5. Resolución de 10 de septiembre de 2010, del Centro Verificador de la Mutual Cámara Chilena de la Construcción N° CBN 900 04 8386230, en que se resuelve no atender al trabajador. II. Testimonial: Rindió la testifical don Luis Antonio Soto Orellana, Rut N° 11.399.799 7, doña Flor María Fuentes Álvarez Rut N° 11.170.592 5 y don David Arturo Mendoza Espinoza, Rut N° 13.485.705 6, quienes fueron debidamente juramentados. III. Oficios: Se incorpora mediante lectura los siguientes oficios: 1. Oficio N° 2 2220 2010 emitido por Hospital de la Cámara Chilena de la Construcción que da cuenta las lesiones de que padece el actor Cristian Alberto Fuentes Álvarez, Rut N° 12.676.177 5, y copia de su ficha clínica. 2. Oficio N° 1 2198 2010 emitido por la Superintendencia de Seguridad Social, que informa sobre la revisión solicitada por el demandante de la Resolución del Centro Verificador de la Mutual de la Cámara Chilena de la Construcción signado con el N° CVN\900\04\838630 y remite todos los antecedentes relativos a don Cristian Alberto Fuentes Álvarez. 3. Oficio N° 2221 emitido por la empresa Metro S.A., que indica que el día 26 de julio de 2010, no tuvo conocimiento de accidente alguno ocurrido en la estación de metro Tobalaba, y además en qué circunstancias toma conocimiento de los accidentes ocurridos en sus dependencias. QUINTO: Que a su turno la parte demandada rindió en la audiencia de juicio los siguientes medios de prueba consistentes en: I. Documental: Incorporó mediante lectura los siguientes documentos no objetados de contrario, consistentes en: 1. Charla de Inducción al trabajador de fecha 29 de junio de 2010. 2. Declaración Pre Ocupacional efectuada por el actor en la misma fecha. 3. Test de evaluación de Charla e inducción de Charla de 29 de junio de 2010. 4. Solicitud de cargo de bodega de fecha 1 de julio de 2010. 5. Recepción de Reglamento Interno por parte del trabajador. 6. Contrato de trabajo de trabajo de fecha 1° de julio de 2010 y anexo de 15 de julio. 7. Cinco ordenes de reposo emitido por la Mutual. 8. Tres licencias médica por enfermedad común, presentadas por el actor. 9. Resolución Centro Verificador CVN\900\04\838630, que indica patología del actor. 10. Declaración de accidente del actor de fecha 27 de julio de 2010. 11. Doce contratos de trabajo con sus respectivas credenciales de los prevencionistas de Riesgo que trabajan en la Obra Costanera Center. 12. Tres reuniones del Comité ejecutivo de Costanera Center. 13. Tres reuniones del Comité Paritario de la Faena.

3. Si la demandada otorgó todas las medidas de seguridad que establece el art. 184, con la finalidad de resguardar la vida y salud de manera íntegra del trabajador. 4. Si la demandada otorgó los implementos necesarios de seguridad al demandante para el desarrollo de sus labores y en su caso implementos de seguridad con los que contaba el demandante el día 26 de julio de 2010. 5. Perjuicios sufridos por el demandante producto del accidente. CUARTO: Que para acreditar sus alegaciones la demandante rindió en la audiencia de juicio los siguientes medios de prueba consistentes en: I. Documental: Incorporó mediante lectura los siguientes documentos no objetados de contrario, consistentes en: 1. Documento denominado Epicrisis emanada de la Mutual de la Cámara Chilena de la Construcción, referida al actor. 2. Solicitud de orden de hospitalización de fecha 9 de septiembre de 2010, en que se solicita hospitalización del actor para proceder a una cirugía. 3. Presupuesto N° 5214, de fecha 30 de noviembre de 2010, emanado del Servicio Salud Occidente, Instituto Traumatológico de Santiago. 4. Informe médico relativo al actor emitido con fecha 8 de octubre de 2010, por la Mutual de la Cámara Chilena de la Construcción, Hospital Santiago. 5. Resolución de 10 de septiembre de 2010, del Centro Verificador de la Mutual Cámara Chilena de la Construcción N° CBN 900 04 8386230, en que se resuelve no atender al trabajador. II. Testimonial: Rindió la testifical don Luis Antonio Soto Orellana, Rut N° 11.399.799 7, doña Flor María Fuentes Álvarez Rut N° 11.170.592 5 y don David Arturo Mendoza Espinoza, Rut N° 13.485.705 6, quienes fueron debidamente juramentados. III. Oficios: Se incorpora mediante lectura los siguientes oficios: 1. Oficio N° 2 2220 2010 emitido por Hospital de la Cámara Chilena de la Construcción que da cuenta las lesiones de que padece el actor Cristian Alberto Fuentes Álvarez, Rut N° 12.676.177 5, y copia de su ficha clínica. 2. Oficio N° 1 2198 2010 emitido por la Superintendencia de Seguridad Social, que informa sobre la revisión solicitada por el demandante de la Resolución del Centro Verificador de la Mutual de la Cámara Chilena de la Construcción signado con el N° CVN\900\04\838630 y remite todos los antecedentes relativos a don Cristian Alberto Fuentes Álvarez. 3. Oficio N° 2221 emitido por la empresa Metro S.A., que indica que el día 26 de julio de 2010, no tuvo conocimiento de accidente alguno ocurrido en la estación de metro Tobalaba, y además en qué circunstancias toma conocimiento de los accidentes ocurridos en sus dependencias. QUINTO: Que a su turno la parte demandada rindió en la audiencia de juicio los siguientes medios de prueba consistentes en: I. Documental: Incorporó mediante lectura los siguientes documentos no objetados de contrario, consistentes en: 1. Charla de Inducción al trabajador de fecha 29 de junio de 2010. 2. Declaración Pre Ocupacional efectuada por el actor en la misma fecha. 3. Test de evaluación de Charla e inducción de Charla de 29 de junio de 2010. 4. Solicitud de cargo de bodega de fecha 1 de julio de 2010. 5. Recepción de Reglamento Interno por parte del trabajador. 6. Contrato de trabajo de trabajo de fecha 1° de julio de 2010 y anexo de 15 de julio. 7. Cinco ordenes de reposo emitido por la Mutual. 8. Tres licencias médica por enfermedad común, presentadas por el actor. 9. Resolución Centro Verificador CVN\900\04\838630, que indica patología del actor. 10. Declaración de accidente del actor de fecha 27 de julio de 2010. 11. Doce contratos de trabajo con sus respectivas credenciales de los prevencionistas de Riesgo que trabajan en la Obra Costanera Center. 12. Tres reuniones del Comité ejecutivo de Costanera Center. 13. Tres reuniones del Comité Paritario de la Faena. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

361

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

14. Charlas diaria recibidas por el actor. 15. Dos análisis de riesgo del trabajo efectuados por el actor. 16. Doce análisis de seguridad en el trabajo efectuados por el actor. 17. Registro de dos capacitaciones efectuadas al actor. 18. Dos inspecciones de elementos de protección personal efectuadas al actor. 19. Estándar N° 41, escalas. 20. CD que contiene el sistema de gestión y seguridad y salud ocupacional que tiene la empresa, relativas a las prácticas de prevención de accidentes. 21. Reglamento Interno de la Empresa. 22. DIAT del accidente de trayecto del actor de fecha 27 de julio de 2010. II. Confesional: Rindió confesional debidamente juramentado el actor Cristian Alberto Fuentes Álvarez. III. Testimonial: Rindió la testifical don Cristian Jaque, Rut N° 12.905.250-3, don Jorge Garrido Rut N°8.465.777-8 y don Daniel Pinilla Duarte Rut N°15.122.828-3, quienes fueron debidamente juramentados. IV. Oficios: Incorporo mediante lectura los siguientes oficios: 1. Oficio N° emitido por la Cámara Chilena De La Construcción, que informa el motivo porque don Cristian Alberto Fuentes Álvarez, Rut N° 12.676.177-5, fue atendido por dicha Institución el día 27 de julio de 2010. Asimismo, da cuanta de las declaraciones por él efectuadas e indica como fue calificado el accidente sufrido el además remite la investigación de dicho accidente y explica por qué se emitió la resolución del Centro Verificador CVN\900\04\838630. SEXTO: Que, el objeto del presente juicio en primer término consiste en establecer si el accidente sufrido por el actor con fecha 26 de julio de 2010, constituye un accidente del trabajo o si por el contrario constituiría un accidente de trayecto. SÉPTIMO: Que, para la adecuada resolución de la litis, es menester en primer término hacer referencia a lo dispuesto en el artículo 5° de la ley Nº 16.744 que dispone que por accidente se entiende toda lesión que una persona sufra a causa o con ocasión del trabajo, y que le produzca incapacidad o muerte, y agrega son también accidentes del trabajo los ocurridos en el trayecto directo de ida o regreso, entre la habitación y el lugar del trabajo. OCTAVO: Que, asimismo la citada ley previene en el artículo 69 que cuando el accidente se deba a culpa o dolo de la entidad empleadora o de un tercero, sin perjuicio de las acciones criminales que procedan, deberán observarse las siguientes reglas: b) La víctima y las demás personas a quienes el accidente cause daño podrán reclamar al empleador o tercero responsables del accidente, también las otras indemnizaciones a que tengan derecho, con arreglo a las prescripciones de derecho común. NOVENO: Qué importancia reviste también lo señalado en el artículo 184 del Código del Trabajo, que refiere que el empleador estará obligado a tomar todas las medidas necesaria para proteger eficazmente la vida y salud de sus trabajadores manteniendo las condiciones adecuadas de higiene y seguridad en las faenas, como también los implementos necesarios para prevenir accidentes y enfermedades profesionales. DÉCIMO: Que de la lectura de las disposiciones referidas en los considerandos anteriores es posible colegir, que la ley establece como presupuesto de la Acción de Indemnización por accidente de trabajo, que el siniestro sufrido por el actor provenga del actuar negligente o dañoso, entendiéndose por tal aquel que no cumple con la obligación indicada el artículo 184 del Código del Trabajo. Que, asimismo entonces se concluye que aun cuando el accidente de trayecto sea considerado como accidente del trabajo, al trabajador que lo padece le está vedada la acción indemnizatoria en contra de su empleador, al no poder imputarse responsabilidad alguna a éste, toda vez que ocurre fuera de las dependencias de lugar en donde presta sus servicios. DECIMOPRIMERO: Que se exige al sentenciador, la enunciación del análisis de la prueba, los hechos que estima probados y el razonamiento que conduce a ello, por tal razón se hace necesario expresar los fundamentos fácticos y jurídicos por los cuales se resuelve la controversia. Así entonces y una vez analizada la prueba rendida en la audiencia de juicio conforme a las reglas de la sana crítica, esto es, sin contradecir y expresando las reglas de lógica, de experiencia, científicas y técnicas por las que se le asigna valor o se la desestima, tomando en consideración en este caso la gravedad, concordancia y conexión de las pruebas que se utilizan, se tendrá por establecido lo siguiente:

362

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

14. Charlas diaria recibidas por el actor. 15. Dos análisis de riesgo del trabajo efectuados por el actor. 16. Doce análisis de seguridad en el trabajo efectuados por el actor. 17. Registro de dos capacitaciones efectuadas al actor. 18. Dos inspecciones de elementos de protección personal efectuadas al actor. 19. Estándar N° 41, escalas. 20. CD que contiene el sistema de gestión y seguridad y salud ocupacional que tiene la empresa, relativas a las prácticas de prevención de accidentes. 21. Reglamento Interno de la Empresa. 22. DIAT del accidente de trayecto del actor de fecha 27 de julio de 2010. II. Confesional: Rindió confesional debidamente juramentado el actor Cristian Alberto Fuentes Álvarez. III. Testimonial: Rindió la testifical don Cristian Jaque, Rut N° 12.905.250-3, don Jorge Garrido Rut N°8.465.777-8 y don Daniel Pinilla Duarte Rut N°15.122.828-3, quienes fueron debidamente juramentados. IV. Oficios: Incorporo mediante lectura los siguientes oficios: 1. Oficio N° emitido por la Cámara Chilena De La Construcción, que informa el motivo porque don Cristian Alberto Fuentes Álvarez, Rut N° 12.676.177-5, fue atendido por dicha Institución el día 27 de julio de 2010. Asimismo, da cuanta de las declaraciones por él efectuadas e indica como fue calificado el accidente sufrido el además remite la investigación de dicho accidente y explica por qué se emitió la resolución del Centro Verificador CVN\900\04\838630. SEXTO: Que, el objeto del presente juicio en primer término consiste en establecer si el accidente sufrido por el actor con fecha 26 de julio de 2010, constituye un accidente del trabajo o si por el contrario constituiría un accidente de trayecto. SÉPTIMO: Que, para la adecuada resolución de la litis, es menester en primer término hacer referencia a lo dispuesto en el artículo 5° de la ley Nº 16.744 que dispone que por accidente se entiende toda lesión que una persona sufra a causa o con ocasión del trabajo, y que le produzca incapacidad o muerte, y agrega son también accidentes del trabajo los ocurridos en el trayecto directo de ida o regreso, entre la habitación y el lugar del trabajo. OCTAVO: Que, asimismo la citada ley previene en el artículo 69 que cuando el accidente se deba a culpa o dolo de la entidad empleadora o de un tercero, sin perjuicio de las acciones criminales que procedan, deberán observarse las siguientes reglas: b) La víctima y las demás personas a quienes el accidente cause daño podrán reclamar al empleador o tercero responsables del accidente, también las otras indemnizaciones a que tengan derecho, con arreglo a las prescripciones de derecho común. NOVENO: Qué importancia reviste también lo señalado en el artículo 184 del Código del Trabajo, que refiere que el empleador estará obligado a tomar todas las medidas necesaria para proteger eficazmente la vida y salud de sus trabajadores manteniendo las condiciones adecuadas de higiene y seguridad en las faenas, como también los implementos necesarios para prevenir accidentes y enfermedades profesionales. DÉCIMO: Que de la lectura de las disposiciones referidas en los considerandos anteriores es posible colegir, que la ley establece como presupuesto de la Acción de Indemnización por accidente de trabajo, que el siniestro sufrido por el actor provenga del actuar negligente o dañoso, entendiéndose por tal aquel que no cumple con la obligación indicada el artículo 184 del Código del Trabajo. Que, asimismo entonces se concluye que aun cuando el accidente de trayecto sea considerado como accidente del trabajo, al trabajador que lo padece le está vedada la acción indemnizatoria en contra de su empleador, al no poder imputarse responsabilidad alguna a éste, toda vez que ocurre fuera de las dependencias de lugar en donde presta sus servicios. DECIMOPRIMERO: Que se exige al sentenciador, la enunciación del análisis de la prueba, los hechos que estima probados y el razonamiento que conduce a ello, por tal razón se hace necesario expresar los fundamentos fácticos y jurídicos por los cuales se resuelve la controversia. Así entonces y una vez analizada la prueba rendida en la audiencia de juicio conforme a las reglas de la sana crítica, esto es, sin contradecir y expresando las reglas de lógica, de experiencia, científicas y técnicas por las que se le asigna valor o se la desestima, tomando en consideración en este caso la gravedad, concordancia y conexión de las pruebas que se utilizan, se tendrá por establecido lo siguiente:

362

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

363

1. Que el actor fue contratado por la demandada para desempeñarse como carpintero en la obra denominada Costanera Center, a contar del 01 de julio de 2010, en virtud de un contrato por faena transitoria denominada Hormigón 1° Medio Losa Perimetral Cielo Piso 33 nivel 243, en virtud de no ser un hecho controvertido en la causa y corroborado con contrato de trabajo suscrito por las partes e incorporado por la demandada. 2. Que, el actor a primera hora del 27 de julio de 2010, declaró por escrito ante la empresa demandada lo siguiente: Ayer con destino Tobalaba bajando la escalera me enredé con gente y caí y comenzó a doler rodilla derecha, esto fue dentro 19:35 a 20:00, hoy paso sala de primeros auxilios porque tengo dolor en la rodilla, en virtud de lo señalado en el documento denominado declaración de incidentes incorporado por la demandada, además de lo señalado por el propio demandante en la confesional al indicar que efectivamente presto dicha declaración. 3. Que, asimismo declaró el actor con fecha 27 de julio de 2010 ante la Mutual de Seguridad lo siguiente que el accidente fue al desplazarse hacia su domicilio; que ocurrió subiendo escala haciendo transbordo; y que el accidente ocurrió al realizar transbordo de línea 1 del metro hacia línea 4 en donde se tropieza y se golpea la rodilla derecha, en atención a lo expuesto en el documento firmado por el actor y denominado denuncia voluntaria del accidente del trabajo, además de lo indicado por el actor en su absolución al manifestar que repitió la misma declaración ante la mutual. 4. Que, en este punto es menester señalar que el actor indica en su demanda que la declaración de accidente de trayecto fue realizada por personas de la empresa con la intención de dar cuenta de un accidente de trayecto y no por él en forma libre y espontánea, correspondiéndole entonces a él acreditar la antedicha alegación y consecuencialmente la ocurrencia del siniestro. Para dicho efecto incorporó la declaración de los testigos don Luis Antonio Soto Orellana, doña Flor María Fuentes Álvarez y don David Arturo Mendoza Espinoza y el oficio N° 2.221 emitido por el Metro S.A. El testigo Soto manifiesta que el día lunes 26 de julio del año pasado, estaban ejecutando un trabajo después de las 6:00 de la tarde casi en horas extras y había que hacer un corte en un tablón y el jefe de la cuadrilla empezó con un chuzo a pegarle, él le dijo al actor que fuera a buscar un serrucho, que le prestaron otros maestros y al llegar con él se resbaló porque estaba todo con barro en la tarima adonde estaba parada la escalera y que alcanzó a sujetarse de la escala metiendo los pies entremedio, cayendo el serrucho a su lado y miró para arriba y estaba el Cristian colgando. Que estaban trabajando en un hoyo y como había llovido estaba lleno de barro, la escalera no era segura ya que estaba amarrada con alambres sin pasamano que lo sabe porque estaba ahí presente. Después sostiene que el profesional encargado de la obra y otros jefes que Cristian Jaque el capataz incluso le dio la mano en la escalera para subirlo cuando estaba colgando, siendo el primero en darle la mano, luego se llevaron al actor para arriba para ver al hombre encargado de los accidente que el actor estuvo como media o una hora esperándolo pero no llegó, así que se fueron juntos para la casa. Al otro día volvió a verlo pero que no sabe qué pasó porque tenía que seguir trabajando. A su vez la testigo Fuentes, declaró que es hermana del actor, que viven juntos y que el actor el día del accidente llegó como a las 8:30 de la tarde y le dijo que se había caído en el trabajo en una escalera y aterrizó con la rodilla sino se mataba y alguien lo ayudo a subir y que no había paramédico que lo atendiera, que llegó cojeando y con mucho dolor. Que al otro día fue al trabajo y se dejo influenciar y lo pasó como accidente de trayecto pero se cayó en el trabajo, que no sabe quien lo influenció que su hermano se lo dijo pero que no se lo sabe y que esta así por ayudar a la empresa ahora que la Mutual le rechazó el accidente porque era muy grande para ser de trayecto y ahora Fonasa le paga. Asimismo el testigo Mendoza refiere que es amigo y vecino del actor que sabe que Cristian tuvo un accidente laboral el día lunes 26 de julio como a las 6 de la tarde, que el jefe de seguridad y su jefe le dijeron que se fuera para la casa ya que al día siguiente iban a solucionar el problema, al otro día llegaron a un trato le dijeron que lo hiciera pasar por un accidente de trayecto pero el accidente que tuve fue bajando una escalera con algo en la mano cayéndose, que lo acompañó a la casa el compañero de atrás. En la mutual declaró también que era un accidente de trayecto, agrega nuevamente que el jefe directo después del accidente lo mandó para la casa. Agrega que lo sabe porque el actor se lo contó.

1. Que el actor fue contratado por la demandada para desempeñarse como carpintero en la obra denominada Costanera Center, a contar del 01 de julio de 2010, en virtud de un contrato por faena transitoria denominada Hormigón 1° Medio Losa Perimetral Cielo Piso 33 nivel 243, en virtud de no ser un hecho controvertido en la causa y corroborado con contrato de trabajo suscrito por las partes e incorporado por la demandada. 2. Que, el actor a primera hora del 27 de julio de 2010, declaró por escrito ante la empresa demandada lo siguiente: Ayer con destino Tobalaba bajando la escalera me enredé con gente y caí y comenzó a doler rodilla derecha, esto fue dentro 19:35 a 20:00, hoy paso sala de primeros auxilios porque tengo dolor en la rodilla, en virtud de lo señalado en el documento denominado declaración de incidentes incorporado por la demandada, además de lo señalado por el propio demandante en la confesional al indicar que efectivamente presto dicha declaración. 3. Que, asimismo declaró el actor con fecha 27 de julio de 2010 ante la Mutual de Seguridad lo siguiente que el accidente fue al desplazarse hacia su domicilio; que ocurrió subiendo escala haciendo transbordo; y que el accidente ocurrió al realizar transbordo de línea 1 del metro hacia línea 4 en donde se tropieza y se golpea la rodilla derecha, en atención a lo expuesto en el documento firmado por el actor y denominado denuncia voluntaria del accidente del trabajo, además de lo indicado por el actor en su absolución al manifestar que repitió la misma declaración ante la mutual. 4. Que, en este punto es menester señalar que el actor indica en su demanda que la declaración de accidente de trayecto fue realizada por personas de la empresa con la intención de dar cuenta de un accidente de trayecto y no por él en forma libre y espontánea, correspondiéndole entonces a él acreditar la antedicha alegación y consecuencialmente la ocurrencia del siniestro. Para dicho efecto incorporó la declaración de los testigos don Luis Antonio Soto Orellana, doña Flor María Fuentes Álvarez y don David Arturo Mendoza Espinoza y el oficio N° 2.221 emitido por el Metro S.A. El testigo Soto manifiesta que el día lunes 26 de julio del año pasado, estaban ejecutando un trabajo después de las 6:00 de la tarde casi en horas extras y había que hacer un corte en un tablón y el jefe de la cuadrilla empezó con un chuzo a pegarle, él le dijo al actor que fuera a buscar un serrucho, que le prestaron otros maestros y al llegar con él se resbaló porque estaba todo con barro en la tarima adonde estaba parada la escalera y que alcanzó a sujetarse de la escala metiendo los pies entremedio, cayendo el serrucho a su lado y miró para arriba y estaba el Cristian colgando. Que estaban trabajando en un hoyo y como había llovido estaba lleno de barro, la escalera no era segura ya que estaba amarrada con alambres sin pasamano que lo sabe porque estaba ahí presente. Después sostiene que el profesional encargado de la obra y otros jefes que Cristian Jaque el capataz incluso le dio la mano en la escalera para subirlo cuando estaba colgando, siendo el primero en darle la mano, luego se llevaron al actor para arriba para ver al hombre encargado de los accidente que el actor estuvo como media o una hora esperándolo pero no llegó, así que se fueron juntos para la casa. Al otro día volvió a verlo pero que no sabe qué pasó porque tenía que seguir trabajando. A su vez la testigo Fuentes, declaró que es hermana del actor, que viven juntos y que el actor el día del accidente llegó como a las 8:30 de la tarde y le dijo que se había caído en el trabajo en una escalera y aterrizó con la rodilla sino se mataba y alguien lo ayudo a subir y que no había paramédico que lo atendiera, que llegó cojeando y con mucho dolor. Que al otro día fue al trabajo y se dejo influenciar y lo pasó como accidente de trayecto pero se cayó en el trabajo, que no sabe quien lo influenció que su hermano se lo dijo pero que no se lo sabe y que esta así por ayudar a la empresa ahora que la Mutual le rechazó el accidente porque era muy grande para ser de trayecto y ahora Fonasa le paga. Asimismo el testigo Mendoza refiere que es amigo y vecino del actor que sabe que Cristian tuvo un accidente laboral el día lunes 26 de julio como a las 6 de la tarde, que el jefe de seguridad y su jefe le dijeron que se fuera para la casa ya que al día siguiente iban a solucionar el problema, al otro día llegaron a un trato le dijeron que lo hiciera pasar por un accidente de trayecto pero el accidente que tuve fue bajando una escalera con algo en la mano cayéndose, que lo acompañó a la casa el compañero de atrás. En la mutual declaró también que era un accidente de trayecto, agrega nuevamente que el jefe directo después del accidente lo mandó para la casa. Agrega que lo sabe porque el actor se lo contó. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

363

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

5. Que en virtud de la prueba rendida por el actor, reseñada en el punto anterior y de acuerdo a lo indicado en el punto 4 del considerando precedente, a juicio de esta falladora no es posible tener por acreditado que el actor no manifestó su voluntad en orden a declarar que el accidente del que fue víctima, es un accidente de trayecto, en forma libre y espontánea, toda vez que la testimoniales rendidas carecen de la fuerza probatoria necesaria para lograr convicción respecto a dicha alegación, ya que ninguno de los testigos estuvo presente en el momento en que el actor suscribió dichas declaraciones, no pudiendo dar fe de sus dichos en orden a establecer que fueron sus jefes quienes lo influenciaron para señalar que el accidente ocurrió en el trayecto de la obra a la estación de metro Tobalaba, así los testigos Vásquez, Fuentes y Mendoza refieren que lo saben porque el actor se los manifestó, siendo testigos de oídas, probanzas que podrá producir fe respecto de sus declaración siempre y cuando sean corroboradas con otros antecedentes. Que especial mención requiere la declaración del testigo Vásquez, quien manifestó estar presente al momento de ocurrir el accidente en la obra, describiendo las circunstancias de aquél, dichos que no resultan concordantes en primer término con lo expresado en el escrito de demanda toda vez, que agrega una circunstancia distinta a la en ella señalada, al manifestar que Cristián Jaque, el capataz, incluso le dio la mano en la escalera para subirlo cuando estaba colgando, siendo el primero en darle la mano, luego se llevaron al Cristian para arriba para ver al hombre encargado de los accidente que el actor estuvo como media o una hora esperándolo pero no llego, así que se fueron juntos para la casa, y en la demanda por el contrario indica el actor al comenzar a bajar por la mencionada escalera de aluminio y a más de 2 metros del suelo, repentinamente resbaló debido a la gran cantidad de barro que tenía la escalera, pasando su pierna derecha entre dos eslabones de la escala y quedando el trabajador suspendido de su rodilla con la cabeza apuntando hacia abajo. Se trata de eslabones redondos, sin topes de goma, en una escalera telescópica que se encontraba demasiado parada, casi vertical acto seguido sus compañeros faenas lo sacaron de esa posición y lo dejaron sentado, en el suelo. En eso llegó el capataz señor Jaque, acompañado de un supervisor, así las cosas siendo un antecedente importante en el relato del demandante la circunstancia de haber sido propio capataz quien lo auxilio al estar colgando de la escalera, y no pudiendo entender que aquello haya sido olvidado por la víctima del accidente, claramente los dichos relativos a las circunstancias en que ocurre el accidente del testigo carecen de valor, en atención a ser contradictorios con lo manifestado por la propia parte que lo presenta. Que, además al testigo tampoco le consta que el actor haya sido persuadido por el jefe de seguridad y el capataz para efectos de declarar que el accidente sufrido por el es un accidente de trayecto, ya que manifiesta no saber que ocurrió el día 27 de julio de 2010, ya que tuvo que seguir trabajando. Que en cuanto al oficio N° 2.221 emitido por la empresa Metro S.A., que indica que el día 26 de julio de 2010, no tuvo conocimiento de accidente alguno ocurrido en la estación de metro Tobalaba, incorporado por el actor, esta juez considera que dicho documento sólo indica que no existen antecedentes del accidente del demandante así como tampoco testigo, y agrega que cada vez que un accidente es reportado a su empresa es socorrido e informado de los seguros a los que tiene derecho, antecedentes que no resultan eficaces para descartar que el actor sufrió el siniestro en la estación de metro Tobalaba, toda vez que refiere el mismo oficio que para que se tome conocimiento de accidentes es menester que el cliente lo denuncie, quedando al arbitrio del afectado comunicar dicha situación o no, además debe considerarse que de acuerdo a lo manifestado por el ante la Mutual de Seguridad, es un hecho que no reviste la gravedad necesaria para efectos de que concurriera personal del Metro a socorrerlo, así dicha información en nada aporta a la teoría del caso de la demandada. A mayor abundamiento el demandante prestó la misma declaración ante su empleador y la Mutual de seguridad, en virtud de lo señalado en el puntos 2° y 3° del presente considerando, antecedente que en virtud de las máximas de la lógica y la experiencia resulta particular, toda vez que ante dicho organismo concurrió sin quienes lo forzaron a declarar el accidente como de trayecto, sumado a que es un trabajador que se desempeña en el rubro de la construcción hace más de diez años, y que por lo tanto estaba en conocimiento de sus derechos y de las obligaciones de su empleador, y especialmente de los perjuicios que podría sufrir al encubrir la ocurrencia de un accidente laboral prestando una declaración en otro sentido, considerando que ésta fue manifestada al día siguiente de ocurrido el siniestro, habien-

364

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

5. Que en virtud de la prueba rendida por el actor, reseñada en el punto anterior y de acuerdo a lo indicado en el punto 4 del considerando precedente, a juicio de esta falladora no es posible tener por acreditado que el actor no manifestó su voluntad en orden a declarar que el accidente del que fue víctima, es un accidente de trayecto, en forma libre y espontánea, toda vez que la testimoniales rendidas carecen de la fuerza probatoria necesaria para lograr convicción respecto a dicha alegación, ya que ninguno de los testigos estuvo presente en el momento en que el actor suscribió dichas declaraciones, no pudiendo dar fe de sus dichos en orden a establecer que fueron sus jefes quienes lo influenciaron para señalar que el accidente ocurrió en el trayecto de la obra a la estación de metro Tobalaba, así los testigos Vásquez, Fuentes y Mendoza refieren que lo saben porque el actor se los manifestó, siendo testigos de oídas, probanzas que podrá producir fe respecto de sus declaración siempre y cuando sean corroboradas con otros antecedentes. Que especial mención requiere la declaración del testigo Vásquez, quien manifestó estar presente al momento de ocurrir el accidente en la obra, describiendo las circunstancias de aquél, dichos que no resultan concordantes en primer término con lo expresado en el escrito de demanda toda vez, que agrega una circunstancia distinta a la en ella señalada, al manifestar que Cristián Jaque, el capataz, incluso le dio la mano en la escalera para subirlo cuando estaba colgando, siendo el primero en darle la mano, luego se llevaron al Cristian para arriba para ver al hombre encargado de los accidente que el actor estuvo como media o una hora esperándolo pero no llego, así que se fueron juntos para la casa, y en la demanda por el contrario indica el actor al comenzar a bajar por la mencionada escalera de aluminio y a más de 2 metros del suelo, repentinamente resbaló debido a la gran cantidad de barro que tenía la escalera, pasando su pierna derecha entre dos eslabones de la escala y quedando el trabajador suspendido de su rodilla con la cabeza apuntando hacia abajo. Se trata de eslabones redondos, sin topes de goma, en una escalera telescópica que se encontraba demasiado parada, casi vertical acto seguido sus compañeros faenas lo sacaron de esa posición y lo dejaron sentado, en el suelo. En eso llegó el capataz señor Jaque, acompañado de un supervisor, así las cosas siendo un antecedente importante en el relato del demandante la circunstancia de haber sido propio capataz quien lo auxilio al estar colgando de la escalera, y no pudiendo entender que aquello haya sido olvidado por la víctima del accidente, claramente los dichos relativos a las circunstancias en que ocurre el accidente del testigo carecen de valor, en atención a ser contradictorios con lo manifestado por la propia parte que lo presenta. Que, además al testigo tampoco le consta que el actor haya sido persuadido por el jefe de seguridad y el capataz para efectos de declarar que el accidente sufrido por el es un accidente de trayecto, ya que manifiesta no saber que ocurrió el día 27 de julio de 2010, ya que tuvo que seguir trabajando. Que en cuanto al oficio N° 2.221 emitido por la empresa Metro S.A., que indica que el día 26 de julio de 2010, no tuvo conocimiento de accidente alguno ocurrido en la estación de metro Tobalaba, incorporado por el actor, esta juez considera que dicho documento sólo indica que no existen antecedentes del accidente del demandante así como tampoco testigo, y agrega que cada vez que un accidente es reportado a su empresa es socorrido e informado de los seguros a los que tiene derecho, antecedentes que no resultan eficaces para descartar que el actor sufrió el siniestro en la estación de metro Tobalaba, toda vez que refiere el mismo oficio que para que se tome conocimiento de accidentes es menester que el cliente lo denuncie, quedando al arbitrio del afectado comunicar dicha situación o no, además debe considerarse que de acuerdo a lo manifestado por el ante la Mutual de Seguridad, es un hecho que no reviste la gravedad necesaria para efectos de que concurriera personal del Metro a socorrerlo, así dicha información en nada aporta a la teoría del caso de la demandada. A mayor abundamiento el demandante prestó la misma declaración ante su empleador y la Mutual de seguridad, en virtud de lo señalado en el puntos 2° y 3° del presente considerando, antecedente que en virtud de las máximas de la lógica y la experiencia resulta particular, toda vez que ante dicho organismo concurrió sin quienes lo forzaron a declarar el accidente como de trayecto, sumado a que es un trabajador que se desempeña en el rubro de la construcción hace más de diez años, y que por lo tanto estaba en conocimiento de sus derechos y de las obligaciones de su empleador, y especialmente de los perjuicios que podría sufrir al encubrir la ocurrencia de un accidente laboral prestando una declaración en otro sentido, considerando que ésta fue manifestada al día siguiente de ocurrido el siniestro, habien-

364

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

365

do transcurrido un plazo razonable que le habría permitido reflexionar de modo más acorde al legítimo ejercicio de sus derechos como trabajador. 6. Que así las cosas, no habiéndose acreditado por el demandante que la voluntad del trabajador manifestada ante su empresa y la Mutual de seguridad fue obtenida fraudulentamente, con el fin de encubrir un accidente de trabajo y así eludir responsabilidades por parte de la demandada, y no habiendo tampoco logrado convicción en esta falladora de la efectividad de haber sufrido un accidente en dependencias de la empresa, solo resta concluir que el accidente sufrido por el demandante el día 26 de julio de 2010, constituye un accidente de trayecto entre las dependencias de la empresa y el domicilio del trabajador. DECIMOSEGUNDO: Que en virtud de las conclusiones arribadas y lo señalado en el considerando decimo de la presente sentencia, se rechazara la demanda en la parte resolutiva de la sentencia. DECIMOTERCERO: Que la restante prueba rendida en nada alteras las razones antes expresadas, razón por la que será desestimada. Y teniendo además presente lo dispuesto en los artículos 1698 del Código Civil; 7º, 8º, 9º, 10, 11, 41, 63, 67, 73, 184, 425, 445, 453, 454 y 459 del Código del Trabajo, y ley Nº 16.744 se resuelve: 1. Que se rechaza la demanda interpuesta por don Rodrigo Wunkhaus Rigart, en representación de don Cristián Alberto Fuentes Álvarez, carpintero, en contra de Salfa Construcción S.A., representada por don Matías Arteaga Correa. 2. Que no se condena en costas al demandante por haber tenido motivo plausible para litigar. Regístrese, notifíquese y archívese en su oportunidad. Dictada por doña Daniela de los Ángeles González Martínez, Juez Suplente del Primer Juzgado de Letras del Trabajo de Santiago. RIT : O 3142 2010. RUC: 10 4 0043308-4. En Santiago a veintisiete de enero de dos mil once, se notificó por el estado diario la sentencia precedente.

do transcurrido un plazo razonable que le habría permitido reflexionar de modo más acorde al legítimo ejercicio de sus derechos como trabajador. 6. Que así las cosas, no habiéndose acreditado por el demandante que la voluntad del trabajador manifestada ante su empresa y la Mutual de seguridad fue obtenida fraudulentamente, con el fin de encubrir un accidente de trabajo y así eludir responsabilidades por parte de la demandada, y no habiendo tampoco logrado convicción en esta falladora de la efectividad de haber sufrido un accidente en dependencias de la empresa, solo resta concluir que el accidente sufrido por el demandante el día 26 de julio de 2010, constituye un accidente de trayecto entre las dependencias de la empresa y el domicilio del trabajador. DECIMOSEGUNDO: Que en virtud de las conclusiones arribadas y lo señalado en el considerando decimo de la presente sentencia, se rechazara la demanda en la parte resolutiva de la sentencia. DECIMOTERCERO: Que la restante prueba rendida en nada alteras las razones antes expresadas, razón por la que será desestimada. Y teniendo además presente lo dispuesto en los artículos 1698 del Código Civil; 7º, 8º, 9º, 10, 11, 41, 63, 67, 73, 184, 425, 445, 453, 454 y 459 del Código del Trabajo, y ley Nº 16.744 se resuelve: 1. Que se rechaza la demanda interpuesta por don Rodrigo Wunkhaus Rigart, en representación de don Cristián Alberto Fuentes Álvarez, carpintero, en contra de Salfa Construcción S.A., representada por don Matías Arteaga Correa. 2. Que no se condena en costas al demandante por haber tenido motivo plausible para litigar. Regístrese, notifíquese y archívese en su oportunidad. Dictada por doña Daniela de los Ángeles González Martínez, Juez Suplente del Primer Juzgado de Letras del Trabajo de Santiago. RIT : O 3142 2010. RUC: 10 4 0043308-4. En Santiago a veintisiete de enero de dos mil once, se notificó por el estado diario la sentencia precedente. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

365

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Santiago, veintisiete de septiembre de dos mil diez. VISTOS, OÍDO Y CONSIDERANDO: PRIMERO: Que comparece a este Segundo Juzgado de Letras del Trabajo de Santiago, don Mauricio Alejandro Manríquez Pozas, maestro hojalatero, domiciliado en calle Huérfanos N° 835, oficina 1601, comuna de Santiago, quien interpone demanda en procedimiento de aplicación general por accidente del trabajo, en contra de su ex empleadora Botti Jameson Ltda., empresa del giro de la construcción y obras de ingeniería, legalmente representada por don Juan Carlos Botti Fernández, ambos domiciliados en calle Manuel Carvallo N° 971, comuna de Peñalolén, con la finalidad que se condene a la demandada al pago de $ 23.328.000. por concepto de lucro cesante y $ 70.000.000.- por concepto de daño moral, o las sumas que, en subsidio determine el Tribunal, con intereses, reajustes y costas de la causa. Funda su acción en el hecho de haber ingresado a prestar servicios para la demandada, bajo vínculo de subordinación y dependencia, con fecha 01 de julio de 2005, percibiendo por la prestación de sus servicios de maestro hojalatero la cantidad de $ 180.000.-, indicando que el día 28 de agosto de 2006, ingresó a las 08:00 horas a la obra que realizaba su empleadora en las bodegas de ABC Din ubicada en Avenida La Vara Nº 2700, comuna de San Bernardo, encontrándose a cargo de cambiar el techo de los galpones de las bodegas señaladas, junto a cuatro compañeros, con quienes trabajaba en la obra desde hacía un mes. Sostiene que, ese día les correspondía cambiar el último sector de pizarreños por planchas de zinc, siendo las 09:00 horas, mientras se encontraba a una altura de 11 metros, retirando los pizarreños para lo cual, debían caminar sobre el techo, una de estas planchas cedió, cayendo directamente al piso, golpeándose todo su cuerpo, fracturándose gravemente el brazo y codo derecho, por lo que fue trasladado en ambulancia hasta el Hospital Barros Luco, pues su empleadora no quería denunciar el accidente, permaneciendo tres días internado en ese Hospital, hasta que finalmente, pudo ser derivado hasta el Hospital Clínico de la Mutual de Seguridad de la Cámara Chilena de la Construcción, lugar donde fue examinado e inmediatamente operado por los médicos de turno, colocándole placas de titanio y tornillos en el brazo derecho, quedando internado por aproximadamente 11 días, agregando que, una vez dado de alta, debió iniciar un largo proceso de curaciones quirúrgicas y tratamiento de rehabilitación, de aproximadamente un año, para luego ser derivado a la Comisión Médica de Evaluación de Incapacidad, la que determinó, con fecha 26 de noviembre de 2007, que con ocasión del referido accidente, sufrió una incapacidad ascendente al 30% del total de sus capacidades. Refiere que con fecha 17 de octubre de 2007, su empleadora procedió a despedirlo por la causal de necesidades de la empresa, ya que no le servía para trabajar en las condiciones en que quedó, pese a haberse accidentado en cumplimiento de sus funciones. Indica que, el responsable del accidente es su empleadora al momento de su ocurrencia, ya que no tomó las medidas de prevención de riesgos ni tampoco las medidas de seguridad mínimas para evitar que éste sucediera, pues claramente para la empresa era más importante avanzar rápidamente en sus obras que salvaguardar la vida e integridad física de sus trabajadores, obligándolos a trabajar con un procedimiento inseguro, debiendo caminar sobre tablas de pizarreño completamente inestables, sin contar con un procedimiento de trabajo seguro en altura, y en definitiva, sin un mecanismo de cuidado adecuado que disminuyera el riesgo al trabajar, labores que debía desarrollar sin ningún tipo de medidas de seguridad, normas de higiene y control de riesgos, reinando un completo desorden y descontrol en el apuro de cumplir con las exigencias de su ex empleadora, resultándole difícil creer que nadie haya previsto el peligro existente al trabajar en esas condiciones, toda vez que tomar precauciones era obligación de la demandada, así como supervisar todas las instalaciones del lugar en el que le correspondía desempeñarse.

366

I. SENTENCIA DEL JUZGADO DE LETRAS DEL TRABAJO

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol N° 1427-2010 Cita online: CL/JUR/16425/2010

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol N° 1427-2010 Cita online: CL/JUR/16425/2010

I. SENTENCIA DEL JUZGADO DE LETRAS DEL TRABAJO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Santiago, veintisiete de septiembre de dos mil diez. VISTOS, OÍDO Y CONSIDERANDO: PRIMERO: Que comparece a este Segundo Juzgado de Letras del Trabajo de Santiago, don Mauricio Alejandro Manríquez Pozas, maestro hojalatero, domiciliado en calle Huérfanos N° 835, oficina 1601, comuna de Santiago, quien interpone demanda en procedimiento de aplicación general por accidente del trabajo, en contra de su ex empleadora Botti Jameson Ltda., empresa del giro de la construcción y obras de ingeniería, legalmente representada por don Juan Carlos Botti Fernández, ambos domiciliados en calle Manuel Carvallo N° 971, comuna de Peñalolén, con la finalidad que se condene a la demandada al pago de $ 23.328.000. por concepto de lucro cesante y $ 70.000.000.- por concepto de daño moral, o las sumas que, en subsidio determine el Tribunal, con intereses, reajustes y costas de la causa. Funda su acción en el hecho de haber ingresado a prestar servicios para la demandada, bajo vínculo de subordinación y dependencia, con fecha 01 de julio de 2005, percibiendo por la prestación de sus servicios de maestro hojalatero la cantidad de $ 180.000.-, indicando que el día 28 de agosto de 2006, ingresó a las 08:00 horas a la obra que realizaba su empleadora en las bodegas de ABC Din ubicada en Avenida La Vara Nº 2700, comuna de San Bernardo, encontrándose a cargo de cambiar el techo de los galpones de las bodegas señaladas, junto a cuatro compañeros, con quienes trabajaba en la obra desde hacía un mes. Sostiene que, ese día les correspondía cambiar el último sector de pizarreños por planchas de zinc, siendo las 09:00 horas, mientras se encontraba a una altura de 11 metros, retirando los pizarreños para lo cual, debían caminar sobre el techo, una de estas planchas cedió, cayendo directamente al piso, golpeándose todo su cuerpo, fracturándose gravemente el brazo y codo derecho, por lo que fue trasladado en ambulancia hasta el Hospital Barros Luco, pues su empleadora no quería denunciar el accidente, permaneciendo tres días internado en ese Hospital, hasta que finalmente, pudo ser derivado hasta el Hospital Clínico de la Mutual de Seguridad de la Cámara Chilena de la Construcción, lugar donde fue examinado e inmediatamente operado por los médicos de turno, colocándole placas de titanio y tornillos en el brazo derecho, quedando internado por aproximadamente 11 días, agregando que, una vez dado de alta, debió iniciar un largo proceso de curaciones quirúrgicas y tratamiento de rehabilitación, de aproximadamente un año, para luego ser derivado a la Comisión Médica de Evaluación de Incapacidad, la que determinó, con fecha 26 de noviembre de 2007, que con ocasión del referido accidente, sufrió una incapacidad ascendente al 30% del total de sus capacidades. Refiere que con fecha 17 de octubre de 2007, su empleadora procedió a despedirlo por la causal de necesidades de la empresa, ya que no le servía para trabajar en las condiciones en que quedó, pese a haberse accidentado en cumplimiento de sus funciones. Indica que, el responsable del accidente es su empleadora al momento de su ocurrencia, ya que no tomó las medidas de prevención de riesgos ni tampoco las medidas de seguridad mínimas para evitar que éste sucediera, pues claramente para la empresa era más importante avanzar rápidamente en sus obras que salvaguardar la vida e integridad física de sus trabajadores, obligándolos a trabajar con un procedimiento inseguro, debiendo caminar sobre tablas de pizarreño completamente inestables, sin contar con un procedimiento de trabajo seguro en altura, y en definitiva, sin un mecanismo de cuidado adecuado que disminuyera el riesgo al trabajar, labores que debía desarrollar sin ningún tipo de medidas de seguridad, normas de higiene y control de riesgos, reinando un completo desorden y descontrol en el apuro de cumplir con las exigencias de su ex empleadora, resultándole difícil creer que nadie haya previsto el peligro existente al trabajar en esas condiciones, toda vez que tomar precauciones era obligación de la demandada, así como supervisar todas las instalaciones del lugar en el que le correspondía desempeñarse.

366

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

367

Indica que producto del accidente, sufrió fractura de humero y codo de brazo derecho, así como también parálisis nervio cubital derecho, y que las gravísimas lesiones ocasionadas en su brazo, lo han dejado completamente incapacitado, debiendo, desde el día en que ingresó al Hospital Clínico de la Mutual de Seguridad, iniciar un largo proceso de rehabilitación, quedando como ya dijo, con un 30% de incapacidad, sufriendo dolores permanentes en su brazo derecho, el que presenta una disminución de movilidad, y pérdida de fuerza, sin que logre siquiera levantar y extenderlo completamente, agregando que, producto del accidente, no ha podido continuar desarrollando sus labores de maestro hojalatero o cualquier actividad que requiera fuerza y precisión con su brazo derecho, y que con el producto de su trabajo, mantenía a su familia integrada por su pareja y sus dos hijos de 7 años y 3 meses de edad, respectivamente, refiriendo que, a la fecha tiene 29 años de edad, resultando de todo ello un perjuicio de sufrimiento. Señala que el daño físico y psicológico que porta, lo mantiene en una fuerte angustia, habiéndose traspasado a su familia, la que vive diariamente su deterioro porque no puede realizar las actividades normales a las que estaba acostumbrado antes del accidente, por lo que su capacidad laboral se encuentra absolutamente limitada, indicando que también ha sido víctima de un perjuicio de agrado, pues las lesiones sufridas lo han privado de las diversas satisfacciones de orden social, mundano y deportivo que normalmente benefician a un hombre de su edad y condición, y que le ha significado progresivamente la pérdida de todos los entretenimientos comunes y ordinarios de la vida, afectando incluso su salud mental. Hace presente que el accidente fue causado porque su empleador infringió la obligación de seguridad que mantiene para con sus trabajadores, la cual le es impuesta por el artículo 184 del Código del Trabajo, en relación con la obligación de prevención y seguridad que pesa sobre el empleador, a que aluden los artículos 66, 67 y 68 de la ley Nº 16.744, cuyo reglamento fue aprobado por el decreto supremo N° 40, de 1969 del Ministerio del Trabajo y Previsión Social, conocido como el Reglamento de Prevención de Riesgos, además de prescripciones específicas de seguridad para la ejecución de las labores como las que realizaba al momento de ocurrir el accidente del trabajo del que fue víctima. Solicita, teniendo presente lo que expone en su libelo pretensor y en atención al hecho que el monto de su remuneración, ascendía a $ 180.000. mensuales, al multiplicarlos por 12 (para obtener la remuneración anual) y luego por 36 (años que van desde esta fecha hasta que cumpla 65 años de edad) resulta un total de $ 77.760.000.-, y aplicando una disminución de su capacidad de generar ingresos, ascendente al 30%, resulta un total de $ 23.328.000. suma por la cual demanda el concepto de lucro cesante, o una cifra mayor o menor que el tribunal fije en justicia y equidad, de acuerdo al mérito de autos. Respecto al daño moral, sostiene que, la lesión a los intereses patrimoniales origina daño patrimonial o material, en tanto que la lesión a los intereses extrapatrimoniales hace surgir un daño moral, por el cual demanda la cantidad de $ 70.000.000.-, o en subsidio, una suma mayor o menor que el Tribunal fije, de acuerdo a la equidad, justicia y al mérito del proceso. Finaliza señalando que las indemnizaciones se deberán pagar con los reajustes e intereses que establecen los artículos 63 y 173 del Código del Trabajo, o en subsidio, con los reajustes e intereses que el Tribunal determine, contados desde la fecha de notificación de la demanda, o desde la fecha que el Tribunal determine. SEGUNDO: Que en tiempo y forma, comparece don Gonzalo Cordero Arce y don Fernando Arab Verdugo, abogados, en representación convencional de la demandada Botti Jameson Ltda., quienes, contestando la demanda, solicitan su total rechazo con costas, por los siguientes fundamentos: Señalan, en primer término, que la empresa actualmente cuenta con 24 trabajadores, 10 contratados indefinidamente y 14 por obra o faena determinada, cuyo giro principal es apoyar a las empresas que intervienen en el diseño y ejecución de proyectos de construcción, ofreciendo en cada caso, soluciones adaptadas en el ámbito de las cubiertas y revestimientos industriales, indicando que su representada siempre ha puesto especial énfasis en la calidad de sus servicios, lo que se manifiesta no sólo en el resultado de sus obras, sino también en efectuarlas en un ambiente seguro para sus trabajadores a quienes suministra los mejores implementos de seguridad que ofrece el mercado nacional y de la mejor calidad, siendo todos certificados por el Instituto de Salud Pública.

Indica que producto del accidente, sufrió fractura de humero y codo de brazo derecho, así como también parálisis nervio cubital derecho, y que las gravísimas lesiones ocasionadas en su brazo, lo han dejado completamente incapacitado, debiendo, desde el día en que ingresó al Hospital Clínico de la Mutual de Seguridad, iniciar un largo proceso de rehabilitación, quedando como ya dijo, con un 30% de incapacidad, sufriendo dolores permanentes en su brazo derecho, el que presenta una disminución de movilidad, y pérdida de fuerza, sin que logre siquiera levantar y extenderlo completamente, agregando que, producto del accidente, no ha podido continuar desarrollando sus labores de maestro hojalatero o cualquier actividad que requiera fuerza y precisión con su brazo derecho, y que con el producto de su trabajo, mantenía a su familia integrada por su pareja y sus dos hijos de 7 años y 3 meses de edad, respectivamente, refiriendo que, a la fecha tiene 29 años de edad, resultando de todo ello un perjuicio de sufrimiento. Señala que el daño físico y psicológico que porta, lo mantiene en una fuerte angustia, habiéndose traspasado a su familia, la que vive diariamente su deterioro porque no puede realizar las actividades normales a las que estaba acostumbrado antes del accidente, por lo que su capacidad laboral se encuentra absolutamente limitada, indicando que también ha sido víctima de un perjuicio de agrado, pues las lesiones sufridas lo han privado de las diversas satisfacciones de orden social, mundano y deportivo que normalmente benefician a un hombre de su edad y condición, y que le ha significado progresivamente la pérdida de todos los entretenimientos comunes y ordinarios de la vida, afectando incluso su salud mental. Hace presente que el accidente fue causado porque su empleador infringió la obligación de seguridad que mantiene para con sus trabajadores, la cual le es impuesta por el artículo 184 del Código del Trabajo, en relación con la obligación de prevención y seguridad que pesa sobre el empleador, a que aluden los artículos 66, 67 y 68 de la ley Nº 16.744, cuyo reglamento fue aprobado por el decreto supremo N° 40, de 1969 del Ministerio del Trabajo y Previsión Social, conocido como el Reglamento de Prevención de Riesgos, además de prescripciones específicas de seguridad para la ejecución de las labores como las que realizaba al momento de ocurrir el accidente del trabajo del que fue víctima. Solicita, teniendo presente lo que expone en su libelo pretensor y en atención al hecho que el monto de su remuneración, ascendía a $ 180.000. mensuales, al multiplicarlos por 12 (para obtener la remuneración anual) y luego por 36 (años que van desde esta fecha hasta que cumpla 65 años de edad) resulta un total de $ 77.760.000.-, y aplicando una disminución de su capacidad de generar ingresos, ascendente al 30%, resulta un total de $ 23.328.000. suma por la cual demanda el concepto de lucro cesante, o una cifra mayor o menor que el tribunal fije en justicia y equidad, de acuerdo al mérito de autos. Respecto al daño moral, sostiene que, la lesión a los intereses patrimoniales origina daño patrimonial o material, en tanto que la lesión a los intereses extrapatrimoniales hace surgir un daño moral, por el cual demanda la cantidad de $ 70.000.000.-, o en subsidio, una suma mayor o menor que el Tribunal fije, de acuerdo a la equidad, justicia y al mérito del proceso. Finaliza señalando que las indemnizaciones se deberán pagar con los reajustes e intereses que establecen los artículos 63 y 173 del Código del Trabajo, o en subsidio, con los reajustes e intereses que el Tribunal determine, contados desde la fecha de notificación de la demanda, o desde la fecha que el Tribunal determine. SEGUNDO: Que en tiempo y forma, comparece don Gonzalo Cordero Arce y don Fernando Arab Verdugo, abogados, en representación convencional de la demandada Botti Jameson Ltda., quienes, contestando la demanda, solicitan su total rechazo con costas, por los siguientes fundamentos: Señalan, en primer término, que la empresa actualmente cuenta con 24 trabajadores, 10 contratados indefinidamente y 14 por obra o faena determinada, cuyo giro principal es apoyar a las empresas que intervienen en el diseño y ejecución de proyectos de construcción, ofreciendo en cada caso, soluciones adaptadas en el ámbito de las cubiertas y revestimientos industriales, indicando que su representada siempre ha puesto especial énfasis en la calidad de sus servicios, lo que se manifiesta no sólo en el resultado de sus obras, sino también en efectuarlas en un ambiente seguro para sus trabajadores a quienes suministra los mejores implementos de seguridad que ofrece el mercado nacional y de la mejor calidad, siendo todos certificados por el Instituto de Salud Pública. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

367

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Indica que el actor afirma en su libelo que el día 28 de agosto de 2006 se encontraba junto a otros cuatro trabajadores a cargo de cambiar el techo de los galpones de la bodega de la empresa DIN, actualmente ABC DIN, sin embargo, sostiene, las funciones de maestro hojalatero del demandante, se debían efectuar a nivel de piso, por lo que no le correspondía cambiar el techo de galpón alguno, función que estaba expresamente definida en el procedimiento para la instalación de cubierta y hojalatería, que recibió conforme el 03 de julio de 2006, y que definía dichas funciones como: trabajadores destinados a realizar labores de apoyo, fabricación de hojalatería y otras actividades a nivel de piso, considerando además, que cada trabajador en el desempeño de sus funciones, según anexo de contrato, debía cumplir y respetar el procedimiento así como obedecer instrucciones impartidas por la administración y acatar las normas de prevención establecidas por la empresa, por lo que las funciones del señor Manríquez nunca fueron las de cambiar la techumbre del galpón, y tal como consta en el anexo de contrato debidamente firmado por el trabajador, de 03 de julio de 2006, le correspondía exclusivamente desempeñar labores a nivel de piso como maestro auxiliar, prestando apoyo en faenas de plegado de piezas de hojalatería, recepción de materiales, aseo, acopio y carguío de camiones, resultando específicamente, según el referido anexo, que al demandante correspondía el retiro de escombros que se producían por el material sacado de los techos, debiendo, en consecuencia, mantener el orden de la faena, siempre a nivel de piso, acumulando y retirando los escombros que se iban produciendo en la obra por el retiro de las planchas de pizarreño (no de zinc como lo indica el actor), labores para las cuales, poesía todos los implementos de seguridad que requería, tal como consta en el documento que el propio actor firmó al recibir los elementos de protección personal, y charla de inducción sobre el uso de los mismos. Refiere que, los trabajadores de la empresa que se encontraban realizando labores de cambio de techo de las bodegas de DIN al momento de ocurrir el accidente, entre los cuales no figuraba el demandante, estaban empleando todos sus elementos de protección personal, entre ellos, arnés de seguridad y cuerdas de vida, por lo que ninguno de ellos sufrió nunca, durante todo el tiempo que duró la obra, ningún accidente laboral, pues la cuerda de vida corresponde a un dispositivo que impide que el trabajador impacte con el suelo u otra superficie, en caso de caer desde altura, al permanecer debidamente atado desde el tórax con un arnés a una superficie de seguridad, agregando que, el propio actor reconoce, tanto a través del certificado de introducción al trabajador nuevo como mediante el anexo de contrato de trabajo relativo al derecho a conocer el riesgo profesional, ambos debidamente firmados por éste, que dan cuenta que su representada lo instruyó en diversos aspectos relativos a la seguridad en la obra, existiendo un procedimiento de trabajo seguro, resultando temerarias sus afirmaciones a este respecto. Sostiene que, el día 28 de agosto, cerca de las 15:00 horas, y no a las 09:00 como refiere en su libelo, el demandante, una vez que había terminado de almorzar, consultó entre sus compañeros de piso si alguien tenía un cigarrillo, siendo la respuesta negativa, le indicaron que en el techo del galpón sí había un trabajador que tenía y así, temerariamente y por iniciativa propia, decidió subir a la techumbre de la obra con el fin de conseguir un cigarro entre sus compañeros que prestaban servicios en el techo del galpón, sin contar con elemento de protección alguno que lo resguardara en caso de sufrir una caída, accediendo a la cubierta del techo por zonas no habilitadas, por cuanto no estaban provistas de plataforma de trabajo, e imprudentemente cruzó por un área cerrada al tránsito de los trabajadores, y cuando los dependientes destinados a cubierta lo vieron acercarse, le gritaron que no continuara caminando por el peligro que ello aparejaba, pues el actor no tenía arnés de seguridad ni cuerdas de vida, por lo que el accidente se debió a su actitud temeraria e imprudente, quien conocía plenamente los riesgos de subir a un lugar en altura sin los elementos de protección personal necesarios para ello. Continúa señalando que el traslado, inmediatamente de ocurrido el accidente, al Hospital Barros Luco, se debió a que el encargado de la obra, personal dependiente de la empresa mandante DIN, llamó a una ambulancia de urgencia para que fuera a buscar al trabajador, concurriendo al centro asistencial más cercano, intentando siempre su representada, trasladarlo a la brevedad posible a la mutualidad respectiva, no siendo efectivo que no haya querido denunciar el accidente como afirma el actor. Indica que el día 17 de octubre de 2007, el actor fue despedido por necesidades de la empresa, pagándosele todo lo que en derecho correspondía, y firmando el demandante, el correspondiente finiquito

368

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Indica que el actor afirma en su libelo que el día 28 de agosto de 2006 se encontraba junto a otros cuatro trabajadores a cargo de cambiar el techo de los galpones de la bodega de la empresa DIN, actualmente ABC DIN, sin embargo, sostiene, las funciones de maestro hojalatero del demandante, se debían efectuar a nivel de piso, por lo que no le correspondía cambiar el techo de galpón alguno, función que estaba expresamente definida en el procedimiento para la instalación de cubierta y hojalatería, que recibió conforme el 03 de julio de 2006, y que definía dichas funciones como: trabajadores destinados a realizar labores de apoyo, fabricación de hojalatería y otras actividades a nivel de piso, considerando además, que cada trabajador en el desempeño de sus funciones, según anexo de contrato, debía cumplir y respetar el procedimiento así como obedecer instrucciones impartidas por la administración y acatar las normas de prevención establecidas por la empresa, por lo que las funciones del señor Manríquez nunca fueron las de cambiar la techumbre del galpón, y tal como consta en el anexo de contrato debidamente firmado por el trabajador, de 03 de julio de 2006, le correspondía exclusivamente desempeñar labores a nivel de piso como maestro auxiliar, prestando apoyo en faenas de plegado de piezas de hojalatería, recepción de materiales, aseo, acopio y carguío de camiones, resultando específicamente, según el referido anexo, que al demandante correspondía el retiro de escombros que se producían por el material sacado de los techos, debiendo, en consecuencia, mantener el orden de la faena, siempre a nivel de piso, acumulando y retirando los escombros que se iban produciendo en la obra por el retiro de las planchas de pizarreño (no de zinc como lo indica el actor), labores para las cuales, poesía todos los implementos de seguridad que requería, tal como consta en el documento que el propio actor firmó al recibir los elementos de protección personal, y charla de inducción sobre el uso de los mismos. Refiere que, los trabajadores de la empresa que se encontraban realizando labores de cambio de techo de las bodegas de DIN al momento de ocurrir el accidente, entre los cuales no figuraba el demandante, estaban empleando todos sus elementos de protección personal, entre ellos, arnés de seguridad y cuerdas de vida, por lo que ninguno de ellos sufrió nunca, durante todo el tiempo que duró la obra, ningún accidente laboral, pues la cuerda de vida corresponde a un dispositivo que impide que el trabajador impacte con el suelo u otra superficie, en caso de caer desde altura, al permanecer debidamente atado desde el tórax con un arnés a una superficie de seguridad, agregando que, el propio actor reconoce, tanto a través del certificado de introducción al trabajador nuevo como mediante el anexo de contrato de trabajo relativo al derecho a conocer el riesgo profesional, ambos debidamente firmados por éste, que dan cuenta que su representada lo instruyó en diversos aspectos relativos a la seguridad en la obra, existiendo un procedimiento de trabajo seguro, resultando temerarias sus afirmaciones a este respecto. Sostiene que, el día 28 de agosto, cerca de las 15:00 horas, y no a las 09:00 como refiere en su libelo, el demandante, una vez que había terminado de almorzar, consultó entre sus compañeros de piso si alguien tenía un cigarrillo, siendo la respuesta negativa, le indicaron que en el techo del galpón sí había un trabajador que tenía y así, temerariamente y por iniciativa propia, decidió subir a la techumbre de la obra con el fin de conseguir un cigarro entre sus compañeros que prestaban servicios en el techo del galpón, sin contar con elemento de protección alguno que lo resguardara en caso de sufrir una caída, accediendo a la cubierta del techo por zonas no habilitadas, por cuanto no estaban provistas de plataforma de trabajo, e imprudentemente cruzó por un área cerrada al tránsito de los trabajadores, y cuando los dependientes destinados a cubierta lo vieron acercarse, le gritaron que no continuara caminando por el peligro que ello aparejaba, pues el actor no tenía arnés de seguridad ni cuerdas de vida, por lo que el accidente se debió a su actitud temeraria e imprudente, quien conocía plenamente los riesgos de subir a un lugar en altura sin los elementos de protección personal necesarios para ello. Continúa señalando que el traslado, inmediatamente de ocurrido el accidente, al Hospital Barros Luco, se debió a que el encargado de la obra, personal dependiente de la empresa mandante DIN, llamó a una ambulancia de urgencia para que fuera a buscar al trabajador, concurriendo al centro asistencial más cercano, intentando siempre su representada, trasladarlo a la brevedad posible a la mutualidad respectiva, no siendo efectivo que no haya querido denunciar el accidente como afirma el actor. Indica que el día 17 de octubre de 2007, el actor fue despedido por necesidades de la empresa, pagándosele todo lo que en derecho correspondía, y firmando el demandante, el correspondiente finiquito

368

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

369

laboral, no siendo efectivo que el término de los servicios se debió a que ya no servía para el trabajo por la lesión sufrida, como alega en su libelo. Relata que a la época de acaecimiento del accidente, su representada contaba con todas las medidas de seguridad pertinentes y daba cumplimiento a todas y cada una de las obligaciones relativas a la seguridad establecidas en la normativa vigente, siendo así que contaba con reglamento interno de orden, higiene y seguridad y con las medidas necesarias para prevenir accidentes en el lugar de las labores. En cuanto al lucro cesante, indica que esta pretensión deberá ser rechazada pues, siendo los daños indemnizables únicamente aquellos ciertos y efectivos, nadie puede asegurar que el actor efectivamente vivirá hasta los 65 años, ni menos que hubiera seguido prestando servicios con solución de continuidad en la empresa, debiendo a este respecto, considerarse que el contrato de trabajo del demandante terminó por la causal necesidades de la empresa, pagándosele la suma de $ 634.500.- el 06 de noviembre de 2007, por su finiquito, por lo que cualquier suma que pretenda reclamar con posterioridad a esa fecha es meramente hipotética. Referente al daño moral reclamado, indica que no concurren en este caso los supuestos básicos de la responsabilidad, por lo que no es procedente una indemnización por este concepto, agregando que el monto aparece absolutamente desproporcionado y carente de toda justificación, puesto que el demandante no da ningún fundamento sólido para su desmesurada pretensión, señalando además, que la indemnización de perjuicios sólo puede tener un carácter reparatorio y jamás ser fuente de enriquecimiento, ni tener una función punitiva, y que la cifra demandada por este tipo de daño, significaría a su representada un severo perjuicio patrimonial. TERCERO: Que, en la audiencia preparatoria celebrada con fecha 03 de agosto de 2010, el tribunal llamó a las partes a conciliación, proponiendo bases de acuerdo, sin resultados positivos, por lo que se recibió la causa a prueba, fijándose como hechos a probar, los siguientes: 1. Si la Empresa demandada habría tomado las medidas de seguridad, necesarias para evitar eficazmente el accidente que sufrió el actor. 2. Si el actor se expuso imprudentemente al daño al subir a las techumbres a conseguir un cigarrillo, sin que sus labores hayan sido desempeñarse en dicho lugar. 3. Naturaleza características perjuicios y monto de los daños sufridos por el actor. CUARTO: Que en la audiencia de juicio, las partes, en apoyo de sus alegaciones, incorporaron la siguiente prueba: Demandante: Documental: 1. Contrato de trabajo de fecha 01 de julio de 2005. 2. Tres liquidaciones de remuneraciones correspondientes a los meses junio, julio y agosto de 2006. 3. Informe médico, emitido por el Hospital de la Mutual de Seguridad de Santiago, de fecha 23 de junio de 2010. 4. Evaluación y declaración de invalidez, emitido por la Comisión de medicina Preventiva e Invalidez, de fecha 26 de noviembre de 2007. 5. Fotocopia de carnet del actor. Confesional: Compareció don Juan Carlos Botti Fernández, representante legal de la demandada, quien presta confesión señalando que el demandante fue contratado como maestro auxiliar o ayudante, pues se trata en este caso, de personas con poca experiencia, que dan apoyo a los instaladores, y trabajan a nivel de piso, en movimiento de escombros, acopio de material, plegado en el taller, entre otras, siendo esas las labores que el actor realizó, y que desempeñaba en la obra DIN, contratadas por este mandante para hacer un cambio en la cubierta de bodega, ubicada en camino La Vara, debiendo para ello, mover aproximadamente diez mil metros cuadrados de cubierta (techo), en una altura que según recuerda, de aproximadamente 8 metros, refiriendo que las labores contratadas el actor no debía efectuarse en el techo, siendo un procedimiento regular en la empresa, entregar a todos los trabajadores que se incorporan la totalidad de los elementos de seguridad, con absoluta independencia de la actividad es-

laboral, no siendo efectivo que el término de los servicios se debió a que ya no servía para el trabajo por la lesión sufrida, como alega en su libelo. Relata que a la época de acaecimiento del accidente, su representada contaba con todas las medidas de seguridad pertinentes y daba cumplimiento a todas y cada una de las obligaciones relativas a la seguridad establecidas en la normativa vigente, siendo así que contaba con reglamento interno de orden, higiene y seguridad y con las medidas necesarias para prevenir accidentes en el lugar de las labores. En cuanto al lucro cesante, indica que esta pretensión deberá ser rechazada pues, siendo los daños indemnizables únicamente aquellos ciertos y efectivos, nadie puede asegurar que el actor efectivamente vivirá hasta los 65 años, ni menos que hubiera seguido prestando servicios con solución de continuidad en la empresa, debiendo a este respecto, considerarse que el contrato de trabajo del demandante terminó por la causal necesidades de la empresa, pagándosele la suma de $ 634.500.- el 06 de noviembre de 2007, por su finiquito, por lo que cualquier suma que pretenda reclamar con posterioridad a esa fecha es meramente hipotética. Referente al daño moral reclamado, indica que no concurren en este caso los supuestos básicos de la responsabilidad, por lo que no es procedente una indemnización por este concepto, agregando que el monto aparece absolutamente desproporcionado y carente de toda justificación, puesto que el demandante no da ningún fundamento sólido para su desmesurada pretensión, señalando además, que la indemnización de perjuicios sólo puede tener un carácter reparatorio y jamás ser fuente de enriquecimiento, ni tener una función punitiva, y que la cifra demandada por este tipo de daño, significaría a su representada un severo perjuicio patrimonial. TERCERO: Que, en la audiencia preparatoria celebrada con fecha 03 de agosto de 2010, el tribunal llamó a las partes a conciliación, proponiendo bases de acuerdo, sin resultados positivos, por lo que se recibió la causa a prueba, fijándose como hechos a probar, los siguientes: 1. Si la Empresa demandada habría tomado las medidas de seguridad, necesarias para evitar eficazmente el accidente que sufrió el actor. 2. Si el actor se expuso imprudentemente al daño al subir a las techumbres a conseguir un cigarrillo, sin que sus labores hayan sido desempeñarse en dicho lugar. 3. Naturaleza características perjuicios y monto de los daños sufridos por el actor. CUARTO: Que en la audiencia de juicio, las partes, en apoyo de sus alegaciones, incorporaron la siguiente prueba: Demandante: Documental: 1. Contrato de trabajo de fecha 01 de julio de 2005. 2. Tres liquidaciones de remuneraciones correspondientes a los meses junio, julio y agosto de 2006. 3. Informe médico, emitido por el Hospital de la Mutual de Seguridad de Santiago, de fecha 23 de junio de 2010. 4. Evaluación y declaración de invalidez, emitido por la Comisión de medicina Preventiva e Invalidez, de fecha 26 de noviembre de 2007. 5. Fotocopia de carnet del actor. Confesional: Compareció don Juan Carlos Botti Fernández, representante legal de la demandada, quien presta confesión señalando que el demandante fue contratado como maestro auxiliar o ayudante, pues se trata en este caso, de personas con poca experiencia, que dan apoyo a los instaladores, y trabajan a nivel de piso, en movimiento de escombros, acopio de material, plegado en el taller, entre otras, siendo esas las labores que el actor realizó, y que desempeñaba en la obra DIN, contratadas por este mandante para hacer un cambio en la cubierta de bodega, ubicada en camino La Vara, debiendo para ello, mover aproximadamente diez mil metros cuadrados de cubierta (techo), en una altura que según recuerda, de aproximadamente 8 metros, refiriendo que las labores contratadas el actor no debía efectuarse en el techo, siendo un procedimiento regular en la empresa, entregar a todos los trabajadores que se incorporan la totalidad de los elementos de seguridad, con absoluta independencia de la actividad esACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

369

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

pecífica que deban realizar a todos por igual, puesto que es una obligación para ellos, como empresa dentro de un procedimiento rigurosos de desarrollo de su actividad, una correcta y segura forma de desempeñarla, los que se entregan en la empresa, y luego son trasladados en vehículos de ésta hasta la obra, agregando que dichos elementos de seguridad personal se entregan al inicio en el taller, junto con una charla e introducción y luego se van reponiendo de manera periódica, a medida que éstos se van deteriorando o desgastando, entre los cuales se cuentan guantes, casco, arnés, faja lumbar, lentes, entre otros y que el actor además de haber recibido esos elementos, en dependencias de la empresa, siguió recibiéndolos durante el tiempo que estuvo trabajando en la obra DIN, precisando respecto del arnés de seguridad, que éste se entregó junto con los demás elementos de protección, agregando que los trabajadores se trasladan a la obra o terreno donde existe un contenedor con cajas en que los guardan, y en cuanto al día en que ocurrió el accidente, el actor no debía trabajar en altura, y aun cuando le estaba prohibido, igualmente recibió el arnés de seguridad pues considera particularmente necesario hacer entrega de todos los elementos de protección, y sin recordar exactamente cuántos trabajadores se desempeñaban en la obra DIN, indica eran alrededor de veinte personas, número variable, existían trabajadores que con ocasión de la obra, cumplían funciones en taller, y no necesariamente en la faena u obra, dotación que en la obra, además dependía de la ejecución de ésta, es decir, se trata de una obra progresiva, pues diez mil metros cuadrados de cubierta no se cumple simultáneamente, teniendo dispuesto el retiro de techumbre o cubierta de pizarreño, mediante maestros instaladores con más de 15 años de experiencia, y quienes disponían de elementos necesarios como cuerda de vida y plataforma de tránsito sobre la cubierta, mientras los maestros instaladores retiraban las planchas, estas se acopiaban, se bajaban y abajo tenían dispuesto un equipo de auxiliares para mover el material, acopiarlo y cargarlo en camiones, indicando que el material se subía desde el piso hasta donde se encontraban los maestros en altura, habitualmente mediante una grúa. Relata que en la obra, encargado de ella y de vigilar las labores de los trabajadores estaba el maestro mayor, don Eduardo Painemilla, a cargo también de la obra de montaje, función que se determina de acuerdo a la experiencia y años de trabajo, y quien era responsable de la capacitación de los restantes miembros de la cuadrilla, quienes, como forma de capacitación, realizan una charla en la empresa, asesorados por la mutualidad experto en prevención de riesgos, agregando que, el día del accidente, sin recordar exactamente el número de trabajadores que estaban en la obra, éstos no debían ser más de cinco personas, a cargo del único maestro mayor, don Eduardo Painemilla, señalando que, por un llamado telefónico de éste, tuvo conocimiento del accidente, quien llamó a la oficina e informó que una persona se había caído de cubierta, y les solicitó que fueran inmediatamente a la obra, a la cual se dirigieron, pero como continuaron en contacto telefónico, el maestro mayor les informó que el prevencionista de riesgos de DIN, tomó la determinación de pedir una ambulancia y enviar al actor al Hospital Barros Luco, por lo que se dirigieron hasta allá, y cuando llegaron, luego de tomar contacto con el médico de turno que atendió al demandante, iniciaron las gestiones para su traslado a la Mutual, luego de recibir información respecto de su estado haciendo, inmediatamente, la declaración de accidente del trabajo, para trasladarlo a la brevedad al Hospital del Trabajador, y refiriendo que los trabajadores de terreno le informaron que, después de almuerzo, el actor estaba en un contenedor, y por iniciativa propia, ya que tenía ganas de fumar, al informarle que abajo no tenían cigarrillos, y en cubierta sí, éste subió sin los elementos de protección personal a buscar un cigarro, transitando por un lugar no habilitado para ello, entendiendo que por eso sufrió el accidente, y que la asesoría en materia de seguridad consistía en entrega de elementos de publicidad en el uso de los elementos de protección, el prevencionista de riesgos hacía charlas en dependencias del INP (sector activo) para el correcto uso de esos elementos y del riesgo asociado a los trabajos que estaban realizando, ya que la empresa no cuenta con un prevencionista de riesgos, y quien afirma se realizó la investigación del accidente, recabando información, investigación que también realizó el prevencionista de riesgos de la empresa mandante, a los pocos días de ocurrido el accidente. Testimonial: Comparecen y prestan testimonio los siguientes testigos: Don Moisés Álvarez Méndez, Rut 14.090.883 5, quien previamente juramentado en síntesis sostiene haberse desempeñado para la demandada en el año 2005 más o menos durante tres meses, en labores de ayudante en una obra en la ciudad de Antofagasta, señalando que la cuadrilla se compone

370

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

pecífica que deban realizar a todos por igual, puesto que es una obligación para ellos, como empresa dentro de un procedimiento rigurosos de desarrollo de su actividad, una correcta y segura forma de desempeñarla, los que se entregan en la empresa, y luego son trasladados en vehículos de ésta hasta la obra, agregando que dichos elementos de seguridad personal se entregan al inicio en el taller, junto con una charla e introducción y luego se van reponiendo de manera periódica, a medida que éstos se van deteriorando o desgastando, entre los cuales se cuentan guantes, casco, arnés, faja lumbar, lentes, entre otros y que el actor además de haber recibido esos elementos, en dependencias de la empresa, siguió recibiéndolos durante el tiempo que estuvo trabajando en la obra DIN, precisando respecto del arnés de seguridad, que éste se entregó junto con los demás elementos de protección, agregando que los trabajadores se trasladan a la obra o terreno donde existe un contenedor con cajas en que los guardan, y en cuanto al día en que ocurrió el accidente, el actor no debía trabajar en altura, y aun cuando le estaba prohibido, igualmente recibió el arnés de seguridad pues considera particularmente necesario hacer entrega de todos los elementos de protección, y sin recordar exactamente cuántos trabajadores se desempeñaban en la obra DIN, indica eran alrededor de veinte personas, número variable, existían trabajadores que con ocasión de la obra, cumplían funciones en taller, y no necesariamente en la faena u obra, dotación que en la obra, además dependía de la ejecución de ésta, es decir, se trata de una obra progresiva, pues diez mil metros cuadrados de cubierta no se cumple simultáneamente, teniendo dispuesto el retiro de techumbre o cubierta de pizarreño, mediante maestros instaladores con más de 15 años de experiencia, y quienes disponían de elementos necesarios como cuerda de vida y plataforma de tránsito sobre la cubierta, mientras los maestros instaladores retiraban las planchas, estas se acopiaban, se bajaban y abajo tenían dispuesto un equipo de auxiliares para mover el material, acopiarlo y cargarlo en camiones, indicando que el material se subía desde el piso hasta donde se encontraban los maestros en altura, habitualmente mediante una grúa. Relata que en la obra, encargado de ella y de vigilar las labores de los trabajadores estaba el maestro mayor, don Eduardo Painemilla, a cargo también de la obra de montaje, función que se determina de acuerdo a la experiencia y años de trabajo, y quien era responsable de la capacitación de los restantes miembros de la cuadrilla, quienes, como forma de capacitación, realizan una charla en la empresa, asesorados por la mutualidad experto en prevención de riesgos, agregando que, el día del accidente, sin recordar exactamente el número de trabajadores que estaban en la obra, éstos no debían ser más de cinco personas, a cargo del único maestro mayor, don Eduardo Painemilla, señalando que, por un llamado telefónico de éste, tuvo conocimiento del accidente, quien llamó a la oficina e informó que una persona se había caído de cubierta, y les solicitó que fueran inmediatamente a la obra, a la cual se dirigieron, pero como continuaron en contacto telefónico, el maestro mayor les informó que el prevencionista de riesgos de DIN, tomó la determinación de pedir una ambulancia y enviar al actor al Hospital Barros Luco, por lo que se dirigieron hasta allá, y cuando llegaron, luego de tomar contacto con el médico de turno que atendió al demandante, iniciaron las gestiones para su traslado a la Mutual, luego de recibir información respecto de su estado haciendo, inmediatamente, la declaración de accidente del trabajo, para trasladarlo a la brevedad al Hospital del Trabajador, y refiriendo que los trabajadores de terreno le informaron que, después de almuerzo, el actor estaba en un contenedor, y por iniciativa propia, ya que tenía ganas de fumar, al informarle que abajo no tenían cigarrillos, y en cubierta sí, éste subió sin los elementos de protección personal a buscar un cigarro, transitando por un lugar no habilitado para ello, entendiendo que por eso sufrió el accidente, y que la asesoría en materia de seguridad consistía en entrega de elementos de publicidad en el uso de los elementos de protección, el prevencionista de riesgos hacía charlas en dependencias del INP (sector activo) para el correcto uso de esos elementos y del riesgo asociado a los trabajos que estaban realizando, ya que la empresa no cuenta con un prevencionista de riesgos, y quien afirma se realizó la investigación del accidente, recabando información, investigación que también realizó el prevencionista de riesgos de la empresa mandante, a los pocos días de ocurrido el accidente. Testimonial: Comparecen y prestan testimonio los siguientes testigos: Don Moisés Álvarez Méndez, Rut 14.090.883 5, quien previamente juramentado en síntesis sostiene haberse desempeñado para la demandada en el año 2005 más o menos durante tres meses, en labores de ayudante en una obra en la ciudad de Antofagasta, señalando que la cuadrilla se compone

370

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

371

de un maestro mayor a cargo, y los demás trabajadores que hacían de todo, cargar, revestir galpones, retirar latas de 12 a 15 metros, cargarlas, tirarlas desde arriba, por lo que le correspondió desarrollar funciones en altura, y al inicio contaban con un arnés, casco, pero nunca hubo lo principal que era una cuerda de vida, que sirve para el caso de una caída o un tropiezo, arriba en el techo y que hace que si la persona se cae, quede atrapado en ella, por lo que el arnés no es suficiente, si no tiene donde engancharse, agregando que cuando trabajó para la empresa nunca le entregaron ropa, siendo contratado como ayudante, pero al final iba como maestro, debiendo entre los cuatro o cinco trabajadores, además del maestro mayor, hacer de todo, y quien indica que sufrió un accidente mientras cumplía funciones en la obra de la empresa en Antofagasta, ocurrido cuando un compañero le tiró una lata muy fuerte, haciéndolo resbalar y provocarle un corte en el pie, y que el encargado de estructuras metálicas, de apellido Painemilla, lo llevó a la Mutual, bajando como pudo del andamio, refiriendo que todos los galpones son de un altura de más o menos 15 metros, por lo que es normal trabajar en altura, y que nunca hubo nadie encargado de la seguridad, pues subían por andamios inestables, sin tener donde afirmarse, así que el arnés no sirve si no se engancha a una cuerda de vida, indicando que, los elementos de seguridad que la empresa les entregó no servían, pues los guantes eran de lana, y las planchas son de lata que viene con un ácido que provoca que los guantes de deshagan, entregándoles además sólo casco y arnés, y que sólo el señor Painemilla se encontraba a cargo de supervisar las labores. Respecto al accidente sostiene saber de su ocurrencia pues es vecino del actor, siendo éste quien lo llevó a trabajar a la empresa, por lo que sabe, estuvo tres días en el hospital muy mal, debido a que se cayó de diez metros de altura, y al caer, para amortiguar el golpe puso su brazo, indicando que ahora está más enojón porque no puede hacer las mismas cosas que antes, como tomar en brazos a su hija, hacer fuerza o manejar, ya que el brazo no lo puede tener derecho. Don Cristian Alexis Manríquez Pozas, Rut 15.463.547 5, quien previamente juramentado, sostiene ser hermano del demandante, y haber trabajado para la empresa, alrededor de 9 años, indicando que se desempeñaba según su contrato como maestro hojalatero, pero hacía labores de todo tipo, instalaba techos, doblaba material, medía en terreno, debiendo trabajar en altura como todos los demás, quienes se encontraban a cargo del maestro a encargado de la cuadrilla compuesta de unos 4 ó 5 trabajadores, y para cuyas funciones la empresa les entregaba zapatos con punta de fierro, overol, guantes de lana y arnés con la cola respectiva, indicando que el arnés sirve para sujetarse en caso de emergencia, siendo necesaria una cuerda de vida, de lo contrario el arnés no sirve para nada, agregando que la seguridad externa de la faena, en general, recae sobre el encargado de patio, pero como empresa no tenían una persona para ello, consistiendo las labores del maestro a cargo, en derivar el trabajo, determinando a quien corresponde hacer una u otra cosa, de manera rotativa, es decir, si él se encontraba arriba del techo tirando planchas, abajo se encontraban otros trabajadores recibiéndolas y acopiándolas, si se sentía cansado, cambiaban de lugar y funciones, entonces el que estaba abajo subía y él bajaba, refiriendo que una de las obras en las que se desempeñó fue el aeropuerto, que tenía una terraza de unos 20 metros, y también en una estación de metro, pues los servicios de la empresa se desarrollan en altura, y no existe prohibición de trabajar en altura, sacando techumbre y colocando revestimientos, techos y latas en general, y las personas que no trabajan en altura lo hacen sólo por algunos momentos, cuando se fabrica el material en la bodega, pero si falta alguien en terreno deben ir a cubrirlo, relatando que el actor ha presentado varios problemas, pues no puede tener a su hijo pequeño en brazos, no puede hacer fuerza, y que debió modificar la moto que se compró para poder manejarla, indicando que para cubrir la enorme cicatriz de la operación se hizo un tatuaje, pues le averguenza. Respecto del accidente, indica saber de su ocurrencia porque ese día, se encontraba realizando un trabajo de electricidad en el domicilio particular de don Juan Carlos (Botti), cuando éste recibió un llamado telefónico y el informó que su hermano había caído desde altura y estaba en el Hospital Barros Luco, pero que no le había pasado nada grave, y siguió trabajando y en la tarde fue al Hospital a verlo, sosteniendo que él también se cayó desde altura y fue atendido en el Consultorio, refiriendo que su hermano actualmente y desde hace seis meses se encuentra trabajando en una empresa de alimentos, donde está haciendo un curso para manejar una máquina. Por su parte, doña Teresa del Carmen López Domínguez, Rut 14.597.155 1, señala previo juramento que conoce al demandante hace quince años, y estuvo viviendo en su casa desde el año 1998 hasta el

de un maestro mayor a cargo, y los demás trabajadores que hacían de todo, cargar, revestir galpones, retirar latas de 12 a 15 metros, cargarlas, tirarlas desde arriba, por lo que le correspondió desarrollar funciones en altura, y al inicio contaban con un arnés, casco, pero nunca hubo lo principal que era una cuerda de vida, que sirve para el caso de una caída o un tropiezo, arriba en el techo y que hace que si la persona se cae, quede atrapado en ella, por lo que el arnés no es suficiente, si no tiene donde engancharse, agregando que cuando trabajó para la empresa nunca le entregaron ropa, siendo contratado como ayudante, pero al final iba como maestro, debiendo entre los cuatro o cinco trabajadores, además del maestro mayor, hacer de todo, y quien indica que sufrió un accidente mientras cumplía funciones en la obra de la empresa en Antofagasta, ocurrido cuando un compañero le tiró una lata muy fuerte, haciéndolo resbalar y provocarle un corte en el pie, y que el encargado de estructuras metálicas, de apellido Painemilla, lo llevó a la Mutual, bajando como pudo del andamio, refiriendo que todos los galpones son de un altura de más o menos 15 metros, por lo que es normal trabajar en altura, y que nunca hubo nadie encargado de la seguridad, pues subían por andamios inestables, sin tener donde afirmarse, así que el arnés no sirve si no se engancha a una cuerda de vida, indicando que, los elementos de seguridad que la empresa les entregó no servían, pues los guantes eran de lana, y las planchas son de lata que viene con un ácido que provoca que los guantes de deshagan, entregándoles además sólo casco y arnés, y que sólo el señor Painemilla se encontraba a cargo de supervisar las labores. Respecto al accidente sostiene saber de su ocurrencia pues es vecino del actor, siendo éste quien lo llevó a trabajar a la empresa, por lo que sabe, estuvo tres días en el hospital muy mal, debido a que se cayó de diez metros de altura, y al caer, para amortiguar el golpe puso su brazo, indicando que ahora está más enojón porque no puede hacer las mismas cosas que antes, como tomar en brazos a su hija, hacer fuerza o manejar, ya que el brazo no lo puede tener derecho. Don Cristian Alexis Manríquez Pozas, Rut 15.463.547 5, quien previamente juramentado, sostiene ser hermano del demandante, y haber trabajado para la empresa, alrededor de 9 años, indicando que se desempeñaba según su contrato como maestro hojalatero, pero hacía labores de todo tipo, instalaba techos, doblaba material, medía en terreno, debiendo trabajar en altura como todos los demás, quienes se encontraban a cargo del maestro a encargado de la cuadrilla compuesta de unos 4 ó 5 trabajadores, y para cuyas funciones la empresa les entregaba zapatos con punta de fierro, overol, guantes de lana y arnés con la cola respectiva, indicando que el arnés sirve para sujetarse en caso de emergencia, siendo necesaria una cuerda de vida, de lo contrario el arnés no sirve para nada, agregando que la seguridad externa de la faena, en general, recae sobre el encargado de patio, pero como empresa no tenían una persona para ello, consistiendo las labores del maestro a cargo, en derivar el trabajo, determinando a quien corresponde hacer una u otra cosa, de manera rotativa, es decir, si él se encontraba arriba del techo tirando planchas, abajo se encontraban otros trabajadores recibiéndolas y acopiándolas, si se sentía cansado, cambiaban de lugar y funciones, entonces el que estaba abajo subía y él bajaba, refiriendo que una de las obras en las que se desempeñó fue el aeropuerto, que tenía una terraza de unos 20 metros, y también en una estación de metro, pues los servicios de la empresa se desarrollan en altura, y no existe prohibición de trabajar en altura, sacando techumbre y colocando revestimientos, techos y latas en general, y las personas que no trabajan en altura lo hacen sólo por algunos momentos, cuando se fabrica el material en la bodega, pero si falta alguien en terreno deben ir a cubrirlo, relatando que el actor ha presentado varios problemas, pues no puede tener a su hijo pequeño en brazos, no puede hacer fuerza, y que debió modificar la moto que se compró para poder manejarla, indicando que para cubrir la enorme cicatriz de la operación se hizo un tatuaje, pues le averguenza. Respecto del accidente, indica saber de su ocurrencia porque ese día, se encontraba realizando un trabajo de electricidad en el domicilio particular de don Juan Carlos (Botti), cuando éste recibió un llamado telefónico y el informó que su hermano había caído desde altura y estaba en el Hospital Barros Luco, pero que no le había pasado nada grave, y siguió trabajando y en la tarde fue al Hospital a verlo, sosteniendo que él también se cayó desde altura y fue atendido en el Consultorio, refiriendo que su hermano actualmente y desde hace seis meses se encuentra trabajando en una empresa de alimentos, donde está haciendo un curso para manejar una máquina. Por su parte, doña Teresa del Carmen López Domínguez, Rut 14.597.155 1, señala previo juramento que conoce al demandante hace quince años, y estuvo viviendo en su casa desde el año 1998 hasta el ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

371

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

2007, y sabe que sufrió un accidente pues ese día su hermano la llamó para contarle, y fue al Hospital Barros Luco a verlo, a eso de las 17:30 horas, donde estuvo internado por tres días y luego derivado a la Mutual, donde lo operaron y estuvo en terapia durante un año, quedando con un daño en su brazo derecho, el que no puede extender en un cien por ciento, lo que le provoca problemas para tomar en brazos a su hijo pequeño, y luego del accidente permaneció mucho tiempo encerrado, y desde hace alrededor de un año, trabaja en una fábrica de alimentos. Oficios: Se incorpora respuesta oficio solicitado por la parte demandante, remitido por el Hospital Clínico de la Mutual de Seguridad de la Cámara Chilena de la Construcción, con fecha 01 de septiembre de 2010, dando cuenta del diagnóstico y tratamiento, tanto físico como psicológico o psiquiátrico efectuado al actor, período de recuperación, intervenciones quirúrgicas a que fue sometido, tiempo de hospitalización y ficha clínica, con copia de la Declaración Individual de Accidente del Trabajo presentada por la demandada con ocasión del accidente sufrido por el demandante de autos. Asimismo, se incorpora respuesta de oficio de la Inspección Comunal del Trabajo Santiago Sur Oriente, de fecha 18 de agosto de 2010, dando cuenta de la recepción de denuncia de conformidad al artículo 76 de la ley N° 16.744, con motivo del accidente que sufrió el actor. Se incorpora el oficio remitido por la Secretaría Regional Ministerial de Salud Región Metropolitana, con fecha 24 de agosto de 2010, informando que no fue posible encontrar antecedentes relacionados con el accidente de don Mauricio Manríquez Pozas. La parte demandante, se desistió en la audiencia de juicio del oficio solicitado al Hospital Barros Luco. Exhibición: La parte demandada exhibió, a solicitud de la parte demandante, planilla del INP, en que consta que a la fecha de ocurrido el accidente, la empresa contaba con 21 trabajadores, por lo tanto, no existía el número suficiente de trabajadores para la existencia de Comité Paritario de Higiene y Seguridad. Exhibió copia de la declaración individual del accidente del trabajo, presentada ante la Mutual de la Cámara Chilena de la Construcción, a raíz del accidente sufrido por el actor y copia del Reglamento Interno de Orden, Higiene y Seguridad con su constancia de presentación ante la Secretaría Regional Ministerial de Salud e Inspección del Trabajo correspondiente, ambos documentos incorporados como prueba documental por su parte. Expuso que a la época de ocurrir el accidente, según da cuenta la Circular N° 2345 de 2007, no existía obligación de presentar la declaración individual de accidente de trabajo ante la Inspección del Trabajo y la Seremi respectiva, y no haber encontrado el libro de remuneraciones de los trabajadores de la empresa correspondiente al mes de agosto de 2006, y señaló no contar con póliza de seguros, razones por las que no exhibe dichos documentos, solicitando, la demandante se tenga por no cumplida la prueba en este punto. Demandada: Documental 1. Contrato de trabajo de fecha 01 de julio de 2005, suscrito por ambas partes. 2. Documento denominado Introducción al Trabajador nuevo, suscrito por ambas partes de fecha 20 de abril de 2010. 3. Anexo de contrato de Trabajo denominado Derecho a Conocer el Riesgo Profesional, suscritos por ambas partes de fecha 20 de abril de 2010. 4. Acta de entrega de elementos protección personal, suscrito por ambas partes de fecha 01 de junio de 2006. 5. Acta de entrega de reglamento interno de orden, higiene y suscrito por ambas partes de fecha 20 de abril de 2006. 6. Reglamento interno de orden, higiene y seguridad, existente en la empresa de producirse el accidente del actor. 7. Certificado de charlas de instrucción nuevo derecho a saber, suscrito por ambas partes de fecha 20 de abril de 2010. 8. Declaración de enfermedades, suscrito por ambas partes.

372

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

2007, y sabe que sufrió un accidente pues ese día su hermano la llamó para contarle, y fue al Hospital Barros Luco a verlo, a eso de las 17:30 horas, donde estuvo internado por tres días y luego derivado a la Mutual, donde lo operaron y estuvo en terapia durante un año, quedando con un daño en su brazo derecho, el que no puede extender en un cien por ciento, lo que le provoca problemas para tomar en brazos a su hijo pequeño, y luego del accidente permaneció mucho tiempo encerrado, y desde hace alrededor de un año, trabaja en una fábrica de alimentos. Oficios: Se incorpora respuesta oficio solicitado por la parte demandante, remitido por el Hospital Clínico de la Mutual de Seguridad de la Cámara Chilena de la Construcción, con fecha 01 de septiembre de 2010, dando cuenta del diagnóstico y tratamiento, tanto físico como psicológico o psiquiátrico efectuado al actor, período de recuperación, intervenciones quirúrgicas a que fue sometido, tiempo de hospitalización y ficha clínica, con copia de la Declaración Individual de Accidente del Trabajo presentada por la demandada con ocasión del accidente sufrido por el demandante de autos. Asimismo, se incorpora respuesta de oficio de la Inspección Comunal del Trabajo Santiago Sur Oriente, de fecha 18 de agosto de 2010, dando cuenta de la recepción de denuncia de conformidad al artículo 76 de la ley N° 16.744, con motivo del accidente que sufrió el actor. Se incorpora el oficio remitido por la Secretaría Regional Ministerial de Salud Región Metropolitana, con fecha 24 de agosto de 2010, informando que no fue posible encontrar antecedentes relacionados con el accidente de don Mauricio Manríquez Pozas. La parte demandante, se desistió en la audiencia de juicio del oficio solicitado al Hospital Barros Luco. Exhibición: La parte demandada exhibió, a solicitud de la parte demandante, planilla del INP, en que consta que a la fecha de ocurrido el accidente, la empresa contaba con 21 trabajadores, por lo tanto, no existía el número suficiente de trabajadores para la existencia de Comité Paritario de Higiene y Seguridad. Exhibió copia de la declaración individual del accidente del trabajo, presentada ante la Mutual de la Cámara Chilena de la Construcción, a raíz del accidente sufrido por el actor y copia del Reglamento Interno de Orden, Higiene y Seguridad con su constancia de presentación ante la Secretaría Regional Ministerial de Salud e Inspección del Trabajo correspondiente, ambos documentos incorporados como prueba documental por su parte. Expuso que a la época de ocurrir el accidente, según da cuenta la Circular N° 2345 de 2007, no existía obligación de presentar la declaración individual de accidente de trabajo ante la Inspección del Trabajo y la Seremi respectiva, y no haber encontrado el libro de remuneraciones de los trabajadores de la empresa correspondiente al mes de agosto de 2006, y señaló no contar con póliza de seguros, razones por las que no exhibe dichos documentos, solicitando, la demandante se tenga por no cumplida la prueba en este punto. Demandada: Documental 1. Contrato de trabajo de fecha 01 de julio de 2005, suscrito por ambas partes. 2. Documento denominado Introducción al Trabajador nuevo, suscrito por ambas partes de fecha 20 de abril de 2010. 3. Anexo de contrato de Trabajo denominado Derecho a Conocer el Riesgo Profesional, suscritos por ambas partes de fecha 20 de abril de 2010. 4. Acta de entrega de elementos protección personal, suscrito por ambas partes de fecha 01 de junio de 2006. 5. Acta de entrega de reglamento interno de orden, higiene y suscrito por ambas partes de fecha 20 de abril de 2006. 6. Reglamento interno de orden, higiene y seguridad, existente en la empresa de producirse el accidente del actor. 7. Certificado de charlas de instrucción nuevo derecho a saber, suscrito por ambas partes de fecha 20 de abril de 2010. 8. Declaración de enfermedades, suscrito por ambas partes.

372

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

373

9. Anexo de contrato del trabajo de actor de fecha 03 de julio de 2006, suscrito por ambas partes. 10. Documento denominado Procedimiento para la Instalación de Cubierta y Hojalatería, suscrito por el actor de fecha 03 de julio de 2003. 11. Certificado de la empresa APRO Ltda. proveedora de los elementos de protección personal de la demandada. 12. Certificado de Adhesión, emitido por la Mutual de Seguridad de fecha 12 de julio de 2010. 13. Copia de Fax de fecha 01 de septiembre de 2006. 14. Copia de Epicrisis del actor de fecha 30 de agosto de 2006. 15. Copia de declaración individual de accidente del trabajo, efectuada por la empresa con fecha 28 de agosto de 2006. 16. Finiquito de contrato de trabajo, suscrito por ambas partes de fecha 06 de noviembre de 2007. 17. Acta notarial y set de 17 fotografías, debidamente autorizadas ante notario, en el cual se ve el actor durante diversos periodos del año 2009. Confesional: Compareció a prestar confesión el actor, don Mauricio Alejandro Manríquez Pozas, quien expone que después del 28 de agosto de 2006, fecha en que ocurrió el accidente no volvió a prestar servicios para la demandada, y actualmente y desde el 15 de febrero, se encuentra trabajando en la bodega de Manufrut, cuya labor consiste en recibir facturas y despachar los productos, y hoy está haciendo un curso de especialización, de manera logística en esa bodega, para no sólo estar recibiendo las facturas y productos. Testimonial: Comparecen y prestan testimonio los siguientes testigos: Don Cristian Rodrigo Moreno Álvarez, Rut 9.481.535 5, en síntesis, y previo juramento indica desempeñarse como instalador para la demandada funciones que cumple desde hace cinco años, trabajando en la bodega DIN en calle La Vara en San Bernardo, obra que contemplaba unas 10 bodegas, de mil y tantos metros cuadrados, quien, el día del accidente estaba en el techo sacando pizarreño, junto a su compañero Angelo, cuando eran las 3 ó 4 de la tarde, con su compañero pararon las labores para fumar un cigarrillo, y de repente apareció el demandante en el techo, quien venía sin elementos de seguridad, a diferencia de ellos que tenían casco, lentes, guantes y arnés de seguridad con cuerda de vida, pidiéndoles el actor les pidió sólo una fumada del cigarrillo, pues no fumaba mucho, y mientras fumaban le comentaron que tuviera cuidado porque el pizarreño por el polvo y vejez, no se distinguía de la traslúcida, y podía pisar y caerse, entonces, el actor de curioso, partió a ver si era así al diferencia de traslúcida y pizarreño, en ese momento sintieron sólo el ruido, y cuando se volteó a ver, únicamente vio las manos del demandante, a quien no le correspondía estar en altura, pues su función debía desarrollarla a nivel de piso, acopiando y ordenando las planchas de pizarreño que estaban cambiando, agregando que, una vez que el actor cayó, bajaron rápidamente y se encontraron con el encargado señor Painemilla, a quien le comentaron la ocurrencia del accidente y respondiendo la pregunta de éste, le contaron que el actor había subido a fumar un cigarro, refiriendo que el jefe dice quien sube y quien se queda abajo en la obra, y la cuadrilla de la obra ese día, estaba compuesta de cuatro trabajadores (Angelo, Painemilla, el actor y él) siendo el único que no podía subir el demandante. Don Eduardo Benjamín Painemilla Painemilla, Rut 9.992.846 8, maestro mayor, quien previo juramento, sostiene que en esa calidad se desempeña desde hace nueve años para la demandada, y sus labores consisten ver elementos de seguridad de los trabajares, determinar las labores que cada uno, cumple entre otras, indicando que cumplían funciones en la bodega DIN de San Bernardo en calle La Vara, que consistían en sacar el pizarreño y poner planchas continuas, haciendo una base para poder dejarlos, pues las bodegas de la empresa mandante contenían electrodomésticos, y las labores del actor, quien estuvo en la obra alrededor de un mes, entregándosele guantes, bototos, arnés, lentes, barbiquejos, consistían en ordenar y acumular los pizarreños, a nivel de piso, doblar material en el taller, y el día del accidente, el actor cayó desde altura, lo que no entendía, pues éste debía estar abajo, y cuando encontró al maestro a la pasada, fue corriendo a ver lo que había ocurrido, señalándole sus compañeros, que había subido a pedir un cigarrillo, se lo fumó y cuando iba bajando al parecer pisó un pizarreño, por lo que pidieron una ambulancia, y él mismo lo llevó al Hospital Barros Luco, lugar al que llegaron

9. Anexo de contrato del trabajo de actor de fecha 03 de julio de 2006, suscrito por ambas partes. 10. Documento denominado Procedimiento para la Instalación de Cubierta y Hojalatería, suscrito por el actor de fecha 03 de julio de 2003. 11. Certificado de la empresa APRO Ltda. proveedora de los elementos de protección personal de la demandada. 12. Certificado de Adhesión, emitido por la Mutual de Seguridad de fecha 12 de julio de 2010. 13. Copia de Fax de fecha 01 de septiembre de 2006. 14. Copia de Epicrisis del actor de fecha 30 de agosto de 2006. 15. Copia de declaración individual de accidente del trabajo, efectuada por la empresa con fecha 28 de agosto de 2006. 16. Finiquito de contrato de trabajo, suscrito por ambas partes de fecha 06 de noviembre de 2007. 17. Acta notarial y set de 17 fotografías, debidamente autorizadas ante notario, en el cual se ve el actor durante diversos periodos del año 2009. Confesional: Compareció a prestar confesión el actor, don Mauricio Alejandro Manríquez Pozas, quien expone que después del 28 de agosto de 2006, fecha en que ocurrió el accidente no volvió a prestar servicios para la demandada, y actualmente y desde el 15 de febrero, se encuentra trabajando en la bodega de Manufrut, cuya labor consiste en recibir facturas y despachar los productos, y hoy está haciendo un curso de especialización, de manera logística en esa bodega, para no sólo estar recibiendo las facturas y productos. Testimonial: Comparecen y prestan testimonio los siguientes testigos: Don Cristian Rodrigo Moreno Álvarez, Rut 9.481.535 5, en síntesis, y previo juramento indica desempeñarse como instalador para la demandada funciones que cumple desde hace cinco años, trabajando en la bodega DIN en calle La Vara en San Bernardo, obra que contemplaba unas 10 bodegas, de mil y tantos metros cuadrados, quien, el día del accidente estaba en el techo sacando pizarreño, junto a su compañero Angelo, cuando eran las 3 ó 4 de la tarde, con su compañero pararon las labores para fumar un cigarrillo, y de repente apareció el demandante en el techo, quien venía sin elementos de seguridad, a diferencia de ellos que tenían casco, lentes, guantes y arnés de seguridad con cuerda de vida, pidiéndoles el actor les pidió sólo una fumada del cigarrillo, pues no fumaba mucho, y mientras fumaban le comentaron que tuviera cuidado porque el pizarreño por el polvo y vejez, no se distinguía de la traslúcida, y podía pisar y caerse, entonces, el actor de curioso, partió a ver si era así al diferencia de traslúcida y pizarreño, en ese momento sintieron sólo el ruido, y cuando se volteó a ver, únicamente vio las manos del demandante, a quien no le correspondía estar en altura, pues su función debía desarrollarla a nivel de piso, acopiando y ordenando las planchas de pizarreño que estaban cambiando, agregando que, una vez que el actor cayó, bajaron rápidamente y se encontraron con el encargado señor Painemilla, a quien le comentaron la ocurrencia del accidente y respondiendo la pregunta de éste, le contaron que el actor había subido a fumar un cigarro, refiriendo que el jefe dice quien sube y quien se queda abajo en la obra, y la cuadrilla de la obra ese día, estaba compuesta de cuatro trabajadores (Angelo, Painemilla, el actor y él) siendo el único que no podía subir el demandante. Don Eduardo Benjamín Painemilla Painemilla, Rut 9.992.846 8, maestro mayor, quien previo juramento, sostiene que en esa calidad se desempeña desde hace nueve años para la demandada, y sus labores consisten ver elementos de seguridad de los trabajares, determinar las labores que cada uno, cumple entre otras, indicando que cumplían funciones en la bodega DIN de San Bernardo en calle La Vara, que consistían en sacar el pizarreño y poner planchas continuas, haciendo una base para poder dejarlos, pues las bodegas de la empresa mandante contenían electrodomésticos, y las labores del actor, quien estuvo en la obra alrededor de un mes, entregándosele guantes, bototos, arnés, lentes, barbiquejos, consistían en ordenar y acumular los pizarreños, a nivel de piso, doblar material en el taller, y el día del accidente, el actor cayó desde altura, lo que no entendía, pues éste debía estar abajo, y cuando encontró al maestro a la pasada, fue corriendo a ver lo que había ocurrido, señalándole sus compañeros, que había subido a pedir un cigarrillo, se lo fumó y cuando iba bajando al parecer pisó un pizarreño, por lo que pidieron una ambulancia, y él mismo lo llevó al Hospital Barros Luco, lugar al que llegaron ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

373

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

los patrones, don Juan Carlos y don Mario, agregando que el actor volvió a trabajar a la empresa en labores de aseo. Refiere además que, en su calidad de maestro mayor, le correspondía supervisar las medidas de seguridad como arnés, cuerda de vida con cinta velero, y se cercioró personalmente que los trabajadores usaran estos implementos, añadiendo que le enseñó al actor a usar el arnés y a subir por el andamio, pero esa no era su función, y siendo un trabajador nuevo le estaba prohibido hacerlo, pero el demandante era porfiado y subía igual sin los implementos de seguridad, refiriendo que en la obra el día del accidente había cuatro trabajadores de la empresa, incluido él, de los cuales dos maestros trabajaban en altura, y el actor en el piso, señalando que en la obra existía un prevencionista de DIN. Comparece don Mario Enrique Botti Fernández, Rut 10.449.011 5, quien previo juramento, indica que el accidente ocurrió en la obra DIN en camino La Vara, en San Bernardo, que consistía en retirar la cubierta e instalar una nueva en las bodegas de esa empresa que contenían principalmente electrodomésticos, por lo que la seguridad era fundamental, y lo primero que hicieron fue coordinar con el departamento de prevención de riesgos de ABC DIN, la seguridad a nivel de piso, asignándole ésta, áreas de trabajo delicado, pues el desprendimiento de material podía golpear al personal de la mandante, que estaba trabajando en las bodegas, refiriendo que, una vez señalizada el área de piso correspondiente a la cubierta, las labores en esa área se paralizaban, luego instalaban la cuerda de vida, señalando que los elementos de seguridad exigidos a solicitud de la empresa mandante y cuyo cumplimiento se verificaba mediante los documentos respectivos, que acreditaban su entrega, consistían en casco, gafas, guantes, zapatos de seguridad, y arnés con dos colas, además, la empresa DIN fiscalizaba el cumplimiento de las normas de seguridad, y realizaba charlas de capacitación todos los días, a través de su departamento de prevención de riesgos, a las que debía asistir todo el personal que se desempeñaba en la obra, y firmar un documento. Agrega que, el día del accidente, se encontraba en su oficina, y a eso de las tres y media o cuatro de la tarde, recibió un llamado de Eduardo Painemilla, maestro mayor de la faena, informándole del accidente, y de la solicitud de una ambulancia, por lo que se trasladó inmediatamente al Hospital Barros Luco, y cuando llegó ahí, junto con Juan Carlos, fueron atendidos por el médico de turno, quien les relató lo sucedido, y las lesiones sufridas por el demandante, quien además les señaló que, en su momento les indicaría cuando podrían trasladar al trabajador al Hospital de la Mutual, refiriendo, respecto a las circunstancias del accidente, que los otros trabajadores que se encontraban en la faena, le contaron que el actor quería fumar y le pidió un cigarro a sus compañeros de trabajo a nivel de piso, y alguno de ellos le comentó que los de arriba tenían, por lo que subió sin los elementos de seguridad a la cubierta, y los instaladores que se encontraban arriba, al verlo le dijeron que tuviera cuidado, pues era una zona de riesgo y no tenía elementos de protección, le comentaron el trabajo que estaban haciendo y éste, al parecer, se acercó a un área no protegida, agregando que, al término de su licencia médica, el actor retomó las actividades que realizaba antes del accidente, limpiando el taller. QUINTO: Que según exponen las partes en sus escritos respectivos, se advierte que no se encuentra discutida la ocurrencia del accidente del trabajo, el día 28 de agosto de 2006, mientras el demandante cumplía funciones en la bodega de la empresa ABC DIN, obra en la cual se desempeñaba la demandada, cayendo desde altura. SEXTO: Que tal como se estableció al fijar los hechos a probar, la controversia radica en determinar si la empresa demandada habría tomado las medidas de seguridad necesarias para evitar eficazmente el accidente sufrido por el actor, y si éste se expuso imprudentemente al daño, al subir a la techumbre a conseguir un cigarrillo, sin que sus labores hayan consistido en desempeñarse en dicho lugar. SÉPTIMO: Que de conformidad a la ley, el empleador está obligado a tomar las medidas necesarias que le permiten proteger eficazmente la vida y la salud de los trabajadores, manteniendo las condiciones adecuadas de higiene y seguridad en las faenas, como también los implementos necesarios para prevenir accidentes y enfermedades profesionales, debiendo además, garantizar para que, en caso de accidente, el trabajador pueda acceder a una oportuna y adecuada atención médica, y al haberse calificado el accidente ocurrido el 28 de agosto de 2006 como uno del trabajo, según consigna la declaración individual de accidente efectuada ante el INP, como la solicitud de traslado a la Mutual de Seguridad, el peso de la prueba es de cargo del empleador, quien según lo dispuesto en el artículo 1547 del Código Civil, está gravado con una presunción de culpa que debe desvirtuar, debiendo entonces demostrar la

374

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

los patrones, don Juan Carlos y don Mario, agregando que el actor volvió a trabajar a la empresa en labores de aseo. Refiere además que, en su calidad de maestro mayor, le correspondía supervisar las medidas de seguridad como arnés, cuerda de vida con cinta velero, y se cercioró personalmente que los trabajadores usaran estos implementos, añadiendo que le enseñó al actor a usar el arnés y a subir por el andamio, pero esa no era su función, y siendo un trabajador nuevo le estaba prohibido hacerlo, pero el demandante era porfiado y subía igual sin los implementos de seguridad, refiriendo que en la obra el día del accidente había cuatro trabajadores de la empresa, incluido él, de los cuales dos maestros trabajaban en altura, y el actor en el piso, señalando que en la obra existía un prevencionista de DIN. Comparece don Mario Enrique Botti Fernández, Rut 10.449.011 5, quien previo juramento, indica que el accidente ocurrió en la obra DIN en camino La Vara, en San Bernardo, que consistía en retirar la cubierta e instalar una nueva en las bodegas de esa empresa que contenían principalmente electrodomésticos, por lo que la seguridad era fundamental, y lo primero que hicieron fue coordinar con el departamento de prevención de riesgos de ABC DIN, la seguridad a nivel de piso, asignándole ésta, áreas de trabajo delicado, pues el desprendimiento de material podía golpear al personal de la mandante, que estaba trabajando en las bodegas, refiriendo que, una vez señalizada el área de piso correspondiente a la cubierta, las labores en esa área se paralizaban, luego instalaban la cuerda de vida, señalando que los elementos de seguridad exigidos a solicitud de la empresa mandante y cuyo cumplimiento se verificaba mediante los documentos respectivos, que acreditaban su entrega, consistían en casco, gafas, guantes, zapatos de seguridad, y arnés con dos colas, además, la empresa DIN fiscalizaba el cumplimiento de las normas de seguridad, y realizaba charlas de capacitación todos los días, a través de su departamento de prevención de riesgos, a las que debía asistir todo el personal que se desempeñaba en la obra, y firmar un documento. Agrega que, el día del accidente, se encontraba en su oficina, y a eso de las tres y media o cuatro de la tarde, recibió un llamado de Eduardo Painemilla, maestro mayor de la faena, informándole del accidente, y de la solicitud de una ambulancia, por lo que se trasladó inmediatamente al Hospital Barros Luco, y cuando llegó ahí, junto con Juan Carlos, fueron atendidos por el médico de turno, quien les relató lo sucedido, y las lesiones sufridas por el demandante, quien además les señaló que, en su momento les indicaría cuando podrían trasladar al trabajador al Hospital de la Mutual, refiriendo, respecto a las circunstancias del accidente, que los otros trabajadores que se encontraban en la faena, le contaron que el actor quería fumar y le pidió un cigarro a sus compañeros de trabajo a nivel de piso, y alguno de ellos le comentó que los de arriba tenían, por lo que subió sin los elementos de seguridad a la cubierta, y los instaladores que se encontraban arriba, al verlo le dijeron que tuviera cuidado, pues era una zona de riesgo y no tenía elementos de protección, le comentaron el trabajo que estaban haciendo y éste, al parecer, se acercó a un área no protegida, agregando que, al término de su licencia médica, el actor retomó las actividades que realizaba antes del accidente, limpiando el taller. QUINTO: Que según exponen las partes en sus escritos respectivos, se advierte que no se encuentra discutida la ocurrencia del accidente del trabajo, el día 28 de agosto de 2006, mientras el demandante cumplía funciones en la bodega de la empresa ABC DIN, obra en la cual se desempeñaba la demandada, cayendo desde altura. SEXTO: Que tal como se estableció al fijar los hechos a probar, la controversia radica en determinar si la empresa demandada habría tomado las medidas de seguridad necesarias para evitar eficazmente el accidente sufrido por el actor, y si éste se expuso imprudentemente al daño, al subir a la techumbre a conseguir un cigarrillo, sin que sus labores hayan consistido en desempeñarse en dicho lugar. SÉPTIMO: Que de conformidad a la ley, el empleador está obligado a tomar las medidas necesarias que le permiten proteger eficazmente la vida y la salud de los trabajadores, manteniendo las condiciones adecuadas de higiene y seguridad en las faenas, como también los implementos necesarios para prevenir accidentes y enfermedades profesionales, debiendo además, garantizar para que, en caso de accidente, el trabajador pueda acceder a una oportuna y adecuada atención médica, y al haberse calificado el accidente ocurrido el 28 de agosto de 2006 como uno del trabajo, según consigna la declaración individual de accidente efectuada ante el INP, como la solicitud de traslado a la Mutual de Seguridad, el peso de la prueba es de cargo del empleador, quien según lo dispuesto en el artículo 1547 del Código Civil, está gravado con una presunción de culpa que debe desvirtuar, debiendo entonces demostrar la

374

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

375

adopción de los medios eficaces y que trasladen la responsabilidad del accidente al trabajador por una conducta temeraria e inexcusable negligencia de éste OCTAVO: Que de acuerdo a la prueba rendida en este juicio, en especial lo señalado por el testigo del demandante, don Moisés Álvarez Méndez, en cuanto se desempeñó para la empresa en una obra desarrollada por ésta en la ciudad de Antofagasta, al declarar que las labores de ayudante consistían en hacer de todo, es decir, cargar, revestir y retirar latas de los galpones, tirarlas desde arriba, corroborado por lo expuesto por don Cristián Manríquez Pozas, hermano del actor y trabajador de la empresa, por alrededor de nueve años, en calidad de ayudante, al referir que sus funciones contemplaban la instalación de techos, doblar material y medir en terreno, unido al giro que la propia demandada reconoce realizar, lleva a concluir que, sin perjuicio se encontrarse expresamente contemplado en el contrato de trabajo celebrado entre las partes, de fecha 01 de julio de 2006, como función del actor las de maestro hojalatero, complementadas en el anexo de contrato de 03 de julio de 2006, las que debía desarrollar a nivel de piso, prestando apoyo en faenas de plegado de piezas de hojalatería, recepción de materiales, aseo, acopio y carguío de camiones, las funciones que el actor desarrollaba al momento de ocurrir el accidente contemplaban el trabajo en altura, pues de otro modo no se explica que sea el propio representante legal de la empresa al absolver posiciones, y el testigo que por su parte depuso, don Mario Botti Fernández, con facultades de representación de la misma, se haya contemplado la entrega de arnés de seguridad a todos los trabajadores con independencia de las labores que debían realizar, elemento expresamente contemplado dentro del procedimiento para instalación de cubierta y hojalatería recepcionado por el actor con fecha 03 de julio de 2007, en el apartado trabajos de montaje en altura (página 8), tanto más si se considera que conforme expone el hermano del actor, el día del accidente, se encontraba haciendo un trabajo de electricidad en el domicilio particular de don Juan Carlos y quien sin perjuicio de no ilustrar si a esa época aún prestaba servicios como dependiente de la empresa, lleva a presumir, que los trabajadores de ésta realizaban funciones no expresamente contempladas en sus respectivos contratos de trabajo. En este orden, los testigos de la empresa que se encontraban presentes el día de ocurrido el accidente, Eduardo Painemilla Painemilla, maestro mayor a cargo de la cuadrilla, y Cristián Moreno Álvarez, maestro instalador, se limitan a señalar que al actor le estaba prohibido subir, sin embargo, el primero de los deponentes citados, refiere que le enseñó personalmente al actor a usar el arnés y subir por el andamio, cerciorándose, personalmente en su calidad de encargado de seguridad de la empresa en la obra que todos os trabajadores usaran los implementos de protección, pero el demandante era porfiado y subía igual, y por su parte el segundo testigo, sostiene que cuando vio al actor arriba, le señaló que no estaba usando los elementos de protección, sin embargo, siendo un trabajador con experiencia en instalaciones, tuvo tiempo de compartir un cigarrillo con él, e incluso comentarle que las traslúcidas no se distinguían del pizarreño, percatándose sólo de la caída de éste por el ruido que provocó. De esta manera, el relato de las circunstancias en que el accidente se produjo formulado por la demandada, resulta contrario a toda lógica y a la experiencia en este tipo de casos, por cuanto un trabajador nuevo no autorizado a desempeñarse en altura por su falta de experiencia, haya subido a una techumbre de más de 10 metros, según lo relatado por la totalidad de los testigos que alguna vez desempeñaron o que aún desempeñan funciones para la demandada, voluntariamente sin portar elemento de seguridad alguno sólo para dar unas bocanadas de cigarrillo, considerando especialmente que conforme indica el testigo Moreno Álvarez, en el caso del actor no se trataba de un fumador habitual, y cuyo tiempo destinado a colación, según consigna expresamente el contrato de trabajo (12:00 a 13:00) había terminado, toda vez que tanto el representante legal de la empresa, como los testigos miembros de la cuadrilla que trabajaban en la faena, señalan que el accidente ocurrió alrededor de las 15:30 horas, hora de ocurrencia que se encuentra en perfecta concordancia con aquella señalada por la demandada al formular la declaración de accidente del trabajo, solicitando su traslado al Hospital Mutual de Seguridad, no siendo imputable a su parte que el trabajador haya recibido la primera atención en el Hospital Barros Luco, pues atento lo expone el testigo Painemilla, dicha decisión fue tomada por el prevencionista de riesgos de la empresa mandante. NOVENO: Que lo razonado en el considerando que antecede, no resulta desvirtuado por el testimonio de don Mario Botti Fernández y la confesional prestada por don Juan Carlos Botti Fernández, toda

adopción de los medios eficaces y que trasladen la responsabilidad del accidente al trabajador por una conducta temeraria e inexcusable negligencia de éste OCTAVO: Que de acuerdo a la prueba rendida en este juicio, en especial lo señalado por el testigo del demandante, don Moisés Álvarez Méndez, en cuanto se desempeñó para la empresa en una obra desarrollada por ésta en la ciudad de Antofagasta, al declarar que las labores de ayudante consistían en hacer de todo, es decir, cargar, revestir y retirar latas de los galpones, tirarlas desde arriba, corroborado por lo expuesto por don Cristián Manríquez Pozas, hermano del actor y trabajador de la empresa, por alrededor de nueve años, en calidad de ayudante, al referir que sus funciones contemplaban la instalación de techos, doblar material y medir en terreno, unido al giro que la propia demandada reconoce realizar, lleva a concluir que, sin perjuicio se encontrarse expresamente contemplado en el contrato de trabajo celebrado entre las partes, de fecha 01 de julio de 2006, como función del actor las de maestro hojalatero, complementadas en el anexo de contrato de 03 de julio de 2006, las que debía desarrollar a nivel de piso, prestando apoyo en faenas de plegado de piezas de hojalatería, recepción de materiales, aseo, acopio y carguío de camiones, las funciones que el actor desarrollaba al momento de ocurrir el accidente contemplaban el trabajo en altura, pues de otro modo no se explica que sea el propio representante legal de la empresa al absolver posiciones, y el testigo que por su parte depuso, don Mario Botti Fernández, con facultades de representación de la misma, se haya contemplado la entrega de arnés de seguridad a todos los trabajadores con independencia de las labores que debían realizar, elemento expresamente contemplado dentro del procedimiento para instalación de cubierta y hojalatería recepcionado por el actor con fecha 03 de julio de 2007, en el apartado trabajos de montaje en altura (página 8), tanto más si se considera que conforme expone el hermano del actor, el día del accidente, se encontraba haciendo un trabajo de electricidad en el domicilio particular de don Juan Carlos y quien sin perjuicio de no ilustrar si a esa época aún prestaba servicios como dependiente de la empresa, lleva a presumir, que los trabajadores de ésta realizaban funciones no expresamente contempladas en sus respectivos contratos de trabajo. En este orden, los testigos de la empresa que se encontraban presentes el día de ocurrido el accidente, Eduardo Painemilla Painemilla, maestro mayor a cargo de la cuadrilla, y Cristián Moreno Álvarez, maestro instalador, se limitan a señalar que al actor le estaba prohibido subir, sin embargo, el primero de los deponentes citados, refiere que le enseñó personalmente al actor a usar el arnés y subir por el andamio, cerciorándose, personalmente en su calidad de encargado de seguridad de la empresa en la obra que todos os trabajadores usaran los implementos de protección, pero el demandante era porfiado y subía igual, y por su parte el segundo testigo, sostiene que cuando vio al actor arriba, le señaló que no estaba usando los elementos de protección, sin embargo, siendo un trabajador con experiencia en instalaciones, tuvo tiempo de compartir un cigarrillo con él, e incluso comentarle que las traslúcidas no se distinguían del pizarreño, percatándose sólo de la caída de éste por el ruido que provocó. De esta manera, el relato de las circunstancias en que el accidente se produjo formulado por la demandada, resulta contrario a toda lógica y a la experiencia en este tipo de casos, por cuanto un trabajador nuevo no autorizado a desempeñarse en altura por su falta de experiencia, haya subido a una techumbre de más de 10 metros, según lo relatado por la totalidad de los testigos que alguna vez desempeñaron o que aún desempeñan funciones para la demandada, voluntariamente sin portar elemento de seguridad alguno sólo para dar unas bocanadas de cigarrillo, considerando especialmente que conforme indica el testigo Moreno Álvarez, en el caso del actor no se trataba de un fumador habitual, y cuyo tiempo destinado a colación, según consigna expresamente el contrato de trabajo (12:00 a 13:00) había terminado, toda vez que tanto el representante legal de la empresa, como los testigos miembros de la cuadrilla que trabajaban en la faena, señalan que el accidente ocurrió alrededor de las 15:30 horas, hora de ocurrencia que se encuentra en perfecta concordancia con aquella señalada por la demandada al formular la declaración de accidente del trabajo, solicitando su traslado al Hospital Mutual de Seguridad, no siendo imputable a su parte que el trabajador haya recibido la primera atención en el Hospital Barros Luco, pues atento lo expone el testigo Painemilla, dicha decisión fue tomada por el prevencionista de riesgos de la empresa mandante. NOVENO: Que lo razonado en el considerando que antecede, no resulta desvirtuado por el testimonio de don Mario Botti Fernández y la confesional prestada por don Juan Carlos Botti Fernández, toda ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

375

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

vez que éstos deponen al tenor de lo que los trabajadores que se encontraban en la faena les contaron, al señalar haber tomado conocimiento de la ocurrencia del accidente de manera telefónica, y las circunstancias de su acaecimiento por el dicho de éstos, y cuya exposición de los hechos resulta contradictoria con el resto de las probanzas, y por carecer de verosimilitud suficiente, en cuanto el absolvente, en calidad de representante de la empresa, sostiene haber realizado la investigación pertinente, también efectuada por la empresa mandante, refiriendo únicamente que: recabamos la información para ello sin aportar otro elemento que permita formar convicción en cuanto el accidente se debió a la exclusiva culpa del actor, y del mismo modo, el testimonio del maestro mayor de la obra, Eduardo Painemilla Painemilla, señala que, al encontrar al maestro a la pasada, fue corriendo a ver lo que había ocurrido, enterándose que el actor había subido a pedir un cigarrillo, por lo que le contaron los otros dos trabajadores que se desempeñaban en la faena. Asimismo, se concluye del mérito de la prueba testimonial referida por la empresa, que la cuadrilla de trabajadores que el día 28 de agosto cumplía funciones en la faena, estaba integrada, además del actor, por tres dependientes, de los cuales, el señor Painemilla, quien según expone el representante legal de la demandada, debido a su experiencia se encontraba a cargo de distribuir las funciones, y el único presente al momento de la caída resulta poco verosímil cuando señala que el trabajador subió a fumar un cigarrillo, toda vez que de su propio testimonio se colige como se dijo, que el demandante no era un fumador habitual, no explicándose de qué manera el maestro mayor, encargado de verificar también el cumplimiento de las normas de seguridad y protección, haya impedido que en otras ocasiones haya impedido que el trabajador subiera a la cubierta, toda vez que no expone respecto a la época y circunstancias en que éste por su porfía lo haya desobedecido. DÉCIMO: Que lo expuesto tampoco resulta desvirtuado con la prueba documental incorporada por el demandado consistente en reglamento interno y comprobante de entrega, constancia de introducción a trabajador nuevo, anexo subcontratista derecho a conocer el riesgo profesional, charla de introducción y comprobantes de entrega de elementos de seguridad de 20 de abril y 01 de junio de 2006, que contemplan expresamente el uso de arnés, para todo tipo de trabajadores, según afirman el representante legal de la demandada y el testigo Mario Botti Fernández, toda vez que de haber usado arnés el trabajador, probablemente las consecuencias del accidente serían distintas, y aún si se hubiere concluido que el trabajador tuvo algún grado de culpa en la ocurrencia del accidente, ello no obsta a que el empleador igualmente incurriera en culpa, pues no había adoptado ninguna clase de medidas de seguridad especiales para el sector de la cubierta, lo que se colige de la propia declaración del testigo Moreno Álvarez, al sostener que mientras fumaban el cigarrillo, le comentaron al demandante, que el estado de la techumbre no permitía distinguir las traslúcidas del pizarreño, debiendo avisarle que no transitara por ese sector porque era peligroso, por lo que, de haber entregado al trabajador los elementos de seguridad adecuados y mantener asimismo, mejores condiciones de resguardo en relación a las labores efectuadas, con el objeto de proteger eficazmente la vida y la salud de sus trabajadores, el accidente no se hubiera producido, de manera que la negligencia de la demandada se infiere de la sola materialización del daño y conforme lo ordena el artículo 1556 del Código Civil en relación con el artículo 69 de la ley Nº 17.644 y del principio general de reparación integral del daño, procede condenar a la demandada a resarcir los perjuicios efectivamente probados. UNDÉCIMO: Que según lo dispuesto en el artículo 1556 del Código Civil, la indemnización de perjuicios COMPRENDE el daño emergente y el lucro cesante, entendiéndose este último como la pérdida cierta de la ganancia posible, de manera que debe acreditarse por quien pretende obtener la reparación, la disminución efectiva en la misma, y para su determinación necesario resulta recurrir a hechos reales, objetivos y probados, dadas las circunstancias del caso. DUODÉCIMO: Que el demandante solicita el pago de la suma de $ 23.328.000.- a título de lucro cesante, fundado en que ha sufrido una merma en su patrimonio, desde que se ha disminuido su capacidad laboral futura en un 30% y en atención al hecho que el monto de su remuneración, ascendía a $ 180.000.-, mensuales, que multiplicado por 12 (para obtener la remuneración anual) y luego por 36 (años que van desde esta fecha hasta que cumpla 65 años de edad) resulta un total de $ 77.760.000., y luego, aplicando de manera prudencial, una disminución de su capacidad de ganancias en el porcentaje señalado, resulta el monto demandado.

376

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

vez que éstos deponen al tenor de lo que los trabajadores que se encontraban en la faena les contaron, al señalar haber tomado conocimiento de la ocurrencia del accidente de manera telefónica, y las circunstancias de su acaecimiento por el dicho de éstos, y cuya exposición de los hechos resulta contradictoria con el resto de las probanzas, y por carecer de verosimilitud suficiente, en cuanto el absolvente, en calidad de representante de la empresa, sostiene haber realizado la investigación pertinente, también efectuada por la empresa mandante, refiriendo únicamente que: recabamos la información para ello sin aportar otro elemento que permita formar convicción en cuanto el accidente se debió a la exclusiva culpa del actor, y del mismo modo, el testimonio del maestro mayor de la obra, Eduardo Painemilla Painemilla, señala que, al encontrar al maestro a la pasada, fue corriendo a ver lo que había ocurrido, enterándose que el actor había subido a pedir un cigarrillo, por lo que le contaron los otros dos trabajadores que se desempeñaban en la faena. Asimismo, se concluye del mérito de la prueba testimonial referida por la empresa, que la cuadrilla de trabajadores que el día 28 de agosto cumplía funciones en la faena, estaba integrada, además del actor, por tres dependientes, de los cuales, el señor Painemilla, quien según expone el representante legal de la demandada, debido a su experiencia se encontraba a cargo de distribuir las funciones, y el único presente al momento de la caída resulta poco verosímil cuando señala que el trabajador subió a fumar un cigarrillo, toda vez que de su propio testimonio se colige como se dijo, que el demandante no era un fumador habitual, no explicándose de qué manera el maestro mayor, encargado de verificar también el cumplimiento de las normas de seguridad y protección, haya impedido que en otras ocasiones haya impedido que el trabajador subiera a la cubierta, toda vez que no expone respecto a la época y circunstancias en que éste por su porfía lo haya desobedecido. DÉCIMO: Que lo expuesto tampoco resulta desvirtuado con la prueba documental incorporada por el demandado consistente en reglamento interno y comprobante de entrega, constancia de introducción a trabajador nuevo, anexo subcontratista derecho a conocer el riesgo profesional, charla de introducción y comprobantes de entrega de elementos de seguridad de 20 de abril y 01 de junio de 2006, que contemplan expresamente el uso de arnés, para todo tipo de trabajadores, según afirman el representante legal de la demandada y el testigo Mario Botti Fernández, toda vez que de haber usado arnés el trabajador, probablemente las consecuencias del accidente serían distintas, y aún si se hubiere concluido que el trabajador tuvo algún grado de culpa en la ocurrencia del accidente, ello no obsta a que el empleador igualmente incurriera en culpa, pues no había adoptado ninguna clase de medidas de seguridad especiales para el sector de la cubierta, lo que se colige de la propia declaración del testigo Moreno Álvarez, al sostener que mientras fumaban el cigarrillo, le comentaron al demandante, que el estado de la techumbre no permitía distinguir las traslúcidas del pizarreño, debiendo avisarle que no transitara por ese sector porque era peligroso, por lo que, de haber entregado al trabajador los elementos de seguridad adecuados y mantener asimismo, mejores condiciones de resguardo en relación a las labores efectuadas, con el objeto de proteger eficazmente la vida y la salud de sus trabajadores, el accidente no se hubiera producido, de manera que la negligencia de la demandada se infiere de la sola materialización del daño y conforme lo ordena el artículo 1556 del Código Civil en relación con el artículo 69 de la ley Nº 17.644 y del principio general de reparación integral del daño, procede condenar a la demandada a resarcir los perjuicios efectivamente probados. UNDÉCIMO: Que según lo dispuesto en el artículo 1556 del Código Civil, la indemnización de perjuicios COMPRENDE el daño emergente y el lucro cesante, entendiéndose este último como la pérdida cierta de la ganancia posible, de manera que debe acreditarse por quien pretende obtener la reparación, la disminución efectiva en la misma, y para su determinación necesario resulta recurrir a hechos reales, objetivos y probados, dadas las circunstancias del caso. DUODÉCIMO: Que el demandante solicita el pago de la suma de $ 23.328.000.- a título de lucro cesante, fundado en que ha sufrido una merma en su patrimonio, desde que se ha disminuido su capacidad laboral futura en un 30% y en atención al hecho que el monto de su remuneración, ascendía a $ 180.000.-, mensuales, que multiplicado por 12 (para obtener la remuneración anual) y luego por 36 (años que van desde esta fecha hasta que cumpla 65 años de edad) resulta un total de $ 77.760.000., y luego, aplicando de manera prudencial, una disminución de su capacidad de ganancias en el porcentaje señalado, resulta el monto demandado.

376

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

377

DECIMOTERCERO: Que la indemnización por lucro cesante tiene por objeto compensar lo que la víctima haya dejado de ganar o dejará de percibir en el futuro, por efecto del daño sufrido, y la determinación del lucro cesante, debe corresponder u obedecer, a criterios objetivos y comprobados, y en la especie, si bien es cierto se ha establecido la entidad de la lesiones sufridas por el actor, no es menos cierto que, no existen antecedentes suficientes en orden a acreditar que el actor haya dejado de ganar o dejará de percibir en el futuro por efecto del daño sufrido, y por ende, no resultan útiles al efecto las pretensiones basadas en posibilidades, y de otro lado, debe considerarse que, además de encontrarse el acogido al seguro contra riesgos de accidentes del trabajo que establece la ley Nº 16.744, también se encuentra expresamente reconocido por éste, al absolver posiciones, que actualmente se encuentra estudiando y trabajando en una bodega de la empresa Manufrut, por lo que se estima procedente rechazar la pretensión de pago por este concepto. DECIMOCUARTO: Que en conformidad a lo dispuesto en el artículo 1558 del Código Civil, el incumplimiento de las obligaciones contractuales impone al deudor la obligación de indemnizar los perjuicios que previeron o pudieron preverse al tiempo del contrato, norma que para el caso de los infortunios a que se refiere la ley Nº 16.744, debe entenderse ampliado a la indemnización por daño moral, toda vez que la letra b) de dicha norma estipula que la víctima del accidente o enfermedad pueda reclamar al empleador responsable también las otras indemnizaciones a que tiene derecho, incluso el daño moral. DECIMOQUINTO: Que en el caso de autos, se encuentran acreditados los fundamentos necesarios para la procedencia de este cobro, toda vez que ha resultado demostrado que el trabajador sufrió el accidente del trabajo, ocasionándole un 30% de incapacidad según da cuenta la evaluación de la Comisión Médica Preventiva e Invalidez de 26 de noviembre de 2007, siendo dable presumir, de las circunstancias en que éste acaeció, y de lo informado mediante oficio por la Mutual de Seguridad, que éste le produjo Tec cerrado, luxofractura del codo derecho, fractura diafisiaria del húmero y radio proximal derechos, lesión del nervio radial derecho por lo que debió ser sometido a intervención quirúrgica y tratamientos médicos, existiendo una probabilidad de continuar requiriéndolos, toda vez que el referido oficio indica que con fecha 08 de octubre de 2007, se evidenció persistencia de dolor y limitación de la movilidad del codo, de carácter secuelar, flexo extensión de 45 140 grados, encontrándose además, demostrado que, a raíz del accidente, conforme sostienen los testigos que por su parte declararon, que presenta problemas para realizar fuerzas y tomar a su hijo pequeño en brazos, lo que ha afectado su diario vivir, debiendo incluso adaptar el vehículo que conduce a la incapacidad que presenta, y que lleva al tribunal a regular prudencialmente este tipo de perjuicio, que carece de un valor económico determinado y que por ello no puede ser reparado por equivalencia, siendo resarcido buscando satisfacer el detrimento síquico ocasionado según una suma de dinero, que por un lado consiga esta última finalidad, pero que tampoco importe un enriquecimiento injustificado de la víctima, por lo que este tribunal estima de justicia regularlo en la suma de $ 5.000.000. DECIMOSEXTO: Que la indemnización referida deberá pagarse reajustada, según lo establece el artículo 63 del Código del Trabajo, más los intereses corrientes desde la fecha que quede ejecutoriado el fallo hasta su pago efectivo. DECIMOSÉPTIMO: Que, la prueba se apreció de conformidad a las reglas de la sana critica, y que la demás prueba documental incorporada, en nada alteran las conclusiones expresadas en los fundamentos anteriores. Y visto lo dispuesto en los artículos 19 N° 1 de la Constitución Política de la República, 7º, 63, 184, 446 y siguientes del Código del Trabajo, artículo 66 bis y 69 de la ley Nº 16.744 y decreto supremo Nº 76 del Ministerio del Trabajo, se declara: I. Que se acoge la demanda deducida, en cuanto se declara que el día 28 de agosto de 2006, don Mauricio Alejandro Manríquez Pozas, prestaba servicios para la demandada Botti Jameson Ltda., cuando sufrió el accidente que le produjo un 305 de incapacidad, respecto del cual a la citada sociedad le asiste responsabilidad en razón de no haber cumplido con la obligación establecida en el artículo 184 del Código del Trabajo y, como consecuencia, deberá pagarle la suma de $ 5.000.000. por concepto de daño moral, con más el reajuste que prevé el artículo 63 del Código del Trabajo. II. Que se rechaza la demanda en las demás pretensiones. III. Que no se condena en costas a la demandada, por no haber resultado totalmente vencida.

DECIMOTERCERO: Que la indemnización por lucro cesante tiene por objeto compensar lo que la víctima haya dejado de ganar o dejará de percibir en el futuro, por efecto del daño sufrido, y la determinación del lucro cesante, debe corresponder u obedecer, a criterios objetivos y comprobados, y en la especie, si bien es cierto se ha establecido la entidad de la lesiones sufridas por el actor, no es menos cierto que, no existen antecedentes suficientes en orden a acreditar que el actor haya dejado de ganar o dejará de percibir en el futuro por efecto del daño sufrido, y por ende, no resultan útiles al efecto las pretensiones basadas en posibilidades, y de otro lado, debe considerarse que, además de encontrarse el acogido al seguro contra riesgos de accidentes del trabajo que establece la ley Nº 16.744, también se encuentra expresamente reconocido por éste, al absolver posiciones, que actualmente se encuentra estudiando y trabajando en una bodega de la empresa Manufrut, por lo que se estima procedente rechazar la pretensión de pago por este concepto. DECIMOCUARTO: Que en conformidad a lo dispuesto en el artículo 1558 del Código Civil, el incumplimiento de las obligaciones contractuales impone al deudor la obligación de indemnizar los perjuicios que previeron o pudieron preverse al tiempo del contrato, norma que para el caso de los infortunios a que se refiere la ley Nº 16.744, debe entenderse ampliado a la indemnización por daño moral, toda vez que la letra b) de dicha norma estipula que la víctima del accidente o enfermedad pueda reclamar al empleador responsable también las otras indemnizaciones a que tiene derecho, incluso el daño moral. DECIMOQUINTO: Que en el caso de autos, se encuentran acreditados los fundamentos necesarios para la procedencia de este cobro, toda vez que ha resultado demostrado que el trabajador sufrió el accidente del trabajo, ocasionándole un 30% de incapacidad según da cuenta la evaluación de la Comisión Médica Preventiva e Invalidez de 26 de noviembre de 2007, siendo dable presumir, de las circunstancias en que éste acaeció, y de lo informado mediante oficio por la Mutual de Seguridad, que éste le produjo Tec cerrado, luxofractura del codo derecho, fractura diafisiaria del húmero y radio proximal derechos, lesión del nervio radial derecho por lo que debió ser sometido a intervención quirúrgica y tratamientos médicos, existiendo una probabilidad de continuar requiriéndolos, toda vez que el referido oficio indica que con fecha 08 de octubre de 2007, se evidenció persistencia de dolor y limitación de la movilidad del codo, de carácter secuelar, flexo extensión de 45 140 grados, encontrándose además, demostrado que, a raíz del accidente, conforme sostienen los testigos que por su parte declararon, que presenta problemas para realizar fuerzas y tomar a su hijo pequeño en brazos, lo que ha afectado su diario vivir, debiendo incluso adaptar el vehículo que conduce a la incapacidad que presenta, y que lleva al tribunal a regular prudencialmente este tipo de perjuicio, que carece de un valor económico determinado y que por ello no puede ser reparado por equivalencia, siendo resarcido buscando satisfacer el detrimento síquico ocasionado según una suma de dinero, que por un lado consiga esta última finalidad, pero que tampoco importe un enriquecimiento injustificado de la víctima, por lo que este tribunal estima de justicia regularlo en la suma de $ 5.000.000. DECIMOSEXTO: Que la indemnización referida deberá pagarse reajustada, según lo establece el artículo 63 del Código del Trabajo, más los intereses corrientes desde la fecha que quede ejecutoriado el fallo hasta su pago efectivo. DECIMOSÉPTIMO: Que, la prueba se apreció de conformidad a las reglas de la sana critica, y que la demás prueba documental incorporada, en nada alteran las conclusiones expresadas en los fundamentos anteriores. Y visto lo dispuesto en los artículos 19 N° 1 de la Constitución Política de la República, 7º, 63, 184, 446 y siguientes del Código del Trabajo, artículo 66 bis y 69 de la ley Nº 16.744 y decreto supremo Nº 76 del Ministerio del Trabajo, se declara: I. Que se acoge la demanda deducida, en cuanto se declara que el día 28 de agosto de 2006, don Mauricio Alejandro Manríquez Pozas, prestaba servicios para la demandada Botti Jameson Ltda., cuando sufrió el accidente que le produjo un 305 de incapacidad, respecto del cual a la citada sociedad le asiste responsabilidad en razón de no haber cumplido con la obligación establecida en el artículo 184 del Código del Trabajo y, como consecuencia, deberá pagarle la suma de $ 5.000.000. por concepto de daño moral, con más el reajuste que prevé el artículo 63 del Código del Trabajo. II. Que se rechaza la demanda en las demás pretensiones. III. Que no se condena en costas a la demandada, por no haber resultado totalmente vencida. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

377

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Santiago, dieciocho de enero de dos mil once. VISTOS Y TENIENDO PRESENTE: 1° Que doña Yasna Maldonado Navarro, abogado, por la parte demandante, deduce recurso de nulidad en contra de la sentencia de veintisiete de septiembre de dos mil diez dictada por el Segundo Juzgado de Letras del Trabajo de Santiago, fundándolo en las causales establecidas en los artículos 477 y 478 letra b) del Código del Trabajo. La primera causal la funda en lo que dispone el artículo 69 de la ley N° 16.744, en relación con lo que prescriben los artículos 1553 y 1556 del Código Civil, señalando que el motivo duodécimo, en el que se analiza la procedencia del lucro cesante, contiene una interpretación jurídica errada, pues se niega su procedencia porque el actor se encuentra “acogido al seguro contra riesgos de accidentes del trabajo que establece la Ley Nº 16.744”, en circunstancias que el seguro social que establece otorga a los trabajadores accidentados una prestación periódica equivalente “sólo a una parte de las remuneraciones percibidas por la víctima”, por lo que se produce una diferencia entre el ingreso real previo al accidente y el que se otorga por solidaridad. Asimismo, otorga una indemnización para el evento que la víctima se considere un invalido parcial, como es el caso del actor que tiene un grado de incapacidad que asciende a un 30%, y que corresponde a un número determinado de sueldos base, como lo establece el artículo 53 inciso 1° de la citada ley. Agrega que también parece errado que se aluda, para negar la indemnización por lucro cesante, al hecho que el actor está actualmente estudiando y trabajando en una bodega de la empresa Manufrut, porque tuvo que cambiar de oficio luego del accidente, porque antes se desempeñaba como hojalatero y ahora como bodeguero, lo que evidencia que no puede realizar trabajos que exijan fuerza con su brazo derecho. Sobre el mismo punto, añade que no se consideró la prueba documental de la contraria que da cuenta que lo finiquitó el 6 de noviembre de 2007 y que, en virtud de la declaración del actor y de sus testigos, se acreditó que ingresó a la empresa Manufrut el 15 de febrero de 2010, lo que significa que por más de dos años no percibió remuneración. En lo que concierne a la segunda causal, señala que al desestimarse el lucro cesante sufrido por el actor, de acuerdo a las razones indicadas en el considerando duodécimo, y atendiendo a lo señalado en el motivo decimocuarto, en la sentencia se incurre en una manifiesta infracción a las reglas de la sana crítica que deben orientar la apreciación de la prueba, conforme lo ordena el artículo 456 del Código del Trabajo, que exigen del juzgador un discurso armónico y coherente que dé cuenta de un razonamiento consistente y no contradictorio. Afirma que el discurso de la sentencia para rechazar la reparación del lucro cesante viola las señaladas reglas, porque, por una parte, se tiene por comprobadas las lesiones invalidantes y la incapacidad de la víctima como elemento que justifica la existencia del daño moral que se ordena reparar, y luego se sostiene que tales lesiones no sirven de fundamento suficiente para tener por acreditado la perdida actual o futura de ganancias por parte del actor, negándose el pago del lucro cesante. Por lo tanto, estima que contraría la lógica conforme a la cual debe analizarse y ponderarse la prueba rendida, sostener, por una parte, que se encuentra legalmente acreditado que el actor sufrió una lesión e incapacidad de un 30 %, como consecuencia del accidente laboral que sufrió, y decidir, contrariando dicha premisa, que no existen antecedentes suficientes en orden a acreditar que el actor haya dejado de ganar o dejará de percibir en el futuro por efecto del daño sufrido. Sostiene, en definitiva, que si se hubieran aplicado correctamente las normas legales que denuncia infringidas, se habría acogido la demanda en lo relativo a la indemnización por concepto de lucro cesante.

378

II. CORTE DE APELACIONES

IV. Ejecutoriada esta sentencia, cúmplase lo dispuesto en ella, dentro de quinto día. En caso contrario, certifíquese dicha circunstancia y pasen los antecedentes al Juzgado de Cobranza Laboral y Previsional. Regístrese, notifíquese a las partes y archívese en su oportunidad. RIT O 1736 2010 RUC 10 4 0030445 4 Pronunciada por Marcela Solar Catalán, Juez Suplente de este Segundo Juzgado de Letras del Trabajo de Santiago.

IV. Ejecutoriada esta sentencia, cúmplase lo dispuesto en ella, dentro de quinto día. En caso contrario, certifíquese dicha circunstancia y pasen los antecedentes al Juzgado de Cobranza Laboral y Previsional. Regístrese, notifíquese a las partes y archívese en su oportunidad. RIT O 1736 2010 RUC 10 4 0030445 4 Pronunciada por Marcela Solar Catalán, Juez Suplente de este Segundo Juzgado de Letras del Trabajo de Santiago.

II. CORTE DE APELACIONES

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Santiago, dieciocho de enero de dos mil once. VISTOS Y TENIENDO PRESENTE: 1° Que doña Yasna Maldonado Navarro, abogado, por la parte demandante, deduce recurso de nulidad en contra de la sentencia de veintisiete de septiembre de dos mil diez dictada por el Segundo Juzgado de Letras del Trabajo de Santiago, fundándolo en las causales establecidas en los artículos 477 y 478 letra b) del Código del Trabajo. La primera causal la funda en lo que dispone el artículo 69 de la ley N° 16.744, en relación con lo que prescriben los artículos 1553 y 1556 del Código Civil, señalando que el motivo duodécimo, en el que se analiza la procedencia del lucro cesante, contiene una interpretación jurídica errada, pues se niega su procedencia porque el actor se encuentra “acogido al seguro contra riesgos de accidentes del trabajo que establece la Ley Nº 16.744”, en circunstancias que el seguro social que establece otorga a los trabajadores accidentados una prestación periódica equivalente “sólo a una parte de las remuneraciones percibidas por la víctima”, por lo que se produce una diferencia entre el ingreso real previo al accidente y el que se otorga por solidaridad. Asimismo, otorga una indemnización para el evento que la víctima se considere un invalido parcial, como es el caso del actor que tiene un grado de incapacidad que asciende a un 30%, y que corresponde a un número determinado de sueldos base, como lo establece el artículo 53 inciso 1° de la citada ley. Agrega que también parece errado que se aluda, para negar la indemnización por lucro cesante, al hecho que el actor está actualmente estudiando y trabajando en una bodega de la empresa Manufrut, porque tuvo que cambiar de oficio luego del accidente, porque antes se desempeñaba como hojalatero y ahora como bodeguero, lo que evidencia que no puede realizar trabajos que exijan fuerza con su brazo derecho. Sobre el mismo punto, añade que no se consideró la prueba documental de la contraria que da cuenta que lo finiquitó el 6 de noviembre de 2007 y que, en virtud de la declaración del actor y de sus testigos, se acreditó que ingresó a la empresa Manufrut el 15 de febrero de 2010, lo que significa que por más de dos años no percibió remuneración. En lo que concierne a la segunda causal, señala que al desestimarse el lucro cesante sufrido por el actor, de acuerdo a las razones indicadas en el considerando duodécimo, y atendiendo a lo señalado en el motivo decimocuarto, en la sentencia se incurre en una manifiesta infracción a las reglas de la sana crítica que deben orientar la apreciación de la prueba, conforme lo ordena el artículo 456 del Código del Trabajo, que exigen del juzgador un discurso armónico y coherente que dé cuenta de un razonamiento consistente y no contradictorio. Afirma que el discurso de la sentencia para rechazar la reparación del lucro cesante viola las señaladas reglas, porque, por una parte, se tiene por comprobadas las lesiones invalidantes y la incapacidad de la víctima como elemento que justifica la existencia del daño moral que se ordena reparar, y luego se sostiene que tales lesiones no sirven de fundamento suficiente para tener por acreditado la perdida actual o futura de ganancias por parte del actor, negándose el pago del lucro cesante. Por lo tanto, estima que contraría la lógica conforme a la cual debe analizarse y ponderarse la prueba rendida, sostener, por una parte, que se encuentra legalmente acreditado que el actor sufrió una lesión e incapacidad de un 30 %, como consecuencia del accidente laboral que sufrió, y decidir, contrariando dicha premisa, que no existen antecedentes suficientes en orden a acreditar que el actor haya dejado de ganar o dejará de percibir en el futuro por efecto del daño sufrido. Sostiene, en definitiva, que si se hubieran aplicado correctamente las normas legales que denuncia infringidas, se habría acogido la demanda en lo relativo a la indemnización por concepto de lucro cesante.

378

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

379

Solicita, concretamente, que se acoja el recurso y se declare la nulidad de la sentencia impugnada, dictándose una de reemplazo que condene a la demandada al pago de la indemnización solicitada por concepto de lucro cesante, por el monto demandado o por el que determine el tribunal conforme al mérito del proceso y lo que la prudencia sugiera; 2° Que, en lo que concierne a la primera causal de nulidad, se debe tener presente que, de acuerdo a lo prescrito en el artículo 477 del Código del Trabajo, es procedente el recurso de nulidad, entre otros casos, cuando la sentencia definitiva se hubiere dictado con infracción de ley que hubiere influido sustancialmente en lo dispositivo del fallo, en opinión del recurrente, lo que prescribe el artículo 69 de la ley N° 16.744, en relación con lo que disponen los artículos 1553 y 1556 del Código Civil, por los argumentos señalados de manera sintética en el fundamento precedente; 3° Que, de la lectura del fundamento duodécimo de la sentencia impugnada, se advierte que se desestimó la demanda por la que se pretende el resarcimiento del lucro cesante porque, en concepto del sentenciador, “…no existen antecedentes suficientes en orden a acreditar que el actor haya dejado de ganar o dejará de percibir en el futuro por efecto del daño sufrido, y por ende, no resultan útiles al efecto las pretensiones basadas en posibilidades…”, y no, como lo sostiene el recurrente, porque “el demandante se encuentra acogido al seguro contra riesgos de accidentes del trabajo que establece la Ley N° 16.744”, pues, como se aprecia de su atento análisis, la alusión que se hace a dicha circunstancia tiene la particularidad de ser sólo un fundamento de tipo adicional o dado a mayor abundamiento, esto es, no fue la consideración que motivó la decisión del sentenciador. El segundo argumento esgrimido para fundamentar la causal de nulidad que se analiza tampoco puede prosperar por la razón anotada precedentemente, y, en ese contexto, no puede afirmarse que se infringieron las normas sustantivas señaladas, pues, para arribar a esa conclusión, resulta indispensable que se hayan acreditado los presupuestos fácticos que conducen a estimar, en un caso concreto, que se produjo la merma que justifica el resarcimiento del lucro cesante; 4° Que, en lo referente a la otra causal de nulidad, se debe considerar que, de acuerdo a lo dispuesto en la letra b) del artículo 478 del Código del Trabajo, el recurso de nulidad procede cuando la sentencia ha sido pronunciada con infracción manifiesta de las normas sobre la apreciación de la prueba conforme a las reglas de la sana crítica; proceso racional que exige al tribunal, atendido lo establecido en el artículo 456 del citado Código, expresar las razones jurídicas y las simplemente lógicas, científicas, técnicas o de experiencia, en cuya virtud les asigne a las pruebas rendidas valor o las desestime. La misma norma señala que, en general, se debe tomar en especial consideración la multiplicidad, gravedad, precisión, concordancia y conexión de las pruebas o antecedentes del proceso que se utilicen, de manera que el examen conduzca lógicamente a la conclusión que convenza al sentenciador; 5° Que, en lo que concierne al primer argumento, que se sustenta en el hecho que la sentencia es incoherente y, por ende, infringe la lógica, se debe tener presente que dicho elemento que compone el sistema de valoración de la prueba de la “sana crítica” constituye un proceso racional que permite derivar conclusiones de un hecho porque ello es simplemente factible. Sin embargo, como la sola circunstancia que un trabajador haya experimentado una incapacidad de orden laboral con motivo del accidente sufrido, no necesariamente conduce a la conclusión indefectible que experimentará una perdida actual o futura de ganancias, presupuesto indispensable para que se condene al pago del lucro cesante, estimando el sentenciador en razón de ello que resulta indispensable que se rinda prueba en ese sentido, y, en el caso de autos, en su concepto, la prueba rendida apunta en el sentido contrario, pues se acreditó que el actor está estudiando y trabajando, se debe concluir que la sentencia impugnada no puede ser tachada de incomprensible e inarmónica. En cuanto al otro argumento, conviene considerar que el daño moral y el lucro cesante persiguen una finalidad diferente, tal como se señala en los motivos décimo, duodécimo y decimo cuarto de la sentencia impugnada, y que la prueba que debe rendirse para los efectos de su acreditación también es disímil y debe encauzarse, en el primer caso, para acreditar cómo el episodio afectó el fuero interno de la víctima con sentimientos de pena, angustia, frustración, dolor, y, en el segundo caso, la pérdida cierta de una ganancia posible con motivo del evento invocado como sustento. En esas condiciones, se debe concluir que la circunstancia que se haya reconocido al actor el derecho a que se le indemnice el daño moral, por las razones contenidas en el fundamento decimocuarto, y no el lucro cesante pretendido

Solicita, concretamente, que se acoja el recurso y se declare la nulidad de la sentencia impugnada, dictándose una de reemplazo que condene a la demandada al pago de la indemnización solicitada por concepto de lucro cesante, por el monto demandado o por el que determine el tribunal conforme al mérito del proceso y lo que la prudencia sugiera; 2° Que, en lo que concierne a la primera causal de nulidad, se debe tener presente que, de acuerdo a lo prescrito en el artículo 477 del Código del Trabajo, es procedente el recurso de nulidad, entre otros casos, cuando la sentencia definitiva se hubiere dictado con infracción de ley que hubiere influido sustancialmente en lo dispositivo del fallo, en opinión del recurrente, lo que prescribe el artículo 69 de la ley N° 16.744, en relación con lo que disponen los artículos 1553 y 1556 del Código Civil, por los argumentos señalados de manera sintética en el fundamento precedente; 3° Que, de la lectura del fundamento duodécimo de la sentencia impugnada, se advierte que se desestimó la demanda por la que se pretende el resarcimiento del lucro cesante porque, en concepto del sentenciador, “…no existen antecedentes suficientes en orden a acreditar que el actor haya dejado de ganar o dejará de percibir en el futuro por efecto del daño sufrido, y por ende, no resultan útiles al efecto las pretensiones basadas en posibilidades…”, y no, como lo sostiene el recurrente, porque “el demandante se encuentra acogido al seguro contra riesgos de accidentes del trabajo que establece la Ley N° 16.744”, pues, como se aprecia de su atento análisis, la alusión que se hace a dicha circunstancia tiene la particularidad de ser sólo un fundamento de tipo adicional o dado a mayor abundamiento, esto es, no fue la consideración que motivó la decisión del sentenciador. El segundo argumento esgrimido para fundamentar la causal de nulidad que se analiza tampoco puede prosperar por la razón anotada precedentemente, y, en ese contexto, no puede afirmarse que se infringieron las normas sustantivas señaladas, pues, para arribar a esa conclusión, resulta indispensable que se hayan acreditado los presupuestos fácticos que conducen a estimar, en un caso concreto, que se produjo la merma que justifica el resarcimiento del lucro cesante; 4° Que, en lo referente a la otra causal de nulidad, se debe considerar que, de acuerdo a lo dispuesto en la letra b) del artículo 478 del Código del Trabajo, el recurso de nulidad procede cuando la sentencia ha sido pronunciada con infracción manifiesta de las normas sobre la apreciación de la prueba conforme a las reglas de la sana crítica; proceso racional que exige al tribunal, atendido lo establecido en el artículo 456 del citado Código, expresar las razones jurídicas y las simplemente lógicas, científicas, técnicas o de experiencia, en cuya virtud les asigne a las pruebas rendidas valor o las desestime. La misma norma señala que, en general, se debe tomar en especial consideración la multiplicidad, gravedad, precisión, concordancia y conexión de las pruebas o antecedentes del proceso que se utilicen, de manera que el examen conduzca lógicamente a la conclusión que convenza al sentenciador; 5° Que, en lo que concierne al primer argumento, que se sustenta en el hecho que la sentencia es incoherente y, por ende, infringe la lógica, se debe tener presente que dicho elemento que compone el sistema de valoración de la prueba de la “sana crítica” constituye un proceso racional que permite derivar conclusiones de un hecho porque ello es simplemente factible. Sin embargo, como la sola circunstancia que un trabajador haya experimentado una incapacidad de orden laboral con motivo del accidente sufrido, no necesariamente conduce a la conclusión indefectible que experimentará una perdida actual o futura de ganancias, presupuesto indispensable para que se condene al pago del lucro cesante, estimando el sentenciador en razón de ello que resulta indispensable que se rinda prueba en ese sentido, y, en el caso de autos, en su concepto, la prueba rendida apunta en el sentido contrario, pues se acreditó que el actor está estudiando y trabajando, se debe concluir que la sentencia impugnada no puede ser tachada de incomprensible e inarmónica. En cuanto al otro argumento, conviene considerar que el daño moral y el lucro cesante persiguen una finalidad diferente, tal como se señala en los motivos décimo, duodécimo y decimo cuarto de la sentencia impugnada, y que la prueba que debe rendirse para los efectos de su acreditación también es disímil y debe encauzarse, en el primer caso, para acreditar cómo el episodio afectó el fuero interno de la víctima con sentimientos de pena, angustia, frustración, dolor, y, en el segundo caso, la pérdida cierta de una ganancia posible con motivo del evento invocado como sustento. En esas condiciones, se debe concluir que la circunstancia que se haya reconocido al actor el derecho a que se le indemnice el daño moral, por las razones contenidas en el fundamento decimocuarto, y no el lucro cesante pretendido ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

379

RETIRO

380

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

porque, no obstante que se acreditó la disminución de su capacidad laboral, no se probó su presupuesto indispensable, ya señalado, no se ha configurado la causal de nulidad y, por lo tanto, el recurso no puede prosperar y debe ser rechazado. Por estas consideraciones y de conformidad, además, con lo que disponen los artículos 474 y 482 del Código del Trabajo se rechaza el recurso de nulidad deducido en contra de la sentencia de veintisiete de septiembre de dos mil diez dictada por el Segundo Juzgado de Letras del Trabajo de Santiago. Regístrese y comuníquese. Redacción de la Ministro señora Gloria Ana Chevesich Ruiz. N° Reforma Laboral 1427-2010. Pronunciada por la Octava Sala de esta Corte de Apelaciones de Santiago, presidida por el Ministro señor Lamberto Cisternas Rocha e integrada por la Ministro señora Gloria Ana Chevesich Ruiz y por la Abogado Integrante señora Claudia Chaimovich Guralnik.

porque, no obstante que se acreditó la disminución de su capacidad laboral, no se probó su presupuesto indispensable, ya señalado, no se ha configurado la causal de nulidad y, por lo tanto, el recurso no puede prosperar y debe ser rechazado. Por estas consideraciones y de conformidad, además, con lo que disponen los artículos 474 y 482 del Código del Trabajo se rechaza el recurso de nulidad deducido en contra de la sentencia de veintisiete de septiembre de dos mil diez dictada por el Segundo Juzgado de Letras del Trabajo de Santiago. Regístrese y comuníquese. Redacción de la Ministro señora Gloria Ana Chevesich Ruiz. N° Reforma Laboral 1427-2010. Pronunciada por la Octava Sala de esta Corte de Apelaciones de Santiago, presidida por el Ministro señor Lamberto Cisternas Rocha e integrada por la Ministro señora Gloria Ana Chevesich Ruiz y por la Abogado Integrante señora Claudia Chaimovich Guralnik. 380

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

381

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol N° O-2557-2011 Cita online: CL/JUR/16513/2010 I. SENTENCIA DE JUZGADOS DE LETRAS DEL TRABAJO Santiago, veintinueve de noviembre de dos mil diez. VISTOS y OÍDOS: PRIMERO: Que comparece Rodrigo Wunkhaus Rigart, abogado, domiciliado en Moneda 973, oficina 638, Santiago, en representación de don Juan Carlos Cisternas Plaza, obrero, domiciliado en Los Aromos 5609, Villa El Barrero, Comuna de Huechuraba, quien interpone demanda de indemnización de perjucios por responsabilidad contractual derivada de accidente del trabajo en contra del empleador directo de su representado, don Héctor Eduardo Zurita Rossi, empresario, domiciliado en Zenteno 980, local 43, Comuna de Santiago, y en contra de la Empresa de Transportes Compañía de Seguridad de Chile Ltda., persona jurídica del giro de transporte de valores, cuyo nombre de fantasía es Prosegur Ltda., representada por don José Antonio Labbé Galilea, ignora profesión, ambos domiciliados en Los Gobelinos 2567, Comuna de Renca, Santiago, en calidad de dueña de la obra o faena y empresa principal, y en subsidio, para el caso que se estime que no es esta última responsable solidaria, la demanda subsidiariamente. Fundamenta su demanda en que según contrato de trabajo su representado trabajaba para el demandado Sr. Zurita desde el 5 de noviembre de 2009, desempeñándose en funciones de albañilería y electricidad, a plazo hasta el 5 de enero de 2010, con un sueldo base líquido pactado de $ 300.000 mensuales. Que con fecha 14 de noviembre de 2009 el actor se encontró con el Sr. Zurita, aproximadamente a las 10:00 horas, a quien no conocía y quien por contacto le había ofrecido un pololo para el mismo día, a donde el actor asistió con un ayudante el trabajador Fidel Olivares Cisternas. Se encontraron y fueron a la tienda Sodimac de Estación Central a adquirir las planchas de pizarreño, para luego dirigirse a las dependencias de Prosegur de los Gobelinos en Renca a realizar el trabajo consistente en recambio de aproximadamente 10 planchas de pizarreño de una bodega de propiedad de Prosegur Ltda. a donde llegaron cerca de las 12:30 horas, siendo controlados por un guardia de la empresa en la entrada, quien revisó los antecedentes de los trabajadores, y luego les indicó que podían ingresar, y una vez allí el Sr. Zurita le indicó al actor desde el suelo, cuáles eran las planchas que había que cambiar, retirándose del lugar e instruyéndole a avisarle cuando hubieran terminado. El actor se puso su ropa de trabajo que incluía un arnés de seguridad y subió al techo del galpón y cuando llegó ahí se dio cuenta que no había línea de vida en donde enganchar su arnés y que habían muchas planchas de pizarreño podridas y en mal estado, en un techo con pendiente de una altura aproximada de 9 metros. Agrega que mientas el demandante calculaba cómo realizaría la faena, de pronto, las planchas sobre las que se encontraba el actor cedieron bajo su peso y cayó, atravesando los pizarreños hacia el interior de la bodega, sobre un mesón de madera y fierro de grandes dimensiones, sobre el que aterrizó con su costado derecho, resultando policontuso y con múltiples fracturas. Luego una ambulancia pública del SAMU recogió al actor del lugar y lo llevó al Hospital San Juan de Dios, en donde estuvo 4 días, para luego ser transferido al Hospital de la Mutual de Seguridad el día 18 de noviembre de 2009. Señala que el accidente laboral que se denuncia tiene como único origen la culpa de las demandadas, quienes violaron su obligación contractual de prestar seguridad a sus trabajadores, en los términos que establece el artículo 184 del Código del Trabajo. Y que además se observan las siguientes infracciones en las faenas de autos: 1. No mantener las condiciones necesarias para proteger la vida y salud de los trabajadores, sean estos dependientes directos o no (artículo 3º del D.S. Nº 594 de 1999), en la especie, enviar a un trabajador a realizar trabajos en altura, sobre un techo podrido y sin adoptar ninguna medida de seguridad; 2. No entregar los elementos de protección personal a los trabajadores, tales como arnés o cinturón de seguridad y línea de vida; 3. Inexistencia de supervisión efectiva de las labores; 4. Carecer el trabajador de instrucción de seguridad específica para los trabajos que desarrollaba; 5. No informar al actor de los peligros que tenía realizar la labor encomendada, que es el derecho a

Santiago, veintinueve de noviembre de dos mil diez. VISTOS y OÍDOS: PRIMERO: Que comparece Rodrigo Wunkhaus Rigart, abogado, domiciliado en Moneda 973, oficina 638, Santiago, en representación de don Juan Carlos Cisternas Plaza, obrero, domiciliado en Los Aromos 5609, Villa El Barrero, Comuna de Huechuraba, quien interpone demanda de indemnización de perjucios por responsabilidad contractual derivada de accidente del trabajo en contra del empleador directo de su representado, don Héctor Eduardo Zurita Rossi, empresario, domiciliado en Zenteno 980, local 43, Comuna de Santiago, y en contra de la Empresa de Transportes Compañía de Seguridad de Chile Ltda., persona jurídica del giro de transporte de valores, cuyo nombre de fantasía es Prosegur Ltda., representada por don José Antonio Labbé Galilea, ignora profesión, ambos domiciliados en Los Gobelinos 2567, Comuna de Renca, Santiago, en calidad de dueña de la obra o faena y empresa principal, y en subsidio, para el caso que se estime que no es esta última responsable solidaria, la demanda subsidiariamente. Fundamenta su demanda en que según contrato de trabajo su representado trabajaba para el demandado Sr. Zurita desde el 5 de noviembre de 2009, desempeñándose en funciones de albañilería y electricidad, a plazo hasta el 5 de enero de 2010, con un sueldo base líquido pactado de $ 300.000 mensuales. Que con fecha 14 de noviembre de 2009 el actor se encontró con el Sr. Zurita, aproximadamente a las 10:00 horas, a quien no conocía y quien por contacto le había ofrecido un pololo para el mismo día, a donde el actor asistió con un ayudante el trabajador Fidel Olivares Cisternas. Se encontraron y fueron a la tienda Sodimac de Estación Central a adquirir las planchas de pizarreño, para luego dirigirse a las dependencias de Prosegur de los Gobelinos en Renca a realizar el trabajo consistente en recambio de aproximadamente 10 planchas de pizarreño de una bodega de propiedad de Prosegur Ltda. a donde llegaron cerca de las 12:30 horas, siendo controlados por un guardia de la empresa en la entrada, quien revisó los antecedentes de los trabajadores, y luego les indicó que podían ingresar, y una vez allí el Sr. Zurita le indicó al actor desde el suelo, cuáles eran las planchas que había que cambiar, retirándose del lugar e instruyéndole a avisarle cuando hubieran terminado. El actor se puso su ropa de trabajo que incluía un arnés de seguridad y subió al techo del galpón y cuando llegó ahí se dio cuenta que no había línea de vida en donde enganchar su arnés y que habían muchas planchas de pizarreño podridas y en mal estado, en un techo con pendiente de una altura aproximada de 9 metros. Agrega que mientas el demandante calculaba cómo realizaría la faena, de pronto, las planchas sobre las que se encontraba el actor cedieron bajo su peso y cayó, atravesando los pizarreños hacia el interior de la bodega, sobre un mesón de madera y fierro de grandes dimensiones, sobre el que aterrizó con su costado derecho, resultando policontuso y con múltiples fracturas. Luego una ambulancia pública del SAMU recogió al actor del lugar y lo llevó al Hospital San Juan de Dios, en donde estuvo 4 días, para luego ser transferido al Hospital de la Mutual de Seguridad el día 18 de noviembre de 2009. Señala que el accidente laboral que se denuncia tiene como único origen la culpa de las demandadas, quienes violaron su obligación contractual de prestar seguridad a sus trabajadores, en los términos que establece el artículo 184 del Código del Trabajo. Y que además se observan las siguientes infracciones en las faenas de autos: 1. No mantener las condiciones necesarias para proteger la vida y salud de los trabajadores, sean estos dependientes directos o no (artículo 3º del D.S. Nº 594 de 1999), en la especie, enviar a un trabajador a realizar trabajos en altura, sobre un techo podrido y sin adoptar ninguna medida de seguridad; 2. No entregar los elementos de protección personal a los trabajadores, tales como arnés o cinturón de seguridad y línea de vida; 3. Inexistencia de supervisión efectiva de las labores; 4. Carecer el trabajador de instrucción de seguridad específica para los trabajos que desarrollaba; 5. No informar al actor de los peligros que tenía realizar la labor encomendada, que es el derecho a

I. SENTENCIA DE JUZGADOS DE LETRAS DEL TRABAJO

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol N° O-2557-2011 Cita online: CL/JUR/16513/2010 ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

381

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

saber, según dispone el artículo 21 del D.S. Nº 40 del Ministerio de Salud; 6. No informar a la autoridad sobre la ocurrencia del accidente, en conformidad a la ley Nº 16.744; 7. Tampoco se dio cumplimiento a lo dispuesto en el artículo 70 de la mencionada ley; 8. No constituir ni tener en funcionamiento un Comité Paritario de Orden, Higiene y Seguridad y un Departamento de Prevención de Riesgos para las faenas, en conformidad con lo dispuesto en el artículo 66 bis de la ley Nº 16.744 sobre Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales. Luego indica como daños físicos, síquicos y morales los siguientes: Como diagnósticos emanados de la Mutual de Seguridad: policontuso; politraumatismo; fractura base quinto metacarpiano; herida región axilar derecha complicada; fractura tibia peroné distal derecho; fractura tibio peroné proximal derecho. Y como normas aplicables, invoca los artículos 184 del Código del Trabajo señalando que destinó al actor a realizar una faena sin instruirlo acerca de los peligros que éste envuelve y sin supervisar efectivamente las labores, exponiéndolo innecesariamente, y que igual infracción pesa sobre el dueño de la obra y mandante del Sr. Zurita, la empresa Prosegur Ltda. Que esta obligación si bien nace del contrato de trabajo, se trata de un deber que tiene su origen en la protección de un bien jurídico superior, como es la vida y la integridad física de las personas, y tiene significado no sólo para las personas sino también para su familia y la sociedad. Que además la adopción de las medidas de seguridad debe ser eficaz de manera que de haberse dado cumplimiento a la obligación de seguridad, el accidente nunca se habría producido y el hecho de su ocurrencia deja en evidencia y acredita el fracaso de las medidas tomadas para el resguardo de los trabajadores, ya que no habían medidas de seguridad. Agrega que la demandada tampoco ha manifestado interés por ayudar al actor ni de pagar por la responsabilidad que le compete en los hechos de autos. Señala que además se debió cumplir con el deber de seguridad establecido en el artículo 153 del Código del Trabajo, en orden a confeccionar un Reglamento Interno de Higiene y Seguridad y con lo dispuesto en los artículos 210, 66 de la ley Nº 16.744, en el sentido de asesorar e instruir a los trabajadores para la correcta utilización de los instrumentos de protección; vigilar el cumplimiento, tanto por parte de las empresas como de los trabajadores, de las medidas de prevención, higiene y seguridad; investigar las causas de los accidentes y enfermedades profesionales que se produzcan en la empresa; indicar la adopción de todas las medidas de seguridad que sirvan para la prevención de los riesgos profesionales; y cumplir las demás funciones o misiones que le encomiende el organismo administrador respectivo. Asimismo, invoca que no se cumplió con lo dispuesto en los artículos 66 bis, 67, 68 y 76 de la ley Nº 16.744, en el sentido que los empleadores que contraten o subcontraten con otros la realización de una obra, faena o servicios propios de su giro, deberán vigilar el cumplimiento de parte de dichos contratistas o subcontratistas de la normativa relativa a higiene y seguridad, debiendo para ello implementar un sistema de gestión de seguridad y salud en el trabajo para todos los trabajadores involucrados, cualquiera que sea su dependencia, cuando en su conjunto agrupen a más de 50 trabajadores y asimismo corresponderá al mandante velar por la constitución y funcionamiento de un Comité Paritario de Higiene y Seguridad y un Departamento de Prevención de Riesgos para tales faenas; en el sentido que proporcionar a los trabajadores los equipos o implementos de protección necesarios, no pudiendo en caso alguno cobrarles su valor; en el sentido que la entidad empleadora deberá denunciar al organismo administrador respectivo, inmediatamente de producido, todo accidente o enfermedad que pueda ocasionar incapacidad para el trabajo o la muerte de la víctima. Por otro lado, señala incumplida la norma del artículo 21 del D.S. Nº 40 de 1969 del Ministerio del Trabajo y de Previsión Social, en cuanto dispone el deber de informar oportunamente a sus trabajadores acerca de los riesgos que entrañan sus labores, de las medidas preventivas y de los métodos de trabajo correctos; y la del artículo 3º, 36 y 37 del D.S. Nº 594 del Ministerio de Salud, en cuanto dispone que la empresa está obligada a mantener en los lugares de trabajo las condiciones sanitarias y ambientales necesarias para proteger la vida y salud de los trabajadores; que todas las maquinarias se mantendrán en condiciones seguras y en buen funcionamiento para evitar daño a las personas. Agrega que el incumplimiento de la empleadora de la obligación contenida en el artículo 184 del Código del Trabajo fue causa directa e inmediata del accidente de trabajo y constituye la fuente de la obligación de reparar el daño. Invoca también el artículo 1556 del Código Civil y señala que ambas demandadas se benefician del trabajo del empleado, de modo que la obligación antes dicha recae tanto

382

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

saber, según dispone el artículo 21 del D.S. Nº 40 del Ministerio de Salud; 6. No informar a la autoridad sobre la ocurrencia del accidente, en conformidad a la ley Nº 16.744; 7. Tampoco se dio cumplimiento a lo dispuesto en el artículo 70 de la mencionada ley; 8. No constituir ni tener en funcionamiento un Comité Paritario de Orden, Higiene y Seguridad y un Departamento de Prevención de Riesgos para las faenas, en conformidad con lo dispuesto en el artículo 66 bis de la ley Nº 16.744 sobre Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales. Luego indica como daños físicos, síquicos y morales los siguientes: Como diagnósticos emanados de la Mutual de Seguridad: policontuso; politraumatismo; fractura base quinto metacarpiano; herida región axilar derecha complicada; fractura tibia peroné distal derecho; fractura tibio peroné proximal derecho. Y como normas aplicables, invoca los artículos 184 del Código del Trabajo señalando que destinó al actor a realizar una faena sin instruirlo acerca de los peligros que éste envuelve y sin supervisar efectivamente las labores, exponiéndolo innecesariamente, y que igual infracción pesa sobre el dueño de la obra y mandante del Sr. Zurita, la empresa Prosegur Ltda. Que esta obligación si bien nace del contrato de trabajo, se trata de un deber que tiene su origen en la protección de un bien jurídico superior, como es la vida y la integridad física de las personas, y tiene significado no sólo para las personas sino también para su familia y la sociedad. Que además la adopción de las medidas de seguridad debe ser eficaz de manera que de haberse dado cumplimiento a la obligación de seguridad, el accidente nunca se habría producido y el hecho de su ocurrencia deja en evidencia y acredita el fracaso de las medidas tomadas para el resguardo de los trabajadores, ya que no habían medidas de seguridad. Agrega que la demandada tampoco ha manifestado interés por ayudar al actor ni de pagar por la responsabilidad que le compete en los hechos de autos. Señala que además se debió cumplir con el deber de seguridad establecido en el artículo 153 del Código del Trabajo, en orden a confeccionar un Reglamento Interno de Higiene y Seguridad y con lo dispuesto en los artículos 210, 66 de la ley Nº 16.744, en el sentido de asesorar e instruir a los trabajadores para la correcta utilización de los instrumentos de protección; vigilar el cumplimiento, tanto por parte de las empresas como de los trabajadores, de las medidas de prevención, higiene y seguridad; investigar las causas de los accidentes y enfermedades profesionales que se produzcan en la empresa; indicar la adopción de todas las medidas de seguridad que sirvan para la prevención de los riesgos profesionales; y cumplir las demás funciones o misiones que le encomiende el organismo administrador respectivo. Asimismo, invoca que no se cumplió con lo dispuesto en los artículos 66 bis, 67, 68 y 76 de la ley Nº 16.744, en el sentido que los empleadores que contraten o subcontraten con otros la realización de una obra, faena o servicios propios de su giro, deberán vigilar el cumplimiento de parte de dichos contratistas o subcontratistas de la normativa relativa a higiene y seguridad, debiendo para ello implementar un sistema de gestión de seguridad y salud en el trabajo para todos los trabajadores involucrados, cualquiera que sea su dependencia, cuando en su conjunto agrupen a más de 50 trabajadores y asimismo corresponderá al mandante velar por la constitución y funcionamiento de un Comité Paritario de Higiene y Seguridad y un Departamento de Prevención de Riesgos para tales faenas; en el sentido que proporcionar a los trabajadores los equipos o implementos de protección necesarios, no pudiendo en caso alguno cobrarles su valor; en el sentido que la entidad empleadora deberá denunciar al organismo administrador respectivo, inmediatamente de producido, todo accidente o enfermedad que pueda ocasionar incapacidad para el trabajo o la muerte de la víctima. Por otro lado, señala incumplida la norma del artículo 21 del D.S. Nº 40 de 1969 del Ministerio del Trabajo y de Previsión Social, en cuanto dispone el deber de informar oportunamente a sus trabajadores acerca de los riesgos que entrañan sus labores, de las medidas preventivas y de los métodos de trabajo correctos; y la del artículo 3º, 36 y 37 del D.S. Nº 594 del Ministerio de Salud, en cuanto dispone que la empresa está obligada a mantener en los lugares de trabajo las condiciones sanitarias y ambientales necesarias para proteger la vida y salud de los trabajadores; que todas las maquinarias se mantendrán en condiciones seguras y en buen funcionamiento para evitar daño a las personas. Agrega que el incumplimiento de la empleadora de la obligación contenida en el artículo 184 del Código del Trabajo fue causa directa e inmediata del accidente de trabajo y constituye la fuente de la obligación de reparar el daño. Invoca también el artículo 1556 del Código Civil y señala que ambas demandadas se benefician del trabajo del empleado, de modo que la obligación antes dicha recae tanto

382

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

383

en el empleador como en la empresa principal. Señala que la obligación del empleador de proporcionar seguridad a los trabajadores es de orden público, de naturaleza contractual e irrenunciable y que su infracción debe resolverse en la de indemnizar todos los perjuicios provocados a su representado y que de conformidad con lo dispuesto en el artículo 69 de la ley Nº 16.744 dicha reparación debe ser completa y comprende el daño emergente, el lucro cesante y el daño moral. Señala además que la responsabilidad solidaria de Prosegur se encuentra indicada con claridad en el artículo 183 B y 183 E del Código del Trabajo, obligándola incluso a adoptar las medidas de necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de todos los trabajadores que laboran en la obra, empresa o faena, cualquiera sea su dependencia. Luego de dar un concepto a su juicio de daño moral y de lucro cesante, señala que su representado antes del accidente era un hombre absolutamente sano y pleno, con una vida familiar intensa, siendo el actor el único que aportaba ingresos a su familia, y que tenía 42 años la época del accidente, por lo que pide reparación de daño moral por la suma de $ 100.000.000 (cien millones de pesos), y en cuanto al lucro cesante señala que para el cálculo debe considerarse la última remuneración que obtuvo su representado sano y con el máximo de su capacidad laboral, proyectada por los años y meses de vida laboral que le restan hasta cumplir los 65 años de edad, edad teórica para obtener jubilación y dar por finalizada la vida laboral y en base a $ 300.000 (trescientos mil pesos mensuales) por 23 años arroja la suma de $ 82.600.000 (ochenta y dos millones seiscientos mil pesos), haciendo presente que esta indemnización no tiene relación con el subsidio de incapacidad ni se puede imputar a él, por expresa disposición legal, señala que además el seguro cubre solo en parte su pérdida de capacidad de ganancia, que menciona el artículo 34 de la Ley sobre Accidentes Laborales. En subsidio pide las cantidades que por tales conceptos determine en conformidad a los antecedentes aportados. SEGUNDO: La demandada, en adelante, Prosegur Ltda., contesta la demanda de autos, solicitando que sea rechazada en todas sus partes, y señala que sólo aceptará los hechos que en definitiva resulten acreditados, desconociendo aquellos que no resulten probados, negando el incumplimiento obligacional señalado por el actor, ya que no tuvo participación alguna en los hechos que invoca. Señala que entre su representada y el demandante nunca ha existido una relación contractual de carácter laboral, ya que no tiene la calidad de empleador del demandante. Señala que a la época de ocurrencia de los hechos existía entre su representada y el Sr. Zurita un contrato de prestación de servicios de electricidad, datos, voz, telecomunicaciones y reparaciones varias; y que este contrato de servicios era de carácter esporádico o ocasional para prestar servicios en dependencias de Prosegur Ltda. para ejecutar tareas también esporádicas, discontinuas y ocasionales, en la medida que se presentara la necesidad y que los trabajos que él se adjudicaba los desarrollaba con distintas personas que lo apoyaban y del apoyo que él necesitar apara cumplir su labor. Señala que por ello no se encuentra amparado bajo el régimen de subcontratación. Agrega en cuanto a los implementos de seguridad que el Sr. Zurita era quien proveía los elementos a quienes lo apoyaban en las obras y según la naturaleza del trabajo. Sin perjuicio de ello, señalan que el actor contaba con overol, arnés de seguridad y la techumbre donde debía ejecutar la reparación contaba con un mosquetón donde fijar el arnés de modo de precaver caídas de nivel. En cuanto al día del accidente señala que el trabajador contratado por Héctor Zurita se encontraba realizando un cambio de algunas planchas de pizarreño dañadas en la techumbre de un galpón en dependencias de Prosegur Ltda. cuando aproximadamente a las 13:35 horas sufre una caída traspasando pizarreños cayendo desde una altura aproximada de 6 metros sobre una cinta transportadora y luego al piso. Opone excepción de falta de legitimidad pasiva por los fundamentos que se expondrán más adelante. En subsidio, señala que es improcedente respecto de su parte la aplicación de los artículos 183 B y 183 E del Código del Trabajo, ya que sólo está concebida respecto de obligaciones laborales y previsionales adeudadas por el empleador directo. Agrega que ni el artículo 183 E ni el artículo 66 bis de la ley Nº 16.774 establecen expresamente la solidaridad y señala que así quedó plasmado en la historia fidedigna del establecimiento de la ley. Por otro lado, señala que de las disposiciones de los artículos 183 E del Código del Trabajo, 66 Bis de la ley Nº 16.744, y artículo 3º del D.S. Nº 594, se puede concluir que además de los requisitos generales de toda responsabilidad civil, en el caso de la denominada empresa principal, para que se configure responsabilidad deben concurrir los siguientes requisitos: culpa

en el empleador como en la empresa principal. Señala que la obligación del empleador de proporcionar seguridad a los trabajadores es de orden público, de naturaleza contractual e irrenunciable y que su infracción debe resolverse en la de indemnizar todos los perjuicios provocados a su representado y que de conformidad con lo dispuesto en el artículo 69 de la ley Nº 16.744 dicha reparación debe ser completa y comprende el daño emergente, el lucro cesante y el daño moral. Señala además que la responsabilidad solidaria de Prosegur se encuentra indicada con claridad en el artículo 183 B y 183 E del Código del Trabajo, obligándola incluso a adoptar las medidas de necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de todos los trabajadores que laboran en la obra, empresa o faena, cualquiera sea su dependencia. Luego de dar un concepto a su juicio de daño moral y de lucro cesante, señala que su representado antes del accidente era un hombre absolutamente sano y pleno, con una vida familiar intensa, siendo el actor el único que aportaba ingresos a su familia, y que tenía 42 años la época del accidente, por lo que pide reparación de daño moral por la suma de $ 100.000.000 (cien millones de pesos), y en cuanto al lucro cesante señala que para el cálculo debe considerarse la última remuneración que obtuvo su representado sano y con el máximo de su capacidad laboral, proyectada por los años y meses de vida laboral que le restan hasta cumplir los 65 años de edad, edad teórica para obtener jubilación y dar por finalizada la vida laboral y en base a $ 300.000 (trescientos mil pesos mensuales) por 23 años arroja la suma de $ 82.600.000 (ochenta y dos millones seiscientos mil pesos), haciendo presente que esta indemnización no tiene relación con el subsidio de incapacidad ni se puede imputar a él, por expresa disposición legal, señala que además el seguro cubre solo en parte su pérdida de capacidad de ganancia, que menciona el artículo 34 de la Ley sobre Accidentes Laborales. En subsidio pide las cantidades que por tales conceptos determine en conformidad a los antecedentes aportados. SEGUNDO: La demandada, en adelante, Prosegur Ltda., contesta la demanda de autos, solicitando que sea rechazada en todas sus partes, y señala que sólo aceptará los hechos que en definitiva resulten acreditados, desconociendo aquellos que no resulten probados, negando el incumplimiento obligacional señalado por el actor, ya que no tuvo participación alguna en los hechos que invoca. Señala que entre su representada y el demandante nunca ha existido una relación contractual de carácter laboral, ya que no tiene la calidad de empleador del demandante. Señala que a la época de ocurrencia de los hechos existía entre su representada y el Sr. Zurita un contrato de prestación de servicios de electricidad, datos, voz, telecomunicaciones y reparaciones varias; y que este contrato de servicios era de carácter esporádico o ocasional para prestar servicios en dependencias de Prosegur Ltda. para ejecutar tareas también esporádicas, discontinuas y ocasionales, en la medida que se presentara la necesidad y que los trabajos que él se adjudicaba los desarrollaba con distintas personas que lo apoyaban y del apoyo que él necesitar apara cumplir su labor. Señala que por ello no se encuentra amparado bajo el régimen de subcontratación. Agrega en cuanto a los implementos de seguridad que el Sr. Zurita era quien proveía los elementos a quienes lo apoyaban en las obras y según la naturaleza del trabajo. Sin perjuicio de ello, señalan que el actor contaba con overol, arnés de seguridad y la techumbre donde debía ejecutar la reparación contaba con un mosquetón donde fijar el arnés de modo de precaver caídas de nivel. En cuanto al día del accidente señala que el trabajador contratado por Héctor Zurita se encontraba realizando un cambio de algunas planchas de pizarreño dañadas en la techumbre de un galpón en dependencias de Prosegur Ltda. cuando aproximadamente a las 13:35 horas sufre una caída traspasando pizarreños cayendo desde una altura aproximada de 6 metros sobre una cinta transportadora y luego al piso. Opone excepción de falta de legitimidad pasiva por los fundamentos que se expondrán más adelante. En subsidio, señala que es improcedente respecto de su parte la aplicación de los artículos 183 B y 183 E del Código del Trabajo, ya que sólo está concebida respecto de obligaciones laborales y previsionales adeudadas por el empleador directo. Agrega que ni el artículo 183 E ni el artículo 66 bis de la ley Nº 16.774 establecen expresamente la solidaridad y señala que así quedó plasmado en la historia fidedigna del establecimiento de la ley. Por otro lado, señala que de las disposiciones de los artículos 183 E del Código del Trabajo, 66 Bis de la ley Nº 16.744, y artículo 3º del D.S. Nº 594, se puede concluir que además de los requisitos generales de toda responsabilidad civil, en el caso de la denominada empresa principal, para que se configure responsabilidad deben concurrir los siguientes requisitos: culpa ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

383

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

o negligencia del empleador directo; culpa o negligencia de la empresa principal; que sumados los trabajadores de la empresa principal, y los contratistas o subcontratistas, que laboren en la misma faena, sumen más de 51 trabajadores; que los trabajadores de los contratistas o subcontratistas estén realizando una obra o faena o servicios propios de la empresa principal. Y que toda conclusión contraria a lo expuesto implicaría reconocer que respecto de la empresa principal pesa un sistema de responsabilidad estricta y objetiva. Alega además ausencia de responsabilidad y para ello reitera todos los argumentos relativos a la falta de legitimación pasiva, en cuanto no le es aplicable el Título VII del Código del Trabajo y que para configurar responsabilidad de su representada deben concurrir: una conducta desplegada en su calidad de empresa principal, en este caso por omisión, por no haber vigilado el cumplimiento de la adopción de medidas de seguridad por parte del empleador directo; la existencia de un daño; que concurran los factores de imputación respecto de las conducta desplegada por la empresa principal; y causalidad o nexo causal entre la conducta imputable y el daño supuestamente sufrido por el demandante. En cuanto a los requisitos señala, en primer lugar, que el hecho se debió a una conducta ajena a cualquier omisión o acción de su representada, y por el contrario, corresponde a una acción propia de la víctima, quien debiendo, no enganchó su arnés al mosquetón de seguridad que lo protegía ante eventuales caídas; en segundo lugar, que no es aplicable a su respecto del Título VII del Código del Trabajo, por lo que ciertamente no ha existido dolo, como tampoco se ha alegado, y que los lamentables hechos no son atribuibles a la conducta por omisión de su representada, sino a la conducta de la propia víctima o de su empleador, por lo que no hay actuación dolosa o culposa de la que sean responsables. En cuanto a la causalidad, señala que este nexo no existe, y que corresponderá al actor acreditarlo. Agrega que hay interrupción del nexo causal por culpa de la víctima directa y que ello es un eximente de responsabilidad, ya que ocurrieron por culpa excesiva del actor, ya que encontrándose trabajando en altura, con arnés de seguridad y mosquetón, de seguridad, no se engancha a aquel. Finalmente, en cuanto al daño señala que este debe ser cierto o material y real, personal, directo, causado por tercero distinto al de la víctima, y no debe estar reparado. Agrega que su representada desconoce absolutamente la existencia de perjuicios y que de existir, no son imputables a su representada. En cuanto al lucro cesante, señala que este es eventual o hipotético y, por ende, no indemnizable, ya que se fundamenta en que el actor verá limitada su capacidad de trabajo, que de no haber sufrido los daños que indica, efectivamente habría seguido percibiendo las remuneraciones que obtendrían antes de su incapacidad, y que como consecuencia de este accidente verá disminuida su capacidad de ganancia, todo lo cual no puede ser asegurado, toda vez que son hechos futuros e inciertos, hipotéticos y condicionales y no descansan en antecedentes serios, reales y concretos; y en cuanto al daño moral señala que el demandante no indica la razón que da sustento a esta pretensión, y cómo llega al cálculo de la suma que solicita. Señala que no existen daños morales evidentes y que el daño moral debe ser probado por quien lo alega. Solicita que en caso que se acceda a la demanda, se declare que concurre de manera simplemente conjunta con el demandado Sr. Zurita y no solidariamente y que además la suma debe rebajarse considerablemente, ya que la víctima directa se expuso en forma imprudente al daño sufrido. Finalmente en cuanto los reajustes, éstos deben considerarse desde que se declaren, ergo, desde la sentencia firme y ejecutoriada y no desde la ocurrencia de los hechos, y en cuanto a las costas, solicita se le exima del pago por haber tenido motivo plausible para litigar. TERCERO: Que el demandado Héctor Zurita Rossi, encontrándose legalmente notificado no contestó la demanda, por lo que se hace efectivo a su respecto, la presunción establecida en el artículo 453 N° 1 del Código del Trabajo, por lo que se estiman tácitamente admitidos por su parte, los hechos contenidos en la demanda, y que son fundamento de la acción de indemnización de perjuicios por accidente del trabajo. CUARTO: Con fecha 12 de octubre de 2010 tuvo lugar la audiencia preparatoria, con la asistencia de las partes, oportunidad en que se dejó para definitiva la excepción de falta de legitimidad pasiva de la demandada Prosegur Ltda.; se llamó a las partes a conciliación las que no se produjo, y a continuación se fijó como hecho no controvertido la existencia del accidente el día 14 de noviembre de 2009 en la cual el actor habría caído desde un techo.

384

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

o negligencia del empleador directo; culpa o negligencia de la empresa principal; que sumados los trabajadores de la empresa principal, y los contratistas o subcontratistas, que laboren en la misma faena, sumen más de 51 trabajadores; que los trabajadores de los contratistas o subcontratistas estén realizando una obra o faena o servicios propios de la empresa principal. Y que toda conclusión contraria a lo expuesto implicaría reconocer que respecto de la empresa principal pesa un sistema de responsabilidad estricta y objetiva. Alega además ausencia de responsabilidad y para ello reitera todos los argumentos relativos a la falta de legitimación pasiva, en cuanto no le es aplicable el Título VII del Código del Trabajo y que para configurar responsabilidad de su representada deben concurrir: una conducta desplegada en su calidad de empresa principal, en este caso por omisión, por no haber vigilado el cumplimiento de la adopción de medidas de seguridad por parte del empleador directo; la existencia de un daño; que concurran los factores de imputación respecto de las conducta desplegada por la empresa principal; y causalidad o nexo causal entre la conducta imputable y el daño supuestamente sufrido por el demandante. En cuanto a los requisitos señala, en primer lugar, que el hecho se debió a una conducta ajena a cualquier omisión o acción de su representada, y por el contrario, corresponde a una acción propia de la víctima, quien debiendo, no enganchó su arnés al mosquetón de seguridad que lo protegía ante eventuales caídas; en segundo lugar, que no es aplicable a su respecto del Título VII del Código del Trabajo, por lo que ciertamente no ha existido dolo, como tampoco se ha alegado, y que los lamentables hechos no son atribuibles a la conducta por omisión de su representada, sino a la conducta de la propia víctima o de su empleador, por lo que no hay actuación dolosa o culposa de la que sean responsables. En cuanto a la causalidad, señala que este nexo no existe, y que corresponderá al actor acreditarlo. Agrega que hay interrupción del nexo causal por culpa de la víctima directa y que ello es un eximente de responsabilidad, ya que ocurrieron por culpa excesiva del actor, ya que encontrándose trabajando en altura, con arnés de seguridad y mosquetón, de seguridad, no se engancha a aquel. Finalmente, en cuanto al daño señala que este debe ser cierto o material y real, personal, directo, causado por tercero distinto al de la víctima, y no debe estar reparado. Agrega que su representada desconoce absolutamente la existencia de perjuicios y que de existir, no son imputables a su representada. En cuanto al lucro cesante, señala que este es eventual o hipotético y, por ende, no indemnizable, ya que se fundamenta en que el actor verá limitada su capacidad de trabajo, que de no haber sufrido los daños que indica, efectivamente habría seguido percibiendo las remuneraciones que obtendrían antes de su incapacidad, y que como consecuencia de este accidente verá disminuida su capacidad de ganancia, todo lo cual no puede ser asegurado, toda vez que son hechos futuros e inciertos, hipotéticos y condicionales y no descansan en antecedentes serios, reales y concretos; y en cuanto al daño moral señala que el demandante no indica la razón que da sustento a esta pretensión, y cómo llega al cálculo de la suma que solicita. Señala que no existen daños morales evidentes y que el daño moral debe ser probado por quien lo alega. Solicita que en caso que se acceda a la demanda, se declare que concurre de manera simplemente conjunta con el demandado Sr. Zurita y no solidariamente y que además la suma debe rebajarse considerablemente, ya que la víctima directa se expuso en forma imprudente al daño sufrido. Finalmente en cuanto los reajustes, éstos deben considerarse desde que se declaren, ergo, desde la sentencia firme y ejecutoriada y no desde la ocurrencia de los hechos, y en cuanto a las costas, solicita se le exima del pago por haber tenido motivo plausible para litigar. TERCERO: Que el demandado Héctor Zurita Rossi, encontrándose legalmente notificado no contestó la demanda, por lo que se hace efectivo a su respecto, la presunción establecida en el artículo 453 N° 1 del Código del Trabajo, por lo que se estiman tácitamente admitidos por su parte, los hechos contenidos en la demanda, y que son fundamento de la acción de indemnización de perjuicios por accidente del trabajo. CUARTO: Con fecha 12 de octubre de 2010 tuvo lugar la audiencia preparatoria, con la asistencia de las partes, oportunidad en que se dejó para definitiva la excepción de falta de legitimidad pasiva de la demandada Prosegur Ltda.; se llamó a las partes a conciliación las que no se produjo, y a continuación se fijó como hecho no controvertido la existencia del accidente el día 14 de noviembre de 2009 en la cual el actor habría caído desde un techo.

384

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

385

Asimismo, en esa oportunidad se fijaron como hechos a probar los siguientes: 1. La existencia de una relación laboral entre don Juan Carlos Cisternas Plaza, y el demandado, don Héctor Eduardo Zurita Rossi. En la afirmativa, fecha de inicio de la relación laboral, labor a desempeñar y remuneración percibida por el trabajador. 2. La existencia de una relación laboral en régimen de subcontratación entre don Juan Carlos Cisternas Plaza y la empresa demandada, Prosegur Ltda. En la afirmativa fecha de inicio de la relación. Lugar en que desempeñaba sus funciones, y funciones desarrolladas. 3. Circunstancias en que se habría producido el accidente de fecha 14 de noviembre de 2009. Lugar en que desempeñaba sus funciones, y funciones desarrolladas. 4. Efectividad de que el empleador si lo hubiere, hubiese tomado las medidas eficaces para preservar la vida y la salud del trabajador, en el desempeño de las funciones solicitadas. 5. Daños físicos y/o psicológicos producidos al actor a consecuencia del accidente sufrido con fecha 14 de noviembre de 2009, y en la afirmativa monto de los mismos. 6. Daños morales que se hayan producido a consecuencia del accidente del día 14 de noviembre de 2009, a don Juan Carlos Cisternas Plaza, y en la afirmativa monto de los mismos. 7. Efectividad de que el actor le hayan proporcionado elementos de seguridad por parte de quien le encargó el servicio y éste no las haya utilizado adecuadamente. QUINTO: Con fecha 12 de noviembre de 2010 celebró audiencia de juicio en la que se incorporó la prueba ofrecida por las partes, y en audiencia especial de 18 de noviembre de 2001, se incorporó el oficio recibido de la Mutual de Seguridad, fijada para ese solo efecto: Por la parte demandante se incorporó la siguiente prueba documental: 1. Informe Médico de la Mutual de Seguridad de la Cámara Chilena de la Construcción de 6 de julio de 2010, referente al actor. Que señala como diagnóstico: policontuso; politraumatismo; fractura base quinto metacarpiano; herida región axilar derecha complicada; fractura tibia peroné distal derecho; fractura tibio peroné proximal derecho, efectuado físicamente y mediante imagenología, por caída de 8 metros de altura, con incapacidad mayor a 30 días, acogido a la ley Nº 16.744. 2. Contrato de Trabajo suscrito solamente por el trabajador y con su huella dactilar de 5 de noviembre de 2009, que señala que habría sido supervisor de trabajos de albañilería y electricidad con un salario de $ 300.000 pagados mensualmente por períodos vencidos y a plazo fijo hasta el 5 de enero de 2010. Dicho documento fue objetado por ambas demandadas, sin embargo, no se dará lugar a la objeción toda vez que la demandada del Sr. Zurita no contestó la demanda y se tuvieron como tácitamente admitidos los hechos de la demanda, que comprende entre otros, el hecho de haber existido una relación laboral entre las partes y respecto de la demandada Prosegur Ltda. toda vez que en su contestación reconocen expresamente que el actor prestó servicios laborales para el demandado Sr. Zurita. Asimismo, dicha parte presentó a estrados a los siguientes testigos: Comparecen los siguientes testigos, previamente juramentados y advertidos de decir verdad: 1. José Eduardo Hormazabal Plaza, Rut 10.284.626 5, auxiliar de aseo, domiciliado en Los Aromos 5609, Huechuraba, quien declara ser hermanastro del demandante y que el caballero con que trabajaba él necesitaba terminar un trabajo que empezó su hermano y fue el testigo a terminarlo, no recuerda la dirección del lugar, pero sabe que es cerca del Río Mapocho, y pidió andamios porque para él era peligroso subirse donde estaba él, desde donde cayó el actor, el testigo señala que le hicieron charla de seguridad por Prosegur y al actor no, y el Sr. se llamaba Zurita y se le hizo contrato por un día, y al actor le hicieron el contrato no al tiro sino que después en el hospital, al testigo que exigieron todas las medidas de seguridad y el testigo llevó todo. Agrega que esto fue en una empresa de Prosegur donde hay varias empresas. El Señor Zurita necesitaba que se terminara ese trabajo porque o si no, no le iban a dar más trabajo ahí y el actor tenía la expectativa de seguir trabajando en ese lugar. El lugar era de acceso controlado, hay una oficina y acceso al público. En el accidente del actor cree que no se adoptaron medidas de seguridad o si no, el actor no se hubiera caído desde una altura de 4 ó 5 metros, a donde se llega escalando por las vigas, agrega que no había mosquetón donde sujetar; al hacerle la charla que fue en una sala de Prosegur, estuvieron 1 hora, y se comentó el accidente del día anterior y se les advirtió que tuvieran cuidado y el testigo señala que mencionó el problema de la falta de andamios. Señala que su hermano fue el perjudicado y sólo cuando el testigo los pidió estuvieron, el Señor Zurita los arrendó en Sodimac y el testigo los armó. Señala que el actor tiene secuelas todavía en su mano, en su muñeca, perdió fuerza, no puede ejercer su trabajo normalmente como lo hacía antes, le pide ayuda al testigo, y ya no es la persona que era antes, ya no

Asimismo, en esa oportunidad se fijaron como hechos a probar los siguientes: 1. La existencia de una relación laboral entre don Juan Carlos Cisternas Plaza, y el demandado, don Héctor Eduardo Zurita Rossi. En la afirmativa, fecha de inicio de la relación laboral, labor a desempeñar y remuneración percibida por el trabajador. 2. La existencia de una relación laboral en régimen de subcontratación entre don Juan Carlos Cisternas Plaza y la empresa demandada, Prosegur Ltda. En la afirmativa fecha de inicio de la relación. Lugar en que desempeñaba sus funciones, y funciones desarrolladas. 3. Circunstancias en que se habría producido el accidente de fecha 14 de noviembre de 2009. Lugar en que desempeñaba sus funciones, y funciones desarrolladas. 4. Efectividad de que el empleador si lo hubiere, hubiese tomado las medidas eficaces para preservar la vida y la salud del trabajador, en el desempeño de las funciones solicitadas. 5. Daños físicos y/o psicológicos producidos al actor a consecuencia del accidente sufrido con fecha 14 de noviembre de 2009, y en la afirmativa monto de los mismos. 6. Daños morales que se hayan producido a consecuencia del accidente del día 14 de noviembre de 2009, a don Juan Carlos Cisternas Plaza, y en la afirmativa monto de los mismos. 7. Efectividad de que el actor le hayan proporcionado elementos de seguridad por parte de quien le encargó el servicio y éste no las haya utilizado adecuadamente. QUINTO: Con fecha 12 de noviembre de 2010 celebró audiencia de juicio en la que se incorporó la prueba ofrecida por las partes, y en audiencia especial de 18 de noviembre de 2001, se incorporó el oficio recibido de la Mutual de Seguridad, fijada para ese solo efecto: Por la parte demandante se incorporó la siguiente prueba documental: 1. Informe Médico de la Mutual de Seguridad de la Cámara Chilena de la Construcción de 6 de julio de 2010, referente al actor. Que señala como diagnóstico: policontuso; politraumatismo; fractura base quinto metacarpiano; herida región axilar derecha complicada; fractura tibia peroné distal derecho; fractura tibio peroné proximal derecho, efectuado físicamente y mediante imagenología, por caída de 8 metros de altura, con incapacidad mayor a 30 días, acogido a la ley Nº 16.744. 2. Contrato de Trabajo suscrito solamente por el trabajador y con su huella dactilar de 5 de noviembre de 2009, que señala que habría sido supervisor de trabajos de albañilería y electricidad con un salario de $ 300.000 pagados mensualmente por períodos vencidos y a plazo fijo hasta el 5 de enero de 2010. Dicho documento fue objetado por ambas demandadas, sin embargo, no se dará lugar a la objeción toda vez que la demandada del Sr. Zurita no contestó la demanda y se tuvieron como tácitamente admitidos los hechos de la demanda, que comprende entre otros, el hecho de haber existido una relación laboral entre las partes y respecto de la demandada Prosegur Ltda. toda vez que en su contestación reconocen expresamente que el actor prestó servicios laborales para el demandado Sr. Zurita. Asimismo, dicha parte presentó a estrados a los siguientes testigos: Comparecen los siguientes testigos, previamente juramentados y advertidos de decir verdad: 1. José Eduardo Hormazabal Plaza, Rut 10.284.626 5, auxiliar de aseo, domiciliado en Los Aromos 5609, Huechuraba, quien declara ser hermanastro del demandante y que el caballero con que trabajaba él necesitaba terminar un trabajo que empezó su hermano y fue el testigo a terminarlo, no recuerda la dirección del lugar, pero sabe que es cerca del Río Mapocho, y pidió andamios porque para él era peligroso subirse donde estaba él, desde donde cayó el actor, el testigo señala que le hicieron charla de seguridad por Prosegur y al actor no, y el Sr. se llamaba Zurita y se le hizo contrato por un día, y al actor le hicieron el contrato no al tiro sino que después en el hospital, al testigo que exigieron todas las medidas de seguridad y el testigo llevó todo. Agrega que esto fue en una empresa de Prosegur donde hay varias empresas. El Señor Zurita necesitaba que se terminara ese trabajo porque o si no, no le iban a dar más trabajo ahí y el actor tenía la expectativa de seguir trabajando en ese lugar. El lugar era de acceso controlado, hay una oficina y acceso al público. En el accidente del actor cree que no se adoptaron medidas de seguridad o si no, el actor no se hubiera caído desde una altura de 4 ó 5 metros, a donde se llega escalando por las vigas, agrega que no había mosquetón donde sujetar; al hacerle la charla que fue en una sala de Prosegur, estuvieron 1 hora, y se comentó el accidente del día anterior y se les advirtió que tuvieran cuidado y el testigo señala que mencionó el problema de la falta de andamios. Señala que su hermano fue el perjudicado y sólo cuando el testigo los pidió estuvieron, el Señor Zurita los arrendó en Sodimac y el testigo los armó. Señala que el actor tiene secuelas todavía en su mano, en su muñeca, perdió fuerza, no puede ejercer su trabajo normalmente como lo hacía antes, le pide ayuda al testigo, y ya no es la persona que era antes, ya no ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

385

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

puede hacerlo sólo y tiene que estar dependiendo de otra persona, y ya no puede hacer esos trabajos de construcción, le incomodan los calores, tiene varios puntos debajo de la axila. Señala que el actor en vez de caer con la cabeza cayó con el brazo. Le dijo que lo habían atendido en San Juan de Dios y luego del accidente estuvo semi inconsciente desangrándose, no había paramédico y no le había hecho el contrato todavía, se lo hizo en el hospital. El actor estuvo un par de días parece en el Hospital San Juan de Dios y luego se fue a la Mutual, y fue así porque no tenía contrato. En la Mutual estaban más enterados de qué hacer, y en el Hospital estuvo postrado. Lo intervinieron de la muñeca, enyesado de la pierna, tiene en la axila una cicatriz que le cruza de lado a lado y no sabe si tiene otras secuelas. Sabe que la lesión de la pierna no está recuperada ya que cojea, sabe que su hermano estuvo hospitalizado cerca de 15 a 20 días y cree que le dieron el alta definitiva y no han evaluado el daño de incapacidad. Sabe que el actor ha tenido daño moral, ya que no puede ejercer su trabajo como antes ya que siente dolores; que tienen que pagar el daño que le hicieren a él. La empleadora le contrainterroga, y señala que toda la vida ha trabajado en la construcción y que ahora se aburrió y su hermano también ha dedicado casi el mismo tiempo a eso, se considera maestro, igual que su hermano, sabe que su hermano había trabajado en altura, pero con persona que lo esté observando, y realizó trabajo en edificios, en que son metros y metros, edificios de 15 pisos. El testigo señala que el lugar era riesgoso, y por ello pidió andamios y se los otorgaron. La demandada Prosegur contrainterroga y el testigo señala que trabaja actualmente en un edificio de auxiliar de aseo, que el actor trabaja en su casa, y realiza que haceres con ayuda del testigo y del otro hermano, antes podía hacerlo solo. Señala que el actor no le contó las condiciones en que fue contratado. Preguntado por el Tribunal, señala que el testigo llegó al lugar por intermedio de su hermano, la charla se le hizo una semana antes porque después se atrasó el trabajo por el asunto del terremoto, se le hizo al testigo y a un sobrino, a los dos, sabe que no se le hizo charla. Señala que se enteró del accidente el mismo día. Su hermano le contó que le hicieron suscribir un contrato en el Hospital, pero no sabe de plata. En el lugar del accidente habían cosas de Prosegur, el otro sobrino con que trabajó su hermano presenció el accidente. 2. Fidel Amador Olivares Cisternas, Rut 17.097.800 5, auxiliar de aseo, domiciliado en Las Petunias 114, Comuna de Huechuraba, quien declara ser sobrino del actor y que estuvo presente en el lugar del accidente. Estaban trabajando en Prosegur arreglando el galpón, la techumbre que había que ponerle planchas de pizarreño, el testigo se subió al galpón y no había nada en qué afirmarse; en el momento que se cayó el testigo estaba bajando la escalera y el actor se cayó como de 6 a 7 metros de altura y se pegó en una corredera que ponen los bolsos y se rajó la parte de la axila de abajo y se fracturó o quebró la mano, y la pierna que no se podía parar, estuvo como 1 hora tirado en el piso, no habían paramédicos, no había nada. El testigo señala que Eduardo Zurita los llevó a trabajar a Prosegur, llegaron ahí por un amigo del actor. Señala que no le hicieron contrato, se lo hicieron después del accidente, de un día y después del accidente como de 5 días, le había dicho que iban a reparar el techo, pero no dieron charla de seguridad ni nada, que el galpón está ubicado en forma de un triángulo, tiene planchas de pizarreño que se apoyan en fierro y ese galpón se encuentra dentro de un terreno que es de Prosegur, y ello lo sabe porque había un letrero, la gente de Prosegur, las camionetas, camiones blindados, todo, y también hay casino. Señala que al entrar al lugar los guardias de Prosegur le pidieron el carnet para registrar los datos a los dos, y fueron a ver donde tenían que trabajar y luego fueron a comprar los materiales a Sodimac. Se pusieron hacer el trabajo, subieron el actor y el testigo al techo, subieron las planchas, no les entregaron elementos de protección personal, no les hicieron charla de instrucción, no les dijeron cómo hacer el trabajo, sólo lo que tenían que hacer, no había jefe ni supervisor de Prosegur. Antes de la caída no habló con nadie más y después si vio cuando se cayó el actor, dice vio que venía cayendo y se pega en una corredera de bolsos, una cinta transportadora y eso amortiguó el golpe de él y se golpeó una parte de la axila, y que esa cinta transportadora está abajo del galpón, ya que el actor atravesó el techo del galpón hacia abajo, él hizo tira la plancha, la plancha cedió. Luego se intentó parar y no pudo y lo fue a ver y le dijo que se quedara en el suelo y ahí le vio el tajo en la axila y le dijo que se apretara el brazo porque le había visto el corte y para que no saliera sangre, y se quejaba también por la mano. Que llamaron a ambulancia de Prosegur y no llegaba y tres cuartos de hora llegó recién una ambulancia del servicio público y se fue solo y el testigo se fue con Eduardo Zurita al Hospital San Juan de Dios, ahí estuvo unos días y ahí parece que no le dieron ningún tratamiento. No se le llevó a Mutual porque no tenía contrato, luego de salir del Hospital se fue al Hospital San José y no

386

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

puede hacerlo sólo y tiene que estar dependiendo de otra persona, y ya no puede hacer esos trabajos de construcción, le incomodan los calores, tiene varios puntos debajo de la axila. Señala que el actor en vez de caer con la cabeza cayó con el brazo. Le dijo que lo habían atendido en San Juan de Dios y luego del accidente estuvo semi inconsciente desangrándose, no había paramédico y no le había hecho el contrato todavía, se lo hizo en el hospital. El actor estuvo un par de días parece en el Hospital San Juan de Dios y luego se fue a la Mutual, y fue así porque no tenía contrato. En la Mutual estaban más enterados de qué hacer, y en el Hospital estuvo postrado. Lo intervinieron de la muñeca, enyesado de la pierna, tiene en la axila una cicatriz que le cruza de lado a lado y no sabe si tiene otras secuelas. Sabe que la lesión de la pierna no está recuperada ya que cojea, sabe que su hermano estuvo hospitalizado cerca de 15 a 20 días y cree que le dieron el alta definitiva y no han evaluado el daño de incapacidad. Sabe que el actor ha tenido daño moral, ya que no puede ejercer su trabajo como antes ya que siente dolores; que tienen que pagar el daño que le hicieren a él. La empleadora le contrainterroga, y señala que toda la vida ha trabajado en la construcción y que ahora se aburrió y su hermano también ha dedicado casi el mismo tiempo a eso, se considera maestro, igual que su hermano, sabe que su hermano había trabajado en altura, pero con persona que lo esté observando, y realizó trabajo en edificios, en que son metros y metros, edificios de 15 pisos. El testigo señala que el lugar era riesgoso, y por ello pidió andamios y se los otorgaron. La demandada Prosegur contrainterroga y el testigo señala que trabaja actualmente en un edificio de auxiliar de aseo, que el actor trabaja en su casa, y realiza que haceres con ayuda del testigo y del otro hermano, antes podía hacerlo solo. Señala que el actor no le contó las condiciones en que fue contratado. Preguntado por el Tribunal, señala que el testigo llegó al lugar por intermedio de su hermano, la charla se le hizo una semana antes porque después se atrasó el trabajo por el asunto del terremoto, se le hizo al testigo y a un sobrino, a los dos, sabe que no se le hizo charla. Señala que se enteró del accidente el mismo día. Su hermano le contó que le hicieron suscribir un contrato en el Hospital, pero no sabe de plata. En el lugar del accidente habían cosas de Prosegur, el otro sobrino con que trabajó su hermano presenció el accidente. 2. Fidel Amador Olivares Cisternas, Rut 17.097.800 5, auxiliar de aseo, domiciliado en Las Petunias 114, Comuna de Huechuraba, quien declara ser sobrino del actor y que estuvo presente en el lugar del accidente. Estaban trabajando en Prosegur arreglando el galpón, la techumbre que había que ponerle planchas de pizarreño, el testigo se subió al galpón y no había nada en qué afirmarse; en el momento que se cayó el testigo estaba bajando la escalera y el actor se cayó como de 6 a 7 metros de altura y se pegó en una corredera que ponen los bolsos y se rajó la parte de la axila de abajo y se fracturó o quebró la mano, y la pierna que no se podía parar, estuvo como 1 hora tirado en el piso, no habían paramédicos, no había nada. El testigo señala que Eduardo Zurita los llevó a trabajar a Prosegur, llegaron ahí por un amigo del actor. Señala que no le hicieron contrato, se lo hicieron después del accidente, de un día y después del accidente como de 5 días, le había dicho que iban a reparar el techo, pero no dieron charla de seguridad ni nada, que el galpón está ubicado en forma de un triángulo, tiene planchas de pizarreño que se apoyan en fierro y ese galpón se encuentra dentro de un terreno que es de Prosegur, y ello lo sabe porque había un letrero, la gente de Prosegur, las camionetas, camiones blindados, todo, y también hay casino. Señala que al entrar al lugar los guardias de Prosegur le pidieron el carnet para registrar los datos a los dos, y fueron a ver donde tenían que trabajar y luego fueron a comprar los materiales a Sodimac. Se pusieron hacer el trabajo, subieron el actor y el testigo al techo, subieron las planchas, no les entregaron elementos de protección personal, no les hicieron charla de instrucción, no les dijeron cómo hacer el trabajo, sólo lo que tenían que hacer, no había jefe ni supervisor de Prosegur. Antes de la caída no habló con nadie más y después si vio cuando se cayó el actor, dice vio que venía cayendo y se pega en una corredera de bolsos, una cinta transportadora y eso amortiguó el golpe de él y se golpeó una parte de la axila, y que esa cinta transportadora está abajo del galpón, ya que el actor atravesó el techo del galpón hacia abajo, él hizo tira la plancha, la plancha cedió. Luego se intentó parar y no pudo y lo fue a ver y le dijo que se quedara en el suelo y ahí le vio el tajo en la axila y le dijo que se apretara el brazo porque le había visto el corte y para que no saliera sangre, y se quejaba también por la mano. Que llamaron a ambulancia de Prosegur y no llegaba y tres cuartos de hora llegó recién una ambulancia del servicio público y se fue solo y el testigo se fue con Eduardo Zurita al Hospital San Juan de Dios, ahí estuvo unos días y ahí parece que no le dieron ningún tratamiento. No se le llevó a Mutual porque no tenía contrato, luego de salir del Hospital se fue al Hospital San José y no

386

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

387

lo recibieron y luego lo llevaron al Hospital del Trabajador. Agrega que después en el Hospital San José no lo recibieron, y lo llevaron al Hospital del Trabajador, porque parece que el Sr. Zurita ya había hecho un contrato, le tuvo que firmar un contrato igual en las condiciones que estaba él, no sabe las estipulaciones, pero parece que fue de supervisor, y fue firmado el mismo día del accidente, después, en el Hospital, Eduardo Zurita le mandó el contrato para adentro. Que en ese otro Hospital estuvo como tres semanas, no recuerda, que parece que ahí lo operaron de la mano; y que tiene que operarse de nuevo la mano, no está de alta, estaba en terapia, le quedaron secuelas, le duele cuando hace fuerza; que aparte de la axila y la muñeca también el pie quedó como fracturado. Que el demandado le prestaba servicios a Prosegur, en otras ciudades y el trabajo lo terminó otro tío, con un hermano del testigo y que esta vez hicieron el trabajo por abajo, con andamios. Contrainterrogado por el empleador: iban a trabajar por un día por $ 60.000, el testigo ha trabajado en Prosegur, de lo que vieron no había nada como afirmarse, tenían arnés pero no había en qué afirmarse, que se quedaron ahí y el Sr. Zurita salió y se quedaron trabajando, decidieron que había esa única forma de hacerlo, por arriba del galpón y el testigo estaba por debajo llevándole materiales; señala que los arnés los llevaban ellos, el testigo y el actor, que es un cinturón y tiene un gancho pero no había en qué poner el gancho, que tenían zapatos de seguridad, de construcción, zapatos de punta de fierro, también guantes de hilo, que no había casco y no usaron vestimenta de Prosegur, que eran trabajadores de afuera, y que el Sr. Zurita, parece que era contratista, lo que deduce. Agrega que el actor es un buen maestro, que también es capaz de antelar una situación de peligro y le ha comentado que se siente mal que en julio y agosto trabajó, siempre va estar de carpintero. Además la parte demandante solicitó oficio a la Mutual de la Cámara Chilena de la Construcción, que remitió al Tribunal la ficha clínica del trabajador demandante, que señala los diversos controles e intervenciones quirúrgicas de que ha sido objeto el actor en su muñeca y el dolor que ha padecido durante el tratamiento, siendo dado de alta el día 6 de julio de 2010, fecha en la cual aún padecía molestias en la muñeca, sin informe ni porcentaje de invalidez determinado. Este oficio fue objetado por falta de veracidad, lo que se desechará toda vez que emana de una Institución de Salud de la Cámara Chile de la Construcción y dice relación con los hechos materia de juicio, siendo además del todo objetiva en cuanto a la información que proporciona. Y se incorporó oficio emanado de la Inspección del Trabajo, que informa con fecha 21 de octubre de 2010: remite informe de fiscalización llevada a efecto el 13 de mayo de 2010 al Señor Zurita de habérsele cursado 4 multas por no proporcionar elementos de protección personal, por no informar los riesgos de sus labores, límites de exposición permisibles, por 7 Unidades Tributarias Mensuales, entre otras. Asimismo, se incorpora Oficio solicitado por la demandante a la Secretaría Regional Ministerial de Salud, que señala que se ha dado inicio a un sumario sanitario y que se encuentra en actual tramitación. Por la parte demandada, señor Héctor Zurita Rossi, se rindió prueba confesional, y absolvió posiciones el demandante don Juan Carlos Cisternas Plaza, Explica que conoce al Sr. Zurita porque un vecino le trabaja, le preguntaron si quería ir a hacer el trabajo a Prosegur y aceptó y pasaron dos horas y llega el trabajador. Fue y contactó a su sobrino Fidel quien también aceptó el trabajo, conoció al señor Zurita el sábado 14, se subieron al auto con todas sus herramientas, cinturón de seguridad, guantes, casco, lo que usan todos los trabajadores, ya que siempre lleva todos sus elementos, y llegaron a Prosegur y entraron, anotaron los carnet, llegaron a ver el trabajo, le señaló la escalera y subieron con el arnés al techo, fueron a Sodimac a comprar los pizarreños y arrendó escalera de aluminio, que andaba con gancho y no había nada pero trató de engancharlo en un tornillo, iba aterrizando y se pasó a llevar la axila. El acuerdo era cambiar los 10 pizarreños por $ 60.000, había trabajado antes en trabajos en altura, arriba de 25 metros y siempre con arnés, siempre hay charlas y prevencionista de riesgos. Señala que hizo observación a los elementos de seguridad, que había demasiado riesgo, y que esto le sucedió en el último pizarreño. Agrega que con posterioridad ha estado trabajado, pero no puede desarrollar el trabajo de antes, que tuvo contrato con dos amigos, y que trabajó porque tiene necesidades. Asimismo solicitó oficio al Fondo Nacional de Salud, y se incorpora su adjunta cartola de cotizaciones de salud del actor y en el que consta que las últimas tres cotizaciones son de la Constructora Altos

lo recibieron y luego lo llevaron al Hospital del Trabajador. Agrega que después en el Hospital San José no lo recibieron, y lo llevaron al Hospital del Trabajador, porque parece que el Sr. Zurita ya había hecho un contrato, le tuvo que firmar un contrato igual en las condiciones que estaba él, no sabe las estipulaciones, pero parece que fue de supervisor, y fue firmado el mismo día del accidente, después, en el Hospital, Eduardo Zurita le mandó el contrato para adentro. Que en ese otro Hospital estuvo como tres semanas, no recuerda, que parece que ahí lo operaron de la mano; y que tiene que operarse de nuevo la mano, no está de alta, estaba en terapia, le quedaron secuelas, le duele cuando hace fuerza; que aparte de la axila y la muñeca también el pie quedó como fracturado. Que el demandado le prestaba servicios a Prosegur, en otras ciudades y el trabajo lo terminó otro tío, con un hermano del testigo y que esta vez hicieron el trabajo por abajo, con andamios. Contrainterrogado por el empleador: iban a trabajar por un día por $ 60.000, el testigo ha trabajado en Prosegur, de lo que vieron no había nada como afirmarse, tenían arnés pero no había en qué afirmarse, que se quedaron ahí y el Sr. Zurita salió y se quedaron trabajando, decidieron que había esa única forma de hacerlo, por arriba del galpón y el testigo estaba por debajo llevándole materiales; señala que los arnés los llevaban ellos, el testigo y el actor, que es un cinturón y tiene un gancho pero no había en qué poner el gancho, que tenían zapatos de seguridad, de construcción, zapatos de punta de fierro, también guantes de hilo, que no había casco y no usaron vestimenta de Prosegur, que eran trabajadores de afuera, y que el Sr. Zurita, parece que era contratista, lo que deduce. Agrega que el actor es un buen maestro, que también es capaz de antelar una situación de peligro y le ha comentado que se siente mal que en julio y agosto trabajó, siempre va estar de carpintero. Además la parte demandante solicitó oficio a la Mutual de la Cámara Chilena de la Construcción, que remitió al Tribunal la ficha clínica del trabajador demandante, que señala los diversos controles e intervenciones quirúrgicas de que ha sido objeto el actor en su muñeca y el dolor que ha padecido durante el tratamiento, siendo dado de alta el día 6 de julio de 2010, fecha en la cual aún padecía molestias en la muñeca, sin informe ni porcentaje de invalidez determinado. Este oficio fue objetado por falta de veracidad, lo que se desechará toda vez que emana de una Institución de Salud de la Cámara Chile de la Construcción y dice relación con los hechos materia de juicio, siendo además del todo objetiva en cuanto a la información que proporciona. Y se incorporó oficio emanado de la Inspección del Trabajo, que informa con fecha 21 de octubre de 2010: remite informe de fiscalización llevada a efecto el 13 de mayo de 2010 al Señor Zurita de habérsele cursado 4 multas por no proporcionar elementos de protección personal, por no informar los riesgos de sus labores, límites de exposición permisibles, por 7 Unidades Tributarias Mensuales, entre otras. Asimismo, se incorpora Oficio solicitado por la demandante a la Secretaría Regional Ministerial de Salud, que señala que se ha dado inicio a un sumario sanitario y que se encuentra en actual tramitación. Por la parte demandada, señor Héctor Zurita Rossi, se rindió prueba confesional, y absolvió posiciones el demandante don Juan Carlos Cisternas Plaza, Explica que conoce al Sr. Zurita porque un vecino le trabaja, le preguntaron si quería ir a hacer el trabajo a Prosegur y aceptó y pasaron dos horas y llega el trabajador. Fue y contactó a su sobrino Fidel quien también aceptó el trabajo, conoció al señor Zurita el sábado 14, se subieron al auto con todas sus herramientas, cinturón de seguridad, guantes, casco, lo que usan todos los trabajadores, ya que siempre lleva todos sus elementos, y llegaron a Prosegur y entraron, anotaron los carnet, llegaron a ver el trabajo, le señaló la escalera y subieron con el arnés al techo, fueron a Sodimac a comprar los pizarreños y arrendó escalera de aluminio, que andaba con gancho y no había nada pero trató de engancharlo en un tornillo, iba aterrizando y se pasó a llevar la axila. El acuerdo era cambiar los 10 pizarreños por $ 60.000, había trabajado antes en trabajos en altura, arriba de 25 metros y siempre con arnés, siempre hay charlas y prevencionista de riesgos. Señala que hizo observación a los elementos de seguridad, que había demasiado riesgo, y que esto le sucedió en el último pizarreño. Agrega que con posterioridad ha estado trabajado, pero no puede desarrollar el trabajo de antes, que tuvo contrato con dos amigos, y que trabajó porque tiene necesidades. Asimismo solicitó oficio al Fondo Nacional de Salud, y se incorpora su adjunta cartola de cotizaciones de salud del actor y en el que consta que las últimas tres cotizaciones son de la Constructora Altos ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

387

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

S.A. en base a una remuneración de $ 325.305; y que registra cotizaciones por 2 días de agosto por un monto de $ 14.333. Por parte de Prosegur Ltda., se incorporan las siguientes pruebas: 1. confesional respecto del actor Sr. Juan Carlos Cisternas Plaza, y quien declara además que tenía todos sus implementos, casco, arnés, cinturón de seguridad, guantes, lentes y bototos, que estuvo 3 a 4 horas botado ahí y una persona de Prosegur le cortó el arnés, que se había enganchado el gancho en unos pernos y que pisó sobre la canoa del galpón, que Prosegur no le entregó uniforme, y que su última remuneración con posterioridad al accidente fue el sueldo por el mínimo de $ 200.000 ya que no alcanzó a durar un mes; que tenía que ver que estuvieran bien puestos los tableros, que usaran implementos de seguridad, que este trabajo era esporádico, era un pololo, y que si terminaba bien, se le iba a seguir dando trabajo en Prosegur. Se le exhibe fotocopia de fotografía, no reconoce la techumbre, señalando que no es del techo donde se cayó. Agrega que la idea del contrato partió de él, porque estaba en el Hospital en el San Juan de Dios, y que fue para poder sacarlo de ahí, para llevarlo al Hospital del Trabajador y el mismo lo llevó y en la camilla, puso el dedo, no se acuerda si lo firmó después. Pasaron 5 días, en el Hospital sólo le cosieron el brazo, que el accidente un sábado y el viernes, y luego del contrato lo llevaron al Hospital San José y llegó y no lo quisieron operar. Se incorpora prueba documental consistente en fotocopia de una fotografía de una techumbre que tiene un mosquetón de seguridad. Este documento fue impugnado por falsedad, la que no se acogerá en los términos solicitado, sin perjuicio que se le restará todo valor probatorio, toda vez que no consta de quién emana y no es concordante con las demás pruebas rendidas en el proceso. Asimismo, la parte de Prosegur Ltda. presenta a estrados a declarar al siguiente testigo: Walter Rodrigo Agurto Torres, cédula de identidad 15.448.999 1, Ingeniero en prevención de riegos, domiciliado en calle La Viña 506, Puente Alto, Santiago, quien legalmente examinado y advertido de decir verdad expuso: que trabaja para Prosegur desde 2007 en coordinador de departamento de prevención de riesgos, y que está en conocimiento de las distintas operaciones que se realizan, casi de la totalidad, que al actor que estaba reparando una techumbre lo conoció después de que ocurrió el accidente para ver la evolución del accidente: Que Prosegur S.A. contrata al señor Zurita para hacer estos trabajos, fue que se solicitó ese servicio puntual; que trabaja para Prosegur S.A. cuatro veces en un año aproximadamente, en períodos extensos, meses. Ninguno fue continuo de otro, cuando hacía trabajos siempre iba acompañado de otros trabajadores y no siempre con los mismos y no siempre las mismas tareas, a veces techumbre, retiro de antenas, y también hacía instalación de punto red; agrega que el día del accidente, 14 de noviembre de 2009 no se encontraba en la planta, se le informa por teléfono de lo sucedido, y llega al lugar cuando el accidentado ya no estaba, ya había sido trasladado al sistema de salud. El presidente del Comité Paritario le informa que un trabajador había estado reparando el techo y que había perdido el equilibrio, volcado y caído al suelo; que solamente estaba el pizarreño roto, no se registraba huellas de sangre. Respecto del actor señala que no es trabajador permanente de Prosegur S.A. y que sabe que es la persona que se accidentó, que contaba con sus elementos de seguridad completo, arnés, cuerda de vida. Contrainterrogado señala que hay otros prevencionistas de riesgos, cuatro personas más, y que no había ninguno ahí en el lugar del accidente, hay unos 5.000 o 6.000 trabajadores en Prosegur, que se realizó una investigación del accidente, que a los contratistas se le entrega un manual con obligaciones que deben cumplir para hacer ciertas actividades o trabajos, depende de cada prestador de servicios; que le habían avisado que el Sr. Zurita iba a ir, se le entrega al Sr. Zurita esta hoja con las instrucciones y se estima que él da las instrucciones a sus trabajadores. Está establecido en los antecedentes que se cumplió con ello, sabe que se hizo charla de instrucción a los trabajadores. Agrega que le llegó una notificación de una investigación que se cerraba el caso, no cursaron multa, y que para hacer la reparación nuevamente se estableció que se hiciera por debajo con andamios y que el Sr. Hormazábal hizo la reparación, a él se le hizo charla de seguridad por otra persona. CONSIDERANDO: SEXTO: Que en cuanto a la Excepción de falta de legitimidad pasiva: La demandada Prosegur fundamenta su excepción en que para que se ejerza una acción deben concurrir, la existencia de un derecho, de un interés, de una calidad, de una capacidad, y que los requisitos para obtener tutela jurisdiccional es que la demanda se entable por el sujeto al cual corresponda la acción y se dirija en contra del sujeto

388

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

S.A. en base a una remuneración de $ 325.305; y que registra cotizaciones por 2 días de agosto por un monto de $ 14.333. Por parte de Prosegur Ltda., se incorporan las siguientes pruebas: 1. confesional respecto del actor Sr. Juan Carlos Cisternas Plaza, y quien declara además que tenía todos sus implementos, casco, arnés, cinturón de seguridad, guantes, lentes y bototos, que estuvo 3 a 4 horas botado ahí y una persona de Prosegur le cortó el arnés, que se había enganchado el gancho en unos pernos y que pisó sobre la canoa del galpón, que Prosegur no le entregó uniforme, y que su última remuneración con posterioridad al accidente fue el sueldo por el mínimo de $ 200.000 ya que no alcanzó a durar un mes; que tenía que ver que estuvieran bien puestos los tableros, que usaran implementos de seguridad, que este trabajo era esporádico, era un pololo, y que si terminaba bien, se le iba a seguir dando trabajo en Prosegur. Se le exhibe fotocopia de fotografía, no reconoce la techumbre, señalando que no es del techo donde se cayó. Agrega que la idea del contrato partió de él, porque estaba en el Hospital en el San Juan de Dios, y que fue para poder sacarlo de ahí, para llevarlo al Hospital del Trabajador y el mismo lo llevó y en la camilla, puso el dedo, no se acuerda si lo firmó después. Pasaron 5 días, en el Hospital sólo le cosieron el brazo, que el accidente un sábado y el viernes, y luego del contrato lo llevaron al Hospital San José y llegó y no lo quisieron operar. Se incorpora prueba documental consistente en fotocopia de una fotografía de una techumbre que tiene un mosquetón de seguridad. Este documento fue impugnado por falsedad, la que no se acogerá en los términos solicitado, sin perjuicio que se le restará todo valor probatorio, toda vez que no consta de quién emana y no es concordante con las demás pruebas rendidas en el proceso. Asimismo, la parte de Prosegur Ltda. presenta a estrados a declarar al siguiente testigo: Walter Rodrigo Agurto Torres, cédula de identidad 15.448.999 1, Ingeniero en prevención de riegos, domiciliado en calle La Viña 506, Puente Alto, Santiago, quien legalmente examinado y advertido de decir verdad expuso: que trabaja para Prosegur desde 2007 en coordinador de departamento de prevención de riesgos, y que está en conocimiento de las distintas operaciones que se realizan, casi de la totalidad, que al actor que estaba reparando una techumbre lo conoció después de que ocurrió el accidente para ver la evolución del accidente: Que Prosegur S.A. contrata al señor Zurita para hacer estos trabajos, fue que se solicitó ese servicio puntual; que trabaja para Prosegur S.A. cuatro veces en un año aproximadamente, en períodos extensos, meses. Ninguno fue continuo de otro, cuando hacía trabajos siempre iba acompañado de otros trabajadores y no siempre con los mismos y no siempre las mismas tareas, a veces techumbre, retiro de antenas, y también hacía instalación de punto red; agrega que el día del accidente, 14 de noviembre de 2009 no se encontraba en la planta, se le informa por teléfono de lo sucedido, y llega al lugar cuando el accidentado ya no estaba, ya había sido trasladado al sistema de salud. El presidente del Comité Paritario le informa que un trabajador había estado reparando el techo y que había perdido el equilibrio, volcado y caído al suelo; que solamente estaba el pizarreño roto, no se registraba huellas de sangre. Respecto del actor señala que no es trabajador permanente de Prosegur S.A. y que sabe que es la persona que se accidentó, que contaba con sus elementos de seguridad completo, arnés, cuerda de vida. Contrainterrogado señala que hay otros prevencionistas de riesgos, cuatro personas más, y que no había ninguno ahí en el lugar del accidente, hay unos 5.000 o 6.000 trabajadores en Prosegur, que se realizó una investigación del accidente, que a los contratistas se le entrega un manual con obligaciones que deben cumplir para hacer ciertas actividades o trabajos, depende de cada prestador de servicios; que le habían avisado que el Sr. Zurita iba a ir, se le entrega al Sr. Zurita esta hoja con las instrucciones y se estima que él da las instrucciones a sus trabajadores. Está establecido en los antecedentes que se cumplió con ello, sabe que se hizo charla de instrucción a los trabajadores. Agrega que le llegó una notificación de una investigación que se cerraba el caso, no cursaron multa, y que para hacer la reparación nuevamente se estableció que se hiciera por debajo con andamios y que el Sr. Hormazábal hizo la reparación, a él se le hizo charla de seguridad por otra persona. CONSIDERANDO: SEXTO: Que en cuanto a la Excepción de falta de legitimidad pasiva: La demandada Prosegur fundamenta su excepción en que para que se ejerza una acción deben concurrir, la existencia de un derecho, de un interés, de una calidad, de una capacidad, y que los requisitos para obtener tutela jurisdiccional es que la demanda se entable por el sujeto al cual corresponda la acción y se dirija en contra del sujeto

388

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

389

pasivo de la misma, que es la legitimación, y que puede ser activa o pasiva; señala que es improcedente la aplicación del artículo 184 del Código del Trabajo a su parte, toda vez que entre el demandante y Prosegur no ha existido un vínculo laboral ni contractual, y de existir obligación para con el actor, ella sería legal, emanada del artículo 183 A del Código del Trabajo, que establece que no se sujetarán a las normas de la subcontratación las obras o servicios que se ejecutan o prestan de manera discontinua o esporádica. Agrega que el artículo 183 E se remite al artículo 66 bis de la ley de accidentes del trabajo y que el primero es aplicable en las condiciones y circunstancias que señala, es decir, una persona natural o jurídica tienen el imperativo in vigilando respecto de la seguridad e integridad física de los trabajadores que se encuentran bajo un régimen de subcontratación cuando contraten o subcontraten con otros la realización de una obra, faena o servicios propios de su giro. Señala que en definitiva se pretende hacer extensiva la obligación de seguridad y de reparar los perjuicios a una empresa respecto de la cual no es aplicable la normativa de trabajo en régimen de subcontratación en circunstancias que Prosegur Ltda. no tiene ni ha tenido jamás un vínculo contractual de carácter laboral; que los servicios del Sr. Zurita tenían el carácter de discontinuos y esporádicos y que las obras o faenas contratadas con don Héctor Zurita no eran ni ha sido jamás actividades comprendidas dentro del giro social de Prosegur Ltda. o de alguna de sus filiales. Por todo ello señala que Prosegur Ltda. no es legitimado pasivo de la acción deducida por el actor por no tener el carácter de empresa principal que le haga acreedora de alguna deuda de responsabilidad por infringir el deber de seguridad que establece el legislador. Atendida la materia discutida en el presente juicio, se dejó para definitiva la excepción opuesta, y en atención a los argumentaciones expuestas por las partes, lo dispuesto en el artículo 183 A del Código del Trabajo, marco legal que establece el trabajo en régimen de subcontratación, y las pruebas vertidas en juicio, especialmente la declaración del testigo prevencionista de riesgos de la demandada Prosegur Ltda. quien declaró que el trabajo realizado por el actor bajo las órdenes del Sr. Zurita y en dependencias de la demandada Prosegur Ltda. fue terminado luego por otros trabajadores a quienes sí se les hizo capacitación y charlas, y que el mismo día del accidente del actor el testigo se constituyó en el lugar, ello unido a que la declaración de los testigos de la demandante reafirman lo anterior, en el sentido que la obra se siguió construyendo pero esta vez, con charlas de capacitación, con una nueva modalidad de ejecución del trabajo encomendado, por dentro del galpón, con las medidas de seguridad y con supervisión de Prosegur Ltda. lo que no se condice con lo alegado por la demandada de ser el Sr. Zurita un prestador de servicios meramente ocasional, y de ahí la preocupación de la demandada Prosegur Ltda. y la intervención de medidas de implementación de la obra y seguridad que no habían adoptado con anterioridad a la ocurrencia del accidente, todo ello analizado conforme a las normas de la sana crítica, permite arribar a la conclusión que la empresa Prosegur sí es legitimada pasiva para ser demandada en este juicio por tener la calidad de dueña de la obra, empresa o faena en que el actor desempeñaba sus servicios y además lo hacía en dicho lugar el día del accidente, lo que fue declarado reiteradamente por los testigos de la parte demandante en orden a que en el sitio se encontraban guardias de Prosegur Ltda., personas con la vestimenta de dicha empresa, oficinas y camiones de Prosegur Ltda., más aún, que dicha circunstancia no fue controvertida por la demandada Prosegur en su contestación de demanda; unido lo anterior a la circunstancias de haberse entendido tácitamente admitidos por empleador el Sr. Zurita los hechos de la demanda, por no haberla contestado, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 453 N°1 del Código del Trabajo. Que además no resulta aplicable la norma del artículo 66 bis de la ley Nº 16.744, toda vez que ésta regula obligaciones de los empleadores y no así de las empresas principales, como se desprende de su claro tenor, por lo que no obsta a la responsabilidad que le cabe a la empresa principal el hecho de tener un giro diverso del empleador del actor. En consecuencia la demandada Prosegur Ltda., sí tiene el carácter de dueña de la empresa, obra o faena y es legitimada pasiva en este juicio en tal carácter. SÉPTIMO: Que en la presente causa se estableció como hecho no controvertido la existencia del accidente el día 14 de noviembre de 2009 en la cual el actor habría caído desde un techo, por lo que el análisis de las pruebas rendidas dirán estricta relación con los hechos fijados por el Tribunal como sustanciales, pertinentes y controvertidos, y cómo se dan por establecidos, en efecto: 1. En cuanto a la existencia de una relación laboral entre don Juan Carlos Cisternas Plaza, y el demandado, don Héctor Eduardo Zurita Rossi. Se tendrá por establecida entre el 14 de noviembre de

pasivo de la misma, que es la legitimación, y que puede ser activa o pasiva; señala que es improcedente la aplicación del artículo 184 del Código del Trabajo a su parte, toda vez que entre el demandante y Prosegur no ha existido un vínculo laboral ni contractual, y de existir obligación para con el actor, ella sería legal, emanada del artículo 183 A del Código del Trabajo, que establece que no se sujetarán a las normas de la subcontratación las obras o servicios que se ejecutan o prestan de manera discontinua o esporádica. Agrega que el artículo 183 E se remite al artículo 66 bis de la ley de accidentes del trabajo y que el primero es aplicable en las condiciones y circunstancias que señala, es decir, una persona natural o jurídica tienen el imperativo in vigilando respecto de la seguridad e integridad física de los trabajadores que se encuentran bajo un régimen de subcontratación cuando contraten o subcontraten con otros la realización de una obra, faena o servicios propios de su giro. Señala que en definitiva se pretende hacer extensiva la obligación de seguridad y de reparar los perjuicios a una empresa respecto de la cual no es aplicable la normativa de trabajo en régimen de subcontratación en circunstancias que Prosegur Ltda. no tiene ni ha tenido jamás un vínculo contractual de carácter laboral; que los servicios del Sr. Zurita tenían el carácter de discontinuos y esporádicos y que las obras o faenas contratadas con don Héctor Zurita no eran ni ha sido jamás actividades comprendidas dentro del giro social de Prosegur Ltda. o de alguna de sus filiales. Por todo ello señala que Prosegur Ltda. no es legitimado pasivo de la acción deducida por el actor por no tener el carácter de empresa principal que le haga acreedora de alguna deuda de responsabilidad por infringir el deber de seguridad que establece el legislador. Atendida la materia discutida en el presente juicio, se dejó para definitiva la excepción opuesta, y en atención a los argumentaciones expuestas por las partes, lo dispuesto en el artículo 183 A del Código del Trabajo, marco legal que establece el trabajo en régimen de subcontratación, y las pruebas vertidas en juicio, especialmente la declaración del testigo prevencionista de riesgos de la demandada Prosegur Ltda. quien declaró que el trabajo realizado por el actor bajo las órdenes del Sr. Zurita y en dependencias de la demandada Prosegur Ltda. fue terminado luego por otros trabajadores a quienes sí se les hizo capacitación y charlas, y que el mismo día del accidente del actor el testigo se constituyó en el lugar, ello unido a que la declaración de los testigos de la demandante reafirman lo anterior, en el sentido que la obra se siguió construyendo pero esta vez, con charlas de capacitación, con una nueva modalidad de ejecución del trabajo encomendado, por dentro del galpón, con las medidas de seguridad y con supervisión de Prosegur Ltda. lo que no se condice con lo alegado por la demandada de ser el Sr. Zurita un prestador de servicios meramente ocasional, y de ahí la preocupación de la demandada Prosegur Ltda. y la intervención de medidas de implementación de la obra y seguridad que no habían adoptado con anterioridad a la ocurrencia del accidente, todo ello analizado conforme a las normas de la sana crítica, permite arribar a la conclusión que la empresa Prosegur sí es legitimada pasiva para ser demandada en este juicio por tener la calidad de dueña de la obra, empresa o faena en que el actor desempeñaba sus servicios y además lo hacía en dicho lugar el día del accidente, lo que fue declarado reiteradamente por los testigos de la parte demandante en orden a que en el sitio se encontraban guardias de Prosegur Ltda., personas con la vestimenta de dicha empresa, oficinas y camiones de Prosegur Ltda., más aún, que dicha circunstancia no fue controvertida por la demandada Prosegur en su contestación de demanda; unido lo anterior a la circunstancias de haberse entendido tácitamente admitidos por empleador el Sr. Zurita los hechos de la demanda, por no haberla contestado, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 453 N°1 del Código del Trabajo. Que además no resulta aplicable la norma del artículo 66 bis de la ley Nº 16.744, toda vez que ésta regula obligaciones de los empleadores y no así de las empresas principales, como se desprende de su claro tenor, por lo que no obsta a la responsabilidad que le cabe a la empresa principal el hecho de tener un giro diverso del empleador del actor. En consecuencia la demandada Prosegur Ltda., sí tiene el carácter de dueña de la empresa, obra o faena y es legitimada pasiva en este juicio en tal carácter. SÉPTIMO: Que en la presente causa se estableció como hecho no controvertido la existencia del accidente el día 14 de noviembre de 2009 en la cual el actor habría caído desde un techo, por lo que el análisis de las pruebas rendidas dirán estricta relación con los hechos fijados por el Tribunal como sustanciales, pertinentes y controvertidos, y cómo se dan por establecidos, en efecto: 1. En cuanto a la existencia de una relación laboral entre don Juan Carlos Cisternas Plaza, y el demandado, don Héctor Eduardo Zurita Rossi. Se tendrá por establecida entre el 14 de noviembre de ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

389

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

2009, fecha en que comenzó a prestar servicios laborales en calidad de Supervisor de Trabajos de Albañilería, labores que si bien fueron interrumpidas por la ocurrencia del accidente, no es menos cierto que se acreditó con las declaraciones contestes de los dos testigos del demandante que al actor se le hizo firmar su contrato de trabajo encontrándose éste en el Hospital, no siendo razonable que se haya escriturado para el solo efecto de llevar al actor a la Mutual de Seguridad, toda vez que ninguna persona se liga contractualmente con otro sin que existan motivos que lo justifiquen y menos aún respecto de un trabajador accidentado, con la responsabilidad que ello significa para el empleador. En consecuencia, aun cuando el documento no se encuentre firmado por el Sr. Zurita, ponderado conjuntamente con la prueba testimonial de la demandante, se da por establecida una relación laboral entre ambos, dándose los elementos que determinan el vínculo de subordinación y dependencia, para realizar funciones en calidad de supervisor de albañilería, con una remuneración de $ 300.000 (trescientos mil pesos) mensuales. Se arriba a la conclusión teniendo presente además la presunción que se ha hecho efectiva respecto del demandado Sr. Zurita establecida en el artículo 453 Nº1 del Código del Trabajo. 2. La existencia de una relación laboral en régimen de subcontratación entre don Juan Carlos Cisternas Plaza y la empresa demandada, Prosegur Ltda. Por las mismas razones expuestas en el considerando SEXTO, se da por establecida la existencia de un régimen de subcontratación, analizada la prueba conforme a las normas de la sana crítica, especialmente con la declaración del testigo de la demandada Prosegur prevencionista de riesgos se concluye que tal relación no era esporádica ya que el Sr. Zurita era frecuentemente contratado por la demandada Prosegur para realizar faenas en sus dependencias. Asimismo se concluye que dicha relación comenzó a menos el día del accidente, 14 de noviembre de 2010, y sin fecha de término estimada, toda vez que según los testigos de la parte demandante el trabajo debió ser terminado incluso con posterioridad al terremoto. 3. Circunstancias en que se habría producido el accidente de fecha 14 de noviembre de 2009. Lugar en que desempeñaba sus funciones, y funciones desarrolladas: Se arriba a la conclusión que el actor desempeñaba funciones de albañilería y/o supervisor de albañilería, las que debían ser desarrolladas en las dependencias de Prosegur, especialmente en un galpón para la reparación de un techo, consistiendo el trabajo en cambio de planchas de pizarreño. Así lo declararon contestes los dos testigos de la demandante y el testigo prevencionista de riesgos de la demandada. Se encuentra también en el proceso dos actas de la Secretaría Regional Ministerial de Salud, extendidas con fechas 25 de octubre y 16 de noviembre de 2010, que señalan que el accidente laboral se produjo en los Gobelinos 2548, Renca, lugar en que se encontraban las dependencias de Prosegur, el que se da por establecido como lugar de prestación de los servicios. En cuanto a las circunstancias del accidente se da por establecido que ello ocurrió del modo que relatan contestes los testigos del demandante, uno al que le consta por haber presenciado la caída y otro al que le consta por haber efectuado con posterioridad al accidente, el trabajo que correspondía realizar al actor y que no fue terminado. Tales son: que el día 14 de noviembre de 2010 el actor ya encontrándose en dependencias de las instalaciones Prosegur, habiendo sido llevado al lugar por su empleador Sr. Zurita y en compañía de otro trabajador Fidel Olivares, subió el galpón para inspeccionar el trabajo que debían hacer, salieron con el empleador a comprar los materiales necesarios y al regreso, en circunstancias que ya habían subido al techo inclinado, la planchas de pizarreño, sin cuerda de vida enganchada, por no existir gancho para ello como se dará por establecido más adelante cedió una plancha vieja y el actor cayó desde el techo hacia el interior del galpón, desde una altura aproximada de 6 metros, siendo soportado su cuerpo en principio por una cinta transportadora, en la que se golpeó con la parte de la axila, y luego el resto de su cuerpo cayó, quedando lesionado del modo que se ha informado mediante informe médico al que se hizo referencia en el considerando quinto. 4. Efectividad de que el empleador hubiese tomado las medidas eficaces para preservar la vida y la salud del trabajador, en el desempeño de las funciones solicitadas. Se da por establecido que el Sr. Zurita no adoptó las medidas de seguridad necesarias para preservar la vida y salud del trabajador, ya que si bien éste conjuntamente con el Sr. Fidel Olivares llevaban sus propios implementos por cuidado personal y atendida la experiencia, y el actor usó debidamente su arnés, no pudo engancharlo en la parte superior del techo, por no haber un gancho donde hacerlo, y el empleador no veló porque así estuviera implementado, ni por supervisar el trabajo para que habían sido contratados a desarrollar, ya que si así hubiera sido, el accidente no se había producido ni habría causado al actor las secuelas informadas

390

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

2009, fecha en que comenzó a prestar servicios laborales en calidad de Supervisor de Trabajos de Albañilería, labores que si bien fueron interrumpidas por la ocurrencia del accidente, no es menos cierto que se acreditó con las declaraciones contestes de los dos testigos del demandante que al actor se le hizo firmar su contrato de trabajo encontrándose éste en el Hospital, no siendo razonable que se haya escriturado para el solo efecto de llevar al actor a la Mutual de Seguridad, toda vez que ninguna persona se liga contractualmente con otro sin que existan motivos que lo justifiquen y menos aún respecto de un trabajador accidentado, con la responsabilidad que ello significa para el empleador. En consecuencia, aun cuando el documento no se encuentre firmado por el Sr. Zurita, ponderado conjuntamente con la prueba testimonial de la demandante, se da por establecida una relación laboral entre ambos, dándose los elementos que determinan el vínculo de subordinación y dependencia, para realizar funciones en calidad de supervisor de albañilería, con una remuneración de $ 300.000 (trescientos mil pesos) mensuales. Se arriba a la conclusión teniendo presente además la presunción que se ha hecho efectiva respecto del demandado Sr. Zurita establecida en el artículo 453 Nº1 del Código del Trabajo. 2. La existencia de una relación laboral en régimen de subcontratación entre don Juan Carlos Cisternas Plaza y la empresa demandada, Prosegur Ltda. Por las mismas razones expuestas en el considerando SEXTO, se da por establecida la existencia de un régimen de subcontratación, analizada la prueba conforme a las normas de la sana crítica, especialmente con la declaración del testigo de la demandada Prosegur prevencionista de riesgos se concluye que tal relación no era esporádica ya que el Sr. Zurita era frecuentemente contratado por la demandada Prosegur para realizar faenas en sus dependencias. Asimismo se concluye que dicha relación comenzó a menos el día del accidente, 14 de noviembre de 2010, y sin fecha de término estimada, toda vez que según los testigos de la parte demandante el trabajo debió ser terminado incluso con posterioridad al terremoto. 3. Circunstancias en que se habría producido el accidente de fecha 14 de noviembre de 2009. Lugar en que desempeñaba sus funciones, y funciones desarrolladas: Se arriba a la conclusión que el actor desempeñaba funciones de albañilería y/o supervisor de albañilería, las que debían ser desarrolladas en las dependencias de Prosegur, especialmente en un galpón para la reparación de un techo, consistiendo el trabajo en cambio de planchas de pizarreño. Así lo declararon contestes los dos testigos de la demandante y el testigo prevencionista de riesgos de la demandada. Se encuentra también en el proceso dos actas de la Secretaría Regional Ministerial de Salud, extendidas con fechas 25 de octubre y 16 de noviembre de 2010, que señalan que el accidente laboral se produjo en los Gobelinos 2548, Renca, lugar en que se encontraban las dependencias de Prosegur, el que se da por establecido como lugar de prestación de los servicios. En cuanto a las circunstancias del accidente se da por establecido que ello ocurrió del modo que relatan contestes los testigos del demandante, uno al que le consta por haber presenciado la caída y otro al que le consta por haber efectuado con posterioridad al accidente, el trabajo que correspondía realizar al actor y que no fue terminado. Tales son: que el día 14 de noviembre de 2010 el actor ya encontrándose en dependencias de las instalaciones Prosegur, habiendo sido llevado al lugar por su empleador Sr. Zurita y en compañía de otro trabajador Fidel Olivares, subió el galpón para inspeccionar el trabajo que debían hacer, salieron con el empleador a comprar los materiales necesarios y al regreso, en circunstancias que ya habían subido al techo inclinado, la planchas de pizarreño, sin cuerda de vida enganchada, por no existir gancho para ello como se dará por establecido más adelante cedió una plancha vieja y el actor cayó desde el techo hacia el interior del galpón, desde una altura aproximada de 6 metros, siendo soportado su cuerpo en principio por una cinta transportadora, en la que se golpeó con la parte de la axila, y luego el resto de su cuerpo cayó, quedando lesionado del modo que se ha informado mediante informe médico al que se hizo referencia en el considerando quinto. 4. Efectividad de que el empleador hubiese tomado las medidas eficaces para preservar la vida y la salud del trabajador, en el desempeño de las funciones solicitadas. Se da por establecido que el Sr. Zurita no adoptó las medidas de seguridad necesarias para preservar la vida y salud del trabajador, ya que si bien éste conjuntamente con el Sr. Fidel Olivares llevaban sus propios implementos por cuidado personal y atendida la experiencia, y el actor usó debidamente su arnés, no pudo engancharlo en la parte superior del techo, por no haber un gancho donde hacerlo, y el empleador no veló porque así estuviera implementado, ni por supervisar el trabajo para que habían sido contratados a desarrollar, ya que si así hubiera sido, el accidente no se había producido ni habría causado al actor las secuelas informadas

390

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

391

mediante informe de Mutual de Seguridad. Otro antecedente que permite arribar a esta conclusión es que a los trabajadores que terminaron el trabajo, entre ellos, el testigo de la demandante señor José Hormazábal Plaza, fue capacitado por la demandada Prosegur para desarrollar el trabajo inconcluso y se adoptó por dicha empresa un nuevo y diverso modo de operar, que incluía el uso de andamios por dentro del galpón; además el demandado Sr. Zurita no aportó antecedente alguno para desvirtuar el hecho del accidente en las circunstancias e implementos utilizados. 5. En cuanto a los daños físicos y/o psicológicos producidos al actor a consecuencia del accidente sufrido con fecha 14 de noviembre de 2009, se da por establecido que el daño producido es moral, más no, por lucro cesante, toda vez que se ha acreditado con el Informe de Cotizaciones Previsionales del actor que éste si ha trabajado con posterioridad al accidente y ello lo ha sido en calidad de supervisor y no de maestro carpintero como lo hacía, con una remuneración de cerca de $ 300.000 (trescientos mil pesos), que era aquella que percibía por el trabajo contratado. Además al efecto se tiene presente que resulta insuficiente la prueba aportada por el demandante en orden a ilustrar al Tribunal respecto de un grado de incapacidad declarado al actor, lo que permitiría determinar la existencia de este daño como cierto. Los testigos de la demandante no son suficientes para fijar un monto ni para dar por establecido un daño que al actor le impida ejercer su capacidad de trabajo y más bien, que el accidente le prive de realizar un trabajo que le permita percibir la remuneración que antes alcanzaba con el trabajo desarrollado. 6. Daños morales que se hayan producido a consecuencia del accidente del día 14 de noviembre de 2009. A raíz de las circunstancias del accidente, el tiempo que el actor estuvo hospitalizado, las intervenciones quirúrgicas de las que ha tenido que ser objeto, y el temor que le produjo el hecho de verse expuesto a perder su capacidad de trabajo, la aflicción y pesar que el actor debió soportar por el hecho de verse sometido a esa situación por negligencia y falta de cuidado de su empleador y de la empresa principal Prosegur, quienes debieron adoptar las medidas de seguridad necesarias para proteger la vida y la integridad del actor, siendo además causa efecto, la falta de cuidado con el resultado producido, analizando el informe médico remitido al Tribunal por la Mutual de Seguridad e incorporado en la audiencia especial de 18 de noviembre pasado, el Tribunal da por establecido un daño moral del actor que debe ser reparado por las demandadas y el que se avalúa prudencialmente en la suma de $ 4.000.000 (cuatro millones de pesos). 7. Efectividad de que el actor le hayan proporcionado elementos de seguridad por parte de quien le encargó el servicio y éste no las haya utilizado adecuadamente. Se ha dado por establecido que la demandada Prosegur que encargó el servicio no proporcionó las medidas de seguridad, tanto con la declaración conteste de los dos testigos del demandante como con la declaración del testigo prevencionista de riesgos de Prosegur que reconoce no haber estado presente al momento del accidente, que tenía conocimiento que la obra se iba a ejecutar y que no había un implemento donde enganchar, y que con posterioridad, para continuar desarrollando la obra, se adoptó la medida de poner andamios y ejecutar el trabajo por dentro del galpón, como antes no se había hecho, y esto debido a que era más seguro para los trabajadores. De este modo no se puede dar por establecido que el actor no usó adecuadamente los implementos que Prosegur le brindó, porque éstos no se le brindaron. OCTAVO: Que, en cuanto al fundamento de la responsabilidad exigida en el libelo de autos y su graduación, se hace necesario señalar que el precepto legal en que se apoya la acción intentada por el actor, el artículo 184 del Código del Trabajo, establece el deber general de protección de la vida y la salud de los trabajadores, impuesto por el legislador a los empleadores, en términos tales que éstos son deudores de seguridad para aquellos y tal obligación, bajo todos sus respectos, es una de las manifestaciones del deber general de protección, cuyo cabal e íntegro cumplimiento es de una trascendencia superior a la de una simple obligación a que se somete una de las partes de una convención y, evidentemente, constituye un principio que se encuentra incorporado a todo contrato, siendo un elemento de la esencia de éste, por lo que la importancia de su cumplimiento no queda entregada a la voluntad de las partes, sino que comprende una serie de pautas, cuyo contenido, forma y extensión se encuentran reguladas mediante normas de orden público. Que, de esta forma, corresponde al empleador probar en la causa que adoptó todas las medidas necesarias y proporcionó todos los elemen-

mediante informe de Mutual de Seguridad. Otro antecedente que permite arribar a esta conclusión es que a los trabajadores que terminaron el trabajo, entre ellos, el testigo de la demandante señor José Hormazábal Plaza, fue capacitado por la demandada Prosegur para desarrollar el trabajo inconcluso y se adoptó por dicha empresa un nuevo y diverso modo de operar, que incluía el uso de andamios por dentro del galpón; además el demandado Sr. Zurita no aportó antecedente alguno para desvirtuar el hecho del accidente en las circunstancias e implementos utilizados. 5. En cuanto a los daños físicos y/o psicológicos producidos al actor a consecuencia del accidente sufrido con fecha 14 de noviembre de 2009, se da por establecido que el daño producido es moral, más no, por lucro cesante, toda vez que se ha acreditado con el Informe de Cotizaciones Previsionales del actor que éste si ha trabajado con posterioridad al accidente y ello lo ha sido en calidad de supervisor y no de maestro carpintero como lo hacía, con una remuneración de cerca de $ 300.000 (trescientos mil pesos), que era aquella que percibía por el trabajo contratado. Además al efecto se tiene presente que resulta insuficiente la prueba aportada por el demandante en orden a ilustrar al Tribunal respecto de un grado de incapacidad declarado al actor, lo que permitiría determinar la existencia de este daño como cierto. Los testigos de la demandante no son suficientes para fijar un monto ni para dar por establecido un daño que al actor le impida ejercer su capacidad de trabajo y más bien, que el accidente le prive de realizar un trabajo que le permita percibir la remuneración que antes alcanzaba con el trabajo desarrollado. 6. Daños morales que se hayan producido a consecuencia del accidente del día 14 de noviembre de 2009. A raíz de las circunstancias del accidente, el tiempo que el actor estuvo hospitalizado, las intervenciones quirúrgicas de las que ha tenido que ser objeto, y el temor que le produjo el hecho de verse expuesto a perder su capacidad de trabajo, la aflicción y pesar que el actor debió soportar por el hecho de verse sometido a esa situación por negligencia y falta de cuidado de su empleador y de la empresa principal Prosegur, quienes debieron adoptar las medidas de seguridad necesarias para proteger la vida y la integridad del actor, siendo además causa efecto, la falta de cuidado con el resultado producido, analizando el informe médico remitido al Tribunal por la Mutual de Seguridad e incorporado en la audiencia especial de 18 de noviembre pasado, el Tribunal da por establecido un daño moral del actor que debe ser reparado por las demandadas y el que se avalúa prudencialmente en la suma de $ 4.000.000 (cuatro millones de pesos). 7. Efectividad de que el actor le hayan proporcionado elementos de seguridad por parte de quien le encargó el servicio y éste no las haya utilizado adecuadamente. Se ha dado por establecido que la demandada Prosegur que encargó el servicio no proporcionó las medidas de seguridad, tanto con la declaración conteste de los dos testigos del demandante como con la declaración del testigo prevencionista de riesgos de Prosegur que reconoce no haber estado presente al momento del accidente, que tenía conocimiento que la obra se iba a ejecutar y que no había un implemento donde enganchar, y que con posterioridad, para continuar desarrollando la obra, se adoptó la medida de poner andamios y ejecutar el trabajo por dentro del galpón, como antes no se había hecho, y esto debido a que era más seguro para los trabajadores. De este modo no se puede dar por establecido que el actor no usó adecuadamente los implementos que Prosegur le brindó, porque éstos no se le brindaron. OCTAVO: Que, en cuanto al fundamento de la responsabilidad exigida en el libelo de autos y su graduación, se hace necesario señalar que el precepto legal en que se apoya la acción intentada por el actor, el artículo 184 del Código del Trabajo, establece el deber general de protección de la vida y la salud de los trabajadores, impuesto por el legislador a los empleadores, en términos tales que éstos son deudores de seguridad para aquellos y tal obligación, bajo todos sus respectos, es una de las manifestaciones del deber general de protección, cuyo cabal e íntegro cumplimiento es de una trascendencia superior a la de una simple obligación a que se somete una de las partes de una convención y, evidentemente, constituye un principio que se encuentra incorporado a todo contrato, siendo un elemento de la esencia de éste, por lo que la importancia de su cumplimiento no queda entregada a la voluntad de las partes, sino que comprende una serie de pautas, cuyo contenido, forma y extensión se encuentran reguladas mediante normas de orden público. Que, de esta forma, corresponde al empleador probar en la causa que adoptó todas las medidas necesarias y proporcionó todos los elemenACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

391

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

tos o implementos requeridos para evitar accidentes en el trabajo, otorgando la máxima seguridad posible en la faena, cuestión que, como se ha dicho el empleador Sr. Héctor Zurita Rossi no logró. NOVENO: Que, en lo que dice relación con la Empresa de Transportes Compañía de Seguridad de Chile Ltda., Prosegur Ltda. la norma del artículo 183 E del Código del Trabajo, prescribe que sin perjuicio de las obligaciones de la empresa principal, contratista y subcontratista respecto de sus propios trabajadores en virtud de lo dispuesto en el artículo 184, la empresa principal deberá adoptar las medidas necesaria para proteger eficazmente la vida y salud de todos los trabajadores que laboran en su obra, empresa o faena, cualquiera sea su dependencia, en conformidad a lo dispuesto en el artículo 66 bis de la Ley N° 16.744 y el artículo 3° del decreto supremo N°594, de 1999, del Ministerio de Salud. A su turno el referido artículo 66 bis de la Ley N° 16.744 prescribe que los empleadores que contraten o subcontraten con otros la realización de una obra, faena o servicios propios de su giro, deberán vigilar el cumplimiento por parte de dichos contratistas o subcontratistas de la normativa relativa a higiene y seguridad, debiendo para ello implementar un sistema de gestión de la seguridad y salud en el trabajo para todos los trabajadores involucrados, cualquiera que sea su dependencia, cuando en su conjunto agrupen a más de 50 trabajadores. Para la implementación de este sistema de gestión, la empresa principal deberá confeccionar un reglamento especial para empresas contratistas y subcontratistas, en el que se establezca como mínimo las acciones de coordinación entre los distintos empleadores de las actividades preventivas, a fin de garantizar a todos los trabajadores condiciones de higiene y seguridad adecuadas. Asimismo, se contemplarán en dicho reglamento los mecanismos para verificar su cumplimiento por parte de la empresa mandante y las sanciones aplicables. Asimismo, corresponderá al mandante, velar por la constitución y funcionamiento de un Comité Paritario de Higiene y Seguridad y un Departamento de Prevención de Riesgos para tales faenas, aplicándose a su respecto para calcular el número de trabajadores exigidos por los incisos primero y cuarto, del artículo 66, respectivamente, la totalidad de los trabajadores que prestan servicios en un mismo lugar de trabajo, cualquiera sea su dependencia. Los requisitos para la constitución y funcionamiento de los mismos serán determinados por el reglamento que dictará el Ministerio del Trabajo y Previsión Social. Para la aplicación de las nuevas normas, en particular referidas a los Arts. 66 bis de la Ley N° 16.744, se han aprobado tanto el Reglamento Nº 76, del Ministerio del Trabajo como las Circulares 2.345 y 2.346 de la Superintendencia de Seguridad Social de enero del año 2007. Estas normas establecen, en su conjunto, los deberes que le impone el ordenamiento jurídico a la empresa principal en el ámbito de la protección de la vida y salud de los trabajadores dependientes de las empresas contratistas, en los términos del artículo 183 E del Código del Trabajo, de todos los trabajadores que laboran en su obra, empresa o faena. En el caso de autos, se ha dado por establecido la existencia de una relación de carácter civil entre el Sr. Zurita y la Empresa Prosegur Ltda., y que la segunda actuó como mandante de la primera. DÉCIMO: Que, habiéndose establecido el incumplimiento tanto de parte del empleador como de parte de la empresa principal demanda y el daño experimentado por el actor, se hace necesario acotar que ha sido el incumplimiento de estos deberes impuestos a los demandados la causa del accidente sufrido por el actor y el consecuente daño mencionado, sin que en ello hubiera intervenido caso fortuito o fuerza mayor ni la imprudencia o actuar temerario o negligente que se pretende atribuir al actor, lo que fue descartado precedentemente en esta sentencia al analizar las probanzas y establecer los hechos y la existencia del daño. DECIMOPRIMERO: Que, como se dirá en lo resolutivo del fallo, la demanda será acogida y los demandados Héctor Zurita Rossi y Empresa de Transportes Compañía de Seguridad de Chile Ltda., Prosegur Ltda. serán condenados solidariamente al pago de la indemnización de perjuicios por daño moral por la suma de $ 4.000.000, esto por cuanto, a juicio de esta sentenciadora en el ámbito laboral, especialmente desde la dictación de la Ley N° 20.123, conocida como ley de subcontratación, el régimen de responsabilidad entre empleador y contratista es la solidariedad, así lo establece el artículo 183 B del Código del Trabajo, régimen que se reemplaza por la subsidiariedad en los casos establecidos por la propia ley en el artículo 183 D, esto es, cuando el dueño de la obra hiciere efectivo los deberes de información y retención a que se refiere la norma anterior, siendo el deber de vigilancia, establecido en el artículo 183 E del cuerpo legal citado, por su contenido, equivalente, en materia de protección de la vida y seguridad de los trabajadores, a los deberes de información y retención, habiendo quedado

392

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

tos o implementos requeridos para evitar accidentes en el trabajo, otorgando la máxima seguridad posible en la faena, cuestión que, como se ha dicho el empleador Sr. Héctor Zurita Rossi no logró. NOVENO: Que, en lo que dice relación con la Empresa de Transportes Compañía de Seguridad de Chile Ltda., Prosegur Ltda. la norma del artículo 183 E del Código del Trabajo, prescribe que sin perjuicio de las obligaciones de la empresa principal, contratista y subcontratista respecto de sus propios trabajadores en virtud de lo dispuesto en el artículo 184, la empresa principal deberá adoptar las medidas necesaria para proteger eficazmente la vida y salud de todos los trabajadores que laboran en su obra, empresa o faena, cualquiera sea su dependencia, en conformidad a lo dispuesto en el artículo 66 bis de la Ley N° 16.744 y el artículo 3° del decreto supremo N°594, de 1999, del Ministerio de Salud. A su turno el referido artículo 66 bis de la Ley N° 16.744 prescribe que los empleadores que contraten o subcontraten con otros la realización de una obra, faena o servicios propios de su giro, deberán vigilar el cumplimiento por parte de dichos contratistas o subcontratistas de la normativa relativa a higiene y seguridad, debiendo para ello implementar un sistema de gestión de la seguridad y salud en el trabajo para todos los trabajadores involucrados, cualquiera que sea su dependencia, cuando en su conjunto agrupen a más de 50 trabajadores. Para la implementación de este sistema de gestión, la empresa principal deberá confeccionar un reglamento especial para empresas contratistas y subcontratistas, en el que se establezca como mínimo las acciones de coordinación entre los distintos empleadores de las actividades preventivas, a fin de garantizar a todos los trabajadores condiciones de higiene y seguridad adecuadas. Asimismo, se contemplarán en dicho reglamento los mecanismos para verificar su cumplimiento por parte de la empresa mandante y las sanciones aplicables. Asimismo, corresponderá al mandante, velar por la constitución y funcionamiento de un Comité Paritario de Higiene y Seguridad y un Departamento de Prevención de Riesgos para tales faenas, aplicándose a su respecto para calcular el número de trabajadores exigidos por los incisos primero y cuarto, del artículo 66, respectivamente, la totalidad de los trabajadores que prestan servicios en un mismo lugar de trabajo, cualquiera sea su dependencia. Los requisitos para la constitución y funcionamiento de los mismos serán determinados por el reglamento que dictará el Ministerio del Trabajo y Previsión Social. Para la aplicación de las nuevas normas, en particular referidas a los Arts. 66 bis de la Ley N° 16.744, se han aprobado tanto el Reglamento Nº 76, del Ministerio del Trabajo como las Circulares 2.345 y 2.346 de la Superintendencia de Seguridad Social de enero del año 2007. Estas normas establecen, en su conjunto, los deberes que le impone el ordenamiento jurídico a la empresa principal en el ámbito de la protección de la vida y salud de los trabajadores dependientes de las empresas contratistas, en los términos del artículo 183 E del Código del Trabajo, de todos los trabajadores que laboran en su obra, empresa o faena. En el caso de autos, se ha dado por establecido la existencia de una relación de carácter civil entre el Sr. Zurita y la Empresa Prosegur Ltda., y que la segunda actuó como mandante de la primera. DÉCIMO: Que, habiéndose establecido el incumplimiento tanto de parte del empleador como de parte de la empresa principal demanda y el daño experimentado por el actor, se hace necesario acotar que ha sido el incumplimiento de estos deberes impuestos a los demandados la causa del accidente sufrido por el actor y el consecuente daño mencionado, sin que en ello hubiera intervenido caso fortuito o fuerza mayor ni la imprudencia o actuar temerario o negligente que se pretende atribuir al actor, lo que fue descartado precedentemente en esta sentencia al analizar las probanzas y establecer los hechos y la existencia del daño. DECIMOPRIMERO: Que, como se dirá en lo resolutivo del fallo, la demanda será acogida y los demandados Héctor Zurita Rossi y Empresa de Transportes Compañía de Seguridad de Chile Ltda., Prosegur Ltda. serán condenados solidariamente al pago de la indemnización de perjuicios por daño moral por la suma de $ 4.000.000, esto por cuanto, a juicio de esta sentenciadora en el ámbito laboral, especialmente desde la dictación de la Ley N° 20.123, conocida como ley de subcontratación, el régimen de responsabilidad entre empleador y contratista es la solidariedad, así lo establece el artículo 183 B del Código del Trabajo, régimen que se reemplaza por la subsidiariedad en los casos establecidos por la propia ley en el artículo 183 D, esto es, cuando el dueño de la obra hiciere efectivo los deberes de información y retención a que se refiere la norma anterior, siendo el deber de vigilancia, establecido en el artículo 183 E del cuerpo legal citado, por su contenido, equivalente, en materia de protección de la vida y seguridad de los trabajadores, a los deberes de información y retención, habiendo quedado

392

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

393

establecido el incumplimiento que de ellos hizo el dueño de la obra, no existe razón para no aplicar el régimen de solidaridad que constituye el régimen general. Complementario con lo anterior, si hacemos una interpretación sistemática de la ley 20.123 y de ésta y el Código del Trabajo a la que se inserta y los principios del derecho del trabajo y especialmente el protector, podemos arribar a la misma conclusión, si la solidaridad está establecida en general para las obligaciones legales y previsionales. Y, visto además lo dispuesto en los artículos 19 N° 1 de la Constitución Política de la República, 7, 183 A y siguientes, 184, 446 y siguientes del Código del Trabajo, Ley 20.123, artículo 66 bis de la Ley Nº 16.744 y decreto supremo Nº 76 del Ministerio del Trabajo, se declara: I. Que, se acoge la demanda interpuesta por Juan Carlos Cisternas Plaza, en contra de don Héctor Eduardo Zurita Rossi y Empresa de Transportes Compañía de Seguridad de Chile Limitada, Prosegur Ltda., todos ya individualizados, debiendo los demandados pagar solidariamente al demandante la suma de $ 4.000.000 (cuatro millones de pesos), a título de daño moral experimentado como consecuencia del accidente del trabajo ocurrido en la ciudad de Santiago el Talca el 14 de noviembre de 2009. II. Que se rechaza la demanda en lo demás. III. Que, los demandados Héctor Eduardo Zurita Rossi y la Empresa de Transportes Compañía de Seguridad de Chile Limitada, Prosegur Ltda., deberán pagar las referidas sumas más los reajustes desde la fecha del presente fallo e intereses, en caso de mora y desde que se constituyan en ella. IV. Que, no se condena a los demandados en costas al no haber sido totalmente vencidos. V. Ejecutoriada esta sentencia, cúmplase lo dispuesto en ella, dentro de quinto día. En caso contrario, certifíquese dicha circunstancia y pasen los antecedentes al Juzgado de Cobranza Laboral y Previsional. Regístrese, notifíquese a las partes y archívese en su oportunidad. RIT : O 2557 2010 RUC : 10 4 0038267 6 Pronunciada por María Verónica Torres Reyes, Juez Suplente del Juzgado de Letras del Trabajo de Santiago. En Santiago a veintinueve de noviembre de dos mil diez, se notificó por el estado diario la sentencia precedente.

establecido el incumplimiento que de ellos hizo el dueño de la obra, no existe razón para no aplicar el régimen de solidaridad que constituye el régimen general. Complementario con lo anterior, si hacemos una interpretación sistemática de la ley 20.123 y de ésta y el Código del Trabajo a la que se inserta y los principios del derecho del trabajo y especialmente el protector, podemos arribar a la misma conclusión, si la solidaridad está establecida en general para las obligaciones legales y previsionales. Y, visto además lo dispuesto en los artículos 19 N° 1 de la Constitución Política de la República, 7, 183 A y siguientes, 184, 446 y siguientes del Código del Trabajo, Ley 20.123, artículo 66 bis de la Ley Nº 16.744 y decreto supremo Nº 76 del Ministerio del Trabajo, se declara: I. Que, se acoge la demanda interpuesta por Juan Carlos Cisternas Plaza, en contra de don Héctor Eduardo Zurita Rossi y Empresa de Transportes Compañía de Seguridad de Chile Limitada, Prosegur Ltda., todos ya individualizados, debiendo los demandados pagar solidariamente al demandante la suma de $ 4.000.000 (cuatro millones de pesos), a título de daño moral experimentado como consecuencia del accidente del trabajo ocurrido en la ciudad de Santiago el Talca el 14 de noviembre de 2009. II. Que se rechaza la demanda en lo demás. III. Que, los demandados Héctor Eduardo Zurita Rossi y la Empresa de Transportes Compañía de Seguridad de Chile Limitada, Prosegur Ltda., deberán pagar las referidas sumas más los reajustes desde la fecha del presente fallo e intereses, en caso de mora y desde que se constituyan en ella. IV. Que, no se condena a los demandados en costas al no haber sido totalmente vencidos. V. Ejecutoriada esta sentencia, cúmplase lo dispuesto en ella, dentro de quinto día. En caso contrario, certifíquese dicha circunstancia y pasen los antecedentes al Juzgado de Cobranza Laboral y Previsional. Regístrese, notifíquese a las partes y archívese en su oportunidad. RIT : O 2557 2010 RUC : 10 4 0038267 6 Pronunciada por María Verónica Torres Reyes, Juez Suplente del Juzgado de Letras del Trabajo de Santiago. En Santiago a veintinueve de noviembre de dos mil diez, se notificó por el estado diario la sentencia precedente. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

393

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Santiago, veintitrés de noviembre de dos mil diez. VISTO, OÍDOS Y CONSIDERANDO: PRIMERO: Que don Serafín Antonio Ortega Fuentes, jornal, domiciliado para estos efectos en calle Huérfanos N°835 oficina 1601, Comuna de Santiago, interpone demanda en procedimiento de aplicación general en contra de su empleadora Mellado y Compañía Limitada, empresa del giro de desarrollo de proyectos, fabricación, y montaje de sistemas prefabricados en hormigón armado y pretensado, representada por su Gerente General don Martín Mellado Díaz, empresario, ambos con domicilio en Avenida Manuel Antonio Matta N°1950 A, Comuna de Quilicura. Funda su demanda en las circunstancias consistentes en haber ingresado a prestar servicios para la demanda el día 09 de octubre de 2009, bajo vínculo de subordinación y dependencia, cumpliendo las funciones de jornal, en la obra denominada Los Libertadores, Terminaciones, ubicada en Hermanos Carrera Pinto, Lote 86, Lote Industrial, Comuna de Colina, con una remuneración de $ 270.000, pesos brutos mensuales. Agrega que, el día 30 de abril de 2010, ingreso a trabajar como todos los días a las 08:30 horas, y el capataz le indicó que junto a otro compañero, trabajara en la betonera preparando cemento, ya que la persona cargo de esa función no había asistido, siendo que sus labores como jornal correspondía a limpieza y terminaciones. Precisa que la betonera o trompo se ubicaba a las fueras de la obra y se había colocado una extensión eléctrica de 40 metros, tenía problemas de funcionamiento ya que la conexión eléctrica no conectaba y se desconectaba reiteradamente, por lo que tuvo que introducir sus manos cerca del motor a objeto de volver a conectarla. Refiere que a las 10.30 de nuevo se desconectó, procedió a conectarla, momento en el cual los dedos de su mano derecha fueron atrapados por la correa del motor de la máquina, sufriendo la amputación de parte del dedo meñique de su mano derecha y el atrapamiento de los dedos anular y medio de la misma mano. Agrega que se le trasladó a la Mutual de Seguridad de Quilicura, donde se le amputa la parte del dedo meñique y luego fue trasladado al Hospital Clínico de la Mutual de Seguridad de la Cámara Chilena de la Construcción. Refiere que, una vez dado de alta debió iniciar un largo y doloroso proceso de curaciones y de rehabilitación, ya que también se vieron afectados los dedos anular y medio de la mano derecha. Señala que, el accidente ocurrido da cuenta de la falta total de cuidados y medidas de seguridad por parte de su empleadora, ya que evidentemente su empleadora los hacía trabajar con un procedimiento riesgoso; en labor que no le correspondía ni había sido capacitado, no existía procedimiento formal o escrito o no escrito para operar esta maquinaría; sin un supervisor que fiscalizará el funcionamiento de las máquinas, y en definitiva no tenían un mecanismo de cuidado que disminuyera el riesgo de trabajar. Señala que en ese trabajo no fue capacitado y no existían advertencias o información sobre los peligros, y pese a que su empleadora es una gran empresa del cemento tenían que trabajar de forma completamente rudimentaria y con procedimientos poco seguros. Agrega que, en el lugar donde estaba trabajando no existía procedimiento escrito o no escrito alguno de cómo efectuar el trabajo No existía ningún tipo de procedimiento formal para trabajar, ni menos de trabajo seguro para precaver accidentes del trabajo. Alega haber trabajado para el demandado en virtud de varios contratos de obra el último terminó el 30 de junio de 2010 y lo volvieron a contratar el 01 de julio de 2010, en la misma obra del accidente. Refiere que, fue atendido en el Hospital Clinico de la Mutual de Seguridad de la Cámara Chilena de la Construcción, la que calificó el siniestro como un accidente del trabajo, otorgándole las prestaciones y los subsidios por incapacidad laboral de la Ley N°16.744. Señala que sufrió, fractura expuesta de F3 dedo meñique mano derecha, desforramiento y con amputación traumática del mismo meñique derecho, así como también aplastamiento dedos anular y medio de mi mano derecha quedando la mano derecha gravemente dañada y gravemente lesionada, lo

394

I. SENTENCIA DEL JUZGADO DE LETRAS DEL TRABAJO

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol N° O-2367-2010 Cita online: CL/JUR/16503/2010

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol N° O-2367-2010 Cita online: CL/JUR/16503/2010

I. SENTENCIA DEL JUZGADO DE LETRAS DEL TRABAJO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Santiago, veintitrés de noviembre de dos mil diez. VISTO, OÍDOS Y CONSIDERANDO: PRIMERO: Que don Serafín Antonio Ortega Fuentes, jornal, domiciliado para estos efectos en calle Huérfanos N°835 oficina 1601, Comuna de Santiago, interpone demanda en procedimiento de aplicación general en contra de su empleadora Mellado y Compañía Limitada, empresa del giro de desarrollo de proyectos, fabricación, y montaje de sistemas prefabricados en hormigón armado y pretensado, representada por su Gerente General don Martín Mellado Díaz, empresario, ambos con domicilio en Avenida Manuel Antonio Matta N°1950 A, Comuna de Quilicura. Funda su demanda en las circunstancias consistentes en haber ingresado a prestar servicios para la demanda el día 09 de octubre de 2009, bajo vínculo de subordinación y dependencia, cumpliendo las funciones de jornal, en la obra denominada Los Libertadores, Terminaciones, ubicada en Hermanos Carrera Pinto, Lote 86, Lote Industrial, Comuna de Colina, con una remuneración de $ 270.000, pesos brutos mensuales. Agrega que, el día 30 de abril de 2010, ingreso a trabajar como todos los días a las 08:30 horas, y el capataz le indicó que junto a otro compañero, trabajara en la betonera preparando cemento, ya que la persona cargo de esa función no había asistido, siendo que sus labores como jornal correspondía a limpieza y terminaciones. Precisa que la betonera o trompo se ubicaba a las fueras de la obra y se había colocado una extensión eléctrica de 40 metros, tenía problemas de funcionamiento ya que la conexión eléctrica no conectaba y se desconectaba reiteradamente, por lo que tuvo que introducir sus manos cerca del motor a objeto de volver a conectarla. Refiere que a las 10.30 de nuevo se desconectó, procedió a conectarla, momento en el cual los dedos de su mano derecha fueron atrapados por la correa del motor de la máquina, sufriendo la amputación de parte del dedo meñique de su mano derecha y el atrapamiento de los dedos anular y medio de la misma mano. Agrega que se le trasladó a la Mutual de Seguridad de Quilicura, donde se le amputa la parte del dedo meñique y luego fue trasladado al Hospital Clínico de la Mutual de Seguridad de la Cámara Chilena de la Construcción. Refiere que, una vez dado de alta debió iniciar un largo y doloroso proceso de curaciones y de rehabilitación, ya que también se vieron afectados los dedos anular y medio de la mano derecha. Señala que, el accidente ocurrido da cuenta de la falta total de cuidados y medidas de seguridad por parte de su empleadora, ya que evidentemente su empleadora los hacía trabajar con un procedimiento riesgoso; en labor que no le correspondía ni había sido capacitado, no existía procedimiento formal o escrito o no escrito para operar esta maquinaría; sin un supervisor que fiscalizará el funcionamiento de las máquinas, y en definitiva no tenían un mecanismo de cuidado que disminuyera el riesgo de trabajar. Señala que en ese trabajo no fue capacitado y no existían advertencias o información sobre los peligros, y pese a que su empleadora es una gran empresa del cemento tenían que trabajar de forma completamente rudimentaria y con procedimientos poco seguros. Agrega que, en el lugar donde estaba trabajando no existía procedimiento escrito o no escrito alguno de cómo efectuar el trabajo No existía ningún tipo de procedimiento formal para trabajar, ni menos de trabajo seguro para precaver accidentes del trabajo. Alega haber trabajado para el demandado en virtud de varios contratos de obra el último terminó el 30 de junio de 2010 y lo volvieron a contratar el 01 de julio de 2010, en la misma obra del accidente. Refiere que, fue atendido en el Hospital Clinico de la Mutual de Seguridad de la Cámara Chilena de la Construcción, la que calificó el siniestro como un accidente del trabajo, otorgándole las prestaciones y los subsidios por incapacidad laboral de la Ley N°16.744. Señala que sufrió, fractura expuesta de F3 dedo meñique mano derecha, desforramiento y con amputación traumática del mismo meñique derecho, así como también aplastamiento dedos anular y medio de mi mano derecha quedando la mano derecha gravemente dañada y gravemente lesionada, lo

394

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

395

que hasta el día de hoy le causa un gran dolor. Daños permanentes y que le impide volver a su labores. Alega que tiene 45 años, mantiene a su esposa y 2 hijos. Reclama perjuicio de sufrimiento y agrado. Añade que el accidente fue causado porque su empleador infringió la obligación de seguridad que mantiene para con sus trabajadores, la cual le es impuesta por el artículo 184 del Código del Trabajo, en relación con la obligación de prevención y seguridad que pesa sobre el empleador que aluden los artículos 66, 67 y 68 de la Ley Nº 16.744, cuyo reglamento fue aprobado por el decreto supremo N°40, de 1969 del Ministerio del Trabajo y Previsión Social, conocido como el Reglamento de Prevención de Riesgos. Además de prescripciones específicas de seguridad para la ejecución de las labores como las que realizaba al momento de ocurrir el accidente del trabajo del que fue víctima. Solicita se condene a la demandada al pago de las siguientes indemnizaciones: Lucro Cesante: Solicita que teniendo presente lo que expone en su libelo pretensor y atención al hecho de que el monto de su remuneración, ascendía aproximadamente a $ 270.000, mensuales, se multiplica $ 270.000 por 12 (para obtener la remuneración anual) y luego por 20 (años que van desde esta fecha hasta que cumpla 65 años de edad) resulta un total de $ 64.800.000. Luego aplica de forma prudencial una disminución de su capacidad de ganancias de un 25%, resulta un total de $ 16.200.000, suma por la cual demanda el concepto de lucro cesante, o una cifra mayor o menor que el tribunal fije en justicia y equidad, de acuerdo al mérito de autos. Daño moral: Señala que, la lesión a los intereses patrimoniales origina daño patrimonial o material, en tanto que la lesión a los intereses extramatrimoniales hace surgir un daño extramatrimonial o moral, por el cual demanda la cantidad de $ 50.000.000, o en subsidio, una suma mayor o menor que el Tribunal fije, de acuerdo a la equidad, justicia y al mérito del proceso. Que las indemnizaciones se deberán pagar con los reajustes e intereses que establecen los artículos 63 y 173 del Código del Trabajo, o en subsidio, con los reajustes e intereses que el Tribunal determine, contados desde la fecha de notificación de la demanda, o desde la fecha que el Tribunal determine. Que la demandada deberá pagar las costas de la causa. SEGUNDO: Que en tiempo y forma, comparece don David Antonio Núñez Reyes, abogado, en representación convencional de la demandada sociedad Mellado y Compañía Limitada, empresa de giro de la Construcción, ambos domiciliados en calle Antonio Matta N° 1950, comuna de Quilicura, Región Metropolitana, quien contestando la demanda solicita su rechazo en todas sus partes, negando en forma concreta y expresa los hechos y el derecho invocado, con costas por los siguientes fundamentos: En primer término, refiere que el actor, se desempeña en la empresa, como jornal en la obra “Los Libertadores Terminaciones”, ubicada en los Hermanos Carrera Pinto, Lote 86, Lote Industrial, comuna de Colina y se reconoce el monto de la remuneración y jornada. Hace presente que la empresa, es del tipo familiar, con 147 trabajadores. Precisa que máquina betonera o trompo, es una máquina compuesta de un motor eléctrico y un tambor que gira a medida que se va preparando el concreto, además de contar con un interruptor, que permite prenderla o apagarla, el cual se encuentra en la parte superior del motor de la betonera. Esta máquina es operada por dos trabajadores, uno que opera derechamente la máquina y se encarga de la preparación de morteros para estucos, y otro que se preocupa de sacar la mezcla y trasladarla al lugar en que fuere necesaria. De estas tareas estaban encargados los señores Germán Pinto, y Ricardo Sepúlveda, ambos trabajadores de Mellado y Cia. Ltda. Señala que el día 30 de abril del año 2010, el señor GERMÁN PINTO, no asistió a sus labores habituales, por lo que el capataz de la obra, señor Roberto Herrera, decidió y comunicó al actor que, por ese día, se haría cargo del traslado de la mezcla que se preparaba en la betonera, y dispuso además, que don Ricardo Sepúlveda se encargaría de la preparación de morteros para el estuco, labor que involucraba el manejo material de la máquina. Precisa que, a las 10.30 aproximadamente, producto de la vibración de la máquina, ésta se desenchufó de la fuente eléctrica, provocando una interrupción en el trabajo. El actor, con el objeto de reiniciar la marcha de la máquina volvió a enchufarla a la fuente de poder, sin prevenir en apagar el interruptor de la betonera, a fin de cortar el paso de energía, por lo que ésta arrancó inmediatamente, momento en que la polea atrapó el dedo meñique de la mano derecha del trabajador, cortando parte de la Io falange, la que en definitiva perdió, siendo asistido y hospitalizado, reincorporándose a las labores el 5 de julio de 2010, en forma normal, en la misma obra y funciones.

que hasta el día de hoy le causa un gran dolor. Daños permanentes y que le impide volver a su labores. Alega que tiene 45 años, mantiene a su esposa y 2 hijos. Reclama perjuicio de sufrimiento y agrado. Añade que el accidente fue causado porque su empleador infringió la obligación de seguridad que mantiene para con sus trabajadores, la cual le es impuesta por el artículo 184 del Código del Trabajo, en relación con la obligación de prevención y seguridad que pesa sobre el empleador que aluden los artículos 66, 67 y 68 de la Ley Nº 16.744, cuyo reglamento fue aprobado por el decreto supremo N°40, de 1969 del Ministerio del Trabajo y Previsión Social, conocido como el Reglamento de Prevención de Riesgos. Además de prescripciones específicas de seguridad para la ejecución de las labores como las que realizaba al momento de ocurrir el accidente del trabajo del que fue víctima. Solicita se condene a la demandada al pago de las siguientes indemnizaciones: Lucro Cesante: Solicita que teniendo presente lo que expone en su libelo pretensor y atención al hecho de que el monto de su remuneración, ascendía aproximadamente a $ 270.000, mensuales, se multiplica $ 270.000 por 12 (para obtener la remuneración anual) y luego por 20 (años que van desde esta fecha hasta que cumpla 65 años de edad) resulta un total de $ 64.800.000. Luego aplica de forma prudencial una disminución de su capacidad de ganancias de un 25%, resulta un total de $ 16.200.000, suma por la cual demanda el concepto de lucro cesante, o una cifra mayor o menor que el tribunal fije en justicia y equidad, de acuerdo al mérito de autos. Daño moral: Señala que, la lesión a los intereses patrimoniales origina daño patrimonial o material, en tanto que la lesión a los intereses extramatrimoniales hace surgir un daño extramatrimonial o moral, por el cual demanda la cantidad de $ 50.000.000, o en subsidio, una suma mayor o menor que el Tribunal fije, de acuerdo a la equidad, justicia y al mérito del proceso. Que las indemnizaciones se deberán pagar con los reajustes e intereses que establecen los artículos 63 y 173 del Código del Trabajo, o en subsidio, con los reajustes e intereses que el Tribunal determine, contados desde la fecha de notificación de la demanda, o desde la fecha que el Tribunal determine. Que la demandada deberá pagar las costas de la causa. SEGUNDO: Que en tiempo y forma, comparece don David Antonio Núñez Reyes, abogado, en representación convencional de la demandada sociedad Mellado y Compañía Limitada, empresa de giro de la Construcción, ambos domiciliados en calle Antonio Matta N° 1950, comuna de Quilicura, Región Metropolitana, quien contestando la demanda solicita su rechazo en todas sus partes, negando en forma concreta y expresa los hechos y el derecho invocado, con costas por los siguientes fundamentos: En primer término, refiere que el actor, se desempeña en la empresa, como jornal en la obra “Los Libertadores Terminaciones”, ubicada en los Hermanos Carrera Pinto, Lote 86, Lote Industrial, comuna de Colina y se reconoce el monto de la remuneración y jornada. Hace presente que la empresa, es del tipo familiar, con 147 trabajadores. Precisa que máquina betonera o trompo, es una máquina compuesta de un motor eléctrico y un tambor que gira a medida que se va preparando el concreto, además de contar con un interruptor, que permite prenderla o apagarla, el cual se encuentra en la parte superior del motor de la betonera. Esta máquina es operada por dos trabajadores, uno que opera derechamente la máquina y se encarga de la preparación de morteros para estucos, y otro que se preocupa de sacar la mezcla y trasladarla al lugar en que fuere necesaria. De estas tareas estaban encargados los señores Germán Pinto, y Ricardo Sepúlveda, ambos trabajadores de Mellado y Cia. Ltda. Señala que el día 30 de abril del año 2010, el señor GERMÁN PINTO, no asistió a sus labores habituales, por lo que el capataz de la obra, señor Roberto Herrera, decidió y comunicó al actor que, por ese día, se haría cargo del traslado de la mezcla que se preparaba en la betonera, y dispuso además, que don Ricardo Sepúlveda se encargaría de la preparación de morteros para el estuco, labor que involucraba el manejo material de la máquina. Precisa que, a las 10.30 aproximadamente, producto de la vibración de la máquina, ésta se desenchufó de la fuente eléctrica, provocando una interrupción en el trabajo. El actor, con el objeto de reiniciar la marcha de la máquina volvió a enchufarla a la fuente de poder, sin prevenir en apagar el interruptor de la betonera, a fin de cortar el paso de energía, por lo que ésta arrancó inmediatamente, momento en que la polea atrapó el dedo meñique de la mano derecha del trabajador, cortando parte de la Io falange, la que en definitiva perdió, siendo asistido y hospitalizado, reincorporándose a las labores el 5 de julio de 2010, en forma normal, en la misma obra y funciones. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

395

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Alega que al trabajador jamás se le encomendó la operación de la betonera, sino que sólo el traslado de las mezclas con carretilla. Refiere haber adoptado todos los resguardos, en la empresa existe prevencionista de riesgos, que da charlas semanales y se entregan los elementos de seguridad. De igual manera el Reglamento interno, informa de los peligros por contacto con partes móviles, en equipos sin protección correa polea. Controvierte el hecho que el actor no pueda desempeñarse, ya que se reincorporó y continuó con sus labores habituales de jornal, sufriendo sólo una incapacidad temporal, ellos términos que señala la ley y el RAE. No hay incumplimiento del artículo 184 del Código del Trabajo, ya que la empresa cuenta con herramientas de prevención, como lo es la existencia de comité paritario, departamento de prevención de riesgos, reglamento interno de orden higiene y seguridad e información de derecho a saber. Además de charlas semanales dadas por el capataz, de lo que queda constancia en el registro de instrucciones. De igual manera alega, contar con los implementos y estar adherida al Mutual de Seguridad desde el año 1999. De igual manera acusa la exposición imprudente al riesgo efectuada por el actor, ya que como jornal le correspondía el traslado de material en carretilla y en el caso Ricardo Sepúlveda, por su experiencia debía preparar morteros. Refiere que ha ejercido el jus variandi y en virtud de ello determinó las labores que s eles encomendaron, lo que fue ratificado por los trabajadores mediante su firma. Así su función no era manipular la betonera, por lo que el enchufar la máquina sin previamente, cortar el suministro de energía, es una exposición imprudente al daño. Alega que, la betonera no se encontraba con problemas de ningún tipo como lo afirma el actor, ya que ésta cuenta con todos los sistemas y condiciones de seguridad requeridos para su buen funcionamiento, así es el actor que falta a su deber de autocuidado, lo que fue informado en numerosas charlas. Controvierte lo solicitado por lucro cesante, ya que no hay disminución de su capacidad de trabajo, ya que sólo estuvo 2 meses en recuperación, su incapacidad es transitoria, considerando igualmente sus labores de limpieza y terminaciones, no hay daño que indemnizar, ya que en caso de pérdidas muy superiores no se ha otorgado esta indemnización. Agrega que de igual manera debe ser acreditado, máxime si su contrato es por obra o faena. En cuanto al daño moral, la demanda es excesiva, ya que no tiene responsabilidad en los hechos, lo que en caso de otorgarse no puede significar una situación de lucro, no hay detrimento estético. De igual manera, solicita su reducción por la culpa con la que ha obrado el actor, en los términos del artículo 2314 del Código Civil. Respecto a los reajustes e intereses solo debe corre desde que la sentencia este firme. TERCERO: Que, se llevó a efecto la audiencia preparatoria celebrada con fecha 30 de septiembre de 2010. El tribunal llamó a las partes a conciliación proponiendo bases de acuerdo, sin resultados positivos, sin embargo, por acuerdo de las partes se fijaron como hechos no controvertidos los siguientes: 1. Relación de trabajo entre las partes. 2. La remuneración hacia la fecha del accidente que asciende $ 270.000. 3. La función de jornal desarrollada por el demandante. 4. La existencia del accidente del trabajo el día 30 de abril dentro de la jornada de trabajo y en el contexto de la labor que realizaba el actor conjuntamente con otro trabajador en una máquina betonera o trompo. 5. Hasta la fecha el demandante se mantiene trabajando en las mismas funciones trabajando en la empresa como jornal. Posteriormente se recibe la causa a prueba y se fijaron como hechos a probar los siguientes: 1. Forma o circunstancia en que se produce el accidente del trabajo. Condiciones de operación de la máquina betonera o trompo. 2. Labores habituales desarrolladas por el actor y alcances de las tareas especificas ordenadas el día 30 de abril de 2010 por el capataz en relación con el trabajo de la máquina betonera. Antecedentes pormenores y circunstancias. 3. Medidas de seguridad adoptadas por la demandada para las labores que cumplía el actor al momento del accidente.

396

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Alega que al trabajador jamás se le encomendó la operación de la betonera, sino que sólo el traslado de las mezclas con carretilla. Refiere haber adoptado todos los resguardos, en la empresa existe prevencionista de riesgos, que da charlas semanales y se entregan los elementos de seguridad. De igual manera el Reglamento interno, informa de los peligros por contacto con partes móviles, en equipos sin protección correa polea. Controvierte el hecho que el actor no pueda desempeñarse, ya que se reincorporó y continuó con sus labores habituales de jornal, sufriendo sólo una incapacidad temporal, ellos términos que señala la ley y el RAE. No hay incumplimiento del artículo 184 del Código del Trabajo, ya que la empresa cuenta con herramientas de prevención, como lo es la existencia de comité paritario, departamento de prevención de riesgos, reglamento interno de orden higiene y seguridad e información de derecho a saber. Además de charlas semanales dadas por el capataz, de lo que queda constancia en el registro de instrucciones. De igual manera alega, contar con los implementos y estar adherida al Mutual de Seguridad desde el año 1999. De igual manera acusa la exposición imprudente al riesgo efectuada por el actor, ya que como jornal le correspondía el traslado de material en carretilla y en el caso Ricardo Sepúlveda, por su experiencia debía preparar morteros. Refiere que ha ejercido el jus variandi y en virtud de ello determinó las labores que s eles encomendaron, lo que fue ratificado por los trabajadores mediante su firma. Así su función no era manipular la betonera, por lo que el enchufar la máquina sin previamente, cortar el suministro de energía, es una exposición imprudente al daño. Alega que, la betonera no se encontraba con problemas de ningún tipo como lo afirma el actor, ya que ésta cuenta con todos los sistemas y condiciones de seguridad requeridos para su buen funcionamiento, así es el actor que falta a su deber de autocuidado, lo que fue informado en numerosas charlas. Controvierte lo solicitado por lucro cesante, ya que no hay disminución de su capacidad de trabajo, ya que sólo estuvo 2 meses en recuperación, su incapacidad es transitoria, considerando igualmente sus labores de limpieza y terminaciones, no hay daño que indemnizar, ya que en caso de pérdidas muy superiores no se ha otorgado esta indemnización. Agrega que de igual manera debe ser acreditado, máxime si su contrato es por obra o faena. En cuanto al daño moral, la demanda es excesiva, ya que no tiene responsabilidad en los hechos, lo que en caso de otorgarse no puede significar una situación de lucro, no hay detrimento estético. De igual manera, solicita su reducción por la culpa con la que ha obrado el actor, en los términos del artículo 2314 del Código Civil. Respecto a los reajustes e intereses solo debe corre desde que la sentencia este firme. TERCERO: Que, se llevó a efecto la audiencia preparatoria celebrada con fecha 30 de septiembre de 2010. El tribunal llamó a las partes a conciliación proponiendo bases de acuerdo, sin resultados positivos, sin embargo, por acuerdo de las partes se fijaron como hechos no controvertidos los siguientes: 1. Relación de trabajo entre las partes. 2. La remuneración hacia la fecha del accidente que asciende $ 270.000. 3. La función de jornal desarrollada por el demandante. 4. La existencia del accidente del trabajo el día 30 de abril dentro de la jornada de trabajo y en el contexto de la labor que realizaba el actor conjuntamente con otro trabajador en una máquina betonera o trompo. 5. Hasta la fecha el demandante se mantiene trabajando en las mismas funciones trabajando en la empresa como jornal. Posteriormente se recibe la causa a prueba y se fijaron como hechos a probar los siguientes: 1. Forma o circunstancia en que se produce el accidente del trabajo. Condiciones de operación de la máquina betonera o trompo. 2. Labores habituales desarrolladas por el actor y alcances de las tareas especificas ordenadas el día 30 de abril de 2010 por el capataz en relación con el trabajo de la máquina betonera. Antecedentes pormenores y circunstancias. 3. Medidas de seguridad adoptadas por la demandada para las labores que cumplía el actor al momento del accidente.

396

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

397

4. Lesión sufrida por el actor tratamiento de urgencia y recuperativo. Secuelas; tiempo de recuperación en la lesión del actor. 5. Daño moral sufrido a causa del accidente como perjuicio síquico y de agrado. 6. Pérdida de ganancia a causa del accidente. Grado de incapacidad declarada. CUARTO: Que en la audiencia de juicio, la parte demandante incorporó la siguiente prueba: DOCUMENTAL: La parte demandante incorpora en la audiencia de juicio, los siguientes documentos: Contrato de trabajo suscrito entre las partes de fecha 01/07/2010. Epicrisis emitida con fecha 03/05/2010 por la Mutual de Seguridad de la Cámara Chilena de la Construcción. Informe médico emitido por la Mutual de Seguridad de la Cámara Chilena de la Construcción de fecha 05/08/2010. Set de 10 citaciones a control emitidas por la Mutual de Seguridad de la Cámara Chilena de la Construcción correspondiente al período junio agosto de 2010. Set de 3 recetas médicas de fecha a nombre del actor por la Mutual de Seguridad de la Cámara Chilena de la Construcción de fecha 03 y 10 de mayo, 30 de junio y todas de 2010. Set de 4 órdenes médicas emitidas al actor por la Mutual de Seguridad de la Cámara Chilena de la Construcción correspondientes a mayo y junio de 2010. Certificado de término de reposo laboral emitidos por la Mutual de Seguridad de la Cámara Chilena de la Construcción de fecha 30/06/2010. Solicitud de terapia ocupacional a nombre del actor emitido por la Mutual de Seguridad de la Cámara Chilena de la Construcción. Solicitud de Kinesiología a nombre del actor emitida por la Mutual de Seguridad de la Cámara Chilena de la Construcción. 3 certificado de atención a nombre del actor emitidos por la Mutual de Seguridad de la Cámara Chilena de la Construcción correspondiente a julio, agosto y septiembre de 2010. Cartillas de prevención de riesgos, emitidas por la Asociación Chilena de Seguridad para las labores de jornalero. Manual para betoneras emitido por la Asociación Chilena de Seguridad. Reglamento interno de higiene de seguridad de la demandada. Fotocopia de la cédula de identidad del actor. Reclamo ante la Inspección del Trabajo, de fecha 03 de noviembre de 2010. CONFESIONAL: Comparece don Carlos Sáez Lobos, quien presta confesión señalando: que se desempeña como Administrador general de obras civiles y montaje de estructuras pre fabricadas en la empresa Mellado y compañía, desde hace 23 años. Explica que su lugar físico de trabajo, es variable, ya que, realiza permanentes visitas a las obras. Afirma tener conocimiento del accidente que sufrió don Serafín Ortega. Relata que en la fecha en que ocurrió el accidente, 30 de abril de 2010, la empresa estaba ejecutando alrededor de 6 obras, lo que fue una situación muy especial, ya que fue en el período post terremoto. Indica que en cada obra, se desempeñaban entre 20 y 25 trabajadores, en la empresa, trabajan con poco personal, ya que, su fuerte, es el montaje de estructuras, y el trabajo con maquinaria pesada. Recuerda que se enteró del accidente del demandante, porque, se lo transmitió el Administrador de obra, porque, en ese minuto, se encontraba en su oficina. Indica que quien le informó lo sucedido, fue don Claudio Yevenes, este le comentó, que el accidente se produjo al enchufar un cable de una extensión al motor de la mini betonera. Explica que la betonera, realiza el vaciado de manera lateral, por lo que no existe ninguna posibilidad de que se pueda enchufar o desenchufar. Refiere que es imposible, que esta maquinaria se haya desenchufado. Agrega que no vio el hecho, pero descarta que la betonera se haya desenchufado, a no ser, que alguien, haya tropezado o tirado el cable. Señala que la betonera, al momento del accidente, se encontraba ubicada al frente de la obra, en el exterior. Indica que el Jefe de obras, es quien dispone la ubicación de las maquinarias. Refiere que en la zona donde estaba la maquinaria, se encontraban realizando las obras de terminación. Sostiene que la betonera se conecta a la energía eléctrica, proporcionada por el tablero más cercano, a través de un cable forrado, lo que

4. Lesión sufrida por el actor tratamiento de urgencia y recuperativo. Secuelas; tiempo de recuperación en la lesión del actor. 5. Daño moral sufrido a causa del accidente como perjuicio síquico y de agrado. 6. Pérdida de ganancia a causa del accidente. Grado de incapacidad declarada. CUARTO: Que en la audiencia de juicio, la parte demandante incorporó la siguiente prueba: DOCUMENTAL: La parte demandante incorpora en la audiencia de juicio, los siguientes documentos: Contrato de trabajo suscrito entre las partes de fecha 01/07/2010. Epicrisis emitida con fecha 03/05/2010 por la Mutual de Seguridad de la Cámara Chilena de la Construcción. Informe médico emitido por la Mutual de Seguridad de la Cámara Chilena de la Construcción de fecha 05/08/2010. Set de 10 citaciones a control emitidas por la Mutual de Seguridad de la Cámara Chilena de la Construcción correspondiente al período junio agosto de 2010. Set de 3 recetas médicas de fecha a nombre del actor por la Mutual de Seguridad de la Cámara Chilena de la Construcción de fecha 03 y 10 de mayo, 30 de junio y todas de 2010. Set de 4 órdenes médicas emitidas al actor por la Mutual de Seguridad de la Cámara Chilena de la Construcción correspondientes a mayo y junio de 2010. Certificado de término de reposo laboral emitidos por la Mutual de Seguridad de la Cámara Chilena de la Construcción de fecha 30/06/2010. Solicitud de terapia ocupacional a nombre del actor emitido por la Mutual de Seguridad de la Cámara Chilena de la Construcción. Solicitud de Kinesiología a nombre del actor emitida por la Mutual de Seguridad de la Cámara Chilena de la Construcción. 3 certificado de atención a nombre del actor emitidos por la Mutual de Seguridad de la Cámara Chilena de la Construcción correspondiente a julio, agosto y septiembre de 2010. Cartillas de prevención de riesgos, emitidas por la Asociación Chilena de Seguridad para las labores de jornalero. Manual para betoneras emitido por la Asociación Chilena de Seguridad. Reglamento interno de higiene de seguridad de la demandada. Fotocopia de la cédula de identidad del actor. Reclamo ante la Inspección del Trabajo, de fecha 03 de noviembre de 2010. CONFESIONAL: Comparece don Carlos Sáez Lobos, quien presta confesión señalando: que se desempeña como Administrador general de obras civiles y montaje de estructuras pre fabricadas en la empresa Mellado y compañía, desde hace 23 años. Explica que su lugar físico de trabajo, es variable, ya que, realiza permanentes visitas a las obras. Afirma tener conocimiento del accidente que sufrió don Serafín Ortega. Relata que en la fecha en que ocurrió el accidente, 30 de abril de 2010, la empresa estaba ejecutando alrededor de 6 obras, lo que fue una situación muy especial, ya que fue en el período post terremoto. Indica que en cada obra, se desempeñaban entre 20 y 25 trabajadores, en la empresa, trabajan con poco personal, ya que, su fuerte, es el montaje de estructuras, y el trabajo con maquinaria pesada. Recuerda que se enteró del accidente del demandante, porque, se lo transmitió el Administrador de obra, porque, en ese minuto, se encontraba en su oficina. Indica que quien le informó lo sucedido, fue don Claudio Yevenes, este le comentó, que el accidente se produjo al enchufar un cable de una extensión al motor de la mini betonera. Explica que la betonera, realiza el vaciado de manera lateral, por lo que no existe ninguna posibilidad de que se pueda enchufar o desenchufar. Refiere que es imposible, que esta maquinaria se haya desenchufado. Agrega que no vio el hecho, pero descarta que la betonera se haya desenchufado, a no ser, que alguien, haya tropezado o tirado el cable. Señala que la betonera, al momento del accidente, se encontraba ubicada al frente de la obra, en el exterior. Indica que el Jefe de obras, es quien dispone la ubicación de las maquinarias. Refiere que en la zona donde estaba la maquinaria, se encontraban realizando las obras de terminación. Sostiene que la betonera se conecta a la energía eléctrica, proporcionada por el tablero más cercano, a través de un cable forrado, lo que ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

397

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

se conecta con el motor de la máquina, desconoce la distancia entre la máquina y el tablero eléctrico, el que se encontraba, al interior de la obra. Comenta que la empresa arrendó la betonera, por lo tanto, desconoce la antigüedad de la máquina. Relata que luego del accidente, acudió al lugar un servicio, que realizó una investigación, se acordonó la betonera, y no se podía usar, hasta que se les diera la autorización. Agrega que cuando el servicio que investigó, dio autorización para mover la betonera del lugar del accidente, esta se devolvió, y cambió por otro equipo, que también fue arrendado. Sostiene que se cambió la betonera, porque la obra tenía que seguir. Indica que no se siguió usando ese equipo, porque habían arrendado otra botonera con anterioridad. Afirma conocer las conclusiones que arrojó la investigación. Explica que la empresa Mellado y Compañía, fue sancionada, pero desconoce la razón. Se le informó que había una multa, a la que iban a apelar, porque a ese equipo le faltaba una señalización de equipo peligroso, la que se imagina, se desprendió. Expone que en la empresa, se fiscalizan todos los equipos, ya que el encargado de esto es el Sr. Villanueva, quien trabaja en la Bodega central de la empresa. Indica que la botonera que causó el accidente, llevaba un mes en la obra, y en las tardes, se dejaba esta maquinaria, al interior del recinto, y custodiada por Guardias. Indica que la betonera, nunca pasó por la Bodega central. Relata que quien revisa los equipos en la mañana, es el betonero y el Capataz, los que realizan esta inspección, cada mañana. Comenta que el día del accidente, fue el Capataz quien revisó el equipo, y quien era el betonero oficial, no acudió ese día a sus labores, por lo que en su lugar, se puso a su Ayudante. Explica que una persona opera la betonera y otra persona la carga. Comenta que don Serafín, era Carretillero y no se explica cómo se encontraba en el lugar. Indica que vio la betonera por fotos y le llamó la atención lo sucedido, porque este equipo, no tiene la movilidad de motor que tiene el trompo, el que sí es un herramienta peligrosa. Niega que la máquina se desenchufara por las vibraciones. Reitera que alguien tiene que haberla desenchufado, porque sabe cómo funcionan estos equipos. Comenta que puede ser que sus dichos, se contradigan con la respuesta que entregó la empresa, en la contestación de la demanda. Refiere que el cable se desenchufó, por lo que don Serafín, tiene que haber acudido a enchufarlo con el interruptor andando. Explica que para enchufar la máquina, la persona, tiene que haber ido hacia el interior de esta. Indica que debe existir un distancia de entre 30 y 40 cms. para enchufar la máquina. Señala que el demandante se accidentó, porque se atrapó en la polea de la máquina. Expone que desenchufar, significa tirar del cable, por lo que se le puede haber atascado la mano. En cambio, al enchufar, no es necesario acercarse a la polea. Comenta que el actor, no tenía capacitación para manejar esa máquina, agrega, que este no tenía por qué, estar en el lugar del accidente, ni cerca de la máquina, porque se desempeñaba como Carretillero. Afirma que las labores del Carretillero, dicen relación con que este trabajador, debe esperar, que la betonera vacíe el hormigón en la carretilla. Indica que a los trabajadores, no se les capacita, para realizar las labores de carretillero, solo se les da instrucciones y charlas en la mañana, para informarles de las normas de seguridad, en los procedimientos de inducción. Desconoce cuál, pero debería existir algún registro firmado por el actor, donde se demuestre este que recibió las charlas de inducción, las que son dictadas, por un experto en prevención, que se encuentra en la obra. Refiere que la obra se realizó en 2 etapas, ellos fueron contratados post terremoto, para ver las reparaciones. Reitera que las charlas de seguridad de realizan cada mañana, por lo tanto, debe existir un registro de dichas actividades. Indica que luego del accidente de don Serafín, no recuerda que haya ocurrido algún otro accidente, solo lesiones leves, pero nada de esa envergadura. Explica que el fuerte de la empresa son las máquinas de seguridad. Desconoce el accidente que afectó al trabajador Manuel Bustamante. Explica que los accidentes de caída de diferente nivel, son de tipo grave. Sostiene que luego del accidente de don Serafín, la empresa tomó medidas, como por ejemplo, una revisión general del equipo, reuniones de toma de decisiones, además de implementar un mayor control en obra, y verificar las empresas a las que se les arriendan equipos. Comenta que hasta el 15 de octubre, día en que terminó la obra, don Serafín trabajó en la empresa. A las preguntas del tribunal, refiere que cuando le informaron del accidente, le contaron lo sucedido y le dijeron que el afectado, se había desgarrado el dedo. Relata que al afectado, se le llevó inmediatamente a la mutual de seguridad. Luego de esto, consultó y se enteró de que a este, le habían amputado parte de su dedo. Comenta que el demandante, se reintegró a sus labores, cuando la mutual de seguridad le dio el alta. Afirma que la maquinaria se arrendó a una empresa externa, a la que, habitualmente, le arriendan estas herramientas, pero todo depende de la faena que se está realizando.

398

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

se conecta con el motor de la máquina, desconoce la distancia entre la máquina y el tablero eléctrico, el que se encontraba, al interior de la obra. Comenta que la empresa arrendó la betonera, por lo tanto, desconoce la antigüedad de la máquina. Relata que luego del accidente, acudió al lugar un servicio, que realizó una investigación, se acordonó la betonera, y no se podía usar, hasta que se les diera la autorización. Agrega que cuando el servicio que investigó, dio autorización para mover la betonera del lugar del accidente, esta se devolvió, y cambió por otro equipo, que también fue arrendado. Sostiene que se cambió la betonera, porque la obra tenía que seguir. Indica que no se siguió usando ese equipo, porque habían arrendado otra botonera con anterioridad. Afirma conocer las conclusiones que arrojó la investigación. Explica que la empresa Mellado y Compañía, fue sancionada, pero desconoce la razón. Se le informó que había una multa, a la que iban a apelar, porque a ese equipo le faltaba una señalización de equipo peligroso, la que se imagina, se desprendió. Expone que en la empresa, se fiscalizan todos los equipos, ya que el encargado de esto es el Sr. Villanueva, quien trabaja en la Bodega central de la empresa. Indica que la botonera que causó el accidente, llevaba un mes en la obra, y en las tardes, se dejaba esta maquinaria, al interior del recinto, y custodiada por Guardias. Indica que la betonera, nunca pasó por la Bodega central. Relata que quien revisa los equipos en la mañana, es el betonero y el Capataz, los que realizan esta inspección, cada mañana. Comenta que el día del accidente, fue el Capataz quien revisó el equipo, y quien era el betonero oficial, no acudió ese día a sus labores, por lo que en su lugar, se puso a su Ayudante. Explica que una persona opera la betonera y otra persona la carga. Comenta que don Serafín, era Carretillero y no se explica cómo se encontraba en el lugar. Indica que vio la betonera por fotos y le llamó la atención lo sucedido, porque este equipo, no tiene la movilidad de motor que tiene el trompo, el que sí es un herramienta peligrosa. Niega que la máquina se desenchufara por las vibraciones. Reitera que alguien tiene que haberla desenchufado, porque sabe cómo funcionan estos equipos. Comenta que puede ser que sus dichos, se contradigan con la respuesta que entregó la empresa, en la contestación de la demanda. Refiere que el cable se desenchufó, por lo que don Serafín, tiene que haber acudido a enchufarlo con el interruptor andando. Explica que para enchufar la máquina, la persona, tiene que haber ido hacia el interior de esta. Indica que debe existir un distancia de entre 30 y 40 cms. para enchufar la máquina. Señala que el demandante se accidentó, porque se atrapó en la polea de la máquina. Expone que desenchufar, significa tirar del cable, por lo que se le puede haber atascado la mano. En cambio, al enchufar, no es necesario acercarse a la polea. Comenta que el actor, no tenía capacitación para manejar esa máquina, agrega, que este no tenía por qué, estar en el lugar del accidente, ni cerca de la máquina, porque se desempeñaba como Carretillero. Afirma que las labores del Carretillero, dicen relación con que este trabajador, debe esperar, que la betonera vacíe el hormigón en la carretilla. Indica que a los trabajadores, no se les capacita, para realizar las labores de carretillero, solo se les da instrucciones y charlas en la mañana, para informarles de las normas de seguridad, en los procedimientos de inducción. Desconoce cuál, pero debería existir algún registro firmado por el actor, donde se demuestre este que recibió las charlas de inducción, las que son dictadas, por un experto en prevención, que se encuentra en la obra. Refiere que la obra se realizó en 2 etapas, ellos fueron contratados post terremoto, para ver las reparaciones. Reitera que las charlas de seguridad de realizan cada mañana, por lo tanto, debe existir un registro de dichas actividades. Indica que luego del accidente de don Serafín, no recuerda que haya ocurrido algún otro accidente, solo lesiones leves, pero nada de esa envergadura. Explica que el fuerte de la empresa son las máquinas de seguridad. Desconoce el accidente que afectó al trabajador Manuel Bustamante. Explica que los accidentes de caída de diferente nivel, son de tipo grave. Sostiene que luego del accidente de don Serafín, la empresa tomó medidas, como por ejemplo, una revisión general del equipo, reuniones de toma de decisiones, además de implementar un mayor control en obra, y verificar las empresas a las que se les arriendan equipos. Comenta que hasta el 15 de octubre, día en que terminó la obra, don Serafín trabajó en la empresa. A las preguntas del tribunal, refiere que cuando le informaron del accidente, le contaron lo sucedido y le dijeron que el afectado, se había desgarrado el dedo. Relata que al afectado, se le llevó inmediatamente a la mutual de seguridad. Luego de esto, consultó y se enteró de que a este, le habían amputado parte de su dedo. Comenta que el demandante, se reintegró a sus labores, cuando la mutual de seguridad le dio el alta. Afirma que la maquinaria se arrendó a una empresa externa, a la que, habitualmente, le arriendan estas herramientas, pero todo depende de la faena que se está realizando.

398

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

399

Comenta que, actualmente, la empresa está ejecutando 3 obras, 2 de ellas de reparaciones, y la otra, una obra civil completa. TESTIMONIAL: Comparecen y prestan testimonio los siguientes testigos: Comparece: Ricardo Sepúlveda Lobos, quien previo juramento expone principalmente que ha trabajado para la empresa Mellado y Compañía, donde se desempeñaba como Jornal. Comenta que las obras se ubicaban en el paso los libertadores. Refiere que dentro de sus actividades, estaba la utilización de una herramienta llamada cango, en otras ocasiones, le mandaban a cortar fierros en altura. Manifiesta que nunca fue capacitado para desempeñar sus funciones. Indica que hace alrededor de 4 meses se retiró de la empresa, en la que trabajó por alrededor de 2 meses. Afirma conocer a don Serafín y lo identifica como presente en la sala. Sostiene que conoció al actor en la empresa donde ocurrió el accidente. Relata que el demandante, sufrió un accidente en el dedo, el que él presenció, porque se encontraban trabajando juntos. Recuerda que el Capataz, los mandó a él y al demandante, a trabajar en el trompo, ya que, quien operaba dicha maquinaria, el Sr. Pinto, ese día no se había presentado a trabajar. Señala que el Capataz de ese tiempo, se retiró de las faenas. En esa oportunidad, este los sacó de sus funciones habituales, y los envió al trompo, para preparar la mezcla que debían utilizar los Albañiles. Reitera que el Capataz los envió a realizar esas funciones, y él, participó como ayudante de don Serafín. Indica que al trompo, también se llama betonera, la que en esa oportunidad se encontraba en la vereda, al exterior de la obra. Explica que la betonera funcionaba conectada a la energía eléctrica, conectaba a un tablero, que se encontraba a aproximadamente 45 metros de distancia. Señala que cuando los mandaron a realizar esas labores, la betonera, ya se encontraba en el exterior, ellos solo tuvieron que enchufarla. Relata que no se les impartió ninguna capacitación, ni instrucción para operar esa maquinaria, tampoco, les dieron un manual, para saber qué tenían que hacer y cómo era la forma correcta de utilizar la betonera. Recuerda que a don Serafín, ya lo habían enviado a trabajar en la betonera. Comenta que dicha máquina, estaba en mal estado, porque tenía una lata suelta y tampoco contaba con la protección, la que dejaba la correa al descubierto, además, el interruptor de encendido de dicha herramienta, también estaba malo. Comenta que la conexión de las poleas, estaba a 10 centímetros del interruptor. Relata que cuando la betonera estaba andando, luego de que la enchufaron, le agregaron el agua y esta se detuvo, porque, debía estar ubicada sobre una tarima de madera, cosa que no tenían. Cuando la betonera se desenchufó, don Serafín acudió a enchufarla, fue ahí, cuando observó que el dedo del demandante salió expulsado desde la máquina. Agrega que los hechos sucedieron en cosa de segundos. Reitera que el Sr. Pinto, era quien estaba a cargo de la betonera, pero como este ese día no se presentó a trabajar, nadie quedó a cargo de operar la máquina. No sabe si al actor, le dijeron que ese día él estaría a cargo de la betonera. Relata que cuando sucedió el accidente, se dirigió a avisarles al encargado de seguridad y a su Jefe don Claudio lo que había sucedido. Expone que recogió el cable de la betonera y lo llevó a bodega. Desde ese día, la betonera no funcionó más. Niega haber firmado, el día del accidente, algún documento referente a la capacitación. Recuerda que luego del accidente el Security, le dijo que firmara un documento, donde decía que él estaba a cargo de la betonera, el que firmó, donde le indicaron que lo hiciera, esto sucedió, alrededor de una semana después del accidente. Señala que el demandante, producto del accidente, sufrió el corte de su dedo meñique de la mano derecha. Indica que en su calidad de Jornal, lo que más utiliza son las manos y la vista. Sostiene que luego del accidente, en la empresa se impartieron charlas con mayor frecuencia, para que no sucediera ningún otro accidente. Recuerda que luego del accidente de don Serafín, ocurrieron otros accidentes, en el primero, un Carpintero se cayó, y en el segundo, al Contratista, se le cayó el portón encima. Describe a la máquina betonera, como un trompo, que lleva su correa en la parte posterior, similar a una carretilla. Indica que todas las betoneras que ha usado, en otras empresas, tienen una protección y un interruptor que activa la máquina. Sostiene que la orden de ir a trabajar en la betonera, se la dieron alrededor de las 9:40 hrs. A las preguntas de la parte demandada, responde que trabajó para la empresa, durante 2 meses. Y ha trabajado como Jornal, durante varios años. Afirma haber usado betoneras grandes en otras empresas en las que se ha desempeñado, las que se que son más complejas, por lo que tenía experiencia en ese tipo de betoneras, pero no operando la máquina, sino que cargando ripio. Refiere que la betonera

Comenta que, actualmente, la empresa está ejecutando 3 obras, 2 de ellas de reparaciones, y la otra, una obra civil completa. TESTIMONIAL: Comparecen y prestan testimonio los siguientes testigos: Comparece: Ricardo Sepúlveda Lobos, quien previo juramento expone principalmente que ha trabajado para la empresa Mellado y Compañía, donde se desempeñaba como Jornal. Comenta que las obras se ubicaban en el paso los libertadores. Refiere que dentro de sus actividades, estaba la utilización de una herramienta llamada cango, en otras ocasiones, le mandaban a cortar fierros en altura. Manifiesta que nunca fue capacitado para desempeñar sus funciones. Indica que hace alrededor de 4 meses se retiró de la empresa, en la que trabajó por alrededor de 2 meses. Afirma conocer a don Serafín y lo identifica como presente en la sala. Sostiene que conoció al actor en la empresa donde ocurrió el accidente. Relata que el demandante, sufrió un accidente en el dedo, el que él presenció, porque se encontraban trabajando juntos. Recuerda que el Capataz, los mandó a él y al demandante, a trabajar en el trompo, ya que, quien operaba dicha maquinaria, el Sr. Pinto, ese día no se había presentado a trabajar. Señala que el Capataz de ese tiempo, se retiró de las faenas. En esa oportunidad, este los sacó de sus funciones habituales, y los envió al trompo, para preparar la mezcla que debían utilizar los Albañiles. Reitera que el Capataz los envió a realizar esas funciones, y él, participó como ayudante de don Serafín. Indica que al trompo, también se llama betonera, la que en esa oportunidad se encontraba en la vereda, al exterior de la obra. Explica que la betonera funcionaba conectada a la energía eléctrica, conectaba a un tablero, que se encontraba a aproximadamente 45 metros de distancia. Señala que cuando los mandaron a realizar esas labores, la betonera, ya se encontraba en el exterior, ellos solo tuvieron que enchufarla. Relata que no se les impartió ninguna capacitación, ni instrucción para operar esa maquinaria, tampoco, les dieron un manual, para saber qué tenían que hacer y cómo era la forma correcta de utilizar la betonera. Recuerda que a don Serafín, ya lo habían enviado a trabajar en la betonera. Comenta que dicha máquina, estaba en mal estado, porque tenía una lata suelta y tampoco contaba con la protección, la que dejaba la correa al descubierto, además, el interruptor de encendido de dicha herramienta, también estaba malo. Comenta que la conexión de las poleas, estaba a 10 centímetros del interruptor. Relata que cuando la betonera estaba andando, luego de que la enchufaron, le agregaron el agua y esta se detuvo, porque, debía estar ubicada sobre una tarima de madera, cosa que no tenían. Cuando la betonera se desenchufó, don Serafín acudió a enchufarla, fue ahí, cuando observó que el dedo del demandante salió expulsado desde la máquina. Agrega que los hechos sucedieron en cosa de segundos. Reitera que el Sr. Pinto, era quien estaba a cargo de la betonera, pero como este ese día no se presentó a trabajar, nadie quedó a cargo de operar la máquina. No sabe si al actor, le dijeron que ese día él estaría a cargo de la betonera. Relata que cuando sucedió el accidente, se dirigió a avisarles al encargado de seguridad y a su Jefe don Claudio lo que había sucedido. Expone que recogió el cable de la betonera y lo llevó a bodega. Desde ese día, la betonera no funcionó más. Niega haber firmado, el día del accidente, algún documento referente a la capacitación. Recuerda que luego del accidente el Security, le dijo que firmara un documento, donde decía que él estaba a cargo de la betonera, el que firmó, donde le indicaron que lo hiciera, esto sucedió, alrededor de una semana después del accidente. Señala que el demandante, producto del accidente, sufrió el corte de su dedo meñique de la mano derecha. Indica que en su calidad de Jornal, lo que más utiliza son las manos y la vista. Sostiene que luego del accidente, en la empresa se impartieron charlas con mayor frecuencia, para que no sucediera ningún otro accidente. Recuerda que luego del accidente de don Serafín, ocurrieron otros accidentes, en el primero, un Carpintero se cayó, y en el segundo, al Contratista, se le cayó el portón encima. Describe a la máquina betonera, como un trompo, que lleva su correa en la parte posterior, similar a una carretilla. Indica que todas las betoneras que ha usado, en otras empresas, tienen una protección y un interruptor que activa la máquina. Sostiene que la orden de ir a trabajar en la betonera, se la dieron alrededor de las 9:40 hrs. A las preguntas de la parte demandada, responde que trabajó para la empresa, durante 2 meses. Y ha trabajado como Jornal, durante varios años. Afirma haber usado betoneras grandes en otras empresas en las que se ha desempeñado, las que se que son más complejas, por lo que tenía experiencia en ese tipo de betoneras, pero no operando la máquina, sino que cargando ripio. Refiere que la betonera ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

399

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

pequeña, era más simple de operar. Refiere que antes del accidente, le dieron una sola charla de inducción, luego impartían otras charlas, los días lunes y viernes de cada semana. Afirma que en las charlas, les expusieron que no debían exponerse temerariamente a los riesgos. Indica que en la empresa, ya sabían que el botón de la betonera, estaba descompuesto y no funcionaba, ya que, habían usado la máquina antes. Señala que no sabía que el interruptor no funcionaba. Afirma conocer a don Germán Pinto. Recuerda que el Capataz, le dijo que terminara su trabajo y acudiera a asistir al Sr. Ortega, para que les dieran mezcla a los otros Maestros, y al Ayudante del Sr. Pinto, lo enviaron a realizar otras labores. Comenta que luego del accidente, le hicieron firmar un documento que decía que estaba autorizado para operar la betonera. Ante la exhibición de dicho documento, procede a leerlo, y señala que la fecha que aparece en él, es el 30 de abril a las 9:00 hrs. afirma haberlo firmado después de esa fecha, y no en el horario estipulado en el documento. Agrega que el Security, le dijo que si es que pasaba algo, debía firmar ese documento, lo que él hizo. Continúa su lectura, e indica que no era el encargado de la máquina, sino don Serafín, porque él solo le ayudaba a trasladar la mezcla. Afirma que lo que sabe, es que el actor, era el encargado de la betonera y no él, y fue este, quien enchufó la máquina. Relata haber visto el momento exacto del accidente, porque fue él, quien recogió el dedo del actor. Reitera que cuando el demandante enchufó la máquina, el dedo salió expulsado, él procedió a abrazarlo y le dijo que tenía que mantenerse tranquilo, luego de eso fue a buscar a don Claudio, quien admitió que la máquina estaba en mal estado. A las preguntas del tribunal, explica que el cable de la caja del interruptor era muy corto, y que esta caja, estaba muy cerca de la correa de la betonera, lo que no debía ser así. Afirma que vio cuando el demandante enchufó los cables y vio el dedo cuando salió expulsado luego del corte, que le hizo la correa. No recuerda el nombre del Security. Afirma que nunca antes había trabajado con el demandante. Presta testimonial don René Meneses Ferrada, quien refiere en lo medular, previo juramento, ante las preguntas del tribunal, que un compañero de labores se cortó un dedo y aún no recibe respuesta. Relata que llegó a la empresa, en octubre del año pasado. Afirma que él fue quien llevó a don Serafín a la empresa, para realizar las labores de Jornal. No recuerda el día exacto del accidente, porque se encontraba trabajando en un edificio que ya estaba siendo terminado. Se entera de lo sucedido, cuando el Capataz, le encomendó al actor, la labor en la betonera, luego de media hora, se enteró del accidente, cuando otro compañero le avisó. Indica que don Serafín se encarga de las labores de barrido y limpieza en la obra, ya que es una persona muy minuciosa. Recuerda que el Capataz dio la orden de que el actor manejara el trompo, porque el Operario encargado, había faltado a trabajar ese día. Señala que la máquina se encontraba emplazada en el límite exterior de la obra. Luego del accidente vio a don Serafín y le preguntó cómo estaba, observó que este llevaba su mano envuelta y sostenía su dedo cercenado, en la otra mano, en esa oportunidad, el Prevencionista, acompañaba al accidentado. Relata que conversó con quien estaba asistiendo al demandante, don Ricardo, y se enteró que la correa del trompo, le había cortado el dedo. Sostiene que en ese minuto, increpó al Capataz y le manifestó su molestia por lo sucedido, le señaló que debería haber enviado a alguien que conocía el funcionamiento del trompo. Agrega que en ese momento, fue bastante agresivo con el Capataz. Recuerda que el demandante, se reincorporó luego de 2 meses de lo sucedido, pero aún la herida no había cicatrizado. Comenta que el trompo, involucrado, no funcionó durante un mes después de lo sucedido, porque estuvo una semana fuera de la obra, pero luego lo ingresaron a un camión. A las preguntas de la parte demandante refiere que la máquina, es bastante vieja y pasada, y no tiene muy buen aspecto, porque carecía de las protecciones pertinentes. Indica que luego del accidente, llegó un trompo de mejor calidad, en reemplazo del antiguo, que funcionaba mucho mejor que el anterior, porque, debido al movimiento del hormigón, la carcasa se había desoldado. Refiere que el Operador permanente de la máquina, era don Germán Pinto. Comenta que el Ayudante del Sr. Pinto, fue a trabajar el día del accidente, pero el Capataz, lo mandó a realizar otras funciones. Recuerda que el Capataz, le dio la orden a don Serafín y le dijo que necesitaban que funcionara la máquina. Sostiene que la orden fue dada al actor, alrededor de las 9:30 hrs. Comenta que conoce al demandante, desde hace 8 años, y se veían frecuentemente, porque viven a 2 cuadras de distancia. Expone que el actor, vive junto a su esposa y sus 2 hijos, de 6 meses y 3 años, respectivamente. Sostiene que la esposa del actor, no trabaja, porque se encarga de los niños. Comenta que el actor está afectado luego del accidente,

400

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

pequeña, era más simple de operar. Refiere que antes del accidente, le dieron una sola charla de inducción, luego impartían otras charlas, los días lunes y viernes de cada semana. Afirma que en las charlas, les expusieron que no debían exponerse temerariamente a los riesgos. Indica que en la empresa, ya sabían que el botón de la betonera, estaba descompuesto y no funcionaba, ya que, habían usado la máquina antes. Señala que no sabía que el interruptor no funcionaba. Afirma conocer a don Germán Pinto. Recuerda que el Capataz, le dijo que terminara su trabajo y acudiera a asistir al Sr. Ortega, para que les dieran mezcla a los otros Maestros, y al Ayudante del Sr. Pinto, lo enviaron a realizar otras labores. Comenta que luego del accidente, le hicieron firmar un documento que decía que estaba autorizado para operar la betonera. Ante la exhibición de dicho documento, procede a leerlo, y señala que la fecha que aparece en él, es el 30 de abril a las 9:00 hrs. afirma haberlo firmado después de esa fecha, y no en el horario estipulado en el documento. Agrega que el Security, le dijo que si es que pasaba algo, debía firmar ese documento, lo que él hizo. Continúa su lectura, e indica que no era el encargado de la máquina, sino don Serafín, porque él solo le ayudaba a trasladar la mezcla. Afirma que lo que sabe, es que el actor, era el encargado de la betonera y no él, y fue este, quien enchufó la máquina. Relata haber visto el momento exacto del accidente, porque fue él, quien recogió el dedo del actor. Reitera que cuando el demandante enchufó la máquina, el dedo salió expulsado, él procedió a abrazarlo y le dijo que tenía que mantenerse tranquilo, luego de eso fue a buscar a don Claudio, quien admitió que la máquina estaba en mal estado. A las preguntas del tribunal, explica que el cable de la caja del interruptor era muy corto, y que esta caja, estaba muy cerca de la correa de la betonera, lo que no debía ser así. Afirma que vio cuando el demandante enchufó los cables y vio el dedo cuando salió expulsado luego del corte, que le hizo la correa. No recuerda el nombre del Security. Afirma que nunca antes había trabajado con el demandante. Presta testimonial don René Meneses Ferrada, quien refiere en lo medular, previo juramento, ante las preguntas del tribunal, que un compañero de labores se cortó un dedo y aún no recibe respuesta. Relata que llegó a la empresa, en octubre del año pasado. Afirma que él fue quien llevó a don Serafín a la empresa, para realizar las labores de Jornal. No recuerda el día exacto del accidente, porque se encontraba trabajando en un edificio que ya estaba siendo terminado. Se entera de lo sucedido, cuando el Capataz, le encomendó al actor, la labor en la betonera, luego de media hora, se enteró del accidente, cuando otro compañero le avisó. Indica que don Serafín se encarga de las labores de barrido y limpieza en la obra, ya que es una persona muy minuciosa. Recuerda que el Capataz dio la orden de que el actor manejara el trompo, porque el Operario encargado, había faltado a trabajar ese día. Señala que la máquina se encontraba emplazada en el límite exterior de la obra. Luego del accidente vio a don Serafín y le preguntó cómo estaba, observó que este llevaba su mano envuelta y sostenía su dedo cercenado, en la otra mano, en esa oportunidad, el Prevencionista, acompañaba al accidentado. Relata que conversó con quien estaba asistiendo al demandante, don Ricardo, y se enteró que la correa del trompo, le había cortado el dedo. Sostiene que en ese minuto, increpó al Capataz y le manifestó su molestia por lo sucedido, le señaló que debería haber enviado a alguien que conocía el funcionamiento del trompo. Agrega que en ese momento, fue bastante agresivo con el Capataz. Recuerda que el demandante, se reincorporó luego de 2 meses de lo sucedido, pero aún la herida no había cicatrizado. Comenta que el trompo, involucrado, no funcionó durante un mes después de lo sucedido, porque estuvo una semana fuera de la obra, pero luego lo ingresaron a un camión. A las preguntas de la parte demandante refiere que la máquina, es bastante vieja y pasada, y no tiene muy buen aspecto, porque carecía de las protecciones pertinentes. Indica que luego del accidente, llegó un trompo de mejor calidad, en reemplazo del antiguo, que funcionaba mucho mejor que el anterior, porque, debido al movimiento del hormigón, la carcasa se había desoldado. Refiere que el Operador permanente de la máquina, era don Germán Pinto. Comenta que el Ayudante del Sr. Pinto, fue a trabajar el día del accidente, pero el Capataz, lo mandó a realizar otras funciones. Recuerda que el Capataz, le dio la orden a don Serafín y le dijo que necesitaban que funcionara la máquina. Sostiene que la orden fue dada al actor, alrededor de las 9:30 hrs. Comenta que conoce al demandante, desde hace 8 años, y se veían frecuentemente, porque viven a 2 cuadras de distancia. Expone que el actor, vive junto a su esposa y sus 2 hijos, de 6 meses y 3 años, respectivamente. Sostiene que la esposa del actor, no trabaja, porque se encarga de los niños. Comenta que el actor está afectado luego del accidente,

400

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

401

ya que, en sus visitas, le confidenció que le complicaba lo de su mano, en esas ocasiones, este lloraba. Refiere que el actor, era una persona muy tranquila, pero ahora, se encuentra resentido y mal, por lo sucedido. Explica que la lesión de la mano, ha afectado a don Serafín, incluso, cuando este volvió de su licencia, lo mandaron a picar, lo que le pareció totalmente equivocado, por la lesión que este tenía en su mano. Comenta que al demandante lo enviaron, en la empresa, a realizar labores que no correspondían al estado en que se encuentra. A las preguntas de la parte demandada refiere que conoce a don Serafín, desde hace 8 años, han trabajado juntos y viven muy cerca, además, luego del accidente, se visitan muy a menudo. Comenta que nunca ha visto a al demandante trabajar en betoneras. Comenta que no siente rabia en contra de la empresa. Afirma que la betonera tenía muchos desperfectos, situación que observó, desde que la arrendaron, porque se desempeñó como Portero en la obra, desde antes del terremoto. Señala que era muy cercano al Prevencionista de riesgos, y le indicó a este el tema de la betonera, en una ocasión que trataron el tema en extenso. Refiere que se ganó un premio, por el cumplimiento de las normas de seguridad. Expone que tiene cursos en prevención de riesgos. Finalmente presta testimonial doña Paula Arenas Hermosilla, quien indica en lo sustancial que conoce a don Serafín Ortega y lo señala como presente en la sala. Refiere que se conocen, porque ambos, profesan la religión evangélica. Afirma que el actor está casado y tiene 2 hijos. Refiere que en estos momentos, el actor se encuentra cesante, desde hace una semana. Afirma que el demandante sufrió un accidente en su mano derecha, en el dedo índice. Indica que ha visto la lesión, y el dedo está cortado. Comenta que el actor, usa actualmente, la mano izquierda, porque su mano derecha está resentida por lo que le pasó. Sabe que don Serafín, trabajaba en la terminación de obras, por lo que necesita usar las manos. Relata que el demandante, ha cambiado mucho luego del accidente, antes era una persona pasiva, ahora se encuentra muy sensible e irritable. A las preguntas de la parte demandada responde que conoce al actor, desde hace 3 años. Explica que viven a una cuadra de distancia, comparten en la iglesia y en el hogar del actor. Sostiene que se visitan, casi todos los días. Afirma ser amiga de la esposa de don Serafín. PERICIAL. Presta declaración en relación a las pericias evacuadas en la audiencia: 1. Mauricio Alberto Pavez Díaz, Perito Psicólogo, quien expone las conclusiones del informe de pericia que realizó, las que procede a señalar. Comenta que el objetivo de estas pericias, era constatar si don Serafín Ortega, presenta algún trastorno mental, a consecuencia de su accidente laboral. Con fecha 25 de octubre de 2010, se procedió a realizar la evaluación, de la que puede desprenderse lo siguiente. Según el actor, se encuentra sumamente decaído y depresivo, a consecuencia de su accidente laboral, comenzó a sentirse sumamente decaído, ansioso y carente de concentración, síntomas que comenzaron a presentarse desde una semana después del accidente, hasta la actualidad. A causa de este, el demandante, ha experimentado problemas afectivos y sexuales en la relación con su esposa, también tomó distancia del vínculo que sostenía con sus hijos. Luego del accidente, se tornó una persona retraída, sus compañeros notaron un cambio evidente en su forma de ser. Antes del accidente, el actor era una persona sociable y con fe en el futuro. En cambio, ahora, tiene aprensiones respecto de su futuro laboral y económico. En el transcurso de la evaluación, señala que don Serafín, presentó una conducta tremendamente retraída, con efectos depresivos y de angustia. En reiteradas oportunidades, el Sr. Ortega, al recordar lo sucedido y los malos tratos de los que fue víctima por parte del Capataz, estalló en llanto. Esta persona le obligaba a realizar labores, para las que no estaba preparado, por sus condiciones físicas y psíquicas. Queda establecido, que el Sr. Ortega, presenta un trastorno adaptativo mixto, con síntomas depresivos y ansiosos, los que se caracterizan como reacción a acontecimientos estresantes, en síntesis, y en virtud a los datos obtenidos, existe una relación de causalidad, entre la aparición del trastorno mental, y el evento, ya que, el afectado, presenta un menoscabo en el área afectiva y cognitiva. A las preguntas de la parte demandante, refiere que don Serafín, requiere ayuda de un especialista para poder recuperarse, porque padece un trastorno mental que anula la capacidad de autodeterminación y adaptación a la sociedad, por lo que necesita medidas terapéuticas. Recomienda que el actor, se someta a un tratamiento farmacológico y psicológico para mitigar la ansiedad que padece, ya que

ya que, en sus visitas, le confidenció que le complicaba lo de su mano, en esas ocasiones, este lloraba. Refiere que el actor, era una persona muy tranquila, pero ahora, se encuentra resentido y mal, por lo sucedido. Explica que la lesión de la mano, ha afectado a don Serafín, incluso, cuando este volvió de su licencia, lo mandaron a picar, lo que le pareció totalmente equivocado, por la lesión que este tenía en su mano. Comenta que al demandante lo enviaron, en la empresa, a realizar labores que no correspondían al estado en que se encuentra. A las preguntas de la parte demandada refiere que conoce a don Serafín, desde hace 8 años, han trabajado juntos y viven muy cerca, además, luego del accidente, se visitan muy a menudo. Comenta que nunca ha visto a al demandante trabajar en betoneras. Comenta que no siente rabia en contra de la empresa. Afirma que la betonera tenía muchos desperfectos, situación que observó, desde que la arrendaron, porque se desempeñó como Portero en la obra, desde antes del terremoto. Señala que era muy cercano al Prevencionista de riesgos, y le indicó a este el tema de la betonera, en una ocasión que trataron el tema en extenso. Refiere que se ganó un premio, por el cumplimiento de las normas de seguridad. Expone que tiene cursos en prevención de riesgos. Finalmente presta testimonial doña Paula Arenas Hermosilla, quien indica en lo sustancial que conoce a don Serafín Ortega y lo señala como presente en la sala. Refiere que se conocen, porque ambos, profesan la religión evangélica. Afirma que el actor está casado y tiene 2 hijos. Refiere que en estos momentos, el actor se encuentra cesante, desde hace una semana. Afirma que el demandante sufrió un accidente en su mano derecha, en el dedo índice. Indica que ha visto la lesión, y el dedo está cortado. Comenta que el actor, usa actualmente, la mano izquierda, porque su mano derecha está resentida por lo que le pasó. Sabe que don Serafín, trabajaba en la terminación de obras, por lo que necesita usar las manos. Relata que el demandante, ha cambiado mucho luego del accidente, antes era una persona pasiva, ahora se encuentra muy sensible e irritable. A las preguntas de la parte demandada responde que conoce al actor, desde hace 3 años. Explica que viven a una cuadra de distancia, comparten en la iglesia y en el hogar del actor. Sostiene que se visitan, casi todos los días. Afirma ser amiga de la esposa de don Serafín. PERICIAL. Presta declaración en relación a las pericias evacuadas en la audiencia: 1. Mauricio Alberto Pavez Díaz, Perito Psicólogo, quien expone las conclusiones del informe de pericia que realizó, las que procede a señalar. Comenta que el objetivo de estas pericias, era constatar si don Serafín Ortega, presenta algún trastorno mental, a consecuencia de su accidente laboral. Con fecha 25 de octubre de 2010, se procedió a realizar la evaluación, de la que puede desprenderse lo siguiente. Según el actor, se encuentra sumamente decaído y depresivo, a consecuencia de su accidente laboral, comenzó a sentirse sumamente decaído, ansioso y carente de concentración, síntomas que comenzaron a presentarse desde una semana después del accidente, hasta la actualidad. A causa de este, el demandante, ha experimentado problemas afectivos y sexuales en la relación con su esposa, también tomó distancia del vínculo que sostenía con sus hijos. Luego del accidente, se tornó una persona retraída, sus compañeros notaron un cambio evidente en su forma de ser. Antes del accidente, el actor era una persona sociable y con fe en el futuro. En cambio, ahora, tiene aprensiones respecto de su futuro laboral y económico. En el transcurso de la evaluación, señala que don Serafín, presentó una conducta tremendamente retraída, con efectos depresivos y de angustia. En reiteradas oportunidades, el Sr. Ortega, al recordar lo sucedido y los malos tratos de los que fue víctima por parte del Capataz, estalló en llanto. Esta persona le obligaba a realizar labores, para las que no estaba preparado, por sus condiciones físicas y psíquicas. Queda establecido, que el Sr. Ortega, presenta un trastorno adaptativo mixto, con síntomas depresivos y ansiosos, los que se caracterizan como reacción a acontecimientos estresantes, en síntesis, y en virtud a los datos obtenidos, existe una relación de causalidad, entre la aparición del trastorno mental, y el evento, ya que, el afectado, presenta un menoscabo en el área afectiva y cognitiva. A las preguntas de la parte demandante, refiere que don Serafín, requiere ayuda de un especialista para poder recuperarse, porque padece un trastorno mental que anula la capacidad de autodeterminación y adaptación a la sociedad, por lo que necesita medidas terapéuticas. Recomienda que el actor, se someta a un tratamiento farmacológico y psicológico para mitigar la ansiedad que padece, ya que ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

401

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

esto le genera una dificultad para dormir y sueño intermitente. Agrega que luego del accidente, el demandante comenzó a subir de peso, lo que deja de manifiesto, la ansiedad que presenta. Refiere que es muy poco probable, de que el actor, simulara algún síntoma, además que tiene un nivel de escolaridad muy bajo, por lo que indica que el diagnóstico es muy acertado. Refiere que estudió en la Universidad internacional SEK, titulándose en el año 2002. Desde hace 6 años que se desempeña como Perito, tiene un post título en neurología forense y ha asistido a declarar a alrededor de 175 juicios orales, además se desempeñó como Perito en el tribunal de menores de Punta Arenas. Califica que los trastornos mentales del actor, son graves, ya que, estos anulan su capacidad de libertad. Además de la mutilación del dedo, que es para él, una herramienta de trabajo. Refiere que es altamente probable, que el actor, sea víctima de burlas por su situación y que tampoco lo contraten en otras obras por el defecto físico que tiene. Reitera que el paciente, tiene serias aprensiones respecto de su futuro y perdió la concentración. Refiere que por ser finiquitado el trabajador, eso agrava la situación, por la incertidumbre que se genera en el ámbito familiar, ya que este, es el único sustento de su familia. A las preguntas de la parte demandada, responde que no es necesario corroborar las conclusiones del diagnóstico, porque, es muy difícil, que una persona con bajo nivel de instrucción, pueda simular una enfermedad y menos, actuar los síntomas específicos de cada patología. Explica que en su interrogación al periciado, sacó conclusiones de las opiniones del actor y no incluyó a sus familiares. Señala que todo el discurso del actor concuerda y es coherente en todo lo expresado. Indica que el actor manifiesta que su vida de pareja se vio afectada, pero no era necesario interrogar al cónyuge, porque quien experimenta los síntomas es el afectado, en este caso el Sr. Ortega. Señala que evaluó a don Serafín en una sesión. Ejemplifica que si un Abogado y un Jornal, sufren el mismo accidente, el Jornal, se vería más afectado, porque su mano, es una herramienta de trabajo, además, el contexto en el que este se desempeña, puede originar burlas y descalificaciones, que afecten seriamente su autoestima. Refiere que por la lesión, puede ser más difícil para el afectado, encontrar trabajo en otra obra. A las preguntas del tribunal, refiere que el paciente, no padece una depresión, sino que tiene un trastorno adaptativo, con síntomas depresivos y ansiosos, lo que genera un menoscabo tal, que el sujeto, difícilmente puede, en algunos casos, levantarse de su cama. Explica que el paciente, posee un nivel de inteligencia limítrofe, lo que es significativamente inferior al rango normal promedio, con un escaso vocabulario y lenguaje adecuado a su edad cronológica. Estima que a futuro, el menoscabo afectivo y cognitivo, puede afectar el desempeño laboral del paciente. Recuerda que cuando entrevistó al Sr. Ortega, este le comentó, que desde hace 15 días, había terminado un trabajo en el que se estaba desempeñando. Respecto del accidente, el afectado le comentó lo sucedido y le dijo que por la falta de medidas de seguridad en una máquina, había perdido su dedo, también le comentó,que se había visto obligado a retornar a sus labores, ya que, era y es, el único sustento familiar. Comenta que el paciente tiene inseguridad respecto, de si podrá conseguir trabajo en otra empresa constructora. Refiere que el demandante le comentó, que han disminuido considerablemente sus ingresos familiares, porque no ha podido realizar trabajos extras. Reitera que el discurso del afectado tiene rasgos de tristeza y abatimiento, los que lo hacen ser, sumamente veraz, porque es difícil, que alguien pueda fingir el llanto y la ansiedad, la que queda en evidencia por su evidente aumento de peso. Además por los principios cristianos del actor, es poco probable, que este pueda mentir. 2. Patricio Delgado Padilla, Perito traumatólogo, quien expone las conclusiones que sustrajo del informe pericial que realizo al paciente, don Serafín Ortega, las que procede a exponer. El día 25 de octubre, en el centro traumatológico en el que se desempeña, en los que evidenció una amputación del F3 del meñique derecho, producto de un accidente laboral, ocurrido el día 30 de abril del presente año. Sostiene, ante las preguntas del tribunal, que al paciente se le realizó un examen clínico, en el cual, se evidenció, probables dificultades futuras respecto de la prensión, las que serán de carácter leve. Indica que la clasificación médico legal, es de carácter grave, ya que se le amputó el dedo meñique, lo que significa una recuperación de entre 60 y 90 días luego de la lesión. Señala que el paciente podrá trabajar, pero con una disminución leve en la fuerza de puño. Indica que el demandante, tiene una amputación, lo que le generará algunas molestias, las que irán cediendo con el paso del tiempo, porque la amputación fue bien realizada.

402

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

esto le genera una dificultad para dormir y sueño intermitente. Agrega que luego del accidente, el demandante comenzó a subir de peso, lo que deja de manifiesto, la ansiedad que presenta. Refiere que es muy poco probable, de que el actor, simulara algún síntoma, además que tiene un nivel de escolaridad muy bajo, por lo que indica que el diagnóstico es muy acertado. Refiere que estudió en la Universidad internacional SEK, titulándose en el año 2002. Desde hace 6 años que se desempeña como Perito, tiene un post título en neurología forense y ha asistido a declarar a alrededor de 175 juicios orales, además se desempeñó como Perito en el tribunal de menores de Punta Arenas. Califica que los trastornos mentales del actor, son graves, ya que, estos anulan su capacidad de libertad. Además de la mutilación del dedo, que es para él, una herramienta de trabajo. Refiere que es altamente probable, que el actor, sea víctima de burlas por su situación y que tampoco lo contraten en otras obras por el defecto físico que tiene. Reitera que el paciente, tiene serias aprensiones respecto de su futuro y perdió la concentración. Refiere que por ser finiquitado el trabajador, eso agrava la situación, por la incertidumbre que se genera en el ámbito familiar, ya que este, es el único sustento de su familia. A las preguntas de la parte demandada, responde que no es necesario corroborar las conclusiones del diagnóstico, porque, es muy difícil, que una persona con bajo nivel de instrucción, pueda simular una enfermedad y menos, actuar los síntomas específicos de cada patología. Explica que en su interrogación al periciado, sacó conclusiones de las opiniones del actor y no incluyó a sus familiares. Señala que todo el discurso del actor concuerda y es coherente en todo lo expresado. Indica que el actor manifiesta que su vida de pareja se vio afectada, pero no era necesario interrogar al cónyuge, porque quien experimenta los síntomas es el afectado, en este caso el Sr. Ortega. Señala que evaluó a don Serafín en una sesión. Ejemplifica que si un Abogado y un Jornal, sufren el mismo accidente, el Jornal, se vería más afectado, porque su mano, es una herramienta de trabajo, además, el contexto en el que este se desempeña, puede originar burlas y descalificaciones, que afecten seriamente su autoestima. Refiere que por la lesión, puede ser más difícil para el afectado, encontrar trabajo en otra obra. A las preguntas del tribunal, refiere que el paciente, no padece una depresión, sino que tiene un trastorno adaptativo, con síntomas depresivos y ansiosos, lo que genera un menoscabo tal, que el sujeto, difícilmente puede, en algunos casos, levantarse de su cama. Explica que el paciente, posee un nivel de inteligencia limítrofe, lo que es significativamente inferior al rango normal promedio, con un escaso vocabulario y lenguaje adecuado a su edad cronológica. Estima que a futuro, el menoscabo afectivo y cognitivo, puede afectar el desempeño laboral del paciente. Recuerda que cuando entrevistó al Sr. Ortega, este le comentó, que desde hace 15 días, había terminado un trabajo en el que se estaba desempeñando. Respecto del accidente, el afectado le comentó lo sucedido y le dijo que por la falta de medidas de seguridad en una máquina, había perdido su dedo, también le comentó,que se había visto obligado a retornar a sus labores, ya que, era y es, el único sustento familiar. Comenta que el paciente tiene inseguridad respecto, de si podrá conseguir trabajo en otra empresa constructora. Refiere que el demandante le comentó, que han disminuido considerablemente sus ingresos familiares, porque no ha podido realizar trabajos extras. Reitera que el discurso del afectado tiene rasgos de tristeza y abatimiento, los que lo hacen ser, sumamente veraz, porque es difícil, que alguien pueda fingir el llanto y la ansiedad, la que queda en evidencia por su evidente aumento de peso. Además por los principios cristianos del actor, es poco probable, que este pueda mentir. 2. Patricio Delgado Padilla, Perito traumatólogo, quien expone las conclusiones que sustrajo del informe pericial que realizo al paciente, don Serafín Ortega, las que procede a exponer. El día 25 de octubre, en el centro traumatológico en el que se desempeña, en los que evidenció una amputación del F3 del meñique derecho, producto de un accidente laboral, ocurrido el día 30 de abril del presente año. Sostiene, ante las preguntas del tribunal, que al paciente se le realizó un examen clínico, en el cual, se evidenció, probables dificultades futuras respecto de la prensión, las que serán de carácter leve. Indica que la clasificación médico legal, es de carácter grave, ya que se le amputó el dedo meñique, lo que significa una recuperación de entre 60 y 90 días luego de la lesión. Señala que el paciente podrá trabajar, pero con una disminución leve en la fuerza de puño. Indica que el demandante, tiene una amputación, lo que le generará algunas molestias, las que irán cediendo con el paso del tiempo, porque la amputación fue bien realizada.

402

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

403

A las preguntas de la parte demandante responde que, la lesión no es totalmente invalidante, pero le producirá una incapacidad de carácter menor. Indica que la mano dominante del paciente, es la derecha. Refiere que trabaja en el instituto traumatológico desde hace 8 años. Comenta que estudió medicina en la Universidad autónoma de Valdivia, y se formó como traumatólogo, en el mismo centro de la Universidad de Chile. Sostiene que la lesión sufrida por el paciente es definitiva y permanente. A las preguntas de la parte demandada, responde que el paciente, puede manejar una carretilla, puede cavar con pala y utilizar una picota, tendrá una pérdida de fuerza, que va desde un 5 a un 10%. No evidencia problemas referentes a la motricidad fina. Exhibición de documentos: La parte demandada, provoca la exhibición de Copia de la declaración individual de accidente del trabajo presentada ante la Mutual de Seguridad de la Cámara Chilena de la Construcción. Copia del informe de investigación del comité paritario respecto de las causas del accidente que sufrió el actor y además copia de las actas correspondientes a las tres sesiones realizadas tanto con anterioridad, como con posterioridad a la fecha de la sesión que investigo el accidente que sufrió el actor, en que se constata otro accidente por caída a nivel. Copia del informe de investigación efectuado por el prevencionista de riesgos de la demandada. Libro de remuneraciones o planilla de pago de cotizaciones provisionales de los trabajadores de la demandada a la fecha del accidente de autos, esto es el día 30 de abril de 2010. Acta de entrega de información de derecho a saber procedimientos de trabajo seguro ante lo cual, la parte demandante manifiesta su conformidad y el Tribunal da por cumplida la diligencia respecto a esos documentos. Pero no se exhiben las denuncias yo comunicación de siniestro efectuadas por la demandada a cualquier compañía de seguros en relación al accidente del trabajo que sufrió el actor, ya que no hay seguros. Tampoco se exhibe las actas anterirores ya que no había antes del mes de abril comité paritario, pro el número de trabajadores a esa fecha. Tampoco se exhibe, copia de las instrucciones y procedimientos escritos con que contaba el actor para las labores de betonero que cumplía el día que sufrió el accidente debidamente firmados por el demandante y de implementos de seguridad al actor debidamente firmado por el demandante y acordes a las funciones de botonero que realizaban al momento del accidente, ya que se alega por la demandada que no eran sus funciones. Oficios: Se incorpora repuestas de los oficios solicitados por ambas partes, de fecha 27 de octubre de 2010, correspondiente a la Mutual de Seguridad de la Cámara Chilena de la Construcción, de fecha 14 de octubre de octubre de 2010, correspondiente a la Inspección Comunal del Trabajo de Santiago Norte Chacabuco y de fecha 20 de octubre de 2010, correspondiente a la Secretaria Regional Ministerial de Salud. QUINTO: Que la parte demandada incorporó la siguiente prueba: DOCUMENTAL: La parte demandada acompaña los documentos ofrecidos e incorpora los siguientes: 1. Contrato de trabajo de fecha 01 de julio de 2010. 2. Libro de asistencia de fecha julio, agosto y septiembre de 2010. 3. Ejemplar de Reglamento Interno de orden, higiene y seguridad de la empresa. 4. Registro de Recepción de Reglamento Interno de orden, higiene y seguridad por el trabajador. 5. Set de dos fotografías de la betonera del accidente. 6. Dos fotos del trabajador, desempeñando sus funciones de fecha posterior al accidente. 7. Acta de registro de instrucciones del día 30 de abril de 2010. 8. Actas de registro de instrucciones del día 26 y 30 de marzo, 15, 19 y 29 de abril de 2010. 9. Misiva de la Mutual de la Cámara Chilena de la Construcción de fecha 20 de noviembre de 2009, donde se comunica la rebaja de la tasa de cotización previsión a un 4,7%, producto de la tasa de siniestralidad de la empresa. 10. Ficha de declaración de recibir el derecho a saber de faenas de montajes y obras de construcción. 11. Registro de entrega de elementos de protección. 12. Formulario de la investigación inmediata de accidente del trabajo fatal y grave de fecha 30 de abril de 2010.

A las preguntas de la parte demandante responde que, la lesión no es totalmente invalidante, pero le producirá una incapacidad de carácter menor. Indica que la mano dominante del paciente, es la derecha. Refiere que trabaja en el instituto traumatológico desde hace 8 años. Comenta que estudió medicina en la Universidad autónoma de Valdivia, y se formó como traumatólogo, en el mismo centro de la Universidad de Chile. Sostiene que la lesión sufrida por el paciente es definitiva y permanente. A las preguntas de la parte demandada, responde que el paciente, puede manejar una carretilla, puede cavar con pala y utilizar una picota, tendrá una pérdida de fuerza, que va desde un 5 a un 10%. No evidencia problemas referentes a la motricidad fina. Exhibición de documentos: La parte demandada, provoca la exhibición de Copia de la declaración individual de accidente del trabajo presentada ante la Mutual de Seguridad de la Cámara Chilena de la Construcción. Copia del informe de investigación del comité paritario respecto de las causas del accidente que sufrió el actor y además copia de las actas correspondientes a las tres sesiones realizadas tanto con anterioridad, como con posterioridad a la fecha de la sesión que investigo el accidente que sufrió el actor, en que se constata otro accidente por caída a nivel. Copia del informe de investigación efectuado por el prevencionista de riesgos de la demandada. Libro de remuneraciones o planilla de pago de cotizaciones provisionales de los trabajadores de la demandada a la fecha del accidente de autos, esto es el día 30 de abril de 2010. Acta de entrega de información de derecho a saber procedimientos de trabajo seguro ante lo cual, la parte demandante manifiesta su conformidad y el Tribunal da por cumplida la diligencia respecto a esos documentos. Pero no se exhiben las denuncias yo comunicación de siniestro efectuadas por la demandada a cualquier compañía de seguros en relación al accidente del trabajo que sufrió el actor, ya que no hay seguros. Tampoco se exhibe las actas anterirores ya que no había antes del mes de abril comité paritario, pro el número de trabajadores a esa fecha. Tampoco se exhibe, copia de las instrucciones y procedimientos escritos con que contaba el actor para las labores de betonero que cumplía el día que sufrió el accidente debidamente firmados por el demandante y de implementos de seguridad al actor debidamente firmado por el demandante y acordes a las funciones de botonero que realizaban al momento del accidente, ya que se alega por la demandada que no eran sus funciones. Oficios: Se incorpora repuestas de los oficios solicitados por ambas partes, de fecha 27 de octubre de 2010, correspondiente a la Mutual de Seguridad de la Cámara Chilena de la Construcción, de fecha 14 de octubre de octubre de 2010, correspondiente a la Inspección Comunal del Trabajo de Santiago Norte Chacabuco y de fecha 20 de octubre de 2010, correspondiente a la Secretaria Regional Ministerial de Salud. QUINTO: Que la parte demandada incorporó la siguiente prueba: DOCUMENTAL: La parte demandada acompaña los documentos ofrecidos e incorpora los siguientes: 1. Contrato de trabajo de fecha 01 de julio de 2010. 2. Libro de asistencia de fecha julio, agosto y septiembre de 2010. 3. Ejemplar de Reglamento Interno de orden, higiene y seguridad de la empresa. 4. Registro de Recepción de Reglamento Interno de orden, higiene y seguridad por el trabajador. 5. Set de dos fotografías de la betonera del accidente. 6. Dos fotos del trabajador, desempeñando sus funciones de fecha posterior al accidente. 7. Acta de registro de instrucciones del día 30 de abril de 2010. 8. Actas de registro de instrucciones del día 26 y 30 de marzo, 15, 19 y 29 de abril de 2010. 9. Misiva de la Mutual de la Cámara Chilena de la Construcción de fecha 20 de noviembre de 2009, donde se comunica la rebaja de la tasa de cotización previsión a un 4,7%, producto de la tasa de siniestralidad de la empresa. 10. Ficha de declaración de recibir el derecho a saber de faenas de montajes y obras de construcción. 11. Registro de entrega de elementos de protección. 12. Formulario de la investigación inmediata de accidente del trabajo fatal y grave de fecha 30 de abril de 2010. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

403

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

13. Carnet de calificación de experto prevencionista de riesgos de don Mario Verardi Carreño, de fecha 05 de octubre de 1979. 14. Carnet de calificación de experto prevencionista de riesgo de don Pedro Munizaga Alanís de fecha 18 de enero de 2010. 15. Reconsideración de sentencia sanitaria. Confesional: Comparece don Serafín Antonio Ortega Fuentes, quien presta confesional en los siguientes términos: Señala que que ha trabajo desde hace más de 10 años en el rubro de la construcción, siempre en las labores de Jornal. Afirma que cuando comenzó a desempeñarse en Mellado y Compañía, recibió el reglamento interno de la empresa. Señala que se desempeñaba como Jornal en el área de terminaciones. Relata que el día del accidente, faltó don Germán Pinto, quien era el encargado de operar la betonera, junto a este, trabajaba otro jornal, llamado Ángel. Niega haber tenido experiencia en el uso de betoneras, tampoco había sido capacitado para ello. Niega que el Capataz, le haya indicado que tenía que trasladar la mezcla preparada por la betonera. Refiere que cuando le sucedió el accidente, le realizaron un seguimiento, inclusive fueron a su casa, para pedirle que firmara un documento, donde decía que era el encargado carretillero. Sostiene que estudió hasta 3er año básico y domina muy poco la lectura. Comenta que le dijeron que los documentos que firmaría, tenían que ver con el tema de la asistencia a las charlas. Niega haber recibido órdenes del Capataz para el traslado en carretilla, sino que, este le dijo que tenía que hacerse cargo del trompo, ante lo que respondió, que no sabía las medidas de materiales que se debían utilizar. Comenta que conoce a don Ricardo Sepúlveda, solo desde esa obra. Afirma haber recibido charlas, por parte del Prevencionista de riesgos, los días lunes y viernes de cada semana, las que se tornaban en un clima de risas y chistes, porque no existía respeto, hacia la persona de seguridad. No recuerda que el 26 de marzo de 2010, haya asistido a alguna charla. Ante la exhibición de dicha acta, comenta que esa no es su firma. Afirma que en las charlas se le decía que no debía arriesgarse temerariamente, pero el Capataz, les daba órdenes que debían cumplir. Sostiene que tenía que avisar cuando algún elemento se encontraba en mal estado, pero agrega, que a veces, en la obra todo estaba en mal estado, inclusive, las instalaciones eléctricas. No recuerda haber asistido a la inducción realizada el día antes del accidente. Refiere que como no estaba a cargo de la betonera, no podría haber dado aviso, ni haberse enterado, de los desperfectos que esta tenía. Explica que fue mandado a trabajar en la betonera, pero desconocía el estado de la máquina, solo sabía que le faltaba la protección del motor, no pudo informar de esto al Prevencionista, porque ahí fue cuando le ocurrió el accidente. Comenta que el botón de encendido y apagado de la máquina, no siempre funcionaba. A las preguntas del tribunal, responde que nunca antes había trabajado con una betonera. Conocía la máquina, porque había ayudado a transportarla, pero no sabía las condiciones en que esta se encontraba. Comenta que cuando lo mandaron a operar el trompo, tuvieron que realizar unas extensiones, porque la máquina se encontraba a más de 40 metros de la fuente de energía. Explica que la máquina, carecía de la lata protectora, y se desenchufó en reiteradas oportunidades, por la misma vibración que esta generaba al funcionar. Refiere que antes del accidente, las veces en que la máquina se desenchufaba, era él quien la conectaba nuevamente. Relata que estuvo hospitalizado 3 días y retomó sus funciones, al cabo de 3 meses. Refiere que cuando volvió a su trabajo, buscó a la persona de seguridad, para que este le indicara que hacer, pero el Jefe de obras, lo mandó a barrer y a picar hormigón, él le dijo que no podía picar, y el Jefe le dijo que mandaría a otra persona. Agrega que en la empresa, nunca se le dio un buen trato, incluso, lo fotografiaron con la carretilla. Reitera que ha cursado solo hasta 3er año básico, por lo que le cuesta mucho leer. Testimonial: Comparecen y prestan testimonio los siguientes testigos: Pedro Munizaga Alanís, quien refiere en lo sustancial que se desempeña como Jefe de Prevención de riesgos de Mellado y Compañía, por lo tanto, su responsabilidad, tiene que ver con el cumplimiento del programa de prevención de riesgos. Indica que en la obra Los Libertadores, existía un Prevencionista a tiempo completo. Comenta que se realizaban charlas de inducción e inspecciones en la obra. Refiere que en la empresa, la tasa de accidentabilidad es de 1,7%, lo que está bajo el promedio a nivel nacional. No recuerda otros accidentes graves en la empresa. Explica que los accidentes graves, tienen que cum-

404

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

13. Carnet de calificación de experto prevencionista de riesgos de don Mario Verardi Carreño, de fecha 05 de octubre de 1979. 14. Carnet de calificación de experto prevencionista de riesgo de don Pedro Munizaga Alanís de fecha 18 de enero de 2010. 15. Reconsideración de sentencia sanitaria. Confesional: Comparece don Serafín Antonio Ortega Fuentes, quien presta confesional en los siguientes términos: Señala que que ha trabajo desde hace más de 10 años en el rubro de la construcción, siempre en las labores de Jornal. Afirma que cuando comenzó a desempeñarse en Mellado y Compañía, recibió el reglamento interno de la empresa. Señala que se desempeñaba como Jornal en el área de terminaciones. Relata que el día del accidente, faltó don Germán Pinto, quien era el encargado de operar la betonera, junto a este, trabajaba otro jornal, llamado Ángel. Niega haber tenido experiencia en el uso de betoneras, tampoco había sido capacitado para ello. Niega que el Capataz, le haya indicado que tenía que trasladar la mezcla preparada por la betonera. Refiere que cuando le sucedió el accidente, le realizaron un seguimiento, inclusive fueron a su casa, para pedirle que firmara un documento, donde decía que era el encargado carretillero. Sostiene que estudió hasta 3er año básico y domina muy poco la lectura. Comenta que le dijeron que los documentos que firmaría, tenían que ver con el tema de la asistencia a las charlas. Niega haber recibido órdenes del Capataz para el traslado en carretilla, sino que, este le dijo que tenía que hacerse cargo del trompo, ante lo que respondió, que no sabía las medidas de materiales que se debían utilizar. Comenta que conoce a don Ricardo Sepúlveda, solo desde esa obra. Afirma haber recibido charlas, por parte del Prevencionista de riesgos, los días lunes y viernes de cada semana, las que se tornaban en un clima de risas y chistes, porque no existía respeto, hacia la persona de seguridad. No recuerda que el 26 de marzo de 2010, haya asistido a alguna charla. Ante la exhibición de dicha acta, comenta que esa no es su firma. Afirma que en las charlas se le decía que no debía arriesgarse temerariamente, pero el Capataz, les daba órdenes que debían cumplir. Sostiene que tenía que avisar cuando algún elemento se encontraba en mal estado, pero agrega, que a veces, en la obra todo estaba en mal estado, inclusive, las instalaciones eléctricas. No recuerda haber asistido a la inducción realizada el día antes del accidente. Refiere que como no estaba a cargo de la betonera, no podría haber dado aviso, ni haberse enterado, de los desperfectos que esta tenía. Explica que fue mandado a trabajar en la betonera, pero desconocía el estado de la máquina, solo sabía que le faltaba la protección del motor, no pudo informar de esto al Prevencionista, porque ahí fue cuando le ocurrió el accidente. Comenta que el botón de encendido y apagado de la máquina, no siempre funcionaba. A las preguntas del tribunal, responde que nunca antes había trabajado con una betonera. Conocía la máquina, porque había ayudado a transportarla, pero no sabía las condiciones en que esta se encontraba. Comenta que cuando lo mandaron a operar el trompo, tuvieron que realizar unas extensiones, porque la máquina se encontraba a más de 40 metros de la fuente de energía. Explica que la máquina, carecía de la lata protectora, y se desenchufó en reiteradas oportunidades, por la misma vibración que esta generaba al funcionar. Refiere que antes del accidente, las veces en que la máquina se desenchufaba, era él quien la conectaba nuevamente. Relata que estuvo hospitalizado 3 días y retomó sus funciones, al cabo de 3 meses. Refiere que cuando volvió a su trabajo, buscó a la persona de seguridad, para que este le indicara que hacer, pero el Jefe de obras, lo mandó a barrer y a picar hormigón, él le dijo que no podía picar, y el Jefe le dijo que mandaría a otra persona. Agrega que en la empresa, nunca se le dio un buen trato, incluso, lo fotografiaron con la carretilla. Reitera que ha cursado solo hasta 3er año básico, por lo que le cuesta mucho leer. Testimonial: Comparecen y prestan testimonio los siguientes testigos: Pedro Munizaga Alanís, quien refiere en lo sustancial que se desempeña como Jefe de Prevención de riesgos de Mellado y Compañía, por lo tanto, su responsabilidad, tiene que ver con el cumplimiento del programa de prevención de riesgos. Indica que en la obra Los Libertadores, existía un Prevencionista a tiempo completo. Comenta que se realizaban charlas de inducción e inspecciones en la obra. Refiere que en la empresa, la tasa de accidentabilidad es de 1,7%, lo que está bajo el promedio a nivel nacional. No recuerda otros accidentes graves en la empresa. Explica que los accidentes graves, tienen que cum-

404

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

405

plir con diferentes requisitos, entre los que se encuentra, la amputación de algún miembro del cuerpo. Reitera, que luego de lo sucedido con don Serafín, no han existido accidentes de ese tipo en la empresa, es más, este es el único accidente grave, en la historia de la compañía. Expone que en la obra, existen todo tipo de herramientas, entre las que se encuentran las betoneras. Respecto de las estas, indica, que para usar una betonera, se requiere cumplir ciertos requisitos de seguridad. Refiere que la ropa para usar la betonera no debe ser suelta, y el cable usado debe ser blindado. Explica que la empresa está demandada por un accidente grave, del que fue víctima don Serafín Ortega, el que a su juicio, realizó una acción insegura. Relata que el demandante, se encontraba trasladando la mezcla con carretilla, cuando, se dio cuenta de que la betonera se había desenchufado, por lo que, en una acción que no se explica, procedió a enchufarla, sin manipular el interruptor del equipo, acción en la que se le atrapó la primera falange del dedo meñique. Comenta que se encontraba en la obra realizando una inspección, cuando el actor, llegó junto al Sr. Sepúlveda, y le contaron lo sucedido. Refiere que el Sr. Sepúlveda, era quien se encontraba a cargo de la betonera en ese momento, labor que se le había asignado, porque este, había señalado, al ingresar a la obra, que tenía experiencia en ese tipo de maquinarias. Sostiene que el actor, no tenía capacitación en el uso de betoneras, porque esa no era su función. Relata que el actor, se desempeña como Jornal. Afirma que en la empresa, se realizan charlas de seguridad. Comenta que estas charlas, se realizan en la obra, 2 veces a la semana, además de otras que se realizaban de forma particular, con cada trabajador. Además de 4 preguntas diarias que servían para recordar la seguridad. Relata que luego del accidente del actor, se tomaron medidas de acuerdo a la experiencia e indagaron la causa de lo sucedido, para determinar que acciones emprender. Afirma que efectuó una investigación, la que arrojó que la causa basal del problema, fue una acción insegura por parte del trabajador. Indica que frente a un accidente grave, informaron a las entidades pertinentes, quienes les realizaron algunas exigencias, las que en este caso, tuvieron como consecuencia, que les pidieron que se cambiara la betonera y siguieron todas las instrucciones que les dieron con la nueva máquina, lo que fue una exigencia de la seremi. A las preguntas de la parte demandante, responde que la entidad fiscalizadora les pidió señalética en la betonera y les pidió el cambio de enchufe a uno del tipo Legrand. Señala que el primer responsable de revisar las máquinas, es el betonero oficial, quien no reportó ninguna falla en la máquina. Refiere que cada vez que pasó, vio la betonera funcionando bien. Comenta que la máquina involucrada en el accidente, trabajó 250 horas. Aclara que no se les indicó expresamente, que en la betonera debía existir señalética. Relata que el día del accidente se les encomendó a 2 trabajadores, de forma excepcional, operar la betonera. Indica que don Ricardo Sepúlveda, era el ayudante del betonero oficial. Señala que antes de enviar a los 2 trabajadores, el personal de bodega, debería haber constatado el estado de la betonera. Relata que la betonera se recibió hace un mes atrás, y cuando esta llegó a la empresa, fue revisada. Relata que don Ricardo Sepúlveda, fue contratado como Jornal, y cuando llegó, era el ayudante del betonero oficial. La información que maneja, es que el Sr. Sepúlveda, había hecho ver que había trabajado con betoneras, pero esa información no tiene cómo ser corroborada. Expone que en la obra, la dotación máxima de trabajadores fue de 45 personas, terminando en el mes de octubre, con 16 trabajadores. Señala que en el mes de marzo, se desempeñaban en la obra, 24 trabajadores. Ante la exhibición de un documento, refiere que en esa hoja, aparecen 32 trabajadores en el mes de marzo. A las preguntas del tribunal, responde que el Prevencionista de la obra, era su subalterno. Relata que don Alfonso Verardi, el Prevencionista de riesgos, continúa prestando servicios en la empresa. Sostiene que este realizó un informe de lo sucedido. Relata que se encontraba en una reunión, cuando le informaron del accidente. Cree que los hechos sucedieron alrededor de las 10 de la mañana. Indica que las exigencias de la autoridad, fueron que se cambiara la maquinaria, por una que cumpliera con las normas de seguridad, además de la señalética y de las recomendaciones respecto del cable, por lo que se vieron en la necesidad, de cumplir con las exigencias del fiscalizador. Recuerda que la betonera, se encontraba emplazada en la vereda, fuera de la obra. Finalmente, presta testimonial don Claudio Yévenes Valenzuela, quien expone en lo medular, que se desempeña como Administrador de obras, en la empresa Mellado y compañía. Indica que entre sus responsabilidades, se encuentra velar por el buen funcionamiento y ejecución de las obras, en general, todo lo referente a la obra. Señala que sus subordinados son los Jefes de obra, Capataces, Trazadores,

plir con diferentes requisitos, entre los que se encuentra, la amputación de algún miembro del cuerpo. Reitera, que luego de lo sucedido con don Serafín, no han existido accidentes de ese tipo en la empresa, es más, este es el único accidente grave, en la historia de la compañía. Expone que en la obra, existen todo tipo de herramientas, entre las que se encuentran las betoneras. Respecto de las estas, indica, que para usar una betonera, se requiere cumplir ciertos requisitos de seguridad. Refiere que la ropa para usar la betonera no debe ser suelta, y el cable usado debe ser blindado. Explica que la empresa está demandada por un accidente grave, del que fue víctima don Serafín Ortega, el que a su juicio, realizó una acción insegura. Relata que el demandante, se encontraba trasladando la mezcla con carretilla, cuando, se dio cuenta de que la betonera se había desenchufado, por lo que, en una acción que no se explica, procedió a enchufarla, sin manipular el interruptor del equipo, acción en la que se le atrapó la primera falange del dedo meñique. Comenta que se encontraba en la obra realizando una inspección, cuando el actor, llegó junto al Sr. Sepúlveda, y le contaron lo sucedido. Refiere que el Sr. Sepúlveda, era quien se encontraba a cargo de la betonera en ese momento, labor que se le había asignado, porque este, había señalado, al ingresar a la obra, que tenía experiencia en ese tipo de maquinarias. Sostiene que el actor, no tenía capacitación en el uso de betoneras, porque esa no era su función. Relata que el actor, se desempeña como Jornal. Afirma que en la empresa, se realizan charlas de seguridad. Comenta que estas charlas, se realizan en la obra, 2 veces a la semana, además de otras que se realizaban de forma particular, con cada trabajador. Además de 4 preguntas diarias que servían para recordar la seguridad. Relata que luego del accidente del actor, se tomaron medidas de acuerdo a la experiencia e indagaron la causa de lo sucedido, para determinar que acciones emprender. Afirma que efectuó una investigación, la que arrojó que la causa basal del problema, fue una acción insegura por parte del trabajador. Indica que frente a un accidente grave, informaron a las entidades pertinentes, quienes les realizaron algunas exigencias, las que en este caso, tuvieron como consecuencia, que les pidieron que se cambiara la betonera y siguieron todas las instrucciones que les dieron con la nueva máquina, lo que fue una exigencia de la seremi. A las preguntas de la parte demandante, responde que la entidad fiscalizadora les pidió señalética en la betonera y les pidió el cambio de enchufe a uno del tipo Legrand. Señala que el primer responsable de revisar las máquinas, es el betonero oficial, quien no reportó ninguna falla en la máquina. Refiere que cada vez que pasó, vio la betonera funcionando bien. Comenta que la máquina involucrada en el accidente, trabajó 250 horas. Aclara que no se les indicó expresamente, que en la betonera debía existir señalética. Relata que el día del accidente se les encomendó a 2 trabajadores, de forma excepcional, operar la betonera. Indica que don Ricardo Sepúlveda, era el ayudante del betonero oficial. Señala que antes de enviar a los 2 trabajadores, el personal de bodega, debería haber constatado el estado de la betonera. Relata que la betonera se recibió hace un mes atrás, y cuando esta llegó a la empresa, fue revisada. Relata que don Ricardo Sepúlveda, fue contratado como Jornal, y cuando llegó, era el ayudante del betonero oficial. La información que maneja, es que el Sr. Sepúlveda, había hecho ver que había trabajado con betoneras, pero esa información no tiene cómo ser corroborada. Expone que en la obra, la dotación máxima de trabajadores fue de 45 personas, terminando en el mes de octubre, con 16 trabajadores. Señala que en el mes de marzo, se desempeñaban en la obra, 24 trabajadores. Ante la exhibición de un documento, refiere que en esa hoja, aparecen 32 trabajadores en el mes de marzo. A las preguntas del tribunal, responde que el Prevencionista de la obra, era su subalterno. Relata que don Alfonso Verardi, el Prevencionista de riesgos, continúa prestando servicios en la empresa. Sostiene que este realizó un informe de lo sucedido. Relata que se encontraba en una reunión, cuando le informaron del accidente. Cree que los hechos sucedieron alrededor de las 10 de la mañana. Indica que las exigencias de la autoridad, fueron que se cambiara la maquinaria, por una que cumpliera con las normas de seguridad, además de la señalética y de las recomendaciones respecto del cable, por lo que se vieron en la necesidad, de cumplir con las exigencias del fiscalizador. Recuerda que la betonera, se encontraba emplazada en la vereda, fuera de la obra. Finalmente, presta testimonial don Claudio Yévenes Valenzuela, quien expone en lo medular, que se desempeña como Administrador de obras, en la empresa Mellado y compañía. Indica que entre sus responsabilidades, se encuentra velar por el buen funcionamiento y ejecución de las obras, en general, todo lo referente a la obra. Señala que sus subordinados son los Jefes de obra, Capataces, Trazadores, ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

405

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Maestros y Jornales. Relata que toda instrucción que entrega, la indica de manera verbal, y se respalda, con la documentación escrita pertinente. Explica que en el caso de modificarse las labores, estas deben entregarse de forma escrita. Recuerda, que el Capataz de ese entonces, era don Roberto Herrera. Refiere que el responsable de la betonera, es el Jefe de obra o, en su defecto, el Capataz. Señala que el motivo del juicio, es por el accidente del que fue víctima el actor, el cual, fue causado por una betonera. Explica que esta máquina se opera, solo con el encendido y apagado, además, esta máquina debe cargarse con los materiales necesarios para la preparación del hormigón. Sostiene que en la obra, donde sucedió el accidente, el encargado de dicha máquina, era don Germán Pinto, a quien se eligió, porque tenía experiencia en el uso de esta herramienta, además este manifestó, cuando ingresó a la obra, que había trabajado antes con betoneras. Comenta que para manipular la máquina, se necesita una sola persona, pero un ayudante, debe cargar el material. Indica que el encargado de cargar la betonera, era el Sr. Sepúlveda. Refiere que don Serafín, no debería haber trabajado con la betonera, pero en esa ocasión, este estaba transportando la mezcla que producía esta máquina. Expone que el carretillero, es quien traslada la mezcla, cosa que efectuaba el actor, siguiendo las instrucciones del Capataz. Relata que el día del accidente, el Sr. Pinto, no fue a trabajar, por lo tanto, el Ayudante de este, el Sr. Sepúlveda, fue el encargado de operar la betonera. Indica que la fecha del accidente fue el 30 de abril de 2010, día en que se encontraba en la obra. Relata que le dijo al Capataz, que buscaran en conjunto a alguien que pudiese reemplazar al Sr. Pinto, por lo que eligieron al Sr. Sepúlveda, y designaron al demandante, como carretillero. A las preguntas de la parte demandante, responde que don Ricardo Sepúlveda, era el encargado de insertar el material en la betonera, cuando el Sr. Pinto, operaba esta máquina. Refiere que el Sr. Sepúlveda, estaba contratado como Jornal. Explica que don Serafín, debía transportar la mezcla. Afirma que el Sr. Sepúlveda, recibió capacitación para operar la betonera, además, firmó un documento por escrito, donde asumía las instrucciones que se le daban. Comenta que el Sr. Sepúlveda, trabajaba principalmente en la betonera. Sostiene que el Sr. Sepúlveda, llevaba alrededor de un mes trabajando en la betonera. Expone que los Jornales, están capacitados para realizar cualquier tipo de actividades, pero todas dirigidas. Relata que la betonera, estaba ubicada en la fachada de la obra, fuera de los límites de edificación. Indica que la betonera funcionaba de manera eléctrica, pero no recuerda la extensión de la conexión, la que debe haber sido de alrededor de 50 metros. Luego del accidente, se detuvo el trabajo con la betonera, y se investigó, luego, se devolvió a su arrendador. Comenta que se arrendó una nueva betonera, a la que se le realizaron algunas mejoras, se recubrió el interruptor, no recuerda si se cambió el cable, pero cree que el enchufe se cambió, a petición del seremi. Afirma que la empresa realizó una investigación interna de lo sucedido. Indica que el comité paritario se constituyó en el mes de mayo. Niega que en el proceso de investigación, se haya entrevistado a don Serafín. Manifiesta que pasado una semana del accidente, el Sr. Sepúlveda, abandonó el trabajo. Agrega, que don Ricardo Sepúlveda, fue el único que presenció el accidente. Explica que cuando fue la seremi de Salud, no existía una Capacitación, porque don Serafín no trabajaba con la betonera. SEXTO: Que, no se encuentra discutido por las partes que el día 30 de abril de 2010, en horas de la mañana, en una máquina betonera que la demandada había arrendado, el actor, sufrió un accidente laboral. SÉPTIMO: Que, respecto a los primeros dos hechos a probar, que dice relación con las circunstancias en que el accidente se produce y labores encomendadas al actor. Cabe hacer presente, que es un hecho no discutido, que el día 30 de abril, el trabajador que realizaba habitualmente las funciones de betonero era don Germán Pinto, quien no asistió a sus labores ese día, lo que ha sido corroborado, por la prueba testimonial rendida, incluso por el propio demandado absolvente. Respecto a la forma como han ocurrido los hechos, se ha tenido en especial consideración, la prueba confesional prestada por el actor Serafín Ortega, quien refiere que, sus funciones son de jornal, de acuerdo a su contrato y se desempeñaba en terminaciones, ese día se le dispone hacerse cargo del trompo, de lo que no tenía capacitación y que este se encontraba en mal estado ya que, el motor no tenía protección, precisando que, en reiteradas oportunidades se había desconectado los cable eléctricos por la vibración y al enchufarla de nuevo, se produjo el accidente. Señala que el botón de prendido y apagado no siempre funcionaba. De esto, tal como lo refiere el testigo de

406

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Maestros y Jornales. Relata que toda instrucción que entrega, la indica de manera verbal, y se respalda, con la documentación escrita pertinente. Explica que en el caso de modificarse las labores, estas deben entregarse de forma escrita. Recuerda, que el Capataz de ese entonces, era don Roberto Herrera. Refiere que el responsable de la betonera, es el Jefe de obra o, en su defecto, el Capataz. Señala que el motivo del juicio, es por el accidente del que fue víctima el actor, el cual, fue causado por una betonera. Explica que esta máquina se opera, solo con el encendido y apagado, además, esta máquina debe cargarse con los materiales necesarios para la preparación del hormigón. Sostiene que en la obra, donde sucedió el accidente, el encargado de dicha máquina, era don Germán Pinto, a quien se eligió, porque tenía experiencia en el uso de esta herramienta, además este manifestó, cuando ingresó a la obra, que había trabajado antes con betoneras. Comenta que para manipular la máquina, se necesita una sola persona, pero un ayudante, debe cargar el material. Indica que el encargado de cargar la betonera, era el Sr. Sepúlveda. Refiere que don Serafín, no debería haber trabajado con la betonera, pero en esa ocasión, este estaba transportando la mezcla que producía esta máquina. Expone que el carretillero, es quien traslada la mezcla, cosa que efectuaba el actor, siguiendo las instrucciones del Capataz. Relata que el día del accidente, el Sr. Pinto, no fue a trabajar, por lo tanto, el Ayudante de este, el Sr. Sepúlveda, fue el encargado de operar la betonera. Indica que la fecha del accidente fue el 30 de abril de 2010, día en que se encontraba en la obra. Relata que le dijo al Capataz, que buscaran en conjunto a alguien que pudiese reemplazar al Sr. Pinto, por lo que eligieron al Sr. Sepúlveda, y designaron al demandante, como carretillero. A las preguntas de la parte demandante, responde que don Ricardo Sepúlveda, era el encargado de insertar el material en la betonera, cuando el Sr. Pinto, operaba esta máquina. Refiere que el Sr. Sepúlveda, estaba contratado como Jornal. Explica que don Serafín, debía transportar la mezcla. Afirma que el Sr. Sepúlveda, recibió capacitación para operar la betonera, además, firmó un documento por escrito, donde asumía las instrucciones que se le daban. Comenta que el Sr. Sepúlveda, trabajaba principalmente en la betonera. Sostiene que el Sr. Sepúlveda, llevaba alrededor de un mes trabajando en la betonera. Expone que los Jornales, están capacitados para realizar cualquier tipo de actividades, pero todas dirigidas. Relata que la betonera, estaba ubicada en la fachada de la obra, fuera de los límites de edificación. Indica que la betonera funcionaba de manera eléctrica, pero no recuerda la extensión de la conexión, la que debe haber sido de alrededor de 50 metros. Luego del accidente, se detuvo el trabajo con la betonera, y se investigó, luego, se devolvió a su arrendador. Comenta que se arrendó una nueva betonera, a la que se le realizaron algunas mejoras, se recubrió el interruptor, no recuerda si se cambió el cable, pero cree que el enchufe se cambió, a petición del seremi. Afirma que la empresa realizó una investigación interna de lo sucedido. Indica que el comité paritario se constituyó en el mes de mayo. Niega que en el proceso de investigación, se haya entrevistado a don Serafín. Manifiesta que pasado una semana del accidente, el Sr. Sepúlveda, abandonó el trabajo. Agrega, que don Ricardo Sepúlveda, fue el único que presenció el accidente. Explica que cuando fue la seremi de Salud, no existía una Capacitación, porque don Serafín no trabajaba con la betonera. SEXTO: Que, no se encuentra discutido por las partes que el día 30 de abril de 2010, en horas de la mañana, en una máquina betonera que la demandada había arrendado, el actor, sufrió un accidente laboral. SÉPTIMO: Que, respecto a los primeros dos hechos a probar, que dice relación con las circunstancias en que el accidente se produce y labores encomendadas al actor. Cabe hacer presente, que es un hecho no discutido, que el día 30 de abril, el trabajador que realizaba habitualmente las funciones de betonero era don Germán Pinto, quien no asistió a sus labores ese día, lo que ha sido corroborado, por la prueba testimonial rendida, incluso por el propio demandado absolvente. Respecto a la forma como han ocurrido los hechos, se ha tenido en especial consideración, la prueba confesional prestada por el actor Serafín Ortega, quien refiere que, sus funciones son de jornal, de acuerdo a su contrato y se desempeñaba en terminaciones, ese día se le dispone hacerse cargo del trompo, de lo que no tenía capacitación y que este se encontraba en mal estado ya que, el motor no tenía protección, precisando que, en reiteradas oportunidades se había desconectado los cable eléctricos por la vibración y al enchufarla de nuevo, se produjo el accidente. Señala que el botón de prendido y apagado no siempre funcionaba. De esto, tal como lo refiere el testigo de

406

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

407

la demandada Claudio Yévenes, el único testigo de esto fue Ricardo Sepúlveda, quien declarando en juicio, ratifica lo señalado por el actor, en orden a que el capataz los mandó a trabajar en el trompo, y que él era el ayudante del actor, quien en definitiva estaba a cargo de la máquina, sin recibir capacitación, refiriendo que el actor ya estaba operando al betonera cuando llegó, la cual estaba en mal estado, con latas sueltas, sin protección y el interruptor también estaba malo, y las poleas estaban a 10 cms del interruptor, por lo que cuando se desenchufó el actor fue a conectarlo, y observó cuando del dedo del actor salió expulsado. Frente a estas declaraciones contestes del afectado y el testigo presencial, la demandada opone, prueba documental, consistente en hoja de instrucciones de ese día a las 09.00 hrs, por el cual se refiere haber invertido las labores, encomendadas por el capataz don Roberto Herrera, ya que el ayudante era el actor y el encargado de la betonera era el testigo Sepúlveda. Dicho instrumento exhibido que le ha sido al absolvente y testigo, ambos han señalado, que su firma corresponde, pero que se le instó a firmar por la demandada luego de ocurrido los hechos, con la finalidad de exculparse. Esta circunstancia en el caso el actor, reviste caracteres de plausibilidad ya que tal como lo refiere el mismo, tiene su escolaridad incompleta hasta 3 básico y el perito sicológico lo sitúa en rango limítrofe, evidenciando incluso dificultad en la lectura. A juicio del Tribunal, la única forma que dicho documento pueda vencer a la prueba viva rendida, es que el propio capataz Herrera asistiera a juicio a declarar, ya que el aparece dando la instrucción. Llama la atención que la materialidad de dicho documento, figuren las firmas de absolvente y testigo Sepúlveda y luego una línea bajo sus firmas, en forma de 7, como señalando que no hay más información en el mismo y luego aparece como nota, la asignación de funciones, al parecer escritas por el capataz Herrera, por lo que no ha podido accederse en forma clara y categórica a lo que este dispuso ese día, ya que el capataz fue despedido. Por otro lado de la declaración del testigo Meneses Ferrada, este ha declarado en forma clara y circunstanciada, ya que se sitúa en el lugar momentos previos al accidente, y le consta que las labores del actor eran de limpieza y terminaciones y que ese día, el capataz Sr Herrera le encomendó hacerse cargo de la betonera, y que luego del accidente, el testigo increpó al capataz, en forma agresiva por haberle dispuesto aquello y que el actor, no estaba capacitado. Así este testigo ha referido estar presente al momento de que se le encomendaron los trabajos al actor y además le consta, por sus conocimientos en prevención de riesgos, el mal estado de la máquina que se le asignó. Así, de igual manera, es de cargo del empleador, el estado de los implementos que pone a disposición del trabajador para el desempeño de sus funciones. Por otro lado, este cambio de funciones, que la demandada refiere ha efectuado, asilado en el jus variandi, si bien el contrato de trabajo lo permite y la ley así lo establece, en el artículo 12 del Código del Trabajo, sólo ha podido efectuarse en labores similares, las que claramente, escapan a las encomendadas al actor ese día. De igual manera, la inversión de labores, tampoco, pone en una mejor posición a la demandada, ya que el testigo Sepúlveda al igual que el actor, tampoco, ha tenido instrucción y capacitación para manejar la betonera, siendo asignado por la empleadora, ya que este, según sus dichos, habría manejado otra betonera, con anterioridad. Así, no puede excusarse la demandada en que al actor no se le instruyó, por que no eran las funciones asignadas en el contrato, ya que dentro las funciones en concreto asignadas por el capataz, estaba la de operarla y si se había desconectado, el enchufe que la hacía funcionar, lo normal es que la conectara, para seguir trabajando. En este punto cabe hacer presente que en las reuniones posteriores accidente del comité paritario de la empresa acordó, que el betonero oficial sería el Sr. Germán Pinto, ya que el tiene capacitación en esa materia, lo que peone en evidencia, por este organismo, la necesidad de especialización y nivel de conocimiento para su manejo. Respecto a la forma en que ocurrieron los hechos, llama la atención lo expresado por el absolvente de la empresa Sr Sáez Lobos, quien da certeza de la imposibilidad que se haya desenchufado la máquina, siendo que en su contestación de la demanda se refiere, que efectivamente ello se produjo por la vibración, siendo además lo que constata la sentencia sanitaria de fecha 10.09.2010 en que la Seremi de Salud, aplicando multa de 100 UTM a la demandada, señala que, no existía señalética, el trabajador no cuenta con capacitaciones para manipular la máquina betonera y el cable se encuentra

la demandada Claudio Yévenes, el único testigo de esto fue Ricardo Sepúlveda, quien declarando en juicio, ratifica lo señalado por el actor, en orden a que el capataz los mandó a trabajar en el trompo, y que él era el ayudante del actor, quien en definitiva estaba a cargo de la máquina, sin recibir capacitación, refiriendo que el actor ya estaba operando al betonera cuando llegó, la cual estaba en mal estado, con latas sueltas, sin protección y el interruptor también estaba malo, y las poleas estaban a 10 cms del interruptor, por lo que cuando se desenchufó el actor fue a conectarlo, y observó cuando del dedo del actor salió expulsado. Frente a estas declaraciones contestes del afectado y el testigo presencial, la demandada opone, prueba documental, consistente en hoja de instrucciones de ese día a las 09.00 hrs, por el cual se refiere haber invertido las labores, encomendadas por el capataz don Roberto Herrera, ya que el ayudante era el actor y el encargado de la betonera era el testigo Sepúlveda. Dicho instrumento exhibido que le ha sido al absolvente y testigo, ambos han señalado, que su firma corresponde, pero que se le instó a firmar por la demandada luego de ocurrido los hechos, con la finalidad de exculparse. Esta circunstancia en el caso el actor, reviste caracteres de plausibilidad ya que tal como lo refiere el mismo, tiene su escolaridad incompleta hasta 3 básico y el perito sicológico lo sitúa en rango limítrofe, evidenciando incluso dificultad en la lectura. A juicio del Tribunal, la única forma que dicho documento pueda vencer a la prueba viva rendida, es que el propio capataz Herrera asistiera a juicio a declarar, ya que el aparece dando la instrucción. Llama la atención que la materialidad de dicho documento, figuren las firmas de absolvente y testigo Sepúlveda y luego una línea bajo sus firmas, en forma de 7, como señalando que no hay más información en el mismo y luego aparece como nota, la asignación de funciones, al parecer escritas por el capataz Herrera, por lo que no ha podido accederse en forma clara y categórica a lo que este dispuso ese día, ya que el capataz fue despedido. Por otro lado de la declaración del testigo Meneses Ferrada, este ha declarado en forma clara y circunstanciada, ya que se sitúa en el lugar momentos previos al accidente, y le consta que las labores del actor eran de limpieza y terminaciones y que ese día, el capataz Sr Herrera le encomendó hacerse cargo de la betonera, y que luego del accidente, el testigo increpó al capataz, en forma agresiva por haberle dispuesto aquello y que el actor, no estaba capacitado. Así este testigo ha referido estar presente al momento de que se le encomendaron los trabajos al actor y además le consta, por sus conocimientos en prevención de riesgos, el mal estado de la máquina que se le asignó. Así, de igual manera, es de cargo del empleador, el estado de los implementos que pone a disposición del trabajador para el desempeño de sus funciones. Por otro lado, este cambio de funciones, que la demandada refiere ha efectuado, asilado en el jus variandi, si bien el contrato de trabajo lo permite y la ley así lo establece, en el artículo 12 del Código del Trabajo, sólo ha podido efectuarse en labores similares, las que claramente, escapan a las encomendadas al actor ese día. De igual manera, la inversión de labores, tampoco, pone en una mejor posición a la demandada, ya que el testigo Sepúlveda al igual que el actor, tampoco, ha tenido instrucción y capacitación para manejar la betonera, siendo asignado por la empleadora, ya que este, según sus dichos, habría manejado otra betonera, con anterioridad. Así, no puede excusarse la demandada en que al actor no se le instruyó, por que no eran las funciones asignadas en el contrato, ya que dentro las funciones en concreto asignadas por el capataz, estaba la de operarla y si se había desconectado, el enchufe que la hacía funcionar, lo normal es que la conectara, para seguir trabajando. En este punto cabe hacer presente que en las reuniones posteriores accidente del comité paritario de la empresa acordó, que el betonero oficial sería el Sr. Germán Pinto, ya que el tiene capacitación en esa materia, lo que peone en evidencia, por este organismo, la necesidad de especialización y nivel de conocimiento para su manejo. Respecto a la forma en que ocurrieron los hechos, llama la atención lo expresado por el absolvente de la empresa Sr Sáez Lobos, quien da certeza de la imposibilidad que se haya desenchufado la máquina, siendo que en su contestación de la demanda se refiere, que efectivamente ello se produjo por la vibración, siendo además lo que constata la sentencia sanitaria de fecha 10.09.2010 en que la Seremi de Salud, aplicando multa de 100 UTM a la demandada, señala que, no existía señalética, el trabajador no cuenta con capacitaciones para manipular la máquina betonera y el cable se encuentra ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

407

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

al interior de las protecciones de las poleas y enchufe no es del tipo Legrand, que evitaría las desconexiones por vibraciones, es decir, lo que refiere la demanda y la contestación, que sucedió en el caso. Ahora si bien, se ha alegado por la demandada que dicha multa, fue reclamada, pero no es óbice a que de igual manera constituye una apreciación fundada en los hechos constatados en terreno y se aviene con las demás prueba producida en juicio, llevando a la empresa, a un obrar consecuencial, en orden de retirar la betonera y proceder a su reemplazo. De igual manera se ha incorporado fotografía de la maquinaria en cuestión y se puede constatar que lo que dice relación con el largo del cabe de conexión efectivamente se ubica en forma cercana a las poleas, lo que posibilita el accidente de la forma como se ha establecido. De igual manera los testigos, del actor han sido, contestes en señalar que la máquina estaba en mal estado, lo que no ha podido ser rebatido por la demandada, ya que si bien tienen un procedimiento de revisión y mantención de sus equipos, no ocurre lo mismo con los equipos arrendados, como era el caso, ya que este no fue llevado a la bodega central, donde se revisaban los equipos, estando su revisión a diario, a cargo del capataz Hererra y el betonero Pinto, ninguno de los cuales ha comparecido a juicio. OCTAVO: Que, asentado lo anterior, surge como normativa legal aplicable a la cuestión debatida el artículo 184 del Código del Trabajo, norma de cuyo tenor literal se desprende que la obligación de diligencia y cuidado que la ley impone al empleador en la especie, es de mayor entidad, que la comúnmente exigida en los contratos bilaterales, pues no sólo es de cargo de aquel tomar todas las medidas de seguridad necesarias para proteger la vida y salud de sus trabajadores, sino que, además, debe hacerlo eficazmente. En consecuencia, atendido lo dispuesto en el ya citado artículo 184 del Código del Trabajo, correspondió a la empresa demandada acreditar que efectivamente tomó todas las medidas de seguridad que la naturaleza de las faenas ameritaba, para proteger eficazmente la vida y salud del dependiente don Serafin Ortega, en los términos y modalidades a que legalmente estaba obligado. NOVENO: Que de acuerdo a la prueba rendida en este juicio, señalado en el considerando séptimo se concluye que el día 30 de abril del presente, frente a la contingencia, de que faltó a sus labores el Sr. Pinto, quien habitualmente y estando capacitado a, cumplía labores de betonero, se le encomendó al actor, por el capataz Sr. Hererra, laborar en la betonera, para lo cual no estaba capacitado, y al presentar este desperfectos en su funcionamiento, sin contar con señalética y al desenchufarse la misma, procedió a volver a conectarla, lo que le provocó, que la polea le tomara el dedo meñique de la mano derecha, lo que le provocó lesiones. Así, resulta contrario a toda lógica y a la experiencia en este tipo de casos, que un trabajador no especializado, sin capacitación, o sin haber tenido a lo menos una experiencia o contacto anterior con una máquina de las características de aquella en la cual ocurrió el accidente, intente voluntariamente manipularla sino le fuera instruido estar a cargo de ella. DÉCIMO: Que, lo establecido en el motivo precedente no resulta desvirtuado con la testimonial rendida por la demandada en la audiencia de juicio, quienes por lo demás, no estaba presente al momento de los hechos por ser contradictorias con el resto de las probanzas y por carecer de la suficiente verosimilitud, en cuanto a que hubiese existido una exposición imprudente al daño por parte del Trabajador accidentado, como lo señala el demandado al realizar funciones no encomendadas, agregando este que el accidente no se hubiera producido, si el trabajador no hubiese decidido realizar labores absolutamente ajenas a las encomendadas, sino por el contrario, esta defensa del demandado, pierde todo sustento, desde que la documental consisten en el contrato de trabajo refiere que el actor es obrero y que, por lo demás el actor no refiere haber desarrollado labores de las similares que le encomendaron. Llama la atención al Tribunal, que luego del accidente, se haya constituido el comité paritario y que, junto con constatar otro accidente ajeno al presente, disponga que asuma las funciones de betonero alguien que esté capacitado. Que si bien de las declaraciones de los testigos de la demandas jefe de obra y prevencionista, se constata el cumplimiento de algunas medidas de seguridad, de la cual da cuenta la documental incorporada, como reglamentos de orden higiene y seguridad y charlas efectuadas, pero ellas claramente,

408

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

al interior de las protecciones de las poleas y enchufe no es del tipo Legrand, que evitaría las desconexiones por vibraciones, es decir, lo que refiere la demanda y la contestación, que sucedió en el caso. Ahora si bien, se ha alegado por la demandada que dicha multa, fue reclamada, pero no es óbice a que de igual manera constituye una apreciación fundada en los hechos constatados en terreno y se aviene con las demás prueba producida en juicio, llevando a la empresa, a un obrar consecuencial, en orden de retirar la betonera y proceder a su reemplazo. De igual manera se ha incorporado fotografía de la maquinaria en cuestión y se puede constatar que lo que dice relación con el largo del cabe de conexión efectivamente se ubica en forma cercana a las poleas, lo que posibilita el accidente de la forma como se ha establecido. De igual manera los testigos, del actor han sido, contestes en señalar que la máquina estaba en mal estado, lo que no ha podido ser rebatido por la demandada, ya que si bien tienen un procedimiento de revisión y mantención de sus equipos, no ocurre lo mismo con los equipos arrendados, como era el caso, ya que este no fue llevado a la bodega central, donde se revisaban los equipos, estando su revisión a diario, a cargo del capataz Hererra y el betonero Pinto, ninguno de los cuales ha comparecido a juicio. OCTAVO: Que, asentado lo anterior, surge como normativa legal aplicable a la cuestión debatida el artículo 184 del Código del Trabajo, norma de cuyo tenor literal se desprende que la obligación de diligencia y cuidado que la ley impone al empleador en la especie, es de mayor entidad, que la comúnmente exigida en los contratos bilaterales, pues no sólo es de cargo de aquel tomar todas las medidas de seguridad necesarias para proteger la vida y salud de sus trabajadores, sino que, además, debe hacerlo eficazmente. En consecuencia, atendido lo dispuesto en el ya citado artículo 184 del Código del Trabajo, correspondió a la empresa demandada acreditar que efectivamente tomó todas las medidas de seguridad que la naturaleza de las faenas ameritaba, para proteger eficazmente la vida y salud del dependiente don Serafin Ortega, en los términos y modalidades a que legalmente estaba obligado. NOVENO: Que de acuerdo a la prueba rendida en este juicio, señalado en el considerando séptimo se concluye que el día 30 de abril del presente, frente a la contingencia, de que faltó a sus labores el Sr. Pinto, quien habitualmente y estando capacitado a, cumplía labores de betonero, se le encomendó al actor, por el capataz Sr. Hererra, laborar en la betonera, para lo cual no estaba capacitado, y al presentar este desperfectos en su funcionamiento, sin contar con señalética y al desenchufarse la misma, procedió a volver a conectarla, lo que le provocó, que la polea le tomara el dedo meñique de la mano derecha, lo que le provocó lesiones. Así, resulta contrario a toda lógica y a la experiencia en este tipo de casos, que un trabajador no especializado, sin capacitación, o sin haber tenido a lo menos una experiencia o contacto anterior con una máquina de las características de aquella en la cual ocurrió el accidente, intente voluntariamente manipularla sino le fuera instruido estar a cargo de ella. DÉCIMO: Que, lo establecido en el motivo precedente no resulta desvirtuado con la testimonial rendida por la demandada en la audiencia de juicio, quienes por lo demás, no estaba presente al momento de los hechos por ser contradictorias con el resto de las probanzas y por carecer de la suficiente verosimilitud, en cuanto a que hubiese existido una exposición imprudente al daño por parte del Trabajador accidentado, como lo señala el demandado al realizar funciones no encomendadas, agregando este que el accidente no se hubiera producido, si el trabajador no hubiese decidido realizar labores absolutamente ajenas a las encomendadas, sino por el contrario, esta defensa del demandado, pierde todo sustento, desde que la documental consisten en el contrato de trabajo refiere que el actor es obrero y que, por lo demás el actor no refiere haber desarrollado labores de las similares que le encomendaron. Llama la atención al Tribunal, que luego del accidente, se haya constituido el comité paritario y que, junto con constatar otro accidente ajeno al presente, disponga que asuma las funciones de betonero alguien que esté capacitado. Que si bien de las declaraciones de los testigos de la demandas jefe de obra y prevencionista, se constata el cumplimiento de algunas medidas de seguridad, de la cual da cuenta la documental incorporada, como reglamentos de orden higiene y seguridad y charlas efectuadas, pero ellas claramente,

408

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

409

demuestran su ineficacia, ya que ha acaecido el accidente, siendo la reacción de la empresa ante la contingencia, de no contar con personal capacitado, la menos adecuada, fallando en controlar un riesgo que estaba obligada a conjurar. Que, aún cuando se hubiere concluido que el trabajador tuvo algún grado de culpa en lo ocurrido, no obsta a que el empleador igual incurriera en culpa, pues no había adoptado ninguna clase de medidas de seguridad especiales para la máquina arrendada, ni había un instructivo o manual que estableciera como efectuar las labores, entre otras falencias. Por ello de todas formas se concluiría que la parte demandada no dio cumplimiento a lo indicado en el ya citado artículo 184. UNDÉCIMO: Que, atento a lo establecido precedentemente, no habiéndose acreditado suficientemente por la parte demandada que mantenga las medidas de seguridad y supervigilancia auténtica en cuanto a la forma como deba o haya de desarrollarse la actividad del actor, como debió hacerlo, corresponde concluir que, el accidente sufrido por don Serafín Ortega, y el resultado dañoso producido a su salud, tuvo como causa inmediata y directa la omisión inaceptable de la demandada respecto a velar y supervigilar el estricto cumplimiento de la obligación que le impone el artículo 184 del Código del Trabajo DUODÉCIMO: Que, con el mérito a lo establecido y concluido en los fundamentos precedentes, se rechazan todas y cada una de las alegaciones efectuadas por la demandada, en el sentido que el actor se expuso imprudentemente al daño sufrido a consecuencia del accidente del trabajo. DÉCIMO TERCERO: En cuanto a la entidad de las lesiones, se ha tenido en vista la documental incorporada por la demandante, consistente en informe médico de la Mutual de seguridad de fecha 05.08.2010, que refiere fractura expuesta de F3 dedo meñique mano derecha, con desforramiento del mismo y amputación traumática, lesión que evolucionó satisfactoriamente sin dolor. De igual manera el memorándum interno MEDA/2626/2010 de fecha 27.10.2010, es decir el más reciente, refiere que el actor resultó con amputación 3 falange dedo meñique, ingreso el 30.04.2010 y fue dado de alta el 03.05.2010, para continuar tratamiento ambulatorio y el 02.07.2010 de reintegra a sus labores, refiere que el 07.10.2010 comisión médica fija incapacidad 7,5% según resolución N° 2010 0758. De igual forma tal como lo señala el perito Mauricio Pavez, profesional que efectuó la evaluación psicológica al actor, con el objeto de determinar la existencia del daño afectivo y moral producto del accidente sufrido y quien declaró en la audiencia de juicio respecto de su informe, concluyendo que, el demandante sufre todos los signos de un trastorno adaptativo. A las preguntas del Tribunal, refiere que actor tiene menos que una depresión grave, sino que un cuadro adaptativo que se expresa en signos depresivos o ansiosos Por su parte la testigo Paula Arenas, describe la situación familiar y da cuenta de que del actor depende sus 2 hijos, pero al describir los cambios efectuado por el actor, refiere que antes era pasivo y ahora es sensible e irritable, lo que no refleja un grado de afectación, distinto al consignado por el perito, quien lo gradúa por debajo de una depresión. Cabe hacer presente, que se descarta desde ya, que lo afectado sea la mano derecha del actor, en su totalidad como refiere la demanda, ya que se dice que también resultaron aplastados los dedos medio y anular, lo que no fue constatado, en ninguno de los informes. De igual manera de los antecedentes recabados de la Mutualidad, se refiere que durante la recuperación no se le diagnosticó dolor ni mayores complicaciones y tendrá una incapacidad del 7.5%, señalando el perito traumatológico, que si bien se trata de una lesión grave por ser amputación, ello sólo repercute en una leve pérdida de capacidad, y que de igual manera podrá efectuar las labores que antes realizaba, lo que en definitiva hizo el actor, con fecha 02.07.2010, cuando se reincorporó a sus funciones, de lo cual la demandada acompañó fotos, en que se efectuaban faenas y figuraba el actor prestado servicios, en concreto llevando una carretilla. DECIMOCUARTO: Que, respecto al daño moral, cuya concepción y aplicación como consecuencia de la responsabilidad extra contractual y contractual, muy particularmente esta última, se ha incrementado por la vía de la creación jurisprudencial, para concordar en que éste se identifica con los dolores y turbaciones psíquicas que derivan del quebranto padecido. Así nuestros tribunales han dicho que el daño moral es el dolor, la aflicción, el pesar en la víctima o en sus parientes más cercanos o aquel que consiste en el dolor psíquico y aún físico que se experimenta a raíz de un suceso

demuestran su ineficacia, ya que ha acaecido el accidente, siendo la reacción de la empresa ante la contingencia, de no contar con personal capacitado, la menos adecuada, fallando en controlar un riesgo que estaba obligada a conjurar. Que, aún cuando se hubiere concluido que el trabajador tuvo algún grado de culpa en lo ocurrido, no obsta a que el empleador igual incurriera en culpa, pues no había adoptado ninguna clase de medidas de seguridad especiales para la máquina arrendada, ni había un instructivo o manual que estableciera como efectuar las labores, entre otras falencias. Por ello de todas formas se concluiría que la parte demandada no dio cumplimiento a lo indicado en el ya citado artículo 184. UNDÉCIMO: Que, atento a lo establecido precedentemente, no habiéndose acreditado suficientemente por la parte demandada que mantenga las medidas de seguridad y supervigilancia auténtica en cuanto a la forma como deba o haya de desarrollarse la actividad del actor, como debió hacerlo, corresponde concluir que, el accidente sufrido por don Serafín Ortega, y el resultado dañoso producido a su salud, tuvo como causa inmediata y directa la omisión inaceptable de la demandada respecto a velar y supervigilar el estricto cumplimiento de la obligación que le impone el artículo 184 del Código del Trabajo DUODÉCIMO: Que, con el mérito a lo establecido y concluido en los fundamentos precedentes, se rechazan todas y cada una de las alegaciones efectuadas por la demandada, en el sentido que el actor se expuso imprudentemente al daño sufrido a consecuencia del accidente del trabajo. DÉCIMO TERCERO: En cuanto a la entidad de las lesiones, se ha tenido en vista la documental incorporada por la demandante, consistente en informe médico de la Mutual de seguridad de fecha 05.08.2010, que refiere fractura expuesta de F3 dedo meñique mano derecha, con desforramiento del mismo y amputación traumática, lesión que evolucionó satisfactoriamente sin dolor. De igual manera el memorándum interno MEDA/2626/2010 de fecha 27.10.2010, es decir el más reciente, refiere que el actor resultó con amputación 3 falange dedo meñique, ingreso el 30.04.2010 y fue dado de alta el 03.05.2010, para continuar tratamiento ambulatorio y el 02.07.2010 de reintegra a sus labores, refiere que el 07.10.2010 comisión médica fija incapacidad 7,5% según resolución N° 2010 0758. De igual forma tal como lo señala el perito Mauricio Pavez, profesional que efectuó la evaluación psicológica al actor, con el objeto de determinar la existencia del daño afectivo y moral producto del accidente sufrido y quien declaró en la audiencia de juicio respecto de su informe, concluyendo que, el demandante sufre todos los signos de un trastorno adaptativo. A las preguntas del Tribunal, refiere que actor tiene menos que una depresión grave, sino que un cuadro adaptativo que se expresa en signos depresivos o ansiosos Por su parte la testigo Paula Arenas, describe la situación familiar y da cuenta de que del actor depende sus 2 hijos, pero al describir los cambios efectuado por el actor, refiere que antes era pasivo y ahora es sensible e irritable, lo que no refleja un grado de afectación, distinto al consignado por el perito, quien lo gradúa por debajo de una depresión. Cabe hacer presente, que se descarta desde ya, que lo afectado sea la mano derecha del actor, en su totalidad como refiere la demanda, ya que se dice que también resultaron aplastados los dedos medio y anular, lo que no fue constatado, en ninguno de los informes. De igual manera de los antecedentes recabados de la Mutualidad, se refiere que durante la recuperación no se le diagnosticó dolor ni mayores complicaciones y tendrá una incapacidad del 7.5%, señalando el perito traumatológico, que si bien se trata de una lesión grave por ser amputación, ello sólo repercute en una leve pérdida de capacidad, y que de igual manera podrá efectuar las labores que antes realizaba, lo que en definitiva hizo el actor, con fecha 02.07.2010, cuando se reincorporó a sus funciones, de lo cual la demandada acompañó fotos, en que se efectuaban faenas y figuraba el actor prestado servicios, en concreto llevando una carretilla. DECIMOCUARTO: Que, respecto al daño moral, cuya concepción y aplicación como consecuencia de la responsabilidad extra contractual y contractual, muy particularmente esta última, se ha incrementado por la vía de la creación jurisprudencial, para concordar en que éste se identifica con los dolores y turbaciones psíquicas que derivan del quebranto padecido. Así nuestros tribunales han dicho que el daño moral es el dolor, la aflicción, el pesar en la víctima o en sus parientes más cercanos o aquel que consiste en el dolor psíquico y aún físico que se experimenta a raíz de un suceso ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

409

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

determinado. Estos daños, en consecuencia, son aquéllos que se refieren al patrimonio espiritual, a los bienes inmateriales, tales como la salud, el honor, la libertad y otros análogos. Que, sin embargo, otra cosa es el quantum de la indemnización por daño moral el cual, ciertamente, no es compensatorio, desde que no es objetivamente dimensionable, sino que debe ser sólo reparatorio, por lo que debe estar destinado a morigerar, disminuir o atenuar las consecuencias del mal sufrido, en consecuencia, en el caso en comento resulta evidente que el demandante, experimentó dolor y sufrimiento, como consecuencia de la amputación de la tercera falange de dedo meñique de su mano derecha Cabe hacer presente que el actor, en la actualidad tiene 45 años, esto es, una edad en la que mayoritariamente las personas se encuentran es su etapa más productiva desde el punto de vista laboral, más fértil también en materia de planes y proyectos de vida, que no tenía enfermedades inhabilitantes previas, y por último y sin perder de vista el Tribunal que la indemnización que se procure por esta vía tiene por objeto reparar, aunque sea en parte, el daño moral experimentado por el actor, éste se estimará prudencialmente en la suma de $ 6.000.000 (seis millones de pesos). DECIMOQUINTO: Que, el demandante solicita el pago de la suma de $ 16.200.000 a título de lucro cesante, fundado en que ha sufrido una merma en su patrimonio desde que se ha disminuido su capacidad laboral futura, en un alto porcentaje en atención al hecho de que el monto de su remuneración, ascendía aproximadamente a $ 270.000, mensuales, se multiplica $ 270.000 por 12 ( para obtener la remuneración anual) y luego por 20 (años que van desde esta fecha hasta que cumpla 65 años de edad) resulta un total de $ 64.800.000. Luego aplica de forma prudencial una disminución de su capacidad de ganancias, ya que por su condición de obrero sin mayor capacitación, 25%, resulta el monto demandado. DÉCIMOSEXTO: Que, la indemnización por lucro cesante tiene por objeto compensar lo que la víctima haya dejado de ganar o dejará de percibir en el futuro, por efecto del daño sufrido, por efecto del daño sufrido, y la determinación del lucro cesante, debe corresponder u obedecer, a criterios objetivos y comprobados, y en la especie, si bien es cierto se ha establecido la entidad de la lesiones sufridas por el actor, no es menos cierto que, no existen antecedentes suficientes en orden a acreditar que el actor haya dejado de ganar o dejará de percibir en el futuro por efecto del daño sufrido, y por ende, no resultando útiles al efecto las pretensiones basadas en posibilidades. De otro lado, debe apreciarse que el demandante se encuentra acogido al seguro contra riesgos de accidentes del trabajo que establece la Ley Nº 16.744. y que se reincorporó a sus funciones sin mayores problemas, incluso se pactó como convención probatoria el hecho de la reincorporación. Ahora si bien se incorporó como prueba nueva, el acta de reclamo, ante la Inspección del Trabajo por haber sido despedido el actor, ello no altera lo concluido ya que lo constatado es, que el actor volvió y desempeñó sus labores habituales y el término, de la relación es por el término de la obra o faena, siendo que es el propio actor, quien ha referido desempeñarse en virtud de diversos contratos por obra, lo que es común en el área de la construcción en que se desempeña el actor. Que, conforme a lo antes expuesto, se estima procedente rechazar la pretensión de pago por concepto de lucro cesante. DECIMOSÉPTIMO: Que, la prueba se apreció de conformidad a las reglas de la sana critica, y que la demás prueba documental y pericial incorporada, en nada alteran las conclusiones expresadas en los fundamentos anteriores. Y visto lo dispuesto en los artículos 19 N° 1 de la Constitución Política de la República, 7, 184, 446 y siguientes del Código del Trabajo, artículo 66 bis de la Ley Nº 16.744 y decreto supremo Nº 76 del Ministerio del Trabajo, se declara: I. Que, SE ACOGE la demanda deducida, en cuanto se declara que el día 30 de abril de 2010, don Serafín Antonio Ortega Fuentes prestaba servicios para la demandada Mellado y Compañía Limitada, cuando sufrió la amputación completa de la tercera falange dedo meñique de su mano derecha, accidente respecto del cual a la citada sociedad le asiste responsabilidad en razón de no haber cumplido con su obligación como lo dispone el artículo 184 del Código del Trabajo y, como consecuencia, deberá pagarle la suma de $ 6.000.000. por concepto de daño moral, con más el reajuste que prevé el artículo 63 del Código del Trabajo.

410

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

determinado. Estos daños, en consecuencia, son aquéllos que se refieren al patrimonio espiritual, a los bienes inmateriales, tales como la salud, el honor, la libertad y otros análogos. Que, sin embargo, otra cosa es el quantum de la indemnización por daño moral el cual, ciertamente, no es compensatorio, desde que no es objetivamente dimensionable, sino que debe ser sólo reparatorio, por lo que debe estar destinado a morigerar, disminuir o atenuar las consecuencias del mal sufrido, en consecuencia, en el caso en comento resulta evidente que el demandante, experimentó dolor y sufrimiento, como consecuencia de la amputación de la tercera falange de dedo meñique de su mano derecha Cabe hacer presente que el actor, en la actualidad tiene 45 años, esto es, una edad en la que mayoritariamente las personas se encuentran es su etapa más productiva desde el punto de vista laboral, más fértil también en materia de planes y proyectos de vida, que no tenía enfermedades inhabilitantes previas, y por último y sin perder de vista el Tribunal que la indemnización que se procure por esta vía tiene por objeto reparar, aunque sea en parte, el daño moral experimentado por el actor, éste se estimará prudencialmente en la suma de $ 6.000.000 (seis millones de pesos). DECIMOQUINTO: Que, el demandante solicita el pago de la suma de $ 16.200.000 a título de lucro cesante, fundado en que ha sufrido una merma en su patrimonio desde que se ha disminuido su capacidad laboral futura, en un alto porcentaje en atención al hecho de que el monto de su remuneración, ascendía aproximadamente a $ 270.000, mensuales, se multiplica $ 270.000 por 12 ( para obtener la remuneración anual) y luego por 20 (años que van desde esta fecha hasta que cumpla 65 años de edad) resulta un total de $ 64.800.000. Luego aplica de forma prudencial una disminución de su capacidad de ganancias, ya que por su condición de obrero sin mayor capacitación, 25%, resulta el monto demandado. DÉCIMOSEXTO: Que, la indemnización por lucro cesante tiene por objeto compensar lo que la víctima haya dejado de ganar o dejará de percibir en el futuro, por efecto del daño sufrido, por efecto del daño sufrido, y la determinación del lucro cesante, debe corresponder u obedecer, a criterios objetivos y comprobados, y en la especie, si bien es cierto se ha establecido la entidad de la lesiones sufridas por el actor, no es menos cierto que, no existen antecedentes suficientes en orden a acreditar que el actor haya dejado de ganar o dejará de percibir en el futuro por efecto del daño sufrido, y por ende, no resultando útiles al efecto las pretensiones basadas en posibilidades. De otro lado, debe apreciarse que el demandante se encuentra acogido al seguro contra riesgos de accidentes del trabajo que establece la Ley Nº 16.744. y que se reincorporó a sus funciones sin mayores problemas, incluso se pactó como convención probatoria el hecho de la reincorporación. Ahora si bien se incorporó como prueba nueva, el acta de reclamo, ante la Inspección del Trabajo por haber sido despedido el actor, ello no altera lo concluido ya que lo constatado es, que el actor volvió y desempeñó sus labores habituales y el término, de la relación es por el término de la obra o faena, siendo que es el propio actor, quien ha referido desempeñarse en virtud de diversos contratos por obra, lo que es común en el área de la construcción en que se desempeña el actor. Que, conforme a lo antes expuesto, se estima procedente rechazar la pretensión de pago por concepto de lucro cesante. DECIMOSÉPTIMO: Que, la prueba se apreció de conformidad a las reglas de la sana critica, y que la demás prueba documental y pericial incorporada, en nada alteran las conclusiones expresadas en los fundamentos anteriores. Y visto lo dispuesto en los artículos 19 N° 1 de la Constitución Política de la República, 7, 184, 446 y siguientes del Código del Trabajo, artículo 66 bis de la Ley Nº 16.744 y decreto supremo Nº 76 del Ministerio del Trabajo, se declara: I. Que, SE ACOGE la demanda deducida, en cuanto se declara que el día 30 de abril de 2010, don Serafín Antonio Ortega Fuentes prestaba servicios para la demandada Mellado y Compañía Limitada, cuando sufrió la amputación completa de la tercera falange dedo meñique de su mano derecha, accidente respecto del cual a la citada sociedad le asiste responsabilidad en razón de no haber cumplido con su obligación como lo dispone el artículo 184 del Código del Trabajo y, como consecuencia, deberá pagarle la suma de $ 6.000.000. por concepto de daño moral, con más el reajuste que prevé el artículo 63 del Código del Trabajo.

410

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

411

II. Que, SE RECHAZA la demanda en las demás pretensiones. III. Que, NO SE CONDENA a la demandada al pago de las costas de la causa, en razón de no haber resultado totalmente vencida. IV. Ejecutoriada esta sentencia, cúmplase lo dispuesto en ella, dentro de quinto día. En caso contrario, certifíquese dicha circunstancia y pasen los antecedentes al Juzgado de Cobranza Laboral y Previsional. Regístrese, notifíquese a las partes y archívese en su oportunidad. RIT O-2367-2010. Proveyó don Iván Santibáñez Torres, Juez Suplente del Segundo Juzgado de Letras del Trabajo de Santiago

II. Que, SE RECHAZA la demanda en las demás pretensiones. III. Que, NO SE CONDENA a la demandada al pago de las costas de la causa, en razón de no haber resultado totalmente vencida. IV. Ejecutoriada esta sentencia, cúmplase lo dispuesto en ella, dentro de quinto día. En caso contrario, certifíquese dicha circunstancia y pasen los antecedentes al Juzgado de Cobranza Laboral y Previsional. Regístrese, notifíquese a las partes y archívese en su oportunidad. RIT O-2367-2010. Proveyó don Iván Santibáñez Torres, Juez Suplente del Segundo Juzgado de Letras del Trabajo de Santiago ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

411

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Santiago, siete de julio de dos mil diez. VISTOS, OÍDOS Y CONSIDERANDO: PRIMERO: La demanda deducida por don Fernando Patricio Poblete Suárez, empleado agrícola, con domicilio en sitio 19, Población Colo Colo, comuna de Curacaví, en contra de su empleadora, Solimoes Limitada, del giro agrícola, representada por don Alejandro Molina Sánchez, ignora profesión u oficio, ambos con domicilio en calle Juan XXIII N° 6450, oficina 33, comuna de Vitacura, en que se pretende se condene al demandado al pago de indemnizaciones por accidente del trabajo. La contestación presentada por doña Andrea Valpreda Zamorano, abogado, en representación de Sociedad Comercial Agropecuaria Importadora y Exportadora Limitada, ambas domiciliadas en calle Juan XXIII N° 6450, oficina 33, comuna de Vitacura, en que se solicita el rechazo de la demanda, con costas. SEGUNDO: La demanda se funda en una relación laboral que comenzó el día primero de febrero de dos mil siete, desarrollando el actor la labor de maquinista agrícola, con una remuneración mensual que ascendía a la suma de $ 148.925. Agrega que, el día 15 de noviembre de 2008, en horario de trabajo y mientras se desempeñaba como maquinista agrícola en el predio Hortolaza, se percató que la batería del tractor que manejaba su compañero había quedado en pana, falla producida por la falta de mantención, por lo que detuvo su tractor, se bajó a verificar la situación y mientras estaba de rodillas, intentando hacer puente, sintió que el tractor se movió rápidamente, atropellándole la pierna izquierda desde atrás, cayendo al suelo por lo que la máquina pasó por encima de él. Llegada la ambulancia de la AChS, fue trasladado a la Posta de Melipilla sin que se le realizara ningún procedimiento médico, por lo que, ante la gravedad de sus lesiones, fue trasladado al estadio de esa ciudad, donde fue ingresado a un helicóptero y llevado al Hospital del Trabajador, al que llegó a la 16:00.. Expresa que, luego de varias cirugías, quedó con secuelas consistentes en la pérdida de la visión del ojo derecho, con fractura del macizo facial con pérdida de dientes y deformación severa de su rostro. Alega, en cuanto al derecho, que habiéndose producido este accidente durante su jornada laboral, al ordenársele trabajar en condiciones de seguridad defectuosas y sin medidas adecuadas, el accidente fue causado por la negligencia culpable de la demandada en el cumplimiento de su deber de prevención y cuidado, respecto del que debió actuar con sumo cuidado. Ello significa que la demandada incurrió en un incumplimiento contractual, debiendo indemnizar todo daño producido, especificando, en cuanto al daño moral, que los fuertes dolores de cabeza posteriores, la lesión física, los daños psicológicos, las hospitalizaciones y operaciones, las jornadas en el hospital, viajes diarios durante meses para realizarse los tratamientos y la pérdida de su capacidad de trabajo han significado truncar su futuro, encontrándose incapacitado, con mínimas expectativas de trabajo, lo que ha modificado su estado de ánimo, haciendo presente su edad de 35 años y su estado civil de soltero. En cuanto al lucro cesante, indica que el decreto supremo N° 109, que aprobó el reglamento para la calificación y evaluación de accidentes del trabajo, valora en un 30% la pérdida de la capacidad de ganancia en su caso, debiendo estimarse que el lucro cesante es la pérdida de una ganancia o utilidad derivada del hecho dañoso, o de la culpa del demandado, sin que sea necesaria una absoluta y completa certeza del daño. Finaliza solicitando se acoja la demanda, y se condene a la demandada al pago de $ 200.000.000 por daño moral y $ 52.049.287. por lucro cesante, con intereses, reajustes y costas. TERCERO: La demandada al contestar, reconoce que el actor comenzó a prestar servicios el día 01 de febrero de 2007 como maquinista, agregando que fue permanentemente capacitado para desarrollar sus labores, dentro de las cuales se encuentra la mantención y conducción de tractores, contando

412

I. SENTENCIA DEL JUZGADO DE LETRAS DEL TRABAJO

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol N° 1021-2010 Cita online: CL/JUR/15113/2010

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol N° 1021-2010 Cita online: CL/JUR/15113/2010

I. SENTENCIA DEL JUZGADO DE LETRAS DEL TRABAJO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Santiago, siete de julio de dos mil diez. VISTOS, OÍDOS Y CONSIDERANDO: PRIMERO: La demanda deducida por don Fernando Patricio Poblete Suárez, empleado agrícola, con domicilio en sitio 19, Población Colo Colo, comuna de Curacaví, en contra de su empleadora, Solimoes Limitada, del giro agrícola, representada por don Alejandro Molina Sánchez, ignora profesión u oficio, ambos con domicilio en calle Juan XXIII N° 6450, oficina 33, comuna de Vitacura, en que se pretende se condene al demandado al pago de indemnizaciones por accidente del trabajo. La contestación presentada por doña Andrea Valpreda Zamorano, abogado, en representación de Sociedad Comercial Agropecuaria Importadora y Exportadora Limitada, ambas domiciliadas en calle Juan XXIII N° 6450, oficina 33, comuna de Vitacura, en que se solicita el rechazo de la demanda, con costas. SEGUNDO: La demanda se funda en una relación laboral que comenzó el día primero de febrero de dos mil siete, desarrollando el actor la labor de maquinista agrícola, con una remuneración mensual que ascendía a la suma de $ 148.925. Agrega que, el día 15 de noviembre de 2008, en horario de trabajo y mientras se desempeñaba como maquinista agrícola en el predio Hortolaza, se percató que la batería del tractor que manejaba su compañero había quedado en pana, falla producida por la falta de mantención, por lo que detuvo su tractor, se bajó a verificar la situación y mientras estaba de rodillas, intentando hacer puente, sintió que el tractor se movió rápidamente, atropellándole la pierna izquierda desde atrás, cayendo al suelo por lo que la máquina pasó por encima de él. Llegada la ambulancia de la AChS, fue trasladado a la Posta de Melipilla sin que se le realizara ningún procedimiento médico, por lo que, ante la gravedad de sus lesiones, fue trasladado al estadio de esa ciudad, donde fue ingresado a un helicóptero y llevado al Hospital del Trabajador, al que llegó a la 16:00.. Expresa que, luego de varias cirugías, quedó con secuelas consistentes en la pérdida de la visión del ojo derecho, con fractura del macizo facial con pérdida de dientes y deformación severa de su rostro. Alega, en cuanto al derecho, que habiéndose producido este accidente durante su jornada laboral, al ordenársele trabajar en condiciones de seguridad defectuosas y sin medidas adecuadas, el accidente fue causado por la negligencia culpable de la demandada en el cumplimiento de su deber de prevención y cuidado, respecto del que debió actuar con sumo cuidado. Ello significa que la demandada incurrió en un incumplimiento contractual, debiendo indemnizar todo daño producido, especificando, en cuanto al daño moral, que los fuertes dolores de cabeza posteriores, la lesión física, los daños psicológicos, las hospitalizaciones y operaciones, las jornadas en el hospital, viajes diarios durante meses para realizarse los tratamientos y la pérdida de su capacidad de trabajo han significado truncar su futuro, encontrándose incapacitado, con mínimas expectativas de trabajo, lo que ha modificado su estado de ánimo, haciendo presente su edad de 35 años y su estado civil de soltero. En cuanto al lucro cesante, indica que el decreto supremo N° 109, que aprobó el reglamento para la calificación y evaluación de accidentes del trabajo, valora en un 30% la pérdida de la capacidad de ganancia en su caso, debiendo estimarse que el lucro cesante es la pérdida de una ganancia o utilidad derivada del hecho dañoso, o de la culpa del demandado, sin que sea necesaria una absoluta y completa certeza del daño. Finaliza solicitando se acoja la demanda, y se condene a la demandada al pago de $ 200.000.000 por daño moral y $ 52.049.287. por lucro cesante, con intereses, reajustes y costas. TERCERO: La demandada al contestar, reconoce que el actor comenzó a prestar servicios el día 01 de febrero de 2007 como maquinista, agregando que fue permanentemente capacitado para desarrollar sus labores, dentro de las cuales se encuentra la mantención y conducción de tractores, contando

412

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

413

con el equipamiento de seguridad necesario. Asimismo, la empresa cuenta con reglamento interno y los procedimientos de trabajo son informados al trabajador en forma directa, recibiendo charlas informativas al inicio de las faenas. En cuanto a las circunstancias del accidente, expone que el día 15 de noviembre de 2008, mientras se encontraba realizando labores de traslado de silos, el demandante detuvo su tractor para efectuar una revisión, pero sin apagarlo ni engancharlo previamente, acción diferente a la indicada por la empresa, por cuanto según las instrucciones al respecto, lo primero que debió hacer fue detener, apagar y enganchar el tractor, de manera de asegurarse de antemano que no se moviera, acciones que podía efectuar ya que cuenta con licencia para manejar tractores y siete años de experiencia. Lo anterior significa que el demandante, por propia iniciativa, asumió una posición y postura insegura, de lo que se sigue que la empresa no tiene responsabilidad en el accidente, ya que éste se produjo por culpa o negligencia inexcusable del actor. Expone que luego del accidente el actor fue trasladado al centro asistencial más cercano, el Hospital del Melipilla, y posteriormente a la AChS, no siendo efectivo que se le haya abandonado sin recibir asistencia médica y que sólo ante la insistencia de sus acompañantes fuera trasladado en helicóptero al Hospital del Trabajador en Santiago, ya que, de contrario, fue sedado e intubado, recibiendo en ese lugar las primeras atenciones; y gracias a las gestiones del doctor a cargo y del representante de la empresa es que se procuró y coordinó su adecuada atención médica. Alega que no se verifican los requisitos para configurar su responsabilidad en el accidente, dado que no existe alguna obligación incumplida sino una negligencia del actor, puesto que la exigencia contenida en el artículo 184 del Código del Trabajo no alcanza a la cubrir dicha negligencia; por otro lado, no ha habido dolo ni culpa de la empresa, haciendo presente, en este punto, que debe responderse de culpa leve; y tampoco hay una relación de causalidad, ya que no existe conducta de la empresa que pueda llegar a tener la habilidad de eliminar la conducta negligente del actor. Finalmente, en cuanto al daño, objeta y rechaza la existencia, naturaleza y monto del mismo, indicando, respecto del daño moral, que no puede ser indemnizado al ser producto de la propia conducta del demandante, mientras que en cuanto al lucro cesante expone que las remuneraciones futuras son una mera expectativa, y no constituyen un derecho adquirido, a lo que suma el que el actor ha percibido, por ese concepto, una indemnización de la AChS, y que fue autorizado por el Hospital del Trabajador para reintegrarse a su trabajo con fecha 29 de agosto de 2009. Concluye solicitando el rechazo en todas sus partes de la demanda, con costas. CUARTO: Con fecha veinte de mayo del año en curso, se llevó a cabo la audiencia preparatoria, en la que se instó a las partes a arribar a una conciliación, proponiendo bases para ello, gestión que no tuvo resultados. En consecuencia, se determinó como hechos no controvertidos: 1) Que el demandante fue contratado por la demandada con fecha 1 de febrero de 2007, a fin de cumplir labores de maquinista agrícola en base a una remuneración mensual de 148.925; 2) Que el 15 de noviembre de 2008 durante la jornada laboral el actor sufrió un accidente de trabajo; 3) Que producto del accidente el demandante fue trasladado a la posta del Hospital de Melipilla y, desde el Estadio de dicha ciudad, en helicóptero, al Hospital del Trabajador de Santiago. Como hechos a probar, entonces, se fijaron los siguientes: 1) Circunstancias en que se produjo el accidente sufrido por el actor; 2) Lesiones e incapacidad del actor como consecuencia del accidente; 3) Si el actor se expuso imprudentemente al riesgo o por el contrario el accidente se debió a que la demandada no adoptó las medidas necesarias de seguridad; 4) Si el demandante estaba capacitado, y tenía experiencia para operar la máquina o tractor y; 5) Si se ocasionó al demandante daños materiales y morales susceptibles de ser indemnizados por esta vía. QUINTO: En la audiencia de juicio, se rindieron las probanzas ofrecidas en la preparación, comenzándose con la prueba de la parte demandante, quien incorporó Documental, consistente en el Certificado médico emitido por el Hospital del Trabajador, N°401.02.10 de 24 de febrero de 2010. También rindió Testimonial, consistente en los dichos de don Rodolfo Fernando Poblete Valdés, papá del demandante, quien se enteró del accidente porque el administrador le avisó como a las 12:30 de ese día, y el accidente fue a las 8:00.. El actor estaba en el Hospital de Melipilla, en el pasillo, tendido en una camilla, sin atención y con el ojo tapado y tapado con una sábana. Cuando llegó el hijo estaba solo y luego llegó el representante de la demandada, no sabe si hizo algo. Los padres apuraron el tras-

con el equipamiento de seguridad necesario. Asimismo, la empresa cuenta con reglamento interno y los procedimientos de trabajo son informados al trabajador en forma directa, recibiendo charlas informativas al inicio de las faenas. En cuanto a las circunstancias del accidente, expone que el día 15 de noviembre de 2008, mientras se encontraba realizando labores de traslado de silos, el demandante detuvo su tractor para efectuar una revisión, pero sin apagarlo ni engancharlo previamente, acción diferente a la indicada por la empresa, por cuanto según las instrucciones al respecto, lo primero que debió hacer fue detener, apagar y enganchar el tractor, de manera de asegurarse de antemano que no se moviera, acciones que podía efectuar ya que cuenta con licencia para manejar tractores y siete años de experiencia. Lo anterior significa que el demandante, por propia iniciativa, asumió una posición y postura insegura, de lo que se sigue que la empresa no tiene responsabilidad en el accidente, ya que éste se produjo por culpa o negligencia inexcusable del actor. Expone que luego del accidente el actor fue trasladado al centro asistencial más cercano, el Hospital del Melipilla, y posteriormente a la AChS, no siendo efectivo que se le haya abandonado sin recibir asistencia médica y que sólo ante la insistencia de sus acompañantes fuera trasladado en helicóptero al Hospital del Trabajador en Santiago, ya que, de contrario, fue sedado e intubado, recibiendo en ese lugar las primeras atenciones; y gracias a las gestiones del doctor a cargo y del representante de la empresa es que se procuró y coordinó su adecuada atención médica. Alega que no se verifican los requisitos para configurar su responsabilidad en el accidente, dado que no existe alguna obligación incumplida sino una negligencia del actor, puesto que la exigencia contenida en el artículo 184 del Código del Trabajo no alcanza a la cubrir dicha negligencia; por otro lado, no ha habido dolo ni culpa de la empresa, haciendo presente, en este punto, que debe responderse de culpa leve; y tampoco hay una relación de causalidad, ya que no existe conducta de la empresa que pueda llegar a tener la habilidad de eliminar la conducta negligente del actor. Finalmente, en cuanto al daño, objeta y rechaza la existencia, naturaleza y monto del mismo, indicando, respecto del daño moral, que no puede ser indemnizado al ser producto de la propia conducta del demandante, mientras que en cuanto al lucro cesante expone que las remuneraciones futuras son una mera expectativa, y no constituyen un derecho adquirido, a lo que suma el que el actor ha percibido, por ese concepto, una indemnización de la AChS, y que fue autorizado por el Hospital del Trabajador para reintegrarse a su trabajo con fecha 29 de agosto de 2009. Concluye solicitando el rechazo en todas sus partes de la demanda, con costas. CUARTO: Con fecha veinte de mayo del año en curso, se llevó a cabo la audiencia preparatoria, en la que se instó a las partes a arribar a una conciliación, proponiendo bases para ello, gestión que no tuvo resultados. En consecuencia, se determinó como hechos no controvertidos: 1) Que el demandante fue contratado por la demandada con fecha 1 de febrero de 2007, a fin de cumplir labores de maquinista agrícola en base a una remuneración mensual de 148.925; 2) Que el 15 de noviembre de 2008 durante la jornada laboral el actor sufrió un accidente de trabajo; 3) Que producto del accidente el demandante fue trasladado a la posta del Hospital de Melipilla y, desde el Estadio de dicha ciudad, en helicóptero, al Hospital del Trabajador de Santiago. Como hechos a probar, entonces, se fijaron los siguientes: 1) Circunstancias en que se produjo el accidente sufrido por el actor; 2) Lesiones e incapacidad del actor como consecuencia del accidente; 3) Si el actor se expuso imprudentemente al riesgo o por el contrario el accidente se debió a que la demandada no adoptó las medidas necesarias de seguridad; 4) Si el demandante estaba capacitado, y tenía experiencia para operar la máquina o tractor y; 5) Si se ocasionó al demandante daños materiales y morales susceptibles de ser indemnizados por esta vía. QUINTO: En la audiencia de juicio, se rindieron las probanzas ofrecidas en la preparación, comenzándose con la prueba de la parte demandante, quien incorporó Documental, consistente en el Certificado médico emitido por el Hospital del Trabajador, N°401.02.10 de 24 de febrero de 2010. También rindió Testimonial, consistente en los dichos de don Rodolfo Fernando Poblete Valdés, papá del demandante, quien se enteró del accidente porque el administrador le avisó como a las 12:30 de ese día, y el accidente fue a las 8:00.. El actor estaba en el Hospital de Melipilla, en el pasillo, tendido en una camilla, sin atención y con el ojo tapado y tapado con una sábana. Cuando llegó el hijo estaba solo y luego llegó el representante de la demandada, no sabe si hizo algo. Los padres apuraron el trasACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

413

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

lado, se llevaron a su hijo al Hospital del Trabajador en helicóptero, y le dijeron que el demandante se iba a morir en el camino. No sabe qué estaban esperando para trasladarlo. Su sobrino Claudio Poblete que trabajaba con el actor le informó del accidente y también le contó el actor. Hicieron puente de batería a batería, don Jorge Ovalle estaba con el motor encendido, el tractor partió, luego don Jorge echó marcha atrás mientras el actor estaba sacando los cables de las baterías, no alcanzó a sacarlos y ahí le tomó los pies y se fue para atrás, y le pasó por la cara. Según el demandante estaban en un terreno plano. El actor está mal, no puede trabajar y le duele la cabeza, los padres atienden al actor, el testigo es el único que trabaja para la casa. El actor después del accidente ha estado con depresión, dice que las mujeres no lo van a querer y que no puede trabajar. Antes salía con sus amigos, hacían deportes en Curacaví en el club de futbol Santa Inés y ahora no va siquiera a la cancha. El actor ha sido atendido psicológicamente en el Hospital del Trabajador y ha estado tomando medicamentos. El demandante siempre vivió con él, le salió una casa en subsidio y la están pagando sus papás porque no puede trabajar. No le ha tocado al actor presentarse a trabajar, porque dice que le duele mucho la cabeza y la cara, perdió parte de la dentadura, el ojo. Esos dolores son en la cabeza cuando se agacha. El demandante no ha comprado moto, no maneja motos, no sale de la casa. Solicitó también Oficios, de la Inspección del Trabajo de Melipilla y del Hospital del Trabajador de Santiago. Se desistió del oficio al Seremi de Salud de Santiago y de la exhibición documental requerida. SEXTO: Por su parte, la demandada rindió Documental, consistente en 1) Certificado de alta del actor de 27 de agosto de 2009; 2) Formulario de registro individual de información de los riesgos profesionales de 1 de agosto de 2008 y firmado por el actor; 3) Declaración simple firmada por el actor de haber recibido el reglamento interno de la empresa sin fecha; 4) Recibo de implementos de seguridad firmado por el actor, de 12 de agosto de 2008; 5) Libro de asistencia desde el mes de noviembre de 2008; 6) Copia simple de Reglamento Interno de la Empresa; 7) Copia simple del certificado de asistencia de atención que se le brindaron en el Hospital de Melipilla; 8) Ficha de atención de urgencia en el Hospital de Melipilla de 15 de noviembre de 2008; 9) Copia de la licencia de conducir del actor. También rindió Confesional, compareciendo don Fernando Patricio Poblete Suárez, quien expone que era tractorista para la demandada, antes trabajaba en tractores para don Guillermo Jiménez en Curacaví, no recuerda fecha, no podría decir hace cuántos años maneja tractores, más o menos 12 años. No maneja motos, hay en su casa una moto que no es suya. En octubre de 2009 se reincorporó al trabajo porque el doctor lo autorizó si es que podía, y se le encomendó compactar silos, finalmente no lo hizo sino que desempeñó otras actividades, manejo de tractores, segado, corte de pasto, luego sufrió dolores en oído y cabeza, volvió a trabajar pero sentía miedo. Antes del accidente compactaba. Finalmente rindió Testimonial, consistente en los dichos de don Jaime Mendoza Díaz, médico cirujano, quien indica que el demandante fue trasladado por ambulancia AChS el 15 de noviembre de 2008 según el informe, además en los accidentes laborales y de trayecto suelen llegar así. Llegó al servicio de urgencia, fue atendido por los médicos que salían del turno de noche, un cirujano plástico y recibe protección gástrica, vacuna antitetánica y antirrábica. Es evaluado por su turno de la mañana, fue visto por los dos equipos. En urgencia hay un sistema de calificación de los pacientes, C1 es mayor prioridad de atención y significa riesgo vital, el actor fue ingresado en la urgencia a sala de observación en la cama 1, para reanimación, con sistema de aspiración, etc. Eso fue a las 8:00., se hicieron los diagnósticos, TEC grave, estallido ocular derecho y fractura del macizo facial y clasificación de gravedad de la fractura facial. Se le intubó, se introdujo antibióticos, soporte vital, relacionado con vías venosas y suplente hídrico, mientras estuvo en observación tenía parámetros estables y normales, después se recuperó. El empleador llegó alrededor 11:45, a esa hora se consignó entrevista, y colaboró. El traslado del actor al Hospital del Trabajador se hizo en helicóptero después de las 13:00. porque a esa hora se aplicó suero fisiológico; el testigo coordinó desde el servicio de urgencia médica dicho traslado, que fue decidido a las 8:00. por quienes lo recibieron y fue ratificado por el turno siguiente. Su labor fue gestionar el traslado. Tuvo contacto con el empleador planteándole que la empresa Life Care, del seguro, había decidido no trasladar al paciente. A las 10:40 pidió hablar con alguien y había un trabajador pero quedaron a la espera del empleador, el problema era que el Hospital del Trabajador ya estaba coordinado, luego de ello se comunicó con la brigada aeropolicial y el SAMU. Descoordinaciones en el traslado tienen como

414

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

lado, se llevaron a su hijo al Hospital del Trabajador en helicóptero, y le dijeron que el demandante se iba a morir en el camino. No sabe qué estaban esperando para trasladarlo. Su sobrino Claudio Poblete que trabajaba con el actor le informó del accidente y también le contó el actor. Hicieron puente de batería a batería, don Jorge Ovalle estaba con el motor encendido, el tractor partió, luego don Jorge echó marcha atrás mientras el actor estaba sacando los cables de las baterías, no alcanzó a sacarlos y ahí le tomó los pies y se fue para atrás, y le pasó por la cara. Según el demandante estaban en un terreno plano. El actor está mal, no puede trabajar y le duele la cabeza, los padres atienden al actor, el testigo es el único que trabaja para la casa. El actor después del accidente ha estado con depresión, dice que las mujeres no lo van a querer y que no puede trabajar. Antes salía con sus amigos, hacían deportes en Curacaví en el club de futbol Santa Inés y ahora no va siquiera a la cancha. El actor ha sido atendido psicológicamente en el Hospital del Trabajador y ha estado tomando medicamentos. El demandante siempre vivió con él, le salió una casa en subsidio y la están pagando sus papás porque no puede trabajar. No le ha tocado al actor presentarse a trabajar, porque dice que le duele mucho la cabeza y la cara, perdió parte de la dentadura, el ojo. Esos dolores son en la cabeza cuando se agacha. El demandante no ha comprado moto, no maneja motos, no sale de la casa. Solicitó también Oficios, de la Inspección del Trabajo de Melipilla y del Hospital del Trabajador de Santiago. Se desistió del oficio al Seremi de Salud de Santiago y de la exhibición documental requerida. SEXTO: Por su parte, la demandada rindió Documental, consistente en 1) Certificado de alta del actor de 27 de agosto de 2009; 2) Formulario de registro individual de información de los riesgos profesionales de 1 de agosto de 2008 y firmado por el actor; 3) Declaración simple firmada por el actor de haber recibido el reglamento interno de la empresa sin fecha; 4) Recibo de implementos de seguridad firmado por el actor, de 12 de agosto de 2008; 5) Libro de asistencia desde el mes de noviembre de 2008; 6) Copia simple de Reglamento Interno de la Empresa; 7) Copia simple del certificado de asistencia de atención que se le brindaron en el Hospital de Melipilla; 8) Ficha de atención de urgencia en el Hospital de Melipilla de 15 de noviembre de 2008; 9) Copia de la licencia de conducir del actor. También rindió Confesional, compareciendo don Fernando Patricio Poblete Suárez, quien expone que era tractorista para la demandada, antes trabajaba en tractores para don Guillermo Jiménez en Curacaví, no recuerda fecha, no podría decir hace cuántos años maneja tractores, más o menos 12 años. No maneja motos, hay en su casa una moto que no es suya. En octubre de 2009 se reincorporó al trabajo porque el doctor lo autorizó si es que podía, y se le encomendó compactar silos, finalmente no lo hizo sino que desempeñó otras actividades, manejo de tractores, segado, corte de pasto, luego sufrió dolores en oído y cabeza, volvió a trabajar pero sentía miedo. Antes del accidente compactaba. Finalmente rindió Testimonial, consistente en los dichos de don Jaime Mendoza Díaz, médico cirujano, quien indica que el demandante fue trasladado por ambulancia AChS el 15 de noviembre de 2008 según el informe, además en los accidentes laborales y de trayecto suelen llegar así. Llegó al servicio de urgencia, fue atendido por los médicos que salían del turno de noche, un cirujano plástico y recibe protección gástrica, vacuna antitetánica y antirrábica. Es evaluado por su turno de la mañana, fue visto por los dos equipos. En urgencia hay un sistema de calificación de los pacientes, C1 es mayor prioridad de atención y significa riesgo vital, el actor fue ingresado en la urgencia a sala de observación en la cama 1, para reanimación, con sistema de aspiración, etc. Eso fue a las 8:00., se hicieron los diagnósticos, TEC grave, estallido ocular derecho y fractura del macizo facial y clasificación de gravedad de la fractura facial. Se le intubó, se introdujo antibióticos, soporte vital, relacionado con vías venosas y suplente hídrico, mientras estuvo en observación tenía parámetros estables y normales, después se recuperó. El empleador llegó alrededor 11:45, a esa hora se consignó entrevista, y colaboró. El traslado del actor al Hospital del Trabajador se hizo en helicóptero después de las 13:00. porque a esa hora se aplicó suero fisiológico; el testigo coordinó desde el servicio de urgencia médica dicho traslado, que fue decidido a las 8:00. por quienes lo recibieron y fue ratificado por el turno siguiente. Su labor fue gestionar el traslado. Tuvo contacto con el empleador planteándole que la empresa Life Care, del seguro, había decidido no trasladar al paciente. A las 10:40 pidió hablar con alguien y había un trabajador pero quedaron a la espera del empleador, el problema era que el Hospital del Trabajador ya estaba coordinado, luego de ello se comunicó con la brigada aeropolicial y el SAMU. Descoordinaciones en el traslado tienen como

414

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

415

causa una mala evaluación inicial del paciente. La información incompleta la dio el médico de la ambulancia UTI Life Care, que llegó a las 10:30, aproximadamente, gestionada por la AChS. El traslado en helicóptero fue por rapidez, y porque había pasado mucho tiempo. Él es el residente obstétrico y no fue el médico del paciente. La calificación de fuera de alcance significa que las lesiones son tan graves que no hay posibilidad de vida. No tiene problemas de cama el Hospital, pero no tienen camas críticas, que es la que requería el actor. No recuerda haber hablado con el padre del actor. Declaró don Aurelio del Carmen Loyola Concha, quien estaba en la llavería de un campo donde se guardan las máquinas; el día del accidente el actor estaba con otra persona, que manejaban tractores pero no vio el accidente. El aviso al empleador lo dio él, cuando fue el accidente el otro compañero le avisó al testigo y él aviso al empleador. La otra persona le informó que el tractor atropelló al actor, no sabe cuál fue. La hora del accidente fue entre 07:00. a 07:30. de la mañana, el otro tractorista era Jorge y no le dio mayores explicaciones, el testigo es jefe del fundo. Primero llamó a la ambulancia de la AChS, que llegó en 15 minutos y en ese lapso llamó al empleador. El empleador no fue al campo. Expuso también don Luis Alberto Sanhueza Muñoz, quien indica que la empresa entrega los reglamentos internos a los trabajadores y tienen todas las medidas de seguridad. Este año trabajó una temporada corta con el actor, a fines de septiembre en la temporada pasada, estuvieron en Cuesta Ibacache, el actor pisaba silos manejando tractores. Al actor lo conoce desde septiembre de 2009, no sabe en qué trabajaba antes porque se desempeña por temporadas. Cuando llegó a trabajar se enteró del accidente del actor, que él le comunicó, porque trabajan juntos. La labor de la temporada duró como una semana, no tenía jefatura respecto del actor. Trabaja desde septiembre de 2009 hasta ahora, que sigue en la empresa. Finalmente depuso don Jorge Enrique Osses Kunz, presta asesoría técnica mecánica a la empresa, las máquinas están en buen estado, revisó el tractor del actor, que estaba en buen estado. No está a cargo de la maquinaria de la empresa, asesora, es una empresa que trae repuestos y hace mantención. Es técnico mecánico industrial y estudió ingeniería comercial. La revisión de maquinaria se hace cuando se informa que está mala, se traen repuestos y se cambian. Generalmente una vez al año y también por las fallas. No sabe cuántos tractores tiene la empresa. Tratan maquinaria autopropulsada, como tractores y máquinas picadoras y siladoras. Ello lo hace desde el 2002, no recuerda en especial alguna petición en el año 2008. Lo que queda como documento de la mantención es la compra de repuestos. Cuando hay alguna máquina mala se comunican por teléfono y hay un formulario interno con las averías, y cuando es urgente se va de un día para otro. Los problemas de partida de motor son urgentes. SÉPTIMO: Previo a realizar el análisis de la prueba desde la perspectiva de los hechos que deben ser probados en juicio, se resolverá la impugnación documental deducida por la parte actora en la audiencia de juicio, respecto de los documentos incorporados por la demandada bajo los números 2 y 3. Al respecto, cabe tener en consideración que el fundamento de la objeción documental radica en que el actor no habría suscrito el formulario de registro individual de información de los riesgos profesionales ni la declaración de recepción del reglamento interno de la empresa, alegación respecto de la cual la demandada contestó aseverando la efectividad de haber suscrito el trabajador la referida documentación. Al haberse dejado para la sentencia definitiva la objeción, se efectuó a la parte actora, por parte del tribunal, la consulta respecto de si ofrecería prueba para tal efecto, contestando en forma negativa el apoderado de la parte actora, al indicar que la falsificación de la firma era ostensible, por lo que no se decretó prueba respecto de la referida objeción. En ese estado de cosas, no queda sino a esta juez desechar la objeción deducida, por cuanto, del examen acucioso efectuado por quien, en todo caso, no tiene los conocimientos necesarios para dilucidar el objeto de la impugnación, no aparecen diferencias en la ejecución de la firma que permitan adquirir certeza en cuanto a la falsedad de firma. Ello se aprecia del tenor de la autorización de poder de 13 de abril del año en curso, suscrita por el trabajador, que no manifiesta diferencias evidentes, al menos para quien no es experto en la materia, respecto de los documentos impugnados. En ese entendido, entonces, y siendo carga probatoria de quien impugna demostrar la inefectividad de la suscripción de los documentos, es que se rechazará la objeción planteada.

causa una mala evaluación inicial del paciente. La información incompleta la dio el médico de la ambulancia UTI Life Care, que llegó a las 10:30, aproximadamente, gestionada por la AChS. El traslado en helicóptero fue por rapidez, y porque había pasado mucho tiempo. Él es el residente obstétrico y no fue el médico del paciente. La calificación de fuera de alcance significa que las lesiones son tan graves que no hay posibilidad de vida. No tiene problemas de cama el Hospital, pero no tienen camas críticas, que es la que requería el actor. No recuerda haber hablado con el padre del actor. Declaró don Aurelio del Carmen Loyola Concha, quien estaba en la llavería de un campo donde se guardan las máquinas; el día del accidente el actor estaba con otra persona, que manejaban tractores pero no vio el accidente. El aviso al empleador lo dio él, cuando fue el accidente el otro compañero le avisó al testigo y él aviso al empleador. La otra persona le informó que el tractor atropelló al actor, no sabe cuál fue. La hora del accidente fue entre 07:00. a 07:30. de la mañana, el otro tractorista era Jorge y no le dio mayores explicaciones, el testigo es jefe del fundo. Primero llamó a la ambulancia de la AChS, que llegó en 15 minutos y en ese lapso llamó al empleador. El empleador no fue al campo. Expuso también don Luis Alberto Sanhueza Muñoz, quien indica que la empresa entrega los reglamentos internos a los trabajadores y tienen todas las medidas de seguridad. Este año trabajó una temporada corta con el actor, a fines de septiembre en la temporada pasada, estuvieron en Cuesta Ibacache, el actor pisaba silos manejando tractores. Al actor lo conoce desde septiembre de 2009, no sabe en qué trabajaba antes porque se desempeña por temporadas. Cuando llegó a trabajar se enteró del accidente del actor, que él le comunicó, porque trabajan juntos. La labor de la temporada duró como una semana, no tenía jefatura respecto del actor. Trabaja desde septiembre de 2009 hasta ahora, que sigue en la empresa. Finalmente depuso don Jorge Enrique Osses Kunz, presta asesoría técnica mecánica a la empresa, las máquinas están en buen estado, revisó el tractor del actor, que estaba en buen estado. No está a cargo de la maquinaria de la empresa, asesora, es una empresa que trae repuestos y hace mantención. Es técnico mecánico industrial y estudió ingeniería comercial. La revisión de maquinaria se hace cuando se informa que está mala, se traen repuestos y se cambian. Generalmente una vez al año y también por las fallas. No sabe cuántos tractores tiene la empresa. Tratan maquinaria autopropulsada, como tractores y máquinas picadoras y siladoras. Ello lo hace desde el 2002, no recuerda en especial alguna petición en el año 2008. Lo que queda como documento de la mantención es la compra de repuestos. Cuando hay alguna máquina mala se comunican por teléfono y hay un formulario interno con las averías, y cuando es urgente se va de un día para otro. Los problemas de partida de motor son urgentes. SÉPTIMO: Previo a realizar el análisis de la prueba desde la perspectiva de los hechos que deben ser probados en juicio, se resolverá la impugnación documental deducida por la parte actora en la audiencia de juicio, respecto de los documentos incorporados por la demandada bajo los números 2 y 3. Al respecto, cabe tener en consideración que el fundamento de la objeción documental radica en que el actor no habría suscrito el formulario de registro individual de información de los riesgos profesionales ni la declaración de recepción del reglamento interno de la empresa, alegación respecto de la cual la demandada contestó aseverando la efectividad de haber suscrito el trabajador la referida documentación. Al haberse dejado para la sentencia definitiva la objeción, se efectuó a la parte actora, por parte del tribunal, la consulta respecto de si ofrecería prueba para tal efecto, contestando en forma negativa el apoderado de la parte actora, al indicar que la falsificación de la firma era ostensible, por lo que no se decretó prueba respecto de la referida objeción. En ese estado de cosas, no queda sino a esta juez desechar la objeción deducida, por cuanto, del examen acucioso efectuado por quien, en todo caso, no tiene los conocimientos necesarios para dilucidar el objeto de la impugnación, no aparecen diferencias en la ejecución de la firma que permitan adquirir certeza en cuanto a la falsedad de firma. Ello se aprecia del tenor de la autorización de poder de 13 de abril del año en curso, suscrita por el trabajador, que no manifiesta diferencias evidentes, al menos para quien no es experto en la materia, respecto de los documentos impugnados. En ese entendido, entonces, y siendo carga probatoria de quien impugna demostrar la inefectividad de la suscripción de los documentos, es que se rechazará la objeción planteada. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

415

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

OCTAVO: En cuanto al fondo del asunto, siendo absolutamente necesario, en primer lugar, para decidirlo, el conocer las circunstancias del accidente, es que se analizarán las pruebas rendidas sobre ese punto. Previo a ello, es pertinente tener presente que las partes se encuentran contestes en cuanto a que éste ocurrió con fecha 15 de noviembre de 2008, mientras el actor se desempeñaba en funciones de conducción de tractores, en el predio Hortolaza. Ahora bien, tampoco existe controversia respecto de que el demandante se bajó de su tractor, siendo en esas circunstancias atropellado por un tractor, el que pasó por sobre su cara, cuestión que puede desprenderse, en todo caso, de la ubicación de las lesiones del demandante, todas en su cara, según se colige de la epicrisis enviada por la Asociación Chilena de Seguridad como respuesta de oficio, en que consta que el diagnóstico al 19 de enero de 2010, era de incompetencia palpebral inferior derecha y atrofia ósea maxilar post traumática, y ratificado con el tenor del informe médico incorporado por la parte actora, en que consta que el actor tuvo como diagnóstico extrusión globo ocular derecho, fractura compleja macizo facial, ambos operados, y pérdida del globo ocular derecho. Respecto de las circunstancias en que ocurrió el accidente del trabajador, se tendrá en consideración el tenor del informe de fiscalización emanado de la Inspección Provincial del Trabajo de Melipilla, remitido a través de una respuesta de oficio, en que se aprecia en la sección informe específico que no hubo testigos presenciales inmediatos. Ello se condice con lo manifestado por el testigo Sr. Loyola, jefe del fundo en que laboraba el actor, quien estaba en el lugar en que se produjo el accidente, pero no lo vio, señalando que el otro tractorista no dio mayores explicaciones a su respecto. Por lo mismo, se estará a la versión entregada por el actor en su demanda ya que es la única persona que puede entregar una versión fidedigna al efecto, en cuanto los hechos ocurrieron mientras intentaba hacer puente entre la batería de su tractor y el de su compañero de trabajo, hecho ratificado a través de los dichos del testigo de dicha parte Sr. Poblete, quien expone que el demandante le manifestó, junto con Claudio Poblete, que hicieron puente entre las baterías, partiendo luego el tractor del Sr. Jorge Ovalle, el que comenzó a retroceder, impactando al trabajador. NOVENO: Establecidas esas circunstancias del accidente, cabe pronunciarse respecto de las responsabilidades, que en el hecho mismo, pueden determinarse respecto de los participantes del mismo. Por un lado, cabe tener en consideración que fue materia de prueba en juicio tanto la exposición del actor al riesgo y la adopción de medidas de seguridad, como la capacitación y experiencia del demandante en la conducción de tractores. En ese último punto, es posible destacar que la experiencia del demandante en la conducción de tractores fue establecida mediante la prueba confesional, al admitir éste que manejaba tractores desde hace aproximadamente 12 años, agregando que antes del accidente compactaba silos; mientras que su habilitación para efectuar dichas labores puede colegirse de la copia de su licencia de conductor incorporada por la parte demandada, en la que consta que cuenta con licencia clase D siendo su último control en el mes de noviembre de 2003, la que, según se establece por el artículo 12 de la Ley de Tránsito, habilita para la conducción de maquinaria automotriz, entre ellas, los tractores. Siguiendo con el aspecto de la capacitación, del contenido del formulario de registro individual de información de los riesgos profesionales suscrito por el demandante, puede establecerse que se indicó, en el cuadro de riesgos, en el ámbito en que se desempeñaba el actor, la posibilidad de golpes con camiones, camionetas furgones y/o autos, indicándose como medidas preventivas el uso correcto de equipos de protección personal, capacitación, y el respeto a las normas de tránsito, no transportar personas en vehículos no destinados para ello y respetar los límites máximos de velocidad. Consta, asimismo, a través del documento declaración simple, que el actor manifiesta haber recibido copia del reglamento interno; sin embargo, dicho documento no tiene fecha, motivo por el cual no puede tenerse por asentada la oportunidad en que éste tomó conocimiento del reglamento interno, instrumento este último que, en todo caso, tampoco tiene fecha exacta de expedición, toda vez que aparece otorgado, en su título final, en el año 2008, sin precisarse el mes y día en que ello ocurrió, por lo que no es posible tener por establecido que este instrumento existía antes del accidente y menos aún, por ende, que fue puesto en conocimiento del actor en forma previa a dicho suceso, a lo que cabe sumar la fiscalización efectuada por la Inspección del Trabajo competente, que expresa, como una de las infracciones detectadas, el no contar con reglamento interno de ornde, higiene y seguridad. A la conclusión antes indicada no obstan los dichos del testigo

416

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

OCTAVO: En cuanto al fondo del asunto, siendo absolutamente necesario, en primer lugar, para decidirlo, el conocer las circunstancias del accidente, es que se analizarán las pruebas rendidas sobre ese punto. Previo a ello, es pertinente tener presente que las partes se encuentran contestes en cuanto a que éste ocurrió con fecha 15 de noviembre de 2008, mientras el actor se desempeñaba en funciones de conducción de tractores, en el predio Hortolaza. Ahora bien, tampoco existe controversia respecto de que el demandante se bajó de su tractor, siendo en esas circunstancias atropellado por un tractor, el que pasó por sobre su cara, cuestión que puede desprenderse, en todo caso, de la ubicación de las lesiones del demandante, todas en su cara, según se colige de la epicrisis enviada por la Asociación Chilena de Seguridad como respuesta de oficio, en que consta que el diagnóstico al 19 de enero de 2010, era de incompetencia palpebral inferior derecha y atrofia ósea maxilar post traumática, y ratificado con el tenor del informe médico incorporado por la parte actora, en que consta que el actor tuvo como diagnóstico extrusión globo ocular derecho, fractura compleja macizo facial, ambos operados, y pérdida del globo ocular derecho. Respecto de las circunstancias en que ocurrió el accidente del trabajador, se tendrá en consideración el tenor del informe de fiscalización emanado de la Inspección Provincial del Trabajo de Melipilla, remitido a través de una respuesta de oficio, en que se aprecia en la sección informe específico que no hubo testigos presenciales inmediatos. Ello se condice con lo manifestado por el testigo Sr. Loyola, jefe del fundo en que laboraba el actor, quien estaba en el lugar en que se produjo el accidente, pero no lo vio, señalando que el otro tractorista no dio mayores explicaciones a su respecto. Por lo mismo, se estará a la versión entregada por el actor en su demanda ya que es la única persona que puede entregar una versión fidedigna al efecto, en cuanto los hechos ocurrieron mientras intentaba hacer puente entre la batería de su tractor y el de su compañero de trabajo, hecho ratificado a través de los dichos del testigo de dicha parte Sr. Poblete, quien expone que el demandante le manifestó, junto con Claudio Poblete, que hicieron puente entre las baterías, partiendo luego el tractor del Sr. Jorge Ovalle, el que comenzó a retroceder, impactando al trabajador. NOVENO: Establecidas esas circunstancias del accidente, cabe pronunciarse respecto de las responsabilidades, que en el hecho mismo, pueden determinarse respecto de los participantes del mismo. Por un lado, cabe tener en consideración que fue materia de prueba en juicio tanto la exposición del actor al riesgo y la adopción de medidas de seguridad, como la capacitación y experiencia del demandante en la conducción de tractores. En ese último punto, es posible destacar que la experiencia del demandante en la conducción de tractores fue establecida mediante la prueba confesional, al admitir éste que manejaba tractores desde hace aproximadamente 12 años, agregando que antes del accidente compactaba silos; mientras que su habilitación para efectuar dichas labores puede colegirse de la copia de su licencia de conductor incorporada por la parte demandada, en la que consta que cuenta con licencia clase D siendo su último control en el mes de noviembre de 2003, la que, según se establece por el artículo 12 de la Ley de Tránsito, habilita para la conducción de maquinaria automotriz, entre ellas, los tractores. Siguiendo con el aspecto de la capacitación, del contenido del formulario de registro individual de información de los riesgos profesionales suscrito por el demandante, puede establecerse que se indicó, en el cuadro de riesgos, en el ámbito en que se desempeñaba el actor, la posibilidad de golpes con camiones, camionetas furgones y/o autos, indicándose como medidas preventivas el uso correcto de equipos de protección personal, capacitación, y el respeto a las normas de tránsito, no transportar personas en vehículos no destinados para ello y respetar los límites máximos de velocidad. Consta, asimismo, a través del documento declaración simple, que el actor manifiesta haber recibido copia del reglamento interno; sin embargo, dicho documento no tiene fecha, motivo por el cual no puede tenerse por asentada la oportunidad en que éste tomó conocimiento del reglamento interno, instrumento este último que, en todo caso, tampoco tiene fecha exacta de expedición, toda vez que aparece otorgado, en su título final, en el año 2008, sin precisarse el mes y día en que ello ocurrió, por lo que no es posible tener por establecido que este instrumento existía antes del accidente y menos aún, por ende, que fue puesto en conocimiento del actor en forma previa a dicho suceso, a lo que cabe sumar la fiscalización efectuada por la Inspección del Trabajo competente, que expresa, como una de las infracciones detectadas, el no contar con reglamento interno de ornde, higiene y seguridad. A la conclusión antes indicada no obstan los dichos del testigo

416

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

417

de la demandada Sr. Sanhueza, dado que éste expresa de una forma demasiado vaga la efectividad que la empresa entrega los reglamentos internos a los trabajadores, sin otorgar mayor precisión de las circunstancias en que ocurrió en su caso ni en el del actor, como tampoco expresa las fechas en que se habrían verificado tales entregas. DÉCIMO: Ha quedado asentado, entonces, que el actor contaba con experiencia y capacitación en lo relativo a la conducción de tractores. Dado lo anterior, es necesario determinar si, tal como han quedado establecidas las circunstancias en que ocurrió el accidente, en su acaecimiento fue determinante una negligencia del actor o, de contrario, el incumplimiento de la demandada respecto de su obligación de protección eficaz de la vida y salud de sus trabajadores. En ese punto, cabe destacar, en primer lugar, que el motivo por el cual el demandante suspendió sus labores tiene relación con la reparación del tractor de un compañero de labores, haciendo puente. Las acciones que significan la referida maniobra, si bien no fueron especificadas a través de los testimonios en juicio, pueden establecerse a través de las máximas de la experiencia, en cuanto ella se realiza normalmente en los vehículos motorizados de uso común, como los automóviles. En ese sentido, es posible asentar que el puente que se realiza entre autos, consiste en conectar las baterías de los dos vehículos mediante cables que transportan la energía desde aquel que está en funcionamiento al que presenta problemas de partida. Ahora bien, en la realización del puente, normalmente está encendido aquel que entrega su carga al otro, mientras que, para la constatación del éxito del traspaso de energía eléctrica, usualmente se enciende el motor del vehículo receptor. Siendo efectuada la maniobra de puente de la forma antes descrita, mal puede entenderse su realización sin el encendido de motores. En este caso, además, tal como quedó establecido previamente, ha sido el vehículo del compañero de labores del actor el que lo atropelló, por lo que no puede estimarse que ha habido, de parte del demandante, una negligencia en el encendido de motores del tractor receptor de la energía pues él no encendió motor alguno. En consecuencia, y dado que el puente entre tractores fue realizado en la forma en que usualmente se efectúa, el encendido del motor del vehículo receptor no puede ser calificado como un acto negligente. Ahora bien, podría dar lugar a cuestionamientos el que los trabajadores hayan efectuado puente entre dos tractores, pudiendo entenderse que dicha acción es riesgosa y, por ende, imprudente. Sin embargo, en este punto es necesario recordar que no ha quedado establecida la efectividad de existir un reglamento interno de orden, higiene y seguridad en la empresa a la época de ocurrencia del accidente, sin que se haya aportado por la demandada mayor antecedente relativo al cumplimiento de su deber de brindar protección a sus trabajadores. En ese sentido, y si bien es mencionada en el acta de notificación de riesgos profesionales antes indicada, como una medida preventiva de los mismos, la capacitación, no existe constancia en estos antecedentes que la empresa demandada haya previsto la posibilidad que en el desempeño de sus funciones los trabajadores se enfrenten a fallas eléctricas en las maquinarias que operan, lo que explica el que no haya prueba respecto de la existencia de charlas de seguridad o capacitaciones en torno a ese aspecto, y que los testigos que depusieron en la causa, en particular el Sr. Sanhueza, quien manifestó trabajar junto al demandante, no fuesen certeros en indicar de manera concreta que la empresa cuente con medidas de prevención de accidentes relacionados con la maquinaria ni que se hubiera previsto la posibilidad de fallas mecánicas. Esa conclusión se ve confirmada del tenor del informe de fiscalización aportado por la Inspección Provincial del Trabajo de Melipilla, el que deja constancia que en la oportunidad en que se realiza la visita inspectiva, el 26 de noviembre siguiente al accidente de autos, se verificó la ausencia de reglamento interno, de elementos de protección personal y de información a los trabajadores acerca de los riesgos laborales. Atendido lo expresado en el razonamiento anterior respecto de la habilitación del actor para desempeñarse en la conducción de tractores, deber estimarse que la constatación que el demandante no contaba con licencia de conducir clase D se produjo por falta de información. UNDÉCIMO: Lo anteriormente descrito debe ser relacionado con la disposición del artículo 184 del Código del Trabajo. Esa norma impone al empleador la obligación de adoptar todas las medidas que fueren necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de sus trabajadores. Dado que ha formado parte de la discusión en esta causa la determinación de la naturaleza de la responsabilidad que esta norma impone al empleador, en cuanto a si debe responder por ella de la culpa leve o la culpa levísima,

de la demandada Sr. Sanhueza, dado que éste expresa de una forma demasiado vaga la efectividad que la empresa entrega los reglamentos internos a los trabajadores, sin otorgar mayor precisión de las circunstancias en que ocurrió en su caso ni en el del actor, como tampoco expresa las fechas en que se habrían verificado tales entregas. DÉCIMO: Ha quedado asentado, entonces, que el actor contaba con experiencia y capacitación en lo relativo a la conducción de tractores. Dado lo anterior, es necesario determinar si, tal como han quedado establecidas las circunstancias en que ocurrió el accidente, en su acaecimiento fue determinante una negligencia del actor o, de contrario, el incumplimiento de la demandada respecto de su obligación de protección eficaz de la vida y salud de sus trabajadores. En ese punto, cabe destacar, en primer lugar, que el motivo por el cual el demandante suspendió sus labores tiene relación con la reparación del tractor de un compañero de labores, haciendo puente. Las acciones que significan la referida maniobra, si bien no fueron especificadas a través de los testimonios en juicio, pueden establecerse a través de las máximas de la experiencia, en cuanto ella se realiza normalmente en los vehículos motorizados de uso común, como los automóviles. En ese sentido, es posible asentar que el puente que se realiza entre autos, consiste en conectar las baterías de los dos vehículos mediante cables que transportan la energía desde aquel que está en funcionamiento al que presenta problemas de partida. Ahora bien, en la realización del puente, normalmente está encendido aquel que entrega su carga al otro, mientras que, para la constatación del éxito del traspaso de energía eléctrica, usualmente se enciende el motor del vehículo receptor. Siendo efectuada la maniobra de puente de la forma antes descrita, mal puede entenderse su realización sin el encendido de motores. En este caso, además, tal como quedó establecido previamente, ha sido el vehículo del compañero de labores del actor el que lo atropelló, por lo que no puede estimarse que ha habido, de parte del demandante, una negligencia en el encendido de motores del tractor receptor de la energía pues él no encendió motor alguno. En consecuencia, y dado que el puente entre tractores fue realizado en la forma en que usualmente se efectúa, el encendido del motor del vehículo receptor no puede ser calificado como un acto negligente. Ahora bien, podría dar lugar a cuestionamientos el que los trabajadores hayan efectuado puente entre dos tractores, pudiendo entenderse que dicha acción es riesgosa y, por ende, imprudente. Sin embargo, en este punto es necesario recordar que no ha quedado establecida la efectividad de existir un reglamento interno de orden, higiene y seguridad en la empresa a la época de ocurrencia del accidente, sin que se haya aportado por la demandada mayor antecedente relativo al cumplimiento de su deber de brindar protección a sus trabajadores. En ese sentido, y si bien es mencionada en el acta de notificación de riesgos profesionales antes indicada, como una medida preventiva de los mismos, la capacitación, no existe constancia en estos antecedentes que la empresa demandada haya previsto la posibilidad que en el desempeño de sus funciones los trabajadores se enfrenten a fallas eléctricas en las maquinarias que operan, lo que explica el que no haya prueba respecto de la existencia de charlas de seguridad o capacitaciones en torno a ese aspecto, y que los testigos que depusieron en la causa, en particular el Sr. Sanhueza, quien manifestó trabajar junto al demandante, no fuesen certeros en indicar de manera concreta que la empresa cuente con medidas de prevención de accidentes relacionados con la maquinaria ni que se hubiera previsto la posibilidad de fallas mecánicas. Esa conclusión se ve confirmada del tenor del informe de fiscalización aportado por la Inspección Provincial del Trabajo de Melipilla, el que deja constancia que en la oportunidad en que se realiza la visita inspectiva, el 26 de noviembre siguiente al accidente de autos, se verificó la ausencia de reglamento interno, de elementos de protección personal y de información a los trabajadores acerca de los riesgos laborales. Atendido lo expresado en el razonamiento anterior respecto de la habilitación del actor para desempeñarse en la conducción de tractores, deber estimarse que la constatación que el demandante no contaba con licencia de conducir clase D se produjo por falta de información. UNDÉCIMO: Lo anteriormente descrito debe ser relacionado con la disposición del artículo 184 del Código del Trabajo. Esa norma impone al empleador la obligación de adoptar todas las medidas que fueren necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de sus trabajadores. Dado que ha formado parte de la discusión en esta causa la determinación de la naturaleza de la responsabilidad que esta norma impone al empleador, en cuanto a si debe responder por ella de la culpa leve o la culpa levísima, ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

417

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

es necesario previamente dejar asentado que dichas categorías, en el ámbito civil que les dio origen, se relacionan con el beneficio del contrato al cual acceden, según aparece de la disposición del artículo 1547 del Código Civil. Esto es, si el contrato cede en beneficio recíproco de ambas partes, se entiende aplicable la responsabilidad de la culpa leve y, en ese sentido, las partes deben responder de acuerdo al cuidado que los hombres emplean ordinariamente en sus negocios propios, de acuerdo con la definición proporcionada por el inciso tercero del artículo 44 del Código Civil. Mientras tanto, y volviendo al artículo 1547 ya citado, si el deudor de la obligación es el único que reporta beneficio del contrato, responde de culpa levísima, esto es, según el inciso quinto del artículo 44 también citado previamente, la esmerada diligencia que un hombre juicioso emplea en la administración de sus negocios importantes. Si bien no queda sino dejar constancia, previamente, que las categorías propias del derecho civil no resultan armónicas con la naturaleza del contrato de trabajo pues, a pesar de que es posible reconocer que el mismo reporta beneficios para ambas partes, no es menos cierto que en éste se verifica una circunstancia que es completamente ajena a los negocios civiles, cual es la ejecución del contrato, por parte de una de las partes, bajo vínculo de subordinación y dependencia del otro. Ello significa que la igualdad contractual base de las convenciones civiles se rompe, desde la perspectiva que una de la partes del negocio ejerce una fuerte cuota de poder respecto de su contraparte. Por otro lado, no es posible equiparar, en términos económicos, la cuantía del beneficio obtenido por el trabajador a cambio de sus servicios, con el enriquecimiento del empleador a causa de las labores desempeñadas. Dada la existencia de una facultad de mando de una de las partes del negocio respecto de otra, es que quien impone las condiciones en que se desarrollan los servicios del trabajador tiene el deber de asegurarse que tales condiciones respeten exigencias mínimas impuestas por las normas de orden público que configuran las disposiciones del Código del Trabajo, dentro de las cuales, de manera preponderante, surge el que el trabajo se desarrolle de manera tal que la vida y salud del trabajador se encuentre debidamente resguardada. Al encontrarse, en este punto, la exigencia del Código del Trabajo, orientada a la protección de bienes jurídicos considerados como esenciales y evidentemente fundamentales, como lo son la vida y la integridad física y psíquica de los trabajadores, garantía constitucional contemplada en el artículo 19 N° 1 de la Constitución Política de la República que, necesariamente, es condición previa para poder disfrutar de los demás derechos protegidos por el ordenamiento constitucional y legal, dentro de los que se encuentra la propiedad, no queda sino estimar que, en este aspecto, el empleador debe responder de culpa levísima. En consecuencia, forma parte de las exigencias del empleador la adecuada prevención de accidentes, dentro de la totalidad de las actividades que desarrolla en cumplimiento de su giro social, respondiendo de ello de acuerdo con la esmerada diligencia que un hombre juicioso emplea en la administración de sus negocios importantes. En ese ámbito, del tenor del ya mencionado informe de fiscalización, aparece que la empresa demandada se dedica a la venta al por mayor de maquinaria, herramientas, equipo y materiales, y del tenor de lo manifestado por el actor en la diligencia de absolución de posiciones en cuanto se desempeñaba para la demandada en labores de compactar silos y manejo de tractores, como de los dichos del testigo Sr. Sanhueza, en tanto expone que trabajaba para la demandada en labores temporales, y de lo indicado por el testigo Sr. Loyola, quien expresó que el actor, al momento del accidente, laboraba en un fundo manejando tractores, es que se puede colegir que forma parte del desarrollo del giro de la demandada el efectuar labores agrícolas propias o para terceros. De ello se colige que el uso de tractores forma parte del usual desenvolvimiento del giro de la empresa demandada, cuestión que se desprende también de los dichos del testigo Sr. Osses, quien expone que presta servicios de asesoría para la demandada en cuanto a la mantención de los tractores, indicando que se realiza mantención periódica una vez al año, y también cada vez que se requiere repuestos. En consecuencia, formando parte del normal desarrollo de la empresa el uso de tractores, es que forma parte de su obligación, impuesta por el artículo 184 del Código del Trabajo, el instruir a sus trabajadores respecto de la conducción segura de tales maquinarias, como también la indicación precisa de medidas a adoptar en el evento que se produzca alguna falla eléctrica o mecánica en las mismas, circunstancias todas que no han sido acreditadas en estos autos, de lo que se sigue que debe establecerse su inexistencia.

418

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

es necesario previamente dejar asentado que dichas categorías, en el ámbito civil que les dio origen, se relacionan con el beneficio del contrato al cual acceden, según aparece de la disposición del artículo 1547 del Código Civil. Esto es, si el contrato cede en beneficio recíproco de ambas partes, se entiende aplicable la responsabilidad de la culpa leve y, en ese sentido, las partes deben responder de acuerdo al cuidado que los hombres emplean ordinariamente en sus negocios propios, de acuerdo con la definición proporcionada por el inciso tercero del artículo 44 del Código Civil. Mientras tanto, y volviendo al artículo 1547 ya citado, si el deudor de la obligación es el único que reporta beneficio del contrato, responde de culpa levísima, esto es, según el inciso quinto del artículo 44 también citado previamente, la esmerada diligencia que un hombre juicioso emplea en la administración de sus negocios importantes. Si bien no queda sino dejar constancia, previamente, que las categorías propias del derecho civil no resultan armónicas con la naturaleza del contrato de trabajo pues, a pesar de que es posible reconocer que el mismo reporta beneficios para ambas partes, no es menos cierto que en éste se verifica una circunstancia que es completamente ajena a los negocios civiles, cual es la ejecución del contrato, por parte de una de las partes, bajo vínculo de subordinación y dependencia del otro. Ello significa que la igualdad contractual base de las convenciones civiles se rompe, desde la perspectiva que una de la partes del negocio ejerce una fuerte cuota de poder respecto de su contraparte. Por otro lado, no es posible equiparar, en términos económicos, la cuantía del beneficio obtenido por el trabajador a cambio de sus servicios, con el enriquecimiento del empleador a causa de las labores desempeñadas. Dada la existencia de una facultad de mando de una de las partes del negocio respecto de otra, es que quien impone las condiciones en que se desarrollan los servicios del trabajador tiene el deber de asegurarse que tales condiciones respeten exigencias mínimas impuestas por las normas de orden público que configuran las disposiciones del Código del Trabajo, dentro de las cuales, de manera preponderante, surge el que el trabajo se desarrolle de manera tal que la vida y salud del trabajador se encuentre debidamente resguardada. Al encontrarse, en este punto, la exigencia del Código del Trabajo, orientada a la protección de bienes jurídicos considerados como esenciales y evidentemente fundamentales, como lo son la vida y la integridad física y psíquica de los trabajadores, garantía constitucional contemplada en el artículo 19 N° 1 de la Constitución Política de la República que, necesariamente, es condición previa para poder disfrutar de los demás derechos protegidos por el ordenamiento constitucional y legal, dentro de los que se encuentra la propiedad, no queda sino estimar que, en este aspecto, el empleador debe responder de culpa levísima. En consecuencia, forma parte de las exigencias del empleador la adecuada prevención de accidentes, dentro de la totalidad de las actividades que desarrolla en cumplimiento de su giro social, respondiendo de ello de acuerdo con la esmerada diligencia que un hombre juicioso emplea en la administración de sus negocios importantes. En ese ámbito, del tenor del ya mencionado informe de fiscalización, aparece que la empresa demandada se dedica a la venta al por mayor de maquinaria, herramientas, equipo y materiales, y del tenor de lo manifestado por el actor en la diligencia de absolución de posiciones en cuanto se desempeñaba para la demandada en labores de compactar silos y manejo de tractores, como de los dichos del testigo Sr. Sanhueza, en tanto expone que trabajaba para la demandada en labores temporales, y de lo indicado por el testigo Sr. Loyola, quien expresó que el actor, al momento del accidente, laboraba en un fundo manejando tractores, es que se puede colegir que forma parte del desarrollo del giro de la demandada el efectuar labores agrícolas propias o para terceros. De ello se colige que el uso de tractores forma parte del usual desenvolvimiento del giro de la empresa demandada, cuestión que se desprende también de los dichos del testigo Sr. Osses, quien expone que presta servicios de asesoría para la demandada en cuanto a la mantención de los tractores, indicando que se realiza mantención periódica una vez al año, y también cada vez que se requiere repuestos. En consecuencia, formando parte del normal desarrollo de la empresa el uso de tractores, es que forma parte de su obligación, impuesta por el artículo 184 del Código del Trabajo, el instruir a sus trabajadores respecto de la conducción segura de tales maquinarias, como también la indicación precisa de medidas a adoptar en el evento que se produzca alguna falla eléctrica o mecánica en las mismas, circunstancias todas que no han sido acreditadas en estos autos, de lo que se sigue que debe establecerse su inexistencia.

418

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

419

En esas condiciones, la falta de capacitación e instrucción a los trabajadores respecto de las acciones a seguir cuando se produce una avería en los tractores, sumado a la falta de supervisión directa de las labores, constituye un incumplimiento de la empresa demandada de su obligación de adoptar las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de sus trabajadores y, por ende, es responsable del accidente de trabajo sufrido por el demandante el día 15 de noviembre de 2008. A la determinación de responsabilidad de la empresa también se puede arribar desde la perspectiva de la mantención de los tractores en que se desempeñaban los trabajadores. Ello por cuanto, si bien el testigo Sr. Osses indica que le presta asesoría a la demandada en este punto, simplemente ha expuesto que se hace mantención una vez al año, sin que haya dejado de manifiesto la existencia de algún calendario en ese sentido, si ella se produce antes de iniciarse la temporada de mayor cantidad de trabajo o después de ella, como tampoco se ha aportado por la demandada alguna clase de antecedente que permita conocer la periodicidad de la mantención y la rapidez de respuesta de la empresa que brinda los referidos servicios. Por lo mismo, y dado que ha quedado establecido que el tractor del conductor Jorge Ovalle presentaba fallas, no es posible entender que la demandada mantenía en óptimas condiciones la maquinaria utilizada en sus labores agrícolas o, al menos, en el caso de haberse producido en el mismo momento del accidente la falla del tractor, contaba con un procedimiento conocido de los trabajadores para proceder al pronto reemplazo de la maquinaria en estado deficiente. No es posible adquirir convicción, en consecuencia, respecto del cumplimiento de la demandada de su deber de mantener las condiciones adecuadas de seguridad en las faenas. Se hace necesario mencionar, también que la demandante imputó a la demandada negligencia en la reacción posterior al accidente, al no instar por el pronto traslado del trabajador a un centro hospitalario en Santiago, como que el demandante fue abandonado en el Hospital de Melipilla sin atención. En ese punto, los dichos del testigo Sr. Poblete han sido contrarrestados con la prueba documental incorporada por la parte demandada consistente en el certificado de atención del Hospital de Melipilla y la ficha de atención de urgencia de esa misma institución, en que consta que el actor ingresó a dicho centro a las 8:20. am, y habiéndose producido el accidente alrededor de las 07:00. o 7:20. am según la estimación efectuada por el testigo Sr. Loyola, su traslado no aparece como excesivo, tomando en consideración que el accidente ocurrió en un fundo, lugar generalmente apartado de los centros urbanos. Por otro lado, aparece en el protocolo allegado los diferentes horarios en que se tomaron los valores hemodinámicos y tratamientos administrados al demandante, de los que se aprecian cuidados constantes, a lo que cabe sumar lo expresado por el testigo Sr. Mendoza, quien expuso latamente respecto de todas las diligencias efectuadas para gestionar el traslado del actor, respecto de las cuales aseveró haber contado con apoyo del representante de la empresa, y habiendo quedado claro, de sus dichos, que la demora en ese traslado no tuvo vinculación alguna con una conducta negligente del empleador, sino que con funcionarios vinculados a la ambulancia proporcionada por el seguro para efectuar el traslado. En este punto, entonces, no es posible imputar a la demandada un incumplimiento de su deber de prestar o garantizar los elementos necesarios para acceder a una oportuna y adecuada atención médica, desde que en el momento de producirse el accidente se verificó un pronto traslado a un centro hospitalario que brindó las atenciones necesarias, y en atención a que no le es imputable el error diagnóstico en que incurrió el médico de la ambulancia que efectuaría el traslado. DUODÉCIMO: Establecida la responsabilidad de la demandada en el accidente sufrido por el actor por carecer de una debida mantención de tractores, no contar con un plan de prevención de accidentes en este aspecto y la capacitación subsecuente, corresponde determinar si existen daños a indemnizar. El primero de los daños pretendidos es el daño moral. En ese punto, se ha aportado por la parte actora los dichos del testigo Sr. Rodolfo Poblete, padre del trabajador, quien ha expresado que el demandante ha estado con depresión, pensando que no va a ser querido por el sexo opuesto y que no ha sentido ganas de trabajar. En ese punto, y sin perjuicio que no ha quedado demostrado de manera fehaciente la necesidad de actor de someterse a un tratamiento psicológico a raíz de su accidente de trabajo, es pertinente evaluar las consecuencias físicas del mismo. Por una parte, el informe médico N° 401.02.10, emitido por el Hospital del Trabajador de Santiago, indica que el trabajador fue enviado al hospital de Melipilla por un aplastamiento de cara, con extracción total del globo ocular derecho, hemorragia intraorbitaria, pérdida del globo ocular derecho, prótesis dentaria, fractura compleja macizo facial,

En esas condiciones, la falta de capacitación e instrucción a los trabajadores respecto de las acciones a seguir cuando se produce una avería en los tractores, sumado a la falta de supervisión directa de las labores, constituye un incumplimiento de la empresa demandada de su obligación de adoptar las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de sus trabajadores y, por ende, es responsable del accidente de trabajo sufrido por el demandante el día 15 de noviembre de 2008. A la determinación de responsabilidad de la empresa también se puede arribar desde la perspectiva de la mantención de los tractores en que se desempeñaban los trabajadores. Ello por cuanto, si bien el testigo Sr. Osses indica que le presta asesoría a la demandada en este punto, simplemente ha expuesto que se hace mantención una vez al año, sin que haya dejado de manifiesto la existencia de algún calendario en ese sentido, si ella se produce antes de iniciarse la temporada de mayor cantidad de trabajo o después de ella, como tampoco se ha aportado por la demandada alguna clase de antecedente que permita conocer la periodicidad de la mantención y la rapidez de respuesta de la empresa que brinda los referidos servicios. Por lo mismo, y dado que ha quedado establecido que el tractor del conductor Jorge Ovalle presentaba fallas, no es posible entender que la demandada mantenía en óptimas condiciones la maquinaria utilizada en sus labores agrícolas o, al menos, en el caso de haberse producido en el mismo momento del accidente la falla del tractor, contaba con un procedimiento conocido de los trabajadores para proceder al pronto reemplazo de la maquinaria en estado deficiente. No es posible adquirir convicción, en consecuencia, respecto del cumplimiento de la demandada de su deber de mantener las condiciones adecuadas de seguridad en las faenas. Se hace necesario mencionar, también que la demandante imputó a la demandada negligencia en la reacción posterior al accidente, al no instar por el pronto traslado del trabajador a un centro hospitalario en Santiago, como que el demandante fue abandonado en el Hospital de Melipilla sin atención. En ese punto, los dichos del testigo Sr. Poblete han sido contrarrestados con la prueba documental incorporada por la parte demandada consistente en el certificado de atención del Hospital de Melipilla y la ficha de atención de urgencia de esa misma institución, en que consta que el actor ingresó a dicho centro a las 8:20. am, y habiéndose producido el accidente alrededor de las 07:00. o 7:20. am según la estimación efectuada por el testigo Sr. Loyola, su traslado no aparece como excesivo, tomando en consideración que el accidente ocurrió en un fundo, lugar generalmente apartado de los centros urbanos. Por otro lado, aparece en el protocolo allegado los diferentes horarios en que se tomaron los valores hemodinámicos y tratamientos administrados al demandante, de los que se aprecian cuidados constantes, a lo que cabe sumar lo expresado por el testigo Sr. Mendoza, quien expuso latamente respecto de todas las diligencias efectuadas para gestionar el traslado del actor, respecto de las cuales aseveró haber contado con apoyo del representante de la empresa, y habiendo quedado claro, de sus dichos, que la demora en ese traslado no tuvo vinculación alguna con una conducta negligente del empleador, sino que con funcionarios vinculados a la ambulancia proporcionada por el seguro para efectuar el traslado. En este punto, entonces, no es posible imputar a la demandada un incumplimiento de su deber de prestar o garantizar los elementos necesarios para acceder a una oportuna y adecuada atención médica, desde que en el momento de producirse el accidente se verificó un pronto traslado a un centro hospitalario que brindó las atenciones necesarias, y en atención a que no le es imputable el error diagnóstico en que incurrió el médico de la ambulancia que efectuaría el traslado. DUODÉCIMO: Establecida la responsabilidad de la demandada en el accidente sufrido por el actor por carecer de una debida mantención de tractores, no contar con un plan de prevención de accidentes en este aspecto y la capacitación subsecuente, corresponde determinar si existen daños a indemnizar. El primero de los daños pretendidos es el daño moral. En ese punto, se ha aportado por la parte actora los dichos del testigo Sr. Rodolfo Poblete, padre del trabajador, quien ha expresado que el demandante ha estado con depresión, pensando que no va a ser querido por el sexo opuesto y que no ha sentido ganas de trabajar. En ese punto, y sin perjuicio que no ha quedado demostrado de manera fehaciente la necesidad de actor de someterse a un tratamiento psicológico a raíz de su accidente de trabajo, es pertinente evaluar las consecuencias físicas del mismo. Por una parte, el informe médico N° 401.02.10, emitido por el Hospital del Trabajador de Santiago, indica que el trabajador fue enviado al hospital de Melipilla por un aplastamiento de cara, con extracción total del globo ocular derecho, hemorragia intraorbitaria, pérdida del globo ocular derecho, prótesis dentaria, fractura compleja macizo facial, ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

419

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

operada, agregando luego que el paciente se ha mantenido en control con oftalmología, cirugía máxilo facial y neurología, con una última cirugía el 20 de enero del año en curso. En consecuencia, puede establecerse la efectividad de las lesiones físicas del demandante. A ello cabe agregar las circunstancias inmediatamente posteriores al accidente. Por una parte, tal como aparece del documento de atención de urgencia, incorporado por la parte demandada, aparece que el demandante fue ingresado a las 8:20 de la mañana con un pronóstico médico legal grave, decidiéndose su traslado al Hospital del Trabajador, y calificándose dentro de la hipótesis diagnóstica C1, que, conforme expresó el testigo Sr. Mendoza, es aquella que se otorga a los pacientes con prioridad de atención y riesgo vital. Agregó el referido testigo que el actor fue instalado en la cama 1 de reanimación, relatando latamente las dificultades que se verificaron en la gestión del traslado del paciente, al haberse suspendido éste según informó ambulancia Life Care, consiguiendo personalmente que el demandante sea trasladado en helicóptero al Hospital del Trabajador después de las 13:00. horas, relato de hechos que es ratificado del tenor de los documentos denominados evolución sala observación en que constan tales diligencias. En consecuencia, puede concluirse que el accidente sufrido por el actor le significó correr riesgo vital, haciéndose necesario su traslado al Hospital del Trabajador, y requiriendo cirugías después de trascurrido más de un año desde su ocurrencia. De la pérdida de visión del ojo derecho se desprende, desde ya, la existencia de una lesión irreversible que no sólo afecta, naturalmente, sus capacidades laborales, sino también la realización de las tareas cotidianas de una persona, al carecer de la visión perfecta que otorga el contar con el sentido de la vista en ambos ojos. Además de ello, hay un evidente daño estético, que se pudo apreciar personalmente por esta juez al observar la fotografía del carnet de identidad del demandante, que, en todo caso, aparece replicada en su licencia de conductor, y contrastándola con la actual apariencia del trabajador, de la que a simple vista se aprecia hundido un sector de su cara, al no estar ambos pómulos a la misma altura, y notándose claramente que tiene un ojo artificial. En esas condiciones, demostrado a través de los dichos de su padre que el estado de ánimo del demandante se ha visto mermado luego del accidente, y habiendo sufrido, en definitiva, la pérdida de la mitad del sentido de la vista y la forma natural de su cara, no queda sino concluir que el actor ha sufrido de daño moral, el que, en atención a la gravedad de la lesión, pero tomando también, en consideración, que no existe prueba fehaciente respecto de la necesidad de efectuar un tratamiento psicológico a raíz del accidente por sobre la atendible y ya establecida merma en el estado de ánimo, es que se regula prudencialmente su monto en la suma de $ 28.000.000 (veintiocho millones de pesos). DÉCIMO TERCERO: Se ha pretendido, también, el cobro de lucro cesante. Este se ha hecho consistir en la pérdida de la capacidad de ganancia del trabajador, que ha quedado demostrada por el pago de una indemnización por parte de la AChS de un monto de $ 1.563.713.. Es menester, en consecuencia, determinar si el accidente de trabajo sufrido por el actor produjo una pérdida de su capacidad de ganancia de una entidad mayor a la cubierta por la indemnización indicada. En ese punto, es importante destacar, en primer lugar, el certificado de alta emitido por el Hospital del Trabajador, en el que consta que con fecha 28 de agosto de 2009 el demandante fue dado de alta con seguimiento, permitiéndose el reintegro a su trabajo. La efectividad de ese reintegro fue, asimismo, demostrada por el análisis del libro de asistencia incorporado en juicio, en el que consta que el demandante volvió a trabajar en el mes de septiembre de 2009, prestando servicios hasta el 11 de noviembre de ese año. Respecto de la labores realizadas en su retorno al trabajo, el testigo de la demandada Sr. Sanhueza expone que el demandante estuvo manejando tractores, cuestión que él también admitió en la prueba confesional, agregando, sin embargo, que sufrió de dolores de cabeza y de oído. Sin embargo, no existe prueba incorporada en la causa respecto de la causa de tales malestares, siendo en este punto, relevante el que en el informe médico incorporado por la parte actora, emitido el 24 de febrero del año en curso, no se da cuenta de que el trabajador esté con reposo, sino que, de contrario, su tenor permite colegir que no existe obstáculo para que éste se desempeñe, ya que indica que su tratamiento está siendo evaluado a través de controles. Se echa de menos en esta causa alguna prueba fehaciente respecto del eventual origen, por reposo médico, de las ausencias del trabajador a contar del mes de noviembre de 2008, y si bien puede colegirse de la existencia de cirugías que ha estado amparado, al menos en algunos períodos por licencia médica, ello no basta para determinar que se encuentra incapacitado para trabajar.

420

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

operada, agregando luego que el paciente se ha mantenido en control con oftalmología, cirugía máxilo facial y neurología, con una última cirugía el 20 de enero del año en curso. En consecuencia, puede establecerse la efectividad de las lesiones físicas del demandante. A ello cabe agregar las circunstancias inmediatamente posteriores al accidente. Por una parte, tal como aparece del documento de atención de urgencia, incorporado por la parte demandada, aparece que el demandante fue ingresado a las 8:20 de la mañana con un pronóstico médico legal grave, decidiéndose su traslado al Hospital del Trabajador, y calificándose dentro de la hipótesis diagnóstica C1, que, conforme expresó el testigo Sr. Mendoza, es aquella que se otorga a los pacientes con prioridad de atención y riesgo vital. Agregó el referido testigo que el actor fue instalado en la cama 1 de reanimación, relatando latamente las dificultades que se verificaron en la gestión del traslado del paciente, al haberse suspendido éste según informó ambulancia Life Care, consiguiendo personalmente que el demandante sea trasladado en helicóptero al Hospital del Trabajador después de las 13:00. horas, relato de hechos que es ratificado del tenor de los documentos denominados evolución sala observación en que constan tales diligencias. En consecuencia, puede concluirse que el accidente sufrido por el actor le significó correr riesgo vital, haciéndose necesario su traslado al Hospital del Trabajador, y requiriendo cirugías después de trascurrido más de un año desde su ocurrencia. De la pérdida de visión del ojo derecho se desprende, desde ya, la existencia de una lesión irreversible que no sólo afecta, naturalmente, sus capacidades laborales, sino también la realización de las tareas cotidianas de una persona, al carecer de la visión perfecta que otorga el contar con el sentido de la vista en ambos ojos. Además de ello, hay un evidente daño estético, que se pudo apreciar personalmente por esta juez al observar la fotografía del carnet de identidad del demandante, que, en todo caso, aparece replicada en su licencia de conductor, y contrastándola con la actual apariencia del trabajador, de la que a simple vista se aprecia hundido un sector de su cara, al no estar ambos pómulos a la misma altura, y notándose claramente que tiene un ojo artificial. En esas condiciones, demostrado a través de los dichos de su padre que el estado de ánimo del demandante se ha visto mermado luego del accidente, y habiendo sufrido, en definitiva, la pérdida de la mitad del sentido de la vista y la forma natural de su cara, no queda sino concluir que el actor ha sufrido de daño moral, el que, en atención a la gravedad de la lesión, pero tomando también, en consideración, que no existe prueba fehaciente respecto de la necesidad de efectuar un tratamiento psicológico a raíz del accidente por sobre la atendible y ya establecida merma en el estado de ánimo, es que se regula prudencialmente su monto en la suma de $ 28.000.000 (veintiocho millones de pesos). DÉCIMO TERCERO: Se ha pretendido, también, el cobro de lucro cesante. Este se ha hecho consistir en la pérdida de la capacidad de ganancia del trabajador, que ha quedado demostrada por el pago de una indemnización por parte de la AChS de un monto de $ 1.563.713.. Es menester, en consecuencia, determinar si el accidente de trabajo sufrido por el actor produjo una pérdida de su capacidad de ganancia de una entidad mayor a la cubierta por la indemnización indicada. En ese punto, es importante destacar, en primer lugar, el certificado de alta emitido por el Hospital del Trabajador, en el que consta que con fecha 28 de agosto de 2009 el demandante fue dado de alta con seguimiento, permitiéndose el reintegro a su trabajo. La efectividad de ese reintegro fue, asimismo, demostrada por el análisis del libro de asistencia incorporado en juicio, en el que consta que el demandante volvió a trabajar en el mes de septiembre de 2009, prestando servicios hasta el 11 de noviembre de ese año. Respecto de la labores realizadas en su retorno al trabajo, el testigo de la demandada Sr. Sanhueza expone que el demandante estuvo manejando tractores, cuestión que él también admitió en la prueba confesional, agregando, sin embargo, que sufrió de dolores de cabeza y de oído. Sin embargo, no existe prueba incorporada en la causa respecto de la causa de tales malestares, siendo en este punto, relevante el que en el informe médico incorporado por la parte actora, emitido el 24 de febrero del año en curso, no se da cuenta de que el trabajador esté con reposo, sino que, de contrario, su tenor permite colegir que no existe obstáculo para que éste se desempeñe, ya que indica que su tratamiento está siendo evaluado a través de controles. Se echa de menos en esta causa alguna prueba fehaciente respecto del eventual origen, por reposo médico, de las ausencias del trabajador a contar del mes de noviembre de 2008, y si bien puede colegirse de la existencia de cirugías que ha estado amparado, al menos en algunos períodos por licencia médica, ello no basta para determinar que se encuentra incapacitado para trabajar.

420

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

421

Sin embargo, claro es que el demandante sufrió una pérdida de capacidad, al perder la visión del ojo derecho, padecimiento que fue compensado económicamente a través de una indemnización pagada por la AChS, y en atención a que, más allá de dicha indemnización, no se ha demostrado la existencia de secuelas reales que impidan al demandante trabajar en su rubro o en otro diferente, obrando, de contrario, prueba en el sentido que ha podido continuar desarrollándose en la conducción de tractores, es que se desestimará la pretensión de condena al pago de lucro cesante. DÉCIMO CUARTO: El análisis del recibo de implementos de seguridad incorporado por la parte demandada no altera las conclusiones a que se ha arribado. DÉCIMO QUINTO: La prueba ha sido apreciada conforme con las reglas de la sana crítica. Por estas consideraciones, y de conformidad, además, con lo dispuesto en los artículos 184, 420, 446 y siguientes, 456 del Código del Trabajo; artículo 5 y 69 de la Ley N° 16.744, 44 y 1547 del Código Civil, SE DECLARA: I. Que se desestima la objeción documental deducida por la demandante respecto de los documentos incorporados por la demandada bajo los números 2 y 3. II. Que se acoge la demanda deducida por don Fernando Patricio Poblete Suárez en contra de Solimoes Limitada y, en consecuencia, se condena a la demandada al pago de la suma de $ 28.000.000. al actor, por concepto de daño moral producto del accidente de trabajo sufrido el día 15 de noviembre de 2008. En lo demás, se la rechaza. III. El monto antes referido será reajustado y devengará intereses de conformidad con lo dispuesto en el artículo 63 del Código del Trabajo, siendo exigible el pago de esta obligación desde que la sentencia quede ejecutoriada. IV. No se condena en costas a la parte demandada, por no haber sido totalmente vencida. Digitalícense los documentos incorporados en audiencia, con excepción del registro de asistencia; devuélvanse. Regístrese y archívese en su oportunidad. Dictada por Ximena Rivera Salinas, Juez titular del Primer Juzgado de Letras del Trabajo de Santiago.

II. CORTE DE APELACIONES Santiago, doce de octubre de dos mil diez. VISTOS Y TENIENDO PRESENTE: 1°.- Que en representación de la demandada, Solimoes Limitada, su abogado señor Santiago Albornoz Pollman, recurre de nulidad contra la sentencia de siete de julio del año en curso, emitida en la causa RIT O-944-2010 del Primer Juzgado de Letras del Trabajo de Santiago, que acogió parcialmente la demanda que dedujo en su contra don Fernando Patricio Poblete Suárez. 2° Que, la recurrente fundamenta su recurso en tres causales de nulidad; la primera la prevista en el artículo 477 del Código del Trabajo por infracción de las normas contenidas en el artículo 184 del mismo cuerpo normativo y 69 de la Ley Nº 16.744 sobre accidentes del trabajo y enfermedades profesionales; la segunda la dispuesta en el artículo 478 letra b) del Código del Trabajo, por infracción de las normas reguladoras de la prueba, transgrediéndose los artículos 455 y 456 del citado código; y la tercera, la consignada en el artículo 478 letra c) del Código del Trabajo. Pide acoger el recurso fundado en la causal del artículo 477 y subsidiariamente en las del artículo 478 letras b y c) del Código del Trabajo, invalide la sentencia recurrida y dicte sentencia de reemplazo, declarando que se rechaza la demanda interpuesta por la contraria, con costas. 3°.- Que la recurrente invoca como primera cuestión que se ha incurrido en infracción de ley al contravenir las normas contenidas en el artículo 184 del Código del Trabajo y 69 de la Ley Nº 16.744, toda vez que en la práctica la sentencia recurrida concedió indemnización sin que concurra acto de imputación alguno, esto es, sin existir culpa o dolo de la demandada, vulnerando con ello las normas citadas, que exige precisamente ese elemento subjetivo para que el daño sea reparable. Al efecto transcribe las normas citadas y sostiene que no se ha acreditado en autos que el accidente se haya debido a la culpa o dolo del empleador o de un tercero, razón por la cual la demandada no puede ser condenada por este concepto al pago de suma alguna.

Santiago, doce de octubre de dos mil diez. VISTOS Y TENIENDO PRESENTE: 1°.- Que en representación de la demandada, Solimoes Limitada, su abogado señor Santiago Albornoz Pollman, recurre de nulidad contra la sentencia de siete de julio del año en curso, emitida en la causa RIT O-944-2010 del Primer Juzgado de Letras del Trabajo de Santiago, que acogió parcialmente la demanda que dedujo en su contra don Fernando Patricio Poblete Suárez. 2° Que, la recurrente fundamenta su recurso en tres causales de nulidad; la primera la prevista en el artículo 477 del Código del Trabajo por infracción de las normas contenidas en el artículo 184 del mismo cuerpo normativo y 69 de la Ley Nº 16.744 sobre accidentes del trabajo y enfermedades profesionales; la segunda la dispuesta en el artículo 478 letra b) del Código del Trabajo, por infracción de las normas reguladoras de la prueba, transgrediéndose los artículos 455 y 456 del citado código; y la tercera, la consignada en el artículo 478 letra c) del Código del Trabajo. Pide acoger el recurso fundado en la causal del artículo 477 y subsidiariamente en las del artículo 478 letras b y c) del Código del Trabajo, invalide la sentencia recurrida y dicte sentencia de reemplazo, declarando que se rechaza la demanda interpuesta por la contraria, con costas. 3°.- Que la recurrente invoca como primera cuestión que se ha incurrido en infracción de ley al contravenir las normas contenidas en el artículo 184 del Código del Trabajo y 69 de la Ley Nº 16.744, toda vez que en la práctica la sentencia recurrida concedió indemnización sin que concurra acto de imputación alguno, esto es, sin existir culpa o dolo de la demandada, vulnerando con ello las normas citadas, que exige precisamente ese elemento subjetivo para que el daño sea reparable. Al efecto transcribe las normas citadas y sostiene que no se ha acreditado en autos que el accidente se haya debido a la culpa o dolo del empleador o de un tercero, razón por la cual la demandada no puede ser condenada por este concepto al pago de suma alguna.

II. CORTE DE APELACIONES Sin embargo, claro es que el demandante sufrió una pérdida de capacidad, al perder la visión del ojo derecho, padecimiento que fue compensado económicamente a través de una indemnización pagada por la AChS, y en atención a que, más allá de dicha indemnización, no se ha demostrado la existencia de secuelas reales que impidan al demandante trabajar en su rubro o en otro diferente, obrando, de contrario, prueba en el sentido que ha podido continuar desarrollándose en la conducción de tractores, es que se desestimará la pretensión de condena al pago de lucro cesante. DÉCIMO CUARTO: El análisis del recibo de implementos de seguridad incorporado por la parte demandada no altera las conclusiones a que se ha arribado. DÉCIMO QUINTO: La prueba ha sido apreciada conforme con las reglas de la sana crítica. Por estas consideraciones, y de conformidad, además, con lo dispuesto en los artículos 184, 420, 446 y siguientes, 456 del Código del Trabajo; artículo 5 y 69 de la Ley N° 16.744, 44 y 1547 del Código Civil, SE DECLARA: I. Que se desestima la objeción documental deducida por la demandante respecto de los documentos incorporados por la demandada bajo los números 2 y 3. II. Que se acoge la demanda deducida por don Fernando Patricio Poblete Suárez en contra de Solimoes Limitada y, en consecuencia, se condena a la demandada al pago de la suma de $ 28.000.000. al actor, por concepto de daño moral producto del accidente de trabajo sufrido el día 15 de noviembre de 2008. En lo demás, se la rechaza. III. El monto antes referido será reajustado y devengará intereses de conformidad con lo dispuesto en el artículo 63 del Código del Trabajo, siendo exigible el pago de esta obligación desde que la sentencia quede ejecutoriada. IV. No se condena en costas a la parte demandada, por no haber sido totalmente vencida. Digitalícense los documentos incorporados en audiencia, con excepción del registro de asistencia; devuélvanse. Regístrese y archívese en su oportunidad. Dictada por Ximena Rivera Salinas, Juez titular del Primer Juzgado de Letras del Trabajo de Santiago. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

421

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

A continuación hace un análisis de los antecedentes aportados por su parte que acreditan el cumplimiento de sus obligaciones en esta materia. Sin perjuicio de lo anterior, la falladora de primera instancia mantiene que, en virtud de lo establecido en el artículo 184 del Código del Trabajo, cualquier accidente laboral que sufra un trabajador debe ser indemnizado por el empleador por cuanto el sólo hecho que ella se haya desatado demostraría que aquél no ha tomado las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de sus dependientes, faltando así a la obligación que tal norma le impondría. Tal postura, agrega, no se compadece con el verdadero sentido de la norma invocada, que en realidad no dispone tal cosa. Así se desprende de su texto, realizando un análisis histórico de la norma afirma que si se compara con lo que se decía en el artículo 255 del antiguo Código del Trabajo, que si contemplaba una responsabilidad objetiva de la parte patronal respecto de los accidentes que sufrieran sus trabajadores. En cambio el artículo 184 citado no establece una responsabilidad objetiva y fue la Ley Nº 16.744, la que derogó el artículo 255, quedando la responsabilidad por accidentes del trabajo y enfermedades profesionales trasladada a la seguridad social. Luego la empresa queda obligada a tomar todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de los trabajadores, manteniendo las condiciones adecuadas de higiene y seguridad en las faenas, como también los implementos necesarios para prevenir accidentes y enfermedades profesionales. La sentenciadora, añade el recurrente, desconoce la aprueba aportada por su parte tendiente a acreditar el cumplimiento de sus obligaciones, así, no considera la declaración testimonial de quien presta asesoría técnica mecánica a la empresa, determinante en este sentido. Por otra parte, estima que se han vulnerado los artículos 1547 y 1558 en relación al artículo 2329 todos del Código Civil, como también las reglas del artículo 1439 y 2314 del mismo cuerpo normativo, en cuanto a la necesaria relación causal, que en la especie no se ha verificado, sea fáctica o jurídica. No existe relación causal alguna entre el accidente y la conducta de la empresa, por el contrario, es el actor quien se expone imprudentemente al daño. 4°.- Que siendo la impugnación del artículo 477, una de aquellas de carácter netamente jurídico, el motivo de saneamiento que contiene, obliga a quien lo invoca a circunscribir los fundamentos del mismo a razones únicamente de dicha especie. Que en el caso de autos la recurrente se limitó a denunciar conculcados los artículos 184 del Código del Trabajo, 69 de la Ley Nº 16.744, 1547 y 1558 en relación al artículo 2329 todos del Código Civil, como también las reglas del artículo 1439 y 2314 del mismo cuerpo normativo, al sostener que su parte acreditó el cumplimiento de las obligaciones y medidas de seguridad impuestas por la legislación vigente, que no existe relación causal entre el accidente y la conducta de la empresa y que es el actor quien se expone imprudentemente al daño, en consecuencia, su representada no podía ser condenada a pagar indemnización alguna. 5º.- Que la sentenciadora analiza en el considerando octavo del fallo impugnado la circunstancia en que ocurrió el accidente de trabajo, en los considerandos noveno a undécimo realiza un acabado análisis respecto de las responsabilidades en el hecho mismo, concluyendo que le cabe responsabilidad a la empresa demandada por carecer de una debida mantención de tractores, no contar con un plan de prevención de accidentes en este aspecto y la capacitación subsecuente. 6º.- Que la recurrente pretende, por esta vía, una sentencia absolutoria en su favor, circunscribiendo a materias de índole puramente fácticas los fundamentos de sus alegaciones, desconociendo los presupuestos de hecho sentados por la sentenciadora en el fallo, lo cual escapa a lo establecido en la causal alegada e incluso, a la naturaleza del recurso de nulidad laboral. 7°.- Que en lo tocante a la causal de nulidad del artículo 478 letra b) del Código del ramo, la recurrente sostiene que la sentencia ha sido dictada con infracción manifiesta de las normas sobre apreciación de la prueba conforme a las reglas de la sana crítica. En este sentido estima que se han infringido las normas reguladoras de la prueba al dictarse el fallo infringiéndose los artículos 455 y 456 del Código del Trabajo, lo que influyó en la decisión adoptada. Agrega que en la sentencia recurrida no se aprecia la prueba rendida en la forma que lo dispone taxativamente el artículo 456 citado, esto es conforme a las reglas de la sana crítica, toda vez que no se

422

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

A continuación hace un análisis de los antecedentes aportados por su parte que acreditan el cumplimiento de sus obligaciones en esta materia. Sin perjuicio de lo anterior, la falladora de primera instancia mantiene que, en virtud de lo establecido en el artículo 184 del Código del Trabajo, cualquier accidente laboral que sufra un trabajador debe ser indemnizado por el empleador por cuanto el sólo hecho que ella se haya desatado demostraría que aquél no ha tomado las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de sus dependientes, faltando así a la obligación que tal norma le impondría. Tal postura, agrega, no se compadece con el verdadero sentido de la norma invocada, que en realidad no dispone tal cosa. Así se desprende de su texto, realizando un análisis histórico de la norma afirma que si se compara con lo que se decía en el artículo 255 del antiguo Código del Trabajo, que si contemplaba una responsabilidad objetiva de la parte patronal respecto de los accidentes que sufrieran sus trabajadores. En cambio el artículo 184 citado no establece una responsabilidad objetiva y fue la Ley Nº 16.744, la que derogó el artículo 255, quedando la responsabilidad por accidentes del trabajo y enfermedades profesionales trasladada a la seguridad social. Luego la empresa queda obligada a tomar todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de los trabajadores, manteniendo las condiciones adecuadas de higiene y seguridad en las faenas, como también los implementos necesarios para prevenir accidentes y enfermedades profesionales. La sentenciadora, añade el recurrente, desconoce la aprueba aportada por su parte tendiente a acreditar el cumplimiento de sus obligaciones, así, no considera la declaración testimonial de quien presta asesoría técnica mecánica a la empresa, determinante en este sentido. Por otra parte, estima que se han vulnerado los artículos 1547 y 1558 en relación al artículo 2329 todos del Código Civil, como también las reglas del artículo 1439 y 2314 del mismo cuerpo normativo, en cuanto a la necesaria relación causal, que en la especie no se ha verificado, sea fáctica o jurídica. No existe relación causal alguna entre el accidente y la conducta de la empresa, por el contrario, es el actor quien se expone imprudentemente al daño. 4°.- Que siendo la impugnación del artículo 477, una de aquellas de carácter netamente jurídico, el motivo de saneamiento que contiene, obliga a quien lo invoca a circunscribir los fundamentos del mismo a razones únicamente de dicha especie. Que en el caso de autos la recurrente se limitó a denunciar conculcados los artículos 184 del Código del Trabajo, 69 de la Ley Nº 16.744, 1547 y 1558 en relación al artículo 2329 todos del Código Civil, como también las reglas del artículo 1439 y 2314 del mismo cuerpo normativo, al sostener que su parte acreditó el cumplimiento de las obligaciones y medidas de seguridad impuestas por la legislación vigente, que no existe relación causal entre el accidente y la conducta de la empresa y que es el actor quien se expone imprudentemente al daño, en consecuencia, su representada no podía ser condenada a pagar indemnización alguna. 5º.- Que la sentenciadora analiza en el considerando octavo del fallo impugnado la circunstancia en que ocurrió el accidente de trabajo, en los considerandos noveno a undécimo realiza un acabado análisis respecto de las responsabilidades en el hecho mismo, concluyendo que le cabe responsabilidad a la empresa demandada por carecer de una debida mantención de tractores, no contar con un plan de prevención de accidentes en este aspecto y la capacitación subsecuente. 6º.- Que la recurrente pretende, por esta vía, una sentencia absolutoria en su favor, circunscribiendo a materias de índole puramente fácticas los fundamentos de sus alegaciones, desconociendo los presupuestos de hecho sentados por la sentenciadora en el fallo, lo cual escapa a lo establecido en la causal alegada e incluso, a la naturaleza del recurso de nulidad laboral. 7°.- Que en lo tocante a la causal de nulidad del artículo 478 letra b) del Código del ramo, la recurrente sostiene que la sentencia ha sido dictada con infracción manifiesta de las normas sobre apreciación de la prueba conforme a las reglas de la sana crítica. En este sentido estima que se han infringido las normas reguladoras de la prueba al dictarse el fallo infringiéndose los artículos 455 y 456 del Código del Trabajo, lo que influyó en la decisión adoptada. Agrega que en la sentencia recurrida no se aprecia la prueba rendida en la forma que lo dispone taxativamente el artículo 456 citado, esto es conforme a las reglas de la sana crítica, toda vez que no se

422

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

423

expresó en su caso, las razones jurídicas y las simplemente lógicas, científicas, técnicas o de experiencia que le permitieron desestimar las pruebas aportadas por la demandada. Realiza un análisis de los antecedentes, pruebas aportadas por su parte y disposiciones legales que a su juicio debió haber realizado la sentenciadora para que en definitiva desestimara la acción impetrada en su contra. Pero como ello no ocurrió, estima que se incurrió en la infracción formal, al desestimar todos los medios de prueba producidos, sin expresar las razones que exigen los artículos 455 y 456 citados. 8º.- Que, este Tribunal ha sostenido reiteradamente que el artículo 478 b) persigue evitar que se resuelva una contienda con manifiesta infracción a las normas sobre la apreciación de la prueba conforme a las reglas de la sana crítica. Según el artículo 456 del código, la sana crítica supone por parte de quien decide la explicitación de las razones jurídicas, de las simplemente lógicas, las científicas, las técnicas o de experiencia en cuya virtud asigne o no valor de convicción a las distintas probanzas rendidas legítimamente, hecho lo cual debe sopesar su multiplicidad, gravedad, precisión, concordancia y conexión, al punto de dejar entrever que la conclusión que lo convenció es resultado de un análisis lógico y razonado. Es menester, en todo caso, explicar en forma precisa y clara de qué manera el juzgador ha prescindido de los mandatos del sentido común, las máximas de experiencia, la lógica y el conocimiento científico, para arribar a la fijación de la situación fáctica que estima comprobada; 9°.- Que en el caso de autos, la demandada sostiene que del análisis de la prueba rendida y lo pedido por el actor, el juez de la causa no pudo arribar a la conclusión a que llegó, toda vez que ello atenta en contra de los principios que inspiran la sana crítica. 10°.- Que el tribunal a quo fijo los hechos controvertidos, entre los que se encontraban aquellos referidos a la circunstancia en que se produjo el accidente sufrido por el actor, las lesiones e incapacidad del actor como consecuencia del accidente, si el actor se expuso imprudentemente al riesgo o por el contrario el accidente se debió a que la demandada no adoptó las medidas necesarias de seguridad, si el demandante estaba capacitado y tenía experiencia para operar la máquina o tractor y si se ocasionó al demandante daños materiales y morales susceptibles de ser indemnizados y, luego de analizada, exhaustivamente, la prueba rendida concluyó que el accidente sufrido por el actor es fruto de la responsabilidad de la demandada por carecer de una debida mantención de tractores, no contar con un plan de prevención de accidentes en ese aspecto y la capacitación subsecuente (considerandos octavo al undécimo). 11°.- Que del análisis de los antecedentes, cabe concluir que estamos en presencia de una invocación de un mero acto axiológico, consistente aquel, que por un lado el sentenciador en su análisis de la prueba aportada evaluó que en el accidente sufrido por el actor tuvo responsabilidad su empleador y para llegar a dicha conclusión realizó un acto de ponderación lógico-racional, ejecutado conforme a las prácticas usuales en el desarrollo del razonamiento judicial, por lo qué los fundamentos esgrimidos por el recurrente, no se condicen con la causal en estudio, ya que ella dice directa relación con la vulneración o infracción de la lógica, las máximas de la experiencia y el conocimiento científico consolidado, lo cual a la luz de los antecedentes resulta impertinente con el vicio alegado. Por otra parte se advierte que el recurrente confronta el razonamiento del tribunal con el suyo propio, materia que de acuerdo a la doctrina es insuficiente ya que se ha establecido el criterio de que, en principio, se ha de respetar la valoración de la prueba realizada por los jueces del fondo siempre que esta no sea manifiestamente ilógica, irracional, arbitraria o absurda o que conculque principios generales del derecho, sin que esté permitido sustituir la lógica o la sana crítica del juzgador por la pretendida por la parte. Tal como se ha sostenido, reiteradamente por este Tribunal, en la valoración de la prueba practicada en el curso del proceso debe primar el criterio objetivo e imparcial del Juzgador de Instancia sobre el juicio hermenéutico, subjetivo y parcial de la parte, de modo que es preciso acreditar una equivocación clara y evidente en el juicio valorativo del órgano jurisdiccional para acoger este motivo de impugnación. 12°.- Que finalmente la recurrente invoca la causal del artículo 478 letra c) del Código del Trabajo. En este sentido sostiene que las razones esgrimidas para fundar las dos causales antes referías, son plenamente aplicables y subsumibles en esta causal y con ello influyen sustancialmente en lo dispositivo de fallo.

expresó en su caso, las razones jurídicas y las simplemente lógicas, científicas, técnicas o de experiencia que le permitieron desestimar las pruebas aportadas por la demandada. Realiza un análisis de los antecedentes, pruebas aportadas por su parte y disposiciones legales que a su juicio debió haber realizado la sentenciadora para que en definitiva desestimara la acción impetrada en su contra. Pero como ello no ocurrió, estima que se incurrió en la infracción formal, al desestimar todos los medios de prueba producidos, sin expresar las razones que exigen los artículos 455 y 456 citados. 8º.- Que, este Tribunal ha sostenido reiteradamente que el artículo 478 b) persigue evitar que se resuelva una contienda con manifiesta infracción a las normas sobre la apreciación de la prueba conforme a las reglas de la sana crítica. Según el artículo 456 del código, la sana crítica supone por parte de quien decide la explicitación de las razones jurídicas, de las simplemente lógicas, las científicas, las técnicas o de experiencia en cuya virtud asigne o no valor de convicción a las distintas probanzas rendidas legítimamente, hecho lo cual debe sopesar su multiplicidad, gravedad, precisión, concordancia y conexión, al punto de dejar entrever que la conclusión que lo convenció es resultado de un análisis lógico y razonado. Es menester, en todo caso, explicar en forma precisa y clara de qué manera el juzgador ha prescindido de los mandatos del sentido común, las máximas de experiencia, la lógica y el conocimiento científico, para arribar a la fijación de la situación fáctica que estima comprobada; 9°.- Que en el caso de autos, la demandada sostiene que del análisis de la prueba rendida y lo pedido por el actor, el juez de la causa no pudo arribar a la conclusión a que llegó, toda vez que ello atenta en contra de los principios que inspiran la sana crítica. 10°.- Que el tribunal a quo fijo los hechos controvertidos, entre los que se encontraban aquellos referidos a la circunstancia en que se produjo el accidente sufrido por el actor, las lesiones e incapacidad del actor como consecuencia del accidente, si el actor se expuso imprudentemente al riesgo o por el contrario el accidente se debió a que la demandada no adoptó las medidas necesarias de seguridad, si el demandante estaba capacitado y tenía experiencia para operar la máquina o tractor y si se ocasionó al demandante daños materiales y morales susceptibles de ser indemnizados y, luego de analizada, exhaustivamente, la prueba rendida concluyó que el accidente sufrido por el actor es fruto de la responsabilidad de la demandada por carecer de una debida mantención de tractores, no contar con un plan de prevención de accidentes en ese aspecto y la capacitación subsecuente (considerandos octavo al undécimo). 11°.- Que del análisis de los antecedentes, cabe concluir que estamos en presencia de una invocación de un mero acto axiológico, consistente aquel, que por un lado el sentenciador en su análisis de la prueba aportada evaluó que en el accidente sufrido por el actor tuvo responsabilidad su empleador y para llegar a dicha conclusión realizó un acto de ponderación lógico-racional, ejecutado conforme a las prácticas usuales en el desarrollo del razonamiento judicial, por lo qué los fundamentos esgrimidos por el recurrente, no se condicen con la causal en estudio, ya que ella dice directa relación con la vulneración o infracción de la lógica, las máximas de la experiencia y el conocimiento científico consolidado, lo cual a la luz de los antecedentes resulta impertinente con el vicio alegado. Por otra parte se advierte que el recurrente confronta el razonamiento del tribunal con el suyo propio, materia que de acuerdo a la doctrina es insuficiente ya que se ha establecido el criterio de que, en principio, se ha de respetar la valoración de la prueba realizada por los jueces del fondo siempre que esta no sea manifiestamente ilógica, irracional, arbitraria o absurda o que conculque principios generales del derecho, sin que esté permitido sustituir la lógica o la sana crítica del juzgador por la pretendida por la parte. Tal como se ha sostenido, reiteradamente por este Tribunal, en la valoración de la prueba practicada en el curso del proceso debe primar el criterio objetivo e imparcial del Juzgador de Instancia sobre el juicio hermenéutico, subjetivo y parcial de la parte, de modo que es preciso acreditar una equivocación clara y evidente en el juicio valorativo del órgano jurisdiccional para acoger este motivo de impugnación. 12°.- Que finalmente la recurrente invoca la causal del artículo 478 letra c) del Código del Trabajo. En este sentido sostiene que las razones esgrimidas para fundar las dos causales antes referías, son plenamente aplicables y subsumibles en esta causal y con ello influyen sustancialmente en lo dispositivo de fallo. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

423

RETIRO

424

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

13°.- Que, no puede prescindirse del claro tenor de la causal en estudio, relativa exclusivamente a la alteración de la calificación jurídica de hechos establecidos por el tribunal inferior, los que quedan inamovibles. El recurrente pretende una calificación diversa, teniendo como premisa los hechos que él estima debió haber consignado el tribunal, luego aquí no está de por medio la calificación diferente de unos mismos hechos, sino de otros diversos, al pretender fijarse los elementos descriptivos del accidente del trabajo de manera distinta a como lo hizo el fallo, perspectiva en todo caso incompatible con el motivo de nulidad esgrimido. 14º.- Que de todo lo dicho fluye que ninguna de las invocaciones de saneamiento aducidas en el medio de impugnación puede prosperar. Por estas consideraciones y en atención, también, a lo que prevén los artículos 474, 480 y 482 del Código del Trabajo, se rechaza, con costas, el recurso de nulidad que el veinte de julio último dirigió la demandada, Solimoes Limitada, contra la sentencia de siete de julio del año en curso, dictada por el Primer Juzgado de Letras del Trabajo de Santiago. Regístrese y devuélvase. Redacción de la Ministra señora María Soledad Melo Labra, quien no firma, por encontrarse con permiso del artículo 347 del Código Orgánico de Tribunales. Rol Corte N° 1.021-2.010.RUC 1040023057-4 RIT O-944-2010 Pronunciada por la Primera Sala de esta Corte de Apelaciones, presidida por el ministro señor Jorge Dahm Oyarzún e integrada por la ministra señora María Soledad Melo Labra y el Abogado Integrante señor Ángel Cruchaga Gandarillas.

13°.- Que, no puede prescindirse del claro tenor de la causal en estudio, relativa exclusivamente a la alteración de la calificación jurídica de hechos establecidos por el tribunal inferior, los que quedan inamovibles. El recurrente pretende una calificación diversa, teniendo como premisa los hechos que él estima debió haber consignado el tribunal, luego aquí no está de por medio la calificación diferente de unos mismos hechos, sino de otros diversos, al pretender fijarse los elementos descriptivos del accidente del trabajo de manera distinta a como lo hizo el fallo, perspectiva en todo caso incompatible con el motivo de nulidad esgrimido. 14º.- Que de todo lo dicho fluye que ninguna de las invocaciones de saneamiento aducidas en el medio de impugnación puede prosperar. Por estas consideraciones y en atención, también, a lo que prevén los artículos 474, 480 y 482 del Código del Trabajo, se rechaza, con costas, el recurso de nulidad que el veinte de julio último dirigió la demandada, Solimoes Limitada, contra la sentencia de siete de julio del año en curso, dictada por el Primer Juzgado de Letras del Trabajo de Santiago. Regístrese y devuélvase. Redacción de la Ministra señora María Soledad Melo Labra, quien no firma, por encontrarse con permiso del artículo 347 del Código Orgánico de Tribunales. Rol Corte N° 1.021-2.010.RUC 1040023057-4 RIT O-944-2010 Pronunciada por la Primera Sala de esta Corte de Apelaciones, presidida por el ministro señor Jorge Dahm Oyarzún e integrada por la ministra señora María Soledad Melo Labra y el Abogado Integrante señor Ángel Cruchaga Gandarillas. 424

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

425

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol N° 886-2010 Cita online: CL/JUR/16225/2010 I. SENTENCIA DEL JUZGADO DE LETRAS DEL TRABAJO Santiago, dieciocho de junio de dos mil diez VISTOS, OÍDOS Y CONSIDERANDO: PRIMERO: Que ha comparecido don Roberto Orlando Quilapan Collipal, vendedor reponedor, domiciliado en Avenida Paul Harris N° 1595, comuna de Las Condes, deduciendo demanda laboral en procedimiento de aplicación general en contra de Easy S.A., empresa del giro comercial y otros, representada en los términos del artículo 4 del Código del Trabajo por don Héctor Romero Mery, ignora otros antecedentes, domiciliado en Avenida Francisco de Bilbao N° 8750, comuna de Las Condes, señalando que con fecha 14 de enero de 2009 celebró con la demandada un contrato de trabajo de carácter indefinido, en el que se acordó que prestaría servicios como vendedor/reponedor, y que su última remuneración mensual ascendió a $ 264.944. Indica que trasgrediendo lo acordado en cuanto a la naturaleza de sus servicios se le requirió verbalmente asumir gestiones no contempladas en el contrato, como lo es especialmente el dimensionado de madera, esto es corte de madera, lo que implicó manipular una máquina ingleateadora. Precisa que el día 05 de enero de 2010, siendo aproximadamente las 17:30 horas, procedió a realizar el corte de un tarugo de 45 centímetros para dejarlo en 35 centímetros, manipulando la referida máquina, también denominada trozadora de madera con el fin de acceder y cumplir con la petición de un cliente. Es así que coloca la madera en sierra circular para hacer el corte, posteriormente soltó la sierra pero para su sorpresa esta prosiguió circulando, momento en el que hace contacto con el dedo, cercenándoselo. Agrega que esperó el tiempo normal y prudente para que la máquina dejara de funcionar, pero esta adolecía de graves fallas por falta de mantención, esto es no haberse cambiado piezas necesarias para su adecuado funcionamiento. Hace presente que en transcurso del tiempo a la máquina nunca se le hizo mantención, siendo este hecho el que provocó el accidente, ya que no se detuvo y las aspas de la misma no pararon de girar. Manifiesta que luego del accidente fue trasladado a la enfermería del supermercado Jumbo para luego ser trasladado al Hospital Fach, donde se le prestan los primeros auxilios, y después es derivado al IST, lugar en que fue atendido por un facultativo que le informó que se le amputaría la primera falange del dedo pulgar de la mano izquierda, circunstancia que lo ha afectado bastante, encontrándose al día de hoy con una depresión que está siendo tratada. Agrega que la situación que lo afectó se produjo por las nulas medidas de seguridad con las que tuvo que operar la máquina, las que nunca han existido, además no ha recibido capacitación en las labores a realizar, no se le proporcionó elementos de seguridad adecuados para trabajar en esa máquina, además no ha reglamento interno que otorgue un proceder y prevenga circunstancias de riesgo respecto de los trabajadores y operarios, y por último la máquina que ocasionó el accidente se encontraba en deficientes condiciones de mantención, a lo que se suma que fue contratado como vendedor reponedor. Señala que con motivo del accidente ha debido ser atendido en la Mutual, donde se le han practicado distintos tratamientos para recuperar la funcionalidad y fuerza de su mano, amén de la intervención quirúrgica con ese mismo fin. En la misma Mutual se le ha dicho que se estima como el tiempo de remuneración, terapias y medicamentos no será inferior a seis meses contados desde la fecha de la operación. Precisa que debido al accidente laboral ha quedado con una incapacidad en su mano izquierda, cuya evaluación final está pendiente, pero que en baso de parámetros de la Ley de Accidentes del Trabajo 16.744 y su reglamento, estima que no será inferior a un 30% a su capacidad de ganancia, ya que no puede realizar labores en forma normal, lo que le provoca un claro desmedro laboral, el que perdurará y no se subsanará con el transcurso del tiempo, interrumpiéndose en forma intempestiva su vida laboral, en circunstancias que su edad es de 25 años.

Santiago, dieciocho de junio de dos mil diez VISTOS, OÍDOS Y CONSIDERANDO: PRIMERO: Que ha comparecido don Roberto Orlando Quilapan Collipal, vendedor reponedor, domiciliado en Avenida Paul Harris N° 1595, comuna de Las Condes, deduciendo demanda laboral en procedimiento de aplicación general en contra de Easy S.A., empresa del giro comercial y otros, representada en los términos del artículo 4 del Código del Trabajo por don Héctor Romero Mery, ignora otros antecedentes, domiciliado en Avenida Francisco de Bilbao N° 8750, comuna de Las Condes, señalando que con fecha 14 de enero de 2009 celebró con la demandada un contrato de trabajo de carácter indefinido, en el que se acordó que prestaría servicios como vendedor/reponedor, y que su última remuneración mensual ascendió a $ 264.944. Indica que trasgrediendo lo acordado en cuanto a la naturaleza de sus servicios se le requirió verbalmente asumir gestiones no contempladas en el contrato, como lo es especialmente el dimensionado de madera, esto es corte de madera, lo que implicó manipular una máquina ingleateadora. Precisa que el día 05 de enero de 2010, siendo aproximadamente las 17:30 horas, procedió a realizar el corte de un tarugo de 45 centímetros para dejarlo en 35 centímetros, manipulando la referida máquina, también denominada trozadora de madera con el fin de acceder y cumplir con la petición de un cliente. Es así que coloca la madera en sierra circular para hacer el corte, posteriormente soltó la sierra pero para su sorpresa esta prosiguió circulando, momento en el que hace contacto con el dedo, cercenándoselo. Agrega que esperó el tiempo normal y prudente para que la máquina dejara de funcionar, pero esta adolecía de graves fallas por falta de mantención, esto es no haberse cambiado piezas necesarias para su adecuado funcionamiento. Hace presente que en transcurso del tiempo a la máquina nunca se le hizo mantención, siendo este hecho el que provocó el accidente, ya que no se detuvo y las aspas de la misma no pararon de girar. Manifiesta que luego del accidente fue trasladado a la enfermería del supermercado Jumbo para luego ser trasladado al Hospital Fach, donde se le prestan los primeros auxilios, y después es derivado al IST, lugar en que fue atendido por un facultativo que le informó que se le amputaría la primera falange del dedo pulgar de la mano izquierda, circunstancia que lo ha afectado bastante, encontrándose al día de hoy con una depresión que está siendo tratada. Agrega que la situación que lo afectó se produjo por las nulas medidas de seguridad con las que tuvo que operar la máquina, las que nunca han existido, además no ha recibido capacitación en las labores a realizar, no se le proporcionó elementos de seguridad adecuados para trabajar en esa máquina, además no ha reglamento interno que otorgue un proceder y prevenga circunstancias de riesgo respecto de los trabajadores y operarios, y por último la máquina que ocasionó el accidente se encontraba en deficientes condiciones de mantención, a lo que se suma que fue contratado como vendedor reponedor. Señala que con motivo del accidente ha debido ser atendido en la Mutual, donde se le han practicado distintos tratamientos para recuperar la funcionalidad y fuerza de su mano, amén de la intervención quirúrgica con ese mismo fin. En la misma Mutual se le ha dicho que se estima como el tiempo de remuneración, terapias y medicamentos no será inferior a seis meses contados desde la fecha de la operación. Precisa que debido al accidente laboral ha quedado con una incapacidad en su mano izquierda, cuya evaluación final está pendiente, pero que en baso de parámetros de la Ley de Accidentes del Trabajo 16.744 y su reglamento, estima que no será inferior a un 30% a su capacidad de ganancia, ya que no puede realizar labores en forma normal, lo que le provoca un claro desmedro laboral, el que perdurará y no se subsanará con el transcurso del tiempo, interrumpiéndose en forma intempestiva su vida laboral, en circunstancias que su edad es de 25 años.

I. SENTENCIA DEL JUZGADO DE LETRAS DEL TRABAJO

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol N° 886-2010 Cita online: CL/JUR/16225/2010 ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

425

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Argumenta que la situación expuesta configura un accidente del trabajo, existiendo un incumplimiento por parte de la demandada de la obligación legal de higiene y seguridad establecida en el artículo 183 E) y 184 del Código del Trabajo y sus respectivas modificaciones, y conforme a lo expuesto solicita que se condene a la demandada a indemnizar los siguientes perjuicios sufridos. a) Lucro cesante por $ 30.000.000, en atención a que ha sufrido una incapacidad del 30% y su sueldo de $ 264.994 debe ser multiplicado por 480 meses hasta cumplir su edad de jubilación legal, que corresponden a los 40 años que le quedan de vida laboral, o lo que el tribunal estime en derecho. b) Daño moral por $ 10.000.000, en atención a toda la aflicción, sufrimiento sufrido y secuelas que tendrá hasta su muerte, o lo que el tribunal estime en derecho. Todo lo anterior más intereses, reajustes y costas. SEGUNDO: Que don Luis Javier Sandoval Olivares, abogado, en representación de Easy S.A., sociedad del giro comercial y otros, ambos domiciliados para estos efectos en calle Los Militares N° 4290, piso 8 norte, comuna de Las Condes, contesta la demanda señalando que el demandante comenzó a trabajar para su representada el 14 de enero de 2009, tras participar en un proceso de selección, quien al postular manifestó que trabajó antes en bodega de mantención, donde trabajaba con materiales de construcción. Indica que conforme a la información recopilada el demandante se encontraba cortando un tarugo de aproximadamente 60 centímetros en cortes de 10 centímetros para un cliente, y debido a lo pequeño de los cortes la sierra le pasó a llevar el dedo pulgar izquierdo, cercenándole la primera falange del mismo. Sostiene que averiguadas las causas de lo sucedido se ha logrado determinar que ellas recaen en el propio trabajador, quien por motivación personal, no bajo órdenes de la empresa, pretendió realizar un corte distinto al permitido, ya que la medida del corte que debió haber respetado era de un corte mínimo de 40 centímetros de longitud y espesor de 1 pulgada, esto es 2,54 centímetros, por ende el actor no debió haber usado la ingleteadora para realizar dichos cortes, sino que otro elemento, como por ejemplo una sierra manual pequeña. Sobre la inexistencia de medidas de seguridad con que se habría operado la máquina señala que existían todas las medidas de seguridad necesarias para opera la máquina ingleteadora, y además esta contaba con la señalética de advertencia respecto de los riesgos asociados, como por ejemplo el aviso para no introducir las manos o dedos en la máquina. Al demandante se le entregaron los elementos de protección que le correspondían y el 14 de enero de 2009 recepcionó el Reglamento Interno de Orden, Higiene y Seguridad de la empresa, el que contempla las situaciones de riesgos al interior de la empresa, sin perjuicio de que también existe un procedimiento específico denominado Procedimiento de Seguridad para el Personal que Opera Máquinas de Cortes Fijos Ingleteadora, el que señala que el operador de la máquina al momento de iniciar el corte debió verificar la medida de corte, respetando el corte mínimo de 40 centímetros de longitud y espesor de 1 pulgada, mientras que el propio demandante reconoce que deseaba hacer cortes mínimos de 10 centímetros. Agrega que de acuerdo a la investigación realizada del accidente se constató que la máquina se encontraba en buenas condiciones operativas, con todos sus mecanismos de seguridad en funciones. Precisa que el actor fue contratado como vendedor reponedor, no estando excluido de realizar funciones de dimensionado, en este caso de madera, para poder vender ciertos tipo de artículos, estando entre sus funciones el uso de la máquina donde ocurrió el incidente, ya que al ser contratado fue destinado al patio consumidor. Considera que conforme a lo expuesto la función en sí misma no era nueva y el trabajo de dimensionado ya lo había hecho anteriormente. Argumenta además que el hecho de la víctima exonera de responsabilidad en el sentido de que interrumpe el indispensable vínculo de causalidad que se requiere entre la acción u omisión dolosa o culpable y el daño, ya que al exponerse imprudentemente al daño exime de responsabilidad a su representada., toda vez que no respetó el corte mínimo e introdujo la mano, no existiendo ningún supervisor, jefe o empleado de Easy que ordenara al demandante realizar los cortes de 10 centímetros, además debió haber utilizado otro tipo de herramienta para realizar dichos cortes, por ejemplo una sierra manual pequeña.

426

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Argumenta que la situación expuesta configura un accidente del trabajo, existiendo un incumplimiento por parte de la demandada de la obligación legal de higiene y seguridad establecida en el artículo 183 E) y 184 del Código del Trabajo y sus respectivas modificaciones, y conforme a lo expuesto solicita que se condene a la demandada a indemnizar los siguientes perjuicios sufridos. a) Lucro cesante por $ 30.000.000, en atención a que ha sufrido una incapacidad del 30% y su sueldo de $ 264.994 debe ser multiplicado por 480 meses hasta cumplir su edad de jubilación legal, que corresponden a los 40 años que le quedan de vida laboral, o lo que el tribunal estime en derecho. b) Daño moral por $ 10.000.000, en atención a toda la aflicción, sufrimiento sufrido y secuelas que tendrá hasta su muerte, o lo que el tribunal estime en derecho. Todo lo anterior más intereses, reajustes y costas. SEGUNDO: Que don Luis Javier Sandoval Olivares, abogado, en representación de Easy S.A., sociedad del giro comercial y otros, ambos domiciliados para estos efectos en calle Los Militares N° 4290, piso 8 norte, comuna de Las Condes, contesta la demanda señalando que el demandante comenzó a trabajar para su representada el 14 de enero de 2009, tras participar en un proceso de selección, quien al postular manifestó que trabajó antes en bodega de mantención, donde trabajaba con materiales de construcción. Indica que conforme a la información recopilada el demandante se encontraba cortando un tarugo de aproximadamente 60 centímetros en cortes de 10 centímetros para un cliente, y debido a lo pequeño de los cortes la sierra le pasó a llevar el dedo pulgar izquierdo, cercenándole la primera falange del mismo. Sostiene que averiguadas las causas de lo sucedido se ha logrado determinar que ellas recaen en el propio trabajador, quien por motivación personal, no bajo órdenes de la empresa, pretendió realizar un corte distinto al permitido, ya que la medida del corte que debió haber respetado era de un corte mínimo de 40 centímetros de longitud y espesor de 1 pulgada, esto es 2,54 centímetros, por ende el actor no debió haber usado la ingleteadora para realizar dichos cortes, sino que otro elemento, como por ejemplo una sierra manual pequeña. Sobre la inexistencia de medidas de seguridad con que se habría operado la máquina señala que existían todas las medidas de seguridad necesarias para opera la máquina ingleteadora, y además esta contaba con la señalética de advertencia respecto de los riesgos asociados, como por ejemplo el aviso para no introducir las manos o dedos en la máquina. Al demandante se le entregaron los elementos de protección que le correspondían y el 14 de enero de 2009 recepcionó el Reglamento Interno de Orden, Higiene y Seguridad de la empresa, el que contempla las situaciones de riesgos al interior de la empresa, sin perjuicio de que también existe un procedimiento específico denominado Procedimiento de Seguridad para el Personal que Opera Máquinas de Cortes Fijos Ingleteadora, el que señala que el operador de la máquina al momento de iniciar el corte debió verificar la medida de corte, respetando el corte mínimo de 40 centímetros de longitud y espesor de 1 pulgada, mientras que el propio demandante reconoce que deseaba hacer cortes mínimos de 10 centímetros. Agrega que de acuerdo a la investigación realizada del accidente se constató que la máquina se encontraba en buenas condiciones operativas, con todos sus mecanismos de seguridad en funciones. Precisa que el actor fue contratado como vendedor reponedor, no estando excluido de realizar funciones de dimensionado, en este caso de madera, para poder vender ciertos tipo de artículos, estando entre sus funciones el uso de la máquina donde ocurrió el incidente, ya que al ser contratado fue destinado al patio consumidor. Considera que conforme a lo expuesto la función en sí misma no era nueva y el trabajo de dimensionado ya lo había hecho anteriormente. Argumenta además que el hecho de la víctima exonera de responsabilidad en el sentido de que interrumpe el indispensable vínculo de causalidad que se requiere entre la acción u omisión dolosa o culpable y el daño, ya que al exponerse imprudentemente al daño exime de responsabilidad a su representada., toda vez que no respetó el corte mínimo e introdujo la mano, no existiendo ningún supervisor, jefe o empleado de Easy que ordenara al demandante realizar los cortes de 10 centímetros, además debió haber utilizado otro tipo de herramienta para realizar dichos cortes, por ejemplo una sierra manual pequeña.

426

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

427

En subsidio de lo anterior alega la ausencia de los elementos de la responsabilidad por no existir relación de causalidad entre la conducta de la empresa y el daño sufrido por el demandante, toda vez que el accidente sufrido por el demandante tuvo lugar a consecuencia de su actuar imprudente, además no hubo ninguna acción u omisión culpable de la empresa que contribuyera al hecho que causó la lesión del demandante. En subsidio de las defensas previas alega el caso fortuito o fuerza mayor como eximente de responsabilidad, ya que de los hechos del caso se desprende que el actuar del demandante importó un hecho ajeno imposible de prever por parte de Easy. Indica que su representada instruyó y capacitó al demandante para que realizara labores en la sección Patio Constructor, dentro de las cuales se encontraba el manejo de la ingleteadora, además que la máquina contaba con todos los elementos de seguridad necesarios y totalmente operativos. Así el actuar del demandante y su consiguiente resultado dañoso constituye un hecho ajeno a su parte imposible de prever. Sobre los perjuicios demandados manifiesta que la demanda no contiene antecedente o referencia alguna a documentación médica y/o técnica que den sustento a las afirmaciones del actor, lo que le resta credibilidad y efecto vinculante. En relación al lucro cesante demandado argumenta que el cálculo lineal es improcedente para proyectar el presunto daño porque no es posible hacer una determinación de la manera planteada en la demanda, debido a que no es conocido cuál sería el desarrollo de la vida laboral del demandante, lo que podría estar influido por periodos sin trabajar, variaciones de remuneración u otras circunstancias que hacen que el elemento certidumbre del daño se pierda. Agrega que el lucro cesante demandado debe compensarse por medio de la Ley Nº 16.744, así de otorgarse esta indemnización se estaría indemnizando dos veces por el mismo hecho al demandante, ya que declararse algún grado de incapacidad superior al 15% significaría que el actor percibirá una pensión de aquellas de la Ley Nº 16.744 que supliría precisamente su disminución de capacidad de ganancia. Respecto al daño moral considera que la cantidad pretendida es desmedida basado en una intención de enriquecimiento injusto y en un falso concepto de daño moral. Requiere que se aplique lo dispuesto en el artículo 2330 del Código Civil. Solicita en definitiva que se rechace demanda en todas sus partes, con costas. TERCERO: Que recibida la causa a prueba se establecieron como hechos sustanciales, pertinentes y controvertidos los siguientes. a) Si el dimensionado de madera se encontraba dentro de las funciones para la cual fue contratado el actor. b) Si la empresa adoptó las medidas de seguridad para evitar el accidente de que fue víctima el actor. c) Si la máquina ingleateadora se encontraba en buenas condiciones de funcionamiento, al momento del accidente. d) Porcentaje de incapacidad del actor resultante del accidente. e) Período de recuperación y terapias relacionadas con el accidente del actor. f) Si el trabajador respetó el procedimiento establecido para efectuar los cortes que dieron origen al accidente. CUARTO: Que el demandante rindió la siguiente prueba en el proceso. A) Documental. 1. Contrato de trabajo el actor de fecha 14 de enero de 2009. 2. Declaración individual de accidente ante el IST. 3. Certificado otorgado por la empresa Easy de fecha 12 de enero de 2010, donde establece el cargo que ocupa el actor. 4. Certificado emitido por el Instituto de Seguridad del Trabajado de fecha 10 de febrero de 2010, donde establece el accidente, emitido por el Doc. Verdugo Mardones. B) Confesional. Absolvió posiciones don Gonzalo Caballero Rivera, en calidad de representante de la sociedad demandada, quien legalmente juramentado expuso que desconoce cuáles eran las labores que prestaba

En subsidio de lo anterior alega la ausencia de los elementos de la responsabilidad por no existir relación de causalidad entre la conducta de la empresa y el daño sufrido por el demandante, toda vez que el accidente sufrido por el demandante tuvo lugar a consecuencia de su actuar imprudente, además no hubo ninguna acción u omisión culpable de la empresa que contribuyera al hecho que causó la lesión del demandante. En subsidio de las defensas previas alega el caso fortuito o fuerza mayor como eximente de responsabilidad, ya que de los hechos del caso se desprende que el actuar del demandante importó un hecho ajeno imposible de prever por parte de Easy. Indica que su representada instruyó y capacitó al demandante para que realizara labores en la sección Patio Constructor, dentro de las cuales se encontraba el manejo de la ingleteadora, además que la máquina contaba con todos los elementos de seguridad necesarios y totalmente operativos. Así el actuar del demandante y su consiguiente resultado dañoso constituye un hecho ajeno a su parte imposible de prever. Sobre los perjuicios demandados manifiesta que la demanda no contiene antecedente o referencia alguna a documentación médica y/o técnica que den sustento a las afirmaciones del actor, lo que le resta credibilidad y efecto vinculante. En relación al lucro cesante demandado argumenta que el cálculo lineal es improcedente para proyectar el presunto daño porque no es posible hacer una determinación de la manera planteada en la demanda, debido a que no es conocido cuál sería el desarrollo de la vida laboral del demandante, lo que podría estar influido por periodos sin trabajar, variaciones de remuneración u otras circunstancias que hacen que el elemento certidumbre del daño se pierda. Agrega que el lucro cesante demandado debe compensarse por medio de la Ley Nº 16.744, así de otorgarse esta indemnización se estaría indemnizando dos veces por el mismo hecho al demandante, ya que declararse algún grado de incapacidad superior al 15% significaría que el actor percibirá una pensión de aquellas de la Ley Nº 16.744 que supliría precisamente su disminución de capacidad de ganancia. Respecto al daño moral considera que la cantidad pretendida es desmedida basado en una intención de enriquecimiento injusto y en un falso concepto de daño moral. Requiere que se aplique lo dispuesto en el artículo 2330 del Código Civil. Solicita en definitiva que se rechace demanda en todas sus partes, con costas. TERCERO: Que recibida la causa a prueba se establecieron como hechos sustanciales, pertinentes y controvertidos los siguientes. a) Si el dimensionado de madera se encontraba dentro de las funciones para la cual fue contratado el actor. b) Si la empresa adoptó las medidas de seguridad para evitar el accidente de que fue víctima el actor. c) Si la máquina ingleateadora se encontraba en buenas condiciones de funcionamiento, al momento del accidente. d) Porcentaje de incapacidad del actor resultante del accidente. e) Período de recuperación y terapias relacionadas con el accidente del actor. f) Si el trabajador respetó el procedimiento establecido para efectuar los cortes que dieron origen al accidente. CUARTO: Que el demandante rindió la siguiente prueba en el proceso. A) Documental. 1. Contrato de trabajo el actor de fecha 14 de enero de 2009. 2. Declaración individual de accidente ante el IST. 3. Certificado otorgado por la empresa Easy de fecha 12 de enero de 2010, donde establece el cargo que ocupa el actor. 4. Certificado emitido por el Instituto de Seguridad del Trabajado de fecha 10 de febrero de 2010, donde establece el accidente, emitido por el Doc. Verdugo Mardones. B) Confesional. Absolvió posiciones don Gonzalo Caballero Rivera, en calidad de representante de la sociedad demandada, quien legalmente juramentado expuso que desconoce cuáles eran las labores que prestaba ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

427

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

el demandante, aunque luego precisa que era vendedor reponedor de la sección de patio de construcción, y que los vendedores reponedores tiene el deber de vender productos y en el caso de que sea necesario también deben dimensionar el producto vendido. Señala que desconoce respecto de quién estaba directamente subordinado el demandante, si este recibió una capacitación relativa al funcionamiento de las máquinas de dimensionado, si la máquina en que se accidentó había recibido mantenimiento o el estado en que se encontraba, si el demandante sabía que debía dimensionar maderas, desconoce si en la empresa hay enfermerías pero si que hay un convenio para derivar a los trabajadores al IST para recibir atención hospitalaria, si el equipo de emergencia que atendió al demandante tardó más de un hora de llegar al lugar del accidente. Precisa que tiene la calidad de abogado jefe del área judicial de la empresa. QUINTO: Que la demandada incorporó la siguiente prueba en la presente causa. A) Documental. 1. Informe de investigación de accidente grave del trabajo, preparado por Carolina Fernández Mercado, prevencionista del local Easy de enero de 2010 y sus anexos (5 hojas). 2. Investigación de accidente del trabajo jefe de sección suscrita por Ignacio Cifuentes, Jefe de sección (2 hojas). 3. Acta de constatación de hechos en terreno del fiscalizador de la Dirección del Trabajo, don Pedro Durán y suscrito por don Iván Mora Moreno encargado de recursos humanos de Easy, de fecha 13 de enero de 2010. 4. Email de fecha 5 de enero de 2010, en donde se reporta por el jefe control interno la ocurrencia del accidente dirigido al don Héctor Romero. 5. Un ejemplar del reglamento interno de Orden Higiene y Seguridad de la demandada. 6. Recibo de fecha 14 de enero de 2009 suscrita por el actor, recepto del Reglamento Interno de la empresa. 7. Procedimiento de seguridad para el personal que opera máquinas de corte fijo ingleateadora (dos hojas). 8. Copia simple del manual de operación de la máquina ingleateadora marca Makita (88 páginas). 9. Certificado de alta médica emanado del IST de fecha 31 de marzo de 2010, respecto del actor (una hoja). 10. Certificado de alta médica suscrito Arturo Verdugo Mardones de fecha 10 de febrero de 2010, respecto del actor. 11. Informe médico del Instituto de Seguridad del Trabajo de fecha 27 de abril de 2010, suscrito por el doctor Ricardo Jorquera Núñez. 12. Original del documento denominado inducción y obligación de informar de los riesgos laborales suscrito por el actor (una hoja). 13. Original de documentos denominado capacitación trabajador nuevo, suscrito por el actor. (una hoja). 14. Original de solicitud de uniforme y a la entrega de algunos elementos al actor de fecha 14 de enero y 6 de marzo de 2009. 15. Ficha de aprobación de ingresos con sus anexos, entre ellos currículum vitae, hoja manuscrita por el propio actor, formulario de postulación, y certificado de carpeta de antecedentes del actor en recursos humanos, respecto de su postulación al ingresar a Easy. B) Testimonial. 1. Doña Carolina Alejandra Fernández Mercado, quien legalmente juramentada expuso que se desempeña como experta en prevención de riesgos en Easy La Reina, donde existe una estructura de seguridad, dirigida por un jefe corporativo de departamento, luego un jefe de división, y luego ella como jefa de terreno, donde se investigan los accidentes, se capacita a las personas, todo lo referente a lo que es prevención de riesgos. En el local donde se desempeña se ha implementado como medidas de seguridad la existencia de un manual que se aplica a todos los locales comerciales, en el que se estipula todo lo relativo a procedimiento de trabajo seguro, las normas de seguridad para el uso de alguna maquinaria y equipos de

428

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

el demandante, aunque luego precisa que era vendedor reponedor de la sección de patio de construcción, y que los vendedores reponedores tiene el deber de vender productos y en el caso de que sea necesario también deben dimensionar el producto vendido. Señala que desconoce respecto de quién estaba directamente subordinado el demandante, si este recibió una capacitación relativa al funcionamiento de las máquinas de dimensionado, si la máquina en que se accidentó había recibido mantenimiento o el estado en que se encontraba, si el demandante sabía que debía dimensionar maderas, desconoce si en la empresa hay enfermerías pero si que hay un convenio para derivar a los trabajadores al IST para recibir atención hospitalaria, si el equipo de emergencia que atendió al demandante tardó más de un hora de llegar al lugar del accidente. Precisa que tiene la calidad de abogado jefe del área judicial de la empresa. QUINTO: Que la demandada incorporó la siguiente prueba en la presente causa. A) Documental. 1. Informe de investigación de accidente grave del trabajo, preparado por Carolina Fernández Mercado, prevencionista del local Easy de enero de 2010 y sus anexos (5 hojas). 2. Investigación de accidente del trabajo jefe de sección suscrita por Ignacio Cifuentes, Jefe de sección (2 hojas). 3. Acta de constatación de hechos en terreno del fiscalizador de la Dirección del Trabajo, don Pedro Durán y suscrito por don Iván Mora Moreno encargado de recursos humanos de Easy, de fecha 13 de enero de 2010. 4. Email de fecha 5 de enero de 2010, en donde se reporta por el jefe control interno la ocurrencia del accidente dirigido al don Héctor Romero. 5. Un ejemplar del reglamento interno de Orden Higiene y Seguridad de la demandada. 6. Recibo de fecha 14 de enero de 2009 suscrita por el actor, recepto del Reglamento Interno de la empresa. 7. Procedimiento de seguridad para el personal que opera máquinas de corte fijo ingleateadora (dos hojas). 8. Copia simple del manual de operación de la máquina ingleateadora marca Makita (88 páginas). 9. Certificado de alta médica emanado del IST de fecha 31 de marzo de 2010, respecto del actor (una hoja). 10. Certificado de alta médica suscrito Arturo Verdugo Mardones de fecha 10 de febrero de 2010, respecto del actor. 11. Informe médico del Instituto de Seguridad del Trabajo de fecha 27 de abril de 2010, suscrito por el doctor Ricardo Jorquera Núñez. 12. Original del documento denominado inducción y obligación de informar de los riesgos laborales suscrito por el actor (una hoja). 13. Original de documentos denominado capacitación trabajador nuevo, suscrito por el actor. (una hoja). 14. Original de solicitud de uniforme y a la entrega de algunos elementos al actor de fecha 14 de enero y 6 de marzo de 2009. 15. Ficha de aprobación de ingresos con sus anexos, entre ellos currículum vitae, hoja manuscrita por el propio actor, formulario de postulación, y certificado de carpeta de antecedentes del actor en recursos humanos, respecto de su postulación al ingresar a Easy. B) Testimonial. 1. Doña Carolina Alejandra Fernández Mercado, quien legalmente juramentada expuso que se desempeña como experta en prevención de riesgos en Easy La Reina, donde existe una estructura de seguridad, dirigida por un jefe corporativo de departamento, luego un jefe de división, y luego ella como jefa de terreno, donde se investigan los accidentes, se capacita a las personas, todo lo referente a lo que es prevención de riesgos. En el local donde se desempeña se ha implementado como medidas de seguridad la existencia de un manual que se aplica a todos los locales comerciales, en el que se estipula todo lo relativo a procedimiento de trabajo seguro, las normas de seguridad para el uso de alguna maquinaria y equipos de

428

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

429

distintas secciones, a modo de ejemplo en el caso del patio de construcción el uso de la grúa horquilla requiere la asistencia a un curso y se regulan las cargas. En la sección de construcción los trabajadores tiene la obligación de utilizar el zapato de seguridad como también un casco, para el uso de algunas máquinas el protector auditivo y visual, guantes, siendo los jefes de sección los responsables de velar por la seguridad del área. El patio de construcción tiene un jefe de sección. Sobre el accidente sufrido por el demanda señala que cuando se produjo estaba ella en el IST, recibiendo un llamado del jefe de seguridad quien le informó lo sucedido, y le instruyó que derivaran al trabajador al Hospital Fach, donde posteriormente derivaron al trabajador al IST. La llamada telefónica por medio de la cual se enteró del accidente la recibió casi de inmediato, siendo atendido el actor por un paramédico que trabaja en el Jumbo, local que está ubicado cerca del Easy, en el mismo inmueble. Precisa que el accidente se produjo como a las 17:35 horas y el trabajador ingresó al Hospital Fach como a las 18:00 horas. Explica que elaboró un informe del accidente, reconociendo que no había otro trabajador que estuviere presente cuando se produjo el accidente, salvo el cliente. El demandante le pidió en primer lugar ayuda a su compañero de trabajo de nombre José Silva, pero no hubo testigo ocular del accidente. Agrega que se inspeccionó el lugar, la máquina, el material que estaba siendo cortado consistente en un tarugo como de 10 centímetros, se tomó la declaración al cliente que atendía el demandante, quien estaba asustado porque estaba consciente que pidió un corte inferior al mínimo permitido que en ese entonces era de 20 centímetros, lo que está establecido en un cartel grande ubicado en el centro de cortes y que está dirigido a los clientes. Si el cliente insiste en un corte inferior los trabajadores deben llamar al jefe de sección, y la dimensión mínima se determina en atención a la estructura de la máquina para evitar meter la mano cerca de la sierra. En el informé que se elaboró se determinó que las causas del accidente se debió principalmente a que se salió del procedimiento y por haber ingresado la mano a un lugar prohibido. La máquina estaba en buenas condiciones y existe un procedimiento de trabajo seguro para la máquina que utilizaba el demandante, el que evita colocar la mano dentro de la máquina. Un vendedor reponedor que se desempeñe en el área de patio de construcción de un local Easy deben atender a los clientes, lo que contempla la entrega del producto vendido, no existiendo alguien que en forma específica se desempeñen en el dimensionado de productos, todos los de la sección deben ejecutar tal labor. Recuerda que conversó con el demandante cuando llegó al IST después del accidente y constató que estaba bastante shockeado, que explicó que estaba ido debido a que tenía problemas porque su hija se fue al sur. La máquina fue inspeccionada por el Seremi de Salud y decretó el alza de la máquina sin adoptar ningún tipo de sanción, sin perjuicio de que ordenó traducir al español unas instrucciones que tenía la máquina. A su juicio la máquina en que se accidentó el trabajador debe ser utilizada por cualquier persona a quien se le explique su uso, ya que no tiene mayor complicación, pero debe ser capacitado sobre los riesgos de la máquina, siendo recursos humanos los responsables de reclutar el personal apto para desempeñarse en el uso de la misma. Expone que es la prevencionista de riesgos del local donde trabajaba el demandante, pero ella no participa en el proceso de selección del personal y si están aptos para el manejo de la maquinaria existente al interior de la empresa, cuestión que es responsabilidad de recursos humanos, área que si examina ciertas aptitudes de los postulantes. 2. Don Iván Mora Moreno, quien legalmente juramentado declaró que trabaja como encargado de recursos humanos del local Easy La Reina desde septiembre de 2008, siendo responsable de la contratación y selección del personal, como también de la capacitación, participando en la contratación del demandante, y al respecto recuerda que luego de la postulación de los interesados se

distintas secciones, a modo de ejemplo en el caso del patio de construcción el uso de la grúa horquilla requiere la asistencia a un curso y se regulan las cargas. En la sección de construcción los trabajadores tiene la obligación de utilizar el zapato de seguridad como también un casco, para el uso de algunas máquinas el protector auditivo y visual, guantes, siendo los jefes de sección los responsables de velar por la seguridad del área. El patio de construcción tiene un jefe de sección. Sobre el accidente sufrido por el demanda señala que cuando se produjo estaba ella en el IST, recibiendo un llamado del jefe de seguridad quien le informó lo sucedido, y le instruyó que derivaran al trabajador al Hospital Fach, donde posteriormente derivaron al trabajador al IST. La llamada telefónica por medio de la cual se enteró del accidente la recibió casi de inmediato, siendo atendido el actor por un paramédico que trabaja en el Jumbo, local que está ubicado cerca del Easy, en el mismo inmueble. Precisa que el accidente se produjo como a las 17:35 horas y el trabajador ingresó al Hospital Fach como a las 18:00 horas. Explica que elaboró un informe del accidente, reconociendo que no había otro trabajador que estuviere presente cuando se produjo el accidente, salvo el cliente. El demandante le pidió en primer lugar ayuda a su compañero de trabajo de nombre José Silva, pero no hubo testigo ocular del accidente. Agrega que se inspeccionó el lugar, la máquina, el material que estaba siendo cortado consistente en un tarugo como de 10 centímetros, se tomó la declaración al cliente que atendía el demandante, quien estaba asustado porque estaba consciente que pidió un corte inferior al mínimo permitido que en ese entonces era de 20 centímetros, lo que está establecido en un cartel grande ubicado en el centro de cortes y que está dirigido a los clientes. Si el cliente insiste en un corte inferior los trabajadores deben llamar al jefe de sección, y la dimensión mínima se determina en atención a la estructura de la máquina para evitar meter la mano cerca de la sierra. En el informé que se elaboró se determinó que las causas del accidente se debió principalmente a que se salió del procedimiento y por haber ingresado la mano a un lugar prohibido. La máquina estaba en buenas condiciones y existe un procedimiento de trabajo seguro para la máquina que utilizaba el demandante, el que evita colocar la mano dentro de la máquina. Un vendedor reponedor que se desempeñe en el área de patio de construcción de un local Easy deben atender a los clientes, lo que contempla la entrega del producto vendido, no existiendo alguien que en forma específica se desempeñen en el dimensionado de productos, todos los de la sección deben ejecutar tal labor. Recuerda que conversó con el demandante cuando llegó al IST después del accidente y constató que estaba bastante shockeado, que explicó que estaba ido debido a que tenía problemas porque su hija se fue al sur. La máquina fue inspeccionada por el Seremi de Salud y decretó el alza de la máquina sin adoptar ningún tipo de sanción, sin perjuicio de que ordenó traducir al español unas instrucciones que tenía la máquina. A su juicio la máquina en que se accidentó el trabajador debe ser utilizada por cualquier persona a quien se le explique su uso, ya que no tiene mayor complicación, pero debe ser capacitado sobre los riesgos de la máquina, siendo recursos humanos los responsables de reclutar el personal apto para desempeñarse en el uso de la misma. Expone que es la prevencionista de riesgos del local donde trabajaba el demandante, pero ella no participa en el proceso de selección del personal y si están aptos para el manejo de la maquinaria existente al interior de la empresa, cuestión que es responsabilidad de recursos humanos, área que si examina ciertas aptitudes de los postulantes. 2. Don Iván Mora Moreno, quien legalmente juramentado declaró que trabaja como encargado de recursos humanos del local Easy La Reina desde septiembre de 2008, siendo responsable de la contratación y selección del personal, como también de la capacitación, participando en la contratación del demandante, y al respecto recuerda que luego de la postulación de los interesados se ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

429

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

hace una selección curricular, se hace una prueba consistente en un test sicológico, además se exige una carta de presentación donde los interesados indican las razones de su interés por postular a la empresa. Precisa que el test sicológico es realizado por una empresa externa sobre la base de preguntas de verdadero y falso y se obtiene información para determinar si el postulante se adecúa al perfil del cargo, y en el caso del demandante el resultado fue positivo, siendo contratado y destinado al patio de construcción porque en su carta de presentación refirió tener conocimientos sobre materiales de construcción. En el área de patio de construcción se ha implementado como medidas de seguridad el uso de zapatos, casco, guantes, la delimitación de las salas de seguridad, el sector de corte y dimensionado tiene un área específica para realizar la labor. La labor de un vendedor reponedor que se desempeña en el área de construcción comprende también el dimensionado de metal y madera, debiendo todo trabajador del área realizar ese tipo de dimensionado. Explica que es el jefe de sección quien se hace responsable de la capacitación del personal, así incorporado un nuevo trabajador es presentado al jefe del área y debiera capacitarlo en sus funciones, pero no queda constancia de la misma, no hay un plazo en que deba realizarse, y reconoce que recursos humanos no fiscaliza si efectivamente la capacitación se realizó o no. En el local existe un encargado de la mantención de las máquinas que se utilizan, de nombre Jorge Fuentealba, quien está exclusivamente contratado para ello, quien tiene un programa de mantención, y si la máquina presente fallas se cambia no se repara. Respecto del accidente que sufrió el demandante señala que se enteró de ello por haberlo escuchado por la radio interna, así sabe que luego del accidente fue trasladado al local Jumbo donde hay un paramédico y posteriormente lo trasladaron al Hospital Fach. En el lugar de dimensionado de madera existe un cartel que informa sobre las medidas mínimas para hacer corte, además de la existencia de gafas y audífonos, los que deben ser utilizados para el uso de la máquina. Señala que el demandante utilizó había utilizado la máquina con anterioridad por encontrarse entre sus funciones, pero desconoce la cantidad de veces. La máquina tiene una simbología que informa que la mano no debe ser puesta en el sector de corte, así si bien la máquina permite hacer cortes hasta en 45 grados la empresa como medida de seguridad sólo permite cortes rectos. De lo ocurrido se informó al Seremi, al IST, y se hicieron las inspecciones a la máquina, siendo revisada por el Seremi y se le dio el alza de la máquina, permitiéndose que continuara operando. Recuerda que al día siguiente del accidente visitó al trabajador en la clínica y no recordaba mucho sobre cómo se había accidentado, no pudo explicar cómo metió el dedo en el sector de la sierra, ya que cuando la máquina se levanta baja un protector que cubre la sierra. El demandante le señaló que estaba complicado por un tema personal debido a que una hija se había ido al sur. El demandante no fue desvinculado de la empresa, y ello se le informó inmediatamente al trabajador, que debía preocuparse sólo de su recuperación, y a mediados del mes de febrero, cuando le dieron el alta, se reincorporó a la empresa pero como manifestó no estar capacitado por dolores que sentía y porque manifestaba que estaba inseguro, con complicaciones emocionales, por lo que se conversó con el IST y se le hizo un reingreso al tratamiento con licencia médica, y posteriormente fue reingresado en forma paulatina, o sea en media jornada, siendo destinado al mismo sector porque era del gusto del actor, pero dedicándose otras labores que no exigieran fuerza física y la operación de la máquina. El trabajador cuando se accidentó estaba cortando un tarugo muy fino que pudo haberse cortado con una sierra, lo que le consta porque el tarugo estaba en el lugar del accidente, y además porque después de este se acercó un cliente quien manifestó sentirse culpable por haberle exigido al actor que hiciera el corte, pero no conoce el nombre del cliente, y que este pidió disculpas al gerente Héctor Romero Mery por haber pedido un corte que el trabajador en principio no quería realizar, lo que sabe porque también existe una declaración del gerente en la carpeta que contiene los antecedentes reunidos en relación al accidente.

430

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

hace una selección curricular, se hace una prueba consistente en un test sicológico, además se exige una carta de presentación donde los interesados indican las razones de su interés por postular a la empresa. Precisa que el test sicológico es realizado por una empresa externa sobre la base de preguntas de verdadero y falso y se obtiene información para determinar si el postulante se adecúa al perfil del cargo, y en el caso del demandante el resultado fue positivo, siendo contratado y destinado al patio de construcción porque en su carta de presentación refirió tener conocimientos sobre materiales de construcción. En el área de patio de construcción se ha implementado como medidas de seguridad el uso de zapatos, casco, guantes, la delimitación de las salas de seguridad, el sector de corte y dimensionado tiene un área específica para realizar la labor. La labor de un vendedor reponedor que se desempeña en el área de construcción comprende también el dimensionado de metal y madera, debiendo todo trabajador del área realizar ese tipo de dimensionado. Explica que es el jefe de sección quien se hace responsable de la capacitación del personal, así incorporado un nuevo trabajador es presentado al jefe del área y debiera capacitarlo en sus funciones, pero no queda constancia de la misma, no hay un plazo en que deba realizarse, y reconoce que recursos humanos no fiscaliza si efectivamente la capacitación se realizó o no. En el local existe un encargado de la mantención de las máquinas que se utilizan, de nombre Jorge Fuentealba, quien está exclusivamente contratado para ello, quien tiene un programa de mantención, y si la máquina presente fallas se cambia no se repara. Respecto del accidente que sufrió el demandante señala que se enteró de ello por haberlo escuchado por la radio interna, así sabe que luego del accidente fue trasladado al local Jumbo donde hay un paramédico y posteriormente lo trasladaron al Hospital Fach. En el lugar de dimensionado de madera existe un cartel que informa sobre las medidas mínimas para hacer corte, además de la existencia de gafas y audífonos, los que deben ser utilizados para el uso de la máquina. Señala que el demandante utilizó había utilizado la máquina con anterioridad por encontrarse entre sus funciones, pero desconoce la cantidad de veces. La máquina tiene una simbología que informa que la mano no debe ser puesta en el sector de corte, así si bien la máquina permite hacer cortes hasta en 45 grados la empresa como medida de seguridad sólo permite cortes rectos. De lo ocurrido se informó al Seremi, al IST, y se hicieron las inspecciones a la máquina, siendo revisada por el Seremi y se le dio el alza de la máquina, permitiéndose que continuara operando. Recuerda que al día siguiente del accidente visitó al trabajador en la clínica y no recordaba mucho sobre cómo se había accidentado, no pudo explicar cómo metió el dedo en el sector de la sierra, ya que cuando la máquina se levanta baja un protector que cubre la sierra. El demandante le señaló que estaba complicado por un tema personal debido a que una hija se había ido al sur. El demandante no fue desvinculado de la empresa, y ello se le informó inmediatamente al trabajador, que debía preocuparse sólo de su recuperación, y a mediados del mes de febrero, cuando le dieron el alta, se reincorporó a la empresa pero como manifestó no estar capacitado por dolores que sentía y porque manifestaba que estaba inseguro, con complicaciones emocionales, por lo que se conversó con el IST y se le hizo un reingreso al tratamiento con licencia médica, y posteriormente fue reingresado en forma paulatina, o sea en media jornada, siendo destinado al mismo sector porque era del gusto del actor, pero dedicándose otras labores que no exigieran fuerza física y la operación de la máquina. El trabajador cuando se accidentó estaba cortando un tarugo muy fino que pudo haberse cortado con una sierra, lo que le consta porque el tarugo estaba en el lugar del accidente, y además porque después de este se acercó un cliente quien manifestó sentirse culpable por haberle exigido al actor que hiciera el corte, pero no conoce el nombre del cliente, y que este pidió disculpas al gerente Héctor Romero Mery por haber pedido un corte que el trabajador en principio no quería realizar, lo que sabe porque también existe una declaración del gerente en la carpeta que contiene los antecedentes reunidos en relación al accidente.

430

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

431

Explica que en la empresa la rotación de personal es bastante amplia, de manera que cuando se incorpora un nuevo trabajador se revisan los antecedentes expuestos por el postulante, y en el caso del actor como dijo tener experiencia de construcción se le destinó a dicha área, en la que está la venta de madera, siendo uno de los servicios prestados el vender la madera dimensionada según los requerimientos del cliente, para lo cual existe una máquina cortadora de madera, la que puede ser utilizada por cualquier dependiente del local que trabaje en el área de construcción, y su uso está delimitado en una zona. Reconoce que cuando se contrata al personal no se hace una revisión para determinar si los postulantes están capacitados para el uso de la máquina dimensionadora de madera, pero el jefe de la sección es quien le pregunta al nuevo trabajador si sabe o no operar la máquina, y en el caso de que la respuesta fuese negativa es el mismo jefe de sección quien debe preocuparse de la capacitación. Agrega que de la respuesta que da el trabajador no queda registrada en ningún lado como tampoco sobre la realización de la capacitación, en el caso del demandante desconoce si manifestó que sabía manejar la máquina. Finalmente señala que nadie debe dar una instrucción para poder usarse la máquina donde se accidentó el demandante. SEXTO: Que además se incorporó en parte de prueba los siguientes informes. 1. Informe evacuado por don Erik Quappe Acuña, Gerente zonal Metropolitano del Instituto de Seguridad del Trabajo. 2. Informe evacuado por don Juan Squella Orelana, director General del Hospital Clínico de la Fuerza Aérea de Chile. SÉPTIMO: Que el instrumento privado titulado Contrato de Trabajo da cuenta que con fecha 14 de enero de 2009 Easy S.A. en calidad de empleadora, y Roberto Quilapán Collipal en calidad de trabajador, suscribieron un contrato de trabajo en virtud del cual este último se obligó a prestar servicios de vendedor/reponedor en una jornada laboral de 45 horas semanales y a cambio de una remuneración compuesta de un sueldo base mensual de $ 159.000, más una gratificación anual equivalente a 4,75 ingresos mínimos mensuales que se pagará en forma anticipada mensualmente, y un bono de movilización de $ 34.370. OCTAVO: Que entre las partes no es controvertido la circunstancia de que el día 05 de enero de 2010, aproximadamente a las 17:30 horas, en circunstancias de que el actor se desempeñaba como vendedor en un local de la sociedad demandada y atendía a un cliente, se cortó un dedo cuando procedía a cortar un tarugo con una máquina ingleateadora o trosadora de madera. NOVENO: Que de acuerdo al certificado médico emitido con fecha 27 de abril de 2010 emitido por el doctor Ricardo Jorquera Núñez, médico asesor de la gerencia del Instituto de Seguridad del Trabajo, el demandante Roberto Quilapán Collipal se trata de un paciente de 25 años que fue derivado con fecha 05 de enero de 2010 desde el Hospital Fach al Hospital IST Santiago, ingresando con una amputación en tercio medio de la falange distal del pulgar derech,, y que el segmento amputado, debido a las malas condiciones en que se encontraba, no hizo posible su reimplante, ingresando a pabellón para efectuar aseo quirúrgico y regularización de la amputación a nivel de la base de la falange proximal. Agrega que evolucionó bien de su herida, ingresando a un programa de rehabilitación, efectuando terapia ocupacional, siendo dado de alta el 11 de febrero de 2010, para posteriormente ser reingresado debido a que manifestó sentir dolor en el muñón y falta de fuerza, y así para mejorar su capacidad en estas limitaciones. Expone además que recibió apoyo psiquiátrico y medicamentoso por presentar labilidad emocional, pero sin sintomatología ansiosa depresiva y sin síntomas postraumáticos, con buena disposición para retornar a sus labores habituales, y que logra reintegro laboral exitoso con uso adecuado de muñón del pulgar derecho, siendo dado de alta al trabajo con fecha 31 de marzo de 2010. Finalmente señala que en control alejado de fecha 21 de abril refiere el trabajador que está trabajando en forma adecuada, solo con un dolor leve cuando se carga en forma directa en el extremo distal del muñón. DÉCIMO: Que así entonces resulta claro que el actor sufrió un accidente del trabajo que le ocasionó secuelas físicas y sicológicas y a fin de determinar la responsabilidad de la demandada debe considerar-

Explica que en la empresa la rotación de personal es bastante amplia, de manera que cuando se incorpora un nuevo trabajador se revisan los antecedentes expuestos por el postulante, y en el caso del actor como dijo tener experiencia de construcción se le destinó a dicha área, en la que está la venta de madera, siendo uno de los servicios prestados el vender la madera dimensionada según los requerimientos del cliente, para lo cual existe una máquina cortadora de madera, la que puede ser utilizada por cualquier dependiente del local que trabaje en el área de construcción, y su uso está delimitado en una zona. Reconoce que cuando se contrata al personal no se hace una revisión para determinar si los postulantes están capacitados para el uso de la máquina dimensionadora de madera, pero el jefe de la sección es quien le pregunta al nuevo trabajador si sabe o no operar la máquina, y en el caso de que la respuesta fuese negativa es el mismo jefe de sección quien debe preocuparse de la capacitación. Agrega que de la respuesta que da el trabajador no queda registrada en ningún lado como tampoco sobre la realización de la capacitación, en el caso del demandante desconoce si manifestó que sabía manejar la máquina. Finalmente señala que nadie debe dar una instrucción para poder usarse la máquina donde se accidentó el demandante. SEXTO: Que además se incorporó en parte de prueba los siguientes informes. 1. Informe evacuado por don Erik Quappe Acuña, Gerente zonal Metropolitano del Instituto de Seguridad del Trabajo. 2. Informe evacuado por don Juan Squella Orelana, director General del Hospital Clínico de la Fuerza Aérea de Chile. SÉPTIMO: Que el instrumento privado titulado Contrato de Trabajo da cuenta que con fecha 14 de enero de 2009 Easy S.A. en calidad de empleadora, y Roberto Quilapán Collipal en calidad de trabajador, suscribieron un contrato de trabajo en virtud del cual este último se obligó a prestar servicios de vendedor/reponedor en una jornada laboral de 45 horas semanales y a cambio de una remuneración compuesta de un sueldo base mensual de $ 159.000, más una gratificación anual equivalente a 4,75 ingresos mínimos mensuales que se pagará en forma anticipada mensualmente, y un bono de movilización de $ 34.370. OCTAVO: Que entre las partes no es controvertido la circunstancia de que el día 05 de enero de 2010, aproximadamente a las 17:30 horas, en circunstancias de que el actor se desempeñaba como vendedor en un local de la sociedad demandada y atendía a un cliente, se cortó un dedo cuando procedía a cortar un tarugo con una máquina ingleateadora o trosadora de madera. NOVENO: Que de acuerdo al certificado médico emitido con fecha 27 de abril de 2010 emitido por el doctor Ricardo Jorquera Núñez, médico asesor de la gerencia del Instituto de Seguridad del Trabajo, el demandante Roberto Quilapán Collipal se trata de un paciente de 25 años que fue derivado con fecha 05 de enero de 2010 desde el Hospital Fach al Hospital IST Santiago, ingresando con una amputación en tercio medio de la falange distal del pulgar derech,, y que el segmento amputado, debido a las malas condiciones en que se encontraba, no hizo posible su reimplante, ingresando a pabellón para efectuar aseo quirúrgico y regularización de la amputación a nivel de la base de la falange proximal. Agrega que evolucionó bien de su herida, ingresando a un programa de rehabilitación, efectuando terapia ocupacional, siendo dado de alta el 11 de febrero de 2010, para posteriormente ser reingresado debido a que manifestó sentir dolor en el muñón y falta de fuerza, y así para mejorar su capacidad en estas limitaciones. Expone además que recibió apoyo psiquiátrico y medicamentoso por presentar labilidad emocional, pero sin sintomatología ansiosa depresiva y sin síntomas postraumáticos, con buena disposición para retornar a sus labores habituales, y que logra reintegro laboral exitoso con uso adecuado de muñón del pulgar derecho, siendo dado de alta al trabajo con fecha 31 de marzo de 2010. Finalmente señala que en control alejado de fecha 21 de abril refiere el trabajador que está trabajando en forma adecuada, solo con un dolor leve cuando se carga en forma directa en el extremo distal del muñón. DÉCIMO: Que así entonces resulta claro que el actor sufrió un accidente del trabajo que le ocasionó secuelas físicas y sicológicas y a fin de determinar la responsabilidad de la demandada debe considerarACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

431

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

se lo dispuesto en el artículo 184 del Código del Trabajo, norma que prescribe que el empleador estará obligado a tomar todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de los trabajadores, manteniendo las condiciones adecuadas de higiene y seguridad en las faenas, como también los implementos necesarios para prevenir accidentes y enfermedades profesionales. UNDÉCIMO: Que la norma descrita en el considerando anterior impone en el empleador un deber de hacer prácticamente de carácter absoluto y preventivo consistente en implementar todas las medidas que sean necesarias conforme a la lógica y la experiencia para evitar que un trabajador dependiente suyo se vea afectado en su integridad física y sicológicas con ocasión de la prestación de servicios a la que se encuentra obligado. Lo anterior determina que acaecido un accidente laboral es posible deducir la negligencia o culpa por parte del empleador en el cumplimiento de tal obligación, ya sea porque no se adoptaron medidas protectoras o porque las existentes fueron ineficaces, de manera que si el trabajador pretende hacer efectiva su responsabilidad contractual con ocasión del accidente, será carga de aquel argumentar y demostrar que cumplió con la debida diligencia y cuidado en el resguardo de la visa y salud del trabajador. DUODÉCIMO: Que en ese sentido la demandada en su defensa precisó las medidas de resguardo adoptadas para proteger la integridad física del demandante con ocasión de los servicios de vendedor reponedor que prestaba consistía en que existía la orden de no realizar un corte mínimo de 40 centímetros de longitud y de una pulgada de espesor, que existía una señalética de advertencia respecto de los riesgos asociados, que al actor se le entregaron los elementos de protección que le correspondían y que se le hizo entrega de un ejemplar del Reglamento Interno de Orden, Higiene y Seguridad de la empresa además de un procedimiento específico denominado Procedimiento de Seguridad para el Personal que Opera Máquinas de Cortes Fijos Ingleteadora. Ahora bien, cada una de estas medidas fueron acreditadas en el proceso conforme a la prueba documental y testimonial rendida por la parte demandada, sin embargo a pesar de ellas de igual forma se produjo el accidente del trabajador demandante, no siendo posible concluir conforme a la totalidad de los antecedentes probatorios incorporados en el proceso que la empleadora demandada haya sido total y absolutamente diligente en el cumplimiento de la obligación de resguardo y protección en análisis, por el contrario existen datos que demuestran su proceder negligente al respecto. DÉCIMO TERCERO: Que el artículo 19 del Reglamento Interno de Orden, Higiene y Seguridad de Easy S.A. Todo trabajador que tenga que conducir y/o operar en vehículos, maquinarias, equipos o sistemas complejos, de alta velocidad y riesgo, deberá ser sometida a un examen psicotécnico, previo a hacerse cargo del trabajo, para así verificar que sus condiciones físicas y mentales sean compatibles con las exigencias que impone la operación que va a efectuar. Específicamente, deberán ser sometido a este examen las personas que vayan a trabajar en: calderas, prensas a vapor o eléctricas y otras maquinarias, sistemas y equipos, que a juicio del personal técnico de Prevención de Riesgos de la Empresa o del Comité Paritario, requieran de aptitudes y condiciones especiales. La Empresa establecerá la forma como se habrá de dar cumplimiento a esta disposición, debiendo en cada caso haber un informe escrito del Médico o perito que haya examinado al trabajador de que se trate, dirigido a la Gerencia de Recursos Humanos y al Comité Paritario.. DÉCIMO CUARTO: Que no solo las características de la máquina en que se accidentó el demandante llevan a concluir que en el caso del demandante era plenamente aplicable lo dispuesto en el artículo 19 del Reglamento Interno de la empresa, ya que se trata de una sierra metálica que funciona con electricidad, sino que un documento interno de la empresa denominado Procedimiento de Seguridad para el Personal que Opera Máquinas de Corte Fijos Ingleteadora, señala expresamente que La máquina ingleteadora será operada exclusivamente por las personas autorizadas para ello, las cuales hayan sido instruidas por su encargado o su jefe directo en operaciones de cortes y sea idóneas para ello. DÉCIMO QUINTO: Que del análisis de lo expuesto en los dos considerandos precedentes se concluye claramente que el demandante si fue contratado como vendedor reponedor del área de construcción de la empresa, debiendo para ello manipular una máquina ingleteadora cortadora de madera (como lo sostiene la demandada en su defensa), necesariamente debió haber sido objeto del examen psicotécnico para determinar su capacidad para operar la máquina y además debió haber sido capacitado por el jefe de sección o jefe directo en lo que se refiere a su uso y manejo, sin embargo analizada el conjunto

432

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

se lo dispuesto en el artículo 184 del Código del Trabajo, norma que prescribe que el empleador estará obligado a tomar todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de los trabajadores, manteniendo las condiciones adecuadas de higiene y seguridad en las faenas, como también los implementos necesarios para prevenir accidentes y enfermedades profesionales. UNDÉCIMO: Que la norma descrita en el considerando anterior impone en el empleador un deber de hacer prácticamente de carácter absoluto y preventivo consistente en implementar todas las medidas que sean necesarias conforme a la lógica y la experiencia para evitar que un trabajador dependiente suyo se vea afectado en su integridad física y sicológicas con ocasión de la prestación de servicios a la que se encuentra obligado. Lo anterior determina que acaecido un accidente laboral es posible deducir la negligencia o culpa por parte del empleador en el cumplimiento de tal obligación, ya sea porque no se adoptaron medidas protectoras o porque las existentes fueron ineficaces, de manera que si el trabajador pretende hacer efectiva su responsabilidad contractual con ocasión del accidente, será carga de aquel argumentar y demostrar que cumplió con la debida diligencia y cuidado en el resguardo de la visa y salud del trabajador. DUODÉCIMO: Que en ese sentido la demandada en su defensa precisó las medidas de resguardo adoptadas para proteger la integridad física del demandante con ocasión de los servicios de vendedor reponedor que prestaba consistía en que existía la orden de no realizar un corte mínimo de 40 centímetros de longitud y de una pulgada de espesor, que existía una señalética de advertencia respecto de los riesgos asociados, que al actor se le entregaron los elementos de protección que le correspondían y que se le hizo entrega de un ejemplar del Reglamento Interno de Orden, Higiene y Seguridad de la empresa además de un procedimiento específico denominado Procedimiento de Seguridad para el Personal que Opera Máquinas de Cortes Fijos Ingleteadora. Ahora bien, cada una de estas medidas fueron acreditadas en el proceso conforme a la prueba documental y testimonial rendida por la parte demandada, sin embargo a pesar de ellas de igual forma se produjo el accidente del trabajador demandante, no siendo posible concluir conforme a la totalidad de los antecedentes probatorios incorporados en el proceso que la empleadora demandada haya sido total y absolutamente diligente en el cumplimiento de la obligación de resguardo y protección en análisis, por el contrario existen datos que demuestran su proceder negligente al respecto. DÉCIMO TERCERO: Que el artículo 19 del Reglamento Interno de Orden, Higiene y Seguridad de Easy S.A. Todo trabajador que tenga que conducir y/o operar en vehículos, maquinarias, equipos o sistemas complejos, de alta velocidad y riesgo, deberá ser sometida a un examen psicotécnico, previo a hacerse cargo del trabajo, para así verificar que sus condiciones físicas y mentales sean compatibles con las exigencias que impone la operación que va a efectuar. Específicamente, deberán ser sometido a este examen las personas que vayan a trabajar en: calderas, prensas a vapor o eléctricas y otras maquinarias, sistemas y equipos, que a juicio del personal técnico de Prevención de Riesgos de la Empresa o del Comité Paritario, requieran de aptitudes y condiciones especiales. La Empresa establecerá la forma como se habrá de dar cumplimiento a esta disposición, debiendo en cada caso haber un informe escrito del Médico o perito que haya examinado al trabajador de que se trate, dirigido a la Gerencia de Recursos Humanos y al Comité Paritario.. DÉCIMO CUARTO: Que no solo las características de la máquina en que se accidentó el demandante llevan a concluir que en el caso del demandante era plenamente aplicable lo dispuesto en el artículo 19 del Reglamento Interno de la empresa, ya que se trata de una sierra metálica que funciona con electricidad, sino que un documento interno de la empresa denominado Procedimiento de Seguridad para el Personal que Opera Máquinas de Corte Fijos Ingleteadora, señala expresamente que La máquina ingleteadora será operada exclusivamente por las personas autorizadas para ello, las cuales hayan sido instruidas por su encargado o su jefe directo en operaciones de cortes y sea idóneas para ello. DÉCIMO QUINTO: Que del análisis de lo expuesto en los dos considerandos precedentes se concluye claramente que el demandante si fue contratado como vendedor reponedor del área de construcción de la empresa, debiendo para ello manipular una máquina ingleteadora cortadora de madera (como lo sostiene la demandada en su defensa), necesariamente debió haber sido objeto del examen psicotécnico para determinar su capacidad para operar la máquina y además debió haber sido capacitado por el jefe de sección o jefe directo en lo que se refiere a su uso y manejo, sin embargo analizada el conjunto

432

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

433

de la prueba conforme a las reglas de la sana crítica no existen antecedente probatorios que den cuenta de que ello haya ocurrido, por el contrario tanto la prevencionista de riesgos y el encargado de recursos humanos del local donde trabajaba el demandante, al declarar como testigos manifestaron desconocer si el actor fue debidamente capacitado en el manejo de la máquina y no refirieron dato alguno que demostrara que fue sometido al examen psicotécnico que exige el mismo Reglamento Interno. Lo descrito necesariamente determina en forma esclarecedora una conducta negligente e inexcusable por parte de la empleadora, al consentir que un trabajador se desempeñe manipulando una máquina que evidentemente conlleva un riesgo sin verificar si contaba con la habilidad y conocimientos necesarios para su uso. DÉCIMO SEXTO: Que a mayor abundamiento se tendrá además presente que el representante de la demandada al prestar confesión desconocía el detalle de las circunstancias que rodearon el accidente sufrido por el demandante, no siendo entendible entonces que en su defensa exponga en forma precisa y absoluta que el único responsable del accidente fue el propio demandante, y que no existe prueba que demuestre que la máquina en cuestión se encontraba en excelentes condiciones, como lo plantea la empresa, ya que para ello era necesario la declaración de Jorge Fuentealba, quien según lo expuesto por el jefe de recursos humano era el encargado de hacer la mantención de las máquinas, estando exclusivamente contratado para ello, pero su declaración no fue incorporada como prueba por parte de la empresa. DÉCIMO SÉPTIMO: Que así entonces se concluye que la empleadora demandada no cumplió con el deber impuesto por el artículo 184 del Código del Trabajo, siendo responsable de los perjuicios sufridos por el actor con ocasión del accidentes, debiendo el tribunal determinarlos. DÉCIMO OCTAVO: Que en cuanto al lucro cesante se dirá que esta está determinado por aquella ganancia que la víctima del accidente ha dejado de percibir producto del accidente laboral y sus secuelas, y analizada la demanda el actor pretende el pago de un porcentaje de la remuneración pactada (30%) multiplicada por el tiempo que le queda de vida laboral. Sin embargo ocurre que analizada el conjunto de la prueba no es posible establecer que el demandante haya visto afectado su nivel de ingresos o ganancia con ocasión del accidente, ya que a la fecha mantiene su fuente laboral con la demandada en los mismos términos que regían al momento de producirse el accidente, situación que lleva al tribunal a desestimar esta pretensión. DÉCIMO NOVENO: Que finalmente en cuanto al daño moral se tendrá en cuenta que este está constituido por la aflicción y dolor espiritual, sicológico o interno que experimente la víctima del hecho ilícito, sin embargo, otra cosa es el quantum de la indemnización por daño moral el que ciertamente no es compensatorio, ya que no es objetivamente dimensionable, sino que debe ser sólo reparatorio, o sea debe estar destinado a morigerar, disminuir o atenuar las consecuencias del mal sufrido. En el presente caso el tribunal ha de considerar que de los antecedentes reunidos en el proceso es posible establecer que efectivamente el actor sufrió una aflicción sicológica o espiritual con ocasión de la amputación de su dedo, no sólo porque cualquier accidente de las características que tuvo el sufrido por el trabajador, quien se vio afectado con la amputación de parte de una de sus extremidades, necesariamente en cualquier persona de mediana edad y cultura genera un dolor sicológico de dimensiones, sino porque también existe constancia de este perjuicio en el informe médico descrito en el considerando noveno del presente fallo el que señala que el actor recibió apoyo siquiátrico y medicamentoso por presentar labilidad emocional, y además el mismo jefe de recursos humanos del local manifestó que el trabajador presentó dificultades para reincorporarse a sus labores, siendo una de ellas manifestación de inseguridad, lo que hizo necesario que su regreso al trabajo fuera paulatino. Conforme a lo expuesto el tribunal regulará prudencialmente el perjuicio moral sufrido por el demandante con ocasión del accidente que lo afectó en la suma de $ 8.500.000. VIGÉSIMO: Que lo razonado no se ve desvirtuado por el resto de la prueba rendida en el proceso y tampoco por el hecho de que el corte de madera que realizaba el trabajador fuera inferior a la permitida por la empresa, ya que no es posible establecer cómo el hecho de haber respetado dicha dimensión mínima (de 20 centímetros según lo expuesto por los testigos y el mérito de las fotografías existentes en el informe del accidente) hubiese evitado el accidente que motiva este proceso.

de la prueba conforme a las reglas de la sana crítica no existen antecedente probatorios que den cuenta de que ello haya ocurrido, por el contrario tanto la prevencionista de riesgos y el encargado de recursos humanos del local donde trabajaba el demandante, al declarar como testigos manifestaron desconocer si el actor fue debidamente capacitado en el manejo de la máquina y no refirieron dato alguno que demostrara que fue sometido al examen psicotécnico que exige el mismo Reglamento Interno. Lo descrito necesariamente determina en forma esclarecedora una conducta negligente e inexcusable por parte de la empleadora, al consentir que un trabajador se desempeñe manipulando una máquina que evidentemente conlleva un riesgo sin verificar si contaba con la habilidad y conocimientos necesarios para su uso. DÉCIMO SEXTO: Que a mayor abundamiento se tendrá además presente que el representante de la demandada al prestar confesión desconocía el detalle de las circunstancias que rodearon el accidente sufrido por el demandante, no siendo entendible entonces que en su defensa exponga en forma precisa y absoluta que el único responsable del accidente fue el propio demandante, y que no existe prueba que demuestre que la máquina en cuestión se encontraba en excelentes condiciones, como lo plantea la empresa, ya que para ello era necesario la declaración de Jorge Fuentealba, quien según lo expuesto por el jefe de recursos humano era el encargado de hacer la mantención de las máquinas, estando exclusivamente contratado para ello, pero su declaración no fue incorporada como prueba por parte de la empresa. DÉCIMO SÉPTIMO: Que así entonces se concluye que la empleadora demandada no cumplió con el deber impuesto por el artículo 184 del Código del Trabajo, siendo responsable de los perjuicios sufridos por el actor con ocasión del accidentes, debiendo el tribunal determinarlos. DÉCIMO OCTAVO: Que en cuanto al lucro cesante se dirá que esta está determinado por aquella ganancia que la víctima del accidente ha dejado de percibir producto del accidente laboral y sus secuelas, y analizada la demanda el actor pretende el pago de un porcentaje de la remuneración pactada (30%) multiplicada por el tiempo que le queda de vida laboral. Sin embargo ocurre que analizada el conjunto de la prueba no es posible establecer que el demandante haya visto afectado su nivel de ingresos o ganancia con ocasión del accidente, ya que a la fecha mantiene su fuente laboral con la demandada en los mismos términos que regían al momento de producirse el accidente, situación que lleva al tribunal a desestimar esta pretensión. DÉCIMO NOVENO: Que finalmente en cuanto al daño moral se tendrá en cuenta que este está constituido por la aflicción y dolor espiritual, sicológico o interno que experimente la víctima del hecho ilícito, sin embargo, otra cosa es el quantum de la indemnización por daño moral el que ciertamente no es compensatorio, ya que no es objetivamente dimensionable, sino que debe ser sólo reparatorio, o sea debe estar destinado a morigerar, disminuir o atenuar las consecuencias del mal sufrido. En el presente caso el tribunal ha de considerar que de los antecedentes reunidos en el proceso es posible establecer que efectivamente el actor sufrió una aflicción sicológica o espiritual con ocasión de la amputación de su dedo, no sólo porque cualquier accidente de las características que tuvo el sufrido por el trabajador, quien se vio afectado con la amputación de parte de una de sus extremidades, necesariamente en cualquier persona de mediana edad y cultura genera un dolor sicológico de dimensiones, sino porque también existe constancia de este perjuicio en el informe médico descrito en el considerando noveno del presente fallo el que señala que el actor recibió apoyo siquiátrico y medicamentoso por presentar labilidad emocional, y además el mismo jefe de recursos humanos del local manifestó que el trabajador presentó dificultades para reincorporarse a sus labores, siendo una de ellas manifestación de inseguridad, lo que hizo necesario que su regreso al trabajo fuera paulatino. Conforme a lo expuesto el tribunal regulará prudencialmente el perjuicio moral sufrido por el demandante con ocasión del accidente que lo afectó en la suma de $ 8.500.000. VIGÉSIMO: Que lo razonado no se ve desvirtuado por el resto de la prueba rendida en el proceso y tampoco por el hecho de que el corte de madera que realizaba el trabajador fuera inferior a la permitida por la empresa, ya que no es posible establecer cómo el hecho de haber respetado dicha dimensión mínima (de 20 centímetros según lo expuesto por los testigos y el mérito de las fotografías existentes en el informe del accidente) hubiese evitado el accidente que motiva este proceso. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

433

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Santiago, veintiocho de septiembre de dos mil diez. Vistos, oídos y teniendo presente: 1.- Que, don Luis Javier Sandoval Olivares, abogado en representación de Easy S.A., sociedad de giro comercial y otros, deduce recurso de nulidad en contra de la sentencia definitiva de 18 de junio del presente año, dictada por el juez titular del Segundo Juzgado de Letras del Trabajo de esta ciudad, que acogió parcialmente la demanda del actor sobre accidente del trabajo otorgando indemnizaciones por daño moral por $ 8.500.000, con reajustes e intereses y costas personales por $ 600.000, a fin de que, acogiéndolo, anule el fallo dictando la correspondiente sentencia de reemplazo, declarando que se rechaza la demanda en todas sus partes, con costas. 2.- Que, fundamenta su recurso, en las causales que se indican a continuación: a).- la establecida en el artículo 478 letra b) del Código del Trabajo, esto es, cuando haya sido pronunciada con infracción manifiesta de las normas sobre la apreciación de la prueba conforme a las reglas de la sana crítica; y b). Cuando la sentencia hubiere sido dictada con omisión de cualquiera de los requisitos establecidos en los artículos 459, 495 ó 501, inciso final del mismo Código, según corresponda. Respecto de la primera causal, señala que a juicio del recurrente, se han vulnerado las normas de la sana crítica que obliga al sentenciador a expresar las razones jurídicas que le han llevado a decidir en un determinado sentido, es decir debe indicar en su sentencia las razones jurídicas y las simplemente lógicas, científicas o técnicas a cuya virtud asigna valor o desestima un elemento probatorio determinado; esta exigencia es fundamental para asegurar el correcto funcionamiento del sistema evitando que el juez incurra en una arbitrariedad en el establecimiento de la verdad procesal. Lo que ha sucedido en la especie es que el juez no evalúa de qué manera lo señalado en el informe del médico doctor Jorquera permite conectarse o no con el daño moral alegado en el juicio, más aún expresa así como se indica que su parte no probó lo indicado por el artículo 184 del Código del Trabajo y se indica los medios probatorios que no se produjeron, debió también hacer similar situación con el examen de la prueba del perjuicio no patrimonial alegado. Esto es, no sólo hay inexistencia del análisis y ponderaron de la prueba del daño moral, sino que, además, el fallo establece que existió daño moral en base a medios probatorios que ha considerado en forma parcial. Se omite indicar que el paciente recibió apoyo psiquiátrico y medicamentoso por presentar labilidad emocional y control médico posterior con buena disposición para retornar a sus labores habituales. Expresa –en cuanto a la segunda causal– que la parte demandante no produjo ninguna evidencia en torno a probar el daño, tales como pericias o testigos que depusieran sobre alguna aflicción de índole patrimonial, sino que la sentencia va en auxilio de dicha carencia probatoria, y no se hizo cargo de toda la prueba rendida, tomando sólo partes de informes y declaraciones, las cuales no son ponderados en

434

II. CORTE DE APELACIONES

Y teniendo además presente lo dispuesto en los artículos 19, 1437, 1545, 1698, 2314 del Código Civil; 7, 8, 9, 10, 11, 41, 183 A, 183 B, 184, 425, 445, 445, 453, 454, 456, 459 del Código del Trabajo; y Ley Nº 16.744 se resuelve: I. Que ha lugar a la demanda deducida en lo principal de la presentación de fecha 18 de marzo de 2010, condenándose a Easy S.A. a pagar a Roberto Orlando Quilapan Collipal la suma de $ 8.500.000 por concepto de indemnización por daño moral sufrido por el demandante con ocasión al accidente del trabajo que lo afectó el día 05 de enero de 2010. II. Que se rechaza la demanda en cuanto persigue la indemnización del lucro cesante. III. Que la suma establecida en el resolutivo primero devengará intereses y reajustes previstos en el artículo 63 del Código del Trabajo desde que se encuentre ejecutoriada la presente sentencia. IV. Que se condena en costas a la demandada regulándose las costas personales en la suma de $ 600.000. Anótese, regístrese, notifíquese y archívese en su oportunidad. RIT O 705 2010. RUC 10 4 0020819 6. Resolvió don David Eduardo Gómez Palma, Juez Titular del 2º Juzgado de Letras del Trabajo de Santiago.

Y teniendo además presente lo dispuesto en los artículos 19, 1437, 1545, 1698, 2314 del Código Civil; 7, 8, 9, 10, 11, 41, 183 A, 183 B, 184, 425, 445, 445, 453, 454, 456, 459 del Código del Trabajo; y Ley Nº 16.744 se resuelve: I. Que ha lugar a la demanda deducida en lo principal de la presentación de fecha 18 de marzo de 2010, condenándose a Easy S.A. a pagar a Roberto Orlando Quilapan Collipal la suma de $ 8.500.000 por concepto de indemnización por daño moral sufrido por el demandante con ocasión al accidente del trabajo que lo afectó el día 05 de enero de 2010. II. Que se rechaza la demanda en cuanto persigue la indemnización del lucro cesante. III. Que la suma establecida en el resolutivo primero devengará intereses y reajustes previstos en el artículo 63 del Código del Trabajo desde que se encuentre ejecutoriada la presente sentencia. IV. Que se condena en costas a la demandada regulándose las costas personales en la suma de $ 600.000. Anótese, regístrese, notifíquese y archívese en su oportunidad. RIT O 705 2010. RUC 10 4 0020819 6. Resolvió don David Eduardo Gómez Palma, Juez Titular del 2º Juzgado de Letras del Trabajo de Santiago.

II. CORTE DE APELACIONES

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Santiago, veintiocho de septiembre de dos mil diez. Vistos, oídos y teniendo presente: 1.- Que, don Luis Javier Sandoval Olivares, abogado en representación de Easy S.A., sociedad de giro comercial y otros, deduce recurso de nulidad en contra de la sentencia definitiva de 18 de junio del presente año, dictada por el juez titular del Segundo Juzgado de Letras del Trabajo de esta ciudad, que acogió parcialmente la demanda del actor sobre accidente del trabajo otorgando indemnizaciones por daño moral por $ 8.500.000, con reajustes e intereses y costas personales por $ 600.000, a fin de que, acogiéndolo, anule el fallo dictando la correspondiente sentencia de reemplazo, declarando que se rechaza la demanda en todas sus partes, con costas. 2.- Que, fundamenta su recurso, en las causales que se indican a continuación: a).- la establecida en el artículo 478 letra b) del Código del Trabajo, esto es, cuando haya sido pronunciada con infracción manifiesta de las normas sobre la apreciación de la prueba conforme a las reglas de la sana crítica; y b). Cuando la sentencia hubiere sido dictada con omisión de cualquiera de los requisitos establecidos en los artículos 459, 495 ó 501, inciso final del mismo Código, según corresponda. Respecto de la primera causal, señala que a juicio del recurrente, se han vulnerado las normas de la sana crítica que obliga al sentenciador a expresar las razones jurídicas que le han llevado a decidir en un determinado sentido, es decir debe indicar en su sentencia las razones jurídicas y las simplemente lógicas, científicas o técnicas a cuya virtud asigna valor o desestima un elemento probatorio determinado; esta exigencia es fundamental para asegurar el correcto funcionamiento del sistema evitando que el juez incurra en una arbitrariedad en el establecimiento de la verdad procesal. Lo que ha sucedido en la especie es que el juez no evalúa de qué manera lo señalado en el informe del médico doctor Jorquera permite conectarse o no con el daño moral alegado en el juicio, más aún expresa así como se indica que su parte no probó lo indicado por el artículo 184 del Código del Trabajo y se indica los medios probatorios que no se produjeron, debió también hacer similar situación con el examen de la prueba del perjuicio no patrimonial alegado. Esto es, no sólo hay inexistencia del análisis y ponderaron de la prueba del daño moral, sino que, además, el fallo establece que existió daño moral en base a medios probatorios que ha considerado en forma parcial. Se omite indicar que el paciente recibió apoyo psiquiátrico y medicamentoso por presentar labilidad emocional y control médico posterior con buena disposición para retornar a sus labores habituales. Expresa –en cuanto a la segunda causal– que la parte demandante no produjo ninguna evidencia en torno a probar el daño, tales como pericias o testigos que depusieran sobre alguna aflicción de índole patrimonial, sino que la sentencia va en auxilio de dicha carencia probatoria, y no se hizo cargo de toda la prueba rendida, tomando sólo partes de informes y declaraciones, las cuales no son ponderados en

434

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

435

su integridad, tomando sólo aquella parte que permita sustentar el otorgamiento de una indemnización al actor. Pide, en definitiva, que se anule el juicio realizado en esta causa, así como también la sentencia recaída en la misma, o solamente se anule la sentencia recurrida dictando la correspondiente de reemplazo en que se rechace totalmente la demanda del actor. 3.- Que, respecto de la primera causal de nulidad, será rechazada, toda vez que en el fallo impugnado se encuentran todas las exigencias de la ley, al contener éste una clara y completa exposición de los hechos y la valoración que se asignó a aquellos, sin que se lograra introducir algún elemento de duda a la conclusión de la sentenciadora. El trabajador logró justificar de manera el fundamento de su pretensión indemnizatoria. La prueba rendida por aquél fue apreciada correctamente por el sentenciador, pues se dan los fundamentos necesarios, apoyados en razones lógicas, científicas, técnicas o de experiencia, de manera que el cuestionamiento que hace el recurrente carece de sustento. El tribunal, en su fallo, como se dijo, sí dio las razones legales o doctrinales para arribar a la conclusión de acoger la demanda, a dichos razonamientos contenidos en la sentencia, se debe tener presente que la ley laboral, ha entregado al tribunal de la causa con exclusividad y libertad, la apreciación de la prueba rendida y la convicción que de ella deriva, dándose la razones exigidas por la sana crítica como ocurre en la especie, lo que constituye la esencia de la función jurisdiccional entregada a dicho sentenciador. 4.- De la lectura de la sentencia se infiere, asimismo, que los motivos décimo y siguiente justifican las razones necesarias para acoger la demanda, haciendo especial hincapié en las obligaciones que de conformidad a la legislación laboral debe guardar el empleador con sus dependiente “manteniendo las condiciones adecuadas de higiene y seguridad en las faenas, como también los implementos necesarios para prevenir accidentes y enfermedades profesionales”. Agregando en el motivo undécimo “lo anterior determina que acaecido un accidente laboral es posible deducir la negligencia o culpa por parte del empleador en el incumplimiento de tal obligación, ya sea porque no se adoptaron medidas protectoras o porque las existentes no fueron eficaces”. Se analiza la prueba rendida y en especial, el Reglamento Interno de la empresa, concluyendo que el actor, que resultó con el dedo pulgar de la mano derecha amputado al realizar un corte de madera en una máquina trozadora, función para la que no fue preparado, ni supervigilado por jefe directo en lo referido al uso y manejo de dicha máquina, puesto que fue contratado como vendedor-reponedor del área de la construcción. Se analiza asimismo, el fundamento de la indemnización que se concede “con los antecedentes reunidos”, como lo explica en el motivo décimo noveno, cumpliendo las exigencias de los artículos 459, 495 y 501 del Código del Trabajo, como se ha señalado precedentemente. 5.- Que, así las cosas, no cabe más que concluir que en el caso en cuestión no se configuran las causales de nulidad impetrada, por lo que se hace forzoso rechazar el recurso en todas sus partes. Y vistos, además, lo dispuesto en los artículos 474, 477, 478, 479, 480, 481 y 482 del Código del Trabajo, se declara: Que, se rechaza el recurso de nulidad interpuesto por don Luis Javier Sandoval Olivares, abogado en representación de Easy S.A., sociedad de giro comercial y otros, en contra de la sentencia definitiva de 18 de junio del presente año, dictada por el juez titular del Segundo Juzgado de Letras del Trabajo de esta ciudad, que acogió parcialmente la demanda y se declara que dicha sentencia, no es nula. Regístrese y comuníquese. Redacción del Ministro señor Elgueta. Rol Corte 886-2010. No firma la ministro señora Ravanales, no obstante haber concurrido a la vista del recurso y acuerdo del fallo, por ausencia. Pronunciada por la Novena Sala de la Corte de Apelaciones de Santiago, presidida por el ministro señor Juan Cristóbal Mera Muñoz e integrada por los ministros señor Emilio Elgueta Torres y señora Adelita Ravanales Arriagada.

su integridad, tomando sólo aquella parte que permita sustentar el otorgamiento de una indemnización al actor. Pide, en definitiva, que se anule el juicio realizado en esta causa, así como también la sentencia recaída en la misma, o solamente se anule la sentencia recurrida dictando la correspondiente de reemplazo en que se rechace totalmente la demanda del actor. 3.- Que, respecto de la primera causal de nulidad, será rechazada, toda vez que en el fallo impugnado se encuentran todas las exigencias de la ley, al contener éste una clara y completa exposición de los hechos y la valoración que se asignó a aquellos, sin que se lograra introducir algún elemento de duda a la conclusión de la sentenciadora. El trabajador logró justificar de manera el fundamento de su pretensión indemnizatoria. La prueba rendida por aquél fue apreciada correctamente por el sentenciador, pues se dan los fundamentos necesarios, apoyados en razones lógicas, científicas, técnicas o de experiencia, de manera que el cuestionamiento que hace el recurrente carece de sustento. El tribunal, en su fallo, como se dijo, sí dio las razones legales o doctrinales para arribar a la conclusión de acoger la demanda, a dichos razonamientos contenidos en la sentencia, se debe tener presente que la ley laboral, ha entregado al tribunal de la causa con exclusividad y libertad, la apreciación de la prueba rendida y la convicción que de ella deriva, dándose la razones exigidas por la sana crítica como ocurre en la especie, lo que constituye la esencia de la función jurisdiccional entregada a dicho sentenciador. 4.- De la lectura de la sentencia se infiere, asimismo, que los motivos décimo y siguiente justifican las razones necesarias para acoger la demanda, haciendo especial hincapié en las obligaciones que de conformidad a la legislación laboral debe guardar el empleador con sus dependiente “manteniendo las condiciones adecuadas de higiene y seguridad en las faenas, como también los implementos necesarios para prevenir accidentes y enfermedades profesionales”. Agregando en el motivo undécimo “lo anterior determina que acaecido un accidente laboral es posible deducir la negligencia o culpa por parte del empleador en el incumplimiento de tal obligación, ya sea porque no se adoptaron medidas protectoras o porque las existentes no fueron eficaces”. Se analiza la prueba rendida y en especial, el Reglamento Interno de la empresa, concluyendo que el actor, que resultó con el dedo pulgar de la mano derecha amputado al realizar un corte de madera en una máquina trozadora, función para la que no fue preparado, ni supervigilado por jefe directo en lo referido al uso y manejo de dicha máquina, puesto que fue contratado como vendedor-reponedor del área de la construcción. Se analiza asimismo, el fundamento de la indemnización que se concede “con los antecedentes reunidos”, como lo explica en el motivo décimo noveno, cumpliendo las exigencias de los artículos 459, 495 y 501 del Código del Trabajo, como se ha señalado precedentemente. 5.- Que, así las cosas, no cabe más que concluir que en el caso en cuestión no se configuran las causales de nulidad impetrada, por lo que se hace forzoso rechazar el recurso en todas sus partes. Y vistos, además, lo dispuesto en los artículos 474, 477, 478, 479, 480, 481 y 482 del Código del Trabajo, se declara: Que, se rechaza el recurso de nulidad interpuesto por don Luis Javier Sandoval Olivares, abogado en representación de Easy S.A., sociedad de giro comercial y otros, en contra de la sentencia definitiva de 18 de junio del presente año, dictada por el juez titular del Segundo Juzgado de Letras del Trabajo de esta ciudad, que acogió parcialmente la demanda y se declara que dicha sentencia, no es nula. Regístrese y comuníquese. Redacción del Ministro señor Elgueta. Rol Corte 886-2010. No firma la ministro señora Ravanales, no obstante haber concurrido a la vista del recurso y acuerdo del fallo, por ausencia. Pronunciada por la Novena Sala de la Corte de Apelaciones de Santiago, presidida por el ministro señor Juan Cristóbal Mera Muñoz e integrada por los ministros señor Emilio Elgueta Torres y señora Adelita Ravanales Arriagada. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

435

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Santiago, veintiocho de agosto de dos mil diez. VISTOS, OÍDOS Y CONSIDERANDO: PRIMERO: Que, comparece don Alejandro Enrique Campos Velásquez, RUT N° 7.507.201 5, Conductor Profesional, domiciliado en calle 5 Poniente N° 1377, comuna de Pedro Aguirre Cerda, deduce demanda en procedimiento de Aplicación General, por indemnización por Accidente del Trabajo, en contra de Express de Santiago Uno SA., empresa de giro de transportes de pasajeros, RUT N° 99.577.390 2, representada legalmente por don Luis Zavala Cuevas, ambos domiciliados en Avenida Gladys Marín N° 6800, Comuna de Estación Central, Región Metropolitana. Fundamenta su demanda en que con fecha 11 de septiembre de 2007, aproximadamente a las 20:00 horas, y mientras se desarrollaban violentos disturbios en la vía pública, fue víctima de accidente de trabajo, consistente en esguince de pulgar derecho, mientras conducía la máquina de transporte público, a su cargo, y de propiedad de la empresa demandada. Refiere que al llegar a los depósitos o aparcaderos de la empresa, puso en conocimiento esta situación a su superior, quien nada hizo ni dejó las constancias respectivas, ya que recién al día siguiente y al persistir los dolores, fue derivado al Instituto de Salud del Trabajador IST, donde se le dieron las prestaciones médicas. Luego refiere que el 28 de enero del 2009, al finalizar su jornada de trabajo, cayó en el interior del microbus, a causa de lo resbaladizo que se encontraba el piso del vehículo de trasporte, ya que producto de una mala mantención, se produjo la rotura de algún conducto que, en definitiva, derramó petróleo, al pasillo del microbús. Precisa que, al caer con sus dos manos, soportó todo el peso de su cuerpo, en ambas muñecas, produjo una lesión, que hasta la fecha, no mejora, provocándole una incapacidad para trabajar, desde esa fecha. Alega infracción por parte del empleador, del deber general de seguridad y protección, de origen contractual, ya que no mantenía las condiciones adecuadas de higiene y seguridad en las faenas y lugares de trabajo y de mantenerlas como correspondía, el accidente no ocurre. Por otro lado, tampoco tenía los implementos para prevenir estos accidentes Finalmente, refiere que no estaban las condiciones para que los trabajadores, en caso de accidente, puedan acceder, a una oportuna y adecuada atención médica, hospitalaria y farmacéutica. En el ámbito normativo, reproduce los artículos 1 y 19 N° 1 de la Constitución Política de la República, 184 y 210 del Código del Trabajo y artículos 3 y 37 del DS. Nro. 594 de 15 de septiembre de 1999, modificado por DS. Nro. 201 de 27 de abril de 2001 y artículo 21 de! Reglamento Sobre Prevención de Riesgos Profesionales, DS. N° 40, DO 07 de marzo 1969 y cita jurisprudencia al efecto. Señala que, por anterior solicita como lucro cesante la suma de 96.000.000, suma que resulta de multiplicar por 16 años, la remuneración mensual a razón de 505.043, y como daño moral al suma de 90.000.000 o las cantidades inferiores o superiores que el tribunal determine, con los reajustes e intereses y costas de la causa. SEGUNDO: Que la empresa demandada contesta la demanda y señala que la demanda debe rechazarse en todas sus partes. Niega que de la acción u omisión de la demanda haya derivado el accidente del día 11 de septiembre de 2007. Niega que el demandante haya avisado a un funcionario en el depósito el día 11 de septiembre de 2007 haber sufrido un accidente del trabajo y consecuencialmente niega, que dicho funcionario haya hecho caso omiso de la denuncia. Niega de igual forma que, se haya expuesto al demandante a riesgos, ya que las circunstancias que relata “...desde un simple asalto hasta un accidente de tránsito...” no son imputables a su parte. Igualmente, señala que es falso que, producto de una mala mantención de los vehículos de su representada se haya producido derrame de petróleo al pasillo de un microbús y que por ello el demandante se haya accidentado en el mes de enero de 2009. Además el accidente a que hace el demandante referencia ocurrió el día 28 de enero de 2008 y no en los términos descritos por aquel. Refiere que es falso que su mandante, no mantenga condiciones adecuadas de higiene y seguridad en las faenas o lugares de trabajo o no mantenga los implementos

436

I. SENTENCIA DEL JUZGADO DE LETRAS DEL TRABAJO

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol N°: O-1469-2010 Cita online: CL/JUR/16374/2010

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol N°: O-1469-2010 Cita online: CL/JUR/16374/2010

I. SENTENCIA DEL JUZGADO DE LETRAS DEL TRABAJO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Santiago, veintiocho de agosto de dos mil diez. VISTOS, OÍDOS Y CONSIDERANDO: PRIMERO: Que, comparece don Alejandro Enrique Campos Velásquez, RUT N° 7.507.201 5, Conductor Profesional, domiciliado en calle 5 Poniente N° 1377, comuna de Pedro Aguirre Cerda, deduce demanda en procedimiento de Aplicación General, por indemnización por Accidente del Trabajo, en contra de Express de Santiago Uno SA., empresa de giro de transportes de pasajeros, RUT N° 99.577.390 2, representada legalmente por don Luis Zavala Cuevas, ambos domiciliados en Avenida Gladys Marín N° 6800, Comuna de Estación Central, Región Metropolitana. Fundamenta su demanda en que con fecha 11 de septiembre de 2007, aproximadamente a las 20:00 horas, y mientras se desarrollaban violentos disturbios en la vía pública, fue víctima de accidente de trabajo, consistente en esguince de pulgar derecho, mientras conducía la máquina de transporte público, a su cargo, y de propiedad de la empresa demandada. Refiere que al llegar a los depósitos o aparcaderos de la empresa, puso en conocimiento esta situación a su superior, quien nada hizo ni dejó las constancias respectivas, ya que recién al día siguiente y al persistir los dolores, fue derivado al Instituto de Salud del Trabajador IST, donde se le dieron las prestaciones médicas. Luego refiere que el 28 de enero del 2009, al finalizar su jornada de trabajo, cayó en el interior del microbus, a causa de lo resbaladizo que se encontraba el piso del vehículo de trasporte, ya que producto de una mala mantención, se produjo la rotura de algún conducto que, en definitiva, derramó petróleo, al pasillo del microbús. Precisa que, al caer con sus dos manos, soportó todo el peso de su cuerpo, en ambas muñecas, produjo una lesión, que hasta la fecha, no mejora, provocándole una incapacidad para trabajar, desde esa fecha. Alega infracción por parte del empleador, del deber general de seguridad y protección, de origen contractual, ya que no mantenía las condiciones adecuadas de higiene y seguridad en las faenas y lugares de trabajo y de mantenerlas como correspondía, el accidente no ocurre. Por otro lado, tampoco tenía los implementos para prevenir estos accidentes Finalmente, refiere que no estaban las condiciones para que los trabajadores, en caso de accidente, puedan acceder, a una oportuna y adecuada atención médica, hospitalaria y farmacéutica. En el ámbito normativo, reproduce los artículos 1 y 19 N° 1 de la Constitución Política de la República, 184 y 210 del Código del Trabajo y artículos 3 y 37 del DS. Nro. 594 de 15 de septiembre de 1999, modificado por DS. Nro. 201 de 27 de abril de 2001 y artículo 21 de! Reglamento Sobre Prevención de Riesgos Profesionales, DS. N° 40, DO 07 de marzo 1969 y cita jurisprudencia al efecto. Señala que, por anterior solicita como lucro cesante la suma de 96.000.000, suma que resulta de multiplicar por 16 años, la remuneración mensual a razón de 505.043, y como daño moral al suma de 90.000.000 o las cantidades inferiores o superiores que el tribunal determine, con los reajustes e intereses y costas de la causa. SEGUNDO: Que la empresa demandada contesta la demanda y señala que la demanda debe rechazarse en todas sus partes. Niega que de la acción u omisión de la demanda haya derivado el accidente del día 11 de septiembre de 2007. Niega que el demandante haya avisado a un funcionario en el depósito el día 11 de septiembre de 2007 haber sufrido un accidente del trabajo y consecuencialmente niega, que dicho funcionario haya hecho caso omiso de la denuncia. Niega de igual forma que, se haya expuesto al demandante a riesgos, ya que las circunstancias que relata “...desde un simple asalto hasta un accidente de tránsito...” no son imputables a su parte. Igualmente, señala que es falso que, producto de una mala mantención de los vehículos de su representada se haya producido derrame de petróleo al pasillo de un microbús y que por ello el demandante se haya accidentado en el mes de enero de 2009. Además el accidente a que hace el demandante referencia ocurrió el día 28 de enero de 2008 y no en los términos descritos por aquel. Refiere que es falso que su mandante, no mantenga condiciones adecuadas de higiene y seguridad en las faenas o lugares de trabajo o no mantenga los implementos

436

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

437

necesarios para prevenir accidentes y enfermedades o que, finalmente, no preste o garantice elementos necesarios para que los trabajadores, en caso de accidente o emergencia, puedan acceder a una oportuna y adecuada atención médica, hospitalaria y farmacéutica. Señala que, controvierte, que el actor padezca de incapacidad o invalidez en los términos que insinúa su demanda y se desempeña normalmente en la actualidad, por lo que, no procede lucro cesante, controvierte el monto de su remuneración y niega la existencia de daño moral. Sostienen que no concurren los requisitos legales para hacer responsable del accidente materia de autos a su parte. En efecto tanto el artículo 184 del Código del Trabajo, el artículo 69 de la ley 16.744 y en relación con los artículos 1552 y 1557, se colige que se requiere que se impute culpa o dolo al actuar del empresario. Así, esgrime que, la jurisprudencia y la doctrina han establecido que el régimen de responsabilidad por accidentes de trabajo es de derecho común y es, además, complementario al sistema de seguro social que contempla la ley. Del mismo modo, alega que, entienden que el daño, producto de un accidente de trabajo o enfermedad profesional, le es imputable al empleador cuando con dolo o culpa ha dejado de otorgar las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y la salud de los trabajadores, y no mantiene las condiciones adecuadas de higiene y seguridad en las faenas, ni los implementos necesarios para prevenir accidentes y enfermedades. Así, esgrime que su parte agotó los medios para procurar seguridad al trabajador demandante y a pesar de ello los accidentes que relata el demandante se produjeron. Precisa que le hizo al demandante los exámenes pre ocupacionales tendientes a verificar su capacidad para realizar las tareas para las que fue contratado en definitiva: operador de bus, con fecha 20 de abril de 2007. Al ser contratado el demandante, y con fecha 20 de abril de 2007 se hizo a su respecto la charla de inducción al derecho a saber según manda la ley de accidentes de trabajo. Su representada cuenta con Reglamento Interno de Orden, Higiene y Seguridad el que fue entregado. Además, su parte le exigió, respecto de cada uno de sus trabajadores, el cumplimiento de las normas de seguridad del trabajo, lo que se verificó periódicamente. De igual forma, entrega a sus trabajadores los elementos de seguridad necesarios según el tipo de trabajo que desempeñan, lo que se produjo en diversas ocasiones entre los años 2007 y 2009. Del mismo modo, ha instruido debidamente al personal sobre el cumplimiento de las normas de seguridad laboral y ha verificado que los trabajadores que utilicen los implementos de seguridad correspondientes a su tipo de trabajo. Tiene prevencionista de riesgos, ha tomado resguardos, ha dado capacitaciones y esta afiliada al IST, estando al día en el pago de sus cotizaciones de seguridad social de lo que se concluye que, ha agotado las acciones tendientes a dar seguridad al trabajador, por lo que normativamente el daño no debe soportarlo su parte. En subsidio, controvierte los perjuicios señalados en la demanda, en atención a que ellos no son reales y por el contrario, meramente contingentes, por lo tanto no son indemnizables. Así no el actor, se estima no se encuentra imposibilitado de ejercer funciones. En cuanto a los daños, estos deben ser reales, acreditados, y no producir un enriquecimiento, sino ser reparativos. En específico, en cuanto al lucro cesante este debe ser real, y el actor no ha dejado de trabajar y ha estado cubierto por el sistema de subsidios. Por lo que solicita se rechace en todas sus partes la demanda interpuesta o en subsidio condenando al pago de las sumas que en derecho correspondan, reduciendo los montos demandados con costas. TERCERO: Que, en la audiencia preparatoria, se llamó a las partes a conciliación, lo que no prosperó, a pesar de sentar bases de acuerdo el Tribunal. En la misma ocasión se fijaron como hechos no controvertidos, El hecho que se encuentra vigente la relación laboral y las funciones de chofer realizadas por el actor. Por otro lado se fijaron como hechos a probar, la efectividad de haber sufrido el demandante los días 11 de septiembre del año 2007 y el 29 de enero de 2008 accidentes de trabajo. Forma y circunstancia en que se produjeron aquellos. Las medidas de protección y seguridad adoptadas por el demandado para el ejercicio de las labores encomendadas. Lesiones y daños producidos a consecuencia de cada uno de los accidentes de trabajo. Efectividad de haberle producido lucro cesante y daño moral. Monto de la remuneración pactada y percibida por el actor y la efectividad de existir incapacidad laboral, y en la afirmativa, entidad de la misma.

necesarios para prevenir accidentes y enfermedades o que, finalmente, no preste o garantice elementos necesarios para que los trabajadores, en caso de accidente o emergencia, puedan acceder a una oportuna y adecuada atención médica, hospitalaria y farmacéutica. Señala que, controvierte, que el actor padezca de incapacidad o invalidez en los términos que insinúa su demanda y se desempeña normalmente en la actualidad, por lo que, no procede lucro cesante, controvierte el monto de su remuneración y niega la existencia de daño moral. Sostienen que no concurren los requisitos legales para hacer responsable del accidente materia de autos a su parte. En efecto tanto el artículo 184 del Código del Trabajo, el artículo 69 de la ley 16.744 y en relación con los artículos 1552 y 1557, se colige que se requiere que se impute culpa o dolo al actuar del empresario. Así, esgrime que, la jurisprudencia y la doctrina han establecido que el régimen de responsabilidad por accidentes de trabajo es de derecho común y es, además, complementario al sistema de seguro social que contempla la ley. Del mismo modo, alega que, entienden que el daño, producto de un accidente de trabajo o enfermedad profesional, le es imputable al empleador cuando con dolo o culpa ha dejado de otorgar las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y la salud de los trabajadores, y no mantiene las condiciones adecuadas de higiene y seguridad en las faenas, ni los implementos necesarios para prevenir accidentes y enfermedades. Así, esgrime que su parte agotó los medios para procurar seguridad al trabajador demandante y a pesar de ello los accidentes que relata el demandante se produjeron. Precisa que le hizo al demandante los exámenes pre ocupacionales tendientes a verificar su capacidad para realizar las tareas para las que fue contratado en definitiva: operador de bus, con fecha 20 de abril de 2007. Al ser contratado el demandante, y con fecha 20 de abril de 2007 se hizo a su respecto la charla de inducción al derecho a saber según manda la ley de accidentes de trabajo. Su representada cuenta con Reglamento Interno de Orden, Higiene y Seguridad el que fue entregado. Además, su parte le exigió, respecto de cada uno de sus trabajadores, el cumplimiento de las normas de seguridad del trabajo, lo que se verificó periódicamente. De igual forma, entrega a sus trabajadores los elementos de seguridad necesarios según el tipo de trabajo que desempeñan, lo que se produjo en diversas ocasiones entre los años 2007 y 2009. Del mismo modo, ha instruido debidamente al personal sobre el cumplimiento de las normas de seguridad laboral y ha verificado que los trabajadores que utilicen los implementos de seguridad correspondientes a su tipo de trabajo. Tiene prevencionista de riesgos, ha tomado resguardos, ha dado capacitaciones y esta afiliada al IST, estando al día en el pago de sus cotizaciones de seguridad social de lo que se concluye que, ha agotado las acciones tendientes a dar seguridad al trabajador, por lo que normativamente el daño no debe soportarlo su parte. En subsidio, controvierte los perjuicios señalados en la demanda, en atención a que ellos no son reales y por el contrario, meramente contingentes, por lo tanto no son indemnizables. Así no el actor, se estima no se encuentra imposibilitado de ejercer funciones. En cuanto a los daños, estos deben ser reales, acreditados, y no producir un enriquecimiento, sino ser reparativos. En específico, en cuanto al lucro cesante este debe ser real, y el actor no ha dejado de trabajar y ha estado cubierto por el sistema de subsidios. Por lo que solicita se rechace en todas sus partes la demanda interpuesta o en subsidio condenando al pago de las sumas que en derecho correspondan, reduciendo los montos demandados con costas. TERCERO: Que, en la audiencia preparatoria, se llamó a las partes a conciliación, lo que no prosperó, a pesar de sentar bases de acuerdo el Tribunal. En la misma ocasión se fijaron como hechos no controvertidos, El hecho que se encuentra vigente la relación laboral y las funciones de chofer realizadas por el actor. Por otro lado se fijaron como hechos a probar, la efectividad de haber sufrido el demandante los días 11 de septiembre del año 2007 y el 29 de enero de 2008 accidentes de trabajo. Forma y circunstancia en que se produjeron aquellos. Las medidas de protección y seguridad adoptadas por el demandado para el ejercicio de las labores encomendadas. Lesiones y daños producidos a consecuencia de cada uno de los accidentes de trabajo. Efectividad de haberle producido lucro cesante y daño moral. Monto de la remuneración pactada y percibida por el actor y la efectividad de existir incapacidad laboral, y en la afirmativa, entidad de la misma. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

437

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

CUARTO: Que en la audiencia de juicio se incorporó la prueba ofrecida consistente en: DEMANDANTE: DOCUMENTAL Liquidaciones referentes al subsidio de fecha 19 de noviembre de 2009 y julio de 2009. Liquidaciones de sueldo del mes de septiembre de 2007. Declaración de invalidez del IST, resolución 129. Declaración individual de accidente del trabajo del ISP de fecha 29 de enero de 2008 y Contrato de trabajo suscrito entre las partes más anexos. TESTIMONIAL: Elizabeta de las Rosas Tobar Hinojoza, quien previo juramento señala que, conoce a don Alejandro Campos, porque son matrimonio, indica que este ha sufrido daños por el accidente de trabajo que le ocurrió, relata que el accidente se produjo, la primera vez, cuando el actor intentó afirmarse, ante una frenada brusca del bus, en esa oportunidad, se lesionó la mano, cuando se dirigía al trabajo, luego se cayó y pisó petróleo en el bus, comenta que la parte afectada fue la mano izquierda, refiere que a su marido, lo han operado 5 veces, de hecho en el mes de diciembre, deben operarlo nuevamente, relata que el demandante se encuentra impedido de realizar labores cotidianas como correr un mueble o clavar un clavo, de hecho se queja de mucho dolor, cuando vuelve del trabajo, llega con la mano totalmente inflamada, y se queja de mucho dolor, explica que la empresa en la que se desempeña el actor, no ha hecho ninguna distinción, ni lo ha tratado de manera especial, este ha seguido trabajando de forma normal, indica que el demandante, no puede estar sin tomarse las gotas que le disminuyen el dolor, expone que la relación familiar se ha visto afectada luego del accidente, el ánimo del Sr. Campos ha cambiado mucho, refiere que se esposo lleva 4 años trabajando en la empresa Express, recuerda que antes del accidente, su marido se encontraba totalmente sano, realizaba labores de construcción en su casa, las cuales no ha podido continuar realizando. A las preguntas de la parte demandada refiere que su marido se accidentó, en la primera ocasión, cuando el bus en el que se dirigía a su trabajo, frenó bruscamente, y se lesionó la mano, indica que ellos viven en la comuna de Pedro Aguirre Cerda, sabe que en Pudahuel está el paradero de los microbuses, en esa oportunidad, derivaron a su marido a la Mutual de Seguridad, donde le dieron licencia médica, no recuerda el tiempo exacto, solo recuerda que este asistía a terapias, pero no lo operaron a propósito de la primera lesión, afirma haber leído el documento donde se declara la invalidez de su marido, el que se exhibe ante el tribunal, en dicho documento dice que el trabajador tiene un elemento extraño, vidrio, en el antebrazo, relata que después del primer accidente, el ánimo de su marido no había cambiado tanto, todo se complicó luego del segundo accidente, ella no estaba presente en ninguno de los 2 accidentes, porque su marido se dirigía o estaba trabajando en ambas ocasiones. Ante las preguntas del tribunal, refiere que la empresa trata a su esposo al igual que a todos los trabajadores, no sabe si el demandante pidió un cambio de funciones, cree que este solicitó ese permiso, pero no tiene certeza de ello, indica que desde que su marido comenzó a trabajar nuevamente, se le han cancelado sus remuneraciones de manera normal. CONFESIONAL: Hernán González Ramírez en calidad de representante legal de la demandada, quien manifiesta que, se desempeña como Sub Gerente de administración de personal, comenta que tiene información del accidente laboral ocurrido a don Alejandro Campos en el año 2008, pero comenta que no lo conocía, indica que por su función, llegan a su departamento las solicitudes de cambio de funciones o de labor, pero no conocía al Operario, porque este no se dirigió a su oficina a elevar dicha solicitud, expone que en la empresa trabajan 3.400 personas y debe tomar conocimiento de todas las situaciones que a estos les acontecen, en relación a las medidas de seguridad en beneficio de los trabajadores, indica que estas son, en general, las que tiene que ver con la normativa legal, indica que los trabajadores deben verificar el buen estado de los buses, para que puedan salir a operar, refiere que no pueden salir los buses que no tengan las condiciones óptimas de seguridad, indica que el operador tuvo un accidente de trayecto en septiembre de 2007, que fue el primero y se enteró de este, mediante la demanda, señala que en el caso del segundo accidente se hicieron efectivas todas las coberturas legales correspondientes, afirma que el trabajador posee contrato vigente como Operador de buses, expone que con el 30% de incapacidad que registra el trabajador, este puede salir a conducir buses, reitera que no ha recibido ninguna solicitud para cambio de funciones por parte del actor, tampoco ha recibido ninguna solicitud del jefe de depósito, que es la jefatura directa del Sr. Campos, no tiene conocimiento

438

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

CUARTO: Que en la audiencia de juicio se incorporó la prueba ofrecida consistente en: DEMANDANTE: DOCUMENTAL Liquidaciones referentes al subsidio de fecha 19 de noviembre de 2009 y julio de 2009. Liquidaciones de sueldo del mes de septiembre de 2007. Declaración de invalidez del IST, resolución 129. Declaración individual de accidente del trabajo del ISP de fecha 29 de enero de 2008 y Contrato de trabajo suscrito entre las partes más anexos. TESTIMONIAL: Elizabeta de las Rosas Tobar Hinojoza, quien previo juramento señala que, conoce a don Alejandro Campos, porque son matrimonio, indica que este ha sufrido daños por el accidente de trabajo que le ocurrió, relata que el accidente se produjo, la primera vez, cuando el actor intentó afirmarse, ante una frenada brusca del bus, en esa oportunidad, se lesionó la mano, cuando se dirigía al trabajo, luego se cayó y pisó petróleo en el bus, comenta que la parte afectada fue la mano izquierda, refiere que a su marido, lo han operado 5 veces, de hecho en el mes de diciembre, deben operarlo nuevamente, relata que el demandante se encuentra impedido de realizar labores cotidianas como correr un mueble o clavar un clavo, de hecho se queja de mucho dolor, cuando vuelve del trabajo, llega con la mano totalmente inflamada, y se queja de mucho dolor, explica que la empresa en la que se desempeña el actor, no ha hecho ninguna distinción, ni lo ha tratado de manera especial, este ha seguido trabajando de forma normal, indica que el demandante, no puede estar sin tomarse las gotas que le disminuyen el dolor, expone que la relación familiar se ha visto afectada luego del accidente, el ánimo del Sr. Campos ha cambiado mucho, refiere que se esposo lleva 4 años trabajando en la empresa Express, recuerda que antes del accidente, su marido se encontraba totalmente sano, realizaba labores de construcción en su casa, las cuales no ha podido continuar realizando. A las preguntas de la parte demandada refiere que su marido se accidentó, en la primera ocasión, cuando el bus en el que se dirigía a su trabajo, frenó bruscamente, y se lesionó la mano, indica que ellos viven en la comuna de Pedro Aguirre Cerda, sabe que en Pudahuel está el paradero de los microbuses, en esa oportunidad, derivaron a su marido a la Mutual de Seguridad, donde le dieron licencia médica, no recuerda el tiempo exacto, solo recuerda que este asistía a terapias, pero no lo operaron a propósito de la primera lesión, afirma haber leído el documento donde se declara la invalidez de su marido, el que se exhibe ante el tribunal, en dicho documento dice que el trabajador tiene un elemento extraño, vidrio, en el antebrazo, relata que después del primer accidente, el ánimo de su marido no había cambiado tanto, todo se complicó luego del segundo accidente, ella no estaba presente en ninguno de los 2 accidentes, porque su marido se dirigía o estaba trabajando en ambas ocasiones. Ante las preguntas del tribunal, refiere que la empresa trata a su esposo al igual que a todos los trabajadores, no sabe si el demandante pidió un cambio de funciones, cree que este solicitó ese permiso, pero no tiene certeza de ello, indica que desde que su marido comenzó a trabajar nuevamente, se le han cancelado sus remuneraciones de manera normal. CONFESIONAL: Hernán González Ramírez en calidad de representante legal de la demandada, quien manifiesta que, se desempeña como Sub Gerente de administración de personal, comenta que tiene información del accidente laboral ocurrido a don Alejandro Campos en el año 2008, pero comenta que no lo conocía, indica que por su función, llegan a su departamento las solicitudes de cambio de funciones o de labor, pero no conocía al Operario, porque este no se dirigió a su oficina a elevar dicha solicitud, expone que en la empresa trabajan 3.400 personas y debe tomar conocimiento de todas las situaciones que a estos les acontecen, en relación a las medidas de seguridad en beneficio de los trabajadores, indica que estas son, en general, las que tiene que ver con la normativa legal, indica que los trabajadores deben verificar el buen estado de los buses, para que puedan salir a operar, refiere que no pueden salir los buses que no tengan las condiciones óptimas de seguridad, indica que el operador tuvo un accidente de trayecto en septiembre de 2007, que fue el primero y se enteró de este, mediante la demanda, señala que en el caso del segundo accidente se hicieron efectivas todas las coberturas legales correspondientes, afirma que el trabajador posee contrato vigente como Operador de buses, expone que con el 30% de incapacidad que registra el trabajador, este puede salir a conducir buses, reitera que no ha recibido ninguna solicitud para cambio de funciones por parte del actor, tampoco ha recibido ninguna solicitud del jefe de depósito, que es la jefatura directa del Sr. Campos, no tiene conocimiento

438

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

439

de que el departamento de prevención de riesgos haya emitido algún informe respecto de la situación del demandante. A las preguntas del tribunal responde que, el primer accidente del trabajador, se registró el 11 de septiembre de 2007, respecto del segundo accidente, comenta que este ocurrió en enero del 2008, donde el Operador cayó en el interior de un bus, refiere que el servicio de limpieza de los buses, lo lleva a cabo una empresa externa, la que se realiza diariamente, desconoce si se aplicó alguna multa a la empresa de aseo, a propósito del segundo accidente, comenta que nunca se les ha entregado ningún tipo de información advirtiendo alguna incapacidad por parte del trabajador. OFICIOS del Instituto de Seguridad del Trabajador en que se informa las prestaciones económicas otorgadas al demandante y las prestaciones médicas con su evolución. EXHIBICIÓN DE DOCUMENTOS POR LA DEMANDADA. El libro de registro y asistencia de los días de accidentes del actor. reglamento de higiene y seguridad y sus anexos. El libro de actividades diarias de esa ruta o lo que tengan del actor. El acta de entrega de documentos y elementos de seguridad de la empresa y documento de declaración individual de accidentes del trabajo del IST. Lo cual se tuvo por cumplido en la audiencia. Respecto al documento signado como Informe del departamento de prevención de riesgos de la empresa del accidente y las medidas adoptadas con ocasión de ese accidente, no fue exhibido, argumentando el demandado, que no es de aquellos que la ley exige tener, cuya resolución se deja para definitiva. DEMANDADA DOCUMENTAL: Copia de actualización de contrato de trabajo de fecha 1 de noviembre de 2007. Set de exámenes pre ocupacionales médicos y técnicos, que se compone de 8 hojas, todos de fecha 18 de abril de 2007. Copia de la inducción al derecho a saber, suscrita por el demandante con firma y huella digital. Copia de formulario de asignación de operadores de buses, de fecha 24 de abril del 2007. Declaración de recepción de información técnica de fecha 22 de octubre de 2007, suscrita por el demandante con firma y huella digital. Comprobante de recepción del reglamento interno de orden higiene y seguridad de fecha 1 de noviembre de 2007, suscita con firma y huella digital por el demandante. Acta de recibo de uniforme de fecha 23 de abril de 2007, suscrita por el actor. Acta de recibo de uniforma de 24 de noviembre de 2008, suscrita por el actor. Acta de recibo de uniforme de fecha 16 de junio de 2009, suscrita por el actor. Copia de la declaración individual de accidente de trabajo, relativa al accidente de fecha 28 de enero de 2007. Copia de carta de 1 de junio de 2010, dirigida a la demandada por don Jorge Núñez Leyton, subgerente de Administración y Finanzas del IST informando la declaración de pérdida de capacidad laboral del demandante, Certificado de pago de cotizaciones previsionales del actor y Reglamento interno de Orden higiene y seguridad de la demandada. EXHIBICIÓN DE DOCUMENTOS POR LA DEMANDANTE: Consistente en la declaración de invalidez correspondiente a la resolución N° 129 del 18 de mayo de 2010. CONFESIONAL: Consistente en los dichos del demandante don Alejandro Enrique Campos Velásquez, quien refiere que, su primer accidente ocurrió en el trayecto hacia el depósito, no recuerda la hora exacta, indica que en la vía pública se desarrollaba la protesta del día 11 de septiembre, por lo tanto, el bus debía salir rápidamente del lugar, él iba camino al depósito, no recuerda el lugar por donde transitaba el bus, pero frenó bruscamente, cuando quiso afirmarse de los pasamanos, se torció una mano, pero no cayó al suelo, en ese momento, fue al depósito, a avisar porque le tocaba trabajar, cosa que igualmente tuvo que hacer, fue derivado al IST, donde llegó de urgencia, le diagnosticaron una esguince, le recetaron medicamentos y tuvo que asistir a terapia, también lo enyesaron, explica que en el mes de enero, cayó desde el interior de un microbús, accidente que sucedió el 28 de enero de 2008, en un bus B7, el cual, tiene el motor en su parte trasera, relata que cayó en el pasillo, donde se encuentra la bajada del conductor, y el estanque de petróleo, comenta que él iba a devolver ese bus, porque luego del accidente, al día siguiente, tuvo que trabajar igualmente, relata que su segundo accidente fue en la noche, cuando estaba terminando el recorrido, recuerda que ese bus le fue asignado alrededor de las 18:00 hrs. explica que cuando recibe un bus, debe revisarlo, cosa que hizo ese día, informó a los despachadores que se encuentran en el patio, que dicho bus, tenía una pérdida

de que el departamento de prevención de riesgos haya emitido algún informe respecto de la situación del demandante. A las preguntas del tribunal responde que, el primer accidente del trabajador, se registró el 11 de septiembre de 2007, respecto del segundo accidente, comenta que este ocurrió en enero del 2008, donde el Operador cayó en el interior de un bus, refiere que el servicio de limpieza de los buses, lo lleva a cabo una empresa externa, la que se realiza diariamente, desconoce si se aplicó alguna multa a la empresa de aseo, a propósito del segundo accidente, comenta que nunca se les ha entregado ningún tipo de información advirtiendo alguna incapacidad por parte del trabajador. OFICIOS del Instituto de Seguridad del Trabajador en que se informa las prestaciones económicas otorgadas al demandante y las prestaciones médicas con su evolución. EXHIBICIÓN DE DOCUMENTOS POR LA DEMANDADA. El libro de registro y asistencia de los días de accidentes del actor. reglamento de higiene y seguridad y sus anexos. El libro de actividades diarias de esa ruta o lo que tengan del actor. El acta de entrega de documentos y elementos de seguridad de la empresa y documento de declaración individual de accidentes del trabajo del IST. Lo cual se tuvo por cumplido en la audiencia. Respecto al documento signado como Informe del departamento de prevención de riesgos de la empresa del accidente y las medidas adoptadas con ocasión de ese accidente, no fue exhibido, argumentando el demandado, que no es de aquellos que la ley exige tener, cuya resolución se deja para definitiva. DEMANDADA DOCUMENTAL: Copia de actualización de contrato de trabajo de fecha 1 de noviembre de 2007. Set de exámenes pre ocupacionales médicos y técnicos, que se compone de 8 hojas, todos de fecha 18 de abril de 2007. Copia de la inducción al derecho a saber, suscrita por el demandante con firma y huella digital. Copia de formulario de asignación de operadores de buses, de fecha 24 de abril del 2007. Declaración de recepción de información técnica de fecha 22 de octubre de 2007, suscrita por el demandante con firma y huella digital. Comprobante de recepción del reglamento interno de orden higiene y seguridad de fecha 1 de noviembre de 2007, suscita con firma y huella digital por el demandante. Acta de recibo de uniforme de fecha 23 de abril de 2007, suscrita por el actor. Acta de recibo de uniforma de 24 de noviembre de 2008, suscrita por el actor. Acta de recibo de uniforme de fecha 16 de junio de 2009, suscrita por el actor. Copia de la declaración individual de accidente de trabajo, relativa al accidente de fecha 28 de enero de 2007. Copia de carta de 1 de junio de 2010, dirigida a la demandada por don Jorge Núñez Leyton, subgerente de Administración y Finanzas del IST informando la declaración de pérdida de capacidad laboral del demandante, Certificado de pago de cotizaciones previsionales del actor y Reglamento interno de Orden higiene y seguridad de la demandada. EXHIBICIÓN DE DOCUMENTOS POR LA DEMANDANTE: Consistente en la declaración de invalidez correspondiente a la resolución N° 129 del 18 de mayo de 2010. CONFESIONAL: Consistente en los dichos del demandante don Alejandro Enrique Campos Velásquez, quien refiere que, su primer accidente ocurrió en el trayecto hacia el depósito, no recuerda la hora exacta, indica que en la vía pública se desarrollaba la protesta del día 11 de septiembre, por lo tanto, el bus debía salir rápidamente del lugar, él iba camino al depósito, no recuerda el lugar por donde transitaba el bus, pero frenó bruscamente, cuando quiso afirmarse de los pasamanos, se torció una mano, pero no cayó al suelo, en ese momento, fue al depósito, a avisar porque le tocaba trabajar, cosa que igualmente tuvo que hacer, fue derivado al IST, donde llegó de urgencia, le diagnosticaron una esguince, le recetaron medicamentos y tuvo que asistir a terapia, también lo enyesaron, explica que en el mes de enero, cayó desde el interior de un microbús, accidente que sucedió el 28 de enero de 2008, en un bus B7, el cual, tiene el motor en su parte trasera, relata que cayó en el pasillo, donde se encuentra la bajada del conductor, y el estanque de petróleo, comenta que él iba a devolver ese bus, porque luego del accidente, al día siguiente, tuvo que trabajar igualmente, relata que su segundo accidente fue en la noche, cuando estaba terminando el recorrido, recuerda que ese bus le fue asignado alrededor de las 18:00 hrs. explica que cuando recibe un bus, debe revisarlo, cosa que hizo ese día, informó a los despachadores que se encuentran en el patio, que dicho bus, tenía una pérdida ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

439

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

de petróleo, información que entregó verbalmente, comenta que los mecánicos no revisan los buses para salir a circulación, ese día no salió a trabajar en ese bus, salió y luego volvió para devolverlo, por el desperfecto que tenía, recuerda que luego de caer, les dijo a los despachadores en el depósito lo que había sucedido, les dijo que tenía mucho dolor, que lo llevaran al IST, cosa que estos no hicieron, al otro día, cuando volvió a trabajar, le dieron permiso para que fuese al IST, pero por sus propios medios, en ese lugar, le extendieron una licencia médica por un año y medio, agrega que su lesión, era un corte de ligamentos, refiere que la lesión se complicó, pero no sabe que sucedió en la operación, al cuarto día debería haber estado bien, pero estuvo 25 días hospitalizado, en el IST, le diagnosticaron diabetes, enfermedad de la que no padece, refiere que le han operado en 5 oportunidades, y a fines de este año, lo operarán nuevamente, indica que padece un síndrome, que le diagnosticaron en el IST, una enfermedad de tipo braquial, que tiene efectos limitantes en el paciente, se atendió en la Superintendencia, pero le dijeron que no padecía dicho síndrome, también se atendió en la Clínica Dávila, donde también, descartaron el diagnóstico del IST, reclamó ante dicha entidad, por todas las operaciones que le hicieron, que agravaron más su lesión y por el diagnóstico equivocado, ahí le dijeron que luego de la última operación los dolores cesarían, cosa que no fue así, indica que con cada operación se siente peor, cosa que le ha manifestado a su médico, este le responde que ese dolor lo padecerá para siempre, en el IST nunca le han dado una explicación por los errores en sus operaciones, comenta que volvió a su trabajo, hace 3 meses, en este período la empresa le ha pagado correctamente sus remuneraciones, solo tuvieron algunos problemas el primer mes, por unos descuentos que le aplicaron, cuando le diagnosticaron la incapacidad del 30%, fijaron una indemnización, pero él no se encuentra conforme con la incapacidad que le asignaron, por lo tanto, reclamará ante la Superintendencia, relata que el IST no le envió carta alguna a la empresa, para que le asignaran otras funciones debido a su incapacidad, tampoco le realizaron una readecuación laboral, para que pudiese desempeñarse en otras funciones. TESTIMONIAL, de RODRIGO EDUARDO HERRERA VERGARA, quien previo juramento declara que, la demanda dice relación por 2 accidentes que sufrió el actor en la empresa Express, el primero, en septiembre del año 2007, y el segundo, en enero de 2008, relata que su función en la empresa Express, es ser Técnico en prevención de riesgos, se desempeña en los depósitos de Pudahuel y La Reina, respecto primer accidente, relata que solo tuvo información de que este fue un accidente de trayecto, refiere que en ese entonces, había otro Prevencionista en ese lugar, pero él se enteró de que en el documento de registro, se señala que el actor se encontraba como pasajero y debido a una frenada brusca del bus, se doblo un dedo, explica que en caso de accidente, se deriva al trabajador al IST, por sus propios medios o en ambulancia, dependiendo de la gravedad de lo sucedido, luego se le llama para tomarle declaración y se envía dicho documento de registro para que el trabajador reciba el pago de su subsidio, comenta que las medidas de seguridad, son las mínimas, ya que en los depósitos no hay mayor riesgo, comenta que el demandante, luego del primer accidente, tuvo una licencia médica por 20 días, en 2 licencias distintas, respecto del segundo accidente, comenta que hay un registro de enero de 2008, refiere que él se entera del caso del Sr. Campos porque este les señaló que no podía seguir desempeñando sus labores, porque no se sentía bien, por lo que lo reingresaron al IST, hasta que se le otorgó su porcentaje de incapacidad, desconoce si el trabajador presentó algún escrito pidiendo un cambio en sus funciones. A las preguntas de la parte demandante responde que el Depósito es la instalación donde llegan los buses y se realiza la mantención, actualmente, él se desempeña en Pudahuel y La Reina, ingresó a la empresa en mayo de 2009 y su Profesión es Técnico en prevención de riesgos, indica que en la empresa existe una Jefatura de Prevención de riesgos, esta área está constituida, por 5 o 6 personas aproximadamente, indica que la empresa tiene alrededor de 3.400 trabajadores, no sabe la importancia del Departamento de prevención de riesgos, comenta que durante este año, ha ocurrido un solo accidente de tipo grave, el año pasado, un Guardia sufrió un infarto y falleció, relata que en su departamento, salen a terreno 4 trabajadores. A las preguntas del tribunal responde que la limpieza de los buses se lleva a cabo por una empresa externa, respecto del segundo accidente del demandante, refiere que no tiene mayores antecedentes, porque en ese entonces había otro Prevencionista en el lugar.

440

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

de petróleo, información que entregó verbalmente, comenta que los mecánicos no revisan los buses para salir a circulación, ese día no salió a trabajar en ese bus, salió y luego volvió para devolverlo, por el desperfecto que tenía, recuerda que luego de caer, les dijo a los despachadores en el depósito lo que había sucedido, les dijo que tenía mucho dolor, que lo llevaran al IST, cosa que estos no hicieron, al otro día, cuando volvió a trabajar, le dieron permiso para que fuese al IST, pero por sus propios medios, en ese lugar, le extendieron una licencia médica por un año y medio, agrega que su lesión, era un corte de ligamentos, refiere que la lesión se complicó, pero no sabe que sucedió en la operación, al cuarto día debería haber estado bien, pero estuvo 25 días hospitalizado, en el IST, le diagnosticaron diabetes, enfermedad de la que no padece, refiere que le han operado en 5 oportunidades, y a fines de este año, lo operarán nuevamente, indica que padece un síndrome, que le diagnosticaron en el IST, una enfermedad de tipo braquial, que tiene efectos limitantes en el paciente, se atendió en la Superintendencia, pero le dijeron que no padecía dicho síndrome, también se atendió en la Clínica Dávila, donde también, descartaron el diagnóstico del IST, reclamó ante dicha entidad, por todas las operaciones que le hicieron, que agravaron más su lesión y por el diagnóstico equivocado, ahí le dijeron que luego de la última operación los dolores cesarían, cosa que no fue así, indica que con cada operación se siente peor, cosa que le ha manifestado a su médico, este le responde que ese dolor lo padecerá para siempre, en el IST nunca le han dado una explicación por los errores en sus operaciones, comenta que volvió a su trabajo, hace 3 meses, en este período la empresa le ha pagado correctamente sus remuneraciones, solo tuvieron algunos problemas el primer mes, por unos descuentos que le aplicaron, cuando le diagnosticaron la incapacidad del 30%, fijaron una indemnización, pero él no se encuentra conforme con la incapacidad que le asignaron, por lo tanto, reclamará ante la Superintendencia, relata que el IST no le envió carta alguna a la empresa, para que le asignaran otras funciones debido a su incapacidad, tampoco le realizaron una readecuación laboral, para que pudiese desempeñarse en otras funciones. TESTIMONIAL, de RODRIGO EDUARDO HERRERA VERGARA, quien previo juramento declara que, la demanda dice relación por 2 accidentes que sufrió el actor en la empresa Express, el primero, en septiembre del año 2007, y el segundo, en enero de 2008, relata que su función en la empresa Express, es ser Técnico en prevención de riesgos, se desempeña en los depósitos de Pudahuel y La Reina, respecto primer accidente, relata que solo tuvo información de que este fue un accidente de trayecto, refiere que en ese entonces, había otro Prevencionista en ese lugar, pero él se enteró de que en el documento de registro, se señala que el actor se encontraba como pasajero y debido a una frenada brusca del bus, se doblo un dedo, explica que en caso de accidente, se deriva al trabajador al IST, por sus propios medios o en ambulancia, dependiendo de la gravedad de lo sucedido, luego se le llama para tomarle declaración y se envía dicho documento de registro para que el trabajador reciba el pago de su subsidio, comenta que las medidas de seguridad, son las mínimas, ya que en los depósitos no hay mayor riesgo, comenta que el demandante, luego del primer accidente, tuvo una licencia médica por 20 días, en 2 licencias distintas, respecto del segundo accidente, comenta que hay un registro de enero de 2008, refiere que él se entera del caso del Sr. Campos porque este les señaló que no podía seguir desempeñando sus labores, porque no se sentía bien, por lo que lo reingresaron al IST, hasta que se le otorgó su porcentaje de incapacidad, desconoce si el trabajador presentó algún escrito pidiendo un cambio en sus funciones. A las preguntas de la parte demandante responde que el Depósito es la instalación donde llegan los buses y se realiza la mantención, actualmente, él se desempeña en Pudahuel y La Reina, ingresó a la empresa en mayo de 2009 y su Profesión es Técnico en prevención de riesgos, indica que en la empresa existe una Jefatura de Prevención de riesgos, esta área está constituida, por 5 o 6 personas aproximadamente, indica que la empresa tiene alrededor de 3.400 trabajadores, no sabe la importancia del Departamento de prevención de riesgos, comenta que durante este año, ha ocurrido un solo accidente de tipo grave, el año pasado, un Guardia sufrió un infarto y falleció, relata que en su departamento, salen a terreno 4 trabajadores. A las preguntas del tribunal responde que la limpieza de los buses se lleva a cabo por una empresa externa, respecto del segundo accidente del demandante, refiere que no tiene mayores antecedentes, porque en ese entonces había otro Prevencionista en el lugar.

440

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

441

QUINTO: Que ponderada la prueba de conformidad a los principios de la lógica, máximas de experiencia y conocimientos científicamente afianzados, este sentenciador tiene por acreditado los siguientes hechos: Que, el actor efectivamente sufrió el día 28 de enero de 2008 un accidente de trabajo, consistente en la caída al piso de bus que acaba de conducir, producto de no existir en ese momento las condiciones de trabajo adecuadas. Por otro lado, el día 11 de septiembre del año 2007, sufre un accidente de trayecto, en el cual ninguna responsabilidad le atañe al demandado. Que si bien, se acreditó por el demandado haber otorgado medidas de protección y seguridad, estas no fueron suficientes ni eficaces en relación al accidente ocurrido el día 29 de enero de 2009. Que, en cuanto a las lesiones, estas consistieron en disociación escafolunar izquierda de la extremidad superior izquierda, rizartrosis mano derecha, epicondilitis derecha, lo que produjo rigidez muñeca izquierda, dolor residual, pérdida de abducción y extensión pulgar izquierdo y de IFD índice izquierdo y dolor epicondilo derecho. No se acreditó haberle producido lucro cesante y si se acreditó daño moral. En cuanto al monto de remuneración está compuesta de Sueldo base $ 267.000, Gratificación anual garantizada igual a 4,75 ingresos mínimos, pagada en 12 cuotas iguales, mensuales y sucesivas; y bono de asistencia y puntualidad $ 35.000. y efectivamente hay incapacidad de 30% en capacidad de ganancia. Que las afirmaciones recientemente arribadas se encuentran refrendadas con lo siguiente: 1. Que respecto al primer episodio que se demanda, sobre el accidente ocurrido el día 11 de septiembre de 2007, lo narrado en la demanda es desmentido, en forma temprana y categórica por el propio demandante, en su confesional, quien refiere que la lesión en el pulgar, esguince, se produce en momentos que, concurre como pasajero a sus labores en un bus, en que efectivamente por las manifestaciones que ocurren ese día 11 de septiembre, el chofer efectúa una maniobra evasiva, que provoca que el actor pierda el equilibrio, y por tratar de sostenerse, en forma repentina con la mano izquierda, se lesiona. Esto de igual forma, lo informa el documento incorporado en la audiencia, llamado evolución del paciente de esa período evacuado por el IST, de fecha 12.09.2007, en que igualmente refiere, el accidente en esos términos. Así, de estos dos antecedentes, claramente desvirtúan lo señalado por el actor en su demanda, en orden a que conducía ese día en el desempeño de sus funciones, un bus del demandado y que por la falta de elementos de seguridad de produjo la lesión, ya que, no se condice con lo narrado por el propio actor, en el juicio, ya que se trata, en definitiva de un accidente de trayecto, que si bien tiene cobertura por el organismo de seguridad al que está adscrito el actor, según se da cuenta de el informe de evolución médico incorporado, no le cabe, sin embargo, ninguna responsabilidad al demandado respecto a este hecho, ya que escapa completamente de la esfera de su responsabilidad 2. En relación al episodio del día 28 de enero de 2008, por el contrario teniendo en consideración lo la prueba documental ordenada a exhibir, libro de asistencia y programa operador de bus, se consta que el día 29 de enero de 2008, figura su firma al inicio de su jornada y posteriormente no existen firmas por ese período. Además, del documento ordenado exhibir, por la demandada, declaración individual de accidente del trabajo, de fecha 28 de enero de 2008, es la propia empresa quien declara el accidente, ocurrido el lunes 28 de enero, se señala del año 2007, pero no corresponde, ya el lunes 28, corresponde al año 2008 a las 21.30 hrs, como se refiere por la demás prueba. De igual manera se consigna, los datos del actor como conductor y la empresa, y se consiga que este ocurre en el Depósito Maipú, patio de buses y consiste en golpes contra y caída de mismo nivel y como agente causante, refiere vehículos, y lesión que se declara esguince muñeca izquierda, señalan que declara incapacidad a contar de 29.01.2008, con timbre que refiere accidente de trabajo. Este documento, si bien se presenta en fotocopia, proviene de la propia parte y es coetáneo a los hechos, por lo que es apto para establecer lo concluido. Por otro lado, de la información solicitada por oficio al Instituto de Salud el Trabajo, se da cuenta como descripción de los hechos que motivan la atención médica, que el actor sufre accidente el día 28 de enero de 2008, al caer en el pasillo del bus, lesionándose ambas muñecas, diagnosticándose en su oportunidad rotura de ligamento escafo semilunar muñeca izquierda, quedando en observación pseudoartrosis de escafoides, además esguince pulgar izquierdo. Esta información de igual forma es coincidente con el documento incorporado que el demandado dispuso ordenar exhibir al demandante, consistente en la declaración de invalidez, N° 129 de fecha 28 de mayo de 2010, en que se consigna,

QUINTO: Que ponderada la prueba de conformidad a los principios de la lógica, máximas de experiencia y conocimientos científicamente afianzados, este sentenciador tiene por acreditado los siguientes hechos: Que, el actor efectivamente sufrió el día 28 de enero de 2008 un accidente de trabajo, consistente en la caída al piso de bus que acaba de conducir, producto de no existir en ese momento las condiciones de trabajo adecuadas. Por otro lado, el día 11 de septiembre del año 2007, sufre un accidente de trayecto, en el cual ninguna responsabilidad le atañe al demandado. Que si bien, se acreditó por el demandado haber otorgado medidas de protección y seguridad, estas no fueron suficientes ni eficaces en relación al accidente ocurrido el día 29 de enero de 2009. Que, en cuanto a las lesiones, estas consistieron en disociación escafolunar izquierda de la extremidad superior izquierda, rizartrosis mano derecha, epicondilitis derecha, lo que produjo rigidez muñeca izquierda, dolor residual, pérdida de abducción y extensión pulgar izquierdo y de IFD índice izquierdo y dolor epicondilo derecho. No se acreditó haberle producido lucro cesante y si se acreditó daño moral. En cuanto al monto de remuneración está compuesta de Sueldo base $ 267.000, Gratificación anual garantizada igual a 4,75 ingresos mínimos, pagada en 12 cuotas iguales, mensuales y sucesivas; y bono de asistencia y puntualidad $ 35.000. y efectivamente hay incapacidad de 30% en capacidad de ganancia. Que las afirmaciones recientemente arribadas se encuentran refrendadas con lo siguiente: 1. Que respecto al primer episodio que se demanda, sobre el accidente ocurrido el día 11 de septiembre de 2007, lo narrado en la demanda es desmentido, en forma temprana y categórica por el propio demandante, en su confesional, quien refiere que la lesión en el pulgar, esguince, se produce en momentos que, concurre como pasajero a sus labores en un bus, en que efectivamente por las manifestaciones que ocurren ese día 11 de septiembre, el chofer efectúa una maniobra evasiva, que provoca que el actor pierda el equilibrio, y por tratar de sostenerse, en forma repentina con la mano izquierda, se lesiona. Esto de igual forma, lo informa el documento incorporado en la audiencia, llamado evolución del paciente de esa período evacuado por el IST, de fecha 12.09.2007, en que igualmente refiere, el accidente en esos términos. Así, de estos dos antecedentes, claramente desvirtúan lo señalado por el actor en su demanda, en orden a que conducía ese día en el desempeño de sus funciones, un bus del demandado y que por la falta de elementos de seguridad de produjo la lesión, ya que, no se condice con lo narrado por el propio actor, en el juicio, ya que se trata, en definitiva de un accidente de trayecto, que si bien tiene cobertura por el organismo de seguridad al que está adscrito el actor, según se da cuenta de el informe de evolución médico incorporado, no le cabe, sin embargo, ninguna responsabilidad al demandado respecto a este hecho, ya que escapa completamente de la esfera de su responsabilidad 2. En relación al episodio del día 28 de enero de 2008, por el contrario teniendo en consideración lo la prueba documental ordenada a exhibir, libro de asistencia y programa operador de bus, se consta que el día 29 de enero de 2008, figura su firma al inicio de su jornada y posteriormente no existen firmas por ese período. Además, del documento ordenado exhibir, por la demandada, declaración individual de accidente del trabajo, de fecha 28 de enero de 2008, es la propia empresa quien declara el accidente, ocurrido el lunes 28 de enero, se señala del año 2007, pero no corresponde, ya el lunes 28, corresponde al año 2008 a las 21.30 hrs, como se refiere por la demás prueba. De igual manera se consigna, los datos del actor como conductor y la empresa, y se consiga que este ocurre en el Depósito Maipú, patio de buses y consiste en golpes contra y caída de mismo nivel y como agente causante, refiere vehículos, y lesión que se declara esguince muñeca izquierda, señalan que declara incapacidad a contar de 29.01.2008, con timbre que refiere accidente de trabajo. Este documento, si bien se presenta en fotocopia, proviene de la propia parte y es coetáneo a los hechos, por lo que es apto para establecer lo concluido. Por otro lado, de la información solicitada por oficio al Instituto de Salud el Trabajo, se da cuenta como descripción de los hechos que motivan la atención médica, que el actor sufre accidente el día 28 de enero de 2008, al caer en el pasillo del bus, lesionándose ambas muñecas, diagnosticándose en su oportunidad rotura de ligamento escafo semilunar muñeca izquierda, quedando en observación pseudoartrosis de escafoides, además esguince pulgar izquierdo. Esta información de igual forma es coincidente con el documento incorporado que el demandado dispuso ordenar exhibir al demandante, consistente en la declaración de invalidez, N° 129 de fecha 28 de mayo de 2010, en que se consigna, ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

441

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

como diagnóstico, disociación escafolunar izquierda de la extremidad superior izquierda, rizartrosis mano derecha, epicondilitis derecha, lo que produjo como secuela rigidez muñeca izquierda, dolor residual, pérdida de abducción y extensión pulgar izquierdo y de IFD índice izquierdo y dolor epicondilo derecho, con grado de incapacidad 30% y como fecha de inicio de invalidez 27.01.2010. Que, en cuanto a las circunstancias en que ello ocurre, se aduce por el demandante que fue caída al interior del bus, ya que había petróleo en el piso lo que provocó que cayera y se apoyara en ambas manos. Esta circunstancia, se produce se produce según lo declarado al IST, por el propio empleador, al interior del vehículo, en el patio de buses del depósito Maipú. En cuanto a las circunstancias, se consigan que camino dentro del bus, resbaló, golpeando ambas muñecas en al tarima del conductor, lo que es precisado por el demandante absolvente, al señalar que cayó al interior del bus, por tener este combustible, en el piso, es decir, en un lugar que está dentro de la esfera física, de dominio de la empresa, donde el empleador, debe hacer efectivo su deber de tomar todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de sus trabajadores, según reza el artículo 184 del Código del Trabajo. Respecto a la forma como, ocurrieron los hechos, el Tribunal aceptará la versión del actor, en ya que se aviene de mejor forma con la demás prueba producida. En efecto, el actor ha señalado desde un primer momento, que ha sido la situación encontrarse el piso con petróleo, lo que provocó que resbalara y cayera. Si bien en la declaración individual de accidente del Trabajo, refiere que resbaló, en su confesional explica los motivos por los cuales ha caído, atribuyéndolo a un problema de mantención de limpieza y fuga de combustible. Esta circunstancia, al ser preguntado el representante de la empresa sobre las condiciones de limpieza y mantención de los buses, ha referido que le corresponde a una empresa externa, lo que a juicio del Tribunal, no controvierte lo señalado por el actor. Por otro lado, se ha dispuesto ordenar exhibir al demandado, Informe del departamento de prevención de riesgos de la empresa del accidente y las medidas adoptadas con ocasión de ese accidente lo cual no fue exhibido por parte del demandado, señalando que no tiene obligación legal de tener ese informe. A juicio del Tribunal, si bien puede no tener un informe del Departamento de prevención de riesgos a la luz de lo que establece el artículo 3 del Código del Trabajo en relación con el artículo 66 de la ley 16.744, sí le es exigible, señalar las medidas adoptadas a consecuencia del accidente, ya que según lo consigna el propio Reglamento Interno de orden higiene y seguridad, en su artículo 122 y siguientes, debe existir un Comité Paritario, por lo tanto, tanto si se optó por una investigación o esta no se hizo, de igual manera debe existir antecedentes al respecto, por lo tanto el Tribunal, hará efectivo el apercibimiento establecido en el artículo 453 N° 5, del Código del Trabajo, para estimar probada las alegaciones efectuadas por el demandante al respecto. En el mismo sentido, las lesiones que presenta el actor en sus extremidades, son compatibles, con una caída a nivel que acusa el demandante. Así, frente la alegación de que la causa del accidente se encuentra en que el demandado no tomó todas las medidas eficaces para evitarlo, ya que el espacio de trabajo no era el óptimo y los implementos entregados no eran los adecuados, ya que no impidieron que el actor resbalara, la demandada no ha acreditado el estado mecánico del bus del actor, ni que ese día de hizo antes o después, limpieza al mismo, que pueda desvirtuar, el hecho que no mantenía el espacio de trabajo libre de obstáculos o en condiciones adecuadas 3. En cuanto a las medidas de seguridad adoptadas por la demandada, se ha incorpora dado documental al efecto consistente en actualización de contrato de trabajo de fecha 01.11.2007, suscrito entre las partes, en que se consigna, el ingreso del actor el 20.04.2007 y el conocimiento del Reglamento de Orden Higiene y Seguridad, en su cláusula novena, de igual forma se adjunto documento firmado por las partes, de la misma fecha, denominado Inducción derecho a Saber, en que se informa que la entidad que presta cobertura es el Instituto de Seguridad del Trabajo. De igual forma se incorporó resultados de exámenes pre ocupacionales al momento de ingresar el actor a laborar, de fecha 18.04.2007. Igualmente, se incorporó formulario de Asignación y entrega de operadores de buses a depósito de fecha 24.07.2010, en que figura certificación clase A para conducir. Declaración de recepción de información técnica de fecha 22.10.2007 en que se le dan pautas, sobre el desempeño de sus funciones. Asimismo, se incorporó, comprobante de entrega de recepción del Reglamento Interno de orden higiene y seguridad de fecha 01.11.207, firmado por el actor y un ejemplar del mismo. En el mismo orden de ideas, se

442

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

como diagnóstico, disociación escafolunar izquierda de la extremidad superior izquierda, rizartrosis mano derecha, epicondilitis derecha, lo que produjo como secuela rigidez muñeca izquierda, dolor residual, pérdida de abducción y extensión pulgar izquierdo y de IFD índice izquierdo y dolor epicondilo derecho, con grado de incapacidad 30% y como fecha de inicio de invalidez 27.01.2010. Que, en cuanto a las circunstancias en que ello ocurre, se aduce por el demandante que fue caída al interior del bus, ya que había petróleo en el piso lo que provocó que cayera y se apoyara en ambas manos. Esta circunstancia, se produce se produce según lo declarado al IST, por el propio empleador, al interior del vehículo, en el patio de buses del depósito Maipú. En cuanto a las circunstancias, se consigan que camino dentro del bus, resbaló, golpeando ambas muñecas en al tarima del conductor, lo que es precisado por el demandante absolvente, al señalar que cayó al interior del bus, por tener este combustible, en el piso, es decir, en un lugar que está dentro de la esfera física, de dominio de la empresa, donde el empleador, debe hacer efectivo su deber de tomar todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de sus trabajadores, según reza el artículo 184 del Código del Trabajo. Respecto a la forma como, ocurrieron los hechos, el Tribunal aceptará la versión del actor, en ya que se aviene de mejor forma con la demás prueba producida. En efecto, el actor ha señalado desde un primer momento, que ha sido la situación encontrarse el piso con petróleo, lo que provocó que resbalara y cayera. Si bien en la declaración individual de accidente del Trabajo, refiere que resbaló, en su confesional explica los motivos por los cuales ha caído, atribuyéndolo a un problema de mantención de limpieza y fuga de combustible. Esta circunstancia, al ser preguntado el representante de la empresa sobre las condiciones de limpieza y mantención de los buses, ha referido que le corresponde a una empresa externa, lo que a juicio del Tribunal, no controvierte lo señalado por el actor. Por otro lado, se ha dispuesto ordenar exhibir al demandado, Informe del departamento de prevención de riesgos de la empresa del accidente y las medidas adoptadas con ocasión de ese accidente lo cual no fue exhibido por parte del demandado, señalando que no tiene obligación legal de tener ese informe. A juicio del Tribunal, si bien puede no tener un informe del Departamento de prevención de riesgos a la luz de lo que establece el artículo 3 del Código del Trabajo en relación con el artículo 66 de la ley 16.744, sí le es exigible, señalar las medidas adoptadas a consecuencia del accidente, ya que según lo consigna el propio Reglamento Interno de orden higiene y seguridad, en su artículo 122 y siguientes, debe existir un Comité Paritario, por lo tanto, tanto si se optó por una investigación o esta no se hizo, de igual manera debe existir antecedentes al respecto, por lo tanto el Tribunal, hará efectivo el apercibimiento establecido en el artículo 453 N° 5, del Código del Trabajo, para estimar probada las alegaciones efectuadas por el demandante al respecto. En el mismo sentido, las lesiones que presenta el actor en sus extremidades, son compatibles, con una caída a nivel que acusa el demandante. Así, frente la alegación de que la causa del accidente se encuentra en que el demandado no tomó todas las medidas eficaces para evitarlo, ya que el espacio de trabajo no era el óptimo y los implementos entregados no eran los adecuados, ya que no impidieron que el actor resbalara, la demandada no ha acreditado el estado mecánico del bus del actor, ni que ese día de hizo antes o después, limpieza al mismo, que pueda desvirtuar, el hecho que no mantenía el espacio de trabajo libre de obstáculos o en condiciones adecuadas 3. En cuanto a las medidas de seguridad adoptadas por la demandada, se ha incorpora dado documental al efecto consistente en actualización de contrato de trabajo de fecha 01.11.2007, suscrito entre las partes, en que se consigna, el ingreso del actor el 20.04.2007 y el conocimiento del Reglamento de Orden Higiene y Seguridad, en su cláusula novena, de igual forma se adjunto documento firmado por las partes, de la misma fecha, denominado Inducción derecho a Saber, en que se informa que la entidad que presta cobertura es el Instituto de Seguridad del Trabajo. De igual forma se incorporó resultados de exámenes pre ocupacionales al momento de ingresar el actor a laborar, de fecha 18.04.2007. Igualmente, se incorporó formulario de Asignación y entrega de operadores de buses a depósito de fecha 24.07.2010, en que figura certificación clase A para conducir. Declaración de recepción de información técnica de fecha 22.10.2007 en que se le dan pautas, sobre el desempeño de sus funciones. Asimismo, se incorporó, comprobante de entrega de recepción del Reglamento Interno de orden higiene y seguridad de fecha 01.11.207, firmado por el actor y un ejemplar del mismo. En el mismo orden de ideas, se

442

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

443

incorporó acta de recibo de uniforme por el año 2007, 2008 y 2009, firmados por el actor. Del mismo modo se incorporó Declaración individual de accidente del trabajo, de fecha 04.02.2008, Carta del Instituto de Seguridad del Trabajo de fecha 17 de junio de 2010, en que informa una incapacidad del actor de 30% lo que le da derecho a percibir beneficios económicos y comprobante de estado de pago de cotizaciones de seguridad social de fecha 23.04.2007. En efecto, si bien se constata el cumplimiento formal de algunas obligaciones en ese orden (charla inductiva de seguridad, entrega de Reglamento Interno de Orden, Higiene y Seguridad) éstas medidas no han permitido una protección eficaz y el incumplimiento de la obligación puede concluirse desde los siguientes hechos y/o omisiones: i) Inexistencia de prueba sobre las condiciones y procedimiento de limpieza y mantención mecánica, al interior de los buses, lo cual según lo declarado por el demandado absolvente, estaría externalizado. ii) El rol que cumple del prevencionista de riesgos de la empresa, no ha sido definido, ni tampoco las medidas adoptadas por el comité paritario en relación al accidente y a las condiciones de seguridad en general y en especifico respecto a estos hechos, si existen situaciones de similar naturaleza, si en especifico se advirtió o sancionó, sobre las condiciones de limpieza, ya que el prevencionista que declara en juicio Sr. Herrera Vergara, no estaba la momento de ocurrir el accidente, por lo tanto no ha podido señalar las medidas concretas que se adoptaron en el caso. iii) No existe ningún antecedente relativo a la existencia de control y fiscalización de procesos, así si bien se establece un sistema en el Reglamento Interno de Orden e Higiene llamado cadena de integridad del bus, establecido en el artículo 98 y siguientes, no se han acompañado antecedente sobre el cumplimiento de los informes de incidente u otro antecedentes, lo que no permite concluir que exista una medida suficiente y eficaz en esta dimensión del control. De lo anteriormente expuesto se concluye que el trabajador no disponía de un área de trabajo seguro, riesgo que no fue neutralizado por la empresa, la cual tenía el deber de conjurar. La ley impone a quien crea las condiciones de riesgo, la obligación de desplegar medidas suficientes para proteger la vida y salud de los trabajadores (artículo 184 y restantes normas legales y reglamentarias y artículo 183 E del mismo cuerpo legal), protección que es calificada por su resultado de eficacia por el legislador. En la especie, la ausencia de medidas exigibles permite radicar la culpa del accidente en la esfera de responsabilidad del empleador. SEXTO: La prueba allegada a demostrar el daño causado por el accidente es: 1. Información requerida por oficio del IST, quienes por medio del Dr Arnaldo Ledesma Zamora, médico auditor, informa que Del estudio efectuado a su ingreso clínico y de imágenes permitió el diagnóstico de “Rotura de ligamento escafo semilunar muñeca izqda. quedando en observación “ pseudoartrosis de escafoídes”, además, Esguince pulgar izqdo. Controlado y después de revisión de radiografías, se decide intervenirlo quirúrgicamente para reducir subluxación y reparar ligamento escafo semilunar roto (07.02.2008) vía artroscópica. Evolución sin complicaciones.A las 8 semanas de evolución, se retira yeso e inician ejercicios por su cuenta. El 11.04.2008 se retiran agujas de Kirschner y a fines de abril 2008, se efectúa ECO para estudio de estado de tendones, encontrándose una Tenosinovitis del flexor largo del pulgar y de dedos largos y una imagen quística en flexor del anular. Se mantiene FKT para mejorar función del pulgar y flexión del resto dedos. Se complementó estudio con Electromiografía a fin de determinar causa de disfunción del pulgar, examen que fue del todo normal, en lo que respecta a mano, pero demostró cuadro que afectó al plexo braquial (Parsonage Turner) bilateral, que muestra un compromiso denervatorio que afecta nervio interóseo anterior izqdo. también de la rama superior que inerva músculos serratos y que están en franca regresión, entidad concomitante que no tiene relación con el accidente propiamente tal y por lo tanto se considera fuera de cobertura ley Nº 16.744. Controlado STP se accidenta en trayecto a control Hospital. Tropieza en peldaño de! Metro y lesiona rodilla derecha (Esguince) el 14.11.2008. En febrero 2009 relata que mantiene dolor distal a muñeca operada. Logra flexión completa de dedos, no tiene alteraciones sensitivas. Rx. de control muestra migración del escafoides semilunar, planteándose la resección de la primera fila del carpo. Luego refiere que, el caso fue presentado a Reunión Clínica y al Comité de mano de la Sociedad de Ortopedia y Traumatología,

incorporó acta de recibo de uniforme por el año 2007, 2008 y 2009, firmados por el actor. Del mismo modo se incorporó Declaración individual de accidente del trabajo, de fecha 04.02.2008, Carta del Instituto de Seguridad del Trabajo de fecha 17 de junio de 2010, en que informa una incapacidad del actor de 30% lo que le da derecho a percibir beneficios económicos y comprobante de estado de pago de cotizaciones de seguridad social de fecha 23.04.2007. En efecto, si bien se constata el cumplimiento formal de algunas obligaciones en ese orden (charla inductiva de seguridad, entrega de Reglamento Interno de Orden, Higiene y Seguridad) éstas medidas no han permitido una protección eficaz y el incumplimiento de la obligación puede concluirse desde los siguientes hechos y/o omisiones: i) Inexistencia de prueba sobre las condiciones y procedimiento de limpieza y mantención mecánica, al interior de los buses, lo cual según lo declarado por el demandado absolvente, estaría externalizado. ii) El rol que cumple del prevencionista de riesgos de la empresa, no ha sido definido, ni tampoco las medidas adoptadas por el comité paritario en relación al accidente y a las condiciones de seguridad en general y en especifico respecto a estos hechos, si existen situaciones de similar naturaleza, si en especifico se advirtió o sancionó, sobre las condiciones de limpieza, ya que el prevencionista que declara en juicio Sr. Herrera Vergara, no estaba la momento de ocurrir el accidente, por lo tanto no ha podido señalar las medidas concretas que se adoptaron en el caso. iii) No existe ningún antecedente relativo a la existencia de control y fiscalización de procesos, así si bien se establece un sistema en el Reglamento Interno de Orden e Higiene llamado cadena de integridad del bus, establecido en el artículo 98 y siguientes, no se han acompañado antecedente sobre el cumplimiento de los informes de incidente u otro antecedentes, lo que no permite concluir que exista una medida suficiente y eficaz en esta dimensión del control. De lo anteriormente expuesto se concluye que el trabajador no disponía de un área de trabajo seguro, riesgo que no fue neutralizado por la empresa, la cual tenía el deber de conjurar. La ley impone a quien crea las condiciones de riesgo, la obligación de desplegar medidas suficientes para proteger la vida y salud de los trabajadores (artículo 184 y restantes normas legales y reglamentarias y artículo 183 E del mismo cuerpo legal), protección que es calificada por su resultado de eficacia por el legislador. En la especie, la ausencia de medidas exigibles permite radicar la culpa del accidente en la esfera de responsabilidad del empleador. SEXTO: La prueba allegada a demostrar el daño causado por el accidente es: 1. Información requerida por oficio del IST, quienes por medio del Dr Arnaldo Ledesma Zamora, médico auditor, informa que Del estudio efectuado a su ingreso clínico y de imágenes permitió el diagnóstico de “Rotura de ligamento escafo semilunar muñeca izqda. quedando en observación “ pseudoartrosis de escafoídes”, además, Esguince pulgar izqdo. Controlado y después de revisión de radiografías, se decide intervenirlo quirúrgicamente para reducir subluxación y reparar ligamento escafo semilunar roto (07.02.2008) vía artroscópica. Evolución sin complicaciones.A las 8 semanas de evolución, se retira yeso e inician ejercicios por su cuenta. El 11.04.2008 se retiran agujas de Kirschner y a fines de abril 2008, se efectúa ECO para estudio de estado de tendones, encontrándose una Tenosinovitis del flexor largo del pulgar y de dedos largos y una imagen quística en flexor del anular. Se mantiene FKT para mejorar función del pulgar y flexión del resto dedos. Se complementó estudio con Electromiografía a fin de determinar causa de disfunción del pulgar, examen que fue del todo normal, en lo que respecta a mano, pero demostró cuadro que afectó al plexo braquial (Parsonage Turner) bilateral, que muestra un compromiso denervatorio que afecta nervio interóseo anterior izqdo. también de la rama superior que inerva músculos serratos y que están en franca regresión, entidad concomitante que no tiene relación con el accidente propiamente tal y por lo tanto se considera fuera de cobertura ley Nº 16.744. Controlado STP se accidenta en trayecto a control Hospital. Tropieza en peldaño de! Metro y lesiona rodilla derecha (Esguince) el 14.11.2008. En febrero 2009 relata que mantiene dolor distal a muñeca operada. Logra flexión completa de dedos, no tiene alteraciones sensitivas. Rx. de control muestra migración del escafoides semilunar, planteándose la resección de la primera fila del carpo. Luego refiere que, el caso fue presentado a Reunión Clínica y al Comité de mano de la Sociedad de Ortopedia y Traumatología, ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

443

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

concluyéndose que la situación ameritaba o una Artrodesis escafolunar o resección de 1ª falange del carpo. Se optó por artrodesis escafolunar, lo que se efectúa el 05.05.2009. Incidentalmente el paciente se queja de dolor y aumento de volumen en antebrazo izqdo.. ECO evidencia cuerpo extraño (vidrio) que es extirpado quirúrgicamente, en junio 2009. De la muñeca, evoluciona con dolor persistente. Controles radiológicos no muestran consolidación y se decide movilizar con yeso, con lo que cede totalmente el dolor. Esta evolución induce a sostener que la solución del problema estaría en la fijación definitiva de la muñeca (artrodesis) por lo que se planifica reoperarlo. Agrega que Superintendencia de Seguridad Social informa en diciembre 2009 manifestando estar de acuerdo con todo lo que se ha hecho y da como solución, la artrodesis (fijación de la muñeca) lo que se realiza el 05.01.2010. Evolución post operatoria es compleja. Paciente disconforme con evolución y tratamiento. La función de los dedos (2o a 5o) es normal. En pulgar mantiene dificultad para extenderlo totalmente. (Ecografía muestra indemnidad del aparato extensor). Se solicita apoyo en Salud Mental, donde inician tratamiento con antidepresivos por Trastorno Adaptativo mixto. Con fecha 06.06.2008 fue dado de alta por lesión escafoulinar izqdo. reparada y a fines de marzo, control radiológico mostraba consolidación de la artrodesis. El 31.03.2010 fue dado de alta. La muñeca se hacia asintomática sólo al conducir vehículo. En junio 2010, en relación con movimientos bruscos del volante del bus, comienza con dolor, consultando el 23.06.2010, Se hizo Rx. que no evidenció alteraciones en muñeca artro drenadas. Evaluado por COMEVA, se otorgó 30% de pérdida de capacidad de ganancia por secuelas: Rigidez muñeca izqda. Dolor residual. Pérdida de abducción y extensión del pulgar izqdo. e IFD del índice y epicondilalgia (abril 2010) 2. De igual manera se incorporó resolución N° 129 de fecha 18 de mayo de 2010, denominado Declaración y Evaluación de invalidez de Accidentes del Trabajo, en que se declara 30% de grado de incapacidad. 3. Que del mismo modo de las confesionales y lo que se tuvo por pacífico, el actor presta funciones actualmente como conductor, volvió a trabajar 4. De igual forma declaró la testigo Tobar Hinojoza, quien tiene calidad de cónyuge del actor, lo que si bien el Tribunal entiende que no está impedida de declarar, ciertamente tiene un interés en el resultado del juicio, a lo que el Tribunal apreciará su testimonio, sólo en lo que se encuentre ratificado con los antecedentes médicos. Que, con respecto a la reincorporación del demandante al trabajo, lo que es pácifico, se descarta la causa de pedir del lucro cesante y circunscriben el daño moral a la lesión, los efectos temporales del período de recuperación y las molestias y dolor que la lesión y este proceso le ha significado. Así, el monto de la remuneración, percibida por el actor no es relevante ya que de la liquidación de sueldo, incorporadas, se constata que esta, está compuesto de sueldo base, gratificación anual garantizada y bono de asistencia y puntualidad, ya que los otros comprobantes incorporados son de pago de subsidio. En efecto, el lucro cesante está constituido en la suma de dinero o ganancia que el trabajador dejará de percibir como consecuencia del accidente laboral que sufriera, y que hubiere obtenido de no haberse producido éste. Como se consignara precedentemente el actor, tiene derecho a las prestaciones establecidas en los artículos 34 y siguientes de la ley Nº 16.744, según el propio Instituto lo informa. Además no ha perdido su trabajo ya que continúa laborando para su empleador, sin que en su demanda acuse alguna disminución en sus remuneraciones, ya que en su confesional refiere que s ele han pagado sus remuneraciones. A esto debe añadirse que la extensión de su vida laboral y de su propia vida constituyen hechos inciertos, como también lo es la perduración de su relación laboral con la empresa demandada, por lo que resulta imposible determinar e impide establecer en forma concreta, cierta y precisa la eventual pérdida patrimonial que pudiere experimentar el actor derivada del accidente sufrido. Así, de los comprobante de cotizaciones de seguridad social pagadas, lo informado por oficio del Instituto de Seguridad del Trabajo y, lo que señalan las propias liquidaciones de remuneraciones, el actor ha recibido y está cubierto, por las prestaciones que establece la ley 16.744 y además se ha reincorporado a trabajar, en las mismas labores que realizaba antes, percibiendo remuneraciones en ese espacio de tiempo, sin acusar una rebaja en sus ingresos, ni que haya pedido, ni se haya sugerido un cambio de funciones, al ser reincorporado.

444

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

concluyéndose que la situación ameritaba o una Artrodesis escafolunar o resección de 1ª falange del carpo. Se optó por artrodesis escafolunar, lo que se efectúa el 05.05.2009. Incidentalmente el paciente se queja de dolor y aumento de volumen en antebrazo izqdo.. ECO evidencia cuerpo extraño (vidrio) que es extirpado quirúrgicamente, en junio 2009. De la muñeca, evoluciona con dolor persistente. Controles radiológicos no muestran consolidación y se decide movilizar con yeso, con lo que cede totalmente el dolor. Esta evolución induce a sostener que la solución del problema estaría en la fijación definitiva de la muñeca (artrodesis) por lo que se planifica reoperarlo. Agrega que Superintendencia de Seguridad Social informa en diciembre 2009 manifestando estar de acuerdo con todo lo que se ha hecho y da como solución, la artrodesis (fijación de la muñeca) lo que se realiza el 05.01.2010. Evolución post operatoria es compleja. Paciente disconforme con evolución y tratamiento. La función de los dedos (2o a 5o) es normal. En pulgar mantiene dificultad para extenderlo totalmente. (Ecografía muestra indemnidad del aparato extensor). Se solicita apoyo en Salud Mental, donde inician tratamiento con antidepresivos por Trastorno Adaptativo mixto. Con fecha 06.06.2008 fue dado de alta por lesión escafoulinar izqdo. reparada y a fines de marzo, control radiológico mostraba consolidación de la artrodesis. El 31.03.2010 fue dado de alta. La muñeca se hacia asintomática sólo al conducir vehículo. En junio 2010, en relación con movimientos bruscos del volante del bus, comienza con dolor, consultando el 23.06.2010, Se hizo Rx. que no evidenció alteraciones en muñeca artro drenadas. Evaluado por COMEVA, se otorgó 30% de pérdida de capacidad de ganancia por secuelas: Rigidez muñeca izqda. Dolor residual. Pérdida de abducción y extensión del pulgar izqdo. e IFD del índice y epicondilalgia (abril 2010) 2. De igual manera se incorporó resolución N° 129 de fecha 18 de mayo de 2010, denominado Declaración y Evaluación de invalidez de Accidentes del Trabajo, en que se declara 30% de grado de incapacidad. 3. Que del mismo modo de las confesionales y lo que se tuvo por pacífico, el actor presta funciones actualmente como conductor, volvió a trabajar 4. De igual forma declaró la testigo Tobar Hinojoza, quien tiene calidad de cónyuge del actor, lo que si bien el Tribunal entiende que no está impedida de declarar, ciertamente tiene un interés en el resultado del juicio, a lo que el Tribunal apreciará su testimonio, sólo en lo que se encuentre ratificado con los antecedentes médicos. Que, con respecto a la reincorporación del demandante al trabajo, lo que es pácifico, se descarta la causa de pedir del lucro cesante y circunscriben el daño moral a la lesión, los efectos temporales del período de recuperación y las molestias y dolor que la lesión y este proceso le ha significado. Así, el monto de la remuneración, percibida por el actor no es relevante ya que de la liquidación de sueldo, incorporadas, se constata que esta, está compuesto de sueldo base, gratificación anual garantizada y bono de asistencia y puntualidad, ya que los otros comprobantes incorporados son de pago de subsidio. En efecto, el lucro cesante está constituido en la suma de dinero o ganancia que el trabajador dejará de percibir como consecuencia del accidente laboral que sufriera, y que hubiere obtenido de no haberse producido éste. Como se consignara precedentemente el actor, tiene derecho a las prestaciones establecidas en los artículos 34 y siguientes de la ley Nº 16.744, según el propio Instituto lo informa. Además no ha perdido su trabajo ya que continúa laborando para su empleador, sin que en su demanda acuse alguna disminución en sus remuneraciones, ya que en su confesional refiere que s ele han pagado sus remuneraciones. A esto debe añadirse que la extensión de su vida laboral y de su propia vida constituyen hechos inciertos, como también lo es la perduración de su relación laboral con la empresa demandada, por lo que resulta imposible determinar e impide establecer en forma concreta, cierta y precisa la eventual pérdida patrimonial que pudiere experimentar el actor derivada del accidente sufrido. Así, de los comprobante de cotizaciones de seguridad social pagadas, lo informado por oficio del Instituto de Seguridad del Trabajo y, lo que señalan las propias liquidaciones de remuneraciones, el actor ha recibido y está cubierto, por las prestaciones que establece la ley 16.744 y además se ha reincorporado a trabajar, en las mismas labores que realizaba antes, percibiendo remuneraciones en ese espacio de tiempo, sin acusar una rebaja en sus ingresos, ni que haya pedido, ni se haya sugerido un cambio de funciones, al ser reincorporado.

444

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

445

En relación con el daño moral, este está referido a las lesiones que se le produjo en el accidente, si bien por lo diagnosticado, disociación escapular izquierda, rizartrosis mano derecha, epicondolitis derecha y cuerpo extraño en antebrazo derecho, permiten inferir la existencia de dolor y molestias asociados a un tratamiento recuperativo. Es posible inferir también, aunque no esté delimitado en sus alcances médicos, un proceso natural de sufrimiento y angustia a consecuencia del dolor y el tratamiento médico, como también al sometimiento regular a la medicina recuperativa. Sin embargo, existen circunstancias concomitantes, anteriores y posteriores, que interfieren, en cuanto a relación de causalidad directa entre el accidente y el dolor y lesiones sufridas, que este Tribunal no puede soslayar y dejar de considerar, al momento de establecer el grado de afección que relata el actor. En efecto, de lo que relatado por el actor, existe un primer accidente, 4 meses antes, en el mes de septiembre de 2007, en que el actor sufrió un accidente de trayecto, no imputable al empleador, que le produjo esguince en el dedo pulgar izquierdo, el cual según antecedentes médicos, incorporados, se diferencian, por sus secuelas y duración del segundo incidente, ocurrido en el mes de enero de 2008, ya que el primer episodio se le da el alta definitiva el 23.11.2007, pero a pesar de ello, claramente al lesionarse esta segunda vez, en la misma mano, la lesión anterior, puede afectar su recuperación de la lesión producto del accidente que se reclama. Por otro lado, dentro de la historia de la evolución de sus lesiones el informe médico acusa, con fecha 11.04.2008, se le diagnostica el Síndrome de Parsonage Turner, enfermedad común, fuera de cobertura, de carácter neurológico, la cual no puede ser atribuible al accidente laboral sufrido, ni menos a responsabilidad del empleador. Esta afección si bien el actor refiere tener antecedentes médicos que desvirtúan ese diagnóstico, ninguno se incorporó al juicio y claramente por su origen neurológico es de mayor complejidad. A mayor abundamiento, durante el proceso de recuperación y con fecha 14.11.2008, el actor nuevamente sufre otra caída, en el metro Franklin, como lo señala el mismo informe médico, cayendo y apoyando las manos, de lo cual estaba en proceso de recuperación, lo que le provocó además esguince en rodilla derecha. De lo anterior puede asentarse en el proceso la existencia del daño extrapatrimonial alegado, pero circunscrito a lo que puede estimarse como secuela del accidente que le produjo un 30% de pérdida de capacidad ganancia, todo lo cual, en los hechos, no le impide trabajar. El derecho impone al sentenciador, en este caso, la difícil tarea, de fijar una indemnización dineraria para compensar el sufrimiento, es decir aquello propio de la esfera de los bienes extramatrimoniales que constituyen una lesión de derechos de rango constitucional (integridad psíquica). Lo hace, a sabiendas de que se trata de bienes jurídicos cuya reparación a través del recurso de la compensación dineraria por equivalencia, es imposible, confiando en el juicio en equidad del juzgador que ha de formularse sin vulnerar dos mandatos inherentes al ordenamiento, como que constituyen principios ampliamente aceptados por la comunidad jurídica, a saber, la reparación integral del daño y la interdicción de enriquecimiento sin causa (que en otra formulación, se traduce en la prohibición de transformar este tipo de indemnizaciones en una fuente de lucro). Reconociendo las dificultades propias de la justivaloración destinada a paliar el dolor físico y psíquico, y considerando la complejidad del caso, determina este sentenciador la indemnización por este concepto en la suma de $ 3.000.000. SÉPTIMO: Que, los demás medios de prueba no alteran lo concluido. Conforme a lo razonado y lo preceptuado por los artículos 1, 3, 7, 9, 184, 66, 66 bis, 69 de la ley 16.744; DS 40, 184, 210, 420, 453, 454, 459 del Código del Trabajo se resuelve: I. Hacer lugar a la demanda sólo en cuanto se condena a la demandada a pagar al actor la suma de $ 3.000.000 por daño moral, derivado del accidente del trabajo, más reajustes de IPC e interés corriente a contar de la fecha de esta sentencia. II. No condenar en costas a la demandada por no haber sido totalmente vencida. RIT: O 1469 2010 RUC: 10 4 0027934 4 Proveyó don Iván Santibáñez Torres, Juez Suplente del Segundo Juzgado de Letras del Trabajo de Santiago.

En relación con el daño moral, este está referido a las lesiones que se le produjo en el accidente, si bien por lo diagnosticado, disociación escapular izquierda, rizartrosis mano derecha, epicondolitis derecha y cuerpo extraño en antebrazo derecho, permiten inferir la existencia de dolor y molestias asociados a un tratamiento recuperativo. Es posible inferir también, aunque no esté delimitado en sus alcances médicos, un proceso natural de sufrimiento y angustia a consecuencia del dolor y el tratamiento médico, como también al sometimiento regular a la medicina recuperativa. Sin embargo, existen circunstancias concomitantes, anteriores y posteriores, que interfieren, en cuanto a relación de causalidad directa entre el accidente y el dolor y lesiones sufridas, que este Tribunal no puede soslayar y dejar de considerar, al momento de establecer el grado de afección que relata el actor. En efecto, de lo que relatado por el actor, existe un primer accidente, 4 meses antes, en el mes de septiembre de 2007, en que el actor sufrió un accidente de trayecto, no imputable al empleador, que le produjo esguince en el dedo pulgar izquierdo, el cual según antecedentes médicos, incorporados, se diferencian, por sus secuelas y duración del segundo incidente, ocurrido en el mes de enero de 2008, ya que el primer episodio se le da el alta definitiva el 23.11.2007, pero a pesar de ello, claramente al lesionarse esta segunda vez, en la misma mano, la lesión anterior, puede afectar su recuperación de la lesión producto del accidente que se reclama. Por otro lado, dentro de la historia de la evolución de sus lesiones el informe médico acusa, con fecha 11.04.2008, se le diagnostica el Síndrome de Parsonage Turner, enfermedad común, fuera de cobertura, de carácter neurológico, la cual no puede ser atribuible al accidente laboral sufrido, ni menos a responsabilidad del empleador. Esta afección si bien el actor refiere tener antecedentes médicos que desvirtúan ese diagnóstico, ninguno se incorporó al juicio y claramente por su origen neurológico es de mayor complejidad. A mayor abundamiento, durante el proceso de recuperación y con fecha 14.11.2008, el actor nuevamente sufre otra caída, en el metro Franklin, como lo señala el mismo informe médico, cayendo y apoyando las manos, de lo cual estaba en proceso de recuperación, lo que le provocó además esguince en rodilla derecha. De lo anterior puede asentarse en el proceso la existencia del daño extrapatrimonial alegado, pero circunscrito a lo que puede estimarse como secuela del accidente que le produjo un 30% de pérdida de capacidad ganancia, todo lo cual, en los hechos, no le impide trabajar. El derecho impone al sentenciador, en este caso, la difícil tarea, de fijar una indemnización dineraria para compensar el sufrimiento, es decir aquello propio de la esfera de los bienes extramatrimoniales que constituyen una lesión de derechos de rango constitucional (integridad psíquica). Lo hace, a sabiendas de que se trata de bienes jurídicos cuya reparación a través del recurso de la compensación dineraria por equivalencia, es imposible, confiando en el juicio en equidad del juzgador que ha de formularse sin vulnerar dos mandatos inherentes al ordenamiento, como que constituyen principios ampliamente aceptados por la comunidad jurídica, a saber, la reparación integral del daño y la interdicción de enriquecimiento sin causa (que en otra formulación, se traduce en la prohibición de transformar este tipo de indemnizaciones en una fuente de lucro). Reconociendo las dificultades propias de la justivaloración destinada a paliar el dolor físico y psíquico, y considerando la complejidad del caso, determina este sentenciador la indemnización por este concepto en la suma de $ 3.000.000. SÉPTIMO: Que, los demás medios de prueba no alteran lo concluido. Conforme a lo razonado y lo preceptuado por los artículos 1, 3, 7, 9, 184, 66, 66 bis, 69 de la ley 16.744; DS 40, 184, 210, 420, 453, 454, 459 del Código del Trabajo se resuelve: I. Hacer lugar a la demanda sólo en cuanto se condena a la demandada a pagar al actor la suma de $ 3.000.000 por daño moral, derivado del accidente del trabajo, más reajustes de IPC e interés corriente a contar de la fecha de esta sentencia. II. No condenar en costas a la demandada por no haber sido totalmente vencida. RIT: O 1469 2010 RUC: 10 4 0027934 4 Proveyó don Iván Santibáñez Torres, Juez Suplente del Segundo Juzgado de Letras del Trabajo de Santiago. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

445

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Santiago, tres de julio de dos mil diez. Vistos, considerando y teniendo presente: PRIMERO: Demanda. Que, ha comparecido doña Alejandra Ofelia Reyes Carvallo, operaria, domiciliada para estos efectos en calle José Miguel de la Barra 430 Oficina 51, Santiago, quien deduce demanda en juicio del trabajo de aplicación general en contra de su empleador al momento de accidentarse, Invertec Natural Juice S.A., empresa procesadora de alimentos agrícolas, representada por Francisco Lathrop Velasco, ambos con domicilio en Av. Presidente Kennedy N° 5682, Vitacura. Señala que el día 12 de marzo de 2007, celebró contrato de trabajo con la empresa Invertec Natural Juice S.A. para trabajar como operaria de selección para la faena de jugo concentrado de pimentón temporada 2007. Su remuneración a la fecha del accidente de autos, ascendía a la cantidad de $ 200.000 líquidos mensuales. Con fecha 9 de mayo la demandada puso término a su contrato de trabajo. Agrega que el día del accidente del trabajo que sufrió, esto es, el 9 de abril de 2007, ingresó a trabajar al turno de mañana a las 08:00 horas. Al término del turno y como todos los días, siendo aproximadamente las 16:00 horas, se dirigió al sector de casilleros de empleados de la empresa, a fin de cambiarse de ropa y retirarse a su domicilio. Menciona que los casilleros se encontraban dispuestos unos sobre otros en corrida doble, quedando los de más arriba a una altura aproximada de dos metros desde el nivel del suelo. Es decir, había una hilera de casilleros que estaban a ras de piso, y sobre los mismos, otra hilera de casilleros en altura. Así las cosas, y habiéndosele asignado uno de los casilleros de la parte alta, cada vez que necesitaba sacar o poner algo dentro del mismo, con la finalidad de alcanzar la altura requerida, debía subirse sobre un piso metálico de aproximadamente 50 centímetros, que la empresa había dispuesto especialmente para esos efectos. Así las cosas, el día del accidente, se subió sobre el piso antes señalado, para proceder a guardar su uniforme en el casillero, sin embargo, y mientras se encontraba parada sobre el piso, éste se deslizó intempestivamente, cayendo la actora violentamente al suelo sobre el costado derecho de su cuerpo, golpeándose fuertemente la cabeza y resultando gravemente lesionada su mano derecha. Ante los gritos de dolor y desesperación, llegaron sus compañeros de trabajo a auxiliarla, procediendo a llevarla por instrucción de la jefatura a la enfermería de la planta donde trabajaba, siendo trasladada posteriormente a la Asociación Chilena de Seguridad de San Vicente de Tagua Tagua, donde se le diagnosticó una contusión lumbar y esguince de muñeca, otorgándole reposo laboral por un lapso de 3 días. Sin embargo, y debido a los fuertes dolores que seguía sintiendo en su mano, fue derivada a la AChS de la ciudad de Rancagua, donde luego de realizarle una serie de exámenes, se le infiltró la muñeca derecha y se le realizaron también una serie de intervenciones quirúrgicas consistentes en Artroscopía, cirugía de acortamiento cubital, e injerto óseo; luego de las cuales debió someterse a un largo y doloroso procedimiento de rehabilitación de casi dos años. Indica que la responsable del accidente es la demandada, ya que no tomó las medidas de prevención de riesgos ni medidas de seguridad mínimas, para evitar que sucediera el accidente. Además, nunca se le entregó por parte de la demandada copia del reglamento interno, y no contaba con procedimiento de trabajo seguro. En este sentido, el piso sobre el que estaba parada al momento de caerse, no contaba con topes de goma en sus patas, ni huinchas antideslizantes. No puede aceptar ni creer que nadie haya previsto el peligro existente al trabajar en esas condiciones, toda vez que tomar precauciones era obligación de la demandada. Por otra parte, al momento del accidente, no estaba presente ningún supervisor de seguridad ni experto en prevención de riesgos. Refiere que luego del accidente, fue finalmente atendida en el Hospital del Trabajador de la Asociación Chilena de Seguridad de la Ciudad de Rancagua, la que calificó este siniestro como un accidente del trabajo, otorgándole las prestaciones médicas de rigor y proporcionándole los subsidios por incapacidad laboral que franquea la ley Nº 16.744. En definitiva, sufrió una lesión grave en su mano derecha, que le dejó con dolores crónicos y un trastorno adaptativo severos, otorgándole la Comisión de Evalua-

446

I. SENTENCIA DEL JUZGADO DE LETRAS DEL TRABAJO

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol N°: O-879-2010 Cita online: CL/JUR/16255/2010

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol N°: O-879-2010 Cita online: CL/JUR/16255/2010

I. SENTENCIA DEL JUZGADO DE LETRAS DEL TRABAJO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Santiago, tres de julio de dos mil diez. Vistos, considerando y teniendo presente: PRIMERO: Demanda. Que, ha comparecido doña Alejandra Ofelia Reyes Carvallo, operaria, domiciliada para estos efectos en calle José Miguel de la Barra 430 Oficina 51, Santiago, quien deduce demanda en juicio del trabajo de aplicación general en contra de su empleador al momento de accidentarse, Invertec Natural Juice S.A., empresa procesadora de alimentos agrícolas, representada por Francisco Lathrop Velasco, ambos con domicilio en Av. Presidente Kennedy N° 5682, Vitacura. Señala que el día 12 de marzo de 2007, celebró contrato de trabajo con la empresa Invertec Natural Juice S.A. para trabajar como operaria de selección para la faena de jugo concentrado de pimentón temporada 2007. Su remuneración a la fecha del accidente de autos, ascendía a la cantidad de $ 200.000 líquidos mensuales. Con fecha 9 de mayo la demandada puso término a su contrato de trabajo. Agrega que el día del accidente del trabajo que sufrió, esto es, el 9 de abril de 2007, ingresó a trabajar al turno de mañana a las 08:00 horas. Al término del turno y como todos los días, siendo aproximadamente las 16:00 horas, se dirigió al sector de casilleros de empleados de la empresa, a fin de cambiarse de ropa y retirarse a su domicilio. Menciona que los casilleros se encontraban dispuestos unos sobre otros en corrida doble, quedando los de más arriba a una altura aproximada de dos metros desde el nivel del suelo. Es decir, había una hilera de casilleros que estaban a ras de piso, y sobre los mismos, otra hilera de casilleros en altura. Así las cosas, y habiéndosele asignado uno de los casilleros de la parte alta, cada vez que necesitaba sacar o poner algo dentro del mismo, con la finalidad de alcanzar la altura requerida, debía subirse sobre un piso metálico de aproximadamente 50 centímetros, que la empresa había dispuesto especialmente para esos efectos. Así las cosas, el día del accidente, se subió sobre el piso antes señalado, para proceder a guardar su uniforme en el casillero, sin embargo, y mientras se encontraba parada sobre el piso, éste se deslizó intempestivamente, cayendo la actora violentamente al suelo sobre el costado derecho de su cuerpo, golpeándose fuertemente la cabeza y resultando gravemente lesionada su mano derecha. Ante los gritos de dolor y desesperación, llegaron sus compañeros de trabajo a auxiliarla, procediendo a llevarla por instrucción de la jefatura a la enfermería de la planta donde trabajaba, siendo trasladada posteriormente a la Asociación Chilena de Seguridad de San Vicente de Tagua Tagua, donde se le diagnosticó una contusión lumbar y esguince de muñeca, otorgándole reposo laboral por un lapso de 3 días. Sin embargo, y debido a los fuertes dolores que seguía sintiendo en su mano, fue derivada a la AChS de la ciudad de Rancagua, donde luego de realizarle una serie de exámenes, se le infiltró la muñeca derecha y se le realizaron también una serie de intervenciones quirúrgicas consistentes en Artroscopía, cirugía de acortamiento cubital, e injerto óseo; luego de las cuales debió someterse a un largo y doloroso procedimiento de rehabilitación de casi dos años. Indica que la responsable del accidente es la demandada, ya que no tomó las medidas de prevención de riesgos ni medidas de seguridad mínimas, para evitar que sucediera el accidente. Además, nunca se le entregó por parte de la demandada copia del reglamento interno, y no contaba con procedimiento de trabajo seguro. En este sentido, el piso sobre el que estaba parada al momento de caerse, no contaba con topes de goma en sus patas, ni huinchas antideslizantes. No puede aceptar ni creer que nadie haya previsto el peligro existente al trabajar en esas condiciones, toda vez que tomar precauciones era obligación de la demandada. Por otra parte, al momento del accidente, no estaba presente ningún supervisor de seguridad ni experto en prevención de riesgos. Refiere que luego del accidente, fue finalmente atendida en el Hospital del Trabajador de la Asociación Chilena de Seguridad de la Ciudad de Rancagua, la que calificó este siniestro como un accidente del trabajo, otorgándole las prestaciones médicas de rigor y proporcionándole los subsidios por incapacidad laboral que franquea la ley Nº 16.744. En definitiva, sufrió una lesión grave en su mano derecha, que le dejó con dolores crónicos y un trastorno adaptativo severos, otorgándole la Comisión de Evalua-

446

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

447

ción de Incapacidad de la Mutual Chilena de Seguridad, un 15% de incapacidad laboral. Es así como, debido a las lesiones sufridas, tiene graves dificultades para efectuar las labores más simples, no puede efectuar ningún tipo de actividad que requiere fuerza o precisión con su mano derecha. Asimismo, tiene graves dificultades para realizar las labores del hogar, sintiendo fuertes dolores en su mano. A fin de cuentas, los daños referidos son permanentes ya que ha quedado con su mano derecha gravemente lesionada. Ha tenido que asistir a todas las terapias posibles de rehabilitación, y sin embargo, no ha podido recuperar la movilidad y fuerza de su mano. Menciona la actora que a la fecha tiene 48 años de edad, y con el producto de su trabajo mantenía a sus dos hijas de 20 y 17 años de edad respectivamente. Agrega que no sabe cómo lo hará para trabajar adecuadamente a futuro, pues perdió la capacidad de utilizar su mano derecha la que ni siquiera puede mover correctamente. Su oficio requiere tener ambas manos en perfectas condiciones para poder trabajar adecuadamente, ya que seleccionar mercadería, trasladándola de un lugar a otro, requiere de fuerza y precisión, características que ya no tiene debido a la lesión sufrida y pérdida de la funcionalidad y fuerza de su mano derecha. Para agravar aún más las cosas, menciona que es diestra. Refiere que el daño físico y psicológico que porta, la mantienen en con una fuerte angustia. Ya no puede realizar las actividades normales que estaba acostumbrada a realizar antes del accidente. Debido a los problemas psicológicos que le causó el accidente, y al trastorno adaptativo que éste le produjo, debió someterse además, a terapias psicológicas y psiquiátricas, tomar antidepresivos, pastillas para dormir, y ansiolíticos. Asimismo, y como causa directa del accidente de trabajo sufrido, ha tenido problemas familiares gravísimos, ya que su hija menor, al verse imposibilitada de poder estudiar debido a las extremas dificultades económicas que generó su incapacidad de poder trabajar, cayó en una fuerte depresión, intentando incluso quitarse la vida. En definitiva, el daño físico y psicológico la mantiene en una fuerte depresión, encontrándose en un largo tratamiento y habiéndose traspasado la angustia a su familia, la cual vive diariamente su deterioro porque no puede realizar las actividades normales a las que estaba acostumbrada hasta antes del accidente. Menos aún puede trabajar ni realizar labores u oficios ordinarios para el común de las personas, por lo que su capacidad laboral, física y emocional se encuentra absolutamente limitada, sintiéndose tremendamente inútil para su familia. Además, estas lesiones le han privado de las satisfacciones diversas de orden social, mundano y familiar que normalmente benefician a una mujer de su edad y condición. Este accidente, y el largo tratamiento médico, progresivamente le han significado la pérdida de todos los entretenimientos comunes y ordinarios de la vida, afectando incluso su salud mental. Menciona que en su caso, la demandada no tomó ninguna medida de protección, pues el accidente se debió a la falta total de normas y medidas básicas para prevenir la ocurrencia de accidentes. Su casillero se encontraba a una altura de dos metros, por lo que para sacar o guardar cosas en él, debía subirse en un piso, literalmente en equilibrio, sin contar con ningún implemento básico de seguridad que evitara una caída, y no teniendo el señalado piso, topes de goma o huinchas antideslizantes que evitaran que éste se moviera. Tampoco fue capacitada ni advertida del peligro que corría en el ejercicio de aquella actividad. Así, el accidente del trabajo descrito en esta presentación no habría ocurrido si el empleador hubiera tomado las medidas y dispuesto condiciones básicas que aseguraran a los trabajadores la no ocurrencia de accidentes, estableciendo medidas de seguridad y procedimientos de trabajo seguro. Agrega que la infracción del artículo 184 del Código del Trabajo en que incurrió la demandada, en este caso, da origen a su responsabilidad contractual, y siendo responsable de la culpa levísima, su obligación se resuelve en la de indemnizarle los daños provocados por su incumplimiento. De esta forma, la indemnización de perjuicios deberá cubrir el lucro cesante y el daño moral. Refiere que por concepto de lucro cesante entiende la diferencia entre la entidad de su patrimonio tal como estaba al momento de producirse el accidente laboral, y el que tendría por medio del aumento que no se ha realizado por causa directa de dicho accidente, y que sin él, ciertamente se hubiese obtenido o logrado. Es decir, equivale a colocarla en una situación análoga a la que existía con anterioridad a ocurrido el accidente. Por consiguiente, la indemnización por concepto de lucro cesante se encuentra representada por los emolumentos que dejará de percibir con ocasión de este accidente, proyectada por los años y meses de vida laboral que le restan entre esta fecha y el momento en que hubiere de cumplir

ción de Incapacidad de la Mutual Chilena de Seguridad, un 15% de incapacidad laboral. Es así como, debido a las lesiones sufridas, tiene graves dificultades para efectuar las labores más simples, no puede efectuar ningún tipo de actividad que requiere fuerza o precisión con su mano derecha. Asimismo, tiene graves dificultades para realizar las labores del hogar, sintiendo fuertes dolores en su mano. A fin de cuentas, los daños referidos son permanentes ya que ha quedado con su mano derecha gravemente lesionada. Ha tenido que asistir a todas las terapias posibles de rehabilitación, y sin embargo, no ha podido recuperar la movilidad y fuerza de su mano. Menciona la actora que a la fecha tiene 48 años de edad, y con el producto de su trabajo mantenía a sus dos hijas de 20 y 17 años de edad respectivamente. Agrega que no sabe cómo lo hará para trabajar adecuadamente a futuro, pues perdió la capacidad de utilizar su mano derecha la que ni siquiera puede mover correctamente. Su oficio requiere tener ambas manos en perfectas condiciones para poder trabajar adecuadamente, ya que seleccionar mercadería, trasladándola de un lugar a otro, requiere de fuerza y precisión, características que ya no tiene debido a la lesión sufrida y pérdida de la funcionalidad y fuerza de su mano derecha. Para agravar aún más las cosas, menciona que es diestra. Refiere que el daño físico y psicológico que porta, la mantienen en con una fuerte angustia. Ya no puede realizar las actividades normales que estaba acostumbrada a realizar antes del accidente. Debido a los problemas psicológicos que le causó el accidente, y al trastorno adaptativo que éste le produjo, debió someterse además, a terapias psicológicas y psiquiátricas, tomar antidepresivos, pastillas para dormir, y ansiolíticos. Asimismo, y como causa directa del accidente de trabajo sufrido, ha tenido problemas familiares gravísimos, ya que su hija menor, al verse imposibilitada de poder estudiar debido a las extremas dificultades económicas que generó su incapacidad de poder trabajar, cayó en una fuerte depresión, intentando incluso quitarse la vida. En definitiva, el daño físico y psicológico la mantiene en una fuerte depresión, encontrándose en un largo tratamiento y habiéndose traspasado la angustia a su familia, la cual vive diariamente su deterioro porque no puede realizar las actividades normales a las que estaba acostumbrada hasta antes del accidente. Menos aún puede trabajar ni realizar labores u oficios ordinarios para el común de las personas, por lo que su capacidad laboral, física y emocional se encuentra absolutamente limitada, sintiéndose tremendamente inútil para su familia. Además, estas lesiones le han privado de las satisfacciones diversas de orden social, mundano y familiar que normalmente benefician a una mujer de su edad y condición. Este accidente, y el largo tratamiento médico, progresivamente le han significado la pérdida de todos los entretenimientos comunes y ordinarios de la vida, afectando incluso su salud mental. Menciona que en su caso, la demandada no tomó ninguna medida de protección, pues el accidente se debió a la falta total de normas y medidas básicas para prevenir la ocurrencia de accidentes. Su casillero se encontraba a una altura de dos metros, por lo que para sacar o guardar cosas en él, debía subirse en un piso, literalmente en equilibrio, sin contar con ningún implemento básico de seguridad que evitara una caída, y no teniendo el señalado piso, topes de goma o huinchas antideslizantes que evitaran que éste se moviera. Tampoco fue capacitada ni advertida del peligro que corría en el ejercicio de aquella actividad. Así, el accidente del trabajo descrito en esta presentación no habría ocurrido si el empleador hubiera tomado las medidas y dispuesto condiciones básicas que aseguraran a los trabajadores la no ocurrencia de accidentes, estableciendo medidas de seguridad y procedimientos de trabajo seguro. Agrega que la infracción del artículo 184 del Código del Trabajo en que incurrió la demandada, en este caso, da origen a su responsabilidad contractual, y siendo responsable de la culpa levísima, su obligación se resuelve en la de indemnizarle los daños provocados por su incumplimiento. De esta forma, la indemnización de perjuicios deberá cubrir el lucro cesante y el daño moral. Refiere que por concepto de lucro cesante entiende la diferencia entre la entidad de su patrimonio tal como estaba al momento de producirse el accidente laboral, y el que tendría por medio del aumento que no se ha realizado por causa directa de dicho accidente, y que sin él, ciertamente se hubiese obtenido o logrado. Es decir, equivale a colocarla en una situación análoga a la que existía con anterioridad a ocurrido el accidente. Por consiguiente, la indemnización por concepto de lucro cesante se encuentra representada por los emolumentos que dejará de percibir con ocasión de este accidente, proyectada por los años y meses de vida laboral que le restan entre esta fecha y el momento en que hubiere de cumplir ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

447

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

60 años de edad, fecha de previsible jubilación por vejez. En este sentido, el lucro cesante consiste en un daño futuro, donde para su determinación cabe analizar en qué medida los efectos del ilícito, impiden a la víctima percibir un provecho o beneficio económico que razonablemente habría obtenido de no haber mediado la infracción legal, de manera que atendiendo la edad, remuneración, labores desarrolladas por el suscrito al momento del accidente, corresponde proyectar las consecuencias de la incapacidad sufrida por un período que resulte coherente con lo normal y previsible. Teniendo presente lo precedentemente expuesto y el hecho de que el monto de la remuneración que ganaba estando en actividad, ascendía a $ 200.000 mensuales y que tiene una incapacidad laboral del 15%, demanda por concepto de lucro cesante la suma $ 4.320.000 (cuatro millones trescientos veinte mil pesos), la que se obtiene de multiplicar la renta mensual de $ 200.000 por 12 (para obtener la remuneración anual) y luego por 12 (años que van desde esta fecha hasta la fecha en que cumple 60 años de edad), y finalmente se aplica un factor de incapacidad de un 15%. En subsidio de todo lo anterior, demanda por este concepto, la suma mayor o menor que el tribunal sirva fijar en justicia y equidad, de acuerdo al mérito de autos. Con relación al daño moral, indica que su procedencia presupone ese interés de parte de quien lo experimenta o sufre, surgiendo la obligación de indemnizarlo, en el caso de autos, por parte de la demandada. Por ende, se produce daño moral con toda lesión, menoscabo, detrimento, molestia o perturbación a un simple interés del que sea titular una persona, como lo es la diferencia perjudicial para la actora, entre su condición antes de sufrir el siniestro, encontrándose sana física y psicológicamente, y la condición en que ha quedado con posterioridad al mismo. Por consiguiente, demanda por concepto de daño moral la cantidad de $ 30.000.000 (treinta millones de pesos). En subsidio, demanda por este concepto, la suma mayor o menor que el tribunal sirva fijar, de acuerdo a la equidad, justicia y al mérito del proceso. SEGUNDO: Contestación de la demanda. Que la demandada contestó la demanda dentro del plazo legal, solicitando su total rechazo con expresa condena en costas, fundado en los antecedentes de hecho y de derecho que pasa a exponer. Indica que rechaza en forma categórica todos y cada uno de los hechos planteados por la demandante, salvo aquellos que sean expresa y formalmente reconocidos y aceptados en la contestación. De igual modo, se niega la supuesta responsabilidad que se imputa a Invertec Natural Juice S.A. en el accidente laboral que motiva la demanda. Menciona que la demanda contiene una serie de afirmaciones que no son efectivas, por lo que para el adecuado conocimiento de los hechos del juicio y su resolución, resulta indispensable formular ciertas precisiones. Refiere que es esencial tener en consideración que el accidente que motiva la demanda es de carácter laboral, en los términos del artículo 5° de la ley N° 16.744, ya que esta disposición considera como accidente del trabajo toda lesión que una persona sufra a causa o con ocasión del trabajo”. Sin embargo, como consta de la propia relación de hechos del la demanda, la Sra. Reyes sufrió una caída en el sector de vestidores, luego de haber concluido su turno de trabajo y mientras se disponía a retirarse de la Planta. La actora afirma haberse caído desde un piso o banquillo en el cual estaba parada. Por consiguiente, la actora no sufrió el accidente mientras ejecutaba las funciones para las cuales fue contratada, como operaria en la línea de selección de pimentones. Agrega que acepta expresamente la fecha de celebración del contrato de trabajo y la naturaleza de los servicios contratados que indica la Sra. Reyes. Cabe precisar que la duración del contrato estaba supeditada a la duración de la faena para la cual fue contratada la actora, de modo que se trató de un contrato esencialmente de temporada, de duración eminentemente transitoria. Así por lo demás lo reconoce la demandante, cuando señala que fue contratada para “la faena de jugo concentrado de pimentón temporada 2007.” Sobre la remuneración acordada, se rechaza en forma categórica lo expresado por la actora, pues no se pactó una remuneración de $ 200,000 liquidas mensuales. La remuneración pactada fue “un sueldo base mensual de $ 140.000 (ciento cuarenta mil pesos) más una gratificación, la que será pagada de acuerdo a la modalidad del Artículo 50 del Código del Trabajo, esto es el 25% de la remuneración devengada por el trabajador con un tope de 4,75 ingresos mínimos mensuales. En cuanto al término de la relación laboral, cabe hacer presente que el contrato de trabajo que vinculó a la actora con la demandada Invertec Natural Juice S,A., terminó mediante finiquito firmado el 5 de junio de 2007, precisamente por el término de la faena para la cual ella fue contratada. En consecuencia, la Sra. Reyes imputa a la empresa, a quien otorgó el más amplio y completo finiquito y respecto

448

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

60 años de edad, fecha de previsible jubilación por vejez. En este sentido, el lucro cesante consiste en un daño futuro, donde para su determinación cabe analizar en qué medida los efectos del ilícito, impiden a la víctima percibir un provecho o beneficio económico que razonablemente habría obtenido de no haber mediado la infracción legal, de manera que atendiendo la edad, remuneración, labores desarrolladas por el suscrito al momento del accidente, corresponde proyectar las consecuencias de la incapacidad sufrida por un período que resulte coherente con lo normal y previsible. Teniendo presente lo precedentemente expuesto y el hecho de que el monto de la remuneración que ganaba estando en actividad, ascendía a $ 200.000 mensuales y que tiene una incapacidad laboral del 15%, demanda por concepto de lucro cesante la suma $ 4.320.000 (cuatro millones trescientos veinte mil pesos), la que se obtiene de multiplicar la renta mensual de $ 200.000 por 12 (para obtener la remuneración anual) y luego por 12 (años que van desde esta fecha hasta la fecha en que cumple 60 años de edad), y finalmente se aplica un factor de incapacidad de un 15%. En subsidio de todo lo anterior, demanda por este concepto, la suma mayor o menor que el tribunal sirva fijar en justicia y equidad, de acuerdo al mérito de autos. Con relación al daño moral, indica que su procedencia presupone ese interés de parte de quien lo experimenta o sufre, surgiendo la obligación de indemnizarlo, en el caso de autos, por parte de la demandada. Por ende, se produce daño moral con toda lesión, menoscabo, detrimento, molestia o perturbación a un simple interés del que sea titular una persona, como lo es la diferencia perjudicial para la actora, entre su condición antes de sufrir el siniestro, encontrándose sana física y psicológicamente, y la condición en que ha quedado con posterioridad al mismo. Por consiguiente, demanda por concepto de daño moral la cantidad de $ 30.000.000 (treinta millones de pesos). En subsidio, demanda por este concepto, la suma mayor o menor que el tribunal sirva fijar, de acuerdo a la equidad, justicia y al mérito del proceso. SEGUNDO: Contestación de la demanda. Que la demandada contestó la demanda dentro del plazo legal, solicitando su total rechazo con expresa condena en costas, fundado en los antecedentes de hecho y de derecho que pasa a exponer. Indica que rechaza en forma categórica todos y cada uno de los hechos planteados por la demandante, salvo aquellos que sean expresa y formalmente reconocidos y aceptados en la contestación. De igual modo, se niega la supuesta responsabilidad que se imputa a Invertec Natural Juice S.A. en el accidente laboral que motiva la demanda. Menciona que la demanda contiene una serie de afirmaciones que no son efectivas, por lo que para el adecuado conocimiento de los hechos del juicio y su resolución, resulta indispensable formular ciertas precisiones. Refiere que es esencial tener en consideración que el accidente que motiva la demanda es de carácter laboral, en los términos del artículo 5° de la ley N° 16.744, ya que esta disposición considera como accidente del trabajo toda lesión que una persona sufra a causa o con ocasión del trabajo”. Sin embargo, como consta de la propia relación de hechos del la demanda, la Sra. Reyes sufrió una caída en el sector de vestidores, luego de haber concluido su turno de trabajo y mientras se disponía a retirarse de la Planta. La actora afirma haberse caído desde un piso o banquillo en el cual estaba parada. Por consiguiente, la actora no sufrió el accidente mientras ejecutaba las funciones para las cuales fue contratada, como operaria en la línea de selección de pimentones. Agrega que acepta expresamente la fecha de celebración del contrato de trabajo y la naturaleza de los servicios contratados que indica la Sra. Reyes. Cabe precisar que la duración del contrato estaba supeditada a la duración de la faena para la cual fue contratada la actora, de modo que se trató de un contrato esencialmente de temporada, de duración eminentemente transitoria. Así por lo demás lo reconoce la demandante, cuando señala que fue contratada para “la faena de jugo concentrado de pimentón temporada 2007.” Sobre la remuneración acordada, se rechaza en forma categórica lo expresado por la actora, pues no se pactó una remuneración de $ 200,000 liquidas mensuales. La remuneración pactada fue “un sueldo base mensual de $ 140.000 (ciento cuarenta mil pesos) más una gratificación, la que será pagada de acuerdo a la modalidad del Artículo 50 del Código del Trabajo, esto es el 25% de la remuneración devengada por el trabajador con un tope de 4,75 ingresos mínimos mensuales. En cuanto al término de la relación laboral, cabe hacer presente que el contrato de trabajo que vinculó a la actora con la demandada Invertec Natural Juice S,A., terminó mediante finiquito firmado el 5 de junio de 2007, precisamente por el término de la faena para la cual ella fue contratada. En consecuencia, la Sra. Reyes imputa a la empresa, a quien otorgó el más amplio y completo finiquito y respecto

448

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

449

de la cual declaró no tener ningún reclamo que formularle, responsabilidad en un accidente ocurrido el 9 de abril de 2007, hace más de tres años. Sobre el accidente del trabajo, menciona que la Sra. Reyes ingresó al turno de noche el 9 de abril de 2007, que se iniciaba a las 00.00 horas AM, y desempeñó sus funciones sin ningún inconveniente hasta finalizar el turno. Una vez terminado su turno, esto es, a las 08:00 AM del 9 de mayo de 2007, la actora se dirigió al sector de vestidores o casilleros, que la empresa dispuso para sus trabajadores, donde existían casilleros o lockers, baños y duchas. Agrega que los casilleros tenían una altura aproximada de 90 centímetros, de modo que la altura desde el piso hasta el extremo superior del segundo casillero, alcanzaba aproximadamente 1,80 metros. Sin embargo, el seguro que permite colocar candado, por ejemplo del casillero está en su parte media. En consecuencia, el segundo casillero estaba dispuesto de manera tal que permitía ser utilizado normalmente, salvo que se pretendiera, por ejemplo, alcanzar un objeto situado en el techo del casillero. Se reconoce que la Sra. Reyes ocupaba un casillero ubicado en la segunda hilera. Asimismo, reconoce que con la finalidad de facilitar las actividades de los empleados, se dispuso de varios banquillos o pisos, que permitían sentarse o subirse en ellos. Se rechaza, sin embargo, que el piso tuviera una altura de medio metro. Ello no es efectivo. Cabe precisar que cada banquillo o piso tenía una altura aproximada de 37 a 40 centímetros y una base de 40 x 40 centímetros, su estructura es de fierro, con cuatro patas con topes de goma, unidas entre sí por dos perfiles y su base superior de madera, gruesa. La demandada rechaza expresamente que la Sra. Reyes haya sufrido la caída debido a que el banquillo o piso se hubiese deslizado o volteado, dadas las características y dimensiones de este último y del mismo suelo, ello resulta imposible. La actora reconoce expresamente que estaba de pie sobre el piso y sufrió la caída. En tal sentido, la única causa de la caída apunta a que la actora perdió el equilibrio o estabilidad, al estar de pie sobre el banquillo, pero por causa no imputable a la empresa, ya que el banquillo no se pudo deslizar ni voltear, por sus dimensiones y topes de goma en sus patas. Además, reconoce expresamente que una vez que la Sra. Reyes sufrió la caída, fue atendida en forma inmediata en la Sala de Primeros Auxilios de que dispone la Planta de la empresa, a cargo de un auxiliar paramédico, que estaba presente al momento del accidente. La actora reconoce también que su jefatura estaba presente al momento del accidente. Cabe indicar que este ocurrió aproximadamente a las 08:15 horas, de modo que recién habla finalizado el turno de noche 00:00 horas a 08:00 horas, el cual cumplió sin problemas la actora, y recién ingresaba el personal del turno de mañana 08:00 horas a 16:00 horas Asimismo, reconoce que la Sra. Reyes fue derivada a la Asociación Chilena de Seguridad de San Vicente de Tagua Tagua, mutual a la que está afiliada la demandada. Por último, también reconoce que a la actora le fue otorgado reposo laboral por tres días, reintegrándose a sus actividades el 11 de abril de 2007. Todo ello no es sino la demostración empírica que la actora fue auxiliada en forma inmediata y luego derivada al organismo administrador, en este caso la Asociación Chilena de Seguridad, el cual brindó las atenciones de salud requeridas y ordenó que la actora se reintegrara a su labores. Es relevante señalar que la Sra. Reyes, una vez reintegrada el 11 de abril de 2007, trabajó hasta el final de la temporada sin ningún inconveniente. La demandada además, niega las afirmaciones relativas a supuestos diagnósticos y procedimientos, intervenciones y rehabilitación. Asimismo, para el evento de ser efectivos, niega que ellos estén relacionados con el accidente laboral que motiva la demanda y/o sean consecuencia de aquél, pues la actora se reintegró a sus labores hasta el término de la temporada, luego del reposo laboral que le fue otorgado entre el 9 y 11 de abril de 2007. Niega además, que a consecuencia del accidente de 9 de abril de 2007 la Sra. Reyes haya sufrido lesiones que la hayan dejado incapacitada en forma permanente para desarrollar una actividad remunerada o lucrativa. Se rechaza la imputación de la actora que señala que la demandada no tomó las medidas de prevención de riesgos ni medidas de seguridad mínimas, para evitar que sucediera el accidente, y que nunca se le entregó por parte de la demandada copia del reglamento interno, y no contaba con procedimiento de trabajo seguro. Además, niega que el piso sobre el que estaba parada al momento de caerse, no contaba con topes de goma en sus patas, ni huinchas antideslizantes, sino que contaba con las características y dimensiones que permitían su uso seguro. Menciona que la imputación acerca de un supuesto peligro en las condiciones de trabajo, debe ser tomada en su justa medida, pues la actora sufrió una caída en el sector de casilleros o vestidores de la planta, luego de haber desarrollado sus labores sin inconvenientes durante el turno que le co-

de la cual declaró no tener ningún reclamo que formularle, responsabilidad en un accidente ocurrido el 9 de abril de 2007, hace más de tres años. Sobre el accidente del trabajo, menciona que la Sra. Reyes ingresó al turno de noche el 9 de abril de 2007, que se iniciaba a las 00.00 horas AM, y desempeñó sus funciones sin ningún inconveniente hasta finalizar el turno. Una vez terminado su turno, esto es, a las 08:00 AM del 9 de mayo de 2007, la actora se dirigió al sector de vestidores o casilleros, que la empresa dispuso para sus trabajadores, donde existían casilleros o lockers, baños y duchas. Agrega que los casilleros tenían una altura aproximada de 90 centímetros, de modo que la altura desde el piso hasta el extremo superior del segundo casillero, alcanzaba aproximadamente 1,80 metros. Sin embargo, el seguro que permite colocar candado, por ejemplo del casillero está en su parte media. En consecuencia, el segundo casillero estaba dispuesto de manera tal que permitía ser utilizado normalmente, salvo que se pretendiera, por ejemplo, alcanzar un objeto situado en el techo del casillero. Se reconoce que la Sra. Reyes ocupaba un casillero ubicado en la segunda hilera. Asimismo, reconoce que con la finalidad de facilitar las actividades de los empleados, se dispuso de varios banquillos o pisos, que permitían sentarse o subirse en ellos. Se rechaza, sin embargo, que el piso tuviera una altura de medio metro. Ello no es efectivo. Cabe precisar que cada banquillo o piso tenía una altura aproximada de 37 a 40 centímetros y una base de 40 x 40 centímetros, su estructura es de fierro, con cuatro patas con topes de goma, unidas entre sí por dos perfiles y su base superior de madera, gruesa. La demandada rechaza expresamente que la Sra. Reyes haya sufrido la caída debido a que el banquillo o piso se hubiese deslizado o volteado, dadas las características y dimensiones de este último y del mismo suelo, ello resulta imposible. La actora reconoce expresamente que estaba de pie sobre el piso y sufrió la caída. En tal sentido, la única causa de la caída apunta a que la actora perdió el equilibrio o estabilidad, al estar de pie sobre el banquillo, pero por causa no imputable a la empresa, ya que el banquillo no se pudo deslizar ni voltear, por sus dimensiones y topes de goma en sus patas. Además, reconoce expresamente que una vez que la Sra. Reyes sufrió la caída, fue atendida en forma inmediata en la Sala de Primeros Auxilios de que dispone la Planta de la empresa, a cargo de un auxiliar paramédico, que estaba presente al momento del accidente. La actora reconoce también que su jefatura estaba presente al momento del accidente. Cabe indicar que este ocurrió aproximadamente a las 08:15 horas, de modo que recién habla finalizado el turno de noche 00:00 horas a 08:00 horas, el cual cumplió sin problemas la actora, y recién ingresaba el personal del turno de mañana 08:00 horas a 16:00 horas Asimismo, reconoce que la Sra. Reyes fue derivada a la Asociación Chilena de Seguridad de San Vicente de Tagua Tagua, mutual a la que está afiliada la demandada. Por último, también reconoce que a la actora le fue otorgado reposo laboral por tres días, reintegrándose a sus actividades el 11 de abril de 2007. Todo ello no es sino la demostración empírica que la actora fue auxiliada en forma inmediata y luego derivada al organismo administrador, en este caso la Asociación Chilena de Seguridad, el cual brindó las atenciones de salud requeridas y ordenó que la actora se reintegrara a su labores. Es relevante señalar que la Sra. Reyes, una vez reintegrada el 11 de abril de 2007, trabajó hasta el final de la temporada sin ningún inconveniente. La demandada además, niega las afirmaciones relativas a supuestos diagnósticos y procedimientos, intervenciones y rehabilitación. Asimismo, para el evento de ser efectivos, niega que ellos estén relacionados con el accidente laboral que motiva la demanda y/o sean consecuencia de aquél, pues la actora se reintegró a sus labores hasta el término de la temporada, luego del reposo laboral que le fue otorgado entre el 9 y 11 de abril de 2007. Niega además, que a consecuencia del accidente de 9 de abril de 2007 la Sra. Reyes haya sufrido lesiones que la hayan dejado incapacitada en forma permanente para desarrollar una actividad remunerada o lucrativa. Se rechaza la imputación de la actora que señala que la demandada no tomó las medidas de prevención de riesgos ni medidas de seguridad mínimas, para evitar que sucediera el accidente, y que nunca se le entregó por parte de la demandada copia del reglamento interno, y no contaba con procedimiento de trabajo seguro. Además, niega que el piso sobre el que estaba parada al momento de caerse, no contaba con topes de goma en sus patas, ni huinchas antideslizantes, sino que contaba con las características y dimensiones que permitían su uso seguro. Menciona que la imputación acerca de un supuesto peligro en las condiciones de trabajo, debe ser tomada en su justa medida, pues la actora sufrió una caída en el sector de casilleros o vestidores de la planta, luego de haber desarrollado sus labores sin inconvenientes durante el turno que le coACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

449

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

rrespondía cumplir y mientras se preparaba para retirarse. Sin embargo, atendido lo afirmado por la actora, se rechazan sus afirmaciones e imputaciones, ya que la empresa proveyó a la Sra. Reyes un lugar en condiciones aptas y seguras para trabajar y, asimismo, proveyó un área o sector apropiado desde el punto de vista de la higiene y seguridad, para que el personal pudiera dejar sus pertenencias y se cambiara de ropa y se aseara, con baños y duchas en óptimas condiciones. Asimismo, rechaza las imputaciones en cuanto a la ausencia de supervisor de seguridad y prevención de riesgos, ya que para efectos de los hechos relevantes del juicio, lo que interesa saber es si el área de vestidores, casilleros, baños y duchas era adecuada y cumplía su propósito y la normativa aplicable. Indica que hay un Jefe de Servicios Generales, quien tiene a su cargo las áreas de aseo y baños de la Planta, con un grupo de empleados permanente cuya función es mantener el aseo e higiene en áreas como los vestidores y baños, tanto de mujeres como de hombres. Además, cuenta con Prevencionista de Riesgos y jefes o superiores a cargo del personal durante los turnos de trabajo. También la empresa cuenta con Reglamento Interno de Higiene y Seguridad. De igual modo, existe una Sala de Primeros Auxilios con un Paramédico a cargo, pendientes de brindar las atenciones primarias en caso de necesidad, como aconteció en este caso. En definitiva, niega en forma total y absoluta la responsabilidad que se imputa a Invertec Natural Juice S.A., en la ocurrencia de la caída que motiva la demanda, de modo que no le son imputables sus supuestas consecuencias, reclamadas casi tres años después de ocurrido el accidente y finiquitado el contrato de trabajo respectivo. Además, la demandada deduce excepción de finiquito, pues con fecha 5 de junio de 2007 la actora suscribió finiquito de contrato de trabajo ante la Inspección Comunal del Trabajo de Rengo, declarando que no tenía ningún reclamo que formular en contra de Invertec Natural Juice S,A. La causal legal de término del contrato aplicada fue la prevista en el artículo 159 N° 5 del Código del Trabajo, esto es, conclusión del trabajo o servicio que dio origen al contrato”. Cabe reiterar que la actora sufrió la caída que motiva su demanda el 9 de abril de 2007, fue atendida por la Asociación Chilena de Seguridad y se le otorgó reposo laboral por tres días, reintegrándose a sus labores hasta el término de la temporada, desempeñándose sin inconvenientes. Ahora bien, casi tres años después de ocurrida la caída en cuestión la Sra. Reyes interpone la presente demanda exigiendo indemnización por supuestos perjuicios que ella afirma serían consecuencia del accidente de 9 de abril de 2007, lo que deberá acreditar legalmente. Por consiguiente, la empresa no puede ser responsabilizada por un hecho ocurrido el 9 de abril de 2007 si la actora fue tratada médicamente y reintegrada a sus funciones, y luego ella misma le otorgó a su empleadora el más amplio y total finiquito, en forma libre y espontánea, mediante documento firmado ante la Inspección Comunal del Trabajo de Rengo. Según lo expuesto la acción indemnizatoria debe ser rechazada, con expresa condena en costas. En subsidio, aduce, para el evento que no sea acogida la excepción de finiquito, la ausencia de responsabilidad de la empresa, pues ella ha dado cabal cumplimiento a todas las normas legales y reglamentarias sobre prevención de riesgos, higiene y seguridad, tanto respecto de las faenas para las cuales fue contratada la actora, corno aquellas relativas al área de vestidores, lugar donde tuvo lugar la caída. Se ha demandado a la empresa en su calidad de ex empleadora de doña Alejandra Ofelia Reyes Carvallo, fundado, en síntesis, en el supuesto incumplimiento de normas sobre protección, seguridad e higiene. La actora invoca el supuesto incumplimiento al artículo 184 del Código del Trabajo y alude también a diversos tratados internacionales y a los artículos 66, 67 y 68 de la ley N° 16.744. Sin embargo, como se ha dicho, no existe ningún reproche que formular a la empresa en relación a la caída sufrida por la actora, pues ésta no obedece a ningún incumplimiento normativo sobre medidas de prevención de riesgos, seguridad o higiene. El adecuado análisis de los antecedentes del caso, llevarán a la inequívoca conclusión que la causa de la caída no puede ser imputada a la empresa, sino única y exclusivamente a la Sra. Reyes o, en subsidio, que se debió a un caso fortuito. Así, estamos ante un accidente del trabajo en los términos del artículo 5 de la ley N° 16.744, pero no ocurrió durante la ejecución de las tareas o labores asignadas a la actora. La eventual responsabilidad en la ocurrencia de un accidente laboral es de naturaleza contractual, pero el empleador no es ni puede ser obligado a responder de todo accidente laboral que acontezca, porque no se trata de una responsabilidad objetiva. De esta manera, Invertec Natural Juice S.A. no ha incumplido ninguna obligación legal ni reglamentaria en lo que respecta a las medidas de prevención de riesgos, seguridad e higiene que le eran exigibles respecto de su ex depen-

450

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

rrespondía cumplir y mientras se preparaba para retirarse. Sin embargo, atendido lo afirmado por la actora, se rechazan sus afirmaciones e imputaciones, ya que la empresa proveyó a la Sra. Reyes un lugar en condiciones aptas y seguras para trabajar y, asimismo, proveyó un área o sector apropiado desde el punto de vista de la higiene y seguridad, para que el personal pudiera dejar sus pertenencias y se cambiara de ropa y se aseara, con baños y duchas en óptimas condiciones. Asimismo, rechaza las imputaciones en cuanto a la ausencia de supervisor de seguridad y prevención de riesgos, ya que para efectos de los hechos relevantes del juicio, lo que interesa saber es si el área de vestidores, casilleros, baños y duchas era adecuada y cumplía su propósito y la normativa aplicable. Indica que hay un Jefe de Servicios Generales, quien tiene a su cargo las áreas de aseo y baños de la Planta, con un grupo de empleados permanente cuya función es mantener el aseo e higiene en áreas como los vestidores y baños, tanto de mujeres como de hombres. Además, cuenta con Prevencionista de Riesgos y jefes o superiores a cargo del personal durante los turnos de trabajo. También la empresa cuenta con Reglamento Interno de Higiene y Seguridad. De igual modo, existe una Sala de Primeros Auxilios con un Paramédico a cargo, pendientes de brindar las atenciones primarias en caso de necesidad, como aconteció en este caso. En definitiva, niega en forma total y absoluta la responsabilidad que se imputa a Invertec Natural Juice S.A., en la ocurrencia de la caída que motiva la demanda, de modo que no le son imputables sus supuestas consecuencias, reclamadas casi tres años después de ocurrido el accidente y finiquitado el contrato de trabajo respectivo. Además, la demandada deduce excepción de finiquito, pues con fecha 5 de junio de 2007 la actora suscribió finiquito de contrato de trabajo ante la Inspección Comunal del Trabajo de Rengo, declarando que no tenía ningún reclamo que formular en contra de Invertec Natural Juice S,A. La causal legal de término del contrato aplicada fue la prevista en el artículo 159 N° 5 del Código del Trabajo, esto es, conclusión del trabajo o servicio que dio origen al contrato”. Cabe reiterar que la actora sufrió la caída que motiva su demanda el 9 de abril de 2007, fue atendida por la Asociación Chilena de Seguridad y se le otorgó reposo laboral por tres días, reintegrándose a sus labores hasta el término de la temporada, desempeñándose sin inconvenientes. Ahora bien, casi tres años después de ocurrida la caída en cuestión la Sra. Reyes interpone la presente demanda exigiendo indemnización por supuestos perjuicios que ella afirma serían consecuencia del accidente de 9 de abril de 2007, lo que deberá acreditar legalmente. Por consiguiente, la empresa no puede ser responsabilizada por un hecho ocurrido el 9 de abril de 2007 si la actora fue tratada médicamente y reintegrada a sus funciones, y luego ella misma le otorgó a su empleadora el más amplio y total finiquito, en forma libre y espontánea, mediante documento firmado ante la Inspección Comunal del Trabajo de Rengo. Según lo expuesto la acción indemnizatoria debe ser rechazada, con expresa condena en costas. En subsidio, aduce, para el evento que no sea acogida la excepción de finiquito, la ausencia de responsabilidad de la empresa, pues ella ha dado cabal cumplimiento a todas las normas legales y reglamentarias sobre prevención de riesgos, higiene y seguridad, tanto respecto de las faenas para las cuales fue contratada la actora, corno aquellas relativas al área de vestidores, lugar donde tuvo lugar la caída. Se ha demandado a la empresa en su calidad de ex empleadora de doña Alejandra Ofelia Reyes Carvallo, fundado, en síntesis, en el supuesto incumplimiento de normas sobre protección, seguridad e higiene. La actora invoca el supuesto incumplimiento al artículo 184 del Código del Trabajo y alude también a diversos tratados internacionales y a los artículos 66, 67 y 68 de la ley N° 16.744. Sin embargo, como se ha dicho, no existe ningún reproche que formular a la empresa en relación a la caída sufrida por la actora, pues ésta no obedece a ningún incumplimiento normativo sobre medidas de prevención de riesgos, seguridad o higiene. El adecuado análisis de los antecedentes del caso, llevarán a la inequívoca conclusión que la causa de la caída no puede ser imputada a la empresa, sino única y exclusivamente a la Sra. Reyes o, en subsidio, que se debió a un caso fortuito. Así, estamos ante un accidente del trabajo en los términos del artículo 5 de la ley N° 16.744, pero no ocurrió durante la ejecución de las tareas o labores asignadas a la actora. La eventual responsabilidad en la ocurrencia de un accidente laboral es de naturaleza contractual, pero el empleador no es ni puede ser obligado a responder de todo accidente laboral que acontezca, porque no se trata de una responsabilidad objetiva. De esta manera, Invertec Natural Juice S.A. no ha incumplido ninguna obligación legal ni reglamentaria en lo que respecta a las medidas de prevención de riesgos, seguridad e higiene que le eran exigibles respecto de su ex depen-

450

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

451

diente, Sra, Reyes. En este caso se adoptaron todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de la actora, tanto mientras desempeñaba las funciones para las cuales fue contratada, como durante su permanencia en las instalaciones de la Planta, en particular, en el sector de vestidores y baños. La actora fue informada sobre los riesgos inherentes a su actividad y contaba con la indumentaria de trabajo necesaria para cumplir con su función de operaria. Además, se puso a su disposición un área de vestidores, baños y duchas que cumplía con las exigencias y condiciones adecuadas en materia de higiene y seguridad. La demandante también recibió el respectivo Reglamento Interno de Orden, Higiene y Seguridad y contaba con supervisión durante sus faenas. Por último, la empresa cumplió con todos los deberes sobre pago de remuneraciones y cotizaciones de salud y previsión social, respecto de la Sra. Reyes, quien al firmar y otorgar el respectivo finiquito total y completo, el 5 de junio de 2007, declaró no tener ningún reclamo que formular en contra de la empresa. En suma, todas las normas legales y reglamentarias laborales y de seguridad social, sobre higiene y seguridad a que alude la actora, fueron debidamente cumplidas por Invertec Natural Juice S.A., de modo que no se configura ninguna acción u omisión de su parte. Sin acción u omisión no se configura la culpa y sin esta última se rompe la relación de causalidad. No existiendo incumplimiento normativo ni culpa, la obligación de indemnizar los supuestos perjuicios reclamados carece de fundamento legal, no pudiendo ser acogida la demanda. En otro orden de ideas, el análisis sobre la eventual responsabilidad involucrada en un accidente laboral no puede ser efectuado en abstracto sino que debe ser concreto. En este caso la Sra. Reyes no sufrió la caída cumpliendo con sus labores como operaria. Ahora bien, las características y medidas del banquillo o piso ya mencionado tornan imposible que éste se haya volteado o deslizado, de modo que la causa del accidente apunta a la conducta personal de la trabajadora mientras estaba de pie sobre el banquillo. En consecuencia, la demandada rechaza en forma categórica el supuesto incumplimiento del artículo 184 del Código del Trabajo así corno de los artículos 66, 67 y 68 de la ley N° 16.744 y demás disposiciones aludidas por la demandante. En forma subsidiaria, alega el hecho de la víctima como eximente de responsabilidad, ya que doña Alejandra Ofelia Reyes Carvallo se expuso en forma imprudente al riesgo de caída, al utilizar de manera indebida el banquillo o piso que se puso a disposición del personal en el área de vestidores y baños. El sentido común y la prudencia obligaban a hacer un uso adecuado del banquillo o piso y cualquier otro elemento dispuesto para uso del personal, tales como artefactos de baños y duchas, entre otros. Cabe reiterar que no se trata de una herramienta o equipo de trabajo. La demandada cree que conforme a derecho y justicia no es posible exigir, por ejemplo, la implementación de una suerte de sistema o procedimiento de uso del banquillo o piso, pues ello importaría imponer una carga muy ardua y en los hechos implicaría la aplicación de una responsabilidad objetiva para el empleador. Asimismo, tal situación hipotética eximiría al trabajador de la más mínima prudencia en su conducta, lo que contraviene la lógica y la justicia. Se dijo que el banquillo o piso de fierro medía aproximadamente 37 a 40 centímetros de alto y su base era de 40 x 40 centímetros, ya sus cuatro patas tenían topes de goma, características suficientes para permitir un uso seguro del mismo. Además, ello importa que el piso no pudiera voltearse o deslizarse, de manera que la causa de la caída de la actora está en su propia conducta imprudente. Tal conducta negligente exonera de responsabilidad al empleador porque interrumpe el vínculo de causalidad que se exige entre la supuesta acción u omisión dolosa o culpable, inexistente, en este caso y el supuesto daño reclamado. Así, habiendo la empresa dado cabal cumplimiento a las medidas sobre prevención de riesgos, seguridad e higiene que le eran exigibles respecto de la Sra. Reyes, la causa única y directa del accidente materia de este pleito se encuentra en la propia conducta negligente de la actora, causal que exime a la empresa de la supuesta responsabilidad imputada. En subsidio, debe considerarse que las circunstancias de la caída que motiva la demanda revisten para la empresa el carácter de un imprevisto imposible de resistir en los términos del articulo 45 del Código Civil. Esta eximente se funda en dos cuestiones esenciales. Primero, la empresa Invertec Natural Juice S.A. cumplió en concreto con el deber que le impone el artículo 184 del Código del Trabajo y toda la normativa pertinente sobre prevención de riesgos, seguridad e higiene. Segundo, la causa de la caída está en la conducta de la actora, quien por razones no imputables a la empresa se resbaló o perdió el equilibrio, cayendo, pero ello no ocurrió porque el referido piso careciera de alguna medida de seguridad, ya que tal elemento por sus características y dimensiones no pudo resultar volteado o deslizarse.

diente, Sra, Reyes. En este caso se adoptaron todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de la actora, tanto mientras desempeñaba las funciones para las cuales fue contratada, como durante su permanencia en las instalaciones de la Planta, en particular, en el sector de vestidores y baños. La actora fue informada sobre los riesgos inherentes a su actividad y contaba con la indumentaria de trabajo necesaria para cumplir con su función de operaria. Además, se puso a su disposición un área de vestidores, baños y duchas que cumplía con las exigencias y condiciones adecuadas en materia de higiene y seguridad. La demandante también recibió el respectivo Reglamento Interno de Orden, Higiene y Seguridad y contaba con supervisión durante sus faenas. Por último, la empresa cumplió con todos los deberes sobre pago de remuneraciones y cotizaciones de salud y previsión social, respecto de la Sra. Reyes, quien al firmar y otorgar el respectivo finiquito total y completo, el 5 de junio de 2007, declaró no tener ningún reclamo que formular en contra de la empresa. En suma, todas las normas legales y reglamentarias laborales y de seguridad social, sobre higiene y seguridad a que alude la actora, fueron debidamente cumplidas por Invertec Natural Juice S.A., de modo que no se configura ninguna acción u omisión de su parte. Sin acción u omisión no se configura la culpa y sin esta última se rompe la relación de causalidad. No existiendo incumplimiento normativo ni culpa, la obligación de indemnizar los supuestos perjuicios reclamados carece de fundamento legal, no pudiendo ser acogida la demanda. En otro orden de ideas, el análisis sobre la eventual responsabilidad involucrada en un accidente laboral no puede ser efectuado en abstracto sino que debe ser concreto. En este caso la Sra. Reyes no sufrió la caída cumpliendo con sus labores como operaria. Ahora bien, las características y medidas del banquillo o piso ya mencionado tornan imposible que éste se haya volteado o deslizado, de modo que la causa del accidente apunta a la conducta personal de la trabajadora mientras estaba de pie sobre el banquillo. En consecuencia, la demandada rechaza en forma categórica el supuesto incumplimiento del artículo 184 del Código del Trabajo así corno de los artículos 66, 67 y 68 de la ley N° 16.744 y demás disposiciones aludidas por la demandante. En forma subsidiaria, alega el hecho de la víctima como eximente de responsabilidad, ya que doña Alejandra Ofelia Reyes Carvallo se expuso en forma imprudente al riesgo de caída, al utilizar de manera indebida el banquillo o piso que se puso a disposición del personal en el área de vestidores y baños. El sentido común y la prudencia obligaban a hacer un uso adecuado del banquillo o piso y cualquier otro elemento dispuesto para uso del personal, tales como artefactos de baños y duchas, entre otros. Cabe reiterar que no se trata de una herramienta o equipo de trabajo. La demandada cree que conforme a derecho y justicia no es posible exigir, por ejemplo, la implementación de una suerte de sistema o procedimiento de uso del banquillo o piso, pues ello importaría imponer una carga muy ardua y en los hechos implicaría la aplicación de una responsabilidad objetiva para el empleador. Asimismo, tal situación hipotética eximiría al trabajador de la más mínima prudencia en su conducta, lo que contraviene la lógica y la justicia. Se dijo que el banquillo o piso de fierro medía aproximadamente 37 a 40 centímetros de alto y su base era de 40 x 40 centímetros, ya sus cuatro patas tenían topes de goma, características suficientes para permitir un uso seguro del mismo. Además, ello importa que el piso no pudiera voltearse o deslizarse, de manera que la causa de la caída de la actora está en su propia conducta imprudente. Tal conducta negligente exonera de responsabilidad al empleador porque interrumpe el vínculo de causalidad que se exige entre la supuesta acción u omisión dolosa o culpable, inexistente, en este caso y el supuesto daño reclamado. Así, habiendo la empresa dado cabal cumplimiento a las medidas sobre prevención de riesgos, seguridad e higiene que le eran exigibles respecto de la Sra. Reyes, la causa única y directa del accidente materia de este pleito se encuentra en la propia conducta negligente de la actora, causal que exime a la empresa de la supuesta responsabilidad imputada. En subsidio, debe considerarse que las circunstancias de la caída que motiva la demanda revisten para la empresa el carácter de un imprevisto imposible de resistir en los términos del articulo 45 del Código Civil. Esta eximente se funda en dos cuestiones esenciales. Primero, la empresa Invertec Natural Juice S.A. cumplió en concreto con el deber que le impone el artículo 184 del Código del Trabajo y toda la normativa pertinente sobre prevención de riesgos, seguridad e higiene. Segundo, la causa de la caída está en la conducta de la actora, quien por razones no imputables a la empresa se resbaló o perdió el equilibrio, cayendo, pero ello no ocurrió porque el referido piso careciera de alguna medida de seguridad, ya que tal elemento por sus características y dimensiones no pudo resultar volteado o deslizarse. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

451

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Por consiguiente, la caída es un imprevisto imposible de resistir, no siendo imputable bajo ningún punto de vista a la empresa. Con relación a los supuestos perjuicios reclamados, la actora reclama el pago de $ 4.320.000, (cuatro millones trescientos veinte mil pesos) por concepto de lucro cesante, fundada en una supuesta incapacidad parcial permanente, que deberá acreditar. Cualquiera sea el cálculo que la actora haya efectuado para arribar al monto reclamado, para que proceda una condena por lucro cesante el perjuicio invocado debe ser cierto, condición que no se cumple. La actora no puede asegurar que mantendría inalteradas sus condiciones de remuneración por el resto de su vida laboral, ni menos fundar su reclamo en un contrato de trabajo por temporada, que además está finiquitado hace casi tres años. Sin perjuicio de lo expuesto, es fundamental tener en consideración los subsidios, beneficios y pensiones derivadas de la ley N° 16.744, de que ha sido beneficiaria la demandante. Con relación al daño moral, éste debe ser acreditado legalmente. En segundo lugar, en el hipotético evento que llegue a estimar que le cabe responsabilidad en el accidente a Invertec Natural Juice S.A., jamás se podrá considerar que hubo un incumplimiento grave o flagrante a su deber de protección y seguridad. Por lo demás, se trata de un accidente laboral no ocurrido durante la ejecución de las faenas, sino en circunstancias bastante peculiares. A ello se agrega la conducta negligente de la actora, quien se expuso a sufrir la caída. En materia de doctrina y jurisprudencia se cree que la cuantificación del daño moral es privativa del tribunal, pero sus causas deben ser probadas legalmente por quien lo reclama, debiendo el juez obrar con prudencia y cuidar siempre que no sea utilizado como una pena punitiva y que no se configure un enriquecimiento injusto de la víctima del daño. Para el evento que se llegue a analizar los perjuicios reclamados, solicita aplicar lo previsto en el artículo 2330 del Código Civil, por resultar plenamente atingente según se expuso a propósito de la conducta negligente de la Sra. Reyes, alegada como eximente de responsabilidad. De igual modo, solicita tener en cuenta que bajo ningún punto de vista se puede sostener que Invertec Natural Juice S.A. haya infringido abierta y flagrantemente su deber de protección y seguridad para con la demandante. Por último, solicita tener en consideración que no estamos ante un accidente ocurrido durante la ejecución o cumplimiento de las funciones para las cuales fue contratada la trabajadora demandante, sino que tuvo lugar en circunstancias peculiares, una vez concluido el turno de trabajo respectivo, en el sector de vestidores y baños y mientras la actora estaba de pie sobre un piso o banquillo y pronta a retirarse. Además señala que la actora exige que se condene a pagar indemnizaciones con los reajustes e intereses de tos artículos 63 y 173 del Código del Trabajo, pero no corresponde su aplicación, pues regulan los reajustes e intereses para el cálculo de indemnizaciones por término de contrato de trabajo, según diversas causales de terminación. De este modo, estas formas de cálculo de reajustes e intereses tampoco resultan aplicables porque no tienen relación con la terminación del contrato de trabajo de la Sr. Reyes, quien firmó el respectivo finiquito amplio el 5 de junio de 2007, declarando expresamente no tener ningún reclamo que formular. La actora exige el pago de supuesto lucro cesante y daño moral, cuestiones que no se relacionan directa o indirectamente con sus remuneraciones como ex trabajadora dependiente de la empresa, ni con supuestas indemnizaciones por término del contrato de trabajo, que ya se ha dicho, fue finiquitado. La actora tampoco reclama dinero adeudado por concepto de remuneraciones, cotizaciones de previsión o seguridad social o indemnizaciones por término de contrato de trabajo. Finalmente, la supuesta obligación de indemnizar perjuicios sólo surgirá con una eventual sentencia que acceda a la demanda, la que debe estar firme y ejecutoriada. En consecuencia, para el evento de acceder a la demanda, no cabe aplicar los artículos 63 y 173 del Código del Trabajo. Por todo ello, solicita se rechace la demanda, con costas. TERCERO: Hechos no controvertidos. Que atendido lo anterior, se tienen por hechos no controvertidos los siguientes: 1. Existencia de la relación laboral habida entre la actora y la empresa demandada. 2. Fecha de inicio de la relación laboral, a saber, el 3 de marzo de 2007. 3. Fecha de término de la misma, esto es, el 9 de mayo de de 2007. 4. Funciones de la trabajadora, operaria para la faena de jugo concentrado de pimentón de 2007. 5. Fecha del accidente, el día 9 de abril de 2007.

452

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Por consiguiente, la caída es un imprevisto imposible de resistir, no siendo imputable bajo ningún punto de vista a la empresa. Con relación a los supuestos perjuicios reclamados, la actora reclama el pago de $ 4.320.000, (cuatro millones trescientos veinte mil pesos) por concepto de lucro cesante, fundada en una supuesta incapacidad parcial permanente, que deberá acreditar. Cualquiera sea el cálculo que la actora haya efectuado para arribar al monto reclamado, para que proceda una condena por lucro cesante el perjuicio invocado debe ser cierto, condición que no se cumple. La actora no puede asegurar que mantendría inalteradas sus condiciones de remuneración por el resto de su vida laboral, ni menos fundar su reclamo en un contrato de trabajo por temporada, que además está finiquitado hace casi tres años. Sin perjuicio de lo expuesto, es fundamental tener en consideración los subsidios, beneficios y pensiones derivadas de la ley N° 16.744, de que ha sido beneficiaria la demandante. Con relación al daño moral, éste debe ser acreditado legalmente. En segundo lugar, en el hipotético evento que llegue a estimar que le cabe responsabilidad en el accidente a Invertec Natural Juice S.A., jamás se podrá considerar que hubo un incumplimiento grave o flagrante a su deber de protección y seguridad. Por lo demás, se trata de un accidente laboral no ocurrido durante la ejecución de las faenas, sino en circunstancias bastante peculiares. A ello se agrega la conducta negligente de la actora, quien se expuso a sufrir la caída. En materia de doctrina y jurisprudencia se cree que la cuantificación del daño moral es privativa del tribunal, pero sus causas deben ser probadas legalmente por quien lo reclama, debiendo el juez obrar con prudencia y cuidar siempre que no sea utilizado como una pena punitiva y que no se configure un enriquecimiento injusto de la víctima del daño. Para el evento que se llegue a analizar los perjuicios reclamados, solicita aplicar lo previsto en el artículo 2330 del Código Civil, por resultar plenamente atingente según se expuso a propósito de la conducta negligente de la Sra. Reyes, alegada como eximente de responsabilidad. De igual modo, solicita tener en cuenta que bajo ningún punto de vista se puede sostener que Invertec Natural Juice S.A. haya infringido abierta y flagrantemente su deber de protección y seguridad para con la demandante. Por último, solicita tener en consideración que no estamos ante un accidente ocurrido durante la ejecución o cumplimiento de las funciones para las cuales fue contratada la trabajadora demandante, sino que tuvo lugar en circunstancias peculiares, una vez concluido el turno de trabajo respectivo, en el sector de vestidores y baños y mientras la actora estaba de pie sobre un piso o banquillo y pronta a retirarse. Además señala que la actora exige que se condene a pagar indemnizaciones con los reajustes e intereses de tos artículos 63 y 173 del Código del Trabajo, pero no corresponde su aplicación, pues regulan los reajustes e intereses para el cálculo de indemnizaciones por término de contrato de trabajo, según diversas causales de terminación. De este modo, estas formas de cálculo de reajustes e intereses tampoco resultan aplicables porque no tienen relación con la terminación del contrato de trabajo de la Sr. Reyes, quien firmó el respectivo finiquito amplio el 5 de junio de 2007, declarando expresamente no tener ningún reclamo que formular. La actora exige el pago de supuesto lucro cesante y daño moral, cuestiones que no se relacionan directa o indirectamente con sus remuneraciones como ex trabajadora dependiente de la empresa, ni con supuestas indemnizaciones por término del contrato de trabajo, que ya se ha dicho, fue finiquitado. La actora tampoco reclama dinero adeudado por concepto de remuneraciones, cotizaciones de previsión o seguridad social o indemnizaciones por término de contrato de trabajo. Finalmente, la supuesta obligación de indemnizar perjuicios sólo surgirá con una eventual sentencia que acceda a la demanda, la que debe estar firme y ejecutoriada. En consecuencia, para el evento de acceder a la demanda, no cabe aplicar los artículos 63 y 173 del Código del Trabajo. Por todo ello, solicita se rechace la demanda, con costas. TERCERO: Hechos no controvertidos. Que atendido lo anterior, se tienen por hechos no controvertidos los siguientes: 1. Existencia de la relación laboral habida entre la actora y la empresa demandada. 2. Fecha de inicio de la relación laboral, a saber, el 3 de marzo de 2007. 3. Fecha de término de la misma, esto es, el 9 de mayo de de 2007. 4. Funciones de la trabajadora, operaria para la faena de jugo concentrado de pimentón de 2007. 5. Fecha del accidente, el día 9 de abril de 2007.

452

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

453

6. Que el accidente ocurrió en los sectores de vestidores y casilleros de la empresa demandada, donde la actora ejercía sus funciones, ubicado en la ciudad de Rengo. 7. La existencia de un finiquito, de fecha 5 de junio del año 2007. 8. Que la señora Reyes ocupaba un casillero ubicado en la segunda hilera de casilleros. CUARTO: Hechos controvertidos. Que del tenor del debate, se puede determinar que los hechos controvertidos son los siguientes: 1. El monto de la remuneración y los ítems que la componen. 2. Hora de ocurrencia del accidente. 3. Si la empresa demanda tomó las medidas de seguridad para proteger eficazmente la vida y la salud de la trabajadora, manteniendo las condiciones adecuadas de higiene y seguridad en la faena y si proporcionó los implementos necesarios para prevenir accidentes del trabajo a la actora. 4. Si la trabajadora se expuso negligentemente al riesgo al momento de producirse el accidente o si por el contrario fue un caso fortuito. 5. Daños o consecuencias sufridas por la trabajadora con ocasión del accidente. Naturaleza y monto de los mismos,. 6. Grado de incapacidad que presenta la trabajadora, como consecuencia del accidente sufrido con fecha 9 de abril del 2009. 7. Contenido, alcance y cláusulas del finiquito. QUINTO: Prueba de la parte demandante. Que a fin de probar estos hechos, la parte demandante rindió prueba documental consistente en Contrato de trabajo, suscrito entre las partes; resolución N° 003005509, de fecha 30 de junio de 2009, de la Asociación Chilena de Seguridad; Comprobante de ingreso apelación a la Comisión Médica, de fecha 11 de septiembre 2009; Citación N° B 101/10744, de fecha 1° de febrero de 2010; Informes clínicos de la Asociación Chilena de Seguridad, de fecha 22 de agosto de 2008, 7 de noviembre de 2008 y 16 de febrero de 2009; Solicitud interconsulta atención Psicológica de fecha 28 de agosto de 2008; Informe emitido por el Centro Traumatológico Santa Lucía, de fecha 6 de abril de 2009; Placa de Rayos X de fecha 10 de noviembre de 2008; Carnet de tratamiento kinesiológico, desde mayo de 2007 a marzo de 2009; Dieciocho citaciones a control médico, desde el 10 de mayo de 2007 al 5 de febrero de 2009; Solicitud interconsulta psiquiátrica, de fecha 4 de septiembre 2009, referida a la paciente Melanie Verdugo Reyes, hija de la actora; Certificado médico emitido con fecha 14 de septiembre 2009; Ordinario N° 021433 de la Superintendencia de Seguridad Social, del 31 de marzo de 2008; Certificado Social, de fecha 29 de diciembre de 2008; Certificado emitido por el Director del Liceo Carrera Pinto con fecha 22 de marzo de 2010; Carta de cobro, de 2 de marzo de 2009; Carta del Instituto AIEP, de fecha 15 de diciembre de 2009; Copia demanda por cobro de pagaré, ante el 12° Juzgado Civil de Santiago, de fecha 23 de marzo de 2009; y Copia cédula de identidad de la actora. Además, rindió prueba testimonial de José Mario Cuevas Céspede; Jorge Luis Flores Lucero; Gabriela Ignacia Contreras Fuentes; y Verónica Sandoval Valenzuela, cuyas declaraciones constan íntegramente en el audio de este tribunal. Además, acompañó la respuesta de los siguientes oficios: A la Asociación Chilena de Seguridad, que informa que la demandante Alejandra Ofelia Reyes Carvallo fue atendida en el Hospital de esa Mutual, a raíz del accidente sufrido con fecha 9 de abril de 2007, su diagnóstico, tratamiento efectuado a la actora, tanto físico y sicológico, intervenciones quirúrgicas a que fue sometida, tiempo de hospitalización; a la Inspección Comunal del Trabajo de Rengo, que informa que no recibió denuncia de conformidad al artículo 76 de la ley 16.744, por la empresa demandada Invertec Natural Juice S.A., con motivo del accidente que sufrió la demandante Alejandra Ofelia Reyes Carvallo, y por ende, no se cursaron multas; a la Secretaria Regional Ministerial de Salud, que informa que no recibió comunicación, por la cual se informaba del accidente de trabajo sufrido por la demandante Alejandra Ofelia Reyes Carvallo, con fecha 9 de abril de 2009; y a la Comisión Médica de Reclamo, que informa el grado de incapacidad que se ha establecido para la demandante Alejandra Ofelia Reyes Carvallo, Rut 9.575.051 6. Finalmente, se ordenó la exhibición de los siguientes documentos: Copia del informe de investigación, efectuado por el comité paritario, respecto a las causa del accidente que sufrió la actora; Copia de las actas, correspondiente a las tres sesiones anteriores y las tres sesiones posteriores a la fecha de ocurrencia de accidente de autos. Se acompañaron sólo cinco de ellas, y se solicitó el apercibimiento

6. Que el accidente ocurrió en los sectores de vestidores y casilleros de la empresa demandada, donde la actora ejercía sus funciones, ubicado en la ciudad de Rengo. 7. La existencia de un finiquito, de fecha 5 de junio del año 2007. 8. Que la señora Reyes ocupaba un casillero ubicado en la segunda hilera de casilleros. CUARTO: Hechos controvertidos. Que del tenor del debate, se puede determinar que los hechos controvertidos son los siguientes: 1. El monto de la remuneración y los ítems que la componen. 2. Hora de ocurrencia del accidente. 3. Si la empresa demanda tomó las medidas de seguridad para proteger eficazmente la vida y la salud de la trabajadora, manteniendo las condiciones adecuadas de higiene y seguridad en la faena y si proporcionó los implementos necesarios para prevenir accidentes del trabajo a la actora. 4. Si la trabajadora se expuso negligentemente al riesgo al momento de producirse el accidente o si por el contrario fue un caso fortuito. 5. Daños o consecuencias sufridas por la trabajadora con ocasión del accidente. Naturaleza y monto de los mismos,. 6. Grado de incapacidad que presenta la trabajadora, como consecuencia del accidente sufrido con fecha 9 de abril del 2009. 7. Contenido, alcance y cláusulas del finiquito. QUINTO: Prueba de la parte demandante. Que a fin de probar estos hechos, la parte demandante rindió prueba documental consistente en Contrato de trabajo, suscrito entre las partes; resolución N° 003005509, de fecha 30 de junio de 2009, de la Asociación Chilena de Seguridad; Comprobante de ingreso apelación a la Comisión Médica, de fecha 11 de septiembre 2009; Citación N° B 101/10744, de fecha 1° de febrero de 2010; Informes clínicos de la Asociación Chilena de Seguridad, de fecha 22 de agosto de 2008, 7 de noviembre de 2008 y 16 de febrero de 2009; Solicitud interconsulta atención Psicológica de fecha 28 de agosto de 2008; Informe emitido por el Centro Traumatológico Santa Lucía, de fecha 6 de abril de 2009; Placa de Rayos X de fecha 10 de noviembre de 2008; Carnet de tratamiento kinesiológico, desde mayo de 2007 a marzo de 2009; Dieciocho citaciones a control médico, desde el 10 de mayo de 2007 al 5 de febrero de 2009; Solicitud interconsulta psiquiátrica, de fecha 4 de septiembre 2009, referida a la paciente Melanie Verdugo Reyes, hija de la actora; Certificado médico emitido con fecha 14 de septiembre 2009; Ordinario N° 021433 de la Superintendencia de Seguridad Social, del 31 de marzo de 2008; Certificado Social, de fecha 29 de diciembre de 2008; Certificado emitido por el Director del Liceo Carrera Pinto con fecha 22 de marzo de 2010; Carta de cobro, de 2 de marzo de 2009; Carta del Instituto AIEP, de fecha 15 de diciembre de 2009; Copia demanda por cobro de pagaré, ante el 12° Juzgado Civil de Santiago, de fecha 23 de marzo de 2009; y Copia cédula de identidad de la actora. Además, rindió prueba testimonial de José Mario Cuevas Céspede; Jorge Luis Flores Lucero; Gabriela Ignacia Contreras Fuentes; y Verónica Sandoval Valenzuela, cuyas declaraciones constan íntegramente en el audio de este tribunal. Además, acompañó la respuesta de los siguientes oficios: A la Asociación Chilena de Seguridad, que informa que la demandante Alejandra Ofelia Reyes Carvallo fue atendida en el Hospital de esa Mutual, a raíz del accidente sufrido con fecha 9 de abril de 2007, su diagnóstico, tratamiento efectuado a la actora, tanto físico y sicológico, intervenciones quirúrgicas a que fue sometida, tiempo de hospitalización; a la Inspección Comunal del Trabajo de Rengo, que informa que no recibió denuncia de conformidad al artículo 76 de la ley 16.744, por la empresa demandada Invertec Natural Juice S.A., con motivo del accidente que sufrió la demandante Alejandra Ofelia Reyes Carvallo, y por ende, no se cursaron multas; a la Secretaria Regional Ministerial de Salud, que informa que no recibió comunicación, por la cual se informaba del accidente de trabajo sufrido por la demandante Alejandra Ofelia Reyes Carvallo, con fecha 9 de abril de 2009; y a la Comisión Médica de Reclamo, que informa el grado de incapacidad que se ha establecido para la demandante Alejandra Ofelia Reyes Carvallo, Rut 9.575.051 6. Finalmente, se ordenó la exhibición de los siguientes documentos: Copia del informe de investigación, efectuado por el comité paritario, respecto a las causa del accidente que sufrió la actora; Copia de las actas, correspondiente a las tres sesiones anteriores y las tres sesiones posteriores a la fecha de ocurrencia de accidente de autos. Se acompañaron sólo cinco de ellas, y se solicitó el apercibimiento ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

453

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

por la que no fue exhibida; Copia de las instrucciones y procedimiento escrito con que contaba la actora para las labores que cumplía el día que sufrió el accidente y específicamente para la acción que estaba realizando al momento de accidentarse; Comprobante de entrega de elementos de seguridad, capacitaciones, derecho a saber, todos los documentos solicitados, debidamente firmados por la actora, en señal de recepción. Este documento no fue exhibido, y se exhibe un documento alternativo. Se solicitó el apercibimiento; Declaración individual de accidente del trabajo, presentada ante la Asociación Chilena de Seguridad; Libro de remuneraciones de los trabajadores, de la demandada a la fecha del accidente, esto es el 9 de abril de 2007; Copia Reglamento Interno de Orden Higiene y Seguridad con su constancia de presentación ante la Secretaría Regional Ministerial de Salud e Inspección del Trabajo correspondiente y su comprobante de entrega a la actora, efectivamente firmada por esta última de este documento, no se exhibe el su comprobante de entrega a la actora, por lo que se solicita el apercibimiento; y no se exhibe el registro de asistencia correspondiente al día 9 de abril del año 2007. SEXTO: Prueba de la parte demandada. Por su parte, la demandada rindió prueba documental consistente en Copia contrato de trabajo suscrito entre las partes de fecha 12 de marzo de 2007; Liquidación de sueldo del mes de marzo de 2007; Liquidación de sueldo del mes de abril de 2007; Liquidación de sueldo del mes de mayo de 2007; Finiquito de trabajador, suscrito con fecha 5 de junio de 2007; Declaración individual de accidentes del Trabajo de fecha 9 de abril 2007; Certificado de alta médica de la demandante de fecha 9 a 11 de marzo de 2009; Copia de contrato de trabajo de experto en riesgo, de fecha 1° de abril de 2005; Cuatro anexos de contrato de fechas 1° de junio de 2005, 1° de febrero de 2006, 1° de enero de 2007 y 30 de septiembre 2008; Comunicación de fecha 27 de abril de 2006; Copia contrato de trabajo de experto en prevención de riesgo de fecha 4 de marzo 2010; Copia carnet de Registro Inscripción N° OH P 406; Copia Reglamento Interno de Orden Higiene y Seguridad de 2007; Manual de inducción al personal; Manual GMP de buenas prácticas; y Certificado de afiliación a la Asociación Chilena de Seguridad, de fecha 5 de mayo de 2010. Además, rinden prueba testimonial de Francisco Wilson Vásquez Soto y Alejandra Catalán Gallegos, cuyas declaraciones constan íntegramente en el audio de este tribunal. Finalmente, acompaña la respuesta de los siguientes oficios: de la Secretaría Regional Ministerial de Salud, que informa que doña Ivette Andrea Acevedo Pavez, se encuentra inscrita como Experto en Prevención de Riesgos en la categoría de Profesional Técnico; de la Secretaría Regional Ministerial de Salud, que informa que don Osvaldo Andrés Muñoz Pino se encuentra inscrito como Experto en Prevención de Riesgos en la Categoría de Profesional Técnico; de la Secretaría Regional Ministerial de Salud, que informa que cuenta con el Registro del Reglamento Interno de Higiene y Seguridad de la empresa Invertec Natural Juice S.A., y la fecha en que fue registrado el referido reglamento. SÉPTIMO: Observaciones a la prueba. Que en la etapa procesal correspondiente, la demandante señala que con la prueba rendida se ha acreditado que la obligación del artículo 184 del Código del Trabajo es contractual. La demandada no ha rendido prueba alguna para cumplir con su obligación legal, y no tomó medidas de seguridad para prevenir el accidente. No se acreditan la existencia de capacitaciones, inducciones, implementos de seguridad, derecho a saber, entrega del reglamento interno de orden higiene y seguridad. Tampoco allegó al proceso, documentos que se ordenaron exhibir, como el comprobante de asistencia, ni el recibo de entrega de reglamento interno, o derecho a saber, entre otros. Ellos no existen, pues nunca fueron entregados a la actora. Además, los documentos acompañados por la demandada son posteriores a la fecha del accidente, entre ellos, el manual de inducción. Además no hay prueba alguna que permita acreditar que haya existido exposición temeraria al daño, o caso fortuito. Los testigos de la demandada son vagos, e incluso una de ellas, no señaló ningún tipo de medida de seguridad para prevenir el accidente de autos. Se acreditó fehacientemente, la efectividad de los hechos indicados en la demanda, y que el accidente se produjo porque el piso no contaba con topes de goma, sin antideslizante, se moviera, y cayera al sueldo, produciéndose las lesiones que se indican en los medios de prueba. Los testigos dieron cuenta de este accidente, porque el banquillo no contaba con los topes de goma. Además, las medidas de higienes y seguridad de la empresa eran precarias, con pisos mojados, siendo de cerámica, y que permiten dar cuenta que no hay medidas de seguridad pertinentes. Hoy la actora tiene 15% de incapacidad, y no puede realizar las mismas labores que ejercía con anterioridad al accidente de autos. La actora tiene a consecuencia de ello, depresión mayor, una hija

454

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

por la que no fue exhibida; Copia de las instrucciones y procedimiento escrito con que contaba la actora para las labores que cumplía el día que sufrió el accidente y específicamente para la acción que estaba realizando al momento de accidentarse; Comprobante de entrega de elementos de seguridad, capacitaciones, derecho a saber, todos los documentos solicitados, debidamente firmados por la actora, en señal de recepción. Este documento no fue exhibido, y se exhibe un documento alternativo. Se solicitó el apercibimiento; Declaración individual de accidente del trabajo, presentada ante la Asociación Chilena de Seguridad; Libro de remuneraciones de los trabajadores, de la demandada a la fecha del accidente, esto es el 9 de abril de 2007; Copia Reglamento Interno de Orden Higiene y Seguridad con su constancia de presentación ante la Secretaría Regional Ministerial de Salud e Inspección del Trabajo correspondiente y su comprobante de entrega a la actora, efectivamente firmada por esta última de este documento, no se exhibe el su comprobante de entrega a la actora, por lo que se solicita el apercibimiento; y no se exhibe el registro de asistencia correspondiente al día 9 de abril del año 2007. SEXTO: Prueba de la parte demandada. Por su parte, la demandada rindió prueba documental consistente en Copia contrato de trabajo suscrito entre las partes de fecha 12 de marzo de 2007; Liquidación de sueldo del mes de marzo de 2007; Liquidación de sueldo del mes de abril de 2007; Liquidación de sueldo del mes de mayo de 2007; Finiquito de trabajador, suscrito con fecha 5 de junio de 2007; Declaración individual de accidentes del Trabajo de fecha 9 de abril 2007; Certificado de alta médica de la demandante de fecha 9 a 11 de marzo de 2009; Copia de contrato de trabajo de experto en riesgo, de fecha 1° de abril de 2005; Cuatro anexos de contrato de fechas 1° de junio de 2005, 1° de febrero de 2006, 1° de enero de 2007 y 30 de septiembre 2008; Comunicación de fecha 27 de abril de 2006; Copia contrato de trabajo de experto en prevención de riesgo de fecha 4 de marzo 2010; Copia carnet de Registro Inscripción N° OH P 406; Copia Reglamento Interno de Orden Higiene y Seguridad de 2007; Manual de inducción al personal; Manual GMP de buenas prácticas; y Certificado de afiliación a la Asociación Chilena de Seguridad, de fecha 5 de mayo de 2010. Además, rinden prueba testimonial de Francisco Wilson Vásquez Soto y Alejandra Catalán Gallegos, cuyas declaraciones constan íntegramente en el audio de este tribunal. Finalmente, acompaña la respuesta de los siguientes oficios: de la Secretaría Regional Ministerial de Salud, que informa que doña Ivette Andrea Acevedo Pavez, se encuentra inscrita como Experto en Prevención de Riesgos en la categoría de Profesional Técnico; de la Secretaría Regional Ministerial de Salud, que informa que don Osvaldo Andrés Muñoz Pino se encuentra inscrito como Experto en Prevención de Riesgos en la Categoría de Profesional Técnico; de la Secretaría Regional Ministerial de Salud, que informa que cuenta con el Registro del Reglamento Interno de Higiene y Seguridad de la empresa Invertec Natural Juice S.A., y la fecha en que fue registrado el referido reglamento. SÉPTIMO: Observaciones a la prueba. Que en la etapa procesal correspondiente, la demandante señala que con la prueba rendida se ha acreditado que la obligación del artículo 184 del Código del Trabajo es contractual. La demandada no ha rendido prueba alguna para cumplir con su obligación legal, y no tomó medidas de seguridad para prevenir el accidente. No se acreditan la existencia de capacitaciones, inducciones, implementos de seguridad, derecho a saber, entrega del reglamento interno de orden higiene y seguridad. Tampoco allegó al proceso, documentos que se ordenaron exhibir, como el comprobante de asistencia, ni el recibo de entrega de reglamento interno, o derecho a saber, entre otros. Ellos no existen, pues nunca fueron entregados a la actora. Además, los documentos acompañados por la demandada son posteriores a la fecha del accidente, entre ellos, el manual de inducción. Además no hay prueba alguna que permita acreditar que haya existido exposición temeraria al daño, o caso fortuito. Los testigos de la demandada son vagos, e incluso una de ellas, no señaló ningún tipo de medida de seguridad para prevenir el accidente de autos. Se acreditó fehacientemente, la efectividad de los hechos indicados en la demanda, y que el accidente se produjo porque el piso no contaba con topes de goma, sin antideslizante, se moviera, y cayera al sueldo, produciéndose las lesiones que se indican en los medios de prueba. Los testigos dieron cuenta de este accidente, porque el banquillo no contaba con los topes de goma. Además, las medidas de higienes y seguridad de la empresa eran precarias, con pisos mojados, siendo de cerámica, y que permiten dar cuenta que no hay medidas de seguridad pertinentes. Hoy la actora tiene 15% de incapacidad, y no puede realizar las mismas labores que ejercía con anterioridad al accidente de autos. La actora tiene a consecuencia de ello, depresión mayor, una hija

454

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

455

que trató de suicidarse, por los problemas económicos. Por ello, solicita se acoja la demanda, con costas. Refiere que la excepción de finiquito debe ser rechazada, pues en el finiquito nada se dice referente al accidente de autos, y por ende, no tiene poder liberatorio sobre este punto. La demandada por su parte, indica que pese a que hay un accidente del trabajo, no debe olvidarse que ocurrió fuera de su turno de trabajo, en el área de vestidores, y mientras se vestía y se iba a su casa. La empresa cumplió con las medidas de seguridad, y la prueba permite establecer que los casilleros no pasaban de 1,80 metros de altura, que los banquillos tiene exigencias legales, no más de 40 cms. de ancho, patas de fierro y topes de goma, y la única testigo supuestamente presencial no recordaba cómo estaban los banquillos en esa oportunidad, ni la altura de los casilleros. Además, tras ocurrir el accidente, se prestan los primeros auxilios, y se lleva a la Mutual de San Vicente de Tagua Tagua, y tras reposar por 3 días, se reincorpora a sus funciones en que trabaja normalmente hasta que fue finiquitada, y en el N° 5 del finiquito, señala renunciar a toda acción contra la demandada. Dentro de la documentación se señala que a la señora Reyes fue beneficiaria de los beneficios que le otorga la ley 16.744, y fue dada de alta el 23 de noviembre de 2008, y de salud mental el año 2009, y las consultas por dolor no tiene sustento orgánico. Con referencia al daño moral no se pudo acreditar, pues no hay perjuicio extrapatrimonial a consecuencia del accidente. Por ello, solicita se rechace la demanda, con costas. OCTAVO: Acreditación de los hechos. Que en primer lugar, se debe acreditar, para los efectos del accidente, la hora de ocurrencia del accidente; si la empresa demandada tomó las medidas de seguridad para proteger eficazmente la vida y la salud de la trabajadora, manteniendo las condiciones adecuadas de higiene y seguridad en la faena y si proporcionó los implementos necesarios para prevenir accidentes del trabajo a la actora; y si la trabajadora se expuso negligentemente al riesgo al momento de producirse el accidente o si por el contrario fue un caso fortuito. Que en lo referente a este punto, necesario es mencionar, que la demandante rindió prueba documental consistente en Informes clínicos de la Asociación Chilena de Seguridad, de fecha 22 de agosto de 2008, 7 de noviembre de 2008 y 16 de febrero de 2009, todos los cuales mencionan que el día 9 de abril del año 2007, la actora habría caído a nivel, golpeándose en región lumbar y muñeca derecha, diagnosticándole una contusión lumbar y un esguince de muñeca. Acompaña además, prueba testimonial de Gabriela Ignacia Contreras Fuentes. RUN 16.522.543 0, quien refiere que fue compañera de trabajo de la actora. Indica que ella tuvo un accidente del trabajo en los casilleros, pues estaba en los de arriba, y la testigo estaba en el de abajo, esto fue en abril del año 2007, a las 16.30 horas aproximadamente. Fueron a vestirse, a buscar la ropa, la señora se subió a un piso, sacó su ropa para vestirse, se bajó, se vestía, y al guardar las cosas, debía subirse al piso, y subirse a los 2 metros de altura donde estaba el casillero. Cuando estaba lista, se dio vuelta, se deslizó el piso, se cayó, se pegó en la cabeza y en la mano. Al deslizarse, se dieron cuenta que el banquillo no tenía las gomas en las patas del mismo. Luego llamaron a la señora de la oficina y dijo que lo sacaron porque ya ha pasado antes. No sabe si se le entregó reglamento interno a la actora. Menciona que no hubo capacitación acerca de cómo subirse al piso. No recuerda que se le haya dicho de los riesgos de su trabajo. Vio pocas veces al prevencionista de riesgo. Indica que no sabe si la empresa tenía comité paritario. En la empresa trabajan más de 25 trabajadores. Agrega que el accidente ocurrió al terminar el turno de la mañana, que entraban a las 08.00 y concluía a las 16.30 horas. Fue el año 2007 en la temporada de marzo abril de 2007, y el accidente ocurrió en abril. Compartían el mismo turno. Refiere que debían necesariamente subirse al banquillo para sacar sus cosas del casillero. La actora se bajaba y se vestía abajo. Era un piso de unos 50 cms. de altura, con patas metálicas, y se arrancaba si no tenía gomas, no tenía antideslizante, el piso era cuadrado, y cabía una persona parada. Llamaron a una señora, y la ayudaron los que estaban allí. Precisa que que el lugar donde se produjo el accidente, eran los casilleros de las mujeres. No recuerda bien cómo eran los casilleros, pero tenían una altura de 2 metros. La señora Reyes debía subirse al piso para sacar las cosas del su casillero. El piso era proporcionado por la empresa, eran varios los que andaban allí. El suelo del lugar era de cerámico, liso. Depone además, Jorge Luis Flores Lucero. RUN 16.003.584 6, quien señala que conoce a la actora, pues eran compañeros de trabajo. Indica que ella tuvo un accidente en abril del año 2007, y al concluir el turno, la sacaron en camilla. Dijeron que se cayó de un piso, y se cayó y golpeó en un casillero. Refiere

que trató de suicidarse, por los problemas económicos. Por ello, solicita se acoja la demanda, con costas. Refiere que la excepción de finiquito debe ser rechazada, pues en el finiquito nada se dice referente al accidente de autos, y por ende, no tiene poder liberatorio sobre este punto. La demandada por su parte, indica que pese a que hay un accidente del trabajo, no debe olvidarse que ocurrió fuera de su turno de trabajo, en el área de vestidores, y mientras se vestía y se iba a su casa. La empresa cumplió con las medidas de seguridad, y la prueba permite establecer que los casilleros no pasaban de 1,80 metros de altura, que los banquillos tiene exigencias legales, no más de 40 cms. de ancho, patas de fierro y topes de goma, y la única testigo supuestamente presencial no recordaba cómo estaban los banquillos en esa oportunidad, ni la altura de los casilleros. Además, tras ocurrir el accidente, se prestan los primeros auxilios, y se lleva a la Mutual de San Vicente de Tagua Tagua, y tras reposar por 3 días, se reincorpora a sus funciones en que trabaja normalmente hasta que fue finiquitada, y en el N° 5 del finiquito, señala renunciar a toda acción contra la demandada. Dentro de la documentación se señala que a la señora Reyes fue beneficiaria de los beneficios que le otorga la ley 16.744, y fue dada de alta el 23 de noviembre de 2008, y de salud mental el año 2009, y las consultas por dolor no tiene sustento orgánico. Con referencia al daño moral no se pudo acreditar, pues no hay perjuicio extrapatrimonial a consecuencia del accidente. Por ello, solicita se rechace la demanda, con costas. OCTAVO: Acreditación de los hechos. Que en primer lugar, se debe acreditar, para los efectos del accidente, la hora de ocurrencia del accidente; si la empresa demandada tomó las medidas de seguridad para proteger eficazmente la vida y la salud de la trabajadora, manteniendo las condiciones adecuadas de higiene y seguridad en la faena y si proporcionó los implementos necesarios para prevenir accidentes del trabajo a la actora; y si la trabajadora se expuso negligentemente al riesgo al momento de producirse el accidente o si por el contrario fue un caso fortuito. Que en lo referente a este punto, necesario es mencionar, que la demandante rindió prueba documental consistente en Informes clínicos de la Asociación Chilena de Seguridad, de fecha 22 de agosto de 2008, 7 de noviembre de 2008 y 16 de febrero de 2009, todos los cuales mencionan que el día 9 de abril del año 2007, la actora habría caído a nivel, golpeándose en región lumbar y muñeca derecha, diagnosticándole una contusión lumbar y un esguince de muñeca. Acompaña además, prueba testimonial de Gabriela Ignacia Contreras Fuentes. RUN 16.522.543 0, quien refiere que fue compañera de trabajo de la actora. Indica que ella tuvo un accidente del trabajo en los casilleros, pues estaba en los de arriba, y la testigo estaba en el de abajo, esto fue en abril del año 2007, a las 16.30 horas aproximadamente. Fueron a vestirse, a buscar la ropa, la señora se subió a un piso, sacó su ropa para vestirse, se bajó, se vestía, y al guardar las cosas, debía subirse al piso, y subirse a los 2 metros de altura donde estaba el casillero. Cuando estaba lista, se dio vuelta, se deslizó el piso, se cayó, se pegó en la cabeza y en la mano. Al deslizarse, se dieron cuenta que el banquillo no tenía las gomas en las patas del mismo. Luego llamaron a la señora de la oficina y dijo que lo sacaron porque ya ha pasado antes. No sabe si se le entregó reglamento interno a la actora. Menciona que no hubo capacitación acerca de cómo subirse al piso. No recuerda que se le haya dicho de los riesgos de su trabajo. Vio pocas veces al prevencionista de riesgo. Indica que no sabe si la empresa tenía comité paritario. En la empresa trabajan más de 25 trabajadores. Agrega que el accidente ocurrió al terminar el turno de la mañana, que entraban a las 08.00 y concluía a las 16.30 horas. Fue el año 2007 en la temporada de marzo abril de 2007, y el accidente ocurrió en abril. Compartían el mismo turno. Refiere que debían necesariamente subirse al banquillo para sacar sus cosas del casillero. La actora se bajaba y se vestía abajo. Era un piso de unos 50 cms. de altura, con patas metálicas, y se arrancaba si no tenía gomas, no tenía antideslizante, el piso era cuadrado, y cabía una persona parada. Llamaron a una señora, y la ayudaron los que estaban allí. Precisa que que el lugar donde se produjo el accidente, eran los casilleros de las mujeres. No recuerda bien cómo eran los casilleros, pero tenían una altura de 2 metros. La señora Reyes debía subirse al piso para sacar las cosas del su casillero. El piso era proporcionado por la empresa, eran varios los que andaban allí. El suelo del lugar era de cerámico, liso. Depone además, Jorge Luis Flores Lucero. RUN 16.003.584 6, quien señala que conoce a la actora, pues eran compañeros de trabajo. Indica que ella tuvo un accidente en abril del año 2007, y al concluir el turno, la sacaron en camilla. Dijeron que se cayó de un piso, y se cayó y golpeó en un casillero. Refiere ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

455

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

que el casillero era chico, el casillero lo ocupaban 2 personas. El casillero estaba a unos 2 metros de altura, es lo que sabe. Menciona que en el lugar donde se vestían los hombres había pisos, y lo ocupaban los que usaban los últimos casilleros. Dijeron que el piso no tenía la gomita de protección, eso él no lo vio, porque no estaba allí. Al salir, dijo una señora que era jefa que había dicho previamente que sacaran ese piso. No recuerda haber recibido copia del reglamento interno. No se le informaba acerca de los peligros que puedan sufrir, tampoco se le entregaban medidas de seguridad, sólo ropa, no se le daban charlas de seguridad, unas señoras revisaba a las mujeres por anillos, aros y esa cosas, pero no había una institución de normas de seguridad. Refiere que el piso siempre estaba mojado, había pimentón en el suelo. Se resbalaban en el piso, no había huinchas antideslizantes en el piso, se limpiaba el piso por los mismos trabajadores. Menciona que había 3 ó 4 banquillos, debían esperar que se desocuparan, y eran peligrosos, se utilizaban para sacar la ropa y cambiarse. Señala que el accidente ocurrió a la salida del turno de la mañana, como a las 16.00 horas. No estaba presente al momento del accidente. Estaba en los casilleros de los hombres. El accidente ocurrió en el sector de mujeres. Se acercó bastante gente y llegó una camilla, y a esa hora llegó mucha gente, pues es una hora de cambio de turno. No sabe quién tomó la camilla. No llegó ambulancia. Menciona que trabajó en la empresa unos 2 meses, hacían aseo, limpiaban, de todo, le entregaban los implementos de trabajo, botas, todo eso, y en esos 2 meses se gastaron las botas. No recuerda haber firmado documentos, han pasado como 3 años. Sólo recuerda haber firmado el contrato y las liquidaciones. No vio el banco del que se cayó la señora Reyes, pero eran iguales a los que estaban en el camarín de los hombres, de unos 50 a 60 cms., con la parte de arriba de madera y la de abajo era metálica. Precisa que los banquillos a los que alude eran de la empresa, pues los trabajadores no pueden entrar cosas en la empresa. Además, acompañó la respuesta de los oficios dirigidos a la Asociación Chilena de Seguridad, que informa que la demandante Alejandra Ofelia Reyes Carvallo, sufrió una caída a nivel el día 9 de abril del año 2007, y fue atendida en el Hospital de esa Mutual, golpeándose la muñeca derecha, en que se le produce gran dolor la apaciente, diagnosticándole posteriormente, tras un tratamiento con corticoides, una lesión en el cartílago, recibiendo fármacos, generando luego un problema de salud mental, y falta de consolidación ósea, por lo que el 14 de noviembre de 2008 se le realiza una nueva operación. Evoluciona con limitación en la movilidad de la muñeca, y se le da el alta el 23 de abril del año 2009. No obstante, mantiene consultas por dolores, dándole de alta por salud mental, el 13 de abril del año 2009. Acompaña además, la respuesta del oficio dirigido a la Inspección Comunal del Trabajo de Rengo, que informa que dicha repartición no recibió denuncia de conformidad al artículo 76 de la ley Nº 16.744, por el accidente sufrido por la actora. Además, la respuesta del oficio dirigido a la Secretaria Regional Ministerial de Salud, que informa al Tribunal que no recibió comunicación alguna del accidente de trabajo sufrido por la demandante Alejandra Ofelia Reyes Carvallo. Se ordenó además la exhibición de documentos consistente en copia del informe de investigación, efectuado por el comité paritario, respecto a las causas del accidente que sufrió la actora, que concluye que éste se habría producido por la acción insegura de la trabajadora, pues la actora estaba cambiándose de ropa a la salida del turno, se subió al banquillo metálico con base de madera para alcanzar su casillero y sacar su ropa. Al estar cambiándose de ropa sobre el banquillo, la trabajadora pierde el equilibrio y se golpea la cabeza en el casillero, espalda y mano derecha. Además, exhibe la copia de las actas, correspondiente a las tres sesiones anteriores y las tres sesiones posteriores a la fecha de ocurrencia de accidente de autos, en las que nada se trata acerca del accidente. Además, se exhibe, la copia de las instrucciones y procedimiento escrito con que contaba la actora para las labores que cumplía el día que sufrió el accidente, y específicamente para la acción que estaba realizando al momento de accidentarse, exhibiendo el manual de inducción de personal, de fecha enero de 2009. Exhibe además, documento consistente en un comprobante de entrega y devolución de ropa que no está firmado, y se encuentra en blanco.

456

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

que el casillero era chico, el casillero lo ocupaban 2 personas. El casillero estaba a unos 2 metros de altura, es lo que sabe. Menciona que en el lugar donde se vestían los hombres había pisos, y lo ocupaban los que usaban los últimos casilleros. Dijeron que el piso no tenía la gomita de protección, eso él no lo vio, porque no estaba allí. Al salir, dijo una señora que era jefa que había dicho previamente que sacaran ese piso. No recuerda haber recibido copia del reglamento interno. No se le informaba acerca de los peligros que puedan sufrir, tampoco se le entregaban medidas de seguridad, sólo ropa, no se le daban charlas de seguridad, unas señoras revisaba a las mujeres por anillos, aros y esa cosas, pero no había una institución de normas de seguridad. Refiere que el piso siempre estaba mojado, había pimentón en el suelo. Se resbalaban en el piso, no había huinchas antideslizantes en el piso, se limpiaba el piso por los mismos trabajadores. Menciona que había 3 ó 4 banquillos, debían esperar que se desocuparan, y eran peligrosos, se utilizaban para sacar la ropa y cambiarse. Señala que el accidente ocurrió a la salida del turno de la mañana, como a las 16.00 horas. No estaba presente al momento del accidente. Estaba en los casilleros de los hombres. El accidente ocurrió en el sector de mujeres. Se acercó bastante gente y llegó una camilla, y a esa hora llegó mucha gente, pues es una hora de cambio de turno. No sabe quién tomó la camilla. No llegó ambulancia. Menciona que trabajó en la empresa unos 2 meses, hacían aseo, limpiaban, de todo, le entregaban los implementos de trabajo, botas, todo eso, y en esos 2 meses se gastaron las botas. No recuerda haber firmado documentos, han pasado como 3 años. Sólo recuerda haber firmado el contrato y las liquidaciones. No vio el banco del que se cayó la señora Reyes, pero eran iguales a los que estaban en el camarín de los hombres, de unos 50 a 60 cms., con la parte de arriba de madera y la de abajo era metálica. Precisa que los banquillos a los que alude eran de la empresa, pues los trabajadores no pueden entrar cosas en la empresa. Además, acompañó la respuesta de los oficios dirigidos a la Asociación Chilena de Seguridad, que informa que la demandante Alejandra Ofelia Reyes Carvallo, sufrió una caída a nivel el día 9 de abril del año 2007, y fue atendida en el Hospital de esa Mutual, golpeándose la muñeca derecha, en que se le produce gran dolor la apaciente, diagnosticándole posteriormente, tras un tratamiento con corticoides, una lesión en el cartílago, recibiendo fármacos, generando luego un problema de salud mental, y falta de consolidación ósea, por lo que el 14 de noviembre de 2008 se le realiza una nueva operación. Evoluciona con limitación en la movilidad de la muñeca, y se le da el alta el 23 de abril del año 2009. No obstante, mantiene consultas por dolores, dándole de alta por salud mental, el 13 de abril del año 2009. Acompaña además, la respuesta del oficio dirigido a la Inspección Comunal del Trabajo de Rengo, que informa que dicha repartición no recibió denuncia de conformidad al artículo 76 de la ley Nº 16.744, por el accidente sufrido por la actora. Además, la respuesta del oficio dirigido a la Secretaria Regional Ministerial de Salud, que informa al Tribunal que no recibió comunicación alguna del accidente de trabajo sufrido por la demandante Alejandra Ofelia Reyes Carvallo. Se ordenó además la exhibición de documentos consistente en copia del informe de investigación, efectuado por el comité paritario, respecto a las causas del accidente que sufrió la actora, que concluye que éste se habría producido por la acción insegura de la trabajadora, pues la actora estaba cambiándose de ropa a la salida del turno, se subió al banquillo metálico con base de madera para alcanzar su casillero y sacar su ropa. Al estar cambiándose de ropa sobre el banquillo, la trabajadora pierde el equilibrio y se golpea la cabeza en el casillero, espalda y mano derecha. Además, exhibe la copia de las actas, correspondiente a las tres sesiones anteriores y las tres sesiones posteriores a la fecha de ocurrencia de accidente de autos, en las que nada se trata acerca del accidente. Además, se exhibe, la copia de las instrucciones y procedimiento escrito con que contaba la actora para las labores que cumplía el día que sufrió el accidente, y específicamente para la acción que estaba realizando al momento de accidentarse, exhibiendo el manual de inducción de personal, de fecha enero de 2009. Exhibe además, documento consistente en un comprobante de entrega y devolución de ropa que no está firmado, y se encuentra en blanco.

456

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

457

Además, exhibe, declaración individual de accidente del trabajo, presentada ante la Asociación Chilena de Seguridad, que indica que la actora, con fecha 9 de abril de 2007, al bajar del piso, resbala y cae golpeándose la cabeza en casillero, espalda y mano en piso, provocando lesión. Agrega que el accidente consistió en una caída a distinto nivel. Finalmente, exhibe copia de comprobante de entrega de Reglamento Interno de Orden Higiene y Seguridad con su constancia de presentación ante la Secretaría Regional Ministerial de Salud e Inspección del Trabajo. Por su parte, la demandada rindió prueba documental consistente en Declaración individual de accidentes del Trabajo, de fecha 9 de abril 2007, del cual se ha hecho mención precedentemente; Copia de contrato de trabajo de experto en riesgo, de fecha 1° de abril de 2005; Cuatro anexos de contrato de fechas 1° de junio de 2005, 1° de febrero de 2006, 1° de enero de 2007 y 30 de septiembre 2008, de una prevencionista de riesgo; comunicación de fecha 27 de abril de 2006, que señala que se remitió copia del reglamento interno a la Secretaría Regional Ministerial de Salud de la VI región; copia del Reglamento Interno de Orden, Higiene y Seguridad, del año 2007; Manual de inducción al personal, de enero de 2009; Manuel GMP de buenas prácticas; y Certificado de afiliación a la Asociación Chilena de Seguridad, de fecha 5 de mayo de 2010. Rindió además, prueba testimonial de Elena Alejandra Catalán Gallegos. RUN 8.705.855 7, que señala que en su calidad de asesor de la empresa, en lo referente a la siniestralidad de ella, se enteró de un hecho ocurrido en una razón social de la empresa llamada Invertec Natural Juice en que una trabajadora tuvo un accidente laboral. Indica que la empresa está adherida a la AChS, y allí trabaja como experta en prevención de riesgos. En esa fecha ella no asesoraba a la empresa, pero supo de los hechos en forma posterior. Posteriormente supo, porque la trabajadora accidentada se siguió atendiendo en la AChS, la que otorgó todas las prestaciones que se le dan por accidente del trabajo. Supo que la actora tuvo un accidente de características leves, de acuerdo al tipo de trabajo que desarrolla la empresa en la zona, y no pasó a mayores, porque se le otorgaron todas las prestaciones que contempla la ley. La gestión contempla lo que está establecido por ley, y deben dar todas las prestaciones técnicas, económicas y médicas que se requieren por los 3 tipos de hechos que pueden ocurrir. Menciona que instauró un sistema de gestión ocupacional llamado GPS, y aparte de preocuparse de los riesgos de accidente del trabajo, hay cumplimiento de normas legales y de vigilancia de gestión. Ello ha dado excelentes resultados, en que prácticamente no hay siniestros, reduciéndose a un dígito. Señala que los antecedentes que se aportan son del año 2008 en adelante, año en que comenzó a asesorar a la empresa. Siempre funcionaba el mismo sistema desde el año 1980 en adelante. Menciona que la empresa tiene comité paritario y estructura de normas acerca de accidentes del trabajo. Indica que a la actora se le atendió y se le dio un reposo inferior a un tiempo que se trata en cualquier accidente, y luego se le dio de alta, y se solicitó una prórroga, en que la actora hizo una presentación a la Superintendencia de Seguridad Social, y determina que se acoja el alta laboral, y ha seguido consultando por prórrogas y sigue siendo atendida. Tiene además, otros ingresos, como lumbagos. Las 3 últimas prórrogas son por la situación de la señora. Indica que trabaja en la demandada desde el año 2008 a la fecha. Trabajó en forma posterior al accidente de la señora Reyes, en que hay un programa de saneamiento básico y una reestructuración de toda la planta. Se dotó de lockers de acuerdo a las condiciones técnicas del proveedor, ella sólo recomendó. Menciona que debe haber cantidad de lockers por trabajadores y cantidad de distancia entre unos y otros, y la altura está estandarizada por los proveedores. La altura de los lockers no está singularizada, se refiere a la cantidad y distancia entre unos y otros. No conoce las condiciones de la ficha clínica de la actora. Señala que ella tuvo incapacidad laboral, que da derecho a subsidio y vuelve al trabajo. No puede asegurar si hoy tiene incapacidad. Refiere que la señora Reyes sufrió un siniestro de carácter laboral, porque fue atendida por la ley de accidentes del trabajo. Agrega que estaba tratando de alcanzar algo que estaba en el locker, y se cayó de un banquillo, pero desconoce las causas de la caída. Menciona que los informes técnicos a los que ha tenido acceso son confidenciales, y nada dirá acerca de su contenido. Depuso además, Francisco Wilson Vásquez Soto. RUN: 7.717.787 6, quien señala que estaba en la planta y llegó la señora y buscó la camilla, y la trasladó al policlínico. En la planta es supervisor de área.

Además, exhibe, declaración individual de accidente del trabajo, presentada ante la Asociación Chilena de Seguridad, que indica que la actora, con fecha 9 de abril de 2007, al bajar del piso, resbala y cae golpeándose la cabeza en casillero, espalda y mano en piso, provocando lesión. Agrega que el accidente consistió en una caída a distinto nivel. Finalmente, exhibe copia de comprobante de entrega de Reglamento Interno de Orden Higiene y Seguridad con su constancia de presentación ante la Secretaría Regional Ministerial de Salud e Inspección del Trabajo. Por su parte, la demandada rindió prueba documental consistente en Declaración individual de accidentes del Trabajo, de fecha 9 de abril 2007, del cual se ha hecho mención precedentemente; Copia de contrato de trabajo de experto en riesgo, de fecha 1° de abril de 2005; Cuatro anexos de contrato de fechas 1° de junio de 2005, 1° de febrero de 2006, 1° de enero de 2007 y 30 de septiembre 2008, de una prevencionista de riesgo; comunicación de fecha 27 de abril de 2006, que señala que se remitió copia del reglamento interno a la Secretaría Regional Ministerial de Salud de la VI región; copia del Reglamento Interno de Orden, Higiene y Seguridad, del año 2007; Manual de inducción al personal, de enero de 2009; Manuel GMP de buenas prácticas; y Certificado de afiliación a la Asociación Chilena de Seguridad, de fecha 5 de mayo de 2010. Rindió además, prueba testimonial de Elena Alejandra Catalán Gallegos. RUN 8.705.855 7, que señala que en su calidad de asesor de la empresa, en lo referente a la siniestralidad de ella, se enteró de un hecho ocurrido en una razón social de la empresa llamada Invertec Natural Juice en que una trabajadora tuvo un accidente laboral. Indica que la empresa está adherida a la AChS, y allí trabaja como experta en prevención de riesgos. En esa fecha ella no asesoraba a la empresa, pero supo de los hechos en forma posterior. Posteriormente supo, porque la trabajadora accidentada se siguió atendiendo en la AChS, la que otorgó todas las prestaciones que se le dan por accidente del trabajo. Supo que la actora tuvo un accidente de características leves, de acuerdo al tipo de trabajo que desarrolla la empresa en la zona, y no pasó a mayores, porque se le otorgaron todas las prestaciones que contempla la ley. La gestión contempla lo que está establecido por ley, y deben dar todas las prestaciones técnicas, económicas y médicas que se requieren por los 3 tipos de hechos que pueden ocurrir. Menciona que instauró un sistema de gestión ocupacional llamado GPS, y aparte de preocuparse de los riesgos de accidente del trabajo, hay cumplimiento de normas legales y de vigilancia de gestión. Ello ha dado excelentes resultados, en que prácticamente no hay siniestros, reduciéndose a un dígito. Señala que los antecedentes que se aportan son del año 2008 en adelante, año en que comenzó a asesorar a la empresa. Siempre funcionaba el mismo sistema desde el año 1980 en adelante. Menciona que la empresa tiene comité paritario y estructura de normas acerca de accidentes del trabajo. Indica que a la actora se le atendió y se le dio un reposo inferior a un tiempo que se trata en cualquier accidente, y luego se le dio de alta, y se solicitó una prórroga, en que la actora hizo una presentación a la Superintendencia de Seguridad Social, y determina que se acoja el alta laboral, y ha seguido consultando por prórrogas y sigue siendo atendida. Tiene además, otros ingresos, como lumbagos. Las 3 últimas prórrogas son por la situación de la señora. Indica que trabaja en la demandada desde el año 2008 a la fecha. Trabajó en forma posterior al accidente de la señora Reyes, en que hay un programa de saneamiento básico y una reestructuración de toda la planta. Se dotó de lockers de acuerdo a las condiciones técnicas del proveedor, ella sólo recomendó. Menciona que debe haber cantidad de lockers por trabajadores y cantidad de distancia entre unos y otros, y la altura está estandarizada por los proveedores. La altura de los lockers no está singularizada, se refiere a la cantidad y distancia entre unos y otros. No conoce las condiciones de la ficha clínica de la actora. Señala que ella tuvo incapacidad laboral, que da derecho a subsidio y vuelve al trabajo. No puede asegurar si hoy tiene incapacidad. Refiere que la señora Reyes sufrió un siniestro de carácter laboral, porque fue atendida por la ley de accidentes del trabajo. Agrega que estaba tratando de alcanzar algo que estaba en el locker, y se cayó de un banquillo, pero desconoce las causas de la caída. Menciona que los informes técnicos a los que ha tenido acceso son confidenciales, y nada dirá acerca de su contenido. Depuso además, Francisco Wilson Vásquez Soto. RUN: 7.717.787 6, quien señala que estaba en la planta y llegó la señora y buscó la camilla, y la trasladó al policlínico. En la planta es supervisor de área. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

457

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Esto ocurrió hace varios años atrás, no recuerda la fecha exacta, sí recuerda cómo ocurrieron los hechos, no presenció el accidente, pues fue en el baño de damas. La auxilió personal paramédico, y al llegar con la camilla, ya estaba el paramédico, pues se cuenta con este personal dentro de la planta. No conoce a la actora. Refiere que debe supervisar el aseo, tiene personas a su cargo por turnos, y cada persona tiene su labor, debe ver que haya normas internas que se cumplan, que se entregue la ropa a cargo de cada trabajador, ocupan diversos implementos según sea el área, hay implementos que se entregan. Refiere que son turnos continuos, duran las 24 horas. Indica que han tenido problemas con los pisos metálicos, con base de madera, pues la gente se sube arriba y se han escuchado que se producen accidentes. Indica que hay 30 a 35 pisos en cada camarín, y son los mismos pisos. El suelo del camarín era en ese entonces de baldosas. Menciona que los lockers son de 2 cuerpos, cada trabajador tiene su casillero, y allí se encuentran los pisos. Cada cuerpo mide 1,50 metros aproximadamente. Indica que la base del piso es metálica, cuadrada, con superficie de madera, y las patas son con gomas. Son de una altura de no más de 40 cms., y la base es de 40 x 40 cms., de material de madera. Indica que el accidente fue después de las 08.00 horas. La planta es un proceso de fruta. La señora, al parecer estaba en la planta de producción. Indica que las botas que se entregan son nuevas. Menciona que se ocupan los pisos para abrir el casillero, y se suben y se visten arriba, y la señora se pudo haber caído. No ha habido ningún otro accidente de idénticas características. Refiere que vio el piso desde el que se cayó a la señora Reyes. Finalmente señala que los pisos son de la empresa, pues ningún trabajador puede llevar banquillos a la empresa. Indica que vio el banquillo, y éste estaba bueno, pues de estar malo, él los arregla. Las patas estaban bien, y tras el accidente, señala que se cambió toda la estructura. No recuerda que antes se hayan hecho cambios. Finalmente, acompañó respuestas de oficios dirigidos a la Secretaría Regional Ministerial de Salud, que informa que doña Ivette Andrea Acevedo Pavez se encuentra inscrita como Experto en Prevención de Riesgos en la categoría de Profesional Técnico; que don Osvaldo Andrés Muñoz Pino se encuentra inscrito como Experto en Prevención de Riesgos en la Categoría de Profesional Técnico; y que cuenta con el Registro del Reglamento Interno de Higiene y Seguridad de la empresa Invertec Natural Juice S.A., desde el 21 de septiembre del año 2007. Que atendido lo anterior, necesario es determinar en primer lugar, la manera cómo se habría producido el accidente. Del tenor de las probanzas rendidas, en particular, los dichos de la testigo presencial Gabriela Ignacia Contreras Fuentes, aparece que el accidente se habría producido en el interior de la dependencia donde se encuentran los casilleros utilizados por las trabajadoras para cambiarse de ropa. Se mencionó que en la referida locación, estaban los casilleros, y que el de la actora estaba en altura, por lo que se proporcionan por la empresa una serie de banquillos para permitir el acceso de los trabajadores a dichos casilleros. Pues bien, estando en las labores propias de obtener las ropas desde el interior del casillero, la acora habría caído desde el banquillo, golpeándose la cabeza y la muleca en el piso produciéndose una lesión. Que las partes discuten acerca de la manera cómo habría ocurrido el accidente. La demandante señala que el banquillo no contaba con los topes de goma y con las medidas de seguridad necesarias para permitir el seguro acceso a los casilleros, y la demandada, señala que la actora estaba cambiándose de ropa sobre el banquillo, y que por ello, habría caído. Ello emana de la Copia del informe de investigación, efectuado por el comité paritario, respecto a las causa del accidente que sufrió la actora, en que se señala tajantemente que la operaria se dirige a los casilleros a cambiarse de ropa a la salida del turno, se subió al banquillo metálico con base de madera para alcanzar su casillero y sacar su ropa. Al estar cambiándose de ropa sobre el banquillo, la trabajadora pierde el equilibrio y se golpea la cabeza en el casillero, espalda y mano derecha. Que del tenor de las probanzas rendidas, aparece que la actora cayó desde el banquillo en que estaba subida, debido a que se encontraba tratando de alcanzar las cosas que contenía su casillero. Aparece poco razonable pensar, como lo sostiene la demandada, que la actora haya estado cambiándose de ropa sobre un banquillo, pues se trata de una mujer que a la fecha del accidente tiene una edad de 46 años, y este juez entiende que cambiarse de ropa subido a un banquillo requiere de una estabilidad y equilibrio que probablemente la actora no tenga. Entendido así, corresponde ahora determinar cómo es posible que la actora haya caído de allí.

458

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Esto ocurrió hace varios años atrás, no recuerda la fecha exacta, sí recuerda cómo ocurrieron los hechos, no presenció el accidente, pues fue en el baño de damas. La auxilió personal paramédico, y al llegar con la camilla, ya estaba el paramédico, pues se cuenta con este personal dentro de la planta. No conoce a la actora. Refiere que debe supervisar el aseo, tiene personas a su cargo por turnos, y cada persona tiene su labor, debe ver que haya normas internas que se cumplan, que se entregue la ropa a cargo de cada trabajador, ocupan diversos implementos según sea el área, hay implementos que se entregan. Refiere que son turnos continuos, duran las 24 horas. Indica que han tenido problemas con los pisos metálicos, con base de madera, pues la gente se sube arriba y se han escuchado que se producen accidentes. Indica que hay 30 a 35 pisos en cada camarín, y son los mismos pisos. El suelo del camarín era en ese entonces de baldosas. Menciona que los lockers son de 2 cuerpos, cada trabajador tiene su casillero, y allí se encuentran los pisos. Cada cuerpo mide 1,50 metros aproximadamente. Indica que la base del piso es metálica, cuadrada, con superficie de madera, y las patas son con gomas. Son de una altura de no más de 40 cms., y la base es de 40 x 40 cms., de material de madera. Indica que el accidente fue después de las 08.00 horas. La planta es un proceso de fruta. La señora, al parecer estaba en la planta de producción. Indica que las botas que se entregan son nuevas. Menciona que se ocupan los pisos para abrir el casillero, y se suben y se visten arriba, y la señora se pudo haber caído. No ha habido ningún otro accidente de idénticas características. Refiere que vio el piso desde el que se cayó a la señora Reyes. Finalmente señala que los pisos son de la empresa, pues ningún trabajador puede llevar banquillos a la empresa. Indica que vio el banquillo, y éste estaba bueno, pues de estar malo, él los arregla. Las patas estaban bien, y tras el accidente, señala que se cambió toda la estructura. No recuerda que antes se hayan hecho cambios. Finalmente, acompañó respuestas de oficios dirigidos a la Secretaría Regional Ministerial de Salud, que informa que doña Ivette Andrea Acevedo Pavez se encuentra inscrita como Experto en Prevención de Riesgos en la categoría de Profesional Técnico; que don Osvaldo Andrés Muñoz Pino se encuentra inscrito como Experto en Prevención de Riesgos en la Categoría de Profesional Técnico; y que cuenta con el Registro del Reglamento Interno de Higiene y Seguridad de la empresa Invertec Natural Juice S.A., desde el 21 de septiembre del año 2007. Que atendido lo anterior, necesario es determinar en primer lugar, la manera cómo se habría producido el accidente. Del tenor de las probanzas rendidas, en particular, los dichos de la testigo presencial Gabriela Ignacia Contreras Fuentes, aparece que el accidente se habría producido en el interior de la dependencia donde se encuentran los casilleros utilizados por las trabajadoras para cambiarse de ropa. Se mencionó que en la referida locación, estaban los casilleros, y que el de la actora estaba en altura, por lo que se proporcionan por la empresa una serie de banquillos para permitir el acceso de los trabajadores a dichos casilleros. Pues bien, estando en las labores propias de obtener las ropas desde el interior del casillero, la acora habría caído desde el banquillo, golpeándose la cabeza y la muleca en el piso produciéndose una lesión. Que las partes discuten acerca de la manera cómo habría ocurrido el accidente. La demandante señala que el banquillo no contaba con los topes de goma y con las medidas de seguridad necesarias para permitir el seguro acceso a los casilleros, y la demandada, señala que la actora estaba cambiándose de ropa sobre el banquillo, y que por ello, habría caído. Ello emana de la Copia del informe de investigación, efectuado por el comité paritario, respecto a las causa del accidente que sufrió la actora, en que se señala tajantemente que la operaria se dirige a los casilleros a cambiarse de ropa a la salida del turno, se subió al banquillo metálico con base de madera para alcanzar su casillero y sacar su ropa. Al estar cambiándose de ropa sobre el banquillo, la trabajadora pierde el equilibrio y se golpea la cabeza en el casillero, espalda y mano derecha. Que del tenor de las probanzas rendidas, aparece que la actora cayó desde el banquillo en que estaba subida, debido a que se encontraba tratando de alcanzar las cosas que contenía su casillero. Aparece poco razonable pensar, como lo sostiene la demandada, que la actora haya estado cambiándose de ropa sobre un banquillo, pues se trata de una mujer que a la fecha del accidente tiene una edad de 46 años, y este juez entiende que cambiarse de ropa subido a un banquillo requiere de una estabilidad y equilibrio que probablemente la actora no tenga. Entendido así, corresponde ahora determinar cómo es posible que la actora haya caído de allí.

458

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

459

Al respecto, la testigo presencial refirió que el banquillo no contaba con los implementos de seguridad necesarios para su adecuado uso, pues no tenía los correspondientes tapones de goma que le permiten sustentarse en el piso. Ello, unido al hecho que mencionó el testigo Jorge Flores Lucero, que el piso estaba mojado y además, resbaloso, explica que el banquillo se haya corrido en el suelo que había en dicha dependencia, y por ello, la actora haya caído. Al respecto, la demandada señaló que la actora perdió el equilibrio, sin embargo, no hay medio de prueba alguno que dé cuenta de ello. Por el contrario, hay un medio de prueba idóneo que es la testigo presencial, que refirió que el banquillo no contaba con todas las medidas de seguridad, y que por ello, se produjo su deslizamiento y la consiguiente caída de la trabajadora. Si bien se ha rendido prueba testimonial de la demandada consistente en la declaración del testigo Vásquez Soto, necesario es mencionar que la declaración de éste, si bien se refiere al banquillo en que supuestamente estaba la actora, carece de la precisión suficiente para desvirtuar a la anterior, puesto que sus principales dichos estaban dados en referencia al total de los banquillos, y no a éste en particular. De esta manera, aparece a este juez más certeros los dichos de la testigo presencial, quien al momento de ocurrir el accidente estaba en el lugar del accidente, donde estaban los casilleros, que los dichos de quien está a cargo de la seguridad y orden del lugar, y que actúa posteriormente a la ocurrencia de los hechos. Además, quedó debidamente asentado, pues no fue objeto de discusión, que el casillero en que estaban las pertenencias de la señora Reyes, se encontraba a una distancia en que ella no podía acceder sin ayuda, proporcionando la empresa, y no otro trabajador, u otra persona, los respectivos banquillos para acceder a los mismos. Así las cosas, necesario es determinar ahora si el hecho ocurrió producto de un caso fortuito, o si la trabajadora se expuso imprudentemente al riesgo. Al respecto, la ley ha definido el caso fortuito como el imprevisto a que no es posible de resistir, aspecto que a juicio de este tribunal no se produce en el caso de autos. Así, el hecho de que la actora haya caído, se produjo porque las condiciones del suelo y del banquillo, no permitían dar absoluta seguridad a la actora al encontrarse sobre éste, y por ende, la caída no fue imprevista, sino que era previsible y probable determinar, principalmente por la empresa, que en dichas condiciones se podría producir un accidente. No se debe olvidar que la empresa distribuyó los casilleros de tal manera que a la actora le correspondió uno al que no puede acceder fácilmente, y que por ende, es la empresa quien debe proporcionar los elementos suficientes y necesarios para arribar a los mismos con total seguridad. Si la empresa es la que proporciona los banquillos, no es imprevisto el hecho que se pueden producir accidentes con ellos, sin éstos no cuentan con los debidos topes de goma y pueden deslizarse sobre el piso que se indica está resbaloso. De esta manera, no hay caso fortuito. Además, en lo referente a la exposición imprudente al riesgo, este juez se cuestiona si la actora podía acceder al casillero que le fue asignado de una manera diversa a la que lo hizo. De la prueba rendida, no aparece que haya existido por ejemplo, una escalera adosada a la pared que le de seguridad a la actora, o algún otro elemento alternativo de mayor seguridad que un banquillo al cual debe subirse para alcanzar sus prendas que deja en el interior del casillero. Así, a juicio del tribunal, la trabajadora no actuó de manera imprudente, ni menos se expuso al riesgo, sino que sólo utilizó los medios con que contaba y que eran los únicos proporcionados por la empresa, para arribar a su casillero, para poder vestirse y salir de su lugar de trabajo. Con referencia a la hora en que ocurrió el accidente, del tenor de la prueba rendida, aparece que los hechos habrían ocurrido al concluir la jornada de la mañana del referido día 9 de abril de 2007, cerca de las 16.00 horas, según ha quedado manifestado tanto por la testigo Contreras Fuentes, como por el testigo Flores Lucero. Si bien el testigo Vásquez Soto refirió que fue cerca de las 08.00 horas, quedó claro que el hecho ocurrió cuando la mujer trataba de sacar sus ropas para vestirse y retirarse de su lugar de trabajo, por lo que habiendo tenido turno de mañana, según quedó establecido, fue cerca de las 16.00 horas cuando se produjo el accidente. Es del caso señalar que si bien el hecho ocurrió en esta circunstancia, éste se produjo en el interior del establecimiento donde la actora desempeñaba sus labores, y tras concluir las mismas, en un lugar destinado y construido por el propio empleador para ser utilizado como camarines, por lo que atendido lo referido en el artículo 5 de la ley 16.744, es un accidente del trabajo, pues se produjo con ocasión del

Al respecto, la testigo presencial refirió que el banquillo no contaba con los implementos de seguridad necesarios para su adecuado uso, pues no tenía los correspondientes tapones de goma que le permiten sustentarse en el piso. Ello, unido al hecho que mencionó el testigo Jorge Flores Lucero, que el piso estaba mojado y además, resbaloso, explica que el banquillo se haya corrido en el suelo que había en dicha dependencia, y por ello, la actora haya caído. Al respecto, la demandada señaló que la actora perdió el equilibrio, sin embargo, no hay medio de prueba alguno que dé cuenta de ello. Por el contrario, hay un medio de prueba idóneo que es la testigo presencial, que refirió que el banquillo no contaba con todas las medidas de seguridad, y que por ello, se produjo su deslizamiento y la consiguiente caída de la trabajadora. Si bien se ha rendido prueba testimonial de la demandada consistente en la declaración del testigo Vásquez Soto, necesario es mencionar que la declaración de éste, si bien se refiere al banquillo en que supuestamente estaba la actora, carece de la precisión suficiente para desvirtuar a la anterior, puesto que sus principales dichos estaban dados en referencia al total de los banquillos, y no a éste en particular. De esta manera, aparece a este juez más certeros los dichos de la testigo presencial, quien al momento de ocurrir el accidente estaba en el lugar del accidente, donde estaban los casilleros, que los dichos de quien está a cargo de la seguridad y orden del lugar, y que actúa posteriormente a la ocurrencia de los hechos. Además, quedó debidamente asentado, pues no fue objeto de discusión, que el casillero en que estaban las pertenencias de la señora Reyes, se encontraba a una distancia en que ella no podía acceder sin ayuda, proporcionando la empresa, y no otro trabajador, u otra persona, los respectivos banquillos para acceder a los mismos. Así las cosas, necesario es determinar ahora si el hecho ocurrió producto de un caso fortuito, o si la trabajadora se expuso imprudentemente al riesgo. Al respecto, la ley ha definido el caso fortuito como el imprevisto a que no es posible de resistir, aspecto que a juicio de este tribunal no se produce en el caso de autos. Así, el hecho de que la actora haya caído, se produjo porque las condiciones del suelo y del banquillo, no permitían dar absoluta seguridad a la actora al encontrarse sobre éste, y por ende, la caída no fue imprevista, sino que era previsible y probable determinar, principalmente por la empresa, que en dichas condiciones se podría producir un accidente. No se debe olvidar que la empresa distribuyó los casilleros de tal manera que a la actora le correspondió uno al que no puede acceder fácilmente, y que por ende, es la empresa quien debe proporcionar los elementos suficientes y necesarios para arribar a los mismos con total seguridad. Si la empresa es la que proporciona los banquillos, no es imprevisto el hecho que se pueden producir accidentes con ellos, sin éstos no cuentan con los debidos topes de goma y pueden deslizarse sobre el piso que se indica está resbaloso. De esta manera, no hay caso fortuito. Además, en lo referente a la exposición imprudente al riesgo, este juez se cuestiona si la actora podía acceder al casillero que le fue asignado de una manera diversa a la que lo hizo. De la prueba rendida, no aparece que haya existido por ejemplo, una escalera adosada a la pared que le de seguridad a la actora, o algún otro elemento alternativo de mayor seguridad que un banquillo al cual debe subirse para alcanzar sus prendas que deja en el interior del casillero. Así, a juicio del tribunal, la trabajadora no actuó de manera imprudente, ni menos se expuso al riesgo, sino que sólo utilizó los medios con que contaba y que eran los únicos proporcionados por la empresa, para arribar a su casillero, para poder vestirse y salir de su lugar de trabajo. Con referencia a la hora en que ocurrió el accidente, del tenor de la prueba rendida, aparece que los hechos habrían ocurrido al concluir la jornada de la mañana del referido día 9 de abril de 2007, cerca de las 16.00 horas, según ha quedado manifestado tanto por la testigo Contreras Fuentes, como por el testigo Flores Lucero. Si bien el testigo Vásquez Soto refirió que fue cerca de las 08.00 horas, quedó claro que el hecho ocurrió cuando la mujer trataba de sacar sus ropas para vestirse y retirarse de su lugar de trabajo, por lo que habiendo tenido turno de mañana, según quedó establecido, fue cerca de las 16.00 horas cuando se produjo el accidente. Es del caso señalar que si bien el hecho ocurrió en esta circunstancia, éste se produjo en el interior del establecimiento donde la actora desempeñaba sus labores, y tras concluir las mismas, en un lugar destinado y construido por el propio empleador para ser utilizado como camarines, por lo que atendido lo referido en el artículo 5 de la ley 16.744, es un accidente del trabajo, pues se produjo con ocasión del ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

459

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

trabajo, ya que estaba en su lugar de trabajo, tras concluir su jornada de labores para la que fue contratada, aprestándose a cambiarse de ropa. Finalmente, en lo referente a si la empresa tomó las medidas de seguridad para proteger eficazmente la vida y la salud de la trabajadora, manteniendo las condiciones adecuadas de higiene y seguridad en la faena y si proporcionó los implementos necesarios para prevenir accidentes del trabajo a la actora, este juez entiende que en la empresa existía una organización tendiente a obtener la protección a la vida y seguridad de los trabajadores, lo que ocurría en teoría, según dio cuenta la testigo Catalán Gallegos; sin embargo, aparece que en la práctica ello no se cumplía a cabalidad, pues no parece eficaz haber proporcionado a la actora un casillero que se encontraba a una altura mayor a la que puede normalmente acceder, y además otorgarle acceso mediante un banquillo que no cuenta con todas las medidas de seguridad para arribar a él. Ello no aparece a este juez como una medida eficaz para proteger la vida y la salud de los trabajadores, y de la actora en particular. Además, ello se puede obtener por lo referido por la testigo Catalán, que tras el accidente producido, se recomendó como medida de reacción, dotar a los lockers de las condiciones técnicas del proveedor, indicando que debe haber una cantidad de lockers por trabajadores y una distancia determinada entre unos y otros, y la altura está estandarizada por los proveedores. De esta manera, el hecho de haber contratado prevencionistas de riesgos, como señala en su prueba documental y de oficios, en nada impide arribar a esta conclusión. Tampoco lo impide el hecho que la empresa tenga un comité paritario, pues revisadas las actas de éste, en particular, las posteriores a la ocurrencia del accidente, en nada se menciona el referido hecho, y no se indican las medidas a tomar como consecuencia del mismo. Tampoco lo es la existencia de un Reglamento Interno de Orden, Higiene y Seguridad, ya que no consta que éste haya sido entregado a la actora. Al respecto, y en lo referente al apercibimiento solicitado por la demandante en cuanto a la falta de exhibición de documentos consistentes en Comprobante de entrega de elementos de seguridad, capacitaciones, derecho a saber, todos los documentos solicitados, debidamente firmados por la actora, en señal de recepción; Copia Reglamento Interno de Orden Higiene y Seguridad con su constancia de presentación y su comprobante de entrega a la actora, efectivamente firmada por esta última; y Registro de asistencia correspondiente al día 9 de abril del año 2007, del tenor del artículo 453 N° 5 del Código del Trabajo, aparece que éste se hace efectivo cuando sin causa justificada se omite la presentación de aquellos que legalmente deban obrar en poder de una de las partes, y pueden estimarse como probadas las alegaciones hechas por la parte contraria con relación a la prueba decretada. Por su parte, el manual de inducción que se presenta, es de fecha enero de 2009, por lo que nada permite acreditar al respecto, ya que es posterior a la ocurrencia del accidente. Llama además, la atención que la empresa no haya puesto en conocimiento de las autoridades correspondientes la existencia del referido accidente, según dan cuenta los oficios dirigidos a la Inspección Comunal del Trabajo de Rengo, y a la Secretaría Regional Ministerial de Salud, y con ello no dar cumplimiento a lo referido en la normativa legal. Por esta razón, a juicio del tribunal, la empresa no tomó las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de esta trabajadora en particular. Que además, deben determinarse los daños o consecuencias sufridas por la trabajadora con ocasión del accidente. Naturaleza y monto de los mismos. Para acreditar este hecho, la demandante rindió prueba documental consistente en resolución N° 003005509, de fecha 30 de junio de 2009, de la Asociación Chilena de Seguridad, que señala que la actora tiene una incapacidad laboral del 15%, con diagnóstico de esguince de muñeca derecha, síndrome impactación cubital muleca derecha, y trastorno adaptativo; Comprobante de ingreso apelación a la Comisión Médica, de fecha 11 de septiembre 2009, por no estar de acuerdo con el diagnóstico de la AChS; Citación N° B 101/10744, de fecha 1° de febrero de 2010, que cita a la actora para efectuarse nuevos exámenes; Informes clínicos de la Asociación Chilena de Seguridad, de fecha 22 de agosto de 2008, 7 de noviembre de 2008 y 16 de febrero de 2009; que indican que tras la primera atención dada por la AChS, la actora ha recibido tratamiento farmacológico, y fue dada de alta el 20 de julio del año 2007, y luego se efectúa una cirugía consistente en un injerto óseo y se cambiará osteosíntesis, para el 13 de noviembre de 2008; Solicitud interconsulta atención Psicológica de fecha

460

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

trabajo, ya que estaba en su lugar de trabajo, tras concluir su jornada de labores para la que fue contratada, aprestándose a cambiarse de ropa. Finalmente, en lo referente a si la empresa tomó las medidas de seguridad para proteger eficazmente la vida y la salud de la trabajadora, manteniendo las condiciones adecuadas de higiene y seguridad en la faena y si proporcionó los implementos necesarios para prevenir accidentes del trabajo a la actora, este juez entiende que en la empresa existía una organización tendiente a obtener la protección a la vida y seguridad de los trabajadores, lo que ocurría en teoría, según dio cuenta la testigo Catalán Gallegos; sin embargo, aparece que en la práctica ello no se cumplía a cabalidad, pues no parece eficaz haber proporcionado a la actora un casillero que se encontraba a una altura mayor a la que puede normalmente acceder, y además otorgarle acceso mediante un banquillo que no cuenta con todas las medidas de seguridad para arribar a él. Ello no aparece a este juez como una medida eficaz para proteger la vida y la salud de los trabajadores, y de la actora en particular. Además, ello se puede obtener por lo referido por la testigo Catalán, que tras el accidente producido, se recomendó como medida de reacción, dotar a los lockers de las condiciones técnicas del proveedor, indicando que debe haber una cantidad de lockers por trabajadores y una distancia determinada entre unos y otros, y la altura está estandarizada por los proveedores. De esta manera, el hecho de haber contratado prevencionistas de riesgos, como señala en su prueba documental y de oficios, en nada impide arribar a esta conclusión. Tampoco lo impide el hecho que la empresa tenga un comité paritario, pues revisadas las actas de éste, en particular, las posteriores a la ocurrencia del accidente, en nada se menciona el referido hecho, y no se indican las medidas a tomar como consecuencia del mismo. Tampoco lo es la existencia de un Reglamento Interno de Orden, Higiene y Seguridad, ya que no consta que éste haya sido entregado a la actora. Al respecto, y en lo referente al apercibimiento solicitado por la demandante en cuanto a la falta de exhibición de documentos consistentes en Comprobante de entrega de elementos de seguridad, capacitaciones, derecho a saber, todos los documentos solicitados, debidamente firmados por la actora, en señal de recepción; Copia Reglamento Interno de Orden Higiene y Seguridad con su constancia de presentación y su comprobante de entrega a la actora, efectivamente firmada por esta última; y Registro de asistencia correspondiente al día 9 de abril del año 2007, del tenor del artículo 453 N° 5 del Código del Trabajo, aparece que éste se hace efectivo cuando sin causa justificada se omite la presentación de aquellos que legalmente deban obrar en poder de una de las partes, y pueden estimarse como probadas las alegaciones hechas por la parte contraria con relación a la prueba decretada. Por su parte, el manual de inducción que se presenta, es de fecha enero de 2009, por lo que nada permite acreditar al respecto, ya que es posterior a la ocurrencia del accidente. Llama además, la atención que la empresa no haya puesto en conocimiento de las autoridades correspondientes la existencia del referido accidente, según dan cuenta los oficios dirigidos a la Inspección Comunal del Trabajo de Rengo, y a la Secretaría Regional Ministerial de Salud, y con ello no dar cumplimiento a lo referido en la normativa legal. Por esta razón, a juicio del tribunal, la empresa no tomó las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de esta trabajadora en particular. Que además, deben determinarse los daños o consecuencias sufridas por la trabajadora con ocasión del accidente. Naturaleza y monto de los mismos. Para acreditar este hecho, la demandante rindió prueba documental consistente en resolución N° 003005509, de fecha 30 de junio de 2009, de la Asociación Chilena de Seguridad, que señala que la actora tiene una incapacidad laboral del 15%, con diagnóstico de esguince de muñeca derecha, síndrome impactación cubital muleca derecha, y trastorno adaptativo; Comprobante de ingreso apelación a la Comisión Médica, de fecha 11 de septiembre 2009, por no estar de acuerdo con el diagnóstico de la AChS; Citación N° B 101/10744, de fecha 1° de febrero de 2010, que cita a la actora para efectuarse nuevos exámenes; Informes clínicos de la Asociación Chilena de Seguridad, de fecha 22 de agosto de 2008, 7 de noviembre de 2008 y 16 de febrero de 2009; que indican que tras la primera atención dada por la AChS, la actora ha recibido tratamiento farmacológico, y fue dada de alta el 20 de julio del año 2007, y luego se efectúa una cirugía consistente en un injerto óseo y se cambiará osteosíntesis, para el 13 de noviembre de 2008; Solicitud interconsulta atención Psicológica de fecha

460

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

461

28 de agosto de 2008; Informe emitido por el Centro Traumatológico Santa Lucía, de fecha 6 de abril de 2009, que indica que la paciente ha sido operada en 3 ocasiones desde el año 2007, y que advierte dolor en la rodilla, pues de allí se tomó el injerto, sugiriendo continuar el tratamiento con el médico tratante; Placa de Rayos X, de fecha 10 de noviembre de 2008; Carnet de tratamiento kinesiológico, desde mayo de 2007 a marzo de 2009; Dieciocho citaciones a control médico, desde el 10 de mayo de 2007 al 5 de febrero de 2009; Solicitud interconsulta psiquiátrica, de fecha 4 de septiembre 2009, referida a la paciente Melanie Verdugo Reyes, hija de la actora, debido a que tuvo una intoxicación medicamentosa; Certificado médico emitido con fecha 14 de septiembre 2009, en que se indica que la paciente Melanie Verdugo Reyes, hija de la actora, estuvo hospitalizada; Ordinario N° 021433 de la Superintendencia de Seguridad Social, del 31 de marzo de 2008, que indica que el alta dada por la AChS fue prematura, pues estaba sintomática y con tratamientos pendientes; Certificado Social, de fecha 29 de diciembre de 2008, que indica situación socia de la hija de la actora, para ser presentada al liceo; Certificado emitido por el Director del Liceo Carrera Pinto con fecha 22 de marzo de 2010, que señala que la alumna tiene problemas económicos; Carta de cobro, de 2 de marzo de 2009; Carta del Instituto AIEP, de fecha 15 de diciembre de 2009, que señala que la actora tiene la calidad de deudora; Copia de demanda por cobro de pagaré, ante el 12° Juzgado Civil de Santiago, de fecha 23 de marzo de 2009, y copia de cédula de identidad de la actora. Rindió además, prueba testimonial de Verónica Lourdes Sandoval Valenzuela. RUN 12.690.978 0, quien señala que conoce a la actora, por su lugar de trabajo, quien le llevaba el almuerzo. Ella sufrió un accidente del trabajo, y ello ocurrió en el mes de abril del año 2007. Su salud se vio deteriorada, tuvo consecuencias económicas, ha tenido una situación familiar complicada, con muchas necesidades. Han debido operarla varias veces, y no ha podido trabajar ni sustentar su casa y sus hijas, y hasta hoy ella no ha podido trabajar, pues sigue con controles médicos. Refiere que trabajó con ella y le ha prestado ayuda, pues tenían un kiosco y le ofreció trabajar medio día. Luego no pudo seguir ayudándola, pues el negocio no daba dinero. Además, hay depresión de ella y de su hija, quien tuvo intento de suicidio. No recuerda cuándo se quiso suicidar, al parecer a principios de este año. La conoció a ella antes de la primera operación y era alegre, y actualmente se encuentra con depresión, triste, complicada, con problemas. Ha estado bajo tratamiento psicológico, y le daba pastillas para que descanse. Tomó antidepresivos. Menciona que las hijas de la actora tienen 17 y 20 años, y la que se quiso matar tiene 17 años, una está estudiando y la otra está casada. Indica que conoció a la actora después del accidente, antes de la primera operación. Tras la operación, cambió su estado anímico. No la conoció antes del accidente, y lo que sabe es lo que ella le ha dicho. Depuso también, José Mario Cuevas Céspede. RUN 7.227.679 5, quien señala que conoce a la actora hace un año, estando en condiciones económicas malas, la acompaño a buscar trabajo y se le ha negado por su enfermedad, y su dependencia de la AChS, pues aún no está de alta por su enfermedad. Ella sufrió un accidente en la empresa Invertec en abril del año 2007. Ello le trajo como consecuencia a que una de sus hijas intentó suicidase por la mala situación económica que pasa, y él ha sustentado su arriendo y sus gastos, pues ella no tiene ingresos. Su estado anímico es malo, pues pasa pensando en su accidente y que no puede trabajar, quedó limitada. Los exámenes han dicho que lo que tiene es crónico, y que tiene una enfermedad psicológica, tiene depresión. Actualmente no está tratada y en su momento lo fue, y su hija tomó de esas pastillas para auto eliminarse y por eso determinó no seguir el tratamiento. Señala sentirse inútil y cuando busca trabajo no se lo dan, pues tiene tratamiento en la AChS. Su sufrimiento proviene del accidente sufrido. Agrega que son hermanos en la iglesia, y hace algunos meses que son novios, pero no conviven. La acompaña a la mutual por la lesión en la clínica, le dan pastillas y muñequera. Por su parte, la demandada rindió prueba documental consistente en Certificado de alta médica de la demandante, de fecha 9 a 11 de abril de 2007, que indica que la actora sufrió un accidente el 9 de abril del año 2007, y que se le dio alta con seguimiento con fecha 11 de abril del mismo año, debiendo reintegrarse a su trabajo con fecha 12 de abril del año 2007. Que del tenor de las probanzas rendidas, aparece que la actora, tras sufrir el accidente laboral, fue atendida por la Asociación Chilena de Seguridad, y recibió de allí las prestaciones médicas provenientes de dicha declaración. Además, aparece que del tenor del contrato de trabajo que se acompaña por am-

28 de agosto de 2008; Informe emitido por el Centro Traumatológico Santa Lucía, de fecha 6 de abril de 2009, que indica que la paciente ha sido operada en 3 ocasiones desde el año 2007, y que advierte dolor en la rodilla, pues de allí se tomó el injerto, sugiriendo continuar el tratamiento con el médico tratante; Placa de Rayos X, de fecha 10 de noviembre de 2008; Carnet de tratamiento kinesiológico, desde mayo de 2007 a marzo de 2009; Dieciocho citaciones a control médico, desde el 10 de mayo de 2007 al 5 de febrero de 2009; Solicitud interconsulta psiquiátrica, de fecha 4 de septiembre 2009, referida a la paciente Melanie Verdugo Reyes, hija de la actora, debido a que tuvo una intoxicación medicamentosa; Certificado médico emitido con fecha 14 de septiembre 2009, en que se indica que la paciente Melanie Verdugo Reyes, hija de la actora, estuvo hospitalizada; Ordinario N° 021433 de la Superintendencia de Seguridad Social, del 31 de marzo de 2008, que indica que el alta dada por la AChS fue prematura, pues estaba sintomática y con tratamientos pendientes; Certificado Social, de fecha 29 de diciembre de 2008, que indica situación socia de la hija de la actora, para ser presentada al liceo; Certificado emitido por el Director del Liceo Carrera Pinto con fecha 22 de marzo de 2010, que señala que la alumna tiene problemas económicos; Carta de cobro, de 2 de marzo de 2009; Carta del Instituto AIEP, de fecha 15 de diciembre de 2009, que señala que la actora tiene la calidad de deudora; Copia de demanda por cobro de pagaré, ante el 12° Juzgado Civil de Santiago, de fecha 23 de marzo de 2009, y copia de cédula de identidad de la actora. Rindió además, prueba testimonial de Verónica Lourdes Sandoval Valenzuela. RUN 12.690.978 0, quien señala que conoce a la actora, por su lugar de trabajo, quien le llevaba el almuerzo. Ella sufrió un accidente del trabajo, y ello ocurrió en el mes de abril del año 2007. Su salud se vio deteriorada, tuvo consecuencias económicas, ha tenido una situación familiar complicada, con muchas necesidades. Han debido operarla varias veces, y no ha podido trabajar ni sustentar su casa y sus hijas, y hasta hoy ella no ha podido trabajar, pues sigue con controles médicos. Refiere que trabajó con ella y le ha prestado ayuda, pues tenían un kiosco y le ofreció trabajar medio día. Luego no pudo seguir ayudándola, pues el negocio no daba dinero. Además, hay depresión de ella y de su hija, quien tuvo intento de suicidio. No recuerda cuándo se quiso suicidar, al parecer a principios de este año. La conoció a ella antes de la primera operación y era alegre, y actualmente se encuentra con depresión, triste, complicada, con problemas. Ha estado bajo tratamiento psicológico, y le daba pastillas para que descanse. Tomó antidepresivos. Menciona que las hijas de la actora tienen 17 y 20 años, y la que se quiso matar tiene 17 años, una está estudiando y la otra está casada. Indica que conoció a la actora después del accidente, antes de la primera operación. Tras la operación, cambió su estado anímico. No la conoció antes del accidente, y lo que sabe es lo que ella le ha dicho. Depuso también, José Mario Cuevas Céspede. RUN 7.227.679 5, quien señala que conoce a la actora hace un año, estando en condiciones económicas malas, la acompaño a buscar trabajo y se le ha negado por su enfermedad, y su dependencia de la AChS, pues aún no está de alta por su enfermedad. Ella sufrió un accidente en la empresa Invertec en abril del año 2007. Ello le trajo como consecuencia a que una de sus hijas intentó suicidase por la mala situación económica que pasa, y él ha sustentado su arriendo y sus gastos, pues ella no tiene ingresos. Su estado anímico es malo, pues pasa pensando en su accidente y que no puede trabajar, quedó limitada. Los exámenes han dicho que lo que tiene es crónico, y que tiene una enfermedad psicológica, tiene depresión. Actualmente no está tratada y en su momento lo fue, y su hija tomó de esas pastillas para auto eliminarse y por eso determinó no seguir el tratamiento. Señala sentirse inútil y cuando busca trabajo no se lo dan, pues tiene tratamiento en la AChS. Su sufrimiento proviene del accidente sufrido. Agrega que son hermanos en la iglesia, y hace algunos meses que son novios, pero no conviven. La acompaña a la mutual por la lesión en la clínica, le dan pastillas y muñequera. Por su parte, la demandada rindió prueba documental consistente en Certificado de alta médica de la demandante, de fecha 9 a 11 de abril de 2007, que indica que la actora sufrió un accidente el 9 de abril del año 2007, y que se le dio alta con seguimiento con fecha 11 de abril del mismo año, debiendo reintegrarse a su trabajo con fecha 12 de abril del año 2007. Que del tenor de las probanzas rendidas, aparece que la actora, tras sufrir el accidente laboral, fue atendida por la Asociación Chilena de Seguridad, y recibió de allí las prestaciones médicas provenientes de dicha declaración. Además, aparece que del tenor del contrato de trabajo que se acompaña por amACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

461

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

bas partes, el contrato al que estaba sujeto la actora está sujeto a una faena, por lo que era de carácter transitorio, y concluido el referido plazo, el contrato terminó. Aparece también que tras el referido accidente, la actora ha seguido teniendo controles médicos debido a los dolores y molestias que le ha causado la afección producida por éste, que no ha vuelto a trabajar y que atendida su cesantía, se ha visto envuelta en problemas económicos. Además producto de esta situación, la actora ha tenido consecuencias anímicas, en que su calidad de vida se ha visto afectada, su ánimo está más bajo, se encuentra en tratamiento psicológico y psiquiátrico, y por ende se ha visto afectada moralmente. No obstante lo anterior, a juicio de este tribunal, no se pudo acreditar mediante los medios de prueba antes referidos, que la cesantía que afecta a la actora sea consecuencia directa del accidente del trabajo que sufrió. Se ha mencionado por ésta que debido a que está en tratamiento médico, no es contratada, asunto que no pudo ser debidamente esclarecido, ya que según dispone el certificado de la AChS, la actora tiene un 15% de incapacidad laboral, que posteriormente la llevó a volver al trabajo tras 3 días de licencia médica. No obstante haberse determinado por la Superintendencia de Seguridad Social que el alta dada por la AChS fue prematura, pues estaba sintomática y con tratamientos pendientes, lo cierto es que la actora pudo trabajar en sus labores, por un tiempo, del que luego fue desvinculada al concluir su contrato de trabajo, por lo que a juicio de este tribunal, el hecho de tener dicha afección no puede considerarse el antecedente o causa de la cesantía de la actora, por no estar debidamente asentado en juicio. Sin embargo sí es procedente determinar de las probanzas rendidas, que el accidente sufrido le ha producido a la actora una afección psicológica y malestar generalizado, lo que se traduce en un trastorno adaptativo, y en que hay una merma en su calidad de vida, que afectan por ende moralmente a la actora, y que será avaluado posteriormente. No puede desconocerse que el hecho de haber sido intervenida en más de una oportunidad por esta dolencia, y las consecuencias físicas que ello conlleva, dan lugar a un perjuicio en el agrado que tiene la actora en el desempeño de su vida ordinaria. Que además, debe acreditarse, el monto de la remuneración y los ítems que la componen. Que para acreditar este hecho, la demandante rindió prueba documental consistente en contrato de trabajo, de 12 de marzo de 2007. Por su parte, la demandada rindió prueba documental consistente en contrato de trabajo, de 12 de marzo de 2007; y Liquidaciones de sueldo de los meses de marzo, abril y mayo del año 2007. Que del tenor de la cláusula tercera del contrato de trabajo, aparece que la actora percibía como remuneración, la suma de $ 140.000 pesos, más una gratificación del 25% de la remuneración devengada, con un tope de 4.75 ingresos mínimos mensuales. Así entonces, acompañados las liquidaciones de remuneraciones de los meses de marzo, abril y mayo de 2007, aparece que los montos indicados en el artículo 41 del Código del Trabajo, son los siguientes: MARZO 2007. Sueldo base (19 días) $ 88.667. Gratificación: $ 22.284. Bono nocturno: $ 467. Bono asistencia: $ 3.800. TOTAL: $ 115.218 ABRIL 2007. Sueldo base (28 días) $ 129.789 Gratificación: $ 33.264. Bono nocturno: $ 3.267 TOTAL: $ 166.320 MAYO 2007. Sueldo base (8 días) $ 35.881 Gratificación: $ 9.437. Bono nocturno: $ 1.867. Bono permanencia: $ 61.250. TOTAL: $ 108.435.

462

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

bas partes, el contrato al que estaba sujeto la actora está sujeto a una faena, por lo que era de carácter transitorio, y concluido el referido plazo, el contrato terminó. Aparece también que tras el referido accidente, la actora ha seguido teniendo controles médicos debido a los dolores y molestias que le ha causado la afección producida por éste, que no ha vuelto a trabajar y que atendida su cesantía, se ha visto envuelta en problemas económicos. Además producto de esta situación, la actora ha tenido consecuencias anímicas, en que su calidad de vida se ha visto afectada, su ánimo está más bajo, se encuentra en tratamiento psicológico y psiquiátrico, y por ende se ha visto afectada moralmente. No obstante lo anterior, a juicio de este tribunal, no se pudo acreditar mediante los medios de prueba antes referidos, que la cesantía que afecta a la actora sea consecuencia directa del accidente del trabajo que sufrió. Se ha mencionado por ésta que debido a que está en tratamiento médico, no es contratada, asunto que no pudo ser debidamente esclarecido, ya que según dispone el certificado de la AChS, la actora tiene un 15% de incapacidad laboral, que posteriormente la llevó a volver al trabajo tras 3 días de licencia médica. No obstante haberse determinado por la Superintendencia de Seguridad Social que el alta dada por la AChS fue prematura, pues estaba sintomática y con tratamientos pendientes, lo cierto es que la actora pudo trabajar en sus labores, por un tiempo, del que luego fue desvinculada al concluir su contrato de trabajo, por lo que a juicio de este tribunal, el hecho de tener dicha afección no puede considerarse el antecedente o causa de la cesantía de la actora, por no estar debidamente asentado en juicio. Sin embargo sí es procedente determinar de las probanzas rendidas, que el accidente sufrido le ha producido a la actora una afección psicológica y malestar generalizado, lo que se traduce en un trastorno adaptativo, y en que hay una merma en su calidad de vida, que afectan por ende moralmente a la actora, y que será avaluado posteriormente. No puede desconocerse que el hecho de haber sido intervenida en más de una oportunidad por esta dolencia, y las consecuencias físicas que ello conlleva, dan lugar a un perjuicio en el agrado que tiene la actora en el desempeño de su vida ordinaria. Que además, debe acreditarse, el monto de la remuneración y los ítems que la componen. Que para acreditar este hecho, la demandante rindió prueba documental consistente en contrato de trabajo, de 12 de marzo de 2007. Por su parte, la demandada rindió prueba documental consistente en contrato de trabajo, de 12 de marzo de 2007; y Liquidaciones de sueldo de los meses de marzo, abril y mayo del año 2007. Que del tenor de la cláusula tercera del contrato de trabajo, aparece que la actora percibía como remuneración, la suma de $ 140.000 pesos, más una gratificación del 25% de la remuneración devengada, con un tope de 4.75 ingresos mínimos mensuales. Así entonces, acompañados las liquidaciones de remuneraciones de los meses de marzo, abril y mayo de 2007, aparece que los montos indicados en el artículo 41 del Código del Trabajo, son los siguientes: MARZO 2007. Sueldo base (19 días) $ 88.667. Gratificación: $ 22.284. Bono nocturno: $ 467. Bono asistencia: $ 3.800. TOTAL: $ 115.218 ABRIL 2007. Sueldo base (28 días) $ 129.789 Gratificación: $ 33.264. Bono nocturno: $ 3.267 TOTAL: $ 166.320 MAYO 2007. Sueldo base (8 días) $ 35.881 Gratificación: $ 9.437. Bono nocturno: $ 1.867. Bono permanencia: $ 61.250. TOTAL: $ 108.435.

462

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

463

Que atendido lo referido en el artículo 172 del Código del Trabajo, aparece que el promedio de los últimos 3 meses de remuneración de la actora, asciende a la suma de $ 129.991. Finalmente, es necesario determinar el contenido, alcance y cláusulas del finiquito. Que al respecto, la demandada rindió prueba documental consistente en finiquito de trabajador, suscrito con fecha 5 de junio de 2007. El referido documento señala en su cláusula tercera que deja constancia que durante todo el tiempo que trabajó oportunamente recibió su remuneración convenida y declara no tener reclamo que formular en contra de Invertec Natural Juice S.A., y le otorga el más amplio y total finiquito, declaración que formulan libre y espontáneamente, en perfecto y cabal conocimiento de cada uno de sus derechos. No existiendo medio de prueba alguno que dé cuenta de otra mención, aparece que éste es el tenor del referido finiquito. NOVENO: Fundamentación jurídica. A. EXCEPCIÓN DE FINIQUITO. Que la demandada interpone excepción de finiquito, basándose en que la actora suscribió el referido documento, y dijo no tener ningún reclamo que formular en contra de la empresa. Que al respecto, el artículo 88 de la ley 16.744 señala que los derechos concedidos por la presente ley sin personalísimos e irrenunciables, agregando la Excma. Corte Suprema, en fallo que rechaza un recurso de casación y en que no controvierte lo resuelto por el tribunal de primera instancia, que el artículo 88 de la ley 16.744 dispone que los derechos que concede son personalísimos e irrenunciables y el artículo 5 del Código del Trabajo establece que los contratos de trabajo podrán modificarse por mutuo consentimiento, en aquellas materias que las partes hayan podido convenir libremente, de lo que resulta que el poder liberatorio del finiquito no se extiende a las indemnizaciones que puedan resultar procedentes en virtud de un accidente laboral, máxime si este aspecto no se ha mencionado explícitamente en el finiquito invocado. En la responsabilidad contractual se presume la culpa, correspondiendo al presunto responsable probar que ha empleado la debida diligencia para impedir el acto u omisión que origina el daño. La responsabilidad contractual del empleador queda establecida probándose la existencia de un contrato de trabajo y la causalidad entre el acto u omisión atribuible a la empresa y el resultado dañoso, sin necesidad de acreditar culpa o dolo. (11 de marzo de 2008, rol N° 6637/2007) Que atendido lo anterior, necesario es referirse a la mención efectuada en el finiquito, que señala: deja constancia que durante todo el tiempo que trabajó oportunamente recibió su remuneración convenida y declara no tener reclamo que formular en contra de Invertec Natural Juice S.A., y le otorga el más amplio y total finiquito, declaración que formulan libre y espontáneamente, en perfecto y cabal conocimiento de cada uno de sus derechos. Así las cosas, siguiendo la doctrina sustentada por la Excma. Corte Suprema, este juez entiende que el referido finiquito, de fecha 5 de junio el año 2007, no otorga poder liberatorio a la empresa de indemnizar los eventuales daños que por concepto de accidente del trabajo se produjeron a la actora, debiendo circunscribirse dicha mención a las indemnizaciones de carácter laboral referentes a la terminación del contrato de trabajo, pues ellas son irrenunciables, y no se mencionaron expresamente en el referido documento. B. AUSENCIA DE RESPONSABILIDAD. Basa la demandada esta alegación en el hecho que habría dado cabal cumplimiento a las normas legales y reglamentarias sobre prevención de riesgos, higiene y seguridad tanto en las faenas contratadas como en los vestidores, donde tuvo lugar el accidente. Al respecto, y según ha quedado asentado precedentemente, si bien la empresa tiene una organización para la normativa de la ley 16.744, del tenor de las mismas pruebas antes incorporadas, aparece que la empresa otorgó a la trabajadora un casillero al que no podía acceder normalmente, y para arribar a él, un banquillo que no contaba con todas las medidas de seguridad, unido a un piso que se manifestó estaba resbaloso, elementos que en comunión, produjeron el accidente que produjo las lesiones de la señora Reyes. No debe olvidarse que la responsabilidad que se menciona es de carácter contractual, y que por ende, cabe en el empleador el deber de acreditar que se ha dado íntegro y cabal cumplimiento a la normativa laboral referente a la vida y seguridad de los trabajadores. Al respecto, la Excma. Corte Suprema señala que: Tratándose de obligaciones que emanan del contrato de trabajo que liga a trabaja-

Que atendido lo referido en el artículo 172 del Código del Trabajo, aparece que el promedio de los últimos 3 meses de remuneración de la actora, asciende a la suma de $ 129.991. Finalmente, es necesario determinar el contenido, alcance y cláusulas del finiquito. Que al respecto, la demandada rindió prueba documental consistente en finiquito de trabajador, suscrito con fecha 5 de junio de 2007. El referido documento señala en su cláusula tercera que deja constancia que durante todo el tiempo que trabajó oportunamente recibió su remuneración convenida y declara no tener reclamo que formular en contra de Invertec Natural Juice S.A., y le otorga el más amplio y total finiquito, declaración que formulan libre y espontáneamente, en perfecto y cabal conocimiento de cada uno de sus derechos. No existiendo medio de prueba alguno que dé cuenta de otra mención, aparece que éste es el tenor del referido finiquito. NOVENO: Fundamentación jurídica. A. EXCEPCIÓN DE FINIQUITO. Que la demandada interpone excepción de finiquito, basándose en que la actora suscribió el referido documento, y dijo no tener ningún reclamo que formular en contra de la empresa. Que al respecto, el artículo 88 de la ley 16.744 señala que los derechos concedidos por la presente ley sin personalísimos e irrenunciables, agregando la Excma. Corte Suprema, en fallo que rechaza un recurso de casación y en que no controvierte lo resuelto por el tribunal de primera instancia, que el artículo 88 de la ley 16.744 dispone que los derechos que concede son personalísimos e irrenunciables y el artículo 5 del Código del Trabajo establece que los contratos de trabajo podrán modificarse por mutuo consentimiento, en aquellas materias que las partes hayan podido convenir libremente, de lo que resulta que el poder liberatorio del finiquito no se extiende a las indemnizaciones que puedan resultar procedentes en virtud de un accidente laboral, máxime si este aspecto no se ha mencionado explícitamente en el finiquito invocado. En la responsabilidad contractual se presume la culpa, correspondiendo al presunto responsable probar que ha empleado la debida diligencia para impedir el acto u omisión que origina el daño. La responsabilidad contractual del empleador queda establecida probándose la existencia de un contrato de trabajo y la causalidad entre el acto u omisión atribuible a la empresa y el resultado dañoso, sin necesidad de acreditar culpa o dolo. (11 de marzo de 2008, rol N° 6637/2007) Que atendido lo anterior, necesario es referirse a la mención efectuada en el finiquito, que señala: deja constancia que durante todo el tiempo que trabajó oportunamente recibió su remuneración convenida y declara no tener reclamo que formular en contra de Invertec Natural Juice S.A., y le otorga el más amplio y total finiquito, declaración que formulan libre y espontáneamente, en perfecto y cabal conocimiento de cada uno de sus derechos. Así las cosas, siguiendo la doctrina sustentada por la Excma. Corte Suprema, este juez entiende que el referido finiquito, de fecha 5 de junio el año 2007, no otorga poder liberatorio a la empresa de indemnizar los eventuales daños que por concepto de accidente del trabajo se produjeron a la actora, debiendo circunscribirse dicha mención a las indemnizaciones de carácter laboral referentes a la terminación del contrato de trabajo, pues ellas son irrenunciables, y no se mencionaron expresamente en el referido documento. B. AUSENCIA DE RESPONSABILIDAD. Basa la demandada esta alegación en el hecho que habría dado cabal cumplimiento a las normas legales y reglamentarias sobre prevención de riesgos, higiene y seguridad tanto en las faenas contratadas como en los vestidores, donde tuvo lugar el accidente. Al respecto, y según ha quedado asentado precedentemente, si bien la empresa tiene una organización para la normativa de la ley 16.744, del tenor de las mismas pruebas antes incorporadas, aparece que la empresa otorgó a la trabajadora un casillero al que no podía acceder normalmente, y para arribar a él, un banquillo que no contaba con todas las medidas de seguridad, unido a un piso que se manifestó estaba resbaloso, elementos que en comunión, produjeron el accidente que produjo las lesiones de la señora Reyes. No debe olvidarse que la responsabilidad que se menciona es de carácter contractual, y que por ende, cabe en el empleador el deber de acreditar que se ha dado íntegro y cabal cumplimiento a la normativa laboral referente a la vida y seguridad de los trabajadores. Al respecto, la Excma. Corte Suprema señala que: Tratándose de obligaciones que emanan del contrato de trabajo que liga a trabajaACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

463

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

dor y empleador, acaecido un accidente es en este último en quien pesa la obligación de probar que se tomaron todas las medidas necesarias para que el trabajo se desarrollase en condiciones adecuadas y seguras, no obstante lo cual el accidente igualmente se produjo, en términos tales que él no pudo prever ni evitar. Lo anterior significa que el empleador no será responsable de todo daño sufrido por sus trabajadores, dado que es común que el trabajo implique ciertos riesgos, los cuales obviamente se busca evitar, pero que en ocasiones, inevitablemente para el empleador, igual acontecen (24/10/2007, Rol N° 5303/2007). Así, aparee a este juez, y ello ha sido también sostenido por la jurisprudencia, que el empleador debe responder de culpa levísima, o sea, la esmerada diligencia que un hombre medio ocupa en la administración de sus negocios importantes (Artículo 44 del Código Civil). No habiéndose acreditado esta diligencia, aparece a este juez, que la alegación planteada debe ser desestimada, pues la empresa tuvo responsabilidad en el hecho producido el día 9 de abril del año 2007. Así, la acción culpable de la empresa fue proporcionar el referido casillero en un lugar inalcanzable a la actora y darle, para acceder a él, un banquillo que no contaba con los topes de goma, lo que produjo que al subirse a éste, se haya caído. Por ello, nada importa que se hayan contratado prevencionistas de riesgo, o haya existido un comité paritario, pues la acción que este juez cuestiona, está dada en la determinación del casillero dado a la actora y la manera que ésta tenía para poder acceder a él, todo lo cual era proporcionado por la empresa. Se ha mencionado además, que la actora no estaba cumpliendo sus funciones al momento de caerse, pues ya había concluido su jornada de trabajo, pero la empresa olvida que los hechos ocurrieron en el interior de la empresa, en un lugar habilitado por ésta para cambiarse de ropa, por lo que su obligación de mantener medidas de seguridad eficaces se mantienen, y no se reducen o eliminan, como pretende la demandada. No se exige un guardia en ese lugar, como sostiene la demandada en su contestación, sino que medidas eficaces de seguridad, que no son poner a su disposición un casillero en altura y un banquillo para acceder a él. Tampoco hay imprudencia de la trabajadora, si éste es el único modo de acceder al casillero, como se dijo precedentemente. C. EL HECHO DE LA VÍCTIMA. Esta alegación se basa en la exposición imprudente al riesgo, y a fin de evitar reiteraciones innecesarias, este juez se remitirá a lo manifestado precedentemente en cuanto a ello. D. CASO FORTUITO. Finalmente, la demandada sostiene que los hechos ocurrieron por la concurrencia de un caso fortuito. Como se dijo precedentemente, el hecho de que la actora haya caído se produjo porque las condiciones del suelo y del banquillo, no permitían dar absoluta seguridad a la actora al encontrarse sobre éste, y por ende, la caída no fue imprevista, sino que era previsible y probable determinar, principalmente por la empresa, que en dichas condiciones se podría producir un accidente. No se debe olvidar que la empresa distribuyó los casilleros de tal manera que a la actora le correspondió uno al que no puede acceder fácilmente, y que por ende, es la empresa quien debe proporcionar los elementos suficientes y necesarios para arribar a los mismos con total seguridad. Si la empresa es la que proporciona los banquillos, no es imprevisto el hecho que se pueden producir accidentes con ellos, sin éstos no cuentan con los debidos topes de goma y pueden deslizarse sobre el piso que se indica está resbaloso. De esta manera, no hay caso fortuito. Además, siendo un asunto excepcional, la empresa era quien debía acreditarlo, produciendo en ella la correspondiente irresponsabilidad por el mismo, pero atendido lo antes mencionado, aparece que la empresa es responsable y pudo prever y prevenir el accidente. No debe olvidarse que el testigo Flores Lucero dijo que una señora que era jefa manifestó en ese momento, que había solicitado anteriormente que sacaran ese piso. Que al respecto, el artículo 69 letra b) de la ley 16.744 sobre Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales dispone que cuando el accidente o enfermedad se deba a culpa o dolo de la entidad empleadora o de un tercero, sin perjuicio de las acciones criminales que procedan, deberán observarse las siguientes reglas: b) la víctima y las demás personas a quienes la enfermedad o accidente cause daño podrán reclamar al empleador o terceros responsables del accidente, también las otras indemnizaciones a que tengan derecho, con arreglo a las prescripciones del derecho común, incluso el daño moral.

464

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

dor y empleador, acaecido un accidente es en este último en quien pesa la obligación de probar que se tomaron todas las medidas necesarias para que el trabajo se desarrollase en condiciones adecuadas y seguras, no obstante lo cual el accidente igualmente se produjo, en términos tales que él no pudo prever ni evitar. Lo anterior significa que el empleador no será responsable de todo daño sufrido por sus trabajadores, dado que es común que el trabajo implique ciertos riesgos, los cuales obviamente se busca evitar, pero que en ocasiones, inevitablemente para el empleador, igual acontecen (24/10/2007, Rol N° 5303/2007). Así, aparee a este juez, y ello ha sido también sostenido por la jurisprudencia, que el empleador debe responder de culpa levísima, o sea, la esmerada diligencia que un hombre medio ocupa en la administración de sus negocios importantes (Artículo 44 del Código Civil). No habiéndose acreditado esta diligencia, aparece a este juez, que la alegación planteada debe ser desestimada, pues la empresa tuvo responsabilidad en el hecho producido el día 9 de abril del año 2007. Así, la acción culpable de la empresa fue proporcionar el referido casillero en un lugar inalcanzable a la actora y darle, para acceder a él, un banquillo que no contaba con los topes de goma, lo que produjo que al subirse a éste, se haya caído. Por ello, nada importa que se hayan contratado prevencionistas de riesgo, o haya existido un comité paritario, pues la acción que este juez cuestiona, está dada en la determinación del casillero dado a la actora y la manera que ésta tenía para poder acceder a él, todo lo cual era proporcionado por la empresa. Se ha mencionado además, que la actora no estaba cumpliendo sus funciones al momento de caerse, pues ya había concluido su jornada de trabajo, pero la empresa olvida que los hechos ocurrieron en el interior de la empresa, en un lugar habilitado por ésta para cambiarse de ropa, por lo que su obligación de mantener medidas de seguridad eficaces se mantienen, y no se reducen o eliminan, como pretende la demandada. No se exige un guardia en ese lugar, como sostiene la demandada en su contestación, sino que medidas eficaces de seguridad, que no son poner a su disposición un casillero en altura y un banquillo para acceder a él. Tampoco hay imprudencia de la trabajadora, si éste es el único modo de acceder al casillero, como se dijo precedentemente. C. EL HECHO DE LA VÍCTIMA. Esta alegación se basa en la exposición imprudente al riesgo, y a fin de evitar reiteraciones innecesarias, este juez se remitirá a lo manifestado precedentemente en cuanto a ello. D. CASO FORTUITO. Finalmente, la demandada sostiene que los hechos ocurrieron por la concurrencia de un caso fortuito. Como se dijo precedentemente, el hecho de que la actora haya caído se produjo porque las condiciones del suelo y del banquillo, no permitían dar absoluta seguridad a la actora al encontrarse sobre éste, y por ende, la caída no fue imprevista, sino que era previsible y probable determinar, principalmente por la empresa, que en dichas condiciones se podría producir un accidente. No se debe olvidar que la empresa distribuyó los casilleros de tal manera que a la actora le correspondió uno al que no puede acceder fácilmente, y que por ende, es la empresa quien debe proporcionar los elementos suficientes y necesarios para arribar a los mismos con total seguridad. Si la empresa es la que proporciona los banquillos, no es imprevisto el hecho que se pueden producir accidentes con ellos, sin éstos no cuentan con los debidos topes de goma y pueden deslizarse sobre el piso que se indica está resbaloso. De esta manera, no hay caso fortuito. Además, siendo un asunto excepcional, la empresa era quien debía acreditarlo, produciendo en ella la correspondiente irresponsabilidad por el mismo, pero atendido lo antes mencionado, aparece que la empresa es responsable y pudo prever y prevenir el accidente. No debe olvidarse que el testigo Flores Lucero dijo que una señora que era jefa manifestó en ese momento, que había solicitado anteriormente que sacaran ese piso. Que al respecto, el artículo 69 letra b) de la ley 16.744 sobre Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales dispone que cuando el accidente o enfermedad se deba a culpa o dolo de la entidad empleadora o de un tercero, sin perjuicio de las acciones criminales que procedan, deberán observarse las siguientes reglas: b) la víctima y las demás personas a quienes la enfermedad o accidente cause daño podrán reclamar al empleador o terceros responsables del accidente, también las otras indemnizaciones a que tengan derecho, con arreglo a las prescripciones del derecho común, incluso el daño moral.

464

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

465

A su vez, el artículo 44 del Código Civil señala que: La ley distingue tres especies de culpa o descuido. Culpa grave, negligencia grave, culpa lata, es la que consiste en no manejar los negocios ajenos con aquel cuidado que aun las personas negligentes y de poca prudencia suelen emplear en sus negocios propios. Esta culpa en materias civiles equivale al dolo. Culpa leve, descuido leve, descuido ligero, es la falta de aquella diligencia y cuidado que los hombres emplean ordinariamente en sus negocios propios. Culpa o descuido, sin otra calificación, significa culpa o descuido leve. Esta especie de culpa se opone a la diligencia o cuidado ordinario o mediano. El que debe administrar un negocio como un buen padre de familia es responsable de esta especie de culpa. Culpa o descuido levísimo es la falta de aquella esmerada diligencia que un hombre juicioso emplea en la administración de sus negocios importantes. Esta especie de culpa se opone a la suma diligencia o cuidado. El dolo consiste en la intención positiva de inferir injuria a la persona o propiedad de otro. De esta manera, aparece que la culpa a la que debe asimilarse la del empleador, conforme el artículo 69 de la ley Nº 16.744, es a la culpa leve, o la falta de aquella diligencia y cuidado que los hombres emplean ordinariamente en sus negocios propios. Finalmente, el artículo 184 incisos primero y segundo del Código del Trabajo señala que el empleador estará obligado a tomar todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de los trabajadores, informando de los posibles riesgos y manteniendo las condiciones adecuadas de higiene y seguridad en las faenas, como también los implementos necesarios para prevenir accidentes y enfermedades profesionales. Deberá asimismo prestar o garantizar los elementos necesarios para que los trabajadores en caso de accidente o emergencia puedan acceder a una oportuna y adecuada atención médica, hospitalaria y farmacéutica. Atendido lo anterior, corresponde determinar los conceptos por los que demanda la actora, y los eventuales resarcimientos a que de lugar. DEL LUCRO CESANTE. Que la actora señala que debe ser resarcida por este concepto, por la suma de $ 4.320.000, atendido a que tiene una incapacidad parcial permanente. Arriba a esa suma multiplicando una remuneración de $ 200.000 por 12 (que es el número de meses de un año); y luego por 12, (años que le faltan para jubilar), y luego aplica un 15% de incapacidad, obteniendo dicho número. Que la demandada rechaza dicho concepto por estimar que éste no es cierto, pues la actora no puede sostener que tendrá siempre las mismas condiciones de remuneración durante el resto de su vida. Que al respecto, si bien la actora no ha tenido trabajo con posterioridad al accidente, y por ende, no ha percibido remuneración alguna, de las probanzas rendidas, en particular el hecho de tener el 15% de incapacidad laboral, no permite sostener a este juez, que la cesantía en que se ve envuelta la actora está directa y claramente determinada por el accidente laboral sufrido, y por ende, resarcir a la actora por este concepto. Del tenor de lo mencionado precedentemente, una persona con 15% de incapacidad puede desempeñarse en otras funciones, y por ello se estima que nada puede la empresa resarcir por este concepto, al no existir una clara vinculación entre este tipo de daño y el accidente sufrido. DEL DAÑO MORAL. Que la actora solicita se condene a la demandada al pago del daño moral por una suma de $ 30.000.000, por el menoscabo, detrimento, molestia o perturbación a un simple interés del que era titular la actora, entre su condición antes del siniestro, y la actual. Que atendido al hecho que la actora ha sufrido un menoscabo moral debido a su dolor como consecuencia del accidente que la afectó, unido al hecho de que ha debido exponerse a más de una cirugía por los continuos malestares que la situación le produjo, y le ha producido una afectación psíquica y psicológica como consecuencia del accidente, este juez estima que la actora debe ser resarcida por este concepto por la demandada, y lo debe ser por un monto de $ 6.000.000. Este juez estima que dicho monto aparece como prudencial y proporcional al daño moral sufrido por la actora a consecuencia del accidente en que la empresa tuvo responsabilidad.

A su vez, el artículo 44 del Código Civil señala que: La ley distingue tres especies de culpa o descuido. Culpa grave, negligencia grave, culpa lata, es la que consiste en no manejar los negocios ajenos con aquel cuidado que aun las personas negligentes y de poca prudencia suelen emplear en sus negocios propios. Esta culpa en materias civiles equivale al dolo. Culpa leve, descuido leve, descuido ligero, es la falta de aquella diligencia y cuidado que los hombres emplean ordinariamente en sus negocios propios. Culpa o descuido, sin otra calificación, significa culpa o descuido leve. Esta especie de culpa se opone a la diligencia o cuidado ordinario o mediano. El que debe administrar un negocio como un buen padre de familia es responsable de esta especie de culpa. Culpa o descuido levísimo es la falta de aquella esmerada diligencia que un hombre juicioso emplea en la administración de sus negocios importantes. Esta especie de culpa se opone a la suma diligencia o cuidado. El dolo consiste en la intención positiva de inferir injuria a la persona o propiedad de otro. De esta manera, aparece que la culpa a la que debe asimilarse la del empleador, conforme el artículo 69 de la ley Nº 16.744, es a la culpa leve, o la falta de aquella diligencia y cuidado que los hombres emplean ordinariamente en sus negocios propios. Finalmente, el artículo 184 incisos primero y segundo del Código del Trabajo señala que el empleador estará obligado a tomar todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de los trabajadores, informando de los posibles riesgos y manteniendo las condiciones adecuadas de higiene y seguridad en las faenas, como también los implementos necesarios para prevenir accidentes y enfermedades profesionales. Deberá asimismo prestar o garantizar los elementos necesarios para que los trabajadores en caso de accidente o emergencia puedan acceder a una oportuna y adecuada atención médica, hospitalaria y farmacéutica. Atendido lo anterior, corresponde determinar los conceptos por los que demanda la actora, y los eventuales resarcimientos a que de lugar. DEL LUCRO CESANTE. Que la actora señala que debe ser resarcida por este concepto, por la suma de $ 4.320.000, atendido a que tiene una incapacidad parcial permanente. Arriba a esa suma multiplicando una remuneración de $ 200.000 por 12 (que es el número de meses de un año); y luego por 12, (años que le faltan para jubilar), y luego aplica un 15% de incapacidad, obteniendo dicho número. Que la demandada rechaza dicho concepto por estimar que éste no es cierto, pues la actora no puede sostener que tendrá siempre las mismas condiciones de remuneración durante el resto de su vida. Que al respecto, si bien la actora no ha tenido trabajo con posterioridad al accidente, y por ende, no ha percibido remuneración alguna, de las probanzas rendidas, en particular el hecho de tener el 15% de incapacidad laboral, no permite sostener a este juez, que la cesantía en que se ve envuelta la actora está directa y claramente determinada por el accidente laboral sufrido, y por ende, resarcir a la actora por este concepto. Del tenor de lo mencionado precedentemente, una persona con 15% de incapacidad puede desempeñarse en otras funciones, y por ello se estima que nada puede la empresa resarcir por este concepto, al no existir una clara vinculación entre este tipo de daño y el accidente sufrido. DEL DAÑO MORAL. Que la actora solicita se condene a la demandada al pago del daño moral por una suma de $ 30.000.000, por el menoscabo, detrimento, molestia o perturbación a un simple interés del que era titular la actora, entre su condición antes del siniestro, y la actual. Que atendido al hecho que la actora ha sufrido un menoscabo moral debido a su dolor como consecuencia del accidente que la afectó, unido al hecho de que ha debido exponerse a más de una cirugía por los continuos malestares que la situación le produjo, y le ha producido una afectación psíquica y psicológica como consecuencia del accidente, este juez estima que la actora debe ser resarcida por este concepto por la demandada, y lo debe ser por un monto de $ 6.000.000. Este juez estima que dicho monto aparece como prudencial y proporcional al daño moral sufrido por la actora a consecuencia del accidente en que la empresa tuvo responsabilidad. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

465

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

DÉCIMO: Objeciones a la prueba documental de la demandante y apercibimientos. Que la parte demandada objetó la prueba documental de la parte demandante consistente en Solicitud interconsulta psiquiátrica, de fecha 4 de septiembre 2009, referida a la paciente Melanie Verdugo Reyes, hija de la actora; Certificado médico emitido con fecha 14 de septiembre 2009; Ordinario N° 021433 de la Superintendencia de Seguridad Social, del 31 de marzo de 2008; Certificado Social, de fecha 29 de diciembre de 2008; Certificado emitido por el Director del Liceo Carrera Pinto, con fecha 22 de marzo de 2010; y Carta de cobro, de 2 de marzo de 2009, por estimar que son documentos privados, y emanan de terceros. Que al respecto, la normativa laboral, en el artículo 456 del Código del Trabajo, señala que la prueba se aprecia conforme a las normas de la sana crítica, y por ende las normas del artículo 17 y 347 del Código de Procedimiento Civil, mencionados por la demandada, que nada tiene relación con la objeción planteada, tampoco son procedentes, pues las normas se encuentran entre disposiciones que tienen relación con la valoración de la prueba legal o tasada. Además se objetó la Carta del Instituto AIEP, de fecha 15 de diciembre de 2009; y la Copia demanda por cobro de pagaré, ante el 12° Juzgado Civil de Santiago, de fecha 23 de marzo de 2009, por cuanto se desconoce el origen y pertenencia del mismo. A juicio del tribunal, los documentos son pertinentes, pues tienen relación con la teoría del caso de la demandante, y su origen es claro y establecido y emana de los mismos documentos. En lo referente al apercibimiento solicitado por la demandante en cuanto a la falta de exhibición de documentos consistentes en Comprobante de entrega de elementos de seguridad, capacitaciones, derecho a saber, todos los documentos solicitados, debidamente firmados por la actora, en señal de recepción; Copia Reglamento Interno de Orden, Higiene y Seguridad con su constancia de presentación y su comprobante de entrega a la actora, efectivamente firmada por esta última; y Registro de asistencia correspondiente al día 9 de abril del año 2007, aparece, como se dijo anteriormente, que la falta de exhibición de los documentos consistentes en Comprobante de entrega de elementos de seguridad, capacitaciones, derecho a saber, todos los documentos solicitados, debidamente firmados por la actora, en señal de recepción; y Copia Reglamento Interno de Orden, Higiene y Seguridad con su constancia de presentación y su comprobante de entrega a la actora, efectivamente firmada por esta última; es una omisión que no está debidamente justificada, ya que sólo se hace mención que se ha perdido debido al terremoto, apareciendo ello insuficiente, pues se acompañan documentos de idéntica data e incluso anteriores (contratos de trabajo de prevencionistas de riesgos anteriores al accidente), que no se perdieron, lo que hace dar lugar a la alegación de la demandante que dicho reglamento interno no le fue entregado a la actora. Con relación al Registro de asistencia correspondiente al día 9 de abril del año 2007, no existiendo un hecho a probar referente a ello, y atendido lo señalado como hechos no controvertidos, no se dará lugar a este apercibimiento. Las objeciones planteadas por la demandante a la documental de la demandada consistente en Copia contrato de trabajo de experto en prevención de riesgo de fecha 4 de marzo 2010; Manual de inducción al personal; y Manuel GMP de buenas prácticas, son referentes a asuntos de valoración y se han manifestado durante la redacción de esta sentencia. Por estas consideraciones y visto además, lo dispuesto en los artículos 1, 7, 184, 446 y siguientes, 454, 456, 457 y 459 del Código del Trabajo; 44 y 2329 del Código Civil; 5, 69, 79 y 88 de la ley Nº 16.744, SE DECLARA: VI. Que se acoge parcialmente la demanda interpuesta por doña ALEJANDRA OFELIA REYES CARVALLO en contra de su ex empleadora INVERTEC NATURAL JUICE S.A., representada por don Francisco Lathrop Velasco, por estimar que el accidente sufrido tiene la calidad de accidente del trabajo, y por ende, se condena a la demandada al pago de la suma de $ 6.000.000, por concepto de daño moral. VII. Que no se condena a la demandada al pago de la suma demandada por concepto de lucro cesante, por las razones indicadas en el considerando Noveno de esta sentencia. VIII. Que conforme lo dispone el artículo 445 del Código del Trabajo y, atendido lo señalado en el artículo 144 del Código de Procedimiento Civil, se exime a la demandada del pago de las costas de la causa, por no haber sido completamente vencida.

466

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

DÉCIMO: Objeciones a la prueba documental de la demandante y apercibimientos. Que la parte demandada objetó la prueba documental de la parte demandante consistente en Solicitud interconsulta psiquiátrica, de fecha 4 de septiembre 2009, referida a la paciente Melanie Verdugo Reyes, hija de la actora; Certificado médico emitido con fecha 14 de septiembre 2009; Ordinario N° 021433 de la Superintendencia de Seguridad Social, del 31 de marzo de 2008; Certificado Social, de fecha 29 de diciembre de 2008; Certificado emitido por el Director del Liceo Carrera Pinto, con fecha 22 de marzo de 2010; y Carta de cobro, de 2 de marzo de 2009, por estimar que son documentos privados, y emanan de terceros. Que al respecto, la normativa laboral, en el artículo 456 del Código del Trabajo, señala que la prueba se aprecia conforme a las normas de la sana crítica, y por ende las normas del artículo 17 y 347 del Código de Procedimiento Civil, mencionados por la demandada, que nada tiene relación con la objeción planteada, tampoco son procedentes, pues las normas se encuentran entre disposiciones que tienen relación con la valoración de la prueba legal o tasada. Además se objetó la Carta del Instituto AIEP, de fecha 15 de diciembre de 2009; y la Copia demanda por cobro de pagaré, ante el 12° Juzgado Civil de Santiago, de fecha 23 de marzo de 2009, por cuanto se desconoce el origen y pertenencia del mismo. A juicio del tribunal, los documentos son pertinentes, pues tienen relación con la teoría del caso de la demandante, y su origen es claro y establecido y emana de los mismos documentos. En lo referente al apercibimiento solicitado por la demandante en cuanto a la falta de exhibición de documentos consistentes en Comprobante de entrega de elementos de seguridad, capacitaciones, derecho a saber, todos los documentos solicitados, debidamente firmados por la actora, en señal de recepción; Copia Reglamento Interno de Orden, Higiene y Seguridad con su constancia de presentación y su comprobante de entrega a la actora, efectivamente firmada por esta última; y Registro de asistencia correspondiente al día 9 de abril del año 2007, aparece, como se dijo anteriormente, que la falta de exhibición de los documentos consistentes en Comprobante de entrega de elementos de seguridad, capacitaciones, derecho a saber, todos los documentos solicitados, debidamente firmados por la actora, en señal de recepción; y Copia Reglamento Interno de Orden, Higiene y Seguridad con su constancia de presentación y su comprobante de entrega a la actora, efectivamente firmada por esta última; es una omisión que no está debidamente justificada, ya que sólo se hace mención que se ha perdido debido al terremoto, apareciendo ello insuficiente, pues se acompañan documentos de idéntica data e incluso anteriores (contratos de trabajo de prevencionistas de riesgos anteriores al accidente), que no se perdieron, lo que hace dar lugar a la alegación de la demandante que dicho reglamento interno no le fue entregado a la actora. Con relación al Registro de asistencia correspondiente al día 9 de abril del año 2007, no existiendo un hecho a probar referente a ello, y atendido lo señalado como hechos no controvertidos, no se dará lugar a este apercibimiento. Las objeciones planteadas por la demandante a la documental de la demandada consistente en Copia contrato de trabajo de experto en prevención de riesgo de fecha 4 de marzo 2010; Manual de inducción al personal; y Manuel GMP de buenas prácticas, son referentes a asuntos de valoración y se han manifestado durante la redacción de esta sentencia. Por estas consideraciones y visto además, lo dispuesto en los artículos 1, 7, 184, 446 y siguientes, 454, 456, 457 y 459 del Código del Trabajo; 44 y 2329 del Código Civil; 5, 69, 79 y 88 de la ley Nº 16.744, SE DECLARA: VI. Que se acoge parcialmente la demanda interpuesta por doña ALEJANDRA OFELIA REYES CARVALLO en contra de su ex empleadora INVERTEC NATURAL JUICE S.A., representada por don Francisco Lathrop Velasco, por estimar que el accidente sufrido tiene la calidad de accidente del trabajo, y por ende, se condena a la demandada al pago de la suma de $ 6.000.000, por concepto de daño moral. VII. Que no se condena a la demandada al pago de la suma demandada por concepto de lucro cesante, por las razones indicadas en el considerando Noveno de esta sentencia. VIII. Que conforme lo dispone el artículo 445 del Código del Trabajo y, atendido lo señalado en el artículo 144 del Código de Procedimiento Civil, se exime a la demandada del pago de las costas de la causa, por no haber sido completamente vencida.

466

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

467

IX. Devuélvanse los documentos acompañados, previo registro. Regístrese y archívese en su oportunidad. X. Ejecutoriada que esté la presente sentencia, cúmplase con lo dispuesto en ella, dentro de quinto día. En caso contrario, certifíquese dicha circunstancia y pasen los antecedentes al Juzgado de Cobranza Laboral y Previsional de Santiago. RIT: O 879 2010 RUC: 10 4 0022519 8. Dictada por don RAMÓN DANILO BARRÍA CÁRCAMO, Juez Titular del Primer Juzgado de Letras del Trabajo de Santiago.

IX. Devuélvanse los documentos acompañados, previo registro. Regístrese y archívese en su oportunidad. X. Ejecutoriada que esté la presente sentencia, cúmplase con lo dispuesto en ella, dentro de quinto día. En caso contrario, certifíquese dicha circunstancia y pasen los antecedentes al Juzgado de Cobranza Laboral y Previsional de Santiago. RIT: O 879 2010 RUC: 10 4 0022519 8. Dictada por don RAMÓN DANILO BARRÍA CÁRCAMO, Juez Titular del Primer Juzgado de Letras del Trabajo de Santiago. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

467

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Santiago, diez de mayo de dos mil diez. VISTO, OÍDOS Y CONSIDERANDO: PRIMERO: Que doña Irasema Guevara Clavo, trabajadora, de nacionalidad peruana, cédula de identidad N° 22.309.879 7, domiciliada en Avenida Recoleta N° 2705, comuna de Recoleta, interpone demanda en procedimiento de aplicación general por indemnización de perjuicios por accidente del trabajo, en contra de su ex_empleadora Felipe Andrés Pardo Hernández, factor de comercio, cédula de identidad N° 15.311.442 0, con domicilio en El Roble N° 674 y en Gabriel Palma N° 992 ambos de la comuna de Recoleta y solidariamente o de manera conjunta, atendidas las normas del subcontrato en contra de la empresa Comercializadora de Plásticos Tecnoplast Limitada, RUT N° 76.107.820 8, representada legalmente por doña Marta Hernández Rojas, ignora cédula de identidad, factor de comercio, domiciliada en calle Gabriel Palma N° 992 ambos de la comuna de Recoleta. Indica que comenzó a prestar servicios para Felipe Pardo Hernández con fecha 23 de octubre de 2008, siendo su remuneración bruta mensual promedio de los tres últimos meses la cantidad de $ 195.000. Que fue contratada exclusivamente como operaria en la empresa Comercializadora de Plásticos Tecnoplast Ltda. y se desempeñaba como operaria en plástico de la empresa. Que con fecha 22 de noviembre de 2008, siendo aproximadamente las 9 de la mañana y mientras se desempeñaba en sus funciones se le ordenó trabajar en la máquina llamada Molino recogiendo el material que arrojaba la máquina, cuando en esos momento la polea de la máquina le atrapó el dedo pulgar izquierdo, esto a causa que la máquina no se encontraba con fijaciones, ni afirmada, y vibraba y la polea no tenía protección para el operario, por lo que se lo amputó. Al gritar, acudió el señor Eduardo (encargado de producción de la empresa) quien la trasladó de urgencia al Hospital San José por cuanto sólo contaba con FONASA A y sin un seguro para el caso de accidentes del trabajo, donde se le realizó una regularización ósea a nivel de MTC distal. En dicho centro asistencial recibió su primera operación en el muñón que había quedado de su dedo pulgar izquierdo, dándole el alta médica luego de un par de días de quedar hospitalizada. Luego el 25 de noviembre del año 2008 le pidió a su jefe doña Marta Hernández que le hiciera el contrato de trabajo con las imposiciones retroactivas reuniendo así los requisitos para ser atendida en la Mutual de Seguridad. Lo anterior, se concretó sólo el día 9 de diciembre de 2008 y fue atendida por dicha entidad iniciando su tratamiento y hasta el 15 de noviembre de 2009, fecha en la cual le fue dada el alta médica. Que al día siguiente se reincorporó a su trabajo y en la tarde del día 17 de noviembre de 2009 a las 17:00 horas fue llamada por la Jefa Sra. Marta Hernández y de forma verbal le comunica que está despedida Que el Informe Médico de Lesiones de la Mutual de Seguridad de fecha 29 de octubre de 2009, señala en la parte pertinente que sus lesiones se debe a un atrapamiento de dedo pulgar con polea de maquinaria mientras realizaba labores de trabajo, lo que según apreciación clínica es concordante con su relato, lo que le ha ocasionado 300 días de incapacidad laboral, amparado por la ley N° 16.744. Que el Informe Médico de la Mutual de fecha 9 de noviembre de 2009, en la parte pertinente señala que el 21 de enero del año 2009 se realiza alargamiento del 1° MTC, con evolución favorable, efectuando además en mayo de 2009, cirugía de injerto, señala además que se encuentra utilizando ortoprótesis, con buena tolerancia, con controles ambulatorios con Traumatología, fisiatrías y Terapia Ocupacional. Agrega que el Informe médico de secuelas N° 457 de 17 de diciembre de 2009 de la Mutual de Seguridad señala que su diagnóstico clínico definitivo es AMPUTACIÓN PULGAR IZQUIERDO NIVEL MTC F y que sufre secuelas de accidente del trabajo verificado por exámenes clínicos y de imagenología. Que debió ser sometida a tratamiento de especialidad quirúrgico de alargamiento de pulgar y rehabilitación.

468

I. SENTENCIA DEL JUZGADO DE LETRAS DEL TRABAJO

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol N°: O-368-2010 Cita online: CL/JUR/14818/2010

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol N°: O-368-2010 Cita online: CL/JUR/14818/2010

I. SENTENCIA DEL JUZGADO DE LETRAS DEL TRABAJO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Santiago, diez de mayo de dos mil diez. VISTO, OÍDOS Y CONSIDERANDO: PRIMERO: Que doña Irasema Guevara Clavo, trabajadora, de nacionalidad peruana, cédula de identidad N° 22.309.879 7, domiciliada en Avenida Recoleta N° 2705, comuna de Recoleta, interpone demanda en procedimiento de aplicación general por indemnización de perjuicios por accidente del trabajo, en contra de su ex_empleadora Felipe Andrés Pardo Hernández, factor de comercio, cédula de identidad N° 15.311.442 0, con domicilio en El Roble N° 674 y en Gabriel Palma N° 992 ambos de la comuna de Recoleta y solidariamente o de manera conjunta, atendidas las normas del subcontrato en contra de la empresa Comercializadora de Plásticos Tecnoplast Limitada, RUT N° 76.107.820 8, representada legalmente por doña Marta Hernández Rojas, ignora cédula de identidad, factor de comercio, domiciliada en calle Gabriel Palma N° 992 ambos de la comuna de Recoleta. Indica que comenzó a prestar servicios para Felipe Pardo Hernández con fecha 23 de octubre de 2008, siendo su remuneración bruta mensual promedio de los tres últimos meses la cantidad de $ 195.000. Que fue contratada exclusivamente como operaria en la empresa Comercializadora de Plásticos Tecnoplast Ltda. y se desempeñaba como operaria en plástico de la empresa. Que con fecha 22 de noviembre de 2008, siendo aproximadamente las 9 de la mañana y mientras se desempeñaba en sus funciones se le ordenó trabajar en la máquina llamada Molino recogiendo el material que arrojaba la máquina, cuando en esos momento la polea de la máquina le atrapó el dedo pulgar izquierdo, esto a causa que la máquina no se encontraba con fijaciones, ni afirmada, y vibraba y la polea no tenía protección para el operario, por lo que se lo amputó. Al gritar, acudió el señor Eduardo (encargado de producción de la empresa) quien la trasladó de urgencia al Hospital San José por cuanto sólo contaba con FONASA A y sin un seguro para el caso de accidentes del trabajo, donde se le realizó una regularización ósea a nivel de MTC distal. En dicho centro asistencial recibió su primera operación en el muñón que había quedado de su dedo pulgar izquierdo, dándole el alta médica luego de un par de días de quedar hospitalizada. Luego el 25 de noviembre del año 2008 le pidió a su jefe doña Marta Hernández que le hiciera el contrato de trabajo con las imposiciones retroactivas reuniendo así los requisitos para ser atendida en la Mutual de Seguridad. Lo anterior, se concretó sólo el día 9 de diciembre de 2008 y fue atendida por dicha entidad iniciando su tratamiento y hasta el 15 de noviembre de 2009, fecha en la cual le fue dada el alta médica. Que al día siguiente se reincorporó a su trabajo y en la tarde del día 17 de noviembre de 2009 a las 17:00 horas fue llamada por la Jefa Sra. Marta Hernández y de forma verbal le comunica que está despedida Que el Informe Médico de Lesiones de la Mutual de Seguridad de fecha 29 de octubre de 2009, señala en la parte pertinente que sus lesiones se debe a un atrapamiento de dedo pulgar con polea de maquinaria mientras realizaba labores de trabajo, lo que según apreciación clínica es concordante con su relato, lo que le ha ocasionado 300 días de incapacidad laboral, amparado por la ley N° 16.744. Que el Informe Médico de la Mutual de fecha 9 de noviembre de 2009, en la parte pertinente señala que el 21 de enero del año 2009 se realiza alargamiento del 1° MTC, con evolución favorable, efectuando además en mayo de 2009, cirugía de injerto, señala además que se encuentra utilizando ortoprótesis, con buena tolerancia, con controles ambulatorios con Traumatología, fisiatrías y Terapia Ocupacional. Agrega que el Informe médico de secuelas N° 457 de 17 de diciembre de 2009 de la Mutual de Seguridad señala que su diagnóstico clínico definitivo es AMPUTACIÓN PULGAR IZQUIERDO NIVEL MTC F y que sufre secuelas de accidente del trabajo verificado por exámenes clínicos y de imagenología. Que debió ser sometida a tratamiento de especialidad quirúrgico de alargamiento de pulgar y rehabilitación.

468

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

469

Que mediante resolución exenta N°622 de 14 de enero de 2010 la Comisión Preventiva de Invalidez Subcomisión Norte de la SEREMI de Salud de la Región Metropolitana emitió su certificado de discapacidad y certifica que es portadora de un 27,5% de su discapacidad física visible y permanente conforme a la evaluación de los antecedentes médicos y administrativos efectuada por esa Subcomisión, dejando establecido su diagnóstico Amputación Traumática Pulgar Izquierdo (S/69) la que no requiere de reevaluación. Concluye que de haber contado con la correcta protección, premunida de elementos de seguridad eficaces el día del accidente y con los conocimientos del entorno donde ocurrió la suma de la falta de todos esos elementos y negligencias por parte de la empresa se configuró el accidente ya descrito. Señala que al momento del accidente no había ningún supervisor de seguridad, ni experto en prevención de riesgos, ni integrante de comité paritario de higiene y seguridad alguno en el lugar de los hechos. Que en toda esta acción no se tomó en cuenta por parte de las jefaturas de la demandada las medidas de coordinación y seguridad necesarias para que se realizara su trabajo sin riesgos de accidentes. Que a su entender las causas básicas de su accidente se debieron: 1. la no existencia de registro de una evaluación de riesgos previa al inicio de los trabajos. 2. falta de procedimientos de TRABAJO SEGURO, para las distintas actividades que realiza la empresa. 3. falta de elementos de protección personal adecuados para realizar este tipo de trabajos, debido a que lo hacía sin los elementos de seguridad necesarios y sin el conocimiento adecuado de la mecánica, no contar con las herramientas adecuadas y recomendadas para estos trabajos. 4. la nula instrucción del trabajo con máquinas moledoras de materiales de plásticos. 5. no contar con protección para las manos y cara adecuada para prevenir la proyección de materiales o de lesiones al manipularla. 6. falta de procedimiento de trabajo seguro. Además, señala, el empleador debe establecer un Registro de la Entrega del Reglamento Interno de Higiene y Seguridad, el cual debe establecer la fecha y firma de recepción por parte de los trabajadores lo que en la especie no sucedió. Respecto a informar los riesgos laborales conforme al DS N° 50 no se le entregaba. En cuanto a los daños y perjuicios, indica que el tratamiento médico al que ha sido sometida, comenzó el día de su accidente luego de un intenso y doloroso trabajo de recuperación, su rehabilitación ha sido lenta, pues hasta el día de hoy sufre de intensos dolores físicos debido al tratamiento de estiramiento del pulgar con tornillos siendo sometida a intensas terapias físicas y psíquicas y que sus secuelas han sido invalidantes. Señala el concepto de amputación y que sus síntomas se encuentran reafirmados por las radiografías, que dado que fue asistida por organismos de la ley N° 16.744 no cabe duda que su accidente fue de tipo laboral. Agrega que su recuperación ha sido lenta, con un costo económico y emocional alto para ella y su familia que ha sufrido con ella cada uno de los vejámenes y necesidades de sus extensas atenciones médicas como de su recuperación, de diversos exámenes de alto costo. Medicamentos y de sus necesidades más básicas. Que sigue en terapia en el Hospital del Trabajador de Santiago y que a raíz del accidente ya no existe alegría en su persona, ni se siente bien con su persona que la enorgullecía hasta el día de su accidente, toda vez que sufre de daños físicos y neurológicos de consideración como psicológicos en evaluación. Que a la fecha del accidente tenía 24 años de edad. Señala que ha sido víctima de un perjuicio de sufrimiento, de un perjuicio de agrado y de un perjuicio estético, en cuanto al primero, sigue en dolorosos tratamientos a la fecha pues sus daños físicos son de bastante gravedad. Además ha sido víctima de un grave daño psicológico como lo es el stress post traumático y el síndrome depresivo reactivo, todo lo cual la mantiene en una fuerte neurosis y angustia que se ha traspasado a su familia la cual ha vivido diariamente su deterioro porque está dañada psíquica y físicamente. En cuanto a los perjuicios estéticos presenta pérdida parcial de movimiento o control muscular en la mano izquierda; pérdida parcial de sensación y pérdida de sensación de temperatura en la mano izquierda; hormigueo en la mano izquierda y cefaleas permanentes.

Que mediante resolución exenta N°622 de 14 de enero de 2010 la Comisión Preventiva de Invalidez Subcomisión Norte de la SEREMI de Salud de la Región Metropolitana emitió su certificado de discapacidad y certifica que es portadora de un 27,5% de su discapacidad física visible y permanente conforme a la evaluación de los antecedentes médicos y administrativos efectuada por esa Subcomisión, dejando establecido su diagnóstico Amputación Traumática Pulgar Izquierdo (S/69) la que no requiere de reevaluación. Concluye que de haber contado con la correcta protección, premunida de elementos de seguridad eficaces el día del accidente y con los conocimientos del entorno donde ocurrió la suma de la falta de todos esos elementos y negligencias por parte de la empresa se configuró el accidente ya descrito. Señala que al momento del accidente no había ningún supervisor de seguridad, ni experto en prevención de riesgos, ni integrante de comité paritario de higiene y seguridad alguno en el lugar de los hechos. Que en toda esta acción no se tomó en cuenta por parte de las jefaturas de la demandada las medidas de coordinación y seguridad necesarias para que se realizara su trabajo sin riesgos de accidentes. Que a su entender las causas básicas de su accidente se debieron: 1. la no existencia de registro de una evaluación de riesgos previa al inicio de los trabajos. 2. falta de procedimientos de TRABAJO SEGURO, para las distintas actividades que realiza la empresa. 3. falta de elementos de protección personal adecuados para realizar este tipo de trabajos, debido a que lo hacía sin los elementos de seguridad necesarios y sin el conocimiento adecuado de la mecánica, no contar con las herramientas adecuadas y recomendadas para estos trabajos. 4. la nula instrucción del trabajo con máquinas moledoras de materiales de plásticos. 5. no contar con protección para las manos y cara adecuada para prevenir la proyección de materiales o de lesiones al manipularla. 6. falta de procedimiento de trabajo seguro. Además, señala, el empleador debe establecer un Registro de la Entrega del Reglamento Interno de Higiene y Seguridad, el cual debe establecer la fecha y firma de recepción por parte de los trabajadores lo que en la especie no sucedió. Respecto a informar los riesgos laborales conforme al DS N° 50 no se le entregaba. En cuanto a los daños y perjuicios, indica que el tratamiento médico al que ha sido sometida, comenzó el día de su accidente luego de un intenso y doloroso trabajo de recuperación, su rehabilitación ha sido lenta, pues hasta el día de hoy sufre de intensos dolores físicos debido al tratamiento de estiramiento del pulgar con tornillos siendo sometida a intensas terapias físicas y psíquicas y que sus secuelas han sido invalidantes. Señala el concepto de amputación y que sus síntomas se encuentran reafirmados por las radiografías, que dado que fue asistida por organismos de la ley N° 16.744 no cabe duda que su accidente fue de tipo laboral. Agrega que su recuperación ha sido lenta, con un costo económico y emocional alto para ella y su familia que ha sufrido con ella cada uno de los vejámenes y necesidades de sus extensas atenciones médicas como de su recuperación, de diversos exámenes de alto costo. Medicamentos y de sus necesidades más básicas. Que sigue en terapia en el Hospital del Trabajador de Santiago y que a raíz del accidente ya no existe alegría en su persona, ni se siente bien con su persona que la enorgullecía hasta el día de su accidente, toda vez que sufre de daños físicos y neurológicos de consideración como psicológicos en evaluación. Que a la fecha del accidente tenía 24 años de edad. Señala que ha sido víctima de un perjuicio de sufrimiento, de un perjuicio de agrado y de un perjuicio estético, en cuanto al primero, sigue en dolorosos tratamientos a la fecha pues sus daños físicos son de bastante gravedad. Además ha sido víctima de un grave daño psicológico como lo es el stress post traumático y el síndrome depresivo reactivo, todo lo cual la mantiene en una fuerte neurosis y angustia que se ha traspasado a su familia la cual ha vivido diariamente su deterioro porque está dañada psíquica y físicamente. En cuanto a los perjuicios estéticos presenta pérdida parcial de movimiento o control muscular en la mano izquierda; pérdida parcial de sensación y pérdida de sensación de temperatura en la mano izquierda; hormigueo en la mano izquierda y cefaleas permanentes. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

469

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Todo lo cual la hace aparecer frente a sus semejantes como una minusválida física y mental ya que debe soportar no sólo su conocimiento del accidente, sino que las miradas de terceros porque lleva una ortoprótesis en la mano que no puede esconder y por lo que otros empleadores no la contratan a simple vista. Que ha sido víctima de un perjuicio de agrado pues las lesiones le han privado de satisfacciones de orden social, mundano y de entretención que normalmente benefician a una persona de su edad y condición cultural y social y los dolorosos tratamientos médicos que le han significado la pérdida de todos los entretenimientos comunes y ordinarios de la vida, afectando incluso su salud mental, a su familia pues sus lesiones le han quitado lo más simple que es dar cariño sin salir de la casa para depender económicamente de su familia. En cuanto al derecho, señala que las empleadoras, han incumplido lo dispuesto en el artículo 184 del Código del Trabajo, pues no se contaba con un supervisor de seguridad que dirigiera las actuaciones y maniobras de los trabajadores, sin demarcación, señalética, que la empresa no contara con un experto profesional en Prevención de Riesgos, sin charlas de prevención, sin un Departamento de Prevención y sin contar con los elementos de seguridad adecuados para prevenir el accidente. Que este incumplimiento es la causa directa y necesaria de los daños que se le causaron a raíz del accidente laboral. Luego comenta un fallo de la Excma. Corte Suprema, para luego señalar que la obligación de seguridad se encuentra reconocida en Tratados Internacionales, por la Constitución Política y por la Corte Suprema, detallando las disposiciones y fuentes. Señala otras infracciones a las normas laborales y de Seguridad Social en que ha incurrido la demandada: a) Infracción a los artículos 66 del la ley N° 16.744 y 210 del Código del Trabajo en relación con los artículos 3; 11 acápite 1°, 36, 37 inciso 1° y 53 acápite 1° del DS N° 594 de 1999 b) Infracción a los artículos 66 de la ley N° 16.744 y 210 del Código del Trabajo en relación a los números 1 y 2 del artículo 24 del DS N° 54 de 1969 c) Infracción a los artículos 66 y 68 de la ley N° 16.744 en relación a los artículos 210 del Código del trabajo y 68 y artículos 8, 14, 21 y siguientes del DS N° 40 de 1969. d) Infracción al artículo 187 del Código del Trabajo y artículo 68 de la ley N° 16.744. En cuanto a las indemnizaciones que reclama, señala que éstas deben cubrir en su caso tanto el lucro cesante y el daño moral, englobando en lo último no sólo los daños psicológicos sino también los perjuicios estéticos y los perjuicios de agrado. En cuanto al lucro cesante señala que los artículos 19 n°1 de la Constitución y los artículos 1556 y 1557 del Código Civil consagran el principio de la reparación integral del daño y que ha quedado con limitaciones físicas y psicológicas irreversibles por lo que ve muy difícil retornar a futuro a su actividad ni ninguna otra ya que ha visto sus posibilidades laborales disminuidas, por lo que demanda la suma única y total de $ 38.500.000, que no representa su última remuneración mensual, proyectada hasta que cumpla 65 años de edad si no que toda aquella pérdida futura que representan sus daños físicos, sus limitaciones de no poder realizar sus trabajaos y ver como su stress post traumático y la depresión que crece en sus pensamientos día y noche que no poder realizar un trabajo y ahora ya no puede realizar. O en subsidio la cantidad mayor o menor que el tribunal se sirva fijar. En cuanto al daño moral, señala que a raíz del accidente se ve impedida de desempeñarse adecuadamente en todo tipo de trabajos, específicamente en sus labores como Operaria en Plástico que es la única actividad laboral que conoce por lo que solicita la suma de $ 40.000.000 por daño moral propiamente tal o perjuicios de sufrimiento, estéticos y de agrado, o la que el tribunal determine mayor o menor. Solicita además los reajustes, intereses y costas de la causa. SEGUNDO: Que en tiempo y forma, comparece don FELIPE ANDRÉS PARDO HERNÁNDEZ, estudiante, quien contestando la demanda solicita su rechazo en todas sus partes, negando en forma concreta y expresa los hechos y el derecho invocado, con costas por los siguientes fundamentos: En primer término, hace presente que efectivamente la demandante comenzó a prestar servicios en octubre del año 2008 pero su remuneración mensual fue de $ 159.000 como sueldo base.

470

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Todo lo cual la hace aparecer frente a sus semejantes como una minusválida física y mental ya que debe soportar no sólo su conocimiento del accidente, sino que las miradas de terceros porque lleva una ortoprótesis en la mano que no puede esconder y por lo que otros empleadores no la contratan a simple vista. Que ha sido víctima de un perjuicio de agrado pues las lesiones le han privado de satisfacciones de orden social, mundano y de entretención que normalmente benefician a una persona de su edad y condición cultural y social y los dolorosos tratamientos médicos que le han significado la pérdida de todos los entretenimientos comunes y ordinarios de la vida, afectando incluso su salud mental, a su familia pues sus lesiones le han quitado lo más simple que es dar cariño sin salir de la casa para depender económicamente de su familia. En cuanto al derecho, señala que las empleadoras, han incumplido lo dispuesto en el artículo 184 del Código del Trabajo, pues no se contaba con un supervisor de seguridad que dirigiera las actuaciones y maniobras de los trabajadores, sin demarcación, señalética, que la empresa no contara con un experto profesional en Prevención de Riesgos, sin charlas de prevención, sin un Departamento de Prevención y sin contar con los elementos de seguridad adecuados para prevenir el accidente. Que este incumplimiento es la causa directa y necesaria de los daños que se le causaron a raíz del accidente laboral. Luego comenta un fallo de la Excma. Corte Suprema, para luego señalar que la obligación de seguridad se encuentra reconocida en Tratados Internacionales, por la Constitución Política y por la Corte Suprema, detallando las disposiciones y fuentes. Señala otras infracciones a las normas laborales y de Seguridad Social en que ha incurrido la demandada: a) Infracción a los artículos 66 del la ley N° 16.744 y 210 del Código del Trabajo en relación con los artículos 3; 11 acápite 1°, 36, 37 inciso 1° y 53 acápite 1° del DS N° 594 de 1999 b) Infracción a los artículos 66 de la ley N° 16.744 y 210 del Código del Trabajo en relación a los números 1 y 2 del artículo 24 del DS N° 54 de 1969 c) Infracción a los artículos 66 y 68 de la ley N° 16.744 en relación a los artículos 210 del Código del trabajo y 68 y artículos 8, 14, 21 y siguientes del DS N° 40 de 1969. d) Infracción al artículo 187 del Código del Trabajo y artículo 68 de la ley N° 16.744. En cuanto a las indemnizaciones que reclama, señala que éstas deben cubrir en su caso tanto el lucro cesante y el daño moral, englobando en lo último no sólo los daños psicológicos sino también los perjuicios estéticos y los perjuicios de agrado. En cuanto al lucro cesante señala que los artículos 19 n°1 de la Constitución y los artículos 1556 y 1557 del Código Civil consagran el principio de la reparación integral del daño y que ha quedado con limitaciones físicas y psicológicas irreversibles por lo que ve muy difícil retornar a futuro a su actividad ni ninguna otra ya que ha visto sus posibilidades laborales disminuidas, por lo que demanda la suma única y total de $ 38.500.000, que no representa su última remuneración mensual, proyectada hasta que cumpla 65 años de edad si no que toda aquella pérdida futura que representan sus daños físicos, sus limitaciones de no poder realizar sus trabajaos y ver como su stress post traumático y la depresión que crece en sus pensamientos día y noche que no poder realizar un trabajo y ahora ya no puede realizar. O en subsidio la cantidad mayor o menor que el tribunal se sirva fijar. En cuanto al daño moral, señala que a raíz del accidente se ve impedida de desempeñarse adecuadamente en todo tipo de trabajos, específicamente en sus labores como Operaria en Plástico que es la única actividad laboral que conoce por lo que solicita la suma de $ 40.000.000 por daño moral propiamente tal o perjuicios de sufrimiento, estéticos y de agrado, o la que el tribunal determine mayor o menor. Solicita además los reajustes, intereses y costas de la causa. SEGUNDO: Que en tiempo y forma, comparece don FELIPE ANDRÉS PARDO HERNÁNDEZ, estudiante, quien contestando la demanda solicita su rechazo en todas sus partes, negando en forma concreta y expresa los hechos y el derecho invocado, con costas por los siguientes fundamentos: En primer término, hace presente que efectivamente la demandante comenzó a prestar servicios en octubre del año 2008 pero su remuneración mensual fue de $ 159.000 como sueldo base.

470

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

471

Que sus funciones en el taller de reciclaje era manipular material de desecho o basura plástica, es decir, moler, lavar, secar y finalmente procesar el plástico. Que junto con la demandante, en la época de su contratación llegaron dos ciudadanos peruanos más a desempeñar la misma función que la actora y se les explicó enseguida que se trataba de un taller artesanal que cuenta sólo con tres maquinarias las que consistían en un equipo de peletisador, un molino y un aglomerador, lo que era un trabajo básico y sucio y no obstante, ellos aceptaron por cuanto manifestaron haber trabajado en iguales o peores condiciones en el trabajo anterior donde tomaban mucho peso. Que el lugar donde ocurrieron los hechos es un Taller Artesanal de reciclaje de Plástico que cuenta con apenas tres maquinarias que no son de su propiedad ya que están dadas en arrendamiento como asimismo el local y la cantidad de operarios que se desempeñan en él de manera permanente no son más de 4 personas que son Eduardo Delgado, encargado de taller, Omar Cabrera que opera una de las máquinas, Marta Hernández que es su madre y es quien lo reemplaza cuando no puede estar materialmente en el taller y algunos trabajadores más que son contratados por temporadas sólo para efectos de cumplir con los pedidos más urgentes. Que fue en este escenario en que se contrató a la actora, que en cuanto al trabajo del taller, resume que se debe recibir el material que sale de un aglomerador donde se echan los tarros (de plástico) y salen triturados a un harnero desde el cual se recoge en una caja para luego echarlos a un molino el que se encuentra instalado en un patio para la caída de material del material, ya que allí se tienen tambores con agua para vaciar lo molido y lavarlo, posteriormente se tiran en tableros dispuestos en el suelo para vaciar lo molido y lavarlo, posteriormente se tiran en tableros dispuestos en el suelo a fin de secar para luego procesar. Que el día del accidente se encontraban trabajando el encargado Sr. Delgado, don Omar Cabrera que es operador de máquinas de plástico y tres trabajadores más, dentro de las cuales se encontraba la actora. Que don Eduardo distribuyó las tareas, Cabrera en la máquina, la demandante y su compañera en el aglomerador y Fernando, otro operario, en el molino. La actividad comenzó a las 8:30 se tenía que triturar material y luego moler para comenzar a lavar. Que a la demandante no se le dijo en ningún momento que fuera a recoger material, ya que éste se debe juntar en grandes cantidades para luego que se termina de moler proceder a lavarlo y como había transcurrido sólo media hora de la iniciación de las labores, aún no se había juntado suficiente material y mucho menos 500 kilos, como lo manifestó la demandante en su pretensión. Según Fernando las muchachas se encontraban conversando y riendo cuando fue el accidente e Irasema metió imprudentemente la mano a la correa de la polea motriz del molino. Que al momento del accidente la actora usaba guantes de seguridad en ambas manos y después de transcurridos los hechos se desprendió de manera violenta el guante lo que provocó el desprendimiento de la extremidad que perdió en definitiva. Que es efectivo que se la llevó de urgencia al Hospital San José porque dado que la actividad desarrollada es tan básica no se cuenta con los medios suficientes y no se encontraba asociado a ningún tipo de Mutualidad lo que por cierto no constituye una falta sobre todo como la propia ley N° 16.744 faculta para llevar al accidentado a un centro asistencial cuando por la urgencia o cercanía del lugar así lo requiera, con lo que se cumplió de inmediato de ocurrido el accidente. Que no se discute ni la relación laboral con la actora, ni que el accidente que sufrió sea accidente del trabajo, se discute la culpabilidad del empleador por cuanto existió de parte de la actora un actuar negligente, sobre todo conociendo de antemano y aceptando las condiciones de trabajo en las que se debía desempeñar y en particular en el día de ocurrido los hechos desobedeciendo una orden directa del encargado del cumplimiento de las faenas. Que asimismo la demandante contaba con guantes de seguridad al momento del accidente y que por la premura e impresión comprensibles después de ocurrido el accidente retiró de manera violenta, lo que puede haber provocado tal vez la pérdida definitiva de la que fue víctima, lo que no es imputable al empleador. En cuanto a las imputaciones hechas por no cumplir con normas de prevensión de riesgos, como mantener un Comité Paritario o contar con un experto en prevención de riesgos, señala que de acuerdo al artículo 1 inciso 1° del DS 54 de 1969 se establece la obligación de contar con un comité paritario en aquellas empresas en que trabajen más de 25 personas, que no es el caso del taller en cuestión. En

Que sus funciones en el taller de reciclaje era manipular material de desecho o basura plástica, es decir, moler, lavar, secar y finalmente procesar el plástico. Que junto con la demandante, en la época de su contratación llegaron dos ciudadanos peruanos más a desempeñar la misma función que la actora y se les explicó enseguida que se trataba de un taller artesanal que cuenta sólo con tres maquinarias las que consistían en un equipo de peletisador, un molino y un aglomerador, lo que era un trabajo básico y sucio y no obstante, ellos aceptaron por cuanto manifestaron haber trabajado en iguales o peores condiciones en el trabajo anterior donde tomaban mucho peso. Que el lugar donde ocurrieron los hechos es un Taller Artesanal de reciclaje de Plástico que cuenta con apenas tres maquinarias que no son de su propiedad ya que están dadas en arrendamiento como asimismo el local y la cantidad de operarios que se desempeñan en él de manera permanente no son más de 4 personas que son Eduardo Delgado, encargado de taller, Omar Cabrera que opera una de las máquinas, Marta Hernández que es su madre y es quien lo reemplaza cuando no puede estar materialmente en el taller y algunos trabajadores más que son contratados por temporadas sólo para efectos de cumplir con los pedidos más urgentes. Que fue en este escenario en que se contrató a la actora, que en cuanto al trabajo del taller, resume que se debe recibir el material que sale de un aglomerador donde se echan los tarros (de plástico) y salen triturados a un harnero desde el cual se recoge en una caja para luego echarlos a un molino el que se encuentra instalado en un patio para la caída de material del material, ya que allí se tienen tambores con agua para vaciar lo molido y lavarlo, posteriormente se tiran en tableros dispuestos en el suelo para vaciar lo molido y lavarlo, posteriormente se tiran en tableros dispuestos en el suelo a fin de secar para luego procesar. Que el día del accidente se encontraban trabajando el encargado Sr. Delgado, don Omar Cabrera que es operador de máquinas de plástico y tres trabajadores más, dentro de las cuales se encontraba la actora. Que don Eduardo distribuyó las tareas, Cabrera en la máquina, la demandante y su compañera en el aglomerador y Fernando, otro operario, en el molino. La actividad comenzó a las 8:30 se tenía que triturar material y luego moler para comenzar a lavar. Que a la demandante no se le dijo en ningún momento que fuera a recoger material, ya que éste se debe juntar en grandes cantidades para luego que se termina de moler proceder a lavarlo y como había transcurrido sólo media hora de la iniciación de las labores, aún no se había juntado suficiente material y mucho menos 500 kilos, como lo manifestó la demandante en su pretensión. Según Fernando las muchachas se encontraban conversando y riendo cuando fue el accidente e Irasema metió imprudentemente la mano a la correa de la polea motriz del molino. Que al momento del accidente la actora usaba guantes de seguridad en ambas manos y después de transcurridos los hechos se desprendió de manera violenta el guante lo que provocó el desprendimiento de la extremidad que perdió en definitiva. Que es efectivo que se la llevó de urgencia al Hospital San José porque dado que la actividad desarrollada es tan básica no se cuenta con los medios suficientes y no se encontraba asociado a ningún tipo de Mutualidad lo que por cierto no constituye una falta sobre todo como la propia ley N° 16.744 faculta para llevar al accidentado a un centro asistencial cuando por la urgencia o cercanía del lugar así lo requiera, con lo que se cumplió de inmediato de ocurrido el accidente. Que no se discute ni la relación laboral con la actora, ni que el accidente que sufrió sea accidente del trabajo, se discute la culpabilidad del empleador por cuanto existió de parte de la actora un actuar negligente, sobre todo conociendo de antemano y aceptando las condiciones de trabajo en las que se debía desempeñar y en particular en el día de ocurrido los hechos desobedeciendo una orden directa del encargado del cumplimiento de las faenas. Que asimismo la demandante contaba con guantes de seguridad al momento del accidente y que por la premura e impresión comprensibles después de ocurrido el accidente retiró de manera violenta, lo que puede haber provocado tal vez la pérdida definitiva de la que fue víctima, lo que no es imputable al empleador. En cuanto a las imputaciones hechas por no cumplir con normas de prevensión de riesgos, como mantener un Comité Paritario o contar con un experto en prevención de riesgos, señala que de acuerdo al artículo 1 inciso 1° del DS 54 de 1969 se establece la obligación de contar con un comité paritario en aquellas empresas en que trabajen más de 25 personas, que no es el caso del taller en cuestión. En ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

471

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

cuanto al estado de las máquinas utilizadas para el cumplimiento de las labores, se encontraban en buenas condiciones para ser utilizadas sin que por ello significara un peligro para sus operarios. Respecto de las indemnizaciones solicitadas, en cuanto al lucro cesante señala que la jurisprudencia ha señalado que para que proceda el daño debe ser real y cierto por tanto debe ser probado en miras a determinar su monto o un acercamiento razonable y en ningún caso se puede calcular en forma hipotética, como lo pretende la actora al sacar una proporción del grado de invalidez declarado y los años que eventualmente podrá seguir trabajando. Cita jurisprudencia. Asimismo el daño moral resulta desmedido en atención al grado de invalidez declarado tomando en consideración que la demandante no se encuentra incapacitada en un 100% y puede desempeñarse en un trabajo sin mayores problemas. TERCERO: Que la empresa demandada solidaria, no obstante encontrarse legalmente notificada, no contestó la demanda en la oportunidad prevista por el artículo 452 del Código del Trabajo, precluyendo por ello su derecho a pronunciarse sobre los hechos contenidos en la demanda, aceptándolos o negándolos en forma expresa y concreta como lo señala la norma legal precitada. CUARTO: Que se llevó a efecto la audiencia preparatoria con la presencia de todas las partes. El tribunal llamó a conciliación, sin resultados positivos, sin embargo, por acuerdo de las partes se fijaron como hechos no controvertidos los siguientes: 1. Efectividad que la actora fue contratada por don Felipe Pardo con fecha 23 de octubre del año 2008. 2. Efectividad que la demandante percibía una remuneración de $ 195.000. 3. La trabajadora era operaria de la Comercializadora de Plásticos Tecnoplast Ltda. 4. Que con fecha 22 de noviembre de 2008, la trabajadora recogiendo el material que arrojaba la máquina Molino se produce el accidente ya que la polea de la máquina le atrapó el dedo pulgar izquierdo. 5. Después de producido el accidente la actora fue llevada al Hospital San José donde habría recibido la primera operación en el muñón. 6. Efectividad que al momento del accidente los demandados no estaban afiliados a ninguna Mutual de Seguridad. 7. Efectividad que la trabajadora al momento del accidente de trabajo se encontraba prestando servicios en dependencias de la Comercializadora de Plásticos Tecnoplast Ltda. 8. Efectividad que los demandados no cuentan con un Comité Paritario. Posteriormente se recibe la causa a prueba y se fijaron como hechos a probar los siguientes: 1. Causas que produjeron el accidente sufrido por la trabajadora. 2. Efectividad que las demandadas habrían tomado las medidas necesarias para evitar eficazmente el accidente sufrido por la demandante. 3. Efectividad que la actora se expuso imprudentemente al accidente. 4. Naturaleza, características y monto de los daños sufridos por la demandante. 5. Grado de incapacidad de la actora. QUINTO: Que en la audiencia de juicio, la parte demandante incorporó la siguiente prueba: DOCUMENTAL: La parte demandante incorpora en la audiencia de juicio, los siguientes documentos: 1) Copia de la declaración individual de accidente del trabajo de fecha 28 de noviembre de 2008. 2) Original de orden de atención por ley N° 16.744, de la actora por el Instituto de Seguridad Laboral en que se derivó a la trabajadora a la Mutual de Seguridad de fecha 29 de diciembre de 2009. 3) Informe médico de lesiones de la Mutual de Seguridad de fecha 29 de octubre de 2009. 4) Informe médico de la Mutual de Seguridad de fecha 9 de noviembre de 2009, en donde se informa la situación clínica de la paciente y tratamientos. 5) Informe médico de secuela N° 457 de 17 de diciembre de 2009 dirigida por la Mutual de Seguridad al Compin. 6) Certificado de discapacidad de la actora resolución exenta N° 2313 de 4 de marzo de 2009 emitida por Seremi región Metropolitana. 7) resolución exenta N° 622 de 14 de enero de 2010 emitida por Compin Norte.

472

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

cuanto al estado de las máquinas utilizadas para el cumplimiento de las labores, se encontraban en buenas condiciones para ser utilizadas sin que por ello significara un peligro para sus operarios. Respecto de las indemnizaciones solicitadas, en cuanto al lucro cesante señala que la jurisprudencia ha señalado que para que proceda el daño debe ser real y cierto por tanto debe ser probado en miras a determinar su monto o un acercamiento razonable y en ningún caso se puede calcular en forma hipotética, como lo pretende la actora al sacar una proporción del grado de invalidez declarado y los años que eventualmente podrá seguir trabajando. Cita jurisprudencia. Asimismo el daño moral resulta desmedido en atención al grado de invalidez declarado tomando en consideración que la demandante no se encuentra incapacitada en un 100% y puede desempeñarse en un trabajo sin mayores problemas. TERCERO: Que la empresa demandada solidaria, no obstante encontrarse legalmente notificada, no contestó la demanda en la oportunidad prevista por el artículo 452 del Código del Trabajo, precluyendo por ello su derecho a pronunciarse sobre los hechos contenidos en la demanda, aceptándolos o negándolos en forma expresa y concreta como lo señala la norma legal precitada. CUARTO: Que se llevó a efecto la audiencia preparatoria con la presencia de todas las partes. El tribunal llamó a conciliación, sin resultados positivos, sin embargo, por acuerdo de las partes se fijaron como hechos no controvertidos los siguientes: 1. Efectividad que la actora fue contratada por don Felipe Pardo con fecha 23 de octubre del año 2008. 2. Efectividad que la demandante percibía una remuneración de $ 195.000. 3. La trabajadora era operaria de la Comercializadora de Plásticos Tecnoplast Ltda. 4. Que con fecha 22 de noviembre de 2008, la trabajadora recogiendo el material que arrojaba la máquina Molino se produce el accidente ya que la polea de la máquina le atrapó el dedo pulgar izquierdo. 5. Después de producido el accidente la actora fue llevada al Hospital San José donde habría recibido la primera operación en el muñón. 6. Efectividad que al momento del accidente los demandados no estaban afiliados a ninguna Mutual de Seguridad. 7. Efectividad que la trabajadora al momento del accidente de trabajo se encontraba prestando servicios en dependencias de la Comercializadora de Plásticos Tecnoplast Ltda. 8. Efectividad que los demandados no cuentan con un Comité Paritario. Posteriormente se recibe la causa a prueba y se fijaron como hechos a probar los siguientes: 1. Causas que produjeron el accidente sufrido por la trabajadora. 2. Efectividad que las demandadas habrían tomado las medidas necesarias para evitar eficazmente el accidente sufrido por la demandante. 3. Efectividad que la actora se expuso imprudentemente al accidente. 4. Naturaleza, características y monto de los daños sufridos por la demandante. 5. Grado de incapacidad de la actora. QUINTO: Que en la audiencia de juicio, la parte demandante incorporó la siguiente prueba: DOCUMENTAL: La parte demandante incorpora en la audiencia de juicio, los siguientes documentos: 1) Copia de la declaración individual de accidente del trabajo de fecha 28 de noviembre de 2008. 2) Original de orden de atención por ley N° 16.744, de la actora por el Instituto de Seguridad Laboral en que se derivó a la trabajadora a la Mutual de Seguridad de fecha 29 de diciembre de 2009. 3) Informe médico de lesiones de la Mutual de Seguridad de fecha 29 de octubre de 2009. 4) Informe médico de la Mutual de Seguridad de fecha 9 de noviembre de 2009, en donde se informa la situación clínica de la paciente y tratamientos. 5) Informe médico de secuela N° 457 de 17 de diciembre de 2009 dirigida por la Mutual de Seguridad al Compin. 6) Certificado de discapacidad de la actora resolución exenta N° 2313 de 4 de marzo de 2009 emitida por Seremi región Metropolitana. 7) resolución exenta N° 622 de 14 de enero de 2010 emitida por Compin Norte.

472

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

473

8) Tres recetas originales de medicamentos de la actora ordenadas por la Mutual de Seguridad de abril de 2009, 23 de julio de 2009 y otra sin fecha. 9) Dos certificados Epicrisis de la Mutual de Seguridad correspondientes a la actora de 23 de enero de 2009 y 15 de mayo de 2009. 10) Setenta y dos certificaciones de atención emitidas por la Mutual de Seguridad desde el 2 de diciembre de 2008 al 9 de noviembre de 2009. 11) Tres radiografías emitidas por la Mutual de Seguridad cada una con el nombre de la actora. CONFESIONAL: Comparece Felipe Pardo Hernández, quien presta confesión señalando: Que la empresa no existe ahora, que no recuerda cual era el giro, reciclaje de material, basura plástico, que se reciclaba plástico. Que duró tres años, desde el 2007 al 2010. Que las personas que trabajaban ahí eran de 2 a 3 a 4 personas no era estable. Que la actora realizaba funciones de limpieza de material y lavado. Que todo el trabajo era sucio, existían bidones con agua y se limpiaba el material y luego se deja en una plancha para secado. No sabe ni la fecha del accidente ni que estaba haciendo la actora ese día. Señala que las máquinas son de fabricación italiana del año 1980. Que la actora no trabajaba en ninguna máquina, luego describe el funcionamiento de las máquinas. Que en el área del Molino ocurrió el accidente, desconoce las medidas de seguridad y que no tenían protección las poleas. Que las mantenciones se hacían una vez al mes por el técnico pero no hay registros. Que en cuanto a los implementos, se le facilitaban guantes y las instrucciones las daba el técnico. Que el deponente no se encontraba ese día en el lugar del accidente. Sabe que tuvo pérdida dedo mano izquierda y que no fue directamente atendida por la Mutual y fue derivada a lo que estaba más cerca de un Hospital cree. Que existen tres procesos una máquina que tritura que tiene poleas, se lava el material y se utilizan guantes, que luego se filtra el material y se transforma en pellets, allí el plástico húmedo se calienta. Que para el triturado se ocupan los mismos guantes que para el lavado. Que el Técnico era como el jefe comandaba el funcionamiento del taller. Comparece Marta Hernández Rojas, quien señala que conoce a la demandante, que trabajaba en el Taller del Roble, que le dio trabajo el técnico por el año 2008. Que el contrato decía operario plástico no es experta en plástico, que la actora aceptó trabajar con basura, desechos de plástico, aceptó lo sucio del plástico, que el plástico se lavaba y el técnico era el que operaba las máquinas. Que el día del accidente llegó más tarde y ya había ocurrido aquel y la llevaron al Hospital. Que ese día el operario les dijo que ella y otra persona tenían que estar en el aglomerador echando tarros. Que cualquiera ocupaba las máquinas que existía un Molino, una aglomeradora y una filtradora, que la actora operó el Molino, luego explica la máquina del Molino señala que la actora fue a conversar cerca de la máquina, se le pregunta si la máquina emite ruido y dice que sí y se le hace presente que como iba a conversar allí con el ruido de la misma. Respecto de las medidas de seguridad la polea no tenía protección pero nadie tenía que estar allí mientras funcionaba la máquina. Que no se efectuó investigación y que las mantenciones las hacía un técnico y no hay registros. Que no se puede meter una malla al Molino que en las máquinas no se metían las manos, que el material se sacaba con una especie de espátula grande. En cuanto a las lesiones sabe que fue en el pulgar izquierdo y que no estaba inscrita en la Mutual de Seguridad. TESTIMONIAL: Comparece: Sofía Mauricio Zárate, declara que conoce a la demandante como hace unos tres años, que son amigas, la conoce antes de su accidente, que antes era alegre, normal luego del accidente se puso mal le da verguenza, trauma de haber perdido un dedo, que se lo tapa cuando sale a la calle incluso con sus amigos, que no lo procesa aún, sabía que hace poco estaba yendo a la Mutual que ahora está en tratamiento psicológico antes en Terapia con Psicóloga, que la prótesis vino después. Comparece: Mario Azócar Ruz, de cuya declaración el tribunal prescindió dado que no es testigo de los hechos sino un Experto en Prevención de Riesgos y no fue ofrecido por la parte como perito. OFICIOS: Se incorpora respuesta oficio solicitado por la parte demandante, a la Mutual de Seguridad Memorandum Interno Meda/873/2010 de fecha 13 de abril de 2010. Se incorpora respuesta oficio solicitado por la parte demandante al Inspector del Trabajo de Santiago, Ordinario N° 000522 de 8 de abril del año 2010.

8) Tres recetas originales de medicamentos de la actora ordenadas por la Mutual de Seguridad de abril de 2009, 23 de julio de 2009 y otra sin fecha. 9) Dos certificados Epicrisis de la Mutual de Seguridad correspondientes a la actora de 23 de enero de 2009 y 15 de mayo de 2009. 10) Setenta y dos certificaciones de atención emitidas por la Mutual de Seguridad desde el 2 de diciembre de 2008 al 9 de noviembre de 2009. 11) Tres radiografías emitidas por la Mutual de Seguridad cada una con el nombre de la actora. CONFESIONAL: Comparece Felipe Pardo Hernández, quien presta confesión señalando: Que la empresa no existe ahora, que no recuerda cual era el giro, reciclaje de material, basura plástico, que se reciclaba plástico. Que duró tres años, desde el 2007 al 2010. Que las personas que trabajaban ahí eran de 2 a 3 a 4 personas no era estable. Que la actora realizaba funciones de limpieza de material y lavado. Que todo el trabajo era sucio, existían bidones con agua y se limpiaba el material y luego se deja en una plancha para secado. No sabe ni la fecha del accidente ni que estaba haciendo la actora ese día. Señala que las máquinas son de fabricación italiana del año 1980. Que la actora no trabajaba en ninguna máquina, luego describe el funcionamiento de las máquinas. Que en el área del Molino ocurrió el accidente, desconoce las medidas de seguridad y que no tenían protección las poleas. Que las mantenciones se hacían una vez al mes por el técnico pero no hay registros. Que en cuanto a los implementos, se le facilitaban guantes y las instrucciones las daba el técnico. Que el deponente no se encontraba ese día en el lugar del accidente. Sabe que tuvo pérdida dedo mano izquierda y que no fue directamente atendida por la Mutual y fue derivada a lo que estaba más cerca de un Hospital cree. Que existen tres procesos una máquina que tritura que tiene poleas, se lava el material y se utilizan guantes, que luego se filtra el material y se transforma en pellets, allí el plástico húmedo se calienta. Que para el triturado se ocupan los mismos guantes que para el lavado. Que el Técnico era como el jefe comandaba el funcionamiento del taller. Comparece Marta Hernández Rojas, quien señala que conoce a la demandante, que trabajaba en el Taller del Roble, que le dio trabajo el técnico por el año 2008. Que el contrato decía operario plástico no es experta en plástico, que la actora aceptó trabajar con basura, desechos de plástico, aceptó lo sucio del plástico, que el plástico se lavaba y el técnico era el que operaba las máquinas. Que el día del accidente llegó más tarde y ya había ocurrido aquel y la llevaron al Hospital. Que ese día el operario les dijo que ella y otra persona tenían que estar en el aglomerador echando tarros. Que cualquiera ocupaba las máquinas que existía un Molino, una aglomeradora y una filtradora, que la actora operó el Molino, luego explica la máquina del Molino señala que la actora fue a conversar cerca de la máquina, se le pregunta si la máquina emite ruido y dice que sí y se le hace presente que como iba a conversar allí con el ruido de la misma. Respecto de las medidas de seguridad la polea no tenía protección pero nadie tenía que estar allí mientras funcionaba la máquina. Que no se efectuó investigación y que las mantenciones las hacía un técnico y no hay registros. Que no se puede meter una malla al Molino que en las máquinas no se metían las manos, que el material se sacaba con una especie de espátula grande. En cuanto a las lesiones sabe que fue en el pulgar izquierdo y que no estaba inscrita en la Mutual de Seguridad. TESTIMONIAL: Comparece: Sofía Mauricio Zárate, declara que conoce a la demandante como hace unos tres años, que son amigas, la conoce antes de su accidente, que antes era alegre, normal luego del accidente se puso mal le da verguenza, trauma de haber perdido un dedo, que se lo tapa cuando sale a la calle incluso con sus amigos, que no lo procesa aún, sabía que hace poco estaba yendo a la Mutual que ahora está en tratamiento psicológico antes en Terapia con Psicóloga, que la prótesis vino después. Comparece: Mario Azócar Ruz, de cuya declaración el tribunal prescindió dado que no es testigo de los hechos sino un Experto en Prevención de Riesgos y no fue ofrecido por la parte como perito. OFICIOS: Se incorpora respuesta oficio solicitado por la parte demandante, a la Mutual de Seguridad Memorandum Interno Meda/873/2010 de fecha 13 de abril de 2010. Se incorpora respuesta oficio solicitado por la parte demandante al Inspector del Trabajo de Santiago, Ordinario N° 000522 de 8 de abril del año 2010. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

473

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Se incorpora respuesta oficio solicitado por la demandante al Compin Norte Ordinario n° 00088 de 15 de abril del año 2010. SEXTO: Que la parte demandada incorporó la siguiente prueba: DECLARACION DE PARTE Y CONFESIONAL: Comparece doña Irasema Guevara Clavo, quien presta declaración de parte y confesión en los siguientes términos: Señala que comenzó a prestar servicios para las demandadas el 23 de octubre del año 2008 y sus funciones fueron operaria de producción lo que significaba que los productos los llevaba a triturar, aglomerador para luego recogerlo y llevarlo al Molino, que Eduardo les derivaba las funciones y desde que empezó a trabajar supo que tenía que hacer cualquiera, que ese día Eduardo le dijo que tenía que triturar y recoger material con Gaby. Luego explica como se le quedó atrapado el dedo en la polea, estaba con guantes y al sacarlo de allí se dio cuenta que se le había salido el pulgar, la llevaron al Hospital y luego pasó un año en tratamiento en la Mutual, lo que permitió que le alargaran algo, la amputaron y ahora usa un dedo estético. Que ha estado en rehabilitación. SÉPTIMO: Que, no se encuentra discutido por las partes que el día 22 de noviembre de 2008, la trabajadora recogiendo el material que arrojaba la máquina el Molino, sufrió un accidente laboral que le significó la amputación de su pulgar de la mano izquierda, lo anterior, como se consignó en el motivo cuarto de este fallo, fue establecido como un hecho no controvertido en esta causa. OCTAVO: Que, asentado lo anterior, surge como normativa legal aplicable a la cuestión debatida el artículo 184 del Código del Trabajo, norma de cuyo tenor literal se desprende que la obligación de diligencia y cuidado que la ley impone al empleador en la especie, es de mayor entidad, que la comúnmente exigida en los contratos bilaterales, pues no sólo es de cargo de aquel tomar todas las medidas de seguridad necesarias para proteger la vida y salud de sus trabajadores, sino que, además, debe hacerlo eficazmente. En consecuencia, atendido lo dispuesto en el ya citado artículo 184 del Código del Trabajo, correspondió a las demandadas acreditar que efectivamente tomó todas las medidas de seguridad que la naturaleza de las faenas ameritaba, para proteger eficazmente la vida y salud del dependiente doña Irasema Guevara Clavo, en los términos y modalidades a que legalmente estaba obligado. NOVENO: Que de acuerdo a la prueba rendida en este juicio, en especial lo señalado por doña Marta Hernández Rojas y por don Felipe Pardo Hernández, se tiene que: 1. Las demandadas conforman una empresa pequeña que de acuerdo a los dichos del Sr. Pardo fluctuaba entre 2 a 5 personas. 2. Que el Sr. Eduardo Delgado era como el jefe y el encargado de la distribución de las labores diarias. 3. Que la empresa carecía de Comité Paritario dado el número de trabajadores. 4. Que en cuanto a las medidas de seguridad, la polea de la máquina Molino carecía de protección. 5. Que este mismo Sr. Delgado realizaba las mantenciones de las máquinas, pero no hay registro de aquello. 6. Que no se efectuó investigación del accidente. 7. Que en el taller el proceso de reciclaje se realizaba en tres máquinas, molino, aglomeradora y filtradora. 8. Que de acuerdo a los dichos de la Sra. Hernández todos los trabajadores operaban cualquiera de las máquinas. Que no se discute por las partes que la actora el día del accidente se encontraba recogiendo material que arrojaba la máquina Molino. Que tal como lo ha señalado la demandada esa máquina carecía de malla, protección o medida de seguridad respecto de la polea. Que las demandadas no acreditaron que existiera algún tipo de capacitación o información mínima a los trabajadores que operaban en el taller respecto de los riesgos de operación de estas maquinarias, máxime si cualquiera podía operarlas, o condiciones mínimas de seguridad o instrucciones respecto a su uso y riesgos asociados. Que por mucho que la actora, como dice la demandada hubiese aceptado trabajar en plástico, reciclando material y lo sucio de aquel trabajo, no significa que aceptara los riesgos que la manipulación de las maquinarias requieren, pues tal y como lo señala la demandada Hernández, la actora no era experta en plástico, era operaria y como tal lo mínimo es entonces haberla preparado en la utilización de los

474

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Se incorpora respuesta oficio solicitado por la demandante al Compin Norte Ordinario n° 00088 de 15 de abril del año 2010. SEXTO: Que la parte demandada incorporó la siguiente prueba: DECLARACION DE PARTE Y CONFESIONAL: Comparece doña Irasema Guevara Clavo, quien presta declaración de parte y confesión en los siguientes términos: Señala que comenzó a prestar servicios para las demandadas el 23 de octubre del año 2008 y sus funciones fueron operaria de producción lo que significaba que los productos los llevaba a triturar, aglomerador para luego recogerlo y llevarlo al Molino, que Eduardo les derivaba las funciones y desde que empezó a trabajar supo que tenía que hacer cualquiera, que ese día Eduardo le dijo que tenía que triturar y recoger material con Gaby. Luego explica como se le quedó atrapado el dedo en la polea, estaba con guantes y al sacarlo de allí se dio cuenta que se le había salido el pulgar, la llevaron al Hospital y luego pasó un año en tratamiento en la Mutual, lo que permitió que le alargaran algo, la amputaron y ahora usa un dedo estético. Que ha estado en rehabilitación. SÉPTIMO: Que, no se encuentra discutido por las partes que el día 22 de noviembre de 2008, la trabajadora recogiendo el material que arrojaba la máquina el Molino, sufrió un accidente laboral que le significó la amputación de su pulgar de la mano izquierda, lo anterior, como se consignó en el motivo cuarto de este fallo, fue establecido como un hecho no controvertido en esta causa. OCTAVO: Que, asentado lo anterior, surge como normativa legal aplicable a la cuestión debatida el artículo 184 del Código del Trabajo, norma de cuyo tenor literal se desprende que la obligación de diligencia y cuidado que la ley impone al empleador en la especie, es de mayor entidad, que la comúnmente exigida en los contratos bilaterales, pues no sólo es de cargo de aquel tomar todas las medidas de seguridad necesarias para proteger la vida y salud de sus trabajadores, sino que, además, debe hacerlo eficazmente. En consecuencia, atendido lo dispuesto en el ya citado artículo 184 del Código del Trabajo, correspondió a las demandadas acreditar que efectivamente tomó todas las medidas de seguridad que la naturaleza de las faenas ameritaba, para proteger eficazmente la vida y salud del dependiente doña Irasema Guevara Clavo, en los términos y modalidades a que legalmente estaba obligado. NOVENO: Que de acuerdo a la prueba rendida en este juicio, en especial lo señalado por doña Marta Hernández Rojas y por don Felipe Pardo Hernández, se tiene que: 1. Las demandadas conforman una empresa pequeña que de acuerdo a los dichos del Sr. Pardo fluctuaba entre 2 a 5 personas. 2. Que el Sr. Eduardo Delgado era como el jefe y el encargado de la distribución de las labores diarias. 3. Que la empresa carecía de Comité Paritario dado el número de trabajadores. 4. Que en cuanto a las medidas de seguridad, la polea de la máquina Molino carecía de protección. 5. Que este mismo Sr. Delgado realizaba las mantenciones de las máquinas, pero no hay registro de aquello. 6. Que no se efectuó investigación del accidente. 7. Que en el taller el proceso de reciclaje se realizaba en tres máquinas, molino, aglomeradora y filtradora. 8. Que de acuerdo a los dichos de la Sra. Hernández todos los trabajadores operaban cualquiera de las máquinas. Que no se discute por las partes que la actora el día del accidente se encontraba recogiendo material que arrojaba la máquina Molino. Que tal como lo ha señalado la demandada esa máquina carecía de malla, protección o medida de seguridad respecto de la polea. Que las demandadas no acreditaron que existiera algún tipo de capacitación o información mínima a los trabajadores que operaban en el taller respecto de los riesgos de operación de estas maquinarias, máxime si cualquiera podía operarlas, o condiciones mínimas de seguridad o instrucciones respecto a su uso y riesgos asociados. Que por mucho que la actora, como dice la demandada hubiese aceptado trabajar en plástico, reciclando material y lo sucio de aquel trabajo, no significa que aceptara los riesgos que la manipulación de las maquinarias requieren, pues tal y como lo señala la demandada Hernández, la actora no era experta en plástico, era operaria y como tal lo mínimo es entonces haberla preparado en la utilización de los

474

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

475

implementos para realizar su trabajo, que no era sólo de lavado de material reciclado como señaló el Sr. Pardo, sino en la manipulación del material en todo el proceso de reciclaje lo que implica necesariamente trabajar en las cualquiera de las máquinas utilizadas para ese proceso. Que asentado la anterior y dado el hecho no controvertido recientemente indicado se descarta la teoría de la demandada Pardo que la actora se expuso imprudentemente al riesgo y que el accidente se habría producido por estar cerca de la máquina conversando con otra trabajadora, primero porque escapa de toda credibilidad que frente a la máquina, la que generaba ruido como se le preguntó a la Sra. Hernández la actora conversara y segundo porque dada la lesión sufrida no se entiende como la mano alcanzó la polea y le amputó el pulgar de la mano izquierda con el sólo acto de gesticular como esbozó la Sra. Hernández. Que no se desvirtúa lo concluido con el hecho que nadie debía meter las manos en las máquinas ni nadie tenía que estar allí mientras éstas operaban como dijo la Sra. Hernández, pues aún cuando se hubiere concluido que el trabajador tuvo algún grado de culpa en lo ocurrido, no obsta a que el empleador igual incurriera en culpa, pues no había adoptado ninguna clase de medidas de seguridad especiales para el sector de la polea de la máquina Molino, ni había un instructivo o manual que estableciera como retirar el material, entre otras falencias. Por ello de todas formas se concluiría que la parte demandada no dio cumplimiento a lo indicado en el ya citado artículo 184. DÉCIMO: Que, atento a lo establecido precedentemente, no habiéndose acreditado suficientemente por las demandadas que mantenga las medidas de seguridad y supervigilancia auténtica en cuanto a la forma como deba o haya de desarrollarse la actividad de la actora, como debió hacerlo, corresponde concluir que, el accidente sufrido por la demandante y el resultado dañoso producido a su salud, tuvo como causa inmediata y directa la omisión inaceptable de las demandadas respecto a velar y supervigilar el estricto cumplimiento de la obligación que le impone el artículo 184 del Código del Trabajo. Que en cuanto al cúmulo de infracciones reglamentarias imputadas a las demandadas es necesario hacer presente que sin perjuicio de lo señalado precedentemente, dado el número de trabajadores de la empresa éstas no estaban obligadas a contar con Comité Paritario, ni contar en su estructura con un Departamento de Prevención de Riesgos. UNDÉCIMO: Que, con el mérito a lo establecido y concluido en los fundamentos precedentes, se rechazan todas y cada una de las alegaciones efectuadas por la demandada, en el sentido que el actor se expuso imprudentemente al daño sufrido a consecuencia del accidente del trabajo. DÉCIMO SEGUNDO: Que, respecto al daño moral, cuya concepción y aplicación como consecuencia de la responsabilidad extra contractual y contractual, muy particularmente esta última, se ha incrementado por la vía de la creación jurisprudencial, para concordar en que éste se identifica con los dolores y turbaciones psíquicas que derivan del quebranto padecido. Así nuestros tribunales han dicho que el daño moral es el dolor, la aflicción, el pesar en la víctima o en sus parientes más cercanos o aquel que consiste en el dolor psíquico y aún físico que se experimenta a raíz de un suceso determinado. Estos daños, en consecuencia, son aquéllos que se refieren al patrimonio espiritual, a los bienes inmateriales, tales como la salud, el honor, la libertad y otros análogos. Que, sin embargo, otra cosa es el quantum de la indemnización por daño moral el cual, ciertamente, no es compensatorio, desde que no es objetivamente dimensionable, sino que debe ser sólo reparatorio, por lo que debe estar destinado a morigerar, disminuir o atenuar las consecuencias del mal sufrido, en consecuencia, en el caso en comento resulta evidente que la demandante, experimentó dolor y sufrimiento, como consecuencia de la amputación de su pulgar izquierdo, y tal como lo señala la testigo Mauricio, la actora sufre de vergüenza y esconde la mano incluso de sus amigos, y asimismo, tomando en consideración la edad del demandante, quien en la actualidad tiene 25 años, esto es, una edad en la que mayoritariamente las personas se encuentran es su etapa más productiva desde el punto de vista laboral, más fértil también en materia de planes y proyectos de vida, que además conforme a la ficha clínica de la demandante ha quedado acreditado que la lesión sufrida le significó cerca de un año de tratamiento y mejoramiento en lo posible de la amputación ocasionada y por último y sin perder de vista el Tribunal que la indemnización que se procure por esta vía tiene por objeto reparar, aunque sea en parte, el daño moral experimentado por la actora, éste se estimará prudencialmente en la suma de $ 8.000.000 (ocho millones de pesos).

implementos para realizar su trabajo, que no era sólo de lavado de material reciclado como señaló el Sr. Pardo, sino en la manipulación del material en todo el proceso de reciclaje lo que implica necesariamente trabajar en las cualquiera de las máquinas utilizadas para ese proceso. Que asentado la anterior y dado el hecho no controvertido recientemente indicado se descarta la teoría de la demandada Pardo que la actora se expuso imprudentemente al riesgo y que el accidente se habría producido por estar cerca de la máquina conversando con otra trabajadora, primero porque escapa de toda credibilidad que frente a la máquina, la que generaba ruido como se le preguntó a la Sra. Hernández la actora conversara y segundo porque dada la lesión sufrida no se entiende como la mano alcanzó la polea y le amputó el pulgar de la mano izquierda con el sólo acto de gesticular como esbozó la Sra. Hernández. Que no se desvirtúa lo concluido con el hecho que nadie debía meter las manos en las máquinas ni nadie tenía que estar allí mientras éstas operaban como dijo la Sra. Hernández, pues aún cuando se hubiere concluido que el trabajador tuvo algún grado de culpa en lo ocurrido, no obsta a que el empleador igual incurriera en culpa, pues no había adoptado ninguna clase de medidas de seguridad especiales para el sector de la polea de la máquina Molino, ni había un instructivo o manual que estableciera como retirar el material, entre otras falencias. Por ello de todas formas se concluiría que la parte demandada no dio cumplimiento a lo indicado en el ya citado artículo 184. DÉCIMO: Que, atento a lo establecido precedentemente, no habiéndose acreditado suficientemente por las demandadas que mantenga las medidas de seguridad y supervigilancia auténtica en cuanto a la forma como deba o haya de desarrollarse la actividad de la actora, como debió hacerlo, corresponde concluir que, el accidente sufrido por la demandante y el resultado dañoso producido a su salud, tuvo como causa inmediata y directa la omisión inaceptable de las demandadas respecto a velar y supervigilar el estricto cumplimiento de la obligación que le impone el artículo 184 del Código del Trabajo. Que en cuanto al cúmulo de infracciones reglamentarias imputadas a las demandadas es necesario hacer presente que sin perjuicio de lo señalado precedentemente, dado el número de trabajadores de la empresa éstas no estaban obligadas a contar con Comité Paritario, ni contar en su estructura con un Departamento de Prevención de Riesgos. UNDÉCIMO: Que, con el mérito a lo establecido y concluido en los fundamentos precedentes, se rechazan todas y cada una de las alegaciones efectuadas por la demandada, en el sentido que el actor se expuso imprudentemente al daño sufrido a consecuencia del accidente del trabajo. DÉCIMO SEGUNDO: Que, respecto al daño moral, cuya concepción y aplicación como consecuencia de la responsabilidad extra contractual y contractual, muy particularmente esta última, se ha incrementado por la vía de la creación jurisprudencial, para concordar en que éste se identifica con los dolores y turbaciones psíquicas que derivan del quebranto padecido. Así nuestros tribunales han dicho que el daño moral es el dolor, la aflicción, el pesar en la víctima o en sus parientes más cercanos o aquel que consiste en el dolor psíquico y aún físico que se experimenta a raíz de un suceso determinado. Estos daños, en consecuencia, son aquéllos que se refieren al patrimonio espiritual, a los bienes inmateriales, tales como la salud, el honor, la libertad y otros análogos. Que, sin embargo, otra cosa es el quantum de la indemnización por daño moral el cual, ciertamente, no es compensatorio, desde que no es objetivamente dimensionable, sino que debe ser sólo reparatorio, por lo que debe estar destinado a morigerar, disminuir o atenuar las consecuencias del mal sufrido, en consecuencia, en el caso en comento resulta evidente que la demandante, experimentó dolor y sufrimiento, como consecuencia de la amputación de su pulgar izquierdo, y tal como lo señala la testigo Mauricio, la actora sufre de vergüenza y esconde la mano incluso de sus amigos, y asimismo, tomando en consideración la edad del demandante, quien en la actualidad tiene 25 años, esto es, una edad en la que mayoritariamente las personas se encuentran es su etapa más productiva desde el punto de vista laboral, más fértil también en materia de planes y proyectos de vida, que además conforme a la ficha clínica de la demandante ha quedado acreditado que la lesión sufrida le significó cerca de un año de tratamiento y mejoramiento en lo posible de la amputación ocasionada y por último y sin perder de vista el Tribunal que la indemnización que se procure por esta vía tiene por objeto reparar, aunque sea en parte, el daño moral experimentado por la actora, éste se estimará prudencialmente en la suma de $ 8.000.000 (ocho millones de pesos). ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

475

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

DÉCIMO TERCERO: Que, la demandante solicita el pago de la suma de $ 38.500.000 a título de lucro cesante, fundado en que la suma representa toda aquella pérdida futura que representan sus daños físicos, sus limitaciones de no poder realizar sus trabajos y el stress post traumático y la depresión que crece en sus pensamientos día y noche de no poder realizar un trabajo y que ahora ya no puede realizar y que ha quedado con limitaciones físicas y psicológicas irreversibles. DÉCIMO CUARTO: Que, la indemnización por lucro cesante tiene por objeto compensar lo que la víctima haya dejado de ganar o dejará de percibir en el futuro, por efecto del daño sufrido y la determinación del lucro cesante, debe corresponder u obedecer, a criterios objetivos y comprobados, y en la especie, si bien es cierto se ha establecido la entidad de la lesiones sufridas por la demandante y su porcentaje de incapacidad 27,5%, no es menos cierto que, no existen antecedentes suficientes en orden a acreditar que la actora haya dejado de ganar o dejará de percibir en el futuro por efecto del daño sufrido, y por ende, no resultando útiles al efecto las pretensiones basadas en posibilidades. De otro lado, debe apreciarse que el demandante se encontraba acogido al seguro contra riesgos de accidentes del trabajo que establece la ley Nº 16.744 y a lo menos durante el tiempo que duró su tratamiento, tanto los subsidios por incapacidad laboral, como el tratamiento y rehabilitación fueron cubiertos por dicho seguro sin costo económico alguno para la parte. Que, conforme a lo antes expuesto, se estima procedente rechazar la pretensión de pago por concepto de lucro cesante. DÉCIMO QUINTO: Que la demandante ha accionado en contra de don Felipe Pardo como empleador directo y solidariamente o simplemente conjunta, atendidas las normas de la subcontratación, a Comercializadora de Plásticos Tecnoplast Ltda. Que al respecto no fue objeto de discusión por las partes que efectivamente la actora fue contratada por don Felipe Pardo y que era operaria de la empresa Comercializadora y que se encontraba prestando servicios en dependencias de la última, en este sentido cumpliéndose con los requisitos contemplados en el artículo 183 A del Código del Trabajo, sin que existan alegaciones o prueba en contrario que desacredite la afirmación de la demandante en este sentido y no habiendo cumplido la empresa principal con su obligación establecida en el artículo 183 E del mismo cuerpo legal, como quedó asentado en el motivo décimo del presente fallo, deberá ésta concurrir al pago de la indemnización establecida en el considerando duodécimo, solidariamente, pues no ha acreditado tampoco haber hecho uso del derecho consagrado en el artículo 183 D del Código del Trabajo. DÉCIMO SEXTO: Que, la prueba se apreció de conformidad a las reglas de la sana critica, y que la demás prueba documental incorporada, en nada alteran las conclusiones expresadas en los fundamentos anteriores. Y visto lo dispuesto en los artículos 19 N° 1 de la Constitución Política de la República, 7, 63, 183 A, 183 D, 183 E, 184, 446 y siguientes del Código del Trabajo, artículo 66 bis, 68, 69 de la ley Nº 16.744, se declara: I. Que, SE ACOGE la demanda deducida, en cuanto se declara que el día 22 de noviembre de 2008, doña Irasema Guevara Clavo prestaba servicios para las demandadas Felipe Pardo Hernández y Comercializadora de Plásticos Tecnoplast Limitada, cuando sufrió la amputación del pulgar de su mano izquierda, accidente respecto del cual a las demandadas les asiste responsabilidad en razón de no haber cumplido con su obligación como lo dispone el artículo 184 del Código del Trabajo y, como consecuencia, deberán pagarle solidariamente la suma de $ 8.000.000 por concepto de daño moral, con más el reajuste que prevé el artículo 63 del Código del Trabajo. II. Que, SE RECHAZA la demanda en las demás pretensiones. III. Que, NO SE CONDENA a las demandadas al pago de las costas de la causa, en razón de no haber resultado totalmente vencida. IV. Ejecutoriada esta sentencia, cúmplase lo dispuesto en ella, dentro de quinto día. En caso contrario, certifíquese dicha circunstancia y pasen los antecedentes al Juzgado de Cobranza Laboral y Previsional. Regístrese, notifíquese a las partes y archívese en su oportunidad. RIT O 368 2010 Dictada por Yelica Marianella Montenegro Galli, Jueza Titular, de este Segundo Juzgado de Letras del Trabajo de Santiago.

476

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

DÉCIMO TERCERO: Que, la demandante solicita el pago de la suma de $ 38.500.000 a título de lucro cesante, fundado en que la suma representa toda aquella pérdida futura que representan sus daños físicos, sus limitaciones de no poder realizar sus trabajos y el stress post traumático y la depresión que crece en sus pensamientos día y noche de no poder realizar un trabajo y que ahora ya no puede realizar y que ha quedado con limitaciones físicas y psicológicas irreversibles. DÉCIMO CUARTO: Que, la indemnización por lucro cesante tiene por objeto compensar lo que la víctima haya dejado de ganar o dejará de percibir en el futuro, por efecto del daño sufrido y la determinación del lucro cesante, debe corresponder u obedecer, a criterios objetivos y comprobados, y en la especie, si bien es cierto se ha establecido la entidad de la lesiones sufridas por la demandante y su porcentaje de incapacidad 27,5%, no es menos cierto que, no existen antecedentes suficientes en orden a acreditar que la actora haya dejado de ganar o dejará de percibir en el futuro por efecto del daño sufrido, y por ende, no resultando útiles al efecto las pretensiones basadas en posibilidades. De otro lado, debe apreciarse que el demandante se encontraba acogido al seguro contra riesgos de accidentes del trabajo que establece la ley Nº 16.744 y a lo menos durante el tiempo que duró su tratamiento, tanto los subsidios por incapacidad laboral, como el tratamiento y rehabilitación fueron cubiertos por dicho seguro sin costo económico alguno para la parte. Que, conforme a lo antes expuesto, se estima procedente rechazar la pretensión de pago por concepto de lucro cesante. DÉCIMO QUINTO: Que la demandante ha accionado en contra de don Felipe Pardo como empleador directo y solidariamente o simplemente conjunta, atendidas las normas de la subcontratación, a Comercializadora de Plásticos Tecnoplast Ltda. Que al respecto no fue objeto de discusión por las partes que efectivamente la actora fue contratada por don Felipe Pardo y que era operaria de la empresa Comercializadora y que se encontraba prestando servicios en dependencias de la última, en este sentido cumpliéndose con los requisitos contemplados en el artículo 183 A del Código del Trabajo, sin que existan alegaciones o prueba en contrario que desacredite la afirmación de la demandante en este sentido y no habiendo cumplido la empresa principal con su obligación establecida en el artículo 183 E del mismo cuerpo legal, como quedó asentado en el motivo décimo del presente fallo, deberá ésta concurrir al pago de la indemnización establecida en el considerando duodécimo, solidariamente, pues no ha acreditado tampoco haber hecho uso del derecho consagrado en el artículo 183 D del Código del Trabajo. DÉCIMO SEXTO: Que, la prueba se apreció de conformidad a las reglas de la sana critica, y que la demás prueba documental incorporada, en nada alteran las conclusiones expresadas en los fundamentos anteriores. Y visto lo dispuesto en los artículos 19 N° 1 de la Constitución Política de la República, 7, 63, 183 A, 183 D, 183 E, 184, 446 y siguientes del Código del Trabajo, artículo 66 bis, 68, 69 de la ley Nº 16.744, se declara: I. Que, SE ACOGE la demanda deducida, en cuanto se declara que el día 22 de noviembre de 2008, doña Irasema Guevara Clavo prestaba servicios para las demandadas Felipe Pardo Hernández y Comercializadora de Plásticos Tecnoplast Limitada, cuando sufrió la amputación del pulgar de su mano izquierda, accidente respecto del cual a las demandadas les asiste responsabilidad en razón de no haber cumplido con su obligación como lo dispone el artículo 184 del Código del Trabajo y, como consecuencia, deberán pagarle solidariamente la suma de $ 8.000.000 por concepto de daño moral, con más el reajuste que prevé el artículo 63 del Código del Trabajo. II. Que, SE RECHAZA la demanda en las demás pretensiones. III. Que, NO SE CONDENA a las demandadas al pago de las costas de la causa, en razón de no haber resultado totalmente vencida. IV. Ejecutoriada esta sentencia, cúmplase lo dispuesto en ella, dentro de quinto día. En caso contrario, certifíquese dicha circunstancia y pasen los antecedentes al Juzgado de Cobranza Laboral y Previsional. Regístrese, notifíquese a las partes y archívese en su oportunidad. RIT O 368 2010 Dictada por Yelica Marianella Montenegro Galli, Jueza Titular, de este Segundo Juzgado de Letras del Trabajo de Santiago.

476

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

477

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol N°: O-20-2010 Cita online: CL/JUR/16166/2010 I. SENTENCIA DEL JUZGADO DE LETRAS DEL TRABAJO Santiago, cuatro de mayo de dos mil diez Vistos, oídos y considerando. PRIMERO: Que ha comparecido don Pablo Daniel Figueroa moreno, licenciado en ciencias jurídicas y sociales, domiciliado en calle Mosqueto N° 429 oficina 806, comuna de Santiago, en representación convencional de don Miguel Ángel Cortés Valenzuela, empleado, domiciliado en calle Viena N° 310, población Los Alpes, comuna de Rancagua, deduciendo demanda laboral en procedimiento de aplicación general en contra de Sandvik Chile S.A., empresa del giro de sus estatutos, representada por don Pablo Francisco Rossetti, ignora profesión u oficio, ambos domiciliados en avenida Presidente Eduardo Frei Montalva N° 9990, comuna de Quilicura, y en contra de la Corporación Nacional del Cobre de Chile, Codelco, empresa del giro de su denominación, representada por don José Pablo Arellano Marín, domiciliados en calle Huérfanos N° 1270, comuna de Santiago. Indica que el día 23 de agosto de 2004 su representado firmó contrato de trabajo con Sandvik Bafco Servicios S.A., hoy Sandvik Chile S.A., obligándose a desempeñar la labor de mantenedor electromecánico en el sector El Teniente 7 Reno, de la mina El Teniente de Codelco Chile, referido al mantenimiento de diferente maquinaria vendida por Sandvik a Codelco., y es así como el día 30 de junio de 2005, alrededor de las 11:20 horas, en circunstancias que su representado se encontraba realizando labores propias de su trabajo, consistente en el mantenimiento para funcionamiento continuo de los martillo Rammer, Plate Feeder y camiones supra para la referida mina, su compañero de labores José Guevara Toro le comunicó que debía realizar otra tarea diferente a sus funciones habituales, consistente en el armado de un martillo Rammer, labor que no era una tarea que le correspondiera, sin embargo ante la insistencia del señor Guevara Toro ya que por disposiciones de la mina no se puede andar solo en su interior procedió a acompañarlo y ayudarlo en la tarea que se le requirió, además de recibir un llamado telefónico de su jefe directo en la obra, don Pedro Ramírez, quien le dijo que debía realizar dicha labor de colaboración para no quedar mal con la empresa mandante Codelco. Expone que su representado se presentó en el lugar donde se debía armar el Boom del martillo con el Stick por intermedio de un pasador, maniobra que involucraba mover alrededor de 2.000 kilogramos, pero se percató que para hacer esta maniobra faltaba altura, por lo que recurrieron a un durmiente que había en el talle, pero la atura tampoco fue suficiente, y así decidieron utilizar un tablón que se encontraba en el lugar. Al levantar José Guevara el Boom con el puente grúa para que su representado pusiera el tablón se escuchó un fuerte sonido, para luego este observar que su dedo pulgar ya no estaba en su mano, que el guante se encontraba ensagrentado, y al retirar este que su mano estaba totalmente triturada, por lo que fue trasladado por el mismo José Guevara a la posta de El Teniente Sub 6. Explica que la falla en la maquinaria se habría producido en los sistemas hidráulicos, lo que provocó un colapso de la eslinga, esto es la cinta o cuerda plana de alta resistencia utilizada generalmente para levantar cargas pesadas, y debido a esta falla la estructura metálica aplastó la mano derecha de su representado con la madera que había sido puesta para alcanzar la altura requerida. En la posta su representado recibió los primeros auxilios por parte del paramédico a cargo, y luego fue derivado a Colón Bajo por la gravedad de las lesiones, donde existe un policlínico más equipado y existe un médico, quien al revisarlo le introdujo una gran aguja entre los dedos de la mano afectada sin que su representado sintiera nada, por lo que decidió su traslado en forma urgente a la Mutual de Seguridad, diagnosticando fractura expuesta y amputación traumática de dedo pulgar de la mano derecha, sin embargo la ambulancia de Codelco sólo lo llevó hasta el sector de Maitenes, donde estuvieron que esperar la ambulancia de la Mutual. Así fue trasladado a Rancagua, donde le hicieron una serie de exámenes y revisiones, además de la aplicación de múltiples sedantes que le permitieron soportar el dolor, y los médicos decidieron enviarlo a Santiago, donde supuestamente existe mejores medios y tecnologías, y así fue trasladado en ambulancia hasta la Mutual de Seguridad ubicada en calle

Santiago, cuatro de mayo de dos mil diez Vistos, oídos y considerando. PRIMERO: Que ha comparecido don Pablo Daniel Figueroa moreno, licenciado en ciencias jurídicas y sociales, domiciliado en calle Mosqueto N° 429 oficina 806, comuna de Santiago, en representación convencional de don Miguel Ángel Cortés Valenzuela, empleado, domiciliado en calle Viena N° 310, población Los Alpes, comuna de Rancagua, deduciendo demanda laboral en procedimiento de aplicación general en contra de Sandvik Chile S.A., empresa del giro de sus estatutos, representada por don Pablo Francisco Rossetti, ignora profesión u oficio, ambos domiciliados en avenida Presidente Eduardo Frei Montalva N° 9990, comuna de Quilicura, y en contra de la Corporación Nacional del Cobre de Chile, Codelco, empresa del giro de su denominación, representada por don José Pablo Arellano Marín, domiciliados en calle Huérfanos N° 1270, comuna de Santiago. Indica que el día 23 de agosto de 2004 su representado firmó contrato de trabajo con Sandvik Bafco Servicios S.A., hoy Sandvik Chile S.A., obligándose a desempeñar la labor de mantenedor electromecánico en el sector El Teniente 7 Reno, de la mina El Teniente de Codelco Chile, referido al mantenimiento de diferente maquinaria vendida por Sandvik a Codelco., y es así como el día 30 de junio de 2005, alrededor de las 11:20 horas, en circunstancias que su representado se encontraba realizando labores propias de su trabajo, consistente en el mantenimiento para funcionamiento continuo de los martillo Rammer, Plate Feeder y camiones supra para la referida mina, su compañero de labores José Guevara Toro le comunicó que debía realizar otra tarea diferente a sus funciones habituales, consistente en el armado de un martillo Rammer, labor que no era una tarea que le correspondiera, sin embargo ante la insistencia del señor Guevara Toro ya que por disposiciones de la mina no se puede andar solo en su interior procedió a acompañarlo y ayudarlo en la tarea que se le requirió, además de recibir un llamado telefónico de su jefe directo en la obra, don Pedro Ramírez, quien le dijo que debía realizar dicha labor de colaboración para no quedar mal con la empresa mandante Codelco. Expone que su representado se presentó en el lugar donde se debía armar el Boom del martillo con el Stick por intermedio de un pasador, maniobra que involucraba mover alrededor de 2.000 kilogramos, pero se percató que para hacer esta maniobra faltaba altura, por lo que recurrieron a un durmiente que había en el talle, pero la atura tampoco fue suficiente, y así decidieron utilizar un tablón que se encontraba en el lugar. Al levantar José Guevara el Boom con el puente grúa para que su representado pusiera el tablón se escuchó un fuerte sonido, para luego este observar que su dedo pulgar ya no estaba en su mano, que el guante se encontraba ensagrentado, y al retirar este que su mano estaba totalmente triturada, por lo que fue trasladado por el mismo José Guevara a la posta de El Teniente Sub 6. Explica que la falla en la maquinaria se habría producido en los sistemas hidráulicos, lo que provocó un colapso de la eslinga, esto es la cinta o cuerda plana de alta resistencia utilizada generalmente para levantar cargas pesadas, y debido a esta falla la estructura metálica aplastó la mano derecha de su representado con la madera que había sido puesta para alcanzar la altura requerida. En la posta su representado recibió los primeros auxilios por parte del paramédico a cargo, y luego fue derivado a Colón Bajo por la gravedad de las lesiones, donde existe un policlínico más equipado y existe un médico, quien al revisarlo le introdujo una gran aguja entre los dedos de la mano afectada sin que su representado sintiera nada, por lo que decidió su traslado en forma urgente a la Mutual de Seguridad, diagnosticando fractura expuesta y amputación traumática de dedo pulgar de la mano derecha, sin embargo la ambulancia de Codelco sólo lo llevó hasta el sector de Maitenes, donde estuvieron que esperar la ambulancia de la Mutual. Así fue trasladado a Rancagua, donde le hicieron una serie de exámenes y revisiones, además de la aplicación de múltiples sedantes que le permitieron soportar el dolor, y los médicos decidieron enviarlo a Santiago, donde supuestamente existe mejores medios y tecnologías, y así fue trasladado en ambulancia hasta la Mutual de Seguridad ubicada en calle

I. SENTENCIA DEL JUZGADO DE LETRAS DEL TRABAJO

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol N°: O-20-2010 Cita online: CL/JUR/16166/2010 ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

477

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Alameda, Santiago, donde arribó como a las 15:00 horas, donde se le comunicó que la única solución posible era amputar la mano derecha por diagnóstico Trauma grave de mano derecha con resultado de amputación de mano. Precisa que después de cuatro horas de ser operado su representado despertó en la sala de recuperación, donde al preguntársele su nivel de dolor de 1 a 10 respondió que 10, a pesar de los múltiples calmantes que se le suministraron, y en el mismo lugar recibió la visita de cónyuge y de su hermana, quienes trataron de darle ánimo pero no podía reponerse, también lo visitaron su jefe directo Pedro Ramírez y el Jefe Regional Víctor Montt, quienes le ofrecieron todo el apoyo y que no se preocupara. Agrega que después de unos seis meses su representado se reintegró a trabajar a la empresa Sandvik chile, concretamente el 13 de febrero de 2006, siendo reubicado en la planta de Quilicura de la empresa en funciones de planificador en el departamento de Máximo IT, lo que significa un cambio total de funciones, debiendo realizar grandes esfuerzos por aprender el nuevo trabajo, el que consistía en planificar el tipo de maquinaria que se requería en el futuro por la empresa. En este período fue fundamental el apoyo de la jefa de recursos humanos de su empleadora, doña Claudia Segura, quien siempre le manifestó e hizo sentir su apoyo, y es así como le ofreció estudiar alguna nueva carrera que le permitiera obtener nuevas habilidades para enfrentar el futuro, lo que se concretó entrando a estudiar la carrera de Ingeniería en Automatización y Control Industrial en el Inacap de Rancagua, además la misma jefa le indicó que se regularizaría el sueldo de manera que los bonos que se le pagaban pasarían a ser considerados como parte del sueldo, de manera que su ingreso no se viera afectado por posibles faltas u otras circunstancias derivadas de su tratamiento que no le permitieran acceder a estos bonos. Sobre la carrera ofrecida sostiene que tiene una duración de 12 semestres, los 8 primeros para obtener la ingeniería, a los 1 se obtiene la licenciatura y finalmente a los 12 el título de ingeniero civil, siendo el compromiso adquirido por la carrera completa, o sea hasta los 12 semestres. Manifiesta que la empresa usufructó con el accidente de su representado, porque hizo un video contando la experiencia del mismo, el que fue exhibido en varios países de Sudamérica y Europa, como también en varias regiones de Chile, y en sus imágenes aparece su representado contando lo ocurrido y recomendando el tomar medidas de seguridad, sin que eso le reportara alguna compensación económica; sobre la carrera profesional ofrecida la ha cursado con todas las dificultades que su limitación física implica, encontrándose actualmente cursando actualmente el octavo semestre, sin embargo mediante carta forma la empresa le comunicó que sólo la financiará hasta fines del año 2009 y que el tiempo de estudio que exceda a esa fecha no será cubierto por la beca, lo que constituye un desconocimiento del florecimiento que la misma empresa hizo; y sobre el traspaso de los bonos al sueldo sólo se concretó en el mes de junio de 2006, mediante una modificación al contrato de trabajo que determinó el aumento del sueldo base desde $ 135.540 a $ 609.690 pero ya sin bonos extras. Señala que a mediados del año 2007 la jefa de recursos humanos Claudia segura dejó de trabajar para su empleadora, quedando su representado a la deriva dentro de la empresa, perdiendo todas las facilidades de comunicación con las jefaturas que le permitieran solventar sus necesidades y al parecer al acercarse los plazos de prescripción de las acciones la demandada ha tomado actitudes cada vez más alejadas de lo expresado en un comienzo, aumentando la incertidumbre y el dolor de su parte respecto de lo que le depara el futuro, a raíz de lo cual se encuentra en tratamiento siquiátrico y psicológico, y además a raíz del sobreesfuerzo que realiza con la mano y brazos izquierdos en la actualidad presenta dolores en dicha extremidad que lo mantienen medicado y con licencia médica a la fecha. Precisa que como consecuencia de las lesiones que le provocó el accidente, el trabajador quedará limitado en su vida diaria, debiendo para siempre depender de terceros para efectuar algunas de sus actividades tan habituales como abrocharse los zapatos. Estima que hubo una falta de prevención y seguridad como causa del hecho ilícito civil que afectó a su representado y que la pérdida de una de las extremidades debe ser una de las lesiones más dolorosas y traumáticas que puede vivir una persona, y si a ello se agrega que se trata de la mano derecha en una persona diestra y que la amputación se produce por atrisión con objeto contundente resulta inconmensurable el nivel de dolor, angustia y sufrimiento padecidos en el proceso. Expone que según los informes médicos de la Mutual de Seguridad su representado ingresó al recinto hospitalario con el diagnóstico de atrisión grave de mano derecha, siendo intervenido el mismo

478

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Alameda, Santiago, donde arribó como a las 15:00 horas, donde se le comunicó que la única solución posible era amputar la mano derecha por diagnóstico Trauma grave de mano derecha con resultado de amputación de mano. Precisa que después de cuatro horas de ser operado su representado despertó en la sala de recuperación, donde al preguntársele su nivel de dolor de 1 a 10 respondió que 10, a pesar de los múltiples calmantes que se le suministraron, y en el mismo lugar recibió la visita de cónyuge y de su hermana, quienes trataron de darle ánimo pero no podía reponerse, también lo visitaron su jefe directo Pedro Ramírez y el Jefe Regional Víctor Montt, quienes le ofrecieron todo el apoyo y que no se preocupara. Agrega que después de unos seis meses su representado se reintegró a trabajar a la empresa Sandvik chile, concretamente el 13 de febrero de 2006, siendo reubicado en la planta de Quilicura de la empresa en funciones de planificador en el departamento de Máximo IT, lo que significa un cambio total de funciones, debiendo realizar grandes esfuerzos por aprender el nuevo trabajo, el que consistía en planificar el tipo de maquinaria que se requería en el futuro por la empresa. En este período fue fundamental el apoyo de la jefa de recursos humanos de su empleadora, doña Claudia Segura, quien siempre le manifestó e hizo sentir su apoyo, y es así como le ofreció estudiar alguna nueva carrera que le permitiera obtener nuevas habilidades para enfrentar el futuro, lo que se concretó entrando a estudiar la carrera de Ingeniería en Automatización y Control Industrial en el Inacap de Rancagua, además la misma jefa le indicó que se regularizaría el sueldo de manera que los bonos que se le pagaban pasarían a ser considerados como parte del sueldo, de manera que su ingreso no se viera afectado por posibles faltas u otras circunstancias derivadas de su tratamiento que no le permitieran acceder a estos bonos. Sobre la carrera ofrecida sostiene que tiene una duración de 12 semestres, los 8 primeros para obtener la ingeniería, a los 1 se obtiene la licenciatura y finalmente a los 12 el título de ingeniero civil, siendo el compromiso adquirido por la carrera completa, o sea hasta los 12 semestres. Manifiesta que la empresa usufructó con el accidente de su representado, porque hizo un video contando la experiencia del mismo, el que fue exhibido en varios países de Sudamérica y Europa, como también en varias regiones de Chile, y en sus imágenes aparece su representado contando lo ocurrido y recomendando el tomar medidas de seguridad, sin que eso le reportara alguna compensación económica; sobre la carrera profesional ofrecida la ha cursado con todas las dificultades que su limitación física implica, encontrándose actualmente cursando actualmente el octavo semestre, sin embargo mediante carta forma la empresa le comunicó que sólo la financiará hasta fines del año 2009 y que el tiempo de estudio que exceda a esa fecha no será cubierto por la beca, lo que constituye un desconocimiento del florecimiento que la misma empresa hizo; y sobre el traspaso de los bonos al sueldo sólo se concretó en el mes de junio de 2006, mediante una modificación al contrato de trabajo que determinó el aumento del sueldo base desde $ 135.540 a $ 609.690 pero ya sin bonos extras. Señala que a mediados del año 2007 la jefa de recursos humanos Claudia segura dejó de trabajar para su empleadora, quedando su representado a la deriva dentro de la empresa, perdiendo todas las facilidades de comunicación con las jefaturas que le permitieran solventar sus necesidades y al parecer al acercarse los plazos de prescripción de las acciones la demandada ha tomado actitudes cada vez más alejadas de lo expresado en un comienzo, aumentando la incertidumbre y el dolor de su parte respecto de lo que le depara el futuro, a raíz de lo cual se encuentra en tratamiento siquiátrico y psicológico, y además a raíz del sobreesfuerzo que realiza con la mano y brazos izquierdos en la actualidad presenta dolores en dicha extremidad que lo mantienen medicado y con licencia médica a la fecha. Precisa que como consecuencia de las lesiones que le provocó el accidente, el trabajador quedará limitado en su vida diaria, debiendo para siempre depender de terceros para efectuar algunas de sus actividades tan habituales como abrocharse los zapatos. Estima que hubo una falta de prevención y seguridad como causa del hecho ilícito civil que afectó a su representado y que la pérdida de una de las extremidades debe ser una de las lesiones más dolorosas y traumáticas que puede vivir una persona, y si a ello se agrega que se trata de la mano derecha en una persona diestra y que la amputación se produce por atrisión con objeto contundente resulta inconmensurable el nivel de dolor, angustia y sufrimiento padecidos en el proceso. Expone que según los informes médicos de la Mutual de Seguridad su representado ingresó al recinto hospitalario con el diagnóstico de atrisión grave de mano derecha, siendo intervenido el mismo

478

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

479

día 30 de mayo de 2005, realizándose amputación de dicha mano. El muñón que le quedó producto de la intervención evolucionó con maceración y signos de necrosis distal, realizándose el 13 de julio del mismo año una nueva amputación más regularización de muñón de antebrazo derecho, posteriormente se realizó tratamiento de kinesoterapia y terapia ocupacional, se le confecciona prótesis y recibe entrenamiento en el Centro de Reacondicionamiento del Trabajo y Capacitación, además recibió tratamiento de psicoterapia, iniciando tratamiento con siquiatra en el mes de marzo de 2008, con diagnóstico de Trastorno Adaptativo Ansioso Mixto (Depresión Irritable). Argumenta que la demandada es responsable ya que conforme el tenor del artículo 184 del código del Trabajo responde de culpa levísima en su deber de seguridad, y de las circunstancias que rodearon el accidente y las graves lesiones que ha sufrido su representado, se desprende en forma clara que la demandada no dio cumplimiento a su obligación de tomar todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y la salud de sus trabajadores, no había suficientes elementos de trabajo ni de seguridad y tampoco existían procedimientos de trabajo claros, existía falta de personal y las labores eran muy riesgosas, lo que además constituye un incumplimiento al Reglamento sobre Condiciones Sanitarias y ambientales Básicas en los Lugares de Trabajo N° 594. Estima que tampoco el empleador dio cumplimiento a la obligación establecida en el inciso 2° del artículo 184 del Código del Trabajo ya que la operación de auxilio prestada fue notoriamente ineficiente, poco expedita, desatenta, comprometiendo así su responsabilidad civil. Respecto de la demandada Codelco Chile División El Teniente manifiesta que su parte invoca su responsabilidad solidaria, subsidiaria o simplemente conjunta conforme lo dispuesto en el Título VII del Código del Trabajo relativo al trabajo en régimen de subcontratación, en atención a que la absoluta inactividad o acciones inadecuadas de la empresa dueña de la obra o faena en lo que se refiere a la adopción de medidas de seguridad por la empresa contratista o subcontratista, y la nula o poca fiscalización o supervisión de las medidas de seguridad de los dependiente de la empresa contratista, implica un incumplimiento de las normas establecidas en los artículos 183 A y siguientes del Código del Trabajo. Precisa que los perjuicios que se demandan son los siguientes: a) Daño emergente. b) Es evidente que el trabajador ha sufrido un gran daño físico, corporal y biológico que afecta su integridad sicosomática, es decir ha sufrido un perjuicio real, visible, material, en su salud, que compromete el bienestar integral como persona, daño biológico que constituye una lesión a su salud y merece una reparación concreta e individual. Este gran daño material que se evidencia en su cuerpo lo avalúa en la suma de $ 300.000.000. c) Lucro cesante. d) Indica que las gravísimas lesiones que sufrió el trabajador le han ocasionado un total grado de invalidez de un 45% y una pérdida parcial de su capacidad de trabajo y de su oficio, no pudiendo volver a dedicarse a las labores que hacía. En este sentido se acabaron para su representado los días como trabajador en las condiciones en que se desempeñaba, ya que perdió el oficio que venía desarrollando con calidad y calificación durante largo tiempo a la fecha del accidente. Hace presente que para determinar este daño se debe considerar el promedio de las remuneraciones a la fecha del accidente, la incapacidad laboral que le provocó, la edad que tenía y la vida laboral útil que como persona de sexo masculino tiene, y al respecto señala que la remuneración era de $ 609.690, tenía 37 años de edad y la edad laboral útil es de 65 años de edad si se toma como referencia el sistema de AFP, y la edad promedio de un varón en nuestro país es de 74 años, antecedentes que determinan el perjuicio por este concepto en la suma de $ 92.185.128. e) Daño Moral. f) Relativo al dolor y angustia que sufrido la víctima debe considerarse el dolor físico experimentado por las lesiones que sufrió, tanto en el hecho mismo del accidente como el que tuvo cuando estuvo hospitalizado, y como también el que experimentará con las futuras intervenciones quirúrgicas actividades de curación, rehabilitación y dolor propio de las secuelas Además está padeciendo un grave daño extrapatrimonial al depender de la ayuda de terceros para realizar las labores más básicas de la vida y al cambiar su aspecto personal, estando consciente que no

día 30 de mayo de 2005, realizándose amputación de dicha mano. El muñón que le quedó producto de la intervención evolucionó con maceración y signos de necrosis distal, realizándose el 13 de julio del mismo año una nueva amputación más regularización de muñón de antebrazo derecho, posteriormente se realizó tratamiento de kinesoterapia y terapia ocupacional, se le confecciona prótesis y recibe entrenamiento en el Centro de Reacondicionamiento del Trabajo y Capacitación, además recibió tratamiento de psicoterapia, iniciando tratamiento con siquiatra en el mes de marzo de 2008, con diagnóstico de Trastorno Adaptativo Ansioso Mixto (Depresión Irritable). Argumenta que la demandada es responsable ya que conforme el tenor del artículo 184 del código del Trabajo responde de culpa levísima en su deber de seguridad, y de las circunstancias que rodearon el accidente y las graves lesiones que ha sufrido su representado, se desprende en forma clara que la demandada no dio cumplimiento a su obligación de tomar todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y la salud de sus trabajadores, no había suficientes elementos de trabajo ni de seguridad y tampoco existían procedimientos de trabajo claros, existía falta de personal y las labores eran muy riesgosas, lo que además constituye un incumplimiento al Reglamento sobre Condiciones Sanitarias y ambientales Básicas en los Lugares de Trabajo N° 594. Estima que tampoco el empleador dio cumplimiento a la obligación establecida en el inciso 2° del artículo 184 del Código del Trabajo ya que la operación de auxilio prestada fue notoriamente ineficiente, poco expedita, desatenta, comprometiendo así su responsabilidad civil. Respecto de la demandada Codelco Chile División El Teniente manifiesta que su parte invoca su responsabilidad solidaria, subsidiaria o simplemente conjunta conforme lo dispuesto en el Título VII del Código del Trabajo relativo al trabajo en régimen de subcontratación, en atención a que la absoluta inactividad o acciones inadecuadas de la empresa dueña de la obra o faena en lo que se refiere a la adopción de medidas de seguridad por la empresa contratista o subcontratista, y la nula o poca fiscalización o supervisión de las medidas de seguridad de los dependiente de la empresa contratista, implica un incumplimiento de las normas establecidas en los artículos 183 A y siguientes del Código del Trabajo. Precisa que los perjuicios que se demandan son los siguientes: a) Daño emergente. b) Es evidente que el trabajador ha sufrido un gran daño físico, corporal y biológico que afecta su integridad sicosomática, es decir ha sufrido un perjuicio real, visible, material, en su salud, que compromete el bienestar integral como persona, daño biológico que constituye una lesión a su salud y merece una reparación concreta e individual. Este gran daño material que se evidencia en su cuerpo lo avalúa en la suma de $ 300.000.000. c) Lucro cesante. d) Indica que las gravísimas lesiones que sufrió el trabajador le han ocasionado un total grado de invalidez de un 45% y una pérdida parcial de su capacidad de trabajo y de su oficio, no pudiendo volver a dedicarse a las labores que hacía. En este sentido se acabaron para su representado los días como trabajador en las condiciones en que se desempeñaba, ya que perdió el oficio que venía desarrollando con calidad y calificación durante largo tiempo a la fecha del accidente. Hace presente que para determinar este daño se debe considerar el promedio de las remuneraciones a la fecha del accidente, la incapacidad laboral que le provocó, la edad que tenía y la vida laboral útil que como persona de sexo masculino tiene, y al respecto señala que la remuneración era de $ 609.690, tenía 37 años de edad y la edad laboral útil es de 65 años de edad si se toma como referencia el sistema de AFP, y la edad promedio de un varón en nuestro país es de 74 años, antecedentes que determinan el perjuicio por este concepto en la suma de $ 92.185.128. e) Daño Moral. f) Relativo al dolor y angustia que sufrido la víctima debe considerarse el dolor físico experimentado por las lesiones que sufrió, tanto en el hecho mismo del accidente como el que tuvo cuando estuvo hospitalizado, y como también el que experimentará con las futuras intervenciones quirúrgicas actividades de curación, rehabilitación y dolor propio de las secuelas Además está padeciendo un grave daño extrapatrimonial al depender de la ayuda de terceros para realizar las labores más básicas de la vida y al cambiar su aspecto personal, estando consciente que no ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

479

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

podrá seguir llevando la vida normal que llevaba antes del accidente, por lo que cuantifica este perjuicio en la suma de $ 500.000.000. En definitiva solicita que se condene a las demandadas al pago de $ 892.185.128 por concepto de indemnización de perjuicios demandado, más reajustes e intereses correspondientes devengados desde la fecha del accidente, con costas, o en subsidio se condene a quien corresponda conforme a derecho a las sumas que el tribunal determine, conforme a los principios de justicia y equidad, con costas. SEGUNDO: Que don Eduardo Vásquez Silva, abogado, en representación de Sanvik Chile S.A., contestó la demanda argumentando que el artículo 184 del Código del Trabajo no pueden entenderse en términos absolutos, ya que resulta imposible exigir la conjura de todo riesgo, porque ello implicaría hacer extensivo al empleador una responsabilidad absoluta, lo que se traduce en renunciar a la actividad que el empleador y su representada en particular tiene como giro principal de su actividad, lo que no se condice con una racional ponderación de los bienes que permiten el desarrollo de actividades útiles a pesar de que generan riesgos. Indica que en una relación laboral se encuentra por una parte la obligación legal del empleador de otorgar protección y seguridad a los trabajadores para el desempeño de sus labores, y por otra con la obligación del trabajador de observar todos los procedimientos e instrucciones establecidas en la empresa, ya que esto es una acción conjunta de todos quienes forman parte de una relación laboral, razón por la que el artículo 69 de la ley Nº 16.744 sobre Accidentes del Trabajo establece que para la existencia de responsabilidad por parte del empleador debe existir culpa o dolo de aquél, por lo que a contrario sensu si quien se expuso de manera culpable o dolosa al accidente fue el propio trabajador no cabe responsabilidad alguna a la empresa empleadora ni menos a su representada en tal accidente, como ocurrió en este caso. Considera que en el accidente sufrido por el demandante no sólo no ha existido culpa o dolo de su representada, sino que tampoco existió entre la supuesta infracción imputada y los resultados una relación de causalidad, ya que su representada había adoptado todas las medidas de seguridad para realizar las labores propias de su giro en un marco de seguridad, con políticas claras en cuanto a la forma de realizar los trabajos que se llevan a cabo en sus faenas, y si aceptara que el accidente se produjo en el modo que relata el demandante se desprende que éste realizó su labor en forma temeraria y descuidada y por tanto la causa inmediata del accidente no es de responsabilidad de la empresa sino que del propio demandante. Señala que de acuerdo al contrato de trabajo suscrito por las partes se contrataron los servicios del demandante para realizar la función de técnico electromecánico en las instalaciones de Codelco Chile, División El Teniente, ubicadas en la Mina El Teniente, al interior de la ciudad de Rancagua, dentro del marco y duración del contrato suscrito entre Sandvik Bafco Servicios S.A. y Codelco Chile División El Teniente, denominado contrato 4600003792 sistema integral de mantenimiento de equipos nivel Acarreo Proyecto Reservas Norte, también conocido como Contrato Reno, sin perjuicio de las funciones que el actor debía cumplir en atención a su cargo en otros lugares del país. Este contrato tenía asignado un Gerente de Sucursal Rancagua, don Víctor Montt, quien tenía a su cargo un ingeniero Administrador de Contrato, don Pedro Ramírez, con sede en El Teniente. Explica que en el referido contrato se prestaba servicios a Codelco en base a un sistema de turnos que operaban en las dependencias de la Mina El Teniente a cargo del mencionado Administrador de Contratos con su personal de supervisión y prevencionista de riesgos asignado específicamente al mismo, y el trabajo que se realizaba al momento del accidente consistía en el armado de una Unidad Rompe Roca Rammer, modelo XM 600 HD, perteneciente al contrato 4600003379 del Proyecto Reservas Norte, desmontado en el mes de abril de 2005. Como no existía premura en el montaje de esta unidad se había coordinado en conjunto con la Administración del Contrato por parte de la División El Teniente de Codelco Chile avanzar en cada etapa de acuerdo a la disponibilidad de tiempo, sin comprometer el Programa de Mantenimiento Diario al resto de los equipos asignados al contrato que permanecían en funcionamiento. Manifiesta que la declaración de Miguel Cortés Valenzuela, ingeniero administrador del contrato, prestada con ocasión de la investigación del accidente, relata detalladamente las actividades que realizaba la empresa al momento del accidente. Tanto el demandante como José Guevara Toro, este

480

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

podrá seguir llevando la vida normal que llevaba antes del accidente, por lo que cuantifica este perjuicio en la suma de $ 500.000.000. En definitiva solicita que se condene a las demandadas al pago de $ 892.185.128 por concepto de indemnización de perjuicios demandado, más reajustes e intereses correspondientes devengados desde la fecha del accidente, con costas, o en subsidio se condene a quien corresponda conforme a derecho a las sumas que el tribunal determine, conforme a los principios de justicia y equidad, con costas. SEGUNDO: Que don Eduardo Vásquez Silva, abogado, en representación de Sanvik Chile S.A., contestó la demanda argumentando que el artículo 184 del Código del Trabajo no pueden entenderse en términos absolutos, ya que resulta imposible exigir la conjura de todo riesgo, porque ello implicaría hacer extensivo al empleador una responsabilidad absoluta, lo que se traduce en renunciar a la actividad que el empleador y su representada en particular tiene como giro principal de su actividad, lo que no se condice con una racional ponderación de los bienes que permiten el desarrollo de actividades útiles a pesar de que generan riesgos. Indica que en una relación laboral se encuentra por una parte la obligación legal del empleador de otorgar protección y seguridad a los trabajadores para el desempeño de sus labores, y por otra con la obligación del trabajador de observar todos los procedimientos e instrucciones establecidas en la empresa, ya que esto es una acción conjunta de todos quienes forman parte de una relación laboral, razón por la que el artículo 69 de la ley Nº 16.744 sobre Accidentes del Trabajo establece que para la existencia de responsabilidad por parte del empleador debe existir culpa o dolo de aquél, por lo que a contrario sensu si quien se expuso de manera culpable o dolosa al accidente fue el propio trabajador no cabe responsabilidad alguna a la empresa empleadora ni menos a su representada en tal accidente, como ocurrió en este caso. Considera que en el accidente sufrido por el demandante no sólo no ha existido culpa o dolo de su representada, sino que tampoco existió entre la supuesta infracción imputada y los resultados una relación de causalidad, ya que su representada había adoptado todas las medidas de seguridad para realizar las labores propias de su giro en un marco de seguridad, con políticas claras en cuanto a la forma de realizar los trabajos que se llevan a cabo en sus faenas, y si aceptara que el accidente se produjo en el modo que relata el demandante se desprende que éste realizó su labor en forma temeraria y descuidada y por tanto la causa inmediata del accidente no es de responsabilidad de la empresa sino que del propio demandante. Señala que de acuerdo al contrato de trabajo suscrito por las partes se contrataron los servicios del demandante para realizar la función de técnico electromecánico en las instalaciones de Codelco Chile, División El Teniente, ubicadas en la Mina El Teniente, al interior de la ciudad de Rancagua, dentro del marco y duración del contrato suscrito entre Sandvik Bafco Servicios S.A. y Codelco Chile División El Teniente, denominado contrato 4600003792 sistema integral de mantenimiento de equipos nivel Acarreo Proyecto Reservas Norte, también conocido como Contrato Reno, sin perjuicio de las funciones que el actor debía cumplir en atención a su cargo en otros lugares del país. Este contrato tenía asignado un Gerente de Sucursal Rancagua, don Víctor Montt, quien tenía a su cargo un ingeniero Administrador de Contrato, don Pedro Ramírez, con sede en El Teniente. Explica que en el referido contrato se prestaba servicios a Codelco en base a un sistema de turnos que operaban en las dependencias de la Mina El Teniente a cargo del mencionado Administrador de Contratos con su personal de supervisión y prevencionista de riesgos asignado específicamente al mismo, y el trabajo que se realizaba al momento del accidente consistía en el armado de una Unidad Rompe Roca Rammer, modelo XM 600 HD, perteneciente al contrato 4600003379 del Proyecto Reservas Norte, desmontado en el mes de abril de 2005. Como no existía premura en el montaje de esta unidad se había coordinado en conjunto con la Administración del Contrato por parte de la División El Teniente de Codelco Chile avanzar en cada etapa de acuerdo a la disponibilidad de tiempo, sin comprometer el Programa de Mantenimiento Diario al resto de los equipos asignados al contrato que permanecían en funcionamiento. Manifiesta que la declaración de Miguel Cortés Valenzuela, ingeniero administrador del contrato, prestada con ocasión de la investigación del accidente, relata detalladamente las actividades que realizaba la empresa al momento del accidente. Tanto el demandante como José Guevara Toro, este

480

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

481

último maestro mecánico, fueron asignados al contrato porque venían de participar directamente de etapas anteriores de desarme y armado de Unidades Rompe Rocas Rammer, ambos habían realizado tres trabajos anteriores similares y la misma tarea la habían ejecutado el día anterior al accidente, el 29 de junio de 2005, siguiendo los procedimientos establecidos, sin que ocurriera ningún percance. Esto desmiente categóricamente la afirmación del actor de que el señor Guevara le haya comunicado que debía realizar una labor diferente a sus funciones habituales, consistente en el armado de un martillo Rammer, por cuanto como se indicó, esta era una actividad considerada por la Administración conjunta del Contrato. Expone que en todas las ocasiones anteriores e inclusive el día anterior el demandante junto con el señor Guevara habían seguido el Programa de Trabajo de la compañía, que contempla una Planificación de Tareas como herramienta de control de riesgos presentes que utilizaba como procedimiento guía ocupado en las intervenciones de la Unidad Rompe Roca de Pipa Norte. Esta Planificación de Tareas implicaba determinar los riesgos asociados a la actividad que realizarían y las medidas necesarias para controlarlos, equipos de protección a utilizar, herramientas y/o equipos y nombre de los trabajadores que planificaron la tarea. En la especie, en el documento de Planificación de Tareas de fecha 29 y 30 de junio de 2005, suscritos por el demandante, se establece expresamente como riesgo la posibilidad de ser golpeado o pasado a llevar por un objeto en movimiento, producirse un atrapamiento, habiendo anotado el actor como medida de control el trabajar lejos con las manos y hacer maniobras lejos de, lo que demuestra que el actor estaba en conocimiento del riesgo inherente a la actividad que desarrollaba y de las medidas de control que debía implementar y que por imprudencia no ejecutó. Expone que conforme a la investigación practicada el accidente ocurrió al momento en que el señor Guevara levantaba el Boom y el demandante, agachado sobre la base de concreto, intenta colocar el trozo de madera sobre el durmiente, y al tratar de colocar el Boom por segunda vez a una mayor altura, y debido a que las mangueras correspondientes a los cilindros del Boom estaban taponadas, se produce un bloqueo hidráulico que hace que la carga sobre la estinga aumente más allá de su capacidad, colapsando en tres partes simultáneamente y el Boom cae sobre la mano del demandante, golpeándolo con uno de los cilindros hidráulicos, y el Boom se mantuvo en todo momento desacoplado del cuerpo de válvulas y con los tapones metálicos puestos en sus mangueras hidraúlicas. Considera que de lo expuesto se concluye que el demandante junto con el señor Guevara planificaron la tarea correspondiente al montaje Stick Boom y luego procedieron a preparar los materiales que ocuparían en las maniobras, revisaron los niveles de la sala hidraúlica, inspeccionaron visualmente las líneas hidraúlicas y verificaron la existencia de fugas en la Unidad Rompe Rocas, acto seguido afianzaron el extremo del Boom al gancho del puente grúa usando una eslinga de capacidad de 2.240 kilos en posición U, según las especificaciones de fábrica, la que pasaron doble por uno de los alojamientos del buje del Boom, posteriormente el actor colocó un trozo de durmiente bajo los cilindros del Boom y el señor Guevara accionó el puente grúa y levantó el extremo de éste, lo suficiente para deslizar el durmiente y liberar el tablón de madera inicial, luego afianzó el Stick Boom con una estinga de mayor capacidad y levantaron el Stick Boom para presentarlo al punto de acople del Boom, pero al no poder colocar el pasador bajaron el Stick Boom y procedieron a repetir la maniobra de levantar el Boom con el propósito de colocar el trozo de madera liberado anteriormente sobre el durmiente, pasando la estinga del mismo modo anterior, y afianzando el extremo del Boom el demandante subió a la base de concreto y se ubicó por el costado del pasamanos que sobresale de la superficie de la base de concreto y se agachó para tomar el tablón de madera que se encontraba al lado extremo del durmiente. Mientras el señor Guevara levantaba el Boom el actor tomaba la maderar que usaría de suple y en ese preciso instante colapsó la estinga en tres partes, dejando caer el Boom apoyándose con sus cilindros sobre la madera que manipulaba el demandante, golpeando la mano derecha de éste, permitiendo retirarla y constatando que se había lesionado. Según el informe del accidente confeccionado por el Comité Paritario de Higiene y Seguridad establecieron como causa inmediata del accidente, Acción Subestándar por parte de José Guevara, no asegurar ante el riesgo de mover sistema hidraúlico bloqueado y del demandante asumir una posición o postura insegura. Este mismo informa establece además como Condición Subestándar el bloqueo hi-

último maestro mecánico, fueron asignados al contrato porque venían de participar directamente de etapas anteriores de desarme y armado de Unidades Rompe Rocas Rammer, ambos habían realizado tres trabajos anteriores similares y la misma tarea la habían ejecutado el día anterior al accidente, el 29 de junio de 2005, siguiendo los procedimientos establecidos, sin que ocurriera ningún percance. Esto desmiente categóricamente la afirmación del actor de que el señor Guevara le haya comunicado que debía realizar una labor diferente a sus funciones habituales, consistente en el armado de un martillo Rammer, por cuanto como se indicó, esta era una actividad considerada por la Administración conjunta del Contrato. Expone que en todas las ocasiones anteriores e inclusive el día anterior el demandante junto con el señor Guevara habían seguido el Programa de Trabajo de la compañía, que contempla una Planificación de Tareas como herramienta de control de riesgos presentes que utilizaba como procedimiento guía ocupado en las intervenciones de la Unidad Rompe Roca de Pipa Norte. Esta Planificación de Tareas implicaba determinar los riesgos asociados a la actividad que realizarían y las medidas necesarias para controlarlos, equipos de protección a utilizar, herramientas y/o equipos y nombre de los trabajadores que planificaron la tarea. En la especie, en el documento de Planificación de Tareas de fecha 29 y 30 de junio de 2005, suscritos por el demandante, se establece expresamente como riesgo la posibilidad de ser golpeado o pasado a llevar por un objeto en movimiento, producirse un atrapamiento, habiendo anotado el actor como medida de control el trabajar lejos con las manos y hacer maniobras lejos de, lo que demuestra que el actor estaba en conocimiento del riesgo inherente a la actividad que desarrollaba y de las medidas de control que debía implementar y que por imprudencia no ejecutó. Expone que conforme a la investigación practicada el accidente ocurrió al momento en que el señor Guevara levantaba el Boom y el demandante, agachado sobre la base de concreto, intenta colocar el trozo de madera sobre el durmiente, y al tratar de colocar el Boom por segunda vez a una mayor altura, y debido a que las mangueras correspondientes a los cilindros del Boom estaban taponadas, se produce un bloqueo hidráulico que hace que la carga sobre la estinga aumente más allá de su capacidad, colapsando en tres partes simultáneamente y el Boom cae sobre la mano del demandante, golpeándolo con uno de los cilindros hidráulicos, y el Boom se mantuvo en todo momento desacoplado del cuerpo de válvulas y con los tapones metálicos puestos en sus mangueras hidraúlicas. Considera que de lo expuesto se concluye que el demandante junto con el señor Guevara planificaron la tarea correspondiente al montaje Stick Boom y luego procedieron a preparar los materiales que ocuparían en las maniobras, revisaron los niveles de la sala hidraúlica, inspeccionaron visualmente las líneas hidraúlicas y verificaron la existencia de fugas en la Unidad Rompe Rocas, acto seguido afianzaron el extremo del Boom al gancho del puente grúa usando una eslinga de capacidad de 2.240 kilos en posición U, según las especificaciones de fábrica, la que pasaron doble por uno de los alojamientos del buje del Boom, posteriormente el actor colocó un trozo de durmiente bajo los cilindros del Boom y el señor Guevara accionó el puente grúa y levantó el extremo de éste, lo suficiente para deslizar el durmiente y liberar el tablón de madera inicial, luego afianzó el Stick Boom con una estinga de mayor capacidad y levantaron el Stick Boom para presentarlo al punto de acople del Boom, pero al no poder colocar el pasador bajaron el Stick Boom y procedieron a repetir la maniobra de levantar el Boom con el propósito de colocar el trozo de madera liberado anteriormente sobre el durmiente, pasando la estinga del mismo modo anterior, y afianzando el extremo del Boom el demandante subió a la base de concreto y se ubicó por el costado del pasamanos que sobresale de la superficie de la base de concreto y se agachó para tomar el tablón de madera que se encontraba al lado extremo del durmiente. Mientras el señor Guevara levantaba el Boom el actor tomaba la maderar que usaría de suple y en ese preciso instante colapsó la estinga en tres partes, dejando caer el Boom apoyándose con sus cilindros sobre la madera que manipulaba el demandante, golpeando la mano derecha de éste, permitiendo retirarla y constatando que se había lesionado. Según el informe del accidente confeccionado por el Comité Paritario de Higiene y Seguridad establecieron como causa inmediata del accidente, Acción Subestándar por parte de José Guevara, no asegurar ante el riesgo de mover sistema hidraúlico bloqueado y del demandante asumir una posición o postura insegura. Este mismo informa establece además como Condición Subestándar el bloqueo hiACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

481

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

dráulico del cilindro por tapones metálicos en mangueras y como causa básica del accidente, en cuanto al factor personal, no dimensionar el riesgo, análisis insuficiente de los riesgos descritos en la planificación de la tarea, y como un factor trabajo un análisis de tarea insuficiente. Considera que de lo expuesto es posible afirmar que el accidente de trabajo sufrido por el demandante se debió única y exclusivamente a la imprudencia y temeridad del actor, quien asumió una posición o postura insegura y realizó un análisis de tarea insuficiente, no obstante su experiencia y capacidad en la materia. Expone que Sandvik Chile S.A. cumplió cabalmente su deber de cuidado y protección y así desde antes del accidente había adoptado todas las medidas de seguridad que la naturaleza de las labores desempeñadas en las dependencias de la Mina El Teniente ameritaban para proteger la integridad física y salud de sus dependientes, sin que haya habido de su parte culpa o negligencia alguna. Precisando las medidas adoptadas señala las siguientes: a) Respecto de las funciones que desarrollaba el demandante al momento del accidente había una Planificación de Tarea que consideraba los riesgos inherentes a la función, lo que estaba en conocimiento de aquel. b) Existía y existe en funcionamiento el Comité Paritario de Higiene y Seguridad. c) El actor al momento del accidente utilizaba los elementos de protección necesarios, conforme a los requerimientos para dicha actividad, esto es casco de seguridad, lentes de seguridad, barbiquejo, respirador de dos vías, cinturón de seguridad, cola de seguridad, zapatos o botas de seguridad, chaleco reflectante, guantes de cuero, guantes de PVC, traje de PVC y overol. d) La empresa cuenta con un Reglamento Interno de Orden, Higiene y Seguridad, cuyo ejemplar fue recibido por el demandante, y en el Título XV se establece obligaciones de seguridad del trabajador, precisamente para inculcar la obligación de proteger la vida y salud, usando los elementos y medios de seguridad adecuados y que no realicen acciones inseguras. e) Charlas de Prevención de Riesgos que la empresa imparte constantemente a sus trabajadores, once de las cuales participó el demandante. f) Departamento de Prevención de Riesgos que existía en forma previa al accidente y actualmente, es dirigido por un profesional altamente competente en la materia, don Joel Huenun, y además de este prevencionista de riesgo la empresa tenía asignado un experto de la misma especialidad al contrato celebrado con Codelco, don Luis Martínez. Argumenta que la obligación de protección y cuidado impuesta al empleador tiene un origen legal, el artículo 184 del Código del Trabajo, y por ello no contractual, no obstante lo anterior tal responsabilidad surge dentro del marco del contrato de trabajo que suscribe el empleador con el trabajador, de manera que la culpa que eventualmente puede exigirse a un empleador, de acuerdo a la graduación del artículo 1547 del Código Civil, no podría ser otra que la culpa leve, ya que el contrato mira al interés de ambas partes contratantes. Así analizando el comportamiento de su representada de acuerdo al parámetro en que debe desenvolverse un buen padre de familia, aparece que adoptó todas las medidas de seguridad previsibles, de manera que no resulta jurídicamente procedente hacerle responsable de resultados generados en la falta de cooperación del trabajador en el control de los riesgos propios del ámbito de la empresa. En cuanto al daño cuya indemnización pretende el demandante razona en primer lugar sobre el daño emergente demandado señalando que este se encuentra representado por el daño patrimonial efectivamente causado, pero que el actor lo hace radicar en el daño físico, corporal y biológico sufrido que afectan su integridad psicosomático. Este daño en esta clase de accidentes se encuentra representado por los gastos médicos y hospitalarios, que en la especie fueron cubiertos por las entidades previsionales a que está afecto el demandante, como también por su representada, entre otros conceptos, por la adquisición de una prótesis de última tecnología, sin que el demandante haya desembolsado suma alguna por este concepto. Agrega que el demandante, en su calidad de trabajador, se encuentra afecto a las prestaciones de la ley Nº 16.744, que son de carácter médico y pecuniarias, donde las primeras se financian con cargo al seguro social que contempla la ley y comprenden hasta la rehabilitación del trabajador, siendo gratuitas para él, lo que lleva a concluir que no existe daño emergente indemnizable.

482

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

dráulico del cilindro por tapones metálicos en mangueras y como causa básica del accidente, en cuanto al factor personal, no dimensionar el riesgo, análisis insuficiente de los riesgos descritos en la planificación de la tarea, y como un factor trabajo un análisis de tarea insuficiente. Considera que de lo expuesto es posible afirmar que el accidente de trabajo sufrido por el demandante se debió única y exclusivamente a la imprudencia y temeridad del actor, quien asumió una posición o postura insegura y realizó un análisis de tarea insuficiente, no obstante su experiencia y capacidad en la materia. Expone que Sandvik Chile S.A. cumplió cabalmente su deber de cuidado y protección y así desde antes del accidente había adoptado todas las medidas de seguridad que la naturaleza de las labores desempeñadas en las dependencias de la Mina El Teniente ameritaban para proteger la integridad física y salud de sus dependientes, sin que haya habido de su parte culpa o negligencia alguna. Precisando las medidas adoptadas señala las siguientes: a) Respecto de las funciones que desarrollaba el demandante al momento del accidente había una Planificación de Tarea que consideraba los riesgos inherentes a la función, lo que estaba en conocimiento de aquel. b) Existía y existe en funcionamiento el Comité Paritario de Higiene y Seguridad. c) El actor al momento del accidente utilizaba los elementos de protección necesarios, conforme a los requerimientos para dicha actividad, esto es casco de seguridad, lentes de seguridad, barbiquejo, respirador de dos vías, cinturón de seguridad, cola de seguridad, zapatos o botas de seguridad, chaleco reflectante, guantes de cuero, guantes de PVC, traje de PVC y overol. d) La empresa cuenta con un Reglamento Interno de Orden, Higiene y Seguridad, cuyo ejemplar fue recibido por el demandante, y en el Título XV se establece obligaciones de seguridad del trabajador, precisamente para inculcar la obligación de proteger la vida y salud, usando los elementos y medios de seguridad adecuados y que no realicen acciones inseguras. e) Charlas de Prevención de Riesgos que la empresa imparte constantemente a sus trabajadores, once de las cuales participó el demandante. f) Departamento de Prevención de Riesgos que existía en forma previa al accidente y actualmente, es dirigido por un profesional altamente competente en la materia, don Joel Huenun, y además de este prevencionista de riesgo la empresa tenía asignado un experto de la misma especialidad al contrato celebrado con Codelco, don Luis Martínez. Argumenta que la obligación de protección y cuidado impuesta al empleador tiene un origen legal, el artículo 184 del Código del Trabajo, y por ello no contractual, no obstante lo anterior tal responsabilidad surge dentro del marco del contrato de trabajo que suscribe el empleador con el trabajador, de manera que la culpa que eventualmente puede exigirse a un empleador, de acuerdo a la graduación del artículo 1547 del Código Civil, no podría ser otra que la culpa leve, ya que el contrato mira al interés de ambas partes contratantes. Así analizando el comportamiento de su representada de acuerdo al parámetro en que debe desenvolverse un buen padre de familia, aparece que adoptó todas las medidas de seguridad previsibles, de manera que no resulta jurídicamente procedente hacerle responsable de resultados generados en la falta de cooperación del trabajador en el control de los riesgos propios del ámbito de la empresa. En cuanto al daño cuya indemnización pretende el demandante razona en primer lugar sobre el daño emergente demandado señalando que este se encuentra representado por el daño patrimonial efectivamente causado, pero que el actor lo hace radicar en el daño físico, corporal y biológico sufrido que afectan su integridad psicosomático. Este daño en esta clase de accidentes se encuentra representado por los gastos médicos y hospitalarios, que en la especie fueron cubiertos por las entidades previsionales a que está afecto el demandante, como también por su representada, entre otros conceptos, por la adquisición de una prótesis de última tecnología, sin que el demandante haya desembolsado suma alguna por este concepto. Agrega que el demandante, en su calidad de trabajador, se encuentra afecto a las prestaciones de la ley Nº 16.744, que son de carácter médico y pecuniarias, donde las primeras se financian con cargo al seguro social que contempla la ley y comprenden hasta la rehabilitación del trabajador, siendo gratuitas para él, lo que lleva a concluir que no existe daño emergente indemnizable.

482

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

483

En relación al lucro cesante, que consiste en la pérdida de una ganancia legítima y que se representa habitualmente por la merma que el accidente le produce al trabajador en su capacidad de trabajo, niega y controvierte el perjuicio pretendido por este concepto por el demandante, ya que no ha perdido su trabajo, sino que sigue prestando servicios para su representada, por lo que malamente puede alegar la pérdida de una ganancia legítima que esté representada por una merma en su capacidad de trabajo, si nunca ha dejado de trabajar, salvo los periodos de licencia médica. Además hace presente que el demandante percibe la pensión de invalidez de la ley Nº 16.744 en forma adicional a la remuneración que su representada paga como trabajador activo, así en lugar de haber sufrido una merma en su capacidad de trabajo el actor la mejoró, ya que luego del accidente la empresa incrementó su remuneración, incorporando los bonos eventuales que recibía como técnico electromecánico a su ingreso mensual, sin que los mismos estén vinculados a la permanencia del trabajador en terreno, aumentando su remuneración de $ 135.540 a $ 609.690. Precisa que además su representada traspasó al actor la suma de $ 32.288.710 por concepto de seguros que la empresa había contratado y de los cuales era beneficiario de la empresa ABN AMOR Compañía de Seguros de Vida S.A. (uno por 500 unidades de fomento equivalente a la fecha de su pago por $ 8.875.285 y otro por 1.500 unidades de fomento equivalente a la fecha de pago a $ 26.413.425), dinero que le permitió al demandante adquirir una vivienda en Rancagua. Reconoce que cuando el demandante volvió a trabajar a la empresa le asignó una nueva función de mejor nivel dentro de la estructura de la Compañía, en oficina y no en faena, como Planificador en el Departamento IT. Además la empresa becó al actor financiando sus estudios en la carrera de Ingeniería en Automatización y Control Industrial en Inacap Rancagua por ocho semestres, cubriendo los valores correspondientes a matrícula y mensualidades por el lapso de cuatro años, lo que ha significado un desembolso significativo para la empresa, además de darle las facilidades necesarias, flexibilizando su jornada de trabajo para permitirle el adecuado desenvolvimiento en sus estudios. Agrega que su representada también adquirió e importó para el demandante, sin costo alguno para él, una prótesis de última generación que le permite recobrar parte de la función de la extremidad superior dañada, con una sensibilidad y capacidad de acción que no tienen las prótesis existentes en Chile. La adquisición de esta prótesis fue una labor realizada en conjunto con los integrantes y trabajadores de la Compañía como una actividad solidaria en beneficio de uno de los trabajadores de la empresa, y significó un desembolso de $ 11.462.000. Con lo anterior su representada no sólo le ha proporcionado al demandante beneficios económicos directos y de una suma importante, sino que también ha intentado que mejore la funcionalidad de su brazo derecho y también su nivel profesional para dotarlo de mejores herramientas que le ayuden a paliar los efectos adversos del accidente que sufrió. Estima que no parece prudente que el demandante reclame el lucro cesante por un período de 28 años, que es lo que le faltaría para cumplir su edad de jubilación, si por una parte ha transcurrido varios años recibiendo remuneración de la empresa, y por otra si la realidad laboral hoy indica que los trabajadores no permanecen en una misma empresa por un período tan prolongado de tiempo, sino que buscan otros horizontes, con variaciones en las rentas que reciben, por lo que resulta un despropósito intentar una indemnización por casi 30 años de remuneración mensual. Sobre el daño moral indica que el demandante por este concepto pretende la suma de $ 500.000.000 sin señalar de qué manera arriba a dicha cifra, lo fundamenta en el dolor físico que sufrió, tanto en el hecho mismo del accidente como en la circunstancia de haber quedado incapacitado para trabajar, lo que no es cierto, como aquel que experimentó por haber estado hospitalizado y por las intervenciones quirúrgicas a las que ha sido sometido, más las actividades de curación, rehabilitación, y dolor por las secuelas. Al respecto su parte niega y controvierte la existencia y entidad de los perjuicios alegados por el demandante, desde que si bien fue un accidente grave el actor ha sido apoyado y ayudado por la empresa, su familia y compañeros, lo que ha redundado en una mejoría material, profesional, y personal, de manera que los perjuicios reclamados son improcedentes. Finalmente hace presente que en la determinación de los perjuicios se aplican las prescripciones de la responsabilidad extracontractual, así para la apreciación del daño y del improbable evento de que el tribunal determine que ha existido por parte de su representada alguna responsabilidad respecto de

En relación al lucro cesante, que consiste en la pérdida de una ganancia legítima y que se representa habitualmente por la merma que el accidente le produce al trabajador en su capacidad de trabajo, niega y controvierte el perjuicio pretendido por este concepto por el demandante, ya que no ha perdido su trabajo, sino que sigue prestando servicios para su representada, por lo que malamente puede alegar la pérdida de una ganancia legítima que esté representada por una merma en su capacidad de trabajo, si nunca ha dejado de trabajar, salvo los periodos de licencia médica. Además hace presente que el demandante percibe la pensión de invalidez de la ley Nº 16.744 en forma adicional a la remuneración que su representada paga como trabajador activo, así en lugar de haber sufrido una merma en su capacidad de trabajo el actor la mejoró, ya que luego del accidente la empresa incrementó su remuneración, incorporando los bonos eventuales que recibía como técnico electromecánico a su ingreso mensual, sin que los mismos estén vinculados a la permanencia del trabajador en terreno, aumentando su remuneración de $ 135.540 a $ 609.690. Precisa que además su representada traspasó al actor la suma de $ 32.288.710 por concepto de seguros que la empresa había contratado y de los cuales era beneficiario de la empresa ABN AMOR Compañía de Seguros de Vida S.A. (uno por 500 unidades de fomento equivalente a la fecha de su pago por $ 8.875.285 y otro por 1.500 unidades de fomento equivalente a la fecha de pago a $ 26.413.425), dinero que le permitió al demandante adquirir una vivienda en Rancagua. Reconoce que cuando el demandante volvió a trabajar a la empresa le asignó una nueva función de mejor nivel dentro de la estructura de la Compañía, en oficina y no en faena, como Planificador en el Departamento IT. Además la empresa becó al actor financiando sus estudios en la carrera de Ingeniería en Automatización y Control Industrial en Inacap Rancagua por ocho semestres, cubriendo los valores correspondientes a matrícula y mensualidades por el lapso de cuatro años, lo que ha significado un desembolso significativo para la empresa, además de darle las facilidades necesarias, flexibilizando su jornada de trabajo para permitirle el adecuado desenvolvimiento en sus estudios. Agrega que su representada también adquirió e importó para el demandante, sin costo alguno para él, una prótesis de última generación que le permite recobrar parte de la función de la extremidad superior dañada, con una sensibilidad y capacidad de acción que no tienen las prótesis existentes en Chile. La adquisición de esta prótesis fue una labor realizada en conjunto con los integrantes y trabajadores de la Compañía como una actividad solidaria en beneficio de uno de los trabajadores de la empresa, y significó un desembolso de $ 11.462.000. Con lo anterior su representada no sólo le ha proporcionado al demandante beneficios económicos directos y de una suma importante, sino que también ha intentado que mejore la funcionalidad de su brazo derecho y también su nivel profesional para dotarlo de mejores herramientas que le ayuden a paliar los efectos adversos del accidente que sufrió. Estima que no parece prudente que el demandante reclame el lucro cesante por un período de 28 años, que es lo que le faltaría para cumplir su edad de jubilación, si por una parte ha transcurrido varios años recibiendo remuneración de la empresa, y por otra si la realidad laboral hoy indica que los trabajadores no permanecen en una misma empresa por un período tan prolongado de tiempo, sino que buscan otros horizontes, con variaciones en las rentas que reciben, por lo que resulta un despropósito intentar una indemnización por casi 30 años de remuneración mensual. Sobre el daño moral indica que el demandante por este concepto pretende la suma de $ 500.000.000 sin señalar de qué manera arriba a dicha cifra, lo fundamenta en el dolor físico que sufrió, tanto en el hecho mismo del accidente como en la circunstancia de haber quedado incapacitado para trabajar, lo que no es cierto, como aquel que experimentó por haber estado hospitalizado y por las intervenciones quirúrgicas a las que ha sido sometido, más las actividades de curación, rehabilitación, y dolor por las secuelas. Al respecto su parte niega y controvierte la existencia y entidad de los perjuicios alegados por el demandante, desde que si bien fue un accidente grave el actor ha sido apoyado y ayudado por la empresa, su familia y compañeros, lo que ha redundado en una mejoría material, profesional, y personal, de manera que los perjuicios reclamados son improcedentes. Finalmente hace presente que en la determinación de los perjuicios se aplican las prescripciones de la responsabilidad extracontractual, así para la apreciación del daño y del improbable evento de que el tribunal determine que ha existido por parte de su representada alguna responsabilidad respecto de ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

483

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

las medidas de seguridad que debían existir en el ambiente laboral donde se desempeñaba el demandante, queda sujeto a reducción si el que lo ha sufrido se expuso imprudentemente a él, como ocurre en la especie, conforme lo dispuesto en el artículo 2330 del Código Civil. Solicita que se rechace la demanda y en subsidio solicita que se reduzca y modere al mínimum el monto de la indemnización de los perjuicios a que pudieran ser condenados, y que en cualquiera de los casos anteriores se condene en costas al demandante o bien se exima a su parte al pago de las mismas. TERCERO: Que don Carlos Koch Salazar, abogado, en representación de la Corporación Nacional del Cobre de Chile Codelco Chile, División El Teniente, empresa del Estado minera industrial y comercial, ambos domiciliados en calle Huérfanos N° 1270, Santiago, contesta la demanda señalando que su representada tiene conocimiento que el demandante era dependiente de la empresa Sandvik chile S.A., asignado al contrato N° 4600003379 de Servicio Integral de Mantenimiento Equipos Nivel de Acarreo Proyecto Reservas Norte, que tenía una antigüedad de 10 meses, que se desempeñaba en el Lugar OP 28, Nivel Acarreo Nivel 7. Según su representada el accidente se produjo cuando el actor, estando trabajando en la Unidad Rompe Rocas Rammer del OP 28 levantó el extremo del Boom utilizando una eslinga afianzada a un puente grúa, permitiendo a don Miguel Cortés colocar un trozo de madera bajo los cilindros del Boom para dar más altura a éste, en ese momento se produce el corte de la eslinga, cayendo el Boom sobre la mano del actor, ocasionándole lesiones graves. Precisa que el trabajo de montaje se inició el 29 de junio de 2005 con el acoplamiento del Boom a la base, durante esta operación uno de los tapones plásticos de la manguera saltó, produciéndose derrame de aceite, por lo que se decide su reemplazo por tapones metálicos para evitar su derrame posterior. El día 30 de junio de 2005 el trabajo planificado consistía en montar el segundo cuerpo del brazo (stick boom), la primera actividad que desarrollaron el demandante y el señor Guevara al llegar al OP 28 fue la de reemplazar el trozo de madera puesto bajo los cilindros el día anterior por un madero tipo durmiente de 10¿¿ por 9 ¾ por 34 ¾ pulgadas, para lo cual tomaron el extremo libre del Boom, pasaron por una eslinga de 2 por 3 metros doble por uno de los alojamientos del buje para el pasador y los dos extremos al gancho del puente grúa. En esta posición del Boom hicieron el primer intento de acople del Stick Boom pero no lograron el ángulo requerido para colocar el pasador, por lo que decidieron bajar el Stick Boom y repitieron la maniobra afianzando nuevamente con la eslinga para levantar el Boom y colocar de nuevo el suple y ganar la altura requerida, y el accidente ocurre en el momento en que el trabajador señor Guevara levante el Boom y el demandante, agachado sobre la base de concreto, intenta colocar el trozo de madera que había quedado liberado inicialmente cuando colocaron el durmiente sobre este durmiente. Argumenta que resulta improcedente la responsabilidad solidaria, subsidiaria o simplemente conjunta que se invoca respecto de su parte conforme lo dispuesto en los artículos 183 A y siguientes del Código del Trabajo y 66 bis de la ley Nº 16.744, ya que el accidente sufrido por el demandante ocurrió el 30 de junio de 2005 y a dicha fecha las mencionadas normas no existían y menos estaban vigentes, toda vez que la ley Nº 20.123 que las establece sólo entró en vigencia en el mes de enero de 2007. A la fecha del accidente regían los artículos 64 y 65 bis del Código del Trabajo, normas que establecían la responsabilidad subsidiaria del dueño de la obra, empresa o faena respecto de las obligaciones laborales y previsionales del contratista a favor de sus trabajadores, lo que excluye las indemnizaciones civiles derivadas de acciones del trabajo, y respecto de la ley Nº 16.744 la responsabilidad subsidiaria de la dueña de la obra solamente rige respecto de las obligaciones de afiliación y cotización al seguro de dicha ley. En segundo lugar conforme al artículo 183 B del Código del Trabajo la empresa mandante sólo responde solidariamente de las obligaciones de dar que afecten al contratista o subcontratista a favor de ss trabajadores, de manera que las indemnizaciones pretendidas, al no derivar de la terminación de los servicios y no ser de origen legal sino que emanarían de una sentencia del tribunal que hipotéticamente declare responsabilidad indemnizatoria, no quedan amparada por las normas. Agrega que las indemnizaciones demandadas son civiles, no afectas ni a solidaridad ni a subsidiariedad, como tampoco corresponden a obligaciones simplemente conjuntas.

484

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

las medidas de seguridad que debían existir en el ambiente laboral donde se desempeñaba el demandante, queda sujeto a reducción si el que lo ha sufrido se expuso imprudentemente a él, como ocurre en la especie, conforme lo dispuesto en el artículo 2330 del Código Civil. Solicita que se rechace la demanda y en subsidio solicita que se reduzca y modere al mínimum el monto de la indemnización de los perjuicios a que pudieran ser condenados, y que en cualquiera de los casos anteriores se condene en costas al demandante o bien se exima a su parte al pago de las mismas. TERCERO: Que don Carlos Koch Salazar, abogado, en representación de la Corporación Nacional del Cobre de Chile Codelco Chile, División El Teniente, empresa del Estado minera industrial y comercial, ambos domiciliados en calle Huérfanos N° 1270, Santiago, contesta la demanda señalando que su representada tiene conocimiento que el demandante era dependiente de la empresa Sandvik chile S.A., asignado al contrato N° 4600003379 de Servicio Integral de Mantenimiento Equipos Nivel de Acarreo Proyecto Reservas Norte, que tenía una antigüedad de 10 meses, que se desempeñaba en el Lugar OP 28, Nivel Acarreo Nivel 7. Según su representada el accidente se produjo cuando el actor, estando trabajando en la Unidad Rompe Rocas Rammer del OP 28 levantó el extremo del Boom utilizando una eslinga afianzada a un puente grúa, permitiendo a don Miguel Cortés colocar un trozo de madera bajo los cilindros del Boom para dar más altura a éste, en ese momento se produce el corte de la eslinga, cayendo el Boom sobre la mano del actor, ocasionándole lesiones graves. Precisa que el trabajo de montaje se inició el 29 de junio de 2005 con el acoplamiento del Boom a la base, durante esta operación uno de los tapones plásticos de la manguera saltó, produciéndose derrame de aceite, por lo que se decide su reemplazo por tapones metálicos para evitar su derrame posterior. El día 30 de junio de 2005 el trabajo planificado consistía en montar el segundo cuerpo del brazo (stick boom), la primera actividad que desarrollaron el demandante y el señor Guevara al llegar al OP 28 fue la de reemplazar el trozo de madera puesto bajo los cilindros el día anterior por un madero tipo durmiente de 10¿¿ por 9 ¾ por 34 ¾ pulgadas, para lo cual tomaron el extremo libre del Boom, pasaron por una eslinga de 2 por 3 metros doble por uno de los alojamientos del buje para el pasador y los dos extremos al gancho del puente grúa. En esta posición del Boom hicieron el primer intento de acople del Stick Boom pero no lograron el ángulo requerido para colocar el pasador, por lo que decidieron bajar el Stick Boom y repitieron la maniobra afianzando nuevamente con la eslinga para levantar el Boom y colocar de nuevo el suple y ganar la altura requerida, y el accidente ocurre en el momento en que el trabajador señor Guevara levante el Boom y el demandante, agachado sobre la base de concreto, intenta colocar el trozo de madera que había quedado liberado inicialmente cuando colocaron el durmiente sobre este durmiente. Argumenta que resulta improcedente la responsabilidad solidaria, subsidiaria o simplemente conjunta que se invoca respecto de su parte conforme lo dispuesto en los artículos 183 A y siguientes del Código del Trabajo y 66 bis de la ley Nº 16.744, ya que el accidente sufrido por el demandante ocurrió el 30 de junio de 2005 y a dicha fecha las mencionadas normas no existían y menos estaban vigentes, toda vez que la ley Nº 20.123 que las establece sólo entró en vigencia en el mes de enero de 2007. A la fecha del accidente regían los artículos 64 y 65 bis del Código del Trabajo, normas que establecían la responsabilidad subsidiaria del dueño de la obra, empresa o faena respecto de las obligaciones laborales y previsionales del contratista a favor de sus trabajadores, lo que excluye las indemnizaciones civiles derivadas de acciones del trabajo, y respecto de la ley Nº 16.744 la responsabilidad subsidiaria de la dueña de la obra solamente rige respecto de las obligaciones de afiliación y cotización al seguro de dicha ley. En segundo lugar conforme al artículo 183 B del Código del Trabajo la empresa mandante sólo responde solidariamente de las obligaciones de dar que afecten al contratista o subcontratista a favor de ss trabajadores, de manera que las indemnizaciones pretendidas, al no derivar de la terminación de los servicios y no ser de origen legal sino que emanarían de una sentencia del tribunal que hipotéticamente declare responsabilidad indemnizatoria, no quedan amparada por las normas. Agrega que las indemnizaciones demandadas son civiles, no afectas ni a solidaridad ni a subsidiariedad, como tampoco corresponden a obligaciones simplemente conjuntas.

484

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

485

Estima que en este juicio impera el artículo 69 de la ley Nº 16.744, norma que persigue la responsabilidad directa del autor del daño que causa accidente o enfermedad laboral, cuando dicho autor actuó dolosa o culposamente,, siendo de competencia del juez del trabajo conocer de su aplicación cuando se trata de la responsabilidad indemnizatoria contractual. La demandante pretende que su parte sea responsable de la culpa que imputa a la demandada principal, la que no califica, y para ello requiere que el tribunal aplique retroactivamente normas legales que no estaban vigentes al momento del accidente, tampoco puede acudirse a los artículos 64 y 64 bis del Código del Trabajo porque no se invocan, y además por la razón que se refiere a la responsabilidad subsidiaria respecto de los créditos laborales y previsionales. Manifiesta que al año 2005 regía el artículo 3 del D.S. N° 594 de 1999 del Ministerio de Salud sobre condiciones básicas en los ambientes del trabajo y el D.S. N° 132 de 2002 del Ministerio de Minería que contiene el Reglamento de Seguridad Minera, estas disposiciones obligaban a la empresa principal a adoptar las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de los trabajadores que se desempeñen en sus instalaciones, y en dichas normas no se contiene la expresión todas que si contiene el artículo 184 del Código del Trabajo y del cual deriva la culpa levísima, así la responsabilidad de la empresa principal es propia de la culpa leve. La obligación de adoptar las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de los trabajadores que se desempeñan en las instalaciones de la empresa principal se cumplía con las medidas de seguridad dispuestas en ese tiempo, con dicho propósito, pero en caso alguno de ellas deriva la responsabilidad indemnizatoria propia del empleador directo a la empresa principal, ni solidaria, ni subsidiaria, ni siquiera simplemente conjunta. En cuanto a los perjuicios pretendidos indica que el daño emergente debe ser probado por el actor; el lucro cesante resulta improcedente porque el demandante mantiene vigente su contrato de trabajo con Sandvik Chile S.A. de lo que se puede presumir que no ha experimentado perjuicio alguno a raíz de su accidente, y si se considera que ha sido trasladado a funciones compatibles con su situación física, que ha sido becado para estudiar una carrera de educación superior y que percibe una pensión del seguro de la ley Nº 16.744 se concluye que la cantidad pretendida está erróneamente calculada, carece de causa y en el caso de acogerse debe deducirse el monto de la pensión que recibe. Sobre el daño moral solo responde de el el autor del accidente o enfermedad laboral, por lo que no se traslada ni solidaria ni subsidiariamente a un tercero ajeno al autor del daño, quien es el legalmente responsable de la indemnización, y en sobre el monto señala que esta indemnización está destinada a resarcir un perjuicio que si bien no es mensurable tampoco puede dar pie a un enriquecimiento, ya que sería sin causa. Finalmente niega que su parte haya tenido participación directa o indirecta en los hechos que causaron el accidente sufrido por el demandante, los hechos relacionados con la atención de primeros auxilios brindada al actor, y los relativos a acuerdos sobre condiciones de remuneración y beneficios posteriores al mismo. Solicita que rechace la demandante en todas sus partes en cuanto es dirigida en contra de su representa, con costas. CUARTO: Que en la presente causa se establecieron los siguientes hechos sustanciales, pertinentes y controvertidos. a) Causas que produjeron el accidente ocurrido al actor. b) Efectividad que la demandada principal habría tomado las medidas necesarias para evitar eficazmente el accidente que sufrió el actor. c) Efectividad que el demandante se expuso imprudentemente al accidente. d) Naturaleza, características y montos de los daños sufridos por el demandante, y origen de los mismos. e) Efectividad que a la empresa Codelco Chile División El Teniente es responsable subsidiaria o simplemente conjunta de los daños sufridos por el actor en el accidente del trabajo ocurrido el 30/06/2005. f) Efectividad que la empresa demandada principal ha reparado los daños sufridos por el actor en el accidente que nos convoca, formas de reparación y montos.

Estima que en este juicio impera el artículo 69 de la ley Nº 16.744, norma que persigue la responsabilidad directa del autor del daño que causa accidente o enfermedad laboral, cuando dicho autor actuó dolosa o culposamente,, siendo de competencia del juez del trabajo conocer de su aplicación cuando se trata de la responsabilidad indemnizatoria contractual. La demandante pretende que su parte sea responsable de la culpa que imputa a la demandada principal, la que no califica, y para ello requiere que el tribunal aplique retroactivamente normas legales que no estaban vigentes al momento del accidente, tampoco puede acudirse a los artículos 64 y 64 bis del Código del Trabajo porque no se invocan, y además por la razón que se refiere a la responsabilidad subsidiaria respecto de los créditos laborales y previsionales. Manifiesta que al año 2005 regía el artículo 3 del D.S. N° 594 de 1999 del Ministerio de Salud sobre condiciones básicas en los ambientes del trabajo y el D.S. N° 132 de 2002 del Ministerio de Minería que contiene el Reglamento de Seguridad Minera, estas disposiciones obligaban a la empresa principal a adoptar las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de los trabajadores que se desempeñen en sus instalaciones, y en dichas normas no se contiene la expresión todas que si contiene el artículo 184 del Código del Trabajo y del cual deriva la culpa levísima, así la responsabilidad de la empresa principal es propia de la culpa leve. La obligación de adoptar las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de los trabajadores que se desempeñan en las instalaciones de la empresa principal se cumplía con las medidas de seguridad dispuestas en ese tiempo, con dicho propósito, pero en caso alguno de ellas deriva la responsabilidad indemnizatoria propia del empleador directo a la empresa principal, ni solidaria, ni subsidiaria, ni siquiera simplemente conjunta. En cuanto a los perjuicios pretendidos indica que el daño emergente debe ser probado por el actor; el lucro cesante resulta improcedente porque el demandante mantiene vigente su contrato de trabajo con Sandvik Chile S.A. de lo que se puede presumir que no ha experimentado perjuicio alguno a raíz de su accidente, y si se considera que ha sido trasladado a funciones compatibles con su situación física, que ha sido becado para estudiar una carrera de educación superior y que percibe una pensión del seguro de la ley Nº 16.744 se concluye que la cantidad pretendida está erróneamente calculada, carece de causa y en el caso de acogerse debe deducirse el monto de la pensión que recibe. Sobre el daño moral solo responde de el el autor del accidente o enfermedad laboral, por lo que no se traslada ni solidaria ni subsidiariamente a un tercero ajeno al autor del daño, quien es el legalmente responsable de la indemnización, y en sobre el monto señala que esta indemnización está destinada a resarcir un perjuicio que si bien no es mensurable tampoco puede dar pie a un enriquecimiento, ya que sería sin causa. Finalmente niega que su parte haya tenido participación directa o indirecta en los hechos que causaron el accidente sufrido por el demandante, los hechos relacionados con la atención de primeros auxilios brindada al actor, y los relativos a acuerdos sobre condiciones de remuneración y beneficios posteriores al mismo. Solicita que rechace la demandante en todas sus partes en cuanto es dirigida en contra de su representa, con costas. CUARTO: Que en la presente causa se establecieron los siguientes hechos sustanciales, pertinentes y controvertidos. a) Causas que produjeron el accidente ocurrido al actor. b) Efectividad que la demandada principal habría tomado las medidas necesarias para evitar eficazmente el accidente que sufrió el actor. c) Efectividad que el demandante se expuso imprudentemente al accidente. d) Naturaleza, características y montos de los daños sufridos por el demandante, y origen de los mismos. e) Efectividad que a la empresa Codelco Chile División El Teniente es responsable subsidiaria o simplemente conjunta de los daños sufridos por el actor en el accidente del trabajo ocurrido el 30/06/2005. f) Efectividad que la empresa demandada principal ha reparado los daños sufridos por el actor en el accidente que nos convoca, formas de reparación y montos. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

485

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

g) Qué funciones desarrollaba el actor al momento de ocurrir el accidente. QUINTO: Que el demandante rindió la siguiente prueba en el proceso. A) Documental. 1. Copia simple Contrato de trabajo de fecha 23 de agosto de 2004. 2. Original Informe médico, emitido por la Mutual de Seguridad de la Cámara Chilena de la Construcción de fecha 07 de diciembre de 2009. 3. Informe psiquiátrico emitido por la Mutual de Seguridad de la Cámara Chilena de la Construcción de fecha 03 de diciembre de 2009. 4. Copia del informe sicológico de la Mutual de Seguridad de la Cámara Chilena de la Construcción, emitido por el Dr. Ítalo Latorre de fecha 02 de diciembre de 2009. 5. Informe sicológico del actor de noviembre de 2009, emitido por la sicóloga Lissette Badrie Espinoza. 6. Evaluación de incapacidad de accidente del trabajo, resolución emitida por la Mutual de Seguridad de la Cámara Chilena de la Construcción de fecha 02 de marzo de 2006. 7. Legajo de 10 citaciones medicas emitidas por la mutual, dos son originales y las restantes fotocopias simples. 8. Un documento de fecha 19 de enero de 2010 de las citaciones medicas de la Mutual de Seguridad de la Cámara Chilena de la Construcción, período comprendido desde enero a abril de 2010. 9. Informe de investigación del accidente suscrito por el César Núñez experto en prevención de riesgos. B) Exhibición de documentos. El demandante exhibió comprobante de liquidación del mes de diciembre de 2009 correspondiente a pago de pensión de invalidez por ley Nº 16.744 C) Testimonial. 1. Doña Lissete Badrie Espinoza, quien legalmente juramentada expuso que su profesión es Sicóloga Clínica, cursando sus estudios en la Universidad Central, de donde egresó en el año 2003, y señala que conoce al demandante porque a mediados del año 2009 llegó a su consulta para ser tratado por un problema que tenía. Precisa que lo atendió en agosto de 2009 y hasta octubre del mismo año, una sesión por semana, y le refirió que el 30 de junio de 2005 sufrió un accidente. Indica que el demandante llegó a su consulta con síntomas de irritabilidad, mal humor, insomnio, aumento considerado de peso, pensamiento de muerte recurrente, inseguridad, adenonia, tristeza patológica, y para determinar su estado se le aplicaron diversos tests que arrojaron que padecía de una depresión mayor crónica. Recuerda que el actor había tenido una atención siquiátrica en forma previa a la suya, en la que también se le había diagnosticado depresión. Explica que la depresión mayor crónica significa que la persona presenta signos de depresión que se mantienen a través del tiempo, la que fue provocada por el amputamiento que afectó a su mano derecha, ya que los síntomas fueron posteriores al accidente. Señala que después de las tres sesiones el demandante no siguió con el tratamiento porque no pudo pagar el valor que tenía cada sesión, el que ascendía a $ 25.000 por consulta, y que no es posible determinar cuántas sesiones podría requerir el actor para tratar su depresión. No es capaz de precisar el momento desde el cual el actor se vio afectado por la depresión mayor crónica, sólo que se debe con ocasión al accidente sufrido. Desconoce si el caso del demandante es recuperable. 2. Don César Gabriel Núñez Ávila, quien legalmente juramentado expuso que es experto en prevención de riesgos titulado en Duoc hace unos dos años, y su experiencia en materia minera señala que con ocasión de las capacitaciones propias de sus estudios tuvo la posibilidad de visitar la mina El Teniente, concretamente en dos oportunidades. Señala que conoce al demandante una vez que se entrevistó con el demandante cuando se le invitó a participar en el presente caso, y al respecto explica que Don Rodrigo, cuyo apellidos desconoce, le expone que hay un caso de una persona que sufrió un accidente y que se necesita un informe sobre la situación que lo afectó.

486

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

g) Qué funciones desarrollaba el actor al momento de ocurrir el accidente. QUINTO: Que el demandante rindió la siguiente prueba en el proceso. A) Documental. 1. Copia simple Contrato de trabajo de fecha 23 de agosto de 2004. 2. Original Informe médico, emitido por la Mutual de Seguridad de la Cámara Chilena de la Construcción de fecha 07 de diciembre de 2009. 3. Informe psiquiátrico emitido por la Mutual de Seguridad de la Cámara Chilena de la Construcción de fecha 03 de diciembre de 2009. 4. Copia del informe sicológico de la Mutual de Seguridad de la Cámara Chilena de la Construcción, emitido por el Dr. Ítalo Latorre de fecha 02 de diciembre de 2009. 5. Informe sicológico del actor de noviembre de 2009, emitido por la sicóloga Lissette Badrie Espinoza. 6. Evaluación de incapacidad de accidente del trabajo, resolución emitida por la Mutual de Seguridad de la Cámara Chilena de la Construcción de fecha 02 de marzo de 2006. 7. Legajo de 10 citaciones medicas emitidas por la mutual, dos son originales y las restantes fotocopias simples. 8. Un documento de fecha 19 de enero de 2010 de las citaciones medicas de la Mutual de Seguridad de la Cámara Chilena de la Construcción, período comprendido desde enero a abril de 2010. 9. Informe de investigación del accidente suscrito por el César Núñez experto en prevención de riesgos. B) Exhibición de documentos. El demandante exhibió comprobante de liquidación del mes de diciembre de 2009 correspondiente a pago de pensión de invalidez por ley Nº 16.744 C) Testimonial. 1. Doña Lissete Badrie Espinoza, quien legalmente juramentada expuso que su profesión es Sicóloga Clínica, cursando sus estudios en la Universidad Central, de donde egresó en el año 2003, y señala que conoce al demandante porque a mediados del año 2009 llegó a su consulta para ser tratado por un problema que tenía. Precisa que lo atendió en agosto de 2009 y hasta octubre del mismo año, una sesión por semana, y le refirió que el 30 de junio de 2005 sufrió un accidente. Indica que el demandante llegó a su consulta con síntomas de irritabilidad, mal humor, insomnio, aumento considerado de peso, pensamiento de muerte recurrente, inseguridad, adenonia, tristeza patológica, y para determinar su estado se le aplicaron diversos tests que arrojaron que padecía de una depresión mayor crónica. Recuerda que el actor había tenido una atención siquiátrica en forma previa a la suya, en la que también se le había diagnosticado depresión. Explica que la depresión mayor crónica significa que la persona presenta signos de depresión que se mantienen a través del tiempo, la que fue provocada por el amputamiento que afectó a su mano derecha, ya que los síntomas fueron posteriores al accidente. Señala que después de las tres sesiones el demandante no siguió con el tratamiento porque no pudo pagar el valor que tenía cada sesión, el que ascendía a $ 25.000 por consulta, y que no es posible determinar cuántas sesiones podría requerir el actor para tratar su depresión. No es capaz de precisar el momento desde el cual el actor se vio afectado por la depresión mayor crónica, sólo que se debe con ocasión al accidente sufrido. Desconoce si el caso del demandante es recuperable. 2. Don César Gabriel Núñez Ávila, quien legalmente juramentado expuso que es experto en prevención de riesgos titulado en Duoc hace unos dos años, y su experiencia en materia minera señala que con ocasión de las capacitaciones propias de sus estudios tuvo la posibilidad de visitar la mina El Teniente, concretamente en dos oportunidades. Señala que conoce al demandante una vez que se entrevistó con el demandante cuando se le invitó a participar en el presente caso, y al respecto explica que Don Rodrigo, cuyo apellidos desconoce, le expone que hay un caso de una persona que sufrió un accidente y que se necesita un informe sobre la situación que lo afectó.

486

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

487

Reconoce que por sus servicios se pactaron honorarios los que aún no se han pagado porque están esperando que termine el caso y ellos ascienden a la suma de $ 100.000. Explica que su participación o trabajo consistió en reunir los antecedentes, entrevistarse con el trabajador afectado y analizar la legislación aplicable. Los antecedentes revisados fueron los hechos detallados por el demandante, el procedimiento consignado en un instructivo que le presentó el mismo trabajador, algunas fotografías del lugar del accidente, y alguna legislación que buscó y que creía que resultaban aplicables. Precisa que la revisión de los referidos antecedentes lo hizo en el mes de enero de 2010 y que a la conclusión que llegó sobre las razones de accidentes es que se debió a varios factores, concretamente que el trabajador no tenía la capacidad necesaria para realizar la labor que estaba ejecutando, que no tenía supervisión necesaria, y que no tenía la capacitación en materia de carga que requiere el Código Minero. Todo lo anterior lo determinó sobre la base de las conversaciones que tuvo con el demandante. 3. Doña Mónica Olave Díaz, quien legalmente juramentado expuso que conoce al demandante dese hace 35 años ya que es su cónyuge. Señala que actualmente su marido se presente como una persona muy nervioso, alterado, preocupado, asustado, comportamiento que presenta aproximadamente desde hace dos años atrás, ya que empezó a sentir que no era útil, que el puesto de trabajo que tiene se lo hicieron sólo en atención a su condición, precisando que su labor se limita a digitar en su calidad de planificador, labor en la que está hace cuatro años, una vez que volvió a trabajar después del accidente. Agrega que al empresa, al principio, trató siempre de mantenerlo contento, así le ofrecieron estabilidad por 10 años, estudios para sus hijos, que nunca le iba a faltar nada, pero con el tiempo esto se fue postergando, no veía el apoyo de los jefes, y por ejemplo no lo volvieron a capacitar. Sobre el accidente que sufrió el demandante señala que le avisaron a ella en su domicilio que se había apretado un dedo, y el médico le informó sobre la amputación de la mano porque no había otra solución. A su marido lo vio después de la operación, y el le dijo que no se preocupara porque iban a salir adelante. Precisa que el demandante siempre fue muy trabajador, hacía trabajos extras, era muy inquieto, muy deportista, participaba en grupos folklóricos, y después del accidente trato de retomar sus actividades pero no fue lo mismo. Sobre si el accidente le ocasionó al actor algún perjuicio patrimonial señala que ahora no realiza los trabajos extras que antes hacía de instalación eléctricas en algunas casas, aunque reconoce que por esta labor no tributaba, y por el tratamiento médico del demandante sólo debió desembolsar el gasto de una sicóloga, pero desconoce a cuánto ascendió dicho costo. Señala que el demandante recibe un tratamiento sicológico por parte de la Mutual el que no tiene ningún costo, el que ha recibido desde que sufrió el accidente y por el mismo asiste al sicólogo como una vez por mes, pero su marido siente que el sicólogo que no lo ayuda. SEXTO: Que la demandada Sandvik Chile S.A. rindió por su parte la siguiente prueba en la presente causa. A) Documental. 1. Copia autorizada de contrato de trabajo de fecha 23 de agosto de 2004. 2. Reglamento interno de orden, higiene y seguridad de la empresa, vigente a la fecha del accidente. 3. Copia autorizada de recibo de reglamento interno de orden, higiene y seguridad 23 de agosto de 2004. 4. Copia autorizada de dos documentos llamados Planificación de tareas de fecha 29 de junio de2005 y 30 de junio de 2005 ambas firmadas por el actor. 5. Copia autorizada de charla de inducción de Hombre nuevo en la cual asistió el actor, de fecha 12 de octubre de 2004. 6. Copia autorizada de credencial del actor, para asistir a curso básico de prevención de riesgos de fecha 9 de junio de 2006. 7. Copia autorizada de curriculum Vitae de Miguel Ángel Cortés Valenzuela. 8. Copia autorizada de tarjeta de control de cargo fechas de entregas 24 de agosto hasta el día 07 de junio de 2005, 27 de abril de 2005 hasta 31 de agosto de 2005, el que consta de tres fojas.

Reconoce que por sus servicios se pactaron honorarios los que aún no se han pagado porque están esperando que termine el caso y ellos ascienden a la suma de $ 100.000. Explica que su participación o trabajo consistió en reunir los antecedentes, entrevistarse con el trabajador afectado y analizar la legislación aplicable. Los antecedentes revisados fueron los hechos detallados por el demandante, el procedimiento consignado en un instructivo que le presentó el mismo trabajador, algunas fotografías del lugar del accidente, y alguna legislación que buscó y que creía que resultaban aplicables. Precisa que la revisión de los referidos antecedentes lo hizo en el mes de enero de 2010 y que a la conclusión que llegó sobre las razones de accidentes es que se debió a varios factores, concretamente que el trabajador no tenía la capacidad necesaria para realizar la labor que estaba ejecutando, que no tenía supervisión necesaria, y que no tenía la capacitación en materia de carga que requiere el Código Minero. Todo lo anterior lo determinó sobre la base de las conversaciones que tuvo con el demandante. 3. Doña Mónica Olave Díaz, quien legalmente juramentado expuso que conoce al demandante dese hace 35 años ya que es su cónyuge. Señala que actualmente su marido se presente como una persona muy nervioso, alterado, preocupado, asustado, comportamiento que presenta aproximadamente desde hace dos años atrás, ya que empezó a sentir que no era útil, que el puesto de trabajo que tiene se lo hicieron sólo en atención a su condición, precisando que su labor se limita a digitar en su calidad de planificador, labor en la que está hace cuatro años, una vez que volvió a trabajar después del accidente. Agrega que al empresa, al principio, trató siempre de mantenerlo contento, así le ofrecieron estabilidad por 10 años, estudios para sus hijos, que nunca le iba a faltar nada, pero con el tiempo esto se fue postergando, no veía el apoyo de los jefes, y por ejemplo no lo volvieron a capacitar. Sobre el accidente que sufrió el demandante señala que le avisaron a ella en su domicilio que se había apretado un dedo, y el médico le informó sobre la amputación de la mano porque no había otra solución. A su marido lo vio después de la operación, y el le dijo que no se preocupara porque iban a salir adelante. Precisa que el demandante siempre fue muy trabajador, hacía trabajos extras, era muy inquieto, muy deportista, participaba en grupos folklóricos, y después del accidente trato de retomar sus actividades pero no fue lo mismo. Sobre si el accidente le ocasionó al actor algún perjuicio patrimonial señala que ahora no realiza los trabajos extras que antes hacía de instalación eléctricas en algunas casas, aunque reconoce que por esta labor no tributaba, y por el tratamiento médico del demandante sólo debió desembolsar el gasto de una sicóloga, pero desconoce a cuánto ascendió dicho costo. Señala que el demandante recibe un tratamiento sicológico por parte de la Mutual el que no tiene ningún costo, el que ha recibido desde que sufrió el accidente y por el mismo asiste al sicólogo como una vez por mes, pero su marido siente que el sicólogo que no lo ayuda. SEXTO: Que la demandada Sandvik Chile S.A. rindió por su parte la siguiente prueba en la presente causa. A) Documental. 1. Copia autorizada de contrato de trabajo de fecha 23 de agosto de 2004. 2. Reglamento interno de orden, higiene y seguridad de la empresa, vigente a la fecha del accidente. 3. Copia autorizada de recibo de reglamento interno de orden, higiene y seguridad 23 de agosto de 2004. 4. Copia autorizada de dos documentos llamados Planificación de tareas de fecha 29 de junio de2005 y 30 de junio de 2005 ambas firmadas por el actor. 5. Copia autorizada de charla de inducción de Hombre nuevo en la cual asistió el actor, de fecha 12 de octubre de 2004. 6. Copia autorizada de credencial del actor, para asistir a curso básico de prevención de riesgos de fecha 9 de junio de 2006. 7. Copia autorizada de curriculum Vitae de Miguel Ángel Cortés Valenzuela. 8. Copia autorizada de tarjeta de control de cargo fechas de entregas 24 de agosto hasta el día 07 de junio de 2005, 27 de abril de 2005 hasta 31 de agosto de 2005, el que consta de tres fojas. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

487

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

9. Copia autorizada de curso controlador lógico programable PLC realizado del 16 al 18 de mayo de 2005, incluyendo fotografías. 10. Copia autorizada del curso de hidráulica industrial, realizado los días 19, 20 y 24 de mayo de 2005. 11. Copia autorizada de los registros de asistencia a cursos de operación de unidades Rammer brazo, de fechas 29 y 30 de diciembre de 2004. 12. Copia autorizada de set de registro de asistencia a diversas capacitaciones, de fechas 04 de noviembre de 2004; 29 de enero de 2005; 13 de marzo de 2005; 24 de abril de 2005; 25 de abril de 2005; 26 de abril de 2005 y 16 de junio de 2005. 13. Copia autorizada de set de registros de asistencia de diversas capacitaciones de fechas 02 de diciembre de 2004; 03 de abril de 2005 y 20 de junio de 2005. 14. Copia autorizada de informe de accidente de junio de 2005. 15. Copia autorizada de declaración del señor Jose Guevara Toro, de fecha 01 de julio de 2005. 16. Copia de declaración del señor Pedro Fernando Ramírez Escobar. 17. Copia autorizada de declaración de Miguel Cortéz Valenzuela de fecha 01 de julio de 2005. 18. Fotocopia autorizada de set de 2 fotografías del lugar del accidente. 19. Copia autorizada de análisis de accidente del trabajo el cual consta de 23 fojas. 20. Copia autorizada de atención de de urgencia posta El Teniente N° 0022398 de fecha 30 de junio de 2005. 21. Copia autorizada de información preliminar de accidente grave, confeccionado por la empresa, con fecha 01 de julio de 2005. 22. Copia de contrato 4600003379, suscrito entre la demandada principal y la demandada Codelco Chile División El Teniente. 23. Copia autorizada de equipos utilizados en el contrato Reno, entre los cuales se detalla dos Martillos Rammer Boom Power Pack y ficha de descripción del contrato. 24. Copia autorizada de póliza de Seguro colectivo de vida suscrita entre ABN AMRO (CHILE) Seguros De Vida S.A. y la demanda principal de fecha 24 de enero de 2005. 25. Copia Autorizada de póliza de seguro colectivo de accidentes personales, suscrita entre ABN AMRO (CHILE) Seguros De Vida S.A. y la demanda principal de fecha 24 de enero de 2005. 26. Copia autorizada de finiquito de vida, otorgado por ABN AMRO (CHILE) SEGUROS DE VIDA S.A. por concepto de indemnización por invalidez accidental, de fecha 20 de octubre de 2005. 27. Copia autorizada de recibo de la suma de $ 8.875.285. de fecha 21 de octubre de 2005. 28. Copia autorizada de carta enviada a Claudia Segura de fecha 21 de octubre de 2005. 29. Copia autorizada de cheque serie DGE 0010944, del Banco Santander Santiago, emitido a nombre del actor de fecha 20 de octubre de 2005. 30. Copia autorizada de finiquito de vida otorgado por ABN AMRO (CHILE) SEGUROS DE VIDA S.A. por concepto de indemnización por pérdida de mano derecha en accidente laboral, de fecha 25 de agosto de 2005. 31. Copia autorizada de carta de fecha 29 de agosto de 2005 en el cual consta la recepción del cheque por la suma de $ 26.413.425. 32. Copia autorizada de cheque serie DGE 0010438, del Banco Santander emitido a nombre de Miguel Cortez Valenzuela por ABN AMRO (Chile), por la suma de $ 26.413.425, de fecha 25 de agosto de 2005. 33. Copia autorizada de descripción y presupuesto de prótesis mioeléctrica transradial de tecnoplanta Laboratorio Ortopédico emitido por la sociedad Roxana Cea y Compañía Ltda., con fecha 14 de septiembre de 2006. 34. Copia orden de compra N° V044179, de fecha 1 de noviembre de 2006, emitida pro Roxana Cea y Compañía Ltda. a nombre de Sandvik, correspondiente a una prótesis mioeléctrica, firmada por el gerente de finanzas, por la suma de $ 11.462.080. 35. Copia factura N° 00893 de fecha 19 de diciembre de 2006, emitida por Roxana Cea y Compañía Ltda. a nombre de Sandvik Chile S.A., correspondiente a una prótesis mioeléctrica transradial por un valor de $ 11.462.080.

488

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

9. Copia autorizada de curso controlador lógico programable PLC realizado del 16 al 18 de mayo de 2005, incluyendo fotografías. 10. Copia autorizada del curso de hidráulica industrial, realizado los días 19, 20 y 24 de mayo de 2005. 11. Copia autorizada de los registros de asistencia a cursos de operación de unidades Rammer brazo, de fechas 29 y 30 de diciembre de 2004. 12. Copia autorizada de set de registro de asistencia a diversas capacitaciones, de fechas 04 de noviembre de 2004; 29 de enero de 2005; 13 de marzo de 2005; 24 de abril de 2005; 25 de abril de 2005; 26 de abril de 2005 y 16 de junio de 2005. 13. Copia autorizada de set de registros de asistencia de diversas capacitaciones de fechas 02 de diciembre de 2004; 03 de abril de 2005 y 20 de junio de 2005. 14. Copia autorizada de informe de accidente de junio de 2005. 15. Copia autorizada de declaración del señor Jose Guevara Toro, de fecha 01 de julio de 2005. 16. Copia de declaración del señor Pedro Fernando Ramírez Escobar. 17. Copia autorizada de declaración de Miguel Cortéz Valenzuela de fecha 01 de julio de 2005. 18. Fotocopia autorizada de set de 2 fotografías del lugar del accidente. 19. Copia autorizada de análisis de accidente del trabajo el cual consta de 23 fojas. 20. Copia autorizada de atención de de urgencia posta El Teniente N° 0022398 de fecha 30 de junio de 2005. 21. Copia autorizada de información preliminar de accidente grave, confeccionado por la empresa, con fecha 01 de julio de 2005. 22. Copia de contrato 4600003379, suscrito entre la demandada principal y la demandada Codelco Chile División El Teniente. 23. Copia autorizada de equipos utilizados en el contrato Reno, entre los cuales se detalla dos Martillos Rammer Boom Power Pack y ficha de descripción del contrato. 24. Copia autorizada de póliza de Seguro colectivo de vida suscrita entre ABN AMRO (CHILE) Seguros De Vida S.A. y la demanda principal de fecha 24 de enero de 2005. 25. Copia Autorizada de póliza de seguro colectivo de accidentes personales, suscrita entre ABN AMRO (CHILE) Seguros De Vida S.A. y la demanda principal de fecha 24 de enero de 2005. 26. Copia autorizada de finiquito de vida, otorgado por ABN AMRO (CHILE) SEGUROS DE VIDA S.A. por concepto de indemnización por invalidez accidental, de fecha 20 de octubre de 2005. 27. Copia autorizada de recibo de la suma de $ 8.875.285. de fecha 21 de octubre de 2005. 28. Copia autorizada de carta enviada a Claudia Segura de fecha 21 de octubre de 2005. 29. Copia autorizada de cheque serie DGE 0010944, del Banco Santander Santiago, emitido a nombre del actor de fecha 20 de octubre de 2005. 30. Copia autorizada de finiquito de vida otorgado por ABN AMRO (CHILE) SEGUROS DE VIDA S.A. por concepto de indemnización por pérdida de mano derecha en accidente laboral, de fecha 25 de agosto de 2005. 31. Copia autorizada de carta de fecha 29 de agosto de 2005 en el cual consta la recepción del cheque por la suma de $ 26.413.425. 32. Copia autorizada de cheque serie DGE 0010438, del Banco Santander emitido a nombre de Miguel Cortez Valenzuela por ABN AMRO (Chile), por la suma de $ 26.413.425, de fecha 25 de agosto de 2005. 33. Copia autorizada de descripción y presupuesto de prótesis mioeléctrica transradial de tecnoplanta Laboratorio Ortopédico emitido por la sociedad Roxana Cea y Compañía Ltda., con fecha 14 de septiembre de 2006. 34. Copia orden de compra N° V044179, de fecha 1 de noviembre de 2006, emitida pro Roxana Cea y Compañía Ltda. a nombre de Sandvik, correspondiente a una prótesis mioeléctrica, firmada por el gerente de finanzas, por la suma de $ 11.462.080. 35. Copia factura N° 00893 de fecha 19 de diciembre de 2006, emitida por Roxana Cea y Compañía Ltda. a nombre de Sandvik Chile S.A., correspondiente a una prótesis mioeléctrica transradial por un valor de $ 11.462.080.

488

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

489

36. Copia de documento en que constan acuerdos y compromisos asumidos por las partes a raíz del accidente sufrido por el actor, debidamente suscritos por este en el mes de mayo de 2007. 37. Copia de anexo de contrato de trabajo firmado por las partes en el que se establece como sueldo base la suma de $ 609.690. 38. Copia autorizada de carta de fecha 27 de agosto de 2008 dirigida al actor y suscrita por este, Luis Gómez y Guido Bobadilla en la cual se le comunica que atendido que la carrera cursada tiene una duración de 8 semestres, la beca que se le ha entregado solo contemplará hasta finales del año 2009. 39. Copia de rendición de cuentas por gastos por atención de Psicoterapia del sr Cortez. B) Exhibición de documentos. 1) A petición del demandante exhibió documento denominado Sandvik Bafco Servicio S.A., contrato 4600003380, Servicio Integral Mantenimiento Equipo Nivel de Acarreo Proyecto Pipa Norte y Diablo Regimiento, Procedimiento de Trabajo N°PASAUTOMINE 064. Cambio de pedestal de Martillo Ramer. 2) A petición de la demandada Codelco Chile exhibe certificados emitidos por PREVIRED en donde consta el pago de las cotizaciones previsionales, de salud, cesantía y a la Mutual de Seguridad de la Cámara Chilena de la Construcción al demandado. C) Testimonial 1. Don Pedro Fernando Ramírez Escobar, quien legalmente juramentado expone que es ingeniero civil mecánico y al fecha en que el actor sufrió el accidente que invoca en su demanda trabajaba para Sandvik Chile S.A. como ingeniero residente del contrato de mantenimiento de equipos que dicha empresa tenía en la División El Teniente de Codelco Chile. Señala que el actor fue contratado debido a su experiencia, se le hizo una inducción sobre la labor que ejecutaría y particularmente los riesgos que conllevaba la actividad de mantenimiento de las máquinas. Precisa que él era el responsable del equipo de trabajo en que participaba el demandante y que el día en que se produjo el accidente justo no se encontraba en la faena, ya que debió viajar a Santiago a realizar la mantención de una camioneta de la empresa, lo que debidamente informó a Víctor Montt, Gerente encargado de todos los contratos que tenía la empresa con la División El Teniente, donde trabajan aproximadamente 200 trabajadores. El martillo en que se produjo el accidente correspondió a uno que se desarmó para enviar una pieza a otra sección de la mina y una vez devuelta se procedió a su rearmado, pero no era apremiante su ejecución. Explica que dentro del grupo tenía un líder, don José Guevara, quien incluso había empezado el contrato y en su ausencia quedaba a cargo del grupo y tenía la calidad de mecánico, de lo cual estaba en conocimiento del resto de los trabajadores. De las circunstancias del accidente sólo tomó conocimiento con ocasión de la investigación que hizo en forma personal como también como integrante del comité paritario, de manera que no lo presenció personalmente. 2. Don Víctor David Montt Campos, quien legalmente juramentado expuso que trabaja para Sandvik Chile S.A. en calidad de ingeniero mecánico desde hace unos seis años y que conoce al demandante, porque cuando entró a la empresa lo hizo en calidad de Gerente de la sucursal que la empresa tenía en Rancagua, y uno de los contratos de la empresa era el de mantención de equipos de Reservas norte donde trabajaba el demandante. Los equipos a mantener eran 3 camiones Supra, 3 ó 4 Playfeeder y 3 martillos, contrato que fue caducado por El Teniente como en el año 2006 y 2007. Precisa que en el contrato donde laboraba el actor estaba compuesto por cinco o seis personas y el administrador del contrato era Pedro Ramírez, trabajador de Sandvik Chile, y que tenía la calidad de ingeniero civil mecánico. Sobre el accidente del demandante señala que le correspondió investigarlo por ser el Gerente de la empresa y por pertenecer al Comité Paritario, y aquel se produjo cuando tratando armar un martillo Rammer y al tratar de unir dos piezas principales del martillo debieron acomodar un choco de madera debajo, y posteriormente le cayó la pluma sobre la mano derecha. Reconoce que el día en que el actor sufrió el accidente no estaba en la faena el ingeniero a cargo del contrato don Pedro Ramírez, debido a que tuvo que viajar a Santiago por la mantención de la camioneta

36. Copia de documento en que constan acuerdos y compromisos asumidos por las partes a raíz del accidente sufrido por el actor, debidamente suscritos por este en el mes de mayo de 2007. 37. Copia de anexo de contrato de trabajo firmado por las partes en el que se establece como sueldo base la suma de $ 609.690. 38. Copia autorizada de carta de fecha 27 de agosto de 2008 dirigida al actor y suscrita por este, Luis Gómez y Guido Bobadilla en la cual se le comunica que atendido que la carrera cursada tiene una duración de 8 semestres, la beca que se le ha entregado solo contemplará hasta finales del año 2009. 39. Copia de rendición de cuentas por gastos por atención de Psicoterapia del sr Cortez. B) Exhibición de documentos. 1) A petición del demandante exhibió documento denominado Sandvik Bafco Servicio S.A., contrato 4600003380, Servicio Integral Mantenimiento Equipo Nivel de Acarreo Proyecto Pipa Norte y Diablo Regimiento, Procedimiento de Trabajo N°PASAUTOMINE 064. Cambio de pedestal de Martillo Ramer. 2) A petición de la demandada Codelco Chile exhibe certificados emitidos por PREVIRED en donde consta el pago de las cotizaciones previsionales, de salud, cesantía y a la Mutual de Seguridad de la Cámara Chilena de la Construcción al demandado. C) Testimonial 1. Don Pedro Fernando Ramírez Escobar, quien legalmente juramentado expone que es ingeniero civil mecánico y al fecha en que el actor sufrió el accidente que invoca en su demanda trabajaba para Sandvik Chile S.A. como ingeniero residente del contrato de mantenimiento de equipos que dicha empresa tenía en la División El Teniente de Codelco Chile. Señala que el actor fue contratado debido a su experiencia, se le hizo una inducción sobre la labor que ejecutaría y particularmente los riesgos que conllevaba la actividad de mantenimiento de las máquinas. Precisa que él era el responsable del equipo de trabajo en que participaba el demandante y que el día en que se produjo el accidente justo no se encontraba en la faena, ya que debió viajar a Santiago a realizar la mantención de una camioneta de la empresa, lo que debidamente informó a Víctor Montt, Gerente encargado de todos los contratos que tenía la empresa con la División El Teniente, donde trabajan aproximadamente 200 trabajadores. El martillo en que se produjo el accidente correspondió a uno que se desarmó para enviar una pieza a otra sección de la mina y una vez devuelta se procedió a su rearmado, pero no era apremiante su ejecución. Explica que dentro del grupo tenía un líder, don José Guevara, quien incluso había empezado el contrato y en su ausencia quedaba a cargo del grupo y tenía la calidad de mecánico, de lo cual estaba en conocimiento del resto de los trabajadores. De las circunstancias del accidente sólo tomó conocimiento con ocasión de la investigación que hizo en forma personal como también como integrante del comité paritario, de manera que no lo presenció personalmente. 2. Don Víctor David Montt Campos, quien legalmente juramentado expuso que trabaja para Sandvik Chile S.A. en calidad de ingeniero mecánico desde hace unos seis años y que conoce al demandante, porque cuando entró a la empresa lo hizo en calidad de Gerente de la sucursal que la empresa tenía en Rancagua, y uno de los contratos de la empresa era el de mantención de equipos de Reservas norte donde trabajaba el demandante. Los equipos a mantener eran 3 camiones Supra, 3 ó 4 Playfeeder y 3 martillos, contrato que fue caducado por El Teniente como en el año 2006 y 2007. Precisa que en el contrato donde laboraba el actor estaba compuesto por cinco o seis personas y el administrador del contrato era Pedro Ramírez, trabajador de Sandvik Chile, y que tenía la calidad de ingeniero civil mecánico. Sobre el accidente del demandante señala que le correspondió investigarlo por ser el Gerente de la empresa y por pertenecer al Comité Paritario, y aquel se produjo cuando tratando armar un martillo Rammer y al tratar de unir dos piezas principales del martillo debieron acomodar un choco de madera debajo, y posteriormente le cayó la pluma sobre la mano derecha. Reconoce que el día en que el actor sufrió el accidente no estaba en la faena el ingeniero a cargo del contrato don Pedro Ramírez, debido a que tuvo que viajar a Santiago por la mantención de la camioneta ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

489

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

que tenía a cargo, y el grupo del demandante quedó a cargo de la persona que estaba trabajando con Miguel. Señala que estaba en conocimiento con anterioridad que Pedro Ramírez no estaría en la faena porque le pidió permiso para llevar la camioneta a mantención y que estaría en contacto en forma telefónica, permiso que concedió sin tomar ninguna medida adicional. El armado del martillo a su juicio formaba parte del contrato de mantención que tenía la empresa con El Teniente y señala que el demandante junto con su compañero de trabajo el día anterior habían estado trabajando en el mismo martillo y detectaron que cuando lo levantaban con el puente grúa se producía una fuga de aceite y para evitar una contaminación ambiental decidieron ambos taponear las mangueras para evitar la fuga de aceite, y en su caso no comparte esa decisión porque se produce un bloqueo de un sistema que es móvil, y por ende en algún lado se iba a romper la cosa, siendo previsible la rotura del aparato. Otro factor que determinó el accidente fue la exposición frente a una carga suspendida. Si hubiese él estado presente le hubiese instruido al demandante que no se colocara bajo una carga suspendida. El demandante tiene entrenamiento en el manejo de los martillo Rammer, y siempre de hacerse un trabajo se análisis los riesgos que conlleva la tarea, lo que queda constancia por escrito y el día del accidente este análisis se hizo, estableciéndose que no se debía exponerse a una carga suspendida. Normalmente en la minería en las cuadrillas de dos personas el más antiguo hace de maestro y a la vez de supervisor. El procedimiento correcto requería haber evitado el bloqueo de los cilindros y no exponerse a la carga suspendida. En todo contrato Teniente exige un administrador, que en el caso del demandante era Pedro Ramírez, y el contrato era pequeño, ya que la producción era baja por lo que no existía presión de que el equipo que se armaba estuviera mañana. Sobre las medidas que la empresa adoptó con ocasión del accidente recuerda que la empresa implementó transporte diario para su familia a Santiago donde estaba hospitalizado, se hizo las gestiones para que el demandante estudiara preguntándose al trabajador la carrera que deseaba cursar, se le dio apoyo sicológico, se le reembolsaban los gastos que tenía, se le compró una mano electrónica con más servicios que el gancho que le entregó la Mutual y se le entregó el dinero recibido del seguro por $ 30.000.000 aproximadamente. 3. Don Luis Sebastián Martínez Cerda, quien legalmente juramentado expuso que trabaja actualmente en el área de prevención de riesgos de Sandvik Chile, y tiene conocimiento que el demandante sufrió un accidente cuando hacía maniobras de montaje de un martillo Raamer, sufriendo un daño en su mano izquierda. La empresa en general adopta como medidas de seguridad la existencia de un programa de prevención de riesgos, donde habían actividades con los trabajadores tales como charlas de seguridad, capacitación, análisis de riesgos, procedimientos de trabajo seguro y en todas estas actividades participó el demandante. Explica que todos los que ingresan a trabajar a El Teniente reciben una inducción sobre los riesgos de la actividad minera, además de las relativas a los procedimientos específicos de cada trabajador. En cada turno en su inició se hacía una charla de programación y de análisis de riesgos, los que eran dadas diariamente por los mismos trabajadores en un sistema de turnos., y de estar charlas se levanta un registro. El día del accidente se hizo la planificación de tareas, donde aparece José Guevara y el demandante. Recuerda que le tocó participar en la investigación del accidente y en ella se estableció que durante las maniobras de desarme hubo una omisión de revisión de unas mangueras que quedaron tapadas, lo que se tradujo en que el cilindro del equipo no dejara levantar la pieza que pretendían levantar con el puente grúa, lo que hizo colapsar la eslinga que sostenía el componente y justo el demandante tenía su mano abajo tratando de colocar un trozo de madera. Las maderas estaban tapadas con unos tapones plásticos al principio y luego pusieron unos tapones metálicos, desconociendo quién puso los tapones, y en ese sentido señala que los tapones se pusieron para evitar la filtración de aceite, y al día siguiente los trabajadores de olvidaron de ello y trabajaron con los tapones puestos.

490

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

que tenía a cargo, y el grupo del demandante quedó a cargo de la persona que estaba trabajando con Miguel. Señala que estaba en conocimiento con anterioridad que Pedro Ramírez no estaría en la faena porque le pidió permiso para llevar la camioneta a mantención y que estaría en contacto en forma telefónica, permiso que concedió sin tomar ninguna medida adicional. El armado del martillo a su juicio formaba parte del contrato de mantención que tenía la empresa con El Teniente y señala que el demandante junto con su compañero de trabajo el día anterior habían estado trabajando en el mismo martillo y detectaron que cuando lo levantaban con el puente grúa se producía una fuga de aceite y para evitar una contaminación ambiental decidieron ambos taponear las mangueras para evitar la fuga de aceite, y en su caso no comparte esa decisión porque se produce un bloqueo de un sistema que es móvil, y por ende en algún lado se iba a romper la cosa, siendo previsible la rotura del aparato. Otro factor que determinó el accidente fue la exposición frente a una carga suspendida. Si hubiese él estado presente le hubiese instruido al demandante que no se colocara bajo una carga suspendida. El demandante tiene entrenamiento en el manejo de los martillo Rammer, y siempre de hacerse un trabajo se análisis los riesgos que conlleva la tarea, lo que queda constancia por escrito y el día del accidente este análisis se hizo, estableciéndose que no se debía exponerse a una carga suspendida. Normalmente en la minería en las cuadrillas de dos personas el más antiguo hace de maestro y a la vez de supervisor. El procedimiento correcto requería haber evitado el bloqueo de los cilindros y no exponerse a la carga suspendida. En todo contrato Teniente exige un administrador, que en el caso del demandante era Pedro Ramírez, y el contrato era pequeño, ya que la producción era baja por lo que no existía presión de que el equipo que se armaba estuviera mañana. Sobre las medidas que la empresa adoptó con ocasión del accidente recuerda que la empresa implementó transporte diario para su familia a Santiago donde estaba hospitalizado, se hizo las gestiones para que el demandante estudiara preguntándose al trabajador la carrera que deseaba cursar, se le dio apoyo sicológico, se le reembolsaban los gastos que tenía, se le compró una mano electrónica con más servicios que el gancho que le entregó la Mutual y se le entregó el dinero recibido del seguro por $ 30.000.000 aproximadamente. 3. Don Luis Sebastián Martínez Cerda, quien legalmente juramentado expuso que trabaja actualmente en el área de prevención de riesgos de Sandvik Chile, y tiene conocimiento que el demandante sufrió un accidente cuando hacía maniobras de montaje de un martillo Raamer, sufriendo un daño en su mano izquierda. La empresa en general adopta como medidas de seguridad la existencia de un programa de prevención de riesgos, donde habían actividades con los trabajadores tales como charlas de seguridad, capacitación, análisis de riesgos, procedimientos de trabajo seguro y en todas estas actividades participó el demandante. Explica que todos los que ingresan a trabajar a El Teniente reciben una inducción sobre los riesgos de la actividad minera, además de las relativas a los procedimientos específicos de cada trabajador. En cada turno en su inició se hacía una charla de programación y de análisis de riesgos, los que eran dadas diariamente por los mismos trabajadores en un sistema de turnos., y de estar charlas se levanta un registro. El día del accidente se hizo la planificación de tareas, donde aparece José Guevara y el demandante. Recuerda que le tocó participar en la investigación del accidente y en ella se estableció que durante las maniobras de desarme hubo una omisión de revisión de unas mangueras que quedaron tapadas, lo que se tradujo en que el cilindro del equipo no dejara levantar la pieza que pretendían levantar con el puente grúa, lo que hizo colapsar la eslinga que sostenía el componente y justo el demandante tenía su mano abajo tratando de colocar un trozo de madera. Las maderas estaban tapadas con unos tapones plásticos al principio y luego pusieron unos tapones metálicos, desconociendo quién puso los tapones, y en ese sentido señala que los tapones se pusieron para evitar la filtración de aceite, y al día siguiente los trabajadores de olvidaron de ello y trabajaron con los tapones puestos.

490

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

491

La referida investigación determinó que la causa principal fue la exposición de parte del cuerpo a una carga en suspensión, y el componente suspendido pesaba a lo menos 2.000 kilos y la eslinga tenía una capacidad de resistencia superior a dos toneladas. Después del accidente la empresa tomó como medidas adicionales a las que correspondía por ley se le otorgaron al trabajador diversos beneficios tales como el financiamiento de una prótesis de mejor calidad a la que entrega la Mutual, se financió su carrera de ingeniería de ejecución en Inacap, una mejora de su sueldo que no conoce en detalle, y reembolso de tratamiento sicológico particular. El día accidente no había un supervisor presente y tampoco estaba el ingeniero residente, sólo estaba a cargo José Guevara. SÉPTIMO: Que la demandada Codelco Chile incorporó los siguientes antecedentes probatorios. A) Documental. 1. Informe del accidente del trabajo del actor de junio de 2005, 21 fojas. 2. Fotocopia simple de término y finiquito del contrato de fecha 22 de marzo de 2006 y el acta de recepción provisoria del contrato por parte de Codelco 13 de abril de 2006. 3. Carta que Codelco le dirige a la demandada Sandvik Chile S.A. informando término de contrato. 4. Una hoja que está en el libro de obras en el cual los coordinadores se notifican del término del contrato. B) Confesional. Absolvió posiciones el demandante don Miguel Ángel Cortés Valenzuela quien legalmente juramentado expuso que cuando fue contratado por Sandvik Chile S.A. originalmente el contrato tenía una vigencia de solo un mes, y posteriormente pasó a ser indefinido, en ambos fue contratado para hacer mantención en el contrato Reno, esto es a un equipo automotriz denominado Supra, un martillo Ranner y una especie de buzón llamado Playfeeder. Indica que fue contratado por el conocimiento que tenía en materia eléctrica y debía mantener las tres maquinarias, entre ellos el martillo Ranner, y su experiencia al respecto se limitaba a que antes, aproximadamente en el año 2000 hizo mantenimiento a un martillo llamado El Teniente. Señala que una vez que le dan el alta después de su accidente, esto es en febrero de 2006, fue destinado y reubicado en Santiago, concretamente en un programa denominado Máximo, que es un software para hacer mantenciones, y en esta labor debía hacer un trabajo más que nada intelectual ya que el trabajo físico se limita a digitar la información. Agrega que la Jefa de Recursos Humanos que tenía la empresa, doña Claudia Segura, le solucionaba cualquier problema que tuviera con la empresa y eso le permitía estar tranquilo. En cuanto al nuevo trabajo en un principio le costó pero luego se acostumbró, y sobre sus remuneraciones después del accidente sufrió el cambio que los bonos fijos que recibía pasaron a ser parte de su sueldo. Reconoce también que la empresa le dio la posibilidad de seguir una carrera que con el tiempo le permitiría desarrollar y la carrera en cuestión la eligió él, relacionado con su tema de electricidad. Señala que recibe una pensión de un 35% de su sueldo imponible debido a su grado de invalidez, lo que recibe adicionalmente al sueldo que le paga Sandvik Chile S.A. La Mutual de Seguridad también le entregó una prótesis, aunque la empresa también le entregó otra prótesis que utiliza sólo a veces porque es más delicada. Sobre si ha tenido que incurrir en un gasto con ocasión del accidente precisa que durante el año pasado debió financiar un sicólogo particular, ya que en la Mutual le han asignado cinco sicólogos y ninguno lo ha podido ayudar en el problema que tiene, para tener otra perspectiva del problema de depresión que tiene. Manifiesta que cuando se produjo el accidente no se dio cuenta que le faltaba un dedo pulgar de su mano y que tenía rota la mano, la decisión de amputarle la mano fue de la Mutual. La carrera que está cursando, esto es Ingeniería de Automatización de Empresa tiene una duración de 12 semestres, y en el año 2008 estuvo con dos meses de licencia, y cuando volvió de ella algunos profesores le dieron facilidades para aprobar los ramos salvo uno que le exigió un examen que le fue mal, que reprobó. Originalmente la carrera de Ingeniería de Ejecución duraba ocho semestres que inició en el año 2005 y terminaba en el año 2009.

La referida investigación determinó que la causa principal fue la exposición de parte del cuerpo a una carga en suspensión, y el componente suspendido pesaba a lo menos 2.000 kilos y la eslinga tenía una capacidad de resistencia superior a dos toneladas. Después del accidente la empresa tomó como medidas adicionales a las que correspondía por ley se le otorgaron al trabajador diversos beneficios tales como el financiamiento de una prótesis de mejor calidad a la que entrega la Mutual, se financió su carrera de ingeniería de ejecución en Inacap, una mejora de su sueldo que no conoce en detalle, y reembolso de tratamiento sicológico particular. El día accidente no había un supervisor presente y tampoco estaba el ingeniero residente, sólo estaba a cargo José Guevara. SÉPTIMO: Que la demandada Codelco Chile incorporó los siguientes antecedentes probatorios. A) Documental. 1. Informe del accidente del trabajo del actor de junio de 2005, 21 fojas. 2. Fotocopia simple de término y finiquito del contrato de fecha 22 de marzo de 2006 y el acta de recepción provisoria del contrato por parte de Codelco 13 de abril de 2006. 3. Carta que Codelco le dirige a la demandada Sandvik Chile S.A. informando término de contrato. 4. Una hoja que está en el libro de obras en el cual los coordinadores se notifican del término del contrato. B) Confesional. Absolvió posiciones el demandante don Miguel Ángel Cortés Valenzuela quien legalmente juramentado expuso que cuando fue contratado por Sandvik Chile S.A. originalmente el contrato tenía una vigencia de solo un mes, y posteriormente pasó a ser indefinido, en ambos fue contratado para hacer mantención en el contrato Reno, esto es a un equipo automotriz denominado Supra, un martillo Ranner y una especie de buzón llamado Playfeeder. Indica que fue contratado por el conocimiento que tenía en materia eléctrica y debía mantener las tres maquinarias, entre ellos el martillo Ranner, y su experiencia al respecto se limitaba a que antes, aproximadamente en el año 2000 hizo mantenimiento a un martillo llamado El Teniente. Señala que una vez que le dan el alta después de su accidente, esto es en febrero de 2006, fue destinado y reubicado en Santiago, concretamente en un programa denominado Máximo, que es un software para hacer mantenciones, y en esta labor debía hacer un trabajo más que nada intelectual ya que el trabajo físico se limita a digitar la información. Agrega que la Jefa de Recursos Humanos que tenía la empresa, doña Claudia Segura, le solucionaba cualquier problema que tuviera con la empresa y eso le permitía estar tranquilo. En cuanto al nuevo trabajo en un principio le costó pero luego se acostumbró, y sobre sus remuneraciones después del accidente sufrió el cambio que los bonos fijos que recibía pasaron a ser parte de su sueldo. Reconoce también que la empresa le dio la posibilidad de seguir una carrera que con el tiempo le permitiría desarrollar y la carrera en cuestión la eligió él, relacionado con su tema de electricidad. Señala que recibe una pensión de un 35% de su sueldo imponible debido a su grado de invalidez, lo que recibe adicionalmente al sueldo que le paga Sandvik Chile S.A. La Mutual de Seguridad también le entregó una prótesis, aunque la empresa también le entregó otra prótesis que utiliza sólo a veces porque es más delicada. Sobre si ha tenido que incurrir en un gasto con ocasión del accidente precisa que durante el año pasado debió financiar un sicólogo particular, ya que en la Mutual le han asignado cinco sicólogos y ninguno lo ha podido ayudar en el problema que tiene, para tener otra perspectiva del problema de depresión que tiene. Manifiesta que cuando se produjo el accidente no se dio cuenta que le faltaba un dedo pulgar de su mano y que tenía rota la mano, la decisión de amputarle la mano fue de la Mutual. La carrera que está cursando, esto es Ingeniería de Automatización de Empresa tiene una duración de 12 semestres, y en el año 2008 estuvo con dos meses de licencia, y cuando volvió de ella algunos profesores le dieron facilidades para aprobar los ramos salvo uno que le exigió un examen que le fue mal, que reprobó. Originalmente la carrera de Ingeniería de Ejecución duraba ocho semestres que inició en el año 2005 y terminaba en el año 2009. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

491

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Recuerda que la época en que sufrió el accidente era muy deportista, mucho juego de mano, practicaba rodeo, participaba en un grupo folklórico, tenía sus propios caballos, y era muy hábil para las cosas manuales. En la faena donde se accidentó llevaba prestando sus servicios durante 10 meses y en la faena hay tres martillos Rammer que sirven para picar la roca, estos son operados mediante telecomando por personal de Teniente, y su empleadora prestaba servicios de mantención de dos de los martillos. En su caso era de su responsabilidad que la parte eléctrica del martillo funcionara diariamente, y por eso todos los días le hacía mantención, estando siempre el martillo detenido cuando se le hacía la mantención. Precisa que su empleadora tenía cuatro mecánicos y dos eléctricos en las funciones de mantención, y su jefe directo era Pedro Ramírez, quien tiene la calidad de ingeniero residente de Sandvik, quien siempre estaba en su oficina. Expone que el día del accidente José Guevara, compañero mecánico, le pidió que lo acompañara al OP28, lugar donde estaba el martillo, a pesar que debía hacer su mantención diaria, para armar el Boom con el Stick, lo que no estaba en su programación diaria, y es así como llegan a la oficina, donde justo llamó su jefe Pedro Ramírez, quien le instruye que acompañara a José para quedar bien con Codelco. Señala que el martillo en cuestión no estaba en el contrato de Sandvik, había expirado su garantía, pero había un trato entre su jefe y el coordinador de Teniente, y así llegó al lugar y Guevara le explicó lo que debía hacerse, esto es armar el Boom con el Stick por intermedio de un pasador, pero cuando empezó a levantar el Boom le dijo que le faltaba mucha altura y que en el taller había visto un durmiente, el que utilizó pero igual le faltaba altura, y cuando estaba colocando un tablón para suplir aquello sintió un ruido y después se dio cuenta que le faltaba el dedo pulgar de su mano. OCTAVO: Que además se incorporaron en parte de prueba los siguientes informes. 1. Sub Secretaría Regional Ministerial del Trabajo, Sexta Región. Ordinario Nº00105 de fecha 25 marzo suscrito por don Juan Cristóbal Silva Gutiérrez, Secretario Regional Ministerial. 2. Sernageomin. Ordinario Nº 1327 de fecha 15 de abril del 2010 suscrito por don Alejandro Vio Grossi, Director Nacional. 3. Universidad Tecnológica INACAP, sede Rancagua. Ordinario Nº 06 de fecha 07 de abril de 2010 suscrito por don Manuel Olmos Muñoz, Director Académico. 4. Hospital de la Mutual de Seguridad. Informe con fecha 08 de abril de 2010 suscrito por don Jorge Mandiola, Fiscal, por medio del cual se adjuntan diversos antecedentes realtivos a la atención del actor. 5. Graham Muller Ltda. Recibido correo electrónico de fecha 24 de marzo del 2010 suscrito por don Felipe Torrealba Carrancá, Sub Gerente Responsabilidad Civil. 6. Compañía de Seguros Mapfre S.A. Póliza de Seguro Nº 303 05 0008601. 7. Inspección del Trabajo de Rancagua. Ordinario Nº 207 de fecha 19 de marzo de 2010 suscrito por don Rodrigo Zamorano Saavedra, Inspector Provincial. NOVENO: Que el instrumento privado titulado Contrato de Trabajo da cuenta que con fecha 23 de agosto de 2004 Sandvik Bafco Servicios S.A. en calidad de empleador, y Miguel Ángel Cortés Valenzuela en calidad de trabajador, suscribieron un contrato de trabajo en virtud del cual este último se obligó a prestar servicios de técnico electromecánico en las instalaciones de Codelco Chile División El Teniente denominado Contrato Reno a cambio de una remuneración integrada por un sueldo mensual ascendente a $ 120.000 además de una gratificación mensual de un 25% con un tope de un doceavo de 4,75 ingresos mínimos mensuales, y bonos de asistencia, área Alta y Producción al trabajador, según correspondiere, cuando trabaje en faenas y presten servicios a clientes. En el mismo instrumento se deja constancia durará hasta el 30 de septiembre de 2004 y que el trabajador ingresó a prestar servicios a la empresa el 23 de agosto de 2004, sin embargo conforme a las alegaciones hechas por las partes este contrato pase a ser de vigencia indefinida. DÉCIMO: Que no es controvertido entre las partes el hecho de que el demandante, el día 30 de junio de 2005, cuando estaba prestando servicios para Sandvik Chile S.A. en la mina El Teniente de Codelco Chile, concretamente el armado de un martillo Rammer junto a su compañero de trabajo José Guevara, sufrió un accidente debido a que una carga de peso considerable cayó sobre su mano derecha.

492

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Recuerda que la época en que sufrió el accidente era muy deportista, mucho juego de mano, practicaba rodeo, participaba en un grupo folklórico, tenía sus propios caballos, y era muy hábil para las cosas manuales. En la faena donde se accidentó llevaba prestando sus servicios durante 10 meses y en la faena hay tres martillos Rammer que sirven para picar la roca, estos son operados mediante telecomando por personal de Teniente, y su empleadora prestaba servicios de mantención de dos de los martillos. En su caso era de su responsabilidad que la parte eléctrica del martillo funcionara diariamente, y por eso todos los días le hacía mantención, estando siempre el martillo detenido cuando se le hacía la mantención. Precisa que su empleadora tenía cuatro mecánicos y dos eléctricos en las funciones de mantención, y su jefe directo era Pedro Ramírez, quien tiene la calidad de ingeniero residente de Sandvik, quien siempre estaba en su oficina. Expone que el día del accidente José Guevara, compañero mecánico, le pidió que lo acompañara al OP28, lugar donde estaba el martillo, a pesar que debía hacer su mantención diaria, para armar el Boom con el Stick, lo que no estaba en su programación diaria, y es así como llegan a la oficina, donde justo llamó su jefe Pedro Ramírez, quien le instruye que acompañara a José para quedar bien con Codelco. Señala que el martillo en cuestión no estaba en el contrato de Sandvik, había expirado su garantía, pero había un trato entre su jefe y el coordinador de Teniente, y así llegó al lugar y Guevara le explicó lo que debía hacerse, esto es armar el Boom con el Stick por intermedio de un pasador, pero cuando empezó a levantar el Boom le dijo que le faltaba mucha altura y que en el taller había visto un durmiente, el que utilizó pero igual le faltaba altura, y cuando estaba colocando un tablón para suplir aquello sintió un ruido y después se dio cuenta que le faltaba el dedo pulgar de su mano. OCTAVO: Que además se incorporaron en parte de prueba los siguientes informes. 1. Sub Secretaría Regional Ministerial del Trabajo, Sexta Región. Ordinario Nº00105 de fecha 25 marzo suscrito por don Juan Cristóbal Silva Gutiérrez, Secretario Regional Ministerial. 2. Sernageomin. Ordinario Nº 1327 de fecha 15 de abril del 2010 suscrito por don Alejandro Vio Grossi, Director Nacional. 3. Universidad Tecnológica INACAP, sede Rancagua. Ordinario Nº 06 de fecha 07 de abril de 2010 suscrito por don Manuel Olmos Muñoz, Director Académico. 4. Hospital de la Mutual de Seguridad. Informe con fecha 08 de abril de 2010 suscrito por don Jorge Mandiola, Fiscal, por medio del cual se adjuntan diversos antecedentes realtivos a la atención del actor. 5. Graham Muller Ltda. Recibido correo electrónico de fecha 24 de marzo del 2010 suscrito por don Felipe Torrealba Carrancá, Sub Gerente Responsabilidad Civil. 6. Compañía de Seguros Mapfre S.A. Póliza de Seguro Nº 303 05 0008601. 7. Inspección del Trabajo de Rancagua. Ordinario Nº 207 de fecha 19 de marzo de 2010 suscrito por don Rodrigo Zamorano Saavedra, Inspector Provincial. NOVENO: Que el instrumento privado titulado Contrato de Trabajo da cuenta que con fecha 23 de agosto de 2004 Sandvik Bafco Servicios S.A. en calidad de empleador, y Miguel Ángel Cortés Valenzuela en calidad de trabajador, suscribieron un contrato de trabajo en virtud del cual este último se obligó a prestar servicios de técnico electromecánico en las instalaciones de Codelco Chile División El Teniente denominado Contrato Reno a cambio de una remuneración integrada por un sueldo mensual ascendente a $ 120.000 además de una gratificación mensual de un 25% con un tope de un doceavo de 4,75 ingresos mínimos mensuales, y bonos de asistencia, área Alta y Producción al trabajador, según correspondiere, cuando trabaje en faenas y presten servicios a clientes. En el mismo instrumento se deja constancia durará hasta el 30 de septiembre de 2004 y que el trabajador ingresó a prestar servicios a la empresa el 23 de agosto de 2004, sin embargo conforme a las alegaciones hechas por las partes este contrato pase a ser de vigencia indefinida. DÉCIMO: Que no es controvertido entre las partes el hecho de que el demandante, el día 30 de junio de 2005, cuando estaba prestando servicios para Sandvik Chile S.A. en la mina El Teniente de Codelco Chile, concretamente el armado de un martillo Rammer junto a su compañero de trabajo José Guevara, sufrió un accidente debido a que una carga de peso considerable cayó sobre su mano derecha.

492

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

493

UNDÉCIMO: Que el Memorándum interno Meda/798/2010 emitido con fecha 29 de marzo de 2010 por el doctor Guillermo Bonta L. de la Mutual de Seguridad, remitido por esta institución por intermedio de su informe, señala que el demandante ingresó al Hospital de la Mutual el 30 de junio de 2005 trasladado desde Rancagua con un diagnóstico grave, consistente en la atrisión grave de la mano derecha con luxación carpo metacarpiana, realizándose a su ingreso una operación, aseo quirúrgico y amputación de la mano derecha. Posteriormente fue evaluado por siquiatra quien diagnosticó reacción depresiva leve y fue tratado con psicofármacos y psicoterapia quedando sin secuelas de esta especialidad. Agrega que con fecha 13 de julio de 2005 se regularizó el muñón y que el accidentado evolucionó favorablemente, ingresando a rehabilitación kinésica y en terapia ocupacional, además se le confeccionó prótesis, recibiendo entrenamiento en el Centro de Acondicionamiento al Trabajo y Capacitación en Computación, manejándose bien con la prótesis y es independiente en la realización de las actividades de la vida diaria. Expone que el día 02 de marzo de 2006 fue evaluado por la Comisión Médica de la Mutual por amputación en el antebrazo a 22,5 centímetros por debajo del vértice del olecranon, fijando una incapacidad de 45% de acuerdo a la ley Nº 16.744 y que ha tenido diversos reingresos originados en ajuste de prótesis, dolor en el muñón que se ha tratado con neuroanalgésicos y antiinflamatorios, control por psiquiatra que le ha diagnosticado un trastorno adaptativo mixto en el contexto de situaciones estresantes de su vida (patología de origen común) que debe tratar por su previsión, además del tratamiento que se efectúa en la Mutual con psicoterapaia y psicofármacos en relación a las alteraciones derivadas de sus limitaciones y cambios post accidente. Finalmente se indica que ha continuado en controles y tratamiento en el policlínico de amputados con fisiatra y que reingresó el 20 de julio de 2009, permaneciendo en reposo hasta la fecha en tratamiento por sintomatología probablemente secundaria a sobre uso de extremidad superior izquierda que se ha tratado con ajuste de prótesis neuroanalgésicos, psicofármacos y psicoterapaia e infiltración de puntos miofaciales, acogiéndose a los beneficios de la ley Nº 16.744 de manera que no ha incurrido en gastos. DUODÉCIMO: Que la copia de la resolución N° 2006 0143 emitida por la Comisión devaluación de Incapacidad por Accidentes del Trabajo estableció que el demandante sufrió un accidente del trabajo que le ocasionó la atrisión grave de la mano derecha con amputación de antebrazo a 22,5 centímetros por debajo del vértice del olecranon con 45% de incapacidad laboral y con derecho a una pensión de invalidez parcial. DECIMOTERCERO: Que así entonces resulta claro que el actor sufrió un accidente del trabajo que le ocasionó secuelas físicas y sicológicas y a fin de determinar la responsabilidad de la primera demandada, esto es Sandvik Chile S.A., debe considerarse lo dispuesto en el artículo 184 del Código del Trabajo, norma que prescribe que el empleador estará obligado a tomar todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de los trabajadores, manteniendo las condiciones adecuadas de higiene y seguridad en las faenas, como también los implementos necesarios para prevenir accidentes y enfermedades profesionales. DECIMOCUARTO: Que la norma descrita en el considerando anterior impone en el empleador un deber de hacer prácticamente de carácter absoluto y preventivo consistente en implementar todas las medidas que sean necesarias conforme a la lógica y la experiencia para evitar que un trabajador dependiente suyo se vea afectado en su integridad física y sicológicas con ocasión de la prestación de servicios a la que se encuentra obligado. Lo anterior determina que acaecido un accidente laboral es posible deducir la negligencia o culpa por parte del empleador en el cumplimiento de tal obligación, ya sea porque no se adoptaron medidas protectoras o porque las existentes fueron ineficaces, de manera que si el trabajador pretende hacer efectiva su responsabilidad contractual con ocasión del accidente, será carga de aquel argumentar y demostrar que cumplió con la debida diligencia y cuidado en el resguardo de la visa y salud del trabajador. DECIMOQUINTO: Que en ese sentido la demandada Sandvik Chile S.A. en su defensa precisó las medidas de resguardo adoptadas para proteger la integridad física del demandante con ocasión del os servicios que prestaba en la mina El Teniente, concretamente señaló que existía una planificación de

UNDÉCIMO: Que el Memorándum interno Meda/798/2010 emitido con fecha 29 de marzo de 2010 por el doctor Guillermo Bonta L. de la Mutual de Seguridad, remitido por esta institución por intermedio de su informe, señala que el demandante ingresó al Hospital de la Mutual el 30 de junio de 2005 trasladado desde Rancagua con un diagnóstico grave, consistente en la atrisión grave de la mano derecha con luxación carpo metacarpiana, realizándose a su ingreso una operación, aseo quirúrgico y amputación de la mano derecha. Posteriormente fue evaluado por siquiatra quien diagnosticó reacción depresiva leve y fue tratado con psicofármacos y psicoterapia quedando sin secuelas de esta especialidad. Agrega que con fecha 13 de julio de 2005 se regularizó el muñón y que el accidentado evolucionó favorablemente, ingresando a rehabilitación kinésica y en terapia ocupacional, además se le confeccionó prótesis, recibiendo entrenamiento en el Centro de Acondicionamiento al Trabajo y Capacitación en Computación, manejándose bien con la prótesis y es independiente en la realización de las actividades de la vida diaria. Expone que el día 02 de marzo de 2006 fue evaluado por la Comisión Médica de la Mutual por amputación en el antebrazo a 22,5 centímetros por debajo del vértice del olecranon, fijando una incapacidad de 45% de acuerdo a la ley Nº 16.744 y que ha tenido diversos reingresos originados en ajuste de prótesis, dolor en el muñón que se ha tratado con neuroanalgésicos y antiinflamatorios, control por psiquiatra que le ha diagnosticado un trastorno adaptativo mixto en el contexto de situaciones estresantes de su vida (patología de origen común) que debe tratar por su previsión, además del tratamiento que se efectúa en la Mutual con psicoterapaia y psicofármacos en relación a las alteraciones derivadas de sus limitaciones y cambios post accidente. Finalmente se indica que ha continuado en controles y tratamiento en el policlínico de amputados con fisiatra y que reingresó el 20 de julio de 2009, permaneciendo en reposo hasta la fecha en tratamiento por sintomatología probablemente secundaria a sobre uso de extremidad superior izquierda que se ha tratado con ajuste de prótesis neuroanalgésicos, psicofármacos y psicoterapaia e infiltración de puntos miofaciales, acogiéndose a los beneficios de la ley Nº 16.744 de manera que no ha incurrido en gastos. DUODÉCIMO: Que la copia de la resolución N° 2006 0143 emitida por la Comisión devaluación de Incapacidad por Accidentes del Trabajo estableció que el demandante sufrió un accidente del trabajo que le ocasionó la atrisión grave de la mano derecha con amputación de antebrazo a 22,5 centímetros por debajo del vértice del olecranon con 45% de incapacidad laboral y con derecho a una pensión de invalidez parcial. DECIMOTERCERO: Que así entonces resulta claro que el actor sufrió un accidente del trabajo que le ocasionó secuelas físicas y sicológicas y a fin de determinar la responsabilidad de la primera demandada, esto es Sandvik Chile S.A., debe considerarse lo dispuesto en el artículo 184 del Código del Trabajo, norma que prescribe que el empleador estará obligado a tomar todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de los trabajadores, manteniendo las condiciones adecuadas de higiene y seguridad en las faenas, como también los implementos necesarios para prevenir accidentes y enfermedades profesionales. DECIMOCUARTO: Que la norma descrita en el considerando anterior impone en el empleador un deber de hacer prácticamente de carácter absoluto y preventivo consistente en implementar todas las medidas que sean necesarias conforme a la lógica y la experiencia para evitar que un trabajador dependiente suyo se vea afectado en su integridad física y sicológicas con ocasión de la prestación de servicios a la que se encuentra obligado. Lo anterior determina que acaecido un accidente laboral es posible deducir la negligencia o culpa por parte del empleador en el cumplimiento de tal obligación, ya sea porque no se adoptaron medidas protectoras o porque las existentes fueron ineficaces, de manera que si el trabajador pretende hacer efectiva su responsabilidad contractual con ocasión del accidente, será carga de aquel argumentar y demostrar que cumplió con la debida diligencia y cuidado en el resguardo de la visa y salud del trabajador. DECIMOQUINTO: Que en ese sentido la demandada Sandvik Chile S.A. en su defensa precisó las medidas de resguardo adoptadas para proteger la integridad física del demandante con ocasión del os servicios que prestaba en la mina El Teniente, concretamente señaló que existía una planificación de ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

493

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

tareas previo al inicio de cada jornada, funcionaba un comité Paritario de higiene y Seguridad, el trabajador contaba con elementos de protección, existe un Reglamento Interno de Higiene y Seguridad, el trabajador participó en charlas sobre prevención de riesgos, y existe al interior de la empresa un Departamento de Prevención de riesgos dirigido por un profesional altamente exitoso. Ahora bien, cada una de estas medidas fueron acreditadas en el proceso conforme a la prueba documental y testimonial rendida por dicha parte, sin embargo a pesar de ellas de igual forma se produjo el accidente del trabajador demandante, no siendo posible concluir conforme a la totalidad de los antecedentes probatorios incorporados en el proceso que la empleadora demandada haya sido total y absolutamente diligente en el cumplimiento de la obligación de resguardo y protección en análisis, por el contrario existen datos que demuestran su proceder negligente al respecto. DECIMOSEXTO: Que a juicio del tribunal la circunstancia más esclarecedora de la poca diligencia del empleador está dada por el hecho de que conforme a lo declarado por los testigos Pedro Ramírez y Víctor Montt el equipo de trabajo en el que participaba el actor, compuesto de un grupo aproximado de cinco trabajadores, estaba a cargo del primero de los testigos mencionados, quien tiene la calidad de ingeniero civil, sin embargo el día del accidente este se ausentó de la faena para dirigirse a la ciudad de Santiago, quedando los trabajadores sujetos a la dirección de un par de ellos, don José Guevara, quien tenía dicha calidad sólo por su antiguedad laboral y no por los conocimientos técnicos especializados necesarios para la ejecución de los servicios de mantención que proporcionaba la empresa a Codelco Chile, y este hecho permite explicar que al momento de operar el Boom para proceder al armado de un martillo Rammer hayan taponeado o tapado la manguera de la máquina que operaban para tal labor debido a una fuga de aceite, lo que afectó el sistema hidráulico de la misma y consecuencialmente determinó el colapso de la estinga y la caída del objeto que golpeó al trabajador. El mismo Víctor Montt Campos, quien tiene la calidad de ingeniero mecánico de la misma empresa y como tal se desempeñaba como Gerente de la misma en la sucursal de Rancagua, reconoce en su declaración que el procedimiento correcto exigía que no se hiciera el bloqueo a la fuga de aceite en la forma que se hizo, situación que lo más probable que no hubiese ocurrido si en la faena hubiese estado presente el profesional a cargo de los trabajadores don Pedro Ramírez, y si este se ausentó por un solo día para concurrir a Santiago a hacer la mantención de un vehículo de la empresa, lo lógico es que la empresa hubiera asignado otro profesional para que lo reemplazara en su labor y así controlar que las funciones de mantención se hicieran acordes a las normas técnicas que la regulan. DECIMOSÉPTIMO: Que así entonces se concluye que la empleadora demandada Sandvik Chile S.A. no cumplió con el deber impuesto por el artículo 184 del Código del Trabajo, siendo responsable de los perjuicios sufridos por el actor con ocasión del accidentes, debiendo el tribunal determinarlos. DECIMOCTAVO: Que en cuanto al daño emergente se hará presente que este está determinado por el perjuicio patrimonial efectivo que ha experimentado el afectado con el hecho ilícito. En este sentido el actor en su libelo sustenta este daño en el perjuicio físico, corporal y biológico que afecta su integridad sicosómatica, o sea por un fundamento totalmente distinto a lo que es el daño emergente, lo que por si sólo es suficiente para desestimar la demanda en este aspecto, sin embargo a mayor abundamiento se tendrá en cuenta que apreciada la totalidad de la prueba conforme a las reglas de la sana crítica no es posible establecer afectación patrimonial alguna para el trabajador, ya que sus ingresos no se han visto afectados, sino que por el contrario han aumentado con ocasión de la pensión de invalidez que recibe de $ 210.813 mensuales (según liquidación de pensión exhibida por el actor correspondiente al mes de febrero de 2010). El único gasto o desembolso que se pudo establecer en el juicio dice relación con el costo de la atención sicológica que le proporcionó la profesional Lissete Badríe ascendente a $ 25.000 por sesión, según su propia declaración como testigo, pero lo anterior no puede considerarse porque no ha sido reclamado por el demandante y de hacerlo el tribunal se incurriría en el vicio formal de la ultrapetita. DECIMONOVENO: Que en cuanto al lucro cesante se dirá que esta está determinado por aquella ganancia que la víctima del accidente ha dejado de percibir producto del accidente laboral y sus secuelas. Al respecto el actor invoca en su libelo la incapacidad laboral que lo afecta, su nivel de ingresos y la vida laboral potencial que se aplicaría en su caso atendida su edad y sexo, sin embargo ocurre que

494

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

tareas previo al inicio de cada jornada, funcionaba un comité Paritario de higiene y Seguridad, el trabajador contaba con elementos de protección, existe un Reglamento Interno de Higiene y Seguridad, el trabajador participó en charlas sobre prevención de riesgos, y existe al interior de la empresa un Departamento de Prevención de riesgos dirigido por un profesional altamente exitoso. Ahora bien, cada una de estas medidas fueron acreditadas en el proceso conforme a la prueba documental y testimonial rendida por dicha parte, sin embargo a pesar de ellas de igual forma se produjo el accidente del trabajador demandante, no siendo posible concluir conforme a la totalidad de los antecedentes probatorios incorporados en el proceso que la empleadora demandada haya sido total y absolutamente diligente en el cumplimiento de la obligación de resguardo y protección en análisis, por el contrario existen datos que demuestran su proceder negligente al respecto. DECIMOSEXTO: Que a juicio del tribunal la circunstancia más esclarecedora de la poca diligencia del empleador está dada por el hecho de que conforme a lo declarado por los testigos Pedro Ramírez y Víctor Montt el equipo de trabajo en el que participaba el actor, compuesto de un grupo aproximado de cinco trabajadores, estaba a cargo del primero de los testigos mencionados, quien tiene la calidad de ingeniero civil, sin embargo el día del accidente este se ausentó de la faena para dirigirse a la ciudad de Santiago, quedando los trabajadores sujetos a la dirección de un par de ellos, don José Guevara, quien tenía dicha calidad sólo por su antiguedad laboral y no por los conocimientos técnicos especializados necesarios para la ejecución de los servicios de mantención que proporcionaba la empresa a Codelco Chile, y este hecho permite explicar que al momento de operar el Boom para proceder al armado de un martillo Rammer hayan taponeado o tapado la manguera de la máquina que operaban para tal labor debido a una fuga de aceite, lo que afectó el sistema hidráulico de la misma y consecuencialmente determinó el colapso de la estinga y la caída del objeto que golpeó al trabajador. El mismo Víctor Montt Campos, quien tiene la calidad de ingeniero mecánico de la misma empresa y como tal se desempeñaba como Gerente de la misma en la sucursal de Rancagua, reconoce en su declaración que el procedimiento correcto exigía que no se hiciera el bloqueo a la fuga de aceite en la forma que se hizo, situación que lo más probable que no hubiese ocurrido si en la faena hubiese estado presente el profesional a cargo de los trabajadores don Pedro Ramírez, y si este se ausentó por un solo día para concurrir a Santiago a hacer la mantención de un vehículo de la empresa, lo lógico es que la empresa hubiera asignado otro profesional para que lo reemplazara en su labor y así controlar que las funciones de mantención se hicieran acordes a las normas técnicas que la regulan. DECIMOSÉPTIMO: Que así entonces se concluye que la empleadora demandada Sandvik Chile S.A. no cumplió con el deber impuesto por el artículo 184 del Código del Trabajo, siendo responsable de los perjuicios sufridos por el actor con ocasión del accidentes, debiendo el tribunal determinarlos. DECIMOCTAVO: Que en cuanto al daño emergente se hará presente que este está determinado por el perjuicio patrimonial efectivo que ha experimentado el afectado con el hecho ilícito. En este sentido el actor en su libelo sustenta este daño en el perjuicio físico, corporal y biológico que afecta su integridad sicosómatica, o sea por un fundamento totalmente distinto a lo que es el daño emergente, lo que por si sólo es suficiente para desestimar la demanda en este aspecto, sin embargo a mayor abundamiento se tendrá en cuenta que apreciada la totalidad de la prueba conforme a las reglas de la sana crítica no es posible establecer afectación patrimonial alguna para el trabajador, ya que sus ingresos no se han visto afectados, sino que por el contrario han aumentado con ocasión de la pensión de invalidez que recibe de $ 210.813 mensuales (según liquidación de pensión exhibida por el actor correspondiente al mes de febrero de 2010). El único gasto o desembolso que se pudo establecer en el juicio dice relación con el costo de la atención sicológica que le proporcionó la profesional Lissete Badríe ascendente a $ 25.000 por sesión, según su propia declaración como testigo, pero lo anterior no puede considerarse porque no ha sido reclamado por el demandante y de hacerlo el tribunal se incurriría en el vicio formal de la ultrapetita. DECIMONOVENO: Que en cuanto al lucro cesante se dirá que esta está determinado por aquella ganancia que la víctima del accidente ha dejado de percibir producto del accidente laboral y sus secuelas. Al respecto el actor invoca en su libelo la incapacidad laboral que lo afecta, su nivel de ingresos y la vida laboral potencial que se aplicaría en su caso atendida su edad y sexo, sin embargo ocurre que

494

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

495

analizada el conjunto de la prueba conforme a la sana crítica no es posible establecer que el demandante haya visto afectado su nivel de ingresos o ganancia, ya que a la fecha mantiene su fuente laboral con un nivel de ingreso superior al que tenía pactado originalmente, ya que los ítems que formaban parte de su remuneración de carácter variable pasaron a integrar su sueldo base garantizado (según su confesión prestada en el juicio), recibe la pensión de invalidez en forma adicional a su sueldo mensual, y además la empleadora le financió una carrera universitaria elegida por el mismo que lo más lógico es que una vez concluida le permita acceder a una actividad laboral en donde no sea tan fundamental su esfuerzo físico, sino que más bien el intelectual, con una mayor contraprestación económica a la que actualmente recibe. Lo anterior lleva al tribunal a desestimar la demanda en cuanto persigue el lucro cesante. VIGÉSIMO: Que finalmente en cuanto al daño moral se tendrá en cuenta que este está constituido por la aflicción y dolor espiritual, sicológico o interno que experimente la víctima del hecho ilícito, sin embargo, otra cosa es el quantum de la indemnización por daño moral el que ciertamente no es compensatorio, ya que no es objetivamente dimensionable, sino que debe ser sólo reparatorio, o sea debe estar destinado a morigerar, disminuir o atenuar las consecuencias del mal sufrido. En el presente caso el tribunal ha de considerar que de los antecedentes reunidos en el proceso es posible establecer que la empresa trató que el sufrimiento experimentado por el trabajador fuera morigerado, única forma de explicar el hecho de que lo haya cambiado de funciones dentro de la empresa, le haya asegurado una remuneración mensual superior a la originalmente pactada, le haya financiado una carrera universitaria, haya hecho gestiones para la adquisición de una prótesis de mayor cualidades que la que le proporcionaba el sistema previsional (antecedentes todos que se determinan sobre la propia confesión del actor y la prueba testimonial rendida tanto por el demandante como por Sandvik Chile S.A.). Pero además de lo anterior el tribunal también considerará que el trabajador se ha visto privado de una de sus principales extremidades, la mano derecha, que es una persona de edad media, padre de familia y proveedor, que en el informe evacuado por la Mutual de Seguridad da cuenta que ha tenido que recibir tratamiento sicológico y siquiátrico, y que la lógica y experiencia demuestra que toda persona que experimenta una amputación traumática de parte de su cuerpo siempre tiene un gran dolor no sólo físico sino que emocional, el tribunal regula prudencialmente el perjuicio moral sufrido por el demandante con ocasión del accidente que lo afectó en la suma de $ 45.000.000. VIGÉSIMO PRIMERO: Que no obstante lo razonado en el considerando anterior además debe tenerse en cuenta que de acuerdo a la documental incorporada por la demandada, concretamente los documentos denominados Finiquito de Vida y Recibo de dinero, se establece que el actor recibió en el año 2005 dos pagos ascendente a $ 8.875.285 y $ 26.413.425 de parte de ABN AMOR Chile Seguros de Vida S.A., dineros que recibió gracias a seguros contratadas por su empleadora para cubrir este tipo de siniestros. Así entonces entendiendo que la indemnización tiene efectos reparatorios y en ningún caso puede ser fuente de un enriquecimiento sin causa, de la suma establecida por el tribunal por concepto de daño moral, deberá disminuirse las sumas referidas, o sea se condenará a la empleadora demandada sólo a pagar la diferencia ascendente a $ 9.711.290. VIGÉSIMO SEGUNDO: que se hará presente que en cuanto a la circunstancia alegada por la empleadora Sandvik Chile S.A. en el sentido de que el trabajador demandante se ha expuesto imprudentemente al daño al ubicarse debajo de un objeto en altura, el tribunal desestimará tal alegación al no ser posible concluir que la posición en que estaba el trabajador al momento del accidente se debe a una imprudencia suya, sino que por el contrario conforme a la dinámica del accidente sostenida por la misma demandada es posible establecer que era necesario para la labor de rearmado del martillo que estaba ejecutando. VIGÉSIMO TERCERO: Que en cuanto a la responsabilidad de la demandada Codelco Chile División El Teniente el tribunal hace suya la defensa jurídica esgrimida por esta parte, toda vez que efectivamente el actor pretende en este proceso hacer efectiva su responsabilidad derivada de las normas contenidas en el Título VII del Código del Trabajo, relativo al trabajo en régimen de subcontratación y del trabajo en empresas de servicios transitorios, sin embargo dicho título sólo fue incorporado al Código del Trabajo por medio de la ley Nº 20.123 que entró en vigencia el 14 de enero de 2007, esto es tiempo

analizada el conjunto de la prueba conforme a la sana crítica no es posible establecer que el demandante haya visto afectado su nivel de ingresos o ganancia, ya que a la fecha mantiene su fuente laboral con un nivel de ingreso superior al que tenía pactado originalmente, ya que los ítems que formaban parte de su remuneración de carácter variable pasaron a integrar su sueldo base garantizado (según su confesión prestada en el juicio), recibe la pensión de invalidez en forma adicional a su sueldo mensual, y además la empleadora le financió una carrera universitaria elegida por el mismo que lo más lógico es que una vez concluida le permita acceder a una actividad laboral en donde no sea tan fundamental su esfuerzo físico, sino que más bien el intelectual, con una mayor contraprestación económica a la que actualmente recibe. Lo anterior lleva al tribunal a desestimar la demanda en cuanto persigue el lucro cesante. VIGÉSIMO: Que finalmente en cuanto al daño moral se tendrá en cuenta que este está constituido por la aflicción y dolor espiritual, sicológico o interno que experimente la víctima del hecho ilícito, sin embargo, otra cosa es el quantum de la indemnización por daño moral el que ciertamente no es compensatorio, ya que no es objetivamente dimensionable, sino que debe ser sólo reparatorio, o sea debe estar destinado a morigerar, disminuir o atenuar las consecuencias del mal sufrido. En el presente caso el tribunal ha de considerar que de los antecedentes reunidos en el proceso es posible establecer que la empresa trató que el sufrimiento experimentado por el trabajador fuera morigerado, única forma de explicar el hecho de que lo haya cambiado de funciones dentro de la empresa, le haya asegurado una remuneración mensual superior a la originalmente pactada, le haya financiado una carrera universitaria, haya hecho gestiones para la adquisición de una prótesis de mayor cualidades que la que le proporcionaba el sistema previsional (antecedentes todos que se determinan sobre la propia confesión del actor y la prueba testimonial rendida tanto por el demandante como por Sandvik Chile S.A.). Pero además de lo anterior el tribunal también considerará que el trabajador se ha visto privado de una de sus principales extremidades, la mano derecha, que es una persona de edad media, padre de familia y proveedor, que en el informe evacuado por la Mutual de Seguridad da cuenta que ha tenido que recibir tratamiento sicológico y siquiátrico, y que la lógica y experiencia demuestra que toda persona que experimenta una amputación traumática de parte de su cuerpo siempre tiene un gran dolor no sólo físico sino que emocional, el tribunal regula prudencialmente el perjuicio moral sufrido por el demandante con ocasión del accidente que lo afectó en la suma de $ 45.000.000. VIGÉSIMO PRIMERO: Que no obstante lo razonado en el considerando anterior además debe tenerse en cuenta que de acuerdo a la documental incorporada por la demandada, concretamente los documentos denominados Finiquito de Vida y Recibo de dinero, se establece que el actor recibió en el año 2005 dos pagos ascendente a $ 8.875.285 y $ 26.413.425 de parte de ABN AMOR Chile Seguros de Vida S.A., dineros que recibió gracias a seguros contratadas por su empleadora para cubrir este tipo de siniestros. Así entonces entendiendo que la indemnización tiene efectos reparatorios y en ningún caso puede ser fuente de un enriquecimiento sin causa, de la suma establecida por el tribunal por concepto de daño moral, deberá disminuirse las sumas referidas, o sea se condenará a la empleadora demandada sólo a pagar la diferencia ascendente a $ 9.711.290. VIGÉSIMO SEGUNDO: que se hará presente que en cuanto a la circunstancia alegada por la empleadora Sandvik Chile S.A. en el sentido de que el trabajador demandante se ha expuesto imprudentemente al daño al ubicarse debajo de un objeto en altura, el tribunal desestimará tal alegación al no ser posible concluir que la posición en que estaba el trabajador al momento del accidente se debe a una imprudencia suya, sino que por el contrario conforme a la dinámica del accidente sostenida por la misma demandada es posible establecer que era necesario para la labor de rearmado del martillo que estaba ejecutando. VIGÉSIMO TERCERO: Que en cuanto a la responsabilidad de la demandada Codelco Chile División El Teniente el tribunal hace suya la defensa jurídica esgrimida por esta parte, toda vez que efectivamente el actor pretende en este proceso hacer efectiva su responsabilidad derivada de las normas contenidas en el Título VII del Código del Trabajo, relativo al trabajo en régimen de subcontratación y del trabajo en empresas de servicios transitorios, sin embargo dicho título sólo fue incorporado al Código del Trabajo por medio de la ley Nº 20.123 que entró en vigencia el 14 de enero de 2007, esto es tiempo ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

495

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

496

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

después de la fecha en que se produjo el accidente, de manera que no resulta procedente su aplicación respecto del mencionado demandado. Lo anterior no constituye obstáculo para que el trabajador afectado, si considera que Codelco Chile incurrió en un hecho negligente o doloso a propósito del accidente que lo afectó, haga efectiva su responsabilidad extracontractual, pero ello necesariamente deberá alegarse en sede civil y no en un proceso laboral que en esta materia sólo le corresponde conocer de la responsabilidad contractual derivada del incumplimiento de un contrato de trabajo. VIGÉSIMO CUARTO: Que el resto de la prueba en nada altera lo concluido y a propósito se hará presente que la declaración del testigo César Núñez Ávila carece de todo valor probatorio en atención a que no se trata de un tercero que tenga conocimiento directo sobre los hechos objeto de la controversia, sino que simplemente se trata de un profesional, concretamente un prevencionista de riesgos, que emite una conclusión sobre las circunstancias del accidente pero reconociendo que lo hace revisando determinados antecedentes tales como declaración del demandante, un procedimiento escrito, fotografías (los que en su totalidad son proporcionados por el propio actor), sólo en una fecha reciente, en enero de 2010, y a cambio de una contraprestación económica. Estas circunstancias demuestran que su declaración es más propia de un perito judicial que la de un testigo, sin embargo no se le puede otorgar tal carácter por carecer de la objetividad necesaria, ya que no ha sido designado por el tribunal para tal efecto, (ni siquiera existen antecedentes que den cuenta que forme parte del listado de peritos confeccionado por la Ilustrísima Corte de Apelaciones de Santiago), y además los antecedentes que consideró para emitir su opinión profesional sólo fueron proporcionados por una de las partes del proceso, ya que no hizo gestiones con las demandadas para que le entregaran los antecedentes que ellas contaban. Lo expuesto es plenamente aplicable al informe evacuado por el mismo César Núñez y que fue incorporado en parte de prueba por el demandante. VIGÉSIMO QUINTO: Que en cuanto a la certificación hecha en el proceso con esta fecha sobre que el registro de audio omite parte de la declaración del testigo Víctor Montt el tribunal precisa que el error técnico sólo incidió en un pequeño tiempo (dos minutos) y lo declarado en ese tiempo fue registrado en forma manual por el juez que pronuncia el presente fallo, sin incidir aquello en la decisión adoptada en el proceso. Y teniendo además presente lo dispuesto en los artículos 19, 1437, 1545, 1698, 2314 del Código Civil; 7, 8, 9, 10, 11, 41, 183 A, 183 B, 184, 425, 445, 445, 453, 454, 456, 459 del Código del Trabajo; y ley Nº 16.744 se resuelve: I. Que ha lugar a la demanda deducida en lo principal de la presentación de fecha 05 de enero de 2010, condenándose a Sandvik Chile S.A. a pagar a Miguel Ángel Cortés Valenzuela la suma de $ 9.711.290 por concepto de indemnización por daño moral sufrido por el demandante con ocasión al accidente del trabajo que lo afectó el día 30 de junio de 2005. II. Que se rechaza la demanda en cuanto persigue la indemnización del daño emergente y lucro cesante, y en forma absoluta en cuanto es dirigida en contra de Codelco Chile. III. Que la suma establecida en el resolutivo primero devengará intereses y reajustes previstos en el artículo 63 del Código del Trabajo desde que se encuentre ejecutoriada la presente sentencia. IV. Que cada parte pagará sus costas. Anótese, regístrese, notifíquese y archívese en su oportunidad. RIT O 20 2010 RUC 10 4 0014194 6 Resolvió don David Eduardo Gómez Palma, Juez Titular del 2º Juzgado de Letras del Trabajo de Santiago.

después de la fecha en que se produjo el accidente, de manera que no resulta procedente su aplicación respecto del mencionado demandado. Lo anterior no constituye obstáculo para que el trabajador afectado, si considera que Codelco Chile incurrió en un hecho negligente o doloso a propósito del accidente que lo afectó, haga efectiva su responsabilidad extracontractual, pero ello necesariamente deberá alegarse en sede civil y no en un proceso laboral que en esta materia sólo le corresponde conocer de la responsabilidad contractual derivada del incumplimiento de un contrato de trabajo. VIGÉSIMO CUARTO: Que el resto de la prueba en nada altera lo concluido y a propósito se hará presente que la declaración del testigo César Núñez Ávila carece de todo valor probatorio en atención a que no se trata de un tercero que tenga conocimiento directo sobre los hechos objeto de la controversia, sino que simplemente se trata de un profesional, concretamente un prevencionista de riesgos, que emite una conclusión sobre las circunstancias del accidente pero reconociendo que lo hace revisando determinados antecedentes tales como declaración del demandante, un procedimiento escrito, fotografías (los que en su totalidad son proporcionados por el propio actor), sólo en una fecha reciente, en enero de 2010, y a cambio de una contraprestación económica. Estas circunstancias demuestran que su declaración es más propia de un perito judicial que la de un testigo, sin embargo no se le puede otorgar tal carácter por carecer de la objetividad necesaria, ya que no ha sido designado por el tribunal para tal efecto, (ni siquiera existen antecedentes que den cuenta que forme parte del listado de peritos confeccionado por la Ilustrísima Corte de Apelaciones de Santiago), y además los antecedentes que consideró para emitir su opinión profesional sólo fueron proporcionados por una de las partes del proceso, ya que no hizo gestiones con las demandadas para que le entregaran los antecedentes que ellas contaban. Lo expuesto es plenamente aplicable al informe evacuado por el mismo César Núñez y que fue incorporado en parte de prueba por el demandante. VIGÉSIMO QUINTO: Que en cuanto a la certificación hecha en el proceso con esta fecha sobre que el registro de audio omite parte de la declaración del testigo Víctor Montt el tribunal precisa que el error técnico sólo incidió en un pequeño tiempo (dos minutos) y lo declarado en ese tiempo fue registrado en forma manual por el juez que pronuncia el presente fallo, sin incidir aquello en la decisión adoptada en el proceso. Y teniendo además presente lo dispuesto en los artículos 19, 1437, 1545, 1698, 2314 del Código Civil; 7, 8, 9, 10, 11, 41, 183 A, 183 B, 184, 425, 445, 445, 453, 454, 456, 459 del Código del Trabajo; y ley Nº 16.744 se resuelve: I. Que ha lugar a la demanda deducida en lo principal de la presentación de fecha 05 de enero de 2010, condenándose a Sandvik Chile S.A. a pagar a Miguel Ángel Cortés Valenzuela la suma de $ 9.711.290 por concepto de indemnización por daño moral sufrido por el demandante con ocasión al accidente del trabajo que lo afectó el día 30 de junio de 2005. II. Que se rechaza la demanda en cuanto persigue la indemnización del daño emergente y lucro cesante, y en forma absoluta en cuanto es dirigida en contra de Codelco Chile. III. Que la suma establecida en el resolutivo primero devengará intereses y reajustes previstos en el artículo 63 del Código del Trabajo desde que se encuentre ejecutoriada la presente sentencia. IV. Que cada parte pagará sus costas. Anótese, regístrese, notifíquese y archívese en su oportunidad. RIT O 20 2010 RUC 10 4 0014194 6 Resolvió don David Eduardo Gómez Palma, Juez Titular del 2º Juzgado de Letras del Trabajo de Santiago.

496

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

497

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol N°: O-773-2009 Cita online: CL/JUR/14777/2010 I. SENTENCIA DEL JUZGADO DE LETRAS DEL TRABAJO Santiago, cuatro de mayo de dos mil diez. VISTOS Y OÍDOS LOS INTERVINIENTES: PRIMERO: Que comparece don Rafael Antonio Quiche Quichiz, empleado, con domicilio para estos efectos en Monjitas 527, oficina 1014, Santiago, quien interpone demanda en juicio ordinario de aplicación general por indemnización de perjuicios en accidente laboral, en contra de su empleadora Winpack S.A., empresa del giro fabricación de plásticos, representada por don Alex Moyano Limone, ignora profesión u oficio, ambos con domicilio en Ojos del Salado N° 0841, comuna de Quilicura, Funda su acción en que con fecha 18 de febrero de 2009, celebró contrato de trabajo con su empleador Winpack S.A., fue un contrato a plazo fijo, hasta el 18 de marzo de 2009, pero que posteriormente se extendió hasta el 19 de mayo del mismo año y por último se transformó en contrato indefinido, todo lo cual consta en el contrato y los dos anexos. Señala que se acordó que prestaba servicios como ayudante de dimensionado en la sección producción. Explica que sus funciones consistían en prestar ayuda al Maestro de la Máquina Dimensionadora, que conocían también como máquina de rebobinado, específicamente en la confección se cintas adhesivas o scotch, debiendo poner y sacar los tubos de cartón, y programar el largo de cada rollo. Eran tres los ayudantes, que trabajaban en conjunto a tres maestros, en turnos rotativos. Señala que su remuneración mensual ascendía a la suma de $ 232.112. Agrega que el día 11 de julio de 2009, ingresó a las 08:00 horas a trabajar normalmente a sus funciones permanentes, sin embargo, siendo aproximadamente las 08:30 horas, el supervisor Sr. Adolfo Moreno, le ordenó realizar otras funciones, las cuales nunca había efectuado con anterioridad, y le obligó a que se dirigiera a otro puesto de trabajo, para realizar la tarea de cortar alambres que se usan para reunir o juntar las bolsas con los productos que fabrica la empresa demandada. Este trabajo consiste en tomar un rollo de alambre acerado, para que, por medio de un alicate que se le entregó en el momento, realizara cortes de 30 centímetros cada uno. Pese a que existe esta labor, no hay ningún lugar destinado para realizarla, por lo que debió hacerlo de pie en una mesa que estaba desocupada. Estos alambres de 30 centímetros sirven para agrupar bolsas de los productos confeccionados, en grupos de 100 lo que facilita su traslado. La instrucción precisa del supervisor Sr. Adolfo Moreno fue que debía efectuar la tarea de manera rápida. Sin embargo, atendida su nula capacitación y experiencia en esta materia, unido al hecho de que el alicate estaba en malas condiciones y que el lugar en el que debió ubicarse para realizar el trabajo no era adecuado para efectuar esas funciones, hacía que su trabajo fuera evidentemente demoroso. Añade que ello, significó que el supervisor, Sr. Adolfo Moreno, siendo aproximadamente las 09:30 horas, le llamara la atención frente a sus compañeros por su falta de rapidez, y le ordenara acelerar el trabajo. Esta situación se repitió a los 20 minutos después, ya que su volumen de producción no era el óptimo que el supervisor esperaba. Añade que ante su nerviosismo por cumplir con las exigencias del Sr. Adolfo Moreno, intentó realizar la labor de manera más rápida, tomó el rollo para darle una mejor ubicación cuando sintió un fuerte dolor en su ojo izquierdo, que comenzó a lagrimar sin poder detenerlo. Refiere que se frotó el ojo con sus manos, sin embargo el dolor seguía y perdió la visión del mismo. Indica que, en ese instante se percató que el alambre que se encontraba en la parte final del rollo se había soltado y posteriormente incrustado en su ojo. Manifiesta que frente a esta situación gritó pidiendo ayuda a sus compañeros, quienes lo asistieron y llevaron a primeros auxilios. Sin embargo allí no supieron cómo atenderlo ni que hacer, ya que no contaban con elemento alguno para enfrentar una situación como la que se había producido. Agrega que ante la gravedad de la lesión lo derivaron a la Mutual de Seguridad, donde fue atendido de urgencia, siendo internado por más de un mes, desde el día 11 de julio del año 2009 hasta el día 24 de agosto del mismo año.

Santiago, cuatro de mayo de dos mil diez. VISTOS Y OÍDOS LOS INTERVINIENTES: PRIMERO: Que comparece don Rafael Antonio Quiche Quichiz, empleado, con domicilio para estos efectos en Monjitas 527, oficina 1014, Santiago, quien interpone demanda en juicio ordinario de aplicación general por indemnización de perjuicios en accidente laboral, en contra de su empleadora Winpack S.A., empresa del giro fabricación de plásticos, representada por don Alex Moyano Limone, ignora profesión u oficio, ambos con domicilio en Ojos del Salado N° 0841, comuna de Quilicura, Funda su acción en que con fecha 18 de febrero de 2009, celebró contrato de trabajo con su empleador Winpack S.A., fue un contrato a plazo fijo, hasta el 18 de marzo de 2009, pero que posteriormente se extendió hasta el 19 de mayo del mismo año y por último se transformó en contrato indefinido, todo lo cual consta en el contrato y los dos anexos. Señala que se acordó que prestaba servicios como ayudante de dimensionado en la sección producción. Explica que sus funciones consistían en prestar ayuda al Maestro de la Máquina Dimensionadora, que conocían también como máquina de rebobinado, específicamente en la confección se cintas adhesivas o scotch, debiendo poner y sacar los tubos de cartón, y programar el largo de cada rollo. Eran tres los ayudantes, que trabajaban en conjunto a tres maestros, en turnos rotativos. Señala que su remuneración mensual ascendía a la suma de $ 232.112. Agrega que el día 11 de julio de 2009, ingresó a las 08:00 horas a trabajar normalmente a sus funciones permanentes, sin embargo, siendo aproximadamente las 08:30 horas, el supervisor Sr. Adolfo Moreno, le ordenó realizar otras funciones, las cuales nunca había efectuado con anterioridad, y le obligó a que se dirigiera a otro puesto de trabajo, para realizar la tarea de cortar alambres que se usan para reunir o juntar las bolsas con los productos que fabrica la empresa demandada. Este trabajo consiste en tomar un rollo de alambre acerado, para que, por medio de un alicate que se le entregó en el momento, realizara cortes de 30 centímetros cada uno. Pese a que existe esta labor, no hay ningún lugar destinado para realizarla, por lo que debió hacerlo de pie en una mesa que estaba desocupada. Estos alambres de 30 centímetros sirven para agrupar bolsas de los productos confeccionados, en grupos de 100 lo que facilita su traslado. La instrucción precisa del supervisor Sr. Adolfo Moreno fue que debía efectuar la tarea de manera rápida. Sin embargo, atendida su nula capacitación y experiencia en esta materia, unido al hecho de que el alicate estaba en malas condiciones y que el lugar en el que debió ubicarse para realizar el trabajo no era adecuado para efectuar esas funciones, hacía que su trabajo fuera evidentemente demoroso. Añade que ello, significó que el supervisor, Sr. Adolfo Moreno, siendo aproximadamente las 09:30 horas, le llamara la atención frente a sus compañeros por su falta de rapidez, y le ordenara acelerar el trabajo. Esta situación se repitió a los 20 minutos después, ya que su volumen de producción no era el óptimo que el supervisor esperaba. Añade que ante su nerviosismo por cumplir con las exigencias del Sr. Adolfo Moreno, intentó realizar la labor de manera más rápida, tomó el rollo para darle una mejor ubicación cuando sintió un fuerte dolor en su ojo izquierdo, que comenzó a lagrimar sin poder detenerlo. Refiere que se frotó el ojo con sus manos, sin embargo el dolor seguía y perdió la visión del mismo. Indica que, en ese instante se percató que el alambre que se encontraba en la parte final del rollo se había soltado y posteriormente incrustado en su ojo. Manifiesta que frente a esta situación gritó pidiendo ayuda a sus compañeros, quienes lo asistieron y llevaron a primeros auxilios. Sin embargo allí no supieron cómo atenderlo ni que hacer, ya que no contaban con elemento alguno para enfrentar una situación como la que se había producido. Agrega que ante la gravedad de la lesión lo derivaron a la Mutual de Seguridad, donde fue atendido de urgencia, siendo internado por más de un mes, desde el día 11 de julio del año 2009 hasta el día 24 de agosto del mismo año.

I. SENTENCIA DEL JUZGADO DE LETRAS DEL TRABAJO

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol N°: O-773-2009 Cita online: CL/JUR/14777/2010 ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

497

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Refiere que la responsable del accidente del trabajo descrito es la empresa demandada, ya que no se tomaron las medidas necesarias para proteger eficazmente su vida y salud, no se le informó de los posibles riesgos, ni se mantenían las condiciones adecuadas de seguridad para efectuar la labor ordenada, ni mucho menos los implementos necesarios para prevenir accidentes. Manifiesta que esta situación se produjo por ser obligado a efectuar una labor para la cual no estaba contratado; con nulas medidas de seguridad con que tuvo que operar los rollos de alambre; por no haber recibido capacitación alguna en las labores a realizar, o al menos la indicación de los peligros de la labor y la forma de evitarlos; no se proporcionó elementos de seguridad alguna para realizar esa labor (casco, lentes, guantes); debió realizar la labor en un lugar no destinado para tal efecto; no tuvo la supervigilancia directa en el ejercicio de sus funciones, que indicara la manera correcta de efectuar el trabajo sin riesgo. Prosigue, señalando que hasta la fecha ha recibido tres operaciones en su ojo izquierdo, por el cual aún no ve nada, tiene fuertes dolores de cabeza, por los cuales se encuentra en tratamiento. Expone que según los diagnósticos médicos perderá la visión de su ojo izquierdo. En la Mutual se le diagnosticó traumatismo ocular izquierdo (alambre); herida penetrante ocular izquierdo corneal, operado en tres oportunidades. Refiere que las operaciones y el tratamiento al que se encuentra sometido, se han efectuado en la Clínica IOPA, Instituto Oftalmológico Profesor Arentsen, por el doctor Ricardo Agurto, quien el día 30 de octubre 2009, le informó que era muy posible que debieran implantarle una prótesis. Indica que, no obstante no tener aún un certificado de incapacidad, ha quedado sin la visión en un ojo, por lo que en base a parámetros de la ley de Accidentes del Trabajo N° 16.744 y su Reglamento, estima en un porcentaje no inferior al cuarenta y cinco por ciento de su capacidad de ganancia. Añade que la lesión sufrida lo ha privado de las satisfacciones de orden social, recreativas y deportivas que normalmente realizaba. Esta situación lo tiene muy deprimido, triste, preocupado. La única ayuda o atención que ha recibido de la empresa, ha sido la que le brindaron sus compañeros de trabajo, quienes han hecho una colecta particular, en la cual participaron también, de manera voluntaria, algunos jefes de la empresa. Es así como le han entregado dos cheques, el primero con la suma de $ 5.000., y el segundo con la cantidad de $ 80.000. Luego hace referencia a su situación personal, en cuanto inmigrante peruano y que su familia depende económicamente de su persona. Posteriormente hace mención a los antecedentes de derecho en que funda su acción, referente a la competencia para conocer de estos asuntos de los Juzgados del Trabajo, lo relativo a la existencia de un accidente del trabajo, el incumplimiento por parte de la demandada de la obligación legal de higiene y seguridad establecida en el artículo 184 del Código del Trabajo, también se refiere a la responsabilidad de que responde la demandada, en cuanto debe cubrir el daño moral y lucro cesante que se la inferido. Finalmente solicita que el tribunal declare que ha sufrido un accidente, laboral, que tal accidente tiene como origen el incumplimiento de la parte demandada de la obligación legal de higiene y seguridad establecida en el artículo 184 del Código del Trabajo, y demás normas pertinentes. Agrega que por esa razón la demandada le debe pagar a titulo de indemnización de perjuicios las siguientes cantidades: Lucro cesante: $ 28.828.200 (45% de incapacidad por su sueldo es $ 104.450. por 276 meses hasta cumplir su edad de jubilación legal y que corresponde a los 22 años que le quedan de vida laboral) y daño moral: por la suma de $ 40.000.000. por toda la aflicción, sufrimiento sufrido, y secuelas que tendrá hasta su muerte. Las sumas anteriores o lo que el tribunal determine. Todo lo anterior, más intereses, reajustes y costas. SEGUNDO: Que la demandada estando legalmente notificada según consta del certificado emitido por el centro de notificaciones, no contestó la demanda permaneciendo en rebeldía durante todo el juicio. TERCERO: Que con fecha 22 de diciembre de 2009, tuvo lugar la audiencia preparatoria, en ella el tribunal fijó los siguientes hechos a probar: 1. Existencia de la relación laboral habida entre el demandante y su empleadora Winpack S.A; 2.Fecha de inicio de la relación laboral; 3.Funciones para la cual fue contratado el trabajador; 4.Funciones que realizaba al momento del accidente; 5. Remuneración pactada; 6. Efectividad de haber sufrido el actor un accidente del trabajo, el día 11 de

498

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Refiere que la responsable del accidente del trabajo descrito es la empresa demandada, ya que no se tomaron las medidas necesarias para proteger eficazmente su vida y salud, no se le informó de los posibles riesgos, ni se mantenían las condiciones adecuadas de seguridad para efectuar la labor ordenada, ni mucho menos los implementos necesarios para prevenir accidentes. Manifiesta que esta situación se produjo por ser obligado a efectuar una labor para la cual no estaba contratado; con nulas medidas de seguridad con que tuvo que operar los rollos de alambre; por no haber recibido capacitación alguna en las labores a realizar, o al menos la indicación de los peligros de la labor y la forma de evitarlos; no se proporcionó elementos de seguridad alguna para realizar esa labor (casco, lentes, guantes); debió realizar la labor en un lugar no destinado para tal efecto; no tuvo la supervigilancia directa en el ejercicio de sus funciones, que indicara la manera correcta de efectuar el trabajo sin riesgo. Prosigue, señalando que hasta la fecha ha recibido tres operaciones en su ojo izquierdo, por el cual aún no ve nada, tiene fuertes dolores de cabeza, por los cuales se encuentra en tratamiento. Expone que según los diagnósticos médicos perderá la visión de su ojo izquierdo. En la Mutual se le diagnosticó traumatismo ocular izquierdo (alambre); herida penetrante ocular izquierdo corneal, operado en tres oportunidades. Refiere que las operaciones y el tratamiento al que se encuentra sometido, se han efectuado en la Clínica IOPA, Instituto Oftalmológico Profesor Arentsen, por el doctor Ricardo Agurto, quien el día 30 de octubre 2009, le informó que era muy posible que debieran implantarle una prótesis. Indica que, no obstante no tener aún un certificado de incapacidad, ha quedado sin la visión en un ojo, por lo que en base a parámetros de la ley de Accidentes del Trabajo N° 16.744 y su Reglamento, estima en un porcentaje no inferior al cuarenta y cinco por ciento de su capacidad de ganancia. Añade que la lesión sufrida lo ha privado de las satisfacciones de orden social, recreativas y deportivas que normalmente realizaba. Esta situación lo tiene muy deprimido, triste, preocupado. La única ayuda o atención que ha recibido de la empresa, ha sido la que le brindaron sus compañeros de trabajo, quienes han hecho una colecta particular, en la cual participaron también, de manera voluntaria, algunos jefes de la empresa. Es así como le han entregado dos cheques, el primero con la suma de $ 5.000., y el segundo con la cantidad de $ 80.000. Luego hace referencia a su situación personal, en cuanto inmigrante peruano y que su familia depende económicamente de su persona. Posteriormente hace mención a los antecedentes de derecho en que funda su acción, referente a la competencia para conocer de estos asuntos de los Juzgados del Trabajo, lo relativo a la existencia de un accidente del trabajo, el incumplimiento por parte de la demandada de la obligación legal de higiene y seguridad establecida en el artículo 184 del Código del Trabajo, también se refiere a la responsabilidad de que responde la demandada, en cuanto debe cubrir el daño moral y lucro cesante que se la inferido. Finalmente solicita que el tribunal declare que ha sufrido un accidente, laboral, que tal accidente tiene como origen el incumplimiento de la parte demandada de la obligación legal de higiene y seguridad establecida en el artículo 184 del Código del Trabajo, y demás normas pertinentes. Agrega que por esa razón la demandada le debe pagar a titulo de indemnización de perjuicios las siguientes cantidades: Lucro cesante: $ 28.828.200 (45% de incapacidad por su sueldo es $ 104.450. por 276 meses hasta cumplir su edad de jubilación legal y que corresponde a los 22 años que le quedan de vida laboral) y daño moral: por la suma de $ 40.000.000. por toda la aflicción, sufrimiento sufrido, y secuelas que tendrá hasta su muerte. Las sumas anteriores o lo que el tribunal determine. Todo lo anterior, más intereses, reajustes y costas. SEGUNDO: Que la demandada estando legalmente notificada según consta del certificado emitido por el centro de notificaciones, no contestó la demanda permaneciendo en rebeldía durante todo el juicio. TERCERO: Que con fecha 22 de diciembre de 2009, tuvo lugar la audiencia preparatoria, en ella el tribunal fijó los siguientes hechos a probar: 1. Existencia de la relación laboral habida entre el demandante y su empleadora Winpack S.A; 2.Fecha de inicio de la relación laboral; 3.Funciones para la cual fue contratado el trabajador; 4.Funciones que realizaba al momento del accidente; 5. Remuneración pactada; 6. Efectividad de haber sufrido el actor un accidente del trabajo, el día 11 de

498

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

499

julio del año 2009 el actor. Hechos, pormenores y circunstancias; 7. Si la empresa demandada tomó las medidas de seguridad para proteger eficazmente la vida y la salud del trabajador manteniendo las condiciones adecuadas de higiene y seguridad en las faenas y si proporcionó los implementos necesarios para prevenir accidentes y enfermedades profesionales; 8. Si el trabajador recibió órdenes del supervisor don Adolfo Moreno para realizar la labor que desempeñaba al momento de producirse el accidente; 9. Si el trabajador se expuso negligentemente a trabajar en forma insegura, en las funciones que realizaba al momento de producirse el suceso; 10. Consecuencias derivadas del accidente sufrido por el trabajador y secuelas posteriores a este desde el punto de vista físico y sicológico y daños sufrimientos físicos y sicológicos experimentados por el trabajador como consecuencia del accidente ocurrido el día 11 de julio del 2009. Naturaleza y monto de los mismos; 11. Grado de incapacidad que presenta el trabajador como consecuencia del accidente sufrido el día 11 de julio del año 2009. CUARTO: Que para acreditar sus alegaciones la parte demandante rindió en la audiencia de juicio prueba documental, incorporada mediante lectura resumida, consistente en: 1. Copia de contrato de trabajo de fecha 18 de febrero del año 2008; 2. Copia de dos anexos de contrato de trabajo; 3. Copia de certificado de antigüedad entregado por la empresa demandada al actor; 4. Certificado de cotizaciones de salud Fonasa y previsión AFP Habitat; 5. Liquidaciones de remuneraciones de los meses de mayo y junio del año 2009; 6. Liquidación de subsidio por accidente del trabajo, dos del mes de julio, dos del mes de, dos del mes de septiembre, tres del mes de octubre, dos del mes de noviembre y una del mes de diciembre, todas del 2009; 7.Certificado de alta hospitalaria entregada por el Instituto de Seguridad del Trabajo IST ; 8. Memorándum N°610 del año 2009, de fecha 26 de noviembre del mismo año; 9. Copia de informe médico, de fecha 7 de noviembre del 2009, entregado por Instituto de Seguridad del Trabajo, IST; 10.. Copia de certificado emitido por don Richard Agurto Rivera, de fecha 29 de octubre de 2009, derivado al IST; 11. Copia de certificado emitido por don Richard Agurto Rivera, de fecha 30 de octubre de 2009; 12. Receta otorgada por el doctor Edgardo Sánchez, Oftalmólogo del IST, con fecha 15 de diciembre del 2009; 13. Quince (15) informes de traslado de paciente, otorgados por el IST; 14. Tres (3) fotografías del demandante obtenido por el IST, aproximadamente dos semanas después del accidente; 15. Evaluación psicológica efectuada por la sicóloga doña Pilar Flores Velásquez, de noviembre de 2009; 16.Copia de la licencia de conducir de la Republica del Perú del actor; 17. Copia de dos cheques entregados por la empresa demandada al actor, de fecha 8 de septiembre 2009, por $ 5.000. y $ 80.000.; 18.Copia de reclamo ante la Dirección Del Trabajo, de fecha 18 de diciembre de 2009, por el no pago de la asignación familiar al actor; 19. Copia de la cédula de identidad del actor, donde se consigna la fecha de nacimiento del actor; 20. Certificado de nacimiento del actor; 20. Certificado de nacimiento de la hija de actor. A su vez se valió de la declaración de parte, en la cual el actor Rafael Antonio Quiche Quichiz, declara que trabaja actualmente en Winpack, desde el 2008. Sus funciones son ayudante de dimensionado. Su remuneración es de $ 170.000 más gratificación. Refiere que tuvo un accidente el 11 de julio de 2009 entre las 10 y 11 de la mañana. El supervisor de turno lo mandó a otras funciones, consistentes en el corte de alambre de 30 o 40 cms., don Adolfo Moreno era el supervisor, nunca antes había realizado estas labores. No le hicieron capacitación, no le entregaron ningún implemento de seguridad. Estaba cortando alambre, con la presión del mismo supervisor que a cada rato le retaba por su lentitud, al querer ser más rápido, tiró y no se dio cuenta que se venía la otra punta. Cuando sucede el accidente, llamó al supervisor de turno el mismo señor Adolfo Moreno, lo llevó a una oficina y luego llegó la ambulancia que lo trasladó al IST donde estuvo hospitalizado, lo operaron tres veces del ojo. Explica que perdió la visión del ojo izquierdo, no ve nada con ese ojo, sigue con tratamiento. Agrega que no desarrolla sus labores como antes. Su grupo familiar lo componen su señora y tres hijas de 13, 4 y 1 año. Su señora trabaja por horas porque tiene que cuidar a la chica. Indica que volvió a trabajar el 21 de enero de este año, a las mismas labores anteriores. También la demandante hizo uso de la prueba confesional, consistente en la declaración del representante legal de la demandada don Alex Moyano Limone, quien habiendo sido llamado a viva voz

julio del año 2009 el actor. Hechos, pormenores y circunstancias; 7. Si la empresa demandada tomó las medidas de seguridad para proteger eficazmente la vida y la salud del trabajador manteniendo las condiciones adecuadas de higiene y seguridad en las faenas y si proporcionó los implementos necesarios para prevenir accidentes y enfermedades profesionales; 8. Si el trabajador recibió órdenes del supervisor don Adolfo Moreno para realizar la labor que desempeñaba al momento de producirse el accidente; 9. Si el trabajador se expuso negligentemente a trabajar en forma insegura, en las funciones que realizaba al momento de producirse el suceso; 10. Consecuencias derivadas del accidente sufrido por el trabajador y secuelas posteriores a este desde el punto de vista físico y sicológico y daños sufrimientos físicos y sicológicos experimentados por el trabajador como consecuencia del accidente ocurrido el día 11 de julio del 2009. Naturaleza y monto de los mismos; 11. Grado de incapacidad que presenta el trabajador como consecuencia del accidente sufrido el día 11 de julio del año 2009. CUARTO: Que para acreditar sus alegaciones la parte demandante rindió en la audiencia de juicio prueba documental, incorporada mediante lectura resumida, consistente en: 1. Copia de contrato de trabajo de fecha 18 de febrero del año 2008; 2. Copia de dos anexos de contrato de trabajo; 3. Copia de certificado de antigüedad entregado por la empresa demandada al actor; 4. Certificado de cotizaciones de salud Fonasa y previsión AFP Habitat; 5. Liquidaciones de remuneraciones de los meses de mayo y junio del año 2009; 6. Liquidación de subsidio por accidente del trabajo, dos del mes de julio, dos del mes de, dos del mes de septiembre, tres del mes de octubre, dos del mes de noviembre y una del mes de diciembre, todas del 2009; 7.Certificado de alta hospitalaria entregada por el Instituto de Seguridad del Trabajo IST ; 8. Memorándum N°610 del año 2009, de fecha 26 de noviembre del mismo año; 9. Copia de informe médico, de fecha 7 de noviembre del 2009, entregado por Instituto de Seguridad del Trabajo, IST; 10.. Copia de certificado emitido por don Richard Agurto Rivera, de fecha 29 de octubre de 2009, derivado al IST; 11. Copia de certificado emitido por don Richard Agurto Rivera, de fecha 30 de octubre de 2009; 12. Receta otorgada por el doctor Edgardo Sánchez, Oftalmólogo del IST, con fecha 15 de diciembre del 2009; 13. Quince (15) informes de traslado de paciente, otorgados por el IST; 14. Tres (3) fotografías del demandante obtenido por el IST, aproximadamente dos semanas después del accidente; 15. Evaluación psicológica efectuada por la sicóloga doña Pilar Flores Velásquez, de noviembre de 2009; 16.Copia de la licencia de conducir de la Republica del Perú del actor; 17. Copia de dos cheques entregados por la empresa demandada al actor, de fecha 8 de septiembre 2009, por $ 5.000. y $ 80.000.; 18.Copia de reclamo ante la Dirección Del Trabajo, de fecha 18 de diciembre de 2009, por el no pago de la asignación familiar al actor; 19. Copia de la cédula de identidad del actor, donde se consigna la fecha de nacimiento del actor; 20. Certificado de nacimiento del actor; 20. Certificado de nacimiento de la hija de actor. A su vez se valió de la declaración de parte, en la cual el actor Rafael Antonio Quiche Quichiz, declara que trabaja actualmente en Winpack, desde el 2008. Sus funciones son ayudante de dimensionado. Su remuneración es de $ 170.000 más gratificación. Refiere que tuvo un accidente el 11 de julio de 2009 entre las 10 y 11 de la mañana. El supervisor de turno lo mandó a otras funciones, consistentes en el corte de alambre de 30 o 40 cms., don Adolfo Moreno era el supervisor, nunca antes había realizado estas labores. No le hicieron capacitación, no le entregaron ningún implemento de seguridad. Estaba cortando alambre, con la presión del mismo supervisor que a cada rato le retaba por su lentitud, al querer ser más rápido, tiró y no se dio cuenta que se venía la otra punta. Cuando sucede el accidente, llamó al supervisor de turno el mismo señor Adolfo Moreno, lo llevó a una oficina y luego llegó la ambulancia que lo trasladó al IST donde estuvo hospitalizado, lo operaron tres veces del ojo. Explica que perdió la visión del ojo izquierdo, no ve nada con ese ojo, sigue con tratamiento. Agrega que no desarrolla sus labores como antes. Su grupo familiar lo componen su señora y tres hijas de 13, 4 y 1 año. Su señora trabaja por horas porque tiene que cuidar a la chica. Indica que volvió a trabajar el 21 de enero de este año, a las mismas labores anteriores. También la demandante hizo uso de la prueba confesional, consistente en la declaración del representante legal de la demandada don Alex Moyano Limone, quien habiendo sido llamado a viva voz ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

499

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

y por tres veces consecutivas, encontrándose legalmente notificado no compareció, por lo que se hizo efectivo el apercibimiento del artículo 454 N° 3 del Código del Trabajo. A continuación rinde prueba testimonial, compuesta por la declaración de los testigos don Jaime Avilio González Alor, don Jorge Avendaño Donoso, doña Verónica Falcón Toledo y don Radit Flores Daga, cuyas declaraciones constan íntegramente en el registro de audio y solo se reproducirán parcialmente a fin de evitar reiteraciones innecesarias. El primero de ellos, Jaime González Alor, declara que conoce al actor, trabajan juntos en la misma empresa, Winpack. El testigo es operador de máquinas. El actor es su ayudante. La máquina hace cintas de embalajes, de distintas dimensiones. Explica que, el actor en julio el 10 u 11 en el turno de mañana tuvo un accidente. Indica que no estuvo presente, se enteró por otros compañeros, concretamente don Rubén Figueroa. Se le incrustó un alambre en el ojo. El supervisor tiene la facultad de cambiarlos de función. La empresa no los capacita para hacer estos trabajos. No les otorgan todos los implementos de seguridad. En la empresa trabajan más menos 130 trabajadores, nunca los han capacitado desde el tiempo que está, nunca ha asistido a ninguna charla de capacitación. Señala que la empresa no ha tomado medidas posteriores al accidente. Luego depone el testigo Jorge Ignacio Avendaño Donoso declara que conoce al actor en el trabajo, desde un año dos meses en la empresa Winpack, el testigo, maneja la grúa en la empresa. Expresa que el actor trabaja en Winpack, como ayudante de maestro. El sufrió un accidente el 11 de julio de 2009, en la mañana, el testigo estaba presente en el momento. Explica que había ido a dejar unos cartones hacia el patio y cuando volvió vio al actor cortando alambres, no hay en la empresa un lugar fijo para hacer esa labor. A las personas que lo hacen no se les capacita ni se les dan implementos de seguridad. Lo vio en el pasillo, cortó el alambre y se le fue directo al ojo, el testigo lo tomó y lo llevó donde el Jefe, el actor no estaba sangrando solo tenía molestia en el ojo. Agrega que en la empresa no hay enfermería. Después del accidente no se ha tomado ninguna medida, el comité paritario recién se está formando. Por su parte, la testigo Verónica Falcón Toledo, declara que el actor es su cónyuge, tienen tres hijas de 13, 4 y 1 año. Expone que el 11 de julio del año pasado sufrió el accidente de la vista, se le introdujo un alambre. El no ve casi nada, ha estado internado en IST. Tuvo dos o tres operaciones. Estaba muy mal de ánimo, no quería vivir. Agrega que tenían planes de volverse a Perú, pero a raíz del accidente no se puede. El está triste, con desánimo. Llora, ve solo por un lado. La empresa no la ha apoyado en nada solo le dijo que le mantendrían el trabajo, hasta que termine la licencia. En el IST, le dijeron que la empresa tenía que pagarle porque él seguía trabajando en la empresa. Finalmente, declara el testigo Radit Flores Daga quien indica que conoce al actor, hace cerca de un año. El testigo vende comida, y por ese medio lo conoce. Supo del accidente sufrido por el actor, antes de éste, era un hombre alegre, conversador ahora se alejó. Está depresivo. La parte demandante también solicitó la exhibición de documentos relativa a: 1. Copia de la declaración individual de accidente del trabajo presentada por el empleador ante el IST; 2. Copia de la declaración individual de accidente del trabajo presentada en el por el empleador a la Inspección del Trabajo; 3. Copia de la declaración individual de accidentes del trabajo presentada por el empleador al SEREMI de Salud respectiva; 4. Copia del informe de investigación del comité paritario de la empresa respecto de las causas de accidente y copia de las correspondientes actas de sesión realizadas; 5. Las denuncias y/o comunicaciones de siniestros efectuados por la demandada a cualquier compañía de seguros, en relación a los accidentes del trabajo sufridos por el actor; 6. Copia de las instrucciones y procedimientos escritos con que debía haber contado el actor para las labores que cumplían el día y hora en que sufrió el accidente debidamente firmado por su representado; 7. Acta de entrega de informe de derecho a saber y de implementación de elementos de seguridad del actor debidamente firmados por él y sobre las funciones que realizaba al momento del accidente. La exhibición decretada no se obtuvo por la rebeldía de la demandada.

500

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

y por tres veces consecutivas, encontrándose legalmente notificado no compareció, por lo que se hizo efectivo el apercibimiento del artículo 454 N° 3 del Código del Trabajo. A continuación rinde prueba testimonial, compuesta por la declaración de los testigos don Jaime Avilio González Alor, don Jorge Avendaño Donoso, doña Verónica Falcón Toledo y don Radit Flores Daga, cuyas declaraciones constan íntegramente en el registro de audio y solo se reproducirán parcialmente a fin de evitar reiteraciones innecesarias. El primero de ellos, Jaime González Alor, declara que conoce al actor, trabajan juntos en la misma empresa, Winpack. El testigo es operador de máquinas. El actor es su ayudante. La máquina hace cintas de embalajes, de distintas dimensiones. Explica que, el actor en julio el 10 u 11 en el turno de mañana tuvo un accidente. Indica que no estuvo presente, se enteró por otros compañeros, concretamente don Rubén Figueroa. Se le incrustó un alambre en el ojo. El supervisor tiene la facultad de cambiarlos de función. La empresa no los capacita para hacer estos trabajos. No les otorgan todos los implementos de seguridad. En la empresa trabajan más menos 130 trabajadores, nunca los han capacitado desde el tiempo que está, nunca ha asistido a ninguna charla de capacitación. Señala que la empresa no ha tomado medidas posteriores al accidente. Luego depone el testigo Jorge Ignacio Avendaño Donoso declara que conoce al actor en el trabajo, desde un año dos meses en la empresa Winpack, el testigo, maneja la grúa en la empresa. Expresa que el actor trabaja en Winpack, como ayudante de maestro. El sufrió un accidente el 11 de julio de 2009, en la mañana, el testigo estaba presente en el momento. Explica que había ido a dejar unos cartones hacia el patio y cuando volvió vio al actor cortando alambres, no hay en la empresa un lugar fijo para hacer esa labor. A las personas que lo hacen no se les capacita ni se les dan implementos de seguridad. Lo vio en el pasillo, cortó el alambre y se le fue directo al ojo, el testigo lo tomó y lo llevó donde el Jefe, el actor no estaba sangrando solo tenía molestia en el ojo. Agrega que en la empresa no hay enfermería. Después del accidente no se ha tomado ninguna medida, el comité paritario recién se está formando. Por su parte, la testigo Verónica Falcón Toledo, declara que el actor es su cónyuge, tienen tres hijas de 13, 4 y 1 año. Expone que el 11 de julio del año pasado sufrió el accidente de la vista, se le introdujo un alambre. El no ve casi nada, ha estado internado en IST. Tuvo dos o tres operaciones. Estaba muy mal de ánimo, no quería vivir. Agrega que tenían planes de volverse a Perú, pero a raíz del accidente no se puede. El está triste, con desánimo. Llora, ve solo por un lado. La empresa no la ha apoyado en nada solo le dijo que le mantendrían el trabajo, hasta que termine la licencia. En el IST, le dijeron que la empresa tenía que pagarle porque él seguía trabajando en la empresa. Finalmente, declara el testigo Radit Flores Daga quien indica que conoce al actor, hace cerca de un año. El testigo vende comida, y por ese medio lo conoce. Supo del accidente sufrido por el actor, antes de éste, era un hombre alegre, conversador ahora se alejó. Está depresivo. La parte demandante también solicitó la exhibición de documentos relativa a: 1. Copia de la declaración individual de accidente del trabajo presentada por el empleador ante el IST; 2. Copia de la declaración individual de accidente del trabajo presentada en el por el empleador a la Inspección del Trabajo; 3. Copia de la declaración individual de accidentes del trabajo presentada por el empleador al SEREMI de Salud respectiva; 4. Copia del informe de investigación del comité paritario de la empresa respecto de las causas de accidente y copia de las correspondientes actas de sesión realizadas; 5. Las denuncias y/o comunicaciones de siniestros efectuados por la demandada a cualquier compañía de seguros, en relación a los accidentes del trabajo sufridos por el actor; 6. Copia de las instrucciones y procedimientos escritos con que debía haber contado el actor para las labores que cumplían el día y hora en que sufrió el accidente debidamente firmado por su representado; 7. Acta de entrega de informe de derecho a saber y de implementación de elementos de seguridad del actor debidamente firmados por él y sobre las funciones que realizaba al momento del accidente. La exhibición decretada no se obtuvo por la rebeldía de la demandada.

500

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

501

También se decretó prueba pericial al Servicio Médico Legal a fin de practicar un informe respecto de la gravedad de las lesiones, período de recuperación y secuelas sufridas con ocasión del accidente y a su vez un informe de personalidad relacionado con el estado psicológico del actor. De ambas pericia la demandante se desistió en la audiencia de juicio y especial respectivamente. Finalmente, la demandante solicitó en la audiencia preparatoria se oficiara al 1. IST para que informe si el actor fue atendido a raíz de la accidente sufrido el día 11 de julio del 2009. En caso afirmativo, informe acerca del diagnóstico, tratamiento, tanto físico como sicológico efectuado al actor, período de recuperación, intervenciones quirúrgicas a las cuales fue sometido, tiempo de hospitalización, si fue derivado a otro centro de atención, informe del o de los médicos que lo trataron y los certificados de los mismos que den cuenta del estado de salud del trabajador y que fueron remitidos a ese instituto, para que remita ficha clínica y copia de la declaración individual de accidentes del trabajo presentada por la demandada, con ocasión del accidente sufrido por el demandante de autos y toda otra documentación que tenga que ver con el accidente, tales como certificados e informes; 2. A la Inspección Comunal Del Trabajo Santiago Norte, con domicilio en Manuel Antonio Matta N° 1919, comuna de Quilicura, para que informe si recibió una denuncia en conformidad al artículo 76 de la ley 16.744. En caso afirmativo, deberá remitirse copia íntegra del informe. Además para que informe si producto de la fiscalización efectuada con ocasión del accidente sufrido por el trabajador, el 11 de julio de 2009, se cursaron multas a la demandada, naturaleza de las mismas y si estas se encuentran firmes; 3. Al Seremi de Salud, Región Metropolitana, a fin de que informe si recibió una comunicación por la cual se le informaba del accidente de trabajo sufrido por el demandante, el 11 de julio de 2009. En caso afirmativo, deberá poner a disposición de este tribunal, copia de la referida comunicación, copia del informe de fiscalización o investigación, si se hubiere efectuado, e informe acerca de si producto de la fiscalización, se cursaron multas a la demandada naturaleza de las mismas y resolución recaída en ellas y 4. Al Instituto de Seguridad del Trabajo, solicitándole rendición de cuenta del oficio ya enviado por el tribunal, de fecha 10 de diciembre del año 2009, a fin de que informe acerca del grado de incapacidad que afecta al actor. El IST con fecha 18 de diciembre de 2009 informa que las lesiones sufridas por el Señor Quiche fueron de carácter grave, pero este aún se encuentra en tratamiento médico, por lo que no sido evaluado su grado de incapacidad ni existe fecha para ello. El SEREMI de Salud informa el 6 de enero de 2010, que no ha sido posible encontrar antecedentes que digan relación con el accidente laboral de don Rafael Antonio Quiche Quichiz. El IST con fecha 20 de enero de 2010 remite al tribunal la ficha clínica del trabajador Rafael Quiche Quichiz. La Inspección Comunal del Trabajo Norte Chacabuco, Unidad de Fiscalización con fecha 12 de febrero de 2010 informa que revisados los antecedentes relacionados con la empresa Winpack S.A, no existe información respecto del accidente que involucre al Sr. Rafael Antonio Quiche Quichiz. El IST con fecha 7 de abril de 2010 remite oficio en que adjunta resolución N° 69 de 22 de marzo de 2010 que otorgó al sr. Quiche Quichiz un 30% de pérdida de capacidad de ganancia. QUINTO: Que la demandada no ofreció prueba, atendida su rebeldía. SEXTO: Que apreciadas las pruebas conforme a las reglas de la sana crítica, importando con ello tomar en especial consideración la gravedad, concordancia, multiplicidad y conexión de aquellos medios probatorios incorporados por la parte demandante al proceso, permiten a este tribunal tener por acreditados los siguientes hechos de la causa: 1. Que el actor el día 11 de julio de 2009, se desempeñó para la demandada en labores de cortar alambres, hecho que se establece de los dichos del propio actor prestado ante el tribunal, más los testimonios de los testigos señor Jorge Avendaño Donoso, quien presenció el accidente y doña Verónica Falcón Toledo quien sabe de ello por los dichos de su cónyuge, unido a los informes médicos allegados. 2. Que al momento del accidente el trabajador se encontraba realizando labores de cortar alambres, en una mesa que estaba desocupada y que se ubicaba en un pasillo, según declara el propio actor y el testigo presencial señor Avendaño Donoso. 3. Que esas labores, no correspondían a aquellas para las cuales fue contratado, y le fueron instruidas por el supervisor don Adolfo Moreno, según señala el propio actor.

También se decretó prueba pericial al Servicio Médico Legal a fin de practicar un informe respecto de la gravedad de las lesiones, período de recuperación y secuelas sufridas con ocasión del accidente y a su vez un informe de personalidad relacionado con el estado psicológico del actor. De ambas pericia la demandante se desistió en la audiencia de juicio y especial respectivamente. Finalmente, la demandante solicitó en la audiencia preparatoria se oficiara al 1. IST para que informe si el actor fue atendido a raíz de la accidente sufrido el día 11 de julio del 2009. En caso afirmativo, informe acerca del diagnóstico, tratamiento, tanto físico como sicológico efectuado al actor, período de recuperación, intervenciones quirúrgicas a las cuales fue sometido, tiempo de hospitalización, si fue derivado a otro centro de atención, informe del o de los médicos que lo trataron y los certificados de los mismos que den cuenta del estado de salud del trabajador y que fueron remitidos a ese instituto, para que remita ficha clínica y copia de la declaración individual de accidentes del trabajo presentada por la demandada, con ocasión del accidente sufrido por el demandante de autos y toda otra documentación que tenga que ver con el accidente, tales como certificados e informes; 2. A la Inspección Comunal Del Trabajo Santiago Norte, con domicilio en Manuel Antonio Matta N° 1919, comuna de Quilicura, para que informe si recibió una denuncia en conformidad al artículo 76 de la ley 16.744. En caso afirmativo, deberá remitirse copia íntegra del informe. Además para que informe si producto de la fiscalización efectuada con ocasión del accidente sufrido por el trabajador, el 11 de julio de 2009, se cursaron multas a la demandada, naturaleza de las mismas y si estas se encuentran firmes; 3. Al Seremi de Salud, Región Metropolitana, a fin de que informe si recibió una comunicación por la cual se le informaba del accidente de trabajo sufrido por el demandante, el 11 de julio de 2009. En caso afirmativo, deberá poner a disposición de este tribunal, copia de la referida comunicación, copia del informe de fiscalización o investigación, si se hubiere efectuado, e informe acerca de si producto de la fiscalización, se cursaron multas a la demandada naturaleza de las mismas y resolución recaída en ellas y 4. Al Instituto de Seguridad del Trabajo, solicitándole rendición de cuenta del oficio ya enviado por el tribunal, de fecha 10 de diciembre del año 2009, a fin de que informe acerca del grado de incapacidad que afecta al actor. El IST con fecha 18 de diciembre de 2009 informa que las lesiones sufridas por el Señor Quiche fueron de carácter grave, pero este aún se encuentra en tratamiento médico, por lo que no sido evaluado su grado de incapacidad ni existe fecha para ello. El SEREMI de Salud informa el 6 de enero de 2010, que no ha sido posible encontrar antecedentes que digan relación con el accidente laboral de don Rafael Antonio Quiche Quichiz. El IST con fecha 20 de enero de 2010 remite al tribunal la ficha clínica del trabajador Rafael Quiche Quichiz. La Inspección Comunal del Trabajo Norte Chacabuco, Unidad de Fiscalización con fecha 12 de febrero de 2010 informa que revisados los antecedentes relacionados con la empresa Winpack S.A, no existe información respecto del accidente que involucre al Sr. Rafael Antonio Quiche Quichiz. El IST con fecha 7 de abril de 2010 remite oficio en que adjunta resolución N° 69 de 22 de marzo de 2010 que otorgó al sr. Quiche Quichiz un 30% de pérdida de capacidad de ganancia. QUINTO: Que la demandada no ofreció prueba, atendida su rebeldía. SEXTO: Que apreciadas las pruebas conforme a las reglas de la sana crítica, importando con ello tomar en especial consideración la gravedad, concordancia, multiplicidad y conexión de aquellos medios probatorios incorporados por la parte demandante al proceso, permiten a este tribunal tener por acreditados los siguientes hechos de la causa: 1. Que el actor el día 11 de julio de 2009, se desempeñó para la demandada en labores de cortar alambres, hecho que se establece de los dichos del propio actor prestado ante el tribunal, más los testimonios de los testigos señor Jorge Avendaño Donoso, quien presenció el accidente y doña Verónica Falcón Toledo quien sabe de ello por los dichos de su cónyuge, unido a los informes médicos allegados. 2. Que al momento del accidente el trabajador se encontraba realizando labores de cortar alambres, en una mesa que estaba desocupada y que se ubicaba en un pasillo, según declara el propio actor y el testigo presencial señor Avendaño Donoso. 3. Que esas labores, no correspondían a aquellas para las cuales fue contratado, y le fueron instruidas por el supervisor don Adolfo Moreno, según señala el propio actor. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

501

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

4. Que el demandante fue contratado para desempeñarse como ayudante dimensionado en la sección producción según da cuenta la cláusula primera de su contrato de trabajo de fecha 1 de enero de 2008. 5. Que producto del accidente que sufrió cortando alambre resultó según informe médico de 15 de enero de 2010 de la Dra. Carmen Torres A, médico tratante del IST, con una herida penetrante ocular OI por lesión con alambre y quedó hospitalizado en el IST. El 23 de julio de 2009 se somete a una nueva cirugía de Vitrectomia central y periférica y una pexiade iris con lensectomía. Por hifema hipertensivo se somete a lavado de cámara anterior el 28 de julio y ecografía realizada confirman un Desprendimiento de Retina Inferior, por lo que se somete a una queratoplastia mas queratoprótesis eckart, asociada a silicona y banda retinal el 13 de agosto de 2009. Fue dado de alta de hospitalización el 24 de agosto de 2009 y se dejan controles con retinólogo y corneólogo de forma permanente en el Servicio de Oftalmología. 6. Que a raíz del accidente sufrido el trabajador señor Quiche Quichiz tuvo un 30% de pérdida de capacidad de ganancia, según consta en resolución N° 69 de fecha 22 de marzo de 2010 del IST. 7. Que la demandada no prestó ningún tipo de auxilio al trabajador al momento de ocurrido el accidente más que brindarle los primeros auxilios, que no cuenta con Comité Paritario, que el trabajador nunca ha recibido ningún tipo de capacitación en prevención de riesgos, como tampoco se les proporciona implemento de seguridad alguno a sus trabajadores. Todo lo anterior se encuentra corroborado con los dichos del propio actor y de los testigos don Jaime Gonzalez Alor y don Jorge Avendaño Donoso ambos trabajadores de la empresa demandada. 8. Que la empresa demandada no dio cuenta del accidente ocurrido ni al SEREMI de Salud como tampoco a la Inspección Comunal de Trabajo correspondiente según se da cuenta en las respuestas a oficios respectivos. SÉPTIMO: Que de acuerdo a lo antes señalado, se encuentra fehacientemente establecido que el actor desarrollando labores de corte de alambre durante su jornada de trabajo, sufrió un accidente consistente en una herida penetrante ocular en su ojo izquierdo, producto de haberse incrustado un trozo de alambre, resultando con desprendimiento de retina inferior crónico, circunstancia que lo mantuvo hospitalizado desde el 11 de julio de 2009 hasta el 24 de agosto de 2009 y produjo una incapacidad del 30% según lo informado por el IST, mediante oficio N° 407/877/2010 de 7 de abril de 2010. OCTAVO: Que asimismo se encuentra acreditado, con toda la prueba rendida en especial declaración de parte y testimonial rendida, que el accidente antes referido se produjo a raíz de que el demandante fue mandado por el supervisor don Adolfo Moreno a cumplir funciones consistentes en cortar alambres, funciones distintas de aquellas para las cuales fue contratado, y la que debió realizar sin contar con ningún tipo de capacitación para ello, como tampoco con los implementos de seguridad correspondientes, ni menos en un lugar habilitado para realizar dichas tareas, ni bajo supervisión alguna. NOVENO: Que así las cosas ha quedado demostrado que la demandada no dio cumplimiento a lo dispuesto en el artículo 184 del Código del Trabajo, esto es haber tomado todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y la salud del trabajador de autos, manteniendo las condiciones adecuadas de Higiene y Seguridad en las faenas, como tampoco los implementos necesarios para prevenir accidentes y enfermedades profesionales. DÉCIMO: Que por otra parte, la empleadora también infringió los artículos 3, 36 y 37 del decreto supremo Nº 594, al haber ordenado al actor desarrollar funciones para las cuales no fue contratado, en un lugar que no se encontraba habilitado para desarrollar las funciones encomendadas sin ningún tipo de implemento de seguridad, ni capacitación previa alguna. DÉCIMO PRIMERO: Que de esta forma, habiéndose establecido que el actor sufrió un daño, consistente en herida penetrante ocular izquierda, desprendimiento de retina crónico, ptisis bulbi, cuya secuela es ojo izquierdo, pérdida de visión, la que lo dejó con una incapacidad laboral del 30%, producto de haber realizado una mala maniobra cortando alambre, función para la cual no fue contratado el demandante, sin contar con ningún elemento de seguridad y estar ejecutando el trabajo en un lugar que no estaba habilitado para ello, siendo obligación del empleador haber protegido eficazmente al trabajador frente a hechos de tal naturaleza, razón por la que se acogerá la demanda de autos. DÉCIMO SEGUNDO: Que, a su vez y no obstante lo razonado en los considerandos anteriores, se hacen efectivo los apercibimientos del artículo 453 N° 1 inciso 7° del Código del Trabajo en cuanto se

502

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

4. Que el demandante fue contratado para desempeñarse como ayudante dimensionado en la sección producción según da cuenta la cláusula primera de su contrato de trabajo de fecha 1 de enero de 2008. 5. Que producto del accidente que sufrió cortando alambre resultó según informe médico de 15 de enero de 2010 de la Dra. Carmen Torres A, médico tratante del IST, con una herida penetrante ocular OI por lesión con alambre y quedó hospitalizado en el IST. El 23 de julio de 2009 se somete a una nueva cirugía de Vitrectomia central y periférica y una pexiade iris con lensectomía. Por hifema hipertensivo se somete a lavado de cámara anterior el 28 de julio y ecografía realizada confirman un Desprendimiento de Retina Inferior, por lo que se somete a una queratoplastia mas queratoprótesis eckart, asociada a silicona y banda retinal el 13 de agosto de 2009. Fue dado de alta de hospitalización el 24 de agosto de 2009 y se dejan controles con retinólogo y corneólogo de forma permanente en el Servicio de Oftalmología. 6. Que a raíz del accidente sufrido el trabajador señor Quiche Quichiz tuvo un 30% de pérdida de capacidad de ganancia, según consta en resolución N° 69 de fecha 22 de marzo de 2010 del IST. 7. Que la demandada no prestó ningún tipo de auxilio al trabajador al momento de ocurrido el accidente más que brindarle los primeros auxilios, que no cuenta con Comité Paritario, que el trabajador nunca ha recibido ningún tipo de capacitación en prevención de riesgos, como tampoco se les proporciona implemento de seguridad alguno a sus trabajadores. Todo lo anterior se encuentra corroborado con los dichos del propio actor y de los testigos don Jaime Gonzalez Alor y don Jorge Avendaño Donoso ambos trabajadores de la empresa demandada. 8. Que la empresa demandada no dio cuenta del accidente ocurrido ni al SEREMI de Salud como tampoco a la Inspección Comunal de Trabajo correspondiente según se da cuenta en las respuestas a oficios respectivos. SÉPTIMO: Que de acuerdo a lo antes señalado, se encuentra fehacientemente establecido que el actor desarrollando labores de corte de alambre durante su jornada de trabajo, sufrió un accidente consistente en una herida penetrante ocular en su ojo izquierdo, producto de haberse incrustado un trozo de alambre, resultando con desprendimiento de retina inferior crónico, circunstancia que lo mantuvo hospitalizado desde el 11 de julio de 2009 hasta el 24 de agosto de 2009 y produjo una incapacidad del 30% según lo informado por el IST, mediante oficio N° 407/877/2010 de 7 de abril de 2010. OCTAVO: Que asimismo se encuentra acreditado, con toda la prueba rendida en especial declaración de parte y testimonial rendida, que el accidente antes referido se produjo a raíz de que el demandante fue mandado por el supervisor don Adolfo Moreno a cumplir funciones consistentes en cortar alambres, funciones distintas de aquellas para las cuales fue contratado, y la que debió realizar sin contar con ningún tipo de capacitación para ello, como tampoco con los implementos de seguridad correspondientes, ni menos en un lugar habilitado para realizar dichas tareas, ni bajo supervisión alguna. NOVENO: Que así las cosas ha quedado demostrado que la demandada no dio cumplimiento a lo dispuesto en el artículo 184 del Código del Trabajo, esto es haber tomado todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y la salud del trabajador de autos, manteniendo las condiciones adecuadas de Higiene y Seguridad en las faenas, como tampoco los implementos necesarios para prevenir accidentes y enfermedades profesionales. DÉCIMO: Que por otra parte, la empleadora también infringió los artículos 3, 36 y 37 del decreto supremo Nº 594, al haber ordenado al actor desarrollar funciones para las cuales no fue contratado, en un lugar que no se encontraba habilitado para desarrollar las funciones encomendadas sin ningún tipo de implemento de seguridad, ni capacitación previa alguna. DÉCIMO PRIMERO: Que de esta forma, habiéndose establecido que el actor sufrió un daño, consistente en herida penetrante ocular izquierda, desprendimiento de retina crónico, ptisis bulbi, cuya secuela es ojo izquierdo, pérdida de visión, la que lo dejó con una incapacidad laboral del 30%, producto de haber realizado una mala maniobra cortando alambre, función para la cual no fue contratado el demandante, sin contar con ningún elemento de seguridad y estar ejecutando el trabajo en un lugar que no estaba habilitado para ello, siendo obligación del empleador haber protegido eficazmente al trabajador frente a hechos de tal naturaleza, razón por la que se acogerá la demanda de autos. DÉCIMO SEGUNDO: Que, a su vez y no obstante lo razonado en los considerandos anteriores, se hacen efectivo los apercibimientos del artículo 453 N° 1 inciso 7° del Código del Trabajo en cuanto se

502

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

503

tienen por tácitamente admitidos todos los hechos contenidos en la demanda atendido que la demandada no contestó la demanda. Por su parte y en el mismo sentido de acuerdo a lo prescrito en el artículo 454 N° 3 del Código del Trabajo, se tienen por tácitamente admitidos todos los hechos objeto de prueba fijados por el tribunal, fundado en la no concurrencia del representante legal a absolver posiciones. DÉCIMO TERCERO: Que en cuanto al daño moral demandado, se estima debidamente acreditado mediante el informe psicológico evacuado por la psicóloga doña Pilar Flores V, el cual da cuenta que expresa en su postura y palabras una sensación de inseguridad o verguenza en sí mismo. Puede ser que la misma evaluación y por ser una situación nueva le impide o dificulta entablar una conversación y relacionarse con fluidez. O una hipótesis puede ser una depresión en un grado moderado. Luego en la síntesis diagnóstica, indica: repetición de la vivencia, excitación emocional interna, evasión de la vivencia, ideas desvitalizantes (suicida). Lo anterior, unido a la declaración de los testigos, resultan concordantes con los sentimientos que conforme dictan las máximas de la experiencia, pueden derivarse de la pérdida de una parte del cuerpo que se utiliza en toda clase de actividades, sumado a la sensación de desagrado visual que ello provoca en el trabajador y en las demás personas, lo que pude apreciarse tanto personalmente por esta juez, como también en las tres fotografías que se incorporaron como prueba. De lo expuesto, se concluye que efectivamente el actor ha sufrido una aflicción por el daño sufrido motivo por el cual se accederá a la demanda y teniendo en consideración las responsabilidades establecidas en los considerandos anteriores, cuyo monto se regulará prudencialmente en la suma de $ 12.000.000, suma que deberá reajustarse y devengará intereses corrientes, entre la fecha que la sentencia quede ejecutoriada y el pago efectivo. DÉCIMO CUARTO: Que por su parte y respecto del lucro cesante que se demanda en primer lugar cabe señalar que el lucro cesante puede ser definido como una forma de daño patrimonial que consiste en la pérdida de una ganancia legítima o de una utilidad económica por parte de la víctima como consecuencia del daño, que ésta se habría producido si el evento dañoso no se hubiera verificado. Es por tanto, lo que se ha dejado de ganar y que se habría ganado de no haber sucedido un daño. Ahora bien, esta juez estima que no es suficiente para determinar el monto de este concepto el grado de incapacidad del trabajador, pues para su base de cálculo se parte de una serie de premisas que carecen de certeza, como lo es el hecho que el demandante trabaje en forma ininterrumpida hasta la edad de jubilarse y que reciba la misma remuneración. Que sin perjuicio de lo anterior, de la prueba allegada en autos y en especial de los dichos del propio actor ha quedado acreditado que este sigue prestando servicios para la demandada y en las mismas condiciones previas al accidente, por lo tanto no es posible dar por concurrente la existencia de un lucro cesante, razón por la que se rechazará la demanda deducida por este concepto. DÉCIMO QUINTO: Que toda la prueba aportada fu valorada según las reglas de la sana crítica y los demás medios de prueba allegados al proceso por la demandante, en nada alteran lo antes concluido, razón por la cual se omitirá un análisis pormenorizado de los mismos. Visto además, lo dispuesto en los artículos 1, 184 y 446 a 462 del Código del Trabajo, ley Nº 16.744 y decreto supremo Nº 549, 2314 y siguientes del Código Civil, SE DECLARA: I. Que SE ACOGE PARCIALMENTE la demanda de autos interpuesta por don Rafael Antonio Quiche Quichiz en contra Winpack S.A. II. En consecuencia la demandada deberá pagar al actor la suma de $ 12.000.000, por concepto de daño moral, la que deberá reajustarse y devengará intereses corrientes, entre la fecha que la sentencia quede ejecutoriada y el pago efectivo. III. Que no se condena en costas a la demandada, por no haber sido totalmente vencida. Una vez ejecutoriada la presente sentencia definitiva, devuélvanse los documentos guardados en custodia. Regístrese y archívese en su oportunidad. RIT: O 773 2009 RUC: 09 4 0027350 K. Dictada por doña Carmen Gloria Correa Valenzuela, Juez Titular del Primer Juzgado de Letras del Trabajo de Santiago.

tienen por tácitamente admitidos todos los hechos contenidos en la demanda atendido que la demandada no contestó la demanda. Por su parte y en el mismo sentido de acuerdo a lo prescrito en el artículo 454 N° 3 del Código del Trabajo, se tienen por tácitamente admitidos todos los hechos objeto de prueba fijados por el tribunal, fundado en la no concurrencia del representante legal a absolver posiciones. DÉCIMO TERCERO: Que en cuanto al daño moral demandado, se estima debidamente acreditado mediante el informe psicológico evacuado por la psicóloga doña Pilar Flores V, el cual da cuenta que expresa en su postura y palabras una sensación de inseguridad o verguenza en sí mismo. Puede ser que la misma evaluación y por ser una situación nueva le impide o dificulta entablar una conversación y relacionarse con fluidez. O una hipótesis puede ser una depresión en un grado moderado. Luego en la síntesis diagnóstica, indica: repetición de la vivencia, excitación emocional interna, evasión de la vivencia, ideas desvitalizantes (suicida). Lo anterior, unido a la declaración de los testigos, resultan concordantes con los sentimientos que conforme dictan las máximas de la experiencia, pueden derivarse de la pérdida de una parte del cuerpo que se utiliza en toda clase de actividades, sumado a la sensación de desagrado visual que ello provoca en el trabajador y en las demás personas, lo que pude apreciarse tanto personalmente por esta juez, como también en las tres fotografías que se incorporaron como prueba. De lo expuesto, se concluye que efectivamente el actor ha sufrido una aflicción por el daño sufrido motivo por el cual se accederá a la demanda y teniendo en consideración las responsabilidades establecidas en los considerandos anteriores, cuyo monto se regulará prudencialmente en la suma de $ 12.000.000, suma que deberá reajustarse y devengará intereses corrientes, entre la fecha que la sentencia quede ejecutoriada y el pago efectivo. DÉCIMO CUARTO: Que por su parte y respecto del lucro cesante que se demanda en primer lugar cabe señalar que el lucro cesante puede ser definido como una forma de daño patrimonial que consiste en la pérdida de una ganancia legítima o de una utilidad económica por parte de la víctima como consecuencia del daño, que ésta se habría producido si el evento dañoso no se hubiera verificado. Es por tanto, lo que se ha dejado de ganar y que se habría ganado de no haber sucedido un daño. Ahora bien, esta juez estima que no es suficiente para determinar el monto de este concepto el grado de incapacidad del trabajador, pues para su base de cálculo se parte de una serie de premisas que carecen de certeza, como lo es el hecho que el demandante trabaje en forma ininterrumpida hasta la edad de jubilarse y que reciba la misma remuneración. Que sin perjuicio de lo anterior, de la prueba allegada en autos y en especial de los dichos del propio actor ha quedado acreditado que este sigue prestando servicios para la demandada y en las mismas condiciones previas al accidente, por lo tanto no es posible dar por concurrente la existencia de un lucro cesante, razón por la que se rechazará la demanda deducida por este concepto. DÉCIMO QUINTO: Que toda la prueba aportada fu valorada según las reglas de la sana crítica y los demás medios de prueba allegados al proceso por la demandante, en nada alteran lo antes concluido, razón por la cual se omitirá un análisis pormenorizado de los mismos. Visto además, lo dispuesto en los artículos 1, 184 y 446 a 462 del Código del Trabajo, ley Nº 16.744 y decreto supremo Nº 549, 2314 y siguientes del Código Civil, SE DECLARA: I. Que SE ACOGE PARCIALMENTE la demanda de autos interpuesta por don Rafael Antonio Quiche Quichiz en contra Winpack S.A. II. En consecuencia la demandada deberá pagar al actor la suma de $ 12.000.000, por concepto de daño moral, la que deberá reajustarse y devengará intereses corrientes, entre la fecha que la sentencia quede ejecutoriada y el pago efectivo. III. Que no se condena en costas a la demandada, por no haber sido totalmente vencida. Una vez ejecutoriada la presente sentencia definitiva, devuélvanse los documentos guardados en custodia. Regístrese y archívese en su oportunidad. RIT: O 773 2009 RUC: 09 4 0027350 K. Dictada por doña Carmen Gloria Correa Valenzuela, Juez Titular del Primer Juzgado de Letras del Trabajo de Santiago. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

503

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Santiago, veintisiete de noviembre de dos mil nueve. VISTOS, OÍDOS y CONSIDERANDO: PRIMERO: Que don Alfonso Eduardo Manríquez Riquelme, cédula de identidad número 13.276.600–2, domiciliado en Elicura 6216, Peñalolén, interpone demanda por indemnización de perjuicios en juicio ordinario laboral en contra de PLÁSTICOS BURGOS S.A., RUT 92.821.000–6, domiciliado en Las Dalias 3180, comuna de Macul, representada por don Gastón Burgos Ilufi del mismo domicilio: Señala en su demanda que comenzó a prestar servicios con fecha 15 de febrero de 1999, se desempeñaba como mecánico de máquinas procesadores de plástico, debía arreglar las máquinas procesadoras y sopladoras de plástico de propiedad de la empresa. Con fecha 13 de enero de 2006, en su función de mecánico dejó paralizada la máquina sopladora Nº 17 para continuar con su reparación al día siguiente, señala que el supervisor de turno don Alejandro Cáceres ordenó que la máquina se pusiera en marcha, aún con fallas, debido a que se requería que la máquina siguiera operando porque había demora en la producción, el referido supervisor le ordenó que continuara con la reparación de la máquina de inmediato y con la máquina funcionando, refiere que le representó los riesgos que implicaba, pero le ordenó que debía arreglarla de inmediato y con la máquina funcionando y en producción. Para reparar la máquina 17 necesitaba sacar uno de los “frascos desde el interior de la máquina, que sirve de “molde para hacer las piezas de plástico. Mientras reparaba la máquina sopladora Nº 17, al estar funcionando, le atrapó el pulgar derecho entre las planchas metálicas de la máquina, resultando en un primer momento con una fractura expuesta en la falange proximal. El diagnóstico resultante del accidente del trabajo fue: – Fractura expuesta falange proximal, pulgar derecho. – Rigidez secuelar de la interfalángica de pulgar derecho. – Artrodesis interfalángica pulgar derecho. – Infección de la herida operatoria. – Reartrodesis y aporte de injerto óseo a la interfalángica del pulgar derecho. Señala que la causa directa del accidente que le afectó se debió a que no existían en el lugar ninguna de las medidas de seguridad que debieron existir para que el accidente no ocurriera. No existía nadie en el lugar que pudiera advertir el riesgo de dicha acción y que pudiera paralizar esa acción insegura, no contaba con ningún implemento de seguridad que le hubiese entregado la empresa. No existía en la obra o faena un prevencionista de riesgos que pudiera paralizar una acción insegura como esta en las que existían condiciones inseguras objetivas para su persona, tampoco existía la acción directa de un comité paritario que pudiera asumir el rol que le otorga la ley ni existía departamento de prevención de riesgos, ni sistema de gestión de seguridad de salud en el trabajo, ni coordinación y control para que se cumplan eficazmente las medidas de seguridad. Refiere que el informe de declaración y evaluación de invalidez del seguro social de accidentes del trabajo señala Dolor crónico moderado mano derecha y rigidez IF pulgar derecho, se estableció una incapacidad del 15% de disminución de ganancia. Solicita: $ 2.000.000 por daño emergente concepto de medicinas, movilización y otros gastos médicos. $ 29.700.000 teniendo en consideración la incapacidad de un 15%, que a la fecha del accidente tenía 29 años y teniendo en cuenta la remuneración mínima de $ 165.000. $ 50.000.000 por daño moral en atención al sufrimiento que le ocasionó el accidente del trabajo y las secuelas del mismo. Con los intereses y reajustes hasta el pago efectivo.

504

I. SENTENCIA DE JUZGADO DE LETRAS DEL TRABAJO

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol N°: 146-2009 Cita online: CL/JUR/9332/2009

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol N°: 146-2009 Cita online: CL/JUR/9332/2009

I. SENTENCIA DE JUZGADO DE LETRAS DEL TRABAJO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Santiago, veintisiete de noviembre de dos mil nueve. VISTOS, OÍDOS y CONSIDERANDO: PRIMERO: Que don Alfonso Eduardo Manríquez Riquelme, cédula de identidad número 13.276.600–2, domiciliado en Elicura 6216, Peñalolén, interpone demanda por indemnización de perjuicios en juicio ordinario laboral en contra de PLÁSTICOS BURGOS S.A., RUT 92.821.000–6, domiciliado en Las Dalias 3180, comuna de Macul, representada por don Gastón Burgos Ilufi del mismo domicilio: Señala en su demanda que comenzó a prestar servicios con fecha 15 de febrero de 1999, se desempeñaba como mecánico de máquinas procesadores de plástico, debía arreglar las máquinas procesadoras y sopladoras de plástico de propiedad de la empresa. Con fecha 13 de enero de 2006, en su función de mecánico dejó paralizada la máquina sopladora Nº 17 para continuar con su reparación al día siguiente, señala que el supervisor de turno don Alejandro Cáceres ordenó que la máquina se pusiera en marcha, aún con fallas, debido a que se requería que la máquina siguiera operando porque había demora en la producción, el referido supervisor le ordenó que continuara con la reparación de la máquina de inmediato y con la máquina funcionando, refiere que le representó los riesgos que implicaba, pero le ordenó que debía arreglarla de inmediato y con la máquina funcionando y en producción. Para reparar la máquina 17 necesitaba sacar uno de los “frascos desde el interior de la máquina, que sirve de “molde para hacer las piezas de plástico. Mientras reparaba la máquina sopladora Nº 17, al estar funcionando, le atrapó el pulgar derecho entre las planchas metálicas de la máquina, resultando en un primer momento con una fractura expuesta en la falange proximal. El diagnóstico resultante del accidente del trabajo fue: – Fractura expuesta falange proximal, pulgar derecho. – Rigidez secuelar de la interfalángica de pulgar derecho. – Artrodesis interfalángica pulgar derecho. – Infección de la herida operatoria. – Reartrodesis y aporte de injerto óseo a la interfalángica del pulgar derecho. Señala que la causa directa del accidente que le afectó se debió a que no existían en el lugar ninguna de las medidas de seguridad que debieron existir para que el accidente no ocurriera. No existía nadie en el lugar que pudiera advertir el riesgo de dicha acción y que pudiera paralizar esa acción insegura, no contaba con ningún implemento de seguridad que le hubiese entregado la empresa. No existía en la obra o faena un prevencionista de riesgos que pudiera paralizar una acción insegura como esta en las que existían condiciones inseguras objetivas para su persona, tampoco existía la acción directa de un comité paritario que pudiera asumir el rol que le otorga la ley ni existía departamento de prevención de riesgos, ni sistema de gestión de seguridad de salud en el trabajo, ni coordinación y control para que se cumplan eficazmente las medidas de seguridad. Refiere que el informe de declaración y evaluación de invalidez del seguro social de accidentes del trabajo señala Dolor crónico moderado mano derecha y rigidez IF pulgar derecho, se estableció una incapacidad del 15% de disminución de ganancia. Solicita: $ 2.000.000 por daño emergente concepto de medicinas, movilización y otros gastos médicos. $ 29.700.000 teniendo en consideración la incapacidad de un 15%, que a la fecha del accidente tenía 29 años y teniendo en cuenta la remuneración mínima de $ 165.000. $ 50.000.000 por daño moral en atención al sufrimiento que le ocasionó el accidente del trabajo y las secuelas del mismo. Con los intereses y reajustes hasta el pago efectivo.

504

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

505

Pide que se declare la procedencia del pago de las prestaciones demandada y la indemnización de perjuicios causados por la negligencia culpable de la demandada en el accidente del trabajo que lo afectó con costas. SEGUNDO: Que la demandada al contestar señaló que el actor ingresó a prestar servicios como operador de máquina el 15 de febrero de 1999, durante toda la relación laboral el demandante fue instruido y permanentemente capacitado para desarrollar sus labores, habiéndosele también hecho entrega de todo el equipamiento de seguridad necesario. Refiere que cuenta con un reglamento interno, un comité paritario –del cual formó parte el actor por más de un período–, departamento de prevención de riesgos, un experto en prevención de riesgos, realiza periódicamente charlas de capacitación en seguridad y otras materias a sus empleados, entre otras actividades destinadas a dar cumplimiento a la llamada “obligación de seguridad. El día 14 de enero de 2006, el demandante es informado que la máquina sopladora N° 17 había una filtración de agua, en este tipo de situaciones éste debería haber apagado la máquina sopladora de manera de revisarla y repararla estando apagada y nunca en funcionamiento. Haciendo caso omiso a todas las instrucciones impartidas por la demandada, el actor al percatarse que había una preforma atrapada entre las mangueras de refrigeración de la referida máquina, introdujo su mano por debajo de la rejilla de seguridad de ésta, sin detenerla previamente como debía haberlo hecho, quedando el dedo pulgar de su mano derecha atrapado entre las placas de los moldes. Niega tajantemente que su supervisor le hubiera ordenado reparar la máquina sopladora en funcionamiento. Por lo demás las labores que se encontraba desempeñando el demandante no exigen destrezas especiales con las que éste no hubiera contado, por lo que no puede imputarse la producción del accidente a falta de capacitación o habilidades exigidas para el desempeño de estas labores, luego de ocurrido el accidente el acto fue enviado a la Asociación Chilena de Seguridad. Opone excepciones o defensas: – Existencia de finiquito entre las partes suscrito con fecha 26 de julio de 2006. – Inconcurrencia de los elementos de responsabilidad, ya que la demandada no incumplió obligación laboral alguna que pueda calificarse como causa basal del accidente, ni existe relación de causalidad entre el hecho y el daño alegado, al respecto la dispuesto en el artículo 184 del Código del Trabajo constituye un deber de conducta y no una obligación de obtener el resultado. Precisa que ha realizado distintas capacitaciones, charlas y talleres de identificación de riesgos. Hace presente que la Asociación Chilena de Seguridad no ha ejercido su derecho a repetir en contra de la demandada ya que el accidente no se debió a su dolo o culpa. – Imprudencia temeraria del demandante. El accidente se debió a la conducta imprudente y descuidada del mismo, hace presente que las obligaciones de los trabajadores se encuentra detalladas en el reglamento interno de la empresa. En relación a los montos solicitados solicita el rechazo: – Daño emergente este fue cubierto por el seguro correspondiente. – Lucro cesante las remuneraciones futuras son meras expectativas y no constituyen un derecho adquirido. – Daño moral la cifra reclamada es excesiva y no procede al no existir relación de causalidad entre el supuesto daño y el actuar de la demandada. El daño moral exige prueba y no puede ser fuente de enriquecimiento sin causa, en el improbable evento que se acoja el daño moral este debe ser rebajado a la cantidad que el demandante pueda acreditar. TERCERO: Que con fecha 14 de octubre de 2009 tuvo lugar la audiencia preparatoria. Por su parte con fecha 12 de noviembre de 2009, tuvo lugar la audiencia de juicio respectiva. Que llamadas las partes a conciliación sobre las bases propuestas por el tribunal, esta no se produjo. Las partes hicieron sus respectivas observaciones a la prueba rendida. CUARTO: Que para acreditar sus alegaciones la parte demandante rindió la siguiente prueba: La parte demandada solicitó que en atención a la edad del absolvente (80 años) se altere el orden de rendición de la prueba partiendo por la confesional, la parte demandante no se opuso y se comenzó con ésta. I. ABSOLUCIÓN DE POSICIONES de don Gastón Burgos Ilufi, rut 1.950.660–6, domiciliado en Nocedal 6792, La Reina, quien previamente juramentado señala que ubica al demandante como funciona-

Pide que se declare la procedencia del pago de las prestaciones demandada y la indemnización de perjuicios causados por la negligencia culpable de la demandada en el accidente del trabajo que lo afectó con costas. SEGUNDO: Que la demandada al contestar señaló que el actor ingresó a prestar servicios como operador de máquina el 15 de febrero de 1999, durante toda la relación laboral el demandante fue instruido y permanentemente capacitado para desarrollar sus labores, habiéndosele también hecho entrega de todo el equipamiento de seguridad necesario. Refiere que cuenta con un reglamento interno, un comité paritario –del cual formó parte el actor por más de un período–, departamento de prevención de riesgos, un experto en prevención de riesgos, realiza periódicamente charlas de capacitación en seguridad y otras materias a sus empleados, entre otras actividades destinadas a dar cumplimiento a la llamada “obligación de seguridad. El día 14 de enero de 2006, el demandante es informado que la máquina sopladora N° 17 había una filtración de agua, en este tipo de situaciones éste debería haber apagado la máquina sopladora de manera de revisarla y repararla estando apagada y nunca en funcionamiento. Haciendo caso omiso a todas las instrucciones impartidas por la demandada, el actor al percatarse que había una preforma atrapada entre las mangueras de refrigeración de la referida máquina, introdujo su mano por debajo de la rejilla de seguridad de ésta, sin detenerla previamente como debía haberlo hecho, quedando el dedo pulgar de su mano derecha atrapado entre las placas de los moldes. Niega tajantemente que su supervisor le hubiera ordenado reparar la máquina sopladora en funcionamiento. Por lo demás las labores que se encontraba desempeñando el demandante no exigen destrezas especiales con las que éste no hubiera contado, por lo que no puede imputarse la producción del accidente a falta de capacitación o habilidades exigidas para el desempeño de estas labores, luego de ocurrido el accidente el acto fue enviado a la Asociación Chilena de Seguridad. Opone excepciones o defensas: – Existencia de finiquito entre las partes suscrito con fecha 26 de julio de 2006. – Inconcurrencia de los elementos de responsabilidad, ya que la demandada no incumplió obligación laboral alguna que pueda calificarse como causa basal del accidente, ni existe relación de causalidad entre el hecho y el daño alegado, al respecto la dispuesto en el artículo 184 del Código del Trabajo constituye un deber de conducta y no una obligación de obtener el resultado. Precisa que ha realizado distintas capacitaciones, charlas y talleres de identificación de riesgos. Hace presente que la Asociación Chilena de Seguridad no ha ejercido su derecho a repetir en contra de la demandada ya que el accidente no se debió a su dolo o culpa. – Imprudencia temeraria del demandante. El accidente se debió a la conducta imprudente y descuidada del mismo, hace presente que las obligaciones de los trabajadores se encuentra detalladas en el reglamento interno de la empresa. En relación a los montos solicitados solicita el rechazo: – Daño emergente este fue cubierto por el seguro correspondiente. – Lucro cesante las remuneraciones futuras son meras expectativas y no constituyen un derecho adquirido. – Daño moral la cifra reclamada es excesiva y no procede al no existir relación de causalidad entre el supuesto daño y el actuar de la demandada. El daño moral exige prueba y no puede ser fuente de enriquecimiento sin causa, en el improbable evento que se acoja el daño moral este debe ser rebajado a la cantidad que el demandante pueda acreditar. TERCERO: Que con fecha 14 de octubre de 2009 tuvo lugar la audiencia preparatoria. Por su parte con fecha 12 de noviembre de 2009, tuvo lugar la audiencia de juicio respectiva. Que llamadas las partes a conciliación sobre las bases propuestas por el tribunal, esta no se produjo. Las partes hicieron sus respectivas observaciones a la prueba rendida. CUARTO: Que para acreditar sus alegaciones la parte demandante rindió la siguiente prueba: La parte demandada solicitó que en atención a la edad del absolvente (80 años) se altere el orden de rendición de la prueba partiendo por la confesional, la parte demandante no se opuso y se comenzó con ésta. I. ABSOLUCIÓN DE POSICIONES de don Gastón Burgos Ilufi, rut 1.950.660–6, domiciliado en Nocedal 6792, La Reina, quien previamente juramentado señala que ubica al demandante como funcionaACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

505

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

rio de la empresa, era mecánico de mantención de las máquinas, su función la realizaba en la máquina sopladora. Refiere que el 13 de enero de 2006 le informaron por denuncia interna de la empresa –el experto de seguridad y comité paritario– que “el operador de forma imprudente por debajo de la máquina intentó extraer un plástico, no abrió las puertas para parar la máquina, indica que el trabajador vio lo que estaba obstruyendo la máquina, pero no detuvo la misma por imprudencia, indica que el trabajador fue miembro del comité paritario. En relación al accidente el encargado de turno emitió un informe, el absolvente refiere haber hablado con el experto de seguridad de la empresa y agrega que no habló con el actor para saber lo que realmente pasó. Precisa que el encargado de turno ordenó que le hiciera mantención a la máquina –desconoce cuándo se dio la orden de mantención–. Indica que para sacar algo de la misma se deben abrir los portalones y así funcionan los seguros. Agrega que el trabajo se realiza en turnos. Consultado indica que el panel de control de la máquina es externo. Indica que a la fecha del hecho trabajaban 320 personas en la empresa. Consultado señala que el experto prevencionista asiste de lunes a viernes, el sábado no hay prevencionista, sin embargo precisa que dado el sistema turnos de hay miembros del comité paritario en faena, sin embargo no sabe fielmente en relación al día de los hechos si había algún miembro del comité paritario. Agrega que el encargado de turno revisa que los equipos estén en condiciones y es el comité paritario el responsable de observar que no ocurran accidentes al personal. La empresa previene accidentes con capacitación (seminarios y actividades) y la experiencia de los años de trabajo. Afirma que la máquina no tenía problemas, tiene un sistema de seguridad que resulta imposible trabarlo, no existen instrucciones directas para abrir los portalones. Afirma que los trabajadores están instruidos para regular la máquina y saben cómo tienen que operarla. II. DOCUMENTAL: 1.– Declaración y evaluación de invalidez Nº 41.0566, otorgado por AChS, de fecha 13 de octubre del año 2006; 2.– Informe médico Nº 174–06–09, de fecha 10 de junio del año 2006, emitido por el Hospital del Trabajador de la Asociación Chilena de Seguridad; 3.– Imágenes radiológicas tomadas al pulgar del demandante, con fecha 30 de marzo del año 2009. III. TESTIMONIAL: 1.– Arnoldo Javier Troncoso Riquelme, C.I. Nº 7.852.312–3, domiciliado en Nevada Tres Cruces Nº 5577, Comuna de Peñalolén, quien promete y declara que: Conoce al actor, fue mecánico en Plásticos Burgos, cambiaba matrices de las máquinas. Al momento del accidente estaba en colación y le avisaron del accidente, el testigo precisa que él se desempañaba como maquinista. Refiere que el 13 de enero de 2006 el Sr. Héctor Cáceres ordenó echar a andar las máquinas que estaban en malas condiciones, sabía de las malas condiciones de la máquina 17 por dichos. La máquina 17, sopladora, tenía problemas el día 13, filtraciones de aceite, fallas de la mesa de los moldes, la arreglaban y estaba en malas condiciones, eso podía provocar un accidente. El Sr. Cáceres quería que funcionara esa máquina, el actor debía sacar los envases, señala que la detuvo pero que no terminó de arreglarla, agrega que cuando les dan una orden deben hacerlo. El accidente ocurrió el día sábado, el testigo estaba como a 10 metros de donde ocurrió el hecho, sabe lo que ocurrió en la máquina por lo que le contaron sus compañeros, lo que si observó fue –después del accidente– el actor tenía sangre. El sábado no estaba el prevencionista de riesgos, sólo estaba el Sr. Cáceres. Consultado no presenció como ocurrió el accidente y no escuchó las instrucciones del Sr. Cáceres al actor. 2.– julio Cesar Ramírez Sontag, C.I. Nº 10.067.053–4, domiciliado en Villa Cumbres Andinas, Block 16, Dpto. 202, comuna de Macul, quien previamente juramentado declara: Conoce al demandante como trabajador, trabajó desde 2001 al 2006 para la demandada, a la fecha del accidente prestaba servicios para la misma. Señala que el actor arreglaba las máquinas, el jefe directo era el Sr. Cáceres. El día de los hechos estaba en soplado, a unos 10 metros, trabajando en una máquina, vio al actor herido y pidiendo ayuda, hace presente que las máquinas se debían reparar rápido por que el material se seca y se pierde el plástico, las máquinas se reparaban funcionando, consultado señala que cuando se atasca un molde hay que llamar al mecánico y este decide si la detienen o no. Señala que vio conversar al actor con el Sr. Cáceres pero no escuchó el contenido de la conversación por

506

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

rio de la empresa, era mecánico de mantención de las máquinas, su función la realizaba en la máquina sopladora. Refiere que el 13 de enero de 2006 le informaron por denuncia interna de la empresa –el experto de seguridad y comité paritario– que “el operador de forma imprudente por debajo de la máquina intentó extraer un plástico, no abrió las puertas para parar la máquina, indica que el trabajador vio lo que estaba obstruyendo la máquina, pero no detuvo la misma por imprudencia, indica que el trabajador fue miembro del comité paritario. En relación al accidente el encargado de turno emitió un informe, el absolvente refiere haber hablado con el experto de seguridad de la empresa y agrega que no habló con el actor para saber lo que realmente pasó. Precisa que el encargado de turno ordenó que le hiciera mantención a la máquina –desconoce cuándo se dio la orden de mantención–. Indica que para sacar algo de la misma se deben abrir los portalones y así funcionan los seguros. Agrega que el trabajo se realiza en turnos. Consultado indica que el panel de control de la máquina es externo. Indica que a la fecha del hecho trabajaban 320 personas en la empresa. Consultado señala que el experto prevencionista asiste de lunes a viernes, el sábado no hay prevencionista, sin embargo precisa que dado el sistema turnos de hay miembros del comité paritario en faena, sin embargo no sabe fielmente en relación al día de los hechos si había algún miembro del comité paritario. Agrega que el encargado de turno revisa que los equipos estén en condiciones y es el comité paritario el responsable de observar que no ocurran accidentes al personal. La empresa previene accidentes con capacitación (seminarios y actividades) y la experiencia de los años de trabajo. Afirma que la máquina no tenía problemas, tiene un sistema de seguridad que resulta imposible trabarlo, no existen instrucciones directas para abrir los portalones. Afirma que los trabajadores están instruidos para regular la máquina y saben cómo tienen que operarla. II. DOCUMENTAL: 1.– Declaración y evaluación de invalidez Nº 41.0566, otorgado por AChS, de fecha 13 de octubre del año 2006; 2.– Informe médico Nº 174–06–09, de fecha 10 de junio del año 2006, emitido por el Hospital del Trabajador de la Asociación Chilena de Seguridad; 3.– Imágenes radiológicas tomadas al pulgar del demandante, con fecha 30 de marzo del año 2009. III. TESTIMONIAL: 1.– Arnoldo Javier Troncoso Riquelme, C.I. Nº 7.852.312–3, domiciliado en Nevada Tres Cruces Nº 5577, Comuna de Peñalolén, quien promete y declara que: Conoce al actor, fue mecánico en Plásticos Burgos, cambiaba matrices de las máquinas. Al momento del accidente estaba en colación y le avisaron del accidente, el testigo precisa que él se desempañaba como maquinista. Refiere que el 13 de enero de 2006 el Sr. Héctor Cáceres ordenó echar a andar las máquinas que estaban en malas condiciones, sabía de las malas condiciones de la máquina 17 por dichos. La máquina 17, sopladora, tenía problemas el día 13, filtraciones de aceite, fallas de la mesa de los moldes, la arreglaban y estaba en malas condiciones, eso podía provocar un accidente. El Sr. Cáceres quería que funcionara esa máquina, el actor debía sacar los envases, señala que la detuvo pero que no terminó de arreglarla, agrega que cuando les dan una orden deben hacerlo. El accidente ocurrió el día sábado, el testigo estaba como a 10 metros de donde ocurrió el hecho, sabe lo que ocurrió en la máquina por lo que le contaron sus compañeros, lo que si observó fue –después del accidente– el actor tenía sangre. El sábado no estaba el prevencionista de riesgos, sólo estaba el Sr. Cáceres. Consultado no presenció como ocurrió el accidente y no escuchó las instrucciones del Sr. Cáceres al actor. 2.– julio Cesar Ramírez Sontag, C.I. Nº 10.067.053–4, domiciliado en Villa Cumbres Andinas, Block 16, Dpto. 202, comuna de Macul, quien previamente juramentado declara: Conoce al demandante como trabajador, trabajó desde 2001 al 2006 para la demandada, a la fecha del accidente prestaba servicios para la misma. Señala que el actor arreglaba las máquinas, el jefe directo era el Sr. Cáceres. El día de los hechos estaba en soplado, a unos 10 metros, trabajando en una máquina, vio al actor herido y pidiendo ayuda, hace presente que las máquinas se debían reparar rápido por que el material se seca y se pierde el plástico, las máquinas se reparaban funcionando, consultado señala que cuando se atasca un molde hay que llamar al mecánico y este decide si la detienen o no. Señala que vio conversar al actor con el Sr. Cáceres pero no escuchó el contenido de la conversación por

506

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

507

el ruido ambiente. Agrega que el día de los hechos no había prevencionista de riesgo, éste va una vez al mes y les explica acerca de la mantención de las máquinas, estaba sólo el Sr. Cáceres y otras personas respecto de las cuales no recuerda el nombre, al respecto indica que diariamente las personas que estaban a cargo se preocupaban del funcionamiento de las máquinas, precisa al respecto los jefes de turno como el sr. Cáceres. 3.– Marcia Bárbara Solís Poblete, domiciliada en calle Domingo Faustino Sarmiento Nº 108, dpto. 105–C, Ñuñoa, quien previamente juramentada declara: Que conoce al actor porque le realizó una entrevista sicológica a petición del estudio jurídico Inostroza y asociados, señala que al actor está afectado por una depresión mayor con ocasión del estrés postraumático, que tiene como efectos en el actor pérdida total del placer que producían las relaciona sociales, laborales e incluso el ámbito sexual. Señala que un episodio de depresión mayor disminuye sus capacidades, tiene sentimiento de inutilidad en su máxima expresión, en lo laboral, social y familiar. Se encuentra irritable, agresivo incluso con su entorno familiar y una baja tolerancia a la frustración, además ha presentado un intento de suicidio. Existen herramientas sicológicas que pueden ayudar a mejorar su situación, refiere ser necesaria una terapia de 6 a 7 meses de duración dos veces al mes, además estima que sería conveniente que un siquiatra le prescribiera medicamentos. Consultada señala que de acuerdo a su historia familiar no hay evidencia de disposición a la depresión. 4.– Catherine Maricel Briceño Cancino, C.I. Nº 13.692.230–0, domiciliada en Villa Galvarino, Pasaje Elicura Nº 6216, Comuna de Peñalolén, quien previamente juramentado declara: Es la cónyuge del actor, conocen los hechos, sabe que se accidentó el dedo, que había parado la máquina. Refiere que su marido no volvió a ser el mismo de antes, no podía tomar cosas porque se le caían (es diestro). Antes del accidente era seguro de lo que hacía, ha afectado su trabajo, ha trabajado después del accidente pero no ha sido trabajo estable, cuando debe ir a controles le da licencia y como no sirve lo despiden. Son padres de 4 niños, el dinero no alcanza. En las relaciones interpersonales está irritable, se enoja por todo, dice que no sirve para nada, intentó suicidarse porque se siente inútil. Refiere que para mantenerse económicamente han vendido sus bienes en la feria. QUINTO: Que para acreditar sus alegaciones la parte demandante rindió la siguiente prueba: I. DOCUMENTAL: 1.– Finiquito suscrito por las partes, con fecha 26 de julio del año 2006. 2.– Copia del acta de constitución del comité paritario de higiene y seguridad de la empresa, de fecha 4 de junio del año 2001 3.– Carta de comunicación a la Inspección del Trabajo, recepcionada con fecha 26 de junio del año 2001; 4.– Copia del acta de constitución del comité paritario de higiene y seguridad de la empresa, de fecha 13 de octubre del año 2003; 5.– Carta de comunicación a la Inspección del Trabajo, recepcionada con fecha 24 de octubre del año 2003; 6.– Copia del acta de constitución del comité paritario de higiene y seguridad de la empresa, de fecha 26 de diciembre del año 2005; 7.– Carta de comunicación a la Inspección del Trabajo, recepcionada con fecha 7 de marzo del año 2006 8.– Copia de contrato de trabajo de don Francisco Agustín Meza Gumura, de fecha 1º de octubre del año 2005; 9.– Copia de certificado de título de ingeniero en prevención de riesgos y medio ambiente, de fecha 24 de junio del año 1999, otorgado a don Francisco Agustín Meza Gumura, por la Universidad Tecnológica Metropolitana; 10.– Certificado de inscripción de don Francisco Agustín Meza Gumura, en el registro de experto de prevención de riesgos de accidente del trabajo y enfermedades del Servicio de Salud; 11.– Informe sobre el accidente de autos, emitido con fecha 16 de enero del año 2006, por don Francisco Agustín Meza; 12.– Informe sobre investigación de accidente, emitido con fecha 14 de enero del año 2006, por don Héctor Cáceres Lagos;

el ruido ambiente. Agrega que el día de los hechos no había prevencionista de riesgo, éste va una vez al mes y les explica acerca de la mantención de las máquinas, estaba sólo el Sr. Cáceres y otras personas respecto de las cuales no recuerda el nombre, al respecto indica que diariamente las personas que estaban a cargo se preocupaban del funcionamiento de las máquinas, precisa al respecto los jefes de turno como el sr. Cáceres. 3.– Marcia Bárbara Solís Poblete, domiciliada en calle Domingo Faustino Sarmiento Nº 108, dpto. 105–C, Ñuñoa, quien previamente juramentada declara: Que conoce al actor porque le realizó una entrevista sicológica a petición del estudio jurídico Inostroza y asociados, señala que al actor está afectado por una depresión mayor con ocasión del estrés postraumático, que tiene como efectos en el actor pérdida total del placer que producían las relaciona sociales, laborales e incluso el ámbito sexual. Señala que un episodio de depresión mayor disminuye sus capacidades, tiene sentimiento de inutilidad en su máxima expresión, en lo laboral, social y familiar. Se encuentra irritable, agresivo incluso con su entorno familiar y una baja tolerancia a la frustración, además ha presentado un intento de suicidio. Existen herramientas sicológicas que pueden ayudar a mejorar su situación, refiere ser necesaria una terapia de 6 a 7 meses de duración dos veces al mes, además estima que sería conveniente que un siquiatra le prescribiera medicamentos. Consultada señala que de acuerdo a su historia familiar no hay evidencia de disposición a la depresión. 4.– Catherine Maricel Briceño Cancino, C.I. Nº 13.692.230–0, domiciliada en Villa Galvarino, Pasaje Elicura Nº 6216, Comuna de Peñalolén, quien previamente juramentado declara: Es la cónyuge del actor, conocen los hechos, sabe que se accidentó el dedo, que había parado la máquina. Refiere que su marido no volvió a ser el mismo de antes, no podía tomar cosas porque se le caían (es diestro). Antes del accidente era seguro de lo que hacía, ha afectado su trabajo, ha trabajado después del accidente pero no ha sido trabajo estable, cuando debe ir a controles le da licencia y como no sirve lo despiden. Son padres de 4 niños, el dinero no alcanza. En las relaciones interpersonales está irritable, se enoja por todo, dice que no sirve para nada, intentó suicidarse porque se siente inútil. Refiere que para mantenerse económicamente han vendido sus bienes en la feria. QUINTO: Que para acreditar sus alegaciones la parte demandante rindió la siguiente prueba: I. DOCUMENTAL: 1.– Finiquito suscrito por las partes, con fecha 26 de julio del año 2006. 2.– Copia del acta de constitución del comité paritario de higiene y seguridad de la empresa, de fecha 4 de junio del año 2001 3.– Carta de comunicación a la Inspección del Trabajo, recepcionada con fecha 26 de junio del año 2001; 4.– Copia del acta de constitución del comité paritario de higiene y seguridad de la empresa, de fecha 13 de octubre del año 2003; 5.– Carta de comunicación a la Inspección del Trabajo, recepcionada con fecha 24 de octubre del año 2003; 6.– Copia del acta de constitución del comité paritario de higiene y seguridad de la empresa, de fecha 26 de diciembre del año 2005; 7.– Carta de comunicación a la Inspección del Trabajo, recepcionada con fecha 7 de marzo del año 2006 8.– Copia de contrato de trabajo de don Francisco Agustín Meza Gumura, de fecha 1º de octubre del año 2005; 9.– Copia de certificado de título de ingeniero en prevención de riesgos y medio ambiente, de fecha 24 de junio del año 1999, otorgado a don Francisco Agustín Meza Gumura, por la Universidad Tecnológica Metropolitana; 10.– Certificado de inscripción de don Francisco Agustín Meza Gumura, en el registro de experto de prevención de riesgos de accidente del trabajo y enfermedades del Servicio de Salud; 11.– Informe sobre el accidente de autos, emitido con fecha 16 de enero del año 2006, por don Francisco Agustín Meza; 12.– Informe sobre investigación de accidente, emitido con fecha 14 de enero del año 2006, por don Héctor Cáceres Lagos; ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

507

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

13.– 5 copias de nómina de participación en actividades sobre prevención de riesgos e información de planes de emergencia llevados a cabo por la empresa; 14.– Copia de nómina de asistencia de la actividad llamada “Prevención de Riesgos, de fecha 26 de septiembre del año 2005 y de las respuestas del demandante de autos a las preguntas formuladas; 15.– Copia de diplomas de asistencias del demandante a diversos cursos y seminarios impartidos por AChS, en materias relativas a seguridad 16.– Copia de ejemplar del Reglamento Interno de Orden, higiene y seguridad de la empresa, vigente a la fecha del accidente 17.– Comunicación de su aprobación por el Servicio de Salud del Ambiente Metropolitano. II. ABSOLUCIÓN DE POSICIONES: Alfonso Eduardo Manríquez Riquelme, Rut: 13.276.600–2, domiciliado en: Pasaje Elicura Nº 6216, Comuna de Peñalolén, quien previamente juramentado señala: Que trabajaba en mantención como mecánico, antes del accidente había realizado labores similares (mantención, cambio de moldes y regulación de las máquinas), por instrucción del jefe de turno, no debía detener las máquinas por ningún motivo, la máquina 27 tuvo problemas, la estaba reparando, cuando le avisaron que la máquina 17 estaba fallando, el jefe Cáceres le dijo que saque el frasco, precisa que el día anterior había entregado la máquina 17 mala –sin embargo al día siguiente la tenían funcionando– consultado señala que es su parte quien decide parar o no la máquina, sin embargo él hizo lo que le dijeron que era sacar el frasco rápido, no le indicaron de que manera debía hacerlo. Señala que la máquina se puede regular andando o detenida. Consultado señala que participó en actividades de prevención de riesgos, pero como brigadista de incendio, precisa sin embargo que para terminar el trabajo al que no iba igual lo anotaban y firmaba, reconoce su firma en los documentos que le exhibe la demandada respecto de la asistencia a curso, sin embargo precisa que respecto de la actividad denominada cambio de molde máquina sopladora, puso su nombre al final, pero no es su letra y en definitiva no asistió al taller en cuestión presencialmente. Señala que si se detiene la máquina no se produce el accidente, agrega que mecánicos y operarios habían sacado moldes con la máquina funcionando. III. TESTIMONIAL: 1.– Héctor Alejandro Cáceres Lagos, C.I. Nº 8.764.675–0, domiciliado en Calle Los Embovinadores Nº 4.463, comuna de Puente Alto, quien previamente juramentado declara: Trabaja desde hace 28 años para la demandada, es supervisor de turno, tiene a su cargo 15 a 26 personas, maneja la producción y la gente. El actor dentro del proceso de producción está en la parte mecánica, está autorizado para detener o reiniciar la máquina. Al momento del accidente el actor tenía una experiencia de tres años, pertenecía al Comité Paritario antes del accidente, su participación era activa, participó en talleres acerca de que tenía que hacer para dar una solución a la máquinas. El hecho ocurrió el 14 de enero de 2006 entrando al turno las 15:45 precisa que no vio el accidente ya que no lo vio reparar la máquina, se encontraba a 30 o 30 metros del lugar de los hechos. Señala que como el operario de la máquina 17 le señaló que esta tenía problemas le dio la instrucción al actor de reparar la máquina ya que tenía una filtración de agua, textual señala “que fuera a reparar la filtración de agua que producía la humedad, que había un frasco atascado, en relación al hecho refiere que el actor metió la mano por debajo la máquina y se accidentó, refiere que el actor le indicó que fue un error, una acción insegura. Refiere que el actor debió detener la máquina y sacar el plástico. El actor fue enviado a la Asociación Chilena de Seguridad, agrega que la empresa cuenta con un comité paritario, existe un experto en prevención de riesgos, se habían efectuado charlas en la sección de soplado, el actor participó en esta, además se le entregaron elementos de seguridad. El testigo contrainterrogado manifiesta no recordar si le dio instrucciones al actor de reparar la máquina 27. Indica que el como jefe de turno tiene la facultad de detener la máquina y puede ordenarle al mecánico de la misma. Refiere que las máquinas son muy inestables, pueden fallar, no recuerda si la máquina 17 falló antes, sin embargo agrega que la máquina estaba en funcionamiento, no se dio la orden inmediata de pararla porque la afectaba la humedad, hasta que llegara el mecánico no era necesario pararla. No recuerda si el sábado había prevencionista de riesgos, no recuerda la frecuencia de asistencia de éste, pero luego precisa que trabajaba un día completo con disponibilidad en la semana para realizar talleres. En cuanto a la asistencia de talleres él como supervisor o el prevencionista vigilaban que la asistencia fuera efectiva. Refiere que tiene responsabilidad por los trabajadores que están a su cargo en su turno. Respecto del accidente

508

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

13.– 5 copias de nómina de participación en actividades sobre prevención de riesgos e información de planes de emergencia llevados a cabo por la empresa; 14.– Copia de nómina de asistencia de la actividad llamada “Prevención de Riesgos, de fecha 26 de septiembre del año 2005 y de las respuestas del demandante de autos a las preguntas formuladas; 15.– Copia de diplomas de asistencias del demandante a diversos cursos y seminarios impartidos por AChS, en materias relativas a seguridad 16.– Copia de ejemplar del Reglamento Interno de Orden, higiene y seguridad de la empresa, vigente a la fecha del accidente 17.– Comunicación de su aprobación por el Servicio de Salud del Ambiente Metropolitano. II. ABSOLUCIÓN DE POSICIONES: Alfonso Eduardo Manríquez Riquelme, Rut: 13.276.600–2, domiciliado en: Pasaje Elicura Nº 6216, Comuna de Peñalolén, quien previamente juramentado señala: Que trabajaba en mantención como mecánico, antes del accidente había realizado labores similares (mantención, cambio de moldes y regulación de las máquinas), por instrucción del jefe de turno, no debía detener las máquinas por ningún motivo, la máquina 27 tuvo problemas, la estaba reparando, cuando le avisaron que la máquina 17 estaba fallando, el jefe Cáceres le dijo que saque el frasco, precisa que el día anterior había entregado la máquina 17 mala –sin embargo al día siguiente la tenían funcionando– consultado señala que es su parte quien decide parar o no la máquina, sin embargo él hizo lo que le dijeron que era sacar el frasco rápido, no le indicaron de que manera debía hacerlo. Señala que la máquina se puede regular andando o detenida. Consultado señala que participó en actividades de prevención de riesgos, pero como brigadista de incendio, precisa sin embargo que para terminar el trabajo al que no iba igual lo anotaban y firmaba, reconoce su firma en los documentos que le exhibe la demandada respecto de la asistencia a curso, sin embargo precisa que respecto de la actividad denominada cambio de molde máquina sopladora, puso su nombre al final, pero no es su letra y en definitiva no asistió al taller en cuestión presencialmente. Señala que si se detiene la máquina no se produce el accidente, agrega que mecánicos y operarios habían sacado moldes con la máquina funcionando. III. TESTIMONIAL: 1.– Héctor Alejandro Cáceres Lagos, C.I. Nº 8.764.675–0, domiciliado en Calle Los Embovinadores Nº 4.463, comuna de Puente Alto, quien previamente juramentado declara: Trabaja desde hace 28 años para la demandada, es supervisor de turno, tiene a su cargo 15 a 26 personas, maneja la producción y la gente. El actor dentro del proceso de producción está en la parte mecánica, está autorizado para detener o reiniciar la máquina. Al momento del accidente el actor tenía una experiencia de tres años, pertenecía al Comité Paritario antes del accidente, su participación era activa, participó en talleres acerca de que tenía que hacer para dar una solución a la máquinas. El hecho ocurrió el 14 de enero de 2006 entrando al turno las 15:45 precisa que no vio el accidente ya que no lo vio reparar la máquina, se encontraba a 30 o 30 metros del lugar de los hechos. Señala que como el operario de la máquina 17 le señaló que esta tenía problemas le dio la instrucción al actor de reparar la máquina ya que tenía una filtración de agua, textual señala “que fuera a reparar la filtración de agua que producía la humedad, que había un frasco atascado, en relación al hecho refiere que el actor metió la mano por debajo la máquina y se accidentó, refiere que el actor le indicó que fue un error, una acción insegura. Refiere que el actor debió detener la máquina y sacar el plástico. El actor fue enviado a la Asociación Chilena de Seguridad, agrega que la empresa cuenta con un comité paritario, existe un experto en prevención de riesgos, se habían efectuado charlas en la sección de soplado, el actor participó en esta, además se le entregaron elementos de seguridad. El testigo contrainterrogado manifiesta no recordar si le dio instrucciones al actor de reparar la máquina 27. Indica que el como jefe de turno tiene la facultad de detener la máquina y puede ordenarle al mecánico de la misma. Refiere que las máquinas son muy inestables, pueden fallar, no recuerda si la máquina 17 falló antes, sin embargo agrega que la máquina estaba en funcionamiento, no se dio la orden inmediata de pararla porque la afectaba la humedad, hasta que llegara el mecánico no era necesario pararla. No recuerda si el sábado había prevencionista de riesgos, no recuerda la frecuencia de asistencia de éste, pero luego precisa que trabajaba un día completo con disponibilidad en la semana para realizar talleres. En cuanto a la asistencia de talleres él como supervisor o el prevencionista vigilaban que la asistencia fuera efectiva. Refiere que tiene responsabilidad por los trabajadores que están a su cargo en su turno. Respecto del accidente

508

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

509

señala que lo citó el comité paritario y recursos humanos, además conversó con el prevencionista de riesgos. Refiere que estuvo en contacto con el actor por teléfono, Indica que la máquina estaba en condición insegura para el producto no para el trabajador, que éste la podría haber parado por 5 minutos sin mayor incoveniente. 2.– Eduardo Antonio Carreño Patroni, C.I. Nº 5.194.797–5, domiciliado en Zañartu 2740, Ñuñoa quien previamente juramentado declara: Trabaja hace 30 años en la empresa, formaba parte del comité paritario a la fecha de los hechos, precisa que el actor también formó parte en el comité paritario. El actor cumplía funciones de mecánico de producción, tenía más de un años de experiencia. Señala que el accidente se investigó por el comité paritario, se reunieron y analizaron teniendo en cuenta el informe realizado por el jefe de turno Sr. Cáceres y de la inspección que realizaron a la máquina, concluyeron que el actor realizó una acción insegura ya que debería haber detenido la máquina, precisa que los elementos de seguridad (por ejemplo un guante) no habrían evitado el accidente dada la presión que ejerce la máquina. Señala que el actor habría sido instruido para realizar las labores, participó en talleres según los registros del experto en prevención de riesgos y en reuniones del comité paritario. Señala que no sabe exactamente cuando el comité paritario entrevistó al sr. Manríquez, el no estuvo presente y cree que si lo entrevistaron. Señala que por dichos escuchó que la versión del actor fue que el jefe de turno lo obligó a reparar la máquina mientras funcionaba. Precisa que el prevencionista de riesgos puede ordenar que se detenga la máquina y agrega que no trabaja el día sábado. Agrega que es causal del despido violar los principios de seguridad poner en riego a las personas. Refiere que no había una condición insegura, ya que el hecho de que la máquina esté funcionando no es condición insegura. 3.– Hernán Rogelio Garrido Lobos, C.I. Nº 7.434.191–8, domiciliado en Pasaje Lonquimay Nº 9.290, Comuna de La Florida, quien previamente juramentado declara: El testigo refiere que se desempeña como jefe de planta de la demandada, el día de los hechos no estaba en la empresa, sabe de los hechos por el informe que se hace de todos los accidentes del trabajo, dicho informe lo confecciona el jefe de turno. En relación al actor sabe que este se desempeñaba como mecánico desde hace 3 años, que debía intervenir los equipos. La empresa cuenta con un comité paritario, un prevencionista de riegos, se hacen charlas a los trabajadores, sabe que existía un reglamento interno que se entrega a los trabajadores, no le consta si el actor lo recibió. Refiere que el mecánico es autónomo para decidir si detiene o no la máquina al igual que el jefe de turno. Respecto de la instrucción recibida por el actor para ascender a mecánico indica que se le evaluó por escrito (junto con el prevencionista y jefe de turno) y propusieron su ascenso, lo que sabe el actor lo aprendió en la empresa. 4.– Francisco Agustín Meza Gumura, C.I. Nº 6.868.789–6, domiciliado en Calle Las Guitarras Nº 7.303, Comuna de Las Condes quien previamente juramentado declara: Señala que su función es prevencionista de riesgos y medio ambiente, el día de los hechos no estaba en la empresa, no va todos los días, funciona como part time, refiere que analizaron el tema con el comité paritario, vieron la máquina. Señala que es arriesgado trabajar con la máquina funcionando. Refiere que no vio el accidente, sin embargo señala que al tener en consideración que la máquina al abrirla se detiene, lo correcto es detener la máquina, precisa que no es técnico en las máquinas pero se les informa a todos los trabajadores que no metan las manos con la máquina funcionando. El sólo atasco de un producto no es causa de accidente. Refiere que es importante que los trabajadores detecten riesgos, señala que se realizó una reunión de de detección de peligros y evaluación de riesgos, asistió el actor, se simuló una actividad en esa máquina, señala que las máquinas son peligrosas, tienen un sistema de parada automática, puertas y botón de emergencia, señala que por lo tanto las medidas estaban tomadas. Precisa que sus labores las desempeña los lunes 6 horas de 08:00 a 14:00 horas y está disponible cuando lo llaman, señala que le hace inducción a la gente nueva. En la visita a terreno observa que se encuentren los elementos de seguridad, de protección personal, no es responsabilidad directa del prevencionista sino de la jefatura y del trabajador directa el cumplimiento efectivo de las medidas de seguridad. Precisa que no revisa las máquinas, eso corresponde al departamento de mantención, estima

señala que lo citó el comité paritario y recursos humanos, además conversó con el prevencionista de riesgos. Refiere que estuvo en contacto con el actor por teléfono, Indica que la máquina estaba en condición insegura para el producto no para el trabajador, que éste la podría haber parado por 5 minutos sin mayor incoveniente. 2.– Eduardo Antonio Carreño Patroni, C.I. Nº 5.194.797–5, domiciliado en Zañartu 2740, Ñuñoa quien previamente juramentado declara: Trabaja hace 30 años en la empresa, formaba parte del comité paritario a la fecha de los hechos, precisa que el actor también formó parte en el comité paritario. El actor cumplía funciones de mecánico de producción, tenía más de un años de experiencia. Señala que el accidente se investigó por el comité paritario, se reunieron y analizaron teniendo en cuenta el informe realizado por el jefe de turno Sr. Cáceres y de la inspección que realizaron a la máquina, concluyeron que el actor realizó una acción insegura ya que debería haber detenido la máquina, precisa que los elementos de seguridad (por ejemplo un guante) no habrían evitado el accidente dada la presión que ejerce la máquina. Señala que el actor habría sido instruido para realizar las labores, participó en talleres según los registros del experto en prevención de riesgos y en reuniones del comité paritario. Señala que no sabe exactamente cuando el comité paritario entrevistó al sr. Manríquez, el no estuvo presente y cree que si lo entrevistaron. Señala que por dichos escuchó que la versión del actor fue que el jefe de turno lo obligó a reparar la máquina mientras funcionaba. Precisa que el prevencionista de riesgos puede ordenar que se detenga la máquina y agrega que no trabaja el día sábado. Agrega que es causal del despido violar los principios de seguridad poner en riego a las personas. Refiere que no había una condición insegura, ya que el hecho de que la máquina esté funcionando no es condición insegura. 3.– Hernán Rogelio Garrido Lobos, C.I. Nº 7.434.191–8, domiciliado en Pasaje Lonquimay Nº 9.290, Comuna de La Florida, quien previamente juramentado declara: El testigo refiere que se desempeña como jefe de planta de la demandada, el día de los hechos no estaba en la empresa, sabe de los hechos por el informe que se hace de todos los accidentes del trabajo, dicho informe lo confecciona el jefe de turno. En relación al actor sabe que este se desempeñaba como mecánico desde hace 3 años, que debía intervenir los equipos. La empresa cuenta con un comité paritario, un prevencionista de riegos, se hacen charlas a los trabajadores, sabe que existía un reglamento interno que se entrega a los trabajadores, no le consta si el actor lo recibió. Refiere que el mecánico es autónomo para decidir si detiene o no la máquina al igual que el jefe de turno. Respecto de la instrucción recibida por el actor para ascender a mecánico indica que se le evaluó por escrito (junto con el prevencionista y jefe de turno) y propusieron su ascenso, lo que sabe el actor lo aprendió en la empresa. 4.– Francisco Agustín Meza Gumura, C.I. Nº 6.868.789–6, domiciliado en Calle Las Guitarras Nº 7.303, Comuna de Las Condes quien previamente juramentado declara: Señala que su función es prevencionista de riesgos y medio ambiente, el día de los hechos no estaba en la empresa, no va todos los días, funciona como part time, refiere que analizaron el tema con el comité paritario, vieron la máquina. Señala que es arriesgado trabajar con la máquina funcionando. Refiere que no vio el accidente, sin embargo señala que al tener en consideración que la máquina al abrirla se detiene, lo correcto es detener la máquina, precisa que no es técnico en las máquinas pero se les informa a todos los trabajadores que no metan las manos con la máquina funcionando. El sólo atasco de un producto no es causa de accidente. Refiere que es importante que los trabajadores detecten riesgos, señala que se realizó una reunión de de detección de peligros y evaluación de riesgos, asistió el actor, se simuló una actividad en esa máquina, señala que las máquinas son peligrosas, tienen un sistema de parada automática, puertas y botón de emergencia, señala que por lo tanto las medidas estaban tomadas. Precisa que sus labores las desempeña los lunes 6 horas de 08:00 a 14:00 horas y está disponible cuando lo llaman, señala que le hace inducción a la gente nueva. En la visita a terreno observa que se encuentren los elementos de seguridad, de protección personal, no es responsabilidad directa del prevencionista sino de la jefatura y del trabajador directa el cumplimiento efectivo de las medidas de seguridad. Precisa que no revisa las máquinas, eso corresponde al departamento de mantención, estima ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

509

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

que para la labor que él desempeña le falta tiempo, estima que serían necesarios dos días, la gerencia aún no habla con él acerca de este tema de la jornada, precisa que trabaja aproximadamente con más de 200 personas. Consultado señala que si ocurre un accidente debe investigar, hay un procedimiento de investigación, un formulario se envía al jefe directo que tiene la mayor observación del trabajador y se realiza una investigación por el comité paritario. Precisa que él pertenece al Comité Paritario sin derecho a voto, es asesor del mismo, la investigación se realizó igual, le información del accidente el lunes, precisa que no citaron al afectado, él lo vio en la empresa conversó en el pasillo y le dijo hice algo que no debí haber hecho, precisa que fue bastante tiempo después del accidente. No recuerda si lo entrevistó el comité paritario, generalmente no se hace salvo en situaciones complicadas. Consultado señala que si se hubiese tenido el antecedente que el jefe le ordenó reparar la máquina en funcionamiento se debería haber tomado otra medida, informando a la dirección superior, ya que la responsabilidad está en la persona que dio la orden, sin embargo precisa que el trabajador puede oponerse a la orden. Consultado señala que una condición insegura se refiere que son condiciones que en el ambiente pueden tener contacto con el trabajador, al respecto concluye que la máquina tenía los elementos posibles para evitar el accidente, consultado precisa que si hubiese visto a Manríquez en la acción paraliza la faena, pero que esta podría haber sido paralizada por el jefe directo o por otro trabajador. SEXTO: Se incorporó a la audiencia mediante la lectura que efectuó el tribunal a las partes el informe pericial elaborado por doña Fedora Thamar Álvarez Vega, psicóloga quien señala que evaluó a Alfonso Eduardo Manríquez Riquelme, cédula de identidad 13.276.600–2, los reactivos aplicados fueron entrevista pericial diagnóstica, cuestionario EPQ – A de Eysenck y Test de Rorschach, en cuanto al análisis clínico forense refiere que los tres reactivos arrojan resultados de retraimiento social, con fuerte sentimiento de autodepreciación, observándose también tendencia a la lentificación psicomotora. A nivel psicológico y emocional el test de Rorschach y el cuestionario EPQ–A arrojan los siguientes resultados: a nivel cognitivo puede concluirse que el evaluado posee una inteligencia promedio, un uso del lenguaje elaborado que demuestra estudios básicos– medios, una capacidad de comprensión y asimilación normales, una adecuada percepción de la realidad y congruencia ideo– afectiva. Se aprecia una conducta y actitudes adecuadas a la relación evaluadora y una capacidad de autoevaluación y autocrítica promedio. Adecuado sentido de la responsabilidad y una capacidad baja para la toma de decisiones, motivado por el cuadro depresivo que se advierte en él. A nivel emocional– afectivo, el evaluado presenta sintomatología depresiva, en la que podemos constatar una alta labilidad emocional, tristeza, sensación de pérdida, baja autoestima, angustia auto–referida, irritabilidad, trastornos del sueño, trastornos del apetito, disminución de intereses, pesimismo, ansiedad generalizada y ausencia del proyecciones (sintomatología que cumple con los requisitos tipificados en el DSM–IV como “Trastornos del estado de ánimo con síntomas depresivos ). A nivel social–interpersonal, sufre de alejamiento de sus pares, con fuerte desinterés por actividades y relaciones que antes disfrutaba (algunas, como las relacionadas con el deporte, le son muy difíciles en la actualidad) presentando, asimismo, dificultades de relación interpersonal a nivel laboral y familiar. A nivel laboral, presenta una notable desesperanza, evidenciando por la falta de proyecciones que su actual condición física la impone (y su actual cesantía), lo cual consolidad su conflictiva situación de vida, determinada pro la tristeza y el dolor moral. La síntesis diagnóstica y conclusiones señalan que el actor presenta un cuadro depresivo representado como “Trastornos del estado de ánimo con síntomas depresivos, el cual afecta a su vida a todos los niveles: psicológico– emocional, social–interpersonal, afectivo, familiar y laboral, siendo esta sintomatología reactiva y, por tanto, derivada del accidente. De aquí se concluye la existencia de daño moral, representado en un evidente deterioro psicológico y estado de minusvalía permanente en el paciente. SÉPTIMO: Que como hechos no controvertidos se acordaron entre las partes los siguientes: 1. Que el demandante era encargado de la mantención de las máquinas. 2. Que se suscribió finiquito por las partes con fecha 26 de julio de 2006. OCTAVO: Que la parte demandada objetó por falta de veracidad e integridad la prueba documental incorporada por la parte demandante que corresponde a imágenes radiológicas tomadas al pulgar del demandante, con fecha 30 de marzo del año 2009, toda vez que estas no indican a que mano, que dedo y a que persona corresponden. La demandante evacua el traslado respectivo solicitando el rechazo de

510

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

que para la labor que él desempeña le falta tiempo, estima que serían necesarios dos días, la gerencia aún no habla con él acerca de este tema de la jornada, precisa que trabaja aproximadamente con más de 200 personas. Consultado señala que si ocurre un accidente debe investigar, hay un procedimiento de investigación, un formulario se envía al jefe directo que tiene la mayor observación del trabajador y se realiza una investigación por el comité paritario. Precisa que él pertenece al Comité Paritario sin derecho a voto, es asesor del mismo, la investigación se realizó igual, le información del accidente el lunes, precisa que no citaron al afectado, él lo vio en la empresa conversó en el pasillo y le dijo hice algo que no debí haber hecho, precisa que fue bastante tiempo después del accidente. No recuerda si lo entrevistó el comité paritario, generalmente no se hace salvo en situaciones complicadas. Consultado señala que si se hubiese tenido el antecedente que el jefe le ordenó reparar la máquina en funcionamiento se debería haber tomado otra medida, informando a la dirección superior, ya que la responsabilidad está en la persona que dio la orden, sin embargo precisa que el trabajador puede oponerse a la orden. Consultado señala que una condición insegura se refiere que son condiciones que en el ambiente pueden tener contacto con el trabajador, al respecto concluye que la máquina tenía los elementos posibles para evitar el accidente, consultado precisa que si hubiese visto a Manríquez en la acción paraliza la faena, pero que esta podría haber sido paralizada por el jefe directo o por otro trabajador. SEXTO: Se incorporó a la audiencia mediante la lectura que efectuó el tribunal a las partes el informe pericial elaborado por doña Fedora Thamar Álvarez Vega, psicóloga quien señala que evaluó a Alfonso Eduardo Manríquez Riquelme, cédula de identidad 13.276.600–2, los reactivos aplicados fueron entrevista pericial diagnóstica, cuestionario EPQ – A de Eysenck y Test de Rorschach, en cuanto al análisis clínico forense refiere que los tres reactivos arrojan resultados de retraimiento social, con fuerte sentimiento de autodepreciación, observándose también tendencia a la lentificación psicomotora. A nivel psicológico y emocional el test de Rorschach y el cuestionario EPQ–A arrojan los siguientes resultados: a nivel cognitivo puede concluirse que el evaluado posee una inteligencia promedio, un uso del lenguaje elaborado que demuestra estudios básicos– medios, una capacidad de comprensión y asimilación normales, una adecuada percepción de la realidad y congruencia ideo– afectiva. Se aprecia una conducta y actitudes adecuadas a la relación evaluadora y una capacidad de autoevaluación y autocrítica promedio. Adecuado sentido de la responsabilidad y una capacidad baja para la toma de decisiones, motivado por el cuadro depresivo que se advierte en él. A nivel emocional– afectivo, el evaluado presenta sintomatología depresiva, en la que podemos constatar una alta labilidad emocional, tristeza, sensación de pérdida, baja autoestima, angustia auto–referida, irritabilidad, trastornos del sueño, trastornos del apetito, disminución de intereses, pesimismo, ansiedad generalizada y ausencia del proyecciones (sintomatología que cumple con los requisitos tipificados en el DSM–IV como “Trastornos del estado de ánimo con síntomas depresivos ). A nivel social–interpersonal, sufre de alejamiento de sus pares, con fuerte desinterés por actividades y relaciones que antes disfrutaba (algunas, como las relacionadas con el deporte, le son muy difíciles en la actualidad) presentando, asimismo, dificultades de relación interpersonal a nivel laboral y familiar. A nivel laboral, presenta una notable desesperanza, evidenciando por la falta de proyecciones que su actual condición física la impone (y su actual cesantía), lo cual consolidad su conflictiva situación de vida, determinada pro la tristeza y el dolor moral. La síntesis diagnóstica y conclusiones señalan que el actor presenta un cuadro depresivo representado como “Trastornos del estado de ánimo con síntomas depresivos, el cual afecta a su vida a todos los niveles: psicológico– emocional, social–interpersonal, afectivo, familiar y laboral, siendo esta sintomatología reactiva y, por tanto, derivada del accidente. De aquí se concluye la existencia de daño moral, representado en un evidente deterioro psicológico y estado de minusvalía permanente en el paciente. SÉPTIMO: Que como hechos no controvertidos se acordaron entre las partes los siguientes: 1. Que el demandante era encargado de la mantención de las máquinas. 2. Que se suscribió finiquito por las partes con fecha 26 de julio de 2006. OCTAVO: Que la parte demandada objetó por falta de veracidad e integridad la prueba documental incorporada por la parte demandante que corresponde a imágenes radiológicas tomadas al pulgar del demandante, con fecha 30 de marzo del año 2009, toda vez que estas no indican a que mano, que dedo y a que persona corresponden. La demandante evacua el traslado respectivo solicitando el rechazo de

510

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

511

la objeción planteada toda vez que estas radiografías corresponden al actor. Que para resolver la incidencia se tiene presente que la veracidad dice relación con que el instrumento sea falso y la integridad dice relación con la cualidad de íntegro, que significa no carecer de ninguna de sus partes. De la observación de las dos imágenes radiológicas incorporadas –al examen visual se ven completas en su calidad de radiografías– y en cuanto a la falsedad de las mismas –la parte demandada no sustentó sus dichos en ese sentido–, la falta de individualización de la misma no dice relación con que sean falsa o faltas de integridad, ese un aspecto que dice relación con la valoración del medio de prueba en su oportunidad, por lo tanto la objeción debe ser rechazada por carecer de fundamento legal. NOVENO: Que la parte demandante señala respecto de la prueba documental presentada por la parte demandada que toda la prueba documental –salvo el finiquito suscrito por las partes, con fecha 26 de julio del año 2006, informe sobre el accidente de autos, emitido con fecha 16 de enero del año 2006, por don Francisco Agustín Meza e informe sobre investigación de accidente, emitido con fecha 14 de enero del año 2006, por don Héctor Cáceres Lagos– son simples fotocopias por lo tanto las objeta por falta de autenticidad. Asimismo señala que en relación al reglamento interno firmado incorporado éste se encuentra firmado por otro trabajador que no es el acto, por lo tanto lo objeta también por falta de autenticidad y en relación al finiquito observa que este nada menciona respecto del accidente del trabajo que afectó a su representado. La parte demandada evacuando el traslado respectivo precisa que las actas de comité paritario son una información que no puede ser retirada de la empresa, en relación al contrato de trabajo de Francisco Meza como éste viene como testigo puede ser reconocido por el propio testigo, respecto del reglamento interno refiere que este se acompaña a modo ilustrativo y dado que efectivamente se le entregó al actor éste no puede estar en poder de la demandada, finalmente entiende que lo referido al finiquito no es una objeción propiamente tal sino una observación que corresponde hacer en otra etapa procesal. Resolviendo la incidencia planteada se debe tener en cuenta que lo planteado por la demandante en un primer término dice relación con que los documentos acompañados son simples fotocopias por lo tanto los objeta por falta de autenticidad, se debe tener en cuenta que en cuanto a las alegaciones vertidas por la demandante nada señala en cuanto a que consistiría la falsedad de estos documentos, por lo tanto su solicitud carece de fundamento legal y debe ser rechazada. En relación a la objeción planteada respecto del reglamento interno, luego de escuchar a ambas partes se tiene presente que lo alegado por la demandante dice relación con que ese documento no es auténtico porque individualiza a otro trabajador, la demandada ha reconocido que es efectivo que el reglamento se refiere a otro trabajador, indicando que sólo lo acompaña a título ilustrativo, de ese modo –sin que hubiese precisado la demandante algún aspecto distinto a la individualización para sustentar la falta de autenticidad– se rechaza la objeción planteada por carecer de fundamento legal. Finalmente respecto de las observaciones planteadas en relación al finiquito no habiéndose manifestado que se trate de una objeción se tiene presente como una observación a la prueba. DÉCIMO: Que los testigos presenciales –trabajadores de la demandada al momento de ocurrir el hecho– Arnoldo Javier Troncoso Riquelme y Julio César Ramírez Sontag señalan que la empresa contaba con un experto de prevención de riesgos, los dichos son contestes con lo referido por el absolvente Gastón Burgos Illufi y lo declarado por todos los testigos de la demandada que afirman que la empresa contaba con un experto de prevención de riesgos. Cabe tener en cuenta que el referido experto don Francisco Meza Gumura declaró como testigo en la audiencia de juicio precisando que realiza la labor de prevencionista de riegos, la demandada incorporó el contrato de trabajo que da cuenta que don Francisco Agustín Meza Gumura presta servicios para la demandada desde el 1º de octubre de 2005 como experto en prevención de riesgos con una jornada semanal, según lo declarado por el testigo asistía los lunes de 08:00 a 14:00 horas y estaba disponible de acuerdo a llamados, cabe tener en cuenta que el testigo refiere que trabajaba con más de 200 trabajadores, que le falta tiempo para su labor, serían necesarios dos días. La idoneidad de este testigo se corrobora con la copia de certificado de título de ingeniero en prevención de riesgos y medio ambiente, de fecha 24 de junio del año 1999, otorgado por la Universidad Tecnológica Metropolitana y el certificado de inscripción de don Francisco Agustín Meza Gumura, en el registro de experto de prevención de riesgos de accidente del trabajo y enfermedades del Servicio de Salud de fecha 13 de enero de 1997.

la objeción planteada toda vez que estas radiografías corresponden al actor. Que para resolver la incidencia se tiene presente que la veracidad dice relación con que el instrumento sea falso y la integridad dice relación con la cualidad de íntegro, que significa no carecer de ninguna de sus partes. De la observación de las dos imágenes radiológicas incorporadas –al examen visual se ven completas en su calidad de radiografías– y en cuanto a la falsedad de las mismas –la parte demandada no sustentó sus dichos en ese sentido–, la falta de individualización de la misma no dice relación con que sean falsa o faltas de integridad, ese un aspecto que dice relación con la valoración del medio de prueba en su oportunidad, por lo tanto la objeción debe ser rechazada por carecer de fundamento legal. NOVENO: Que la parte demandante señala respecto de la prueba documental presentada por la parte demandada que toda la prueba documental –salvo el finiquito suscrito por las partes, con fecha 26 de julio del año 2006, informe sobre el accidente de autos, emitido con fecha 16 de enero del año 2006, por don Francisco Agustín Meza e informe sobre investigación de accidente, emitido con fecha 14 de enero del año 2006, por don Héctor Cáceres Lagos– son simples fotocopias por lo tanto las objeta por falta de autenticidad. Asimismo señala que en relación al reglamento interno firmado incorporado éste se encuentra firmado por otro trabajador que no es el acto, por lo tanto lo objeta también por falta de autenticidad y en relación al finiquito observa que este nada menciona respecto del accidente del trabajo que afectó a su representado. La parte demandada evacuando el traslado respectivo precisa que las actas de comité paritario son una información que no puede ser retirada de la empresa, en relación al contrato de trabajo de Francisco Meza como éste viene como testigo puede ser reconocido por el propio testigo, respecto del reglamento interno refiere que este se acompaña a modo ilustrativo y dado que efectivamente se le entregó al actor éste no puede estar en poder de la demandada, finalmente entiende que lo referido al finiquito no es una objeción propiamente tal sino una observación que corresponde hacer en otra etapa procesal. Resolviendo la incidencia planteada se debe tener en cuenta que lo planteado por la demandante en un primer término dice relación con que los documentos acompañados son simples fotocopias por lo tanto los objeta por falta de autenticidad, se debe tener en cuenta que en cuanto a las alegaciones vertidas por la demandante nada señala en cuanto a que consistiría la falsedad de estos documentos, por lo tanto su solicitud carece de fundamento legal y debe ser rechazada. En relación a la objeción planteada respecto del reglamento interno, luego de escuchar a ambas partes se tiene presente que lo alegado por la demandante dice relación con que ese documento no es auténtico porque individualiza a otro trabajador, la demandada ha reconocido que es efectivo que el reglamento se refiere a otro trabajador, indicando que sólo lo acompaña a título ilustrativo, de ese modo –sin que hubiese precisado la demandante algún aspecto distinto a la individualización para sustentar la falta de autenticidad– se rechaza la objeción planteada por carecer de fundamento legal. Finalmente respecto de las observaciones planteadas en relación al finiquito no habiéndose manifestado que se trate de una objeción se tiene presente como una observación a la prueba. DÉCIMO: Que los testigos presenciales –trabajadores de la demandada al momento de ocurrir el hecho– Arnoldo Javier Troncoso Riquelme y Julio César Ramírez Sontag señalan que la empresa contaba con un experto de prevención de riesgos, los dichos son contestes con lo referido por el absolvente Gastón Burgos Illufi y lo declarado por todos los testigos de la demandada que afirman que la empresa contaba con un experto de prevención de riesgos. Cabe tener en cuenta que el referido experto don Francisco Meza Gumura declaró como testigo en la audiencia de juicio precisando que realiza la labor de prevencionista de riegos, la demandada incorporó el contrato de trabajo que da cuenta que don Francisco Agustín Meza Gumura presta servicios para la demandada desde el 1º de octubre de 2005 como experto en prevención de riesgos con una jornada semanal, según lo declarado por el testigo asistía los lunes de 08:00 a 14:00 horas y estaba disponible de acuerdo a llamados, cabe tener en cuenta que el testigo refiere que trabajaba con más de 200 trabajadores, que le falta tiempo para su labor, serían necesarios dos días. La idoneidad de este testigo se corrobora con la copia de certificado de título de ingeniero en prevención de riesgos y medio ambiente, de fecha 24 de junio del año 1999, otorgado por la Universidad Tecnológica Metropolitana y el certificado de inscripción de don Francisco Agustín Meza Gumura, en el registro de experto de prevención de riesgos de accidente del trabajo y enfermedades del Servicio de Salud de fecha 13 de enero de 1997. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

511

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Que es preciso señalar que los testigos presenciales –trabajadores de la demandada al momento de ocurrir– don Arnoldo Javier Troncoso Riquelme y don julio César Ramírez Sontag señalan que el día de los hechos no estaba el prevencionista de riesgos, del mismo modo lo reconoce el absolvente don Gastón Burgos Illufi y el propio prevencionista de riesgos don Francisco Meza Gumura. UNDÉCIMO: Que lo referido por el absolvente Gastón Burgos Illufi, como los dichos de todos los testigos de la demandada dan cuenta de la existencia de un comité paritario en la empresa demandada, dichos testimonios se corroboran con los documentos que corresponden a copia del acta de constitución del comité paritario de higiene y seguridad de la empresa, de fecha 4 de junio del año 2001, carta de comunicación a la Inspección del Trabajo, recepcionada con fecha 26 de junio del año 2001;copia del acta de constitución del comité paritario de higiene y seguridad de la empresa, de fecha 13 de octubre del año 2003; carta de comunicación a la Inspección del Trabajo, recepcionada con fecha 24 de octubre del año 2003; copia del acta de constitución del comité paritario de higiene y seguridad de la empresa, de fecha 26 de diciembre del año 2005; carta de comunicación a la Inspección del Trabajo, recepcionada con fecha 7 de marzo del año 2006, dan cuenta de que en las fechas referidas se constituyó el Comité Paritario de Higiene y Seguridad, el acta de constitución de 4 de junio de 2001 y 13 de octubre de 2003 señala como representante de los trabajadores suplentes a al actor. DUODÉCIMO: Que de acuerdo a lo referido por los testigos presenciales Arnoldo Javier Troncoso Riquelme, julio César Ramírez Sontag y Héctor Alejandro Cáceres Lagos, los informes sobre el accidente de autos, emitido con fecha 16 de enero del año 2006, por don Francisco Agustín Meza y de fecha 14 de enero del año 2006, por don Héctor Cáceres Lagos se puede señalar que el actor el día 14 de enero de 2006 sufrió un accidente en su mano derecha mientras manipulaba la máquina 17 que se encontraba en funcionamiento, encontrándose el actor en su jornada de trabajo habitual. Cabe precisar que según lo señalado por el absolvente Alfonso Manríquez y el testigo Héctor Alejandro Cáceres Lagos la orden de reparar la máquina se la dio este último, que en este punto se desestimará lo señalado por los testigos Arnoldo Javier Troncoso Riquelme y Julio César Ramírez Sontag respecto de que la orden fue dada por el sr. Cáceres toda vez que de sus propios dichos se desprende que si bien estaban presentes en el lugar de los hechos no escucharon directamente la instrucción. DECIMOTERCERO: Que el testigo Arnoldo Javier Troncoso Riquelme y el testigo Héctor Cáceres están contestes en que la máquina 17 presentaba algunos problemas de funcionamiento, testimonios que se condicen con lo referido por el demandante –al absolver posiciones– respecto que el día 13 de enero la máquina 17 presentaba problemas y él lo comunicó así. Por su parte el testigo julio Cesar Ramírez Sontag, quien trabajó en la empresa manifiesta que las máquinas se reparaban incluso funcionando, este testimonio coincide con lo señalado por el absolvente Alfonso Manríquez. Cabe tener en cuenta en este sentido que el demandante precisa que él estaba en condiciones de decidir si la máquina funcionaba o se detenía, en este sentido el testigo sr. Cáceres Lagos refiere que en su calidad de jefe de turno tiene la misma facultad y por su parte el prevencionista de riegos son Meza Gumura indica que la detención de la máquina para evitar accidentes puede hacerla él –de estar presente–, el jefe de turno e incluso el mismo trabajador. DECIMOCUARTO: Que los documentos incorporados por la demandada que corresponden a los informes sobre el accidente de autos, emitido con fecha 16 de enero del año 2006, por don Francisco Agustín Meza y de fecha 14 de enero del año 2006, por don Héctor Cáceres Lagos, refieren que el accidente ocurrió el día 14 de enero de 2006 las 15:45 horas, en la sección molde, que el actor tenía 3 años de experiencia aproximado, señalando ambos informante que el actor incurrió en una acción insegura. Cabe tener en cuenta que el prevencionista de riesgos Sr. Meza Gumura refiere en su informe que el accidentado tenía los conocimientos necesarios para realizar el trabajo en forma segura y sugiere amonestar al trabajador por escrito, sin embargo no se acompañó prueba alguna que se le hubiese amonestado al trabajador y resulta contradictorio que el Sr. Meza Gumura hubiese realizado una afirmación tan taxativa sin haber entrevistado al actor previamente, por lo demás no se acreditó debidamente que el actor efectivamente hubiese estado capacitado para desempeñar la labor referida. DECIMOQUINTO: Que según da cuenta el informe médico número 174.06.09, de fecha 10 de junio de 200, suscrito por el doctor Vanja Sturiza Gjuranovic, de unidad de informes médicos del Hospital del Trabajador de Santiago, señala que el actor se accidentó el 14 de enero de 2006, tuvo una fractura

512

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Que es preciso señalar que los testigos presenciales –trabajadores de la demandada al momento de ocurrir– don Arnoldo Javier Troncoso Riquelme y don julio César Ramírez Sontag señalan que el día de los hechos no estaba el prevencionista de riesgos, del mismo modo lo reconoce el absolvente don Gastón Burgos Illufi y el propio prevencionista de riesgos don Francisco Meza Gumura. UNDÉCIMO: Que lo referido por el absolvente Gastón Burgos Illufi, como los dichos de todos los testigos de la demandada dan cuenta de la existencia de un comité paritario en la empresa demandada, dichos testimonios se corroboran con los documentos que corresponden a copia del acta de constitución del comité paritario de higiene y seguridad de la empresa, de fecha 4 de junio del año 2001, carta de comunicación a la Inspección del Trabajo, recepcionada con fecha 26 de junio del año 2001;copia del acta de constitución del comité paritario de higiene y seguridad de la empresa, de fecha 13 de octubre del año 2003; carta de comunicación a la Inspección del Trabajo, recepcionada con fecha 24 de octubre del año 2003; copia del acta de constitución del comité paritario de higiene y seguridad de la empresa, de fecha 26 de diciembre del año 2005; carta de comunicación a la Inspección del Trabajo, recepcionada con fecha 7 de marzo del año 2006, dan cuenta de que en las fechas referidas se constituyó el Comité Paritario de Higiene y Seguridad, el acta de constitución de 4 de junio de 2001 y 13 de octubre de 2003 señala como representante de los trabajadores suplentes a al actor. DUODÉCIMO: Que de acuerdo a lo referido por los testigos presenciales Arnoldo Javier Troncoso Riquelme, julio César Ramírez Sontag y Héctor Alejandro Cáceres Lagos, los informes sobre el accidente de autos, emitido con fecha 16 de enero del año 2006, por don Francisco Agustín Meza y de fecha 14 de enero del año 2006, por don Héctor Cáceres Lagos se puede señalar que el actor el día 14 de enero de 2006 sufrió un accidente en su mano derecha mientras manipulaba la máquina 17 que se encontraba en funcionamiento, encontrándose el actor en su jornada de trabajo habitual. Cabe precisar que según lo señalado por el absolvente Alfonso Manríquez y el testigo Héctor Alejandro Cáceres Lagos la orden de reparar la máquina se la dio este último, que en este punto se desestimará lo señalado por los testigos Arnoldo Javier Troncoso Riquelme y Julio César Ramírez Sontag respecto de que la orden fue dada por el sr. Cáceres toda vez que de sus propios dichos se desprende que si bien estaban presentes en el lugar de los hechos no escucharon directamente la instrucción. DECIMOTERCERO: Que el testigo Arnoldo Javier Troncoso Riquelme y el testigo Héctor Cáceres están contestes en que la máquina 17 presentaba algunos problemas de funcionamiento, testimonios que se condicen con lo referido por el demandante –al absolver posiciones– respecto que el día 13 de enero la máquina 17 presentaba problemas y él lo comunicó así. Por su parte el testigo julio Cesar Ramírez Sontag, quien trabajó en la empresa manifiesta que las máquinas se reparaban incluso funcionando, este testimonio coincide con lo señalado por el absolvente Alfonso Manríquez. Cabe tener en cuenta en este sentido que el demandante precisa que él estaba en condiciones de decidir si la máquina funcionaba o se detenía, en este sentido el testigo sr. Cáceres Lagos refiere que en su calidad de jefe de turno tiene la misma facultad y por su parte el prevencionista de riegos son Meza Gumura indica que la detención de la máquina para evitar accidentes puede hacerla él –de estar presente–, el jefe de turno e incluso el mismo trabajador. DECIMOCUARTO: Que los documentos incorporados por la demandada que corresponden a los informes sobre el accidente de autos, emitido con fecha 16 de enero del año 2006, por don Francisco Agustín Meza y de fecha 14 de enero del año 2006, por don Héctor Cáceres Lagos, refieren que el accidente ocurrió el día 14 de enero de 2006 las 15:45 horas, en la sección molde, que el actor tenía 3 años de experiencia aproximado, señalando ambos informante que el actor incurrió en una acción insegura. Cabe tener en cuenta que el prevencionista de riesgos Sr. Meza Gumura refiere en su informe que el accidentado tenía los conocimientos necesarios para realizar el trabajo en forma segura y sugiere amonestar al trabajador por escrito, sin embargo no se acompañó prueba alguna que se le hubiese amonestado al trabajador y resulta contradictorio que el Sr. Meza Gumura hubiese realizado una afirmación tan taxativa sin haber entrevistado al actor previamente, por lo demás no se acreditó debidamente que el actor efectivamente hubiese estado capacitado para desempeñar la labor referida. DECIMOQUINTO: Que según da cuenta el informe médico número 174.06.09, de fecha 10 de junio de 200, suscrito por el doctor Vanja Sturiza Gjuranovic, de unidad de informes médicos del Hospital del Trabajador de Santiago, señala que el actor se accidentó el 14 de enero de 2006, tuvo una fractura

512

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

513

expuesta, se le dio de alta el 16 del mismo mes, a las cuatro semanas la fractura estaba consolidada, evolucionó con dolor y rigidez, el 2 de julio de 2007 relataba molestias, el 4 de agosto de 2008 se realizó artrodesis, fijando la articulación interfalángica con tornillo, el 16 de agosto del mismo año presentaba herida con necrosis parcial del colgajo y signos de infección, manteniéndose hospitalizado con tratamiento antibiótico, a los 5 meses de evolución la artrodesis aún no está consolidada, se reprogramó reartrodesis para el 30 de marzo de 2009, ha evolucionado en forma satisfactoria con consolidación, se mantiene con reposo. En cuanto al diagnóstico refiere: – Fractura expuesta falange proximal, pulgar derecho. – Rigidez secuelar de la interfalángica de pulgar derecho. – Artrodesis interfalángica pulgar derecho. – Infección de la herida operatoria. – Reartrodesis y aporte de injerto óseo a la interfalángica del pulgar derecho lesiones Por su parte la Declaración y evaluación de invalidez Nº 41.0566, otorgado por la Asociación Chilena de Seguridad, de fecha 13 de octubre del año 2006 señala fractura expuesta FP, pulgar derecho operada, retardo de la consolidación, secuelas dolor crónico moderado mano derecha, rigidez pulgar derecho, grado total de incapacidad 15%. Entendiéndose acreditada las secuelas del accidente y el grado de incapacidad del actor. DECIMOSEXTO: Que en relación a las imágenes radiológicas tomadas al pulgar del demandante, con fecha 30 de marzo del año 2009, al no indicarse en estas de modo a quien corresponden las mismas, y en definitiva al no poder relacionarlas con el actor nada acreditan respecto de sus alegaciones. DECIMOSÉPTIMO: Que la prueba documental de la demandada que corresponde a copias de nomina de participación –las que fueron exhibidas al actor al absolver posiciones y respecto de las cuales reconoce su firma– en las siguientes actividades: 1. Sección soplado, 9 de julio de 2001, realizada por Francisco Meza G. 2. Programa de conservación auditiva, uso obligado E.P.P., 15 de julio de 2002, realizada por Francisco Meza Gumura. 3. Charla Prevención Auditiva, de 5 de abril de 2004, realizada por Pamela Navarro, AChS. 4. Charla ejercicios ergonómicos de 25 de mayo de 2003, realizada por Franciso Meza– Óscar Urrejola AChS. 5. Soplado, reconociendo el riesgo, pensar, ver, saber, 20 de agosto de 2001, realizada por Francisco meza G. 6. Detección de riesgos, de fecha 26 de septiembre del año 2005, realizada por Francisco Meza G. y de las respuestas que se consignan en un cuestionario adjunto, precisando el actor al absolver posiciones que él señaló su nombre, pero que no asistió y que no es su letra la del cuestionario. 7. Copia de diplomas de asistencias otorgados al demandante por la AChS: – junio de 2005 curso Primeros auxilios, 20 horas. – septiembre de 2005, Higiene y Manipulación de alimentos. – agosto de 2005, Prevención y control de incendios para brigadas. – noviembre de 2004, Taller de control de fuego con extintores y agua 2004. De esta prueba se desprende que la empresa demandada los días referidos convocó a los trabajadores señalados quienes suscribieron la lista de asistencia, sin perjuicio de eso salvo el título que da cuenta de una variedad de materias tratadas y donde sólo dos actividades dicen relación con la sección soplado, no existe un acta que indique los contenidos tratados, las actividades desarrolladas y la evaluación respectiva que cuenta que los contenidos hubiesen sido comprendidos por los participantes. DECIMOCTAVO: Que respecto de la copia de ejemplar del Reglamento Interno de Orden, higiene y seguridad de la empresa, vigente a la fecha del accidente y la comunicación de su aprobación por el Servicio de Salud del Ambiente Metropolitano, lo que se puede tener por acreditado con esta prueba es que la empresa demandada cuenta con un reglamento interno aprobado por la Servicio de salud del Ambiente con fecha 11 de junio de 1996, pero en caso alguno el contenido de este documento se puede hacer valer contra el actor ya que no se acreditó por la demandada la entrega del mismo de conformidad a lo previsto en el inciso segundo del artículo 156 del Código del Trabajo.

expuesta, se le dio de alta el 16 del mismo mes, a las cuatro semanas la fractura estaba consolidada, evolucionó con dolor y rigidez, el 2 de julio de 2007 relataba molestias, el 4 de agosto de 2008 se realizó artrodesis, fijando la articulación interfalángica con tornillo, el 16 de agosto del mismo año presentaba herida con necrosis parcial del colgajo y signos de infección, manteniéndose hospitalizado con tratamiento antibiótico, a los 5 meses de evolución la artrodesis aún no está consolidada, se reprogramó reartrodesis para el 30 de marzo de 2009, ha evolucionado en forma satisfactoria con consolidación, se mantiene con reposo. En cuanto al diagnóstico refiere: – Fractura expuesta falange proximal, pulgar derecho. – Rigidez secuelar de la interfalángica de pulgar derecho. – Artrodesis interfalángica pulgar derecho. – Infección de la herida operatoria. – Reartrodesis y aporte de injerto óseo a la interfalángica del pulgar derecho lesiones Por su parte la Declaración y evaluación de invalidez Nº 41.0566, otorgado por la Asociación Chilena de Seguridad, de fecha 13 de octubre del año 2006 señala fractura expuesta FP, pulgar derecho operada, retardo de la consolidación, secuelas dolor crónico moderado mano derecha, rigidez pulgar derecho, grado total de incapacidad 15%. Entendiéndose acreditada las secuelas del accidente y el grado de incapacidad del actor. DECIMOSEXTO: Que en relación a las imágenes radiológicas tomadas al pulgar del demandante, con fecha 30 de marzo del año 2009, al no indicarse en estas de modo a quien corresponden las mismas, y en definitiva al no poder relacionarlas con el actor nada acreditan respecto de sus alegaciones. DECIMOSÉPTIMO: Que la prueba documental de la demandada que corresponde a copias de nomina de participación –las que fueron exhibidas al actor al absolver posiciones y respecto de las cuales reconoce su firma– en las siguientes actividades: 1. Sección soplado, 9 de julio de 2001, realizada por Francisco Meza G. 2. Programa de conservación auditiva, uso obligado E.P.P., 15 de julio de 2002, realizada por Francisco Meza Gumura. 3. Charla Prevención Auditiva, de 5 de abril de 2004, realizada por Pamela Navarro, AChS. 4. Charla ejercicios ergonómicos de 25 de mayo de 2003, realizada por Franciso Meza– Óscar Urrejola AChS. 5. Soplado, reconociendo el riesgo, pensar, ver, saber, 20 de agosto de 2001, realizada por Francisco meza G. 6. Detección de riesgos, de fecha 26 de septiembre del año 2005, realizada por Francisco Meza G. y de las respuestas que se consignan en un cuestionario adjunto, precisando el actor al absolver posiciones que él señaló su nombre, pero que no asistió y que no es su letra la del cuestionario. 7. Copia de diplomas de asistencias otorgados al demandante por la AChS: – junio de 2005 curso Primeros auxilios, 20 horas. – septiembre de 2005, Higiene y Manipulación de alimentos. – agosto de 2005, Prevención y control de incendios para brigadas. – noviembre de 2004, Taller de control de fuego con extintores y agua 2004. De esta prueba se desprende que la empresa demandada los días referidos convocó a los trabajadores señalados quienes suscribieron la lista de asistencia, sin perjuicio de eso salvo el título que da cuenta de una variedad de materias tratadas y donde sólo dos actividades dicen relación con la sección soplado, no existe un acta que indique los contenidos tratados, las actividades desarrolladas y la evaluación respectiva que cuenta que los contenidos hubiesen sido comprendidos por los participantes. DECIMOCTAVO: Que respecto de la copia de ejemplar del Reglamento Interno de Orden, higiene y seguridad de la empresa, vigente a la fecha del accidente y la comunicación de su aprobación por el Servicio de Salud del Ambiente Metropolitano, lo que se puede tener por acreditado con esta prueba es que la empresa demandada cuenta con un reglamento interno aprobado por la Servicio de salud del Ambiente con fecha 11 de junio de 1996, pero en caso alguno el contenido de este documento se puede hacer valer contra el actor ya que no se acreditó por la demandada la entrega del mismo de conformidad a lo previsto en el inciso segundo del artículo 156 del Código del Trabajo. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

513

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

DECIMONOVENO: Que según da cuenta la declaración del testigo Eduardo Antonio Carreño Patroni, la investigación realizada por el comité paritario –en relación a los hechos que nos convocan– tuvo como antecedentes el informe del jefe de turno Sr. Cáceres y la inspección que realizaron a la máquina, el mismo testigo señala que no tiene información –por lo menos él no estuvo presente– si el comité tomó una declaración al actor. En este sentido cabe tener en cuenta que el absolvente Gastón Burgos Ilufi señala no haber tenido contacto con el actor y el testigo Francisco Meza Gumura refiere haber sostenido una conversación de pasillo con el actor y agrega que no está en conocimiento si el comité paritario lo entrevistó. VIGÉSIMO: Que el finiquito suscrito por las partes el día 26 de julio de 2006 el demandante y la demandada señala en cuanto a los montos recibidos que el actor por concepto de indemnización sustitutiva del aviso previo percibió la cifra de $ 340.086 y por 7 años de servicio $ 2.380.600, siendo su última remuneración a efectos del artículo 172 del Código del Trabajo $ 340.086, luego refiere que se le pone término a la relación laboral por la causal de necesidades de la empresa del artículo 161 del Código del Trabajo, en su cláusula tercera precisa el actor deja expresa constancia que durante todo el tiempo que le prestó servicios a la demandada recibió de ésta correcta y oportunamente el total de las remuneraciones convenidas, de acuerdo con su contrato de trabajo, clase de trabajo ejecutado, reajustes legales, pago de asignaciones familiares autorizadas por la respectiva institución de previsión, horas extraordinarias cuando las trabajó, feriados legales, gratificaciones y participaciones en conformidad a la ley y que nada se le adeuda por los conceptos antes indicados ni por ningún otro, sea de origen legal o contractual derivado de la prestación de sus servicios, y motivo por el cual, no teniendo reclamo ni cargo alguno que formular en contra de la Plásticos Burgos S.A., le otorga el más amplio y total finiquito, declaración que formula libre y espontáneamente, en perfecto y cabal conocimiento de cada uno y de todos sus derechos. Este documento se encuentra firmado por ambas partes con una firma y time del Sindicato de Trabajadores Plásticos Burgos S.A. VIGÉSIMO PRIMERO: Que de acuerdo a lo declarado por la testigo Marcia Barbará Solís Poblete quien le realizó entrevista clínica al actor señala que éste se encuentra afectado por una depresión mayor que afecta todas las áreas de su vida (laboral, social,emocional) producto del accidente que sufrió, por su parte doña Catherine Maricel Briceño Cancino cónyuge del demandante refiere que tienen cuatro hijos, que su marido no es el mismo de antes, ha perdido seguridad, se enoja por todo y han tenido que vender sus bienes porque él no logra un trabajo estable ya que debe seguir en tratamiento por la lesión sufrida, no tiene fuerza en su mano, le referido por estas testigos se corrobora con las conclusiones del informe pericial psicológico incorporado refiere que el actor padece “Trastornos del estado de ánimo con síntomas depresivos, el cual afecta a su vida a todos los niveles: psicológico–emocional, social– interpersonal, afectivo, familiar y laboral, siendo esta sintomatología reactiva y, por tanto, derivada del accidente. VIGÉSIMO SEGUNDO: Que haciéndose cargo de toda la prueba rendida cabe precisar que el testimonio de don Hernán Rogelio Garrido Lobos, al tratarse de un testigo de oídas que el día de los hechos no estaba presente sólo permitió acreditar junto a otros medios de prueba ya referidos en el considerando respectivo la existencia –a la fecha de los hechos– del comité paritario y del prevencionista de riesgos en la empresa demandada. VIGÉSIMO TERCERO: Que analizada la prueba conforme a la sana crítica se puede señalar que son hechos probados en la presente causa que: 1. El día 14 de enero de 2006 alrededor de las 15:45 horas el actor en ejercicio de sus funciones, mientras intentaba sacar el material atrapado en la máquina 17 que estaba funcionando, queda atrapado su dedo. Que la orden de reparar la máquina se la dio su supervisor Héctor Cáceres Lagos y que esta máquina presentaba problemas con antelación a la fecha de los hechos. 2. Que el jefe de turno Sr. Héctor Cáceres Lagos informó a través del formulario respectivo el mismo día de los hechos el accidente, señalando que el actor realizó una acción insegura. 3. Que el Asesor en Prevención de riesgos don Francisco Meza G. suscribe el informe de accidentes del trabajo de fecha 16 de enero de 2009 concluyendo que el actor realizó una acción insegura, que éste tenía los conocimientos necesarios para realizar el trabajo en forma segura, solicitando amonestación al mismo, sin que se le cursara amonestación alguna.

514

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

DECIMONOVENO: Que según da cuenta la declaración del testigo Eduardo Antonio Carreño Patroni, la investigación realizada por el comité paritario –en relación a los hechos que nos convocan– tuvo como antecedentes el informe del jefe de turno Sr. Cáceres y la inspección que realizaron a la máquina, el mismo testigo señala que no tiene información –por lo menos él no estuvo presente– si el comité tomó una declaración al actor. En este sentido cabe tener en cuenta que el absolvente Gastón Burgos Ilufi señala no haber tenido contacto con el actor y el testigo Francisco Meza Gumura refiere haber sostenido una conversación de pasillo con el actor y agrega que no está en conocimiento si el comité paritario lo entrevistó. VIGÉSIMO: Que el finiquito suscrito por las partes el día 26 de julio de 2006 el demandante y la demandada señala en cuanto a los montos recibidos que el actor por concepto de indemnización sustitutiva del aviso previo percibió la cifra de $ 340.086 y por 7 años de servicio $ 2.380.600, siendo su última remuneración a efectos del artículo 172 del Código del Trabajo $ 340.086, luego refiere que se le pone término a la relación laboral por la causal de necesidades de la empresa del artículo 161 del Código del Trabajo, en su cláusula tercera precisa el actor deja expresa constancia que durante todo el tiempo que le prestó servicios a la demandada recibió de ésta correcta y oportunamente el total de las remuneraciones convenidas, de acuerdo con su contrato de trabajo, clase de trabajo ejecutado, reajustes legales, pago de asignaciones familiares autorizadas por la respectiva institución de previsión, horas extraordinarias cuando las trabajó, feriados legales, gratificaciones y participaciones en conformidad a la ley y que nada se le adeuda por los conceptos antes indicados ni por ningún otro, sea de origen legal o contractual derivado de la prestación de sus servicios, y motivo por el cual, no teniendo reclamo ni cargo alguno que formular en contra de la Plásticos Burgos S.A., le otorga el más amplio y total finiquito, declaración que formula libre y espontáneamente, en perfecto y cabal conocimiento de cada uno y de todos sus derechos. Este documento se encuentra firmado por ambas partes con una firma y time del Sindicato de Trabajadores Plásticos Burgos S.A. VIGÉSIMO PRIMERO: Que de acuerdo a lo declarado por la testigo Marcia Barbará Solís Poblete quien le realizó entrevista clínica al actor señala que éste se encuentra afectado por una depresión mayor que afecta todas las áreas de su vida (laboral, social,emocional) producto del accidente que sufrió, por su parte doña Catherine Maricel Briceño Cancino cónyuge del demandante refiere que tienen cuatro hijos, que su marido no es el mismo de antes, ha perdido seguridad, se enoja por todo y han tenido que vender sus bienes porque él no logra un trabajo estable ya que debe seguir en tratamiento por la lesión sufrida, no tiene fuerza en su mano, le referido por estas testigos se corrobora con las conclusiones del informe pericial psicológico incorporado refiere que el actor padece “Trastornos del estado de ánimo con síntomas depresivos, el cual afecta a su vida a todos los niveles: psicológico–emocional, social– interpersonal, afectivo, familiar y laboral, siendo esta sintomatología reactiva y, por tanto, derivada del accidente. VIGÉSIMO SEGUNDO: Que haciéndose cargo de toda la prueba rendida cabe precisar que el testimonio de don Hernán Rogelio Garrido Lobos, al tratarse de un testigo de oídas que el día de los hechos no estaba presente sólo permitió acreditar junto a otros medios de prueba ya referidos en el considerando respectivo la existencia –a la fecha de los hechos– del comité paritario y del prevencionista de riesgos en la empresa demandada. VIGÉSIMO TERCERO: Que analizada la prueba conforme a la sana crítica se puede señalar que son hechos probados en la presente causa que: 1. El día 14 de enero de 2006 alrededor de las 15:45 horas el actor en ejercicio de sus funciones, mientras intentaba sacar el material atrapado en la máquina 17 que estaba funcionando, queda atrapado su dedo. Que la orden de reparar la máquina se la dio su supervisor Héctor Cáceres Lagos y que esta máquina presentaba problemas con antelación a la fecha de los hechos. 2. Que el jefe de turno Sr. Héctor Cáceres Lagos informó a través del formulario respectivo el mismo día de los hechos el accidente, señalando que el actor realizó una acción insegura. 3. Que el Asesor en Prevención de riesgos don Francisco Meza G. suscribe el informe de accidentes del trabajo de fecha 16 de enero de 2009 concluyendo que el actor realizó una acción insegura, que éste tenía los conocimientos necesarios para realizar el trabajo en forma segura, solicitando amonestación al mismo, sin que se le cursara amonestación alguna.

514

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

515

4. Que en la empresa demandada desde el año 2001 existe comité paritario. 5. Que a la fecha de los hechos estaba contratado como prevencionista de riesgos Francisco Meza G, quien cuenta con los correspondientes títulos e inscripciones respectivas, su labor la realizaba en una jornada y estaba a disposición según llamado, que esa jornada era a su juicio insuficiente siendo necesarias dos jornadas a la semana. 6. Que la empresa demandada a la fecha de los hechos tenía 320 trabajadores. 7. Que el demandante asistió a los siguientes talleres: – Sección soplado, 9 de julio de 2001, realizada por Francisco Meza G. – Programa de conservación auditiva, uso obligado E.P.P., 15 de julio de 2002, realizada por Francisco Meza Gumura. – Charla Prevención Auditiva, de 05 de abril de 2004, realizada por Pamela Navarro, AChS. – Charla ejercicios ergonómicos de 25 de mayo de 2003, realizada por Franciso Meza– Oscar Urrejola AChS. – Soplado, reconociendo el riesgo, pensar, ver, saber, 20 de agosto de 2001, realizada por Francisco meza G. – Detección de riesgos, de fecha 26 de septiembre del año 2005, realizada por Francisco Meza G. y de las respuestas que se consignan en un cuestionario adjunto, precisando el actor al absolver posiciones que él señaló su nombre, pero que no asistió y que no es su letra la del cuestionario. – junio de 2005 curso Primeros auxilios, 20 horas. – septiembre de 2005, Higiene y Manipulación de alimentos. – agosto de 2005, Prevención y control de incendios para brigadas. – noviembre de 2004, Taller de control de fuego con extintores y agua 2004. 8. Que el actor fue atendido en el Hospital del Trabajador el 14 de enero de 2006, tuvo una fractura expuesta, se le dio de alta el 16 del mismo mes, a las cuatro semanas la fractura estaba consolidada, evolucionó con dolor y rigidez, el 2 de julio de 2007 relataba molestias, el 4 de agosto de 2008 se realizó artrodesis, fijando la articulación interfalángica con tornillo, el 16 de agosto del mismo año presentaba herida con necrosis parcial del colgajo y signos de infección, manteniéndose hospitalizado con tratamiento antibiótico, a los 5 meses de evolución la artrodesis aún no está consolidada, se reprogramó reartrodesis para el 30 de marzo de 2009, ha evolucionado en forma satisfactoria con consolidación, se mantiene con reposo. Fue diagnosticado al 10 de junio de 2009: – Fractura expuesta falange proximal, pulgar derecho. – Rigidez secuelar de la interfalángica de pulgar derecho. – Artrodesis interfalángica pulgar derecho. – Infección de la herida operatoria. – Reartrodesis y aporte de injerto óseo a la interfalángica del pulgar derecho lesiones 9. Que la Declaración y evaluación de invalidez Nº 41.0566, otorgado por la Asociación Chilena de Seguridad, de fecha 13 de octubre del año 2006 señala que don Alfonso Riquelme Manríquez, fecha de nacimiento 22 de abril 1977, fractura expuesta FP, pulgar derecho operada, retardo de la consolidación, secuelas dolor crónico moderado mano derecha, rigidez pulgar derecho, grado total de incapacidad 15%. 10. Que se suscribió un finiquito por las partes el día 26 de julio de 2006 el demandante y la demandada señala que dentro de los haberes recibidos por el trabajador se encuentra la indemnización sustitutiva del aviso previo percibió la cifra de $ 340.086 y por 7 años de servicio $ 2.380.600, siendo su última remuneración a efectos del artículo 172 del Código del Trabajo $ 340.086, que se le pone término a la relación laboral por la causal de necesidades de la empresa del artículo 161 del Código del Trabajo, en su cláusula tercera precisa el actor deja expresa constancia que durante todo el tiempo que le prestó servicios a la demandada recibió de ésta correcta y oportunamente el total de las remuneraciones convenidas, de acuerdo con su contrato de trabajo, clase de trabajo ejecutado, reajustes legales, pago de asignaciones familiares autorizadas por la respectiva institución de previsión, horas extraordinarias cuando las trabajó, feriados legales, gratificaciones y participaciones en conformidad a la ley y que nada se le adeuda por los conceptos antes indicados ni por ningún otro, sea de origen legal o contractual derivado de la prestación de sus servicios, y motivo por el cual, no teniendo reclamo ni cargo alguno

4. Que en la empresa demandada desde el año 2001 existe comité paritario. 5. Que a la fecha de los hechos estaba contratado como prevencionista de riesgos Francisco Meza G, quien cuenta con los correspondientes títulos e inscripciones respectivas, su labor la realizaba en una jornada y estaba a disposición según llamado, que esa jornada era a su juicio insuficiente siendo necesarias dos jornadas a la semana. 6. Que la empresa demandada a la fecha de los hechos tenía 320 trabajadores. 7. Que el demandante asistió a los siguientes talleres: – Sección soplado, 9 de julio de 2001, realizada por Francisco Meza G. – Programa de conservación auditiva, uso obligado E.P.P., 15 de julio de 2002, realizada por Francisco Meza Gumura. – Charla Prevención Auditiva, de 05 de abril de 2004, realizada por Pamela Navarro, AChS. – Charla ejercicios ergonómicos de 25 de mayo de 2003, realizada por Franciso Meza– Oscar Urrejola AChS. – Soplado, reconociendo el riesgo, pensar, ver, saber, 20 de agosto de 2001, realizada por Francisco meza G. – Detección de riesgos, de fecha 26 de septiembre del año 2005, realizada por Francisco Meza G. y de las respuestas que se consignan en un cuestionario adjunto, precisando el actor al absolver posiciones que él señaló su nombre, pero que no asistió y que no es su letra la del cuestionario. – junio de 2005 curso Primeros auxilios, 20 horas. – septiembre de 2005, Higiene y Manipulación de alimentos. – agosto de 2005, Prevención y control de incendios para brigadas. – noviembre de 2004, Taller de control de fuego con extintores y agua 2004. 8. Que el actor fue atendido en el Hospital del Trabajador el 14 de enero de 2006, tuvo una fractura expuesta, se le dio de alta el 16 del mismo mes, a las cuatro semanas la fractura estaba consolidada, evolucionó con dolor y rigidez, el 2 de julio de 2007 relataba molestias, el 4 de agosto de 2008 se realizó artrodesis, fijando la articulación interfalángica con tornillo, el 16 de agosto del mismo año presentaba herida con necrosis parcial del colgajo y signos de infección, manteniéndose hospitalizado con tratamiento antibiótico, a los 5 meses de evolución la artrodesis aún no está consolidada, se reprogramó reartrodesis para el 30 de marzo de 2009, ha evolucionado en forma satisfactoria con consolidación, se mantiene con reposo. Fue diagnosticado al 10 de junio de 2009: – Fractura expuesta falange proximal, pulgar derecho. – Rigidez secuelar de la interfalángica de pulgar derecho. – Artrodesis interfalángica pulgar derecho. – Infección de la herida operatoria. – Reartrodesis y aporte de injerto óseo a la interfalángica del pulgar derecho lesiones 9. Que la Declaración y evaluación de invalidez Nº 41.0566, otorgado por la Asociación Chilena de Seguridad, de fecha 13 de octubre del año 2006 señala que don Alfonso Riquelme Manríquez, fecha de nacimiento 22 de abril 1977, fractura expuesta FP, pulgar derecho operada, retardo de la consolidación, secuelas dolor crónico moderado mano derecha, rigidez pulgar derecho, grado total de incapacidad 15%. 10. Que se suscribió un finiquito por las partes el día 26 de julio de 2006 el demandante y la demandada señala que dentro de los haberes recibidos por el trabajador se encuentra la indemnización sustitutiva del aviso previo percibió la cifra de $ 340.086 y por 7 años de servicio $ 2.380.600, siendo su última remuneración a efectos del artículo 172 del Código del Trabajo $ 340.086, que se le pone término a la relación laboral por la causal de necesidades de la empresa del artículo 161 del Código del Trabajo, en su cláusula tercera precisa el actor deja expresa constancia que durante todo el tiempo que le prestó servicios a la demandada recibió de ésta correcta y oportunamente el total de las remuneraciones convenidas, de acuerdo con su contrato de trabajo, clase de trabajo ejecutado, reajustes legales, pago de asignaciones familiares autorizadas por la respectiva institución de previsión, horas extraordinarias cuando las trabajó, feriados legales, gratificaciones y participaciones en conformidad a la ley y que nada se le adeuda por los conceptos antes indicados ni por ningún otro, sea de origen legal o contractual derivado de la prestación de sus servicios, y motivo por el cual, no teniendo reclamo ni cargo alguno ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

515

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

que formular en contra de la Plásticos Burgos S.A., le otorga el más amplio y total finiquito, declaración que formula libre y espontáneamente, en perfecto y cabal conocimiento de cada uno y de todos sus derechos. Este documento se encuentra firmado por ambas partes con una firma y time del Sindicato de Trabajadores Plásticos Burgos S.A. 11. Que el actor padece “Trastornos del estado de ánimo con síntomas depresivos, el cual afecta a su vida a todos los niveles: psicológico–emocional, social–interpersonal, afectivo, familiar y laboral, siendo esta sintomatología reactiva y, por tanto, derivada del accidente. VIGÉSIMO CUARTO: Que en cuanto a la excepción de finiquito planteada por la demandada se debe tener en consideración que si bien las partes suscribieron un finiquito con fecha 26 de julio de 2006 en este nada se dice respecto del accidente del trabajo, cabe entonces determinar si lo declarado en la cláusula tercera comprende las acciones derivadas de una eventual responsabilidad de la demandada con ocasión del accidente del trabajo, en este sentido se debe tener en cuenta que la responsabilidad reclamada por un trabajador respecto de su empleador es contractual toda vez que el hecho ocurre con ocasión de la prestación de servicios, esta materia se encuentra regulada en el artículo 69 de la ley 16.744 y es este mismo cuerpo legal en su artículo 88 el que establece que estos derechos son personalísimos e irrenunciables sin distinguir si se refiere sólo a las prestaciones o también a las acciones contempladas en el artículo 69 mencionado, cabe tener en cuenta que por lo tanto el finiquito suscrito por las partes –el que por lo demás no contiene mención alguna al accidente del trabajo ni a que se hubiese entregado cifra alguna por ese concepto– no tiene el efecto de renuncia anticipada del trabajador a la acción de indemnización respectiva toda vez que ese derecho es irrenunciable, por lo razonado se rechaza la excepción de finiquito planteada por la demandada. VIGÉSIMO QUINTO: Que cabe analizar si la demandada ha cumplido debidamente el artículo 184 del Código del Trabajo, al respecto la norma legal refiere que el empleador estará obligado a tomar todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de los trabajadores, informando los posibles riesgos y manteniendo las condiciones adecuadas de higiene y seguridad en las faenas, como los implementos necesarios. VIGÉSIMO SEXTO: En relación al considerando anterior ha quedado acreditado que la empresa demandada contaba con un comité paritario a la fecha del accidente, sin embargo en relación al accidente en cuestión y teniendo en cuenta que según lo dispone el artículo 70 de la ley 16.744 es esta entidad quien decide si medió negligencia inexcusable en relación al accidente del trabajo. Al respecto de la prueba rendida se pudo establecer que el comité para arribar a la conclusión que el actor habría incurrido en una acción insegura se basó en el informe del supervisor del actor Sr. Cáceres y de la observación de la máquina, sin que se hubiese podido acreditar que se escuchó al actor para efectos de contrastar la versión, es más el informe suscrito por el Sr. Meza Gumura (prevencionista) de fecha 16 de enero de 2006 reproduce lo que se señala en el informe del sr. Cáceres, ya que conforme declaró el testigo Meza el día de los hechos no se encontraba presente, afirma en su informe que el actor tenía los conocimientos para realizar el trabajo en forma segura y que realizó una acción insegura, resulta contradictorio su testimonio con lo señalado por el mismo en relación a que conversó con el actor al encontrarse en un pasillo ( mucho tiempo después), no da razón de sus dichos para afirmar que el trabajador poseía los conocimientos necesarios, más aún cuando en razón de su labor concurría sólo una vez a la semana por 6 horas y debía estar atento a la situación de 320 trabajadores. Es pertinente tener en cuenta además que el artículo 24 del decreto Nº 54 establece que son funciones del comité paritario Nº 2 practicar una completa y acuciosa revisión de las maquinarias, equipos e instalaciones y Nº 3 investigar las causas de los accidentes, teniendo en consideración que el comité paritario cuenta con representantes de los trabajadores y también patronal, constituye un deber para el empleador –dada la posición en que lo sitúa el artículo 184 del Código del Trabajo– velar por el correcto funcionamiento del comité paritario, en el presente caso no se acreditó de modo alguno que en el marco de la investigación del accidente del actor se hubiese revisado acuciosamente la máquina por parte del comité ni que esta investigación hubiese sido completa, no se da cuenta de medida alguna adoptada por el comité en relación a que la máquina presentaba desperfectos con antelación a la fecha de los hechos, por lo demás al no tomar la declaración del trabajador se dejó de investigar una parte de los hechos que deberían haberse esclarecido antes de arribar a una conclusión.

516

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

que formular en contra de la Plásticos Burgos S.A., le otorga el más amplio y total finiquito, declaración que formula libre y espontáneamente, en perfecto y cabal conocimiento de cada uno y de todos sus derechos. Este documento se encuentra firmado por ambas partes con una firma y time del Sindicato de Trabajadores Plásticos Burgos S.A. 11. Que el actor padece “Trastornos del estado de ánimo con síntomas depresivos, el cual afecta a su vida a todos los niveles: psicológico–emocional, social–interpersonal, afectivo, familiar y laboral, siendo esta sintomatología reactiva y, por tanto, derivada del accidente. VIGÉSIMO CUARTO: Que en cuanto a la excepción de finiquito planteada por la demandada se debe tener en consideración que si bien las partes suscribieron un finiquito con fecha 26 de julio de 2006 en este nada se dice respecto del accidente del trabajo, cabe entonces determinar si lo declarado en la cláusula tercera comprende las acciones derivadas de una eventual responsabilidad de la demandada con ocasión del accidente del trabajo, en este sentido se debe tener en cuenta que la responsabilidad reclamada por un trabajador respecto de su empleador es contractual toda vez que el hecho ocurre con ocasión de la prestación de servicios, esta materia se encuentra regulada en el artículo 69 de la ley 16.744 y es este mismo cuerpo legal en su artículo 88 el que establece que estos derechos son personalísimos e irrenunciables sin distinguir si se refiere sólo a las prestaciones o también a las acciones contempladas en el artículo 69 mencionado, cabe tener en cuenta que por lo tanto el finiquito suscrito por las partes –el que por lo demás no contiene mención alguna al accidente del trabajo ni a que se hubiese entregado cifra alguna por ese concepto– no tiene el efecto de renuncia anticipada del trabajador a la acción de indemnización respectiva toda vez que ese derecho es irrenunciable, por lo razonado se rechaza la excepción de finiquito planteada por la demandada. VIGÉSIMO QUINTO: Que cabe analizar si la demandada ha cumplido debidamente el artículo 184 del Código del Trabajo, al respecto la norma legal refiere que el empleador estará obligado a tomar todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de los trabajadores, informando los posibles riesgos y manteniendo las condiciones adecuadas de higiene y seguridad en las faenas, como los implementos necesarios. VIGÉSIMO SEXTO: En relación al considerando anterior ha quedado acreditado que la empresa demandada contaba con un comité paritario a la fecha del accidente, sin embargo en relación al accidente en cuestión y teniendo en cuenta que según lo dispone el artículo 70 de la ley 16.744 es esta entidad quien decide si medió negligencia inexcusable en relación al accidente del trabajo. Al respecto de la prueba rendida se pudo establecer que el comité para arribar a la conclusión que el actor habría incurrido en una acción insegura se basó en el informe del supervisor del actor Sr. Cáceres y de la observación de la máquina, sin que se hubiese podido acreditar que se escuchó al actor para efectos de contrastar la versión, es más el informe suscrito por el Sr. Meza Gumura (prevencionista) de fecha 16 de enero de 2006 reproduce lo que se señala en el informe del sr. Cáceres, ya que conforme declaró el testigo Meza el día de los hechos no se encontraba presente, afirma en su informe que el actor tenía los conocimientos para realizar el trabajo en forma segura y que realizó una acción insegura, resulta contradictorio su testimonio con lo señalado por el mismo en relación a que conversó con el actor al encontrarse en un pasillo ( mucho tiempo después), no da razón de sus dichos para afirmar que el trabajador poseía los conocimientos necesarios, más aún cuando en razón de su labor concurría sólo una vez a la semana por 6 horas y debía estar atento a la situación de 320 trabajadores. Es pertinente tener en cuenta además que el artículo 24 del decreto Nº 54 establece que son funciones del comité paritario Nº 2 practicar una completa y acuciosa revisión de las maquinarias, equipos e instalaciones y Nº 3 investigar las causas de los accidentes, teniendo en consideración que el comité paritario cuenta con representantes de los trabajadores y también patronal, constituye un deber para el empleador –dada la posición en que lo sitúa el artículo 184 del Código del Trabajo– velar por el correcto funcionamiento del comité paritario, en el presente caso no se acreditó de modo alguno que en el marco de la investigación del accidente del actor se hubiese revisado acuciosamente la máquina por parte del comité ni que esta investigación hubiese sido completa, no se da cuenta de medida alguna adoptada por el comité en relación a que la máquina presentaba desperfectos con antelación a la fecha de los hechos, por lo demás al no tomar la declaración del trabajador se dejó de investigar una parte de los hechos que deberían haberse esclarecido antes de arribar a una conclusión.

516

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

517

VIGÉSIMO SÉPTIMO: Que en esta mismo orden de ideas, respecto de las distintas charlas y actividades a las que asistió el actor, la prueba rendida da cuenta de una lista de personas que suscribieron sus asistencia un día señalado, que estas se refirieron a una diversidad de temas distintos, donde en el área que se desempeñaba el trabajador se acredita la realización de dos charlas, sin que se pueda desprender de la misma los temas tratados, actividades realizadas y evaluación de la recepción de los contenidos por parte de los asistentes, si bien el testigo don Francisco Meza Gumura señala que realizaba charlas y talleres no entregó mayores detalles al respecto, la documentación referida da cuenta de realización de actividades que en promedio no superan las dos por año, estimándose insuficientes las mismas en relación a las labores realizadas que implican la manipulación de máquinas y materiales plásticos que conllevan un riesgo para la salud del trabajador. VIGÉSIMO OCTAVO: Que si bien en la empresa demandada existía un prevencionista de riesgos contratado con los estudios y certificaciones correspondiente, conforme señaló el mismo su jornada de un día era insuficiente, toda vez que iba de 8:00 a 14:00 horas, en definitiva ni siquiera iba un día completo y de acuerdo a lo dispuesto en el artículo 11 del decreto Nº 40, teniendo en cuenta que los trabajadores de la demandada al momento de los hechos eran 320 el Sr. Meza debería haber concurrido dos días a la semana y no uno, por lo tanto no se cumplía a cabalidad con el mandato legal ni con las necesidades detectadas por el prevencionista. VIGÉSIMO NOVENO: Que el actor señala en la absolución de posiciones que cumplió con la orden directa que le dio su supervisor Sr. Cáceres de sacar el frasco de la máquina 17, que esta máquina por lo demás estaba funcionando mal desde el día anterior, que el Sr. Cáceres al deponer como testigo refiere haber dado la orden al actor de sacar el frasco, precisa que la máquina estaba funcionando y que no dio la orden de detenerla porque –a su juicio– tenía sólo un problema de humedad y había que esperar al mecánico. En este contexto cabe precisar que el deber del artículo 184 del Código del Trabajo lo cumple el empleador directamente y a través de quienes de conformidad al artículo 4º del Código del Trabajo, en este caso el Sr. Cáceres como supervisor de faena –con facultades para detener las máquinas ordenar su reparación– es quien en al ejercer esas funciones debe velar por el cumplimiento de la norma referida, es así como estando en conocimiento que la máquina 17 presentaba problemas no ordenó su detención –según el mismo reconoce–, permite que siga funcionando, al producirse el desperfecto le señala al actor que saque el frasco, de acuerdo a la lógica y máximas de la experiencia, si el jefe –encargado de la faena– sabe del desperfecto de una máquina es el primero obligado a tomar la decisión de detener la máquina, más aún cuando la máquina la estaba operando un part time, esa falta de decisión puso en riesgo al operario que estaba trabajando y genera la responsabilidad del accidente al actor, ya que si sólo le indicó al actor que repare la máquina –la que había puesto a funcionar aún cuando estaba funcionando mal– no queda más que entender que no quiere que se detenga la producción. Esto se colige desde que según lo que señala la ley 16.744 en su artículo 69 el empleador responde de la culpa o dolo, al no indicarse nada al respecto acerca de la culpa de acuerdo a lo señalado en el artículo 44 del Código Civil es culpa leve que es aquella falta de diligencia u cuidado que los hombres emplean ordinariamente en sus negocios propios, el Sr. Cáceres permitió que la máquina 17, que presentaba desperfectos, funcionara igualmente, entregando el mensaje implícito que esta no debía ser detenida ya que ordena que se la repare para que siga funcionando –porque no quiere prescindir de su uso– en definitiva no quería que se detenga la producción, el Sr. Cáceres tenía la obligación de dar un mensaje claro en el sentido de ordenar la detención de la máquina hasta su reparación y reorganizar el trabajo en otras máquinas para cumplir los objetivos de producción. TRIGÉSIMO: Que en cuanto a que el demandante fue miembro suplente del comité paritario no constituye un elemento que permita concluir que se encontraba capacitado en materia de riesgos laborales, es más del tenor de la norma se advierte que la obligación del empleador es de actividad, tomar medidas, entregar elementos de seguridad entre otros, asegurarse que los trabajadores cuentan con la capacitación, por lo tanto no puede presumir que los trabajadores cuentan con la capacitación. Al respecto el cumplimiento del deber respectivo debe ser más que un cumplimiento formal, requiere que el empleador –con la misma diligencia con la que dirige su empresa– se cerciore de las capacidades de sus empleados, del uso de las medidas de seguridad, de resguardar su vida y salud de manera eficiente, en este orden de ideas la demandada no acreditó haber proporcionado la capacitación adecuada al

VIGÉSIMO SÉPTIMO: Que en esta mismo orden de ideas, respecto de las distintas charlas y actividades a las que asistió el actor, la prueba rendida da cuenta de una lista de personas que suscribieron sus asistencia un día señalado, que estas se refirieron a una diversidad de temas distintos, donde en el área que se desempeñaba el trabajador se acredita la realización de dos charlas, sin que se pueda desprender de la misma los temas tratados, actividades realizadas y evaluación de la recepción de los contenidos por parte de los asistentes, si bien el testigo don Francisco Meza Gumura señala que realizaba charlas y talleres no entregó mayores detalles al respecto, la documentación referida da cuenta de realización de actividades que en promedio no superan las dos por año, estimándose insuficientes las mismas en relación a las labores realizadas que implican la manipulación de máquinas y materiales plásticos que conllevan un riesgo para la salud del trabajador. VIGÉSIMO OCTAVO: Que si bien en la empresa demandada existía un prevencionista de riesgos contratado con los estudios y certificaciones correspondiente, conforme señaló el mismo su jornada de un día era insuficiente, toda vez que iba de 8:00 a 14:00 horas, en definitiva ni siquiera iba un día completo y de acuerdo a lo dispuesto en el artículo 11 del decreto Nº 40, teniendo en cuenta que los trabajadores de la demandada al momento de los hechos eran 320 el Sr. Meza debería haber concurrido dos días a la semana y no uno, por lo tanto no se cumplía a cabalidad con el mandato legal ni con las necesidades detectadas por el prevencionista. VIGÉSIMO NOVENO: Que el actor señala en la absolución de posiciones que cumplió con la orden directa que le dio su supervisor Sr. Cáceres de sacar el frasco de la máquina 17, que esta máquina por lo demás estaba funcionando mal desde el día anterior, que el Sr. Cáceres al deponer como testigo refiere haber dado la orden al actor de sacar el frasco, precisa que la máquina estaba funcionando y que no dio la orden de detenerla porque –a su juicio– tenía sólo un problema de humedad y había que esperar al mecánico. En este contexto cabe precisar que el deber del artículo 184 del Código del Trabajo lo cumple el empleador directamente y a través de quienes de conformidad al artículo 4º del Código del Trabajo, en este caso el Sr. Cáceres como supervisor de faena –con facultades para detener las máquinas ordenar su reparación– es quien en al ejercer esas funciones debe velar por el cumplimiento de la norma referida, es así como estando en conocimiento que la máquina 17 presentaba problemas no ordenó su detención –según el mismo reconoce–, permite que siga funcionando, al producirse el desperfecto le señala al actor que saque el frasco, de acuerdo a la lógica y máximas de la experiencia, si el jefe –encargado de la faena– sabe del desperfecto de una máquina es el primero obligado a tomar la decisión de detener la máquina, más aún cuando la máquina la estaba operando un part time, esa falta de decisión puso en riesgo al operario que estaba trabajando y genera la responsabilidad del accidente al actor, ya que si sólo le indicó al actor que repare la máquina –la que había puesto a funcionar aún cuando estaba funcionando mal– no queda más que entender que no quiere que se detenga la producción. Esto se colige desde que según lo que señala la ley 16.744 en su artículo 69 el empleador responde de la culpa o dolo, al no indicarse nada al respecto acerca de la culpa de acuerdo a lo señalado en el artículo 44 del Código Civil es culpa leve que es aquella falta de diligencia u cuidado que los hombres emplean ordinariamente en sus negocios propios, el Sr. Cáceres permitió que la máquina 17, que presentaba desperfectos, funcionara igualmente, entregando el mensaje implícito que esta no debía ser detenida ya que ordena que se la repare para que siga funcionando –porque no quiere prescindir de su uso– en definitiva no quería que se detenga la producción, el Sr. Cáceres tenía la obligación de dar un mensaje claro en el sentido de ordenar la detención de la máquina hasta su reparación y reorganizar el trabajo en otras máquinas para cumplir los objetivos de producción. TRIGÉSIMO: Que en cuanto a que el demandante fue miembro suplente del comité paritario no constituye un elemento que permita concluir que se encontraba capacitado en materia de riesgos laborales, es más del tenor de la norma se advierte que la obligación del empleador es de actividad, tomar medidas, entregar elementos de seguridad entre otros, asegurarse que los trabajadores cuentan con la capacitación, por lo tanto no puede presumir que los trabajadores cuentan con la capacitación. Al respecto el cumplimiento del deber respectivo debe ser más que un cumplimiento formal, requiere que el empleador –con la misma diligencia con la que dirige su empresa– se cerciore de las capacidades de sus empleados, del uso de las medidas de seguridad, de resguardar su vida y salud de manera eficiente, en este orden de ideas la demandada no acreditó haber proporcionado la capacitación adecuada al ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

517

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

actor, por otra parte el comité paritario realizó una investigación insuficiente en esta materia y el profesional encargado de prevención de riesgos concurría en una jornada inferior a las que contempla la ley y consideraba que la faltaba tiempo para desempeñar su labor. De acuerdo a lo razonado previamente se puede concluir que la demandada no estaba cumpliendo adecuadamente el artículo 184 del Código del Trabajo en cuanto a las medidas de capacitación y prevención, y respecto de los hechos que dicen relación con el accidente del trabajo el jefe de turno Sr. Cáceres no dio la orden clara de detener la producción en la máquina 17 pese a que esta presentaba desperfectos, por lo tanto la demandada tuvo un actuar culposo en los hechos que afectaron al trabajador lo que hace procedente acoger la demanda en los términos que se señalarán a continuación. TRIGÉSIMO PRIMERO: Que se debe tener en cuenta que si bien la demandada no cumplió adecuadamente con los deberes de resguardar la vida y salud del trabajador, y que la primera medida a adoptar debió ser –por parte del Sr. Cáceres– detener la máquina en cuanto falló, se debe tener en cuenta que el actor tenía tres años de experiencia en la materia y 10 años en la empresa, éste por lo demás reconoce no haber detenido la máquina, por lo tanto aún cuando obedeció una orden tuvo la posibilidad de detener la máquina igualmente –dada las funciones que cumplía–, en razón de esto de acuerdo a lo dispuesto en el artículo 2330 del Código Civil se puede establecer que el actor se expuso imprudentemente al daño, lo que llevará a reducir la apreciación del mismo. TRIGÉSIMO SEGUNDO: Que en cuanto a la solicitud de daño emergente no se ha acreditado con medio de prueba alguno por parte de la demandante siendo de su cargo acreditarlo, por lo tanto se rechaza la demanda en cuanto a la solicitud de daño emergente. TRIGÉSIMO TERCERO: Que en cuanto a la solicitud de lucro cesante, que dice relación con lo que el actor dejará de percibir como consecuencia del accidente se debe tener en cuenta que el actor a la fecha del accidente tenía 29 años, que según da cuenta el finiquito de trabajo su última remuneración ascendía a $ 340.068, que de acuerdo a la normativa de seguridad social vigente le quedaban 36 años de vida laboral, que su capacidad se vio afectada en un 15% según da cuenta la declaración de invalidez, al respecto según lo señalado por la cónyuge del actor éste se encuentra cesante a la fecha y de acuerdo al informe médico se concluye que desde el accidente a la fecha ha debido realizarse distintos tratamientos que lo han mantenido en reposo y rehabilitación, de este modo se puede concluir que existe una pérdida de un 15% de capacidad de ganancia la que le ha generado consecuencias económicas al actor. Así para cuantificar dicha pérdida se debe estar a las labores que desempeñó en la empresa de la demandada y su última remuneración, en relación a ésta se establece que la pérdida de la misma asciende a $ 51.103, lo que multiplicado por los 36 años que le faltaban para jubilar se determina en $ 22.076.650. TRIGÉSIMO CUARTO: Que en cuanto al daño moral se debe tener en consideración que este dice relación con la afectación extrapatrimonial del actor, en este sentido de acuerdo a lo declarado por la testigo Marcia Barbará Solís Poblete quien le realizó entrevista clínica al actor señala que éste se encuentra afectado por una depresión mayor que afecta todas las áreas de su vida (laboral, social,emocional) producto del accidente que sufrió, por doña Catherine Maricel Briceño Cancino cónyuge del demandante refiere que tienen cuatro hijos, que su marido no es el mismo de antes, ha perdido seguridad, se enoja por todo y han tenido que vender sus bienes porque él no logra un trabajo estable ya que debe seguir en tratamiento por la lesión sufrida, no tiene fuerza en su mano, le referido por estas testigos se corrobora con las conclusiones del informe pericial que refiere que el actor padece “Trastornos del estado de ánimo con síntomas depresivos, el cual afecta a su vida a todos los niveles: psicológico–emocional, social–interpersonal, afectivo, familiar y laboral, siendo esta sintomatología reactiva y, por tanto, derivada del accidente. Se puede señalar que con ocasión del accidente del trabajo –respecto del cual se ha establecido la culpa del empleador– el actor se vio afectado en su integridad física ya que su capacidad disminuyó en un 15% y ha estado en constantes tratamientos que al 10 de junio de 2009 lo tenían aún en reposo y sin que se hubiese recuperado completamente, esta situación tal como concluye impactó negativamente en su vida personal, laboral, social y emocional, el actor cambió dejó de disfrutar actividades que antes le agradaban actualmente está deprimido, irritable, inseguro, en definitiva como consecuencia del accidente el actor padece actualmente un daño psicológico debe ser reparado, en razón de lo anterior se acoge la acción por daño moral en los términos que se indicarán en lo resolutivo.

518

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

actor, por otra parte el comité paritario realizó una investigación insuficiente en esta materia y el profesional encargado de prevención de riesgos concurría en una jornada inferior a las que contempla la ley y consideraba que la faltaba tiempo para desempeñar su labor. De acuerdo a lo razonado previamente se puede concluir que la demandada no estaba cumpliendo adecuadamente el artículo 184 del Código del Trabajo en cuanto a las medidas de capacitación y prevención, y respecto de los hechos que dicen relación con el accidente del trabajo el jefe de turno Sr. Cáceres no dio la orden clara de detener la producción en la máquina 17 pese a que esta presentaba desperfectos, por lo tanto la demandada tuvo un actuar culposo en los hechos que afectaron al trabajador lo que hace procedente acoger la demanda en los términos que se señalarán a continuación. TRIGÉSIMO PRIMERO: Que se debe tener en cuenta que si bien la demandada no cumplió adecuadamente con los deberes de resguardar la vida y salud del trabajador, y que la primera medida a adoptar debió ser –por parte del Sr. Cáceres– detener la máquina en cuanto falló, se debe tener en cuenta que el actor tenía tres años de experiencia en la materia y 10 años en la empresa, éste por lo demás reconoce no haber detenido la máquina, por lo tanto aún cuando obedeció una orden tuvo la posibilidad de detener la máquina igualmente –dada las funciones que cumplía–, en razón de esto de acuerdo a lo dispuesto en el artículo 2330 del Código Civil se puede establecer que el actor se expuso imprudentemente al daño, lo que llevará a reducir la apreciación del mismo. TRIGÉSIMO SEGUNDO: Que en cuanto a la solicitud de daño emergente no se ha acreditado con medio de prueba alguno por parte de la demandante siendo de su cargo acreditarlo, por lo tanto se rechaza la demanda en cuanto a la solicitud de daño emergente. TRIGÉSIMO TERCERO: Que en cuanto a la solicitud de lucro cesante, que dice relación con lo que el actor dejará de percibir como consecuencia del accidente se debe tener en cuenta que el actor a la fecha del accidente tenía 29 años, que según da cuenta el finiquito de trabajo su última remuneración ascendía a $ 340.068, que de acuerdo a la normativa de seguridad social vigente le quedaban 36 años de vida laboral, que su capacidad se vio afectada en un 15% según da cuenta la declaración de invalidez, al respecto según lo señalado por la cónyuge del actor éste se encuentra cesante a la fecha y de acuerdo al informe médico se concluye que desde el accidente a la fecha ha debido realizarse distintos tratamientos que lo han mantenido en reposo y rehabilitación, de este modo se puede concluir que existe una pérdida de un 15% de capacidad de ganancia la que le ha generado consecuencias económicas al actor. Así para cuantificar dicha pérdida se debe estar a las labores que desempeñó en la empresa de la demandada y su última remuneración, en relación a ésta se establece que la pérdida de la misma asciende a $ 51.103, lo que multiplicado por los 36 años que le faltaban para jubilar se determina en $ 22.076.650. TRIGÉSIMO CUARTO: Que en cuanto al daño moral se debe tener en consideración que este dice relación con la afectación extrapatrimonial del actor, en este sentido de acuerdo a lo declarado por la testigo Marcia Barbará Solís Poblete quien le realizó entrevista clínica al actor señala que éste se encuentra afectado por una depresión mayor que afecta todas las áreas de su vida (laboral, social,emocional) producto del accidente que sufrió, por doña Catherine Maricel Briceño Cancino cónyuge del demandante refiere que tienen cuatro hijos, que su marido no es el mismo de antes, ha perdido seguridad, se enoja por todo y han tenido que vender sus bienes porque él no logra un trabajo estable ya que debe seguir en tratamiento por la lesión sufrida, no tiene fuerza en su mano, le referido por estas testigos se corrobora con las conclusiones del informe pericial que refiere que el actor padece “Trastornos del estado de ánimo con síntomas depresivos, el cual afecta a su vida a todos los niveles: psicológico–emocional, social–interpersonal, afectivo, familiar y laboral, siendo esta sintomatología reactiva y, por tanto, derivada del accidente. Se puede señalar que con ocasión del accidente del trabajo –respecto del cual se ha establecido la culpa del empleador– el actor se vio afectado en su integridad física ya que su capacidad disminuyó en un 15% y ha estado en constantes tratamientos que al 10 de junio de 2009 lo tenían aún en reposo y sin que se hubiese recuperado completamente, esta situación tal como concluye impactó negativamente en su vida personal, laboral, social y emocional, el actor cambió dejó de disfrutar actividades que antes le agradaban actualmente está deprimido, irritable, inseguro, en definitiva como consecuencia del accidente el actor padece actualmente un daño psicológico debe ser reparado, en razón de lo anterior se acoge la acción por daño moral en los términos que se indicarán en lo resolutivo.

518

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

519

Y visto además lo dispuesto en los artículos 1º, 5º, 7º al 10, 41, 42, 184, 425 a 432, 446, 452 y siguientes del Código del Trabajo, artículo 69 y 81 de la ley 16.744, artículo 3º y 24 del decreto Nº 54 que Aprueba el reglamento para la constitución y funcionamiento de los Comités Paritarios de higiene y seguridad, artículo 11 del decreto Nº 40 que Aprueba el reglamento sobre prevención de riesgos profesionales, artículo 44 y 2330 del Código Civil, SE DECLARA: I. Que conforme a lo razonado se rechaza la objeción de documentos planteada por la demandada, sin costas por estimar que hubo motivo plausible para litigar. II. Que conforme a lo razonado se rechaza la objeción de documentos planteada por la demandante, sin costas por estimar que hubo motivo plausible para litigar. III. Que en relación a la excepción de finiquito se rechaza la misma por los argumentos expresado, sin costas por estimar que hubo motivo plausible para litigar. III. Que se rechaza la acción de daño emergente por los argumentos ya expuestos. IV. Que se acoge la acción de lucro cesante y daño moral interpuesta por Alfonso Eduardo Manríquez Riquelme en contra de PLÁSTICOS BURGOS S.A., representada por don Gastón Burgos Ilufi y se le condena a esta última a pagar la cantidad de $ 22.076.650 por concepto de lucro cesante y $ 15.000.000 pesos concepto de daño moral. V.– Que por haber sido vencida, se condena en costas a la demandada que ascienden a un 5% de la cuantía total por la que ha sido condenado. VI. Que las sumas ordenadas pagar mediante la presente sentencia deberán ser consignadas con los reajustes, intereses y recargos que establecen los artículos 63 y 173 del Código del Trabajo, según corresponda. VII.– Ejecutoriada que sea la presente sentencia, cúmplase con lo dispuesto en ella dentro de quinto día, en caso contrario, certifíquese dicha circunstancia y pasen los antecedentes al Juzgado de Cobranza Laboral de Santiago. Devuélvase los documentos acompañados por las partes en la audiencia. Regístrese, archívese en su oportunidad, quedando las partes notificadas de esta sentencia en este acto. Dictada por ALEJANDRA BEATRIZ AGUILAR MUÑOZ, Juez titular del 1º Juzgado del Trabajo de Santiago. RUC Nº 09–4–0019098–1. RIT Nº O–116–2009. II. CORTE DE APELACIONES Santiago, ocho de marzo de dos mil diez. VISTOS: En estos autos rol O-116-2009 del Primer Juzgado de Letras del Trabajo, sobre accidente del trabajo, caratulados “Manríquez Riquelme, Alfonso Eduardo con Plásticos Burgos S.A.”, por sentencia de veintisiete de noviembre de dos mil nueve, la juez titular de dicho tribunal, doña Alejandra Beatriz Aguilar Muñoz, acogió la demanda sólo en cuanto condenó a la demandada a pagar al actor las sumas de $ 22.076.650 y $ 15.000.000 por lucro cesante y daño moral, respectivamente. En contra de esta sentencia la parte demandada dedujo recurso de nulidad fundado en las causales de la letra b) del artículo 478, en la del artículo 477 y en la de la letra e) del artículo 478, todas disposiciones del Código del Trabajo. El día 27 de enero pasado se procedió a la vista del recurso. CONSIDERANDO: PRIMERO: Que en un primer capítulo del recurso de nulidad, la demandada sostiene que la sentencia ha incurrido en el vicio señalado en la letra b) del artículo 478 del Código del Trabajo, por haber vulnerado el fallo gravemente las reglas de la sana crítica. Sostiene la sociedad recurrente que la sentencia no ponderó correctamente toda la prueba rendida, no explicó suficientemente las razones para asignar valor o desestimar ciertas pruebas y no consideró la multiplicidad, gravedad, precisión, concordancia y conexión de la prueba rendida pues, de haberlo hecho, habría llegado a la conclusión que Plásticos Burgos S.A. no incumplió ninguna obligación laboral que pueda tenerse como causa del

II. CORTE DE APELACIONES Santiago, ocho de marzo de dos mil diez. VISTOS: En estos autos rol O-116-2009 del Primer Juzgado de Letras del Trabajo, sobre accidente del trabajo, caratulados “Manríquez Riquelme, Alfonso Eduardo con Plásticos Burgos S.A.”, por sentencia de veintisiete de noviembre de dos mil nueve, la juez titular de dicho tribunal, doña Alejandra Beatriz Aguilar Muñoz, acogió la demanda sólo en cuanto condenó a la demandada a pagar al actor las sumas de $ 22.076.650 y $ 15.000.000 por lucro cesante y daño moral, respectivamente. En contra de esta sentencia la parte demandada dedujo recurso de nulidad fundado en las causales de la letra b) del artículo 478, en la del artículo 477 y en la de la letra e) del artículo 478, todas disposiciones del Código del Trabajo. El día 27 de enero pasado se procedió a la vista del recurso. CONSIDERANDO: PRIMERO: Que en un primer capítulo del recurso de nulidad, la demandada sostiene que la sentencia ha incurrido en el vicio señalado en la letra b) del artículo 478 del Código del Trabajo, por haber vulnerado el fallo gravemente las reglas de la sana crítica. Sostiene la sociedad recurrente que la sentencia no ponderó correctamente toda la prueba rendida, no explicó suficientemente las razones para asignar valor o desestimar ciertas pruebas y no consideró la multiplicidad, gravedad, precisión, concordancia y conexión de la prueba rendida pues, de haberlo hecho, habría llegado a la conclusión que Plásticos Burgos S.A. no incumplió ninguna obligación laboral que pueda tenerse como causa del Y visto además lo dispuesto en los artículos 1º, 5º, 7º al 10, 41, 42, 184, 425 a 432, 446, 452 y siguientes del Código del Trabajo, artículo 69 y 81 de la ley 16.744, artículo 3º y 24 del decreto Nº 54 que Aprueba el reglamento para la constitución y funcionamiento de los Comités Paritarios de higiene y seguridad, artículo 11 del decreto Nº 40 que Aprueba el reglamento sobre prevención de riesgos profesionales, artículo 44 y 2330 del Código Civil, SE DECLARA: I. Que conforme a lo razonado se rechaza la objeción de documentos planteada por la demandada, sin costas por estimar que hubo motivo plausible para litigar. II. Que conforme a lo razonado se rechaza la objeción de documentos planteada por la demandante, sin costas por estimar que hubo motivo plausible para litigar. III. Que en relación a la excepción de finiquito se rechaza la misma por los argumentos expresado, sin costas por estimar que hubo motivo plausible para litigar. III. Que se rechaza la acción de daño emergente por los argumentos ya expuestos. IV. Que se acoge la acción de lucro cesante y daño moral interpuesta por Alfonso Eduardo Manríquez Riquelme en contra de PLÁSTICOS BURGOS S.A., representada por don Gastón Burgos Ilufi y se le condena a esta última a pagar la cantidad de $ 22.076.650 por concepto de lucro cesante y $ 15.000.000 pesos concepto de daño moral. V.– Que por haber sido vencida, se condena en costas a la demandada que ascienden a un 5% de la cuantía total por la que ha sido condenado. VI. Que las sumas ordenadas pagar mediante la presente sentencia deberán ser consignadas con los reajustes, intereses y recargos que establecen los artículos 63 y 173 del Código del Trabajo, según corresponda. VII.– Ejecutoriada que sea la presente sentencia, cúmplase con lo dispuesto en ella dentro de quinto día, en caso contrario, certifíquese dicha circunstancia y pasen los antecedentes al Juzgado de Cobranza Laboral de Santiago. Devuélvase los documentos acompañados por las partes en la audiencia. Regístrese, archívese en su oportunidad, quedando las partes notificadas de esta sentencia en este acto. Dictada por ALEJANDRA BEATRIZ AGUILAR MUÑOZ, Juez titular del 1º Juzgado del Trabajo de Santiago. RUC Nº 09–4–0019098–1. RIT Nº O–116–2009. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

519

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

accidente del actor, el que se produjo por la propia negligencia de éste. En efecto, agrega, el propio trabajador confesó que gozaba de total facultad para decidir y ordenar la detención de la máquina sopladora en caso que lo necesitara, que el supervisor no le ordenó retirar el molde atascado en dicha máquina con ésta en funcionamiento y que tenía pleno conocimiento que en el caso de haber detenido la máquina no se habría producido el accidente. Lo anterior fue confirmado por el testigo de su parte, don Héctor Alejandro Cáceres Lagos y, también, por los testigos Hernán Rogelio Garrido Lobos y Eduardo Antonio Carreño Patroni. El fallo también concluye que la empresa no se encontraba en cumplimiento del artículo 184 del Código del Trabajo, en circunstancias que el testigo, experto en prevención de riego, don Francisco Meza Gumura, señaló exactamente lo contrario. Tampoco hay antecedentes para lograr arribar a la abultada suma a que se le condenó por daño moral, teniendo presente que la incapacidad del trabajador asciende a un 15%. SEGUNDO: Que la causal en estudio, la de la letra b) del artículo 478 del Código Laboral, esto es, “Cuando haya sido pronunciada (la sentencia) con infracción manifiesta de las normas sobre la apreciación de la prueba conforme a las reglas de la sana crítica”, debe relacionársela con lo que dispone el artículo 456 del mismo cuerpo legal, a saber, “El tribunal apreciará la prueba conforme a las reglas de la sana crítica”. “Al hacerlo, el tribunal deberá expresar las razones jurídicas y las simplemente lógicas, científicas, técnicas o de experiencia, en cuya virtud les asigne valor o las desestime. En general, tomará en especial consideración la multiplicidad, gravedad, precisión, concordancia y conexión de las pruebas o antecedentes del proceso que utilice, de manera que el examen conduzca lógicamente a la conclusión que convence al sentenciador” Cabe hacer notar que la primera disposición transcrita exige no sólo que haya una vulneración a las normas sobre apreciación de la prueba de acuerdo a las reglas de la sana crítica sino que, además, tal infracción sea “manifiesta”, esto es, que aparezca de una manera evidente en el fallo. TERCERO: Que examinando la sentencia impugnada, se constata que en sus motivos cuarto, quinto y sexto se describe toda la prueba rendida, para luego analizarla en los considerandos que siguen, sin que se evidencie una infracción a las reglas sobre apreciación de la prueba conforme a las reglas de la sana crítica y, menos aún, una vulneración “manifiesta”. En efecto, la sentencia pondera los medios probatorios de una manera razonada, sin infringir los principios de la lógica, las máximas de la experiencia o los conocimientos científicamente afianzados, razón por la cual el recurso de nulidad, por esta causal, debe ser rechazado. CUARTO: Que en una segunda causal de nulidad, opuesta en subsidio de la anterior, la demandada afirma que la sentencia ha incurrido en el vicio regulado en la parte final del inciso primero del artículo 477 del Código del Trabajo, esto es, en haber sido dictada con infracción de ley que influyó sustancialmente en lo dispositivo del fallo. Las disposiciones que dice infringidas son: a) el artículo 184 del mismo texto legal; y b) los artículos 34 y siguientes “y demás pertinentes” de la ley 16.744. En efecto -añade-, cuando la sentencia establece que Plásticos Burgos S.A. infringió el artículo 184 del Código del Trabajo por no haber detenido el supervisor la máquina sopladora N° 17, no está sino infringiendo lo dispuesto en esta misma norma, que establece la obligación del empleador de proteger la vida y la salud de sus trabajadores “informando de los posibles riesgos y manteniendo las condiciones adecuadas de higiene y seguridad en las faenas, como también los implementos necesarios para prevenir accidentes y enfermedades profesionales”. Esta disposición contempla un deber de conducta, la que se cumplió, no de resultado a todo evento, de suerte que no porque se produzca un accidente del trabajo el empleador debe responder necesariamente, pues para ello es menester la concurrencia los elementos de la responsabilidad, esto es, la culpa o dolo de parte del empleador. Y en lo que dice relación con los artículos 34 y siguientes de la ley 16.744 sobre accidentes del trabajo y enfermedades profesionales, la infracción se produce por haber condenado a su parte al pago de lucro cesante, toda vez que el trabajador demandante ya recibió una indemnización conforme a lo prevenido en los artículos 34 y 35 de la citada ley y, por consiguiente, estaría siendo indemnizado dos veces por el mismo hecho. QUINTO: Que la primera infracción denunciada, al artículo 184 del Código del Trabajo, no es tal, puesto que, como se sabe, en virtud de esta causal la Corte no puede mutar los presupuestos fácticos establecidos en por el juez de la instancia y, en la especie, la sentencia que se revisa, en su considerando

520

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

accidente del actor, el que se produjo por la propia negligencia de éste. En efecto, agrega, el propio trabajador confesó que gozaba de total facultad para decidir y ordenar la detención de la máquina sopladora en caso que lo necesitara, que el supervisor no le ordenó retirar el molde atascado en dicha máquina con ésta en funcionamiento y que tenía pleno conocimiento que en el caso de haber detenido la máquina no se habría producido el accidente. Lo anterior fue confirmado por el testigo de su parte, don Héctor Alejandro Cáceres Lagos y, también, por los testigos Hernán Rogelio Garrido Lobos y Eduardo Antonio Carreño Patroni. El fallo también concluye que la empresa no se encontraba en cumplimiento del artículo 184 del Código del Trabajo, en circunstancias que el testigo, experto en prevención de riego, don Francisco Meza Gumura, señaló exactamente lo contrario. Tampoco hay antecedentes para lograr arribar a la abultada suma a que se le condenó por daño moral, teniendo presente que la incapacidad del trabajador asciende a un 15%. SEGUNDO: Que la causal en estudio, la de la letra b) del artículo 478 del Código Laboral, esto es, “Cuando haya sido pronunciada (la sentencia) con infracción manifiesta de las normas sobre la apreciación de la prueba conforme a las reglas de la sana crítica”, debe relacionársela con lo que dispone el artículo 456 del mismo cuerpo legal, a saber, “El tribunal apreciará la prueba conforme a las reglas de la sana crítica”. “Al hacerlo, el tribunal deberá expresar las razones jurídicas y las simplemente lógicas, científicas, técnicas o de experiencia, en cuya virtud les asigne valor o las desestime. En general, tomará en especial consideración la multiplicidad, gravedad, precisión, concordancia y conexión de las pruebas o antecedentes del proceso que utilice, de manera que el examen conduzca lógicamente a la conclusión que convence al sentenciador” Cabe hacer notar que la primera disposición transcrita exige no sólo que haya una vulneración a las normas sobre apreciación de la prueba de acuerdo a las reglas de la sana crítica sino que, además, tal infracción sea “manifiesta”, esto es, que aparezca de una manera evidente en el fallo. TERCERO: Que examinando la sentencia impugnada, se constata que en sus motivos cuarto, quinto y sexto se describe toda la prueba rendida, para luego analizarla en los considerandos que siguen, sin que se evidencie una infracción a las reglas sobre apreciación de la prueba conforme a las reglas de la sana crítica y, menos aún, una vulneración “manifiesta”. En efecto, la sentencia pondera los medios probatorios de una manera razonada, sin infringir los principios de la lógica, las máximas de la experiencia o los conocimientos científicamente afianzados, razón por la cual el recurso de nulidad, por esta causal, debe ser rechazado. CUARTO: Que en una segunda causal de nulidad, opuesta en subsidio de la anterior, la demandada afirma que la sentencia ha incurrido en el vicio regulado en la parte final del inciso primero del artículo 477 del Código del Trabajo, esto es, en haber sido dictada con infracción de ley que influyó sustancialmente en lo dispositivo del fallo. Las disposiciones que dice infringidas son: a) el artículo 184 del mismo texto legal; y b) los artículos 34 y siguientes “y demás pertinentes” de la ley 16.744. En efecto -añade-, cuando la sentencia establece que Plásticos Burgos S.A. infringió el artículo 184 del Código del Trabajo por no haber detenido el supervisor la máquina sopladora N° 17, no está sino infringiendo lo dispuesto en esta misma norma, que establece la obligación del empleador de proteger la vida y la salud de sus trabajadores “informando de los posibles riesgos y manteniendo las condiciones adecuadas de higiene y seguridad en las faenas, como también los implementos necesarios para prevenir accidentes y enfermedades profesionales”. Esta disposición contempla un deber de conducta, la que se cumplió, no de resultado a todo evento, de suerte que no porque se produzca un accidente del trabajo el empleador debe responder necesariamente, pues para ello es menester la concurrencia los elementos de la responsabilidad, esto es, la culpa o dolo de parte del empleador. Y en lo que dice relación con los artículos 34 y siguientes de la ley 16.744 sobre accidentes del trabajo y enfermedades profesionales, la infracción se produce por haber condenado a su parte al pago de lucro cesante, toda vez que el trabajador demandante ya recibió una indemnización conforme a lo prevenido en los artículos 34 y 35 de la citada ley y, por consiguiente, estaría siendo indemnizado dos veces por el mismo hecho. QUINTO: Que la primera infracción denunciada, al artículo 184 del Código del Trabajo, no es tal, puesto que, como se sabe, en virtud de esta causal la Corte no puede mutar los presupuestos fácticos establecidos en por el juez de la instancia y, en la especie, la sentencia que se revisa, en su considerando

520

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

521

trigésimo, afirma que la empresa no cumplió con las medidas de capacitación y prevención a la que está obligada y, además, “el jefe de turno señor Cáceres no dio la orden clara de detener la producción en la máquina N° 17 pese a que esta presentaba desperfectos”, concluyendo que existe una vulneración al citado artículo 184 del Código Laboral. Tal conclusión, a la luz del hecho establecido, es obvia y no sólo no infringe dicha disposición sino que le da correcta aplicación. Lo que el recurrente impugna, en realidad, son los hechos que llevaron a dar por vulnerada por parte de la empresa la obligación de seguridad a la que se ha hecho referencia. En cuanto a la segunda transgresión manifestada por la recurrente, la relativa a los artículos 34 y 35 de la ley 16.744, cabe señalar que dichas disposiciones señalan lo siguiente: “Artículo 34.- Se considerará inválido parcial a quien haya sufrido una disminución de su capacidad de ganancia, presumiblemente permanente, igual o superior a un 15% e inferior a un 70%”. “Artículo 35.- Si la disminución es igual o superior a un 15% e inferior a un 40%, la victima tendrá derecho a una indemnización global, cuyo monto no excederá de 15 veces el sueldo base y que se determinará en función de la relación entre dicho monto máximo y el valor asignado a la incapacidad respectiva, en la forma y condiciones previstas en el Reglamento”. “En ningún caso esta indemnización global podrá ser inferior a medio sueldo vital mensual del departamento de Santiago”. La indemnización que dichas disposiciones consignan no es incompatible con el resarcimiento por lucro cesante como lo cree el actor pues, en primer término, ninguna norma de la citada ley señala algo semejante y, todavía, el artículo 69 de la ley 16.744 regula que: “Cuando, el accidente o enfermedad se deba a culpa o dolo de la entidad empleadora o de un tercero, sin perjuicio de las acciones criminales que procedan, deberán observarse las siguientes reglas: a) El organismo administrador tendrá derecho a repetir en contra del responsable del accidente, por las prestaciones que haya otorgado o deba otorgar, y b) La víctima y las demás personas a quienes el accidente o enfermedad cause daño podrán reclamar al empleador o terceros responsables del accidente, también las otras indemnizaciones a que tengan derecho, con arreglo a las prescripciones del derecho común, incluso el daño moral”. Así, entiende esta Corte que la parte final de la letra b) del artículo anterior, de alguna manera hace compatible las indemnizaciones establecidas en el Código Civil a propósito de la responsabilidad contractual, incluido el daño moral, con todas las demás que la citada legislación contemple. SEXTO: Que, de este modo, también se rechazará la segunda causal de nulidad esgrimido por la persona jurídica demandada. SÉPTIMO: Que en subsidio de las dos causales anteriores, la recurrente denuncia el vicio de la letra e) del artículo 478 del Código del Trabajo, el que se habría cometido de dos maneras, a saber: a) Al condenar a su parte a $ 22.076.650 por lucro cesante otorgó más de lo pedido por el demandante pues éste solicitó un porcentaje, aproximadamente un 41,6%, del sueldo mínimo, esto es, $ 165.000, por los 36 años que restaban desde la fecha del accidente hasta su posible jubilación. El tribunal, en cambio, en su motivo trigésimo tercero, fijó un monto de indemnización por lucro cesante sobre la base de un 15% (incapacidad del demandante) pero de la última remuneración, esto es, $ 340.068, lo que no fue demandado por el trabajador. b) Al contener decisiones contradictorias, pues a pesar que la demanda no fue acogida totalmente y establecerse en el considerando trigésimo primero que el demandante se expuso imprudentemente al daño, condenó en costas a su parte, vulnerándose de paso lo dispuesto en el artículo 144 del Código de Procedimiento Civil. OCTAVO: Que no existe la ultra petita denunciada toda vez que la indemnización otorgada no es cuantitativamente mayor a la pedida y, de hecho, es menor. En efecto, el 41,6% de $ 165.000 es $ 68.640 y el 15% de $ 340.068 es $ 51.010, de suerte que la base de cálculo del lucro cesante es menor que el pedido en la demanda. NOVENO: Que tampoco hay decisiones contradictorias. Desde luego, para que proceda esta causal es menester que hayan dos decisiones que se hagan fuego entre sí, de manera que sea imposible cumplirlas, como si se declarara resuelto un contrato y al mismo tiempo se ordenara su cumplimiento. En la especie la decisión de acoger la demanda parcialmente no es incompatible con la de condenar en cos-

trigésimo, afirma que la empresa no cumplió con las medidas de capacitación y prevención a la que está obligada y, además, “el jefe de turno señor Cáceres no dio la orden clara de detener la producción en la máquina N° 17 pese a que esta presentaba desperfectos”, concluyendo que existe una vulneración al citado artículo 184 del Código Laboral. Tal conclusión, a la luz del hecho establecido, es obvia y no sólo no infringe dicha disposición sino que le da correcta aplicación. Lo que el recurrente impugna, en realidad, son los hechos que llevaron a dar por vulnerada por parte de la empresa la obligación de seguridad a la que se ha hecho referencia. En cuanto a la segunda transgresión manifestada por la recurrente, la relativa a los artículos 34 y 35 de la ley 16.744, cabe señalar que dichas disposiciones señalan lo siguiente: “Artículo 34.- Se considerará inválido parcial a quien haya sufrido una disminución de su capacidad de ganancia, presumiblemente permanente, igual o superior a un 15% e inferior a un 70%”. “Artículo 35.- Si la disminución es igual o superior a un 15% e inferior a un 40%, la victima tendrá derecho a una indemnización global, cuyo monto no excederá de 15 veces el sueldo base y que se determinará en función de la relación entre dicho monto máximo y el valor asignado a la incapacidad respectiva, en la forma y condiciones previstas en el Reglamento”. “En ningún caso esta indemnización global podrá ser inferior a medio sueldo vital mensual del departamento de Santiago”. La indemnización que dichas disposiciones consignan no es incompatible con el resarcimiento por lucro cesante como lo cree el actor pues, en primer término, ninguna norma de la citada ley señala algo semejante y, todavía, el artículo 69 de la ley 16.744 regula que: “Cuando, el accidente o enfermedad se deba a culpa o dolo de la entidad empleadora o de un tercero, sin perjuicio de las acciones criminales que procedan, deberán observarse las siguientes reglas: a) El organismo administrador tendrá derecho a repetir en contra del responsable del accidente, por las prestaciones que haya otorgado o deba otorgar, y b) La víctima y las demás personas a quienes el accidente o enfermedad cause daño podrán reclamar al empleador o terceros responsables del accidente, también las otras indemnizaciones a que tengan derecho, con arreglo a las prescripciones del derecho común, incluso el daño moral”. Así, entiende esta Corte que la parte final de la letra b) del artículo anterior, de alguna manera hace compatible las indemnizaciones establecidas en el Código Civil a propósito de la responsabilidad contractual, incluido el daño moral, con todas las demás que la citada legislación contemple. SEXTO: Que, de este modo, también se rechazará la segunda causal de nulidad esgrimido por la persona jurídica demandada. SÉPTIMO: Que en subsidio de las dos causales anteriores, la recurrente denuncia el vicio de la letra e) del artículo 478 del Código del Trabajo, el que se habría cometido de dos maneras, a saber: a) Al condenar a su parte a $ 22.076.650 por lucro cesante otorgó más de lo pedido por el demandante pues éste solicitó un porcentaje, aproximadamente un 41,6%, del sueldo mínimo, esto es, $ 165.000, por los 36 años que restaban desde la fecha del accidente hasta su posible jubilación. El tribunal, en cambio, en su motivo trigésimo tercero, fijó un monto de indemnización por lucro cesante sobre la base de un 15% (incapacidad del demandante) pero de la última remuneración, esto es, $ 340.068, lo que no fue demandado por el trabajador. b) Al contener decisiones contradictorias, pues a pesar que la demanda no fue acogida totalmente y establecerse en el considerando trigésimo primero que el demandante se expuso imprudentemente al daño, condenó en costas a su parte, vulnerándose de paso lo dispuesto en el artículo 144 del Código de Procedimiento Civil. OCTAVO: Que no existe la ultra petita denunciada toda vez que la indemnización otorgada no es cuantitativamente mayor a la pedida y, de hecho, es menor. En efecto, el 41,6% de $ 165.000 es $ 68.640 y el 15% de $ 340.068 es $ 51.010, de suerte que la base de cálculo del lucro cesante es menor que el pedido en la demanda. NOVENO: Que tampoco hay decisiones contradictorias. Desde luego, para que proceda esta causal es menester que hayan dos decisiones que se hagan fuego entre sí, de manera que sea imposible cumplirlas, como si se declarara resuelto un contrato y al mismo tiempo se ordenara su cumplimiento. En la especie la decisión de acoger la demanda parcialmente no es incompatible con la de condenar en cosACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

521

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

522

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

tas, condena que, por lo demás, no forma parte de la sentencia propiamente tal, como reiteradamente se ha sostenido por la Excma. Corte Suprema de Justicia. DÉCIMO. Que, consecuentemente, esta tercera causal de nulidad tampoco prosperará. Y visto, además, lo dispuesto en el artículo 482 del Código del Trabajo, se rechaza el recurso de nulidad deducido pro Plásticos Burgos S.A. en contra de la sentencia de veintisiete de noviembre de dos mil nueve, dictada por la juez titular del Primer Juzgado de Letras del Trabajo, doña Alejandra Beatriz Aguilar Muñoz. Acordada contra el voto del Ministro señor Mera, quien estuvo por acoger el recurso de nulidad por la causal de infracción de ley con influencia en lo dispositivo del fallo, contemplada en la segunda parte del inciso primero del artículo 477 del Código del Trabajo, en relación con los artículos 34 y 35 de la ley 16.744, invalidar el fallo de la instancia y, dictando sentencia de reemplazo, rechazar la demanda en aquella parte en que se solicita indemnización por lucro cesante y absolver de las costas a la demandada por no haber sido vencida totalmente. Tuvo presente para ello: A) Que los artículos 34 y 35 de la ley 16.744, reproducidos en el motivo quinto de esta resolución, contempla una indemnización al trabajador que tenga una invalidez igual o superior a un 15% e inferior a un 40% (en este caso el trabajador demandante tiene una invalidez de un 15%), cuyo monto no excederá de 15 veces el sueldo base y que se determinará en función de la relación entre dicho monto máximo y el valor asignado a la incapacidad respectiva, “en la forma y condiciones previstas en el reglamento”. Esta indemnización, a la que tiene derecho el actor, obedece al mismo principio que informa el denominado lucro cesante, o sea, resarcir al que ha sufrido el daño lo que no percibirá en el futuro debido, precisamente, al perjuicio que se le inflingió. B) Que así ha sido resuelto por la Excma. Corte Suprema, como se desprende la sentencia citada por la recurrente, en autos rol 2.016-2002 de ese alto tribunal. C) Que al otorgarse lucro cesante en circunstancias que este tipo de perjuicio, en el caso del actor, debe ser regulado de acuerdo a los artículos 34 y 35 de la ley 16.744, se han vulnerado estas disposiciones y esta infracción ha influido sustancialmente en lo dispositivo del fallo. D) Que, además, también se ha violado lo que regula el artículo 1556 del Código Civil, pues se ha otorgado lucro cesante sin que se den sus presupuestos. En efecto, se define al lucro cesante como aquél que el acreedor (en este caso el trabajador) ha dejado de ganar en virtud del no cumplimiento por parte del deudor (el empleador) o, lo que es igual, lo que el acreedor hubiera obtenido si el deudor hubiera cumplido oportunamente. Al efecto se sostiene que se deben indemnizar sólo las utilidades realmente probables y no las posibles (Arturo Alessandri Rodríguez: “De la Responsabilidad Extracontractual en el Derecho Civil Chileno”, Ediar Editores, 2ª Edición, 1983, Tomo II, página 551). Luego, el albur que siempre importa la indemnización del lucro cesante no puede llevar a extremos de suponer, como lo hace el actor, que habría trabajado hasta la fecha en que habría podido jubilar, percibiendo a tal data una remuneración similar a la que ganaba antes de terminar su relación laboral con la demandada. Tal pretensión escapa a lo que el artículo 1556 del Código Civil entiende por lucro cesante. E) Que, en todo caso, y sin perjuicio del rechazo a la causal de la letra e) del artículo 478 del Código Laboral, por tener la sentencia decisiones contradictorias, el que disiente cree un deber consignar que el artículo 144 del Código de Procedimiento Civil -disposición aplicable en materia laboral por no haber norma especial al respecto- establece que “la parte que sea vencida totalmente en un juicio o en un incidente, será condenada al pago de las costas”, razón por la cual, a contrario sensu, si la parte no es vencida totalmente, como sucede en la especie, no se la puede condenar en costas y hacerlo constituye un error de derecho, lo que no fue alegado y sin que esta Corte pueda proceder de oficio, por no encontrarse en el caso del inciso final del artículo 479 del Código del Trabajo. Redacción del Ministro señor Mera. Regístrese y comuníquese. N° 146-2009. Dictada por la Décima Sala de la Iltma. Corte de Apelaciones de Santiago, presidida por el Ministro señor Juan Cristóbal Mera Muñoz e integrada, además, por la Fiscal Judicial doña Marta Jimena Pinto Salazar y por la Abogado Integrante señora Andrea Muñoz Sánchez.

tas, condena que, por lo demás, no forma parte de la sentencia propiamente tal, como reiteradamente se ha sostenido por la Excma. Corte Suprema de Justicia. DÉCIMO. Que, consecuentemente, esta tercera causal de nulidad tampoco prosperará. Y visto, además, lo dispuesto en el artículo 482 del Código del Trabajo, se rechaza el recurso de nulidad deducido pro Plásticos Burgos S.A. en contra de la sentencia de veintisiete de noviembre de dos mil nueve, dictada por la juez titular del Primer Juzgado de Letras del Trabajo, doña Alejandra Beatriz Aguilar Muñoz. Acordada contra el voto del Ministro señor Mera, quien estuvo por acoger el recurso de nulidad por la causal de infracción de ley con influencia en lo dispositivo del fallo, contemplada en la segunda parte del inciso primero del artículo 477 del Código del Trabajo, en relación con los artículos 34 y 35 de la ley 16.744, invalidar el fallo de la instancia y, dictando sentencia de reemplazo, rechazar la demanda en aquella parte en que se solicita indemnización por lucro cesante y absolver de las costas a la demandada por no haber sido vencida totalmente. Tuvo presente para ello: A) Que los artículos 34 y 35 de la ley 16.744, reproducidos en el motivo quinto de esta resolución, contempla una indemnización al trabajador que tenga una invalidez igual o superior a un 15% e inferior a un 40% (en este caso el trabajador demandante tiene una invalidez de un 15%), cuyo monto no excederá de 15 veces el sueldo base y que se determinará en función de la relación entre dicho monto máximo y el valor asignado a la incapacidad respectiva, “en la forma y condiciones previstas en el reglamento”. Esta indemnización, a la que tiene derecho el actor, obedece al mismo principio que informa el denominado lucro cesante, o sea, resarcir al que ha sufrido el daño lo que no percibirá en el futuro debido, precisamente, al perjuicio que se le inflingió. B) Que así ha sido resuelto por la Excma. Corte Suprema, como se desprende la sentencia citada por la recurrente, en autos rol 2.016-2002 de ese alto tribunal. C) Que al otorgarse lucro cesante en circunstancias que este tipo de perjuicio, en el caso del actor, debe ser regulado de acuerdo a los artículos 34 y 35 de la ley 16.744, se han vulnerado estas disposiciones y esta infracción ha influido sustancialmente en lo dispositivo del fallo. D) Que, además, también se ha violado lo que regula el artículo 1556 del Código Civil, pues se ha otorgado lucro cesante sin que se den sus presupuestos. En efecto, se define al lucro cesante como aquél que el acreedor (en este caso el trabajador) ha dejado de ganar en virtud del no cumplimiento por parte del deudor (el empleador) o, lo que es igual, lo que el acreedor hubiera obtenido si el deudor hubiera cumplido oportunamente. Al efecto se sostiene que se deben indemnizar sólo las utilidades realmente probables y no las posibles (Arturo Alessandri Rodríguez: “De la Responsabilidad Extracontractual en el Derecho Civil Chileno”, Ediar Editores, 2ª Edición, 1983, Tomo II, página 551). Luego, el albur que siempre importa la indemnización del lucro cesante no puede llevar a extremos de suponer, como lo hace el actor, que habría trabajado hasta la fecha en que habría podido jubilar, percibiendo a tal data una remuneración similar a la que ganaba antes de terminar su relación laboral con la demandada. Tal pretensión escapa a lo que el artículo 1556 del Código Civil entiende por lucro cesante. E) Que, en todo caso, y sin perjuicio del rechazo a la causal de la letra e) del artículo 478 del Código Laboral, por tener la sentencia decisiones contradictorias, el que disiente cree un deber consignar que el artículo 144 del Código de Procedimiento Civil -disposición aplicable en materia laboral por no haber norma especial al respecto- establece que “la parte que sea vencida totalmente en un juicio o en un incidente, será condenada al pago de las costas”, razón por la cual, a contrario sensu, si la parte no es vencida totalmente, como sucede en la especie, no se la puede condenar en costas y hacerlo constituye un error de derecho, lo que no fue alegado y sin que esta Corte pueda proceder de oficio, por no encontrarse en el caso del inciso final del artículo 479 del Código del Trabajo. Redacción del Ministro señor Mera. Regístrese y comuníquese. N° 146-2009. Dictada por la Décima Sala de la Iltma. Corte de Apelaciones de Santiago, presidida por el Ministro señor Juan Cristóbal Mera Muñoz e integrada, además, por la Fiscal Judicial doña Marta Jimena Pinto Salazar y por la Abogado Integrante señora Andrea Muñoz Sánchez.

522

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

523

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol N°: O-590-2009 Cita online: CL/JUR/15936/2010 I. SENTENCIA DEL JUZGADO DE LETRAS DEL TRABAJO Santiago, veinticinco de enero de dos mil diez. VISTOS, OÍDOS Y CONSIDERANDO: PRIMERO: Que comparece don Héctor Domingo Muñoz Lara, maestro en calefacción, domiciliado en calle Huérfanos N°835, oficina N° 1601, comuna de Santiago, quien deduce demanda en juicio del trabajo de aplicación general de indemnización de perjuicios en contra de la empleadora al momento de ocurrir el accidente de trabajo Gustavo Boetsch y Compañía Limitada, también denominada Kaltemp, empresa del giro de instalación de sistemas completos de aire acondicionado y calefacción a edificios, representada por don Gustavo Boestch Bustamante, ambos domiciliados en Avenida Américo Vespucio Norte N° 2506, comuna de Vitacura, como empleadora directa; y también demanda a Constructora MBDI S.A., sociedad del giro construcción y desarrollo de proyectos inmobiliarios, representada por don Carlos Decombe Browne, empresario, ambos con domicilio en Avenida 11 de septiembre N° 1860, oficina 61, comuna de Providencia, en su calidad de dueña de la obra, empresa y/o faena y además en su calidad de mandante y contratante de los servicios Kaltemp, a la cual en definitiva prestaba servicios, en el proyecto inmobiliario denominado Edificio Iberoamérica, ubicado en calle La Gloria, comuna de Las Condes. Señala que con fecha 26 de agosto de 1993, celebró contrato de trabajo con la empresa Kaltemp, en calidad de maestro de calefacción, para trabajar en distintos proyectos inmobiliarios en los cuales prestaba servicios; que su remuneración ascendía a la suma de $ 850.000. Precisa que en la obra la demandada se desempeñaba como contratista, efectuando la instalación completa de la calefacción y aire acondicionado al Edificio Iberoamérica, ubicado en calle La Gloria, comuna de Las Condes, obra construida por MBDI S.A.; que le fue ordenado continuar con la instalación de dilatadores y flanges, piezas de fierro, que se instalan como seguridad entre las cañerías, para que en el caso de haber movimientos éstas no se rompan, consistiendo su labor específicamente en soldar los flanges en ambas cañerías correspondientes a uno de los pisos superiores del edificio en construcción; menciona que para trasladar tales cañerías contaban con tecles, los que eran manipulados por otro compañero que se encontraba en un piso bastante superior, al cual estaba él, comunicándose con golpes en las cañerías cuando éstas iban bajando; indica que los tecles se encontraban en pésimas condiciones, pues las cadenas cedían y no funcionaban los seguros, situación que se le hizo presente al supervisor Ramón Aros. Relata que aproximadamente a las 11.00 horas, en circunstancias que su compañero manejaba el tecle para subir la cañería a unos 15 centímetros de los flanges, e instalar el dilatador que va entre medio de la cañería y el flange, mientras instalaba el dilatador, intempestivamente el tecle cedió quedando así aplastada y atrapada su mano derecha, entre la cañería y el flange; esgrime que intentó liberar su mano, levantando con la otra la cañería, así una vez que logró sacarla observaba que se encontraba prácticamente destrozada, por lo que corrió a pedir auxilio a sus compañeros, tardando su jefe en llegar a la obra como 15 minutos, quien lo trasladó hasta la agencia de la AChS más cercana, lugar en donde le prestaron los primeros auxilios, sin embargo por la gravedad de sus lesiones tuvo que ser derivado de urgencias hasta el Hospital del Trabajador de Santiago; fue examinado por los médicos de turno, ingresó de manera directa a pabellón, debiendo amputar la primera falange del dedo medio derecho, sin embargo y luego de seis meses tuvieron que amputarle hasta la segunda falange, pues nunca logró cicatrizar debidamente. Manifiesta que a partir de ese momento comenzó un largo y doloroso proceso de curaciones quirúrgicas, iniciando el tratamiento de rehabilitación, en el que permaneció por más de un año. Considera que ambas demandadas son responsables del accidente, pues ninguna de ellas adoptó las medidas de seguridad mínimas para evitar que sucediera el accidente y salvaguardar la vida e integridad física de sus trabajadores, se les obligaba a laborar en un procedimiento inseguro sin existir un

Santiago, veinticinco de enero de dos mil diez. VISTOS, OÍDOS Y CONSIDERANDO: PRIMERO: Que comparece don Héctor Domingo Muñoz Lara, maestro en calefacción, domiciliado en calle Huérfanos N°835, oficina N° 1601, comuna de Santiago, quien deduce demanda en juicio del trabajo de aplicación general de indemnización de perjuicios en contra de la empleadora al momento de ocurrir el accidente de trabajo Gustavo Boetsch y Compañía Limitada, también denominada Kaltemp, empresa del giro de instalación de sistemas completos de aire acondicionado y calefacción a edificios, representada por don Gustavo Boestch Bustamante, ambos domiciliados en Avenida Américo Vespucio Norte N° 2506, comuna de Vitacura, como empleadora directa; y también demanda a Constructora MBDI S.A., sociedad del giro construcción y desarrollo de proyectos inmobiliarios, representada por don Carlos Decombe Browne, empresario, ambos con domicilio en Avenida 11 de septiembre N° 1860, oficina 61, comuna de Providencia, en su calidad de dueña de la obra, empresa y/o faena y además en su calidad de mandante y contratante de los servicios Kaltemp, a la cual en definitiva prestaba servicios, en el proyecto inmobiliario denominado Edificio Iberoamérica, ubicado en calle La Gloria, comuna de Las Condes. Señala que con fecha 26 de agosto de 1993, celebró contrato de trabajo con la empresa Kaltemp, en calidad de maestro de calefacción, para trabajar en distintos proyectos inmobiliarios en los cuales prestaba servicios; que su remuneración ascendía a la suma de $ 850.000. Precisa que en la obra la demandada se desempeñaba como contratista, efectuando la instalación completa de la calefacción y aire acondicionado al Edificio Iberoamérica, ubicado en calle La Gloria, comuna de Las Condes, obra construida por MBDI S.A.; que le fue ordenado continuar con la instalación de dilatadores y flanges, piezas de fierro, que se instalan como seguridad entre las cañerías, para que en el caso de haber movimientos éstas no se rompan, consistiendo su labor específicamente en soldar los flanges en ambas cañerías correspondientes a uno de los pisos superiores del edificio en construcción; menciona que para trasladar tales cañerías contaban con tecles, los que eran manipulados por otro compañero que se encontraba en un piso bastante superior, al cual estaba él, comunicándose con golpes en las cañerías cuando éstas iban bajando; indica que los tecles se encontraban en pésimas condiciones, pues las cadenas cedían y no funcionaban los seguros, situación que se le hizo presente al supervisor Ramón Aros. Relata que aproximadamente a las 11.00 horas, en circunstancias que su compañero manejaba el tecle para subir la cañería a unos 15 centímetros de los flanges, e instalar el dilatador que va entre medio de la cañería y el flange, mientras instalaba el dilatador, intempestivamente el tecle cedió quedando así aplastada y atrapada su mano derecha, entre la cañería y el flange; esgrime que intentó liberar su mano, levantando con la otra la cañería, así una vez que logró sacarla observaba que se encontraba prácticamente destrozada, por lo que corrió a pedir auxilio a sus compañeros, tardando su jefe en llegar a la obra como 15 minutos, quien lo trasladó hasta la agencia de la AChS más cercana, lugar en donde le prestaron los primeros auxilios, sin embargo por la gravedad de sus lesiones tuvo que ser derivado de urgencias hasta el Hospital del Trabajador de Santiago; fue examinado por los médicos de turno, ingresó de manera directa a pabellón, debiendo amputar la primera falange del dedo medio derecho, sin embargo y luego de seis meses tuvieron que amputarle hasta la segunda falange, pues nunca logró cicatrizar debidamente. Manifiesta que a partir de ese momento comenzó un largo y doloroso proceso de curaciones quirúrgicas, iniciando el tratamiento de rehabilitación, en el que permaneció por más de un año. Considera que ambas demandadas son responsables del accidente, pues ninguna de ellas adoptó las medidas de seguridad mínimas para evitar que sucediera el accidente y salvaguardar la vida e integridad física de sus trabajadores, se les obligaba a laborar en un procedimiento inseguro sin existir un

I. SENTENCIA DEL JUZGADO DE LETRAS DEL TRABAJO

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol N°: O-590-2009 Cita online: CL/JUR/15936/2010 ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

523

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

mecanismo adecuado que disminuyera el riesgo al trabajar, de lo que lamentablemente se percató tras sufrir el accidente. Agrega que las labores las ejecutaba en completo desorden y de manera informal, sin procedimientos de seguridad adecuados, con máquinas en pésimas condiciones de seguridad, pues el tecle no contaba con seguros y en varias oportunidades las cadenas cedían, lo que dejaba la posibilidad de ocurrencia de un accidente; indica que luego de este accidente, la demandada procedió a su despido, el que se verificó el 4 de junio de 2009, invocando la causal de mutuo acuerdo de las partes, pues ya no les servía. Afirma que se calificó el accidente sufrido como un accidente de trabajo, otorgándosele las prestaciones médicas de rigor y proporcionándosele los subsidios por incapacidad laboral que le franquea la ley, toda vez que sufrió la amputación de la segunda falange del dedo medio derecho y fractura de la tercera falange de los dedos medio y anular de la mano derecha, disminución de la fuerza de presión de la mano derecha, exclusión funcional parcial dedo medio derecho, hipertesia borde muñón dedo medio derecho; que la Comisión de Medicina Preventiva determinó que había sufrido una incapacidad, debido al accidente, ascendente al 15% de sus capacidades, con lo cual no puede efectuar labores simples, ningún tipo de actividad que requiere fuerza o precisión con dicha mano, que los mismos son permanentes, pues ha quedado con la mano derecha prácticamente mutilada, que tiene 42 años de edad y con el producto de su trabajo mantiene a la familia, integrada por su esposa y tres hijos a quienes debe mantener y educar, con todo pretende demostrar que ha sufrido un perjuicio de sufrimiento; asimismo señala que ha dejado de realizar actividades normales que estaba acostumbrado a realizar, por lo que también ha sufrido un perjuicio de agrado. Señala que las demandadas han infringido lo dispuesto en el artículo 183 E y 184 del Código del Trabajo, lo dispuesto en el artículo 66 bis de la ley Nº 16.744 y el artículo 3° del decreto supremo N° 594 de 1999, del Ministerio de Salud; indica que el deber de protección establecido en el inciso primero del artículo 184 determina que la protección de parte del empleador debe ser eficaz, para prevenir el accidente; con relación a la obligación de prevención y seguridad que pesa sobre el empleador alude a los artículos 66, 66 bis,67 y 68 de la ley Nº 16.744, señala que en la especie ha habido normativa que se han incumplido, normas sobre una adecuada y óptima capacitación e información de los riesgos a los trabajadores; que las obligaciones ya citadas constituyen obligaciones de la naturaleza del contrato, pues de acuerdo a lo dispuesto en el artículo 1556 del Código Civil, a propósito de las obligaciones contractuales, estableciendo incluso el Código del Trabajo la irrenunciabilidad de derechos. Esgrime que el contrato de trabajo además de contener el aludido contenido patrimonial tiene un importante contenido personal, en el que destacan el deber general de protección del empleador y los de lealtad y fidelidad que pesa por sobre los trabajadores; también contiene el deber de seguridad, cuyos valores tienden a preservar la obligación de seguridad en forma directa e inmediata y no de índole patrimonial, sino que son la propia vida, la integridad física y psíquica y salud del trabajador. Señala que dada la circunstancia que la ley Nº 16.744, en su artículo 69 no determina el grado de culpa que debe responder el empleador, la jurisprudencia ha concluido que es el propio de la culpa levísima, es decir, la falta de aquella esmerada diligencia que un hombre juicioso emplea en la administración de sus negocios, todo lo cual guarda consonancia con la forma que debe interpretarse y aplicarse la norma varias veces citada, esto es, 184 del Código del Trabajo. Respecto de su caso, señala que las demandadas no adoptaron las medidas eficaces de protección, pues el accidente se debió a la falta de un procedimiento de trabajo seguro, falta de instructivos de normas y medidas básicas para prevenir la ocurrencia del accidente, con maquinaria en deficiente estado, inexistencia de un procedimiento formal para utilizarlo, no hubo advertencias o información sobre los peligros del tecle, no existía mecanismo de cuidado que disminuyera el riesgo, no existía un supervisor en la zona del accidente, hubo un descuido en la supervisión de los riesgos, contraviniendo además normas contenidas en la ley Nº 16.744, DS N° 40 de 1969 del Ministerio del Trabajo y Previsión Social, infracciones a los artículos 3, 36, 37, 43 y 53 acápite 1° del decreto supremo N° 594 de 1999 del Ministerio del Trabajo y Previsión Social, lo que implica que debe responder de la culpa levísima debiendo en consecuencia indemnizarlo de los daños provocados con tal incumplimiento, debiendo cubrir la misma el lucro cesante y el daño moral.

524

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

mecanismo adecuado que disminuyera el riesgo al trabajar, de lo que lamentablemente se percató tras sufrir el accidente. Agrega que las labores las ejecutaba en completo desorden y de manera informal, sin procedimientos de seguridad adecuados, con máquinas en pésimas condiciones de seguridad, pues el tecle no contaba con seguros y en varias oportunidades las cadenas cedían, lo que dejaba la posibilidad de ocurrencia de un accidente; indica que luego de este accidente, la demandada procedió a su despido, el que se verificó el 4 de junio de 2009, invocando la causal de mutuo acuerdo de las partes, pues ya no les servía. Afirma que se calificó el accidente sufrido como un accidente de trabajo, otorgándosele las prestaciones médicas de rigor y proporcionándosele los subsidios por incapacidad laboral que le franquea la ley, toda vez que sufrió la amputación de la segunda falange del dedo medio derecho y fractura de la tercera falange de los dedos medio y anular de la mano derecha, disminución de la fuerza de presión de la mano derecha, exclusión funcional parcial dedo medio derecho, hipertesia borde muñón dedo medio derecho; que la Comisión de Medicina Preventiva determinó que había sufrido una incapacidad, debido al accidente, ascendente al 15% de sus capacidades, con lo cual no puede efectuar labores simples, ningún tipo de actividad que requiere fuerza o precisión con dicha mano, que los mismos son permanentes, pues ha quedado con la mano derecha prácticamente mutilada, que tiene 42 años de edad y con el producto de su trabajo mantiene a la familia, integrada por su esposa y tres hijos a quienes debe mantener y educar, con todo pretende demostrar que ha sufrido un perjuicio de sufrimiento; asimismo señala que ha dejado de realizar actividades normales que estaba acostumbrado a realizar, por lo que también ha sufrido un perjuicio de agrado. Señala que las demandadas han infringido lo dispuesto en el artículo 183 E y 184 del Código del Trabajo, lo dispuesto en el artículo 66 bis de la ley Nº 16.744 y el artículo 3° del decreto supremo N° 594 de 1999, del Ministerio de Salud; indica que el deber de protección establecido en el inciso primero del artículo 184 determina que la protección de parte del empleador debe ser eficaz, para prevenir el accidente; con relación a la obligación de prevención y seguridad que pesa sobre el empleador alude a los artículos 66, 66 bis,67 y 68 de la ley Nº 16.744, señala que en la especie ha habido normativa que se han incumplido, normas sobre una adecuada y óptima capacitación e información de los riesgos a los trabajadores; que las obligaciones ya citadas constituyen obligaciones de la naturaleza del contrato, pues de acuerdo a lo dispuesto en el artículo 1556 del Código Civil, a propósito de las obligaciones contractuales, estableciendo incluso el Código del Trabajo la irrenunciabilidad de derechos. Esgrime que el contrato de trabajo además de contener el aludido contenido patrimonial tiene un importante contenido personal, en el que destacan el deber general de protección del empleador y los de lealtad y fidelidad que pesa por sobre los trabajadores; también contiene el deber de seguridad, cuyos valores tienden a preservar la obligación de seguridad en forma directa e inmediata y no de índole patrimonial, sino que son la propia vida, la integridad física y psíquica y salud del trabajador. Señala que dada la circunstancia que la ley Nº 16.744, en su artículo 69 no determina el grado de culpa que debe responder el empleador, la jurisprudencia ha concluido que es el propio de la culpa levísima, es decir, la falta de aquella esmerada diligencia que un hombre juicioso emplea en la administración de sus negocios, todo lo cual guarda consonancia con la forma que debe interpretarse y aplicarse la norma varias veces citada, esto es, 184 del Código del Trabajo. Respecto de su caso, señala que las demandadas no adoptaron las medidas eficaces de protección, pues el accidente se debió a la falta de un procedimiento de trabajo seguro, falta de instructivos de normas y medidas básicas para prevenir la ocurrencia del accidente, con maquinaria en deficiente estado, inexistencia de un procedimiento formal para utilizarlo, no hubo advertencias o información sobre los peligros del tecle, no existía mecanismo de cuidado que disminuyera el riesgo, no existía un supervisor en la zona del accidente, hubo un descuido en la supervisión de los riesgos, contraviniendo además normas contenidas en la ley Nº 16.744, DS N° 40 de 1969 del Ministerio del Trabajo y Previsión Social, infracciones a los artículos 3, 36, 37, 43 y 53 acápite 1° del decreto supremo N° 594 de 1999 del Ministerio del Trabajo y Previsión Social, lo que implica que debe responder de la culpa levísima debiendo en consecuencia indemnizarlo de los daños provocados con tal incumplimiento, debiendo cubrir la misma el lucro cesante y el daño moral.

524

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

525

Esgrime que en cuanto a la responsabilidad directa y solidaria de Constructora MBDI S.A. se encuentra determinada conforme lo establece el artículo 183 B y 183 E del Código del Trabajo. En cuanto a las indemnizaciones pretendidas las sustenta en virtud de lo dispuesto en el artículo 1556 y siguientes, del Código Civil; a este respecto y exponiendo lo que se debe entenderse por lucro cesante, demanda por este concepto la suma de $ 35.190.000, considerando para ello la remuneración percibida al momento del accidente $ 850.000, los años que le quedan para jubilar y el porcentaje de incapacidad ya determinado, 15%. En relación al daño moral manifiesta que de acuerdo a lo que ha sido recogido por el derecho chileno y la circunstancia que es indiscutible la procedencia del daño moral cuando deriva de un accidente del trabajo, recogiéndolo tanto la Constitución Política de la República como el artículo 69 de la ley Nº 16.744. a este respecto y exponiendo lo que debe entenderse por daño moral demanda por este concepto la suma de $ 60.000.000. Como consecuencia de lo anterior solicita se condene a las demandadas a pagar de manera solidaria o subsidiarias las indemnizaciones por daño moral y por lucro cesante que se pretenden en el libelo, o en subsidio las indemnizaciones que por tales conceptos y en la forma que se determine, en cantidades superiores o inferiores, a las peticionadas en la demanda de acuerdo a la justifica, equidad y al mérito del proceso; que tales indemnizaciones se deberán pagar con los reajustes e intereses que establecen los artículos 163 y 173 del Código del Trabajo, o en subsidio con los reajustes, e interese que sean determinados, contados desde la fecha de notificación de la demanda o desde la fecha que el tribunal lo determine y las costas de la causa. SEGUNDO: Que la demandada Constructora Emebe Decombe Izquierdo Limitada, contesta la demanda interpuesta en su contra y solicita su rechazo. Reconoce que su representada edificó el Edificio Iberoamérica ubicado en calle La Gloria, comuna de Las Condes y que encargó la instalación del sistema de calefacción y aire acondicionado a la empresa Gustavo Boetsch y Cia. Ltda., denominada también Kaltemp. Señala que en relación a las disposiciones legales en que el actor sustenta su acción, el deber de protección de la empresa principal para con los trabajadores de su contratista se cumple vigilando, que el contratista cumpla con la normativa de higiene y seguridad y manteniendo ella misma condiciones sanitarias y ambientales adecuadas, aduce que el deber de mantener condiciones sanitarias y ambientes adecuados dice relación con la generalidad de las instalaciones y no con la labor propia del contratista, pues aquél deber de vigilancia respecto de aquella labor carecería de sentido. Afirma que ocurriendo el accidente en la órbita de funciones propia del contratista, en este caso Kaltemp, la responsabilidad de su representada, debe decir relación con el cumplimiento de su deber de vigilancia siéndole imputable el accidente, si y sólo si, existe un nexo causal entre dicho incumplimiento y el accidente, habiendo además culpa, esto es, negligencia de la empresa principal en aquél incumplimiento. Precisa que su representada dio cabal cumplimiento de su deber de seguridad en la forma prevista en el artículo 66 bis de la ley Nº 16.744, esto es, vigiló que en los contratos se cumpliera la normativa relativa a higiene y seguridad, realizando las diversas acciones que establece la ley, esto es, confeccionó un reglamento especial, exigió la constitución y el funcionamiento de un Comité Paritario. Advierte que el demandante no ha entregado antecedente alguno que vincule a su representada, resultando más bien de su relato, que el accidente pudo deberse a culpa de su compañero de labores, la persona que manejaba el tecle o caso fortuito; desconoce por ello cualquier tipo de responsabilidad que se le atribuye. Señala que su representada tomó conocimiento que entre el trabajador y la demandada Kaltemp, se suscribió un finiquito por mutuo acuerdo de las partes, poniendo fin a una relación contractual de más de 15 años, y con pago voluntario de la empresa a más de un año de la ocurrencia del accidente, finiquito que señala tiene poder liberatorio para el empleador de todas las obligaciones que pudieren emanar de la relación laboral y en particular del accidente que se alega y que habría sido compensado con una indemnización acordada, aún sin culpa reconocida. De esta forma, afirma que la demanda no sólo es improcedente sino que se busca una nueva compensación, careciendo en consecuencia de acción el actor para demandar. Menciona que su representada no tiene responsabilidad en el accidente sufrido, y que según el propio relato del demandante este se habría debido a un mal estado del tecle, maniobrado por un compañero de faena, máquina que es proporcionada por Kaltemp y no por su representada, obligada la primera a verificar la instrucción de su manipulación con elementos seguros y en buen estado y su

Esgrime que en cuanto a la responsabilidad directa y solidaria de Constructora MBDI S.A. se encuentra determinada conforme lo establece el artículo 183 B y 183 E del Código del Trabajo. En cuanto a las indemnizaciones pretendidas las sustenta en virtud de lo dispuesto en el artículo 1556 y siguientes, del Código Civil; a este respecto y exponiendo lo que se debe entenderse por lucro cesante, demanda por este concepto la suma de $ 35.190.000, considerando para ello la remuneración percibida al momento del accidente $ 850.000, los años que le quedan para jubilar y el porcentaje de incapacidad ya determinado, 15%. En relación al daño moral manifiesta que de acuerdo a lo que ha sido recogido por el derecho chileno y la circunstancia que es indiscutible la procedencia del daño moral cuando deriva de un accidente del trabajo, recogiéndolo tanto la Constitución Política de la República como el artículo 69 de la ley Nº 16.744. a este respecto y exponiendo lo que debe entenderse por daño moral demanda por este concepto la suma de $ 60.000.000. Como consecuencia de lo anterior solicita se condene a las demandadas a pagar de manera solidaria o subsidiarias las indemnizaciones por daño moral y por lucro cesante que se pretenden en el libelo, o en subsidio las indemnizaciones que por tales conceptos y en la forma que se determine, en cantidades superiores o inferiores, a las peticionadas en la demanda de acuerdo a la justifica, equidad y al mérito del proceso; que tales indemnizaciones se deberán pagar con los reajustes e intereses que establecen los artículos 163 y 173 del Código del Trabajo, o en subsidio con los reajustes, e interese que sean determinados, contados desde la fecha de notificación de la demanda o desde la fecha que el tribunal lo determine y las costas de la causa. SEGUNDO: Que la demandada Constructora Emebe Decombe Izquierdo Limitada, contesta la demanda interpuesta en su contra y solicita su rechazo. Reconoce que su representada edificó el Edificio Iberoamérica ubicado en calle La Gloria, comuna de Las Condes y que encargó la instalación del sistema de calefacción y aire acondicionado a la empresa Gustavo Boetsch y Cia. Ltda., denominada también Kaltemp. Señala que en relación a las disposiciones legales en que el actor sustenta su acción, el deber de protección de la empresa principal para con los trabajadores de su contratista se cumple vigilando, que el contratista cumpla con la normativa de higiene y seguridad y manteniendo ella misma condiciones sanitarias y ambientales adecuadas, aduce que el deber de mantener condiciones sanitarias y ambientes adecuados dice relación con la generalidad de las instalaciones y no con la labor propia del contratista, pues aquél deber de vigilancia respecto de aquella labor carecería de sentido. Afirma que ocurriendo el accidente en la órbita de funciones propia del contratista, en este caso Kaltemp, la responsabilidad de su representada, debe decir relación con el cumplimiento de su deber de vigilancia siéndole imputable el accidente, si y sólo si, existe un nexo causal entre dicho incumplimiento y el accidente, habiendo además culpa, esto es, negligencia de la empresa principal en aquél incumplimiento. Precisa que su representada dio cabal cumplimiento de su deber de seguridad en la forma prevista en el artículo 66 bis de la ley Nº 16.744, esto es, vigiló que en los contratos se cumpliera la normativa relativa a higiene y seguridad, realizando las diversas acciones que establece la ley, esto es, confeccionó un reglamento especial, exigió la constitución y el funcionamiento de un Comité Paritario. Advierte que el demandante no ha entregado antecedente alguno que vincule a su representada, resultando más bien de su relato, que el accidente pudo deberse a culpa de su compañero de labores, la persona que manejaba el tecle o caso fortuito; desconoce por ello cualquier tipo de responsabilidad que se le atribuye. Señala que su representada tomó conocimiento que entre el trabajador y la demandada Kaltemp, se suscribió un finiquito por mutuo acuerdo de las partes, poniendo fin a una relación contractual de más de 15 años, y con pago voluntario de la empresa a más de un año de la ocurrencia del accidente, finiquito que señala tiene poder liberatorio para el empleador de todas las obligaciones que pudieren emanar de la relación laboral y en particular del accidente que se alega y que habría sido compensado con una indemnización acordada, aún sin culpa reconocida. De esta forma, afirma que la demanda no sólo es improcedente sino que se busca una nueva compensación, careciendo en consecuencia de acción el actor para demandar. Menciona que su representada no tiene responsabilidad en el accidente sufrido, y que según el propio relato del demandante este se habría debido a un mal estado del tecle, maniobrado por un compañero de faena, máquina que es proporcionada por Kaltemp y no por su representada, obligada la primera a verificar la instrucción de su manipulación con elementos seguros y en buen estado y su ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

525

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

personal advertido de la importancia de esas obligaciones, siendo en tal caso el accidente ajeno a su representada. Advierte que el demandante era un trabajador con al menos 15 años de experiencia, probablemente el más experimentado en ese momento en la faena, de manera que podría haber observado a sus superiores las condiciones inseguras que alega, o incluso haber dispuesto el mismo una manera más segura de trabajar. TERCERO: Que la demandada “Gustavo Boetsch y Cía. Ltda.” empresa del giro de Instalación de Sistemas de Aire Acondicionado y Calefacción, contestando la demanda solicita el su rechazo, con costas. Reconoce relación laboral con el actor y su período de vigencia, como también las funciones prestadas, esto es, que el demandante se desempeñaba como maestro de Calefacción; que dicho vínculo contractual duró hasta el 4 de junio del año 2009, fecha en la cual se dio término a la misma, a petición del trabajador, pues él solicitó formalmente ser desvinculado por mutuo acuerdo entre las partes, pese a que la empresa quería y necesitaba seguir contando con sus servicios; no obstante ello y dada la insistencia del trabajador se pactó una indemnización a todo evento como consta del finiquito firmado entre las partes, ante el Notario de Santiago don Fernando Celis Urrutia, instrumento que establece una indemnización acordada equivalente a $ 3.812.511., la que tiene por objeto cubrir los daños causados en el accidente del trabajo ocurrido el día 15 de enero, 2008 como lo indicaremos más adelante. Señala que aquella indemnización fue clara y expresamente buscada por el trabajador quien solicitó la entrega de una camioneta, marca Nissan, modelo D 21 Pick Up, D CAB 2.4, año 2004, color blanco, placa única nacional XP 8956 7, para lo cual se procedió a emitir la factura N° 77 por la suma de $ 3.300.00, que acompañaremos en la etapa procesal correspondiente. Precisa que al examinar el finiquito celebrado entre las partes, no existe reserva de derechos por parte del trabajador, por lo cual se ha cumplido con los requisitos establecidos en la ley, esto es, que conste por escrito y que sea ratificado ante Notario Público, Inspector del Trabajo o Presidente del Sindicato o delegado sindical o de personal. Citó jurisprudencia de los tribunales de alzada, en cuanto a lo que se ha entendido por el finiquito; así, afirma que en la especie el “finiquito” cumple con todas las exigencias establecidas en el artículo 177 del Código del Trabajo y en tal sentido ratifica el poder liberatorio para el empleador, resguardando al empleador a futuro ya sea por reclamaciones judiciales o extrajudiciales que pudieran interponerse en su contra. Indica que en tal instrumento las partes declararon que el vínculo se extinguió por la causal establecida en el articulo 159 N° 1 del Código del Trabajo, esto es, Mutuo Acuerdo de las Partes, causal que es objetiva y por ello no depende de hechos imputables al trabajador y tiene como efecto que respecto de ella no procede el pago de indemnizaciones obligadas, sin embargo y como ha señalado este término se ha producido por insistencia directa del trabajador hoy demandante, no teniendo obligación alguna su representada de algún pago de indemnización legal, no obstante lo anterior y en consideración al tiempo que trabajó el demandante, y dada su calidad de trabajador de confianza en la Empresa y al infortunado accidente en el que se vio involucrado, hecho no imputable a la demandada; su representada sólo consideró de equidad, el hecho de compensar a don Héctor Muñoz, por las razones precedentemente expuestas, lo que en definitiva ha llevado a un error de conceptos del trabajador, indemnizándolo de la forma que lo hizo. Invoca y opone excepción de finiquito, el cual reitera tiene amplio poder liberatorio. En cuanto a los hechos relatados, menciona que el actor hace una errada, incompleta y superficial relación de hechos en los cuales funda su acción, ya que si bien es cierto las circunstancias en que se dio tal lamentable accidente, ocurrido el 15 de enero del año 2008 en las instalaciones del edificio en construcción denominado Iberoamérica II, ubicado en calle La Gloria N° 34 Comuna de Las Condes, lugar donde el demandante don Héctor Muñoz y su ayudante, don Alex Silva, realizaban una instalación de juntas de dilatación en cañerías de fierro en matrices verticales de agua caliente para calefacción, menciona que es importante indicar que los mismos se produjeron de una manera diametralmente opuesta a como se relatan por el demandante, y en caso alguno a culpa o dolo de su representada, sino a un hecho exclusivo de la víctima. Relata que el proceso en cuestión, en el que realizaba las labores el actor, se efectúa mediante la instalación de una tubería de fierro, consistente en varias tiras de cañería de 6 metros de longitud cada una, las cuales se encuentran unidas entre sí, por soldaduras, luego de esto, se emplean juntas de dila-

526

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

personal advertido de la importancia de esas obligaciones, siendo en tal caso el accidente ajeno a su representada. Advierte que el demandante era un trabajador con al menos 15 años de experiencia, probablemente el más experimentado en ese momento en la faena, de manera que podría haber observado a sus superiores las condiciones inseguras que alega, o incluso haber dispuesto el mismo una manera más segura de trabajar. TERCERO: Que la demandada “Gustavo Boetsch y Cía. Ltda.” empresa del giro de Instalación de Sistemas de Aire Acondicionado y Calefacción, contestando la demanda solicita el su rechazo, con costas. Reconoce relación laboral con el actor y su período de vigencia, como también las funciones prestadas, esto es, que el demandante se desempeñaba como maestro de Calefacción; que dicho vínculo contractual duró hasta el 4 de junio del año 2009, fecha en la cual se dio término a la misma, a petición del trabajador, pues él solicitó formalmente ser desvinculado por mutuo acuerdo entre las partes, pese a que la empresa quería y necesitaba seguir contando con sus servicios; no obstante ello y dada la insistencia del trabajador se pactó una indemnización a todo evento como consta del finiquito firmado entre las partes, ante el Notario de Santiago don Fernando Celis Urrutia, instrumento que establece una indemnización acordada equivalente a $ 3.812.511., la que tiene por objeto cubrir los daños causados en el accidente del trabajo ocurrido el día 15 de enero, 2008 como lo indicaremos más adelante. Señala que aquella indemnización fue clara y expresamente buscada por el trabajador quien solicitó la entrega de una camioneta, marca Nissan, modelo D 21 Pick Up, D CAB 2.4, año 2004, color blanco, placa única nacional XP 8956 7, para lo cual se procedió a emitir la factura N° 77 por la suma de $ 3.300.00, que acompañaremos en la etapa procesal correspondiente. Precisa que al examinar el finiquito celebrado entre las partes, no existe reserva de derechos por parte del trabajador, por lo cual se ha cumplido con los requisitos establecidos en la ley, esto es, que conste por escrito y que sea ratificado ante Notario Público, Inspector del Trabajo o Presidente del Sindicato o delegado sindical o de personal. Citó jurisprudencia de los tribunales de alzada, en cuanto a lo que se ha entendido por el finiquito; así, afirma que en la especie el “finiquito” cumple con todas las exigencias establecidas en el artículo 177 del Código del Trabajo y en tal sentido ratifica el poder liberatorio para el empleador, resguardando al empleador a futuro ya sea por reclamaciones judiciales o extrajudiciales que pudieran interponerse en su contra. Indica que en tal instrumento las partes declararon que el vínculo se extinguió por la causal establecida en el articulo 159 N° 1 del Código del Trabajo, esto es, Mutuo Acuerdo de las Partes, causal que es objetiva y por ello no depende de hechos imputables al trabajador y tiene como efecto que respecto de ella no procede el pago de indemnizaciones obligadas, sin embargo y como ha señalado este término se ha producido por insistencia directa del trabajador hoy demandante, no teniendo obligación alguna su representada de algún pago de indemnización legal, no obstante lo anterior y en consideración al tiempo que trabajó el demandante, y dada su calidad de trabajador de confianza en la Empresa y al infortunado accidente en el que se vio involucrado, hecho no imputable a la demandada; su representada sólo consideró de equidad, el hecho de compensar a don Héctor Muñoz, por las razones precedentemente expuestas, lo que en definitiva ha llevado a un error de conceptos del trabajador, indemnizándolo de la forma que lo hizo. Invoca y opone excepción de finiquito, el cual reitera tiene amplio poder liberatorio. En cuanto a los hechos relatados, menciona que el actor hace una errada, incompleta y superficial relación de hechos en los cuales funda su acción, ya que si bien es cierto las circunstancias en que se dio tal lamentable accidente, ocurrido el 15 de enero del año 2008 en las instalaciones del edificio en construcción denominado Iberoamérica II, ubicado en calle La Gloria N° 34 Comuna de Las Condes, lugar donde el demandante don Héctor Muñoz y su ayudante, don Alex Silva, realizaban una instalación de juntas de dilatación en cañerías de fierro en matrices verticales de agua caliente para calefacción, menciona que es importante indicar que los mismos se produjeron de una manera diametralmente opuesta a como se relatan por el demandante, y en caso alguno a culpa o dolo de su representada, sino a un hecho exclusivo de la víctima. Relata que el proceso en cuestión, en el que realizaba las labores el actor, se efectúa mediante la instalación de una tubería de fierro, consistente en varias tiras de cañería de 6 metros de longitud cada una, las cuales se encuentran unidas entre sí, por soldaduras, luego de esto, se emplean juntas de dila-

526

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

527

tación, que consisten en una unión de goma con flanges en cada uno de sus extremos, las que se ubican equidistantes entre sí, sujetas por elementos de sujeción y guías metálicas insertas en los muros. De esta forma el procedimiento de instalación de una junta de dilatación consiste en las soldaduras de flanges en la tiras de las cañerías de fierro previas al montaje en la matriz (lo cual se realiza antes del montaje de la tubería en el suelo del piso a instalar), se proceden a colgar mediante tecle (elemento manual de elevación mecánica) y a soldar la cañería inferior con el flange hacia arriba, para luego instalar la junta de dilatación, y a unir con pernos al flange de la cañería, para finalmente elevar el tramo superior de la cañería unos 20 o 30 centímetros con el flange hacía abajo, uniendo mediante pernos la junta de dilatación (en esta etapa es donde se produce el accidente del maestro Muñoz). Señala que para colgar la cañería se emplea un tecle colgado desde una viga metálica que se encuentra instalada en algún piso superior, viga que queda apoyada sobre elementos estructurales del edificio que impiden su movimiento; que la manipulación de la junta de dilatación (para su instalación), se realiza siempre tomando el cuerpo de la junta de dilatación y la cañería propiamente tal, y nunca tomando las zonas de contacto entre flanges y junta de dilatación, ni exponiendo la mano a un atrapamiento. Cualquier otra forma de tomar tanto el flange de la cañería como la junta de dilatación, impide el montaje de la pieza, por lo que no se puede realizar la instalación. Además de lo anterior, la comunicación entre maestros se realiza mediante equipos de comunicación o a viva voz si la distancia lo permite, a través de los shafts (compartimientos abiertos entre piso y piso por los cuales pasa la matriz vertical desde el primer piso al techo del edificio), por consiguiente, quien planifica y dirige la operación en todo momento es el Maestro, persona que da las instrucciones a su ayudante, luego de haberlo instruido respecto del procedimiento a ejecutar y del procedimiento de comunicaciones a ocupar. Que en relación al procedimiento utilizado por el demandante en la obra en cuestión, señala que se insertó la junta de dilación posteriormente a la soldadura de la matriz, por lo que se debió levantar mediante tecle la cañería correspondiente a los pisos; 22, 23,24,25,26 y techumbre. Para ello, el Maestro Muñoz coordinó con su ayudante, un procedimiento de comunicación mediante golpes a la tubería, de este modo, el ayudante operando el tecle, debía subir el tramo superior para permitir al maestro Muñoz, instalar la junta de dilatación con el flange inferior de la matriz, para luego dar la orden de bajar el tramo superior de la matriz, debiendo hacer calzar la tubería con la junta de dilatación. No obstante, el día de los hechos, el maestro Muñoz, demandante, al momento de separar las caras de los flanges de las cañerías superior e inferior para proceder a colocar la junta de dilatación, manipuló de manera errónea, imprudente y temeraria la junta de dilatación para instalarla, puesto que la toma desde el flange (parte superior) sabía por sus trece años de experiencia en el rubro, que la debía tomar por el cuerpo, evitando de este modo una exposición imprudente al daño. Señala que en cuanto a la alegación del actor del mal estado del tecle, el cual habría cedido según lo manifestado, que el demandante, y en el que el demandante omite indicar que el referido elemento mecánico se encontraba afianzado a una viga metálica, que impide su desplazamiento por si solo, pues el tecle utilizado para dicha función, tiene una capacidad de izamiento de 1.500 kg. ( mil quinientos kilogramos), y el día del accidente se encontraba izando un peso aproximado de sólo 300 kg.(trescientos kilogramos), vale decir, un peso inferior a un tercio de su capacidad límite, lo que hace improbable una falla del sistema de seguro del mecanismo. Menciona que durante los 34 años de funcionamiento de la empresa, jamás ha tenido un accidente por falla de un tecle, pues tal máquina cuenta con todas las medidas de seguridad exigidas por la autoridad competente y se encuentran en excelente estado, prueba de ello es que el tecle en cuestión siguió siendo utilizado con posterioridad, sin presentar problema alguno. De esta forma la razón del accidente la encontramos en que el ayudante, recibiendo una instrucción del señor Muñoz, procede a bajar la cañería atrapando los dedos del actor, por causa de una mala y descuidada maniobra de éste al utilizar un mal procedimiento. Admite que una vez producido el accidente, se procedió al traslado del trabajador hasta el Servicio de atención de urgencia más cercano de la Asociación Chilena de Seguridad, lugar donde se le prestaron todas las atenciones y se le otorgó todas las prestaciones que corresponden según la ley. Destaca que la demanda contiene diversas menciones que no se ajustan a la realidad, como por ejemplo se alude constantemente a “tecles”, en circunstancias, que el día de los hechos solamente

tación, que consisten en una unión de goma con flanges en cada uno de sus extremos, las que se ubican equidistantes entre sí, sujetas por elementos de sujeción y guías metálicas insertas en los muros. De esta forma el procedimiento de instalación de una junta de dilatación consiste en las soldaduras de flanges en la tiras de las cañerías de fierro previas al montaje en la matriz (lo cual se realiza antes del montaje de la tubería en el suelo del piso a instalar), se proceden a colgar mediante tecle (elemento manual de elevación mecánica) y a soldar la cañería inferior con el flange hacia arriba, para luego instalar la junta de dilatación, y a unir con pernos al flange de la cañería, para finalmente elevar el tramo superior de la cañería unos 20 o 30 centímetros con el flange hacía abajo, uniendo mediante pernos la junta de dilatación (en esta etapa es donde se produce el accidente del maestro Muñoz). Señala que para colgar la cañería se emplea un tecle colgado desde una viga metálica que se encuentra instalada en algún piso superior, viga que queda apoyada sobre elementos estructurales del edificio que impiden su movimiento; que la manipulación de la junta de dilatación (para su instalación), se realiza siempre tomando el cuerpo de la junta de dilatación y la cañería propiamente tal, y nunca tomando las zonas de contacto entre flanges y junta de dilatación, ni exponiendo la mano a un atrapamiento. Cualquier otra forma de tomar tanto el flange de la cañería como la junta de dilatación, impide el montaje de la pieza, por lo que no se puede realizar la instalación. Además de lo anterior, la comunicación entre maestros se realiza mediante equipos de comunicación o a viva voz si la distancia lo permite, a través de los shafts (compartimientos abiertos entre piso y piso por los cuales pasa la matriz vertical desde el primer piso al techo del edificio), por consiguiente, quien planifica y dirige la operación en todo momento es el Maestro, persona que da las instrucciones a su ayudante, luego de haberlo instruido respecto del procedimiento a ejecutar y del procedimiento de comunicaciones a ocupar. Que en relación al procedimiento utilizado por el demandante en la obra en cuestión, señala que se insertó la junta de dilación posteriormente a la soldadura de la matriz, por lo que se debió levantar mediante tecle la cañería correspondiente a los pisos; 22, 23,24,25,26 y techumbre. Para ello, el Maestro Muñoz coordinó con su ayudante, un procedimiento de comunicación mediante golpes a la tubería, de este modo, el ayudante operando el tecle, debía subir el tramo superior para permitir al maestro Muñoz, instalar la junta de dilatación con el flange inferior de la matriz, para luego dar la orden de bajar el tramo superior de la matriz, debiendo hacer calzar la tubería con la junta de dilatación. No obstante, el día de los hechos, el maestro Muñoz, demandante, al momento de separar las caras de los flanges de las cañerías superior e inferior para proceder a colocar la junta de dilatación, manipuló de manera errónea, imprudente y temeraria la junta de dilatación para instalarla, puesto que la toma desde el flange (parte superior) sabía por sus trece años de experiencia en el rubro, que la debía tomar por el cuerpo, evitando de este modo una exposición imprudente al daño. Señala que en cuanto a la alegación del actor del mal estado del tecle, el cual habría cedido según lo manifestado, que el demandante, y en el que el demandante omite indicar que el referido elemento mecánico se encontraba afianzado a una viga metálica, que impide su desplazamiento por si solo, pues el tecle utilizado para dicha función, tiene una capacidad de izamiento de 1.500 kg. ( mil quinientos kilogramos), y el día del accidente se encontraba izando un peso aproximado de sólo 300 kg.(trescientos kilogramos), vale decir, un peso inferior a un tercio de su capacidad límite, lo que hace improbable una falla del sistema de seguro del mecanismo. Menciona que durante los 34 años de funcionamiento de la empresa, jamás ha tenido un accidente por falla de un tecle, pues tal máquina cuenta con todas las medidas de seguridad exigidas por la autoridad competente y se encuentran en excelente estado, prueba de ello es que el tecle en cuestión siguió siendo utilizado con posterioridad, sin presentar problema alguno. De esta forma la razón del accidente la encontramos en que el ayudante, recibiendo una instrucción del señor Muñoz, procede a bajar la cañería atrapando los dedos del actor, por causa de una mala y descuidada maniobra de éste al utilizar un mal procedimiento. Admite que una vez producido el accidente, se procedió al traslado del trabajador hasta el Servicio de atención de urgencia más cercano de la Asociación Chilena de Seguridad, lugar donde se le prestaron todas las atenciones y se le otorgó todas las prestaciones que corresponden según la ley. Destaca que la demanda contiene diversas menciones que no se ajustan a la realidad, como por ejemplo se alude constantemente a “tecles”, en circunstancias, que el día de los hechos solamente ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

527

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

tenían uno en operación (Esto de acuerdo con las normas y procedimientos de trabajo, ya que no es posible realizar la operación con dos tecles), asimismo destaca, que al momento de producirse el accidente, el trabajador contaba con todos sus implementos de seguridad como lo demostrará en la etapa procesal correspondiente, ello por propia política de la empresa, y además por que la Constructora Mandante, exige que al momento de ingresar los trabajadores, cuenten con todos sus elementos de seguridad según lo dispone la ley, ya que de lo contrario no se puede dar inicio a las labores. En este mismo punto, se debe tener presente, que para que exista responsabilidad por parte de su representada, y para que por tanto, se deba asumir el costo del daño material y moral demandado, es necesario que exista “CULPA” de parte de esta, tal como lo señala y exige el derecho común, y el artículo 69 de la ley Nº 16.744, que establece al respecto y para el establecimiento de este sistema subjetivo de la culpa se debe estar al llamado “deber de protección” y la consiguiente “obligación de seguridad”, puesto que en el fondo del asunto, el empleador es un deudor de seguridad de sus trabajadores, que no es otra cosa que la obligación de otorgar seguridad en el trabajo en todos sus aspectos, y mira más que nada, a la prevención de los riesgos profesionales de sus trabajadores, lo cual tiene concordancia con lo señalado en el artículo 184 del Código del Trabajo, norma que obliga a la empresa Gustavo Boetsch y Cía. Ltda., a tomar todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de los trabajadores. Analiza lo que debe entenderse por el vocablo eficazmente e indica que su representada compite al más alto nivel y por ello cuenta con una gran estructura técnico y jurídica, tal como Reglamento Interno de Orden, Higiene y Seguridad; expertos en seguridad del más alto nivel, que sirven de asesores; mantienen un sistema de capacitación ocupacional, al que también accedió el demandante; y por ende, cumple con cada una de las exigencias que establece la ley a fin de proteger eficazmente la vida, integridad y salud del trabajador e incluso el propio trabajador demandante, fue objeto de diversas capacitaciones durante este tiempo. Asimismo su representada se encuentra con la certificación de acuerdo a las normas ISO 9001, por lo que es una empresa que cumplió y cumple estrictamente con toda la normativa legal y se encuadra perfectamente en los artículos citados, pero además como empleador mantienen elementos materiales constantes y supervigilancia auténtica, como debe ser, en la actividad que desarrollan los trabajadores. Precisa, en cuanto a la responsabilidad imputada y el cobro pretendido y, para que una persona resulte obligada a indemnizar los perjuicios sufridos por otra, se hace necesario que concurran los siguientes requisitos copulativos; a) Capacidad; b) Culpa o Dolo, c) El daño; d) Relación de causalidad entre la Culpa o el Dolo y el Daño. En efecto, si bien no discute que su representada cuenta con capacidad según lo exige la ley, y que además, el actor ha sufrido un daño, en la especie son el segundo y el último de los elementos señalados. También señala que por Culpa o Dolo debe entenderse como muy bien lo dice el actor en su demanda, un actuar negligente, descuidado o mal intencionado (en el caso del Dolo) por parte de su mandante, situaciones las cuales ni una se dio en la especie, ya que como señala en el punto II precedente, su representada en todo momento actuó usando toda la debida diligencia y cuidado que exige la ley en este tipo de contratos como lo es el que une a trabajador y empleador en una relación laboral, ya que se contó con todas y cada una de las medidas de seguridad que exige la ley para tal caso, vale decir reglamento interno de orden, higiene y seguridad; capacitación permanente del trabajador; entrega de implementos de Seguridad (como da cuenta hoja de recepción firmada por el propio trabajador); se le entregó por personal superior charlas relativas al procedimiento a emplear y de las políticas de Seguridad en el Trabajo, etc. De este modo, el día en que ocurrieron los hechos, por la propia naturaleza de la labor realizada ( en altura), se encontraban en el sitio en cuestión, el maestro Muñoz y su ayudante, y pese al haber sido instruidos en el tipo de comunicación entre ellos, al efectuar sus labores, el señor Muñoz a lo menos el día del accidente ordenó a su ayudante el trabajar mediante un sistema de sonidos, consistente en golpear un determinado número de veces la tubería, para de este modo indicar las veces en que éste debía subir, o bajar la misma. Por otro lado, el señor Muñoz pese a tener experiencia en el rubro, y por ende, conocer al revés y al derecho que debía ejecutar, ese día, de manera descuidada y temeraria, sabiendo que la tubería de 300 kilogramos debía descender, procede a tomar la junta de dilatación desde su base y no de los costados como se le había indicado frecuentemente (y como él lo sabe por su experiencia), lo cual obviamente trae como consecuencia lógica el aprisionamiento de su dedo entre

528

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

tenían uno en operación (Esto de acuerdo con las normas y procedimientos de trabajo, ya que no es posible realizar la operación con dos tecles), asimismo destaca, que al momento de producirse el accidente, el trabajador contaba con todos sus implementos de seguridad como lo demostrará en la etapa procesal correspondiente, ello por propia política de la empresa, y además por que la Constructora Mandante, exige que al momento de ingresar los trabajadores, cuenten con todos sus elementos de seguridad según lo dispone la ley, ya que de lo contrario no se puede dar inicio a las labores. En este mismo punto, se debe tener presente, que para que exista responsabilidad por parte de su representada, y para que por tanto, se deba asumir el costo del daño material y moral demandado, es necesario que exista “CULPA” de parte de esta, tal como lo señala y exige el derecho común, y el artículo 69 de la ley Nº 16.744, que establece al respecto y para el establecimiento de este sistema subjetivo de la culpa se debe estar al llamado “deber de protección” y la consiguiente “obligación de seguridad”, puesto que en el fondo del asunto, el empleador es un deudor de seguridad de sus trabajadores, que no es otra cosa que la obligación de otorgar seguridad en el trabajo en todos sus aspectos, y mira más que nada, a la prevención de los riesgos profesionales de sus trabajadores, lo cual tiene concordancia con lo señalado en el artículo 184 del Código del Trabajo, norma que obliga a la empresa Gustavo Boetsch y Cía. Ltda., a tomar todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de los trabajadores. Analiza lo que debe entenderse por el vocablo eficazmente e indica que su representada compite al más alto nivel y por ello cuenta con una gran estructura técnico y jurídica, tal como Reglamento Interno de Orden, Higiene y Seguridad; expertos en seguridad del más alto nivel, que sirven de asesores; mantienen un sistema de capacitación ocupacional, al que también accedió el demandante; y por ende, cumple con cada una de las exigencias que establece la ley a fin de proteger eficazmente la vida, integridad y salud del trabajador e incluso el propio trabajador demandante, fue objeto de diversas capacitaciones durante este tiempo. Asimismo su representada se encuentra con la certificación de acuerdo a las normas ISO 9001, por lo que es una empresa que cumplió y cumple estrictamente con toda la normativa legal y se encuadra perfectamente en los artículos citados, pero además como empleador mantienen elementos materiales constantes y supervigilancia auténtica, como debe ser, en la actividad que desarrollan los trabajadores. Precisa, en cuanto a la responsabilidad imputada y el cobro pretendido y, para que una persona resulte obligada a indemnizar los perjuicios sufridos por otra, se hace necesario que concurran los siguientes requisitos copulativos; a) Capacidad; b) Culpa o Dolo, c) El daño; d) Relación de causalidad entre la Culpa o el Dolo y el Daño. En efecto, si bien no discute que su representada cuenta con capacidad según lo exige la ley, y que además, el actor ha sufrido un daño, en la especie son el segundo y el último de los elementos señalados. También señala que por Culpa o Dolo debe entenderse como muy bien lo dice el actor en su demanda, un actuar negligente, descuidado o mal intencionado (en el caso del Dolo) por parte de su mandante, situaciones las cuales ni una se dio en la especie, ya que como señala en el punto II precedente, su representada en todo momento actuó usando toda la debida diligencia y cuidado que exige la ley en este tipo de contratos como lo es el que une a trabajador y empleador en una relación laboral, ya que se contó con todas y cada una de las medidas de seguridad que exige la ley para tal caso, vale decir reglamento interno de orden, higiene y seguridad; capacitación permanente del trabajador; entrega de implementos de Seguridad (como da cuenta hoja de recepción firmada por el propio trabajador); se le entregó por personal superior charlas relativas al procedimiento a emplear y de las políticas de Seguridad en el Trabajo, etc. De este modo, el día en que ocurrieron los hechos, por la propia naturaleza de la labor realizada ( en altura), se encontraban en el sitio en cuestión, el maestro Muñoz y su ayudante, y pese al haber sido instruidos en el tipo de comunicación entre ellos, al efectuar sus labores, el señor Muñoz a lo menos el día del accidente ordenó a su ayudante el trabajar mediante un sistema de sonidos, consistente en golpear un determinado número de veces la tubería, para de este modo indicar las veces en que éste debía subir, o bajar la misma. Por otro lado, el señor Muñoz pese a tener experiencia en el rubro, y por ende, conocer al revés y al derecho que debía ejecutar, ese día, de manera descuidada y temeraria, sabiendo que la tubería de 300 kilogramos debía descender, procede a tomar la junta de dilatación desde su base y no de los costados como se le había indicado frecuentemente (y como él lo sabe por su experiencia), lo cual obviamente trae como consecuencia lógica el aprisionamiento de su dedo entre

528

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

529

dicha pieza y la tubería. Señala que de estos antecedente no se puede sino desprender, que el accidente en cuestión se debe al hecho exclusivo de la víctima, vale decir, a “su imprudencia temeraria”, y a la “exposición imprudente al daño causado”, causales ambas que por ningún motivo son atribuibles a su representada y de las cuales por tanto, no puede derivarse responsabilidad. Como consecuencia de lo anterior, y al no existir culpa ni dolo de parte de la demandada, tampoco puede establecerse una relación de causalidad entre dichos elementos con el daño sufrido por el agente, con lo cual tampoco puede atribuirse responsabilidad para Gustavo Boetsch y Cía Ltda. En cuanto al supuesto lucro Cesante sufrido por el actor, tampoco es procedente, ya que como bien se sabe, dicha institución se puede definir como; “La privación de aquella legitima ganancia futura que deja de percibir una persona a causa del daño”. En este caso en particular, no se produce privación de ganancia futura alguna al demandante, ya que sin perjuicio de la indemnización que ha percibido conforme lo dispone el artículo 37 de la ley 16.744, tenemos que ya con fecha 28 de enero de 2009, la Médico del Hospital del Trabajador doña María Eugenia Bañados, ordenó el reintegro del señor Muñoz a sus labores, disponiendo al efecto que se encuentra en condiciones de trabajar, iniciando una jornada que debía ir aumentando de manera paulatina según resistencia, revistiendo por tanto dicho reintegro, el carácter de PROGRESIVO; así la propia institución tratante del afectado, reconoce expresamente que el trabajador tiene capacidad para trabajar y en las mismas funciones que se desempeñaba con anterioridad a la ocurrencia del accidente. Prueba de esto, es que el señor Muñoz a comienzos de marzo se reintegra a la empresa de su mandante, y luego debido a que tenía dos periodos de feriado legal pendientes, decidió voluntariamente hacer uso de los mismos, lo cual se extendió por 30 días hábiles, es decir, desde el día 16 de marzo de 2009 hasta el 27 de abril del mismo año. Así las cosas, el señor Muñoz regresó de sus vacaciones, y hasta el día 30 de mayo realiza funciones para su representada en calidad de Maestro de Calefacción, para luego el día 04 de junio del presente, poner término a su relación laboral con mi representada de mutuo acuerdo. Señala que es improcedente que se pretenda obtener el pago de una indemnización por concepto de lucro cesante “hasta la fecha en que el señor Muñoz cumpla 65 años”, ya que no se explica cuál sería la causa para ello, puesto que como se acreditará, éste desde enero del presente se encuentra autorizado por la Institución tratante para ser reincorporado a sus funciones, lo cual hizo de manera efectiva en la empresa, y en la actualidad, se encuentra desarrollando labores idénticas a las que desarrollaba con anterioridad al accidente. Insiste que no existe responsabilidad por parte de su representada en los hechos materia de esta demanda, tampoco procede que se pague por mi representada suma alguna por el concepto de daño moral invocado por la contraria. De manera subsidiaria y en el caso que se determine que sí existe responsabilidad, los montos establecidos para ello deben ser reducidos a los montos expresados por el demandante, pues debe considerarse que ha sido el propio trabajador quien por un hecho suyo, negligente, descuidado y temerario, se ha expuesto innecesaria e imprudentemente al daño del cual ha sido objeto. CUARTO: Que del análisis de los escritos de discusión existe acuerdo entre las partes respecto de: 1. La existencia de la relación laboral entre el actor y la empresa, Gustavo Boetsch y Cía. Ltda., entre el 26 de agosto de 1993 y el 04 de junio de 2009; 2. Que el accidente se produjo el día 15 de enero de 2008, en el edificio Iberoamericano II, ubicado en calle La Gloria, Las Condes; 3. Que la relación laboral del actor con la demandada contratista, esto es, Gustavo Boetsch y Cía. Ltda. terminó por mutuo acuerdo el día 04 de junio de 2009, en virtud de un finiquito; 4. Que la labor del trabajador en la empresa era de maestro en calefacción; 5. Que la empresa Gustavo Boetsch y Cía. Ltda. tenía la calidad de contratista de la empresa demandada principal Constructora MBDI S.A; 6. Que la remuneración percibida por el trabajador era de $ 850.000. brutos al 15 de enero de 2008. QUINTO: Que se procedió a efectuar el llamado a conciliación y no se produjo, por lo que acto seguido se procedió a establecer los hechos a probar y luego a determinar la admisibilidad de la prueba ofrecida por las partes, a fin de que sea incorporada por éstas. SEXTO: Que se fijaron como hechos controvertidos del proceso los siguientes: 1. Funciones que desarrollaba el actor al momento del accidente, esto es, al 15 de enero de 2008; 2. Causas que provocaron el accidente ocurrido el 15 de enero de 2008, en el Edificio Iberoamérica II, ubicado en la calle La Gloria de la comuna de las Condes; 3. Procedimiento para instalar las juntas dilatorias en matrices de agua

dicha pieza y la tubería. Señala que de estos antecedente no se puede sino desprender, que el accidente en cuestión se debe al hecho exclusivo de la víctima, vale decir, a “su imprudencia temeraria”, y a la “exposición imprudente al daño causado”, causales ambas que por ningún motivo son atribuibles a su representada y de las cuales por tanto, no puede derivarse responsabilidad. Como consecuencia de lo anterior, y al no existir culpa ni dolo de parte de la demandada, tampoco puede establecerse una relación de causalidad entre dichos elementos con el daño sufrido por el agente, con lo cual tampoco puede atribuirse responsabilidad para Gustavo Boetsch y Cía Ltda. En cuanto al supuesto lucro Cesante sufrido por el actor, tampoco es procedente, ya que como bien se sabe, dicha institución se puede definir como; “La privación de aquella legitima ganancia futura que deja de percibir una persona a causa del daño”. En este caso en particular, no se produce privación de ganancia futura alguna al demandante, ya que sin perjuicio de la indemnización que ha percibido conforme lo dispone el artículo 37 de la ley 16.744, tenemos que ya con fecha 28 de enero de 2009, la Médico del Hospital del Trabajador doña María Eugenia Bañados, ordenó el reintegro del señor Muñoz a sus labores, disponiendo al efecto que se encuentra en condiciones de trabajar, iniciando una jornada que debía ir aumentando de manera paulatina según resistencia, revistiendo por tanto dicho reintegro, el carácter de PROGRESIVO; así la propia institución tratante del afectado, reconoce expresamente que el trabajador tiene capacidad para trabajar y en las mismas funciones que se desempeñaba con anterioridad a la ocurrencia del accidente. Prueba de esto, es que el señor Muñoz a comienzos de marzo se reintegra a la empresa de su mandante, y luego debido a que tenía dos periodos de feriado legal pendientes, decidió voluntariamente hacer uso de los mismos, lo cual se extendió por 30 días hábiles, es decir, desde el día 16 de marzo de 2009 hasta el 27 de abril del mismo año. Así las cosas, el señor Muñoz regresó de sus vacaciones, y hasta el día 30 de mayo realiza funciones para su representada en calidad de Maestro de Calefacción, para luego el día 04 de junio del presente, poner término a su relación laboral con mi representada de mutuo acuerdo. Señala que es improcedente que se pretenda obtener el pago de una indemnización por concepto de lucro cesante “hasta la fecha en que el señor Muñoz cumpla 65 años”, ya que no se explica cuál sería la causa para ello, puesto que como se acreditará, éste desde enero del presente se encuentra autorizado por la Institución tratante para ser reincorporado a sus funciones, lo cual hizo de manera efectiva en la empresa, y en la actualidad, se encuentra desarrollando labores idénticas a las que desarrollaba con anterioridad al accidente. Insiste que no existe responsabilidad por parte de su representada en los hechos materia de esta demanda, tampoco procede que se pague por mi representada suma alguna por el concepto de daño moral invocado por la contraria. De manera subsidiaria y en el caso que se determine que sí existe responsabilidad, los montos establecidos para ello deben ser reducidos a los montos expresados por el demandante, pues debe considerarse que ha sido el propio trabajador quien por un hecho suyo, negligente, descuidado y temerario, se ha expuesto innecesaria e imprudentemente al daño del cual ha sido objeto. CUARTO: Que del análisis de los escritos de discusión existe acuerdo entre las partes respecto de: 1. La existencia de la relación laboral entre el actor y la empresa, Gustavo Boetsch y Cía. Ltda., entre el 26 de agosto de 1993 y el 04 de junio de 2009; 2. Que el accidente se produjo el día 15 de enero de 2008, en el edificio Iberoamericano II, ubicado en calle La Gloria, Las Condes; 3. Que la relación laboral del actor con la demandada contratista, esto es, Gustavo Boetsch y Cía. Ltda. terminó por mutuo acuerdo el día 04 de junio de 2009, en virtud de un finiquito; 4. Que la labor del trabajador en la empresa era de maestro en calefacción; 5. Que la empresa Gustavo Boetsch y Cía. Ltda. tenía la calidad de contratista de la empresa demandada principal Constructora MBDI S.A; 6. Que la remuneración percibida por el trabajador era de $ 850.000. brutos al 15 de enero de 2008. QUINTO: Que se procedió a efectuar el llamado a conciliación y no se produjo, por lo que acto seguido se procedió a establecer los hechos a probar y luego a determinar la admisibilidad de la prueba ofrecida por las partes, a fin de que sea incorporada por éstas. SEXTO: Que se fijaron como hechos controvertidos del proceso los siguientes: 1. Funciones que desarrollaba el actor al momento del accidente, esto es, al 15 de enero de 2008; 2. Causas que provocaron el accidente ocurrido el 15 de enero de 2008, en el Edificio Iberoamérica II, ubicado en la calle La Gloria de la comuna de las Condes; 3. Procedimiento para instalar las juntas dilatorias en matrices de agua ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

529

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

caliente, en caso afirmativo si el actor se ajustó a ese procedimiento en la realización de su función, el día 15 de enero de 2008; 4. Si el trabajador estaba en conocimiento de las normas de seguridad para el desempeño de sus funciones y si le fue entregado el reglamento interno de orden, higiene y seguridad al momento de su contratación y si recibió capacitación respecto de las medidas de seguridad y prevención de riesgos; 5. Si el accidente del trabajo que señala haber sufrido el actor el día 15 de enero de 2008, fue producto de la omisión por parte de las demandadas en adoptar las medidas de seguridad correspondientes para el cumplimiento de la función asignada a éste, o en su defecto si éste se origino por imprudencia o negligencia del trabajador demandante; 6. Si con motivo del accidente sufrido por el actor, éste le ocasionó daños materiales y morales que deben ser indemnizados por esta vía. En caso afirmativo, naturaleza y montos de los mismos; 7. Grado de incapacidad del actor producto del accidente; 8. Sentido y alcance del finiquito suscrito por las partes. SEXTO: Que con el fin de acreditar sus alegaciones las partes incorporaron en audiencia de juicio los siguientes medios legales de convicción, la parte demandante, incorporó a través de su lectura resumida la siguiente prueba documental 1. Finiquito suscrito entre el actor y la demandada Kaltemp, de fecha 04 de junio de 2009; 2. Certificado de atención de servicio de urgencia, en la Asociación Chilena de Seguridad, de fecha 15 de enero de 2008; 3. Boletín informativo emitido por el Centro de Atención Ambulatoria del Hospital del Trabajador de Santiago, de fecha 12 de marzo de 2009; 4. Comprobante de consulta ambulatoria mayor, extendido por el Hospital del Trabajador; 5. resolución Nº 041037909 emitida por la comisión de Evaluación y Declaración de Incapacidad de la Asociación Chilena de Seguridad, de fecha 12 de junio de 2009; 6. Dos fotografías certificadas ante notario Humberto Quezada, el 26 de noviembre de 2009, en que se aprecian las lesiones sufridas por el actor; 7. Evaluación Psicológica efectuada el 26 de noviembre de 2009, por el psicólogo John Molina Cancino; 8. Informe en Derecho elaborado por el abogado Juan Sebastián Gumucio Rivas, denominado Sobre el alcance de los finiquitos laborales en los casos de responsabilidad subjetiva del empleador por siniestros laborales ; 9. Ficha técnica de prevención de riesgos, obtenida de la página web de la Mutual de Seguridad de la Cámara Chilena de la Construcción; 10. Copia de la circular N° 2345 emitida por la Superintendencia de Seguridad Social; 11. Copia de la sentencia dictada por la Iltma. Corte de Apelaciones de Santiago, Causa Rol 9608 2008, de fecha 15 de octubre de 2009, la que consta de manera íntegra en audio; confesional de los representantes de las demandadas, Sres. Gustavo Boetsch Bascuñan, y Carlos Alberto Decombe Browne; asimismo se valió e incorporó la testimonial de John Molina Cancino, de Aurelio Antonio Chañillao Paillao, Ingrid Placencio Pino, y de don Sebastián Baruch Muñoz Flores, cuyas declaraciones constan de manera íntegra en registro de audio, las que se dan por enteramente reproducidas y no se transcriben para no hacer reiteraciones innecesarias; solicitó dirigir oficio a la Inspección Comunal del Trabajo Santiago Nororiente, cuya respuesta fue incorporada a través de lectura por parte de su apoderado; requirió de las demandadas la exhibición de los siguientes documentos, Kaltemp: a) copia de la declaración individual de accidente del trabajo presentada ante la Inspección del Trabajo y a la Seremi respectiva, b) libro de remuneraciones de los trabajadores de la demandada, que prestaban sus servicios en la Obra denominada Edificio Iberoamericana, a la fecha del accidente, c) copia del informe de investigación del Comité Paritario, respecto de las causas del accidente; y copia de las actas correspondiente a las tres sesiones realizadas, tanto con anterioridad, como con posterioridad, a la fecha de la sesión que investigó el accidente, d) copia del Reglamento Interno de orden, higiene y seguridad, con la constancia de presentación ante la Secretaría Regional Ministerial de Salud e Inspección del Trabajo correspondiente; y de su entrega al actor; e) Copia de las instrucciones y procedimientos escritos con que contaba el actor para las labores que cumplía en día en que sufrió el accidente, especialmente los relativos a la instalación de cañerías; f) Acta de entrega de información de derecho a saber, y de implementos de seguridad al actor, debidamente firmados por él, y acordes a las funciones que realizaba al momento del accidente; g) Contrato de prestación de servicios entre la demandada Kaltemp y la Constructora MBDI S.A., para la ejecución de los trabajos en el edificio Iberoamericana; Respecto de la demandada MBDI S.A., requirió el Libro de las Obras de Edificio Iberoamericana II; y el contrato de prestación de servicios entre la Constructora MBDI S.A. y la empresa de servicios AST Asesores y Consultores S.A., para la Obra Iberoamericana; y declaración de parte, de don Héctor Muñoz, la que se tuvo por cumplida en la misma audiencia.

530

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

caliente, en caso afirmativo si el actor se ajustó a ese procedimiento en la realización de su función, el día 15 de enero de 2008; 4. Si el trabajador estaba en conocimiento de las normas de seguridad para el desempeño de sus funciones y si le fue entregado el reglamento interno de orden, higiene y seguridad al momento de su contratación y si recibió capacitación respecto de las medidas de seguridad y prevención de riesgos; 5. Si el accidente del trabajo que señala haber sufrido el actor el día 15 de enero de 2008, fue producto de la omisión por parte de las demandadas en adoptar las medidas de seguridad correspondientes para el cumplimiento de la función asignada a éste, o en su defecto si éste se origino por imprudencia o negligencia del trabajador demandante; 6. Si con motivo del accidente sufrido por el actor, éste le ocasionó daños materiales y morales que deben ser indemnizados por esta vía. En caso afirmativo, naturaleza y montos de los mismos; 7. Grado de incapacidad del actor producto del accidente; 8. Sentido y alcance del finiquito suscrito por las partes. SEXTO: Que con el fin de acreditar sus alegaciones las partes incorporaron en audiencia de juicio los siguientes medios legales de convicción, la parte demandante, incorporó a través de su lectura resumida la siguiente prueba documental 1. Finiquito suscrito entre el actor y la demandada Kaltemp, de fecha 04 de junio de 2009; 2. Certificado de atención de servicio de urgencia, en la Asociación Chilena de Seguridad, de fecha 15 de enero de 2008; 3. Boletín informativo emitido por el Centro de Atención Ambulatoria del Hospital del Trabajador de Santiago, de fecha 12 de marzo de 2009; 4. Comprobante de consulta ambulatoria mayor, extendido por el Hospital del Trabajador; 5. resolución Nº 041037909 emitida por la comisión de Evaluación y Declaración de Incapacidad de la Asociación Chilena de Seguridad, de fecha 12 de junio de 2009; 6. Dos fotografías certificadas ante notario Humberto Quezada, el 26 de noviembre de 2009, en que se aprecian las lesiones sufridas por el actor; 7. Evaluación Psicológica efectuada el 26 de noviembre de 2009, por el psicólogo John Molina Cancino; 8. Informe en Derecho elaborado por el abogado Juan Sebastián Gumucio Rivas, denominado Sobre el alcance de los finiquitos laborales en los casos de responsabilidad subjetiva del empleador por siniestros laborales ; 9. Ficha técnica de prevención de riesgos, obtenida de la página web de la Mutual de Seguridad de la Cámara Chilena de la Construcción; 10. Copia de la circular N° 2345 emitida por la Superintendencia de Seguridad Social; 11. Copia de la sentencia dictada por la Iltma. Corte de Apelaciones de Santiago, Causa Rol 9608 2008, de fecha 15 de octubre de 2009, la que consta de manera íntegra en audio; confesional de los representantes de las demandadas, Sres. Gustavo Boetsch Bascuñan, y Carlos Alberto Decombe Browne; asimismo se valió e incorporó la testimonial de John Molina Cancino, de Aurelio Antonio Chañillao Paillao, Ingrid Placencio Pino, y de don Sebastián Baruch Muñoz Flores, cuyas declaraciones constan de manera íntegra en registro de audio, las que se dan por enteramente reproducidas y no se transcriben para no hacer reiteraciones innecesarias; solicitó dirigir oficio a la Inspección Comunal del Trabajo Santiago Nororiente, cuya respuesta fue incorporada a través de lectura por parte de su apoderado; requirió de las demandadas la exhibición de los siguientes documentos, Kaltemp: a) copia de la declaración individual de accidente del trabajo presentada ante la Inspección del Trabajo y a la Seremi respectiva, b) libro de remuneraciones de los trabajadores de la demandada, que prestaban sus servicios en la Obra denominada Edificio Iberoamericana, a la fecha del accidente, c) copia del informe de investigación del Comité Paritario, respecto de las causas del accidente; y copia de las actas correspondiente a las tres sesiones realizadas, tanto con anterioridad, como con posterioridad, a la fecha de la sesión que investigó el accidente, d) copia del Reglamento Interno de orden, higiene y seguridad, con la constancia de presentación ante la Secretaría Regional Ministerial de Salud e Inspección del Trabajo correspondiente; y de su entrega al actor; e) Copia de las instrucciones y procedimientos escritos con que contaba el actor para las labores que cumplía en día en que sufrió el accidente, especialmente los relativos a la instalación de cañerías; f) Acta de entrega de información de derecho a saber, y de implementos de seguridad al actor, debidamente firmados por él, y acordes a las funciones que realizaba al momento del accidente; g) Contrato de prestación de servicios entre la demandada Kaltemp y la Constructora MBDI S.A., para la ejecución de los trabajos en el edificio Iberoamericana; Respecto de la demandada MBDI S.A., requirió el Libro de las Obras de Edificio Iberoamericana II; y el contrato de prestación de servicios entre la Constructora MBDI S.A. y la empresa de servicios AST Asesores y Consultores S.A., para la Obra Iberoamericana; y declaración de parte, de don Héctor Muñoz, la que se tuvo por cumplida en la misma audiencia.

530

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

531

Por su parte la demandada Gustavo Boetsch y Cía. Limitada se valió de la siguiente prueba documental, la que a través de su lectura resumida fue incorporada, y que consistió en: 1. Finiquito del actor, de fecha 04 de junio de 2009; 2. Copia autorizada de la factura Nro.77, respecto de la camioneta P.P.U. XP 8956; 3. Contrato de compraventa de camioneta P.P.U. XP 8956, de fecha 04 de junio de 2009; 4. Dos certificados de Inscripción del vehículo P.P.U. XP 8956; 5. Investigación del Comité Paritario, de 15 de enero de 2008; 6. Documento de investigación de accidente, del Comité Paritario de Orden, Higiene y Seguridad; 7. Informe técnico de investigación de accidente elaborado por don Rolando Solar Millar, de fecha 17 de enero de 2008; 8. Dos certificados de ISO 9001 2000, válidos desde el 30 de junio de 2004 al 29 de junio de 2007, y del 30 de junio de 2007 al 29 de junio de 2010; 9. Copia de la entrega del Reglamento Interno de Orden, Higiene y Seguridad, recepcionada y firmada por el actor, de fecha 15 de mayo de 2006; 10. Copia de entrega y recepción del Reglamento Interno de Orden, Higiene y Seguridad; debidamente recepcionada por el actor, de fecha 30 de enero de 2009; 11. Solicitud de aprobación del reglamento interno a la Dirección del Trabajo, de fecha 05 de agosto de 2008 y su correspondiente recepción; 12. Solicitud de aprobación al reglamento interno al servicio de Salud del Ambiente, de fecha 04 de agosto de 2008; 13. Certificado de afiliación a la Asociación Chilena de Seguridad, en el que consta que la demandada se encuentra adherida a dicha institución, desde el 01 de septiembre de 1980; 14. Informativo respecto a la información general de los riesgos, de fecha 07 de agosto de 2007; 15. Informativo sobre instalación de Pex, recepcionada por el demandante el 07 de agosto de 2007; 16. Informativo funciones y riesgos del soldador, recepcionada por el demandante el 07 de agosto de 2007; 17. Calificación de soldador otorgado por Indura al demandante; 18. Evaluación de competencias y habilidades del demandante, de fecha 16 de abril de 2007; 19. Instructivo de la descripción del cargo de maestro de la empresa Kaltemp, de fecha 06 de junio de 2005; 20. Registro, entrega de equipos de protección personal al actor, de fecha 10 de mayo del 2005; 21. Registro, entrega de equipos de protección personal al actor, de fecha 20 de octubre del 2005; 22. Formularios de entrega de ropa y zapatos de seguridad al actor, en los meses de mayo, julio y diciembre de 2006; mayo, junio y diciembre de 2007, y enero de 2009; 23. Formularios de control de documentos sobre: a) Instructivo de trabajo de instalación y distribución de tuberías de fierro y cañerías plásticas, b) Instructivo de trabajo instalación de calderas, c) Ley de subcontratación Nro.20.123, Debidamente firmada y recepcionada por el actor; 24. Procedimientos sobre accidentes del trabajo, recepcionada y firmado por el demandante; 25. Copia de certificado otorgado al actor por Indura, el 01 de octubre de 2003; con el respectivo recibo del mismo firmado por el actor. 26. Set de siete fotografías en que consta el correcto funcionamiento de instalación; 27. Contrato de fecha 26 de agosto de 1993, con todos sus respectivos anexos. Ofreció E incorporó la prueba confesional del demandante, la que consta de manera íntegra en audio; Incorporó la testimonial de Rolando Solar, Aída Espinoza, Sebastián Tagle y Leoncio Pino Vergara. Finalmente la demandada Constructora MBDI, incorporó a través de su lectura resumida los siguientes documentos: 1. Finiquito del trabajador, de fecha 04 de junio de 2009; 2. Certificado del grupo España del Holding al que pertenece la demandada BDI, acogida a la norma Iso 9001 2000; 3. Certificado de auditoría de Aenorth Chile; de gestión de calidad de la empresa; 4. Certificado de afiliación de MBDI a la Mutual de Seguridad; 5. Certificado de suscripción de protocolo de empresa eficiente, de la demandada MBDI; 6. Informe de auditoría del programa de control de riesgos de la demandada, de fecha 16 de septiembre de 2008, emanado de la Mutual de Seguridad; 7. Sistema de gestión de seguridad de la constructora MBDI, correspondiente a enero de 2008; 8. Reglamento especial de empresas contratistas y subcontratistas de la Constructora MBDI, de octubre de 2007; 9. Reglamento especial de empresas contratistas y subcontratistas de la Constructora MBDI, de septiembre de 2008; 10. Reglamento interno de orden, higiene y seguridad de Constructora MBDI, vigente a la fecha de los hechos de la causa; 11. Informe de 07 de enero de 2008 de AST Consultores, sobre el cumplimiento de la normativa de higiene y seguridad de Constructora MBDI, que incluye la remisión del reglamento interno a la Inspección del trabajo, a la Seremi del ambiente y la recepción de ellos; 12. Síntesis de la política de seguridad de la empresa de octubre de 2007; 13. Mandato especial, o contrato de Asesoría con AST Consultores, de fecha 01 de diciembre de 2004; 14. Informe de Inspección semanal de AST Consultores en la obra, de fecha 10 de enero de 2008; 15. Acta de constitución del comité paritario de la construc-

Por su parte la demandada Gustavo Boetsch y Cía. Limitada se valió de la siguiente prueba documental, la que a través de su lectura resumida fue incorporada, y que consistió en: 1. Finiquito del actor, de fecha 04 de junio de 2009; 2. Copia autorizada de la factura Nro.77, respecto de la camioneta P.P.U. XP 8956; 3. Contrato de compraventa de camioneta P.P.U. XP 8956, de fecha 04 de junio de 2009; 4. Dos certificados de Inscripción del vehículo P.P.U. XP 8956; 5. Investigación del Comité Paritario, de 15 de enero de 2008; 6. Documento de investigación de accidente, del Comité Paritario de Orden, Higiene y Seguridad; 7. Informe técnico de investigación de accidente elaborado por don Rolando Solar Millar, de fecha 17 de enero de 2008; 8. Dos certificados de ISO 9001 2000, válidos desde el 30 de junio de 2004 al 29 de junio de 2007, y del 30 de junio de 2007 al 29 de junio de 2010; 9. Copia de la entrega del Reglamento Interno de Orden, Higiene y Seguridad, recepcionada y firmada por el actor, de fecha 15 de mayo de 2006; 10. Copia de entrega y recepción del Reglamento Interno de Orden, Higiene y Seguridad; debidamente recepcionada por el actor, de fecha 30 de enero de 2009; 11. Solicitud de aprobación del reglamento interno a la Dirección del Trabajo, de fecha 05 de agosto de 2008 y su correspondiente recepción; 12. Solicitud de aprobación al reglamento interno al servicio de Salud del Ambiente, de fecha 04 de agosto de 2008; 13. Certificado de afiliación a la Asociación Chilena de Seguridad, en el que consta que la demandada se encuentra adherida a dicha institución, desde el 01 de septiembre de 1980; 14. Informativo respecto a la información general de los riesgos, de fecha 07 de agosto de 2007; 15. Informativo sobre instalación de Pex, recepcionada por el demandante el 07 de agosto de 2007; 16. Informativo funciones y riesgos del soldador, recepcionada por el demandante el 07 de agosto de 2007; 17. Calificación de soldador otorgado por Indura al demandante; 18. Evaluación de competencias y habilidades del demandante, de fecha 16 de abril de 2007; 19. Instructivo de la descripción del cargo de maestro de la empresa Kaltemp, de fecha 06 de junio de 2005; 20. Registro, entrega de equipos de protección personal al actor, de fecha 10 de mayo del 2005; 21. Registro, entrega de equipos de protección personal al actor, de fecha 20 de octubre del 2005; 22. Formularios de entrega de ropa y zapatos de seguridad al actor, en los meses de mayo, julio y diciembre de 2006; mayo, junio y diciembre de 2007, y enero de 2009; 23. Formularios de control de documentos sobre: a) Instructivo de trabajo de instalación y distribución de tuberías de fierro y cañerías plásticas, b) Instructivo de trabajo instalación de calderas, c) Ley de subcontratación Nro.20.123, Debidamente firmada y recepcionada por el actor; 24. Procedimientos sobre accidentes del trabajo, recepcionada y firmado por el demandante; 25. Copia de certificado otorgado al actor por Indura, el 01 de octubre de 2003; con el respectivo recibo del mismo firmado por el actor. 26. Set de siete fotografías en que consta el correcto funcionamiento de instalación; 27. Contrato de fecha 26 de agosto de 1993, con todos sus respectivos anexos. Ofreció E incorporó la prueba confesional del demandante, la que consta de manera íntegra en audio; Incorporó la testimonial de Rolando Solar, Aída Espinoza, Sebastián Tagle y Leoncio Pino Vergara. Finalmente la demandada Constructora MBDI, incorporó a través de su lectura resumida los siguientes documentos: 1. Finiquito del trabajador, de fecha 04 de junio de 2009; 2. Certificado del grupo España del Holding al que pertenece la demandada BDI, acogida a la norma Iso 9001 2000; 3. Certificado de auditoría de Aenorth Chile; de gestión de calidad de la empresa; 4. Certificado de afiliación de MBDI a la Mutual de Seguridad; 5. Certificado de suscripción de protocolo de empresa eficiente, de la demandada MBDI; 6. Informe de auditoría del programa de control de riesgos de la demandada, de fecha 16 de septiembre de 2008, emanado de la Mutual de Seguridad; 7. Sistema de gestión de seguridad de la constructora MBDI, correspondiente a enero de 2008; 8. Reglamento especial de empresas contratistas y subcontratistas de la Constructora MBDI, de octubre de 2007; 9. Reglamento especial de empresas contratistas y subcontratistas de la Constructora MBDI, de septiembre de 2008; 10. Reglamento interno de orden, higiene y seguridad de Constructora MBDI, vigente a la fecha de los hechos de la causa; 11. Informe de 07 de enero de 2008 de AST Consultores, sobre el cumplimiento de la normativa de higiene y seguridad de Constructora MBDI, que incluye la remisión del reglamento interno a la Inspección del trabajo, a la Seremi del ambiente y la recepción de ellos; 12. Síntesis de la política de seguridad de la empresa de octubre de 2007; 13. Mandato especial, o contrato de Asesoría con AST Consultores, de fecha 01 de diciembre de 2004; 14. Informe de Inspección semanal de AST Consultores en la obra, de fecha 10 de enero de 2008; 15. Acta de constitución del comité paritario de la construcACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

531

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

tora, de fecha 25 de septiembre de 2007; 16. Acta de reunión del comité paritario de la constructora, de fecha 12 de febrero de 2008; 17. Certificado de capacitación OPR para todos los miembros del comité paritario de la Constructora; 18. Contrato del sistema de calefacción entre la constructora y Gustavo Boetsch y Cía. Ltda; 19. Certificado de afiliación a la Asociación Chilena de Seguridad, de Gustavo Boetsch y Cía. Ltda; 20. Carta de entrega de documentos de Kaltemp, solicitada por la constructora; 21. Documentación del trabajador; contrato de trabajo, información general sobre los riesgos inherentes a su trabajo, información sobre la labor de soldador, de instalador de Pex, todo recibido por el trabajador; Incorporó la prueba confesional, la que consta de manera íntegra en registro de audio, y del testimonio de Viviana Molina Lerdo de Tejada. SÉPTIMO: Que no obstante haberse establecido en audiencia preparatoria, es necesario precisar que las partes de este juicio coinciden en el hecho que el actor el día 15 de enero de 2008, sufrió un accidente de trabajo mientras desarrollaba las labores que ejecutaba para su empleador, Kaltemp, en el Edificio Iberoamérica II, ubicado en calle La Gloria, obra ordenada por la demandada Constructora MBDI. OCTAVO: Que analizados los elementos de convicción allegados a los autos, en virtud de las reglas de la sana crítica, esto es, conforme lo establece el artículo 456 del Código del Trabajo, esta sentenciadora ha llegado a las siguientes conclusiones: a) Que el primer hecho a probar dice relación con la función que desarrollaba el actor al momento del accidente, el día 15 de enero de 2008. A este respecto y durante la audiencia de juicio ha sido el mismo demandante quien se ha encargado de ilustrar al tribunal que estuvo trabajando durante la semana tirando las cañerías de la calefacción, las verticales, donde se alimentan los circuitos que van dentro de los departamentos, era un tramo demasiado largo, de 27 pisos de matrices, lo cual iba subiendo el volumen de la cañería; indicó que colocó el lado derecho del edificio, y no tuvo problemas, al día siguiente procedió a instalar el lado izquierdo, la entrada del edificio y siendo como a las 11.15 hrs. de la mañana, subió, mencionando que la labor no debería haberla efectuado así, sin embargo por estar con atrasos y solamente se dedicaban a colocar la matriz, relata circunstanciadamente la forma de operar y que el tecle lo tenía instalado del día antes, hizo referencia que tal instrumento tenía un problema, pues de pronto se rodaba y había que darle vuelta con un alzaprima y con un ayudante que estuviera mirando con la cadena fija para que este no cediera, advierte que pidió uno de repuesto pero no se puede, porque todos los maestros de la obra dependen de un tecle; subió y le mencionó al ayudante que le dejara 20 centímetros la cañería, lo hizo en su presencia, y luego bajó varios pisos más abajo, que no había radio para comunicarse y llamarse por radio, como lo hacen los capataces, no obstante él tenía celular; agrega que le instruyó al ayudante el trabajo a realizar y que cuando él terminara, bajara la cañería, así entonces luego de colocar el dilatador el ayudante suelta, y se suelta la cañería (sic). Hace notar su experiencia y conocimiento acerca del tema, pues indicó que cree que era uno de los más antiguos de la empresa y que lleva 17 años ejecutando la misma labor; de esta forma queda demostrado en estos antecedentes las funciones que desarrollaba el actor al momento de ocurrencia del accidente. b) Que el segundo hecho a probar dice relación de manera específica con las causas que provocaron el accidente ocurrido el 15 de enero de 2008, en el Edificio Iberoamérica II. Cabe tener presente en este punto que el fundamento sobre el cual el demandante sustenta su acción dice relación principalmente en el hecho que éste se habría producido por la falla de un elemento que utilizaba, denominado tecle, el cual indicó se encontraba en malas condiciones para su uso, pese a que él en reiteradas ocasiones había advertido a su empleador de ello; en virtud de esta situación la demandada no se encontraba cumpliendo la normativa laboral vigente sobre las normas de higiene y seguridad, infringiendo así las disposiciones legales que existen al respecto, principalmente lo establecido en el artículo 184 del Código del Trabajo, inobservancia que le provocaron el 15% de incapacidad, y que demuestra con la respectiva resolución N° 041037909 de 12 de junio de 2009, emitida por la Comisión Central de Evaluación de la Asociación Chilena de Seguridad, que procedió a incorporar en audiencia. Que del mérito de lo relatado de manera circunstanciada por el demandante, al momento de efectuar su declaración ante estrados, fue posible conocer la forma en que el actor desarrollaba sus la-

532

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

tora, de fecha 25 de septiembre de 2007; 16. Acta de reunión del comité paritario de la constructora, de fecha 12 de febrero de 2008; 17. Certificado de capacitación OPR para todos los miembros del comité paritario de la Constructora; 18. Contrato del sistema de calefacción entre la constructora y Gustavo Boetsch y Cía. Ltda; 19. Certificado de afiliación a la Asociación Chilena de Seguridad, de Gustavo Boetsch y Cía. Ltda; 20. Carta de entrega de documentos de Kaltemp, solicitada por la constructora; 21. Documentación del trabajador; contrato de trabajo, información general sobre los riesgos inherentes a su trabajo, información sobre la labor de soldador, de instalador de Pex, todo recibido por el trabajador; Incorporó la prueba confesional, la que consta de manera íntegra en registro de audio, y del testimonio de Viviana Molina Lerdo de Tejada. SÉPTIMO: Que no obstante haberse establecido en audiencia preparatoria, es necesario precisar que las partes de este juicio coinciden en el hecho que el actor el día 15 de enero de 2008, sufrió un accidente de trabajo mientras desarrollaba las labores que ejecutaba para su empleador, Kaltemp, en el Edificio Iberoamérica II, ubicado en calle La Gloria, obra ordenada por la demandada Constructora MBDI. OCTAVO: Que analizados los elementos de convicción allegados a los autos, en virtud de las reglas de la sana crítica, esto es, conforme lo establece el artículo 456 del Código del Trabajo, esta sentenciadora ha llegado a las siguientes conclusiones: a) Que el primer hecho a probar dice relación con la función que desarrollaba el actor al momento del accidente, el día 15 de enero de 2008. A este respecto y durante la audiencia de juicio ha sido el mismo demandante quien se ha encargado de ilustrar al tribunal que estuvo trabajando durante la semana tirando las cañerías de la calefacción, las verticales, donde se alimentan los circuitos que van dentro de los departamentos, era un tramo demasiado largo, de 27 pisos de matrices, lo cual iba subiendo el volumen de la cañería; indicó que colocó el lado derecho del edificio, y no tuvo problemas, al día siguiente procedió a instalar el lado izquierdo, la entrada del edificio y siendo como a las 11.15 hrs. de la mañana, subió, mencionando que la labor no debería haberla efectuado así, sin embargo por estar con atrasos y solamente se dedicaban a colocar la matriz, relata circunstanciadamente la forma de operar y que el tecle lo tenía instalado del día antes, hizo referencia que tal instrumento tenía un problema, pues de pronto se rodaba y había que darle vuelta con un alzaprima y con un ayudante que estuviera mirando con la cadena fija para que este no cediera, advierte que pidió uno de repuesto pero no se puede, porque todos los maestros de la obra dependen de un tecle; subió y le mencionó al ayudante que le dejara 20 centímetros la cañería, lo hizo en su presencia, y luego bajó varios pisos más abajo, que no había radio para comunicarse y llamarse por radio, como lo hacen los capataces, no obstante él tenía celular; agrega que le instruyó al ayudante el trabajo a realizar y que cuando él terminara, bajara la cañería, así entonces luego de colocar el dilatador el ayudante suelta, y se suelta la cañería (sic). Hace notar su experiencia y conocimiento acerca del tema, pues indicó que cree que era uno de los más antiguos de la empresa y que lleva 17 años ejecutando la misma labor; de esta forma queda demostrado en estos antecedentes las funciones que desarrollaba el actor al momento de ocurrencia del accidente. b) Que el segundo hecho a probar dice relación de manera específica con las causas que provocaron el accidente ocurrido el 15 de enero de 2008, en el Edificio Iberoamérica II. Cabe tener presente en este punto que el fundamento sobre el cual el demandante sustenta su acción dice relación principalmente en el hecho que éste se habría producido por la falla de un elemento que utilizaba, denominado tecle, el cual indicó se encontraba en malas condiciones para su uso, pese a que él en reiteradas ocasiones había advertido a su empleador de ello; en virtud de esta situación la demandada no se encontraba cumpliendo la normativa laboral vigente sobre las normas de higiene y seguridad, infringiendo así las disposiciones legales que existen al respecto, principalmente lo establecido en el artículo 184 del Código del Trabajo, inobservancia que le provocaron el 15% de incapacidad, y que demuestra con la respectiva resolución N° 041037909 de 12 de junio de 2009, emitida por la Comisión Central de Evaluación de la Asociación Chilena de Seguridad, que procedió a incorporar en audiencia. Que del mérito de lo relatado de manera circunstanciada por el demandante, al momento de efectuar su declaración ante estrados, fue posible conocer la forma en que el actor desarrollaba sus la-

532

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

533

bores y que en la instalación vertical de estos tubos a través de los pisos requería la existencia de dos personas, posicionadas en diferentes pisos quienes debían coordinar un procedimiento para cumplir tal objetivo, esto es, efectuar la instalación de cañerías para la calefacción del edificio. Del mérito del testimonio del propio demandante este tribunal tomó conocimiento en cuanto a conocer que la forma de comunicación entre estas dos personas, que operan en distintos pisos, lo es a través de golpes en los tubos, para ir avanzando en tal procedimiento de instalación, lo que también fue corroborado tanto por el representante legal de la demandada principal Kaltemp, como por don Rolando Solar, asesor de prevención de riesgos en la empresa. En efecto don Rolando Solar señala que fue él quien hizo la investigación técnica del accidente sufrido y que normalmente la comunicación de dos trabajadores es vía radial, pero tomó conocimiento que en este caso no se ocupó y la modalidad utilizada se produjo a través de golpes; en esa misma dirección ha declarado don Leoncio Pino, pues ha indicado que normalmente dos personas, las que cumplen esta función, para ejecutar la instalación se comunican a través grito de viva voz, hace presente que ambas personas se encuentran a 6 metros de distancia, que hay bastante ruido por la cantidad de gente que trabaja en la obra, pero que generalmente se conocen las voces de las personas con las que se trabaja, señala que este actuar es algo habitual. Que aun cuando este tipo de comunicación, a juicio de esta sentenciadora es rudimentaria, no fue establecido, con ningún medio de prueba pertinente, que exista una forma distinta y más tecnologizada, utilizada en tal sentido. c) Que el actor alega que pese a dar las instrucciones respectivas a su ayudante el tecle cedió dejando con ello caer esta cañería, pues se encontraba en pésimas condiciones. d) Que la investigación del accidente efectuada por el comité paritario, incorporada por la demandada principal a los autos, estimó que las probables causas del accidente son: 1. Falla en las comunicaciones, el maestro Muñoz se pone de acuerdo con el ayudante para comunicarse con golpes en la tubería, y no usa equipo de radiocomunicaciones, para dar las instrucciones de operación del tecle. Que en este punto y revisados todos los documentos incorporados por la demandada principal en tal sentido, esto es, constan actas de entrega de implementos de seguridad, sin embargo no se observa que ésta le hubiese entregado el implemento a que hace referencia el Comité Paritario, o algo que se le parezca a un equipo de radiocomunicación, los únicos implementos entregados por la demandada principal son zapatos, casaca, pantalones, polera, chaleco multiuso, guantes de cabritilla y de soldador, antiparras, casco de seguridad, chaqueta de soldador, tapones auditivos, máscara de soldador. Que además de acreditar la entrega de tales implementos de seguridad, la demandada principal, también demostró con su incorporación de lectura resumida, la existencia del reglamento interno de la empresa, la existencia de Comité Paritario, la existencia de prevencionista en riesgos, la realización de capacitación al actor durante la vigencia de la relación laboral, demostrando la instrucción necesaria del actor para ejecutar la labor encomendada. Que fue estimado por el Comité Paritario, como otras probables causas del accidente, una falta de atención del maestro Héctor Muñoz, a la maniobra que realizaba, pues él debía indicar al ayudante, cuándo subir o bajar la cañería con el tecle ; como también sabía desde donde debía tomar la junta de dilatación. Que también en dicho informe o investigación del comité paritario se consideró como antecedente complementarios, la circunstancia que la labor en terreno, ejecutada por el demandante y su ayudante requería la presencia de un supervisor, siendo este último quien tiene la responsabilidad de dirigir y supervisar el desarrollo de los Proyectos a su cargo, controlando proceso de insumos, equipos, materiales, mano de obra y tiempo de ejecución, efectuando visitas periódicas a las obras que tiene a su cargo. e) Que el legislador le impone un carácter imperativo al artículo 184 del Código del Trabajo, pues señala que el empleador estará obligado a tomar todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de los trabajadores, manteniendo las condiciones adecuadas de higiene y seguridad en las faenas, como también los implementos necesarios para prevenir accidentes y enfermedades profesionales. Agregando en el inciso segundo la obligación de prestar o garantizar los elementos necesarios para que los trabajadores en caso de accidente o emergencia puedan acceder a una oportuna y adecuada atención médica, hospitalaria y farmacéutica.

bores y que en la instalación vertical de estos tubos a través de los pisos requería la existencia de dos personas, posicionadas en diferentes pisos quienes debían coordinar un procedimiento para cumplir tal objetivo, esto es, efectuar la instalación de cañerías para la calefacción del edificio. Del mérito del testimonio del propio demandante este tribunal tomó conocimiento en cuanto a conocer que la forma de comunicación entre estas dos personas, que operan en distintos pisos, lo es a través de golpes en los tubos, para ir avanzando en tal procedimiento de instalación, lo que también fue corroborado tanto por el representante legal de la demandada principal Kaltemp, como por don Rolando Solar, asesor de prevención de riesgos en la empresa. En efecto don Rolando Solar señala que fue él quien hizo la investigación técnica del accidente sufrido y que normalmente la comunicación de dos trabajadores es vía radial, pero tomó conocimiento que en este caso no se ocupó y la modalidad utilizada se produjo a través de golpes; en esa misma dirección ha declarado don Leoncio Pino, pues ha indicado que normalmente dos personas, las que cumplen esta función, para ejecutar la instalación se comunican a través grito de viva voz, hace presente que ambas personas se encuentran a 6 metros de distancia, que hay bastante ruido por la cantidad de gente que trabaja en la obra, pero que generalmente se conocen las voces de las personas con las que se trabaja, señala que este actuar es algo habitual. Que aun cuando este tipo de comunicación, a juicio de esta sentenciadora es rudimentaria, no fue establecido, con ningún medio de prueba pertinente, que exista una forma distinta y más tecnologizada, utilizada en tal sentido. c) Que el actor alega que pese a dar las instrucciones respectivas a su ayudante el tecle cedió dejando con ello caer esta cañería, pues se encontraba en pésimas condiciones. d) Que la investigación del accidente efectuada por el comité paritario, incorporada por la demandada principal a los autos, estimó que las probables causas del accidente son: 1. Falla en las comunicaciones, el maestro Muñoz se pone de acuerdo con el ayudante para comunicarse con golpes en la tubería, y no usa equipo de radiocomunicaciones, para dar las instrucciones de operación del tecle. Que en este punto y revisados todos los documentos incorporados por la demandada principal en tal sentido, esto es, constan actas de entrega de implementos de seguridad, sin embargo no se observa que ésta le hubiese entregado el implemento a que hace referencia el Comité Paritario, o algo que se le parezca a un equipo de radiocomunicación, los únicos implementos entregados por la demandada principal son zapatos, casaca, pantalones, polera, chaleco multiuso, guantes de cabritilla y de soldador, antiparras, casco de seguridad, chaqueta de soldador, tapones auditivos, máscara de soldador. Que además de acreditar la entrega de tales implementos de seguridad, la demandada principal, también demostró con su incorporación de lectura resumida, la existencia del reglamento interno de la empresa, la existencia de Comité Paritario, la existencia de prevencionista en riesgos, la realización de capacitación al actor durante la vigencia de la relación laboral, demostrando la instrucción necesaria del actor para ejecutar la labor encomendada. Que fue estimado por el Comité Paritario, como otras probables causas del accidente, una falta de atención del maestro Héctor Muñoz, a la maniobra que realizaba, pues él debía indicar al ayudante, cuándo subir o bajar la cañería con el tecle ; como también sabía desde donde debía tomar la junta de dilatación. Que también en dicho informe o investigación del comité paritario se consideró como antecedente complementarios, la circunstancia que la labor en terreno, ejecutada por el demandante y su ayudante requería la presencia de un supervisor, siendo este último quien tiene la responsabilidad de dirigir y supervisar el desarrollo de los Proyectos a su cargo, controlando proceso de insumos, equipos, materiales, mano de obra y tiempo de ejecución, efectuando visitas periódicas a las obras que tiene a su cargo. e) Que el legislador le impone un carácter imperativo al artículo 184 del Código del Trabajo, pues señala que el empleador estará obligado a tomar todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de los trabajadores, manteniendo las condiciones adecuadas de higiene y seguridad en las faenas, como también los implementos necesarios para prevenir accidentes y enfermedades profesionales. Agregando en el inciso segundo la obligación de prestar o garantizar los elementos necesarios para que los trabajadores en caso de accidente o emergencia puedan acceder a una oportuna y adecuada atención médica, hospitalaria y farmacéutica. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

533

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Por su parte, la ley Nº 20.123, estableció diversas normas para regular el régimen de subcontratación, incluyendo entre ellas la responsabilidad de las empresas principales, o dueñas de la obra, en caso de accidentes de trabajo o enfermedades profesionales en el artículo 183 E del Código del Trabajo. f) Que no fue establecido en estos antecedentes, como tampoco en la investigación efectuada por el Comité Paritario, ni mucho menos por el informe técnico de investigación de accidente, también incorporado por la demandada principal, el estado de conservación del tecle, máquina que en su estado permitió que se soltara la cañería, provocando con ello las lesiones al actor. Que el irregular estado de conservación del tecle, ha sido el fundamento del actor para hacer efectiva la responsabilidad de la demandada principal, atendida la inobservancia de la demandada respecto de lo dispuesto en el artículo 184 del Código del trabajo, lo que, como se ha dicho no ha sido demostrado. En este punto cabe tener presente que el mismo representante legal de la demandada principal ha señalado que el tecle aun y cuando se encuentre mal instalado, funciona. g) Que no obstante lo anterior, no se puede desatender que también se ha conocido y se ha informado este tribunal, en audiencia de juicio, al momento de incorporar la prueba ofrecida por las partes, una forma de comunicación del todo pretérita que lo único que logró fue la descoordinación entre dos trabajadores, que se encuentran distantes, en este caso entre varios pisos de diferencia, uno respecto del otro, como también la circunstancia que no existía supervisor en la obra ni menos al inicio de la faena, pese al antecedente complementario que citó el Comité Paritario de su existencia, lo que según dichos de la testigo de la demandada Constructora MBDI, Viviana Molina, no era necesario, dado el conocimiento del actor en la ejecución de dichas labores. Que considerando la existencia de un solo tecle al interior de la empresa, también es dable presumir que tenga un desgaste mayor al realmente querido por su fabricante y ceda aún cuando el peso a soportar sea menor de lo acostumbrado o lo determinado, en tal caso, resultaba del todo necesaria la existencia de algún equipo o implemento de seguridad, para que el actor y su ayudante, se complementaran y desarrollaran la labor diaria encomendada. Así también lo era la presencia de un supervisor, pues aún cuando el demandante sea identificado como maestro, su labor debe ser fiscalizada, así lo reprodujo el mismo prevencionista en riego de la empresa demandada principal don Rolando Solar, cuando señala que el supervisor de manera diaria pasa a supervisar la labor efectuada. Que el Diccionario de la Lengua Española, define la palabra maestro, como la persona u obra de mérito relevante entre las de su clase; o también como la persona que es práctica en una materia y la maneja con desenvoltura, en este caso y según dichos de don Rolando Solar, el trabajo del demandante debía ser fiscalizado por un supervisor. En este punto llama profundamente la atención el actuar de la demandada principal, al citar sus testigos en especial don Rolando Solar que el demandante siendo el maestro debía él preocuparse de la instalación de la maquinaria y de los materiales que requería para ejecutarla. h) Que esta sentenciadora estima que la sola ocurrencia del accidente permite concluir que la empresa demandada incurrió en responsabilidad civil contractual, desde que en su calidad de empleadora, estaba obligada por imperativo legal y así disponerlo el artículo 184 del Código del Trabajo, a proteger eficazmente la vida y salud de sus trabajadores, obligación que a juicio de esta sentenciadora, la demandada incumplió, conforme a lo razonado en el considerando anterior. i) Que en cuanto al dolo o culpa que exige el artículo 69 de la ley Nº 16.744, por parte del empleador en su actuar y como deudor de seguridad la ley nada señala, por lo que para determinarlo habrá que estarse a las normas del derecho común, específicamente a las del artículo 1547 del Código Civil, norma que al hacer una clasificación tripartita de los contratos, según el beneficio que reportan a las partes, es aplicable al contrato de trabajo en su contenido patrimonial, al igual como lo es con contenido personal, en especial el deber de protección del empleador al trabajador, y el deber de lealtad y fidelidad, del trabajador al empleador. En tal caso respecto del deber de protección, comprende el deber de seguridad, que es un valor que en definitiva tiende a preservar la vida e integridad de sus trabajadores, situación que permite concluir que la culpa de la cual responde el empleador, es de la culpa levísima, es decir, de la falta de aquella esmerada diligencia que un hombre juicioso emplea en la administración de los negocios importantes,

534

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Por su parte, la ley Nº 20.123, estableció diversas normas para regular el régimen de subcontratación, incluyendo entre ellas la responsabilidad de las empresas principales, o dueñas de la obra, en caso de accidentes de trabajo o enfermedades profesionales en el artículo 183 E del Código del Trabajo. f) Que no fue establecido en estos antecedentes, como tampoco en la investigación efectuada por el Comité Paritario, ni mucho menos por el informe técnico de investigación de accidente, también incorporado por la demandada principal, el estado de conservación del tecle, máquina que en su estado permitió que se soltara la cañería, provocando con ello las lesiones al actor. Que el irregular estado de conservación del tecle, ha sido el fundamento del actor para hacer efectiva la responsabilidad de la demandada principal, atendida la inobservancia de la demandada respecto de lo dispuesto en el artículo 184 del Código del trabajo, lo que, como se ha dicho no ha sido demostrado. En este punto cabe tener presente que el mismo representante legal de la demandada principal ha señalado que el tecle aun y cuando se encuentre mal instalado, funciona. g) Que no obstante lo anterior, no se puede desatender que también se ha conocido y se ha informado este tribunal, en audiencia de juicio, al momento de incorporar la prueba ofrecida por las partes, una forma de comunicación del todo pretérita que lo único que logró fue la descoordinación entre dos trabajadores, que se encuentran distantes, en este caso entre varios pisos de diferencia, uno respecto del otro, como también la circunstancia que no existía supervisor en la obra ni menos al inicio de la faena, pese al antecedente complementario que citó el Comité Paritario de su existencia, lo que según dichos de la testigo de la demandada Constructora MBDI, Viviana Molina, no era necesario, dado el conocimiento del actor en la ejecución de dichas labores. Que considerando la existencia de un solo tecle al interior de la empresa, también es dable presumir que tenga un desgaste mayor al realmente querido por su fabricante y ceda aún cuando el peso a soportar sea menor de lo acostumbrado o lo determinado, en tal caso, resultaba del todo necesaria la existencia de algún equipo o implemento de seguridad, para que el actor y su ayudante, se complementaran y desarrollaran la labor diaria encomendada. Así también lo era la presencia de un supervisor, pues aún cuando el demandante sea identificado como maestro, su labor debe ser fiscalizada, así lo reprodujo el mismo prevencionista en riego de la empresa demandada principal don Rolando Solar, cuando señala que el supervisor de manera diaria pasa a supervisar la labor efectuada. Que el Diccionario de la Lengua Española, define la palabra maestro, como la persona u obra de mérito relevante entre las de su clase; o también como la persona que es práctica en una materia y la maneja con desenvoltura, en este caso y según dichos de don Rolando Solar, el trabajo del demandante debía ser fiscalizado por un supervisor. En este punto llama profundamente la atención el actuar de la demandada principal, al citar sus testigos en especial don Rolando Solar que el demandante siendo el maestro debía él preocuparse de la instalación de la maquinaria y de los materiales que requería para ejecutarla. h) Que esta sentenciadora estima que la sola ocurrencia del accidente permite concluir que la empresa demandada incurrió en responsabilidad civil contractual, desde que en su calidad de empleadora, estaba obligada por imperativo legal y así disponerlo el artículo 184 del Código del Trabajo, a proteger eficazmente la vida y salud de sus trabajadores, obligación que a juicio de esta sentenciadora, la demandada incumplió, conforme a lo razonado en el considerando anterior. i) Que en cuanto al dolo o culpa que exige el artículo 69 de la ley Nº 16.744, por parte del empleador en su actuar y como deudor de seguridad la ley nada señala, por lo que para determinarlo habrá que estarse a las normas del derecho común, específicamente a las del artículo 1547 del Código Civil, norma que al hacer una clasificación tripartita de los contratos, según el beneficio que reportan a las partes, es aplicable al contrato de trabajo en su contenido patrimonial, al igual como lo es con contenido personal, en especial el deber de protección del empleador al trabajador, y el deber de lealtad y fidelidad, del trabajador al empleador. En tal caso respecto del deber de protección, comprende el deber de seguridad, que es un valor que en definitiva tiende a preservar la vida e integridad de sus trabajadores, situación que permite concluir que la culpa de la cual responde el empleador, es de la culpa levísima, es decir, de la falta de aquella esmerada diligencia que un hombre juicioso emplea en la administración de los negocios importantes,

534

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

535

situación que en la especie no ocurrió, pues no se le ha otorgado equipo de comunicación al demandante para que ejecute de manera óptima su labor, como tampoco verifica la existencia de un supervisor en la faena diaria. j) Que en este caso se observa que ha habido un exceso de confianza por parte de las demandadas, dada la vasta experiencia que detenta el actor, omitiendo con ello supervisar la labor que éste ejecutaba a diario; como también se colige del relato de don Rolando Solar y de don Leoncio Pino, que también ha habido un exceso de confianza en la ejecución de dicha labor por parte del actor, al tomar de manera equivocada la referida cañería, pues atendida también esa vasta experiencia y la capacitación, no se entiende que en la instalación de dicha cañería posicione sus manos, en especial sus dedos, en un lugar de choque o de unión de ambas cañerías. En este sentido cabe reconocer lo establecido en el artículo 2330 del Código Civil, en el sentido que la apreciación del daño está sujeta a reducción, si el que lo ha sufrido se expuso a él imprudentemente. k) Que determinadas las causas del accidente y el carácter imperativo del artículo 184 del Código del Trabajo, se establece que la empresa demandada, incurrió en responsabilidad civil contractual, desde que en su calidad de empleador estaba obligada, por así disponerlo el artículo 184 del Código del Trabajo, a proteger eficazmente la vida y salud de sus trabajadores, obligación que a juicio de esta sentenciadora la demandada incumplió. Que la referida disposición legal es imperativa y ordena al empleador adoptar todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de sus trabajadores. La expresión eficaz se encuentra dirigida a una responsabilidad y acuciosidad con que el empleador debe dar cumplimiento a dicha obligación, con lo que debe concluirse que la exigencia en esta materia es máxima. l) Que así también y considerando lo dispuesto en el artículo 69 de la ley Nº 16.744, procede concluir que hubo por parte de la empresa demandada una conducta culposa, pues atendido los avances de la tecnología, no otorgó equipos de comunicación apropiados para que se ejecutara la labor por parte del actor, menos aún fiscalizó dicha labor con el supervisor que requería. m) Que en cuanto al monto del lucro cesante demandado en autos, fueron adjuntados a los autos resolución Nº041037909 de 12 de junio de 2009, que establece que ha habido un 15% de incapacidad. Que en tal sentido se procederá a rechazar el lucro cesante demandado, tanto en su monto como en su concepto, pues en la especie a juicio de esta sentenciadora, el presupuesto de hecho esgrimido por el demandante, es altamente incierto, toda vez que nada asegura que el actor permanezca durante toda su vida laboral como dependiente de la demandada, pues esta relación podría eventualmente concluir, ya sea por decisión del empleador o por el contrario, por decisión del trabajador. n) Que el actor ha solicitado se condene a la demandada al pago de $ 60.000.000., por concepto de daño moral por causa del accidente sufrido dado los intensos padecimientos físicos que tuvo que experimentar con motivo de este, específicamente diversos tratamientos, sufrimiento y angustia de ver disminuida en forma irreversible su capacidad física, especialmente el sufrimiento familiar que acarrea como consecuencia prevista e ineludible de un accidente de trabajo. Respecto de este punto fue incorporado informe psicológico en conjunto con las declaraciones del psicólogo Jhon Molina, que realizó el examen al demandante, una vecina Ingrid Placencio y un joven cercano al domicilio del actor, Sebastian Baruch, quienes se encuentran contestes en señalar de manera conjunta que les consta el padecimiento y sufrimiento del actor luego del accidente. o) Que el daño moral, conforme lo ha sostenido la Jurisprudencia Judicial, es indemnizable y debe entenderse como aquél daño que ha causado sufrimiento, dolor o aflicción psicológica, tanto de quien se ha visto expuesto de manera directa por él, como el trabajador, como también respecto de todos quienes se han visto expuestos de manera indirecta a consecuencia del mismo, esto es, los familiares del trabajador afectado por el accidente de trabajo. Que la evaluación y determinación del referido daño, se encuentra entregado al criterio discrecional del Juez que conoce de la causa y por ello tiene un carácter netamente subjetivo, su valorización se encuentra entregada al mérito del proceso, teniendo para ello como base el grado de culpa o dolo con el que ha actuado el empleador, como infractor del artículo 184 del Código del Trabajo. Que en este sentido esta sentenciadora recoge lo que expresamente el legislador ha indicado en el artículo 2330 del Código Civil, ello principalmente con el exceso de confianza con que ha actuado el

situación que en la especie no ocurrió, pues no se le ha otorgado equipo de comunicación al demandante para que ejecute de manera óptima su labor, como tampoco verifica la existencia de un supervisor en la faena diaria. j) Que en este caso se observa que ha habido un exceso de confianza por parte de las demandadas, dada la vasta experiencia que detenta el actor, omitiendo con ello supervisar la labor que éste ejecutaba a diario; como también se colige del relato de don Rolando Solar y de don Leoncio Pino, que también ha habido un exceso de confianza en la ejecución de dicha labor por parte del actor, al tomar de manera equivocada la referida cañería, pues atendida también esa vasta experiencia y la capacitación, no se entiende que en la instalación de dicha cañería posicione sus manos, en especial sus dedos, en un lugar de choque o de unión de ambas cañerías. En este sentido cabe reconocer lo establecido en el artículo 2330 del Código Civil, en el sentido que la apreciación del daño está sujeta a reducción, si el que lo ha sufrido se expuso a él imprudentemente. k) Que determinadas las causas del accidente y el carácter imperativo del artículo 184 del Código del Trabajo, se establece que la empresa demandada, incurrió en responsabilidad civil contractual, desde que en su calidad de empleador estaba obligada, por así disponerlo el artículo 184 del Código del Trabajo, a proteger eficazmente la vida y salud de sus trabajadores, obligación que a juicio de esta sentenciadora la demandada incumplió. Que la referida disposición legal es imperativa y ordena al empleador adoptar todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de sus trabajadores. La expresión eficaz se encuentra dirigida a una responsabilidad y acuciosidad con que el empleador debe dar cumplimiento a dicha obligación, con lo que debe concluirse que la exigencia en esta materia es máxima. l) Que así también y considerando lo dispuesto en el artículo 69 de la ley Nº 16.744, procede concluir que hubo por parte de la empresa demandada una conducta culposa, pues atendido los avances de la tecnología, no otorgó equipos de comunicación apropiados para que se ejecutara la labor por parte del actor, menos aún fiscalizó dicha labor con el supervisor que requería. m) Que en cuanto al monto del lucro cesante demandado en autos, fueron adjuntados a los autos resolución Nº041037909 de 12 de junio de 2009, que establece que ha habido un 15% de incapacidad. Que en tal sentido se procederá a rechazar el lucro cesante demandado, tanto en su monto como en su concepto, pues en la especie a juicio de esta sentenciadora, el presupuesto de hecho esgrimido por el demandante, es altamente incierto, toda vez que nada asegura que el actor permanezca durante toda su vida laboral como dependiente de la demandada, pues esta relación podría eventualmente concluir, ya sea por decisión del empleador o por el contrario, por decisión del trabajador. n) Que el actor ha solicitado se condene a la demandada al pago de $ 60.000.000., por concepto de daño moral por causa del accidente sufrido dado los intensos padecimientos físicos que tuvo que experimentar con motivo de este, específicamente diversos tratamientos, sufrimiento y angustia de ver disminuida en forma irreversible su capacidad física, especialmente el sufrimiento familiar que acarrea como consecuencia prevista e ineludible de un accidente de trabajo. Respecto de este punto fue incorporado informe psicológico en conjunto con las declaraciones del psicólogo Jhon Molina, que realizó el examen al demandante, una vecina Ingrid Placencio y un joven cercano al domicilio del actor, Sebastian Baruch, quienes se encuentran contestes en señalar de manera conjunta que les consta el padecimiento y sufrimiento del actor luego del accidente. o) Que el daño moral, conforme lo ha sostenido la Jurisprudencia Judicial, es indemnizable y debe entenderse como aquél daño que ha causado sufrimiento, dolor o aflicción psicológica, tanto de quien se ha visto expuesto de manera directa por él, como el trabajador, como también respecto de todos quienes se han visto expuestos de manera indirecta a consecuencia del mismo, esto es, los familiares del trabajador afectado por el accidente de trabajo. Que la evaluación y determinación del referido daño, se encuentra entregado al criterio discrecional del Juez que conoce de la causa y por ello tiene un carácter netamente subjetivo, su valorización se encuentra entregada al mérito del proceso, teniendo para ello como base el grado de culpa o dolo con el que ha actuado el empleador, como infractor del artículo 184 del Código del Trabajo. Que en este sentido esta sentenciadora recoge lo que expresamente el legislador ha indicado en el artículo 2330 del Código Civil, ello principalmente con el exceso de confianza con que ha actuado el ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

535

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

trabajador, atribuyéndose una vasta experiencia en esta tarea, pues de manera reiterada lo manifestó el actor en el desarrollo del juicio; de esta forma se establece, considerando el informe N° 041037909 de 12 de junio de 2009, y la propia declaración del demandante en el sentido que se encuentra trabajando, que el monto por concepto de daño moral asciende a la suma de $ 3.000.000. p) Que la demandada principal ha opuesto excepción de finiquito, afirmando en tal sentido el poder liberatorio de tal instrumento, pues señala que para su suscripción se ha cumplido cabalmente con lo dispuesto en el artículo 177 del Código del Trabajo; del examen de dicho instrumento se colige que este tiene fecha 4 de junio de 2009, y se dejó constancia por las partes suscriptoras, que el vínculo contractual concluye por la causal del artículo 159 N° 1 del Código del Trabajo, esto es, mutuo acuerdo de las partes. Que el finiquito, etimológicamente, encuentra su origen en la conjunción de dos términos con significados bien precisos: fin, que es término, el remate o la consumación de una cosa; y la palabra cito (citare), que significa proclamar, anunciar. En un sentido forense expresa la liberación de una deuda o parte de ella que hace el acreedor al deudor. Según el Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, el finiquito es el remate de las cuentas; el certificado que se da para que conste estar ajustadas y satisfecho el alcance de ellas; dar finiquito es acabar con el caudal o con otra cosa. Se sostiene que el finiquito laboral constituye una institución propia del Derecho del Trabajo que puede conceptualizarse como una convención entre las partes del contrato de trabajo por medio de la cual llegan a un acuerdo relativo al cumplimiento de las obligaciones recíprocas con el objeto principal de impedir que la controversia deba plantearse necesariamente ante los Tribunales de Justicia. De ambos tipos de conceptos esbozados etimológico y doctrinario se puede concluir que el finiquito laboral tiene dos fines específicos, que se confunden con su objeto: uno, ser un acto por el cual se pone término a una vinculación determinada y otro, certificar los derechos emanados de la misma, con efecto permanente entre las partes del vínculo. q) Que las declaraciones contenidas en tal instrumento de renuncia a toda acción legal, es genérica e imprecisa; que el ajuste de cuentas que las partes han efectuado con tal instrumento ha sido respecto de las prestaciones que allí se indican, pero en caso alguno hacen referencia a la renuncia de la acción indemnizatoria de perjuicios sufridos a raíz de este accidente; por lo que debe ser rechazada la excepción de finiquito opuesta en tal sentido, toda vez que en dicho instrumento no se ha hecho la mención precisa ya citada. A este respecto, a juicio de esta sentenciadora, el mismo legislador ha sido muy cuidadoso en materia de accidente de trabajo, al establecer en el artículo 69 de la ley Nº 16.744, el plazo de prescripción de 5 años contados desde la época de ocurrencia del accidente, lo que se puede interpretar con el hecho que en tal período, y aún cuando trabajador y empleador, se otorguen finiquito sin hacer mención de este derecho, el trabajador verifique a cabalidad las reales consecuencias del accidente que ha sufrido y experimentado. Que en consecuencia se procederá a rechazar la excepción de finiquito opuesta por la demandada principal. NOVENO: Que se estima innecesario analizar el certificado de atención de urgencia incorporado por el demandante, boletín informativo del Centro de Atención Ambulatoria, set de fotografías, informe en derecho, ficha técnica de prevención de riesgos, y fotocopia simple de fallo, los tres primeros en atención a que ha sido determinado con la resolución N° 041037909 de la Asociación Chilena de Seguridad, las lesiones sufridas por el actor y finalmente su grado de incapacidad, y el informe en derecho y fotocopia simple del fallo, por improcedentes. Asimismo se estima innecesario analizar la factura N° 00077 y los certificados de anotaciones en el Registro Nacional de vehículos motorizados, toda vez que los mismos dan cuenta, de la solución al acuerdo arribado entre el actor y la demandada principal, a través del finiquito, cuya excepción ha sido rechazada por esta juez. Asimismo se desestima el análisis de los certificados de acreditación de normas ISO 9001, de la demandada principal, por ser antecedentes que logran establecer la evaluación de dicha empresa en dos períodos, sin embargo en el caso específico analizado no logra desvirtuar lo razonado; que sucede igual situación en relación a la documental incorporada por la Constructora MBDI, las que no obstante acreditar la existencia de documentos que la legislación laboral exige a este respecto, no desvirtúan lo ya resuelto.

536

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

trabajador, atribuyéndose una vasta experiencia en esta tarea, pues de manera reiterada lo manifestó el actor en el desarrollo del juicio; de esta forma se establece, considerando el informe N° 041037909 de 12 de junio de 2009, y la propia declaración del demandante en el sentido que se encuentra trabajando, que el monto por concepto de daño moral asciende a la suma de $ 3.000.000. p) Que la demandada principal ha opuesto excepción de finiquito, afirmando en tal sentido el poder liberatorio de tal instrumento, pues señala que para su suscripción se ha cumplido cabalmente con lo dispuesto en el artículo 177 del Código del Trabajo; del examen de dicho instrumento se colige que este tiene fecha 4 de junio de 2009, y se dejó constancia por las partes suscriptoras, que el vínculo contractual concluye por la causal del artículo 159 N° 1 del Código del Trabajo, esto es, mutuo acuerdo de las partes. Que el finiquito, etimológicamente, encuentra su origen en la conjunción de dos términos con significados bien precisos: fin, que es término, el remate o la consumación de una cosa; y la palabra cito (citare), que significa proclamar, anunciar. En un sentido forense expresa la liberación de una deuda o parte de ella que hace el acreedor al deudor. Según el Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, el finiquito es el remate de las cuentas; el certificado que se da para que conste estar ajustadas y satisfecho el alcance de ellas; dar finiquito es acabar con el caudal o con otra cosa. Se sostiene que el finiquito laboral constituye una institución propia del Derecho del Trabajo que puede conceptualizarse como una convención entre las partes del contrato de trabajo por medio de la cual llegan a un acuerdo relativo al cumplimiento de las obligaciones recíprocas con el objeto principal de impedir que la controversia deba plantearse necesariamente ante los Tribunales de Justicia. De ambos tipos de conceptos esbozados etimológico y doctrinario se puede concluir que el finiquito laboral tiene dos fines específicos, que se confunden con su objeto: uno, ser un acto por el cual se pone término a una vinculación determinada y otro, certificar los derechos emanados de la misma, con efecto permanente entre las partes del vínculo. q) Que las declaraciones contenidas en tal instrumento de renuncia a toda acción legal, es genérica e imprecisa; que el ajuste de cuentas que las partes han efectuado con tal instrumento ha sido respecto de las prestaciones que allí se indican, pero en caso alguno hacen referencia a la renuncia de la acción indemnizatoria de perjuicios sufridos a raíz de este accidente; por lo que debe ser rechazada la excepción de finiquito opuesta en tal sentido, toda vez que en dicho instrumento no se ha hecho la mención precisa ya citada. A este respecto, a juicio de esta sentenciadora, el mismo legislador ha sido muy cuidadoso en materia de accidente de trabajo, al establecer en el artículo 69 de la ley Nº 16.744, el plazo de prescripción de 5 años contados desde la época de ocurrencia del accidente, lo que se puede interpretar con el hecho que en tal período, y aún cuando trabajador y empleador, se otorguen finiquito sin hacer mención de este derecho, el trabajador verifique a cabalidad las reales consecuencias del accidente que ha sufrido y experimentado. Que en consecuencia se procederá a rechazar la excepción de finiquito opuesta por la demandada principal. NOVENO: Que se estima innecesario analizar el certificado de atención de urgencia incorporado por el demandante, boletín informativo del Centro de Atención Ambulatoria, set de fotografías, informe en derecho, ficha técnica de prevención de riesgos, y fotocopia simple de fallo, los tres primeros en atención a que ha sido determinado con la resolución N° 041037909 de la Asociación Chilena de Seguridad, las lesiones sufridas por el actor y finalmente su grado de incapacidad, y el informe en derecho y fotocopia simple del fallo, por improcedentes. Asimismo se estima innecesario analizar la factura N° 00077 y los certificados de anotaciones en el Registro Nacional de vehículos motorizados, toda vez que los mismos dan cuenta, de la solución al acuerdo arribado entre el actor y la demandada principal, a través del finiquito, cuya excepción ha sido rechazada por esta juez. Asimismo se desestima el análisis de los certificados de acreditación de normas ISO 9001, de la demandada principal, por ser antecedentes que logran establecer la evaluación de dicha empresa en dos períodos, sin embargo en el caso específico analizado no logra desvirtuar lo razonado; que sucede igual situación en relación a la documental incorporada por la Constructora MBDI, las que no obstante acreditar la existencia de documentos que la legislación laboral exige a este respecto, no desvirtúan lo ya resuelto.

536

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

537

Que también se desestima analizar los testimonios de doña Aída Espinoza y de don Sebastian Tagle, pues sin perjuicio que a través de ellos se ha podido conocer la realización de una investigación de Comité Paritario, por doña Aída Espinoza y la circunstancia de haber transportado al demandante por parte del Sr. Tagle, los mismos no alteran lo concluido, pues el mismo señor Tagle ha señalado que él tomó conocimiento de los hechos acaecidos al actor, a través del Supervisor de la Obra, que se encontraba en la Comuna de Macul, en circunstancias que la obra en la cual ocurrió el accidente lo era en la comuna de Las Condes. DÉCIMO: Que establecida la responsabilidad de la empresa Kaltemp, en el accidente sufrido por el demandante, y teniendo presente lo dispuesto en el artículo 183 E del Código del Trabajo, se determina que Constructora MBDI, responde solidariamente de las obligaciones a las cuales fue condenada la demandada principal. DÉCIMO PRIMERO: Que la prueba ha sido valorada conforme a las reglas de la sana crítica. DÉCIMO SEGUNDO: Que incumbe probar las obligaciones o su extinción a quien alega aquellas o ésta. Por estas consideraciones y, visto además lo dispuesto en los artículos 7, 10, 63, 183 A y siguientes, 183 E, 184, 420, 425, 432, 446 y siguientes, 453, 454, 456, 459 del Código del Trabajo; ley Nº 16.744; 1545 y siguientes, 1698, 2330 del Código Civil, y demás normas legales vigentes, SE DECLARA: I. Que se rechaza la excepción de finiquito opuesta por la demandada Kaltemp. II. Que se estima que la empresa demandada Gustavo Boetsch y Cia., Kaltemp, incurrió en responsabilidad civil contractual en el accidente sufrido por el actor Héctor Muñoz, con fecha 15 de enero de 2008, por lo que deberá pagar la suma de $ 3.000.000., por concepto de daño moral. III. Que en la etapa procesal correspondiente se deberá liquidar la suma mandada pagar, con los reajustes e intereses previstos en el artículo 63 del Código del Trabajo. IV. Que la demandada Constructora MBDI S.A., deberá responder de manera solidaria de la suma ordenada pagar al trabajador. V. Que en lo demás se rechaza la demanda. VI. Que no se condena en costas a las demandadas, por no haber sido totalmente vencidas. VII. Ejecutoriada que se encuentre la presente sentencia cúmplase con lo dispuesto en ella, dentro de quinto día. En caso contrario, certifíquese dicha circunstancia y pasen los antecedentes al Juzgado de Cobranza Laboral y Previsional, y hágase devolución de los documentos acompañados por las partes. Regístrese, notifíquese y archívese en su oportunidad. RIT O 590 2009 RUC 09 4 0025450 5 Dictada por Alondra Castro Jiménez, Juez Titular del Primer Juzgado de Letras del Trabajo de Santiago.

Que también se desestima analizar los testimonios de doña Aída Espinoza y de don Sebastian Tagle, pues sin perjuicio que a través de ellos se ha podido conocer la realización de una investigación de Comité Paritario, por doña Aída Espinoza y la circunstancia de haber transportado al demandante por parte del Sr. Tagle, los mismos no alteran lo concluido, pues el mismo señor Tagle ha señalado que él tomó conocimiento de los hechos acaecidos al actor, a través del Supervisor de la Obra, que se encontraba en la Comuna de Macul, en circunstancias que la obra en la cual ocurrió el accidente lo era en la comuna de Las Condes. DÉCIMO: Que establecida la responsabilidad de la empresa Kaltemp, en el accidente sufrido por el demandante, y teniendo presente lo dispuesto en el artículo 183 E del Código del Trabajo, se determina que Constructora MBDI, responde solidariamente de las obligaciones a las cuales fue condenada la demandada principal. DÉCIMO PRIMERO: Que la prueba ha sido valorada conforme a las reglas de la sana crítica. DÉCIMO SEGUNDO: Que incumbe probar las obligaciones o su extinción a quien alega aquellas o ésta. Por estas consideraciones y, visto además lo dispuesto en los artículos 7, 10, 63, 183 A y siguientes, 183 E, 184, 420, 425, 432, 446 y siguientes, 453, 454, 456, 459 del Código del Trabajo; ley Nº 16.744; 1545 y siguientes, 1698, 2330 del Código Civil, y demás normas legales vigentes, SE DECLARA: I. Que se rechaza la excepción de finiquito opuesta por la demandada Kaltemp. II. Que se estima que la empresa demandada Gustavo Boetsch y Cia., Kaltemp, incurrió en responsabilidad civil contractual en el accidente sufrido por el actor Héctor Muñoz, con fecha 15 de enero de 2008, por lo que deberá pagar la suma de $ 3.000.000., por concepto de daño moral. III. Que en la etapa procesal correspondiente se deberá liquidar la suma mandada pagar, con los reajustes e intereses previstos en el artículo 63 del Código del Trabajo. IV. Que la demandada Constructora MBDI S.A., deberá responder de manera solidaria de la suma ordenada pagar al trabajador. V. Que en lo demás se rechaza la demanda. VI. Que no se condena en costas a las demandadas, por no haber sido totalmente vencidas. VII. Ejecutoriada que se encuentre la presente sentencia cúmplase con lo dispuesto en ella, dentro de quinto día. En caso contrario, certifíquese dicha circunstancia y pasen los antecedentes al Juzgado de Cobranza Laboral y Previsional, y hágase devolución de los documentos acompañados por las partes. Regístrese, notifíquese y archívese en su oportunidad. RIT O 590 2009 RUC 09 4 0025450 5 Dictada por Alondra Castro Jiménez, Juez Titular del Primer Juzgado de Letras del Trabajo de Santiago. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

537

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Santiago catorce de enero de dos mil diez. VISTOS, OÍDOS Y CONSIDERANDO: PRIMERO: Que Luis Patricio Cáceres Vicencio, RUT 8.543.840 9, Conductor Profesional, domiciliado en Estadio Parque O¿Higgins N° 501 comuna de Quilicura, deduce demanda en procedimiento de Aplicación General, por indemnización por Accidente del Trabajo, en contra de Subus Chile S.A, empresa de giro de transportes de pasajeros, RUT 99.554.700 7, representada legalmente por don Andrés Felipe Ocampo Borrero, RUT 21.917.402 0, de profesión Ingeniero Industrial, ambos domiciliados en Avenida Recoleta N° 5203, comuna de Huechuraba, Región Metropolitana. Fundamenta su demanda en que con fecha 19 de mayo de 2008, ingresó a prestar servicios de subordinación y dependencia para la empresa Subus Chile S.A, prestando servicios de chofer, con las obligaciones y derechos indicados en el respectivo contrato de trabajo el cual pasó a ser indefinido por anexo suscrito el 28 de noviembre de 2008. Señala que su remuneración bruta ascendía a $ 320.000 y se componía de sueldo base, gratificación legal a todo evento y bonos propios de la labor de chofer, los cuales fueron entregados por más de seis periodos consecutivos con motivo de la prestación de servicios. Que el día 25 de febrero de 2009, alrededor de las 19:00 horas conducía el bus del recorrido 225, según instrucción dada por su empleador, funciones propias para las cuales estaba contratado, por Avenida Américo Vespucio en dirección al sur, cuando al llegar a la Rotonda Quilín, fue atacado por terceras personas que integraban una barra de fútbol, cuyas agresiones son reiteradas, previsibles y violentas, cada vez que hay partidos entre sus equipos y de los cuales el chofer no tiene medida de seguridad alguna para evitarlas o repelerlas. Agrega que producto de esas agresiones, evitables de haber mediado la instalación que sí hay en otros buses se la casilla de seguridad de fibra de vidrio, sufrió golpes en la cabeza que acarrearon su discapacidad física. Añade que el ataque y los golpes con objetos contundentes fueron realizados por terceros, pero imputa consecuencia directa de esa desprotección a su empleador, quien previendo los ataques que se producen siempre en el recorrido que se le asignó ese día, no había instalado la caseta de seguridad. Señala que necesario es preguntarse para determinar el nexo causal si se podría haber previsto y evitado las consecuencias dañosas del ataque a su persona y ello a su parecer, se resolvería afirmativamente, de lo contrario, no se estarían instalando las casetas de fibra de vidrio que tienen otros buses, salvo el que le tocó conducir a él. Añade que debido a la desprotección de la cabina y a la ausencia de medidas de seguridad que sí tienen otros buses, se le produjeron heridas contusas graves, quedando incapacitado auditivamente y con daño neurológico en un porcentaje indeterminado a la fecha, en relación directa y basal con la falta de cabina de seguridad, la cual impide el contacto directo del agresor con el chofer y el riesgo de lesiones. Indica que debido a la gravedad de sus lesiones las cuales recibió en la cabeza, perdió el conocimiento, siendo trasladado al IST, en donde se constató, según informe médico que la lesión ahora lo tiene con una minusvalía permanente en su desplazamiento y capacidad auditiva. Que el hecho fue cubierto por los beneficios de la ley N° 16.744 pero la determinación de incapacidad no es conocido, atendido que a la fecha no ha concluido su proceso de restablecimiento de salud. Señala que a la fecha se encuentra privado de cualquier tipo de terapia y contención y el hecho de haber sido objeto de un ataque tan violento, plenamente evitable tal y como se evitan en los buses que sí tienen caseta de fibra de vidrio, lo tiene con un síndrome angustioso depresivo en desarrollo que acreditará. Afirma que el daño físico y psicológico que sufrió ha sido constitutivo de un perjuicio de agrado, ya que las lesiones y secuelas le han privado de las diversas satisfacciones de orden social, mundano y

538

I. SENTENCIA DEL JUZGADO DE LETRAS DEL TRABAJO

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol N°: O-518-2009 Cita online: CL/JUR/15915/2010

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol N°: O-518-2009 Cita online: CL/JUR/15915/2010

I. SENTENCIA DEL JUZGADO DE LETRAS DEL TRABAJO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Santiago catorce de enero de dos mil diez. VISTOS, OÍDOS Y CONSIDERANDO: PRIMERO: Que Luis Patricio Cáceres Vicencio, RUT 8.543.840 9, Conductor Profesional, domiciliado en Estadio Parque O¿Higgins N° 501 comuna de Quilicura, deduce demanda en procedimiento de Aplicación General, por indemnización por Accidente del Trabajo, en contra de Subus Chile S.A, empresa de giro de transportes de pasajeros, RUT 99.554.700 7, representada legalmente por don Andrés Felipe Ocampo Borrero, RUT 21.917.402 0, de profesión Ingeniero Industrial, ambos domiciliados en Avenida Recoleta N° 5203, comuna de Huechuraba, Región Metropolitana. Fundamenta su demanda en que con fecha 19 de mayo de 2008, ingresó a prestar servicios de subordinación y dependencia para la empresa Subus Chile S.A, prestando servicios de chofer, con las obligaciones y derechos indicados en el respectivo contrato de trabajo el cual pasó a ser indefinido por anexo suscrito el 28 de noviembre de 2008. Señala que su remuneración bruta ascendía a $ 320.000 y se componía de sueldo base, gratificación legal a todo evento y bonos propios de la labor de chofer, los cuales fueron entregados por más de seis periodos consecutivos con motivo de la prestación de servicios. Que el día 25 de febrero de 2009, alrededor de las 19:00 horas conducía el bus del recorrido 225, según instrucción dada por su empleador, funciones propias para las cuales estaba contratado, por Avenida Américo Vespucio en dirección al sur, cuando al llegar a la Rotonda Quilín, fue atacado por terceras personas que integraban una barra de fútbol, cuyas agresiones son reiteradas, previsibles y violentas, cada vez que hay partidos entre sus equipos y de los cuales el chofer no tiene medida de seguridad alguna para evitarlas o repelerlas. Agrega que producto de esas agresiones, evitables de haber mediado la instalación que sí hay en otros buses se la casilla de seguridad de fibra de vidrio, sufrió golpes en la cabeza que acarrearon su discapacidad física. Añade que el ataque y los golpes con objetos contundentes fueron realizados por terceros, pero imputa consecuencia directa de esa desprotección a su empleador, quien previendo los ataques que se producen siempre en el recorrido que se le asignó ese día, no había instalado la caseta de seguridad. Señala que necesario es preguntarse para determinar el nexo causal si se podría haber previsto y evitado las consecuencias dañosas del ataque a su persona y ello a su parecer, se resolvería afirmativamente, de lo contrario, no se estarían instalando las casetas de fibra de vidrio que tienen otros buses, salvo el que le tocó conducir a él. Añade que debido a la desprotección de la cabina y a la ausencia de medidas de seguridad que sí tienen otros buses, se le produjeron heridas contusas graves, quedando incapacitado auditivamente y con daño neurológico en un porcentaje indeterminado a la fecha, en relación directa y basal con la falta de cabina de seguridad, la cual impide el contacto directo del agresor con el chofer y el riesgo de lesiones. Indica que debido a la gravedad de sus lesiones las cuales recibió en la cabeza, perdió el conocimiento, siendo trasladado al IST, en donde se constató, según informe médico que la lesión ahora lo tiene con una minusvalía permanente en su desplazamiento y capacidad auditiva. Que el hecho fue cubierto por los beneficios de la ley N° 16.744 pero la determinación de incapacidad no es conocido, atendido que a la fecha no ha concluido su proceso de restablecimiento de salud. Señala que a la fecha se encuentra privado de cualquier tipo de terapia y contención y el hecho de haber sido objeto de un ataque tan violento, plenamente evitable tal y como se evitan en los buses que sí tienen caseta de fibra de vidrio, lo tiene con un síndrome angustioso depresivo en desarrollo que acreditará. Afirma que el daño físico y psicológico que sufrió ha sido constitutivo de un perjuicio de agrado, ya que las lesiones y secuelas le han privado de las diversas satisfacciones de orden social, mundano y

538

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

539

deportivo que normalmente benefician a un hombre de su edad y condición, tales como caminar normalmente o escuchar los sonidos del entorno. El accidente dice, le ha significado la pérdida de todos los entretenimientos comunes y ordinarios de la vida, afectando incluso su salud mental, pues se averguenza de tener que girar la cabeza para mantener una simple conversación cuando le hablan, siendo tratado muchas veces en forma despectiva. Luego le pregunta al tribunal ¿cómo sería su vida S.S si jamás pudiese mirar los ojos a su cónyuge cuando le dicen que lo aman, porque tiene que girarse para oír? Declarando luego que estas son algunas de las secuelas espirituales que debe aprender a sobrellevar dolorosamente. En cuanto al Derecho indica 1° el incumplimiento de la obligación legal y contractual de seguridad establecida en el artículo 184 del Código del Trabajo por parte de la demandada, expresando que este accidente se debió a que la demandada infringió la obligación de seguridad que mantiene para con sus trabajadores impuesta por la citada disposición, citando textual el inciso primero y señalando luego que la obligación de otorgar seguridad en el trabajo, bajo todos los aspectos, es una de las manifestaciones concretas del deber de protección del empleador y su cabal cumplimiento es de una trascendencia superior a la de una simple obligación de una de las partes en un negocio jurídico, la que añade no queda entregada a la autonomía de la voluntad de las partes, ni menos aún a la decisión del empleador, pues su regulación se ampara en normas de orden público. Luego se refiere a lo que se debe entender por Eficazmente, la cual a su juicio apunta a un efecto de Resultado, esto es prevenir accidentes, pero además fundamentalmente debe considerársela referida a la magnitud de la responsabilidad y acuciosidad con que el empleador debe dar cumplimiento a su obligación de prevención y seguridad. Hace presente las normas que aluden a ella para luego concluir que siendo la obligación de protección estatuida en el inciso primero del artículo 184 del Código del Trabajo, una obligación de naturaleza del contrato, la que además emanan de la ley, ésta obliga al empleador, en conformidad a lo establecido en el artículo 1556 del Código Civil. Señala que para determinar los grados de culpa el artículo 1547 del Código Civil hace una clasificación tripartita, según el beneficio que reportan a las partes, la que por cierto es extensiva al contrato de trabajo, esto es, al intercambio de remuneraciones por servicios. Añade que el contrato de trabajo además del aludido contenido patrimonial tiene un importante contenido personal en que se destacan básicamente el deber general de protección del empleador y los de lealtad y fidelidad que pesan sobre los trabajadores y el deber general de protección del empleador comprende el deber de seguridad que encierra una problemática adicional, los valores que tienden a preservar la obligación de seguridad, en forma directa e inmediata no son de índole patrimonial sino que son la propia vida, la integridad física y psíquica y la salud del trabajador. En concordancia con lo anterior, indica que dado que la ley N° 16.744 especialmente en su artículo 69 no determina el grado de culpa de que debe responder el empleador, la Excma. Corte Suprema en forma reiterada ha concluido que éste es el propio de la culpa levísima. Que en este contexto en concordancia con lo dispuesto en el artículo 184 del Código del Trabajo éste debe interpretarse en forma amplia, es decir el empleador debe adoptar TODAS las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de los trabajadores y que en la especie la demandada no tomó las medidas eficaces de protección ya que el accidente no se debió a la impericia del suscrito ni de no acatar el recorrido sino que de entregarle una máquina sin cabina de seguridad, a diferencia de otros buses que sí las tiene instaladas, señalando que la cabina pudo haber eliminado el peligro presente y concreto de ataque con las consecuencias nefastas para el actor. Por lo que concluye que la obligación de seguridad analizada hace responsable a la demandada en sede contractual, cuando por su culpa levísima no ha dado cumplimiento al elemental y principalísimo deber de seguridad que le impone el artículo 184 del Código del Trabajo, lo que ha sucedido en la especie, teniendo como consecuencia el accidente laboral del que el actor fue víctima. Agrega luego la norma constitucional atingente 19 N° 1 y N° 4, tratados internacionales y lo resuelto por la Excma. Corte Suprema en causa rol N° 4141 03, en relación a la sentencia de la I. Corte de Apelaciones de Concepción rol N° 679 03. Agrega en este acápite como 2° las otras infracciones a normas laborales y de seguridad social específicas cometida por la demandada, derivadas de la ley N° 16.744, D.S N° 40, D.S N° 594, citando

deportivo que normalmente benefician a un hombre de su edad y condición, tales como caminar normalmente o escuchar los sonidos del entorno. El accidente dice, le ha significado la pérdida de todos los entretenimientos comunes y ordinarios de la vida, afectando incluso su salud mental, pues se averguenza de tener que girar la cabeza para mantener una simple conversación cuando le hablan, siendo tratado muchas veces en forma despectiva. Luego le pregunta al tribunal ¿cómo sería su vida S.S si jamás pudiese mirar los ojos a su cónyuge cuando le dicen que lo aman, porque tiene que girarse para oír? Declarando luego que estas son algunas de las secuelas espirituales que debe aprender a sobrellevar dolorosamente. En cuanto al Derecho indica 1° el incumplimiento de la obligación legal y contractual de seguridad establecida en el artículo 184 del Código del Trabajo por parte de la demandada, expresando que este accidente se debió a que la demandada infringió la obligación de seguridad que mantiene para con sus trabajadores impuesta por la citada disposición, citando textual el inciso primero y señalando luego que la obligación de otorgar seguridad en el trabajo, bajo todos los aspectos, es una de las manifestaciones concretas del deber de protección del empleador y su cabal cumplimiento es de una trascendencia superior a la de una simple obligación de una de las partes en un negocio jurídico, la que añade no queda entregada a la autonomía de la voluntad de las partes, ni menos aún a la decisión del empleador, pues su regulación se ampara en normas de orden público. Luego se refiere a lo que se debe entender por Eficazmente, la cual a su juicio apunta a un efecto de Resultado, esto es prevenir accidentes, pero además fundamentalmente debe considerársela referida a la magnitud de la responsabilidad y acuciosidad con que el empleador debe dar cumplimiento a su obligación de prevención y seguridad. Hace presente las normas que aluden a ella para luego concluir que siendo la obligación de protección estatuida en el inciso primero del artículo 184 del Código del Trabajo, una obligación de naturaleza del contrato, la que además emanan de la ley, ésta obliga al empleador, en conformidad a lo establecido en el artículo 1556 del Código Civil. Señala que para determinar los grados de culpa el artículo 1547 del Código Civil hace una clasificación tripartita, según el beneficio que reportan a las partes, la que por cierto es extensiva al contrato de trabajo, esto es, al intercambio de remuneraciones por servicios. Añade que el contrato de trabajo además del aludido contenido patrimonial tiene un importante contenido personal en que se destacan básicamente el deber general de protección del empleador y los de lealtad y fidelidad que pesan sobre los trabajadores y el deber general de protección del empleador comprende el deber de seguridad que encierra una problemática adicional, los valores que tienden a preservar la obligación de seguridad, en forma directa e inmediata no son de índole patrimonial sino que son la propia vida, la integridad física y psíquica y la salud del trabajador. En concordancia con lo anterior, indica que dado que la ley N° 16.744 especialmente en su artículo 69 no determina el grado de culpa de que debe responder el empleador, la Excma. Corte Suprema en forma reiterada ha concluido que éste es el propio de la culpa levísima. Que en este contexto en concordancia con lo dispuesto en el artículo 184 del Código del Trabajo éste debe interpretarse en forma amplia, es decir el empleador debe adoptar TODAS las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de los trabajadores y que en la especie la demandada no tomó las medidas eficaces de protección ya que el accidente no se debió a la impericia del suscrito ni de no acatar el recorrido sino que de entregarle una máquina sin cabina de seguridad, a diferencia de otros buses que sí las tiene instaladas, señalando que la cabina pudo haber eliminado el peligro presente y concreto de ataque con las consecuencias nefastas para el actor. Por lo que concluye que la obligación de seguridad analizada hace responsable a la demandada en sede contractual, cuando por su culpa levísima no ha dado cumplimiento al elemental y principalísimo deber de seguridad que le impone el artículo 184 del Código del Trabajo, lo que ha sucedido en la especie, teniendo como consecuencia el accidente laboral del que el actor fue víctima. Agrega luego la norma constitucional atingente 19 N° 1 y N° 4, tratados internacionales y lo resuelto por la Excma. Corte Suprema en causa rol N° 4141 03, en relación a la sentencia de la I. Corte de Apelaciones de Concepción rol N° 679 03. Agrega en este acápite como 2° las otras infracciones a normas laborales y de seguridad social específicas cometida por la demandada, derivadas de la ley N° 16.744, D.S N° 40, D.S N° 594, citando ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

539

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

los artículos 3, 36, 37 inciso 1° señalando en este punto que la demandada no cumplió con su obligación legal de eliminar los factores de peligro en la maquinaria móvil toda vez que no le aplicó ninguna medida de protección al parabrisas, el cual cedió al más mínimo golpe externo; artículo 53 acápite 1° en lo que redundó en que la demandada no proporcionó los implementos de seguridad necesarios para las funciones que estaba desarrollando el actor, que hubieran impedido el ataque y lesiones en el cráneo, ni autorizó u ordenó el desvío ante la violencia del exterior. Hace presente también la infracción a los artículos 66 de la ley N° 16.744 y 210 del Código del Trabajo, en relación a los N° 1 y 2 del artículo 24 del D.S 54 de 1969; infracción a los artículos 66 y 68 de la ley N° 16.744 en relación a los artículos 210 y 68 del Código del Trabajo y artículos 8, 14, 21 y siguientes del D.S N° 40 de 1969 e infracción al artículo 187 del Código del Trabajo y artículo 68 de la ley N° 16.744. En cuanto a la responsabilidad imputada siendo ésta de responsabilidad contractual y siendo responsable de la culpa levísima, su obligación es indemnizar al demandante por los daños causado por el incumplimiento, reclamando indemnización por daño moral señalando la diferencia perjudicial entre su condición antes de sufrir el siniestro, encontrándose sano física y psicológicamente y la condición en que ha quedado con posterioridad, lo que ha significado que deba utilizar auxilio para poder desempeñarse, fuertes dolores crónicos en sus piernas, soportar angustias y un estrés no recuperado, además de una serie de dolores psicosomáticos que debe soportar en relación a los perjuicios de sufrimiento y de agrado ya descritos. Por lo que en definitiva pide que la demandada sea obligada a indemnizarlo por el accidente del trabajo sufrido el 25 de febrero de 2009, declarando que éste es imputable a la falta de medidas de seguridad de la empleadora condenándola a: 1. Indemnización por daño moral por $ 200.000.000 o las cantidades inferiores o superiores que el tribunal determine. 2. Pagar todos los gastos derivados de los tratamientos reparatorios e intervenciones quirúrgicas derivadas del accidente del trabajo, sean atenciones por prestaciones médicas o por prestaciones psiquiátricas y psicológicas. 3. Pagadas con los reajustes e intereses que establecen los artículos 63 y 17 del Código del Trabajo o en subsidio con los reajustes e intereses que el tribunal determine, desde la fecha de la notificación de la demanda o contados desde que el tribunal estime pertinente. 4. Costas de la causa. SEGUNDO: Que la empresa demandada contesta la demanda y señala que la demanda debe rechazarse en todas sus partes. 1. Niegan que haya existido una acción u omisión culpable o dolosa de su representada que haya provocado las lesiones causadas al Sr. Cáceres. 2. Niegan que haya existido una omisión culpable de la demandada para evitar las lesiones sufridas por el actor. 3. Niegan que la falta de una casilla de seguridad de fibra de vidrio en la cabina hubiese evitado las lesiones. 4. Niega que las secuelas del actor impliquen una minusvalía permanente en su desplazamiento y capacidad auditiva y cognitiva, debe ser acreditado. 5. Niegan que se encuentre privado de cualquier tipo de terapia y contención y que sufra un síndrome angustioso depresivo en desarrollo. 6. Niegan que no se haya proporcionado al actor los implementos de protección de seguridad necesarios para las funciones que estaba desarrollando el actor y que hubieran impedido el ataque y lesiones. 7. Niegan que el actor no estuviese capacitado para realizar sus labores de manera segura. Niegan que esta situación tenga relación con los hechos de autos. 8. Niegan que no exista un comité paritario de la empresa y que éste no ejerza sus funciones. Niegan que esa situación tenga relación con los hechos materia de autos. 9. Niegan que no exista un Departamento de Prevención de Riesgos en la empresa y que éste no ejerza sus funciones. Niegan que esa situación tenga relación con los hechos materia de autos. 10. Niegan que Subus Chile S.A tenga responsabilidad en los hechos materia de autos y que el actor sea acreedor del derecho de indemnización por daño moral. Sostienen que no tiene responsabilidad en los hechos porque éstos se debieron, tal como lo reconoce la demandada, al actuar de terceros totalmente ajenos a la empresa. Señalan que de acuerdo a lo declarado por el Sr. Cáceres al personal de la empresa, la situación se vio agravada porque los pasajeros que viajaban al interior del bus intentaron impedir que la turba se subiera al bus generándose una crisis de pánico.

540

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

los artículos 3, 36, 37 inciso 1° señalando en este punto que la demandada no cumplió con su obligación legal de eliminar los factores de peligro en la maquinaria móvil toda vez que no le aplicó ninguna medida de protección al parabrisas, el cual cedió al más mínimo golpe externo; artículo 53 acápite 1° en lo que redundó en que la demandada no proporcionó los implementos de seguridad necesarios para las funciones que estaba desarrollando el actor, que hubieran impedido el ataque y lesiones en el cráneo, ni autorizó u ordenó el desvío ante la violencia del exterior. Hace presente también la infracción a los artículos 66 de la ley N° 16.744 y 210 del Código del Trabajo, en relación a los N° 1 y 2 del artículo 24 del D.S 54 de 1969; infracción a los artículos 66 y 68 de la ley N° 16.744 en relación a los artículos 210 y 68 del Código del Trabajo y artículos 8, 14, 21 y siguientes del D.S N° 40 de 1969 e infracción al artículo 187 del Código del Trabajo y artículo 68 de la ley N° 16.744. En cuanto a la responsabilidad imputada siendo ésta de responsabilidad contractual y siendo responsable de la culpa levísima, su obligación es indemnizar al demandante por los daños causado por el incumplimiento, reclamando indemnización por daño moral señalando la diferencia perjudicial entre su condición antes de sufrir el siniestro, encontrándose sano física y psicológicamente y la condición en que ha quedado con posterioridad, lo que ha significado que deba utilizar auxilio para poder desempeñarse, fuertes dolores crónicos en sus piernas, soportar angustias y un estrés no recuperado, además de una serie de dolores psicosomáticos que debe soportar en relación a los perjuicios de sufrimiento y de agrado ya descritos. Por lo que en definitiva pide que la demandada sea obligada a indemnizarlo por el accidente del trabajo sufrido el 25 de febrero de 2009, declarando que éste es imputable a la falta de medidas de seguridad de la empleadora condenándola a: 1. Indemnización por daño moral por $ 200.000.000 o las cantidades inferiores o superiores que el tribunal determine. 2. Pagar todos los gastos derivados de los tratamientos reparatorios e intervenciones quirúrgicas derivadas del accidente del trabajo, sean atenciones por prestaciones médicas o por prestaciones psiquiátricas y psicológicas. 3. Pagadas con los reajustes e intereses que establecen los artículos 63 y 17 del Código del Trabajo o en subsidio con los reajustes e intereses que el tribunal determine, desde la fecha de la notificación de la demanda o contados desde que el tribunal estime pertinente. 4. Costas de la causa. SEGUNDO: Que la empresa demandada contesta la demanda y señala que la demanda debe rechazarse en todas sus partes. 1. Niegan que haya existido una acción u omisión culpable o dolosa de su representada que haya provocado las lesiones causadas al Sr. Cáceres. 2. Niegan que haya existido una omisión culpable de la demandada para evitar las lesiones sufridas por el actor. 3. Niegan que la falta de una casilla de seguridad de fibra de vidrio en la cabina hubiese evitado las lesiones. 4. Niega que las secuelas del actor impliquen una minusvalía permanente en su desplazamiento y capacidad auditiva y cognitiva, debe ser acreditado. 5. Niegan que se encuentre privado de cualquier tipo de terapia y contención y que sufra un síndrome angustioso depresivo en desarrollo. 6. Niegan que no se haya proporcionado al actor los implementos de protección de seguridad necesarios para las funciones que estaba desarrollando el actor y que hubieran impedido el ataque y lesiones. 7. Niegan que el actor no estuviese capacitado para realizar sus labores de manera segura. Niegan que esta situación tenga relación con los hechos de autos. 8. Niegan que no exista un comité paritario de la empresa y que éste no ejerza sus funciones. Niegan que esa situación tenga relación con los hechos materia de autos. 9. Niegan que no exista un Departamento de Prevención de Riesgos en la empresa y que éste no ejerza sus funciones. Niegan que esa situación tenga relación con los hechos materia de autos. 10. Niegan que Subus Chile S.A tenga responsabilidad en los hechos materia de autos y que el actor sea acreedor del derecho de indemnización por daño moral. Sostienen que no tiene responsabilidad en los hechos porque éstos se debieron, tal como lo reconoce la demandada, al actuar de terceros totalmente ajenos a la empresa. Señalan que de acuerdo a lo declarado por el Sr. Cáceres al personal de la empresa, la situación se vio agravada porque los pasajeros que viajaban al interior del bus intentaron impedir que la turba se subiera al bus generándose una crisis de pánico.

540

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

541

Indican que la agresión ocurrió en la vía pública (lugar que debe ser custodiado por Carabineros de Chile) y a más de 4 kilómetros del estadio más cercano, que aquella habría acontecido aproximadamente una hora y treinta minutos antes del partido programado para ese día en el estadio Monumental y que el recorrido del actor no se dirigía hacia dicho estadio y que además en ese sector existe una estación del metro de Santiago, medio de transporte que lleva directamente al estadio en cuestión. Agregan que no sólo los hechos sucedieron a la hora de término de la jornada laboral de los chilenos, sino que ninguno de los partidos de fútbol programados para ese día eran de alta convocatoria declarada por la Intendencia de Santiago y que por ello amerita resguardos especiales a la población. Por lo que no resulta razonable imputar responsabilidad a la demandada por los hechos dolosos e intencionales cometidos por terceros ya que aquellos escapan absolutamente al actuar del empleador. Agregan que aún cuando hubiese existido la señalada casilla de seguridad ello tampoco constituye causa de imputación de responsabilidad a su representada puesto que lo más probable es que ello tampoco hubiere evitado la agresión. Luego hace presente una sentencia de la Corte Suprema sobre el punto de 28 de junio de 2006 Ingreso N° 5381 2004; 15 de noviembre de 1999 Fallos del mes 492, 2600. Afirma que no existe relación de causalidad entre la presunta negligencia del empleador y las lesiones del actor, citando el artículo 69 del la ley N° 16.744, señala que es el actor, conforme al derecho común, quien debe acreditar la existencia de los elementos propios de la responsabilidad civil general. En este contexto señala, las lesiones del actor no han tenido por causa la inexistencia de una protección de fibra de vidrio en la cabina sino en el actuar violento de terceros y aún así, de haber existido la protección alegada, el hecho delictual materia de autos no se habría producido, lo que denota la falta de causalidad respecto de la omisión imputada. Agregan que tampoco era previsible que se produjeren incidentes en el sector de la Rotonda Quilín el día y hora señalado en la demanda. En cuanto a la protección de fibra de vidrio, cuya omisión, alega la demandante es constituyente de responsabilidad de la parte demandada, señala que los buses fueron especialmente fabricados de acuerdo a los requerimientos solicitados por la autoridad al momento de efectuar la licitación, diseño que buscó resguardar la seguridad de los pasajeros, operadores y eficiencia del servicio. Agrega que las especificaciones técnicas no contemplaron ( ni se encuentran en los requerimientos de la autoridad) la existencia de protecciones de fibra de vidrio en las cabinas de los buses, con posterioridad la demandada inició un plan piloto de colocación de protecciones de fibra de vidrio al interior de las cabinas (sin autorización del Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones) protecciones que son meramente disuasivas, pero que en ningún caso han sido diseñadas para resistir acciones violentas de terceros, es más por razones de seguridad y confort de los propios operadores estas protecciones no aíslan totalmente al operador de los pasajeros, diseño señalan en el que participó activamente el IST. Agrega entonces que el material elegido, fibra de vidrio, es menos resistente que otros materiales y por cierto no se encuentra diseñado para recibir golpes violentos, pero es el que mejor cumple la función de, una parte, separar (al menos parcialmente) al operador de los pasajeros y, por otra, ser funcional de manera tal que evite reflejos que afecten a la conducción de los operadores. Indica que la protección no aísla completamente al operador por una cuestión de ventilación, visibilidad y seguridad ya que aislar al operador completamente lo pone en riesgo en caso de accidente frontal o incendio. Agrega que la demandada no puede cambiar recorridos que le son adjudicados bajo ninguna circunstancia y que corresponde a la autoridad pública tomar las medidas para resguardar la seguridad de quienes circulan por la vía pública. Luego analiza el fallo ya citado de la Corte Suprema. En cuanto a los perjuicios, cuestionan la gravedad, incapacidad y secuelas de las lesiones reclamadas, en cuanto al monto solicitado hacen presente que la indemnización no puede ser nunca fuente de lucro u enriquecimiento sino una estricta reparación, de los perjuicios causados. Hace presente además que el daño moral debe ser probado por quien la alega, es decir la demandante y que en todo caso el monto solicitado excede con creces las indemnizaciones otorgadas en los mismos casos por los tribunales de justicia. En cuanto a los gastos médicos son de cargo de la Mutualidad correspondiente, en este caso el IST lugar donde el actor se ha atendido. En cuanto a los reajustes e intereses solicitados lo estima improcedente dado que las disposiciones citadas no dicen relación con la materia discutida y sólo son aplicables en los casos que el artículo 173

Indican que la agresión ocurrió en la vía pública (lugar que debe ser custodiado por Carabineros de Chile) y a más de 4 kilómetros del estadio más cercano, que aquella habría acontecido aproximadamente una hora y treinta minutos antes del partido programado para ese día en el estadio Monumental y que el recorrido del actor no se dirigía hacia dicho estadio y que además en ese sector existe una estación del metro de Santiago, medio de transporte que lleva directamente al estadio en cuestión. Agregan que no sólo los hechos sucedieron a la hora de término de la jornada laboral de los chilenos, sino que ninguno de los partidos de fútbol programados para ese día eran de alta convocatoria declarada por la Intendencia de Santiago y que por ello amerita resguardos especiales a la población. Por lo que no resulta razonable imputar responsabilidad a la demandada por los hechos dolosos e intencionales cometidos por terceros ya que aquellos escapan absolutamente al actuar del empleador. Agregan que aún cuando hubiese existido la señalada casilla de seguridad ello tampoco constituye causa de imputación de responsabilidad a su representada puesto que lo más probable es que ello tampoco hubiere evitado la agresión. Luego hace presente una sentencia de la Corte Suprema sobre el punto de 28 de junio de 2006 Ingreso N° 5381 2004; 15 de noviembre de 1999 Fallos del mes 492, 2600. Afirma que no existe relación de causalidad entre la presunta negligencia del empleador y las lesiones del actor, citando el artículo 69 del la ley N° 16.744, señala que es el actor, conforme al derecho común, quien debe acreditar la existencia de los elementos propios de la responsabilidad civil general. En este contexto señala, las lesiones del actor no han tenido por causa la inexistencia de una protección de fibra de vidrio en la cabina sino en el actuar violento de terceros y aún así, de haber existido la protección alegada, el hecho delictual materia de autos no se habría producido, lo que denota la falta de causalidad respecto de la omisión imputada. Agregan que tampoco era previsible que se produjeren incidentes en el sector de la Rotonda Quilín el día y hora señalado en la demanda. En cuanto a la protección de fibra de vidrio, cuya omisión, alega la demandante es constituyente de responsabilidad de la parte demandada, señala que los buses fueron especialmente fabricados de acuerdo a los requerimientos solicitados por la autoridad al momento de efectuar la licitación, diseño que buscó resguardar la seguridad de los pasajeros, operadores y eficiencia del servicio. Agrega que las especificaciones técnicas no contemplaron ( ni se encuentran en los requerimientos de la autoridad) la existencia de protecciones de fibra de vidrio en las cabinas de los buses, con posterioridad la demandada inició un plan piloto de colocación de protecciones de fibra de vidrio al interior de las cabinas (sin autorización del Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones) protecciones que son meramente disuasivas, pero que en ningún caso han sido diseñadas para resistir acciones violentas de terceros, es más por razones de seguridad y confort de los propios operadores estas protecciones no aíslan totalmente al operador de los pasajeros, diseño señalan en el que participó activamente el IST. Agrega entonces que el material elegido, fibra de vidrio, es menos resistente que otros materiales y por cierto no se encuentra diseñado para recibir golpes violentos, pero es el que mejor cumple la función de, una parte, separar (al menos parcialmente) al operador de los pasajeros y, por otra, ser funcional de manera tal que evite reflejos que afecten a la conducción de los operadores. Indica que la protección no aísla completamente al operador por una cuestión de ventilación, visibilidad y seguridad ya que aislar al operador completamente lo pone en riesgo en caso de accidente frontal o incendio. Agrega que la demandada no puede cambiar recorridos que le son adjudicados bajo ninguna circunstancia y que corresponde a la autoridad pública tomar las medidas para resguardar la seguridad de quienes circulan por la vía pública. Luego analiza el fallo ya citado de la Corte Suprema. En cuanto a los perjuicios, cuestionan la gravedad, incapacidad y secuelas de las lesiones reclamadas, en cuanto al monto solicitado hacen presente que la indemnización no puede ser nunca fuente de lucro u enriquecimiento sino una estricta reparación, de los perjuicios causados. Hace presente además que el daño moral debe ser probado por quien la alega, es decir la demandante y que en todo caso el monto solicitado excede con creces las indemnizaciones otorgadas en los mismos casos por los tribunales de justicia. En cuanto a los gastos médicos son de cargo de la Mutualidad correspondiente, en este caso el IST lugar donde el actor se ha atendido. En cuanto a los reajustes e intereses solicitados lo estima improcedente dado que las disposiciones citadas no dicen relación con la materia discutida y sólo son aplicables en los casos que el artículo 173 ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

541

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

indica y en cuanto a los reajustes debe rechazarse ya que no procede en materia de indemnizaciones por accidentes del trabajo y no hay convención alguna que la legitime. Por lo que solicita se rechace en todas sus partes la demanda interpuesta o en subsidio condenando al pago de las sumas que en derecho correspondan, reduciendo los montos demandados con costas. TERCERO: Que verificada la audiencia preparatoria con la presencia de ambas partes junto a sus apoderados se fijaron como: Hechos no controvertidos: 1. Efectividad que el actor alrededor de las 19:00 horas del día 25 de febrero de 2009, cuando conducía bus de recorrido N° 225, ejerciendo las funciones para la cual había sido contratado, fue atacado por una turba de desconocidos que subieron por la fuerza al vehículo al llegar a la rotonda Quilín. 2. Que el demandante comenzó a prestar servicios para la demandada el día 19 de mayo de 2008, quien realizaba funciones de chofer y cuya remuneración ascendía a la suma de $ 320.00. 3. Efectividad que el bus conducido por el demandante, no cuenta con cabina de seguridad. Hechos a probar: 1. Efectividad que la empresa demandada tomó las medidas de seguridad necesarias para evitar el accidente ocurrido el 25 de febrero de 2009, tales como mecanismo de capacitación efectuados al demandante y elementos de seguridad proporcionados a éste. 2. Perjuicios sufridos por el actor a raíz del accidente, naturaleza y monto de los mismos. 3. Causas que produjeron el accidente sufrido por el actor. 4. Efectividad que los hechos de los acaecidos el día 25 de febrero de 2009 son imputables a la demandada. CUARTO: Que en la audiencia de juicio se incorporó la prueba ofrecida consistente en: DEMANDANTE: DOCUMENTAL Copia de un documento signado con el nombre de Dato de atención médica de urgencia del Instituto de Seguridad del Trabajador, sin firma, donde se consigna lo ocurrido el 25 de febrero de 2009, cuya emisión es del 23 de noviembre de 2009. Documento respecto del cual la demandada objetó por falta de integridad y autenticidad de la misma pues no consta de quien emana, objeción respecto de la cual el tribunal lo tuvo presente sin perjuicio de su valor probatorio como se señalará más adelante. TESTIMONIAL: 1. Samuel Alejandro González González: Señala que conoce al actor hace un año y medio, lo conoce como Cáceres porque han tenido roces en el patio como colegas, son compañeros de trabajo. Sabe que tuvo un accidente en la rotonda Quilín por unos barristas era el partido de Santiago Morning y Colo Colo, 25 de febrero del año 2006 no recuerda. En la Rotonda, en la intersección se encontró con barristas y le apedrearon la máquina y recibió golpes al interior del bus. Ese día lo llamó un colega, ese día también estaba trabajando (testigo) en otra variante 216, el actor en una 225, y le pregunta si estaba en esa variante y le comunica que el Sr. Cáceres lo habían agredido por una turba de hinchas, califica de complicado el sector, por los estadios ya que está el Estadio Colo Colo porque la salida del sector es conflictivo, los barristas quieren andar gratis, insulta, hacen desmanes. En cuanto a la pregunta si sabe si se le informó al empleador respecto del sector complicado y del partido, están llanos a avisarle de los percances a COF (Centro de Operaciones de Subus), el actor le avisó a COF, aviso que se hizo antes de ocurrido los hechos, porque él avisó que había un partido de alta convocatoria de público, la respuesta es la que le dan a todos seguir las indicaciones no salirse de la ruta y prestar servicio. El accidente fue entre las 18:00 a 19:00 horas después del partido. A la pregunta acerca de las medidas de seguridad de los vehículos en ese tiempo no tenían la seguridad que se merecen cree que ahora le están poniendo cabina a los buses. Cree que es una cabina de fibra de vidrio un encajonado que se pone a los conductores, cabina que no tenía el bus del actor, la flota del bus no tiene implementación de cabina. Se comentaba que estuvo un par de horas sin atención médica, sabe que quedó con cortes en los pómulos, brazos, le afectó el oído. Cree que en ese período hay gente que lo ayudó. Como sabe lo que dice a través de un colega que estaba detrás del actor y de hecho él tuvo que desviarse sin consultarle al COF para evitar la turba de manifestantes.

542

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

indica y en cuanto a los reajustes debe rechazarse ya que no procede en materia de indemnizaciones por accidentes del trabajo y no hay convención alguna que la legitime. Por lo que solicita se rechace en todas sus partes la demanda interpuesta o en subsidio condenando al pago de las sumas que en derecho correspondan, reduciendo los montos demandados con costas. TERCERO: Que verificada la audiencia preparatoria con la presencia de ambas partes junto a sus apoderados se fijaron como: Hechos no controvertidos: 1. Efectividad que el actor alrededor de las 19:00 horas del día 25 de febrero de 2009, cuando conducía bus de recorrido N° 225, ejerciendo las funciones para la cual había sido contratado, fue atacado por una turba de desconocidos que subieron por la fuerza al vehículo al llegar a la rotonda Quilín. 2. Que el demandante comenzó a prestar servicios para la demandada el día 19 de mayo de 2008, quien realizaba funciones de chofer y cuya remuneración ascendía a la suma de $ 320.00. 3. Efectividad que el bus conducido por el demandante, no cuenta con cabina de seguridad. Hechos a probar: 1. Efectividad que la empresa demandada tomó las medidas de seguridad necesarias para evitar el accidente ocurrido el 25 de febrero de 2009, tales como mecanismo de capacitación efectuados al demandante y elementos de seguridad proporcionados a éste. 2. Perjuicios sufridos por el actor a raíz del accidente, naturaleza y monto de los mismos. 3. Causas que produjeron el accidente sufrido por el actor. 4. Efectividad que los hechos de los acaecidos el día 25 de febrero de 2009 son imputables a la demandada. CUARTO: Que en la audiencia de juicio se incorporó la prueba ofrecida consistente en: DEMANDANTE: DOCUMENTAL Copia de un documento signado con el nombre de Dato de atención médica de urgencia del Instituto de Seguridad del Trabajador, sin firma, donde se consigna lo ocurrido el 25 de febrero de 2009, cuya emisión es del 23 de noviembre de 2009. Documento respecto del cual la demandada objetó por falta de integridad y autenticidad de la misma pues no consta de quien emana, objeción respecto de la cual el tribunal lo tuvo presente sin perjuicio de su valor probatorio como se señalará más adelante. TESTIMONIAL: 1. Samuel Alejandro González González: Señala que conoce al actor hace un año y medio, lo conoce como Cáceres porque han tenido roces en el patio como colegas, son compañeros de trabajo. Sabe que tuvo un accidente en la rotonda Quilín por unos barristas era el partido de Santiago Morning y Colo Colo, 25 de febrero del año 2006 no recuerda. En la Rotonda, en la intersección se encontró con barristas y le apedrearon la máquina y recibió golpes al interior del bus. Ese día lo llamó un colega, ese día también estaba trabajando (testigo) en otra variante 216, el actor en una 225, y le pregunta si estaba en esa variante y le comunica que el Sr. Cáceres lo habían agredido por una turba de hinchas, califica de complicado el sector, por los estadios ya que está el Estadio Colo Colo porque la salida del sector es conflictivo, los barristas quieren andar gratis, insulta, hacen desmanes. En cuanto a la pregunta si sabe si se le informó al empleador respecto del sector complicado y del partido, están llanos a avisarle de los percances a COF (Centro de Operaciones de Subus), el actor le avisó a COF, aviso que se hizo antes de ocurrido los hechos, porque él avisó que había un partido de alta convocatoria de público, la respuesta es la que le dan a todos seguir las indicaciones no salirse de la ruta y prestar servicio. El accidente fue entre las 18:00 a 19:00 horas después del partido. A la pregunta acerca de las medidas de seguridad de los vehículos en ese tiempo no tenían la seguridad que se merecen cree que ahora le están poniendo cabina a los buses. Cree que es una cabina de fibra de vidrio un encajonado que se pone a los conductores, cabina que no tenía el bus del actor, la flota del bus no tiene implementación de cabina. Se comentaba que estuvo un par de horas sin atención médica, sabe que quedó con cortes en los pómulos, brazos, le afectó el oído. Cree que en ese período hay gente que lo ayudó. Como sabe lo que dice a través de un colega que estaba detrás del actor y de hecho él tuvo que desviarse sin consultarle al COF para evitar la turba de manifestantes.

542

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

543

Demandada pregunta: Señala que ese día jugaba Santiago Morning con Colo Colo, en el Estadio Monumental ubicado en Departamental con Américo Vespucio, turba al final del partido 18:00 o 19:00, Quilín con Vespucio, Cáceres iba conduciendo hacia el Sur, desde la Rotonda Quilín hacia el sur, Departamental está antes de Quilín desde poniente a oriente, la 225 pasa por la Rotonda Quilín hacia el sur y Departamental está a unas pocas cuadras a la diagonal unas pocas cuadras cuatro. El recorrido no pasa por el Estadio, pasa por la Rotonda Quilín a cuatro o cinco cuadras. Señala que se estaban comunicándose todos los 225 con el COF, y le consta que el Sr. Cáceres hizo el llamado y que el llamó como a las 5 y media a 6, porque ya había disturbios y ya se habían hecho llamados antes, otro colega. Tribunal pregunta: están siempre en contacto con el COF, porque cada evento que se produzca en la ruta es necesario avisarles, ya que es el único que faculta a cambiar la ruta y en este caso no lo hizo, el COF es parte de la empresa. 2. Manuel Pacheco Aguayo: señala conocer al actor lo conoce como Cáceres, son compañeros de trabajo como hace un año. Señala que él tuvo un accidente de tránsito un atentado que ocurrió el 25 de febrero de 2009. El venía sentado atrás de la micro en la variante 225, como a las 6 y media porque justamente él venía del Estadio, jugaba Santiago Morning con Colo Colo, venían de norte a sur por la caletera de A. Vespucio y él en la Rotonda Quilín hay un paradero de la variante paró y los pasajeros trancaron la puerta para que los barristas no subieran y los barristas tiraron piedras, recibió banderazos, una piedra le dio en el costado derecho de la cara, quedó inconciente, incluso él (testigo) llamó por radio al COF y nunca contestó, se supone que la radio son para emergencias y no contestó. Luego del piedrazo un caballero llamó a una ambulancia del SAMU, 131 pasó como dos horas. En relación al partido era uno de alto riesgo y la empresa siempre sabe de los partidos de alto riesgo cuando juega Colo Colo, la variante 225 y la 212 y 224 sufre las agresiones de los barristas, pero la empresa incluso le pone buses a los barristas la que se llama 210 corta C, si los trabajadores se niegan le dicen que firmó un contrato y tienen que ir igual. La mayoría de los colegas le dijeron al Jefe de Patio el actor le dijo que juega Colo Colo y el Jefe le dijo si no le gusta la puerta es ancha. El bus no tiene medidas de seguridad, no tienen cámara, no tienen nada. Después del accidente a las B9 le pusieron cabinas de un plástico de un milímetro de grueso que igual no protegen se ponen al lado derecho del conductor pero igual es de doble filo porque no tienen mayor visibilidad, protegen una piedra pero pueden atropellar. Dice que esperó hasta que llegó la ambulancia y que luego se subió a otra máquina y le contó al colega. No llegó nadie a prestar colaboración de parte de la empresa. Habla de COF señalando que se comunican por radio, oída por el conductor y todo el público puede ser oído por otros conductores a él le pasó. El COF presta coordinación, horarios de salida, con facultades para alterar la ruta, no alteraron la ruta en este caso. Demandada pregunta: la empresa puede alterar las rutas sin la autorización del Ministerio de Transportes lo sabe porque a él le pasó y le buscaron variantes para la ruta de San José de La Estrella, había un taco de media hora, estaban construyendo el metro y le indicaron por donde irse. Señala que el día de los hechos se iba para su casa y tomó esta micro en Larraín, conducida por el actor, señala que la variante 225 no es peligrosa salvo cuando hay partidos. El Estadio está en Departamental entre Américo Vespucio y Vicuña Mackenna, el testigo sabía que había partido, el partido era como a las 20:00 horas y la agresión fue entre las 6 y media o 7 de la tarde, fue antes del partido porque los barristas estaban esperando micro para ir al estadio, la Rotonda Quilín está como a 10 minutos del Estadio, la 225 llega hasta Departamental con Américo Vespucio, y el Estadio está entre Américo Vespucio y Vicuña Mackenna, en Exequiel Fernández y los barristas se bajan en Departamental y caminan por medio de la calle hasta llegar al Estadio. A la pregunta si tiene demandada a la empresa señala que sí porque por el accidente que tuvo, el 4 de enero de 2009, originó que la empresa empezara a poner cabinas de seguridad a los buses, señala que la demanda sigue vigente y señala que le tiraron una piedra de fuera del bus, que le llegó a su cerebro. Agrega que el 28 de febrero empezaron a poner las cabinas de protección, las que no son herméticas, tienen una accesibilidad frontal que las hace vulnerable, son de acrílico y los vidrios de los buses son común y corriente sin lámina de protección, como lo dice el libro interno que sale en Subus, no recuerda donde lo leyó. Los buses cuentan con revisión técnica al día. Señala que hay buses antiguos y nuevos, el que conducía el actor era un B7 nuevo, carrocería Marco Polo o Volvo. Los vidrios no son como los de la casa, la diferencia es que son más gruesos resisten un cabezazo no un piedrazo,

Demandada pregunta: Señala que ese día jugaba Santiago Morning con Colo Colo, en el Estadio Monumental ubicado en Departamental con Américo Vespucio, turba al final del partido 18:00 o 19:00, Quilín con Vespucio, Cáceres iba conduciendo hacia el Sur, desde la Rotonda Quilín hacia el sur, Departamental está antes de Quilín desde poniente a oriente, la 225 pasa por la Rotonda Quilín hacia el sur y Departamental está a unas pocas cuadras a la diagonal unas pocas cuadras cuatro. El recorrido no pasa por el Estadio, pasa por la Rotonda Quilín a cuatro o cinco cuadras. Señala que se estaban comunicándose todos los 225 con el COF, y le consta que el Sr. Cáceres hizo el llamado y que el llamó como a las 5 y media a 6, porque ya había disturbios y ya se habían hecho llamados antes, otro colega. Tribunal pregunta: están siempre en contacto con el COF, porque cada evento que se produzca en la ruta es necesario avisarles, ya que es el único que faculta a cambiar la ruta y en este caso no lo hizo, el COF es parte de la empresa. 2. Manuel Pacheco Aguayo: señala conocer al actor lo conoce como Cáceres, son compañeros de trabajo como hace un año. Señala que él tuvo un accidente de tránsito un atentado que ocurrió el 25 de febrero de 2009. El venía sentado atrás de la micro en la variante 225, como a las 6 y media porque justamente él venía del Estadio, jugaba Santiago Morning con Colo Colo, venían de norte a sur por la caletera de A. Vespucio y él en la Rotonda Quilín hay un paradero de la variante paró y los pasajeros trancaron la puerta para que los barristas no subieran y los barristas tiraron piedras, recibió banderazos, una piedra le dio en el costado derecho de la cara, quedó inconciente, incluso él (testigo) llamó por radio al COF y nunca contestó, se supone que la radio son para emergencias y no contestó. Luego del piedrazo un caballero llamó a una ambulancia del SAMU, 131 pasó como dos horas. En relación al partido era uno de alto riesgo y la empresa siempre sabe de los partidos de alto riesgo cuando juega Colo Colo, la variante 225 y la 212 y 224 sufre las agresiones de los barristas, pero la empresa incluso le pone buses a los barristas la que se llama 210 corta C, si los trabajadores se niegan le dicen que firmó un contrato y tienen que ir igual. La mayoría de los colegas le dijeron al Jefe de Patio el actor le dijo que juega Colo Colo y el Jefe le dijo si no le gusta la puerta es ancha. El bus no tiene medidas de seguridad, no tienen cámara, no tienen nada. Después del accidente a las B9 le pusieron cabinas de un plástico de un milímetro de grueso que igual no protegen se ponen al lado derecho del conductor pero igual es de doble filo porque no tienen mayor visibilidad, protegen una piedra pero pueden atropellar. Dice que esperó hasta que llegó la ambulancia y que luego se subió a otra máquina y le contó al colega. No llegó nadie a prestar colaboración de parte de la empresa. Habla de COF señalando que se comunican por radio, oída por el conductor y todo el público puede ser oído por otros conductores a él le pasó. El COF presta coordinación, horarios de salida, con facultades para alterar la ruta, no alteraron la ruta en este caso. Demandada pregunta: la empresa puede alterar las rutas sin la autorización del Ministerio de Transportes lo sabe porque a él le pasó y le buscaron variantes para la ruta de San José de La Estrella, había un taco de media hora, estaban construyendo el metro y le indicaron por donde irse. Señala que el día de los hechos se iba para su casa y tomó esta micro en Larraín, conducida por el actor, señala que la variante 225 no es peligrosa salvo cuando hay partidos. El Estadio está en Departamental entre Américo Vespucio y Vicuña Mackenna, el testigo sabía que había partido, el partido era como a las 20:00 horas y la agresión fue entre las 6 y media o 7 de la tarde, fue antes del partido porque los barristas estaban esperando micro para ir al estadio, la Rotonda Quilín está como a 10 minutos del Estadio, la 225 llega hasta Departamental con Américo Vespucio, y el Estadio está entre Américo Vespucio y Vicuña Mackenna, en Exequiel Fernández y los barristas se bajan en Departamental y caminan por medio de la calle hasta llegar al Estadio. A la pregunta si tiene demandada a la empresa señala que sí porque por el accidente que tuvo, el 4 de enero de 2009, originó que la empresa empezara a poner cabinas de seguridad a los buses, señala que la demanda sigue vigente y señala que le tiraron una piedra de fuera del bus, que le llegó a su cerebro. Agrega que el 28 de febrero empezaron a poner las cabinas de protección, las que no son herméticas, tienen una accesibilidad frontal que las hace vulnerable, son de acrílico y los vidrios de los buses son común y corriente sin lámina de protección, como lo dice el libro interno que sale en Subus, no recuerda donde lo leyó. Los buses cuentan con revisión técnica al día. Señala que hay buses antiguos y nuevos, el que conducía el actor era un B7 nuevo, carrocería Marco Polo o Volvo. Los vidrios no son como los de la casa, la diferencia es que son más gruesos resisten un cabezazo no un piedrazo, ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

543

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

el del parabrisas es más complicado que el lateral, porque es más grande se astilla más rápido y no es laminado. En el caso de autos la piedra ingresó por el costado. Señala que él iba sentado atrás en la cola. El bus iba lleno, habían personas de pie en el pasillo del bus (paraguayo) y vio el momento de la agresión, y vio cuando le pegaron los banderazos, en cuanto a los barristas no vio la cantidad, porque la visión era las cabezas y la parte frontal del bus, no sabe si la Intendencia Metropolitana declaró el partido de alto riesgo, pero para ellos (operadores) y la empresa lo sabe, que los partidos de Colo Colo son de alto riesgo. Tribunal pregunta: él vio cuando entró la puerta fue por el lado derecho, la puerta cerrada la gente no quería que los barristas subieran, la piedra rompió los vidrios de las puertas, ahí se subieron y como quedó inconsciente le empezaron a pegar banderazos, no hubieron más heridos, cuando el vidrio se rompe se transforman en cuadritos, no se astillan. DEMANDADA DOCUMENTAL: 1. Original de cartilla de riesgo de conductor de bus firmada por el demandante, de fecha 19 de mayo de 2008. 2. Declaración de accidente/incidente del trabajo de fecha 25 de febrero de 2009, firmado por el actor. TESTIMONIAL: 1. Lorena Andrea Contreras Hevia: Señala que conoce al actor, porque trabajaba en Subus y como trabaja en el Área de Prevención de Riesgos le tocó dar recomendaciones o hacer trámites por accidentes. Respecto a los hechos entiende que hay una demanda por un asalto ocurrido en febrero, 25, de este año, indica que el trabajador declaró que lo atacó un grupo de personas, que los pasajeros no querían que ingresara la turba al bus y por ello lo agredieron. El trabajador hizo una Diat en la empresa a fin que empezara a correr el seguro. La declaración dice que el accidente fue como a las 19:00 horas. No era un partido de alto riesgo identificado en el que se toman las medidas adicionales, Colo Colo la U y la Católica en algunos casos y habían más partidos en esa fecha. El recorrido del actor es por Vespucio Quilín donde fue el lugar de los acontecimientos que no pasa cerca de ningún estadio, a lo menos en la cercanía en que detalla en su declaración Rotonda, en el resto del recorrido no pasa por ningún estadio. El bus del actor es un bus nuevo, que establece las licitaciones marca Volvo y los vidrios que tienen son los panorámicos, impacto no astillables, los laterales son aquellos se desintegran inmediatamente a fin que el trabajador pueda abandonar la máquina rápidamente utilizados como vías de escape, los panorámicos son los frontales inastillables y los laterales se desintegran rápidamente, los últimos son más caros que los panorámicos, en caso de incendio, colisiones. Los buses de la flota hay los que tienen cabina pero es un porcentaje que fueron construidos y diseñados para entregar en los casos de partidos predecibles para alto riesgo diseñados y para disminuir riesgos de asalto, diseñados para lugares geográficos conflictivos sobre todo en la noche o para partidos de alto riesgo. Al momento del accidente no estaban pero estaban en proceso de evaluación con el organismo administrador y estaban trabajando con un doctor experto en ergonometría para aquello, el material es como poliuretano, cabina que no está totalmente aislada porque en caso de emergencia no podría salir, la cabina está diseñada para disminuir golpe directo o asalto pero no para golpes de una turba y no fue totalmente aislada ya que se evaluó en base a parámetros como visibilidad o confinamiento. La ruta del actor no está como ruta conflictiva, no tenían incidente registrado hasta esa fecha. No era previsible para la empresa el accidente del Sr. Cáceres ya que no estaba considerado como conflictivo, estadísticamente no tenían antecedentes de agresión ya que no estaba a dos tres cuadras de un estadio y se carecían de elementos externos que no manejan. No tuvieron conocimiento de lo que pasó ese día, nadie llamó, no pueden modificar recorridos. No mencionó en la declaración que barristas eran. Demandante pregunta: es Jefe del Departamento de Prevención de Riesgos, no trabaja en el COF, en cuanto a la tasa de accidentabilidad, adicional más básica, es de un 0,2%, por acciones de terceros la recurrencia en lugares conflictivos es una vez al mes, recibiendo una declaración, sin lesiones en la mayoría de los casos. El COF sus funciones coordinan y dirigen y monitorean la flota por GPS, los recorridos están establecidos, por lo que es poco probable que el COF modifique la ruta, el trabajador no contaba con la cabina al momento del accidente, el proyecto existía de antes del accidente y estaba en evaluaciones midiendo luz, ergonomía, ventilación y a partir de junio empezó la implementación del proyecto una vez que lo validó la autoridad competente. Están en conocimiento, por el área de prevención, de to-

544

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

el del parabrisas es más complicado que el lateral, porque es más grande se astilla más rápido y no es laminado. En el caso de autos la piedra ingresó por el costado. Señala que él iba sentado atrás en la cola. El bus iba lleno, habían personas de pie en el pasillo del bus (paraguayo) y vio el momento de la agresión, y vio cuando le pegaron los banderazos, en cuanto a los barristas no vio la cantidad, porque la visión era las cabezas y la parte frontal del bus, no sabe si la Intendencia Metropolitana declaró el partido de alto riesgo, pero para ellos (operadores) y la empresa lo sabe, que los partidos de Colo Colo son de alto riesgo. Tribunal pregunta: él vio cuando entró la puerta fue por el lado derecho, la puerta cerrada la gente no quería que los barristas subieran, la piedra rompió los vidrios de las puertas, ahí se subieron y como quedó inconsciente le empezaron a pegar banderazos, no hubieron más heridos, cuando el vidrio se rompe se transforman en cuadritos, no se astillan. DEMANDADA DOCUMENTAL: 1. Original de cartilla de riesgo de conductor de bus firmada por el demandante, de fecha 19 de mayo de 2008. 2. Declaración de accidente/incidente del trabajo de fecha 25 de febrero de 2009, firmado por el actor. TESTIMONIAL: 1. Lorena Andrea Contreras Hevia: Señala que conoce al actor, porque trabajaba en Subus y como trabaja en el Área de Prevención de Riesgos le tocó dar recomendaciones o hacer trámites por accidentes. Respecto a los hechos entiende que hay una demanda por un asalto ocurrido en febrero, 25, de este año, indica que el trabajador declaró que lo atacó un grupo de personas, que los pasajeros no querían que ingresara la turba al bus y por ello lo agredieron. El trabajador hizo una Diat en la empresa a fin que empezara a correr el seguro. La declaración dice que el accidente fue como a las 19:00 horas. No era un partido de alto riesgo identificado en el que se toman las medidas adicionales, Colo Colo la U y la Católica en algunos casos y habían más partidos en esa fecha. El recorrido del actor es por Vespucio Quilín donde fue el lugar de los acontecimientos que no pasa cerca de ningún estadio, a lo menos en la cercanía en que detalla en su declaración Rotonda, en el resto del recorrido no pasa por ningún estadio. El bus del actor es un bus nuevo, que establece las licitaciones marca Volvo y los vidrios que tienen son los panorámicos, impacto no astillables, los laterales son aquellos se desintegran inmediatamente a fin que el trabajador pueda abandonar la máquina rápidamente utilizados como vías de escape, los panorámicos son los frontales inastillables y los laterales se desintegran rápidamente, los últimos son más caros que los panorámicos, en caso de incendio, colisiones. Los buses de la flota hay los que tienen cabina pero es un porcentaje que fueron construidos y diseñados para entregar en los casos de partidos predecibles para alto riesgo diseñados y para disminuir riesgos de asalto, diseñados para lugares geográficos conflictivos sobre todo en la noche o para partidos de alto riesgo. Al momento del accidente no estaban pero estaban en proceso de evaluación con el organismo administrador y estaban trabajando con un doctor experto en ergonometría para aquello, el material es como poliuretano, cabina que no está totalmente aislada porque en caso de emergencia no podría salir, la cabina está diseñada para disminuir golpe directo o asalto pero no para golpes de una turba y no fue totalmente aislada ya que se evaluó en base a parámetros como visibilidad o confinamiento. La ruta del actor no está como ruta conflictiva, no tenían incidente registrado hasta esa fecha. No era previsible para la empresa el accidente del Sr. Cáceres ya que no estaba considerado como conflictivo, estadísticamente no tenían antecedentes de agresión ya que no estaba a dos tres cuadras de un estadio y se carecían de elementos externos que no manejan. No tuvieron conocimiento de lo que pasó ese día, nadie llamó, no pueden modificar recorridos. No mencionó en la declaración que barristas eran. Demandante pregunta: es Jefe del Departamento de Prevención de Riesgos, no trabaja en el COF, en cuanto a la tasa de accidentabilidad, adicional más básica, es de un 0,2%, por acciones de terceros la recurrencia en lugares conflictivos es una vez al mes, recibiendo una declaración, sin lesiones en la mayoría de los casos. El COF sus funciones coordinan y dirigen y monitorean la flota por GPS, los recorridos están establecidos, por lo que es poco probable que el COF modifique la ruta, el trabajador no contaba con la cabina al momento del accidente, el proyecto existía de antes del accidente y estaba en evaluaciones midiendo luz, ergonomía, ventilación y a partir de junio empezó la implementación del proyecto una vez que lo validó la autoridad competente. Están en conocimiento, por el área de prevención, de to-

544

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

545

dos los partidos de alto o bajo riesgo, y están atentos a lo que pueda pasar, fue calificado de bajo riesgo, la calificación la determina en base al organismo administrador que validan toda su accidentabilidad, ellos le orientan en base a la ley de seguro obligatorio, no son parte de la compañía pero administran el seguro por lo que le entregan las medidas a tomar. Los trabajadores se comunican con el COF a través de radio comunicación inmediata y respuesta inmediata. Tribunal pregunta: El COF es una unidad administrativa de la empresa distinta al área de prevención de riesgo, cuyo objetivo es monitorear los buses en ruta y recibir llamadas en caso de dificultad en las rutas, desconoce si alguna vez ha autorizado cambio de ruta. Ante preguntas con ejemplos responde: celebración Chile al Mundial, en ese caso se hacen reuniones previas con el Ministerio de Transporte, se planifica con anterioridad con todos los operadores y dan las instrucciones, ante el caso de un incendio por ejemplo no sabe queda a criterio, cuando no hay rutas alternativas por parte del Ministerio de Transporte piden medidas adicionales con la Intendencia o Carabineros y hasta hoy no han llegado, cuentan también con asistencia en ruta para casos puntuales. Aclara que el organismo administrador es el IST. 2. Jairo Mateus Vargas: Trabaja para Subus, Jefe de Operaciones, encargado que toda la parte de Operaciones se lleve a cabo en lo relativo al cumplimiento de los servicios con el contrato que tienen con Transantiago, tienen comunicación constante con el COF ya que ellos le dan información en la vía, en la ruta. Conoce al actor es su Jefe Directo, tuvo conocimiento de lo que ocurrió el 25 de febrero ya que le comunicaron directamente, le informaron, los Coordinadores que fue agredido por una gran cantidad de personas cuando iba realizando un servicio, pasadas las 19:00 horas, en el servicio 225 por Vespucio por la altura de Quilín, agrega a la pregunta que luego el recorrido sigue por Vespucio hacia el sur a La Florida. En cuanto al recorrido no es conflictivo, es normal, sobre todo en ese sector donde fue agredido el Sr. Cáceres. Indica que le entregan una programación de servicios al igual que la programación de conductores, en base a turnos rotativos y de servicios también rotativos, en aquellas no se contemplan eventos especiales que puedan afectar los recorridos, si suceden algunas eventualidades o puntos específicos toman conocimiento y esperan las instrucciones directas de Transantiago emitidas de parte del COF en la cual le dicen que pueden modificar recorridos. Agrega que, el COF es el centro de operaciones y hace la comunicación directa con los conductores hacia los buses y con Transantiago, cuando hay eventos por disturbios el Transantiago se comunica con el COF y lo derivan a ellos, Transantiago es externo estatal, depende del Ministerio de Transportes. Para ese día no había contemplado eventos masivos, operación normal sin modificación de recorridos, indica que a la hora del accidente fue a las 19:00 horas estaba claro. El actor manejaba un bus V7 articulado nuevo Marco Polo carrocería y Volvo marca, en cuanto a los vidrios los solicitados y estipulados en una homologación para este tipo de bus, laterales fácilmente se desmoronan y los panorámicos con mayor resistencia para cualquier tipo de golpe, importancia para un choque mayor seguridad los panorámicos para el conductor para el chofer en caso de choque frontal, se capacita a los conductores por unos capacitadotes específicos que se las dictan. Señala que la empresa no puede modificar las rutas a su arbitrio sólo con instrucción de Transantiago, dependiendo del imprevisto, por ejemplo taco, Carabineros hace desvío, en una manifestación por ejemplo se los reporta Transantiago les informa para hacer los desvíos, los buses tienen radio y se comunican ambos (COF conductor), el día de los hechos estaba trabajando no se recibió llamado ni había aviso de algún evento para modificar los recorridos. El día del accidente no hay buses con cabinas, luego se instalaron algunas cabinas, hechos con un material pero para aislar no totalmente al conductor en base al IST para evitar que asalten a los conductores. Al bus no se le hizo reparación alguna, no se rompió vidrio nada, de Mantenimiento le informan y no le informaron nada. En cuanto a los hechos de acuerdo a lo que le relataron el Sr. Cáceres iba por el punto Quilín, se subieron muchos personas a la fuerza cuando de un momento a otro recibió un golpe, cuando COF reporta a Coordinación ésta le informa a él (testigo) lo que pasa. Demandante pregunta: El COF depende del Gerente de Operaciones, puede modificar el recorrido cuando sea avisado por Transantiago, eventualidad disturbios, accidentes y entonces le informan al COF para que le transmita a los choferes. El operador tiene contacto con el COF por radio y le puede indicar alguna eventualidad y pueden modificar el recorrido siempre y cuando lo autorice Transantiago, comunicación directa por teléfono y correo electrónico, el COF toma la decisión. Respecto a la pro-

dos los partidos de alto o bajo riesgo, y están atentos a lo que pueda pasar, fue calificado de bajo riesgo, la calificación la determina en base al organismo administrador que validan toda su accidentabilidad, ellos le orientan en base a la ley de seguro obligatorio, no son parte de la compañía pero administran el seguro por lo que le entregan las medidas a tomar. Los trabajadores se comunican con el COF a través de radio comunicación inmediata y respuesta inmediata. Tribunal pregunta: El COF es una unidad administrativa de la empresa distinta al área de prevención de riesgo, cuyo objetivo es monitorear los buses en ruta y recibir llamadas en caso de dificultad en las rutas, desconoce si alguna vez ha autorizado cambio de ruta. Ante preguntas con ejemplos responde: celebración Chile al Mundial, en ese caso se hacen reuniones previas con el Ministerio de Transporte, se planifica con anterioridad con todos los operadores y dan las instrucciones, ante el caso de un incendio por ejemplo no sabe queda a criterio, cuando no hay rutas alternativas por parte del Ministerio de Transporte piden medidas adicionales con la Intendencia o Carabineros y hasta hoy no han llegado, cuentan también con asistencia en ruta para casos puntuales. Aclara que el organismo administrador es el IST. 2. Jairo Mateus Vargas: Trabaja para Subus, Jefe de Operaciones, encargado que toda la parte de Operaciones se lleve a cabo en lo relativo al cumplimiento de los servicios con el contrato que tienen con Transantiago, tienen comunicación constante con el COF ya que ellos le dan información en la vía, en la ruta. Conoce al actor es su Jefe Directo, tuvo conocimiento de lo que ocurrió el 25 de febrero ya que le comunicaron directamente, le informaron, los Coordinadores que fue agredido por una gran cantidad de personas cuando iba realizando un servicio, pasadas las 19:00 horas, en el servicio 225 por Vespucio por la altura de Quilín, agrega a la pregunta que luego el recorrido sigue por Vespucio hacia el sur a La Florida. En cuanto al recorrido no es conflictivo, es normal, sobre todo en ese sector donde fue agredido el Sr. Cáceres. Indica que le entregan una programación de servicios al igual que la programación de conductores, en base a turnos rotativos y de servicios también rotativos, en aquellas no se contemplan eventos especiales que puedan afectar los recorridos, si suceden algunas eventualidades o puntos específicos toman conocimiento y esperan las instrucciones directas de Transantiago emitidas de parte del COF en la cual le dicen que pueden modificar recorridos. Agrega que, el COF es el centro de operaciones y hace la comunicación directa con los conductores hacia los buses y con Transantiago, cuando hay eventos por disturbios el Transantiago se comunica con el COF y lo derivan a ellos, Transantiago es externo estatal, depende del Ministerio de Transportes. Para ese día no había contemplado eventos masivos, operación normal sin modificación de recorridos, indica que a la hora del accidente fue a las 19:00 horas estaba claro. El actor manejaba un bus V7 articulado nuevo Marco Polo carrocería y Volvo marca, en cuanto a los vidrios los solicitados y estipulados en una homologación para este tipo de bus, laterales fácilmente se desmoronan y los panorámicos con mayor resistencia para cualquier tipo de golpe, importancia para un choque mayor seguridad los panorámicos para el conductor para el chofer en caso de choque frontal, se capacita a los conductores por unos capacitadotes específicos que se las dictan. Señala que la empresa no puede modificar las rutas a su arbitrio sólo con instrucción de Transantiago, dependiendo del imprevisto, por ejemplo taco, Carabineros hace desvío, en una manifestación por ejemplo se los reporta Transantiago les informa para hacer los desvíos, los buses tienen radio y se comunican ambos (COF conductor), el día de los hechos estaba trabajando no se recibió llamado ni había aviso de algún evento para modificar los recorridos. El día del accidente no hay buses con cabinas, luego se instalaron algunas cabinas, hechos con un material pero para aislar no totalmente al conductor en base al IST para evitar que asalten a los conductores. Al bus no se le hizo reparación alguna, no se rompió vidrio nada, de Mantenimiento le informan y no le informaron nada. En cuanto a los hechos de acuerdo a lo que le relataron el Sr. Cáceres iba por el punto Quilín, se subieron muchos personas a la fuerza cuando de un momento a otro recibió un golpe, cuando COF reporta a Coordinación ésta le informa a él (testigo) lo que pasa. Demandante pregunta: El COF depende del Gerente de Operaciones, puede modificar el recorrido cuando sea avisado por Transantiago, eventualidad disturbios, accidentes y entonces le informan al COF para que le transmita a los choferes. El operador tiene contacto con el COF por radio y le puede indicar alguna eventualidad y pueden modificar el recorrido siempre y cuando lo autorice Transantiago, comunicación directa por teléfono y correo electrónico, el COF toma la decisión. Respecto a la proACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

545

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

gramación semanalmente entrega el Departamento de Planeación, servicios, horarios y turnos de los conductores lo cual es entregado a los conductores. Ese día había partidos pero no eran trascendental el partido por lo que no hubo modificaciones, los partidos son calificados por Transantiago a través de la Intendencia y se la informan. Facultad con el Gerente para desvincular a una persona. En cuanto a los vidrios panorámicos son más seguros más resistente que los laterales, porque cuando un vidrio lateral recibe un impacto de piedra se desmorona el vidrio los panorámicos se chitea no se desmorona. Tribunal pregunta: No recibieron llamados por parte del actor no llamó al COF, sólo recibieron llamados del evento. Si el COF recibe un llamado por ejemplo al conductor de más adelante lo están asaltando y hay mucha gente, el COF le dice que desvíe e inmediatamente informan a Transantiago de la situación, avalando lo que está sucediendo y avalando por Carabineros. OFICIOS SOLICITADOS: Se da lectura al Oficio solicitado emanado del Instituto de Seguridad del Trabajo respecto del trabajador demandante. QUINTO: Que ponderada la prueba de conformidad a los principios de la lógica, máximas de experiencia y conocimientos científicamente afianzados, esta sentenciadora tiene por acreditado los siguientes hechos: Que el día 25 de febrero de 2009 el actor conducía un bus V7 nuevo, carrocería Marco Polo, Volvo, con la revisión técnica al día, sin cabina de protección, por la variante 225, desplazándose por Américo Vespucio para luego tomar el sur por la comuna de La Florida, se detuvo en el paradero de la Rotonda Quilín cerca de las 19:00 horas, abrió las puertas de vehículo ( a lo mejor venían abiertas) a fin se subieran pasajeros entre los que se encontraban un grupo de barristas, que se dirigían al Estadio Monumental a ver el partido Colo Colo Santiago Morning ubicado como a 10 minutos del punto, partido respecto del cual la Intendencia Metropolitana no calificó de alto riesgo, momentos en los cuales los pasajeros del interior del bus impidieron el acceso de aquellos lo que derivó en la ilegítima reacción de éstos contra el demandante a quien lesionaron con golpes y pedrada que lo dejó inconsciente. Posterior a aquello se produjo una comunicación con la Central o COF informando de la situación, siendo trasladado por el SAMU al IST, donde en primera instancia le diagnosticaron lesiones de mediana gravedad, sin que a la fecha dicho organismo califique su incapacidad dado que el demandante se encuentra en fase de evolución y rehabilitación por las lesiones sufridas, consistentes en TEC cerrado; contusión mandibular izquierda; hipoacusia mantenida, uso de audífono O.I; síndrome vertiginoso, hipoexcitabilidad vestibular izquierda en evolución. Que las afirmaciones recientemente arribadas se encuentran refrendadas con lo siguiente: 1. Que no se encuentra discutido por las partes que el día 25 de febrero de 2009 alrededor de las 19:00 horas, el actor, quien conducía un bus del recorrido N° 225, fue atacado por una turba de desconocidos que subieron por la fuerza al vehículo al llegar a la rotonda Quilín. Que dicho bus no cuenta con cabina de seguridad. Lo anterior, como se consignó en el motivo tercero del presente fallo, fue establecido como un hecho no controvertido en la presente causa. 2. Las lesiones constan del Dato de Atención Médica de Urgencia del IST fechado el 23 de noviembre de 2009, que da cuenta de las hipótesis diagnósticas de 25 de febrero de 2009 y del Informe Médico emanado del citado Organismo de 10 de diciembre de igual año. 3. En cuanto al vehículo manejado, todos los testigos son contestes en señalar que el bus que manejó la parte se trata de uno nuevo, de los V7, Volvo, con revisión técnica al día. 4. En cuanto al desplazamiento y distancia del recorrido con el Estadio Monumental, se encuentra asentada con las declaraciones de los testigos de la demandante así lo afirma el Sr. González al señalar que el Estadio Monumental ubicado en Departamental con Américo Vespucio. Cáceres iba conduciendo hacia el Sur, desde la Rotonda Quilín hacia el sur, Departamental está antes de Quilín desde poniente a oriente, la 225 pasa por la Rotonda Quilín hacia el sur y Departamental está a unas pocas cuadras a la diagonal unas pocas cuadras cuatro. El recorrido no pasa por el Estadio, pasa por la Rotonda Quilín a cuatro o cinco cuadras. Refrendado con lo declarado por el Sr. Pacheco quien indica que: El Estadio está en Departamental entre Américo Vespucio y Vicuña Mackenna, el testigo sabía que había partido, el partido era como a las 20:00 horas y la agresión fue entre las 6 y media o 7 de la tarde, fue antes del partido porque los barristas estaban esperando micro para ir al estadio, la Rotonda Quilín está como a 10 minutos del Estadio, la 225 llega hasta Departamental con Américo Vespucio, y el Estadio está entre

546

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

gramación semanalmente entrega el Departamento de Planeación, servicios, horarios y turnos de los conductores lo cual es entregado a los conductores. Ese día había partidos pero no eran trascendental el partido por lo que no hubo modificaciones, los partidos son calificados por Transantiago a través de la Intendencia y se la informan. Facultad con el Gerente para desvincular a una persona. En cuanto a los vidrios panorámicos son más seguros más resistente que los laterales, porque cuando un vidrio lateral recibe un impacto de piedra se desmorona el vidrio los panorámicos se chitea no se desmorona. Tribunal pregunta: No recibieron llamados por parte del actor no llamó al COF, sólo recibieron llamados del evento. Si el COF recibe un llamado por ejemplo al conductor de más adelante lo están asaltando y hay mucha gente, el COF le dice que desvíe e inmediatamente informan a Transantiago de la situación, avalando lo que está sucediendo y avalando por Carabineros. OFICIOS SOLICITADOS: Se da lectura al Oficio solicitado emanado del Instituto de Seguridad del Trabajo respecto del trabajador demandante. QUINTO: Que ponderada la prueba de conformidad a los principios de la lógica, máximas de experiencia y conocimientos científicamente afianzados, esta sentenciadora tiene por acreditado los siguientes hechos: Que el día 25 de febrero de 2009 el actor conducía un bus V7 nuevo, carrocería Marco Polo, Volvo, con la revisión técnica al día, sin cabina de protección, por la variante 225, desplazándose por Américo Vespucio para luego tomar el sur por la comuna de La Florida, se detuvo en el paradero de la Rotonda Quilín cerca de las 19:00 horas, abrió las puertas de vehículo ( a lo mejor venían abiertas) a fin se subieran pasajeros entre los que se encontraban un grupo de barristas, que se dirigían al Estadio Monumental a ver el partido Colo Colo Santiago Morning ubicado como a 10 minutos del punto, partido respecto del cual la Intendencia Metropolitana no calificó de alto riesgo, momentos en los cuales los pasajeros del interior del bus impidieron el acceso de aquellos lo que derivó en la ilegítima reacción de éstos contra el demandante a quien lesionaron con golpes y pedrada que lo dejó inconsciente. Posterior a aquello se produjo una comunicación con la Central o COF informando de la situación, siendo trasladado por el SAMU al IST, donde en primera instancia le diagnosticaron lesiones de mediana gravedad, sin que a la fecha dicho organismo califique su incapacidad dado que el demandante se encuentra en fase de evolución y rehabilitación por las lesiones sufridas, consistentes en TEC cerrado; contusión mandibular izquierda; hipoacusia mantenida, uso de audífono O.I; síndrome vertiginoso, hipoexcitabilidad vestibular izquierda en evolución. Que las afirmaciones recientemente arribadas se encuentran refrendadas con lo siguiente: 1. Que no se encuentra discutido por las partes que el día 25 de febrero de 2009 alrededor de las 19:00 horas, el actor, quien conducía un bus del recorrido N° 225, fue atacado por una turba de desconocidos que subieron por la fuerza al vehículo al llegar a la rotonda Quilín. Que dicho bus no cuenta con cabina de seguridad. Lo anterior, como se consignó en el motivo tercero del presente fallo, fue establecido como un hecho no controvertido en la presente causa. 2. Las lesiones constan del Dato de Atención Médica de Urgencia del IST fechado el 23 de noviembre de 2009, que da cuenta de las hipótesis diagnósticas de 25 de febrero de 2009 y del Informe Médico emanado del citado Organismo de 10 de diciembre de igual año. 3. En cuanto al vehículo manejado, todos los testigos son contestes en señalar que el bus que manejó la parte se trata de uno nuevo, de los V7, Volvo, con revisión técnica al día. 4. En cuanto al desplazamiento y distancia del recorrido con el Estadio Monumental, se encuentra asentada con las declaraciones de los testigos de la demandante así lo afirma el Sr. González al señalar que el Estadio Monumental ubicado en Departamental con Américo Vespucio. Cáceres iba conduciendo hacia el Sur, desde la Rotonda Quilín hacia el sur, Departamental está antes de Quilín desde poniente a oriente, la 225 pasa por la Rotonda Quilín hacia el sur y Departamental está a unas pocas cuadras a la diagonal unas pocas cuadras cuatro. El recorrido no pasa por el Estadio, pasa por la Rotonda Quilín a cuatro o cinco cuadras. Refrendado con lo declarado por el Sr. Pacheco quien indica que: El Estadio está en Departamental entre Américo Vespucio y Vicuña Mackenna, el testigo sabía que había partido, el partido era como a las 20:00 horas y la agresión fue entre las 6 y media o 7 de la tarde, fue antes del partido porque los barristas estaban esperando micro para ir al estadio, la Rotonda Quilín está como a 10 minutos del Estadio, la 225 llega hasta Departamental con Américo Vespucio, y el Estadio está entre

546

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

547

Américo Vespucio y Vicuña Mackenna, en Exequiel Fernández y los barristas se bajan en Departamental y caminan por medio de la calle hasta llegar al Estadio y confirmado por el Sr. Mateus, al señalar que el actor.. fue agredido por una gran cantidad de personas cuando iba realizando un servicio, pasadas las 19:00 horas, en el servicio 225 por Vespucio por la altura de Quilín, agrega a la pregunta que luego el recorrido sigue por Vespucio hacia el sur a La Florida. 5. En cuanto a la apertura de las puertas, la presente afirmación se concluye por oposición de los dichos que al respecto manifestó el Sr. Pacheco con lo que declaró el Sr. Mateus, el primero señala, al ser consultado sobre el punto que: vio cuando entró la piedra, fue por el lado derecho, la puerta cerrada la gente no quería que los barristas subieran, la piedra rompió los vidrios de la puertas, ahí se subieron y como quedó inconsciente le empezaron a pegar banderazos, no hubieron más heridos, cuando el vidrio se rompe se transforman en cuadritos, no se astillan. Lo que se contrapone con lo expresado por el segundo quien al ser consultado responde: Al bus no se le hizo reparación alguna, no se rompió vidrio nada, de Mantenimiento le informan y no le informaron nada. Ante la evidente contradicción sólo queda resolver el problema a través de la siguiente pregunta: ¿es posible que la piedra lanzada al actor y que rompió los vidrios frontales no hubiera herido, cualquiera de los dos elementos, a algún otro pasajero? La respuesta no se resuelve siquiera señalando que aquellos eran capsulables de fácil destrucción, la respuesta lógica es afirmar que las puertas estaban abiertas ya que ninguna reparación se hizo a aquellas, conclusión que se reafirma además con la posición en que este testigo se encontraba al momento de los hechos: iba sentado atrás, en la cola en un bus lleno, paraguayo, es decir con personas que estaban de pie, donde la visión según sus propios dichos fue no vi la cantidad de barristas, porque la visión eran las cabezas y la parte frontal del bus, por lo que mal puede sostenerse lo que afirma. 6. En cuanto a la definición de partido. No existe prueba en contrario que desmienta lo aseverado por la demandada, en términos objetivos, de que el partido jugado ese día entre Colo Colo y Santiago Morning no fue declarado de alto riesgo, sin perjuicio de la percepción de los testigos de la demandante, cuyas connotaciones se verán más adelante. 7. En cuanto a que los pasajeros impidieron que se subieran los barristas, se avala con lo informado por el actor en su declaración de accidente. 8. En cuanto a la comunicación al COF. No se allegó prueba alguna al proceso que permita aseverar que se llamó a la Central, antes de que los disturbios comenzaran. En efecto, la demandada afirma que nadie llamó, que sólo se enteraron cuando la agresión ya se había producido. La demandante por su parte a través del Sr. González afirma categóricamente que ese día él escuchó como el Sr. Cáceres se comunicaba por radio con el COF haciendo presente los problemas en la ruta, ya que la turba estaba después del partido 18:00 o 19:00 horas, llamado que realizó como a las 5 y media a 6 de la tarde, llamado que efectuaron además otros operadores de la variante 225, sin embargo el Sr. Pacheco afirma que fue él, el que llamó al COF, una vez ocurridos los hechos y no le respondieron, alguno de ellos se confundió entonces en sus declaraciones. Sin entrar a calificar las omisiones de horas, pues a la fecha ha transcurrido casi un año de ocurridos los hechos, no es menos cierto que afirmar que el actor llamó es diferente a señalar que el que llamó fue el Sr. Pacheco. Con los antecedentes aportados en la causa no se acreditó la primitiva llamada que pudiere confirmar categóricamente que el COF no cambió la ruta y a qué hora se produjo la llamada posterior, por lo que lo señalado por el Sr. Pacheco respecto a que no se prestó la asistencia debida y que el actor esperó cerca de dos horas no se acreditó. 9. Que los hechos ocurrieron antes de verificarse el partido Colo Colo Santiago Morning, lo declara el testigo de la demandante, quien además ha afirmado que se encontraba en el bus en ese momento. SEXTO: Que asentado lo anterior, surge como normativa legal aplicable lo dispuesto en el artículo 184 del Código del Trabajo, norma de cuyo literal se desprende que la obligación de diligencia y cuidado que la ley impone al empleador en la especie, es de mayor entidad que la comúnmente exigida en los contratos bilaterales, pues no sólo es de cargo de aquel tomar todas las medidas de seguridad necesarias para proteger la vida y salud de sus trabajadores, sino que, además, debe hacerlo eficazmente. En consecuencia, atendido lo dispuesto en el ya citado artículo 184 del Código del Trabajo, correspondió a la empresa demandada acreditar que efectivamente tomó todas las medidas de seguridad que la naturaleza de las faenas ameritaba, para proteger eficazmente la vida y salud del actor, en los términos y modalidades a que legalmente estaba obligado.

Américo Vespucio y Vicuña Mackenna, en Exequiel Fernández y los barristas se bajan en Departamental y caminan por medio de la calle hasta llegar al Estadio y confirmado por el Sr. Mateus, al señalar que el actor.. fue agredido por una gran cantidad de personas cuando iba realizando un servicio, pasadas las 19:00 horas, en el servicio 225 por Vespucio por la altura de Quilín, agrega a la pregunta que luego el recorrido sigue por Vespucio hacia el sur a La Florida. 5. En cuanto a la apertura de las puertas, la presente afirmación se concluye por oposición de los dichos que al respecto manifestó el Sr. Pacheco con lo que declaró el Sr. Mateus, el primero señala, al ser consultado sobre el punto que: vio cuando entró la piedra, fue por el lado derecho, la puerta cerrada la gente no quería que los barristas subieran, la piedra rompió los vidrios de la puertas, ahí se subieron y como quedó inconsciente le empezaron a pegar banderazos, no hubieron más heridos, cuando el vidrio se rompe se transforman en cuadritos, no se astillan. Lo que se contrapone con lo expresado por el segundo quien al ser consultado responde: Al bus no se le hizo reparación alguna, no se rompió vidrio nada, de Mantenimiento le informan y no le informaron nada. Ante la evidente contradicción sólo queda resolver el problema a través de la siguiente pregunta: ¿es posible que la piedra lanzada al actor y que rompió los vidrios frontales no hubiera herido, cualquiera de los dos elementos, a algún otro pasajero? La respuesta no se resuelve siquiera señalando que aquellos eran capsulables de fácil destrucción, la respuesta lógica es afirmar que las puertas estaban abiertas ya que ninguna reparación se hizo a aquellas, conclusión que se reafirma además con la posición en que este testigo se encontraba al momento de los hechos: iba sentado atrás, en la cola en un bus lleno, paraguayo, es decir con personas que estaban de pie, donde la visión según sus propios dichos fue no vi la cantidad de barristas, porque la visión eran las cabezas y la parte frontal del bus, por lo que mal puede sostenerse lo que afirma. 6. En cuanto a la definición de partido. No existe prueba en contrario que desmienta lo aseverado por la demandada, en términos objetivos, de que el partido jugado ese día entre Colo Colo y Santiago Morning no fue declarado de alto riesgo, sin perjuicio de la percepción de los testigos de la demandante, cuyas connotaciones se verán más adelante. 7. En cuanto a que los pasajeros impidieron que se subieran los barristas, se avala con lo informado por el actor en su declaración de accidente. 8. En cuanto a la comunicación al COF. No se allegó prueba alguna al proceso que permita aseverar que se llamó a la Central, antes de que los disturbios comenzaran. En efecto, la demandada afirma que nadie llamó, que sólo se enteraron cuando la agresión ya se había producido. La demandante por su parte a través del Sr. González afirma categóricamente que ese día él escuchó como el Sr. Cáceres se comunicaba por radio con el COF haciendo presente los problemas en la ruta, ya que la turba estaba después del partido 18:00 o 19:00 horas, llamado que realizó como a las 5 y media a 6 de la tarde, llamado que efectuaron además otros operadores de la variante 225, sin embargo el Sr. Pacheco afirma que fue él, el que llamó al COF, una vez ocurridos los hechos y no le respondieron, alguno de ellos se confundió entonces en sus declaraciones. Sin entrar a calificar las omisiones de horas, pues a la fecha ha transcurrido casi un año de ocurridos los hechos, no es menos cierto que afirmar que el actor llamó es diferente a señalar que el que llamó fue el Sr. Pacheco. Con los antecedentes aportados en la causa no se acreditó la primitiva llamada que pudiere confirmar categóricamente que el COF no cambió la ruta y a qué hora se produjo la llamada posterior, por lo que lo señalado por el Sr. Pacheco respecto a que no se prestó la asistencia debida y que el actor esperó cerca de dos horas no se acreditó. 9. Que los hechos ocurrieron antes de verificarse el partido Colo Colo Santiago Morning, lo declara el testigo de la demandante, quien además ha afirmado que se encontraba en el bus en ese momento. SEXTO: Que asentado lo anterior, surge como normativa legal aplicable lo dispuesto en el artículo 184 del Código del Trabajo, norma de cuyo literal se desprende que la obligación de diligencia y cuidado que la ley impone al empleador en la especie, es de mayor entidad que la comúnmente exigida en los contratos bilaterales, pues no sólo es de cargo de aquel tomar todas las medidas de seguridad necesarias para proteger la vida y salud de sus trabajadores, sino que, además, debe hacerlo eficazmente. En consecuencia, atendido lo dispuesto en el ya citado artículo 184 del Código del Trabajo, correspondió a la empresa demandada acreditar que efectivamente tomó todas las medidas de seguridad que la naturaleza de las faenas ameritaba, para proteger eficazmente la vida y salud del actor, en los términos y modalidades a que legalmente estaba obligado. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

547

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Que corresponde entonces determinar qué medidas eficaces el empleador tomó para dar cumplimiento a este propósito y al respecto se suscitaron tres cuestiones que es necesario analizar a la luz de las medidas eficaces, los vidrios, el recorrido y su peligrosidad y la cabina elemento de seguridad que la demandante apunta como central en su teoría del caso, a efectos de determinar la previsibilidad del accidente del actor y la forma en que, ya previsto el riesgo, debió haberse evitado por parte de la empleadora. a) En cuanto a los vidrios: Que existe coincidencia en señalar que los vidrios frontales son distintos a los laterales, los primeros o denominados panorámicos, don Manuel los califica como complicados porque se astillan más rápido y no es laminado a diferencia de lo expresado por doña Lorena y don Jairo que señalan que los delanteros son inastillables. En cuanto a los laterales todos coinciden en que al recibir un impacto éstos se cuadriculan o bien se encapsulan, se desmoronan fácilmente, explican los testigos de la demandada a fin que el conductor en caso de emergencia, incendio, colisión, puedan salir por aquellos de manera rápida. Que tomando en consideración que el bus en cuestión contaba con la revisión técnica al día, así señalado por los comparecientes, entiende esta sentenciadora que aquellos, laterales y panorámicos cumplen a lo menos a la fecha de la revisión técnica, con las exigencias que la autoridad administrativa fija en cuanto a las condiciones de los parabrisas y vidrio destinados al transporte público, cumpliendo con ello las exigencias contempladas en la resolución exenta N° 2.168 de 26 de diciembre del año 2000. Las opiniones hechas entonces por el declarante Pacheco, no pasan a ser más que apreciaciones sin fundamento técnico que objetivamente las avale. b) En cuanto al recorrido y su peligrosidad. Que de acuerdo a la prueba rendida, se tiene que el actor el día 25 de febrero de 2009, tomó el recorrido de la variante 225, recorrido calificado por la empleadora de tranquilo, no conflictivo, pacífico, sin embargo, el Sr. González lo califica de complicado el sector, es conflictivo, los barristas quieren andar gratis, insultan, hacen desmanes, sin embargo el Sr. Pacheco a la pregunta responde que la variante 225 no es peligrosa salvo cuando hay partidos. Por su parte doña Lorena señala que la ruta del actor no está calificada como conflictiva, no tenían incidentes registrados hasta esa fecha. No era previsible para la empresa el accidente del Sr. Cáceres ya que no estaba considerado como conflictivo, corroborado con el testimonio del Sr. Mateus que lo califica de no es conflictivo es normal, sobre todo en ese sector en que fue agredido el Sr. Cáceres.. Entonces se concluye que el recorrido en sí no es conflictivo. En cuanto al partido, nadie discute que ese día jugaba Colo Colo con Santiago Morning, según las declaraciones de los testigos de la demandante el empleador estaba en conocimiento de aquello como señala el Sr. González, pues el actor habría avisado con anterioridad que había un partido de alta convocatoria de público y la empleadora ordenó seguir en la ruta y el Sr. Pacheco agrega que la mayoría de los colegas le dijeron al Jefe de Patio, el actor le dijo que juega Colo Colo y el Jefe le dijo si no le gusta la puerta es ancha, anteriormente había señalado que el partido era uno de alto riesgo y la empresa siempre sabe de los partidos de alto riesgo cuando juega Colo Colo, la variante 225, la 212 y 224 sufre las agresiones de los barristas, pero la empresa le pone incluso buses a los barristas la que se llama la 210 corta C, si los trabajadores se niegan tienen que ir igual Que tal como se asentó en el número 6. del considerando Quinto del presente fallo el partido que nos ocupa, no fue declarado por la Intendencia como de alto riesgo. De hecho agrega la demandada, ese día se jugaron otros partidos y que para modificar la ruta, requieren la expresa autorización de Transantiago. En cuanto a la proximidad con el Estadio Monumental, claramente el recorrido del bus no pasa a lo menos frente al Estadio, tal y como quedó asentado en el número cuatro del motivo Quinto del presente fallo. Pues bien haciéndonos cargo de los dichos del declarante de la demandante los cuales refieren que se trata de un recorrido pacífico salvo cuando hay partido, producto del comportamiento de los barristas ¿tiene facultades la demandada para modificar recorridos? La demandada afirma que no pueden modificar rutas a su arbitrio, sólo con instrucción de Transantiago. Los demandantes a través de sus testigos plantearon situaciones en las cuales las rutas fueron modificadas, el Sr. Pacheco habló de la construcción del Metro en San José de La Estrella donde fue autorizado, a través del COF, para desviarse dado el gran taco que dicha construcción originaba, el Sr. González refirió que los hechos lo supo por el conductor que se encontraba detrás del actor al momento del accidente y desvió la ruta sin esperar autorización del COF, situaciones que fueron explicadas por el Sr. Mateus en el sentido que inmediatamente que se

548

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Que corresponde entonces determinar qué medidas eficaces el empleador tomó para dar cumplimiento a este propósito y al respecto se suscitaron tres cuestiones que es necesario analizar a la luz de las medidas eficaces, los vidrios, el recorrido y su peligrosidad y la cabina elemento de seguridad que la demandante apunta como central en su teoría del caso, a efectos de determinar la previsibilidad del accidente del actor y la forma en que, ya previsto el riesgo, debió haberse evitado por parte de la empleadora. a) En cuanto a los vidrios: Que existe coincidencia en señalar que los vidrios frontales son distintos a los laterales, los primeros o denominados panorámicos, don Manuel los califica como complicados porque se astillan más rápido y no es laminado a diferencia de lo expresado por doña Lorena y don Jairo que señalan que los delanteros son inastillables. En cuanto a los laterales todos coinciden en que al recibir un impacto éstos se cuadriculan o bien se encapsulan, se desmoronan fácilmente, explican los testigos de la demandada a fin que el conductor en caso de emergencia, incendio, colisión, puedan salir por aquellos de manera rápida. Que tomando en consideración que el bus en cuestión contaba con la revisión técnica al día, así señalado por los comparecientes, entiende esta sentenciadora que aquellos, laterales y panorámicos cumplen a lo menos a la fecha de la revisión técnica, con las exigencias que la autoridad administrativa fija en cuanto a las condiciones de los parabrisas y vidrio destinados al transporte público, cumpliendo con ello las exigencias contempladas en la resolución exenta N° 2.168 de 26 de diciembre del año 2000. Las opiniones hechas entonces por el declarante Pacheco, no pasan a ser más que apreciaciones sin fundamento técnico que objetivamente las avale. b) En cuanto al recorrido y su peligrosidad. Que de acuerdo a la prueba rendida, se tiene que el actor el día 25 de febrero de 2009, tomó el recorrido de la variante 225, recorrido calificado por la empleadora de tranquilo, no conflictivo, pacífico, sin embargo, el Sr. González lo califica de complicado el sector, es conflictivo, los barristas quieren andar gratis, insultan, hacen desmanes, sin embargo el Sr. Pacheco a la pregunta responde que la variante 225 no es peligrosa salvo cuando hay partidos. Por su parte doña Lorena señala que la ruta del actor no está calificada como conflictiva, no tenían incidentes registrados hasta esa fecha. No era previsible para la empresa el accidente del Sr. Cáceres ya que no estaba considerado como conflictivo, corroborado con el testimonio del Sr. Mateus que lo califica de no es conflictivo es normal, sobre todo en ese sector en que fue agredido el Sr. Cáceres.. Entonces se concluye que el recorrido en sí no es conflictivo. En cuanto al partido, nadie discute que ese día jugaba Colo Colo con Santiago Morning, según las declaraciones de los testigos de la demandante el empleador estaba en conocimiento de aquello como señala el Sr. González, pues el actor habría avisado con anterioridad que había un partido de alta convocatoria de público y la empleadora ordenó seguir en la ruta y el Sr. Pacheco agrega que la mayoría de los colegas le dijeron al Jefe de Patio, el actor le dijo que juega Colo Colo y el Jefe le dijo si no le gusta la puerta es ancha, anteriormente había señalado que el partido era uno de alto riesgo y la empresa siempre sabe de los partidos de alto riesgo cuando juega Colo Colo, la variante 225, la 212 y 224 sufre las agresiones de los barristas, pero la empresa le pone incluso buses a los barristas la que se llama la 210 corta C, si los trabajadores se niegan tienen que ir igual Que tal como se asentó en el número 6. del considerando Quinto del presente fallo el partido que nos ocupa, no fue declarado por la Intendencia como de alto riesgo. De hecho agrega la demandada, ese día se jugaron otros partidos y que para modificar la ruta, requieren la expresa autorización de Transantiago. En cuanto a la proximidad con el Estadio Monumental, claramente el recorrido del bus no pasa a lo menos frente al Estadio, tal y como quedó asentado en el número cuatro del motivo Quinto del presente fallo. Pues bien haciéndonos cargo de los dichos del declarante de la demandante los cuales refieren que se trata de un recorrido pacífico salvo cuando hay partido, producto del comportamiento de los barristas ¿tiene facultades la demandada para modificar recorridos? La demandada afirma que no pueden modificar rutas a su arbitrio, sólo con instrucción de Transantiago. Los demandantes a través de sus testigos plantearon situaciones en las cuales las rutas fueron modificadas, el Sr. Pacheco habló de la construcción del Metro en San José de La Estrella donde fue autorizado, a través del COF, para desviarse dado el gran taco que dicha construcción originaba, el Sr. González refirió que los hechos lo supo por el conductor que se encontraba detrás del actor al momento del accidente y desvió la ruta sin esperar autorización del COF, situaciones que fueron explicadas por el Sr. Mateus en el sentido que inmediatamente que se

548

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

549

produce un escenario como los relatados se gestionan las comunicaciones con Transantiago y reciben instrucciones de modificación de recorridos o bien a la inversa este organismo informa de disturbios y accidentes y el COF informa a los choferes, agrega incluso el Sr. Mateus que si el COF recibe un llamado por ejemplo que al conductor de más adelante lo están asaltando y hay mucha gente el COF le dice que desvíe inmediatamente e informan a Transantiago de la situación, avalando la situación y comunicándose con Carabineros. Lo expuesto por la demandada resulta verosímil, dada la naturaleza del servicio que se presta, transporte público, fiscalizado y regulado por una autoridad estatal que debe velar por el buen funcionamiento del mismo, cuyo cumplimiento en lo relativo a recorridos y periodicidad no puede quedar al arbitrio del licitado. Tan es así que se ilustra, por los testimonios de las partes que tanto el operador, como la central y la entidad estatal están comunicados a fin de resolver los imprevistos que puedan suscitarse en las rutas. Que de hecho en situaciones como las planteadas a las partes, tales como los eventos masivos en la Plaza Italia se realizan gestiones previas a fin de modificar las rutas establecidas y autorizar otras o en los casos de partido de futbol declarados como de alto riesgo, se dan las instrucciones pertinentes en cuanto a recorridos y resguardo policial, es decir, nuevamente la autoridad ante una situación excepcional autoriza a los operadores a modificar rutas preestablecidas. Volviendo al tema, la generalidad de la ruta cubierta por la variante 225 es pacífica, ¿es razonable exigir entonces de la demandada que cada vez que juega Colo Colo se desvíe un recorrido, cuya variante no pasa frente al Estadio Monumental, más aún si el partido no ha sido declarado de alto riesgo? No, no es razonable dado lo señalado precedentemente. ¿A pesar de aquello la empresa autoriza desvíos o salida de rutas en caso de incidentes a los que se refirió con anterioridad? Sí pero como quedó acreditado ninguna llamada se realizó para informar lo que estaba sucediendo. En este aspecto cobra vital relevancia referirse a la hora en que ocurrieron los hechos, 19:00 horas, ¿antes o después del partido? González señala que después, Pacheco señala que antes, definición que cobra importancia a fin de entender los ánimos de los barristas, porque lo que esta Sentenciadora ha podido constatar dada la prueba rendida es que la reacción de los agresores no se produce por un final adverso o victorioso que pudiere explicar y de hecho atemorizar a la población por aquello, sino que se debió a que el bus paró en el paradero, en aquel se encontraba el grupo de barristas y fueron los pasajeros los que impidieron el acceso de aquellos, lo que provocó la furia desproporcionada y la agresión sufrida por el conductor. Esta conclusión es además coherente con el recorrido que la variante realiza, si debe pasar por la Rotonda Quilín para seguir por Vespucio y luego dirigirse al sur, la recogida de barristas y la intención de aquellos de tomar la locomoción es precisamente para acercarse al Estadio, que tal y como señala el Sr. Pacheco, éstos se bajan en Departamental para luego irse a pie hasta el Estadio, por lo tanto, si bien no se intenta con esto desconocer el temor que por sí sola generan las barras no es menos cierto que el partido aún no comenzaba y no existía indicio alguno que el resultado de aquel encuentro iba a terminar en desmanes, más se insiste el bus no pasa frente al Estadio Monumental. c) En cuanto a la cabina: Desde un punto de vista de normas aplicables, el DS. 122 de 19 de julio del año 1991, fija los requisitos dimensionales y funcionales a vehículos que presten servicios de locomoción colectiva urbana que indica, precisando en su artículo 1° N°10, Cabina de Segregación del conductor, el cual se entiende como recinto que aísla el puesto del conductor con respecto al resto del interior del bus, mediante paredes, luego en su artículo 2 clasifica los buses en atención a su capacidad de transporte, para luego detallar en lo que sigue las especificaciones que debe contener cada vehículo respecto al puesto del conductor, paneles divisorios, etc., sin referirse más al concepto definido. Pues bien la resolución exenta N° 677 de 5 de junio del año 2003 señala los dispositivos de seguridad en buses urbanos de Santiago, señalando en su número 1) que los servicios públicos urbanos de pasajeros, prestados con buses dentro del radio urbano de la ciudad de Santiago podrán optar por el uso de uno o más de los sistemas o dispositivos que se indican b. Cabina de segregación del Conductor, precisando en la letra B. que la cabina de segregación del conductor podrá ser implementada siempre y cuando garantice condiciones de seguridad y habitabilidad adecuadas al interior de la misma, la cual debe cumplir a lo menos con lo siguiente:

produce un escenario como los relatados se gestionan las comunicaciones con Transantiago y reciben instrucciones de modificación de recorridos o bien a la inversa este organismo informa de disturbios y accidentes y el COF informa a los choferes, agrega incluso el Sr. Mateus que si el COF recibe un llamado por ejemplo que al conductor de más adelante lo están asaltando y hay mucha gente el COF le dice que desvíe inmediatamente e informan a Transantiago de la situación, avalando la situación y comunicándose con Carabineros. Lo expuesto por la demandada resulta verosímil, dada la naturaleza del servicio que se presta, transporte público, fiscalizado y regulado por una autoridad estatal que debe velar por el buen funcionamiento del mismo, cuyo cumplimiento en lo relativo a recorridos y periodicidad no puede quedar al arbitrio del licitado. Tan es así que se ilustra, por los testimonios de las partes que tanto el operador, como la central y la entidad estatal están comunicados a fin de resolver los imprevistos que puedan suscitarse en las rutas. Que de hecho en situaciones como las planteadas a las partes, tales como los eventos masivos en la Plaza Italia se realizan gestiones previas a fin de modificar las rutas establecidas y autorizar otras o en los casos de partido de futbol declarados como de alto riesgo, se dan las instrucciones pertinentes en cuanto a recorridos y resguardo policial, es decir, nuevamente la autoridad ante una situación excepcional autoriza a los operadores a modificar rutas preestablecidas. Volviendo al tema, la generalidad de la ruta cubierta por la variante 225 es pacífica, ¿es razonable exigir entonces de la demandada que cada vez que juega Colo Colo se desvíe un recorrido, cuya variante no pasa frente al Estadio Monumental, más aún si el partido no ha sido declarado de alto riesgo? No, no es razonable dado lo señalado precedentemente. ¿A pesar de aquello la empresa autoriza desvíos o salida de rutas en caso de incidentes a los que se refirió con anterioridad? Sí pero como quedó acreditado ninguna llamada se realizó para informar lo que estaba sucediendo. En este aspecto cobra vital relevancia referirse a la hora en que ocurrieron los hechos, 19:00 horas, ¿antes o después del partido? González señala que después, Pacheco señala que antes, definición que cobra importancia a fin de entender los ánimos de los barristas, porque lo que esta Sentenciadora ha podido constatar dada la prueba rendida es que la reacción de los agresores no se produce por un final adverso o victorioso que pudiere explicar y de hecho atemorizar a la población por aquello, sino que se debió a que el bus paró en el paradero, en aquel se encontraba el grupo de barristas y fueron los pasajeros los que impidieron el acceso de aquellos, lo que provocó la furia desproporcionada y la agresión sufrida por el conductor. Esta conclusión es además coherente con el recorrido que la variante realiza, si debe pasar por la Rotonda Quilín para seguir por Vespucio y luego dirigirse al sur, la recogida de barristas y la intención de aquellos de tomar la locomoción es precisamente para acercarse al Estadio, que tal y como señala el Sr. Pacheco, éstos se bajan en Departamental para luego irse a pie hasta el Estadio, por lo tanto, si bien no se intenta con esto desconocer el temor que por sí sola generan las barras no es menos cierto que el partido aún no comenzaba y no existía indicio alguno que el resultado de aquel encuentro iba a terminar en desmanes, más se insiste el bus no pasa frente al Estadio Monumental. c) En cuanto a la cabina: Desde un punto de vista de normas aplicables, el DS. 122 de 19 de julio del año 1991, fija los requisitos dimensionales y funcionales a vehículos que presten servicios de locomoción colectiva urbana que indica, precisando en su artículo 1° N°10, Cabina de Segregación del conductor, el cual se entiende como recinto que aísla el puesto del conductor con respecto al resto del interior del bus, mediante paredes, luego en su artículo 2 clasifica los buses en atención a su capacidad de transporte, para luego detallar en lo que sigue las especificaciones que debe contener cada vehículo respecto al puesto del conductor, paneles divisorios, etc., sin referirse más al concepto definido. Pues bien la resolución exenta N° 677 de 5 de junio del año 2003 señala los dispositivos de seguridad en buses urbanos de Santiago, señalando en su número 1) que los servicios públicos urbanos de pasajeros, prestados con buses dentro del radio urbano de la ciudad de Santiago podrán optar por el uso de uno o más de los sistemas o dispositivos que se indican b. Cabina de segregación del Conductor, precisando en la letra B. que la cabina de segregación del conductor podrá ser implementada siempre y cuando garantice condiciones de seguridad y habitabilidad adecuadas al interior de la misma, la cual debe cumplir a lo menos con lo siguiente: ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

549

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

a) Permitir que el conductor vea y escuche lo que ocurra al interior del bus. El diseño y la implementación de la cabina serán tales que impidan al conductor ejercer funciones de cobro de la tarifa. b) Utilizar elementos con bordes redondeados para evitar aristas que, en caso de accidente provocan más daño a las personas. c) No usar maderas u otros materiales astillables. d) Las secciones transparentes deben estar construidas con cristal de seguridad u otro material rígido que, en caso de accidente, minimice los daños a las personas. En ningún caso podrá usarse vidrio corriente. e) Poseer al menos una puerta de acceso cuyas dimensiones y ubicación permitan su uso expedito. f) El nivel de ruido al interior de la cabina deberá cumplir con los niveles máximos que se establezcan en las normas respectivas. g) Los espacios al interior de la cabina, así como sus accesos, permitirán al conductor moverse con libertad para desarrollar sus actividades sin restricciones físicas impuestas por la cabina. h) Poseer ventilación mediante ventanas, ranuras o paredes que no cubran toda la altura interior del bus. Adicionalmente podrá agregarse ventilación forzada. Luego establece normas respecto a la implementación mínima de las cabinas. La transcripción de la norma tiene por objetivo ilustrar la cantidad de requisitos que se requieren para instalar las cabinas aludidas, como es posible apreciar de su sola lectura, no es llegar e instalar a la ligera este compartimento, siendo en todo caso su uso o instalación facultativa, dadas las exigencias mínimas de seguridad y ventilación con que la propia cápsula debe contar, lo cual resulta lógico, pues en el afán de querer proteger al operador se puede llegar a instalar una suerte de cápsula mortal que termine resultando peor que la prevención que se quiere evitar. Que conforme la normativa expuesta, las declaraciones vertidas por la Jefe del Área de Prevención de Riesgos de la demandada, en cuanto a que se encontraban desde antes del accidente del actor en proceso de evaluación con el organismo administrador (IST) a fin de instalar las cabinas y estaban trabajando con un doctor experto en ergonometría para aquello, resulta verosímil, como también indicar que las mismas no están totalmente aisladas porque en caso de emergencia no podrían salir y que son evaluadas en base a parámetros como visibilidad y confinamiento, por lo que agrega en junio del año 2009 empezó la implementación del proyecto una vez que lo validó la autoridad competente. Que el Sr. Pacheco, testigo de la demandante confirma lo anterior, al indicar que después del accidente a los V9 le pusieron cabinas de plástico de un milímetro de grueso que igual no protegen se ponen al lado derecho del conductor pero igual es de doble filo porque no tienen mayor visibilidad, protegen una piedra pero pueden atropellar. Agrega luego que el 28 de febrero empezaron a poner cabinas de protección, las que no son herméticas, tienen una accesibilidad frontal que las hace vulnerable, son de acrílico. Que además la demandada aporta otro dato, las cabinas, que las hay algunas en la flota, tienen por objetivo evitar asaltos, en caso de partidos de alto riesgo y para zonas geográficas conflictivas sobre todo de noche, con un fin meramente disuasivo. En conformidad a lo expuesta nuevamente surge una pregunta ¿resulta razonable exigir a la demandada un bus con cabina respecto de un recorrido que no presenta incidentes estadísticamente, que no pasa frente a un Estadio y respecto del cual no se habían reportado eventualidades por parte del ente fiscalizador, cabina que además no está obligada a suministrar? No es razonable. SÉPTIMO: Que para determinar la responsabilidad por culpa es necesario atender acerca de lo que razonablemente se puede esperar de quien tiene un deber de cuidado, en otras palabras el juicio de culpabilidad requiere comparar la conducta efectiva con la que debió efectuarse en concreto. Para el demandante la empresa ha incumplido el deber de protección eficaz representado en un cúmulo de infracciones a normas expresas de seguridad relativas a los riesgos y su prevención, imputando consecuencia directa de la desprotección a su empleador pues el accidente se hubiera evitado si el bus contara con la instalación, que sí la hay en otros buses, de la casilla de seguridad de fibra de vidrio, quien previendo los ataques que se producen siempre en el recorrido que se le asignó ese día, no había instalado en el bus aquella. Por su parte la demandada alega que ha cumplido íntegramente con el deber de seguridad, que el accidente se ha originado por un hecho imputable a terceros que escapan al actuar de la empleadora, por

550

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

a) Permitir que el conductor vea y escuche lo que ocurra al interior del bus. El diseño y la implementación de la cabina serán tales que impidan al conductor ejercer funciones de cobro de la tarifa. b) Utilizar elementos con bordes redondeados para evitar aristas que, en caso de accidente provocan más daño a las personas. c) No usar maderas u otros materiales astillables. d) Las secciones transparentes deben estar construidas con cristal de seguridad u otro material rígido que, en caso de accidente, minimice los daños a las personas. En ningún caso podrá usarse vidrio corriente. e) Poseer al menos una puerta de acceso cuyas dimensiones y ubicación permitan su uso expedito. f) El nivel de ruido al interior de la cabina deberá cumplir con los niveles máximos que se establezcan en las normas respectivas. g) Los espacios al interior de la cabina, así como sus accesos, permitirán al conductor moverse con libertad para desarrollar sus actividades sin restricciones físicas impuestas por la cabina. h) Poseer ventilación mediante ventanas, ranuras o paredes que no cubran toda la altura interior del bus. Adicionalmente podrá agregarse ventilación forzada. Luego establece normas respecto a la implementación mínima de las cabinas. La transcripción de la norma tiene por objetivo ilustrar la cantidad de requisitos que se requieren para instalar las cabinas aludidas, como es posible apreciar de su sola lectura, no es llegar e instalar a la ligera este compartimento, siendo en todo caso su uso o instalación facultativa, dadas las exigencias mínimas de seguridad y ventilación con que la propia cápsula debe contar, lo cual resulta lógico, pues en el afán de querer proteger al operador se puede llegar a instalar una suerte de cápsula mortal que termine resultando peor que la prevención que se quiere evitar. Que conforme la normativa expuesta, las declaraciones vertidas por la Jefe del Área de Prevención de Riesgos de la demandada, en cuanto a que se encontraban desde antes del accidente del actor en proceso de evaluación con el organismo administrador (IST) a fin de instalar las cabinas y estaban trabajando con un doctor experto en ergonometría para aquello, resulta verosímil, como también indicar que las mismas no están totalmente aisladas porque en caso de emergencia no podrían salir y que son evaluadas en base a parámetros como visibilidad y confinamiento, por lo que agrega en junio del año 2009 empezó la implementación del proyecto una vez que lo validó la autoridad competente. Que el Sr. Pacheco, testigo de la demandante confirma lo anterior, al indicar que después del accidente a los V9 le pusieron cabinas de plástico de un milímetro de grueso que igual no protegen se ponen al lado derecho del conductor pero igual es de doble filo porque no tienen mayor visibilidad, protegen una piedra pero pueden atropellar. Agrega luego que el 28 de febrero empezaron a poner cabinas de protección, las que no son herméticas, tienen una accesibilidad frontal que las hace vulnerable, son de acrílico. Que además la demandada aporta otro dato, las cabinas, que las hay algunas en la flota, tienen por objetivo evitar asaltos, en caso de partidos de alto riesgo y para zonas geográficas conflictivas sobre todo de noche, con un fin meramente disuasivo. En conformidad a lo expuesta nuevamente surge una pregunta ¿resulta razonable exigir a la demandada un bus con cabina respecto de un recorrido que no presenta incidentes estadísticamente, que no pasa frente a un Estadio y respecto del cual no se habían reportado eventualidades por parte del ente fiscalizador, cabina que además no está obligada a suministrar? No es razonable. SÉPTIMO: Que para determinar la responsabilidad por culpa es necesario atender acerca de lo que razonablemente se puede esperar de quien tiene un deber de cuidado, en otras palabras el juicio de culpabilidad requiere comparar la conducta efectiva con la que debió efectuarse en concreto. Para el demandante la empresa ha incumplido el deber de protección eficaz representado en un cúmulo de infracciones a normas expresas de seguridad relativas a los riesgos y su prevención, imputando consecuencia directa de la desprotección a su empleador pues el accidente se hubiera evitado si el bus contara con la instalación, que sí la hay en otros buses, de la casilla de seguridad de fibra de vidrio, quien previendo los ataques que se producen siempre en el recorrido que se le asignó ese día, no había instalado en el bus aquella. Por su parte la demandada alega que ha cumplido íntegramente con el deber de seguridad, que el accidente se ha originado por un hecho imputable a terceros que escapan al actuar de la empleadora, por

550

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

551

lo que no habría nexo de causalidad y que la existencia de la cabina no hubiere impedido la agresión, ya que éstas son meramente disuasivas y no aíslan totalmente al operador de terceros. OCTAVO: Que esta sentenciadora no concuerda con la tesis de la demandante, el accidente no era previsible, pues como ya se ha señalado, el partido en cuestión celebrado el día de los hechos, no fue catalogado por la Intendencia Metropolitana como de alto riesgo, que ameritarían tomar resguardos especiales, tampoco existían incidentes reportados, no se trata de un recorrido conflictivo y aquel no pasa frente del Estadio Monumental, de hecho su pasada es tangencial de acercamiento, tampoco era predecible que los pasajeros en un afán de autotutela impidieran el acceso de los barristas al vehículo, tampoco a la hora en que ocurrieron los hechos se podía prever el estado anímico de los hinchas, el partido aún no comenzaba. Como no era previsible no era exigible entonces la cabina de seguridad que alude la demandante, exigibilidad que no la contempla siquiera la autoridad competente, a fin de haber evitado la agresión, y aún con ella (cabina)no se ha logrado generar la convicción, en base a la prueba allegada y analizada extensamente en los considerandos precedentes, de que ésta hubiese sido útil para proteger al actor de un grupo de barristas que por intentar ingresar al bus protagonizaron la gresca de que tan funestas consecuencias fue víctima el actor, dadas las características de su diseño, y material y fines para los cuales fue diseñada. Que a mayor abundamiento y a modo de paragón, resulta útil graficar lo dicho con ejemplos cotidianos, así se evita manipular con las manos mojadas artefactos eléctricos pues es predecible electrocutarse; evito ir al centro con la cartera abierta pues es predecible que me hurten o asalten; se evita dejar material inflamable al alcance de los niños pues predecible que se puedan quemar; así al infinito en que la prevención, previsión evita la concreción del riesgo de electrocutarse, asalto o quemaduras, sin embargo la razonabilidad respecto a las medidas a tomar, secarnos las manos, salir sin cartera o al menos con aquella cerrada o dejar los materiales inflamables en un lugar de difícil acceso a un niño, implica que éstas sean eficaces dada su predecibilidad, porque sino llegaríamos al absurdo de jamás mojarnos las manos, no salir a la calle o mejor no tener niños. Los riesgos por lo demás están presente constantemente, conviven con nosotros desde que nos levantamos en la mañana hasta la hora de descansar, ambientales, geográficos, humanos, laborales, estudiantiles, naturales, reales o imaginarios, por lo que la eficacia en tomar determinadas medidas de prevención se encuentra íntimamente ligado con la razonabilidad de las mismas para así evitar que un riesgo deje de serlo y se transforme en un accidente. Que en este contexto las medidas de seguridad adoptadas por la demandada en relación al día de los hechos, el recorrido efectuado, el vehículo que utilizó el actor para el mismo dan cuenta que resultaron eficaces pues no podría exigírsele que para evitar el accidente de suyo no predecible, se hiciera de buses con cabina, desprotegiendo a otros conductores que sí realizan rutas por lugares o zonas conflictivas. NOVENO: Que no se ha discutido que el accidente sufrido por el actor sea de aquellos que deba proteger la ley N° 16.744, pues éste ha ocurrido a causa o con ocasión del trabajo, pero a juicio de esta sentenciadora, en mérito de lo razonado extensamente en los motivos precedentes, no ha habido relación causal entre los hechos ocurridos y el juicio de reprochabilidad imputada a la demandada por el actuar ilegítimo de terceras personas ajenas a ésta, habiendo tomado ésta razonablemente las medidas eficaces de prevención en el caso concreto, cumpliendo el mandato establecido en el artículo 184 del Código del Trabajo. Y visto además lo dispuesto en los artículos 1, 3, 4, 7, 184, 210,420, 425, 453, 454, 459 del Código del Trabajo, artículos 5 y 69 de la ley N° 16.744; DS N° 122 de 18 de junio de 1991 de la Subsecretaría de Transportes; resolución exenta N° 677 de 5 de junio de 2002 del Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones; resolución exenta N° 2.168 de 18 de diciembre de 2000 del Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones se declara: I. Negar lugar a la demanda sin costas por haber litigado con motivo plausible el demandante. Regístrese y archívese en su oportunidad. RIT O 518 2009 Dictada por Yelica Marianella Montenegro Galli, Jueza Titular, del Segundo Juzgado de Letras del Trabajo de Santiago.

lo que no habría nexo de causalidad y que la existencia de la cabina no hubiere impedido la agresión, ya que éstas son meramente disuasivas y no aíslan totalmente al operador de terceros. OCTAVO: Que esta sentenciadora no concuerda con la tesis de la demandante, el accidente no era previsible, pues como ya se ha señalado, el partido en cuestión celebrado el día de los hechos, no fue catalogado por la Intendencia Metropolitana como de alto riesgo, que ameritarían tomar resguardos especiales, tampoco existían incidentes reportados, no se trata de un recorrido conflictivo y aquel no pasa frente del Estadio Monumental, de hecho su pasada es tangencial de acercamiento, tampoco era predecible que los pasajeros en un afán de autotutela impidieran el acceso de los barristas al vehículo, tampoco a la hora en que ocurrieron los hechos se podía prever el estado anímico de los hinchas, el partido aún no comenzaba. Como no era previsible no era exigible entonces la cabina de seguridad que alude la demandante, exigibilidad que no la contempla siquiera la autoridad competente, a fin de haber evitado la agresión, y aún con ella (cabina)no se ha logrado generar la convicción, en base a la prueba allegada y analizada extensamente en los considerandos precedentes, de que ésta hubiese sido útil para proteger al actor de un grupo de barristas que por intentar ingresar al bus protagonizaron la gresca de que tan funestas consecuencias fue víctima el actor, dadas las características de su diseño, y material y fines para los cuales fue diseñada. Que a mayor abundamiento y a modo de paragón, resulta útil graficar lo dicho con ejemplos cotidianos, así se evita manipular con las manos mojadas artefactos eléctricos pues es predecible electrocutarse; evito ir al centro con la cartera abierta pues es predecible que me hurten o asalten; se evita dejar material inflamable al alcance de los niños pues predecible que se puedan quemar; así al infinito en que la prevención, previsión evita la concreción del riesgo de electrocutarse, asalto o quemaduras, sin embargo la razonabilidad respecto a las medidas a tomar, secarnos las manos, salir sin cartera o al menos con aquella cerrada o dejar los materiales inflamables en un lugar de difícil acceso a un niño, implica que éstas sean eficaces dada su predecibilidad, porque sino llegaríamos al absurdo de jamás mojarnos las manos, no salir a la calle o mejor no tener niños. Los riesgos por lo demás están presente constantemente, conviven con nosotros desde que nos levantamos en la mañana hasta la hora de descansar, ambientales, geográficos, humanos, laborales, estudiantiles, naturales, reales o imaginarios, por lo que la eficacia en tomar determinadas medidas de prevención se encuentra íntimamente ligado con la razonabilidad de las mismas para así evitar que un riesgo deje de serlo y se transforme en un accidente. Que en este contexto las medidas de seguridad adoptadas por la demandada en relación al día de los hechos, el recorrido efectuado, el vehículo que utilizó el actor para el mismo dan cuenta que resultaron eficaces pues no podría exigírsele que para evitar el accidente de suyo no predecible, se hiciera de buses con cabina, desprotegiendo a otros conductores que sí realizan rutas por lugares o zonas conflictivas. NOVENO: Que no se ha discutido que el accidente sufrido por el actor sea de aquellos que deba proteger la ley N° 16.744, pues éste ha ocurrido a causa o con ocasión del trabajo, pero a juicio de esta sentenciadora, en mérito de lo razonado extensamente en los motivos precedentes, no ha habido relación causal entre los hechos ocurridos y el juicio de reprochabilidad imputada a la demandada por el actuar ilegítimo de terceras personas ajenas a ésta, habiendo tomado ésta razonablemente las medidas eficaces de prevención en el caso concreto, cumpliendo el mandato establecido en el artículo 184 del Código del Trabajo. Y visto además lo dispuesto en los artículos 1, 3, 4, 7, 184, 210,420, 425, 453, 454, 459 del Código del Trabajo, artículos 5 y 69 de la ley N° 16.744; DS N° 122 de 18 de junio de 1991 de la Subsecretaría de Transportes; resolución exenta N° 677 de 5 de junio de 2002 del Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones; resolución exenta N° 2.168 de 18 de diciembre de 2000 del Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones se declara: I. Negar lugar a la demanda sin costas por haber litigado con motivo plausible el demandante. Regístrese y archívese en su oportunidad. RIT O 518 2009 Dictada por Yelica Marianella Montenegro Galli, Jueza Titular, del Segundo Juzgado de Letras del Trabajo de Santiago. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

551

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Santiago, diez de diciembre de dos mil nueve.– VISTO, OÍDOS Y CONSIDERANDO: PRIMERO: Que don Luis Alberto Díaz Lucero, soldador, domiciliado en para estos efectos en calle Huérfanos N° 835, oficina 1601, comuna de Santiago, interpone demanda en procedimiento de aplicación general en contra de su empleadora Proyexión Servicios S.A, empresa dedicada a la fabricación de cajeros automáticos y kioscos de autoservicio, representada por su Gerente General don Pablo Flores Schiesa, empresario, ambos con domicilio en calle Carlos Aguirre Luco N° 1234, Zona Industrial El Rosal, comuna de Huechuraba. Funda su demanda en las circunstancias consistentes en haber ingresado a prestar servicios para la demanda el día 09 de junio de 2008, bajo vinculo de subordinación y dependencia, cumpliendo las funciones de soldador, en las dependencias de la empresa ubicadas en calle Carlos Aguirre Luco N° 1234, Zona Industrial El Rosal, comuna de Huechuraba, con una remuneración de $ 300.000, brutos mensuales. Agrega que, el día 22 de abril de 200, ingreso a trabajar como todos los días a las 08:30 horas, ordenándosele realizar sus labores habituales, esto es, como soldador, señala que durante su jornada de trabajo estuvo fabricando kioscos metálicos de autoservicios y aproximadamente a las 18:30 horas don Carlos Berríos, operador de la máquina cortadora de lata, también denominada guillotina, le solicitó que revisara y reparara la guillotina, ya que se había atascado y no funcionaba el freno. Agrega que él generalmente efectuaba las funciones de reparador de la máquina, no obstante no tener ninguna capacitación en esa materia, ya que sus demás compañeros sabían menos que él. Manifiesta que era habitual que los mismos trabajadores repararan los desperfectos, pues no existía una manutención regular de ellas por parte de su empleador y que esas funciones las efectuaba en presencia del supervisor don Daniel Serrano, quien sabía que no tenían mayor capacitación, no obstante los obligaban a trabajar contra el tiempo y que las máquinas estuvieran en permanente funcionamiento, y que las reparáramos directamente. Añade que el operador de la guillotina retiró las protecciones del costado para que él trabajara en la máquina, luego de lo cual se fue al baño. La guillotina estaba trabada y una parte del freno estaba completamente chueca. Tenía que sacar una parte del freno para poder enderezarla y soldarla, y esta parte del freno es un fierro con forma de “ese de metal, luego de sacar la pieza, procedió a hacer funcionar la máquina, para que el freno llegara a su lugar y la máquina quedara enganchada, ya que el freno no estaba en su lugar. En ese momento la máquina engancha el guante de su mano derecha y atrapa su mano derecha, la que resultó amputada. Agrega que, de inmediato fue auxiliado por sus compañeros de trabajo que se encontraban cerca, quienes le ayudaron para ser trasladado a urgencias hasta la Mutual de la Cámara Chilena de la Construcción de la comuna de Quilicura, donde le prestaron los primeros auxilios, para ser derivado de inmediato hasta el hospital Clínico de la Mutual de la Cámara Chilena de la Construcción, donde ingresó directamente a pabellón, sin embargo los médicos no lograron salvar su mano, terminando por amputarla, quedando internado por 15 días aproximadamente; y una vez dado de alta debió iniciar un largo y doloroso proceso de curaciones quirúrgicas y de rehabilitación, en el que se encuentra hasta la fecha, asimismo, se encuentra en tratamiento psicológico y psiquiátrico, dada la terrible experiencia de sufrir la amputación completa de su mano derecha. Señala que, el accidente ocurrido da cuenta de la falta total de cuidados y medidas de seguridad por parte de su empleadora, ya que evidentemente su empleadora los hacía trabajar con un procedimiento riesgoso; no existía procedimiento formal o escrito o no escrito para reparar o efectuar manutenciones a la máquina industrial; sin un supervisor que fiscalizará el funcionamiento de las máquinas, ni mecánicos que se preocuparan de la manutención de las máquinas, debiendo ser reparadas por los propios trabajadores y en definitiva no tenían un mecanismo de cuidado que disminuyera el riesgo de trabajar.

552

I. SENTENCIA DEL JUZGADO DE LETRAS DEL TRABAJO

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol N°: O-80-2009 Cita online: CL/JUR/8985/2009

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol N°: O-80-2009 Cita online: CL/JUR/8985/2009

I. SENTENCIA DEL JUZGADO DE LETRAS DEL TRABAJO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Santiago, diez de diciembre de dos mil nueve.– VISTO, OÍDOS Y CONSIDERANDO: PRIMERO: Que don Luis Alberto Díaz Lucero, soldador, domiciliado en para estos efectos en calle Huérfanos N° 835, oficina 1601, comuna de Santiago, interpone demanda en procedimiento de aplicación general en contra de su empleadora Proyexión Servicios S.A, empresa dedicada a la fabricación de cajeros automáticos y kioscos de autoservicio, representada por su Gerente General don Pablo Flores Schiesa, empresario, ambos con domicilio en calle Carlos Aguirre Luco N° 1234, Zona Industrial El Rosal, comuna de Huechuraba. Funda su demanda en las circunstancias consistentes en haber ingresado a prestar servicios para la demanda el día 09 de junio de 2008, bajo vinculo de subordinación y dependencia, cumpliendo las funciones de soldador, en las dependencias de la empresa ubicadas en calle Carlos Aguirre Luco N° 1234, Zona Industrial El Rosal, comuna de Huechuraba, con una remuneración de $ 300.000, brutos mensuales. Agrega que, el día 22 de abril de 200, ingreso a trabajar como todos los días a las 08:30 horas, ordenándosele realizar sus labores habituales, esto es, como soldador, señala que durante su jornada de trabajo estuvo fabricando kioscos metálicos de autoservicios y aproximadamente a las 18:30 horas don Carlos Berríos, operador de la máquina cortadora de lata, también denominada guillotina, le solicitó que revisara y reparara la guillotina, ya que se había atascado y no funcionaba el freno. Agrega que él generalmente efectuaba las funciones de reparador de la máquina, no obstante no tener ninguna capacitación en esa materia, ya que sus demás compañeros sabían menos que él. Manifiesta que era habitual que los mismos trabajadores repararan los desperfectos, pues no existía una manutención regular de ellas por parte de su empleador y que esas funciones las efectuaba en presencia del supervisor don Daniel Serrano, quien sabía que no tenían mayor capacitación, no obstante los obligaban a trabajar contra el tiempo y que las máquinas estuvieran en permanente funcionamiento, y que las reparáramos directamente. Añade que el operador de la guillotina retiró las protecciones del costado para que él trabajara en la máquina, luego de lo cual se fue al baño. La guillotina estaba trabada y una parte del freno estaba completamente chueca. Tenía que sacar una parte del freno para poder enderezarla y soldarla, y esta parte del freno es un fierro con forma de “ese de metal, luego de sacar la pieza, procedió a hacer funcionar la máquina, para que el freno llegara a su lugar y la máquina quedara enganchada, ya que el freno no estaba en su lugar. En ese momento la máquina engancha el guante de su mano derecha y atrapa su mano derecha, la que resultó amputada. Agrega que, de inmediato fue auxiliado por sus compañeros de trabajo que se encontraban cerca, quienes le ayudaron para ser trasladado a urgencias hasta la Mutual de la Cámara Chilena de la Construcción de la comuna de Quilicura, donde le prestaron los primeros auxilios, para ser derivado de inmediato hasta el hospital Clínico de la Mutual de la Cámara Chilena de la Construcción, donde ingresó directamente a pabellón, sin embargo los médicos no lograron salvar su mano, terminando por amputarla, quedando internado por 15 días aproximadamente; y una vez dado de alta debió iniciar un largo y doloroso proceso de curaciones quirúrgicas y de rehabilitación, en el que se encuentra hasta la fecha, asimismo, se encuentra en tratamiento psicológico y psiquiátrico, dada la terrible experiencia de sufrir la amputación completa de su mano derecha. Señala que, el accidente ocurrido da cuenta de la falta total de cuidados y medidas de seguridad por parte de su empleadora, ya que evidentemente su empleadora los hacía trabajar con un procedimiento riesgoso; no existía procedimiento formal o escrito o no escrito para reparar o efectuar manutenciones a la máquina industrial; sin un supervisor que fiscalizará el funcionamiento de las máquinas, ni mecánicos que se preocuparan de la manutención de las máquinas, debiendo ser reparadas por los propios trabajadores y en definitiva no tenían un mecanismo de cuidado que disminuyera el riesgo de trabajar.

552

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

553

Señala que su trabajo era esencialmente peligroso, y pese a que su empleadora es una gran empresa tenían que trabajar de forma completamente rudimentaria y con procedimientos poco seguros. Agrega que, en el lugar donde estaba trabajando no existía procedimiento escrito o no escrito alguno de cómo efectuar nuestros trabajos, no existía señalética visible alguna de peligro. No existía ningún tipo de procedimiento formal para trabajar, ni menos de trabajo seguro para precaver accidentes del trabajo y su empleador no le proporcionó medidas adecuadas de seguridad para efectuar su trabajo, asimismo nunca se le informó sobre los riesgos existentes al ejecutar dicha labor. Señala que no puede creer que nadie haya previsto el peligro existente al trabajar en esas condiciones, toda vez que tomar precauciones era la obligación de su empleador, sí como también supervisar los procedimientos de trabajo que debían efectuar día a día. Hace presente que en la empresa existía un completo desorden en las labores y por la presión que ejercía su empleadora en terminar con los pedidos de producción, se les ordenaba realizar toda clase de labores, aún cuando no estuviéramos contratados para ello y menos aún debidamente capacitados, e inclusive los mismos trabajadores debían reparar las maquinarias, que no contaban con mantención adecuada. Agrega que producto del accidente, sufrió la amputación completa de su mano derecha, lo que hasta el día de hoy le causa gran dolor, y debido a las lesiones sufridas tiene graves dificultades para efectuar las labores más simples, no puede efectuar ningún tipo de actividad que requiera fuerza o precisión, toda vez que no cuenta con su mano derecha, hace presente que al momento del accidente tenía 30 años de edad y con el producto de su trabajo mantiene a su familia, compuesta por su pareja e hija de dos años. Añade que el accidente fue causado porque su empleador infringió la obligación de seguridad que mantiene para con sus trabajadores, la cual le es impuesta por el artículo 184 del Código del Trabajo, en relación con la obligación de prevención y seguridad que pesa sobre el empleador que aluden los artículos 66, 67 y 68 de la ley 16.744, cuyo reglamento fue aprobado por el decreto supremo N°40, de 1969 del Ministerio del Trabajo y Previsión Social, conocido como el Reglamento de Prevención de Riesgos. Además de prescripciones específicas de seguridad para la ejecución de las labores como las que realizaba al momento de ocurrir el accidente del trabajo del que fue víctima. Solicita se condene a la demandada al pago de las siguientes indemnizaciones: a) Lucro Cesante: Solicita que teniendo presente lo que expone en su libelo pretensor y atención al hecho de que el monto de su remuneración, ascendía aproximadamente a $ 300.000 mensuales, se multiplica $ 300.000 por 12 (para obtener la remuneración anual) y luego por 35 (años que van desde esta fecha hasta que cumpla 65 años de edad) resulta un total de $ 126.000.000. Luego aplica de forma prudencial una disminución de su capacidad de ganancias, ya que por su condición de soldador o trabajador sin mayor capacitación, requiere tener sus dos manos en perfectas condiciones, de un 50%, resulta un total de $ 63.000.000, suma por la cual demanda el concepto de lucro cesante, o una cifra mayor o menor que el tribunal fije en justicia y equidad, de acuerdo al mérito de autos. b) Daño moral: Señala que, la lesión a los intereses patrimoniales origina daño patrimonial o material, en tanto que la lesión a los intereses extramatrimoniales hace surgir un daño extramatrimonial o moral, por el cual demanda la cantidad de $ 140.000.000, o en subsidio, una suma mayor o menor que el Tribunal fije, de acuerdo a la equidad, justicia y al mérito del proceso. c) Que las indemnizaciones se deberán pagar con los reajustes e intereses que establecen los artículos 63 y 173 del Código del Trabajo, o en subsidio, con los reajustes e intereses que el Tribunal determine, contados desde la fecha de notificación de la demanda, o desde la fecha que el Tribunal determine. d) Que la demandada deberá pagar las costas de la causa. SEGUNDO: Que en tiempo y forma, comparece don RENÉ LUIS NÚÑEZ ÁVILA, abogado, en representación convencional de la demandada PROYEXIÓN SERVICIOS S.A., sociedad industrial, ambos domiciliados para estos efectos en calle Huérfanos N° 835, oficina 801, Comuna de Santiago, Región Metropolitana, quien contestando la demanda solicita su rechazo en todas sus partes, negando en forma concreta y expresa los hechos y el derecho invocado, con costas por los siguientes fundamentos: En primer término, hace presente que la empresa pese a completar más de nueve años de trayectoria en un área como la metalúrgica, jamás había tenido un accidente laboral. Agrega que, Proyexión Servicios S.A., tiene una tasa cero en siniestralidad por invalidez y muerte. Señala que Proyexión

Señala que su trabajo era esencialmente peligroso, y pese a que su empleadora es una gran empresa tenían que trabajar de forma completamente rudimentaria y con procedimientos poco seguros. Agrega que, en el lugar donde estaba trabajando no existía procedimiento escrito o no escrito alguno de cómo efectuar nuestros trabajos, no existía señalética visible alguna de peligro. No existía ningún tipo de procedimiento formal para trabajar, ni menos de trabajo seguro para precaver accidentes del trabajo y su empleador no le proporcionó medidas adecuadas de seguridad para efectuar su trabajo, asimismo nunca se le informó sobre los riesgos existentes al ejecutar dicha labor. Señala que no puede creer que nadie haya previsto el peligro existente al trabajar en esas condiciones, toda vez que tomar precauciones era la obligación de su empleador, sí como también supervisar los procedimientos de trabajo que debían efectuar día a día. Hace presente que en la empresa existía un completo desorden en las labores y por la presión que ejercía su empleadora en terminar con los pedidos de producción, se les ordenaba realizar toda clase de labores, aún cuando no estuviéramos contratados para ello y menos aún debidamente capacitados, e inclusive los mismos trabajadores debían reparar las maquinarias, que no contaban con mantención adecuada. Agrega que producto del accidente, sufrió la amputación completa de su mano derecha, lo que hasta el día de hoy le causa gran dolor, y debido a las lesiones sufridas tiene graves dificultades para efectuar las labores más simples, no puede efectuar ningún tipo de actividad que requiera fuerza o precisión, toda vez que no cuenta con su mano derecha, hace presente que al momento del accidente tenía 30 años de edad y con el producto de su trabajo mantiene a su familia, compuesta por su pareja e hija de dos años. Añade que el accidente fue causado porque su empleador infringió la obligación de seguridad que mantiene para con sus trabajadores, la cual le es impuesta por el artículo 184 del Código del Trabajo, en relación con la obligación de prevención y seguridad que pesa sobre el empleador que aluden los artículos 66, 67 y 68 de la ley 16.744, cuyo reglamento fue aprobado por el decreto supremo N°40, de 1969 del Ministerio del Trabajo y Previsión Social, conocido como el Reglamento de Prevención de Riesgos. Además de prescripciones específicas de seguridad para la ejecución de las labores como las que realizaba al momento de ocurrir el accidente del trabajo del que fue víctima. Solicita se condene a la demandada al pago de las siguientes indemnizaciones: a) Lucro Cesante: Solicita que teniendo presente lo que expone en su libelo pretensor y atención al hecho de que el monto de su remuneración, ascendía aproximadamente a $ 300.000 mensuales, se multiplica $ 300.000 por 12 (para obtener la remuneración anual) y luego por 35 (años que van desde esta fecha hasta que cumpla 65 años de edad) resulta un total de $ 126.000.000. Luego aplica de forma prudencial una disminución de su capacidad de ganancias, ya que por su condición de soldador o trabajador sin mayor capacitación, requiere tener sus dos manos en perfectas condiciones, de un 50%, resulta un total de $ 63.000.000, suma por la cual demanda el concepto de lucro cesante, o una cifra mayor o menor que el tribunal fije en justicia y equidad, de acuerdo al mérito de autos. b) Daño moral: Señala que, la lesión a los intereses patrimoniales origina daño patrimonial o material, en tanto que la lesión a los intereses extramatrimoniales hace surgir un daño extramatrimonial o moral, por el cual demanda la cantidad de $ 140.000.000, o en subsidio, una suma mayor o menor que el Tribunal fije, de acuerdo a la equidad, justicia y al mérito del proceso. c) Que las indemnizaciones se deberán pagar con los reajustes e intereses que establecen los artículos 63 y 173 del Código del Trabajo, o en subsidio, con los reajustes e intereses que el Tribunal determine, contados desde la fecha de notificación de la demanda, o desde la fecha que el Tribunal determine. d) Que la demandada deberá pagar las costas de la causa. SEGUNDO: Que en tiempo y forma, comparece don RENÉ LUIS NÚÑEZ ÁVILA, abogado, en representación convencional de la demandada PROYEXIÓN SERVICIOS S.A., sociedad industrial, ambos domiciliados para estos efectos en calle Huérfanos N° 835, oficina 801, Comuna de Santiago, Región Metropolitana, quien contestando la demanda solicita su rechazo en todas sus partes, negando en forma concreta y expresa los hechos y el derecho invocado, con costas por los siguientes fundamentos: En primer término, hace presente que la empresa pese a completar más de nueve años de trayectoria en un área como la metalúrgica, jamás había tenido un accidente laboral. Agrega que, Proyexión Servicios S.A., tiene una tasa cero en siniestralidad por invalidez y muerte. Señala que Proyexión ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

553

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Servicios S.A., a través de sus ejecutivos y personal que labora en ella, lamenta el accidente laboral que sufrió el demandante y en ese sentido, debe dejar en claro que causó gran impacto en la empresa. Continúa señalando que por estas mismas razones, niegan en forma expresa y concreta lo afirmado por la demandante en orden a que “mi trabajo era esencialmente peligroso y pese a que mi empleadora es una gran empresa teníamos que trabajar de forma completamente rudimentaria y con procedimientos poco seguros. Señala que por el contrario su representada es una empresa preocupada por su capital humano, que dispone de las medidas de seguridad pertinentes a fin de evitar accidentes como el que lamentablemente sufrió el demandante y cumple con los imperativos dispuestos por la ley laboral. Agrega que su empresa no es una empresa de gran tamaño sino, que se trata de una PYME, una pequeña empresa donde trabajan aproximadamente 30 trabajadores, ni siquiera puede afirmarse que sea una empresa lucrativa, toda vez que ha tenido cinco años consecutivos de pérdidas. Señala que de ser esta condenada a pagar una cifra como la que se demandada obligaría a cerrar la empresa, toda vez que se trataría de una pérdida patrimonial que haría imposible continuar el giro del negocio. En segundo término, clarifica que la remuneración mensual bruta del demandante asciende a $ 280.000 y no a $ 300.000 como se señala en la demanda, asimismo señala que, de conformidad al contrato de trabajo suscrito con el demandante con fecha 09 de junio de 2008, su representada se obligó a pagar una remuneración liquida al trabajador de $ 200.000, la cual fue aumentada por medio de anexo de contrato de trabajo a $ 220.000, el día 01 de diciembre de 2008, siendo esta cifra vigente al momento de producirse el lamentable accidente. TERCERO: Que, se llevó a efecto la audiencia preparatoria celebrada con fecha 09 de octubre de 2009. El tribunal llamó a las partes a conciliación proponiendo bases de acuerdo, sin resultados positivos, sin embargo, por acuerdo de las partes se fijaron como hechos no controvertidos los siguientes: 1.– Que el día 22 de abril de 2009, en horas de la tarde, en una guillotina de propiedad de la demandada, el actor sufrió un accidente laboral que le significó la amputación de su mano derecha. 2.– Que la remuneración mensual del trabajador para fines indemnizatorios asciende a la suma de $ 290.000.– Posteriormente se recibe la causa a prueba y se fijaron como hechos a probar los siguientes: 1.– Efectividad que el demandada habría tomado todas las medida necesarias para evitar eficazmente el accidente que sufrió el actor. 2.– Efectividad que el actor se habría ofrecido voluntariamente a reparar la guillotina, realizando funciones extrañas a las que habitualmente le eran exigidas. 3.– Efectividad de que todas la labores de mantención en relación a dicha guillotina eran realizadas por una empresa externa. 4.– Naturaleza, características, perjuicios y monto de los daños sufridos por el actor. CUARTO: Que en la audiencia de juicio, la parte demandante incorporó la siguiente prueba: DOCUMENTAL: La parte demandante incorpora en la audiencia de juicio, los siguientes documentos: 1) Contrato de trabajo suscrito entre las partes. 2) Informe Médico de fecha 22 de mayo de 2009. 3) Set. de 4 radiografías Mutual Cámara Chilena de la Construcción. 4) Ocho órdenes médicas expedidas entre el 06 de mayo y el 08 de septiembre de 2009. 5) Informe Epicrisis de fecha 06 mayo de 2009. 6) 31 citaciones controles médicos entre el 25 de mayo y el 14 de septiembre de 2009 Mutual de la Cámara Chilena de la Construcción 7) Recetas medicas Mutual de la Cámara Chilena de la Construcción 8) Evaluación Psicológica y currículm vitae de don John Molina Cancino. 9) Dos fotografías autorizadas ante notario que dan cuenta de la lesión del actor. 10) Certificado de nacimiento e informe médico de la hija del demandante Ruby Díaz Alarcón. 11) Fotografía tomada a la máquina en que se accidento el actor. 12) Identificación del actor como miembro y secretario del Club de Rayuela de Conchalí.

554

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Servicios S.A., a través de sus ejecutivos y personal que labora en ella, lamenta el accidente laboral que sufrió el demandante y en ese sentido, debe dejar en claro que causó gran impacto en la empresa. Continúa señalando que por estas mismas razones, niegan en forma expresa y concreta lo afirmado por la demandante en orden a que “mi trabajo era esencialmente peligroso y pese a que mi empleadora es una gran empresa teníamos que trabajar de forma completamente rudimentaria y con procedimientos poco seguros. Señala que por el contrario su representada es una empresa preocupada por su capital humano, que dispone de las medidas de seguridad pertinentes a fin de evitar accidentes como el que lamentablemente sufrió el demandante y cumple con los imperativos dispuestos por la ley laboral. Agrega que su empresa no es una empresa de gran tamaño sino, que se trata de una PYME, una pequeña empresa donde trabajan aproximadamente 30 trabajadores, ni siquiera puede afirmarse que sea una empresa lucrativa, toda vez que ha tenido cinco años consecutivos de pérdidas. Señala que de ser esta condenada a pagar una cifra como la que se demandada obligaría a cerrar la empresa, toda vez que se trataría de una pérdida patrimonial que haría imposible continuar el giro del negocio. En segundo término, clarifica que la remuneración mensual bruta del demandante asciende a $ 280.000 y no a $ 300.000 como se señala en la demanda, asimismo señala que, de conformidad al contrato de trabajo suscrito con el demandante con fecha 09 de junio de 2008, su representada se obligó a pagar una remuneración liquida al trabajador de $ 200.000, la cual fue aumentada por medio de anexo de contrato de trabajo a $ 220.000, el día 01 de diciembre de 2008, siendo esta cifra vigente al momento de producirse el lamentable accidente. TERCERO: Que, se llevó a efecto la audiencia preparatoria celebrada con fecha 09 de octubre de 2009. El tribunal llamó a las partes a conciliación proponiendo bases de acuerdo, sin resultados positivos, sin embargo, por acuerdo de las partes se fijaron como hechos no controvertidos los siguientes: 1.– Que el día 22 de abril de 2009, en horas de la tarde, en una guillotina de propiedad de la demandada, el actor sufrió un accidente laboral que le significó la amputación de su mano derecha. 2.– Que la remuneración mensual del trabajador para fines indemnizatorios asciende a la suma de $ 290.000.– Posteriormente se recibe la causa a prueba y se fijaron como hechos a probar los siguientes: 1.– Efectividad que el demandada habría tomado todas las medida necesarias para evitar eficazmente el accidente que sufrió el actor. 2.– Efectividad que el actor se habría ofrecido voluntariamente a reparar la guillotina, realizando funciones extrañas a las que habitualmente le eran exigidas. 3.– Efectividad de que todas la labores de mantención en relación a dicha guillotina eran realizadas por una empresa externa. 4.– Naturaleza, características, perjuicios y monto de los daños sufridos por el actor. CUARTO: Que en la audiencia de juicio, la parte demandante incorporó la siguiente prueba: DOCUMENTAL: La parte demandante incorpora en la audiencia de juicio, los siguientes documentos: 1) Contrato de trabajo suscrito entre las partes. 2) Informe Médico de fecha 22 de mayo de 2009. 3) Set. de 4 radiografías Mutual Cámara Chilena de la Construcción. 4) Ocho órdenes médicas expedidas entre el 06 de mayo y el 08 de septiembre de 2009. 5) Informe Epicrisis de fecha 06 mayo de 2009. 6) 31 citaciones controles médicos entre el 25 de mayo y el 14 de septiembre de 2009 Mutual de la Cámara Chilena de la Construcción 7) Recetas medicas Mutual de la Cámara Chilena de la Construcción 8) Evaluación Psicológica y currículm vitae de don John Molina Cancino. 9) Dos fotografías autorizadas ante notario que dan cuenta de la lesión del actor. 10) Certificado de nacimiento e informe médico de la hija del demandante Ruby Díaz Alarcón. 11) Fotografía tomada a la máquina en que se accidento el actor. 12) Identificación del actor como miembro y secretario del Club de Rayuela de Conchalí.

554

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

555

CONFESIONAL: Comparece don Pablo Flores Shiesa, quien presta confesión señalando: Que sabe por qué está aquí, pero antes le gustaría hacer una aclaración, señala que no es el representante legal ni el Gerente General de la compañía, que es el Gerente Comercial, Interrogado: Usted sabe que don Luis Díaz sufrió un accidente, cuándo ocurrió ese accidente: Responde: El día 22 de abril; Interrogado: Dónde estaba usted al momento del accidente: Responde: Yo estaba en mi oficina, en el segundo piso de donde ocurrió el accidente, y a los dos minutos, bajé por los gritos que ocurrieron en ese momento del accidente, baje y vi a Luis Díaz en el piso y había un funcionario nuestro, Ricardo Bustos, que le estaba haciendo un torniquete con su corbata y con una llave francesa; Interrogado: Dónde estaba Luis Díaz al momento del accidente: Responde: Estaba en el suelo. Interrogado: En qué parte o sección de la empresa: Responde: en el galpón al lado donde se corta la guillotina: Interrogado: Me podría describir la máquina: Responde: Sí, es una máquina de cortar metal, al lado de esa máquina estaba; Interrogado: Junto al él quien estaba: Responde: casi todos los funcionarios: Interrogado: me podría detallar quiénes son: Responde: El que estaba al lado haciéndole el torniquete se llama Ricardo Bustos, el resto todos los funcionarios de la empresa: Interrogado: Usted, me podría dar los nombres: Responde: Daniel Serrano, Fernando Sepúlveda, todo el resto. Interrogado: Dentro del resto a que usted hace referencia se encontraba Gabriel Mori: Responde: También yo lo vi en el patio a Gabriel Mori muy desesperado, como realmente desesperado, como corriendo para todos lados; Interrogado: Como desesperado: Responde: nervioso, muy nervioso: Interrogado: producto de que estaba desesperado: Responde: Después supimos que aparentemente, él había dado el motor de partida de la máquina cuando ocurrió el accidente, Interrogado: Podría repetir lo último, que ustedes se enteraron que: Responde : Que Gabriel Mori habría dado la partida a la máquina cuando ocurrió el accidente, y yo, al segundo día visité a Luis Díaz en la Clínica, y le pregunté a Luis Díaz, quién había dado la partida a la máquina, y me contestó que Gabriel Mori: Interrogado: Luis Díaz fue contratado por Proyexión para prestar servicios: Responde: sí; Interrogado: Para qué labores. Responde: soldador: Interrogado. Y Gabriel Mori: Responde: Soldador o ayudante de soldador: Interrogado: ambos ese día estaban en la máquina guillotina. Responde: no lo sé, yo no estaba en ese momento: Interrogado. Pero usted cuando llegó: Responde Yo vi a Luis en el Suelo, cuando le estaba haciendo el torniquete; Interrogado: Quién es el supervisor de Luis Díaz: Responde: Daniel Serrano. Interrogado Daniel Serrano también estaba en la máquina ese día: Responde: sí; Interrogado: no sabe usted si estaba antes o llegó después. Responde: No sé, yo cuando llegué, llegué ya post accidente, cuando vi a Luis en el piso: Interrogado: quién le informó detalles sobre le accidente que sufrió Luis Díaz. Responde: Los dos Jefes Daniel Serrano y Fernando Sepúlveda, jefe del Servicio Técnico quien me informó que Luis Díaz había estado ahí todo el día trabajando en el servicio técnico y no en la máquina donde tuvo el accidente; Interrogado: Ellos le dieron los detalles del accidente: Responde: Sí: Interrogado: esas personas Daniel Serrano y Fernando Sepúlveda estaban presentes en el lugar al momento en que ocurrió el accidente: Responde: no lo sé: Interrogado: Qué estaba haciendo Luis Díaz el día que ocurrió el accidente: Responde: Estaba trabajando en el servicio técnico instalando unas chapas a unas máquinas; Interrogado: yo me refiero a que estaba haciendo en la máquina guillotina: Responde: Lo que a mí me contaron es que el paso después de la seis de la tarde, después que se había retirado de su labor que había realizado todo el día, y en una suerte de buena voluntad de él, se metió en la máquina a petición de Gabriel Mori porque quería cortar, y el operador de la máquina no estaba en ese momento; Interrogado: A petición de quien, Gabriel Mori: Responde: Se acercó a la máquina porque Gabriel Mori quería cortar una plancha, y Gabriel Mori le solicitó ayuda porque no estaba el operador de la máquina ese momento, ya se había retirado: Interrogado por el Tribunal: Esto fue fuera de las horas de trabajo. Responde: no, en las horas de trabajo, seis veinte más o menos, seis veinticinco, y la hora que se llamó a la mutual está registrada, y fue cerca de las seis veinticinco, tenemos la llamada también registrada, de hecho cuando llamamos a la mutual y se le estaba haciendo el torniquete a Luis Díaz la mutual nos indicó como debía hacerse correctamente: Interrogado: Cuanto tiempo llevaban ambos trabajando ese día antes de sufrir el accidente en la máquina guillotina: Responde: No lo sé, yo no estaba presente: Interrogado: el supervisor de ambos, Daniel Serrano o Fernando Sepúlveda no estaban presentes tampoco estaban presentes cuando estos estaban trabajando en la máquina guillotina. Responde: No lo sé, lo que sí sé, es que Luis Díaz estuvo trabajando todo el día en el servicio técnico con Fernando Sepúlve-

CONFESIONAL: Comparece don Pablo Flores Shiesa, quien presta confesión señalando: Que sabe por qué está aquí, pero antes le gustaría hacer una aclaración, señala que no es el representante legal ni el Gerente General de la compañía, que es el Gerente Comercial, Interrogado: Usted sabe que don Luis Díaz sufrió un accidente, cuándo ocurrió ese accidente: Responde: El día 22 de abril; Interrogado: Dónde estaba usted al momento del accidente: Responde: Yo estaba en mi oficina, en el segundo piso de donde ocurrió el accidente, y a los dos minutos, bajé por los gritos que ocurrieron en ese momento del accidente, baje y vi a Luis Díaz en el piso y había un funcionario nuestro, Ricardo Bustos, que le estaba haciendo un torniquete con su corbata y con una llave francesa; Interrogado: Dónde estaba Luis Díaz al momento del accidente: Responde: Estaba en el suelo. Interrogado: En qué parte o sección de la empresa: Responde: en el galpón al lado donde se corta la guillotina: Interrogado: Me podría describir la máquina: Responde: Sí, es una máquina de cortar metal, al lado de esa máquina estaba; Interrogado: Junto al él quien estaba: Responde: casi todos los funcionarios: Interrogado: me podría detallar quiénes son: Responde: El que estaba al lado haciéndole el torniquete se llama Ricardo Bustos, el resto todos los funcionarios de la empresa: Interrogado: Usted, me podría dar los nombres: Responde: Daniel Serrano, Fernando Sepúlveda, todo el resto. Interrogado: Dentro del resto a que usted hace referencia se encontraba Gabriel Mori: Responde: También yo lo vi en el patio a Gabriel Mori muy desesperado, como realmente desesperado, como corriendo para todos lados; Interrogado: Como desesperado: Responde: nervioso, muy nervioso: Interrogado: producto de que estaba desesperado: Responde: Después supimos que aparentemente, él había dado el motor de partida de la máquina cuando ocurrió el accidente, Interrogado: Podría repetir lo último, que ustedes se enteraron que: Responde : Que Gabriel Mori habría dado la partida a la máquina cuando ocurrió el accidente, y yo, al segundo día visité a Luis Díaz en la Clínica, y le pregunté a Luis Díaz, quién había dado la partida a la máquina, y me contestó que Gabriel Mori: Interrogado: Luis Díaz fue contratado por Proyexión para prestar servicios: Responde: sí; Interrogado: Para qué labores. Responde: soldador: Interrogado. Y Gabriel Mori: Responde: Soldador o ayudante de soldador: Interrogado: ambos ese día estaban en la máquina guillotina. Responde: no lo sé, yo no estaba en ese momento: Interrogado. Pero usted cuando llegó: Responde Yo vi a Luis en el Suelo, cuando le estaba haciendo el torniquete; Interrogado: Quién es el supervisor de Luis Díaz: Responde: Daniel Serrano. Interrogado Daniel Serrano también estaba en la máquina ese día: Responde: sí; Interrogado: no sabe usted si estaba antes o llegó después. Responde: No sé, yo cuando llegué, llegué ya post accidente, cuando vi a Luis en el piso: Interrogado: quién le informó detalles sobre le accidente que sufrió Luis Díaz. Responde: Los dos Jefes Daniel Serrano y Fernando Sepúlveda, jefe del Servicio Técnico quien me informó que Luis Díaz había estado ahí todo el día trabajando en el servicio técnico y no en la máquina donde tuvo el accidente; Interrogado: Ellos le dieron los detalles del accidente: Responde: Sí: Interrogado: esas personas Daniel Serrano y Fernando Sepúlveda estaban presentes en el lugar al momento en que ocurrió el accidente: Responde: no lo sé: Interrogado: Qué estaba haciendo Luis Díaz el día que ocurrió el accidente: Responde: Estaba trabajando en el servicio técnico instalando unas chapas a unas máquinas; Interrogado: yo me refiero a que estaba haciendo en la máquina guillotina: Responde: Lo que a mí me contaron es que el paso después de la seis de la tarde, después que se había retirado de su labor que había realizado todo el día, y en una suerte de buena voluntad de él, se metió en la máquina a petición de Gabriel Mori porque quería cortar, y el operador de la máquina no estaba en ese momento; Interrogado: A petición de quien, Gabriel Mori: Responde: Se acercó a la máquina porque Gabriel Mori quería cortar una plancha, y Gabriel Mori le solicitó ayuda porque no estaba el operador de la máquina ese momento, ya se había retirado: Interrogado por el Tribunal: Esto fue fuera de las horas de trabajo. Responde: no, en las horas de trabajo, seis veinte más o menos, seis veinticinco, y la hora que se llamó a la mutual está registrada, y fue cerca de las seis veinticinco, tenemos la llamada también registrada, de hecho cuando llamamos a la mutual y se le estaba haciendo el torniquete a Luis Díaz la mutual nos indicó como debía hacerse correctamente: Interrogado: Cuanto tiempo llevaban ambos trabajando ese día antes de sufrir el accidente en la máquina guillotina: Responde: No lo sé, yo no estaba presente: Interrogado: el supervisor de ambos, Daniel Serrano o Fernando Sepúlveda no estaban presentes tampoco estaban presentes cuando estos estaban trabajando en la máquina guillotina. Responde: No lo sé, lo que sí sé, es que Luis Díaz estuvo trabajando todo el día en el servicio técnico con Fernando SepúlveACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

555

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

da, instalando chapas. Interrogado: o sea, Fernando Sepúlveda sabía que él estaba instalando chapas y que se ausentó de su lugar donde estaba haciendo este trabajo, para trabajar en la máquina guillotina: Responde: No, no, él no supo para dónde se ausentó, creo que fue a buscar una herramienta. Interrogado: usted me dijo que Luis Díaz fue contratado como soldador: Responde: sí: Interrogado: Me podría describir las labores que significan esta función, que abarca: Responde: Soldar, soldar significa, un fierro, lata pegarla con soldadura: Interrogado: Esta máquina guillotina, quiénes son los que operan esta máquina: Responde: un operador calificado: Interrogado: Quién es ese operador: Responde: Carlos Berríos en ese momento: Interrogado: Carlos Berríos no estaba presente. Responde: él había trabajado todo el día en la máquina y en ese momento se fue al baño, no estaba presente: Interrogado: Pero llegó Gabriel Mori, y comenzó a operar la máquina: Responde: no, no sé lo que hizo, pero le pidió ayuda a Luis Díaz, para que Luis Díaz, o juntos, operaran la máquina, sin esperar a que estuviera el operador calificado: Interrogado: Usted dice que ellos voluntariamente, aparte de sus labores que hacían, se ofrecieron voluntariamente a hacer labores en una máquina guillotina, Responde: Gabriel Mori, le solicitó porque no esperó al operador calificado. Interrogado: y qué labores deberían hacer si ellos no estaban trabajando en esa máquina: Responde: en su puesto de soldador: Interrogado: qué labores debían hacer ellos en una máquina, esto es la guillotina, cuando no estaban ellos trabajando en la máquina: Responde: no sé, yo creo que deberían haber estado ahí. Interrogado: Para qué se acercaron, a hacer que: Responde: Luis Mori necesitaba cortar algo. Interrogado: Las mantenciones de la máquina guillotina a quién le corresponde: Responde: a una empresa externa que contratábamos, la empresa del Sr. Carlos Ardiles: Interrogado: Los trabajadores de la empresa no hacen labores de mantención: Interrogado: No, no deberían hacerla: Interrogado: cuando me dice no deberían: Responde: No lo hacen; Interrogado: No lo hacen: Responde: En conocimiento nuestro no lo deben hacer. Interrogado. En conocimiento nuestro a qué se refiere: Responde: A los jefes de cada uno de ellos, está indicado en el reglamento interno de seguridad e higiene también. Interrogado: Este reglamento interno, fue entregado. Responde: sí, a todos nuestros trabajadores: Interrogado: respecto de Luis Díaz, también hay una constancia de recepción de este reglamento interno. Responde: no sé si constancia de recepción, pero se lo hemos entregado a todos. Siempre, cuando se firma el contrato. Interrogado: Y fue depositado en la Inspección del Trabajo y en la Seremi de Salud el reglamento interno. Responde: Nosotros tenemos un acuerdo, que pagamos a la Mutual todos los meses sagradamente, y fue a la Mutual a quien llamamos y a quien denunciamos el accidente fue a la Mutual; Interrogado: Mi pregunta fue respecto al reglamento interno, si fue depositado en la Inspección del Trabajo. Responde. Creo que sí, se formó el comité paritario y todo eso. Interrogado: Respecto de las labores de soldador para las cuales fue contratado Luis Díaz, él fue capacitado por la empresa: Responde: él era soldador: Interrogado: Recibió labores específicas hay procedimientos escritos: Responde: Él cuando llegó, dijo que era soldador. Contrainterrogado: me puede decir en general cuáles eran las medidas de seguridad o si había normas de seguridad en la empresa: Responde: a pesar que en la demanda que yo la leí dice que nosotros somos una empresa fabricante de cajeros automáticos, lo cual no es cierto, nosotros somos una pequeña empresa integradora de servicios de equipos de autoconsulta, a pesar de no tener un departamento de riesgos y una súper estructura, nos dedicamos si, a poder que cada funcionario conozca cuáles son los peligros de su actividad en distintas formas, en reuniones semanales, el jefe de taller tiene reuniones con cada uno de ellos o todos en conjunto y les habla sobre la seguridad y que también está escrito en el reglamento interno, además le entregamos la ropa adecuada, a costo nuestro, pantalones, anteojos, overoles de seguridad, guantes, zapatos de seguridad, para prevenir y evitar cualquier tipo de accidentes; Contrainterrogado. Lo que usted ha descrito son normas de seguridad de carácter general, sabe usted si existen normas de seguridad específicas respecto de la máquina guillotina donde ocurrió el accidente: Responde: Lo que pasa es que es una máquina guillotina que no tiene ningún peligro, la máquina operada, tiene hasta por sí sola una protección para quien la opera, esto es en su operación normal, es igual que una juguera, si uno saca la tapa de la juguera y mete la mano, va a tener el mismo problema, así es tan simple, si esto no fue en un problema de operación de la máquina, fue un problema que se metieron a calibrar la máquina, que es distinto, y ahí sacaron la tapa y quedaron los engranajes y había un cono que se pone para identificar que hay un peligro. Contrainterrogado: Podría indicarme dónde se coloca ese cono. Responde: Ese cono se pone al lado de la máquina en la tapa que se saca. Se le exhibe

556

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

da, instalando chapas. Interrogado: o sea, Fernando Sepúlveda sabía que él estaba instalando chapas y que se ausentó de su lugar donde estaba haciendo este trabajo, para trabajar en la máquina guillotina: Responde: No, no, él no supo para dónde se ausentó, creo que fue a buscar una herramienta. Interrogado: usted me dijo que Luis Díaz fue contratado como soldador: Responde: sí: Interrogado: Me podría describir las labores que significan esta función, que abarca: Responde: Soldar, soldar significa, un fierro, lata pegarla con soldadura: Interrogado: Esta máquina guillotina, quiénes son los que operan esta máquina: Responde: un operador calificado: Interrogado: Quién es ese operador: Responde: Carlos Berríos en ese momento: Interrogado: Carlos Berríos no estaba presente. Responde: él había trabajado todo el día en la máquina y en ese momento se fue al baño, no estaba presente: Interrogado: Pero llegó Gabriel Mori, y comenzó a operar la máquina: Responde: no, no sé lo que hizo, pero le pidió ayuda a Luis Díaz, para que Luis Díaz, o juntos, operaran la máquina, sin esperar a que estuviera el operador calificado: Interrogado: Usted dice que ellos voluntariamente, aparte de sus labores que hacían, se ofrecieron voluntariamente a hacer labores en una máquina guillotina, Responde: Gabriel Mori, le solicitó porque no esperó al operador calificado. Interrogado: y qué labores deberían hacer si ellos no estaban trabajando en esa máquina: Responde: en su puesto de soldador: Interrogado: qué labores debían hacer ellos en una máquina, esto es la guillotina, cuando no estaban ellos trabajando en la máquina: Responde: no sé, yo creo que deberían haber estado ahí. Interrogado: Para qué se acercaron, a hacer que: Responde: Luis Mori necesitaba cortar algo. Interrogado: Las mantenciones de la máquina guillotina a quién le corresponde: Responde: a una empresa externa que contratábamos, la empresa del Sr. Carlos Ardiles: Interrogado: Los trabajadores de la empresa no hacen labores de mantención: Interrogado: No, no deberían hacerla: Interrogado: cuando me dice no deberían: Responde: No lo hacen; Interrogado: No lo hacen: Responde: En conocimiento nuestro no lo deben hacer. Interrogado. En conocimiento nuestro a qué se refiere: Responde: A los jefes de cada uno de ellos, está indicado en el reglamento interno de seguridad e higiene también. Interrogado: Este reglamento interno, fue entregado. Responde: sí, a todos nuestros trabajadores: Interrogado: respecto de Luis Díaz, también hay una constancia de recepción de este reglamento interno. Responde: no sé si constancia de recepción, pero se lo hemos entregado a todos. Siempre, cuando se firma el contrato. Interrogado: Y fue depositado en la Inspección del Trabajo y en la Seremi de Salud el reglamento interno. Responde: Nosotros tenemos un acuerdo, que pagamos a la Mutual todos los meses sagradamente, y fue a la Mutual a quien llamamos y a quien denunciamos el accidente fue a la Mutual; Interrogado: Mi pregunta fue respecto al reglamento interno, si fue depositado en la Inspección del Trabajo. Responde. Creo que sí, se formó el comité paritario y todo eso. Interrogado: Respecto de las labores de soldador para las cuales fue contratado Luis Díaz, él fue capacitado por la empresa: Responde: él era soldador: Interrogado: Recibió labores específicas hay procedimientos escritos: Responde: Él cuando llegó, dijo que era soldador. Contrainterrogado: me puede decir en general cuáles eran las medidas de seguridad o si había normas de seguridad en la empresa: Responde: a pesar que en la demanda que yo la leí dice que nosotros somos una empresa fabricante de cajeros automáticos, lo cual no es cierto, nosotros somos una pequeña empresa integradora de servicios de equipos de autoconsulta, a pesar de no tener un departamento de riesgos y una súper estructura, nos dedicamos si, a poder que cada funcionario conozca cuáles son los peligros de su actividad en distintas formas, en reuniones semanales, el jefe de taller tiene reuniones con cada uno de ellos o todos en conjunto y les habla sobre la seguridad y que también está escrito en el reglamento interno, además le entregamos la ropa adecuada, a costo nuestro, pantalones, anteojos, overoles de seguridad, guantes, zapatos de seguridad, para prevenir y evitar cualquier tipo de accidentes; Contrainterrogado. Lo que usted ha descrito son normas de seguridad de carácter general, sabe usted si existen normas de seguridad específicas respecto de la máquina guillotina donde ocurrió el accidente: Responde: Lo que pasa es que es una máquina guillotina que no tiene ningún peligro, la máquina operada, tiene hasta por sí sola una protección para quien la opera, esto es en su operación normal, es igual que una juguera, si uno saca la tapa de la juguera y mete la mano, va a tener el mismo problema, así es tan simple, si esto no fue en un problema de operación de la máquina, fue un problema que se metieron a calibrar la máquina, que es distinto, y ahí sacaron la tapa y quedaron los engranajes y había un cono que se pone para identificar que hay un peligro. Contrainterrogado: Podría indicarme dónde se coloca ese cono. Responde: Ese cono se pone al lado de la máquina en la tapa que se saca. Se le exhibe

556

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

557

foto de la máquina para que detalle dónde se coloca el cono en la máquina. Responde: señala un cono al lado derecho de la máquina, y precisa que cuando ocurrió el accidente la tapa de la máquina estaba con la tapa retirada con el cono puesto; Interrogado: El lugar donde ocurrió el accidente, la parte de la máquina donde ocurrió el accidente, cual fue. Responde: El engranaje donde está la tapa. Contrainterrogado: Es ahí donde usted dice que se instalaba el cono: Responde: sí: Contrainterrogado: usted sabe si ese día, o en forma previa al momento del accidente el cono estaba puesto. Responde, Sí, sí, el operador de la máquina lo hace siempre. Interrogado: usted dijo que el operador de la máquina había ido a buscar una herramienta, pero antes dijo. Responde: no, el operador de la máquina fue al baño no fue a buscar una herramienta; Contrainterrogado: El operador de la máquina cuánto rato había estado ese día en la máquina: Responde: Todo el día, si ese es su trabajo. Contrainterrogado: Podría precisar el lugar donde estaba el demandante Sr. Luis Díaz, quiero que precise físicamente dónde está ese lugar. El lugar es una oficina del servicio técnico que está al interior de las oficinas, no está en el galpón donde ocurrió el accidente. Contrainterrogado: usted sabe entonces por qué volvió a la zona donde está la máquina o fue a ese lugar: Responde: no, no lo sé. Contrainterrogado: Usted sabe si el Sr. Díaz, había efectuado labores de reparación o de calibración de esta máquina con anterioridad. Responde. No, no lo sé, no lo debería haber hecho, porque hay una sola persona que lo hace que es el Jefe de taller o el operador capacitado. Contrainterrogado. Hasta qué hora trabajan en Proyexión: Responde: Hasta las seis y media o un cuarto para las siete. Contrainterrogado: Precise porque dijo que el operador de la máquina era calificado: Responde: bueno porque es un señor que tiene ocho años de experiencia en el tema, además es una persona con bastante cautela en la operación, porque lamentablemente él también había tenido un accidente años atrás en otra empresa. Contrainterrogado: Qué tipo de accidente: Responde: se le había cortado la mano. Contrainterrogado: se amputó la mano: Responde: no, no sé si se amputó creo que se la había cortado, fue también un accidente grande. Contrainterrogado: Qué distancia hay entre el servicio técnico en que usted dijo que estaba asignado el Sr. Díaz a trabajar ese día y el lugar donde estaba la máquina. Responde: 40 metros. TESTIMONIAL: Comparecen y prestan testimonio los siguientes testigos: Comparece: Gabriel Hernán Morí Hernández C.I. 13.446–936–6, quien previa promesa de decir verdad, en síntesis, declara por el accidente ocurrido en la empresa Proyexión Servicios, en la que trabajó durante un año ocho meses, de enero de 2008 a septiembre de 2009, que el accidente fue el 22 de abril de 2009, al parecer, él es soldador de Proyexión Servicios, él estaba junto a Luís Díaz en la guillotina el día del accidente, le estaba ayudando, porque Luís Díaz estaba haciendo una reparación y quería probar la máquina, no era la primera vez que él hacía esta reparación, él lo vio haciéndolo como dos o tres veces durante el tiempo que trabajó allí, las reparaciones las ordenaba el jefe del taller, don Daniel Serrano, el día del accidente, se acercó porque el guillotinero no estaba, el día del accidente el Sr. Díaz estaba arreglando la máquina porque el jefe se lo ordenó, esta orden él no la vio personalmente, pero en otras ocasiones sí vio cuando daba la orden, ese día el guillotinero no estaba en su lugar de trabajo, estaba Luís Díaz reparando la máquina, él fue contratado como soldador y varias veces cortó en la guillotina, porque su jefe Daniel Serrano se lo ordenaba, en la empresa los trabajadores cumplían otras funciones aparte de las que fueron contratados, por lo menos, él lo hacía, él salía a instalar cajeros automáticos en los bancos, además había cortado en la guillotina, Luis Díaz fue contratado como soldador con el mismo contrato que él, pero además de esa labor también hacía otras labores reparando y cortando en la guillotina, todos cortaban allí, todos los soldadores cortaba allí, los supervisores de la empresa sabían que hacían esas labores porque ellos los mandaban, tenían que hacerlo porque era su trabajo, este supervisor era Daniel Serrano porque él era el jefe. Él nunca había reparado la máquina, ese día le estaba ayudando a Luís Díaz a probar la máquina porque estaba reparando la guillotina, reparaba los engranajes y el sistema de frenos, en la empresa había como 40 personas, soldadores, gente que hacía el mismo trabajo que Luis Díaz como 35 personas, las reparaciones se hacían en la empresa, él ignora las piezas exactas que Luis Díaz reparaba porque él no es experto, durante el día él había estado cumpliendo funciones de soldador en el taller, a 15 mts. de la guillotina, ignora el lugar en donde había estado trabajando durante el día Luis Díaz, aquel día él iba pasando y Luis Díaz le pidió que lo ayudara, tiene entendido que estaba reparando chapas en el servicio técnico, no habían estado trabajado juntos

foto de la máquina para que detalle dónde se coloca el cono en la máquina. Responde: señala un cono al lado derecho de la máquina, y precisa que cuando ocurrió el accidente la tapa de la máquina estaba con la tapa retirada con el cono puesto; Interrogado: El lugar donde ocurrió el accidente, la parte de la máquina donde ocurrió el accidente, cual fue. Responde: El engranaje donde está la tapa. Contrainterrogado: Es ahí donde usted dice que se instalaba el cono: Responde: sí: Contrainterrogado: usted sabe si ese día, o en forma previa al momento del accidente el cono estaba puesto. Responde, Sí, sí, el operador de la máquina lo hace siempre. Interrogado: usted dijo que el operador de la máquina había ido a buscar una herramienta, pero antes dijo. Responde: no, el operador de la máquina fue al baño no fue a buscar una herramienta; Contrainterrogado: El operador de la máquina cuánto rato había estado ese día en la máquina: Responde: Todo el día, si ese es su trabajo. Contrainterrogado: Podría precisar el lugar donde estaba el demandante Sr. Luis Díaz, quiero que precise físicamente dónde está ese lugar. El lugar es una oficina del servicio técnico que está al interior de las oficinas, no está en el galpón donde ocurrió el accidente. Contrainterrogado: usted sabe entonces por qué volvió a la zona donde está la máquina o fue a ese lugar: Responde: no, no lo sé. Contrainterrogado: Usted sabe si el Sr. Díaz, había efectuado labores de reparación o de calibración de esta máquina con anterioridad. Responde. No, no lo sé, no lo debería haber hecho, porque hay una sola persona que lo hace que es el Jefe de taller o el operador capacitado. Contrainterrogado. Hasta qué hora trabajan en Proyexión: Responde: Hasta las seis y media o un cuarto para las siete. Contrainterrogado: Precise porque dijo que el operador de la máquina era calificado: Responde: bueno porque es un señor que tiene ocho años de experiencia en el tema, además es una persona con bastante cautela en la operación, porque lamentablemente él también había tenido un accidente años atrás en otra empresa. Contrainterrogado: Qué tipo de accidente: Responde: se le había cortado la mano. Contrainterrogado: se amputó la mano: Responde: no, no sé si se amputó creo que se la había cortado, fue también un accidente grande. Contrainterrogado: Qué distancia hay entre el servicio técnico en que usted dijo que estaba asignado el Sr. Díaz a trabajar ese día y el lugar donde estaba la máquina. Responde: 40 metros. TESTIMONIAL: Comparecen y prestan testimonio los siguientes testigos: Comparece: Gabriel Hernán Morí Hernández C.I. 13.446–936–6, quien previa promesa de decir verdad, en síntesis, declara por el accidente ocurrido en la empresa Proyexión Servicios, en la que trabajó durante un año ocho meses, de enero de 2008 a septiembre de 2009, que el accidente fue el 22 de abril de 2009, al parecer, él es soldador de Proyexión Servicios, él estaba junto a Luís Díaz en la guillotina el día del accidente, le estaba ayudando, porque Luís Díaz estaba haciendo una reparación y quería probar la máquina, no era la primera vez que él hacía esta reparación, él lo vio haciéndolo como dos o tres veces durante el tiempo que trabajó allí, las reparaciones las ordenaba el jefe del taller, don Daniel Serrano, el día del accidente, se acercó porque el guillotinero no estaba, el día del accidente el Sr. Díaz estaba arreglando la máquina porque el jefe se lo ordenó, esta orden él no la vio personalmente, pero en otras ocasiones sí vio cuando daba la orden, ese día el guillotinero no estaba en su lugar de trabajo, estaba Luís Díaz reparando la máquina, él fue contratado como soldador y varias veces cortó en la guillotina, porque su jefe Daniel Serrano se lo ordenaba, en la empresa los trabajadores cumplían otras funciones aparte de las que fueron contratados, por lo menos, él lo hacía, él salía a instalar cajeros automáticos en los bancos, además había cortado en la guillotina, Luis Díaz fue contratado como soldador con el mismo contrato que él, pero además de esa labor también hacía otras labores reparando y cortando en la guillotina, todos cortaban allí, todos los soldadores cortaba allí, los supervisores de la empresa sabían que hacían esas labores porque ellos los mandaban, tenían que hacerlo porque era su trabajo, este supervisor era Daniel Serrano porque él era el jefe. Él nunca había reparado la máquina, ese día le estaba ayudando a Luís Díaz a probar la máquina porque estaba reparando la guillotina, reparaba los engranajes y el sistema de frenos, en la empresa había como 40 personas, soldadores, gente que hacía el mismo trabajo que Luis Díaz como 35 personas, las reparaciones se hacían en la empresa, él ignora las piezas exactas que Luis Díaz reparaba porque él no es experto, durante el día él había estado cumpliendo funciones de soldador en el taller, a 15 mts. de la guillotina, ignora el lugar en donde había estado trabajando durante el día Luis Díaz, aquel día él iba pasando y Luis Díaz le pidió que lo ayudara, tiene entendido que estaba reparando chapas en el servicio técnico, no habían estado trabajado juntos ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

557

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

ese día. A él le entregaban elementos de seguridad, pero durante todo el tiempo que trabajó ahí, nunca existieron reuniones para hablar de los elementos de seguridad. Él estaba en otro lugar de la guillotina, y Luis estaba en los engranajes y sistema de frenos, él estaba donde cae el cuchillo, estaba afirmando una lata, y Luis Díaz le dice que encienda el botón, él apretó el botón que entregaba la energía a la máquina, y de repente escuchó el grito, en sí no vio lo que pasó porque solo le veía la cara, el botón sólo le entrega energía a la máquina, para que parta hay que quitarle el freno, la máquina tenía el freno puesto, por eso no sabe qué pasó, la tapa que cubre los engranajes no estaba puesta porque los estaban reparando, efectivamente no sabe si estaba puesto el freno. Comparece: José Alejandro Toro Enríquez, C.I 9.972.944–9, quien previa promesa de decir verdad, en síntesis, declara: Que comparece por el accidente de trabajo sufrido por su compañero de trabajo, Luis Díaz, que se amputo un a mano, señala que estaba en calidad de castigado de la empresa e iba saliendo, porque ellos trabajaban hasta las 20:00 horas y él se tenía que retirar a las 18:30, e iba a firmar el libro cuando gritaron accidente, y se devolvió y vio a Luis Díaz tirado en el suelo, el accidente ocurrió en abril 22 o 23 de 2009, en la guillotina, donde Luis díaz estaba haciendo reparaciones, lo sabe porque él pasa a entregar cajeros, ya trabaja en masilla y él estaba reparando la máquina, por orden de Daniel Serrano, lo sabe porque se le preguntó a Luis qué estaba haciendo ahí si eso no te corresponde, y dijo que Daniel lo mandó. En cuanto a sus labores, que hacía, ayudante de masilla, también trabajó como ayudante de pintor, y también trabajó en la guillotina. Señala que nunca recibió capacitación, que la máquina nunca tuvo señales o advertencias de peligro, antes la máquina estaba conectada directamente a la corriente, y ahora la máquina tiene papeles de advertencia que fueron colocados después del accidente. Que la empresa tienen 52 trabajadores aproximadamente, de los cuales 45 son soldadores, que dentro de las labores para la que fue contratado, realizaba otras labores como algo habitual, por orden del Jefe directo Daniel Serrano. Contrainterrogado: El momento exacto en que recibió la orden de operar la máquina, de Daniel Serrano, yo estaba poniendo las chapas, y ahí estaba Daniel cuando le dijeron que arreglara la máquina. Si escuchó la orden del Jefe del Señor Díaz. Directamente no, pero yo paso por ahí y le pregunté al señor Díaz, y este respondió que el Sr. Serrano quien es el único que da las órdenes. Comparece John Molina Cancino, C.I. 10.280.831–2, de profesión psicólogo, quien previa promesa de decir verdad, en síntesis, declara: Que, hizo una evaluación psicológica a Luis Díaz, a propósito de evaluar y determinar la existencia del daño afectivo y moral producto del accidente sufrido. Que la evaluación consistió en una entrevista clínica con el objetivo de conocer el aspecto psíquico de la persona examinada, su funcionamiento psíquico, sólo se aplicó el T.R.O, test de Relaciones Objétales de Philipson, que consiste en 13 láminas donde el examinado debe contar una historia, esta prueba permite determinar el estado afectivo y estado de ánimo de la persona examinada, si existen mecanismos afectivos a la base etc. Como resultado de las pruebas aplicadas se pudo constatar cuatro principios fundamentales luego de ocurrir un hecho: primero novedad, es decir, previo al accidente el examinado no presentaba algún tipo trastorno en la esfera de la afectividad, nexo, producto del accidente la persona examinada comienza a presentar trastornos en la esfera de la afectividad, desánimo, tristeza, anhedonia, vale decir, desinterés por efectuar aspectos o actividades que antes le eran significativas, además, sumado a esto dificultades en su entorno inmediato, a nivel social por ejemplo, deja de realizar actividades que le eran propias y le eran comunes, comienza a presentar dificultades en otras actividades que son normales para el resto de las personas como por ejemplo, ir al baño, ducharse, vestirse, dado que producto del accidente pierde su mano derecha, debiendo acomodarse, entonces, a esta nueva situación, por tanto habría un nexo con el accidente; una discapacidad temporal vale decir, la persona al momento de ser examinada, se encuentra con licencia médica producto del accidente y además este accidente es irreversible, dado que la mano ya no se puede recurar, no hay forma de recurar el miembro perdido, sumado a ello, la discapacidad que involucra la pérdida de la mano, vale decir, estamos frente a una persona que es diestra, por lo tanto tendrá que invertir recursos para poder habilitar su mano izquierda con todos los complejos de lateralización que eso implica, y los trastornos que eso conlleva, sumado a ello, en el ámbito profesional, la persona examinada ejercía la función de soldador, para ejercer la función de soldador se requieren ambas manos o por lo menos la mano que es más hábil, por lo tanto requiere capacitación en otra área que le permita sobrevivir, por eso se dice que es irreversible, además, sumado a esto,

558

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

ese día. A él le entregaban elementos de seguridad, pero durante todo el tiempo que trabajó ahí, nunca existieron reuniones para hablar de los elementos de seguridad. Él estaba en otro lugar de la guillotina, y Luis estaba en los engranajes y sistema de frenos, él estaba donde cae el cuchillo, estaba afirmando una lata, y Luis Díaz le dice que encienda el botón, él apretó el botón que entregaba la energía a la máquina, y de repente escuchó el grito, en sí no vio lo que pasó porque solo le veía la cara, el botón sólo le entrega energía a la máquina, para que parta hay que quitarle el freno, la máquina tenía el freno puesto, por eso no sabe qué pasó, la tapa que cubre los engranajes no estaba puesta porque los estaban reparando, efectivamente no sabe si estaba puesto el freno. Comparece: José Alejandro Toro Enríquez, C.I 9.972.944–9, quien previa promesa de decir verdad, en síntesis, declara: Que comparece por el accidente de trabajo sufrido por su compañero de trabajo, Luis Díaz, que se amputo un a mano, señala que estaba en calidad de castigado de la empresa e iba saliendo, porque ellos trabajaban hasta las 20:00 horas y él se tenía que retirar a las 18:30, e iba a firmar el libro cuando gritaron accidente, y se devolvió y vio a Luis Díaz tirado en el suelo, el accidente ocurrió en abril 22 o 23 de 2009, en la guillotina, donde Luis díaz estaba haciendo reparaciones, lo sabe porque él pasa a entregar cajeros, ya trabaja en masilla y él estaba reparando la máquina, por orden de Daniel Serrano, lo sabe porque se le preguntó a Luis qué estaba haciendo ahí si eso no te corresponde, y dijo que Daniel lo mandó. En cuanto a sus labores, que hacía, ayudante de masilla, también trabajó como ayudante de pintor, y también trabajó en la guillotina. Señala que nunca recibió capacitación, que la máquina nunca tuvo señales o advertencias de peligro, antes la máquina estaba conectada directamente a la corriente, y ahora la máquina tiene papeles de advertencia que fueron colocados después del accidente. Que la empresa tienen 52 trabajadores aproximadamente, de los cuales 45 son soldadores, que dentro de las labores para la que fue contratado, realizaba otras labores como algo habitual, por orden del Jefe directo Daniel Serrano. Contrainterrogado: El momento exacto en que recibió la orden de operar la máquina, de Daniel Serrano, yo estaba poniendo las chapas, y ahí estaba Daniel cuando le dijeron que arreglara la máquina. Si escuchó la orden del Jefe del Señor Díaz. Directamente no, pero yo paso por ahí y le pregunté al señor Díaz, y este respondió que el Sr. Serrano quien es el único que da las órdenes. Comparece John Molina Cancino, C.I. 10.280.831–2, de profesión psicólogo, quien previa promesa de decir verdad, en síntesis, declara: Que, hizo una evaluación psicológica a Luis Díaz, a propósito de evaluar y determinar la existencia del daño afectivo y moral producto del accidente sufrido. Que la evaluación consistió en una entrevista clínica con el objetivo de conocer el aspecto psíquico de la persona examinada, su funcionamiento psíquico, sólo se aplicó el T.R.O, test de Relaciones Objétales de Philipson, que consiste en 13 láminas donde el examinado debe contar una historia, esta prueba permite determinar el estado afectivo y estado de ánimo de la persona examinada, si existen mecanismos afectivos a la base etc. Como resultado de las pruebas aplicadas se pudo constatar cuatro principios fundamentales luego de ocurrir un hecho: primero novedad, es decir, previo al accidente el examinado no presentaba algún tipo trastorno en la esfera de la afectividad, nexo, producto del accidente la persona examinada comienza a presentar trastornos en la esfera de la afectividad, desánimo, tristeza, anhedonia, vale decir, desinterés por efectuar aspectos o actividades que antes le eran significativas, además, sumado a esto dificultades en su entorno inmediato, a nivel social por ejemplo, deja de realizar actividades que le eran propias y le eran comunes, comienza a presentar dificultades en otras actividades que son normales para el resto de las personas como por ejemplo, ir al baño, ducharse, vestirse, dado que producto del accidente pierde su mano derecha, debiendo acomodarse, entonces, a esta nueva situación, por tanto habría un nexo con el accidente; una discapacidad temporal vale decir, la persona al momento de ser examinada, se encuentra con licencia médica producto del accidente y además este accidente es irreversible, dado que la mano ya no se puede recurar, no hay forma de recurar el miembro perdido, sumado a ello, la discapacidad que involucra la pérdida de la mano, vale decir, estamos frente a una persona que es diestra, por lo tanto tendrá que invertir recursos para poder habilitar su mano izquierda con todos los complejos de lateralización que eso implica, y los trastornos que eso conlleva, sumado a ello, en el ámbito profesional, la persona examinada ejercía la función de soldador, para ejercer la función de soldador se requieren ambas manos o por lo menos la mano que es más hábil, por lo tanto requiere capacitación en otra área que le permita sobrevivir, por eso se dice que es irreversible, además, sumado a esto,

558

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

559

se aprecia un daño, en el aspecto, social, físico y económico, en el social, tenemos que pierde interés en actividades que le eran significativas, como jugar futbol, además él pertenecía a un grupo de rayuela, y por lo tanto el decide alejarse de ese club, además, el duelo que significa perder un miembro, dado que él mismo manifiesta en sesión que en alguna oportunidad su hija sufrió un accidente dado que él olvidó que no tenía su mano y por lo tanto no la supo tomar por el olvido de esta mano, se sabe que producto de la pérdida de un miembro, siempre queda los llamados miembros fantasmas, el también señala que experimenta dolores similares a tener los dedos y las manos, sumado a ello los dolores neuropáticos que son dolores similares a quemarse como electricidad, y estos dolores son constantes y permanente, para evitar estos dolores la asociación o mutual donde él se estaba atendiendo le aplicaba ciertos medicamentos para evitar el dolor. Lamentablemente, estos dolores son permanentes, se debe adaptar a ellos, además presenta, dificultad, en cuanto a las relaciones personales con su familia dado que el examinado se muestra irritable, tiene un cambio en el estado del ánimo, más bien depresivo. A nivel de pareja también presenta dificultades, dado que producto de los medicamentos que él está tomando no tiene la intimidad o deja de tener intimidad con su pareja como lo tenía antes, dado que el psiquiatra le recomendó medicamentos para dormir, estos medicamento se deben a trastornos del sueño que también presenta el examinado, consistente en pesadillas, terrores nocturnos donde él despierta agitado gritando y en algunas ocasiones llorando, porque revive en el sueño la pérdida de su mano, y él incluso dice, soñaba que perdía ambas manos, entonces esto constituye un trastorno del sueño, sumado a ello un trastorno de la alimentación, pérdida gradual del apetito, todos estos síntomas que el examinado presenta, conforman un gran diagnóstico que es el estrés post traumático, que se vive después de vivir una experiencia traumática como la vivenciada por la persona examinada, además tenemos una pérdida, una merma en el aspecto económico, dado que el examinado producto del accidente se encuentra con licencia médica dejando de percibir su sueldo, sólo recibiendo el subsidio que la asociación o la mutual, en este momento le está entregando, si agregamos además, a eso el deber invertir o tener que invertir recursos para capacitarse en otra actividad, eso es una merma en el aspecto económico por lo tanto es una preocupación constante para la persona examinada, además, es dable mencionar que la hija del demandado tiene deficiencia cognitiva, por lo tanto el hecho de tener deficiencia cognitiva, requiere un tratamiento y una atención especializada, para lo que se requieren recursos, con los que el examinado no cuenta, esto merma y favorece en cierta medida el daño emocional que el examinado presenta, y además, en el aspecto económico, es necesario mencionar que él depende de la ayuda de terceros, no sólo depende de la ayuda de terceros para realizar labores básicas como el vestirse por ejemplo o ir al baño a hacer sus necesidades de higiene, sino también requiere la asistencia económica de terceros como sus padres en estos momentos, además en el plano social, presenta dificultades para movilizarse como lo es subirse a la locomoción colectiva, además, como debe usar un gancho, el temor de dañar a alguien, son un temor constante, de tomar a su hija, el temor de causarle daño a su hija por el uso de esta prótesis. Como conclusión del informe, se concluye que el examinado presenta un estado de ánimo depresivo el que está siendo tratado en la Mutual de Seguridad con psiquiatra y sicólogo, no sé si en estos momentos se mantiene en esa situación, creo que, es necesario que se mantenga, en tratamiento sicológico para proteger su bienestar físico y síquico. Tenemos una merma en el aspecto económico, tenemos una merma en el aspecto social del examinado, y todos estos aspectos que yo he señalado se deben al accidente, a la pérdida de su mano. Agrega que el estrés post traumático comienza el mismo día del accidente y se mantiene hasta la fecha. Se realizaron tres sesiones de una hora cada una. Juan Carlos Escobar Carrasco C.I. 6.610.587–3, quien previa promesa de decir verdad, en síntesis, declara: Que, conoce a Luis Díaz, de guagüita, era vecino de él, ahora está mal psicológicamente por lo que le sucedió, él perdió su mano derecha en un accidente, él está muy bajonado, triste, todos los días hacía trabajos en su casa, ahora ya no, actividades deportivas también, realizaba, su entorno familiar lo conforma sus padres, su hermano, su polola, la lesión ha afectado el entorno familiar, porque es algo terrible, él ahora no está trabajando, no está haciendo nada, él no tiene su manito, la gente no ha reaccionado bien, la gente lo mira, porque le falta su mano, él tiene un ganchito en la mano, el sustento económico de la familia está dado por su padre y por un hermano que al parecer trabaja.

se aprecia un daño, en el aspecto, social, físico y económico, en el social, tenemos que pierde interés en actividades que le eran significativas, como jugar futbol, además él pertenecía a un grupo de rayuela, y por lo tanto el decide alejarse de ese club, además, el duelo que significa perder un miembro, dado que él mismo manifiesta en sesión que en alguna oportunidad su hija sufrió un accidente dado que él olvidó que no tenía su mano y por lo tanto no la supo tomar por el olvido de esta mano, se sabe que producto de la pérdida de un miembro, siempre queda los llamados miembros fantasmas, el también señala que experimenta dolores similares a tener los dedos y las manos, sumado a ello los dolores neuropáticos que son dolores similares a quemarse como electricidad, y estos dolores son constantes y permanente, para evitar estos dolores la asociación o mutual donde él se estaba atendiendo le aplicaba ciertos medicamentos para evitar el dolor. Lamentablemente, estos dolores son permanentes, se debe adaptar a ellos, además presenta, dificultad, en cuanto a las relaciones personales con su familia dado que el examinado se muestra irritable, tiene un cambio en el estado del ánimo, más bien depresivo. A nivel de pareja también presenta dificultades, dado que producto de los medicamentos que él está tomando no tiene la intimidad o deja de tener intimidad con su pareja como lo tenía antes, dado que el psiquiatra le recomendó medicamentos para dormir, estos medicamento se deben a trastornos del sueño que también presenta el examinado, consistente en pesadillas, terrores nocturnos donde él despierta agitado gritando y en algunas ocasiones llorando, porque revive en el sueño la pérdida de su mano, y él incluso dice, soñaba que perdía ambas manos, entonces esto constituye un trastorno del sueño, sumado a ello un trastorno de la alimentación, pérdida gradual del apetito, todos estos síntomas que el examinado presenta, conforman un gran diagnóstico que es el estrés post traumático, que se vive después de vivir una experiencia traumática como la vivenciada por la persona examinada, además tenemos una pérdida, una merma en el aspecto económico, dado que el examinado producto del accidente se encuentra con licencia médica dejando de percibir su sueldo, sólo recibiendo el subsidio que la asociación o la mutual, en este momento le está entregando, si agregamos además, a eso el deber invertir o tener que invertir recursos para capacitarse en otra actividad, eso es una merma en el aspecto económico por lo tanto es una preocupación constante para la persona examinada, además, es dable mencionar que la hija del demandado tiene deficiencia cognitiva, por lo tanto el hecho de tener deficiencia cognitiva, requiere un tratamiento y una atención especializada, para lo que se requieren recursos, con los que el examinado no cuenta, esto merma y favorece en cierta medida el daño emocional que el examinado presenta, y además, en el aspecto económico, es necesario mencionar que él depende de la ayuda de terceros, no sólo depende de la ayuda de terceros para realizar labores básicas como el vestirse por ejemplo o ir al baño a hacer sus necesidades de higiene, sino también requiere la asistencia económica de terceros como sus padres en estos momentos, además en el plano social, presenta dificultades para movilizarse como lo es subirse a la locomoción colectiva, además, como debe usar un gancho, el temor de dañar a alguien, son un temor constante, de tomar a su hija, el temor de causarle daño a su hija por el uso de esta prótesis. Como conclusión del informe, se concluye que el examinado presenta un estado de ánimo depresivo el que está siendo tratado en la Mutual de Seguridad con psiquiatra y sicólogo, no sé si en estos momentos se mantiene en esa situación, creo que, es necesario que se mantenga, en tratamiento sicológico para proteger su bienestar físico y síquico. Tenemos una merma en el aspecto económico, tenemos una merma en el aspecto social del examinado, y todos estos aspectos que yo he señalado se deben al accidente, a la pérdida de su mano. Agrega que el estrés post traumático comienza el mismo día del accidente y se mantiene hasta la fecha. Se realizaron tres sesiones de una hora cada una. Juan Carlos Escobar Carrasco C.I. 6.610.587–3, quien previa promesa de decir verdad, en síntesis, declara: Que, conoce a Luis Díaz, de guagüita, era vecino de él, ahora está mal psicológicamente por lo que le sucedió, él perdió su mano derecha en un accidente, él está muy bajonado, triste, todos los días hacía trabajos en su casa, ahora ya no, actividades deportivas también, realizaba, su entorno familiar lo conforma sus padres, su hermano, su polola, la lesión ha afectado el entorno familiar, porque es algo terrible, él ahora no está trabajando, no está haciendo nada, él no tiene su manito, la gente no ha reaccionado bien, la gente lo mira, porque le falta su mano, él tiene un ganchito en la mano, el sustento económico de la familia está dado por su padre y por un hermano que al parecer trabaja. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

559

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

EXHIBICIÓN DE DOCUMENTOS: La parte demandante se desiste de la exhibición de los documentos signados con los números 1, 2, 6, y 8, del acta de audiencia preparatoria. La parte demandada no exhibe los documentos 3 y 7, por cuanto estos no existen, señala que el signado con el número 4, fue solicitado por oficio y el número 5 se acompañará como prueba documental, ante lo cual, la parte demandante manifiesta su conformidad y el Tribunal da por cumplida la diligencia. OFICIOS: Se incorpora respuesta oficio solicitado por la parte demandante, N° 1071 de fecha 13 de noviembre emitido por la Inspección del Trabajo, suscrito por doña Nancy Olivares Monares, quien informa que no se registra en esa Inspección el ingreso de alguna denuncia por accidente del trabajo de la empresa Proyexión y Servicios. Se incorpora respuesta oficio solicitado por la parte demandante a la Seremi de Salud de la Región Metropolitana suscrito por el Dr. Roberto Beldar Erpel, quien informa que revisados sus archivos no existen antecedes del accidente sufrido por don Luís Alberto Díaz Lucero. Se incorpora respuesta oficio solicitado por ambas partes a la Mutual de la Cámara Chilena de la Construcción, suscrito por don Jorge Mandioca Delaigue, mediante el cual, se remiten copia del Informe de Investigación de accidente y se informa de las prestaciones médicas otorgadas a don Luis Alberto Díaz Lucero, por el siniestro que lo afectó el día 22 de abril de 2009, adjuntando los siguientes antecedentes: a) Copia de Informe Psiquiátrico de fecha 09.11.09. b) Copia de Informe UDT Nº49, de 20.10.09. c) Copia de MI STPS/1249/2009 de 20.10.09. d) Copia de resolución de Accidente del Trabajo de 09.06.09. e) Copia de Informe de investigación de Accidente del Trabajo. QUINTO: Que la parte demandada incorporó la siguiente prueba: DOCUMENTAL: La parte demandada acompaña los documentos ofrecidos en la audiencia preparatoria del día 09 de octubre de 2009 e incorpora los siguientes: a) Factura 17052 de fecha 27 de mayo de 2009, reparación de guillotina b) Factura 1327 compra guillotina. c) Factura 1751 reparación guillotina. d) Factura 1690 fecha 19 noviembre de 2008 mantención guillotina. e) Factura 1689 fecha 19 noviembre de 2008 mantención guillotina f) Contrato de trabajo suscrito entre las partes. g) Una liquidación de sueldo, correspondiente a septiembre de 2009. h) Comprobante de recibo de dinero de fecha julio de 2009 posterior al accidente. i) Dos certificados Mutual de la Cámara Chilena de la Construcción. j) 16 vales de consumo en los cuales se deja constancia de labores a desarrollar diariamente por trabajador e instrumentos que se le entregaban. k) Control de asistencia correspondiente al mes de abril Sr. Mori l) Impresión pagina web Superintendencia tasa de interés corriente m) Libro de remuneraciones enero a septiembre de 2009. n) Foto de la guillotina. o) Impresión email donde se informa porcentaje de incapacidad del trabajador DECLARACIÓN DE PARTE Y CONFESIONAL: Comparece don Luis Alberto Díaz Lucero, quien presta declaración de parte y confesión en los siguientes términos: Señala que se encuentra con licencia médica hace seis meses, que ese día estaba realizando la función de instalar chapines, porque ese día esos kioscos se tenían que ir. En ese momento el Sr. Berríos me llama y me dice: Luis, por qué no me ayuda a arreglar la máquina que se echó a perder la “S del freno, yo le dije ningún problema, voy y vuelvo, voy a mi puesto de trabajo traigo la francesa, y me puse a desarmarla, y en ese momento el se va al baño se va y me deja solo, y yo me puse a desarmar

560

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

EXHIBICIÓN DE DOCUMENTOS: La parte demandante se desiste de la exhibición de los documentos signados con los números 1, 2, 6, y 8, del acta de audiencia preparatoria. La parte demandada no exhibe los documentos 3 y 7, por cuanto estos no existen, señala que el signado con el número 4, fue solicitado por oficio y el número 5 se acompañará como prueba documental, ante lo cual, la parte demandante manifiesta su conformidad y el Tribunal da por cumplida la diligencia. OFICIOS: Se incorpora respuesta oficio solicitado por la parte demandante, N° 1071 de fecha 13 de noviembre emitido por la Inspección del Trabajo, suscrito por doña Nancy Olivares Monares, quien informa que no se registra en esa Inspección el ingreso de alguna denuncia por accidente del trabajo de la empresa Proyexión y Servicios. Se incorpora respuesta oficio solicitado por la parte demandante a la Seremi de Salud de la Región Metropolitana suscrito por el Dr. Roberto Beldar Erpel, quien informa que revisados sus archivos no existen antecedes del accidente sufrido por don Luís Alberto Díaz Lucero. Se incorpora respuesta oficio solicitado por ambas partes a la Mutual de la Cámara Chilena de la Construcción, suscrito por don Jorge Mandioca Delaigue, mediante el cual, se remiten copia del Informe de Investigación de accidente y se informa de las prestaciones médicas otorgadas a don Luis Alberto Díaz Lucero, por el siniestro que lo afectó el día 22 de abril de 2009, adjuntando los siguientes antecedentes: a) Copia de Informe Psiquiátrico de fecha 09.11.09. b) Copia de Informe UDT Nº49, de 20.10.09. c) Copia de MI STPS/1249/2009 de 20.10.09. d) Copia de resolución de Accidente del Trabajo de 09.06.09. e) Copia de Informe de investigación de Accidente del Trabajo. QUINTO: Que la parte demandada incorporó la siguiente prueba: DOCUMENTAL: La parte demandada acompaña los documentos ofrecidos en la audiencia preparatoria del día 09 de octubre de 2009 e incorpora los siguientes: a) Factura 17052 de fecha 27 de mayo de 2009, reparación de guillotina b) Factura 1327 compra guillotina. c) Factura 1751 reparación guillotina. d) Factura 1690 fecha 19 noviembre de 2008 mantención guillotina. e) Factura 1689 fecha 19 noviembre de 2008 mantención guillotina f) Contrato de trabajo suscrito entre las partes. g) Una liquidación de sueldo, correspondiente a septiembre de 2009. h) Comprobante de recibo de dinero de fecha julio de 2009 posterior al accidente. i) Dos certificados Mutual de la Cámara Chilena de la Construcción. j) 16 vales de consumo en los cuales se deja constancia de labores a desarrollar diariamente por trabajador e instrumentos que se le entregaban. k) Control de asistencia correspondiente al mes de abril Sr. Mori l) Impresión pagina web Superintendencia tasa de interés corriente m) Libro de remuneraciones enero a septiembre de 2009. n) Foto de la guillotina. o) Impresión email donde se informa porcentaje de incapacidad del trabajador DECLARACIÓN DE PARTE Y CONFESIONAL: Comparece don Luis Alberto Díaz Lucero, quien presta declaración de parte y confesión en los siguientes términos: Señala que se encuentra con licencia médica hace seis meses, que ese día estaba realizando la función de instalar chapines, porque ese día esos kioscos se tenían que ir. En ese momento el Sr. Berríos me llama y me dice: Luis, por qué no me ayuda a arreglar la máquina que se echó a perder la “S del freno, yo le dije ningún problema, voy y vuelvo, voy a mi puesto de trabajo traigo la francesa, y me puse a desarmarla, y en ese momento el se va al baño se va y me deja solo, y yo me puse a desarmar

560

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

561

la máquina. Yo ya había hecho mantención a esa máquina, con Daniel Serrano, como cinco veces. Daniel Serrano me vio arreglando la máquina, pasó por detrás de mí me golpeó el hombro y me dijo cómo estás luchito, termina luego para que sigas tu trabajo. El Sr. Mori estaba al otro lado de la máquina, y le pedí que echara a andar la máquina y un descuido me agarró el guante. Y me vi la mano 3 veces, me saco el guante y aparece José Toro, me hace un torque con la francesa, en ese momento llega don Ricardo me hace un torque. Se demoró como 20 minutos en llegar la ambulancia, llego primero la de la municipalidad, después llega la de la mutual, me sacaron radiografías, inyecciones, morfina, don Daniel Serrano me acompañó a la clínica a Quilicura. Después me trasladaron a la Central, el personal que llegaba a verme se tapaba la cara. Me llevan a cirugía, me quedé dormido y desperté, le pregunté a la enfermera si había perdido mi mano, y me dijo que sí. Agrega que, cuando concurre a la máquina la pieza que cubre los engranajes ya estaba desmontada, y la “s estaba chueca, y yo la desmonté soltando los pernos, esa máquina es directa, tiene un interruptor de partida y otro de parada, y el interruptor de pared está modificado, al sacar la “s la máquina estaba con energía, pero los engranajes estaban parados, una vez que se sacaba la “s esta había que repararla porque los hilos estaban malos, yo mismo había reparado esa máquina en dos oportunidades. Al desmontar la “s no se corre ningún riesgo, la pieza estaba mala, se les dijo a los jefes que había que cambiarla. Con posterioridad no puse la “s y le pido a Mori que conecte la máquina, porque la pieza del freno no estaba activada había que saber echar a andar la máquina para que el freno se activara, porque había un riesgo que alguien pasara, el eje tiene un calado que llega al freno y el freno se levanta tiene una punta, y esa punta estaba levantada, y había que echar a andar la máquina para girara en 180° para que llegara a su lugar normal, y había que sacar la “s. En el eje central tiene un espacio y tiene un fierrito que se levanta, y si uno echa a andar la máquina queda en un lugar cero, para levantar la “s y poder colocarla en su lugar, y en ese momento yo estaba en los engranajes y mi mano en los engranajes y fue un descuido mío pero con anterioridad yo había reparado los engranajes que estaban sueltos, había enderezado la “s del otro costado. Yo tenía experiencia en mantenimiento de máquina, por eso me pedían que reparara la máquina. Berríos me llamo para reparar la máquina, y Serrano tenía conocimiento que yo reparaba esa máquina. Ese día permanecí todo el día y la tarde en la labor de instalación de chapines hasta que me solicitaron arreglar la máquina. TESTIMONIAL: Comparecen y prestan testimonio los siguientes testigos: Carlos Berríos González, C.I. 12.962.622–4, quien previa promesa de decir verdad, en síntesis, declara: su función en la empresa a la época del accidente era cortador y plegador, en la guillotina, la única que había en la empresa, que la guillotina sólo la usaban Marcelo Poblete y él, otro que usaba la parte corte era Daniel Serrano, nadie más estaba autorizado para usar la máquina, trabajó en la empresa hasta el 30 de julio. Lleva 8 años en el rubro metalúrgico, trabajó 7 años en una empresa siempre fue cortador y plegador, fue capacitado por medio de unos CDs, que venían en unas máquinas grandes, con el tiempo tuvo un accidente al resbalarse en unas planchas y se cortó la mano derecha, primera y segunda radial, los tendones las venas y el mismo se hizo el torniquete, estuvo un año en rehabilitación, y volvió como encargado de producción, y no le gustaba el puesto y llegó a un acuerdo con el dueño y lo finiquitó. Agrega que existían normas de seguridad a la fecha del accidente, para operar la máquina en la fábrica, guantes de seguridad, bototos de seguridad, antiparras, máquina rayada, piso rayado para poder caminar. La guillotina cuenta con dos botones el que da corriente directa, y otro para encender y otro para apagar y otro para que le llegue corriente, un protector de dedo para que los dedos no lleguen al cuchillo, y un freno de mano, que se gira y se coloca en el pedal; existe un interruptor en el muro que corta toda la energía que lo instalaron después de que el llegó, y que a la fecha del accidente estaba. Los encargados de reparar y mantener la máquina, si eran como cosas chica le avisaba a Daniel y él lo autorizaba o la veían entre los dos, si la panne era como muy complicada se llamaba al vendedor de la máquina que era Carlos Ardiles, que fue la persona que trajo la máquina. Las labores simples eran de mantención, generalmente la mantención era en el freno que lleva la máquina para que pueda cortar, porque la máquina usted pone el pie y baja el cuchillo, por el lado derecho donde está la cremallera tiene un fierro que va por debajo es un brazo que se regula bajo con una tuerca y arriba con otra tuerca; el

la máquina. Yo ya había hecho mantención a esa máquina, con Daniel Serrano, como cinco veces. Daniel Serrano me vio arreglando la máquina, pasó por detrás de mí me golpeó el hombro y me dijo cómo estás luchito, termina luego para que sigas tu trabajo. El Sr. Mori estaba al otro lado de la máquina, y le pedí que echara a andar la máquina y un descuido me agarró el guante. Y me vi la mano 3 veces, me saco el guante y aparece José Toro, me hace un torque con la francesa, en ese momento llega don Ricardo me hace un torque. Se demoró como 20 minutos en llegar la ambulancia, llego primero la de la municipalidad, después llega la de la mutual, me sacaron radiografías, inyecciones, morfina, don Daniel Serrano me acompañó a la clínica a Quilicura. Después me trasladaron a la Central, el personal que llegaba a verme se tapaba la cara. Me llevan a cirugía, me quedé dormido y desperté, le pregunté a la enfermera si había perdido mi mano, y me dijo que sí. Agrega que, cuando concurre a la máquina la pieza que cubre los engranajes ya estaba desmontada, y la “s estaba chueca, y yo la desmonté soltando los pernos, esa máquina es directa, tiene un interruptor de partida y otro de parada, y el interruptor de pared está modificado, al sacar la “s la máquina estaba con energía, pero los engranajes estaban parados, una vez que se sacaba la “s esta había que repararla porque los hilos estaban malos, yo mismo había reparado esa máquina en dos oportunidades. Al desmontar la “s no se corre ningún riesgo, la pieza estaba mala, se les dijo a los jefes que había que cambiarla. Con posterioridad no puse la “s y le pido a Mori que conecte la máquina, porque la pieza del freno no estaba activada había que saber echar a andar la máquina para que el freno se activara, porque había un riesgo que alguien pasara, el eje tiene un calado que llega al freno y el freno se levanta tiene una punta, y esa punta estaba levantada, y había que echar a andar la máquina para girara en 180° para que llegara a su lugar normal, y había que sacar la “s. En el eje central tiene un espacio y tiene un fierrito que se levanta, y si uno echa a andar la máquina queda en un lugar cero, para levantar la “s y poder colocarla en su lugar, y en ese momento yo estaba en los engranajes y mi mano en los engranajes y fue un descuido mío pero con anterioridad yo había reparado los engranajes que estaban sueltos, había enderezado la “s del otro costado. Yo tenía experiencia en mantenimiento de máquina, por eso me pedían que reparara la máquina. Berríos me llamo para reparar la máquina, y Serrano tenía conocimiento que yo reparaba esa máquina. Ese día permanecí todo el día y la tarde en la labor de instalación de chapines hasta que me solicitaron arreglar la máquina. TESTIMONIAL: Comparecen y prestan testimonio los siguientes testigos: Carlos Berríos González, C.I. 12.962.622–4, quien previa promesa de decir verdad, en síntesis, declara: su función en la empresa a la época del accidente era cortador y plegador, en la guillotina, la única que había en la empresa, que la guillotina sólo la usaban Marcelo Poblete y él, otro que usaba la parte corte era Daniel Serrano, nadie más estaba autorizado para usar la máquina, trabajó en la empresa hasta el 30 de julio. Lleva 8 años en el rubro metalúrgico, trabajó 7 años en una empresa siempre fue cortador y plegador, fue capacitado por medio de unos CDs, que venían en unas máquinas grandes, con el tiempo tuvo un accidente al resbalarse en unas planchas y se cortó la mano derecha, primera y segunda radial, los tendones las venas y el mismo se hizo el torniquete, estuvo un año en rehabilitación, y volvió como encargado de producción, y no le gustaba el puesto y llegó a un acuerdo con el dueño y lo finiquitó. Agrega que existían normas de seguridad a la fecha del accidente, para operar la máquina en la fábrica, guantes de seguridad, bototos de seguridad, antiparras, máquina rayada, piso rayado para poder caminar. La guillotina cuenta con dos botones el que da corriente directa, y otro para encender y otro para apagar y otro para que le llegue corriente, un protector de dedo para que los dedos no lleguen al cuchillo, y un freno de mano, que se gira y se coloca en el pedal; existe un interruptor en el muro que corta toda la energía que lo instalaron después de que el llegó, y que a la fecha del accidente estaba. Los encargados de reparar y mantener la máquina, si eran como cosas chica le avisaba a Daniel y él lo autorizaba o la veían entre los dos, si la panne era como muy complicada se llamaba al vendedor de la máquina que era Carlos Ardiles, que fue la persona que trajo la máquina. Las labores simples eran de mantención, generalmente la mantención era en el freno que lleva la máquina para que pueda cortar, porque la máquina usted pone el pie y baja el cuchillo, por el lado derecho donde está la cremallera tiene un fierro que va por debajo es un brazo que se regula bajo con una tuerca y arriba con otra tuerca; el ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

561

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

freno tiene una forma de “S, esa pieza, era el brazo de la máquina, y cuando esa pieza se desregulaba la máquina pasaba más, pasaba dos veces; Señala que él desmontó la pieza en más de una oportunidad la “S, se cortaba la energía y se le ponía el freno de mano y la arreglaba junto a Daniel Serrano, cuando se descalibraba la máquina la arreglábamos Daniel Serrano y yo, a mí cuando se me contrató como cortador. La máquina se descalibraba cada un mes o cada dos, dependiendo de lo que estuvieran cortando, y cuando se descalibraba la arreglábamos con Daniel Serrano. En ningún minuto se autorizaba a cortar a cualquiera. En su presencia compañeros cortaban en la máquina. Cuando ocurre el accidente, en un día normal de trabajo cuando la máquina comenzó a generar un doble corte, y le dije a Daniel Serrano, que la máquina estaba pasando doble y él me dijo voy y vuelvo por mientras saca la tapa, le saco la tapa y veo que voy a necesitar una llave francesa, va pasando mi compañero Luis Díaz y me pregunta qué pasa Carlos, le contesto que la máquina está cortando doble, en eso salgo a buscar la francesa, voy al baño y dejo la máquina con la cremallera suelta y pongo un cono de seguridad, que todavía está en la fábrica, y cuando llego con la francesa ya había pasado, lo que había pasado. No le di instrucciones ni le solicité ayuda a Luis Díaz, porque ya había hablado con Daniel Serrano. El cono era un cono de esos que usa Carabineros en la calle. La máquina no baja si no está la pieza, pero la cremallera sigue funcionando. Al minuto del accidente salgo a buscar la llave, aprovecho de entrar al baño y cuando llegó mi compañero ya estaba en el piso. Cuando se regulaba la máquina se utilizaban guantes, y no era mi trabajo reparar engranajes. Luis Díaz había realizado reparaciones con anterioridad a la máquina. Las capacitaciones las recibí en la otra empresa, en Proyexión no recibió capacitación. Carlos Alberto Ardiles Guajardo, C.I. 13.679.102–8, Quien previa promesa de decir verdad, en síntesis, declara: Que es técnico mecánico, que regularmente hace manutención y reparación de máquinas de la empresa Proyexión Servicios, la máquina es de una construcción simple, cualquier persona puede hacer algún tipo de regulación, la descalibración de la máquina podría arreglarlo un operador, si conoce la máquina, también se instruye a dos o tres personas para la reparación de averías, que es una regulación, de dos pernos y una “Z, esa reparación él también lo ha hecho algunas veces, la máquina es segura, accidente con personas no ha habido, sí el rompimiento de las máquinas, regulaciones menores sí habían hechos los trabajadores, al parecer uno de los capacitados era Avelino Berríos, si se saca la Z, la máquina funciona pero no corta. La empresa debe mandar un memo para que la máquina sea calibrada por una persona calificada, no es lo mismo operar la máquina que mantener la máquina, en mantención no se ocupan guantes, también se debe cortar la luz, poner un cartel o un cono sólo debe haber una persona, con dos o tres se puede producir un accidente, él no presenció el accidente, pero cuando fue al día siguiente a ver la máquina estaba sin la Z, y estaban sin protección los engranajes. No recuerda la fecha en que ocurrió el accidente. Ricardo Raúl Bustos Álvarez, C.I. 10.859.429.7, quien previa promesa de decir verdad, en síntesis, declara: Que, su cargo en la empresa es de Gerente de Operaciones, también le corresponde hacer cumplir las normas de seguridad, en la máquina de guillotina, existían normas de seguridad, cuando esta estuviera detenida y no funcionara tendría que estar desconectada y no energizada, la máquina la podían intervenir sólo el operador calificado y el jefe del taller mecánico, Berríos tenía 8 años de experiencia, la persona que calibraba la máquina era Berríos o Daniel Serrano, las labores de reparación las hacía la empresa Carlos Ardiles, cuando se requería, él no estaba presente en el accidente, en ese momento le contó Daniel Serrano que tenían un trabajador accidentado, en ese momento vio a Luís Díaz en el suelo, tomándose la mano, vio que tenía un cuasi torniquete en la parte de arriba, así es que él lo ayudó a hacer un torniquete, había mucha gente desesperada, con anterioridad Luís Díaz no había reparado la máquina, que él sepa no, al día siguiente empezaron a averiguar qué había pasado, cuando estaba en la clínica Luís Díaz le contó que Mori había apretado el botón de la máquina. Los ajustes los hace el operador o Daniel Serrano, ese día había un cono indicando el trabajo en la máquina. Daniel Isaac Serrano Cossio, C.I. 16.027.201–5, jefe de metalmecánica, quien previa promesa de decir verdad, en síntesis, declara: Que sus funciones en la empresa Proyexión, a la fecha del accidente eran la de Jefe del área metalmecánica, las tareas eran asignar los trabajos a las personas, ver que se cumplieran y verificar las medidas de seguridad, lo que se realizaba visualmente, protección a los ojos gafas, guantes, cuando no se cumplían se aplicaba una amonestación verbal. Ese día me encontraba

562

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

freno tiene una forma de “S, esa pieza, era el brazo de la máquina, y cuando esa pieza se desregulaba la máquina pasaba más, pasaba dos veces; Señala que él desmontó la pieza en más de una oportunidad la “S, se cortaba la energía y se le ponía el freno de mano y la arreglaba junto a Daniel Serrano, cuando se descalibraba la máquina la arreglábamos Daniel Serrano y yo, a mí cuando se me contrató como cortador. La máquina se descalibraba cada un mes o cada dos, dependiendo de lo que estuvieran cortando, y cuando se descalibraba la arreglábamos con Daniel Serrano. En ningún minuto se autorizaba a cortar a cualquiera. En su presencia compañeros cortaban en la máquina. Cuando ocurre el accidente, en un día normal de trabajo cuando la máquina comenzó a generar un doble corte, y le dije a Daniel Serrano, que la máquina estaba pasando doble y él me dijo voy y vuelvo por mientras saca la tapa, le saco la tapa y veo que voy a necesitar una llave francesa, va pasando mi compañero Luis Díaz y me pregunta qué pasa Carlos, le contesto que la máquina está cortando doble, en eso salgo a buscar la francesa, voy al baño y dejo la máquina con la cremallera suelta y pongo un cono de seguridad, que todavía está en la fábrica, y cuando llego con la francesa ya había pasado, lo que había pasado. No le di instrucciones ni le solicité ayuda a Luis Díaz, porque ya había hablado con Daniel Serrano. El cono era un cono de esos que usa Carabineros en la calle. La máquina no baja si no está la pieza, pero la cremallera sigue funcionando. Al minuto del accidente salgo a buscar la llave, aprovecho de entrar al baño y cuando llegó mi compañero ya estaba en el piso. Cuando se regulaba la máquina se utilizaban guantes, y no era mi trabajo reparar engranajes. Luis Díaz había realizado reparaciones con anterioridad a la máquina. Las capacitaciones las recibí en la otra empresa, en Proyexión no recibió capacitación. Carlos Alberto Ardiles Guajardo, C.I. 13.679.102–8, Quien previa promesa de decir verdad, en síntesis, declara: Que es técnico mecánico, que regularmente hace manutención y reparación de máquinas de la empresa Proyexión Servicios, la máquina es de una construcción simple, cualquier persona puede hacer algún tipo de regulación, la descalibración de la máquina podría arreglarlo un operador, si conoce la máquina, también se instruye a dos o tres personas para la reparación de averías, que es una regulación, de dos pernos y una “Z, esa reparación él también lo ha hecho algunas veces, la máquina es segura, accidente con personas no ha habido, sí el rompimiento de las máquinas, regulaciones menores sí habían hechos los trabajadores, al parecer uno de los capacitados era Avelino Berríos, si se saca la Z, la máquina funciona pero no corta. La empresa debe mandar un memo para que la máquina sea calibrada por una persona calificada, no es lo mismo operar la máquina que mantener la máquina, en mantención no se ocupan guantes, también se debe cortar la luz, poner un cartel o un cono sólo debe haber una persona, con dos o tres se puede producir un accidente, él no presenció el accidente, pero cuando fue al día siguiente a ver la máquina estaba sin la Z, y estaban sin protección los engranajes. No recuerda la fecha en que ocurrió el accidente. Ricardo Raúl Bustos Álvarez, C.I. 10.859.429.7, quien previa promesa de decir verdad, en síntesis, declara: Que, su cargo en la empresa es de Gerente de Operaciones, también le corresponde hacer cumplir las normas de seguridad, en la máquina de guillotina, existían normas de seguridad, cuando esta estuviera detenida y no funcionara tendría que estar desconectada y no energizada, la máquina la podían intervenir sólo el operador calificado y el jefe del taller mecánico, Berríos tenía 8 años de experiencia, la persona que calibraba la máquina era Berríos o Daniel Serrano, las labores de reparación las hacía la empresa Carlos Ardiles, cuando se requería, él no estaba presente en el accidente, en ese momento le contó Daniel Serrano que tenían un trabajador accidentado, en ese momento vio a Luís Díaz en el suelo, tomándose la mano, vio que tenía un cuasi torniquete en la parte de arriba, así es que él lo ayudó a hacer un torniquete, había mucha gente desesperada, con anterioridad Luís Díaz no había reparado la máquina, que él sepa no, al día siguiente empezaron a averiguar qué había pasado, cuando estaba en la clínica Luís Díaz le contó que Mori había apretado el botón de la máquina. Los ajustes los hace el operador o Daniel Serrano, ese día había un cono indicando el trabajo en la máquina. Daniel Isaac Serrano Cossio, C.I. 16.027.201–5, jefe de metalmecánica, quien previa promesa de decir verdad, en síntesis, declara: Que sus funciones en la empresa Proyexión, a la fecha del accidente eran la de Jefe del área metalmecánica, las tareas eran asignar los trabajos a las personas, ver que se cumplieran y verificar las medidas de seguridad, lo que se realizaba visualmente, protección a los ojos gafas, guantes, cuando no se cumplían se aplicaba una amonestación verbal. Ese día me encontraba

562

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

563

con Luis Díaz en el área de servicio técnico donde estaba colocando unas chapas a unos kioscos, no se le ordenó reparar la máquina guillotina, no se le pidió ni sugirió. El desperfecto de la máquina, era que por su mecánica, hacía dos veces el trabajo y había que hacerle una calibración de una de la conexiones, denominada “Z se realiza un ajuste normal que nosotros hacíamos, la máquina siempre se descalibra, y era normal hacer ese tipo de calibración cada veinte días o un mes, esta calibración estaba autorizada para hacerlo Carlos Berríos y yo. Me acerqué a él y mi diagnóstico fue que había que enderezarla, cuando le pedí que la enderezara y le dije a Berríos que la reparara y solucionara el desperfecto, Berríos sacó los tres pernos de trabas y retiró la tapa, el Sr. Díaz llegó ahí porque iba a realizar una llamada telefónica y le dije que se apurara, en eso, me voy al área de metalmecánica, y justo cuando doblo veo que Luis Díaz hace un gesto con la mano, y veo la sangre. Por lo que yo entiendo, es que Luis Díaz, quiso ayudar a su compañero de trabajo. Él estuvo trabajando todo el día conmigo, no sé por qué estaba en la máquina. Lo vi dirigirse desde el servicio técnico a la secretaria, y le dije que se apurara. De ahí no lo volví a ver más hasta el momento del accidente. El Sr. Mori estaba muy impactado. Luis Díaz le comentó a Pablo Flores en la clínica, que había sido culpa de él y de nadie más. No es fácil perder una mano. Si se retira la “Z la máquina no puede funcionar. El Sr. Díaz en mi presencia no realizó, ninguna reparación a la máquina. Ni fue amonestado. Berríos no le pidió ayuda a Díaz, sino que pidió la autorización mía para ejercer la función, no me consta que pidió ayuda. Dentro las labores para las que fue contratado Luis Díaz y Gabriel Mori, ellos son soldadores armadores cumplen labores normales, soldadores simplemente. Luis Díaz intentó reparar la máquina, pero no hay una mayor explicación. El día del accidente sólo estaba el cono no había ningún cartel. OTRAS PRUEBAS: PERITAJE SOLICITADO POR LA DEMANDADA: Comparece el perito contador don Ernesto Alejandro Aburto Guarda, quien da cuenta del peritaje realizado. El tribunal incorpora peritaje contable el que consiste en realizar el cálculo a valor actual, según la fórmula financiera estándar, del monto correspondiente al 50% de la indemnización por incapacidad, tomando como base el monto de $ 1.740.000, que corresponde a la mitad de los emolumentos anuales del trabajador, descontando la tasa de interés libre de riesgo para el período de 35 años, y cuyo resultado final a valor presente, sobre la base de los cálculos realizados por el perito ascendió a la suma de $ 21.904.936.– SEXTO: Que, no se encuentra discutido por las partes que el día 22 de abril de 2009, en horas de la tarde, en una máquina guillotina de propiedad de la demandada Proyexión Servicios S.A., el actor Luis Díaz Lucero, sufrió un accidente laboral que le significó la amputación de su mano derecha, lo anterior, como se consignó en el motivo tercero de este fallo, fue establecido como un hecho no controvertido en esta causa. SÉPTIMO: Que, asentado lo anterior, surge como normativa legal aplicable a la cuestión debatida el artículo 184 del Código del Trabajo, norma de cuyo tenor literal se desprende que la obligación de diligencia y cuidado que la ley impone al empleador en la especie, es de mayor entidad, que la comúnmente exigida en los contratos bilaterales, pues no sólo es de cargo de aquel tomar todas las medidas de seguridad necesarias para proteger la vida y salud de sus trabajadores, sino que, además, debe hacerlo eficazmente. En consecuencia, atendido lo dispuesto en el ya citado artículo 184 del Código del Trabajo, correspondió a la empresa demandada acreditar que efectivamente tomó todas las medidas de seguridad que la naturaleza de las faenas ameritaba, para proteger eficazmente la vida y salud del dependiente don Luís Díaz Lucero, en los términos y modalidades a que legalmente estaba obligado. OCTAVO: Que de acuerdo a la prueba rendida en este juicio, en especial lo señalado por don Luis Díaz Lucero, en la diligencia de absolución de posiciones al declarar que: “Yo ya había hecho mantención a esa máquina, con Daniel Serrano, como cinco veces. Daniel Serrano me vio arreglando la máquina paso por atrás de mí, me golpeó el hombro y me dijo: “como estás Luchito, termina luego para que sigas tu trabajo, el testigos Gabriel Mori quien señala: no era la primera vez que él hacía esta reparación, él lo vio haciéndolo como dos o tres veces durante el tiempo que trabajó allí ; el testigo, Alejandro Toro que señala: Que la empresa tienen 52 trabajadores aproximadamente, de los cuales 45 son soldadores, que dentro de las labores para la que fue contratado, realizaba otras labores como algo habitual, por

con Luis Díaz en el área de servicio técnico donde estaba colocando unas chapas a unos kioscos, no se le ordenó reparar la máquina guillotina, no se le pidió ni sugirió. El desperfecto de la máquina, era que por su mecánica, hacía dos veces el trabajo y había que hacerle una calibración de una de la conexiones, denominada “Z se realiza un ajuste normal que nosotros hacíamos, la máquina siempre se descalibra, y era normal hacer ese tipo de calibración cada veinte días o un mes, esta calibración estaba autorizada para hacerlo Carlos Berríos y yo. Me acerqué a él y mi diagnóstico fue que había que enderezarla, cuando le pedí que la enderezara y le dije a Berríos que la reparara y solucionara el desperfecto, Berríos sacó los tres pernos de trabas y retiró la tapa, el Sr. Díaz llegó ahí porque iba a realizar una llamada telefónica y le dije que se apurara, en eso, me voy al área de metalmecánica, y justo cuando doblo veo que Luis Díaz hace un gesto con la mano, y veo la sangre. Por lo que yo entiendo, es que Luis Díaz, quiso ayudar a su compañero de trabajo. Él estuvo trabajando todo el día conmigo, no sé por qué estaba en la máquina. Lo vi dirigirse desde el servicio técnico a la secretaria, y le dije que se apurara. De ahí no lo volví a ver más hasta el momento del accidente. El Sr. Mori estaba muy impactado. Luis Díaz le comentó a Pablo Flores en la clínica, que había sido culpa de él y de nadie más. No es fácil perder una mano. Si se retira la “Z la máquina no puede funcionar. El Sr. Díaz en mi presencia no realizó, ninguna reparación a la máquina. Ni fue amonestado. Berríos no le pidió ayuda a Díaz, sino que pidió la autorización mía para ejercer la función, no me consta que pidió ayuda. Dentro las labores para las que fue contratado Luis Díaz y Gabriel Mori, ellos son soldadores armadores cumplen labores normales, soldadores simplemente. Luis Díaz intentó reparar la máquina, pero no hay una mayor explicación. El día del accidente sólo estaba el cono no había ningún cartel. OTRAS PRUEBAS: PERITAJE SOLICITADO POR LA DEMANDADA: Comparece el perito contador don Ernesto Alejandro Aburto Guarda, quien da cuenta del peritaje realizado. El tribunal incorpora peritaje contable el que consiste en realizar el cálculo a valor actual, según la fórmula financiera estándar, del monto correspondiente al 50% de la indemnización por incapacidad, tomando como base el monto de $ 1.740.000, que corresponde a la mitad de los emolumentos anuales del trabajador, descontando la tasa de interés libre de riesgo para el período de 35 años, y cuyo resultado final a valor presente, sobre la base de los cálculos realizados por el perito ascendió a la suma de $ 21.904.936.– SEXTO: Que, no se encuentra discutido por las partes que el día 22 de abril de 2009, en horas de la tarde, en una máquina guillotina de propiedad de la demandada Proyexión Servicios S.A., el actor Luis Díaz Lucero, sufrió un accidente laboral que le significó la amputación de su mano derecha, lo anterior, como se consignó en el motivo tercero de este fallo, fue establecido como un hecho no controvertido en esta causa. SÉPTIMO: Que, asentado lo anterior, surge como normativa legal aplicable a la cuestión debatida el artículo 184 del Código del Trabajo, norma de cuyo tenor literal se desprende que la obligación de diligencia y cuidado que la ley impone al empleador en la especie, es de mayor entidad, que la comúnmente exigida en los contratos bilaterales, pues no sólo es de cargo de aquel tomar todas las medidas de seguridad necesarias para proteger la vida y salud de sus trabajadores, sino que, además, debe hacerlo eficazmente. En consecuencia, atendido lo dispuesto en el ya citado artículo 184 del Código del Trabajo, correspondió a la empresa demandada acreditar que efectivamente tomó todas las medidas de seguridad que la naturaleza de las faenas ameritaba, para proteger eficazmente la vida y salud del dependiente don Luís Díaz Lucero, en los términos y modalidades a que legalmente estaba obligado. OCTAVO: Que de acuerdo a la prueba rendida en este juicio, en especial lo señalado por don Luis Díaz Lucero, en la diligencia de absolución de posiciones al declarar que: “Yo ya había hecho mantención a esa máquina, con Daniel Serrano, como cinco veces. Daniel Serrano me vio arreglando la máquina paso por atrás de mí, me golpeó el hombro y me dijo: “como estás Luchito, termina luego para que sigas tu trabajo, el testigos Gabriel Mori quien señala: no era la primera vez que él hacía esta reparación, él lo vio haciéndolo como dos o tres veces durante el tiempo que trabajó allí ; el testigo, Alejandro Toro que señala: Que la empresa tienen 52 trabajadores aproximadamente, de los cuales 45 son soldadores, que dentro de las labores para la que fue contratado, realizaba otras labores como algo habitual, por ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

563

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

orden del Jefe directo Daniel Serrano, este sentenciador, se ha formado convicción que la reparación o calibración de la máquina guillotina, en los términos en que se estaba realizando el día del accidente, se había transformado en un acto habitual en la empresa, en este caso por parte de Luis Díaz. Lo anterior por cuanto, resulta contrario a toda lógica y a la experiencia en este tipo de casos, que un trabajador no especializado, sin capacitación, o sin haber tenido a lo menos una experiencia o contacto anterior con una máquina de las características de aquella en la cual ocurrió el accidente, intente voluntariamente repararla en los términos en que Luis Díaz lo estaba haciendo el día del accidente. En efecto, y tal como lo señala el técnico especialista y testigo de la demandada don Carlos Ardiles, “cualquier persona puede hacer algún tipo de regulación” sin embargo, agrega a su declaración, esto se puede realizar “si se conoce la máquina”, señalando que se “instruye a dos o tres personas para la reparación de averías” no habiéndose acreditado ante este Tribunal por parte de la demandada que fuese Luis Díaz, uno de esos instruidos, sin embargo, claro queda que éste, habría realizado más de una reparación a la máquina en cuestión, con anterioridad al accidente. NOVENO: Que, lo establecido en el motivo precedente no resulta desvirtuado con la testimonial rendida por la demandada en la audiencia de juicio consistente en las declaraciones de Carlos Berríos González, Daniel Serrano Cossio, Ricardo Raúl Bustos Álvarez, quien por lo demás, no estaba presente al momento de los hechos– por ser contradictorias con el resto de las probanzas y por carecer de la suficiente verosimilitud, en cuanto a que hubiese existido una exposición imprudente al daño por parte del Trabajador accidentado, como lo señala el demandado al haber tratado de ayudar a un trabajador de la empresa en la resolución de un problema mecánico, agregando este que el accidente no se hubiera producido, si el trabajador no hubiese decidido realizar labores absolutamente ajenas a las encomendadas, sino por el contrario, esta defensa del demandado, pierde todo sustento, desde que es su propio testigo, el Sr. Berríos, quien señala que Luis Díaz, había realizado reparaciones con anterioridad a la máquina, y por su parte, Daniel Serrano, señala que Luis Díaz y Gabriel Mori, habrían sido contratados como soldadores armadores y cumplían funciones normales de “soldadores” simplemente, lo que está en abierta contradicción con lo declarado por el Sr. Toro, quien señala que los soldadores realizan otras labores ajenas a sus funciones por orden del propio Sr. Daniel Serrano, lo que parece más acorde con la realidad, ya que el Sr. Serrano es el jefe de Metalmecánica y quien daba las órdenes a los soldadores. Asimismo, se concluye del mérito de la prueba testimonial referida, que es con el propio Sr. Serrano, con quien estuvo trabajando el actor durante todo el día en el área de servicio técnico el día del accidente, y estando un trabajador desempeñando funciones con su jefe directo, con quien además debía ese día seguir trabajando, ya que la jornada laboral finalizaba alrededor de las 20:00 horas, y el accidente ocurrió cerca de las 18:20, no se ausenta para realizar labores de otra índole, sin una orden, autorización, aquiescencia o beneplácito de su superior, ya que existe un justo temor reverencial del trabajador, frente a un llamado de atención, regaño, reprimenda o amonestación por parte del jefe, a quien tiene precisamente trabajando a su lado, tal como lo confirma el propio Daniel Serrano al declarar “Ese día me encontraba con Luis Díaz en el área de servicio técnico donde estaba colocando unas chapas a unos kioscos”. Tampoco resulta desvirtuado lo establecido en el motivo anterior, con la prueba documental incorporada por el demandado consistente en distintas facturas de mantención de la máquina, ya que es el propio técnico, quien además vendió la máquina guillotina a la empresa Proyexión Servicios, don Carlos Ardiles, quien señala en su declaración ante estrados, que la descalibración de la máquina la podía arreglar cualquier operador que tuviera conocimiento de ella, por lo que el hecho que se le hayan encargado algunas mantenciones específicas, no obsta a que en la empresa se realizaran otras por parte de los trabajadores, como la que precisamente estaba realizando Luis Díaz, quien como ya se dijo, había realizado reparaciones anteriores en la máquina, por lo que no era extraña para nadie su presencia reparando esta. En conclusión y, aplicando los principios que rigen las relaciones labores como el de primacía de la realidad y el de la experiencia, llevan a concluir que el actor, se vio obligado a ayudar a Carlos Berríos en la reparación de la máquina guillotina, lo anterior con la aquiescencia de su jefe directo Daniel Serrano, quien en ningún momento impidió que dicha ayuda se concretara.

564

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

orden del Jefe directo Daniel Serrano, este sentenciador, se ha formado convicción que la reparación o calibración de la máquina guillotina, en los términos en que se estaba realizando el día del accidente, se había transformado en un acto habitual en la empresa, en este caso por parte de Luis Díaz. Lo anterior por cuanto, resulta contrario a toda lógica y a la experiencia en este tipo de casos, que un trabajador no especializado, sin capacitación, o sin haber tenido a lo menos una experiencia o contacto anterior con una máquina de las características de aquella en la cual ocurrió el accidente, intente voluntariamente repararla en los términos en que Luis Díaz lo estaba haciendo el día del accidente. En efecto, y tal como lo señala el técnico especialista y testigo de la demandada don Carlos Ardiles, “cualquier persona puede hacer algún tipo de regulación” sin embargo, agrega a su declaración, esto se puede realizar “si se conoce la máquina”, señalando que se “instruye a dos o tres personas para la reparación de averías” no habiéndose acreditado ante este Tribunal por parte de la demandada que fuese Luis Díaz, uno de esos instruidos, sin embargo, claro queda que éste, habría realizado más de una reparación a la máquina en cuestión, con anterioridad al accidente. NOVENO: Que, lo establecido en el motivo precedente no resulta desvirtuado con la testimonial rendida por la demandada en la audiencia de juicio consistente en las declaraciones de Carlos Berríos González, Daniel Serrano Cossio, Ricardo Raúl Bustos Álvarez, quien por lo demás, no estaba presente al momento de los hechos– por ser contradictorias con el resto de las probanzas y por carecer de la suficiente verosimilitud, en cuanto a que hubiese existido una exposición imprudente al daño por parte del Trabajador accidentado, como lo señala el demandado al haber tratado de ayudar a un trabajador de la empresa en la resolución de un problema mecánico, agregando este que el accidente no se hubiera producido, si el trabajador no hubiese decidido realizar labores absolutamente ajenas a las encomendadas, sino por el contrario, esta defensa del demandado, pierde todo sustento, desde que es su propio testigo, el Sr. Berríos, quien señala que Luis Díaz, había realizado reparaciones con anterioridad a la máquina, y por su parte, Daniel Serrano, señala que Luis Díaz y Gabriel Mori, habrían sido contratados como soldadores armadores y cumplían funciones normales de “soldadores” simplemente, lo que está en abierta contradicción con lo declarado por el Sr. Toro, quien señala que los soldadores realizan otras labores ajenas a sus funciones por orden del propio Sr. Daniel Serrano, lo que parece más acorde con la realidad, ya que el Sr. Serrano es el jefe de Metalmecánica y quien daba las órdenes a los soldadores. Asimismo, se concluye del mérito de la prueba testimonial referida, que es con el propio Sr. Serrano, con quien estuvo trabajando el actor durante todo el día en el área de servicio técnico el día del accidente, y estando un trabajador desempeñando funciones con su jefe directo, con quien además debía ese día seguir trabajando, ya que la jornada laboral finalizaba alrededor de las 20:00 horas, y el accidente ocurrió cerca de las 18:20, no se ausenta para realizar labores de otra índole, sin una orden, autorización, aquiescencia o beneplácito de su superior, ya que existe un justo temor reverencial del trabajador, frente a un llamado de atención, regaño, reprimenda o amonestación por parte del jefe, a quien tiene precisamente trabajando a su lado, tal como lo confirma el propio Daniel Serrano al declarar “Ese día me encontraba con Luis Díaz en el área de servicio técnico donde estaba colocando unas chapas a unos kioscos”. Tampoco resulta desvirtuado lo establecido en el motivo anterior, con la prueba documental incorporada por el demandado consistente en distintas facturas de mantención de la máquina, ya que es el propio técnico, quien además vendió la máquina guillotina a la empresa Proyexión Servicios, don Carlos Ardiles, quien señala en su declaración ante estrados, que la descalibración de la máquina la podía arreglar cualquier operador que tuviera conocimiento de ella, por lo que el hecho que se le hayan encargado algunas mantenciones específicas, no obsta a que en la empresa se realizaran otras por parte de los trabajadores, como la que precisamente estaba realizando Luis Díaz, quien como ya se dijo, había realizado reparaciones anteriores en la máquina, por lo que no era extraña para nadie su presencia reparando esta. En conclusión y, aplicando los principios que rigen las relaciones labores como el de primacía de la realidad y el de la experiencia, llevan a concluir que el actor, se vio obligado a ayudar a Carlos Berríos en la reparación de la máquina guillotina, lo anterior con la aquiescencia de su jefe directo Daniel Serrano, quien en ningún momento impidió que dicha ayuda se concretara.

564

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

565

Que, aún cuando se hubiere concluido que el trabajador tuvo algún grado de culpa en lo ocurrido, no obsta a que el empleador igual incurriera en culpa, pues no había adoptado ninguna clase de medidas de seguridad especiales para el sector de la guillotina, ni había un instructivo o manual que estableciera cómo efectuar las labores de mantención o mantenimiento, entre otras falencias. Por ello de todas formas se concluiría que la parte demandada no dio cumplimiento a lo indicado en el ya citado artículo 184. DÉCIMO: Que, atento a lo establecido precedentemente, no habiéndose acreditado suficientemente por la parte demandada que mantenga las medidas de seguridad y supervigilancia auténtica en cuanto a la forma como deba o haya de desarrollarse la actividad del actor, como debió hacerlo, corresponde concluir que, el accidente sufrido por don Luis Díaz Lucero, y el resultado dañoso producido a su salud, tuvo como causa inmediata y directa la omisión inaceptable de la demandada respecto a velar y supervigilar el estricto cumplimiento de la obligación que le impone el artículo 184 del Código del Trabajo UNDÉCIMO: Que, con el mérito a lo establecido y concluido en los fundamentos precedentes, se rechazan todas y cada una de las alegaciones efectuadas por la demandada, en el sentido que el actor se expuso imprudentemente al daño sufrido a consecuencia del accidente del trabajo. DECIMOSEGUNDO: Que, respecto al daño moral, cuya concepción y aplicación como consecuencia de la responsabilidad extra contractual y contractual, muy particularmente esta última, se ha incrementado por la vía de la creación jurisprudencial, para concordar en que éste se identifica con los dolores y turbaciones psíquicas que derivan del quebranto padecido. Así nuestros tribunales han dicho que el daño moral es el dolor, la aflicción, el pesar en la víctima o en sus parientes más cercanos o aquel que consiste en el dolor psíquico y aún físico que se experimenta a raíz de un suceso determinado. Estos daños, en consecuencia, son aquéllos que se refieren al patrimonio espiritual, a los bienes inmateriales, tales como la salud, el honor, la libertad y otros análogos. Que, sin embargo, otra cosa es el quantum de la indemnización por daño moral el cual, ciertamente, no es compensatorio, desde que no es objetivamente dimensionable, sino que debe ser sólo reparatorio, por lo que debe estar destinado a morigerar, disminuir o atenuar las consecuencias del mal sufrido, en consecuencia, en el caso en comento resulta evidente que el demandante, experimentó dolor y sufrimiento, como consecuencia de la amputación de su mano derecha, y tal como lo señala el testigo John Molina, profesional que efectuó la evaluación psicológica al actor, con el objeto de determinar la existencia del daño afectivo y moral producto del accidente sufrido y quien declaró en la audiencia de juicio respecto de su informe, concluyendo que, el demandante sufre todos los signos de un estrés post traumático producto de la entidad de la lesión sufrida, y asimismo, tomando en consideración la edad del demandante, quien en la actualidad tiene 30 años, esto es, una edad en la que mayoritariamente las personas se encuentran es su etapa más productiva desde el punto de vista laboral, más fértil también en materia de planes y proyectos de vida, que no tenía enfermedades inhabilitantes previas, que practicaba futbol y participaba en un club de rayuela en los que su mano derecha, de la que se encuentra privado como consecuencia de la amputación sufrida en el accidente laboral materia de autos, era una condición para efectuarlas, que realizaba en forma habitual su trabajo de soldador, actividad que, de acuerdo a lo señalado por el psicólogo evaluador, no podrá volver a realizar; teniendo presente, además, su rol proveedor en un grupo familiar donde existe una hija pequeña Ruby Angélica Díaz Alarcón de tan sólo 3 años de edad, quien presenta problemas cognitivos, y depende económicamente de su padre, y por último y sin perder de vista el Tribunal que la indemnización que se procure por esta vía tiene por objeto reparar, aunque sea en parte, el daño moral experimentado por el actor, éste se estimará prudencialmente en la suma de $ 55.000.000 (cincuenta y cinco millones de pesos). DECIMOTERCERO: Que, el demandante solicita el pago de la suma de $ 63.000.000– a título de lucro cesante, fundado en que ha sufrido una merma en su patrimonio desde que se ha disminuido su capacidad laboral futura, en un alto porcentaje en atención al hecho de que el monto de su remuneración, ascendía aproximadamente a $ 300.000, mensuales, se multiplica $ 300.000 por 12 ( para obtener la remuneración anual) y luego por 35 (años que van desde esta fecha hasta que cumpla 65 años de edad) resulta un total de $ 126.000.000. Luego aplica de forma prudencial una disminución de

Que, aún cuando se hubiere concluido que el trabajador tuvo algún grado de culpa en lo ocurrido, no obsta a que el empleador igual incurriera en culpa, pues no había adoptado ninguna clase de medidas de seguridad especiales para el sector de la guillotina, ni había un instructivo o manual que estableciera cómo efectuar las labores de mantención o mantenimiento, entre otras falencias. Por ello de todas formas se concluiría que la parte demandada no dio cumplimiento a lo indicado en el ya citado artículo 184. DÉCIMO: Que, atento a lo establecido precedentemente, no habiéndose acreditado suficientemente por la parte demandada que mantenga las medidas de seguridad y supervigilancia auténtica en cuanto a la forma como deba o haya de desarrollarse la actividad del actor, como debió hacerlo, corresponde concluir que, el accidente sufrido por don Luis Díaz Lucero, y el resultado dañoso producido a su salud, tuvo como causa inmediata y directa la omisión inaceptable de la demandada respecto a velar y supervigilar el estricto cumplimiento de la obligación que le impone el artículo 184 del Código del Trabajo UNDÉCIMO: Que, con el mérito a lo establecido y concluido en los fundamentos precedentes, se rechazan todas y cada una de las alegaciones efectuadas por la demandada, en el sentido que el actor se expuso imprudentemente al daño sufrido a consecuencia del accidente del trabajo. DECIMOSEGUNDO: Que, respecto al daño moral, cuya concepción y aplicación como consecuencia de la responsabilidad extra contractual y contractual, muy particularmente esta última, se ha incrementado por la vía de la creación jurisprudencial, para concordar en que éste se identifica con los dolores y turbaciones psíquicas que derivan del quebranto padecido. Así nuestros tribunales han dicho que el daño moral es el dolor, la aflicción, el pesar en la víctima o en sus parientes más cercanos o aquel que consiste en el dolor psíquico y aún físico que se experimenta a raíz de un suceso determinado. Estos daños, en consecuencia, son aquéllos que se refieren al patrimonio espiritual, a los bienes inmateriales, tales como la salud, el honor, la libertad y otros análogos. Que, sin embargo, otra cosa es el quantum de la indemnización por daño moral el cual, ciertamente, no es compensatorio, desde que no es objetivamente dimensionable, sino que debe ser sólo reparatorio, por lo que debe estar destinado a morigerar, disminuir o atenuar las consecuencias del mal sufrido, en consecuencia, en el caso en comento resulta evidente que el demandante, experimentó dolor y sufrimiento, como consecuencia de la amputación de su mano derecha, y tal como lo señala el testigo John Molina, profesional que efectuó la evaluación psicológica al actor, con el objeto de determinar la existencia del daño afectivo y moral producto del accidente sufrido y quien declaró en la audiencia de juicio respecto de su informe, concluyendo que, el demandante sufre todos los signos de un estrés post traumático producto de la entidad de la lesión sufrida, y asimismo, tomando en consideración la edad del demandante, quien en la actualidad tiene 30 años, esto es, una edad en la que mayoritariamente las personas se encuentran es su etapa más productiva desde el punto de vista laboral, más fértil también en materia de planes y proyectos de vida, que no tenía enfermedades inhabilitantes previas, que practicaba futbol y participaba en un club de rayuela en los que su mano derecha, de la que se encuentra privado como consecuencia de la amputación sufrida en el accidente laboral materia de autos, era una condición para efectuarlas, que realizaba en forma habitual su trabajo de soldador, actividad que, de acuerdo a lo señalado por el psicólogo evaluador, no podrá volver a realizar; teniendo presente, además, su rol proveedor en un grupo familiar donde existe una hija pequeña Ruby Angélica Díaz Alarcón de tan sólo 3 años de edad, quien presenta problemas cognitivos, y depende económicamente de su padre, y por último y sin perder de vista el Tribunal que la indemnización que se procure por esta vía tiene por objeto reparar, aunque sea en parte, el daño moral experimentado por el actor, éste se estimará prudencialmente en la suma de $ 55.000.000 (cincuenta y cinco millones de pesos). DECIMOTERCERO: Que, el demandante solicita el pago de la suma de $ 63.000.000– a título de lucro cesante, fundado en que ha sufrido una merma en su patrimonio desde que se ha disminuido su capacidad laboral futura, en un alto porcentaje en atención al hecho de que el monto de su remuneración, ascendía aproximadamente a $ 300.000, mensuales, se multiplica $ 300.000 por 12 ( para obtener la remuneración anual) y luego por 35 (años que van desde esta fecha hasta que cumpla 65 años de edad) resulta un total de $ 126.000.000. Luego aplica de forma prudencial una disminución de ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

565

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

566

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

su capacidad de ganancias, ya que por su condición de soldador o trabajador sin mayor capacitación, requiere tener sus dos manos en perfectas condiciones, de un 50%, resulta el monto demandado. DECIMOCUARTO: Que, la indemnización por lucro cesante tiene por objeto compensar lo que la víctima haya dejado de ganar o dejará de percibir en el futuro, por efecto del daño sufrido, por efecto del daño sufrido, y la determinación del lucro cesante, debe corresponder u obedecer, a criterios objetivos y comprobados, y en la especie, si bien es cierto se ha establecido la entidad de la lesiones sufridas por el actor, no es menos cierto que, no existen antecedentes suficientes en orden a acreditar que el actor haya dejado de ganar o dejará de percibir en el futuro por efecto del daño sufrido, y por ende, no resultando útiles al efecto las pretensiones basadas en posibilidades. De otro lado, debe apreciarse que el demandante se encuentra acogido al seguro contra riesgos de accidentes del trabajo que establece la ley Nº 16.744. Que, conforme a lo antes expuesto, se estima procedente rechazar la pretensión de pago por concepto de lucro cesante. DECIMOQUINTO: Que, la prueba se apreció de conformidad a las reglas de la sana critica, y que la demás prueba documental y pericial incorporada, en nada alteran las conclusiones expresadas en los fundamentos anteriores. Y visto lo dispuesto en los artículos 19 N° 1 de la Constitución Política de la República, 7, 184, 446 y siguientes del Código del Trabajo, artículo 66 bis de la ley Nº 16.744 y decreto supremo Nº 76 del Ministerio del Trabajo, se declara: I.– Que, SE ACOGE la demanda deducida, en cuanto se declara que el día 22 de abril de 2009, don Luis Alberto Díaz Lucero prestaba servicios para la demandada Proyexión Servicios S.A. cuando sufrió la amputación completa de su mano derecha, accidente respecto del cual a la citada sociedad le asiste responsabilidad en razón de no haber cumplido con su obligación como lo dispone el artículo 184 del Código del Trabajo y, como consecuencia, deberá pagarle la suma de $ 55.000.000.– por concepto de daño moral, con más el reajuste que prevé el artículo 63 del Código del Trabajo. II.– Que, SE RECHAZA la demanda en las demás pretensiones. III.– Que, NO SE CONDENA a la demandada al pago de las costas de la causa, en razón de no haber resultado totalmente vencida. IV.– Ejecutoriada esta sentencia, cúmplase lo dispuesto en ella, dentro de quinto día. En caso contrario, certifíquese dicha circunstancia y pasen los antecedentes al Juzgado de Cobranza Laboral y Previsional. Regístrese, notifíquese a las partes y archívese en su oportunidad. Dictada por don Ricardo Antonio Araya Pérez, Juez Titular, de este Segundo Juzgado de Letras del Trabajo de Santiago. RIT O-80-2009

su capacidad de ganancias, ya que por su condición de soldador o trabajador sin mayor capacitación, requiere tener sus dos manos en perfectas condiciones, de un 50%, resulta el monto demandado. DECIMOCUARTO: Que, la indemnización por lucro cesante tiene por objeto compensar lo que la víctima haya dejado de ganar o dejará de percibir en el futuro, por efecto del daño sufrido, por efecto del daño sufrido, y la determinación del lucro cesante, debe corresponder u obedecer, a criterios objetivos y comprobados, y en la especie, si bien es cierto se ha establecido la entidad de la lesiones sufridas por el actor, no es menos cierto que, no existen antecedentes suficientes en orden a acreditar que el actor haya dejado de ganar o dejará de percibir en el futuro por efecto del daño sufrido, y por ende, no resultando útiles al efecto las pretensiones basadas en posibilidades. De otro lado, debe apreciarse que el demandante se encuentra acogido al seguro contra riesgos de accidentes del trabajo que establece la ley Nº 16.744. Que, conforme a lo antes expuesto, se estima procedente rechazar la pretensión de pago por concepto de lucro cesante. DECIMOQUINTO: Que, la prueba se apreció de conformidad a las reglas de la sana critica, y que la demás prueba documental y pericial incorporada, en nada alteran las conclusiones expresadas en los fundamentos anteriores. Y visto lo dispuesto en los artículos 19 N° 1 de la Constitución Política de la República, 7, 184, 446 y siguientes del Código del Trabajo, artículo 66 bis de la ley Nº 16.744 y decreto supremo Nº 76 del Ministerio del Trabajo, se declara: I.– Que, SE ACOGE la demanda deducida, en cuanto se declara que el día 22 de abril de 2009, don Luis Alberto Díaz Lucero prestaba servicios para la demandada Proyexión Servicios S.A. cuando sufrió la amputación completa de su mano derecha, accidente respecto del cual a la citada sociedad le asiste responsabilidad en razón de no haber cumplido con su obligación como lo dispone el artículo 184 del Código del Trabajo y, como consecuencia, deberá pagarle la suma de $ 55.000.000.– por concepto de daño moral, con más el reajuste que prevé el artículo 63 del Código del Trabajo. II.– Que, SE RECHAZA la demanda en las demás pretensiones. III.– Que, NO SE CONDENA a la demandada al pago de las costas de la causa, en razón de no haber resultado totalmente vencida. IV.– Ejecutoriada esta sentencia, cúmplase lo dispuesto en ella, dentro de quinto día. En caso contrario, certifíquese dicha circunstancia y pasen los antecedentes al Juzgado de Cobranza Laboral y Previsional. Regístrese, notifíquese a las partes y archívese en su oportunidad. Dictada por don Ricardo Antonio Araya Pérez, Juez Titular, de este Segundo Juzgado de Letras del Trabajo de Santiago. RIT O-80-2009

566

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

567

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol N°: 4442-2009 Cita online: CL/JUR/9490/2009 I. SENTENCIA DE PRIMER GRADO San Felipe, trece de febrero dos mil nueve. Vistos: Se tramitan estos autos rol 19.326, caratulados “Olivares con Desarrollo Agrario S.A.”, demanda deducida por Martín Octavio Olivares Vera, trabajador agrícola, domiciliado en calle Las Palmas, Población 21 de Mayo N° 435, Llay Llay y en contra de su ex–empleador, la empresa agrícola “Desarrollo Agrario S.A.”, con domicilio en Las Peñas s/n°, Llay Llay, representada por D. Jorge Schmidt Girotti, del mismo domicilio de su representada, con el objeto que se la admita a tramitación y se condene a la demandada al pago de las sumas de $ 80.000.000 por daño moral y $ 2.880.000, por lucro cesante o las cantidades que el tribunal determine, con los reajustes, intereses y costas. A fs. 32 la demandada opuso excepciones de incompetencia y de prescripción y en subsidio, contesta la demanda, solicitando su total rechazo y condena en costas, por carecer de fundamentos, como explica en su presentación; a fs 56 se dicta el auto de prueba, teniendo lugar a fs 91 la audiencia de conciliación y prueba, asistiendo ambas partes; llamadas a conciliación, no se produjo; luego rinden prueba documental las partes y la demandada, pruebas confesional y testimonial. A fs. 117, se citó a las partes para oír sentencia. Considerando: Excepción de incompetencia. PRIMERO.– Que, la parte demandada opone en lo principal de fs. 32 la excepción de incompetencia del tribunal, basado en que el actor pretende cobrar por la vía laboral un daño moral, debiendo éste ser reclamado por la vía civil. SEGUNDO.– Que, analizando la pretensión de la demandada, decidiremos su rechazo porque siempre que se persiga la responsabilidad contractual derivada de un accidente del trabajo que tenga su origen en la culpa de la entidad empleadora, la competencia corresponderá al tribunal laboral. Excepción de prescripción. TERCERO.– Que, la demandada en el primer otrosí de fs. 32 opone la excepción de prescripción de la acción, señalando que habiéndose producido el accidente el 20 de enero del 2003, por haberse presentado la demanda el 28 de enero del 2008, esto es, 5 años y 8 días después, las acciones dirigidas a reclamar las indemnizaciones que señala el actor, han prescrito 8 días antes de la interposición de la demanda. CUARTO.– Que, teniendo presente que en materia de riesgos de accidentes del trabajo, la norma aplicable es la ley 16.744, la que en su artículo 69 contempla una regla especial, que dispone:...”cuando el accidente o enfermedad se deba a culpa o dolo de la entidad empleadora o de un tercero, sin perjuicio de las acciones criminales que procedan, deben observarse las siguientes reglas:... b) La víctima y las demás personas a quienes el accidente o enfermedad cause daño, podrán reclamar al empleador o al tercero responsable del accidente también las otras indemnizaciones a que tenga derecho, con arreglo a las prescripciones del derecho común, incluso el daño moral”,...norma que no distingue si se demanda la responsabilidad contractual o la extracontractual. De acuerdo a lo dispuesto por el artículo 62 de la ley 16.744, que establece la facultad de reevaluar la incapacidad del accidentado, en el caso que a la primera le sucedan otra u otras y apareciendo de los antecedentes de autos que Olivares Vera fue reevaluado por la Asociación Chilena de Seguridad mediante la resolución N° 012000480 del 25 de marzo del 2008, concluyendo que el grado de incapacidad que tendrá a futuro el trabajador será del 40%, debe estimarse que el plazo de prescripción alegado por la demandada no ha transcurrido, por lo que esta excepción también será rechazada. En cuanto al fondo. QUINTO.– Que, a fs. 4 D. Martín Octavio Olivares Vera demanda en juicio ordinario a su ex empleadora –Desarrollo Agrario–, por los hechos que señala. Expresa que trabajaba para la demandada como

San Felipe, trece de febrero dos mil nueve. Vistos: Se tramitan estos autos rol 19.326, caratulados “Olivares con Desarrollo Agrario S.A.”, demanda deducida por Martín Octavio Olivares Vera, trabajador agrícola, domiciliado en calle Las Palmas, Población 21 de Mayo N° 435, Llay Llay y en contra de su ex–empleador, la empresa agrícola “Desarrollo Agrario S.A.”, con domicilio en Las Peñas s/n°, Llay Llay, representada por D. Jorge Schmidt Girotti, del mismo domicilio de su representada, con el objeto que se la admita a tramitación y se condene a la demandada al pago de las sumas de $ 80.000.000 por daño moral y $ 2.880.000, por lucro cesante o las cantidades que el tribunal determine, con los reajustes, intereses y costas. A fs. 32 la demandada opuso excepciones de incompetencia y de prescripción y en subsidio, contesta la demanda, solicitando su total rechazo y condena en costas, por carecer de fundamentos, como explica en su presentación; a fs 56 se dicta el auto de prueba, teniendo lugar a fs 91 la audiencia de conciliación y prueba, asistiendo ambas partes; llamadas a conciliación, no se produjo; luego rinden prueba documental las partes y la demandada, pruebas confesional y testimonial. A fs. 117, se citó a las partes para oír sentencia. Considerando: Excepción de incompetencia. PRIMERO.– Que, la parte demandada opone en lo principal de fs. 32 la excepción de incompetencia del tribunal, basado en que el actor pretende cobrar por la vía laboral un daño moral, debiendo éste ser reclamado por la vía civil. SEGUNDO.– Que, analizando la pretensión de la demandada, decidiremos su rechazo porque siempre que se persiga la responsabilidad contractual derivada de un accidente del trabajo que tenga su origen en la culpa de la entidad empleadora, la competencia corresponderá al tribunal laboral. Excepción de prescripción. TERCERO.– Que, la demandada en el primer otrosí de fs. 32 opone la excepción de prescripción de la acción, señalando que habiéndose producido el accidente el 20 de enero del 2003, por haberse presentado la demanda el 28 de enero del 2008, esto es, 5 años y 8 días después, las acciones dirigidas a reclamar las indemnizaciones que señala el actor, han prescrito 8 días antes de la interposición de la demanda. CUARTO.– Que, teniendo presente que en materia de riesgos de accidentes del trabajo, la norma aplicable es la ley 16.744, la que en su artículo 69 contempla una regla especial, que dispone:...”cuando el accidente o enfermedad se deba a culpa o dolo de la entidad empleadora o de un tercero, sin perjuicio de las acciones criminales que procedan, deben observarse las siguientes reglas:... b) La víctima y las demás personas a quienes el accidente o enfermedad cause daño, podrán reclamar al empleador o al tercero responsable del accidente también las otras indemnizaciones a que tenga derecho, con arreglo a las prescripciones del derecho común, incluso el daño moral”,...norma que no distingue si se demanda la responsabilidad contractual o la extracontractual. De acuerdo a lo dispuesto por el artículo 62 de la ley 16.744, que establece la facultad de reevaluar la incapacidad del accidentado, en el caso que a la primera le sucedan otra u otras y apareciendo de los antecedentes de autos que Olivares Vera fue reevaluado por la Asociación Chilena de Seguridad mediante la resolución N° 012000480 del 25 de marzo del 2008, concluyendo que el grado de incapacidad que tendrá a futuro el trabajador será del 40%, debe estimarse que el plazo de prescripción alegado por la demandada no ha transcurrido, por lo que esta excepción también será rechazada. En cuanto al fondo. QUINTO.– Que, a fs. 4 D. Martín Octavio Olivares Vera demanda en juicio ordinario a su ex empleadora –Desarrollo Agrario–, por los hechos que señala. Expresa que trabajaba para la demandada como

I. SENTENCIA DE PRIMER GRADO

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol N°: 4442-2009 Cita online: CL/JUR/9490/2009 ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

567

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

trabajador agrícola, con una jornada de trabajo de 45 horas semanales, siendo su contrato de duración indefinida. Su remuneración mensual era de $ 150.000, más bonos de colación y de locomoción por $ 400 diarios por día trabajado. Agrega que el 20 de enero 2003 se presentó a trabajar como todos los días y aproximadamente a las 16 horas, mientras se encontraba haciendo un techo falso al aire libre con una malla plástica contra el sol; al traer una grúa horquilla que tenía un bin plástico, el actor se subió en él para continuar en el trabajo desde la altura y en ese momento, el tractor se mueve y el actor cae desde una altura aproximada a los 2 metros. Posteriormente, trabajadores de la misma empresa lo subieron a una camioneta para trasladarlo hasta el policlínico de la AChS en San Felipe, donde se le constató una luxofractura expuesta de su tobillo derecho grado 1, que motivó exámenes preoperatorios e intervención quirúrgica, efectuándose una reducción cruenta y osteosíntesis con tornillos, agujas y tornillo de situación, dándole luego el alta hospitalaria y comenzando el proceso de rehabilitación con fisiokinoterapia. Sin embargo, un año y siete meses más tarde en el Hospital del Trabajador en Santiago se comprobó una lesión en el cartílago tibial, concluyéndose que el paciente es candidato a artrosis de tobillo derecho, practicándose una nueva cirugía el 15 de octubre 2004; sin embargo, después de estos procedimientos el actor sigue con dolores y malestares, sin que sea posible darle el alta definitiva. Que, este accidente se produjo debido a la negligencia de la demandada, por no tomar todas las medidos necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de los trabajadores y sin cumplir los deberes de seguridad que establece el Código del Trabajo y las normas de la ley 16.744, sobre accidentes del trabajo y enfermedades profesionales. Por lo expuesto, ante el sufrimiento, lesión material, heridas y las múltiples operaciones quirúrgicas a que fuera sometido, a consecuencia de las cuales quedó con una pérdida de su capacidad de trabajo aparte de la aflicción y pesar provocados por el accidente del trabajo, expresa que tales daños morales deben ser reparados por la demandada con una suma no inferior a los $ 80.000.000, además de la reparación del daño emergente y del lucro cesante. Solicita acoger a tramitación la presente demanda y condenar a la demandada al pago de las sumas de $ 80.000.000 como indemnización por el daño moral y la suma de $ 2.800.000, como lucro cesante o las cantidades que determine el tribunal, con reajustes, intereses y costas. SEXTO.– La demandada contesta a fs 32, oponiendo la excepción de incompetencia del tribunal para que el tribunal se declare incompetente para conocer este asunto, en atención a que de acuerdo al artículo 69 de la ley 16.744, se trataría de una responsabilidad extracontractual, propia de la jurisdicción civil, porque “ no conocerán los tribunales laborales, las acciones por las que, se persiga la reparación del daño moral sufrido por el actor, sino que este tipo de indemnizaciones debe impetrarse con arreglo a las prescripciones del derecho común”. Luego, contesta la demanda pidiendo su total rechazo con expresa condenación en costas, por carecer de fundamentos de hecho y de derecho, como lo explica a continuación. En primer término, opone la excepción de prescripción extintiva de la obligación, atendido que siendo la fecha del accidente el 20 de enero del 2003, la demanda fue interpuesta el 28 de enero del 2008, esto es, 5 años y 8 días después del accidente y siendo el plazo para reclamar la indemnización de perjuicios derivados de accidentes del trabajo de 5 años desde la fecha del accidente del trabajo, conforme al artículo 79 de la ley 16.744, el plazo para reclamar estas prestaciones ha prescrito. Al respecto, acompaña jurisprudencia ilustrativa. Además y para el caso que se rechace la excepción de incompetencia referida, expresa que a la fecha del accidente, el trabajador se desempeñaba como trabajador de temporada y como tal, se encontraba incorporado a su contrato de trabajo el Reglamento Interno de la empresa. SÉPTIMO.– Que, en consecuencia, las materias controvertidas entre las partes serán las siguientes: “efectividad que haya ocurrido el accidente y las lesiones del actor”; “existencia de medidas de seguridad en la faena”; “cumplimiento por parte del actor de las instrucciones señaladas en el Reglamento de Seguridad”; “efectividad de haber sufrido el actor, a consecuencias del accidente, los perjuicios que señala y quién es el responsable del accidente sufrido por el actor”. OCTAVO.– El actor, para acreditar los supuestos de la acción, rinde prueba instrumental, consistente en el contrato de trabajo suscrito entre las partes, que se agrega a fs 4.

568

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

trabajador agrícola, con una jornada de trabajo de 45 horas semanales, siendo su contrato de duración indefinida. Su remuneración mensual era de $ 150.000, más bonos de colación y de locomoción por $ 400 diarios por día trabajado. Agrega que el 20 de enero 2003 se presentó a trabajar como todos los días y aproximadamente a las 16 horas, mientras se encontraba haciendo un techo falso al aire libre con una malla plástica contra el sol; al traer una grúa horquilla que tenía un bin plástico, el actor se subió en él para continuar en el trabajo desde la altura y en ese momento, el tractor se mueve y el actor cae desde una altura aproximada a los 2 metros. Posteriormente, trabajadores de la misma empresa lo subieron a una camioneta para trasladarlo hasta el policlínico de la AChS en San Felipe, donde se le constató una luxofractura expuesta de su tobillo derecho grado 1, que motivó exámenes preoperatorios e intervención quirúrgica, efectuándose una reducción cruenta y osteosíntesis con tornillos, agujas y tornillo de situación, dándole luego el alta hospitalaria y comenzando el proceso de rehabilitación con fisiokinoterapia. Sin embargo, un año y siete meses más tarde en el Hospital del Trabajador en Santiago se comprobó una lesión en el cartílago tibial, concluyéndose que el paciente es candidato a artrosis de tobillo derecho, practicándose una nueva cirugía el 15 de octubre 2004; sin embargo, después de estos procedimientos el actor sigue con dolores y malestares, sin que sea posible darle el alta definitiva. Que, este accidente se produjo debido a la negligencia de la demandada, por no tomar todas las medidos necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de los trabajadores y sin cumplir los deberes de seguridad que establece el Código del Trabajo y las normas de la ley 16.744, sobre accidentes del trabajo y enfermedades profesionales. Por lo expuesto, ante el sufrimiento, lesión material, heridas y las múltiples operaciones quirúrgicas a que fuera sometido, a consecuencia de las cuales quedó con una pérdida de su capacidad de trabajo aparte de la aflicción y pesar provocados por el accidente del trabajo, expresa que tales daños morales deben ser reparados por la demandada con una suma no inferior a los $ 80.000.000, además de la reparación del daño emergente y del lucro cesante. Solicita acoger a tramitación la presente demanda y condenar a la demandada al pago de las sumas de $ 80.000.000 como indemnización por el daño moral y la suma de $ 2.800.000, como lucro cesante o las cantidades que determine el tribunal, con reajustes, intereses y costas. SEXTO.– La demandada contesta a fs 32, oponiendo la excepción de incompetencia del tribunal para que el tribunal se declare incompetente para conocer este asunto, en atención a que de acuerdo al artículo 69 de la ley 16.744, se trataría de una responsabilidad extracontractual, propia de la jurisdicción civil, porque “ no conocerán los tribunales laborales, las acciones por las que, se persiga la reparación del daño moral sufrido por el actor, sino que este tipo de indemnizaciones debe impetrarse con arreglo a las prescripciones del derecho común”. Luego, contesta la demanda pidiendo su total rechazo con expresa condenación en costas, por carecer de fundamentos de hecho y de derecho, como lo explica a continuación. En primer término, opone la excepción de prescripción extintiva de la obligación, atendido que siendo la fecha del accidente el 20 de enero del 2003, la demanda fue interpuesta el 28 de enero del 2008, esto es, 5 años y 8 días después del accidente y siendo el plazo para reclamar la indemnización de perjuicios derivados de accidentes del trabajo de 5 años desde la fecha del accidente del trabajo, conforme al artículo 79 de la ley 16.744, el plazo para reclamar estas prestaciones ha prescrito. Al respecto, acompaña jurisprudencia ilustrativa. Además y para el caso que se rechace la excepción de incompetencia referida, expresa que a la fecha del accidente, el trabajador se desempeñaba como trabajador de temporada y como tal, se encontraba incorporado a su contrato de trabajo el Reglamento Interno de la empresa. SÉPTIMO.– Que, en consecuencia, las materias controvertidas entre las partes serán las siguientes: “efectividad que haya ocurrido el accidente y las lesiones del actor”; “existencia de medidas de seguridad en la faena”; “cumplimiento por parte del actor de las instrucciones señaladas en el Reglamento de Seguridad”; “efectividad de haber sufrido el actor, a consecuencias del accidente, los perjuicios que señala y quién es el responsable del accidente sufrido por el actor”. OCTAVO.– El actor, para acreditar los supuestos de la acción, rinde prueba instrumental, consistente en el contrato de trabajo suscrito entre las partes, que se agrega a fs 4.

568

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

569

NOVENO.– La demandada a su vez rindió pruebas instrumental, consistente en sucesivos contratos de trabajo entre las partes, por tiempo indeterminado, entre el 5 de mayo del 2001 y el 5 de mayo del 2005, los que rolan en fs 27 a 31; además, está la boleta de declaración y evaluación de invalidez del actor por la Asociación Chilena de Seguridad; confesional, a fs 91 conforme al pliego de posiciones de fs 89; rinde prueba el actor, en la que declara haber comenzado el trabajo en que sufrió el accidente junto con otro trabajador, “Luis Camilo”; que efectivamente subieron en un bin para fijar una malla en el sector de embarque del packing y en un momento dado, sacaron al tractorista para sacar un poste que se había quebrado y en ese momento sacaron el bin los otros jóvenes que ocuparon el tractor, volviendo después con el bin puesto, sin darse cuenta si venía amarrado o no; agrega que el estaba en ese trabajo con el Luis Camilo y ahí el tractorista les empezó a subir y a la altura de la empresa, de unos 2 metros, el piensa que el Luis Camilo se tiró y ahí el bin se dio vuelta hacia su lado y cuando fue cayendo, se dio cuenta que el bin iba encima de él y entonces apoyó el pie derecho en un montón de piedras, cayendo al suelo; niega haber recibido copia del Reglamento de Seguridad e Higiene sin embargo, en cada una de las cinco copias de los contratos acompañados por la demandada en fs 27 a 31, aparece expresado en la cláusula 12° de los mismos, que...”el trabajador declara recibir y conocer el Reglamento Interno de la empresa, el que pasará a ser parte integrante de este contrato”. La demandada además rindió prueba testimonial, con los dichos de Enrique Galdámez Orrego, a fs 92 y de Luis Camilo González Hernández, a fs 95. En ella, el primero de los nombrados refiere los hechos el día del accidente señalando que encontrándose el actor junto a otro trabajador en un bin amarrando una malla, más o menos a la altura de una persona y cuando ya habían terminado la labor, Martín repentinamente sacó la pierna y quiso bajar del bin antes de topar el suelo y ahí sufrió la lesión de autos; posteriormente admite que en el momento del accidente se encontraba a 5 minutos del lugar del accidente; y agrega el testigo que en la empresa, al ocurrir el accidente, se contaba con las medidas de seguridad correspondientes, encontrándose el bin bien amarrado a la horquilla y porque además el fundo cuenta con todos los implementos de seguridad para los trabajadores: bototos, guantes de cuero, casco, los que se encuentran en la Bodega a la disposición de los trabajadores, lo cual no hizo Martín (el actor), ya que subió al bin con unas chalas, no cumpliendo con las normas de seguridad; agrega que la Asociación Chile de Seguridad otorga capacitación a los trabajadores acerca de la forma en que los trabajadores deben ocupar sus elementos de trabajo; respondiendo a otro punto de prueba, afirma que el demandante no cumplió con las órdenes de seguridad encomendadas, ya que no se puso los bototos de seguridad y además, se bajó antes que el bin tocara el suelo; al declarar Luis Camilo González Hernández a fs 95, expresa que el día del accidente se encontraba trabajando junto al actor, en faenas de costura de una malla y cuando terminaron esa labor, al momento que la horquilla empezó a bajar, no se explica porqué motivo el Martín Olivares sacó el pie hacia afuera y en ese momento se encontró con el piso, fracturándose el pie. Concuerda con el testigo anterior en que para esas labores los trabajadores reciben capacitación de la Asociación Chilena de Seguridad, disponiendo todos los trabajadores de los distintos elementos de seguridad que se emplean en las faenas y concluye señalando que la responsabilidad por el accidente sufrido por Martín Olivares es únicamente suya, porque no tenía los elementos de seguridad puestos y por haber sacado el pie hacia fuera del bin, antes que éste tocara el suelo. DÉCIMO.– Que, apreciadas las probanzas rendidas conforme a las reglas de la sana crítica, se tiene por establecida la relación laboral que existió entre el actor y la sociedad demandada, la cual se extendió desde el 5 de mayo del 2001 hasta el 20 de enero del 2003, siendo la remuneración mensual bruta de la demandante la suma de $ 150.000, más un bono de colación y locomoción de $ 400 diarios, por día trabajado. UNDÉCIMO.– Que, es un hecho no controvertido que el día 20 de enero del 2003, en circunstancias que el demandante Martín Octavio Olivares Vera se desempeñaba en compañía de otro trabajador haciendo un techo falso al aire libre mediante labores de costura de una malla plástica contra el sol y afirmados en un bin amarrado a una grúa horquilla, en momentos en que el tractor se mueve, el actor cayó desde una altura, aproximada a los dos metros, lo que le produjo una luxofractura expuesta de su tobillo derecho grado 1, provocándole posteriormente otros procesos de rehabilitación y cirugías por largo espacio de tiempo.

NOVENO.– La demandada a su vez rindió pruebas instrumental, consistente en sucesivos contratos de trabajo entre las partes, por tiempo indeterminado, entre el 5 de mayo del 2001 y el 5 de mayo del 2005, los que rolan en fs 27 a 31; además, está la boleta de declaración y evaluación de invalidez del actor por la Asociación Chilena de Seguridad; confesional, a fs 91 conforme al pliego de posiciones de fs 89; rinde prueba el actor, en la que declara haber comenzado el trabajo en que sufrió el accidente junto con otro trabajador, “Luis Camilo”; que efectivamente subieron en un bin para fijar una malla en el sector de embarque del packing y en un momento dado, sacaron al tractorista para sacar un poste que se había quebrado y en ese momento sacaron el bin los otros jóvenes que ocuparon el tractor, volviendo después con el bin puesto, sin darse cuenta si venía amarrado o no; agrega que el estaba en ese trabajo con el Luis Camilo y ahí el tractorista les empezó a subir y a la altura de la empresa, de unos 2 metros, el piensa que el Luis Camilo se tiró y ahí el bin se dio vuelta hacia su lado y cuando fue cayendo, se dio cuenta que el bin iba encima de él y entonces apoyó el pie derecho en un montón de piedras, cayendo al suelo; niega haber recibido copia del Reglamento de Seguridad e Higiene sin embargo, en cada una de las cinco copias de los contratos acompañados por la demandada en fs 27 a 31, aparece expresado en la cláusula 12° de los mismos, que...”el trabajador declara recibir y conocer el Reglamento Interno de la empresa, el que pasará a ser parte integrante de este contrato”. La demandada además rindió prueba testimonial, con los dichos de Enrique Galdámez Orrego, a fs 92 y de Luis Camilo González Hernández, a fs 95. En ella, el primero de los nombrados refiere los hechos el día del accidente señalando que encontrándose el actor junto a otro trabajador en un bin amarrando una malla, más o menos a la altura de una persona y cuando ya habían terminado la labor, Martín repentinamente sacó la pierna y quiso bajar del bin antes de topar el suelo y ahí sufrió la lesión de autos; posteriormente admite que en el momento del accidente se encontraba a 5 minutos del lugar del accidente; y agrega el testigo que en la empresa, al ocurrir el accidente, se contaba con las medidas de seguridad correspondientes, encontrándose el bin bien amarrado a la horquilla y porque además el fundo cuenta con todos los implementos de seguridad para los trabajadores: bototos, guantes de cuero, casco, los que se encuentran en la Bodega a la disposición de los trabajadores, lo cual no hizo Martín (el actor), ya que subió al bin con unas chalas, no cumpliendo con las normas de seguridad; agrega que la Asociación Chile de Seguridad otorga capacitación a los trabajadores acerca de la forma en que los trabajadores deben ocupar sus elementos de trabajo; respondiendo a otro punto de prueba, afirma que el demandante no cumplió con las órdenes de seguridad encomendadas, ya que no se puso los bototos de seguridad y además, se bajó antes que el bin tocara el suelo; al declarar Luis Camilo González Hernández a fs 95, expresa que el día del accidente se encontraba trabajando junto al actor, en faenas de costura de una malla y cuando terminaron esa labor, al momento que la horquilla empezó a bajar, no se explica porqué motivo el Martín Olivares sacó el pie hacia afuera y en ese momento se encontró con el piso, fracturándose el pie. Concuerda con el testigo anterior en que para esas labores los trabajadores reciben capacitación de la Asociación Chilena de Seguridad, disponiendo todos los trabajadores de los distintos elementos de seguridad que se emplean en las faenas y concluye señalando que la responsabilidad por el accidente sufrido por Martín Olivares es únicamente suya, porque no tenía los elementos de seguridad puestos y por haber sacado el pie hacia fuera del bin, antes que éste tocara el suelo. DÉCIMO.– Que, apreciadas las probanzas rendidas conforme a las reglas de la sana crítica, se tiene por establecida la relación laboral que existió entre el actor y la sociedad demandada, la cual se extendió desde el 5 de mayo del 2001 hasta el 20 de enero del 2003, siendo la remuneración mensual bruta de la demandante la suma de $ 150.000, más un bono de colación y locomoción de $ 400 diarios, por día trabajado. UNDÉCIMO.– Que, es un hecho no controvertido que el día 20 de enero del 2003, en circunstancias que el demandante Martín Octavio Olivares Vera se desempeñaba en compañía de otro trabajador haciendo un techo falso al aire libre mediante labores de costura de una malla plástica contra el sol y afirmados en un bin amarrado a una grúa horquilla, en momentos en que el tractor se mueve, el actor cayó desde una altura, aproximada a los dos metros, lo que le produjo una luxofractura expuesta de su tobillo derecho grado 1, provocándole posteriormente otros procesos de rehabilitación y cirugías por largo espacio de tiempo. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

569

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

DUODÉCIMO.– Que, en autos el demandante ha ejercido la acción de indemnización de perjuicios por accidente del trabajo, toda vez que el hecho en que se fundan las indemnizaciones reclamadas ocurrió en circunstancias que el actor prestaba servicios al, demandado, según consta de los contratos de trabajo acompañados a fs 4 y 31, lo mismo que por las declaraciones de los testigos que deponen en la causa. DECIMOTERCERO.– Que, en relación a lo expuesto precedentemente, el artículo 184 del Código del Trabajo establece que... “el empleador está obligado a tomar todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y la salud de los trabajadores, manteniendo las condiciones adecuadas de seguridad de las faenas, como también los implementos necesarios para prevenir accidentes”; asimismo, el artículo 69 de la ley 16.744 establece que, “...cuando el accidente se deba a culpa o dolo de la entidad empleadora o de un tercero, la víctima o las demás personas a quienes el accidente cause daño, podrán reclamar también contra éstos, las otras indemnizaciones a que tengan derecho”. DECIMOCUARTO.– Que, así las cosas, se establece una responsabilidad contractual por incumplimiento de la obligación de seguridad del empleador, cuyo contenido es la necesaria adopción de todas aquellas medidas tendientes a evitar que en el lugar de trabajo se produzca o puedan producirse accidentes que puedan afectar la vida, la integridad física o la salud del trabajador. DECIMOQUINTO.– Que, el peso de la prueba conforme a las reglas del “onus probandi”, en cuanto al cumplimiento de las obligaciones de seguridad de los trabajadores, corresponde al empleador. DECIMOSEXTO.– Que, de la prueba rendida en autos, analizada según las reglas de la sana crítica, aparece demostrado el hecho que el empleador cumplió con las obligaciones referidas anteriormente, ya que los testigos presentados por la parte demandada, señalan que las medidas adoptadas por el empleador, como el empleo de zapatos de seguridad, cascos, guantes y otros, estando a la disposición del actor, no fue utilizada por éste. Que, pese al riesgo implícito en la falta de observancia de las normas de seguridad por parte del actor, atendida la actividad desarrollada por la demandada, ante las, maniobras a ejecutar ante un trabajo riesgoso, considerando la una altura aproximada a los dos metros y la forma en que se encontraban sujetos en una forma improvisada en el bin, un recipiente plástico, liso y sin amarras, inepto por su naturaleza y finalidad para dar estabilidad y sostén, a los trabajadores, aparte de la ausencia del jefe de seguridad –quien se encontraba a cinco minutos de distancia de estas faenas– resultan en suma un cúmulo de ausencias de los factores mínimos o básicos de seguridad laboral que establece el articulo 184 del Código del Trabajo. En cuanto a los antecedentes referidos del historial de la AChS, no se advierten otros hechos relevantes que pudieren influir en la decisión que adoptará el tribunal, en orden a tener por acreditado que si hubiera existido preocupación y diligencia de la demandada en la ejecución de los trabajos efectuados por el actor y que concluyeron en el accidente sufrido por éste. DECIMOSÉPTIMO.– Que, se han reunido en el proceso, aparte de los hechos expuestos, diversos antecedentes que demuestran en forma clara la ausencia de medidas idóneas de protección que debieron existir en dichas faenas; en efecto, del informe técnico que forma parte del sumario sanitario efectuado por la Superintendencia de Seguridad Social, en relación con el accidente materia de autos, es posible determinar como causa del accidente las precarias e irregulares condiciones materiales en que se llevó a efecto un trabajo que, en condiciones normales, no debía revestir peligrosidad alguna y así es como, luego de la faena de instalación de la malla “rachel” en el sector de carga de packing, instalados precisamente sobre un bin instalado o utilizado como equipo de apoyo por un tracto elevador; que al concluir dicha tarea, el operador del tractor elevador descendió el bin y en esa circunstancia, este (se desestabilizó provocando al demandante quedar posicionado con una de sus extremidades inferiores dentro del bin y la otra, afuera y al apoyarse su pie izquierdo en el irregular suelo del sector, se le originó la lesión en su tobillo derecho. DECIMOCTAVO.– Entonces, por lo reflexionado precedentemente, el incumplimiento por parte del empleador en cuanto a la adopción de las medidas de seguridad adecuadas, puede ser estimado como la causa directa del accidente sufrido por el actor, puesto que en el evento de haber existido éstas en forma real y efectiva, este accidente no debiera haber ocurrido.

570

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

DUODÉCIMO.– Que, en autos el demandante ha ejercido la acción de indemnización de perjuicios por accidente del trabajo, toda vez que el hecho en que se fundan las indemnizaciones reclamadas ocurrió en circunstancias que el actor prestaba servicios al, demandado, según consta de los contratos de trabajo acompañados a fs 4 y 31, lo mismo que por las declaraciones de los testigos que deponen en la causa. DECIMOTERCERO.– Que, en relación a lo expuesto precedentemente, el artículo 184 del Código del Trabajo establece que... “el empleador está obligado a tomar todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y la salud de los trabajadores, manteniendo las condiciones adecuadas de seguridad de las faenas, como también los implementos necesarios para prevenir accidentes”; asimismo, el artículo 69 de la ley 16.744 establece que, “...cuando el accidente se deba a culpa o dolo de la entidad empleadora o de un tercero, la víctima o las demás personas a quienes el accidente cause daño, podrán reclamar también contra éstos, las otras indemnizaciones a que tengan derecho”. DECIMOCUARTO.– Que, así las cosas, se establece una responsabilidad contractual por incumplimiento de la obligación de seguridad del empleador, cuyo contenido es la necesaria adopción de todas aquellas medidas tendientes a evitar que en el lugar de trabajo se produzca o puedan producirse accidentes que puedan afectar la vida, la integridad física o la salud del trabajador. DECIMOQUINTO.– Que, el peso de la prueba conforme a las reglas del “onus probandi”, en cuanto al cumplimiento de las obligaciones de seguridad de los trabajadores, corresponde al empleador. DECIMOSEXTO.– Que, de la prueba rendida en autos, analizada según las reglas de la sana crítica, aparece demostrado el hecho que el empleador cumplió con las obligaciones referidas anteriormente, ya que los testigos presentados por la parte demandada, señalan que las medidas adoptadas por el empleador, como el empleo de zapatos de seguridad, cascos, guantes y otros, estando a la disposición del actor, no fue utilizada por éste. Que, pese al riesgo implícito en la falta de observancia de las normas de seguridad por parte del actor, atendida la actividad desarrollada por la demandada, ante las, maniobras a ejecutar ante un trabajo riesgoso, considerando la una altura aproximada a los dos metros y la forma en que se encontraban sujetos en una forma improvisada en el bin, un recipiente plástico, liso y sin amarras, inepto por su naturaleza y finalidad para dar estabilidad y sostén, a los trabajadores, aparte de la ausencia del jefe de seguridad –quien se encontraba a cinco minutos de distancia de estas faenas– resultan en suma un cúmulo de ausencias de los factores mínimos o básicos de seguridad laboral que establece el articulo 184 del Código del Trabajo. En cuanto a los antecedentes referidos del historial de la AChS, no se advierten otros hechos relevantes que pudieren influir en la decisión que adoptará el tribunal, en orden a tener por acreditado que si hubiera existido preocupación y diligencia de la demandada en la ejecución de los trabajos efectuados por el actor y que concluyeron en el accidente sufrido por éste. DECIMOSÉPTIMO.– Que, se han reunido en el proceso, aparte de los hechos expuestos, diversos antecedentes que demuestran en forma clara la ausencia de medidas idóneas de protección que debieron existir en dichas faenas; en efecto, del informe técnico que forma parte del sumario sanitario efectuado por la Superintendencia de Seguridad Social, en relación con el accidente materia de autos, es posible determinar como causa del accidente las precarias e irregulares condiciones materiales en que se llevó a efecto un trabajo que, en condiciones normales, no debía revestir peligrosidad alguna y así es como, luego de la faena de instalación de la malla “rachel” en el sector de carga de packing, instalados precisamente sobre un bin instalado o utilizado como equipo de apoyo por un tracto elevador; que al concluir dicha tarea, el operador del tractor elevador descendió el bin y en esa circunstancia, este (se desestabilizó provocando al demandante quedar posicionado con una de sus extremidades inferiores dentro del bin y la otra, afuera y al apoyarse su pie izquierdo en el irregular suelo del sector, se le originó la lesión en su tobillo derecho. DECIMOCTAVO.– Entonces, por lo reflexionado precedentemente, el incumplimiento por parte del empleador en cuanto a la adopción de las medidas de seguridad adecuadas, puede ser estimado como la causa directa del accidente sufrido por el actor, puesto que en el evento de haber existido éstas en forma real y efectiva, este accidente no debiera haber ocurrido.

570

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

571

DECIMONOVENO.– También está acreditado en autos, según los antecedentes médicos acompañados, que el demandante sufrió a raíz del accidente materia del proceso, una “artrodesis tibio astragalina y subastragalina del tobillo derecho, producto de una luxofractura de tobillo”..., cuya incapacidad definitiva se reevaluó el 25 de marzo del 2008, oportunidad en que se le concedió una incapacidad del 40%”. VIGÉSIMO.– Que, en cuanto a lo demandado por lucro cesante, la prueba rendida en la causa no resulta suficiente para establecer la procedencia de la misma, máxime si el propio demandante admite, al contestar las pregunta octava y novena del pliego de posiciones de fs 89, que efectivamente, una vez sufrido el accidente y sometido a intervenciones quirúrgicas necesarias, al ser dado de alta fue nuevamente incorporado a sus labores en la empresa Desarrollo Agrario S.A., en el que ha laborado desde el 5 de mayo del 2003 y hasta el 30 de septiembre del 2007. VIGÉSIMO PRIMERO.– Así entonces, ponderando los hechos establecidos en el motivo 20° precedente, no está acreditada la pérdida de ganancia futura y cierta, como pretende el actor en su libelo de fs 4. VIGÉSIMO SEGUNDO.– Que, en cuanto a lo demandado por daño moral, esto es, la aflicción, el dolor, el pesar por parte de la víctima y de sus parientes cercanos, con el mérito de los dichos de los testigos de la demandada, los informes médicos allegados al proceso y básicamente, con la resolución N° 012000408 de la Comisión Evaluadora de Incapacidad V Región en que se le concedió un 40% de incapacidad por “astrodesis tibioastragalina y subastragalina más dolor crónico”, tendremos por suficientemente acreditado el daño moral demandado, la que se determinará en la suma de $ 12.000.000. Por estas consideraciones y vistos además lo establecido en los artículos 1º, 153, 179, 183, 184, 187, 209, 210, 420 y 425 del Código del Trabajo y artículos 5, 67, 68, 69, 79 y 88 de la ley 16.744, se declara: 1°) Que, rechaza las excepciones de incompetencia del tribunal y de prescripción de la acción opuestas por la demandada en lo principal de fs 32. 2º) Que, se rechaza la demanda de indemnización por el concepto de lucro cesante, interpuesta en lo principal de fs 4, y 3º) Que, ha lugar a la demanda presentada a fs 4 por D. Martín Olivares Vera y en consecuencia, se condena a la demandada “Desarrollo Agrario S. A.” al pago a la demandante de la suma de $ 12.000.000, como indemnización por el daño moral. Que, no se condena en costas a la demandada, por no haber sido totalmente vencida. Regístrese, notifíquese y archívese, si no fuere apelada. Dictada por don Jorge Fuenzalida, juez titular; autoriza Marcela B. Andrades Fernández, secretaria subrogante. Rol Nº 19.326.

II. CORTE DE APELACIONES Valparaíso, veintitrés de abril de dos mil nueve. VISTOS: Se reproduce la sentencia en alzada con las siguientes modificaciones: Se elimina el párrafo segundo del motivo cuarto, los considerandos decimosexto y decimoséptimo, la oración “Entonces, por lo reflexionado precedentemente,” del considerando decimoctavo y la frase final del motivo vigésimo segundo “...la que se determinará en la suma de $ 12.000.000”. Y teniendo en su lugar además presente: PRIMERO: Que el artículo 79 de la ley Nº 16.744 establece que “Las acciones para reclamar las prestaciones por accidente del trabajo o enfermedad profesional, prescribirán en el término de cinco años contados desde la fecha del accidente o desde el diagnóstico de la enfermedad”. Teniendo presente que la Asociación Chilena de seguridad mediante resolución Nº 012000480, de fecha 25 de marzo de 2008, emitió un diagnóstico estableciendo un 40% de incapacidad del actor por artrodesis tibioastragalina y subastragalina más dolor crónico, necesariamente debe entenderse que el plazo de prescripción alegado por la demandada no ha transcurrido, por lo que la excepción debe ser rechazada. SEGUNDO: De los antecedentes allegados a la causa, en especial declaración de los testigos de la demandada Enrique Galdámez y Luis González, se concluye que la empresa contaba con un Jefe de

Valparaíso, veintitrés de abril de dos mil nueve. VISTOS: Se reproduce la sentencia en alzada con las siguientes modificaciones: Se elimina el párrafo segundo del motivo cuarto, los considerandos decimosexto y decimoséptimo, la oración “Entonces, por lo reflexionado precedentemente,” del considerando decimoctavo y la frase final del motivo vigésimo segundo “...la que se determinará en la suma de $ 12.000.000”. Y teniendo en su lugar además presente: PRIMERO: Que el artículo 79 de la ley Nº 16.744 establece que “Las acciones para reclamar las prestaciones por accidente del trabajo o enfermedad profesional, prescribirán en el término de cinco años contados desde la fecha del accidente o desde el diagnóstico de la enfermedad”. Teniendo presente que la Asociación Chilena de seguridad mediante resolución Nº 012000480, de fecha 25 de marzo de 2008, emitió un diagnóstico estableciendo un 40% de incapacidad del actor por artrodesis tibioastragalina y subastragalina más dolor crónico, necesariamente debe entenderse que el plazo de prescripción alegado por la demandada no ha transcurrido, por lo que la excepción debe ser rechazada. SEGUNDO: De los antecedentes allegados a la causa, en especial declaración de los testigos de la demandada Enrique Galdámez y Luis González, se concluye que la empresa contaba con un Jefe de

II. CORTE DE APELACIONES DECIMONOVENO.– También está acreditado en autos, según los antecedentes médicos acompañados, que el demandante sufrió a raíz del accidente materia del proceso, una “artrodesis tibio astragalina y subastragalina del tobillo derecho, producto de una luxofractura de tobillo”..., cuya incapacidad definitiva se reevaluó el 25 de marzo del 2008, oportunidad en que se le concedió una incapacidad del 40%”. VIGÉSIMO.– Que, en cuanto a lo demandado por lucro cesante, la prueba rendida en la causa no resulta suficiente para establecer la procedencia de la misma, máxime si el propio demandante admite, al contestar las pregunta octava y novena del pliego de posiciones de fs 89, que efectivamente, una vez sufrido el accidente y sometido a intervenciones quirúrgicas necesarias, al ser dado de alta fue nuevamente incorporado a sus labores en la empresa Desarrollo Agrario S.A., en el que ha laborado desde el 5 de mayo del 2003 y hasta el 30 de septiembre del 2007. VIGÉSIMO PRIMERO.– Así entonces, ponderando los hechos establecidos en el motivo 20° precedente, no está acreditada la pérdida de ganancia futura y cierta, como pretende el actor en su libelo de fs 4. VIGÉSIMO SEGUNDO.– Que, en cuanto a lo demandado por daño moral, esto es, la aflicción, el dolor, el pesar por parte de la víctima y de sus parientes cercanos, con el mérito de los dichos de los testigos de la demandada, los informes médicos allegados al proceso y básicamente, con la resolución N° 012000408 de la Comisión Evaluadora de Incapacidad V Región en que se le concedió un 40% de incapacidad por “astrodesis tibioastragalina y subastragalina más dolor crónico”, tendremos por suficientemente acreditado el daño moral demandado, la que se determinará en la suma de $ 12.000.000. Por estas consideraciones y vistos además lo establecido en los artículos 1º, 153, 179, 183, 184, 187, 209, 210, 420 y 425 del Código del Trabajo y artículos 5, 67, 68, 69, 79 y 88 de la ley 16.744, se declara: 1°) Que, rechaza las excepciones de incompetencia del tribunal y de prescripción de la acción opuestas por la demandada en lo principal de fs 32. 2º) Que, se rechaza la demanda de indemnización por el concepto de lucro cesante, interpuesta en lo principal de fs 4, y 3º) Que, ha lugar a la demanda presentada a fs 4 por D. Martín Olivares Vera y en consecuencia, se condena a la demandada “Desarrollo Agrario S. A.” al pago a la demandante de la suma de $ 12.000.000, como indemnización por el daño moral. Que, no se condena en costas a la demandada, por no haber sido totalmente vencida. Regístrese, notifíquese y archívese, si no fuere apelada. Dictada por don Jorge Fuenzalida, juez titular; autoriza Marcela B. Andrades Fernández, secretaria subrogante. Rol Nº 19.326. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

571

RETIRO

572

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Santiago, diez de septiembre de dos mil nueve. VISTOS: En autos rol Nº 19326, del Juzgado de Letras del Trabajo de San Felipe, don Martín Olivares Vera deduce demanda en contra de Desarrollo Agrario S.A., representada por don Jorge Schmidt Girotti, a fin que se les condene al pago de la suma que indica o la que determine el tribunal, con reajustes, intereses y costas, a título de indemnización de perjuicios por daño moral y lucro cesante, como consecuencia del accidente laboral que sufrió el 20 de enero de 2003, según lo disponen los artículos 184 del Código del Trabajo y 69 letra b) de la ley Nº 16.744. La empleadora, evacuando el traslado conferido, opone las excepciones de incompetencia y prescripción. En cuanto al fondo, pide el rechazo de la acción impetrada por cuanto su parte tomó todas las medidas de seguridad pertinentes, siendo la negligencia e imprudencia del trabajador lo que causó el siniestro.

Seguridad o Prevencionista de Riesgo, pero que el día de los hechos éste no se hallaba en el lugar al inicio de la faena y que sólo se apersonó a ésta cinco minutos después de acaecido el accidente. TERCERO: De los dichos de estos mismos testigos queda de manifiesto que la demandada mantiene en una bodega a disposición de los trabajadores, los elementos de seguridad necesarios, tales como bototos, guantes, cascos y otros y que, además, la Asociación Chilena de Seguridad les imparte charlas para capacitarlos en la forma de prevenir riesgos y evitar accidentes laborales. CUARTO: Que asimismo, de los testimonios de Luis González, compañero de faenas del actor el día de los hechos, se desprende que este último no quiso colocarse los bototos de seguridad, como lo hizo él, y subió al bins con sandalias en los pies. Agregó que al no ponerse los zapatos adecuados y caer al suelo, se fracturó el tobillo, lesión que podría haberse evitado, o bien ésta no hubiere sido tan grave. Que, además, el actor se sentó en una esquina del bins, en circunstancias que debería haberse mantenido parado y afirmado de la torre. QUINTO: El informe interno de la investigación en terreno emanado de la Gerencia de Prevención de Riesgo de la Asociación Chilena de Seguridad, agregado a fs. 114 y 115, no aporta mayores antecedentes, pues a la fecha del accidente no se realizó investigación de éste para determinar las causas y las medidas de control, sólo se visitó la empresa con ese fin el día 11 de diciembre de 2008, o sea, cinco años y diez meses después de ocurridos los hechos materia de autos, lo que resulta absolutamente extemporáneo. Que los demás documentos allegados al expediente, no aportan antecedentes en relación a la causa del accidente. SEXTO: De los anteriormente expuesto, es posible concluir que si bien la empresa contaba con un Jefe de Seguridad, éste no se encontraba presente en el lugar de la faena en cuestión, que de por sí presentaba un riesgo, pues la labor de estos trabajadores consistía en amarrar o coser una malla rachel a dos metros de altura, elevados dentro de un bins, lo que permitió que ante la ausencia del fiscalizador el actor subiera a la estructura sin los bototos correspondientes y al caer del aparato solo con sandalias en los pies, se fracturara el tobillo. SÉPTIMO: Si bien la empresa no extremó las medidas de seguridad como la faena lo ameritaba y el Código del Trabajo en su artículo 184 se lo exige, no es menos cierto que hay que tener presente que el trabajador se expuso imprudentemente al daño, al no hacer uso de los elementos de seguridad que la demandada mantenía a su disposición; por lo que el monto de indemnización por daño moral deberá ser reducido sustancialmente. Por estas consideraciones y atendido lo dispuesto en los artículos 456 y 474 y siguientes del Código del Trabajo, se confirma la sentencia apelada de trece de febrero de dos mil nueve, escrita de fs. 118 a 124, con declaración que se rebaja el daño moral que deberá pagar la demandada al actor a la suma de $ 3.000.000 (tres millones de pesos). Regístrese y devuélvase., Redactada por la Fiscal Judicial Sra. Juana Latham Fuenzalida. No firma el Ministro Sr. Martínez, no obstante haber concurrido a la vista y acuerdo del presente fallo, por encontrarse ausente. Rol I.C. 144–2009.

III. CORTE SUPREMA

III. CORTE SUPREMA

Seguridad o Prevencionista de Riesgo, pero que el día de los hechos éste no se hallaba en el lugar al inicio de la faena y que sólo se apersonó a ésta cinco minutos después de acaecido el accidente. TERCERO: De los dichos de estos mismos testigos queda de manifiesto que la demandada mantiene en una bodega a disposición de los trabajadores, los elementos de seguridad necesarios, tales como bototos, guantes, cascos y otros y que, además, la Asociación Chilena de Seguridad les imparte charlas para capacitarlos en la forma de prevenir riesgos y evitar accidentes laborales. CUARTO: Que asimismo, de los testimonios de Luis González, compañero de faenas del actor el día de los hechos, se desprende que este último no quiso colocarse los bototos de seguridad, como lo hizo él, y subió al bins con sandalias en los pies. Agregó que al no ponerse los zapatos adecuados y caer al suelo, se fracturó el tobillo, lesión que podría haberse evitado, o bien ésta no hubiere sido tan grave. Que, además, el actor se sentó en una esquina del bins, en circunstancias que debería haberse mantenido parado y afirmado de la torre. QUINTO: El informe interno de la investigación en terreno emanado de la Gerencia de Prevención de Riesgo de la Asociación Chilena de Seguridad, agregado a fs. 114 y 115, no aporta mayores antecedentes, pues a la fecha del accidente no se realizó investigación de éste para determinar las causas y las medidas de control, sólo se visitó la empresa con ese fin el día 11 de diciembre de 2008, o sea, cinco años y diez meses después de ocurridos los hechos materia de autos, lo que resulta absolutamente extemporáneo. Que los demás documentos allegados al expediente, no aportan antecedentes en relación a la causa del accidente. SEXTO: De los anteriormente expuesto, es posible concluir que si bien la empresa contaba con un Jefe de Seguridad, éste no se encontraba presente en el lugar de la faena en cuestión, que de por sí presentaba un riesgo, pues la labor de estos trabajadores consistía en amarrar o coser una malla rachel a dos metros de altura, elevados dentro de un bins, lo que permitió que ante la ausencia del fiscalizador el actor subiera a la estructura sin los bototos correspondientes y al caer del aparato solo con sandalias en los pies, se fracturara el tobillo. SÉPTIMO: Si bien la empresa no extremó las medidas de seguridad como la faena lo ameritaba y el Código del Trabajo en su artículo 184 se lo exige, no es menos cierto que hay que tener presente que el trabajador se expuso imprudentemente al daño, al no hacer uso de los elementos de seguridad que la demandada mantenía a su disposición; por lo que el monto de indemnización por daño moral deberá ser reducido sustancialmente. Por estas consideraciones y atendido lo dispuesto en los artículos 456 y 474 y siguientes del Código del Trabajo, se confirma la sentencia apelada de trece de febrero de dos mil nueve, escrita de fs. 118 a 124, con declaración que se rebaja el daño moral que deberá pagar la demandada al actor a la suma de $ 3.000.000 (tres millones de pesos). Regístrese y devuélvase., Redactada por la Fiscal Judicial Sra. Juana Latham Fuenzalida. No firma el Ministro Sr. Martínez, no obstante haber concurrido a la vista y acuerdo del presente fallo, por encontrarse ausente. Rol I.C. 144–2009.

Santiago, diez de septiembre de dos mil nueve. VISTOS: En autos rol Nº 19326, del Juzgado de Letras del Trabajo de San Felipe, don Martín Olivares Vera deduce demanda en contra de Desarrollo Agrario S.A., representada por don Jorge Schmidt Girotti, a fin que se les condene al pago de la suma que indica o la que determine el tribunal, con reajustes, intereses y costas, a título de indemnización de perjuicios por daño moral y lucro cesante, como consecuencia del accidente laboral que sufrió el 20 de enero de 2003, según lo disponen los artículos 184 del Código del Trabajo y 69 letra b) de la ley Nº 16.744. La empleadora, evacuando el traslado conferido, opone las excepciones de incompetencia y prescripción. En cuanto al fondo, pide el rechazo de la acción impetrada por cuanto su parte tomó todas las medidas de seguridad pertinentes, siendo la negligencia e imprudencia del trabajador lo que causó el siniestro.

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

572

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

573

El tribunal de primera instancia, en sentencia de trece de febrero de dos mil nueve, escrita a fojas 118 y siguientes, rechazó las excepciones interpuestas y, acogiendo la demanda, condenó a la empresa al pago de $ 12.000.000 en favor del actor, a título de indemnización por daño moral, desestimándose el resarcimiento del lucro cesante impetrado. No se condena en costas. Se alzaron ambas partes y la Corte de Apelaciones de Valparaíso, por fallo de veintitrés de abril de dos mil nueve, que se lee a fojas 140, confirmó la decisión de primer grado, con declaración que se rebaja el monto de la indemnización otorgada al demandante a la suma de $ 3.000.000. En contra de esta última resolución, el actor deduce recurso de casación en el fondo, por haberse incurrido en las infracciones de ley que indica, y que influyeron sustancialmente en lo dispositivo de la sentencia, pidiendo que se la invalide y se dicte la de reemplazo que describe. Se trajeron estos autos en relación. CONSIDERANDO: PRIMERO: Que el actor denuncia como fundamento de sus recurso, en primer término; la vulneración del artículo 2330 del Código Civil al determinarse su aplicación a una situación no prevista en sus disposiciones, constituyendo ésta una interpretación impropia que atenta contra la esencia de la norma y que altera su sentido y alcance. Aún cuando en pasaje alguno del fallo atacado fue expresamente invocada la disposición, de sus consideraciones; aparece en forma clara que ella es su fuente legal inmediata y directa cuando señala que el elemento determinante considerado para regular una reducción del monto de la indemnización concedida ha sido una supuesta exposición al daño causado. Es evidente, señala el demandante, la impropiedad de que, por la vía de una interpretación extensiva y analógica, se pretenda rebajar sustancialmente el monto del resarcimiento aludido y que, sin suficiente para reparar en alguna medida el profundo daño moral causado al trabajador, constituía una forma de compensación más cercana a la afección real vivida por éste. Los hechos de autos pertenecen al campo de la responsabilidad contractual y no extracontractual, que es el ámbito en donde rige la disposición de que se trata, por cuanto la controversia suscitada supone el incumplimiento por parte, del empleador de la obligación de proporcionar al trabajador la máxima protección y amparo para garantizar su seguridad plena y cabal en términos de prevenir y evitar los riesgos que involucra su actividad en la empresa, exigencia que queda inmersa en el pacto laboral por mandato legal, como un elemento de la esencia de la relación laboral. De esta manera, al constituir el daño ocasionado por el accidente una consecuencia de la inobservancia descrita, como un efecto lógico y necesario debe declararse la procedencia de la indemnización por el mismo y regularse su monto con prescindencia de posibles situaciones de imprudencia del propio accidentado. Insiste él recurrente.en que la correcta aplicación del precepto, dada su esencia y contenido, en caso alguno contempla su extensión a situaciones de imprudencia que pudieran afectar al dependiente en tanto concurren elementos propios de la responsabilidad extracontractual, siendo, en consecuencia, un factor ajeno para sustentar una reducción del monto de la indemnización de perjuicios. En cuanto a la vulneración del artículo 184 del Código Laboral, el trabajador sostiene que el incumplimiento del deber impuesto en ella al empleador se concretará cuando éste no haya adoptado las medidas de seguridad pertinentes o cuando, habiéndolas implementado, no fueron eficaces, surgiendo entonces el deber de reparación. La carga conlleva una línea amplia de actuación de cargo del deudor de seguridad, que lo compromete a extremar las diligencias para evitar los siniestros. En este contexto dado que las cargas atribuibles al empleador en la materia lo colocan en la necesidad estricta de realizar racionalmente todo lo posible para sustraerse de un resultado adverso para la seguridad corporal y síquica de su dependiente, constituyéndolo en un garante, si se verifica el accidente con algún grado de culpa del trabajador, necesariamente ha de atribuirse a negligencia o descuido de la parte patronal, por no haber desplegado las acciones arriba reseñadas. Lo anterior, sigue el recurrente, determina la exigibilidad al empleador del cuidado y vigilancia permanente de los empleados para garantizar que cumplan con las condiciones de idoneidad personal y técnica que permitan garantizar el desempeño normal de la función encomendada, impidiendo en forma activa la existencia del margen más reducido posible para la temeridad del dependiente en operaciones riesgosas. Desde esta perspectiva, no es posible atribuirle a su parte una conducta de imprudencia temeraria como lo hace el fallo atacado, por cuanto las tareas respectivas se realizaron sin

El tribunal de primera instancia, en sentencia de trece de febrero de dos mil nueve, escrita a fojas 118 y siguientes, rechazó las excepciones interpuestas y, acogiendo la demanda, condenó a la empresa al pago de $ 12.000.000 en favor del actor, a título de indemnización por daño moral, desestimándose el resarcimiento del lucro cesante impetrado. No se condena en costas. Se alzaron ambas partes y la Corte de Apelaciones de Valparaíso, por fallo de veintitrés de abril de dos mil nueve, que se lee a fojas 140, confirmó la decisión de primer grado, con declaración que se rebaja el monto de la indemnización otorgada al demandante a la suma de $ 3.000.000. En contra de esta última resolución, el actor deduce recurso de casación en el fondo, por haberse incurrido en las infracciones de ley que indica, y que influyeron sustancialmente en lo dispositivo de la sentencia, pidiendo que se la invalide y se dicte la de reemplazo que describe. Se trajeron estos autos en relación. CONSIDERANDO: PRIMERO: Que el actor denuncia como fundamento de sus recurso, en primer término; la vulneración del artículo 2330 del Código Civil al determinarse su aplicación a una situación no prevista en sus disposiciones, constituyendo ésta una interpretación impropia que atenta contra la esencia de la norma y que altera su sentido y alcance. Aún cuando en pasaje alguno del fallo atacado fue expresamente invocada la disposición, de sus consideraciones; aparece en forma clara que ella es su fuente legal inmediata y directa cuando señala que el elemento determinante considerado para regular una reducción del monto de la indemnización concedida ha sido una supuesta exposición al daño causado. Es evidente, señala el demandante, la impropiedad de que, por la vía de una interpretación extensiva y analógica, se pretenda rebajar sustancialmente el monto del resarcimiento aludido y que, sin suficiente para reparar en alguna medida el profundo daño moral causado al trabajador, constituía una forma de compensación más cercana a la afección real vivida por éste. Los hechos de autos pertenecen al campo de la responsabilidad contractual y no extracontractual, que es el ámbito en donde rige la disposición de que se trata, por cuanto la controversia suscitada supone el incumplimiento por parte, del empleador de la obligación de proporcionar al trabajador la máxima protección y amparo para garantizar su seguridad plena y cabal en términos de prevenir y evitar los riesgos que involucra su actividad en la empresa, exigencia que queda inmersa en el pacto laboral por mandato legal, como un elemento de la esencia de la relación laboral. De esta manera, al constituir el daño ocasionado por el accidente una consecuencia de la inobservancia descrita, como un efecto lógico y necesario debe declararse la procedencia de la indemnización por el mismo y regularse su monto con prescindencia de posibles situaciones de imprudencia del propio accidentado. Insiste él recurrente.en que la correcta aplicación del precepto, dada su esencia y contenido, en caso alguno contempla su extensión a situaciones de imprudencia que pudieran afectar al dependiente en tanto concurren elementos propios de la responsabilidad extracontractual, siendo, en consecuencia, un factor ajeno para sustentar una reducción del monto de la indemnización de perjuicios. En cuanto a la vulneración del artículo 184 del Código Laboral, el trabajador sostiene que el incumplimiento del deber impuesto en ella al empleador se concretará cuando éste no haya adoptado las medidas de seguridad pertinentes o cuando, habiéndolas implementado, no fueron eficaces, surgiendo entonces el deber de reparación. La carga conlleva una línea amplia de actuación de cargo del deudor de seguridad, que lo compromete a extremar las diligencias para evitar los siniestros. En este contexto dado que las cargas atribuibles al empleador en la materia lo colocan en la necesidad estricta de realizar racionalmente todo lo posible para sustraerse de un resultado adverso para la seguridad corporal y síquica de su dependiente, constituyéndolo en un garante, si se verifica el accidente con algún grado de culpa del trabajador, necesariamente ha de atribuirse a negligencia o descuido de la parte patronal, por no haber desplegado las acciones arriba reseñadas. Lo anterior, sigue el recurrente, determina la exigibilidad al empleador del cuidado y vigilancia permanente de los empleados para garantizar que cumplan con las condiciones de idoneidad personal y técnica que permitan garantizar el desempeño normal de la función encomendada, impidiendo en forma activa la existencia del margen más reducido posible para la temeridad del dependiente en operaciones riesgosas. Desde esta perspectiva, no es posible atribuirle a su parte una conducta de imprudencia temeraria como lo hace el fallo atacado, por cuanto las tareas respectivas se realizaron sin ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

573

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

la presencia activa del supervisor encargado de ellas, constituyendo dicha omisión de supervigilancia el motivo determinante en la generación del daño sufrido, por cuanto el afectado, en una conducta pasiva, se limitó a cumplir el encargo de su superior, sin ningún tipo de control ni recomendación. Así, la responsabilidad del empleador en la materia no se limita a permitir el acceso del dependiente a los elementos de seguridad o a las charlas respectiva, es decir, no se agota en la capacitación, pues abarca también la vigilancia permanente que éste haya asimilado las instrucciones impartidas y utilice aquéllos al inicio de la faena. Alega también el recurrente que su presencia en las faenas sublite fue producto de un cambio abrupto y sorpresivo de sus funciones habituales de recolectar de frutas en las actividades agrícolas de la temporada a una labor que no se encontraba dentro de las propias, que no eran similares y que importaban actividades que nunca había desarrollado, sin que se dieran, en consecuencia, la condiciones del artículo 12 del Código del Trabajo. Finalmente, el actor explica la influencia que estos yerros habrían tenido en lo dispositivo de la sentencia atacada. SEGUNDO: Que se han establecido como hechos de la causa, en lo pertinente, los siguientes: a) el actor prestó servicios para la demandada desde el 5 de mayo de 2001. b) el 20 de enero de 2003, en circunstancias que el demandante y otro trabajador hacían un techo falso al aire libre, mediante la costura de una malla plástica, contra el sol y afirmados en un bin que se encontraba amarrado a una grúa horquilla, al moverse el tractor, el primero cayó al suelo desde una altura aproximada de 2 metros, lo qué le produjo una luxofractura expuesta de su tobillo derecho grado 1 y como consecuencia de ello, varias cirugías y procesos de rehabilitación por largo espacio de tiempo. c) a raíz del accidente, el trabajador resultó con una artrodesis tibio astragalina y subastragalina del tobillo derecho, producto de la luxofractura de éste. Ello le provocó incapacidad laboral del 40% de acuerdo a la resolución Nº 012000480 emitida la Asociación Chilena de Seguridad, con fecha 25 de marzo de 2008. d) la empresa contaba con un Jefe de Seguridad o Prevencionista de Riesgo; que el día de los hechos no se hallaba en el lugar al inicio de la faena, apersonándose cinco minutos después de acaecido el siniestro. e) la empleadora mantiene en una bodega a disposición de los trabajadores los elementos de seguridad necesarios, tales como bototos, guantes, cascos y Otros. f) la Asociación Chilena de Seguridad les imparte charlas a los empleados de la sociedad demandada para capacitarlos en la forma de prevenir riesgos y evitar accidentes laborales. g) el día de los hechos, el trabajador no quiso colocarse los bototos de seguridad, como lo hizo su compañero de labores, y subió al bins con sandalias en los pies. Por no colocarse los zapatos adecuados y caer al suelo, se fracturó el tobillo. h) el informe interno de la investigación en terreno emanado de la Gerencia de Prevención de Riesgo de la Asociación Chilena de Seguridad, agregado a fs. 114 y 115, no aporta mayores antecedentes respecto al siniestro pues a la fecha del accidente no sé realizó la indagación pertinente para determinar las causas y las medidas de control, sólo se visitó la empresa con ese fin el día 11 de diciembre de 2008, es decir, cinco años y diez meses después de ocurridos los hechos materia de autos. TERCERO: Que sobre la base de los hechos descritos en el fundamento anterior, los sentenciadores concluyeron que el actor sufrió un accidente del trabajo que le causó sufrimiento físico y moral, perjuicios que se produjeron, esencialmente por el incumplimiento del empleador de la obligación de protección y seguridad que le impone el articulo 184 del Código del Trabajo, consistente en adoptar toda medida necesaria para proteger eficazmente la vida y salud del trabajador, en tanto dicha inobservancia fue la causa directa del siniestro. Ello por cuanto, si bien la empresa contaba con un Jefe de Seguridad, éste no se encontraba presente en el lugar de la faena en cuestión, quede por sí presentaba un riesgo, pues la labor de estos trabajadores consistía en amarrar o coser una malla rachel a dos metros de altura, elevados dentro de un bins, ausencia que permitió que el trabajador subiera a la estructura sin los bototos correspondientes y al caer del aparato solo con sandalias en los pies, se fracturara el tobillo. No obstante lo anterior, el tribunal de segundo grado agregó que aún cuando la empleadora no extremó las medidas de seguridad como la faena lo ameritaba y el Código del Trabajo en su artículo 184

574

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

la presencia activa del supervisor encargado de ellas, constituyendo dicha omisión de supervigilancia el motivo determinante en la generación del daño sufrido, por cuanto el afectado, en una conducta pasiva, se limitó a cumplir el encargo de su superior, sin ningún tipo de control ni recomendación. Así, la responsabilidad del empleador en la materia no se limita a permitir el acceso del dependiente a los elementos de seguridad o a las charlas respectiva, es decir, no se agota en la capacitación, pues abarca también la vigilancia permanente que éste haya asimilado las instrucciones impartidas y utilice aquéllos al inicio de la faena. Alega también el recurrente que su presencia en las faenas sublite fue producto de un cambio abrupto y sorpresivo de sus funciones habituales de recolectar de frutas en las actividades agrícolas de la temporada a una labor que no se encontraba dentro de las propias, que no eran similares y que importaban actividades que nunca había desarrollado, sin que se dieran, en consecuencia, la condiciones del artículo 12 del Código del Trabajo. Finalmente, el actor explica la influencia que estos yerros habrían tenido en lo dispositivo de la sentencia atacada. SEGUNDO: Que se han establecido como hechos de la causa, en lo pertinente, los siguientes: a) el actor prestó servicios para la demandada desde el 5 de mayo de 2001. b) el 20 de enero de 2003, en circunstancias que el demandante y otro trabajador hacían un techo falso al aire libre, mediante la costura de una malla plástica, contra el sol y afirmados en un bin que se encontraba amarrado a una grúa horquilla, al moverse el tractor, el primero cayó al suelo desde una altura aproximada de 2 metros, lo qué le produjo una luxofractura expuesta de su tobillo derecho grado 1 y como consecuencia de ello, varias cirugías y procesos de rehabilitación por largo espacio de tiempo. c) a raíz del accidente, el trabajador resultó con una artrodesis tibio astragalina y subastragalina del tobillo derecho, producto de la luxofractura de éste. Ello le provocó incapacidad laboral del 40% de acuerdo a la resolución Nº 012000480 emitida la Asociación Chilena de Seguridad, con fecha 25 de marzo de 2008. d) la empresa contaba con un Jefe de Seguridad o Prevencionista de Riesgo; que el día de los hechos no se hallaba en el lugar al inicio de la faena, apersonándose cinco minutos después de acaecido el siniestro. e) la empleadora mantiene en una bodega a disposición de los trabajadores los elementos de seguridad necesarios, tales como bototos, guantes, cascos y Otros. f) la Asociación Chilena de Seguridad les imparte charlas a los empleados de la sociedad demandada para capacitarlos en la forma de prevenir riesgos y evitar accidentes laborales. g) el día de los hechos, el trabajador no quiso colocarse los bototos de seguridad, como lo hizo su compañero de labores, y subió al bins con sandalias en los pies. Por no colocarse los zapatos adecuados y caer al suelo, se fracturó el tobillo. h) el informe interno de la investigación en terreno emanado de la Gerencia de Prevención de Riesgo de la Asociación Chilena de Seguridad, agregado a fs. 114 y 115, no aporta mayores antecedentes respecto al siniestro pues a la fecha del accidente no sé realizó la indagación pertinente para determinar las causas y las medidas de control, sólo se visitó la empresa con ese fin el día 11 de diciembre de 2008, es decir, cinco años y diez meses después de ocurridos los hechos materia de autos. TERCERO: Que sobre la base de los hechos descritos en el fundamento anterior, los sentenciadores concluyeron que el actor sufrió un accidente del trabajo que le causó sufrimiento físico y moral, perjuicios que se produjeron, esencialmente por el incumplimiento del empleador de la obligación de protección y seguridad que le impone el articulo 184 del Código del Trabajo, consistente en adoptar toda medida necesaria para proteger eficazmente la vida y salud del trabajador, en tanto dicha inobservancia fue la causa directa del siniestro. Ello por cuanto, si bien la empresa contaba con un Jefe de Seguridad, éste no se encontraba presente en el lugar de la faena en cuestión, quede por sí presentaba un riesgo, pues la labor de estos trabajadores consistía en amarrar o coser una malla rachel a dos metros de altura, elevados dentro de un bins, ausencia que permitió que el trabajador subiera a la estructura sin los bototos correspondientes y al caer del aparato solo con sandalias en los pies, se fracturara el tobillo. No obstante lo anterior, el tribunal de segundo grado agregó que aún cuando la empleadora no extremó las medidas de seguridad como la faena lo ameritaba y el Código del Trabajo en su artículo 184

574

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

575

se lo exigía, debe tenerse presenté que el dependiente se expuso imprudentemente al daño al no hacer uso de los elementos de seguridad que la empresa mantenía a su disposición y en atención a lo cual declaró que el monto de indemnización otorgado por daño moral debía ser reducido sustancialmente. CUARTO: Que la resolución del recurso planteado pasa por determinar la procedencia de la aplicación de la norma contenida en el artículo 2330 del Código Civil en casos donde el resarcimiento otorgado a favor del afectado se sustenta en el acaecimiento de una inobservancia contractual, en tanto dicho precepto se encuentra dentro de la normativa de la responsabilidad extracontractual y porque, tratándose tal obligación de la eficaz protección de la vida y seguridad de los trabajadores, las actuaciones del trabajador que denoten algún grado de negligencia importan, necesariamente, una falta al control y fiscalización por parte de la deudora de dicha seguridad. QUINTO: Que el inciso 1º del artículo 184 del Código del Trabajo dispone: “El empleador estará obligado a tomar todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de los trabajadores, manteniendo las condiciones adecuadas de higiene y seguridad en las faenas, como también los implementos necesarios para prevenir accidentes y enfermedades profesionales...” SEXTO: Que del texto transcrito se advierte que, por la sola existencia del vínculo laboral y como parte integrante de los deberes asumidos en el contrato respectivo, el legislador ha compelido al empleador para proteger a quienes le prestan servicios de los accidentes laborales que ocurran o acontezcan a causa o con ocasión del trabajo, exigiéndole prevenirlos mediante la adopción de las medidas de seguridad necesarias en el lugar y tiempo que se desarrolle dicho proceso. De está manera entonces, por regla general, el contratante de las labores responderá por los siniestros que afecten a sus trabajadores en las obras o faenas en que desarrollan sus tareas, en tanto el acaecimiento de los mismos importe la contravención a la carga referida. SÉPTIMO: Que la responsabilidad civil del contratante al que la ley le asigna la aludida carga, se sustenta claramente en la culpa del mismo en relación a la esfera de cuidado de la seguridad e integridad física y síquica del trabajador, cuya observancia debe ser analizada y declarada de acuerdo a las circunstancias de cada caso, por cuanto la severidad de las expresiones que contiene el precepto, a saber, “todas las medidas” o “eficazmente”, en ningún caso trasuntan una obligación de garantía que asegure la indemnidad frente a todo daño, como sí lo hace el régimen de seguro social de accidentes del trabajo y enfermedades profesionales contenido en la ley Nº 16.744, dada la amplitud del riesgo cubierto por aquél tratándose de siniestros ocurridos con ocasión de la relación laboral y el hecho que las prestaciones respectivas se devengan con independencia de la conducta del empleador. OCTAVO: Que no obedece entonces, la responsabilidad de que se trata a un estatuto estricto que prescinde de las actuaciones de las partes, especialmente del contratante deudor de seguridad, como lo plantea el demandante, sino de la consagración legal de un deber contractual que se erige sobre un estándar de diligencia y eficiencia en relación a las faenas y tareas individuales de los destinatarios de él, vinculado con diversos aspectos que abarcan desde la capacitación de los trabajadores y su equipamiento, hasta la adecuación de los espacios físicos y el proceso productivo. NOVENO: Que siendo menester la concurrencia de una actuación negligente dé la parte patronal para que ésta sea legal y justificadamente conminada al resarcimiento, resulta improcedente calificar la obligación analizada dentro de las llamadas “de resultado”, así como también irracional, desde la perspectiva de la normativa general. Si bien la igualdad de los contratantes no es un presupuesto fácilmente aplicable en materia laboral, el legislador, precisamente en este ámbito, ha morigerado las consecuencias de cualquier desequilibrio estableciendo este complejo deber “de medios” que coloca al empleador en situación de tener que acreditar, ante el emplazamiento del dependiente, la efectividad y suficiencia de su diligencia en las acciones de prevención y cuidado pertinentes, no obstante el resultado. DÉCIMO: Que sobre la base de lo señalado, surge la procedencia de la consideración por parte del tribunal dé la conducta del afectado por el siniestro al momento de determinar el monto de la indemnización por daño moral, en tanto concreta en el caso la directriz de compensación de culpas insita en la norma del artículo 2330 del Código Civil y para lo cual el estatuto dentro del cual ésta fue situada por el legislador, no obsta en forma alguna. En efecto, la vigencia del principio se sustrae de todo obstáculo originado en la naturaleza del precepto mencionado que lo regula desde que el comportamiento negligente del trabajador que fue una concausa del hecho dañoso o provocó la mayor gravedad de sus

se lo exigía, debe tenerse presenté que el dependiente se expuso imprudentemente al daño al no hacer uso de los elementos de seguridad que la empresa mantenía a su disposición y en atención a lo cual declaró que el monto de indemnización otorgado por daño moral debía ser reducido sustancialmente. CUARTO: Que la resolución del recurso planteado pasa por determinar la procedencia de la aplicación de la norma contenida en el artículo 2330 del Código Civil en casos donde el resarcimiento otorgado a favor del afectado se sustenta en el acaecimiento de una inobservancia contractual, en tanto dicho precepto se encuentra dentro de la normativa de la responsabilidad extracontractual y porque, tratándose tal obligación de la eficaz protección de la vida y seguridad de los trabajadores, las actuaciones del trabajador que denoten algún grado de negligencia importan, necesariamente, una falta al control y fiscalización por parte de la deudora de dicha seguridad. QUINTO: Que el inciso 1º del artículo 184 del Código del Trabajo dispone: “El empleador estará obligado a tomar todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de los trabajadores, manteniendo las condiciones adecuadas de higiene y seguridad en las faenas, como también los implementos necesarios para prevenir accidentes y enfermedades profesionales...” SEXTO: Que del texto transcrito se advierte que, por la sola existencia del vínculo laboral y como parte integrante de los deberes asumidos en el contrato respectivo, el legislador ha compelido al empleador para proteger a quienes le prestan servicios de los accidentes laborales que ocurran o acontezcan a causa o con ocasión del trabajo, exigiéndole prevenirlos mediante la adopción de las medidas de seguridad necesarias en el lugar y tiempo que se desarrolle dicho proceso. De está manera entonces, por regla general, el contratante de las labores responderá por los siniestros que afecten a sus trabajadores en las obras o faenas en que desarrollan sus tareas, en tanto el acaecimiento de los mismos importe la contravención a la carga referida. SÉPTIMO: Que la responsabilidad civil del contratante al que la ley le asigna la aludida carga, se sustenta claramente en la culpa del mismo en relación a la esfera de cuidado de la seguridad e integridad física y síquica del trabajador, cuya observancia debe ser analizada y declarada de acuerdo a las circunstancias de cada caso, por cuanto la severidad de las expresiones que contiene el precepto, a saber, “todas las medidas” o “eficazmente”, en ningún caso trasuntan una obligación de garantía que asegure la indemnidad frente a todo daño, como sí lo hace el régimen de seguro social de accidentes del trabajo y enfermedades profesionales contenido en la ley Nº 16.744, dada la amplitud del riesgo cubierto por aquél tratándose de siniestros ocurridos con ocasión de la relación laboral y el hecho que las prestaciones respectivas se devengan con independencia de la conducta del empleador. OCTAVO: Que no obedece entonces, la responsabilidad de que se trata a un estatuto estricto que prescinde de las actuaciones de las partes, especialmente del contratante deudor de seguridad, como lo plantea el demandante, sino de la consagración legal de un deber contractual que se erige sobre un estándar de diligencia y eficiencia en relación a las faenas y tareas individuales de los destinatarios de él, vinculado con diversos aspectos que abarcan desde la capacitación de los trabajadores y su equipamiento, hasta la adecuación de los espacios físicos y el proceso productivo. NOVENO: Que siendo menester la concurrencia de una actuación negligente dé la parte patronal para que ésta sea legal y justificadamente conminada al resarcimiento, resulta improcedente calificar la obligación analizada dentro de las llamadas “de resultado”, así como también irracional, desde la perspectiva de la normativa general. Si bien la igualdad de los contratantes no es un presupuesto fácilmente aplicable en materia laboral, el legislador, precisamente en este ámbito, ha morigerado las consecuencias de cualquier desequilibrio estableciendo este complejo deber “de medios” que coloca al empleador en situación de tener que acreditar, ante el emplazamiento del dependiente, la efectividad y suficiencia de su diligencia en las acciones de prevención y cuidado pertinentes, no obstante el resultado. DÉCIMO: Que sobre la base de lo señalado, surge la procedencia de la consideración por parte del tribunal dé la conducta del afectado por el siniestro al momento de determinar el monto de la indemnización por daño moral, en tanto concreta en el caso la directriz de compensación de culpas insita en la norma del artículo 2330 del Código Civil y para lo cual el estatuto dentro del cual ésta fue situada por el legislador, no obsta en forma alguna. En efecto, la vigencia del principio se sustrae de todo obstáculo originado en la naturaleza del precepto mencionado que lo regula desde que el comportamiento negligente del trabajador que fue una concausa del hecho dañoso o provocó la mayor gravedad de sus ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

575

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

consecuencias, si bien no desplaza ni elimina en el presupuesto de imputación de responsabilidad el incumplimiento del deber de cuidado que permite el acaecimiento del siniestro, sea por el debilitamiento de las medidas pertinentes, sea por ausencia de fiscalización o control de la operatividad de las mismas, sí constituye un elemento de medición de aquél, que informa un criterio de carácter general para este fin sustentado en el principio de la buena fe y la proscripción del enriquecimiento sin causa. UNDÉCIMO: Que la aplicación de la regla contemplada en el citado precepto y que permite reducir la apreciación del daño si el que lo ha sufrido “se expuso a él imprudentemente”, exige para su aplicación, necesaria y lógicamente, la existencia de una negligencia o imprudencia del afectado que lo exponga y, por ende, aminore la responsabilidad del deudor, por cuanto aquélla debió influir o provocar la conducta dañosa del ultimo. Pensando en un ámbito contractual, es el propio acreedor quien debió incurrir en una inobservancia de la convención, previa a la del deudor, que llevó a este, por ejemplo a la imposibilidad de ejecutar lo estipulado o a hacerlo en forma defectuosa o tardía. DUODÉCIMO: Que, en la especie, se encuentra asentado por los sentenciadores de segundo grado que el actor, contraviniendo el pacto laboral y los reglamentos internos de seguridad, desarrolló una labor riesgosa, en altura, sin usar los implementos de seguridad adecuados, específicamente los zapatos, exponiéndose de esta manera a una situación que dificultó la eficacia de la protección que le prestaba la empleadora, circunstancia que, una vez establecida, no pudo menos que ser tenida en cuenta por aquellos con el sólo objeto de determinar prudencialmente el monto del resarcimiento del perjuicio. Situándose la gradación de dicha medición; en todo caso, dentro del ámbito de apreciación que la legislación deja entregada a los jueces de la instancia. DECIMOTERCERO: Que por otra parte, resultan irrelevantes las alegaciones del recurrente tocantes a la ajenidad de las labores que le fueron ordenadas el día del accidente sublite, tanto por erigirse como una alegación nueva en la controversia trabada sobre la base de los escritos fundamentales de las partes, cuanto porque no han sido invocadas las normas que regulan la forma de apreciación de los elementos de prueba allegados por aquellas, cuya vulneración importa la única vía por la cual el Tribunal de Casación se encuentra habilitado para revisar los presupuestos fácticos asentados soberanamente por los jueces de la instancia y, ante una infracción en el procedimiento de establecimiento de los mismos, modificarlos. DECIMOCUARTO: Que en todo caso, no es posible atribuir a la alteración de los hechos en el sentido arriba aludido consecuencia alguna de carácter gravitante desde que el incumplimiento del empleador respecto de su deber de seguridad fue igualmente asentado a partir de la ausencia de control y fiscalización de las labores riesgosas desplegadas por el recurrente –lo que condujo a acoger la pretensión de resarcimiento–, así como también la conducta imprudente de éste al efectuar dichas tareas y que originó la rebaja prudencial de la indemnización primitivamente fijada. DECIMOQUINTO: Que atendido lo razonado, no habiendo existido por parte de los sentenciadores; en consecuencia, un error de interpretación ni una falsa aplicación de las disposiciones invocadas por el actor en la nulidad de fondo impetrada, fuerza concluir que ésta deberá ser desestimada. Por estas consideraciones y visto, además, lo dispuesto en los artículos 463 del Código del Trabajo y 764, 765, 767, 771, 772, 783 y 785 del Código de Procedimiento Civil, se rechaza, sin costas, el recurso de casación en el fondo deducido por el demandantes fojas 142, en contra de la sentencia de veintitrés de abril de dos mil nueve, escrita a fojas 140. Acordada contra el voto de la Ministra señora Maggi quien estuvo por acoger el recurso de nulidad planteado por estimar que los sentenciadores infringieron los artículos 184 del Código del Trabajo y 2330 del Código Civil, por errónea interpretación y falsa aplicación, por cuanto la consideración de la regla de compensación de culpas contenida en el segundo de los preceptos mencionados a casos de incumplimiento del deber de protección impuesto por la normativa laboral al empleador, provocan la desnaturalización de la obligación de que se trata. En la especie, resulta incuestionable –y así lo definieron los jueces del fondo– que el accidente se produjo por incumplimiento del empleador de la obligación que le impone el artículo 184 del Código del Trabajo, de adoptar todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de sus trabajadores, manteniendo las condiciones adecuadas de seguridad en las faenas y proporcionándoles los implementos necesarios para prevenir accidentes. Así surge con claridad del motivo décimo octavo del fallo de primera instancia, reproducido por el de

576

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

consecuencias, si bien no desplaza ni elimina en el presupuesto de imputación de responsabilidad el incumplimiento del deber de cuidado que permite el acaecimiento del siniestro, sea por el debilitamiento de las medidas pertinentes, sea por ausencia de fiscalización o control de la operatividad de las mismas, sí constituye un elemento de medición de aquél, que informa un criterio de carácter general para este fin sustentado en el principio de la buena fe y la proscripción del enriquecimiento sin causa. UNDÉCIMO: Que la aplicación de la regla contemplada en el citado precepto y que permite reducir la apreciación del daño si el que lo ha sufrido “se expuso a él imprudentemente”, exige para su aplicación, necesaria y lógicamente, la existencia de una negligencia o imprudencia del afectado que lo exponga y, por ende, aminore la responsabilidad del deudor, por cuanto aquélla debió influir o provocar la conducta dañosa del ultimo. Pensando en un ámbito contractual, es el propio acreedor quien debió incurrir en una inobservancia de la convención, previa a la del deudor, que llevó a este, por ejemplo a la imposibilidad de ejecutar lo estipulado o a hacerlo en forma defectuosa o tardía. DUODÉCIMO: Que, en la especie, se encuentra asentado por los sentenciadores de segundo grado que el actor, contraviniendo el pacto laboral y los reglamentos internos de seguridad, desarrolló una labor riesgosa, en altura, sin usar los implementos de seguridad adecuados, específicamente los zapatos, exponiéndose de esta manera a una situación que dificultó la eficacia de la protección que le prestaba la empleadora, circunstancia que, una vez establecida, no pudo menos que ser tenida en cuenta por aquellos con el sólo objeto de determinar prudencialmente el monto del resarcimiento del perjuicio. Situándose la gradación de dicha medición; en todo caso, dentro del ámbito de apreciación que la legislación deja entregada a los jueces de la instancia. DECIMOTERCERO: Que por otra parte, resultan irrelevantes las alegaciones del recurrente tocantes a la ajenidad de las labores que le fueron ordenadas el día del accidente sublite, tanto por erigirse como una alegación nueva en la controversia trabada sobre la base de los escritos fundamentales de las partes, cuanto porque no han sido invocadas las normas que regulan la forma de apreciación de los elementos de prueba allegados por aquellas, cuya vulneración importa la única vía por la cual el Tribunal de Casación se encuentra habilitado para revisar los presupuestos fácticos asentados soberanamente por los jueces de la instancia y, ante una infracción en el procedimiento de establecimiento de los mismos, modificarlos. DECIMOCUARTO: Que en todo caso, no es posible atribuir a la alteración de los hechos en el sentido arriba aludido consecuencia alguna de carácter gravitante desde que el incumplimiento del empleador respecto de su deber de seguridad fue igualmente asentado a partir de la ausencia de control y fiscalización de las labores riesgosas desplegadas por el recurrente –lo que condujo a acoger la pretensión de resarcimiento–, así como también la conducta imprudente de éste al efectuar dichas tareas y que originó la rebaja prudencial de la indemnización primitivamente fijada. DECIMOQUINTO: Que atendido lo razonado, no habiendo existido por parte de los sentenciadores; en consecuencia, un error de interpretación ni una falsa aplicación de las disposiciones invocadas por el actor en la nulidad de fondo impetrada, fuerza concluir que ésta deberá ser desestimada. Por estas consideraciones y visto, además, lo dispuesto en los artículos 463 del Código del Trabajo y 764, 765, 767, 771, 772, 783 y 785 del Código de Procedimiento Civil, se rechaza, sin costas, el recurso de casación en el fondo deducido por el demandantes fojas 142, en contra de la sentencia de veintitrés de abril de dos mil nueve, escrita a fojas 140. Acordada contra el voto de la Ministra señora Maggi quien estuvo por acoger el recurso de nulidad planteado por estimar que los sentenciadores infringieron los artículos 184 del Código del Trabajo y 2330 del Código Civil, por errónea interpretación y falsa aplicación, por cuanto la consideración de la regla de compensación de culpas contenida en el segundo de los preceptos mencionados a casos de incumplimiento del deber de protección impuesto por la normativa laboral al empleador, provocan la desnaturalización de la obligación de que se trata. En la especie, resulta incuestionable –y así lo definieron los jueces del fondo– que el accidente se produjo por incumplimiento del empleador de la obligación que le impone el artículo 184 del Código del Trabajo, de adoptar todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de sus trabajadores, manteniendo las condiciones adecuadas de seguridad en las faenas y proporcionándoles los implementos necesarios para prevenir accidentes. Así surge con claridad del motivo décimo octavo del fallo de primera instancia, reproducido por el de

576

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

577

segunda, cuando expresa que “el incumplimiento por parte del empleador en cuanto a la adopción de las medidas de seguridad adecuadas, puede ser estimado como la causa directa del accidente sufrido por el actor, puesto que en el evento de haber existido éstas en forma real y efectiva, este accidente no debiera haber ocurrido”. En estas circunstancias, en opinión de la disidente, no es posible desplazar la responsabilidad que al empleador incumbe, como encargado de prevenir el riesgo que su actividad empresarial involucra y de crear condiciones idóneas para que sus dependientes puedan desempeñar con seguridad las tareas encomendadas, para hacerla recaer en el trabajador que ejecutaba la labor que se le había ordenado, ni para disminuir el monto de la indemnización que en este caso debe satisfacerse, pues la obligación de control y, prevención de riesgos en las faenas no se cumple por el simple hecho de contar la empresa con un jefe de seguridad –que tampoco estaba presente al momento del accidente–, ni con custodiar en una bodega los bototos que habría debido colocarse el trabajador, si no se fiscalizó efectivamente el uso de los mismos. De esta manera y tal como destaca el recurrente, dada la amplitud y severidad del estatuto de que se trata, la consideración de cualquier falta o negligencia del trabajador afectado de la manera que se ha efectuado en autos, resulta improcedente, en primer término, por cuanto ella sólo pone de manifiesto con mayor fuerza la inobservancia del deudor de seguridad que no fue eficaz en la implementación de las medidas pertinentes o el control de la operatividad de las mismas; y, en segundo lugar, en tanto implica la introducción de un elemento extraño en el proceso de ponderación del daño ocasionado y su resarcimiento, que provoca un efecto más allá que el generado por cualquier otro antecedente de éste, en tanto las circunstancias fácticas del siniestro si bien son incorporadas por los jueces de la instancia, lo son en una sede anterior a la rebaja decidida en autos. Redacción a cargo del Ministro señor Patricio Valdés Aldunate y del voto en contra, su autora. Regístrese y devuélvase. Pronunciada por la Cuarta Sala de la Corte Suprema integrada por los Ministros señor Patricio Valdés A., señora Rosa María Maggi D., Ministro Suplente señor julio Torres A., y los Abogados Integrantes señores Roberto Jacob Ch., y Ricardo Peralta V. No firman los Abogados Integrantes señores Jacob y Peralta, no obstante haber concurrido a la vista y al acuerdo de la causa, por estar ambos ausentes. Santiago, 10 de septiembre de 2009. Autoriza la Secretaria Subrogante de la Corte Suprema, señora Carola Herrera Brummer. En Santiago, a diez de septiembre de dos mil nueve, notifiqué en Secretaria por el Estado Diario la resolución precedente. Rol Nº 4.442–09.

segunda, cuando expresa que “el incumplimiento por parte del empleador en cuanto a la adopción de las medidas de seguridad adecuadas, puede ser estimado como la causa directa del accidente sufrido por el actor, puesto que en el evento de haber existido éstas en forma real y efectiva, este accidente no debiera haber ocurrido”. En estas circunstancias, en opinión de la disidente, no es posible desplazar la responsabilidad que al empleador incumbe, como encargado de prevenir el riesgo que su actividad empresarial involucra y de crear condiciones idóneas para que sus dependientes puedan desempeñar con seguridad las tareas encomendadas, para hacerla recaer en el trabajador que ejecutaba la labor que se le había ordenado, ni para disminuir el monto de la indemnización que en este caso debe satisfacerse, pues la obligación de control y, prevención de riesgos en las faenas no se cumple por el simple hecho de contar la empresa con un jefe de seguridad –que tampoco estaba presente al momento del accidente–, ni con custodiar en una bodega los bototos que habría debido colocarse el trabajador, si no se fiscalizó efectivamente el uso de los mismos. De esta manera y tal como destaca el recurrente, dada la amplitud y severidad del estatuto de que se trata, la consideración de cualquier falta o negligencia del trabajador afectado de la manera que se ha efectuado en autos, resulta improcedente, en primer término, por cuanto ella sólo pone de manifiesto con mayor fuerza la inobservancia del deudor de seguridad que no fue eficaz en la implementación de las medidas pertinentes o el control de la operatividad de las mismas; y, en segundo lugar, en tanto implica la introducción de un elemento extraño en el proceso de ponderación del daño ocasionado y su resarcimiento, que provoca un efecto más allá que el generado por cualquier otro antecedente de éste, en tanto las circunstancias fácticas del siniestro si bien son incorporadas por los jueces de la instancia, lo son en una sede anterior a la rebaja decidida en autos. Redacción a cargo del Ministro señor Patricio Valdés Aldunate y del voto en contra, su autora. Regístrese y devuélvase. Pronunciada por la Cuarta Sala de la Corte Suprema integrada por los Ministros señor Patricio Valdés A., señora Rosa María Maggi D., Ministro Suplente señor julio Torres A., y los Abogados Integrantes señores Roberto Jacob Ch., y Ricardo Peralta V. No firman los Abogados Integrantes señores Jacob y Peralta, no obstante haber concurrido a la vista y al acuerdo de la causa, por estar ambos ausentes. Santiago, 10 de septiembre de 2009. Autoriza la Secretaria Subrogante de la Corte Suprema, señora Carola Herrera Brummer. En Santiago, a diez de septiembre de dos mil nueve, notifiqué en Secretaria por el Estado Diario la resolución precedente. Rol Nº 4.442–09. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

577

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Santiago, miércoles veintitrés de mayo de dos mil siete. VISTOS: A fojas uno comparece don Claudio Mauricio Ibarra Bobadilla, concretero, domiciliado en calle Nicanor Plaza Nº 761, Villa Puente Alto, comuna del mismo nombre, interponiendo demanda en juicio ordinario laboral en contra de la empresa Construcciones y Transportes Laja Limitada, del giro de su denominación, representada legalmente por don Ignacio Astaburuaga Eguiguren, factor de comercio, ambos con domicilio en calle El Canelo Nº 2715, Providencia, como empleador directo, y en contra de la empresa Constructora Bío Bío S.A., del mismo domicilio y con su mismo representante legal, como responsable solidario toda vez que pertenece al mismo dueño que la primera y es la que figura como empleadora ante la Mutual de Seguridad de la Cámara Chilena de la Construcción; en subsidio de lo anterior en contra de Constructora Bío Bío S.A. en su calidad de responsable subsidiario de Construcciones y Transportes Laja Limitada, en su carácter de contratista y de acuerdo con lo previsto en el artículo 64 del Código del Trabajo; esta responsabilidad deriva del hecho de haber sufrido un accidente del trabajo en la obra Nº 272 denominada Conjunto San Esteban, sector 7, ubicada en calle San Martín Nº 091, comuna de Quilicura, siendo la Constructora Bío Bío S.A. la inmobiliaria y dueña de la citada obra; señala que ingresó a prestar servicios como concretero con una remuneración inicial de $ 112.000 mensuales, más gratificación legal con el tope de tres cuartos de Ingresos Mínimos Mensuales, y asignaciones de movilización y colación de $ 950 y $ 1.150 diarios respectivamente; expresa que el 30 de abril de 2003 como a las 15:30 horas se encontraba trabajando en una cuadrilla de siete trabajadores; ese día le habían manifestado al capataz señor Cristián Jeldres su disconformidad con el montacargas porque su piola estaba picada; el aparato sirve para subir o bajar elementos de trabajo o materiales como maderas, carretillas, por fuera de la obra; la piola es la cuerda metálica que permite subir o bajar el montacargas, y que estuviera “picado, significa que era antiguo y presentaba fallas y peligrosidad ya que se podía cortar en cualquier momento; el capataz no hizo caso y ordenó a tres compañeros preparar la losa, a Guillermo Gaete, Pedro Velásquez, Jaime Lagos y al compareciente los envió a concretar una cadena del tercer piso; las cadenas son los pilares que se llenan de concreto y van en el contorno de la casa en la parte superior; comenzaron su trabajo y le pidieron al capataz que enviara a Justo Valdivia, el operador del montacargas para que accionara la máquina porque ellos no se encontraban capacitados para esa labor; el capataz se negó a hacerlo y en reemplazo del señor Valdivia, mandó a Fernando Badilla que era chofer del tractor, quien sin conocimiento ni experiencia comenzó a operar el montacargas hacia el tercer piso donde el actor se encontraba esperando el concreto para ejecutar su trabajo; cuando se detuvo la plataforma comenzó a introducirse para sacar la carretilla y el señor Badilla sin esperar el término de su cometido, en su estado de nerviosismo accionó la palanca y el montacargas comenzó a subir hasta que chocó con la superficie superior y la piola por su mal estado, se cortó inmediatamente y el montacargas se vino abajo con el actor dentro precipitándose violentamente a tierra, resultando con lesiones gravísimas; fue trasladado en la ambulancia de la Mutual de Seguridad recibiendo los primeros auxilios en la sede Quilicura de la Mutual y luego trasladado al hospital de la misma donde le fue diagnosticado luxo fractura de Chopart con luxofractura subastragalina del tobillo y pie derecho y fue operado, permaneció enyesado hasta junio y en tal mes comenzó su rehabilitación, situación en que se encuentra al momento de deducir la demanda; se encuentra en tratamiento kinésico y psicológico; su pie derecho resultó arruinado y le injertaron tornillos metálicos para armar el tobillo; lo que lo inmoviliza de por vida, perdiendo la fuerza y movilidad de la rodilla y pantorrilla derechas; su cojera es tan grotesca que los médicos decidieron dejar inmóvil el tobillo, sin movimiento para los lados; en uno de los traslados, el 28 de julio de 2003 la ambulancia que lo trasladaba chocó resultando con tres fracturas en la clavícula y otras lesiones las que han sido tratadas también en la Mutual por haber sido considerado un accidente con causal del trabajo; señala que su empleadora estaba obligada a velar por la

578

I. SENTENCIA DE PRIMER GRADO

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol N°: 2049-2008 Cita online: CL/JUR/2474/2008

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol N°: 2049-2008 Cita online: CL/JUR/2474/2008

I. SENTENCIA DE PRIMER GRADO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Santiago, miércoles veintitrés de mayo de dos mil siete. VISTOS: A fojas uno comparece don Claudio Mauricio Ibarra Bobadilla, concretero, domiciliado en calle Nicanor Plaza Nº 761, Villa Puente Alto, comuna del mismo nombre, interponiendo demanda en juicio ordinario laboral en contra de la empresa Construcciones y Transportes Laja Limitada, del giro de su denominación, representada legalmente por don Ignacio Astaburuaga Eguiguren, factor de comercio, ambos con domicilio en calle El Canelo Nº 2715, Providencia, como empleador directo, y en contra de la empresa Constructora Bío Bío S.A., del mismo domicilio y con su mismo representante legal, como responsable solidario toda vez que pertenece al mismo dueño que la primera y es la que figura como empleadora ante la Mutual de Seguridad de la Cámara Chilena de la Construcción; en subsidio de lo anterior en contra de Constructora Bío Bío S.A. en su calidad de responsable subsidiario de Construcciones y Transportes Laja Limitada, en su carácter de contratista y de acuerdo con lo previsto en el artículo 64 del Código del Trabajo; esta responsabilidad deriva del hecho de haber sufrido un accidente del trabajo en la obra Nº 272 denominada Conjunto San Esteban, sector 7, ubicada en calle San Martín Nº 091, comuna de Quilicura, siendo la Constructora Bío Bío S.A. la inmobiliaria y dueña de la citada obra; señala que ingresó a prestar servicios como concretero con una remuneración inicial de $ 112.000 mensuales, más gratificación legal con el tope de tres cuartos de Ingresos Mínimos Mensuales, y asignaciones de movilización y colación de $ 950 y $ 1.150 diarios respectivamente; expresa que el 30 de abril de 2003 como a las 15:30 horas se encontraba trabajando en una cuadrilla de siete trabajadores; ese día le habían manifestado al capataz señor Cristián Jeldres su disconformidad con el montacargas porque su piola estaba picada; el aparato sirve para subir o bajar elementos de trabajo o materiales como maderas, carretillas, por fuera de la obra; la piola es la cuerda metálica que permite subir o bajar el montacargas, y que estuviera “picado, significa que era antiguo y presentaba fallas y peligrosidad ya que se podía cortar en cualquier momento; el capataz no hizo caso y ordenó a tres compañeros preparar la losa, a Guillermo Gaete, Pedro Velásquez, Jaime Lagos y al compareciente los envió a concretar una cadena del tercer piso; las cadenas son los pilares que se llenan de concreto y van en el contorno de la casa en la parte superior; comenzaron su trabajo y le pidieron al capataz que enviara a Justo Valdivia, el operador del montacargas para que accionara la máquina porque ellos no se encontraban capacitados para esa labor; el capataz se negó a hacerlo y en reemplazo del señor Valdivia, mandó a Fernando Badilla que era chofer del tractor, quien sin conocimiento ni experiencia comenzó a operar el montacargas hacia el tercer piso donde el actor se encontraba esperando el concreto para ejecutar su trabajo; cuando se detuvo la plataforma comenzó a introducirse para sacar la carretilla y el señor Badilla sin esperar el término de su cometido, en su estado de nerviosismo accionó la palanca y el montacargas comenzó a subir hasta que chocó con la superficie superior y la piola por su mal estado, se cortó inmediatamente y el montacargas se vino abajo con el actor dentro precipitándose violentamente a tierra, resultando con lesiones gravísimas; fue trasladado en la ambulancia de la Mutual de Seguridad recibiendo los primeros auxilios en la sede Quilicura de la Mutual y luego trasladado al hospital de la misma donde le fue diagnosticado luxo fractura de Chopart con luxofractura subastragalina del tobillo y pie derecho y fue operado, permaneció enyesado hasta junio y en tal mes comenzó su rehabilitación, situación en que se encuentra al momento de deducir la demanda; se encuentra en tratamiento kinésico y psicológico; su pie derecho resultó arruinado y le injertaron tornillos metálicos para armar el tobillo; lo que lo inmoviliza de por vida, perdiendo la fuerza y movilidad de la rodilla y pantorrilla derechas; su cojera es tan grotesca que los médicos decidieron dejar inmóvil el tobillo, sin movimiento para los lados; en uno de los traslados, el 28 de julio de 2003 la ambulancia que lo trasladaba chocó resultando con tres fracturas en la clavícula y otras lesiones las que han sido tratadas también en la Mutual por haber sido considerado un accidente con causal del trabajo; señala que su empleadora estaba obligada a velar por la

578

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

579

protección de la vida y salud de sus trabajadores, de conformidad, con el artículo 184 del Código del Trabajo mediante medidas eficaces, lo que significa, como ha sido reconocido en diversos fallos, que responde de la culpa levísima en el cumplimiento de esta obligación contractual; la obligación de prevención y seguridad que impone la ley resulta parte integrante del contrato y le pertenece a él en razón de la naturaleza de las obligaciones que genera, resultando obligatorio por el artículo 1556 del Código Civil lo que genera una responsabilidad contractual; también su empleadora incurrió en infracción de los artículos 66 de la ley Nº 16.744 y 210 del Código del Trabajo en relación con los artículos 3 y 37 Nº 1 del D.S. Nº 594 del año 1999 del Ministerio del Trabajo que aprobó el reglamento sobre condiciones sanitarias y ambientales básicas en los lugares de trabajo; y también en relación con los Nº 1 y 2 del artículo 24 del D.S. Nº 54 de 1969 del mismo ministerio que aprobó el reglamento de comités paritarios de higiene y seguridad; en efecto el citado comité no instruyó al actor ni al resto de los trabajadores para la entrega o correcta utilización de los elementos de seguridad para desempeñarse en el montacargas que no estaba en condiciones y que era operado por un trabajador sin capacitación, ni experiencia, ni vigilancia; también señala la infracción de los artículos 66 y 68 de la ley Nº 16.744 en relación con los artículos 68 y 210 del Código del Trabajo y los artículos 8, 14 y 21 del D.S. Nº 40 de 1969 del Ministerio del Trabajo que aprobó el reglamento de prevención de riesgos; el departamento de prevención de riesgos de la demandada no cumplió con sus obligaciones que señala; también estima infringidos los artículos 187 del Código del Trabajo y el artículo 68 de la ley Nº 16.744; estas infracciones dan origen a una responsabilidad contractual que obliga a indemnizar los perjuicios de lucro cesante y el daño moral; la indemnización del lucro cesante dice relación con la diferencia entre los emolumentos que dejará de percibir como consecuencia del accidente, proyectada por los años de vida laboral que le restan entre la fecha del accidente y el momento en que hubiera de cumplir los 65 años de edad, considerando que su nacimiento ocurrió el 05 de febrero de 1972; tomando en consideración que percibía la suma de $ 111.200, resulta una cifra total de $ 44.035.200, suma que solicita a título de lucro cesante, o bien la suma mayor o menor que el Tribunal estime en justicia y equidad; por daño moral, es decir, el daño extramatrimonial por la lesión, menoscabo, detrimento, molestias y perturbaciones que le ha ocasionado el accidente, a consecuencias del cual tiene la rodilla, pantorrilla y pie derechos atrofiados, como secuelas permanentes del accidente; el origen de la responsabilidad de la empresa demandada en forma subsidiaria emana del artículo 64 del Código del Trabajo, cuyos presupuestos se encuentran cumplidos; termina solicitando que en definitiva se declare que las empresas Construcciones y Transportes Laja Limitada y Constructora Bío Bío S.A. deben pagarle en forma solidaria, o en subsidio en forma subsidiaria, las indemnizaciones por daño moral y lucro cesante señaladas, con los intereses y reajustes del artículo 63 del Código del Trabajo y las costas de la causa. La demandada Construcciones y Transportes Laja Limitada contesta la demanda a fojas 22 y solicita su rechazo; señala que el actor sufrió un accidente el día 30 de abril de 2003 y sostiene que se debió a que el montacargas no estaba en condiciones idóneas debido al estado inservible de la “piola” y además porque fue operado por un chofer de tractor sin capacitación ni experiencia para accionarlo; señala que la causa del accidente ha sido un acto temerario e imprudente de la propia víctima, al haberse introducido en la plataforma del montacargas que transportaba la carretilla con materiales; el actor le solicitó al señor Badilla que operaba el montacargas que continuara subiendo el elevador para poder trabajar en esa superficie y desde allí colocar el hormigón en la cadena donde terminaba el muro, lo que seguramente le resultaba más cómodo para trabajar, pero revestía riesgos y peligros que el actor conocía perfectamente por haber sido informado en múltiples ocasiones, en forma majadera, que estaba prohibido ingresar al montacargas o instalarse en él para trasladarse a cualquier punto de trabajo; si fuere verdad que habían manifestado al jefe de la obra su malestar con el funcionamiento del montacargas, ello resulta incompatible con haberse subido al mismo, sabiendo que no era capaz de funcionar adecuadamente; el montacargas no está destinado a transportar personas sino materiales y elementos de trabajo y al respecto hay instrucciones de la empresa; ante el requerimiento del actor, el operador accionó la palanca para elevarlo golpeando con el carro posterior la roldana superior, provocando la caída del montacargas; el operador nunca debió haber accedido a lo que solicitó el actor dado que también conocía la prohibición de trasladar personas en la huinche, la negligencia se inició sin dudas por la acción del actor; la causa principal del accidente ha sido una imprudencia, y negligencia inexcusable del demandante al ejecutar una acción prohibida que

protección de la vida y salud de sus trabajadores, de conformidad, con el artículo 184 del Código del Trabajo mediante medidas eficaces, lo que significa, como ha sido reconocido en diversos fallos, que responde de la culpa levísima en el cumplimiento de esta obligación contractual; la obligación de prevención y seguridad que impone la ley resulta parte integrante del contrato y le pertenece a él en razón de la naturaleza de las obligaciones que genera, resultando obligatorio por el artículo 1556 del Código Civil lo que genera una responsabilidad contractual; también su empleadora incurrió en infracción de los artículos 66 de la ley Nº 16.744 y 210 del Código del Trabajo en relación con los artículos 3 y 37 Nº 1 del D.S. Nº 594 del año 1999 del Ministerio del Trabajo que aprobó el reglamento sobre condiciones sanitarias y ambientales básicas en los lugares de trabajo; y también en relación con los Nº 1 y 2 del artículo 24 del D.S. Nº 54 de 1969 del mismo ministerio que aprobó el reglamento de comités paritarios de higiene y seguridad; en efecto el citado comité no instruyó al actor ni al resto de los trabajadores para la entrega o correcta utilización de los elementos de seguridad para desempeñarse en el montacargas que no estaba en condiciones y que era operado por un trabajador sin capacitación, ni experiencia, ni vigilancia; también señala la infracción de los artículos 66 y 68 de la ley Nº 16.744 en relación con los artículos 68 y 210 del Código del Trabajo y los artículos 8, 14 y 21 del D.S. Nº 40 de 1969 del Ministerio del Trabajo que aprobó el reglamento de prevención de riesgos; el departamento de prevención de riesgos de la demandada no cumplió con sus obligaciones que señala; también estima infringidos los artículos 187 del Código del Trabajo y el artículo 68 de la ley Nº 16.744; estas infracciones dan origen a una responsabilidad contractual que obliga a indemnizar los perjuicios de lucro cesante y el daño moral; la indemnización del lucro cesante dice relación con la diferencia entre los emolumentos que dejará de percibir como consecuencia del accidente, proyectada por los años de vida laboral que le restan entre la fecha del accidente y el momento en que hubiera de cumplir los 65 años de edad, considerando que su nacimiento ocurrió el 05 de febrero de 1972; tomando en consideración que percibía la suma de $ 111.200, resulta una cifra total de $ 44.035.200, suma que solicita a título de lucro cesante, o bien la suma mayor o menor que el Tribunal estime en justicia y equidad; por daño moral, es decir, el daño extramatrimonial por la lesión, menoscabo, detrimento, molestias y perturbaciones que le ha ocasionado el accidente, a consecuencias del cual tiene la rodilla, pantorrilla y pie derechos atrofiados, como secuelas permanentes del accidente; el origen de la responsabilidad de la empresa demandada en forma subsidiaria emana del artículo 64 del Código del Trabajo, cuyos presupuestos se encuentran cumplidos; termina solicitando que en definitiva se declare que las empresas Construcciones y Transportes Laja Limitada y Constructora Bío Bío S.A. deben pagarle en forma solidaria, o en subsidio en forma subsidiaria, las indemnizaciones por daño moral y lucro cesante señaladas, con los intereses y reajustes del artículo 63 del Código del Trabajo y las costas de la causa. La demandada Construcciones y Transportes Laja Limitada contesta la demanda a fojas 22 y solicita su rechazo; señala que el actor sufrió un accidente el día 30 de abril de 2003 y sostiene que se debió a que el montacargas no estaba en condiciones idóneas debido al estado inservible de la “piola” y además porque fue operado por un chofer de tractor sin capacitación ni experiencia para accionarlo; señala que la causa del accidente ha sido un acto temerario e imprudente de la propia víctima, al haberse introducido en la plataforma del montacargas que transportaba la carretilla con materiales; el actor le solicitó al señor Badilla que operaba el montacargas que continuara subiendo el elevador para poder trabajar en esa superficie y desde allí colocar el hormigón en la cadena donde terminaba el muro, lo que seguramente le resultaba más cómodo para trabajar, pero revestía riesgos y peligros que el actor conocía perfectamente por haber sido informado en múltiples ocasiones, en forma majadera, que estaba prohibido ingresar al montacargas o instalarse en él para trasladarse a cualquier punto de trabajo; si fuere verdad que habían manifestado al jefe de la obra su malestar con el funcionamiento del montacargas, ello resulta incompatible con haberse subido al mismo, sabiendo que no era capaz de funcionar adecuadamente; el montacargas no está destinado a transportar personas sino materiales y elementos de trabajo y al respecto hay instrucciones de la empresa; ante el requerimiento del actor, el operador accionó la palanca para elevarlo golpeando con el carro posterior la roldana superior, provocando la caída del montacargas; el operador nunca debió haber accedido a lo que solicitó el actor dado que también conocía la prohibición de trasladar personas en la huinche, la negligencia se inició sin dudas por la acción del actor; la causa principal del accidente ha sido una imprudencia, y negligencia inexcusable del demandante al ejecutar una acción prohibida que ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

579

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

implicaba riesgos y peligros; tanto los ejecutivos como los expertos en prevención de riesgos de la empresa y los comités paritarios, siempre han instruido a los trabajadores sobre las medidas de protección y el uso de elementos de seguridad que obligatoriamente deben acatar y usar; una de ellas es la de no trasladarse en los montacargas los que solamente están habilitados para transportar cargas, pero en caso alguno, personas; tampoco es efectivo que el aparato estuviera en malas condiciones para operar; no presentaba desperfectos que impidieran hacer uso de él; por ello no puede atribuirse a la empleadora negligencia o responsabilidad en los hechos dado que no medió ninguna acción u omisión culposa de su parte; agrega que como consecuencia del accidente sufrido el 30 de abril de 2003 el actor fue intervenido en el Hospital de la Mutual de Seguridad y fue dado de alta el 05 de mayo de 2003, con diagnóstico de luxofractura del tobillo derecho, quedando con tratamiento ambulatorio y citaciones a control médico y se fijó la fecha del alta definitiva el 28 de julio de 2003 y ese mismo día en circunstancias que la ambulancia de la Mutual llevaba al actor de ese recinto hacia su domicilio, chocó y volcó resultando el actor con lesiones y fractura de la clavícula, con reposo relativo y cabestrillo inmovilizado del hombro izquierdo; ello debe considerarse para distinguir claramente las lesiones que fueron el resultado directo del accidente laboral y cuáles lo fueron del accidente de tránsito; las lesiones que sufrió el actor en el accidente en su trabajo no revisten la complejidad y gravedad que pretende hacer notar el actor; las lesiones más serias fueron las que recibió en el segundo accidente, dentro de las cuales está el uso del bastón y que la pérdida de fuerza y movilidad de la rodilla y pantorrilla derecha que habrían causado la cojera del actor, fue la consecuencia del choque en la ambulancia y no del siniestro del 30 de abril de 2003; sostiene que ha dado fiel y total cumplimiento a la disposición del artículo 184 inciso primero del Código del Trabajo y por espacio de más de veinte años ha adoptado los resguardos tendientes a prevenir los accidentes del trabajo y a ilustrar debidamente a éstos sobre los riesgos y peligros existentes si no cumplen con las normas de seguridad; se tienen expertos en prevención de riesgos y se realizan charlas para instruir respecto de la correcta utilización de los implementos de seguridad, y además hay acciones o maniobras estrictamente prohibidas por los riesgos inherentes; se elaboró un reglamento interno que establece la prohibición de trasladarse en máquinas no habilitadas para el transporte de personas, como los montacargas; el comité paritario realizó una investigación que determinó que el accidente se debió a negligencia inexcusable del trabajador, lo que tiene importancia porque el artículo 70 de la ley Nº 16.744 señala que dicho comité debe decidir si medió o no negligencia inexcusable de la víctima; por ello no han existido infracciones a los artículos 184 del Código del Trabajo ni a los artículos 66 a 68 de la ley Nº 16.744; para que exista responsabilidad del empleador es menester que haya existido culpa o dolo de su parte, lo que no ha ocurrido pues si el demandante se hubiera comportado de acuerdo con las instrucciones, el accidente no habría ocurrido; solicita el rechazo de la indemnización de lucro cesante, porque además de que el accidente no se produjo por dolo o culpa del empleador no proceden los cobros a título de lucro cesante ni de daño moral; respecto del primero señala que el demandante no ha sufrido ningún perjuicio de tipo patrimonial producto del accidente, toda vez que desde la fecha del mismo, ha continuado recibiendo su remuneración bruta sin descuentos, en virtud del subsidio; que los daños futuros de acuerdo con la doctrina y un fallo que señala, sólo son indemnizables en cuanto sean directos y ciertos, y no hipotéticos; debe proporcionarse al Juez antecedentes que permitan determinar la ganancia probable dejada de percibir por la víctima sin que sea suficiente para ello la posibilidad que el contrato de trabajo que los ligaba al momento del accidente hubiera necesariamente que perdurar por toda su vida laboral, y no siendo así, no se presenta la causalidad siempre anexa a la obligación de indemnizar; respecto del segundo no cuestiona que el actor sufrió aflicciones y conflictos a raíz del accidente del trabajo, que sufrió el 30 de abril, pero considera que lo más desafortunado y lamentable fue el accidente del tránsito de 28 de julio de 2003, pero que escapa a su responsabilidad; por ello no procede que reclame una indemnización del daño moral; agrega que las lesiones que sufrió el actor en el accidente laboral, no lo inhabilitan o invalidan para realizar la actividad que tenía antes del siniestro; para ejecutar las labores de concretero lo más importante es el uso de los brazos y las manos, de modo que puede ser ejecutado a pesar de tener afecciones en el tobillo y en el pie; la incapacidad del actor se debe principalmente al accidente automovilístico que sufrió después; destaca finalmente que el monto de $ 45.000.000 demandado es absolutamente irracional y desproporcionado. La demandada solidaria o subsidiaria Constructora Bío Bío contesta a fojas 36 y pide que la

580

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

implicaba riesgos y peligros; tanto los ejecutivos como los expertos en prevención de riesgos de la empresa y los comités paritarios, siempre han instruido a los trabajadores sobre las medidas de protección y el uso de elementos de seguridad que obligatoriamente deben acatar y usar; una de ellas es la de no trasladarse en los montacargas los que solamente están habilitados para transportar cargas, pero en caso alguno, personas; tampoco es efectivo que el aparato estuviera en malas condiciones para operar; no presentaba desperfectos que impidieran hacer uso de él; por ello no puede atribuirse a la empleadora negligencia o responsabilidad en los hechos dado que no medió ninguna acción u omisión culposa de su parte; agrega que como consecuencia del accidente sufrido el 30 de abril de 2003 el actor fue intervenido en el Hospital de la Mutual de Seguridad y fue dado de alta el 05 de mayo de 2003, con diagnóstico de luxofractura del tobillo derecho, quedando con tratamiento ambulatorio y citaciones a control médico y se fijó la fecha del alta definitiva el 28 de julio de 2003 y ese mismo día en circunstancias que la ambulancia de la Mutual llevaba al actor de ese recinto hacia su domicilio, chocó y volcó resultando el actor con lesiones y fractura de la clavícula, con reposo relativo y cabestrillo inmovilizado del hombro izquierdo; ello debe considerarse para distinguir claramente las lesiones que fueron el resultado directo del accidente laboral y cuáles lo fueron del accidente de tránsito; las lesiones que sufrió el actor en el accidente en su trabajo no revisten la complejidad y gravedad que pretende hacer notar el actor; las lesiones más serias fueron las que recibió en el segundo accidente, dentro de las cuales está el uso del bastón y que la pérdida de fuerza y movilidad de la rodilla y pantorrilla derecha que habrían causado la cojera del actor, fue la consecuencia del choque en la ambulancia y no del siniestro del 30 de abril de 2003; sostiene que ha dado fiel y total cumplimiento a la disposición del artículo 184 inciso primero del Código del Trabajo y por espacio de más de veinte años ha adoptado los resguardos tendientes a prevenir los accidentes del trabajo y a ilustrar debidamente a éstos sobre los riesgos y peligros existentes si no cumplen con las normas de seguridad; se tienen expertos en prevención de riesgos y se realizan charlas para instruir respecto de la correcta utilización de los implementos de seguridad, y además hay acciones o maniobras estrictamente prohibidas por los riesgos inherentes; se elaboró un reglamento interno que establece la prohibición de trasladarse en máquinas no habilitadas para el transporte de personas, como los montacargas; el comité paritario realizó una investigación que determinó que el accidente se debió a negligencia inexcusable del trabajador, lo que tiene importancia porque el artículo 70 de la ley Nº 16.744 señala que dicho comité debe decidir si medió o no negligencia inexcusable de la víctima; por ello no han existido infracciones a los artículos 184 del Código del Trabajo ni a los artículos 66 a 68 de la ley Nº 16.744; para que exista responsabilidad del empleador es menester que haya existido culpa o dolo de su parte, lo que no ha ocurrido pues si el demandante se hubiera comportado de acuerdo con las instrucciones, el accidente no habría ocurrido; solicita el rechazo de la indemnización de lucro cesante, porque además de que el accidente no se produjo por dolo o culpa del empleador no proceden los cobros a título de lucro cesante ni de daño moral; respecto del primero señala que el demandante no ha sufrido ningún perjuicio de tipo patrimonial producto del accidente, toda vez que desde la fecha del mismo, ha continuado recibiendo su remuneración bruta sin descuentos, en virtud del subsidio; que los daños futuros de acuerdo con la doctrina y un fallo que señala, sólo son indemnizables en cuanto sean directos y ciertos, y no hipotéticos; debe proporcionarse al Juez antecedentes que permitan determinar la ganancia probable dejada de percibir por la víctima sin que sea suficiente para ello la posibilidad que el contrato de trabajo que los ligaba al momento del accidente hubiera necesariamente que perdurar por toda su vida laboral, y no siendo así, no se presenta la causalidad siempre anexa a la obligación de indemnizar; respecto del segundo no cuestiona que el actor sufrió aflicciones y conflictos a raíz del accidente del trabajo, que sufrió el 30 de abril, pero considera que lo más desafortunado y lamentable fue el accidente del tránsito de 28 de julio de 2003, pero que escapa a su responsabilidad; por ello no procede que reclame una indemnización del daño moral; agrega que las lesiones que sufrió el actor en el accidente laboral, no lo inhabilitan o invalidan para realizar la actividad que tenía antes del siniestro; para ejecutar las labores de concretero lo más importante es el uso de los brazos y las manos, de modo que puede ser ejecutado a pesar de tener afecciones en el tobillo y en el pie; la incapacidad del actor se debe principalmente al accidente automovilístico que sufrió después; destaca finalmente que el monto de $ 45.000.000 demandado es absolutamente irracional y desproporcionado. La demandada solidaria o subsidiaria Constructora Bío Bío contesta a fojas 36 y pide que la

580

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

581

demanda sea rechazada; respecto de la responsabilidad solidaria manifiesta que en la demanda no se indica cuál sería el fundamento o fuente legal para que opere dicho tipo de responsabilidad, la que debe emanar precisamente de la convención de las partes o de la ley, condiciones que no se presentan en este caso; respecto de la responsabilidad subsidiaria derivada del hecho de ser esta demandada la mandante de la obra en que ocurrió el accidente tampoco operaría en razón de que siempre controló y supervigiló a su mandante en forma eficaz para que mantuviera las condiciones de higiene y seguridad y dispusiera de los elementos necesarios para prevenir accidentes, lo que de hecho constató y verificó, ya que Construcciones y Transportes Laja Limitada durante toda la obra, dio cabal cumplimiento a las obligaciones estipuladas en el artículo 184 del Código del Trabajo; no existe de su parte ninguna culpa ya que siempre actuó en forma diligente y preocupada, por lo que no cabe imputar a esta demandada responsabilidad subsidiaria alguna ya que para que ella pueda existir necesariamente ha debido existir un primer responsable que obró con culpa o dolo, lo que no ha ocurrido en el accidente laboral materia de los autos. Por la resolución de fojas 38 se recibió la causa a prueba y citadas las partes al comparendo que establece la ley, no se produjo la conciliación como se desprende del acta de fojas 61. Las partes han presentado las pruebas documental, confesional y testimonial que rolan en autos. Se citó a las partes para oír sentencia y se han traído los autos para dictarla. CONSIDERANDO: PRIMERO: Que atendido lo que han expuesto las partes en sus escritos de demanda y de contestación por parte de ambas demandadas, no ha resultado controvertido que el actor prestaba servicios como trabajador de la construcción concretero en la obra Nº 272 denominada Conjunto San Esteban, sector 7, ubicada en calle San Martín Nº 091, comuna de Quilicura, y que el 30 de abril de 2003 trabajando en dicha obra sufrió un accidente del trabajo, en que cayó de un tercer piso, que se estaba construyendo, mientras sacaba una carretilla con concretó desde un montacargas, por haberse cortado el cable, lo que determinó que resultara con las lesiones descritas como luxofractura de Chopart con luxofractura subastragalina del tobillo y pie derecho; también las partes concuerdan en que el 28 de julio de 2003 cuando era trasladado en una ambulancia de la Mutual de Seguridad, el vehículo chocó resultando también lesionado, con fracturas en la clavícula y en la base de la apófisis caracoídea del hombro izquierdo; tampoco fue controvertido el monto de la modesta o exigua remuneración que señala el actor en su libelo, no ha sido controvertida por las demandadas; SEGUNDO: Que corresponderá resolver en esta sentencia si el accidente sufrido por el actor ha tenido su origen en incumplimiento por parte de la empresa empleadora de su obligación adoptar las medidas eficaces para impedir la ocurrencia de accidentes del trabajo, o si el actor desempeñó sus labores con negligencia inexcusable como lo pretenden las demandadas; TERCERO: Que el demandante en apoyo de sus peticiones ha presentado las siguientes pruebas: I. Documental, que se compone de los instrumentos que se indican que no han sido objetados: A) los referidos en el tercer otrosí de fojas 40 y que se encuentran en la custodia Nº 332 2004 y que son: 1) contrato de trabajo de 21 de octubre de 2002 suscrito entre las partes; 2) una fotocopia de la cédula de identidad del actor que registra como fecha de nacimiento el 05 de febrero de 1972; 3) las partidas de nacimiento de dos hijos del actor y de matrimonio con doña Susana Andrea Vergara Barra; 4) dieciséis citaciones a controles médicos entre el 02 de mayo de 2003 y el 06 de abril de 2004; 5) informe médico de fecha 10 de mayo de 2004 que consigna el diagnóstico de luxofractura de Chopart con luxofractura subastragalina del tobillo y pie derechos, que fue sometido a tratamiento quirúrgico con yeso hasta junio, mes en que inició su rehabilitación; que el 28 de julio de 2003 al ser trasladado a su domicilio sufrió un volcamiento el vehículo resultando con “fractura del tercio medio de la clavícula, disyunción acromioclavicular y fractura de la base de la apófisis caracoidea del hombro izquierdo”; 6) dos epicrisis de fechas 01 de agosto de 2003 y de 21 de junio de 2004; 7) una carta aviso de atención médica de 08 de agosto de 2003 relativa a la fractura de clavícula; 8) liquidaciones de remuneraciones del actor de los meses de febrero a mayo de 2003 y de diciembre de 2002, otorgados por la empresa Construcciones y Transportes Laja Limitada; 9) liquidaciones de remuneraciones del actor por los meses de marzo, mayo y junio de 2002 otorgado por la demandada Constructora Bío Bío S.A.; B) la ficha clínica del actor aludida en el oficio de fojas 108 y que se mantiene en la custodia Nº 211 2005; C) de fojas 112 que es copia

demanda sea rechazada; respecto de la responsabilidad solidaria manifiesta que en la demanda no se indica cuál sería el fundamento o fuente legal para que opere dicho tipo de responsabilidad, la que debe emanar precisamente de la convención de las partes o de la ley, condiciones que no se presentan en este caso; respecto de la responsabilidad subsidiaria derivada del hecho de ser esta demandada la mandante de la obra en que ocurrió el accidente tampoco operaría en razón de que siempre controló y supervigiló a su mandante en forma eficaz para que mantuviera las condiciones de higiene y seguridad y dispusiera de los elementos necesarios para prevenir accidentes, lo que de hecho constató y verificó, ya que Construcciones y Transportes Laja Limitada durante toda la obra, dio cabal cumplimiento a las obligaciones estipuladas en el artículo 184 del Código del Trabajo; no existe de su parte ninguna culpa ya que siempre actuó en forma diligente y preocupada, por lo que no cabe imputar a esta demandada responsabilidad subsidiaria alguna ya que para que ella pueda existir necesariamente ha debido existir un primer responsable que obró con culpa o dolo, lo que no ha ocurrido en el accidente laboral materia de los autos. Por la resolución de fojas 38 se recibió la causa a prueba y citadas las partes al comparendo que establece la ley, no se produjo la conciliación como se desprende del acta de fojas 61. Las partes han presentado las pruebas documental, confesional y testimonial que rolan en autos. Se citó a las partes para oír sentencia y se han traído los autos para dictarla. CONSIDERANDO: PRIMERO: Que atendido lo que han expuesto las partes en sus escritos de demanda y de contestación por parte de ambas demandadas, no ha resultado controvertido que el actor prestaba servicios como trabajador de la construcción concretero en la obra Nº 272 denominada Conjunto San Esteban, sector 7, ubicada en calle San Martín Nº 091, comuna de Quilicura, y que el 30 de abril de 2003 trabajando en dicha obra sufrió un accidente del trabajo, en que cayó de un tercer piso, que se estaba construyendo, mientras sacaba una carretilla con concretó desde un montacargas, por haberse cortado el cable, lo que determinó que resultara con las lesiones descritas como luxofractura de Chopart con luxofractura subastragalina del tobillo y pie derecho; también las partes concuerdan en que el 28 de julio de 2003 cuando era trasladado en una ambulancia de la Mutual de Seguridad, el vehículo chocó resultando también lesionado, con fracturas en la clavícula y en la base de la apófisis caracoídea del hombro izquierdo; tampoco fue controvertido el monto de la modesta o exigua remuneración que señala el actor en su libelo, no ha sido controvertida por las demandadas; SEGUNDO: Que corresponderá resolver en esta sentencia si el accidente sufrido por el actor ha tenido su origen en incumplimiento por parte de la empresa empleadora de su obligación adoptar las medidas eficaces para impedir la ocurrencia de accidentes del trabajo, o si el actor desempeñó sus labores con negligencia inexcusable como lo pretenden las demandadas; TERCERO: Que el demandante en apoyo de sus peticiones ha presentado las siguientes pruebas: I. Documental, que se compone de los instrumentos que se indican que no han sido objetados: A) los referidos en el tercer otrosí de fojas 40 y que se encuentran en la custodia Nº 332 2004 y que son: 1) contrato de trabajo de 21 de octubre de 2002 suscrito entre las partes; 2) una fotocopia de la cédula de identidad del actor que registra como fecha de nacimiento el 05 de febrero de 1972; 3) las partidas de nacimiento de dos hijos del actor y de matrimonio con doña Susana Andrea Vergara Barra; 4) dieciséis citaciones a controles médicos entre el 02 de mayo de 2003 y el 06 de abril de 2004; 5) informe médico de fecha 10 de mayo de 2004 que consigna el diagnóstico de luxofractura de Chopart con luxofractura subastragalina del tobillo y pie derechos, que fue sometido a tratamiento quirúrgico con yeso hasta junio, mes en que inició su rehabilitación; que el 28 de julio de 2003 al ser trasladado a su domicilio sufrió un volcamiento el vehículo resultando con “fractura del tercio medio de la clavícula, disyunción acromioclavicular y fractura de la base de la apófisis caracoidea del hombro izquierdo”; 6) dos epicrisis de fechas 01 de agosto de 2003 y de 21 de junio de 2004; 7) una carta aviso de atención médica de 08 de agosto de 2003 relativa a la fractura de clavícula; 8) liquidaciones de remuneraciones del actor de los meses de febrero a mayo de 2003 y de diciembre de 2002, otorgados por la empresa Construcciones y Transportes Laja Limitada; 9) liquidaciones de remuneraciones del actor por los meses de marzo, mayo y junio de 2002 otorgado por la demandada Constructora Bío Bío S.A.; B) la ficha clínica del actor aludida en el oficio de fojas 108 y que se mantiene en la custodia Nº 211 2005; C) de fojas 112 que es copia ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

581

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

de la resolución Nº 2005 0929 de 10 de noviembre de 2005 de la comisión de evaluación de incapacidad por accidentes del trabajo; en ella aparece como empleador del actor la demandada Constructora Bío Bío S.A.; determina una incapacidad del quince por ciento por la lesión en la extremidad inferior derecha y del cinco por ciento por la lesión de la extremidad superior izquierda, con un total del veinte por ciento; II. Confesional, citado el representante legal de ambas demandadas a absolver las posiciones del pliego de fojas 56 a 58, en la diligencia de fojas 62, manifestó que el actor al ocurrir su primer accidente el 30 de abril de 2003 se encontraba contratado como concretero por la demandada principal, de acuerdo con el contrato que se le exhibió y que se encuentra en la custodia; su lugar de trabajo era la obra denominada Conjunto San Esteban, sector 7, en calle San Martín Nº 091, Quilicura; que ignora si existe comité paritario de seguridad, pero debe existir; que la demandada denunció el accidente del trabajo del actor a la Mutual de Seguridad; no tiene conocimiento si había algún encargado de seguridad el día del accidente; en el punto noveno del contrato se dice que el trabajador recibe una copia del reglamento interno en el cual se señala que está prohibido usar el montacargas para transportar personas; que la Mutual de Seguridad de la Cámara Chilena de la Construcción ha atendido al actor por las lesiones y secuelas que sufrió en ambos accidentes; que representa a las dos empresas que son una sola entidad, tienen personalidad jurídica propia y socios principales distintos; que el día del accidente trabajaba para la demandada principal; que el segundo accidente, le ocurrió al actor cuando era trasladado en una ambulancia de la Mutual de Seguridad; III. Testimonial, que se compone de las declaraciones de Marco Antonio Pérez Órdenes de fojas 69 y de Fernando Badilla Escárate de fojas 74 quien depone también por la demandada principal; el señor Pérez dice que no estaba presente cuándo ocurrió el accidente y en los primeros días de mayo de 2003 fue a la Mutual, a ver al actor y éste le dijo que el accidente ocurrió en un huinche al que se le cortó la piola; le contó que estaba en el tercer piso de una obra de la Constructora Bío Bío, no recuerda donde está ubicada, y que fue a retirar una carretilla que estaba dentro del huinche ya que tenía que sacarla, y como la piola estaba picada, al sacar la carretilla la persona que estaba manejando el huinche se puso nerviosa y operó la palanca lo que hizo subir al huinche y que se cortara la piola y el actor se vino abajo con carretilla y todo; eso ocurrió como a las 15:30 horas; según le dijo el actor el que manejaba el huinche no era el titular, sino que era chofer de un tractor y que había sido mandado por un capataz, ya que al maquinista lo habían mandado a otro puesto de trabajo; aparte del actor nadie le ha comentado sobre el accidente; el actor tenía la labor de concretero que consiste en llenar las cadenas o losas con hormigón, lo que se realiza manualmente, ocupando la carretilla y el huinche cuando están en altura; trabajó en la empresa el año 1984 y después en el año 2002 como maestro enfierrador y vio al actor desempeñarse como concretero; para sacar la carretilla del huinche es necesario ingresar al mismo, como lo ha visto y además el mismo ha trabajado como concretero; el huinche es de unos dos metros por un metro y medio y es necesario meterse dentro para sacar la carretilla; el actor le señaló que había dos o tres compañeros presentes en el momento del accidente, pero no recuerda sus nombres; el actor prestaba servicios para la Constructora Bío Bío, pero la obra era de Transportes Laja; no ha visto el contrato de trabajo y aparte de los dichos del actor no le consta por ningún otro medio donde presta sus servicios; ignora la relación que existe entre las demandadas, pero sabe que es la misma empresa con diferentes nombres por los dichos del actor; la empresa entrega bototos de seguridad, guantes, casco y en algunos casos, fajas; a los concreteros cuando estuvo en la empresa no los vio sin fajas y lentes de seguridad; no daban charlas ni tampoco capacitaban en seguridad, lo que le consta por haber trabajado allí; vio a un prevencionista de riesgos, pero era poco lo que sabía; y era uno sólo; no sabe si en la empresa hay comité paritario y si funciona; no fue a la obra donde trabajaba el actor y éste nada le dijo sobre señales de seguridad; no había carteles de seguridad en la obra de la demandada en que el testigo trabajó; la empresa entrega un reglamento interno de higiene y seguridad, pero no capacita a los trabajadores; no lo leyó de modo que ignora su contenido; en otras partes han dado charlas y ha hecho cursos de seguridad; dejó de trabajar en la empresa demandada en agosto de 2002; el actor sufrió un segundo accidente cuando lo transportaban de la casa a la Mutual unos dos meses después del primero; la ambulancia que lo llevaba a la terapia, chocó y el actor se quebró la clavícula y tuvo otra lesión que no recuerda; lo fue a ver a su casa unas dos semanas después y se encontró con la sorpresa, lo que aconteció aproximadamente en julio de 2003; el señor Badilla dice que se encontraba operando el montacargas el día del accidente, no recuerda la fecha, pero

582

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

de la resolución Nº 2005 0929 de 10 de noviembre de 2005 de la comisión de evaluación de incapacidad por accidentes del trabajo; en ella aparece como empleador del actor la demandada Constructora Bío Bío S.A.; determina una incapacidad del quince por ciento por la lesión en la extremidad inferior derecha y del cinco por ciento por la lesión de la extremidad superior izquierda, con un total del veinte por ciento; II. Confesional, citado el representante legal de ambas demandadas a absolver las posiciones del pliego de fojas 56 a 58, en la diligencia de fojas 62, manifestó que el actor al ocurrir su primer accidente el 30 de abril de 2003 se encontraba contratado como concretero por la demandada principal, de acuerdo con el contrato que se le exhibió y que se encuentra en la custodia; su lugar de trabajo era la obra denominada Conjunto San Esteban, sector 7, en calle San Martín Nº 091, Quilicura; que ignora si existe comité paritario de seguridad, pero debe existir; que la demandada denunció el accidente del trabajo del actor a la Mutual de Seguridad; no tiene conocimiento si había algún encargado de seguridad el día del accidente; en el punto noveno del contrato se dice que el trabajador recibe una copia del reglamento interno en el cual se señala que está prohibido usar el montacargas para transportar personas; que la Mutual de Seguridad de la Cámara Chilena de la Construcción ha atendido al actor por las lesiones y secuelas que sufrió en ambos accidentes; que representa a las dos empresas que son una sola entidad, tienen personalidad jurídica propia y socios principales distintos; que el día del accidente trabajaba para la demandada principal; que el segundo accidente, le ocurrió al actor cuando era trasladado en una ambulancia de la Mutual de Seguridad; III. Testimonial, que se compone de las declaraciones de Marco Antonio Pérez Órdenes de fojas 69 y de Fernando Badilla Escárate de fojas 74 quien depone también por la demandada principal; el señor Pérez dice que no estaba presente cuándo ocurrió el accidente y en los primeros días de mayo de 2003 fue a la Mutual, a ver al actor y éste le dijo que el accidente ocurrió en un huinche al que se le cortó la piola; le contó que estaba en el tercer piso de una obra de la Constructora Bío Bío, no recuerda donde está ubicada, y que fue a retirar una carretilla que estaba dentro del huinche ya que tenía que sacarla, y como la piola estaba picada, al sacar la carretilla la persona que estaba manejando el huinche se puso nerviosa y operó la palanca lo que hizo subir al huinche y que se cortara la piola y el actor se vino abajo con carretilla y todo; eso ocurrió como a las 15:30 horas; según le dijo el actor el que manejaba el huinche no era el titular, sino que era chofer de un tractor y que había sido mandado por un capataz, ya que al maquinista lo habían mandado a otro puesto de trabajo; aparte del actor nadie le ha comentado sobre el accidente; el actor tenía la labor de concretero que consiste en llenar las cadenas o losas con hormigón, lo que se realiza manualmente, ocupando la carretilla y el huinche cuando están en altura; trabajó en la empresa el año 1984 y después en el año 2002 como maestro enfierrador y vio al actor desempeñarse como concretero; para sacar la carretilla del huinche es necesario ingresar al mismo, como lo ha visto y además el mismo ha trabajado como concretero; el huinche es de unos dos metros por un metro y medio y es necesario meterse dentro para sacar la carretilla; el actor le señaló que había dos o tres compañeros presentes en el momento del accidente, pero no recuerda sus nombres; el actor prestaba servicios para la Constructora Bío Bío, pero la obra era de Transportes Laja; no ha visto el contrato de trabajo y aparte de los dichos del actor no le consta por ningún otro medio donde presta sus servicios; ignora la relación que existe entre las demandadas, pero sabe que es la misma empresa con diferentes nombres por los dichos del actor; la empresa entrega bototos de seguridad, guantes, casco y en algunos casos, fajas; a los concreteros cuando estuvo en la empresa no los vio sin fajas y lentes de seguridad; no daban charlas ni tampoco capacitaban en seguridad, lo que le consta por haber trabajado allí; vio a un prevencionista de riesgos, pero era poco lo que sabía; y era uno sólo; no sabe si en la empresa hay comité paritario y si funciona; no fue a la obra donde trabajaba el actor y éste nada le dijo sobre señales de seguridad; no había carteles de seguridad en la obra de la demandada en que el testigo trabajó; la empresa entrega un reglamento interno de higiene y seguridad, pero no capacita a los trabajadores; no lo leyó de modo que ignora su contenido; en otras partes han dado charlas y ha hecho cursos de seguridad; dejó de trabajar en la empresa demandada en agosto de 2002; el actor sufrió un segundo accidente cuando lo transportaban de la casa a la Mutual unos dos meses después del primero; la ambulancia que lo llevaba a la terapia, chocó y el actor se quebró la clavícula y tuvo otra lesión que no recuerda; lo fue a ver a su casa unas dos semanas después y se encontró con la sorpresa, lo que aconteció aproximadamente en julio de 2003; el señor Badilla dice que se encontraba operando el montacargas el día del accidente, no recuerda la fecha, pero

582

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

583

fue en el año 2003 como a las 15:30 horas, en la obra ubicada en Quilicura; estaban terminando una cadena de concreto e ignora lo que sucedió específicamente, no sabe si se cortó la piola o se soltaron los pernos que aprietan el cable al huinche, pero en ningún momento operó el montacargas en forma errada, ya que lleva manejando huinches en varias obras; se encontraba de transportista en esa obra y por su voluntad se puso a operar el huinche porque no había nadie; trajo dos cargas y nadie había operando y para salir rápido se puso a operar el huinche; ignora si había algún capataz o algún jefe de la empresa; estaba autorizado por la empresa para operar el huinche y siempre lo ha sido por los capataces; en esa oportunidad no había sido autorizado por algún capataz y se puso a hacerlo para sacar la pega rápido y el grupo de concreteros en los que estaba el actor, se lo pidió; el actor se subió a la plataforma para sacar la carretilla con el concreto la que pesa aproximadamente 60 kilos y la plataforma resiste unos 1.200 kilos; el actor le pidió que lo subiera para terminar de concretar la cadena lo que era más o menos un metro más arriba ya que se encontraba en el tercer piso; hay instrucciones de la empresa que está prohibido subir personas al huinche, pero para sacar la carretilla hay que subirse a la plataforma y para eso se coloca un gancho que al momento del accidente no estaba puesto; como el actor le pidió que lo subiera, lo hizo para hacerle un favor para que terminara más rápido; ocurrido el accidente habló con el actor que le dijo que no se preocupara porque solamente le dolía el pie; llegaron unos jefes entre ellos Christian Heinrich y llamaron a la Mutual; que fue un error no revisar el huinche porque había estado trabajando todo el día en otro lado con él; el gancho está permanentemente en la baranda de la plataforma y cuando se llega a un piso, la persona antes de subirse a la plataforma coloca el gancho; ese día estaba colocado el gancho en el huinche y el concretero para sacar la carretilla debe colocarlo para quedar enganchado en la torre; para lo cual el trabajador debe introducirse en el huinche; lo que se encuentra prohibido es transportar personas en el huinche, o sea, usarlo como ascensor; el montacargas ese día había estado funcionando normalmente y hay personal de mantenimiento que revisa su estado; CUARTO: Que la empresa demandada principal, ha presentado las siguientes pruebas: I. Documental, que se compone de los siguientes instrumentos: A) los referidos en el segundo otrosí de fojas 49 y que se encuentran en la custodia Nº 371 2004 y que son el acta de constitución del comité paritario de la empresa de 16 de diciembre de 2002 y de la investigación del accidente, de fecha 02 de mayo de 2003, que concluye que existió negligencia inexcusable del trabajador por omitir procedimiento de trabajo y asumir al mismo tiempo riesgos prohibidos e innecesarios; y copia del contrato de construcción de 10 de septiembre de 2002 entre las empresas demandadas; B) los referidos en el otrosí de fojas 98 y que se encuentran en la custodia Nº 109 2005; son una copia del reglamento interno de la empresa y dos epicrisis y un certificado de alta del actor, que señala como fecha del alta definitiva, el 28 de julio de 2003; C) de fojas 125 a 131, que son la declaración de accidente del trabajo de 30 de abril de 2003 formulada por la demandada principal; copia de la resolución Nº 2005 0929 de la comisión de evaluación de incapacidad por accidentes del trabajo, de 10 de noviembre de 2005 que modificó la anterior y fijó una incapacidad del 27,5 por ciento, considerando las limitaciones funcionales del pie derecho y del hombro izquierdo; y cuatro informes médicos; II. Confesional, citado el demandante a prestar confesión al tenor del pliego de fojas 59 y 60, en la diligencia de fojas 66 dice que trabajó como concretero en diversas obras de la demandada y tiene experiencia en tal labor; que el día del accidente estaba en la losa del tercer piso de la obra San Esteban para colocar hormigón en la cadena que va sobre el muro; que el montacargas sirve solamente para transportar materiales y no personas; que permaneció unos segundos en la superficie del montacargas y de inmediato el operador movió la palanca y estuvo como un minuto en que el montacargas subía y bajaba; para sacar la carretilla con materiales la plataforma debe estar a nivel con la losa y siempre hay que subirse al montacargas para sacar la carretilla; III. Testimonial, que se compone de las declaraciones de los testigos Fernando Badilla Escárate de fojas 74 presentado también por el actor, y Jaime Alejandro Lagos Pulgar de fojas 79, Dagoberto Isaías Baeza Quero de fojas 83 y Juan Carlos Ramos González de fojas 87; el señor Lagos dice que estaba presente cuando se produjo el accidente, pero no recuerda su fecha; estaban trabajando en el tercer piso el señor Velásquez, el actor y el testigo, colocando hormigón en la última parte de una cadena en la obra ubicada en Quilicura, en la tarde, después de almuerzo, no recuerda la hora, Velásquez y el declarante estaban sobre un andamio con caballetes y tablones, Velásquez estaba vibrando el hormigón con un motor y el testigo

fue en el año 2003 como a las 15:30 horas, en la obra ubicada en Quilicura; estaban terminando una cadena de concreto e ignora lo que sucedió específicamente, no sabe si se cortó la piola o se soltaron los pernos que aprietan el cable al huinche, pero en ningún momento operó el montacargas en forma errada, ya que lleva manejando huinches en varias obras; se encontraba de transportista en esa obra y por su voluntad se puso a operar el huinche porque no había nadie; trajo dos cargas y nadie había operando y para salir rápido se puso a operar el huinche; ignora si había algún capataz o algún jefe de la empresa; estaba autorizado por la empresa para operar el huinche y siempre lo ha sido por los capataces; en esa oportunidad no había sido autorizado por algún capataz y se puso a hacerlo para sacar la pega rápido y el grupo de concreteros en los que estaba el actor, se lo pidió; el actor se subió a la plataforma para sacar la carretilla con el concreto la que pesa aproximadamente 60 kilos y la plataforma resiste unos 1.200 kilos; el actor le pidió que lo subiera para terminar de concretar la cadena lo que era más o menos un metro más arriba ya que se encontraba en el tercer piso; hay instrucciones de la empresa que está prohibido subir personas al huinche, pero para sacar la carretilla hay que subirse a la plataforma y para eso se coloca un gancho que al momento del accidente no estaba puesto; como el actor le pidió que lo subiera, lo hizo para hacerle un favor para que terminara más rápido; ocurrido el accidente habló con el actor que le dijo que no se preocupara porque solamente le dolía el pie; llegaron unos jefes entre ellos Christian Heinrich y llamaron a la Mutual; que fue un error no revisar el huinche porque había estado trabajando todo el día en otro lado con él; el gancho está permanentemente en la baranda de la plataforma y cuando se llega a un piso, la persona antes de subirse a la plataforma coloca el gancho; ese día estaba colocado el gancho en el huinche y el concretero para sacar la carretilla debe colocarlo para quedar enganchado en la torre; para lo cual el trabajador debe introducirse en el huinche; lo que se encuentra prohibido es transportar personas en el huinche, o sea, usarlo como ascensor; el montacargas ese día había estado funcionando normalmente y hay personal de mantenimiento que revisa su estado; CUARTO: Que la empresa demandada principal, ha presentado las siguientes pruebas: I. Documental, que se compone de los siguientes instrumentos: A) los referidos en el segundo otrosí de fojas 49 y que se encuentran en la custodia Nº 371 2004 y que son el acta de constitución del comité paritario de la empresa de 16 de diciembre de 2002 y de la investigación del accidente, de fecha 02 de mayo de 2003, que concluye que existió negligencia inexcusable del trabajador por omitir procedimiento de trabajo y asumir al mismo tiempo riesgos prohibidos e innecesarios; y copia del contrato de construcción de 10 de septiembre de 2002 entre las empresas demandadas; B) los referidos en el otrosí de fojas 98 y que se encuentran en la custodia Nº 109 2005; son una copia del reglamento interno de la empresa y dos epicrisis y un certificado de alta del actor, que señala como fecha del alta definitiva, el 28 de julio de 2003; C) de fojas 125 a 131, que son la declaración de accidente del trabajo de 30 de abril de 2003 formulada por la demandada principal; copia de la resolución Nº 2005 0929 de la comisión de evaluación de incapacidad por accidentes del trabajo, de 10 de noviembre de 2005 que modificó la anterior y fijó una incapacidad del 27,5 por ciento, considerando las limitaciones funcionales del pie derecho y del hombro izquierdo; y cuatro informes médicos; II. Confesional, citado el demandante a prestar confesión al tenor del pliego de fojas 59 y 60, en la diligencia de fojas 66 dice que trabajó como concretero en diversas obras de la demandada y tiene experiencia en tal labor; que el día del accidente estaba en la losa del tercer piso de la obra San Esteban para colocar hormigón en la cadena que va sobre el muro; que el montacargas sirve solamente para transportar materiales y no personas; que permaneció unos segundos en la superficie del montacargas y de inmediato el operador movió la palanca y estuvo como un minuto en que el montacargas subía y bajaba; para sacar la carretilla con materiales la plataforma debe estar a nivel con la losa y siempre hay que subirse al montacargas para sacar la carretilla; III. Testimonial, que se compone de las declaraciones de los testigos Fernando Badilla Escárate de fojas 74 presentado también por el actor, y Jaime Alejandro Lagos Pulgar de fojas 79, Dagoberto Isaías Baeza Quero de fojas 83 y Juan Carlos Ramos González de fojas 87; el señor Lagos dice que estaba presente cuando se produjo el accidente, pero no recuerda su fecha; estaban trabajando en el tercer piso el señor Velásquez, el actor y el testigo, colocando hormigón en la última parte de una cadena en la obra ubicada en Quilicura, en la tarde, después de almuerzo, no recuerda la hora, Velásquez y el declarante estaban sobre un andamio con caballetes y tablones, Velásquez estaba vibrando el hormigón con un motor y el testigo ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

583

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

estaba paleando y les faltaba un metro, como media cartilla de hormigón para terminar; desde el primer piso mandaron una carretilla por el montacargas que estaba operado por Badilla quien había sido designado para ello por el jefe Cristián Jeldres, lo que le consta porque esta persona estaba a cargo de la cuadrilla, pero en el momento del accidente estaba por otro lado; Badilla llevaba unas dos horas operando el huinche; el actor estaba al nivel del tercer piso y cuando llegó la carretilla se subió al huinche y pidió subir más arriba, como dos metros, para terminar la cadena porque era más fácil terminarla desde el huinche, y al subirlo, el huinche pegó arriba en la roldana y se cortó la piola y el actor se cayó con carretilla y todo; el huinche se hace funcionar todos los días antes de trabajar y si tiene problemas se avisa al jefe de seguridad; ese día lo hicieron funcionar y no tenía problemas; lo que sucedió fue que el carro chocó con la roldana y con el choque se cortó la piola y además se usa un motor de 380 H. P.; para sacar la carretilla hay que subirse al huinche y colocar el gancho de seguridad sujeto a la baranda; si se hubiera colocado el gancho habría quedado colgando el carro porque se sujeta en la baranda por un extremo y en la torre por el otro; está prohibido transportarse en el huinche y se han dado charlas al respecto por el señor Baeza, encargado de seguridad, y por el jefe señor Santana; son obligatorias, pero no hay control de registro de asistencia; el señor Badilla es huinchero y tractorista y además oficia de huinchero el señor Valdivia; no hay letreros que digan que se encuentra prohibido transportar personas en los huinches, pero está en el reglamento; nadie le dijo a Badilla ni al actor que lo que estaba solicitándole estaba prohibido; la cuerda del huinche siempre se corta si choca con la roldana por la fuerza del motor; el señor Baeza dice que al contratarse alguna persona se le entrega el reglamento interno y los implementos de seguridad dependiendo de las labores que deba cumplir; a los concreteros se les entrega casco, carretilla, guantes, zapatos de seguridad; al carretillero no se le entrega cinturón y al vibrador sí se le entrega porque trabaja con su cuerpo en exposición; se hacen charlas periódicas de seguridad a cargo del comité paritario en los comedores o algún sector de una construcción; en horas de trabajo, generalmente un cuarto para la una en la mañana; hay señales de seguridad en la obra; en los montacargas la señal prohíbe transportar personas y que hay alta tensión; le consta porque a él le corresponde colocarlas y las charlas se dan en conjunto con el jefe de seguridad; el huinchero revisa el huinche cada semana o quince días y además diariamente y debe dar aviso de cualquier anomalía; ese día el huinche había trabajado normalmente sin problemas hasta el momento del accidente; el actor asistió varias veces a las charlas; en la investigación del accidente se llegó a la conclusión que fue el actor el causante del mismo porque debió haber colocado el gancho en la estructura del montacargas para ingresar a la plataforma y sacar la carretilla hacia la losa, y no lo hizo y le pidió al huinchero que lo subiera a la cadena que está dos metros cuarenta más arriba para poder palear; el huinche tocó la base metálica con la estructura de la roldana; se produjo una tensión que hizo que se cortara la piola o los pernos, lo que ignora; el actor debió sacar la carretilla hacia la losa, palear de la losa a la batea que se encuentra a un metro veinte de la losa y de allí a la cadena, lo que no hizo; no estaba presente cuando ocurrió el accidente y se informó por las averiguaciones que hizo el comité paritario; el huinchero era Badilla, pero el operador oficial era Justo Valdivia que estaba preparando una losa; en la investigación del comité le tomaron declaración a los que estaban trabajando cerca del actor y a su jefe directo, pero no al actor porque estaba en la Mutual; el señor Ramos dice que al ingreso a la empresa, en cualquiera de las dos demandadas, se da a la persona una charla sobre seguridad, se le entrega el reglamento interno y los elementos de seguridad que dependen de las labores para las que fue contratado; en el caso de los concreteros se les entrega casco, zapatos, guantes, botas o lentes, cinturones y arneses cuando lo solicitan, todo contra firmar en la bodega; semanalmente un profesional externo contratado revisa las condiciones de seguridad imperantes, dejando las recomendaciones; la Mutual envía profesionales periódicamente a las empresas; se realizan charlas periódicas, incluso semanales; todo le consta por ser asesor externo en prevención de riesgos de las dos demandadas; éstas se encuentran relacionadas por ser parte de un holding; un grupo externo viene de la bodega central a revisar y realizar la mantención de las maquinarias y entiende que el día del accidente el huinche había estado funcionando bien y que los operadores lo habían chequeado antes del uso; primero lo operó Valdivia y luego lo hizo Badilla; en el reglamento está la prohibición de transportar personas en el montacargas; después de ocurrido el primer accidente del actor, semanalmente preguntaban por su estado y se enteró que a los noventa días, la Mutual cerro el caso; abrió un nuevo caso por el accidente de trayecto produ-

584

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

estaba paleando y les faltaba un metro, como media cartilla de hormigón para terminar; desde el primer piso mandaron una carretilla por el montacargas que estaba operado por Badilla quien había sido designado para ello por el jefe Cristián Jeldres, lo que le consta porque esta persona estaba a cargo de la cuadrilla, pero en el momento del accidente estaba por otro lado; Badilla llevaba unas dos horas operando el huinche; el actor estaba al nivel del tercer piso y cuando llegó la carretilla se subió al huinche y pidió subir más arriba, como dos metros, para terminar la cadena porque era más fácil terminarla desde el huinche, y al subirlo, el huinche pegó arriba en la roldana y se cortó la piola y el actor se cayó con carretilla y todo; el huinche se hace funcionar todos los días antes de trabajar y si tiene problemas se avisa al jefe de seguridad; ese día lo hicieron funcionar y no tenía problemas; lo que sucedió fue que el carro chocó con la roldana y con el choque se cortó la piola y además se usa un motor de 380 H. P.; para sacar la carretilla hay que subirse al huinche y colocar el gancho de seguridad sujeto a la baranda; si se hubiera colocado el gancho habría quedado colgando el carro porque se sujeta en la baranda por un extremo y en la torre por el otro; está prohibido transportarse en el huinche y se han dado charlas al respecto por el señor Baeza, encargado de seguridad, y por el jefe señor Santana; son obligatorias, pero no hay control de registro de asistencia; el señor Badilla es huinchero y tractorista y además oficia de huinchero el señor Valdivia; no hay letreros que digan que se encuentra prohibido transportar personas en los huinches, pero está en el reglamento; nadie le dijo a Badilla ni al actor que lo que estaba solicitándole estaba prohibido; la cuerda del huinche siempre se corta si choca con la roldana por la fuerza del motor; el señor Baeza dice que al contratarse alguna persona se le entrega el reglamento interno y los implementos de seguridad dependiendo de las labores que deba cumplir; a los concreteros se les entrega casco, carretilla, guantes, zapatos de seguridad; al carretillero no se le entrega cinturón y al vibrador sí se le entrega porque trabaja con su cuerpo en exposición; se hacen charlas periódicas de seguridad a cargo del comité paritario en los comedores o algún sector de una construcción; en horas de trabajo, generalmente un cuarto para la una en la mañana; hay señales de seguridad en la obra; en los montacargas la señal prohíbe transportar personas y que hay alta tensión; le consta porque a él le corresponde colocarlas y las charlas se dan en conjunto con el jefe de seguridad; el huinchero revisa el huinche cada semana o quince días y además diariamente y debe dar aviso de cualquier anomalía; ese día el huinche había trabajado normalmente sin problemas hasta el momento del accidente; el actor asistió varias veces a las charlas; en la investigación del accidente se llegó a la conclusión que fue el actor el causante del mismo porque debió haber colocado el gancho en la estructura del montacargas para ingresar a la plataforma y sacar la carretilla hacia la losa, y no lo hizo y le pidió al huinchero que lo subiera a la cadena que está dos metros cuarenta más arriba para poder palear; el huinche tocó la base metálica con la estructura de la roldana; se produjo una tensión que hizo que se cortara la piola o los pernos, lo que ignora; el actor debió sacar la carretilla hacia la losa, palear de la losa a la batea que se encuentra a un metro veinte de la losa y de allí a la cadena, lo que no hizo; no estaba presente cuando ocurrió el accidente y se informó por las averiguaciones que hizo el comité paritario; el huinchero era Badilla, pero el operador oficial era Justo Valdivia que estaba preparando una losa; en la investigación del comité le tomaron declaración a los que estaban trabajando cerca del actor y a su jefe directo, pero no al actor porque estaba en la Mutual; el señor Ramos dice que al ingreso a la empresa, en cualquiera de las dos demandadas, se da a la persona una charla sobre seguridad, se le entrega el reglamento interno y los elementos de seguridad que dependen de las labores para las que fue contratado; en el caso de los concreteros se les entrega casco, zapatos, guantes, botas o lentes, cinturones y arneses cuando lo solicitan, todo contra firmar en la bodega; semanalmente un profesional externo contratado revisa las condiciones de seguridad imperantes, dejando las recomendaciones; la Mutual envía profesionales periódicamente a las empresas; se realizan charlas periódicas, incluso semanales; todo le consta por ser asesor externo en prevención de riesgos de las dos demandadas; éstas se encuentran relacionadas por ser parte de un holding; un grupo externo viene de la bodega central a revisar y realizar la mantención de las maquinarias y entiende que el día del accidente el huinche había estado funcionando bien y que los operadores lo habían chequeado antes del uso; primero lo operó Valdivia y luego lo hizo Badilla; en el reglamento está la prohibición de transportar personas en el montacargas; después de ocurrido el primer accidente del actor, semanalmente preguntaban por su estado y se enteró que a los noventa días, la Mutual cerro el caso; abrió un nuevo caso por el accidente de trayecto produ-

584

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

585

cido en la colisión que tuvo la ambulancia de la Mutual que lo transportaba y en el que sufrió una fractura grave en la clavícula; QUINTO: Que ponderando los antecedentes probatorios ya relacionados en forma conjunta y conforme con las reglas de la sana crítica, la sentenciadora concluye: A) que el accidente del trabajo que sufrió el actor el día 30 de abril de 2003, al caer desde la plataforma de un montacargas que se encontraba en el tercer piso de la construcción en que laboraba, se debió a que el montacargas fue elevado hasta que el carro chocó con la polea cortándose el cable lo que determinó la caída de la plataforma al suelo junto con el trabajador desde una altura de más de cuatro metros; B) que como consecuencia de este accidente el demandante sufrió una luxofractura de Chopart con luxofractura de subastragalina del tobillo y pie derechos; C) que el 28 de julio de 2003 se volcó la ambulancia de la Mutual de Seguridad que lo transportaba, sufriendo una fractura del tercio medio de la clavícula, disyunción acromioclavicular y fractura de la base de la apófisis caracoidea del hombro izquierdo; D) que el actor para ejecutar su trabajo de concretero tenía que necesariamente subir en la plataforma del montacargas para poder sacar la carretilla con hormigón y que no colocó el gancho que aseguraba la plataforma; E) que le solicitó al operador del montacargas, que lo elevara más para facilitar el vaciado del concreto en el molde y que éste no obstante la prohibición existente, elevó el montacargas produciéndose el choque, la ruptura del cable y la caída del actor; F) que en el momento del accidente el jefe de la cuadrilla señor Jeldres no se encontraba presente y estaba en otro lugar, como lo afirma el testigo señor Lagos; G) que las demandadas Construcciones y Transportes Laja Limitada y Constructora Bío Bío S.A. conforman un holding o sociedades relacionadas que tienen socios comunes, como se desprende de las escrituras de fojas 16 y 31, tienen los mismos trabajadores como se desprende de los dichos del testigo señor Baeza y de lo confesado por el representante de ambas al dar respuesta al punto Nº 16 del pliego de fojas 56 diciendo que ambas son una misma entidad, lo que concuerda también con la circunstancia que la demandada Constructora Bío Bío aparece como la empresa aseguradora del actor ante la Mutual de Seguridad y le otorga liquidaciones de sueldos, indistintamente con Construcciones y Transportes Laja Limitada. SEXTO: Que el accidente no se produjo exclusivamente por una acción u omisión temeraria de la víctima, como lo pretenden las demandadas, sino que fundamentalmente por la acción de la persona que accionaba el montacargas que infringió la prohibición de transportar personas en el mismo y no ejecutó el alzamiento de la plataforma con la diligencia y cuidado que hubiera evitado su choque violento con la polea, máxime si como lo señala el testigo de las demandadas señor Lagos el cable del huinche siempre se corta al chocar con la polea debido a la fuerza del motor; se deduce de su declaración que ya había acontecido anteriormente; de esta manera la acción del demandante de solicitar ser elevado con la carretilla resulta una causa concomitante del accidente, pero la causa determinante radica en la aceptación del trabajador que operaba el montacargas, de transportar al demandante más arriba y su falta de cuidado al no evitar un choque violento de la plataforma con la polea; SÉPTIMO: Que la ley ha colocado al empleador en la calidad de garante de la seguridad de los trabajadores al exigir en el artículo 184 del Código del Trabajo que debe adoptar todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de estos últimos, lo que en el presente caso no resulta cabalmente cumplido; en efecto, los trabajadores se encontraban laborando sin la supervisión de jefes y ni siquiera del capataz de la cuadrilla del actor; su presencia hubiera probablemente evitado que el trabajador señor Badilla, ignorando la prohibición del reglamento interno de transportar personas en el montacargas, accediera a llevar al demandante más arriba, y habría ordenado a este último, sacar la carretilla y ejecutar su labor en la forma habitual; OCTAVO: Que según la definición del artículo 5 de la ley Nº 16.744 la imprudencia del trabajador no hace perder a un accidente la calidad de accidente laboral; en efecto, no constituyen accidentes laborales “los producidos intencionalmente por la víctima, de modo que aquellos en que concurre una simple negligencia de su parte, deben ser calificados como accidentes del trabajo y generan las responsabilidades correspondientes; el artículo 69 de esta ley hace responsable al empleador cuando el accidente se produce por dolo o culpa de su parte; el incumplimiento de las medidas eficaces para proteger la salud del trabajador importa que el empleador no ha desplegado la diligencia, cuidado necesarios, que como se ha señalado en numerosos fallos de los Tribunales Superiores, es de la culpa o descuido levísimo; en este caso, las labores se desarrollaban sin vigilancia superior, el montacargas no era dirigido por

cido en la colisión que tuvo la ambulancia de la Mutual que lo transportaba y en el que sufrió una fractura grave en la clavícula; QUINTO: Que ponderando los antecedentes probatorios ya relacionados en forma conjunta y conforme con las reglas de la sana crítica, la sentenciadora concluye: A) que el accidente del trabajo que sufrió el actor el día 30 de abril de 2003, al caer desde la plataforma de un montacargas que se encontraba en el tercer piso de la construcción en que laboraba, se debió a que el montacargas fue elevado hasta que el carro chocó con la polea cortándose el cable lo que determinó la caída de la plataforma al suelo junto con el trabajador desde una altura de más de cuatro metros; B) que como consecuencia de este accidente el demandante sufrió una luxofractura de Chopart con luxofractura de subastragalina del tobillo y pie derechos; C) que el 28 de julio de 2003 se volcó la ambulancia de la Mutual de Seguridad que lo transportaba, sufriendo una fractura del tercio medio de la clavícula, disyunción acromioclavicular y fractura de la base de la apófisis caracoidea del hombro izquierdo; D) que el actor para ejecutar su trabajo de concretero tenía que necesariamente subir en la plataforma del montacargas para poder sacar la carretilla con hormigón y que no colocó el gancho que aseguraba la plataforma; E) que le solicitó al operador del montacargas, que lo elevara más para facilitar el vaciado del concreto en el molde y que éste no obstante la prohibición existente, elevó el montacargas produciéndose el choque, la ruptura del cable y la caída del actor; F) que en el momento del accidente el jefe de la cuadrilla señor Jeldres no se encontraba presente y estaba en otro lugar, como lo afirma el testigo señor Lagos; G) que las demandadas Construcciones y Transportes Laja Limitada y Constructora Bío Bío S.A. conforman un holding o sociedades relacionadas que tienen socios comunes, como se desprende de las escrituras de fojas 16 y 31, tienen los mismos trabajadores como se desprende de los dichos del testigo señor Baeza y de lo confesado por el representante de ambas al dar respuesta al punto Nº 16 del pliego de fojas 56 diciendo que ambas son una misma entidad, lo que concuerda también con la circunstancia que la demandada Constructora Bío Bío aparece como la empresa aseguradora del actor ante la Mutual de Seguridad y le otorga liquidaciones de sueldos, indistintamente con Construcciones y Transportes Laja Limitada. SEXTO: Que el accidente no se produjo exclusivamente por una acción u omisión temeraria de la víctima, como lo pretenden las demandadas, sino que fundamentalmente por la acción de la persona que accionaba el montacargas que infringió la prohibición de transportar personas en el mismo y no ejecutó el alzamiento de la plataforma con la diligencia y cuidado que hubiera evitado su choque violento con la polea, máxime si como lo señala el testigo de las demandadas señor Lagos el cable del huinche siempre se corta al chocar con la polea debido a la fuerza del motor; se deduce de su declaración que ya había acontecido anteriormente; de esta manera la acción del demandante de solicitar ser elevado con la carretilla resulta una causa concomitante del accidente, pero la causa determinante radica en la aceptación del trabajador que operaba el montacargas, de transportar al demandante más arriba y su falta de cuidado al no evitar un choque violento de la plataforma con la polea; SÉPTIMO: Que la ley ha colocado al empleador en la calidad de garante de la seguridad de los trabajadores al exigir en el artículo 184 del Código del Trabajo que debe adoptar todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de estos últimos, lo que en el presente caso no resulta cabalmente cumplido; en efecto, los trabajadores se encontraban laborando sin la supervisión de jefes y ni siquiera del capataz de la cuadrilla del actor; su presencia hubiera probablemente evitado que el trabajador señor Badilla, ignorando la prohibición del reglamento interno de transportar personas en el montacargas, accediera a llevar al demandante más arriba, y habría ordenado a este último, sacar la carretilla y ejecutar su labor en la forma habitual; OCTAVO: Que según la definición del artículo 5 de la ley Nº 16.744 la imprudencia del trabajador no hace perder a un accidente la calidad de accidente laboral; en efecto, no constituyen accidentes laborales “los producidos intencionalmente por la víctima, de modo que aquellos en que concurre una simple negligencia de su parte, deben ser calificados como accidentes del trabajo y generan las responsabilidades correspondientes; el artículo 69 de esta ley hace responsable al empleador cuando el accidente se produce por dolo o culpa de su parte; el incumplimiento de las medidas eficaces para proteger la salud del trabajador importa que el empleador no ha desplegado la diligencia, cuidado necesarios, que como se ha señalado en numerosos fallos de los Tribunales Superiores, es de la culpa o descuido levísimo; en este caso, las labores se desarrollaban sin vigilancia superior, el montacargas no era dirigido por ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

585

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

el trabajador habitual y la potencia de su motor facilitaba la ruptura del cable resultando por lo mismo, una maquinaria riesgosa; NOVENO: Que al haber resultado que el accidente que sufrió el actor el día 30 de abril de 2003 ha tenido como causa determinante un incumplimiento por parte de las demandadas de su obligación de tomar todas las medidas necesarias para evitar que se produjera, corresponderá acoger la demanda y disponer el pago de los perjuicios derivados de este accidente; no resulta lo mismo con relación al accidente de tránsito que sufrió el actor con fecha 28 de julio del mismo año, ya que, a juicio de la sentenciadora, este último no aconteció “a causa o con ocasión del trabajo ni “en el trayecto directo de ida o regreso entre la habitación y el lugar de trabajo ; DÉCIMO: Que como consecuencia de lo señalado en el fundamento que antecede corresponderá considerar solamente las lesiones y secuelas del primer accidente, es decir, las descritas en el informe médico de fojas 124, las que determinaron una incapacidad para el trabajo de un veinte por ciento de acuerdo con la resolución de fojas 126; de estos, mismos antecedentes se desprende que la incapacidad que sufrió el actor en su extremidad inferior derecha que es la más grave, ha sido la consecuencia directa del primer accidente y que en el segundo sufrió una fractura de la clavícula izquierda la que determinó una limitación funcional del hombro izquierdo, con una incapacidad de 27,5 por ciento, estas incapacidades parciales no otorgan a la víctima el derecho a percibir una pensión mensual por ser inferiores al cuarenta por ciento de su capacidad de ganancia; DECIMOPRIMERO: Que en la demanda se persigue el pago de la suma de $ 44.035.200 por concepto de lucro cesante, que se hace consistir en el detrimento de su capacidad laboral lo que determinaría una diferencia de emolumentos proyectada por todos los meses y años de actividad laboral, debiendo considerar que al haber nacido el 05 de febrero de 1972, como aparece de la copia de su cédula de identidad, le restaban treinta y tres años de vida laboral activa; sobre este particular deberá tenerse presente que no se ha acreditado que al actor se le hubiere concedido alguna pensión de invalidez, de modo que la pérdida parcial de su capacidad de trabajo, su único medio de subsistencia, debe considerarse como un perjuicio indemnizable de acuerdo con lo que razonablemente habría recibido; se trata de un trabajador sin calificación especial que percibía un ingreso mínimo por su trabajo, considerando estos factores el Tribunal estimó que los perjuicios derivados de la menor capacidad laboral del actor, se deben regular en la suma de $ 10.000.000; DECIMOSEGUNDO: Que en la demanda se solicita que se regulen los perjuicios extrapatrimoniales o morales sufridos por el actor en la suma de $ 45.000.000; como resulta probado que el demandante sufrió las lesiones traumáticas que se describen en el informe de fojas 129 y que además fue sometido a tratamiento siquiátrico como se señala en el informe de fojas 130 encontrándose en tratamiento de adaptación, debe concluirse que se han acreditado hechos que revelan la existencia de perjuicios extrapatrimoniales sufridos por el actor a partir del accidente del 30 de abril de 2003 y hasta, a lo menos, el 11 de julio de 2005, es decir, por más de dos años; con estos antecedentes la sentenciadora estima de equidad regular, una indemnización por perjuicios extrapatrimoniales o morales, en la suma de $ 30.000.000; DECIMOTERCERO: Que la demanda se dirige en contra de las sociedades Construcciones y Transportes Laja Limitada y Constructora Bío Bío S.A. como responsables solidarias del pago de las indemnizaciones reclamadas por ser empleadores del actor; de acuerdo con los hechos señalados en la letra G) del fundamento quinto, debe concluirse que efectivamente ambas sociedades fueron las empleadoras del actor, si bien en algunos documentos aparece la primera y en otros aparece la segunda; el hecho real es que ambas sociedades constituyen una misma empresa en los términos del artículo 3 del Código del Trabajo y la infracción a lo dispuesto en el penúltimo inciso de esta norma que define el concepto de empresa para los efectos de la legislación laboral y de seguridad social, hace aplicable la norma del artículo 478 del mismo Código; según esta última, el establecimiento de razones sociales distintas que hace difusa la individualidad legal de la empleadora, y acarrea la responsabilidad solidaria; de esta manera las dos demandadas resultan solidariamente responsables del pago de las indemnizaciones antes señaladas; en razón de ello no se emitirá pronunciamiento respecto de la demanda subsidiaria deducida en contra de la sociedad Constructora Bío Bío fundada en el artículo 64 del Código del Trabajo;

586

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

el trabajador habitual y la potencia de su motor facilitaba la ruptura del cable resultando por lo mismo, una maquinaria riesgosa; NOVENO: Que al haber resultado que el accidente que sufrió el actor el día 30 de abril de 2003 ha tenido como causa determinante un incumplimiento por parte de las demandadas de su obligación de tomar todas las medidas necesarias para evitar que se produjera, corresponderá acoger la demanda y disponer el pago de los perjuicios derivados de este accidente; no resulta lo mismo con relación al accidente de tránsito que sufrió el actor con fecha 28 de julio del mismo año, ya que, a juicio de la sentenciadora, este último no aconteció “a causa o con ocasión del trabajo ni “en el trayecto directo de ida o regreso entre la habitación y el lugar de trabajo ; DÉCIMO: Que como consecuencia de lo señalado en el fundamento que antecede corresponderá considerar solamente las lesiones y secuelas del primer accidente, es decir, las descritas en el informe médico de fojas 124, las que determinaron una incapacidad para el trabajo de un veinte por ciento de acuerdo con la resolución de fojas 126; de estos, mismos antecedentes se desprende que la incapacidad que sufrió el actor en su extremidad inferior derecha que es la más grave, ha sido la consecuencia directa del primer accidente y que en el segundo sufrió una fractura de la clavícula izquierda la que determinó una limitación funcional del hombro izquierdo, con una incapacidad de 27,5 por ciento, estas incapacidades parciales no otorgan a la víctima el derecho a percibir una pensión mensual por ser inferiores al cuarenta por ciento de su capacidad de ganancia; DECIMOPRIMERO: Que en la demanda se persigue el pago de la suma de $ 44.035.200 por concepto de lucro cesante, que se hace consistir en el detrimento de su capacidad laboral lo que determinaría una diferencia de emolumentos proyectada por todos los meses y años de actividad laboral, debiendo considerar que al haber nacido el 05 de febrero de 1972, como aparece de la copia de su cédula de identidad, le restaban treinta y tres años de vida laboral activa; sobre este particular deberá tenerse presente que no se ha acreditado que al actor se le hubiere concedido alguna pensión de invalidez, de modo que la pérdida parcial de su capacidad de trabajo, su único medio de subsistencia, debe considerarse como un perjuicio indemnizable de acuerdo con lo que razonablemente habría recibido; se trata de un trabajador sin calificación especial que percibía un ingreso mínimo por su trabajo, considerando estos factores el Tribunal estimó que los perjuicios derivados de la menor capacidad laboral del actor, se deben regular en la suma de $ 10.000.000; DECIMOSEGUNDO: Que en la demanda se solicita que se regulen los perjuicios extrapatrimoniales o morales sufridos por el actor en la suma de $ 45.000.000; como resulta probado que el demandante sufrió las lesiones traumáticas que se describen en el informe de fojas 129 y que además fue sometido a tratamiento siquiátrico como se señala en el informe de fojas 130 encontrándose en tratamiento de adaptación, debe concluirse que se han acreditado hechos que revelan la existencia de perjuicios extrapatrimoniales sufridos por el actor a partir del accidente del 30 de abril de 2003 y hasta, a lo menos, el 11 de julio de 2005, es decir, por más de dos años; con estos antecedentes la sentenciadora estima de equidad regular, una indemnización por perjuicios extrapatrimoniales o morales, en la suma de $ 30.000.000; DECIMOTERCERO: Que la demanda se dirige en contra de las sociedades Construcciones y Transportes Laja Limitada y Constructora Bío Bío S.A. como responsables solidarias del pago de las indemnizaciones reclamadas por ser empleadores del actor; de acuerdo con los hechos señalados en la letra G) del fundamento quinto, debe concluirse que efectivamente ambas sociedades fueron las empleadoras del actor, si bien en algunos documentos aparece la primera y en otros aparece la segunda; el hecho real es que ambas sociedades constituyen una misma empresa en los términos del artículo 3 del Código del Trabajo y la infracción a lo dispuesto en el penúltimo inciso de esta norma que define el concepto de empresa para los efectos de la legislación laboral y de seguridad social, hace aplicable la norma del artículo 478 del mismo Código; según esta última, el establecimiento de razones sociales distintas que hace difusa la individualidad legal de la empleadora, y acarrea la responsabilidad solidaria; de esta manera las dos demandadas resultan solidariamente responsables del pago de las indemnizaciones antes señaladas; en razón de ello no se emitirá pronunciamiento respecto de la demanda subsidiaria deducida en contra de la sociedad Constructora Bío Bío fundada en el artículo 64 del Código del Trabajo;

586

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

587

DECIMOCUARTO: Que las sumas que se deben pagar al demandante por las indemnizaciones de perjuicios por lucro cesante y daños extrapatrimoniales, se reajustarán a partir de la fecha en que la sentencia que los regulen quede ejecutoriada y devengarán intereses a partir de la mora de los deudores. Y con arreglo a lo que disponen los artículos 1545, 1546, 1547, 1556 y 1698 del Código Civil y artículos 5, 6, 25, 34, 35, 36 y 69 letra b) de la ley Nº 16.744; 455, 456 y 458 del Código del Trabajo, SE RESUELVE: I. Que se acoge la demanda de fojas uno sólo en cuanto se declara que las demandadas Construcciones y Transportes Laja Limitada y Constructora Bío Bío S.A., deberán pagar en forma solidaria como empleadores, al demandante don Claudio Mauricio Ibarra Bobadilla las sumas de $ 10.000.000 a título de lucro cesante y $ 30.000.000 como indemnización de los daños extrapatrimoniales, como consecuencia del accidente del trabajo que sufrió el 30 de abril de 2003. II. Que no se dicta pronunciamiento respecto de la demanda subsidiaria interpuesta en contra de la sociedad Constructora Bío Bío S.A. por haberse acogido la demanda principal. III. Que cada parte pagará sus costas. Regístrese, notifíquese y archívese en su oportunidad. Dictada por doña Isabel Correa Fuentes, Juez Titular del Sexto Juzgado de Letras del Trabajo de Santiago. Autoriza el señor Francisco Barría Knopf, Secretario Subrogante.

II. CORTE DE APELACIONES Santiago, siete de marzo de dos mil ocho. Proveyendo a fojas 183, téngase presente. VISTOS: Se reproduce la sentencia de veintitrés de mayo de dos mil siete, escrita a fojas 140 y siguientes, sustituyendo en el epílogo del considerando decimosegundo la referencia a “$ 30.000.000” por “diez millones de pesos ($ 10.000.000). Y TENIENDO, ADEMÁS, PRESENTE: Que las argumentaciones contenidas en el escrito de apelación de fojas 163 no logran convencer a esta Corte como para alterar lo que viene decidido. En atención, también, a lo dispuesto en los artículos 465 y 472 del Código del Trabajo, se confirma la referida sentencia, con declaración que se reduce a diez millones de pesos ($ 10.000.000) el monto de la indemnización del daño moral, con costas del recurso. Se previene que el Ministro señor Elgueta concurre a la confirmatoria sin modificaciones. Regístrese y devuélvase, con cuatro sobres de documentos. Pronunciada por la Décima Sala de esta Iltma. Corte de Apelaciones de Santiago, integrada por los Ministros señores Carlos Cerda Fernández, y Emilio Iván Elgueta Torres y la Abogada Integrante señora Andrea Muñoz Sánchez. Rol Nº 3.318 2007.

III. SENTENCIA DE CASACIÓN Santiago, veintisiete de mayo de dos mil ocho. VISTOS: En autos rol Nº 2.437 04 del Sexto Juzgado del Trabajo de Santiago, don Claudio Mauricio Ibarra Bobadilla deduce demanda en contra de Construcciones y Transportes Laja Limitada y de Constructora Bío Bío S.A., ambas representadas por don Ignacio Astaburuaga Eguiguren, en forma solidaria o esta última en subsidio de aquélla, a fin que se condene a las demandadas a pagar las cantidades que señala, por concepto de indemnización por lucro cesante y daño moral, originadas en el accidente de trabajo que relata, más reajustes, intereses y costas. La demandada, Construcciones y Transportes Laja Limitada, evacuando el traslado, solicitó el rechazo, con costas, de la acción deducida en su contra, señalando que el accidente materia de autos, se debió exclusivamente al actuar temerario y negligente del trabajador, por las razones que explica, a lo que agrega que no existió, por su parte, infracción al artículo 184 del Código del Trabajo y que la pre-

Santiago, veintisiete de mayo de dos mil ocho. VISTOS: En autos rol Nº 2.437 04 del Sexto Juzgado del Trabajo de Santiago, don Claudio Mauricio Ibarra Bobadilla deduce demanda en contra de Construcciones y Transportes Laja Limitada y de Constructora Bío Bío S.A., ambas representadas por don Ignacio Astaburuaga Eguiguren, en forma solidaria o esta última en subsidio de aquélla, a fin que se condene a las demandadas a pagar las cantidades que señala, por concepto de indemnización por lucro cesante y daño moral, originadas en el accidente de trabajo que relata, más reajustes, intereses y costas. La demandada, Construcciones y Transportes Laja Limitada, evacuando el traslado, solicitó el rechazo, con costas, de la acción deducida en su contra, señalando que el accidente materia de autos, se debió exclusivamente al actuar temerario y negligente del trabajador, por las razones que explica, a lo que agrega que no existió, por su parte, infracción al artículo 184 del Código del Trabajo y que la pre-

III. SENTENCIA DE CASACIÓN Santiago, siete de marzo de dos mil ocho. Proveyendo a fojas 183, téngase presente. VISTOS: Se reproduce la sentencia de veintitrés de mayo de dos mil siete, escrita a fojas 140 y siguientes, sustituyendo en el epílogo del considerando decimosegundo la referencia a “$ 30.000.000” por “diez millones de pesos ($ 10.000.000). Y TENIENDO, ADEMÁS, PRESENTE: Que las argumentaciones contenidas en el escrito de apelación de fojas 163 no logran convencer a esta Corte como para alterar lo que viene decidido. En atención, también, a lo dispuesto en los artículos 465 y 472 del Código del Trabajo, se confirma la referida sentencia, con declaración que se reduce a diez millones de pesos ($ 10.000.000) el monto de la indemnización del daño moral, con costas del recurso. Se previene que el Ministro señor Elgueta concurre a la confirmatoria sin modificaciones. Regístrese y devuélvase, con cuatro sobres de documentos. Pronunciada por la Décima Sala de esta Iltma. Corte de Apelaciones de Santiago, integrada por los Ministros señores Carlos Cerda Fernández, y Emilio Iván Elgueta Torres y la Abogada Integrante señora Andrea Muñoz Sánchez. Rol Nº 3.318 2007.

II. CORTE DE APELACIONES DECIMOCUARTO: Que las sumas que se deben pagar al demandante por las indemnizaciones de perjuicios por lucro cesante y daños extrapatrimoniales, se reajustarán a partir de la fecha en que la sentencia que los regulen quede ejecutoriada y devengarán intereses a partir de la mora de los deudores. Y con arreglo a lo que disponen los artículos 1545, 1546, 1547, 1556 y 1698 del Código Civil y artículos 5, 6, 25, 34, 35, 36 y 69 letra b) de la ley Nº 16.744; 455, 456 y 458 del Código del Trabajo, SE RESUELVE: I. Que se acoge la demanda de fojas uno sólo en cuanto se declara que las demandadas Construcciones y Transportes Laja Limitada y Constructora Bío Bío S.A., deberán pagar en forma solidaria como empleadores, al demandante don Claudio Mauricio Ibarra Bobadilla las sumas de $ 10.000.000 a título de lucro cesante y $ 30.000.000 como indemnización de los daños extrapatrimoniales, como consecuencia del accidente del trabajo que sufrió el 30 de abril de 2003. II. Que no se dicta pronunciamiento respecto de la demanda subsidiaria interpuesta en contra de la sociedad Constructora Bío Bío S.A. por haberse acogido la demanda principal. III. Que cada parte pagará sus costas. Regístrese, notifíquese y archívese en su oportunidad. Dictada por doña Isabel Correa Fuentes, Juez Titular del Sexto Juzgado de Letras del Trabajo de Santiago. Autoriza el señor Francisco Barría Knopf, Secretario Subrogante. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

587

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

tensión de lucro cesante debe ser desestimada, al igual que el daño moral y que, en todo caso, la cifra solicitada resulta desproporcionada. La demandada, Constructora Bío Bío S.A., al contestar, alega que no existe norma legal que la haga responsable solidaria como se pretende en el libelo y que siempre fiscalizó el cumplimiento, por parte de la otra demandada, de las obligaciones estipuladas en el artículo 184 del Código del Trabajo, de manera que no es posible atribuirle responsabilidad de ningún tipo, ratificando las alegaciones formuladas por Construcciones y Transportes Laja Limitada. El Tribunal de primera instancia, en sentencia de veintitrés de mayo de dos mil siete, escrita a fojas 140, dio lugar a la demanda y condenó a ambas demandadas, como empleadoras del actor, a pagar a éste las cantidades que indica por concepto de lucro cesante y daños extrapatrimoniales, como consecuencia del accidente de trabajo que sufrió el 30 de abril de 2003 e impuso a cada parte sus costas. Se alzaron las demandadas y la Corte de Apelaciones de Santiago, en fallo de siete de marzo de dos mil ocho, que se lee a fojas 184, confirmó la sentencia de primer grado, con declaración que reduce el monto de la indemnización por daño moral a la suma que indica, con la prevención en ella contenida. En contra de esta última decisión, las demandadas deducen recurso de casación en el fondo, por haberse incurrido en infracciones de ley que han influido, en sus conceptos, sustancialmente en lo dispositivo del fallo, pidiendo que este Tribunal la invalide y dicte la de reemplazo que se crea conforme a derecho. Se trajeron estos autos en relación. CONSIDERANDO: PRIMERO: Que el recurrente denuncia la infracción de los artículos 5º y 69 de la ley Nº 16.744; 184 del Código del Trabajo y 1556, 1558 y 2330 del Código Civil. En primer lugar, argumenta que, en la especie, se trata de responsabilidad contractual, cuyos requisitos son el incumplimiento de obligaciones por parte del empleador, el dolo o culpa, la existencia del daño y la relación de causalidad entre el incumplimiento y los daños. Agrega que en la sentencia recurrida se sostiene que la medida que se debió adoptar, de acuerdo al citado artículo 184, era la presencia del capataz, con lo cual se habría evitado el accidente, lo cual no es efectivo, porque existía prohibición de transportar personas en el montacargas, establecida en el reglamento, del cual tenían conocimiento el operador y el demandante, lo que debió llevarlos a no realizar la maniobra que causó el accidente, independiente de la presencia del jefe, quien no puede estar presente en todas las áreas de trabajo, por lo tanto, la sentencia atacada mal interpretó el sentido del artículo 184 del Código del Trabajo, al exigir la presencia del jefe como medida de seguridad. Luego las demandadas indican que tampoco ha existido dolo o culpa de su parte, ya que el actor no colocó el gancho asegurador e infringió la prohibición de transportar personas en el montacargas, de modo que, aun bajo los supuestos establecidos en el fallo, ni siquiera tiene culpa. Enseguida, el recurrente afirma que los perjuicios del actor han sido provocados por su actuar culpable, por lo tanto, la responsabilidad de su parte sólo alcanza a la contratación del seguro establecido en la ley Nº 16.744, el que ha operado plenamente. Además, se dice en el recurso, que se vulnera el artículo 35 de la ley Nº 16.744, pues no se considera que el actor tiene derecho a la indemnización allí establecida, debido a su 20% de incapacidad. En un segundo capítulo, las demandadas alegan que como el actor se puso en situación de peligro, sin acatar las instrucciones del capataz, debió considerarse esa exposición para rebajar las indemnizaciones, lo que no ocurrió en la sentencia impugnada, vulnerando así el artículo 2330 del Código Civil. A continuación a propósito, del lucro cesante, se expone que éste se reguló sobre la base de la edad del trabajador y la vida laboral útil, criterios no aceptados por la jurisprudencia, a la que hace referencia copiando dos sentencias sobre la materia, de manera que se ha infringido el artículo 1556 del Código Civil. Por último, el recurrente señala que en la sentencia se expresa que según la definición del artículo 5º de la ley Nº 16.744, la imprudencia del trabajador no hace perder a un accidente del trabajo tal calidad, con lo cual se da a esa norma una interpretación y aplicación que no corresponde, ya que, en este caso, queda claro que la relación de causalidad se presenta por el hecho que el mismo trabajador Infringió la prohibición impuesta por la empresa en el correspondiente reglamento interno, la cual no

588

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

tensión de lucro cesante debe ser desestimada, al igual que el daño moral y que, en todo caso, la cifra solicitada resulta desproporcionada. La demandada, Constructora Bío Bío S.A., al contestar, alega que no existe norma legal que la haga responsable solidaria como se pretende en el libelo y que siempre fiscalizó el cumplimiento, por parte de la otra demandada, de las obligaciones estipuladas en el artículo 184 del Código del Trabajo, de manera que no es posible atribuirle responsabilidad de ningún tipo, ratificando las alegaciones formuladas por Construcciones y Transportes Laja Limitada. El Tribunal de primera instancia, en sentencia de veintitrés de mayo de dos mil siete, escrita a fojas 140, dio lugar a la demanda y condenó a ambas demandadas, como empleadoras del actor, a pagar a éste las cantidades que indica por concepto de lucro cesante y daños extrapatrimoniales, como consecuencia del accidente de trabajo que sufrió el 30 de abril de 2003 e impuso a cada parte sus costas. Se alzaron las demandadas y la Corte de Apelaciones de Santiago, en fallo de siete de marzo de dos mil ocho, que se lee a fojas 184, confirmó la sentencia de primer grado, con declaración que reduce el monto de la indemnización por daño moral a la suma que indica, con la prevención en ella contenida. En contra de esta última decisión, las demandadas deducen recurso de casación en el fondo, por haberse incurrido en infracciones de ley que han influido, en sus conceptos, sustancialmente en lo dispositivo del fallo, pidiendo que este Tribunal la invalide y dicte la de reemplazo que se crea conforme a derecho. Se trajeron estos autos en relación. CONSIDERANDO: PRIMERO: Que el recurrente denuncia la infracción de los artículos 5º y 69 de la ley Nº 16.744; 184 del Código del Trabajo y 1556, 1558 y 2330 del Código Civil. En primer lugar, argumenta que, en la especie, se trata de responsabilidad contractual, cuyos requisitos son el incumplimiento de obligaciones por parte del empleador, el dolo o culpa, la existencia del daño y la relación de causalidad entre el incumplimiento y los daños. Agrega que en la sentencia recurrida se sostiene que la medida que se debió adoptar, de acuerdo al citado artículo 184, era la presencia del capataz, con lo cual se habría evitado el accidente, lo cual no es efectivo, porque existía prohibición de transportar personas en el montacargas, establecida en el reglamento, del cual tenían conocimiento el operador y el demandante, lo que debió llevarlos a no realizar la maniobra que causó el accidente, independiente de la presencia del jefe, quien no puede estar presente en todas las áreas de trabajo, por lo tanto, la sentencia atacada mal interpretó el sentido del artículo 184 del Código del Trabajo, al exigir la presencia del jefe como medida de seguridad. Luego las demandadas indican que tampoco ha existido dolo o culpa de su parte, ya que el actor no colocó el gancho asegurador e infringió la prohibición de transportar personas en el montacargas, de modo que, aun bajo los supuestos establecidos en el fallo, ni siquiera tiene culpa. Enseguida, el recurrente afirma que los perjuicios del actor han sido provocados por su actuar culpable, por lo tanto, la responsabilidad de su parte sólo alcanza a la contratación del seguro establecido en la ley Nº 16.744, el que ha operado plenamente. Además, se dice en el recurso, que se vulnera el artículo 35 de la ley Nº 16.744, pues no se considera que el actor tiene derecho a la indemnización allí establecida, debido a su 20% de incapacidad. En un segundo capítulo, las demandadas alegan que como el actor se puso en situación de peligro, sin acatar las instrucciones del capataz, debió considerarse esa exposición para rebajar las indemnizaciones, lo que no ocurrió en la sentencia impugnada, vulnerando así el artículo 2330 del Código Civil. A continuación a propósito, del lucro cesante, se expone que éste se reguló sobre la base de la edad del trabajador y la vida laboral útil, criterios no aceptados por la jurisprudencia, a la que hace referencia copiando dos sentencias sobre la materia, de manera que se ha infringido el artículo 1556 del Código Civil. Por último, el recurrente señala que en la sentencia se expresa que según la definición del artículo 5º de la ley Nº 16.744, la imprudencia del trabajador no hace perder a un accidente del trabajo tal calidad, con lo cual se da a esa norma una interpretación y aplicación que no corresponde, ya que, en este caso, queda claro que la relación de causalidad se presenta por el hecho que el mismo trabajador Infringió la prohibición impuesta por la empresa en el correspondiente reglamento interno, la cual no

588

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

589

pudo desconocerse por el actor y el operador del montacargas, en el sentido que dicha maquinaria no podía ser utilizada para trasportar personas, lo que constituyó la causa del accidente y la presencia o no del jefe o si el montacargas se encontraba o no en buen estado para transportar personas, no puede ser considerada la causa de los perjuicios que lamentablemente sufrió el demandante, sino que su propia imprudencia. Finaliza describiendo la influencia sustancial en lo dispositivo del fallo, de los errores de derecho que denuncia. SEGUNDO: Que, como se advierte de lo anotado, el recurrente desarrolla su recurso sobre la base de plantear la comisión de errores alternativos o subsidiarios. En efecto, por una parte, argumenta que carece de responsabilidad en el accidente de que se trata y, por la otra, que las indemnizaciones debieron ser rebajadas, atendida la exposición imprudente al daño. Ambas alegaciones pugnan entre sí, desde que solicitar la reducción de las reparaciones otorgadas, importa aceptar cierto grado de responsabilidad en los hechos. TERCERO: Que tal planteamiento atenta contra la naturaleza de derecho estricto del recurso de casación intentado, por cuanto hace, a lo menos, dubitable el derecho a aplicar para solucionar la litis, lo que conduce a su desestimación por encontrarse defectuosamente formalizado. Por estas consideraciones y lo dispuesto, además, en los artículos 463 del Código del Trabajo y 764, 765, 766, 767, 768, 771, 772 y 783 del Código de Procedimiento Civil, se rechaza, sin costas, el recurso de casación en el fondo deducido por las demandadas a fojas 187, contra la sentencia de siete de marzo del año en curso, que se lee a fojas 184. Sin perjuicio de lo resuelto, haciendo uso esta Corte de las facultades que le otorga el artículo 785 del Código de Procedimiento Civil, se tiene presente: 1º) Que, en la sentencia impugnada, se fijaron como hechos, los siguientes. a) No se ha controvertido que el demandante prestaba servicios como trabajador de la construcción, en calidad de concretero, en la obra Nº 272, denominado Conjunto San Esteban, sector 7, ubicada en la comuna de Quilicura y que el 30 de abril de 2003, trabajando en dicha obra, sufrió un accidente cayendo de un tercer piso en construcción, mientras sacaba una carretilla con concreto desde un montacargas, habiéndose cortado el cable de esta maquinaria, lo que determinó que resultara con luxofractura de Chopart con luxofractura subastragalina del tobillo y pie derecho. b) Las partes también concuerdan en que el 28 de julio del 2003, cuando el demandante era trasladado en una ambulancia de la Mutual de Seguridad, el vehículo chocó, resultando también con lesiones consistentes en fracturas en la clavícula y en la base de la apófisis caracoídea del hombro izquierdo. c) No ha sido discutido el monto de la exigua remuneración mensual del actor. d) El accidente se debió a que el montacargas fue elevado hasta que el carro chocó con la polea cortándose el cable, lo que determinó la caída de la plataforma al suelo, junto con el trabajador, desde una altura aproximada de más de 4 metros, cuya consecuencia fueron las lesiones ya descritas. e) El actor, para ejecutar su trabajo de concretero, tenía necesariamente que subir a la plataforma del montacargas para poder sacar la carretilla con hormigón y no colocó el gancho que aseguraba la plataforma. f) El actor le solicitó al operador del montacargas que lo elevara más para facilitar el vaciado del concreto en el molde y, éste, no obstante la prohibición existente, elevó el montacargas produciéndose el choque, la ruptura del cable y la caída del demandante. g) En el momento del accidente el jefe de la cuadrilla no se encontraba presente en el lugar. h) Las demandadas Construcciones y Transportes Laja Limitada y Constructora Bío Bío S.A., conforman un holding o sociedades relacionadas que tienen socios comunes y trabajadores comunes, apareciendo la Constructora Bío Bío como la empresa aseguradora del actor ante la Mutual de Seguridad y otorgándole liquidaciones de remuneraciones indistintamente con la otra demandada. i) La causa determinante del accidente la constituyó la aceptación por parte del operador del montacargas de transportar al demandante más arriba y su falta de cuidado para no evitar el choque violento de la plataforma con la polea. j) La causa concomitante del accidente estuvo constituida por la petición del demandante de ser elevado con la carretilla por el montacargas.

pudo desconocerse por el actor y el operador del montacargas, en el sentido que dicha maquinaria no podía ser utilizada para trasportar personas, lo que constituyó la causa del accidente y la presencia o no del jefe o si el montacargas se encontraba o no en buen estado para transportar personas, no puede ser considerada la causa de los perjuicios que lamentablemente sufrió el demandante, sino que su propia imprudencia. Finaliza describiendo la influencia sustancial en lo dispositivo del fallo, de los errores de derecho que denuncia. SEGUNDO: Que, como se advierte de lo anotado, el recurrente desarrolla su recurso sobre la base de plantear la comisión de errores alternativos o subsidiarios. En efecto, por una parte, argumenta que carece de responsabilidad en el accidente de que se trata y, por la otra, que las indemnizaciones debieron ser rebajadas, atendida la exposición imprudente al daño. Ambas alegaciones pugnan entre sí, desde que solicitar la reducción de las reparaciones otorgadas, importa aceptar cierto grado de responsabilidad en los hechos. TERCERO: Que tal planteamiento atenta contra la naturaleza de derecho estricto del recurso de casación intentado, por cuanto hace, a lo menos, dubitable el derecho a aplicar para solucionar la litis, lo que conduce a su desestimación por encontrarse defectuosamente formalizado. Por estas consideraciones y lo dispuesto, además, en los artículos 463 del Código del Trabajo y 764, 765, 766, 767, 768, 771, 772 y 783 del Código de Procedimiento Civil, se rechaza, sin costas, el recurso de casación en el fondo deducido por las demandadas a fojas 187, contra la sentencia de siete de marzo del año en curso, que se lee a fojas 184. Sin perjuicio de lo resuelto, haciendo uso esta Corte de las facultades que le otorga el artículo 785 del Código de Procedimiento Civil, se tiene presente: 1º) Que, en la sentencia impugnada, se fijaron como hechos, los siguientes. a) No se ha controvertido que el demandante prestaba servicios como trabajador de la construcción, en calidad de concretero, en la obra Nº 272, denominado Conjunto San Esteban, sector 7, ubicada en la comuna de Quilicura y que el 30 de abril de 2003, trabajando en dicha obra, sufrió un accidente cayendo de un tercer piso en construcción, mientras sacaba una carretilla con concreto desde un montacargas, habiéndose cortado el cable de esta maquinaria, lo que determinó que resultara con luxofractura de Chopart con luxofractura subastragalina del tobillo y pie derecho. b) Las partes también concuerdan en que el 28 de julio del 2003, cuando el demandante era trasladado en una ambulancia de la Mutual de Seguridad, el vehículo chocó, resultando también con lesiones consistentes en fracturas en la clavícula y en la base de la apófisis caracoídea del hombro izquierdo. c) No ha sido discutido el monto de la exigua remuneración mensual del actor. d) El accidente se debió a que el montacargas fue elevado hasta que el carro chocó con la polea cortándose el cable, lo que determinó la caída de la plataforma al suelo, junto con el trabajador, desde una altura aproximada de más de 4 metros, cuya consecuencia fueron las lesiones ya descritas. e) El actor, para ejecutar su trabajo de concretero, tenía necesariamente que subir a la plataforma del montacargas para poder sacar la carretilla con hormigón y no colocó el gancho que aseguraba la plataforma. f) El actor le solicitó al operador del montacargas que lo elevara más para facilitar el vaciado del concreto en el molde y, éste, no obstante la prohibición existente, elevó el montacargas produciéndose el choque, la ruptura del cable y la caída del demandante. g) En el momento del accidente el jefe de la cuadrilla no se encontraba presente en el lugar. h) Las demandadas Construcciones y Transportes Laja Limitada y Constructora Bío Bío S.A., conforman un holding o sociedades relacionadas que tienen socios comunes y trabajadores comunes, apareciendo la Constructora Bío Bío como la empresa aseguradora del actor ante la Mutual de Seguridad y otorgándole liquidaciones de remuneraciones indistintamente con la otra demandada. i) La causa determinante del accidente la constituyó la aceptación por parte del operador del montacargas de transportar al demandante más arriba y su falta de cuidado para no evitar el choque violento de la plataforma con la polea. j) La causa concomitante del accidente estuvo constituida por la petición del demandante de ser elevado con la carretilla por el montacargas. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

589

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Santiago, veintisiete de mayo de dos mil ocho. En cumplimiento a lo dispuesto en el artículo 785 del Código de Procedimiento Civil, se dicta la sentencia de reemplazo que sigue.

590

IV. SENTENCIA DE REEMPLAZO

k) Los trabajadores laboraban sin la supervisión de jefes, ni siquiera el capataz de cuadrilla, cuya presencia probablemente hubiera evitado que el operador accediera a llevar al demandante más arriba y habría ordenado a este último sacar la carretilla y realizar la labor en forma habitual. l) Además de la ausencia de supervisión, el montacargas no era dirigido por el operador habitual y era una maquinaria riesgosa, porque la potencia del motor facilitaba la ruptura del cable. m) El accidente sufrido por el demandante el 28 de julio de 2003, no es de trabajo. n) Ninguna de las incapacidades sufridas por el actor le otorga derecho a pensión mensual, alcanzando el nivel de incapacidad a un 20% por las lesiones ocasionadas en el accidente del 30 de abril de 2003. ñ) Acreditados los hechos que revelan el perjuicio extrapatrimonial sufrido por el demandante, desde el 30 de abril de 2003 y hasta, al menos, el 11 de julio de 2005. o) Ambas sociedades demandadas fueron las empleadoras del actor. 2º) Que sobre la base de los hechos narrados precedentemente, los Jueces del grado concluyeron que la demandada no cumplió con el deber de seguridad que le impone el artículo 184 del Código del Trabajo y, aplicando los artículos 5º, 6º, 25, 34, 35, 36 y 69 de la ley Nº 16.744 y 1545, 1546, 1547, 1556 y 1698 del Código Civil, acogieron la demanda en los términos ya señalados, otorgando además de la indemnización por daño moral, la correspondiente al lucro cesante, para lo cual consideraron que la pérdida parcial del único medio de subsistencia del actor, debe considerarse como un perjuicio indemnizable de acuerdo con lo que razonablemente habría recibido, a lo que agregan que se trata de un trabajador sin calificación especial que percibía un ingreso mínimo por sus labores. 3º) Que, en conformidad con lo dispuesto en el artículo 1556 del Código Civil, la indemnización de perjuicios comprende el daño emergente y el lucro cesante y este último ha sido conceptualizado como la pérdida cierta de la ganancia probable, de modo que deben acreditarse, por quien pretende su reparación, los presupuestos necesarios para hacerlo procedente, es decir, la merma efectiva del beneficio o provecho que se habría obtenido en determinadas condiciones. En el caso, se ha partido del supuesto constituido por la labor realizada por el trabajador, sin calificación y su edad, sin embargo, ninguna de esas circunstancias puede considerarse como antecedente suficiente para tener por concurrente el lucro cesante, desde que ambas son conjeturas, por cuanto suponen presumir, sin fundamento conocido alguno, que la víctima sobrevivirá el tiempo necesario y con un ingreso permanente y determinado, el cual habrá dejado de percibir en razón de la incapacidad que lo afectó. 4º) Que, por consiguiente, al haberse otorgado en la sentencia atacada, indemnización por lucro cesante sobre la base de suposiciones, se ha incurrido en error de derecho por equivocada aplicación del artículo 1556 del Código Civil, yerro que influye sustancialmente en lo dispositivo del fallo, en la medida en que condujo a condenar a las demandadas a pagar un resarcimiento improcedente en el caso. 5º) Que, en tales condiciones, el fallo de que se trata debe ser invalidado para la necesaria corrección. Por estas consideraciones y lo dispuesto, además, en los artículos 463 del Código del Trabajo y 764, 765, 766, 767, 768, 771, 772, 783 y 785 del Código de Procedimiento Civil, actuando de oficio esta Corte, se invalida la sentencia de siete de marzo del año en curso, que se lee a fojas 184, la que es reemplazada por la que se dicta a continuación, sin nueva vista, separadamente. Regístrese. Pronunciada por la Cuarta Sala de la Corte Suprema integrada por el Ministro señor Patricio Valdés. A., señora Gabriela Pérez P., Ministro Suplente señor julio Torres A., y los Abogados Integrantes señores Roberto Jacob Ch., y Juan Carlos Cárcamo O. No firma y el Abogado Integrante señor Cárcamo, no obstante haber concurrido a la vista del recurso y acuerdo del fallo, por estar ausente. Santiago, 27 de mayo de 2008. Autoriza la Secretaria Suplente de la Corte Suprema, señora Beatriz Pedrals García de Cortázar. Rol Nº 2.049 08.

k) Los trabajadores laboraban sin la supervisión de jefes, ni siquiera el capataz de cuadrilla, cuya presencia probablemente hubiera evitado que el operador accediera a llevar al demandante más arriba y habría ordenado a este último sacar la carretilla y realizar la labor en forma habitual. l) Además de la ausencia de supervisión, el montacargas no era dirigido por el operador habitual y era una maquinaria riesgosa, porque la potencia del motor facilitaba la ruptura del cable. m) El accidente sufrido por el demandante el 28 de julio de 2003, no es de trabajo. n) Ninguna de las incapacidades sufridas por el actor le otorga derecho a pensión mensual, alcanzando el nivel de incapacidad a un 20% por las lesiones ocasionadas en el accidente del 30 de abril de 2003. ñ) Acreditados los hechos que revelan el perjuicio extrapatrimonial sufrido por el demandante, desde el 30 de abril de 2003 y hasta, al menos, el 11 de julio de 2005. o) Ambas sociedades demandadas fueron las empleadoras del actor. 2º) Que sobre la base de los hechos narrados precedentemente, los Jueces del grado concluyeron que la demandada no cumplió con el deber de seguridad que le impone el artículo 184 del Código del Trabajo y, aplicando los artículos 5º, 6º, 25, 34, 35, 36 y 69 de la ley Nº 16.744 y 1545, 1546, 1547, 1556 y 1698 del Código Civil, acogieron la demanda en los términos ya señalados, otorgando además de la indemnización por daño moral, la correspondiente al lucro cesante, para lo cual consideraron que la pérdida parcial del único medio de subsistencia del actor, debe considerarse como un perjuicio indemnizable de acuerdo con lo que razonablemente habría recibido, a lo que agregan que se trata de un trabajador sin calificación especial que percibía un ingreso mínimo por sus labores. 3º) Que, en conformidad con lo dispuesto en el artículo 1556 del Código Civil, la indemnización de perjuicios comprende el daño emergente y el lucro cesante y este último ha sido conceptualizado como la pérdida cierta de la ganancia probable, de modo que deben acreditarse, por quien pretende su reparación, los presupuestos necesarios para hacerlo procedente, es decir, la merma efectiva del beneficio o provecho que se habría obtenido en determinadas condiciones. En el caso, se ha partido del supuesto constituido por la labor realizada por el trabajador, sin calificación y su edad, sin embargo, ninguna de esas circunstancias puede considerarse como antecedente suficiente para tener por concurrente el lucro cesante, desde que ambas son conjeturas, por cuanto suponen presumir, sin fundamento conocido alguno, que la víctima sobrevivirá el tiempo necesario y con un ingreso permanente y determinado, el cual habrá dejado de percibir en razón de la incapacidad que lo afectó. 4º) Que, por consiguiente, al haberse otorgado en la sentencia atacada, indemnización por lucro cesante sobre la base de suposiciones, se ha incurrido en error de derecho por equivocada aplicación del artículo 1556 del Código Civil, yerro que influye sustancialmente en lo dispositivo del fallo, en la medida en que condujo a condenar a las demandadas a pagar un resarcimiento improcedente en el caso. 5º) Que, en tales condiciones, el fallo de que se trata debe ser invalidado para la necesaria corrección. Por estas consideraciones y lo dispuesto, además, en los artículos 463 del Código del Trabajo y 764, 765, 766, 767, 768, 771, 772, 783 y 785 del Código de Procedimiento Civil, actuando de oficio esta Corte, se invalida la sentencia de siete de marzo del año en curso, que se lee a fojas 184, la que es reemplazada por la que se dicta a continuación, sin nueva vista, separadamente. Regístrese. Pronunciada por la Cuarta Sala de la Corte Suprema integrada por el Ministro señor Patricio Valdés. A., señora Gabriela Pérez P., Ministro Suplente señor julio Torres A., y los Abogados Integrantes señores Roberto Jacob Ch., y Juan Carlos Cárcamo O. No firma y el Abogado Integrante señor Cárcamo, no obstante haber concurrido a la vista del recurso y acuerdo del fallo, por estar ausente. Santiago, 27 de mayo de 2008. Autoriza la Secretaria Suplente de la Corte Suprema, señora Beatriz Pedrals García de Cortázar. Rol Nº 2.049 08.

IV. SENTENCIA DE REEMPLAZO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Santiago, veintisiete de mayo de dos mil ocho. En cumplimiento a lo dispuesto en el artículo 785 del Código de Procedimiento Civil, se dicta la sentencia de reemplazo que sigue.

590

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

591

VISTOS: Se reproduce la sentencia en alzada, previa sustitución del guarismo 30.000.000, escrito al final del considerando decimosegundo, por 10.000.000 (diez millones de pesos) y con excepción del motivo decimoprimero, el que se elimina. Y TENIENDO EN SU LUGAR Y, ADEMÁS, PRESENTE: PRIMERO: Los fundamentos primero, segundo y tercero del fallo de casación de oficio que antecede, los que para estos efectos se tienen por expresamente reproducidos. SEGUNDO: Que, conforme a lo anotado, la indemnización por concepto de lucro cesante reclamada por el actor debe ser desestimada. Por estas consideraciones y visto, además, lo dispuesto en los artículos 463 y siguientes del Código del Trabajo, se revoca, sin costas del recurso, la sentencia apelada de veintitrés de mayo de dos mil siete, escrita a fojas 140 y siguientes, sólo en cuanto por ella se condena a las demandadas Construcciones y Transportes Laja Limitada y Constructora Bío Bío S.A., a pagar al actor la cantidad que se indica a título de lucro cesante y, en su lugar, se decide que la demanda queda desestimada en ese rubro. Se confirma, en lo demás apelado, la referida sentencia, con declaración que se reduce a $ 10.000.000 (diez millones de pesos) el monto de la indemnización por concepto de daño moral. Regístrese y devuélvase. Rol Nº 2.049 08. Pronunciada por la Cuarta Sala de la Corte Suprema integrada por el Ministro señor Patricio Valdés A., señora Gabriela Pérez P., Ministro Suplente señor julio Torres A., y los Abogados Integrantes señores Roberto Jacob Ch., y Juan Carlos Cárcamo O. No firma el Abogado Integrante señor Cárcamo, no obstante haber concurrido a la vista del recurso y acuerdo del fallo, por estar ausente. Santiago, 27 de mayo de 2008. Autoriza la Secretaria Suplente de la Corte Suprema, señora Beatriz Pedrals García de Cortázar. VISTOS: Se reproduce la sentencia en alzada, previa sustitución del guarismo 30.000.000, escrito al final del considerando decimosegundo, por 10.000.000 (diez millones de pesos) y con excepción del motivo decimoprimero, el que se elimina. Y TENIENDO EN SU LUGAR Y, ADEMÁS, PRESENTE: PRIMERO: Los fundamentos primero, segundo y tercero del fallo de casación de oficio que antecede, los que para estos efectos se tienen por expresamente reproducidos. SEGUNDO: Que, conforme a lo anotado, la indemnización por concepto de lucro cesante reclamada por el actor debe ser desestimada. Por estas consideraciones y visto, además, lo dispuesto en los artículos 463 y siguientes del Código del Trabajo, se revoca, sin costas del recurso, la sentencia apelada de veintitrés de mayo de dos mil siete, escrita a fojas 140 y siguientes, sólo en cuanto por ella se condena a las demandadas Construcciones y Transportes Laja Limitada y Constructora Bío Bío S.A., a pagar al actor la cantidad que se indica a título de lucro cesante y, en su lugar, se decide que la demanda queda desestimada en ese rubro. Se confirma, en lo demás apelado, la referida sentencia, con declaración que se reduce a $ 10.000.000 (diez millones de pesos) el monto de la indemnización por concepto de daño moral. Regístrese y devuélvase. Rol Nº 2.049 08. Pronunciada por la Cuarta Sala de la Corte Suprema integrada por el Ministro señor Patricio Valdés A., señora Gabriela Pérez P., Ministro Suplente señor julio Torres A., y los Abogados Integrantes señores Roberto Jacob Ch., y Juan Carlos Cárcamo O. No firma el Abogado Integrante señor Cárcamo, no obstante haber concurrido a la vista del recurso y acuerdo del fallo, por estar ausente. Santiago, 27 de mayo de 2008. Autoriza la Secretaria Suplente de la Corte Suprema, señora Beatriz Pedrals García de Cortázar. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

591

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Coronel, ocho de febrero de dos mil siete. VISTOS: Que a fs. 12 comparece Jorge Andrés Guzmán Zambrano, técnico forestal, domiciliado en Pabellón 17 casa 789, Villa Mora, Coronel, quien interpone demanda de indemnización de perjuicios en procedimiento general del trabajo, en contra de su ex empleador Sergio Eduardo Muñoz Fierro, contratista, con domicilio en calle Pedro Aguirre Cerda Nº 447, Lo Roja, Coronel y en forma subsidiaria en contra de Empresa Aserradero Cemento Bío Bío S.A. representada para estos efectos por Allan Lomas Redon, con domicilio en Camino a Coronel, Km 11, San Pedro de la Paz, pidiendo que previos los trámites legales, se acoja la demanda y se condene a su empleador directo Eduardo Muñoz Fierro y en forma subsidiaria en contra de la Empresa Aserradero Cemento Bío Bío S.A., ya individualizados, por los fundamentos de hecho y derecho que expone, al pago de la suma de $ 60.000.000 por concepto de indemnización de daño moral y a la suma de $ 15.060.000 por concepto de lucro cesante o la suma mayor o menor que el Tribunal estime en mérito del proceso, con costas, en caso de oposición. Fundamenta la demanda en el hecho de que el día 9 de febrero de 2004 como a las 15 hrs. aproximadamente en circunstancias que se encontraba laborando en la empresa antes mencionada sacando madera trozada y armando los palet, los que eran sacados del banco trazador por orden de su empleador y debido a un contacto directo con la sierra circular la cual se encontraba en muy malas condiciones, sin ningún tipo de protección como, entre otros, tener cubre sierra, haciendo presente que la sierra y el puesto de trabajo no reunían las condiciones técnicas mínimas para operar en la función señalada, ya que era hechiza, es decir artificial, llevó a que se produjera el accidente laboral, lo que trajo consigo la cercenación de sus tres dedos de su mano derecha. Que en cuanto a la operación con la máquina debía trabajar con la sierra en circulación sin que se le pudiera detener ya que ello implicaba una baja de producción, agregando que en el lugar no se contaba con los elementos de seguridad y protección mínimas, en especial, guante anticortes, que eran esenciales para evitar el accidente y que como consecuencia de las malas condiciones de las maquinarias y al no contar con elementos de seguridad, se produjo el accidente antes señalado. Pide tener por interpuesta la demanda, se dé lugar a ella condenando a la demandada a pagar a su representada una indemnización ascendente a la suma antes indicada por daño moral y lucro cesante, con costas, en caso de oposición. A fs. 126, corre notificación de la parte demandada. A fs. 32 se contesta demanda. Se objeta documento. A fs. 49 contesta la demanda el demandado subsidiario. A fs. 61 se recibe la causa a prueba. A fs. 87 corre audiencia de conciliación y prueba. A fs. 142 se cita a las partes para oír sentencia. Con lo relacionado: En cuanto a la objeción de documento de fs. 33. PRIMERO: Que en el otrosí de su presentación la apoderada del demandado principal objeta el informe del prevencionista, por no haber emanado de su parte ni haberlo suscrito, que es un informe hecho a la medida por una persona ajena a la faena, que nunca estuvo presente ni le constan los hechos. SEGUNDO: Que, siendo el documento objetado un instrumento privado que no emana de las partes, no le es aplicable por este motivo el artículo 346 Nº 3 del Código de Procedimiento Civil, el cual hace alusión a instrumentos que emanan de las partes y sólo objetables por falta de autenticidad o de integridad, por lo que, sin perjuicio de su valor probatorio, no se hará lugar a la objeción. En cuanto a la objeción de documento de fs. 50 vta.

592

I. SENTENCIA DE PRMER GRADO

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol N°: 6066-2007 Cita online: CL/JUR/5303/2007

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol N°: 6066-2007 Cita online: CL/JUR/5303/2007

I. SENTENCIA DE PRMER GRADO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Coronel, ocho de febrero de dos mil siete. VISTOS: Que a fs. 12 comparece Jorge Andrés Guzmán Zambrano, técnico forestal, domiciliado en Pabellón 17 casa 789, Villa Mora, Coronel, quien interpone demanda de indemnización de perjuicios en procedimiento general del trabajo, en contra de su ex empleador Sergio Eduardo Muñoz Fierro, contratista, con domicilio en calle Pedro Aguirre Cerda Nº 447, Lo Roja, Coronel y en forma subsidiaria en contra de Empresa Aserradero Cemento Bío Bío S.A. representada para estos efectos por Allan Lomas Redon, con domicilio en Camino a Coronel, Km 11, San Pedro de la Paz, pidiendo que previos los trámites legales, se acoja la demanda y se condene a su empleador directo Eduardo Muñoz Fierro y en forma subsidiaria en contra de la Empresa Aserradero Cemento Bío Bío S.A., ya individualizados, por los fundamentos de hecho y derecho que expone, al pago de la suma de $ 60.000.000 por concepto de indemnización de daño moral y a la suma de $ 15.060.000 por concepto de lucro cesante o la suma mayor o menor que el Tribunal estime en mérito del proceso, con costas, en caso de oposición. Fundamenta la demanda en el hecho de que el día 9 de febrero de 2004 como a las 15 hrs. aproximadamente en circunstancias que se encontraba laborando en la empresa antes mencionada sacando madera trozada y armando los palet, los que eran sacados del banco trazador por orden de su empleador y debido a un contacto directo con la sierra circular la cual se encontraba en muy malas condiciones, sin ningún tipo de protección como, entre otros, tener cubre sierra, haciendo presente que la sierra y el puesto de trabajo no reunían las condiciones técnicas mínimas para operar en la función señalada, ya que era hechiza, es decir artificial, llevó a que se produjera el accidente laboral, lo que trajo consigo la cercenación de sus tres dedos de su mano derecha. Que en cuanto a la operación con la máquina debía trabajar con la sierra en circulación sin que se le pudiera detener ya que ello implicaba una baja de producción, agregando que en el lugar no se contaba con los elementos de seguridad y protección mínimas, en especial, guante anticortes, que eran esenciales para evitar el accidente y que como consecuencia de las malas condiciones de las maquinarias y al no contar con elementos de seguridad, se produjo el accidente antes señalado. Pide tener por interpuesta la demanda, se dé lugar a ella condenando a la demandada a pagar a su representada una indemnización ascendente a la suma antes indicada por daño moral y lucro cesante, con costas, en caso de oposición. A fs. 126, corre notificación de la parte demandada. A fs. 32 se contesta demanda. Se objeta documento. A fs. 49 contesta la demanda el demandado subsidiario. A fs. 61 se recibe la causa a prueba. A fs. 87 corre audiencia de conciliación y prueba. A fs. 142 se cita a las partes para oír sentencia. Con lo relacionado: En cuanto a la objeción de documento de fs. 33. PRIMERO: Que en el otrosí de su presentación la apoderada del demandado principal objeta el informe del prevencionista, por no haber emanado de su parte ni haberlo suscrito, que es un informe hecho a la medida por una persona ajena a la faena, que nunca estuvo presente ni le constan los hechos. SEGUNDO: Que, siendo el documento objetado un instrumento privado que no emana de las partes, no le es aplicable por este motivo el artículo 346 Nº 3 del Código de Procedimiento Civil, el cual hace alusión a instrumentos que emanan de las partes y sólo objetables por falta de autenticidad o de integridad, por lo que, sin perjuicio de su valor probatorio, no se hará lugar a la objeción. En cuanto a la objeción de documento de fs. 50 vta.

592

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

593

TERCERO: Que en el segundo otrosí de su presentación, el apoderado de la demandada subsidiaria objeta el documento de fs. 9, informe de accidente suscrito por César Pérez Astorga, por no emanar de su parte ni haberlo reconocido, y carece de seriedad profesional ya que fue elaborado sólo con la versión del accidentado y sin investigar las causas. CUARTO: Que, no siendo causal legal de objeción, no se dará lugar a la solicitud, sin perjuicio del valor probatorio que se le otorgue al documento. En cuanto a la objeción de documento de fs. 77. QUINTO: Que en fs. 77 el apoderado del demandante objeta el documento de fs. 43 por ser falso, por no haber sido firmado por su representado don Jorge Guzmán. SEXTO: Que, atendido lo dispuesto en el artículo 446 del Código del ramo y 346 Nº 3 del Código de Procedimiento Civil, no se hará lugar a la objeción por extemporánea. Resolviendo incidente de fojas 87. SÉPTIMO: Que, a fojas 87 la parte demandante solicita se haga efectivo el apercibimiento del artículo 445 del Código del Trabajo, toda vez que se citó a absolver posiciones a la audiencia respectiva al representante legal de la demandada subsidiaria, quien notificado a través de su apoderado no concurrió a la audiencia. OCTAVO: Que, la demandada subsidiaria se opuso, fundado en que el absolvente no fue legalmente notificado, porque dicha notificación se practicó en un domicilio que no es el que fijó su parte. NOVENO: Que, a fojas 57, la parte demandada subsidiaría fijó como nuevo domicilio Manuel Montt 969 de la comuna de Coronel, que por resolución de fojas 68, se dio lugar a citar a absolver posiciones al representante legal de la demandada subsidiaria don Allan Lomas Redon en la audiencia de estilo, que dicha resolución se notificó por cédula al apoderado de la parte citada en el domicilio Río Encuentro 02021 Conjunto Habitacional Las Encinas, Coronel, el cual no es el domicilio fijado por la parte absolvente, por lo que no se dará lugar a la solicitud de la demandante de tener por confeso al absolvente del pliego de posiciones acompañado. En cuanto al fondo: DÉCIMO: Que a fs. 12 Jorge Andrés Guzmán Zambrano, ya individualizado interpone demanda por indemnización de perjuicios en contra de su ex empleador Sergio Eduardo Muñoz Fierro y en forma subsidiaria en contra de Empresa Aserradero Cementos Bío Bío S.A. solicitando se condene a la demandada a pagar a su parte la indemnización antes señalada, con costas, en caso de oposición. DECIMOPRIMERO: Que, contestando la demanda la parte demandada principal a fs. 32 solicita el rechazo de ésta, con costas, señalando que el accidente del trabajo por el cual se demanda deriva de una obligación contractual cuya acción que se encontraría prescrita ya que la faena terminó el 9 de febrero de 2004 y estaría prescrita al 9 de agosto de 2004. Que el demandante contaba con todos sus elementos de protección y seguridad, que el accidente se debió a su negligencia, a una actitud temeraria pues no obstante haber sido instruido en los peligros al trabajar con sierras, igualmente se expone en forma imprudente, y el accidente se produce por causa sólo atribuible al demandante. Que aun para el caso de darse lugar a la demanda se solicita que la indemnización no exceda de $ 4.000.000 o $ 5.000.000. DECIMOSEGUNDO: Que, contestando la demanda subsidiaria Aserraderos Cementos Bío Bío S.A. señala que no existe responsabilidad subsidiaria de su representada por los hechos que motivan la acción ejercida por el demandante ya que el artículo 64 del Código del Trabajo señala que el dueño de la obra, empresa o faena será subsidiariamente responsable de las obligaciones laborales y previsionales que afecten a los contratistas a favor de los trabajadores de éstos, que digan relación con el pago de remuneraciones y cotizaciones de previsión y salud, pero no por aquellas indemnizaciones que pudieren imponerse en contra del empleador por sentencia judicial conforme al derecho común, por lo que en caso eventual de existir responsabilidad de parte del empleador, su representada carece de responsabilidad subsidiaria en estos hechos. Que no existe incumplimiento contractual sino una imprudencia temeraria de la víctima, siendo el accidente la consecuencia de haber actuado con culpa. Que el trabajo encomendado al señor Sergio Muñoz fue debidamente planificado y se adoptaron las medidas adecuadas para proteger la vida y salud de sus trabajadores, los cuales recibieron charlas de seguridad, elementos de protección personal, fueron debidamente instruidos sobre la forma de operar el banco

TERCERO: Que en el segundo otrosí de su presentación, el apoderado de la demandada subsidiaria objeta el documento de fs. 9, informe de accidente suscrito por César Pérez Astorga, por no emanar de su parte ni haberlo reconocido, y carece de seriedad profesional ya que fue elaborado sólo con la versión del accidentado y sin investigar las causas. CUARTO: Que, no siendo causal legal de objeción, no se dará lugar a la solicitud, sin perjuicio del valor probatorio que se le otorgue al documento. En cuanto a la objeción de documento de fs. 77. QUINTO: Que en fs. 77 el apoderado del demandante objeta el documento de fs. 43 por ser falso, por no haber sido firmado por su representado don Jorge Guzmán. SEXTO: Que, atendido lo dispuesto en el artículo 446 del Código del ramo y 346 Nº 3 del Código de Procedimiento Civil, no se hará lugar a la objeción por extemporánea. Resolviendo incidente de fojas 87. SÉPTIMO: Que, a fojas 87 la parte demandante solicita se haga efectivo el apercibimiento del artículo 445 del Código del Trabajo, toda vez que se citó a absolver posiciones a la audiencia respectiva al representante legal de la demandada subsidiaria, quien notificado a través de su apoderado no concurrió a la audiencia. OCTAVO: Que, la demandada subsidiaria se opuso, fundado en que el absolvente no fue legalmente notificado, porque dicha notificación se practicó en un domicilio que no es el que fijó su parte. NOVENO: Que, a fojas 57, la parte demandada subsidiaría fijó como nuevo domicilio Manuel Montt 969 de la comuna de Coronel, que por resolución de fojas 68, se dio lugar a citar a absolver posiciones al representante legal de la demandada subsidiaria don Allan Lomas Redon en la audiencia de estilo, que dicha resolución se notificó por cédula al apoderado de la parte citada en el domicilio Río Encuentro 02021 Conjunto Habitacional Las Encinas, Coronel, el cual no es el domicilio fijado por la parte absolvente, por lo que no se dará lugar a la solicitud de la demandante de tener por confeso al absolvente del pliego de posiciones acompañado. En cuanto al fondo: DÉCIMO: Que a fs. 12 Jorge Andrés Guzmán Zambrano, ya individualizado interpone demanda por indemnización de perjuicios en contra de su ex empleador Sergio Eduardo Muñoz Fierro y en forma subsidiaria en contra de Empresa Aserradero Cementos Bío Bío S.A. solicitando se condene a la demandada a pagar a su parte la indemnización antes señalada, con costas, en caso de oposición. DECIMOPRIMERO: Que, contestando la demanda la parte demandada principal a fs. 32 solicita el rechazo de ésta, con costas, señalando que el accidente del trabajo por el cual se demanda deriva de una obligación contractual cuya acción que se encontraría prescrita ya que la faena terminó el 9 de febrero de 2004 y estaría prescrita al 9 de agosto de 2004. Que el demandante contaba con todos sus elementos de protección y seguridad, que el accidente se debió a su negligencia, a una actitud temeraria pues no obstante haber sido instruido en los peligros al trabajar con sierras, igualmente se expone en forma imprudente, y el accidente se produce por causa sólo atribuible al demandante. Que aun para el caso de darse lugar a la demanda se solicita que la indemnización no exceda de $ 4.000.000 o $ 5.000.000. DECIMOSEGUNDO: Que, contestando la demanda subsidiaria Aserraderos Cementos Bío Bío S.A. señala que no existe responsabilidad subsidiaria de su representada por los hechos que motivan la acción ejercida por el demandante ya que el artículo 64 del Código del Trabajo señala que el dueño de la obra, empresa o faena será subsidiariamente responsable de las obligaciones laborales y previsionales que afecten a los contratistas a favor de los trabajadores de éstos, que digan relación con el pago de remuneraciones y cotizaciones de previsión y salud, pero no por aquellas indemnizaciones que pudieren imponerse en contra del empleador por sentencia judicial conforme al derecho común, por lo que en caso eventual de existir responsabilidad de parte del empleador, su representada carece de responsabilidad subsidiaria en estos hechos. Que no existe incumplimiento contractual sino una imprudencia temeraria de la víctima, siendo el accidente la consecuencia de haber actuado con culpa. Que el trabajo encomendado al señor Sergio Muñoz fue debidamente planificado y se adoptaron las medidas adecuadas para proteger la vida y salud de sus trabajadores, los cuales recibieron charlas de seguridad, elementos de protección personal, fueron debidamente instruidos sobre la forma de operar el banco ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

593

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

trozador y retirar madera, es decir, no hay incumplimiento alguno que sea imputable al empleador o a su representada. Que no corresponde el cobro por concepto de lucro cesante. Y en caso del daño moral debe ser demandado conforme a las prescripciones del derecho civil y no en el procedimiento laboral, por lo que el Tribunal carece de competencia, y de no ser así el daño moral es improcedente en responsabilidad contractual y las prestaciones de la ley sobre accidentes del trabajo cubren los daños que pudiere sufrir la víctima. Y de ser acogida la demanda solícita que no se fije un monto tan elevado o que no supere los $ 4.000.000. Pide se rechace la demanda, con costas. DECIMOTERCERO: Que, en orden a acreditar los fundamentos de hecho de su acción la parte demandante acompañó: 1. Contrato de trabajo a fs. 1. 2. Declaración individual de accidente del trabajo a fs. 2. 3. Declaración y evaluación de invalidez, a fs. 3. 4. Certificado de subsidio de incapacidad laboral a fs. 4. 5. Resolución Nº 10358 del Instituto de Normalización Previsional a fs. 5. 6. Informe psicológico de Jorge Guzmán Zambrano a fs. 6. 7. Informe accidente de trabajo de fs. 9 a 11. DECIMOCUARTO: Que también llamó a absolver posiciones a Sergio Eduardo Muñoz Fierro al tenor del pliego de posiciones que corre agregado a fs. 82 estableciéndose que son efectivos los siguientes hechos: que contrató los servicios de don Jorge Guzmán Zambrano el 2 de febrero de 2004 para la función de ayudante de trozador y desarrollar la labor en el interior de la Planta Cemento Bío Bío; que trabajaba en el interior de Cementos Bío Bío, pero con un trozador modificado; que prestaba servicios como contratista para Cemento Bío Bío en el rubro trozado de madera por producción; que no contaba con un prevencionista en las faenas al interior de Cementos Bío Bío S.A.; que en las faenas al interior de planta Cemento Bío Bío S.A. no tenía elementos médicos de emergencia necesarios para atender al trabajador señor Guzmán cuando le ocurrió el accidente laboral; que está dispuesto a reparar los daños físicos sufridos por su ex trabajador Jorge Guzmán Z., como consecuencia de accidente laboral ocurrido el 9 de febrero de 2004, en circunstancias que le prestaba servicios a su empresa; que el banco trozador con el cual trabajaba en el interior de la empresa cementos Bío Bío S.A. no se encontraba fijo al suelo. DECIMOQUINTO: Que, también llamó a estrados a los testigos Manuel Marcelo Vega Sáez, César Adrián Pérez Astorga, Estefanía Yasmina Reyes Cartes y Yolanda de Lourdes Zambrano Zambrano quienes legalmente examinados y sin tacha en fs. 89 exponen, el primero que cree que por el mal estado de las máquinas y por no estar adheridas al suelo, también por faltas de implementos de protección sufrió un accidente el demandante, accidente ocurrido el 9 de febrero lo que le consta porque era operador de la máquina. Que el accidente ocurrió alrededor de las 4.30 a 15 hrs, que la máquina trozadora no tenía rejilla o malla de protección para que los trabajadores no metieran las manos cuando sacaban los palos despuntados, que al actor no se le entregaron guantes anticortes, pechera anticorte y zapatos de seguridad, que él era el único que tenía estos elementos, que la empresa demandada no tenía elementos médicos de emergencia como botiquín, que cuando ocurrió el accidente corrió a buscar atención a que llamaran la ambulancia, cosa que no ocurrió y pasada media hora fue llevado al hospital de Concepción. Que fue acompañado por un estudiante en práctica que cree era de seguridad, pero al llegar al hospital el mismo debió hacer los trámites. Que en la faena trabajaban cuatro, que él era el trozador, otro alimentaba la máquina trozadora, es decir ponía el palo, otro que recogía y hacía el paquete y el cuarto que hacía los palet y Guzmán ordenaba los palos que caían de la máquina al piso, una vez trozados por la sierra, los que medían 90 por 90 milímetros. Que la faena del contratista duró del 2 de febrero hasta el día del accidente. El segundo señala que por declaración directa del afectado le consta que éste sufrió un accidente del trabajo en el Aserradero Cementos Bío Bío, que mutiló dedos de su mano derecha por un equipo de corte circular denominado como banco trozador, y cuya causa principal fue una inexistencia de barreras que impidieran contacto directo con el elemento de corte como es la sierra circular. Sabe de esto por la declaración del trabajador quien le pidió hiciera un informe técnico de todas las variantes por la cual ocurrió el accidente ya que es experto en prevención de riesgos en el cual concluyó que el accidente se debió a una falta de prevención, y que el accidente se habría evitado si hubiese existido, una barrera.

594

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

trozador y retirar madera, es decir, no hay incumplimiento alguno que sea imputable al empleador o a su representada. Que no corresponde el cobro por concepto de lucro cesante. Y en caso del daño moral debe ser demandado conforme a las prescripciones del derecho civil y no en el procedimiento laboral, por lo que el Tribunal carece de competencia, y de no ser así el daño moral es improcedente en responsabilidad contractual y las prestaciones de la ley sobre accidentes del trabajo cubren los daños que pudiere sufrir la víctima. Y de ser acogida la demanda solícita que no se fije un monto tan elevado o que no supere los $ 4.000.000. Pide se rechace la demanda, con costas. DECIMOTERCERO: Que, en orden a acreditar los fundamentos de hecho de su acción la parte demandante acompañó: 1. Contrato de trabajo a fs. 1. 2. Declaración individual de accidente del trabajo a fs. 2. 3. Declaración y evaluación de invalidez, a fs. 3. 4. Certificado de subsidio de incapacidad laboral a fs. 4. 5. Resolución Nº 10358 del Instituto de Normalización Previsional a fs. 5. 6. Informe psicológico de Jorge Guzmán Zambrano a fs. 6. 7. Informe accidente de trabajo de fs. 9 a 11. DECIMOCUARTO: Que también llamó a absolver posiciones a Sergio Eduardo Muñoz Fierro al tenor del pliego de posiciones que corre agregado a fs. 82 estableciéndose que son efectivos los siguientes hechos: que contrató los servicios de don Jorge Guzmán Zambrano el 2 de febrero de 2004 para la función de ayudante de trozador y desarrollar la labor en el interior de la Planta Cemento Bío Bío; que trabajaba en el interior de Cementos Bío Bío, pero con un trozador modificado; que prestaba servicios como contratista para Cemento Bío Bío en el rubro trozado de madera por producción; que no contaba con un prevencionista en las faenas al interior de Cementos Bío Bío S.A.; que en las faenas al interior de planta Cemento Bío Bío S.A. no tenía elementos médicos de emergencia necesarios para atender al trabajador señor Guzmán cuando le ocurrió el accidente laboral; que está dispuesto a reparar los daños físicos sufridos por su ex trabajador Jorge Guzmán Z., como consecuencia de accidente laboral ocurrido el 9 de febrero de 2004, en circunstancias que le prestaba servicios a su empresa; que el banco trozador con el cual trabajaba en el interior de la empresa cementos Bío Bío S.A. no se encontraba fijo al suelo. DECIMOQUINTO: Que, también llamó a estrados a los testigos Manuel Marcelo Vega Sáez, César Adrián Pérez Astorga, Estefanía Yasmina Reyes Cartes y Yolanda de Lourdes Zambrano Zambrano quienes legalmente examinados y sin tacha en fs. 89 exponen, el primero que cree que por el mal estado de las máquinas y por no estar adheridas al suelo, también por faltas de implementos de protección sufrió un accidente el demandante, accidente ocurrido el 9 de febrero lo que le consta porque era operador de la máquina. Que el accidente ocurrió alrededor de las 4.30 a 15 hrs, que la máquina trozadora no tenía rejilla o malla de protección para que los trabajadores no metieran las manos cuando sacaban los palos despuntados, que al actor no se le entregaron guantes anticortes, pechera anticorte y zapatos de seguridad, que él era el único que tenía estos elementos, que la empresa demandada no tenía elementos médicos de emergencia como botiquín, que cuando ocurrió el accidente corrió a buscar atención a que llamaran la ambulancia, cosa que no ocurrió y pasada media hora fue llevado al hospital de Concepción. Que fue acompañado por un estudiante en práctica que cree era de seguridad, pero al llegar al hospital el mismo debió hacer los trámites. Que en la faena trabajaban cuatro, que él era el trozador, otro alimentaba la máquina trozadora, es decir ponía el palo, otro que recogía y hacía el paquete y el cuarto que hacía los palet y Guzmán ordenaba los palos que caían de la máquina al piso, una vez trozados por la sierra, los que medían 90 por 90 milímetros. Que la faena del contratista duró del 2 de febrero hasta el día del accidente. El segundo señala que por declaración directa del afectado le consta que éste sufrió un accidente del trabajo en el Aserradero Cementos Bío Bío, que mutiló dedos de su mano derecha por un equipo de corte circular denominado como banco trozador, y cuya causa principal fue una inexistencia de barreras que impidieran contacto directo con el elemento de corte como es la sierra circular. Sabe de esto por la declaración del trabajador quien le pidió hiciera un informe técnico de todas las variantes por la cual ocurrió el accidente ya que es experto en prevención de riesgos en el cual concluyó que el accidente se debió a una falta de prevención, y que el accidente se habría evitado si hubiese existido, una barrera.

594

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

595

La testigo Estefanía Yasmina Reyes Cartes expresa que conoció al demandante antes y que era una persona extrovertida, sociable, participativa de actividades, con muchos proyectos, y después del accidente se ha vuelto una persona pesimista, avergonzada por su accidente y el proyecto de entrar a la escuela de Carabineros no los podrá realizar por esto, y ya no es tan sociable como era antes, anímicamente ha cambiado. Doña Yolanda Zambrano dice que su sobrino era una persona optimista, muy alegre, tenía muchos sueños con respecto a su futuro sobre todo con la educación superior, que luego del accidente el actor es una persona triste, desesperanzado porque vio truncado su futuro, ya que no podrá estudiar en Carabineros o Investigaciones, que su autoestima disminuyó y el defecto físico es un menoscabo para su persona. DECIMOSEXTO: Que, por su parte la demandada subsidiaria acompañó los siguientes documentos, no objetados: 1. Charla de seguridad en fs. 36 a 42. 2. Declaración suscrita por el demandante a fs. 43. 3. Declaración de Marcelo Vega Sáez a fs. 45 a 46. 4. Orden de trabajo de C.B.B. Forestal S.A. de fs. 47 a 48. DECIMOSÉPTIMO: Que la demandada subsidiaria llamó a absolver posiciones al actor Jorge Andrés Guzmán Zambrano al tenor del pliego de posiciones que corre agregado a fs. 86 estableciéndose que son efectivos los siguientes hechos: que es efectivo que es técnico forestal; que es efectivo que las charlas fueron dadas por el experto en prevención de riesgos de Aserraderos Cementos Bío Bío. DECIMOCTAVO: Que, es un hecho de la causa por no estar controvertido, la existencia de la relación laboral entre la demandada principal y el actor, la cual se inició con fecha 02 de febrero de 2004, el cual era de plazo fijo hasta término de faena, lo que, además, se acreditó con documento rolante a fojas 1, tampoco está controvertido el hecho que la demandada subsidiaria era la dueña de la faena en que prestaba sus servicios el demandante ni el hecho del accidente de trabajo ocurrido con fecha 09 de febrero de 2004 al actor cuando realizaba sus labores en la empresa de Aserradero Cementos Bío Bío, lo cual además, se acreditó mediante instrumento que rola a fojas 2. DECIMONOVENO: Que, acreditada la relación laboral y el hecho del accidente de trabajo, conforme lo dispone el artículo 184 del Código del Trabajo, el deber general de protección de la vida y de la salud de los trabajadores, debiendo tomar todas la medidas necesarias para ello, recae en el empleador, lo cual trae consigo la obligación de otorgarles seguridad en el trabajo, esto tiene por fundamento el hecho que el trabajador pone a disposición del empleador su persona, en todo su contexto físico y psíquico a fin de que su empleador lo utilice y pueda obtener un beneficio económico del mismo y el trabajador una remuneración que le permita vivir, por tanto, su cabal e íntegro cumplimiento tiene una trascendencia superior a la de una simple obligación y constituye un principio incorporado a todo contrato de trabajo, quedando su cumplimiento entregado a normas de orden público. VIGÉSIMO: Que, así las cosas, el peso de la prueba en cuanto acreditar que se tomaron todas las medidas de seguridad necesarias es de cargo del empleador, quien de acuerdo con las reglas de responsabilidad civil del artículo 1547 del Código Civil está gravado con una presunción de culpa que debe desvirtuar. VIGÉSIMO PRIMERO: Que el empleador no ha rendido probanza alguna para desvirtuar dicha presunción y, de los antecedentes allegados al proceso aparece que las lesiones sufridas por el actor se produjeron en el cumplimiento de sus funciones, sin que su empleador hubiera tomado todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud del trabajador quedando por ello obligado a indemnizar el daño causado con dicha omisión, no siendo suficiente el hecho de haberse dado charlas de seguridad al trabajador, apareciendo incluso una de ellas realizada con fecha anterior al inicio de la relación laboral siendo además la declaración extrajudicial de fs. 45 realizada por Marcelo Vega Sáez, operador de la máquina del accidente, contradictoria con su declaración judicial prestada ante este Tribunal a fojas 89, quien expone que faltaban implementos de protección y las máquinas estaban en mal estado y, respecto al documento rolante a fojas 43, el mismo no lleva consigo lugar ni fecha de expedición, ni mayores datos del declarante, por lo que no se considerará por esta sentenciadora por dichos motivos, siendo además no concordante con la prueba confesional del actor, quien solamente reconoce haber recibido charlas de seguridad.

La testigo Estefanía Yasmina Reyes Cartes expresa que conoció al demandante antes y que era una persona extrovertida, sociable, participativa de actividades, con muchos proyectos, y después del accidente se ha vuelto una persona pesimista, avergonzada por su accidente y el proyecto de entrar a la escuela de Carabineros no los podrá realizar por esto, y ya no es tan sociable como era antes, anímicamente ha cambiado. Doña Yolanda Zambrano dice que su sobrino era una persona optimista, muy alegre, tenía muchos sueños con respecto a su futuro sobre todo con la educación superior, que luego del accidente el actor es una persona triste, desesperanzado porque vio truncado su futuro, ya que no podrá estudiar en Carabineros o Investigaciones, que su autoestima disminuyó y el defecto físico es un menoscabo para su persona. DECIMOSEXTO: Que, por su parte la demandada subsidiaria acompañó los siguientes documentos, no objetados: 1. Charla de seguridad en fs. 36 a 42. 2. Declaración suscrita por el demandante a fs. 43. 3. Declaración de Marcelo Vega Sáez a fs. 45 a 46. 4. Orden de trabajo de C.B.B. Forestal S.A. de fs. 47 a 48. DECIMOSÉPTIMO: Que la demandada subsidiaria llamó a absolver posiciones al actor Jorge Andrés Guzmán Zambrano al tenor del pliego de posiciones que corre agregado a fs. 86 estableciéndose que son efectivos los siguientes hechos: que es efectivo que es técnico forestal; que es efectivo que las charlas fueron dadas por el experto en prevención de riesgos de Aserraderos Cementos Bío Bío. DECIMOCTAVO: Que, es un hecho de la causa por no estar controvertido, la existencia de la relación laboral entre la demandada principal y el actor, la cual se inició con fecha 02 de febrero de 2004, el cual era de plazo fijo hasta término de faena, lo que, además, se acreditó con documento rolante a fojas 1, tampoco está controvertido el hecho que la demandada subsidiaria era la dueña de la faena en que prestaba sus servicios el demandante ni el hecho del accidente de trabajo ocurrido con fecha 09 de febrero de 2004 al actor cuando realizaba sus labores en la empresa de Aserradero Cementos Bío Bío, lo cual además, se acreditó mediante instrumento que rola a fojas 2. DECIMONOVENO: Que, acreditada la relación laboral y el hecho del accidente de trabajo, conforme lo dispone el artículo 184 del Código del Trabajo, el deber general de protección de la vida y de la salud de los trabajadores, debiendo tomar todas la medidas necesarias para ello, recae en el empleador, lo cual trae consigo la obligación de otorgarles seguridad en el trabajo, esto tiene por fundamento el hecho que el trabajador pone a disposición del empleador su persona, en todo su contexto físico y psíquico a fin de que su empleador lo utilice y pueda obtener un beneficio económico del mismo y el trabajador una remuneración que le permita vivir, por tanto, su cabal e íntegro cumplimiento tiene una trascendencia superior a la de una simple obligación y constituye un principio incorporado a todo contrato de trabajo, quedando su cumplimiento entregado a normas de orden público. VIGÉSIMO: Que, así las cosas, el peso de la prueba en cuanto acreditar que se tomaron todas las medidas de seguridad necesarias es de cargo del empleador, quien de acuerdo con las reglas de responsabilidad civil del artículo 1547 del Código Civil está gravado con una presunción de culpa que debe desvirtuar. VIGÉSIMO PRIMERO: Que el empleador no ha rendido probanza alguna para desvirtuar dicha presunción y, de los antecedentes allegados al proceso aparece que las lesiones sufridas por el actor se produjeron en el cumplimiento de sus funciones, sin que su empleador hubiera tomado todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud del trabajador quedando por ello obligado a indemnizar el daño causado con dicha omisión, no siendo suficiente el hecho de haberse dado charlas de seguridad al trabajador, apareciendo incluso una de ellas realizada con fecha anterior al inicio de la relación laboral siendo además la declaración extrajudicial de fs. 45 realizada por Marcelo Vega Sáez, operador de la máquina del accidente, contradictoria con su declaración judicial prestada ante este Tribunal a fojas 89, quien expone que faltaban implementos de protección y las máquinas estaban en mal estado y, respecto al documento rolante a fojas 43, el mismo no lleva consigo lugar ni fecha de expedición, ni mayores datos del declarante, por lo que no se considerará por esta sentenciadora por dichos motivos, siendo además no concordante con la prueba confesional del actor, quien solamente reconoce haber recibido charlas de seguridad. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

595

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Tampoco acreditó la entrega de elementos de seguridad y protección personal al trabajador que le hubiesen permitido disminuir el riesgo del accidente, más aún teniendo presente que la labor encomendada de manipulación de trozos de madera que caían de un banco de sierra, es de alto riesgo, por lo que tales medidas de seguridad deben extremarse, sin embargo, se acompañó solamente declaraciones juradas las que no se considerarán por los motivos precedentemente expuestos. VIGÉSIMO SEGUNDO: Que, en cuanto a la prescripción de la acción, debemos tener presente lo dispuesto en el artículo 69 de la ley 16.744 es clara en señalar que la víctima y demás personas a quienes el accidente cause daño tendrán derecho a reclamar al empleador o terceros responsables del accidente las otras indemnizaciones a que tengan derecho con arreglo a la prescripción del derecho común, incluso el daño moral, por tanto y, en conformidad a lo dispuesto en el artículo 2515 del Código Civil, la acción deducida por el actor prescribe en el plazo de cinco años, por lo que se rechazará la alegación de prescripción de la acción deducida por la demandada principal. VIGÉSIMO TERCERO: Que, si bien es cierto que el artículo mencionado en el considerando anterior de la ley de accidentes del trabajo, señala que debe estarse a las normas del derecho común, no deja de ser cierto que la responsabilidad proviene de una relación de carácter contractual laboral, y la norma legal que posibilita dicha indemnización es la ley especial de seguridad social y el artículo 184 del Código del Trabajo, por lo que siendo una obligación laboral, en concordancia con lo dispuesto en el artículo 64 del mismo Código conlleva a una responsabilidad subsidiaria, por mandato legal, de la empresa demandada subsidiariamente y, pretender excluir las indemnizaciones de la subsidiariedad establecida en dicho artículo no se coincide con los principios imperantes de protección al trabajador. Este mismo fundamento, en cuanto la obligación de reparar el daño se origina en una relación contractual de carácter laboral, es el sostenido por esta sentenciadora para considerar que el Tribunal laboral es el competente para conocer del daño moral producido en un accidente del trabajo. VIGÉSIMO CUARTO: Que, de acuerdo a lo dispuesto en el artículo 66 de la ley 16.744 no correspondía a la demandada principal tener constituido comité paritario y un prevencionista de riesgos y, no habiéndose rendido prueba alguna respecto del número de trabajadores de la demandada subsidiaria, esta sentenciadora no tendrá presente dicha circunstancia en las conclusiones del presente fallo. VIGÉSIMO QUINTO: Que, en cuanto a la imprudencia temeraria del trabajador, debemos considerar que se realizaron charlas de seguridad que él mismo reconoce haber recibido, por lo que dicha circunstancia si bien no es suficiente para desvirtuar la culpa del empleador, se tendrá presente para los efectos de regular el monto de las indemnizaciones que pudiesen corresponder. VIGÉSIMO SEXTO: Que, la entidad de las lesiones del actor no se encuentran controvertidas y ellas fueron suficientemente acreditadas con documento que rola a fojas 3, emitido por la comisión de medicina preventiva e invalidez de Concepción en que se señala que el actor quede con un grado de incapacidad de 27,5%. VIGÉSIMO SÉPTIMO: Que, para que el lucro cesante sea indemnizable debe tratarse de la privación de una ganancia cierta y no de una posibilidad de su obtención en el largo plazo, privación que no se ha probado en forma alguna, porque las testigos de fojas 97 solamente hacen alusión a un ganancia muy eventual supeditada a otros eventos inciertos como el resultado de una postulación a la Escuela de Carabineros o Investigaciones y, teniendo en consideración además, que el trabajo que realizaba era de carácter temporal y que finalizaba con el término de la faena encomendada, pero es evidente el hecho que la incapacidad laboral equivalente al 27,5% disminuye sus posibilidades laborales futuras, por lo que considerando este hecho su monto se regulará prudencialmente en $ 1.000.000. VIGÉSIMO OCTAVO: Que, es obvio que la invalidez del demandante ha producido un daño en aquellos atributos propios en su calidad de hombre, tanto física como psicológicamente, de esta manera cualquier daño, pérdida o menoscabo en el cuerpo de un ser humano merece tanto más protección que sus bienes patrimoniales y en estas condiciones nos encontramos que las lesiones provocadas por el accidente, las secuelas permanentes del mismo y la imposibilidad de ejercer todas las actividades futuras que a un hombre le estaban dadas, aún más considerando la corta edad de la víctima, el derecho agraviado, las facultades del autor y el responsable subsidiario, situación personal del ofendido, se regula prudencialmente el monto por daño moral en $ 10.000.000 suma que deberá pagar la demandada

596

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Tampoco acreditó la entrega de elementos de seguridad y protección personal al trabajador que le hubiesen permitido disminuir el riesgo del accidente, más aún teniendo presente que la labor encomendada de manipulación de trozos de madera que caían de un banco de sierra, es de alto riesgo, por lo que tales medidas de seguridad deben extremarse, sin embargo, se acompañó solamente declaraciones juradas las que no se considerarán por los motivos precedentemente expuestos. VIGÉSIMO SEGUNDO: Que, en cuanto a la prescripción de la acción, debemos tener presente lo dispuesto en el artículo 69 de la ley 16.744 es clara en señalar que la víctima y demás personas a quienes el accidente cause daño tendrán derecho a reclamar al empleador o terceros responsables del accidente las otras indemnizaciones a que tengan derecho con arreglo a la prescripción del derecho común, incluso el daño moral, por tanto y, en conformidad a lo dispuesto en el artículo 2515 del Código Civil, la acción deducida por el actor prescribe en el plazo de cinco años, por lo que se rechazará la alegación de prescripción de la acción deducida por la demandada principal. VIGÉSIMO TERCERO: Que, si bien es cierto que el artículo mencionado en el considerando anterior de la ley de accidentes del trabajo, señala que debe estarse a las normas del derecho común, no deja de ser cierto que la responsabilidad proviene de una relación de carácter contractual laboral, y la norma legal que posibilita dicha indemnización es la ley especial de seguridad social y el artículo 184 del Código del Trabajo, por lo que siendo una obligación laboral, en concordancia con lo dispuesto en el artículo 64 del mismo Código conlleva a una responsabilidad subsidiaria, por mandato legal, de la empresa demandada subsidiariamente y, pretender excluir las indemnizaciones de la subsidiariedad establecida en dicho artículo no se coincide con los principios imperantes de protección al trabajador. Este mismo fundamento, en cuanto la obligación de reparar el daño se origina en una relación contractual de carácter laboral, es el sostenido por esta sentenciadora para considerar que el Tribunal laboral es el competente para conocer del daño moral producido en un accidente del trabajo. VIGÉSIMO CUARTO: Que, de acuerdo a lo dispuesto en el artículo 66 de la ley 16.744 no correspondía a la demandada principal tener constituido comité paritario y un prevencionista de riesgos y, no habiéndose rendido prueba alguna respecto del número de trabajadores de la demandada subsidiaria, esta sentenciadora no tendrá presente dicha circunstancia en las conclusiones del presente fallo. VIGÉSIMO QUINTO: Que, en cuanto a la imprudencia temeraria del trabajador, debemos considerar que se realizaron charlas de seguridad que él mismo reconoce haber recibido, por lo que dicha circunstancia si bien no es suficiente para desvirtuar la culpa del empleador, se tendrá presente para los efectos de regular el monto de las indemnizaciones que pudiesen corresponder. VIGÉSIMO SEXTO: Que, la entidad de las lesiones del actor no se encuentran controvertidas y ellas fueron suficientemente acreditadas con documento que rola a fojas 3, emitido por la comisión de medicina preventiva e invalidez de Concepción en que se señala que el actor quede con un grado de incapacidad de 27,5%. VIGÉSIMO SÉPTIMO: Que, para que el lucro cesante sea indemnizable debe tratarse de la privación de una ganancia cierta y no de una posibilidad de su obtención en el largo plazo, privación que no se ha probado en forma alguna, porque las testigos de fojas 97 solamente hacen alusión a un ganancia muy eventual supeditada a otros eventos inciertos como el resultado de una postulación a la Escuela de Carabineros o Investigaciones y, teniendo en consideración además, que el trabajo que realizaba era de carácter temporal y que finalizaba con el término de la faena encomendada, pero es evidente el hecho que la incapacidad laboral equivalente al 27,5% disminuye sus posibilidades laborales futuras, por lo que considerando este hecho su monto se regulará prudencialmente en $ 1.000.000. VIGÉSIMO OCTAVO: Que, es obvio que la invalidez del demandante ha producido un daño en aquellos atributos propios en su calidad de hombre, tanto física como psicológicamente, de esta manera cualquier daño, pérdida o menoscabo en el cuerpo de un ser humano merece tanto más protección que sus bienes patrimoniales y en estas condiciones nos encontramos que las lesiones provocadas por el accidente, las secuelas permanentes del mismo y la imposibilidad de ejercer todas las actividades futuras que a un hombre le estaban dadas, aún más considerando la corta edad de la víctima, el derecho agraviado, las facultades del autor y el responsable subsidiario, situación personal del ofendido, se regula prudencialmente el monto por daño moral en $ 10.000.000 suma que deberá pagar la demandada

596

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

597

principal y subsidiariamente Empresa Aserraderos Bío Bío S.A., al actor por este concepto, cantidad que deberá aumentarse en el mismo porcentaje del alza que experimente el índice de precios el consumidor, a contar de la de este fallo y su pago efectivo. VIGÉSIMO NOVENO: Que, en nada altera lo resuelto los documentos rolantes a fojas 6. 9, 48, 71, los que solamente se hacen presente para los efectos procesales pertinentes. Por estas consideraciones y teniendo presente además, lo dispuesto en los artículos 184, 425, 455, 456, 458 del Código del Trabajo, 66 y 69 de la ley 16.744 y 1547, 1698 y 2515 del Código Civil, se declara: I. Que, no ha lugar a la objeción de documentos de fojas 33, 50 vuelta y 77. II. Que no ha lugar a la solicitud de tener por confeso al representante legal de la demandada subsidiaria. III. Que no ha lugar a la prescripción opuesta por la demandada principal y a la inexistencia de obligación subsidiaria planteada por la demandada subsidiaria. IV. Que ha lugar a la demanda de fojas 12, condenándose a la Sergio Eduardo Muñoz Fierro y subsidiariamente a Empresas Aserraderos Bío Bío S.A., al pago de $ 1.000.000 por concepto de lucro cesante y $ 10.000.000 por concepto de daño moral, derivado del accidente que el actor sufriera el 09 de febrero de 2004. Las sumas ordenadas pagar deberán aumentarse en la forma expresada en el penúltimo fundamento de este fallo. V. Que no se condena en costas a la demandada principal y subsidiaria, por estimarse que ha tenido motivos plausibles para litigar. Regístrese, notifíquese y archívese en su oportunidad. Dictada por doña Ingrid Quezada Valdebenito, Juez Subrogante. Autorizada por doña Rosa Urrutia Calderón, Secretaria Subrogante. Rol Nº 74.735.

II. CORTE DE APELACIONES Concepción, veinticuatro de septiembre de dos mil siete. Visto: Se reproduce la sentencia en alzada, con excepción del fundamento vigésimo quinto, que se elimina, y se le introducen las siguientes modificaciones: En la parte expositiva se cambia “llevo por llevó (fojas 143). En toda la sentencia se sustituye “otrosi por “otrosí. En el considerando decimoprimero se reemplaza “solo por “sólo y se tilda la disyunción “o registrada entre cifras. En el raciocinio decimoquinto se cambia “máquina por “máquina. En el motivo decimocuarto se elimina la frase que comienza “que esta dispuesto y termina “servicios a su empresa. En el razonamiento decimosexto se reemplaza “principal por “subsidiaria. En los considerandos decimoctavo y vigésimo séptimo se sustituye “termino por “término. En el decimonoveno se sustituye “integro por “íntegro. En el raciocinio vigésimo primero, primer acápite, se reemplaza por un punto aparte (.) la coma (,) que sucede a “laboral, suprimiéndose todo lo escrito a continuación hasta la expresión “charlas de seguridad, y lo propio se hace en el segundo acápite del motivo con la coma (,) que sigue a “extremarse, eliminándose todo lo escrito a continuación hasta el término del considerando. En el atestado vigésimo tercero se cambia “coincide por “condice. En las citas legales se suprime la mención al artículo 2515 del Código Civil. Y TENIENDO EN SU LUGAR ADEMÁS PRESENTE: 1. Que la competencia con la que cuenta el Tribunal de alzada le es otorgada por las propias partes en sus respectivos escritos de apelación y/o de adhesión a la apelación, en los que deben hacer constar las peticiones concretas que formulan a los Jueces de la instancia, y la decisión de éstos debe circunscribirse a tales solicitudes. La demandada subsidiaria en el escrito de apelación de fojas 152 solicita que se revoque la sentencia en lo apelado y se declare que se rechaza en todas sus partes la demanda, con costas, o en subsidio, de acogerse la indemnización por daño moral, éste no supera los $ 4.000.000, y habiéndose expuesto el actor imprudentemente al daño, se reduzca a la mitad de esa suma o de la que finalmente se regule.

Concepción, veinticuatro de septiembre de dos mil siete. Visto: Se reproduce la sentencia en alzada, con excepción del fundamento vigésimo quinto, que se elimina, y se le introducen las siguientes modificaciones: En la parte expositiva se cambia “llevo por llevó (fojas 143). En toda la sentencia se sustituye “otrosi por “otrosí. En el considerando decimoprimero se reemplaza “solo por “sólo y se tilda la disyunción “o registrada entre cifras. En el raciocinio decimoquinto se cambia “máquina por “máquina. En el motivo decimocuarto se elimina la frase que comienza “que esta dispuesto y termina “servicios a su empresa. En el razonamiento decimosexto se reemplaza “principal por “subsidiaria. En los considerandos decimoctavo y vigésimo séptimo se sustituye “termino por “término. En el decimonoveno se sustituye “integro por “íntegro. En el raciocinio vigésimo primero, primer acápite, se reemplaza por un punto aparte (.) la coma (,) que sucede a “laboral, suprimiéndose todo lo escrito a continuación hasta la expresión “charlas de seguridad, y lo propio se hace en el segundo acápite del motivo con la coma (,) que sigue a “extremarse, eliminándose todo lo escrito a continuación hasta el término del considerando. En el atestado vigésimo tercero se cambia “coincide por “condice. En las citas legales se suprime la mención al artículo 2515 del Código Civil. Y TENIENDO EN SU LUGAR ADEMÁS PRESENTE: 1. Que la competencia con la que cuenta el Tribunal de alzada le es otorgada por las propias partes en sus respectivos escritos de apelación y/o de adhesión a la apelación, en los que deben hacer constar las peticiones concretas que formulan a los Jueces de la instancia, y la decisión de éstos debe circunscribirse a tales solicitudes. La demandada subsidiaria en el escrito de apelación de fojas 152 solicita que se revoque la sentencia en lo apelado y se declare que se rechaza en todas sus partes la demanda, con costas, o en subsidio, de acogerse la indemnización por daño moral, éste no supera los $ 4.000.000, y habiéndose expuesto el actor imprudentemente al daño, se reduzca a la mitad de esa suma o de la que finalmente se regule.

II. CORTE DE APELACIONES principal y subsidiariamente Empresa Aserraderos Bío Bío S.A., al actor por este concepto, cantidad que deberá aumentarse en el mismo porcentaje del alza que experimente el índice de precios el consumidor, a contar de la de este fallo y su pago efectivo. VIGÉSIMO NOVENO: Que, en nada altera lo resuelto los documentos rolantes a fojas 6. 9, 48, 71, los que solamente se hacen presente para los efectos procesales pertinentes. Por estas consideraciones y teniendo presente además, lo dispuesto en los artículos 184, 425, 455, 456, 458 del Código del Trabajo, 66 y 69 de la ley 16.744 y 1547, 1698 y 2515 del Código Civil, se declara: I. Que, no ha lugar a la objeción de documentos de fojas 33, 50 vuelta y 77. II. Que no ha lugar a la solicitud de tener por confeso al representante legal de la demandada subsidiaria. III. Que no ha lugar a la prescripción opuesta por la demandada principal y a la inexistencia de obligación subsidiaria planteada por la demandada subsidiaria. IV. Que ha lugar a la demanda de fojas 12, condenándose a la Sergio Eduardo Muñoz Fierro y subsidiariamente a Empresas Aserraderos Bío Bío S.A., al pago de $ 1.000.000 por concepto de lucro cesante y $ 10.000.000 por concepto de daño moral, derivado del accidente que el actor sufriera el 09 de febrero de 2004. Las sumas ordenadas pagar deberán aumentarse en la forma expresada en el penúltimo fundamento de este fallo. V. Que no se condena en costas a la demandada principal y subsidiaria, por estimarse que ha tenido motivos plausibles para litigar. Regístrese, notifíquese y archívese en su oportunidad. Dictada por doña Ingrid Quezada Valdebenito, Juez Subrogante. Autorizada por doña Rosa Urrutia Calderón, Secretaria Subrogante. Rol Nº 74.735. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

597

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

A su turno, el demandado principal en el escrito de fojas 157 pide que se revoque en lo apelado la sentencia y se declare que se rechaza la demanda, con costas; en subsidio, de acogerse la indemnización por daño moral, su regulación no exceda de $ 4.000.000, que se reducirán a la mitad o a la cantidad que la sentencia establezca por la exposición imprudente al daño. Por último, la parte demandante en el escrito de adhesión a la apelación de fojas, 166 solicita que se confirme la sentencia en todas sus partes y se revoque en lo referido al monto otorgado por indemnización por daño moral, declarando que ésta corresponde a la suma de $ 50.000.000, y que se condene a las demandadas a las costas de primera instancia y del recurso. 2. Que el artículo 184 del Código del Trabajo dispone que el empleador “estará obligado a tomar todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de los trabajadores, manteniendo las condiciones adecuadas de higiene y seguridad en las faenas, como también los implementos necesarios para prevenir accidentes y enfermedades profesionales. La disposición citada introduce como obligación esencial del contrato de trabajo, en lo que atañe a las cargas del empleador, la obligación de seguridad del trabajador, que se resume en que éste debe adoptar las medidas necesarias tendientes a evitar que en el lugar de trabajo, o con ocasión de él, se produzca un accidente que afecte la vida, la integridad física o psíquica, o la salud del trabajador. Las medidas de seguridad necesarias son aquellas que permiten a un individuo común actuar conforme a pautas lógicas previamente diseñadas, para el caso que deba en un lapso de tiempo escaso adoptar actitudes para evitar o mitigar un accidente. 3. Que las normas de seguridad del trabajador forman parte del contrato de trabajo y son irrenunciables por ser necesarias para impedir que se dañe la vida o salud de los trabajadores. Es obligación del empleador dar seguridad a sus trabajadores, cumpliendo así con su deber general de protección. El incumplimiento del empleador se preservará cuando ocurra un accidente del trabajo, ya sea porque éste no había adoptado las medidas necesarias de seguridad o porque las adoptadas no eran eficaces, surgiendo el deber de reparación como consecuencia de la obligación que él asume al celebrar el contrato de trabajo. Así, formando la obligación de seguridad parte integrante del contrato de trabajo, que es de cargo del empleador, su infracción determina, consecuencialmente, la responsabilidad contractual de éste. 4. Que armonizando el artículo 184 del Código del Trabajo y 1547 del Código Civil, cabe concluir que en la responsabilidad contractual el incumplimiento de las obligaciones se presume, de manera que al que reclama dicha responsabilidad sólo le incumbe probar la existencia de la obligación, pero no debe acreditar que el incumplimiento de ésta sea culpable. En cambio, el empleador que pretende liberarse de responsabilidad deberá probar haber dispuesto las medidas de seguridad adecuadas para, de este modo, entender cumplido el deber de diligencia exigido por la ley. La prueba de la diligencia excusa del deber de reparar. La prueba de la diligencia debida o cuidado incumbe al que ha debido emplearla, esto es, como se dijo, al empleador. El empleador debe desvirtuar la presunción de culpa y la prueba que se produzca debe provocar la convicción en el Tribunal de que se empleó la debida diligencia. 5. Que para satisfacer su carga probatoria el demandante rindió prueba documental, testimonial y confesional, la que la Juez a quo detalla en los considerandos decimotercero, decimocuarto y decimoquinto de la sentencia en revisión, que se tienen por reproducidos. En lo pertinente, los documentos consisten en: a) Contrato de Trabajo de fecha 02 de febrero de 2004, por el cual consta que Jorge Guzmán Zambrano fue contratado hasta el término de la faena para ejecutar el trabajo de ayudante de trozadores de madera, en el establecimiento Aserraderos Cementos Bío Bío (fojas 1); b) Declaración Individual de accidente del trabajo, en que se indica que al acercarse el accidentado al banco trozador entra en contacto con el elemento de corte con su mano derecha dedos (fojas 2); c) resolución Nº 5908, de 27 de diciembre de 2004, de la Comisión de Medicina Preventiva e Invalidez de Concepción, por la que se indica que el demandante a consecuencia del accidente resultó con un 27,5% de grado de incapacidad laboral; y d) Informe accidente de trabajo elaborado por César Pérez Astorga, experto en prevención de riesgos, en el cual hace una descripción

598

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

A su turno, el demandado principal en el escrito de fojas 157 pide que se revoque en lo apelado la sentencia y se declare que se rechaza la demanda, con costas; en subsidio, de acogerse la indemnización por daño moral, su regulación no exceda de $ 4.000.000, que se reducirán a la mitad o a la cantidad que la sentencia establezca por la exposición imprudente al daño. Por último, la parte demandante en el escrito de adhesión a la apelación de fojas, 166 solicita que se confirme la sentencia en todas sus partes y se revoque en lo referido al monto otorgado por indemnización por daño moral, declarando que ésta corresponde a la suma de $ 50.000.000, y que se condene a las demandadas a las costas de primera instancia y del recurso. 2. Que el artículo 184 del Código del Trabajo dispone que el empleador “estará obligado a tomar todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de los trabajadores, manteniendo las condiciones adecuadas de higiene y seguridad en las faenas, como también los implementos necesarios para prevenir accidentes y enfermedades profesionales. La disposición citada introduce como obligación esencial del contrato de trabajo, en lo que atañe a las cargas del empleador, la obligación de seguridad del trabajador, que se resume en que éste debe adoptar las medidas necesarias tendientes a evitar que en el lugar de trabajo, o con ocasión de él, se produzca un accidente que afecte la vida, la integridad física o psíquica, o la salud del trabajador. Las medidas de seguridad necesarias son aquellas que permiten a un individuo común actuar conforme a pautas lógicas previamente diseñadas, para el caso que deba en un lapso de tiempo escaso adoptar actitudes para evitar o mitigar un accidente. 3. Que las normas de seguridad del trabajador forman parte del contrato de trabajo y son irrenunciables por ser necesarias para impedir que se dañe la vida o salud de los trabajadores. Es obligación del empleador dar seguridad a sus trabajadores, cumpliendo así con su deber general de protección. El incumplimiento del empleador se preservará cuando ocurra un accidente del trabajo, ya sea porque éste no había adoptado las medidas necesarias de seguridad o porque las adoptadas no eran eficaces, surgiendo el deber de reparación como consecuencia de la obligación que él asume al celebrar el contrato de trabajo. Así, formando la obligación de seguridad parte integrante del contrato de trabajo, que es de cargo del empleador, su infracción determina, consecuencialmente, la responsabilidad contractual de éste. 4. Que armonizando el artículo 184 del Código del Trabajo y 1547 del Código Civil, cabe concluir que en la responsabilidad contractual el incumplimiento de las obligaciones se presume, de manera que al que reclama dicha responsabilidad sólo le incumbe probar la existencia de la obligación, pero no debe acreditar que el incumplimiento de ésta sea culpable. En cambio, el empleador que pretende liberarse de responsabilidad deberá probar haber dispuesto las medidas de seguridad adecuadas para, de este modo, entender cumplido el deber de diligencia exigido por la ley. La prueba de la diligencia excusa del deber de reparar. La prueba de la diligencia debida o cuidado incumbe al que ha debido emplearla, esto es, como se dijo, al empleador. El empleador debe desvirtuar la presunción de culpa y la prueba que se produzca debe provocar la convicción en el Tribunal de que se empleó la debida diligencia. 5. Que para satisfacer su carga probatoria el demandante rindió prueba documental, testimonial y confesional, la que la Juez a quo detalla en los considerandos decimotercero, decimocuarto y decimoquinto de la sentencia en revisión, que se tienen por reproducidos. En lo pertinente, los documentos consisten en: a) Contrato de Trabajo de fecha 02 de febrero de 2004, por el cual consta que Jorge Guzmán Zambrano fue contratado hasta el término de la faena para ejecutar el trabajo de ayudante de trozadores de madera, en el establecimiento Aserraderos Cementos Bío Bío (fojas 1); b) Declaración Individual de accidente del trabajo, en que se indica que al acercarse el accidentado al banco trozador entra en contacto con el elemento de corte con su mano derecha dedos (fojas 2); c) resolución Nº 5908, de 27 de diciembre de 2004, de la Comisión de Medicina Preventiva e Invalidez de Concepción, por la que se indica que el demandante a consecuencia del accidente resultó con un 27,5% de grado de incapacidad laboral; y d) Informe accidente de trabajo elaborado por César Pérez Astorga, experto en prevención de riesgos, en el cual hace una descripción

598

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

599

del accidente de trabajo y de las condiciones existentes del trabajador en el momento del accidente laboral (fojas 9). Rindió prueba testimonial con los dichos de Manuel Vega Sáez y César Pérez Astorga, quienes a fojas 89 y siguientes, al tenor del punto Nº 2 del auto de fojas 61, separadamente, manifestaron: el primero, que el accidente ocurrió por el mal estado de las máquinas, por no estar adheridas al suelo y por falta de implementos de protección; que ello le consta por ser el operador de la máquina el día 09 de febrero de 2004; que la máquina trazadora no tenía malla ni rejilla; que al actor no se le entregó guantes anticorte, pechera anticorte ni zapatos de seguridad, lo que le consta porque él era el único que tenía casco, antiparras y guantes; que al momento del accidente el actor ordenaba los palos que caían de la máquina al piso una vez trozados por la sierra; que los palos eran chiquititos, al parecer de 90 por 90 milímetros; que no recuerda si había rastrillo para sacar del suelo los palos trozados; que las firmas puestas en los documentos de fojas 36, 42, 45, 46 y 47 son suyas. A su turno, el testigo Pérez Astorga dice que por dichos del afectado sabe que sufrió un accidente del trabajo en el Aserradero Cementos Bío Bío; que el accidente fue mutilación de dedos de la mano derecha por un equipo de corte circular denominado banco trozador; que la causa principal fue la inexistencia de barreras que impidan el contacto directo con el elemento de corte como es la sierra circular; que el informe lo hizo en base a las declaraciones del trabajador y de la revisión del expediente; que conforme a la declaración del trabajador sólo se le entregó un casco de seguridad y que no estuvo en el lugar del accidente y no vio el banco trozador. Y provocó la confesional del demandado principal Sergio Muñoz Fierro, quien a fojas 87 y siguientes, respondiendo las articulaciones del pliego de fojas 82, reconoce que el 02 de febrero de 2004 contrató a Jorge Guzmán Zambrano para ejecutar la labor de ayudante de trozador en el interior de la Planta Cemento Bío Bío; que trabajaba en dicho lugar con un banco trozador modificado; que el banco trozador no tenía rejilla o malla protectora que evitara que algún trabajador ingresara su mano; que prestaba servicios como contratista para Cementos Bío Bío en el rubro trozado de madera por producción; que el accidente le causó daños físicos al actor; que el banco trozador no se encontraba fijo al suelo, y que al día siguiente del accidente, en el hospital hizo firmar al trabajador el contrato de trabajo y la declaración de investigación. 6. Que el demandado principal Sergio Muñoz Fierro, empleador del demandante, siendo de su cargo, no rindió prueba alguna para acreditar que adoptó las medidas necesarias para proteger la vida y salud del trabajador y que le proporcionó los elementos de protección necesarios para prevenir accidentes en el trabajo. La única forma que tiene el empleador para liberarse de responsabilidad es probando que adoptó las medidas de seguridad exigidas y que proporcionó al trabajador los elementos de protección personal necesarios, y en la situación en análisis, no lo hizo. 7. Que la demandada subsidiaria rindió prueba documental y confesional, detallada in extenso por la Juez a quo en los considerandos decimosexto y decimoséptimo de la sentencia en revisión, que se tienen por reproducidos. La documental, en lo pertinente, consiste en charlas de seguridad dictadas por don Juan Rivas Cea los días 01 y 06 de febrero de 2004, en las que figura presente el actor Jorge Guzmán Zambrano, sobre los riesgos a que está expuesto en su trabajo, faena trozo pallet y sobre operación banco de sierra de forma segura. Provocó la confesional del demandante Jorge Guzmán Zambrano, quien a fojas 89 respondiendo las articulaciones del pliego de fojas 86, reconoce que es técnico forestal; que la charla de seguridad se hizo el 01 de febrero de 2004, en circunstancias que el contrato de trabajo es de fecha 02 de febrero de ese año; que la charla fue dada por el experto en prevención de riesgos de Aserraderos Cementos Bío Bío; y que las charlas fueron muy generalizadas y no fueron explícitas en apuntar la forma de trabajo con un banco trozador. 8. Que la demandada subsidiaria acompañó al proceso una declaración prestada por Marcelo Vega Sáez en una investigación privada del accidente, en la que se refiere a hechos acaecidos con anterioridad al accidente laboral ocurrido el día 09 de febrero de 2004, cuya firma aparece autorizada ante Notario Público.

del accidente de trabajo y de las condiciones existentes del trabajador en el momento del accidente laboral (fojas 9). Rindió prueba testimonial con los dichos de Manuel Vega Sáez y César Pérez Astorga, quienes a fojas 89 y siguientes, al tenor del punto Nº 2 del auto de fojas 61, separadamente, manifestaron: el primero, que el accidente ocurrió por el mal estado de las máquinas, por no estar adheridas al suelo y por falta de implementos de protección; que ello le consta por ser el operador de la máquina el día 09 de febrero de 2004; que la máquina trazadora no tenía malla ni rejilla; que al actor no se le entregó guantes anticorte, pechera anticorte ni zapatos de seguridad, lo que le consta porque él era el único que tenía casco, antiparras y guantes; que al momento del accidente el actor ordenaba los palos que caían de la máquina al piso una vez trozados por la sierra; que los palos eran chiquititos, al parecer de 90 por 90 milímetros; que no recuerda si había rastrillo para sacar del suelo los palos trozados; que las firmas puestas en los documentos de fojas 36, 42, 45, 46 y 47 son suyas. A su turno, el testigo Pérez Astorga dice que por dichos del afectado sabe que sufrió un accidente del trabajo en el Aserradero Cementos Bío Bío; que el accidente fue mutilación de dedos de la mano derecha por un equipo de corte circular denominado banco trozador; que la causa principal fue la inexistencia de barreras que impidan el contacto directo con el elemento de corte como es la sierra circular; que el informe lo hizo en base a las declaraciones del trabajador y de la revisión del expediente; que conforme a la declaración del trabajador sólo se le entregó un casco de seguridad y que no estuvo en el lugar del accidente y no vio el banco trozador. Y provocó la confesional del demandado principal Sergio Muñoz Fierro, quien a fojas 87 y siguientes, respondiendo las articulaciones del pliego de fojas 82, reconoce que el 02 de febrero de 2004 contrató a Jorge Guzmán Zambrano para ejecutar la labor de ayudante de trozador en el interior de la Planta Cemento Bío Bío; que trabajaba en dicho lugar con un banco trozador modificado; que el banco trozador no tenía rejilla o malla protectora que evitara que algún trabajador ingresara su mano; que prestaba servicios como contratista para Cementos Bío Bío en el rubro trozado de madera por producción; que el accidente le causó daños físicos al actor; que el banco trozador no se encontraba fijo al suelo, y que al día siguiente del accidente, en el hospital hizo firmar al trabajador el contrato de trabajo y la declaración de investigación. 6. Que el demandado principal Sergio Muñoz Fierro, empleador del demandante, siendo de su cargo, no rindió prueba alguna para acreditar que adoptó las medidas necesarias para proteger la vida y salud del trabajador y que le proporcionó los elementos de protección necesarios para prevenir accidentes en el trabajo. La única forma que tiene el empleador para liberarse de responsabilidad es probando que adoptó las medidas de seguridad exigidas y que proporcionó al trabajador los elementos de protección personal necesarios, y en la situación en análisis, no lo hizo. 7. Que la demandada subsidiaria rindió prueba documental y confesional, detallada in extenso por la Juez a quo en los considerandos decimosexto y decimoséptimo de la sentencia en revisión, que se tienen por reproducidos. La documental, en lo pertinente, consiste en charlas de seguridad dictadas por don Juan Rivas Cea los días 01 y 06 de febrero de 2004, en las que figura presente el actor Jorge Guzmán Zambrano, sobre los riesgos a que está expuesto en su trabajo, faena trozo pallet y sobre operación banco de sierra de forma segura. Provocó la confesional del demandante Jorge Guzmán Zambrano, quien a fojas 89 respondiendo las articulaciones del pliego de fojas 86, reconoce que es técnico forestal; que la charla de seguridad se hizo el 01 de febrero de 2004, en circunstancias que el contrato de trabajo es de fecha 02 de febrero de ese año; que la charla fue dada por el experto en prevención de riesgos de Aserraderos Cementos Bío Bío; y que las charlas fueron muy generalizadas y no fueron explícitas en apuntar la forma de trabajo con un banco trozador. 8. Que la demandada subsidiaria acompañó al proceso una declaración prestada por Marcelo Vega Sáez en una investigación privada del accidente, en la que se refiere a hechos acaecidos con anterioridad al accidente laboral ocurrido el día 09 de febrero de 2004, cuya firma aparece autorizada ante Notario Público. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

599

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Sin embargo, tal declaración carece del valor de prueba testimonial, por cuanto la prueba de testigos es esencialmente controvertible, y si bien Vega Sáez reconoció en su declaración judicial de fojas 91 como suyas las firmas estampadas en los documentos de fojas 45, 46 y 47, al declarar como testigo en esta causa sus dichos son absolutamente contradictorios con lo expuesto en dicha declaración, de modo que respecto del accidente ocurrido el día 09 de febrero de 2004, prevalece su declaración prestada en los autos a fojas 89 y siguientes. De otro lado, la demandada subsidiaria acompañó, asimismo, una declaración prestada por el demandante Jorge Guzmán Zambrano en una investigación privada del accidente, en la que se refiere a hechos ocurridos con anterioridad al accidente del día 09 de febrero de 2004. Pero, es necesario tener presente que no toda declaración de la parte puede considerarse una confesión si no concurre el denominado “animus confitenti”. En la situación en estudio, la declaración del actor carece de valor como confesión extrajudicial precisamente por faltar el “animus confitenti”, esto es, la intención consciente y dirigida del confesante en orden a reconocer un determinado hecho que le perjudica y favorece al contendor, ya que en esta declaración han influido circunstancias y motivaciones diversas, como que fue prestada en una investigación privada y suscrita en el hospital al día siguiente del accidente conjuntamente con el respectivo contrato de trabajo (fojas 89). Además, es necesario considerar que tal declamación aparece en contradicción con lo sostenido por el actor en el escrito de demanda de fojas 12 y en la diligencia de absolución de posiciones que rola a fojas 89 de autos. 9. Que apreciada la prueba rendida por el demandante conforme a las reglas de la sana crítica, esto es, según razones jurídicas, lógicas y de experiencia, resulta suficiente para tener por acreditado en autos: a) que el día 09 de febrero de 2004 existía una relación contractual entre el demandante y el demandado principal Sergio Muñoz Fierro; b) que el día 09 de febrero de 2004, don Sergio Muñoz Fierro tenía la calidad de contratista de la demandada Aserraderos Cementos Bío Bío S.A.; c) que Sergio Muñoz Fierro prestaba servicios como contratista de la demandada en el rubro trozado de madera por producción; d) que el actor fue contratado para ejecutar el trabajo de ayudante de trozadores de madera; e) que el día 09 de febrero de 2004, el demandante Jorge Guzmán Zambrano se encontraba laborando en el interior de la Planta de Aserraderos Cementos Bío Bío conjuntamente con Manuel Vega Sáez; f) que el contratista trabajaba con un banco trozador modificado que no se encontraba fijo al suelo; g) que el banco trozador carecía de rejilla o malla protectora que evitará que algún trabajador ingresara su mano; h) que el empleador no proporcionó al actor guantes anticorte, pechera anticorte ni zapatos de seguridad; i) que el día 09 de febrero de 2004, alrededor de las 15:00, mientras el actor ordenaba los palos que caían de la máquina trozadora al piso una vez trozados por la sierra, entró en contacto con su mano derecha con dicha sierra resultando lesionados tres dedos de la mano, y j) que como consecuencia del accidente, el actor resultó con un 27,5% de incapacidad laboral. 10. Que es necesario tener presente que el empleador es un deudor de seguridad frente a sus trabajadores, debiendo actuar con la máxima diligencia para evitar que éstos sufran accidentes o enfermedades profesionales que puedan afectar su vida o su integridad física o psíquica. En la situación en análisis, cabe considerar que el empleador Sergio Muñoz Fierro, demandado principal, prestaba servicios a Aserraderos Cementos Bío Bío S.A. en el rubro de trozado de madera en producción, para lo cual usaba un banco trozador de sierra circular a la vista, modificado, el que carecía de rejilla o malla protectora que impidiera el contacto directo con el elemento de corte como lo es la sierra circular y, además, no se encontraba fijo al suelo. A su vez, el trabajador Jorge Guzmán Zambrano, el día 09 de febrero de 2004, mientras ejercía funciones propias de ayudante de trozador de modera, en el interior de la Planta de Aserraderos Cementos Bío Bío S.A. en la máquina trozadora de propiedad del contratista Sergio Muñoz Fierro, no contaba con elementos de seguridad como guantes anticorte, pechera anticorte ni zapatos de seguridad, elementos todos que le debía proporcionar su empleador. 11. Que apreciada la prueba rendida por la demandada subsidiaria igualmente conforme a las reglas de la sana crítica, no resulta idónea para acreditar que el empleador adoptó todas las medidas de seguridad exigidas ni que proporcionó al actor los elementos de protección personal necesarios para evitar el accidente ocurrido el día 09 de febrero de 2004 en el interior de la Planta de Aserraderos Cementos Bío Bío S.A.

600

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Sin embargo, tal declaración carece del valor de prueba testimonial, por cuanto la prueba de testigos es esencialmente controvertible, y si bien Vega Sáez reconoció en su declaración judicial de fojas 91 como suyas las firmas estampadas en los documentos de fojas 45, 46 y 47, al declarar como testigo en esta causa sus dichos son absolutamente contradictorios con lo expuesto en dicha declaración, de modo que respecto del accidente ocurrido el día 09 de febrero de 2004, prevalece su declaración prestada en los autos a fojas 89 y siguientes. De otro lado, la demandada subsidiaria acompañó, asimismo, una declaración prestada por el demandante Jorge Guzmán Zambrano en una investigación privada del accidente, en la que se refiere a hechos ocurridos con anterioridad al accidente del día 09 de febrero de 2004. Pero, es necesario tener presente que no toda declaración de la parte puede considerarse una confesión si no concurre el denominado “animus confitenti”. En la situación en estudio, la declaración del actor carece de valor como confesión extrajudicial precisamente por faltar el “animus confitenti”, esto es, la intención consciente y dirigida del confesante en orden a reconocer un determinado hecho que le perjudica y favorece al contendor, ya que en esta declaración han influido circunstancias y motivaciones diversas, como que fue prestada en una investigación privada y suscrita en el hospital al día siguiente del accidente conjuntamente con el respectivo contrato de trabajo (fojas 89). Además, es necesario considerar que tal declamación aparece en contradicción con lo sostenido por el actor en el escrito de demanda de fojas 12 y en la diligencia de absolución de posiciones que rola a fojas 89 de autos. 9. Que apreciada la prueba rendida por el demandante conforme a las reglas de la sana crítica, esto es, según razones jurídicas, lógicas y de experiencia, resulta suficiente para tener por acreditado en autos: a) que el día 09 de febrero de 2004 existía una relación contractual entre el demandante y el demandado principal Sergio Muñoz Fierro; b) que el día 09 de febrero de 2004, don Sergio Muñoz Fierro tenía la calidad de contratista de la demandada Aserraderos Cementos Bío Bío S.A.; c) que Sergio Muñoz Fierro prestaba servicios como contratista de la demandada en el rubro trozado de madera por producción; d) que el actor fue contratado para ejecutar el trabajo de ayudante de trozadores de madera; e) que el día 09 de febrero de 2004, el demandante Jorge Guzmán Zambrano se encontraba laborando en el interior de la Planta de Aserraderos Cementos Bío Bío conjuntamente con Manuel Vega Sáez; f) que el contratista trabajaba con un banco trozador modificado que no se encontraba fijo al suelo; g) que el banco trozador carecía de rejilla o malla protectora que evitará que algún trabajador ingresara su mano; h) que el empleador no proporcionó al actor guantes anticorte, pechera anticorte ni zapatos de seguridad; i) que el día 09 de febrero de 2004, alrededor de las 15:00, mientras el actor ordenaba los palos que caían de la máquina trozadora al piso una vez trozados por la sierra, entró en contacto con su mano derecha con dicha sierra resultando lesionados tres dedos de la mano, y j) que como consecuencia del accidente, el actor resultó con un 27,5% de incapacidad laboral. 10. Que es necesario tener presente que el empleador es un deudor de seguridad frente a sus trabajadores, debiendo actuar con la máxima diligencia para evitar que éstos sufran accidentes o enfermedades profesionales que puedan afectar su vida o su integridad física o psíquica. En la situación en análisis, cabe considerar que el empleador Sergio Muñoz Fierro, demandado principal, prestaba servicios a Aserraderos Cementos Bío Bío S.A. en el rubro de trozado de madera en producción, para lo cual usaba un banco trozador de sierra circular a la vista, modificado, el que carecía de rejilla o malla protectora que impidiera el contacto directo con el elemento de corte como lo es la sierra circular y, además, no se encontraba fijo al suelo. A su vez, el trabajador Jorge Guzmán Zambrano, el día 09 de febrero de 2004, mientras ejercía funciones propias de ayudante de trozador de modera, en el interior de la Planta de Aserraderos Cementos Bío Bío S.A. en la máquina trozadora de propiedad del contratista Sergio Muñoz Fierro, no contaba con elementos de seguridad como guantes anticorte, pechera anticorte ni zapatos de seguridad, elementos todos que le debía proporcionar su empleador. 11. Que apreciada la prueba rendida por la demandada subsidiaria igualmente conforme a las reglas de la sana crítica, no resulta idónea para acreditar que el empleador adoptó todas las medidas de seguridad exigidas ni que proporcionó al actor los elementos de protección personal necesarios para evitar el accidente ocurrido el día 09 de febrero de 2004 en el interior de la Planta de Aserraderos Cementos Bío Bío S.A.

600

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

601

La sola ocurrencia del accidente permite concluir que no se dispusieron las medidas de seguridad necesarias y, que, en consecuencia, no se ha cumplido con el deber de cuidado y por lo tanto se ha incurrido en culpa. En efecto, las charlas dadas al demandante sobre los peligros que generaba la actividad, no aparecen como suficientes para prevenir un accidente como el ocurrido, mayormente si éstas, como reclama el actor al absolver posiciones a fojas 89, eran “muy generalizadas y no fueron explícitas en apuntar la forma de trabajo con un banco trozador, y si, de otro lado, no van unidas a la entrega por el empleador de elementos de protección personal a sus trabajadores, como ha quedado demostrado en los autos”. Se ha fallado que el empleador debe “administrar todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y por tanto la integridad física y síquica del trabajador, este imperativo deberá entenderse en el sentido más amplio de protección, poniendo en la esfera de las responsabilidades del empleador el cumplimiento efectivo del precepto; para ello la capacitación por medio de charlas es importante pero, por sí solas, son insuficientes para asegurar la debida protección al trabajador (Corte de Apelaciones de San Miguel, 23.05.2001. En Revista de Derecho y Jurisprudencia, tomo 98, sección tercera, página 103). 12. Que de conformidad con lo reseñado en los atestados precedentes, aparece clara la presunción de culpa del empleador del trabajador, la cual no desvirtuó en autos, y que debido a ella el actor sufrió el accidente de trabajo, ocasionándole una incapacidad laboral de 27,5%, acreditada con el documento de fojas 3. 13. Que el artículo 64 del Código del Trabajo en su inciso 1º establece que el dueño de la obra, empresa o faena será subsidiariamente responsable de las obligaciones laborales y previsionales que afecten a los contratistas a favor de los trabajadores de éstos. En su inciso 2º señala que el trabajador, al entablar la demanda en contra de su empleador directo, podrá también demandar subsidiariamente a todos aquellos que puedan responder en tal calidad de sus derechos. 14. Que entre las obligaciones laborales a que se refiere el artículo 64 del Código Laboral han de considerarse aquéllas que derivan del deber de seguridad que, respecto de la vida e integridad física de sus trabajadores, empece a todo empleador conforme lo disponen los artículos 184 del Código citado y 69 de la ley Nº 16.744, y que se traducen en la necesidad de indemnizar, de manera satisfactoria, los daños que sufra la víctima y las demás personas que puedan verse afectadas por un accidente laboral (Corte de Apelaciones de Santiago, 31.01.2001, rol 3132 97). En este sentido nuestro Máximo Tribunal ha fallado “que el dueño de la obra o faena, es responsable subsidiariamente de las obligaciones laborales, como es aquella de seguridad y protección de los trabajadores fijada en el artículo 184 del Texto Laboral” (Corte Suprema, 08.11.2000, rol 13 00). 15. Que la responsabilidad subsidiaria a que se encuentra sujeto el dueño de la obra, empresa o faena en virtud del artículo 64 del Código del Trabajo, reconoce como único y suficiente factor de atribución la titularidad dominical de la persona a quien se pretende hacer efectivo el deber de responder, sobre esa obra, empresa o faena; en otros términos, establecida la responsabilidad del contratista en la ocurrencia del accidente del trabajo, responde de manera subsidiaria quien encargó la ejecución de la obra sin que, respecto de éste, sea necesario entrar a considerar elementos subjetivos de inmutabilidad, como son el dolo o la culpa, sea en el accidente mismo así como en la celebración del correspondiente contrato de obra o faena (rol 3132 07 antes citado). 16. Que para los efectos de lo razonado en el motivo anterior, son hechos no controvertidos de la causa: a) que al momento de sufrir el accidente el actor Jorge Guzmán Zambrano era trabajador del contratista Sergio Muñoz Fierro; b) que Sergio Muñoz Fierro se desempeñaba como contratista de la sociedad Aserraderos Cementos Bío Bío S.A., y c) que en el desarrollo de esta relación contractual y en circunstancias que Guzmán Zambrano cumplía labores propias de ayudante de trozador de madera en el interior de la planta de la sociedad Aserraderos Cementos Bío Bío S.A., sufrió el accidente laboral que le causó lesiones en su mano derecha. Dadas estas circunstancias y concurriendo, además, responsabilidad directa del contratista en el accidente sufrido por el trabajador Jorge Guzmán Zambrano, se configura la responsabilidad subsidiaria para la sociedad Aserraderos Cementos Bío Bío S.A., que consagra el artículo 64 del Código del Trabajo.

La sola ocurrencia del accidente permite concluir que no se dispusieron las medidas de seguridad necesarias y, que, en consecuencia, no se ha cumplido con el deber de cuidado y por lo tanto se ha incurrido en culpa. En efecto, las charlas dadas al demandante sobre los peligros que generaba la actividad, no aparecen como suficientes para prevenir un accidente como el ocurrido, mayormente si éstas, como reclama el actor al absolver posiciones a fojas 89, eran “muy generalizadas y no fueron explícitas en apuntar la forma de trabajo con un banco trozador, y si, de otro lado, no van unidas a la entrega por el empleador de elementos de protección personal a sus trabajadores, como ha quedado demostrado en los autos”. Se ha fallado que el empleador debe “administrar todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y por tanto la integridad física y síquica del trabajador, este imperativo deberá entenderse en el sentido más amplio de protección, poniendo en la esfera de las responsabilidades del empleador el cumplimiento efectivo del precepto; para ello la capacitación por medio de charlas es importante pero, por sí solas, son insuficientes para asegurar la debida protección al trabajador (Corte de Apelaciones de San Miguel, 23.05.2001. En Revista de Derecho y Jurisprudencia, tomo 98, sección tercera, página 103). 12. Que de conformidad con lo reseñado en los atestados precedentes, aparece clara la presunción de culpa del empleador del trabajador, la cual no desvirtuó en autos, y que debido a ella el actor sufrió el accidente de trabajo, ocasionándole una incapacidad laboral de 27,5%, acreditada con el documento de fojas 3. 13. Que el artículo 64 del Código del Trabajo en su inciso 1º establece que el dueño de la obra, empresa o faena será subsidiariamente responsable de las obligaciones laborales y previsionales que afecten a los contratistas a favor de los trabajadores de éstos. En su inciso 2º señala que el trabajador, al entablar la demanda en contra de su empleador directo, podrá también demandar subsidiariamente a todos aquellos que puedan responder en tal calidad de sus derechos. 14. Que entre las obligaciones laborales a que se refiere el artículo 64 del Código Laboral han de considerarse aquéllas que derivan del deber de seguridad que, respecto de la vida e integridad física de sus trabajadores, empece a todo empleador conforme lo disponen los artículos 184 del Código citado y 69 de la ley Nº 16.744, y que se traducen en la necesidad de indemnizar, de manera satisfactoria, los daños que sufra la víctima y las demás personas que puedan verse afectadas por un accidente laboral (Corte de Apelaciones de Santiago, 31.01.2001, rol 3132 97). En este sentido nuestro Máximo Tribunal ha fallado “que el dueño de la obra o faena, es responsable subsidiariamente de las obligaciones laborales, como es aquella de seguridad y protección de los trabajadores fijada en el artículo 184 del Texto Laboral” (Corte Suprema, 08.11.2000, rol 13 00). 15. Que la responsabilidad subsidiaria a que se encuentra sujeto el dueño de la obra, empresa o faena en virtud del artículo 64 del Código del Trabajo, reconoce como único y suficiente factor de atribución la titularidad dominical de la persona a quien se pretende hacer efectivo el deber de responder, sobre esa obra, empresa o faena; en otros términos, establecida la responsabilidad del contratista en la ocurrencia del accidente del trabajo, responde de manera subsidiaria quien encargó la ejecución de la obra sin que, respecto de éste, sea necesario entrar a considerar elementos subjetivos de inmutabilidad, como son el dolo o la culpa, sea en el accidente mismo así como en la celebración del correspondiente contrato de obra o faena (rol 3132 07 antes citado). 16. Que para los efectos de lo razonado en el motivo anterior, son hechos no controvertidos de la causa: a) que al momento de sufrir el accidente el actor Jorge Guzmán Zambrano era trabajador del contratista Sergio Muñoz Fierro; b) que Sergio Muñoz Fierro se desempeñaba como contratista de la sociedad Aserraderos Cementos Bío Bío S.A., y c) que en el desarrollo de esta relación contractual y en circunstancias que Guzmán Zambrano cumplía labores propias de ayudante de trozador de madera en el interior de la planta de la sociedad Aserraderos Cementos Bío Bío S.A., sufrió el accidente laboral que le causó lesiones en su mano derecha. Dadas estas circunstancias y concurriendo, además, responsabilidad directa del contratista en el accidente sufrido por el trabajador Jorge Guzmán Zambrano, se configura la responsabilidad subsidiaria para la sociedad Aserraderos Cementos Bío Bío S.A., que consagra el artículo 64 del Código del Trabajo. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

601

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

17. Que el Código Civil no define la voz daño, de modo que su sentido natural y obvio, conforme al Diccionario de la Lengua Española, corresponde a todo detrimento, perjuicio, menoscabo, dolor o molestia. El daño moral, se ha conceptuado, como el pesar, dolor o molestia que sufre una persona en su sensibilidad física o en sus sentimientos, creencias o afectos. También se ha dicho que es aquél que proviene de toda acción u omisión que pueda estimarse lesiva a las facultades espirituales, a los afectos o a las condiciones sociales o morales inherentes a la personalidad humana; en último término, todo aquello que signifique un menoscabo en los atributos o facultades morales del que sufre el daño (Corte Suprema, 26.08.1941. En Revista de Derecho y Jurisprudencia, tomo 39, segunda parte, sección primera, página 203). A su turno, el artículo 19 Nº 1 de la Constitución Política de la República protege el derecho a la vida y a la integridad física y psíquica de la persona. 18. Que, como es sabido, según lo preceptuado en el artículo 69 de la ley Nº 16.774, si el accidente se debe a culpa o dolo de la entidad empleadora, la víctima sin perjuicio de otras acciones, podrá reclamar del empleador responsable del accidente, además de las indemnizaciones contempladas en dicha ley, las otras indemnizaciones a que tenga derecho con arreglo a las disposiciones del derecho común, incluso el daño moral. Nuestro Máximo Tribunal ha resuelto que “el daño moral, entendido como el sufrimiento o afección psicológica que lesiona el espíritu, al herir sentimientos de afecto y familia, manifestándose en lógicas y notorias mortificaciones, pesadumbres y depresiones de ánimo, necesariamente debe ser indemnizado cuando se produce en sede contractual, porque el legislador no lo excluye en el artículo 1558 del Código Civil; al contrario, en la letra b) del artículo 69 de la ley Nº 16.744, expresamente lo hace procedente (Corte Suprema, 16.06.1997. En Revista de Derecho y Jurisprudencia, tomo 94, segunda parte, sección tercera, página 95). 19. Que en relación al daño moral, importando el accidente laboral una situación de daño en la integridad física o psíquica o vida del trabajador y, por lo tanto, un atentado a su personalidad que le ha producido dolor y aflicción, debe ser indemnizado en una suma congruente con su magnitud. En relación al daño sufrido, el demandante rindió prueba documental consistente, en lo pertinente, en: a) Resolución Nº 5908 de 27 de diciembre de 2004 de la Comisión de Medicina Preventiva e Invalidez de Concepción, en la que se consigna que el actor sufrió amputación traumática en 2º falange anular derecho, fractura expuesta dedo medio derecho, rigidez I.F. distal clinodactilia y amputación penacho falange distal meñique derecho, que le causó un 27,5% de incapacidad laboral (fojas 3), y b) Informe psicológico emitido por el psicólogo Jorge Riquelme Marín, en cuanto se establece que el demandante a consecuencias del accidente padece de un estado emocional depresivo crónico. Rindió prueba testimonial con los dichos de Estefanía Reyes Cartes y Yolanda Zambrano Zambrano, quienes a fojas 97, al tenor del punto 6º del auto de fojas 61, manifestaron contestes que después del accidente el demandante ha experimentado cambios en su persona, que está más pesimista; que quería estudiar en Carabineros pero ahora no lo podrá hacer; que no es tan sociable; que se le ve deprimido y su mano le causa menoscabo. Y provocó la confesional del demandado principal Sergio Muñoz Fierro, quien a fojas 88, respondiendo la articulación 15 del pliego de fojas 82, reconoce que el accidente laboral causó daños físicos al actor. 20. Que apreciados los antecedentes probatorios consignados en el razonamiento anterior conforme a las reglas de la sana crítica, esto es, según razones jurídicas, lógicas y de experiencia, resulta idónea para acreditar en el proceso que el demandante, con ocasión del accidente ocurrido el 09 de febrero de 2004, resultó con lesiones consistentes en amputación traumática en 2º falange anular derecho, fractura expuesta dedo medio derecho, rigidez I.F. distal clinodactília y amputación penacho falange distal meñique derecho, que le causó un 27,5% de incapacidad laboral y con daño psicológico consistente en estado emocional depresivo crónico, todo lo cual le ha provocado dolor, aflicción, sufrimiento y pesar en su sensibilidad. 21. Que es necesario señalar que el fundamento del daño moral de la responsable subsidiariamente, es decir, de la sociedad Aserraderos Cementos Bío Bío S.A., deriva de lo dispuesto en el artículo

602

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

17. Que el Código Civil no define la voz daño, de modo que su sentido natural y obvio, conforme al Diccionario de la Lengua Española, corresponde a todo detrimento, perjuicio, menoscabo, dolor o molestia. El daño moral, se ha conceptuado, como el pesar, dolor o molestia que sufre una persona en su sensibilidad física o en sus sentimientos, creencias o afectos. También se ha dicho que es aquél que proviene de toda acción u omisión que pueda estimarse lesiva a las facultades espirituales, a los afectos o a las condiciones sociales o morales inherentes a la personalidad humana; en último término, todo aquello que signifique un menoscabo en los atributos o facultades morales del que sufre el daño (Corte Suprema, 26.08.1941. En Revista de Derecho y Jurisprudencia, tomo 39, segunda parte, sección primera, página 203). A su turno, el artículo 19 Nº 1 de la Constitución Política de la República protege el derecho a la vida y a la integridad física y psíquica de la persona. 18. Que, como es sabido, según lo preceptuado en el artículo 69 de la ley Nº 16.774, si el accidente se debe a culpa o dolo de la entidad empleadora, la víctima sin perjuicio de otras acciones, podrá reclamar del empleador responsable del accidente, además de las indemnizaciones contempladas en dicha ley, las otras indemnizaciones a que tenga derecho con arreglo a las disposiciones del derecho común, incluso el daño moral. Nuestro Máximo Tribunal ha resuelto que “el daño moral, entendido como el sufrimiento o afección psicológica que lesiona el espíritu, al herir sentimientos de afecto y familia, manifestándose en lógicas y notorias mortificaciones, pesadumbres y depresiones de ánimo, necesariamente debe ser indemnizado cuando se produce en sede contractual, porque el legislador no lo excluye en el artículo 1558 del Código Civil; al contrario, en la letra b) del artículo 69 de la ley Nº 16.744, expresamente lo hace procedente (Corte Suprema, 16.06.1997. En Revista de Derecho y Jurisprudencia, tomo 94, segunda parte, sección tercera, página 95). 19. Que en relación al daño moral, importando el accidente laboral una situación de daño en la integridad física o psíquica o vida del trabajador y, por lo tanto, un atentado a su personalidad que le ha producido dolor y aflicción, debe ser indemnizado en una suma congruente con su magnitud. En relación al daño sufrido, el demandante rindió prueba documental consistente, en lo pertinente, en: a) Resolución Nº 5908 de 27 de diciembre de 2004 de la Comisión de Medicina Preventiva e Invalidez de Concepción, en la que se consigna que el actor sufrió amputación traumática en 2º falange anular derecho, fractura expuesta dedo medio derecho, rigidez I.F. distal clinodactilia y amputación penacho falange distal meñique derecho, que le causó un 27,5% de incapacidad laboral (fojas 3), y b) Informe psicológico emitido por el psicólogo Jorge Riquelme Marín, en cuanto se establece que el demandante a consecuencias del accidente padece de un estado emocional depresivo crónico. Rindió prueba testimonial con los dichos de Estefanía Reyes Cartes y Yolanda Zambrano Zambrano, quienes a fojas 97, al tenor del punto 6º del auto de fojas 61, manifestaron contestes que después del accidente el demandante ha experimentado cambios en su persona, que está más pesimista; que quería estudiar en Carabineros pero ahora no lo podrá hacer; que no es tan sociable; que se le ve deprimido y su mano le causa menoscabo. Y provocó la confesional del demandado principal Sergio Muñoz Fierro, quien a fojas 88, respondiendo la articulación 15 del pliego de fojas 82, reconoce que el accidente laboral causó daños físicos al actor. 20. Que apreciados los antecedentes probatorios consignados en el razonamiento anterior conforme a las reglas de la sana crítica, esto es, según razones jurídicas, lógicas y de experiencia, resulta idónea para acreditar en el proceso que el demandante, con ocasión del accidente ocurrido el 09 de febrero de 2004, resultó con lesiones consistentes en amputación traumática en 2º falange anular derecho, fractura expuesta dedo medio derecho, rigidez I.F. distal clinodactília y amputación penacho falange distal meñique derecho, que le causó un 27,5% de incapacidad laboral y con daño psicológico consistente en estado emocional depresivo crónico, todo lo cual le ha provocado dolor, aflicción, sufrimiento y pesar en su sensibilidad. 21. Que es necesario señalar que el fundamento del daño moral de la responsable subsidiariamente, es decir, de la sociedad Aserraderos Cementos Bío Bío S.A., deriva de lo dispuesto en el artículo

602

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

603

69 de la ley Nº 16.744, al no haberse acreditado, como ya se dijo, que se cumplió con las exigencias de seguridad tendientes a evitar accidentes laborales. 22. Que no hay antecedente alguno en los autos que demuestre que el demandante se expuso imprudentemente al daño que experimentó, contra lo afirmado por los demandados. Muy por el contrario, con lo expuesto en las reflexiones anteriores, resultó probada la culpa del empleador, de tal forma que no puede tener aplicación en el asunto lo prevenido en el artículo 2330 del Código Civil. 23. Que con ocasión de un accidente del trabajo, la regulación del daño moral debe ser prudente y adecuada, para lo cual es útil tener en consideración la naturaleza del daño experimentado, el tratamiento médico empleado, las posibilidades de trabajo de la víctima, su edad y la entidad y duración de los padecimientos físicos y psíquicos que han sufrido los ofendidos. 24. Que, por consiguiente, conforme lo expuesto en los motivos que anteceden, es fuerza concluir que el demandado principal deberá responder por los daños morales sufridos por el demandante, y subsidiariamente la sociedad Aserraderos Cementos Bío Bío S.A., los que esta Corte, en cuanto a su monto, considera prudente y adecuado el fijado por la Juez de primer grado, esto es, la suma de $ 10.000.000 (diez millones de pesos). 25. Que estos sentenciadores no modificarán lo actuado por la Juez a quo en cuanto a las costas de la causa, por encontrarse lo resuelto ajustado a lo dispuesto en el artículo 144 del Código de Procedimiento Civil. Por estas reflexiones y lo prevenido en los artículos 64, 184, 455, 456, 463 y 465 del Código del Trabajo, 1698 del Código Civil y 69 de la ley Nº 16.744, se confirma, sin costas del recurso, la sentencia apelada de ocho de febrero de dos mil siete, escrita de fojas 143 a 148 vuelta de autos. Regístrese y devuélvase. Redacción del Ministro señor Juan Clodomiro Villa Sanhueza. No firma la Fiscal Judicial señora Gladys Lagos Carrasco, aunque participó en la vista y acuerdo de la causa, por estar con permiso. Proveído por los Ministros en propiedad de la Tercera Sala, señor Juan C. Villa Sanhueza, Patricia Mackay Froigelman. Autoriza la señora María Antonieta Fuentes Bombardieri, secretaria titular. Rol Nº 138 007.

III. CORTE SUPREMA Santiago, seis de diciembre de dos mil siete. VISTOS Y TENIENDO PRESENTE: PRIMERO: Que en conformidad a lo dispuesto en los artículos 781 y 782 del Código de Procedimiento Civil, se ha ordenado dar cuenta de los recursos de casación en la forma y en el fondo deducidos por la demandada subsidiaria a fojas 185. I. En cuanto al recurso de casación en la forma: SEGUNDO: Que la recurrente fundamenta su recurso de nulidad en la causal 5ª del artículo 768 del Código de Procedimiento Civil, esto es, en haber sido pronunciado el fallo con omisión de cualquiera de los requisitos enumerados en el artículo 170 del mismo Código, en relación con los numerales 4º y 5º del artículo 458 del Código del Trabajo. Señala que la sentencia impugnada carece de las consideraciones sobre el asunto discutido, puesto que las que expone no son tales y no analiza todos los hechos y prueba rendida. En efecto, se ha concluido que el empleador ha tenido responsabilidad en el accidente sufrido por el actor, puesto que no le entregó los elementos de protección personal, porque el banco trozador estaba modificado, no contaba con rejilla o malla protectora y no estaba adherido al suelo. Sin embargo, no se tiene en consideración que el referido instrumento era una sierra de pequeñas dimensiones, que se trataba de una faena programada y que se adoptaron las medidas de segundad adecuadas al caso, obviándose el documento suscrito por el experto en prevención de riesgo. TERCERO: Que de la lectura de la sentencia impugnada se establece que ella contiene los requisitos que la recurrente estima omitidos. En efecto, ésta contiene el análisis de la prueba rendida y las consideraciones tanto de hecho, como de derecho que le sirven de fundamento; circunstancia diversa es que éstas o las conclusiones y presupuestos establecidos por los Jueces del fondo de acuerdo al análisis de las probanzas, no sea del agrado de la demandada por no resultar favorables a la posición

Santiago, seis de diciembre de dos mil siete. VISTOS Y TENIENDO PRESENTE: PRIMERO: Que en conformidad a lo dispuesto en los artículos 781 y 782 del Código de Procedimiento Civil, se ha ordenado dar cuenta de los recursos de casación en la forma y en el fondo deducidos por la demandada subsidiaria a fojas 185. I. En cuanto al recurso de casación en la forma: SEGUNDO: Que la recurrente fundamenta su recurso de nulidad en la causal 5ª del artículo 768 del Código de Procedimiento Civil, esto es, en haber sido pronunciado el fallo con omisión de cualquiera de los requisitos enumerados en el artículo 170 del mismo Código, en relación con los numerales 4º y 5º del artículo 458 del Código del Trabajo. Señala que la sentencia impugnada carece de las consideraciones sobre el asunto discutido, puesto que las que expone no son tales y no analiza todos los hechos y prueba rendida. En efecto, se ha concluido que el empleador ha tenido responsabilidad en el accidente sufrido por el actor, puesto que no le entregó los elementos de protección personal, porque el banco trozador estaba modificado, no contaba con rejilla o malla protectora y no estaba adherido al suelo. Sin embargo, no se tiene en consideración que el referido instrumento era una sierra de pequeñas dimensiones, que se trataba de una faena programada y que se adoptaron las medidas de segundad adecuadas al caso, obviándose el documento suscrito por el experto en prevención de riesgo. TERCERO: Que de la lectura de la sentencia impugnada se establece que ella contiene los requisitos que la recurrente estima omitidos. En efecto, ésta contiene el análisis de la prueba rendida y las consideraciones tanto de hecho, como de derecho que le sirven de fundamento; circunstancia diversa es que éstas o las conclusiones y presupuestos establecidos por los Jueces del fondo de acuerdo al análisis de las probanzas, no sea del agrado de la demandada por no resultar favorables a la posición

III. CORTE SUPREMA 69 de la ley Nº 16.744, al no haberse acreditado, como ya se dijo, que se cumplió con las exigencias de seguridad tendientes a evitar accidentes laborales. 22. Que no hay antecedente alguno en los autos que demuestre que el demandante se expuso imprudentemente al daño que experimentó, contra lo afirmado por los demandados. Muy por el contrario, con lo expuesto en las reflexiones anteriores, resultó probada la culpa del empleador, de tal forma que no puede tener aplicación en el asunto lo prevenido en el artículo 2330 del Código Civil. 23. Que con ocasión de un accidente del trabajo, la regulación del daño moral debe ser prudente y adecuada, para lo cual es útil tener en consideración la naturaleza del daño experimentado, el tratamiento médico empleado, las posibilidades de trabajo de la víctima, su edad y la entidad y duración de los padecimientos físicos y psíquicos que han sufrido los ofendidos. 24. Que, por consiguiente, conforme lo expuesto en los motivos que anteceden, es fuerza concluir que el demandado principal deberá responder por los daños morales sufridos por el demandante, y subsidiariamente la sociedad Aserraderos Cementos Bío Bío S.A., los que esta Corte, en cuanto a su monto, considera prudente y adecuado el fijado por la Juez de primer grado, esto es, la suma de $ 10.000.000 (diez millones de pesos). 25. Que estos sentenciadores no modificarán lo actuado por la Juez a quo en cuanto a las costas de la causa, por encontrarse lo resuelto ajustado a lo dispuesto en el artículo 144 del Código de Procedimiento Civil. Por estas reflexiones y lo prevenido en los artículos 64, 184, 455, 456, 463 y 465 del Código del Trabajo, 1698 del Código Civil y 69 de la ley Nº 16.744, se confirma, sin costas del recurso, la sentencia apelada de ocho de febrero de dos mil siete, escrita de fojas 143 a 148 vuelta de autos. Regístrese y devuélvase. Redacción del Ministro señor Juan Clodomiro Villa Sanhueza. No firma la Fiscal Judicial señora Gladys Lagos Carrasco, aunque participó en la vista y acuerdo de la causa, por estar con permiso. Proveído por los Ministros en propiedad de la Tercera Sala, señor Juan C. Villa Sanhueza, Patricia Mackay Froigelman. Autoriza la señora María Antonieta Fuentes Bombardieri, secretaria titular. Rol Nº 138 007. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

603

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

jurídica que ha detentado en el juicio Por otro lado, cabe señalar, que las alegaciones del recurso, pretenden más bien cuestionar y modificar los hechos fijados, lo que no resulta procedente de ser reclamado por esta vía. CUARTO: Que conforme a lo anotado el recurso de nulidad intentado resulta inadmisible por no constituir los hechos esgrimidos la causal invocada, por lo que así, se declarará en esta etapa de su tramitación. II. En cuanto al recurso de casación en el fondo: QUINTO: Que la recurrente denuncia la infracción a los artículos 64, 184, 426 455 y 456 del Código del Trabajo, 346 Nº 1 y 3 del Código de Procedimiento Civil, 44, 1547, 1551, 1556, 1557, 1558 y 230 del Código Civil y 69 de la ley 16.744. Sostiene, en síntesis, que los Jueces del fondo han incurrido en error de derecho al concluir que existió un incumplimiento de la obligación de cuidado que pesa sobre el empleador, puesto que en realidad no lo hubo ya que éste adoptó todas las medidas de seguridad necesarias. Señala que se han vulnerado las normas reguladoras de la prueba, siendo contraria la conclusión establecida en la sentencia a lo que resultó probado en el proceso. Alega, que prácticamente se ha concluido que la responsabilidad de que se trata es objetiva, desatendiéndose el concepto de culpa y de su graduación. Expresa que se han contravenido también las disposiciones del Código Civil citadas, que exigen, en materia de responsabilidad contractual, la mora del deudor y que los perjuicios que se deben, por falta de diligencia o cuidado, rigen desde ese momento. En la causa se probó por los medios de prueba legales que el empleador adoptó las medidas necesarias para proteger al trabajador y que sólo es responsabilidad de éste el accidente producido. Así al no estar en mora el deudor, éste no debe responder y menos aún hacerlo su parte, como demandada subsidiaria, porque el artículo 64 del Código Laboral, sólo contempla dicha responsabilidad para las prestaciones en dinero, atendida su ubicación e historia de su establecimiento. Indica que se ha otorgado una indemnización por lucro cesante, sin que éste haya sido establecido y más aún éste ha sido regulado prudencialmente, en circunstancias que esta facultad no existe legalmente. Por otro lado, sostiene, que ha debido reducirse la indemnización puesto que conforme se encuentra acreditado el actor se expuso imprudentemente al riesgo. SEXTO: Que los sentenciadores después de analizar los antecedentes allegados al proceso en conformidad a las reglas de la sana crítica, estimaron que no se acreditó por el empleador que éste hubiese adoptado las medidas de seguridad pertinentes, ni proporcionó al actor los elementos de protección necesarios para evitar el accidente que éste sufrió, el día 9 de febrero de 2004, en el interior de la planta de Aserraderos Cementos Bío Bío S.A., el que le ocasionó una incapacidad laboral de 27,5%; concluyéndose, en consecuencia, que éste es responsable de los hechos ocurridos. Asimismo, se estima que no existe antecedente alguno que demuestre que el demandante se expuso imprudentemente al riesgo. Respecto de la responsabilidad subsidiaria demandada, ésta se desprende sobre la base de los hechos establecidos y la interpretación y alcance que se le da a la disposición del artículo 64 del Código del Trabajo, según se expone latamente en la sentencia en análisis. SÉPTIMO: Que de lo expresado fluye que el recurrente impugna los presupuestos fácticos asentados y las conclusiones asentadas por los sentenciadores del grado e insta por su alteración. Sin embarco, tal modificación no es posible por esta vía, pues como reiteradamente lo ha decidido esta Corte, la actividad de ponderación constituye una facultad privativa de los Jueces de la instancia, la que, por lo general queda agotada en las instancias respectivas, a menos que se hayan desatendido las reglas y máximas de la sana crítica, esto las razones simplemente lógicas, científicas, técnicas o de experiencia, en cuya virtud ha correspondido asignar valor o desestimar la eficacia de las pruebas referidas, situación que no se advierte haya ocurrido en la especie. OCTAVO: Que en materia laboral la apreciación de la prueba se rige por las normas y principios de la sana crítica, no resultando pertinentes, entonces aquellas alegaciones que se fundan disposiciones propias del sistema de la prueba legal o tasada, como ha ocurrido en la especie. NOVENO: Que por otro lado, cabe señalar que el recurso intentado se funda en argumentaciones que resultan contradictorias entre sí, desde que por una parte alega la falta de responsabilidad total en

604

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

jurídica que ha detentado en el juicio Por otro lado, cabe señalar, que las alegaciones del recurso, pretenden más bien cuestionar y modificar los hechos fijados, lo que no resulta procedente de ser reclamado por esta vía. CUARTO: Que conforme a lo anotado el recurso de nulidad intentado resulta inadmisible por no constituir los hechos esgrimidos la causal invocada, por lo que así, se declarará en esta etapa de su tramitación. II. En cuanto al recurso de casación en el fondo: QUINTO: Que la recurrente denuncia la infracción a los artículos 64, 184, 426 455 y 456 del Código del Trabajo, 346 Nº 1 y 3 del Código de Procedimiento Civil, 44, 1547, 1551, 1556, 1557, 1558 y 230 del Código Civil y 69 de la ley 16.744. Sostiene, en síntesis, que los Jueces del fondo han incurrido en error de derecho al concluir que existió un incumplimiento de la obligación de cuidado que pesa sobre el empleador, puesto que en realidad no lo hubo ya que éste adoptó todas las medidas de seguridad necesarias. Señala que se han vulnerado las normas reguladoras de la prueba, siendo contraria la conclusión establecida en la sentencia a lo que resultó probado en el proceso. Alega, que prácticamente se ha concluido que la responsabilidad de que se trata es objetiva, desatendiéndose el concepto de culpa y de su graduación. Expresa que se han contravenido también las disposiciones del Código Civil citadas, que exigen, en materia de responsabilidad contractual, la mora del deudor y que los perjuicios que se deben, por falta de diligencia o cuidado, rigen desde ese momento. En la causa se probó por los medios de prueba legales que el empleador adoptó las medidas necesarias para proteger al trabajador y que sólo es responsabilidad de éste el accidente producido. Así al no estar en mora el deudor, éste no debe responder y menos aún hacerlo su parte, como demandada subsidiaria, porque el artículo 64 del Código Laboral, sólo contempla dicha responsabilidad para las prestaciones en dinero, atendida su ubicación e historia de su establecimiento. Indica que se ha otorgado una indemnización por lucro cesante, sin que éste haya sido establecido y más aún éste ha sido regulado prudencialmente, en circunstancias que esta facultad no existe legalmente. Por otro lado, sostiene, que ha debido reducirse la indemnización puesto que conforme se encuentra acreditado el actor se expuso imprudentemente al riesgo. SEXTO: Que los sentenciadores después de analizar los antecedentes allegados al proceso en conformidad a las reglas de la sana crítica, estimaron que no se acreditó por el empleador que éste hubiese adoptado las medidas de seguridad pertinentes, ni proporcionó al actor los elementos de protección necesarios para evitar el accidente que éste sufrió, el día 9 de febrero de 2004, en el interior de la planta de Aserraderos Cementos Bío Bío S.A., el que le ocasionó una incapacidad laboral de 27,5%; concluyéndose, en consecuencia, que éste es responsable de los hechos ocurridos. Asimismo, se estima que no existe antecedente alguno que demuestre que el demandante se expuso imprudentemente al riesgo. Respecto de la responsabilidad subsidiaria demandada, ésta se desprende sobre la base de los hechos establecidos y la interpretación y alcance que se le da a la disposición del artículo 64 del Código del Trabajo, según se expone latamente en la sentencia en análisis. SÉPTIMO: Que de lo expresado fluye que el recurrente impugna los presupuestos fácticos asentados y las conclusiones asentadas por los sentenciadores del grado e insta por su alteración. Sin embarco, tal modificación no es posible por esta vía, pues como reiteradamente lo ha decidido esta Corte, la actividad de ponderación constituye una facultad privativa de los Jueces de la instancia, la que, por lo general queda agotada en las instancias respectivas, a menos que se hayan desatendido las reglas y máximas de la sana crítica, esto las razones simplemente lógicas, científicas, técnicas o de experiencia, en cuya virtud ha correspondido asignar valor o desestimar la eficacia de las pruebas referidas, situación que no se advierte haya ocurrido en la especie. OCTAVO: Que en materia laboral la apreciación de la prueba se rige por las normas y principios de la sana crítica, no resultando pertinentes, entonces aquellas alegaciones que se fundan disposiciones propias del sistema de la prueba legal o tasada, como ha ocurrido en la especie. NOVENO: Que por otro lado, cabe señalar que el recurso intentado se funda en argumentaciones que resultan contradictorias entre sí, desde que por una parte alega la falta de responsabilidad total en

604

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

605

los hechos por parte del empleador en el accidente materia de autos y por otra, cuestiona los rubros de los daños reconocidos y su cuantía, lo que supone precisamente la existencia de ésta. DÉCIMO: Que respecto de la subsidiaridad, la recurrente se ha limitado a invocar la vulneración del artículo 64 del Código del Trabajo, sin impugnar los presupuestos y fundamentos sobre los cuales los Jueces del fondo, le han atribuido dicha responsabilidad, de manera tal que no puede revisarse en este sentido el fallo impugnado. DECIMOPRIMERO: Que lo razonado resulta suficiente para concluir que el recurso en análisis adolece de manifiesta falta de fundamento, lo que conduce a su rechazo en esta etapa de su tramitación. Por estas consideraciones y normas legales citadas, se declara inadmisible el recurso de casación en la forma y se rechaza el recurso de casación en el fondo deducidos por la demandada subsidiaria a fojas 185, contra la sentencia de veinticuatro de septiembre del año en curso, escrita a fojas 177 y siguientes. Regístrese y devuélvase. Rol Nº 6.066 07. Pronunciada por la Cuarta Sala de la Corte Suprema integrada por los Ministros señores Marcos Libedinsky T., Orlando Alvarez H., Urbano Marín V., Patricio Valdés A., y señora Gabriela Pérez P. Santiago, 06 de diciembre de 2007. Autoriza el Secretario de la Corte Suprema, señor Carlos Meneses Pizarro.

los hechos por parte del empleador en el accidente materia de autos y por otra, cuestiona los rubros de los daños reconocidos y su cuantía, lo que supone precisamente la existencia de ésta. DÉCIMO: Que respecto de la subsidiaridad, la recurrente se ha limitado a invocar la vulneración del artículo 64 del Código del Trabajo, sin impugnar los presupuestos y fundamentos sobre los cuales los Jueces del fondo, le han atribuido dicha responsabilidad, de manera tal que no puede revisarse en este sentido el fallo impugnado. DECIMOPRIMERO: Que lo razonado resulta suficiente para concluir que el recurso en análisis adolece de manifiesta falta de fundamento, lo que conduce a su rechazo en esta etapa de su tramitación. Por estas consideraciones y normas legales citadas, se declara inadmisible el recurso de casación en la forma y se rechaza el recurso de casación en el fondo deducidos por la demandada subsidiaria a fojas 185, contra la sentencia de veinticuatro de septiembre del año en curso, escrita a fojas 177 y siguientes. Regístrese y devuélvase. Rol Nº 6.066 07. Pronunciada por la Cuarta Sala de la Corte Suprema integrada por los Ministros señores Marcos Libedinsky T., Orlando Alvarez H., Urbano Marín V., Patricio Valdés A., y señora Gabriela Pérez P. Santiago, 06 de diciembre de 2007. Autoriza el Secretario de la Corte Suprema, señor Carlos Meneses Pizarro. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

605

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Punta Arenas, treinta de marzo de dos mil siete. VISTOS: 1. A fs. 8, comparece don Juan Luis Reyes Maldonado, técnico en refrigeración, domiciliado en calle Agustín Etchavarne Nº 2875, quien deduce demanda en juicio ordinario laboral en contra de Pesquera y Conservera Real Ltda. empresa pesquera, representada legalmente por doña Elda Noemí González o don Hitoshi Hanaoka, cuyas profesiones u oficios ignoro, ambos domiciliados en calle Juan Williams Nº 011810, Río Seco, Punta Arenas. Funda su acción en el hecho que el actor comenzó a trabajar para la demandada como técnico en refrigeración con fecha 29 de enero de 2001, su último sueldo corresponde a la suma de $ 743.034, se le notificó del despido con fecha 2 de septiembre de 2005, invocándose como causal la del artículo 161 Nº 1 del Código del Trabajo. Por dicho contrato debía trabajar en todo el holding de empresas en las que es socio don Hitochi Hanaoka. Con fecha 24 de enero de 2003 siendo las 10:45 de la mañana mientras trabajaba en las instalaciones de la empresa demandada en labores de refrigeración, específicamente revisando el montaje de una máquina fabricadora de hielo, dentro de un camión frigorífico, tal máquina fue montada por intermedio de un cargador frontal y en un momento dado producto del viento reinante las puertas del container se cortaron y fue golpeado por éstas contra el montacargas, producto de lo cual se le incrustó un fierro de 20 centímetros de largo por 5 centímetros de ancho recibiendo el impacto en el macizo cráneo facial, particularmente el sector frontonasoorbitario derecho. Lo que le provocó múltiplas lesiones las que lo hicieron permanecer en reposo y tratamiento hasta el día 13 de julio de 2003. En diciembre de 2004 fue reingresado a las instalaciones del I.S.T. donde le efectuaron una evaluación global que permitió su grado de incapacidad definitiva, se consideraron como secuelas las siguientes: neuropsiquiátricas, stress post traumático, con estado ansioso persistente, certificada por el especialista y que otorga una incapacidad del 35%; sensoriales, anosmia irrecuperable, alteración del gusto, hipoacusia neurosensorial post traumática leve, disminución visión ojo derecho con retracción palpebral inferior. Queratitis por exposición, estéticas, cicatrices retráctiles párpado inferior derecho, nasal y frontal; dentales, prótesis dental superior, reabsorción ósea maxilar superior. El cálculo de incapacidad establecido por el I.S.T., comisión de evaluación fue calculada en un 65% y la Superintendencia de Seguridad Social estableció una pérdida del 70%, lo que hace que su invalidez sea total. En virtud de lo dispuesto en el artículo 69 de la ley 16.744 y debiendo el accidente al dolo o culpa de la empleadora señala el actor tener derecho a una indemnización, demandando por concepto de daño emergente la suma de $ 534.984.480; por concepto de lucro cesante la suma de $ 305.743.630; por concepto de daño moral $ 1.681.456.220, en concreto solicita se condene a la demandada al pago de las sumas ya señaladas más reajustes, intereses y costas. 2. A fojas 29 comparece la demandada Pesquera y Conservera Real, sociedad del giro de su denominación, representada legalmente por don Marcelo Menéndez, argentino, ambos domiciliados en calle Juan Williams Nº 011810, Punta Arenas, la que contesta la demanda solicitando su rechazo con expresa condenación en costas. Ello en base a los siguientes hechos, en primer término opone la excepción de finiquito, razón por la que el Tribunal deberá desechar la demanda al no existir titularidad del derecho que se reclama jurisdiccionalmente, señala que con fecha 2 de septiembre de 2005 el actor celebró con la demandada un finiquito laboral, por medio del cual puso término al contrato que los unía, la causal invocada fue la prevista en el artículo 159 Nº 1 del Código del Trabajo; esto es mutuo acuerdo entre las partes; dicho finiquito fue suscrito ante el Inspector del Trabajo; solicita que se le reconozca a este finiquito los efectos formales, materiales, sustanciales, permanentes e irretroactivos del finiquito laboral, señala además que en tal finiquito no consta reserva alguna de derechos. Expone que el finiquito laboral es una renuncia a lo renunciable, así las indemnizaciones por lesiones son renunciables, más aún, cuando éstas ya se verificaron. A mayor abundamiento señala que en acta de comparecencia ante la Inspección del

606

I. SENTENCIA DE PRIMER GRADO

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol N°: 5230-2007 Cita online: CL/JUR/5229/2007

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol N°: 5230-2007 Cita online: CL/JUR/5229/2007

I. SENTENCIA DE PRIMER GRADO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Punta Arenas, treinta de marzo de dos mil siete. VISTOS: 1. A fs. 8, comparece don Juan Luis Reyes Maldonado, técnico en refrigeración, domiciliado en calle Agustín Etchavarne Nº 2875, quien deduce demanda en juicio ordinario laboral en contra de Pesquera y Conservera Real Ltda. empresa pesquera, representada legalmente por doña Elda Noemí González o don Hitoshi Hanaoka, cuyas profesiones u oficios ignoro, ambos domiciliados en calle Juan Williams Nº 011810, Río Seco, Punta Arenas. Funda su acción en el hecho que el actor comenzó a trabajar para la demandada como técnico en refrigeración con fecha 29 de enero de 2001, su último sueldo corresponde a la suma de $ 743.034, se le notificó del despido con fecha 2 de septiembre de 2005, invocándose como causal la del artículo 161 Nº 1 del Código del Trabajo. Por dicho contrato debía trabajar en todo el holding de empresas en las que es socio don Hitochi Hanaoka. Con fecha 24 de enero de 2003 siendo las 10:45 de la mañana mientras trabajaba en las instalaciones de la empresa demandada en labores de refrigeración, específicamente revisando el montaje de una máquina fabricadora de hielo, dentro de un camión frigorífico, tal máquina fue montada por intermedio de un cargador frontal y en un momento dado producto del viento reinante las puertas del container se cortaron y fue golpeado por éstas contra el montacargas, producto de lo cual se le incrustó un fierro de 20 centímetros de largo por 5 centímetros de ancho recibiendo el impacto en el macizo cráneo facial, particularmente el sector frontonasoorbitario derecho. Lo que le provocó múltiplas lesiones las que lo hicieron permanecer en reposo y tratamiento hasta el día 13 de julio de 2003. En diciembre de 2004 fue reingresado a las instalaciones del I.S.T. donde le efectuaron una evaluación global que permitió su grado de incapacidad definitiva, se consideraron como secuelas las siguientes: neuropsiquiátricas, stress post traumático, con estado ansioso persistente, certificada por el especialista y que otorga una incapacidad del 35%; sensoriales, anosmia irrecuperable, alteración del gusto, hipoacusia neurosensorial post traumática leve, disminución visión ojo derecho con retracción palpebral inferior. Queratitis por exposición, estéticas, cicatrices retráctiles párpado inferior derecho, nasal y frontal; dentales, prótesis dental superior, reabsorción ósea maxilar superior. El cálculo de incapacidad establecido por el I.S.T., comisión de evaluación fue calculada en un 65% y la Superintendencia de Seguridad Social estableció una pérdida del 70%, lo que hace que su invalidez sea total. En virtud de lo dispuesto en el artículo 69 de la ley 16.744 y debiendo el accidente al dolo o culpa de la empleadora señala el actor tener derecho a una indemnización, demandando por concepto de daño emergente la suma de $ 534.984.480; por concepto de lucro cesante la suma de $ 305.743.630; por concepto de daño moral $ 1.681.456.220, en concreto solicita se condene a la demandada al pago de las sumas ya señaladas más reajustes, intereses y costas. 2. A fojas 29 comparece la demandada Pesquera y Conservera Real, sociedad del giro de su denominación, representada legalmente por don Marcelo Menéndez, argentino, ambos domiciliados en calle Juan Williams Nº 011810, Punta Arenas, la que contesta la demanda solicitando su rechazo con expresa condenación en costas. Ello en base a los siguientes hechos, en primer término opone la excepción de finiquito, razón por la que el Tribunal deberá desechar la demanda al no existir titularidad del derecho que se reclama jurisdiccionalmente, señala que con fecha 2 de septiembre de 2005 el actor celebró con la demandada un finiquito laboral, por medio del cual puso término al contrato que los unía, la causal invocada fue la prevista en el artículo 159 Nº 1 del Código del Trabajo; esto es mutuo acuerdo entre las partes; dicho finiquito fue suscrito ante el Inspector del Trabajo; solicita que se le reconozca a este finiquito los efectos formales, materiales, sustanciales, permanentes e irretroactivos del finiquito laboral, señala además que en tal finiquito no consta reserva alguna de derechos. Expone que el finiquito laboral es una renuncia a lo renunciable, así las indemnizaciones por lesiones son renunciables, más aún, cuando éstas ya se verificaron. A mayor abundamiento señala que en acta de comparecencia ante la Inspección del

606

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

607

Trabajo de Punta Arenas de fecha 12 de septiembre de 2005 se dejó constancia que entre el actor y la demandada se concilió el reclamo interpuesto por aquél, sin reserva de derecho de ninguna especie, debiendo tenerse dicha conciliación como transacción en sede administrativa y con efecto de cosa juzgada conforme los artículos 2446 y siguientes del Código Civil y 304 del Código de Procedimiento Civil. Como segunda cuestión señala que deberá rechazarse la demanda por cuanto Pesquera y Conservera Real Ltda. no ha incurrido en culpa alguna en los hechos fundantes de la acción deducida, y por no existir el debido vínculo de causalidad entre dichos hechos y daño alegado. Las lesiones de que se trata estarían originadas en la propia negligencia, imprudencia y desidia del demandante, quien tenía a su cargo la maniobra en la cual se produjo el lamentable accidente materia de autos. En subsidio de lo anterior solicita el rechazo de la demanda en razón de haber provisto Pesquera y Conservera Real de todos y cada uno de los elementos de seguridad reglamentarios que importan haber procedido dentro del riesgo permitido en el trabajo respectivo, reduciéndose la indemnización demandada a sólo un 0,1%, sin perjuicio de la cifra que el Tribunal determine. Solicita también se reduzcan aquellos ítems que dicen relación con el enriquecimiento sin causa. Asimismo solicita se condene en costas a la demandante. 3. A fojas 63 se recibió la causa a prueba, en la misma resolución se citó a las partes a una audiencia de contestación y prueba. 4. A fojas 57, tuvo lugar la audiencia de conciliación y prueba, no produciéndose la primera y rindiendo las partes los medios probatorios que allí constan. A fojas 183 vuelta se citó a las partes a oír sentencia. Considerando: PRIMERO: Que a fin de acreditar sus afirmaciones la actora rindió la siguiente prueba I. Documental: 1. A fojas 1, contrato de trabajo suscrito entre las partes con fecha 29 de enero de 2001. 2. A fojas 3, hoja de interconsulta en que se deriva al actor desde el I.S.T. al Hospital de las FF.AA. a fin de practicar un T.A.C. macizo cráneo facial. 3. A fojas 5 certificado del Instituto de Seguridad del Trabajo que señala que el actor tiene afectado, un 65% de su capacidad de ganancia. 4. A fojas 6, historia clínica del actor. 5. A fojas 7, declaración y evaluación de invalidez de accidentes del trabajo. 6. A fojas 1 y siguientes del cuaderno de objeción de documentos obra copia de resolución Nº B20051162 de la comisión médica de reclamos de fecha 25 de octubre de 2005. 7. A fojas 3 del cuaderno de objeción de documentos copia de declaración y evaluación de accidente del trabajo de 21 de enero de 2005. 8. A fojas 4 del cuaderno de objeción de documentos rola copia de la declaración y evaluación de accidente del trabajo de fecha 28 de septiembre de 2005: 9. A fojas 6 del cuaderno de objeción de documentos antecedentes clínicos de discapacidad del actor de fecha 15 de noviembre de 2005. 10. A fojas 7 del cuaderno de objeción de documentos copia de solicitud de evaluación de discapacidad del actor. II. Confesional. La demandante solicitó y obtuvo que se citara a absolver posiciones al representante legal de la demandada don Marcelo Daniel Menéndez, quien al tenor del pliego de posiciones de fojas 95, respondió a fojas 98 y siguientes en la forma que consta en autos. III. Testimonial. La parte demandante rindió prueba testimonial al tenor de la lista de testigos rolante a fojas 76, compareciendo a fojas 99 vuelta don Nicolás Humberto Parra Betanzo, a fojas 111 compareció don Víctor Gastón Oyarzún Pérez, a fojas 115 don Claudio Joel Gatica Rosas, a fojas 116 don Víctor Rodrigo Gómez Conejeros. Todos los testigos previo a declarar fueron legalmente juramentados. IV. Oficios: 1. A fojas 122 rola oficio remitido por el Instituto de Salud del Trabajo en que se acompaña copia de la ficha clínica del actor, protocolo de operaciones, fotografías, informe de prestaciones económicas otorgadas e informe médico. 2. A fojas 130 y 132 rola oficio de la Seremi de Salud en que se envía la información del accidente de que se trata. V. Peritajes: 1. A fojas 147 rola informe pericial practicado al actor por el traumatólogo Sergio Mac Lean Gómez. 2. A fojas 171 rola el informe pericial emitido por el experto en prevención de riesgos don Luis Arriaza Henríquez. SEGUNDO: A fin de acreditar sus afirmaciones la demandada rindió la siguiente prueba: I. Documental; 1. A fojas 22 finiquito del trabajador suscrito por las partes ante la Inspección del Trabajo con fecha 7 de octubre de 2005. 2. A fojas 24 contrato de trabajo de fecha 1 de septiembre de 2003. 3. A fojas 26 acta de comparecencia ante la Inspección del Trabajo de fecha 7 de octubre de 2005. 4. A fojas 27 liquidación de remuneración del actor correspondiente al mes de agosto de 2005. 5. A fojas 28 comprobante de emisión de cheque de fecha 9 de septiembre de 2005. 5. A fojas 1 y 4 del cuaderno, de objeción de documentos Nº 2 obran las declaraciones juradas de Enrique Cárcamo y María Nazal Keim;

Trabajo de Punta Arenas de fecha 12 de septiembre de 2005 se dejó constancia que entre el actor y la demandada se concilió el reclamo interpuesto por aquél, sin reserva de derecho de ninguna especie, debiendo tenerse dicha conciliación como transacción en sede administrativa y con efecto de cosa juzgada conforme los artículos 2446 y siguientes del Código Civil y 304 del Código de Procedimiento Civil. Como segunda cuestión señala que deberá rechazarse la demanda por cuanto Pesquera y Conservera Real Ltda. no ha incurrido en culpa alguna en los hechos fundantes de la acción deducida, y por no existir el debido vínculo de causalidad entre dichos hechos y daño alegado. Las lesiones de que se trata estarían originadas en la propia negligencia, imprudencia y desidia del demandante, quien tenía a su cargo la maniobra en la cual se produjo el lamentable accidente materia de autos. En subsidio de lo anterior solicita el rechazo de la demanda en razón de haber provisto Pesquera y Conservera Real de todos y cada uno de los elementos de seguridad reglamentarios que importan haber procedido dentro del riesgo permitido en el trabajo respectivo, reduciéndose la indemnización demandada a sólo un 0,1%, sin perjuicio de la cifra que el Tribunal determine. Solicita también se reduzcan aquellos ítems que dicen relación con el enriquecimiento sin causa. Asimismo solicita se condene en costas a la demandante. 3. A fojas 63 se recibió la causa a prueba, en la misma resolución se citó a las partes a una audiencia de contestación y prueba. 4. A fojas 57, tuvo lugar la audiencia de conciliación y prueba, no produciéndose la primera y rindiendo las partes los medios probatorios que allí constan. A fojas 183 vuelta se citó a las partes a oír sentencia. Considerando: PRIMERO: Que a fin de acreditar sus afirmaciones la actora rindió la siguiente prueba I. Documental: 1. A fojas 1, contrato de trabajo suscrito entre las partes con fecha 29 de enero de 2001. 2. A fojas 3, hoja de interconsulta en que se deriva al actor desde el I.S.T. al Hospital de las FF.AA. a fin de practicar un T.A.C. macizo cráneo facial. 3. A fojas 5 certificado del Instituto de Seguridad del Trabajo que señala que el actor tiene afectado, un 65% de su capacidad de ganancia. 4. A fojas 6, historia clínica del actor. 5. A fojas 7, declaración y evaluación de invalidez de accidentes del trabajo. 6. A fojas 1 y siguientes del cuaderno de objeción de documentos obra copia de resolución Nº B20051162 de la comisión médica de reclamos de fecha 25 de octubre de 2005. 7. A fojas 3 del cuaderno de objeción de documentos copia de declaración y evaluación de accidente del trabajo de 21 de enero de 2005. 8. A fojas 4 del cuaderno de objeción de documentos rola copia de la declaración y evaluación de accidente del trabajo de fecha 28 de septiembre de 2005: 9. A fojas 6 del cuaderno de objeción de documentos antecedentes clínicos de discapacidad del actor de fecha 15 de noviembre de 2005. 10. A fojas 7 del cuaderno de objeción de documentos copia de solicitud de evaluación de discapacidad del actor. II. Confesional. La demandante solicitó y obtuvo que se citara a absolver posiciones al representante legal de la demandada don Marcelo Daniel Menéndez, quien al tenor del pliego de posiciones de fojas 95, respondió a fojas 98 y siguientes en la forma que consta en autos. III. Testimonial. La parte demandante rindió prueba testimonial al tenor de la lista de testigos rolante a fojas 76, compareciendo a fojas 99 vuelta don Nicolás Humberto Parra Betanzo, a fojas 111 compareció don Víctor Gastón Oyarzún Pérez, a fojas 115 don Claudio Joel Gatica Rosas, a fojas 116 don Víctor Rodrigo Gómez Conejeros. Todos los testigos previo a declarar fueron legalmente juramentados. IV. Oficios: 1. A fojas 122 rola oficio remitido por el Instituto de Salud del Trabajo en que se acompaña copia de la ficha clínica del actor, protocolo de operaciones, fotografías, informe de prestaciones económicas otorgadas e informe médico. 2. A fojas 130 y 132 rola oficio de la Seremi de Salud en que se envía la información del accidente de que se trata. V. Peritajes: 1. A fojas 147 rola informe pericial practicado al actor por el traumatólogo Sergio Mac Lean Gómez. 2. A fojas 171 rola el informe pericial emitido por el experto en prevención de riesgos don Luis Arriaza Henríquez. SEGUNDO: A fin de acreditar sus afirmaciones la demandada rindió la siguiente prueba: I. Documental; 1. A fojas 22 finiquito del trabajador suscrito por las partes ante la Inspección del Trabajo con fecha 7 de octubre de 2005. 2. A fojas 24 contrato de trabajo de fecha 1 de septiembre de 2003. 3. A fojas 26 acta de comparecencia ante la Inspección del Trabajo de fecha 7 de octubre de 2005. 4. A fojas 27 liquidación de remuneración del actor correspondiente al mes de agosto de 2005. 5. A fojas 28 comprobante de emisión de cheque de fecha 9 de septiembre de 2005. 5. A fojas 1 y 4 del cuaderno, de objeción de documentos Nº 2 obran las declaraciones juradas de Enrique Cárcamo y María Nazal Keim; ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

607

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

TERCERO: Que, no se encuentra controvertido en autos la efectividad que el actor Juan Luis Reyes Maldonado, fue contratado por la demandada con fecha 29 de enero de 2001 y que dejó de prestar servicios para Pesquera y Conservera Real el 2 de septiembre de 2005, asimismo existe consenso en cuanto a que con fecha 24 de enero de 2003 sufrió un accidente mientras prestaba servicios para ésta. La controversia versa respecto del valor del finiquito suscrito entre las partes y respecto de la responsabilidad que le cabe a la demandada en el accidente sufrido por el actor; CUARTO: Que, deberá discernirse en primer término respecto de la excepción de finiquito opuesta por la demandada, en efecto, obra en autos a fojas 22 copia autorizada, y no objetada de un finiquito suscrito entre don Juan Luis Reyes Maldonado y Pesquera Real Ltda. en el que consta que el actor recibió la suma de $ 4.703.622, este documento aparece fechado el 2 de septiembre de 2005, suscrito por ambas partes del contrato y ratificado ante la Inspección del Trabajo el 7 de octubre de 2005. QUINTO: Que, en su cláusula cuarta este instrumento señala: Asimismo declara el trabajador que, en todo caso, y a todo evento renuncia expresamente a cualquier derecho, acción o reclamo que eventualmente tuviere o pudiere corresponderle en contra del empleador, en relación directa o indirecta con su contrato de trabajo, con los servicios prestados, con la terminación del referido contrato o dichos servicios, sea que esos derechos o acciones correspondan a remuneraciones, cotizaciones, indemnizaciones, compensaciones, o con cualquier otra causa o concepto. SEXTO: Que, en su cláusula tercera señala “...y que nada se le adeuda por los conceptos antes indicados, ni por ningún otro concepto, sea de origen legal o contractual derivado de la prestación de sus servicios y motivo por el cual, no teniendo reclamo alguno que formular en contra de Pesquera Real Ltda. le otorga el más amplio y total finiquito, declaración que formula libre y espontáneamente, en perfecto y cabal conocimiento de cada uno y todos sus derechos; SÉPTIMO: Que, a fojas 26 obra un acta de comparecencia ante la inspectora del trabajo doña Patricia Pozo en que se señala que “de acuerdo a lo pactado el reclamante procede a pagar la suma de $ 4.703.622... el cual es recepcionado a su entera conformidad por el reclamante, firmándose el finiquito de trabajo; OCTAVO: Que, el finiquito produce como efecto fundamental el tener pleno poder liberatorio, es decir, se dan por satisfechas todas las controversias y deudas que pudiesen existir, salvo reserva expresa (Christian Melis y Felipe Sáez, Derecho del Trabajo, Tomo I, pág. 302, Edit. Jdca., Cono Sur, 2000); en consecuencia podemos estimar que el finiquito puede ser invocado por el empleador para precaver y evitar acciones en su contra; NOVENO: Que, tal es la trascendencia de los efectos de la suscripción de un finiquito que el legislador, en el artículo 177 del Código del Trabajo, lo ha rodeado de una serie de formalidades, siendo las más importantes el hecho de constar por escrito, el ser suscrita por las partes y el ser firmado o ratificado ante alguno de los diversos Ministros de Fe que señala; en el caso que nos ocupa se firmó ante el inspector del trabajo, cumpliendo el instrumento de que se trata con todas las exigencias que permiten, al empleador invocarlo válidamente. DÉCIMO: El actor ha interpuesto su demanda con fecha 7 de octubre de 2005, es decir el mismo día en que firmó el finiquito con la demandada, al respecto puede señalarse que conforme la doctrina de los actos propios el principio de buena fe exige la pérdida de toda eficacia a aquellos actos cuyo único fin sea confundir y pretender un beneficio sin una coherencia en el actuar jurídico. Sostiene Diez Picazo, a propósito del fundamento de la proscripción de la contravención a los actos propios, que “la conducta contradictoria es una contravención o una infracción del deber de buena fe “...el hecho de que una persona trate, en una determinada situación jurídica, de obtener la victoria en un litigio, poniéndose en contradicción con su conducta anterior, constituye un proceder injusto y falto de lealtad. He aquí por donde la regla según la cual, nadie puede ir en contra de sus propios actos, se anuda estrechamente con el principio de derecho que manda a comportarse de buena fe en las relaciones jurídicas. Este principio es, pues, el fundamento más seguro para nuestra regla que deberá ser por ello estudiada, analizada e interpretada en armonía con él.. DECIMOPRIMERO: Que, por los argumentos expuestos precedentemente deberá acogerse la excepción o defensa opuesta por la demandada reconociendo en el finiquito una constatación de la extinción de las obligaciones entre las partes y, consecuentemente, la pretensión ejercida por la demandante

608

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

TERCERO: Que, no se encuentra controvertido en autos la efectividad que el actor Juan Luis Reyes Maldonado, fue contratado por la demandada con fecha 29 de enero de 2001 y que dejó de prestar servicios para Pesquera y Conservera Real el 2 de septiembre de 2005, asimismo existe consenso en cuanto a que con fecha 24 de enero de 2003 sufrió un accidente mientras prestaba servicios para ésta. La controversia versa respecto del valor del finiquito suscrito entre las partes y respecto de la responsabilidad que le cabe a la demandada en el accidente sufrido por el actor; CUARTO: Que, deberá discernirse en primer término respecto de la excepción de finiquito opuesta por la demandada, en efecto, obra en autos a fojas 22 copia autorizada, y no objetada de un finiquito suscrito entre don Juan Luis Reyes Maldonado y Pesquera Real Ltda. en el que consta que el actor recibió la suma de $ 4.703.622, este documento aparece fechado el 2 de septiembre de 2005, suscrito por ambas partes del contrato y ratificado ante la Inspección del Trabajo el 7 de octubre de 2005. QUINTO: Que, en su cláusula cuarta este instrumento señala: Asimismo declara el trabajador que, en todo caso, y a todo evento renuncia expresamente a cualquier derecho, acción o reclamo que eventualmente tuviere o pudiere corresponderle en contra del empleador, en relación directa o indirecta con su contrato de trabajo, con los servicios prestados, con la terminación del referido contrato o dichos servicios, sea que esos derechos o acciones correspondan a remuneraciones, cotizaciones, indemnizaciones, compensaciones, o con cualquier otra causa o concepto. SEXTO: Que, en su cláusula tercera señala “...y que nada se le adeuda por los conceptos antes indicados, ni por ningún otro concepto, sea de origen legal o contractual derivado de la prestación de sus servicios y motivo por el cual, no teniendo reclamo alguno que formular en contra de Pesquera Real Ltda. le otorga el más amplio y total finiquito, declaración que formula libre y espontáneamente, en perfecto y cabal conocimiento de cada uno y todos sus derechos; SÉPTIMO: Que, a fojas 26 obra un acta de comparecencia ante la inspectora del trabajo doña Patricia Pozo en que se señala que “de acuerdo a lo pactado el reclamante procede a pagar la suma de $ 4.703.622... el cual es recepcionado a su entera conformidad por el reclamante, firmándose el finiquito de trabajo; OCTAVO: Que, el finiquito produce como efecto fundamental el tener pleno poder liberatorio, es decir, se dan por satisfechas todas las controversias y deudas que pudiesen existir, salvo reserva expresa (Christian Melis y Felipe Sáez, Derecho del Trabajo, Tomo I, pág. 302, Edit. Jdca., Cono Sur, 2000); en consecuencia podemos estimar que el finiquito puede ser invocado por el empleador para precaver y evitar acciones en su contra; NOVENO: Que, tal es la trascendencia de los efectos de la suscripción de un finiquito que el legislador, en el artículo 177 del Código del Trabajo, lo ha rodeado de una serie de formalidades, siendo las más importantes el hecho de constar por escrito, el ser suscrita por las partes y el ser firmado o ratificado ante alguno de los diversos Ministros de Fe que señala; en el caso que nos ocupa se firmó ante el inspector del trabajo, cumpliendo el instrumento de que se trata con todas las exigencias que permiten, al empleador invocarlo válidamente. DÉCIMO: El actor ha interpuesto su demanda con fecha 7 de octubre de 2005, es decir el mismo día en que firmó el finiquito con la demandada, al respecto puede señalarse que conforme la doctrina de los actos propios el principio de buena fe exige la pérdida de toda eficacia a aquellos actos cuyo único fin sea confundir y pretender un beneficio sin una coherencia en el actuar jurídico. Sostiene Diez Picazo, a propósito del fundamento de la proscripción de la contravención a los actos propios, que “la conducta contradictoria es una contravención o una infracción del deber de buena fe “...el hecho de que una persona trate, en una determinada situación jurídica, de obtener la victoria en un litigio, poniéndose en contradicción con su conducta anterior, constituye un proceder injusto y falto de lealtad. He aquí por donde la regla según la cual, nadie puede ir en contra de sus propios actos, se anuda estrechamente con el principio de derecho que manda a comportarse de buena fe en las relaciones jurídicas. Este principio es, pues, el fundamento más seguro para nuestra regla que deberá ser por ello estudiada, analizada e interpretada en armonía con él.. DECIMOPRIMERO: Que, por los argumentos expuestos precedentemente deberá acogerse la excepción o defensa opuesta por la demandada reconociendo en el finiquito una constatación de la extinción de las obligaciones entre las partes y, consecuentemente, la pretensión ejercida por la demandante

608

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

609

no podrá prosperar, pues se legitimaría una posición absolutamente contraria a sus actuaciones anteriores, ello en tanto el actor libre y con las formalidades de rigor suscribió un finiquito con su empleador y no puede posteriormente desconocer los efectos liberatorios que tal acto conlleva. DECIMOSEGUNDO: No se condena en costas a la parte vencida por haber tenido motivo plausible para litigar. DECIMOTERCERO: Que el resto de la prueba aportada, analizada de conformidad a las reglas de la sana crítica, en nada altera lo señalado precedentemente. DECIMOCUARTO: Que incumbe probar las obligaciones o su extinción a quien alega éstas o aquéllas. Por estas consideraciones y visto además lo dispuesto en los artículos 7 y siguientes, 160, 162, 163, 168, 173, 177, 420, 422, 425, y siguientes, 445, 446, 456 y 480 todos del Código del Trabajo, se resuelve: 1. Se rechaza la demanda interpuesta por don Juan Luis Reyes Maldonado en contra de Pesquera y Conservera Real Ltda. en todas sus partes. 2. No se condena en costas a la demandante por haber tenido motivo plausible para litigar. Anótese, regístrese, notifíquese y archívese en su oportunidad. Dictada por el señor Herbert James Mundy Casanova, Juez Interino. Autorizada por el señor Claudio Iván Neculmán Muñoz, Secretario Interino. Rol Nº 16.394 0.

II. CORTE DE APELACIONES Punta Arenas, veinticuatro de agosto de dos mil siete. VISTOS: Se reproduce la sentencia apelada de treinta de marzo pasado, escrita de fs. 214 a 218, con excepción de sus fundamentos tercero a decimotercero, que se eliminan. Y SE TIENE EN SU LUGAR Y ADEMÁS PRESENTE: PRIMERO: Que, de fs. 210 a 222 apela de dicho fallo el actor, impugnando lo resuelto por el Juez a quo por cuanto, a su juicio, no cabe en la especie otorgar al finiquito celebrado entre las partes efecto liberatorio en lo que respecta al accidente del trabajo sufrido por el señor Reyes Maldonado, pues ello implica liberar al empleador de su deber de cumplir las normas de seguridad inherentes a toda relación contractual del carácter de la de autos, agregando que la demandada es responsable del daño moral o extra patrimonial, el que se desprende de la naturaleza o secuelas del accidente teniendo presente que la capacidad de trabajo del dependiente se ha visto limitada en un 70%. Termina pidiendo se tenga por interpuesto el recurso, se declare que el finiquito no tiene poder liberatorio respecto de la responsabilidad del empleador en materia de accidentes del trabajo, que el actor debe ser resarcido íntegramente por el daño o perjuicio efectivo sufrido y que en consecuencia, se condena al demandado a pagar la suma de $ 2.522.184.330, por concepto de daño emergente, lucro cesante y daño moral, con costas. SEGUNDO: Que, para resolver la cuestión planteada, se estima pertinente dejar asentados como hechos de la causa, establecidos por la vía de la aceptación de las partes o de la prueba rendida al efecto, los siguientes: a) que, el demandante ingresó a prestar servicios para Pesquera y Conservera Real Limitada el 17 de enero de 2001, para desempeñarse en la función de empleado de mantención general, como consta en los instrumentos rolantes a fs. 1 y 2 y 24 y siguiente; b) que, el 21 de enero de 2003, mientras don Juan Reyes Maldonado desarrollaba sus funciones sufrió un accidente, al ser golpeado por la puerta de un contenedor metálico y lanzado contra una grúa horquilla que se encontraba en el lugar, a raíz de lo cual y después de un largo tratamiento médico, resultó con las secuelas definitivas que se indican en el documento que rola a fs. 1 y 2 del cuaderno separado Nº 1, emanado de la comisión médica de reclamos de Santiago, con fecha 25 de octubre de 2005, comprendiendo incapacidad por trastorno de stress post traumático, por oftalmología, otorrino y por deformación del rostro; c) que, la relación laboral concluyó el 2 de septiembre de 2005, fecha en que las partes suscribieron el finiquito que corre a fs. 22 y siguiente, documento que fue ratificado por el señor Reyes ante Inspector del Trabajo el 7 de octubre de ese año, por la causal de mutuo acuerdo establecida en el artículo 159 Nº 1 del Código del Trabajo, percibiendo el trabajador $ 743.034, por concepto de indemnización sustitutiva del aviso

Punta Arenas, veinticuatro de agosto de dos mil siete. VISTOS: Se reproduce la sentencia apelada de treinta de marzo pasado, escrita de fs. 214 a 218, con excepción de sus fundamentos tercero a decimotercero, que se eliminan. Y SE TIENE EN SU LUGAR Y ADEMÁS PRESENTE: PRIMERO: Que, de fs. 210 a 222 apela de dicho fallo el actor, impugnando lo resuelto por el Juez a quo por cuanto, a su juicio, no cabe en la especie otorgar al finiquito celebrado entre las partes efecto liberatorio en lo que respecta al accidente del trabajo sufrido por el señor Reyes Maldonado, pues ello implica liberar al empleador de su deber de cumplir las normas de seguridad inherentes a toda relación contractual del carácter de la de autos, agregando que la demandada es responsable del daño moral o extra patrimonial, el que se desprende de la naturaleza o secuelas del accidente teniendo presente que la capacidad de trabajo del dependiente se ha visto limitada en un 70%. Termina pidiendo se tenga por interpuesto el recurso, se declare que el finiquito no tiene poder liberatorio respecto de la responsabilidad del empleador en materia de accidentes del trabajo, que el actor debe ser resarcido íntegramente por el daño o perjuicio efectivo sufrido y que en consecuencia, se condena al demandado a pagar la suma de $ 2.522.184.330, por concepto de daño emergente, lucro cesante y daño moral, con costas. SEGUNDO: Que, para resolver la cuestión planteada, se estima pertinente dejar asentados como hechos de la causa, establecidos por la vía de la aceptación de las partes o de la prueba rendida al efecto, los siguientes: a) que, el demandante ingresó a prestar servicios para Pesquera y Conservera Real Limitada el 17 de enero de 2001, para desempeñarse en la función de empleado de mantención general, como consta en los instrumentos rolantes a fs. 1 y 2 y 24 y siguiente; b) que, el 21 de enero de 2003, mientras don Juan Reyes Maldonado desarrollaba sus funciones sufrió un accidente, al ser golpeado por la puerta de un contenedor metálico y lanzado contra una grúa horquilla que se encontraba en el lugar, a raíz de lo cual y después de un largo tratamiento médico, resultó con las secuelas definitivas que se indican en el documento que rola a fs. 1 y 2 del cuaderno separado Nº 1, emanado de la comisión médica de reclamos de Santiago, con fecha 25 de octubre de 2005, comprendiendo incapacidad por trastorno de stress post traumático, por oftalmología, otorrino y por deformación del rostro; c) que, la relación laboral concluyó el 2 de septiembre de 2005, fecha en que las partes suscribieron el finiquito que corre a fs. 22 y siguiente, documento que fue ratificado por el señor Reyes ante Inspector del Trabajo el 7 de octubre de ese año, por la causal de mutuo acuerdo establecida en el artículo 159 Nº 1 del Código del Trabajo, percibiendo el trabajador $ 743.034, por concepto de indemnización sustitutiva del aviso

II. CORTE DE APELACIONES no podrá prosperar, pues se legitimaría una posición absolutamente contraria a sus actuaciones anteriores, ello en tanto el actor libre y con las formalidades de rigor suscribió un finiquito con su empleador y no puede posteriormente desconocer los efectos liberatorios que tal acto conlleva. DECIMOSEGUNDO: No se condena en costas a la parte vencida por haber tenido motivo plausible para litigar. DECIMOTERCERO: Que el resto de la prueba aportada, analizada de conformidad a las reglas de la sana crítica, en nada altera lo señalado precedentemente. DECIMOCUARTO: Que incumbe probar las obligaciones o su extinción a quien alega éstas o aquéllas. Por estas consideraciones y visto además lo dispuesto en los artículos 7 y siguientes, 160, 162, 163, 168, 173, 177, 420, 422, 425, y siguientes, 445, 446, 456 y 480 todos del Código del Trabajo, se resuelve: 1. Se rechaza la demanda interpuesta por don Juan Luis Reyes Maldonado en contra de Pesquera y Conservera Real Ltda. en todas sus partes. 2. No se condena en costas a la demandante por haber tenido motivo plausible para litigar. Anótese, regístrese, notifíquese y archívese en su oportunidad. Dictada por el señor Herbert James Mundy Casanova, Juez Interino. Autorizada por el señor Claudio Iván Neculmán Muñoz, Secretario Interino. Rol Nº 16.394 0. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

609

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

previo y $ 3.715,170, a título de indemnización por años de servicio; d) que, el mismo 7 de octubre de 2005 el actor accionó de indemnización de perjuicios como se lee en el libelo de fs. 8 a 11. TERCERO: Que, así precisado, corresponde enseguida abordar, en primer lugar, si el finiquito suscrito entre los litigantes, efectivamente tuvo la virtud de liberar al empleador de todas sus obligaciones contractuales y legales provenientes de la relación laboral habida con el trabajador; y particularmente, con relación al deber de seguridad que pesa sobre aquél, según lo establece el artículo 184 del Código del Trabajo, pues de la eventual trasgresión a éste surgió el libelo resarcitorio que se interpuso. CUARTO: Que, específicamente, el análisis debe hacerse a partir de la cláusula cuarta del finiquito acompañado por la demandada a fs. 22 y siguientes, en la cual, después de haber declarado el trabajador no tener acreencia alguna en contra del empleador, señaló que “en todo caso y a todo evento renunciaba expresamente a cualquier derecho, acción o reclamo que eventualmente tuviere o pudiere corresponder en contra del empleador, en relación directa o indirecta con su contrato de trabajo, con los servicios prestados, con la terminación del referido contrato o dichos servicios, sea que esos derechos o acciones correspondan a remuneraciones, cotizaciones previsionales, de seguridad social o de salud, subsidios, beneficios contractuales adicionales a las remuneraciones, indemnizaciones, compensaciones o con cualquier otra causa o concepto. QUINTO: Que, a la luz del tenor literal del artículo 5º inciso segundo del Código del Trabajo, pareciera, a primera vista, que la antedicha renuncia es legalmente admisible y que, en consecuencia, el finiquito, no objetado, tendría amplios efectos liberatorios, careciendo, por ende, el actor de legitimación activa para el ejercicio de la acción sublite, como lo alega la demandada. Sin embargo, los sentenciadores de mayoría son de criterio de sostener que aun terminada la relación laboral, la renuncia formulada por el trabajador es ineficaz en la medida que se vincula no con el puro interés patrimonial individual del actor, sino con un bien jurídico o interés colectivo, como es el derecho a la integridad física y psíquica establecido en el artículo 19 Nº 1 inciso primero de la Constitución Política de la República, el que, dado su carácter de garantía constitucional, es indisponible entre las partes y, en consecuencia, no puede ser objeto de renuncia, pues como lo expresa el profesor Sergio Gamonal Contreras, en su obra introducción al Derecho, capítulo V, pág. 156, “su proyección trasciende el mero ámbito individual del sujeto, agregando que “en este caso se encuentran las normas relativas a la capacidad y protección a los trabajadores establecidas en los artículos 13 y siguientes y 184 y siguientes del Código del Trabajo. Así, entonces, el artículo 5º inciso segundo, en comento, necesariamente se ve subordinado a la norma de rango constitucional referida, debiendo primar ésta por sobre la certeza o seguridad jurídica, lo que produce como consecuencia la plena vigencia del ya citado artículo 184 del mismo Código para proceder, en sede judicial, al examen y resolución que corresponda respecto de la reparación de los daños experimentados por el dependiente con motivo de una eventual trasgresión de dicho deber de seguridad; máxime si se tiene presente, por una parte, que la renuncia que se analiza tuvo lugar el 7 de octubre de 2005, esto es, antes del dictamen definitivo de incapacidad emanado de la comisión médica de reclamos referido en la letra b) de motivo segundo y; por otra, que llama la atención de estos sentenciadores de mayoría que, pese a que la relación laboral concluyó, por una causal que no genera las indemnizaciones establecidas en los artículos 162 inciso cuarto y 163 del Código del Trabajo, éstas se hayan pagado efectivamente, en forma simultánea con la ratificación del finiquito. SEXTO: Que, delimitada, como ha quedado dicho, la extensión del efecto liberatorio del finiquito celebrado en autos, corresponde a continuación entrar a examinar si en la especie el empleador dio o no estricto cumplimiento al deber de seguridad que le impone el artículo 184 del Código del Trabajo, precepto que lo obliga a tomar todas las medidas destinadas a proteger eficazmente la vida y salud de sus trabajadores, de lo que sólo cabe inferir que, sí durante la ejecución de las tareas tiene lugar un hecho dañoso para un dependiente, la ocurrencia del mismo sólo puede deberse a que el empleador no tomó todas aquellas medidas; aunque se estima útil dejar constancia que la eventual responsabilidad de aquél no puede alcanzar al caso fortuito o fuerza mayor, pero sí a lo que en derecho civil se denomina suma diligencia o cuidado, extendiéndose, por ende, dicha responsabilidad hasta la llamada culpa levísima. SÉPTIMO: Que, para apreciar si en el caso concreto el empleador cumplió íntegramente su deber legal de seguridad, cabe tener en cuenta, en primer término, las conclusiones contenidas en el informe

610

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

previo y $ 3.715,170, a título de indemnización por años de servicio; d) que, el mismo 7 de octubre de 2005 el actor accionó de indemnización de perjuicios como se lee en el libelo de fs. 8 a 11. TERCERO: Que, así precisado, corresponde enseguida abordar, en primer lugar, si el finiquito suscrito entre los litigantes, efectivamente tuvo la virtud de liberar al empleador de todas sus obligaciones contractuales y legales provenientes de la relación laboral habida con el trabajador; y particularmente, con relación al deber de seguridad que pesa sobre aquél, según lo establece el artículo 184 del Código del Trabajo, pues de la eventual trasgresión a éste surgió el libelo resarcitorio que se interpuso. CUARTO: Que, específicamente, el análisis debe hacerse a partir de la cláusula cuarta del finiquito acompañado por la demandada a fs. 22 y siguientes, en la cual, después de haber declarado el trabajador no tener acreencia alguna en contra del empleador, señaló que “en todo caso y a todo evento renunciaba expresamente a cualquier derecho, acción o reclamo que eventualmente tuviere o pudiere corresponder en contra del empleador, en relación directa o indirecta con su contrato de trabajo, con los servicios prestados, con la terminación del referido contrato o dichos servicios, sea que esos derechos o acciones correspondan a remuneraciones, cotizaciones previsionales, de seguridad social o de salud, subsidios, beneficios contractuales adicionales a las remuneraciones, indemnizaciones, compensaciones o con cualquier otra causa o concepto. QUINTO: Que, a la luz del tenor literal del artículo 5º inciso segundo del Código del Trabajo, pareciera, a primera vista, que la antedicha renuncia es legalmente admisible y que, en consecuencia, el finiquito, no objetado, tendría amplios efectos liberatorios, careciendo, por ende, el actor de legitimación activa para el ejercicio de la acción sublite, como lo alega la demandada. Sin embargo, los sentenciadores de mayoría son de criterio de sostener que aun terminada la relación laboral, la renuncia formulada por el trabajador es ineficaz en la medida que se vincula no con el puro interés patrimonial individual del actor, sino con un bien jurídico o interés colectivo, como es el derecho a la integridad física y psíquica establecido en el artículo 19 Nº 1 inciso primero de la Constitución Política de la República, el que, dado su carácter de garantía constitucional, es indisponible entre las partes y, en consecuencia, no puede ser objeto de renuncia, pues como lo expresa el profesor Sergio Gamonal Contreras, en su obra introducción al Derecho, capítulo V, pág. 156, “su proyección trasciende el mero ámbito individual del sujeto, agregando que “en este caso se encuentran las normas relativas a la capacidad y protección a los trabajadores establecidas en los artículos 13 y siguientes y 184 y siguientes del Código del Trabajo. Así, entonces, el artículo 5º inciso segundo, en comento, necesariamente se ve subordinado a la norma de rango constitucional referida, debiendo primar ésta por sobre la certeza o seguridad jurídica, lo que produce como consecuencia la plena vigencia del ya citado artículo 184 del mismo Código para proceder, en sede judicial, al examen y resolución que corresponda respecto de la reparación de los daños experimentados por el dependiente con motivo de una eventual trasgresión de dicho deber de seguridad; máxime si se tiene presente, por una parte, que la renuncia que se analiza tuvo lugar el 7 de octubre de 2005, esto es, antes del dictamen definitivo de incapacidad emanado de la comisión médica de reclamos referido en la letra b) de motivo segundo y; por otra, que llama la atención de estos sentenciadores de mayoría que, pese a que la relación laboral concluyó, por una causal que no genera las indemnizaciones establecidas en los artículos 162 inciso cuarto y 163 del Código del Trabajo, éstas se hayan pagado efectivamente, en forma simultánea con la ratificación del finiquito. SEXTO: Que, delimitada, como ha quedado dicho, la extensión del efecto liberatorio del finiquito celebrado en autos, corresponde a continuación entrar a examinar si en la especie el empleador dio o no estricto cumplimiento al deber de seguridad que le impone el artículo 184 del Código del Trabajo, precepto que lo obliga a tomar todas las medidas destinadas a proteger eficazmente la vida y salud de sus trabajadores, de lo que sólo cabe inferir que, sí durante la ejecución de las tareas tiene lugar un hecho dañoso para un dependiente, la ocurrencia del mismo sólo puede deberse a que el empleador no tomó todas aquellas medidas; aunque se estima útil dejar constancia que la eventual responsabilidad de aquél no puede alcanzar al caso fortuito o fuerza mayor, pero sí a lo que en derecho civil se denomina suma diligencia o cuidado, extendiéndose, por ende, dicha responsabilidad hasta la llamada culpa levísima. SÉPTIMO: Que, para apreciar si en el caso concreto el empleador cumplió íntegramente su deber legal de seguridad, cabe tener en cuenta, en primer término, las conclusiones contenidas en el informe

610

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

611

pericial que rola de fs. 201 a 205, evacuado por el ingeniero don Luis Arriaza Henríquez, experto en prevención de riesgos, quien, estableció que el accidente era evitable, que sus causas no son atribuibles al trabajador señor Reyes y que la causa directa del mismo fue la ausencia de medidas preventivas que debía adoptar la empresa, y esencialmente la falta de un comité paritario de higiene y seguridad; haciendo presente que el actor era supervisor únicamente en la tarea de acondicionar la unidad fábrica de hielo para su traslado, incluyendo desconexión eléctrica y de agua, recuperación de refrigerante, sellado de línea, desconexión de anclaje, etcétera; no incluyendo el transporte ni la ubicación del contenedor de transporte o de la grúa horquilla. OCTAVO: Que, la citada pericia, además de aparecer emitida por un profesional competente, parece ajustada a las reglas de la lógica y de la experiencia, al haber tomado en consideración, en forma correcta todas las circunstancias que rodearon el resultado dañoso producido y, en consecuencia, genera convicción en los sentenciadores de mayoría, sin perjuicio de tener presente, además, que aparece corroborada con la testimonial de Nicolás Parra Betanzo y de don Víctor Oyarzún P., de fs. 101 vta. y siguiente y 111 vta. y siguiente, respectivamente, como asimismo que aquella ráfaga de viento que repentina y abruptamente golpeó al trabajador, no puede ser estimada como imprevisible, pues es un hecho notorio que esta Región comúnmente se ve afectada por temporales de viento, de modo que la situación ocurrida, siendo previsible y superable, nunca debió escapar del control de quienes trabajaban en la faena y bien pudo evitarse si se hubieran tomado todas las medidas de seguridad correctas y, en consecuencia, si el cierre de la puerta del contenedor se produjo, ello necesariamente se debió a que dichas medidas no se adoptaron, con lo que sólo cabe imputar el resultado dañoso al empleador; no existiendo en autos antecedente alguno sobre la presunta negligencia, imprudencia o desidia del actor; ni siendo tampoco factor exonerante de responsabilidad de aquél que el estado de la maquinaria y accesorios que formaron parte del todo del accidente haya sido adecuado, como se alega en el escrito de contestación. NOVENO: Que, establecido, como se encuentra, que el hecho dañoso tuvo lugar con ocasión de no haberse tomado por el empleador todas las medidas de seguridad, corresponde ahora, examinar la procedencia de los diversos ítems demandados en el libelo, esto es, el daño emergente, lucro cesante y daño moral. DÉCIMO: Que, con relación al primero, comparten estos sentenciadores de mayoría la aseveración hecha a fs. 46, en cuanto a que el trabajador no incurrió en gasto alguno para hacer frente al accidente que le afectó, por cuanto efectivamente los organismos pertinentes le otorgaron todo el tratamiento médico que la situación ameritaba y porque, además, no rindió prueba alguna tendiente a acreditar los desembolsos que alega; en tanto que, igual decisión se adoptará respecto al lucro cesante pretendido pues es efectivo que en el libelo se pide por este concepto un monto determinado, sin fundamentar cómo se llega a él, no resultando aceptable que tal daño se calcule en forma simple, multiplicando la remuneración mensual por el número de años que restaban para que el trabajador jubilare, ya que, no obstante la edad del actor, nada garantizaba que éste siguiere trabajando para la demandada por un número cercano a treinta años pues ello implica desconocer las vicisitudes de la vida, los altibajos de la economía, la continuidad o no de la empresa, etcétera; a todo lo cual cabe sumar que de la causa se desprende que percibe una pensión de invalidez y el hecho que no rindió el señor Reyes Maldonado prueba alguna tendiente a acreditar la efectividad de la pérdida de las ganancias que alega, en circunstancias que la carga de la prueba recaía en él. DECIMOPRIMERO: Que, distinto es lo que ocurre con relación al daño moral reclamado por el actor, entendido como el sufrimiento o aflicción que éste experimentó y que seguirá experimentando durante el resto de su vida, proveniente del daño estético de que dan cuenta las fotografías que corren de fs. 136 a 142, de la disminución severa o pérdida del gusto y del olfato acreditadas, a su turno, con la testimonial rendida a fs. 100 vta. y 111 vta., consistente en los dichos de Nicolás Parra Betanzo y Víctor Oyarzún Pérez, respectivamente; de las secuelas que describe el psiquiatra Armando Larraguibel Christen, a fs. 130 y de la que indica el traumatólogo Sergio Mac lean Gómez, a fs. 177. DECIMOSEGUNDO: Que, en cuanto a la avaluación del referido daño y no obstante que en la petitoria del libelo se señaló una cantidad fija, la doctrina y jurisprudencia son uniformes en cuanto a que es facultad prudencial de los Jueces del fondo determinar la cantidad a pagar, y así por lo demás, lo

pericial que rola de fs. 201 a 205, evacuado por el ingeniero don Luis Arriaza Henríquez, experto en prevención de riesgos, quien, estableció que el accidente era evitable, que sus causas no son atribuibles al trabajador señor Reyes y que la causa directa del mismo fue la ausencia de medidas preventivas que debía adoptar la empresa, y esencialmente la falta de un comité paritario de higiene y seguridad; haciendo presente que el actor era supervisor únicamente en la tarea de acondicionar la unidad fábrica de hielo para su traslado, incluyendo desconexión eléctrica y de agua, recuperación de refrigerante, sellado de línea, desconexión de anclaje, etcétera; no incluyendo el transporte ni la ubicación del contenedor de transporte o de la grúa horquilla. OCTAVO: Que, la citada pericia, además de aparecer emitida por un profesional competente, parece ajustada a las reglas de la lógica y de la experiencia, al haber tomado en consideración, en forma correcta todas las circunstancias que rodearon el resultado dañoso producido y, en consecuencia, genera convicción en los sentenciadores de mayoría, sin perjuicio de tener presente, además, que aparece corroborada con la testimonial de Nicolás Parra Betanzo y de don Víctor Oyarzún P., de fs. 101 vta. y siguiente y 111 vta. y siguiente, respectivamente, como asimismo que aquella ráfaga de viento que repentina y abruptamente golpeó al trabajador, no puede ser estimada como imprevisible, pues es un hecho notorio que esta Región comúnmente se ve afectada por temporales de viento, de modo que la situación ocurrida, siendo previsible y superable, nunca debió escapar del control de quienes trabajaban en la faena y bien pudo evitarse si se hubieran tomado todas las medidas de seguridad correctas y, en consecuencia, si el cierre de la puerta del contenedor se produjo, ello necesariamente se debió a que dichas medidas no se adoptaron, con lo que sólo cabe imputar el resultado dañoso al empleador; no existiendo en autos antecedente alguno sobre la presunta negligencia, imprudencia o desidia del actor; ni siendo tampoco factor exonerante de responsabilidad de aquél que el estado de la maquinaria y accesorios que formaron parte del todo del accidente haya sido adecuado, como se alega en el escrito de contestación. NOVENO: Que, establecido, como se encuentra, que el hecho dañoso tuvo lugar con ocasión de no haberse tomado por el empleador todas las medidas de seguridad, corresponde ahora, examinar la procedencia de los diversos ítems demandados en el libelo, esto es, el daño emergente, lucro cesante y daño moral. DÉCIMO: Que, con relación al primero, comparten estos sentenciadores de mayoría la aseveración hecha a fs. 46, en cuanto a que el trabajador no incurrió en gasto alguno para hacer frente al accidente que le afectó, por cuanto efectivamente los organismos pertinentes le otorgaron todo el tratamiento médico que la situación ameritaba y porque, además, no rindió prueba alguna tendiente a acreditar los desembolsos que alega; en tanto que, igual decisión se adoptará respecto al lucro cesante pretendido pues es efectivo que en el libelo se pide por este concepto un monto determinado, sin fundamentar cómo se llega a él, no resultando aceptable que tal daño se calcule en forma simple, multiplicando la remuneración mensual por el número de años que restaban para que el trabajador jubilare, ya que, no obstante la edad del actor, nada garantizaba que éste siguiere trabajando para la demandada por un número cercano a treinta años pues ello implica desconocer las vicisitudes de la vida, los altibajos de la economía, la continuidad o no de la empresa, etcétera; a todo lo cual cabe sumar que de la causa se desprende que percibe una pensión de invalidez y el hecho que no rindió el señor Reyes Maldonado prueba alguna tendiente a acreditar la efectividad de la pérdida de las ganancias que alega, en circunstancias que la carga de la prueba recaía en él. DECIMOPRIMERO: Que, distinto es lo que ocurre con relación al daño moral reclamado por el actor, entendido como el sufrimiento o aflicción que éste experimentó y que seguirá experimentando durante el resto de su vida, proveniente del daño estético de que dan cuenta las fotografías que corren de fs. 136 a 142, de la disminución severa o pérdida del gusto y del olfato acreditadas, a su turno, con la testimonial rendida a fs. 100 vta. y 111 vta., consistente en los dichos de Nicolás Parra Betanzo y Víctor Oyarzún Pérez, respectivamente; de las secuelas que describe el psiquiatra Armando Larraguibel Christen, a fs. 130 y de la que indica el traumatólogo Sergio Mac lean Gómez, a fs. 177. DECIMOSEGUNDO: Que, en cuanto a la avaluación del referido daño y no obstante que en la petitoria del libelo se señaló una cantidad fija, la doctrina y jurisprudencia son uniformes en cuanto a que es facultad prudencial de los Jueces del fondo determinar la cantidad a pagar, y así por lo demás, lo ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

611

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

aceptó la propia demandada a fs. 44 párrafo primero; por lo que estos sentenciadores de mayoría, en ejercicio de tal facultad, son de criterio de establecerlo en la suma de $ 2.500.000, la que devengará reajustes desde la fecha de este fallo e intereses corrientes a contar de la data en que el mismo quede firme o ejecutoriado. DECIMOTERCERO: Que, conforme a lo razonado precedentemente, sólo cabe el rechazo de la totalidad de las excepciones planteadas por la demandada en su escrito de contestación. DECIMOCUARTO: Que, la prueba ha sido apreciada conforme a las reglas de la sana crítica. Por estas consideraciones y visto, además, lo dispuesto en los artículos 7 y 184 del Código del Trabajo y 1546 y 1556 del Código Civil SE DECLARA: I. Que se revoca la sentencia apelada de treinta de marzo pasado escrita de fs. 214 a 218, en cuanto por su resuelvo Nº I rechazó la demanda interpuesta de fs. 8 a 11, en todas sus partes, y en su lugar se dispone que se accede a dicho libelo sólo en cuanto se condena a la demandada, Pesquera y Conservera Real Limitada, representada por doña Elda Noemí González o don Hitoschi Hanaoka, a pagar a favor del actor don Juan Reyes Maldonado, la suma de $ 2.500.000, a título de indemnización por el daño moral experimentado por éste con motivo del accidente del trabajo sufrido el 24 de enero de 2003, cantidad que devengará reajustes desde la fecha de este fallo e intereses corrientes a contar de la data en que éste quede firme; quedando, en consecuencia, desechadas las excepciones de finiquito, de falta de responsabilidad de la demandada, fundada en no existir culpa alguna de su parte en los hechos del libelo ni relación de causalidad entre éstos y el daño producido, la subsidiaria de haber el empleador tomado todas las medidas de seguridad inherentes a la faena donde ocurrió el accidente y la de reducción de los montos indemnizatorios reclamados. II. Que se confirma en lo demás apelado la referida sentencia, con declaración que la parte demandada y apelada en estos autos no será condenada al pago de las costas por no haber resultado totalmente vencida, quedando, en consecuencia, modificado a este respecto el resuelvo 2 del fallo en mención. Acordada con e voto en contra del Ministro señor Faúndez, quien fue de parecer de confirmar la sentencia en alzada, en virtud de los siguientes fundamentos: 1º. Que según la cláusula cuarta del finiquito a que llegaron las partes, el 2 de septiembre de 2005, con motivo de la terminación de la relación laboral, cuya copia autorizada rola a fs. 22 y 23 de estos autos, el trabajador renunció expresamente, en todo caso y a todo evento, a cualquier derecho, acción o reclamo que eventualmente tuviere o pudiere corresponderle en contra del empleador, en relación directa o indirecta con su contrato de trabajo, con los servicios prestados, con la terminación del referido contrato o dichos servicios, sea que esos derechos o acciones correspondan a remuneraciones, cotizaciones previsionales, de seguridad social o de salud, subsidios, beneficios contractuales adicionales a las remuneraciones, indemnizaciones, compensaciones, o cualquier otra causa o concepto; 2º. Que dicha renuncia la hizo el trabajador con conocimiento de que a causa del accidente, ocurrido el 24 de enero de 2003, había quedado con una incapacidad de ganancia calculada en un 65% por el I.S.T., según se desprende de su propia demanda de fecha 7 de octubre de 2005, y documentos que acompaña a ésta; 3º. Que si bien los derechos de los trabajadores son irrenunciables artículo 5º del Código del Trabajo esta prohibición se debe, según la doctrina, porque se estima que la disposición del trabajador de sus derechos, durante la ejecución del contrato tiene un vicio, causado por una especie de violencia moral que sufre aquél en estado dependencia de su empleador, luego este impedimento se refiere a una renuncia anticipada de derechos que la ley le concede y no a una que se refiere a derechos que ya se encontraban en su patrimonio; 4º. Que, en lo que se refiere al caso de autos, el artículo 69 de la ley Nº, 16.744, sobre Seguro Social contra Riesgos de Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales, expresa que cuando el accidente o enfermedad se deba a culpa o dolo de la entidad empleadora, sin perjuicio de las acciones criminales que procedan, la víctima y las demás personas a quienes el accidente o enfermedad cause daño podrán reclamar al empleador responsable del accidente, también las otras indemnizaciones a que tengan derecho, con arreglo a las prescripciones del derecho común, incluso el daño moral; 5º. Que en consecuencia, no tratándose en la especie de perseguir la acción penal por la posible responsabilidad criminal del empleador, el asunto a que se refiere la demanda debe someterse a las normas del derecho común y, por lo tanto, habiéndose demandado después de haber renunciado a posibles derechos que ya se encontrarían en el haber del actor no encontrándose

612

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

aceptó la propia demandada a fs. 44 párrafo primero; por lo que estos sentenciadores de mayoría, en ejercicio de tal facultad, son de criterio de establecerlo en la suma de $ 2.500.000, la que devengará reajustes desde la fecha de este fallo e intereses corrientes a contar de la data en que el mismo quede firme o ejecutoriado. DECIMOTERCERO: Que, conforme a lo razonado precedentemente, sólo cabe el rechazo de la totalidad de las excepciones planteadas por la demandada en su escrito de contestación. DECIMOCUARTO: Que, la prueba ha sido apreciada conforme a las reglas de la sana crítica. Por estas consideraciones y visto, además, lo dispuesto en los artículos 7 y 184 del Código del Trabajo y 1546 y 1556 del Código Civil SE DECLARA: I. Que se revoca la sentencia apelada de treinta de marzo pasado escrita de fs. 214 a 218, en cuanto por su resuelvo Nº I rechazó la demanda interpuesta de fs. 8 a 11, en todas sus partes, y en su lugar se dispone que se accede a dicho libelo sólo en cuanto se condena a la demandada, Pesquera y Conservera Real Limitada, representada por doña Elda Noemí González o don Hitoschi Hanaoka, a pagar a favor del actor don Juan Reyes Maldonado, la suma de $ 2.500.000, a título de indemnización por el daño moral experimentado por éste con motivo del accidente del trabajo sufrido el 24 de enero de 2003, cantidad que devengará reajustes desde la fecha de este fallo e intereses corrientes a contar de la data en que éste quede firme; quedando, en consecuencia, desechadas las excepciones de finiquito, de falta de responsabilidad de la demandada, fundada en no existir culpa alguna de su parte en los hechos del libelo ni relación de causalidad entre éstos y el daño producido, la subsidiaria de haber el empleador tomado todas las medidas de seguridad inherentes a la faena donde ocurrió el accidente y la de reducción de los montos indemnizatorios reclamados. II. Que se confirma en lo demás apelado la referida sentencia, con declaración que la parte demandada y apelada en estos autos no será condenada al pago de las costas por no haber resultado totalmente vencida, quedando, en consecuencia, modificado a este respecto el resuelvo 2 del fallo en mención. Acordada con e voto en contra del Ministro señor Faúndez, quien fue de parecer de confirmar la sentencia en alzada, en virtud de los siguientes fundamentos: 1º. Que según la cláusula cuarta del finiquito a que llegaron las partes, el 2 de septiembre de 2005, con motivo de la terminación de la relación laboral, cuya copia autorizada rola a fs. 22 y 23 de estos autos, el trabajador renunció expresamente, en todo caso y a todo evento, a cualquier derecho, acción o reclamo que eventualmente tuviere o pudiere corresponderle en contra del empleador, en relación directa o indirecta con su contrato de trabajo, con los servicios prestados, con la terminación del referido contrato o dichos servicios, sea que esos derechos o acciones correspondan a remuneraciones, cotizaciones previsionales, de seguridad social o de salud, subsidios, beneficios contractuales adicionales a las remuneraciones, indemnizaciones, compensaciones, o cualquier otra causa o concepto; 2º. Que dicha renuncia la hizo el trabajador con conocimiento de que a causa del accidente, ocurrido el 24 de enero de 2003, había quedado con una incapacidad de ganancia calculada en un 65% por el I.S.T., según se desprende de su propia demanda de fecha 7 de octubre de 2005, y documentos que acompaña a ésta; 3º. Que si bien los derechos de los trabajadores son irrenunciables artículo 5º del Código del Trabajo esta prohibición se debe, según la doctrina, porque se estima que la disposición del trabajador de sus derechos, durante la ejecución del contrato tiene un vicio, causado por una especie de violencia moral que sufre aquél en estado dependencia de su empleador, luego este impedimento se refiere a una renuncia anticipada de derechos que la ley le concede y no a una que se refiere a derechos que ya se encontraban en su patrimonio; 4º. Que, en lo que se refiere al caso de autos, el artículo 69 de la ley Nº, 16.744, sobre Seguro Social contra Riesgos de Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales, expresa que cuando el accidente o enfermedad se deba a culpa o dolo de la entidad empleadora, sin perjuicio de las acciones criminales que procedan, la víctima y las demás personas a quienes el accidente o enfermedad cause daño podrán reclamar al empleador responsable del accidente, también las otras indemnizaciones a que tengan derecho, con arreglo a las prescripciones del derecho común, incluso el daño moral; 5º. Que en consecuencia, no tratándose en la especie de perseguir la acción penal por la posible responsabilidad criminal del empleador, el asunto a que se refiere la demanda debe someterse a las normas del derecho común y, por lo tanto, habiéndose demandado después de haber renunciado a posibles derechos que ya se encontrarían en el haber del actor no encontrándose

612

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

613

prohibida la renuncia, según lo expresado en el fundamento tercero de este fallo, ni habiéndose alegado error, fuerza o dolo, y habiéndose cumplido con los requisitos formales que la ley exige, artículo 171 del Código del Trabajo, el acuerdo a que llegaron las partes en el referido finiquito, es una ley para las partes; 6º. Que en consecuencia no se pueden demandar ahora sumas herméticas y poco serias de dinero por daño emergente, lucro cesante y daño moral que, si se estimaba que correspondían, pudieron haberse reservado, antes de firmar un documento que contiene la renuncia a cualquier derecho, acción o reclamo que pudiere corresponderle en contra de su empleador en relación indirecta con su contrato de trabajo, sea que estos derechos o acciones correspondieren a indemnizaciones, compensaciones, o cualquier otra causa o concepto. Redacción del voto de mayoría del Ministro señor Vigueras y del de minoría, su autor. Se deja constancia que no firman el presente fallo, no obstante haber concurrido a la vista y acuerdo, los Ministros Titulares señora Virginia Bravo, por encontrarse haciendo uso de licencia médica y el señor Hugo Faúndez López, por encontrarse haciendo uso de feriado legal. Regístrese y devuélvase. Pronunciaba por los Ministros Titulares doña Virginia Bravo Saavedra, doña María Isabel San Martín Morales, señores Hugo Faúndez López y Solón Vigueras Seguel. Autoriza doña Iris Fernández Soto, Secretaria Subrogante. Rol Laboral Nº 17 2007.

III. CORTE SUPREMA Santiago, dieciocho de octubre de dos mil siete. VISTOS Y TENIENDO PRESENTE: PRIMERO: Que en conformidad a lo dispuesto en el artículo 782 del Código de Procedimiento Civil, se ha ordenado dar cuenta del recurso de casación en el fondo deducido por el demandante a fojas 321. SEGUNDO: Que el recurrente denuncia la infracción de los artículos 184 del Código del Trabajo y 69 de la ley 16.744. Sostiene, en síntesis, que los Jueces del fondo han incurrido en error de derecho al desestimar la demanda en lo relativo a la indemnización por concepto de daño emergente, en circunstancias que dicho rubro forma parte del resarcimiento que debe efectuar la demandada a favor del actor. Asimismo, cuestiona el proceder de los sentenciadores al haber establecido un monto a su juicio, exiguo e inferior a lo solicitado, en lo referente, al daño moral. TERCERO: Que analizados los antecedentes agregados al proceso, de acuerdo a la forma que señala la ley, los sentenciadores del grado, estimaron en lo pertinente, que la demandada incumplió con el deber de seguridad, lo que originó el hecho dañoso que se reclama. Pero, no acogen la pretensión de otorgar la indemnización reclamada por concepto de daño emergente, por considerar que no se han acreditado los presupuestos de su existencia y respecto del daño moral, hacen lugar a la acción deducida, regulándolo en la suma de $ 2.500.000. CUARTO: Que de lo expresado es posible concluir que el recurrente impugna la ponderación que de las probanzas rendidas en el juicio, hicieron los Jueces del fondo e insta de esa manera por la alteración de los hechos y conclusiones establecidas, desconociendo que la apreciación de los elementos de convicción allegados al proceso, corresponde al ejercicio de facultades privativas de los Jueces del grado, en cuya virtud se ha resuelto no dar lugar a la indemnización demandada por concepto de daño emergente y se ha fijado la cuantía de la reparación ordenada por daño moral. Quinto: Que lo razonado resulta suficiente para concluir que el recurso en análisis adolece de manifiesta falta de fundamento, lo que conduce a su rechazo en esta etapa de su tramitación. Por estas consideraciones y normas legales citadas, se rechaza el recurso de casación en el fondo deducido por el demandante a fojas 321, contra la sentencia de veinticuatro de agosto del año en curso, escrita a fojas 307 y siguientes. Regístrese y devuélvase, con sus agregados. Rol Nº 5.230 07. Pronunciada por la Cuarta Sala de la Corte Suprema integrada por los Ministros señores Marcos Libedinsky T., Orlando Alvarez H., señora Sonia Araneda B., y los Abogados Integrantes señores Ricardo Peralta V. y Juan Carlos Cárcamo O. Santiago, 18 de octubre de 2007. Autoriza el Secretario de la Corte Suprema, señor Carlos Meneses Pizarro.

Santiago, dieciocho de octubre de dos mil siete. VISTOS Y TENIENDO PRESENTE: PRIMERO: Que en conformidad a lo dispuesto en el artículo 782 del Código de Procedimiento Civil, se ha ordenado dar cuenta del recurso de casación en el fondo deducido por el demandante a fojas 321. SEGUNDO: Que el recurrente denuncia la infracción de los artículos 184 del Código del Trabajo y 69 de la ley 16.744. Sostiene, en síntesis, que los Jueces del fondo han incurrido en error de derecho al desestimar la demanda en lo relativo a la indemnización por concepto de daño emergente, en circunstancias que dicho rubro forma parte del resarcimiento que debe efectuar la demandada a favor del actor. Asimismo, cuestiona el proceder de los sentenciadores al haber establecido un monto a su juicio, exiguo e inferior a lo solicitado, en lo referente, al daño moral. TERCERO: Que analizados los antecedentes agregados al proceso, de acuerdo a la forma que señala la ley, los sentenciadores del grado, estimaron en lo pertinente, que la demandada incumplió con el deber de seguridad, lo que originó el hecho dañoso que se reclama. Pero, no acogen la pretensión de otorgar la indemnización reclamada por concepto de daño emergente, por considerar que no se han acreditado los presupuestos de su existencia y respecto del daño moral, hacen lugar a la acción deducida, regulándolo en la suma de $ 2.500.000. CUARTO: Que de lo expresado es posible concluir que el recurrente impugna la ponderación que de las probanzas rendidas en el juicio, hicieron los Jueces del fondo e insta de esa manera por la alteración de los hechos y conclusiones establecidas, desconociendo que la apreciación de los elementos de convicción allegados al proceso, corresponde al ejercicio de facultades privativas de los Jueces del grado, en cuya virtud se ha resuelto no dar lugar a la indemnización demandada por concepto de daño emergente y se ha fijado la cuantía de la reparación ordenada por daño moral. Quinto: Que lo razonado resulta suficiente para concluir que el recurso en análisis adolece de manifiesta falta de fundamento, lo que conduce a su rechazo en esta etapa de su tramitación. Por estas consideraciones y normas legales citadas, se rechaza el recurso de casación en el fondo deducido por el demandante a fojas 321, contra la sentencia de veinticuatro de agosto del año en curso, escrita a fojas 307 y siguientes. Regístrese y devuélvase, con sus agregados. Rol Nº 5.230 07. Pronunciada por la Cuarta Sala de la Corte Suprema integrada por los Ministros señores Marcos Libedinsky T., Orlando Alvarez H., señora Sonia Araneda B., y los Abogados Integrantes señores Ricardo Peralta V. y Juan Carlos Cárcamo O. Santiago, 18 de octubre de 2007. Autoriza el Secretario de la Corte Suprema, señor Carlos Meneses Pizarro.

III. CORTE SUPREMA prohibida la renuncia, según lo expresado en el fundamento tercero de este fallo, ni habiéndose alegado error, fuerza o dolo, y habiéndose cumplido con los requisitos formales que la ley exige, artículo 171 del Código del Trabajo, el acuerdo a que llegaron las partes en el referido finiquito, es una ley para las partes; 6º. Que en consecuencia no se pueden demandar ahora sumas herméticas y poco serias de dinero por daño emergente, lucro cesante y daño moral que, si se estimaba que correspondían, pudieron haberse reservado, antes de firmar un documento que contiene la renuncia a cualquier derecho, acción o reclamo que pudiere corresponderle en contra de su empleador en relación indirecta con su contrato de trabajo, sea que estos derechos o acciones correspondieren a indemnizaciones, compensaciones, o cualquier otra causa o concepto. Redacción del voto de mayoría del Ministro señor Vigueras y del de minoría, su autor. Se deja constancia que no firman el presente fallo, no obstante haber concurrido a la vista y acuerdo, los Ministros Titulares señora Virginia Bravo, por encontrarse haciendo uso de licencia médica y el señor Hugo Faúndez López, por encontrarse haciendo uso de feriado legal. Regístrese y devuélvase. Pronunciaba por los Ministros Titulares doña Virginia Bravo Saavedra, doña María Isabel San Martín Morales, señores Hugo Faúndez López y Solón Vigueras Seguel. Autoriza doña Iris Fernández Soto, Secretaria Subrogante. Rol Laboral Nº 17 2007. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

613

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

San Felipe, cinco de diciembre del dos mil seis. VISTOS: Se ha iniciado esta causa rol Nº 17.279, juicio laboral por indemnización de perjuicios caratulada “Lazcano Muñoz con Conservera Pentzke S.A.” demanda interpuesta por Juan Ramón Lazcano Muñoz, empleado, domiciliado en Villa El Descanso, San Ignacio 2622 San Felipe y en contra de Conservera Pentzke S.A. representada por don Patricio Pentzke Muñoz, ignora oficio, ambos domiciliados en Av. Libertador Bernardo O’Higgins 310 San Felipe, por accidente de trabajo acogerla y en definitiva dar lugar a ella, todo ello con costas. Notificada legalmente la demandada, evacua el traslado conferido a fojas 20. A fojas 25 rola auto de prueba y a fojas 93 a 103 y a fojas 158 a 161 se lleva a efecto la audiencia de conciliación y prueba, con la asistencia de ambas partes, dejándose constancia que no hubo conciliación, se rindieron las probanzas que constan en autos. Vencido el plazo de observaciones a la prueba se cita a las partes a oír sentencia a fojas 244. Cumplida con la medida para mejor resolver, se traen los autos para fallo a fojas 265. CONSIDERANDO: I. En cuanto a la objeción de documentos: PRIMERO: Que la parte demandada objeta los documentos acompañados por la demandante en la demanda bajo los Nº 4, 5 y 6 por las causales de falsedad y falta de integridad, fundando ello en que son documentos de terceros, que no han declarado en el juicio y por tanto carecen de valor probatorio. SEGUNDO: La parte demandante no contesta el traslado conferido. TERCERO: Que refiriéndose los fundamentos de la objeción al valor probatorio de los documentos y no a su falsedad o falta de integridad se rechazará la objeción. II. En cuanto a la excepción de prescripción: CUARTO: Que a fojas 20 el demandado contesta la demanda oponiendo en primer lugar la excepción de prescripción, aduciendo que la acción de indemnización de perjuicios deducida en autos se circunscribe dentro del ámbito de la responsabilidad contractual, lo que es un hecho evidente, a la luz de la norma de competencia contenida en el artículo 420 letra F, del Código del Trabajo que dispone serán de competencia de los Juzgados de Letras del Trabajo, Los juicios en que se pretenda hacer efectiva la responsabilidad del empleador derivada de accidentes del trabajo o enfermedades profesionales con excepción de la responsabilidad extracontractual a la cual le será aplicable lo dispuesto en el artículo 69 de la ley 16.744. Que el supuesto incumplimiento contractual que se atribuye a su representada “emana de las obligaciones que el artículo 184 del Código del Trabajo impone al empleador, norma general, ésta última, expresamente citada por el actor en su demanda, como fundamento legal de su pretensión, que consta además en el libelo de la demanda que el accidente habría ocurrido el 13 de febrero del 2004, y la demanda fue ingresada al Tribunal el 26 de abril del 2006, y notificada a su representada el 10 de mayo del 2006 esto es, más de 2 años de ocurrió el accidente. Que por su parte del artículo 480 del Código del Trabajo dispone expresamente que “los derechos regidos por este código prescribirán en el plazo de dos años contados desde la fecha en que se hicieron exigibles”. QUINTO: Que se debe tener presente que el artículo 480 del Código del Trabajo se refieren a derechos que tienen su fuente única y exclusivamente en el contrato del trabajo y regidos sólo por el Código del ramo. En cambio, la materia sobre riesgos de accidentes del Trabajo se rige por la ley 16.744, y contempla una regla especial en su artículo 69 que dispone: “Cuando el accidente o enfermedad se deba a culpa o dolo de la entidad empleadora o de un tercero, sin perjuicio de las acciones criminales que procedan, deben observarse las siguientes reglas:..b) La víctima y las demás personas a quienes el accidente o enfermedad cause daño podrá reclamar al empleador o tercero responsable del accidente, también las otras indemnizaciones a que tenga derecho, con arreglo a las prescripciones del derecho

614

I. SENTENCIA DE PRIMER GRADO

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol N°: 4978-2007 Cita online: CL/JUR/3166/2005

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol N°: 4978-2007 Cita online: CL/JUR/3166/2005

I. SENTENCIA DE PRIMER GRADO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

San Felipe, cinco de diciembre del dos mil seis. VISTOS: Se ha iniciado esta causa rol Nº 17.279, juicio laboral por indemnización de perjuicios caratulada “Lazcano Muñoz con Conservera Pentzke S.A.” demanda interpuesta por Juan Ramón Lazcano Muñoz, empleado, domiciliado en Villa El Descanso, San Ignacio 2622 San Felipe y en contra de Conservera Pentzke S.A. representada por don Patricio Pentzke Muñoz, ignora oficio, ambos domiciliados en Av. Libertador Bernardo O’Higgins 310 San Felipe, por accidente de trabajo acogerla y en definitiva dar lugar a ella, todo ello con costas. Notificada legalmente la demandada, evacua el traslado conferido a fojas 20. A fojas 25 rola auto de prueba y a fojas 93 a 103 y a fojas 158 a 161 se lleva a efecto la audiencia de conciliación y prueba, con la asistencia de ambas partes, dejándose constancia que no hubo conciliación, se rindieron las probanzas que constan en autos. Vencido el plazo de observaciones a la prueba se cita a las partes a oír sentencia a fojas 244. Cumplida con la medida para mejor resolver, se traen los autos para fallo a fojas 265. CONSIDERANDO: I. En cuanto a la objeción de documentos: PRIMERO: Que la parte demandada objeta los documentos acompañados por la demandante en la demanda bajo los Nº 4, 5 y 6 por las causales de falsedad y falta de integridad, fundando ello en que son documentos de terceros, que no han declarado en el juicio y por tanto carecen de valor probatorio. SEGUNDO: La parte demandante no contesta el traslado conferido. TERCERO: Que refiriéndose los fundamentos de la objeción al valor probatorio de los documentos y no a su falsedad o falta de integridad se rechazará la objeción. II. En cuanto a la excepción de prescripción: CUARTO: Que a fojas 20 el demandado contesta la demanda oponiendo en primer lugar la excepción de prescripción, aduciendo que la acción de indemnización de perjuicios deducida en autos se circunscribe dentro del ámbito de la responsabilidad contractual, lo que es un hecho evidente, a la luz de la norma de competencia contenida en el artículo 420 letra F, del Código del Trabajo que dispone serán de competencia de los Juzgados de Letras del Trabajo, Los juicios en que se pretenda hacer efectiva la responsabilidad del empleador derivada de accidentes del trabajo o enfermedades profesionales con excepción de la responsabilidad extracontractual a la cual le será aplicable lo dispuesto en el artículo 69 de la ley 16.744. Que el supuesto incumplimiento contractual que se atribuye a su representada “emana de las obligaciones que el artículo 184 del Código del Trabajo impone al empleador, norma general, ésta última, expresamente citada por el actor en su demanda, como fundamento legal de su pretensión, que consta además en el libelo de la demanda que el accidente habría ocurrido el 13 de febrero del 2004, y la demanda fue ingresada al Tribunal el 26 de abril del 2006, y notificada a su representada el 10 de mayo del 2006 esto es, más de 2 años de ocurrió el accidente. Que por su parte del artículo 480 del Código del Trabajo dispone expresamente que “los derechos regidos por este código prescribirán en el plazo de dos años contados desde la fecha en que se hicieron exigibles”. QUINTO: Que se debe tener presente que el artículo 480 del Código del Trabajo se refieren a derechos que tienen su fuente única y exclusivamente en el contrato del trabajo y regidos sólo por el Código del ramo. En cambio, la materia sobre riesgos de accidentes del Trabajo se rige por la ley 16.744, y contempla una regla especial en su artículo 69 que dispone: “Cuando el accidente o enfermedad se deba a culpa o dolo de la entidad empleadora o de un tercero, sin perjuicio de las acciones criminales que procedan, deben observarse las siguientes reglas:..b) La víctima y las demás personas a quienes el accidente o enfermedad cause daño podrá reclamar al empleador o tercero responsable del accidente, también las otras indemnizaciones a que tenga derecho, con arreglo a las prescripciones del derecho

614

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

615

común, incluso el daño moral, norma que no distingue si se demanda la responsabilidad contractual o extracontractual”. SEXTO: Que según lo razonado en la consideración precedente en la materia de autos deben aplicarse los plazos de prescripción del derecho común, que según lo dispuesto en los artículos 2514 y 2515 del Código Civil es de cinco años desde que la obligación se hizo exigible. SÉPTIMO: Que habiéndose hecho exigible la obligación el día 13 de febrero de 2004, fecha del accidente, cuando se notificó la demanda el día 10 de mayo de 2006, no había transcurrido el plazo de prescripción de la acción, en consecuencia se rechazará la excepción de prescripción opuesta. III. En cuanto a la acción deducida: OCTAVO: Que a fojas 12 don Juan Ramón Lazcano Muñoz, deduce demanda laboral por accidente de trabajo en contra de su empleadora Conservera Pentzke S.A. representada por don Patricio Pentzke Muñoz, manifestando que con fecha 10 de enero del 2004, formalizó con la demandada un contrato de trabajo, en cuya virtud se obligó a efectuar labores de procesamiento de diversos productos del “durazno y tomate y otros productos del agro”, dichas faenas debían realizarse en la planta procesadora de la empresa, todo ello según condiciones que constan en el contrato de trabajo, que conforme a las instrucciones que le impartiera su supervisor se desempeñaba como pañolero de mantención, le correspondía entre otras actividades, la de encintar cajas que se encontraban en altura, sin embargo su empleadora jamás le proporcionó los elementos de seguridad necesarios y tampoco le impartió instrucciones sobre la forma segura de trabajar. Es el caso que el día 13 de febrero del 2004, encontrándose dentro de su jornada de trabajo y cumpliendo las labores que se le habían asignado, cayó desde una altura de aproximadamente dos metros, desde una repisa en la que se encontraba subido etiquetando unas cajas, al caerse se golpeó en la espalda con un cubo de jabón, lo que le ocasionó dolores en la espalda y piernas y pese a haber dado cuenta a su superior continuo trabajando. Con el pasar de los días las molestias aumentaron a tal punto que comenzó a tener problemas incluso para caminar, razón por la cual la empresa lo derivó a la asistencia médica del Instituto de Seguridad del Trabajo, Mutual a la que era a la sazón adherente, producto de lo cual se le dio un reposo desde al día 9 de marzo del 2004, a pesar de los tratamientos, medicamentos y controles continuos, las molestias y dolores persistieron, razón por la cual el I.S.T. lo derivó a la zonal metropolitana a fin de obtener la calificación correspondiente, diagnosticándole que padecía de una “fractura vertebral”, estando hospitalizado en Santiago durante siete días, practicándosele exámenes y tratamientos que no dieron resultados. Que el día 3 de mayo del 2004 el I.S.T. le diagnóstico “Discopatía Dorsales T 7 a T 12” lo derivó a Fonasa, pues estimó que la enfermedad no correspondía a un accidente del trabajo, sin embargo, reconoció expresamente que no se encontraba recuperado, sino que debía continuar con reposo y atención médica. Que durante su tratamiento en el sistema ordinario de salud y permaneciendo con licencias médica, fue atendido, entre otros por el Dr. Marcelo Acevedo Jorquera; traumatólogo, quien le diagnosticó que producto del accidente y su estado de reposo había desarrollado una hernia muscular en el muslo derecho, la que es operada el 13 de octubre del 2004, luego de eso y al no experimentar mejoría, comenzó un tratamiento kinésico, el que al no dar resultado, le implicó ser derivado al neurocirujano doctor Donckaster, quien conoce el detalle de su historial médico indicándole que debía usar un corset de por vida. Sin perjuicio de seguir atendiéndose en el sistema de salud, con fecha 19 de julio del 2005, recurrió a la Superintendencia de Seguridad Social a fin de que se recalificara el origen y causa de su enfermedad, pues Fonasa además comenzó a rechazar sus licencias médicas, producto de lo anterior, con fecha 29 de marzo del 2006, la Superintendencia de Seguridad Social determinó que de acuerdo a los antecedentes médicos, la afección que presentó es de origen laboral, toda vez que existe una relación de causalidad entre el accidente del trabajo ocurrido el día 13 de febrero del 2004 y el cuadro clínico presentado, agrega la resolución que “los síntomas se iniciaron en directa relación con ese siniestro, y el mecanismo descrito para el mismo es concordante con una contusión torácica y dorsalgia post traumática, aun cuando existan discopatías degenerativas en ese mismo nivel, en consecuencia, la Superintendencia declaró como de origen laboral la afección que lo afecta y ordena se le otorgue la cobertura de la ley 16.744, agrega además que a pesar de todos los sufrimiento y molestias durante más de dos años, aún no ha recibido el alta médica pues ellos aún persisten, sin embargo y debido a que tal como lo ha señalado, Fonasa comenzó a rechazar sus licencias médicas, a mediados del año recién pasado inició en la A.F.P. a la que

común, incluso el daño moral, norma que no distingue si se demanda la responsabilidad contractual o extracontractual”. SEXTO: Que según lo razonado en la consideración precedente en la materia de autos deben aplicarse los plazos de prescripción del derecho común, que según lo dispuesto en los artículos 2514 y 2515 del Código Civil es de cinco años desde que la obligación se hizo exigible. SÉPTIMO: Que habiéndose hecho exigible la obligación el día 13 de febrero de 2004, fecha del accidente, cuando se notificó la demanda el día 10 de mayo de 2006, no había transcurrido el plazo de prescripción de la acción, en consecuencia se rechazará la excepción de prescripción opuesta. III. En cuanto a la acción deducida: OCTAVO: Que a fojas 12 don Juan Ramón Lazcano Muñoz, deduce demanda laboral por accidente de trabajo en contra de su empleadora Conservera Pentzke S.A. representada por don Patricio Pentzke Muñoz, manifestando que con fecha 10 de enero del 2004, formalizó con la demandada un contrato de trabajo, en cuya virtud se obligó a efectuar labores de procesamiento de diversos productos del “durazno y tomate y otros productos del agro”, dichas faenas debían realizarse en la planta procesadora de la empresa, todo ello según condiciones que constan en el contrato de trabajo, que conforme a las instrucciones que le impartiera su supervisor se desempeñaba como pañolero de mantención, le correspondía entre otras actividades, la de encintar cajas que se encontraban en altura, sin embargo su empleadora jamás le proporcionó los elementos de seguridad necesarios y tampoco le impartió instrucciones sobre la forma segura de trabajar. Es el caso que el día 13 de febrero del 2004, encontrándose dentro de su jornada de trabajo y cumpliendo las labores que se le habían asignado, cayó desde una altura de aproximadamente dos metros, desde una repisa en la que se encontraba subido etiquetando unas cajas, al caerse se golpeó en la espalda con un cubo de jabón, lo que le ocasionó dolores en la espalda y piernas y pese a haber dado cuenta a su superior continuo trabajando. Con el pasar de los días las molestias aumentaron a tal punto que comenzó a tener problemas incluso para caminar, razón por la cual la empresa lo derivó a la asistencia médica del Instituto de Seguridad del Trabajo, Mutual a la que era a la sazón adherente, producto de lo cual se le dio un reposo desde al día 9 de marzo del 2004, a pesar de los tratamientos, medicamentos y controles continuos, las molestias y dolores persistieron, razón por la cual el I.S.T. lo derivó a la zonal metropolitana a fin de obtener la calificación correspondiente, diagnosticándole que padecía de una “fractura vertebral”, estando hospitalizado en Santiago durante siete días, practicándosele exámenes y tratamientos que no dieron resultados. Que el día 3 de mayo del 2004 el I.S.T. le diagnóstico “Discopatía Dorsales T 7 a T 12” lo derivó a Fonasa, pues estimó que la enfermedad no correspondía a un accidente del trabajo, sin embargo, reconoció expresamente que no se encontraba recuperado, sino que debía continuar con reposo y atención médica. Que durante su tratamiento en el sistema ordinario de salud y permaneciendo con licencias médica, fue atendido, entre otros por el Dr. Marcelo Acevedo Jorquera; traumatólogo, quien le diagnosticó que producto del accidente y su estado de reposo había desarrollado una hernia muscular en el muslo derecho, la que es operada el 13 de octubre del 2004, luego de eso y al no experimentar mejoría, comenzó un tratamiento kinésico, el que al no dar resultado, le implicó ser derivado al neurocirujano doctor Donckaster, quien conoce el detalle de su historial médico indicándole que debía usar un corset de por vida. Sin perjuicio de seguir atendiéndose en el sistema de salud, con fecha 19 de julio del 2005, recurrió a la Superintendencia de Seguridad Social a fin de que se recalificara el origen y causa de su enfermedad, pues Fonasa además comenzó a rechazar sus licencias médicas, producto de lo anterior, con fecha 29 de marzo del 2006, la Superintendencia de Seguridad Social determinó que de acuerdo a los antecedentes médicos, la afección que presentó es de origen laboral, toda vez que existe una relación de causalidad entre el accidente del trabajo ocurrido el día 13 de febrero del 2004 y el cuadro clínico presentado, agrega la resolución que “los síntomas se iniciaron en directa relación con ese siniestro, y el mecanismo descrito para el mismo es concordante con una contusión torácica y dorsalgia post traumática, aun cuando existan discopatías degenerativas en ese mismo nivel, en consecuencia, la Superintendencia declaró como de origen laboral la afección que lo afecta y ordena se le otorgue la cobertura de la ley 16.744, agrega además que a pesar de todos los sufrimiento y molestias durante más de dos años, aún no ha recibido el alta médica pues ellos aún persisten, sin embargo y debido a que tal como lo ha señalado, Fonasa comenzó a rechazar sus licencias médicas, a mediados del año recién pasado inició en la A.F.P. a la que ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

615

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

se encuentra afiliado, los trámites para pensionarse por invalidez, pero dicha solicitud fue rechazada por no encontrarse incapacitado en un porcentaje superior al 50%, producto de ello, su reclamo aún se encuentra pendiente de resolución, pues ha acompañado los antecedentes médicos que acreditan fehacientemente que no se encuentra en condiciones de trabajar. NOVENO: Que a fojas 2.0 el demandado contesta la demanda solicita su total rechazo con expresa condenación en costas. Expone que la demandada dio pleno cumplimiento a su obligación de tomas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de sus trabajadores, manteniendo las condiciones adecuadas de higiene y seguridad, como también los implementos necesarios para prevenir accidentes y enfermedades profesionales, en este sentido, a saber el reglamento interno de orden, higiene y seguridad de la empresa dispone expresa y claramente cuál es el uso correcto y adecuado de escalas y escalera, como una forma eficaz de prevenir caídas, el referido reglamento se le entrega a cada trabajador al momento de firmar su contrato de trabajo, además, en la cláusula 5ª del contrato de trabajo del actor, queda expresa constancia que el demandante “declara haber recibido copia del reglamento interno, e instructivo de seguridad, además a los trabajadores se les realiza antes de comenzar a ejercer sus funciones una inducción o curso de preparación respecto de las funciones que deben desempeñar y las medidas de seguridad que deben adoptar. Reciben, asimismo, ropa de trabajo y de seguridad apropiada según sus funciones, además que la empresa cuenta con un comité paritario y, a la fecha del supuesto accidente estaba asociada al Instituto de Seguridad del Trabajo, por último agregan que constantemente la demandada instruye e informa a sus. trabajadores a través de charlas, afiches y circulares de los riesgos laborales, poniendo a disposición de sus trabajadores todos los elementos de seguridad y de protección necesarios. Con respecto a los hechos descritos por el actor éstos no ocurrieron de la forma que los relata, ya que según se pudo establecer en la investigación interna del accidente, realizada por don Víctor Gutiérrez, el actor se desempeñaba en el pañol de mantención, trepó una repisa para instalar cajas, resbalando y perdiendo el control, golpeando la espalda contra un balde de plástico, concluyendo que la causa del accidente fue la no utilización de una escalera por parte del trabajador, esto es que el actor no utilizó los implementos adecuados, a pesar de que éstos se encontraban disponibles. Hace presente que el actor al relatar los hechos, incurre en una serie de falsedades, uno de ellas es al sostener que cayó (desde dos metros de altura, cuestión que es físicamente imposible considerando la altura de la repisa de la cual habría caído, o que se le requiera, ni menos, que pudiera descargar “tubos de oxígeno desde camiones, sin apoyo de medios mecánicos, tampoco es efectivo que haya dado cuenta inmediata de su accidente, pues sólo lo hizo casi un mes después de lo ocurrido. Luego, atendiendo el hecho que el accidente habría tenido lugar con ocasión de que el actor realizaba su trabajo en forma distinta a la establecida por la empresa, desatendiendo las normas de seguridad y contraviniendo instrucciones de sus superiores. Que consta del propio ordinario Nº 014417 de la Superintendencia de Seguridad Social, acompañado por el actor en un otrosí de la demanda, que el demandante presentaba “discopatías degenerativas en forma previa al accidente y al mismo nivel (T 7 a T 12). Hace presente que la patología diagnosticada al actor es precisamente la de “discopatías degenerativas dorsales T 7 a T 12. DÉCIMO: Que la parte demandante con el objeto de acreditar los fundamentos de su acción, rindió las siguientes pruebas: Confesional: Mediante la absolución de posiciones del representante legal de la demandada, don Patricio Pentzke Muñoz, al tenor del pliego agregado a fs. 90, quién en síntesis expresa: que no sabe la fecha exacta del contrato de trabajo del demandante porque ese no es su papel saber la fecha de los contratos que para eso hay un departamento de personal que se dedica a ello, que no conoce en detalle el contrato del señor Lazcano, que es efectivo que las labores debían realizarse en la planta procesadora de la empresa, que tiene conocimiento de la función que tenía el señor Lazcano, que la función de pañolero de la empresa implica muchas otras funciones, funciones dentro del recinto del pañol, como entregar herramientas, repuesto, máquinas y otros, que dentro del pañol hay escaleras para realizar trabajos en altura, que no es efectivo que la empresa no haya impartido instrucciones sobre las formas seguras de trabajar, que a todo trabajador que ingresa a la empresa se le entrega un reglamento interno de higiene y seguridad y se les dan “charlas a través de su supervisor o del experto de la empresa”, que no le consta que el día 13 de febrero del 2004 el demandante haya sufrido un accidente, que no le consta que en ese momento no hubieran escaleras para trabajar en altura, que en el

616

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

se encuentra afiliado, los trámites para pensionarse por invalidez, pero dicha solicitud fue rechazada por no encontrarse incapacitado en un porcentaje superior al 50%, producto de ello, su reclamo aún se encuentra pendiente de resolución, pues ha acompañado los antecedentes médicos que acreditan fehacientemente que no se encuentra en condiciones de trabajar. NOVENO: Que a fojas 2.0 el demandado contesta la demanda solicita su total rechazo con expresa condenación en costas. Expone que la demandada dio pleno cumplimiento a su obligación de tomas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de sus trabajadores, manteniendo las condiciones adecuadas de higiene y seguridad, como también los implementos necesarios para prevenir accidentes y enfermedades profesionales, en este sentido, a saber el reglamento interno de orden, higiene y seguridad de la empresa dispone expresa y claramente cuál es el uso correcto y adecuado de escalas y escalera, como una forma eficaz de prevenir caídas, el referido reglamento se le entrega a cada trabajador al momento de firmar su contrato de trabajo, además, en la cláusula 5ª del contrato de trabajo del actor, queda expresa constancia que el demandante “declara haber recibido copia del reglamento interno, e instructivo de seguridad, además a los trabajadores se les realiza antes de comenzar a ejercer sus funciones una inducción o curso de preparación respecto de las funciones que deben desempeñar y las medidas de seguridad que deben adoptar. Reciben, asimismo, ropa de trabajo y de seguridad apropiada según sus funciones, además que la empresa cuenta con un comité paritario y, a la fecha del supuesto accidente estaba asociada al Instituto de Seguridad del Trabajo, por último agregan que constantemente la demandada instruye e informa a sus. trabajadores a través de charlas, afiches y circulares de los riesgos laborales, poniendo a disposición de sus trabajadores todos los elementos de seguridad y de protección necesarios. Con respecto a los hechos descritos por el actor éstos no ocurrieron de la forma que los relata, ya que según se pudo establecer en la investigación interna del accidente, realizada por don Víctor Gutiérrez, el actor se desempeñaba en el pañol de mantención, trepó una repisa para instalar cajas, resbalando y perdiendo el control, golpeando la espalda contra un balde de plástico, concluyendo que la causa del accidente fue la no utilización de una escalera por parte del trabajador, esto es que el actor no utilizó los implementos adecuados, a pesar de que éstos se encontraban disponibles. Hace presente que el actor al relatar los hechos, incurre en una serie de falsedades, uno de ellas es al sostener que cayó (desde dos metros de altura, cuestión que es físicamente imposible considerando la altura de la repisa de la cual habría caído, o que se le requiera, ni menos, que pudiera descargar “tubos de oxígeno desde camiones, sin apoyo de medios mecánicos, tampoco es efectivo que haya dado cuenta inmediata de su accidente, pues sólo lo hizo casi un mes después de lo ocurrido. Luego, atendiendo el hecho que el accidente habría tenido lugar con ocasión de que el actor realizaba su trabajo en forma distinta a la establecida por la empresa, desatendiendo las normas de seguridad y contraviniendo instrucciones de sus superiores. Que consta del propio ordinario Nº 014417 de la Superintendencia de Seguridad Social, acompañado por el actor en un otrosí de la demanda, que el demandante presentaba “discopatías degenerativas en forma previa al accidente y al mismo nivel (T 7 a T 12). Hace presente que la patología diagnosticada al actor es precisamente la de “discopatías degenerativas dorsales T 7 a T 12. DÉCIMO: Que la parte demandante con el objeto de acreditar los fundamentos de su acción, rindió las siguientes pruebas: Confesional: Mediante la absolución de posiciones del representante legal de la demandada, don Patricio Pentzke Muñoz, al tenor del pliego agregado a fs. 90, quién en síntesis expresa: que no sabe la fecha exacta del contrato de trabajo del demandante porque ese no es su papel saber la fecha de los contratos que para eso hay un departamento de personal que se dedica a ello, que no conoce en detalle el contrato del señor Lazcano, que es efectivo que las labores debían realizarse en la planta procesadora de la empresa, que tiene conocimiento de la función que tenía el señor Lazcano, que la función de pañolero de la empresa implica muchas otras funciones, funciones dentro del recinto del pañol, como entregar herramientas, repuesto, máquinas y otros, que dentro del pañol hay escaleras para realizar trabajos en altura, que no es efectivo que la empresa no haya impartido instrucciones sobre las formas seguras de trabajar, que a todo trabajador que ingresa a la empresa se le entrega un reglamento interno de higiene y seguridad y se les dan “charlas a través de su supervisor o del experto de la empresa”, que no le consta que el día 13 de febrero del 2004 el demandante haya sufrido un accidente, que no le consta que en ese momento no hubieran escaleras para trabajar en altura, que en el

616

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

617

pañol siempre hay escaleras para trabajar en altura, que no es efectivo que ese día el trabajador se golpeara en la espalda al caer sobre un cubo de jabón, que no es efectivo que el trabajador a pesar de haber dado cuenta a su superior directo continuó trabajando, que no es efectivo que el trabajador no fue derivado al policlínico de la empresa para su atención inmediata, que todo trabajador que sufre un accidente laboral es derivado a la Mutual de Seguridad, que no está en conocimiento del tiempo de reposo que determinó el Instituto de Seguridad, que tampoco está en conocimiento de la fecha exacta de la investigación. Documental: Acompañó con la debida ritualidad procesal los siguientes documentos: a) Copia de contrato de trabajo entre las partes de fecha 10 de enero del 2004, rolante a fs. 1; b) Copia de resolución de la Superintendencia de Seguridad Social, ord. de fecha 29 de marzo del 2006, Nº 014417, de fs. 2; c) Certificado de cotizaciones previsionales de A.F.P. Provida, de fs. 3; d) Certificado del Servicio de Salud y Aconcagua, psiquiatría de fs. 7; e) Certificado emitido por el Dr. Traumatólogo Marcelo Acevedo Jorquera, de fs. 8; f) Historia de evolución clínica del demandante, rolante de fs. 9 a 11 vta.; g) Tarjetas de atención kinésica del demandante de fs. 76 a 79; h) Declaración jurada emitida por el demandante a fs. 80; i) Transcripción de ord. 014417 de la Superintendencia de Seguridad Social de fs. 81; j) Fotocopia de la ficha clínica de la evaluación médica del demandante de fs. 82 a 85; k) Oficio remitido al Instituto de Seguridad del Trabajo, rolante de fs. 105 a 112 y I) Copia ficha clínica del Hospital San Camilo de esta ciudad, rolante de fs. 230 a 235 vta. Testimonial: Mediante las declaraciones de los siguientes testigos, quienes a fs. 96 a 98 y de 158 a 161 exponen: Christian Omar Gallardo Rosas, que el día de los hechos se encontraba trabajando en la planta 2 de Conservera Pentzke, y como tenía que ir a buscar materiales a la planta 1 donde trabajaba el demandante como a las 17:00 hrs., contándole lo que le había pasado, mostrándole un moretón en la espalda, de ahí le manifestó que tenía que ir a la enfermería porque se quejaba de dolor, volviendo a la planta 2 y que esto lo sabe porque trabajó con él, que para precisar manifiesta que el demandante le contó que estaba sacando o pintando y que se había caído de un estante o altillo, que por el tiempo transcurrido no recuerda la fecha, que en ese lugar de trabajo sólo les daban, pantalón, chaqueta y gorro, que en el pañol de la planta 1 habían escaleras pero que generalmente las usaban los eléctricos y a eso de las 08:10 ya no estaban y que había una escalera corredera en el centro del pañol, que ellos en cuanto a las instrucciones de pañol de cómo efectuar los trabajos con seguridad se las tienen que arreglar como pueden, que nada les decían, que nunca les hicieron cursos de preparación, que no sabe si el demandante cumplió con las instrucciones o por el contrario omitió éstas porque estaban trabajando aparte, estaban en diferentes plantas y que no sabe qué trato tenía éste con su jefe, Juan Alejandro Ramírez Figueroa, que lo que él sabe es que Lazcano se cayó en el pañol, de una altura de 1,80 mts., y que esto lo sabe porque se encontraba trabajando en la planta 2, sabiéndolo por terceras personas, que la fecha exacta del accidente no la recuerda pero fue en el mes de febrero del 2004, que no vio si el demandante sufrió alguna lesión debido al accidente, pero que sí supo que se había pegado en la espalda en un tambor, que muchas veces llegó al pañol y don Juan Lazcano estaba arriba en una tarima arreglando cajas, herramientas la función que cumplía éste en ese momento, que al momento del accidente en el pañol de la planta 1 existía una sola escalera y estaba fija, que del supuesto accidente tomó conocimiento al día siguiente por intermedio de un compañero de sección, que en ese lugar muchas veces había aceite en el piso, pero más haya desconoce si contaba con las medidas de seguridad, que en lo personal a él la empresa no le impartió ningún curso de preparación, que sólo se aprende por las personas más antiguas. Marcelo Iván Acevedo Jorquera, que el demandante lo consultó inicialmente por un cuadro de dolor dorsal, en que no quedó constancia que era relación a un traumatismo ni que había sido de origen por accidente laboral en su momento, que lo atendió en su consulta privada, que lo trató inicialmente con reposo, analgésico y solicitó radiografías de la columna dorsal, que las radiografías demostraron una discopatía dorsal y el paciente se mantuvo en tratamiento y reposo por un período prolongado, que lo tuvo con licencia bastante tiempo, manteniendo siempre los síntomas dolorosos durante su tratamiento. Que el dolor es subjetivo, que hay una escala del dolor que compara el dolor de 1 a 10, siendo uno el más leve y 10 el máximo de dolor que puede existir en una persona, que en esta escala el paciente tendría un dolor de 6 a 7, posteriormente se mantuvo en un rango de 3 a 4 nunca llegando a 1. Que le dio el alta médica porque debe haber una última licencia otorgada por él, y la última era porque ya no había otro tratamiento desde su punto de vista, que el paciente refería que se quería cambiar de trabajo, por lo tanto en el nuevo trabajo podría

pañol siempre hay escaleras para trabajar en altura, que no es efectivo que ese día el trabajador se golpeara en la espalda al caer sobre un cubo de jabón, que no es efectivo que el trabajador a pesar de haber dado cuenta a su superior directo continuó trabajando, que no es efectivo que el trabajador no fue derivado al policlínico de la empresa para su atención inmediata, que todo trabajador que sufre un accidente laboral es derivado a la Mutual de Seguridad, que no está en conocimiento del tiempo de reposo que determinó el Instituto de Seguridad, que tampoco está en conocimiento de la fecha exacta de la investigación. Documental: Acompañó con la debida ritualidad procesal los siguientes documentos: a) Copia de contrato de trabajo entre las partes de fecha 10 de enero del 2004, rolante a fs. 1; b) Copia de resolución de la Superintendencia de Seguridad Social, ord. de fecha 29 de marzo del 2006, Nº 014417, de fs. 2; c) Certificado de cotizaciones previsionales de A.F.P. Provida, de fs. 3; d) Certificado del Servicio de Salud y Aconcagua, psiquiatría de fs. 7; e) Certificado emitido por el Dr. Traumatólogo Marcelo Acevedo Jorquera, de fs. 8; f) Historia de evolución clínica del demandante, rolante de fs. 9 a 11 vta.; g) Tarjetas de atención kinésica del demandante de fs. 76 a 79; h) Declaración jurada emitida por el demandante a fs. 80; i) Transcripción de ord. 014417 de la Superintendencia de Seguridad Social de fs. 81; j) Fotocopia de la ficha clínica de la evaluación médica del demandante de fs. 82 a 85; k) Oficio remitido al Instituto de Seguridad del Trabajo, rolante de fs. 105 a 112 y I) Copia ficha clínica del Hospital San Camilo de esta ciudad, rolante de fs. 230 a 235 vta. Testimonial: Mediante las declaraciones de los siguientes testigos, quienes a fs. 96 a 98 y de 158 a 161 exponen: Christian Omar Gallardo Rosas, que el día de los hechos se encontraba trabajando en la planta 2 de Conservera Pentzke, y como tenía que ir a buscar materiales a la planta 1 donde trabajaba el demandante como a las 17:00 hrs., contándole lo que le había pasado, mostrándole un moretón en la espalda, de ahí le manifestó que tenía que ir a la enfermería porque se quejaba de dolor, volviendo a la planta 2 y que esto lo sabe porque trabajó con él, que para precisar manifiesta que el demandante le contó que estaba sacando o pintando y que se había caído de un estante o altillo, que por el tiempo transcurrido no recuerda la fecha, que en ese lugar de trabajo sólo les daban, pantalón, chaqueta y gorro, que en el pañol de la planta 1 habían escaleras pero que generalmente las usaban los eléctricos y a eso de las 08:10 ya no estaban y que había una escalera corredera en el centro del pañol, que ellos en cuanto a las instrucciones de pañol de cómo efectuar los trabajos con seguridad se las tienen que arreglar como pueden, que nada les decían, que nunca les hicieron cursos de preparación, que no sabe si el demandante cumplió con las instrucciones o por el contrario omitió éstas porque estaban trabajando aparte, estaban en diferentes plantas y que no sabe qué trato tenía éste con su jefe, Juan Alejandro Ramírez Figueroa, que lo que él sabe es que Lazcano se cayó en el pañol, de una altura de 1,80 mts., y que esto lo sabe porque se encontraba trabajando en la planta 2, sabiéndolo por terceras personas, que la fecha exacta del accidente no la recuerda pero fue en el mes de febrero del 2004, que no vio si el demandante sufrió alguna lesión debido al accidente, pero que sí supo que se había pegado en la espalda en un tambor, que muchas veces llegó al pañol y don Juan Lazcano estaba arriba en una tarima arreglando cajas, herramientas la función que cumplía éste en ese momento, que al momento del accidente en el pañol de la planta 1 existía una sola escalera y estaba fija, que del supuesto accidente tomó conocimiento al día siguiente por intermedio de un compañero de sección, que en ese lugar muchas veces había aceite en el piso, pero más haya desconoce si contaba con las medidas de seguridad, que en lo personal a él la empresa no le impartió ningún curso de preparación, que sólo se aprende por las personas más antiguas. Marcelo Iván Acevedo Jorquera, que el demandante lo consultó inicialmente por un cuadro de dolor dorsal, en que no quedó constancia que era relación a un traumatismo ni que había sido de origen por accidente laboral en su momento, que lo atendió en su consulta privada, que lo trató inicialmente con reposo, analgésico y solicitó radiografías de la columna dorsal, que las radiografías demostraron una discopatía dorsal y el paciente se mantuvo en tratamiento y reposo por un período prolongado, que lo tuvo con licencia bastante tiempo, manteniendo siempre los síntomas dolorosos durante su tratamiento. Que el dolor es subjetivo, que hay una escala del dolor que compara el dolor de 1 a 10, siendo uno el más leve y 10 el máximo de dolor que puede existir en una persona, que en esta escala el paciente tendría un dolor de 6 a 7, posteriormente se mantuvo en un rango de 3 a 4 nunca llegando a 1. Que le dio el alta médica porque debe haber una última licencia otorgada por él, y la última era porque ya no había otro tratamiento desde su punto de vista, que el paciente refería que se quería cambiar de trabajo, por lo tanto en el nuevo trabajo podría ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

617

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

hacer sus labores ya que era un trabajo más liviano, por eso le dio el alta, que el certificado agregado a fs. 8 de estos autos fue extendido, por él, y que durante este año no lo ha vuelto a tratar. María Inés Arriagada Solar, quien expone que éste era un paciente afectado por una patología lumbar y cervical por lo que le dijo por un golpe que había sufrido a nivel de la columna vertebral, que la evaluación que le hizo en el año 2005 en el mes de octubre, lo vio en dos oportunidades en octubre y diciembre, tenía síntomas depresivos, trastornos ansiosos, por lo que se le indicó antidepresivos y ansiolíticos y fue derivado a la terapeuta ocupacional del consultorio de psiquiatría de atención primaria, con ella realizó dos sesiones, antes de su segunda evaluación, en diciembre según vio la ficha había tenido una evaluación favorable con las técnicas de relajación dentro de lo que era esperable, que efectivamente la firma que rola en el documento de fs. 7 y que se le exhibe es suya y el diagnóstico de trastorno depresivo moderado secundario a condición médica, que éste es un trastorno depresivo que consiste en presencia de algunos criterios que se incluyen dentro de un diagnóstico de depresión, no están todos los criterios, por ejemplo el paciente tenía un severo trastorno de sueño sin embargo no presentaba alteración significativa del apetito que es otro trastorno de la depresión, que en resumen moderado es según la intensidad de los síntomas, secundario condición médica se refiere a que la patología está presente luego de haber desarrollado una enfermedad de tipo físico, este trastorno ocurre después de la enfermedad física, no estando presente previamente, que uno puede deducir que si el episodio depresivo se presenta después de la enfermedad física sin síntomas previo entonces el trastorno depresivo es por condición médica, que en el año 2003 este paciente estuvo hospitalizado por 10 días por intento de suicidio frustrado relativo a separación conyugal luego de lo cual registró sólo un control post alta, que no hay relación entre esta depresión y la patología previa que estuvo hospitalizado. DECIMOPRIMERO: La parte demandada con el objeto de acreditar los fundamentos de su acción, rindió las siguientes probanzas: Documental: Acompañó con la debida ritualidad procesal los siguientes documentos: a) Copia de contrato de trabajo entre las partes de fecha 10 de enero del 2004 de fs. 26; b) Reglamento interno de la empresa de orden, higiene y seguridad; c) Copia de solicitud de ingreso de fs. 28; d) Comprobante de recepción de su ropa de trabajo de fs. 29 a 32; e) Copia de licencia médica de fs. 33 y 34; f) Copia de certificado de término de tratamiento y prestaciones de fs. 35; g) Copia de declaración individual del accidente de trabajo de fs. 36; h) Copia de la investigación y análisis del accidente del trabajo de fs. 37; i) Copia del ordinario Nº 014417, de fecha 29 de marzo del 2006, emitido por la Superintendencia de Seguridad Social de fs. 38; j) Set de copias de licencias médicas otorgadas al demandante entre el mes de mayo del 2004 y abril del 2006; k) Oficio y antecedentes remitidos por el I.S.T. de fojas 115 a 156; I) Oficio y antecedentes remitidos por la Superintendencia de Seguridad Social; Confesional: Mediante la absolución de posiciones del demandante Juan Ramón Lazcano Muñoz, al tenor del pliego agregado a fs. 92, quien en síntesis expresa; que efectivamente a comienzos del año 2004 se desempeñaba como pañolero en la planta 1 de Conservera Pentzke, y que en el año 2003 había desempeñado la misma función, y que dentro de sus funciones estaba la de mantener limpio y en orden el pañol, que nunca recibió protección de seguridad por parte de la empresa, que en la parte de él no se conocían, que efectivamente se cayó el día 13 de febrero del 2004 de unos 2 metros de altura aproximado y se golpeó con un cubo de jabón, que informó de inmediato al señor Marcelo Alfaro, como a las 2 horas cuando llegó éste y la respuesta fue tenga cuidado con un garabato, que no es efectivo que haya informado después de varias semanas, que sólo existía una escalera en el pañol pero que en el centro estaba atornillada con rieles, que no habían escaleras disponibles, que estás eran ocupadas por los eléctricos, que eran 3 escaleras de tijeras, que muchas veces se subió con Marcelo Alfaro a las repisas sin escalera, que no le consta que la empresa haya hecho alguna investigación que solamente a él lo llamó el señor Gutiérrez para que le explicara cómo se había caído, que una vez ocupada la licencia volvió a trabajar después de unos 8 o 9 días que no recuerda bien y que de ahí volvió nuevamente al I.S.T. por lo cual estuvo hospitalizado en Santiago 7 días, producto de haber tenido que descargar un camión con tubos volviendo a recaer con los mismos dolores, posteriormente le dieron el diagnóstico y que era discopatía dorsal del 7 al 12, que no es efectivo que haya tenido esta discopatía antes, que con anterioridad había tenido depresión, que ha sufrido mucho daño de todo tipo, económico, sicológico, moral, que le cambió totalmente la vida, en la parte económica por la compra de remedios, escáner, cintigrama, radiografías, electro todos estos gastos por Fonasa, psicológico porque no camina, siempre está

618

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

hacer sus labores ya que era un trabajo más liviano, por eso le dio el alta, que el certificado agregado a fs. 8 de estos autos fue extendido, por él, y que durante este año no lo ha vuelto a tratar. María Inés Arriagada Solar, quien expone que éste era un paciente afectado por una patología lumbar y cervical por lo que le dijo por un golpe que había sufrido a nivel de la columna vertebral, que la evaluación que le hizo en el año 2005 en el mes de octubre, lo vio en dos oportunidades en octubre y diciembre, tenía síntomas depresivos, trastornos ansiosos, por lo que se le indicó antidepresivos y ansiolíticos y fue derivado a la terapeuta ocupacional del consultorio de psiquiatría de atención primaria, con ella realizó dos sesiones, antes de su segunda evaluación, en diciembre según vio la ficha había tenido una evaluación favorable con las técnicas de relajación dentro de lo que era esperable, que efectivamente la firma que rola en el documento de fs. 7 y que se le exhibe es suya y el diagnóstico de trastorno depresivo moderado secundario a condición médica, que éste es un trastorno depresivo que consiste en presencia de algunos criterios que se incluyen dentro de un diagnóstico de depresión, no están todos los criterios, por ejemplo el paciente tenía un severo trastorno de sueño sin embargo no presentaba alteración significativa del apetito que es otro trastorno de la depresión, que en resumen moderado es según la intensidad de los síntomas, secundario condición médica se refiere a que la patología está presente luego de haber desarrollado una enfermedad de tipo físico, este trastorno ocurre después de la enfermedad física, no estando presente previamente, que uno puede deducir que si el episodio depresivo se presenta después de la enfermedad física sin síntomas previo entonces el trastorno depresivo es por condición médica, que en el año 2003 este paciente estuvo hospitalizado por 10 días por intento de suicidio frustrado relativo a separación conyugal luego de lo cual registró sólo un control post alta, que no hay relación entre esta depresión y la patología previa que estuvo hospitalizado. DECIMOPRIMERO: La parte demandada con el objeto de acreditar los fundamentos de su acción, rindió las siguientes probanzas: Documental: Acompañó con la debida ritualidad procesal los siguientes documentos: a) Copia de contrato de trabajo entre las partes de fecha 10 de enero del 2004 de fs. 26; b) Reglamento interno de la empresa de orden, higiene y seguridad; c) Copia de solicitud de ingreso de fs. 28; d) Comprobante de recepción de su ropa de trabajo de fs. 29 a 32; e) Copia de licencia médica de fs. 33 y 34; f) Copia de certificado de término de tratamiento y prestaciones de fs. 35; g) Copia de declaración individual del accidente de trabajo de fs. 36; h) Copia de la investigación y análisis del accidente del trabajo de fs. 37; i) Copia del ordinario Nº 014417, de fecha 29 de marzo del 2006, emitido por la Superintendencia de Seguridad Social de fs. 38; j) Set de copias de licencias médicas otorgadas al demandante entre el mes de mayo del 2004 y abril del 2006; k) Oficio y antecedentes remitidos por el I.S.T. de fojas 115 a 156; I) Oficio y antecedentes remitidos por la Superintendencia de Seguridad Social; Confesional: Mediante la absolución de posiciones del demandante Juan Ramón Lazcano Muñoz, al tenor del pliego agregado a fs. 92, quien en síntesis expresa; que efectivamente a comienzos del año 2004 se desempeñaba como pañolero en la planta 1 de Conservera Pentzke, y que en el año 2003 había desempeñado la misma función, y que dentro de sus funciones estaba la de mantener limpio y en orden el pañol, que nunca recibió protección de seguridad por parte de la empresa, que en la parte de él no se conocían, que efectivamente se cayó el día 13 de febrero del 2004 de unos 2 metros de altura aproximado y se golpeó con un cubo de jabón, que informó de inmediato al señor Marcelo Alfaro, como a las 2 horas cuando llegó éste y la respuesta fue tenga cuidado con un garabato, que no es efectivo que haya informado después de varias semanas, que sólo existía una escalera en el pañol pero que en el centro estaba atornillada con rieles, que no habían escaleras disponibles, que estás eran ocupadas por los eléctricos, que eran 3 escaleras de tijeras, que muchas veces se subió con Marcelo Alfaro a las repisas sin escalera, que no le consta que la empresa haya hecho alguna investigación que solamente a él lo llamó el señor Gutiérrez para que le explicara cómo se había caído, que una vez ocupada la licencia volvió a trabajar después de unos 8 o 9 días que no recuerda bien y que de ahí volvió nuevamente al I.S.T. por lo cual estuvo hospitalizado en Santiago 7 días, producto de haber tenido que descargar un camión con tubos volviendo a recaer con los mismos dolores, posteriormente le dieron el diagnóstico y que era discopatía dorsal del 7 al 12, que no es efectivo que haya tenido esta discopatía antes, que con anterioridad había tenido depresión, que ha sufrido mucho daño de todo tipo, económico, sicológico, moral, que le cambió totalmente la vida, en la parte económica por la compra de remedios, escáner, cintigrama, radiografías, electro todos estos gastos por Fonasa, psicológico porque no camina, siempre está

618

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

619

acompañado de un bastón ortopédico, en la relación con su pareja, daño moral a su hija al verlo ahora imposibilitado de todo, el daño moral es el de sentirse desvalido, al verse casi inválido sin poder trabajar, dependiendo del resto de las personas, enviándolo el mismo doctor a tratamiento psiquiátrico; Testimonial: Mediante las declaraciones de los siguientes testigos, quienes a fs. 99 a 103 exponen: Víctor David Gutiérrez Segovia: que él tuvo un encuentro con el demandante después de haber pasado dos semanas del accidente, se acercó a su oficina y le manifestó que tenía malestar en la espalda, a consecuencia de eso tomaron las medidas para que fuera atendido en el policlínico y posteriormente tomarlo como accidente de la parle laboral, que él no fue testigo de esto, que esto lo sabe porque trabaja en Conservera Pentzke y se desempeña como supervisor del Departamento de Mantención de la Planta 1, de acuerdo a esto se hizo una investigación dentro de la empresa para ver cómo habían sucedido los hechos, que el demandante le manifestó que sentía un malestar en la espalda al preguntarle qué le había sucedido éste les manifestó que había sufrido una caída en el pañol de mantención dándole la ubicación de dónde se había caído y cómo había caído, explicándole que había trepado una repisa para la ubicación de unas cajas de cartón, debido a esto se había resbalado perdiendo el equilibrio yéndose de espalda y encontrándose abajo una tineta de plástico con le cual se habría golpeado la espalda. Que con respecto a esto cree que el demandante no tomó las medidas necesarias ya que existen escaleras para acceder o proceder a colocar determinados materiales en las repisas donde existen escaleras fijas y otra que es móvil dentro del pañol, que éste dio aviso a unas dos semanas de ocurrido el accidente, que como comité paritario tuvo que hacer un informe del accidente. Que siempre se está cumpliendo dentro de las normas, que parte del desempeño que hacía dentro del pañol que era de mucha eficiencia que nunca tuvo un problema tan grave como el accidente que pudiera haber ocurrido en el pañol, que éste debió haberlo informado de inmediato, que siempre se le están entregando instrucciones a los trabajadores, se les hacen instrucciones de charlas de 5 minutos y en este caso la persona que entró al pañol las recibió de parte del jefe directo o de su superior, que siempre se están dejando registros de estas charlas, que al tiempo del accidente estas charlas eran más alejadas. Marcelo. Antonio Alfaro Garrido, quien expone que con respecto al accidente del demandante se enteró 2 semanas después de ocurrido, a través de don Víctor Gutiérrez que es supervisor, al cual le habría detallado que se había caído de las repisas, de lo cual no tiene certeza porque no lo vio y tampoco encontró a nadie que lo hubiera visto, con posterioridad hicieron el informe del accidente tomando en cuenta que don Juan Lazcano era una persona trabajadora y buen funcionario fue sometido al trámite de enviarlo al I.S.T., que era lo que correspondía, que el informe del accidente fue previo al envió al I.S.T., que todo esto lo sabe porque es trabajador de Conservera Pentzke y se desempeña como jefe de Mantención de las plantas, que con respecto al accidente el demandante se encontraba en su calidad de pañolero ordenado algunos elementos y materiales, al cual estaba identificando y se subió a una repisa o en dos repisas un pie en cada lado perdió el equilibrio y cayó, golpeándose la espalda e un balde que al parecer había puesto ahí, que de parte de él se le indicaba en forma constante a don Juan las obligaciones que tenía en el pañol, labores que eran sencillas y que tenía que tener los resguardos suficientes cada vez que cometiera un acto de trabajo para lo cual era previamente informado cuando se contrato y esto fue por su propia persona, que lo detallado sobre el accidente lo ha dado por lo que les dijo don Juan el mismo demandante, que el informe del accidente es emitido, es entregado una copia al comité paritario en el cual se informa todo lo ocurrido en el accidente a la misma vez o al mismo momento en que se entrega el informe al I.S.T. departamento de personal y jefe del departamento, que el demandante contaba con las medidas de seguridad, que éste era un trabajo sencillo que no requería de mayores conocimientos y para el cual don Juan Lazcano tenía aptitudes, y en el cual él también hacía sugerencias directas a su persona y le iban dando cumplimiento, que el pañol contaba y cuenta con una escala y dos escaleras, una escalera para subir al segundo piso, una escalera en el segundo pasillo fija y una escalera rotante de dos metros y medio de altura liviana y que se puede transportar fácilmente y también cuenta con escaleras de largo alcance llámese telescópicas, escaleras de tijera, de aluminio las cuales son utilizadas por el departamento eléctrico y mecánico de la empresa, que lamentablemente siendo don Juan Lazcano un buen funcionario crea que esta vez omitió por exceso de confianza quizás aplicar la seguridad que correspondía a la maniobra realizada, como por ejemplo haber transportado escalera y ubicarla en el lugar correspondiente, haber pedido ayuda a alguna persona, que se le explicó la actitud que

acompañado de un bastón ortopédico, en la relación con su pareja, daño moral a su hija al verlo ahora imposibilitado de todo, el daño moral es el de sentirse desvalido, al verse casi inválido sin poder trabajar, dependiendo del resto de las personas, enviándolo el mismo doctor a tratamiento psiquiátrico; Testimonial: Mediante las declaraciones de los siguientes testigos, quienes a fs. 99 a 103 exponen: Víctor David Gutiérrez Segovia: que él tuvo un encuentro con el demandante después de haber pasado dos semanas del accidente, se acercó a su oficina y le manifestó que tenía malestar en la espalda, a consecuencia de eso tomaron las medidas para que fuera atendido en el policlínico y posteriormente tomarlo como accidente de la parle laboral, que él no fue testigo de esto, que esto lo sabe porque trabaja en Conservera Pentzke y se desempeña como supervisor del Departamento de Mantención de la Planta 1, de acuerdo a esto se hizo una investigación dentro de la empresa para ver cómo habían sucedido los hechos, que el demandante le manifestó que sentía un malestar en la espalda al preguntarle qué le había sucedido éste les manifestó que había sufrido una caída en el pañol de mantención dándole la ubicación de dónde se había caído y cómo había caído, explicándole que había trepado una repisa para la ubicación de unas cajas de cartón, debido a esto se había resbalado perdiendo el equilibrio yéndose de espalda y encontrándose abajo una tineta de plástico con le cual se habría golpeado la espalda. Que con respecto a esto cree que el demandante no tomó las medidas necesarias ya que existen escaleras para acceder o proceder a colocar determinados materiales en las repisas donde existen escaleras fijas y otra que es móvil dentro del pañol, que éste dio aviso a unas dos semanas de ocurrido el accidente, que como comité paritario tuvo que hacer un informe del accidente. Que siempre se está cumpliendo dentro de las normas, que parte del desempeño que hacía dentro del pañol que era de mucha eficiencia que nunca tuvo un problema tan grave como el accidente que pudiera haber ocurrido en el pañol, que éste debió haberlo informado de inmediato, que siempre se le están entregando instrucciones a los trabajadores, se les hacen instrucciones de charlas de 5 minutos y en este caso la persona que entró al pañol las recibió de parte del jefe directo o de su superior, que siempre se están dejando registros de estas charlas, que al tiempo del accidente estas charlas eran más alejadas. Marcelo. Antonio Alfaro Garrido, quien expone que con respecto al accidente del demandante se enteró 2 semanas después de ocurrido, a través de don Víctor Gutiérrez que es supervisor, al cual le habría detallado que se había caído de las repisas, de lo cual no tiene certeza porque no lo vio y tampoco encontró a nadie que lo hubiera visto, con posterioridad hicieron el informe del accidente tomando en cuenta que don Juan Lazcano era una persona trabajadora y buen funcionario fue sometido al trámite de enviarlo al I.S.T., que era lo que correspondía, que el informe del accidente fue previo al envió al I.S.T., que todo esto lo sabe porque es trabajador de Conservera Pentzke y se desempeña como jefe de Mantención de las plantas, que con respecto al accidente el demandante se encontraba en su calidad de pañolero ordenado algunos elementos y materiales, al cual estaba identificando y se subió a una repisa o en dos repisas un pie en cada lado perdió el equilibrio y cayó, golpeándose la espalda e un balde que al parecer había puesto ahí, que de parte de él se le indicaba en forma constante a don Juan las obligaciones que tenía en el pañol, labores que eran sencillas y que tenía que tener los resguardos suficientes cada vez que cometiera un acto de trabajo para lo cual era previamente informado cuando se contrato y esto fue por su propia persona, que lo detallado sobre el accidente lo ha dado por lo que les dijo don Juan el mismo demandante, que el informe del accidente es emitido, es entregado una copia al comité paritario en el cual se informa todo lo ocurrido en el accidente a la misma vez o al mismo momento en que se entrega el informe al I.S.T. departamento de personal y jefe del departamento, que el demandante contaba con las medidas de seguridad, que éste era un trabajo sencillo que no requería de mayores conocimientos y para el cual don Juan Lazcano tenía aptitudes, y en el cual él también hacía sugerencias directas a su persona y le iban dando cumplimiento, que el pañol contaba y cuenta con una escala y dos escaleras, una escalera para subir al segundo piso, una escalera en el segundo pasillo fija y una escalera rotante de dos metros y medio de altura liviana y que se puede transportar fácilmente y también cuenta con escaleras de largo alcance llámese telescópicas, escaleras de tijera, de aluminio las cuales son utilizadas por el departamento eléctrico y mecánico de la empresa, que lamentablemente siendo don Juan Lazcano un buen funcionario crea que esta vez omitió por exceso de confianza quizás aplicar la seguridad que correspondía a la maniobra realizada, como por ejemplo haber transportado escalera y ubicarla en el lugar correspondiente, haber pedido ayuda a alguna persona, que se le explicó la actitud que ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

619

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

había tenido, que no correspondía a una persona de sus características ya que era una persona capaz y a la cual también se le había explicado el tipo de trabajo que debía realizar en forma esporádica por su persona y también por su supervisor a cargo. Pedro Aníbal Navarrete Carrasco, el que expone que efectivamente contaba con las medidas de seguridad, en relación a como ocurrió el accidente el pañol dispone de dos escalas una que es fija y otra móvil y que son de uso exclusivo del pañol, desde ese punto de vista quien tiene que administrar los recursos auxiliares es el trabajador, en lo puntual tratándose de una caída yo soy (el trabajador) el que decide si ocupó o no los elementos de apoyo que tiene para el trabajo, que para que se entienda mejor técnicamente tienen dos situaciones que dice relación con la protección del trabajador una que son los elementos que debe portar el trabajador que de denominan elementos de protección personal y ahí ellos controlan, un ejemplo debe tener zapatos de seguridad, pero tenían otros elementos que no están insertos en el cuerpo del trabajador que también son considerados técnicamente como elementos de protección personal y que el trabajador determina cuándo y en qué minuto los ocupa como es el caso de las escalas, la escala son dispositivos que frente a una caída en trabajo de altura bajo el mismo principio proteger al trabajador. Que todo esto lo sabe porque era el consultor de prevención de riesgo de la empresa Conservera Penztke, que como consultor él cumplía la función de asesorar a la Cía., en lo referente al cumplimiento a las disposiciones de la ley del trabajo. Que el trabajador debe decir cuando utilizar una escalera, si lo que pretende alcanzar dentro del pañol no está a su alcance. Inspección personal del Tribunal: Solicitó la inspección personal del Tribunal la que se practicó y cuya acta rola a fojas 228. DECIMOSEGUNDO: Que se decretó como medida para mejor resolver informe pericial el que se realizó por el perito Manuel Maldonado Herrera, experto en prevención de riesgos, y que rola a fojas 249 a 257. DECIMOTERCERO: Que es un hecho no controvertido que el día 13 de febrero de 2004 en circunstancias que el actor se desempeñaba en el pañol de mantención de la sociedad demandada trepando en una repisa para acomodar cajas resbala perdiendo el control golpeándose la espalda en un balde plástico. DECIMOCUARTO: Que en autos el demandante ha ejercido la acción de indemnización de perjuicios por accidente del trabajo, toda vez que el hecho en que se fundan las indemnizaciones reclamadas ocurrió en circunstancias que el demandante prestaba servicios al demandado según contrato de trabajo que las partes acompañan a fojas 1 y 26. DECIMOQUINTO: Que, en relación a lo expuesto precedentemente, el artículo 184 de Código del Trabajo establece que el empleador está obligado a tomar todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y la salud de los trabajadores manteniendo las condiciones adecuadas de seguridad de las faenas, como también los implementos necesarios para prevenir accidentes. Asimismo, el artículo 69 de la ley 16.744 ya citado establece que cuando el accidente se deba a culpa o dolo de la entidad empleadora o de un tercero, la víctima o demás personas a quienes el accidente cause daño podrá reclamar también contra éstos las otras indemnizaciones a que tenga derecho. DECIMOSEXTO: Que así las cosas se establece una responsabilidad contractual por incumplimiento de la obligación de seguridad del empleador cuyo contenido es la necesaria adopción de todas aquellas medidas tendientes a evitar que en el lugar de trabajo se produzca algún accidente que pueda afectar la vida, la integridad física o la salud del trabajador. DECIMOSÉPTIMO: Que el peso de la prueba, conforme a las reglas del “onus probandi, en cuanto al cumplimiento de la obligación de seguridad, corresponde al empleador, asimismo le corresponde acreditar la debida diligencia y cuidado, respondiendo de culpa levísima. DECIMOCTAVO: Que de la prueba rendida en autos, analizada conforme a las reglas de la sana crítica, no se encuentra acreditado que el empleador haya cumplido con la obligación referida, ya que, atendida las circunstancias del accidente la medida idónea para evitarlo era otorgar al actor los medios de apoyo necesarios para realizar el trabajo en altura, lo que se ve confirmado por el informe pericial de fojas 249 en orden a afirmar que el trabajador debió utilizar una escalera de tijera para realizar la actividad que al momento del accidente desarrollaba. En efecto, si bien los testigos de la demandada se refieren a la existencia de escaleras en el lugar de trabajo, estas declaraciones no son suficientes para dar por probado el hecho, ya que se ven desvirtuadas por las declaraciones de dos testigos de la demandante don Christian Omar Gallardo Rosas y don Juan Alejandro Ramírez Figue-

620

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

había tenido, que no correspondía a una persona de sus características ya que era una persona capaz y a la cual también se le había explicado el tipo de trabajo que debía realizar en forma esporádica por su persona y también por su supervisor a cargo. Pedro Aníbal Navarrete Carrasco, el que expone que efectivamente contaba con las medidas de seguridad, en relación a como ocurrió el accidente el pañol dispone de dos escalas una que es fija y otra móvil y que son de uso exclusivo del pañol, desde ese punto de vista quien tiene que administrar los recursos auxiliares es el trabajador, en lo puntual tratándose de una caída yo soy (el trabajador) el que decide si ocupó o no los elementos de apoyo que tiene para el trabajo, que para que se entienda mejor técnicamente tienen dos situaciones que dice relación con la protección del trabajador una que son los elementos que debe portar el trabajador que de denominan elementos de protección personal y ahí ellos controlan, un ejemplo debe tener zapatos de seguridad, pero tenían otros elementos que no están insertos en el cuerpo del trabajador que también son considerados técnicamente como elementos de protección personal y que el trabajador determina cuándo y en qué minuto los ocupa como es el caso de las escalas, la escala son dispositivos que frente a una caída en trabajo de altura bajo el mismo principio proteger al trabajador. Que todo esto lo sabe porque era el consultor de prevención de riesgo de la empresa Conservera Penztke, que como consultor él cumplía la función de asesorar a la Cía., en lo referente al cumplimiento a las disposiciones de la ley del trabajo. Que el trabajador debe decir cuando utilizar una escalera, si lo que pretende alcanzar dentro del pañol no está a su alcance. Inspección personal del Tribunal: Solicitó la inspección personal del Tribunal la que se practicó y cuya acta rola a fojas 228. DECIMOSEGUNDO: Que se decretó como medida para mejor resolver informe pericial el que se realizó por el perito Manuel Maldonado Herrera, experto en prevención de riesgos, y que rola a fojas 249 a 257. DECIMOTERCERO: Que es un hecho no controvertido que el día 13 de febrero de 2004 en circunstancias que el actor se desempeñaba en el pañol de mantención de la sociedad demandada trepando en una repisa para acomodar cajas resbala perdiendo el control golpeándose la espalda en un balde plástico. DECIMOCUARTO: Que en autos el demandante ha ejercido la acción de indemnización de perjuicios por accidente del trabajo, toda vez que el hecho en que se fundan las indemnizaciones reclamadas ocurrió en circunstancias que el demandante prestaba servicios al demandado según contrato de trabajo que las partes acompañan a fojas 1 y 26. DECIMOQUINTO: Que, en relación a lo expuesto precedentemente, el artículo 184 de Código del Trabajo establece que el empleador está obligado a tomar todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y la salud de los trabajadores manteniendo las condiciones adecuadas de seguridad de las faenas, como también los implementos necesarios para prevenir accidentes. Asimismo, el artículo 69 de la ley 16.744 ya citado establece que cuando el accidente se deba a culpa o dolo de la entidad empleadora o de un tercero, la víctima o demás personas a quienes el accidente cause daño podrá reclamar también contra éstos las otras indemnizaciones a que tenga derecho. DECIMOSEXTO: Que así las cosas se establece una responsabilidad contractual por incumplimiento de la obligación de seguridad del empleador cuyo contenido es la necesaria adopción de todas aquellas medidas tendientes a evitar que en el lugar de trabajo se produzca algún accidente que pueda afectar la vida, la integridad física o la salud del trabajador. DECIMOSÉPTIMO: Que el peso de la prueba, conforme a las reglas del “onus probandi, en cuanto al cumplimiento de la obligación de seguridad, corresponde al empleador, asimismo le corresponde acreditar la debida diligencia y cuidado, respondiendo de culpa levísima. DECIMOCTAVO: Que de la prueba rendida en autos, analizada conforme a las reglas de la sana crítica, no se encuentra acreditado que el empleador haya cumplido con la obligación referida, ya que, atendida las circunstancias del accidente la medida idónea para evitarlo era otorgar al actor los medios de apoyo necesarios para realizar el trabajo en altura, lo que se ve confirmado por el informe pericial de fojas 249 en orden a afirmar que el trabajador debió utilizar una escalera de tijera para realizar la actividad que al momento del accidente desarrollaba. En efecto, si bien los testigos de la demandada se refieren a la existencia de escaleras en el lugar de trabajo, estas declaraciones no son suficientes para dar por probado el hecho, ya que se ven desvirtuadas por las declaraciones de dos testigos de la demandante don Christian Omar Gallardo Rosas y don Juan Alejandro Ramírez Figue-

620

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

621

roa a quienes se les dará valor toda vez que han trabajado en la empresa demandada Conservera Pentzke, uno de ellos se desempeñaba en similares labores que el demandante, y por tanto conocen las condiciones de trabajo del actor, coincidiendo ambos en que la escalera adecuada no se encontraba a disposición del trabajador al momento del accidente. Que la existencia del reglamento interno acompañado y el hecho de haber otorgado ciertos implementos al trabajador según se da cuenta en documentos de fojas 28 a 32 no alteran lo concluido, ya que no son medidas suficientes para evitar el accidente laboral de autos. DECIMONOVENO: Que el incumplimiento del empleador en orden a adoptar las medidas de seguridad adecuadas es causa directa del accidente sufrido por el demandante, toda vez que de haber existido éstas el accidente no se habría producido. VIGÉSIMO: Que en cuanto a lo demandado por daño emergente, se debe tener presente que éste corresponde al daño patrimonial efectivamente causado, en tanto que la demandante lo funda en el daño corporal, dolor físico y depresión sufrida, los que se encuentran comprendidos en el daño moral que es aquel que se refiere a los bienes inmateriales del ser humano, tales como la salud, por lo expuesto no se hará lugar a lo demandado por daño emergente. VIGÉSIMO PRIMERO: Que en cuanto a lo demandado por daño moral éste se define como el dolor, aflicción, el pesar en la víctima o en sus parientes más cercanos o aquél que consiste en el dolor psíquico o aun físico que se experimente a raíz de un suceso determinado. VIGÉSIMO SEGUNDO: Que para determinar el daño moral se tendrá en consideración: a) que se ha acreditado, especialmente con el documento de fojas 2, 38, 81 emanado de la Superintendencia de Seguridad Social, que producto del accidente laboral se produjo una contusión torácica y dorsalgia post traumática; b) Que el actor presenta una discopatía degenerativa dorsal T 7 a T 12; c) Que no se encuentra acreditado el daño físico producto del accidente en los términos expuestos por la demandante, ya que ésta señala que producto del golpe sufrido habría quedado con algún grado de invalidez que le imposibilitaría trabajar, no existiendo antecedentes médicos suficientes que sustenten esta afirmación, en efecto si bien existe un certificado de un neurocirujano que considera que el actor tiene una incapacidad del 100%, ello se ve desvirtuado por los antecedentes médicos del Instituto de Seguridad del Trabajo especialmente los últimos que rolan a fojas 115 y siguientes a los que se acompañan diversos exámenes practicados al demandante, asimismo por las licencias médicas de fojas 39 a 45 y de 49 a 56, que indican recuperabilidad laboral; d) Que se fijará prudencialmente el monto de la indemnización atendido los antecedentes de la causa, fijándose la suma de $ 5.000.000. Por estas consideraciones y visto además lo dispuesto en los artículos 184, 425, 439, 442, 443, 446, 449, 455, 456, 457, 458 del Código del Trabajo, 5, 69 de la ley 16.744 se resuelve: I. Que no ha lugar a la objeción de documentos opuesta en el primer otrosí de fojas 20 por la parte demandada. II. Que no ha lugar a la excepción de prescripción opuesta por la demandada a fojas 20. III. Que se acoge la demanda deducida a fojas 12 sólo en cuanto se condena a la demandada a pagar al demandante la suma de $ 5.000.000 por indemnización de daño moral. IV. Que no se condena en costas a la demandada por no haber sido totalmente vencida. Dictada por doña Natascha Núñez Ursic, Juez Subrogante. Autoriza doña María Andrades Fernández, Secretaria Subrogante.

II. CORTE DE APELACIONES Valparaíso, veinte de julio de dos mil siete. VISTO: Se reproduce la sentencia en alzada con las siguientes modificaciones: En el considerando vigésimo segundo, se reemplaza la forma verbal “fijará” por “regulará” y al guarismo “$ 5.000.000 por “$ 15.000.000”. Y se tiene en su lugar y, además, presente: PRIMERO: Que la acción entablada, como se señala en el libelo respectivo emana del contrato de trabajo celebrado entre el demandante Juan Ramón Lazcano Muñoz y la empresa demandada y se fundamenta especialmente en el artículo 69 de la ley 16.774, en cuanto estatuye que la víctima podrá

Valparaíso, veinte de julio de dos mil siete. VISTO: Se reproduce la sentencia en alzada con las siguientes modificaciones: En el considerando vigésimo segundo, se reemplaza la forma verbal “fijará” por “regulará” y al guarismo “$ 5.000.000 por “$ 15.000.000”. Y se tiene en su lugar y, además, presente: PRIMERO: Que la acción entablada, como se señala en el libelo respectivo emana del contrato de trabajo celebrado entre el demandante Juan Ramón Lazcano Muñoz y la empresa demandada y se fundamenta especialmente en el artículo 69 de la ley 16.774, en cuanto estatuye que la víctima podrá

II. CORTE DE APELACIONES roa a quienes se les dará valor toda vez que han trabajado en la empresa demandada Conservera Pentzke, uno de ellos se desempeñaba en similares labores que el demandante, y por tanto conocen las condiciones de trabajo del actor, coincidiendo ambos en que la escalera adecuada no se encontraba a disposición del trabajador al momento del accidente. Que la existencia del reglamento interno acompañado y el hecho de haber otorgado ciertos implementos al trabajador según se da cuenta en documentos de fojas 28 a 32 no alteran lo concluido, ya que no son medidas suficientes para evitar el accidente laboral de autos. DECIMONOVENO: Que el incumplimiento del empleador en orden a adoptar las medidas de seguridad adecuadas es causa directa del accidente sufrido por el demandante, toda vez que de haber existido éstas el accidente no se habría producido. VIGÉSIMO: Que en cuanto a lo demandado por daño emergente, se debe tener presente que éste corresponde al daño patrimonial efectivamente causado, en tanto que la demandante lo funda en el daño corporal, dolor físico y depresión sufrida, los que se encuentran comprendidos en el daño moral que es aquel que se refiere a los bienes inmateriales del ser humano, tales como la salud, por lo expuesto no se hará lugar a lo demandado por daño emergente. VIGÉSIMO PRIMERO: Que en cuanto a lo demandado por daño moral éste se define como el dolor, aflicción, el pesar en la víctima o en sus parientes más cercanos o aquél que consiste en el dolor psíquico o aun físico que se experimente a raíz de un suceso determinado. VIGÉSIMO SEGUNDO: Que para determinar el daño moral se tendrá en consideración: a) que se ha acreditado, especialmente con el documento de fojas 2, 38, 81 emanado de la Superintendencia de Seguridad Social, que producto del accidente laboral se produjo una contusión torácica y dorsalgia post traumática; b) Que el actor presenta una discopatía degenerativa dorsal T 7 a T 12; c) Que no se encuentra acreditado el daño físico producto del accidente en los términos expuestos por la demandante, ya que ésta señala que producto del golpe sufrido habría quedado con algún grado de invalidez que le imposibilitaría trabajar, no existiendo antecedentes médicos suficientes que sustenten esta afirmación, en efecto si bien existe un certificado de un neurocirujano que considera que el actor tiene una incapacidad del 100%, ello se ve desvirtuado por los antecedentes médicos del Instituto de Seguridad del Trabajo especialmente los últimos que rolan a fojas 115 y siguientes a los que se acompañan diversos exámenes practicados al demandante, asimismo por las licencias médicas de fojas 39 a 45 y de 49 a 56, que indican recuperabilidad laboral; d) Que se fijará prudencialmente el monto de la indemnización atendido los antecedentes de la causa, fijándose la suma de $ 5.000.000. Por estas consideraciones y visto además lo dispuesto en los artículos 184, 425, 439, 442, 443, 446, 449, 455, 456, 457, 458 del Código del Trabajo, 5, 69 de la ley 16.744 se resuelve: I. Que no ha lugar a la objeción de documentos opuesta en el primer otrosí de fojas 20 por la parte demandada. II. Que no ha lugar a la excepción de prescripción opuesta por la demandada a fojas 20. III. Que se acoge la demanda deducida a fojas 12 sólo en cuanto se condena a la demandada a pagar al demandante la suma de $ 5.000.000 por indemnización de daño moral. IV. Que no se condena en costas a la demandada por no haber sido totalmente vencida. Dictada por doña Natascha Núñez Ursic, Juez Subrogante. Autoriza doña María Andrades Fernández, Secretaria Subrogante. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

621

RETIRO

622

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Santiago, tres de octubre de dos mil siete. VISTOS Y TENIENDO PRESENTE: PRIMERO: Que en conformidad a lo dispuesto en el artículo 782 del Código de Procedimiento Civil, se ha ordenado dar cuenta del recurso de casación en el fondo deducido por la demandada a fojas 320. SEGUNDO: Que la recurrente denuncia la vulneración de los artículos 69 de la ley 16.744 sobre Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales, 420 letra f) y 480 del Código del Trabajo y 2515 del Código Civil. Sostiene, en síntesis, que los sentenciadores han incurrido en error de derecho al aplicar al caso de autos, los plazos de prescripción del derecho común. Señala que de acuerdo con lo dispuesto por la letra f) del artículo 420 del Código Laboral, la norma del artículo 69 de la ley 16.744 no es aplicable en la especie, ni tampoco las prescripciones de derecho común, por cuanto la acción que se ha ejercido corresponde a una indemnización por responsabilidad contractual, debiendo haber recurrido los sentenciadores a la disposición del artículo 480 del Código Laboral, conforme a la cual el plazo de prescripción los derechos regidos por dicho código prescriben en el plazo de dos años, el que se encuentra cumplido, en el presente caso. TERCERO: Que la acción intentada se ha fundado en el artículo 184 del Código del Trabajo, el que establece el deber general de protección de la vida y la salud de los trabajadores y 69 de la ley 16.744. En la sentencia impugnada los Jueces del fondo consideran que las materias relativas a accidentes del trabajo, se rigen por la ley 16.744, que contempla una regla especial en su artículo 69, no resultando aplicable en la especie, la norma del artículo 480 del Código del Trabajo, disposición que se refiere a derechos que tienen su fuente única y exclusivamente en el contrato de trabajo. Respecto de la pres-

reclamar al empleador, también las otras indemnizaciones a que tenga derecho, con arreglo a las prescripciones de derecho común, incluso el daño moral. SEGUNDO: Que de esta manera el plazo de prescripción a que se encuentra sometida la acción en referencia es aquél establecido en el derecho común de cinco años como lo señala la sentencia recurrida, por lo que la apelación que pretende su revocación por no haberse acogido la excepción de prescripción basado en los plazos establecidos en el Código del Trabajo, no puede prosperar. TERCERO: Que tampoco puede prosperar el recurso de apelación interpuesto por la demandada en cuanto persigue la revocación de la misma basado en la inexistencia de incumplimiento contractual por dicha parte, toda vez que como ha quedado demostrado con la prueba valorada en el fallo recurrido, particularmente con la inspección personal del Juez al lugar del accidente, que la empresa no ha adoptado las medidas que impidan la práctica común de los operarios de no usar las escaleras disponibles en la sección para el cumplimiento de las labores que desarrollan. CUARTO: Que, sin perjuicio que de los mismos antecedentes se colige que el actor se expuso imprudentemente al daño sufrido, esta Corte estima que el monto de la indemnización que por concepto del daño moral se le otorga debe regularse en la suma de quince millones de pesos ($ 15.000.000). Por las consideraciones precedentemente explicitadas, disposiciones que se han tenido por reproducidas y de conformidad, además, con lo prevenido en los artículos 463 y 473 del Código del Trabajo, se confirma la sentencia apelada de cinco de diciembre de dos mil seis, escrita desde fojas 266 a 276, con declaración que se eleva a quince millones de pesos ($ 15.000.000) la indemnización que por concepto de daño moral debe pagar la empresa demandada al trabajador demandante, suma que deberá reajustarse conforme a la variación que experimente el Índice de Precios al Consumidor, desde la fecha de esta sentencia y hasta su pago efectivo, con los intereses corrientes para operaciones reajustables desde que el deudor se constituya en mora. Cada parte pagará las costas del recurso. Regístrese y devuélvase. Redactó el Ministro, señor Rafael Lobos Domínguez. Pronunciada por los Ministros Titulares de la Iltma. Corte señor Rafael Lobos Domínguez, señora María Angélica Repetto García y Abogado Integrante señor Bernardino Muñoz Sánchez. Rol Nº 135 2007.

III. CORTE SUPREMA

III. CORTE SUPREMA

reclamar al empleador, también las otras indemnizaciones a que tenga derecho, con arreglo a las prescripciones de derecho común, incluso el daño moral. SEGUNDO: Que de esta manera el plazo de prescripción a que se encuentra sometida la acción en referencia es aquél establecido en el derecho común de cinco años como lo señala la sentencia recurrida, por lo que la apelación que pretende su revocación por no haberse acogido la excepción de prescripción basado en los plazos establecidos en el Código del Trabajo, no puede prosperar. TERCERO: Que tampoco puede prosperar el recurso de apelación interpuesto por la demandada en cuanto persigue la revocación de la misma basado en la inexistencia de incumplimiento contractual por dicha parte, toda vez que como ha quedado demostrado con la prueba valorada en el fallo recurrido, particularmente con la inspección personal del Juez al lugar del accidente, que la empresa no ha adoptado las medidas que impidan la práctica común de los operarios de no usar las escaleras disponibles en la sección para el cumplimiento de las labores que desarrollan. CUARTO: Que, sin perjuicio que de los mismos antecedentes se colige que el actor se expuso imprudentemente al daño sufrido, esta Corte estima que el monto de la indemnización que por concepto del daño moral se le otorga debe regularse en la suma de quince millones de pesos ($ 15.000.000). Por las consideraciones precedentemente explicitadas, disposiciones que se han tenido por reproducidas y de conformidad, además, con lo prevenido en los artículos 463 y 473 del Código del Trabajo, se confirma la sentencia apelada de cinco de diciembre de dos mil seis, escrita desde fojas 266 a 276, con declaración que se eleva a quince millones de pesos ($ 15.000.000) la indemnización que por concepto de daño moral debe pagar la empresa demandada al trabajador demandante, suma que deberá reajustarse conforme a la variación que experimente el Índice de Precios al Consumidor, desde la fecha de esta sentencia y hasta su pago efectivo, con los intereses corrientes para operaciones reajustables desde que el deudor se constituya en mora. Cada parte pagará las costas del recurso. Regístrese y devuélvase. Redactó el Ministro, señor Rafael Lobos Domínguez. Pronunciada por los Ministros Titulares de la Iltma. Corte señor Rafael Lobos Domínguez, señora María Angélica Repetto García y Abogado Integrante señor Bernardino Muñoz Sánchez. Rol Nº 135 2007.

Santiago, tres de octubre de dos mil siete. VISTOS Y TENIENDO PRESENTE: PRIMERO: Que en conformidad a lo dispuesto en el artículo 782 del Código de Procedimiento Civil, se ha ordenado dar cuenta del recurso de casación en el fondo deducido por la demandada a fojas 320. SEGUNDO: Que la recurrente denuncia la vulneración de los artículos 69 de la ley 16.744 sobre Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales, 420 letra f) y 480 del Código del Trabajo y 2515 del Código Civil. Sostiene, en síntesis, que los sentenciadores han incurrido en error de derecho al aplicar al caso de autos, los plazos de prescripción del derecho común. Señala que de acuerdo con lo dispuesto por la letra f) del artículo 420 del Código Laboral, la norma del artículo 69 de la ley 16.744 no es aplicable en la especie, ni tampoco las prescripciones de derecho común, por cuanto la acción que se ha ejercido corresponde a una indemnización por responsabilidad contractual, debiendo haber recurrido los sentenciadores a la disposición del artículo 480 del Código Laboral, conforme a la cual el plazo de prescripción los derechos regidos por dicho código prescriben en el plazo de dos años, el que se encuentra cumplido, en el presente caso. TERCERO: Que la acción intentada se ha fundado en el artículo 184 del Código del Trabajo, el que establece el deber general de protección de la vida y la salud de los trabajadores y 69 de la ley 16.744. En la sentencia impugnada los Jueces del fondo consideran que las materias relativas a accidentes del trabajo, se rigen por la ley 16.744, que contempla una regla especial en su artículo 69, no resultando aplicable en la especie, la norma del artículo 480 del Código del Trabajo, disposición que se refiere a derechos que tienen su fuente única y exclusivamente en el contrato de trabajo. Respecto de la pres-

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

622

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

623

cripción alegada, sostienen que ésta se rige por las normas de derecho común, es decir, cinco años contados desde que la obligación se hizo exigible, término que no se habría cumplido en el caso de autos, por lo que rechazan la excepción opuesta. CUARTO: Que este Tribunal ha señalado reiteradamente que ante el incumplimiento por parte del empleador de una de las obligaciones de la esencia de un contrato laboral, el legislador ha previsto el subsiguiente resarcimiento para él o los afectados, consagrando la acción pertinente en la ley Nº 16.744, sobre Seguro Social contra Riesgos de Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales, la que de acuerdo con lo dispuesto por el artículo 79 de la misma ley, prescribe en el término de cinco años contados desde la fecha del accidente o desde el diagnóstico de la enfermedad. QUINTO: Que, conforme a lo señalado se establece que los sentenciadores no han incurrido en error de derecho, al resolver como lo han hecho en el sentido de aplicar a la materia las disposiciones de la ley 16.744 y si bien para efectos de la prescripción que se reclama, consideran que esta institución se rige por las disposiciones del derecho común, lo cierto es que dicho yerro, no tiene influencia en lo dispositivo del fallo, desde que la norma aplicable al caso, esto es, la del artículo 79 de la mencionada ley sobre Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales, establece también un término de cinco años para tales efectos, plazo que en el caso de autos, no ha transcurrido. SEXTO: Que lo razonado resulta suficiente para concluir que el recurso en análisis adolece de manifiesta falta de fundamento, lo que conduce a su rechazo en esta etapa de su tramitación. Por estas consideraciones y normas legales citadas, se rechaza el recurso de casación en el fondo deducido por la demandada a fojas 320, contra la sentencia de veinte de julio del año en curso, escrita a fojas 318 y siguiente. Regístrese y devuélvase. Rol Nº 4.978 07. Pronunciada por la Cuarta Sala de la Corte Suprema integrada por los Ministros señores Marcos Libedinsky T., Orlando Alvarez H., Urbano Marín V., Patricio Valdés A. y la señora Gabriela Pérez P. Santiago, 03 de octubre de 2007. Autoriza el Secretario de la Corte Suprema, señor Carlos Meneses Pizarro.

cripción alegada, sostienen que ésta se rige por las normas de derecho común, es decir, cinco años contados desde que la obligación se hizo exigible, término que no se habría cumplido en el caso de autos, por lo que rechazan la excepción opuesta. CUARTO: Que este Tribunal ha señalado reiteradamente que ante el incumplimiento por parte del empleador de una de las obligaciones de la esencia de un contrato laboral, el legislador ha previsto el subsiguiente resarcimiento para él o los afectados, consagrando la acción pertinente en la ley Nº 16.744, sobre Seguro Social contra Riesgos de Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales, la que de acuerdo con lo dispuesto por el artículo 79 de la misma ley, prescribe en el término de cinco años contados desde la fecha del accidente o desde el diagnóstico de la enfermedad. QUINTO: Que, conforme a lo señalado se establece que los sentenciadores no han incurrido en error de derecho, al resolver como lo han hecho en el sentido de aplicar a la materia las disposiciones de la ley 16.744 y si bien para efectos de la prescripción que se reclama, consideran que esta institución se rige por las disposiciones del derecho común, lo cierto es que dicho yerro, no tiene influencia en lo dispositivo del fallo, desde que la norma aplicable al caso, esto es, la del artículo 79 de la mencionada ley sobre Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales, establece también un término de cinco años para tales efectos, plazo que en el caso de autos, no ha transcurrido. SEXTO: Que lo razonado resulta suficiente para concluir que el recurso en análisis adolece de manifiesta falta de fundamento, lo que conduce a su rechazo en esta etapa de su tramitación. Por estas consideraciones y normas legales citadas, se rechaza el recurso de casación en el fondo deducido por la demandada a fojas 320, contra la sentencia de veinte de julio del año en curso, escrita a fojas 318 y siguiente. Regístrese y devuélvase. Rol Nº 4.978 07. Pronunciada por la Cuarta Sala de la Corte Suprema integrada por los Ministros señores Marcos Libedinsky T., Orlando Alvarez H., Urbano Marín V., Patricio Valdés A. y la señora Gabriela Pérez P. Santiago, 03 de octubre de 2007. Autoriza el Secretario de la Corte Suprema, señor Carlos Meneses Pizarro. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

623

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

San Antonio, veinte de noviembre de dos mil seis. VISTOS Y TENIENDO PRESENTE: A fojas 5 comparece a estrados don Héctor Jesús Cabello Neira, trabajador de la construcción, domiciliado en El Sauce Nº 1482, población Viuda IX, Llo Lleo, San Antonio, e interpone demanda en juicio del trabajo en procedimiento de aplicación general en contra de don Ramón González Labbé, empresario, domiciliado en Sanfuentes Nº 2250, San Antonio y en Griselda Este Nº 29, Santo Domingo, San Antonio. Funda su pretensión, en el hecho que desde el 9 de junio de 2003, en forma ininterrumpida ha prestado servicios para el demandado, quien es dueño de una empresa constructora, desempeñándose en varías obras a su cargo, en calidad de trabajador de la construcción, con una remuneración mensual de $ 160.000 incluyendo sueldo base y las asignaciones de colación y movilización. Señala, que el día 08 de marzo de 2005 se encontraba trabajando en un condominio ubicado en Avenida Arrayán Nº 411, Tejas Verdes y junto a otro trabajador de nombre Daniel Pacheco Sanhueza, se les ordenó la colocación de tejas de asfalto en la techumbre de una de las viviendas a una altura aproximada de 7 metros desde el piso, para ello, el jefe de obra don Florindo Fredes les hizo construir un andamio de madera, proporcionándole unas piezas de ese material consistente en unos cuartones y unas tablas, que no reunían las condiciones de resistencia y seguridad requeridas considerando su gran altura y siendo aproximadamente las 16:30 horas, encontrándose sobre el andamio con el trabajador Pacheco, de improviso dicha plataforma se derrumbó cayendo violentamente al suelo desde la altura aproximada de 7 metros de altura, no contando al momento del accidente con ninguno de los implementos de seguridad exigibles, tales como zapatos, casco y especialmente cabo de vida, que es una cuerda que une un arnés con una estructura fija utilizado cuando se trabaja en altura resultando a consecuencia de la caída con gravísimas lesiones consistente en traumatismo encéfalo craneano cerrado, luxofractura de columna cervical con traumatismo raquimedular, hernia del núcleo pulposo traumática y fractura del antebrazo izquierdo, ocasionándoles secuelas funcionales de carácter irreversible y permanente consiste en una tetraparesia, que le imposibilita usar las extremidades inferiores y exteriores, quedando postrado en una silla de ruedas y dependiendo un 100% de terceras personas para satisfacer sus necesidades básicas, incluso de alimentación perdiendo la totalidad de su capacidad de trabajo. Refiere, que el accidente fue causa por la negligencia del demandado, quien tiene la calidad de empresario de la construcción quien, a través del encargado de la obra hizo construir un andamio de 7 metros de altura sin acatar las normas exigidas para ese tipo de superficie de trabajo y además no le proporcionó los elementos de seguridad personal que habrían evitado su caída al vacío, en especial, el cabo de vida ya mencionado, no dando cumplimiento, su empleadora a la obligación que le imponía el artículo 184 del Código del Trabajo, consistente en “tomar todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de los trabajadores”, manteniendo las condiciones adecuadas de higiene y seguridad; en las faenas, por cuanto dispuso la ejecución de los trabajos en una plataforma totalmente insegura, instalada en forma incorrecta y sin dotar a sus trabajadores de los elementos de seguridad imprescindibles que resguardaran plenamente su seguridad física y su salud. Agrega, que el demandado incurrió en culpa en el cumplimiento de sus obligaciones derivadas del contrato de trabajo, de modo tal que ha surgido responsabilidad contractual de su parte que le acarrea la obligación de indemnizar los perjuicios causados al compareciente y por efectos del deber general de protección impuesto por la ley y el contrato de trabajo, el empleador responde de la culpa levísima, la que, según el artículo 44 del Código Civil, es la falta de aquella esmerada diligencia que un hombre juicioso emplea en la administración de sus negocios importantes. Señala, que a raíz de los hechos relacionados ha quedado tetraparésico, totalmente inválido, sin poder caminar ni usar sus extremidades, confinado a una silla de ruedas y dependiendo de terceras

624

I. SENTENCIA DE PRIMER GRADO

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol N°: 4972-2007 Cita online: CL/JUR/5246/2007

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol N°: 4972-2007 Cita online: CL/JUR/5246/2007

I. SENTENCIA DE PRIMER GRADO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

San Antonio, veinte de noviembre de dos mil seis. VISTOS Y TENIENDO PRESENTE: A fojas 5 comparece a estrados don Héctor Jesús Cabello Neira, trabajador de la construcción, domiciliado en El Sauce Nº 1482, población Viuda IX, Llo Lleo, San Antonio, e interpone demanda en juicio del trabajo en procedimiento de aplicación general en contra de don Ramón González Labbé, empresario, domiciliado en Sanfuentes Nº 2250, San Antonio y en Griselda Este Nº 29, Santo Domingo, San Antonio. Funda su pretensión, en el hecho que desde el 9 de junio de 2003, en forma ininterrumpida ha prestado servicios para el demandado, quien es dueño de una empresa constructora, desempeñándose en varías obras a su cargo, en calidad de trabajador de la construcción, con una remuneración mensual de $ 160.000 incluyendo sueldo base y las asignaciones de colación y movilización. Señala, que el día 08 de marzo de 2005 se encontraba trabajando en un condominio ubicado en Avenida Arrayán Nº 411, Tejas Verdes y junto a otro trabajador de nombre Daniel Pacheco Sanhueza, se les ordenó la colocación de tejas de asfalto en la techumbre de una de las viviendas a una altura aproximada de 7 metros desde el piso, para ello, el jefe de obra don Florindo Fredes les hizo construir un andamio de madera, proporcionándole unas piezas de ese material consistente en unos cuartones y unas tablas, que no reunían las condiciones de resistencia y seguridad requeridas considerando su gran altura y siendo aproximadamente las 16:30 horas, encontrándose sobre el andamio con el trabajador Pacheco, de improviso dicha plataforma se derrumbó cayendo violentamente al suelo desde la altura aproximada de 7 metros de altura, no contando al momento del accidente con ninguno de los implementos de seguridad exigibles, tales como zapatos, casco y especialmente cabo de vida, que es una cuerda que une un arnés con una estructura fija utilizado cuando se trabaja en altura resultando a consecuencia de la caída con gravísimas lesiones consistente en traumatismo encéfalo craneano cerrado, luxofractura de columna cervical con traumatismo raquimedular, hernia del núcleo pulposo traumática y fractura del antebrazo izquierdo, ocasionándoles secuelas funcionales de carácter irreversible y permanente consiste en una tetraparesia, que le imposibilita usar las extremidades inferiores y exteriores, quedando postrado en una silla de ruedas y dependiendo un 100% de terceras personas para satisfacer sus necesidades básicas, incluso de alimentación perdiendo la totalidad de su capacidad de trabajo. Refiere, que el accidente fue causa por la negligencia del demandado, quien tiene la calidad de empresario de la construcción quien, a través del encargado de la obra hizo construir un andamio de 7 metros de altura sin acatar las normas exigidas para ese tipo de superficie de trabajo y además no le proporcionó los elementos de seguridad personal que habrían evitado su caída al vacío, en especial, el cabo de vida ya mencionado, no dando cumplimiento, su empleadora a la obligación que le imponía el artículo 184 del Código del Trabajo, consistente en “tomar todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de los trabajadores”, manteniendo las condiciones adecuadas de higiene y seguridad; en las faenas, por cuanto dispuso la ejecución de los trabajos en una plataforma totalmente insegura, instalada en forma incorrecta y sin dotar a sus trabajadores de los elementos de seguridad imprescindibles que resguardaran plenamente su seguridad física y su salud. Agrega, que el demandado incurrió en culpa en el cumplimiento de sus obligaciones derivadas del contrato de trabajo, de modo tal que ha surgido responsabilidad contractual de su parte que le acarrea la obligación de indemnizar los perjuicios causados al compareciente y por efectos del deber general de protección impuesto por la ley y el contrato de trabajo, el empleador responde de la culpa levísima, la que, según el artículo 44 del Código Civil, es la falta de aquella esmerada diligencia que un hombre juicioso emplea en la administración de sus negocios importantes. Señala, que a raíz de los hechos relacionados ha quedado tetraparésico, totalmente inválido, sin poder caminar ni usar sus extremidades, confinado a una silla de ruedas y dependiendo de terceras

624

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

625

personas. En pocas palabras de un hombre sano, trabajador y con una existencia normal se ha transformado en un incapacitado total que no puede desplazarse ni alimentarse por sí mismo, quedando con una pésima calidad de vida y en tales condiciones y debido a que su único medio de subsistencia es su trabajo personal como obrero manual, ha sido atrozmente perjudicado por la conducta culposa de su empleadora, ya que, ha perdido la totalidad de su capacidad de ganancia y además ha debido soportar uno de los más grandes pesares que puede sufrir un ser humano, que es el de transformarse en un discapacitado, por ello solicita se condene al demandado al pago de una indemnización de perjuicios por los siguientes rubros: A. Por la disminución de su capacidad de ganancia que antes del accidente alcanzaba a un 100%, por lo cual percibía una remuneración de $ 160.000 y que ha quedado reducida a aproximadamente a $ 90.000, que es la cantidad que le corresponderá percibir por la pensión de invalidez que se le otorgará, esta merma en su capacidad de ganancia se extenderá hasta el 23 de junio de 2011, cuando cumpla 75 años, fecha en la que habrán transcurrido 74 meses desde el accidente, por lo que su monto total ascenderá a $ 5.180.000, suma a la que pide sea condenado su empleadora. B. Por el daño moral que ha consistido en los dolores y padecimiento físicos y psíquicos que ha debido soportar desde la fecha del accidente, que se prolongarán por el resto de su vida y que son una consecuencia directa de las lesiones recibidas, que tal como se ha señalado, le han dejado inválido, impedido de trabajar y valerse por sí mismo. Esto le ha ocasionado múltiples problemas psíquicos, una severa depresión reactiva al estado de incapacidad física en que ha quedado con posterioridad al accidente. Agrega, que aun cuando el daño moral es de muy difícil ponderación, para los efectos de esta demanda lo estima en la suma de $ 100.000.000, por lo que solicita a S.S., se condene al demandado al pago de una indemnización de perjuicios ascendente a $ 105.180.000. Termina, solicitando se tenga por interpuesta demanda en juicio del trabajo en el procedimiento de aplicación general en contra de don Ramón González Labbé, ya individualizado, acogerla con declaración de que el accidente del trabajo ocurrido al compareciente en San Antonio con fecha 08 de marzo de 2005 fue por culpa del demandado; que la parte demandada debe ser condenada al pago de la indemnización que reclama, ascendente a $ 105.180.000 y dicha suma debe ser reajustada en el aumento que experimente el Índice de Precio al Consumidor, aplicándole el máximo de intereses y finalmente, que el demandado debe pagar las costas de esta causa. A fojas 15, comparece a estrados doña María Soledad Salinas, abogado en representación de don Ramón González Labbé, empresario, domiciliado en Sanfuentes Nº 2250, San Antonio, contestado la demanda solicita el rechazo de la misma, con costas según los fundamentos de hecho y derecho que explica. Señala, que no es efectivo que el actor hubiese trabajado para el demandado en forma ininterrumpida, trabajó en forma esporádica y en virtud de contratos por obra, por lo que no se trata de un trabajador con contrato indefinido, se trata de un trabajador que estaba contratado por obra y por lo demás se encontraba perfectamente capacitado, con larga experiencia en su oficio, quien había participado y capacitado en diversas charlas para prevención de accidentes del Trabajo. Agrega, que el día 08 de marzo de 2005 junto con Daniel Pacheco Sanhueza el actor estaba levantando el andamio metálico, no de madera como lo indica en su libelo, el cual cumplía con todas las condiciones y requisitos de seguridad, con sus correspondientes protecciones de andamios, con sus respectivos tirantes, barreras de protección y tablones, dicho andamio debía superar la altura de la casa sobre la cual debían instalar las tejuelas, sin embargo, los trabajadores por su propia iniciativa y sin consultar al jefe de obra, decidieron no terminar la torre y utilizar unos tablones para acceder a la casa, produciéndose el accidente por inobservancia absoluta de los propios trabajadores a las instrucciones impartidas y a las normas de seguridad que eran de su perfecto conocimiento para instalar el andamio metálico y proceder a la instalación de las tejuelas. Los trabajadores no cumplieron las instrucciones que le dio el jefe de obra don Florindo Fredes lo cual constituye la causa esencial del accidente lo cual provocó la caída de lo trabajadores, contando ambos con todos los elementos de seguridad para levantar el andamio, tenían experiencia y capacitación mediante charlas que se le había efectuado por prevensionista de riesgo. Asimismo, tenían perfecto conocimiento de las normas de seguridad que debían tomar para realizar sus labores contando además con perfecto conocimiento del reglamento de

personas. En pocas palabras de un hombre sano, trabajador y con una existencia normal se ha transformado en un incapacitado total que no puede desplazarse ni alimentarse por sí mismo, quedando con una pésima calidad de vida y en tales condiciones y debido a que su único medio de subsistencia es su trabajo personal como obrero manual, ha sido atrozmente perjudicado por la conducta culposa de su empleadora, ya que, ha perdido la totalidad de su capacidad de ganancia y además ha debido soportar uno de los más grandes pesares que puede sufrir un ser humano, que es el de transformarse en un discapacitado, por ello solicita se condene al demandado al pago de una indemnización de perjuicios por los siguientes rubros: A. Por la disminución de su capacidad de ganancia que antes del accidente alcanzaba a un 100%, por lo cual percibía una remuneración de $ 160.000 y que ha quedado reducida a aproximadamente a $ 90.000, que es la cantidad que le corresponderá percibir por la pensión de invalidez que se le otorgará, esta merma en su capacidad de ganancia se extenderá hasta el 23 de junio de 2011, cuando cumpla 75 años, fecha en la que habrán transcurrido 74 meses desde el accidente, por lo que su monto total ascenderá a $ 5.180.000, suma a la que pide sea condenado su empleadora. B. Por el daño moral que ha consistido en los dolores y padecimiento físicos y psíquicos que ha debido soportar desde la fecha del accidente, que se prolongarán por el resto de su vida y que son una consecuencia directa de las lesiones recibidas, que tal como se ha señalado, le han dejado inválido, impedido de trabajar y valerse por sí mismo. Esto le ha ocasionado múltiples problemas psíquicos, una severa depresión reactiva al estado de incapacidad física en que ha quedado con posterioridad al accidente. Agrega, que aun cuando el daño moral es de muy difícil ponderación, para los efectos de esta demanda lo estima en la suma de $ 100.000.000, por lo que solicita a S.S., se condene al demandado al pago de una indemnización de perjuicios ascendente a $ 105.180.000. Termina, solicitando se tenga por interpuesta demanda en juicio del trabajo en el procedimiento de aplicación general en contra de don Ramón González Labbé, ya individualizado, acogerla con declaración de que el accidente del trabajo ocurrido al compareciente en San Antonio con fecha 08 de marzo de 2005 fue por culpa del demandado; que la parte demandada debe ser condenada al pago de la indemnización que reclama, ascendente a $ 105.180.000 y dicha suma debe ser reajustada en el aumento que experimente el Índice de Precio al Consumidor, aplicándole el máximo de intereses y finalmente, que el demandado debe pagar las costas de esta causa. A fojas 15, comparece a estrados doña María Soledad Salinas, abogado en representación de don Ramón González Labbé, empresario, domiciliado en Sanfuentes Nº 2250, San Antonio, contestado la demanda solicita el rechazo de la misma, con costas según los fundamentos de hecho y derecho que explica. Señala, que no es efectivo que el actor hubiese trabajado para el demandado en forma ininterrumpida, trabajó en forma esporádica y en virtud de contratos por obra, por lo que no se trata de un trabajador con contrato indefinido, se trata de un trabajador que estaba contratado por obra y por lo demás se encontraba perfectamente capacitado, con larga experiencia en su oficio, quien había participado y capacitado en diversas charlas para prevención de accidentes del Trabajo. Agrega, que el día 08 de marzo de 2005 junto con Daniel Pacheco Sanhueza el actor estaba levantando el andamio metálico, no de madera como lo indica en su libelo, el cual cumplía con todas las condiciones y requisitos de seguridad, con sus correspondientes protecciones de andamios, con sus respectivos tirantes, barreras de protección y tablones, dicho andamio debía superar la altura de la casa sobre la cual debían instalar las tejuelas, sin embargo, los trabajadores por su propia iniciativa y sin consultar al jefe de obra, decidieron no terminar la torre y utilizar unos tablones para acceder a la casa, produciéndose el accidente por inobservancia absoluta de los propios trabajadores a las instrucciones impartidas y a las normas de seguridad que eran de su perfecto conocimiento para instalar el andamio metálico y proceder a la instalación de las tejuelas. Los trabajadores no cumplieron las instrucciones que le dio el jefe de obra don Florindo Fredes lo cual constituye la causa esencial del accidente lo cual provocó la caída de lo trabajadores, contando ambos con todos los elementos de seguridad para levantar el andamio, tenían experiencia y capacitación mediante charlas que se le había efectuado por prevensionista de riesgo. Asimismo, tenían perfecto conocimiento de las normas de seguridad que debían tomar para realizar sus labores contando además con perfecto conocimiento del reglamento de ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

625

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

higiene y seguridad el cual les fue entregado en cumplimiento de las disposiciones legales vigentes y en especial para su propia seguridad, además la empresa del demandado se encuentra afiliada a la Asociación Chilena de Seguridad y sus trabajadores son capacitados e instruidos permanentemente en la observancia y cumplimiento de las normas de seguridad necesarias para la realización de las diversas faenas de la construcción, lo cual es demostrado con el prestigio, experiencia y responsabilidad con que ha sido destacado el demandado en el desempeño de su profesión y actividad sin registrar accidentes de estas características en los años que ha ejercido su profesión. Refiere, que la causa del accidente se debió a la propia culpa del trabajador quien de mutuo propio realizó una maniobra no instruida y además utilizó materiales inadecuados para la labor que estaba realizando, desobedeciendo las instrucciones impartidas por el jefe de obra don Florindo Fredes, infringiendo las normas de seguridad impartidas, lo que constituye eximente de responsabilidad. Fue el propio trabajador quien realizó conductas demostrativas de una impericia o falta de cuidado en su desempeño, desobedeciendo las instrucciones precisas y concretas que se le impartieron por parte del jefe de obra, no obstante su capacitación y experiencia, conducta que fue la causa directa del accidente por él sufrido y no una conducta negligente o imprudente del demandado. Agrega, que el artículo 184 ni la ley de accidentes de trabajo y enfermedades profesionales aplicables en la especie, se sustraen del principio de que la responsabilidad requiere la existencia de culpa o dolo o a lo menos un deber incumplido pero dicho deber también debe someterse al concepto de graduación de la culpa establecido en el artículo 44 del Código Civil, grave, leve y levísima y como existe una norma especial sobre el particular, debe aplicarse la norma general sobre la culpa, esto es, la culpa leve establecida en el artículo 44 del Código Civil. En la especie no existe elemento por el cual se puede imputar al empleador o a sus dependientes la falta de aquella diligencia o cuidado que los hombres emplean ordinariamente en sus negocios propios. No habiendo culpa no hay responsabilidad y en consecuencia debe desecharse la demanda. Solicita, que en subsidio se debe aplicación al artículo 2230 del Código Civil, esto es, que la apreciación del daño sea reducido, considerando al efecto que el demandante se expuso imprudentemente a él. Manifiesta, que en cuanto a las prestaciones que se demandan, los supuestos prejuicios que se señalan en el libelo y las consecuencias del accidente sufrido en especial, a la invalidez total a la que alude, deberá ser probada por el actor, la cual a su parte no le consta, asimismo debe considerarse que el trabajador a la fecha en que ocurrió el accidente tenía 59 años, esto es, le quedaba muy poco tiempo para jubilar, sin considerar además que tenía relaciones laborales esporádicas, asimismo y relacionado con su edad la cual claramente debe haber incluido, en las consecuencias de sus lesiones, las cuales deben ser acreditadas en el proceso, tomando en cuenta que el trabajador que también sufrió el accidente con él, se encuentra trabajando y en buenas condiciones, debe considerarse además que el sistema de seguridad al que estaba acogido se esta cumpliendo cabalmente, ya que mediante éste ha podido ser tratado de sus lesiones, recibir rehabilitación y percibir una jubilación, asimismo, por encontrarse afiliado a la Asociación Chilena de Seguridad el trabajador ha recibido asistencia completa desde el momento del accidente, tanto en intervenciones como en tratamientos de recuperación y rehabilitación que se realizan hasta el día de hoy y que incluye el traslado del trabajador a los lugares de rehabilitación y tratamiento desde y hacia el hogar, además, percibe un subsidio por invalidez equivalente al 100% de sus ingresos y a mayor abundamiento goza de la asistencia de una curadora de por vida, que en este caso es su hija, quien percibe además un ingreso de $ 200.000 mensuales por ese concepto, sin perjuicio de todo lo anteriormente expuesto, el demandado se ha mantenido en contacto y preocupación por la recuperación que haya podido lograr el trabajador. Por todo lo expuesto solicita el rechazo de las indemnizaciones reclamadas, en cuanto a la disminución de capacidad de ganancia del actor debe considerarse lo expresado en relación al carácter eventual de las relaciones laborales del actor ya que éstas sólo eran por obra y no de carácter indefinido, asimismo el actor percibirá una jubilación por invalidez; en cuanto al daño moral que reclama, sea rechazado por cuanto es un daño de carácter extracontractual, ya que en materia contractual no procede el daño moral porque no es parte del contrato ni tiene un sentido patrimonial, además la vía por la cual el actor pretende se indemnice el daño moral no corresponde a la jurisdicción laboral si no a un juicio

626

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

higiene y seguridad el cual les fue entregado en cumplimiento de las disposiciones legales vigentes y en especial para su propia seguridad, además la empresa del demandado se encuentra afiliada a la Asociación Chilena de Seguridad y sus trabajadores son capacitados e instruidos permanentemente en la observancia y cumplimiento de las normas de seguridad necesarias para la realización de las diversas faenas de la construcción, lo cual es demostrado con el prestigio, experiencia y responsabilidad con que ha sido destacado el demandado en el desempeño de su profesión y actividad sin registrar accidentes de estas características en los años que ha ejercido su profesión. Refiere, que la causa del accidente se debió a la propia culpa del trabajador quien de mutuo propio realizó una maniobra no instruida y además utilizó materiales inadecuados para la labor que estaba realizando, desobedeciendo las instrucciones impartidas por el jefe de obra don Florindo Fredes, infringiendo las normas de seguridad impartidas, lo que constituye eximente de responsabilidad. Fue el propio trabajador quien realizó conductas demostrativas de una impericia o falta de cuidado en su desempeño, desobedeciendo las instrucciones precisas y concretas que se le impartieron por parte del jefe de obra, no obstante su capacitación y experiencia, conducta que fue la causa directa del accidente por él sufrido y no una conducta negligente o imprudente del demandado. Agrega, que el artículo 184 ni la ley de accidentes de trabajo y enfermedades profesionales aplicables en la especie, se sustraen del principio de que la responsabilidad requiere la existencia de culpa o dolo o a lo menos un deber incumplido pero dicho deber también debe someterse al concepto de graduación de la culpa establecido en el artículo 44 del Código Civil, grave, leve y levísima y como existe una norma especial sobre el particular, debe aplicarse la norma general sobre la culpa, esto es, la culpa leve establecida en el artículo 44 del Código Civil. En la especie no existe elemento por el cual se puede imputar al empleador o a sus dependientes la falta de aquella diligencia o cuidado que los hombres emplean ordinariamente en sus negocios propios. No habiendo culpa no hay responsabilidad y en consecuencia debe desecharse la demanda. Solicita, que en subsidio se debe aplicación al artículo 2230 del Código Civil, esto es, que la apreciación del daño sea reducido, considerando al efecto que el demandante se expuso imprudentemente a él. Manifiesta, que en cuanto a las prestaciones que se demandan, los supuestos prejuicios que se señalan en el libelo y las consecuencias del accidente sufrido en especial, a la invalidez total a la que alude, deberá ser probada por el actor, la cual a su parte no le consta, asimismo debe considerarse que el trabajador a la fecha en que ocurrió el accidente tenía 59 años, esto es, le quedaba muy poco tiempo para jubilar, sin considerar además que tenía relaciones laborales esporádicas, asimismo y relacionado con su edad la cual claramente debe haber incluido, en las consecuencias de sus lesiones, las cuales deben ser acreditadas en el proceso, tomando en cuenta que el trabajador que también sufrió el accidente con él, se encuentra trabajando y en buenas condiciones, debe considerarse además que el sistema de seguridad al que estaba acogido se esta cumpliendo cabalmente, ya que mediante éste ha podido ser tratado de sus lesiones, recibir rehabilitación y percibir una jubilación, asimismo, por encontrarse afiliado a la Asociación Chilena de Seguridad el trabajador ha recibido asistencia completa desde el momento del accidente, tanto en intervenciones como en tratamientos de recuperación y rehabilitación que se realizan hasta el día de hoy y que incluye el traslado del trabajador a los lugares de rehabilitación y tratamiento desde y hacia el hogar, además, percibe un subsidio por invalidez equivalente al 100% de sus ingresos y a mayor abundamiento goza de la asistencia de una curadora de por vida, que en este caso es su hija, quien percibe además un ingreso de $ 200.000 mensuales por ese concepto, sin perjuicio de todo lo anteriormente expuesto, el demandado se ha mantenido en contacto y preocupación por la recuperación que haya podido lograr el trabajador. Por todo lo expuesto solicita el rechazo de las indemnizaciones reclamadas, en cuanto a la disminución de capacidad de ganancia del actor debe considerarse lo expresado en relación al carácter eventual de las relaciones laborales del actor ya que éstas sólo eran por obra y no de carácter indefinido, asimismo el actor percibirá una jubilación por invalidez; en cuanto al daño moral que reclama, sea rechazado por cuanto es un daño de carácter extracontractual, ya que en materia contractual no procede el daño moral porque no es parte del contrato ni tiene un sentido patrimonial, además la vía por la cual el actor pretende se indemnice el daño moral no corresponde a la jurisdicción laboral si no a un juicio

626

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

627

civil, además el monto demandado excede con creces al ámbito socio cultural en que se desenvuelve el trabajador y no puede constituir un enriquecimiento sin causa. Agrega, que en subsidio para el caso que se determine la procedencia de las prestaciones reclamadas, solicita se reduzcan a un 1% del valor total reclamado, aplicando en la especie lo dispuesto en el artículo 2330 del Código Civil por haberse expuesto el actor imprudentemente al daño considerando al efecto que el demandado que desarrolla esta actividad de construcción, ejerce su profesión desde hace más de 15 años a la fecha, siendo un profesional de reconocido prestigio y seriedad, sin haber registrado accidentes del trabajo durante todo este tiempo, además debe tomarse en consideración que el accidente en ningún caso debe ser motivo de enriquecimiento por parte del actor como lo sería el pago de la suma demandada, más aún como lo reconoce el propio actor tiene derecho a una pensión de invalidez y a todas las prestaciones y asistencia médica que le otorga el sistema de seguridad social. Termina, solicitando que de acuerdo a lo expuesto, disposiciones legales citadas y lo señalado en el artículo 440 del Código del Trabajo, se sirva tener por contestada la demanda y en definitiva no dar lugar con costas a la demanda de autos por concurrir en la especie la eximente de responsabilidad que se hace consistir en la propia culpa del trabajador al no observar y no dar cumplimiento a las instrucciones que se le dieron para realizar su trabajo y exigible al actor atendida su basta experiencia y cursos de seguridad, con costas. En subsidio, no dar lugar a la demanda por no existir elementos suficientes para acreditar la culpa del empleador o la existencia de un deber incumplido, con costas. En subsidio, para el evento que se estime procedente la indemnización reducirla exclusivamente al daño moral propiamente tal y rebajándola prudencialmente a una suma no superior al 1% del total reclamado, considerando que el actor se expuso imprudentemente al daño y circunstancia en que ocurrieron los hechos, sin costas, por haber tenido motivo plausible para litigar. A fojas 20, rola interlocutoria de prueba. A fojas 117 y siguiente rola audiencia de estilo, el llamado a conciliación no prosperó y el Tribunal recibió las pruebas ofrecidas por las partes, dejándose constancia en el acta respectiva a la cual nos remitimos. A fojas 235, se citó a las partes para oír sentencia. Considerando: I. EN CUANTO A LA OBJECIÓN DE DOCUMENTOS: PRIMERO: Que, la parte demandada a fojas 117 objeta los documentos acompañados por la demandante consistente en informe médico suscrito por el doctor Jaime González Fierro del Hospital del Trabajador, por cuanto no se ha acreditado por causa muy justificada su presentación en la oportunidad procesal correspondiente y en cuanto al fondo lo objeta por falta de integridad ya que no son efectivos las consecuencias o secuelas que dicho informe señala. SEGUNDO: Que, la demandante solicita el rechazo de la objeción ya que el Tribunal ha tenido por acompañado el documento de acuerdo al artículo 446 inciso final del Código del Trabajo y en cuanto a la objeción de fondo, ella se refiere a cuestiones sustantivas que son objeto exclusivo de la ponderación de la prueba al momento de dictarse la sentencia. TERCERO: Que, dicha objeción será desechada por cuanto corresponde a esta sentenciadora ponderar el valor probatorio del documento que se cuestiona. II. En cuanto al fondo: CUARTO: Que, a fojas 5, comparece don Héctor Jesús Cabello Neira y deduce demanda en juicio del trabajo en procedimiento de aplicación general, en contra de Ramón González Labbé a fin de que sea condenado al pago de las prestaciones que reclama, más intereses, reajustes y costas, demanda a la que nos remitimos en la parte expositiva de esta sentencia y que damos por reproducida. QUINTO: Que, a fojas 15 comparece doña María Soledad Salinas Hernández, abogado, en representación de don Ramón González Labbé, contestado la demanda solicita el rechazo de la misma, con costas por concurrir en la especie la eximente de responsabilidad que se hace consistir en la propia culpa del trabajador; por no existir elementos suficientes para acreditar la culpa del empleador o la existencia de un deber incumplido y; para el evento que se estime procedente la indemnización reducirla exclusivamente al daño moral propiamente tal y rebajándola prudencialmente a una suma no superior

civil, además el monto demandado excede con creces al ámbito socio cultural en que se desenvuelve el trabajador y no puede constituir un enriquecimiento sin causa. Agrega, que en subsidio para el caso que se determine la procedencia de las prestaciones reclamadas, solicita se reduzcan a un 1% del valor total reclamado, aplicando en la especie lo dispuesto en el artículo 2330 del Código Civil por haberse expuesto el actor imprudentemente al daño considerando al efecto que el demandado que desarrolla esta actividad de construcción, ejerce su profesión desde hace más de 15 años a la fecha, siendo un profesional de reconocido prestigio y seriedad, sin haber registrado accidentes del trabajo durante todo este tiempo, además debe tomarse en consideración que el accidente en ningún caso debe ser motivo de enriquecimiento por parte del actor como lo sería el pago de la suma demandada, más aún como lo reconoce el propio actor tiene derecho a una pensión de invalidez y a todas las prestaciones y asistencia médica que le otorga el sistema de seguridad social. Termina, solicitando que de acuerdo a lo expuesto, disposiciones legales citadas y lo señalado en el artículo 440 del Código del Trabajo, se sirva tener por contestada la demanda y en definitiva no dar lugar con costas a la demanda de autos por concurrir en la especie la eximente de responsabilidad que se hace consistir en la propia culpa del trabajador al no observar y no dar cumplimiento a las instrucciones que se le dieron para realizar su trabajo y exigible al actor atendida su basta experiencia y cursos de seguridad, con costas. En subsidio, no dar lugar a la demanda por no existir elementos suficientes para acreditar la culpa del empleador o la existencia de un deber incumplido, con costas. En subsidio, para el evento que se estime procedente la indemnización reducirla exclusivamente al daño moral propiamente tal y rebajándola prudencialmente a una suma no superior al 1% del total reclamado, considerando que el actor se expuso imprudentemente al daño y circunstancia en que ocurrieron los hechos, sin costas, por haber tenido motivo plausible para litigar. A fojas 20, rola interlocutoria de prueba. A fojas 117 y siguiente rola audiencia de estilo, el llamado a conciliación no prosperó y el Tribunal recibió las pruebas ofrecidas por las partes, dejándose constancia en el acta respectiva a la cual nos remitimos. A fojas 235, se citó a las partes para oír sentencia. Considerando: I. EN CUANTO A LA OBJECIÓN DE DOCUMENTOS: PRIMERO: Que, la parte demandada a fojas 117 objeta los documentos acompañados por la demandante consistente en informe médico suscrito por el doctor Jaime González Fierro del Hospital del Trabajador, por cuanto no se ha acreditado por causa muy justificada su presentación en la oportunidad procesal correspondiente y en cuanto al fondo lo objeta por falta de integridad ya que no son efectivos las consecuencias o secuelas que dicho informe señala. SEGUNDO: Que, la demandante solicita el rechazo de la objeción ya que el Tribunal ha tenido por acompañado el documento de acuerdo al artículo 446 inciso final del Código del Trabajo y en cuanto a la objeción de fondo, ella se refiere a cuestiones sustantivas que son objeto exclusivo de la ponderación de la prueba al momento de dictarse la sentencia. TERCERO: Que, dicha objeción será desechada por cuanto corresponde a esta sentenciadora ponderar el valor probatorio del documento que se cuestiona. II. En cuanto al fondo: CUARTO: Que, a fojas 5, comparece don Héctor Jesús Cabello Neira y deduce demanda en juicio del trabajo en procedimiento de aplicación general, en contra de Ramón González Labbé a fin de que sea condenado al pago de las prestaciones que reclama, más intereses, reajustes y costas, demanda a la que nos remitimos en la parte expositiva de esta sentencia y que damos por reproducida. QUINTO: Que, a fojas 15 comparece doña María Soledad Salinas Hernández, abogado, en representación de don Ramón González Labbé, contestado la demanda solicita el rechazo de la misma, con costas por concurrir en la especie la eximente de responsabilidad que se hace consistir en la propia culpa del trabajador; por no existir elementos suficientes para acreditar la culpa del empleador o la existencia de un deber incumplido y; para el evento que se estime procedente la indemnización reducirla exclusivamente al daño moral propiamente tal y rebajándola prudencialmente a una suma no superior ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

627

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

al 1% del total reclamado, contestación a la que nos remitimos en la parte expositiva de esta sentencia y que damos por reproducida. SEXTO: Que, la parte demandante a fin de probar sus asertos acompañó al proceso los siguientes elementos de prueba: Documental: contrato de trabajo suscrito entre las partes, de fojas 1; certificado de nacimiento del actor de fojas 2; informe médico emitido por el Hospital del Trabajador Santiago, de fecha 12 de mayo de 2005, de fojas 3 y 4; fotografía de una casa, señalando sería donde ocurrió el accidente del actor de fojas 23; tres copias de contratos de trabajo suscritos entre las partes, a plazo fijo, de fojas 24, 25, y 26; copia de atención del actor en el servicio de urgencia del Hospital Claudio Vicuña de esta ciudad de fecha 08 de marzo de 2005, de fojas 27; copia de informe médico de fecha 23 de marzo de 2005 emitido por el Hospital de Trabajador, Santiago, de fojas 28; copia de informe visita domiciliaria propuesta modificación de vivienda, practicada al actor, de fecha 26 de abril de 2005, de fojas 29; copia de solicitud de interconsulta de fecha 15 de julio de 2005 en que consta el diagnóstico del actor, de fojas 30; copia de declaración y evaluación de invalidez del actor de fecha 01 de septiembre de 2005, de fojas 31; informe médico suscrito por el doctor Jaime González Fierro, Unidad de Informes del Hospital del Trabajador, de fojas 111 y 112. Confesional: el actor requirió y obtuvo que el demandado rindiera prueba confesional, al tenor de las preguntas contenidas en el pliego que rola a fojas 113 y siguientes. SÉPTIMO: Que, por su parte el demandado acompañó al proceso los siguientes elementos probatorios: Documental: contrato de trabajo suscrito entre las partes de fecha 01 de noviembre de 2004, de fojas 35; anexo de contrato de trabajo de fecha 01 de enero de 2005 de fojas 36; ficha de entrega de elementos de seguridad entregados por el demandado al actor, de fojas 37; copia de contrato de trabajo de fecha 17 de febrero de 2004; de fojas 35: finiquito del trabajo suscrito entre las partes, de fecha 23 de diciembre de 2004, de fojas 39; ficha entrega elementos de seguridad al actor, de fecha 12 de marzo de 2004, de fojas 40; contrato de trabajo suscrito entre las partes de fecha 09 de junio de 2003 y finiquito suscrito entre las partes de fecha 19 de noviembre de 2003 de fojas 41 y 42; 5 listados de charlas operacionales, de fojas 43 al fojas 47; 14 listados de asignación de cinturón de seguridad, del mes de junio y julio de 2003, de fojas 4 a fojas 60; listado de entrega de manual de reglamento interno higiene y seguridad construcción cultural de Casablanca, de fojas 61; reglamento interno de seguridad, de fojas 62 a fojas 75; hoja con tres fotografías de andamios metálicos de fojas 76; 2 cartas dirigidas por la demandada a los señores Florindo Fredes y Daniel Pacheco como consecuencia del accidente, de fecha 14 de marzo de 2005 de fojas 77 y 78; copias de pago de cotizaciones previsionales a la Asociación Chilena de Seguridad, de fojas 79 a fojas 88; recibo de dineros otorgados por la demandada a la señora María Capello indican para concepto de locomoción y que rola de fojas 89 a fojas 105. Testimonial: compuesta por los atestados de don Florindo Fredes Soto, legalmente juramentado, sin tacha, declara que las instrucciones fueron dadas para construir el tipo de andamio metálico para trabajar en la construcción de la tejuela alrededor de las 15:00 horas él, como jefe de obra, pasó a verificar la condición del andamiaje en el cual pudo detectar que no alcanzaban con ese andamio y se les dio las instrucciones para subir otro cuerpo más en la cual quedaran cómodos; ahí él se fue, supuestamente se les dieron las instrucciones y al parecer, por las de ellos hicieron otra tarima de madera, no pusieron el andamio metálico y esa madera fue la que cedió y se produjo el accidente. El tipo de obra en este caso era la construcción del andamiaje para proceder a la techumbre, específicamente para colocar tejuelas, esto fue el día 8 de marzo, día martes y las instrucciones se dieron, tal como lo dijo alrededor de las 15:00 y el accidente se produjo a las 16:30 horas. Los trabajadores a quien les dio las instrucciones eran don Daniel Pacheco y don Héctor Cabello, esto lo sabe y le consta porque estaba en la obra, como jefe de obra tenía que supervisar y al momento del accidente se había ido para otro lado, a otra casa que se estaba construyendo en el condominio. Declara, que en cuanto a la causa precisa del accidente fue que no se continuó con el andamio metálico, en la cual ellos construyeron una plataforma de madera que no fue consultada al testigo si es que estaba apta para trabajar, no falló el andamiaje metálico sino que el de madera que ellos construyeron. Declara, que los trabajadores al momento del accidente contaban con elementos de seguridad, zapatos, casco y guantes, y para evitar caídas contaban con un

628

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

al 1% del total reclamado, contestación a la que nos remitimos en la parte expositiva de esta sentencia y que damos por reproducida. SEXTO: Que, la parte demandante a fin de probar sus asertos acompañó al proceso los siguientes elementos de prueba: Documental: contrato de trabajo suscrito entre las partes, de fojas 1; certificado de nacimiento del actor de fojas 2; informe médico emitido por el Hospital del Trabajador Santiago, de fecha 12 de mayo de 2005, de fojas 3 y 4; fotografía de una casa, señalando sería donde ocurrió el accidente del actor de fojas 23; tres copias de contratos de trabajo suscritos entre las partes, a plazo fijo, de fojas 24, 25, y 26; copia de atención del actor en el servicio de urgencia del Hospital Claudio Vicuña de esta ciudad de fecha 08 de marzo de 2005, de fojas 27; copia de informe médico de fecha 23 de marzo de 2005 emitido por el Hospital de Trabajador, Santiago, de fojas 28; copia de informe visita domiciliaria propuesta modificación de vivienda, practicada al actor, de fecha 26 de abril de 2005, de fojas 29; copia de solicitud de interconsulta de fecha 15 de julio de 2005 en que consta el diagnóstico del actor, de fojas 30; copia de declaración y evaluación de invalidez del actor de fecha 01 de septiembre de 2005, de fojas 31; informe médico suscrito por el doctor Jaime González Fierro, Unidad de Informes del Hospital del Trabajador, de fojas 111 y 112. Confesional: el actor requirió y obtuvo que el demandado rindiera prueba confesional, al tenor de las preguntas contenidas en el pliego que rola a fojas 113 y siguientes. SÉPTIMO: Que, por su parte el demandado acompañó al proceso los siguientes elementos probatorios: Documental: contrato de trabajo suscrito entre las partes de fecha 01 de noviembre de 2004, de fojas 35; anexo de contrato de trabajo de fecha 01 de enero de 2005 de fojas 36; ficha de entrega de elementos de seguridad entregados por el demandado al actor, de fojas 37; copia de contrato de trabajo de fecha 17 de febrero de 2004; de fojas 35: finiquito del trabajo suscrito entre las partes, de fecha 23 de diciembre de 2004, de fojas 39; ficha entrega elementos de seguridad al actor, de fecha 12 de marzo de 2004, de fojas 40; contrato de trabajo suscrito entre las partes de fecha 09 de junio de 2003 y finiquito suscrito entre las partes de fecha 19 de noviembre de 2003 de fojas 41 y 42; 5 listados de charlas operacionales, de fojas 43 al fojas 47; 14 listados de asignación de cinturón de seguridad, del mes de junio y julio de 2003, de fojas 4 a fojas 60; listado de entrega de manual de reglamento interno higiene y seguridad construcción cultural de Casablanca, de fojas 61; reglamento interno de seguridad, de fojas 62 a fojas 75; hoja con tres fotografías de andamios metálicos de fojas 76; 2 cartas dirigidas por la demandada a los señores Florindo Fredes y Daniel Pacheco como consecuencia del accidente, de fecha 14 de marzo de 2005 de fojas 77 y 78; copias de pago de cotizaciones previsionales a la Asociación Chilena de Seguridad, de fojas 79 a fojas 88; recibo de dineros otorgados por la demandada a la señora María Capello indican para concepto de locomoción y que rola de fojas 89 a fojas 105. Testimonial: compuesta por los atestados de don Florindo Fredes Soto, legalmente juramentado, sin tacha, declara que las instrucciones fueron dadas para construir el tipo de andamio metálico para trabajar en la construcción de la tejuela alrededor de las 15:00 horas él, como jefe de obra, pasó a verificar la condición del andamiaje en el cual pudo detectar que no alcanzaban con ese andamio y se les dio las instrucciones para subir otro cuerpo más en la cual quedaran cómodos; ahí él se fue, supuestamente se les dieron las instrucciones y al parecer, por las de ellos hicieron otra tarima de madera, no pusieron el andamio metálico y esa madera fue la que cedió y se produjo el accidente. El tipo de obra en este caso era la construcción del andamiaje para proceder a la techumbre, específicamente para colocar tejuelas, esto fue el día 8 de marzo, día martes y las instrucciones se dieron, tal como lo dijo alrededor de las 15:00 y el accidente se produjo a las 16:30 horas. Los trabajadores a quien les dio las instrucciones eran don Daniel Pacheco y don Héctor Cabello, esto lo sabe y le consta porque estaba en la obra, como jefe de obra tenía que supervisar y al momento del accidente se había ido para otro lado, a otra casa que se estaba construyendo en el condominio. Declara, que en cuanto a la causa precisa del accidente fue que no se continuó con el andamio metálico, en la cual ellos construyeron una plataforma de madera que no fue consultada al testigo si es que estaba apta para trabajar, no falló el andamiaje metálico sino que el de madera que ellos construyeron. Declara, que los trabajadores al momento del accidente contaban con elementos de seguridad, zapatos, casco y guantes, y para evitar caídas contaban con un

628

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

629

cinturón y un cordel y no puede describir donde estaba anclado o amarrado el cinturón o cordel, porque en ese momento no se encontraba allí, andaba en otra casa que estaban construyendo; respecto a si se les dio instrucciones acerca de dónde debían fijarse o anclarse los cinturones o cuerdas, declara que en ese momento no se les dio por cuanto estaban recién construyendo el andamiaje para proceder a trabajar en la misión que se les había dado. Sabe que un maestro está capacitado para trabajar en la construcción, lo conoce que está capacitado para trabajar en la construcción, en la empresa se hacen cursos de preparación en prevención de riesgos, sabe que el actor estuvo en una obra en Casablanca en la cual ahí tenían una persona estable, un monitor diariamente y el señor Cabello trabajó en la obra en Casablanca y el accidente se produjo por culpa de los dos maestros que estaban trabajando porque no construyeron bien la plataforma, en este caso debían haber puesto un andamio metálico. Del testigo Luis Humberto Tapia Toro, legalmente juramentado, de fojas 171 y siguientes, quien declara que después del accidente la empresa dio el aviso inmediatamente a la Achs y de ahí quedó en manos de ellos el servicio, entiende que se le llevó al hospital local en primera instancia y después trasladado al hospital de la Achs en Santiago y por las visitas que efectuó al actor, la atención fue bastante buena. Analizando el accidente se reunieron con don Patricio Núñez, Ramón González para analizar por qué había ocurrido el accidente y ahí tomaron obviamente medidas que correspondían. Señala, que la demandada siempre ha pertenecido a la Achs, él ingresó a ésta en el año 1997 y no tiene antecedentes de otro siniestro de esta magnitud y el señor González ayudó económicamente a la familia para solventar gastos de locomoción San Antonio Santiago, mientras el señor Cabello se encontraba hospitalizado. Contrainterrogado señala que entiende que el arnés lo tenían puesto pero la fijación del arnés a algún elemento fijo forma parte del error que cometieron al cambiar el sistema de andamiaje para desarrollar la labor que les fue encomendada. Señala que la parte del andamio que fue construida, andamio metálico estaba sujeta a la estructura de construcción de la vivienda, el problema es que la prolongación del andamiaje utilizado, fue cambiada su estructura y eso originó que el accidente ocurriera. Agrega que tiene conocimiento, por una conversación sostenida con el hijo del actor que éste tuvo un accidente años anteriores en la ciudad de Valparaíso, en otra empresa. De don Jesús Renato Berríos Parra de fojas 177 y siguientes, quien legalmente juramentado declara que al momento en que ocurrió el accidente no se movió más del lado del señor Cabello hasta que llegó la ambulancia hasta que se lo llevaron las personas indicadas, también lo visitó en su casa y le consta que fue bien asistido. Que, la demandada pertenece a la Achs, el actor fue atendido por esta institución y en sus visitas le comentó que estaba muy conforme con la atención recibida por los médicos y el Hospital del Trabajador y también hubo preocupación de parte de la empresa ya que el actor fue visitado por uno de los jefes cuando estaba en el hospital. Señala, que él trabaja para la demandada y en la empresa existe el reglamento de higiene y seguridad, se entrega a todos los trabajadores y en la obra Algarrobo Casablanca se les entregó al igual que al demandante y en esas obras si ellos no utilizaban los implementos de seguridad, se les hacía, por parte de la prevensionista, una reconvención, una anotación, luego les sacaban un parte y les descontaban. En la empresa, el señor Patricio Núñez es el encargado de supervigilar las normas y a través de las obras, don Luis Tapia y actúa con la Achs. Del testigo don Daniel Antonio Pacheco Sanhueza de fojas 181 y siguientes, declara que las instrucciones que les dio el jefe de obra, Florindo Fredes, que la de preparar andamio para efectuar una techumbre de una vivienda que es de tejuela asfáltica, que hicieran bien el trabajo para mayor seguridad de ellos, esa instrucción fue cumplida. Los andamios ordenados construir eran metálicos pero ellos por su propia voluntad construyeron una de madera para llegar a la altura de la techumbre. Señala, que los andamios metálicos estaban bien formados con sus correspondientes bases abajo, los anclajes, las barandas y diagonales. Que, junto al actor se encontraban a 7 metros de altura construyendo la plataforma de madera, construida por su propia voluntad para dar mayor estabilidad para llegar a la altura que deseaban para trabajar más cómodos, para ejecutar la labor, no consultándole de esto al jefe de obra. La madera que utilizaron la iban a buscar para instalarla a la bodega, bodega que estaba a cargo de un dependiente de la demandada, don Jesús Berríos y don Florindo Fredes, jefe de obra, les dio instrucciones para la colocación de andamios a las 8 de la mañana y después de almuerzo a las 3 de la tarde fue a inspeccionar y les dijo que hicieran bien el andamio. Refiere que la causa precisa del accidente fue que ellos, por voluntad propia construyeron el andamio de madera o la plataforma y esa fue la que se desplomó una escuadra falsa de madera, los andamios

cinturón y un cordel y no puede describir donde estaba anclado o amarrado el cinturón o cordel, porque en ese momento no se encontraba allí, andaba en otra casa que estaban construyendo; respecto a si se les dio instrucciones acerca de dónde debían fijarse o anclarse los cinturones o cuerdas, declara que en ese momento no se les dio por cuanto estaban recién construyendo el andamiaje para proceder a trabajar en la misión que se les había dado. Sabe que un maestro está capacitado para trabajar en la construcción, lo conoce que está capacitado para trabajar en la construcción, en la empresa se hacen cursos de preparación en prevención de riesgos, sabe que el actor estuvo en una obra en Casablanca en la cual ahí tenían una persona estable, un monitor diariamente y el señor Cabello trabajó en la obra en Casablanca y el accidente se produjo por culpa de los dos maestros que estaban trabajando porque no construyeron bien la plataforma, en este caso debían haber puesto un andamio metálico. Del testigo Luis Humberto Tapia Toro, legalmente juramentado, de fojas 171 y siguientes, quien declara que después del accidente la empresa dio el aviso inmediatamente a la Achs y de ahí quedó en manos de ellos el servicio, entiende que se le llevó al hospital local en primera instancia y después trasladado al hospital de la Achs en Santiago y por las visitas que efectuó al actor, la atención fue bastante buena. Analizando el accidente se reunieron con don Patricio Núñez, Ramón González para analizar por qué había ocurrido el accidente y ahí tomaron obviamente medidas que correspondían. Señala, que la demandada siempre ha pertenecido a la Achs, él ingresó a ésta en el año 1997 y no tiene antecedentes de otro siniestro de esta magnitud y el señor González ayudó económicamente a la familia para solventar gastos de locomoción San Antonio Santiago, mientras el señor Cabello se encontraba hospitalizado. Contrainterrogado señala que entiende que el arnés lo tenían puesto pero la fijación del arnés a algún elemento fijo forma parte del error que cometieron al cambiar el sistema de andamiaje para desarrollar la labor que les fue encomendada. Señala que la parte del andamio que fue construida, andamio metálico estaba sujeta a la estructura de construcción de la vivienda, el problema es que la prolongación del andamiaje utilizado, fue cambiada su estructura y eso originó que el accidente ocurriera. Agrega que tiene conocimiento, por una conversación sostenida con el hijo del actor que éste tuvo un accidente años anteriores en la ciudad de Valparaíso, en otra empresa. De don Jesús Renato Berríos Parra de fojas 177 y siguientes, quien legalmente juramentado declara que al momento en que ocurrió el accidente no se movió más del lado del señor Cabello hasta que llegó la ambulancia hasta que se lo llevaron las personas indicadas, también lo visitó en su casa y le consta que fue bien asistido. Que, la demandada pertenece a la Achs, el actor fue atendido por esta institución y en sus visitas le comentó que estaba muy conforme con la atención recibida por los médicos y el Hospital del Trabajador y también hubo preocupación de parte de la empresa ya que el actor fue visitado por uno de los jefes cuando estaba en el hospital. Señala, que él trabaja para la demandada y en la empresa existe el reglamento de higiene y seguridad, se entrega a todos los trabajadores y en la obra Algarrobo Casablanca se les entregó al igual que al demandante y en esas obras si ellos no utilizaban los implementos de seguridad, se les hacía, por parte de la prevensionista, una reconvención, una anotación, luego les sacaban un parte y les descontaban. En la empresa, el señor Patricio Núñez es el encargado de supervigilar las normas y a través de las obras, don Luis Tapia y actúa con la Achs. Del testigo don Daniel Antonio Pacheco Sanhueza de fojas 181 y siguientes, declara que las instrucciones que les dio el jefe de obra, Florindo Fredes, que la de preparar andamio para efectuar una techumbre de una vivienda que es de tejuela asfáltica, que hicieran bien el trabajo para mayor seguridad de ellos, esa instrucción fue cumplida. Los andamios ordenados construir eran metálicos pero ellos por su propia voluntad construyeron una de madera para llegar a la altura de la techumbre. Señala, que los andamios metálicos estaban bien formados con sus correspondientes bases abajo, los anclajes, las barandas y diagonales. Que, junto al actor se encontraban a 7 metros de altura construyendo la plataforma de madera, construida por su propia voluntad para dar mayor estabilidad para llegar a la altura que deseaban para trabajar más cómodos, para ejecutar la labor, no consultándole de esto al jefe de obra. La madera que utilizaron la iban a buscar para instalarla a la bodega, bodega que estaba a cargo de un dependiente de la demandada, don Jesús Berríos y don Florindo Fredes, jefe de obra, les dio instrucciones para la colocación de andamios a las 8 de la mañana y después de almuerzo a las 3 de la tarde fue a inspeccionar y les dijo que hicieran bien el andamio. Refiere que la causa precisa del accidente fue que ellos, por voluntad propia construyeron el andamio de madera o la plataforma y esa fue la que se desplomó una escuadra falsa de madera, los andamios ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

629

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

metálicos no se desplomaron. Ellos estaban trabajando a 7 metros de altura, el señor Cabello cayó al piso y él quedó enganchado en una baranda del andamio metálico que se encontraba más abajo y en el momento del accidente no tenían el la cuerda o cinturón porque estaban subiendo y bajando, trasladándose de un lado para otro, ellos recibieron instrucciones del jefe de obra que eso se usara cuando ya estuvieran fijos; listos, ya para trabajar. OCTAVO: Que, de acuerdo a las probanzas rendidas en autos, pormenorizadas precedentemente, analizadas conforme a las reglas de la sana crítica puede concluirse que se encuentran suficientemente acreditados los siguientes hechos: 1. Que, el actor trabajaba para don Ramón Enrique González Labbé en virtud de un contrato a plazo fijo hasta el 1º de diciembre de 2004, renovado hasta el 21 de diciembre del mismo año, posteriormente transformado en un contrato de plazo indefinido, según se desprende el anexo de contrato acompañado a fojas 36 de fecha 01 de enero de 2005. 2. Que, la remuneración del actor consistía en un sueldo base de $ 160.000 mensuales, incluyendo el sueldo base y las asignaciones de colación y movilización. 3. Que el día 08 de marzo de 2005, en circunstancias que el actor se encontraba prestando sus servicios para el demandado en la construcción de una vivienda ubicada en Avenida Arrayán Nº 411, Tejas Verdes, comuna de San Antonio, junto a otro trabajador de nombre Daniel Pacheco Sanhueza, mientras instalaban tejas de asfalto en la techumbre de dicho inmueble a una altura aproximada de 7 metros, el andamio en que se apoyaban y que fue armado para tales efectos se derrumbó, cayendo ambos desde la altura indicada azotándose contra el suelo, con resultado de lesiones de acuerdo al resumen de atenciones del Hospital del Trabajador Santiago, que provocaron la declaración de incapacidad laboral del 100% del actor. 4. Que, el accidente se produjo en el lugar de las faenas, mientras se ejecutaban trabajos propios de ésta, por lo que corresponde a un accidente del trabajo. NOVENO: Que, respecto de las causas de dicho accidente, se ha establecido asimismo, que aquél se produjo por el hecho de haberse construido un andamio a fin de alcanzar una altura adecuada que les permita a los trabajadores la instalación de tejas de asfalto en la techumbre del inmueble, en cuyo armado se utilizó parte de un andamiaje metálico en su base y que no alcanzándose con ello la altura requerida, se agregó a dicha estructura otra parte de madera, cediendo esta última, cayendo los trabajadores al vacío. DÉCIMO: Que, el actor sostiene que para el agregado de madera de la estructura, el jefe de obra don Florindo Fredes proporcionó unas piezas de ese material, consistentes en unos cuartones y una tablas que no reunían las condiciones de resistencia y seguridad requeridos, considerando la altura y que asimismo, no contaba con los elementos de seguridad exigibles, tales como zapatos, casco y especialmente cabo de vida, expresando que este último elemento consiste en una cuerda que une al arnés con una estructura fija. DECIMOPRIMERO: Que, por su parte, la demandada intenta desvirtuar estos dichos, sosteniendo que el andamiaje metálico cumple con todas las medidas de seguridad y que los trabajadores por su propia iniciativa y sin consultar al jefe de obra decidieron no terminar la torre, utilizando unos tablones para acceder a la casa, produciéndose el accidente por inobservancia absoluta a las instrucciones impartidas y normas de seguridad que eran de conocimiento de los primeros, en consecuencia, la causa del accidente es la culpa de éstos. DECIMOSEGUNDO: Que, respecto del hecho puntual, esto es la construcción de un andamio que cumpliera las medidas de seguridad exigidas, queda de manifiesto que aquella estructura se confeccionó con inobservancia de aquellos requerimientos, lo que en definitiva desencadenó su desmoronamiento y caída de los trabajadores al vacío. Asimismo, en cuanto a las medidas específicas exigidas para el trabajo de altura, esto es el uso de arnés y cabo de vida, de la propia declaración del trabajador que acompañaba al actor en dicha faena, se advierte que ninguno de ellos utilizaba dichos elementos de seguridad, pese a que por la actividad que realizaban al momento del accidente se hacía imprescindible su uso, ni habían recibido instrucciones del encargado de la obra al respecto. DECIMOTERCERO: Que, tratándose de la incorporación del trabajador a labores que comporten inevitablemente un riesgo significativo para la salud de éste, teniendo presente que el trabajo en altura

630

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

metálicos no se desplomaron. Ellos estaban trabajando a 7 metros de altura, el señor Cabello cayó al piso y él quedó enganchado en una baranda del andamio metálico que se encontraba más abajo y en el momento del accidente no tenían el la cuerda o cinturón porque estaban subiendo y bajando, trasladándose de un lado para otro, ellos recibieron instrucciones del jefe de obra que eso se usara cuando ya estuvieran fijos; listos, ya para trabajar. OCTAVO: Que, de acuerdo a las probanzas rendidas en autos, pormenorizadas precedentemente, analizadas conforme a las reglas de la sana crítica puede concluirse que se encuentran suficientemente acreditados los siguientes hechos: 1. Que, el actor trabajaba para don Ramón Enrique González Labbé en virtud de un contrato a plazo fijo hasta el 1º de diciembre de 2004, renovado hasta el 21 de diciembre del mismo año, posteriormente transformado en un contrato de plazo indefinido, según se desprende el anexo de contrato acompañado a fojas 36 de fecha 01 de enero de 2005. 2. Que, la remuneración del actor consistía en un sueldo base de $ 160.000 mensuales, incluyendo el sueldo base y las asignaciones de colación y movilización. 3. Que el día 08 de marzo de 2005, en circunstancias que el actor se encontraba prestando sus servicios para el demandado en la construcción de una vivienda ubicada en Avenida Arrayán Nº 411, Tejas Verdes, comuna de San Antonio, junto a otro trabajador de nombre Daniel Pacheco Sanhueza, mientras instalaban tejas de asfalto en la techumbre de dicho inmueble a una altura aproximada de 7 metros, el andamio en que se apoyaban y que fue armado para tales efectos se derrumbó, cayendo ambos desde la altura indicada azotándose contra el suelo, con resultado de lesiones de acuerdo al resumen de atenciones del Hospital del Trabajador Santiago, que provocaron la declaración de incapacidad laboral del 100% del actor. 4. Que, el accidente se produjo en el lugar de las faenas, mientras se ejecutaban trabajos propios de ésta, por lo que corresponde a un accidente del trabajo. NOVENO: Que, respecto de las causas de dicho accidente, se ha establecido asimismo, que aquél se produjo por el hecho de haberse construido un andamio a fin de alcanzar una altura adecuada que les permita a los trabajadores la instalación de tejas de asfalto en la techumbre del inmueble, en cuyo armado se utilizó parte de un andamiaje metálico en su base y que no alcanzándose con ello la altura requerida, se agregó a dicha estructura otra parte de madera, cediendo esta última, cayendo los trabajadores al vacío. DÉCIMO: Que, el actor sostiene que para el agregado de madera de la estructura, el jefe de obra don Florindo Fredes proporcionó unas piezas de ese material, consistentes en unos cuartones y una tablas que no reunían las condiciones de resistencia y seguridad requeridos, considerando la altura y que asimismo, no contaba con los elementos de seguridad exigibles, tales como zapatos, casco y especialmente cabo de vida, expresando que este último elemento consiste en una cuerda que une al arnés con una estructura fija. DECIMOPRIMERO: Que, por su parte, la demandada intenta desvirtuar estos dichos, sosteniendo que el andamiaje metálico cumple con todas las medidas de seguridad y que los trabajadores por su propia iniciativa y sin consultar al jefe de obra decidieron no terminar la torre, utilizando unos tablones para acceder a la casa, produciéndose el accidente por inobservancia absoluta a las instrucciones impartidas y normas de seguridad que eran de conocimiento de los primeros, en consecuencia, la causa del accidente es la culpa de éstos. DECIMOSEGUNDO: Que, respecto del hecho puntual, esto es la construcción de un andamio que cumpliera las medidas de seguridad exigidas, queda de manifiesto que aquella estructura se confeccionó con inobservancia de aquellos requerimientos, lo que en definitiva desencadenó su desmoronamiento y caída de los trabajadores al vacío. Asimismo, en cuanto a las medidas específicas exigidas para el trabajo de altura, esto es el uso de arnés y cabo de vida, de la propia declaración del trabajador que acompañaba al actor en dicha faena, se advierte que ninguno de ellos utilizaba dichos elementos de seguridad, pese a que por la actividad que realizaban al momento del accidente se hacía imprescindible su uso, ni habían recibido instrucciones del encargado de la obra al respecto. DECIMOTERCERO: Que, tratándose de la incorporación del trabajador a labores que comporten inevitablemente un riesgo significativo para la salud de éste, teniendo presente que el trabajo en altura

630

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

631

por esencia constituye una faena peligrosa, obliga al empleador a utilizar el máximo de cuidado en su fiscalización, especialmente considerando que los valores que debe proteger y resguardar no son de índole patrimonial, si no la propia vida, integridad física, psíquica y salud del trabajador. DECIMOCUARTO: Que, de la prueba rendida, especialmente lo declarado por el encargado de la faena y el trabajador accidentado Daniel Pachaco Sanhueza, se advierte que el primero, salvo dar las instrucciones de armar la estructura, no supervisó el cumplimiento de las medidas de seguridad. Por el contrario, se retiró del lugar a fin de concurrir a otras dependencias distintas de aquellas en que se están realizando faenas peligrosas, dejando a los trabajadores sin instrucciones precisas relativas a la seguridad cerciorarse de que se utilizaran los implementos adecuados y que si bien, no se encuentra acreditado que las instrucciones para el armado del andamiaje fuera exclusivamente metálico, tampoco las hubo en orden a prohibir o impedir la utilización del entramado de madera, cuya decisión se le atribuye al trabajador, como asimismo, tampoco existen instrucciones respecto del uso del cinturón de seguridad o arnés, debidamente asegurado a un lugar fijo que permitiere prevenir el desenlace dañoso como el ocurrido. DECIMOQUINTO: Que, conforme al artículo 184 del Código del Trabajo, “El empleador estará obligado a tomar todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de los trabajadores, manteniendo las condiciones adecuadas de higiene y seguridad en las faenas, como también los implementos necesarios para prevenir accidentes y enfermedades profesionales. DECIMOSEXTO: Que, el cumplimiento de dicha obligación implica que, quien está afecto a ella, actúe con la debida diligencia para evitar la producción del daño, diligencias que debe entenderse como el cuidado ordinario que señala, como, concepto general el Código Civil, y siendo una obligación contractual, corresponde la carga de probar la debida diligencia a quien ha debido emplearla, vale decir, al empleador. DECIMOSÉPTIMO: Que, no ha acreditado el empleador el cuidado o diligencia en su actuar, más aún si ha sido propio dependiente encargado de la obra quien ha manifestado no poseer título o conocimiento técnico alguno que le habilite para dar directrices que pudieren evitar el hecho dañoso, quien declaró obrar sólo en base a su propia experiencia, lo cual a todas luces aparece insuficiente atendidas la faena peligrosa que implica trabajar en altura, sin perjuicio de lo razonado en el motivo decimocuarto respecto a la ausencia de supervisión directa, la cual, eventualmente, hubiere evitado el accidente. Es más correspondía al empleador probar la diligencia para adoptar todas las medidas conducentes a asegurar la vida del trabajador que laboraba en altura, con la prueba aportada, ese extremo no se logra probar; es dable señalar que cuando se trata, de cumplir una obligación tan perentoria como extrema, cualquier omisión importa desobedecer el mandato legal y la exigencia de proporcionar los elementos de seguridad a los trabajadores que se desempeñan en funciones peligrosas no se refiere sólo a tener a disposición de ellos tales elementos, sin que nadie parezca controlar si los usan adecuadamente o no si ese deber de proporcionar se refiere a entregárselos personal y. controladamente para cada comienzo de labor, vigilando además, en cuanto sea posible que lo usen, nada de lo anterior se probó en los autos y con el informe técnico Nº 26/2005, de investigación del accidente que nos ocupa, emitido por la experta en prevención de riesgos, de la Asociación Chilena de Seguridad, agencia San Antonio, que rola de fojas 218 a fojas 222, queda claramente establecido que una de las causas directas del accidente entre otras, fue no utilizar cinturón de seguridad al momento de laborar en altura; como causas básicas, falta de registro escrito de la entrega de cinturón de seguridad para la faena en altura, letra d) fojas 221, y falta de liderazgo del supervisor en detectar condiciones y acciones inseguras y aplicar las correcciones necesarias, medidas de control la empresa deberá establecer en el reglamento interno la obligación de utilizar el cinturón de seguridad cuando se trabaje sobre 1,80 metros de altura, mejorar las habilidades de supervisión liderazgo de los supervisores por medio capacitaciones sobre estos temas y establecer registros escritos de la entrega de cinturón de seguridad en faenas en altura y realizar charlas en terreno. DECIMOCTAVO: Que, el acompañamiento de los diversos documentos relativos, a medidas de seguridad acompañados por la parte demandada a estos autos, no logran desvirtuar lo aseverado en el motivo precedente, por cuanto son de obras anteriores y posteriores al accidente y no existen otros que avalen que dicha conducta se haya manifestado con anterioridad al hecho que da cuenta la acción o

por esencia constituye una faena peligrosa, obliga al empleador a utilizar el máximo de cuidado en su fiscalización, especialmente considerando que los valores que debe proteger y resguardar no son de índole patrimonial, si no la propia vida, integridad física, psíquica y salud del trabajador. DECIMOCUARTO: Que, de la prueba rendida, especialmente lo declarado por el encargado de la faena y el trabajador accidentado Daniel Pachaco Sanhueza, se advierte que el primero, salvo dar las instrucciones de armar la estructura, no supervisó el cumplimiento de las medidas de seguridad. Por el contrario, se retiró del lugar a fin de concurrir a otras dependencias distintas de aquellas en que se están realizando faenas peligrosas, dejando a los trabajadores sin instrucciones precisas relativas a la seguridad cerciorarse de que se utilizaran los implementos adecuados y que si bien, no se encuentra acreditado que las instrucciones para el armado del andamiaje fuera exclusivamente metálico, tampoco las hubo en orden a prohibir o impedir la utilización del entramado de madera, cuya decisión se le atribuye al trabajador, como asimismo, tampoco existen instrucciones respecto del uso del cinturón de seguridad o arnés, debidamente asegurado a un lugar fijo que permitiere prevenir el desenlace dañoso como el ocurrido. DECIMOQUINTO: Que, conforme al artículo 184 del Código del Trabajo, “El empleador estará obligado a tomar todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de los trabajadores, manteniendo las condiciones adecuadas de higiene y seguridad en las faenas, como también los implementos necesarios para prevenir accidentes y enfermedades profesionales. DECIMOSEXTO: Que, el cumplimiento de dicha obligación implica que, quien está afecto a ella, actúe con la debida diligencia para evitar la producción del daño, diligencias que debe entenderse como el cuidado ordinario que señala, como, concepto general el Código Civil, y siendo una obligación contractual, corresponde la carga de probar la debida diligencia a quien ha debido emplearla, vale decir, al empleador. DECIMOSÉPTIMO: Que, no ha acreditado el empleador el cuidado o diligencia en su actuar, más aún si ha sido propio dependiente encargado de la obra quien ha manifestado no poseer título o conocimiento técnico alguno que le habilite para dar directrices que pudieren evitar el hecho dañoso, quien declaró obrar sólo en base a su propia experiencia, lo cual a todas luces aparece insuficiente atendidas la faena peligrosa que implica trabajar en altura, sin perjuicio de lo razonado en el motivo decimocuarto respecto a la ausencia de supervisión directa, la cual, eventualmente, hubiere evitado el accidente. Es más correspondía al empleador probar la diligencia para adoptar todas las medidas conducentes a asegurar la vida del trabajador que laboraba en altura, con la prueba aportada, ese extremo no se logra probar; es dable señalar que cuando se trata, de cumplir una obligación tan perentoria como extrema, cualquier omisión importa desobedecer el mandato legal y la exigencia de proporcionar los elementos de seguridad a los trabajadores que se desempeñan en funciones peligrosas no se refiere sólo a tener a disposición de ellos tales elementos, sin que nadie parezca controlar si los usan adecuadamente o no si ese deber de proporcionar se refiere a entregárselos personal y. controladamente para cada comienzo de labor, vigilando además, en cuanto sea posible que lo usen, nada de lo anterior se probó en los autos y con el informe técnico Nº 26/2005, de investigación del accidente que nos ocupa, emitido por la experta en prevención de riesgos, de la Asociación Chilena de Seguridad, agencia San Antonio, que rola de fojas 218 a fojas 222, queda claramente establecido que una de las causas directas del accidente entre otras, fue no utilizar cinturón de seguridad al momento de laborar en altura; como causas básicas, falta de registro escrito de la entrega de cinturón de seguridad para la faena en altura, letra d) fojas 221, y falta de liderazgo del supervisor en detectar condiciones y acciones inseguras y aplicar las correcciones necesarias, medidas de control la empresa deberá establecer en el reglamento interno la obligación de utilizar el cinturón de seguridad cuando se trabaje sobre 1,80 metros de altura, mejorar las habilidades de supervisión liderazgo de los supervisores por medio capacitaciones sobre estos temas y establecer registros escritos de la entrega de cinturón de seguridad en faenas en altura y realizar charlas en terreno. DECIMOCTAVO: Que, el acompañamiento de los diversos documentos relativos, a medidas de seguridad acompañados por la parte demandada a estos autos, no logran desvirtuar lo aseverado en el motivo precedente, por cuanto son de obras anteriores y posteriores al accidente y no existen otros que avalen que dicha conducta se haya manifestado con anterioridad al hecho que da cuenta la acción o ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

631

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

el mismo día en que esto ocurrió. Hay que insistir, que la simple entrega del reglamento de higiene y seguridad y menos cuando se requiere regular la labor de personas cuya calificación intelectual y cultural no consta en lo absoluto ni puede presumirse, tratándose como se trata de un rubro caracterizado justamente por absolver la mano de obra menos calificada pude configurar esa extrema diligencia que es deber del empleador. Si el empleador hubiera cumplido todos los extremos de su obligación podría argumentar que proporcionó los elementos debidos y que, pese a ello, el hecho dañoso se produjo como consecuencias de causas independientes de su actuación o como culpa del trabajador, como lo alega en su libelo de contestación. Como no ha sido así, conforme lo razonado, lo que cabe concluir es justamente lo contrario porque el accidente se debió al hecho de no usar el trabajador cuerda ni cinturón debidamente asegurado a una estructura fija y por la falta de supervisión directa detectando condiciones y acciones inseguras, pudiendo aplicar las medidas correctivas, no dando cumplimiento así, la empleadora a lo establecido en el artículo 184 del Código del Trabajo. DECIMONOVENO: Que, por otra parte, en cuanto a la improcedencia o incompetencia del Tribunal laboral para conocer de la acción que tiene por objeto obtener el resarcimiento del daño moral que se dice sufrido, debe tenerse en especial consideración que al tenor de la demanda interpuesta a fojas 5, es indiscutible que el actor pretende hacer efectiva la responsabilidad contractual que emana del hecho de haber sufrido un accidente de trabajo a consecuencia del cumplimiento de una orden de su superior directo de realizar labores en el techo de una vivienda, sin contar con las condiciones de seguridad, las que estaba obligada a proporcionar el empleador y que omitió, por lo que, a juicio del actor, procede que se le indemnice por el daño moral que con este accidente y su consecuente invalidez se le infligió. VIGÉSIMO: Que, de este modo no existe duda alguna que el actor acciona en virtud del deber de protección que consagra el artículo 184 del Código del Trabajo, razón por la cual es evidente que resulta competente para conocer de dicha acción, un Tribunal del trabajo, en conformidad a lo dispuesto en el artículo 420 letra f) del Código del ramo. VIGÉSIMO PRIMERO: Que, en cuanto a los perjuicios que se solicitan, el actor alega su disminución de capacidad de ganancia, debido a la invalidez del 100º/ó declarada por el órgano competente, quedando sujeto a una pensión de invalidez por la suma de $ 90.000, en tanto mientras laboraba sus ingresos eran de $ 160.000, por lo cual ha dejado de percibir $ 70.000, cuya sumatoria al tiempo de jubilar alcanza $ 5.180.000. VIGÉSIMO SEGUNDO: Que, del texto de su pretensión, se extrae que lo que demanda derechamente el actor es el denominado lucro cesante. VIGÉSIMO TERCERO: Que, respecto de este rubro indemnizatorio, se debe tener presente que éste no escapa a la necesidad de probar la certidumbre de su ocurrencia, requisito indispensable para su determinación. El sólo hecho de una disminución física no produce como acto reflejo que una persona dejará de percibir un porcentaje de ingresos igual al de la incapacidad determinada por los órganos de seguridad social. Por otra parte, la fórmula de contratación resulta relevante toda vez que se debe recordar que en materia de responsabilidad contractual se deben indemnizar los daños previstos y no como en sede extracontractual, en que no existen limitaciones para reparar tanto los daños previstos como los no imprevistos. VIGÉSIMO CUARTO: Que, no resulta certera la fórmula de cálculo empleada por el actor a fin de determinar este tipo de perjuicios, por cuanto no existen antecedentes que permitan aseverar que se mantendrá en el empleo durante el período que reclama ni menos aun, que aquel ingreso será el mismo, por lo que esta sentenciadora no hará lugar a dicho rubro. VIGÉSIMO QUINTO: Que, en cuanto al daño moral cobrado, obran en autos antecedentes suficientes que permiten concluir que el actor sufrió y sufrirá padecimientos por el accidente, específicamente su capacidad motriz que le permita su auto valencia, agravado por la irrecuperabilidad de dicha lesión, como aparece del resumen de antecedentes otorgados al actor que rola a fojas 111 y 112 de estos autos, en el cual se le ha diagnosticado como secuelas tetráparesia espástica c5 c6, síndrome medular central, compromiso radicular c5 c6 izquierdo y dolor neuropático, crónico extremidades inferiores, declarándosele una incapacidad de 100% considerado como gran inválido, por lo antes señalado cabe pues accede a la petición de indemnizar el daño moral, tomando en cuenta para regular su monto el inmenso mal

632

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

el mismo día en que esto ocurrió. Hay que insistir, que la simple entrega del reglamento de higiene y seguridad y menos cuando se requiere regular la labor de personas cuya calificación intelectual y cultural no consta en lo absoluto ni puede presumirse, tratándose como se trata de un rubro caracterizado justamente por absolver la mano de obra menos calificada pude configurar esa extrema diligencia que es deber del empleador. Si el empleador hubiera cumplido todos los extremos de su obligación podría argumentar que proporcionó los elementos debidos y que, pese a ello, el hecho dañoso se produjo como consecuencias de causas independientes de su actuación o como culpa del trabajador, como lo alega en su libelo de contestación. Como no ha sido así, conforme lo razonado, lo que cabe concluir es justamente lo contrario porque el accidente se debió al hecho de no usar el trabajador cuerda ni cinturón debidamente asegurado a una estructura fija y por la falta de supervisión directa detectando condiciones y acciones inseguras, pudiendo aplicar las medidas correctivas, no dando cumplimiento así, la empleadora a lo establecido en el artículo 184 del Código del Trabajo. DECIMONOVENO: Que, por otra parte, en cuanto a la improcedencia o incompetencia del Tribunal laboral para conocer de la acción que tiene por objeto obtener el resarcimiento del daño moral que se dice sufrido, debe tenerse en especial consideración que al tenor de la demanda interpuesta a fojas 5, es indiscutible que el actor pretende hacer efectiva la responsabilidad contractual que emana del hecho de haber sufrido un accidente de trabajo a consecuencia del cumplimiento de una orden de su superior directo de realizar labores en el techo de una vivienda, sin contar con las condiciones de seguridad, las que estaba obligada a proporcionar el empleador y que omitió, por lo que, a juicio del actor, procede que se le indemnice por el daño moral que con este accidente y su consecuente invalidez se le infligió. VIGÉSIMO: Que, de este modo no existe duda alguna que el actor acciona en virtud del deber de protección que consagra el artículo 184 del Código del Trabajo, razón por la cual es evidente que resulta competente para conocer de dicha acción, un Tribunal del trabajo, en conformidad a lo dispuesto en el artículo 420 letra f) del Código del ramo. VIGÉSIMO PRIMERO: Que, en cuanto a los perjuicios que se solicitan, el actor alega su disminución de capacidad de ganancia, debido a la invalidez del 100º/ó declarada por el órgano competente, quedando sujeto a una pensión de invalidez por la suma de $ 90.000, en tanto mientras laboraba sus ingresos eran de $ 160.000, por lo cual ha dejado de percibir $ 70.000, cuya sumatoria al tiempo de jubilar alcanza $ 5.180.000. VIGÉSIMO SEGUNDO: Que, del texto de su pretensión, se extrae que lo que demanda derechamente el actor es el denominado lucro cesante. VIGÉSIMO TERCERO: Que, respecto de este rubro indemnizatorio, se debe tener presente que éste no escapa a la necesidad de probar la certidumbre de su ocurrencia, requisito indispensable para su determinación. El sólo hecho de una disminución física no produce como acto reflejo que una persona dejará de percibir un porcentaje de ingresos igual al de la incapacidad determinada por los órganos de seguridad social. Por otra parte, la fórmula de contratación resulta relevante toda vez que se debe recordar que en materia de responsabilidad contractual se deben indemnizar los daños previstos y no como en sede extracontractual, en que no existen limitaciones para reparar tanto los daños previstos como los no imprevistos. VIGÉSIMO CUARTO: Que, no resulta certera la fórmula de cálculo empleada por el actor a fin de determinar este tipo de perjuicios, por cuanto no existen antecedentes que permitan aseverar que se mantendrá en el empleo durante el período que reclama ni menos aun, que aquel ingreso será el mismo, por lo que esta sentenciadora no hará lugar a dicho rubro. VIGÉSIMO QUINTO: Que, en cuanto al daño moral cobrado, obran en autos antecedentes suficientes que permiten concluir que el actor sufrió y sufrirá padecimientos por el accidente, específicamente su capacidad motriz que le permita su auto valencia, agravado por la irrecuperabilidad de dicha lesión, como aparece del resumen de antecedentes otorgados al actor que rola a fojas 111 y 112 de estos autos, en el cual se le ha diagnosticado como secuelas tetráparesia espástica c5 c6, síndrome medular central, compromiso radicular c5 c6 izquierdo y dolor neuropático, crónico extremidades inferiores, declarándosele una incapacidad de 100% considerado como gran inválido, por lo antes señalado cabe pues accede a la petición de indemnizar el daño moral, tomando en cuenta para regular su monto el inmenso mal

632

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

633

causado por la circunstancia de haber quedado, al fin y al cabo, inútil el actor y, además afectado en forma definitiva en sus funciones físicas e intelectuales. VIGÉSIMO SEXTO: Que, la demandada en forma subsidiaria solicita se dé aplicación al artículo 2230 del Código Civil, esto es, que la apreciación del daño sea reducida, considerando al efecto que el demandante se expuso imprudentemente a él. VIGÉSIMO SÉPTIMO: Que, no puede pretenderse rebaja de la indemnización, por exposición imprudente al daño, como lo solícita el empleador porque no estamos aquí en el campo de la responsabilidad civil extracontractual, en que pueda regirse el artículo 2330 del Código Civil, sino en el de la responsabilidad contractual como lo dice la demanda. El caso es que aquí se trata de un trabajador que demanda a un empleador que no cumplió una obligación que la ley incorpora al contrato de trabajo, y por ende, siendo el daño consecuencia de ese incumplimiento no queda sino condenar al pago de la indemnización por el morito que se regulará, sin atender a posibles imprudencias del propio accidentado. VIGÉSIMO OCTAVO: Que, los demás antecedentes de autos en nada alteran lo razonado. VIGÉSIMO NOVENO: Que, la prueba rendida en autos ha sido analizada y ponderada conforme a las reglas de la sana crítica, que son aquellas que surgen de la observación del Tribunal respecto de normas de carácter social, basada en la experiencia y, considerando especialmente los principios que informan el derecho del Trabajo. Y visto además lo dispuesto en los artículos 1, 3, 5, 7, 184 y siguientes, 420 y siguientes: del Código del Trabajo, 68 y 69 de la ley 16.744; artículos 1545, 1698 y 2329 del Código Civil; Se declara: 1. Que, se acoge la demanda interpuesta por don Héctor Jesús Cabello Neira sólo en cuanto se condena a don Ramón González Labbé a pagar la cantidad de $ 100.000.000, por concepto de daño moral sufrido a consecuencia del accidente de trabajo. 2. Que, no se dará lugar a lo demás pedido. 3. Que, las sumas antes señaladas deberán reajustarse de acuerdo a la variación que experimente el Indice de Precios al Consumidor desde la fecha de notificación de la demanda y, devengará intereses corrientes para operaciones reajustadles desde que el fallo quede ejecutoriado y hasta el pago efectivo. 4. Que, no se condena en costas al demandado, por no haber sido totalmente vencido. 5. Que, los demás elementos de prueba que rolan en el proceso en nada alteran lo resolutivo de este fallo. Notifíquese. Regístrese. Archívese en su oportunidad. Dictada por doña Elizabeth Galaz Cuadra, Juez Titular. Autorizada por doña Teresa De Jesús Nilo Carvajal, Secretaria Subrogante. Rol Nº 16.992.

II. CORTE DE APELACIONES Valparaíso, treinta y uno de julio de dos mil siete. VISTO: Se reproduce la sentencia en alzada, con las siguientes modificaciones: a) en el considerando octavo, se elimina la frase “mientras instalaban tejas de asfalto en la techumbre de dicho inmueble ; b) en el mismo considerando octavo, se substituye la expresión “el andamio por “la parte de madera agregada a la parte superior del andamio ; c) en el fundamento decimoctavo, se elimina la palabra “extrema y se sustituye el término “pude por “puede ; y d) se elimina el razonamiento vigésimo séptimo. Y TENIENDO EN SU LUGAR Y ADEMÁS PRESENTE: PRIMERO: Que la parte demandada se alza en contra de la sentencia de primer grado por estimar que se debió rechazar la demanda de autos y no haber sido condenada al pago de la suma de $ 100.000.000 por concepto de daño moral, por cuanto estima que hubo culpa del propio trabajador o al menos se expuso imprudentemente al daño; que la actora no presentó prueba testimonial para acreditar los perjuicios y que el empleador fue diligente y cuidadoso al proveer los elementos de seguridad, incluido el actor. SEGUNDO: Que no es materia discutida en estos autos, que el trabajador de la construcción don Héctor Jesús Cabello Neira, en circunstancias que se encontraba en el armado de un andamio, cayó de él produciéndose graves daños físicos que lo dejaron con un 100% de incapacidad, con-

Valparaíso, treinta y uno de julio de dos mil siete. VISTO: Se reproduce la sentencia en alzada, con las siguientes modificaciones: a) en el considerando octavo, se elimina la frase “mientras instalaban tejas de asfalto en la techumbre de dicho inmueble ; b) en el mismo considerando octavo, se substituye la expresión “el andamio por “la parte de madera agregada a la parte superior del andamio ; c) en el fundamento decimoctavo, se elimina la palabra “extrema y se sustituye el término “pude por “puede ; y d) se elimina el razonamiento vigésimo séptimo. Y TENIENDO EN SU LUGAR Y ADEMÁS PRESENTE: PRIMERO: Que la parte demandada se alza en contra de la sentencia de primer grado por estimar que se debió rechazar la demanda de autos y no haber sido condenada al pago de la suma de $ 100.000.000 por concepto de daño moral, por cuanto estima que hubo culpa del propio trabajador o al menos se expuso imprudentemente al daño; que la actora no presentó prueba testimonial para acreditar los perjuicios y que el empleador fue diligente y cuidadoso al proveer los elementos de seguridad, incluido el actor. SEGUNDO: Que no es materia discutida en estos autos, que el trabajador de la construcción don Héctor Jesús Cabello Neira, en circunstancias que se encontraba en el armado de un andamio, cayó de él produciéndose graves daños físicos que lo dejaron con un 100% de incapacidad, con-

II. CORTE DE APELACIONES causado por la circunstancia de haber quedado, al fin y al cabo, inútil el actor y, además afectado en forma definitiva en sus funciones físicas e intelectuales. VIGÉSIMO SEXTO: Que, la demandada en forma subsidiaria solicita se dé aplicación al artículo 2230 del Código Civil, esto es, que la apreciación del daño sea reducida, considerando al efecto que el demandante se expuso imprudentemente a él. VIGÉSIMO SÉPTIMO: Que, no puede pretenderse rebaja de la indemnización, por exposición imprudente al daño, como lo solícita el empleador porque no estamos aquí en el campo de la responsabilidad civil extracontractual, en que pueda regirse el artículo 2330 del Código Civil, sino en el de la responsabilidad contractual como lo dice la demanda. El caso es que aquí se trata de un trabajador que demanda a un empleador que no cumplió una obligación que la ley incorpora al contrato de trabajo, y por ende, siendo el daño consecuencia de ese incumplimiento no queda sino condenar al pago de la indemnización por el morito que se regulará, sin atender a posibles imprudencias del propio accidentado. VIGÉSIMO OCTAVO: Que, los demás antecedentes de autos en nada alteran lo razonado. VIGÉSIMO NOVENO: Que, la prueba rendida en autos ha sido analizada y ponderada conforme a las reglas de la sana crítica, que son aquellas que surgen de la observación del Tribunal respecto de normas de carácter social, basada en la experiencia y, considerando especialmente los principios que informan el derecho del Trabajo. Y visto además lo dispuesto en los artículos 1, 3, 5, 7, 184 y siguientes, 420 y siguientes: del Código del Trabajo, 68 y 69 de la ley 16.744; artículos 1545, 1698 y 2329 del Código Civil; Se declara: 1. Que, se acoge la demanda interpuesta por don Héctor Jesús Cabello Neira sólo en cuanto se condena a don Ramón González Labbé a pagar la cantidad de $ 100.000.000, por concepto de daño moral sufrido a consecuencia del accidente de trabajo. 2. Que, no se dará lugar a lo demás pedido. 3. Que, las sumas antes señaladas deberán reajustarse de acuerdo a la variación que experimente el Indice de Precios al Consumidor desde la fecha de notificación de la demanda y, devengará intereses corrientes para operaciones reajustadles desde que el fallo quede ejecutoriado y hasta el pago efectivo. 4. Que, no se condena en costas al demandado, por no haber sido totalmente vencido. 5. Que, los demás elementos de prueba que rolan en el proceso en nada alteran lo resolutivo de este fallo. Notifíquese. Regístrese. Archívese en su oportunidad. Dictada por doña Elizabeth Galaz Cuadra, Juez Titular. Autorizada por doña Teresa De Jesús Nilo Carvajal, Secretaria Subrogante. Rol Nº 16.992. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

633

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

forme se lee en documento de la Achs de fojas 31. También rola a fojas 218, informe Nº 26/2005 de Achs sobre investigación del accidente del actor, dando como antecedentes que éste tiene 58 años de edad, con una antiguedad de cuatro meses y de dos años de experiencia en la labor en que se accidentó, señalando dos versiones como descripción del accidente: una que el actor junto a otro trabajador se encontraban en el tercer cuerpo del andamio, sobre dos tablones, viendo si la instalación era adecuada, cuando repentinamente caen al suelo desde una altura de siete metros. La otra que una de las escuadras que afirmaba la superficie para llegar a la cubierta (techo) de la casa, se desprendió, provocando la caída de ambos trabajadores. Cualquiera que sea la versión que se asuma, ella da cuenta de la caída de los trabajadores, con los daños físicos del actor, según se señaló. TERCERO: Que si bien la demandada acreditó haberse preocupado respecto de las medidas de seguridad que debe tener la labor y sus operarios, señalando al respecto cursos de prevención, la calidad de socio de la Asociación Chilena de Seguridad, entrega de manuales a cada contratado, como también la preocupación por el actor desde ocurrido el accidente, lo cierto es que uno de los elementos esenciales de seguridad para el trabajo en altura no se tenía, o se carece de información al respecto, como es el cinturón de seguridad, no acreditándose su uso y la exigencia de su utilización por el jefe supervisor de la obra. CUARTO: Que, no obstante lo anterior, el informe de investigación del accidente ya aludido, reconoce como causas básicas, la falta de componente motivacional, entendiéndose éste como una apreciación errónea del riesgo, lo que puede estar basado en experiencias y hábitos anteriores, en el sentido de que los trabajadores se encuentran acostumbrados a trabajar en altura sin la utilización del cinturón de seguridad, sin que haya pasado nada, lo que aumenta una falsa sensación de seguridad, sin que ello alcance para estimar una actitud imprudente en los hechos de autos. QUINTO: Que es de la esencia de la relación laboral, conforme señala el artículo 184 del Código del Trabajo, por lo que debe entender parte del contrato de trabajo, la obligación que tiene el empleador de proteger eficazmente la vida y la salud de los trabajadores, manteniendo las condiciones adecuadas de seguridad en las faenas, además de los implementos necesarios de protección y prevención de accidentes. De este modo, aceptando que el deber de seguridad pertenece a la esfera de lo contractual, el hecho discutido es si se adoptaron de parte del empleador las medidas eficaces para evitar todo riesgo en la vida y salud del trabajador, lo que a juicio de estos sentenciadores, fueron insuficientes, en especial en lo que dice relación con el llamado cinturón de seguridad o cabo de vida, y dado el principio general de la reparación del daño, es que procede en virtud de la responsabilidad contractual que emana de los propios hechos, hacer efectivo tal principio. SEXTO: Que de los antecedentes de autos, relatados latamente en el fallo que se revisa, no aparece acreditado fehacientemente que el actor se haya expuesto imprudentemente al daño como lo refiere la demandada, tanto al contestar la demanda como en esta alzada. SÉPTIMO: Que si bien las argumentaciones formuladas por el apelante no logran desvirtuar lo decidido por el Tribunal a quo, prudencialmente, conforme a la apreciación de los hechos y de sus consecuencias, como la prueba aportada, convicción de los sentenciadores respecto del grado de responsabilidad de la demandada, se rebajará la suma impuesta a pagar como daño moral, tomando en consideración la debida atención asistencial que se le prestó al trabajador y los propios beneficios previsionales. Por estas consideraciones, y teniendo presente lo dispuesto en los artículos 463 y siguientes del Código del Trabajo, se confirma la sentencia de fecha veinte de noviembre de dos mili seis, escrita de fojas 236 a 267, con declaración que se rebaja a $ 40.000.000 (cuarenta millones de pesos), la suma que debe pagar a la actora por concepto de daño moral, la demandada, don Ramón González Labbé. Regístrese y devuélvase. Redacción del Abogado Integrante señor Rolando Fuentes Riquelme. Rol Nº 142 2007. Pronunciada por los Ministros Titulares de la Iltma. Corte señoras Eliana Quezada Muñoz, Inés María Letelier Ferrada y Abogado Integrante señor Rolando Fuentes Riquelme.

634

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

forme se lee en documento de la Achs de fojas 31. También rola a fojas 218, informe Nº 26/2005 de Achs sobre investigación del accidente del actor, dando como antecedentes que éste tiene 58 años de edad, con una antiguedad de cuatro meses y de dos años de experiencia en la labor en que se accidentó, señalando dos versiones como descripción del accidente: una que el actor junto a otro trabajador se encontraban en el tercer cuerpo del andamio, sobre dos tablones, viendo si la instalación era adecuada, cuando repentinamente caen al suelo desde una altura de siete metros. La otra que una de las escuadras que afirmaba la superficie para llegar a la cubierta (techo) de la casa, se desprendió, provocando la caída de ambos trabajadores. Cualquiera que sea la versión que se asuma, ella da cuenta de la caída de los trabajadores, con los daños físicos del actor, según se señaló. TERCERO: Que si bien la demandada acreditó haberse preocupado respecto de las medidas de seguridad que debe tener la labor y sus operarios, señalando al respecto cursos de prevención, la calidad de socio de la Asociación Chilena de Seguridad, entrega de manuales a cada contratado, como también la preocupación por el actor desde ocurrido el accidente, lo cierto es que uno de los elementos esenciales de seguridad para el trabajo en altura no se tenía, o se carece de información al respecto, como es el cinturón de seguridad, no acreditándose su uso y la exigencia de su utilización por el jefe supervisor de la obra. CUARTO: Que, no obstante lo anterior, el informe de investigación del accidente ya aludido, reconoce como causas básicas, la falta de componente motivacional, entendiéndose éste como una apreciación errónea del riesgo, lo que puede estar basado en experiencias y hábitos anteriores, en el sentido de que los trabajadores se encuentran acostumbrados a trabajar en altura sin la utilización del cinturón de seguridad, sin que haya pasado nada, lo que aumenta una falsa sensación de seguridad, sin que ello alcance para estimar una actitud imprudente en los hechos de autos. QUINTO: Que es de la esencia de la relación laboral, conforme señala el artículo 184 del Código del Trabajo, por lo que debe entender parte del contrato de trabajo, la obligación que tiene el empleador de proteger eficazmente la vida y la salud de los trabajadores, manteniendo las condiciones adecuadas de seguridad en las faenas, además de los implementos necesarios de protección y prevención de accidentes. De este modo, aceptando que el deber de seguridad pertenece a la esfera de lo contractual, el hecho discutido es si se adoptaron de parte del empleador las medidas eficaces para evitar todo riesgo en la vida y salud del trabajador, lo que a juicio de estos sentenciadores, fueron insuficientes, en especial en lo que dice relación con el llamado cinturón de seguridad o cabo de vida, y dado el principio general de la reparación del daño, es que procede en virtud de la responsabilidad contractual que emana de los propios hechos, hacer efectivo tal principio. SEXTO: Que de los antecedentes de autos, relatados latamente en el fallo que se revisa, no aparece acreditado fehacientemente que el actor se haya expuesto imprudentemente al daño como lo refiere la demandada, tanto al contestar la demanda como en esta alzada. SÉPTIMO: Que si bien las argumentaciones formuladas por el apelante no logran desvirtuar lo decidido por el Tribunal a quo, prudencialmente, conforme a la apreciación de los hechos y de sus consecuencias, como la prueba aportada, convicción de los sentenciadores respecto del grado de responsabilidad de la demandada, se rebajará la suma impuesta a pagar como daño moral, tomando en consideración la debida atención asistencial que se le prestó al trabajador y los propios beneficios previsionales. Por estas consideraciones, y teniendo presente lo dispuesto en los artículos 463 y siguientes del Código del Trabajo, se confirma la sentencia de fecha veinte de noviembre de dos mili seis, escrita de fojas 236 a 267, con declaración que se rebaja a $ 40.000.000 (cuarenta millones de pesos), la suma que debe pagar a la actora por concepto de daño moral, la demandada, don Ramón González Labbé. Regístrese y devuélvase. Redacción del Abogado Integrante señor Rolando Fuentes Riquelme. Rol Nº 142 2007. Pronunciada por los Ministros Titulares de la Iltma. Corte señoras Eliana Quezada Muñoz, Inés María Letelier Ferrada y Abogado Integrante señor Rolando Fuentes Riquelme.

634

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

635

III. CORTE SUPREMA Santiago, veinticuatro de octubre de dos mil siete. VISTOS Y TENIENDO PRESENTE: PRIMERO: Que en conformidad a lo dispuesto en los artículos 781 y 782 del Código de Procedimiento Civil, se ha ordenado dar cuenta de los recursos de casación en la forma y en el fondo deducidos por la demandada a fojas 296. I. En cuanto al recurso de casación en la forma: SEGUNDO: Que la recurrente funda su recurso de nulidad en la causal 7ª del artículo 768 del Código de Procedimiento Civil, en relación con los artículos 170 Nº 4 del mismo texto legal y 458 Nºs. 4 y 5 y 455 y 456 del Código del Trabajo, esto es, en contener decisiones contradictorias. Alega que lo señalado en el motivo decimosexto, es contradictorio con lo expresado en los considerandos décimo tercero y decimoséptimo de la sentencia de primer grado y séptimo de la de segunda instancia, respecto al grado de responsabilidad o culpa del demandado. Señala que el fallo de primer grado, se limita a reprochar la conducta del empleador, absteniéndose de argumentar, conforme a las pruebas rendidas, sobre la conducta del trabajador y el de alzada se limita a expresar que éste no se expuso imprudentemente al daño, no obstante, que la prueba testimonial y los demás medios allegados al proceso dicen lo contrario, sin argumentarse nada sobre la culpa del actor como eximente de responsabilidad. A continuación describe ciertos hechos que a su juicio se encuentran acreditados en la causa. Indica que los Jueces deben fundamentar su decisión, no debiendo ser los razonamientos utilizados contradictorios o ilógicos. Además, de que deben analizar toda la prueba rendida, conforme a las normas de la sana crítica, lo que no se hizo, puesto que de haberse apreciado correctamente ésta, se habría arribado a la conclusión de que la conducta del actor es reprochable, culpable y en tales circunstancias eximente de responsabilidad, debiéndose haber negado lugar a la demanda y en subsidio, considerarlo como una exposición imprudente al daño que lleva a la rebaja de la indemnización pedida en forma prudencial, debiendo considerarse al efecto para dicha determinación las facultades económicas del demandado, el tipo de obra en construcción, la edad útil que le resta al actor, entre otros. TERCERO: Que la causal invocada por el recurrente, como se ha señalado es la prevista en el numeral 7º del artículo 768 del Código de Enjuiciamiento Civil, que establece como vicio, el hecho de contener la sentencia, decisiones contradictorias. Sin embargo, como esta Corte ha señalado el motivo de nulidad invocado, supone la existencia de a lo menos, dos decisiones que pugnen entre sí y no puedan cumplirse al mismo tiempo, cuestión que no ocurre en la especie, desde que la sentencia ha acogido la acción deducida. Por otro lado, si lo que el recurrente ha pretendido sostener es que el fallo impugnado, carece de las consideraciones y fundamentos necesarios o ha faltado al análisis de algún medio de prueba, ha debido fundar su libelo en la causal correcta, especialmente prevista por la ley para estos efectos. CUARTO: Que, además, cabe señalar, que del tenor del recurso, aparece que el demandado, más bien pretende impugnar los presupuestos tácticos y conclusiones establecidas por los sentenciadores, lo que no resulta procedente de ser planteado por esta vía. QUINTO: Que conforme a lo anotado el recurso de nulidad intentado resulta inadmisible por no constituir los hechos esgrimidos la causal invocada, por lo que así, se declarará en esta etapa de su tramitación. II. En cuanto al recurso de casación en el fondo: SEXTO: Que el recurrente denuncia la infracción a los artículos 456, 455 y 458 Nº 4 y 5 del Código del Trabajo y 768 Nº 7 del Código de Enjuiciamiento Civil. Señala tal como lo ha sostenido en su recurso de casación en la forma que los motivos que cita, resultan contradictorios, en lo relativo al grado de culpa, graduación, cumplimiento de las obligaciones y prestaciones de las partes y la exposición al daño, produciéndose una carencia de secuencia lógica entre los fundamentos del fallo. Alega que de no haber sido infringidas las disposiciones legales mencionadas, se habría tenido que llegar necesariamente a la conclusión de que el accionar culposo del trabajador, que contravino las instrucciones expresas del jefe de obra, implementando un sistema de andamio de maderas, distinto al metálico, desoyendo las instrucciones expresas que se le dieron a las 08:00 y 15:00 horas, provocó el accidente de que fue vícti-

Santiago, veinticuatro de octubre de dos mil siete. VISTOS Y TENIENDO PRESENTE: PRIMERO: Que en conformidad a lo dispuesto en los artículos 781 y 782 del Código de Procedimiento Civil, se ha ordenado dar cuenta de los recursos de casación en la forma y en el fondo deducidos por la demandada a fojas 296. I. En cuanto al recurso de casación en la forma: SEGUNDO: Que la recurrente funda su recurso de nulidad en la causal 7ª del artículo 768 del Código de Procedimiento Civil, en relación con los artículos 170 Nº 4 del mismo texto legal y 458 Nºs. 4 y 5 y 455 y 456 del Código del Trabajo, esto es, en contener decisiones contradictorias. Alega que lo señalado en el motivo decimosexto, es contradictorio con lo expresado en los considerandos décimo tercero y decimoséptimo de la sentencia de primer grado y séptimo de la de segunda instancia, respecto al grado de responsabilidad o culpa del demandado. Señala que el fallo de primer grado, se limita a reprochar la conducta del empleador, absteniéndose de argumentar, conforme a las pruebas rendidas, sobre la conducta del trabajador y el de alzada se limita a expresar que éste no se expuso imprudentemente al daño, no obstante, que la prueba testimonial y los demás medios allegados al proceso dicen lo contrario, sin argumentarse nada sobre la culpa del actor como eximente de responsabilidad. A continuación describe ciertos hechos que a su juicio se encuentran acreditados en la causa. Indica que los Jueces deben fundamentar su decisión, no debiendo ser los razonamientos utilizados contradictorios o ilógicos. Además, de que deben analizar toda la prueba rendida, conforme a las normas de la sana crítica, lo que no se hizo, puesto que de haberse apreciado correctamente ésta, se habría arribado a la conclusión de que la conducta del actor es reprochable, culpable y en tales circunstancias eximente de responsabilidad, debiéndose haber negado lugar a la demanda y en subsidio, considerarlo como una exposición imprudente al daño que lleva a la rebaja de la indemnización pedida en forma prudencial, debiendo considerarse al efecto para dicha determinación las facultades económicas del demandado, el tipo de obra en construcción, la edad útil que le resta al actor, entre otros. TERCERO: Que la causal invocada por el recurrente, como se ha señalado es la prevista en el numeral 7º del artículo 768 del Código de Enjuiciamiento Civil, que establece como vicio, el hecho de contener la sentencia, decisiones contradictorias. Sin embargo, como esta Corte ha señalado el motivo de nulidad invocado, supone la existencia de a lo menos, dos decisiones que pugnen entre sí y no puedan cumplirse al mismo tiempo, cuestión que no ocurre en la especie, desde que la sentencia ha acogido la acción deducida. Por otro lado, si lo que el recurrente ha pretendido sostener es que el fallo impugnado, carece de las consideraciones y fundamentos necesarios o ha faltado al análisis de algún medio de prueba, ha debido fundar su libelo en la causal correcta, especialmente prevista por la ley para estos efectos. CUARTO: Que, además, cabe señalar, que del tenor del recurso, aparece que el demandado, más bien pretende impugnar los presupuestos tácticos y conclusiones establecidas por los sentenciadores, lo que no resulta procedente de ser planteado por esta vía. QUINTO: Que conforme a lo anotado el recurso de nulidad intentado resulta inadmisible por no constituir los hechos esgrimidos la causal invocada, por lo que así, se declarará en esta etapa de su tramitación. II. En cuanto al recurso de casación en el fondo: SEXTO: Que el recurrente denuncia la infracción a los artículos 456, 455 y 458 Nº 4 y 5 del Código del Trabajo y 768 Nº 7 del Código de Enjuiciamiento Civil. Señala tal como lo ha sostenido en su recurso de casación en la forma que los motivos que cita, resultan contradictorios, en lo relativo al grado de culpa, graduación, cumplimiento de las obligaciones y prestaciones de las partes y la exposición al daño, produciéndose una carencia de secuencia lógica entre los fundamentos del fallo. Alega que de no haber sido infringidas las disposiciones legales mencionadas, se habría tenido que llegar necesariamente a la conclusión de que el accionar culposo del trabajador, que contravino las instrucciones expresas del jefe de obra, implementando un sistema de andamio de maderas, distinto al metálico, desoyendo las instrucciones expresas que se le dieron a las 08:00 y 15:00 horas, provocó el accidente de que fue vícti-

III. CORTE SUPREMA ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

635

RETIRO

636

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

ma, por lo que se habría tenido que rechazar la acción deducida o en subsidio, rebajar la indemnización solicitada, por exposición imprudente del actor. SÉPTIMO: Que las argumentaciones efectuadas por el recurrente se basan exclusivamente en la supuesta infracción a las normas reguladoras de la prueba y a la forma en que los Jueces del fondo apreciaron los elementos allegados al proceso. Sin embargo, el recurso en estudio, no consigna normas de carácter sustantivo, que son las que, en definitiva, deciden el pleito, por lo que éste no puede prosperar. OCTAVO: Que por lo demás, tampoco resulta pertinente la invocación que se hace en el recurso de normas propias del recurso de casación en la forma, para fundar una supuesta denuncia de un vicio que no resulta susceptible de ser planteado por esta vía, como es la norma del artículo 768 Nº 7, en relación con el artículo 458 del Código del Trabajo. NOVENO: Que lo razonado resulta suficiente para concluir que el recurso en análisis adolece de manifiesta falta de fundamento, lo que conduce a su rechazo en esta etapa de su tramitación. Por estas consideraciones y normas legales citadas, se declara inadmisible el recurso de casación en la forma y se rechaza el recurso de casación en el fondo deducidos por el demandado a fojas 296, contra la sentencia de treinta y uno de julio del año en curso, escrita a fojas 293 y siguiente. Regístrese y devuélvase, con su agregado. Rol Nº 4.972 07. Pronunciada por la Cuarta Sala de la Corte Suprema integrada por los Ministros señores Orlando Alvarez H., Urbano Marín V., Patricio Valdés A., y los Abogados Integrantes señores Oscar Herrera V., y Hernán Alvarez G. Santiago, 24 de octubre de 2007. Autoriza el Secretario de la Corte Suprema, señor Carlos Meneses Pizarro.

ma, por lo que se habría tenido que rechazar la acción deducida o en subsidio, rebajar la indemnización solicitada, por exposición imprudente del actor. SÉPTIMO: Que las argumentaciones efectuadas por el recurrente se basan exclusivamente en la supuesta infracción a las normas reguladoras de la prueba y a la forma en que los Jueces del fondo apreciaron los elementos allegados al proceso. Sin embargo, el recurso en estudio, no consigna normas de carácter sustantivo, que son las que, en definitiva, deciden el pleito, por lo que éste no puede prosperar. OCTAVO: Que por lo demás, tampoco resulta pertinente la invocación que se hace en el recurso de normas propias del recurso de casación en la forma, para fundar una supuesta denuncia de un vicio que no resulta susceptible de ser planteado por esta vía, como es la norma del artículo 768 Nº 7, en relación con el artículo 458 del Código del Trabajo. NOVENO: Que lo razonado resulta suficiente para concluir que el recurso en análisis adolece de manifiesta falta de fundamento, lo que conduce a su rechazo en esta etapa de su tramitación. Por estas consideraciones y normas legales citadas, se declara inadmisible el recurso de casación en la forma y se rechaza el recurso de casación en el fondo deducidos por el demandado a fojas 296, contra la sentencia de treinta y uno de julio del año en curso, escrita a fojas 293 y siguiente. Regístrese y devuélvase, con su agregado. Rol Nº 4.972 07. Pronunciada por la Cuarta Sala de la Corte Suprema integrada por los Ministros señores Orlando Alvarez H., Urbano Marín V., Patricio Valdés A., y los Abogados Integrantes señores Oscar Herrera V., y Hernán Alvarez G. Santiago, 24 de octubre de 2007. Autoriza el Secretario de la Corte Suprema, señor Carlos Meneses Pizarro. 636

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

637

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol N°: 748-2006 Cita online: CL/JUR/5177/2007 I. SENTENCIA DE PRIMER GRADO Talcahuano, veintinueve de marzo de dos mil cinco. VISTO: En fs. 6, se presenta Ricardo Orellana Rojas, abogado, domiciliado en Concepción, calle San Martín 553, oficina 601 actuando en representación de don Claudio Bastías Contreras, trabajador, domiciliado en Paicaví 9595 Concepción e Interpone demanda por indemnización de perjuicios, causados en accidente del trabajo, en contra de la empleadora señora Sandra Salgado Neira, empresaria con domicilio en Taltal 787 Talcahuano, y subsidiariamente, en contra de la Sociedad Pesquera Camanchaca S.A., persona jurídica, representada por don Francisco Cifuentes Correa, ignora profesión, ambos con domicilio en Talcahuano, Isla Rocuant, sitio 10, por las siguientes razones: Que consta en contrato de trabajo de 04 de enero de 2003, don Claudio Bastías Contreras, trabajó para la demandada señora Sandra Salgado Neira, en tal condición el día 27 de septiembre de 2003, se encontraba en labores de reparación del techo de la bodega de almacenamiento de harina de pescado de la Sociedad Pesquera Camanchaca S.A., en donde su empleadora trabajaba como contratista de esa empresa, la labor específica era de sellar agujeros en ese techo y, para ello, tenía que subir a él y laborar así en la altura, siendo las 14.50 horas de ese día 27 de septiembre de 2003, sorpresivamente el techo sobre el cual laboraba, cedió, rompiéndose y precipitándose él, desde una altura de siete metros aproximados al piso de cemento de la bodega en cuestión. Producto de la caída Bastías Contreras sufrió daños corporales considerables, en el acto sufrió un traumatismo encéfalo craneal grave y quedó politraumatizado con fractura de muñeca derecha que debió ser operada y con resultado final de hemiplejia derecha, afasia y trastornos de deglución, permaneciendo hospitalizado en la Mutual de Seguridad hasta la fecha de la demanda, con severo compromiso neurológico y desde el punto de vista motor, sin control de cabeza, con alteración de la movilidad ocular, labial, saliveo constante, sin movilidad espontánea de su cuerpo en general, con movimientos involuntarios y automáticos persistentes en su extremidad inferior Izquierda, rigidez y acortamiento tendinoso al nivel de cervicales paravertebrales y flexores de cadera, rodilla en flexión y pie de equino, rigidez y limitación articular dolorosa de ambas muñecas, con casi nula actividad voluntaria. Resume que sigue viviendo pero no tiene actividad corporal alguna, no podrá ser jamás una persona normal y no podrá trabajar. Agrega que no controla esfínteres, tiene enormes dificultades para tragar sólidos y líquidos, con una dependencia de terceros de un 100%, debe ser alimentado pues no puede efectuar movimientos corporales propios, desde que no tiene dirección de su cuerpo, por lo que estima que ha sufrido un daño corporal que le inhabilita por el resto de su vida, sufriendo, además del dolor físico, un daño en su integridad psíquica, ya que tiene 23 años de edad, quedando inhabilitado para el trabajo, la vida social, postrado y sin poder valerse por sí mismo. Aduce que el daño es producto directo de la caída y del golpe que sufrió, que legalmente, por ese daño debe responder su empleadora señora Salgado Neira, por existir un contrato de trabajo con ella, ya que éste determina que ella es quien debe tomar las medidas necesarias para proteger la vida y la salud de sus trabajadores, manteniendo las condiciones adecuadas de higiene y de seguridad, en las faenas que le encomienda, y por lo mismo, debe dotarle de los implementos necesarios para evitar los accidentes y enfermedades profesionales. La obligación de seguridad está contenida en el Código del Trabajo, artículos 184 y siguientes y además, hace mención a jurisprudencia reciente al efecto. Dice que el demandante, al momento del accidente, no contaba con ningún elemento de seguridad para el trabajo en altura y que habría impedido la caída, por otro lado, tratándose de una relación contractual, la culpa de la empleadora se presume, de conformidad con lo previsto en el artículo 1547 del Código Civil, quedando, entonces, claro que de la reparación del daño causado, debe responder la empleadora ya referida y de conformidad con lo dispuesto en el artículo 420 letra f) del Código de Trabajo, también puede demandan por el daño moral Por otro lado, explica, el artículo 64 del Código de Trabajo, hace responsable de las obligaciones laborales y previsionales que afecten a los contratistas a favor de los trabajadores de éstos, al dueño de la obra, en este

Talcahuano, veintinueve de marzo de dos mil cinco. VISTO: En fs. 6, se presenta Ricardo Orellana Rojas, abogado, domiciliado en Concepción, calle San Martín 553, oficina 601 actuando en representación de don Claudio Bastías Contreras, trabajador, domiciliado en Paicaví 9595 Concepción e Interpone demanda por indemnización de perjuicios, causados en accidente del trabajo, en contra de la empleadora señora Sandra Salgado Neira, empresaria con domicilio en Taltal 787 Talcahuano, y subsidiariamente, en contra de la Sociedad Pesquera Camanchaca S.A., persona jurídica, representada por don Francisco Cifuentes Correa, ignora profesión, ambos con domicilio en Talcahuano, Isla Rocuant, sitio 10, por las siguientes razones: Que consta en contrato de trabajo de 04 de enero de 2003, don Claudio Bastías Contreras, trabajó para la demandada señora Sandra Salgado Neira, en tal condición el día 27 de septiembre de 2003, se encontraba en labores de reparación del techo de la bodega de almacenamiento de harina de pescado de la Sociedad Pesquera Camanchaca S.A., en donde su empleadora trabajaba como contratista de esa empresa, la labor específica era de sellar agujeros en ese techo y, para ello, tenía que subir a él y laborar así en la altura, siendo las 14.50 horas de ese día 27 de septiembre de 2003, sorpresivamente el techo sobre el cual laboraba, cedió, rompiéndose y precipitándose él, desde una altura de siete metros aproximados al piso de cemento de la bodega en cuestión. Producto de la caída Bastías Contreras sufrió daños corporales considerables, en el acto sufrió un traumatismo encéfalo craneal grave y quedó politraumatizado con fractura de muñeca derecha que debió ser operada y con resultado final de hemiplejia derecha, afasia y trastornos de deglución, permaneciendo hospitalizado en la Mutual de Seguridad hasta la fecha de la demanda, con severo compromiso neurológico y desde el punto de vista motor, sin control de cabeza, con alteración de la movilidad ocular, labial, saliveo constante, sin movilidad espontánea de su cuerpo en general, con movimientos involuntarios y automáticos persistentes en su extremidad inferior Izquierda, rigidez y acortamiento tendinoso al nivel de cervicales paravertebrales y flexores de cadera, rodilla en flexión y pie de equino, rigidez y limitación articular dolorosa de ambas muñecas, con casi nula actividad voluntaria. Resume que sigue viviendo pero no tiene actividad corporal alguna, no podrá ser jamás una persona normal y no podrá trabajar. Agrega que no controla esfínteres, tiene enormes dificultades para tragar sólidos y líquidos, con una dependencia de terceros de un 100%, debe ser alimentado pues no puede efectuar movimientos corporales propios, desde que no tiene dirección de su cuerpo, por lo que estima que ha sufrido un daño corporal que le inhabilita por el resto de su vida, sufriendo, además del dolor físico, un daño en su integridad psíquica, ya que tiene 23 años de edad, quedando inhabilitado para el trabajo, la vida social, postrado y sin poder valerse por sí mismo. Aduce que el daño es producto directo de la caída y del golpe que sufrió, que legalmente, por ese daño debe responder su empleadora señora Salgado Neira, por existir un contrato de trabajo con ella, ya que éste determina que ella es quien debe tomar las medidas necesarias para proteger la vida y la salud de sus trabajadores, manteniendo las condiciones adecuadas de higiene y de seguridad, en las faenas que le encomienda, y por lo mismo, debe dotarle de los implementos necesarios para evitar los accidentes y enfermedades profesionales. La obligación de seguridad está contenida en el Código del Trabajo, artículos 184 y siguientes y además, hace mención a jurisprudencia reciente al efecto. Dice que el demandante, al momento del accidente, no contaba con ningún elemento de seguridad para el trabajo en altura y que habría impedido la caída, por otro lado, tratándose de una relación contractual, la culpa de la empleadora se presume, de conformidad con lo previsto en el artículo 1547 del Código Civil, quedando, entonces, claro que de la reparación del daño causado, debe responder la empleadora ya referida y de conformidad con lo dispuesto en el artículo 420 letra f) del Código de Trabajo, también puede demandan por el daño moral Por otro lado, explica, el artículo 64 del Código de Trabajo, hace responsable de las obligaciones laborales y previsionales que afecten a los contratistas a favor de los trabajadores de éstos, al dueño de la obra, en este

I. SENTENCIA DE PRIMER GRADO

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol N°: 748-2006 Cita online: CL/JUR/5177/2007 ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

637

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

caso, Pesquera Camanchaca S.A., en forma subsidiaria del responsable principal, de tal modo, que la obligación reparatoria que pesa sobre la contratista, es también responsable la Pesquera Camanchaca S.A., a fin de responder por los daños ya referidos, y tratándose de daños no patrimoniales, su evaluación corresponde al juez de la causa. Resumen, que los daños son corporales, psíquicos y también se le produce la pérdida del agrado o goce de la vida, que es más serio en una persona joven que mucho podía esperar del futuro. Por lo que solicita se tenga por interpuesta la demanda de: indemnización de perjuicios, por accidente del trabajo y, en definitiva, acogerla, condenando a la demandada doña Sandra Salgado Neira, como responsable y demandada principal y a la Sociedad Pesquera Camanchaca S.A., como responsable subsidiaria, a pagar a su representado, por los daños causados, la suma de $ 300.000.000 (trescientos millones de pesos) o la suma mayor o menor que el Tribunal determine, reajustada de acuerdo a la variación del I.P.C. desde la fecha de la dictación de la sentencia o desde la fecha que el Tribunal determine, los intereses corrientes, con costas. En fs. 20 contesta la demandada Sandra Isabel Salgado Neira, contratista domiciliada en calle Taltal 787 Talcahuano, solicitando el rechazo, basándose en lo siguiente: a) Que es efectivo que el demandante Claudio Bastías Contreras es empleado de la empresa desde el mes de enero de 2003, que se encontraba trabajando en labores de techo de la bodega 2 de almacenamiento de harina de pescado de la Sociedad Pesquera Camanchaca S.A., específicamente tapar y sellar goteras del techo. b) Que es efectivo que siendo las 14,50 horas del día 27 de septiembre de 2003, cedió sorpresivamente el techo sobre el cual se encontraba el demandante y cayó al vacío, desde una altura aproximada de 7 metros, causándole graves lesiones corporales, por las que se encuentra en tratamiento médico, pero que al momento de contestar, no son ya las mismas descritas en la demanda, ya que ha evolucionado satisfactoriamente y es muy probable que el trabajador no quede con secuelas físicas graves. c) Que no son efectivos los dichos planteados por el actor, en el sentido de que si no se hubiese producido la ruptura del techo o si él hubiese contado con medios de protección ante el riesgo de su trabajo, el resultado no se habría producido. Lo que estima es falso y se habría manipulado y tergiversado los hechos a la presentación de la demanda. d) Aduce que el día de los hechos, a las 09.00 horas, llegó el supervisor del demandante al lugar de trabajo e informa al coordinador jefe de productos terminados de la Pesquera Camanchaca S.A., que el trabajo de reparación del techo no se efectuaría por cuanto había llovido la noche anterior, y las condiciones climáticas de ese momento no permitían efectuar labores en el techo de pizarreño, porque éste se encontraba húmedo y blando, por lo que el trabajo se efectuaría el lunes siguiente. Sin embargo, aproximadamente a las 13,00 horas, llegó el señor Juan Bastías, padre del demandante, también trabajador de la demandada, y le señala al representante de la Pesquera que el trabajo se efectuaría en ese momento porque las condiciones climáticas habían mejorado, contradiciendo la orden directa de su efe, en orden a no subirse al techo. Producto de esto, el señor Bastías se subió al techo, con su ayudante, el demandante de autos, a efectuar las labores de reparación, sin los implementos de seguridad necesarios, los cuales se le habían entregado, pero que como se subieron al techo sin la autorización de su jefe directo no los llevaron, haciendo caso omiso de todas las charlas, recomendaciones de seguridad y demás, que se han tomado y exigidas por la Mutual de Seguridad. El supervisor y jefe directo no se encontraba, porque el trabajo no se realizaría. e) Señala que los trabajadores estaban preparados y entrenados para el trabajo en altura estando conscientes del riesgo, sobre todo cuando las condiciones climáticas son adversas, y en cuanto a sus implementos de seguridad, el supervisor se los había entregado y estaba todo al día. En consecuencia, el señor Juan Bastías, padre del demandante, según dice, ha reconocido, no tomó las más mínimas precauciones de seguridad como para haberse subido al techo, al hacerlo sin implementos de seguridad e incluso no haberse subido al techo, tal como estaba previsto anteriormente y, por el vínculo que los unía, le ordenó subirse al techo con las consecuencias ya descritas. Por lo que estima que con lo expuesto, la empleadora queda exculpada completamente de toda responsabilidad en el accidente, por cuanto éste se habría producido por total negligencia de parte del trabajador, ya sea por no haber utilizado los elementos de seguridad y por haber efectuado una labor expresamente no autorizada. Por todo lo que solicita, se tenga por contestada la demanda de autos, rechazarla en todas sus partes, con costas.

638

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

caso, Pesquera Camanchaca S.A., en forma subsidiaria del responsable principal, de tal modo, que la obligación reparatoria que pesa sobre la contratista, es también responsable la Pesquera Camanchaca S.A., a fin de responder por los daños ya referidos, y tratándose de daños no patrimoniales, su evaluación corresponde al juez de la causa. Resumen, que los daños son corporales, psíquicos y también se le produce la pérdida del agrado o goce de la vida, que es más serio en una persona joven que mucho podía esperar del futuro. Por lo que solicita se tenga por interpuesta la demanda de: indemnización de perjuicios, por accidente del trabajo y, en definitiva, acogerla, condenando a la demandada doña Sandra Salgado Neira, como responsable y demandada principal y a la Sociedad Pesquera Camanchaca S.A., como responsable subsidiaria, a pagar a su representado, por los daños causados, la suma de $ 300.000.000 (trescientos millones de pesos) o la suma mayor o menor que el Tribunal determine, reajustada de acuerdo a la variación del I.P.C. desde la fecha de la dictación de la sentencia o desde la fecha que el Tribunal determine, los intereses corrientes, con costas. En fs. 20 contesta la demandada Sandra Isabel Salgado Neira, contratista domiciliada en calle Taltal 787 Talcahuano, solicitando el rechazo, basándose en lo siguiente: a) Que es efectivo que el demandante Claudio Bastías Contreras es empleado de la empresa desde el mes de enero de 2003, que se encontraba trabajando en labores de techo de la bodega 2 de almacenamiento de harina de pescado de la Sociedad Pesquera Camanchaca S.A., específicamente tapar y sellar goteras del techo. b) Que es efectivo que siendo las 14,50 horas del día 27 de septiembre de 2003, cedió sorpresivamente el techo sobre el cual se encontraba el demandante y cayó al vacío, desde una altura aproximada de 7 metros, causándole graves lesiones corporales, por las que se encuentra en tratamiento médico, pero que al momento de contestar, no son ya las mismas descritas en la demanda, ya que ha evolucionado satisfactoriamente y es muy probable que el trabajador no quede con secuelas físicas graves. c) Que no son efectivos los dichos planteados por el actor, en el sentido de que si no se hubiese producido la ruptura del techo o si él hubiese contado con medios de protección ante el riesgo de su trabajo, el resultado no se habría producido. Lo que estima es falso y se habría manipulado y tergiversado los hechos a la presentación de la demanda. d) Aduce que el día de los hechos, a las 09.00 horas, llegó el supervisor del demandante al lugar de trabajo e informa al coordinador jefe de productos terminados de la Pesquera Camanchaca S.A., que el trabajo de reparación del techo no se efectuaría por cuanto había llovido la noche anterior, y las condiciones climáticas de ese momento no permitían efectuar labores en el techo de pizarreño, porque éste se encontraba húmedo y blando, por lo que el trabajo se efectuaría el lunes siguiente. Sin embargo, aproximadamente a las 13,00 horas, llegó el señor Juan Bastías, padre del demandante, también trabajador de la demandada, y le señala al representante de la Pesquera que el trabajo se efectuaría en ese momento porque las condiciones climáticas habían mejorado, contradiciendo la orden directa de su efe, en orden a no subirse al techo. Producto de esto, el señor Bastías se subió al techo, con su ayudante, el demandante de autos, a efectuar las labores de reparación, sin los implementos de seguridad necesarios, los cuales se le habían entregado, pero que como se subieron al techo sin la autorización de su jefe directo no los llevaron, haciendo caso omiso de todas las charlas, recomendaciones de seguridad y demás, que se han tomado y exigidas por la Mutual de Seguridad. El supervisor y jefe directo no se encontraba, porque el trabajo no se realizaría. e) Señala que los trabajadores estaban preparados y entrenados para el trabajo en altura estando conscientes del riesgo, sobre todo cuando las condiciones climáticas son adversas, y en cuanto a sus implementos de seguridad, el supervisor se los había entregado y estaba todo al día. En consecuencia, el señor Juan Bastías, padre del demandante, según dice, ha reconocido, no tomó las más mínimas precauciones de seguridad como para haberse subido al techo, al hacerlo sin implementos de seguridad e incluso no haberse subido al techo, tal como estaba previsto anteriormente y, por el vínculo que los unía, le ordenó subirse al techo con las consecuencias ya descritas. Por lo que estima que con lo expuesto, la empleadora queda exculpada completamente de toda responsabilidad en el accidente, por cuanto éste se habría producido por total negligencia de parte del trabajador, ya sea por no haber utilizado los elementos de seguridad y por haber efectuado una labor expresamente no autorizada. Por todo lo que solicita, se tenga por contestada la demanda de autos, rechazarla en todas sus partes, con costas.

638

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

639

En fs. 22 contesta la demandada subsidiaria, Compañía Pesquera Camanchaca S.A., solicitado el rechazo de la demanda subsidiaria planteada, por carecer de fundamentos según explica: Que la demandante aduce como fundamento de su demanda subsidiarla, el hecho que doña Sandra Salgado Neira, presta servicios de contratista a Sociedad Pesquera Camanchaca, lo que es así, y haber sufrido un accidente el 27 de septiembre de 2003, en circunstancias que laboraba en reparación del techo de la bodega 2 de almacenamiento de harina de pescado de la Sociedad Pesquera Camanchaca S.A., estimando que no le cabe responsabilidad alguna en el accidente, pues compete al empleador directo, realizar y fiscalizar el cumplimiento de las normas de seguridad de los trabajadores, a mayor abundamiento, afirma que el accidente ocurrió fuera del ámbito de fiscalización, que su mandante, puede tener sobre sus contratistas en la ejecución de las obras contratadas, por lo que dice que no existen los antecedentes del artículo 64 del Código del Trabajo. En cuanto a la responsabilidad subsidiaria, estima que no existe, pues no se darían los presupuestos del artículo 64 ya citado, ya que estima que tratándose de obras, empresas o faenas que son realizadas a través de contratistas y subcontratistas, la ley establece que es responsable, en forma subsidiaria, el dueño de las mismas, respecto de aquellas obligaciones laborales y profesionales cuyo principal obligado es el contratista en su carácter de empleador de los trabajadores que laboren en su ejecución. De lo que se desprende que, queda establecido que la responsabilidad subsidiaria, sólo se extiende a las obligaciones laborales y previsionales, no a las indemnizaciones por años de servicio. Además expresa, que el cumplimiento de éstas es responsable el dueño de la obra o faena, pero siempre y sólo en la medida que dicho cumplimiento sea susceptible de ser fiscalizado. Termina diciendo que al tenor de las normas analizadas, en especial el artículo 64 bis del Código del Trabajo, no resultaría posible extender la responsabilidad subsidiaria del dueño de la obra o faena al pago de la indemnización no patrimonial, es decir, daño moral, que cobra el demandante. En subsidio, opone el beneficio de excusión, en los términos del artículo 2357 y siguientes del Código Civil, a fin de que agotando todos los medios, se proceda en su contra. Por todo, solicita sea rechazada la demanda en todas sus partes, con costas. En fs. 25, se recibió la causa a prueba, fijándose los hechos sobre los cuales ésta debía recaer. En fs. 58 y siguientes, se realizó la audiencia de conciliación y prueba, rindiéndose prueba documental adicional de la demandada principal, confesional de las partes y testimonial de las partes. En fs. 109, se citó a las partes para oír sentencia. CON LO RELACIONADO Y CONSIDERANDO: En cuanto al fondo: 1º. Que Ricardo Orellana Rojas, en representación de Claudio Bastías Contreras, individualizados, ha deducido demanda por indemnización de perjuicios, causados por accidente del trabajo, en contra de su empleadora Sandra Salgado Neira y subsidiariamente la Compañía Pesquera Camanchaca S.A., de quienes también se ha consignado sus señas personales en autos, fundamentado en las consideraciones de hecho y de derecho referidas en lo expositivo del presente fallo. 2º. Que, contestando la demandada principal, esto es, la empleadora de Claudio Bastías Contreras, la empresaria contratista doña Sandra Salgado Neira, expresa el rechazo de la demanda basándose en lo siguiente: Reconoce que Claudio Bastías Contreras es trabajador de su empresa a partir de enero de 2003, y que efectivamente se encontraba trabajando en labores de reparación del techo de la bodega 2 de almacenamiento de harina de pescado de la Sociedad Pesquera Camanchaca S.A. Reconoce también, que aproximadamente a las 14.50 horas del día 27 de septiembre de 2003, cedió sorpresivamente el techo sobre el cual se encontraba el demandante, quien cayó al vacío desde una altura aproximada de 7 metros, causándole tan graves lesiones, que al 15 de noviembre de 2004, se encuentra en tratamiento médico. Contradice al demandante en que si no se hubiese producido la ruptura del techo o si hubiese contado con medidas de protección ante el riesgo de su trabajo, el resultado no se habría producido, lo cual es absolutamente falso, según esta parte demandada. Agrega que lo real y efectivo es, que el día de los hechos a las 09.00 horas, llegó el supervisor del demandante al lugar de trabajo informando al coordinador jefe de productos terminados, de la Pesquera Camanchaca S.A., que la reparación del techo no se efectuaría por haber llovido la noche anterior y no ser adecuadas las condiciones climáticas. Posteriormente a las 13.00 horas, Juan Bastías, le señaló al representante de la Pesquera que el trabajo

En fs. 22 contesta la demandada subsidiaria, Compañía Pesquera Camanchaca S.A., solicitado el rechazo de la demanda subsidiaria planteada, por carecer de fundamentos según explica: Que la demandante aduce como fundamento de su demanda subsidiarla, el hecho que doña Sandra Salgado Neira, presta servicios de contratista a Sociedad Pesquera Camanchaca, lo que es así, y haber sufrido un accidente el 27 de septiembre de 2003, en circunstancias que laboraba en reparación del techo de la bodega 2 de almacenamiento de harina de pescado de la Sociedad Pesquera Camanchaca S.A., estimando que no le cabe responsabilidad alguna en el accidente, pues compete al empleador directo, realizar y fiscalizar el cumplimiento de las normas de seguridad de los trabajadores, a mayor abundamiento, afirma que el accidente ocurrió fuera del ámbito de fiscalización, que su mandante, puede tener sobre sus contratistas en la ejecución de las obras contratadas, por lo que dice que no existen los antecedentes del artículo 64 del Código del Trabajo. En cuanto a la responsabilidad subsidiaria, estima que no existe, pues no se darían los presupuestos del artículo 64 ya citado, ya que estima que tratándose de obras, empresas o faenas que son realizadas a través de contratistas y subcontratistas, la ley establece que es responsable, en forma subsidiaria, el dueño de las mismas, respecto de aquellas obligaciones laborales y profesionales cuyo principal obligado es el contratista en su carácter de empleador de los trabajadores que laboren en su ejecución. De lo que se desprende que, queda establecido que la responsabilidad subsidiaria, sólo se extiende a las obligaciones laborales y previsionales, no a las indemnizaciones por años de servicio. Además expresa, que el cumplimiento de éstas es responsable el dueño de la obra o faena, pero siempre y sólo en la medida que dicho cumplimiento sea susceptible de ser fiscalizado. Termina diciendo que al tenor de las normas analizadas, en especial el artículo 64 bis del Código del Trabajo, no resultaría posible extender la responsabilidad subsidiaria del dueño de la obra o faena al pago de la indemnización no patrimonial, es decir, daño moral, que cobra el demandante. En subsidio, opone el beneficio de excusión, en los términos del artículo 2357 y siguientes del Código Civil, a fin de que agotando todos los medios, se proceda en su contra. Por todo, solicita sea rechazada la demanda en todas sus partes, con costas. En fs. 25, se recibió la causa a prueba, fijándose los hechos sobre los cuales ésta debía recaer. En fs. 58 y siguientes, se realizó la audiencia de conciliación y prueba, rindiéndose prueba documental adicional de la demandada principal, confesional de las partes y testimonial de las partes. En fs. 109, se citó a las partes para oír sentencia. CON LO RELACIONADO Y CONSIDERANDO: En cuanto al fondo: 1º. Que Ricardo Orellana Rojas, en representación de Claudio Bastías Contreras, individualizados, ha deducido demanda por indemnización de perjuicios, causados por accidente del trabajo, en contra de su empleadora Sandra Salgado Neira y subsidiariamente la Compañía Pesquera Camanchaca S.A., de quienes también se ha consignado sus señas personales en autos, fundamentado en las consideraciones de hecho y de derecho referidas en lo expositivo del presente fallo. 2º. Que, contestando la demandada principal, esto es, la empleadora de Claudio Bastías Contreras, la empresaria contratista doña Sandra Salgado Neira, expresa el rechazo de la demanda basándose en lo siguiente: Reconoce que Claudio Bastías Contreras es trabajador de su empresa a partir de enero de 2003, y que efectivamente se encontraba trabajando en labores de reparación del techo de la bodega 2 de almacenamiento de harina de pescado de la Sociedad Pesquera Camanchaca S.A. Reconoce también, que aproximadamente a las 14.50 horas del día 27 de septiembre de 2003, cedió sorpresivamente el techo sobre el cual se encontraba el demandante, quien cayó al vacío desde una altura aproximada de 7 metros, causándole tan graves lesiones, que al 15 de noviembre de 2004, se encuentra en tratamiento médico. Contradice al demandante en que si no se hubiese producido la ruptura del techo o si hubiese contado con medidas de protección ante el riesgo de su trabajo, el resultado no se habría producido, lo cual es absolutamente falso, según esta parte demandada. Agrega que lo real y efectivo es, que el día de los hechos a las 09.00 horas, llegó el supervisor del demandante al lugar de trabajo informando al coordinador jefe de productos terminados, de la Pesquera Camanchaca S.A., que la reparación del techo no se efectuaría por haber llovido la noche anterior y no ser adecuadas las condiciones climáticas. Posteriormente a las 13.00 horas, Juan Bastías, le señaló al representante de la Pesquera que el trabajo ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

639

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

de reparación del techo se llevaría a efecto en ese momento, habida consideración del cambio positivo en las condiciones climáticas. Enseguida, Juan Bastías, con el actor, se subieron a reparar el techo, sin los implementos de seguridad, haciendo caso omiso a las recomendaciones de seguridad y no utilizando los elementos que se le habrían entregado aduce la demandada principal, que estos trabajadores tenían bastante tiempo realizando este trabajo, por lo cual se encontraban conscientes del riesgo y que los implementos de seguridad les habían sido entregados. Estos hechos, dice la demandada, exculpan completamente la responsabilidad en el accidente de la empleadora, por cuanto éste se produjo por negligencia de la parte del trabajador, sea por no haber utilizado los elementos de seguridad, o por haberla efectuado sin autorización. Por todo lo anterior pide el rechazo. 3º. Que, contestando la Compañía Pesquera Camanchaca S.A., expresa que debe rechazarse la demanda en su contra atendido que no es efectivo que concurran los supuestos para invocar la responsabilidad laboral establecida en el artículo 64 del Código del Trabajo. Parte reconociendo esta empresa, que efectivamente, la contratista Sandra Salgado Neira, demandada principal, se encuentra encargada de la reparación de los techos de la planta, labores que debían y deben realizarse bajo instrucciones y directrices de la mandante, respetando los procedimientos establecidos, por lo que, no puede existir responsabilidad si ésta le corresponde completamente al empleador directo, quien debe realizar y fiscalizar el cumplimiento de las normas de seguridad. Asimismo, el accidente se produjo fuera del ámbito de fiscalización que la mandante, Pesquera Camanchaca, puede tener sobre sus contratistas, por lo que no existen fundamentos para la aplicación del artículo 64 ya mencionado. 4º. Que, tampoco existen los presupuestos del 64 del Código del Trabajo, dado que la responsabilidad por dicha disposición se limita a las obligaciones laborales y previsionales. Es decir, fundamentalmente el pago de las remuneraciones y cotizaciones previsionales y de salud y de seguridad social, por lo que dicha responsabilidad no puede extenderse a las indemnizaciones de carácter no patrimonial, como pretende la actora. 5º. Que finalmente, la demandada por responsabilidad subsidiaria, invoca el beneficio de exclusión. 6º. Que los elementos de juicio pueden agruparse de la siguiente manera: Prueba documental: 7º. Que en orden a acreditar los fundamentos fácticos de la acción deducida, el actor acompaña la prueba documental de fs. 1 y siguientes, consistente en contrato de trabajo, copia de certificado médico de fs. 2, en donde dice que Claudio Bastías Contreras, es un paciente de 22 años de edad, que permanece ingresado en el Hospital desde el 27.09.03, a consecuencia de una caída de altura con una lesión neurológica severa, que su evaluación funcional es de Glasgow 10, con espasticidad generalizada y sin comunicación verbal, copia de certificado médico, neurólogo, de fs. 3. Asimismo, acompañó informe médico de fs. 28 y siguientes. También se agregó a los autos, los siguientes documentos: informe médico de fs. 64 y siguientes, copia de declaración de accidente del trabajo de fs. 69 y siguientes, copia del expediente de Investigación de Accidente del Trabajo, del I.N.P., de don Claudio Bastías, oficio respuesta de fs. 82. y oficio de A.F.P. Provida de fs. 96 y siguiente. 8º. Que, por su parte, la empresa demandada en forma principal, acompañó los documentos de fs. 18 y siguiente y 34 y siguiente, consistentes en investigación de accidente hecho por el departamento de prevención de riesgos de la Planta Talcahuano de la Compañía Pesquera Camanchaca S.A. en que en sus partes fundamentales expresa que llegaron Juan Bastías, maestro y encargado de los trabajos del señor Durán y le dice al señor Ruiz, que las condiciones del tiempo están dadas y que haría el trabajo, por lo que solicitó el pedido de materiales para sacar de bodega 6 planchas de símil a pizarreño, pues trabajaría en el techo (cambiando la orden de su jefe). Una vez entregadas las planchas ellos proceden a subir al techo siendo responsable de este trabajo el señor Juan Bastías, acompañado de su ayudante Claudio Bastías. El supervisor señor Durán no se encontraba en terreno, los dos trabajadores no portaban sus elementos de seguridad para trabajar en altura. Asimismo explica las medidas correctivas, como: Los niveles de supervisión deberán ser más estrictos en el cumplimiento de los procedimientos establecidos, asegurándose que los trabajadores realmente usen sus implementos de seguridad tanto personal, como de proteger el lugar donde está la faena. Además de aumentar los ingresos al techo de

640

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

de reparación del techo se llevaría a efecto en ese momento, habida consideración del cambio positivo en las condiciones climáticas. Enseguida, Juan Bastías, con el actor, se subieron a reparar el techo, sin los implementos de seguridad, haciendo caso omiso a las recomendaciones de seguridad y no utilizando los elementos que se le habrían entregado aduce la demandada principal, que estos trabajadores tenían bastante tiempo realizando este trabajo, por lo cual se encontraban conscientes del riesgo y que los implementos de seguridad les habían sido entregados. Estos hechos, dice la demandada, exculpan completamente la responsabilidad en el accidente de la empleadora, por cuanto éste se produjo por negligencia de la parte del trabajador, sea por no haber utilizado los elementos de seguridad, o por haberla efectuado sin autorización. Por todo lo anterior pide el rechazo. 3º. Que, contestando la Compañía Pesquera Camanchaca S.A., expresa que debe rechazarse la demanda en su contra atendido que no es efectivo que concurran los supuestos para invocar la responsabilidad laboral establecida en el artículo 64 del Código del Trabajo. Parte reconociendo esta empresa, que efectivamente, la contratista Sandra Salgado Neira, demandada principal, se encuentra encargada de la reparación de los techos de la planta, labores que debían y deben realizarse bajo instrucciones y directrices de la mandante, respetando los procedimientos establecidos, por lo que, no puede existir responsabilidad si ésta le corresponde completamente al empleador directo, quien debe realizar y fiscalizar el cumplimiento de las normas de seguridad. Asimismo, el accidente se produjo fuera del ámbito de fiscalización que la mandante, Pesquera Camanchaca, puede tener sobre sus contratistas, por lo que no existen fundamentos para la aplicación del artículo 64 ya mencionado. 4º. Que, tampoco existen los presupuestos del 64 del Código del Trabajo, dado que la responsabilidad por dicha disposición se limita a las obligaciones laborales y previsionales. Es decir, fundamentalmente el pago de las remuneraciones y cotizaciones previsionales y de salud y de seguridad social, por lo que dicha responsabilidad no puede extenderse a las indemnizaciones de carácter no patrimonial, como pretende la actora. 5º. Que finalmente, la demandada por responsabilidad subsidiaria, invoca el beneficio de exclusión. 6º. Que los elementos de juicio pueden agruparse de la siguiente manera: Prueba documental: 7º. Que en orden a acreditar los fundamentos fácticos de la acción deducida, el actor acompaña la prueba documental de fs. 1 y siguientes, consistente en contrato de trabajo, copia de certificado médico de fs. 2, en donde dice que Claudio Bastías Contreras, es un paciente de 22 años de edad, que permanece ingresado en el Hospital desde el 27.09.03, a consecuencia de una caída de altura con una lesión neurológica severa, que su evaluación funcional es de Glasgow 10, con espasticidad generalizada y sin comunicación verbal, copia de certificado médico, neurólogo, de fs. 3. Asimismo, acompañó informe médico de fs. 28 y siguientes. También se agregó a los autos, los siguientes documentos: informe médico de fs. 64 y siguientes, copia de declaración de accidente del trabajo de fs. 69 y siguientes, copia del expediente de Investigación de Accidente del Trabajo, del I.N.P., de don Claudio Bastías, oficio respuesta de fs. 82. y oficio de A.F.P. Provida de fs. 96 y siguiente. 8º. Que, por su parte, la empresa demandada en forma principal, acompañó los documentos de fs. 18 y siguiente y 34 y siguiente, consistentes en investigación de accidente hecho por el departamento de prevención de riesgos de la Planta Talcahuano de la Compañía Pesquera Camanchaca S.A. en que en sus partes fundamentales expresa que llegaron Juan Bastías, maestro y encargado de los trabajos del señor Durán y le dice al señor Ruiz, que las condiciones del tiempo están dadas y que haría el trabajo, por lo que solicitó el pedido de materiales para sacar de bodega 6 planchas de símil a pizarreño, pues trabajaría en el techo (cambiando la orden de su jefe). Una vez entregadas las planchas ellos proceden a subir al techo siendo responsable de este trabajo el señor Juan Bastías, acompañado de su ayudante Claudio Bastías. El supervisor señor Durán no se encontraba en terreno, los dos trabajadores no portaban sus elementos de seguridad para trabajar en altura. Asimismo explica las medidas correctivas, como: Los niveles de supervisión deberán ser más estrictos en el cumplimiento de los procedimientos establecidos, asegurándose que los trabajadores realmente usen sus implementos de seguridad tanto personal, como de proteger el lugar donde está la faena. Además de aumentar los ingresos al techo de

640

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

641

las bodegas, para evitar el desplazamiento del trabajador por sectores muy largos, y la colocación de tablones y el uso de cuerdas, y oficio recepcionado por la demandada principal Sandra Salgado remitido por el Agente de Seguros de la Compañía de Seguros Chilena Consolidada de fs. 44. PRUEBA CONFESIONAL: 9º. Que la actora solicita que el representante, de la empresa demanda en forma principal, absuelva posiciones al tenor del pliego de fs. 46, quien reconoce que Claudio Contreras, trabajó para su empresa desde el 04 de enero de 2003 al 27 de septiembre de ese mismo año, en labores de reparación de techo de bodega Nº 2 de almacenamiento de propiedad de la Sociedad Pesquera Camanchaca S.A. Reconoce que realizaban labores de contratista para la Sociedad mandante y que las obras las ejecutaba Claudio Bastías Contreras, que efectivamente alrededor de las 14.50 horas del 27 de septiembre de 2003, el techo sobre el cual trabajaba Claudio Bastías Contreras, se rompió, cayendo de una altura de 7 metros al piso de la bodega. Las labores realizadas por Bastías consistían en sellar los agujeros del techo. Reconoce en la posición 7ª que el supervisor de terreno y jefe directo de Claudio Contreras, le indicó las labores que debía realizar y que en tapar y sellar los agujeros del techo de la bodega Nº 2. También reconoce que el día del accidente, la absolvente no se aseguró que éste usara elementos de seguridad correspondientes para el trabajo en altura, reconociendo asimismo, que no se aseguró que al momento de realizar la faena existieran tablones en el techo y cuerdas con el objeto de evitar el accidente, además reconoce que efectivamente conocía su obligación de proteger a los trabajadores y que Claudio debió trabajar en altura dotado de cinturón de seguridad y demás elementos de protección. La absolvente reconoce también el contrato de trabajo con el actor y que en dicho contrato se estableció que la función era reparar el frontis de la bodega de materiales. 10º. Que el actor llama también al representante de la empresa demandada como responsable subsidiaria, quien reconoce, al tenor de pliego de fs. 52, que la contratista Salgado Neira, tenía labores de reparación en una bodega de su propiedad, realizando dichas labores en calidad de contratista de la mandante Pesquera Camanchaca S.A. Reconoce acerca de las obligación de proteger a sus trabajadores y a los trabajadores de sus contratistas y que efectivamente don Claudio Bastías debía trabajar en altura dotado de cinturón de seguridad y elementos de protección. 11º. Que la demandada principal solícita se llame al actor Bastías Contreras a absolver posiciones al tenor del pliego de fs. 57, reconociendo éste que al momento de ocurrir el accidente no tenía elementos de seguridad porque el trabajo no se iba a realizar, que en la actualidad sigue percibiendo sus ingresos y se le pagan los gastos médicos y que además tiene derecho a un seguro de vida y accidentes, contratado por la empresa. PRUEBA TESTIMONIAL: 12º. Que la parte demandante pidió se llamara a estrado a los testigos Bolado López de fs. 86 e Hinojosa Jiménez de fs. 90. Expresando el primero que se le llamó de la Mutual para evaluar un paciente que había tenido traumatismo encéfalo craneano grave con compromiso de conciencia y secuelas de movimiento y lenguaje. Reconoce como suyo y, de su puño y letra, el documento de fs. 3. Agrega que tenía dificultad para articular lenguaje, de carácter importante e incapacitante, además espasticidad en las cuatro extremidades, lo que le impedía caminar y si estas lesiones no se recuperan en dos años, quedan como secuelas, sin mayores cambios. El trabajador se encontraba óptimamente atendido. A fs. 90 comparece la testigo Hinojosa Jiménez, quien pertenece al Centro Fisiacon, donde se está atendiendo a Claudio Bastías, en los aspectos de rehabilitación donde ella es médico responsable. Agrega que son lesiones graves derivadas de traumatismo encéfalo craneano por caída de altura. El paciente se encuentra en evolución neurológica y mejor en su aspecto intelectual, evolucionando en el lenguaje y en su marcha. Agrega que sólo es parcialmente independiente y que no podrá realizar el mismo trabajo. Reconoce como suyos los documentos que rolan de fs. 28 a 31 de autos. 13º. Que la parte demandada, por su parte pidió y obtuvo se llamara a los testigos Durán Lepe de fs. 92, Troncoso Delgado de fs. 94. El primero expone que el sábado 27 de septiembre de 2003 en su calidad de supervisor llegó a las 09.15 horas presentándose como jefe de tumo de la bodega, informando que no se iba a trabajar producto de las condiciones climáticas, más tarde, a las 14.15 horas, se le informó que había ocurrido un accidente en el que Claudio Bastías, al reparar el techo, cayó de altura,

las bodegas, para evitar el desplazamiento del trabajador por sectores muy largos, y la colocación de tablones y el uso de cuerdas, y oficio recepcionado por la demandada principal Sandra Salgado remitido por el Agente de Seguros de la Compañía de Seguros Chilena Consolidada de fs. 44. PRUEBA CONFESIONAL: 9º. Que la actora solicita que el representante, de la empresa demanda en forma principal, absuelva posiciones al tenor del pliego de fs. 46, quien reconoce que Claudio Contreras, trabajó para su empresa desde el 04 de enero de 2003 al 27 de septiembre de ese mismo año, en labores de reparación de techo de bodega Nº 2 de almacenamiento de propiedad de la Sociedad Pesquera Camanchaca S.A. Reconoce que realizaban labores de contratista para la Sociedad mandante y que las obras las ejecutaba Claudio Bastías Contreras, que efectivamente alrededor de las 14.50 horas del 27 de septiembre de 2003, el techo sobre el cual trabajaba Claudio Bastías Contreras, se rompió, cayendo de una altura de 7 metros al piso de la bodega. Las labores realizadas por Bastías consistían en sellar los agujeros del techo. Reconoce en la posición 7ª que el supervisor de terreno y jefe directo de Claudio Contreras, le indicó las labores que debía realizar y que en tapar y sellar los agujeros del techo de la bodega Nº 2. También reconoce que el día del accidente, la absolvente no se aseguró que éste usara elementos de seguridad correspondientes para el trabajo en altura, reconociendo asimismo, que no se aseguró que al momento de realizar la faena existieran tablones en el techo y cuerdas con el objeto de evitar el accidente, además reconoce que efectivamente conocía su obligación de proteger a los trabajadores y que Claudio debió trabajar en altura dotado de cinturón de seguridad y demás elementos de protección. La absolvente reconoce también el contrato de trabajo con el actor y que en dicho contrato se estableció que la función era reparar el frontis de la bodega de materiales. 10º. Que el actor llama también al representante de la empresa demandada como responsable subsidiaria, quien reconoce, al tenor de pliego de fs. 52, que la contratista Salgado Neira, tenía labores de reparación en una bodega de su propiedad, realizando dichas labores en calidad de contratista de la mandante Pesquera Camanchaca S.A. Reconoce acerca de las obligación de proteger a sus trabajadores y a los trabajadores de sus contratistas y que efectivamente don Claudio Bastías debía trabajar en altura dotado de cinturón de seguridad y elementos de protección. 11º. Que la demandada principal solícita se llame al actor Bastías Contreras a absolver posiciones al tenor del pliego de fs. 57, reconociendo éste que al momento de ocurrir el accidente no tenía elementos de seguridad porque el trabajo no se iba a realizar, que en la actualidad sigue percibiendo sus ingresos y se le pagan los gastos médicos y que además tiene derecho a un seguro de vida y accidentes, contratado por la empresa. PRUEBA TESTIMONIAL: 12º. Que la parte demandante pidió se llamara a estrado a los testigos Bolado López de fs. 86 e Hinojosa Jiménez de fs. 90. Expresando el primero que se le llamó de la Mutual para evaluar un paciente que había tenido traumatismo encéfalo craneano grave con compromiso de conciencia y secuelas de movimiento y lenguaje. Reconoce como suyo y, de su puño y letra, el documento de fs. 3. Agrega que tenía dificultad para articular lenguaje, de carácter importante e incapacitante, además espasticidad en las cuatro extremidades, lo que le impedía caminar y si estas lesiones no se recuperan en dos años, quedan como secuelas, sin mayores cambios. El trabajador se encontraba óptimamente atendido. A fs. 90 comparece la testigo Hinojosa Jiménez, quien pertenece al Centro Fisiacon, donde se está atendiendo a Claudio Bastías, en los aspectos de rehabilitación donde ella es médico responsable. Agrega que son lesiones graves derivadas de traumatismo encéfalo craneano por caída de altura. El paciente se encuentra en evolución neurológica y mejor en su aspecto intelectual, evolucionando en el lenguaje y en su marcha. Agrega que sólo es parcialmente independiente y que no podrá realizar el mismo trabajo. Reconoce como suyos los documentos que rolan de fs. 28 a 31 de autos. 13º. Que la parte demandada, por su parte pidió y obtuvo se llamara a los testigos Durán Lepe de fs. 92, Troncoso Delgado de fs. 94. El primero expone que el sábado 27 de septiembre de 2003 en su calidad de supervisor llegó a las 09.15 horas presentándose como jefe de tumo de la bodega, informando que no se iba a trabajar producto de las condiciones climáticas, más tarde, a las 14.15 horas, se le informó que había ocurrido un accidente en el que Claudio Bastías, al reparar el techo, cayó de altura, ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

641

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

debido a no haber utilizado los elementos de seguridad. Agrega que él no se encontraba en el lugar, por lo que no vio el accidente. Dice que la decisión de subir al techo la tomó don Juan Bastías Reyes, quien es trabajador de la empresa contratista y quien quedó a cargo del sector cuando él se retiró, fue don Juan Bastías. Aduce que todos los elementos de seguridad estaban entregados y además tenían conocimiento y capacitación para el tipo de labor a efectuar y que el día de los hechos, los trabajadores no portaban elementos para trabajo en altura porque ese día no se iba a realizar ese trabajo y afirma que el actor Claudio Bastías, al momento del accidente, no se encontraba con los elementos de prevención de riesgo. El testigo Troncoso Delgado expresa que no estaba presente cuando ocurrió el hecho pero que le correspondió investigarlo como miembro del comité paritario, por lo que sabe que don César Durán conversó con el encargado de la bodega, señor Ángel Ruiz, informándole; que el trabajo no se iba a realizar por razones climáticas y que no habían autorización en la empresa. Sin embargo, el señor Bastías de igual manera, subió al techo, sucediendo el accidente y cuando se encontraba arriba cedió una plancha de pizarreño, cayendo aproximadamente 7,5 metros. Reconoce los hechos ya señalados en el documento que rola a fs. 34 y 35. Preguntado si sabe sí el día del accidente se realizaban labores en el lugar donde éste se produjo; contesta que no puede responder porque él no se encontraba presente. Reitera que lo que tiene claro es que la empresa Camanchaca no había dado autorización para realizar el trabajo y que el trabajador, en el momento del accidente sólo tenía algunos elementos de seguridad, no tenía cinturón, arnés, y tampoco en el techo había línea o cabo de vida, razones que desconoce y porque subió sin autorización. Hechos de la causa: 14º. Que de los elementos de prueba allegados al proceso, por las partes, y de lo que han reconocido en la etapa de la discusión, consistentes en documental, confesional y testimonial, apreciados en la forma como lo autoriza la ley, es decir, de acuerdo a las normas de la sana crítica, se puede dar por acreditado como hechos de este proceso, los siguientes: a) Que el actor Claudio Bastías Contreras, es trabajador de doña Sandra Salgado Neira, y ésta a su vez es contratista en reparación de techos de bodega de la empresa Compañía Pesquera Camanchaca S.A. b) Que alrededor de las 14,50 horas del día 27 de septiembre de 2003, en circunstancias en que Contreras realizaba trabajos en el techo de la bodega Nº 2 de propiedad de la Compañía Pesquera Camanchaca S.A., dicho techo cedió, cayendo el trabajador al piso de cemento de una altura aproximada de 7 metros. c) Que es un hecho de la causa y reconocido por las partes, que el actor laboraba al momento del accidente sin los elementos básicos de prevención de riesgos, para trabajos en que el techo no contaba con tablones ni cuerdas, y elementos para trasladare sobre el pizarreño. d) Que producto de la caída, el trabajador sufrió un traumatismo encéfalo craneano de carácter grave y politraumatismo, que le ha producido una incapacidad de carácter neurológica y motora, perdiendo el control de los movimientos y de habla. e) Que el trabajador hasta el momento de la dictación de la sentencia se encuentra recluido en el Hospital de la Mutual de Seguridad. f) Que es un hecho acreditado en el proceso, porque lo reconoce la propia demandada principal en el escrito de contestación, que Juan Bastías y el testigo Durán Lepe, en su declaración de fs. 93, que quedó a cargo del sector don Juan y que él, trabajador de la demandada, le señaló al representante de la pesquera, que el trabajo se efectuaría en ese momento, atendido a que las condiciones climáticas habían cambiado, solicitando materiales para el efecto. (fs. 18) Que de la declaración de doña Sandra Salgado Neira, en relación a los testigos de autos, y al propio reconocimiento que se hace en la contestación de la demanda, resulta inconcuso que la parte empresarial, tanto de la demandada principal como subsidiaria, incumplieron el mandato ineludible contenido en el artículo 184 del Código del Trabajo, en cuanto, el empleador se encuentra obligado a tomar las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de los trabajadores, manteniendo las condiciones adecuadas de higiene y seguridad en las faenas, como los Implementos necesarios para prevenir accidentes y enfermedades profesionales. Asimismo, la parte empleadora omitió el cumplimiento de lo dispuesto en el decreto supremo Nº 40 del marzo de 1969, en su artículo 21, dispone como una obligación del empleador, informar oportuna y

642

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

debido a no haber utilizado los elementos de seguridad. Agrega que él no se encontraba en el lugar, por lo que no vio el accidente. Dice que la decisión de subir al techo la tomó don Juan Bastías Reyes, quien es trabajador de la empresa contratista y quien quedó a cargo del sector cuando él se retiró, fue don Juan Bastías. Aduce que todos los elementos de seguridad estaban entregados y además tenían conocimiento y capacitación para el tipo de labor a efectuar y que el día de los hechos, los trabajadores no portaban elementos para trabajo en altura porque ese día no se iba a realizar ese trabajo y afirma que el actor Claudio Bastías, al momento del accidente, no se encontraba con los elementos de prevención de riesgo. El testigo Troncoso Delgado expresa que no estaba presente cuando ocurrió el hecho pero que le correspondió investigarlo como miembro del comité paritario, por lo que sabe que don César Durán conversó con el encargado de la bodega, señor Ángel Ruiz, informándole; que el trabajo no se iba a realizar por razones climáticas y que no habían autorización en la empresa. Sin embargo, el señor Bastías de igual manera, subió al techo, sucediendo el accidente y cuando se encontraba arriba cedió una plancha de pizarreño, cayendo aproximadamente 7,5 metros. Reconoce los hechos ya señalados en el documento que rola a fs. 34 y 35. Preguntado si sabe sí el día del accidente se realizaban labores en el lugar donde éste se produjo; contesta que no puede responder porque él no se encontraba presente. Reitera que lo que tiene claro es que la empresa Camanchaca no había dado autorización para realizar el trabajo y que el trabajador, en el momento del accidente sólo tenía algunos elementos de seguridad, no tenía cinturón, arnés, y tampoco en el techo había línea o cabo de vida, razones que desconoce y porque subió sin autorización. Hechos de la causa: 14º. Que de los elementos de prueba allegados al proceso, por las partes, y de lo que han reconocido en la etapa de la discusión, consistentes en documental, confesional y testimonial, apreciados en la forma como lo autoriza la ley, es decir, de acuerdo a las normas de la sana crítica, se puede dar por acreditado como hechos de este proceso, los siguientes: a) Que el actor Claudio Bastías Contreras, es trabajador de doña Sandra Salgado Neira, y ésta a su vez es contratista en reparación de techos de bodega de la empresa Compañía Pesquera Camanchaca S.A. b) Que alrededor de las 14,50 horas del día 27 de septiembre de 2003, en circunstancias en que Contreras realizaba trabajos en el techo de la bodega Nº 2 de propiedad de la Compañía Pesquera Camanchaca S.A., dicho techo cedió, cayendo el trabajador al piso de cemento de una altura aproximada de 7 metros. c) Que es un hecho de la causa y reconocido por las partes, que el actor laboraba al momento del accidente sin los elementos básicos de prevención de riesgos, para trabajos en que el techo no contaba con tablones ni cuerdas, y elementos para trasladare sobre el pizarreño. d) Que producto de la caída, el trabajador sufrió un traumatismo encéfalo craneano de carácter grave y politraumatismo, que le ha producido una incapacidad de carácter neurológica y motora, perdiendo el control de los movimientos y de habla. e) Que el trabajador hasta el momento de la dictación de la sentencia se encuentra recluido en el Hospital de la Mutual de Seguridad. f) Que es un hecho acreditado en el proceso, porque lo reconoce la propia demandada principal en el escrito de contestación, que Juan Bastías y el testigo Durán Lepe, en su declaración de fs. 93, que quedó a cargo del sector don Juan y que él, trabajador de la demandada, le señaló al representante de la pesquera, que el trabajo se efectuaría en ese momento, atendido a que las condiciones climáticas habían cambiado, solicitando materiales para el efecto. (fs. 18) Que de la declaración de doña Sandra Salgado Neira, en relación a los testigos de autos, y al propio reconocimiento que se hace en la contestación de la demanda, resulta inconcuso que la parte empresarial, tanto de la demandada principal como subsidiaria, incumplieron el mandato ineludible contenido en el artículo 184 del Código del Trabajo, en cuanto, el empleador se encuentra obligado a tomar las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de los trabajadores, manteniendo las condiciones adecuadas de higiene y seguridad en las faenas, como los Implementos necesarios para prevenir accidentes y enfermedades profesionales. Asimismo, la parte empleadora omitió el cumplimiento de lo dispuesto en el decreto supremo Nº 40 del marzo de 1969, en su artículo 21, dispone como una obligación del empleador, informar oportuna y

642

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

643

debidamente, a todos sus trabajadores, acerca de los riesgos que entrañan sus labores, de las medidas preventivas y de los métodos de trabajo correctos. 15º. Que, por su parte, el artículo 69 de la ley 16.744, expresa, que cuando el accidente o enfermedad se deba a culpa o dolo de la entidad empleadora o de un tercero, la víctima y demás personas a quienes el accidente cause daños, podrán reclamar al empleador o terceros responsables del accidente, también las otras indemnizaciones a que tengan derecho, incluyendo dentro de estas indemnizaciones, el daño moral. 16º. Que esta norma tiene relación directa con el artículo 68 de la misma ley, en cuanto obliga a las empresas a implantar todas las medidas de higiene y seguridad en el trabajo y proporcionar a sus trabajadores los equipos e implementos de protección necesarios. Señala el artículo 68 aludido, que la violación a estos reglamentos tiene aplicación de sanciones. 17º. Que de todo lo anterior se desprende que hay una infracción de carácter reglamentaria, consistente en no tomar todas las medidas necesarias eficaces para salvaguardar la salud y vida del trabajador accidentado; el no otorgarle elementos de seguridad con el mismo propósito, y no informarle debida y oportunamente de los riesgos de la faena, todos los cuales, como ya se ha establecido previamente constituyen hechos acreditados en este proceso. 18º. Que la demandada principal expresa como defensa que lo que ocurrió es que el trabajador Juan Bastías, a cargo de la faena en ese momento, no tomó las mínimas precauciones de seguridad, como para haberse subido al techo, dado que no hizo uso de los implementos que se le habrían otorgado, por lo que el accidente se produjo por parte de esta persona y del propio trabajador. 19º. Que, para desvirtuar lo expresado por la demandada principal, hay que tener presente que es un hecho reconocido por ella misma, que Juan Bastías, quien se encontraba a cargo de la faena, alrededor de las 13,00 horas, habló con el representante de la Pesquera, señalándole que el trabajo se iba a realizar en esa oportunidad y solicitó materiales, de tal modo, que no fue una acción unilateral del trabajador Juan Bastías, ni del actor y víctima, porque no se opuso a esa acción ni la empleadora directa ni la parte de la empresa demandada subsidiariamente, las que no han señalado, ni podrían hacerlo que no tomaron conocimiento de las labores que se iban a realizar alrededor de las 13.00 horas, del día 27 de septiembre de 2003, por cuanto, no podrían reconocer, su propia culpa en la falta de gestión empresarial, inoperancia administrativa, o descuido en las operaciones internas, al punto que se realicen labores dentro de la planta que no sean vigiladas, controladas y fiscalizadas por los interesados, es decir, la demandada directa y contratista y la empresa mandante y demandada subsidiaria en esta causa. Por otra parte, el artículo 1679 del Código Civil, expresa claramente, que en el hecho o culpa del deudor se comprende el hecho o culpa de las personas por quienes fueren responsables, y la propia ley nos señala que, el empresario es responsable por el hecho de sus funcionarios o trabajadores, como norma general, lo que constituye una representación de la culpa o responsabilidad vicaria del que tiene a su cargo a otras personas por quines fuere responsable. 20º. Que la demandada ha puesto énfasis en la circunstancia, que los elementos de seguridad, habían sido entregados a los trabajadores, expresando que estaba todo al día, para señalar que se había dado cabal cumplimiento a dicha obligación. Pero lo cierto es, que conforme a la testimonial, se desprende que llamados los trabajadores a sus labores el día 27 de septiembre de 2003, éstos no contaban con elementos de seguridad, razonando la parte empresarial en que ese día no se llevaron porque no se iba a trabajar. Lo que hace concluir al sentenciador, que ello no resulta verosímil, en primer lugar porque se trata de una empresa especialista en trabajos en altura, techos y frontis de bodegas, además se había citado a los trabajadores y en consecuencia resulta inimaginable, que los trabajadores se encuentren en disposición de trabajo, pero con ellos no estén los elementos de seguridad. A este respecto, no es creíble la afirmación que no se llevaron porque ese día no se iba a laborar, es decir, una deducción a prior, de lo que no sucedió, porque cambiaron las condiciones climáticas, y habiéndole avisado al representante de la empresa Compañía Pesquera Camanchaca S.A.., el trabajo se reinició a las 13.00 horas, según lo reconoce a fs. 20 vta., la propia demandada principal. 21º. Que, el sentenciador no puede acoger la defensa de la demandada subsidiaria, en cuanto limita dichas obligaciones a los derechos propiamente contractuales y a las prestaciones derivadas del contrato de trabajo, por cuanto este sentenciador es partidario de la amplitud absoluta del artículo

debidamente, a todos sus trabajadores, acerca de los riesgos que entrañan sus labores, de las medidas preventivas y de los métodos de trabajo correctos. 15º. Que, por su parte, el artículo 69 de la ley 16.744, expresa, que cuando el accidente o enfermedad se deba a culpa o dolo de la entidad empleadora o de un tercero, la víctima y demás personas a quienes el accidente cause daños, podrán reclamar al empleador o terceros responsables del accidente, también las otras indemnizaciones a que tengan derecho, incluyendo dentro de estas indemnizaciones, el daño moral. 16º. Que esta norma tiene relación directa con el artículo 68 de la misma ley, en cuanto obliga a las empresas a implantar todas las medidas de higiene y seguridad en el trabajo y proporcionar a sus trabajadores los equipos e implementos de protección necesarios. Señala el artículo 68 aludido, que la violación a estos reglamentos tiene aplicación de sanciones. 17º. Que de todo lo anterior se desprende que hay una infracción de carácter reglamentaria, consistente en no tomar todas las medidas necesarias eficaces para salvaguardar la salud y vida del trabajador accidentado; el no otorgarle elementos de seguridad con el mismo propósito, y no informarle debida y oportunamente de los riesgos de la faena, todos los cuales, como ya se ha establecido previamente constituyen hechos acreditados en este proceso. 18º. Que la demandada principal expresa como defensa que lo que ocurrió es que el trabajador Juan Bastías, a cargo de la faena en ese momento, no tomó las mínimas precauciones de seguridad, como para haberse subido al techo, dado que no hizo uso de los implementos que se le habrían otorgado, por lo que el accidente se produjo por parte de esta persona y del propio trabajador. 19º. Que, para desvirtuar lo expresado por la demandada principal, hay que tener presente que es un hecho reconocido por ella misma, que Juan Bastías, quien se encontraba a cargo de la faena, alrededor de las 13,00 horas, habló con el representante de la Pesquera, señalándole que el trabajo se iba a realizar en esa oportunidad y solicitó materiales, de tal modo, que no fue una acción unilateral del trabajador Juan Bastías, ni del actor y víctima, porque no se opuso a esa acción ni la empleadora directa ni la parte de la empresa demandada subsidiariamente, las que no han señalado, ni podrían hacerlo que no tomaron conocimiento de las labores que se iban a realizar alrededor de las 13.00 horas, del día 27 de septiembre de 2003, por cuanto, no podrían reconocer, su propia culpa en la falta de gestión empresarial, inoperancia administrativa, o descuido en las operaciones internas, al punto que se realicen labores dentro de la planta que no sean vigiladas, controladas y fiscalizadas por los interesados, es decir, la demandada directa y contratista y la empresa mandante y demandada subsidiaria en esta causa. Por otra parte, el artículo 1679 del Código Civil, expresa claramente, que en el hecho o culpa del deudor se comprende el hecho o culpa de las personas por quienes fueren responsables, y la propia ley nos señala que, el empresario es responsable por el hecho de sus funcionarios o trabajadores, como norma general, lo que constituye una representación de la culpa o responsabilidad vicaria del que tiene a su cargo a otras personas por quines fuere responsable. 20º. Que la demandada ha puesto énfasis en la circunstancia, que los elementos de seguridad, habían sido entregados a los trabajadores, expresando que estaba todo al día, para señalar que se había dado cabal cumplimiento a dicha obligación. Pero lo cierto es, que conforme a la testimonial, se desprende que llamados los trabajadores a sus labores el día 27 de septiembre de 2003, éstos no contaban con elementos de seguridad, razonando la parte empresarial en que ese día no se llevaron porque no se iba a trabajar. Lo que hace concluir al sentenciador, que ello no resulta verosímil, en primer lugar porque se trata de una empresa especialista en trabajos en altura, techos y frontis de bodegas, además se había citado a los trabajadores y en consecuencia resulta inimaginable, que los trabajadores se encuentren en disposición de trabajo, pero con ellos no estén los elementos de seguridad. A este respecto, no es creíble la afirmación que no se llevaron porque ese día no se iba a laborar, es decir, una deducción a prior, de lo que no sucedió, porque cambiaron las condiciones climáticas, y habiéndole avisado al representante de la empresa Compañía Pesquera Camanchaca S.A.., el trabajo se reinició a las 13.00 horas, según lo reconoce a fs. 20 vta., la propia demandada principal. 21º. Que, el sentenciador no puede acoger la defensa de la demandada subsidiaria, en cuanto limita dichas obligaciones a los derechos propiamente contractuales y a las prestaciones derivadas del contrato de trabajo, por cuanto este sentenciador es partidario de la amplitud absoluta del artículo ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

643

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

64 y del artículo 64 bis, coincidiendo con la extraordinaria sentencia publicada en la revista legal La Semana Jurídica, correspondiente al período del 28 al 06 de marzo de 2005, en que en un magistral fallo se expresa que dicho criterio no puede aceptarse, “porque si bien la normativa que establece la responsabilidad subsidiaria, del dueño de la obra, empresa o faena, se encuentra incluida en el capítulo referido a la protección de las remuneraciones, tales normas son de carácter general y comprensiva de toda obligación de carácter laboral y previsional, como expresamente lo señalan los artículos 64 y 64 bis del Código de Trabajo; y tienen naturalmente carácter laboral, todas las obligaciones nacidas en favor de los trabajadores, con motivo u ocasión del contrato de trabajo, esto es, durante su vigencia o en razón de su terminación, por lo que restringir el concepto sólo a todo aquello que tenga carácter remunerativo, es imponer una limitación que la ley no establece. 22º. Que, a mayor abundamiento, este sentenciador, estima que teniendo fundamentalmente las normas de derecho laboral, un carácter público, se encuentran adheridas al contrato de trabajo, integrándolo y formando parte de él, de tal modo que todas las disposiciones de protección del trabajador, a las remuneraciones, a los fueros y a las garantías fundamentales del trabajo, por el sólo mandato de la ley, son complementarias del contrato individual de trabajo y en este sentido, la subsidiariedad de la mandante resulta una consecuencia que la obliga no sólo a los términos contractuales sino que a la normativa de protección aludida. 23º. Que, de este modo debe rechazarse el argumento, que no existen los presupuestos del artículo 64 del Código del Trabajo, invocados por la demandada subsidiaria. Asimismo, debe rechazarse el acápite A) de la contestación de la demanda de la Compañía Pesquera Camanchaca S.A., en cuanto señala que el trabajador lo era de la empresa de Sandra Salgado Neira, quien era la que debía fiscalizar el cumplimiento de las normas de seguridad de los trabajadores. Evidentemente que ello sería cierto, si al mismo tiempo, la Compañía Pesquera Camanchaca no reconociera que doña Sandra Salgado Neira, era su contratista, encargada de las reparaciones de techos, por cuanto ya se ha establecido que se responde conforme al artículo 1679 del Código Civil, no sólo por el hecho o culpa del deudor, sino que ello comprende también, el hecho o culpa de las personas por quien fueren responsables, y el mandante, indudablemente, es responsable de las acciones de su contratista, de acuerdo a la disposición precitada. 24º. Que, la demandante de autos, pide que se condene a la parte demandada, que representa doña Sandra Salgado Neira, a pagar los daños causados al actor, los que en la parte del cuerpo principal expresa que corresponden avaluar soberanamente al Tribunal, en cuanto a los daños no patrimoniales, pero que para los efectos de la sentencia calcula en la suma de $ 300.000.000, correspondiente, tanto los daños corporales como los daños psíquicos, que le produce la pérdida del agrado o goce de la vida. 25º. Que, en materia de avaluación del daño a la persona, nuestra jurisprudencia y la doctrina nacional, no se han puesto de acuerdo, en ausencia de una ley que determine los montos de la reparación, constituyéndose un verdadero caos de subjetividades, que muchas veces, no reflejan la inmensidad del daño y en otras aparece evidentemente elevado, sin embargo, este sentenciador ha mantenido el principio, que cuando se trata de daños personales, hay que orientarse en función a los bienes jurídicos violentados que gozan de un rango de protección constitucional. Al respecto, los antecedentes orientadores se encuentran en la Carta Fundamental de las Naciones Unidas, donde se reconocen aquellos que promueven el respeto a los derechos humanos, de tal modo, que constituye en sí mismo, el derecho internacional, una garantía jurídica que reconoce que el individuo también es sujeto de este derecho. En consecuencia, los atributos de la persona humana se encuentran consagrados en instrumentos del más alto valor internacional, como la Declaración Universal de los Derechos del Hombre; la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre; el Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos; el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, principios básicos, en los cuales se sustenta la sociedad democrática y que constituyen una garantía a la esencia de la persona que es la dignidad, la vida, la libertad y la igualdad. Estos principios, han sido recogidos también, por nuestra Constitución, en cuanto se expresa, por ejemplo, que la soberanía nacional no reconoce otras limitaciones que las relativas al régimen democrático y a las garantías que esta Constitución contempla. 26º. Por otra parte, la Constitución expresa que el Estado se encuentra al servicio de la persona humana, entendiéndose, que el Estado debe respetar y promover los derechos esenciales de la persona,

644

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

64 y del artículo 64 bis, coincidiendo con la extraordinaria sentencia publicada en la revista legal La Semana Jurídica, correspondiente al período del 28 al 06 de marzo de 2005, en que en un magistral fallo se expresa que dicho criterio no puede aceptarse, “porque si bien la normativa que establece la responsabilidad subsidiaria, del dueño de la obra, empresa o faena, se encuentra incluida en el capítulo referido a la protección de las remuneraciones, tales normas son de carácter general y comprensiva de toda obligación de carácter laboral y previsional, como expresamente lo señalan los artículos 64 y 64 bis del Código de Trabajo; y tienen naturalmente carácter laboral, todas las obligaciones nacidas en favor de los trabajadores, con motivo u ocasión del contrato de trabajo, esto es, durante su vigencia o en razón de su terminación, por lo que restringir el concepto sólo a todo aquello que tenga carácter remunerativo, es imponer una limitación que la ley no establece. 22º. Que, a mayor abundamiento, este sentenciador, estima que teniendo fundamentalmente las normas de derecho laboral, un carácter público, se encuentran adheridas al contrato de trabajo, integrándolo y formando parte de él, de tal modo que todas las disposiciones de protección del trabajador, a las remuneraciones, a los fueros y a las garantías fundamentales del trabajo, por el sólo mandato de la ley, son complementarias del contrato individual de trabajo y en este sentido, la subsidiariedad de la mandante resulta una consecuencia que la obliga no sólo a los términos contractuales sino que a la normativa de protección aludida. 23º. Que, de este modo debe rechazarse el argumento, que no existen los presupuestos del artículo 64 del Código del Trabajo, invocados por la demandada subsidiaria. Asimismo, debe rechazarse el acápite A) de la contestación de la demanda de la Compañía Pesquera Camanchaca S.A., en cuanto señala que el trabajador lo era de la empresa de Sandra Salgado Neira, quien era la que debía fiscalizar el cumplimiento de las normas de seguridad de los trabajadores. Evidentemente que ello sería cierto, si al mismo tiempo, la Compañía Pesquera Camanchaca no reconociera que doña Sandra Salgado Neira, era su contratista, encargada de las reparaciones de techos, por cuanto ya se ha establecido que se responde conforme al artículo 1679 del Código Civil, no sólo por el hecho o culpa del deudor, sino que ello comprende también, el hecho o culpa de las personas por quien fueren responsables, y el mandante, indudablemente, es responsable de las acciones de su contratista, de acuerdo a la disposición precitada. 24º. Que, la demandante de autos, pide que se condene a la parte demandada, que representa doña Sandra Salgado Neira, a pagar los daños causados al actor, los que en la parte del cuerpo principal expresa que corresponden avaluar soberanamente al Tribunal, en cuanto a los daños no patrimoniales, pero que para los efectos de la sentencia calcula en la suma de $ 300.000.000, correspondiente, tanto los daños corporales como los daños psíquicos, que le produce la pérdida del agrado o goce de la vida. 25º. Que, en materia de avaluación del daño a la persona, nuestra jurisprudencia y la doctrina nacional, no se han puesto de acuerdo, en ausencia de una ley que determine los montos de la reparación, constituyéndose un verdadero caos de subjetividades, que muchas veces, no reflejan la inmensidad del daño y en otras aparece evidentemente elevado, sin embargo, este sentenciador ha mantenido el principio, que cuando se trata de daños personales, hay que orientarse en función a los bienes jurídicos violentados que gozan de un rango de protección constitucional. Al respecto, los antecedentes orientadores se encuentran en la Carta Fundamental de las Naciones Unidas, donde se reconocen aquellos que promueven el respeto a los derechos humanos, de tal modo, que constituye en sí mismo, el derecho internacional, una garantía jurídica que reconoce que el individuo también es sujeto de este derecho. En consecuencia, los atributos de la persona humana se encuentran consagrados en instrumentos del más alto valor internacional, como la Declaración Universal de los Derechos del Hombre; la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre; el Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos; el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, principios básicos, en los cuales se sustenta la sociedad democrática y que constituyen una garantía a la esencia de la persona que es la dignidad, la vida, la libertad y la igualdad. Estos principios, han sido recogidos también, por nuestra Constitución, en cuanto se expresa, por ejemplo, que la soberanía nacional no reconoce otras limitaciones que las relativas al régimen democrático y a las garantías que esta Constitución contempla. 26º. Por otra parte, la Constitución expresa que el Estado se encuentra al servicio de la persona humana, entendiéndose, que el Estado debe respetar y promover los derechos esenciales de la persona,

644

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

645

lo que debe entender también, que este mandato, no es sólo para este ente supra individual de carácter público, sino también, para todas aquellas instituciones públicas o privadas sujetas a su fiscalización o control, como son las personas o instituciones de carácter privado, que actúan bajo la vigilancia y el permiso, o fiscalización del Estado. 27º. Que, una de las garantías constitucionales establecidas por nuestra Constitución, es el derecho a la salud y a la vida, y cuando la Constitución habla de salud, se refiere tanto a la salud física como psíquica, de tal modo que, en el caso de autos, hay un pleno encuadramiento de violación a una norma de carácter constitucional, pues debido a una acción culposa, con infracción a los reglamentos de las buenas prácticas laborales, se ha producido un daño, en primer lugar físico en la persona de don Claudio Bastías Contreras, quien desde el 27 de septiembre de 2003, se encuentra postrado, en el Hospital de la Mutual de Seguridad, pendiendo sobre su salud secuelas permanentes en su nivel motor y en la facilidad para comunicarse. Resulta indiscutible, que el sólo dolor físico ha producido una lesión de carácter psíquica, que se traduce en la pérdida de ánimo y en el dolor de ver limitada su vida futura cuando recién se encontraba en el camino de la maduración de vida, de tal modo, que también es indesmentible los niveles de frustración, que al actor, ha de producir su situación en las delaciones con las demás personas, en su vida laboral, deportiva, sexual, cultural, etc. 28º. Que como se dijo, no existen baremos (sic) que ayuden a Ilustrar al Juez, acerca de la cuantificación del daño a la persona en estas circunstancias, aun cuando en otros países, a lo menos existen bases de datos, tablas y estadísticas, por lo que el sentenciador tomará en cuenta el hecho que produjo el accidente y su impacto físico en el trabajador; las consecuencias psíquicas del hecho; la gravedad de las limitaciones que actualmente sufre y que sufrirá en el futuro; la circunstancia personal de la edad de la víctima, en el sentido de que se trata de un joven de 23 años, con una pérdida real de chance de vida, en cuanto a obtener del ejercicio de ésta las satisfacciones naturales e inherentes a su juventud y a su posterior madurez; finalmente, el daño a su dignidad personal, que se manifiesta en circunstancias tales como no poder deambular por sí, mismo, ni solucionar sus necesidades básicas (pérdida de control de esfínter). 29º. Que, en cuanto a la obligación de la parte demandada subsidiariamente de pagar la obligación de su contratista, el sentenciador acogerá la excepción de excusión, en cuanto el actor deberá perseguir al deudor principal el pago de la obligación, hasta agotar todas las instancias y sólo una vez determinada la imposibilidad de pagar el total o el parcial de la deuda, podrá perseguir a la deudora subsidiaria. Por estas consideraciones y visto, además, lo prevenido en los artículos 1437, 1545, 1546, 1679 del Código Civil, ley 16.744, decreto supremo Nº 40 de 1969, artículos 64 y 64 bis y 420 y siguientes del Código del Trabajo, se declara: I. Que se hace lugar a la demanda de autos, sólo en cuanto se condena a la demandada principal Sandra Salgado Neira, empresaria contratista, a pagar al actor, por concepto de indemnización por el daño físico, psíquico o moral, a la suma única de 130.000.000 ciento treinta millones de pesos). Se condena también, a la Compañía Pesquera Camanchaca S.A. a pagar esta misma cantidad, en forma subsidiaria, acogiendo a su respecto el beneficio de excusión invocado por esta parte. La suma mandada pagar deberán reajustarse de conformidad con lo dispuesto en el artículo 173 del Código del Trabajo y ganará el máximo de interés para operaciones reajustable, desde el mes anterior a la notificación de la demanda, al mes anterior al pago efectivo, sin costas por no haber sido totalmente vencidas. Regístrese, notifíquese y archívese. Dictada por Manuel Muñoz Astudillo, Juez Titular del Segundo Juzgado Civil de Talcahuano. Autoriza doña Cecilia Guerrero Barra, Secretaria Subrogante.

II. CORTE DE APELACIONES Concepción, veintitrés de diciembre de dos mil cinco. VISTO: En cuanto al recurso de casación en la forma: 1º. Que en lo principal del escrito de fs. 132 el letrado que comparece por la demandada subsidiaria, dedujo recurso de casación en la forma en contra el fallo de primer grado sustentándose en lo dispuesto

Concepción, veintitrés de diciembre de dos mil cinco. VISTO: En cuanto al recurso de casación en la forma: 1º. Que en lo principal del escrito de fs. 132 el letrado que comparece por la demandada subsidiaria, dedujo recurso de casación en la forma en contra el fallo de primer grado sustentándose en lo dispuesto

II. CORTE DE APELACIONES lo que debe entender también, que este mandato, no es sólo para este ente supra individual de carácter público, sino también, para todas aquellas instituciones públicas o privadas sujetas a su fiscalización o control, como son las personas o instituciones de carácter privado, que actúan bajo la vigilancia y el permiso, o fiscalización del Estado. 27º. Que, una de las garantías constitucionales establecidas por nuestra Constitución, es el derecho a la salud y a la vida, y cuando la Constitución habla de salud, se refiere tanto a la salud física como psíquica, de tal modo que, en el caso de autos, hay un pleno encuadramiento de violación a una norma de carácter constitucional, pues debido a una acción culposa, con infracción a los reglamentos de las buenas prácticas laborales, se ha producido un daño, en primer lugar físico en la persona de don Claudio Bastías Contreras, quien desde el 27 de septiembre de 2003, se encuentra postrado, en el Hospital de la Mutual de Seguridad, pendiendo sobre su salud secuelas permanentes en su nivel motor y en la facilidad para comunicarse. Resulta indiscutible, que el sólo dolor físico ha producido una lesión de carácter psíquica, que se traduce en la pérdida de ánimo y en el dolor de ver limitada su vida futura cuando recién se encontraba en el camino de la maduración de vida, de tal modo, que también es indesmentible los niveles de frustración, que al actor, ha de producir su situación en las delaciones con las demás personas, en su vida laboral, deportiva, sexual, cultural, etc. 28º. Que como se dijo, no existen baremos (sic) que ayuden a Ilustrar al Juez, acerca de la cuantificación del daño a la persona en estas circunstancias, aun cuando en otros países, a lo menos existen bases de datos, tablas y estadísticas, por lo que el sentenciador tomará en cuenta el hecho que produjo el accidente y su impacto físico en el trabajador; las consecuencias psíquicas del hecho; la gravedad de las limitaciones que actualmente sufre y que sufrirá en el futuro; la circunstancia personal de la edad de la víctima, en el sentido de que se trata de un joven de 23 años, con una pérdida real de chance de vida, en cuanto a obtener del ejercicio de ésta las satisfacciones naturales e inherentes a su juventud y a su posterior madurez; finalmente, el daño a su dignidad personal, que se manifiesta en circunstancias tales como no poder deambular por sí, mismo, ni solucionar sus necesidades básicas (pérdida de control de esfínter). 29º. Que, en cuanto a la obligación de la parte demandada subsidiariamente de pagar la obligación de su contratista, el sentenciador acogerá la excepción de excusión, en cuanto el actor deberá perseguir al deudor principal el pago de la obligación, hasta agotar todas las instancias y sólo una vez determinada la imposibilidad de pagar el total o el parcial de la deuda, podrá perseguir a la deudora subsidiaria. Por estas consideraciones y visto, además, lo prevenido en los artículos 1437, 1545, 1546, 1679 del Código Civil, ley 16.744, decreto supremo Nº 40 de 1969, artículos 64 y 64 bis y 420 y siguientes del Código del Trabajo, se declara: I. Que se hace lugar a la demanda de autos, sólo en cuanto se condena a la demandada principal Sandra Salgado Neira, empresaria contratista, a pagar al actor, por concepto de indemnización por el daño físico, psíquico o moral, a la suma única de 130.000.000 ciento treinta millones de pesos). Se condena también, a la Compañía Pesquera Camanchaca S.A. a pagar esta misma cantidad, en forma subsidiaria, acogiendo a su respecto el beneficio de excusión invocado por esta parte. La suma mandada pagar deberán reajustarse de conformidad con lo dispuesto en el artículo 173 del Código del Trabajo y ganará el máximo de interés para operaciones reajustable, desde el mes anterior a la notificación de la demanda, al mes anterior al pago efectivo, sin costas por no haber sido totalmente vencidas. Regístrese, notifíquese y archívese. Dictada por Manuel Muñoz Astudillo, Juez Titular del Segundo Juzgado Civil de Talcahuano. Autoriza doña Cecilia Guerrero Barra, Secretaria Subrogante. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

645

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

en el artículo 768 Nº 4 del Código de Procedimiento Civil, esto es, haber sido dada la sentencia en ultra petita, pero sin especificar con claridad si ello se concretaba en otorgar más de lo pedido por las partes o bien en extenderse el fallo a puntos no sometidos a la decisión del Tribunal, lo que se reitera a la hora de establecer la forma en que el pretendido vicio causa perjuicio al recurrente, en términos tales que sólo sea reparable mediante la invalidación del fallo impugnado, circunstancia que por sí sola impide que sea acogido al tenor de lo dispuesto en el inciso tercero del artículo 768 del cuerpo normativo precitado. 2º. Que a mayor abundamiento, no es efectivo que no se haya especificado la naturaleza de los daños causados, por cuanto en el numeral tercero de la demanda se describen latamente los daños físicos sufridos por el actor y en el numeral cuarto se expresa que, además del dolor físico, existió “un daño a su integridad psíquica, pues es de imaginar el quiebre espiritual y anímico que le causa su actual situación, conceptos sino análogos al menos claramente comprendidos dentro de lo que la doctrina y jurisprudencia tradicional han denominado, daño moral o daño no patrimonial, términos que, por su parte, si bien no abundan en el libelo de demanda sí podemos encontrarlos aun cuando no resultaría imprescindible en sus numerales decimoprimero y decimotercero. 3º. Que en cuanto al monto demandando, éste se encuentra expresamente indicado en el petitorio de la demanda. Por estos fundamentos, se rechaza con costas, el recurso de casación en la forma deducido en lo principal del escrito de fs. 132. En cuanto a los recursos de apelación: Se elimina la oración final del considerando decimonoveno desde por otra parte,... hasta... “fuera responsable”; en el considerando vigésimo tercero, se reemplaza la coma por un punto final después de la oración “encargada de reparaciones de techos” y se elimina la parte restante de dicho considerando; se elimina la referencia al artículo 1679 del Código Civil en la parte resolutiva, se reproduce en lo demás la sentencia apelada y se tiene además presente; 1º. Que en lo que atañe al demandado principal éste funda exclusivamente su apelación de fojas 130, en la afirmación de que el trabajador no se encontraba laborando por instrucciones suyas, sino a instancias de su padre quien no tenía la calidad de encargado de la faena. 2º. Que no habiéndose discutido que el trabajo que desempeñaba el actor se encontraba programado para desarrollarse el día y en el lugar en cuestión, correspondía al demandado acreditar que ella se había suspendido como hoy afirma y ello, por simple aplicación de la regia del artículo 1698 del Código Civil, lo cual conforme se expuso latamente en la sentencia impugnada, no ha ocurrido. 3º. Por lo demás, aunque la contraorden de trabajo hubiese realmente existido, no se ha acreditado que la misma hubiese sido comunicada al actor y tal omisión constituye en sí misma una infracción a la obligación de cuidado que impone al empleador el artículo 184 del Código del Trabajo respecto de sus trabajadoras, atendido que el fundamento de la pretendida suspensión de labores habría sido la situación de peligro que el desarrollo de las mismas creaba para el demandante. Sí existía riesgo para el trabajador y el empleador no se esmeró en comunicárselo, entonces ha infringido la obligación referida en el artículo antes citado y le asiste la obligación de responder por ello. 4º. Que en lo que se refiere al monto de la indemnización respecto del demandado principal, habiéndose éste limitado a solicitar que no se le condenase a pagar suma alguna por este concepto, este Tribunal carece a su respecto, de competencia para modificar el monto determinado por el sentenciador de primer grado, por lo que el mismo se mantendrá en lo que a él atañe. 5º. Que, por su parte, la apelación del demandado subsidiario esgrime como primeros argumentos los mismos en que sustenta su escrito de casación los cuales han sido desechados por las razones expresadas en la primera parte de este fallo referida a dicho recurso, remitiéndonos en esta parte al segundo y tercero de tal considerando. En segundo lugar, esta apelación en sus numerales segundo y tercero, sostiene la ausencia de prueba en cuanto a los daños y lesiones sufridos por el actor, argumentos que deben ser descartados, además de por todas aquellas consideraciones contenidas en el fallo impugnado, por el examen ocular del demandante de que da cuenta el comparendo de fojas 58 y siguientes en que se inicia por el Tribunal a fojas 63, que el demandante se encuentra en silla de ruedas y que al ser consultado por su nombre, expresa en forma dificultosa y casi ininteligible llamarse Claudio Bastías.

646

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

en el artículo 768 Nº 4 del Código de Procedimiento Civil, esto es, haber sido dada la sentencia en ultra petita, pero sin especificar con claridad si ello se concretaba en otorgar más de lo pedido por las partes o bien en extenderse el fallo a puntos no sometidos a la decisión del Tribunal, lo que se reitera a la hora de establecer la forma en que el pretendido vicio causa perjuicio al recurrente, en términos tales que sólo sea reparable mediante la invalidación del fallo impugnado, circunstancia que por sí sola impide que sea acogido al tenor de lo dispuesto en el inciso tercero del artículo 768 del cuerpo normativo precitado. 2º. Que a mayor abundamiento, no es efectivo que no se haya especificado la naturaleza de los daños causados, por cuanto en el numeral tercero de la demanda se describen latamente los daños físicos sufridos por el actor y en el numeral cuarto se expresa que, además del dolor físico, existió “un daño a su integridad psíquica, pues es de imaginar el quiebre espiritual y anímico que le causa su actual situación, conceptos sino análogos al menos claramente comprendidos dentro de lo que la doctrina y jurisprudencia tradicional han denominado, daño moral o daño no patrimonial, términos que, por su parte, si bien no abundan en el libelo de demanda sí podemos encontrarlos aun cuando no resultaría imprescindible en sus numerales decimoprimero y decimotercero. 3º. Que en cuanto al monto demandando, éste se encuentra expresamente indicado en el petitorio de la demanda. Por estos fundamentos, se rechaza con costas, el recurso de casación en la forma deducido en lo principal del escrito de fs. 132. En cuanto a los recursos de apelación: Se elimina la oración final del considerando decimonoveno desde por otra parte,... hasta... “fuera responsable”; en el considerando vigésimo tercero, se reemplaza la coma por un punto final después de la oración “encargada de reparaciones de techos” y se elimina la parte restante de dicho considerando; se elimina la referencia al artículo 1679 del Código Civil en la parte resolutiva, se reproduce en lo demás la sentencia apelada y se tiene además presente; 1º. Que en lo que atañe al demandado principal éste funda exclusivamente su apelación de fojas 130, en la afirmación de que el trabajador no se encontraba laborando por instrucciones suyas, sino a instancias de su padre quien no tenía la calidad de encargado de la faena. 2º. Que no habiéndose discutido que el trabajo que desempeñaba el actor se encontraba programado para desarrollarse el día y en el lugar en cuestión, correspondía al demandado acreditar que ella se había suspendido como hoy afirma y ello, por simple aplicación de la regia del artículo 1698 del Código Civil, lo cual conforme se expuso latamente en la sentencia impugnada, no ha ocurrido. 3º. Por lo demás, aunque la contraorden de trabajo hubiese realmente existido, no se ha acreditado que la misma hubiese sido comunicada al actor y tal omisión constituye en sí misma una infracción a la obligación de cuidado que impone al empleador el artículo 184 del Código del Trabajo respecto de sus trabajadoras, atendido que el fundamento de la pretendida suspensión de labores habría sido la situación de peligro que el desarrollo de las mismas creaba para el demandante. Sí existía riesgo para el trabajador y el empleador no se esmeró en comunicárselo, entonces ha infringido la obligación referida en el artículo antes citado y le asiste la obligación de responder por ello. 4º. Que en lo que se refiere al monto de la indemnización respecto del demandado principal, habiéndose éste limitado a solicitar que no se le condenase a pagar suma alguna por este concepto, este Tribunal carece a su respecto, de competencia para modificar el monto determinado por el sentenciador de primer grado, por lo que el mismo se mantendrá en lo que a él atañe. 5º. Que, por su parte, la apelación del demandado subsidiario esgrime como primeros argumentos los mismos en que sustenta su escrito de casación los cuales han sido desechados por las razones expresadas en la primera parte de este fallo referida a dicho recurso, remitiéndonos en esta parte al segundo y tercero de tal considerando. En segundo lugar, esta apelación en sus numerales segundo y tercero, sostiene la ausencia de prueba en cuanto a los daños y lesiones sufridos por el actor, argumentos que deben ser descartados, además de por todas aquellas consideraciones contenidas en el fallo impugnado, por el examen ocular del demandante de que da cuenta el comparendo de fojas 58 y siguientes en que se inicia por el Tribunal a fojas 63, que el demandante se encuentra en silla de ruedas y que al ser consultado por su nombre, expresa en forma dificultosa y casi ininteligible llamarse Claudio Bastías.

646

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

647

Y, en tercer lugar, el demandado subsidiario sostiene que no sería aplicable en la especie el artículo 64 bis del Código del Trabajo, atendido, esencialmente, que no existía en la especie para él, la posibilidad de fiscalizar el cumplimiento de sus obligaciones laborales por parte del empleador directo, esto es, el demando principal. Este argumento no puede ser acogido y ello por cuanto en el caso específico de autos, las labores se ejecutaban en el lugar en que desarrolla sus actividades la empresa demandada, lugar en el cual le es exigible mantener un control tanto del acceso como de las acciones que se ejecutan en su interior. Esto es lo normal en cualquier recinto cerrado y si se sostiene lo contrario ello deberá tener una explicación razonable y una prueba suficiente, explicación y prueba inexistentes en este proceso. 6º. Que respecto de la segunda petición del demandado subsidiario en cuanto a rebajar el monto de la indemnización, el apoderado de la demandante sostuvo en su alegato que no resultaba posible acceder a ella, atendido que como el demandado principal no había formulado tal petición, le estaba vedado al Tribunal acceder al requerimiento que en tal sentido sí formuló, como se ha dicho, el demandado subsidiario. 7º. Que no se comparte el razonamiento anterior, por cuanto la libertad que asiste a los apelantes en cuanto al contenido y alcance que otorgan a sus libelos de impugnación, es necesariamente individual y no resulta justo ni equitativo, conculcar tal libertad de uno de los recurrentes, producto de la opción que ha tomado el otro. Rige aquí el principio de la personalidad de la apelación al cual se refiere, entre otros, el destacado autor Eduardo Couture en su clásica obra “Fundamentos de Derecho Procesal Civil”, cuando afirma bajo el título “Personalidad de la Apelación”, que los efectos de este recurso son personales y no reales y, citando a Crepon (De l’appel en matière civile), Costa (El recurso de apelación) y D’Onofrio (Apello civile), recuerda que no existe aquí, como en el derecho romano, un beneficio común, sino una ventaja unilateral. Si el demandado principal renunció consciente o inconscientemente a la posibilidad de rebajar el monto de la indemnización, tal renuncia no puede cercenar el derecho personal e individual que le asiste al demandado subsidiario de formular la petición. 8º. Que evaluados los antecedentes del proceso y en particular la declaración prestada el 4 de marzo de 2005 por la testigo Violeta Hinojosa Ramírez, médico tratante del actor, en relación con los informes de 3 y 18 de diciembre de 2004 emanados de esta misma testigo que rolan a fojas 28 y siguientes y 64 y siguientes, puede concluirse que el demandante presenta signos de recuperación, al menos parcial, en lo que se refiere a su evolución neurológica, antecedente que junto a los demás que obran en el proceso, permiten a estos sentenciadores, respecto de la demandada subsidiaria, regular prudencialmente los perjuicios sufrido por el actor en la suma de $ 90.000.000 (noventa millones). Por estos fundamentos y disposiciones legales citadas se declara: Que se confirma la resolución apelada de fecha veintinueve de marzo de dos mil cinco escrita a fojas 110 a 125 de esta causa, con declaración que se rebaja el monto de la indemnización que la demandada subsidiaría Sociedad Pesquera Camanchaca S.A. deberá pagar al actor, a la suma de $ 90.000.000 (noventa millones), cuyos reajustes e intereses se determinarán en la forma indicada en la sentencia impugnada. Regístrese y devuélvase en su oportunidad. Redacción del Abogado Integrante señor Carlos Alvarez Cid. Proveído por los Ministros en Propiedad de la Iltma. Corte señores Eliseo Araya Araya, Juan Rubilar Rivera e Integrante señor Carlos Álvarez Cid. Autoriza doña María Antonieta Fuentes Bombardieri, Secretaria Titular. Rol Nº 4.066 2005.

III. CORTE SUPREMA Santiago, veinticuatro de septiembre de dos mil siete. VISTOS: En estos autos, rol Nº 757 04, seguidos ante el Segundo Juzgado Civil de Talcahuano, caratulados “Bastías Contreras Claudio con Salgado Neira Sandra y Cía., Pesquera Camanchaca S.A.”, por sentencia de veintinueve de marzo de dos mil cinco, escrita a fojas 110, se acogió la demanda sólo en cuanto se condenó a la demandada principal al pago de ciento treinta millones de pesos, más re-

Santiago, veinticuatro de septiembre de dos mil siete. VISTOS: En estos autos, rol Nº 757 04, seguidos ante el Segundo Juzgado Civil de Talcahuano, caratulados “Bastías Contreras Claudio con Salgado Neira Sandra y Cía., Pesquera Camanchaca S.A.”, por sentencia de veintinueve de marzo de dos mil cinco, escrita a fojas 110, se acogió la demanda sólo en cuanto se condenó a la demandada principal al pago de ciento treinta millones de pesos, más re-

III. CORTE SUPREMA Y, en tercer lugar, el demandado subsidiario sostiene que no sería aplicable en la especie el artículo 64 bis del Código del Trabajo, atendido, esencialmente, que no existía en la especie para él, la posibilidad de fiscalizar el cumplimiento de sus obligaciones laborales por parte del empleador directo, esto es, el demando principal. Este argumento no puede ser acogido y ello por cuanto en el caso específico de autos, las labores se ejecutaban en el lugar en que desarrolla sus actividades la empresa demandada, lugar en el cual le es exigible mantener un control tanto del acceso como de las acciones que se ejecutan en su interior. Esto es lo normal en cualquier recinto cerrado y si se sostiene lo contrario ello deberá tener una explicación razonable y una prueba suficiente, explicación y prueba inexistentes en este proceso. 6º. Que respecto de la segunda petición del demandado subsidiario en cuanto a rebajar el monto de la indemnización, el apoderado de la demandante sostuvo en su alegato que no resultaba posible acceder a ella, atendido que como el demandado principal no había formulado tal petición, le estaba vedado al Tribunal acceder al requerimiento que en tal sentido sí formuló, como se ha dicho, el demandado subsidiario. 7º. Que no se comparte el razonamiento anterior, por cuanto la libertad que asiste a los apelantes en cuanto al contenido y alcance que otorgan a sus libelos de impugnación, es necesariamente individual y no resulta justo ni equitativo, conculcar tal libertad de uno de los recurrentes, producto de la opción que ha tomado el otro. Rige aquí el principio de la personalidad de la apelación al cual se refiere, entre otros, el destacado autor Eduardo Couture en su clásica obra “Fundamentos de Derecho Procesal Civil”, cuando afirma bajo el título “Personalidad de la Apelación”, que los efectos de este recurso son personales y no reales y, citando a Crepon (De l’appel en matière civile), Costa (El recurso de apelación) y D’Onofrio (Apello civile), recuerda que no existe aquí, como en el derecho romano, un beneficio común, sino una ventaja unilateral. Si el demandado principal renunció consciente o inconscientemente a la posibilidad de rebajar el monto de la indemnización, tal renuncia no puede cercenar el derecho personal e individual que le asiste al demandado subsidiario de formular la petición. 8º. Que evaluados los antecedentes del proceso y en particular la declaración prestada el 4 de marzo de 2005 por la testigo Violeta Hinojosa Ramírez, médico tratante del actor, en relación con los informes de 3 y 18 de diciembre de 2004 emanados de esta misma testigo que rolan a fojas 28 y siguientes y 64 y siguientes, puede concluirse que el demandante presenta signos de recuperación, al menos parcial, en lo que se refiere a su evolución neurológica, antecedente que junto a los demás que obran en el proceso, permiten a estos sentenciadores, respecto de la demandada subsidiaria, regular prudencialmente los perjuicios sufrido por el actor en la suma de $ 90.000.000 (noventa millones). Por estos fundamentos y disposiciones legales citadas se declara: Que se confirma la resolución apelada de fecha veintinueve de marzo de dos mil cinco escrita a fojas 110 a 125 de esta causa, con declaración que se rebaja el monto de la indemnización que la demandada subsidiaría Sociedad Pesquera Camanchaca S.A. deberá pagar al actor, a la suma de $ 90.000.000 (noventa millones), cuyos reajustes e intereses se determinarán en la forma indicada en la sentencia impugnada. Regístrese y devuélvase en su oportunidad. Redacción del Abogado Integrante señor Carlos Alvarez Cid. Proveído por los Ministros en Propiedad de la Iltma. Corte señores Eliseo Araya Araya, Juan Rubilar Rivera e Integrante señor Carlos Álvarez Cid. Autoriza doña María Antonieta Fuentes Bombardieri, Secretaria Titular. Rol Nº 4.066 2005. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

647

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

ajustes e intereses, por concepto de indemnización por el daño moral sufrido por el actor con ocasión del accidente de trabajo, ocurrido el 27 de septiembre de 2003. Además decidió que la demandada subsidiaria, es responsable, en esa calidad, de la suma que se ordenó pagar al actor. Se alzó la demandada principal y la subsidiaria dedujo recurso de casación en la forma y apelación, en contra del fallo de primera instancia y la Corte de Apelaciones de esa ciudad, por sentencia de veintitrés de diciembre de dos mil cinco, que se lee a fojas 159, desestimó la nulidad formal invocada y con mayores fundamentos, confirmó la de primera instancia, con declaración que se reduce la suma que la demandada subsidiaria deberá pagar al actor, a $ 90.000.000. En contra de esta sentencia, la demandada principal interpuso recurso de casación en la forma y en el fondo y la demandada subsidiaria, casación en el fondo, pidiendo su invalidación y la dictación del correspondiente fallo de reemplazo. Se trajeron estos autos en relación. CONSIDERANDO: I. En cuanto al recurso de casación en la forma deducido en lo principal de fojas 163, por la demandada principal: PRIMERO: Que la recurrente funda su recurso de nulidad, en primer término en la causal 4ª del artículo 768 del Código de Procedimiento Civil, esto es, en el vicio de ultra petita, por haberse otorgando más de lo pedido por las partes o extendido la sentencia a puntos no sometidos a la decisión del Tribunal. Señala que lo resuelto en el fallo no se ajusta a lo demandado en autos, ya que en el libelo se hace referencia a daños corporales, físicos, psíquicos y no patrimoniales. Sostiene que la sentencia al otorgar en la especie, una indemnización por daño no patrimonial, se ha pronunciado sobre materias ajenas a la litis, incurriendo en el vicio denunciado. En segundo lugar, invoca la causal 5ª del citado artículo 768, en relación con el artículo 170, ambos del Código de Enjuiciamiento Civil y 458 Nº 4 y 5 del Código del Trabajo. Señala que el fallo recurrido fue dictado con omisión de los requisitos legales, los que hace consistir en la falta de análisis de toda la prueba rendida y de las consideraciones de hecho y de derecho que deben servirle de fundamento. En efecto, alega que los sentenciadores se han limitado al fundar sus conclusiones en que la avaluación de los perjuicios corresponde al Juez de la causa, sin relacionar ello con la prueba rendida. Sostiene que la simple enunciación de los elementos de convicción allegados al juicio, no constituye un real análisis de las probanzas, pareciendo que los Jueces del fondo estiman que el carácter espiritual y subjetivo del daño moral exime al demandante de la carga de fundarlo y acreditar su procedencia, presumiéndose en los hechos su existencia, considerándose ésta como evidente, sin necesidad de prueba. SEGUNDO: Que el fallo impugnado no incurre en el primer vicio denunciado, puesto que no se ha extendido, como lo sostiene la demandada principal, y actual recurrente a materias ajenas a la litis. En efecto de la lectura del libelo de demanda se advierte con claridad suficiente que lo que se ha demandado por el actor es la reparación de los daños causados por el accidente del trabajo de que fue víctima, invocando los conceptos propios o constitutivos de lo que se conoce y denomina como daño moral al margen de cualquier otra denominación. Es decir, la materia sobre la cual se pronuncian y resuelven los falladores. TERCERO: Que en cuanto al segundo motivo de nulidad formal cabe señalar que contrariamente a lo que sostiene la recurrente lo cierto es que la sentencia recurrida contiene los requisitos cuya ausencia reprocha esta parte. Lo anterior, por cuanto del análisis del fallo en cuestión, aparece que éste analiza la prueba rendida y contiene las consideraciones tanto de hecho como de derecho que sirven de fundamento, a la decisión adoptada respecto de la indemnización solicitada por concepto de daño moral, según se aprecia, de los motivos de la sentencia de primer grado que han sido reproducidos y de los nuevos y mayores fundamentos que se consignaron en el de segunda instancia. CUARTO: Que a lo. anterior se debe agregar que el recurrente no expuso cuáles son los elementos de convicción que, a su entender, no fueron analizados por los sentenciadores, de manera que, atendida la naturaleza de derecho estricto del recurso de que se trata y ante la falta de precisión señalada, este Tribunal no se hará cargo de esa supuesta omisión, por no existir claridad acerca del vicio reclamado.

648

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

ajustes e intereses, por concepto de indemnización por el daño moral sufrido por el actor con ocasión del accidente de trabajo, ocurrido el 27 de septiembre de 2003. Además decidió que la demandada subsidiaria, es responsable, en esa calidad, de la suma que se ordenó pagar al actor. Se alzó la demandada principal y la subsidiaria dedujo recurso de casación en la forma y apelación, en contra del fallo de primera instancia y la Corte de Apelaciones de esa ciudad, por sentencia de veintitrés de diciembre de dos mil cinco, que se lee a fojas 159, desestimó la nulidad formal invocada y con mayores fundamentos, confirmó la de primera instancia, con declaración que se reduce la suma que la demandada subsidiaria deberá pagar al actor, a $ 90.000.000. En contra de esta sentencia, la demandada principal interpuso recurso de casación en la forma y en el fondo y la demandada subsidiaria, casación en el fondo, pidiendo su invalidación y la dictación del correspondiente fallo de reemplazo. Se trajeron estos autos en relación. CONSIDERANDO: I. En cuanto al recurso de casación en la forma deducido en lo principal de fojas 163, por la demandada principal: PRIMERO: Que la recurrente funda su recurso de nulidad, en primer término en la causal 4ª del artículo 768 del Código de Procedimiento Civil, esto es, en el vicio de ultra petita, por haberse otorgando más de lo pedido por las partes o extendido la sentencia a puntos no sometidos a la decisión del Tribunal. Señala que lo resuelto en el fallo no se ajusta a lo demandado en autos, ya que en el libelo se hace referencia a daños corporales, físicos, psíquicos y no patrimoniales. Sostiene que la sentencia al otorgar en la especie, una indemnización por daño no patrimonial, se ha pronunciado sobre materias ajenas a la litis, incurriendo en el vicio denunciado. En segundo lugar, invoca la causal 5ª del citado artículo 768, en relación con el artículo 170, ambos del Código de Enjuiciamiento Civil y 458 Nº 4 y 5 del Código del Trabajo. Señala que el fallo recurrido fue dictado con omisión de los requisitos legales, los que hace consistir en la falta de análisis de toda la prueba rendida y de las consideraciones de hecho y de derecho que deben servirle de fundamento. En efecto, alega que los sentenciadores se han limitado al fundar sus conclusiones en que la avaluación de los perjuicios corresponde al Juez de la causa, sin relacionar ello con la prueba rendida. Sostiene que la simple enunciación de los elementos de convicción allegados al juicio, no constituye un real análisis de las probanzas, pareciendo que los Jueces del fondo estiman que el carácter espiritual y subjetivo del daño moral exime al demandante de la carga de fundarlo y acreditar su procedencia, presumiéndose en los hechos su existencia, considerándose ésta como evidente, sin necesidad de prueba. SEGUNDO: Que el fallo impugnado no incurre en el primer vicio denunciado, puesto que no se ha extendido, como lo sostiene la demandada principal, y actual recurrente a materias ajenas a la litis. En efecto de la lectura del libelo de demanda se advierte con claridad suficiente que lo que se ha demandado por el actor es la reparación de los daños causados por el accidente del trabajo de que fue víctima, invocando los conceptos propios o constitutivos de lo que se conoce y denomina como daño moral al margen de cualquier otra denominación. Es decir, la materia sobre la cual se pronuncian y resuelven los falladores. TERCERO: Que en cuanto al segundo motivo de nulidad formal cabe señalar que contrariamente a lo que sostiene la recurrente lo cierto es que la sentencia recurrida contiene los requisitos cuya ausencia reprocha esta parte. Lo anterior, por cuanto del análisis del fallo en cuestión, aparece que éste analiza la prueba rendida y contiene las consideraciones tanto de hecho como de derecho que sirven de fundamento, a la decisión adoptada respecto de la indemnización solicitada por concepto de daño moral, según se aprecia, de los motivos de la sentencia de primer grado que han sido reproducidos y de los nuevos y mayores fundamentos que se consignaron en el de segunda instancia. CUARTO: Que a lo. anterior se debe agregar que el recurrente no expuso cuáles son los elementos de convicción que, a su entender, no fueron analizados por los sentenciadores, de manera que, atendida la naturaleza de derecho estricto del recurso de que se trata y ante la falta de precisión señalada, este Tribunal no se hará cargo de esa supuesta omisión, por no existir claridad acerca del vicio reclamado.

648

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

649

QUINTO: Que, por otro lado, tampoco respecto de la causal invocada, el recurso intentado cumple con el requisito de preparación que la ley exige, puesto que para que pueda ser admitida la casación en la forma por el motivo denunciado, es necesario, que quien la entabla haya reclamado de la falta ejerciendo oportunamente y en todos sus grados los recursos establecidos por la ley requisito al cual no se ha dado cumplimiento en la especie, desde que la demandada principal si bien interpuso recurso de nulidad formal contra la sentencia de primer grado, lo hizo sólo por la causal de ultra petita, sin alegar las faltas que ahora denuncia relativas a la omisión de requisitos legales, en circunstancias que la sentencia impugnada es simplemente confirmatoria de aquélla. SEXTO: Que por las razones antes señaladas, el recurso de nulidad será rechazado. II. En cuanto al recurso de casación en el fondo deducido en el primer otrosí de fojas 163, por la demandada subsidiaria: SÉPTIMO: Que la recurrente denuncia la vulneración de los artículos 7 y 455 del Código del Trabajo y 1698 del Código Civil. Sostiene que la sentencia impugnada al confirmar el fallo de primer grado y señalar que los hechos allegados por su representado, no se encontrarían debidamente acreditados, incurre en error, producido por faltas en la apreciación de la prueba. En efecto, señala que los Jueces del fondo no valoraron en forma lógica y racional las probanzas, como lo dispone la sana crítica, de manera tal que no resulta explicable que se condene a su parte a una indemnización por un monto exorbitante, por hechos que tuvieron como causa directa la actuación del propio actor. Por otro lado, alega que no existe antecedente alguno que pueda servir de base o fundamento para acreditar el daño moral invocado, ni para establecer la indemnización fijada, habiéndose presumido y, regulado libremente ese perjuicio. Señala que en el contrato de trabajo va envuelto, la obligación para ambas partes de cumplir con las obligaciones de buena fe, por aplicación de lo dispuesto por el artículo 1546 del Código Civil, puesto que se encontraría establecido en autos que la actuación en se produjo el accidente, había sido prohibida por su parte y, pese a ello, el demandante y su padre, desobedeciendo las órdenes dadas, se subieron a la bodega desencadenándose luego el accidente, lo que constituye una violación a las obligaciones expresas e intrínsecas del contrato de trabajo, por parte del actor. Finaliza explicando la influencia que los errores de derecho denunciados, habrían tenido en su concepto, en lo dispositivo del fallo. OCTAVO: Que se han establecido como hechos, en la sentencia impugnada, en lo pertinente, los siguientes: 1) El actor es trabajador de la demandada doña Sandra Salgado Neira y ésta a su vez, es contratista en reparación de techos de bodega de la empresa Compañía Pesquera Camanchaca S.A. 2) El 27 de septiembre de 2003, alrededor de las 14:50 horas, en circunstancias que el actor realizaba trabajos en el techo de bodega Nº 2 de propiedad de la compañía Pesquera Camanchaca S.A., éste cedió, cayendo el trabajador al piso de cemento desde una altura aproximada de 7 metros. 3) El actor laboraba al momento del accidente sin los elementos básicos de prevención de riesgos, para trabajos en altura, el techo no contaba con tablones ni cuerdas y elementos para trasladarse sobre el pizarreño. 4) A cargo del sector donde ocurrió el accidente estaba don Juan Bastías, trabajador de la demandada principal, según lo ha reconocido dicha parte, quien le señaló al representante de la Pesquera que el trabajo se efectuaría en ese momento, atendido que las circunstancias climáticas habían cambiado, solicitando materiales para tales efectos. 5) La ejecución de las labores no fue una acción unilateral de los trabajadores ya que las demandadas no se opusieron a ellas. 6) Producto de la caída, el trabajador sufrió un traumatismo encéfalo craneano de carácter grave y politraumatismo, que le ha producido incapacidad de carácter neurológica y motora, perdiendo el control de los movimientos y del habla. NOVENO: Que sobre la base de los hechos descritos precedentemente, los Jueces del grado, concluyeron que la demandada principal y la subsidiaria, incumplieron el mandato ineludible contenido en el artículo 184 del Código del Trabajo, por cuanto, la empleadora no tomó las medidas necesarias eficaces para salvaguardar la vida y salud del trabajador accidentado, no le otorgó elementos de se-

QUINTO: Que, por otro lado, tampoco respecto de la causal invocada, el recurso intentado cumple con el requisito de preparación que la ley exige, puesto que para que pueda ser admitida la casación en la forma por el motivo denunciado, es necesario, que quien la entabla haya reclamado de la falta ejerciendo oportunamente y en todos sus grados los recursos establecidos por la ley requisito al cual no se ha dado cumplimiento en la especie, desde que la demandada principal si bien interpuso recurso de nulidad formal contra la sentencia de primer grado, lo hizo sólo por la causal de ultra petita, sin alegar las faltas que ahora denuncia relativas a la omisión de requisitos legales, en circunstancias que la sentencia impugnada es simplemente confirmatoria de aquélla. SEXTO: Que por las razones antes señaladas, el recurso de nulidad será rechazado. II. En cuanto al recurso de casación en el fondo deducido en el primer otrosí de fojas 163, por la demandada subsidiaria: SÉPTIMO: Que la recurrente denuncia la vulneración de los artículos 7 y 455 del Código del Trabajo y 1698 del Código Civil. Sostiene que la sentencia impugnada al confirmar el fallo de primer grado y señalar que los hechos allegados por su representado, no se encontrarían debidamente acreditados, incurre en error, producido por faltas en la apreciación de la prueba. En efecto, señala que los Jueces del fondo no valoraron en forma lógica y racional las probanzas, como lo dispone la sana crítica, de manera tal que no resulta explicable que se condene a su parte a una indemnización por un monto exorbitante, por hechos que tuvieron como causa directa la actuación del propio actor. Por otro lado, alega que no existe antecedente alguno que pueda servir de base o fundamento para acreditar el daño moral invocado, ni para establecer la indemnización fijada, habiéndose presumido y, regulado libremente ese perjuicio. Señala que en el contrato de trabajo va envuelto, la obligación para ambas partes de cumplir con las obligaciones de buena fe, por aplicación de lo dispuesto por el artículo 1546 del Código Civil, puesto que se encontraría establecido en autos que la actuación en se produjo el accidente, había sido prohibida por su parte y, pese a ello, el demandante y su padre, desobedeciendo las órdenes dadas, se subieron a la bodega desencadenándose luego el accidente, lo que constituye una violación a las obligaciones expresas e intrínsecas del contrato de trabajo, por parte del actor. Finaliza explicando la influencia que los errores de derecho denunciados, habrían tenido en su concepto, en lo dispositivo del fallo. OCTAVO: Que se han establecido como hechos, en la sentencia impugnada, en lo pertinente, los siguientes: 1) El actor es trabajador de la demandada doña Sandra Salgado Neira y ésta a su vez, es contratista en reparación de techos de bodega de la empresa Compañía Pesquera Camanchaca S.A. 2) El 27 de septiembre de 2003, alrededor de las 14:50 horas, en circunstancias que el actor realizaba trabajos en el techo de bodega Nº 2 de propiedad de la compañía Pesquera Camanchaca S.A., éste cedió, cayendo el trabajador al piso de cemento desde una altura aproximada de 7 metros. 3) El actor laboraba al momento del accidente sin los elementos básicos de prevención de riesgos, para trabajos en altura, el techo no contaba con tablones ni cuerdas y elementos para trasladarse sobre el pizarreño. 4) A cargo del sector donde ocurrió el accidente estaba don Juan Bastías, trabajador de la demandada principal, según lo ha reconocido dicha parte, quien le señaló al representante de la Pesquera que el trabajo se efectuaría en ese momento, atendido que las circunstancias climáticas habían cambiado, solicitando materiales para tales efectos. 5) La ejecución de las labores no fue una acción unilateral de los trabajadores ya que las demandadas no se opusieron a ellas. 6) Producto de la caída, el trabajador sufrió un traumatismo encéfalo craneano de carácter grave y politraumatismo, que le ha producido incapacidad de carácter neurológica y motora, perdiendo el control de los movimientos y del habla. NOVENO: Que sobre la base de los hechos descritos precedentemente, los Jueces del grado, concluyeron que la demandada principal y la subsidiaria, incumplieron el mandato ineludible contenido en el artículo 184 del Código del Trabajo, por cuanto, la empleadora no tomó las medidas necesarias eficaces para salvaguardar la vida y salud del trabajador accidentado, no le otorgó elementos de seACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

649

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

guridad con el mismo propósito y no le informó debida y oportunamente los riesgos de la faena. Desestiman las alegaciones de la demandada en orden a que en definitiva, el hecho habría ocurrido por culpa del actor y de su padre, también trabajador de ésta, por encontrarse establecido que no ha sido una acción unilateral de ellos, puesto que ninguna de las demandadas, se opusieron a esto, sin que hayan reclamado no haber tenido conocimiento de los hechos, que se ejecutaron en dependencias de la propia empresa mandante, cuestión que tampoco sería procedente de invocar, por cuanto esto significaría, un reconocimiento de falta de gestión, inoperancia administrativa o descuido en operaciones internas. Se concluye, además, que habiéndose discutido que el trabajo desempeñado por el actor se encontraba programado para ese día y lugar, la demandada no acreditó, correspondiéndole hacerlo que tales labores se habían suspendido, ni menos que en el caso de haber existido esta orden, le hubiese sido comunicada al trabajador, lo que constituye una infracción a la obligación de cuidado que le impone el mencionado artículo 184 del Código del ramo, al empleador. Por lo que acogieron la demanda intentada en estos autos, condenando a la contratista como demandada principal y a la Sociedad Pesquera Camanchaca S.A., como responsable subsidiaria, al pago de la indemnización por concepto de daño moral establecida. DÉCIMO: Que, en conformidad a lo que se ha anotado, se colige, en primer lugar que la demandada contraría los presupuestos fácticos establecidos, desde que alega la existencia de hechos que no se han tenido por acreditados, conforme a los cuales, a su juicio se demostraría que el accidente se habría verificado por el actuar del actor y no por la responsabilidad de su parte. Sin embargo, tales alegaciones del recurrente resultan totalmente opuestas a las conclusiones a que llegaron los Jueces del grado, de manera que lo pretendido es, en definitiva, alterar los hechos asentados, modificación que no es posible por esta vía, pues como reiteradamente lo ha decidido esta Corte, el establecimiento de los hechos, mediante la apreciación de la prueba rendido conforme a las reglas de la sana crítica, corresponde a facultades propias de aquellos Jueces y no admite revisión por este medio, salvo que para concluir en determinado sentido se hayan transgredido las normas científicas, de la experiencia, técnicas, o simplemente lógicas, cuestión que no se advierte en el caso. DECIMOPRIMERO: Que, por otro lado, la recurrente tampoco ha impugnado directamente los hechos que se han establecido y de los cuales emana la responsabilidad que se le atribuye a la recurrente, esto es, la negligencia de la entidad empleadora en la adopción de medidas de seguridad, ni tampoco ha denunciado en este sentido infracción a la norma sustantiva pertinente, que regula la materia, como es el artículo 184 del Código Laboral, todo lo cual impide a este Tribunal de casación revisar el fallo cuestionado en los aspectos impugnados. DECIMOSEGUNDO: Que la alteración del onus probandi supone una variación de la carga de la prueba, la que importa un cambio acerca de quién debe demostrar sus aseveraciones, lo que el recurrente funda en la falta de prueba respecto de la existencia del daño moral y la presunción que del mismo se habría hecho por los sentenciadores y a su libre regulación. DECIMOTERCERO: Que, al respecto, cabe señalar que los sentenciadores han tenido por probado este daño, conforme el mérito de los antecedentes allegados al proceso, tal como se consigna en el fundamento 5º del fallo impugnado y 28º del de primer grado, reproducido por el de segunda instancia, sobre la base de las consideraciones que allí se indican, todo en el ámbito de sus facultades privativas de ponderación de la prueba, lo que demuestra la equivocación de la recurrente y la ausencia del yerro denunciado al respecto. Por otro lado, en torno al monto establecido por los sentenciadores y que también impugna la demandada, cabe señalar que la regulación del mismo, como se ha resuelto reiteradamente corresponde a los Jueces de la instancia, no correspondiéndolo a este Tribunal de casación la revisión de esta materia. DECIMOCUARTO: Que acerca de la vulneración del artículo 7º del Código del Trabajo lo cierto es que tal disposición no ha podido ser infringida en la forma que lo indica la recurrente al tenor de lo señalado en los motivos precedentes y no resultar atingente a la materia discutida a propósito del recurso intentado esto es, la responsabilidad de la demandada en el accidente sufrido por el actor y la procedencia de la condena impuesta por concepto de daño moral. DECIMOQUINTO: Que por lo razonado se concluye que el presente recurso no puede prosperar y debe ser desestimado.

650

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

guridad con el mismo propósito y no le informó debida y oportunamente los riesgos de la faena. Desestiman las alegaciones de la demandada en orden a que en definitiva, el hecho habría ocurrido por culpa del actor y de su padre, también trabajador de ésta, por encontrarse establecido que no ha sido una acción unilateral de ellos, puesto que ninguna de las demandadas, se opusieron a esto, sin que hayan reclamado no haber tenido conocimiento de los hechos, que se ejecutaron en dependencias de la propia empresa mandante, cuestión que tampoco sería procedente de invocar, por cuanto esto significaría, un reconocimiento de falta de gestión, inoperancia administrativa o descuido en operaciones internas. Se concluye, además, que habiéndose discutido que el trabajo desempeñado por el actor se encontraba programado para ese día y lugar, la demandada no acreditó, correspondiéndole hacerlo que tales labores se habían suspendido, ni menos que en el caso de haber existido esta orden, le hubiese sido comunicada al trabajador, lo que constituye una infracción a la obligación de cuidado que le impone el mencionado artículo 184 del Código del ramo, al empleador. Por lo que acogieron la demanda intentada en estos autos, condenando a la contratista como demandada principal y a la Sociedad Pesquera Camanchaca S.A., como responsable subsidiaria, al pago de la indemnización por concepto de daño moral establecida. DÉCIMO: Que, en conformidad a lo que se ha anotado, se colige, en primer lugar que la demandada contraría los presupuestos fácticos establecidos, desde que alega la existencia de hechos que no se han tenido por acreditados, conforme a los cuales, a su juicio se demostraría que el accidente se habría verificado por el actuar del actor y no por la responsabilidad de su parte. Sin embargo, tales alegaciones del recurrente resultan totalmente opuestas a las conclusiones a que llegaron los Jueces del grado, de manera que lo pretendido es, en definitiva, alterar los hechos asentados, modificación que no es posible por esta vía, pues como reiteradamente lo ha decidido esta Corte, el establecimiento de los hechos, mediante la apreciación de la prueba rendido conforme a las reglas de la sana crítica, corresponde a facultades propias de aquellos Jueces y no admite revisión por este medio, salvo que para concluir en determinado sentido se hayan transgredido las normas científicas, de la experiencia, técnicas, o simplemente lógicas, cuestión que no se advierte en el caso. DECIMOPRIMERO: Que, por otro lado, la recurrente tampoco ha impugnado directamente los hechos que se han establecido y de los cuales emana la responsabilidad que se le atribuye a la recurrente, esto es, la negligencia de la entidad empleadora en la adopción de medidas de seguridad, ni tampoco ha denunciado en este sentido infracción a la norma sustantiva pertinente, que regula la materia, como es el artículo 184 del Código Laboral, todo lo cual impide a este Tribunal de casación revisar el fallo cuestionado en los aspectos impugnados. DECIMOSEGUNDO: Que la alteración del onus probandi supone una variación de la carga de la prueba, la que importa un cambio acerca de quién debe demostrar sus aseveraciones, lo que el recurrente funda en la falta de prueba respecto de la existencia del daño moral y la presunción que del mismo se habría hecho por los sentenciadores y a su libre regulación. DECIMOTERCERO: Que, al respecto, cabe señalar que los sentenciadores han tenido por probado este daño, conforme el mérito de los antecedentes allegados al proceso, tal como se consigna en el fundamento 5º del fallo impugnado y 28º del de primer grado, reproducido por el de segunda instancia, sobre la base de las consideraciones que allí se indican, todo en el ámbito de sus facultades privativas de ponderación de la prueba, lo que demuestra la equivocación de la recurrente y la ausencia del yerro denunciado al respecto. Por otro lado, en torno al monto establecido por los sentenciadores y que también impugna la demandada, cabe señalar que la regulación del mismo, como se ha resuelto reiteradamente corresponde a los Jueces de la instancia, no correspondiéndolo a este Tribunal de casación la revisión de esta materia. DECIMOCUARTO: Que acerca de la vulneración del artículo 7º del Código del Trabajo lo cierto es que tal disposición no ha podido ser infringida en la forma que lo indica la recurrente al tenor de lo señalado en los motivos precedentes y no resultar atingente a la materia discutida a propósito del recurso intentado esto es, la responsabilidad de la demandada en el accidente sufrido por el actor y la procedencia de la condena impuesta por concepto de daño moral. DECIMOQUINTO: Que por lo razonado se concluye que el presente recurso no puede prosperar y debe ser desestimado.

650

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

651

II. En cuanto al recurso de casación en el fondo deducido a fojas 176 por la demandada subsidiaria: DECIMOSEXTO: Que el recurrente expresa que al acoger la demanda en contra de su representada se han vulnerado los artículos 64 del Código del Trabajo y 1698 del Código Civil. Sostiene que constituye un error considerar que a su parte le asiste responsabilidad subsidiaria, respecto del daño moral establecido en el fallo impugnado. En efecto, señala que tal responsabilidad posee límites desde un doble punto de vista. El primero de ellos está dado por la propia ley, ya que el tenor de la primera de las disposiciones citadas, en relación, además con lo dispuesto por el artículo 64 bis del Código del ramo, es claro en orden a limitar la responsabilidad del dueño de la obra o faena a las obligaciones laborales y previsionales, las que estarían constituidas fundamentalmente por el pago de las remuneraciones en concepto amplio y de las cotizaciones de salud y seguridad social, no resultando procedente extender la responsabilidad del dueño de la obra, faena o empresa a indemnizaciones extrañas a las establecidas en el capítulo de protección de las remuneraciones, del Código Laboral. La segunda limitante está dada por el hecho que la responsabilidad en estudio, sólo puede extenderse al dueño de la obra, empresa o faena, cuando éste ha podido fiscalizar el cumplimiento por parte del contratista o subcontratista de las obligaciones de las que se pretende hacerlo responsable, pues si, esto ha escapado de su esfera de control no puede atribuírsele tal responsabilidad. Por otro lado, también existe otra limitación fáctica dada por el tiempo, en el sentido que sólo puede ser responsable en forma proporcional a la obra encargada y siempre que ésta haya sido efectivamente acordada. En este sentido, alega que se encuentra acreditado en autos que los trabajos en los techos habían sido prohibidos por su parte, conforme al mérito de la prueba que indica, no existiendo así el beneficio que haga procedente la carga de la subsidiaridad. Señala que, en todo caso, tampoco se encuentra justificada en autos la existencia del daño y el perjuicio sufrido de manera tal que al haberse resuelto como lo han hecho los sentenciadores, acogiendo la pretensión de daño moral se ha vulnerado la disposición que establece la carga de la prueba puesto que, en definitiva, lo que ha sucedido en la especie es que se ha presumido la existencia de este perjuicio y también su monto, puesto que no existe antecedente alguno considerado para su avaluación. Finaliza explicando la influencia que los errores de derecho denunciados habrían tenido en su concepto, en lo dispositivo del fallo. DECIMOSÉPTIMO: Que la controversia de derecho se circunscribe en la especie a determinar el sentido y alcance de la expresión “obligaciones laborales y previsionales” contenidas en los artículos 64 y 64 bis del Código del Trabajo, para los efectos de hacer responsable, de manera subsidiaria, al dueño de la obra o faena en relación con un trabajador a quien se le han ocasionado perjuicios, con motivo u ocasión de un accidente del trabajo, como ocurre con el caso de autos. DECIMOCTAVO: Que en relación con la responsabilidad subsidiaria, el artículo 64 del Código del ramo, en su redacción vigente a la fecha de ocurrencia de los hechos, prescribía: “El dueño de la obra, empresa o faena será subsidiariamente responsable de las obligaciones laborales y previsionales que afecten a los contratistas en favor de los trabajadores de éstos. También responderá de iguales obligaciones que afecten a los subcontratistas, cuando no pudiere hacerse efectiva la responsabilidad a que se refiere el inciso siguiente...”. DECIMONOVENO: Que el sentido de la norma es claro en orden a limitar la responsabilidad del dueño de la obra o faena a las obligaciones laborales y previsionales, de manera que es a estos deberes a los que debe estarse para los efectos de precisar la existencia de aquella responsabilidad. Estos últimos, sin duda, involucran la prevención de las contingencias sociales y la cobertura de siniestros propiamente tales, esto es, sistema de pensiones a través de las Administradoras de Fondos de esa naturaleza y la salud, por intermedio de las Instituciones respectivas como, asimismo, la afiliación y cotización, es decir, el acto por el cual un particular se integra al régimen de seguridad social y la cuota con la que obligatoriamente trabajadores o empleadores deben concurrir a los regímenes de seguridad para financiar sus fines. VIGÉSIMO: Que, por otro lado, respecto de la obligación laboral de que se trata, esto es, el deber de seguridad contemplado en el artículo 184 del Código del Trabajo, de cuya infracción ha derivado un accidente de esa naturaleza, del que se pretende hacer responsable subsidiariamente a la recurrente, corresponde precisar que constituye una de las variadas manifestaciones del deber general de

II. En cuanto al recurso de casación en el fondo deducido a fojas 176 por la demandada subsidiaria: DECIMOSEXTO: Que el recurrente expresa que al acoger la demanda en contra de su representada se han vulnerado los artículos 64 del Código del Trabajo y 1698 del Código Civil. Sostiene que constituye un error considerar que a su parte le asiste responsabilidad subsidiaria, respecto del daño moral establecido en el fallo impugnado. En efecto, señala que tal responsabilidad posee límites desde un doble punto de vista. El primero de ellos está dado por la propia ley, ya que el tenor de la primera de las disposiciones citadas, en relación, además con lo dispuesto por el artículo 64 bis del Código del ramo, es claro en orden a limitar la responsabilidad del dueño de la obra o faena a las obligaciones laborales y previsionales, las que estarían constituidas fundamentalmente por el pago de las remuneraciones en concepto amplio y de las cotizaciones de salud y seguridad social, no resultando procedente extender la responsabilidad del dueño de la obra, faena o empresa a indemnizaciones extrañas a las establecidas en el capítulo de protección de las remuneraciones, del Código Laboral. La segunda limitante está dada por el hecho que la responsabilidad en estudio, sólo puede extenderse al dueño de la obra, empresa o faena, cuando éste ha podido fiscalizar el cumplimiento por parte del contratista o subcontratista de las obligaciones de las que se pretende hacerlo responsable, pues si, esto ha escapado de su esfera de control no puede atribuírsele tal responsabilidad. Por otro lado, también existe otra limitación fáctica dada por el tiempo, en el sentido que sólo puede ser responsable en forma proporcional a la obra encargada y siempre que ésta haya sido efectivamente acordada. En este sentido, alega que se encuentra acreditado en autos que los trabajos en los techos habían sido prohibidos por su parte, conforme al mérito de la prueba que indica, no existiendo así el beneficio que haga procedente la carga de la subsidiaridad. Señala que, en todo caso, tampoco se encuentra justificada en autos la existencia del daño y el perjuicio sufrido de manera tal que al haberse resuelto como lo han hecho los sentenciadores, acogiendo la pretensión de daño moral se ha vulnerado la disposición que establece la carga de la prueba puesto que, en definitiva, lo que ha sucedido en la especie es que se ha presumido la existencia de este perjuicio y también su monto, puesto que no existe antecedente alguno considerado para su avaluación. Finaliza explicando la influencia que los errores de derecho denunciados habrían tenido en su concepto, en lo dispositivo del fallo. DECIMOSÉPTIMO: Que la controversia de derecho se circunscribe en la especie a determinar el sentido y alcance de la expresión “obligaciones laborales y previsionales” contenidas en los artículos 64 y 64 bis del Código del Trabajo, para los efectos de hacer responsable, de manera subsidiaria, al dueño de la obra o faena en relación con un trabajador a quien se le han ocasionado perjuicios, con motivo u ocasión de un accidente del trabajo, como ocurre con el caso de autos. DECIMOCTAVO: Que en relación con la responsabilidad subsidiaria, el artículo 64 del Código del ramo, en su redacción vigente a la fecha de ocurrencia de los hechos, prescribía: “El dueño de la obra, empresa o faena será subsidiariamente responsable de las obligaciones laborales y previsionales que afecten a los contratistas en favor de los trabajadores de éstos. También responderá de iguales obligaciones que afecten a los subcontratistas, cuando no pudiere hacerse efectiva la responsabilidad a que se refiere el inciso siguiente...”. DECIMONOVENO: Que el sentido de la norma es claro en orden a limitar la responsabilidad del dueño de la obra o faena a las obligaciones laborales y previsionales, de manera que es a estos deberes a los que debe estarse para los efectos de precisar la existencia de aquella responsabilidad. Estos últimos, sin duda, involucran la prevención de las contingencias sociales y la cobertura de siniestros propiamente tales, esto es, sistema de pensiones a través de las Administradoras de Fondos de esa naturaleza y la salud, por intermedio de las Instituciones respectivas como, asimismo, la afiliación y cotización, es decir, el acto por el cual un particular se integra al régimen de seguridad social y la cuota con la que obligatoriamente trabajadores o empleadores deben concurrir a los regímenes de seguridad para financiar sus fines. VIGÉSIMO: Que, por otro lado, respecto de la obligación laboral de que se trata, esto es, el deber de seguridad contemplado en el artículo 184 del Código del Trabajo, de cuya infracción ha derivado un accidente de esa naturaleza, del que se pretende hacer responsable subsidiariamente a la recurrente, corresponde precisar que constituye una de las variadas manifestaciones del deber general de ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

651

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

protección que se impone al empleador, cuyo origen algunos autores lo sitúan en la contrapartida al deber de fidelidad y lealtad que pesan sobre el trabajador; otros, en la situación de comunidad jurídico personal que caracteriza a la vinculación laboral. Sin embargo, lo cierto es que, sea cual fuere su origen, el legislador nacional lo ha establecido expresamente en el citado artículo 184 y, por lo tanto, puede anotarse que se trata de una obligación laboral cuya fuente es la ley. VIGÉSIMO PRIMERO: Que, en este orden de ideas, es útil precisar también, como ya se ha decidido por este Tribunal que, ciertamente, la responsabilidad subsidiaria posee límites. Tales límites están dados desde un doble punto de vista, tanto jurídico como fáctico. Jurídicamente, uno de los límites de la responsabilidad subsidiaria, está establecido en el propio inciso final del artículo 64 del Código del Trabajo, en cuanto no la extiende al caso de construcción de edificios por un precio único prefijado, encargada por una persona natural. VIGÉSIMO SEGUNDO: Que, desde un ángulo práctico la responsabilidad en examen debe estimarse comprensiva sólo de los casos en que el dueño de la obra, faena o empresa ha pedido fiscalizar el cumplimiento por parte del contratista o subcontratista de las obligaciones de las que se pretende hacerlo responsable. Ya se resolvió en materias similares que si ello escapaba de la esfera de control del responsable subsidiario, éste no puede ser condenado en tal calidad. VIGÉSIMO TERCERO: Que, al respecto, cabe señalar que conforme a los hechos asentados por los Jueces del fondo, consignados en el motivo octavo, los sentenciadores, aplicando los artículos 64 y 184 del Código del Trabajo, concluyeron que la empleadora tuvo responsabilidad en el accidente que sufrió el actor por las razones que ya se han analizado, desestimando las alegaciones de dicha parte en orden a que no le sería aplicable la responsabilidad subsidiaria que se le atribuye, por no haber tenido en la especie la posibilidad de fiscalizar el cumplimiento de las obligaciones de seguridad por parte del empleador directo; puesto que en el caso específico las labores se ejecutaban en el lugar en que desarrollaba sus actividades la empresa demandada, en el cual le es exigible mantener un control tanto de acceso como de las acciones que se ejecutan en su interior, lo que no ha sido desvirtuado por dicha parte. VIGÉSIMO CUARTO: Que por consiguiente y sobre la base de los hechos asentados en este proceso, es posible atribuir a la dueña de la obra o faena la recurrente de casación responsabilidad subsidiaria en la condena que se le ha impuesto a la contratista por infringir el deber de seguridad, desde, que aquélla estuvo en condiciones reales de ejercer una fiscalización mayor que la que hizo operar en relación con el cumplimiento de las medidas que tendieran a proteger eficazmente la vida y seguridad de los trabajadores de la obra o faena contratada, tal como se ha dejado establecido en el fallo en estudio. VIGÉSIMO QUINTO: Que de acuerdo con lo anterior, los sentenciadores no interpretaron, ni aplicaron erróneamente la norma del artículo 64 del Código del Trabajo, al extender la responsabilidad subsidiaria del dueño de la obra o faena a una situación de hecho prevista por aquella, dada la posibilidad de fiscalización que se ha establecido como presupuesto fáctico, el que por lo demás, aparece como inmodificable para este Tribunal de Casación, el que por regla general, no puede revisar los hechos, salvo que en su determinación se hayan vulnerado los principios y reglas de la sana crítica, lo que no se evidencia que hubiera ocurrido en la especie, ni ha sido tampoco enunciado, por la recurrente. VIGÉSIMO SEXTO: Que los Jueces del fondo tampoco han infringido el artículo 1698 del Código Civil, pues como se ha dicho, la decisión de acoger la demanda y condenar a las demandas al pago de una suma dineraria por concepto de daño moral, aparece justificada conforme al mérito de los elementos probatorios aportados al juicio y a la valoración que de ellos han hecho, no siendo efectiva la afirmación que este perjuicio habría sido presumido por los falladores. Por otro lado, la determinación de su monto, constituye una cuestión propia que los Jueces de la instancia están llamados a resolver y que por corresponder a sus facultades privativas, no corresponde a esta Corte revisar. VIGÉSIMO SÉPTIMO: Que por lo razonado este recurso será desestimado. Por estas consideraciones y visto, además, lo dispuesto en los artículos 764, 765 y 768 del Código de Procedimiento Civil, se rechazan los recursos de casación en la forma y en el fondo interpuestos por la demandada principal a fojas 163 y el recurso de casación en el fondo deducido por la deman-

652

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

protección que se impone al empleador, cuyo origen algunos autores lo sitúan en la contrapartida al deber de fidelidad y lealtad que pesan sobre el trabajador; otros, en la situación de comunidad jurídico personal que caracteriza a la vinculación laboral. Sin embargo, lo cierto es que, sea cual fuere su origen, el legislador nacional lo ha establecido expresamente en el citado artículo 184 y, por lo tanto, puede anotarse que se trata de una obligación laboral cuya fuente es la ley. VIGÉSIMO PRIMERO: Que, en este orden de ideas, es útil precisar también, como ya se ha decidido por este Tribunal que, ciertamente, la responsabilidad subsidiaria posee límites. Tales límites están dados desde un doble punto de vista, tanto jurídico como fáctico. Jurídicamente, uno de los límites de la responsabilidad subsidiaria, está establecido en el propio inciso final del artículo 64 del Código del Trabajo, en cuanto no la extiende al caso de construcción de edificios por un precio único prefijado, encargada por una persona natural. VIGÉSIMO SEGUNDO: Que, desde un ángulo práctico la responsabilidad en examen debe estimarse comprensiva sólo de los casos en que el dueño de la obra, faena o empresa ha pedido fiscalizar el cumplimiento por parte del contratista o subcontratista de las obligaciones de las que se pretende hacerlo responsable. Ya se resolvió en materias similares que si ello escapaba de la esfera de control del responsable subsidiario, éste no puede ser condenado en tal calidad. VIGÉSIMO TERCERO: Que, al respecto, cabe señalar que conforme a los hechos asentados por los Jueces del fondo, consignados en el motivo octavo, los sentenciadores, aplicando los artículos 64 y 184 del Código del Trabajo, concluyeron que la empleadora tuvo responsabilidad en el accidente que sufrió el actor por las razones que ya se han analizado, desestimando las alegaciones de dicha parte en orden a que no le sería aplicable la responsabilidad subsidiaria que se le atribuye, por no haber tenido en la especie la posibilidad de fiscalizar el cumplimiento de las obligaciones de seguridad por parte del empleador directo; puesto que en el caso específico las labores se ejecutaban en el lugar en que desarrollaba sus actividades la empresa demandada, en el cual le es exigible mantener un control tanto de acceso como de las acciones que se ejecutan en su interior, lo que no ha sido desvirtuado por dicha parte. VIGÉSIMO CUARTO: Que por consiguiente y sobre la base de los hechos asentados en este proceso, es posible atribuir a la dueña de la obra o faena la recurrente de casación responsabilidad subsidiaria en la condena que se le ha impuesto a la contratista por infringir el deber de seguridad, desde, que aquélla estuvo en condiciones reales de ejercer una fiscalización mayor que la que hizo operar en relación con el cumplimiento de las medidas que tendieran a proteger eficazmente la vida y seguridad de los trabajadores de la obra o faena contratada, tal como se ha dejado establecido en el fallo en estudio. VIGÉSIMO QUINTO: Que de acuerdo con lo anterior, los sentenciadores no interpretaron, ni aplicaron erróneamente la norma del artículo 64 del Código del Trabajo, al extender la responsabilidad subsidiaria del dueño de la obra o faena a una situación de hecho prevista por aquella, dada la posibilidad de fiscalización que se ha establecido como presupuesto fáctico, el que por lo demás, aparece como inmodificable para este Tribunal de Casación, el que por regla general, no puede revisar los hechos, salvo que en su determinación se hayan vulnerado los principios y reglas de la sana crítica, lo que no se evidencia que hubiera ocurrido en la especie, ni ha sido tampoco enunciado, por la recurrente. VIGÉSIMO SEXTO: Que los Jueces del fondo tampoco han infringido el artículo 1698 del Código Civil, pues como se ha dicho, la decisión de acoger la demanda y condenar a las demandas al pago de una suma dineraria por concepto de daño moral, aparece justificada conforme al mérito de los elementos probatorios aportados al juicio y a la valoración que de ellos han hecho, no siendo efectiva la afirmación que este perjuicio habría sido presumido por los falladores. Por otro lado, la determinación de su monto, constituye una cuestión propia que los Jueces de la instancia están llamados a resolver y que por corresponder a sus facultades privativas, no corresponde a esta Corte revisar. VIGÉSIMO SÉPTIMO: Que por lo razonado este recurso será desestimado. Por estas consideraciones y visto, además, lo dispuesto en los artículos 764, 765 y 768 del Código de Procedimiento Civil, se rechazan los recursos de casación en la forma y en el fondo interpuestos por la demandada principal a fojas 163 y el recurso de casación en el fondo deducido por la deman-

652

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

653

dada subsidiaria a fojas 176, contra la sentencia de veintitrés de diciembre de dos mil cinco, escrita a fojas 159 y siguientes. Regístrese y devuélvase, con sus agregados. Rol Nº 748 06. Pronunciada por la Cuarta Sala de la Corte Suprema integrada por los Ministros señores Orlando Alvarez H., Urbano Marín V., Patricio Valdés A., señora Gabriela Pérez P. y el Abogado Integrante señor Fernando Castro A. No firma el Abogado Integrante señor Castro, no obstante haber concurrido a la vista del recurso y acuerdo del fallo, por estar ausente. Santiago, 24 de septiembre de dos mil siete. Autoriza el Secretario de la Corte Suprema, señor Carlos Meneses Pizarro.

dada subsidiaria a fojas 176, contra la sentencia de veintitrés de diciembre de dos mil cinco, escrita a fojas 159 y siguientes. Regístrese y devuélvase, con sus agregados. Rol Nº 748 06. Pronunciada por la Cuarta Sala de la Corte Suprema integrada por los Ministros señores Orlando Alvarez H., Urbano Marín V., Patricio Valdés A., señora Gabriela Pérez P. y el Abogado Integrante señor Fernando Castro A. No firma el Abogado Integrante señor Castro, no obstante haber concurrido a la vista del recurso y acuerdo del fallo, por estar ausente. Santiago, 24 de septiembre de dos mil siete. Autoriza el Secretario de la Corte Suprema, señor Carlos Meneses Pizarro. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

653

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Rancagua, treinta y uno de marzo de dos mil seis. VISTOS: A fojas 1, don Rafael Calderón Alarcón, obrero, domiciliado en Edificio Plaza Oriente, oficina 306, ciudad de Rancagua, interpone demanda en juicio ordinario del trabajo en contra de la Empresa Constructora A.C.M. Ltda., representada don Patricio Huidobro Navarrete, domiciliados en calle Marchant Pereira Nº 416, comuna de Providencia, Santiago. Funda su demanda en las circunstancias consistentes en que el día 6 de febrero de 2004, estando trabajando, perdió el equilibrio y se fue guarda abajo en el andamio que le servida de sostén, todo ello, debido a que la empresa para la cual trabajaba no le proporcionó los implementos de seguridad entre ellos el cinturón de seguridad, que le protegiera de la caída, agrega que fue a parar al suelo sin el uso del casco protector que se le había soltado. Expone que a consecuencia de la caída, sufrió traumatismo encéfalo craneano (T.E.C. abierto) la rotura de su masa ósea craneana, pómulo izquierdo, pérdida parcial de la visión y quebradura expuesta de muñeca de su mano derecha, que quedó inutilizada. Que en el trayecto al Hospital del Trabajador de la Asociación Chilena de Seguridad perdió el conocimiento, el que vino a recuperar el día 11 de febrero, cinco días después de la caída. Sufriendo de dolores y lentos movimientos en el cuerpo. En la operación que se le practicó se le colocaron dos placas de titanio para cubrir facturas del frontal orbitaria y fractura pared anterior y posterior de senomaxilar izquierdo y una prótesis atornillada en la muñeca de su mano derecha. Agrega, que actualmente esté en reposo laboral en el Hospital del Trabajador con tratamientos en varios departamentos, como traumatológicos, neurologías, otorrinología, fisiatría, psiquiatría y sicología; además perdió audición del oído izquierdo y tiene rigidez en su mano derecha. Fundamenta, además, su demanda en haber dejado el demandado de cumplir con las obligaciones que le impone el artículo 184 del Código del Trabajo, al no tomar las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud del trabajador a quien se le ordenó realizar un trabajo de alto riesgo y, asimismo, incumplió la obligación de seguridad que establecen los artículos 68 inciso 1º y 3º de la ley 16.744, en relación con el artículo 2.320 inciso 1º del Código Civil. Alega, que a consecuencia de sus lesiones cerebrales, ha quedado expuesto a una epilepsia debido a los medicamentos suministrados. Añade que, el accidente no se habría producido de no mediar la negligencia y falta de cuidado de su empleador, fundamenta que las lesiones sufridas por el accidente repercuten dolorosamente en su estado de ánimo, especialmente por estar propenso a la epilepsia, la cual lo hace sentir menoscabado, pérdida de autoestima, estados depresivos, impotencia sexual, sufrimientos que equivalen a un daño moral que le deben ser indemnizados. Solicita se obligue a la empresa demandada al pago de las siguientes sumas: $ 40.000.000 millones de pesos, por daño físico, la suma de $ 80.000.000 millones de pesos, a título de daño moral, reservándose el derecho del lucro cesante que resultare de la diferencia de remuneraciones entre el monto de la pensión que se le asigne por incapacidad laboral, en relación con su remuneración actual. Por lo expuesto y disposiciones legales que invoca, concluye pidiendo se declare que el empleador indemnice al demandante los perjuicios sufridos con ocasión del accidente y, asimismo, se condene a ésta pagar en favor del actor la suma de $ 80.000.000 por concepto de daño moral y $ 40.000.000 millones de pesos, por concepto de lesiones físicas. Todo lo que demanda con más reajustes, intereses entre la fecha en que ocurrió el accidente y el pago efectivo, con costas. A fojas 15, don Patricio Huidobro Navarrete, expresa que contestando la demanda deducida en contra de su representada, Empresa Constructora A.C.M. Ltda., solicita su rechazo. Al efecto, esgrime que Rafael Calderón Alarcón ingresó a prestar servicios para la Empresa Constructora A.C.M. Ltda., el 23 de noviembre del año 2003, sujeto a contrato de trabajo, para prestar servicios en las obras de reparaciones y remodelación del inmueble denominado Punta del Sol, ubicado en la comuna de Rancagua, bajo la supervisión del ingeniero Fernando Oliva Arratia y del jefe de obra Manuel Cornejo. Agrega que, con fecha 06 de febrero del año 2004, en circunstancias que el demandante se encontraba trabajando en la obra en cuestión, ocurrió el accidente expuesto en la demanda de autos. Agrega que,

654

I. SENTENCIA DE PRIMER GRADO

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol N°: 3995-2006 Cita online: CL/JUR/6065/2006

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol N°: 3995-2006 Cita online: CL/JUR/6065/2006

I. SENTENCIA DE PRIMER GRADO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Rancagua, treinta y uno de marzo de dos mil seis. VISTOS: A fojas 1, don Rafael Calderón Alarcón, obrero, domiciliado en Edificio Plaza Oriente, oficina 306, ciudad de Rancagua, interpone demanda en juicio ordinario del trabajo en contra de la Empresa Constructora A.C.M. Ltda., representada don Patricio Huidobro Navarrete, domiciliados en calle Marchant Pereira Nº 416, comuna de Providencia, Santiago. Funda su demanda en las circunstancias consistentes en que el día 6 de febrero de 2004, estando trabajando, perdió el equilibrio y se fue guarda abajo en el andamio que le servida de sostén, todo ello, debido a que la empresa para la cual trabajaba no le proporcionó los implementos de seguridad entre ellos el cinturón de seguridad, que le protegiera de la caída, agrega que fue a parar al suelo sin el uso del casco protector que se le había soltado. Expone que a consecuencia de la caída, sufrió traumatismo encéfalo craneano (T.E.C. abierto) la rotura de su masa ósea craneana, pómulo izquierdo, pérdida parcial de la visión y quebradura expuesta de muñeca de su mano derecha, que quedó inutilizada. Que en el trayecto al Hospital del Trabajador de la Asociación Chilena de Seguridad perdió el conocimiento, el que vino a recuperar el día 11 de febrero, cinco días después de la caída. Sufriendo de dolores y lentos movimientos en el cuerpo. En la operación que se le practicó se le colocaron dos placas de titanio para cubrir facturas del frontal orbitaria y fractura pared anterior y posterior de senomaxilar izquierdo y una prótesis atornillada en la muñeca de su mano derecha. Agrega, que actualmente esté en reposo laboral en el Hospital del Trabajador con tratamientos en varios departamentos, como traumatológicos, neurologías, otorrinología, fisiatría, psiquiatría y sicología; además perdió audición del oído izquierdo y tiene rigidez en su mano derecha. Fundamenta, además, su demanda en haber dejado el demandado de cumplir con las obligaciones que le impone el artículo 184 del Código del Trabajo, al no tomar las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud del trabajador a quien se le ordenó realizar un trabajo de alto riesgo y, asimismo, incumplió la obligación de seguridad que establecen los artículos 68 inciso 1º y 3º de la ley 16.744, en relación con el artículo 2.320 inciso 1º del Código Civil. Alega, que a consecuencia de sus lesiones cerebrales, ha quedado expuesto a una epilepsia debido a los medicamentos suministrados. Añade que, el accidente no se habría producido de no mediar la negligencia y falta de cuidado de su empleador, fundamenta que las lesiones sufridas por el accidente repercuten dolorosamente en su estado de ánimo, especialmente por estar propenso a la epilepsia, la cual lo hace sentir menoscabado, pérdida de autoestima, estados depresivos, impotencia sexual, sufrimientos que equivalen a un daño moral que le deben ser indemnizados. Solicita se obligue a la empresa demandada al pago de las siguientes sumas: $ 40.000.000 millones de pesos, por daño físico, la suma de $ 80.000.000 millones de pesos, a título de daño moral, reservándose el derecho del lucro cesante que resultare de la diferencia de remuneraciones entre el monto de la pensión que se le asigne por incapacidad laboral, en relación con su remuneración actual. Por lo expuesto y disposiciones legales que invoca, concluye pidiendo se declare que el empleador indemnice al demandante los perjuicios sufridos con ocasión del accidente y, asimismo, se condene a ésta pagar en favor del actor la suma de $ 80.000.000 por concepto de daño moral y $ 40.000.000 millones de pesos, por concepto de lesiones físicas. Todo lo que demanda con más reajustes, intereses entre la fecha en que ocurrió el accidente y el pago efectivo, con costas. A fojas 15, don Patricio Huidobro Navarrete, expresa que contestando la demanda deducida en contra de su representada, Empresa Constructora A.C.M. Ltda., solicita su rechazo. Al efecto, esgrime que Rafael Calderón Alarcón ingresó a prestar servicios para la Empresa Constructora A.C.M. Ltda., el 23 de noviembre del año 2003, sujeto a contrato de trabajo, para prestar servicios en las obras de reparaciones y remodelación del inmueble denominado Punta del Sol, ubicado en la comuna de Rancagua, bajo la supervisión del ingeniero Fernando Oliva Arratia y del jefe de obra Manuel Cornejo. Agrega que, con fecha 06 de febrero del año 2004, en circunstancias que el demandante se encontraba trabajando en la obra en cuestión, ocurrió el accidente expuesto en la demanda de autos. Agrega que,

654

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

655

el día de los hechos como asimismo durante la totalidad de las jornadas laborales, su representada hace e hizo entrega a sus dependientes, incluido al actor, de la totalidad de los elementos de seguridad, equipos, materiales y herramientas idóneas y necesarias para los trabajos asignados. Animismo, su representada cumple y cumplió con los reglamentos y disposiciones que regulan los servicios prestados por sus dependientes en las obras de construcción referidas precedentemente. Que cabe sobre este particular tener en consideración las características del lugar en que se realizan las obras Mall Puerta del Sol; recinto cerrado de aproximadamente doce mil metros cuadrados, lugar con gran cantidad de rincones y espacios distintos, delimitados entre sí, es decir, un lugar donde no existe una visión general del entorno, efectuándose labores en varios espacios físicos en forma paralela y simultánea. Luego añade que su representada como ya se señaló, proporcionó la totalidad de los elementos de seguridad, incluido el aludido cinturón de seguridad, elementos de seguridad que no fueron utilizados por el trabajador en la prestación de sus servicios, siendo en consecuencia el accidente del trabajo imputable a su propio actuar. Que el día de la ocurrencia de los hechos, seis de febrero de 2004 el supervisor a cargo de la obra representó al demandante su actuar negligente y lo conminó expresamente a cumplir con las normas de seguridad y utilización del equipo adecuado para el trabajo encomendado, que le había sido previamente entregado. Agrega que no existiría por parte de su representada; dolo o culpa ya que fueron entregados los elementos de seguridad pertinentes, instruyendo la utilización. Concluye expresando que en el improbable caso de prosperar la acción deberá aplicarse el artículo 2330 del Código Civil. A fojas 19 vuelta, se recibió la causa a prueba y se citó a las partes a comparendo de rigor. A fojas 43 y siguientes, rola acta, de comparendo de estilo, el que se celebró con asistencia del demandante, representante de la demandada y de los apoderados de ambas partes. Conciliación no se produjo y se procedió a recibir las pruebas que rolan en autos. A fojas 57, se citó a las partes para oír sentencia y se decretó como medida para mejor resolver, pedir cuenta de oficio despachado a la Asociación Chilena de Seguridad, medida que se cumplió a fojas 61 de autos. Encontrándose los autos en estado se traen para dictar sentencia. CONSIDERANDO: PRIMERO: Que, don Rafael Calderón Alarcón, interpone demanda en juicio ordinario del trabajo en contra de la Empresa Constructora A.C.M. Ltda., representada por don Patricio Huidobro Navarrete. Funda su demanda en las circunstancias consistentes en que el día 6 de febrero de 2004, estando trabajando, perdió el equilibrio y se fue guarda abajo en el andamio que le servía de sostén, todo ello, debido a que la empresa para la cual trabajaba no le proporcionó los implementos de seguridad entre ellos el cinturón de seguridad, que le protegiera de la caída, agrega que fue a parar al suelo sin el uso del casco protector que se le había soltado. Expone que a consecuencia de la caída, sufrió traumatismo encéfalo craneano (T.E.C. abierto) la rotura de su masa ósea craneana, pómulo izquierdo, pérdida parcial de la visión y quebradura expuesta de muñeca de su mano derecha, que quedó inutilizada. Que en el trayecto al Hospital del Trabajador de la Asociación Chilena de Seguridad perdió el conocimiento, el que vino a recuperar el día 11 de febrero, cinco días después de la caída. Sufriendo de dolores y lentos movimientos en el cuerpo. En la operación que se le practicó se le colocaron dos placas de titanio para cubrir facturas del frontal orbitaria y fractura pared anterior y posterior de seno maxilar izquierdo y una prótesis atornillada en la muñeca de su mano derecha. Agrega, que actualmente está en reposo laboral en el Hospital del Trabajador con tratamientos en varios departamentos, como traumatológicos, neurologías, otorrinología, fisiatría, psiquiatría y sicología; además, perdió audición del oído izquierdo y tiene rigidez en su mano derecha. Fundamenta, además, su demanda en haber dejado el demandado de cumplir con las obligaciones que le impone el artículo 184 del Código del Trabajo, al no tomar las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud del trabajador a quien se le ordenó realizar un trabajo de alto riesgo y, asimismo, incumplió la obligación de seguridad que establecen los artículos 68 inciso 1º y 3º de la ley 16.744, en relación con el artículo 2320 inciso 1º del Código Civil. Alega, que a consecuencia de sus lesiones cerebrales, ha quedado expuesto a una epilepsia debido a los medicamentos suministrados. Añade que, el accidente no se habría producido de no mediar la negligencia y falta de cuidado de su empleador. Fundamenta que las lesiones sufridas por el accidente repercuten

el día de los hechos como asimismo durante la totalidad de las jornadas laborales, su representada hace e hizo entrega a sus dependientes, incluido al actor, de la totalidad de los elementos de seguridad, equipos, materiales y herramientas idóneas y necesarias para los trabajos asignados. Animismo, su representada cumple y cumplió con los reglamentos y disposiciones que regulan los servicios prestados por sus dependientes en las obras de construcción referidas precedentemente. Que cabe sobre este particular tener en consideración las características del lugar en que se realizan las obras Mall Puerta del Sol; recinto cerrado de aproximadamente doce mil metros cuadrados, lugar con gran cantidad de rincones y espacios distintos, delimitados entre sí, es decir, un lugar donde no existe una visión general del entorno, efectuándose labores en varios espacios físicos en forma paralela y simultánea. Luego añade que su representada como ya se señaló, proporcionó la totalidad de los elementos de seguridad, incluido el aludido cinturón de seguridad, elementos de seguridad que no fueron utilizados por el trabajador en la prestación de sus servicios, siendo en consecuencia el accidente del trabajo imputable a su propio actuar. Que el día de la ocurrencia de los hechos, seis de febrero de 2004 el supervisor a cargo de la obra representó al demandante su actuar negligente y lo conminó expresamente a cumplir con las normas de seguridad y utilización del equipo adecuado para el trabajo encomendado, que le había sido previamente entregado. Agrega que no existiría por parte de su representada; dolo o culpa ya que fueron entregados los elementos de seguridad pertinentes, instruyendo la utilización. Concluye expresando que en el improbable caso de prosperar la acción deberá aplicarse el artículo 2330 del Código Civil. A fojas 19 vuelta, se recibió la causa a prueba y se citó a las partes a comparendo de rigor. A fojas 43 y siguientes, rola acta, de comparendo de estilo, el que se celebró con asistencia del demandante, representante de la demandada y de los apoderados de ambas partes. Conciliación no se produjo y se procedió a recibir las pruebas que rolan en autos. A fojas 57, se citó a las partes para oír sentencia y se decretó como medida para mejor resolver, pedir cuenta de oficio despachado a la Asociación Chilena de Seguridad, medida que se cumplió a fojas 61 de autos. Encontrándose los autos en estado se traen para dictar sentencia. CONSIDERANDO: PRIMERO: Que, don Rafael Calderón Alarcón, interpone demanda en juicio ordinario del trabajo en contra de la Empresa Constructora A.C.M. Ltda., representada por don Patricio Huidobro Navarrete. Funda su demanda en las circunstancias consistentes en que el día 6 de febrero de 2004, estando trabajando, perdió el equilibrio y se fue guarda abajo en el andamio que le servía de sostén, todo ello, debido a que la empresa para la cual trabajaba no le proporcionó los implementos de seguridad entre ellos el cinturón de seguridad, que le protegiera de la caída, agrega que fue a parar al suelo sin el uso del casco protector que se le había soltado. Expone que a consecuencia de la caída, sufrió traumatismo encéfalo craneano (T.E.C. abierto) la rotura de su masa ósea craneana, pómulo izquierdo, pérdida parcial de la visión y quebradura expuesta de muñeca de su mano derecha, que quedó inutilizada. Que en el trayecto al Hospital del Trabajador de la Asociación Chilena de Seguridad perdió el conocimiento, el que vino a recuperar el día 11 de febrero, cinco días después de la caída. Sufriendo de dolores y lentos movimientos en el cuerpo. En la operación que se le practicó se le colocaron dos placas de titanio para cubrir facturas del frontal orbitaria y fractura pared anterior y posterior de seno maxilar izquierdo y una prótesis atornillada en la muñeca de su mano derecha. Agrega, que actualmente está en reposo laboral en el Hospital del Trabajador con tratamientos en varios departamentos, como traumatológicos, neurologías, otorrinología, fisiatría, psiquiatría y sicología; además, perdió audición del oído izquierdo y tiene rigidez en su mano derecha. Fundamenta, además, su demanda en haber dejado el demandado de cumplir con las obligaciones que le impone el artículo 184 del Código del Trabajo, al no tomar las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud del trabajador a quien se le ordenó realizar un trabajo de alto riesgo y, asimismo, incumplió la obligación de seguridad que establecen los artículos 68 inciso 1º y 3º de la ley 16.744, en relación con el artículo 2320 inciso 1º del Código Civil. Alega, que a consecuencia de sus lesiones cerebrales, ha quedado expuesto a una epilepsia debido a los medicamentos suministrados. Añade que, el accidente no se habría producido de no mediar la negligencia y falta de cuidado de su empleador. Fundamenta que las lesiones sufridas por el accidente repercuten ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

655

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

dolorosamente en su estado de ánimo, especialmente por estar propenso a la epilepsia, la cual lo hace sentir menoscabado, pérdida de autoestima, estados depresivos, impotencia sexual, sufrimientos que equivalen a un daño moral que le deben ser indemnizados. Solicita se obligue a la empresa demandada al pago de las siguientes sumas: $ 40.000.000, por daño físico, la suma de $ 80.000.000, a título de daño moral, reservándose el derecho del lucro cesante que resultare de la diferencia de remuneraciones entre el monto de la pensión que se le asigne por incapacidad laboral, en relación con su remuneración actual. Por lo expuesto y disposiciones legales que invoca, concluye pidiendo se declare que su empleador debe indemnizarle los perjuicios sufridos con ocasión del accidente y asimismo, se condene a éste pagarle la suma de $ 80.000.000 por concepto de daño moral y $ 40.000.000, por concepto de lesiones físicas. Todo lo que demanda con más reajustes, intereses entre la fecha en que ocurrió el accidente y el pago efectivo, con costas. SEGUNDO: Que, a fojas 15 don Patricio Huidobro Navarrete, contestando la demanda deducida en contra de su representada, Empresa Constructora A.C.M. Ltda., solicita su rechazo. Al efecto, esgrime que Rafael Calderón Alarcón, ingresó a prestar servicios para la Empresa Constructora A.C.M. Ltda., el 23 de noviembre del año 2003, sujeto a contrato de trabajo, para prestar servicios en las obras de reparaciones y remodelación del inmueble denominado Punta del Sol, ubicado en la comuna de Rancagua, bajo la supervisión del ingeniero Fernando Oliva Arratia y del jefe de obra Manuel Cornejo. Agrega que, con fecha 06 de febrero del año 2004, en circunstancias que el demandante se encontraba trabajando en la obra en cuestión, ocurrió el accidente expuesto en la demanda de autos. Añade que, el día de los hechos como asimismo durante la totalidad de las jornadas laborales, su representada hace e hizo entrega a sus dependientes, incluido al actor, de la totalidad de los elementos de seguridad, equipos, materiales y herramientas idóneas y necesarias para los trabajos asignados. Asimismo, su representada cumple y cumplió con los reglamentos y disposiciones que regulan los servicios prestados por sus dependientes en las obras de construcción referidas precedentemente. Que cabe sobre este particular tener en consideración las características del lugar en que se realizan las obras Mall Puerta del Sol; recinto cerrado de aproximadamente doce mil metros cuadrados, lugar con gran cantidad de rincones y espacios distintos, delimitados entre sí, es decir, un lugar donde no existe una visión general del entorno, efectuándose labores en varios espacios físicos en forma paralela y simultánea. Luego añade que su representada como ya se señaló, proporcionó la totalidad de los elementos de seguridad, incluido el aludido cinturón de seguridad, elementos de seguridad que no fueron utilizados por el trabajador en la prestación de sus servicios, siendo en consecuencia el accidente de trabajo imputable a su propio actuar. Que el día de la ocurrencia de los hechos, 06 de febrero de 2004, el supervisor a cargo de la obra representó al demandante su actuar negligente y lo conminó expresamente a cumplir con las normas de seguridad y utilización del equipo adecuado para el trabajo encomendado, que le había sido previamente entregado. Agrega que, no existiría por parte de su representada dolo o culpa ya que fueron entregados los elementos de seguridad pertinentes, instruyendo la utilización. Concluye expresando que en el improbable caso de prosperar la acción deberá aplicarse el artículo Nº 2330 del Código Civil. TERCERO: Que, de los escritos fundamentales de demanda y contestación, es dable inferir que no se encuentra discutido en autos que en el mes de noviembre del 2003, don Rafael Calderón Alarcón, ingresó a prestar servicios para la Empresa Constructora A.C.M., en calidad de obrero, sin embargo, se controvierte la entrega y uso de elementos de seguridad y, asimismo, las circunstancias en que ocurrió el accidente del que alega haber sido víctima el trabajador; y la entidad de las lesiones. CUARTO: Que, con relación a la controversia relatada en: el considerando anterior, las partes rindieron la siguientes probanzas: Del demandante. Documental: a. A fojas 28, contrato de trabajo. b. A fojas 29, carta enviada por la constructora, que informaba término de contrato de trabajo. c. A fojas 30, fotocopia de carta enviada por la A.Ch.S. a don Fernando Oliva, informando la situación legal del paciente. d. A fojas 31, informe médico Nº 189.07.04, en el que se señala diagnóstico del demandante. e. A fojas 32, informe médico Nº 40.11.04. f. A fojas 33 y 34, boletín informativo centro de atención ambulatoria Hospital del Trabajador Santiago. g. A fojas 38, declaración y evaluación de invalidez. Testimonial.

656

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

dolorosamente en su estado de ánimo, especialmente por estar propenso a la epilepsia, la cual lo hace sentir menoscabado, pérdida de autoestima, estados depresivos, impotencia sexual, sufrimientos que equivalen a un daño moral que le deben ser indemnizados. Solicita se obligue a la empresa demandada al pago de las siguientes sumas: $ 40.000.000, por daño físico, la suma de $ 80.000.000, a título de daño moral, reservándose el derecho del lucro cesante que resultare de la diferencia de remuneraciones entre el monto de la pensión que se le asigne por incapacidad laboral, en relación con su remuneración actual. Por lo expuesto y disposiciones legales que invoca, concluye pidiendo se declare que su empleador debe indemnizarle los perjuicios sufridos con ocasión del accidente y asimismo, se condene a éste pagarle la suma de $ 80.000.000 por concepto de daño moral y $ 40.000.000, por concepto de lesiones físicas. Todo lo que demanda con más reajustes, intereses entre la fecha en que ocurrió el accidente y el pago efectivo, con costas. SEGUNDO: Que, a fojas 15 don Patricio Huidobro Navarrete, contestando la demanda deducida en contra de su representada, Empresa Constructora A.C.M. Ltda., solicita su rechazo. Al efecto, esgrime que Rafael Calderón Alarcón, ingresó a prestar servicios para la Empresa Constructora A.C.M. Ltda., el 23 de noviembre del año 2003, sujeto a contrato de trabajo, para prestar servicios en las obras de reparaciones y remodelación del inmueble denominado Punta del Sol, ubicado en la comuna de Rancagua, bajo la supervisión del ingeniero Fernando Oliva Arratia y del jefe de obra Manuel Cornejo. Agrega que, con fecha 06 de febrero del año 2004, en circunstancias que el demandante se encontraba trabajando en la obra en cuestión, ocurrió el accidente expuesto en la demanda de autos. Añade que, el día de los hechos como asimismo durante la totalidad de las jornadas laborales, su representada hace e hizo entrega a sus dependientes, incluido al actor, de la totalidad de los elementos de seguridad, equipos, materiales y herramientas idóneas y necesarias para los trabajos asignados. Asimismo, su representada cumple y cumplió con los reglamentos y disposiciones que regulan los servicios prestados por sus dependientes en las obras de construcción referidas precedentemente. Que cabe sobre este particular tener en consideración las características del lugar en que se realizan las obras Mall Puerta del Sol; recinto cerrado de aproximadamente doce mil metros cuadrados, lugar con gran cantidad de rincones y espacios distintos, delimitados entre sí, es decir, un lugar donde no existe una visión general del entorno, efectuándose labores en varios espacios físicos en forma paralela y simultánea. Luego añade que su representada como ya se señaló, proporcionó la totalidad de los elementos de seguridad, incluido el aludido cinturón de seguridad, elementos de seguridad que no fueron utilizados por el trabajador en la prestación de sus servicios, siendo en consecuencia el accidente de trabajo imputable a su propio actuar. Que el día de la ocurrencia de los hechos, 06 de febrero de 2004, el supervisor a cargo de la obra representó al demandante su actuar negligente y lo conminó expresamente a cumplir con las normas de seguridad y utilización del equipo adecuado para el trabajo encomendado, que le había sido previamente entregado. Agrega que, no existiría por parte de su representada dolo o culpa ya que fueron entregados los elementos de seguridad pertinentes, instruyendo la utilización. Concluye expresando que en el improbable caso de prosperar la acción deberá aplicarse el artículo Nº 2330 del Código Civil. TERCERO: Que, de los escritos fundamentales de demanda y contestación, es dable inferir que no se encuentra discutido en autos que en el mes de noviembre del 2003, don Rafael Calderón Alarcón, ingresó a prestar servicios para la Empresa Constructora A.C.M., en calidad de obrero, sin embargo, se controvierte la entrega y uso de elementos de seguridad y, asimismo, las circunstancias en que ocurrió el accidente del que alega haber sido víctima el trabajador; y la entidad de las lesiones. CUARTO: Que, con relación a la controversia relatada en: el considerando anterior, las partes rindieron la siguientes probanzas: Del demandante. Documental: a. A fojas 28, contrato de trabajo. b. A fojas 29, carta enviada por la constructora, que informaba término de contrato de trabajo. c. A fojas 30, fotocopia de carta enviada por la A.Ch.S. a don Fernando Oliva, informando la situación legal del paciente. d. A fojas 31, informe médico Nº 189.07.04, en el que se señala diagnóstico del demandante. e. A fojas 32, informe médico Nº 40.11.04. f. A fojas 33 y 34, boletín informativo centro de atención ambulatoria Hospital del Trabajador Santiago. g. A fojas 38, declaración y evaluación de invalidez. Testimonial.

656

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

657

Declaraciones de don Nolberto del Tránsito Villanueva Rubio, quien a fojas 44, expresa que realmente no sabe las labores que desarrollaba el demandante al ocurrir el accidente, porque se encontraba de guardia en el Shopping en la parte exterior donde estaba trabajando él, no sé las labores, no sabe cómo se produjo el accidente, no sabe decir si la demandada cumplió las medidas de seguridad, ya que como dice, trabajo afuera del Shopping, no sabe decir si hizo uso de los elementos de seguridad por lo mismo. Agrega, que en el momento que ocurrió el accidente lo llamaron como guardia de seguridad, para desalojar la gente que había en el lugar. Añade que vio al demandante a la salida que iba con un cuello ortopédico en la camilla. Señala que, en el momento no vio el andamio en que trabajaba el demandante, porque se encontraba protegiendo a la gente que se encontraba en el lugar. Declaraciones de doña Olga Luisa Martínez Jélvez, quien a fojas 45, expresa que, respecto a la naturaleza de los perjuicios sufridos por el demandante; a consecuencia del accidente él quedo retraído, que no es la persona que ella conoció, es una persona que cuidaba de la villa, lo ha visto agresivo, está alterado en su carácter, es una persona estática, ida, no coordina bien las respuestas, no se ve una persona sana como él era antes ya que era normal podía andar en bicicleta, era trabajador, era útil ya que ayudaba también a los niños, él era guardia. Está deprimido, está desorientado, no esta lúcido, anda más retraído, está solo, a veces lo he visto en las esquinas fumando solo, y uno tiene que dirigirle la palabra, ya que el nunca nos pregunta a nosotros y como sabemos que está accidentado, nos preocupamos por él. Está más ausente. Esto me consta ya que son vecinos y él pasa siempre por su casa o por el frente. Agrega que, no tiene precio la estimación del daño, porque es una enfermedad irreversible, para toda la vida va a estar así, pero siendo este el caso, cree que deberían ser $ 60.000.000 (sesenta millones de pesos). Añade que el demandante se encuentra lesionado físicamente de su mano derecha, ello debido a que lo visitó en U.C.I. y; le vio las lesiones. Respecto a los grados de epilepsia del demandante, señala que, sí le ha visto convulsiones ya que una vez le fue a ayudar a la señora de él, además conoce bien a los epilépticos ya que tiene a dos personas con epilepsia. Agrega que es dueña de casa. Declaraciones de doña María de los Ángeles Reyes Bobadilla, quien a fojas 45 vta., expresa que respecto a la naturaleza de los perjuicios sufridos por el demandante a consecuencia del accidente, él perdió el conocimiento, ella lo fue a ver al hospital y estaba muy hinchado, no era reconocible, su cara muy hinchada, lleno de máquinas, no hablaba nada, estaba inconsciente, lo mudaban y eso fue impresionante para ella de verlo así, y estuvo como dos semanas en ese estado, ya que ella lo fue a ver como dos veces. Después que salió del hospital daba como no sé qué, ver la herida en la cabeza, ya que era un tajo grande, con su mano inmóvil. Agrega que, su parte psicológica quedó muy mal, porque de verse en las condiciones que estaba, a lo que era antes, y a que ahora es una persona muy agresiva, tímida, su autoestima está muy mala, ya que no puede trabajar en la forma que él está, con bastantes remedios, también es una persona que está hasta muy tarde en la calle y ella le dice que se retire a su domicilio, ya que está hasta la 01:00 hrs. de la madrugada, y no solo en una oportunidad sino en varias. Agregó además, que él está tomando remedios, ya que está propenso a una epilepsia. Añade que es impagable la forma en que él está, pero piensa que si tuviera que pagarle serían unos; $ 60.000.000 (sesenta millones de pesos) y cree que aún sería poco, ya que no puede trabajar nunca más por su inmovilidad de la mano. Todo le consta porque es vecina del demandante y anteriormente él era guardia en la Villa Nelson Pereira en donde vive ella. Agrega que, él antes del accidente era una persona normal, trabajadora y transitaba mucho en bicicleta ya que hacía recorrido por toda la villa, era alegre le gustaba hablar con los vecinos, muy responsable. Finalmente señala que es dueña de casa. Declaraciones de don Miguel Andrés Aravena Muñoz, quien a fojas 52, expresa que estaba en el recinto, cumpliendo sus labores de guardia de seguridad, pero no se encontraba en el lugar que ocurrió el accidente, ya que estaba afuera del recinto. Como guardia de seguridad me avisó el otro guardia don Nolberto Villanueva, que “se había caído un viejo y que había que avisarle a la ambulancia, pero él no ingresó al recinto, ya que tenía que esperar la ambulancia para avisarle por dónde tenía que entrar y cuando llegó la ambulancia, recién ahí ingresó y se dio cuenta de quien se trataba, pero se mantuvo a una distancia prudente, para no perturbar a los paramédicos, o sea no vio cómo se produjo el accidente. Agrega que, lo primero que vio fue el casco, que estaba botado al borde de una muralla a unos 3 o 4 metros de donde él estaba botado. Añade que, la empresa había llegado hace poco y no está muy preocupada de los implementos de seguridad, porque resulta que no se veían los implementos, se veía lo

Declaraciones de don Nolberto del Tránsito Villanueva Rubio, quien a fojas 44, expresa que realmente no sabe las labores que desarrollaba el demandante al ocurrir el accidente, porque se encontraba de guardia en el Shopping en la parte exterior donde estaba trabajando él, no sé las labores, no sabe cómo se produjo el accidente, no sabe decir si la demandada cumplió las medidas de seguridad, ya que como dice, trabajo afuera del Shopping, no sabe decir si hizo uso de los elementos de seguridad por lo mismo. Agrega, que en el momento que ocurrió el accidente lo llamaron como guardia de seguridad, para desalojar la gente que había en el lugar. Añade que vio al demandante a la salida que iba con un cuello ortopédico en la camilla. Señala que, en el momento no vio el andamio en que trabajaba el demandante, porque se encontraba protegiendo a la gente que se encontraba en el lugar. Declaraciones de doña Olga Luisa Martínez Jélvez, quien a fojas 45, expresa que, respecto a la naturaleza de los perjuicios sufridos por el demandante; a consecuencia del accidente él quedo retraído, que no es la persona que ella conoció, es una persona que cuidaba de la villa, lo ha visto agresivo, está alterado en su carácter, es una persona estática, ida, no coordina bien las respuestas, no se ve una persona sana como él era antes ya que era normal podía andar en bicicleta, era trabajador, era útil ya que ayudaba también a los niños, él era guardia. Está deprimido, está desorientado, no esta lúcido, anda más retraído, está solo, a veces lo he visto en las esquinas fumando solo, y uno tiene que dirigirle la palabra, ya que el nunca nos pregunta a nosotros y como sabemos que está accidentado, nos preocupamos por él. Está más ausente. Esto me consta ya que son vecinos y él pasa siempre por su casa o por el frente. Agrega que, no tiene precio la estimación del daño, porque es una enfermedad irreversible, para toda la vida va a estar así, pero siendo este el caso, cree que deberían ser $ 60.000.000 (sesenta millones de pesos). Añade que el demandante se encuentra lesionado físicamente de su mano derecha, ello debido a que lo visitó en U.C.I. y; le vio las lesiones. Respecto a los grados de epilepsia del demandante, señala que, sí le ha visto convulsiones ya que una vez le fue a ayudar a la señora de él, además conoce bien a los epilépticos ya que tiene a dos personas con epilepsia. Agrega que es dueña de casa. Declaraciones de doña María de los Ángeles Reyes Bobadilla, quien a fojas 45 vta., expresa que respecto a la naturaleza de los perjuicios sufridos por el demandante a consecuencia del accidente, él perdió el conocimiento, ella lo fue a ver al hospital y estaba muy hinchado, no era reconocible, su cara muy hinchada, lleno de máquinas, no hablaba nada, estaba inconsciente, lo mudaban y eso fue impresionante para ella de verlo así, y estuvo como dos semanas en ese estado, ya que ella lo fue a ver como dos veces. Después que salió del hospital daba como no sé qué, ver la herida en la cabeza, ya que era un tajo grande, con su mano inmóvil. Agrega que, su parte psicológica quedó muy mal, porque de verse en las condiciones que estaba, a lo que era antes, y a que ahora es una persona muy agresiva, tímida, su autoestima está muy mala, ya que no puede trabajar en la forma que él está, con bastantes remedios, también es una persona que está hasta muy tarde en la calle y ella le dice que se retire a su domicilio, ya que está hasta la 01:00 hrs. de la madrugada, y no solo en una oportunidad sino en varias. Agregó además, que él está tomando remedios, ya que está propenso a una epilepsia. Añade que es impagable la forma en que él está, pero piensa que si tuviera que pagarle serían unos; $ 60.000.000 (sesenta millones de pesos) y cree que aún sería poco, ya que no puede trabajar nunca más por su inmovilidad de la mano. Todo le consta porque es vecina del demandante y anteriormente él era guardia en la Villa Nelson Pereira en donde vive ella. Agrega que, él antes del accidente era una persona normal, trabajadora y transitaba mucho en bicicleta ya que hacía recorrido por toda la villa, era alegre le gustaba hablar con los vecinos, muy responsable. Finalmente señala que es dueña de casa. Declaraciones de don Miguel Andrés Aravena Muñoz, quien a fojas 52, expresa que estaba en el recinto, cumpliendo sus labores de guardia de seguridad, pero no se encontraba en el lugar que ocurrió el accidente, ya que estaba afuera del recinto. Como guardia de seguridad me avisó el otro guardia don Nolberto Villanueva, que “se había caído un viejo y que había que avisarle a la ambulancia, pero él no ingresó al recinto, ya que tenía que esperar la ambulancia para avisarle por dónde tenía que entrar y cuando llegó la ambulancia, recién ahí ingresó y se dio cuenta de quien se trataba, pero se mantuvo a una distancia prudente, para no perturbar a los paramédicos, o sea no vio cómo se produjo el accidente. Agrega que, lo primero que vio fue el casco, que estaba botado al borde de una muralla a unos 3 o 4 metros de donde él estaba botado. Añade que, la empresa había llegado hace poco y no está muy preocupada de los implementos de seguridad, porque resulta que no se veían los implementos, se veía lo ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

657

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

más básico, ya que él también ha trabajado en la construcción y tenía guantes, uno que otros lentes y cascos, y en ese momento él no vio cuerdas de vidas, arneses tampoco. Agrega que, él no podía decirle nada al encargado de los implementos, ya que como era él que mandaba, no se le podía decir nada. Ahora, hay una falta grave porque los cascos deben llevar barquejo, que es una huincha que sujeta el casco por debajo de la barbilla y esos cascos no lo tenían, ni siquiera tenían las piezas en donde van conectados y eran cascos simples. Manifiesta que no vio al demandante con cinturón de seguridad. Añade que el “viejo” que el dice corresponde al demandante. Precisa que como dijo anteriormente se mantuvo a una distancia prudente y no quiso acercarse, ya que como lo conocía de antes, quiso quedarse con la imagen de él como era antes, porque no quiso quedarse con su imagen trágica. Sólo lo vio tendido a la distancia, como a unos 5 o 6 metros, lo único que se le notaba a la distancia, era que tenía los ojos muy sobresalidos. Confesional. Provocó; la confesión de don Patricio Huidobro Navarrete, quien a fojas 43, al tenor de las posiciones contenidas en el pliego de fojas 40, expresa que no se encontraba presente en la faena el día del accidente del demandante y que se encontraba Fernando Oliva que era el profesional que estaba a cargo de la obra y Manuel Cornejo, que es el jefe de la obra. Agrega respecto al motivo de pérdida de equilibrio y posterior caída del demandante, que no le consta, lo que sabe es que estaba arriba de un andamio, aproximadamente de 2 metros y que el tenía puesta una escalera sobre el andamio y que se cayó y tuvo un golpe en la cabeza, esto se lo contó el profesional Fernando Oliva, por teléfono, ya que él se encontraba, afuera de Santiago. Expresa que, le consta que el demandante desobedeció las instrucciones del supervisor Fernando Oliva, y él no usó del cinturón de seguridad, ello por lo que le dijo Fernando Oliva. Precisa que no le consta que el señor Oliva haya impedido que el demandante trabajara sin el cinturón de seguridad porque en el fondo la obra es muy grande, tenía mucho personal, dado el índole de la obra, ya que es muy grande, se imagina que el señor Oliva no tuvo la visión de que no estaba ocupando el cinturón del demandado. Documental: a. A fojas 21, contrato de trabajo. b. A fojas 22, certificado de atención otorgado por A.Ch.S. c. A fojas 23, certificado emitido por A.Ch.S., en el que consta que constructora A.C.M. Ltda. se encuentra asociada a esta institución desde 01 de febrero del año 2002; d. A fojas 24, certificado de A.Ch.S., en el que se informa al señor Fernando Oliva A. de la situación legal del trabajador Rafael Calderón Alarcón. e. A fojas 25, copia de carta enviada por Constructora A.C.M. Ltda. a Juan Pablo Fernández para solicitar un certificado de la situación legal de Rafael Calderón Alarcón. Testimonial. Declaraciones de don Fernando Andrés Oliva Arratia, quien a fojas 46 vta., expresa que el demandante estaba tapando unos nidos de hormigón en el muro, él no vio el accidente, pero le avisaron que Calderón se cayó, pero no le contaron cómo se cayó, los elementos de seguridad están al disposición de los trabajadores y hay que estar todos los días repitiéndoles que los implementos están allí y hay que decirles que lo utilicen, no, el demandante, no estaba utilizando los implementos de seguridad. Esto le consta ya que le avisaron y fue uno de los primeros en llegar y lo vio en el suelo, no había cuerda de vida, ni tampoco él estaba usando arnés de seguridad. Agrega que los elementos de seguridad requeridos para las labores en que ocurrió el accidente son tener el andamio afianzado al muro en este caso, una cuerda de vida, el arnés de seguridad y el casco. Precisa que el andamio: no estaba afianzado. Añade que el día del accidente la empresa contaba con los elementos de seguridad a que se ha referido y que al momento del accidente, él se encontraba en su oficina a unos 100 metros. Añade que el demandante no portaba los elementos de seguridad puesto que cuando él llegó, el andamio estaba en el suelo y como dijo anteriormente fue uno de los primeros en llegar y no había cuerda de vida ni arnés. Señala, además, que en la obra existían letreros pegados en distintas partes sobre la utilización de los elementos de seguridad. Agrega que, la empresa daba charlas de seguridad y que en el caso que el demandante hubiera utilizado los elementos de seguridad habría quedado colgando. Además señala que el demandante en el momento del accidente estaba trabajando sobre una escalera y ésta a su vez sobre un andamio. Añade que, no se le exigió al demandante la instalación y trabajo sobre escalera. Agrega, no es un sistema apto la instalación de la escalera sobre un andamio, ya que si no se alcanza la altura se arma otro cuerpo de andamio más alto. Precisa que todo lo anterior le consta ya que era el administrador de esa obra. Indica que el andamio tenía una altura de 1,20 metros y la escalera sobre la cual estaba trabajando no sabría decirlo. Agrega que, como

658

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

más básico, ya que él también ha trabajado en la construcción y tenía guantes, uno que otros lentes y cascos, y en ese momento él no vio cuerdas de vidas, arneses tampoco. Agrega que, él no podía decirle nada al encargado de los implementos, ya que como era él que mandaba, no se le podía decir nada. Ahora, hay una falta grave porque los cascos deben llevar barquejo, que es una huincha que sujeta el casco por debajo de la barbilla y esos cascos no lo tenían, ni siquiera tenían las piezas en donde van conectados y eran cascos simples. Manifiesta que no vio al demandante con cinturón de seguridad. Añade que el “viejo” que el dice corresponde al demandante. Precisa que como dijo anteriormente se mantuvo a una distancia prudente y no quiso acercarse, ya que como lo conocía de antes, quiso quedarse con la imagen de él como era antes, porque no quiso quedarse con su imagen trágica. Sólo lo vio tendido a la distancia, como a unos 5 o 6 metros, lo único que se le notaba a la distancia, era que tenía los ojos muy sobresalidos. Confesional. Provocó; la confesión de don Patricio Huidobro Navarrete, quien a fojas 43, al tenor de las posiciones contenidas en el pliego de fojas 40, expresa que no se encontraba presente en la faena el día del accidente del demandante y que se encontraba Fernando Oliva que era el profesional que estaba a cargo de la obra y Manuel Cornejo, que es el jefe de la obra. Agrega respecto al motivo de pérdida de equilibrio y posterior caída del demandante, que no le consta, lo que sabe es que estaba arriba de un andamio, aproximadamente de 2 metros y que el tenía puesta una escalera sobre el andamio y que se cayó y tuvo un golpe en la cabeza, esto se lo contó el profesional Fernando Oliva, por teléfono, ya que él se encontraba, afuera de Santiago. Expresa que, le consta que el demandante desobedeció las instrucciones del supervisor Fernando Oliva, y él no usó del cinturón de seguridad, ello por lo que le dijo Fernando Oliva. Precisa que no le consta que el señor Oliva haya impedido que el demandante trabajara sin el cinturón de seguridad porque en el fondo la obra es muy grande, tenía mucho personal, dado el índole de la obra, ya que es muy grande, se imagina que el señor Oliva no tuvo la visión de que no estaba ocupando el cinturón del demandado. Documental: a. A fojas 21, contrato de trabajo. b. A fojas 22, certificado de atención otorgado por A.Ch.S. c. A fojas 23, certificado emitido por A.Ch.S., en el que consta que constructora A.C.M. Ltda. se encuentra asociada a esta institución desde 01 de febrero del año 2002; d. A fojas 24, certificado de A.Ch.S., en el que se informa al señor Fernando Oliva A. de la situación legal del trabajador Rafael Calderón Alarcón. e. A fojas 25, copia de carta enviada por Constructora A.C.M. Ltda. a Juan Pablo Fernández para solicitar un certificado de la situación legal de Rafael Calderón Alarcón. Testimonial. Declaraciones de don Fernando Andrés Oliva Arratia, quien a fojas 46 vta., expresa que el demandante estaba tapando unos nidos de hormigón en el muro, él no vio el accidente, pero le avisaron que Calderón se cayó, pero no le contaron cómo se cayó, los elementos de seguridad están al disposición de los trabajadores y hay que estar todos los días repitiéndoles que los implementos están allí y hay que decirles que lo utilicen, no, el demandante, no estaba utilizando los implementos de seguridad. Esto le consta ya que le avisaron y fue uno de los primeros en llegar y lo vio en el suelo, no había cuerda de vida, ni tampoco él estaba usando arnés de seguridad. Agrega que los elementos de seguridad requeridos para las labores en que ocurrió el accidente son tener el andamio afianzado al muro en este caso, una cuerda de vida, el arnés de seguridad y el casco. Precisa que el andamio: no estaba afianzado. Añade que el día del accidente la empresa contaba con los elementos de seguridad a que se ha referido y que al momento del accidente, él se encontraba en su oficina a unos 100 metros. Añade que el demandante no portaba los elementos de seguridad puesto que cuando él llegó, el andamio estaba en el suelo y como dijo anteriormente fue uno de los primeros en llegar y no había cuerda de vida ni arnés. Señala, además, que en la obra existían letreros pegados en distintas partes sobre la utilización de los elementos de seguridad. Agrega que, la empresa daba charlas de seguridad y que en el caso que el demandante hubiera utilizado los elementos de seguridad habría quedado colgando. Además señala que el demandante en el momento del accidente estaba trabajando sobre una escalera y ésta a su vez sobre un andamio. Añade que, no se le exigió al demandante la instalación y trabajo sobre escalera. Agrega, no es un sistema apto la instalación de la escalera sobre un andamio, ya que si no se alcanza la altura se arma otro cuerpo de andamio más alto. Precisa que todo lo anterior le consta ya que era el administrador de esa obra. Indica que el andamio tenía una altura de 1,20 metros y la escalera sobre la cual estaba trabajando no sabría decirlo. Agrega que, como

658

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

659

administrador de la obra tenía la obligación de supervisar si el demandante al momento del accidente tenía los elementos de seguridad. Añade que él no vio trabajando al demandante por ello no impidió que realizara las labores en dichas bendiciones. Finaliza señalando, que de haber estado presente ahí, habría evitado que el demandante pusiera la escalera y le hubiese hecho corregir la posición de trabajo o se le hubiese dicho que se fuera a colocar el arnés y la cuerda de vida, que no podía trabajar así y que afianzara el andamio al muro. Declaraciones de don Manuel Alberto Cornejo Carreño, quien a fojas 47 vta., expresa que el demandante en el momento del accidente estaba haciendo unos remates de estucos, estaba en un andamio y con casco, al momento del accidente él no se encontraba ahí, pero cuando le avisaron del accidente fue de inmediato y lo vio tirado en el suelo. Agrega qué elementos de seguridad la empresa tenía, como arnés, cordeles, zapatos de seguridad también, pero la cuerda de vida no la utilizó, porque si hubiese estado amarrado, hubiese quedado colgando. Indica que lo anterior le consta ya que trabaja en la empresa y estaba a cargo en ese sector, ya que era jefe de obra. Señala que no se acuerda si el demandante, cuando yacía en el suelo, estaba con arnés o cinturón de seguridad, puesto que corrió a llamar a la ambulancia. Agrega que, habían colocados por toda la obra carteles que informaban sobre la necesidad de utilizar elementos de seguridad. Añade que, cuando él estuvo ahí el demandante estaba sobre el andamio (antes de que cayera), ello fue como una hora antes de que cayera y no estaba ocupando el arnés, ya que estaba sobre un andamio de 2,00 metros y no se requiere arnés en esa circunstancia. Agrega que, no sabe si el demandante trabajó sobre una escalera. Expresa que, en el momento del accidente del demandante, él se encontraba en la oficina con el jefe don Fernando Oliva. Añade que la forma en que se controla la utilización de los elementos de seguridad por la empresa se realiza en la mañana antes de salir a trabajar, reuniéndose con el ingeniero y se le daba una charla de cinco minutos a los trabajadores y se les exigía a los trabajadores que los utilizaran. Señala no saber cuál fue la causa del accidente. Agrega que, como jefe de obra y jefe inmediato del demandante no se encontraba en el lugar de trabajo de éste ya que había sido citado a la oficina y estaba con don Fernando Oliva. Expresa, además, que de haber estado presente en la obra no habría permitido que el demandante hubiere trabajado sin los elementos de seguridad. Añade que el demandante no quedó colgando ya que no estaba amarrado a la cuerda de vida. Finalmente reitera que no recuerda si el demandante estaba con el arnés ya que corrió a llamar a la ambulancia. Confesional. Provocó; la confesión de don Rafael Facundo Calderón Alarcón, quien a foja 43 vta., al tenor de las posiciones contenidas en el pliego de fojas 42, expresa que no es efectivo que la empresa demandada contaba y mantenía en la obra de remodelación del Edificio Punta del Sol, los elementos de seguridad requeridos para las labores, entre otros, cinturones de seguridad arneses y cuerdas de vida. Agrega que, sí existían en la obra carteles instalados; que indicaban la obligación de utilizar los elementos de seguridad. Añade que, no leyó el reglamento de higiene y seguridad de la empresa que reglamenta y establece la obligación de utilización de los elementos de seguridad. Señala que, es efectivo que en la referida obra Edificio Punta del Sol, existía una bodega en la cual se guardaban elementos de seguridad y desde la cual debían ser retirados por los trabajadores. Agrega que, para ejecutar labores sobre el andamio de las características del que él cayó el día 6 de febrero de 2004, debió haberse atado a la correspondiente cuerda de vida y cinturón de seguridad o arnés, pero que a él no le pasaron nada. Añade que, es efectivo que el día 6 de febrero del año 2004, al momento del accidente, no utilizaba arnés o cinturón de seguridad ni cuerda de vida. Expresa que es efectivo que el día del accidente trabajaba sobre una escalera instalada sobre un andamio. Agrega que, es efectivo que para efectos de ejecutar labores sobre escaleras éstas deben estar ancladas y que no lo exigían los empleados de la empresa demandada a cargo de la obra. Añade que, la escalera que él instaló no estaba anclada. Expresa que, la decisión de instalar la escalera sobre el andamio no fue suya sino que lo mandó el capataz cuyo nombre no recuerda. Agrega que, no es efectivo que el día 6 de febrero de 2004, los encargados de las obras lo instaron a la utilización de los elementos de seguridad. Finalmente señala que el día del accidente trabajaba solo sobre el andamio desde el que cayó. QUINTO: Que, las probanzas reseñadas en el considerando anterior, consistentes en documentos no objetados de contrario de falsos o faltos de integridad, confesional rendida por el representante legal

administrador de la obra tenía la obligación de supervisar si el demandante al momento del accidente tenía los elementos de seguridad. Añade que él no vio trabajando al demandante por ello no impidió que realizara las labores en dichas bendiciones. Finaliza señalando, que de haber estado presente ahí, habría evitado que el demandante pusiera la escalera y le hubiese hecho corregir la posición de trabajo o se le hubiese dicho que se fuera a colocar el arnés y la cuerda de vida, que no podía trabajar así y que afianzara el andamio al muro. Declaraciones de don Manuel Alberto Cornejo Carreño, quien a fojas 47 vta., expresa que el demandante en el momento del accidente estaba haciendo unos remates de estucos, estaba en un andamio y con casco, al momento del accidente él no se encontraba ahí, pero cuando le avisaron del accidente fue de inmediato y lo vio tirado en el suelo. Agrega qué elementos de seguridad la empresa tenía, como arnés, cordeles, zapatos de seguridad también, pero la cuerda de vida no la utilizó, porque si hubiese estado amarrado, hubiese quedado colgando. Indica que lo anterior le consta ya que trabaja en la empresa y estaba a cargo en ese sector, ya que era jefe de obra. Señala que no se acuerda si el demandante, cuando yacía en el suelo, estaba con arnés o cinturón de seguridad, puesto que corrió a llamar a la ambulancia. Agrega que, habían colocados por toda la obra carteles que informaban sobre la necesidad de utilizar elementos de seguridad. Añade que, cuando él estuvo ahí el demandante estaba sobre el andamio (antes de que cayera), ello fue como una hora antes de que cayera y no estaba ocupando el arnés, ya que estaba sobre un andamio de 2,00 metros y no se requiere arnés en esa circunstancia. Agrega que, no sabe si el demandante trabajó sobre una escalera. Expresa que, en el momento del accidente del demandante, él se encontraba en la oficina con el jefe don Fernando Oliva. Añade que la forma en que se controla la utilización de los elementos de seguridad por la empresa se realiza en la mañana antes de salir a trabajar, reuniéndose con el ingeniero y se le daba una charla de cinco minutos a los trabajadores y se les exigía a los trabajadores que los utilizaran. Señala no saber cuál fue la causa del accidente. Agrega que, como jefe de obra y jefe inmediato del demandante no se encontraba en el lugar de trabajo de éste ya que había sido citado a la oficina y estaba con don Fernando Oliva. Expresa, además, que de haber estado presente en la obra no habría permitido que el demandante hubiere trabajado sin los elementos de seguridad. Añade que el demandante no quedó colgando ya que no estaba amarrado a la cuerda de vida. Finalmente reitera que no recuerda si el demandante estaba con el arnés ya que corrió a llamar a la ambulancia. Confesional. Provocó; la confesión de don Rafael Facundo Calderón Alarcón, quien a foja 43 vta., al tenor de las posiciones contenidas en el pliego de fojas 42, expresa que no es efectivo que la empresa demandada contaba y mantenía en la obra de remodelación del Edificio Punta del Sol, los elementos de seguridad requeridos para las labores, entre otros, cinturones de seguridad arneses y cuerdas de vida. Agrega que, sí existían en la obra carteles instalados; que indicaban la obligación de utilizar los elementos de seguridad. Añade que, no leyó el reglamento de higiene y seguridad de la empresa que reglamenta y establece la obligación de utilización de los elementos de seguridad. Señala que, es efectivo que en la referida obra Edificio Punta del Sol, existía una bodega en la cual se guardaban elementos de seguridad y desde la cual debían ser retirados por los trabajadores. Agrega que, para ejecutar labores sobre el andamio de las características del que él cayó el día 6 de febrero de 2004, debió haberse atado a la correspondiente cuerda de vida y cinturón de seguridad o arnés, pero que a él no le pasaron nada. Añade que, es efectivo que el día 6 de febrero del año 2004, al momento del accidente, no utilizaba arnés o cinturón de seguridad ni cuerda de vida. Expresa que es efectivo que el día del accidente trabajaba sobre una escalera instalada sobre un andamio. Agrega que, es efectivo que para efectos de ejecutar labores sobre escaleras éstas deben estar ancladas y que no lo exigían los empleados de la empresa demandada a cargo de la obra. Añade que, la escalera que él instaló no estaba anclada. Expresa que, la decisión de instalar la escalera sobre el andamio no fue suya sino que lo mandó el capataz cuyo nombre no recuerda. Agrega que, no es efectivo que el día 6 de febrero de 2004, los encargados de las obras lo instaron a la utilización de los elementos de seguridad. Finalmente señala que el día del accidente trabajaba solo sobre el andamio desde el que cayó. QUINTO: Que, las probanzas reseñadas en el considerando anterior, consistentes en documentos no objetados de contrario de falsos o faltos de integridad, confesional rendida por el representante legal ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

659

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

de la demandada don Patricio Huidobro Navarrete y por el demandante don Rafael Calderón Alarcón; testimonial rendida por ambas partes apreciadas por el Tribunal conforme a las reglas de la sana crítica, permiten tener por establecido; en autos los siguientes hechos: 1º. Que, el día 25 de noviembre del año 2003, de Rafael Calderón Alarcón, ingresó a prestar servicios bajo subordinación y dependencia de la empresa Constructora A.C.M. Ltda. desempeñando las labores de jornal, en las faenas de remodelación del Edificio Shopping Center Punta del Sol, en una jornada distribuida de lunes a viernes de 08:00 a 12:00 y, de 12:30, a 10:00 horas, pactándose una remuneración $ 115.648 (ciento quince mil seiscientos cuarenta y ocho pesos) como sueldo fijo por mes. Además, se cancelaba mensualmente la gratificación legal correspondiente de $ 28.912 (veintiocho mil novecientos doce pesos). 2º. Que el día el día 06 de febrero de 2004, don Rafael Calderón Alarcón, estando trabajando sobre una escalera instalada sobre un andamio, perdió el equilibrio cayendo al suelo, todo ello, debido que la empresa para la cual trabajaba no le proporcionó los implementos de seguridad necesarios entre ellos el cinturón de seguridad, arnés y cuerda de vida, que le protegiera de la caída, de lo cual éste resultó con un traumatismo encéfalo craneano (T.E.C. abierto), hematoma sub galela B.O.M., fractura pared anterior y posterior de senomaxilar izquierda, fractura fronto orbitaria, fractura cigoma izquierda, fractura epífisis distal del radio A 3 izquierda. SEXTO: Que, los hechos establecidos en el considerando anterior sin duda permiten concluir que, en el caso sublite, el actor don Rafael Calderón Alarcón, el día 06 de febrero del año 2004, tenía la calidad de dependiente de la Empresa Constructora A.C.M. Ltda., y en tal virtud se le ordenó ejecutar labores sobre una escalera instalada sobre en un andamio sin proveerse de los implementos de seguridad que la labor requería para prevenir el accidente de que fue víctima. Que, en las condiciones antes descritas, forzoso es concluir que el empleador estando obligado a tomar todas las medidas necesarias tendientes a proteger eficazmente la vida y salud del trabajador, según lo dispone el artículo 184 del Código del Trabajo, no cumplió con su obligación, lo que permitió se produjera el accidente del que fue víctima el demandante, de modo que le asiste responsabilidad contractual por los daños sufridos por éste. SÉPTIMO: Que, con el mérito de lo razonado y concluido en los fundamentos precedentes se rechazan todas y cada una de las alegaciones efectuadas en contrario por la parte demandada. OCTAVO: Que, con relación a la pretensión de pago por el daño físico sufrido por el demandante como consecuencia del accidente de trabajo, debe apreciarse que las lesiones físicas, ciertamente, no pueden ser consideradas dentro de un daño material, puesto que su ponderación resulta invaluable al tratarse de un daño causado a una parte de su cuerpo. Oportuno es consignar, que el actor en su libelo de demanda se reserva el derecho para el cobro del lucro cesante que resulte de la diferencia de remuneraciones entre el monto de la pensión que se le asigne por incapacidad laboral, en relación con su remuneración actual, por lo que mal podría este sentenciador regular dicha materia ya que en el caso sub lite no se demanda. NOVENO: Que, el daño moral cuya indemnización se persigue es de índole subjetivo, encontrando su fundamento en la naturaleza de la psicología del ser humano, de manera que puede decirse que tal daño se produce siempre que un hecho externo afecte la integridad física y/o moral del individuo, y por lo tanto su apreciación pecuniaria debe ser entregada a la estimación discrecional del sentenciador, en consecuencia, en el caso sub lite resulta evidente que el demandante don Rafael Calderón Alarcón, experimentó dolor y sufrimiento, como consecuencia de las lesiones descritas en el acápite 2º del fundamento quinto de este fallo, por lo que se estima procedente acoger la demanda por el rubro en comento, sólo por la suma que se expresará en la parte resolutiva de este fallo. DÉCIMO: Que, las restantes probanzas allegadas al proceso en nada alteran las conclusiones expresadas en los fundamentos anteriores. Y VISTOS, además, lo dispuesto en los artículos 1º, 7º, 13, 63, 184, 425 y siguientes y 439 y siguientes del Código del Trabajo; 4, 68 y 69 de ley 16.744, artículo 342 Nº 1 y 3, 346 Nº 3; y 358 Nº 1 del Código de Procedimiento Civil y 1698 del Código Civil, SE RESUELVE: l. Que, se acoge la demanda de fojas 1, en cuanto se declara que la demandada Empresa Constructora A.C.M. Limitada, incumplió la obligación que prescribe el artículo 184 del Código del Trabajo y, por ende, se le condena a pagar a favor del demandante Rafael Calderón Alarcón, la suma de $ 12.000.000

660

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

de la demandada don Patricio Huidobro Navarrete y por el demandante don Rafael Calderón Alarcón; testimonial rendida por ambas partes apreciadas por el Tribunal conforme a las reglas de la sana crítica, permiten tener por establecido; en autos los siguientes hechos: 1º. Que, el día 25 de noviembre del año 2003, de Rafael Calderón Alarcón, ingresó a prestar servicios bajo subordinación y dependencia de la empresa Constructora A.C.M. Ltda. desempeñando las labores de jornal, en las faenas de remodelación del Edificio Shopping Center Punta del Sol, en una jornada distribuida de lunes a viernes de 08:00 a 12:00 y, de 12:30, a 10:00 horas, pactándose una remuneración $ 115.648 (ciento quince mil seiscientos cuarenta y ocho pesos) como sueldo fijo por mes. Además, se cancelaba mensualmente la gratificación legal correspondiente de $ 28.912 (veintiocho mil novecientos doce pesos). 2º. Que el día el día 06 de febrero de 2004, don Rafael Calderón Alarcón, estando trabajando sobre una escalera instalada sobre un andamio, perdió el equilibrio cayendo al suelo, todo ello, debido que la empresa para la cual trabajaba no le proporcionó los implementos de seguridad necesarios entre ellos el cinturón de seguridad, arnés y cuerda de vida, que le protegiera de la caída, de lo cual éste resultó con un traumatismo encéfalo craneano (T.E.C. abierto), hematoma sub galela B.O.M., fractura pared anterior y posterior de senomaxilar izquierda, fractura fronto orbitaria, fractura cigoma izquierda, fractura epífisis distal del radio A 3 izquierda. SEXTO: Que, los hechos establecidos en el considerando anterior sin duda permiten concluir que, en el caso sublite, el actor don Rafael Calderón Alarcón, el día 06 de febrero del año 2004, tenía la calidad de dependiente de la Empresa Constructora A.C.M. Ltda., y en tal virtud se le ordenó ejecutar labores sobre una escalera instalada sobre en un andamio sin proveerse de los implementos de seguridad que la labor requería para prevenir el accidente de que fue víctima. Que, en las condiciones antes descritas, forzoso es concluir que el empleador estando obligado a tomar todas las medidas necesarias tendientes a proteger eficazmente la vida y salud del trabajador, según lo dispone el artículo 184 del Código del Trabajo, no cumplió con su obligación, lo que permitió se produjera el accidente del que fue víctima el demandante, de modo que le asiste responsabilidad contractual por los daños sufridos por éste. SÉPTIMO: Que, con el mérito de lo razonado y concluido en los fundamentos precedentes se rechazan todas y cada una de las alegaciones efectuadas en contrario por la parte demandada. OCTAVO: Que, con relación a la pretensión de pago por el daño físico sufrido por el demandante como consecuencia del accidente de trabajo, debe apreciarse que las lesiones físicas, ciertamente, no pueden ser consideradas dentro de un daño material, puesto que su ponderación resulta invaluable al tratarse de un daño causado a una parte de su cuerpo. Oportuno es consignar, que el actor en su libelo de demanda se reserva el derecho para el cobro del lucro cesante que resulte de la diferencia de remuneraciones entre el monto de la pensión que se le asigne por incapacidad laboral, en relación con su remuneración actual, por lo que mal podría este sentenciador regular dicha materia ya que en el caso sub lite no se demanda. NOVENO: Que, el daño moral cuya indemnización se persigue es de índole subjetivo, encontrando su fundamento en la naturaleza de la psicología del ser humano, de manera que puede decirse que tal daño se produce siempre que un hecho externo afecte la integridad física y/o moral del individuo, y por lo tanto su apreciación pecuniaria debe ser entregada a la estimación discrecional del sentenciador, en consecuencia, en el caso sub lite resulta evidente que el demandante don Rafael Calderón Alarcón, experimentó dolor y sufrimiento, como consecuencia de las lesiones descritas en el acápite 2º del fundamento quinto de este fallo, por lo que se estima procedente acoger la demanda por el rubro en comento, sólo por la suma que se expresará en la parte resolutiva de este fallo. DÉCIMO: Que, las restantes probanzas allegadas al proceso en nada alteran las conclusiones expresadas en los fundamentos anteriores. Y VISTOS, además, lo dispuesto en los artículos 1º, 7º, 13, 63, 184, 425 y siguientes y 439 y siguientes del Código del Trabajo; 4, 68 y 69 de ley 16.744, artículo 342 Nº 1 y 3, 346 Nº 3; y 358 Nº 1 del Código de Procedimiento Civil y 1698 del Código Civil, SE RESUELVE: l. Que, se acoge la demanda de fojas 1, en cuanto se declara que la demandada Empresa Constructora A.C.M. Limitada, incumplió la obligación que prescribe el artículo 184 del Código del Trabajo y, por ende, se le condena a pagar a favor del demandante Rafael Calderón Alarcón, la suma de $ 12.000.000

660

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

661

(doce millones de pesos) por concepto de daño moral sufrido como consecuencia del accidente del trabajo ocurrido el día 06 de febrero de 2004; pago que deberá solucionarse con más el reajuste e interés que prevé el artículo 63 del Código del Trabajo. II. Que, se rechaza la demanda por concepto de daño físico. III. Que, no se condena a la demandada al pago de las costas de la causa, por no haber resultado totalmente vencida. Regístrese, notifíquese y en su oportunidad, archívese. Dictada por el señor Ricardo Araya Pérez, Juez Subrogante de este Primer Juzgado de Letras del Trabajo de Rancagua. Autorizada por doña María Gabriela Aguirre Cortez, Secretaria Subrogante. Rol Nº 86.602/C.P.

II. CORTE DE APELACIONES Rancagua, tres de julio de dos mil seis. VISTOS: I. En cuanto al recurso de casación en la forma. 1. Que la parte demandada ha deducido recurso de casación en la forma que si bien se entabla en otrosí de un escrito cuya petición principal se refiere a un recurso de apelación, de todas formas ha de analizarse primero, ya que forzoso es conocer si un fallo es válido o no, antes de razonar sobre si cabe confirmarlo, modificarlo o revocarlo, ejercicios que por supuesto no cabe realizar respecto de una sentencia nula. 2. Que el fundamento de la casación consiste en que faltan a la sentencia consideraciones de hecho y de derecho para dar por establecida la responsabilidad de la empresa, y no deja de llevar razón el recurrente, pues el fallador, en un esquema que ya ha merecido antes el reproche de esta Corte, describe en forma tan extensa como innecesaria toda la prueba, para luego, sin análisis ni razonamiento adicional, concluir que con ella se habrían acreditado determinados puntos, lo que desde luego, cuando menos respecto de los razonamientos de hecho, es una evidente falta. Con todo, esas deficiencias pueden ser reparadas con el remedio de la apelación y por esa sola razón no prosperará la casación de la forma intentada, atendido lo preceptuado por el artículo 768 del Código de Procedimiento Civil, en su penúltimo inciso. II. En cuanto a los recursos de apelación. Se reproduce la sentencia apelada, con excepción de sus motivos quinto a noveno, que se eliminan. Y teniendo además y en su lugar presente: 3. Que en autos son hechos no debatidos la relación laboral que existió entre las partes y la existencia misma del accidente, ocurrido durante la faena, consistente en la caída del demandante desde un andamio. 4. Que sin perjuicio del tema relativo a la naturaleza y gravedad de las lesiones, lo centralmente debatido por la empresa es la responsabilidad que se le atribuye de contrario, puesto que asegura haber cumplido con entregar al trabajador los elementos necesarios de seguridad, sin que le quepa entonces participación de ninguna naturaleza en los hechos ni en sus consecuencias. 5. Que al respecto importante es detenerse en el hecho admitido, para analizar qué conducta le era exigible al demandado. El accidente se produce cuando un trabajador que preparaba mezcla de construcción en un andamio, pierde el equilibrio y cae, como consecuencia de no estar usando cinturón de seguridad ni atadura alguna. Así aparece por lo demás, del dicho de todos los testigos que sobre el particular declaran y en especial, a fs. 46 vta. de la declaración de don Fernando Oliva (dice que el trabajador debió usar cuerda de vida y arnés, entre otros elementos, pero no los estaba usando) y a fs. 48, de los dichos de don Manuel Cornejo, que más explícito aún, dice que el trabajador no usó la cuerda de vida y que si la hubiera usado, habría quedado colgando. Es claro, pues, que la empresa empleadora que le asignó esa labor en altura, debía proporcionarle cuerda o cinturón que le asegurara, precisamente para precaver caídas y que si no lo hizo, esa fue la causa del daño provocado con el accidente. 6. Que la cuarta posición del pliego de fs. 42, contestada afirmativamente por el actor, nos dice que en la obra existía una bodega desde la cual los trabajadores debían retirar los implementos de seguridad. Los testigos de la demandada, a su turno, contestes en ese hecho, afirman que la empresa disponía de los elementos pertinentes, para ser usados por los trabajadores. Ahora bien, la obligación

Rancagua, tres de julio de dos mil seis. VISTOS: I. En cuanto al recurso de casación en la forma. 1. Que la parte demandada ha deducido recurso de casación en la forma que si bien se entabla en otrosí de un escrito cuya petición principal se refiere a un recurso de apelación, de todas formas ha de analizarse primero, ya que forzoso es conocer si un fallo es válido o no, antes de razonar sobre si cabe confirmarlo, modificarlo o revocarlo, ejercicios que por supuesto no cabe realizar respecto de una sentencia nula. 2. Que el fundamento de la casación consiste en que faltan a la sentencia consideraciones de hecho y de derecho para dar por establecida la responsabilidad de la empresa, y no deja de llevar razón el recurrente, pues el fallador, en un esquema que ya ha merecido antes el reproche de esta Corte, describe en forma tan extensa como innecesaria toda la prueba, para luego, sin análisis ni razonamiento adicional, concluir que con ella se habrían acreditado determinados puntos, lo que desde luego, cuando menos respecto de los razonamientos de hecho, es una evidente falta. Con todo, esas deficiencias pueden ser reparadas con el remedio de la apelación y por esa sola razón no prosperará la casación de la forma intentada, atendido lo preceptuado por el artículo 768 del Código de Procedimiento Civil, en su penúltimo inciso. II. En cuanto a los recursos de apelación. Se reproduce la sentencia apelada, con excepción de sus motivos quinto a noveno, que se eliminan. Y teniendo además y en su lugar presente: 3. Que en autos son hechos no debatidos la relación laboral que existió entre las partes y la existencia misma del accidente, ocurrido durante la faena, consistente en la caída del demandante desde un andamio. 4. Que sin perjuicio del tema relativo a la naturaleza y gravedad de las lesiones, lo centralmente debatido por la empresa es la responsabilidad que se le atribuye de contrario, puesto que asegura haber cumplido con entregar al trabajador los elementos necesarios de seguridad, sin que le quepa entonces participación de ninguna naturaleza en los hechos ni en sus consecuencias. 5. Que al respecto importante es detenerse en el hecho admitido, para analizar qué conducta le era exigible al demandado. El accidente se produce cuando un trabajador que preparaba mezcla de construcción en un andamio, pierde el equilibrio y cae, como consecuencia de no estar usando cinturón de seguridad ni atadura alguna. Así aparece por lo demás, del dicho de todos los testigos que sobre el particular declaran y en especial, a fs. 46 vta. de la declaración de don Fernando Oliva (dice que el trabajador debió usar cuerda de vida y arnés, entre otros elementos, pero no los estaba usando) y a fs. 48, de los dichos de don Manuel Cornejo, que más explícito aún, dice que el trabajador no usó la cuerda de vida y que si la hubiera usado, habría quedado colgando. Es claro, pues, que la empresa empleadora que le asignó esa labor en altura, debía proporcionarle cuerda o cinturón que le asegurara, precisamente para precaver caídas y que si no lo hizo, esa fue la causa del daño provocado con el accidente. 6. Que la cuarta posición del pliego de fs. 42, contestada afirmativamente por el actor, nos dice que en la obra existía una bodega desde la cual los trabajadores debían retirar los implementos de seguridad. Los testigos de la demandada, a su turno, contestes en ese hecho, afirman que la empresa disponía de los elementos pertinentes, para ser usados por los trabajadores. Ahora bien, la obligación

II. CORTE DE APELACIONES (doce millones de pesos) por concepto de daño moral sufrido como consecuencia del accidente del trabajo ocurrido el día 06 de febrero de 2004; pago que deberá solucionarse con más el reajuste e interés que prevé el artículo 63 del Código del Trabajo. II. Que, se rechaza la demanda por concepto de daño físico. III. Que, no se condena a la demandada al pago de las costas de la causa, por no haber resultado totalmente vencida. Regístrese, notifíquese y en su oportunidad, archívese. Dictada por el señor Ricardo Araya Pérez, Juez Subrogante de este Primer Juzgado de Letras del Trabajo de Rancagua. Autorizada por doña María Gabriela Aguirre Cortez, Secretaria Subrogante. Rol Nº 86.602/C.P. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

661

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

legal pesa sobre la empresa, conforme al tenor del artículo 184 del Código del Trabajo, de forma tal que suya era la carga de probar la diligencia para adoptar todas las medidas conducentes a asegurar la vida e integridad del trabajador que laboraba en altura. Con la prueba reseñada, ese extremo no se logra, porque tener en una bodega elementos de seguridad, por mucho que se encuentren a disposición de los operarios, no constituye en absoluto la adopción de “todas las medidas necesarias” para proteger eficazmente la vida y salud de los trabajadores como manda la ley, y por ende no cumple el deber de proporcionar esos elementos con sólo tenerlos en la bodega. En efecto, en cuanto al contenido de tan amplia obligación, para el caso concreto, es bastante obvio que, si bien puede admitirse que en una obra de gran extensión y número de trabajadores no pueda vigilarse de modo continuo y permanente lo que cada operario haga o deje de hacer, cuando menos es ineludible deber de la empresa incorporado al contrato por la ley asegurarse de que al comenzar su jornada o al dirigirse al trabajo particularmente asignado, cada operario lleve el material de seguridad que para su desempeño sea necesario, que conozca sus instrucciones de uso y que durante la jornada se efectúe algún tipo de ronda o control respecto de la utilización efectiva de tales implementos. Ni la confesional ni la testimonial del demandado aportan nada en este sentido y antes al contrario, ninguno de los dos testigos de la empresa estaba presente al momento del accidente ni se sabe tampoco si tan siquiera estaban al momento de comenzar la labor de aquella jornada. Ello no obstante que el primer declarante admite que era el encargado de supervigilar el uso de los elementos de seguridad labor que no cumplió o al menos no puede afirmarse que cumpliera y el segundo reconoce, que toda la supervisión que se adoptaba al comenzar la jornada era dar una charla de cinco minutos que a todo evento no se afirma haber dado ese preciso día sobre el uso de los elementos de seguridad. Es decir, y a contrario sensu, la empresa no controlaba físicamente que cada trabajador partiera a sus labores premunido de esos elementos ni efectuaba luego control alguno, continuo ni discontinuo, de su uso en la práctica. 7. Que hay que insistir en que cuando se trata de cumplir una obligación laboral tan perentoria como extrema (debe tomar “todas las medidas necesarias”) cualquier omisión importa desobedecer el mandato legal. Y por ende a la luz de la naturaleza de la exigencia, ciertamente el deber de proporcionar los elementos de seguridad a trabajadores que desempeñan funciones peligrosas no se refiere sólo a tener a disposición de tales trabajadores dichos elementos en una bodega, sin que nadie parezca controlar si los toman o no, sino que además ese deber de proporcionar se refiere a entregárselos personal y controladamente para cada comienzo de labor, vigilando además, en cuanto sea posible, que los usen. Nada de lo anterior se probó en los autos y antes al contrario, de la testimonial del demandado queda claro que no se hizo ni lo uno ni lo otro. Ciertamente esas medidas insustituibles no se reemplazan con carteles ni con charlas, sin perjuicio de que tampoco se probó que al actor de estos autos se le haya dictado charla alguna sobre la seguridad ni sobre el uso de los implementos de rigor y, todavía más, no se probó que ese día específico se haya dictado alguna charla, pues los dos testigos declaran al respecto de manera absolutamente genérica. 8. Que tampoco la simple entrega de un reglamento de seguridad y menos cuando se quiere regular la labor de personas cuya calificación intelectual y cultural no consta en lo absoluto ni puede presumirse, tratándose como se trata de un rubro caracterizado justamente por absorber la mano de obra menos calificada puede configurar esa extrema diligencia que es deber del empleador, y menos si no consta que se procediera a explicarlo detalladamente, pues justamente el acabado estudio de ese reglamento debió constituir el objeto de algunas de las charlas de seguridad sobre las que nada se sabe en autos, salvo las tan genéricas y vagas indicaciones que al respecto entregan los testigos del demandado, y que no se refieren al señalado documento. Así pues, sólo si el empleador hubiera cumplido todos los extremos de su obligación podría argumentar que proporcionó los elementos debidos y que, pese a ello, el hecho dañoso se produjo como consecuencia de causas independientes de su actuación. Como no ha sido así, lo que cabe concluir es justamente lo contrario, porque el accidente sí se debió al hecho de no usar el trabajador cuerda ni cinturón que lo asegurara, elementos que la empresa no le proporcionó, habida cuenta la amplitud que ya hemos dicho que ese término tiene, conforme al tenor del artículo 184 del Código del Ramo. 9. Que el resto de la prueba del demandado en nada altera lo razonado y en especial hay que hacer referencia a las demás posiciones admitidas por el actor respecto del pliego de fs. 42, porque la

662

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

legal pesa sobre la empresa, conforme al tenor del artículo 184 del Código del Trabajo, de forma tal que suya era la carga de probar la diligencia para adoptar todas las medidas conducentes a asegurar la vida e integridad del trabajador que laboraba en altura. Con la prueba reseñada, ese extremo no se logra, porque tener en una bodega elementos de seguridad, por mucho que se encuentren a disposición de los operarios, no constituye en absoluto la adopción de “todas las medidas necesarias” para proteger eficazmente la vida y salud de los trabajadores como manda la ley, y por ende no cumple el deber de proporcionar esos elementos con sólo tenerlos en la bodega. En efecto, en cuanto al contenido de tan amplia obligación, para el caso concreto, es bastante obvio que, si bien puede admitirse que en una obra de gran extensión y número de trabajadores no pueda vigilarse de modo continuo y permanente lo que cada operario haga o deje de hacer, cuando menos es ineludible deber de la empresa incorporado al contrato por la ley asegurarse de que al comenzar su jornada o al dirigirse al trabajo particularmente asignado, cada operario lleve el material de seguridad que para su desempeño sea necesario, que conozca sus instrucciones de uso y que durante la jornada se efectúe algún tipo de ronda o control respecto de la utilización efectiva de tales implementos. Ni la confesional ni la testimonial del demandado aportan nada en este sentido y antes al contrario, ninguno de los dos testigos de la empresa estaba presente al momento del accidente ni se sabe tampoco si tan siquiera estaban al momento de comenzar la labor de aquella jornada. Ello no obstante que el primer declarante admite que era el encargado de supervigilar el uso de los elementos de seguridad labor que no cumplió o al menos no puede afirmarse que cumpliera y el segundo reconoce, que toda la supervisión que se adoptaba al comenzar la jornada era dar una charla de cinco minutos que a todo evento no se afirma haber dado ese preciso día sobre el uso de los elementos de seguridad. Es decir, y a contrario sensu, la empresa no controlaba físicamente que cada trabajador partiera a sus labores premunido de esos elementos ni efectuaba luego control alguno, continuo ni discontinuo, de su uso en la práctica. 7. Que hay que insistir en que cuando se trata de cumplir una obligación laboral tan perentoria como extrema (debe tomar “todas las medidas necesarias”) cualquier omisión importa desobedecer el mandato legal. Y por ende a la luz de la naturaleza de la exigencia, ciertamente el deber de proporcionar los elementos de seguridad a trabajadores que desempeñan funciones peligrosas no se refiere sólo a tener a disposición de tales trabajadores dichos elementos en una bodega, sin que nadie parezca controlar si los toman o no, sino que además ese deber de proporcionar se refiere a entregárselos personal y controladamente para cada comienzo de labor, vigilando además, en cuanto sea posible, que los usen. Nada de lo anterior se probó en los autos y antes al contrario, de la testimonial del demandado queda claro que no se hizo ni lo uno ni lo otro. Ciertamente esas medidas insustituibles no se reemplazan con carteles ni con charlas, sin perjuicio de que tampoco se probó que al actor de estos autos se le haya dictado charla alguna sobre la seguridad ni sobre el uso de los implementos de rigor y, todavía más, no se probó que ese día específico se haya dictado alguna charla, pues los dos testigos declaran al respecto de manera absolutamente genérica. 8. Que tampoco la simple entrega de un reglamento de seguridad y menos cuando se quiere regular la labor de personas cuya calificación intelectual y cultural no consta en lo absoluto ni puede presumirse, tratándose como se trata de un rubro caracterizado justamente por absorber la mano de obra menos calificada puede configurar esa extrema diligencia que es deber del empleador, y menos si no consta que se procediera a explicarlo detalladamente, pues justamente el acabado estudio de ese reglamento debió constituir el objeto de algunas de las charlas de seguridad sobre las que nada se sabe en autos, salvo las tan genéricas y vagas indicaciones que al respecto entregan los testigos del demandado, y que no se refieren al señalado documento. Así pues, sólo si el empleador hubiera cumplido todos los extremos de su obligación podría argumentar que proporcionó los elementos debidos y que, pese a ello, el hecho dañoso se produjo como consecuencia de causas independientes de su actuación. Como no ha sido así, lo que cabe concluir es justamente lo contrario, porque el accidente sí se debió al hecho de no usar el trabajador cuerda ni cinturón que lo asegurara, elementos que la empresa no le proporcionó, habida cuenta la amplitud que ya hemos dicho que ese término tiene, conforme al tenor del artículo 184 del Código del Ramo. 9. Que el resto de la prueba del demandado en nada altera lo razonado y en especial hay que hacer referencia a las demás posiciones admitidas por el actor respecto del pliego de fs. 42, porque la

662

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

663

actividad peligrosa consistente en instalar una escalera sobre el andamio no habría sido, de todos modos, causa del daño, si el trabajador hubiera estado debidamente atado como correspondía. Así pues, hay aquí un accidente que se produce habiendo faltado el empleador a un deber legal y contractual de seguridad que tiene directa relación con el siniestro, de forma tal que si se hubiera cumplido con ese deber, el operario no hubiera caído ni se hubiera lesionado. Así pues, si ese siniestro produjo perjuicios, ellos son atribuibles, a título de culpa contractual, al empleador, quien debería responder de ellos al tenor de lo dispuesto por el artículo 69 de la ley 16.744. 10. Que respecto de los daños sufridos como consecuencia del accidente, consta de los documentos de fs. 31, 32, 33, 34, 38, 49, 50 y 58, que debido a la caída el actor padeció traumatismo encéfalo craneano abierto con fractura de cráneo y además fractura de muñeca, todo lo cual obligó a su hospitalización y tratamiento quirúrgico, evolucionando con daño orgánico cerebral, cefaleas, equilibrio regular, mareos leves y disminución de fuerza en la mano derecha, todo lo cual determinó una invalidez cuantificada en un 70%. Ahora bien, ese daño físico es el supuesto del daño moral. Probado el primero, sólo basta sustituirse mentalmente en el lugar del accidentado para comprender que ha debido sufrir también un dolor moral inseparable del anterior, padecimiento emocional que además aparece ratificado por el testimonio de María de los Ángeles Reyes y admitido en su alegato en estrados por el apoderado de la demandada, quien dando por supuesto en forma expresa que ese padecimiento físico y moral era innegable, argumentó respecto a la falta de responsabilidad de la empresa, lo que en este fallo ya se ha desvirtuado suficientemente, conforme al análisis de la obligación contractual y legal y de la prueba rendida al efecto. Cabe, pues, acceder a la petición de indemnizar el daño moral tomando en cuenta para regular su monto el inmenso mal causado por la circunstancia de haber quedado, al fin y al cabo, inútil para el trabajo el actor, y además afectado en forma definitiva en sus funciones físicas e intelectuales. 11. Que no puede pretenderse rebaja de la indemnización por exposición imprudente al daño, como solicitó subsidiariamente el apelante, porque no estamos aquí en el campo de la responsabilidad civil extracontractual, en que pueda regir el artículo 2330 del Código Civil, sino en el de la responsabilidad contractual, como lo dice la demanda, lo que no cambia porque además de las normas aplicables se haya citado en el libelo en forma errada otras disposiciones. El caso es que aquí se trata de un trabajador que demanda a un empleador que no cumplió una obligación que la ley incorpora al contrato de trabajo y, por ende, siendo el daño consecuencia de ese incumplimiento, no queda sino condenar al pago de la indemnización por el monto que se regulará, sin atender a posibles imprudencias del propio accidentado. 12. Que en cambio cabe desechar el pago de indemnización; por el daño físico, pues ni las partes del cuerpo humano tienen precio y no es entonces ese un daño patrimonial ni puede incluirse en el extra patrimonial porque se confunde allí necesariamente con el daño moral, pues este último se produce justamente por el padecimiento físico; por el menoscabo del cuerpo, por la enfermedad, por las secuelas limitantes, o por otros trastornos que sufre el organismo, confundiéndose de manera inseparable uno y otro mal, de suerte que por eso se dice que para acreditar el daño moral, tratándose de lesiones, basta con acreditar la naturaleza y gravedad de éstas, ya que probado aquello, el padecimiento que producen surge evidente de inmediato, por la sola sustitución imaginaria que el Juez hace en el lugar del sujeto que las padeció. 13. Que el demandante pide además reservar el debate sobre lucro cesante, lo que no puede admitirse, porque para reservar los perjuicios es preciso no haber litigado sobre ellos, y eso se refiere a todo el rubro. No puede la parte demandar, probar y argumentar respecto de unos aspectos del perjuicio y reservarse otro, como es el lucro cesante. En la especie se litigó no sólo sobre la existencia del accidente y sobre la responsabilidad contractual de la empresa en el mismo, sino sobre el daño causado al trabajador; esto es, sobre los perjuicios, y por ende no cabe la reserva solicitada. Y visto además lo dispuesto por los artículos 463, 465 y siguientes del Código del Trabajo, se rechaza el recurso de casación en la forma intentado por la demandada en contra de la sentencia de treinta y uno de marzo del año en curso, escrita de fs. 62 a 72, y se confirma la aludida sentencia, con declaración de que no se hace lugar a la reserva pedida respecto del lucro cesante, y de que se eleva a veinte millones de pesos ($ 20.000.000) la indemnización que la Empresa Constructora A.C.M. Limitada deberá

actividad peligrosa consistente en instalar una escalera sobre el andamio no habría sido, de todos modos, causa del daño, si el trabajador hubiera estado debidamente atado como correspondía. Así pues, hay aquí un accidente que se produce habiendo faltado el empleador a un deber legal y contractual de seguridad que tiene directa relación con el siniestro, de forma tal que si se hubiera cumplido con ese deber, el operario no hubiera caído ni se hubiera lesionado. Así pues, si ese siniestro produjo perjuicios, ellos son atribuibles, a título de culpa contractual, al empleador, quien debería responder de ellos al tenor de lo dispuesto por el artículo 69 de la ley 16.744. 10. Que respecto de los daños sufridos como consecuencia del accidente, consta de los documentos de fs. 31, 32, 33, 34, 38, 49, 50 y 58, que debido a la caída el actor padeció traumatismo encéfalo craneano abierto con fractura de cráneo y además fractura de muñeca, todo lo cual obligó a su hospitalización y tratamiento quirúrgico, evolucionando con daño orgánico cerebral, cefaleas, equilibrio regular, mareos leves y disminución de fuerza en la mano derecha, todo lo cual determinó una invalidez cuantificada en un 70%. Ahora bien, ese daño físico es el supuesto del daño moral. Probado el primero, sólo basta sustituirse mentalmente en el lugar del accidentado para comprender que ha debido sufrir también un dolor moral inseparable del anterior, padecimiento emocional que además aparece ratificado por el testimonio de María de los Ángeles Reyes y admitido en su alegato en estrados por el apoderado de la demandada, quien dando por supuesto en forma expresa que ese padecimiento físico y moral era innegable, argumentó respecto a la falta de responsabilidad de la empresa, lo que en este fallo ya se ha desvirtuado suficientemente, conforme al análisis de la obligación contractual y legal y de la prueba rendida al efecto. Cabe, pues, acceder a la petición de indemnizar el daño moral tomando en cuenta para regular su monto el inmenso mal causado por la circunstancia de haber quedado, al fin y al cabo, inútil para el trabajo el actor, y además afectado en forma definitiva en sus funciones físicas e intelectuales. 11. Que no puede pretenderse rebaja de la indemnización por exposición imprudente al daño, como solicitó subsidiariamente el apelante, porque no estamos aquí en el campo de la responsabilidad civil extracontractual, en que pueda regir el artículo 2330 del Código Civil, sino en el de la responsabilidad contractual, como lo dice la demanda, lo que no cambia porque además de las normas aplicables se haya citado en el libelo en forma errada otras disposiciones. El caso es que aquí se trata de un trabajador que demanda a un empleador que no cumplió una obligación que la ley incorpora al contrato de trabajo y, por ende, siendo el daño consecuencia de ese incumplimiento, no queda sino condenar al pago de la indemnización por el monto que se regulará, sin atender a posibles imprudencias del propio accidentado. 12. Que en cambio cabe desechar el pago de indemnización; por el daño físico, pues ni las partes del cuerpo humano tienen precio y no es entonces ese un daño patrimonial ni puede incluirse en el extra patrimonial porque se confunde allí necesariamente con el daño moral, pues este último se produce justamente por el padecimiento físico; por el menoscabo del cuerpo, por la enfermedad, por las secuelas limitantes, o por otros trastornos que sufre el organismo, confundiéndose de manera inseparable uno y otro mal, de suerte que por eso se dice que para acreditar el daño moral, tratándose de lesiones, basta con acreditar la naturaleza y gravedad de éstas, ya que probado aquello, el padecimiento que producen surge evidente de inmediato, por la sola sustitución imaginaria que el Juez hace en el lugar del sujeto que las padeció. 13. Que el demandante pide además reservar el debate sobre lucro cesante, lo que no puede admitirse, porque para reservar los perjuicios es preciso no haber litigado sobre ellos, y eso se refiere a todo el rubro. No puede la parte demandar, probar y argumentar respecto de unos aspectos del perjuicio y reservarse otro, como es el lucro cesante. En la especie se litigó no sólo sobre la existencia del accidente y sobre la responsabilidad contractual de la empresa en el mismo, sino sobre el daño causado al trabajador; esto es, sobre los perjuicios, y por ende no cabe la reserva solicitada. Y visto además lo dispuesto por los artículos 463, 465 y siguientes del Código del Trabajo, se rechaza el recurso de casación en la forma intentado por la demandada en contra de la sentencia de treinta y uno de marzo del año en curso, escrita de fs. 62 a 72, y se confirma la aludida sentencia, con declaración de que no se hace lugar a la reserva pedida respecto del lucro cesante, y de que se eleva a veinte millones de pesos ($ 20.000.000) la indemnización que la Empresa Constructora A.C.M. Limitada deberá ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

663

RETIRO

664

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Santiago, doce de octubre de dos mil seis. A fojas 120: a lo principal, téngase presente y al otrosí, estese a lo que se resolverá. VISTOS Y TENIENDO PRESENTE: PRIMERO: Que de acuerdo al artículo 782 del Código de Procedimiento Civil se ha ordenado dar cuenta de los recursos de casación en el fondo deducidos a fojas 104 y 112 por la demandada y demandante, respectivamente. I. En cuanto al recurso de la demandada: SEGUNDO: Que la recurrente denuncia la vulneración de los artículos 2.320 y, 2.330 del Código Civil, 184 del Código del Trabajo y 69 de la ley Nº 16.744; 1.698 y 1.713 del Código Civil, en relación con los artículos 356, 385, 401 y 402, del Código de Procedimiento Civil; 426, 455 y 456 del Código del Trabajo; expresando, en síntesis que, los sentenciadores del fondo habrían incurrido en error de derecho al decidir que su representada incumplió su obligación a pesar que se encuentra acreditado que el accidente ocurrió por la imprudencia del actor puesto que los elementos de seguridad se encontraban a su disposición y él no los usó, reconociendo también que no leyó el reglamento interno. Por lo anterior, afirma, se calificó erróneamente que existió responsabilidad del empleador en el accidente sufrido por el actor, atribuyéndole culpa, sin considerar que cumplió con la obligación al mantener los elementos de seguridad para evitarlo. Por lo anterior, sostiene que no concurren los presupuestos legales para dar lugar a la indemnización. También expresa que el peso de la prueba era de cargo de la actora y ésta no probó la negligencia o falta de cuidado de parte del empleador. Por el contrario, agrega, de la prueba rendida por su representado se acredita que su parte cumplió con las obligaciones y que el accidente se produjo por culpa imputable al actor. Pese a lo anterior, la demanda se acogió erróneamente, vulnerándose las normas de la sana crítica. TERCERO: Que en la sentencia impugnada se establecieron como hechos, en lo pertinente, los siguientes: a) La existencia de la relación laboral entre las partes desde noviembre de 2003 conforme a lo cual el actor se desempeñó en calidad de obrero. b) No se ha controvertido que la causa del accidente fue la caída del actor desde un andamio. c) El empleador debió entregar al actor un cinturón o cuerda que le permitiera evitar la caída d) El actor sufrió como consecuencia del accidente un traumatismo cráneo encefálico abierto con fractura de cráneo y de muñeca provocándole una invalidez del setenta por ciento de su capacidad laboral. CUARTO: Que sobre la base de los hechos reseñados precedentemente y examinando la totalidad de los antecedentes del proceso en conformidad a las reglas de la sana crítica, los sentenciadores de la instancia, estimaron que el accidente del actor se produjo por responsabilidad del empleador y acogieron la demanda sólo en cuanto condenaron al demandado al pago de una indemnización ascendente a veinte millones por concepto de daño moral y rechazaron la demanda de indemnización por el daño físico. QUINTO: Que de lo expresado fluye que el recurrente impugna los hechos establecidos en el fallo atacado e insta por su alteración, desde que alega que se acreditó que el accidente ocurrió por la imprudencia del actor y que su parte puso a su disposición los elementos de seguridad necesarios para cumplir con sus funciones; lo que no es posible por esta vía, pues como reiteradamente lo ha decidido esta Corte, el establecimiento de los hechos, sobre la base de la apreciación de las probanzas allegadas al proceso, mediante las reglas de la sana crítica, queda agotada en las instancias respectivas.

pagar al demandante Rafael Calderón a título de indemnización por daño moral que se derivara del accidente causado por el incumplimiento del deber de adoptar las medidas de seguridad necesarias para resguardar la integridad física del trabajador. Todo ello sin costas, por no haber resultado ninguna de las partes totalmente vencida. Regístrese y devuélvase con sus documentos en custodia. Redacción del Ministro señor Mera. Rol Nº 76 2006. Pronunciada por la Segunda Sala de esta Corte de Apelaciones, integrada por los Ministros Titulares señor Raúl Mera Muñoz y señora Jacqueline Nash Alvarez y Abogado Integrante señora María Latife Anich.

III. CORTE SUPREMA

III. CORTE SUPREMA

pagar al demandante Rafael Calderón a título de indemnización por daño moral que se derivara del accidente causado por el incumplimiento del deber de adoptar las medidas de seguridad necesarias para resguardar la integridad física del trabajador. Todo ello sin costas, por no haber resultado ninguna de las partes totalmente vencida. Regístrese y devuélvase con sus documentos en custodia. Redacción del Ministro señor Mera. Rol Nº 76 2006. Pronunciada por la Segunda Sala de esta Corte de Apelaciones, integrada por los Ministros Titulares señor Raúl Mera Muñoz y señora Jacqueline Nash Alvarez y Abogado Integrante señora María Latife Anich.

Santiago, doce de octubre de dos mil seis. A fojas 120: a lo principal, téngase presente y al otrosí, estese a lo que se resolverá. VISTOS Y TENIENDO PRESENTE: PRIMERO: Que de acuerdo al artículo 782 del Código de Procedimiento Civil se ha ordenado dar cuenta de los recursos de casación en el fondo deducidos a fojas 104 y 112 por la demandada y demandante, respectivamente. I. En cuanto al recurso de la demandada: SEGUNDO: Que la recurrente denuncia la vulneración de los artículos 2.320 y, 2.330 del Código Civil, 184 del Código del Trabajo y 69 de la ley Nº 16.744; 1.698 y 1.713 del Código Civil, en relación con los artículos 356, 385, 401 y 402, del Código de Procedimiento Civil; 426, 455 y 456 del Código del Trabajo; expresando, en síntesis que, los sentenciadores del fondo habrían incurrido en error de derecho al decidir que su representada incumplió su obligación a pesar que se encuentra acreditado que el accidente ocurrió por la imprudencia del actor puesto que los elementos de seguridad se encontraban a su disposición y él no los usó, reconociendo también que no leyó el reglamento interno. Por lo anterior, afirma, se calificó erróneamente que existió responsabilidad del empleador en el accidente sufrido por el actor, atribuyéndole culpa, sin considerar que cumplió con la obligación al mantener los elementos de seguridad para evitarlo. Por lo anterior, sostiene que no concurren los presupuestos legales para dar lugar a la indemnización. También expresa que el peso de la prueba era de cargo de la actora y ésta no probó la negligencia o falta de cuidado de parte del empleador. Por el contrario, agrega, de la prueba rendida por su representado se acredita que su parte cumplió con las obligaciones y que el accidente se produjo por culpa imputable al actor. Pese a lo anterior, la demanda se acogió erróneamente, vulnerándose las normas de la sana crítica. TERCERO: Que en la sentencia impugnada se establecieron como hechos, en lo pertinente, los siguientes: a) La existencia de la relación laboral entre las partes desde noviembre de 2003 conforme a lo cual el actor se desempeñó en calidad de obrero. b) No se ha controvertido que la causa del accidente fue la caída del actor desde un andamio. c) El empleador debió entregar al actor un cinturón o cuerda que le permitiera evitar la caída d) El actor sufrió como consecuencia del accidente un traumatismo cráneo encefálico abierto con fractura de cráneo y de muñeca provocándole una invalidez del setenta por ciento de su capacidad laboral. CUARTO: Que sobre la base de los hechos reseñados precedentemente y examinando la totalidad de los antecedentes del proceso en conformidad a las reglas de la sana crítica, los sentenciadores de la instancia, estimaron que el accidente del actor se produjo por responsabilidad del empleador y acogieron la demanda sólo en cuanto condenaron al demandado al pago de una indemnización ascendente a veinte millones por concepto de daño moral y rechazaron la demanda de indemnización por el daño físico. QUINTO: Que de lo expresado fluye que el recurrente impugna los hechos establecidos en el fallo atacado e insta por su alteración, desde que alega que se acreditó que el accidente ocurrió por la imprudencia del actor y que su parte puso a su disposición los elementos de seguridad necesarios para cumplir con sus funciones; lo que no es posible por esta vía, pues como reiteradamente lo ha decidido esta Corte, el establecimiento de los hechos, sobre la base de la apreciación de las probanzas allegadas al proceso, mediante las reglas de la sana crítica, queda agotada en las instancias respectivas.

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

664

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

665

SEXTO: Que además, en términos generales, el establecimiento de tales presupuestos fácticos, no es susceptible de revisión por medio de este recurso, a menos que en la determinación de tales hechos, los Jueces del grado hayan desatendido las razones simplemente lógicas, científicas, técnicas o de experiencia, en cuya virtud ha correspondido asignar valor o desestimar la eficacia de las pruebas referidas, cuestión que no ha ocurrido en la especie. SÉPTIMO: Que en cuanto a la eventual infracción al artículo 1.698, del Código Civil, este no ha sido vulnerado toda vez que la carga de la prueba respecto del cumplimiento de la obligación a que se refiere el artículo 184 del Código del Trabajo, efectivamente correspondía al demandado y de acuerdo con lo resuelto en la sentencia se tuvo por establecido que no cumplió, razón por la cual la demanda fue acogida. OCTAVO: Que en cuanto a la supuesta vulneración de los artículos 1.713 del Código Civil, 356, 385, 401 y 402 del Código del Procedimiento Civil, estas también serán desestimadas pues dichos preceptos legales no resultan aplicables al caso de autos, desde que dichas disposiciones dicen relación con la prueba legal y tasada y conforme ha quedado dicho, la prueba, en materia laboral, se aprecia de acuerdo con las reglas de la sana crítica. NOVENO: Que lo razonado resulta suficiente para concluir que el recurso de casación en el fondo deducido por la demandada, adolece de manifiesta falta de fundamento, lo que determina su rechazo en esta etapa de tramitación. II. En cuanto al recurso de casación en el fondo del demandante: DÉCIMO: Que la demandante denuncia la vulneración de los artículos 19 Nº 1 de la Constitución Política de la República; 1.700 y 2.329 del Código Civil, fundándose en que la sentencia, erróneamente no dio lugar al pago del daño físico y sólo otorgó veinte millones por concepto de daño moral. En efecto afirma el recurrente que conforme al artículo 2.329 del Código Civil, corresponde reparar todo daño, incluyéndose tanto el patrimonial como el extrapatrimonial. A este respecto la sentencia consideró que el daño físico no es un daño patrimonial, no puede incluirse en el extrapatrimonial porque allí se confunde con el daño moral. Este daño físico atenta en contra la integridad corporal, reconocida constitucionalmente y debe ser indemnizada, pues es un daño distinto al daño moral. En cuanto al segundo error se ha producido al fijar la suma de veinte millones de pesos por daño moral, infringiendo así las reglas reguladoras de la prueba, pues en autos constan instrumentos públicos que han determinado la magnitud del daño y sentado las bases de una indemnización mayor que los sentenciadores del grado no supieron aquilatar, pues correspondía que ésta fuere fijada en no menos de ochenta millones de pesos. DECIMOPRIMERO: Que de lo expuesto precedentemente, aparece que el recurrente pretende contrariar los hechos sentados en el juicio, desde que alega que correspondía dar lugar a la indemnización por daño físico y que se elevara la indemnización fijada por daño moral, e insta por la alteración de tales conclusiones sin que se hayan denunciado la infracción de los artículos 455 y 456 que reglan la prueba en materia laboral, y que permitiría a este tribunal modificar lo resuelto, cuestión que no se ha hecho, pues se ha fundado en el artículo 1.700 del Código Civil, inaplicable al caso de autos, pues dicha norma corresponde a la prueba legal o tasada. En cuanto al daño moral, esta Corte ya ha decidido anteriormente que el quantum indemnizatorio corresponde a una cuestión de hecho, privativa de los sentenciadores de la instancia. DECIMOSEGUNDO: Que por todo lo anteriormente razonado, el recurso en estudio carece de fundamento y será rechazada en esta etapa de la tramitación. Por estas consideraciones y normas legales citadas, se rechazan loa recursos de casación en el fondo deducidos por la demandada y demandante a fojas 104 y 112 respectivamente, contra la sentencia de tres de julio del año en curso, que se lee a fojas 97. Regístrese y devuélvase con su documento. Rol Nº 3.995 06. Pronunciada por la Cuarta Sala de la Corte Suprema integrada por los Ministros señores Marcos Libedinsky T., Orlando Álvarez H. y Urbano Marín V. y los Abogados Integrantes señores Roberto Jacob Ch. y Ricardo Peralta A. Autoriza el Secretario de la Corte Suprema, señor Carlos A. Meneses Pizarro.

SEXTO: Que además, en términos generales, el establecimiento de tales presupuestos fácticos, no es susceptible de revisión por medio de este recurso, a menos que en la determinación de tales hechos, los Jueces del grado hayan desatendido las razones simplemente lógicas, científicas, técnicas o de experiencia, en cuya virtud ha correspondido asignar valor o desestimar la eficacia de las pruebas referidas, cuestión que no ha ocurrido en la especie. SÉPTIMO: Que en cuanto a la eventual infracción al artículo 1.698, del Código Civil, este no ha sido vulnerado toda vez que la carga de la prueba respecto del cumplimiento de la obligación a que se refiere el artículo 184 del Código del Trabajo, efectivamente correspondía al demandado y de acuerdo con lo resuelto en la sentencia se tuvo por establecido que no cumplió, razón por la cual la demanda fue acogida. OCTAVO: Que en cuanto a la supuesta vulneración de los artículos 1.713 del Código Civil, 356, 385, 401 y 402 del Código del Procedimiento Civil, estas también serán desestimadas pues dichos preceptos legales no resultan aplicables al caso de autos, desde que dichas disposiciones dicen relación con la prueba legal y tasada y conforme ha quedado dicho, la prueba, en materia laboral, se aprecia de acuerdo con las reglas de la sana crítica. NOVENO: Que lo razonado resulta suficiente para concluir que el recurso de casación en el fondo deducido por la demandada, adolece de manifiesta falta de fundamento, lo que determina su rechazo en esta etapa de tramitación. II. En cuanto al recurso de casación en el fondo del demandante: DÉCIMO: Que la demandante denuncia la vulneración de los artículos 19 Nº 1 de la Constitución Política de la República; 1.700 y 2.329 del Código Civil, fundándose en que la sentencia, erróneamente no dio lugar al pago del daño físico y sólo otorgó veinte millones por concepto de daño moral. En efecto afirma el recurrente que conforme al artículo 2.329 del Código Civil, corresponde reparar todo daño, incluyéndose tanto el patrimonial como el extrapatrimonial. A este respecto la sentencia consideró que el daño físico no es un daño patrimonial, no puede incluirse en el extrapatrimonial porque allí se confunde con el daño moral. Este daño físico atenta en contra la integridad corporal, reconocida constitucionalmente y debe ser indemnizada, pues es un daño distinto al daño moral. En cuanto al segundo error se ha producido al fijar la suma de veinte millones de pesos por daño moral, infringiendo así las reglas reguladoras de la prueba, pues en autos constan instrumentos públicos que han determinado la magnitud del daño y sentado las bases de una indemnización mayor que los sentenciadores del grado no supieron aquilatar, pues correspondía que ésta fuere fijada en no menos de ochenta millones de pesos. DECIMOPRIMERO: Que de lo expuesto precedentemente, aparece que el recurrente pretende contrariar los hechos sentados en el juicio, desde que alega que correspondía dar lugar a la indemnización por daño físico y que se elevara la indemnización fijada por daño moral, e insta por la alteración de tales conclusiones sin que se hayan denunciado la infracción de los artículos 455 y 456 que reglan la prueba en materia laboral, y que permitiría a este tribunal modificar lo resuelto, cuestión que no se ha hecho, pues se ha fundado en el artículo 1.700 del Código Civil, inaplicable al caso de autos, pues dicha norma corresponde a la prueba legal o tasada. En cuanto al daño moral, esta Corte ya ha decidido anteriormente que el quantum indemnizatorio corresponde a una cuestión de hecho, privativa de los sentenciadores de la instancia. DECIMOSEGUNDO: Que por todo lo anteriormente razonado, el recurso en estudio carece de fundamento y será rechazada en esta etapa de la tramitación. Por estas consideraciones y normas legales citadas, se rechazan loa recursos de casación en el fondo deducidos por la demandada y demandante a fojas 104 y 112 respectivamente, contra la sentencia de tres de julio del año en curso, que se lee a fojas 97. Regístrese y devuélvase con su documento. Rol Nº 3.995 06. Pronunciada por la Cuarta Sala de la Corte Suprema integrada por los Ministros señores Marcos Libedinsky T., Orlando Álvarez H. y Urbano Marín V. y los Abogados Integrantes señores Roberto Jacob Ch. y Ricardo Peralta A. Autoriza el Secretario de la Corte Suprema, señor Carlos A. Meneses Pizarro. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

665

RETIRO

666

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Santiago, veintiuno de junio de dos mil seis. VISTOS Y TENIENDO PRESENTE: PRIMERO: Que en conformidad a lo dispuesto en los artículos 781 y 782 del Código de Procedimiento Civil, se ha ordenado dar cuenta de los recursos de casación en la forma y en el fondo deducidos por el demandado, a fojas 148. En cuanto al recurso de casación en la forma: SEGUNDO: Que el demandado deduce recurso de casación en la forma en contra de la sentencia de dieciocho de noviembre del año dos mil cinco, escrita a fojas 147, fundado, en primer lugar, en la causal contemplada en el Nº 5 del artículo 768 del Código de Procedimiento Civil, en relación con los artículos 463 y 458 Nº 4 del Código del Trabajo, esto es, el haber sido pronunciada con omisión de alguno de los requisitos establecidos por ley para su dictación, en este caso, el análisis de toda la prueba rendida, vicio que hace consistir en que al confirmar la sentencia de primera instancia, se declaró, se determinó la existencia del lucro cesante, en forma intuitiva, sin hacer un verdadero análisis de toda la prueba rendida, en especial aquella que acredita que el demandante goza de una pensión de invalidez parcial y que por lo tanto no hay un perjuicio indemnizable. Por otro lado, en relación a las circunstancias que dan cuenta de un sufrimiento físico y moral que justifique un resarcimiento, el actor no rindió prueba. TERCERO: Que, en cuanto a la segunda causal de nulidad formal denunciada por el recurrente, ella también dice relación con la ya señalada, es decir, la falta de una de las exigencias legales para la elaboración del fallo de la cuestión controvertida, contemplada en la norma citada, pero en este caso haciéndose remisión a la del Nº 5 del artículo 458 del Código del ramo, esto es, que la sentencia carece de consideraciones de hecho y derecho que la fundamenten, en referencia a la cual el recurrente invoca los mismos argumentos aludidos en el motivo precedente. CUARTO: Que, de la sola lectura de la sentencia impugnada, se puede constatar el cumplimiento de los requisitos cuya omisión se ha denunciado, ya que el tribunal, una vez determinados los hechos no controvertidos, analiza la prueba allegada por las partes al juicio y a partir de ella, en el motivo quinto, desarrolla su convicción en relación a los puntos debatidos en el proceso, estableciendo una serie de presupuestos que luego sirven de base a su decisión de otorgar las indemnizaciones solicitadas. QUINTO: Que a lo anterior, cabe agregar que no puede considerarse constitutivo de las causales invocadas el hecho de que algunos elementos considerados por el sentenciador en determinado sentido, no sean estimados suficientes por el recurrente para fundar las decisiones de que se trata, pues tales alegaciones no obedecen más que a la apreciación de la prueba que en forma exclusiva y excluyente efectúa el tribunal de fondo y que en ningún caso puede ser motivo de la nulidad intentada por esta vía. SEXTO: Que lo razonado resulta suficiente para declarar inadmisible el recurso en examen en esta etapa de tramitación, atendido que los argumentos esgrimidos por el recurrente, no constituyen las causales de nulidad formal invocadas. En cuanto al recurso de casación en el fondo: SÉPTIMO: Que el recurrente denuncia la vulneración de los artículos 455 y 456 del Código del Trabajo y 1553 del Código Civil, sosteniendo, en síntesis, que la sentencia efectuó una errónea interpretación de las disposiciones legales citadas al darles un alcance distinto del que correspondía, de haber sido aplicadas correctamente. En efecto, expresa que los sentenciadores dan por establecidos los presupuestos para el otorgamiento de la indemnización por lucro cesante, sin considerar que operó el seguro de accidentes del trabajo y que el actor fue declarado inválido parcialmente por lo que se le otorgó la pensión respectiva. Por otro lado, respecto del daño moral invocado por el demandante, señala que el tribunal concedió su resarcimiento no obstante no haber sido probado, declarando, además, que ello no constituye una reparación, lo que a juicio de la recurrente, no lo habilita para prescindir de

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol N°: 6694-2005 Cita online: CL/JUR/1799/2006

I. CORTE SUPREMA

I. CORTE SUPREMA

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol N°: 6694-2005 Cita online: CL/JUR/1799/2006

Santiago, veintiuno de junio de dos mil seis. VISTOS Y TENIENDO PRESENTE: PRIMERO: Que en conformidad a lo dispuesto en los artículos 781 y 782 del Código de Procedimiento Civil, se ha ordenado dar cuenta de los recursos de casación en la forma y en el fondo deducidos por el demandado, a fojas 148. En cuanto al recurso de casación en la forma: SEGUNDO: Que el demandado deduce recurso de casación en la forma en contra de la sentencia de dieciocho de noviembre del año dos mil cinco, escrita a fojas 147, fundado, en primer lugar, en la causal contemplada en el Nº 5 del artículo 768 del Código de Procedimiento Civil, en relación con los artículos 463 y 458 Nº 4 del Código del Trabajo, esto es, el haber sido pronunciada con omisión de alguno de los requisitos establecidos por ley para su dictación, en este caso, el análisis de toda la prueba rendida, vicio que hace consistir en que al confirmar la sentencia de primera instancia, se declaró, se determinó la existencia del lucro cesante, en forma intuitiva, sin hacer un verdadero análisis de toda la prueba rendida, en especial aquella que acredita que el demandante goza de una pensión de invalidez parcial y que por lo tanto no hay un perjuicio indemnizable. Por otro lado, en relación a las circunstancias que dan cuenta de un sufrimiento físico y moral que justifique un resarcimiento, el actor no rindió prueba. TERCERO: Que, en cuanto a la segunda causal de nulidad formal denunciada por el recurrente, ella también dice relación con la ya señalada, es decir, la falta de una de las exigencias legales para la elaboración del fallo de la cuestión controvertida, contemplada en la norma citada, pero en este caso haciéndose remisión a la del Nº 5 del artículo 458 del Código del ramo, esto es, que la sentencia carece de consideraciones de hecho y derecho que la fundamenten, en referencia a la cual el recurrente invoca los mismos argumentos aludidos en el motivo precedente. CUARTO: Que, de la sola lectura de la sentencia impugnada, se puede constatar el cumplimiento de los requisitos cuya omisión se ha denunciado, ya que el tribunal, una vez determinados los hechos no controvertidos, analiza la prueba allegada por las partes al juicio y a partir de ella, en el motivo quinto, desarrolla su convicción en relación a los puntos debatidos en el proceso, estableciendo una serie de presupuestos que luego sirven de base a su decisión de otorgar las indemnizaciones solicitadas. QUINTO: Que a lo anterior, cabe agregar que no puede considerarse constitutivo de las causales invocadas el hecho de que algunos elementos considerados por el sentenciador en determinado sentido, no sean estimados suficientes por el recurrente para fundar las decisiones de que se trata, pues tales alegaciones no obedecen más que a la apreciación de la prueba que en forma exclusiva y excluyente efectúa el tribunal de fondo y que en ningún caso puede ser motivo de la nulidad intentada por esta vía. SEXTO: Que lo razonado resulta suficiente para declarar inadmisible el recurso en examen en esta etapa de tramitación, atendido que los argumentos esgrimidos por el recurrente, no constituyen las causales de nulidad formal invocadas. En cuanto al recurso de casación en el fondo: SÉPTIMO: Que el recurrente denuncia la vulneración de los artículos 455 y 456 del Código del Trabajo y 1553 del Código Civil, sosteniendo, en síntesis, que la sentencia efectuó una errónea interpretación de las disposiciones legales citadas al darles un alcance distinto del que correspondía, de haber sido aplicadas correctamente. En efecto, expresa que los sentenciadores dan por establecidos los presupuestos para el otorgamiento de la indemnización por lucro cesante, sin considerar que operó el seguro de accidentes del trabajo y que el actor fue declarado inválido parcialmente por lo que se le otorgó la pensión respectiva. Por otro lado, respecto del daño moral invocado por el demandante, señala que el tribunal concedió su resarcimiento no obstante no haber sido probado, declarando, además, que ello no constituye una reparación, lo que a juicio de la recurrente, no lo habilita para prescindir de

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

666

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

667

la prueba. Agrega, que en ambos casos, no se consignaron las razones jurídicas para otorgar ambas indemnizaciones, sobre todo en el ámbito de la responsabilidad extracontractual. OCTAVO: Que en la sentencia impugnada se establecieron como hechos, en lo pertinente, los siguientes: a) Que el actor era carpintero de la obra Nova Vida de la Empresa Copeva, desde el 6 de octubre de 2000. b) Que el 13 de noviembre del mismo año, alrededor de las 10.00 a.m., dentro de su jornada de trabajo y armando un andamio de tres niveles para hacer instalaciones de alerones y frontón en casas de tres pisos, encontrándose en la plataforma del segundo nivel, ésta desplomó, cayendo a tierra, sufriendo lesiones que lo tuvieron hospitalizado en el Hospital de la Mutual de Seguridad por 22 meses. c) Que el día del accidente, las únicas medidas de seguridad del trabajador eran un casco, guantes y zapatos especiales. d) A pesar que los andamios empleados en la obra son estructuras metálicas que deben ser ensambladas con un sistema de macho y hembra, cuyo peso requiere fuerza, el día de los hechos el actor ejecutaba la maniobra solo y sin ayuda. e) Que la caída se produjo desde los tablones que hacían de segundo nivel al andamio, precipitándose el demandante junto con ellos y con los materiales que debía colocar de tercer nivel. f) Que la expectativa de vida laboral activa del actor, a partir de su fecha de nacimiento, alcanza hasta el 15 de enero de 2026. g) Que su remuneración era un promedio de $ 220.00 mensuales. NOVENO: Que sobre la base de los hechos reseñados precedentemente y examinando la totalidad de los antecedentes del proceso, en conformidad a las reglas de la sana crítica, los sentenciadores de la instancia estimaron que en la especie ocurrió un accidente del trabajo, respecto de cuya causa la demandada no probó haber obrado con la diligencia y cuidado que exige la ley, ya que no adoptó todas las medidas para que el actor trabajase en condiciones de seguridad. A continuación, considerando el grado de incapacidad permanente generado al trabajador, la pensión de invalidez que éste percibe por dicho concepto, su remuneración y otros antecedentes, se regula la suma por concepto de lucro cesante. Finalmente, en cuanto al daño moral, considerando que no es susceptible de ser medido en forma exacta y que, consecuencialmente, sólo se persigue otorgar una ayuda económica que permita morigerar el daño ocasionado, se fija una suma de dinero por tal ítem. DÉCIMO: Que de lo expresado fluye que el recurrente impugna los hechos establecidos en el fallo atacado e insta por su alteración, pues alega que no existen elementos de prueba en el proceso para justificar la procedencia de las indemnizaciones concedidas a favor de la víctima. Esta modificación, no es posible por la vía intentada, pues, como reiteradamente lo ha decidido esta Corte, el establecimiento de los hechos, sobre la base de la apreciación de las probanzas allegadas al proceso, mediante las reglas de la sana crítica, queda agotado en las instancias respectivas. DECIMOPRIMERO: Que, además, en términos generales, el establecimiento de tales presupuestos fácticos no es susceptible de revisión por medio del recurso de autos, a menos que en la determinación de tales hechos los jueces del grado hayan desatendido las razones simplemente lógicas, científicas, técnicas o de experiencia, en cuya virtud ha correspondido asignar valor o desestimar la eficacia de las pruebas referidas, cuestión que no ha ocurrido en la especie. Por estas consideraciones y normas legales citadas, se declara inadmisible el recurso de casación en la forma y se rechaza el de fondo, deducidos por el demandado a fojas 148, contra la sentencia de dieciocho de noviembre de dos mil cinco, que se lee a fojas 147. Regístrese y devuélvase, con sus agregados. Rol Nº 6.694 05. Pronunciada por la Cuarta Sala de la Corte Suprema integrada por los Ministros señores Urbano Marín V., Jorge Medina C. y Rubén Ballesteros C. y los Abogados Integrantes señores Roberto Jacob Ch. y Patricio Valdés A. Autoriza el Secretario de la Corte Suprema, señor Carlos A. Meneses Pizarro.

la prueba. Agrega, que en ambos casos, no se consignaron las razones jurídicas para otorgar ambas indemnizaciones, sobre todo en el ámbito de la responsabilidad extracontractual. OCTAVO: Que en la sentencia impugnada se establecieron como hechos, en lo pertinente, los siguientes: a) Que el actor era carpintero de la obra Nova Vida de la Empresa Copeva, desde el 6 de octubre de 2000. b) Que el 13 de noviembre del mismo año, alrededor de las 10.00 a.m., dentro de su jornada de trabajo y armando un andamio de tres niveles para hacer instalaciones de alerones y frontón en casas de tres pisos, encontrándose en la plataforma del segundo nivel, ésta desplomó, cayendo a tierra, sufriendo lesiones que lo tuvieron hospitalizado en el Hospital de la Mutual de Seguridad por 22 meses. c) Que el día del accidente, las únicas medidas de seguridad del trabajador eran un casco, guantes y zapatos especiales. d) A pesar que los andamios empleados en la obra son estructuras metálicas que deben ser ensambladas con un sistema de macho y hembra, cuyo peso requiere fuerza, el día de los hechos el actor ejecutaba la maniobra solo y sin ayuda. e) Que la caída se produjo desde los tablones que hacían de segundo nivel al andamio, precipitándose el demandante junto con ellos y con los materiales que debía colocar de tercer nivel. f) Que la expectativa de vida laboral activa del actor, a partir de su fecha de nacimiento, alcanza hasta el 15 de enero de 2026. g) Que su remuneración era un promedio de $ 220.00 mensuales. NOVENO: Que sobre la base de los hechos reseñados precedentemente y examinando la totalidad de los antecedentes del proceso, en conformidad a las reglas de la sana crítica, los sentenciadores de la instancia estimaron que en la especie ocurrió un accidente del trabajo, respecto de cuya causa la demandada no probó haber obrado con la diligencia y cuidado que exige la ley, ya que no adoptó todas las medidas para que el actor trabajase en condiciones de seguridad. A continuación, considerando el grado de incapacidad permanente generado al trabajador, la pensión de invalidez que éste percibe por dicho concepto, su remuneración y otros antecedentes, se regula la suma por concepto de lucro cesante. Finalmente, en cuanto al daño moral, considerando que no es susceptible de ser medido en forma exacta y que, consecuencialmente, sólo se persigue otorgar una ayuda económica que permita morigerar el daño ocasionado, se fija una suma de dinero por tal ítem. DÉCIMO: Que de lo expresado fluye que el recurrente impugna los hechos establecidos en el fallo atacado e insta por su alteración, pues alega que no existen elementos de prueba en el proceso para justificar la procedencia de las indemnizaciones concedidas a favor de la víctima. Esta modificación, no es posible por la vía intentada, pues, como reiteradamente lo ha decidido esta Corte, el establecimiento de los hechos, sobre la base de la apreciación de las probanzas allegadas al proceso, mediante las reglas de la sana crítica, queda agotado en las instancias respectivas. DECIMOPRIMERO: Que, además, en términos generales, el establecimiento de tales presupuestos fácticos no es susceptible de revisión por medio del recurso de autos, a menos que en la determinación de tales hechos los jueces del grado hayan desatendido las razones simplemente lógicas, científicas, técnicas o de experiencia, en cuya virtud ha correspondido asignar valor o desestimar la eficacia de las pruebas referidas, cuestión que no ha ocurrido en la especie. Por estas consideraciones y normas legales citadas, se declara inadmisible el recurso de casación en la forma y se rechaza el de fondo, deducidos por el demandado a fojas 148, contra la sentencia de dieciocho de noviembre de dos mil cinco, que se lee a fojas 147. Regístrese y devuélvase, con sus agregados. Rol Nº 6.694 05. Pronunciada por la Cuarta Sala de la Corte Suprema integrada por los Ministros señores Urbano Marín V., Jorge Medina C. y Rubén Ballesteros C. y los Abogados Integrantes señores Roberto Jacob Ch. y Patricio Valdés A. Autoriza el Secretario de la Corte Suprema, señor Carlos A. Meneses Pizarro. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

667

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Santiago, quince de abril de dos mil cinco. VISTOS: A fs. 4 comparece don Francisco Moraga Manterola, abogado, en representación de don Óscar Patricio Martínez Lara, empleado, domiciliado en Luis Cruz Martínez, parcela 33, El Noviciado, Lampa, y deduce demanda en juicio ordinario contra Ingeniería y Construcción Icafal Ltda., del giro de su denominación, representada legalmente por don Sergio Icaza Pérez, ignora profesión u oficio, ambos con domicilio en calle Augusto Leguía Sur Nº 160, oficina 51, Las Condes o Ignacio Falcones Benavente o Gonzalo Falcone Benavente, oficio desconocido, mismo domicilio de los anteriores y demanda también, en su calidad de dueña de la faena, contratante de la anterior, y por su responsabilidad subsidiaria a la empresa constructora Norte Sur S.A., del giro de su denominación, por su calidad de concesionaria de la construcción del tramo denominado “Autopista central intersección Panamericana Norte con calle Zapadores, Santiago”, y con domicilio en calle Panamericana Norte Nº 5.364, Conchalí; representada legalmente por con Ángel Mendoza G., de quien también ignora profesión y del mismo domicilio. Pretende por su demanda que sean ambas condenadas, la segunda en forma subsidiaria, a pagar al actor 1.000 Unidades de Fomento por lucro cesante y 2.500 Unidades de Fomento por daño moral, por el accidente sufrido por el trabajador el día 13 de diciembre de 2002, alrededor de las 10:30 de la mañana, al interior de la faena, en circunstancias que un camión cuyo propietario se desconoce, sufrió un desperfecto quedando detenido al interior de la faena, a vista y paciencia de los controladores de tráfico, sin adoptar las medidas de seguridad y control necesarias en una pendiente y fuera de toda supervisión por lo capataces de la obra, deslizándose fuera de control, hasta arrollar a su representado, con lo que causó el grave accidente de trabajo que motiva esta acción. Señaló que el actor ingresó a trabajar para la demandada Icafal Ltda. el 4 de febrero de 2002, en labores de card check que consiste en acercarse a los vehículos que circulan dentro de la faena y controlar sus tarjetas de ingreso y asistencia con una remuneración mensual promedio de $ 190.000. Agrega que a los 23 años ha sufrido lesiones sumamente graves, que describe, quedando con secuelas permanentes de colgajos e injertos. Fundamenta su acción en las normas del artículo 184 del Código del Trabajo y en la ley 16.744 y en la falta de control adecuado de las condiciones de seguridad al interior de la empresa, ya que si el capataz y el supervisor hubieran mantenido un control eficiente y efectivo en las vías de acceso a la faena y hubieran aplicado normas de seguridad a los camiones, a su operación, conducción y detención, no se hubiera producido este accidente. A fs. 20 la demandada subsidiaria Constructora Norte Sur S.A. opone la excepción de ineptitud del libelo y de incompetencia del tribunal, fundada la primera en que sin bien se demanda a Constructora Icafal Ltda., en la parte petitoria señala a la empresa Constructora Icafal Manquehue Ltda. En cuanto a la incompetencia del tribunal, señala que el actor sólo tenía vínculo laboral con la demandada principal y por lo tanto, en cuanto acciona contra Norte Sur lo hace contra un tercero a quien le atribuye responsabilidad en un accidente, por lo tanto, en cuanto se dirige contra ella, el competente es un Juzgado Civil. Sin vínculo laboral entre las partes, el competente es el Juzgado Civil. Agrega que el artículo 420 letra f) se remite a la responsabilidad del empleador, y por su parte, el 69 de la ley Nº 16.744 se remite en su número 2 a las prescripciones del derecho común. Se trata de responsabilidad extracontractual y, en consecuencia, de competencia de derecho civil. Además, se trata de un hecho ocurrido con ocasión de un accidente de tránsito, imputable al conductor del camión y a su propietario. Luego, contesta la demanda y señala que el artículo 184 del Código del Trabajo hace responsable al empleador exclusivamente, sin contemplar responsabilidad subsidiaria de ningún tipo. Y, por su parte,

668

I. SENTENCIA DE PRIMER GRADO

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol N°: 673-2006 Cita online: CL/JUR/7236/2006

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol N°: 673-2006 Cita online: CL/JUR/7236/2006

I. SENTENCIA DE PRIMER GRADO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Santiago, quince de abril de dos mil cinco. VISTOS: A fs. 4 comparece don Francisco Moraga Manterola, abogado, en representación de don Óscar Patricio Martínez Lara, empleado, domiciliado en Luis Cruz Martínez, parcela 33, El Noviciado, Lampa, y deduce demanda en juicio ordinario contra Ingeniería y Construcción Icafal Ltda., del giro de su denominación, representada legalmente por don Sergio Icaza Pérez, ignora profesión u oficio, ambos con domicilio en calle Augusto Leguía Sur Nº 160, oficina 51, Las Condes o Ignacio Falcones Benavente o Gonzalo Falcone Benavente, oficio desconocido, mismo domicilio de los anteriores y demanda también, en su calidad de dueña de la faena, contratante de la anterior, y por su responsabilidad subsidiaria a la empresa constructora Norte Sur S.A., del giro de su denominación, por su calidad de concesionaria de la construcción del tramo denominado “Autopista central intersección Panamericana Norte con calle Zapadores, Santiago”, y con domicilio en calle Panamericana Norte Nº 5.364, Conchalí; representada legalmente por con Ángel Mendoza G., de quien también ignora profesión y del mismo domicilio. Pretende por su demanda que sean ambas condenadas, la segunda en forma subsidiaria, a pagar al actor 1.000 Unidades de Fomento por lucro cesante y 2.500 Unidades de Fomento por daño moral, por el accidente sufrido por el trabajador el día 13 de diciembre de 2002, alrededor de las 10:30 de la mañana, al interior de la faena, en circunstancias que un camión cuyo propietario se desconoce, sufrió un desperfecto quedando detenido al interior de la faena, a vista y paciencia de los controladores de tráfico, sin adoptar las medidas de seguridad y control necesarias en una pendiente y fuera de toda supervisión por lo capataces de la obra, deslizándose fuera de control, hasta arrollar a su representado, con lo que causó el grave accidente de trabajo que motiva esta acción. Señaló que el actor ingresó a trabajar para la demandada Icafal Ltda. el 4 de febrero de 2002, en labores de card check que consiste en acercarse a los vehículos que circulan dentro de la faena y controlar sus tarjetas de ingreso y asistencia con una remuneración mensual promedio de $ 190.000. Agrega que a los 23 años ha sufrido lesiones sumamente graves, que describe, quedando con secuelas permanentes de colgajos e injertos. Fundamenta su acción en las normas del artículo 184 del Código del Trabajo y en la ley 16.744 y en la falta de control adecuado de las condiciones de seguridad al interior de la empresa, ya que si el capataz y el supervisor hubieran mantenido un control eficiente y efectivo en las vías de acceso a la faena y hubieran aplicado normas de seguridad a los camiones, a su operación, conducción y detención, no se hubiera producido este accidente. A fs. 20 la demandada subsidiaria Constructora Norte Sur S.A. opone la excepción de ineptitud del libelo y de incompetencia del tribunal, fundada la primera en que sin bien se demanda a Constructora Icafal Ltda., en la parte petitoria señala a la empresa Constructora Icafal Manquehue Ltda. En cuanto a la incompetencia del tribunal, señala que el actor sólo tenía vínculo laboral con la demandada principal y por lo tanto, en cuanto acciona contra Norte Sur lo hace contra un tercero a quien le atribuye responsabilidad en un accidente, por lo tanto, en cuanto se dirige contra ella, el competente es un Juzgado Civil. Sin vínculo laboral entre las partes, el competente es el Juzgado Civil. Agrega que el artículo 420 letra f) se remite a la responsabilidad del empleador, y por su parte, el 69 de la ley Nº 16.744 se remite en su número 2 a las prescripciones del derecho común. Se trata de responsabilidad extracontractual y, en consecuencia, de competencia de derecho civil. Además, se trata de un hecho ocurrido con ocasión de un accidente de tránsito, imputable al conductor del camión y a su propietario. Luego, contesta la demanda y señala que el artículo 184 del Código del Trabajo hace responsable al empleador exclusivamente, sin contemplar responsabilidad subsidiaria de ningún tipo. Y, por su parte,

668

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

669

el artículo 64 que sí establece esta clase de responsabilidad, lo hace circunscribiéndola a obligaciones de afiliación y cotización previsional, no de eventuales indemnizaciones de perjuicios. Tampoco tiene responsabilidad civil alguna en el hecho, porque no ha tenido ninguna participación en ellos. De esto concluye que el actor no tendría legitimación activa respecto de Constructora Norte Sur S.A. Luego, señala que el accidente de que se trata no corresponde a uno de carácter laboral, sino que se trata de un accidente de tránsito cuyo único responsable es el chofer y el dueño del camión. Se trata de la responsabilidad de un conductor negligente y descuidado que sin respetar las mínimas normas de seguridad en la conducción, ubicó su vehículo sobre un montículo de tierra para hacerlo partir marcha atrás, lo que hizo además sin las debidas señales de advertencia. Termina alegando la exposición imprudente al daño, ya que el actor que contaba con toda clase de entrenamiento y preparación en normas de seguridad permitió que el chofer realizara una maniobra peligrosa y antirreglamentaria y luego le dio la espalda sin estar atento a la maniobra que realizaba. A fs. 34, la demandada Ingeniería y Construcción Icafal Ltda., alega la excepción de ineptitud del libelo, fundada en que la actora se refiere a un conglomerado que no especifica y a que si bien siempre se dirige contra su representada, termina solicitando se condene Icafal Manquehue. Luego, contesta señalando que efectivamente el actor se desempeñó para su empresa desde el día 4 de febrero de 2002, como card check, función que le imponía recibir al camión que llegara a descargar material, mismo que debía acompañar durante toda la faena de descarga, dándole precisas instrucciones al transportista sobre el lugar en que deben quedar los materiales, visando los documentos respectivos y dando aviso a sus superiores, una vez concluida la descarga. Era un experto en su materia y había asistido a cursos y charlas de seguridad que de haber sido llevadas a la práctica por él, habrían evitado este accidente. Señala que se trata de un grave accidente de tránsito, que ocurrió mientras el actor trabajaba, por lo que no le cabe responsabilidad alguna a su representada. Agrega que su representada se ocupa de manera estricta de resguardar la seguridad de sus trabajadores, por medio de entregarles cascos, zapatos de seguridad y guantes; además, el actor debió asistir a varias charlas de seguridad (14 al menos), recibió un ejemplar del Reglamento Interno de Orden, Higiene y Seguridad, contaba con experiencia e instrucción suficiente y recibió la atención oportuna, además de su seguro de accidentes del trabajo. No ha habido dolo en su actuar, ni es responsable de culpa que precisa en leve para este tipo de contratos y por cierto, no existe relación de causalidad entre un supuesto incumplimiento y su resultado. Sobre los dalos reclamados, dice además, que respecto del lucro cesante no se señala cómo se llegó a la suma que se cobra, la que sólo deviene del mero arbitrio del actor. Sobre el daño moral, la suma cobrada parece excesiva, teniendo en consideración que, aparte de la atención médica proporcionada por el sistema previsional y los avances normales de la medicina, se desmentirán las argumentaciones del actor. A fs. 50 y 53 se allana a la excepción de ineptitud el actor y corrige su acción. Rechaza la excepción de incompetencia porque dice, el artículo 64 establece una responsabilidad subsidiaria que afecta el patrimonio de un tercero, precisamente por la acción de un extraño. Además, la responsabilidad del empleador de velar por la salud y vida del trabajador es de carácter contractual, por tanto, la sentencia que declare la responsabilidad y lo condene pecuniariamente corresponde a una materia contemplada en el artículo 420 letra f) del Código del Trabajo y esa competencia se comunica a la subsidiaria por aplicación de la disposición del artículo 64. Luego, en cuanto a la ley 16.744, la referencia a las prescripciones del derecho común significa que proceden las indemnizaciones ordinarias y conforme al derecho común orgánico, prefiere el tribunal de la especialidad, cual es, el laboral. No se demanda responsabilidad directa de la Constructora Norte Sur, en cuyo caso sí se trataría de una responsabilidad extracontractual. A fs. 56 se recibió la causa a prueba. A fs. 88, se realizó la audiencia de estilo. A fs. 125, se citó a las partes a oír sentencia.

el artículo 64 que sí establece esta clase de responsabilidad, lo hace circunscribiéndola a obligaciones de afiliación y cotización previsional, no de eventuales indemnizaciones de perjuicios. Tampoco tiene responsabilidad civil alguna en el hecho, porque no ha tenido ninguna participación en ellos. De esto concluye que el actor no tendría legitimación activa respecto de Constructora Norte Sur S.A. Luego, señala que el accidente de que se trata no corresponde a uno de carácter laboral, sino que se trata de un accidente de tránsito cuyo único responsable es el chofer y el dueño del camión. Se trata de la responsabilidad de un conductor negligente y descuidado que sin respetar las mínimas normas de seguridad en la conducción, ubicó su vehículo sobre un montículo de tierra para hacerlo partir marcha atrás, lo que hizo además sin las debidas señales de advertencia. Termina alegando la exposición imprudente al daño, ya que el actor que contaba con toda clase de entrenamiento y preparación en normas de seguridad permitió que el chofer realizara una maniobra peligrosa y antirreglamentaria y luego le dio la espalda sin estar atento a la maniobra que realizaba. A fs. 34, la demandada Ingeniería y Construcción Icafal Ltda., alega la excepción de ineptitud del libelo, fundada en que la actora se refiere a un conglomerado que no especifica y a que si bien siempre se dirige contra su representada, termina solicitando se condene Icafal Manquehue. Luego, contesta señalando que efectivamente el actor se desempeñó para su empresa desde el día 4 de febrero de 2002, como card check, función que le imponía recibir al camión que llegara a descargar material, mismo que debía acompañar durante toda la faena de descarga, dándole precisas instrucciones al transportista sobre el lugar en que deben quedar los materiales, visando los documentos respectivos y dando aviso a sus superiores, una vez concluida la descarga. Era un experto en su materia y había asistido a cursos y charlas de seguridad que de haber sido llevadas a la práctica por él, habrían evitado este accidente. Señala que se trata de un grave accidente de tránsito, que ocurrió mientras el actor trabajaba, por lo que no le cabe responsabilidad alguna a su representada. Agrega que su representada se ocupa de manera estricta de resguardar la seguridad de sus trabajadores, por medio de entregarles cascos, zapatos de seguridad y guantes; además, el actor debió asistir a varias charlas de seguridad (14 al menos), recibió un ejemplar del Reglamento Interno de Orden, Higiene y Seguridad, contaba con experiencia e instrucción suficiente y recibió la atención oportuna, además de su seguro de accidentes del trabajo. No ha habido dolo en su actuar, ni es responsable de culpa que precisa en leve para este tipo de contratos y por cierto, no existe relación de causalidad entre un supuesto incumplimiento y su resultado. Sobre los dalos reclamados, dice además, que respecto del lucro cesante no se señala cómo se llegó a la suma que se cobra, la que sólo deviene del mero arbitrio del actor. Sobre el daño moral, la suma cobrada parece excesiva, teniendo en consideración que, aparte de la atención médica proporcionada por el sistema previsional y los avances normales de la medicina, se desmentirán las argumentaciones del actor. A fs. 50 y 53 se allana a la excepción de ineptitud el actor y corrige su acción. Rechaza la excepción de incompetencia porque dice, el artículo 64 establece una responsabilidad subsidiaria que afecta el patrimonio de un tercero, precisamente por la acción de un extraño. Además, la responsabilidad del empleador de velar por la salud y vida del trabajador es de carácter contractual, por tanto, la sentencia que declare la responsabilidad y lo condene pecuniariamente corresponde a una materia contemplada en el artículo 420 letra f) del Código del Trabajo y esa competencia se comunica a la subsidiaria por aplicación de la disposición del artículo 64. Luego, en cuanto a la ley 16.744, la referencia a las prescripciones del derecho común significa que proceden las indemnizaciones ordinarias y conforme al derecho común orgánico, prefiere el tribunal de la especialidad, cual es, el laboral. No se demanda responsabilidad directa de la Constructora Norte Sur, en cuyo caso sí se trataría de una responsabilidad extracontractual. A fs. 56 se recibió la causa a prueba. A fs. 88, se realizó la audiencia de estilo. A fs. 125, se citó a las partes a oír sentencia. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

669

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

CONSIDERANDO: En cuanto a la excepción de ineptitud del libelo: PRIMERO: Que al haberse allanado la actora y rectificado su acción en los términos solicitados por las demandadas, se ha hecho inoportuno emitir pronunciamiento sobre aquélla. En cuanto a la acción de incompetencia: SEGUNDO: Que se rechaza la excepción de incompetencia alegada por la demandada subsidiaria porque el conocimiento de los accidentes del trabajo en los que se atribuye responsabilidad al empleador por infracción a la normativa del artículo 184 del Código del Trabajo, corresponde a los Juzgados Laborales. Del mismo modo, al haberse atribuido responsabilidad subsidiaria en los términos del artículo 64 del Código del Trabajo a la demandada Constructora Norte Sur, el establecimiento de la procedencia o improcedencia de tal responsabilidad es una cuestión que ha de ser también materia de la litis, siendo improcedente que a priori se decida que no se encuentra en la situación que se le atribuye para estimar que este tribunal es incompetente. Es esa una cuestión de fondo del asunto controvertido. En cuanto a la tacha: TERCERO: Que se rechaza la tacha opuesta a fs. 92 contra el testigo Héctor Araya Roa, por no aparecer de sus dichos antecedentes suficientes que permitan estimar la existencia de una íntima amistad con la persona que lo presenta. En cuanto al fondo: CUARTO: Que la demandada Icafal Ltda. ha reconocido la fecha de ingreso del actor a sus labores como también la denominación de la función que realizaba. No ha reconocido la remuneración invocada por el trabajador, por tanto se estará a la declarada por éste: $ 190.000, aun cuando la única liquidación acompañada en autos da cuenta de un monto ligeramente superior. Sin embargo, la demandada principal discutió sobre el alcance de las labores declaradas por el actor y sobre la responsabilidad que se le atribuye en el accidente de autos. QUINTO: Que para la determinación de estas cuestiones, la parte demandante ha rendido la siguiente prueba: DOCUMENTAL: A fs. 54 y guardada en custodia, acompañó contrato de trabajo del actor, liquidación de remuneraciones de noviembre de 2002, comprobante de pago de subsidio de enero a marzo de 2003, fotografías del actor antes del accidente y otras después de él, donde consta el estado en que quedó después del mismo, sentencias recaídas en juicios de accidente laboral y copia de un libro de consulta laboral. A fs. 77 se agregó primer respuesta de la Mutual de Seguridad, que no aportó nada. Y luego, a fs. 129, se agregó segundo informe donde se dijo que el actor ingresó a la mutual el día 13 de diciembre de 2002 y continuaba a esa fecha febrero de 2004 en tratamiento, por lo tanto, aún no era posible evaluar las secuelas e incapacidades. Se adjuntó copia de la ficha médica. A fs. 126 se agregó respuesta de la Dirección General de Obras Públicas donde se mencionó que el concesionario de la autopista “Sociedad Concesionaria Autopista Central S.A.” subcontrató a la empresa “Constructora Norte Sur S.A.” para la ejecución de la obra denominada “Sistema norte sur”. Testimonial: a fs. 91 y siguientes, consistente en los dichos de Héctor Araya Roa, Rodrigo Jofré Poblete y Gerardo Castro Cares. El primero, dijo que supo por familiares del actor que éste había tenido un accidente, que lo había atropellado un camión. Dijo que caminaba con dificultad, que no puede trabajar porque anda con bastón y que esto además, le ha acarreado problemas psicológicos porque antes era una persona sana y jugaba fútbol. El segundo, también supo por familiares del actor que a éste lo había atropellado un camión que iba retrocediendo y que había pasado por encima de él. El tercero, dijo que el actor había sufrido daño físico, en su pie, operaciones, que tenía problemas para caminar y que ya no podía hacer deporte. No puede afirmar bien su pie y requiere de un bastón. También tiene daño psicológico muy grande, lo que sabe porque ahora, a propósito del juicio, ha conversado más con él. Antes lo veía más activo, sonriente, alegre. SEXTO: Que por su parte, la demandada principal produjo la siguiente prueba: Documental: A fs. 58, guardada en custodia, contrato de trabajo del actor; trece hojas de asistencia a charlas operacionales y a las que asistió el actor, copia de planilla con la recepción, por parte del

670

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

CONSIDERANDO: En cuanto a la excepción de ineptitud del libelo: PRIMERO: Que al haberse allanado la actora y rectificado su acción en los términos solicitados por las demandadas, se ha hecho inoportuno emitir pronunciamiento sobre aquélla. En cuanto a la acción de incompetencia: SEGUNDO: Que se rechaza la excepción de incompetencia alegada por la demandada subsidiaria porque el conocimiento de los accidentes del trabajo en los que se atribuye responsabilidad al empleador por infracción a la normativa del artículo 184 del Código del Trabajo, corresponde a los Juzgados Laborales. Del mismo modo, al haberse atribuido responsabilidad subsidiaria en los términos del artículo 64 del Código del Trabajo a la demandada Constructora Norte Sur, el establecimiento de la procedencia o improcedencia de tal responsabilidad es una cuestión que ha de ser también materia de la litis, siendo improcedente que a priori se decida que no se encuentra en la situación que se le atribuye para estimar que este tribunal es incompetente. Es esa una cuestión de fondo del asunto controvertido. En cuanto a la tacha: TERCERO: Que se rechaza la tacha opuesta a fs. 92 contra el testigo Héctor Araya Roa, por no aparecer de sus dichos antecedentes suficientes que permitan estimar la existencia de una íntima amistad con la persona que lo presenta. En cuanto al fondo: CUARTO: Que la demandada Icafal Ltda. ha reconocido la fecha de ingreso del actor a sus labores como también la denominación de la función que realizaba. No ha reconocido la remuneración invocada por el trabajador, por tanto se estará a la declarada por éste: $ 190.000, aun cuando la única liquidación acompañada en autos da cuenta de un monto ligeramente superior. Sin embargo, la demandada principal discutió sobre el alcance de las labores declaradas por el actor y sobre la responsabilidad que se le atribuye en el accidente de autos. QUINTO: Que para la determinación de estas cuestiones, la parte demandante ha rendido la siguiente prueba: DOCUMENTAL: A fs. 54 y guardada en custodia, acompañó contrato de trabajo del actor, liquidación de remuneraciones de noviembre de 2002, comprobante de pago de subsidio de enero a marzo de 2003, fotografías del actor antes del accidente y otras después de él, donde consta el estado en que quedó después del mismo, sentencias recaídas en juicios de accidente laboral y copia de un libro de consulta laboral. A fs. 77 se agregó primer respuesta de la Mutual de Seguridad, que no aportó nada. Y luego, a fs. 129, se agregó segundo informe donde se dijo que el actor ingresó a la mutual el día 13 de diciembre de 2002 y continuaba a esa fecha febrero de 2004 en tratamiento, por lo tanto, aún no era posible evaluar las secuelas e incapacidades. Se adjuntó copia de la ficha médica. A fs. 126 se agregó respuesta de la Dirección General de Obras Públicas donde se mencionó que el concesionario de la autopista “Sociedad Concesionaria Autopista Central S.A.” subcontrató a la empresa “Constructora Norte Sur S.A.” para la ejecución de la obra denominada “Sistema norte sur”. Testimonial: a fs. 91 y siguientes, consistente en los dichos de Héctor Araya Roa, Rodrigo Jofré Poblete y Gerardo Castro Cares. El primero, dijo que supo por familiares del actor que éste había tenido un accidente, que lo había atropellado un camión. Dijo que caminaba con dificultad, que no puede trabajar porque anda con bastón y que esto además, le ha acarreado problemas psicológicos porque antes era una persona sana y jugaba fútbol. El segundo, también supo por familiares del actor que a éste lo había atropellado un camión que iba retrocediendo y que había pasado por encima de él. El tercero, dijo que el actor había sufrido daño físico, en su pie, operaciones, que tenía problemas para caminar y que ya no podía hacer deporte. No puede afirmar bien su pie y requiere de un bastón. También tiene daño psicológico muy grande, lo que sabe porque ahora, a propósito del juicio, ha conversado más con él. Antes lo veía más activo, sonriente, alegre. SEXTO: Que por su parte, la demandada principal produjo la siguiente prueba: Documental: A fs. 58, guardada en custodia, contrato de trabajo del actor; trece hojas de asistencia a charlas operacionales y a las que asistió el actor, copia de planilla con la recepción, por parte del

670

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

671

trabajador, de un par de zapatos de seguridad, el 21 de agosto de 2002, minuta con datos del chofer causante del atropello, vales firmados por el actor por la recepción de guantes de cuero, chalaco de seguridad con huinchas reflectantes y casco de seguridad, declaración manuscrita del actor que contiene la descripción del accidente. A fs. 70, se agregó respuesta al oficio remitido por el tribunal y donde la señora Juez del 18º Juzgado del Crimen de Santiago, informó que la causa rol Nº 3.445 2002 iniciada el 17 de diciembre de 2002 por cuasidelito de lesiones a Óscar Martínez Lara, contra el inculpado Sergio Mardones Zúñiga, se encuentra en sumario. A fs. 73, se agregó copia del parte de 13 de diciembre de 2002, por el que se dio cuenta al tribunal antes mencionado del accidente que afectó al actor y donde se contiene la versión del chofer del camión, quien expuso que al momento de realizar una maniobra de retroceso, para iniciar la marcha, pasó a llevar al trabajador. Confesional: A fs. 88 y siguientes absolvió posiciones el actor, al tenor del pliego de fs. 85, quien describió sus funciones de la siguiente manera: “recibo materiales, ver cuánto material salía de una excavación, incluye entregar vales a los camiones para los botaderos; cubicar (tomar la dimensión al camión, el largo, alto y ancho) los camiones cuando llegan por primera vez a la obra; revisar los camiones cuando llegaban a la obra y que vinieran bien cargados y entregar un informe diario de mi función”. Reconoció que autorizado el ingreso del camión, él debía servir de guía al chofer respecto del lugar donde debía depositar los materiales y la forma cómo debía depositarlo. Negó haber sido capacitado para su función, pero declaró tener experiencia en ello y luego reconoció su firma en las listas de asistencias las charlas de capacitación que le fueron exhibidas, pero agregó que firmó dos de ellas que no se realizaron efectivamente: la de 16 de julio y la de 9 de septiembre, ambas de 2002. Reconoció que el único causante del accidente que él sufrió fue el chofer del camión que manejaba un camión en malas condiciones. No sabe si iba retrocediendo, pero sí que se dirigía a la salida sur mientras él se encontraba de espaldas al vehículo porque estaba viendo si llegaban más camiones. Antes había dicho que en la faena había sólo una entrada y una salida. Al preguntársele si se encontraba atento a la maniobra del camión, dijo que en ese momento no se sentía ruido de motor, de alarma de retroceso y nada parecido, pensó que el camión ya se había ido de la obra. Testimonial: A fs. 101 y siguientes, prestaron declaración don Michel Bastías Parra, don Mario Esquivel Salinas y don Iván Moisés Tapia Ponce. El primero, dijo que en circunstancias que se encontraba trabajando, vio pasar al actor, quien no pertenecía a ese sector y dijo que iba de pasadita porque estaba choreado. Se ofreció para recibir el material que a él le correspondía. Después de una hora más o menos, recibió un llamado del topógrafo de la empresa que le dijo que había ocurrido un accidente. Volvió y vio al actor tirado en el suelo con la pierna quebrada y doblada y el topógrafo estaba tratando de calmarlo. El actor le firmó vale al chofer y éste subió al camión, pero se le detuvo y para poder echarlo a andar porque tenía problemas de batería se dejó llevar hacia atrás, donde estaba el actor al que atropelló en reversa y luego, de vuelta. Supo lo ocurrido por el chofer y el topógrafo, señor Esquivel. Describió el lugar diciendo que era una carretera abierta, con espacio suficiente entre dos muros para que el camión entrara y saliera. Sin portones, el camión entraba a mitad del paso bajo nivel, recto y justo en la entrada, más o menos a 50 metros, sube el camino. Su superficie total era de más de 20 metros por 1 kilómetro. También describió la función del actor, diciendo que éste debía recibir el material, instruir al chofer diciéndole dónde dejar el material, le da la posición al camión y anota hora de llegada, firma el vale al conductor y éste se retira. Dijo que siempre debía haber una persona con el chofer, pero no arriba del camión. Afuera habían banderilleros a la salida de los vehículos. El segundo, que resultó ser el topógrafo antes mencionado, dijo ser el primero en llegar al lugar del hecho. El actor le contó que el chofer del camión lo había atropellado y se dio cuenta que tenía el zapato roto, se lo hizo sacar y vio que tenía demasiado roto el pie y entonces dio cuenta al jefe de la obra. Tiene entendido que el camión estaba en una pendiente, dijo el chofer que tenía malo el motor para dar marcha atrás y le pidió que le comprobara si realmente no funcionaba el motor y la baliza de retroceso. El chofer hizo funcionar el camión que partió sin problemas y no funcionó la alarma de retroceso.

trabajador, de un par de zapatos de seguridad, el 21 de agosto de 2002, minuta con datos del chofer causante del atropello, vales firmados por el actor por la recepción de guantes de cuero, chalaco de seguridad con huinchas reflectantes y casco de seguridad, declaración manuscrita del actor que contiene la descripción del accidente. A fs. 70, se agregó respuesta al oficio remitido por el tribunal y donde la señora Juez del 18º Juzgado del Crimen de Santiago, informó que la causa rol Nº 3.445 2002 iniciada el 17 de diciembre de 2002 por cuasidelito de lesiones a Óscar Martínez Lara, contra el inculpado Sergio Mardones Zúñiga, se encuentra en sumario. A fs. 73, se agregó copia del parte de 13 de diciembre de 2002, por el que se dio cuenta al tribunal antes mencionado del accidente que afectó al actor y donde se contiene la versión del chofer del camión, quien expuso que al momento de realizar una maniobra de retroceso, para iniciar la marcha, pasó a llevar al trabajador. Confesional: A fs. 88 y siguientes absolvió posiciones el actor, al tenor del pliego de fs. 85, quien describió sus funciones de la siguiente manera: “recibo materiales, ver cuánto material salía de una excavación, incluye entregar vales a los camiones para los botaderos; cubicar (tomar la dimensión al camión, el largo, alto y ancho) los camiones cuando llegan por primera vez a la obra; revisar los camiones cuando llegaban a la obra y que vinieran bien cargados y entregar un informe diario de mi función”. Reconoció que autorizado el ingreso del camión, él debía servir de guía al chofer respecto del lugar donde debía depositar los materiales y la forma cómo debía depositarlo. Negó haber sido capacitado para su función, pero declaró tener experiencia en ello y luego reconoció su firma en las listas de asistencias las charlas de capacitación que le fueron exhibidas, pero agregó que firmó dos de ellas que no se realizaron efectivamente: la de 16 de julio y la de 9 de septiembre, ambas de 2002. Reconoció que el único causante del accidente que él sufrió fue el chofer del camión que manejaba un camión en malas condiciones. No sabe si iba retrocediendo, pero sí que se dirigía a la salida sur mientras él se encontraba de espaldas al vehículo porque estaba viendo si llegaban más camiones. Antes había dicho que en la faena había sólo una entrada y una salida. Al preguntársele si se encontraba atento a la maniobra del camión, dijo que en ese momento no se sentía ruido de motor, de alarma de retroceso y nada parecido, pensó que el camión ya se había ido de la obra. Testimonial: A fs. 101 y siguientes, prestaron declaración don Michel Bastías Parra, don Mario Esquivel Salinas y don Iván Moisés Tapia Ponce. El primero, dijo que en circunstancias que se encontraba trabajando, vio pasar al actor, quien no pertenecía a ese sector y dijo que iba de pasadita porque estaba choreado. Se ofreció para recibir el material que a él le correspondía. Después de una hora más o menos, recibió un llamado del topógrafo de la empresa que le dijo que había ocurrido un accidente. Volvió y vio al actor tirado en el suelo con la pierna quebrada y doblada y el topógrafo estaba tratando de calmarlo. El actor le firmó vale al chofer y éste subió al camión, pero se le detuvo y para poder echarlo a andar porque tenía problemas de batería se dejó llevar hacia atrás, donde estaba el actor al que atropelló en reversa y luego, de vuelta. Supo lo ocurrido por el chofer y el topógrafo, señor Esquivel. Describió el lugar diciendo que era una carretera abierta, con espacio suficiente entre dos muros para que el camión entrara y saliera. Sin portones, el camión entraba a mitad del paso bajo nivel, recto y justo en la entrada, más o menos a 50 metros, sube el camino. Su superficie total era de más de 20 metros por 1 kilómetro. También describió la función del actor, diciendo que éste debía recibir el material, instruir al chofer diciéndole dónde dejar el material, le da la posición al camión y anota hora de llegada, firma el vale al conductor y éste se retira. Dijo que siempre debía haber una persona con el chofer, pero no arriba del camión. Afuera habían banderilleros a la salida de los vehículos. El segundo, que resultó ser el topógrafo antes mencionado, dijo ser el primero en llegar al lugar del hecho. El actor le contó que el chofer del camión lo había atropellado y se dio cuenta que tenía el zapato roto, se lo hizo sacar y vio que tenía demasiado roto el pie y entonces dio cuenta al jefe de la obra. Tiene entendido que el camión estaba en una pendiente, dijo el chofer que tenía malo el motor para dar marcha atrás y le pidió que le comprobara si realmente no funcionaba el motor y la baliza de retroceso. El chofer hizo funcionar el camión que partió sin problemas y no funcionó la alarma de retroceso. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

671

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Describió el lugar como un sector abierto, con un muro, donde la entrada de los camiones es plana y el lugar de descarga con pendiente. Dijo que en ese momento los camiones entraban y salían en el mismo lugar y que hay un letrero que dice entrada y salida de camiones. El tercero, don Iván Moisés Tapia Ponce, dijo que a todos los empleados de la empresa se les entregan implementos de seguridad, consistentes en zapatos de seguridad, chalecos reflectantes, guantes, casco, lentes y el actor, al momento del accidente, se encontraba con su casco y su chaleco y le parece que andaba sin bototos. No estaba al momento del accidente. No sabe si el actor llevaba sus implementos de seguridad. El testigo se desempeña como capataz o jefe de frente y debe hacer cumplir las normas de seguridad, de modo que nadie puede salir o entrar de la faena sin estos implementos. Agregó que el actor normalmente trabajaba con él (el testigo), pero ese día no llegó a su punto de trabajo y salió fuera de la faena en los camiones de la empresa. No llegó a su punto de trabajo y lo vio sólo después del accidente. Cuando vio al actor llevaba un bototo negro militar que no tiene las mismas características del botín de seguridad que posee un refuerzo metálico en la punta, mientras que el otro no lo tiene. Luego, admitió que dentro de las medidas de seguridad que utiliza la faena está de la inspeccionar el estado de los camiones que ingresan a ella. Dijo que cuando se pacta el ingreso de un camión a trabajar a la empresa, el encargado de seguridad de la faena realiza las exigencias de la obra: los camiones deben tener una alarma de retroceso, carpa, extintores, botiquín y los documentos del vehículo y del chofer deben estar al día. Eso se hace una vez al mes y él no maneja la información respecto de cuándo se hizo la última inspección al camión causante del accidente. SÉPTIMO: Que la demandada subsidiaria, produjo la siguiente prueba: Testimonial: A fs. 113, declaró don Nelson Herrera Sepúlveda, quien repitió que a los trabajadores se les entregan todos los implementos de seguridad. Dijo que se anota en registros, la entrega y los cambios por deterioro. También se controla el uso de estos elementos en terreno en la misma obra. Dijo que cuando encontraban algún trabajador sin sus elementos, lo obligan a hacerlo y se observa al supervisor respectivo cuántas veces sea pertinente. Además, si no tiene los implementos, se exige al supervisor que se los proporcione. Al preguntársele específicamente por el actor, en el sentido que si la Constructora Norte Sur identificó alguna anomalía un sus implementos de seguridad, contestó no saberlo porque no preguntan el nombre de las personas que revisan. OCTAVO: Que con el mérito de la prueba antes referida, analizada de conformidad a las reglas de la sana crítica, se tiene por establecido que: El contrato de trabajo del actor no especifica las labores de card check, por lo que habrá de estarse a lo dicho al respecto por las partes y los testigos. En este sentido el actor dijo que él recibía materiales y debía ver cuánto material salía de una excavación, para lo cual también tenía que entregar vales a los camiones para los botaderos. Cubicaba los camiones cuando llegaban por primera vez a la obra, los revisaba cuando venían que estuvieran bien cargados y entregaba un informe diario de su función. Además, conforme lo han relatado los testigos de la demandada principal, debía instruir al chofer sobre el lugar donde debía depositar el material que traía, dándole la posición al camión, para lo cual debía acompañar siempre al conductor sin subir a la máquina. Anotaba la hora de ingreso, entregaba el vale al chofer y éste se retiraba. Además, se encuentra demostrado con los dichos de dos testigos de la empresa Icafal, a contrario de lo dicho por el actor, que sólo había un acceso y salida que presentaba un letrero de entrada y salida de camiones. El actor el día del accidente se encontraba desempeñando su función de card check que antes se describió. Al momento de retirarse el camionero, realizó una maniobra de retroceso, aparentemente para encender el motor, hecho que no se encuentra suficientemente demostrado en autos, pero que esta descuidada maniobra atropelló al actor, quien ya había dado por despachado al camionero. No sonó la alarma de retroceso, que según verificó el topógrafo de la obra, no funcionaba. No llevaba puesto el actor los bototos de seguridad. NOVENO: Que la norma del artículo 184 del Código del Trabajo prescribe, en su inciso primero, que “El empleador estará obligado a tomar todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y la salud de los trabajadores, manteniendo las condiciones adecuadas de higiene y seguridad en las faenas, como también los implementos necesarios para prevenir accidentes y enfermedades profesionales”.

672

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Describió el lugar como un sector abierto, con un muro, donde la entrada de los camiones es plana y el lugar de descarga con pendiente. Dijo que en ese momento los camiones entraban y salían en el mismo lugar y que hay un letrero que dice entrada y salida de camiones. El tercero, don Iván Moisés Tapia Ponce, dijo que a todos los empleados de la empresa se les entregan implementos de seguridad, consistentes en zapatos de seguridad, chalecos reflectantes, guantes, casco, lentes y el actor, al momento del accidente, se encontraba con su casco y su chaleco y le parece que andaba sin bototos. No estaba al momento del accidente. No sabe si el actor llevaba sus implementos de seguridad. El testigo se desempeña como capataz o jefe de frente y debe hacer cumplir las normas de seguridad, de modo que nadie puede salir o entrar de la faena sin estos implementos. Agregó que el actor normalmente trabajaba con él (el testigo), pero ese día no llegó a su punto de trabajo y salió fuera de la faena en los camiones de la empresa. No llegó a su punto de trabajo y lo vio sólo después del accidente. Cuando vio al actor llevaba un bototo negro militar que no tiene las mismas características del botín de seguridad que posee un refuerzo metálico en la punta, mientras que el otro no lo tiene. Luego, admitió que dentro de las medidas de seguridad que utiliza la faena está de la inspeccionar el estado de los camiones que ingresan a ella. Dijo que cuando se pacta el ingreso de un camión a trabajar a la empresa, el encargado de seguridad de la faena realiza las exigencias de la obra: los camiones deben tener una alarma de retroceso, carpa, extintores, botiquín y los documentos del vehículo y del chofer deben estar al día. Eso se hace una vez al mes y él no maneja la información respecto de cuándo se hizo la última inspección al camión causante del accidente. SÉPTIMO: Que la demandada subsidiaria, produjo la siguiente prueba: Testimonial: A fs. 113, declaró don Nelson Herrera Sepúlveda, quien repitió que a los trabajadores se les entregan todos los implementos de seguridad. Dijo que se anota en registros, la entrega y los cambios por deterioro. También se controla el uso de estos elementos en terreno en la misma obra. Dijo que cuando encontraban algún trabajador sin sus elementos, lo obligan a hacerlo y se observa al supervisor respectivo cuántas veces sea pertinente. Además, si no tiene los implementos, se exige al supervisor que se los proporcione. Al preguntársele específicamente por el actor, en el sentido que si la Constructora Norte Sur identificó alguna anomalía un sus implementos de seguridad, contestó no saberlo porque no preguntan el nombre de las personas que revisan. OCTAVO: Que con el mérito de la prueba antes referida, analizada de conformidad a las reglas de la sana crítica, se tiene por establecido que: El contrato de trabajo del actor no especifica las labores de card check, por lo que habrá de estarse a lo dicho al respecto por las partes y los testigos. En este sentido el actor dijo que él recibía materiales y debía ver cuánto material salía de una excavación, para lo cual también tenía que entregar vales a los camiones para los botaderos. Cubicaba los camiones cuando llegaban por primera vez a la obra, los revisaba cuando venían que estuvieran bien cargados y entregaba un informe diario de su función. Además, conforme lo han relatado los testigos de la demandada principal, debía instruir al chofer sobre el lugar donde debía depositar el material que traía, dándole la posición al camión, para lo cual debía acompañar siempre al conductor sin subir a la máquina. Anotaba la hora de ingreso, entregaba el vale al chofer y éste se retiraba. Además, se encuentra demostrado con los dichos de dos testigos de la empresa Icafal, a contrario de lo dicho por el actor, que sólo había un acceso y salida que presentaba un letrero de entrada y salida de camiones. El actor el día del accidente se encontraba desempeñando su función de card check que antes se describió. Al momento de retirarse el camionero, realizó una maniobra de retroceso, aparentemente para encender el motor, hecho que no se encuentra suficientemente demostrado en autos, pero que esta descuidada maniobra atropelló al actor, quien ya había dado por despachado al camionero. No sonó la alarma de retroceso, que según verificó el topógrafo de la obra, no funcionaba. No llevaba puesto el actor los bototos de seguridad. NOVENO: Que la norma del artículo 184 del Código del Trabajo prescribe, en su inciso primero, que “El empleador estará obligado a tomar todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y la salud de los trabajadores, manteniendo las condiciones adecuadas de higiene y seguridad en las faenas, como también los implementos necesarios para prevenir accidentes y enfermedades profesionales”.

672

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

673

En estos autos se ha demostrado que la empresa entregaba los implementos necesarios para prevenir los accidentes y las enfermedades profesionales. En efecto, consta de la documental de la empresa Icafal y asimismo, de la declaración de los testigos de esas misma empresa y de la subsidiaria, que al actor se le hizo entrega de casco, guantes y chaleco reflectante. No hay comprobante escrito en el sentido que se le haya hecho entrega de zapatos de seguridad y sólo un testigo de la empresa señala que la empresa se los entregó, sin embargo, el día del accidente, el actor no llevaba puestos los zapatos de seguridad de lo cual aparece que no existe certeza sobre la efectividad de haber otorgado al actor este implemento. La empresa demostró también que había realizado al actor una serie de charlas de prevención de riesgos entre las que se cuentan excluyendo las dos a las que el actor dijo no haber asistido realmente “atentos con maquinarias faenas de trabajo”, “no colocarse o pasar cerca de camiones cuando están cargando”, “usar los equipos de seguridad en todo momento”, “cuidar, utilizar siempre los elementos de seguridad, casco, chaleco reflectante, bototo de seguridad, guantes de descarne y mascarilla para el polvo, cuando se requiera”, “cuando se realizan exc. preocuparse de tener los camiones ordenados, si algún camión está transitando por el lugar de trabajo a alta velocidad, hablar con el chofer, si no obedece, hablar con el jefe”, “mantener la preocupación con las maquinarias que trabajan en nuestro sector”, “mantenerse alerta con camiones que trabajan con las máquinas”. Luego, el testigo de la demandada subsidiaria se refirió a las demás medidas que se habían adoptado por esa empresa y que debían cumplirse en la faena. Entre ellas describió el control permanente a los trabajadores para que usen los implementos de seguridad que la empresa les entregaba. Dijo que si encontraban algún trabajador sin sus elementos, lo obligaban a usarlos y hacían la observación al supervisor y cuando el trabajador no tenía esos implementos, se exigía al supervisor de la empresa que se los proporcionara. Sobre este mismo punto declaró don Iván Tapia, quien dijo que trabajaba con el actor. Además de repetir los implementos que debían usar los trabajadores, dijo desempeñarse como capataz o jefe de frente y “debo hacer cumplir las normas de seguridad y nadie puede salir a la faena sin estos implementos”. También declaró sobre otra medida de seguridad o prevención adoptada por la empresa. Cuando se pacta el ingreso de un camión a la obra, el encargado de seguridad de la faena realiza las exigencias de la obra: los camiones deben tener una alarma de retroceso, carpa, extintores, botiquín y los documentos del camión y del chofer al día”. Esta revisión se hace una vez al mes. Sin embargo, sobre lo descrito, hay que tener presente que no basta con la adopción de medidas de seguridad, es necesario además que ellas sean controladas de manera permanente porque la disposición del artículo 184 exige eficacia en la protección y mantención de las condiciones. DÉCIMO: Que de lo expuesto aparece que tanto la empresa Icafal como la demandada subsidiaria Constructora Norte Sur S.A. adoptaron una serie de medidas tendientes a prevenir accidentes, además de dotar a los trabajadores de los implementos necesarios para el más seguro desempeño de sus labores. Además, se obligaron a exigir a sus trabajadores el uso de los referidos implementos, la asistencia a charlas de prevención de riesgos y extendieron las exigencias a los terceros que ingresaban a la obra, estableciendo requisitos mínimos que debían cumplir los vehículos que accedían a la obra. De toda razón resultan las exigencias impuestas a los trabajadores, así como a los terceros. Pero, aparte de no estar debidamente comprobado que al actor se le haya hecho entrega de los zapatos de seguridad, el capataz ha admitido que al momento del accidente se encontraba haciendo uso de un calzado distinto, que no tiene la calidad protectora que sí tiene el antes señalado. El mismo capataz reconoció que era su obligación velar por el cumplimiento de esta disposición, lo que no hizo ese día, excusándose en que ese día el actor no salió a trabajar a su punto de trabajo. Sin embargo, el control del referido capataz se hacía antes de salir a la faena, con lo cual se demuestra que no cumplió esa obligación. El empleado de la demandada subsidiaria también reconoció que ellos hacían control en terrero y exigían tanto al trabajador, el uso de sus implementos de seguridad, como a los supervisores de la empresa la entrega de los mismos.

En estos autos se ha demostrado que la empresa entregaba los implementos necesarios para prevenir los accidentes y las enfermedades profesionales. En efecto, consta de la documental de la empresa Icafal y asimismo, de la declaración de los testigos de esas misma empresa y de la subsidiaria, que al actor se le hizo entrega de casco, guantes y chaleco reflectante. No hay comprobante escrito en el sentido que se le haya hecho entrega de zapatos de seguridad y sólo un testigo de la empresa señala que la empresa se los entregó, sin embargo, el día del accidente, el actor no llevaba puestos los zapatos de seguridad de lo cual aparece que no existe certeza sobre la efectividad de haber otorgado al actor este implemento. La empresa demostró también que había realizado al actor una serie de charlas de prevención de riesgos entre las que se cuentan excluyendo las dos a las que el actor dijo no haber asistido realmente “atentos con maquinarias faenas de trabajo”, “no colocarse o pasar cerca de camiones cuando están cargando”, “usar los equipos de seguridad en todo momento”, “cuidar, utilizar siempre los elementos de seguridad, casco, chaleco reflectante, bototo de seguridad, guantes de descarne y mascarilla para el polvo, cuando se requiera”, “cuando se realizan exc. preocuparse de tener los camiones ordenados, si algún camión está transitando por el lugar de trabajo a alta velocidad, hablar con el chofer, si no obedece, hablar con el jefe”, “mantener la preocupación con las maquinarias que trabajan en nuestro sector”, “mantenerse alerta con camiones que trabajan con las máquinas”. Luego, el testigo de la demandada subsidiaria se refirió a las demás medidas que se habían adoptado por esa empresa y que debían cumplirse en la faena. Entre ellas describió el control permanente a los trabajadores para que usen los implementos de seguridad que la empresa les entregaba. Dijo que si encontraban algún trabajador sin sus elementos, lo obligaban a usarlos y hacían la observación al supervisor y cuando el trabajador no tenía esos implementos, se exigía al supervisor de la empresa que se los proporcionara. Sobre este mismo punto declaró don Iván Tapia, quien dijo que trabajaba con el actor. Además de repetir los implementos que debían usar los trabajadores, dijo desempeñarse como capataz o jefe de frente y “debo hacer cumplir las normas de seguridad y nadie puede salir a la faena sin estos implementos”. También declaró sobre otra medida de seguridad o prevención adoptada por la empresa. Cuando se pacta el ingreso de un camión a la obra, el encargado de seguridad de la faena realiza las exigencias de la obra: los camiones deben tener una alarma de retroceso, carpa, extintores, botiquín y los documentos del camión y del chofer al día”. Esta revisión se hace una vez al mes. Sin embargo, sobre lo descrito, hay que tener presente que no basta con la adopción de medidas de seguridad, es necesario además que ellas sean controladas de manera permanente porque la disposición del artículo 184 exige eficacia en la protección y mantención de las condiciones. DÉCIMO: Que de lo expuesto aparece que tanto la empresa Icafal como la demandada subsidiaria Constructora Norte Sur S.A. adoptaron una serie de medidas tendientes a prevenir accidentes, además de dotar a los trabajadores de los implementos necesarios para el más seguro desempeño de sus labores. Además, se obligaron a exigir a sus trabajadores el uso de los referidos implementos, la asistencia a charlas de prevención de riesgos y extendieron las exigencias a los terceros que ingresaban a la obra, estableciendo requisitos mínimos que debían cumplir los vehículos que accedían a la obra. De toda razón resultan las exigencias impuestas a los trabajadores, así como a los terceros. Pero, aparte de no estar debidamente comprobado que al actor se le haya hecho entrega de los zapatos de seguridad, el capataz ha admitido que al momento del accidente se encontraba haciendo uso de un calzado distinto, que no tiene la calidad protectora que sí tiene el antes señalado. El mismo capataz reconoció que era su obligación velar por el cumplimiento de esta disposición, lo que no hizo ese día, excusándose en que ese día el actor no salió a trabajar a su punto de trabajo. Sin embargo, el control del referido capataz se hacía antes de salir a la faena, con lo cual se demuestra que no cumplió esa obligación. El empleado de la demandada subsidiaria también reconoció que ellos hacían control en terrero y exigían tanto al trabajador, el uso de sus implementos de seguridad, como a los supervisores de la empresa la entrega de los mismos. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

673

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Es evidente que ellos tampoco cumplieron con esa labor de control. Es relevante, como se verá más adelante, que el actor haya estado sin bototos de seguridad, por el daño que recibió precisamente en uno de sus pies. Como dijo el topógrafo, cuando lo vio tenía el zapato roto (el otro, ese botín militar que no otorga la seguridad que da el otorgado por la empresa) y se lo hizo sacar y se dio cuenta “que tiene roto el pie demasiado”. Por otra parte, se estableció también que era exigencia para los camiones que ingresaran a la faena, entre otras, el uso de alarmas de retroceso, y en estos autos no sólo no se demostró que el camión causante del accidente cumpliera con ese requisito, sino que hay antecedentes en el sentido que el camión en cuestión no tenía funcionando esa alarma. Esto es, en la revisión mensual que se hacía, esta circunstancia pasó inadvertida, o bien, se produjo el desperfecto entre uno y otro control. No se puede saber, por qué la empresa no acompañó el antecedente relativo a la última fecha en que fiscalizó ese camión si es que eso realmente se hizo, hecho que tampoco se encuentra demostrado. Segundo incumplimiento trascendente, respecto de las obligaciones de seguridad que ambas empresas han establecido. UNDÉCIMO: Que en autos no se demostró que entre las labores de card check se incluyera la fiscalización del camión hasta su efectiva salida de la obra afuera habían también banderilleros y, si bien es cierto, entre los cursos impartidos al actor se encuentran varios relativos al cuidado con las maquinaras que circulaban en la obra, no era previsible para el trabajador que vio retirarse al camión que ya había descargado su material, que éste fuera a retroceder sin alarma que advirtiera tal maniobra. Es prácticamente una máxima de experiencia, que el camión que retrocede anuncia con más o menos brillo su maniobra. No estaba obligado el trabajador a permanecer observando el camión hasta que desapareciera. La alarma que no sonó era una exigencia de la empresa, no fiscalizada por ella. La falta del bototo de seguridad es también responsabilidad de la empresa, tanto en su provisión que no se ha demostrado en autos como en la exigencia de su uso. El atropello pudo constituir una infracción de tránsito del chofer del camión, pero éste no habría tenido el efecto que tuvo sobre la salud del trabajador y bien pudo no haberse producido, si la empresa efectivamente hubiera fiscalizado el cumplimiento de las obligaciones por ella misma impuestas. De aquí deriva el incumplimiento contractual de la empresa y, por consiguiente, su responsabilidad en el accidente sufrido por el trabajador. DUODÉCIMO: Que el actor demandó en forma directa a su empleadora Icafal Ltda. y en forma subsidiaria a la Constructora Norte Sur S.A., en su calidad de concesionaria de la obra, responsabilidad que fundamentó en el artículo 64 del Código del Trabajo. El referido artículo se encuentra contemplado en el capítulo VI “De la protección a las remuneraciones”, que corresponde al Libro I; y, en cambio, el 184 está en el Libro II, intitulado “De la protección a los trabajadores”. Sin embargo, el 64 hace responsable al dueño de la obra, empresa o faena de las obligaciones laborales y previsionales que afecten a los contratistas a favor de sus trabajadores y luego existiendo esa clase de responsabilidad a los contratistas respecto de las obligaciones de sus subcontratistas. La calidad de contratista y subcontratista no ha sido negada en autos y existe, a mayor abundamiento, a fs. 126, un informe del Ministerio de Obras Públicas donde se lee que la obra fue otorgada en concesión a las empresas que señala y que constituyeron para este efecto la Sociedad Concesionaria Autopista Central S.A., la que a su vez, subcontrató a la empresa Constructora Norte Sur S.A., quien a su vez, según el mérito de autos, contrató a Icafal Ltda., para quien en definitiva se desempeñaba el actor. Luego, la norma del artículo 184 constituye una obligación laboral “El empleador estará obligado a tomar todas las medidas necesarias...” y esta obligación se encuentra recogida también en el artículo 64, que no hace distinción alguna sobre cuáles serían las obligaciones laborales a las que se extiende. De hecho, en el artículo 64 bis, se indica que “el contratista tiene derecho, cuando así lo solicita, a ser informado por el subcontratista sobre el monto y estado de cumplimiento de las obligaciones laborales...”. La circunstancia que contemple “el monto” no significa que se trate exclusivamente de

674

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Es evidente que ellos tampoco cumplieron con esa labor de control. Es relevante, como se verá más adelante, que el actor haya estado sin bototos de seguridad, por el daño que recibió precisamente en uno de sus pies. Como dijo el topógrafo, cuando lo vio tenía el zapato roto (el otro, ese botín militar que no otorga la seguridad que da el otorgado por la empresa) y se lo hizo sacar y se dio cuenta “que tiene roto el pie demasiado”. Por otra parte, se estableció también que era exigencia para los camiones que ingresaran a la faena, entre otras, el uso de alarmas de retroceso, y en estos autos no sólo no se demostró que el camión causante del accidente cumpliera con ese requisito, sino que hay antecedentes en el sentido que el camión en cuestión no tenía funcionando esa alarma. Esto es, en la revisión mensual que se hacía, esta circunstancia pasó inadvertida, o bien, se produjo el desperfecto entre uno y otro control. No se puede saber, por qué la empresa no acompañó el antecedente relativo a la última fecha en que fiscalizó ese camión si es que eso realmente se hizo, hecho que tampoco se encuentra demostrado. Segundo incumplimiento trascendente, respecto de las obligaciones de seguridad que ambas empresas han establecido. UNDÉCIMO: Que en autos no se demostró que entre las labores de card check se incluyera la fiscalización del camión hasta su efectiva salida de la obra afuera habían también banderilleros y, si bien es cierto, entre los cursos impartidos al actor se encuentran varios relativos al cuidado con las maquinaras que circulaban en la obra, no era previsible para el trabajador que vio retirarse al camión que ya había descargado su material, que éste fuera a retroceder sin alarma que advirtiera tal maniobra. Es prácticamente una máxima de experiencia, que el camión que retrocede anuncia con más o menos brillo su maniobra. No estaba obligado el trabajador a permanecer observando el camión hasta que desapareciera. La alarma que no sonó era una exigencia de la empresa, no fiscalizada por ella. La falta del bototo de seguridad es también responsabilidad de la empresa, tanto en su provisión que no se ha demostrado en autos como en la exigencia de su uso. El atropello pudo constituir una infracción de tránsito del chofer del camión, pero éste no habría tenido el efecto que tuvo sobre la salud del trabajador y bien pudo no haberse producido, si la empresa efectivamente hubiera fiscalizado el cumplimiento de las obligaciones por ella misma impuestas. De aquí deriva el incumplimiento contractual de la empresa y, por consiguiente, su responsabilidad en el accidente sufrido por el trabajador. DUODÉCIMO: Que el actor demandó en forma directa a su empleadora Icafal Ltda. y en forma subsidiaria a la Constructora Norte Sur S.A., en su calidad de concesionaria de la obra, responsabilidad que fundamentó en el artículo 64 del Código del Trabajo. El referido artículo se encuentra contemplado en el capítulo VI “De la protección a las remuneraciones”, que corresponde al Libro I; y, en cambio, el 184 está en el Libro II, intitulado “De la protección a los trabajadores”. Sin embargo, el 64 hace responsable al dueño de la obra, empresa o faena de las obligaciones laborales y previsionales que afecten a los contratistas a favor de sus trabajadores y luego existiendo esa clase de responsabilidad a los contratistas respecto de las obligaciones de sus subcontratistas. La calidad de contratista y subcontratista no ha sido negada en autos y existe, a mayor abundamiento, a fs. 126, un informe del Ministerio de Obras Públicas donde se lee que la obra fue otorgada en concesión a las empresas que señala y que constituyeron para este efecto la Sociedad Concesionaria Autopista Central S.A., la que a su vez, subcontrató a la empresa Constructora Norte Sur S.A., quien a su vez, según el mérito de autos, contrató a Icafal Ltda., para quien en definitiva se desempeñaba el actor. Luego, la norma del artículo 184 constituye una obligación laboral “El empleador estará obligado a tomar todas las medidas necesarias...” y esta obligación se encuentra recogida también en el artículo 64, que no hace distinción alguna sobre cuáles serían las obligaciones laborales a las que se extiende. De hecho, en el artículo 64 bis, se indica que “el contratista tiene derecho, cuando así lo solicita, a ser informado por el subcontratista sobre el monto y estado de cumplimiento de las obligaciones laborales...”. La circunstancia que contemple “el monto” no significa que se trate exclusivamente de

674

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

675

obligaciones dinerarias. No hay duda que el contrato de trabajo contiene obligaciones susceptibles de ser apreciadas económicamente prestación de servicios y retribución en dinero y especies, en algunos casos sino que se extiende además a otras obligaciones no susceptibles de esta apreciación, tales son, la obligación del empleador de cuidar la vida y salud del trabajador en el desempeño de sus labores y la obligación de lealtad y honestidad que el trabajador tiene respecto de su empleador. En el caso particular de estos autos, la demandada subsidiaria intervino en el cumplimiento de esta obligación. En efecto, esa empresa trajo sobre sus hombros la obligación de controlar tanto la entrega como el uso de los implementos de seguridad. Además, si bien no lo dice de manera expresa, el testigo Sr. Tapia Ponce, que es testigo de la demandada principal, dijo que “el encargado de seguridad de la faena realiza las exigencias que posee la obra”, entre las que se contaba, como ya se ha dicho, la exigencia de alarma de retroceso a los camiones cuyo ingreso se aceptaba. Estima esta juez que la aplicación del artículo 64 no es tan restringida como alega el representante de la demandada subsidiaria. La existencia de contratistas y subcontratistas responde al interés del dueño de la obra o faena y de los mismos contratistas que no asumen íntegramente la ejecución de la obra que contratan. Delegan los trabajos encomendados y perciben u precio por ellos, se ven aliviados de las contingencias del negocio y, sin embargo, el legislador no ha querido que también se diluya la responsabilidad que el contrato y la Ley Laboral contemplan en beneficio de sus trabajadores. Precisamente por ello, el artículo 64, reconociendo que por la ejecución de un contrato civil, el trabajo encomendado se va desintegrando en manos de varias personas jurídicas, ha previsto que la responsabilidad por las obligaciones laborales y previsionales alcance a todos aquellos que intervienen en la ejecución de la obra y se ven beneficiados con ella. No hay razón que permita estimar, en concepto de esta juez, que si el legislador se refirió a las obligaciones laborales y previsionales, sin excluir ninguna, se pretenda que sólo se trata de obligaciones en materia de afiliación y cotización como pretende la Constructora Norte Sur. Esas se comprenden en la voz “previsionales”, pero no corresponden a las “laborales”, cuales han sido antes descritas en este fallo. Por estas razones y por la propia participación que la Constructora Norte Sur tuvo en la fiscalización del cumplimiento de la obligación laboral de seguridad, se declara que ésta es subsidiariamente responsable de las indemnizaciones que por el accidente del trabajo sufrido por el actor, se declaren contra su empleadora. DECIMOTERCERO: Que por la demanda se persigue el pago de 1.000 Unidades de Fomento, en su equivalente en moneda de curso legal, por concepto de lucro cesante, por las sumas que el actor no podrá continuar percibiendo a causa de la dificultad para postular a empleos vinculados con actividades que requieran destreza y exigencia física. De la copia de ficha médica remitida por la Mutual de Seguridad, aparece que el actor fue recepcionado el día 13 de diciembre de 2002 y que sufrió atrición pierna izquierda; pierna y pie izquierdos deformados con extensas erosiones cutáneas, flujo capilar disminuido. Ya el 23 de diciembre se ha diagnosticado luxo fractura de tobillo izquierdo y fractura de metatarso, con tres intervenciones los días 13, 18 y 20 de diciembre. Desde su ingreso evolucionó febril y fue sometido a escarectomía e injerto (el día 20). Permanentemente con medicamentos para el dolor. El día 7 de enero se indica nueva escarectomía de su talón y aparece (¿otra?) programada el 16 de enero. El día 17 se deja constancia del cambio de medicamentos por la infección de la herida en su pie. El 20 de enero se diagnostica además, un trastorno depresivo reactivo, con compromiso del ánimo, insomnio de conciliación y despertar precoz, abulia y apatía. Pésima tolerancia a procedimientos y poca colaboración con tratamientos. Se le prescribieron medicamentos por su situación psicológica. El 21 de enero se aprecia mejor. El 27 de enero se aprecia de mejor ánimo y dormir. Pero el 11 de febrero ya se consigna nuevamente su desánimo y dificultad para dormir. El 25 de febrero se deja constancia de su mejor estado y de que ha dormido mejor, pero se dice que aún no se acostumbra a su nueva condición física. No queda claro de la ficha, pero se le habría dado el alta el día 7 de abril de 2003, donde figura el alta de la especialidad; y después de esa fecha salta a mayo y se puede apreciar que se trata de controles en policlínico.

obligaciones dinerarias. No hay duda que el contrato de trabajo contiene obligaciones susceptibles de ser apreciadas económicamente prestación de servicios y retribución en dinero y especies, en algunos casos sino que se extiende además a otras obligaciones no susceptibles de esta apreciación, tales son, la obligación del empleador de cuidar la vida y salud del trabajador en el desempeño de sus labores y la obligación de lealtad y honestidad que el trabajador tiene respecto de su empleador. En el caso particular de estos autos, la demandada subsidiaria intervino en el cumplimiento de esta obligación. En efecto, esa empresa trajo sobre sus hombros la obligación de controlar tanto la entrega como el uso de los implementos de seguridad. Además, si bien no lo dice de manera expresa, el testigo Sr. Tapia Ponce, que es testigo de la demandada principal, dijo que “el encargado de seguridad de la faena realiza las exigencias que posee la obra”, entre las que se contaba, como ya se ha dicho, la exigencia de alarma de retroceso a los camiones cuyo ingreso se aceptaba. Estima esta juez que la aplicación del artículo 64 no es tan restringida como alega el representante de la demandada subsidiaria. La existencia de contratistas y subcontratistas responde al interés del dueño de la obra o faena y de los mismos contratistas que no asumen íntegramente la ejecución de la obra que contratan. Delegan los trabajos encomendados y perciben u precio por ellos, se ven aliviados de las contingencias del negocio y, sin embargo, el legislador no ha querido que también se diluya la responsabilidad que el contrato y la Ley Laboral contemplan en beneficio de sus trabajadores. Precisamente por ello, el artículo 64, reconociendo que por la ejecución de un contrato civil, el trabajo encomendado se va desintegrando en manos de varias personas jurídicas, ha previsto que la responsabilidad por las obligaciones laborales y previsionales alcance a todos aquellos que intervienen en la ejecución de la obra y se ven beneficiados con ella. No hay razón que permita estimar, en concepto de esta juez, que si el legislador se refirió a las obligaciones laborales y previsionales, sin excluir ninguna, se pretenda que sólo se trata de obligaciones en materia de afiliación y cotización como pretende la Constructora Norte Sur. Esas se comprenden en la voz “previsionales”, pero no corresponden a las “laborales”, cuales han sido antes descritas en este fallo. Por estas razones y por la propia participación que la Constructora Norte Sur tuvo en la fiscalización del cumplimiento de la obligación laboral de seguridad, se declara que ésta es subsidiariamente responsable de las indemnizaciones que por el accidente del trabajo sufrido por el actor, se declaren contra su empleadora. DECIMOTERCERO: Que por la demanda se persigue el pago de 1.000 Unidades de Fomento, en su equivalente en moneda de curso legal, por concepto de lucro cesante, por las sumas que el actor no podrá continuar percibiendo a causa de la dificultad para postular a empleos vinculados con actividades que requieran destreza y exigencia física. De la copia de ficha médica remitida por la Mutual de Seguridad, aparece que el actor fue recepcionado el día 13 de diciembre de 2002 y que sufrió atrición pierna izquierda; pierna y pie izquierdos deformados con extensas erosiones cutáneas, flujo capilar disminuido. Ya el 23 de diciembre se ha diagnosticado luxo fractura de tobillo izquierdo y fractura de metatarso, con tres intervenciones los días 13, 18 y 20 de diciembre. Desde su ingreso evolucionó febril y fue sometido a escarectomía e injerto (el día 20). Permanentemente con medicamentos para el dolor. El día 7 de enero se indica nueva escarectomía de su talón y aparece (¿otra?) programada el 16 de enero. El día 17 se deja constancia del cambio de medicamentos por la infección de la herida en su pie. El 20 de enero se diagnostica además, un trastorno depresivo reactivo, con compromiso del ánimo, insomnio de conciliación y despertar precoz, abulia y apatía. Pésima tolerancia a procedimientos y poca colaboración con tratamientos. Se le prescribieron medicamentos por su situación psicológica. El 21 de enero se aprecia mejor. El 27 de enero se aprecia de mejor ánimo y dormir. Pero el 11 de febrero ya se consigna nuevamente su desánimo y dificultad para dormir. El 25 de febrero se deja constancia de su mejor estado y de que ha dormido mejor, pero se dice que aún no se acostumbra a su nueva condición física. No queda claro de la ficha, pero se le habría dado el alta el día 7 de abril de 2003, donde figura el alta de la especialidad; y después de esa fecha salta a mayo y se puede apreciar que se trata de controles en policlínico. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

675

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

El 16 de mayo tuvo una urgencia porque en rehabilitación se presentó una erosión del borde interior del injerto. Eso le significó nueva curación y reposo con el pie en alto. El 4 de junio registra una operación por resección parcial del injerto en su tobillo, de alta 2 días después. A poco andar, se consigna colgajo con sufrimiento. El 6 de agosto, el psiquiatra deja constancia que aún presenta insomnio persistente. No aprecia respuesta al medicamento que le está suministrando. El 20 de agosto: no se siente bien anímicamente en relación a claudicación de pierna izquierda. El 1º de octubre de 2003 se consigna que está deprimido, con labilidad emocional, trastornos del sueño, dificultad de concentración. Se anota que presenta duelo no elaborado por la muerte de su madre y que a este proceso inconcluso se suma la crisis emocional vinculada con su accidente. Cuatro de septiembre: muy triste. Ha aumentado la claudicación al caminar. 16 de septiembre: problemas con el padre y económicos. 23 de septiembre: el paciente ve pocas posibilidades de reintegrarse a su trabajo antiguo, por lo que se debe capacitar en nuevos oficios. El 9 de octubre de 2003, dice cicatrizado y 2 días antes se daba cuenta que se lo integró a curso de capacitación en computación vespertino para permitirle trabajar de día. Por último, el oficio de fs. 129 de fecha 25 de febrero de 2004, señala que el actor aún está en tratamiento con especialistas, siendo su próximo control el pasado 29 de marzo de 2004. Ahí mismo se indicó, que aún no era posible evaluar las secuelas e incapacidades, conforme a lo prescrito en el artículo 31 de la ley Nº 16.744. Por otra parte, el rigor del procedimiento no ha permitido agregar información actualizada de su condición, sin perjuicio de lo que en otra sede pueda lograrse. DECIMOCUARTO: Que de los antecedentes antes expuestos a los que cabe agregar el mérito de las fotografías del actor y que se guardan en custodia y los dichos de los testigos del referido, que han depuesto sobre su estado anímico, cabe concluir que: En lo que respecta al lucro cesante, es efectivo que el actor, al menos hasta el día de su alta y por una operación posterior, permaneció imposibilitado de trabajar. Por ese período recibió subsidio conforme se aprecia de los comprobantes respectivos. El lucro cesante, se pide, como antes se dijo, por las sumas que no podrá continuar percibiendo a causa de la dificultad de postular a empleos que requieran destreza y exigencia física. Como se refirió por la Mutual de Seguridad no es posible aún evaluar las secuelas e incapacidades y lo que se pide por el lucro cesante requiere precisamente de dicha evaluación, misma que, estima este juez, no puede ser declarada por el tribunal con el mérito de los antecedentes de autos, razón por la cual lo cobrado por concepto de lucro cesante futuro no será acogido. En lo que respecta al daño moral demandado, que se cuantificó en 2.500 Unidades de Fomento o lo que el tribunal determine, existen en autos variados antecedentes para establecer la procedencia de su pago. En efecto, desde las circunstancias mismas del accidente, que como dijo el testigo Michel Bastías “... en ese momento se percató que lo había atropellado y el chofer se devolvió y lo remató nuevamente”; hasta los padecimientos que sufrió en su evolución médica, que a pesar de los “avances normales de la medicina” no pudieron evitarle sufrimiento y dolor, no sólo físico, del que hay constancia suficiente en la ficha médica reiteradas dosis de analgésicos, tres intervenciones hospitalizado y una posterior, más de dos escarectomías e injertos, infecciones y rehabilitación, además de la limitación que le ha producido la herida del pie al provocarle claudicación al caminar sino que también moral, respecto del cual, los dichos de los testigos que han sido breves en relación a lo que consignaron los médicos de la mutual, expresiones como “muy triste”, con dificultad para dormir deprimido, apático, intolerante al tratamiento, con percepción de dificultad para volver a su antiguo trabajo, dificultades económicas, etc., se repiten desde su principio a su fin, de la cual queda en evidencia que el accidente laboral que sufrió le causó graves padecimientos psicológicos que deben ser indemnizados. Si bien es cierto, es imposible que suma alguna pueda palear los sufrimientos que ya vivió desde el día 13 de diciembre de 2002, el pago de una indemnización contribuirá a morigerar los nefastos efectos que los hechos descritos habrían producido en su persona. Por este motivo, se regula en $ 15.000.000 (quince millones de pesos) la suma que las demandadas, en la forma que se ha señalado, deberán pagar a actor por el daño moral que su falta de cuidado en la protección de su salud, le han causado.

676

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

El 16 de mayo tuvo una urgencia porque en rehabilitación se presentó una erosión del borde interior del injerto. Eso le significó nueva curación y reposo con el pie en alto. El 4 de junio registra una operación por resección parcial del injerto en su tobillo, de alta 2 días después. A poco andar, se consigna colgajo con sufrimiento. El 6 de agosto, el psiquiatra deja constancia que aún presenta insomnio persistente. No aprecia respuesta al medicamento que le está suministrando. El 20 de agosto: no se siente bien anímicamente en relación a claudicación de pierna izquierda. El 1º de octubre de 2003 se consigna que está deprimido, con labilidad emocional, trastornos del sueño, dificultad de concentración. Se anota que presenta duelo no elaborado por la muerte de su madre y que a este proceso inconcluso se suma la crisis emocional vinculada con su accidente. Cuatro de septiembre: muy triste. Ha aumentado la claudicación al caminar. 16 de septiembre: problemas con el padre y económicos. 23 de septiembre: el paciente ve pocas posibilidades de reintegrarse a su trabajo antiguo, por lo que se debe capacitar en nuevos oficios. El 9 de octubre de 2003, dice cicatrizado y 2 días antes se daba cuenta que se lo integró a curso de capacitación en computación vespertino para permitirle trabajar de día. Por último, el oficio de fs. 129 de fecha 25 de febrero de 2004, señala que el actor aún está en tratamiento con especialistas, siendo su próximo control el pasado 29 de marzo de 2004. Ahí mismo se indicó, que aún no era posible evaluar las secuelas e incapacidades, conforme a lo prescrito en el artículo 31 de la ley Nº 16.744. Por otra parte, el rigor del procedimiento no ha permitido agregar información actualizada de su condición, sin perjuicio de lo que en otra sede pueda lograrse. DECIMOCUARTO: Que de los antecedentes antes expuestos a los que cabe agregar el mérito de las fotografías del actor y que se guardan en custodia y los dichos de los testigos del referido, que han depuesto sobre su estado anímico, cabe concluir que: En lo que respecta al lucro cesante, es efectivo que el actor, al menos hasta el día de su alta y por una operación posterior, permaneció imposibilitado de trabajar. Por ese período recibió subsidio conforme se aprecia de los comprobantes respectivos. El lucro cesante, se pide, como antes se dijo, por las sumas que no podrá continuar percibiendo a causa de la dificultad de postular a empleos que requieran destreza y exigencia física. Como se refirió por la Mutual de Seguridad no es posible aún evaluar las secuelas e incapacidades y lo que se pide por el lucro cesante requiere precisamente de dicha evaluación, misma que, estima este juez, no puede ser declarada por el tribunal con el mérito de los antecedentes de autos, razón por la cual lo cobrado por concepto de lucro cesante futuro no será acogido. En lo que respecta al daño moral demandado, que se cuantificó en 2.500 Unidades de Fomento o lo que el tribunal determine, existen en autos variados antecedentes para establecer la procedencia de su pago. En efecto, desde las circunstancias mismas del accidente, que como dijo el testigo Michel Bastías “... en ese momento se percató que lo había atropellado y el chofer se devolvió y lo remató nuevamente”; hasta los padecimientos que sufrió en su evolución médica, que a pesar de los “avances normales de la medicina” no pudieron evitarle sufrimiento y dolor, no sólo físico, del que hay constancia suficiente en la ficha médica reiteradas dosis de analgésicos, tres intervenciones hospitalizado y una posterior, más de dos escarectomías e injertos, infecciones y rehabilitación, además de la limitación que le ha producido la herida del pie al provocarle claudicación al caminar sino que también moral, respecto del cual, los dichos de los testigos que han sido breves en relación a lo que consignaron los médicos de la mutual, expresiones como “muy triste”, con dificultad para dormir deprimido, apático, intolerante al tratamiento, con percepción de dificultad para volver a su antiguo trabajo, dificultades económicas, etc., se repiten desde su principio a su fin, de la cual queda en evidencia que el accidente laboral que sufrió le causó graves padecimientos psicológicos que deben ser indemnizados. Si bien es cierto, es imposible que suma alguna pueda palear los sufrimientos que ya vivió desde el día 13 de diciembre de 2002, el pago de una indemnización contribuirá a morigerar los nefastos efectos que los hechos descritos habrían producido en su persona. Por este motivo, se regula en $ 15.000.000 (quince millones de pesos) la suma que las demandadas, en la forma que se ha señalado, deberán pagar a actor por el daño moral que su falta de cuidado en la protección de su salud, le han causado.

676

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

677

DECIMOQUINTO: Que tratándose de un hecho derivado de la responsabilidad contractual de la demandada, no es procedente la excepción de exposición imprudente al daño, razón por la cual ésta se desestima. DECIMOSEXTO: Que la prueba rendida en autos ha sido apreciada conforme a las reglas de la sana crítica. Por estas consideraciones y de acuerdo, además, a lo dispuesto en los artículos 7, 64, 184, 420 y siguientes del Código del Trabajo, 69 de la ley 16.744 y 1.545, 1.546 y 1.698 y siguientes y 2.330 y siguientes del Código Civil, se declara que: I. Se omite pronunciamiento sobre la excepción de ineptitud del libelo y se rechaza la de incompetencia. II. Se rechaza la tacha opuesta. III. Se acoge la demanda de fs. 4, sólo en cuanto se condena a la demandada principal a pagar al actor la suma de $ 15.000.000 (quince millones de pesos) que por concepto de daño moral ha sufrido por el incumplimiento de esa empresa en la adopción eficaz de medidas de seguridad en su favor. IV. Se condena en forma subsidiaria a la empresa Constructora Norte Sur S.A. V. La suma ordenada pagar deberá serlo con reajustes e intereses convencionales, de acuerdo a lo prevenido en el artículo 63 del Código del Trabajo, que serán aplicados desde la fecha de esta sentencia los reajustes y desde su ejecución los intereses. VI. Se condena a las demandadas al pago de las costas. Regístrese. Rol Nº 2.981 2003. Pronunciada por Carolina Vásquez Acevedo, Juez Titular. Autoriza Enrique Bosco Rojas, Secretario Subrogante.

II. CORTE DE APELACIONES Santiago, dos de enero de dos mil seis. VISTOS Y TENIENDO, ADEMÁS, PRESENTE: Que las argumentaciones contenidas en los escritos de fojas 185, 188 y 194 no logran convencer a esta Corte como para alterar lo que viene decidido. Atendido, además, lo dispuesto en los artículos 472 y 473 del Código del Trabajo, se confirma la sentencia de quince de abril de dos mil cinco escrita a fojas 146, con declaración que se eleva a $ 25.000.000 (veinticinco millones de pesos), la suma que por concepto de daño moral sufrido por el actor de autos, deberán pagarle las demandadas en la forma indicada en la sentencia. Regístrese y devuélvase. Pronunciada por la Décima Sala, integrada por los Ministros señores Raimundo Díaz Gamboa, Lamberto Cisternas Rocha y el Abogado Integrante señor Héctor Humeres Noguer. Rol Nº 3.026 2005.

III. CORTE SUPREMA Santiago, dos de marzo de dos mil seis. Proveyendo a fojas 222: téngase a la parte recurrente, representada por don Juan Manuel Rodríguez Langevin, por desistida del recurso de casación en la forma, interpuesto a fojas 211, contra la sentencia de dos de enero del año en curso, que se lee a fojas 210. Regístrese y devuélvase con sus agregados. Rol Nº 673 06. Pronunciada por la Cuarta Sala de la Corte Suprema integrada por los Ministros señores José Luis Pérez Z., Orlando Álvarez H., Urbano Marín V., Jorge Medina C. y el Abogado Integrante señor Ricardo Peralta V. Autoriza el Secretario de la Corte Suprema señor Carlos A. Meneses Pizarro.

Santiago, dos de marzo de dos mil seis. Proveyendo a fojas 222: téngase a la parte recurrente, representada por don Juan Manuel Rodríguez Langevin, por desistida del recurso de casación en la forma, interpuesto a fojas 211, contra la sentencia de dos de enero del año en curso, que se lee a fojas 210. Regístrese y devuélvase con sus agregados. Rol Nº 673 06. Pronunciada por la Cuarta Sala de la Corte Suprema integrada por los Ministros señores José Luis Pérez Z., Orlando Álvarez H., Urbano Marín V., Jorge Medina C. y el Abogado Integrante señor Ricardo Peralta V. Autoriza el Secretario de la Corte Suprema señor Carlos A. Meneses Pizarro.

III. CORTE SUPREMA Santiago, dos de enero de dos mil seis. VISTOS Y TENIENDO, ADEMÁS, PRESENTE: Que las argumentaciones contenidas en los escritos de fojas 185, 188 y 194 no logran convencer a esta Corte como para alterar lo que viene decidido. Atendido, además, lo dispuesto en los artículos 472 y 473 del Código del Trabajo, se confirma la sentencia de quince de abril de dos mil cinco escrita a fojas 146, con declaración que se eleva a $ 25.000.000 (veinticinco millones de pesos), la suma que por concepto de daño moral sufrido por el actor de autos, deberán pagarle las demandadas en la forma indicada en la sentencia. Regístrese y devuélvase. Pronunciada por la Décima Sala, integrada por los Ministros señores Raimundo Díaz Gamboa, Lamberto Cisternas Rocha y el Abogado Integrante señor Héctor Humeres Noguer. Rol Nº 3.026 2005.

II. CORTE DE APELACIONES DECIMOQUINTO: Que tratándose de un hecho derivado de la responsabilidad contractual de la demandada, no es procedente la excepción de exposición imprudente al daño, razón por la cual ésta se desestima. DECIMOSEXTO: Que la prueba rendida en autos ha sido apreciada conforme a las reglas de la sana crítica. Por estas consideraciones y de acuerdo, además, a lo dispuesto en los artículos 7, 64, 184, 420 y siguientes del Código del Trabajo, 69 de la ley 16.744 y 1.545, 1.546 y 1.698 y siguientes y 2.330 y siguientes del Código Civil, se declara que: I. Se omite pronunciamiento sobre la excepción de ineptitud del libelo y se rechaza la de incompetencia. II. Se rechaza la tacha opuesta. III. Se acoge la demanda de fs. 4, sólo en cuanto se condena a la demandada principal a pagar al actor la suma de $ 15.000.000 (quince millones de pesos) que por concepto de daño moral ha sufrido por el incumplimiento de esa empresa en la adopción eficaz de medidas de seguridad en su favor. IV. Se condena en forma subsidiaria a la empresa Constructora Norte Sur S.A. V. La suma ordenada pagar deberá serlo con reajustes e intereses convencionales, de acuerdo a lo prevenido en el artículo 63 del Código del Trabajo, que serán aplicados desde la fecha de esta sentencia los reajustes y desde su ejecución los intereses. VI. Se condena a las demandadas al pago de las costas. Regístrese. Rol Nº 2.981 2003. Pronunciada por Carolina Vásquez Acevedo, Juez Titular. Autoriza Enrique Bosco Rojas, Secretario Subrogante. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

677

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Santiago, veinte de enero de dos mil cinco. VISTOS: En la demanda de fojas uno don Enrique Humberto Valdés Tejada, movilizador portuario, domiciliado en Población Moraleda, calle Memory Nº 40, Comuna de Villa Alemana, deduce acción de indemnización de perjuicios por la responsabilidad contractual derivada de un accidente del trabajo en contra de la empresa Ingeniería en Laminación de Maderas Limitada o Ingelam Ltda., del giro de su denominación, representada legalmente por su gerente general doña María Inés Urbank González, cuya profesión ignora, ambos con domicilio en calle Doctor Manuel Barros Borgoño Nº 374, oficina 114, Santiago; expone que el dieciocho de febrero de 2002 en circunstancias que se encontraba laborando para su empleadora, recibió instrucciones de parte de don Jorge Acuña, jefe del personal, que trabajara en una sierra llamada máquina Finger que se utiliza para trabajar la madera; esta orden le fue impartida aunque no se encontraba capacitado para operar dicha máquina porque no le había enseñado a hacerlo, ya que su trabajo consistía en realizar terminaciones, lijar, pulir y pintar la madera, pero no operar dicha máquina en la que el trabajador tenía que ir cada cierto lapso limpiando la máquina sacando el aserrín; en un momento cuando hacía esto último, se devolvió la bandeja donde se coloca la madera, que debía ser cortada, y el rodillo le alcanzó y cortó el dedo de la mano derecha; señala que la operación de la máquina debía haber sido precedida con la correspondiente capacitación y preparación, por los riesgos que implica, y en este caso no se le había dado ninguna; también era deber del empleador velar y supervisar que las faenas se ejecutaran sin exponer a los trabajadores a un alto riesgo y que las condiciones del trabajo sean óptimas en cuanto a la seguridad; el suceso fue calificado por la Mutual de Seguridad, a la que está afiliada la empleadora, como accidente laboral; agrega que fue hospitalizado e intervenido siendo suturada la herida del dedo amputado, quedando con secuelas permanentes que complican las labores en que se requiere el uso de las manos, resultando mermada su capacidad de ganancia, aparte de los dolores que ha debido soportar y que experimenta hasta el presente; sostiene que el hecho no puede calificarse como un caso fortuito, ya que no es imprevisible ni tampoco irresistible, y ha tenido relación directa con el trabajo; el hecho ha sido generado por la culpa o negligencia del empleador, por omisión de las medidas de seguridad, ya que entre el resultado dañoso y la referida omisión existe una relación de causalidad al punto de que de haberse adoptado las medidas de seguridad en la operación de la máquina, no se habrían producido las lesiones y los perjuicios, de esta manera se reúnen todos los requisitos para configurar la responsabilidad indemnizatoria de la demandada; señala como fundamentos de derecho las disposiciones de los artículos 44, 1.437, 1.546, del Código Civil, 184 del Código del Trabajo y 68 y 69 de la ley Nº 16.744; que corresponde que se le indemnice el daño moral que representa los perjuicios extrapatrimoniales y personales sufridos con motivo del accidente, los tratamientos y las secuelas respecto del dolor, angustia, sufrimiento físico, menoscabo y la pérdida de un elemento de su anatomía; solicita que este daño moral sea regulado en la suma de ochenta millones de pesos; termina solicitando que en definitiva se condene a la empresa demandada a pagar la suma recién indicada por indemnización del daño moral, o la suma igual, mayor o menor que el tribunal tenga a bien determinar con reajustes conforme a la variación del I.P.C. entre el mes de febrero del año 2002 y el mes anterior al del pago efectivo, o bien con el índice de reajustabilidad que señale el tribunal, como también su período de aplicación, más los intereses corrientes para operaciones reajustables desde la fecha de la modificación de la demanda hasta el día de pago efectivo, o bien con el índice y período que el tribunal señale, en todos los casos, con costas. En el escrito de fojas veintiséis la empresa demandada opone en primer término las excepciones dilatorias de los Nºs 4 y 6 del artículo 303 del Código de Procedimiento Civil; la ineptitud del libelo la hace consistir en que en la demanda no se cumple con el requisito de contener el nombre, domicilio, profesión u oficio del demandado, ya que en ella se expresa que la demandada estaría representada

678

I. SENTENCIA DE PRIMER GRADO

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol N°: 336 -2006 Cita online: CL/JUR/7235/2006

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol N°: 336 -2006 Cita online: CL/JUR/7235/2006

I. SENTENCIA DE PRIMER GRADO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Santiago, veinte de enero de dos mil cinco. VISTOS: En la demanda de fojas uno don Enrique Humberto Valdés Tejada, movilizador portuario, domiciliado en Población Moraleda, calle Memory Nº 40, Comuna de Villa Alemana, deduce acción de indemnización de perjuicios por la responsabilidad contractual derivada de un accidente del trabajo en contra de la empresa Ingeniería en Laminación de Maderas Limitada o Ingelam Ltda., del giro de su denominación, representada legalmente por su gerente general doña María Inés Urbank González, cuya profesión ignora, ambos con domicilio en calle Doctor Manuel Barros Borgoño Nº 374, oficina 114, Santiago; expone que el dieciocho de febrero de 2002 en circunstancias que se encontraba laborando para su empleadora, recibió instrucciones de parte de don Jorge Acuña, jefe del personal, que trabajara en una sierra llamada máquina Finger que se utiliza para trabajar la madera; esta orden le fue impartida aunque no se encontraba capacitado para operar dicha máquina porque no le había enseñado a hacerlo, ya que su trabajo consistía en realizar terminaciones, lijar, pulir y pintar la madera, pero no operar dicha máquina en la que el trabajador tenía que ir cada cierto lapso limpiando la máquina sacando el aserrín; en un momento cuando hacía esto último, se devolvió la bandeja donde se coloca la madera, que debía ser cortada, y el rodillo le alcanzó y cortó el dedo de la mano derecha; señala que la operación de la máquina debía haber sido precedida con la correspondiente capacitación y preparación, por los riesgos que implica, y en este caso no se le había dado ninguna; también era deber del empleador velar y supervisar que las faenas se ejecutaran sin exponer a los trabajadores a un alto riesgo y que las condiciones del trabajo sean óptimas en cuanto a la seguridad; el suceso fue calificado por la Mutual de Seguridad, a la que está afiliada la empleadora, como accidente laboral; agrega que fue hospitalizado e intervenido siendo suturada la herida del dedo amputado, quedando con secuelas permanentes que complican las labores en que se requiere el uso de las manos, resultando mermada su capacidad de ganancia, aparte de los dolores que ha debido soportar y que experimenta hasta el presente; sostiene que el hecho no puede calificarse como un caso fortuito, ya que no es imprevisible ni tampoco irresistible, y ha tenido relación directa con el trabajo; el hecho ha sido generado por la culpa o negligencia del empleador, por omisión de las medidas de seguridad, ya que entre el resultado dañoso y la referida omisión existe una relación de causalidad al punto de que de haberse adoptado las medidas de seguridad en la operación de la máquina, no se habrían producido las lesiones y los perjuicios, de esta manera se reúnen todos los requisitos para configurar la responsabilidad indemnizatoria de la demandada; señala como fundamentos de derecho las disposiciones de los artículos 44, 1.437, 1.546, del Código Civil, 184 del Código del Trabajo y 68 y 69 de la ley Nº 16.744; que corresponde que se le indemnice el daño moral que representa los perjuicios extrapatrimoniales y personales sufridos con motivo del accidente, los tratamientos y las secuelas respecto del dolor, angustia, sufrimiento físico, menoscabo y la pérdida de un elemento de su anatomía; solicita que este daño moral sea regulado en la suma de ochenta millones de pesos; termina solicitando que en definitiva se condene a la empresa demandada a pagar la suma recién indicada por indemnización del daño moral, o la suma igual, mayor o menor que el tribunal tenga a bien determinar con reajustes conforme a la variación del I.P.C. entre el mes de febrero del año 2002 y el mes anterior al del pago efectivo, o bien con el índice de reajustabilidad que señale el tribunal, como también su período de aplicación, más los intereses corrientes para operaciones reajustables desde la fecha de la modificación de la demanda hasta el día de pago efectivo, o bien con el índice y período que el tribunal señale, en todos los casos, con costas. En el escrito de fojas veintiséis la empresa demandada opone en primer término las excepciones dilatorias de los Nºs 4 y 6 del artículo 303 del Código de Procedimiento Civil; la ineptitud del libelo la hace consistir en que en la demanda no se cumple con el requisito de contener el nombre, domicilio, profesión u oficio del demandado, ya que en ella se expresa que la demandada estaría representada

678

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

679

legalmente por doña María Inés Urbank González a quien atribuye la calidad de gerente general, en circunstancia que se desempeña como secretaria y que el representante legal de la empresa es el compareciente don José Gómez Llantén; este mismo hecho sirve de fundamento a la excepción dilatoria destinada a la corrección del procedimiento, porque para que la relación procesal siga desenvolviéndose a partir de una correcta sustanciación desde su origen, resulta exigible que el demandante corrija su error e individualice adecuadamente a la parte demandada; en subsidio contesta la demanda solicitando su rechazo; niega y rechaza todas las acusaciones e imputaciones infundadas y antojadizas que se hacen en contra de la demandada; no ha existido por su parte descuido, negligencia ni culpa en cualquiera de los casos, ni por acción ni por omisión, ni falta de supervisión, ni creación de escenarios o condiciones inseguras, ni orden de ejecutar labores para las que no estaba capacitado el actor, ni omisión de medidas de seguridad, etc.; no es efectivo que el jefe del personal quien está llamado a ejercer otras funciones hubiera ordenado o instruido al actor trabajar en la máquina causante del daño; describe el proceso industrial de la demandada y señala que su giro es fabricar vigas y otras piezas estructurales de madera a partir de especializadas aplicaciones tecnológicas, contando con una planta en la Comuna de Cerro Navia, calle Mapocho Nº 6.144, cuyo plano acompaña; cuenta con personal permanente o de planta destinado al trabajo propiamente industrial y que son los únicos habilitados para operar los equipos y máquinas industriales; además se contratan jornaleros para el período de duración de la faena, los que realizan tareas de apoyo en las terminaciones con equipos manuales como lijadoras, taladros, cepillos y también tareas de movimiento de productos; el actor estaba contratado en esta última condición; el dieciocho de febrero de 2002, siendo las quince treinta horas, el demandante sufrió una lesión de fractura y amputación parcial de su dedo anular de la mano derecha, por haber sido alcanzado, ese dedo, por un elemento cortante de la máquina para frenar piezas, marca Tochetto, cuya fotografía acompaña; ese día el operador de esta máquina estaba con licencia médica y fue reemplazado por otra persona capacitada para ese trabajo; el actor sin conocimiento de ninguna persona se introdujo en la zona de producción industrial no debiendo estar jamás allí; y aparentemente tras haber puesto en marcha la maquinaria que estaba detenida y haber colocado un trozo de madera, supuestamente para no dejar vestigios de intervención, trató de limpiar su riel con un huaipe, estando la máquina todavía en movimiento, siendo alcanzada la masa textil, arrastrando la mano del trabajador y provocando el accidente; la causa del accidente ha sido la acción negligente, temeraria e irresponsable del actor, no solamente al operar una máquina completamente ajena a sus labores, sino que también alimentar y limpiar la máquina con cuchillos fresadores en movimiento, que giraban a seis mil revoluciones por minuto; es inexacto que mientras el accidentado limpiaba un eje de la máquina el carro se hubiera movido, porque ello ocurre únicamente si se acciona el botón; lo que ocurrió es que el demandante tomó un manojo de huaipe y procedió a limpiar el eje, sin existir una explicación coherente sobre su acto, por lo cual sin darse cuenta la fresa enrolló el huaipe y le cercenó parte del dedo; la empresa se movilizó de inmediato para que el accidentado fuera trasladado al Hospital de la Mutual de Seguridad, luego de haberle practicado curaciones y colocado vendajes y elementos de inmovilización en la zona afectada; la entidad recién indicada, a la que la empresa se encuentra afiliada, declaró que el accidente reviste los caracteres de un accidente del trabajo, sin perjuicio de lo cual la investigación efectuada reveló que las lamentables consecuencias del accidente derivaron de la falta de cumplimiento por parte de la víctima de las consignas de seguridad y procedimiento de trabajo elaborados por la empresa, conforme con las cuales: a) Sólo las personas autorizadas y con capacitación pueden operar las máquinas, los ayudantes y jornales sólo tienen acceso a los equipos manuales; b) En caso de ausencia del maquinista, el jefe de producción puede designar otra persona siempre y cuando haya sido capacitada anteriormente y tenga experiencia en equipos iguales o similares; c) La limpieza sólo la efectúa el maquinista una vez concluida la faena, con el equipo detenido y con aire comprimido, y jamás con huaipe; alega también que el actor otorgó a la empresa un finiquito con fecha veintinueve de mayo de 2002, por el cual se deja constancia que nada se le adeuda por la demandada por ningún concepto, sea de orden legal o contractual; esta declaración fue formulada libre y espontáneamente por el accidentado, en perfecto y cabal conocimiento de las lesiones sufridas y de sus consecuencias, con posterioridad a su alta clínica y el mandato otorgado a su abogado, y con pleno conocimiento de sus derechos, por lo que tiene amplio

legalmente por doña María Inés Urbank González a quien atribuye la calidad de gerente general, en circunstancia que se desempeña como secretaria y que el representante legal de la empresa es el compareciente don José Gómez Llantén; este mismo hecho sirve de fundamento a la excepción dilatoria destinada a la corrección del procedimiento, porque para que la relación procesal siga desenvolviéndose a partir de una correcta sustanciación desde su origen, resulta exigible que el demandante corrija su error e individualice adecuadamente a la parte demandada; en subsidio contesta la demanda solicitando su rechazo; niega y rechaza todas las acusaciones e imputaciones infundadas y antojadizas que se hacen en contra de la demandada; no ha existido por su parte descuido, negligencia ni culpa en cualquiera de los casos, ni por acción ni por omisión, ni falta de supervisión, ni creación de escenarios o condiciones inseguras, ni orden de ejecutar labores para las que no estaba capacitado el actor, ni omisión de medidas de seguridad, etc.; no es efectivo que el jefe del personal quien está llamado a ejercer otras funciones hubiera ordenado o instruido al actor trabajar en la máquina causante del daño; describe el proceso industrial de la demandada y señala que su giro es fabricar vigas y otras piezas estructurales de madera a partir de especializadas aplicaciones tecnológicas, contando con una planta en la Comuna de Cerro Navia, calle Mapocho Nº 6.144, cuyo plano acompaña; cuenta con personal permanente o de planta destinado al trabajo propiamente industrial y que son los únicos habilitados para operar los equipos y máquinas industriales; además se contratan jornaleros para el período de duración de la faena, los que realizan tareas de apoyo en las terminaciones con equipos manuales como lijadoras, taladros, cepillos y también tareas de movimiento de productos; el actor estaba contratado en esta última condición; el dieciocho de febrero de 2002, siendo las quince treinta horas, el demandante sufrió una lesión de fractura y amputación parcial de su dedo anular de la mano derecha, por haber sido alcanzado, ese dedo, por un elemento cortante de la máquina para frenar piezas, marca Tochetto, cuya fotografía acompaña; ese día el operador de esta máquina estaba con licencia médica y fue reemplazado por otra persona capacitada para ese trabajo; el actor sin conocimiento de ninguna persona se introdujo en la zona de producción industrial no debiendo estar jamás allí; y aparentemente tras haber puesto en marcha la maquinaria que estaba detenida y haber colocado un trozo de madera, supuestamente para no dejar vestigios de intervención, trató de limpiar su riel con un huaipe, estando la máquina todavía en movimiento, siendo alcanzada la masa textil, arrastrando la mano del trabajador y provocando el accidente; la causa del accidente ha sido la acción negligente, temeraria e irresponsable del actor, no solamente al operar una máquina completamente ajena a sus labores, sino que también alimentar y limpiar la máquina con cuchillos fresadores en movimiento, que giraban a seis mil revoluciones por minuto; es inexacto que mientras el accidentado limpiaba un eje de la máquina el carro se hubiera movido, porque ello ocurre únicamente si se acciona el botón; lo que ocurrió es que el demandante tomó un manojo de huaipe y procedió a limpiar el eje, sin existir una explicación coherente sobre su acto, por lo cual sin darse cuenta la fresa enrolló el huaipe y le cercenó parte del dedo; la empresa se movilizó de inmediato para que el accidentado fuera trasladado al Hospital de la Mutual de Seguridad, luego de haberle practicado curaciones y colocado vendajes y elementos de inmovilización en la zona afectada; la entidad recién indicada, a la que la empresa se encuentra afiliada, declaró que el accidente reviste los caracteres de un accidente del trabajo, sin perjuicio de lo cual la investigación efectuada reveló que las lamentables consecuencias del accidente derivaron de la falta de cumplimiento por parte de la víctima de las consignas de seguridad y procedimiento de trabajo elaborados por la empresa, conforme con las cuales: a) Sólo las personas autorizadas y con capacitación pueden operar las máquinas, los ayudantes y jornales sólo tienen acceso a los equipos manuales; b) En caso de ausencia del maquinista, el jefe de producción puede designar otra persona siempre y cuando haya sido capacitada anteriormente y tenga experiencia en equipos iguales o similares; c) La limpieza sólo la efectúa el maquinista una vez concluida la faena, con el equipo detenido y con aire comprimido, y jamás con huaipe; alega también que el actor otorgó a la empresa un finiquito con fecha veintinueve de mayo de 2002, por el cual se deja constancia que nada se le adeuda por la demandada por ningún concepto, sea de orden legal o contractual; esta declaración fue formulada libre y espontáneamente por el accidentado, en perfecto y cabal conocimiento de las lesiones sufridas y de sus consecuencias, con posterioridad a su alta clínica y el mandato otorgado a su abogado, y con pleno conocimiento de sus derechos, por lo que tiene amplio ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

679

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

poder liberatorio respecto de las partes que lo suscriben, y deja sin efecto la posibilidad de cobrar prestaciones que emanan de la ley o del contrato de trabajo extinguido; en ese documento no se estampó ninguna reserva de derechos por parte del trabajador; además sostiene, por el análisis que efectúa sobre la responsabilidad contractual, que la empresa demandada no habría tenido obligación de pagar indemnización alguna en favor del trabajador accidentado, porque no se configuran los presupuestos que harían procedente tal responsabilidad; no habría existido de su parte infracción o incumplimiento a la Ley del Contrato, ni se configurarían los elementos de culpa o dolo mencionados en el artículo 69 de la ley Nº 16.744; sostiene que la empresa demandada ha obrado diligentemente, es decir sin culpa ni dolo, que el accidente se ha producido por culpa de la víctima, por la forma imprudente de manejar un equipo que era ajeno a sus labores, con desapego a las consignas de seguridad y de operación; es decir, el accidente ocurrió por causa exclusivamente imputable a la víctima; que la cuantía de lo demandado no guarda ninguna proporción con la lesión sufrida, el tiempo de hospitalización, un día, y su ulterior tratamiento de rehabilitación; también señala que el reajuste solicitado no es procedente con anterioridad a la fecha de notificación de la demandada; con relación a los intereses, señala que la sentencia que acogiera la demanda sería de carácter constitutiva de un derecho que antes no estaba en el patrimonio del actor y por lo tanto los eventuales intereses se deberían desde la fecha en que el fallo quede ejecutoriado; también solicita que en el evento de estimarse que ha existido responsabilidad de parte de la demandada, se reduzca la indemnización por la exposición al daño por parte de la víctima, conforme lo dispone el artículo 2.330 del Código Civil, que si bien aparece incorporada a las normas que regulan la responsabilidad extracontractual, consagra un principio general del derecho y los tribunales le han dado amplia cabida en materia de accidentes del trabajo; termina solicitando que en definitiva se rechace la demanda en todas sus partes, o en subsidio en el evento que se estimare que la demandada debe indemnizar al actor, se reduzca el monto de la indemnización al mínimo en consideración a la conducta imprudente y exposición al daño asumido por la víctima, y devengando el pago de los intereses sobre la suma mínima a contar de la fecha en que la sentencia quede ejecutoriada, con expresa condenación en costas. A fojas cuarenta y dos la parte demandante manifiesta que la demandada se encuentra válidamente notificada, por lo que no puede prosperar la excepción dilatoria opuesta. Por la resolución de fojas cuarenta y cinco se recibió la causa a prueba y citadas las partes al comparendo, como consta del acta de fojas ciento dos, no hubo conciliación. Las partes han rendido las pruebas documental, confesional, testimonial y de inspección personal del tribunal, que rolan en autos. Se citó para oír sentencia y se han traído los autos para resolver. CONSIDERANDO: I. En cuanto a la objeción de documentos: PRIMERO: Que la parte demandante en el comparendo de fojas ciento dos ha objetado la documental adicional presentada por la demandada en dicha oportunidad y que rola a fojas noventa y dos, noventa y tres y noventa y cuatro, por no emanar de su parte, ser simples instrumentos privados y no ha acompañado un documento original que acredite la firma del actor; estas objeciones serán rechazadas ya que todos estos documentos emanan de la Mutual de Seguridad, es decir, de la entidad que cubría los riesgos de accidente del actor y que ha emitido también los documentos que éste ha presentado en el juicio; además la objeción no se refiere a la falsedad de la firma del demandante estampada en el recibo de fojas noventa y cuatro, de modo que debe entenderse que efectivamente recibió la suma de dinero allí indicada como indemnización por incapacidad parcial. II. En cuanto a la tacha: SEGUNDO: Que la demandante ha deducido tacha en contra de don Mario Iván Bravo Valenzuela por carecer de la imparcialidad necesaria para declarar en razón de tener interés indirecto en el resultado del juicio, ya que como lo reconoció, ejerce el cargo de gerente de operaciones de la empresa desde 1999, teniendo participación en las utilidades y porque conforme con el artículo 4º del Código del Trabajo, puede representar a la empresa; esta inhabilidad será desestimada, por cuanto la relación de dependencia de un testigo respecto de la parte que lo presenta no es causal suficiente por sí sola para inhabilitar a un testigo al tenor del artículo 450 inciso segundo del Código del Trabajo, norma que se re-

680

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

poder liberatorio respecto de las partes que lo suscriben, y deja sin efecto la posibilidad de cobrar prestaciones que emanan de la ley o del contrato de trabajo extinguido; en ese documento no se estampó ninguna reserva de derechos por parte del trabajador; además sostiene, por el análisis que efectúa sobre la responsabilidad contractual, que la empresa demandada no habría tenido obligación de pagar indemnización alguna en favor del trabajador accidentado, porque no se configuran los presupuestos que harían procedente tal responsabilidad; no habría existido de su parte infracción o incumplimiento a la Ley del Contrato, ni se configurarían los elementos de culpa o dolo mencionados en el artículo 69 de la ley Nº 16.744; sostiene que la empresa demandada ha obrado diligentemente, es decir sin culpa ni dolo, que el accidente se ha producido por culpa de la víctima, por la forma imprudente de manejar un equipo que era ajeno a sus labores, con desapego a las consignas de seguridad y de operación; es decir, el accidente ocurrió por causa exclusivamente imputable a la víctima; que la cuantía de lo demandado no guarda ninguna proporción con la lesión sufrida, el tiempo de hospitalización, un día, y su ulterior tratamiento de rehabilitación; también señala que el reajuste solicitado no es procedente con anterioridad a la fecha de notificación de la demandada; con relación a los intereses, señala que la sentencia que acogiera la demanda sería de carácter constitutiva de un derecho que antes no estaba en el patrimonio del actor y por lo tanto los eventuales intereses se deberían desde la fecha en que el fallo quede ejecutoriado; también solicita que en el evento de estimarse que ha existido responsabilidad de parte de la demandada, se reduzca la indemnización por la exposición al daño por parte de la víctima, conforme lo dispone el artículo 2.330 del Código Civil, que si bien aparece incorporada a las normas que regulan la responsabilidad extracontractual, consagra un principio general del derecho y los tribunales le han dado amplia cabida en materia de accidentes del trabajo; termina solicitando que en definitiva se rechace la demanda en todas sus partes, o en subsidio en el evento que se estimare que la demandada debe indemnizar al actor, se reduzca el monto de la indemnización al mínimo en consideración a la conducta imprudente y exposición al daño asumido por la víctima, y devengando el pago de los intereses sobre la suma mínima a contar de la fecha en que la sentencia quede ejecutoriada, con expresa condenación en costas. A fojas cuarenta y dos la parte demandante manifiesta que la demandada se encuentra válidamente notificada, por lo que no puede prosperar la excepción dilatoria opuesta. Por la resolución de fojas cuarenta y cinco se recibió la causa a prueba y citadas las partes al comparendo, como consta del acta de fojas ciento dos, no hubo conciliación. Las partes han rendido las pruebas documental, confesional, testimonial y de inspección personal del tribunal, que rolan en autos. Se citó para oír sentencia y se han traído los autos para resolver. CONSIDERANDO: I. En cuanto a la objeción de documentos: PRIMERO: Que la parte demandante en el comparendo de fojas ciento dos ha objetado la documental adicional presentada por la demandada en dicha oportunidad y que rola a fojas noventa y dos, noventa y tres y noventa y cuatro, por no emanar de su parte, ser simples instrumentos privados y no ha acompañado un documento original que acredite la firma del actor; estas objeciones serán rechazadas ya que todos estos documentos emanan de la Mutual de Seguridad, es decir, de la entidad que cubría los riesgos de accidente del actor y que ha emitido también los documentos que éste ha presentado en el juicio; además la objeción no se refiere a la falsedad de la firma del demandante estampada en el recibo de fojas noventa y cuatro, de modo que debe entenderse que efectivamente recibió la suma de dinero allí indicada como indemnización por incapacidad parcial. II. En cuanto a la tacha: SEGUNDO: Que la demandante ha deducido tacha en contra de don Mario Iván Bravo Valenzuela por carecer de la imparcialidad necesaria para declarar en razón de tener interés indirecto en el resultado del juicio, ya que como lo reconoció, ejerce el cargo de gerente de operaciones de la empresa desde 1999, teniendo participación en las utilidades y porque conforme con el artículo 4º del Código del Trabajo, puede representar a la empresa; esta inhabilidad será desestimada, por cuanto la relación de dependencia de un testigo respecto de la parte que lo presenta no es causal suficiente por sí sola para inhabilitar a un testigo al tenor del artículo 450 inciso segundo del Código del Trabajo, norma que se re-

680

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

681

fiere no solamente a las causales de tacha de los Nºs 4 y 5 del artículo 358 del Código de Procedimiento Civil, sino que también a la del Nº 6 del mismo, con relación al interés que el testigo pueda tener por su calidad de dependiente. III. En cuanto a la excepción dilatoria: TERCERO: Que atendido que en el contexto de la demanda aparece suficientemente individualizada la sociedad comercial demandada, el libelo reúne los requisitos legales y por lo tanto no es inepto; la circunstancia de haberse indicado como representante de la demandada a una persona distinta, tampoco importa un defecto en el procedimiento, toda vez que ella no ha incidentado alegando que dicha notificación sea inválida, de modo que el error en cuanto a la persona que lo representa no ha afectado el fondo de la acción deducida ni ha viciado el procedimiento. IV. En cuanto al fondo: CUARTO: Que atendido lo que han expuesto los litigantes en sus escritos de demanda y de contestación no ha resultado controvertido que el demandante prestaba servicios como jornal en la empresa demandada y que el día dieciocho de febrero 2002, durante la jornada normal de trabajo y dentro del recinto de la empresa, sufrió un accidente cuando limpiaba la máquina Finger (sierra cepilladora), el artefacto atrapó los dedos de la mano derecha del trabajador, ocasionándole la amputación traumática del dedo anular derecho y fractura expuesta del dedo medio derecho. QUINTO: Que los hechos en que los litigantes no se encuentran de acuerdo y que serán materia de esta sentencia son los siguientes: a) La razón por la que el trabajador contratado como jornal ejecutó la labor de limpieza de la máquina que correspondía efectuar a su operador; b) Si la empresa demandada ha adoptado las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de los trabajadores, manteniendo condiciones de higiene y seguridad en las faenas, como también los implementos necesarios para prevenir accidentes o enfermedades profesionales; c) Si el actor otorgó un finiquito liberatorio que exima de responsabilidad a la empresa demandada respecto de los perjuicios sufridos por el accidente. SEXTO: Que la parte demandante en apoyo de su petición ha rendido las siguientes pruebas para acreditar los fundamentos de su acción: I. Documental, sin objetar, consistente en: a) De fojas diez, repetido a fojas cincuenta y nueve, que es un certificado emitido por un facultativo traumatólogo que se refiere al tratamiento otorgado al actor entre el dieciocho y el diecinueve de febrero de 2002 con ocasión del accidente, que presentó amputación traumática del dedo anular derecho y herida en el dedo medio derecho, siendo sometido al tratamiento de aseo quirúrgico, regularización del dedo anular y sutura del dedo medio, con reposo y medicamentos; b) De fojas once repetido a fojas cincuenta y siete, que son copias del contrato de trabajo del actor, de fecha cinco de febrero de 2002, con duración hasta el término de la faena, que consiste en desempeñarse como “jornal” en el establecimiento ubicado en Mapocho Nº 6.144, sin precisarse determinadamente cuál ha sido el trabajo o servicio para el cual fue contratado; c) De fojas cincuenta y seis, que es un contrato entre el actor y la demandada de fecha veintidós de noviembre de 2000, en la que aparece contratado como “ayudante” y con vencimiento el veintidós de diciembre de 2000; d) De fojas cincuenta y ocho, que es copia de un acta de comparendo ante la Inspección del Trabajo de Santiago Poniente, de fecha tres de septiembre de 2002; e) De fojas sesenta, que es un certificado de la Mutual de Seguridad de la Construcción que señala que el actor permaneció en tratamiento por setenta días, concluyendo su atención médica el veintiocho de abril de 2002; f) De fojas sesenta y uno, que es copia de la resolución Nº 2002 0458 de veinticinco de junio de 2002 de la Comisión de Evaluación de Incapacidad por Accidentes del Trabajo, que determina que el actor presentó como secuelas del accidente la amputación y limitación en la movilidad del dedo medio, ambos de la mano derecha y alergia o dolor residual, calificando su grado de incapacidad laboral en un veinticinco por ciento; g) De fojas sesenta y dos, sesenta y tres y sesenta y cuatro, que es copia de una investigación del accidente que contiene la declaración del actor; h) De fojas sesenta y cinco, que es un certificado de la demandada que indica que el actor percibía una renta de $ 131.125 mensuales como sueldo base; i) De fojas sesenta y seis, que es copia de una presentación de la cónyuge del actor a la Superintendencia de Seguridad Social; j) Además la demandante solicitó y obtuvo que se oficiara a la Mutual de Seguridad con el fin de que informara respecto de los puntos señalados a fojas ciento cuarenta y seis, diligencia que se cumplió remitiéndose los antecedentes que se guardan en la custodia

fiere no solamente a las causales de tacha de los Nºs 4 y 5 del artículo 358 del Código de Procedimiento Civil, sino que también a la del Nº 6 del mismo, con relación al interés que el testigo pueda tener por su calidad de dependiente. III. En cuanto a la excepción dilatoria: TERCERO: Que atendido que en el contexto de la demanda aparece suficientemente individualizada la sociedad comercial demandada, el libelo reúne los requisitos legales y por lo tanto no es inepto; la circunstancia de haberse indicado como representante de la demandada a una persona distinta, tampoco importa un defecto en el procedimiento, toda vez que ella no ha incidentado alegando que dicha notificación sea inválida, de modo que el error en cuanto a la persona que lo representa no ha afectado el fondo de la acción deducida ni ha viciado el procedimiento. IV. En cuanto al fondo: CUARTO: Que atendido lo que han expuesto los litigantes en sus escritos de demanda y de contestación no ha resultado controvertido que el demandante prestaba servicios como jornal en la empresa demandada y que el día dieciocho de febrero 2002, durante la jornada normal de trabajo y dentro del recinto de la empresa, sufrió un accidente cuando limpiaba la máquina Finger (sierra cepilladora), el artefacto atrapó los dedos de la mano derecha del trabajador, ocasionándole la amputación traumática del dedo anular derecho y fractura expuesta del dedo medio derecho. QUINTO: Que los hechos en que los litigantes no se encuentran de acuerdo y que serán materia de esta sentencia son los siguientes: a) La razón por la que el trabajador contratado como jornal ejecutó la labor de limpieza de la máquina que correspondía efectuar a su operador; b) Si la empresa demandada ha adoptado las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de los trabajadores, manteniendo condiciones de higiene y seguridad en las faenas, como también los implementos necesarios para prevenir accidentes o enfermedades profesionales; c) Si el actor otorgó un finiquito liberatorio que exima de responsabilidad a la empresa demandada respecto de los perjuicios sufridos por el accidente. SEXTO: Que la parte demandante en apoyo de su petición ha rendido las siguientes pruebas para acreditar los fundamentos de su acción: I. Documental, sin objetar, consistente en: a) De fojas diez, repetido a fojas cincuenta y nueve, que es un certificado emitido por un facultativo traumatólogo que se refiere al tratamiento otorgado al actor entre el dieciocho y el diecinueve de febrero de 2002 con ocasión del accidente, que presentó amputación traumática del dedo anular derecho y herida en el dedo medio derecho, siendo sometido al tratamiento de aseo quirúrgico, regularización del dedo anular y sutura del dedo medio, con reposo y medicamentos; b) De fojas once repetido a fojas cincuenta y siete, que son copias del contrato de trabajo del actor, de fecha cinco de febrero de 2002, con duración hasta el término de la faena, que consiste en desempeñarse como “jornal” en el establecimiento ubicado en Mapocho Nº 6.144, sin precisarse determinadamente cuál ha sido el trabajo o servicio para el cual fue contratado; c) De fojas cincuenta y seis, que es un contrato entre el actor y la demandada de fecha veintidós de noviembre de 2000, en la que aparece contratado como “ayudante” y con vencimiento el veintidós de diciembre de 2000; d) De fojas cincuenta y ocho, que es copia de un acta de comparendo ante la Inspección del Trabajo de Santiago Poniente, de fecha tres de septiembre de 2002; e) De fojas sesenta, que es un certificado de la Mutual de Seguridad de la Construcción que señala que el actor permaneció en tratamiento por setenta días, concluyendo su atención médica el veintiocho de abril de 2002; f) De fojas sesenta y uno, que es copia de la resolución Nº 2002 0458 de veinticinco de junio de 2002 de la Comisión de Evaluación de Incapacidad por Accidentes del Trabajo, que determina que el actor presentó como secuelas del accidente la amputación y limitación en la movilidad del dedo medio, ambos de la mano derecha y alergia o dolor residual, calificando su grado de incapacidad laboral en un veinticinco por ciento; g) De fojas sesenta y dos, sesenta y tres y sesenta y cuatro, que es copia de una investigación del accidente que contiene la declaración del actor; h) De fojas sesenta y cinco, que es un certificado de la demandada que indica que el actor percibía una renta de $ 131.125 mensuales como sueldo base; i) De fojas sesenta y seis, que es copia de una presentación de la cónyuge del actor a la Superintendencia de Seguridad Social; j) Además la demandante solicitó y obtuvo que se oficiara a la Mutual de Seguridad con el fin de que informara respecto de los puntos señalados a fojas ciento cuarenta y seis, diligencia que se cumplió remitiéndose los antecedentes que se guardan en la custodia ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

681

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Nº 304 2003; II. Confesional, citado el representante legal de la demandada a absolver las posiciones contenidas en el pliego de fojas noventa y cinco a noventa y nueve, en la diligencia de fojas ciento tres reconoció que el actor trabajaba en la empresa desde el veintidós de noviembre de 2000, de acuerdo con los contratos de veintidós de noviembre de 2000 al treinta y uno de enero de 2002, y de cinco de febrero de 2002 hasta el veinte de mayo del mismo año; sus labores eran las de jornal, consistentes en lijado, pulido, pintado y cepillado de cortes y pintado y embalaje de madera dimensionada; el catorce de febrero de 2002 el actor fue sacado de la sección terminaciones para realizar labores en la sección de laminado como ayudante del operador de la máquina Finger señor Juan Carlos Pedreros Ortiz, por orden del jefe del personal señor Jorge Acuña Valdebenito; la referida máquina está compuesta de dos unidades de corte; la primera el banco de sierra efectúa el corte lineal en la madera ubicada en bandeja que se desplaza por un riel o carril, y la segunda hace un corte dentado en la madera; en la sección laminado existe una aspiradora o extractora común para las tres máquinas, que aspira las virutas, astillas y polvo que se produce en la manipulación de la madera; en las secciones terminaciones y laminado se usa huaipe para diversas labores; el accidente ocurrió pasadas las quince treinta horas del día dieciocho de febrero de 2002; en esa época se trabajaba en turnos que se suspendían para la colación entre doce treinta y trece quince horas para un grupo y entre trece quince y catorce horas para el otro grupo, en el cual se encontraba el actor; durante la suspensión de las faenas las máquinas se paralizan y en especial la máquina Finger Joint; esta máquina debía ser operada por el titular de ella, cuyo nombre no recuerda; el actor jamás recibió información sobre la operación de la máquina ni sobre las medidas de seguridad, porque operar la máquina no era su función; en la sección laminado hay tres máquinas más que requerían operadores con capacitación especial, ya que todas las mal usadas tienen riesgo; la sección laminado es una sección restringida y el actor se encontraba allí porque estaba destinado hacer una labor de ayudante en esa sección y no a operar la máquina; se le pidió que participara como ayudante en una actividad para personal no calificado; la empresa tiene permanentemente un experto en prevención de riesgos, se hace capacitación para operar las máquinas y prevenir riesgos y se tienen elementos de seguridad necesarios para la actividad; y los supervisores se encargan de vigilar que se cumplan con las normas, no sabe si el señor Valdés asistió a las charlas de seguridad, pero no sabe si hay constancia escrita de ello; después del accidente se hizo una investigación interna; si la empresa no hubiera promovido el ingreso del actor a la sección lámina, el accidente no se habría producido; la empresa no tenía constituido un comité paritario y higiene y seguridad, y el personal de planta es normalmente menos de veinte personas, pero tienen contratado un prevencionista de riesgos; el absolvente como gerente general tiene su oficina en calle Barros Borgoño de la Comuna de Providencia; se enteró del accidente por teléfono por llamado de don Iván Bravo, gerente de operaciones, y dio las instrucciones, pero no concurrió a la planta industrial, ya que no se encontraba en Santiago y volvió al día siguiente y se preocupó que el señor Valdés fuera atendido en la Mutual; por la información que dio el gerente de operaciones, ese día el demandante cumplía las funciones de pasar la madera en la máquina de prensa, para que otra persona la procese en la máquina; III. Inspección del tribunal, consignada en el acta de fojas ciento sesenta y uno practicada en un lugar distinto de aquél en que funcionaba el taller de la empresa demandada en la fecha del accidente y en el cual no se encontraba la maquinaria con la que se produjo las lesiones. SÉPTIMO: Que por su parte, la empresa demandada ha rendido las siguientes pruebas: I. Documental, que consiste en: a) De fojas veintitrés, que es un croquis de las instalaciones que tenía la demandada en calle Mapocho Nº 6.144, elaborado por ella; b) De fojas veinticuatro y veinticinco, que se dice son fotografías de la máquina en que se produjo el accidente; c) Los acompañados por el cuarto otrosí de fojas cincuenta y uno y que se encuentran en la custodia Nº 317 2002, y son: 1. Un ejemplar de un finiquito fechado el veintinueve de mayo de 2002, encontrándose la firma del trabajador autorizada con fecha treinta de mayo del mismo año, por un notario de Valparaíso. 2. Una copia de una investigación del accidente efectuada por la Mutual de Seguridad, que fue calificada por ésta como accidente del trabajo; en él se consigna que el trabajador accidentado se encontraba desarrollando labores de ayudante de la máquina Finger (sierra cepilladora), y procedió a limpiar los rieles de la máquina estando aún en movimiento. 3. Fotocopia autorizada de instrucciones relativas a las técnicas de operación de las maquinarias de la empresa, de diciembre de 2001; instructivo de igual

682

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Nº 304 2003; II. Confesional, citado el representante legal de la demandada a absolver las posiciones contenidas en el pliego de fojas noventa y cinco a noventa y nueve, en la diligencia de fojas ciento tres reconoció que el actor trabajaba en la empresa desde el veintidós de noviembre de 2000, de acuerdo con los contratos de veintidós de noviembre de 2000 al treinta y uno de enero de 2002, y de cinco de febrero de 2002 hasta el veinte de mayo del mismo año; sus labores eran las de jornal, consistentes en lijado, pulido, pintado y cepillado de cortes y pintado y embalaje de madera dimensionada; el catorce de febrero de 2002 el actor fue sacado de la sección terminaciones para realizar labores en la sección de laminado como ayudante del operador de la máquina Finger señor Juan Carlos Pedreros Ortiz, por orden del jefe del personal señor Jorge Acuña Valdebenito; la referida máquina está compuesta de dos unidades de corte; la primera el banco de sierra efectúa el corte lineal en la madera ubicada en bandeja que se desplaza por un riel o carril, y la segunda hace un corte dentado en la madera; en la sección laminado existe una aspiradora o extractora común para las tres máquinas, que aspira las virutas, astillas y polvo que se produce en la manipulación de la madera; en las secciones terminaciones y laminado se usa huaipe para diversas labores; el accidente ocurrió pasadas las quince treinta horas del día dieciocho de febrero de 2002; en esa época se trabajaba en turnos que se suspendían para la colación entre doce treinta y trece quince horas para un grupo y entre trece quince y catorce horas para el otro grupo, en el cual se encontraba el actor; durante la suspensión de las faenas las máquinas se paralizan y en especial la máquina Finger Joint; esta máquina debía ser operada por el titular de ella, cuyo nombre no recuerda; el actor jamás recibió información sobre la operación de la máquina ni sobre las medidas de seguridad, porque operar la máquina no era su función; en la sección laminado hay tres máquinas más que requerían operadores con capacitación especial, ya que todas las mal usadas tienen riesgo; la sección laminado es una sección restringida y el actor se encontraba allí porque estaba destinado hacer una labor de ayudante en esa sección y no a operar la máquina; se le pidió que participara como ayudante en una actividad para personal no calificado; la empresa tiene permanentemente un experto en prevención de riesgos, se hace capacitación para operar las máquinas y prevenir riesgos y se tienen elementos de seguridad necesarios para la actividad; y los supervisores se encargan de vigilar que se cumplan con las normas, no sabe si el señor Valdés asistió a las charlas de seguridad, pero no sabe si hay constancia escrita de ello; después del accidente se hizo una investigación interna; si la empresa no hubiera promovido el ingreso del actor a la sección lámina, el accidente no se habría producido; la empresa no tenía constituido un comité paritario y higiene y seguridad, y el personal de planta es normalmente menos de veinte personas, pero tienen contratado un prevencionista de riesgos; el absolvente como gerente general tiene su oficina en calle Barros Borgoño de la Comuna de Providencia; se enteró del accidente por teléfono por llamado de don Iván Bravo, gerente de operaciones, y dio las instrucciones, pero no concurrió a la planta industrial, ya que no se encontraba en Santiago y volvió al día siguiente y se preocupó que el señor Valdés fuera atendido en la Mutual; por la información que dio el gerente de operaciones, ese día el demandante cumplía las funciones de pasar la madera en la máquina de prensa, para que otra persona la procese en la máquina; III. Inspección del tribunal, consignada en el acta de fojas ciento sesenta y uno practicada en un lugar distinto de aquél en que funcionaba el taller de la empresa demandada en la fecha del accidente y en el cual no se encontraba la maquinaria con la que se produjo las lesiones. SÉPTIMO: Que por su parte, la empresa demandada ha rendido las siguientes pruebas: I. Documental, que consiste en: a) De fojas veintitrés, que es un croquis de las instalaciones que tenía la demandada en calle Mapocho Nº 6.144, elaborado por ella; b) De fojas veinticuatro y veinticinco, que se dice son fotografías de la máquina en que se produjo el accidente; c) Los acompañados por el cuarto otrosí de fojas cincuenta y uno y que se encuentran en la custodia Nº 317 2002, y son: 1. Un ejemplar de un finiquito fechado el veintinueve de mayo de 2002, encontrándose la firma del trabajador autorizada con fecha treinta de mayo del mismo año, por un notario de Valparaíso. 2. Una copia de una investigación del accidente efectuada por la Mutual de Seguridad, que fue calificada por ésta como accidente del trabajo; en él se consigna que el trabajador accidentado se encontraba desarrollando labores de ayudante de la máquina Finger (sierra cepilladora), y procedió a limpiar los rieles de la máquina estando aún en movimiento. 3. Fotocopia autorizada de instrucciones relativas a las técnicas de operación de las maquinarias de la empresa, de diciembre de 2001; instructivo de igual

682

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

683

fecha sobre seguridad y prevención de riesgos en la planta suscrita por los supervisores, encargados, maquinista gruero de la firma, e instructivo sobre operación de máquinas, también de diciembre de 2001; ninguno de estos instructivos aparece suscrito por el actor ni hay constancia de que fueron puestos en su conocimiento. 4. Dos declaraciones juradas ante notario de dos personas que declaran como testigos de la demandada a fojas ciento veinte y ciento treinta y nueve, respectivamente. 5. Copias de quince contratos de trabajo celebrados por la empresa con trabajadores que son operarios de máquinas y 6. Copia de la liquidación de remuneraciones del actor del mes de mayo de 2002; d) Los de fojas noventa y dos, noventa y tres y noventa y cuatro, presentados como documental adicional en el comparendo de fojas ciento dos y que se refieren a que el actor recibió la suma de $ 2.069.130 como indemnización por la pérdida de la capacidad de ganancia del actor, pagada por la Mutual de Seguridad; II. Confesional, citado el demandante a absolver posiciones del pliego de fojas cien, en la diligencia de fojas ciento once reconoce que se desempeñaba como jornalero en la empresa Ingelam, que los ayudantes y jornaleros tenían acceso solamente a los equipos manuales; que intentó limpiar la máquina Finger con los cuchillos fresadoras en movimiento; que don Jorge Acuña le ordenó trabajar en dicha máquina y le dijo que trabajara solo porque el operador Carlos Pedreros estaba enfermo; reconoce las fotografías de fojas veinticuatro y veinticinco como las de la máquina Finger, pero la rejilla de protección no estaba y tampoco la tapa protectora que se ve al frente; que sabía operar la máquina, pero no sabía con qué implementos tenía que hacer la limpieza; dice que limpió la máquina con una varilla para botar el aserrín, pero que no utilizó ningún elemento ajeno a la máquina; al terminar la limpieza, se lavó las manos con huaipe y la máquina agarró este material, y estaba separado como a dos metros; III. Testimonial, que se compone de los dichos de los testigos Jorge Alejandro Acuña Valdebenito, Iván Mario Bravo Valenzuela y Mario Orlando Rivera Vargas, que deponen a fojas ciento veinte, ciento treinta y dos y ciento treinta y nueve respectivamente; el testigo señor Acuña dice que el actor fue contratado para labores de jornal, que son labores manuales menores y de ayuda a los maestros, sobre todo a los maquinistas, no tenía acceso a las máquinas y tenía prohibición de operarlas; la ayuda a los maquinistas era en el transporte de materiales, nunca lo vio operando máquinas y siempre cumplía las órdenes que recibía; el testigo era su supervisor directo y llevaba como un año trabajando y no tenía amonestaciones; cuando los materiales estaban terminados, como las vigas, se acopiaban y transportaban desde el serrucho donde se cortaban a la máquina que las finguereaba a unos tres metros o las láminas para ser cepilladas que se transportaban sobre unos piolines de unos diez o veinte metros; la labor de ayudar al maquinista no comprendía la limpieza de la máquina, la que correspondía a su operador; como supervisor debía cumplir tal labor en toda la empresa, incluido el operador de la máquina Finger; la limpieza de ésta se hacía por el operador mediante aire comprimido y son aceitadas con aceiteras diseñadas para ellas; al actor no se le sorprendió sin sus elementos de seguridad, por lo que no fue amonestado; su fiscalización comprendía recorrer las distintas áreas de la empresa y constatar que todas las personas estaban desarrollando sus labores y que usaran los elementos de seguridad; el día del accidente el actor usó esos elementos; el actor trabajaba en el área de terminaciones, pero el día del accidente usó esos elementos; el actor trabajaba en el área de terminaciones, pero el día del accidente fue asignado al área de laminado donde se encontraba la máquina Finger, en la tarde, alrededor de las doce horas porque faltaba una persona; el accidente ocurrió como a las quince horas y el testigo se encontraba en otra sección; le avisaron que el actor se había accidentado; el actor Rivera, ayudante le dijo que el actor se había puesto a limpiar la máquina cuando estaba funcionando, se había envuelto un huaipe en la mano y había procedido a limpiarla; esta máquina era operada por un maquinista que en ese momento había ido al baño, don Antonio Muñoz, quien le dijo que no dio ningún tipo de instrucción al actor, y el accidentado le había dicho que la había limpiado porque la máquina estaba sucia; con anterioridad nunca la había limpiado; aparte de Muñoz no había nadie que diera algún tipo de instrucción al accidentado; cuatro personas trabajaban en la sección laminado, incluido el actor; las otras eran Mario Rivera y Jorge Silva, ambos jornales y tampoco se encontraban allí; el actor tenía puestos el casco y los zapatos de seguridad, pero no sus guantes, e ignora dónde estaban en ese momento; reconoce su declaración jurada ante notario; el actor estaba capacitado para sacar las láminas de la prensadora y acopiarlas, pero no para operar la máquina; antes del accidente como a las doce treinta horas lo ha-

fecha sobre seguridad y prevención de riesgos en la planta suscrita por los supervisores, encargados, maquinista gruero de la firma, e instructivo sobre operación de máquinas, también de diciembre de 2001; ninguno de estos instructivos aparece suscrito por el actor ni hay constancia de que fueron puestos en su conocimiento. 4. Dos declaraciones juradas ante notario de dos personas que declaran como testigos de la demandada a fojas ciento veinte y ciento treinta y nueve, respectivamente. 5. Copias de quince contratos de trabajo celebrados por la empresa con trabajadores que son operarios de máquinas y 6. Copia de la liquidación de remuneraciones del actor del mes de mayo de 2002; d) Los de fojas noventa y dos, noventa y tres y noventa y cuatro, presentados como documental adicional en el comparendo de fojas ciento dos y que se refieren a que el actor recibió la suma de $ 2.069.130 como indemnización por la pérdida de la capacidad de ganancia del actor, pagada por la Mutual de Seguridad; II. Confesional, citado el demandante a absolver posiciones del pliego de fojas cien, en la diligencia de fojas ciento once reconoce que se desempeñaba como jornalero en la empresa Ingelam, que los ayudantes y jornaleros tenían acceso solamente a los equipos manuales; que intentó limpiar la máquina Finger con los cuchillos fresadoras en movimiento; que don Jorge Acuña le ordenó trabajar en dicha máquina y le dijo que trabajara solo porque el operador Carlos Pedreros estaba enfermo; reconoce las fotografías de fojas veinticuatro y veinticinco como las de la máquina Finger, pero la rejilla de protección no estaba y tampoco la tapa protectora que se ve al frente; que sabía operar la máquina, pero no sabía con qué implementos tenía que hacer la limpieza; dice que limpió la máquina con una varilla para botar el aserrín, pero que no utilizó ningún elemento ajeno a la máquina; al terminar la limpieza, se lavó las manos con huaipe y la máquina agarró este material, y estaba separado como a dos metros; III. Testimonial, que se compone de los dichos de los testigos Jorge Alejandro Acuña Valdebenito, Iván Mario Bravo Valenzuela y Mario Orlando Rivera Vargas, que deponen a fojas ciento veinte, ciento treinta y dos y ciento treinta y nueve respectivamente; el testigo señor Acuña dice que el actor fue contratado para labores de jornal, que son labores manuales menores y de ayuda a los maestros, sobre todo a los maquinistas, no tenía acceso a las máquinas y tenía prohibición de operarlas; la ayuda a los maquinistas era en el transporte de materiales, nunca lo vio operando máquinas y siempre cumplía las órdenes que recibía; el testigo era su supervisor directo y llevaba como un año trabajando y no tenía amonestaciones; cuando los materiales estaban terminados, como las vigas, se acopiaban y transportaban desde el serrucho donde se cortaban a la máquina que las finguereaba a unos tres metros o las láminas para ser cepilladas que se transportaban sobre unos piolines de unos diez o veinte metros; la labor de ayudar al maquinista no comprendía la limpieza de la máquina, la que correspondía a su operador; como supervisor debía cumplir tal labor en toda la empresa, incluido el operador de la máquina Finger; la limpieza de ésta se hacía por el operador mediante aire comprimido y son aceitadas con aceiteras diseñadas para ellas; al actor no se le sorprendió sin sus elementos de seguridad, por lo que no fue amonestado; su fiscalización comprendía recorrer las distintas áreas de la empresa y constatar que todas las personas estaban desarrollando sus labores y que usaran los elementos de seguridad; el día del accidente el actor usó esos elementos; el actor trabajaba en el área de terminaciones, pero el día del accidente usó esos elementos; el actor trabajaba en el área de terminaciones, pero el día del accidente fue asignado al área de laminado donde se encontraba la máquina Finger, en la tarde, alrededor de las doce horas porque faltaba una persona; el accidente ocurrió como a las quince horas y el testigo se encontraba en otra sección; le avisaron que el actor se había accidentado; el actor Rivera, ayudante le dijo que el actor se había puesto a limpiar la máquina cuando estaba funcionando, se había envuelto un huaipe en la mano y había procedido a limpiarla; esta máquina era operada por un maquinista que en ese momento había ido al baño, don Antonio Muñoz, quien le dijo que no dio ningún tipo de instrucción al actor, y el accidentado le había dicho que la había limpiado porque la máquina estaba sucia; con anterioridad nunca la había limpiado; aparte de Muñoz no había nadie que diera algún tipo de instrucción al accidentado; cuatro personas trabajaban en la sección laminado, incluido el actor; las otras eran Mario Rivera y Jorge Silva, ambos jornales y tampoco se encontraban allí; el actor tenía puestos el casco y los zapatos de seguridad, pero no sus guantes, e ignora dónde estaban en ese momento; reconoce su declaración jurada ante notario; el actor estaba capacitado para sacar las láminas de la prensadora y acopiarlas, pero no para operar la máquina; antes del accidente como a las doce treinta horas lo haACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

683

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

bía visto con los guantes; había instructivos en que se explicaba a los maquinistas el tipo de precauciones que debían tomar, y que tenían que cerciorarse que la máquina estuviera con todos sus implementos de seguridad; todos los jornales sabían que no tenían que meterse en las máquinas porque no estaban autorizados; había un experto en prevención de riesgos que fiscalizaba que las máquinas tuvieran puestas su protecciones; iba cuando se le citaba o cuando correspondía reunión del comité paritario (sin embargo el representante legal de la empresa confesó que tal comité no existía); respecto de la máquina Finger sólo vio que tuviera sus protecciones puestas; no sabe si el actor asistió a charlas de seguridad; la máquina contaba con las protecciones sugeridas por el experto y eran para protegerse de los elementos de corte; en ese momento había dos de esas máquinas en la sección laminados, y dos prensadoras y dos serruchos despuntadores; el maquinista le dijo que había apagada la máquina al momento de ausentarse; es automática con encendido y apagado inmediato; el huaipe no se usa para la limpieza del artefacto, sino para el teñido de vigas en la sección terminaciones; se limpia con aire comprimido al término de la jornada, y nunca se ha hecho con huaipe y en dicha sección no es usado para nada; solamente por el dicho de Mario Rivera ha sabido que el demandante estaba limpiando la máquina al momento del accidente y el accidentado se lo habría dicho a Rivera; las personas que tienen acceso a la sección laminados deben portar casco, guantes y tapones de oídos; el encendido se encuentra en la misma máquina y es de fácil acceso; en la máquina y en la sección hay indicaciones sobre su peligrosidad; no se registra la asistencia a las charlas de seguridad, y son siempre en el horario de trabajo; el maquinista Muñoz no le comunicó que iría al baño, ya que no tenía obligación de hacerlo; el testigo autorizó en forma verbal y como a las doce horas el traslado del trabajador de una sección a otra, el día del accidente; el actor había ido anteriormente varias veces a esa sección y nunca había limpiado la máquina, para lo cual hay que estar capacitado; respecto de los fingeristas no se hizo curso, el accidente ocurrió porque el actor no estaba autorizado para limpiar la máquina y ello se hace una vez detenidos los motores; en la sección trabajan once personas y al momento del accidente había siete que enumera; cuando se contrata a una persona para operar máquinas, tiene que tener un mínimo de experiencia, y el actor no la tenía por lo que se le asignó labores de jornal. El testigo señor Bravo dice que el actor fue contratado como jornal para tareas menores que no requieren capacitación especifica como acarreo de elementos en forma mecánica o manual, lijado usando lijadoras portátiles y brochas o impermeabilizadores o rodillos, y estaba asignado al área de terminaciones; nunca tuvo reclamos por su trabajo, por lo que asume que lo hacía bien y se trata de trabajos fáciles de realizar, no es lo mismo respecto de los maquinistas; cuando se contrata a una persona, las instrucciones se las da el testigo, y en el caso de un jornal, se las da su supervisor que para el actor era Jorge Acuña; le dan una noción general del trabajo que va a realizar y los sistemas de seguridad; bajo ninguna condición debía limpiar equipos, ya que hay un encargado de mantenimiento que debe realizar la limpieza de las máquinas en forma completa; lo que se hace diariamente es que el maquinista una vez terminada la labor y con máquina detenida aplica aire comprimido para sacar el aserrín o viruta que pueda quedar; es labor exclusiva del maquinista, ya que la madera contiene un ácido que es oxidante; el testigo da las instrucciones preliminares a los trabajadores cuando se les contrata, luego el supervisor tiene la obligación y responsabilidad de dar instrucciones claras y precisas que están en los instructivos de la empresa, y en tercer lugar el experto en prevención de riesgos, señor Carlos Achú, tiene la responsabilidad que se cumplan las instrucciones, nunca fue informado que al actor se le asignaran otras funciones distintas de las que había sido contratado; el testigo por lo menos da una vuelta al día para verificar que las cosas se están haciendo bien y siempre vio al actor en el área de terminaciones realizando funciones para las que había sido contratado; el lugar específico en que trabajaba el actor era sección terminaciones, que estaba conectada con las otras dos, de prensa y laminado; los trabajadores de cualquier sección no deben pasar a las otras, pero pueden hacerlo; no siempre que falta un maquinista es informado, pero habitualmente lo hacen; cada maquinista tiene un ayudante también calificado y luego están los jornales que no pueden reemplazar a los maquinistas porque no están capacitados; un supervisor puede designar otro ayudante de otra máquina en caso que falte el maquinista y su ayudante, pero no puede designar a una persona no calificada; el experto daba charlas y una vez al mes hay reuniones del comité paritario y se tratan las cosas relativas a la higiene, seguridad y prevención de riesgos; ahora la Mutual

684

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

bía visto con los guantes; había instructivos en que se explicaba a los maquinistas el tipo de precauciones que debían tomar, y que tenían que cerciorarse que la máquina estuviera con todos sus implementos de seguridad; todos los jornales sabían que no tenían que meterse en las máquinas porque no estaban autorizados; había un experto en prevención de riesgos que fiscalizaba que las máquinas tuvieran puestas su protecciones; iba cuando se le citaba o cuando correspondía reunión del comité paritario (sin embargo el representante legal de la empresa confesó que tal comité no existía); respecto de la máquina Finger sólo vio que tuviera sus protecciones puestas; no sabe si el actor asistió a charlas de seguridad; la máquina contaba con las protecciones sugeridas por el experto y eran para protegerse de los elementos de corte; en ese momento había dos de esas máquinas en la sección laminados, y dos prensadoras y dos serruchos despuntadores; el maquinista le dijo que había apagada la máquina al momento de ausentarse; es automática con encendido y apagado inmediato; el huaipe no se usa para la limpieza del artefacto, sino para el teñido de vigas en la sección terminaciones; se limpia con aire comprimido al término de la jornada, y nunca se ha hecho con huaipe y en dicha sección no es usado para nada; solamente por el dicho de Mario Rivera ha sabido que el demandante estaba limpiando la máquina al momento del accidente y el accidentado se lo habría dicho a Rivera; las personas que tienen acceso a la sección laminados deben portar casco, guantes y tapones de oídos; el encendido se encuentra en la misma máquina y es de fácil acceso; en la máquina y en la sección hay indicaciones sobre su peligrosidad; no se registra la asistencia a las charlas de seguridad, y son siempre en el horario de trabajo; el maquinista Muñoz no le comunicó que iría al baño, ya que no tenía obligación de hacerlo; el testigo autorizó en forma verbal y como a las doce horas el traslado del trabajador de una sección a otra, el día del accidente; el actor había ido anteriormente varias veces a esa sección y nunca había limpiado la máquina, para lo cual hay que estar capacitado; respecto de los fingeristas no se hizo curso, el accidente ocurrió porque el actor no estaba autorizado para limpiar la máquina y ello se hace una vez detenidos los motores; en la sección trabajan once personas y al momento del accidente había siete que enumera; cuando se contrata a una persona para operar máquinas, tiene que tener un mínimo de experiencia, y el actor no la tenía por lo que se le asignó labores de jornal. El testigo señor Bravo dice que el actor fue contratado como jornal para tareas menores que no requieren capacitación especifica como acarreo de elementos en forma mecánica o manual, lijado usando lijadoras portátiles y brochas o impermeabilizadores o rodillos, y estaba asignado al área de terminaciones; nunca tuvo reclamos por su trabajo, por lo que asume que lo hacía bien y se trata de trabajos fáciles de realizar, no es lo mismo respecto de los maquinistas; cuando se contrata a una persona, las instrucciones se las da el testigo, y en el caso de un jornal, se las da su supervisor que para el actor era Jorge Acuña; le dan una noción general del trabajo que va a realizar y los sistemas de seguridad; bajo ninguna condición debía limpiar equipos, ya que hay un encargado de mantenimiento que debe realizar la limpieza de las máquinas en forma completa; lo que se hace diariamente es que el maquinista una vez terminada la labor y con máquina detenida aplica aire comprimido para sacar el aserrín o viruta que pueda quedar; es labor exclusiva del maquinista, ya que la madera contiene un ácido que es oxidante; el testigo da las instrucciones preliminares a los trabajadores cuando se les contrata, luego el supervisor tiene la obligación y responsabilidad de dar instrucciones claras y precisas que están en los instructivos de la empresa, y en tercer lugar el experto en prevención de riesgos, señor Carlos Achú, tiene la responsabilidad que se cumplan las instrucciones, nunca fue informado que al actor se le asignaran otras funciones distintas de las que había sido contratado; el testigo por lo menos da una vuelta al día para verificar que las cosas se están haciendo bien y siempre vio al actor en el área de terminaciones realizando funciones para las que había sido contratado; el lugar específico en que trabajaba el actor era sección terminaciones, que estaba conectada con las otras dos, de prensa y laminado; los trabajadores de cualquier sección no deben pasar a las otras, pero pueden hacerlo; no siempre que falta un maquinista es informado, pero habitualmente lo hacen; cada maquinista tiene un ayudante también calificado y luego están los jornales que no pueden reemplazar a los maquinistas porque no están capacitados; un supervisor puede designar otro ayudante de otra máquina en caso que falte el maquinista y su ayudante, pero no puede designar a una persona no calificada; el experto daba charlas y una vez al mes hay reuniones del comité paritario y se tratan las cosas relativas a la higiene, seguridad y prevención de riesgos; ahora la Mutual

684

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

685

está dando charlas, las que son obligatorias para todos los trabajadores, incluso los jornales; en la empresa trabajan aproximadamente veinticinco personas en producción, siete en laminado y unas ocho o nueve en terminaciones y el resto en prensa o cepillado. El testigo señor Rivera expone que no estaba presente cuando el actor sufrió el accidente: por comentarios del señor Antonio Muñoz supo que había tomado huaipe y se había puesto a limpiar la máquina Finger ubicada al lado del serrucho, entrando a mano derecha de la sección laminado, el actor no trabajaba en esa sección, pero lo habían mandado a ayudar al testigo en el trabajo de hacer láminas en la prensa; ignora si alguien le ordenó limpiar la máquina; con anterioridad nunca se había mandado a un jornal a limpiar las máquinas, ya que ello es labor del maquinista; no vio al actor después de ocurrido el accidente, en la mañana comenzaron a trabajar tres personas, Silva, José Muñoz y el declarante; el testigo con Silva se pusieron a trabajar en las láminas y Muñoz despuntaba y hacía “finger”; tenían tanto material que alcanzaron al fingerista y terminaron todo el trabajo y Muñoz tuvo que apurarse más; en vista que no había material, le dijo a Silva que iba al baño, y justo venía el actor de terminaciones hacia ellos con el objeto de ayudarlos; Silva fue adentro de la sección a otra máquina y el actor quedó con Muñoz y pasarían unos cinco minutos y se escuchó al demandante y a Muñoz que el primero se había accidentado; cuando salió del baño a Valdés se lo habían llevado a la Mutual; Muñoz estaba choqueado y le dijo que el accidentado había limpiado la máquina con huaipe y que el problema iba a ser para él (Muñoz) porque era responsable de la producción; nada dijo sobre si había ordenado al actor limpiar la máquina o no; Muñoz era el encargado de limpiar la máquina ese día; cuando fue al baño no había nadie en esa máquina, Muñoz estaba despuntando y Silva había ido a otra máquina Finger, y el actor venía caminando desde terminaciones; no es normal que una máquina Finger esté sin ningún trabajador; lo que pasó es que Muñoz estaba haciendo dos trabajos, esto es despuntando y fingereando; Muñoz es maquinista y en ese momento no tenía ayudante; el equipo estaba completo hasta el sábado anterior; Silva como ayudante de prensa, Juan Carlos como fingerista, José Muñoz como serruchero y Mario Rivera a cargo de la prensa; el día lunes en que aconteció el accidente faltó el fingerista desde la mañana y siguieron trabajando los tres; el actor debía trasladar la madera y echarle adhesivo; la máquina tenía una rejilla que protegía la fresa, y el actor tenía casco, mascarilla, guantes y zapatos de seguridad; la empresa contaba con un experto en prevención de riesgos, no recuerda su nombre, el que dio una charla una sola vez sobre los sistemas de las máquinas de la empresa, y fue antes del accidente, en diciembre de 2001, y el actor fue a dicha charla; la Mutual también venía a dar charlas sobre seguridad, una antes del accidente en noviembre de 2001, sobre el cuidado de las máquinas y después del accidente llevan como seis charlas, con asistencia obligatoria y registro de asistencia firmando un libro que llevaba el encargado del comité paritario, estima que la máquina le amputó al actor sólo un dedo y no la mano, porque seguramente el huaipe con el que estaba limpiando se enrolló en la mano; reconoce su declaración jurada ante notario, ignora quién autorizó al actor para ayudarlo; el accidente ocurrió entre trece quince y quince horas, no recuerda la hora exacta, en ese momento estaban en la sección Muñoz y Valdés, Silva se había ido a la otra máquina Finger; cuando Pedreros faltaba había que buscar a un fingerista, en este caso fue Muñoz y cuando éste estaba en la serruchadora despuntando, nadie quedaba en la máquina Finger; existe en la sección un letrero que indica que solamente el maquinista puede operar las máquinas Finger y hay varios otros letreros que han estado desde siempre; en cada máquina existe un botón de emergencia para detenerla en caso que algo ocurra; hay un encargado de acceso a la sección, don Camilo Cornejo, pero el día del accidente se encontraba almorzando, y en su ausencia estaba el señor Muñoz, para trabajar en la sección se requiere estar autorizado por las personas que señala, pero para pasar por ella no se requiere autorización; al momento en que se retiró al baño estaban funcionando la máquina Finger y el serrucho; la prensa la apagó el testigo; la máquina se debe apagar cada vez que el maquinista no esté o se ausente; cuando estaba en el baño escuchó que Muñoz fue a informarle a Acuña, este último no le preguntó sobre el accidente ni tampoco el testigo se lo informó; para ausentarse se avisa al encargado, en este caso a Muñoz, lo que hizo verbalmente; la operación de la máquina se hace poniendo la madera cortada de unos sesenta a ochenta centímetros en la tornamesa, se apoya y aprieta con una palanca, se aprieta el botón, comienza a girar la tornamesa y pasa por el serrucho, por la fresa que hace los finger y va hacia el tope, se suelta la palanca y hay que retirar la madera en forma rápida

está dando charlas, las que son obligatorias para todos los trabajadores, incluso los jornales; en la empresa trabajan aproximadamente veinticinco personas en producción, siete en laminado y unas ocho o nueve en terminaciones y el resto en prensa o cepillado. El testigo señor Rivera expone que no estaba presente cuando el actor sufrió el accidente: por comentarios del señor Antonio Muñoz supo que había tomado huaipe y se había puesto a limpiar la máquina Finger ubicada al lado del serrucho, entrando a mano derecha de la sección laminado, el actor no trabajaba en esa sección, pero lo habían mandado a ayudar al testigo en el trabajo de hacer láminas en la prensa; ignora si alguien le ordenó limpiar la máquina; con anterioridad nunca se había mandado a un jornal a limpiar las máquinas, ya que ello es labor del maquinista; no vio al actor después de ocurrido el accidente, en la mañana comenzaron a trabajar tres personas, Silva, José Muñoz y el declarante; el testigo con Silva se pusieron a trabajar en las láminas y Muñoz despuntaba y hacía “finger”; tenían tanto material que alcanzaron al fingerista y terminaron todo el trabajo y Muñoz tuvo que apurarse más; en vista que no había material, le dijo a Silva que iba al baño, y justo venía el actor de terminaciones hacia ellos con el objeto de ayudarlos; Silva fue adentro de la sección a otra máquina y el actor quedó con Muñoz y pasarían unos cinco minutos y se escuchó al demandante y a Muñoz que el primero se había accidentado; cuando salió del baño a Valdés se lo habían llevado a la Mutual; Muñoz estaba choqueado y le dijo que el accidentado había limpiado la máquina con huaipe y que el problema iba a ser para él (Muñoz) porque era responsable de la producción; nada dijo sobre si había ordenado al actor limpiar la máquina o no; Muñoz era el encargado de limpiar la máquina ese día; cuando fue al baño no había nadie en esa máquina, Muñoz estaba despuntando y Silva había ido a otra máquina Finger, y el actor venía caminando desde terminaciones; no es normal que una máquina Finger esté sin ningún trabajador; lo que pasó es que Muñoz estaba haciendo dos trabajos, esto es despuntando y fingereando; Muñoz es maquinista y en ese momento no tenía ayudante; el equipo estaba completo hasta el sábado anterior; Silva como ayudante de prensa, Juan Carlos como fingerista, José Muñoz como serruchero y Mario Rivera a cargo de la prensa; el día lunes en que aconteció el accidente faltó el fingerista desde la mañana y siguieron trabajando los tres; el actor debía trasladar la madera y echarle adhesivo; la máquina tenía una rejilla que protegía la fresa, y el actor tenía casco, mascarilla, guantes y zapatos de seguridad; la empresa contaba con un experto en prevención de riesgos, no recuerda su nombre, el que dio una charla una sola vez sobre los sistemas de las máquinas de la empresa, y fue antes del accidente, en diciembre de 2001, y el actor fue a dicha charla; la Mutual también venía a dar charlas sobre seguridad, una antes del accidente en noviembre de 2001, sobre el cuidado de las máquinas y después del accidente llevan como seis charlas, con asistencia obligatoria y registro de asistencia firmando un libro que llevaba el encargado del comité paritario, estima que la máquina le amputó al actor sólo un dedo y no la mano, porque seguramente el huaipe con el que estaba limpiando se enrolló en la mano; reconoce su declaración jurada ante notario, ignora quién autorizó al actor para ayudarlo; el accidente ocurrió entre trece quince y quince horas, no recuerda la hora exacta, en ese momento estaban en la sección Muñoz y Valdés, Silva se había ido a la otra máquina Finger; cuando Pedreros faltaba había que buscar a un fingerista, en este caso fue Muñoz y cuando éste estaba en la serruchadora despuntando, nadie quedaba en la máquina Finger; existe en la sección un letrero que indica que solamente el maquinista puede operar las máquinas Finger y hay varios otros letreros que han estado desde siempre; en cada máquina existe un botón de emergencia para detenerla en caso que algo ocurra; hay un encargado de acceso a la sección, don Camilo Cornejo, pero el día del accidente se encontraba almorzando, y en su ausencia estaba el señor Muñoz, para trabajar en la sección se requiere estar autorizado por las personas que señala, pero para pasar por ella no se requiere autorización; al momento en que se retiró al baño estaban funcionando la máquina Finger y el serrucho; la prensa la apagó el testigo; la máquina se debe apagar cada vez que el maquinista no esté o se ausente; cuando estaba en el baño escuchó que Muñoz fue a informarle a Acuña, este último no le preguntó sobre el accidente ni tampoco el testigo se lo informó; para ausentarse se avisa al encargado, en este caso a Muñoz, lo que hizo verbalmente; la operación de la máquina se hace poniendo la madera cortada de unos sesenta a ochenta centímetros en la tornamesa, se apoya y aprieta con una palanca, se aprieta el botón, comienza a girar la tornamesa y pasa por el serrucho, por la fresa que hace los finger y va hacia el tope, se suelta la palanca y hay que retirar la madera en forma rápida ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

685

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

hacia atrás; se devuelve, se da vuelta la madera y hay que hacer lo mismo; se requiere una sola persona para trabajar la máquina; se requiere ayudante cuando está muy apurado para ordenar la madera, pero no para operar la máquina, la que se limpia con aire comprimido. OCTAVO: Que apreciando los antecedentes probatorios allegados por las partes de acuerdo con las reglas de la sana crítica, la sentenciadora adquiere la convicción de la efectividad de los siguientes hechos: A) Que el dieciocho de febrero del año 2002, como a las doce horas, el demandante fue enviado a trabajar en la sección de laminado porque allí faltaba una persona, para ayudar al operador de una máquina Finger, el testigo señor Mario Rivera; ello se acredita con el dicho de éste y del testigo señor Jorge Acuña, quien dice que en forma verbal le ordenó al actor ir trabajar a la sección laminados donde había trabajado varias veces con anterioridad; ello desvirtúa la declaración de la empresa demandada de que el demandante “sin conocimiento de ninguna persona se introdujo a la zona de producción industrial, no debiendo jamás estar allí”; B) Con relación a las circunstancias mismas en las que se produjo el accidente solamente existen los dichos de los testigos antes mencionados, pero ninguno de ellos presenció el hecho, sino que se limitan a decir que otro trabajador, Antonio Muñoz, les dijo que el accidentado se había puesto a limpiar la máquina cuando estaba funcionando, se había envuelto un huaipe en la mano y que el artefacto se la había atrapado; esta última persona no ha declarado y no fue tampoco presentada como testigo por la demandada en su lista de fojas cincuenta; por su parte, el demandante en la diligencia de fojas ciento once, dice que no sabía con qué implementos debía limpiar la máquina, pero que la limpió con una varilla para botar el aserrín, y no usó ningún elemento ajeno a la máquina; y al terminar de hacer la limpieza, se lavó las manos con huaipe y la máquina le “agarró” el huaipe, a pesar de estar separados como dos metros; además el testigo Rivera, operador de la máquina señala que cuando se retiró al baño, en los momentos que llegaba el actor, se encontraban funcionando la máquina Finger y el serrucho, y solamente apagó la prensa; de estos antecedentes, el tribunal colige que efectivamente el actor limpió la máquina estando ésta en movimiento, pero no es posible establecer si lo hizo por propia iniciativa o cumpliendo una instrucción, y que no se encontraba suficientemente informado de los medios ni capacitado para ejercer tal labor; C) Que como consecuencia de este infortunado hecho, el actor sufrió la amputación traumática del dedo anular derecho, la fractura del dedo medio y con secuelas limitación de la movilidad del dedo medio, y dolores residuales, y también, de acuerdo con los informes psiquiátricos contenidos en los antecedentes clínicos guardados en la custodia Nº 304 2003, un trastorno adaptativo con ánimo ansioso, por duelo por amputación, que determinaron un tratamiento de esa especialidad hasta abril de 2002, además se le provocó una incapacidad laboral definitiva del veinticinco por ciento, la que fue indemnizada por la entidad aseguradora de acuerdo con los documentos que rolan de fojas noventa y dos, noventa y tres y noventa y cuatro, en lo que se refiere a los perjuicios patrimoniales y D) Que no obstante esta incapacidad parcial, se desempeña como “movilizador portuario”, como se individualiza en la demanda. NOVENO: Que los hechos relacionados en el fundamento que antecede constituyen claramente un accidente laboral al concurrir todos los requisitos del artículo 5 de la ley Nº 16.744, y no concurre ninguna de las excepciones señaladas en su inciso final, ya que el hecho no ha tenido su origen en una fuerza mayor extraña que no tenga relación alguna con el trabajo, ni ha sido provocado intencionalmente por la víctima, también ha sido calificado como tal administrativamente por la Mutual de Seguridad de la Cámara Chilena de la Construcción como aparece de los antecedentes de la custodia Nº 304 2003 y por la Superintendencia de Seguridad Social como aparece de fojas sesenta y seis. DÉCIMO: Que habiendo sufrido el actor un accidente del trabajo mientras prestaba sus servicios a la empresa demandada, corresponde examinar si el infortunio laboral aconteció por culpa o dolo de la entidad empleadora, que es el fundamento legal de la responsabilidad que se persigue en estos autos, con arreglo al artículo 69 de la ley 16.744, es decir, si la empleadora cumplió cabalmente con su obligación de tomar todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de sus trabajadores que el artículo 184 del Código del Trabajo le impone, y que pasa a ser parte integrante del contrato de trabajo con arreglo al artículo 1.546 del Código Civil, por pertenecer a él por ministerio legal; esta responsabilidad es, por tanto, de índole contractual y por ello conforme lo dispone el artículo 1.547 del Código Civil ha correspondido a la empresa acreditar su diligencia y cuidado; la responsabilidad del empleador como lo ha sostenido la jurisprudencia de los Tribunales Superiores, en este aspecto se ex-

686

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

hacia atrás; se devuelve, se da vuelta la madera y hay que hacer lo mismo; se requiere una sola persona para trabajar la máquina; se requiere ayudante cuando está muy apurado para ordenar la madera, pero no para operar la máquina, la que se limpia con aire comprimido. OCTAVO: Que apreciando los antecedentes probatorios allegados por las partes de acuerdo con las reglas de la sana crítica, la sentenciadora adquiere la convicción de la efectividad de los siguientes hechos: A) Que el dieciocho de febrero del año 2002, como a las doce horas, el demandante fue enviado a trabajar en la sección de laminado porque allí faltaba una persona, para ayudar al operador de una máquina Finger, el testigo señor Mario Rivera; ello se acredita con el dicho de éste y del testigo señor Jorge Acuña, quien dice que en forma verbal le ordenó al actor ir trabajar a la sección laminados donde había trabajado varias veces con anterioridad; ello desvirtúa la declaración de la empresa demandada de que el demandante “sin conocimiento de ninguna persona se introdujo a la zona de producción industrial, no debiendo jamás estar allí”; B) Con relación a las circunstancias mismas en las que se produjo el accidente solamente existen los dichos de los testigos antes mencionados, pero ninguno de ellos presenció el hecho, sino que se limitan a decir que otro trabajador, Antonio Muñoz, les dijo que el accidentado se había puesto a limpiar la máquina cuando estaba funcionando, se había envuelto un huaipe en la mano y que el artefacto se la había atrapado; esta última persona no ha declarado y no fue tampoco presentada como testigo por la demandada en su lista de fojas cincuenta; por su parte, el demandante en la diligencia de fojas ciento once, dice que no sabía con qué implementos debía limpiar la máquina, pero que la limpió con una varilla para botar el aserrín, y no usó ningún elemento ajeno a la máquina; y al terminar de hacer la limpieza, se lavó las manos con huaipe y la máquina le “agarró” el huaipe, a pesar de estar separados como dos metros; además el testigo Rivera, operador de la máquina señala que cuando se retiró al baño, en los momentos que llegaba el actor, se encontraban funcionando la máquina Finger y el serrucho, y solamente apagó la prensa; de estos antecedentes, el tribunal colige que efectivamente el actor limpió la máquina estando ésta en movimiento, pero no es posible establecer si lo hizo por propia iniciativa o cumpliendo una instrucción, y que no se encontraba suficientemente informado de los medios ni capacitado para ejercer tal labor; C) Que como consecuencia de este infortunado hecho, el actor sufrió la amputación traumática del dedo anular derecho, la fractura del dedo medio y con secuelas limitación de la movilidad del dedo medio, y dolores residuales, y también, de acuerdo con los informes psiquiátricos contenidos en los antecedentes clínicos guardados en la custodia Nº 304 2003, un trastorno adaptativo con ánimo ansioso, por duelo por amputación, que determinaron un tratamiento de esa especialidad hasta abril de 2002, además se le provocó una incapacidad laboral definitiva del veinticinco por ciento, la que fue indemnizada por la entidad aseguradora de acuerdo con los documentos que rolan de fojas noventa y dos, noventa y tres y noventa y cuatro, en lo que se refiere a los perjuicios patrimoniales y D) Que no obstante esta incapacidad parcial, se desempeña como “movilizador portuario”, como se individualiza en la demanda. NOVENO: Que los hechos relacionados en el fundamento que antecede constituyen claramente un accidente laboral al concurrir todos los requisitos del artículo 5 de la ley Nº 16.744, y no concurre ninguna de las excepciones señaladas en su inciso final, ya que el hecho no ha tenido su origen en una fuerza mayor extraña que no tenga relación alguna con el trabajo, ni ha sido provocado intencionalmente por la víctima, también ha sido calificado como tal administrativamente por la Mutual de Seguridad de la Cámara Chilena de la Construcción como aparece de los antecedentes de la custodia Nº 304 2003 y por la Superintendencia de Seguridad Social como aparece de fojas sesenta y seis. DÉCIMO: Que habiendo sufrido el actor un accidente del trabajo mientras prestaba sus servicios a la empresa demandada, corresponde examinar si el infortunio laboral aconteció por culpa o dolo de la entidad empleadora, que es el fundamento legal de la responsabilidad que se persigue en estos autos, con arreglo al artículo 69 de la ley 16.744, es decir, si la empleadora cumplió cabalmente con su obligación de tomar todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de sus trabajadores que el artículo 184 del Código del Trabajo le impone, y que pasa a ser parte integrante del contrato de trabajo con arreglo al artículo 1.546 del Código Civil, por pertenecer a él por ministerio legal; esta responsabilidad es, por tanto, de índole contractual y por ello conforme lo dispone el artículo 1.547 del Código Civil ha correspondido a la empresa acreditar su diligencia y cuidado; la responsabilidad del empleador como lo ha sostenido la jurisprudencia de los Tribunales Superiores, en este aspecto se ex-

686

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

687

tiende hasta la culpa levísima, es decir, el empleador debe desplegar “aquella esmerada diligencia que un hombre juicioso emplea en la administración de sus negocios importantes”; la sentenciadora estima que la demandada no ha logrado acreditar que carezca de culpa o negligencia en el accidente, o sea que ha obrado con la diligencia y cuidados que debía; en efecto, de los antecedentes se desprende que en general la empresa descuidó la capacitación de sus trabajadores en la prevención de los riesgos en la operación de las máquinas, lo que estaba limitado al personal que las operaba y no a la totalidad de los trabajadores que pudieran estar en contacto con ellas; si bien contaban con un experto en tal prevención, lo cierto es que el testigo de la empresa señor Rivera dice que antes del accidente había dado solamente una charla, las que se hicieron más frecuentes después; también cabe acotar que aunque los testigos de la demandada hablan de un comité paritario de higiene y seguridad, lo cierto es que el representante legal de la demandada al dar respuesta a la pregunta que le formuló el tribunal confesó que no tenía constituido el comité paritario; además, el testigo señor Rivera reconoció que cuando se retiró para ir al baño dejó funcionando la máquina Finger y el serrucho y solamente apagó la prensa, descuido que determinó que aconteciera el accidente; en este punto existe una clara negligencia de parte de la empresa para hacer cumplir sus propias medidas de seguridad, las que no bastan por el hecho de adoptarse y comunicarlas a los trabajadores, sino que tienen que ser supervigiladas en su acatamiento. UNDÉCIMO: Que, de lo recién expuesto, se desprende que la empresa demandada no desplegó la debida diligencia y cuidado en su obligación de adoptar todas las medidas necesarias para asegurar eficazmente la integridad física del demandante en el desempeño de las labores que se le asignaron, y por ende resulta responsable del infortunio laboral sufrido por el actor en los términos del artículo 69 letra b) de la ley 16.744. DUODÉCIMO: Que la empleadora ha alegado que se encuentra liberada de toda obligación respecto del demandante en virtud del finiquito convenido el veintinueve de mayo de 2002 que el actor suscribió y ratificó ante un Notario Público el treinta de mayo del mismo año, en la cláusula tercera de dicho instrumento se deja constancia que el trabajador recibió en forma correcta y oportuna todas las remuneraciones convenidas, horas extraordinarias cuando las trabajó, reajustes legales, gratificaciones o participaciones, y que “nada se le adeuda por los conceptos antes indicados, ni por ningún otro concepto, sea de origen legal o contractual derivado de la prestación de servicios”, y en razón de ello, “no teniendo reclamo alguno que formular en contra de Ingeniería en Laminación de Maderas Limitada, le otorga el más amplio, completo y total finiquito”; estima la sentenciadora que tal documento constituye una transacción por cuanto mediante él las partes precaven un juicio eventual respecto de un objeto específico y como tal el sentido de la renuncia general de todo derecho deberá entenderse solamente respecto de los derechos, acciones y pretensiones relativas al objeto u objetos sobre que se transige, como lo dispone el artículo 2.462 del Código Civil; del texto del documento aparece que los objetos específicos sobre los que se transige son los enumerados, y que son distintas formas de remuneraciones, y otros derechos “de origen legal o contractual derivados de la prestación de sus servicios”; la indemnización emanada de un accidente del trabajo no es una contraprestación que tenga su origen en la prestación de servicios, ya que éste es el sentido que corresponde dar al ámbito de aplicación del finiquito; su efecto liberatorio resulta circunscrito a los derechos legales y contractuales del trabajador su origen en la prestación de los servicios, y sean por tanto sus contraprestaciones; no resulta posible extender los efectos del finiquito a derechos que no son contraprestaciones de los servicios contratados, atendida la norma legal recién referida y considerando también que siendo el finiquito o transacción un contrato, debe ser interpretada como tal y las cláusulas ambiguas que hayan sido extendidas o dictadas por una de las partes, deben ser interpretadas contra ella, ya que la ambiguedad proviene de falta de una explicación que ha debido darse por la empleadora, así lo dispone el artículo 1.566 del Código Civil; si la demandada pretendía extender los efectos liberatorios del finiquito a su responsabilidad derivada del accidente del trabajo que sufrió el trabajador, debió consignar específicamente que también se comprendía en el finiquito, dicha obligación. DECIMOTERCERO: Que por lo tanto, la empresa demandada es responsable del daño moral o extrapatrimonial sufrido por el actor, el que se desprende de la naturaleza y secuelas del accidente que han producido la pérdida de un miembro de su anatomía que limita su capacidad de ganancia en un

tiende hasta la culpa levísima, es decir, el empleador debe desplegar “aquella esmerada diligencia que un hombre juicioso emplea en la administración de sus negocios importantes”; la sentenciadora estima que la demandada no ha logrado acreditar que carezca de culpa o negligencia en el accidente, o sea que ha obrado con la diligencia y cuidados que debía; en efecto, de los antecedentes se desprende que en general la empresa descuidó la capacitación de sus trabajadores en la prevención de los riesgos en la operación de las máquinas, lo que estaba limitado al personal que las operaba y no a la totalidad de los trabajadores que pudieran estar en contacto con ellas; si bien contaban con un experto en tal prevención, lo cierto es que el testigo de la empresa señor Rivera dice que antes del accidente había dado solamente una charla, las que se hicieron más frecuentes después; también cabe acotar que aunque los testigos de la demandada hablan de un comité paritario de higiene y seguridad, lo cierto es que el representante legal de la demandada al dar respuesta a la pregunta que le formuló el tribunal confesó que no tenía constituido el comité paritario; además, el testigo señor Rivera reconoció que cuando se retiró para ir al baño dejó funcionando la máquina Finger y el serrucho y solamente apagó la prensa, descuido que determinó que aconteciera el accidente; en este punto existe una clara negligencia de parte de la empresa para hacer cumplir sus propias medidas de seguridad, las que no bastan por el hecho de adoptarse y comunicarlas a los trabajadores, sino que tienen que ser supervigiladas en su acatamiento. UNDÉCIMO: Que, de lo recién expuesto, se desprende que la empresa demandada no desplegó la debida diligencia y cuidado en su obligación de adoptar todas las medidas necesarias para asegurar eficazmente la integridad física del demandante en el desempeño de las labores que se le asignaron, y por ende resulta responsable del infortunio laboral sufrido por el actor en los términos del artículo 69 letra b) de la ley 16.744. DUODÉCIMO: Que la empleadora ha alegado que se encuentra liberada de toda obligación respecto del demandante en virtud del finiquito convenido el veintinueve de mayo de 2002 que el actor suscribió y ratificó ante un Notario Público el treinta de mayo del mismo año, en la cláusula tercera de dicho instrumento se deja constancia que el trabajador recibió en forma correcta y oportuna todas las remuneraciones convenidas, horas extraordinarias cuando las trabajó, reajustes legales, gratificaciones o participaciones, y que “nada se le adeuda por los conceptos antes indicados, ni por ningún otro concepto, sea de origen legal o contractual derivado de la prestación de servicios”, y en razón de ello, “no teniendo reclamo alguno que formular en contra de Ingeniería en Laminación de Maderas Limitada, le otorga el más amplio, completo y total finiquito”; estima la sentenciadora que tal documento constituye una transacción por cuanto mediante él las partes precaven un juicio eventual respecto de un objeto específico y como tal el sentido de la renuncia general de todo derecho deberá entenderse solamente respecto de los derechos, acciones y pretensiones relativas al objeto u objetos sobre que se transige, como lo dispone el artículo 2.462 del Código Civil; del texto del documento aparece que los objetos específicos sobre los que se transige son los enumerados, y que son distintas formas de remuneraciones, y otros derechos “de origen legal o contractual derivados de la prestación de sus servicios”; la indemnización emanada de un accidente del trabajo no es una contraprestación que tenga su origen en la prestación de servicios, ya que éste es el sentido que corresponde dar al ámbito de aplicación del finiquito; su efecto liberatorio resulta circunscrito a los derechos legales y contractuales del trabajador su origen en la prestación de los servicios, y sean por tanto sus contraprestaciones; no resulta posible extender los efectos del finiquito a derechos que no son contraprestaciones de los servicios contratados, atendida la norma legal recién referida y considerando también que siendo el finiquito o transacción un contrato, debe ser interpretada como tal y las cláusulas ambiguas que hayan sido extendidas o dictadas por una de las partes, deben ser interpretadas contra ella, ya que la ambiguedad proviene de falta de una explicación que ha debido darse por la empleadora, así lo dispone el artículo 1.566 del Código Civil; si la demandada pretendía extender los efectos liberatorios del finiquito a su responsabilidad derivada del accidente del trabajo que sufrió el trabajador, debió consignar específicamente que también se comprendía en el finiquito, dicha obligación. DECIMOTERCERO: Que por lo tanto, la empresa demandada es responsable del daño moral o extrapatrimonial sufrido por el actor, el que se desprende de la naturaleza y secuelas del accidente que han producido la pérdida de un miembro de su anatomía que limita su capacidad de ganancia en un ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

687

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Santiago, once de noviembre de dos mil cinco. Proveyendo a fojas 272; téngase presente en la vista de la causa. A fojas 277, 278, 279, 280, 281 y 282, téngase presente. VISTOS Y TENIENDO, ADEMÁS, PRESENTE: Que no se observan motivos para absolver de las costas a quien ha resultado totalmente vencido en juicio. Y atendido, además, lo dispuesto en los artículos 472 y 473 del Código del Trabajo, se revoca la sentencia veinte de enero de dos mil cinco, escrita a fojas 195 y siguientes, sólo en cuanto exime al demandado al pago de las costas de la causa, y en su lugar se decide que queda condenado al pago de éstas.

688

II. CORTE DE APELACIONES

veinticinco por ciento, como lo ha determinado la autoridad correspondiente y ha producido una deformidad que afecta su autoestima, lo que ha generado una reacción que ha requerido de tratamiento psiquiátrico como aparece de su hoja clínica; todos estos antecedentes llevan a la sentenciadora a tener por acreditado el daño moral o extrapatrimonial causado al demandante por el accidente. DECIMOCUARTO: Que este daño, que por su naturaleza no resulta susceptible de determinación exacta, debe ser regulado en forma prudencial por el sentenciador tratando de otorgar a quien lo sufrió una satisfacción y considerando también el grado de incidencia que ha podido tener en la producción del daño la imprudencia de la propia víctima al tratar de limpiar una máquina en movimiento con arreglo a lo que dispone el artículo 2.330 del Código Civil, norma que si bien se encuentra dentro de las que regulan la responsabilidad extracontractual debe ser considerada por el juez como expresión de un principio de equidad que debe influir en la determinación del monto de la indemnización; tomando en consideración la naturaleza de las secuelas ya señaladas y lo expresado recientemente, la sentenciadora estima de justicia regular la indemnización del daño moral o extrapatrimonial sufrido por el actor solamente en la suma de diez millones de pesos. DECIMOQUINTO: Que por no tratarse de una indemnización de índole legal ni de una suma devengada con motivo de la prestación de los servicios, no corresponde que sea reajustada y devengue intereses en la forma que señalan los artículos 63, 173 del Código del Trabajo; por ello las peticiones que al respecto se formulan en la demanda no podrán ser acogidas en la forma solicitada, y solamente deberá disponerse el reajuste y los intereses con arreglo a las normas ordinarias, es decir, por la variación del Indice de Precios al Consumidor que exista entre la fecha en que la presente sentencia quede ejecutoriada respecto de los reajustes, y desde que el deudor se constituya en mora de pagar los intereses. Y con arreglo a lo que disponen los artículos 1.698 del Código Civil, 5 y 69 de la ley 16.744 y 184, 455, 456 y 458 del Código del Trabajo, SE RESUELVE: I. Que se rechaza la objeción formulada por la parte demandante a los documentos de fojas noventa y dos, noventa y tres y noventa y cuatro. II. Que se rechaza la tacha opuesta por la misma demandante al testigo señor Mario Iván Bravo Valenzuela. III. Que se desechan las excepciones dilatorias opuestas. IV. Que se acoge la demanda de lo principal de fojas uno sólo en cuanto se declara que la empresa demandada Ingeniería en Laminación de Maderas Limitada, deberá cancelar al actor Enrique Humberto Valdés Tejada, la suma de diez millones de pesos, con los reajustes e intereses señalados en el fundamento decimoquinto, a título de indemnización del daño moral o extrapatrimonial que sufrió con motivo del accidente del trabajo el dieciocho de febrero de 2002, desestimando dicha demanda en lo demás. V. Que cada parte pagará sus costas. Regístrese, notifíquese y archívese en su oportunidad. Dictada por doña Isabel Correa Fuentes, Juez Titular del Sexto Juzgado de Letras del Trabajo de Santiago. Autoriza, doña Claudia Neira Cofré, Secretaria Subrogante. Rol Nº 2.078 2002.

veinticinco por ciento, como lo ha determinado la autoridad correspondiente y ha producido una deformidad que afecta su autoestima, lo que ha generado una reacción que ha requerido de tratamiento psiquiátrico como aparece de su hoja clínica; todos estos antecedentes llevan a la sentenciadora a tener por acreditado el daño moral o extrapatrimonial causado al demandante por el accidente. DECIMOCUARTO: Que este daño, que por su naturaleza no resulta susceptible de determinación exacta, debe ser regulado en forma prudencial por el sentenciador tratando de otorgar a quien lo sufrió una satisfacción y considerando también el grado de incidencia que ha podido tener en la producción del daño la imprudencia de la propia víctima al tratar de limpiar una máquina en movimiento con arreglo a lo que dispone el artículo 2.330 del Código Civil, norma que si bien se encuentra dentro de las que regulan la responsabilidad extracontractual debe ser considerada por el juez como expresión de un principio de equidad que debe influir en la determinación del monto de la indemnización; tomando en consideración la naturaleza de las secuelas ya señaladas y lo expresado recientemente, la sentenciadora estima de justicia regular la indemnización del daño moral o extrapatrimonial sufrido por el actor solamente en la suma de diez millones de pesos. DECIMOQUINTO: Que por no tratarse de una indemnización de índole legal ni de una suma devengada con motivo de la prestación de los servicios, no corresponde que sea reajustada y devengue intereses en la forma que señalan los artículos 63, 173 del Código del Trabajo; por ello las peticiones que al respecto se formulan en la demanda no podrán ser acogidas en la forma solicitada, y solamente deberá disponerse el reajuste y los intereses con arreglo a las normas ordinarias, es decir, por la variación del Indice de Precios al Consumidor que exista entre la fecha en que la presente sentencia quede ejecutoriada respecto de los reajustes, y desde que el deudor se constituya en mora de pagar los intereses. Y con arreglo a lo que disponen los artículos 1.698 del Código Civil, 5 y 69 de la ley 16.744 y 184, 455, 456 y 458 del Código del Trabajo, SE RESUELVE: I. Que se rechaza la objeción formulada por la parte demandante a los documentos de fojas noventa y dos, noventa y tres y noventa y cuatro. II. Que se rechaza la tacha opuesta por la misma demandante al testigo señor Mario Iván Bravo Valenzuela. III. Que se desechan las excepciones dilatorias opuestas. IV. Que se acoge la demanda de lo principal de fojas uno sólo en cuanto se declara que la empresa demandada Ingeniería en Laminación de Maderas Limitada, deberá cancelar al actor Enrique Humberto Valdés Tejada, la suma de diez millones de pesos, con los reajustes e intereses señalados en el fundamento decimoquinto, a título de indemnización del daño moral o extrapatrimonial que sufrió con motivo del accidente del trabajo el dieciocho de febrero de 2002, desestimando dicha demanda en lo demás. V. Que cada parte pagará sus costas. Regístrese, notifíquese y archívese en su oportunidad. Dictada por doña Isabel Correa Fuentes, Juez Titular del Sexto Juzgado de Letras del Trabajo de Santiago. Autoriza, doña Claudia Neira Cofré, Secretaria Subrogante. Rol Nº 2.078 2002.

II. CORTE DE APELACIONES

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Santiago, once de noviembre de dos mil cinco. Proveyendo a fojas 272; téngase presente en la vista de la causa. A fojas 277, 278, 279, 280, 281 y 282, téngase presente. VISTOS Y TENIENDO, ADEMÁS, PRESENTE: Que no se observan motivos para absolver de las costas a quien ha resultado totalmente vencido en juicio. Y atendido, además, lo dispuesto en los artículos 472 y 473 del Código del Trabajo, se revoca la sentencia veinte de enero de dos mil cinco, escrita a fojas 195 y siguientes, sólo en cuanto exime al demandado al pago de las costas de la causa, y en su lugar se decide que queda condenado al pago de éstas.

688

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

689

Se confirma en lo demás, la referida sentencia. Regístrese y devuélvase. Pronunciada por la Décima Sala, integrada por el Ministro señor Raimundo Díaz Gamboa, el Fiscal Judicial señor Mario Carroza Espinosa y el Abogado Integrante señor Patricio González Marín. Rol Nº 1.257 2005.

III. CORTE SUPREMA Santiago, siete de febrero de dos mil seis. Vistos y teniendo presente: Que del mérito de los antecedentes y del certificado de fojas 285 consta que el recurrente no compareció a continuar con la tramitación del recurso de casación en el fondo, dentro del plazo legal respectivo. De conformidad, además, con lo dispuesto en los artículos 201 y 779 del Código de Procedimiento Civil, se declara desierto el recurso de casación en el fondo interpuesto en lo principal de fojas 279, en contra de la sentencia de once de noviembre de dos mil cinco, escrita a fojas 278. Regístrese y devuélvase con sus agregados. Rol Nº 336 06. Pronunciado por la Sala de Verano de la Corte Suprema, integrada por los Ministros señores Alberto Chaigneau del C., Orlando Alvarez H., Jorge Medina C., Rubén Ballesteros C. y el Abogado Integrante señor Fernando Castro A. Autorizado por el Secretario señor Carlos A. Meneses Pizarro.

Santiago, siete de febrero de dos mil seis. Vistos y teniendo presente: Que del mérito de los antecedentes y del certificado de fojas 285 consta que el recurrente no compareció a continuar con la tramitación del recurso de casación en el fondo, dentro del plazo legal respectivo. De conformidad, además, con lo dispuesto en los artículos 201 y 779 del Código de Procedimiento Civil, se declara desierto el recurso de casación en el fondo interpuesto en lo principal de fojas 279, en contra de la sentencia de once de noviembre de dos mil cinco, escrita a fojas 278. Regístrese y devuélvase con sus agregados. Rol Nº 336 06. Pronunciado por la Sala de Verano de la Corte Suprema, integrada por los Ministros señores Alberto Chaigneau del C., Orlando Alvarez H., Jorge Medina C., Rubén Ballesteros C. y el Abogado Integrante señor Fernando Castro A. Autorizado por el Secretario señor Carlos A. Meneses Pizarro.

III. CORTE SUPREMA Se confirma en lo demás, la referida sentencia. Regístrese y devuélvase. Pronunciada por la Décima Sala, integrada por el Ministro señor Raimundo Díaz Gamboa, el Fiscal Judicial señor Mario Carroza Espinosa y el Abogado Integrante señor Patricio González Marín. Rol Nº 1.257 2005. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

689

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Santiago, diez de febrero de dos mil tres. VISTOS: A fs. 1 compareció don Marco Antonio Chandía Martínez, carpintero, domiciliado en pasaje Euclides Nº 675, de la comuna de Pudahuel y demandando en juicio laboral a Ingeniería y Construcción Dem Ltda., sociedad comercial limitada, del giro de su denominación, cuyo representante legal es don Óscar Gerardo Marín Alcántar, factor de comercio, domiciliados ambos en Pasaje Bulnes Nº 139, oficina 48 de la comuna de Santiago Centro y en forma subsidiaria a Senexco S.A., sociedad anónima del giro de su denominación, cuyo representante legal es don Patricio Lahsen Maiza, empresario, domiciliados ambos en Avda. Andrés Bello, piso 18, de la comuna de Santiago Centro, en su calidad de contratista de la empresa demandada en forma principal, a quien el compareciente prestaba servicios al momento de producirse el accidente del trabajo, en su calidad de responsable subsidiario de las obligaciones que afecten a la demandada principal y asimismo y también en forma subsidiaria a la empresa Televisión Nacional de Chile, del giro de su denominación, cuyo representante legal es don Pablo Piñera Echeñique, factor de comercio, domiciliados ambos en Inés Matte Urrejola Nº 0940 de la comuna de Santiago Centro, en su calidad de dueño de la empresa en que se produjo el accidente como responsable subsidiario de la misma, a fin que fuesen condenadas al pago de las prestaciones que demandó por los fundamentos que consignó. La demanda fue legalmente notificada a fs. 20 al demandado principal y a los demandados subsidiarios Televisión Nacional a fs. 18 y a Senexco S.A. a fs. 19. A fs. 21 Televisión Nacional interpuso excepción y en subsidio solicitó el rechazo de la demanda por las motivaciones que hizo valer, habiéndose evacuado el traslado conferido a la excepción a fs. 28 y dejándose su resolución para definitiva a fs. 78. A fs. 31 y siguientes y a fs. 57 y siguientes Senexco S.A. Ingeniería y Construcción evacuaron los traslados conferidos a la demanda, solicitando su rechazo por los fundamentos que cada una consignó. Por resolución de fs. 79 se tuvieron por evacuados los traslados de la demanda y se recibió la causa a prueba. De fs. 82 a 94, se agregaron instrumentos producidos por el actor y a fs. 114, se acompañó video cassette por Senexco S.A. A fs. 132 se efectuó comparendo de conciliación que no se produjo, prosiguiéndose con la prueba y a fs. 144, se agregó oficio de la Clínica Los Coihues, efectuándose otras dos sesiones de prueba a fs. 150 y 221 y siguientes. A fs. 171 y siguientes, se agregaron copias autorizadas de piezas de la causa Nº 6896, instruida por el 19º Juzgado del Crimen de esta ciudad, a fs. 201, oficio del I.N.P. y a fs. 242 y siguientes de la Mutual de Seguridad C.Ch.C. A fs. 221 se efectuó audiencia destinada a la designación de peritos, a fs. 324 se efectuó tal designación por el Tribunal, a fs. 338, 347 y 354 se agregaron oficios de Superintendencia de Seguridad Social. A fs. 363 y siguientes consta informe pericial del neurólogo designado y a fs. 369 del constructor civil, a fs. 391, se agregó oficio del I.N.P. y a fs. 376, se adjuntó informe del perito experto en prevención de riesgos. Encontrándose la causa en estado de fallo, por resolución de fecha 7 del presente, escrita a fs. 399, se citó a las partes para oír sentencia. CONSIDERANDO: En cuanto a las objeciones de documentos: 1º. Que no se hará lugar a las objeciones de documentos formuladas por el demandante a fs. 124 y 125 de autos, en contra de los instrumentos producidos por la demandada principal y por la demandada

690

I. SENTENCIA DE PRIMER GRADO

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol N°: 3094-2004 Cita online: CL/JUR/3086/2005

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol N°: 3094-2004 Cita online: CL/JUR/3086/2005

I. SENTENCIA DE PRIMER GRADO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Santiago, diez de febrero de dos mil tres. VISTOS: A fs. 1 compareció don Marco Antonio Chandía Martínez, carpintero, domiciliado en pasaje Euclides Nº 675, de la comuna de Pudahuel y demandando en juicio laboral a Ingeniería y Construcción Dem Ltda., sociedad comercial limitada, del giro de su denominación, cuyo representante legal es don Óscar Gerardo Marín Alcántar, factor de comercio, domiciliados ambos en Pasaje Bulnes Nº 139, oficina 48 de la comuna de Santiago Centro y en forma subsidiaria a Senexco S.A., sociedad anónima del giro de su denominación, cuyo representante legal es don Patricio Lahsen Maiza, empresario, domiciliados ambos en Avda. Andrés Bello, piso 18, de la comuna de Santiago Centro, en su calidad de contratista de la empresa demandada en forma principal, a quien el compareciente prestaba servicios al momento de producirse el accidente del trabajo, en su calidad de responsable subsidiario de las obligaciones que afecten a la demandada principal y asimismo y también en forma subsidiaria a la empresa Televisión Nacional de Chile, del giro de su denominación, cuyo representante legal es don Pablo Piñera Echeñique, factor de comercio, domiciliados ambos en Inés Matte Urrejola Nº 0940 de la comuna de Santiago Centro, en su calidad de dueño de la empresa en que se produjo el accidente como responsable subsidiario de la misma, a fin que fuesen condenadas al pago de las prestaciones que demandó por los fundamentos que consignó. La demanda fue legalmente notificada a fs. 20 al demandado principal y a los demandados subsidiarios Televisión Nacional a fs. 18 y a Senexco S.A. a fs. 19. A fs. 21 Televisión Nacional interpuso excepción y en subsidio solicitó el rechazo de la demanda por las motivaciones que hizo valer, habiéndose evacuado el traslado conferido a la excepción a fs. 28 y dejándose su resolución para definitiva a fs. 78. A fs. 31 y siguientes y a fs. 57 y siguientes Senexco S.A. Ingeniería y Construcción evacuaron los traslados conferidos a la demanda, solicitando su rechazo por los fundamentos que cada una consignó. Por resolución de fs. 79 se tuvieron por evacuados los traslados de la demanda y se recibió la causa a prueba. De fs. 82 a 94, se agregaron instrumentos producidos por el actor y a fs. 114, se acompañó video cassette por Senexco S.A. A fs. 132 se efectuó comparendo de conciliación que no se produjo, prosiguiéndose con la prueba y a fs. 144, se agregó oficio de la Clínica Los Coihues, efectuándose otras dos sesiones de prueba a fs. 150 y 221 y siguientes. A fs. 171 y siguientes, se agregaron copias autorizadas de piezas de la causa Nº 6896, instruida por el 19º Juzgado del Crimen de esta ciudad, a fs. 201, oficio del I.N.P. y a fs. 242 y siguientes de la Mutual de Seguridad C.Ch.C. A fs. 221 se efectuó audiencia destinada a la designación de peritos, a fs. 324 se efectuó tal designación por el Tribunal, a fs. 338, 347 y 354 se agregaron oficios de Superintendencia de Seguridad Social. A fs. 363 y siguientes consta informe pericial del neurólogo designado y a fs. 369 del constructor civil, a fs. 391, se agregó oficio del I.N.P. y a fs. 376, se adjuntó informe del perito experto en prevención de riesgos. Encontrándose la causa en estado de fallo, por resolución de fecha 7 del presente, escrita a fs. 399, se citó a las partes para oír sentencia. CONSIDERANDO: En cuanto a las objeciones de documentos: 1º. Que no se hará lugar a las objeciones de documentos formuladas por el demandante a fs. 124 y 125 de autos, en contra de los instrumentos producidos por la demandada principal y por la demandada

690

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

691

subsidiaria Senexco S.A., por fundamentárselos en el mérito probatorio que pudiere asignarse a los mismos, facultad que es privativa del Tribunal y sin perjuicio del valor que en definitiva se les reconozca; En cuanto a las tachas: 2º. Que no se hará lugar a la tachas promovidas por la demandada principal, en contra de los testigos de la demandante don Bernardo Enrique Araya Cerda, y don Mario Enrique Cáceres González, por la causal del Nº 6 del art. 358 del C. de Procedimiento Civil, por no haberse justificado sus fundamentos, resultando insuficiente al efecto, el solo mérito de la interrogación a que se les sometió en forma previa a prestar declaración; En cuanto a la objeción del informe de la Mutual de Seguridad: 3º. Que se rechazará la objeción del informe de la Mutual de Seguridad, formulada por la demandada Senexco S.A., por estimarse que su fundamento resulta insuficiente al efecto, sin perjuicio del mérito probatorio que pudiera asignársele; En cuanto al fondo: 4º. Que don Marco Antonio Chandía Martínez demandó en juicio laboral a Ingeniería y Construcción Dem Limitada, en calidad de demandado principal y en forma subsidiaria a Senexco S.A. y a Televisión Nacional de Chile, a fin que fuesen condenadas a pagarle las indemnizaciones por daño moral y material recibido con reajustes, intereses y costas, como consecuencia de haber sufrido un accidente del trabajo, en circunstancias en que se encontraba trabajando para la demandada principal en la Obra Edificio Televisión Nacional de Chile T.V.N., siendo la demandada principal subcontratista de la demandada subsidiaria Senexco S.A.; Que fundamentó su demanda, en el hecho de haber trabajado para la demandada desde el 18 de diciembre de 2000 y el día 6 de agosto en la noche, se habían llenado los muros de hormigón “hormigoneando” y para trabajar “mejor y más rápido” se ordenó, a los trabajadores construir sus propios andamios, sin tener capacitación alguna para ello y sin proveerlos de medidas de protección como redes, barandas o cuerdas de vida, siendo así que a las 8,30 horas A.M., cuando fue a sacar el moldaje, le entregaron un cinturón de seguridad que no había usado antes, el que, al tratar de amarrarlo a su cintura, pasándolo por la viga no alcanzaba a abrocharlo en su extensión máxima, debiendo como pudo, estirarlo, pero siendo muy mala su confección, éste cedió, uniéndose a ello el hecho que la hebilla también cedió por su mala calidad y por encontrarse totalmente rodada, porque al tratar de caminar cayó de espaldas desde una altura de 5,40 mts. en caída libre, pues como ha dicho no tenía cuerda de vida que lo sostuviera como alternativa, ni existían barandas ni ninguna protección en los andamios, siendo golpeado en su descenso con las vigas salientes en cada piso, perdiendo el conocimiento, habiendo despertado en el Hospital de la Mutual de Seguridad de la Cámara Chilena de la Construcción, sufriendo tres operaciones a la columna, diagnosticándosele por el médico tratante, que sus dos piernas quedaron totalmente inutilizadas y que no volvería a caminar en su vida, siendo derivado a un centro de rehabilitación, ubicado en calle Laguna Sur 6561 de Estación Central, donde a la fecha se encontraba hospitalizado, debiendo permanecer en ese lugar por lo menos seis meses más; Que el accidente se debió a la conducta negligente de su empleador, quien deberá responder de culpa levísima, pues no dio cabal cumplimiento a lo prescrito en el art. 184 inc. 1º del Código del Trabajo, incurriendo en las siguientes infracciones legales: a) falta de funcionamiento del Comité Paritario de Higiene y Seguridad, b) falta de funcionamiento del Departamento de Riesgos Profesionales, c) incumplimiento de la obligación patronal de establecer y entregar gratuitamente al trabajador un reglamento interno de orden, higiene y seguridad o un reglamento de higiene y seguridad en el trabajo; d) incumplimiento de la obligación de informar a los trabajadores los riesgos laborales; e) incumplimiento de la obligación de las normas y mantenimiento de andamios impartidas por organismo administrativo del seguro de la ley Nº 16.744; y f) incumplimiento a las normas sobre certificación de calidad de los elementos de protección personal contra los riesgos del trabajo, todo lo cual configura su responsabilidad en cuanto a su obligación a indemnizar el daño emergente, el lucro cesante y daño moral inferidos; Que la responsabilidad de los demandados subsidiarios emana de lo previsto en el art. 64 del Código del Trabajo y en cuanto a la avaluación de perjuicios la estima en la suma de $ 300.000.000 por daño moral, debiendo agregársele el lucro cesante, que procede calcular sobre el monto de su actual remuneración, considerando lo que habría debido percibir desde la fecha del accidente hasta la edad de

subsidiaria Senexco S.A., por fundamentárselos en el mérito probatorio que pudiere asignarse a los mismos, facultad que es privativa del Tribunal y sin perjuicio del valor que en definitiva se les reconozca; En cuanto a las tachas: 2º. Que no se hará lugar a la tachas promovidas por la demandada principal, en contra de los testigos de la demandante don Bernardo Enrique Araya Cerda, y don Mario Enrique Cáceres González, por la causal del Nº 6 del art. 358 del C. de Procedimiento Civil, por no haberse justificado sus fundamentos, resultando insuficiente al efecto, el solo mérito de la interrogación a que se les sometió en forma previa a prestar declaración; En cuanto a la objeción del informe de la Mutual de Seguridad: 3º. Que se rechazará la objeción del informe de la Mutual de Seguridad, formulada por la demandada Senexco S.A., por estimarse que su fundamento resulta insuficiente al efecto, sin perjuicio del mérito probatorio que pudiera asignársele; En cuanto al fondo: 4º. Que don Marco Antonio Chandía Martínez demandó en juicio laboral a Ingeniería y Construcción Dem Limitada, en calidad de demandado principal y en forma subsidiaria a Senexco S.A. y a Televisión Nacional de Chile, a fin que fuesen condenadas a pagarle las indemnizaciones por daño moral y material recibido con reajustes, intereses y costas, como consecuencia de haber sufrido un accidente del trabajo, en circunstancias en que se encontraba trabajando para la demandada principal en la Obra Edificio Televisión Nacional de Chile T.V.N., siendo la demandada principal subcontratista de la demandada subsidiaria Senexco S.A.; Que fundamentó su demanda, en el hecho de haber trabajado para la demandada desde el 18 de diciembre de 2000 y el día 6 de agosto en la noche, se habían llenado los muros de hormigón “hormigoneando” y para trabajar “mejor y más rápido” se ordenó, a los trabajadores construir sus propios andamios, sin tener capacitación alguna para ello y sin proveerlos de medidas de protección como redes, barandas o cuerdas de vida, siendo así que a las 8,30 horas A.M., cuando fue a sacar el moldaje, le entregaron un cinturón de seguridad que no había usado antes, el que, al tratar de amarrarlo a su cintura, pasándolo por la viga no alcanzaba a abrocharlo en su extensión máxima, debiendo como pudo, estirarlo, pero siendo muy mala su confección, éste cedió, uniéndose a ello el hecho que la hebilla también cedió por su mala calidad y por encontrarse totalmente rodada, porque al tratar de caminar cayó de espaldas desde una altura de 5,40 mts. en caída libre, pues como ha dicho no tenía cuerda de vida que lo sostuviera como alternativa, ni existían barandas ni ninguna protección en los andamios, siendo golpeado en su descenso con las vigas salientes en cada piso, perdiendo el conocimiento, habiendo despertado en el Hospital de la Mutual de Seguridad de la Cámara Chilena de la Construcción, sufriendo tres operaciones a la columna, diagnosticándosele por el médico tratante, que sus dos piernas quedaron totalmente inutilizadas y que no volvería a caminar en su vida, siendo derivado a un centro de rehabilitación, ubicado en calle Laguna Sur 6561 de Estación Central, donde a la fecha se encontraba hospitalizado, debiendo permanecer en ese lugar por lo menos seis meses más; Que el accidente se debió a la conducta negligente de su empleador, quien deberá responder de culpa levísima, pues no dio cabal cumplimiento a lo prescrito en el art. 184 inc. 1º del Código del Trabajo, incurriendo en las siguientes infracciones legales: a) falta de funcionamiento del Comité Paritario de Higiene y Seguridad, b) falta de funcionamiento del Departamento de Riesgos Profesionales, c) incumplimiento de la obligación patronal de establecer y entregar gratuitamente al trabajador un reglamento interno de orden, higiene y seguridad o un reglamento de higiene y seguridad en el trabajo; d) incumplimiento de la obligación de informar a los trabajadores los riesgos laborales; e) incumplimiento de la obligación de las normas y mantenimiento de andamios impartidas por organismo administrativo del seguro de la ley Nº 16.744; y f) incumplimiento a las normas sobre certificación de calidad de los elementos de protección personal contra los riesgos del trabajo, todo lo cual configura su responsabilidad en cuanto a su obligación a indemnizar el daño emergente, el lucro cesante y daño moral inferidos; Que la responsabilidad de los demandados subsidiarios emana de lo previsto en el art. 64 del Código del Trabajo y en cuanto a la avaluación de perjuicios la estima en la suma de $ 300.000.000 por daño moral, debiendo agregársele el lucro cesante, que procede calcular sobre el monto de su actual remuneración, considerando lo que habría debido percibir desde la fecha del accidente hasta la edad de ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

691

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

65 años en que le habría correspondido su jubilación, debiendo además pagársele el daño emergente que se determinará acorde a los gastos que ha debido y deberá sufragar, a raíz del infortunio sufrido; 5º. Que al contestar la demanda, el demandado principal, Ingeniería y Construcción D.E.M., dijo que al empleador le corresponde responder sólo de la culpa leve y no de la culpa levísima como lo sostiene el demandante, acorde a lo previsto en el art. 1547 del Código Civil, siendo la obligación de seguridad la común con una serie de contratos como los de salud, transporte y de enseñanza intelectual y deportiva, sin que obste a ello la expresión “eficazmente” empleada por el Código del Trabajo que sólo constituye una calificación, atendida la fuente de la obligación y su objeto; Que la responsabilidad contractual que se demanda, requiere probar la existencia de la relación laboral, la que reconoce y la infracción o incumplimiento de la misma por un hecho imputable al deudor, para lo cual requiere el establecimiento de un determinado grado de culpa que no reconoce, debiendo probarse por el demandante la causalidad existente entre los hechos culpables o culposos y sus resultados; Que la empresa desempeña labores de instalación de moldajes, contratándose al actor en calidad de carpintero, función en la que le correspondía laborar en la construcción de andamios, lo que no requiere ninguna capacitación para ello y en cuanto a la carencia efectiva de una serie de medidas de seguridad, que en la especie, consistían en la entrega de un cinturón de seguridad y en la debida instalación de plataformas de trabajo o andamios, en haber incumplido determinados preceptos legales y en la omisión de obligaciones de preparación y prevención de riesgos específicamente al trabajador; Que en la oportunidad de los hechos, el actor premunido de los correspondientes elementos de seguridad accedió a la plataforma de trabajo, previamente instalada y desde allí al correspondiente bloque de moldaje situado en el 4º nivel y no en el 5º como éste indica, del muro en construcción, existiendo aproximadamente 7,70 mts., desde la base del muro hasta el borde superior, los que descontada la medida del bloque de moldaje desde su base de piso, que en la especie estaba conformada por la losa del entreset, hay 5 mts., debiendo el trabajador operar en la altura correspondiente a la medida del panel de moldaje, desde la plataforma de trabajo, situada en su base y descontada la estatura física del trabajador, en un promedio estándar de 1,60 mts., resulta que en definitiva éste operó en una altura promedio de 1.10 metros; Que el demandante premunido de su equipo de trabajo y de seguridad, entre otros de cinturón de seguridad, accedió a la plataforma de trabajo y desde ésta accedió por el moldaje respectivo a una altura de 1,10 mts. aproximadamente para retirar el cerrojo del nivel superior, ubicando el cinturón de seguridad en los fierros salientes de la parte superior del muro procediendo a cortar el primer cerrojo, no siendo efectivo que haya tratado de enganchar el cinturón de seguridad a una viga, porque no existen, no siendo tampoco efectivo que hubiese cedido en esas circunstancias, provocando la pérdida de equilibrio y su caída de altura, porque no cedió, no existiendo tampoco las salientes en cada piso donde se habría golpeado, pues éstas no existen, ocurriendo realmente que el trabajador quitó su cinturón de seguridad desde el punto de su fijación para cambiar de lugar, produciéndose así la pérdida de su equilibrio que causó su caída y el accidente de trabajo, debiendo concluirse que este hecho ocurrió única y exclusivamente por imprudencia y negligencia manifiesta del trabajador, no existiendo en estas circunstancias hechos o circunstancias imputables a la empleadora o a sus equipos de trabajo o al lugar que hubieren obrado como agente causal de la pérdida de equilibrio y posterior caída; Que la omisión de existencia de Comité Paritario de Higiene y Seguridad y de un Departamento de Riesgos Profesionales, la omisión de la entrega gratuita al trabajador de un reglamento de higiene y seguridad en el trabajo, omisión de informar al personal acerca de los riesgos laborales, el incumplimiento de las normas sobre construcción e instalación y mantenimiento de andamios y el incumplimiento de las normas sobre calidad de elementos de protección personal contra riesgos de trabajo, supuestamente cometidas por el empleador, no guardan relación directa de causa a efecto necesario y directo con el hecho, sometido a las leyes de causalidad natural que determinaron la pérdida del equilibrio y caída del demandante; Que no se ha justificado en autos que los daños consecuenciales al accidente, le hayan producido invalidez permanente en ambas piernas al actor y por ende no se ha justificado que la caída provocó efectivamente la invalidez que se invoca;

692

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

65 años en que le habría correspondido su jubilación, debiendo además pagársele el daño emergente que se determinará acorde a los gastos que ha debido y deberá sufragar, a raíz del infortunio sufrido; 5º. Que al contestar la demanda, el demandado principal, Ingeniería y Construcción D.E.M., dijo que al empleador le corresponde responder sólo de la culpa leve y no de la culpa levísima como lo sostiene el demandante, acorde a lo previsto en el art. 1547 del Código Civil, siendo la obligación de seguridad la común con una serie de contratos como los de salud, transporte y de enseñanza intelectual y deportiva, sin que obste a ello la expresión “eficazmente” empleada por el Código del Trabajo que sólo constituye una calificación, atendida la fuente de la obligación y su objeto; Que la responsabilidad contractual que se demanda, requiere probar la existencia de la relación laboral, la que reconoce y la infracción o incumplimiento de la misma por un hecho imputable al deudor, para lo cual requiere el establecimiento de un determinado grado de culpa que no reconoce, debiendo probarse por el demandante la causalidad existente entre los hechos culpables o culposos y sus resultados; Que la empresa desempeña labores de instalación de moldajes, contratándose al actor en calidad de carpintero, función en la que le correspondía laborar en la construcción de andamios, lo que no requiere ninguna capacitación para ello y en cuanto a la carencia efectiva de una serie de medidas de seguridad, que en la especie, consistían en la entrega de un cinturón de seguridad y en la debida instalación de plataformas de trabajo o andamios, en haber incumplido determinados preceptos legales y en la omisión de obligaciones de preparación y prevención de riesgos específicamente al trabajador; Que en la oportunidad de los hechos, el actor premunido de los correspondientes elementos de seguridad accedió a la plataforma de trabajo, previamente instalada y desde allí al correspondiente bloque de moldaje situado en el 4º nivel y no en el 5º como éste indica, del muro en construcción, existiendo aproximadamente 7,70 mts., desde la base del muro hasta el borde superior, los que descontada la medida del bloque de moldaje desde su base de piso, que en la especie estaba conformada por la losa del entreset, hay 5 mts., debiendo el trabajador operar en la altura correspondiente a la medida del panel de moldaje, desde la plataforma de trabajo, situada en su base y descontada la estatura física del trabajador, en un promedio estándar de 1,60 mts., resulta que en definitiva éste operó en una altura promedio de 1.10 metros; Que el demandante premunido de su equipo de trabajo y de seguridad, entre otros de cinturón de seguridad, accedió a la plataforma de trabajo y desde ésta accedió por el moldaje respectivo a una altura de 1,10 mts. aproximadamente para retirar el cerrojo del nivel superior, ubicando el cinturón de seguridad en los fierros salientes de la parte superior del muro procediendo a cortar el primer cerrojo, no siendo efectivo que haya tratado de enganchar el cinturón de seguridad a una viga, porque no existen, no siendo tampoco efectivo que hubiese cedido en esas circunstancias, provocando la pérdida de equilibrio y su caída de altura, porque no cedió, no existiendo tampoco las salientes en cada piso donde se habría golpeado, pues éstas no existen, ocurriendo realmente que el trabajador quitó su cinturón de seguridad desde el punto de su fijación para cambiar de lugar, produciéndose así la pérdida de su equilibrio que causó su caída y el accidente de trabajo, debiendo concluirse que este hecho ocurrió única y exclusivamente por imprudencia y negligencia manifiesta del trabajador, no existiendo en estas circunstancias hechos o circunstancias imputables a la empleadora o a sus equipos de trabajo o al lugar que hubieren obrado como agente causal de la pérdida de equilibrio y posterior caída; Que la omisión de existencia de Comité Paritario de Higiene y Seguridad y de un Departamento de Riesgos Profesionales, la omisión de la entrega gratuita al trabajador de un reglamento de higiene y seguridad en el trabajo, omisión de informar al personal acerca de los riesgos laborales, el incumplimiento de las normas sobre construcción e instalación y mantenimiento de andamios y el incumplimiento de las normas sobre calidad de elementos de protección personal contra riesgos de trabajo, supuestamente cometidas por el empleador, no guardan relación directa de causa a efecto necesario y directo con el hecho, sometido a las leyes de causalidad natural que determinaron la pérdida del equilibrio y caída del demandante; Que no se ha justificado en autos que los daños consecuenciales al accidente, le hayan producido invalidez permanente en ambas piernas al actor y por ende no se ha justificado que la caída provocó efectivamente la invalidez que se invoca;

692

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

693

Que el daño moral demandado es del todo excesivo, sin que se haya fundamentado en hecho alguno y en cuanto al daño emergente también resulta improcedente, pues es del todo infundado, sin que sea procedente demandar “todos los gastos de cualquier índole que he debido y deberé sufragar” como se lo indica en la demanda, ya que se trata de una demanda en blanco abierta que impide su respuesta, su análisis e impedirá en su oportunidad al juez calificarlos; Que, así las cosas, la demanda deberá ser desechada y en el caso de acogerse la indemnización por daños y perjuicios deberá ser reducida en un 50% de su valor porque hubo de parte de la víctima una exposición imprudente al daño, al haber actuado con imprudencia y negligencia impropias y manifiesta en el ejercicio de sus funciones laborales; 6º. Que no se hará lugar a la excepción dilatoria del art. 303 Nº 5 del Código de Procedimiento Civil formulada por la demandada subsidiaria, Televisión Nacional de Chile, pues el beneficio de excusión no resulta aplicable en la especie, por tratarse de una obligación de origen legal y no contractual y en cuanto a la contestación de la demanda por esta parte, dicha demandada reconoció ser la dueña de la obra en la que trabajaba el demandante, solicitando su rechazo y agregando que la responsabilidad subsidiaria impuesta al efecto por el legislador, sólo procedería perseguírsela en el caso en que no pudiera hacerse efectiva respecto de Senexco S.A., empresa contratista de la obra y de Ingeniería y Construcción Ltda., empresa sub contratista de la misma; 7º. Que al contestar la demanda, la demandada subsidiaria Senexco S.A. solicitó su rechazo en base a las mismas argumentaciones hechas valer por la demandada principal Ingeniería y Construcciones Dem Ltda.; 8º. Que en orden a justificar sus alegaciones la demandante, la demandada principal y la demandada subsidiaria Senexco S.A., produjeron pruebas instrumental, testimonial y oficios, produciendo además la demandante prueba confesional y la demandada principal informes periciales y la demandada subsidiaria Televisión Nacional de Chile, no produjo ninguna clase de pruebas; 9º. Que la instrumental producida por la demandante consistió en contrato de trabajo suscrito entre las partes con fecha 31 de julio de 2000; contrato de trabajo suscrito entre las mismas con fecha 31 de julio de 2001; informe del accidente enviado por el Departamento de Prevención de la Sociedad Senexco S.A. (demandada subsidiaria), al jefe de seguridad de la demandada principal, en que se le describe cómo ha ocurrido en las circunstancias en que: “Descimbrando muro lavado, estudio Nº 2 al trasladarse de lugar para sacar moldaje, se suelta el cinturón de seguridad del demandante, quien al caminar resbala en el canto del moldaje, cae al andamio golpeándose la espalda y vuelve a caer en la losa, quedando en posición fetal, cayendo desde una altura de 5 mts., incluyendo dicho informe las declaraciones de los trabajadores Srs. Luis Enrique Yáñez Faúndez y Bernardo Enrique Araya Cerda, bajo sus respectivas firmas; informe médico del Dr. Guillermo Bontá, asesor de la Dirección del Hospital de la Mutual de Seguridad C.Ch.C., quien consigna que el actor ingresó al Servicio el 4 de enero de 2002, habiendo caído desde una altura de 6 mts. el 7 de agosto de 2001, quedando con pérdida de movilidad y sensibilidad en ambas extremidades inferiores, con el diagnóstico de “traumatismo raquimedular con compromiso neurológico luxofractura T 19, T 10, para paraplejia nivel T 10, vejiga e intestino neurogénico, fractura máximo malar derecha, fractura del extremo distal del radio y estiloides cubital”, concluyendo con que el paciente presenta paraplejia espástica usando Corset de Jewett y desplazándose en silla de ruedas; resolución Nº fisc. 01/795 de 22 de noviembre de 2001, en que la Fiscalía de la Mutual de Seguridad de la Cámara Chilena de la Construcción resuelve que el siniestro sufrido por el trabajador reviste los caracteres de accidente del trabajo; comprobante de pagos de subsidios al demandante; y fotocopia de libreta de familia donde consta que el actor nació el 28 de febrero de 1974, esto es, que a la fecha en que ocurrió el accidente tenía 27 años de edad; oficio de la Clínica Los Coihues, en que se informa que el demandante asistió a sesiones diarias de kinesioterapia y terapia ocupacional desde el 13 de agosto al 30 de noviembre de 2001, continuando con terapias ambulatorias en forma intermitente, de acuerdo a las necesidades e indicaciones médicas del paciente, realizadas estas sesiones por la Mutual de Seguridad, hospital que tiene a su cargo la rehabilitación del paciente y en la que la clínica es prestador de servicios; oficio del 19 Juzgado del Crimen de Santiago en que se consignan diversas piezas del sumario desprendiéndose de dichas piezas que, al momento del accidente la plataforma en que trabajaba el demandante no presentaba protecciones laterales, las que habían sido retiradas la

Que el daño moral demandado es del todo excesivo, sin que se haya fundamentado en hecho alguno y en cuanto al daño emergente también resulta improcedente, pues es del todo infundado, sin que sea procedente demandar “todos los gastos de cualquier índole que he debido y deberé sufragar” como se lo indica en la demanda, ya que se trata de una demanda en blanco abierta que impide su respuesta, su análisis e impedirá en su oportunidad al juez calificarlos; Que, así las cosas, la demanda deberá ser desechada y en el caso de acogerse la indemnización por daños y perjuicios deberá ser reducida en un 50% de su valor porque hubo de parte de la víctima una exposición imprudente al daño, al haber actuado con imprudencia y negligencia impropias y manifiesta en el ejercicio de sus funciones laborales; 6º. Que no se hará lugar a la excepción dilatoria del art. 303 Nº 5 del Código de Procedimiento Civil formulada por la demandada subsidiaria, Televisión Nacional de Chile, pues el beneficio de excusión no resulta aplicable en la especie, por tratarse de una obligación de origen legal y no contractual y en cuanto a la contestación de la demanda por esta parte, dicha demandada reconoció ser la dueña de la obra en la que trabajaba el demandante, solicitando su rechazo y agregando que la responsabilidad subsidiaria impuesta al efecto por el legislador, sólo procedería perseguírsela en el caso en que no pudiera hacerse efectiva respecto de Senexco S.A., empresa contratista de la obra y de Ingeniería y Construcción Ltda., empresa sub contratista de la misma; 7º. Que al contestar la demanda, la demandada subsidiaria Senexco S.A. solicitó su rechazo en base a las mismas argumentaciones hechas valer por la demandada principal Ingeniería y Construcciones Dem Ltda.; 8º. Que en orden a justificar sus alegaciones la demandante, la demandada principal y la demandada subsidiaria Senexco S.A., produjeron pruebas instrumental, testimonial y oficios, produciendo además la demandante prueba confesional y la demandada principal informes periciales y la demandada subsidiaria Televisión Nacional de Chile, no produjo ninguna clase de pruebas; 9º. Que la instrumental producida por la demandante consistió en contrato de trabajo suscrito entre las partes con fecha 31 de julio de 2000; contrato de trabajo suscrito entre las mismas con fecha 31 de julio de 2001; informe del accidente enviado por el Departamento de Prevención de la Sociedad Senexco S.A. (demandada subsidiaria), al jefe de seguridad de la demandada principal, en que se le describe cómo ha ocurrido en las circunstancias en que: “Descimbrando muro lavado, estudio Nº 2 al trasladarse de lugar para sacar moldaje, se suelta el cinturón de seguridad del demandante, quien al caminar resbala en el canto del moldaje, cae al andamio golpeándose la espalda y vuelve a caer en la losa, quedando en posición fetal, cayendo desde una altura de 5 mts., incluyendo dicho informe las declaraciones de los trabajadores Srs. Luis Enrique Yáñez Faúndez y Bernardo Enrique Araya Cerda, bajo sus respectivas firmas; informe médico del Dr. Guillermo Bontá, asesor de la Dirección del Hospital de la Mutual de Seguridad C.Ch.C., quien consigna que el actor ingresó al Servicio el 4 de enero de 2002, habiendo caído desde una altura de 6 mts. el 7 de agosto de 2001, quedando con pérdida de movilidad y sensibilidad en ambas extremidades inferiores, con el diagnóstico de “traumatismo raquimedular con compromiso neurológico luxofractura T 19, T 10, para paraplejia nivel T 10, vejiga e intestino neurogénico, fractura máximo malar derecha, fractura del extremo distal del radio y estiloides cubital”, concluyendo con que el paciente presenta paraplejia espástica usando Corset de Jewett y desplazándose en silla de ruedas; resolución Nº fisc. 01/795 de 22 de noviembre de 2001, en que la Fiscalía de la Mutual de Seguridad de la Cámara Chilena de la Construcción resuelve que el siniestro sufrido por el trabajador reviste los caracteres de accidente del trabajo; comprobante de pagos de subsidios al demandante; y fotocopia de libreta de familia donde consta que el actor nació el 28 de febrero de 1974, esto es, que a la fecha en que ocurrió el accidente tenía 27 años de edad; oficio de la Clínica Los Coihues, en que se informa que el demandante asistió a sesiones diarias de kinesioterapia y terapia ocupacional desde el 13 de agosto al 30 de noviembre de 2001, continuando con terapias ambulatorias en forma intermitente, de acuerdo a las necesidades e indicaciones médicas del paciente, realizadas estas sesiones por la Mutual de Seguridad, hospital que tiene a su cargo la rehabilitación del paciente y en la que la clínica es prestador de servicios; oficio del 19 Juzgado del Crimen de Santiago en que se consignan diversas piezas del sumario desprendiéndose de dichas piezas que, al momento del accidente la plataforma en que trabajaba el demandante no presentaba protecciones laterales, las que habían sido retiradas la ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

693

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

noche anterior, para efectuar el hormigoneado del muro para que cupiera el capacho para efectuar tal labor, las que no habían sido repuestas hasta el momento de sufrir el trabajador su accidente; oficio del Instituto de Normalización Previsional, en que se informa acerca del precio de los elementos de protección para los trabajadores de acuerdo a las normas legales pertinentes; oficio de la Mutual de Seguridad en que se consignan desde la denuncia del accidente del trabajador hasta la historia clínica del mismo, concluyendo con su traslado a la Clínica Beverly Gallen para continuar con su rehabilitación; oficio de la Superintendencia de Seguridad Social, en que se hace constar que existiendo una materia sometida a litigio judicial, dicha entidad se encuentra inhabilitada para interpretar las leyes de previsión social e informar sobre cualquier materia de seguridad social que no sea de carácter litigioso; informe de la misma entidad dirigido al padre del demandante, en que se consigna que la afección presentada por el actor es de origen laboral, habiendo recibido atención adecuada y oportuna de la correspondiente Mutual y que aún no da de alta al trabajador por encontrarse éste en tratamiento de rehabilitación y una vez completado dicho tratamiento, se entrará a avaluar la pérdida de capacidad de ganancia que presente; oficio de la Mutual de Seguridad C.Ch.C, en que se hace constar que aún no se ha recibido en la comisión de la Mutual de Seguridad solicitud de la evaluación de incapacidad del trabajador y oficio del I.N.P., instrumentos inobjetados, salvo el del informe de la Mutual de Seguridad que, como se ha dicho, será rechazado; 10º. Que en la confesional producida por esta parte y rendida por el representante legal de la demandada principal, don Óscar Gerardo Marín Alcántar, éste reconoció ser el representante legal de Ingeniería y Construcción D.E.M. Ltda.; que en ninguno de los dos contratos de trabajo suscritos con el actor, que se le exhiben, hay constancia expresa de haberse dado cumplimiento a la obligación de informar los riesgos laborales a que se refieren los arts. 21 y siguientes del decreto Nº 40 de 1969 del Ministerio del Trabajo y Previsión Social que aprobó el reglamento de prevención de riesgos; que es totalmente veraz la versión que de las circunstancias en que ocurrió el accidente del demandante, remitido por la empresa Senexco S.A., quien está a cargo de la seguridad de la empresa que se le exhibe; que el accidente del trabajador se produjo por una caída en altura que ocurrió al estar descimbrado el muro de lavado del estudio dos, golpeándose en la plataforma de abajo y desde allí a la loza del entreset, no constándole cómo cayó; que el demandante fue contratado para trabajar en la obra denominada Estudio de Televisión Nacional de Chile; que el accidente sufrido por el trabajador se produjo el 7 de agosto pasado, por una caída de altura y que prestó declaración acerca del accidente siendo citado ante Investigaciones, con lo que procede tener por establecida la existencia de los hechos confesados; 11º. Que la testimonial de esta parte consistió en las declaraciones de sus testigos Srs. Bernardo Enrique Araya Cerda, Luis Enrique Yáñez Faúndes y Mario Enrique Cáceres González, los que depusieron en forma circunstanciada, conteste y dando razón de sus dichos, por haber trabajado también para la demandada, siendo el primero de ellos, jefe de la cuadrilla en que se desempeñaba el actor, componiéndose la cuadrilla de cuatro trabajadores, encontrándose los dos primeros trabajando en ella cuando el demandante subió desde la plataforma al piso superior, para continuar con el procedimiento de desarmar el muro o descimbrar, tratándose de un muro lavado, debiendo retirarse el moldaje, ya que la noche anterior se había estado hormigueando y estando la mezcla seca, procede que se saque el moldaje, para lo cual deben soltarse los cerrojos y los testigos estaban soltando las cuerdas en el piso inferior, cuando sintieron el golpe, viendo que el actor se encontraba de espaldas fuera de la plataforma y como ésta no tenía barandas se fue de espaldas fuera de ella, rebotando y cayendo hacia abajo, pues si la plataforma hubiera tenido barandas el hombre habría rebotado y caído hacia adentro de ella y no como ocurrió siete metros más abajo, el trabajador se encontraba con casco y cinturón de seguridad, el cinturón con que estaba laborando no era el adecuado para la altura en que lo hacían, ya que era de una sola cola, en circunstancias en que con él sólo se puede trabajar hasta en un segundo piso, desenganchándose, porque la cuerda tiene un largo de un metro para poder moverse, pues el actor venía horizontalmente cambiándose de moldaje para ir soltando las cuerdas o cerrojos, efectuando su labor de derecha a izquierda, para cortar el cerrojo, ignorando si alcanzó a hacerlo como también si al momento de ocurrir el infortunio, estaba desenganchado o si la cola se cortó, siendo el ancho de la plataforma de más o menos un metro cincuenta, pero sin barandas laterales y sin que hubiera ningún jefe directo, ni supervisor al ocurrir los hechos, siendo el gruero quien estaba como a cincuenta metros,

694

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

noche anterior, para efectuar el hormigoneado del muro para que cupiera el capacho para efectuar tal labor, las que no habían sido repuestas hasta el momento de sufrir el trabajador su accidente; oficio del Instituto de Normalización Previsional, en que se informa acerca del precio de los elementos de protección para los trabajadores de acuerdo a las normas legales pertinentes; oficio de la Mutual de Seguridad en que se consignan desde la denuncia del accidente del trabajador hasta la historia clínica del mismo, concluyendo con su traslado a la Clínica Beverly Gallen para continuar con su rehabilitación; oficio de la Superintendencia de Seguridad Social, en que se hace constar que existiendo una materia sometida a litigio judicial, dicha entidad se encuentra inhabilitada para interpretar las leyes de previsión social e informar sobre cualquier materia de seguridad social que no sea de carácter litigioso; informe de la misma entidad dirigido al padre del demandante, en que se consigna que la afección presentada por el actor es de origen laboral, habiendo recibido atención adecuada y oportuna de la correspondiente Mutual y que aún no da de alta al trabajador por encontrarse éste en tratamiento de rehabilitación y una vez completado dicho tratamiento, se entrará a avaluar la pérdida de capacidad de ganancia que presente; oficio de la Mutual de Seguridad C.Ch.C, en que se hace constar que aún no se ha recibido en la comisión de la Mutual de Seguridad solicitud de la evaluación de incapacidad del trabajador y oficio del I.N.P., instrumentos inobjetados, salvo el del informe de la Mutual de Seguridad que, como se ha dicho, será rechazado; 10º. Que en la confesional producida por esta parte y rendida por el representante legal de la demandada principal, don Óscar Gerardo Marín Alcántar, éste reconoció ser el representante legal de Ingeniería y Construcción D.E.M. Ltda.; que en ninguno de los dos contratos de trabajo suscritos con el actor, que se le exhiben, hay constancia expresa de haberse dado cumplimiento a la obligación de informar los riesgos laborales a que se refieren los arts. 21 y siguientes del decreto Nº 40 de 1969 del Ministerio del Trabajo y Previsión Social que aprobó el reglamento de prevención de riesgos; que es totalmente veraz la versión que de las circunstancias en que ocurrió el accidente del demandante, remitido por la empresa Senexco S.A., quien está a cargo de la seguridad de la empresa que se le exhibe; que el accidente del trabajador se produjo por una caída en altura que ocurrió al estar descimbrado el muro de lavado del estudio dos, golpeándose en la plataforma de abajo y desde allí a la loza del entreset, no constándole cómo cayó; que el demandante fue contratado para trabajar en la obra denominada Estudio de Televisión Nacional de Chile; que el accidente sufrido por el trabajador se produjo el 7 de agosto pasado, por una caída de altura y que prestó declaración acerca del accidente siendo citado ante Investigaciones, con lo que procede tener por establecida la existencia de los hechos confesados; 11º. Que la testimonial de esta parte consistió en las declaraciones de sus testigos Srs. Bernardo Enrique Araya Cerda, Luis Enrique Yáñez Faúndes y Mario Enrique Cáceres González, los que depusieron en forma circunstanciada, conteste y dando razón de sus dichos, por haber trabajado también para la demandada, siendo el primero de ellos, jefe de la cuadrilla en que se desempeñaba el actor, componiéndose la cuadrilla de cuatro trabajadores, encontrándose los dos primeros trabajando en ella cuando el demandante subió desde la plataforma al piso superior, para continuar con el procedimiento de desarmar el muro o descimbrar, tratándose de un muro lavado, debiendo retirarse el moldaje, ya que la noche anterior se había estado hormigueando y estando la mezcla seca, procede que se saque el moldaje, para lo cual deben soltarse los cerrojos y los testigos estaban soltando las cuerdas en el piso inferior, cuando sintieron el golpe, viendo que el actor se encontraba de espaldas fuera de la plataforma y como ésta no tenía barandas se fue de espaldas fuera de ella, rebotando y cayendo hacia abajo, pues si la plataforma hubiera tenido barandas el hombre habría rebotado y caído hacia adentro de ella y no como ocurrió siete metros más abajo, el trabajador se encontraba con casco y cinturón de seguridad, el cinturón con que estaba laborando no era el adecuado para la altura en que lo hacían, ya que era de una sola cola, en circunstancias en que con él sólo se puede trabajar hasta en un segundo piso, desenganchándose, porque la cuerda tiene un largo de un metro para poder moverse, pues el actor venía horizontalmente cambiándose de moldaje para ir soltando las cuerdas o cerrojos, efectuando su labor de derecha a izquierda, para cortar el cerrojo, ignorando si alcanzó a hacerlo como también si al momento de ocurrir el infortunio, estaba desenganchado o si la cola se cortó, siendo el ancho de la plataforma de más o menos un metro cincuenta, pero sin barandas laterales y sin que hubiera ningún jefe directo, ni supervisor al ocurrir los hechos, siendo el gruero quien estaba como a cincuenta metros,

694

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

695

la única persona que pudo haber visto lo sucedido y a consecuencias del accidente el trabajador quedó parapléjico y sin moverse para el resto de sus días y agregando que, no todos los trabajadores contaban con los elementos de seguridad necesarios y que al actor llevaba cascos y cinturón, pero no los restantes elementos, como lo son guantes y bototos, con lo que cabe tener por establecida la existencia de tales hechos; 12º. Que la testimonial de la demandada principal consistió en las declaraciones del testigo singular don Alex Ricardo Ruiz Montoya y de la demandada subsidiaria Senexco S.A., don Ricardo Antonio Cornejo Berríos y don Cristián Antonio Mejías Riquelme, ninguno de las cuales presenció el accidente, quienes depusieron en forma circunstanciada, conteste y dando razón de sus dichos, el primero por trabajar para la demandada principal y los dos últimos por ser al momento de los hechos, trabajadores de Senexco, constarles que al actor había sufrido un accidente, pues se encontraba en el suelo, siendo auxiliado por el tercer testigo y que el actor vestía las prendas de seguridad que se le entregan a los trabajadores al ingresar al servicio, que son casco, cinturón, guantes y zapatos, agregando que el cinturón era de una sola cola, ignorando la razón por la que se entregan estos tipos de cinturones de seguridad y al ser contrainterrogados, dijeron no haberse fijado si el actor tenía puesto todos los elementos de seguridad entregados, precisando el primero que el casco estaba botado a su alrededor hecho pedazos, no habiendo tampoco reparado si tenía puesto los bototos y deduciendo el último, que es paramédico, que el demandante presentaba lesiones a la columna, por no movilizar las cuatro extremidades, por lo que solicitó la ambulancia a la mutual que correspondía y, se lo llevaron con diagnóstico de paraplejia; 13º. Que la instrumental producida por la demandada principal, consistió en reglamento de orden, higiene y seguridad de la Empresa de Ingeniería y Construcción; oficio Nº 012248 de 24 de noviembre de 1999 que comunica a la demandada la aprobación de dicho reglamento; minuta manuscrita original de entrega de cinturones de seguridad a cargo al demandante, suscrita por éste; fotocopia simple de hoja de registro de asistencia de los trabajadores de la empresa a charla de seguridad sobre política de seguridad, riesgos de caídas, efectuado por la demandada como subcontratista de Ingevec S.A., durante la ejecución de la Obra Clínica de Pacientes Crónicos de 18 de octubre de 2000, en el que consta la asistencia del Sr. Chandía; catálogo de información técnica pericial que describe las características técnicas del tipo ensamblaje usado en la obra; D.S. Nº 594 de 15.10.1999, Diario Oficial 29.04.2000 que contiene el reglamento sobre condiciones sanitarias y ambientales básicas en los lugares de trabajo; fotocopia de contrato de ejecución de 31 de julio de 2001 del demandante con Ingeniería y Construcción D.E.M. Ltda.; fotocopia de contrato de ejecución de obra material de fecha 25 de mayo de 2001, instalación de moldajes en estudios 1, 2 y 3, Obra Televisión Nacional de Chile suscrito entre Senexco S.A. y la demandada principal; fotocopia simple de carta de fecha 8 de agosto de 2001 de Senexco S.A. a Televisión Nacional de Chile, informando accidente, firmada por don Sergio Iturra, gerente de Senexco S.A.; fotocopias simples de certificados solicitados por la demandada principal para ser presentados a Senexco S.A., para cursar estados de pago; fotocopia simple de informes de fecha de agosto de 2001, emitido por el Comité Paritario de Higiene y Seguridad de Senexco S.A., sobre accidente de don Marcos Chandía, sobre condiciones de seguridad en el sitio de ocurrencia de los hechos; fotocopia simple del informe de la Mutual de Seguridad de 31 de agosto de 2001, en que se formulan observaciones y recomendaciones en los riesgos identificados; fotocopia simple de especificaciones técnicas y gráficas del sistema de moldajes Trío, instrumentos inobjetados; 14º. Que en el informe pericial evacuado por el perito neurólogo, designado por el Tribunal, éste concluyó que el demandante presenta una paraplejia que respecto a sus expectativas laborales y biográficas previas, lo invalida en forma absoluta y definitiva, siendo ello consecuencia del traumatismo raquimedular grave con fractura T 10 y lesión secundaria de la médula espinal que se debió a la caída en altura sufrida por el Sr. Chandía y que con anterioridad a tal caída, no existían condiciones previas en la conducta ni en el estado físico del paciente que contribuyeran a la caída ni a la lesión medular y que el tratamiento se ajustó a las normas generalmente aceptadas del tratamiento y rehabilitación de los traumatismos raquimedulares graves; 15º. Que por su parte el perito de prevención de riesgos designado también por el Tribunal, concluyó que en las obras a efectuarse en Televisión Nacional, su confección se efectuó mediante el sistema “autotrepante” de moldajes “Tipo Trío” que se encuentran actualmente terminados y el edificio en

la única persona que pudo haber visto lo sucedido y a consecuencias del accidente el trabajador quedó parapléjico y sin moverse para el resto de sus días y agregando que, no todos los trabajadores contaban con los elementos de seguridad necesarios y que al actor llevaba cascos y cinturón, pero no los restantes elementos, como lo son guantes y bototos, con lo que cabe tener por establecida la existencia de tales hechos; 12º. Que la testimonial de la demandada principal consistió en las declaraciones del testigo singular don Alex Ricardo Ruiz Montoya y de la demandada subsidiaria Senexco S.A., don Ricardo Antonio Cornejo Berríos y don Cristián Antonio Mejías Riquelme, ninguno de las cuales presenció el accidente, quienes depusieron en forma circunstanciada, conteste y dando razón de sus dichos, el primero por trabajar para la demandada principal y los dos últimos por ser al momento de los hechos, trabajadores de Senexco, constarles que al actor había sufrido un accidente, pues se encontraba en el suelo, siendo auxiliado por el tercer testigo y que el actor vestía las prendas de seguridad que se le entregan a los trabajadores al ingresar al servicio, que son casco, cinturón, guantes y zapatos, agregando que el cinturón era de una sola cola, ignorando la razón por la que se entregan estos tipos de cinturones de seguridad y al ser contrainterrogados, dijeron no haberse fijado si el actor tenía puesto todos los elementos de seguridad entregados, precisando el primero que el casco estaba botado a su alrededor hecho pedazos, no habiendo tampoco reparado si tenía puesto los bototos y deduciendo el último, que es paramédico, que el demandante presentaba lesiones a la columna, por no movilizar las cuatro extremidades, por lo que solicitó la ambulancia a la mutual que correspondía y, se lo llevaron con diagnóstico de paraplejia; 13º. Que la instrumental producida por la demandada principal, consistió en reglamento de orden, higiene y seguridad de la Empresa de Ingeniería y Construcción; oficio Nº 012248 de 24 de noviembre de 1999 que comunica a la demandada la aprobación de dicho reglamento; minuta manuscrita original de entrega de cinturones de seguridad a cargo al demandante, suscrita por éste; fotocopia simple de hoja de registro de asistencia de los trabajadores de la empresa a charla de seguridad sobre política de seguridad, riesgos de caídas, efectuado por la demandada como subcontratista de Ingevec S.A., durante la ejecución de la Obra Clínica de Pacientes Crónicos de 18 de octubre de 2000, en el que consta la asistencia del Sr. Chandía; catálogo de información técnica pericial que describe las características técnicas del tipo ensamblaje usado en la obra; D.S. Nº 594 de 15.10.1999, Diario Oficial 29.04.2000 que contiene el reglamento sobre condiciones sanitarias y ambientales básicas en los lugares de trabajo; fotocopia de contrato de ejecución de 31 de julio de 2001 del demandante con Ingeniería y Construcción D.E.M. Ltda.; fotocopia de contrato de ejecución de obra material de fecha 25 de mayo de 2001, instalación de moldajes en estudios 1, 2 y 3, Obra Televisión Nacional de Chile suscrito entre Senexco S.A. y la demandada principal; fotocopia simple de carta de fecha 8 de agosto de 2001 de Senexco S.A. a Televisión Nacional de Chile, informando accidente, firmada por don Sergio Iturra, gerente de Senexco S.A.; fotocopias simples de certificados solicitados por la demandada principal para ser presentados a Senexco S.A., para cursar estados de pago; fotocopia simple de informes de fecha de agosto de 2001, emitido por el Comité Paritario de Higiene y Seguridad de Senexco S.A., sobre accidente de don Marcos Chandía, sobre condiciones de seguridad en el sitio de ocurrencia de los hechos; fotocopia simple del informe de la Mutual de Seguridad de 31 de agosto de 2001, en que se formulan observaciones y recomendaciones en los riesgos identificados; fotocopia simple de especificaciones técnicas y gráficas del sistema de moldajes Trío, instrumentos inobjetados; 14º. Que en el informe pericial evacuado por el perito neurólogo, designado por el Tribunal, éste concluyó que el demandante presenta una paraplejia que respecto a sus expectativas laborales y biográficas previas, lo invalida en forma absoluta y definitiva, siendo ello consecuencia del traumatismo raquimedular grave con fractura T 10 y lesión secundaria de la médula espinal que se debió a la caída en altura sufrida por el Sr. Chandía y que con anterioridad a tal caída, no existían condiciones previas en la conducta ni en el estado físico del paciente que contribuyeran a la caída ni a la lesión medular y que el tratamiento se ajustó a las normas generalmente aceptadas del tratamiento y rehabilitación de los traumatismos raquimedulares graves; 15º. Que por su parte el perito de prevención de riesgos designado también por el Tribunal, concluyó que en las obras a efectuarse en Televisión Nacional, su confección se efectuó mediante el sistema “autotrepante” de moldajes “Tipo Trío” que se encuentran actualmente terminados y el edificio en ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

695

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

funcionamiento, usándose en su construcción los elementos del sistema consignado, cuya exclusividad corresponde a una empresa alemana con representación en el país, quien presta además asesoría para el armado, uso y desmontaje de sistema de moldaje “Tipo Trío”, detallando los elementos que los constituyen y la forma de operar, cumpliendo dicho sistema con todas las normas de seguridad indicadas y propuestas por la firma proveedora, no representando motivo o causa de inseguridad para los operarios con experiencia responsable y debidamente entrenados en el sistema y para el trabajo en altura que debe realizar el operario para el retiro del panel a descimbrar se sueltan los cerrojos desde arriba hacia abajo, debiendo estar premunido de los siguientes elementos de seguridad: cinturón de seguridad, casco, guantes y bototos; 16º. Que finalmente el perito ingeniero civil don Leonel Cancino Ibáñez concluye que existieron condiciones de inseguridad por parte de la empresa, consistentes en: a) no contar el trabajador accidentado con un elemento de protección personal para riesgo de caída, adecuado a las labores que se encontraba desarrollando, b) no contar con las protecciones correspondientes en el andamio donde laboraba el trabajador accidentado, es decir, no contar éste con las barandas y el rodapiés, c) no contar con un experto profesional en prevención de riesgos para dirigir el correspondiente departamento y asesorar en materia de elementos de protección personal contra los riesgos de caídas y protecciones de andamio; d) no tener constituido un Comité Paritario de Higiene y Seguridad en la faena Televisión Nacional para verificar el correcto uso de los elementos de protección personal y exigir la instalación de barandas y rodapiés en el andamio y e) no entregar adecuadamente el “derecho a saber” que tenía el trabajador accidentado, mediante capacitación sistemática y por parte del trabajador consistente en utilizar el cinturón de seguridad proporcionado por la empresa, enganchando el mosquetón en la misma argolla en la que se enganchaba el estrobo y no exigir la instalación de barandas y rodapiés en el andamio antes de subir a trabajar en el mismo; 17º. Que fuera de la relacionada, no se produjo por las partes ninguna otra clase de pruebas y con su mérito debidamente concordado y apreciado según las normas de la sana crítica, cabe tener por establecidos los siguientes hechos: a) Que el demandante don Marco Antonio Chandía Martínez trabajaba el día 7 de agosto de 2001 para la demandada principal Ingeniería y Construcciones Dem Ltda., quien era sub contratista de Senexco S.A., en obra de Televisión Nacional de Chile; b) Que en el desempeño de su labor, el actor debió subir el 5º nivel para descimbrar el muro y tratar de retirar el moldaje, ya que en la noche anterior se había estado hormigueando dicho muro, encontrándose ya la mezcla seca; c) Que para ascender a dicho piso se le entregó un cinturón de seguridad de una sola cola y ascendió en un andamio que no tenía barandas de protección, ya que éstas habían sido retiradas la noche anterior, a fin de que cupiera en ella, la herramienta con la que se hormigonea, sin que hubiesen sido restablecidas cuando el trabajador ascendió en ellas al 5º piso; d) Que en el desempeño de su labor el Sr. Chandía ascendió en primer término a la plataforma de trabajo y desde ésta por el moldaje respectivo, al nivel superior para retirar los cerrojos de dicho nivel; e) Que ubicó su cinturón de seguridad en los fierros salientes de la parte superior del muro y procedió a soltar el primer cerrojo; f) Que dentro de la labor a ejecutar, el actor procedió a quitar el cinturón del punto de fijación para cambiar de lugar; g) Que en esta circunstancia, se produjo la caída del demandante sobre la plataforma de trabajo y desde ésta a la base del muro, que corresponde a la losa del entreset en altura; g) Que, así las cosas, a consecuencias de su caída el actor resultó con una paraplejia que es un traumatismo raquimedular grave con fractura T 10 y lesión secundaria de la médula espinal, producida por la caída vertical sufrida en el ejercicio de sus labores, que respecto de sus expectativas laborales y biográficas previas, lo invalida en forma absoluta y definitiva, para el desempeño de sus labores; 18º. Que consecuentemente cabe tener por establecida la existencia del accidente de trabajo, fundante de la demanda; 19º. Que, siendo obligación del empleador (art. 184 del Código del Trabajo) tomar todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de sus trabajadores, manteniendo las con-

696

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

funcionamiento, usándose en su construcción los elementos del sistema consignado, cuya exclusividad corresponde a una empresa alemana con representación en el país, quien presta además asesoría para el armado, uso y desmontaje de sistema de moldaje “Tipo Trío”, detallando los elementos que los constituyen y la forma de operar, cumpliendo dicho sistema con todas las normas de seguridad indicadas y propuestas por la firma proveedora, no representando motivo o causa de inseguridad para los operarios con experiencia responsable y debidamente entrenados en el sistema y para el trabajo en altura que debe realizar el operario para el retiro del panel a descimbrar se sueltan los cerrojos desde arriba hacia abajo, debiendo estar premunido de los siguientes elementos de seguridad: cinturón de seguridad, casco, guantes y bototos; 16º. Que finalmente el perito ingeniero civil don Leonel Cancino Ibáñez concluye que existieron condiciones de inseguridad por parte de la empresa, consistentes en: a) no contar el trabajador accidentado con un elemento de protección personal para riesgo de caída, adecuado a las labores que se encontraba desarrollando, b) no contar con las protecciones correspondientes en el andamio donde laboraba el trabajador accidentado, es decir, no contar éste con las barandas y el rodapiés, c) no contar con un experto profesional en prevención de riesgos para dirigir el correspondiente departamento y asesorar en materia de elementos de protección personal contra los riesgos de caídas y protecciones de andamio; d) no tener constituido un Comité Paritario de Higiene y Seguridad en la faena Televisión Nacional para verificar el correcto uso de los elementos de protección personal y exigir la instalación de barandas y rodapiés en el andamio y e) no entregar adecuadamente el “derecho a saber” que tenía el trabajador accidentado, mediante capacitación sistemática y por parte del trabajador consistente en utilizar el cinturón de seguridad proporcionado por la empresa, enganchando el mosquetón en la misma argolla en la que se enganchaba el estrobo y no exigir la instalación de barandas y rodapiés en el andamio antes de subir a trabajar en el mismo; 17º. Que fuera de la relacionada, no se produjo por las partes ninguna otra clase de pruebas y con su mérito debidamente concordado y apreciado según las normas de la sana crítica, cabe tener por establecidos los siguientes hechos: a) Que el demandante don Marco Antonio Chandía Martínez trabajaba el día 7 de agosto de 2001 para la demandada principal Ingeniería y Construcciones Dem Ltda., quien era sub contratista de Senexco S.A., en obra de Televisión Nacional de Chile; b) Que en el desempeño de su labor, el actor debió subir el 5º nivel para descimbrar el muro y tratar de retirar el moldaje, ya que en la noche anterior se había estado hormigueando dicho muro, encontrándose ya la mezcla seca; c) Que para ascender a dicho piso se le entregó un cinturón de seguridad de una sola cola y ascendió en un andamio que no tenía barandas de protección, ya que éstas habían sido retiradas la noche anterior, a fin de que cupiera en ella, la herramienta con la que se hormigonea, sin que hubiesen sido restablecidas cuando el trabajador ascendió en ellas al 5º piso; d) Que en el desempeño de su labor el Sr. Chandía ascendió en primer término a la plataforma de trabajo y desde ésta por el moldaje respectivo, al nivel superior para retirar los cerrojos de dicho nivel; e) Que ubicó su cinturón de seguridad en los fierros salientes de la parte superior del muro y procedió a soltar el primer cerrojo; f) Que dentro de la labor a ejecutar, el actor procedió a quitar el cinturón del punto de fijación para cambiar de lugar; g) Que en esta circunstancia, se produjo la caída del demandante sobre la plataforma de trabajo y desde ésta a la base del muro, que corresponde a la losa del entreset en altura; g) Que, así las cosas, a consecuencias de su caída el actor resultó con una paraplejia que es un traumatismo raquimedular grave con fractura T 10 y lesión secundaria de la médula espinal, producida por la caída vertical sufrida en el ejercicio de sus labores, que respecto de sus expectativas laborales y biográficas previas, lo invalida en forma absoluta y definitiva, para el desempeño de sus labores; 18º. Que consecuentemente cabe tener por establecida la existencia del accidente de trabajo, fundante de la demanda; 19º. Que, siendo obligación del empleador (art. 184 del Código del Trabajo) tomar todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de sus trabajadores, manteniendo las con-

696

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

697

diciones adecuadas para ello y prestar o garantizar los elementos necesarios para prevenir accidentes y enfermedades profesionales, se encuentra establecido en autos, con la declaración prestada ante el 19 Juzgado del Crimen de Santiago (fs. 179) por el representante legal de la demandada principal y los testigos presenciales, compañeros de labor del actor, que el día del accidente, la plataforma a la que cayó el trabajador no tenía las protecciones laterales correspondientes, hecho que se debió a que la noche anterior, cuando se había hormigoneado el muro, para que cupiera al capacho y poder vaciar el hormigón, los concreteros las retiraron, no volviéndolas a dejar instaladas, lo que acorde a las conclusiones a que arriba el perito don Leonel Cancino Santibáñez, permitió que su carencia y la de los rodapiés adosados a los lados, habrían retenido al trabajador e impedido que siguiera cayendo luego de rebotar en ella, contemplándose la obligación de tenerlas en los arts. 6.3.7 y siguientes del anexo D de su informe, donde se indica que toda plataforma de trabajo ubicada a una altura igual o mayor de 1.80, debe colocársele tales barandas protectoras y rodapiés a ambos lados; 20º. Que también aparece establecido en autos que el cinturón de seguridad entregado al actor para efectuar su labor, era de una sola cola y no de dos, como corresponde a las tareas que se verifican a la altura en que el demandante estaba trabajando; 21º. Que, así las cosas, cabe concluir que la demandada no dio estricto cumplimiento a su obligación prevista en el art. 184 del Código del Trabajo; 22º. Que, así las cosas, resulta procedente decretar el pago de indemnización por el daño moral, que necesariamente ocasionó el accidente sufrido por el demandante; 23º. Que, al regular su monto se tendrá especialmente en consideración, el hecho de ser el demandante una persona de 27 años de edad y que a dicha época gozaba de un perfecto estado de salud, no adoleciendo del vicio del cigarrillo ni de ebriedad; 24º. Que además se tendrá presente que por su parte, el actor incurrió en imprudencia temeraria al no haber exigido al iniciar sus labores la colocación de las barandas y rodapiés reglamentarios y haber enganchado el cinturón de seguridad proporcionado por la empresa al mosquetón de la misma argolla en la que se enganchaba el estrobo; 25º. Que el resto de las imputaciones formuladas al empleador no se entrarán a analizar, por no guardar relación directa de causa a efecto, con el accidente de autos; 26º. Que no se hará lugar al pago de daño emergente demandado por no haberse allegado a los autos ningún antecedente destinado a justificar su existencia; 27º. Que tampoco se hará lugar al pago de lucro cesante también demandado, pues no existen antecedentes que permitan determinar la procedencia de dicho pago; Por estas consideraciones y teniendo además presente lo previsto en los arts. 1698 del Código Civil; 64, 64 bis, 184, 425, 4349, 440, 444, 445, 446, 449, 451, 452, 455, 456 y 458 del Código del Trabajo, se declara: 1º. Que no ha lugar a la excepción dilatoria del art. 305 Nº 5 del C. de Procedimiento Civil, formulada por la demandada subsidiaria Televisión Nacional de Chile; 2º. Que no ha lugar a las objeciones de documentos formuladas por la demandante a fs. 124 y 128 en contra de los instrumentos producidos por la contraria; 3º. Que no ha lugar a las tachas promovidas por la demandada principal en contra de los testigos de la demandante don Bernardo Enrique Araya Cerda y Mario Enrique Cáceres González, por la causal del Nº 6 del art. 358 del C. de Procedimiento Civil; 4º. Que no ha lugar a la objeción del informe pericial de la Mutual de Seguridad, promovida por la demandada subsidiaria Senexco S.A. 5º. Que ha lugar a la demanda, en cuanto se condena a la demandada principal Ingeniería y Construcción Dem Ltda. y a las demandadas subsidiarias Senexco S.A., y Televisión Nacional de Chile a pagar al demandante por indemnización por daño moral, sufrido en accidente del trabajo de fecha 7 de agosto de 2001, la suma de $ 50.000.000; 6º. Que no ha lugar en lo demás a la referida demanda y 7º. Que cada parte pagará sus costas. La prestación ordenada pagar se liquidará por el Sr. Secretario del Tribunal, con los reajustes o intereses legales correspondientes, en el cumplimiento del fallo.

diciones adecuadas para ello y prestar o garantizar los elementos necesarios para prevenir accidentes y enfermedades profesionales, se encuentra establecido en autos, con la declaración prestada ante el 19 Juzgado del Crimen de Santiago (fs. 179) por el representante legal de la demandada principal y los testigos presenciales, compañeros de labor del actor, que el día del accidente, la plataforma a la que cayó el trabajador no tenía las protecciones laterales correspondientes, hecho que se debió a que la noche anterior, cuando se había hormigoneado el muro, para que cupiera al capacho y poder vaciar el hormigón, los concreteros las retiraron, no volviéndolas a dejar instaladas, lo que acorde a las conclusiones a que arriba el perito don Leonel Cancino Santibáñez, permitió que su carencia y la de los rodapiés adosados a los lados, habrían retenido al trabajador e impedido que siguiera cayendo luego de rebotar en ella, contemplándose la obligación de tenerlas en los arts. 6.3.7 y siguientes del anexo D de su informe, donde se indica que toda plataforma de trabajo ubicada a una altura igual o mayor de 1.80, debe colocársele tales barandas protectoras y rodapiés a ambos lados; 20º. Que también aparece establecido en autos que el cinturón de seguridad entregado al actor para efectuar su labor, era de una sola cola y no de dos, como corresponde a las tareas que se verifican a la altura en que el demandante estaba trabajando; 21º. Que, así las cosas, cabe concluir que la demandada no dio estricto cumplimiento a su obligación prevista en el art. 184 del Código del Trabajo; 22º. Que, así las cosas, resulta procedente decretar el pago de indemnización por el daño moral, que necesariamente ocasionó el accidente sufrido por el demandante; 23º. Que, al regular su monto se tendrá especialmente en consideración, el hecho de ser el demandante una persona de 27 años de edad y que a dicha época gozaba de un perfecto estado de salud, no adoleciendo del vicio del cigarrillo ni de ebriedad; 24º. Que además se tendrá presente que por su parte, el actor incurrió en imprudencia temeraria al no haber exigido al iniciar sus labores la colocación de las barandas y rodapiés reglamentarios y haber enganchado el cinturón de seguridad proporcionado por la empresa al mosquetón de la misma argolla en la que se enganchaba el estrobo; 25º. Que el resto de las imputaciones formuladas al empleador no se entrarán a analizar, por no guardar relación directa de causa a efecto, con el accidente de autos; 26º. Que no se hará lugar al pago de daño emergente demandado por no haberse allegado a los autos ningún antecedente destinado a justificar su existencia; 27º. Que tampoco se hará lugar al pago de lucro cesante también demandado, pues no existen antecedentes que permitan determinar la procedencia de dicho pago; Por estas consideraciones y teniendo además presente lo previsto en los arts. 1698 del Código Civil; 64, 64 bis, 184, 425, 4349, 440, 444, 445, 446, 449, 451, 452, 455, 456 y 458 del Código del Trabajo, se declara: 1º. Que no ha lugar a la excepción dilatoria del art. 305 Nº 5 del C. de Procedimiento Civil, formulada por la demandada subsidiaria Televisión Nacional de Chile; 2º. Que no ha lugar a las objeciones de documentos formuladas por la demandante a fs. 124 y 128 en contra de los instrumentos producidos por la contraria; 3º. Que no ha lugar a las tachas promovidas por la demandada principal en contra de los testigos de la demandante don Bernardo Enrique Araya Cerda y Mario Enrique Cáceres González, por la causal del Nº 6 del art. 358 del C. de Procedimiento Civil; 4º. Que no ha lugar a la objeción del informe pericial de la Mutual de Seguridad, promovida por la demandada subsidiaria Senexco S.A. 5º. Que ha lugar a la demanda, en cuanto se condena a la demandada principal Ingeniería y Construcción Dem Ltda. y a las demandadas subsidiarias Senexco S.A., y Televisión Nacional de Chile a pagar al demandante por indemnización por daño moral, sufrido en accidente del trabajo de fecha 7 de agosto de 2001, la suma de $ 50.000.000; 6º. Que no ha lugar en lo demás a la referida demanda y 7º. Que cada parte pagará sus costas. La prestación ordenada pagar se liquidará por el Sr. Secretario del Tribunal, con los reajustes o intereses legales correspondientes, en el cumplimiento del fallo. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

697

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Santiago, siete de mayo de dos mil cuatro. VISTOS: Antecedentes: 1º. En estos autos sobre juicio ordinario laboral de indemnización de perjuicios por accidente del trabajo caratulados “Chandía Martínez Marco Antonio con Ingeniería y Construcciones D.E.M. Ltda. y otras” rol Nº 5312 2001 del Segundo Juzgado de Letras del Trabajo de Santiago, se ha interpuesto recurso de apelación en contra de la sentencia de primera instancia dictada con fecha 10 de febrero de dos mil tres y escrita de fojas 400, por la demandante, por la demandada Ingeniería y Construcción D.E.M. Ltda. y por las demandadas subsidiarias Senexco S.A. y Televisión Nacional de Chile. Conjuntamente y en forma previa al recurso de apelación, Ingeniería y Construcción D.E.M. Ltda. y Senexco S.A. interpusieron en lo principal de sus presentaciones de fojas 439 y 446, respectivamente, recurso de casación en la forma en contra del mismo fallo. I. El recurso de casación en la forma. 2º. Que se ha interpuesto el presente recurso en contra de la sentencia de primer grado, señalando que ha incurrido en vicio de omisión del requisito del artículo 458 Nº 7º del Código del Trabajo, previsto en el artículo 768 Nº 5º del Código de Procedimiento Civil, referido a los requisitos de la sentencia definitiva, fundamentado en la falta de decisión del asunto controvertido por no haberse pronunciado sobre la excepción de reducción de la indemnización por exposición imprudente al daño por parte del actor, por lo que se pide se invalide la sentencia. II. El recurso de apelación. 3º. Que en contra del mismo fallo la demandante interpuso recurso de apelación por estimar agraviados sus derechos, fundada en que debido a la infracción en que incurrió la demandada principal de la obligación prevista en el artículo 184 del Código del Trabajo, ejerciendo las acciones referidas en el artículo 69 de la ley Nº 16.744 sobre Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales, considera insuficiente lo concedido en la sentencia, por lo que pide se eleve la determinación prudencial del daño moral a $ 300.000.000 o más y se fije una cantidad no inferior a $ 60.000.000 por concepto de lucro cesante, con reajustes, intereses y costas de la causa. Tal afirmación es sustentada en que la sentencia definitiva de autos declaró que efectivamente el accidente que afectó al actor fue un siniestro del trabajo imputable al empleador, atendida su trasgresión al deber de protección previsto en el artículo 184 del Código del Trabajo; 4º. Que, las demandadas en sus respectivas calidades interpusieron también recurso de apelación en contra del mencionado fallo, a fin se reduzca la indemnización del daño moral, por exposición imprudente al daño de parte del actor y compensación de culpas. Televisión Nacional de Chile invoca por su parte la excepción del artículo 303 Nº 5 del Código de Procedimiento Civil, esto es, el beneficio de excusión. Conclusión: A. En cuanto al recurso de casación en la forma: 5º. Que analizados comparativamente ambos recursos se observa que los mismos hechos son para el recurrente motivo suficiente para solicitar, primero, la anulación del fallo, y luego, su adecuación a derecho, reduciendo la indemnización del daño moral por exposición imprudente al daño; 6º. Que, de esta forma, aparece de manifiesto que el propio recurrente aprecia que no ha sufrido un perjuicio reparable sólo con la invalidación de la sentencia, motivo por el cual, de conformidad con el inciso penúltimo del artículo 768 del Código de Procedimiento Civil, se rechazará el presente recurso de casación.

698

II. CORTE DE APELACIONES

Déjese copia, notifíquese y archívese. Rol Nº 5.312 2001. Pronunciada por la Juez Titular, señora Palmira Mangini Cordano. Autoriza el señor Secretario Subrogante, señor Alexis Canales Rojas.

Déjese copia, notifíquese y archívese. Rol Nº 5.312 2001. Pronunciada por la Juez Titular, señora Palmira Mangini Cordano. Autoriza el señor Secretario Subrogante, señor Alexis Canales Rojas.

II. CORTE DE APELACIONES

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Santiago, siete de mayo de dos mil cuatro. VISTOS: Antecedentes: 1º. En estos autos sobre juicio ordinario laboral de indemnización de perjuicios por accidente del trabajo caratulados “Chandía Martínez Marco Antonio con Ingeniería y Construcciones D.E.M. Ltda. y otras” rol Nº 5312 2001 del Segundo Juzgado de Letras del Trabajo de Santiago, se ha interpuesto recurso de apelación en contra de la sentencia de primera instancia dictada con fecha 10 de febrero de dos mil tres y escrita de fojas 400, por la demandante, por la demandada Ingeniería y Construcción D.E.M. Ltda. y por las demandadas subsidiarias Senexco S.A. y Televisión Nacional de Chile. Conjuntamente y en forma previa al recurso de apelación, Ingeniería y Construcción D.E.M. Ltda. y Senexco S.A. interpusieron en lo principal de sus presentaciones de fojas 439 y 446, respectivamente, recurso de casación en la forma en contra del mismo fallo. I. El recurso de casación en la forma. 2º. Que se ha interpuesto el presente recurso en contra de la sentencia de primer grado, señalando que ha incurrido en vicio de omisión del requisito del artículo 458 Nº 7º del Código del Trabajo, previsto en el artículo 768 Nº 5º del Código de Procedimiento Civil, referido a los requisitos de la sentencia definitiva, fundamentado en la falta de decisión del asunto controvertido por no haberse pronunciado sobre la excepción de reducción de la indemnización por exposición imprudente al daño por parte del actor, por lo que se pide se invalide la sentencia. II. El recurso de apelación. 3º. Que en contra del mismo fallo la demandante interpuso recurso de apelación por estimar agraviados sus derechos, fundada en que debido a la infracción en que incurrió la demandada principal de la obligación prevista en el artículo 184 del Código del Trabajo, ejerciendo las acciones referidas en el artículo 69 de la ley Nº 16.744 sobre Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales, considera insuficiente lo concedido en la sentencia, por lo que pide se eleve la determinación prudencial del daño moral a $ 300.000.000 o más y se fije una cantidad no inferior a $ 60.000.000 por concepto de lucro cesante, con reajustes, intereses y costas de la causa. Tal afirmación es sustentada en que la sentencia definitiva de autos declaró que efectivamente el accidente que afectó al actor fue un siniestro del trabajo imputable al empleador, atendida su trasgresión al deber de protección previsto en el artículo 184 del Código del Trabajo; 4º. Que, las demandadas en sus respectivas calidades interpusieron también recurso de apelación en contra del mencionado fallo, a fin se reduzca la indemnización del daño moral, por exposición imprudente al daño de parte del actor y compensación de culpas. Televisión Nacional de Chile invoca por su parte la excepción del artículo 303 Nº 5 del Código de Procedimiento Civil, esto es, el beneficio de excusión. Conclusión: A. En cuanto al recurso de casación en la forma: 5º. Que analizados comparativamente ambos recursos se observa que los mismos hechos son para el recurrente motivo suficiente para solicitar, primero, la anulación del fallo, y luego, su adecuación a derecho, reduciendo la indemnización del daño moral por exposición imprudente al daño; 6º. Que, de esta forma, aparece de manifiesto que el propio recurrente aprecia que no ha sufrido un perjuicio reparable sólo con la invalidación de la sentencia, motivo por el cual, de conformidad con el inciso penúltimo del artículo 768 del Código de Procedimiento Civil, se rechazará el presente recurso de casación.

698

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

699

B. En cuanto al recurso de apelación: VISTOS: Se reproduce dicha sentencia, con excepción de sus fundamentos vigésimo cuarto y vigésimo séptimo, que se eliminan y, con las siguientes modificaciones: a) En el considerando cuarto, a continuación de las expresiones “6 de agosto” se agrega “de 2001”; b) En el considerando octavo, se sustituye la palabra “infortmes” por “informes”; c) En el considerando noveno, se enmienda donde dice Hospital de la “Murtual” de Seguridad, por “Mutual”; la voz “pordida” de movilidad, por “pérdida”; la palabra “hornigoneado” por “hormigoneado”; d) En el considerando decimocuarto, se rectifica el vocablo “teratamiento” por “tratamiento”; e) En el considerando decimoséptimo, letra c) se corrige donde dice “aascender” por “ascender” y, se sustituye la palabra “andamio” por “plataforma”; f) En la letra d) se repara la palabra “ascenió” por “ascendió”; g) En el considerando decimonoveno, se reemplaza la expresión “1.80” por “un metro ochenta centímetros”; h) En el considerando vigésimo quinto, se cambia “analisar” por “analizar”; Y se tiene, además, presente: 7º. Que como consecuencia del infortunio laboral del trabajador Marco Antonio Chandía Martínez referido en el motivo decimoséptimo, acreditado con los elementos probatorios a que se refieren los razonamientos octavo a decimosexto de la sentencia, el actor ha experimentado no sólo dolor físico por la pérdida de sus dos piernas quedando en estado de paraplejia, sino también daños neurológicos, depresivos y de angustia con la imposibilidad de poder volver a efectuar por sí mismo algún desplazamiento. A lo anterior cabe agregar el sufrimiento de un menoscabo físico y psíquico e incapacidad que le impide de por vida su reintegro laboral; 8º. Que de conformidad a lo señalado en el artículo 39 de la ley Nº 16.744 Ley sobre Seguro Social Obligatorio de Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales, se considera inválido total a quien haya sufrido una disminución de su capacidad de ganancia presumiblemente permanente igual o superior a un setenta por ciento y tendrá derecho a una pensión mensual equivalente al 70% de su sueldo base; 9º. Que el inciso final del artículo 40 del mismo cuerpo legal preceptúa que, en caso de gran invalidez, esto es, la circunstancia que el inválido requiere de auxilio de otras personas para realizar los actos elementales de su vida, la víctima tendrá derecho a un suplemento de pensión equivalente al 30% de su sueldo base; 10º. Que la Superintendencia de Seguridad Social y la Mutual de Seguridad de la Cámara Chilena de la Construcción lo consideró un gran inválido, con cien por ciento de incapacidad, pues requiere de un cuidador especial y personal, ya que no puede valerse por sí mismo para los menesteres elementales de su vida y que no sólo experimenta dolor o sufrimiento por la lesión sufrida, sino que a ello se añade una alteración definitiva de toda su existencia, la que nunca podrá volver a ser la misma; 11º. Que de conformidad a lo dispuesto en el artículo 184 del Código del Trabajo, es un derecho de los trabajadores exigir que el empleador adopte todas las medidas necesarias para proteger eficazmente su vida y salud en el lugar de trabajo. El empleador, por su parte, debe mantener todas las condiciones adecuadas de higiene y seguridad en las faenas y los implementos necesarios para prevenir accidentes y enfermedades profesionales; 12º. Que este derecho del trabajador se encuentra regulado por un conjunto de disposiciones misceláneas que se refieren tanto a las condiciones de higiene y seguridad que deben existir en los centros de trabajo, como a las medidas de prevención específicas que debe adoptar el empleador para evitar los accidentes de trabajo; 13º. Que conforme al mérito de autos, ponderación de la prueba rendida y lo expuesto en los motivos anteriores, no se encuentra acreditado en el proceso que el trabajador Marco Antonio Chandía Martínez se haya expuesto imprudentemente al daño, ni tampoco que éste lo haya originado el propio ofendido ni que se haya reparado;

B. En cuanto al recurso de apelación: VISTOS: Se reproduce dicha sentencia, con excepción de sus fundamentos vigésimo cuarto y vigésimo séptimo, que se eliminan y, con las siguientes modificaciones: a) En el considerando cuarto, a continuación de las expresiones “6 de agosto” se agrega “de 2001”; b) En el considerando octavo, se sustituye la palabra “infortmes” por “informes”; c) En el considerando noveno, se enmienda donde dice Hospital de la “Murtual” de Seguridad, por “Mutual”; la voz “pordida” de movilidad, por “pérdida”; la palabra “hornigoneado” por “hormigoneado”; d) En el considerando decimocuarto, se rectifica el vocablo “teratamiento” por “tratamiento”; e) En el considerando decimoséptimo, letra c) se corrige donde dice “aascender” por “ascender” y, se sustituye la palabra “andamio” por “plataforma”; f) En la letra d) se repara la palabra “ascenió” por “ascendió”; g) En el considerando decimonoveno, se reemplaza la expresión “1.80” por “un metro ochenta centímetros”; h) En el considerando vigésimo quinto, se cambia “analisar” por “analizar”; Y se tiene, además, presente: 7º. Que como consecuencia del infortunio laboral del trabajador Marco Antonio Chandía Martínez referido en el motivo decimoséptimo, acreditado con los elementos probatorios a que se refieren los razonamientos octavo a decimosexto de la sentencia, el actor ha experimentado no sólo dolor físico por la pérdida de sus dos piernas quedando en estado de paraplejia, sino también daños neurológicos, depresivos y de angustia con la imposibilidad de poder volver a efectuar por sí mismo algún desplazamiento. A lo anterior cabe agregar el sufrimiento de un menoscabo físico y psíquico e incapacidad que le impide de por vida su reintegro laboral; 8º. Que de conformidad a lo señalado en el artículo 39 de la ley Nº 16.744 Ley sobre Seguro Social Obligatorio de Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales, se considera inválido total a quien haya sufrido una disminución de su capacidad de ganancia presumiblemente permanente igual o superior a un setenta por ciento y tendrá derecho a una pensión mensual equivalente al 70% de su sueldo base; 9º. Que el inciso final del artículo 40 del mismo cuerpo legal preceptúa que, en caso de gran invalidez, esto es, la circunstancia que el inválido requiere de auxilio de otras personas para realizar los actos elementales de su vida, la víctima tendrá derecho a un suplemento de pensión equivalente al 30% de su sueldo base; 10º. Que la Superintendencia de Seguridad Social y la Mutual de Seguridad de la Cámara Chilena de la Construcción lo consideró un gran inválido, con cien por ciento de incapacidad, pues requiere de un cuidador especial y personal, ya que no puede valerse por sí mismo para los menesteres elementales de su vida y que no sólo experimenta dolor o sufrimiento por la lesión sufrida, sino que a ello se añade una alteración definitiva de toda su existencia, la que nunca podrá volver a ser la misma; 11º. Que de conformidad a lo dispuesto en el artículo 184 del Código del Trabajo, es un derecho de los trabajadores exigir que el empleador adopte todas las medidas necesarias para proteger eficazmente su vida y salud en el lugar de trabajo. El empleador, por su parte, debe mantener todas las condiciones adecuadas de higiene y seguridad en las faenas y los implementos necesarios para prevenir accidentes y enfermedades profesionales; 12º. Que este derecho del trabajador se encuentra regulado por un conjunto de disposiciones misceláneas que se refieren tanto a las condiciones de higiene y seguridad que deben existir en los centros de trabajo, como a las medidas de prevención específicas que debe adoptar el empleador para evitar los accidentes de trabajo; 13º. Que conforme al mérito de autos, ponderación de la prueba rendida y lo expuesto en los motivos anteriores, no se encuentra acreditado en el proceso que el trabajador Marco Antonio Chandía Martínez se haya expuesto imprudentemente al daño, ni tampoco que éste lo haya originado el propio ofendido ni que se haya reparado; ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

699

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

14º. Que la lesión a los intereses patrimoniales origina un daño patrimonial o material, en tanto que el menoscabo de los intereses extrapatrimoniales hace surgir un daño extrapatrimonial o moral; 15º. Que entendiendo aquí por interés lo que es útil, por cualquier causa, aunque no sea pecuniariamente valuable, con tal que signifique un bien para el sujeto, que le satisfaga una necesidad, que le cause una felicidad o le inhiba un dolor, lo cierto es que del conjunto de preceptos que rigen las indemnizaciones provenientes del daño se desprende que su procedencia presupone ese interés de parte de quien lo experimenta o sufre, surgiendo la obligación de indemnizarlo por parte de la entidad empleadora o de un tercero; 16º. Que se produce daño moral con toda lesión, menoscabo, detrimento, molestia o perturbación a un simple interés del que sea titular una persona, como lo es la diferencia perjudicial para el actor, de veintiocho años de edad, entre su condición antes de sufrir el accidente, encontrándose perfectamente sano y después del mismo parapléjico de por vida, con todas las secuelas de un traumatismo raquimedular grave como se detalla en la letra g) del fundamento decimoséptimo de la sentencia apelada; 17º. Que el artículo 1.556 del Código Civil establece que la indemnización de perjuicios comprende el daño emergente y el lucro cesante, ya provengan de no haberse cumplido la obligación, ya de haberla cumplido imperfectamente. Por su parte, el artículo 1.557 agrega que se debe la indemnización de perjuicios desde que el deudor se ha constituido en mora o si la obligación es de no hacer, desde el momento de la contravención; 18º. Que el lucro cesante es la diferencia entre la entidad del patrimonio del trabajador tal como estaba en el momento de producirse el accidente laboral y el que tendría por medio del aumento que no se ha realizado por causa directa de dicho accidente, y que sin él, ciertamente se hubiese obtenido o logrado. Que en el fondo, equivale a colocar a la víctima en una situación análoga a la anterior a producirse el accidente; 19º. Que la indemnización por concepto de lucro cesante se encuentra representada por la diferencia de emolumentos que dejará de percibir el trabajador con ocasión de este desgraciado percance, proyectada por los años y meses de vida laboral que le restan entre el día del accidente, 7 de agosto de 2001 y el momento en que hubiere de cumplir sesenta y cinco años de edad, considerando que registra su nacimiento el día 28 de febrero de 1974, lo que permite establecer la fecha previsible de su jubilación por vejez, la cual debe calcularse sobre el monto de la remuneración que el trabajador ganaba estando en actividad, que el actor ha probado con su contrato de trabajo ascendía a cien mil pesos ($ 100.000), sin desentenderse de la pensión de invalidez que le otorgue el seguro social a que se refiere la ley Nº 16.744 sobre Seguro Social Obligatorio de Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales; 20º. Que de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 26 de la ley Nº 16.744, para los efectos del cálculo de pensiones se entiende por sueldo base mensual el promedio de las remuneraciones o rentas sujetas a cotización, excluidos los subsidios percibidos por el afiliado en los últimos seis meses inmediatamente anteriores al accidente laboral; 21º. Que la resolución que decide una excepción dilatoria como el beneficio de excusión es inapelable de conformidad con lo dispuesto en el artículo 465 del Código del Trabajo, por cuanto el hecho que se deje su discernimiento para definitiva no le asigna el carácter de sentencia definitiva; 22º. Que la demandada resultará enteramente perdidosa. Por estos fundamentos y lo dispuesto en los artículos 463, 465, 468, 472 y 473 del Código del Trabajo, SE DECLARA: A. Que se desecha el recurso de casación en la forma, deducido por Ingeniería y Construcción D.E.M Ltda. en lo principal de fojas 439, y Senexco S.A. a fojas 446, contra la sentencia de 10 de febrero de dos mil tres, escrita a fojas 400 y siguientes; B. Que se revoca la sentencia apelada de diez de febrero de 2003, en cuanto rechazó la acción resarcitoria del lucro cesante, declarándose en su lugar que se la acoge y se condena a la demandada principal, Ingeniería y Construcción D.E.M. Ltda. y a las demandadas subsidiarias Senexco S.A. y Televisión Nacional de Chile a pagar al demandante la suma de sesenta millones de pesos ($ 60.000.000) por ese concepto. C. Que se la revoca en la parte en que no condena en la totalidad de las costas a la demandada, que deberá soportarlas.

700

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

14º. Que la lesión a los intereses patrimoniales origina un daño patrimonial o material, en tanto que el menoscabo de los intereses extrapatrimoniales hace surgir un daño extrapatrimonial o moral; 15º. Que entendiendo aquí por interés lo que es útil, por cualquier causa, aunque no sea pecuniariamente valuable, con tal que signifique un bien para el sujeto, que le satisfaga una necesidad, que le cause una felicidad o le inhiba un dolor, lo cierto es que del conjunto de preceptos que rigen las indemnizaciones provenientes del daño se desprende que su procedencia presupone ese interés de parte de quien lo experimenta o sufre, surgiendo la obligación de indemnizarlo por parte de la entidad empleadora o de un tercero; 16º. Que se produce daño moral con toda lesión, menoscabo, detrimento, molestia o perturbación a un simple interés del que sea titular una persona, como lo es la diferencia perjudicial para el actor, de veintiocho años de edad, entre su condición antes de sufrir el accidente, encontrándose perfectamente sano y después del mismo parapléjico de por vida, con todas las secuelas de un traumatismo raquimedular grave como se detalla en la letra g) del fundamento decimoséptimo de la sentencia apelada; 17º. Que el artículo 1.556 del Código Civil establece que la indemnización de perjuicios comprende el daño emergente y el lucro cesante, ya provengan de no haberse cumplido la obligación, ya de haberla cumplido imperfectamente. Por su parte, el artículo 1.557 agrega que se debe la indemnización de perjuicios desde que el deudor se ha constituido en mora o si la obligación es de no hacer, desde el momento de la contravención; 18º. Que el lucro cesante es la diferencia entre la entidad del patrimonio del trabajador tal como estaba en el momento de producirse el accidente laboral y el que tendría por medio del aumento que no se ha realizado por causa directa de dicho accidente, y que sin él, ciertamente se hubiese obtenido o logrado. Que en el fondo, equivale a colocar a la víctima en una situación análoga a la anterior a producirse el accidente; 19º. Que la indemnización por concepto de lucro cesante se encuentra representada por la diferencia de emolumentos que dejará de percibir el trabajador con ocasión de este desgraciado percance, proyectada por los años y meses de vida laboral que le restan entre el día del accidente, 7 de agosto de 2001 y el momento en que hubiere de cumplir sesenta y cinco años de edad, considerando que registra su nacimiento el día 28 de febrero de 1974, lo que permite establecer la fecha previsible de su jubilación por vejez, la cual debe calcularse sobre el monto de la remuneración que el trabajador ganaba estando en actividad, que el actor ha probado con su contrato de trabajo ascendía a cien mil pesos ($ 100.000), sin desentenderse de la pensión de invalidez que le otorgue el seguro social a que se refiere la ley Nº 16.744 sobre Seguro Social Obligatorio de Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales; 20º. Que de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 26 de la ley Nº 16.744, para los efectos del cálculo de pensiones se entiende por sueldo base mensual el promedio de las remuneraciones o rentas sujetas a cotización, excluidos los subsidios percibidos por el afiliado en los últimos seis meses inmediatamente anteriores al accidente laboral; 21º. Que la resolución que decide una excepción dilatoria como el beneficio de excusión es inapelable de conformidad con lo dispuesto en el artículo 465 del Código del Trabajo, por cuanto el hecho que se deje su discernimiento para definitiva no le asigna el carácter de sentencia definitiva; 22º. Que la demandada resultará enteramente perdidosa. Por estos fundamentos y lo dispuesto en los artículos 463, 465, 468, 472 y 473 del Código del Trabajo, SE DECLARA: A. Que se desecha el recurso de casación en la forma, deducido por Ingeniería y Construcción D.E.M Ltda. en lo principal de fojas 439, y Senexco S.A. a fojas 446, contra la sentencia de 10 de febrero de dos mil tres, escrita a fojas 400 y siguientes; B. Que se revoca la sentencia apelada de diez de febrero de 2003, en cuanto rechazó la acción resarcitoria del lucro cesante, declarándose en su lugar que se la acoge y se condena a la demandada principal, Ingeniería y Construcción D.E.M. Ltda. y a las demandadas subsidiarias Senexco S.A. y Televisión Nacional de Chile a pagar al demandante la suma de sesenta millones de pesos ($ 60.000.000) por ese concepto. C. Que se la revoca en la parte en que no condena en la totalidad de las costas a la demandada, que deberá soportarlas.

700

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

701

D. Que se la confirma, en lo demás, con declaración que se eleva la indemnización por concepto de daño moral a la suma de ciento cincuenta millones de pesos ($ 150.000.000). E. Todo con costas de la instancia. Las sumas que deberá pagar la demandada a la actora se incrementarán con los reajustes e intereses establecidos en el artículo 63 del Código del Trabajo. Redacción de la Abogada Integrante señora Angela Radovic Schoepen. Regístrese y devuélvase, con sus documentos. Pronunciada por los Ministros de la Décima Sala de esta Iltma. Corte de Apelaciones de Santiago, señores Carlos Cerda Fernández, Haroldo Brito Cruz y la Abogada Integrante señora Angela Radovic Schoepen. Rol Nº 2.531 2003.

III. CORTE SUPREMA Santiago, treinta y uno de octubre de dos mil cinco. Proveyendo a fojas 559, téngase a la parte recurrente representada por su abogado señor Gabriel Zaliasnik Schilkrut, por desistido de los recursos de casación en la forma y en el fondo, interpuestos a fojas 516, contra la sentencia de siete de mayo de dos mil cuatro, escrita a fojas 490 y siguientes. Regístrese en lo pertinente. Rol Nº 3.094 04. Pronunciada por la Cuarta Sala de la Corte Suprema integrada por los Ministros señores José Luis Pérez Z., Orlando Álvarez H., Urbano Marín V. y Jorge Medina C. y el Abogado Integrante señor Roberto Jacob Ch. Autoriza el Secretario de la Corte Suprema, señor Carlos A. Meneses Pizarro.

Santiago, treinta y uno de octubre de dos mil cinco. Proveyendo a fojas 559, téngase a la parte recurrente representada por su abogado señor Gabriel Zaliasnik Schilkrut, por desistido de los recursos de casación en la forma y en el fondo, interpuestos a fojas 516, contra la sentencia de siete de mayo de dos mil cuatro, escrita a fojas 490 y siguientes. Regístrese en lo pertinente. Rol Nº 3.094 04. Pronunciada por la Cuarta Sala de la Corte Suprema integrada por los Ministros señores José Luis Pérez Z., Orlando Álvarez H., Urbano Marín V. y Jorge Medina C. y el Abogado Integrante señor Roberto Jacob Ch. Autoriza el Secretario de la Corte Suprema, señor Carlos A. Meneses Pizarro.

III. CORTE SUPREMA D. Que se la confirma, en lo demás, con declaración que se eleva la indemnización por concepto de daño moral a la suma de ciento cincuenta millones de pesos ($ 150.000.000). E. Todo con costas de la instancia. Las sumas que deberá pagar la demandada a la actora se incrementarán con los reajustes e intereses establecidos en el artículo 63 del Código del Trabajo. Redacción de la Abogada Integrante señora Angela Radovic Schoepen. Regístrese y devuélvase, con sus documentos. Pronunciada por los Ministros de la Décima Sala de esta Iltma. Corte de Apelaciones de Santiago, señores Carlos Cerda Fernández, Haroldo Brito Cruz y la Abogada Integrante señora Angela Radovic Schoepen. Rol Nº 2.531 2003. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

701

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Quillota, dos de diciembre de dos mil dos. VISTOS: A fs. 4, don Marcos Alfonso Luengo Poblete, trabajador, domiciliado en calle Las Rosas Nº 355, Villa General Mackenna, block 2, departamento 21, Quillota deduce demanda de indemnización de perjuicios por responsabilidad extracontractual en contra de la Dirección Regional de Riego, ente público, representada por don Fernando Herrera Ruiz, gerente Director Regional, ambos domiciliados en Camino Internacional s/n Tabolango, Quillota y, contra la sociedad Navarrete y Díaz Cumsille Ingenieros Civiles S.A. empresa contratista en obras civiles, representada por don Patricio Navarrete Suárez, ambos domiciliados en calle Olivares Nº 1229, piso 8, Santiago. Manifiesta que el día 12 de agosto de 1995, aproximadamente a las 9,30 horas A.M. mientras se desempeñaba como bodeguero de la empresa Navarrete y Díaz Cumsille Ingenieros Civiles S.A., en la obra denominada “Mejoramiento Canal de Regadío Waddington” en el sector rural llamado El Cajón de San Pedro, Quillota, en los instantes que junto al jornalero ayudante de bodega Mario Serrano, guardaban una placa compactadora que estaba en el exterior de un barracón o caballeriza, que se encontraba abandonado y que se habilitó como bodega a campo abierto, sufrió un grave accidente del trabajo que le ocasionó lesiones. Que el accidente tiene su causa en el actuar negligente y falta de cuidado de las demandadas o sus agentes, ya que las lesiones fueron causadas por un golpe de un fierro de 10 mm. que se cruzó en forma totalmente sorpresiva en su camino, sin tener posibilidad alguna de esquivarlo; que el fierro se soltó con gran fuerza debido a la acción de riesgo que realizaron en dicho momento dos trabajadores de la empresa, quienes antes de proceder a cortar los fierros, trataron de enderezarlos en forma irregular, atando una de las puntas del rollo de fierro a una retroexcavadora y la otra punta a un árbol, que al alejarse la retroexcavadora del árbol el rollo de fierro se tensó, se cortó, se chicoteó con fuerza, le golpeó en forma violenta, para terminar lanzándolo a una distancia de tres metros del lugar donde se encontraba. Que el accidente se debió a la falta de cuidado y negligencia inexcusable de los enfierradores y especialmente del operador de la máquina señor Juan Mendoza que utilizó la retroexcavadora en forma totalmente indebida; que los jornaleros enfierradores habían sido contratados por la empresa como especialistas en el cortado de rollos de fierro, en forma manual; que ha existido descuido, falta de cuidado y negligencia por parte de la empresa demandada al contratar sus trabajadores; que en idéntica culpa ha incurrido la Dirección de Riego, porque para la ejecución de los trabajos del canal no contrató una empresa diligente en la elección y control de sus trabajadores; que la empresa demandada no obstante tener trabajando en la ejecución de la citada obra, más de cincuenta trabajadores, no contaba con un experto en prevención de riesgo como lo ordena la ley; que desde el accidente, los representantes de la empresa nunca se han preocupado de su situación. Agrega que debido al golpe recibido se le desplazó la rótula, platillos tibiales, cortó tendones, ligamentos y provocó fractura ósea grave. Que le dañó el sistema neurológico periférico; se le paralizó el pie derecho. Le adaptaron prótesis metálica suspendida con pernos apoyada con una prótesis. Que como secuela del accidente los territorios neurológicos se encuentran irreversiblemente dañados, se le produjo una parálisis en el pie derecho, tiene carencia de movimientos en los dedos de los pies, carencia de sensibilidad, alteración de estabilidad, falta de apoyo, pérdida del equilibrio, dolor e inflamación permanente a la altura de la rodilla reconstruida, falta de flexibilidad por la prótesis metálica implantada. Que como consecuencia del accidente ha debido ser operado en varias oportunidades, efectuándose reparación de una grave fractura del platillo tibial interno y de los ligamentos de la rodilla; que presentó una lesión de nervio ciático popliteo externo que aún persiste y sobre el cual no le efectuaron intervenciones quirúrgicas. Que la rodilla presenta deformación en varo (sic) y un rango de movilidad activa y

702

I. SENTENCIA DE PRIMER GRADO

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol N°: 4019-2003 Cita online: CL/JUR/724/2004

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol N°: 4019-2003 Cita online: CL/JUR/724/2004

I. SENTENCIA DE PRIMER GRADO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Quillota, dos de diciembre de dos mil dos. VISTOS: A fs. 4, don Marcos Alfonso Luengo Poblete, trabajador, domiciliado en calle Las Rosas Nº 355, Villa General Mackenna, block 2, departamento 21, Quillota deduce demanda de indemnización de perjuicios por responsabilidad extracontractual en contra de la Dirección Regional de Riego, ente público, representada por don Fernando Herrera Ruiz, gerente Director Regional, ambos domiciliados en Camino Internacional s/n Tabolango, Quillota y, contra la sociedad Navarrete y Díaz Cumsille Ingenieros Civiles S.A. empresa contratista en obras civiles, representada por don Patricio Navarrete Suárez, ambos domiciliados en calle Olivares Nº 1229, piso 8, Santiago. Manifiesta que el día 12 de agosto de 1995, aproximadamente a las 9,30 horas A.M. mientras se desempeñaba como bodeguero de la empresa Navarrete y Díaz Cumsille Ingenieros Civiles S.A., en la obra denominada “Mejoramiento Canal de Regadío Waddington” en el sector rural llamado El Cajón de San Pedro, Quillota, en los instantes que junto al jornalero ayudante de bodega Mario Serrano, guardaban una placa compactadora que estaba en el exterior de un barracón o caballeriza, que se encontraba abandonado y que se habilitó como bodega a campo abierto, sufrió un grave accidente del trabajo que le ocasionó lesiones. Que el accidente tiene su causa en el actuar negligente y falta de cuidado de las demandadas o sus agentes, ya que las lesiones fueron causadas por un golpe de un fierro de 10 mm. que se cruzó en forma totalmente sorpresiva en su camino, sin tener posibilidad alguna de esquivarlo; que el fierro se soltó con gran fuerza debido a la acción de riesgo que realizaron en dicho momento dos trabajadores de la empresa, quienes antes de proceder a cortar los fierros, trataron de enderezarlos en forma irregular, atando una de las puntas del rollo de fierro a una retroexcavadora y la otra punta a un árbol, que al alejarse la retroexcavadora del árbol el rollo de fierro se tensó, se cortó, se chicoteó con fuerza, le golpeó en forma violenta, para terminar lanzándolo a una distancia de tres metros del lugar donde se encontraba. Que el accidente se debió a la falta de cuidado y negligencia inexcusable de los enfierradores y especialmente del operador de la máquina señor Juan Mendoza que utilizó la retroexcavadora en forma totalmente indebida; que los jornaleros enfierradores habían sido contratados por la empresa como especialistas en el cortado de rollos de fierro, en forma manual; que ha existido descuido, falta de cuidado y negligencia por parte de la empresa demandada al contratar sus trabajadores; que en idéntica culpa ha incurrido la Dirección de Riego, porque para la ejecución de los trabajos del canal no contrató una empresa diligente en la elección y control de sus trabajadores; que la empresa demandada no obstante tener trabajando en la ejecución de la citada obra, más de cincuenta trabajadores, no contaba con un experto en prevención de riesgo como lo ordena la ley; que desde el accidente, los representantes de la empresa nunca se han preocupado de su situación. Agrega que debido al golpe recibido se le desplazó la rótula, platillos tibiales, cortó tendones, ligamentos y provocó fractura ósea grave. Que le dañó el sistema neurológico periférico; se le paralizó el pie derecho. Le adaptaron prótesis metálica suspendida con pernos apoyada con una prótesis. Que como secuela del accidente los territorios neurológicos se encuentran irreversiblemente dañados, se le produjo una parálisis en el pie derecho, tiene carencia de movimientos en los dedos de los pies, carencia de sensibilidad, alteración de estabilidad, falta de apoyo, pérdida del equilibrio, dolor e inflamación permanente a la altura de la rodilla reconstruida, falta de flexibilidad por la prótesis metálica implantada. Que como consecuencia del accidente ha debido ser operado en varias oportunidades, efectuándose reparación de una grave fractura del platillo tibial interno y de los ligamentos de la rodilla; que presentó una lesión de nervio ciático popliteo externo que aún persiste y sobre el cual no le efectuaron intervenciones quirúrgicas. Que la rodilla presenta deformación en varo (sic) y un rango de movilidad activa y

702

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

703

pasiva desde 0º a 100, con ruidos de crepitación patelofemoral importantes y dolor a la palpitación del cartílago rotuliano. Que también a raíz del accidente sufre de diabetes mellitus, trastorno ansioso depresivo crónico, problemas cardiovasculares, pérdida visual, gastritis aguda declarada por exceso de fármacos; que las demandadas son responsables extracontractualmente en mérito de las normas legales y reglamentos de la Ley de Accidentes del Trabajo, Código Civil y reglamento sobre condiciones sanitarias y ambientales; que el caso que lo afecta constituye un cuasidelito civil; que la empresa demandada es responsable por el hecho propio, porque había establecido un sistema de trabajo inseguro, sin supervisión y sin elementos de seguridad; que la causa del daño que se le ha ocasionado proviene de la violación de una obligación determinada, impuesta por la ley o un reglamento, culpa contra la legalidad. Que los perjuicios que demanda, de acuerdo a los hechos expuestos, se debe a la negligencia y falta de cuidado de la demandada, pues ha sufrido un daño, el cual tiene las calidades de material y moral, el que de acuerdo con las normas legales invocadas, es indemnizable. Que los perjuicios que demanda están constituidos por el daño material, en atención a que las lesiones sufridas le provocaron una pérdida en forma definitiva de su capacidad de trabajo equivalentes a un 40%; que su remuneración promedio mensual, de tres meses anteriores a la fecha del accidente era de $ 207.864. Que el accidente le ocasionó un grado de incapacidad laboral definitiva equivalente a un 40%. Que su edad a la fecha del accidente era de 56 años y 10 días. Que a la fecha del accidente le quedaba una vida laboral útil íntegra de 108 meses, que deberá ser multiplicado por $ 83.146 suma que representa el 40 por ciento de la pérdida de su capacidad de ganancia, por lo que resulta un daño material por concepto de lucro cesante la suma de $ 8.979.768. Que por todo ello, ha sufrido trastornos depresivos y ansiosos y su grupo familiar ha visto disminuida fuertemente su calidad de vida, por lo que demanda por concepto de daño moral, la suma de $ 150.000.000. Termina solicitando que se tenga por interpuesta demanda por responsabilidad civil extracontractual, en contra de las demandadas y en definitiva se dé lugar a ella, condenándola a que pague la suma de $ 8.979.768 por concepto de lucro cesante y $ 150.000.000 por concepto de daño moral, más reajustes que corresponda aplicar desde la fecha de su pago efectivo o la suma que el Tribunal fije, con costas. A fs. 78, la empresa demandada contesta la demanda. A fs. 80, el demandante acusa rebeldía respecto de la contestación de la demanda por parte de la Dirección Regional de Riego y replica en contestación de la demanda de la empresa demandada. A fs. 95 vta., se tuvo por contestada la demanda en rebeldía de la Dirección Regional de Riego. A fs. 98, la empresa demandada duplica. A fs. 103, el actor se desiste de la demanda respecto de la parte de la Dirección Regional de Riego. A fs. 106, se llevó a efecto el comparendo de conciliación, la cual no se produjo. A fs. 107, se recibió la causa a prueba. De fs. 120 a 237, rolan documentos acompañados por el actor. De fs. 252 a 256, rota prueba testimonial ofrecida por el actor. A fs. 297, rola continuación de la testimonial ofrecida por el demandante. De fs. 339 a 340, rola continuación de la prueba testimonial de la demandante. A fs. 348, rola diligencia de exhibición de documentos de los cuales se acompañaron copias, las que rolan desde fs. 342 a 347. A fs. 351 el representante de la empresa demandada absuelve posiciones al tenor del pliego que rola a fs. 349 y 350. A fs. 352, la demandada formula un téngase presente. A fs. 486, rola informe del Servicio de Salud Viña del Mar Quillota. De fs. 498 a 535, rolan documentos e informe pericial evacuado por el perito designado en autos. A fs. 602, se citó a las partes para oír sentencia. CONSIDERANDO: PRIMERO: Que don Marcos Alfonso Luengo Poblete, interpone demanda por responsabilidad civil extracontractual en contra de la Dirección Regional de Riego y la Sociedad Navarrete y Díaz Cumsille Ingenieros Civiles S.A., a fin que se la condene a pagarle la suma de $ 8.979.768 por concepto de lucro

pasiva desde 0º a 100, con ruidos de crepitación patelofemoral importantes y dolor a la palpitación del cartílago rotuliano. Que también a raíz del accidente sufre de diabetes mellitus, trastorno ansioso depresivo crónico, problemas cardiovasculares, pérdida visual, gastritis aguda declarada por exceso de fármacos; que las demandadas son responsables extracontractualmente en mérito de las normas legales y reglamentos de la Ley de Accidentes del Trabajo, Código Civil y reglamento sobre condiciones sanitarias y ambientales; que el caso que lo afecta constituye un cuasidelito civil; que la empresa demandada es responsable por el hecho propio, porque había establecido un sistema de trabajo inseguro, sin supervisión y sin elementos de seguridad; que la causa del daño que se le ha ocasionado proviene de la violación de una obligación determinada, impuesta por la ley o un reglamento, culpa contra la legalidad. Que los perjuicios que demanda, de acuerdo a los hechos expuestos, se debe a la negligencia y falta de cuidado de la demandada, pues ha sufrido un daño, el cual tiene las calidades de material y moral, el que de acuerdo con las normas legales invocadas, es indemnizable. Que los perjuicios que demanda están constituidos por el daño material, en atención a que las lesiones sufridas le provocaron una pérdida en forma definitiva de su capacidad de trabajo equivalentes a un 40%; que su remuneración promedio mensual, de tres meses anteriores a la fecha del accidente era de $ 207.864. Que el accidente le ocasionó un grado de incapacidad laboral definitiva equivalente a un 40%. Que su edad a la fecha del accidente era de 56 años y 10 días. Que a la fecha del accidente le quedaba una vida laboral útil íntegra de 108 meses, que deberá ser multiplicado por $ 83.146 suma que representa el 40 por ciento de la pérdida de su capacidad de ganancia, por lo que resulta un daño material por concepto de lucro cesante la suma de $ 8.979.768. Que por todo ello, ha sufrido trastornos depresivos y ansiosos y su grupo familiar ha visto disminuida fuertemente su calidad de vida, por lo que demanda por concepto de daño moral, la suma de $ 150.000.000. Termina solicitando que se tenga por interpuesta demanda por responsabilidad civil extracontractual, en contra de las demandadas y en definitiva se dé lugar a ella, condenándola a que pague la suma de $ 8.979.768 por concepto de lucro cesante y $ 150.000.000 por concepto de daño moral, más reajustes que corresponda aplicar desde la fecha de su pago efectivo o la suma que el Tribunal fije, con costas. A fs. 78, la empresa demandada contesta la demanda. A fs. 80, el demandante acusa rebeldía respecto de la contestación de la demanda por parte de la Dirección Regional de Riego y replica en contestación de la demanda de la empresa demandada. A fs. 95 vta., se tuvo por contestada la demanda en rebeldía de la Dirección Regional de Riego. A fs. 98, la empresa demandada duplica. A fs. 103, el actor se desiste de la demanda respecto de la parte de la Dirección Regional de Riego. A fs. 106, se llevó a efecto el comparendo de conciliación, la cual no se produjo. A fs. 107, se recibió la causa a prueba. De fs. 120 a 237, rolan documentos acompañados por el actor. De fs. 252 a 256, rota prueba testimonial ofrecida por el actor. A fs. 297, rola continuación de la testimonial ofrecida por el demandante. De fs. 339 a 340, rola continuación de la prueba testimonial de la demandante. A fs. 348, rola diligencia de exhibición de documentos de los cuales se acompañaron copias, las que rolan desde fs. 342 a 347. A fs. 351 el representante de la empresa demandada absuelve posiciones al tenor del pliego que rola a fs. 349 y 350. A fs. 352, la demandada formula un téngase presente. A fs. 486, rola informe del Servicio de Salud Viña del Mar Quillota. De fs. 498 a 535, rolan documentos e informe pericial evacuado por el perito designado en autos. A fs. 602, se citó a las partes para oír sentencia. CONSIDERANDO: PRIMERO: Que don Marcos Alfonso Luengo Poblete, interpone demanda por responsabilidad civil extracontractual en contra de la Dirección Regional de Riego y la Sociedad Navarrete y Díaz Cumsille Ingenieros Civiles S.A., a fin que se la condene a pagarle la suma de $ 8.979.768 por concepto de lucro ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

703

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

cesante y $ 150.000.000 por concepto de daño moral, más reajustes desde la fecha de su pago efectivo o la cantidad que por concepto de indemnización fije el Tribunal, con costas. Funda su acción en el accidente que sufrió el día 12 de agosto de 1995, en el sector de El Cajón de San Pedro en la obra “Mejoramiento Canal de Regadío Waddington”, mientras se desempeñaba como bodeguero de la empresa antes mencionada, en los instantes en que junto al jornalero ayudante de bodega Mario Serrano, guardaban una placa compactadora en un barracón que se habilitó como bodega, que el accidente tiene su causa en el actuar negligente y falto de cuidado de las demandadas o sus agentes; que las lesiones fueron causadas por el golpe de un fierro de 10 mm. que se cruzó en forma totalmente sorpresiva en su camino sin tener posibilidad alguna de esquivarlo, que el fierro se soltó con gran fuerza debido a la acción de riesgo que realizaran dos trabajadores de la empresa demandada, quienes antes de proceder a cortar los fierros, trataron de enderezarlos en forma irregular, atando una de las puntas del rollo de fierro a una retroexcavadora y la otra punta a un árbol; que al alejarse la retroexcavadora el rollo de fierro se tensó cortándose, chicoteándose con fuerza, golpeándolo en forma violenta, para terminar lanzándolo a una distancia de tres metros del lugar donde se encontraba; que el accidente se debió a la falta de cuidado y negligencia inexcusable de los enfierradores y especialmente del operador de la máquina, Juan Mendoza, que utilizó la retroexcavadora en forma indebida; que los jornaleros enfierradores habían sido contratados por la empresa como especialistas en el cortado de rollos de fierro en forma manual; que ha existido descuido y negligencia por parte de la empresa al momento de contratar a sus trabajadores; que en idéntica culpa incurrió la Dirección de Riego porque para la ejecución de los trabajos del canal no contrató una empresa diligente en la elección y control de sus trabajadores, que la empresa demandada no contaba con un experto en prevención de riesgos; que debido al golpe se le desplazó la rótula, platillos tibiales, cortó tendones, ligamentos y provocó fractura ósea grave; que se dañó el sistema neurológico periférico, se le paralizó el pié derecho, Instalándose una prótesis; que ha debido ser operado en varias oportunidades; que presentó lesión del nervio ciático, que aún persiste y que no fue operado; que la rodilla presenta deformación, falta de movilidad y dolor; que también sufre actualmente diabetes mellitus, trastorno ansioso depresivo crónico, problemas cardiovasculares, pérdida visual, gastritis aguda por exceso de fármacos; que las demandadas son responsables extracontractualmente en mérito de la Ley de Accidentes del Trabajo y Código Civil y reglamento sobre condiciones sanitarias ambientales; que el caso que lo afecta constituye un cuasidelito civil; que la empresa demandada es responsable por el hecho propio, porque había establecido un sistema de trabajo, inseguro, sin supervisión y sin elementos de seguridad; que la causa del daño que se le ha ocasionado proviene de la violación de una obligación determinada impuesta por la ley o un reglamento culpa contra la legalidad que los perjuicios que demanda están constituidos por el daño material, en atención a que las lesiones sufridas le provocaron una pérdida en forma definitiva de su capacidad de trabajo equivalente a un 40%; que su remuneración promedio mensual a la fecha del accidente era de $ 207.864 y, a esa época tenía 56 años y 10 días y la vida laboral útil de un trabajador chileno es de 65 años; que en consecuencia, el daño por concepto de lucro cesante es de $ 8.979.768 que por todo ello ha sufrido trastornos depresivos y ansiosos y su grupo familiar ha visto disminuida su calidad de vida por lo que demanda por concepto de daño moral la suma de $ 150.000.000. SEGUNDO: Que la demandada Navarrete y Díaz Cumsille Ingenieros Civiles S.A. contestando la demanda, solicita el rechazo de la misma con costas. Sostiene que es una persona jurídica que no puede obrar negligentemente porque ello es una conducta propia de los seres humanos y ninguno de sus agentes ha sido mencionado como autor de un hecho culpable o negligente; que el actor asevera haber sido el bodeguero de la empresa y estarían a su cargo los materiales y la seguridad de la manipulación de los mismos, por lo que mal podría atribuirse culpa o negligencia a terceras personas; que el bodeguero debe dar las instrucciones pertinentes y si él tuvo la imprudencia de ubicarse en el lugar en que se estiraba el fierro, la causa del accidente sería de su propio actuar; que no reconoce el daño que dice haber sufrido el actor; que se refiere a perjuicios indirectos como la gastritis, diabetes y trastornos depresivos crónicos que no son consecuencia inmediata del accidente; que el actor no dirige acción en contra del operador de la máquina, a quien individualiza; tampoco indica quien o quienes, en calidad de dependientes de la empresa, habían establecido un sistema de trabajo inseguro, hecho esencial para determinar la responsabilidad extracontractual; que ello también importa para que su parte tenga

704

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

cesante y $ 150.000.000 por concepto de daño moral, más reajustes desde la fecha de su pago efectivo o la cantidad que por concepto de indemnización fije el Tribunal, con costas. Funda su acción en el accidente que sufrió el día 12 de agosto de 1995, en el sector de El Cajón de San Pedro en la obra “Mejoramiento Canal de Regadío Waddington”, mientras se desempeñaba como bodeguero de la empresa antes mencionada, en los instantes en que junto al jornalero ayudante de bodega Mario Serrano, guardaban una placa compactadora en un barracón que se habilitó como bodega, que el accidente tiene su causa en el actuar negligente y falto de cuidado de las demandadas o sus agentes; que las lesiones fueron causadas por el golpe de un fierro de 10 mm. que se cruzó en forma totalmente sorpresiva en su camino sin tener posibilidad alguna de esquivarlo, que el fierro se soltó con gran fuerza debido a la acción de riesgo que realizaran dos trabajadores de la empresa demandada, quienes antes de proceder a cortar los fierros, trataron de enderezarlos en forma irregular, atando una de las puntas del rollo de fierro a una retroexcavadora y la otra punta a un árbol; que al alejarse la retroexcavadora el rollo de fierro se tensó cortándose, chicoteándose con fuerza, golpeándolo en forma violenta, para terminar lanzándolo a una distancia de tres metros del lugar donde se encontraba; que el accidente se debió a la falta de cuidado y negligencia inexcusable de los enfierradores y especialmente del operador de la máquina, Juan Mendoza, que utilizó la retroexcavadora en forma indebida; que los jornaleros enfierradores habían sido contratados por la empresa como especialistas en el cortado de rollos de fierro en forma manual; que ha existido descuido y negligencia por parte de la empresa al momento de contratar a sus trabajadores; que en idéntica culpa incurrió la Dirección de Riego porque para la ejecución de los trabajos del canal no contrató una empresa diligente en la elección y control de sus trabajadores, que la empresa demandada no contaba con un experto en prevención de riesgos; que debido al golpe se le desplazó la rótula, platillos tibiales, cortó tendones, ligamentos y provocó fractura ósea grave; que se dañó el sistema neurológico periférico, se le paralizó el pié derecho, Instalándose una prótesis; que ha debido ser operado en varias oportunidades; que presentó lesión del nervio ciático, que aún persiste y que no fue operado; que la rodilla presenta deformación, falta de movilidad y dolor; que también sufre actualmente diabetes mellitus, trastorno ansioso depresivo crónico, problemas cardiovasculares, pérdida visual, gastritis aguda por exceso de fármacos; que las demandadas son responsables extracontractualmente en mérito de la Ley de Accidentes del Trabajo y Código Civil y reglamento sobre condiciones sanitarias ambientales; que el caso que lo afecta constituye un cuasidelito civil; que la empresa demandada es responsable por el hecho propio, porque había establecido un sistema de trabajo, inseguro, sin supervisión y sin elementos de seguridad; que la causa del daño que se le ha ocasionado proviene de la violación de una obligación determinada impuesta por la ley o un reglamento culpa contra la legalidad que los perjuicios que demanda están constituidos por el daño material, en atención a que las lesiones sufridas le provocaron una pérdida en forma definitiva de su capacidad de trabajo equivalente a un 40%; que su remuneración promedio mensual a la fecha del accidente era de $ 207.864 y, a esa época tenía 56 años y 10 días y la vida laboral útil de un trabajador chileno es de 65 años; que en consecuencia, el daño por concepto de lucro cesante es de $ 8.979.768 que por todo ello ha sufrido trastornos depresivos y ansiosos y su grupo familiar ha visto disminuida su calidad de vida por lo que demanda por concepto de daño moral la suma de $ 150.000.000. SEGUNDO: Que la demandada Navarrete y Díaz Cumsille Ingenieros Civiles S.A. contestando la demanda, solicita el rechazo de la misma con costas. Sostiene que es una persona jurídica que no puede obrar negligentemente porque ello es una conducta propia de los seres humanos y ninguno de sus agentes ha sido mencionado como autor de un hecho culpable o negligente; que el actor asevera haber sido el bodeguero de la empresa y estarían a su cargo los materiales y la seguridad de la manipulación de los mismos, por lo que mal podría atribuirse culpa o negligencia a terceras personas; que el bodeguero debe dar las instrucciones pertinentes y si él tuvo la imprudencia de ubicarse en el lugar en que se estiraba el fierro, la causa del accidente sería de su propio actuar; que no reconoce el daño que dice haber sufrido el actor; que se refiere a perjuicios indirectos como la gastritis, diabetes y trastornos depresivos crónicos que no son consecuencia inmediata del accidente; que el actor no dirige acción en contra del operador de la máquina, a quien individualiza; tampoco indica quien o quienes, en calidad de dependientes de la empresa, habían establecido un sistema de trabajo inseguro, hecho esencial para determinar la responsabilidad extracontractual; que ello también importa para que su parte tenga

704

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

705

derecho a defensa puesto que sólo si determina la persona responsable del accidente puede el empresario hacer cesar su obligación en los términos señalados en los artículos 2320 del Código Civil, como también para obtener acciones de reembolso en los términos del artículo 2325 del mismo cuerpo legal; que la responsabilidad del empresario es sólo objetiva, debiendo probarse la negligencia y la relación de dependencia entre el negligente y la empresa responsable; que el actor habla de hechos propios de la infracción del artículo 184 del Código del Trabajo y del decreto supremo 745, pero los fundamentos que señala no son concordantes con las instituciones invocadas; que finalmente las sumas que demanda son absolutamente desproporcionadas. TERCERO: Que a fs. 103, la parte demandante se desistió de la acción dirigida en contra de la Dirección Regional de Riego. CUARTO: Que en la réplica, el actor manifiesta que las personas jurídicas sí tienen responsabilidad civil; que no es efectivo que por su cargo de bodeguero diera las instrucciones al personal que manipulaba materiales a su cargo, y si así fuera, ello revela la negligencia de la empresa en la organización del trabajo; que la jurisprudencia ha sido reiterativa en señalar que no es necesaria la individualización del causante inmediato del daño cuando se hace efectiva la responsabilidad del empresario por los hechos de sus dependientes; que no es efectivo que se estén demandando perjuicios indirectos; que en el accidente no existió caso fortuito ni fuerza mayor y pudo evitarse el percance mediante una buena implementación de elementos de trabajo, medios de control, fiscalización, supervigilancia, sincronización y orden; que el factor generador de la culpa está en el actuar negligente, en su sentido más amplio, de la empresa. QUINTO: Que en la dúplica, la empresa demandada reitera los argumentos vertidos en la contestación, señalando que se la ha demandado como responsable por el hecho propio, por lo que no corresponde aplicar los artículos 2320 y siguientes del Código Civil; agrega que el lucro cesante que demanda el actor, ascendente a $ 8.979768 se encuentra largamente compensado por el pago que ha recibido y que seguirá recibiendo de una pensión por invalidez prematura que le ha otorgado la Mutual de Seguridad de la Cámara Chilena de la Construcción. SEXTO: Que para acreditar sus aseveraciones el actor acompañó los instrumentos rolantes a fs. 1, 2 y 3 fotocopias de libreta de matrimonio, de resolución Nº 027 de la comisión de evaluación de incapacidad por accidentes del trabajo y de su contrato de trabajo con la demandada; los de fs. 120 y siguientes, que individualiza y enumera a fs. 238 y que se refieren fundamentalmente a comprobantes de pago por prestaciones de salud; Instrumentos, todos, que no fueron objeto de reparos. SÉPTIMO: Que también esta parte hizo declarar a los testigos Fairuz Chalhub, Mario Serrano Vásquez, Maribel Jara Carrasco, Carmen Gómez Cuevas, Christian Pablo Pérez Núñez, Margarita Ivonne Olivares Cisternas, de los cuales cinco se refieren a los padecimientos físicos y sicológicos que ha experimentado el actor y a los gastos en que suponen ha incurrido con ocasión del accidente que sufriera mientras trabajaba; señalando su médico tratante que aquél presentaba secuela traumática de extremidad inferior, diabetes y trastornos de su estado emocional. Por su parte, el testigo Mario Serrano Vásquez se refiere A las circunstancias en que el demandante resultó afectado en su pierna, indicando que ello ocurrió cuando unos enfierradores estiraban un cable con la ayuda de la retroexcavadora y el demandante ingresaba una máquina a la bodega; que mientras se realizaba la faena, el cable se estiró violentamente golpeando la pierna de aquél; agrega que la empresa tenía un capataz para fiscalizar el cumplimiento de las obras pero que el día del accidente no estaba; que no había experto en prevención de riesgos ni comité paritario ni se deban charlas de seguridad a los trabajadores; que había otras formas de estirar el fierro, pero que los trabajadores usaron la mencionada porque trabajaban a trato y era más rápida; que en el lugar donde ocurrió el hecho había cinco personas y las zonas de trabajo de cada una estaban demarcadas; que la maniobra realizada no fue advertida a los restantes trabajadores; que no sabe si la empresa estaba atrasada con los trabajos; que el jefe más importante que había en el lugar, cuando se estiró el cable, era el actor, porque trabajaba por más de diez años en ella; que el demandante era también la persona encargada de entregar el fierro; que éste no podía haber evitado que se hiciera la labor como se realizó. OCTAVO: Que además, rindió la prueba confesional de fs. 351, diligencia en la que el gerente de la empresa demandada manifiesta que no supo del accidente sino hasta después de la demanda de au-

derecho a defensa puesto que sólo si determina la persona responsable del accidente puede el empresario hacer cesar su obligación en los términos señalados en los artículos 2320 del Código Civil, como también para obtener acciones de reembolso en los términos del artículo 2325 del mismo cuerpo legal; que la responsabilidad del empresario es sólo objetiva, debiendo probarse la negligencia y la relación de dependencia entre el negligente y la empresa responsable; que el actor habla de hechos propios de la infracción del artículo 184 del Código del Trabajo y del decreto supremo 745, pero los fundamentos que señala no son concordantes con las instituciones invocadas; que finalmente las sumas que demanda son absolutamente desproporcionadas. TERCERO: Que a fs. 103, la parte demandante se desistió de la acción dirigida en contra de la Dirección Regional de Riego. CUARTO: Que en la réplica, el actor manifiesta que las personas jurídicas sí tienen responsabilidad civil; que no es efectivo que por su cargo de bodeguero diera las instrucciones al personal que manipulaba materiales a su cargo, y si así fuera, ello revela la negligencia de la empresa en la organización del trabajo; que la jurisprudencia ha sido reiterativa en señalar que no es necesaria la individualización del causante inmediato del daño cuando se hace efectiva la responsabilidad del empresario por los hechos de sus dependientes; que no es efectivo que se estén demandando perjuicios indirectos; que en el accidente no existió caso fortuito ni fuerza mayor y pudo evitarse el percance mediante una buena implementación de elementos de trabajo, medios de control, fiscalización, supervigilancia, sincronización y orden; que el factor generador de la culpa está en el actuar negligente, en su sentido más amplio, de la empresa. QUINTO: Que en la dúplica, la empresa demandada reitera los argumentos vertidos en la contestación, señalando que se la ha demandado como responsable por el hecho propio, por lo que no corresponde aplicar los artículos 2320 y siguientes del Código Civil; agrega que el lucro cesante que demanda el actor, ascendente a $ 8.979768 se encuentra largamente compensado por el pago que ha recibido y que seguirá recibiendo de una pensión por invalidez prematura que le ha otorgado la Mutual de Seguridad de la Cámara Chilena de la Construcción. SEXTO: Que para acreditar sus aseveraciones el actor acompañó los instrumentos rolantes a fs. 1, 2 y 3 fotocopias de libreta de matrimonio, de resolución Nº 027 de la comisión de evaluación de incapacidad por accidentes del trabajo y de su contrato de trabajo con la demandada; los de fs. 120 y siguientes, que individualiza y enumera a fs. 238 y que se refieren fundamentalmente a comprobantes de pago por prestaciones de salud; Instrumentos, todos, que no fueron objeto de reparos. SÉPTIMO: Que también esta parte hizo declarar a los testigos Fairuz Chalhub, Mario Serrano Vásquez, Maribel Jara Carrasco, Carmen Gómez Cuevas, Christian Pablo Pérez Núñez, Margarita Ivonne Olivares Cisternas, de los cuales cinco se refieren a los padecimientos físicos y sicológicos que ha experimentado el actor y a los gastos en que suponen ha incurrido con ocasión del accidente que sufriera mientras trabajaba; señalando su médico tratante que aquél presentaba secuela traumática de extremidad inferior, diabetes y trastornos de su estado emocional. Por su parte, el testigo Mario Serrano Vásquez se refiere A las circunstancias en que el demandante resultó afectado en su pierna, indicando que ello ocurrió cuando unos enfierradores estiraban un cable con la ayuda de la retroexcavadora y el demandante ingresaba una máquina a la bodega; que mientras se realizaba la faena, el cable se estiró violentamente golpeando la pierna de aquél; agrega que la empresa tenía un capataz para fiscalizar el cumplimiento de las obras pero que el día del accidente no estaba; que no había experto en prevención de riesgos ni comité paritario ni se deban charlas de seguridad a los trabajadores; que había otras formas de estirar el fierro, pero que los trabajadores usaron la mencionada porque trabajaban a trato y era más rápida; que en el lugar donde ocurrió el hecho había cinco personas y las zonas de trabajo de cada una estaban demarcadas; que la maniobra realizada no fue advertida a los restantes trabajadores; que no sabe si la empresa estaba atrasada con los trabajos; que el jefe más importante que había en el lugar, cuando se estiró el cable, era el actor, porque trabajaba por más de diez años en ella; que el demandante era también la persona encargada de entregar el fierro; que éste no podía haber evitado que se hiciera la labor como se realizó. OCTAVO: Que además, rindió la prueba confesional de fs. 351, diligencia en la que el gerente de la empresa demandada manifiesta que no supo del accidente sino hasta después de la demanda de auACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

705

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

tos, y que no le constan las circunstancias del mismo, añade que la máquina retroexcavadora es de uso múltiple y puede levantar y tirar objetos, excavar y cargar; que la empresa tiene expertos en prevención de riesgos y que el demandante no tenía atribuciones para estar ni participar en las labores de la obra; que su tarea era recibir o entregar materiales dentro de la bodega y el control de la misma. NOVENO: Que esta parte rindió además la prueba pericial que corre desde fs. 498, evacuada por el experto en prevención de riesgos Guillermo Castillo Yáñez, informe que se basa fundamentalmente en los antecedentes que le proporciona el propio demandante y su apoderado como aparece a fs. 526 y siguientes. DÉCIMO: Que se agregó también a los autos el oficio rolante a fs. 536, remitido por la Mutual de Seguridad C.Ch.C. solicitado por el actor para aportar mayores antecedentes al perito, en el que se consigna que no se registró investigación del accidente, ya que por las características iniciales de su lesión no la ameritaba. DECIMOPRIMERO: Que con los elementos de prueba reseñados precedentemente y los antecedentes que surgen de lo señalado por las partes, ha podido darse por establecido que con ocasión de labores que efectuaban trabajadores de la empresa demandada, se produjo un accidente que afectó al demandado en su pierna derecha. DECIMOSEGUNDO: Que como consecuencia de ese hecho, el actor sufrió lesiones que requirieron intervenciones quirúrgicas que le dejaron secuelas traumáticas de su extremidad inferior y trastornos de su estado emocional de por vida, apareciendo otras patologías posteriormente. DECIMOSEGUNDO: Que también se acreditó que el demandante era el trabajador más antiguo de la empresa que se encontraba en el lugar al momento del accidente, desempeñando tareas de bodeguero, por lo que era el encargado, de la entrega de materiales. DECIMOTERCERO: Que la empresa demandada había ingresado a la Mutual de Seguridad, con fecha 01 de julio de 1977 y desde esa fecha se mantuvo con una tasa adicional inferior a la que correspondía por su actividad económica de construcción realizando desde 1984 diferentes obras, cumpliendo con la constitución de comité paritario y reglamento interno, teniendo, en agosto de 1995, como experto en prevención de riesgos a don Víctor Cuitiño Soto y como ingeniero administrador, a don Nicolás Ehler, ingeniero civil; hechos todos que se desprenden de los antecedentes enviados por las partes y por la entidad de seguridad al perito designado en autos, a su solicitud. DECIMOCUARTO: Que las áreas de trabajo en el lugar de las obras estaban delimitadas, por lo que disminuiría el riesgo para los trabajadores por las faenas realizadas. DECIMOQUINTO: Que entonces, las lesiones que sufrió el actor por el golpe que recibió mientras trabajadores de la empresa estiraban un cable de fierro se produjeron por su propio descuido, pues al estar laborando por más de 10 años en la empresa y ser el trabajador más antiguo en el lugar, no podía menos que conocer la dinámica interna de trabajo y la forma de realización de las diversas tareas, habida consideración asimismo que él fue quien proporcionó el material que posteriormente comenzaron a preparar los trabajadores. DECIMOSEXTO: Que el procedimiento empleado por los enfierradores para esta tarea era uno de los que se usaba en este trabajo y la maquinaria utilizada era la apropiada, de acuerdo a lo consignado en los antecedentes agregados al peritaje. DECIMOSÉPTIMO: Que como se indicó, la empresa contaba con experto en prevención de riesgos y se había entregado a los trabajadores el reglamento interno de orden y seguridad, circunstancias que refuerzan las conclusiones anteriores y permiten asimismo, adquirir la convicción que no existió la negligencia y falta de cuidado que imputa el actor a la demandada. DECIMOCTAVO: Que las conclusiones precedentes no han logrado ser desvirtuadas con lo que consigna el perito en su informe, pues éste el informe se fundamenta únicamente en la entrevista que formula al demandante y a su apoderado, sin considerar los antecedentes que le entregaron las partes y los organismos técnicos pertinentes, a su requerimiento, para evacuar la pericia; estimándose también insuficiente lo que depone el único testigo presencial de los hechos, quien laboró sólo durante cinco meses para la empresa, situación que hace suponer que no posee un conocimiento acabado del quehacer de la misma, habida consideración que parte de que sus dichos se contradicen con lo informado por la Mutual de Seguridad de la Cámara Chilena de la Construcción a fs. 501.

706

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

tos, y que no le constan las circunstancias del mismo, añade que la máquina retroexcavadora es de uso múltiple y puede levantar y tirar objetos, excavar y cargar; que la empresa tiene expertos en prevención de riesgos y que el demandante no tenía atribuciones para estar ni participar en las labores de la obra; que su tarea era recibir o entregar materiales dentro de la bodega y el control de la misma. NOVENO: Que esta parte rindió además la prueba pericial que corre desde fs. 498, evacuada por el experto en prevención de riesgos Guillermo Castillo Yáñez, informe que se basa fundamentalmente en los antecedentes que le proporciona el propio demandante y su apoderado como aparece a fs. 526 y siguientes. DÉCIMO: Que se agregó también a los autos el oficio rolante a fs. 536, remitido por la Mutual de Seguridad C.Ch.C. solicitado por el actor para aportar mayores antecedentes al perito, en el que se consigna que no se registró investigación del accidente, ya que por las características iniciales de su lesión no la ameritaba. DECIMOPRIMERO: Que con los elementos de prueba reseñados precedentemente y los antecedentes que surgen de lo señalado por las partes, ha podido darse por establecido que con ocasión de labores que efectuaban trabajadores de la empresa demandada, se produjo un accidente que afectó al demandado en su pierna derecha. DECIMOSEGUNDO: Que como consecuencia de ese hecho, el actor sufrió lesiones que requirieron intervenciones quirúrgicas que le dejaron secuelas traumáticas de su extremidad inferior y trastornos de su estado emocional de por vida, apareciendo otras patologías posteriormente. DECIMOSEGUNDO: Que también se acreditó que el demandante era el trabajador más antiguo de la empresa que se encontraba en el lugar al momento del accidente, desempeñando tareas de bodeguero, por lo que era el encargado, de la entrega de materiales. DECIMOTERCERO: Que la empresa demandada había ingresado a la Mutual de Seguridad, con fecha 01 de julio de 1977 y desde esa fecha se mantuvo con una tasa adicional inferior a la que correspondía por su actividad económica de construcción realizando desde 1984 diferentes obras, cumpliendo con la constitución de comité paritario y reglamento interno, teniendo, en agosto de 1995, como experto en prevención de riesgos a don Víctor Cuitiño Soto y como ingeniero administrador, a don Nicolás Ehler, ingeniero civil; hechos todos que se desprenden de los antecedentes enviados por las partes y por la entidad de seguridad al perito designado en autos, a su solicitud. DECIMOCUARTO: Que las áreas de trabajo en el lugar de las obras estaban delimitadas, por lo que disminuiría el riesgo para los trabajadores por las faenas realizadas. DECIMOQUINTO: Que entonces, las lesiones que sufrió el actor por el golpe que recibió mientras trabajadores de la empresa estiraban un cable de fierro se produjeron por su propio descuido, pues al estar laborando por más de 10 años en la empresa y ser el trabajador más antiguo en el lugar, no podía menos que conocer la dinámica interna de trabajo y la forma de realización de las diversas tareas, habida consideración asimismo que él fue quien proporcionó el material que posteriormente comenzaron a preparar los trabajadores. DECIMOSEXTO: Que el procedimiento empleado por los enfierradores para esta tarea era uno de los que se usaba en este trabajo y la maquinaria utilizada era la apropiada, de acuerdo a lo consignado en los antecedentes agregados al peritaje. DECIMOSÉPTIMO: Que como se indicó, la empresa contaba con experto en prevención de riesgos y se había entregado a los trabajadores el reglamento interno de orden y seguridad, circunstancias que refuerzan las conclusiones anteriores y permiten asimismo, adquirir la convicción que no existió la negligencia y falta de cuidado que imputa el actor a la demandada. DECIMOCTAVO: Que las conclusiones precedentes no han logrado ser desvirtuadas con lo que consigna el perito en su informe, pues éste el informe se fundamenta únicamente en la entrevista que formula al demandante y a su apoderado, sin considerar los antecedentes que le entregaron las partes y los organismos técnicos pertinentes, a su requerimiento, para evacuar la pericia; estimándose también insuficiente lo que depone el único testigo presencial de los hechos, quien laboró sólo durante cinco meses para la empresa, situación que hace suponer que no posee un conocimiento acabado del quehacer de la misma, habida consideración que parte de que sus dichos se contradicen con lo informado por la Mutual de Seguridad de la Cámara Chilena de la Construcción a fs. 501.

706

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

707

DECIMONOVENO: Que asimismo, a las declaraciones de la testigo Margarita Ivonne Olivares Cisternas (fs. 339) se le restará mérito probatorio en la parte que se refiere a las circunstancias que rodearon al accidente, pues dice conocerlas por lo que el propio demandante le ha contado. VIGÉSIMO: Que por todo lo razonado, deberá rechazarse la demanda interpuesta. Y de conformidad además con lo dispuesto en los artículos 1698 del Código Civil; 144, 170, 342, 346, 384, 399 y 425 del Código de Procedimiento Civil, se declara: No ha lugar a la demanda interpuesta en lo principal de fs. 4, sin costas por haber tenido el demandante motivo plausible para litigar. Déjese copia para el registro y notifíquese. Rol Nº 31.340. Pronunciada por doña Celia M. Olivares Ojeda, Juez Letrado Titular.

II. CORTE DE APELACIONES Valparaíso, veintiuno de agosto de dos mil tres. En cuanto al recurso de casación en la forma. VISTO: A fs. 616, la parte demandante ha interpuesto recurso de casación en la forma en contra de la sentencia de primer grado por haber incurrido la sentenciadora en la causal 5ª del artículo 768 del Código de Procedimiento Civil, en relación con el artículo 170 Nº 4 del mismo texto legal, esto es, haberse omitido las consideraciones de hecho y de derecho que sirvieron de fundamento al fallo, lo que se desprende de la sola lectura de los considerandos decimocuarto a vigésimo, de manera que solicita se haga lugar al recurso anulándose la aludida sentencia y dictando en su reemplazo otra que analizando adecuadamente la prueba rendida acoja en todas sus partes la demanda interpuesta. CON LO RELACIONADO Y CONSIDERANDO: Que si bien tal y como lo hace presente la recurrente, en la sentencia de primer grado se ha incurrido en la causal que se reclama, lo que se desprende de la sola lectura de dicho fallo, con lo que se incumplen los mandatos del artículo 170 del Código de Procedimiento Civil y del Auto Acordado de la Excma. Corte Suprema sobre la materia, el perjuicio que tal vicio ocasiona no sólo es reparable con la invalidación del fallo, si se tiene presente que la recurrente se alzó en su contra además por la vía ordinaria del recurso de apelación, de manera entonces que procede desestimar este recurso extraordinario. Y visto además lo dispuesto en los artículos 768 y siguientes del Código de Procedimiento Civil, se desestima el recurso de casación en la forma interpuesto por la actora en contra de la sentencia de primer grado de dos de diciembre del año 2002, escrita a fs. 603 y siguientes, la que no es nula. En cuanto al recurso de apelación. VISTO: Se reproduce la sentencia en alzada con las siguientes modificaciones: Se eliminan de sus considerandos el tercero y del decimotercero al vigésimo. En las citas del Código Civil se sustituye la del artículo 1.698 por la de los artículos 2.314, 2.320, 2.322 y 2.329 y se agrega a las del Código de Procedimiento Civil la del artículo 383. Y TENIENDO EN SU LUGAR Y ADEMÁS PRESENTE: PRIMERO: Que establecido como ha quedado, que el cable de acero que se pretendía enderezar utilizando para ello una máquina retroexcavadora, operación que efectuaban dependientes de la demandada, luego de amarrar uno de los extremos de dicho cable a un árbol, sufrió un corte mientras se realizaba la maniobra y que un extremo de aquél golpeó en una pierna al actor, quien desempeñaba sus funciones en el sector de la bodega, causándole así las lesiones de que dan cuenta los documentos por éste acompañados y no objetados, conllevando la maniobra antes descrita riesgos que debieron ser asumidos previamente por la demandada y resultando lesionado el actor mientras desempeñaba sus funciones, sin que pueda atribuirse a éste descuido o exposición al daño, las que por lo demás realizaba en un sitio distante a aquél en que ocurrió el siniestro, como por lo demás se desprende de la pericia de fs. 516 y siguientes, corresponde acoger la demanda interpuesta a fs. 4, en lo que respecta al daño

Valparaíso, veintiuno de agosto de dos mil tres. En cuanto al recurso de casación en la forma. VISTO: A fs. 616, la parte demandante ha interpuesto recurso de casación en la forma en contra de la sentencia de primer grado por haber incurrido la sentenciadora en la causal 5ª del artículo 768 del Código de Procedimiento Civil, en relación con el artículo 170 Nº 4 del mismo texto legal, esto es, haberse omitido las consideraciones de hecho y de derecho que sirvieron de fundamento al fallo, lo que se desprende de la sola lectura de los considerandos decimocuarto a vigésimo, de manera que solicita se haga lugar al recurso anulándose la aludida sentencia y dictando en su reemplazo otra que analizando adecuadamente la prueba rendida acoja en todas sus partes la demanda interpuesta. CON LO RELACIONADO Y CONSIDERANDO: Que si bien tal y como lo hace presente la recurrente, en la sentencia de primer grado se ha incurrido en la causal que se reclama, lo que se desprende de la sola lectura de dicho fallo, con lo que se incumplen los mandatos del artículo 170 del Código de Procedimiento Civil y del Auto Acordado de la Excma. Corte Suprema sobre la materia, el perjuicio que tal vicio ocasiona no sólo es reparable con la invalidación del fallo, si se tiene presente que la recurrente se alzó en su contra además por la vía ordinaria del recurso de apelación, de manera entonces que procede desestimar este recurso extraordinario. Y visto además lo dispuesto en los artículos 768 y siguientes del Código de Procedimiento Civil, se desestima el recurso de casación en la forma interpuesto por la actora en contra de la sentencia de primer grado de dos de diciembre del año 2002, escrita a fs. 603 y siguientes, la que no es nula. En cuanto al recurso de apelación. VISTO: Se reproduce la sentencia en alzada con las siguientes modificaciones: Se eliminan de sus considerandos el tercero y del decimotercero al vigésimo. En las citas del Código Civil se sustituye la del artículo 1.698 por la de los artículos 2.314, 2.320, 2.322 y 2.329 y se agrega a las del Código de Procedimiento Civil la del artículo 383. Y TENIENDO EN SU LUGAR Y ADEMÁS PRESENTE: PRIMERO: Que establecido como ha quedado, que el cable de acero que se pretendía enderezar utilizando para ello una máquina retroexcavadora, operación que efectuaban dependientes de la demandada, luego de amarrar uno de los extremos de dicho cable a un árbol, sufrió un corte mientras se realizaba la maniobra y que un extremo de aquél golpeó en una pierna al actor, quien desempeñaba sus funciones en el sector de la bodega, causándole así las lesiones de que dan cuenta los documentos por éste acompañados y no objetados, conllevando la maniobra antes descrita riesgos que debieron ser asumidos previamente por la demandada y resultando lesionado el actor mientras desempeñaba sus funciones, sin que pueda atribuirse a éste descuido o exposición al daño, las que por lo demás realizaba en un sitio distante a aquél en que ocurrió el siniestro, como por lo demás se desprende de la pericia de fs. 516 y siguientes, corresponde acoger la demanda interpuesta a fs. 4, en lo que respecta al daño

II. CORTE DE APELACIONES DECIMONOVENO: Que asimismo, a las declaraciones de la testigo Margarita Ivonne Olivares Cisternas (fs. 339) se le restará mérito probatorio en la parte que se refiere a las circunstancias que rodearon al accidente, pues dice conocerlas por lo que el propio demandante le ha contado. VIGÉSIMO: Que por todo lo razonado, deberá rechazarse la demanda interpuesta. Y de conformidad además con lo dispuesto en los artículos 1698 del Código Civil; 144, 170, 342, 346, 384, 399 y 425 del Código de Procedimiento Civil, se declara: No ha lugar a la demanda interpuesta en lo principal de fs. 4, sin costas por haber tenido el demandante motivo plausible para litigar. Déjese copia para el registro y notifíquese. Rol Nº 31.340. Pronunciada por doña Celia M. Olivares Ojeda, Juez Letrado Titular. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

707

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Santiago, quince de noviembre de dos mil cuatro. VISTOS: En los autos, rol Nº 31.340, caratulados “Luengo Poblete, Marcos con Dirección Regional de Riego y otro”, el Segundo Juzgado Civil de Quillota, por sentenció de dos de diciembre de dos mil dos, escrita a fojas 603, rechazó íntegramente la demanda de indemnización de perjuicios intentada, sin costas. La parte demandante se alzó, deduciendo recursos de casación en la forma y apelación y una de las Salas de la Corte de Apelaciones de Valparaíso, en fallo de veintiuno de agosto de dos mil tres, escrito a fojas 650, rechazó la nulidad por razones de forma y revocó el fallo recurrido, parcialmente, en la parte que rechazaba la indemnización por daño moral, y declaró, en su lugar, que se acoge la demanda en dicho rubro, condenando a la demandada Navarrete y Díaz Cumsille Ingenieros Civiles S.A. a pagar al actor por tal concepto la suma de $ 40.000.000 con los reajustes que experimente el Índice de Precios al Consumidor entre la fecha de la sentencia y el mes ante precedente a su pago efectivo, más los intereses para operaciones reajustables a contar desde que la demandada se encuentre en mora, sin costas. Se confirmó en lo demás apelado el aludido fallo. En contra de esta última decisión, la demandada deduce recurso de casación en la forma que pasan a analizarse. Se trajeron los autos en relación. CONSIDERANDO: PRIMERO: Que el demandado funda el recurso de nulidad formal que deduce, entre otras causales, en la del numeral 4º del artículo 768 del Código de Procedimiento Civil, esto es, en haberse otorgado más de lo pedido por las partes o extendiendo, la sentencia, a puntos no sometidos a la decisión del tribunal. Tal vicio lo configura, en primer lugar, el hecho que los sentenciadores resolvieron algo diferente a lo pedido en la demanda, al condenar a la empresa constructora Navarrete y Díaz Cumsille Ingenieros Civiles S.A., como si hubiese sido la única demandada. Explica que la acción indemnizatoria está dirigi-

708

III. SENTENCIA DE CASACIÓN

moral, por estimarse que el lucro cesante en ella reclamado y cuyo fundamento es el tiempo de vida laboral útil, atendido el porcentaje de incapacidad laboral no se encuentra debidamente acreditado en la causa. SEGUNDO: Que en efecto, de los antecedentes de autos, declaraciones de testigos y documentos acompañados, ya ponderados, consta que el accidente provocó al actor una serie de secuelas traumáticas y laborales de por vida, que además dificultaron el tratamiento de la diabetes lo que lleva a concluir que el demandante ha sufrido física y sicológicamente, lo que justifica acceder al pago de la indemnización por el daño moral y regulando prudencialmente el rubro que se acogerá se fija éste en la suma de $ 40.000.000 (cuarenta millones de pesos), con los reajustes que experimente el I.P.C., entre la fecha de esta sentencia y el mes ante precedente a su efectivo pago, más los intereses para operaciones reajustables a contar desde que la demandada se encuentre en mora. Y VISTO, además, lo dispuesto en los artículos 186 y siguientes del Código de Procedimiento Civil, se revoca la sentencia apelada de dos de diciembre del año dos mil dos, escrita a fs. 603 y siguientes, que rechaza la demanda interpuesta en lo principal de fs. 4 en cuanto a lo que en ella se reclama por concepto de daño moral, y en su lugar se declara que se acoge dicha demanda en dicho rubro y en consecuencia se condena a la demandada Navarrete y Díaz Cumsille Ingenieros Civiles S.A., representada por don Patricio Navarrete Suárez a pagar al actor Marcos Alfonso Luengo Poblete a título de indemnización de perjuicios por concepto de daño moral la suma de $ 40.000.000 (cuarenta millones de pesos) con los reajustes e intereses señalados en el considerando segundo de esta sentencia. No se condena en costas a la demandada por no haber sido totalmente vencida. Se confirma en lo demás apelado el aludido fallo. Regístrese y devuélvanse. Redacción del Ministro señor Martínez. Rol Nº 164.096. Pronunciado por los Ministros Titulares de la Iltma. Corte señores Manuel Silva Ibáñez, Patricio Martínez Sandoval y el Abogado Integrante señor Eduardo Uribe Mutis.

moral, por estimarse que el lucro cesante en ella reclamado y cuyo fundamento es el tiempo de vida laboral útil, atendido el porcentaje de incapacidad laboral no se encuentra debidamente acreditado en la causa. SEGUNDO: Que en efecto, de los antecedentes de autos, declaraciones de testigos y documentos acompañados, ya ponderados, consta que el accidente provocó al actor una serie de secuelas traumáticas y laborales de por vida, que además dificultaron el tratamiento de la diabetes lo que lleva a concluir que el demandante ha sufrido física y sicológicamente, lo que justifica acceder al pago de la indemnización por el daño moral y regulando prudencialmente el rubro que se acogerá se fija éste en la suma de $ 40.000.000 (cuarenta millones de pesos), con los reajustes que experimente el I.P.C., entre la fecha de esta sentencia y el mes ante precedente a su efectivo pago, más los intereses para operaciones reajustables a contar desde que la demandada se encuentre en mora. Y VISTO, además, lo dispuesto en los artículos 186 y siguientes del Código de Procedimiento Civil, se revoca la sentencia apelada de dos de diciembre del año dos mil dos, escrita a fs. 603 y siguientes, que rechaza la demanda interpuesta en lo principal de fs. 4 en cuanto a lo que en ella se reclama por concepto de daño moral, y en su lugar se declara que se acoge dicha demanda en dicho rubro y en consecuencia se condena a la demandada Navarrete y Díaz Cumsille Ingenieros Civiles S.A., representada por don Patricio Navarrete Suárez a pagar al actor Marcos Alfonso Luengo Poblete a título de indemnización de perjuicios por concepto de daño moral la suma de $ 40.000.000 (cuarenta millones de pesos) con los reajustes e intereses señalados en el considerando segundo de esta sentencia. No se condena en costas a la demandada por no haber sido totalmente vencida. Se confirma en lo demás apelado el aludido fallo. Regístrese y devuélvanse. Redacción del Ministro señor Martínez. Rol Nº 164.096. Pronunciado por los Ministros Titulares de la Iltma. Corte señores Manuel Silva Ibáñez, Patricio Martínez Sandoval y el Abogado Integrante señor Eduardo Uribe Mutis.

III. SENTENCIA DE CASACIÓN

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Santiago, quince de noviembre de dos mil cuatro. VISTOS: En los autos, rol Nº 31.340, caratulados “Luengo Poblete, Marcos con Dirección Regional de Riego y otro”, el Segundo Juzgado Civil de Quillota, por sentenció de dos de diciembre de dos mil dos, escrita a fojas 603, rechazó íntegramente la demanda de indemnización de perjuicios intentada, sin costas. La parte demandante se alzó, deduciendo recursos de casación en la forma y apelación y una de las Salas de la Corte de Apelaciones de Valparaíso, en fallo de veintiuno de agosto de dos mil tres, escrito a fojas 650, rechazó la nulidad por razones de forma y revocó el fallo recurrido, parcialmente, en la parte que rechazaba la indemnización por daño moral, y declaró, en su lugar, que se acoge la demanda en dicho rubro, condenando a la demandada Navarrete y Díaz Cumsille Ingenieros Civiles S.A. a pagar al actor por tal concepto la suma de $ 40.000.000 con los reajustes que experimente el Índice de Precios al Consumidor entre la fecha de la sentencia y el mes ante precedente a su pago efectivo, más los intereses para operaciones reajustables a contar desde que la demandada se encuentre en mora, sin costas. Se confirmó en lo demás apelado el aludido fallo. En contra de esta última decisión, la demandada deduce recurso de casación en la forma que pasan a analizarse. Se trajeron los autos en relación. CONSIDERANDO: PRIMERO: Que el demandado funda el recurso de nulidad formal que deduce, entre otras causales, en la del numeral 4º del artículo 768 del Código de Procedimiento Civil, esto es, en haberse otorgado más de lo pedido por las partes o extendiendo, la sentencia, a puntos no sometidos a la decisión del tribunal. Tal vicio lo configura, en primer lugar, el hecho que los sentenciadores resolvieron algo diferente a lo pedido en la demanda, al condenar a la empresa constructora Navarrete y Díaz Cumsille Ingenieros Civiles S.A., como si hubiese sido la única demandada. Explica que la acción indemnizatoria está dirigi-

708

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

709

da en contra de dos demandados la Dirección de Riego de la Quinta Región y la referida sociedad con el objeto de que fueran condenados a pagar al actor la suma de $ 150.000.000 por concepto de daño moral o la que determine el tribunal. Explica que con posterioridad, el actor se desistió de la demanda dirigida contra la Dirección de Riego, circunstancia que en nada alteró lo pedido en la demanda, pero produjo el efecto de dejar indeterminada la suma pretendida respecto de la otra parte contra la cual se siguió el juicio. Indica que con lo resuelto se ha contrariado el principio de identidad que debe respetar toda sentencia para que esté de acuerdo al mérito del proceso, como lo exige el artículo 160 del Código de Procedimiento Civil. En segundo lugar, señala que la sentencia atacada también incurre en el vicio de ultra petita al otorgar al demandante, adicionalmente a una abultada indemnización en relación al daño moral padecido, los reajustes que experimente el Índice de Precios al Consumidor entre la fecha de la sentencia, o sea, entre el 21 de agosto de 2003 y el mes precedente a su pago efectivo, más los intereses para operaciones reajustables a contar desde que la demandada se encuentre en mora. Esta decisión está reñida con lo pedido en la demanda, pues en ella se solicitó una indemnización por daño moral “más reajustes que corresponda aplicar desde la fecha de su pago efectivo”, es decir, no se solicitaron en la forma otorgada, ni se demandaron los intereses que se conceden en el fallo, excediendo así, lo pedido por el actor. SEGUNDO: Que constan de la causa los siguientes antecedentes: a) Según los términos de la demanda de fojas 4, la acción resarcitoria fue intentada por don Marcos Alfonso Luengo Poblete, contra la Dirección Regional de Riego y contra de la Sociedad Navarrete y Díaz Cumsille Ingenieros Civiles S.A. a fin de obtener el pago de todos los perjuicios tanto patrimoniales como morales, que dice haber sufrido con ocasión del accidente del trabajo padecido el 12 de agosto de 1995, en la obra llamada “mejoramiento Canal de Regadío Waddington”, de la localidad de San Pedro de Quillota; b) Las peticiones sometidas a consideración del tribunal, como se observa del libelo pretensor fueron, tener por interpuesta demanda de responsabilidad civil extracontractual en contra de las demandadas ya individualizadas, “admitirla a tramitación y en definitiva dar lugar a ella, condenándola a que me pague la suma de $ 8.979.768, por concepto de lucro cesante y $ 150.000.000 por concepto de daño moral, más reajustes que corresponda aplicar desde la fecha de su pago efectivo, o bien, la suma de dinero que por concepto de indemnización US. se sirva fijar de acuerdo con los principios de justicia y equidad que informan nuestra legislación, con costas”; c) La sociedad demandada en presentación de fojas 54, planteó un incidente de nulidad de todo lo obrado por falta de notificación válida de la demanda; y en subsidio, por incompetencia relativa del tribunal; desestimadas ambas incidencias como se lee a fojas 62 y 78 de autos, la demandada Navarrete y Díaz Cumsille Ingenieros Civiles S.A. contestó derechamente la demanda; d) Evacuada la dúplica por la empresa demandada, el actor se desistió de la demanda dirigida en contra de la Dirección de Riego V Región, lo que el tribunal aceptó, sin observación de la otra parte. TERCERO: Que, en relación al primer capítulo de la causal invocada en el recurso, se dirá que no se observa el vicio reclamado en la sentencia atacada, pues como reiteradamente lo ha decidido este tribunal, dicho defecto se configura cuando en la parte resolutiva del fallo los Jueces del grado se apartan de la cuestión controvertida, lo que no se observa de autos. En efecto, el tribunal estaba expresamente facultado para determinar las indemnizaciones que fueren de justicia, en conformidad al mérito de la causa y así lo decidieron los jueces recurridos, quienes, reconociendo el derecho del actor a ser indemnizado por los perjuicios morales sufridos, regularon su monto prudencialmente. CUARTO: Que, por otro lado, el actor en su libelo avaluó los daños reclamados señalando un monto en dinero sin ninguna otra argumentación y su demanda desde el punto de vista formal no mereció observación por parte de la demandada, por cuanto, como se advierte de los antecedentes, en su oportunidad, ésta no opuso la excepción dilatoria de ineptitud de libelo sí, como ahora pretende, la estimaba indeterminada o imprecisa.

da en contra de dos demandados la Dirección de Riego de la Quinta Región y la referida sociedad con el objeto de que fueran condenados a pagar al actor la suma de $ 150.000.000 por concepto de daño moral o la que determine el tribunal. Explica que con posterioridad, el actor se desistió de la demanda dirigida contra la Dirección de Riego, circunstancia que en nada alteró lo pedido en la demanda, pero produjo el efecto de dejar indeterminada la suma pretendida respecto de la otra parte contra la cual se siguió el juicio. Indica que con lo resuelto se ha contrariado el principio de identidad que debe respetar toda sentencia para que esté de acuerdo al mérito del proceso, como lo exige el artículo 160 del Código de Procedimiento Civil. En segundo lugar, señala que la sentencia atacada también incurre en el vicio de ultra petita al otorgar al demandante, adicionalmente a una abultada indemnización en relación al daño moral padecido, los reajustes que experimente el Índice de Precios al Consumidor entre la fecha de la sentencia, o sea, entre el 21 de agosto de 2003 y el mes precedente a su pago efectivo, más los intereses para operaciones reajustables a contar desde que la demandada se encuentre en mora. Esta decisión está reñida con lo pedido en la demanda, pues en ella se solicitó una indemnización por daño moral “más reajustes que corresponda aplicar desde la fecha de su pago efectivo”, es decir, no se solicitaron en la forma otorgada, ni se demandaron los intereses que se conceden en el fallo, excediendo así, lo pedido por el actor. SEGUNDO: Que constan de la causa los siguientes antecedentes: a) Según los términos de la demanda de fojas 4, la acción resarcitoria fue intentada por don Marcos Alfonso Luengo Poblete, contra la Dirección Regional de Riego y contra de la Sociedad Navarrete y Díaz Cumsille Ingenieros Civiles S.A. a fin de obtener el pago de todos los perjuicios tanto patrimoniales como morales, que dice haber sufrido con ocasión del accidente del trabajo padecido el 12 de agosto de 1995, en la obra llamada “mejoramiento Canal de Regadío Waddington”, de la localidad de San Pedro de Quillota; b) Las peticiones sometidas a consideración del tribunal, como se observa del libelo pretensor fueron, tener por interpuesta demanda de responsabilidad civil extracontractual en contra de las demandadas ya individualizadas, “admitirla a tramitación y en definitiva dar lugar a ella, condenándola a que me pague la suma de $ 8.979.768, por concepto de lucro cesante y $ 150.000.000 por concepto de daño moral, más reajustes que corresponda aplicar desde la fecha de su pago efectivo, o bien, la suma de dinero que por concepto de indemnización US. se sirva fijar de acuerdo con los principios de justicia y equidad que informan nuestra legislación, con costas”; c) La sociedad demandada en presentación de fojas 54, planteó un incidente de nulidad de todo lo obrado por falta de notificación válida de la demanda; y en subsidio, por incompetencia relativa del tribunal; desestimadas ambas incidencias como se lee a fojas 62 y 78 de autos, la demandada Navarrete y Díaz Cumsille Ingenieros Civiles S.A. contestó derechamente la demanda; d) Evacuada la dúplica por la empresa demandada, el actor se desistió de la demanda dirigida en contra de la Dirección de Riego V Región, lo que el tribunal aceptó, sin observación de la otra parte. TERCERO: Que, en relación al primer capítulo de la causal invocada en el recurso, se dirá que no se observa el vicio reclamado en la sentencia atacada, pues como reiteradamente lo ha decidido este tribunal, dicho defecto se configura cuando en la parte resolutiva del fallo los Jueces del grado se apartan de la cuestión controvertida, lo que no se observa de autos. En efecto, el tribunal estaba expresamente facultado para determinar las indemnizaciones que fueren de justicia, en conformidad al mérito de la causa y así lo decidieron los jueces recurridos, quienes, reconociendo el derecho del actor a ser indemnizado por los perjuicios morales sufridos, regularon su monto prudencialmente. CUARTO: Que, por otro lado, el actor en su libelo avaluó los daños reclamados señalando un monto en dinero sin ninguna otra argumentación y su demanda desde el punto de vista formal no mereció observación por parte de la demandada, por cuanto, como se advierte de los antecedentes, en su oportunidad, ésta no opuso la excepción dilatoria de ineptitud de libelo sí, como ahora pretende, la estimaba indeterminada o imprecisa. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

709

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Santiago, quince de noviembre de dos mil cuatro. En cumplimiento a lo que dispone el artículo 786 del Código de Procedimiento Civil, se dicta la siguiente sentencia de reemplazo. VISTOS: Se reproduce la sentencia en alzada con excepción de sus fundamentos tercero, noveno, y decimotercero a vigésimo que se eliminan; Y TENIENDO EN SU LUGAR Y, ADEMÁS, PRESENTE: PRIMERO: Que ha quedado establecido, por ser un hecho no discutido, que el cable de acero que se pretendía enderezar utilizando para ello una máquina retroexcavadora, operación que efectuaban dependientes de la demandada, luego de amarrar uno de los extremos de dicho cable a un árbol, sufrió un corte mientras se realizaba la maniobra y que un extremo de aquél golpeó en la pierna derecha del actor, quien desempeñaba sus funciones en el sector de la bodega, causándole las lesiones que dan cuenta los documentos por él acompañados y no objetados. SEGUNDO: Que por mandato del artículo 2.314 del Código Civil, la responsabilidad extracontractual tiene su fundamento en el hecho que causa daño y obliga a repararlo a quien por cuyo dolo o culpa ha sucedido. En el caso de autos, corresponde analizar la prueba aportada a fin de establecer

710

IV. SENTENCIA DE REEMPLAZO

QUINTO: Que la sentencia resolvió la litis otorgando parte de lo pedido por el actor con estricto apego al mérito del proceso, razón por la cual el recurso de nulidad, en esta parte, no puede prosperar. SEXTO: Que, en relación al segundo capítulo de esta causal de ultra petita, de la lectura de la parte dispositiva de la sentencia de que se trata, se desprende que, efectivamente, los Jueces del Fondo han otorgado más de lo pedido por el actor, ya que han resuelto que la indemnización por daño moral, se reajuste en el porcentaje de variación que experimente el Índice de Precios al Consumidor en la forma indicada, cuestión que no merece reproche formal por cuanto la corrección monetaria estaba expresamente solicitada, pero condenaron a la demandada a pagar intereses para operaciones reajustables, rubro no cobrado. SÉPTIMO: Que la litis queda trabada con los puntos sometidos a la decisión del tribunal que se establecen en los escritos de discusión del pleito, con los cuales la sentencia debe guardar absoluta conformidad y armonía. Por consiguiente, en la especie, el vicio de ultra petita se verificó en lo decisorio de la sentencia recurrida, toda vez que los Jueces del grado carecían de facultades para otorgar más de lo pedido por las partes, en los términos que lo hicieron, esto es, ordenando intereses sobre el monto de las sumas otorgadas a título de indemnización por daño extrapatrimonial regulado en el fallo, pues con ello se excede lo que se conoce como “mantención del valor adquisitivo del dinero”, que justifica únicamente el reajuste, mas no los intereses. OCTAVO: Que, de este modo, no cabe sino concluir que la sentencia atacada adolece del vicio que le atribuye el recurrente causal de nulidad del artículo 768 Nº 4 del Código de Procedimiento Civil error que ha influido sustancialmente en lo resolutivo de la misma, lo que conduce a su invalidación, acogiendo el recurso de casación en la forma deducido por la parte demandada. NOVENO: Que de acuerdo a lo razonado no se emitirá pronunciamiento respecto de las demás causales de nulidad denunciadas por el demandado. Por estas consideraciones y visto, además, lo que disponen los artículos 463 del Código del Trabajo y 764, 765, 766, 768, 783 y 786 del Código de Procedimiento Civil, se acoge, sin costas, el recurso de casación en la forma deducido por la demandada a fojas 654, contra la sentencia de segunda instancia de veintiuno de agosto de dos mil tres, escrita a fojas 650, la que, en consecuencia, se invalida y se la reemplaza por la que se dicta a continuación, separadamente y sin nueva vista. Regístrese. Rol Nº 4.019 03. Pronunciada por la Cuarta Sala de la Corte Suprema integrada por los Ministros señores José Luis Pérez Z., Orlando Alvarez H., Urbano Marín V., Jorge Medina C. y el Abogado Integrante señor Roberto Jacob Ch.

QUINTO: Que la sentencia resolvió la litis otorgando parte de lo pedido por el actor con estricto apego al mérito del proceso, razón por la cual el recurso de nulidad, en esta parte, no puede prosperar. SEXTO: Que, en relación al segundo capítulo de esta causal de ultra petita, de la lectura de la parte dispositiva de la sentencia de que se trata, se desprende que, efectivamente, los Jueces del Fondo han otorgado más de lo pedido por el actor, ya que han resuelto que la indemnización por daño moral, se reajuste en el porcentaje de variación que experimente el Índice de Precios al Consumidor en la forma indicada, cuestión que no merece reproche formal por cuanto la corrección monetaria estaba expresamente solicitada, pero condenaron a la demandada a pagar intereses para operaciones reajustables, rubro no cobrado. SÉPTIMO: Que la litis queda trabada con los puntos sometidos a la decisión del tribunal que se establecen en los escritos de discusión del pleito, con los cuales la sentencia debe guardar absoluta conformidad y armonía. Por consiguiente, en la especie, el vicio de ultra petita se verificó en lo decisorio de la sentencia recurrida, toda vez que los Jueces del grado carecían de facultades para otorgar más de lo pedido por las partes, en los términos que lo hicieron, esto es, ordenando intereses sobre el monto de las sumas otorgadas a título de indemnización por daño extrapatrimonial regulado en el fallo, pues con ello se excede lo que se conoce como “mantención del valor adquisitivo del dinero”, que justifica únicamente el reajuste, mas no los intereses. OCTAVO: Que, de este modo, no cabe sino concluir que la sentencia atacada adolece del vicio que le atribuye el recurrente causal de nulidad del artículo 768 Nº 4 del Código de Procedimiento Civil error que ha influido sustancialmente en lo resolutivo de la misma, lo que conduce a su invalidación, acogiendo el recurso de casación en la forma deducido por la parte demandada. NOVENO: Que de acuerdo a lo razonado no se emitirá pronunciamiento respecto de las demás causales de nulidad denunciadas por el demandado. Por estas consideraciones y visto, además, lo que disponen los artículos 463 del Código del Trabajo y 764, 765, 766, 768, 783 y 786 del Código de Procedimiento Civil, se acoge, sin costas, el recurso de casación en la forma deducido por la demandada a fojas 654, contra la sentencia de segunda instancia de veintiuno de agosto de dos mil tres, escrita a fojas 650, la que, en consecuencia, se invalida y se la reemplaza por la que se dicta a continuación, separadamente y sin nueva vista. Regístrese. Rol Nº 4.019 03. Pronunciada por la Cuarta Sala de la Corte Suprema integrada por los Ministros señores José Luis Pérez Z., Orlando Alvarez H., Urbano Marín V., Jorge Medina C. y el Abogado Integrante señor Roberto Jacob Ch.

IV. SENTENCIA DE REEMPLAZO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Santiago, quince de noviembre de dos mil cuatro. En cumplimiento a lo que dispone el artículo 786 del Código de Procedimiento Civil, se dicta la siguiente sentencia de reemplazo. VISTOS: Se reproduce la sentencia en alzada con excepción de sus fundamentos tercero, noveno, y decimotercero a vigésimo que se eliminan; Y TENIENDO EN SU LUGAR Y, ADEMÁS, PRESENTE: PRIMERO: Que ha quedado establecido, por ser un hecho no discutido, que el cable de acero que se pretendía enderezar utilizando para ello una máquina retroexcavadora, operación que efectuaban dependientes de la demandada, luego de amarrar uno de los extremos de dicho cable a un árbol, sufrió un corte mientras se realizaba la maniobra y que un extremo de aquél golpeó en la pierna derecha del actor, quien desempeñaba sus funciones en el sector de la bodega, causándole las lesiones que dan cuenta los documentos por él acompañados y no objetados. SEGUNDO: Que por mandato del artículo 2.314 del Código Civil, la responsabilidad extracontractual tiene su fundamento en el hecho que causa daño y obliga a repararlo a quien por cuyo dolo o culpa ha sucedido. En el caso de autos, corresponde analizar la prueba aportada a fin de establecer

710

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

711

si ha existido o no culpa o negligencia en el proceder de la demandada, esto es, si resulta imputable a la empresa un acto u omisión generadora del perjuicio cuya reparación se pretende. TERCERO: Que el único testigo presencial del accidente que tuvo lugar el 12 de agosto de 1995, presentado a juicio por la parte demandante, corresponde a la declaración de Marco Serrano Vásquez, quien legalmente interrogado, sin tacha y dando razón de sus dichos, afirma que el hecho que ocasionó las lesiones al actor se produjo cuando unos enfierradores, trabajadores de la demandada, le pidieron al chofer de la retroexcavadora ayuda para estirar un fierro, el que amarraron a un árbol y el otro extremo a la máquina, maniobra que provocó el estiramiento violento del material rompiéndose justo en el momento en que el testigo y el actor entraban a la bodega una máquina compactadora, cable que alcanzó al demandante azotándole la pierna derecha. Agrega que no se ubicó al ingeniero a cargo de la obra y tampoco al capataz de la empresa, quienes no habían recibido charlas de prevención de riesgo ni instrucciones para iniciar los procedimientos de trabajo. En cuanto al estiramiento del fierro y el método usado para ello, señala que no existió orden sino acuerdo entre los trabajadores involucrados, maniobra que no fue advertida y tampoco coordinada con los demás dependientes que se encontraban en la obra. CUARTO: Que el informe de peritos de fojas 516, del profesional señor Guillermo Castillo Yáñez, concluye que en el referido accidente del trabajo existieron causas humanas, falta de conocimiento y circunstancias del ambiente, abuso por parte de los usuarios. En cuanto a los factores del trabajo, alude a las relaciones jerárquicas y asignación de responsabilidades poco claras, programación o planificación insuficiente del trabajo y escasas instrucciones, orientación y/o entrenamiento, falta de conocimiento en el trabajo de supervisión y administración, y a una retroalimentación deficiente o incorrecta con relación al desempeño. En otros aspectos que detalla, menciona la comunicación inadecuada de las informaciones sobre aspectos de seguridad y salud, manejo inadecuado de materiales y una evaluación deficiente de las necesidades y riesgos. QUINTO: Que la declaración de un testigo imparcial y verídico constituye una presunción judicial, ésta unida al mérito del informe pericial antes referido, cuyo valor probatorio se aprecia de conformidad a las reglas de la sana crítica, hacen plena prueba en orden a establecer que, los trabajadores de la demandada enfierradores y chofer de la retroexcavadora determinaron por sí la ejecución de una labor de trabajo de alto riesgo, sin advertir de ella a ningún superior, lo que demuestra la total falta de supervisión por parte de la empresa en relación a la faena que los trabajadores realizaban. En efecto, al tiempo de ocurrido el accidente que ocasionó daño a la salud del actor, no se encontraba presente ni el ingeniero a cargo de la obra ni el capataz de la misma, responsables directos de impartir instrucciones, evaluar el riesgo de los procedimientos de trabajo y de adoptar las medidas de prevención y seguridad en cada una de las faenas, sin que tal obligación se pueda atribuir al actor, pues, tal como lo reconoció el representante de la empresa en la absolución de posiciones, éste únicamente desempeñaba labores de bodeguero, sin ninguna ingerencia en las demás actividades de la obra. SEXTO: Que, en definitiva, se encuentra demostrada en el proceso la absoluta ausencia de control por parte de los administradores o dependientes de la demandada en relación a los agentes directos que en el ejercicio o con ocasión de las funciones encomendadas por el empresario causaron el daño, lo que hace responsable a la demandada de conformidad a lo previsto en el artículo 2.330 del Código Civil. En consecuencia, el fundamento de la responsabilidad que se acredita es la culpa o negligencia del empresario, derivada de la falta de vigilancia sobre sus dependientes, la que no ejerció en debida forma o las medidas que esgrime, como la contratación de un experto en prevención de riesgo o la existencia de un reglamento interno, resultaron insuficientes, vale decir, se trata de una omisión culpable en la selección, vigilancia, control y dirección de sus dependientes. SÉPTIMO: Que establecido lo anterior, corresponde determinar la existencia y naturaleza de los perjuicios cobrados. En cuanto a los daños materiales, no existen elementos de juicio suficiente para acreditarlos, razón por la cual la demanda, en este rubro, no puede prosperar. Respecto del pretendido daño moral, con el mérito de la declaración de los testigos presentados por el actor, Fairuz Chalhub, Maribel Jara Carrasco, Carmen Gómez Cuevas, Christian Pérez Núñez y Margarita Olivares Cisternas, contestes en los hechos y sus circunstancias esenciales, se encuentra probado el dolor, aflicción y pesar padecidos por el actor, no sólo como consecuencia de las heridas sufridas, sino producto de la incapa-

si ha existido o no culpa o negligencia en el proceder de la demandada, esto es, si resulta imputable a la empresa un acto u omisión generadora del perjuicio cuya reparación se pretende. TERCERO: Que el único testigo presencial del accidente que tuvo lugar el 12 de agosto de 1995, presentado a juicio por la parte demandante, corresponde a la declaración de Marco Serrano Vásquez, quien legalmente interrogado, sin tacha y dando razón de sus dichos, afirma que el hecho que ocasionó las lesiones al actor se produjo cuando unos enfierradores, trabajadores de la demandada, le pidieron al chofer de la retroexcavadora ayuda para estirar un fierro, el que amarraron a un árbol y el otro extremo a la máquina, maniobra que provocó el estiramiento violento del material rompiéndose justo en el momento en que el testigo y el actor entraban a la bodega una máquina compactadora, cable que alcanzó al demandante azotándole la pierna derecha. Agrega que no se ubicó al ingeniero a cargo de la obra y tampoco al capataz de la empresa, quienes no habían recibido charlas de prevención de riesgo ni instrucciones para iniciar los procedimientos de trabajo. En cuanto al estiramiento del fierro y el método usado para ello, señala que no existió orden sino acuerdo entre los trabajadores involucrados, maniobra que no fue advertida y tampoco coordinada con los demás dependientes que se encontraban en la obra. CUARTO: Que el informe de peritos de fojas 516, del profesional señor Guillermo Castillo Yáñez, concluye que en el referido accidente del trabajo existieron causas humanas, falta de conocimiento y circunstancias del ambiente, abuso por parte de los usuarios. En cuanto a los factores del trabajo, alude a las relaciones jerárquicas y asignación de responsabilidades poco claras, programación o planificación insuficiente del trabajo y escasas instrucciones, orientación y/o entrenamiento, falta de conocimiento en el trabajo de supervisión y administración, y a una retroalimentación deficiente o incorrecta con relación al desempeño. En otros aspectos que detalla, menciona la comunicación inadecuada de las informaciones sobre aspectos de seguridad y salud, manejo inadecuado de materiales y una evaluación deficiente de las necesidades y riesgos. QUINTO: Que la declaración de un testigo imparcial y verídico constituye una presunción judicial, ésta unida al mérito del informe pericial antes referido, cuyo valor probatorio se aprecia de conformidad a las reglas de la sana crítica, hacen plena prueba en orden a establecer que, los trabajadores de la demandada enfierradores y chofer de la retroexcavadora determinaron por sí la ejecución de una labor de trabajo de alto riesgo, sin advertir de ella a ningún superior, lo que demuestra la total falta de supervisión por parte de la empresa en relación a la faena que los trabajadores realizaban. En efecto, al tiempo de ocurrido el accidente que ocasionó daño a la salud del actor, no se encontraba presente ni el ingeniero a cargo de la obra ni el capataz de la misma, responsables directos de impartir instrucciones, evaluar el riesgo de los procedimientos de trabajo y de adoptar las medidas de prevención y seguridad en cada una de las faenas, sin que tal obligación se pueda atribuir al actor, pues, tal como lo reconoció el representante de la empresa en la absolución de posiciones, éste únicamente desempeñaba labores de bodeguero, sin ninguna ingerencia en las demás actividades de la obra. SEXTO: Que, en definitiva, se encuentra demostrada en el proceso la absoluta ausencia de control por parte de los administradores o dependientes de la demandada en relación a los agentes directos que en el ejercicio o con ocasión de las funciones encomendadas por el empresario causaron el daño, lo que hace responsable a la demandada de conformidad a lo previsto en el artículo 2.330 del Código Civil. En consecuencia, el fundamento de la responsabilidad que se acredita es la culpa o negligencia del empresario, derivada de la falta de vigilancia sobre sus dependientes, la que no ejerció en debida forma o las medidas que esgrime, como la contratación de un experto en prevención de riesgo o la existencia de un reglamento interno, resultaron insuficientes, vale decir, se trata de una omisión culpable en la selección, vigilancia, control y dirección de sus dependientes. SÉPTIMO: Que establecido lo anterior, corresponde determinar la existencia y naturaleza de los perjuicios cobrados. En cuanto a los daños materiales, no existen elementos de juicio suficiente para acreditarlos, razón por la cual la demanda, en este rubro, no puede prosperar. Respecto del pretendido daño moral, con el mérito de la declaración de los testigos presentados por el actor, Fairuz Chalhub, Maribel Jara Carrasco, Carmen Gómez Cuevas, Christian Pérez Núñez y Margarita Olivares Cisternas, contestes en los hechos y sus circunstancias esenciales, se encuentra probado el dolor, aflicción y pesar padecidos por el actor, no sólo como consecuencia de las heridas sufridas, sino producto de la incapaACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

711

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

712

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

cidad, dolor permanente y las posteriores secuelas, tanto físicas como emocionales que el hecho le ha ocasionado, lo que ciertamente alteró el normal desarrollo de su vida laboral y familiar. Lo anterior se corrobora también con la prueba documental aportada por el demandante consistente en informes y antecedentes médicos sobre sus lesiones y consecuencias. OCTAVO: Que, por lo antes razonado, determinada la existencia del perjuicio y siendo éste una consecuencia directa de la omisión imputable únicamente a la responsabilidad de la demandada, este tribunal regula prudencialmente el daño moral padecido por el actor en la suma de $ 40.000.000. NOVENO: Que cabe agregar que el demandado, correspondiéndole hacerlo, no demostró la concurrencia de otros factores o circunstancias que permitan afirmar que el actor se expuso imprudentemente al riesgo. DÉCIMO: Que, en la especie, no corresponde otorgar intereses sobre las sumas ordenadas pagar, por no estar demandado este concepto. En efecto, este rubro por sí solo, no forma parte del contenido de la petición, por cuanto, atendida la naturaleza de la acción, no resulta aplicable de oficio la regla del artículo 12 de la ley Nº 18.010, que establece normas para las operaciones de crédito y otras obligaciones de dinero, disponiendo que la gratuidad no se presume; materia que debió formar parte de la litis, sin que el juez de la causa esté facultado para concederlos sin analizar la procedencia de ellos y lo dicho por las partes. UNDÉCIMO: Que en cuanto a los reajustes, este rubro se encuentra demandado y constituye, por lo demás, un elemento intrínseco de toda prestación liquidable en dinero como actualización de su nominalidad. Para cumplir dicha finalidad este tribunal considera que la pretensión resulta procedente desde la fecha de esta sentencia, por corresponder a la época de regulación del daño moral y hasta su pago efectivo en la forma que se dirá en lo resolutivo, de manera que es ilógico concluir que tal determinación monetaria debe ser reajustada desde su pago efectivo como equivocadamente se dijo en el libelo. Por estas consideraciones y visto lo dispuesto en los artículos 189, 425 y 426 del Código de Procedimiento Civil, 1.698 y 2.330 del Código Civil, se revoca la sentencia de dos de diciembre de dos mil dos, escrita a fojas 603, en cuanto por ella se rechazó lo reclamado por daño moral y se declara, en cambio, que se la acoge por dicho concepto y, en consecuencia, se condena a la demandada Navarrete y Díaz Cumsille Ingenieros Civiles S.A. a pagar al actor a título de indemnización de perjuicios por daño moral la suma de $ 40.000.000 (cuarenta millones de pesos) más reajustes de conformidad a la variación que experimente el Índice de Precios al Consumidor entre la fecha de esta sentencia y el mes precedente a la del pago efectivo, confirmándosela en lo demás apelado. Regístrese y devuélvase. Rol Nº 4.019 03. Pronunciada por la Cuarta Sala de la Corte Suprema integrada por los Ministros señores José Luis Pérez Z., Orlando Álvarez H., Urbano Marín V.; Jorge Medina C. y el Abogado Integrante señor Roberto Jacob Ch.

cidad, dolor permanente y las posteriores secuelas, tanto físicas como emocionales que el hecho le ha ocasionado, lo que ciertamente alteró el normal desarrollo de su vida laboral y familiar. Lo anterior se corrobora también con la prueba documental aportada por el demandante consistente en informes y antecedentes médicos sobre sus lesiones y consecuencias. OCTAVO: Que, por lo antes razonado, determinada la existencia del perjuicio y siendo éste una consecuencia directa de la omisión imputable únicamente a la responsabilidad de la demandada, este tribunal regula prudencialmente el daño moral padecido por el actor en la suma de $ 40.000.000. NOVENO: Que cabe agregar que el demandado, correspondiéndole hacerlo, no demostró la concurrencia de otros factores o circunstancias que permitan afirmar que el actor se expuso imprudentemente al riesgo. DÉCIMO: Que, en la especie, no corresponde otorgar intereses sobre las sumas ordenadas pagar, por no estar demandado este concepto. En efecto, este rubro por sí solo, no forma parte del contenido de la petición, por cuanto, atendida la naturaleza de la acción, no resulta aplicable de oficio la regla del artículo 12 de la ley Nº 18.010, que establece normas para las operaciones de crédito y otras obligaciones de dinero, disponiendo que la gratuidad no se presume; materia que debió formar parte de la litis, sin que el juez de la causa esté facultado para concederlos sin analizar la procedencia de ellos y lo dicho por las partes. UNDÉCIMO: Que en cuanto a los reajustes, este rubro se encuentra demandado y constituye, por lo demás, un elemento intrínseco de toda prestación liquidable en dinero como actualización de su nominalidad. Para cumplir dicha finalidad este tribunal considera que la pretensión resulta procedente desde la fecha de esta sentencia, por corresponder a la época de regulación del daño moral y hasta su pago efectivo en la forma que se dirá en lo resolutivo, de manera que es ilógico concluir que tal determinación monetaria debe ser reajustada desde su pago efectivo como equivocadamente se dijo en el libelo. Por estas consideraciones y visto lo dispuesto en los artículos 189, 425 y 426 del Código de Procedimiento Civil, 1.698 y 2.330 del Código Civil, se revoca la sentencia de dos de diciembre de dos mil dos, escrita a fojas 603, en cuanto por ella se rechazó lo reclamado por daño moral y se declara, en cambio, que se la acoge por dicho concepto y, en consecuencia, se condena a la demandada Navarrete y Díaz Cumsille Ingenieros Civiles S.A. a pagar al actor a título de indemnización de perjuicios por daño moral la suma de $ 40.000.000 (cuarenta millones de pesos) más reajustes de conformidad a la variación que experimente el Índice de Precios al Consumidor entre la fecha de esta sentencia y el mes precedente a la del pago efectivo, confirmándosela en lo demás apelado. Regístrese y devuélvase. Rol Nº 4.019 03. Pronunciada por la Cuarta Sala de la Corte Suprema integrada por los Ministros señores José Luis Pérez Z., Orlando Álvarez H., Urbano Marín V.; Jorge Medina C. y el Abogado Integrante señor Roberto Jacob Ch.

712

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

713

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol N°: 1835-2004 Cita online: CL/JUR/2409/2004 I. SENTENCIA DE PRIMER GRADO Santiago, diez de febrero de dos mil cuatro. VISTOS: A fs. 3 comparece don Luis Orlando Maulén Nilo, trabajador, domiciliado en pasaje Ternura Nº 1032, Villa Gabriela Mistral, comuna de San Fernando, quien interpone acción de cobro de indemnización por accidente del trabajo en contra de su ex empleadora la Constructora San Felipe, Limitada, legalmente representada por don Carlos Felipe Montero ambos domiciliados en Cerro Portezuelo Nº 9800, Quilicura, a efectos de que se condene a la demandada al pago de las siguientes prestaciones: $ 2.000.000 por concepto de daño emergente, $ 59.416.157 a título de lucro cesante; $ 100.000.000 por capítulo de daño moral. Más las costas de la causa. Agrega que el día 21 de septiembre de 1995 ingresó a prestar servicios, con vínculo de subordinación y dependencia para la demandada en calidad de chofer de camión, en la localidad de Putre 1ª Región. Ahora bien el día 7 de noviembre de 1998 en circunstancias en que se encontraba conduciendo un camión tolva de la empresa, marca Freightliner de gran tonelaje, cargado con arena, el vehículo presentó problemas en su caja de cambio, soltándose las marchas, situación que generó una gran velocidad. A la derecha del camino existe un profundo barranco y a la izquierda la montaña, más adelante una zona de curvas de modo que no me quedó más alternativa que utilizar la “zona anti vuelco” que es una parte más ancha del camino usada para detenerse, pero dada la alta velocidad del camión fue necesario volcarlo para evitar una muerte segura tanto para el demandante como para su acompañante. Como resultado del referido accidente el actor quedó con limitación de la movilidad de la cadera por pérdida de masa muscular, rigidez en la extensión de la rodilla, acortamiento de 4 centímetros, y claudicación de la marcha 80% valor de la extremidad, en definitiva, le provocó un grado de incapacidad del 60%. Por último, hace presente el demandante que “la empresa estaba en conocimiento de que el camión presentaba problemas de frenos, pues, desde que diariamente se presentaba “un informe que daba cuenta de los desperfectos” que presentaba “la máquina”, pero la empresa hizo caso omiso de ellos y continuó obligando a que dicho camión siguiera transportando material. A fs. 35, es contestada la demanda por parte del representante de la empresa, quien solicita que ésta sea rechazada en todas sus partes, pues asegura que la responsabilidad en el accidente se debió exclusivamente a la imprudencia del demandante ya que según fluye del peritaje mecánico que acompaña éste conducía en una zona de pendientes y curvas peligrosas a una velocidad no inferior a 90 km/ hora. Agrega, además que el mismo peritaje antes referido da cuenta de que el vehículo se encontraba con la revisión técnica al día y con un buen sistema de frenos no detectándose falla alguna de carácter mecánico. A fs. 40, se recibió la causa a prueba. A fs. 55, se llamó a las partes a conciliación, la que no se produjo, rindiéndose la prueba que rola en autos. A fs. 90, se citó a las partes a oír sentencia. Considerando. En cuanto a la tacha. 1º. Que a fs. 76 el demandante tachó al testigo Sr. Rubén Mamerto Vera Moya, por ser dependiente de la demandada, incidencia que se desestima, en atención a la norma especial del art. 450 inciso final del Código del Trabajo, que no los declara inhabilitados para deponer en causa laboral; En cuanto al fondo. 2º. Que son hechos verdaderos de autos que el Sr. Luis Orlando Maulen Lino prestó servicios par el demandado a contar del 21 de septiembre de 1995, en calidad de chofer del camión de la Empresa Constructora San Felipe Limitada, por reconocerlo esta última y desprenderse, además de los antecedentes de autos;

Santiago, diez de febrero de dos mil cuatro. VISTOS: A fs. 3 comparece don Luis Orlando Maulén Nilo, trabajador, domiciliado en pasaje Ternura Nº 1032, Villa Gabriela Mistral, comuna de San Fernando, quien interpone acción de cobro de indemnización por accidente del trabajo en contra de su ex empleadora la Constructora San Felipe, Limitada, legalmente representada por don Carlos Felipe Montero ambos domiciliados en Cerro Portezuelo Nº 9800, Quilicura, a efectos de que se condene a la demandada al pago de las siguientes prestaciones: $ 2.000.000 por concepto de daño emergente, $ 59.416.157 a título de lucro cesante; $ 100.000.000 por capítulo de daño moral. Más las costas de la causa. Agrega que el día 21 de septiembre de 1995 ingresó a prestar servicios, con vínculo de subordinación y dependencia para la demandada en calidad de chofer de camión, en la localidad de Putre 1ª Región. Ahora bien el día 7 de noviembre de 1998 en circunstancias en que se encontraba conduciendo un camión tolva de la empresa, marca Freightliner de gran tonelaje, cargado con arena, el vehículo presentó problemas en su caja de cambio, soltándose las marchas, situación que generó una gran velocidad. A la derecha del camino existe un profundo barranco y a la izquierda la montaña, más adelante una zona de curvas de modo que no me quedó más alternativa que utilizar la “zona anti vuelco” que es una parte más ancha del camino usada para detenerse, pero dada la alta velocidad del camión fue necesario volcarlo para evitar una muerte segura tanto para el demandante como para su acompañante. Como resultado del referido accidente el actor quedó con limitación de la movilidad de la cadera por pérdida de masa muscular, rigidez en la extensión de la rodilla, acortamiento de 4 centímetros, y claudicación de la marcha 80% valor de la extremidad, en definitiva, le provocó un grado de incapacidad del 60%. Por último, hace presente el demandante que “la empresa estaba en conocimiento de que el camión presentaba problemas de frenos, pues, desde que diariamente se presentaba “un informe que daba cuenta de los desperfectos” que presentaba “la máquina”, pero la empresa hizo caso omiso de ellos y continuó obligando a que dicho camión siguiera transportando material. A fs. 35, es contestada la demanda por parte del representante de la empresa, quien solicita que ésta sea rechazada en todas sus partes, pues asegura que la responsabilidad en el accidente se debió exclusivamente a la imprudencia del demandante ya que según fluye del peritaje mecánico que acompaña éste conducía en una zona de pendientes y curvas peligrosas a una velocidad no inferior a 90 km/ hora. Agrega, además que el mismo peritaje antes referido da cuenta de que el vehículo se encontraba con la revisión técnica al día y con un buen sistema de frenos no detectándose falla alguna de carácter mecánico. A fs. 40, se recibió la causa a prueba. A fs. 55, se llamó a las partes a conciliación, la que no se produjo, rindiéndose la prueba que rola en autos. A fs. 90, se citó a las partes a oír sentencia. Considerando. En cuanto a la tacha. 1º. Que a fs. 76 el demandante tachó al testigo Sr. Rubén Mamerto Vera Moya, por ser dependiente de la demandada, incidencia que se desestima, en atención a la norma especial del art. 450 inciso final del Código del Trabajo, que no los declara inhabilitados para deponer en causa laboral; En cuanto al fondo. 2º. Que son hechos verdaderos de autos que el Sr. Luis Orlando Maulen Lino prestó servicios par el demandado a contar del 21 de septiembre de 1995, en calidad de chofer del camión de la Empresa Constructora San Felipe Limitada, por reconocerlo esta última y desprenderse, además de los antecedentes de autos;

I. SENTENCIA DE PRIMER GRADO

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol N°: 1835-2004 Cita online: CL/JUR/2409/2004 ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

713

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

3º. Que lo discutido ha pasado a ser: si el accidente sufrido por el demandante, el 7 de noviembre de 1998, a las 11:00 hrs. prestando servicio a 3000 metros de altura, se debió a la responsabilidad del trabajador que conducía el camión, o por el contrario, fue por fallas del vehículo; si éste era revisado periódicamente (todas las semanas) por lo arriesgado de esos caminos y si el empleador tomó las medidas que exige el art. 184 del Código del Trabajo; si se le ordenaron normas protectoras de su salud y vida; si se le impartieron capacitaciones y, exigencias en el manejo de camiones por vías de difícil conducción; por parte del demandado; 4º. Que, el empleador ha culpado al trabajador de lo ocurrido en tal sentido, ha debido acreditar sus afirmaciones; 5º. Que, de esta forma allegó la prueba documental, consistente en peritaje mecánico Nº 015 B 98 (fs. 17 y ss.) del 3º Juzgado del Crimen de Arica. Documento que contiene el estudio del “camión” con posterioridad al accidente, por cuya razón marca una velocidad, de 95 k.p.h., que según el demandante la adquirió a raíz del desperfecto sufrido, por falta de revisión continua, tanto es así que en la fs. 20 se expresa “eficiencia mecánica” no “comprobada”, se adjuntan también fotos un tanto ilegibles, las que permiten concluir que el trayecto que recorría el actor es zona de curvas; 6º. Que, rindió igualmente la testimonial de doña Elvira Rivera Ramos (fs. 70) y de don Rubén Mamerto Vera (fs. 76). La primera expresa, que estuvo en el lugar del accidente, uno o dos días después de ocurrido: acompañada de un perito mecánico que debía revisar el camión, no recuerda el nombre de éste, sí, sabe que marcaba exceso de velocidad, ya que el camión estaba en buenas condiciones mecánicas, porque de lo contrario no sale a terreno. Desconoce el resultado del peritaje, como también la conclusión a la que arribó, el cargo que desempeña la testigo es de experta en riesgos. Igualmente se constituyó en el lugar del Hospital de la Mutual de Seguridad de Arica y entrevistó al actor y su acompañante. El primero estaba consciente, pero con “una herida abierta” y le expresó que desconoce lo ocurrido pero que “no pudo controlar el vehículo”, no se refirió ni a la velocidad, tampoco a los frenos. No recuerda si había un mecánico en faenas o bien un taller “mecánico” los días previos al día del accidente; En cuanto al segundo testigo, presta servicios para la demandada, en el carácter de jefe de taller central, a semejanza de la anterior no estuvieron presentes el día los hechos. Y dicho testigo expresa: “pienso” que fue un descuido en el manejo, ello en razón que después de ocurrido éste, hizo un peritaje al camión y encontró dirección y frenos en buen estado, luego añade “a raíz de eso estaban bloqueados los frenos”, porque ese tipo de camión tiene un dispositivo de seguridad y si se termina el aire quedan bloqueadas todas las ruedas traseras, no así las direccionales. Sin embargo agrega “no podría calcular a qué velocidad aproximadamente vendría el camión bajando por la pendiente”, atendidos sus conocimientos técnicos, también le impiden señalar la velocidad, desde que llegó a los días después y eso estaba todo borrado. Igualmente desconoce el peritaje (judicial) practicado por don Jorge Soto. Sin embargo sabe que el perito judicial no hace ninguna observación respecto del sistema de propulsión, tracción, suspensión y dirección de frenos, por impedirlo los daños que presenta el vehículo. Interrogado si la empleadora adoptó las medidas de seguridad y prevención de riesgo responde: “creo que sí” y respecto al camión no está seguro si hacía 30 o 35 días había salido del taller antes del día en que lo manejó el trabajador, lugar en que se le había hecho una reparación general, lo sabe porque ese camión fue enviado a buscar un rodillo al sur, y de allí volvió con un rodillo en dirección a la faena donde ocurrió el accidente. Este testigo trabaja en el taller que tiene en Quilicura en donde está casi permanentemente, y para los casos de panne de vehículos y al no haber un mecánico se informa a su taller o a su jefe y, viaja continuamente a verificar cuántas pannes son graves, y señala que a Putre fue 3 veces y en Arica reparó un camión que presentaba fallas. Si el chofer reclama le avisan a Santiago. En la situación del Sr. Luis Maulén no le avisaron, porque no tuvo panne; 7º. Que, a su vez el demandante allegó también prueba documental consistente en carta de la Mutual de Seguridad y certificado adjunto de la misma mutual, cuyo contenido revela las intervenciones quirúrgicas que se le practicaron al trabajador; certificado emitido por la Comisión de Evaluación de Incapacidad ascendente al 60% del Sr. Maulén Lino, por accidente del trabajo; copia de la liquidación de pensiones que actualmente percibe éste, emanada de la Mutual de Seguridad;

714

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

3º. Que lo discutido ha pasado a ser: si el accidente sufrido por el demandante, el 7 de noviembre de 1998, a las 11:00 hrs. prestando servicio a 3000 metros de altura, se debió a la responsabilidad del trabajador que conducía el camión, o por el contrario, fue por fallas del vehículo; si éste era revisado periódicamente (todas las semanas) por lo arriesgado de esos caminos y si el empleador tomó las medidas que exige el art. 184 del Código del Trabajo; si se le ordenaron normas protectoras de su salud y vida; si se le impartieron capacitaciones y, exigencias en el manejo de camiones por vías de difícil conducción; por parte del demandado; 4º. Que, el empleador ha culpado al trabajador de lo ocurrido en tal sentido, ha debido acreditar sus afirmaciones; 5º. Que, de esta forma allegó la prueba documental, consistente en peritaje mecánico Nº 015 B 98 (fs. 17 y ss.) del 3º Juzgado del Crimen de Arica. Documento que contiene el estudio del “camión” con posterioridad al accidente, por cuya razón marca una velocidad, de 95 k.p.h., que según el demandante la adquirió a raíz del desperfecto sufrido, por falta de revisión continua, tanto es así que en la fs. 20 se expresa “eficiencia mecánica” no “comprobada”, se adjuntan también fotos un tanto ilegibles, las que permiten concluir que el trayecto que recorría el actor es zona de curvas; 6º. Que, rindió igualmente la testimonial de doña Elvira Rivera Ramos (fs. 70) y de don Rubén Mamerto Vera (fs. 76). La primera expresa, que estuvo en el lugar del accidente, uno o dos días después de ocurrido: acompañada de un perito mecánico que debía revisar el camión, no recuerda el nombre de éste, sí, sabe que marcaba exceso de velocidad, ya que el camión estaba en buenas condiciones mecánicas, porque de lo contrario no sale a terreno. Desconoce el resultado del peritaje, como también la conclusión a la que arribó, el cargo que desempeña la testigo es de experta en riesgos. Igualmente se constituyó en el lugar del Hospital de la Mutual de Seguridad de Arica y entrevistó al actor y su acompañante. El primero estaba consciente, pero con “una herida abierta” y le expresó que desconoce lo ocurrido pero que “no pudo controlar el vehículo”, no se refirió ni a la velocidad, tampoco a los frenos. No recuerda si había un mecánico en faenas o bien un taller “mecánico” los días previos al día del accidente; En cuanto al segundo testigo, presta servicios para la demandada, en el carácter de jefe de taller central, a semejanza de la anterior no estuvieron presentes el día los hechos. Y dicho testigo expresa: “pienso” que fue un descuido en el manejo, ello en razón que después de ocurrido éste, hizo un peritaje al camión y encontró dirección y frenos en buen estado, luego añade “a raíz de eso estaban bloqueados los frenos”, porque ese tipo de camión tiene un dispositivo de seguridad y si se termina el aire quedan bloqueadas todas las ruedas traseras, no así las direccionales. Sin embargo agrega “no podría calcular a qué velocidad aproximadamente vendría el camión bajando por la pendiente”, atendidos sus conocimientos técnicos, también le impiden señalar la velocidad, desde que llegó a los días después y eso estaba todo borrado. Igualmente desconoce el peritaje (judicial) practicado por don Jorge Soto. Sin embargo sabe que el perito judicial no hace ninguna observación respecto del sistema de propulsión, tracción, suspensión y dirección de frenos, por impedirlo los daños que presenta el vehículo. Interrogado si la empleadora adoptó las medidas de seguridad y prevención de riesgo responde: “creo que sí” y respecto al camión no está seguro si hacía 30 o 35 días había salido del taller antes del día en que lo manejó el trabajador, lugar en que se le había hecho una reparación general, lo sabe porque ese camión fue enviado a buscar un rodillo al sur, y de allí volvió con un rodillo en dirección a la faena donde ocurrió el accidente. Este testigo trabaja en el taller que tiene en Quilicura en donde está casi permanentemente, y para los casos de panne de vehículos y al no haber un mecánico se informa a su taller o a su jefe y, viaja continuamente a verificar cuántas pannes son graves, y señala que a Putre fue 3 veces y en Arica reparó un camión que presentaba fallas. Si el chofer reclama le avisan a Santiago. En la situación del Sr. Luis Maulén no le avisaron, porque no tuvo panne; 7º. Que, a su vez el demandante allegó también prueba documental consistente en carta de la Mutual de Seguridad y certificado adjunto de la misma mutual, cuyo contenido revela las intervenciones quirúrgicas que se le practicaron al trabajador; certificado emitido por la Comisión de Evaluación de Incapacidad ascendente al 60% del Sr. Maulén Lino, por accidente del trabajo; copia de la liquidación de pensiones que actualmente percibe éste, emanada de la Mutual de Seguridad;

714

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

715

8º. Que, llamó igualmente a prestar confesión al empleador según las preguntas adjuntadas a fs. 53 y 54. Quien confiesa que es verdadero que el Sr. Luis Maulén debía conducir el camión tolva cargado con arena en un camino de montaña, de fuerte pendiente, en zona de curvas pronunciadas. No le consta que debería hacerlo cuando diariamente se le presentaba un informe que detallaba los problemas que presentaba la máquina. La empresa no retiró el camión del accidente porque no presentaba desperfectos. Sí reconoce que a raíz del accidente el trabajador resultó con graves lesiones en su pierna derecha y caderas y posterior limitación del movimiento de su cadera, rigidez en la extensión de la rodilla, acortamiento de 4 centímetros y claudicación en la marcha. Sí es verdad lo que dijo el médico en relación a que su incapacidad alcanza al 80% del valor de la extremidad, y al 60% del total de su cuerpo. Sí debe ser efectivo que su sueldo era del orden de $ 294.723 mensuales (posiciones 5, 8, 10, 12, 13 y 14) las demás interrogaciones las niega; 9º. Que en cuanto a la prueba testimonial, presentó al Sr. Osvaldo Ismael Gutiérrez Oyanedel (fs. 58) y don Víctor Cáceres Fuentes (fs. 65). El primero es categórico en cuanto a que el día del accidente el trabajador tuvo problema de frenos del camión que conducía un Frightliner F.L. 80, año 1993, en los momentos que en Putre, faenas del Regimiento, transportando arena. El Regimiento estaba a 4.000 metros de altura, debía bajar a 3000 metros aproximadamente, en cumplimiento al contrato celebrado entre este último y la demandada. En eso se produjo “un problema de frenos”, porque los camiones no estaban en buenas condiciones. “El sistema de mantención de los camiones es malo, porque no teníamos mecánico, los mismos trabajadores debían arreglar los frenos, la única vez que se llevó un camión a Arica para reparar los frenos, debe haber sido en el mes de marzo de 1998. Luego es categórico en cuanto a que: por la falla de los frenos tienen que haberse recalentado las balatas y por consiguiente el camión adquirió mayor velocidad en zona de curvas excesivamente peligrosas, lugar en que marca una velocidad de sólo 30 o 40 km. por hora, al bajar enganchado, después de tratar de parar el camión, “no hay otra solución que darlo vuelta con carga y todo, para salvar la vida, esto fue lo ocurrido con el Sr. Maulén, lo sabe porque el actor hacía un reemplazo, no es titular, el titular es el testigo. Además sabe que el empleador no adoptó las medidas para evitar “accidentes” en cambio sí lo ha hecho después que esto ocurrió, en un 50% lo sabe porque en esos momentos trabajaba para el demandado. Los choferes informaban las fallas de los camiones a don Raúl Concha que era el constructor civil a cargo de las faenas y por medio de unos documentos denominados report, supuestamente él era quien debía llevar el control del trabajo realizado. Agrega que: mecánico de la empresa no teníamos, y, mientras trabajé para la demandada entre 9 o 10 meses, fui el único que tuve que enfrentarme verbalmente con don Carlos Trauman, dueño de la empresa, don Wilton Walton, el otro dueño y decirles que mi camión ya no frenaba nada, contestaron que tenía que aguantarme, razón por la que no continué con ellos, porque era mi vida la que estaba en peligro (fs. 61). A continuación explica que los report eran formularios en los que se daba a conocer el estado de la máquina más los combustibles; más la labor que ésta desempeñaba cada día. No obstante añade que no se cumplía por la demandada el asunto de las reparaciones y otras que se pudieran sumar. La empresa hizo una investigación, para verificar lo sucedido después del accidente, sin embargo parece que después también buscaron un perito. En cuanto al segundo testigo declara en iguales condiciones, el personalmente cargó el camión con arena cuando se encontraban a 4000 metros de altura en Putre, al que luego sigue un camino de curvas. Añade que como el camión presentaba problemas de freno, hecho que le consta porque personalmente el testigo personalmente ayudó al demandante, en esa oportunidad, 9 o 10 de noviembre de 1998 alrededor de las 10:30 hrs. o 11:00 hrs. A regular los frenos. La empresa estaba consciente de esta falla; sin embargo el camión seguía trabajando, porque de lo contrario, las faenas se atrasaban. Aparte que no existía otro camión que lo reemplazara. Igualmente el demandante tenía que trabajar sino era sancionado en atención a que la mitad de la reparación debía ponerla en conocimiento de la empleadora. El actor informó a la empresa del problema. Y añade que desde hacia cinco meses que no existía mecánico en la empresa, por esta razón no se solucionó el asunto que señala; 10º. Que de esta forma apreciados los argumentos de una y otra parte, como también los medios de prueba allegados a estos autos, conforme a las reglas de la sana crítica se concluye que la responsabilidad del accidente sufrido por él que le ha ocasionado una invalidez del 60% de su cuerpo se debió

8º. Que, llamó igualmente a prestar confesión al empleador según las preguntas adjuntadas a fs. 53 y 54. Quien confiesa que es verdadero que el Sr. Luis Maulén debía conducir el camión tolva cargado con arena en un camino de montaña, de fuerte pendiente, en zona de curvas pronunciadas. No le consta que debería hacerlo cuando diariamente se le presentaba un informe que detallaba los problemas que presentaba la máquina. La empresa no retiró el camión del accidente porque no presentaba desperfectos. Sí reconoce que a raíz del accidente el trabajador resultó con graves lesiones en su pierna derecha y caderas y posterior limitación del movimiento de su cadera, rigidez en la extensión de la rodilla, acortamiento de 4 centímetros y claudicación en la marcha. Sí es verdad lo que dijo el médico en relación a que su incapacidad alcanza al 80% del valor de la extremidad, y al 60% del total de su cuerpo. Sí debe ser efectivo que su sueldo era del orden de $ 294.723 mensuales (posiciones 5, 8, 10, 12, 13 y 14) las demás interrogaciones las niega; 9º. Que en cuanto a la prueba testimonial, presentó al Sr. Osvaldo Ismael Gutiérrez Oyanedel (fs. 58) y don Víctor Cáceres Fuentes (fs. 65). El primero es categórico en cuanto a que el día del accidente el trabajador tuvo problema de frenos del camión que conducía un Frightliner F.L. 80, año 1993, en los momentos que en Putre, faenas del Regimiento, transportando arena. El Regimiento estaba a 4.000 metros de altura, debía bajar a 3000 metros aproximadamente, en cumplimiento al contrato celebrado entre este último y la demandada. En eso se produjo “un problema de frenos”, porque los camiones no estaban en buenas condiciones. “El sistema de mantención de los camiones es malo, porque no teníamos mecánico, los mismos trabajadores debían arreglar los frenos, la única vez que se llevó un camión a Arica para reparar los frenos, debe haber sido en el mes de marzo de 1998. Luego es categórico en cuanto a que: por la falla de los frenos tienen que haberse recalentado las balatas y por consiguiente el camión adquirió mayor velocidad en zona de curvas excesivamente peligrosas, lugar en que marca una velocidad de sólo 30 o 40 km. por hora, al bajar enganchado, después de tratar de parar el camión, “no hay otra solución que darlo vuelta con carga y todo, para salvar la vida, esto fue lo ocurrido con el Sr. Maulén, lo sabe porque el actor hacía un reemplazo, no es titular, el titular es el testigo. Además sabe que el empleador no adoptó las medidas para evitar “accidentes” en cambio sí lo ha hecho después que esto ocurrió, en un 50% lo sabe porque en esos momentos trabajaba para el demandado. Los choferes informaban las fallas de los camiones a don Raúl Concha que era el constructor civil a cargo de las faenas y por medio de unos documentos denominados report, supuestamente él era quien debía llevar el control del trabajo realizado. Agrega que: mecánico de la empresa no teníamos, y, mientras trabajé para la demandada entre 9 o 10 meses, fui el único que tuve que enfrentarme verbalmente con don Carlos Trauman, dueño de la empresa, don Wilton Walton, el otro dueño y decirles que mi camión ya no frenaba nada, contestaron que tenía que aguantarme, razón por la que no continué con ellos, porque era mi vida la que estaba en peligro (fs. 61). A continuación explica que los report eran formularios en los que se daba a conocer el estado de la máquina más los combustibles; más la labor que ésta desempeñaba cada día. No obstante añade que no se cumplía por la demandada el asunto de las reparaciones y otras que se pudieran sumar. La empresa hizo una investigación, para verificar lo sucedido después del accidente, sin embargo parece que después también buscaron un perito. En cuanto al segundo testigo declara en iguales condiciones, el personalmente cargó el camión con arena cuando se encontraban a 4000 metros de altura en Putre, al que luego sigue un camino de curvas. Añade que como el camión presentaba problemas de freno, hecho que le consta porque personalmente el testigo personalmente ayudó al demandante, en esa oportunidad, 9 o 10 de noviembre de 1998 alrededor de las 10:30 hrs. o 11:00 hrs. A regular los frenos. La empresa estaba consciente de esta falla; sin embargo el camión seguía trabajando, porque de lo contrario, las faenas se atrasaban. Aparte que no existía otro camión que lo reemplazara. Igualmente el demandante tenía que trabajar sino era sancionado en atención a que la mitad de la reparación debía ponerla en conocimiento de la empleadora. El actor informó a la empresa del problema. Y añade que desde hacia cinco meses que no existía mecánico en la empresa, por esta razón no se solucionó el asunto que señala; 10º. Que de esta forma apreciados los argumentos de una y otra parte, como también los medios de prueba allegados a estos autos, conforme a las reglas de la sana crítica se concluye que la responsabilidad del accidente sufrido por él que le ha ocasionado una invalidez del 60% de su cuerpo se debió ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

715

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

exclusivamente a la ninguna precaución adoptada por el demandado, no obstante la advertencia que los frenos del camión estaban respondiendo mal, se le advirtió de este hecho a través de los famosos report, sin embargo no se adoptó ninguna medida. Lo declaran ambos testigos del trabajador Sr. Gutiérrez Oyanedel y Víctor Cáceres: incluso este último ayudó a reparar un poco los citados frenos y cargó menos arena de la que correspondía cuando se encontraban el testigo y el demandante en Putre a 4000 metros de altura. Luego el Sr. Osvaldo Gutiérrez es categórico en cuanto afirma: el actor era una persona cuidadosa del desempeño de su camión, lo presenció las veces que le pasó el camión, para que lo reemplazara, “me lo entregaba en las mismas condiciones y con las mismas pannes que él le había dejado”, en ese tiempo era una persona tranquila para manejar, además no podíamos hacer nada impertinente, desde que la Zona de Putre es demasiado peligrosa, como para no estar atento en la conducción. Añade una vez repreguntado si podía negarse a conducir un camión con fallas mecánicas: contesta: “se carecía de toda posibilidad de negarse porque en ese caso la demandada colocaba a otro chofer de reemplazo y, al titular lo enviaba a la oficina central de la empresa, quien en castigo “le bajaba el sueldo”. Esto lo vivió en carne propia una vez que tenía un contrato con Huara, en una oportunidad en que les pagaron un sueldo que no correspondía, el testigo y sus compañeros reclamaron, y el hecho pasó a la oficina central y el testigo pasó a ser revolucionario. El demandante además era muy deportista y jugaba football. El propio testigo de la empleadora don Vera es terminante en cuanto expresa que no está muy seguro, pero que debe habérsele hecho una reparación al camión un mes o 35 días antes del accidente, porque parece que fue enviado a buscar un rodillo al sur, parece que a Galvarino. Interrogado sobre el lugar de su trabajo expresa: me dedico a trabajar en el taller que queda en Quilicura, calle Portezuelo. Es la razón, en consecuencia por la que no estuvo en Arica o Putre a reparar el camión que condujo, con fallas en los frenos el Sr. Maulén, porque si se negaba, lo enviaban a la central para castigarlo, con este sistema presenciado por el trabajador Sr. Osvaldo Gutiérrez, mal podía el siniestrado Sr. Maulén, negarse a manejar el camión aun cuando éste presentaba fallas en los frenos. 11º. Que respecto a la velocidad a que alude la demandada que marcaba el camión al efectuar muy posteriormente el peritaje, no cabe duda que era la que marcó el camión al darse vuelta, por la señalada falla mecánica, no la que llevaba el actor; no se requiere de conocimientos técnicos para concluir que no le marca otra cosa que la velocidad que se adquiere al momento de sufrir el accidente; por lo demás el propio peritaje mecánico deja constancia que la eficiencia mecánica del camión no está comprobada, tal afirmación permite concluir lo categóricamente afirmado por los testigos del trabajador, en cuanto a que el camión que condujo el Sr. Maulén presentaba fallas en los frenos, dando origen este hecho al accidente que dejó inválido al demandante; 12º. Que, no hay ni un solo antecedente que haya logrado desvirtuar las pruebas rendidas por el trabajador, con testigos presenciales sobre lo ocurrido el día de los hechos. Vale decir el deber de fidelidad y lealtad del trabajador fue cumplido, hasta arriesgar su vida, no ha sucedido lo mismo con el empleador quien no acató las categóricas expresiones del art. 184 del Código del Trabajo que en su inciso 1º que es terminante: en cuanto a que el empleador estará obligado a tomar todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de los trabajadores manteniendo las condiciones adecuadas de higiene y seguridad en las faenas, como también los implementos necesarios para prevenir accidentes y enfermedades profesionales; 13º. Que, por el contrario, la empresa, para revisar los vehículos usaba los servicios de un mecánico que tenía su taller cerca de Santiago, vale decir en Quilicura, se justifica entonces que el camión manejado por el demandante, estuviera con los frenos malos, si no existía mecánico que lo revisara frecuentemente en el lugar de los hechos y no obstante estar en conocimiento de esas fallas el empleador; y corresponde dar lugar, por orden, además del art. 69 inciso final de la ley de accidentes del trabajo, al daño moral. 14º. Que en cuanto al monto: de los numerosos informes médicos (fs. 29); exámenes emitidos por estos profesionales a fs. 48, 49, documento de la Comisión de Evaluación de Incapacidad por accidente del trabajo que da como resultado el 60% de incapacidad cuando sólo cuenta con 36 años, a la data del siniestro (fs. 50); razón por la que se accede a los $ 100.000.000 solicitados por este capítulo.

716

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

exclusivamente a la ninguna precaución adoptada por el demandado, no obstante la advertencia que los frenos del camión estaban respondiendo mal, se le advirtió de este hecho a través de los famosos report, sin embargo no se adoptó ninguna medida. Lo declaran ambos testigos del trabajador Sr. Gutiérrez Oyanedel y Víctor Cáceres: incluso este último ayudó a reparar un poco los citados frenos y cargó menos arena de la que correspondía cuando se encontraban el testigo y el demandante en Putre a 4000 metros de altura. Luego el Sr. Osvaldo Gutiérrez es categórico en cuanto afirma: el actor era una persona cuidadosa del desempeño de su camión, lo presenció las veces que le pasó el camión, para que lo reemplazara, “me lo entregaba en las mismas condiciones y con las mismas pannes que él le había dejado”, en ese tiempo era una persona tranquila para manejar, además no podíamos hacer nada impertinente, desde que la Zona de Putre es demasiado peligrosa, como para no estar atento en la conducción. Añade una vez repreguntado si podía negarse a conducir un camión con fallas mecánicas: contesta: “se carecía de toda posibilidad de negarse porque en ese caso la demandada colocaba a otro chofer de reemplazo y, al titular lo enviaba a la oficina central de la empresa, quien en castigo “le bajaba el sueldo”. Esto lo vivió en carne propia una vez que tenía un contrato con Huara, en una oportunidad en que les pagaron un sueldo que no correspondía, el testigo y sus compañeros reclamaron, y el hecho pasó a la oficina central y el testigo pasó a ser revolucionario. El demandante además era muy deportista y jugaba football. El propio testigo de la empleadora don Vera es terminante en cuanto expresa que no está muy seguro, pero que debe habérsele hecho una reparación al camión un mes o 35 días antes del accidente, porque parece que fue enviado a buscar un rodillo al sur, parece que a Galvarino. Interrogado sobre el lugar de su trabajo expresa: me dedico a trabajar en el taller que queda en Quilicura, calle Portezuelo. Es la razón, en consecuencia por la que no estuvo en Arica o Putre a reparar el camión que condujo, con fallas en los frenos el Sr. Maulén, porque si se negaba, lo enviaban a la central para castigarlo, con este sistema presenciado por el trabajador Sr. Osvaldo Gutiérrez, mal podía el siniestrado Sr. Maulén, negarse a manejar el camión aun cuando éste presentaba fallas en los frenos. 11º. Que respecto a la velocidad a que alude la demandada que marcaba el camión al efectuar muy posteriormente el peritaje, no cabe duda que era la que marcó el camión al darse vuelta, por la señalada falla mecánica, no la que llevaba el actor; no se requiere de conocimientos técnicos para concluir que no le marca otra cosa que la velocidad que se adquiere al momento de sufrir el accidente; por lo demás el propio peritaje mecánico deja constancia que la eficiencia mecánica del camión no está comprobada, tal afirmación permite concluir lo categóricamente afirmado por los testigos del trabajador, en cuanto a que el camión que condujo el Sr. Maulén presentaba fallas en los frenos, dando origen este hecho al accidente que dejó inválido al demandante; 12º. Que, no hay ni un solo antecedente que haya logrado desvirtuar las pruebas rendidas por el trabajador, con testigos presenciales sobre lo ocurrido el día de los hechos. Vale decir el deber de fidelidad y lealtad del trabajador fue cumplido, hasta arriesgar su vida, no ha sucedido lo mismo con el empleador quien no acató las categóricas expresiones del art. 184 del Código del Trabajo que en su inciso 1º que es terminante: en cuanto a que el empleador estará obligado a tomar todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de los trabajadores manteniendo las condiciones adecuadas de higiene y seguridad en las faenas, como también los implementos necesarios para prevenir accidentes y enfermedades profesionales; 13º. Que, por el contrario, la empresa, para revisar los vehículos usaba los servicios de un mecánico que tenía su taller cerca de Santiago, vale decir en Quilicura, se justifica entonces que el camión manejado por el demandante, estuviera con los frenos malos, si no existía mecánico que lo revisara frecuentemente en el lugar de los hechos y no obstante estar en conocimiento de esas fallas el empleador; y corresponde dar lugar, por orden, además del art. 69 inciso final de la ley de accidentes del trabajo, al daño moral. 14º. Que en cuanto al monto: de los numerosos informes médicos (fs. 29); exámenes emitidos por estos profesionales a fs. 48, 49, documento de la Comisión de Evaluación de Incapacidad por accidente del trabajo que da como resultado el 60% de incapacidad cuando sólo cuenta con 36 años, a la data del siniestro (fs. 50); razón por la que se accede a los $ 100.000.000 solicitados por este capítulo.

716

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

717

15º. Que, se dará lugar también al lucro cesante en la cantidad de $ 59.416.157 ello en razón de haberse probado en autos que el último sueldo del trabajador inválido fue del orden de los $ 294.723, cantidad no controvertida. Además y como lo afirma en su libelo, teniendo 36 años (fs. 32) al momento del accidente, de no ocurrir su invalidez estaba en perfectas condiciones hasta la edad de la jubilación, para varones a los 65 años, habría obtenido, como remuneraciones los montos que cobra; 16º. Que, en cambio se desestima lo pedido por concepto de gastos de médicos, como también por remedios y otros, desde que no se allegaron al proceso, los comprobantes de pago de esas atenciones o, medicinas; 17º. Que, los demás antecedentes, no harán variar lo que está concluido; en mérito a lo reflexionado, vistos, además, lo preceptuado en los art. 10, 184 y ss. 439, 440, 442, 445, 446, 449, 450, 451, 455, 456 y 458 del Código del Trabajo; 1545, 1546, 1698, 1700 del Código Civil; art. 69 de la ley de accidentes del trabajo Nº 16.744, se declara: Iº. Que no ha lugar a la tacha. IIº. Que ha lugar a la demanda de fs. 3 y ss. en cuanto se ordena pagar por el demandado al trabajador la suma de $ 100.000.000 (cien millones de pesos) por concepto de “daño moral”; $ 59.416.157 por capítulo de lucro cesante dado el 60% de invalidez en que ha quedado el demandante. En lo demás se desestima. Sin costas por no haber sido totalmente vencido el demandado. Los pagos deberán efectuarse con los reajustes legales e intereses corrientes, liquidación que se practicará por Secretaría del Tribunal en la ejecución del fallo. Regístrese, notifíquese y archívese en su oportunidad. Rol Nº 3.591 2001. Dictada por doña María Ondina Tapia Varas, Juez Titular.

II. CORTE DE APELACIONES Santiago, quince de abril de dos mil cuatro. VISTOS: Se reproduce la sentencia en alzada de fecha diez de febrero de dos mil cuatro, escrita a fojas 91, excepto en el considerando 14º, penúltima línea desde las palabras “razón por la que”, hasta la frase “solicitadas por este capítulo”, y en el considerando 15º, la frase “en la cantidad de $ 59.416.157”, las que se eliminan. Y se tiene en su lugar y ademán presente: 1º) Que la demandada, apela contra la sentencia definitiva, alegando que es el actor el responsable del accidente de tránsito que le ha ocasionado sus lesiones e incapacidad laboral. Sostiene que el accidente se debió a la imprudencia del actor quien, el día de los hechos, conducía el vehículo a exceso de velocidad, en una zona de pendientes, curvas peligrosas, habiéndose acreditado que el vehículo era conducido a una velocidad no inferior a 90 km/hr. 2º) Que el informe pericial, acompañado por la actora, a fojas 17, señala, respecto del sistema de tracción: “Neumático delantero izquierdo con su banda de rodamiento desgastado, llantas posteriores con sus pestañas deformadas”; respecto del sistema de dirección, dice: “Eficiencia Mecánica: No comprobada”; en cuanto al sistema de frenos, señala: “Grado de eficiencia: No comprobado por los daños del móvil”; en la conclusión afirma que: “el volcamiento...presuntamente fue originado por la centrifugación del móvil, en una curva hacia la izquierda que enfrentó su conductor, a una velocidad no razonable ni prudente, para la configuración vial del sector (curvas y contracurvas), razón por la que su conductor perdió el control del camión con las consecuencias señaladas”. Y agrega: “No se detectó fallas en el sistema de frenaje”. Sin embargo, termina señalando: “Lo anterior no significa que sea la causa basal del accidente”. En definitiva, este informe no es concluyente en cuanto a la causa del accidente; no determina si la velocidad adquirida por el vehículo se debió a una imprudencia de la actora, como lo afirma la demandada, o bien fue una consecuencia de que no funcionó el sistema de frenos y la caja de cambios, como sostiene la actora. Sólo es posible afirmar que los neumáticos del camión no estaban en buen estado; y que, al momento del choque el vehículo registró una velocidad de 90 Km/hr.

Santiago, quince de abril de dos mil cuatro. VISTOS: Se reproduce la sentencia en alzada de fecha diez de febrero de dos mil cuatro, escrita a fojas 91, excepto en el considerando 14º, penúltima línea desde las palabras “razón por la que”, hasta la frase “solicitadas por este capítulo”, y en el considerando 15º, la frase “en la cantidad de $ 59.416.157”, las que se eliminan. Y se tiene en su lugar y ademán presente: 1º) Que la demandada, apela contra la sentencia definitiva, alegando que es el actor el responsable del accidente de tránsito que le ha ocasionado sus lesiones e incapacidad laboral. Sostiene que el accidente se debió a la imprudencia del actor quien, el día de los hechos, conducía el vehículo a exceso de velocidad, en una zona de pendientes, curvas peligrosas, habiéndose acreditado que el vehículo era conducido a una velocidad no inferior a 90 km/hr. 2º) Que el informe pericial, acompañado por la actora, a fojas 17, señala, respecto del sistema de tracción: “Neumático delantero izquierdo con su banda de rodamiento desgastado, llantas posteriores con sus pestañas deformadas”; respecto del sistema de dirección, dice: “Eficiencia Mecánica: No comprobada”; en cuanto al sistema de frenos, señala: “Grado de eficiencia: No comprobado por los daños del móvil”; en la conclusión afirma que: “el volcamiento...presuntamente fue originado por la centrifugación del móvil, en una curva hacia la izquierda que enfrentó su conductor, a una velocidad no razonable ni prudente, para la configuración vial del sector (curvas y contracurvas), razón por la que su conductor perdió el control del camión con las consecuencias señaladas”. Y agrega: “No se detectó fallas en el sistema de frenaje”. Sin embargo, termina señalando: “Lo anterior no significa que sea la causa basal del accidente”. En definitiva, este informe no es concluyente en cuanto a la causa del accidente; no determina si la velocidad adquirida por el vehículo se debió a una imprudencia de la actora, como lo afirma la demandada, o bien fue una consecuencia de que no funcionó el sistema de frenos y la caja de cambios, como sostiene la actora. Sólo es posible afirmar que los neumáticos del camión no estaban en buen estado; y que, al momento del choque el vehículo registró una velocidad de 90 Km/hr.

II. CORTE DE APELACIONES 15º. Que, se dará lugar también al lucro cesante en la cantidad de $ 59.416.157 ello en razón de haberse probado en autos que el último sueldo del trabajador inválido fue del orden de los $ 294.723, cantidad no controvertida. Además y como lo afirma en su libelo, teniendo 36 años (fs. 32) al momento del accidente, de no ocurrir su invalidez estaba en perfectas condiciones hasta la edad de la jubilación, para varones a los 65 años, habría obtenido, como remuneraciones los montos que cobra; 16º. Que, en cambio se desestima lo pedido por concepto de gastos de médicos, como también por remedios y otros, desde que no se allegaron al proceso, los comprobantes de pago de esas atenciones o, medicinas; 17º. Que, los demás antecedentes, no harán variar lo que está concluido; en mérito a lo reflexionado, vistos, además, lo preceptuado en los art. 10, 184 y ss. 439, 440, 442, 445, 446, 449, 450, 451, 455, 456 y 458 del Código del Trabajo; 1545, 1546, 1698, 1700 del Código Civil; art. 69 de la ley de accidentes del trabajo Nº 16.744, se declara: Iº. Que no ha lugar a la tacha. IIº. Que ha lugar a la demanda de fs. 3 y ss. en cuanto se ordena pagar por el demandado al trabajador la suma de $ 100.000.000 (cien millones de pesos) por concepto de “daño moral”; $ 59.416.157 por capítulo de lucro cesante dado el 60% de invalidez en que ha quedado el demandante. En lo demás se desestima. Sin costas por no haber sido totalmente vencido el demandado. Los pagos deberán efectuarse con los reajustes legales e intereses corrientes, liquidación que se practicará por Secretaría del Tribunal en la ejecución del fallo. Regístrese, notifíquese y archívese en su oportunidad. Rol Nº 3.591 2001. Dictada por doña María Ondina Tapia Varas, Juez Titular. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

717

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

3º) Que el testigo Rubén Mamerto Vera, de la demandada, declara que comprobó que se reventó la carcasa del motor y “caja de cambios”, “porque al darse vuelta, tiene que haber metido el cambio a la fuerza”. 4º) Que los testigos Edicto Gutiérrez Oyanedel y Víctor Cáceres Fuentes, por la demandante, y Mónica Rivera Ramos, por la demandada, están contestes, en que los choferes de la empresa demandada informaban diariamente y por escrito, a través de una especie de formulario, que llamaban “report”, al responsable de las faenas, sobre el estado de los camiones. Que la actora afirma que en dichos informes, los días previos al accidente, se indicó los desperfectos del vehículo. Que la demandada debió tener esos report en su poder; sin embargo la testigo de la demandada, Mónica Rivera, quien se desempeñaba en la empresa como prevencionista de riesgo, declaró que “no recuerda el contenido de los report y por el tiempo no se encuentran en la empresa”. Llama la atención a este sentenciador que un antecedente de tanta utilidad como es la historia mecánica del vehículo, estando en manos del demandado aportar, no los hubiere acompañado como prueba documental. Ello hace presumir que en esos informes pudiere constar lo afirmado por la actora y sus testigos, esto es, que el vehículo en cuestión no estaba en buenas condiciones mecánicas. 5º) Que, de acuerdo a los dichos de los testigos, en las faenas no había un mecánico u otra persona especializada que verificara el estado de los vehículos y, por lo mismo, los propios choferes informaban de los problemas y reparaban también algunos desperfectos. Y según los dichos de los testigos de la actora, ellos mismos ayudaron a reparar el sistema de frenos del vehículo siniestrado, el día anterior al accidente. 6º) Que las partes están de acuerdo en que los camiones debían descender cargados, con gran tonelaje, desde una gran altura, por una zona de curvas y de peligro. Que ello constituye, de por sí, una faena de cierto peligro, lo que obligaba al empleador a adoptar las medidas adecuadas que previnieren los accidentes. Que así las cosas, no se observa que el empleador demandado hubiere dado cumplimiento a su obligación de tomar todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de los trabajadores, manteniendo las condiciones adecuadas de seguridad en las faenas, como también los implementos necesarios para prevenir accidentes, de acuerdo a lo dispuesto en el artículo 184 del Código del Trabajo. 7º) Que en mérito de lo expuesto, puede presumirse que el camión no estaba en buenas condiciones mecánicas y que probablemente tomó velocidad al punto de no poder controlarlo el chofer por un deficiente sistema de frenos de manera que puede concluirse que la causa del accidente es el deficiente estado mecánico del camión accidentado. 8º) Que sin perjuicio de lo antes expuesto, también puede presumirse que el trabajador conducía a una velocidad mayor que aquella que le hubiere permitido controlar el vehículo, aun teniendo un sistema de frenos deficiente. Que en atención a ello, cabe estimar que el trabajador se ha expuesto imprudentemente al riesgo, por lo que en la apreciación del daño habrá que considerar una reducción, de acuerdo a lo dispuesto por el artículo 2330 del Código Civil. 9º) Que por lo expuesto en los considerandos anteriores, en cuanto al lucro cesante, se deben descontar las sumas que le corresponde percibir al trabajador a título de pensión de invalidez, esto es, $ 89.174, mensual, por el mismo período que se ha fijado el monto de $ 59.416.157, determinado en la sentencia en alzada. En consecuencia, a título de lucro cesante, sólo corresponde la suma de $ 29.453.692. Que en cuanto al daño moral, derivado de la pérdida de la satisfacción de gozar de la vida en plenitud, por haber quedado el trabajador con una invalidez de un 60%, y el dolor que ello le significa, esta Corte lo estima prudencialmente en la suma de $ 50.000.000. Por todo lo expuesto y lo dispuesto en los artículos 1698, 1712 y 2330 del Código Civil; 184 y 439 y siguientes del Código del Trabajo; 69 de la ley 16.744, y demás pertinentes, se declara que: Se confirma la sentencia en alzada de fecha diez de febrero de dos mil cuatro, escrita a fojas 91 con declaración de que se ordena pagar, en lugar de las sumas ordenadas en la sentencia, sólo las cantidades de: a) $ 29.453.692, a título de lucro cesante; y, b) $ 50.000.000 a título de daño moral. Calculadas ambas sumas con los reajustes legales e intereses corrientes que corresponda.

718

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

3º) Que el testigo Rubén Mamerto Vera, de la demandada, declara que comprobó que se reventó la carcasa del motor y “caja de cambios”, “porque al darse vuelta, tiene que haber metido el cambio a la fuerza”. 4º) Que los testigos Edicto Gutiérrez Oyanedel y Víctor Cáceres Fuentes, por la demandante, y Mónica Rivera Ramos, por la demandada, están contestes, en que los choferes de la empresa demandada informaban diariamente y por escrito, a través de una especie de formulario, que llamaban “report”, al responsable de las faenas, sobre el estado de los camiones. Que la actora afirma que en dichos informes, los días previos al accidente, se indicó los desperfectos del vehículo. Que la demandada debió tener esos report en su poder; sin embargo la testigo de la demandada, Mónica Rivera, quien se desempeñaba en la empresa como prevencionista de riesgo, declaró que “no recuerda el contenido de los report y por el tiempo no se encuentran en la empresa”. Llama la atención a este sentenciador que un antecedente de tanta utilidad como es la historia mecánica del vehículo, estando en manos del demandado aportar, no los hubiere acompañado como prueba documental. Ello hace presumir que en esos informes pudiere constar lo afirmado por la actora y sus testigos, esto es, que el vehículo en cuestión no estaba en buenas condiciones mecánicas. 5º) Que, de acuerdo a los dichos de los testigos, en las faenas no había un mecánico u otra persona especializada que verificara el estado de los vehículos y, por lo mismo, los propios choferes informaban de los problemas y reparaban también algunos desperfectos. Y según los dichos de los testigos de la actora, ellos mismos ayudaron a reparar el sistema de frenos del vehículo siniestrado, el día anterior al accidente. 6º) Que las partes están de acuerdo en que los camiones debían descender cargados, con gran tonelaje, desde una gran altura, por una zona de curvas y de peligro. Que ello constituye, de por sí, una faena de cierto peligro, lo que obligaba al empleador a adoptar las medidas adecuadas que previnieren los accidentes. Que así las cosas, no se observa que el empleador demandado hubiere dado cumplimiento a su obligación de tomar todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de los trabajadores, manteniendo las condiciones adecuadas de seguridad en las faenas, como también los implementos necesarios para prevenir accidentes, de acuerdo a lo dispuesto en el artículo 184 del Código del Trabajo. 7º) Que en mérito de lo expuesto, puede presumirse que el camión no estaba en buenas condiciones mecánicas y que probablemente tomó velocidad al punto de no poder controlarlo el chofer por un deficiente sistema de frenos de manera que puede concluirse que la causa del accidente es el deficiente estado mecánico del camión accidentado. 8º) Que sin perjuicio de lo antes expuesto, también puede presumirse que el trabajador conducía a una velocidad mayor que aquella que le hubiere permitido controlar el vehículo, aun teniendo un sistema de frenos deficiente. Que en atención a ello, cabe estimar que el trabajador se ha expuesto imprudentemente al riesgo, por lo que en la apreciación del daño habrá que considerar una reducción, de acuerdo a lo dispuesto por el artículo 2330 del Código Civil. 9º) Que por lo expuesto en los considerandos anteriores, en cuanto al lucro cesante, se deben descontar las sumas que le corresponde percibir al trabajador a título de pensión de invalidez, esto es, $ 89.174, mensual, por el mismo período que se ha fijado el monto de $ 59.416.157, determinado en la sentencia en alzada. En consecuencia, a título de lucro cesante, sólo corresponde la suma de $ 29.453.692. Que en cuanto al daño moral, derivado de la pérdida de la satisfacción de gozar de la vida en plenitud, por haber quedado el trabajador con una invalidez de un 60%, y el dolor que ello le significa, esta Corte lo estima prudencialmente en la suma de $ 50.000.000. Por todo lo expuesto y lo dispuesto en los artículos 1698, 1712 y 2330 del Código Civil; 184 y 439 y siguientes del Código del Trabajo; 69 de la ley 16.744, y demás pertinentes, se declara que: Se confirma la sentencia en alzada de fecha diez de febrero de dos mil cuatro, escrita a fojas 91 con declaración de que se ordena pagar, en lugar de las sumas ordenadas en la sentencia, sólo las cantidades de: a) $ 29.453.692, a título de lucro cesante; y, b) $ 50.000.000 a título de daño moral. Calculadas ambas sumas con los reajustes legales e intereses corrientes que corresponda.

718

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

719

Regístrese y devuélvase. Redacción por la Abogado Integrante, señora Paulina Veloso Valenzuela. Rol Nº 1.206 2004. Pronunciada por los Ministros de la Cuarta Sala de esta Iltma. Corte, señores Jaime Rodríguez Espoz, Víctor Montiglio Rezzio y por la Abogado Integrante señora Paulina Veloso Valenzuela.

III. CORTE SUPREMA Santiago, nueve de septiembre de dos mil cuatro. VISTOS Y TENIENDO PRESENTE: PRIMERO: Que en conformidad a lo dispuesto en los artículos 781 y 782 del Código de Procedimiento Civil, se ha ordenado dar cuenta de los recursos de casación en la forma y en el fondo deducidos por la parte demandada a fojas 133. En cuanto al recurso de casación en la forma: SEGUNDO: Que la parte demandada ha deducido recurso de casación en la forma en contra de la sentencia de quince de abril, del año en curso, escrita a fojas 121 y siguientes, fundado, en las causales del artículo 768 Nº 5 y 9 del Código de Procedimiento Civil, esto es, la falta de análisis de todas las pruebas y la falta de un trámite o diligencia esencial, indicando que además se infringen las normas reguladoras de la prueba, expresando que ello ocurriría al no haber considerado pruebas que, a su juicio, serían concluyentes y que consistirían en documentos y declaraciones de testigos que acreditarían que el accidente de tránsito que causó las lesiones por las cuales reclama el trabajador se debieron única y exclusivamente a la irresponsabilidad del trabajador en la conducción a exceso de velocidad del móvil a su cargo, en una zona de curvas, no detectándose falla alguna en el sistema de frenos. TERCERO: Que, al respecto, sólo cabe señalar que para que pueda ser admitido el recurso en examen, por las causales, que se invocan, es indispensable que el que lo entabla haya reclamado de la falta, ejerciendo oportunamente y en todos sus grados los recursos establecidos por la ley, requisito al cual no se ha dado cumplimiento en la especie, por cuanto los vicios que se le atribuyen al fallo impugnado, en caso de existir, se habrían producido en el pronunciamiento de la sentencia de primera instancia, desde que el de segundo grado es confirmatorio de aquel, de modo tal que debió recurrirse en el sentido indicado, contra dicho fallo y, en la especie el demandado sólo recurrió de apelación. CUARTO: Que, en segundo lugar, cabe precisar que el recurso de nulidad formal deducido por el demandado adolece de defectos en su formalización al no haber relacionado las normas del artículo 768 Nºs 5 y 9 del Código de Procedimiento Civil, con la norma relativa a la omisión de un trámite en segunda instancia; así como tampoco la vincula con el artículo 458 del Código del Trabajo, de manera que el recurso deberá ser desechado en esta etapa de tramitación por las razones antes dichas. QUINTO: Que lo razonado resulta suficiente para concluir que los argumentos esgrimidos para fundamentar las causales de casación en la forma, por una parte, no ha sido debidamente preparado y por otra, adolecer de defectos en su formalización. Por estas consideraciones y normas legales citadas, se declara inadmisible el recurso de casación en la forma, deducido por la parte demandada a fojas 133, en contra de la sentencia de quince de abril del año en curso, escrita a fojas 121 y siguientes. Para conocer del recurso de casación en el fondo deducido por el demandado a fojas 133, tráiganse estos autos en relación. Regístrese. Rol Nº 1.835 04. Pronunciada por la Cuarta Sala de la Corte Suprema integrada por los Ministros señores Orlando Alvarez H., Urbano Marín V. y Jorge Medina C. y los Abogados Integrantes señores Juan Infante Ph. y Roberto Jacob Ch. Santiago 9 de septiembre de 2004.

Santiago, nueve de septiembre de dos mil cuatro. VISTOS Y TENIENDO PRESENTE: PRIMERO: Que en conformidad a lo dispuesto en los artículos 781 y 782 del Código de Procedimiento Civil, se ha ordenado dar cuenta de los recursos de casación en la forma y en el fondo deducidos por la parte demandada a fojas 133. En cuanto al recurso de casación en la forma: SEGUNDO: Que la parte demandada ha deducido recurso de casación en la forma en contra de la sentencia de quince de abril, del año en curso, escrita a fojas 121 y siguientes, fundado, en las causales del artículo 768 Nº 5 y 9 del Código de Procedimiento Civil, esto es, la falta de análisis de todas las pruebas y la falta de un trámite o diligencia esencial, indicando que además se infringen las normas reguladoras de la prueba, expresando que ello ocurriría al no haber considerado pruebas que, a su juicio, serían concluyentes y que consistirían en documentos y declaraciones de testigos que acreditarían que el accidente de tránsito que causó las lesiones por las cuales reclama el trabajador se debieron única y exclusivamente a la irresponsabilidad del trabajador en la conducción a exceso de velocidad del móvil a su cargo, en una zona de curvas, no detectándose falla alguna en el sistema de frenos. TERCERO: Que, al respecto, sólo cabe señalar que para que pueda ser admitido el recurso en examen, por las causales, que se invocan, es indispensable que el que lo entabla haya reclamado de la falta, ejerciendo oportunamente y en todos sus grados los recursos establecidos por la ley, requisito al cual no se ha dado cumplimiento en la especie, por cuanto los vicios que se le atribuyen al fallo impugnado, en caso de existir, se habrían producido en el pronunciamiento de la sentencia de primera instancia, desde que el de segundo grado es confirmatorio de aquel, de modo tal que debió recurrirse en el sentido indicado, contra dicho fallo y, en la especie el demandado sólo recurrió de apelación. CUARTO: Que, en segundo lugar, cabe precisar que el recurso de nulidad formal deducido por el demandado adolece de defectos en su formalización al no haber relacionado las normas del artículo 768 Nºs 5 y 9 del Código de Procedimiento Civil, con la norma relativa a la omisión de un trámite en segunda instancia; así como tampoco la vincula con el artículo 458 del Código del Trabajo, de manera que el recurso deberá ser desechado en esta etapa de tramitación por las razones antes dichas. QUINTO: Que lo razonado resulta suficiente para concluir que los argumentos esgrimidos para fundamentar las causales de casación en la forma, por una parte, no ha sido debidamente preparado y por otra, adolecer de defectos en su formalización. Por estas consideraciones y normas legales citadas, se declara inadmisible el recurso de casación en la forma, deducido por la parte demandada a fojas 133, en contra de la sentencia de quince de abril del año en curso, escrita a fojas 121 y siguientes. Para conocer del recurso de casación en el fondo deducido por el demandado a fojas 133, tráiganse estos autos en relación. Regístrese. Rol Nº 1.835 04. Pronunciada por la Cuarta Sala de la Corte Suprema integrada por los Ministros señores Orlando Alvarez H., Urbano Marín V. y Jorge Medina C. y los Abogados Integrantes señores Juan Infante Ph. y Roberto Jacob Ch. Santiago 9 de septiembre de 2004.

III. CORTE SUPREMA Regístrese y devuélvase. Redacción por la Abogado Integrante, señora Paulina Veloso Valenzuela. Rol Nº 1.206 2004. Pronunciada por los Ministros de la Cuarta Sala de esta Iltma. Corte, señores Jaime Rodríguez Espoz, Víctor Montiglio Rezzio y por la Abogado Integrante señora Paulina Veloso Valenzuela. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

719

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Santiago, diecisiete de agosto de dos mil uno. VISTOS: Comparece a fojas 2, Juan Carlos Sepúlveda Allendes, pensionado, domiciliado en calle Del Valle Central, Conjunto Habitacional Los Lagos, Comuna de Puente Alto, interponiendo demanda en juicio ordinario del trabajo en contra de su ex empleadora Pesquera Sopesa Alimar S.A., cuya sigla de fantasía es Sopesa S.A., sociedad del giro de su nominación, representada por Vicente Izquierdo Menéndez, factor de comercio, ambos domiciliados en calle Mar del Plata Nº 2.111, Comuna de Providencia, a fin de que sea obligada al pagar las sumas por concepto de indemnización del daño moral y material con reajustes, intereses si procediere y las costas del juicio. Funda la demanda en haber ingresado en 1993 a prestar servicios como redero de pesca, es decir, como panguero o tripulante de barco que cumplía labores en el lugar que el capitán anclara el barco. Con la empresa demandada celebró diversos contratos de trabajo eventuales, actuando en representación de la empresa demandada don Rodolfo Villalón del Fierro, jefe de flota de la oficina de Puerto San Antonio, algunos de estos contratos fueron celebrados por días y otros mes a mes, practicándose la liquidación en el mismo ejemplar. Con motivo del accidente y por haber estado trabajando sin contrato el señor Villalón envió uno nuevo al hospital para que lo firmara, el que era de plazo indefinido, lo firmó; en el dorso se dejó constancia de la jornada de trabajo sin límite por la naturaleza de las labores. La remuneración era de $ 91.000 por sueldo base, más un incentivo adicional según metraje cúbico del barco estipulándose $ 191 por tonelada de pesca en barcos de hasta 300 metros cúbicos; $ 147 por tonelada para barcos de entre 300 y 420 metros cúbicos y $ 145 por tonelada para barcos entre 420 y 650 metros cúbicos. Desde enero de 1994 estaba asignado al barco Pumanque, de 270 toneladas de carga de propiedad de la empresa que estaba a cargo del patrón de pesca y/o capitán Benjamín Vergara Rubio, para realizar la función de colocar las redes bajaba a una embarcación menor denominada panga, con motor petrolero de seis cilindros. En la última semana de abril de 1994, se reventó una cañería de alta presión de aceite que fue reparada por los mecánicos de la empresa. El dos de mayo de 1994 se encontraba el barco al sur de las Bajas de Rapel, dentro de las cinco millas marítimas de la costa, dedicadas exclusivamente a los pescadores artesanales, sin embargo, el capitán, siendo aproximadamente las 6:30 horas ordenó prepararse para bolichar, por lo cual se fue a la panga a desempeñar sus labores habituales, adoptando las medidas de seguridad que su experiencia de 15 años aconsejaba. Cuando estaba bolichando con media red en el agua se reventó la cañería de alta presión del aceite, la misma cañería que había sido reparada. Quedó la embarcación al garete, desde el barco lanzaron un cable de acero de tres metros amarrando la panga a un costado del barco y desde éste comenzaron a recoger la red, por la fuerte marejada la panga era golpeada fuertemente contra el barco, de inmediato empezó a arreglar la avería, haciendo un by pass en el sistema de contra marcha hidráulico para continuar las labores y no perder un día de pesca. Reparada la avería a gritos avisó a los del barco para que soltaran la amarra, se percató que la panga iba a chocar contra el barco, entonces se sujetó firme al bitón de proa para no caer al agua, al retroceder la panga se tensó el cable y le aprisionó la pierna derecha contra un costado de la panga; producido el impacto trató de aguantar, pero la presión del cable fue superior a sus fuerzas, fracturándose la pierna que quedó liberada al chocar nuevamente el bote contra el barco; ignora su sus gritos fueron oídos en el barco o si el motorista se percató del accidente porque bajaron tres hombres a la panga para prestarle los primeros auxilios, le entablillaron la pierna y le hicieron un torniquete donde había una hemorragia. El capitán se comunicó con las oficinas de la empresa en San Antonio solicitando instrucciones. Luego fue trasladado a otro barco Juncal, también de la empresa, de menor tonelaje, el desplazamiento fue lento y demoró más de dos horas en llegar al Puerto San Antonio, donde le esperaba una ambulancia de la AChS que lo llevó al policlínico de esa ciudad donde le dieron calmantes y posteriormente fue traslado al Hospital

720

I. SENTENCIA DE PRIMER GRADO

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol N°: 1895-2003 Cita online: CL/JUR/3338/2004

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol N°: 1895-2003 Cita online: CL/JUR/3338/2004

I. SENTENCIA DE PRIMER GRADO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Santiago, diecisiete de agosto de dos mil uno. VISTOS: Comparece a fojas 2, Juan Carlos Sepúlveda Allendes, pensionado, domiciliado en calle Del Valle Central, Conjunto Habitacional Los Lagos, Comuna de Puente Alto, interponiendo demanda en juicio ordinario del trabajo en contra de su ex empleadora Pesquera Sopesa Alimar S.A., cuya sigla de fantasía es Sopesa S.A., sociedad del giro de su nominación, representada por Vicente Izquierdo Menéndez, factor de comercio, ambos domiciliados en calle Mar del Plata Nº 2.111, Comuna de Providencia, a fin de que sea obligada al pagar las sumas por concepto de indemnización del daño moral y material con reajustes, intereses si procediere y las costas del juicio. Funda la demanda en haber ingresado en 1993 a prestar servicios como redero de pesca, es decir, como panguero o tripulante de barco que cumplía labores en el lugar que el capitán anclara el barco. Con la empresa demandada celebró diversos contratos de trabajo eventuales, actuando en representación de la empresa demandada don Rodolfo Villalón del Fierro, jefe de flota de la oficina de Puerto San Antonio, algunos de estos contratos fueron celebrados por días y otros mes a mes, practicándose la liquidación en el mismo ejemplar. Con motivo del accidente y por haber estado trabajando sin contrato el señor Villalón envió uno nuevo al hospital para que lo firmara, el que era de plazo indefinido, lo firmó; en el dorso se dejó constancia de la jornada de trabajo sin límite por la naturaleza de las labores. La remuneración era de $ 91.000 por sueldo base, más un incentivo adicional según metraje cúbico del barco estipulándose $ 191 por tonelada de pesca en barcos de hasta 300 metros cúbicos; $ 147 por tonelada para barcos de entre 300 y 420 metros cúbicos y $ 145 por tonelada para barcos entre 420 y 650 metros cúbicos. Desde enero de 1994 estaba asignado al barco Pumanque, de 270 toneladas de carga de propiedad de la empresa que estaba a cargo del patrón de pesca y/o capitán Benjamín Vergara Rubio, para realizar la función de colocar las redes bajaba a una embarcación menor denominada panga, con motor petrolero de seis cilindros. En la última semana de abril de 1994, se reventó una cañería de alta presión de aceite que fue reparada por los mecánicos de la empresa. El dos de mayo de 1994 se encontraba el barco al sur de las Bajas de Rapel, dentro de las cinco millas marítimas de la costa, dedicadas exclusivamente a los pescadores artesanales, sin embargo, el capitán, siendo aproximadamente las 6:30 horas ordenó prepararse para bolichar, por lo cual se fue a la panga a desempeñar sus labores habituales, adoptando las medidas de seguridad que su experiencia de 15 años aconsejaba. Cuando estaba bolichando con media red en el agua se reventó la cañería de alta presión del aceite, la misma cañería que había sido reparada. Quedó la embarcación al garete, desde el barco lanzaron un cable de acero de tres metros amarrando la panga a un costado del barco y desde éste comenzaron a recoger la red, por la fuerte marejada la panga era golpeada fuertemente contra el barco, de inmediato empezó a arreglar la avería, haciendo un by pass en el sistema de contra marcha hidráulico para continuar las labores y no perder un día de pesca. Reparada la avería a gritos avisó a los del barco para que soltaran la amarra, se percató que la panga iba a chocar contra el barco, entonces se sujetó firme al bitón de proa para no caer al agua, al retroceder la panga se tensó el cable y le aprisionó la pierna derecha contra un costado de la panga; producido el impacto trató de aguantar, pero la presión del cable fue superior a sus fuerzas, fracturándose la pierna que quedó liberada al chocar nuevamente el bote contra el barco; ignora su sus gritos fueron oídos en el barco o si el motorista se percató del accidente porque bajaron tres hombres a la panga para prestarle los primeros auxilios, le entablillaron la pierna y le hicieron un torniquete donde había una hemorragia. El capitán se comunicó con las oficinas de la empresa en San Antonio solicitando instrucciones. Luego fue trasladado a otro barco Juncal, también de la empresa, de menor tonelaje, el desplazamiento fue lento y demoró más de dos horas en llegar al Puerto San Antonio, donde le esperaba una ambulancia de la AChS que lo llevó al policlínico de esa ciudad donde le dieron calmantes y posteriormente fue traslado al Hospital

720

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

721

del Trabajador, donde quedó internado, después de transcurridas cinco horas desde el accidente. En el hospital le amputaron la pierna derecha a la altura de la canilla iniciando después un tratamiento de recuperación para colocarle una prótesis que le permite caminar. Posteriormente se informó que la empresa en San Antonio no dio cumplimiento a las instrucciones de la Capitanía de Puerto de la Armada, comunicar el accidente, nombre del tripulante, barco y ubicación de éste para ir en helicóptero a buscar a la persona accidentada y trasladarla al hospital respectivo, o sea, del Trabajador. La oficina de Sopesa en San Antonio protegió los intereses de la compañía para evitar que la capitanía del puerto tomara conocimiento que estaba pescando en zona prohibida, quedando sujeta a una sanción pecuniaria y también al capitán que debe asumir la responsabilidad, para lo cual silenciaron el accidente; la negligencia inexcusable de la compañía demandada significó varias horas de sufrimiento en circunstancias que si hubiese acudido el helicóptero habría estado en 45 minutos en el hospital y quizás se hubiere evitado la amputación de la pierna. Agrega que el contrato de trabajo implica para el empleador como contraprestación de los servicios prestados, el deber de prevención, seguridad o protección, en virtud de esta prestación consagrada en el artículo 184 del Código del Trabajo, en orden a que el empleador está obligado a tomar todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de los trabajadores. De esta disposición en relación con el artículo 69 de la ley 16.744, el seguro social no agota la responsabilidad del empleador en cuanto el accidente o enfermedad se deba a culpa o dolo de la entidad empleadora o de un tercero, la víctima o demás personas a quienes el accidente o enfermedad causa daño, podrá reclamar al empleador o terceros responsables del accidente también las otras indemnizaciones a que tengan derecho, con arreglo a las prescripciones del derecho común, inclusive el daño moral. En la especie, la empresa infringió su obligación de proteger eficazmente la vida y salud de sus trabajadores, incurriendo a lo menos en culpa. En consecuencia, habiéndose establecido conforme al artículo 184 del Código del Trabajo y artículo 69 de la ley 16.744 que el actor resultó afectado por un accidente del trabajo, por lo cual debe ser indemnizado adecuadamente de todos los perjuicios experimentados, incluso el daño moral. El accidente que sufrió el actor, manifiesta éste, le ha significado la pérdida de la pierna derecha, que le amputaron a la altura del fémur en la parte superior del peroné, denominada amputación traumática 1/3 medio pierna derecha, que lo ha dejado inválido parcial permanente, ya que jamás podrá recuperar la parte amputada, que significa en definitiva una disminución de su capacidad de ganancia, que es del 40%; esta circunstancia significa la pérdida de un 40% de ganancia, pues no pudo continuar desarrollando la actividad laboral que conocía y no puede competir con las personas sanas. Asimismo, el accidente que sufrió le impide realizar deportes y actividades sociales y le ha producido graves problemas económicos, dado que la pensión equivale al 35% del promedio de los últimos seis meses. A consecuencia de la lesión sufrida ha debido soportar el rechazo de la sociedad y la compasión de amigos y familiares, hecho que le causa un grave daño moral que le produce una depresión, dado que no puede encontrar una fuente de trabajo. Al determinarse la pensión otorgada por la Asociación Chilena de Seguridad, se estableció que el promedio de sueldo base de los seis últimos meses ascendía a $ 493.578. A la fecha del accidente estaba por cumplir 38 años de edad, por lo que le restaba una vida útil de trabajo de 27 años para obtener su jubilación y habiendo disminuido su capacidad de trabajo en un 40%, la disminución de ganancia mensual asciende a $ 197.431,20, por lo que pide una indemnización por el daño físico o material como lucro cesante, por la suma de $ 63.967.708,80, por todo el tiempo de vida útil que le restaba. Que además, el daño moral causado por la lesión y amputación es importante y el dolor o pena o congoja que ha significado la pérdida de parte importante de su miembro le hace sentir inútil, limitado y extraño al mundo de las relaciones normales, avalúa el daño moral en $ 20.000.000. Termina solicitando que se acoja la demanda en todas sus partes y se condene a la empresa demandada al pago de a) Una indemnización por el perjuicio material que le ocasionó el accidente del trabajo la suma de $ 63.967.708,80; b) Una indemnización por el daño moral de $ 20.000.000; c) Que las cantidades a que sea condenada la demandada deberán ser con el reajuste equivalente al 100% de la variación del I.P.C. entre el mes que antecedió al accidente y el mes que suceda el pago real; d) Que también la demandada deberá ser condenada al pago del interés corriente que proceda en caso de incumplimiento a contar de la fecha que éste se produzca; y e) Que la demandada deberá pagar las costas de la causa.

del Trabajador, donde quedó internado, después de transcurridas cinco horas desde el accidente. En el hospital le amputaron la pierna derecha a la altura de la canilla iniciando después un tratamiento de recuperación para colocarle una prótesis que le permite caminar. Posteriormente se informó que la empresa en San Antonio no dio cumplimiento a las instrucciones de la Capitanía de Puerto de la Armada, comunicar el accidente, nombre del tripulante, barco y ubicación de éste para ir en helicóptero a buscar a la persona accidentada y trasladarla al hospital respectivo, o sea, del Trabajador. La oficina de Sopesa en San Antonio protegió los intereses de la compañía para evitar que la capitanía del puerto tomara conocimiento que estaba pescando en zona prohibida, quedando sujeta a una sanción pecuniaria y también al capitán que debe asumir la responsabilidad, para lo cual silenciaron el accidente; la negligencia inexcusable de la compañía demandada significó varias horas de sufrimiento en circunstancias que si hubiese acudido el helicóptero habría estado en 45 minutos en el hospital y quizás se hubiere evitado la amputación de la pierna. Agrega que el contrato de trabajo implica para el empleador como contraprestación de los servicios prestados, el deber de prevención, seguridad o protección, en virtud de esta prestación consagrada en el artículo 184 del Código del Trabajo, en orden a que el empleador está obligado a tomar todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de los trabajadores. De esta disposición en relación con el artículo 69 de la ley 16.744, el seguro social no agota la responsabilidad del empleador en cuanto el accidente o enfermedad se deba a culpa o dolo de la entidad empleadora o de un tercero, la víctima o demás personas a quienes el accidente o enfermedad causa daño, podrá reclamar al empleador o terceros responsables del accidente también las otras indemnizaciones a que tengan derecho, con arreglo a las prescripciones del derecho común, inclusive el daño moral. En la especie, la empresa infringió su obligación de proteger eficazmente la vida y salud de sus trabajadores, incurriendo a lo menos en culpa. En consecuencia, habiéndose establecido conforme al artículo 184 del Código del Trabajo y artículo 69 de la ley 16.744 que el actor resultó afectado por un accidente del trabajo, por lo cual debe ser indemnizado adecuadamente de todos los perjuicios experimentados, incluso el daño moral. El accidente que sufrió el actor, manifiesta éste, le ha significado la pérdida de la pierna derecha, que le amputaron a la altura del fémur en la parte superior del peroné, denominada amputación traumática 1/3 medio pierna derecha, que lo ha dejado inválido parcial permanente, ya que jamás podrá recuperar la parte amputada, que significa en definitiva una disminución de su capacidad de ganancia, que es del 40%; esta circunstancia significa la pérdida de un 40% de ganancia, pues no pudo continuar desarrollando la actividad laboral que conocía y no puede competir con las personas sanas. Asimismo, el accidente que sufrió le impide realizar deportes y actividades sociales y le ha producido graves problemas económicos, dado que la pensión equivale al 35% del promedio de los últimos seis meses. A consecuencia de la lesión sufrida ha debido soportar el rechazo de la sociedad y la compasión de amigos y familiares, hecho que le causa un grave daño moral que le produce una depresión, dado que no puede encontrar una fuente de trabajo. Al determinarse la pensión otorgada por la Asociación Chilena de Seguridad, se estableció que el promedio de sueldo base de los seis últimos meses ascendía a $ 493.578. A la fecha del accidente estaba por cumplir 38 años de edad, por lo que le restaba una vida útil de trabajo de 27 años para obtener su jubilación y habiendo disminuido su capacidad de trabajo en un 40%, la disminución de ganancia mensual asciende a $ 197.431,20, por lo que pide una indemnización por el daño físico o material como lucro cesante, por la suma de $ 63.967.708,80, por todo el tiempo de vida útil que le restaba. Que además, el daño moral causado por la lesión y amputación es importante y el dolor o pena o congoja que ha significado la pérdida de parte importante de su miembro le hace sentir inútil, limitado y extraño al mundo de las relaciones normales, avalúa el daño moral en $ 20.000.000. Termina solicitando que se acoja la demanda en todas sus partes y se condene a la empresa demandada al pago de a) Una indemnización por el perjuicio material que le ocasionó el accidente del trabajo la suma de $ 63.967.708,80; b) Una indemnización por el daño moral de $ 20.000.000; c) Que las cantidades a que sea condenada la demandada deberán ser con el reajuste equivalente al 100% de la variación del I.P.C. entre el mes que antecedió al accidente y el mes que suceda el pago real; d) Que también la demandada deberá ser condenada al pago del interés corriente que proceda en caso de incumplimiento a contar de la fecha que éste se produzca; y e) Que la demandada deberá pagar las costas de la causa. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

721

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

A fojas 9, se notificó personalmente al demandado. A fojas 38, la demandada Alimentos Marinos S.A. Alimar, entes denominada Sopesa S.A., todos domiciliados en calle Mar del Plata Nº 2.111, Comuna de Providencia, contestando la demanda opone las excepciones y defensas que se expresan a continuación: 1. Excepción dilatoria de incompetencia absoluta del tribunal ante quien se ha presentado la demanda. Se plantea por declinatoria, para que el tribunal se abstenga de conocer la presente causa por ser incompetente en razón de la materia. Señala que el 21 de noviembre de 1998 Pesquera Sopesa Alimar S.A. fue notificada de la demanda de autos, en circunstancias que según lo dispone el artículo 420 letra f) del Código del Trabajo, a partir de la ley 19.447 de 8 de febrero de 1996, de acuerdo con el artículo 1 Nº 3 se encuentra excluida de la competencia de los Juzgados del Trabajo la responsabilidad extracontractual del empleador derivada de accidentes del trabajo, a la cual es aplicable el artículo 69 de la ley 16.744. La disposición del artículo 420 letra f) establece que es de competencia de los Juzgados del Trabajo los casos en que se pretende hacer efectiva la responsabilidad del empleador derivada de accidentes del trabajo o enfermedades profesionales con excepción de la responsabilidad extracontractual, a la cual es aplicable el artículo 69 antes mencionado. Por su parte, el artículo 69 de la ley 17.644 prescribe en su letra b) “Que la víctima y las demás personas a quienes el accidente o enfermedad causa daño, podrán reclamar del empleador o terceros responsables del accidente también las otras indemnizaciones a que tengan derecho, con arreglo a las prescripciones del derecho común, incluso el daño moral”. En efecto, la demanda se basa exclusivamente en la responsabilidad extracontractual a la que se aplican las normas del derecho común de acuerdo con el artículo 420 letra f) del Código del Trabajo y 69 de la ley 16.744, por tanto no son materias de competencia de los Juzgado de Letras de Trabajo. Es evidente en autos, pues en se reclama la responsabilidad extracontractual por la eventual responsabilidad en el accidente relatado, materia que no dice relación con la relación contractual que unió a las partes que es propia de una indemnización de perjuicios de lato conocimiento y de competencia de los Juzgados Civiles Ordinarios. Termina solicitando se tenga por interpuesta la presente excepción de incompetencia del tribunal, se la acoja declarándose el tribunal incompetente para continuar conociendo la demanda, con costas. 2. Opone la excepción dilatoria de ineptitud del libelo, por cuanto se demanda a una empresa diversa de la fuera empleadora del demandante. En efecto, se demanda a Pesquera Sopesa Alimar S.A. que es la exclusivamente en la pretendida responsabilidad por la culpa que habría tenido en el accidente de autos; pues, los únicos antecedentes de derecho invocados por el actor son los artículos 184 del Código del Trabajo y 69 de la citada ley 16.744, en circunstancias que este último artículo se refiere a materias excluidas de la competencia de los Juzgados del Trabajo y del libelo se desprende que se demanda a su antecesora legal Alimentos Marinos S.A. Alimar, que es distinta a Sopesur que fue la empleadora del demandante, por tal motivo, la demanda adolece de vicio y se debe ordenar que se rectifique la demanda en el sentido de señalar correctamente a la parte demandada. 3. Opone la excepción perentoria de prescripción. Para el caso que se estime que este Primer Juzgado del Trabajo sea competente, que significa que este juicio se refiere a derechos regidos por el Código del Trabajo, por lo que estarían prescritos según lo dispuesto en el artículo 480 inciso primero de ese cuerpo legal, toda vez que la demanda dice relación con un accidente ocurrido el 2 de mayo de 1994, fecha desde la cual han transcurrido más de cuatro años, de modo que la acción está prescrita según la norma antes citada. 4. En subsidio de las excepciones dilatorias opuestas contesta la demanda y solicita su rechazo en todas sus partes, con costas. A) Los hechos: a) El accidente fue fortuito y de ninguna responsabilidad de la demandada y además el demandante recibió íntegra y oportunamente todas las indemnizaciones que en derecho le corresponden, no habiendo responsabilidad contractual ni extracontractual alguna por parte de su representada, cuyo objetivo es lucrar con tan lamentable accidente. B) Efectivamente el 2 de mayo de 1994 se produjo un accidente a consecuencia del cual se produjo la amputación del pie del demandante a la altura del tobillo, como resultado de hechos fortuitos tales como el desperfecto de una panga y malas condiciones climáticas y el fuerte oleaje y el lamentable descuido del trabajador. El actor insinúa que por el hecho de que el desperfecto de la panga se produjo en la misma cañería de alta presión del aceite que había sido reparada poco antes por mecánicos de la empresa recaería responsabilidad en ésta. Lo que no es efectivo, pues la empresa revisó y reparó la cañería de la panga no pudo prever el desperfecto que se produjo ni se le puede imputar responsabilidad, por último el desperfecto no fue la causa basal del accidente.

722

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

A fojas 9, se notificó personalmente al demandado. A fojas 38, la demandada Alimentos Marinos S.A. Alimar, entes denominada Sopesa S.A., todos domiciliados en calle Mar del Plata Nº 2.111, Comuna de Providencia, contestando la demanda opone las excepciones y defensas que se expresan a continuación: 1. Excepción dilatoria de incompetencia absoluta del tribunal ante quien se ha presentado la demanda. Se plantea por declinatoria, para que el tribunal se abstenga de conocer la presente causa por ser incompetente en razón de la materia. Señala que el 21 de noviembre de 1998 Pesquera Sopesa Alimar S.A. fue notificada de la demanda de autos, en circunstancias que según lo dispone el artículo 420 letra f) del Código del Trabajo, a partir de la ley 19.447 de 8 de febrero de 1996, de acuerdo con el artículo 1 Nº 3 se encuentra excluida de la competencia de los Juzgados del Trabajo la responsabilidad extracontractual del empleador derivada de accidentes del trabajo, a la cual es aplicable el artículo 69 de la ley 16.744. La disposición del artículo 420 letra f) establece que es de competencia de los Juzgados del Trabajo los casos en que se pretende hacer efectiva la responsabilidad del empleador derivada de accidentes del trabajo o enfermedades profesionales con excepción de la responsabilidad extracontractual, a la cual es aplicable el artículo 69 antes mencionado. Por su parte, el artículo 69 de la ley 17.644 prescribe en su letra b) “Que la víctima y las demás personas a quienes el accidente o enfermedad causa daño, podrán reclamar del empleador o terceros responsables del accidente también las otras indemnizaciones a que tengan derecho, con arreglo a las prescripciones del derecho común, incluso el daño moral”. En efecto, la demanda se basa exclusivamente en la responsabilidad extracontractual a la que se aplican las normas del derecho común de acuerdo con el artículo 420 letra f) del Código del Trabajo y 69 de la ley 16.744, por tanto no son materias de competencia de los Juzgado de Letras de Trabajo. Es evidente en autos, pues en se reclama la responsabilidad extracontractual por la eventual responsabilidad en el accidente relatado, materia que no dice relación con la relación contractual que unió a las partes que es propia de una indemnización de perjuicios de lato conocimiento y de competencia de los Juzgados Civiles Ordinarios. Termina solicitando se tenga por interpuesta la presente excepción de incompetencia del tribunal, se la acoja declarándose el tribunal incompetente para continuar conociendo la demanda, con costas. 2. Opone la excepción dilatoria de ineptitud del libelo, por cuanto se demanda a una empresa diversa de la fuera empleadora del demandante. En efecto, se demanda a Pesquera Sopesa Alimar S.A. que es la exclusivamente en la pretendida responsabilidad por la culpa que habría tenido en el accidente de autos; pues, los únicos antecedentes de derecho invocados por el actor son los artículos 184 del Código del Trabajo y 69 de la citada ley 16.744, en circunstancias que este último artículo se refiere a materias excluidas de la competencia de los Juzgados del Trabajo y del libelo se desprende que se demanda a su antecesora legal Alimentos Marinos S.A. Alimar, que es distinta a Sopesur que fue la empleadora del demandante, por tal motivo, la demanda adolece de vicio y se debe ordenar que se rectifique la demanda en el sentido de señalar correctamente a la parte demandada. 3. Opone la excepción perentoria de prescripción. Para el caso que se estime que este Primer Juzgado del Trabajo sea competente, que significa que este juicio se refiere a derechos regidos por el Código del Trabajo, por lo que estarían prescritos según lo dispuesto en el artículo 480 inciso primero de ese cuerpo legal, toda vez que la demanda dice relación con un accidente ocurrido el 2 de mayo de 1994, fecha desde la cual han transcurrido más de cuatro años, de modo que la acción está prescrita según la norma antes citada. 4. En subsidio de las excepciones dilatorias opuestas contesta la demanda y solicita su rechazo en todas sus partes, con costas. A) Los hechos: a) El accidente fue fortuito y de ninguna responsabilidad de la demandada y además el demandante recibió íntegra y oportunamente todas las indemnizaciones que en derecho le corresponden, no habiendo responsabilidad contractual ni extracontractual alguna por parte de su representada, cuyo objetivo es lucrar con tan lamentable accidente. B) Efectivamente el 2 de mayo de 1994 se produjo un accidente a consecuencia del cual se produjo la amputación del pie del demandante a la altura del tobillo, como resultado de hechos fortuitos tales como el desperfecto de una panga y malas condiciones climáticas y el fuerte oleaje y el lamentable descuido del trabajador. El actor insinúa que por el hecho de que el desperfecto de la panga se produjo en la misma cañería de alta presión del aceite que había sido reparada poco antes por mecánicos de la empresa recaería responsabilidad en ésta. Lo que no es efectivo, pues la empresa revisó y reparó la cañería de la panga no pudo prever el desperfecto que se produjo ni se le puede imputar responsabilidad, por último el desperfecto no fue la causa basal del accidente.

722

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

723

C) Asimismo, se hace alusión de que la empresa estaría pescando en lugar prohibido, lo que es falso y que no dice relación con el accidente y sus causas. D) También se insinúa que la empresa no actuó con la debida prontitud para llevar al accidentado a recibir atención médica, en circunstancias que el trabajador en la demanda reconoce que en casi dos horas ya estaba en el Puerto San Antonio y recibiendo los primeros auxilios para luego ser trasladado al Hospital del Trabajador en Santiago. También el actor reconoce que sus compañeros de labores en cuanto vieron que había sufrido un accidente saltaron a la panga para prestarle auxilio; asimismo, se pretende que la empresa no actuó con celeridad por no haber llamado a un helicóptero de la Armada, situación no real. En cambio, en cuanto tuvo conocimiento del accidente detuvo las faenas, envió un barco a puerto que llegó en menos de dos horas del accidente y donde había una ambulancia esperándolo para hacerse cargo del enfermo. Se agrega que el trabajador siniestrado habría sido cambiado de barco demorándose su envío a puerto, lo que no es exacto porque si bien se cambió de barco obedeció a que el barco Pumanque donde laboraba el trabajador estaba con las redes en el agua, lo que habría demorado mucho más su envío a puerto, habría tenido previamente que recoger las redes en cambio la otra nave Juncal partió de inmediato. E) Asimismo, el demandante omite señalar que el 3 de agosto de 1998 fue plenamente indemnizado por la Compañía de Seguros Aetna Chile Seguros de Vida S.A., en la suma de $ 8.933.304 gracias al seguro tomado por la compañía a su favor, habiendo declarado haber recibido el total de la indemnización correspondiente a su siniestro, mal podría demandar indemnización por igual causa. F) Tampoco señala que la empresa por sí o por los seguros contratados, cubrió el total de los gastos médicos y rehabilitación relacionados con el accidente de autos. G) Por último, en abierta contradicción reconoce en la demanda percibir una pensión por invalidez parcial correspondiente al 35% de su sueldo en los últimos seis meses anteriores al accidente, que corresponde a la pérdida de su capacidad laboral dada la invalidez producida; a su vez pretende un 40% de su remuneración por toda su vida útil como indemnización por lucro cesante, en circunstancias que ya le fue indemnizado plenamente, lo que es contrario a derecho. H) El demandante demandó en juicio del trabajo en relación con su calidad de trabajador de Sopesa S.A., en circunstancias que el 26 de noviembre de 1994 renunció voluntariamente a su trabajo, firmando el correspondiente finiquito, en el que declaró que nada se le adeudaba por concepto alguno, en relación con la prestación de los servicios, por lo que evidente renunció a una acción como la de autos, que se basa precisamente en la relación laboral que existiera. La demandada expresa además que en la situación propuesta no se reúnen ninguno de los elementos de la responsabilidad extracontractual, pues en ningún momento ha cometido acto dañoso en contra del actor. Es necesario para que una acción u omisión origine responsabilidad delictual o cuasidelictual, se requiere que su autor sea capaz de delito o cuasidelito; que ese hecho provenga de dolo o culpa; que cause un daño y que entre el hecho o la omisión dolosa o culpable y el daño exista una relación de causalidad, características que son de la esencia de la responsabilidad aludida y faltando uno de dichos elementos, no se produce la mencionada responsabilidad extracontractual. De modo que, en la especie, no existe responsabilidad civil extracontractual alguna de la representada derivada de un hecho que no fue de la empresa y que, tal como lo indica el actor fue un accidente y por lo tanto, un caso fortuito. En efecto, la demandada no ha actuado con el propósito de causar un daño al actor ni a nadie, fue u hecho fortuito y no de responsabilidad de la empresa pesquera y no ha habido dolo ni culpa en el actuar para con el actor, al contrario, actuó con la mayor diligencia y cuidado por su trabajador, en tal forma que la empresa demandad no es responsable de los daños físicos o materiales que lamentablemente sufrió el trabajador. Para obtener la indemnización que se reclama es preciso acreditar no sólo el hecho del accidente sino que se cumplan o reúnan los requisitos de la responsabilidad extracontractual, cuya concurrencia no ha sido aseverada por el demandante. Habiéndose demostrado que la Pesquera Sopesa S.A. no es responsable de los daños son improcedentes porque el demandante recibió íntegra y oportunamente todas las indemnizaciones que en derecho les corresponden, en efecto, el 3 de agosto de 1998, fue totalmente indemnizado por la Compañía de Seguros Aetna Chile Seguros de Vida S.A., en la suma de $ 8.933.304, además entre las partes se firmó un finiquito de la relación laboral en virtud de la cual se demanda en que las partes declararon que nada se adeudaban por concepto alguno; por último, el demandante recibe una pensión de invalidez parcial correspondiente al 35% de su sueldo promedio en los últimos seis meses anteriores al accidente, que corresponde precisamente a la pérdida de su capacidad laboral dada su invalidez

C) Asimismo, se hace alusión de que la empresa estaría pescando en lugar prohibido, lo que es falso y que no dice relación con el accidente y sus causas. D) También se insinúa que la empresa no actuó con la debida prontitud para llevar al accidentado a recibir atención médica, en circunstancias que el trabajador en la demanda reconoce que en casi dos horas ya estaba en el Puerto San Antonio y recibiendo los primeros auxilios para luego ser trasladado al Hospital del Trabajador en Santiago. También el actor reconoce que sus compañeros de labores en cuanto vieron que había sufrido un accidente saltaron a la panga para prestarle auxilio; asimismo, se pretende que la empresa no actuó con celeridad por no haber llamado a un helicóptero de la Armada, situación no real. En cambio, en cuanto tuvo conocimiento del accidente detuvo las faenas, envió un barco a puerto que llegó en menos de dos horas del accidente y donde había una ambulancia esperándolo para hacerse cargo del enfermo. Se agrega que el trabajador siniestrado habría sido cambiado de barco demorándose su envío a puerto, lo que no es exacto porque si bien se cambió de barco obedeció a que el barco Pumanque donde laboraba el trabajador estaba con las redes en el agua, lo que habría demorado mucho más su envío a puerto, habría tenido previamente que recoger las redes en cambio la otra nave Juncal partió de inmediato. E) Asimismo, el demandante omite señalar que el 3 de agosto de 1998 fue plenamente indemnizado por la Compañía de Seguros Aetna Chile Seguros de Vida S.A., en la suma de $ 8.933.304 gracias al seguro tomado por la compañía a su favor, habiendo declarado haber recibido el total de la indemnización correspondiente a su siniestro, mal podría demandar indemnización por igual causa. F) Tampoco señala que la empresa por sí o por los seguros contratados, cubrió el total de los gastos médicos y rehabilitación relacionados con el accidente de autos. G) Por último, en abierta contradicción reconoce en la demanda percibir una pensión por invalidez parcial correspondiente al 35% de su sueldo en los últimos seis meses anteriores al accidente, que corresponde a la pérdida de su capacidad laboral dada la invalidez producida; a su vez pretende un 40% de su remuneración por toda su vida útil como indemnización por lucro cesante, en circunstancias que ya le fue indemnizado plenamente, lo que es contrario a derecho. H) El demandante demandó en juicio del trabajo en relación con su calidad de trabajador de Sopesa S.A., en circunstancias que el 26 de noviembre de 1994 renunció voluntariamente a su trabajo, firmando el correspondiente finiquito, en el que declaró que nada se le adeudaba por concepto alguno, en relación con la prestación de los servicios, por lo que evidente renunció a una acción como la de autos, que se basa precisamente en la relación laboral que existiera. La demandada expresa además que en la situación propuesta no se reúnen ninguno de los elementos de la responsabilidad extracontractual, pues en ningún momento ha cometido acto dañoso en contra del actor. Es necesario para que una acción u omisión origine responsabilidad delictual o cuasidelictual, se requiere que su autor sea capaz de delito o cuasidelito; que ese hecho provenga de dolo o culpa; que cause un daño y que entre el hecho o la omisión dolosa o culpable y el daño exista una relación de causalidad, características que son de la esencia de la responsabilidad aludida y faltando uno de dichos elementos, no se produce la mencionada responsabilidad extracontractual. De modo que, en la especie, no existe responsabilidad civil extracontractual alguna de la representada derivada de un hecho que no fue de la empresa y que, tal como lo indica el actor fue un accidente y por lo tanto, un caso fortuito. En efecto, la demandada no ha actuado con el propósito de causar un daño al actor ni a nadie, fue u hecho fortuito y no de responsabilidad de la empresa pesquera y no ha habido dolo ni culpa en el actuar para con el actor, al contrario, actuó con la mayor diligencia y cuidado por su trabajador, en tal forma que la empresa demandad no es responsable de los daños físicos o materiales que lamentablemente sufrió el trabajador. Para obtener la indemnización que se reclama es preciso acreditar no sólo el hecho del accidente sino que se cumplan o reúnan los requisitos de la responsabilidad extracontractual, cuya concurrencia no ha sido aseverada por el demandante. Habiéndose demostrado que la Pesquera Sopesa S.A. no es responsable de los daños son improcedentes porque el demandante recibió íntegra y oportunamente todas las indemnizaciones que en derecho les corresponden, en efecto, el 3 de agosto de 1998, fue totalmente indemnizado por la Compañía de Seguros Aetna Chile Seguros de Vida S.A., en la suma de $ 8.933.304, además entre las partes se firmó un finiquito de la relación laboral en virtud de la cual se demanda en que las partes declararon que nada se adeudaban por concepto alguno; por último, el demandante recibe una pensión de invalidez parcial correspondiente al 35% de su sueldo promedio en los últimos seis meses anteriores al accidente, que corresponde precisamente a la pérdida de su capacidad laboral dada su invalidez ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

723

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

producida y al ejercer esta acción pretende ser nuevamente indemnizado por lo mismo ya indemnizado. Asimismo, debe rechazarse la petición de indemnización por daño moral por encontrarse fundada en hechos que ocurrieron en perjuicio del actor a causa de hechos propios constituidos por su propia decisión de efectuar labores que no le correspondían sin la debida diligencia o cuidado. Por último, tampoco existe relación de causalidad, ya que la empresa poco antes había revisado y reparado la citada cañería y tuvo en mantenimiento la panga y no pudo prever el desperfecto que se produjo ni se le puede imputar responsabilidad por éste. En subsidio de lo anterior, para el caso que se estime que hay algo que indemnizar de acuerdo a lo dispuesto en el artículo 2.330 del Código Civil, debe reducirse la indemnización, ya que el actor se expuso imprudentemente al daño. Finaliza solicitando se tenga por contestada la demanda y que se declare: 1) Que se acoge la excepción dilatoria de incompetencia absoluta del tribunal; 2) En subsidio de lo anterior, que se acoge la excepción de ineptitud del libelo; 3) Que se acoge la excepción de prescripción; 4) En subsidio de lo anterior, que se rechaza la demanda en todas sus partes por las consideraciones de hecho y de derecho expuestas; 5) Que en todos lo casos anteriores se condene en costas. A fojas 48, la parte del actor contesta las excepciones en los términos que expresa y en definitiva pide su rechazo, con costas. A fojas 50, se tienen por evacuados los traslados de las excepciones y de la demanda; se recibe la causa a prueba, citándose a las partes a una audiencia de rigor. A fojas 95, se efectúa la audiencia de estilo e instadas las partes no se produjo conciliación. Las partes rindieron la prueba que consta en autos. A fojas 209, se cita a las partes a oír sentencia. CONSIDERANDO: En cuanto a la excepción de incompetencia absoluta: PRIMERO: Que la demandada ha opuesto la excepción de incompetencia absoluta del tribunal, en razón de la materia, alegando que esta causa debe ser sometida a las normas de derecho y procedimiento común, de conformidad a lo dispuesto en el artículo 420 del Código del Trabajo y lo establecido en el artículo 69 de la ley 16.744, pues en esta materia no está referido a los Tribunales del Trabajo. SEGUNDO: Que a juicio de este tribunal queda incluida dicha materia dentro de la disposición de la letra c) el artículo 420 del Código del Trabajo, cuya única exigencia es detentar la calidad de trabajador o empleado que ejerce la acción en los términos de la letra a) de la misma norma citada. TERCERO: Que la acción intentada por el demandante es la del artículo 69 de la ley 16.744, cuerpo legal que crea el Seguro Social de Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales, por lo que su contenido es de índole laboral, correspondiendo la acción deducida a la materia de conocimiento de los Juzgados del Trabajo. CUARTO: Que por consiguiente la sentenciadora no dará lugar a la excepción de incompetencia, pues, como se ha dicho, la acción sustentada por el actor es la del artículo 69 de la ley 17.644, que emana de la actividad laboral en el desempeño de obligaciones contractuales que en caso de producirse un accidente del trabajo o enfermedad profesional del empleado, permite accionar para cobrar las indemnizaciones demandadas las que, a su vez, se apoya en la norma del artículo 420 del Código del ramo, de la que se deriva la competencia de este tribunal para conocer de esta causa. QUINTO: Que la excepción de ineptitud del libelo deducida por Alimentos Marinos S.A., antes Pesquera Sopesa Alimar S.A. y en representación de Sopesa S.A., en razón de faltar un requisito legal en el modo de proponer la demanda, dado que el demandante ha señalado para hacer efectiva la responsabilidad extracontractual dirigiendo la acción en contra de Pesquera Sopesa Alimar S.A., cuya sigla es Sopesa S.A.; que la demandante preciso a fojas 48 que ha demandado a Sopesa S.A. y que, así se desprende el cuerpo del respectivo escrito de demanda, ya que por error involuntario se refirió a Pesquera Sopesa Alimar S.A., debiendo entenderse que se ha demandado a Sopesa S.A.. SEXTO: Que deberá ser desestimada dicha excepción dado que en concepto del tribunal la falta enunciada por la demandada debe fundarse en defectos o deficiencias en el modo de proponer la demanda que la hagan ininteligible y mal formulada, sin que sea posible comprenderla e impide una adecuada resolución de la materia, situación que no se da en la especie, y que no

724

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

producida y al ejercer esta acción pretende ser nuevamente indemnizado por lo mismo ya indemnizado. Asimismo, debe rechazarse la petición de indemnización por daño moral por encontrarse fundada en hechos que ocurrieron en perjuicio del actor a causa de hechos propios constituidos por su propia decisión de efectuar labores que no le correspondían sin la debida diligencia o cuidado. Por último, tampoco existe relación de causalidad, ya que la empresa poco antes había revisado y reparado la citada cañería y tuvo en mantenimiento la panga y no pudo prever el desperfecto que se produjo ni se le puede imputar responsabilidad por éste. En subsidio de lo anterior, para el caso que se estime que hay algo que indemnizar de acuerdo a lo dispuesto en el artículo 2.330 del Código Civil, debe reducirse la indemnización, ya que el actor se expuso imprudentemente al daño. Finaliza solicitando se tenga por contestada la demanda y que se declare: 1) Que se acoge la excepción dilatoria de incompetencia absoluta del tribunal; 2) En subsidio de lo anterior, que se acoge la excepción de ineptitud del libelo; 3) Que se acoge la excepción de prescripción; 4) En subsidio de lo anterior, que se rechaza la demanda en todas sus partes por las consideraciones de hecho y de derecho expuestas; 5) Que en todos lo casos anteriores se condene en costas. A fojas 48, la parte del actor contesta las excepciones en los términos que expresa y en definitiva pide su rechazo, con costas. A fojas 50, se tienen por evacuados los traslados de las excepciones y de la demanda; se recibe la causa a prueba, citándose a las partes a una audiencia de rigor. A fojas 95, se efectúa la audiencia de estilo e instadas las partes no se produjo conciliación. Las partes rindieron la prueba que consta en autos. A fojas 209, se cita a las partes a oír sentencia. CONSIDERANDO: En cuanto a la excepción de incompetencia absoluta: PRIMERO: Que la demandada ha opuesto la excepción de incompetencia absoluta del tribunal, en razón de la materia, alegando que esta causa debe ser sometida a las normas de derecho y procedimiento común, de conformidad a lo dispuesto en el artículo 420 del Código del Trabajo y lo establecido en el artículo 69 de la ley 16.744, pues en esta materia no está referido a los Tribunales del Trabajo. SEGUNDO: Que a juicio de este tribunal queda incluida dicha materia dentro de la disposición de la letra c) el artículo 420 del Código del Trabajo, cuya única exigencia es detentar la calidad de trabajador o empleado que ejerce la acción en los términos de la letra a) de la misma norma citada. TERCERO: Que la acción intentada por el demandante es la del artículo 69 de la ley 16.744, cuerpo legal que crea el Seguro Social de Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales, por lo que su contenido es de índole laboral, correspondiendo la acción deducida a la materia de conocimiento de los Juzgados del Trabajo. CUARTO: Que por consiguiente la sentenciadora no dará lugar a la excepción de incompetencia, pues, como se ha dicho, la acción sustentada por el actor es la del artículo 69 de la ley 17.644, que emana de la actividad laboral en el desempeño de obligaciones contractuales que en caso de producirse un accidente del trabajo o enfermedad profesional del empleado, permite accionar para cobrar las indemnizaciones demandadas las que, a su vez, se apoya en la norma del artículo 420 del Código del ramo, de la que se deriva la competencia de este tribunal para conocer de esta causa. QUINTO: Que la excepción de ineptitud del libelo deducida por Alimentos Marinos S.A., antes Pesquera Sopesa Alimar S.A. y en representación de Sopesa S.A., en razón de faltar un requisito legal en el modo de proponer la demanda, dado que el demandante ha señalado para hacer efectiva la responsabilidad extracontractual dirigiendo la acción en contra de Pesquera Sopesa Alimar S.A., cuya sigla es Sopesa S.A.; que la demandante preciso a fojas 48 que ha demandado a Sopesa S.A. y que, así se desprende el cuerpo del respectivo escrito de demanda, ya que por error involuntario se refirió a Pesquera Sopesa Alimar S.A., debiendo entenderse que se ha demandado a Sopesa S.A.. SEXTO: Que deberá ser desestimada dicha excepción dado que en concepto del tribunal la falta enunciada por la demandada debe fundarse en defectos o deficiencias en el modo de proponer la demanda que la hagan ininteligible y mal formulada, sin que sea posible comprenderla e impide una adecuada resolución de la materia, situación que no se da en la especie, y que no

724

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

725

obstante el fundamento de la excepción invocada por la demandada ésta entendió perfectamente que la acción puesta en ejercicio se dirigía en su contra, en cuya virtud formuló sendas excepciones y defensas. En cuanto a la excepción de prescripción: SÉPTIMO: Que la demandada también opuso excepción de prescripción, que funda en que los derechos que se reclaman se encuentran prescritos de acuerdo a la disposición del artículo 480 del Código del Trabajo, toda vez que la demanda dice relación con un accidente ocurrido el 2 de mayo de 1994, habiendo transcurrido entonces más de cuatro años desde el siniestro, por lo que la acción está absolutamente prescrita. OCTAVO: Que la normativa del artículo 480 del Código del Trabajo es de carácter general, que permite aplicarse a situaciones regidas por disposiciones especiales, cuyo ámbito de aplicación es obligatorio y prima sobre la norma general del derecho común. En efecto, la ley 16.744 en su artículo 79 expresa que las acciones para reclamar las indemnizaciones por accidente se extinguen en el plazo de cinco años, que se cuenta desde la fecha de su ocurrencia, en la especie 2 de mayo de 1994 y consta de la diligencia estampada a fojas 9, que el representante legal de la empresa Sopesa S.A. fue notificado el 23 de noviembre de 1998, habiendo transcurrido como señaló la demandada, 4 años 6 meses y 21 días, lapso que no alcanza por tanto a cumplir el plazo de cinco años que extingue la acción del trabajador para reclamar la indemnización por el siniestro, de conformidad a lo establecido en el artículo 79 ya citado. En consecuencia, la acción intentada por el actor no ha prescrito, de modo que el tribunal rechazará la excepción deducida por la demandada en lo principal de fojas 40. En cuanto al fondo: NOVENO: Que la acción intentada en este juicio encuentra su fundamento en el deber de protección que el empleador debe prestar respecto de la vida y salud de sus trabajadores con los que se encuentra ligado por un vínculo contractual regido por el Código del Trabajo; obligación prevista en el artículo 69 de la ley 16.744, cuerpo legal que ha creado el Seguro Social de Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales. DÉCIMO: Que las partes a fin de probar sus acciones y excepciones ha aportado al proceso los siguientes elementos probatorios no objetados de contrario: A. Demandante: a) Documental: 1) Contratos de trabajo eventual de 14 de mayo, 1 de junio, 26 de septiembre, todos de 1992 y de 1 de abril de 1994, en el carácter de indefinido para desempeñarse como tripulante de flota de la industria pesquera Sopesa S.A., habiendo ingresado el 1 de febrero del mismo año; 2) Finiquito de 26 de noviembre de 1994 por renuncia del trabajador, conforme al artículo 159 Nº 2 del Código del Trabajo; 3) Informe de la Inspección del Trabajo respecto a la inexistencia de antecedentes acerca del comité paritario ni copia del Reglamento Interno de Pesquera Sopesa S.A.; 4) Oficio del capitán de Puerto San Antonio no registra antecedentes sobre el accidente sufrido por el tripulante del barco Pumanque. b) Confesional, la parte demandante provocó absolución de posiciones del representante legal de la parte demandada al tenor del pliego de fojas 89 y siguientes, en la cual el absolvente no reconoció en su perjuicio ninguno de los hechos que se pretendían probar, no produciéndose prueba alguna. c) Testimonial, con las declaraciones de Aldo Germán Zárate Videla y de Miguel Francisco Ramírez Sánchez, legalmente examinados, contestes, sin tachas, dando razón de sus dichos testimoniaron respecto de los puntos de prueba 2 y siguientes. B. Demandada: a) Documental: 1) Finiquito suscrito por el trabajador y la empresa; 2) Copia de vale vista emitido Aetna Chile Seguros de Vida S.A. y recibo y finiquito suscrito por el actor en que declara haber recibido el total de la indemnización correspondiente al siniestro; 3) Copias de escrituras públicas de inscripción de la sociedad Alimentos Marinos Alimar S.A., Sopesa S.A. y personería de la primera; 4) Antecedentes de la Asociación Chilena de Seguridad respecto del siniestro, incapacidad y pensión de invalidez del trabajador Sepúlveda; b) Confesional del demandante provocada por la parte demandada al tenor del pliego de fojas 91, no reconociendo el absolvente en su perjuicio ninguno de los hechos que intentaba probar la demandada, de modo que este medio de prueba no produce prueba. c) Testimonial, con las declaraciones de los testigos José Rodolfo Villalón del Fierro y Patricio de los Ángeles Vega Velásquez, legalmente examinados, contestes, dando razón de sus aseveraciones, ambos de oídas, pues no presenciaron el accidente mismo, pues el primero se desempeñaba como administrador de la Pes-

obstante el fundamento de la excepción invocada por la demandada ésta entendió perfectamente que la acción puesta en ejercicio se dirigía en su contra, en cuya virtud formuló sendas excepciones y defensas. En cuanto a la excepción de prescripción: SÉPTIMO: Que la demandada también opuso excepción de prescripción, que funda en que los derechos que se reclaman se encuentran prescritos de acuerdo a la disposición del artículo 480 del Código del Trabajo, toda vez que la demanda dice relación con un accidente ocurrido el 2 de mayo de 1994, habiendo transcurrido entonces más de cuatro años desde el siniestro, por lo que la acción está absolutamente prescrita. OCTAVO: Que la normativa del artículo 480 del Código del Trabajo es de carácter general, que permite aplicarse a situaciones regidas por disposiciones especiales, cuyo ámbito de aplicación es obligatorio y prima sobre la norma general del derecho común. En efecto, la ley 16.744 en su artículo 79 expresa que las acciones para reclamar las indemnizaciones por accidente se extinguen en el plazo de cinco años, que se cuenta desde la fecha de su ocurrencia, en la especie 2 de mayo de 1994 y consta de la diligencia estampada a fojas 9, que el representante legal de la empresa Sopesa S.A. fue notificado el 23 de noviembre de 1998, habiendo transcurrido como señaló la demandada, 4 años 6 meses y 21 días, lapso que no alcanza por tanto a cumplir el plazo de cinco años que extingue la acción del trabajador para reclamar la indemnización por el siniestro, de conformidad a lo establecido en el artículo 79 ya citado. En consecuencia, la acción intentada por el actor no ha prescrito, de modo que el tribunal rechazará la excepción deducida por la demandada en lo principal de fojas 40. En cuanto al fondo: NOVENO: Que la acción intentada en este juicio encuentra su fundamento en el deber de protección que el empleador debe prestar respecto de la vida y salud de sus trabajadores con los que se encuentra ligado por un vínculo contractual regido por el Código del Trabajo; obligación prevista en el artículo 69 de la ley 16.744, cuerpo legal que ha creado el Seguro Social de Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales. DÉCIMO: Que las partes a fin de probar sus acciones y excepciones ha aportado al proceso los siguientes elementos probatorios no objetados de contrario: A. Demandante: a) Documental: 1) Contratos de trabajo eventual de 14 de mayo, 1 de junio, 26 de septiembre, todos de 1992 y de 1 de abril de 1994, en el carácter de indefinido para desempeñarse como tripulante de flota de la industria pesquera Sopesa S.A., habiendo ingresado el 1 de febrero del mismo año; 2) Finiquito de 26 de noviembre de 1994 por renuncia del trabajador, conforme al artículo 159 Nº 2 del Código del Trabajo; 3) Informe de la Inspección del Trabajo respecto a la inexistencia de antecedentes acerca del comité paritario ni copia del Reglamento Interno de Pesquera Sopesa S.A.; 4) Oficio del capitán de Puerto San Antonio no registra antecedentes sobre el accidente sufrido por el tripulante del barco Pumanque. b) Confesional, la parte demandante provocó absolución de posiciones del representante legal de la parte demandada al tenor del pliego de fojas 89 y siguientes, en la cual el absolvente no reconoció en su perjuicio ninguno de los hechos que se pretendían probar, no produciéndose prueba alguna. c) Testimonial, con las declaraciones de Aldo Germán Zárate Videla y de Miguel Francisco Ramírez Sánchez, legalmente examinados, contestes, sin tachas, dando razón de sus dichos testimoniaron respecto de los puntos de prueba 2 y siguientes. B. Demandada: a) Documental: 1) Finiquito suscrito por el trabajador y la empresa; 2) Copia de vale vista emitido Aetna Chile Seguros de Vida S.A. y recibo y finiquito suscrito por el actor en que declara haber recibido el total de la indemnización correspondiente al siniestro; 3) Copias de escrituras públicas de inscripción de la sociedad Alimentos Marinos Alimar S.A., Sopesa S.A. y personería de la primera; 4) Antecedentes de la Asociación Chilena de Seguridad respecto del siniestro, incapacidad y pensión de invalidez del trabajador Sepúlveda; b) Confesional del demandante provocada por la parte demandada al tenor del pliego de fojas 91, no reconociendo el absolvente en su perjuicio ninguno de los hechos que intentaba probar la demandada, de modo que este medio de prueba no produce prueba. c) Testimonial, con las declaraciones de los testigos José Rodolfo Villalón del Fierro y Patricio de los Ángeles Vega Velásquez, legalmente examinados, contestes, dando razón de sus aseveraciones, ambos de oídas, pues no presenciaron el accidente mismo, pues el primero se desempeñaba como administrador de la PesACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

725

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

quera Sopesa en el Puerto San Antonio y el segundo, se encontraba a bordo de otro barco que en ese momento entraba a puerto, deponiendo al tenor de los puntos de prueba de fojas 50. DECIMOPRIMERO: Que la parte demandada no ha controvertido la ocurrencia del siniestro sufrido por el demandante, acaecido el 2 de mayo de 1994, porque se ha originado en su lugar de trabajo y se relacionaba con las labores para las que había sido contratado, ni la antiguedad del demandante en el empleo, ni la circunstancia de que el actor de treinta y dos año a la fecha del accidente sufrió la amputación traumática de 1/3 medio pierna derecha, consideradas como propias de una accidente del trabajo sujeto a la normativa de la ley 16.744, conclusión corroborada con informe sobre constitución de pensión accidente del trabajo Nº 12344.1/026/95 y que su remuneración promedio de los últimos tres meses trabajados ascendía a $ 663.917. DECIMOSEGUNDO: Que a fojas 175 y siguientes se encuentra agregado en forma legal acta sobre constitución de pensión accidente del trabajo Nº 12344.1/026/95 de fecha 3 de marzo de 1995, en la que consta que la Comisión de Evaluaciones de Incapacidades de la Asociación Chilena de Seguridad dictaminó por resolución 674 de 25.11.94 que la lesión produjo en el trabajador una incapacidad consistente en amputación traumática 1/3 medio pierna derecha, produciéndole un porcentaje de pérdida de capacidad de ganancia, dándole derecho a una pensión equivalente 35% del sueldo base equivalente a $ 172.752. DECIMOTERCERO: Que, en consecuencia, atenta la conclusión precedente es materia de esta litis resolver si la empresa demandada se encuentra obligada a indemnizar al trabajador por el accidente ocurrido mientras desempeñaba los servicios para los que fue contratado, en el establecimiento destinado para ello, durante el horario de la jornada laboral y en caso de procedencia determinar el monto. DECIMOCUARTO: Que al efecto, los testigos presentados por el demandante, Zárate Videla, fojas 109 y Ramírez Sánchez, fojas 133, deponen sobre los hechos en forma acorde, dando versada explicación de sus aseveraciones, no contradichos por mejor prueba, expresan que de acuerdo a las instrucciones del capitán del barco Pumanque de prepararse el lance, dado que las condiciones del mar lo permitían, el demandante bajó la panga para desempeñar su labor habitual de echar la red al agua, en circunstancias que ya tenía media red en el agua, más o menos 250 metros, se detiene la máquina del bote quedando sin gobierno, al reventarse la cañería de alta presión de aceite, el panguero pide ayuda acercándose el barco, que le lanzó un cable de acero de tres metros para sujetar la panga, el bote se mecía fuertemente acercándose y alejándose del barco peligrosamente, el panguero (Sepúlveda) mientras trataba de solucionar el problema de la cañería, en un fuerte movimiento del bote el cable lo apretó contra la pared de éste, escuchándose un fuerte grito y el primero de los testigos expresa que al asomarse en cubierta ve a Sepúlveda sujetándose la pierna derecha a la altura de la rodilla que le colgaba, rápidamente bajó a la panga para prestarle ayuda, observando que tiene el hueso de la pierna derecha a la vista y perdía mucha sangre. DECIMOQUINTO: Que del examen conjunto de las pruebas rendidas, pormenorizadas en los fundamentos que preceden, no desvirtuadas por las pruebas producidas por la demandada, y que ponderadas en conformidad a las normas de la sana crítica y equidad, el sentenciador estima que éstas constituyen presunciones suficientes, múltiples y conexas para concluir que el accidente sufrido por el actor durante la jornada laboral en el cumplimiento de las tareas asignadas y convenidas no fue resultado de negligencia, imprudencia, impericia o falta de cuidado de éste, ni inseguridad como pretende la demanda, ni tampoco ha probado que el accidente haya sobrevenido mientras el actor cumplía labores ajenas a las señaladas en el contrato, sino que la contingencia que afectó al trabajador que le produjo una incapacidad ha sido causa o con ocasión del trabajo y por una causa externa anormal que no ha sido imputable al trabajador como ya se ha señalado y por último, que ha habido relación entre la causa mediata del accidente y el trabajo que debía ejecutar la víctima. Por consiguiente, de los elementos de juicio referidos anteriormente, es posible dar por plenamente establecido que la lesión sufrida por el actor ha de considerarse como propia de una accidente del trabajo, puesto que se produjo cuando cumplía las labores de panguero para que fue contratado con el debido cuidado y prudencia, quedando bajo el amparo de los beneficios de la ley 16.744 y dada la magnitud de las lesiones consistentes en desmembramiento de la pierna derecha dejándolo con secuelas funcionales que le ha producido una incapacidad de un 40% de capacidad de ganancia.

726

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

quera Sopesa en el Puerto San Antonio y el segundo, se encontraba a bordo de otro barco que en ese momento entraba a puerto, deponiendo al tenor de los puntos de prueba de fojas 50. DECIMOPRIMERO: Que la parte demandada no ha controvertido la ocurrencia del siniestro sufrido por el demandante, acaecido el 2 de mayo de 1994, porque se ha originado en su lugar de trabajo y se relacionaba con las labores para las que había sido contratado, ni la antiguedad del demandante en el empleo, ni la circunstancia de que el actor de treinta y dos año a la fecha del accidente sufrió la amputación traumática de 1/3 medio pierna derecha, consideradas como propias de una accidente del trabajo sujeto a la normativa de la ley 16.744, conclusión corroborada con informe sobre constitución de pensión accidente del trabajo Nº 12344.1/026/95 y que su remuneración promedio de los últimos tres meses trabajados ascendía a $ 663.917. DECIMOSEGUNDO: Que a fojas 175 y siguientes se encuentra agregado en forma legal acta sobre constitución de pensión accidente del trabajo Nº 12344.1/026/95 de fecha 3 de marzo de 1995, en la que consta que la Comisión de Evaluaciones de Incapacidades de la Asociación Chilena de Seguridad dictaminó por resolución 674 de 25.11.94 que la lesión produjo en el trabajador una incapacidad consistente en amputación traumática 1/3 medio pierna derecha, produciéndole un porcentaje de pérdida de capacidad de ganancia, dándole derecho a una pensión equivalente 35% del sueldo base equivalente a $ 172.752. DECIMOTERCERO: Que, en consecuencia, atenta la conclusión precedente es materia de esta litis resolver si la empresa demandada se encuentra obligada a indemnizar al trabajador por el accidente ocurrido mientras desempeñaba los servicios para los que fue contratado, en el establecimiento destinado para ello, durante el horario de la jornada laboral y en caso de procedencia determinar el monto. DECIMOCUARTO: Que al efecto, los testigos presentados por el demandante, Zárate Videla, fojas 109 y Ramírez Sánchez, fojas 133, deponen sobre los hechos en forma acorde, dando versada explicación de sus aseveraciones, no contradichos por mejor prueba, expresan que de acuerdo a las instrucciones del capitán del barco Pumanque de prepararse el lance, dado que las condiciones del mar lo permitían, el demandante bajó la panga para desempeñar su labor habitual de echar la red al agua, en circunstancias que ya tenía media red en el agua, más o menos 250 metros, se detiene la máquina del bote quedando sin gobierno, al reventarse la cañería de alta presión de aceite, el panguero pide ayuda acercándose el barco, que le lanzó un cable de acero de tres metros para sujetar la panga, el bote se mecía fuertemente acercándose y alejándose del barco peligrosamente, el panguero (Sepúlveda) mientras trataba de solucionar el problema de la cañería, en un fuerte movimiento del bote el cable lo apretó contra la pared de éste, escuchándose un fuerte grito y el primero de los testigos expresa que al asomarse en cubierta ve a Sepúlveda sujetándose la pierna derecha a la altura de la rodilla que le colgaba, rápidamente bajó a la panga para prestarle ayuda, observando que tiene el hueso de la pierna derecha a la vista y perdía mucha sangre. DECIMOQUINTO: Que del examen conjunto de las pruebas rendidas, pormenorizadas en los fundamentos que preceden, no desvirtuadas por las pruebas producidas por la demandada, y que ponderadas en conformidad a las normas de la sana crítica y equidad, el sentenciador estima que éstas constituyen presunciones suficientes, múltiples y conexas para concluir que el accidente sufrido por el actor durante la jornada laboral en el cumplimiento de las tareas asignadas y convenidas no fue resultado de negligencia, imprudencia, impericia o falta de cuidado de éste, ni inseguridad como pretende la demanda, ni tampoco ha probado que el accidente haya sobrevenido mientras el actor cumplía labores ajenas a las señaladas en el contrato, sino que la contingencia que afectó al trabajador que le produjo una incapacidad ha sido causa o con ocasión del trabajo y por una causa externa anormal que no ha sido imputable al trabajador como ya se ha señalado y por último, que ha habido relación entre la causa mediata del accidente y el trabajo que debía ejecutar la víctima. Por consiguiente, de los elementos de juicio referidos anteriormente, es posible dar por plenamente establecido que la lesión sufrida por el actor ha de considerarse como propia de una accidente del trabajo, puesto que se produjo cuando cumplía las labores de panguero para que fue contratado con el debido cuidado y prudencia, quedando bajo el amparo de los beneficios de la ley 16.744 y dada la magnitud de las lesiones consistentes en desmembramiento de la pierna derecha dejándolo con secuelas funcionales que le ha producido una incapacidad de un 40% de capacidad de ganancia.

726

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

727

DECIMOSEXTO: Que si bien de los antecedentes aportados por la demandada se ha establecido que la empleadora ha cumplido las obligaciones primarias que recaen sobre el empleador de adoptar las medidas tendientes a proteger la vida y salud de los trabajadores y de prestar o facilitar los elementos necesarios para que éstos, en caso de accidente, puedan acceder a una oportuna y adecuada atención médica hospitalaria y farmacéutica, la ley 16.744 contempla también un seguro que precave estos siniestros, correspondiendo al empleador una cotización obligatoria para integrar el fondo de indemnización que cubre los riesgos laborales, no puede desconocerse que el siniestro sufrido por el actor Sepúlveda fue resultado de un accidente relacionado en forma directa con el trabajo, no imputable a acción intencional o negligente de la víctima ni a circunstancias fortuitas, toda vez que la empresa demandada no observó un cuidado o diligencia ordinaria para precaver o impedir un accidente de tan grave magnitud como el ocurrido al demandante, por cuanto tanto los testigos del demandante y demandada señalan que la cañería de alta presión que lleva el aceite al motor se había reparado pocos días atrás, atendida la importancia de la cañería o tubo por la que circula el aceite que alimenta el motor, en tales condiciones, el bote quedó sin gobierno al garete y fue necesario realizar peligrosas maniobras para rescatar el bote, momento en que se produjo el accidente, motivo suficiente para que apreciando según la sana crítica y equidad las pruebas aportadas a los autos, el tribunal adquiere la absoluta convicción que este accidente del trabajo no ha sido técnicamente imprevisible ni debido a caso fortuito, sino que fue el resultado de una falta de efectivas medidas de seguridad y prevención como se ha estado precedentemente. DECIMOSÉPTIMO: Que la conclusión anterior impone a la demandada la responsabilidad de indemnizar los perjuicios de todo orden según el derecho común, incluso el daño moral, siendo lo más equitativo y prudente para la evaluación y regulación de este perjuicio que reclama el demandante, considerar el menoscabo material y psíquico que ha significado para el trabajador siniestrado, por el daño irreversible que le afectará para siempre y ha significado sin duda una grave alteración en el curso normal de su vida familiar y laboral, el tribunal regulará prudencialmente el monto de la indemnización por daño moral en el equivalente a ocho millones de pesos. DECIMOCTAVO: Que en cuanto a la indemnización por el perjuicio material, lucro cesante, será también acogida ya que el actor como beneficiario de pensión de invalidez parcial permanente ha sufrido una pérdida de ingresos incorporados a su patrimonio atribuible a la amputación traumática de 1/3 medio pierna derecha, prestación que corresponderá a la diferencia que se produzca entre el ingreso en actividades equivalentes al promedio de los últimos tres meses anteriores al siniestro, 2 de mayo de 1994, con el ingreso obtenido por el demandante como beneficiario de pensión de invalidez, proyectada tal diferencia hasta que el trabajador complete el período normal de vida laboral, esto es, hasta los sesenta y cinco años de edad. En efecto, de acuerdo a los instrumentos aportados a los autos, valorados de acuerdo a las reglas de la sana crítica y equidad, se concluye que el trabajador tenía y percibía como última remuneración variable el promedio de los últimos tres meses, de que dan cuenta las liquidaciones de fojas 59, 60 y 61, la suma de $ 417.658 y siendo la primera pensión de invalidez recibida por el beneficiario la suma de $ 189.380, según consta del documento agregado a fojas 174, no objetado de contrario, se produce una diferencia de $ 228.278, restándole al trabajador a esa época, 33 años de vida, el lucro laboral se determina en la suma de $ 7.533.174. DECIMONOVENO: Que las sumas reguladas para las indemnizaciones por daño moral y por perjuicio material anteriores deberán ser pagadas con los reajustes e intereses que establece el artículo 63 del Código del Trabajo, pero sólo a contar desde la fecha que quede ejecutoriada esta sentencia según certificado del secretario del tribunal. VIGÉSIMO: Que las restantes pruebas aportadas a estos autos, apreciadas según la sana crítica no alteran las conclusiones establecidas precedentemente. Y visto además lo dispuesto en los artículos 1, 7, 9, 41, 63, 184, 425 y siguientes, 439 y siguientes, 455, 456 y 458 del Código del Trabajo, 158 y siguientes, 342, 346, 384, 426 y 427 del Código de Procedimiento Civil, 1, 5, 25, 30, 69, 79, 88 de la ley 16.744, se declara: I. Que no ha lugar a las excepciones de incompetencia, ineptitud del libelo y de prescripción opuestas por la demandada en lo principal de fojas 38.

DECIMOSEXTO: Que si bien de los antecedentes aportados por la demandada se ha establecido que la empleadora ha cumplido las obligaciones primarias que recaen sobre el empleador de adoptar las medidas tendientes a proteger la vida y salud de los trabajadores y de prestar o facilitar los elementos necesarios para que éstos, en caso de accidente, puedan acceder a una oportuna y adecuada atención médica hospitalaria y farmacéutica, la ley 16.744 contempla también un seguro que precave estos siniestros, correspondiendo al empleador una cotización obligatoria para integrar el fondo de indemnización que cubre los riesgos laborales, no puede desconocerse que el siniestro sufrido por el actor Sepúlveda fue resultado de un accidente relacionado en forma directa con el trabajo, no imputable a acción intencional o negligente de la víctima ni a circunstancias fortuitas, toda vez que la empresa demandada no observó un cuidado o diligencia ordinaria para precaver o impedir un accidente de tan grave magnitud como el ocurrido al demandante, por cuanto tanto los testigos del demandante y demandada señalan que la cañería de alta presión que lleva el aceite al motor se había reparado pocos días atrás, atendida la importancia de la cañería o tubo por la que circula el aceite que alimenta el motor, en tales condiciones, el bote quedó sin gobierno al garete y fue necesario realizar peligrosas maniobras para rescatar el bote, momento en que se produjo el accidente, motivo suficiente para que apreciando según la sana crítica y equidad las pruebas aportadas a los autos, el tribunal adquiere la absoluta convicción que este accidente del trabajo no ha sido técnicamente imprevisible ni debido a caso fortuito, sino que fue el resultado de una falta de efectivas medidas de seguridad y prevención como se ha estado precedentemente. DECIMOSÉPTIMO: Que la conclusión anterior impone a la demandada la responsabilidad de indemnizar los perjuicios de todo orden según el derecho común, incluso el daño moral, siendo lo más equitativo y prudente para la evaluación y regulación de este perjuicio que reclama el demandante, considerar el menoscabo material y psíquico que ha significado para el trabajador siniestrado, por el daño irreversible que le afectará para siempre y ha significado sin duda una grave alteración en el curso normal de su vida familiar y laboral, el tribunal regulará prudencialmente el monto de la indemnización por daño moral en el equivalente a ocho millones de pesos. DECIMOCTAVO: Que en cuanto a la indemnización por el perjuicio material, lucro cesante, será también acogida ya que el actor como beneficiario de pensión de invalidez parcial permanente ha sufrido una pérdida de ingresos incorporados a su patrimonio atribuible a la amputación traumática de 1/3 medio pierna derecha, prestación que corresponderá a la diferencia que se produzca entre el ingreso en actividades equivalentes al promedio de los últimos tres meses anteriores al siniestro, 2 de mayo de 1994, con el ingreso obtenido por el demandante como beneficiario de pensión de invalidez, proyectada tal diferencia hasta que el trabajador complete el período normal de vida laboral, esto es, hasta los sesenta y cinco años de edad. En efecto, de acuerdo a los instrumentos aportados a los autos, valorados de acuerdo a las reglas de la sana crítica y equidad, se concluye que el trabajador tenía y percibía como última remuneración variable el promedio de los últimos tres meses, de que dan cuenta las liquidaciones de fojas 59, 60 y 61, la suma de $ 417.658 y siendo la primera pensión de invalidez recibida por el beneficiario la suma de $ 189.380, según consta del documento agregado a fojas 174, no objetado de contrario, se produce una diferencia de $ 228.278, restándole al trabajador a esa época, 33 años de vida, el lucro laboral se determina en la suma de $ 7.533.174. DECIMONOVENO: Que las sumas reguladas para las indemnizaciones por daño moral y por perjuicio material anteriores deberán ser pagadas con los reajustes e intereses que establece el artículo 63 del Código del Trabajo, pero sólo a contar desde la fecha que quede ejecutoriada esta sentencia según certificado del secretario del tribunal. VIGÉSIMO: Que las restantes pruebas aportadas a estos autos, apreciadas según la sana crítica no alteran las conclusiones establecidas precedentemente. Y visto además lo dispuesto en los artículos 1, 7, 9, 41, 63, 184, 425 y siguientes, 439 y siguientes, 455, 456 y 458 del Código del Trabajo, 158 y siguientes, 342, 346, 384, 426 y 427 del Código de Procedimiento Civil, 1, 5, 25, 30, 69, 79, 88 de la ley 16.744, se declara: I. Que no ha lugar a las excepciones de incompetencia, ineptitud del libelo y de prescripción opuestas por la demandada en lo principal de fojas 38. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

727

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Santiago, once de marzo de dos mil tres. I. Recurso de casación en la forma. VISTOS: 1º) Que, en lo principal de fojas 244 la demandada deduce recurso de casación en la forma en contra de la sentencia definitiva dictada en autos, por haber sido dictada por un tribunal incompetente y por falta de consideraciones de derecho, contempladas en las causales primera y quinta del artículo 768 del Código de Procedimiento Civil. 2º) Que, apareciendo de manifiesto de los antecedentes que el recurrente no ha sufrido un perjuicio reparable sólo con la invalidación del fallo, de conformidad con lo que dispone el artículo 768 inciso 3º del cuerpo legal citado, se desestima el recurso de casación deducido en lo principal de fojas 244. II. Recurso de apelación. VISTOS: Se reproduce la sentencia en alzada y su complemento con excepción del considerando decimoctavo que se elimina y teniendo, además y en su lugar, presente: 1º) Que, respecto de la incompetencia del tribunal alegada por la sociedad demandada debe considerarse que la acción intentada en autos radicó en la infracción de la demandada de la norma del artículo 184 del Código del Trabajo, relativa a la protección de los trabajadores (antecedentes de derecho, fojas 3 vta.) y que, acorde con la jurisprudencia reiterada de los tribunales, las normas del artículo 69 de la ley Nº 16.744 “en nada afecta la competencia de la judicatura laboral al respecto, porque esa norma no es reguladora de competencia y no altera por tanto la regla atributiva del artículo 420, letra f del Código del Trabajo”. 2º) Que, por otra parte, el fallo que se revisa ha cumplido con la exigencia del artículo 458 Nº 5 del Código Laboral, en cuanto consigna “las consideraciones de hecho y de derecho que sirven de fundamento al fallo”, según se advierte de la lectura de sus considerandos 2º, 3º y 4º relativos a la excepción de incompetencia formulada por la empresa pesquera. 3º) Que, según el documento suscrito por el actor con la empleadora, en San Antonio, el 26 de noviembre de 1994, ante don Mario Araya Cordero, fiscalizador de la Dirección del Trabajo el demandante renunció y otorgó a Sopesa S.A. “el más amplio y total finiquito” lo cual no obsta a la ponderación y regulación de la indemnización pedida a título de daño moral, que se analiza más adelante, por ser ajena a las prestaciones de origen legal o contractual derivadas de los servicios del actor. 4º) Que, por otra parte, si bien el demandante el 3 de agosto de 1998 fue indemnizado por la Compañía Aetna Chile Seguros de Vida S.A., en la suma de $ 8.933.304, según aparece del “recibo y finiquitó” aparejado en autos conjuntamente con la fotocopia del cheque girado por la dicha suma a la orden de “Sepúlveda Allendes Juan Carlos”, debe recordarse que la relación laboral habida entre las partes generó para la empleadora, aparte de las obligaciones específicas señaladas en el contrato, la denominada “obligación de seguridad”, de la cual no se encuentra exonerada por la sola circunstancia de existir a favor del trabajador un seguro contra riesgos de accidentes del trabajo y enfermedades profesionales, de modo que tal indemnización no obsta a la que, a título de daño

728

II. CORTE DE APELACIONES

II. Que se acoge la demanda de fojas 1 y siguientes, sólo en cuanto la demandada cancelará al demandante, Juan Carlos Sepúlveda Allendes las indemnizaciones correspondientes a: 1. Por concepto de daño moral la suma de $ 8.000.000 y perjuicio material la suma de $ 7.533.174. III. Que las cantidades antes referidas se pagarán con más los reajustes e intereses previstos en el artículo 63 del Código del Trabajo en la forma que señala el motivo decimonoveno. IV. Que no se condena en costas a la demandada por haber tenido motivos plausibles para litigar. Anótese, regístrese y archívese en su oportunidad. Notifíquese por el receptor laboral Luciano Arriagada Olivares. Rol Nº 4.156 1998. Dictada por doña Susana Vidal Fuentes, Juez Titular del Primer Juzgado de Letras de Trabajo de Santiago.

II. Que se acoge la demanda de fojas 1 y siguientes, sólo en cuanto la demandada cancelará al demandante, Juan Carlos Sepúlveda Allendes las indemnizaciones correspondientes a: 1. Por concepto de daño moral la suma de $ 8.000.000 y perjuicio material la suma de $ 7.533.174. III. Que las cantidades antes referidas se pagarán con más los reajustes e intereses previstos en el artículo 63 del Código del Trabajo en la forma que señala el motivo decimonoveno. IV. Que no se condena en costas a la demandada por haber tenido motivos plausibles para litigar. Anótese, regístrese y archívese en su oportunidad. Notifíquese por el receptor laboral Luciano Arriagada Olivares. Rol Nº 4.156 1998. Dictada por doña Susana Vidal Fuentes, Juez Titular del Primer Juzgado de Letras de Trabajo de Santiago.

II. CORTE DE APELACIONES

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Santiago, once de marzo de dos mil tres. I. Recurso de casación en la forma. VISTOS: 1º) Que, en lo principal de fojas 244 la demandada deduce recurso de casación en la forma en contra de la sentencia definitiva dictada en autos, por haber sido dictada por un tribunal incompetente y por falta de consideraciones de derecho, contempladas en las causales primera y quinta del artículo 768 del Código de Procedimiento Civil. 2º) Que, apareciendo de manifiesto de los antecedentes que el recurrente no ha sufrido un perjuicio reparable sólo con la invalidación del fallo, de conformidad con lo que dispone el artículo 768 inciso 3º del cuerpo legal citado, se desestima el recurso de casación deducido en lo principal de fojas 244. II. Recurso de apelación. VISTOS: Se reproduce la sentencia en alzada y su complemento con excepción del considerando decimoctavo que se elimina y teniendo, además y en su lugar, presente: 1º) Que, respecto de la incompetencia del tribunal alegada por la sociedad demandada debe considerarse que la acción intentada en autos radicó en la infracción de la demandada de la norma del artículo 184 del Código del Trabajo, relativa a la protección de los trabajadores (antecedentes de derecho, fojas 3 vta.) y que, acorde con la jurisprudencia reiterada de los tribunales, las normas del artículo 69 de la ley Nº 16.744 “en nada afecta la competencia de la judicatura laboral al respecto, porque esa norma no es reguladora de competencia y no altera por tanto la regla atributiva del artículo 420, letra f del Código del Trabajo”. 2º) Que, por otra parte, el fallo que se revisa ha cumplido con la exigencia del artículo 458 Nº 5 del Código Laboral, en cuanto consigna “las consideraciones de hecho y de derecho que sirven de fundamento al fallo”, según se advierte de la lectura de sus considerandos 2º, 3º y 4º relativos a la excepción de incompetencia formulada por la empresa pesquera. 3º) Que, según el documento suscrito por el actor con la empleadora, en San Antonio, el 26 de noviembre de 1994, ante don Mario Araya Cordero, fiscalizador de la Dirección del Trabajo el demandante renunció y otorgó a Sopesa S.A. “el más amplio y total finiquito” lo cual no obsta a la ponderación y regulación de la indemnización pedida a título de daño moral, que se analiza más adelante, por ser ajena a las prestaciones de origen legal o contractual derivadas de los servicios del actor. 4º) Que, por otra parte, si bien el demandante el 3 de agosto de 1998 fue indemnizado por la Compañía Aetna Chile Seguros de Vida S.A., en la suma de $ 8.933.304, según aparece del “recibo y finiquitó” aparejado en autos conjuntamente con la fotocopia del cheque girado por la dicha suma a la orden de “Sepúlveda Allendes Juan Carlos”, debe recordarse que la relación laboral habida entre las partes generó para la empleadora, aparte de las obligaciones específicas señaladas en el contrato, la denominada “obligación de seguridad”, de la cual no se encuentra exonerada por la sola circunstancia de existir a favor del trabajador un seguro contra riesgos de accidentes del trabajo y enfermedades profesionales, de modo que tal indemnización no obsta a la que, a título de daño

728

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

729

moral, regula el fallo en alzada, en el fundamento decimoséptimo, equivalente a ocho millones de pesos, suma prudencialmente adecuada, si se considera que el actor, de 37 años de edad, a raíz del accidente laboral sufrió la amputación traumática de 1/3 medio de su pierna derecha, quedando como “inválido parcial permanente”. 5º) Que, en cuanto a la suma otorgada en el fallo que se revisa a título de lucro cesante, debe señalarse que, como en forma reiterada han fallado los Tribunales de segunda instancia, para que el lucro cesante sea indemnizable debe tratarse de la privación de una ganancia cierta, mas no de la posibilidad de obtener ciertas sumas de dinero en el largo tiempo, puesto que los contratos de trabajo y sus condiciones se encuentran sujetos a múltiples contingencias que, como en el caso de autos, no pueden deducirse del simple cálculo de una eventual sobrevida laboral del trabajador, por lo cual procede desechar el fundamento del cobro demandado por dicho concepto. Y visto, además, lo que dispone el artículo 473 del Código del Trabajo, se revoca la sentencia apelada de diecisiete de agosto de dos mil uno, que se lee de fojas 210 a 238, complementada por la de siete de noviembre del mismo año, de fojas 249 y 250, en cuanto por su decisión II ordena pagar al actor la suma de $ 7.533.174, por perjuicio material y se decide que se rechaza en esa parte la demanda. Se confirma en lo demás apelado, la referida sentencia. Regístrese y devuélvanse, conjuntamente con dos sobres con documentos. Redacción del Ministro señor Alejandro Solís. Rol Nº 7.423 2001. Dictada por los Ministros señores Juan Araya, Alejandro Solís y el Abogado Integrante señor Domingo Hernández.

III. CORTE SUPREMA Santiago, veintinueve de abril de dos mil cuatro. VISTOS: Ante el Primer Juzgado de Letras del Trabajo de Santiago, en autos rol Nº 4.15698, don Juan Carlos Sepúlveda Allendes deduce demanda en contra de Pesquera, Sopesa Alimar S.A., representada por don Vicente Izquierdo Menéndez, a fin que se condene a la demandada a pagarle las indemnizaciones que indica, más intereses, reajustes y costas. La demandada, contestando la demanda, opuso las excepciones dilatorias de incompetencia absoluta del tribunal ante quien se presentó la demanda, de ineptitud del libelo, por las razones que expuso y finalmente la excepción perentoria de prescripción. Y en subsidio de las excepciones opuestas contestó la demanda y solicitó, con costas, el rechazo de la misma, alegando que a su parte no le cabe responsabilidad alguna en el accidente sufrido por el trabajador, el que se debió a un caso fortuito, aludió a la responsabilidad extracontractual, a que firmó un finiquito laboral con su parte y a que obtuvo indemnización por parte de una compañía de seguros, además de una pensión vitalicia. El Tribunal de primera instancia, en sentencia de diecisiete de agosto de dos mil uno, escrita a fojas 210, rechazó las excepciones deducidas por la demandada y acogió la demanda sólo en cuanto condenó a esta última a pagar por concepto de daño moral la suma de $ 8.000.000 y por perjuicio material la suma de $ 7.533.174, más reajustes e intereses, sin costas. Se alzaron ambas partes y la demandada dedujo además recurso de casación en la forma y una de las Salas de la Corte de Apelaciones de Santiago, en fallo de once de marzo del año pasado, que se lee a fojas 286, desestimó el recurso de casación en la forma deducido por el demandado y revocó la sentencia de primer grado en cuanto por su decisión segunda ordenaba pagar al actor la suma de $ 7.533.174 por perjuicio material y en su lugar rechazó esa pretensión, confirmando en lo demás apelado el fallo citado. Ambas partes dedujeron recursos de casación en la forma y en el fondo en contra de la sentencia de segunda instancia, ya referida, denunciando los vicios y las infracciones de ley que señalan, y solicitando su invalidación y reemplazo por las que describen. Se trajeron en relación los recursos de casación en la forma y en el fondo deducidos por el demandado a fojas 302 y el de fondo interpuesto por el demandante a fojas 307.

Santiago, veintinueve de abril de dos mil cuatro. VISTOS: Ante el Primer Juzgado de Letras del Trabajo de Santiago, en autos rol Nº 4.15698, don Juan Carlos Sepúlveda Allendes deduce demanda en contra de Pesquera, Sopesa Alimar S.A., representada por don Vicente Izquierdo Menéndez, a fin que se condene a la demandada a pagarle las indemnizaciones que indica, más intereses, reajustes y costas. La demandada, contestando la demanda, opuso las excepciones dilatorias de incompetencia absoluta del tribunal ante quien se presentó la demanda, de ineptitud del libelo, por las razones que expuso y finalmente la excepción perentoria de prescripción. Y en subsidio de las excepciones opuestas contestó la demanda y solicitó, con costas, el rechazo de la misma, alegando que a su parte no le cabe responsabilidad alguna en el accidente sufrido por el trabajador, el que se debió a un caso fortuito, aludió a la responsabilidad extracontractual, a que firmó un finiquito laboral con su parte y a que obtuvo indemnización por parte de una compañía de seguros, además de una pensión vitalicia. El Tribunal de primera instancia, en sentencia de diecisiete de agosto de dos mil uno, escrita a fojas 210, rechazó las excepciones deducidas por la demandada y acogió la demanda sólo en cuanto condenó a esta última a pagar por concepto de daño moral la suma de $ 8.000.000 y por perjuicio material la suma de $ 7.533.174, más reajustes e intereses, sin costas. Se alzaron ambas partes y la demandada dedujo además recurso de casación en la forma y una de las Salas de la Corte de Apelaciones de Santiago, en fallo de once de marzo del año pasado, que se lee a fojas 286, desestimó el recurso de casación en la forma deducido por el demandado y revocó la sentencia de primer grado en cuanto por su decisión segunda ordenaba pagar al actor la suma de $ 7.533.174 por perjuicio material y en su lugar rechazó esa pretensión, confirmando en lo demás apelado el fallo citado. Ambas partes dedujeron recursos de casación en la forma y en el fondo en contra de la sentencia de segunda instancia, ya referida, denunciando los vicios y las infracciones de ley que señalan, y solicitando su invalidación y reemplazo por las que describen. Se trajeron en relación los recursos de casación en la forma y en el fondo deducidos por el demandado a fojas 302 y el de fondo interpuesto por el demandante a fojas 307.

III. CORTE SUPREMA moral, regula el fallo en alzada, en el fundamento decimoséptimo, equivalente a ocho millones de pesos, suma prudencialmente adecuada, si se considera que el actor, de 37 años de edad, a raíz del accidente laboral sufrió la amputación traumática de 1/3 medio de su pierna derecha, quedando como “inválido parcial permanente”. 5º) Que, en cuanto a la suma otorgada en el fallo que se revisa a título de lucro cesante, debe señalarse que, como en forma reiterada han fallado los Tribunales de segunda instancia, para que el lucro cesante sea indemnizable debe tratarse de la privación de una ganancia cierta, mas no de la posibilidad de obtener ciertas sumas de dinero en el largo tiempo, puesto que los contratos de trabajo y sus condiciones se encuentran sujetos a múltiples contingencias que, como en el caso de autos, no pueden deducirse del simple cálculo de una eventual sobrevida laboral del trabajador, por lo cual procede desechar el fundamento del cobro demandado por dicho concepto. Y visto, además, lo que dispone el artículo 473 del Código del Trabajo, se revoca la sentencia apelada de diecisiete de agosto de dos mil uno, que se lee de fojas 210 a 238, complementada por la de siete de noviembre del mismo año, de fojas 249 y 250, en cuanto por su decisión II ordena pagar al actor la suma de $ 7.533.174, por perjuicio material y se decide que se rechaza en esa parte la demanda. Se confirma en lo demás apelado, la referida sentencia. Regístrese y devuélvanse, conjuntamente con dos sobres con documentos. Redacción del Ministro señor Alejandro Solís. Rol Nº 7.423 2001. Dictada por los Ministros señores Juan Araya, Alejandro Solís y el Abogado Integrante señor Domingo Hernández. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

729

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

CONSIDERANDO: I. En cuanto al recurso de casación en la forma deducido por el demandado a fojas 302: PRIMERO: Que el demandado deduce recurso de casación en la forma fundado en la causal contemplada en el artículo 768 Nº 1 del Código de Procedimiento Civil, esto es, en haberse pronunciado la sentencia por un tribunal incompetente en cuanto a la materia. Expresa que de acuerdo a la actual redacción del artículo 420 letra f) del Código del Trabajo, incorporado por el artículo 1º Nº 3 de la ley Nº 19.447; de 8 de febrero de 1996; los Tribunales Laborales serían absolutamente incompetentes para conocer causas relativas a indemnizaciones de perjuicios derivadas de la responsabilidad civil extracontractual, lo cual se ve refrendado por la historia fidedigna de la ley. Indica que a su vez, el artículo 69 de la ley Nº 16.744 señala en su letra b), que la víctima y las demás personas a quienes el accidente o enfermedad cause daño podrán reclamar al empleador o a terceros responsables también las otras indemnizaciones a las cuales tuvieran derecho, con arreglo a las prescripciones del derecho común, incuso el daño moral. Añade que la demanda se habría basado exclusivamente en la responsabilidad civil extracontractual, razón por la que debió aplicarse, en su concepto, la normativa del artículo 69 de la ley Nº 16.744, por cuanto se trata de una materia excluida del artículo 420 letra f) del Código del ramo. Finaliza describiendo la influencia que, en lo dispositivo del fallo, habría tenido el vicio denunciado. SEGUNDO: Que, al respecto, cabe señalar que el origen de la acción deducida en estos autos se encuentra en el artículo 184 del Código del Trabajo claramente así se ha señalado en la demanda y asentado de igual manera en el fundamento primero de la sentencia recurrida norma que contempla el deber de protección y seguridad a que está obligado el empleador en relación a la vida y salud de sus trabajadores y cuyo ejercicio puede hacerse efectivo de acuerdo con el artículo 69 de la ley Nº 16.744; de manera que son los Juzgados Laborales los llamados a conocer de una controversia como la que se ha ventilado en el proceso. TERCERO: Que, a ello cabe agregar que, en la especie es el propio afectado quien deduce la acción respectiva y que ella se basa en el vínculo de naturaleza contractual laboral que lo unía a su empleador, de manera que la fuente de la responsabilidad hecha valer, además de haberse generado por la suscripción del respectivo contrato de trabajo, se encuentra perentoriamente establecida por la ley, en el ya citado artículo 184 del Código del ramo. CUARTO: Que, por otro lado, es dable asentar que si bien se suscribió entre las partes un finiquito, como se señala en el fallo atacado, el mismo abarcó sólo las prestaciones originadas o derivadas de la prestación de los servicios, sin que pueda estimarse que dicho ajuste de cuentas comprenda indemnización por el daño sufrido con ocasión del accidente de trabajo que ha sido motivo de la presente causa y que obedeció al incumplimiento por parte del empleador del deber de seguridad y protección contemplado en el artículo 184 del Código del Trabajo. QUINTO: Que, en tales condiciones, se concluye que en el fallo de que se trata no se ha incurrido en la causal de nulidad formal denunciada por el demandado, por lo tanto, procede desestimar el recurso intentado. II. En cuanto al recurso de casación en el fondo deducido por el demandado a fojas 302: SEXTO: Que el recurrente denuncia la vulneración de los artículos 420 letra f) del Código del Trabajo y 69 de la ley Nº 16.744, sosteniendo, en síntesis, que se habrían infringido, al haber sido interpretados erróneamente, aplicando indebidamente el primero de ellos. Reitera los argumentos formulados al deducir el recurso de casación en la forma. Indica que la responsabilidad civil extracontractual es, a su juicio, de competencia de los Juzgados Civiles, debiendo ser objeto de un juicio de lato conocimiento. SÉPTIMO: Que al respecto es dable señalar que nuevamente el recurrente plantea la incompetencia del tribunal que conoció de la causa, en razón de la materia y en tal sentido, cabe señalar que en caso de existir el supuesto vicio, revestiría el carácter de adjetivo, cuestión que no admite revisión por medio de un recurso de casación en el fondo, como es el intentado por el demandado, debiendo, en todo caso, estarse a lo ya señalado en las motivaciones que sustentan el rechazo del recurso de casación en la forma. Asimismo, ha de señalarse que reiteradamente está Corte ha decidido que la fuente de la responsabilidad hecha valer en estos autos, es de naturaleza legal y contractual y emana de la dispo-

730

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

CONSIDERANDO: I. En cuanto al recurso de casación en la forma deducido por el demandado a fojas 302: PRIMERO: Que el demandado deduce recurso de casación en la forma fundado en la causal contemplada en el artículo 768 Nº 1 del Código de Procedimiento Civil, esto es, en haberse pronunciado la sentencia por un tribunal incompetente en cuanto a la materia. Expresa que de acuerdo a la actual redacción del artículo 420 letra f) del Código del Trabajo, incorporado por el artículo 1º Nº 3 de la ley Nº 19.447; de 8 de febrero de 1996; los Tribunales Laborales serían absolutamente incompetentes para conocer causas relativas a indemnizaciones de perjuicios derivadas de la responsabilidad civil extracontractual, lo cual se ve refrendado por la historia fidedigna de la ley. Indica que a su vez, el artículo 69 de la ley Nº 16.744 señala en su letra b), que la víctima y las demás personas a quienes el accidente o enfermedad cause daño podrán reclamar al empleador o a terceros responsables también las otras indemnizaciones a las cuales tuvieran derecho, con arreglo a las prescripciones del derecho común, incuso el daño moral. Añade que la demanda se habría basado exclusivamente en la responsabilidad civil extracontractual, razón por la que debió aplicarse, en su concepto, la normativa del artículo 69 de la ley Nº 16.744, por cuanto se trata de una materia excluida del artículo 420 letra f) del Código del ramo. Finaliza describiendo la influencia que, en lo dispositivo del fallo, habría tenido el vicio denunciado. SEGUNDO: Que, al respecto, cabe señalar que el origen de la acción deducida en estos autos se encuentra en el artículo 184 del Código del Trabajo claramente así se ha señalado en la demanda y asentado de igual manera en el fundamento primero de la sentencia recurrida norma que contempla el deber de protección y seguridad a que está obligado el empleador en relación a la vida y salud de sus trabajadores y cuyo ejercicio puede hacerse efectivo de acuerdo con el artículo 69 de la ley Nº 16.744; de manera que son los Juzgados Laborales los llamados a conocer de una controversia como la que se ha ventilado en el proceso. TERCERO: Que, a ello cabe agregar que, en la especie es el propio afectado quien deduce la acción respectiva y que ella se basa en el vínculo de naturaleza contractual laboral que lo unía a su empleador, de manera que la fuente de la responsabilidad hecha valer, además de haberse generado por la suscripción del respectivo contrato de trabajo, se encuentra perentoriamente establecida por la ley, en el ya citado artículo 184 del Código del ramo. CUARTO: Que, por otro lado, es dable asentar que si bien se suscribió entre las partes un finiquito, como se señala en el fallo atacado, el mismo abarcó sólo las prestaciones originadas o derivadas de la prestación de los servicios, sin que pueda estimarse que dicho ajuste de cuentas comprenda indemnización por el daño sufrido con ocasión del accidente de trabajo que ha sido motivo de la presente causa y que obedeció al incumplimiento por parte del empleador del deber de seguridad y protección contemplado en el artículo 184 del Código del Trabajo. QUINTO: Que, en tales condiciones, se concluye que en el fallo de que se trata no se ha incurrido en la causal de nulidad formal denunciada por el demandado, por lo tanto, procede desestimar el recurso intentado. II. En cuanto al recurso de casación en el fondo deducido por el demandado a fojas 302: SEXTO: Que el recurrente denuncia la vulneración de los artículos 420 letra f) del Código del Trabajo y 69 de la ley Nº 16.744, sosteniendo, en síntesis, que se habrían infringido, al haber sido interpretados erróneamente, aplicando indebidamente el primero de ellos. Reitera los argumentos formulados al deducir el recurso de casación en la forma. Indica que la responsabilidad civil extracontractual es, a su juicio, de competencia de los Juzgados Civiles, debiendo ser objeto de un juicio de lato conocimiento. SÉPTIMO: Que al respecto es dable señalar que nuevamente el recurrente plantea la incompetencia del tribunal que conoció de la causa, en razón de la materia y en tal sentido, cabe señalar que en caso de existir el supuesto vicio, revestiría el carácter de adjetivo, cuestión que no admite revisión por medio de un recurso de casación en el fondo, como es el intentado por el demandado, debiendo, en todo caso, estarse a lo ya señalado en las motivaciones que sustentan el rechazo del recurso de casación en la forma. Asimismo, ha de señalarse que reiteradamente está Corte ha decidido que la fuente de la responsabilidad hecha valer en estos autos, es de naturaleza legal y contractual y emana de la dispo-

730

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

731

sición contenida en el artículo 184 del Código del Trabajo y por lo tanto, son los Juzgados Laborales los llamados a asumir esta clase de controversias. OCTAVO: Que, en tales condiciones, sólo cabe concluir el rechazo del recurso de casación en el fondo en análisis. III. En cuanto al recurso de casación en el fondo deducido a fojas 307 por la parte demandante. NOVENO: Que el demandante denuncia la infracción a los artículos 184 y 455 del Código del Trabajo, en relación con los artículos 1.545, 1.546 y 1.556 del Código Civil y artículo 69 de la ley Nº 16.744. Argumenta que se contraviene a tales normas al desestimar el lucro cesante reclamado por el demandante, porque si un trabajador es declarado inválido permanente cambia radicalmente su situación, pierde su fuente laboral y remuneración y debe conformarse con una pensión, lo que indudablemente significa que existe una privación cierta de ganancia, que en el artículo 37 de la ley Nº 16.744 se denomina “disminución de la capacidad de ganancia”, consistente en la diferencia mensual con lo que dejó de percibir a raíz del accidente de trabajo. Agrega que en la sentencia recurrida se desconocen los valores comprometidos en el deber de seguridad establecido en el artículo 184 del Código del Trabajo y no obstante que el artículo 69 de la ley Nº 16.744 otorga derecho al resarcimiento, el fallo libera al empleador de su responsabilidad, pese a que se trata de normas de orden público e irrenunciables. El recurrente indica que el artículo 1.556 del Código Civil prescribe que se tiene derecho a ser indemnizado en el daño emergente y en el lucro cesante que en el caso se traduce en la diferencia entre la remuneración dejada de percibir y la pensión de invalidez. Argumenta que no se trata de la privación de una ganancia, como lo dice el fallo, sino del resarcimiento por disminución de la capacidad de ganancia, la que habría sido cierta de no mediar el accidente. Por último, sostiene que los artículos 1.545 y 1.546 del Código Civil son aplicables en materia laboral en lo que se refiere a la obligación de seguridad y el incumplimiento de las obligaciones contractuales necesariamente genera la indemnización de perjuicios causados. Finaliza desarrollando la influencia que, en lo dispositivo del fallo, habrían tenido los errores de derecho denunciados. DÉCIMO: Que en la sentencia atacada se fijó como hecho, además de que el accidente sufrido por el actor el 2 de mayo de 1994 fue un accidente de trabajo, que la Asociación Chilena de Seguridad dictaminó que la lesión provocada por ese accidente produjo una incapacidad al trabajador y, en consecuencia, le dio derecho a una pensión equivalente al 35% del sueldo base. UNDÉCIMO: Que los Jueces del grado resolvieron otorgar indemnización de perjuicios por concepto de daño moral al actor, pero desestimaron la indemnización por lucro cesante, considerando que para que ésta sea indemnizable debe tratarse de la privación de una ganancia cierta, no sólo de la posibilidad de obtener ciertas sumas de dinero en el largo tiempo, ello atendido a que los contratos de trabajo y sus condiciones se encuentran sujetos a múltiples contingencias que, como en el caso de autos, no puede deducirse del simple cálculo de una eventual sobrevida laboral del trabajador. DUODÉCIMO: Que al respecto cabe señalar que, en conformidad a las disposiciones de la ley Nº 16.744, que regula el Seguro Social contra Riesgos de Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales, se encuentran protegidos por esas normas, entre otros, todos los trabajadores por cuenta ajena, cualesquiera sean las labores que ejecuten y cualquiera que sea la naturaleza de la empresa para quien trabajen y otorga a los afiliados a ese seguro, que lo son por el solo ministerio de la ley, las prestaciones que el mismo cuerpo legal se encarga de detallar, las que, en el caso, han correspondido al demandante. DECIMOTERCERO: Que, habiéndose establecido que el siniestro que afectó al actor de autos, fue un accidente del trabajo que le produjo incapacidad parcial y que, por ello, se le otorgó el derecho a una pensión calculada en la forma establecida en la citada ley, es decir, en otros términos, se le confirió el derecho a una de las prestaciones contempladas en la ley Nº 16.744, no es dable pretender una indemnización diferente por ese concepto, ya que por expresa disposición legal, las incapacidades o disminución de la actividad laboral de un trabajador, deben dar lugar a las prestaciones ya señaladas, de suerte que no procedía acoger la demanda por lucro cesante intentada por el actor.

sición contenida en el artículo 184 del Código del Trabajo y por lo tanto, son los Juzgados Laborales los llamados a asumir esta clase de controversias. OCTAVO: Que, en tales condiciones, sólo cabe concluir el rechazo del recurso de casación en el fondo en análisis. III. En cuanto al recurso de casación en el fondo deducido a fojas 307 por la parte demandante. NOVENO: Que el demandante denuncia la infracción a los artículos 184 y 455 del Código del Trabajo, en relación con los artículos 1.545, 1.546 y 1.556 del Código Civil y artículo 69 de la ley Nº 16.744. Argumenta que se contraviene a tales normas al desestimar el lucro cesante reclamado por el demandante, porque si un trabajador es declarado inválido permanente cambia radicalmente su situación, pierde su fuente laboral y remuneración y debe conformarse con una pensión, lo que indudablemente significa que existe una privación cierta de ganancia, que en el artículo 37 de la ley Nº 16.744 se denomina “disminución de la capacidad de ganancia”, consistente en la diferencia mensual con lo que dejó de percibir a raíz del accidente de trabajo. Agrega que en la sentencia recurrida se desconocen los valores comprometidos en el deber de seguridad establecido en el artículo 184 del Código del Trabajo y no obstante que el artículo 69 de la ley Nº 16.744 otorga derecho al resarcimiento, el fallo libera al empleador de su responsabilidad, pese a que se trata de normas de orden público e irrenunciables. El recurrente indica que el artículo 1.556 del Código Civil prescribe que se tiene derecho a ser indemnizado en el daño emergente y en el lucro cesante que en el caso se traduce en la diferencia entre la remuneración dejada de percibir y la pensión de invalidez. Argumenta que no se trata de la privación de una ganancia, como lo dice el fallo, sino del resarcimiento por disminución de la capacidad de ganancia, la que habría sido cierta de no mediar el accidente. Por último, sostiene que los artículos 1.545 y 1.546 del Código Civil son aplicables en materia laboral en lo que se refiere a la obligación de seguridad y el incumplimiento de las obligaciones contractuales necesariamente genera la indemnización de perjuicios causados. Finaliza desarrollando la influencia que, en lo dispositivo del fallo, habrían tenido los errores de derecho denunciados. DÉCIMO: Que en la sentencia atacada se fijó como hecho, además de que el accidente sufrido por el actor el 2 de mayo de 1994 fue un accidente de trabajo, que la Asociación Chilena de Seguridad dictaminó que la lesión provocada por ese accidente produjo una incapacidad al trabajador y, en consecuencia, le dio derecho a una pensión equivalente al 35% del sueldo base. UNDÉCIMO: Que los Jueces del grado resolvieron otorgar indemnización de perjuicios por concepto de daño moral al actor, pero desestimaron la indemnización por lucro cesante, considerando que para que ésta sea indemnizable debe tratarse de la privación de una ganancia cierta, no sólo de la posibilidad de obtener ciertas sumas de dinero en el largo tiempo, ello atendido a que los contratos de trabajo y sus condiciones se encuentran sujetos a múltiples contingencias que, como en el caso de autos, no puede deducirse del simple cálculo de una eventual sobrevida laboral del trabajador. DUODÉCIMO: Que al respecto cabe señalar que, en conformidad a las disposiciones de la ley Nº 16.744, que regula el Seguro Social contra Riesgos de Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales, se encuentran protegidos por esas normas, entre otros, todos los trabajadores por cuenta ajena, cualesquiera sean las labores que ejecuten y cualquiera que sea la naturaleza de la empresa para quien trabajen y otorga a los afiliados a ese seguro, que lo son por el solo ministerio de la ley, las prestaciones que el mismo cuerpo legal se encarga de detallar, las que, en el caso, han correspondido al demandante. DECIMOTERCERO: Que, habiéndose establecido que el siniestro que afectó al actor de autos, fue un accidente del trabajo que le produjo incapacidad parcial y que, por ello, se le otorgó el derecho a una pensión calculada en la forma establecida en la citada ley, es decir, en otros términos, se le confirió el derecho a una de las prestaciones contempladas en la ley Nº 16.744, no es dable pretender una indemnización diferente por ese concepto, ya que por expresa disposición legal, las incapacidades o disminución de la actividad laboral de un trabajador, deben dar lugar a las prestaciones ya señaladas, de suerte que no procedía acoger la demanda por lucro cesante intentada por el actor. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

731

RETIRO

732

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

DECIMOCUARTO: Que, en consecuencia, en la sentencia atacada no se han vulnerado las normas señaladas por el demandante en su recurso de casación en el fondo y, por consiguiente, el mismo debe ser rechazado. Por estas consideraciones y visto, además, lo dispuesto en los artículos 463 del Código del Trabajo y 764, 765, 766, 767, 771, 772 y 783 del Código de Procedimiento Civil, se rechazan, sin costas, los recursos de casación en la forma y en el fondo deducidos por el demandado a fojas 302 y el de fondo interpuesto por el demandante a fojas 307, contra la sentencia de once de marzo de dos mil tres, que se lee a fojas 286. Se previene que el Ministro señor José Benquis C. concurre a desestimar el recurso de casación en el fondo interpuesto por el demandante, fundándose, además, en los argumentos vertidos en la sentencia atacada, esto es, que el lucro cesante es indemnizable en la medida que se trate de la pérdida de una ganancia cierta, no sólo de la posibilidad de una sobrevida laboral del trabajador, cuyo es el caso. Regístrese y devuélvase con sus agregados. Rol Nº 1.895 03. Pronunciada por la Cuarta Sala de la Corte Suprema integrada por los Ministros señores José Benquis C., José Luis Pérez Z., Orlando Álvarez H., Urbano Marín V. y Jorge Medina C.

DECIMOCUARTO: Que, en consecuencia, en la sentencia atacada no se han vulnerado las normas señaladas por el demandante en su recurso de casación en el fondo y, por consiguiente, el mismo debe ser rechazado. Por estas consideraciones y visto, además, lo dispuesto en los artículos 463 del Código del Trabajo y 764, 765, 766, 767, 771, 772 y 783 del Código de Procedimiento Civil, se rechazan, sin costas, los recursos de casación en la forma y en el fondo deducidos por el demandado a fojas 302 y el de fondo interpuesto por el demandante a fojas 307, contra la sentencia de once de marzo de dos mil tres, que se lee a fojas 286. Se previene que el Ministro señor José Benquis C. concurre a desestimar el recurso de casación en el fondo interpuesto por el demandante, fundándose, además, en los argumentos vertidos en la sentencia atacada, esto es, que el lucro cesante es indemnizable en la medida que se trate de la pérdida de una ganancia cierta, no sólo de la posibilidad de una sobrevida laboral del trabajador, cuyo es el caso. Regístrese y devuélvase con sus agregados. Rol Nº 1.895 03. Pronunciada por la Cuarta Sala de la Corte Suprema integrada por los Ministros señores José Benquis C., José Luis Pérez Z., Orlando Álvarez H., Urbano Marín V. y Jorge Medina C. 732

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

733

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol N°: 254-2004 Cita online: CL/JUR/1702/2004 I. SENTENCIA DE PRIMER GRADO Rancagua, veinticinco de junio de dos mil tres. VISTOS: A fojas 1, comparece Ramón Álvarez Reyes, trabajador, domiciliado para estos efectos en Rancagua, calle Rubio Nº 398, oficina A, quien interpone demanda en juicio ordinario laboral en contra de la Empresa de Servicios Sanitarios del Libertador S.A., representada por don Max Vargas Maturana y don julio Lavín Valdés, cuyas profesiones ignora, todos con domicilio en esta ciudad, calle Campos Nº 423. Señala que el día 24 de junio de 1999, cumpliendo con sus obligaciones como trabajador de la empresa sufrió un grave accidente del trabajo, a raíz del cual perdió el dedo meñique de su mano izquierda, accidente que, a su juicio, se produjo por culpa de la empresa dado que debió realizar una maniobra en condiciones de absoluta inseguridad y sin contar con los medios adecuados para ejecutar el trabajo. Agrega, que el referido día don José Ahumada, entonces su jefe directo, le ordenó trasladar dos cuadrillas de trabajadores y un compresor a la calle Colo Colo de la Población San Luis, a objeto de ejecutar un trabajo en dicho lugar, compresor que se encuentra montado en un carro de arrastre que va sujeto al vehículo que estaba a su cargo. Al llegar al lugar fue imposible estacionar el vehículo y el carro de arrastre, pues la calle se encontraba ocupada en su costado izquierdo por otros automóviles, hecho que comunicó por radio a su jefe directo, quien le ordenó desenganchar el compresor y trasladarlo a mano hacia el lugar en donde debía operar, indicándole que era una maniobra muy riesgosa por cuanto el carro tenía un enorme peso y el terreno se encontraba resbaladizo a raíz de la enorme cantidad de barro acumulado y éste le señaló que el trabajo debía hacerse como fuese y que, por lo tanto, el compresor debía ser trasladado a mano, ya que la empresa no quería tener problemas con la junta de vecinos del lugar la que ya había presentado reclamos. Entonces con los operarios tomaron el carro con el compresor y lo empujaron hacia el lugar donde debía operar, tomó la parte delantera del carro, consistente en un brazo metálico que termina en forma de medialuna con el objeto de guiar la dirección del mismo. Por el peso y lo resbaladizo del terreno, perdieron el control del carro y éste lo arrastró hacia el muro de una casa sin que pudiesen detenerlo, estrellándose contra el muro y como su mano izquierda se encontraba en la punta del brazo metálico, el choque le provocó la casi completa amputación del dedo meñique. Una vez que pudo zafar su mano, se sacó el guante, pudiendo comprobar la lesión que había sufrido, siendo trasladado a la Asociación Chilena de Seguridad, lugar donde fue atendido e intervenido quirúrgicamente. Como resultado de este accidente la Asociación Chilena de Seguridad lo indemnizó por la pérdida del dedo meñique con una suma de dinero que en nada cubre el sufrimiento que padeció a raíz de los hechos ya descritos. Añade, que el artículo 184 del Código del Trabajo establece la obligación de todo empleador de proteger eficazmente la vida y salud de sus trabajadores y en los hechos que ha relatado queda en evidencia que la empresa demandada no cumplió con esta obligación, puesto que a través de su representante y mandos medios los obligó a realizar una labor que por sí sola significaba un altísimo riesgo para los trabajadores. En el mismo sentido los artículos 66, 67 y 68 de la ley 16.744 imponen al empleador lo que la doctrina y jurisprudencia llaman el deber de seguridad en el trabajo, convirtiendo a todo empleador en un deudor de seguridad en relación con sus trabajadores, obligación claramente contractual, pues constituye un elemento de la naturaleza de todo contrato de trabajo. Por lo anterior, solicita se condene a la demandada a pagarle, a título de indemnización por daño moral la suma de $ 10.000.000, cantidad, que estima justa atendido el dolor físico y moral que debió sufrir con el accidente y con el largo y doloroso tratamiento médico al que debió ser sometido. Por otro lado, la empresa demandada lo despidió el día 28 de julio de 2000 y desde esa fecha no puede encontrar trabajo, principalmente, por la falta de su dedo meñique, que hace presumir a las personas una supuesta incapacidad de su parte para el trabajo. Solicita tener por interpuesta la demanda, acogerla a tramitación y, en definitiva, declarar: 1º) Que el accidente que le costó la amputación del dedo meñique de su mano izquierda se debió al incumplimiento de la demandada a su obligación de seguridad establecida

Rancagua, veinticinco de junio de dos mil tres. VISTOS: A fojas 1, comparece Ramón Álvarez Reyes, trabajador, domiciliado para estos efectos en Rancagua, calle Rubio Nº 398, oficina A, quien interpone demanda en juicio ordinario laboral en contra de la Empresa de Servicios Sanitarios del Libertador S.A., representada por don Max Vargas Maturana y don julio Lavín Valdés, cuyas profesiones ignora, todos con domicilio en esta ciudad, calle Campos Nº 423. Señala que el día 24 de junio de 1999, cumpliendo con sus obligaciones como trabajador de la empresa sufrió un grave accidente del trabajo, a raíz del cual perdió el dedo meñique de su mano izquierda, accidente que, a su juicio, se produjo por culpa de la empresa dado que debió realizar una maniobra en condiciones de absoluta inseguridad y sin contar con los medios adecuados para ejecutar el trabajo. Agrega, que el referido día don José Ahumada, entonces su jefe directo, le ordenó trasladar dos cuadrillas de trabajadores y un compresor a la calle Colo Colo de la Población San Luis, a objeto de ejecutar un trabajo en dicho lugar, compresor que se encuentra montado en un carro de arrastre que va sujeto al vehículo que estaba a su cargo. Al llegar al lugar fue imposible estacionar el vehículo y el carro de arrastre, pues la calle se encontraba ocupada en su costado izquierdo por otros automóviles, hecho que comunicó por radio a su jefe directo, quien le ordenó desenganchar el compresor y trasladarlo a mano hacia el lugar en donde debía operar, indicándole que era una maniobra muy riesgosa por cuanto el carro tenía un enorme peso y el terreno se encontraba resbaladizo a raíz de la enorme cantidad de barro acumulado y éste le señaló que el trabajo debía hacerse como fuese y que, por lo tanto, el compresor debía ser trasladado a mano, ya que la empresa no quería tener problemas con la junta de vecinos del lugar la que ya había presentado reclamos. Entonces con los operarios tomaron el carro con el compresor y lo empujaron hacia el lugar donde debía operar, tomó la parte delantera del carro, consistente en un brazo metálico que termina en forma de medialuna con el objeto de guiar la dirección del mismo. Por el peso y lo resbaladizo del terreno, perdieron el control del carro y éste lo arrastró hacia el muro de una casa sin que pudiesen detenerlo, estrellándose contra el muro y como su mano izquierda se encontraba en la punta del brazo metálico, el choque le provocó la casi completa amputación del dedo meñique. Una vez que pudo zafar su mano, se sacó el guante, pudiendo comprobar la lesión que había sufrido, siendo trasladado a la Asociación Chilena de Seguridad, lugar donde fue atendido e intervenido quirúrgicamente. Como resultado de este accidente la Asociación Chilena de Seguridad lo indemnizó por la pérdida del dedo meñique con una suma de dinero que en nada cubre el sufrimiento que padeció a raíz de los hechos ya descritos. Añade, que el artículo 184 del Código del Trabajo establece la obligación de todo empleador de proteger eficazmente la vida y salud de sus trabajadores y en los hechos que ha relatado queda en evidencia que la empresa demandada no cumplió con esta obligación, puesto que a través de su representante y mandos medios los obligó a realizar una labor que por sí sola significaba un altísimo riesgo para los trabajadores. En el mismo sentido los artículos 66, 67 y 68 de la ley 16.744 imponen al empleador lo que la doctrina y jurisprudencia llaman el deber de seguridad en el trabajo, convirtiendo a todo empleador en un deudor de seguridad en relación con sus trabajadores, obligación claramente contractual, pues constituye un elemento de la naturaleza de todo contrato de trabajo. Por lo anterior, solicita se condene a la demandada a pagarle, a título de indemnización por daño moral la suma de $ 10.000.000, cantidad, que estima justa atendido el dolor físico y moral que debió sufrir con el accidente y con el largo y doloroso tratamiento médico al que debió ser sometido. Por otro lado, la empresa demandada lo despidió el día 28 de julio de 2000 y desde esa fecha no puede encontrar trabajo, principalmente, por la falta de su dedo meñique, que hace presumir a las personas una supuesta incapacidad de su parte para el trabajo. Solicita tener por interpuesta la demanda, acogerla a tramitación y, en definitiva, declarar: 1º) Que el accidente que le costó la amputación del dedo meñique de su mano izquierda se debió al incumplimiento de la demandada a su obligación de seguridad establecida

I. SENTENCIA DE PRIMER GRADO

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol N°: 254-2004 Cita online: CL/JUR/1702/2004 ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

733

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

en el artículo 184 del Código del Trabajo. 2º) Que como consecuencia de lo anterior, la demandada deberá pagarle, a título de indemnización del daño moral, la cantidad de $ 10.000.000 o la suma que el Tribunal estime en justicia, más los intereses, reajustes y costas. A fojas 4, consta estampado receptorial de notificación de la demanda. A fojas 5, Max Vargas Maturana, por la demandada, contestando la demanda, en primer término opone la excepción de finiquito, fundado en que el demandante otorgó finiquito de contrato de trabajo a su representada, sin reserva de derecho alguna respecto de la materia del presente juicio, y en consecuencia, con pleno poder liberatorio. En subsidio, contesta la demanda, solicitando el rechazo de la demanda, con costas. Expresa que si los hechos ocurrieron como el actor los describe no le consta a su parte. Los informes que tiene del accidente nada dicen que hubo una instrucción directa de su jefe en el sentido de arrastrar a mano el carro hasta el lugar donde debía efectuarse la reparación. Añade que si así hubiese sido, habiendo dos cuadrillas de trabajadores en el vehículo a cargo del actor y estando el terreno resbaloso por barro, lo razonable era que hubieran participado en dicha maniobra más personas y no exponerse por negligencia del propio actor a un accidente, que parece ser lo que ocurrió. El demandante después de haber cobrado las indemnizaciones que la ley de accidentes del trabajo establece para estos casos, pretende que le sea indemnizado un supuesto daño moral, por una cantidad del todo exagerada, no sólo por su monto, sino porque él es el responsable del accidente en cuestión. Además de lo señalado precedentemente, el actor terminó su relación laboral con su representada, extendió finiquito con todas las formalidades legales, sin reserva alguna de derechos, por lo que oponen como excepción de fondo, sin perjuicio de la planteada en lo principal, la excepción de finiquito. A fojas 9, la parte demandante evacuando el traslado pertinente, expresa que no queda claro el alcance jurídico que como excepción se le quiere dar al finiquito, pues como tal no constituye excepción. Posiblemente el finiquito dé lugar a alguna de las excepciones que contempla el ordenamiento jurídico, las que, en todo caso, en esta oportunidad no se han opuesto válidamente. A fojas 10, se recibe la causa a prueba. A fojas 48, rola acta de comparendo el que se celebró con asistencia de ambas partes. Conciliación no se produjo, recibiéndose las pruebas que constan en autos. A fojas 49 vuelta, se cita a las partes para oír sentencia. CON LO RELACIONADO Y CONSIDERANDO: PRIMERO: Que de los escritos de demanda y contestación se desprende que son hechos no controvertidos que el 24 de junio de 1999 se le ordenó al actor trasladar dos cuadrillas de trabajadores y un compresor a la Población San Luis, con el fin de realizar un trabajo en dicho lugar y que mientras se efectuaban dichas labores el demandante sufrió un accidente, razón por la cual tales hechos se tendrán por establecidos. Que, en cambio, las partes discuten acerca de la responsabilidad que les cabe en dicho accidente, pues el actor sostiene que éste se debió a la falta de medidas de seguridad que su empleador estaba obligado a proporcionarle y la demandada alega que el demandante fue negligente y por ello es el responsable del accidente en cuestión. En consecuencia, éste es el tema principal a dilucidar. Además, la empresa opone como excepción la existencia de un finiquito suscrito por el actor en el cual no hizo reserva alguna respecto de la materia del presente juicio. SEGUNDO: Que la parte demandante, a objeto de acreditar los fundamentos de su acción, rindió prueba testimonial consistente en la declaración de Héctor Hugo Garay Espinoza, a fojas 48, quien expresa que un día de invierno, le parece que del mes de julio, no recuerda que año, salieron en la mañana a las 09:00 horas y el accidente sucedió cuando estaban estacionados para sacar el compresor y dejar una parte fija sin el camión, esto autorizado por don José Ahumada, que era el capataz, compresor que llevaban a unos contratistas. Agrega, que el día en cuestión en el lugar donde tenían que dejar dicho compresor estaba estacionado un vehículo el cual les impedía dejarlo allí y por eso para poder dejar estacionado el compresor tuvieron que dejar una rueda en la vereda y otra en la calzada y lo tuvieron que empujar por una entrada de vehículo (llevando la lanza del compresor don Ramón Álvarez y él junto a Porfirio Berríos y Raúl Yáñez lo empujaban, entonces al hacer el movimiento del carro, se “coletió” y la lanza le aplastó la mano contra el muro al actor. Repreguntado, expresa que como el demandante andaba con guante no pudo ver si se produjo el corte completo del dedo meñique, lo que sí sabe es que en el hospital quisieron pegárselo. Añade que cuando vieron el problema del estacionamiento don Ramón

734

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

en el artículo 184 del Código del Trabajo. 2º) Que como consecuencia de lo anterior, la demandada deberá pagarle, a título de indemnización del daño moral, la cantidad de $ 10.000.000 o la suma que el Tribunal estime en justicia, más los intereses, reajustes y costas. A fojas 4, consta estampado receptorial de notificación de la demanda. A fojas 5, Max Vargas Maturana, por la demandada, contestando la demanda, en primer término opone la excepción de finiquito, fundado en que el demandante otorgó finiquito de contrato de trabajo a su representada, sin reserva de derecho alguna respecto de la materia del presente juicio, y en consecuencia, con pleno poder liberatorio. En subsidio, contesta la demanda, solicitando el rechazo de la demanda, con costas. Expresa que si los hechos ocurrieron como el actor los describe no le consta a su parte. Los informes que tiene del accidente nada dicen que hubo una instrucción directa de su jefe en el sentido de arrastrar a mano el carro hasta el lugar donde debía efectuarse la reparación. Añade que si así hubiese sido, habiendo dos cuadrillas de trabajadores en el vehículo a cargo del actor y estando el terreno resbaloso por barro, lo razonable era que hubieran participado en dicha maniobra más personas y no exponerse por negligencia del propio actor a un accidente, que parece ser lo que ocurrió. El demandante después de haber cobrado las indemnizaciones que la ley de accidentes del trabajo establece para estos casos, pretende que le sea indemnizado un supuesto daño moral, por una cantidad del todo exagerada, no sólo por su monto, sino porque él es el responsable del accidente en cuestión. Además de lo señalado precedentemente, el actor terminó su relación laboral con su representada, extendió finiquito con todas las formalidades legales, sin reserva alguna de derechos, por lo que oponen como excepción de fondo, sin perjuicio de la planteada en lo principal, la excepción de finiquito. A fojas 9, la parte demandante evacuando el traslado pertinente, expresa que no queda claro el alcance jurídico que como excepción se le quiere dar al finiquito, pues como tal no constituye excepción. Posiblemente el finiquito dé lugar a alguna de las excepciones que contempla el ordenamiento jurídico, las que, en todo caso, en esta oportunidad no se han opuesto válidamente. A fojas 10, se recibe la causa a prueba. A fojas 48, rola acta de comparendo el que se celebró con asistencia de ambas partes. Conciliación no se produjo, recibiéndose las pruebas que constan en autos. A fojas 49 vuelta, se cita a las partes para oír sentencia. CON LO RELACIONADO Y CONSIDERANDO: PRIMERO: Que de los escritos de demanda y contestación se desprende que son hechos no controvertidos que el 24 de junio de 1999 se le ordenó al actor trasladar dos cuadrillas de trabajadores y un compresor a la Población San Luis, con el fin de realizar un trabajo en dicho lugar y que mientras se efectuaban dichas labores el demandante sufrió un accidente, razón por la cual tales hechos se tendrán por establecidos. Que, en cambio, las partes discuten acerca de la responsabilidad que les cabe en dicho accidente, pues el actor sostiene que éste se debió a la falta de medidas de seguridad que su empleador estaba obligado a proporcionarle y la demandada alega que el demandante fue negligente y por ello es el responsable del accidente en cuestión. En consecuencia, éste es el tema principal a dilucidar. Además, la empresa opone como excepción la existencia de un finiquito suscrito por el actor en el cual no hizo reserva alguna respecto de la materia del presente juicio. SEGUNDO: Que la parte demandante, a objeto de acreditar los fundamentos de su acción, rindió prueba testimonial consistente en la declaración de Héctor Hugo Garay Espinoza, a fojas 48, quien expresa que un día de invierno, le parece que del mes de julio, no recuerda que año, salieron en la mañana a las 09:00 horas y el accidente sucedió cuando estaban estacionados para sacar el compresor y dejar una parte fija sin el camión, esto autorizado por don José Ahumada, que era el capataz, compresor que llevaban a unos contratistas. Agrega, que el día en cuestión en el lugar donde tenían que dejar dicho compresor estaba estacionado un vehículo el cual les impedía dejarlo allí y por eso para poder dejar estacionado el compresor tuvieron que dejar una rueda en la vereda y otra en la calzada y lo tuvieron que empujar por una entrada de vehículo (llevando la lanza del compresor don Ramón Álvarez y él junto a Porfirio Berríos y Raúl Yáñez lo empujaban, entonces al hacer el movimiento del carro, se “coletió” y la lanza le aplastó la mano contra el muro al actor. Repreguntado, expresa que como el demandante andaba con guante no pudo ver si se produjo el corte completo del dedo meñique, lo que sí sabe es que en el hospital quisieron pegárselo. Añade que cuando vieron el problema del estacionamiento don Ramón

734

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

735

Álvarez llamó a la base y la persona que le contestó le dijo que estaba autorizado para estacionar el vehículo en el lugar que manifestó anteriormente, pero tomando todas las precauciones del caso. Dichas precauciones se tomaron, pero el caso fortuito del “coleteo” de la lanza produjo el accidente. Agrega, que el actor después del accidente estuvo tres meses en recuperación. Finalmente señala que ignora el número de intervenciones quirúrgicas que tuvo el demandante, pero sabe que trataron de salvarle el dedo y como se le estaba infectando, se lo amputaron. Contrainterrogado señala que en el camión en el que trasladaban el compresor iban tres personas. TERCERO: Que la demandada a objeto de acreditar los fundamentos del rechazo de la demanda, rindió la siguiente prueba: Documental, inobjetada de contrario, consistente en: a. Fotocopia simple de carta remitida por el demandante a la Superintendencia de Seguridad Social, de fecha 17 de febrero de 2000, fojas 13, reclamando por el cálculo de indemnización pagada por la Asociación Chilena de Seguridad. b. Fotocopia simple de resolución dictada por la Asociación Chilena de Seguridad, de fecha 29 de octubre de 1999, fojas 14, que señala el diagnóstico, secuela y grado de incapacidad del actor. c. Fotocopia simple de Memorándum Nº 92/99 remitido por el administrador operativo norte al prevencionista de riesgo Essel S.A., de fecha 22 de junio de 1999, fojas 15. d. Fotocopia simple de certificado de atención en el Servicio de Urgencia del demandante, de fecha 24 de junio de 1999, fojas 16. e. Fotocopia simple de certificado de alta del actor, de fecha 28 de julio de 1999, fojas 17. f. Fotocopia simple de declaración individual de accidente del trabajo, fojas 18. g. Fotocopia simple de informe Nº 22, de fecha 1º de septiembre de 1999, expedido por Oscar Valenzuela Bravo, asesor en prevención de riesgos de la empresa Essel S.A., de fojas 19. h. Fotocopia simple de carta remitida por el demandante a la Comisión Médica de Reclamos de la Asociación Chilena de Seguridad, de fecha 15 de noviembre de 1999, fojas 20. i. Fotocopia simple de carta remitida al demandante por la Caja de Compensación Los Andes, fojas 22. j. Fotocopia simple de Reglamento Interno de Orden, Higiene y Seguridad de la Empresa de Servicios Sanitarios del Libertador S.A., fojas 23 a 35. k. Finiquito suscrito entre las partes el 31 de julio de 2000, ante el Notario Ernesto Montoya Peredo, fojas 36. l. Fotocopia simple de Finiquito de Indemnización de Accidente del Trabajo emitido por la Asociación Chilena de Seguridad, fojas 38. Confesional. Que del acta de fojas 48, consta que compareció a absolver posiciones el demandante, quien expresa que efectivamente firmó y ratificó la firma que aparece en el finiquito que se le exhibe y que rola a fojas 36, oportunidad en que sólo dejó dos reservas de derechos, ya que no lo dejaron hacer una tercera respecto de la indemnización por accidente del trabajo, finiquito que firmó después de haber ocurrido el accidente; que es efectivo que firmó con la Asociación Chilena de Seguridad un finiquito relativo al pago de una indemnización por accidente del trabajo, finiquito en el que sólo se reservó el derecho de reclamar ante la Superintendencia de Seguridad Social dentro del plazo de 90 días hábiles contados desde el 29 de diciembre de 1999; que efectivamente es suya la firma estampada en el documento que se le exhibe y que rola a fojas 38; que solicitó a la Superintendencia de Seguridad Social que se recalculara el monto de la indemnización que se le había pagado; que no fue él la persona que determinó quiénes harían el traslado del carro de arrastre desde el camión hasta el lugar donde ocurrió el accidente; que no es efectivo que el accidente no le impida trabajar, ya que ha sido discriminado por la falta del dedo meñique de su mano izquierda. No es cierto que diera la orden sólo a dos trabajadores para que lo ayudaran al traslado del compresor y tampoco es efectivo que fuera responsable del accidente, porque fue por orden de su jefe superior. CUARTO: Que previo a analizar las pruebas rendidas para resolver sobre el fondo de lo discutido, es necesario emitir un pronunciamiento acerca de la excepción opuesta por la demandada, quien señala que las partes suscribieron un finiquito con pleno poder liberatorio en el cual el actor no hizo

Álvarez llamó a la base y la persona que le contestó le dijo que estaba autorizado para estacionar el vehículo en el lugar que manifestó anteriormente, pero tomando todas las precauciones del caso. Dichas precauciones se tomaron, pero el caso fortuito del “coleteo” de la lanza produjo el accidente. Agrega, que el actor después del accidente estuvo tres meses en recuperación. Finalmente señala que ignora el número de intervenciones quirúrgicas que tuvo el demandante, pero sabe que trataron de salvarle el dedo y como se le estaba infectando, se lo amputaron. Contrainterrogado señala que en el camión en el que trasladaban el compresor iban tres personas. TERCERO: Que la demandada a objeto de acreditar los fundamentos del rechazo de la demanda, rindió la siguiente prueba: Documental, inobjetada de contrario, consistente en: a. Fotocopia simple de carta remitida por el demandante a la Superintendencia de Seguridad Social, de fecha 17 de febrero de 2000, fojas 13, reclamando por el cálculo de indemnización pagada por la Asociación Chilena de Seguridad. b. Fotocopia simple de resolución dictada por la Asociación Chilena de Seguridad, de fecha 29 de octubre de 1999, fojas 14, que señala el diagnóstico, secuela y grado de incapacidad del actor. c. Fotocopia simple de Memorándum Nº 92/99 remitido por el administrador operativo norte al prevencionista de riesgo Essel S.A., de fecha 22 de junio de 1999, fojas 15. d. Fotocopia simple de certificado de atención en el Servicio de Urgencia del demandante, de fecha 24 de junio de 1999, fojas 16. e. Fotocopia simple de certificado de alta del actor, de fecha 28 de julio de 1999, fojas 17. f. Fotocopia simple de declaración individual de accidente del trabajo, fojas 18. g. Fotocopia simple de informe Nº 22, de fecha 1º de septiembre de 1999, expedido por Oscar Valenzuela Bravo, asesor en prevención de riesgos de la empresa Essel S.A., de fojas 19. h. Fotocopia simple de carta remitida por el demandante a la Comisión Médica de Reclamos de la Asociación Chilena de Seguridad, de fecha 15 de noviembre de 1999, fojas 20. i. Fotocopia simple de carta remitida al demandante por la Caja de Compensación Los Andes, fojas 22. j. Fotocopia simple de Reglamento Interno de Orden, Higiene y Seguridad de la Empresa de Servicios Sanitarios del Libertador S.A., fojas 23 a 35. k. Finiquito suscrito entre las partes el 31 de julio de 2000, ante el Notario Ernesto Montoya Peredo, fojas 36. l. Fotocopia simple de Finiquito de Indemnización de Accidente del Trabajo emitido por la Asociación Chilena de Seguridad, fojas 38. Confesional. Que del acta de fojas 48, consta que compareció a absolver posiciones el demandante, quien expresa que efectivamente firmó y ratificó la firma que aparece en el finiquito que se le exhibe y que rola a fojas 36, oportunidad en que sólo dejó dos reservas de derechos, ya que no lo dejaron hacer una tercera respecto de la indemnización por accidente del trabajo, finiquito que firmó después de haber ocurrido el accidente; que es efectivo que firmó con la Asociación Chilena de Seguridad un finiquito relativo al pago de una indemnización por accidente del trabajo, finiquito en el que sólo se reservó el derecho de reclamar ante la Superintendencia de Seguridad Social dentro del plazo de 90 días hábiles contados desde el 29 de diciembre de 1999; que efectivamente es suya la firma estampada en el documento que se le exhibe y que rola a fojas 38; que solicitó a la Superintendencia de Seguridad Social que se recalculara el monto de la indemnización que se le había pagado; que no fue él la persona que determinó quiénes harían el traslado del carro de arrastre desde el camión hasta el lugar donde ocurrió el accidente; que no es efectivo que el accidente no le impida trabajar, ya que ha sido discriminado por la falta del dedo meñique de su mano izquierda. No es cierto que diera la orden sólo a dos trabajadores para que lo ayudaran al traslado del compresor y tampoco es efectivo que fuera responsable del accidente, porque fue por orden de su jefe superior. CUARTO: Que previo a analizar las pruebas rendidas para resolver sobre el fondo de lo discutido, es necesario emitir un pronunciamiento acerca de la excepción opuesta por la demandada, quien señala que las partes suscribieron un finiquito con pleno poder liberatorio en el cual el actor no hizo ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

735

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

reserva alguna respecto de la materia del presente juicio. Que según se lee de la demanda, el demandante solicita que se declare que el accidente se debió al incumplimiento de la demandada a su obligación de seguridad establecida en el artículo 184 del Código del Trabajo y que, como consecuencia de lo anterior, se condene a ésta a pagarle una indemnización por el daño moral sufrido. Que, según consta del documento que rola a fojas 36, el actor con anterioridad a la presentación de la demanda fue despedido por necesidades de la empresa y otorgó a la demandada el más amplio y total finiquito, reservándose el derecho a reclamar respecto de dos conceptos que no dicen relación con la presente demanda. QUINTO: Que en opinión de esta sentenciadora la existencia del finiquito aludido en el motivo precedente no obsta a la ponderación y regulación de una indemnización pedida a título de daño moral, por ser ajena a las prestaciones de origen legal o contractual derivadas de los servicios del actor. A mayor abundamiento, cabe señalar que, si bien el demandante fue indemnizado por la Asociación Chilena de Seguridad, según consta del documento de fojas 38, debe tenerse presente que la relación laboral existente entre las partes generó para la empleadora, aparte de las obligaciones específicas indicadas en el contrato, la llamada obligación de seguridad, de la cual no se encuentra liberada por el solo hecho de existir a favor del trabajador un seguro contra riesgos de accidentes del trabajo y enfermedades profesionales, de manera que tal indemnización no obsta a la que, a título de daño moral eventualmente pudiera la demandada ser condenada a pagar. SEXTO: Que atendido lo expuesto en los dos motivos anteriores, se rechazará la alegación de la demandada en lo que dice relación con el poder liberatorio del finiquito suscrito por las partes respecto de la presente causa. SÉPTIMO: Que las pruebas aportadas por las partes respecto a las circunstancias en las cuales se produjo el accidente sufrido por el actor, apreciadas en conjunto y en conformidad a las reglas de la sana crítica, permiten tener por acreditados los siguientes hechos: a. Que el 24 de junio de 1999, en circunstancias que el demandante junto a otros trabajadores trasladaban un carro de arrastre con un compresor, perdieron el control de dicho carro y como consecuencia de ello, la mano del señor Álvarez fue aplastada y debió sufrir la amputación de su dedo meñique izquierdo a nivel de MTC F con pérdida de fuerza de agarre, lesión que el Compin reconoció, estableciendo un grado de incapacidad de 17.5% como secuela. b. Que el actor tenía la orden de trasladar el compresor a la Población San Luis, sin embargo al llegar al lugar donde debía entregarlo había un vehículo estacionado que le impedía dejarlo allí, razón por la cual, llamó a la base y fue autorizado para estacionar su vehículo en otro lugar y junto a otros trabajadores empujó el compresor por una entrada de vehículo para así cumplir con su cometido, tomando las precauciones del caso, según lo señala el testigo del demandante, quien fue presencial y participó en la maniobra. OCTAVO: Que los hechos descritos en el motivo precedente, llevan a concluir que, en la especie, nos encontramos ante un trabajador que tenía la orden precisa de dejar un compresor en un determinado lugar y ante la dificultad que se le presentó hizo una llamada a la base para recibir instrucciones. Ahora bien, las condiciones para ejecutar el trabajo no eran las más adecuadas según lo relatado por el testigo, por lo que parece razonable que el demandante se comunicara con su empleador antes de tomar una decisión y es dable presumir que al efectuar el llamado telefónico se le insistió en que debía efectuar su labor, pues de lo contrario no se explica que dadas las circunstancias decidieran arrastrar el carro manualmente. Es decir, no cabe duda a esta sentenciadora, que el demandante dio cuenta a su jefatura de la situación con que se encontró al llegar al lugar, tal como señala el testigo, y realizó esta maniobra en su afán de dar cabal cumplimiento al trabajo que se le había encomendado. Ahora bien, no obstante que él se comunicó con la base, no se constituyó ninguna persona en el lugar para supervisar la faena y a pesar de lo riesgoso de ésta, la parte demandada no acreditó de manera alguna haberle proporcionado a don Ramón Alvarez los implementos necesarios para prevenir el accidente de que fue víctima, estando obligada a ello, pues tal como lo estatuye el artículo 184 del Código del Trabajo, el empleador debió tomar todas las medidas necesarias tendientes a proteger eficazmente la vida y salud del trabajador. En consecuencia, forzoso es concluir que a la demandada le asiste responsabilidad por los daños sufridos por el actor a consecuencia del accidente.

736

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

reserva alguna respecto de la materia del presente juicio. Que según se lee de la demanda, el demandante solicita que se declare que el accidente se debió al incumplimiento de la demandada a su obligación de seguridad establecida en el artículo 184 del Código del Trabajo y que, como consecuencia de lo anterior, se condene a ésta a pagarle una indemnización por el daño moral sufrido. Que, según consta del documento que rola a fojas 36, el actor con anterioridad a la presentación de la demanda fue despedido por necesidades de la empresa y otorgó a la demandada el más amplio y total finiquito, reservándose el derecho a reclamar respecto de dos conceptos que no dicen relación con la presente demanda. QUINTO: Que en opinión de esta sentenciadora la existencia del finiquito aludido en el motivo precedente no obsta a la ponderación y regulación de una indemnización pedida a título de daño moral, por ser ajena a las prestaciones de origen legal o contractual derivadas de los servicios del actor. A mayor abundamiento, cabe señalar que, si bien el demandante fue indemnizado por la Asociación Chilena de Seguridad, según consta del documento de fojas 38, debe tenerse presente que la relación laboral existente entre las partes generó para la empleadora, aparte de las obligaciones específicas indicadas en el contrato, la llamada obligación de seguridad, de la cual no se encuentra liberada por el solo hecho de existir a favor del trabajador un seguro contra riesgos de accidentes del trabajo y enfermedades profesionales, de manera que tal indemnización no obsta a la que, a título de daño moral eventualmente pudiera la demandada ser condenada a pagar. SEXTO: Que atendido lo expuesto en los dos motivos anteriores, se rechazará la alegación de la demandada en lo que dice relación con el poder liberatorio del finiquito suscrito por las partes respecto de la presente causa. SÉPTIMO: Que las pruebas aportadas por las partes respecto a las circunstancias en las cuales se produjo el accidente sufrido por el actor, apreciadas en conjunto y en conformidad a las reglas de la sana crítica, permiten tener por acreditados los siguientes hechos: a. Que el 24 de junio de 1999, en circunstancias que el demandante junto a otros trabajadores trasladaban un carro de arrastre con un compresor, perdieron el control de dicho carro y como consecuencia de ello, la mano del señor Álvarez fue aplastada y debió sufrir la amputación de su dedo meñique izquierdo a nivel de MTC F con pérdida de fuerza de agarre, lesión que el Compin reconoció, estableciendo un grado de incapacidad de 17.5% como secuela. b. Que el actor tenía la orden de trasladar el compresor a la Población San Luis, sin embargo al llegar al lugar donde debía entregarlo había un vehículo estacionado que le impedía dejarlo allí, razón por la cual, llamó a la base y fue autorizado para estacionar su vehículo en otro lugar y junto a otros trabajadores empujó el compresor por una entrada de vehículo para así cumplir con su cometido, tomando las precauciones del caso, según lo señala el testigo del demandante, quien fue presencial y participó en la maniobra. OCTAVO: Que los hechos descritos en el motivo precedente, llevan a concluir que, en la especie, nos encontramos ante un trabajador que tenía la orden precisa de dejar un compresor en un determinado lugar y ante la dificultad que se le presentó hizo una llamada a la base para recibir instrucciones. Ahora bien, las condiciones para ejecutar el trabajo no eran las más adecuadas según lo relatado por el testigo, por lo que parece razonable que el demandante se comunicara con su empleador antes de tomar una decisión y es dable presumir que al efectuar el llamado telefónico se le insistió en que debía efectuar su labor, pues de lo contrario no se explica que dadas las circunstancias decidieran arrastrar el carro manualmente. Es decir, no cabe duda a esta sentenciadora, que el demandante dio cuenta a su jefatura de la situación con que se encontró al llegar al lugar, tal como señala el testigo, y realizó esta maniobra en su afán de dar cabal cumplimiento al trabajo que se le había encomendado. Ahora bien, no obstante que él se comunicó con la base, no se constituyó ninguna persona en el lugar para supervisar la faena y a pesar de lo riesgoso de ésta, la parte demandada no acreditó de manera alguna haberle proporcionado a don Ramón Alvarez los implementos necesarios para prevenir el accidente de que fue víctima, estando obligada a ello, pues tal como lo estatuye el artículo 184 del Código del Trabajo, el empleador debió tomar todas las medidas necesarias tendientes a proteger eficazmente la vida y salud del trabajador. En consecuencia, forzoso es concluir que a la demandada le asiste responsabilidad por los daños sufridos por el actor a consecuencia del accidente.

736

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

737

NOVENO: Que de acuerdo a lo razonado y concluido en los motivos anteriores, se rechaza la alegación de la demandada en el sentido que el actor fue el responsable del accidente en cuestión, ya que éste, para cumplir con la tarea que se le había encargado, realizó la maniobra riesgosa, tomando todas las precauciones del caso, según lo relatado por el testigo presencial. DÉCIMO: Que el daño moral cuya indemnización se persigue es de índole subjetivo, por lo tanto, su apreciación pecuniaria debe ser entregada a la estimación discrecional del sentenciador, el que, en todo caso, tomará en cuenta algunos parámetros objetivos al momento de avaluar el daño, como pueden ser, por ejemplo, la edad del actor, su actividad, las secuelas y grado de incapacidad sufrido. En consecuencia, en la especie, habiéndose establecido la responsabilidad de la demandada en el accidente y siendo evidente que el actor experimentó dolor y sufrimiento al perder su dedo meñique, se estima procedente acoger la demanda en cuanto al cobro de indemnización por daño moral, sólo por la suma que se indicará en lo resolutivo. Y visto, además, lo dispuesto en los artículos 1º, 7º, 63, 177, 184, 420 y 425 y siguientes del Código del Trabajo; 346 Nº 3 del Código del Procedimiento Civil, 69 de la ley 16.744 y 1698 del Código Civil, se declara: I. Que se rechaza la excepción de existencia de finiquito alegada por la demandada. II. Que se acoge la demanda de fojas 1, en cuanto se declara que la demandada, Empresa de Servicios Sanitarios del Libertador S.A., incumplió su obligación en la forma dispuesta en el artículo 184 del Código del Trabajo y, como consecuencia de ello, deberá pagar al actor Ramón Álvarez Reyes la suma de $ 3.500.000 (tres millones quinientos mil pesos), por concepto de daño moral, más reajuste e interés legal conforme a lo previsto en el artículo 63 del Código del Trabajo. III. Que no se condena en costas a la parte demandada, por haber tenido motivo plausible para litigar. Regístrese, notifíquese y archívese en su oportunidad. Rol Nº 61.660 A.R. Dictada por doña María Carolina Olea Bascuñán, Juez Subrogante del Primer Juzgado de Letras del Trabajo de Rancagua.

II. CORTE DE APELACIONES Rancagua, veintiuno de noviembre de dos mil tres. VISTOS: Se reproduce la sentencia apelada, y se tiene además presente: 1. Que en cuanto a la prueba de la culpabilidad en el accidente de que se trata, ha de considerarse que la ley, en el artículo 184 del Código del Trabajo, dispone que el empleador es el llamado a tomar todas las medidas para proteger eficazmente la vida y salud de sus trabajadores. Luego, como la palabra “eficazmente” significa con resultados positivos, al ocurrir efectivamente un siniestro, como aconteció en la especie, es a la empresa a quien corresponde probar que adoptó esas medidas y que pese a ellas el hecho se produjo, por causas que no le son imputables, y que deberá acreditar; prueba que en los autos no se produjo. Y si no se produjo, forzoso es presumir su culpabilidad en el suceso. 2. Que la circunstancia de que el testigo presentado por el actor hable de caso fortuito, nada aporta a la resolución del asunto, pues es claro que ese declarante es un lego que no usa los términos en su sentido técnico, sino simplemente como sinónimo de accidente. Es inadmisible sostener que un trabajador que forma parte de una cuadrilla de operarios ejecutores de faenas manuales, esté calificado o sea llamado para calificar la existencia o no de culpa de la empresa en el accidente. 3. Que el artículo 69 de la Ley sobre Accidentes del Trabajo, en su letra b), es claro en cuanto a que las indemnizaciones del seguro legal son plenamente compatibles con la indemnización que pueda reclamarse al empleador, por otros perjuicios, entre los cuales se incluye expresamente al daño moral. 4. Que en cuanto a la existencia del daño moral, lo que cabe probar son sus supuestos objetivos, constituidos en la especie por el accidente mismo, la lesión en el dedo meñique izquierdo, la hospitalización e intervenciones subsecuentes y las secuelas finales, todo lo cual consta en autos. Para acreditar el dolor físico y emocional que esas situaciones objetivas han debido producir al actor, basta sustituirse mentalmente en su lugar.

Rancagua, veintiuno de noviembre de dos mil tres. VISTOS: Se reproduce la sentencia apelada, y se tiene además presente: 1. Que en cuanto a la prueba de la culpabilidad en el accidente de que se trata, ha de considerarse que la ley, en el artículo 184 del Código del Trabajo, dispone que el empleador es el llamado a tomar todas las medidas para proteger eficazmente la vida y salud de sus trabajadores. Luego, como la palabra “eficazmente” significa con resultados positivos, al ocurrir efectivamente un siniestro, como aconteció en la especie, es a la empresa a quien corresponde probar que adoptó esas medidas y que pese a ellas el hecho se produjo, por causas que no le son imputables, y que deberá acreditar; prueba que en los autos no se produjo. Y si no se produjo, forzoso es presumir su culpabilidad en el suceso. 2. Que la circunstancia de que el testigo presentado por el actor hable de caso fortuito, nada aporta a la resolución del asunto, pues es claro que ese declarante es un lego que no usa los términos en su sentido técnico, sino simplemente como sinónimo de accidente. Es inadmisible sostener que un trabajador que forma parte de una cuadrilla de operarios ejecutores de faenas manuales, esté calificado o sea llamado para calificar la existencia o no de culpa de la empresa en el accidente. 3. Que el artículo 69 de la Ley sobre Accidentes del Trabajo, en su letra b), es claro en cuanto a que las indemnizaciones del seguro legal son plenamente compatibles con la indemnización que pueda reclamarse al empleador, por otros perjuicios, entre los cuales se incluye expresamente al daño moral. 4. Que en cuanto a la existencia del daño moral, lo que cabe probar son sus supuestos objetivos, constituidos en la especie por el accidente mismo, la lesión en el dedo meñique izquierdo, la hospitalización e intervenciones subsecuentes y las secuelas finales, todo lo cual consta en autos. Para acreditar el dolor físico y emocional que esas situaciones objetivas han debido producir al actor, basta sustituirse mentalmente en su lugar.

II. CORTE DE APELACIONES NOVENO: Que de acuerdo a lo razonado y concluido en los motivos anteriores, se rechaza la alegación de la demandada en el sentido que el actor fue el responsable del accidente en cuestión, ya que éste, para cumplir con la tarea que se le había encargado, realizó la maniobra riesgosa, tomando todas las precauciones del caso, según lo relatado por el testigo presencial. DÉCIMO: Que el daño moral cuya indemnización se persigue es de índole subjetivo, por lo tanto, su apreciación pecuniaria debe ser entregada a la estimación discrecional del sentenciador, el que, en todo caso, tomará en cuenta algunos parámetros objetivos al momento de avaluar el daño, como pueden ser, por ejemplo, la edad del actor, su actividad, las secuelas y grado de incapacidad sufrido. En consecuencia, en la especie, habiéndose establecido la responsabilidad de la demandada en el accidente y siendo evidente que el actor experimentó dolor y sufrimiento al perder su dedo meñique, se estima procedente acoger la demanda en cuanto al cobro de indemnización por daño moral, sólo por la suma que se indicará en lo resolutivo. Y visto, además, lo dispuesto en los artículos 1º, 7º, 63, 177, 184, 420 y 425 y siguientes del Código del Trabajo; 346 Nº 3 del Código del Procedimiento Civil, 69 de la ley 16.744 y 1698 del Código Civil, se declara: I. Que se rechaza la excepción de existencia de finiquito alegada por la demandada. II. Que se acoge la demanda de fojas 1, en cuanto se declara que la demandada, Empresa de Servicios Sanitarios del Libertador S.A., incumplió su obligación en la forma dispuesta en el artículo 184 del Código del Trabajo y, como consecuencia de ello, deberá pagar al actor Ramón Álvarez Reyes la suma de $ 3.500.000 (tres millones quinientos mil pesos), por concepto de daño moral, más reajuste e interés legal conforme a lo previsto en el artículo 63 del Código del Trabajo. III. Que no se condena en costas a la parte demandada, por haber tenido motivo plausible para litigar. Regístrese, notifíquese y archívese en su oportunidad. Rol Nº 61.660 A.R. Dictada por doña María Carolina Olea Bascuñán, Juez Subrogante del Primer Juzgado de Letras del Trabajo de Rancagua. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

737

RETIRO

738

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Santiago, veinticinco de marzo de dos mil cuatro. VISTOS Y TENIENDO PRESENTE: PRIMERO: Que en conformidad a lo dispuesto en el artículo 782 del Código de Procedimiento Civil, se ordenó dar cuenta del recurso de casación en el fondo deducido por el demandado a fojas 77. SEGUNDO: Que el recurrente denuncia el quebrantamiento de los artículos 177 inciso primero y 456 del Código del Trabajo, sosteniendo, en síntesis, que resultarían infringidos al haber rechazado la excepción de finiquito opuesta por su parte, pese a que él reunía todos los requisitos legales para reconocerle su pleno valor liberatorio respecto de todo lo acontecido durante la relación laboral que unió a las partes litigantes, incluidos los efectos del accidente laboral sufrido por el trabajador con mucha antelación a la suscripción del finiquito a que se alude. Agrega que conforme a los hechos establecidos en el proceso y de la propia confesión del actor se puede deducir que el finiquito sí se refirió a los derechos que ahora reclama el trabajador en este juicio, puesto que éste reconoció que pretendió efectuar una tercera reserva de derechos en el finiquito que estaba suscribiendo, esta vez referida a la indemnización del daño moral derivada del accidente del trabajo. Manifiesta, además, que no pudo efectuar dicha reserva por oposición de la empresa, de lo que se deduce que dicho ítem estuvo contemplado en el referido finiquito y que se le consideró en los montos indemnizados. Sostiene que, asimismo, el fallo impugnado no dio cumplimiento a lo prescrito en el artículo 456 del Código del Trabajo, por no haber expresado las razones jurídicas, simplemente lógicas, científicas, técnicas o de experiencia en cuya virtud les designó valor o desestimó las pruebas agregadas al proceso, puesto que los hechos acreditados en la causa, a su juicio, de manera alguna pueden sustentar la conclusión de que existió responsabilidad de la demandada en el accidente sufrido por el ex trabajador. Finaliza señalando que de haberse analizado los antecedentes allegados al proceso según las reglas de la sana crítica, era imposible estimar que el empleador era responsable del accidente, sino que el mismo se debió a un caso fortuito. TERCERO: Que, en primer lugar, cabe hacer presente que no se ha cometido error de derecho alguno respecto de la aplicación del artículo 177 del Código del Trabajo, en el fallo atacado por haber afirmado que la existencia de un finiquito celebrado por el trabajador con su empleador (31 de julio de 2000), no obstaba al cobro de una indemnización por el daño moral sufrido por el mismo como consecuencia del accidente laboral acaecido en junio de 1999, puesto que éste se refirió expresamente a obligaciones legales y contractuales derivadas de la prestación de servicios sin que constara que en él se renuncia a las acciones aquí deducidas, derivadas de los perjuicios sufridos por el actor producto del accidente laboral en el que se vio involucrado. CUARTO: Que, en segundo lugar, en la sentencia impugnada se establecieron como hechos, en lo pertinente, que el empleador no acreditó haber adoptado todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de su trabajador, sufriendo éste mientras realizaba sus labores la amputación de su dedo meñique izquierdo. QUINTO: Que sobre la base del hecho reseñado precedentemente y analizando las probanzas agregadas a los autos de acuerdo con las reglas de la sana crítica, los sentenciadores del grado decidieron que existía un daño moral que debe reparar el empleador, por no haber adoptado éste todas las medi-

5. Que en cuanto al poder liberatorio del finiquito, es claro que éste cubre las prestaciones laborales y previsionales y las indemnizaciones por despido (contenidas en el Código del Trabajo), pero no el daño moral, que no tiene las calidades indicadas. Y visto además lo dispuesto por los artículos 463, 465 y siguientes del Código del Trabajo, se confirma la sentencia apelada de fecha veinticinco de junio del año en curso, escrita desde fs. 51 a 56. Regístrese y devuélvase. Rol Nº 4.174. Pronunciado por la Primera Sala de esta Corte de Apelaciones, integrada por los Ministros señor Raúl Mera Muñoz, señora Lilian Medina Sudy y Abogado Integrante señor Mario Márquez Maldonado.

III. CORTE SUPREMA

III. CORTE SUPREMA

5. Que en cuanto al poder liberatorio del finiquito, es claro que éste cubre las prestaciones laborales y previsionales y las indemnizaciones por despido (contenidas en el Código del Trabajo), pero no el daño moral, que no tiene las calidades indicadas. Y visto además lo dispuesto por los artículos 463, 465 y siguientes del Código del Trabajo, se confirma la sentencia apelada de fecha veinticinco de junio del año en curso, escrita desde fs. 51 a 56. Regístrese y devuélvase. Rol Nº 4.174. Pronunciado por la Primera Sala de esta Corte de Apelaciones, integrada por los Ministros señor Raúl Mera Muñoz, señora Lilian Medina Sudy y Abogado Integrante señor Mario Márquez Maldonado.

Santiago, veinticinco de marzo de dos mil cuatro. VISTOS Y TENIENDO PRESENTE: PRIMERO: Que en conformidad a lo dispuesto en el artículo 782 del Código de Procedimiento Civil, se ordenó dar cuenta del recurso de casación en el fondo deducido por el demandado a fojas 77. SEGUNDO: Que el recurrente denuncia el quebrantamiento de los artículos 177 inciso primero y 456 del Código del Trabajo, sosteniendo, en síntesis, que resultarían infringidos al haber rechazado la excepción de finiquito opuesta por su parte, pese a que él reunía todos los requisitos legales para reconocerle su pleno valor liberatorio respecto de todo lo acontecido durante la relación laboral que unió a las partes litigantes, incluidos los efectos del accidente laboral sufrido por el trabajador con mucha antelación a la suscripción del finiquito a que se alude. Agrega que conforme a los hechos establecidos en el proceso y de la propia confesión del actor se puede deducir que el finiquito sí se refirió a los derechos que ahora reclama el trabajador en este juicio, puesto que éste reconoció que pretendió efectuar una tercera reserva de derechos en el finiquito que estaba suscribiendo, esta vez referida a la indemnización del daño moral derivada del accidente del trabajo. Manifiesta, además, que no pudo efectuar dicha reserva por oposición de la empresa, de lo que se deduce que dicho ítem estuvo contemplado en el referido finiquito y que se le consideró en los montos indemnizados. Sostiene que, asimismo, el fallo impugnado no dio cumplimiento a lo prescrito en el artículo 456 del Código del Trabajo, por no haber expresado las razones jurídicas, simplemente lógicas, científicas, técnicas o de experiencia en cuya virtud les designó valor o desestimó las pruebas agregadas al proceso, puesto que los hechos acreditados en la causa, a su juicio, de manera alguna pueden sustentar la conclusión de que existió responsabilidad de la demandada en el accidente sufrido por el ex trabajador. Finaliza señalando que de haberse analizado los antecedentes allegados al proceso según las reglas de la sana crítica, era imposible estimar que el empleador era responsable del accidente, sino que el mismo se debió a un caso fortuito. TERCERO: Que, en primer lugar, cabe hacer presente que no se ha cometido error de derecho alguno respecto de la aplicación del artículo 177 del Código del Trabajo, en el fallo atacado por haber afirmado que la existencia de un finiquito celebrado por el trabajador con su empleador (31 de julio de 2000), no obstaba al cobro de una indemnización por el daño moral sufrido por el mismo como consecuencia del accidente laboral acaecido en junio de 1999, puesto que éste se refirió expresamente a obligaciones legales y contractuales derivadas de la prestación de servicios sin que constara que en él se renuncia a las acciones aquí deducidas, derivadas de los perjuicios sufridos por el actor producto del accidente laboral en el que se vio involucrado. CUARTO: Que, en segundo lugar, en la sentencia impugnada se establecieron como hechos, en lo pertinente, que el empleador no acreditó haber adoptado todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de su trabajador, sufriendo éste mientras realizaba sus labores la amputación de su dedo meñique izquierdo. QUINTO: Que sobre la base del hecho reseñado precedentemente y analizando las probanzas agregadas a los autos de acuerdo con las reglas de la sana crítica, los sentenciadores del grado decidieron que existía un daño moral que debe reparar el empleador, por no haber adoptado éste todas las medi-

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

738

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

739

das de cuidado necesarias y eficaces para proteger la salud de su trabajador y acogieron la demanda, regulando prudencialmente el monto de la indemnización en uso de sus facultades privativas. SEXTO: Que, en tercer lugar, el recurrente impugna los presupuestos fácticos establecidos en el fallo atacado y alega vulneración de las normas reguladoras de la prueba, e insta así por la alteración del hecho establecido, desde que sostiene que no se acreditó que el demandado incumpliera sus obligaciones de protección y seguridad de sus trabajadores, sino que el accidente que sufrió el actor se habría debido a un caso fortuito. SÉPTIMO: Que los hechos establecidos en la sentencia no pueden ser revisados por este Tribunal de Casación a menos que los sentenciadores del mérito, al determinar tales presupuestos fácticos, hayan desatendido las razones simplemente lógicas, científicas, técnicas o de experiencia, en cuya virtud ha correspondido asignar valor o desestimar la eficacia de las pruebas, cuestión que no ha ocurrido en la especie. OCTAVO: Que, finalmente, en cuanto a la infracción a la regla contemplada en el artículo 456 del Estatuto Laboral, denunciada por el recurrente, en relación al monto de las indemnizaciones, preciso es indicar que los sentenciadores del grado fijaron los montos que debían indemnizarse de acuerdo a las reglas de la sana crítica, desde que en nuestro ordenamiento jurídico, no existe una norma legal que establezca los alcances del daño moral, sino que el mismo es regulado por los jueces del mérito en uso de sus facultades privativas, por lo que tampoco ha podido existir una infracción en este aspecto. NOVENO: Que por lo razonado anteriormente se concluye que el recurso de casación en estudio adolece de manifiesta falta de fundamento, motivo por el que será desestimado en esta sede. Por estas consideraciones y normas legales citadas se rechaza el recurso de casación en el fondo deducido por el demandado a fojas 77, contra sentencia de veintiuno de noviembre del año pasado, que se lee a fojas 71 y siguientes. Regístrese y devuélvase. Rol Nº 254 04. Pronunciada por la Cuarta Sala de la Corte Suprema integrada por los Ministros señores José Benquis C., Urbano Marín V. y Jorge Medina C. y los Abogados Integrantes señores Juan Infante P. y Roberto Jacob Ch. Santiago, 25 de marzo de 2004.

das de cuidado necesarias y eficaces para proteger la salud de su trabajador y acogieron la demanda, regulando prudencialmente el monto de la indemnización en uso de sus facultades privativas. SEXTO: Que, en tercer lugar, el recurrente impugna los presupuestos fácticos establecidos en el fallo atacado y alega vulneración de las normas reguladoras de la prueba, e insta así por la alteración del hecho establecido, desde que sostiene que no se acreditó que el demandado incumpliera sus obligaciones de protección y seguridad de sus trabajadores, sino que el accidente que sufrió el actor se habría debido a un caso fortuito. SÉPTIMO: Que los hechos establecidos en la sentencia no pueden ser revisados por este Tribunal de Casación a menos que los sentenciadores del mérito, al determinar tales presupuestos fácticos, hayan desatendido las razones simplemente lógicas, científicas, técnicas o de experiencia, en cuya virtud ha correspondido asignar valor o desestimar la eficacia de las pruebas, cuestión que no ha ocurrido en la especie. OCTAVO: Que, finalmente, en cuanto a la infracción a la regla contemplada en el artículo 456 del Estatuto Laboral, denunciada por el recurrente, en relación al monto de las indemnizaciones, preciso es indicar que los sentenciadores del grado fijaron los montos que debían indemnizarse de acuerdo a las reglas de la sana crítica, desde que en nuestro ordenamiento jurídico, no existe una norma legal que establezca los alcances del daño moral, sino que el mismo es regulado por los jueces del mérito en uso de sus facultades privativas, por lo que tampoco ha podido existir una infracción en este aspecto. NOVENO: Que por lo razonado anteriormente se concluye que el recurso de casación en estudio adolece de manifiesta falta de fundamento, motivo por el que será desestimado en esta sede. Por estas consideraciones y normas legales citadas se rechaza el recurso de casación en el fondo deducido por el demandado a fojas 77, contra sentencia de veintiuno de noviembre del año pasado, que se lee a fojas 71 y siguientes. Regístrese y devuélvase. Rol Nº 254 04. Pronunciada por la Cuarta Sala de la Corte Suprema integrada por los Ministros señores José Benquis C., Urbano Marín V. y Jorge Medina C. y los Abogados Integrantes señores Juan Infante P. y Roberto Jacob Ch. Santiago, 25 de marzo de 2004. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

739

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Santiago, dos de mayo de dos mil dos. VISTOS: A fs. 1 compareció don René Antonio Farías Valdés, empleado, domiciliado en calle Los Tulipanes 2534, de la Comuna de Renca y demanda en juicio laboral a Sargent Agrícola Ltda., Técnica Thomas C. Sargent S.A.C. e I. o Repuestos Industriales Limitada, persona jurídica del giro de su denominación, representada legalmente por don Jorge Alberto Mechican Sargent, factor de comercio, domiciliados todos en Avda. Presidente Bulnes 305 de Santiago Centro, a fin de que fuese condenada a pagarle las prestaciones que demandó por los fundamentos que consignó. La demanda fue legalmente notificada a fs. 7 y contestada por el demandado Sargent Agrícola Limitada a fs. 8, quien interpuso en primer término excepción de incompetencia, y en subsidio contestó la demanda, solicitando su rechazo por los fundamentos que consignó. A fs. 18 el demandado Técnica Thomas C. Sargent S.A.C. e I. contestó la demanda, interponiendo en primer término la excepción de incompetencia y la excepción de no empecimiento a su respecto de la demanda y en subsidio, contestó la demanda, solicitando su rechazo por los fundamentos que consignó. A fs. 28 Repuestos Industriales Limitada contestó la demanda, alegando las mismas excepciones y contestando en subsidio la demanda, solicitando su rechazo por las motivaciones que hizo valer. A fs. 39 el demandante evacuó los traslados conferidos a las excepciones y a fs. 41, se dejaron las resoluciones de las excepciones para definitiva y se recibió la causa a prueba. De fs. 67 a 69 se agregaron instrumentos producidos por la demandada Sargent Agrícola Ltda. A fs. 77 se efectuó el comparendo de conciliación que no se produjo, prosiguiéndose con la prueba y a fs. 102 y siguientes, se efectuó otra sesión de prueba. A fs. 138 y 139, 166 y siguientes, se agregaron oficios del Servicio Médico Legal y de la Asociación Chilena de Seguridad. A fs. 198, se agregó instrumento producido por la demandante y, a fs. 207 y 208 y siguientes, se agregaron sobre y pliego de posiciones de las que se tuvo por absuelto al demandante en rebeldía. Encontrándose la causa en estado de fallo, por resolución de fecha hoy, escrita a fs. 212, se citó a las partes para oír sentencia. CONSIDERANDO: En cuanto a las excepciones: 1º. Que no se hará lugar a la excepción de incompetencia promovida por las demandadas, en atención a lo previsto expresamente en el art. 420 letra f) del Código del Trabajo, que agregó dicha letra, entregando a los Tribunales del Trabajo el conocimiento de los accidentes del trabajo y enfermedades profesionales; 2º. Que constando del contrato de trabajo producido en autos, que el actor se comprometió a prestar servicios tanto a Sargent Agrícola Limitada, como a sus relacionadas Técnica Thomas C. Sargent S.A.C. e I. y Repuestos Industriales Ltda., no resulta procedente hacer lugar a la excepción de falta de no empecimiento promovida por las dos últimas empresas demandadas; En cuanto al fondo: 3º. Que el demandante acciona en contra de las demandadas a fin que se declare que el accidente sufrido por él mientras trabajaba para las demandadas, tiene el carácter de accidente laboral y la demandada le adeuda la suma de $ 80.000.000 por concepto de daño moral y $ 52.000.000 por lucro cesante, más los reajustes e intereses legales correspondientes y con expresa condenación en costas; 4º. Que fundamentó su demanda, en el hecho de haber trabajado para las demandadas, desde el 18 de mayo de 2000, desempeñándose como ayudante de bodega para los establecimientos de la demandada y sus relacionadas, que para los efectos de la legislación laboral constituyen una sola em-

740

I. SENTENCIA DE PRIMER GRADO

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol N°: 1323-2003 Cita online: CL/JUR/3925/2004

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol N°: 1323-2003 Cita online: CL/JUR/3925/2004

I. SENTENCIA DE PRIMER GRADO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Santiago, dos de mayo de dos mil dos. VISTOS: A fs. 1 compareció don René Antonio Farías Valdés, empleado, domiciliado en calle Los Tulipanes 2534, de la Comuna de Renca y demanda en juicio laboral a Sargent Agrícola Ltda., Técnica Thomas C. Sargent S.A.C. e I. o Repuestos Industriales Limitada, persona jurídica del giro de su denominación, representada legalmente por don Jorge Alberto Mechican Sargent, factor de comercio, domiciliados todos en Avda. Presidente Bulnes 305 de Santiago Centro, a fin de que fuese condenada a pagarle las prestaciones que demandó por los fundamentos que consignó. La demanda fue legalmente notificada a fs. 7 y contestada por el demandado Sargent Agrícola Limitada a fs. 8, quien interpuso en primer término excepción de incompetencia, y en subsidio contestó la demanda, solicitando su rechazo por los fundamentos que consignó. A fs. 18 el demandado Técnica Thomas C. Sargent S.A.C. e I. contestó la demanda, interponiendo en primer término la excepción de incompetencia y la excepción de no empecimiento a su respecto de la demanda y en subsidio, contestó la demanda, solicitando su rechazo por los fundamentos que consignó. A fs. 28 Repuestos Industriales Limitada contestó la demanda, alegando las mismas excepciones y contestando en subsidio la demanda, solicitando su rechazo por las motivaciones que hizo valer. A fs. 39 el demandante evacuó los traslados conferidos a las excepciones y a fs. 41, se dejaron las resoluciones de las excepciones para definitiva y se recibió la causa a prueba. De fs. 67 a 69 se agregaron instrumentos producidos por la demandada Sargent Agrícola Ltda. A fs. 77 se efectuó el comparendo de conciliación que no se produjo, prosiguiéndose con la prueba y a fs. 102 y siguientes, se efectuó otra sesión de prueba. A fs. 138 y 139, 166 y siguientes, se agregaron oficios del Servicio Médico Legal y de la Asociación Chilena de Seguridad. A fs. 198, se agregó instrumento producido por la demandante y, a fs. 207 y 208 y siguientes, se agregaron sobre y pliego de posiciones de las que se tuvo por absuelto al demandante en rebeldía. Encontrándose la causa en estado de fallo, por resolución de fecha hoy, escrita a fs. 212, se citó a las partes para oír sentencia. CONSIDERANDO: En cuanto a las excepciones: 1º. Que no se hará lugar a la excepción de incompetencia promovida por las demandadas, en atención a lo previsto expresamente en el art. 420 letra f) del Código del Trabajo, que agregó dicha letra, entregando a los Tribunales del Trabajo el conocimiento de los accidentes del trabajo y enfermedades profesionales; 2º. Que constando del contrato de trabajo producido en autos, que el actor se comprometió a prestar servicios tanto a Sargent Agrícola Limitada, como a sus relacionadas Técnica Thomas C. Sargent S.A.C. e I. y Repuestos Industriales Ltda., no resulta procedente hacer lugar a la excepción de falta de no empecimiento promovida por las dos últimas empresas demandadas; En cuanto al fondo: 3º. Que el demandante acciona en contra de las demandadas a fin que se declare que el accidente sufrido por él mientras trabajaba para las demandadas, tiene el carácter de accidente laboral y la demandada le adeuda la suma de $ 80.000.000 por concepto de daño moral y $ 52.000.000 por lucro cesante, más los reajustes e intereses legales correspondientes y con expresa condenación en costas; 4º. Que fundamentó su demanda, en el hecho de haber trabajado para las demandadas, desde el 18 de mayo de 2000, desempeñándose como ayudante de bodega para los establecimientos de la demandada y sus relacionadas, que para los efectos de la legislación laboral constituyen una sola em-

740

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

741

presa, acorde a lo previsto en el art. 3º del Código del Trabajo, alcanzando su remuneración a la suma de $ 100.000 mensuales, más $ 10.000 por movilización, hasta que el día 29 de junio de 2000, en que mientras se encontraba cumpliendo con sus obligaciones laborales, dado que había sido enviado al estacionamiento de la empresa a trabajar con una máquina cortadora de papel que se encontraba en ese lugar, picando papel para usarlo en el embalaje de los repuestos de la bodega, lo que hacía el efecto de plumavit que se usa en otros embalajes, teniendo su jefe directo quien lo envió, pleno conocimiento del mal estado de la máquina que el día anterior se había quebrado, arreglándosela en forma provisoria, pero sin tomarse ninguna medida de seguridad, la antedicha máquina lesionó gravemente su mano derecha, producto de lo cual perdió tres dedos de dicha mano, lo que le ha causado graves perjuicios, debiendo tener un largo tiempo de licencias médicas para rehabilitarse y dado el grave nivel de incapacidad que ostenta, tiene grandes dificultades para trabajar o conseguir nuevas oportunidades o trabajos para su realización personal y sin perjuicio de ello, el empleador tiene una responsabilidad objetiva al tenor de lo dispuesto en el art. 184 del Código del Trabajo, estimando que se le adeuda por éste las cantidades de $ 80.000.000 por daño moral y $ 52.000.000 por las remuneraciones que pudo haber obtenido hasta el momento de su jubilación, dado que tiene 25 años de edad y sus lesiones le impedirán a futuro desempeñar una vida normal laboral, cuyo cobro viene en demandar; 5º. Que, al contestar la demanda, las demandadas solicitaron su rechazo, pues dijeron que el día 29 de junio de 2000, en que se produjo el lamentable e inesperado accidente que ocasionó la pérdida de tres dedos de la mano derecha del actor, los dedos meñique, anular y medio, dicho accidente no se debió a mal estado de la máquina como se consigna en la demanda, siendo sus verdaderas causas la propia negligencia del actor, quien evidenció no sólo una falta de cuidado en su manipulación, sino que además hizo caso omiso a las instrucciones y advertencias de sus superiores; Que el actor llevaba un mes más o menos trabajando, cuando se produjo el accidente, teniendo la máquina unos diez años de uso, durante el cual jamás había ocurrido un accidente y siendo instruido para su uso, que es muy simple, por don Ricardo Valderrama, quien se desempeñó por años efectuando tal labor y don Pedro Méndez, tratándose de una máquina muy simple que opera a través de un sistema de engranajes y de cadenas de transmisión, rubro que corresponde precisamente al giro de la empresa, por lo que las mantenciones están avaladas por largos años de experiencia; Que el día anterior al accidente, su jefe don Pedro Méndez, había sorprendido al trabajador operando la máquina sin protector del sector guillotina instalado, habiéndole señalado la prohibición de operar en esa forma y le especificó nuevamente cuál era la forma correcta de hacerlo, habiéndola el actor operado en varias ocasiones y conociendo bien cuál era la forma correcta de hacerlo; Que en la oportunidad de los hechos, el trabajador insertó en la máquina papel en forma excesiva, por lo que producto de dicho exceso la máquina se atoró y lo más grave fue que contraviniendo la expresa prohibición de abrir la cubierta del artefacto, procedió a destornillar los cuatro pernos que mantienen cerrada la estructura, interviniéndola mediante introducción de sus dedos en el engranaje que mueve el eje de los cuchillos y con esa acción, realizada sin haber desconectado la máquina, logró destrabarla y al destrabarse, como estaba enchufada, la cadena del engranaje se accionó y atrapó los dedos del trabajador, con el lamentable resultado conocido; Que la empresa cuenta con personal especializado que se ocupa de mantención y el día anterior el sistema de bloqueo de la misma había sido reparado a satisfacción por personal especializado, contando además con elementos especiales en las distintas labores a efectuar y con letreros que llamaban a la seguridad y cuidado personal de cada trabajador, manteniéndose la máquina en perfecto estado de funcionamiento y contando a esa fecha con las debidas inspecciones de la Asociación Chilena de Seguridad; Que además una vez ocurrido el accidente, la demandada se esmeró en procurar al trabajador todas las necesidades que pudiera tener, desde su ingreso al hospital, durante las operaciones a que se sometió, y para facilitar su reinserción laboral, se acomodó su horario de trabajo a los requerimientos de su terapia ocupacional en A.Ch.S. y en cuanto a sus citaciones médicas que eran a las 11 de la mañana y tras las cuales el actor no regresaba a trabajar, jamás se le representó tal hecho, como una manera de apoyarlo en su situación;

presa, acorde a lo previsto en el art. 3º del Código del Trabajo, alcanzando su remuneración a la suma de $ 100.000 mensuales, más $ 10.000 por movilización, hasta que el día 29 de junio de 2000, en que mientras se encontraba cumpliendo con sus obligaciones laborales, dado que había sido enviado al estacionamiento de la empresa a trabajar con una máquina cortadora de papel que se encontraba en ese lugar, picando papel para usarlo en el embalaje de los repuestos de la bodega, lo que hacía el efecto de plumavit que se usa en otros embalajes, teniendo su jefe directo quien lo envió, pleno conocimiento del mal estado de la máquina que el día anterior se había quebrado, arreglándosela en forma provisoria, pero sin tomarse ninguna medida de seguridad, la antedicha máquina lesionó gravemente su mano derecha, producto de lo cual perdió tres dedos de dicha mano, lo que le ha causado graves perjuicios, debiendo tener un largo tiempo de licencias médicas para rehabilitarse y dado el grave nivel de incapacidad que ostenta, tiene grandes dificultades para trabajar o conseguir nuevas oportunidades o trabajos para su realización personal y sin perjuicio de ello, el empleador tiene una responsabilidad objetiva al tenor de lo dispuesto en el art. 184 del Código del Trabajo, estimando que se le adeuda por éste las cantidades de $ 80.000.000 por daño moral y $ 52.000.000 por las remuneraciones que pudo haber obtenido hasta el momento de su jubilación, dado que tiene 25 años de edad y sus lesiones le impedirán a futuro desempeñar una vida normal laboral, cuyo cobro viene en demandar; 5º. Que, al contestar la demanda, las demandadas solicitaron su rechazo, pues dijeron que el día 29 de junio de 2000, en que se produjo el lamentable e inesperado accidente que ocasionó la pérdida de tres dedos de la mano derecha del actor, los dedos meñique, anular y medio, dicho accidente no se debió a mal estado de la máquina como se consigna en la demanda, siendo sus verdaderas causas la propia negligencia del actor, quien evidenció no sólo una falta de cuidado en su manipulación, sino que además hizo caso omiso a las instrucciones y advertencias de sus superiores; Que el actor llevaba un mes más o menos trabajando, cuando se produjo el accidente, teniendo la máquina unos diez años de uso, durante el cual jamás había ocurrido un accidente y siendo instruido para su uso, que es muy simple, por don Ricardo Valderrama, quien se desempeñó por años efectuando tal labor y don Pedro Méndez, tratándose de una máquina muy simple que opera a través de un sistema de engranajes y de cadenas de transmisión, rubro que corresponde precisamente al giro de la empresa, por lo que las mantenciones están avaladas por largos años de experiencia; Que el día anterior al accidente, su jefe don Pedro Méndez, había sorprendido al trabajador operando la máquina sin protector del sector guillotina instalado, habiéndole señalado la prohibición de operar en esa forma y le especificó nuevamente cuál era la forma correcta de hacerlo, habiéndola el actor operado en varias ocasiones y conociendo bien cuál era la forma correcta de hacerlo; Que en la oportunidad de los hechos, el trabajador insertó en la máquina papel en forma excesiva, por lo que producto de dicho exceso la máquina se atoró y lo más grave fue que contraviniendo la expresa prohibición de abrir la cubierta del artefacto, procedió a destornillar los cuatro pernos que mantienen cerrada la estructura, interviniéndola mediante introducción de sus dedos en el engranaje que mueve el eje de los cuchillos y con esa acción, realizada sin haber desconectado la máquina, logró destrabarla y al destrabarse, como estaba enchufada, la cadena del engranaje se accionó y atrapó los dedos del trabajador, con el lamentable resultado conocido; Que la empresa cuenta con personal especializado que se ocupa de mantención y el día anterior el sistema de bloqueo de la misma había sido reparado a satisfacción por personal especializado, contando además con elementos especiales en las distintas labores a efectuar y con letreros que llamaban a la seguridad y cuidado personal de cada trabajador, manteniéndose la máquina en perfecto estado de funcionamiento y contando a esa fecha con las debidas inspecciones de la Asociación Chilena de Seguridad; Que además una vez ocurrido el accidente, la demandada se esmeró en procurar al trabajador todas las necesidades que pudiera tener, desde su ingreso al hospital, durante las operaciones a que se sometió, y para facilitar su reinserción laboral, se acomodó su horario de trabajo a los requerimientos de su terapia ocupacional en A.Ch.S. y en cuanto a sus citaciones médicas que eran a las 11 de la mañana y tras las cuales el actor no regresaba a trabajar, jamás se le representó tal hecho, como una manera de apoyarlo en su situación; ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

741

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Que la demandada colaboró y puso a disposición del demandante todas las facilidades y franquicias legales, otorgadas por los organismos de seguridad en los que está inscrita, como es el caso de la Asociación Chilena de Seguridad, recalcando que el actor sigue prestando servicios para la demandada, en las mismas labores que efectuaba con anterioridad al accidente, manteniendo íntegra su remuneración, lo que desvirtúa lo dicho en cuanto a que su nivel de incapacidad le ha provocado grandes dificultades para trabajar o encontrar nuevos trabajos o posibilidades de realización personal; Que no se especifica en la demanda, qué cálculos ha efectuado el actor para llegar a la suma de $ 52.000.000 que solicita por lucro cesante y aun cuando no se rebate la existencia de daño moral en la persona del demandante, la empresa ha acogido al trabajador después del accidente y ha sido testigo de su proceso de recuperación que no duda ha sido doloroso, pero el monto solicitado se enmarca lejos de los valores concedidos en las causas por cuasidelitos que son los más similares a los que se podría asimilar; Que en cuanto a la responsabilidad que se imputa al empleador, debe tenerse presente que el accidente se produjo por no haber obedecido el actor las instrucciones recibidas, en cuanto a que procedió a levantar el mecanismo de engranajes, encontrándose la máquina activada, desatendiendo todas las instrucciones que le fueron impartidas al efecto, debiendo concluirse que se expuso imprudentemente al daño que sufrió, de manera que la responsabilidad que pudiere imputarse al demandado, debería reducirse proporcionalmente y de ninguna manera procedería hacer su apreciación sobre el monto exagerado que solicita el actor, ya que procedería la compensación de culpas de ambas partes; 6º. Que en orden a justificar sus aseveraciones, las partes produjeron pruebas instrumental, confesional, la demandante produjo diligencia de exhibición de documentos y la demandada produjo además prueba testimonial; 7º. Que la instrumental de la demandante consistió en copia del contrato de trabajo suscrito entre las partes, con fecha 1º de junio de 2000, en que se hace constar que esa fue la fecha de inicio de la relación laboral; fotocopia de liquidación de remuneraciones correspondiente al mes de junio de 2000, en que consta que dicha remuneración ascendía a la suma de $ 100.000, más movilización por $ 10.000 mensuales; comprobante de pago de subsidio cancelado el 17 de noviembre de 2000; informe del Instituto Médico Legal acerca de sus facultades mentales, en que se concluye que el actor presenta un trastorno de estrés postraumático, con prolongada reacción depresiva por la pérdida de los tres dedos de su mano, en el accidente sufrido, siendo recomendable que se mantenga en tratamiento tanto fisiátrico como fisioterapéutico y ficha médica del trabajador correspondiente a las atenciones recibidas en la Asociación Chilena de Seguridad, instrumentos inobjetados; 8º. Que en la confesional producida por esta parte y rendida por las demandadas, al absolvente Sr. Jorge Alberto Mechican Sargent, que es el representante legal de las tres sociedades demandadas, dijo que no recuerda, pero si en el contrato suscrito con el actor se dice que éste debía cumplir funciones para las otras demandadas, quiere decir que es así; que el contrato de trabajo es de fecha 1º de junio de 2000 y las labores del actor eran las de aseo de autos, aseo de estacionamiento y esporádicamente picado de papel; que su remuneración era la consignada en el contrato de trabajo; que es efectivo que sufrió un grave accidente de trabajo el día 29 de junio de 2000; que el actor sufrió la pérdida de tres dedos de su mano derecha; que es efectivo que su empresa ha sido fiscalizada para constatar la existencia de las condiciones de seguridad y que él perteneció al Comité Paritario; que en la empresa ha habido accidentes, pero pequeños, que éste es el primero de tal envergadura; que el actor retiró el protector de la máquina e intervino el sistema de engranaje, pese a que en dos ocasiones anteriores se le había indicado que no debía hacerlo; que ignora el tiempo en el que se le enseñó el manejo de la máquina, pero debe ser el mismo en el que se enseñó dicho manejo a todas las personas que han laborado en ella; que debe haber sido un error del actor, porque la máquina fue cargada en forma excesiva con papel y como el trabajador la opera en forma autónoma, nadie se percató; que el operador de la máquina trabajaba solo porque su labor no reviste ningún riesgo, pero si quien la opera sobrepasa el procedimiento y comete un error, eso está en el sentido común de cada persona; que no le consta que la instrucción de no sacar la cubierta de la máquina esté dada en forma escrita, pero al entrenar al personal se le indica y en el caso del demandante, incluso en dos ocasiones anteriores se le había llamado la atención por hacerlo; que la máquina no había sido reparada, sino que sólo revisada porque no estaba mala el día

742

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Que la demandada colaboró y puso a disposición del demandante todas las facilidades y franquicias legales, otorgadas por los organismos de seguridad en los que está inscrita, como es el caso de la Asociación Chilena de Seguridad, recalcando que el actor sigue prestando servicios para la demandada, en las mismas labores que efectuaba con anterioridad al accidente, manteniendo íntegra su remuneración, lo que desvirtúa lo dicho en cuanto a que su nivel de incapacidad le ha provocado grandes dificultades para trabajar o encontrar nuevos trabajos o posibilidades de realización personal; Que no se especifica en la demanda, qué cálculos ha efectuado el actor para llegar a la suma de $ 52.000.000 que solicita por lucro cesante y aun cuando no se rebate la existencia de daño moral en la persona del demandante, la empresa ha acogido al trabajador después del accidente y ha sido testigo de su proceso de recuperación que no duda ha sido doloroso, pero el monto solicitado se enmarca lejos de los valores concedidos en las causas por cuasidelitos que son los más similares a los que se podría asimilar; Que en cuanto a la responsabilidad que se imputa al empleador, debe tenerse presente que el accidente se produjo por no haber obedecido el actor las instrucciones recibidas, en cuanto a que procedió a levantar el mecanismo de engranajes, encontrándose la máquina activada, desatendiendo todas las instrucciones que le fueron impartidas al efecto, debiendo concluirse que se expuso imprudentemente al daño que sufrió, de manera que la responsabilidad que pudiere imputarse al demandado, debería reducirse proporcionalmente y de ninguna manera procedería hacer su apreciación sobre el monto exagerado que solicita el actor, ya que procedería la compensación de culpas de ambas partes; 6º. Que en orden a justificar sus aseveraciones, las partes produjeron pruebas instrumental, confesional, la demandante produjo diligencia de exhibición de documentos y la demandada produjo además prueba testimonial; 7º. Que la instrumental de la demandante consistió en copia del contrato de trabajo suscrito entre las partes, con fecha 1º de junio de 2000, en que se hace constar que esa fue la fecha de inicio de la relación laboral; fotocopia de liquidación de remuneraciones correspondiente al mes de junio de 2000, en que consta que dicha remuneración ascendía a la suma de $ 100.000, más movilización por $ 10.000 mensuales; comprobante de pago de subsidio cancelado el 17 de noviembre de 2000; informe del Instituto Médico Legal acerca de sus facultades mentales, en que se concluye que el actor presenta un trastorno de estrés postraumático, con prolongada reacción depresiva por la pérdida de los tres dedos de su mano, en el accidente sufrido, siendo recomendable que se mantenga en tratamiento tanto fisiátrico como fisioterapéutico y ficha médica del trabajador correspondiente a las atenciones recibidas en la Asociación Chilena de Seguridad, instrumentos inobjetados; 8º. Que en la confesional producida por esta parte y rendida por las demandadas, al absolvente Sr. Jorge Alberto Mechican Sargent, que es el representante legal de las tres sociedades demandadas, dijo que no recuerda, pero si en el contrato suscrito con el actor se dice que éste debía cumplir funciones para las otras demandadas, quiere decir que es así; que el contrato de trabajo es de fecha 1º de junio de 2000 y las labores del actor eran las de aseo de autos, aseo de estacionamiento y esporádicamente picado de papel; que su remuneración era la consignada en el contrato de trabajo; que es efectivo que sufrió un grave accidente de trabajo el día 29 de junio de 2000; que el actor sufrió la pérdida de tres dedos de su mano derecha; que es efectivo que su empresa ha sido fiscalizada para constatar la existencia de las condiciones de seguridad y que él perteneció al Comité Paritario; que en la empresa ha habido accidentes, pero pequeños, que éste es el primero de tal envergadura; que el actor retiró el protector de la máquina e intervino el sistema de engranaje, pese a que en dos ocasiones anteriores se le había indicado que no debía hacerlo; que ignora el tiempo en el que se le enseñó el manejo de la máquina, pero debe ser el mismo en el que se enseñó dicho manejo a todas las personas que han laborado en ella; que debe haber sido un error del actor, porque la máquina fue cargada en forma excesiva con papel y como el trabajador la opera en forma autónoma, nadie se percató; que el operador de la máquina trabajaba solo porque su labor no reviste ningún riesgo, pero si quien la opera sobrepasa el procedimiento y comete un error, eso está en el sentido común de cada persona; que no le consta que la instrucción de no sacar la cubierta de la máquina esté dada en forma escrita, pero al entrenar al personal se le indica y en el caso del demandante, incluso en dos ocasiones anteriores se le había llamado la atención por hacerlo; que la máquina no había sido reparada, sino que sólo revisada porque no estaba mala el día

742

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

743

anterior, porque a raíz de un mal procedimiento de su operador, tuvo que ser revisada directamente por el Departamento Técnico; que en lo que a trabajo se refiere, el actor no sufrió graves perjuicios, ya que fue recibido en el mismo trabajo con igual remuneración a la que estaba percibiendo con anterioridad al accidente, pero al poco tiempo decidió retirarse de la empresa; que los únicos elementos de seguridad para operar la máquina picadora de papel necesarios, son los zapatos de seguridad y el uso de un overol de una tela más gruesa que una camisa delgada, con lo que cabe tener por establecida la existencia de los hechos confesados; 9º. Que la instrumental de las demandadas consistió en carta enviada a Sargent Agrícola Ltda., por el Hospital del Trabajador con fecha 9 de noviembre de 2000, suscrita por la terapeuta ocupacional doña Patricia Pinto Herrero, en que solicita el reintegro del trabajador al puesto de vigilancia y mantención menor de vehículos de la empresa y se señala que continuará percibiendo el subsidio legal por parte de la Asociación Chilena de Seguridad; carta enviada a Sargent Agrícola Ltda., por la misma entidad, por la terapeuta ocupacional Sra. María Isabel Meneses Díaz, en que se solicita el reintegro del Sr. René Farías al puesto de vigilancia y manutención menor de vehículos de la empresa y señala que el actor continuará recibiendo el subsidio legal por parte de la Asociación Chilena de Seguridad; certificado de alta emitido por el Hospital del Trabajador el 2 de enero de 2001; carta enviada a Sargent Agrícola Ltda., del Dr. José Finkeletein, presidente de la Comisión Central Evaluadora de Incapacidades de la Asociación Chilena de Seguridad, en la que se gradúa la pérdida de capacidad de ganancia del demandante en un 30%; resolución Nº 41.0096 del 16 de febrero de 2001, emitida por la Asociación en la que se gradúa la pérdida de la capacidad del trabajador en un 30%; copia del libro de asistencia de los meses de noviembre y diciembre de 2000 y enero, febrero, marzo y abril de 2001, en que aparece el actor reintegrado a sus labores; copia del contrato de trabajo suscrito entre las partes; copia de liquidación de remuneraciones del trabajador por el mes de junio de 2000; copia de liquidaciones de remuneraciones del actor por los meses de septiembre y diciembre de 2000; copia de la planilla correspondiente al comprobante de ingreso, suscrito por el actor por concepto de préstamo por la cantidad mencionada, consignando que será descontado a futuro; copia de planilla de cuentas del personal, en que constan las cantidades que el actor recibió a título de préstamo; Reglamento Interno de Orden, Higiene y Seguridad de las demandadas; acta de constitución y de funcionamiento del Comité Paritario de Orden, Higiene y Seguridad; declaración de accidente de trabajo efectuada ante la Asociación Chilena de Seguridad; factura de compra de la máquina Schindler 407 tipo 302; copias de las planillas de declaración y pago de cotizaciones de la Asociación Chilena de Seguridad de los meses de junio de 1999, junio de 2000 y junio de 2001; oficio del Servicio Médico Legal y ficha médica del trabajador en la Asociación Chilena de Seguridad, instrumentos inobjetados; 10º. Que los testigos de la demandada Srs. Pedro José Méndez Zeledón y Ricardo Sebastián Valderrama Muñoz, los que depusieron en forma circunstanciada, conteste y dando razón de sus dichos, en el hecho de ser el primero su jefe y el segundo, por haberse desempeñado anteriormente en las funciones que efectuaba el trabajador, constarles que el accidente del demandante se produjo porque éste mientras efectuaba el trabajo consistente en picar papel, para ser usado como plumavit, le echó demasiado papel y la máquina se atoró, por lo que debía haber llamado al Departamento Técnico para que solucionara el problema y sacara el exceso de papel, pero quiso hacerlo por sí mismo, para cuyo efecto destornilló los cuatro pernos que tiene la tapa de la máquina, dejándola descubierta, metiendo la mano y al desatorar el papel, la máquina empezó a andar pillándole su mano, ya que no la había desenchufado, agregando que ambos le habían enseñado cómo manejarla, que es bastante simple y el primer testigo en su calidad de jefe, lo había amonestado verbalmente en dos ocasiones, al sorprenderlo operando la máquina sin su cubierta, lo que se le había enseñado que no debía hacer y haciendo además presente que el actor después de haber sido rehabilitado en la Mutual, reingresó a sus labores, siendo asignada a las mismas funciones y por igual remuneración que antes del accidente, pero un día llegó diciéndoles que se iba a retirar porque había conseguido un trabajo como peoneta donde le pagaban más, con lo que cabe tener por establecida la existencia de tales hechos; 11º. Que en la diligencia de exhibición de documentos producida por esta parte, se exhibieron los instrumentos de los que se dejó fotocopias que consistieron en Reglamento de Orden, Higiene y Seguridad y acta del Comité Paritario de Técnica Thomas; planilla de pago de cotizaciones previsionales

anterior, porque a raíz de un mal procedimiento de su operador, tuvo que ser revisada directamente por el Departamento Técnico; que en lo que a trabajo se refiere, el actor no sufrió graves perjuicios, ya que fue recibido en el mismo trabajo con igual remuneración a la que estaba percibiendo con anterioridad al accidente, pero al poco tiempo decidió retirarse de la empresa; que los únicos elementos de seguridad para operar la máquina picadora de papel necesarios, son los zapatos de seguridad y el uso de un overol de una tela más gruesa que una camisa delgada, con lo que cabe tener por establecida la existencia de los hechos confesados; 9º. Que la instrumental de las demandadas consistió en carta enviada a Sargent Agrícola Ltda., por el Hospital del Trabajador con fecha 9 de noviembre de 2000, suscrita por la terapeuta ocupacional doña Patricia Pinto Herrero, en que solicita el reintegro del trabajador al puesto de vigilancia y mantención menor de vehículos de la empresa y se señala que continuará percibiendo el subsidio legal por parte de la Asociación Chilena de Seguridad; carta enviada a Sargent Agrícola Ltda., por la misma entidad, por la terapeuta ocupacional Sra. María Isabel Meneses Díaz, en que se solicita el reintegro del Sr. René Farías al puesto de vigilancia y manutención menor de vehículos de la empresa y señala que el actor continuará recibiendo el subsidio legal por parte de la Asociación Chilena de Seguridad; certificado de alta emitido por el Hospital del Trabajador el 2 de enero de 2001; carta enviada a Sargent Agrícola Ltda., del Dr. José Finkeletein, presidente de la Comisión Central Evaluadora de Incapacidades de la Asociación Chilena de Seguridad, en la que se gradúa la pérdida de capacidad de ganancia del demandante en un 30%; resolución Nº 41.0096 del 16 de febrero de 2001, emitida por la Asociación en la que se gradúa la pérdida de la capacidad del trabajador en un 30%; copia del libro de asistencia de los meses de noviembre y diciembre de 2000 y enero, febrero, marzo y abril de 2001, en que aparece el actor reintegrado a sus labores; copia del contrato de trabajo suscrito entre las partes; copia de liquidación de remuneraciones del trabajador por el mes de junio de 2000; copia de liquidaciones de remuneraciones del actor por los meses de septiembre y diciembre de 2000; copia de la planilla correspondiente al comprobante de ingreso, suscrito por el actor por concepto de préstamo por la cantidad mencionada, consignando que será descontado a futuro; copia de planilla de cuentas del personal, en que constan las cantidades que el actor recibió a título de préstamo; Reglamento Interno de Orden, Higiene y Seguridad de las demandadas; acta de constitución y de funcionamiento del Comité Paritario de Orden, Higiene y Seguridad; declaración de accidente de trabajo efectuada ante la Asociación Chilena de Seguridad; factura de compra de la máquina Schindler 407 tipo 302; copias de las planillas de declaración y pago de cotizaciones de la Asociación Chilena de Seguridad de los meses de junio de 1999, junio de 2000 y junio de 2001; oficio del Servicio Médico Legal y ficha médica del trabajador en la Asociación Chilena de Seguridad, instrumentos inobjetados; 10º. Que los testigos de la demandada Srs. Pedro José Méndez Zeledón y Ricardo Sebastián Valderrama Muñoz, los que depusieron en forma circunstanciada, conteste y dando razón de sus dichos, en el hecho de ser el primero su jefe y el segundo, por haberse desempeñado anteriormente en las funciones que efectuaba el trabajador, constarles que el accidente del demandante se produjo porque éste mientras efectuaba el trabajo consistente en picar papel, para ser usado como plumavit, le echó demasiado papel y la máquina se atoró, por lo que debía haber llamado al Departamento Técnico para que solucionara el problema y sacara el exceso de papel, pero quiso hacerlo por sí mismo, para cuyo efecto destornilló los cuatro pernos que tiene la tapa de la máquina, dejándola descubierta, metiendo la mano y al desatorar el papel, la máquina empezó a andar pillándole su mano, ya que no la había desenchufado, agregando que ambos le habían enseñado cómo manejarla, que es bastante simple y el primer testigo en su calidad de jefe, lo había amonestado verbalmente en dos ocasiones, al sorprenderlo operando la máquina sin su cubierta, lo que se le había enseñado que no debía hacer y haciendo además presente que el actor después de haber sido rehabilitado en la Mutual, reingresó a sus labores, siendo asignada a las mismas funciones y por igual remuneración que antes del accidente, pero un día llegó diciéndoles que se iba a retirar porque había conseguido un trabajo como peoneta donde le pagaban más, con lo que cabe tener por establecida la existencia de tales hechos; 11º. Que en la diligencia de exhibición de documentos producida por esta parte, se exhibieron los instrumentos de los que se dejó fotocopias que consistieron en Reglamento de Orden, Higiene y Seguridad y acta del Comité Paritario de Técnica Thomas; planilla de pago de cotizaciones previsionales ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

743

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

de la Asociación Chilena de Seguridad, donde consta el número total de trabajadores, que es inferior al previsto por el legislador para conformar un Comité Paritario y Reglamento de Higiene y Seguridad exhibida por Repuestos Industriales y Sargent Agrícola Ltda., acompañó un documento que informa de la máquina involucrada en el accidente con todas sus descripciones, fecha de compra y el proveedor, ya que no tienen factura, porque estos documentos no se conservan más de cinco años y tampoco tiene trabajadores suficiente para formar Comité Paritario; 12º. Que cabe presumir como efectivos los hechos de los que se tuvo por confeso al demandante en rebeldía, que son del tenor siguiente: Que es efectivo que se desempeñaba como trabajador de Sargent Agrícola; que entre sus funciones estaba la de picar papel mediante la máquina Schindler, modelo Intimus 407; que el día del accidente la picadora se encontraba en pleno funcionamiento; que el día anterior se le había hecho mantención por el servicio técnico de la empresa; que nunca antes había ocurrido ningún accidente con los anteriores operadores de la máquina; que nunca había existido otro accidente del trabajo en la empresa; que es efectivo que dentro de las normas de procedimiento de la demandada, en caso de atascamiento de la máquina, debía darse aviso en forma inmediata al jefe de bodega, a fin que éste avisara al servicio técnico; que en la oportunidad de los hechos, producido el atoramiento de la máquina, no avisó a nadie y trató de solucionarlo personalmente; que el atascamiento se produjo por haberle colocado exceso de papel; que el absolvente fue quien la sobrecargó; que al trabarse la máquina, no la desenchufó y por consiguiente, no se desactivó la energía eléctrica con que la máquina funcionaba; que al atascarse la máquina, destornilló los pernos que permiten descubrir la cubierta protectora; que tras sacar la cubierta protectora, insertó un palo en la máquina y luego trató manualmente de destrabar el sistema de engranajes; que al hacerlo la manipuló con guantes y cuando lo hizo, la máquina estaba funcionando y trabada por el exceso de papel; que los trabajadores que habían trabajado con anterioridad en la máquina, le hicieron ver que los procedimientos por atascos de papel eran peligrosos y no debían hacerse; que el día anterior el Sr. Pedro Méndez lo sorprendió con la máquina destapada y le advirtió el riesgo de maniobrarla; que don Pedro Méndez, le había advertido el riesgo en su maniobrar; que el empleado Ricardo Valderrama, anterior operador de la máquina, le advirtió el riesgo que se corría al destrabar el papel atascado del modo en que él lo hacía; que desatendió sus indicaciones; que el procedimiento correcto era en primer lugar desenchufar la máquina y avisar al jefe de bodega para que llamara a los técnicos que le solucionaran el problema; que no cumplió con este procedimiento; que no cortó la energía eléctrica; que desde su incorporación a la firma, se le instruyó respecto al manejo de la picadora y el procedimiento para desarrollar sus labores; que no siguió tales instrucciones; que cuando le ocurrió el accidente ya había operado en muchas ocasiones la máquina en cuestión; que había adquirido ya cierta destreza en su manejo; que al destaparla y tratar de destrancarla en forma manual, pensó que en razón de su pericia no se accidentaría; que no pidió ayuda a nadie; que a la fecha en que se produjo la confesional trabajaba en otra empresa; que sólo estuvo un mes sin trabajar al ocurrir el accidente; que por tal razón no ha sufrido lucro cesante; que cuando se reincorporó a sus labores, lo hizo al mismo cargo y por igual remuneración a la que percibía con anterioridad al accidente; que la demandada jamás le puso inconveniente alguno para su desarrollo laboral; que el representante de las demandadas, al día siguiente del accidente concurrió al hospital a fin de acompañarlo y enterarse de su estado de salud; que conversó con la profesional tratante a fin de enterarse de su situación y poner a su disposición los recursos necesarios para su pronta recuperación y que jamás se le sancionó por sus continuos retrasos e inasistencias debidas a su tratamiento de rehabilitación; 13º. Que, fuera de la relacionada, no se produjo por las partes ninguna otra clase de pruebas y con su mérito debidamente concordado y apreciado según las normas de la sana crítica, cabe tener por establecido que el demandante sufrió un accidente de trabajo el día 29 de junio de 2000, en circunstancias que se encontraba trabajando en la máquina picadora de papel y dicha máquina se atoró por el exceso de papel, la que trató de arreglar, para lo cual le destornilló su cubierta, introduciendo sus manos en la misma, sin haber desenchufado la máquina y le puso un pedazo de palo al chips para que se detuviera y las cadenas, debiendo sacarse la chaveta que es donde va el piñón para que la cadena gire y así girar los cuchillos y entonces el palo que tenía afirmando los chips se soltó y el piñón le tomó el guante y de ahí la mano entera, ya que el actor estaba trabajando con guantes de lana, lo que no se

744

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

de la Asociación Chilena de Seguridad, donde consta el número total de trabajadores, que es inferior al previsto por el legislador para conformar un Comité Paritario y Reglamento de Higiene y Seguridad exhibida por Repuestos Industriales y Sargent Agrícola Ltda., acompañó un documento que informa de la máquina involucrada en el accidente con todas sus descripciones, fecha de compra y el proveedor, ya que no tienen factura, porque estos documentos no se conservan más de cinco años y tampoco tiene trabajadores suficiente para formar Comité Paritario; 12º. Que cabe presumir como efectivos los hechos de los que se tuvo por confeso al demandante en rebeldía, que son del tenor siguiente: Que es efectivo que se desempeñaba como trabajador de Sargent Agrícola; que entre sus funciones estaba la de picar papel mediante la máquina Schindler, modelo Intimus 407; que el día del accidente la picadora se encontraba en pleno funcionamiento; que el día anterior se le había hecho mantención por el servicio técnico de la empresa; que nunca antes había ocurrido ningún accidente con los anteriores operadores de la máquina; que nunca había existido otro accidente del trabajo en la empresa; que es efectivo que dentro de las normas de procedimiento de la demandada, en caso de atascamiento de la máquina, debía darse aviso en forma inmediata al jefe de bodega, a fin que éste avisara al servicio técnico; que en la oportunidad de los hechos, producido el atoramiento de la máquina, no avisó a nadie y trató de solucionarlo personalmente; que el atascamiento se produjo por haberle colocado exceso de papel; que el absolvente fue quien la sobrecargó; que al trabarse la máquina, no la desenchufó y por consiguiente, no se desactivó la energía eléctrica con que la máquina funcionaba; que al atascarse la máquina, destornilló los pernos que permiten descubrir la cubierta protectora; que tras sacar la cubierta protectora, insertó un palo en la máquina y luego trató manualmente de destrabar el sistema de engranajes; que al hacerlo la manipuló con guantes y cuando lo hizo, la máquina estaba funcionando y trabada por el exceso de papel; que los trabajadores que habían trabajado con anterioridad en la máquina, le hicieron ver que los procedimientos por atascos de papel eran peligrosos y no debían hacerse; que el día anterior el Sr. Pedro Méndez lo sorprendió con la máquina destapada y le advirtió el riesgo de maniobrarla; que don Pedro Méndez, le había advertido el riesgo en su maniobrar; que el empleado Ricardo Valderrama, anterior operador de la máquina, le advirtió el riesgo que se corría al destrabar el papel atascado del modo en que él lo hacía; que desatendió sus indicaciones; que el procedimiento correcto era en primer lugar desenchufar la máquina y avisar al jefe de bodega para que llamara a los técnicos que le solucionaran el problema; que no cumplió con este procedimiento; que no cortó la energía eléctrica; que desde su incorporación a la firma, se le instruyó respecto al manejo de la picadora y el procedimiento para desarrollar sus labores; que no siguió tales instrucciones; que cuando le ocurrió el accidente ya había operado en muchas ocasiones la máquina en cuestión; que había adquirido ya cierta destreza en su manejo; que al destaparla y tratar de destrancarla en forma manual, pensó que en razón de su pericia no se accidentaría; que no pidió ayuda a nadie; que a la fecha en que se produjo la confesional trabajaba en otra empresa; que sólo estuvo un mes sin trabajar al ocurrir el accidente; que por tal razón no ha sufrido lucro cesante; que cuando se reincorporó a sus labores, lo hizo al mismo cargo y por igual remuneración a la que percibía con anterioridad al accidente; que la demandada jamás le puso inconveniente alguno para su desarrollo laboral; que el representante de las demandadas, al día siguiente del accidente concurrió al hospital a fin de acompañarlo y enterarse de su estado de salud; que conversó con la profesional tratante a fin de enterarse de su situación y poner a su disposición los recursos necesarios para su pronta recuperación y que jamás se le sancionó por sus continuos retrasos e inasistencias debidas a su tratamiento de rehabilitación; 13º. Que, fuera de la relacionada, no se produjo por las partes ninguna otra clase de pruebas y con su mérito debidamente concordado y apreciado según las normas de la sana crítica, cabe tener por establecido que el demandante sufrió un accidente de trabajo el día 29 de junio de 2000, en circunstancias que se encontraba trabajando en la máquina picadora de papel y dicha máquina se atoró por el exceso de papel, la que trató de arreglar, para lo cual le destornilló su cubierta, introduciendo sus manos en la misma, sin haber desenchufado la máquina y le puso un pedazo de palo al chips para que se detuviera y las cadenas, debiendo sacarse la chaveta que es donde va el piñón para que la cadena gire y así girar los cuchillos y entonces el palo que tenía afirmando los chips se soltó y el piñón le tomó el guante y de ahí la mano entera, ya que el actor estaba trabajando con guantes de lana, lo que no se

744

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

745

debe hacer porque la cadena puede pillar al guante en cualquier momento, siendo así como el trabajador perdió tres dedos de su mano derecha; 14º. Que, también ha quedado establecido que el actor había recibido las instrucciones necesarias para operar la máquina picadora, por parte de los dos testigos de la demandada, quienes dicen haberle enseñado su manejo, como el hecho de haber sido amonestado en dos ocasiones por su jefe, al sorprenderlo trabajando sin la cubierta de la máquina colocada; 15º. Que, así las cosas, resulta que la empleadora cumplió con otorgar al trabajador la instrucción necesaria para que éste pudiera operar la máquina picadora, en que ocurrió su accidente de trabajo, la que se encontraba en buenas condiciones de funcionamiento y sólo se atoró por haber colocado en ella el demandante, exceso de papel y al producirse tal problema, el actor, con manifiesta imprudencia, desatendiendo las instrucciones que le habían sido dadas, resolvió arreglar por sí mismo su problema, incurriendo temerariamente en el hecho de operarla manualmente, sin desenchufarla, produciéndose el lamentable accidente que le ocasionó la pérdida de tres dedos de su mano derecha; 16º. Que no se hará lugar al pago de lucro cesante demandado, pues según consta de autos, el empleador proporcionó al trabajador los elementos necesarios para acceder a una oportuna asistencia médica y a través de las entidades previsionales correspondientes, hospitalización y toda clase de facilidades para su rehabilitación, reincorporando al demandante a sus mismas labores y con la misma remuneración anterior al accidente, habiéndose después de unos meses de trabajo, retirado voluntariamente el demandante de su servicio para acceder a un nuevo trabajo, de tal suerte que nunca dejó de percibir el oportuno pago de sus remuneraciones; 17º. Que, en cuanto al daño moral también demandado, no es difícil comprender que, tratándose de un joven de 25 años, con toda una vida activa por delante, la limitación que sufrió de la pérdida de tres dedos de su mano derecha, para el resto de sus días, tiene que haber producido estragos en su ánimo y el de sus familiares, que no son avaluables en dinero, pero ésta es la única forma en que el tribunal puede proceder a paliar tal aflicción, estimándose su monto, en la cantidad de $ 8.000.000; Por estas consideraciones y teniendo además presente lo previsto en los arts. 1698 del Código Civil; ley 16.744, 425, 439, 440, 444, 445, 446, 449, 451, 452, 455, 456 y 458 del Código del Trabajo, SE DECLARA: 1º. Que no ha lugar a la excepción de incompetencia promovida por las demandadas; 2º. Que no ha lugar a la excepción de no empecimiento promovida por las demandadas Técnica Thomas C. Sargent S.A.C. e I. y Repuestos Industriales Ltda. 3º. Que ha lugar a la demanda, en cuanto las demandadas deberán pagar a la demandante la suma total de $ 8.000.000, por daño moral sufrido por el trabajador en accidente del trabajo; 4º. Que no ha lugar en lo demás a la referida demanda y 5º. Que cada parte pagará sus costas. Las prestaciones ordenadas pagar, se liquidarán por el Sr. secretario del tribunal, con los reajustes e intereses legales correspondientes en el cumplimiento del fallo. Déjese copia, notifíquese y archívese. Rol Nº 514 2001. Pronunciada por la Juez Titular, señora Palmira Mangini Cordano.

II. CORTE DE APELACIONES Santiago, cinco de marzo de dos mil tres. VISTOS: Se reproduce la sentencia en alzada, con excepción de su fundamento 17º, que se elimina. Y SE TIENE EN SU LUGAR PRESENTE: Que si bien es cierto que no puede negarse el hecho de que un accidente con secuelas, especialmente si es del trabajo como lo es el del caso de autos produce estragos en el ánimo y estado psíquico de la víctima y de su familia, con el dolor consiguiente; no lo es menos que para decidir que las demandadas son responsables del daño moral cuya indemnización se pretende, deben concurrir a su respecto alguno de los elementos que son esenciales para configurar esa responsabilidad, que son el dolo o

Santiago, cinco de marzo de dos mil tres. VISTOS: Se reproduce la sentencia en alzada, con excepción de su fundamento 17º, que se elimina. Y SE TIENE EN SU LUGAR PRESENTE: Que si bien es cierto que no puede negarse el hecho de que un accidente con secuelas, especialmente si es del trabajo como lo es el del caso de autos produce estragos en el ánimo y estado psíquico de la víctima y de su familia, con el dolor consiguiente; no lo es menos que para decidir que las demandadas son responsables del daño moral cuya indemnización se pretende, deben concurrir a su respecto alguno de los elementos que son esenciales para configurar esa responsabilidad, que son el dolo o

II. CORTE DE APELACIONES debe hacer porque la cadena puede pillar al guante en cualquier momento, siendo así como el trabajador perdió tres dedos de su mano derecha; 14º. Que, también ha quedado establecido que el actor había recibido las instrucciones necesarias para operar la máquina picadora, por parte de los dos testigos de la demandada, quienes dicen haberle enseñado su manejo, como el hecho de haber sido amonestado en dos ocasiones por su jefe, al sorprenderlo trabajando sin la cubierta de la máquina colocada; 15º. Que, así las cosas, resulta que la empleadora cumplió con otorgar al trabajador la instrucción necesaria para que éste pudiera operar la máquina picadora, en que ocurrió su accidente de trabajo, la que se encontraba en buenas condiciones de funcionamiento y sólo se atoró por haber colocado en ella el demandante, exceso de papel y al producirse tal problema, el actor, con manifiesta imprudencia, desatendiendo las instrucciones que le habían sido dadas, resolvió arreglar por sí mismo su problema, incurriendo temerariamente en el hecho de operarla manualmente, sin desenchufarla, produciéndose el lamentable accidente que le ocasionó la pérdida de tres dedos de su mano derecha; 16º. Que no se hará lugar al pago de lucro cesante demandado, pues según consta de autos, el empleador proporcionó al trabajador los elementos necesarios para acceder a una oportuna asistencia médica y a través de las entidades previsionales correspondientes, hospitalización y toda clase de facilidades para su rehabilitación, reincorporando al demandante a sus mismas labores y con la misma remuneración anterior al accidente, habiéndose después de unos meses de trabajo, retirado voluntariamente el demandante de su servicio para acceder a un nuevo trabajo, de tal suerte que nunca dejó de percibir el oportuno pago de sus remuneraciones; 17º. Que, en cuanto al daño moral también demandado, no es difícil comprender que, tratándose de un joven de 25 años, con toda una vida activa por delante, la limitación que sufrió de la pérdida de tres dedos de su mano derecha, para el resto de sus días, tiene que haber producido estragos en su ánimo y el de sus familiares, que no son avaluables en dinero, pero ésta es la única forma en que el tribunal puede proceder a paliar tal aflicción, estimándose su monto, en la cantidad de $ 8.000.000; Por estas consideraciones y teniendo además presente lo previsto en los arts. 1698 del Código Civil; ley 16.744, 425, 439, 440, 444, 445, 446, 449, 451, 452, 455, 456 y 458 del Código del Trabajo, SE DECLARA: 1º. Que no ha lugar a la excepción de incompetencia promovida por las demandadas; 2º. Que no ha lugar a la excepción de no empecimiento promovida por las demandadas Técnica Thomas C. Sargent S.A.C. e I. y Repuestos Industriales Ltda. 3º. Que ha lugar a la demanda, en cuanto las demandadas deberán pagar a la demandante la suma total de $ 8.000.000, por daño moral sufrido por el trabajador en accidente del trabajo; 4º. Que no ha lugar en lo demás a la referida demanda y 5º. Que cada parte pagará sus costas. Las prestaciones ordenadas pagar, se liquidarán por el Sr. secretario del tribunal, con los reajustes e intereses legales correspondientes en el cumplimiento del fallo. Déjese copia, notifíquese y archívese. Rol Nº 514 2001. Pronunciada por la Juez Titular, señora Palmira Mangini Cordano. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

745

RETIRO

746

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Santiago, veinte de enero de dos mil cuatro. VISTOS: Ante el Segundo Juzgado del Trabajo de Santiago, autos rol Nº 514 01, don René Antonio Farías Garcés demanda a las empresas Sargent Agrícola Limitada, Técnica Thomas C. Sargent S.A.C.I. o Repuestos Industriales Limitada, representadas por don Jorge Machicao Sargent, a fin que se declare que el accidente por él sufrido tiene el carácter de laboral y las demandadas sean condenadas a pagarle las sumas que indica, por concepto de daño moral y lucro cesante, más reajustes, intereses y costas. La demandada Sargent Agrícola Limitada, evacuando el traslado, opuso la excepción de incompetencia y, en subsidio, solicitó, con costas, el rechazo de la acción deducida en su contra, alegando que las verdaderas causas del accidente no son otras que la negligencia del trabajador, quien evidenció no sólo una patente falta de cuidado en manipular la máquina trituradora de papel Schindler 407, tipo 132, sino que, además, no hizo caso de las instrucciones y advertencias que sus superiores le habían hecho al respecto, por las razones que relata. El Tribunal de primera instancia, en sentencia de dos de mayo de dos mil dos, escrita a fojas 213, rechazó la excepción de incompetencia, de no empecimiento promovida por las otras demandadas y acogió la demanda sólo en cuanto condenó a las demandadas a pagar al demandante la suma que indica por daño moral sufrido por el trabajador, más reajustes e intereses e impuso a cada parte sus costas. Se alzaron las partes y una de las Salas de la Corte de Apelaciones de Santiago, en fallo de cinco de marzo del año recién pasado, que se lee a fojas 264, revocó la de primer grado en cuanto acogía la demanda por concepto de daño moral y, en su lugar, declaró que se la rechazaba también en ese rubro, confirmándola en lo demás. En contra de esta última sentencia el demandante deduce recurso de casación en el fondo, por haber sido dictada, a su juicio, con errores de derecho que habrían influido sustancialmente en lo dispositivo de la misma y pidiendo que esta Corte la invalide y dicte una de reemplazo que acoja la demanda en todas sus partes, con costas de la causa y del recurso. Se trajeron estos autos en relación. CONSIDERANDO: PRIMERO: Que el recurrente denuncia el quebrantamiento de los artículos 184 a 193, 209, 210, 211, 420, 426, 455, 456 y 458 del Código del Trabajo; 1.545, 1.546, 1.556, 1.698 a 1.714 y 2.314 del Código Civil y ley Nº 16.744. Al respecto refiere los hechos establecidos, en su concepto e indica que consta por todos los medios de prueba legales que la demandada no cumplió con la implementación de las medidas de seguridad necesarias para proteger la vida del trabajador. Expone que de la prueba de la demandada se desprende que la máquina accionada por el demandante no contaba con las indicaciones y señalizaciones necesarias y que el representante legal confiesa que el demandante trabajaba en aseo de automóviles, de estacionamientos y, esporádicamente, en picado de papel. Continúa señalando que la demandada narra cómo ocurrió el accidente y que, en síntesis, se atribuye a un error y que la labor del demandante no revestía ningún riesgo; que declara que el demandante tenía puestos los elementos

culpa, lo que no se ha acreditado en este proceso, en el que ha quedado establecido que el accidente ocurrió sólo por la lamentable negligencia del trabajador afectado. Y visto, además, lo dispuesto por los artículos 463 y siguientes del Código del Trabajo, se revoca dicha sentencia, que es de dos de mayo del año pasado y está escrita a fs. 213, en cuanto acoge en parte lo demandado por concepto de daño moral (resolutivo 3º), y se declara, en cambio, que se rechaza también la demanda en ese rubro. Se confirma en lo demás esa sentencia. Regístrese y devuélvase. Redacción del Ministro señor Cisternas. Rol Nº 3.094 2002. Dictada por los Ministros de la Décima Sala de esta I. Corte de Apelaciones señores Lamberto Cisternas Rocha, Raúl Rocha Pérez y el Abogado Integrante señor Ángel Cruchaga Gandarillas.

III. CORTE SUPREMA

III. CORTE SUPREMA

culpa, lo que no se ha acreditado en este proceso, en el que ha quedado establecido que el accidente ocurrió sólo por la lamentable negligencia del trabajador afectado. Y visto, además, lo dispuesto por los artículos 463 y siguientes del Código del Trabajo, se revoca dicha sentencia, que es de dos de mayo del año pasado y está escrita a fs. 213, en cuanto acoge en parte lo demandado por concepto de daño moral (resolutivo 3º), y se declara, en cambio, que se rechaza también la demanda en ese rubro. Se confirma en lo demás esa sentencia. Regístrese y devuélvase. Redacción del Ministro señor Cisternas. Rol Nº 3.094 2002. Dictada por los Ministros de la Décima Sala de esta I. Corte de Apelaciones señores Lamberto Cisternas Rocha, Raúl Rocha Pérez y el Abogado Integrante señor Ángel Cruchaga Gandarillas.

Santiago, veinte de enero de dos mil cuatro. VISTOS: Ante el Segundo Juzgado del Trabajo de Santiago, autos rol Nº 514 01, don René Antonio Farías Garcés demanda a las empresas Sargent Agrícola Limitada, Técnica Thomas C. Sargent S.A.C.I. o Repuestos Industriales Limitada, representadas por don Jorge Machicao Sargent, a fin que se declare que el accidente por él sufrido tiene el carácter de laboral y las demandadas sean condenadas a pagarle las sumas que indica, por concepto de daño moral y lucro cesante, más reajustes, intereses y costas. La demandada Sargent Agrícola Limitada, evacuando el traslado, opuso la excepción de incompetencia y, en subsidio, solicitó, con costas, el rechazo de la acción deducida en su contra, alegando que las verdaderas causas del accidente no son otras que la negligencia del trabajador, quien evidenció no sólo una patente falta de cuidado en manipular la máquina trituradora de papel Schindler 407, tipo 132, sino que, además, no hizo caso de las instrucciones y advertencias que sus superiores le habían hecho al respecto, por las razones que relata. El Tribunal de primera instancia, en sentencia de dos de mayo de dos mil dos, escrita a fojas 213, rechazó la excepción de incompetencia, de no empecimiento promovida por las otras demandadas y acogió la demanda sólo en cuanto condenó a las demandadas a pagar al demandante la suma que indica por daño moral sufrido por el trabajador, más reajustes e intereses e impuso a cada parte sus costas. Se alzaron las partes y una de las Salas de la Corte de Apelaciones de Santiago, en fallo de cinco de marzo del año recién pasado, que se lee a fojas 264, revocó la de primer grado en cuanto acogía la demanda por concepto de daño moral y, en su lugar, declaró que se la rechazaba también en ese rubro, confirmándola en lo demás. En contra de esta última sentencia el demandante deduce recurso de casación en el fondo, por haber sido dictada, a su juicio, con errores de derecho que habrían influido sustancialmente en lo dispositivo de la misma y pidiendo que esta Corte la invalide y dicte una de reemplazo que acoja la demanda en todas sus partes, con costas de la causa y del recurso. Se trajeron estos autos en relación. CONSIDERANDO: PRIMERO: Que el recurrente denuncia el quebrantamiento de los artículos 184 a 193, 209, 210, 211, 420, 426, 455, 456 y 458 del Código del Trabajo; 1.545, 1.546, 1.556, 1.698 a 1.714 y 2.314 del Código Civil y ley Nº 16.744. Al respecto refiere los hechos establecidos, en su concepto e indica que consta por todos los medios de prueba legales que la demandada no cumplió con la implementación de las medidas de seguridad necesarias para proteger la vida del trabajador. Expone que de la prueba de la demandada se desprende que la máquina accionada por el demandante no contaba con las indicaciones y señalizaciones necesarias y que el representante legal confiesa que el demandante trabajaba en aseo de automóviles, de estacionamientos y, esporádicamente, en picado de papel. Continúa señalando que la demandada narra cómo ocurrió el accidente y que, en síntesis, se atribuye a un error y que la labor del demandante no revestía ningún riesgo; que declara que el demandante tenía puestos los elementos

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

746

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

747

de seguridad que eran zapatos, overol de tela más gruesa y que por la simplicidad de la máquina no necesitaba más. Concluye el recurrente que tales aseveraciones constituyen una confesión directa de la no existencia de elementos de seguridad. Añade que la testimonial de la demandada reconoce la inexistencia de elementos de seguridad, de medidas de seguridad y la falta de preparación del trabajador en el manejo de la máquina, cuyo uso no formaba parte de sus labores, como también lo reconoce el representante de la demandada. Indica que es un hecho no discutido la gravísima lesión sufrida por el trabajador amputación de tres dedos de la mano derecha que ocasiona el 30% de pérdida de la capacidad de ganancia. Expresa que pese a estos argumentos válidos y precisos, en la sentencia se desestiman y se considera no acreditado el dolo o la culpa. Sostiene que tal declaración vulnera el artículo 458 Nº 4 del Código del Trabajo porque no analiza ninguna prueba y quebranta el artículo 184 del mismo texto legal que obliga al empleador a adoptar todas las medidas de seguridad, obligación legal y contractual, social, que no ha sido cumplida por la demandada. Argumenta que la sentencia olvida esta responsabilidad y hace aplicables normas de responsabilidad extracontractual que no rigen en este ámbito, obligándolo a probar el dolo o la culpa que son parte de la responsabilidad delictiva o cuasidelictual y no se aplican a este caso. De tal manera, asevera el recurrente, se invierte el peso de la prueba. Por último, alega que en la sentencia no existen razones lógicas, jurídicas, técnicas o de experiencia, limitándose a decir que no se probó el dolo o la culpa y que el accidente se debió a la negligencia del trabajador. Finalmente, indica la influencia que, en lo dispositivo del fallo, habrían tenido los errores de derecho que denuncia. SEGUNDO: Que son hechos establecidos en la sentencia impugnada, los siguientes: a) El demandante sufrió un accidente de trabajo el día 29 de junio de 2000, en circunstancias que se encontraba trabajando en la máquina picadora de papel, “la que se atoró por exceso de papel y trató de arreglarla, para lo cual destornilló su cubierta, introduciendo sus manos en la misma, sin desenchufarla y le puso un pedazo de palo al chip para que se detuviera junto con las cadenas, debiendo sacarse la chaveta, que es donde va el piñón para que la cadena gire y así giran los cuchillos y entonces el palo que tenía afirmados los chips se soltó y el piñón le tomó los guantes y de ahí la mano entera, ya que el actor estaba trabajando con guantes de lana, lo que no se debe hacer porque la cadena puede pillar al guante en cualquier momento, siendo así como el trabajador perdió tres dedos de su mano derecha”. b) Se ha establecido que el trabajador había recibido las instrucciones necesarias para operar la máquina por parte de los dos testigos de la demandada, quienes dicen que le enseñaron el manejo, como también el hecho de haber sido amonestado en dos ocasiones por su jefe, al sorprenderlo trabajando sin la cubierta de la máquina instalada. c) El demandante se retiró voluntariamente de su trabajo para acceder a otro y la demandada le proporcionó los elementos necesarios para acceder a oportuna atención médica, rehabilitación y reincorporación a iguales funciones, con la misma remuneración. TERCERO: Que sobre la base de los hechos descritos en el motivo anterior, los Jueces del Fondo consideraron que el accidente sufrido por el demandante se debió a su propia y lamentable negligencia y, no habiéndose probado el dolo o culpa del empleador, desestimaron íntegramente la demanda. CUARTO: Que de lo expresado fluye que el recurrente reprocha a la sentencia de que se trata, la forma en que se ha ponderado la prueba rendida por las partes y con ello intenta la alteración de los hechos establecidos, desde que alega, en definitiva, que la empresa no adoptó todas las medidas de seguridad necesarias para proteger eficazmente la vida y salud del demandante, modificación aquélla que no es posible por esta vía, pues como reiteradamente lo ha decidido esta Corte, el establecimiento de los hechos, sobre la base de la apreciación de las probanzas allegadas al proceso, mediante las reglas de la sana crítica, se corresponde con facultades privativas de los Jueces del grado y queda agotada en las instancias respectivas. QUINTO: Que, por otro lado, en lo atinente con la exigencia de la prueba del dolo o la culpa, como lo señala el recurrente, en la especie, se trata de una responsabilidad contractual, de manera que tal exigencia no es procedente. Sin embargo, tal consideración, la que puede estimarse como un yerro

de seguridad que eran zapatos, overol de tela más gruesa y que por la simplicidad de la máquina no necesitaba más. Concluye el recurrente que tales aseveraciones constituyen una confesión directa de la no existencia de elementos de seguridad. Añade que la testimonial de la demandada reconoce la inexistencia de elementos de seguridad, de medidas de seguridad y la falta de preparación del trabajador en el manejo de la máquina, cuyo uso no formaba parte de sus labores, como también lo reconoce el representante de la demandada. Indica que es un hecho no discutido la gravísima lesión sufrida por el trabajador amputación de tres dedos de la mano derecha que ocasiona el 30% de pérdida de la capacidad de ganancia. Expresa que pese a estos argumentos válidos y precisos, en la sentencia se desestiman y se considera no acreditado el dolo o la culpa. Sostiene que tal declaración vulnera el artículo 458 Nº 4 del Código del Trabajo porque no analiza ninguna prueba y quebranta el artículo 184 del mismo texto legal que obliga al empleador a adoptar todas las medidas de seguridad, obligación legal y contractual, social, que no ha sido cumplida por la demandada. Argumenta que la sentencia olvida esta responsabilidad y hace aplicables normas de responsabilidad extracontractual que no rigen en este ámbito, obligándolo a probar el dolo o la culpa que son parte de la responsabilidad delictiva o cuasidelictual y no se aplican a este caso. De tal manera, asevera el recurrente, se invierte el peso de la prueba. Por último, alega que en la sentencia no existen razones lógicas, jurídicas, técnicas o de experiencia, limitándose a decir que no se probó el dolo o la culpa y que el accidente se debió a la negligencia del trabajador. Finalmente, indica la influencia que, en lo dispositivo del fallo, habrían tenido los errores de derecho que denuncia. SEGUNDO: Que son hechos establecidos en la sentencia impugnada, los siguientes: a) El demandante sufrió un accidente de trabajo el día 29 de junio de 2000, en circunstancias que se encontraba trabajando en la máquina picadora de papel, “la que se atoró por exceso de papel y trató de arreglarla, para lo cual destornilló su cubierta, introduciendo sus manos en la misma, sin desenchufarla y le puso un pedazo de palo al chip para que se detuviera junto con las cadenas, debiendo sacarse la chaveta, que es donde va el piñón para que la cadena gire y así giran los cuchillos y entonces el palo que tenía afirmados los chips se soltó y el piñón le tomó los guantes y de ahí la mano entera, ya que el actor estaba trabajando con guantes de lana, lo que no se debe hacer porque la cadena puede pillar al guante en cualquier momento, siendo así como el trabajador perdió tres dedos de su mano derecha”. b) Se ha establecido que el trabajador había recibido las instrucciones necesarias para operar la máquina por parte de los dos testigos de la demandada, quienes dicen que le enseñaron el manejo, como también el hecho de haber sido amonestado en dos ocasiones por su jefe, al sorprenderlo trabajando sin la cubierta de la máquina instalada. c) El demandante se retiró voluntariamente de su trabajo para acceder a otro y la demandada le proporcionó los elementos necesarios para acceder a oportuna atención médica, rehabilitación y reincorporación a iguales funciones, con la misma remuneración. TERCERO: Que sobre la base de los hechos descritos en el motivo anterior, los Jueces del Fondo consideraron que el accidente sufrido por el demandante se debió a su propia y lamentable negligencia y, no habiéndose probado el dolo o culpa del empleador, desestimaron íntegramente la demanda. CUARTO: Que de lo expresado fluye que el recurrente reprocha a la sentencia de que se trata, la forma en que se ha ponderado la prueba rendida por las partes y con ello intenta la alteración de los hechos establecidos, desde que alega, en definitiva, que la empresa no adoptó todas las medidas de seguridad necesarias para proteger eficazmente la vida y salud del demandante, modificación aquélla que no es posible por esta vía, pues como reiteradamente lo ha decidido esta Corte, el establecimiento de los hechos, sobre la base de la apreciación de las probanzas allegadas al proceso, mediante las reglas de la sana crítica, se corresponde con facultades privativas de los Jueces del grado y queda agotada en las instancias respectivas. QUINTO: Que, por otro lado, en lo atinente con la exigencia de la prueba del dolo o la culpa, como lo señala el recurrente, en la especie, se trata de una responsabilidad contractual, de manera que tal exigencia no es procedente. Sin embargo, tal consideración, la que puede estimarse como un yerro ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

747

RETIRO

748

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

sustantivo, no ha tenido influencia en lo dispositivo del fallo, por cuanto quedó establecido que el accidente se debió a la negligencia del trabajador, de manera que no pudo resolverse de manera distinta a la que se hizo. SEXTO: Que, por último, se hace útil establecer que el supuesto quebrantamiento del artículo 458 Nº 4 del Código del Trabajo, en caso de haberse producido, constituye un error adjetivo no susceptible de atacarse por medio de la nulidad de fondo intentada. SÉPTIMO: Que, en armonía con lo reflexionado, debe concluirse que el presente recurso de casación en el fondo no puede prosperar y será desestimado. Por estas consideraciones y normas legales citadas, se rechaza, sin costas, el recurso de casación en el fondo deducido por el demandante a fojas 265, contra la sentencia de cinco de marzo del año recién pasado, que se lee a fojas 264. Regístrese y devuélvase con sus agregados. Rol Nº 1.323 03. Pronunciada por la Cuarta Sala de la Corte Suprema integrada por los Ministros señores José Benquis C., Orlando Álvarez H., Urbano Marín V., Jorge Medina C. y Adalis Oyarzún M.

sustantivo, no ha tenido influencia en lo dispositivo del fallo, por cuanto quedó establecido que el accidente se debió a la negligencia del trabajador, de manera que no pudo resolverse de manera distinta a la que se hizo. SEXTO: Que, por último, se hace útil establecer que el supuesto quebrantamiento del artículo 458 Nº 4 del Código del Trabajo, en caso de haberse producido, constituye un error adjetivo no susceptible de atacarse por medio de la nulidad de fondo intentada. SÉPTIMO: Que, en armonía con lo reflexionado, debe concluirse que el presente recurso de casación en el fondo no puede prosperar y será desestimado. Por estas consideraciones y normas legales citadas, se rechaza, sin costas, el recurso de casación en el fondo deducido por el demandante a fojas 265, contra la sentencia de cinco de marzo del año recién pasado, que se lee a fojas 264. Regístrese y devuélvase con sus agregados. Rol Nº 1.323 03. Pronunciada por la Cuarta Sala de la Corte Suprema integrada por los Ministros señores José Benquis C., Orlando Álvarez H., Urbano Marín V., Jorge Medina C. y Adalis Oyarzún M. 748

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

749

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol N°: 200-2003 Cita online: CL/JUR/2050/2003 I. SENTENCIA DE PRIMER GRADO Santiago, cinco de marzo de dos mil uno. VISTOS: A fs. 1, compareció don Juan Carlos González Mejías, trabajador, domiciliado en calle San José Nº 2558, Dpto. Nº 115 de Maipú y demandó en juicio laboral a la Sociedad Manufacturera de Electroartefactos S.A., también conocida como Somela S.A., sociedad comercial de su giro, representada por don Wayhi Youse Allel, cuya profesión ignora, domiciliados ambos en calle Antonio Escobar Williams Nº 600 de la comuna de Cerrillos, a fin que fuese condenada al pago de las prestaciones que demandó por los fundamentos que consignó. La demanda fue legalmente notificada a fs. 5 y contestada por la demandada a fs. 6, quien solicitó su rechazo por las motivaciones que hizo valer. Por resolución de fs. 10, se tuvo por evacuado el traslado de la demanda y se recibió la causa a prueba. A fs. 22 y 23, se agregaron documentos producidos por la demandante. A fs. 38 se efectuó el comparendo de conciliación que no se produjo prosiguiéndose con la prueba y a fs. 51 y siguientes, 63 y siguientes y 60 siguientes, se efectuaron otras tres sesiones de prueba. A fs. 126 y 141, se agregaron oficios de la Mutual de Seguridad y a fs. 144 del Servicio Médico Legal y a fs. 150 y siguientes oficio de Sofofa, en que se consigna el promedio de remuneraciones correspondientes a un trabajador de la Industria. Encontrándose la causa en estado de fallo, por resolución de fecha de hoy, escrito a fs. 156, se citó a las partes para oír sentencia. CONSIDERANDO: En cuanto a las objeciones de documentos: 1º. Que no se hará lugar a las objeciones de documentos formuladas a fs. 13 y 36 por la demandante, en contra de los instrumentos producidos por la demandada, por fundamentárselos en el mérito probatorio que pudiere asignarse a los mismos, facultad que es privativa del Tribunal y sin perjuicio del valor que en definitiva se les reconozca; En cuanto al fondo: 2º. Que don Juan Carlos González Mejías demandó en juicio laboral a la Sociedad Manufacturera de Electroartefactos S.A. o Somela S.A., a fin que fuese condenada a pagarle las siguientes prestaciones: a) una indemnización ascendente a $ 39.887.400 por lucro cesante y b) $ 20.000.000 por daño moral, fundamentando su demanda, en el hecho de haber sufrido el día 21 de julio de 2000, mientras desempeñaba sus labores de prensista de la demandada, un accidente del trabajo, que se produjo mientras se encontraba operando una máquina excéntrica de 100 toneladas, al desprenderse de improviso el resorte que afirmaba el pestillo o freno de la máquina, a consecuencias de lo cual bajó su carro y la matriz le aplastó los dedos de su mano derecha, la que debía necesariamente emplear para colocar la plantillas dentro de la matriz, ya que las pinzas que al efecto se le proporcionaban por la empleadora, no eran adecuadas, pues se resbalaban las piezas al ser tomadas con ellas; Que a consecuencias del accidente laboral sufrido, debió ser operado en la Mutual de Seguridad C.Ch.C. de Avda. Libertador Bernardo O’Higgins Nº 4848, donde a la fecha de presentación de la demanda, ha sido atendido durante un total de 146 días, ya que se le debieron amputar los dedos medio y anular de su mano derecha, resultando definitivamente con una pérdida de más de un 40% de su capacidad de trabajo; Que de conformidad con la investigación efectuada por el Departamento de Industria y Transporte de la Mutual de Seguridad, se pudo establecer que las causas del accidente fueron las condiciones riesgosas del trabajo que efectuaba y la falta de información sobre la manera correcta de efectuar sus

Santiago, cinco de marzo de dos mil uno. VISTOS: A fs. 1, compareció don Juan Carlos González Mejías, trabajador, domiciliado en calle San José Nº 2558, Dpto. Nº 115 de Maipú y demandó en juicio laboral a la Sociedad Manufacturera de Electroartefactos S.A., también conocida como Somela S.A., sociedad comercial de su giro, representada por don Wayhi Youse Allel, cuya profesión ignora, domiciliados ambos en calle Antonio Escobar Williams Nº 600 de la comuna de Cerrillos, a fin que fuese condenada al pago de las prestaciones que demandó por los fundamentos que consignó. La demanda fue legalmente notificada a fs. 5 y contestada por la demandada a fs. 6, quien solicitó su rechazo por las motivaciones que hizo valer. Por resolución de fs. 10, se tuvo por evacuado el traslado de la demanda y se recibió la causa a prueba. A fs. 22 y 23, se agregaron documentos producidos por la demandante. A fs. 38 se efectuó el comparendo de conciliación que no se produjo prosiguiéndose con la prueba y a fs. 51 y siguientes, 63 y siguientes y 60 siguientes, se efectuaron otras tres sesiones de prueba. A fs. 126 y 141, se agregaron oficios de la Mutual de Seguridad y a fs. 144 del Servicio Médico Legal y a fs. 150 y siguientes oficio de Sofofa, en que se consigna el promedio de remuneraciones correspondientes a un trabajador de la Industria. Encontrándose la causa en estado de fallo, por resolución de fecha de hoy, escrito a fs. 156, se citó a las partes para oír sentencia. CONSIDERANDO: En cuanto a las objeciones de documentos: 1º. Que no se hará lugar a las objeciones de documentos formuladas a fs. 13 y 36 por la demandante, en contra de los instrumentos producidos por la demandada, por fundamentárselos en el mérito probatorio que pudiere asignarse a los mismos, facultad que es privativa del Tribunal y sin perjuicio del valor que en definitiva se les reconozca; En cuanto al fondo: 2º. Que don Juan Carlos González Mejías demandó en juicio laboral a la Sociedad Manufacturera de Electroartefactos S.A. o Somela S.A., a fin que fuese condenada a pagarle las siguientes prestaciones: a) una indemnización ascendente a $ 39.887.400 por lucro cesante y b) $ 20.000.000 por daño moral, fundamentando su demanda, en el hecho de haber sufrido el día 21 de julio de 2000, mientras desempeñaba sus labores de prensista de la demandada, un accidente del trabajo, que se produjo mientras se encontraba operando una máquina excéntrica de 100 toneladas, al desprenderse de improviso el resorte que afirmaba el pestillo o freno de la máquina, a consecuencias de lo cual bajó su carro y la matriz le aplastó los dedos de su mano derecha, la que debía necesariamente emplear para colocar la plantillas dentro de la matriz, ya que las pinzas que al efecto se le proporcionaban por la empleadora, no eran adecuadas, pues se resbalaban las piezas al ser tomadas con ellas; Que a consecuencias del accidente laboral sufrido, debió ser operado en la Mutual de Seguridad C.Ch.C. de Avda. Libertador Bernardo O’Higgins Nº 4848, donde a la fecha de presentación de la demanda, ha sido atendido durante un total de 146 días, ya que se le debieron amputar los dedos medio y anular de su mano derecha, resultando definitivamente con una pérdida de más de un 40% de su capacidad de trabajo; Que de conformidad con la investigación efectuada por el Departamento de Industria y Transporte de la Mutual de Seguridad, se pudo establecer que las causas del accidente fueron las condiciones riesgosas del trabajo que efectuaba y la falta de información sobre la manera correcta de efectuar sus

I. SENTENCIA DE PRIMER GRADO

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol N°: 200-2003 Cita online: CL/JUR/2050/2003 ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

749

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

labores, como la falta de claridad de las normas internas de procedimientos seguros, correspondiéndole el pago de las prestaciones cuyo cobro demanda a su empleador, toda vez que las condiciones en que se produjo el accidente, constituyen una grave infracción a lo previsto en el art. 184 del Código del Trabajo de sus obligaciones contractuales; 3º. Que, al contestar la demanda, la demandada solicitó su rechazo, pues dijo que al momento de contratarse al actor, éste manifestó tener experiencia previa en sus labores, debiendo además asistir a un curso que imparte el Departamento de Prevención de Riesgos a todos los trabajadores nuevos, donde se les exhibe un video, mostrando los diversos riesgos a que se pueden ser sometidos y se les informa la prohibición expresa de colocar las manos al interior de las matrices, debiéndose en forma ineludible usar pinzas o bastones para acomodar y retirar las piezas, habiéndosele además inscrito e impartido un curso de “Técnicas de Operación de Prendas para Matricerías” dictado por el Instituto Nacional de Capacitación Profesional Inacap, entre el 18 de marzo y el 19 de abril de 1997; Que en la empresa existe y ha existido siempre un Comité Paritario de Seguridad, ajustado a las normas legales de la ley Nº 16.744 que investigó el accidente, habiendo el trabajador reconocido que, en la oportunidad de dicho accidente, él había introducido las manos para la ejecución de las operaciones y trabajo que estaba efectuando, no obstante contar con las pinzas para efectuar dicha labor, debiendo concluirse que el actor hizo caso omiso de las normas de trabajo y métodos que sobradamente conocía, incurriendo en una serie de acciones inseguras que al final le significaron la pérdida de dos dedos de su mano derecha; Que las restantes imputaciones formuladas al empleador, carecen de todo fundamento y se ven desvirtuadas con el hecho en que, por haber logrado efectivos índices, relativos a los riesgos laborales, se eximió a la demandada del pago de la cotización adicional de 10,43% desde octubre de 1998; 4º. Que consecuentemente la litis ha quedado centrada en cuanto a que si el demandado ha cumplido, con el minimun de los elementos con que debe contar y proporcionar un empleador que procura una labor, cuyo personal está continuamente expuesto a sufrir accidentes; 5º. Que en orden a establecerse por el demandado, siendo de su cargo hacerlo, el hecho de haber dado estricto cumplimiento a tales obligaciones, éste produjo pruebas instrumental y testimonial; 6º. Que la instrumental producida por esta parte consistió en contrato de trabajo suscrito entre las mismas, con fecha 1º de mayo de 1996, en que el actor se comprometió a trabajar para el demandado, en calidad de prensista, con la obligación de ejecutar los trabajos encomendados acorde a las normas técnicas y laborales correspondientes a dichos trabajos; currículum vitae presentado por el trabajador, para ingresar a la empresa, en que consigna antecedentes académicos como son haber participado en la charla de ingreso al servicio, donde se informa entre otros, de los riesgos laborales y medidas de protección adecuadas, certificándose en el mismo instrumento por el actor, el hecho de haber recibido el Reglamento de Orden, Higiene y Seguridad de la Empresa; curriculum vitae presentando por el demandante al momento de postular a la empresa, consignando entre sus antecedentes académicos, “Curso de capacitación, montaje de prensa y matrices y haber trabajado en la Cía. Elaboradora de Metales como prensista entre los años 1987 a 1994; certificado de la Escuela Industrial La Gratitud Nacional, acreditando que el actor aprobó el curso de operación de prensa y montaje de matrices en diciembre de 1998; certificado de la Cía. Elaboradora de Metales S.A., acreditando que el demandante se desempeñó como operador de máquinas y equipos entre julio de 1987 y el 30 de noviembre de 1994; copia de factura emitida por Inacap y listado de participantes que asistieron al curso dictado entre el 18 de marzo y el 19 de abril de 1997 sobre Técnicas de Operación de Prensa de Matricería, figurando el actor en segundo lugar en el listado correspondiente al grupo b; informe del accidente del trabajador, elaborado por la comisión designada por el comité paritario de seguridad con fecha 11 de agosto de 1999; oficio de 3 de septiembre de 1996, en el que el Servicio de Salud Metropolitano, comunica que el reglamento interno de higiene y seguridad se ajusta a lo dispuesto en el decreto supremo Nº 40 del Ministerio del Trabajo y Previsión Social; liquidaciones de remuneraciones de los meses de junio de 1999 y febrero de 2000; que además agregó los instrumentos consistentes en contratos de trabajo suscritos entre las partes con fechas 19 de mayo de 1995, 1º de noviembre de 1995 y 1º de mayo de 1996, en todos los cuales se consigna que el demandante se comprometió a desempeñarse como “prensista”; solicitud de empleo

750

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

labores, como la falta de claridad de las normas internas de procedimientos seguros, correspondiéndole el pago de las prestaciones cuyo cobro demanda a su empleador, toda vez que las condiciones en que se produjo el accidente, constituyen una grave infracción a lo previsto en el art. 184 del Código del Trabajo de sus obligaciones contractuales; 3º. Que, al contestar la demanda, la demandada solicitó su rechazo, pues dijo que al momento de contratarse al actor, éste manifestó tener experiencia previa en sus labores, debiendo además asistir a un curso que imparte el Departamento de Prevención de Riesgos a todos los trabajadores nuevos, donde se les exhibe un video, mostrando los diversos riesgos a que se pueden ser sometidos y se les informa la prohibición expresa de colocar las manos al interior de las matrices, debiéndose en forma ineludible usar pinzas o bastones para acomodar y retirar las piezas, habiéndosele además inscrito e impartido un curso de “Técnicas de Operación de Prendas para Matricerías” dictado por el Instituto Nacional de Capacitación Profesional Inacap, entre el 18 de marzo y el 19 de abril de 1997; Que en la empresa existe y ha existido siempre un Comité Paritario de Seguridad, ajustado a las normas legales de la ley Nº 16.744 que investigó el accidente, habiendo el trabajador reconocido que, en la oportunidad de dicho accidente, él había introducido las manos para la ejecución de las operaciones y trabajo que estaba efectuando, no obstante contar con las pinzas para efectuar dicha labor, debiendo concluirse que el actor hizo caso omiso de las normas de trabajo y métodos que sobradamente conocía, incurriendo en una serie de acciones inseguras que al final le significaron la pérdida de dos dedos de su mano derecha; Que las restantes imputaciones formuladas al empleador, carecen de todo fundamento y se ven desvirtuadas con el hecho en que, por haber logrado efectivos índices, relativos a los riesgos laborales, se eximió a la demandada del pago de la cotización adicional de 10,43% desde octubre de 1998; 4º. Que consecuentemente la litis ha quedado centrada en cuanto a que si el demandado ha cumplido, con el minimun de los elementos con que debe contar y proporcionar un empleador que procura una labor, cuyo personal está continuamente expuesto a sufrir accidentes; 5º. Que en orden a establecerse por el demandado, siendo de su cargo hacerlo, el hecho de haber dado estricto cumplimiento a tales obligaciones, éste produjo pruebas instrumental y testimonial; 6º. Que la instrumental producida por esta parte consistió en contrato de trabajo suscrito entre las mismas, con fecha 1º de mayo de 1996, en que el actor se comprometió a trabajar para el demandado, en calidad de prensista, con la obligación de ejecutar los trabajos encomendados acorde a las normas técnicas y laborales correspondientes a dichos trabajos; currículum vitae presentado por el trabajador, para ingresar a la empresa, en que consigna antecedentes académicos como son haber participado en la charla de ingreso al servicio, donde se informa entre otros, de los riesgos laborales y medidas de protección adecuadas, certificándose en el mismo instrumento por el actor, el hecho de haber recibido el Reglamento de Orden, Higiene y Seguridad de la Empresa; curriculum vitae presentando por el demandante al momento de postular a la empresa, consignando entre sus antecedentes académicos, “Curso de capacitación, montaje de prensa y matrices y haber trabajado en la Cía. Elaboradora de Metales como prensista entre los años 1987 a 1994; certificado de la Escuela Industrial La Gratitud Nacional, acreditando que el actor aprobó el curso de operación de prensa y montaje de matrices en diciembre de 1998; certificado de la Cía. Elaboradora de Metales S.A., acreditando que el demandante se desempeñó como operador de máquinas y equipos entre julio de 1987 y el 30 de noviembre de 1994; copia de factura emitida por Inacap y listado de participantes que asistieron al curso dictado entre el 18 de marzo y el 19 de abril de 1997 sobre Técnicas de Operación de Prensa de Matricería, figurando el actor en segundo lugar en el listado correspondiente al grupo b; informe del accidente del trabajador, elaborado por la comisión designada por el comité paritario de seguridad con fecha 11 de agosto de 1999; oficio de 3 de septiembre de 1996, en el que el Servicio de Salud Metropolitano, comunica que el reglamento interno de higiene y seguridad se ajusta a lo dispuesto en el decreto supremo Nº 40 del Ministerio del Trabajo y Previsión Social; liquidaciones de remuneraciones de los meses de junio de 1999 y febrero de 2000; que además agregó los instrumentos consistentes en contratos de trabajo suscritos entre las partes con fechas 19 de mayo de 1995, 1º de noviembre de 1995 y 1º de mayo de 1996, en todos los cuales se consigna que el demandante se comprometió a desempeñarse como “prensista”; solicitud de empleo

750

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

751

presentada por el demandante el 18 de mayo de 1995, en el que declara postular para trabajar como prensista, labor que consigna haber desempeñado para su antiguo empleador, desde 1987 a 1994; reglamento interno de orden, higiene y seguridad; fotocopias de oficio ordinario de 3 de septiembre de 1996, mediante el cual se certifica por el Servicio de Salud del Ambiente de la Región Metropolitana que dicho reglamento, cumple con lo ordenado en el D.S. Nº 40 del Ministerio del Trabajo y Previsión Social; informe elaborado por el experto del departamento de prevención de riesgos de 29 de julio de 1999, conteniendo la investigación que afectó al demandante, de 29 de julio de 1999; norma interna de seguridad Nº 37, relativa a los operadores de prensas o prensistas, en la que se muestra un croquis de una prensa y su operador; informe de investigación del accidente, elaborado por el supervisor de turno en la oportunidad de los hechos, inmediatamente después de ocurrido, en el que se consigna que al momento de dicho accidente, el actor no usaba las pinzas destinadas a operar la máquina; cartas enviadas por la Mutual de Seguridad al gerente de la demandada y al presidente del comité paritario, de fecha 24 de marzo del año pasado, dejando sin efecto la conclusión emitida en carta de 25 de octubre de 1999, que había en principio calificado el accidente como sin características de negligencia inexcusable; 9 fotografías de la prensa en que ocurrió el accidente, en la que se confirma cómo debe situarse el operador y cómo accionar la máquina; liquidación de remuneraciones del trabajador correspondiente al mes de marzo pasado; Que, finalmente esta parte produjo también oficio de la Mutual de Seguridad de fecha 4 de agosto último, en que se consigna un informe especial de prevención de riesgos, elaborado a solicitud del tribunal, en que se consignan que la máquina en que ocurrió el accidente, si se ha hecho la mantención adecuada, su antiguedad le permitía que fuese operada sin riesgos; que de la documental existente, consta que se le hizo mantención el 21 de enero de 1999, habiendo ocurrido el accidente el día 21 de julio; que las pinzas que debía usar el demandante cumplían con las especificaciones y requisitos necesarios, para proteger al trabajador del accidente sufrido; que el accidentado no habría sufrido el accidente si hubiese estado utilizando las pinzas para instalar y retirar el material estampado; que la demandada es adherente a la mutual bajo el Nº 5254 y que en la empresa existe un departamento de prevención de riesgos profesionales dirigido por un ingeniero electrónico y un experto profesional en previsión de riesgos, contando además con un programa de prevención de riesgos, realizando actividades sistemáticas y permanentes en control de riesgos operacionales, instrumentos algunos de los cuales fueron objetados, objeciones que, como se ha dicho, se rechazarán; 7º. Que en su testimonial rendida, sus testigos Srs. Juan Andrés Urzúa Astudillo, Hernán Eloy Abad Castello y Elías Alfonso Busquets Iturriaga, los que depusieron en forma circunstanciada, contestes y dando razón de sus dichos, en el hecho de trabajar también para la demandada, constarles que al actor no le corresponde el pago de lucro cesante, pues cuando se accidentó fue atendido en todos los gastos originados por el accidente por la mutual y cuando se recuperó volvió a trabajar en la misma labor que desempeñaba con anterioridad al accidente, percibiendo igual remuneración, lo que consta en sus liquidaciones de remuneraciones, suscritas por el trabajador y sobre las que nunca reclamó, agregando las dos últimas, previo reconocimiento de los informes efectuados por los diferentes técnicos que actuaron en la investigación, que el accidente ocurrió por una acción insegura inexcusable del trabajador, quien era una persona con experiencia en la labor que efectuaba, ya que habiéndose producido una falla en el funcionamiento de la máquina operada por él, que consistió en cortarse un resorte, lo que posiblemente se debió a fatiga de material, que no es común, ya que las máquinas son revisadas y lubricadas a diario entre las 18 y 22 horas y una vez al año se les hace una revisión completa, reemplazándoseles las piezas que sean necesarias, con lo que quedan prácticamente como nuevas y que en la especie, dicha revisión se había efectuado en el mes de enero, y al cortarse el resorte, esto impide que sujete el pestillo que la acciona volviendo a su posición inicial, es decir hacia arriba, quedando la máquina repitiendo el golpe y sorprendiendo al trabajador con la mano al interior de la matriz, motivo por el cual se la atrapó, mutilándole sus dedos; Que existía reglamentariamente prohibición absoluta de introducir la mano en la matriz, entregándose a los trabajadores unas pinzas que se fabrican en la misma empresa, destinadas a colocar y retirar las piezas que se colocan en la máquina, de las que el demandante disponía, no obstante en una acción inconcebible en un trabajador de su experiencia, no usó;

presentada por el demandante el 18 de mayo de 1995, en el que declara postular para trabajar como prensista, labor que consigna haber desempeñado para su antiguo empleador, desde 1987 a 1994; reglamento interno de orden, higiene y seguridad; fotocopias de oficio ordinario de 3 de septiembre de 1996, mediante el cual se certifica por el Servicio de Salud del Ambiente de la Región Metropolitana que dicho reglamento, cumple con lo ordenado en el D.S. Nº 40 del Ministerio del Trabajo y Previsión Social; informe elaborado por el experto del departamento de prevención de riesgos de 29 de julio de 1999, conteniendo la investigación que afectó al demandante, de 29 de julio de 1999; norma interna de seguridad Nº 37, relativa a los operadores de prensas o prensistas, en la que se muestra un croquis de una prensa y su operador; informe de investigación del accidente, elaborado por el supervisor de turno en la oportunidad de los hechos, inmediatamente después de ocurrido, en el que se consigna que al momento de dicho accidente, el actor no usaba las pinzas destinadas a operar la máquina; cartas enviadas por la Mutual de Seguridad al gerente de la demandada y al presidente del comité paritario, de fecha 24 de marzo del año pasado, dejando sin efecto la conclusión emitida en carta de 25 de octubre de 1999, que había en principio calificado el accidente como sin características de negligencia inexcusable; 9 fotografías de la prensa en que ocurrió el accidente, en la que se confirma cómo debe situarse el operador y cómo accionar la máquina; liquidación de remuneraciones del trabajador correspondiente al mes de marzo pasado; Que, finalmente esta parte produjo también oficio de la Mutual de Seguridad de fecha 4 de agosto último, en que se consigna un informe especial de prevención de riesgos, elaborado a solicitud del tribunal, en que se consignan que la máquina en que ocurrió el accidente, si se ha hecho la mantención adecuada, su antiguedad le permitía que fuese operada sin riesgos; que de la documental existente, consta que se le hizo mantención el 21 de enero de 1999, habiendo ocurrido el accidente el día 21 de julio; que las pinzas que debía usar el demandante cumplían con las especificaciones y requisitos necesarios, para proteger al trabajador del accidente sufrido; que el accidentado no habría sufrido el accidente si hubiese estado utilizando las pinzas para instalar y retirar el material estampado; que la demandada es adherente a la mutual bajo el Nº 5254 y que en la empresa existe un departamento de prevención de riesgos profesionales dirigido por un ingeniero electrónico y un experto profesional en previsión de riesgos, contando además con un programa de prevención de riesgos, realizando actividades sistemáticas y permanentes en control de riesgos operacionales, instrumentos algunos de los cuales fueron objetados, objeciones que, como se ha dicho, se rechazarán; 7º. Que en su testimonial rendida, sus testigos Srs. Juan Andrés Urzúa Astudillo, Hernán Eloy Abad Castello y Elías Alfonso Busquets Iturriaga, los que depusieron en forma circunstanciada, contestes y dando razón de sus dichos, en el hecho de trabajar también para la demandada, constarles que al actor no le corresponde el pago de lucro cesante, pues cuando se accidentó fue atendido en todos los gastos originados por el accidente por la mutual y cuando se recuperó volvió a trabajar en la misma labor que desempeñaba con anterioridad al accidente, percibiendo igual remuneración, lo que consta en sus liquidaciones de remuneraciones, suscritas por el trabajador y sobre las que nunca reclamó, agregando las dos últimas, previo reconocimiento de los informes efectuados por los diferentes técnicos que actuaron en la investigación, que el accidente ocurrió por una acción insegura inexcusable del trabajador, quien era una persona con experiencia en la labor que efectuaba, ya que habiéndose producido una falla en el funcionamiento de la máquina operada por él, que consistió en cortarse un resorte, lo que posiblemente se debió a fatiga de material, que no es común, ya que las máquinas son revisadas y lubricadas a diario entre las 18 y 22 horas y una vez al año se les hace una revisión completa, reemplazándoseles las piezas que sean necesarias, con lo que quedan prácticamente como nuevas y que en la especie, dicha revisión se había efectuado en el mes de enero, y al cortarse el resorte, esto impide que sujete el pestillo que la acciona volviendo a su posición inicial, es decir hacia arriba, quedando la máquina repitiendo el golpe y sorprendiendo al trabajador con la mano al interior de la matriz, motivo por el cual se la atrapó, mutilándole sus dedos; Que existía reglamentariamente prohibición absoluta de introducir la mano en la matriz, entregándose a los trabajadores unas pinzas que se fabrican en la misma empresa, destinadas a colocar y retirar las piezas que se colocan en la máquina, de las que el demandante disponía, no obstante en una acción inconcebible en un trabajador de su experiencia, no usó; ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

751

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Que todos los informes tanto del comité paritario, como de la mutual y los expertos que trabajaron en ellos, están contestes en cuanto a que el accidente no habría ocurrido si el actor hubiera respetado la prohibición de introducir las manos en la matriz y hubiera usado las pinzas previstas al efecto, habiendo el demandante reconocido expresamente el hecho de introducir sus manos en dicha matriz y concluyendo el comité paritario en un empate, en cuanto al hecho de que este hecho habría constituido una acción insegura del demandante, pero no resolviendo acerca de si era o no inexcusable, por lo que se pidió a la mutual que arbitrara el empate, quien respondió que esa no era su función y por tanto no podía resolverlo, habiendo sí, después de un informe emitido en forma inmediata, con un mejor estudio y los nuevos antecedentes aportados, concluido en un nuevo informe emitido con fecha 24 de marzo último, que procedía dejar sin efectos el primitivo informe producido el 25 de octubre de 1999, en el que se determinó que el accidente no se había debido a negligencia inexcusable del trabajador, en atención a los nuevos antecedentes tenidos a la vista que constituyen la totalidad de la información que no se analizó con ocasión del informe anterior; 8º. Que lo anteriormente consignado, no se ve desvirtuado por las declaraciones de los testigos del demandante Srs. Jorge Amador Toro Sepúlveda y Reinaldo Antonio Moraga Fuentealba, los que también dieron razón de sus dichos en el hecho de ser trabajadores del demandado y que manifestaron que el accidente se había producido porque no se hacían las revisiones adecuadas a las máquinas en las que trabajaba el actor, reconociendo sí que la mutual le había pagado, todos sus gastos después del accidente y que el actor había vuelto a trabajar en las mismas máquinas que lo hacía antes del accidente, pero que debía pagársele el lucro cesante, porque si dejaba de trabajar para la demandada, en otra parte no le iban a pagar igual que a una persona que como él tiene su mano derecha mutilada y en cuanto a la indemnización por daño moral también le corresponde su pago, pues su carácter ha cambiado y se ve deprimido, teniendo según le ha contado, problemas con su cónyuge, fundamentos que carecen de mayor relevancia, frente a lo consignado en el razonamiento anterior; 9º. Que otro tanto ocurre con la instrumental producida también por esta parte, muchos de cuyos instrumentos fueron también producidos por la demandada y consistentes en contrato de trabajo suscrito el 1º de mayo de 1995; liquidaciones de remuneraciones por los meses de julio y agosto de 1999; fotocopia de informe de investigación del accidente elaborado por su jefe de turno; informe de la Mutual de Seguridad de 25 de octubre de 1999; certificado de nacimiento del actor; certificado de alta de la mutual; copia de liquidación de subsidios pagados por la Mutual de la Cámara Chilena de la Construcción y copia de pago de los mismos; norma interna de seguridad Nº 50 de 4 de noviembre de 1999; norma interna de seguridad de 17 de noviembre del mismo año; copia de la carta de fecha 18 de noviembre de 1999 en que se solicita determinar tipos de pinzas para matrices abiertas que tengan la aprobación del departamento de prevención de riesgos y otros elementos fabricados artesanalmente por los trabajadores como ganchos, pinzas etc; carta respuesta del presidente del comité paritario al directorio del sindicato de fecha 8 de noviembre de 1999; carta de 7 de septiembre de 1999 en que se informa de las medidas tomadas a propósito del accidente del demandante; carta de 14 de diciembre de 1999 en que se informa acerca de las medidas tomadas y que evita al operador de prensa Nº 23 meter las manos en la matriz; carta de 22 de noviembre de 1999, en que se reconocen los defectos de la norma de seguridad Nº 378; copia de carta de 9 de diciembre de 1999, en que se dice que “se hará una modificación a la matriz para efectuar un procedimiento más seguro que el actual”; carta de 30 de noviembre de 1999, en que se informa sobre la evaluación de las pinzas fabricadas en la empresa; carta de fecha 19 de agosto en que el presidente del comité paritario informa sobre las medidas adoptadas en la empresa y sobre accidente del demandante e informe del comité paritario sobre la sección prensas del día 21 de julio de 1999 y dos cartas del sindicato Nº 1 de la Empresa Somela informando de problemas de seguridad de la Empresa y solicitando medidas al respecto, instrumentos inobjetados; 10º. Que, fuera de la relacionada, no se produjo por las partes ninguna otra clase de pruebas y con su mérito debidamente concordado y apreciado según las normas de la sana crítica, cabe tener por establecida la existencia de los siguientes hechos: a) Que el actor sufrió con fecha 21 de julio de 1999 un accidente de trabajo, por haberse producido en la máquina que operaba el corte de un tornillo, lo que impidió que éste se volviera hacia arriba, como es su funcionamiento normal, atrapando la mano del trabajador, quien la había introducido en la ma-

752

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Que todos los informes tanto del comité paritario, como de la mutual y los expertos que trabajaron en ellos, están contestes en cuanto a que el accidente no habría ocurrido si el actor hubiera respetado la prohibición de introducir las manos en la matriz y hubiera usado las pinzas previstas al efecto, habiendo el demandante reconocido expresamente el hecho de introducir sus manos en dicha matriz y concluyendo el comité paritario en un empate, en cuanto al hecho de que este hecho habría constituido una acción insegura del demandante, pero no resolviendo acerca de si era o no inexcusable, por lo que se pidió a la mutual que arbitrara el empate, quien respondió que esa no era su función y por tanto no podía resolverlo, habiendo sí, después de un informe emitido en forma inmediata, con un mejor estudio y los nuevos antecedentes aportados, concluido en un nuevo informe emitido con fecha 24 de marzo último, que procedía dejar sin efectos el primitivo informe producido el 25 de octubre de 1999, en el que se determinó que el accidente no se había debido a negligencia inexcusable del trabajador, en atención a los nuevos antecedentes tenidos a la vista que constituyen la totalidad de la información que no se analizó con ocasión del informe anterior; 8º. Que lo anteriormente consignado, no se ve desvirtuado por las declaraciones de los testigos del demandante Srs. Jorge Amador Toro Sepúlveda y Reinaldo Antonio Moraga Fuentealba, los que también dieron razón de sus dichos en el hecho de ser trabajadores del demandado y que manifestaron que el accidente se había producido porque no se hacían las revisiones adecuadas a las máquinas en las que trabajaba el actor, reconociendo sí que la mutual le había pagado, todos sus gastos después del accidente y que el actor había vuelto a trabajar en las mismas máquinas que lo hacía antes del accidente, pero que debía pagársele el lucro cesante, porque si dejaba de trabajar para la demandada, en otra parte no le iban a pagar igual que a una persona que como él tiene su mano derecha mutilada y en cuanto a la indemnización por daño moral también le corresponde su pago, pues su carácter ha cambiado y se ve deprimido, teniendo según le ha contado, problemas con su cónyuge, fundamentos que carecen de mayor relevancia, frente a lo consignado en el razonamiento anterior; 9º. Que otro tanto ocurre con la instrumental producida también por esta parte, muchos de cuyos instrumentos fueron también producidos por la demandada y consistentes en contrato de trabajo suscrito el 1º de mayo de 1995; liquidaciones de remuneraciones por los meses de julio y agosto de 1999; fotocopia de informe de investigación del accidente elaborado por su jefe de turno; informe de la Mutual de Seguridad de 25 de octubre de 1999; certificado de nacimiento del actor; certificado de alta de la mutual; copia de liquidación de subsidios pagados por la Mutual de la Cámara Chilena de la Construcción y copia de pago de los mismos; norma interna de seguridad Nº 50 de 4 de noviembre de 1999; norma interna de seguridad de 17 de noviembre del mismo año; copia de la carta de fecha 18 de noviembre de 1999 en que se solicita determinar tipos de pinzas para matrices abiertas que tengan la aprobación del departamento de prevención de riesgos y otros elementos fabricados artesanalmente por los trabajadores como ganchos, pinzas etc; carta respuesta del presidente del comité paritario al directorio del sindicato de fecha 8 de noviembre de 1999; carta de 7 de septiembre de 1999 en que se informa de las medidas tomadas a propósito del accidente del demandante; carta de 14 de diciembre de 1999 en que se informa acerca de las medidas tomadas y que evita al operador de prensa Nº 23 meter las manos en la matriz; carta de 22 de noviembre de 1999, en que se reconocen los defectos de la norma de seguridad Nº 378; copia de carta de 9 de diciembre de 1999, en que se dice que “se hará una modificación a la matriz para efectuar un procedimiento más seguro que el actual”; carta de 30 de noviembre de 1999, en que se informa sobre la evaluación de las pinzas fabricadas en la empresa; carta de fecha 19 de agosto en que el presidente del comité paritario informa sobre las medidas adoptadas en la empresa y sobre accidente del demandante e informe del comité paritario sobre la sección prensas del día 21 de julio de 1999 y dos cartas del sindicato Nº 1 de la Empresa Somela informando de problemas de seguridad de la Empresa y solicitando medidas al respecto, instrumentos inobjetados; 10º. Que, fuera de la relacionada, no se produjo por las partes ninguna otra clase de pruebas y con su mérito debidamente concordado y apreciado según las normas de la sana crítica, cabe tener por establecida la existencia de los siguientes hechos: a) Que el actor sufrió con fecha 21 de julio de 1999 un accidente de trabajo, por haberse producido en la máquina que operaba el corte de un tornillo, lo que impidió que éste se volviera hacia arriba, como es su funcionamiento normal, atrapando la mano del trabajador, quien la había introducido en la ma-

752

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

753

triz, sobre lo que existía prohibición absoluta reglamentaria de hacer, debiendo colocarse y retirarse los objetos en dicha matriz, mediante pinzas de las que el demandante disponía; b) Que, a consecuencias de dicho accidente el actor sufrió la mutilación de dos dedos de su mano derecha, lo que acorde al informe del Instituto Médico Legal, le ha significado una pérdida de capacidad de un 30%; c) Que no obstante ello, su empleador lo ha recibido para seguirse desempeñando como prensista en el mismo trabajo y con la remuneración que tenía con anterioridad al accidente, sin que haya sufrido menoscabo económico alguno de sus remuneraciones y percibiendo durante su tratamiento, atención de la Mutual de Seguridad y el pago de subsidios; y d) Que el accidente sufrido por el demandante, quien era una persona que tenía la adecuación y experiencia necesarias para desempeñarse en su oficio, fue motivado por una acción insegura inexcusable del mismo y consecuentemente, no resulta procedente hacer lugar a la demanda en ninguna de sus partes; Por estas consideraciones y teniendo además presente lo previsto en los arts. 1698 del Código Civil; 425, 439, 440, 444, 446, 449, 451, 452, 455, 456 y 458 del Código del Trabajo, se declara: 1º. Que no ha lugar a la objeción de documentos promovida por la demandante a fs. 12 y 36 de autos; 2º. Que no ha lugar a la demanda de fs. 1 en ninguna de sus partes; y 3º. Que no se condena en costas al demandante, por estimarse que tuvo motivos plausibles para litigar. Déjese copia, notifíquese y archívese. Pronunciada por la Juez Titular, doña Palmira Mangini Cordano.

II. CORTE DE APELACIONES Santiago, cinco de diciembre de dos mil dos. VISTOS Y TENIENDO PRESENTE: Que los argumentos formulados por la parte demandante en su escrito de apelación no logran desvirtuar los razonamientos del fallo en estudio, se confirma la sentencia apelada de cinco de marzo de dos mil uno, escrita a fojas 157 y siguientes. Regístrese y devuélvase con 6 cuadernos con documentos. No firma el Ministro señor Brito, no obstante haber concurrido a la vista y al acuerdo del fallo, por encontrarse ausente. Dictado por los Ministros de la Décima Sala de esta I. Corte de Apelaciones, señores Haroldo Brito Cruz, Raúl Héctor Rocha Pérez y el Abogado Integrante señor Gonzalo Figueroa Yáñez. Rol Nº 2.582 2001.

III. CORTE SUPREMA Santiago, veintinueve de enero de dos mil tres. VISTOS Y TENIENDO PRESENTE: Que a fojas 241 vuelta se lee certificado en que consta que estos autos ingresaron a la Secretaría de esta Corte el catorce de enero del año en curso. Que el recurrente de casación, según aparece del certificado de fojas 242, no compareció a esta Corte para continuar con la tramitación del recurso. Que, en tales circunstancias, y en conformidad con lo dispuesto en los artículos 779, 200 y 201 del Código de Procedimiento Civil, deberá declararse desierto el expresado recurso. Por lo anteriormente señalado y de acuerdo a las normas legales citadas, se declara desierto el recurso de casación en el fondo deducido a fojas 226, contra la sentencia de cinco de diciembre de dos mil dos, que se lee a fojas 225. Regístrese y devuélvase con sus agregados. Rol Nº 200 03. Pronunciado por los Ministros señores Marcos Libedinsky T., José Benquis C., Orlando Álvarez H., Urbano Marín V. Jorge Medina C.

Santiago, veintinueve de enero de dos mil tres. VISTOS Y TENIENDO PRESENTE: Que a fojas 241 vuelta se lee certificado en que consta que estos autos ingresaron a la Secretaría de esta Corte el catorce de enero del año en curso. Que el recurrente de casación, según aparece del certificado de fojas 242, no compareció a esta Corte para continuar con la tramitación del recurso. Que, en tales circunstancias, y en conformidad con lo dispuesto en los artículos 779, 200 y 201 del Código de Procedimiento Civil, deberá declararse desierto el expresado recurso. Por lo anteriormente señalado y de acuerdo a las normas legales citadas, se declara desierto el recurso de casación en el fondo deducido a fojas 226, contra la sentencia de cinco de diciembre de dos mil dos, que se lee a fojas 225. Regístrese y devuélvase con sus agregados. Rol Nº 200 03. Pronunciado por los Ministros señores Marcos Libedinsky T., José Benquis C., Orlando Álvarez H., Urbano Marín V. Jorge Medina C.

III. CORTE SUPREMA Santiago, cinco de diciembre de dos mil dos. VISTOS Y TENIENDO PRESENTE: Que los argumentos formulados por la parte demandante en su escrito de apelación no logran desvirtuar los razonamientos del fallo en estudio, se confirma la sentencia apelada de cinco de marzo de dos mil uno, escrita a fojas 157 y siguientes. Regístrese y devuélvase con 6 cuadernos con documentos. No firma el Ministro señor Brito, no obstante haber concurrido a la vista y al acuerdo del fallo, por encontrarse ausente. Dictado por los Ministros de la Décima Sala de esta I. Corte de Apelaciones, señores Haroldo Brito Cruz, Raúl Héctor Rocha Pérez y el Abogado Integrante señor Gonzalo Figueroa Yáñez. Rol Nº 2.582 2001.

II. CORTE DE APELACIONES triz, sobre lo que existía prohibición absoluta reglamentaria de hacer, debiendo colocarse y retirarse los objetos en dicha matriz, mediante pinzas de las que el demandante disponía; b) Que, a consecuencias de dicho accidente el actor sufrió la mutilación de dos dedos de su mano derecha, lo que acorde al informe del Instituto Médico Legal, le ha significado una pérdida de capacidad de un 30%; c) Que no obstante ello, su empleador lo ha recibido para seguirse desempeñando como prensista en el mismo trabajo y con la remuneración que tenía con anterioridad al accidente, sin que haya sufrido menoscabo económico alguno de sus remuneraciones y percibiendo durante su tratamiento, atención de la Mutual de Seguridad y el pago de subsidios; y d) Que el accidente sufrido por el demandante, quien era una persona que tenía la adecuación y experiencia necesarias para desempeñarse en su oficio, fue motivado por una acción insegura inexcusable del mismo y consecuentemente, no resulta procedente hacer lugar a la demanda en ninguna de sus partes; Por estas consideraciones y teniendo además presente lo previsto en los arts. 1698 del Código Civil; 425, 439, 440, 444, 446, 449, 451, 452, 455, 456 y 458 del Código del Trabajo, se declara: 1º. Que no ha lugar a la objeción de documentos promovida por la demandante a fs. 12 y 36 de autos; 2º. Que no ha lugar a la demanda de fs. 1 en ninguna de sus partes; y 3º. Que no se condena en costas al demandante, por estimarse que tuvo motivos plausibles para litigar. Déjese copia, notifíquese y archívese. Pronunciada por la Juez Titular, doña Palmira Mangini Cordano. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

753

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

San Miguel, 2 de mayo de 2000. VISTOS: A fojas 3 comparece don Guillermo Patricio Estay Riquelme, trabajador, domiciliado en Los Conquistadores Nº 8674, Población Yugoslavia, Cerro Navia, e interpone demanda en juicio ordinario del trabajo en contra de su ex empleador, don Cristián Sinsay Carreti, empresario, domiciliado en Santa Rosa Nº 4040, San Joaquín, a fin de obtener el pago de indemnización de perjuicios por accidente del trabajo ascendente a la suma de $ 83.000.000 o la que prudencialmente regule el Tribunal, de acuerdo al mérito del proceso, por el accidente sufrido mientras cumplía las funciones para las que fue contratado. A fs. 16, se notificó legalmente la demanda. A fs. 17, la demandada, contestando la demanda, solicitó su rechazo, con costas. A fs. 20, se recibió la causa a prueba, habiéndose rendido por las partes la que consta en autos, sin que prosperara la conciliación provocada por el Tribunal. A fs. 100 se citó a las partes para oír sentencia. CONSIDERANDO: En cuanto a la objeción de documentos: PRIMERO: Que el demandante solicitó que no se considerara la documental adicional acompañada por la demandada en razón de carecer de toda relevancia probatoria al decir relación con el rubro maestranza y no con la industria de plásticos que era la actividad realizada por el demandante, toda vez que son actividades distintas y que requieren condiciones de seguridad diversas que exigen permisos específicos y diferenciados respecto de las diferentes instituciones encargadas de su control. SEGUNDO: Que, refiriéndose a las observaciones formuladas por la demandante al mérito probatorio de los documentos, deberá estarse a la valoración que haga al respecto el Tribunal en definitiva. En cuanto al fondo: TERCERO: Que don Guillermo Patricio Estay Riquelme ha interpuesto demanda en juicio ordinario del trabajo en contra de su ex empleador, don Cristián Sinsay Carreti, a fin de obtener el pago de $ 83.000.000 como indemnización de perjuicios por el accidente sufrido mientras cumplía las funciones para las cuales fue contratado. Fundamenta su acción señalando que ingresó a trabajar para la demandada el 1º de octubre de 1997, como operador de una máquina inyectora de plástico, con una remuneración mensual de $ 500.000. Agrega que el 14 de octubre de 1997, ingreso a prestar sus labores en forma habitual operando la máquina inyectora de plásticos que producía maceteros, bandejas y vasos, agregando el actor que la máquina en cuestión comenzó a presentar desperfectos consistentes en que no retiraba el producto una vez formado y debía realizarse esta función con la mano. Manifiesta que representó esta situación a su empleador, pero que como era muy caro repararla éste le ordenó que siguiera trabajando en las mismas condiciones y fue sí como el día ya indicado, después de 8 horas de trabajo, esto es como a las 16,30 horas, al intentar sacar el producto del molde, el brazo de la máquina que inyecta el plástico en el molde le atrapó la mano izquierda, mientras intentaba sacar el macetero que había elaborado, causándole una lesión que casi le provoca la amputación de la mano. Expresa que luego de 17 operaciones realizadas en el Instituto de Seguridad del Trabajo, resultó con un dedo anular mutilado desde su raíz y con una mano inválida e inútil para desarrollar labores productivas. Señala asimismo que de no mediar el accidente ya relatado, estaría trabajando, tal vez en la misma empresa o en otra y con la misma remuneración u otra similar o mayor, pero que hoy se encuentra

754

I. SENTENCIA DE PRIMER GRADO

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol N°: 4856-2000 Cita online: CL/JUR/1433/2001

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol N°: 4856-2000 Cita online: CL/JUR/1433/2001

I. SENTENCIA DE PRIMER GRADO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

San Miguel, 2 de mayo de 2000. VISTOS: A fojas 3 comparece don Guillermo Patricio Estay Riquelme, trabajador, domiciliado en Los Conquistadores Nº 8674, Población Yugoslavia, Cerro Navia, e interpone demanda en juicio ordinario del trabajo en contra de su ex empleador, don Cristián Sinsay Carreti, empresario, domiciliado en Santa Rosa Nº 4040, San Joaquín, a fin de obtener el pago de indemnización de perjuicios por accidente del trabajo ascendente a la suma de $ 83.000.000 o la que prudencialmente regule el Tribunal, de acuerdo al mérito del proceso, por el accidente sufrido mientras cumplía las funciones para las que fue contratado. A fs. 16, se notificó legalmente la demanda. A fs. 17, la demandada, contestando la demanda, solicitó su rechazo, con costas. A fs. 20, se recibió la causa a prueba, habiéndose rendido por las partes la que consta en autos, sin que prosperara la conciliación provocada por el Tribunal. A fs. 100 se citó a las partes para oír sentencia. CONSIDERANDO: En cuanto a la objeción de documentos: PRIMERO: Que el demandante solicitó que no se considerara la documental adicional acompañada por la demandada en razón de carecer de toda relevancia probatoria al decir relación con el rubro maestranza y no con la industria de plásticos que era la actividad realizada por el demandante, toda vez que son actividades distintas y que requieren condiciones de seguridad diversas que exigen permisos específicos y diferenciados respecto de las diferentes instituciones encargadas de su control. SEGUNDO: Que, refiriéndose a las observaciones formuladas por la demandante al mérito probatorio de los documentos, deberá estarse a la valoración que haga al respecto el Tribunal en definitiva. En cuanto al fondo: TERCERO: Que don Guillermo Patricio Estay Riquelme ha interpuesto demanda en juicio ordinario del trabajo en contra de su ex empleador, don Cristián Sinsay Carreti, a fin de obtener el pago de $ 83.000.000 como indemnización de perjuicios por el accidente sufrido mientras cumplía las funciones para las cuales fue contratado. Fundamenta su acción señalando que ingresó a trabajar para la demandada el 1º de octubre de 1997, como operador de una máquina inyectora de plástico, con una remuneración mensual de $ 500.000. Agrega que el 14 de octubre de 1997, ingreso a prestar sus labores en forma habitual operando la máquina inyectora de plásticos que producía maceteros, bandejas y vasos, agregando el actor que la máquina en cuestión comenzó a presentar desperfectos consistentes en que no retiraba el producto una vez formado y debía realizarse esta función con la mano. Manifiesta que representó esta situación a su empleador, pero que como era muy caro repararla éste le ordenó que siguiera trabajando en las mismas condiciones y fue sí como el día ya indicado, después de 8 horas de trabajo, esto es como a las 16,30 horas, al intentar sacar el producto del molde, el brazo de la máquina que inyecta el plástico en el molde le atrapó la mano izquierda, mientras intentaba sacar el macetero que había elaborado, causándole una lesión que casi le provoca la amputación de la mano. Expresa que luego de 17 operaciones realizadas en el Instituto de Seguridad del Trabajo, resultó con un dedo anular mutilado desde su raíz y con una mano inválida e inútil para desarrollar labores productivas. Señala asimismo que de no mediar el accidente ya relatado, estaría trabajando, tal vez en la misma empresa o en otra y con la misma remuneración u otra similar o mayor, pero que hoy se encuentra

754

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

755

incapacitado para realizar una labor que implique un trabajo como el que realizaba y de percibir una remuneración como la que obtenía. CUARTO: Que la demandada, contestando la demanda, solicitó su rechazo, con expresa condenación en costas. Funda su defensa expresando que la empresa contrató al actor el 1º de octubre de 1997 para la ejecución de una función muy calificada, esto es, operar una máquina inyectora de plástico, pero que en la realidad el actor carecía de tal calificación, engañando no sólo a su parte sino que también exponiéndose temerariamente y provocando en los términos del artículo 5º de la ley Nº 16.744, el accidente en autos. Expone que el 14 de febrero de 1997 el actor, por descuido, negligencia y sobre todo por desconocimiento de la función que dijo poder ejecutar, sufrió un accidente que le afectó la mano izquierda, manifestando el demandante además que la máquina que operaba el demandante se encontraba en perfectas condiciones, y había sido programada en función semi automática y no automática como también puede operar. Añade finalmente que jamás ha pagado al actor una remuneración de $ 500.000 mensuales y que por muy eficiente que sea un operador de inyectora, por las reglas del mercado no logra una remuneración como la descrita por el demandante. QUINTO: Que en apoyo a los fundamentos de su demanda, la demandante rindió las siguientes pruebas: A) Documental: a) Contrato de trabajo suscrito entre las partes el 1º de octubre de 1997, de fs. 1. b) Fotocopia de declaración individual de accidente del trabajo del Instituto de Seguridad del Trabajo, de fs. 2. B) Testimonial: Consistente en las declaraciones de don Enrique Alberto Díaz Vallejos, compañero de trabajo del actor, quien expresa que éste ganaba $ 500.000 mensuales y que ello lo sabe por conversaciones mantenidas con él y que no realizaba un trabajo distinto al que el testigo hacía y trabajaba el mismo número de horas, pero que él sólo ganaba $ 180.000 mensuales, por labores iguales. C) Solicitó y obtuvo que se oficiara al Instituto de Seguridad del Trabajo para que informara si con fecha 14 de octubre el actor había sufrido un accidente del trabajo, diagnóstico de sus lesiones, tratamientos y operaciones a las que fue sometido, fecha en que fue dado de alta y grado de invalidez, y b) al Departamento de Patentes Comerciales de la Municipalidad de San Joaquín, a objeto de que informe si al 14 de octubre de 1997 el demandado estaba autorizado con la patente respectiva para girar en el rubro de la industria de plástico, cuyas respuestas se encuentran agregadas a fs. 89 y 91. SEXTO: Que la demandada en apoyo a los fundamentos de su defensa rindió las siguientes pruebas: A) Confesional: Solicitó y obtuvo que absolviera posiciones el demandante, al tenor del pliego que se encuentra agregado a fs. 71, las que se traducen en que su remuneración fue acordada en base a su calificación como operador especializado en máquinas inyectoras de plásticos. Que antes no tenía ninguna experiencia como inyectorista y que don Jorge Sinsay y otro trabajador que laboraba al lado de él lo capacitaron en todos los días que estuvo trabajando. Que no es efectivo que la máquina que operaba trabajara tanto en forma automática, no requiriendo en dicho caso la participación del operador, como en forma semiautomática requiriendo el accionar del operador para el retiro del producto terminado y que se le había avisado al dueño de la empresa que la máquina estaba fallando en la parte automática. Que la máquina trabajaba manualmente, porque no se permitía usar con la rapidez con que tenían que sacar la cantidad que les daban diariamente como meta. Que no trabajaba 8 horas diarias. Que su jornada nocturna era de 19 a 7 horas, día por medio, sin hora de colación por no ser necesaria; y su jornada diurna se extendía desde 7 a 19 horas, con una hora de colación. B) Documental: a) Fotocopia de oficio enviado a la Inspección del Trabajo el 17 de noviembre de 1997, comunicando la constitución del Comité Paritario de la empresa, de fs. 45.

incapacitado para realizar una labor que implique un trabajo como el que realizaba y de percibir una remuneración como la que obtenía. CUARTO: Que la demandada, contestando la demanda, solicitó su rechazo, con expresa condenación en costas. Funda su defensa expresando que la empresa contrató al actor el 1º de octubre de 1997 para la ejecución de una función muy calificada, esto es, operar una máquina inyectora de plástico, pero que en la realidad el actor carecía de tal calificación, engañando no sólo a su parte sino que también exponiéndose temerariamente y provocando en los términos del artículo 5º de la ley Nº 16.744, el accidente en autos. Expone que el 14 de febrero de 1997 el actor, por descuido, negligencia y sobre todo por desconocimiento de la función que dijo poder ejecutar, sufrió un accidente que le afectó la mano izquierda, manifestando el demandante además que la máquina que operaba el demandante se encontraba en perfectas condiciones, y había sido programada en función semi automática y no automática como también puede operar. Añade finalmente que jamás ha pagado al actor una remuneración de $ 500.000 mensuales y que por muy eficiente que sea un operador de inyectora, por las reglas del mercado no logra una remuneración como la descrita por el demandante. QUINTO: Que en apoyo a los fundamentos de su demanda, la demandante rindió las siguientes pruebas: A) Documental: a) Contrato de trabajo suscrito entre las partes el 1º de octubre de 1997, de fs. 1. b) Fotocopia de declaración individual de accidente del trabajo del Instituto de Seguridad del Trabajo, de fs. 2. B) Testimonial: Consistente en las declaraciones de don Enrique Alberto Díaz Vallejos, compañero de trabajo del actor, quien expresa que éste ganaba $ 500.000 mensuales y que ello lo sabe por conversaciones mantenidas con él y que no realizaba un trabajo distinto al que el testigo hacía y trabajaba el mismo número de horas, pero que él sólo ganaba $ 180.000 mensuales, por labores iguales. C) Solicitó y obtuvo que se oficiara al Instituto de Seguridad del Trabajo para que informara si con fecha 14 de octubre el actor había sufrido un accidente del trabajo, diagnóstico de sus lesiones, tratamientos y operaciones a las que fue sometido, fecha en que fue dado de alta y grado de invalidez, y b) al Departamento de Patentes Comerciales de la Municipalidad de San Joaquín, a objeto de que informe si al 14 de octubre de 1997 el demandado estaba autorizado con la patente respectiva para girar en el rubro de la industria de plástico, cuyas respuestas se encuentran agregadas a fs. 89 y 91. SEXTO: Que la demandada en apoyo a los fundamentos de su defensa rindió las siguientes pruebas: A) Confesional: Solicitó y obtuvo que absolviera posiciones el demandante, al tenor del pliego que se encuentra agregado a fs. 71, las que se traducen en que su remuneración fue acordada en base a su calificación como operador especializado en máquinas inyectoras de plásticos. Que antes no tenía ninguna experiencia como inyectorista y que don Jorge Sinsay y otro trabajador que laboraba al lado de él lo capacitaron en todos los días que estuvo trabajando. Que no es efectivo que la máquina que operaba trabajara tanto en forma automática, no requiriendo en dicho caso la participación del operador, como en forma semiautomática requiriendo el accionar del operador para el retiro del producto terminado y que se le había avisado al dueño de la empresa que la máquina estaba fallando en la parte automática. Que la máquina trabajaba manualmente, porque no se permitía usar con la rapidez con que tenían que sacar la cantidad que les daban diariamente como meta. Que no trabajaba 8 horas diarias. Que su jornada nocturna era de 19 a 7 horas, día por medio, sin hora de colación por no ser necesaria; y su jornada diurna se extendía desde 7 a 19 horas, con una hora de colación. B) Documental: a) Fotocopia de oficio enviado a la Inspección del Trabajo el 17 de noviembre de 1997, comunicando la constitución del Comité Paritario de la empresa, de fs. 45. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

755

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

b) Fotocopia de instrucciones sobre la obligación de informar de los riesgos laborales, de fs. 46. c) Reglamento interno de orden, higiene y seguridad de la empresa demandada, de fs. 49. C) Testimonial: Consistente en las declaraciones de don Abraham Adelio Faúndez Avendaño, quien manifiesta que la máquina operada por el actor funcionaba en forma manual, automática y semi automática, operable en las tres condiciones, lo que le consta porque él la revisó en el año 1996, antes del accidente. Que revisa las máquinas todas las semanas y les hace mantención cada dos o tres meses, dependiendo del trabajo de las máquinas. Que la última revisión que le hizo a la máquina en cuestión fue un mes o quince días antes del accidente, que no recuerda exactamente. Y de don Matiniano Segundo Ruiz Muñoz, quien declara que el accidente sufrido por el actor ocurrió como las 16 horas, mientras éste tomaba once y trabajaba. Que él se encontraba trabajando en otra máquina al lado del demandante y que se dio cuenta del accidente cuando el actor gritaba, que él mismo paró la máquina, la abrió y el demandante tenía la mano metida en la máquina. Que ese día trabajaron de 8 a 18 horas y paraban a la hora de colación. Que el demandante todos los días operaba la máquina y tomaba once, y que ellos no porque tenían media hora para hacerlo. SÉPTIMO: Que el Tribunal, como medida para mejor resolver tuvo por acompañado el documento que rola a fs. 93, consistente en declaración y evaluación de invalidez de accidentes del trabajo emitido por el IST, respecto de las lesiones sufridas por el demandante. OCTAVO: Que las partes de autos no han controvertido la existencia del hecho en que el demandante funda su acción indemnizatoria, esto es, el accidente ocurrido con fecha 14 de octubre de1997, y las lesiones que dicho accidente provocó al demandante, las cuales por lo demás constan en el oficio remitido por el Instituto de Seguridad del Trabajo, rolante a fojas 91 y no objetado de contrario. NOVENO: Que, tratándose de responsabilidad contractual, corresponde a la demandada acreditar que los daños sufridos por el actor no le son imputables a título de culpa. DÉCIMO: Que, en relación al hecho de haber incurrido en culpa el empleador en la ocurrencia de tal accidente, resulta necesario tener presente las conducta u omisiones en que el actor funda dicha imputación, a saber: a) La circunstancia de que en la empresa donde el actor desempeñaba sus labores, cuyo giro era el de maestranza, también se desarrollaba la actividad de elaborar productos plásticos, la que, según sus alegaciones, no se encontraría comprendida dentro del giro autorizado por la autoridad competente. b) La existencia de sólo dos turnos de trabajadores para operar la máquina inyectora de plásticos en la que el actor ejecutaba sus labores, lo que suponía una jornada de trabajo de doce horas diarias, con treinta minutos para colación, debido a que el funcionamiento de dicha máquina debía ser continuo. c) La circunstancia de haber mostrado la referida máquina desperfectos, ya que al inyectar el plástico en el molde respectivo no retiraba el producto una vez formado, teniendo que retirarlo el actor con la mano, y la circunstancia de estar estos desperfectos en conocimiento del empleador, quien habría ordenado al actor continuar trabajando en ella. UNDÉCIMO: Que corresponde, por consiguiente, analizar cada uno de los hechos reseñados en el considerando precedente, a fin de determinar si el demandado ha acreditado el cumplimiento de las obligaciones que para él emanan del contrato de trabajo que dicen relación con los hechos consignados, y en especial de lo dispuesto por el artículo 184 del Código del Trabajo, y seguidamente, si estos hechos constituyen un comportamiento negligente del empleador que sirva de base para determinar su responsabilidad. DUODÉCIMO: Que, respecto al hecho de ejecutarse en la empresa del demandado, cuyo giro era el de maestranza, una actividad distinta de éste, como era la elaboración de plásticos, debe tenerse presente que en el oficio remitido por la Ilte. Municipalidad de San Joaquín se informa que el giro del domicilio donde desarrollaba sus funciones el actor, de acuerdo con la declaración del contribuyente, era el de taller mecánico. Que, sin embargo, no puede considerarse que el desarrollo de un giro distinto al declarado por el contribuyente para efectos de obtener las patentes comerciales respectivas tenga alguna relación con el accidente sufrido por el actor.

756

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

b) Fotocopia de instrucciones sobre la obligación de informar de los riesgos laborales, de fs. 46. c) Reglamento interno de orden, higiene y seguridad de la empresa demandada, de fs. 49. C) Testimonial: Consistente en las declaraciones de don Abraham Adelio Faúndez Avendaño, quien manifiesta que la máquina operada por el actor funcionaba en forma manual, automática y semi automática, operable en las tres condiciones, lo que le consta porque él la revisó en el año 1996, antes del accidente. Que revisa las máquinas todas las semanas y les hace mantención cada dos o tres meses, dependiendo del trabajo de las máquinas. Que la última revisión que le hizo a la máquina en cuestión fue un mes o quince días antes del accidente, que no recuerda exactamente. Y de don Matiniano Segundo Ruiz Muñoz, quien declara que el accidente sufrido por el actor ocurrió como las 16 horas, mientras éste tomaba once y trabajaba. Que él se encontraba trabajando en otra máquina al lado del demandante y que se dio cuenta del accidente cuando el actor gritaba, que él mismo paró la máquina, la abrió y el demandante tenía la mano metida en la máquina. Que ese día trabajaron de 8 a 18 horas y paraban a la hora de colación. Que el demandante todos los días operaba la máquina y tomaba once, y que ellos no porque tenían media hora para hacerlo. SÉPTIMO: Que el Tribunal, como medida para mejor resolver tuvo por acompañado el documento que rola a fs. 93, consistente en declaración y evaluación de invalidez de accidentes del trabajo emitido por el IST, respecto de las lesiones sufridas por el demandante. OCTAVO: Que las partes de autos no han controvertido la existencia del hecho en que el demandante funda su acción indemnizatoria, esto es, el accidente ocurrido con fecha 14 de octubre de1997, y las lesiones que dicho accidente provocó al demandante, las cuales por lo demás constan en el oficio remitido por el Instituto de Seguridad del Trabajo, rolante a fojas 91 y no objetado de contrario. NOVENO: Que, tratándose de responsabilidad contractual, corresponde a la demandada acreditar que los daños sufridos por el actor no le son imputables a título de culpa. DÉCIMO: Que, en relación al hecho de haber incurrido en culpa el empleador en la ocurrencia de tal accidente, resulta necesario tener presente las conducta u omisiones en que el actor funda dicha imputación, a saber: a) La circunstancia de que en la empresa donde el actor desempeñaba sus labores, cuyo giro era el de maestranza, también se desarrollaba la actividad de elaborar productos plásticos, la que, según sus alegaciones, no se encontraría comprendida dentro del giro autorizado por la autoridad competente. b) La existencia de sólo dos turnos de trabajadores para operar la máquina inyectora de plásticos en la que el actor ejecutaba sus labores, lo que suponía una jornada de trabajo de doce horas diarias, con treinta minutos para colación, debido a que el funcionamiento de dicha máquina debía ser continuo. c) La circunstancia de haber mostrado la referida máquina desperfectos, ya que al inyectar el plástico en el molde respectivo no retiraba el producto una vez formado, teniendo que retirarlo el actor con la mano, y la circunstancia de estar estos desperfectos en conocimiento del empleador, quien habría ordenado al actor continuar trabajando en ella. UNDÉCIMO: Que corresponde, por consiguiente, analizar cada uno de los hechos reseñados en el considerando precedente, a fin de determinar si el demandado ha acreditado el cumplimiento de las obligaciones que para él emanan del contrato de trabajo que dicen relación con los hechos consignados, y en especial de lo dispuesto por el artículo 184 del Código del Trabajo, y seguidamente, si estos hechos constituyen un comportamiento negligente del empleador que sirva de base para determinar su responsabilidad. DUODÉCIMO: Que, respecto al hecho de ejecutarse en la empresa del demandado, cuyo giro era el de maestranza, una actividad distinta de éste, como era la elaboración de plásticos, debe tenerse presente que en el oficio remitido por la Ilte. Municipalidad de San Joaquín se informa que el giro del domicilio donde desarrollaba sus funciones el actor, de acuerdo con la declaración del contribuyente, era el de taller mecánico. Que, sin embargo, no puede considerarse que el desarrollo de un giro distinto al declarado por el contribuyente para efectos de obtener las patentes comerciales respectivas tenga alguna relación con el accidente sufrido por el actor.

756

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

757

DECIMOTERCERO: Que, en cuanto al hecho de trabajar el demandante con una jornada de doce horas diarias, la prueba rendida por dicha parte a fin de acreditar esta circunstancia, consistente en las declaraciones del testigo don Enrique Alberto Díaz Vallejos, resulta insuficiente a juicio de este sentenciador para desvirtuar la jornada pactada en el contrato de trabajo acompañado por el propio actor a fojas 1. Que las declaraciones de todos los testigos que depusieron en la causa resultan contradictorias entre sí respecto de la jornada de trabajo, razón por la que este sentenciador estimará como tal la pactada en el referido contrato de trabajo. Que, por lo demás, y aun cuando se considerara que el trabajador debía desarrollar sus funciones en una jornada superior al máximo legal, el sentenciador no ve cómo esta circunstancia podría haber influido en la ocurrencia del accidente del trabajo, toda vez que, según los dichos del propio demandante, y según se acredita además con las declaraciones del testigo don Matiniano Ruiz Muñoz y por la declaración de accidente del trabajo acompañada por el actor a fojas 2, el accidente ocurrió aproximadamente a las 16:00 horas., y, en consecuencia, dentro de la jornada de trabajo establecida por la ley, por lo que las causas del mismo no pueden atribuirse a las referidas circunstancias. DECIMOCUARTO: Que, por otra parte, no se ha acreditado por el actor de manera alguna que la máquina inyectora en que desarrollaba sus funciones hubiera presentado desperfectos en la época en que ocurrió el accidente, y por el contrario, la prueba testimonial rendida por el demandado, consistente en las declaraciones de don Abraham Faúndez Avendaño, y la inspección personal del tribunal de que da cuenta el acta de fojas 34, acreditan plenamente que la máquina podía funcionar en tres modalidades, manual, automática y semi automática, sin que el hecho de que funcionara en forma manual implique que ella se encuentra en mal estado. DECIMOQUINTO: Que, debe tenerse presente además que, siendo el fundamento de la acción indemnizatoria intentada por el actor la responsabilidad contractual del demandado, y de acuerdo con lo dispuesto por el artículo 1547 del Código Civil, corresponde a este último acreditar que desarrolló una actividad diligente tendiente a mantener y tomar todas las medidas de seguridad con el fin de evitar la ocurrencia de accidentes como los sufridos por el actor. DECIMOSEXTO: Que, no obstante ello, debe tenerse en consideración que, dada la naturaleza de los servicios prestados por el demandante, y muy especialmente la calificación o pericia requerida para desarrollar sus funciones, la manera fundamental de evitar la ocurrencia de accidentes era el despliegue de una conducta prudente por parte del propio demandante, la que, a mayor abundamiento, debía ser la de un trabajador muy calificado, ya que sólo ello explicaría la diferencia de remuneración que el actor tenía con su compañero de funciones quien, por realizar las mismas labores, ganaba $ 180.000, en circunstancias que el demandante percibía $ 500.000. DECIMOSÉPTIMO: Que, al respecto, resulta importante considerar que el actor, al absolver posiciones, señaló que nunca antes había trabajado como técnico inyectorista, y que habría sido capacitado por el demandado y un compañero de trabajo, en circunstancias que el testigo don Matiniano Ruiz Muñoz señala que nadie le enseñó al actor a operar la máquina en que desarrollaba su trabajo, toda vez que llegó como maestro, y que el accidente se produjo cuando el demandante se encontraba trabajando y tomando once al mismo tiempo. DECIMOCTAVO: Que, en consecuencia, y analizada y ponderada la rendida de acuerdo a las reglas de la sana crítica, los hechos referidos llevan a concluir a este sentenciador que la causa del accidente que provocó los daños ya detallados al actor no fue la falta de elementos de seguridad o el mal funcionamiento de la máquina inyectora en que prestaba sus servicios, sino su propia impericia y negligencia, las que se manifiestan en el hecho de ingerir alimentos mientras trabajaba, considerando el Tribunal que en estas circunstancias no cabe al demandado actitud alguna tendiente a evitar la ocurrencia del accidente, por lo que, aun cuando la prueba rendida por su parte resulte insuficiente para acreditar que cumplió con todas y cada una de las obligaciones que le impone la legislación laboral en materia de seguridad y protección de los trabajadores, y especialmente las contempladas por el artículo 184 del Código del Trabajo, estos hechos no resultan relevantes en la ocurrencia del accidente, toda vez que no existe relación de causalidad entre ellas y el daño que se produjo como resultado de aquél.

DECIMOTERCERO: Que, en cuanto al hecho de trabajar el demandante con una jornada de doce horas diarias, la prueba rendida por dicha parte a fin de acreditar esta circunstancia, consistente en las declaraciones del testigo don Enrique Alberto Díaz Vallejos, resulta insuficiente a juicio de este sentenciador para desvirtuar la jornada pactada en el contrato de trabajo acompañado por el propio actor a fojas 1. Que las declaraciones de todos los testigos que depusieron en la causa resultan contradictorias entre sí respecto de la jornada de trabajo, razón por la que este sentenciador estimará como tal la pactada en el referido contrato de trabajo. Que, por lo demás, y aun cuando se considerara que el trabajador debía desarrollar sus funciones en una jornada superior al máximo legal, el sentenciador no ve cómo esta circunstancia podría haber influido en la ocurrencia del accidente del trabajo, toda vez que, según los dichos del propio demandante, y según se acredita además con las declaraciones del testigo don Matiniano Ruiz Muñoz y por la declaración de accidente del trabajo acompañada por el actor a fojas 2, el accidente ocurrió aproximadamente a las 16:00 horas., y, en consecuencia, dentro de la jornada de trabajo establecida por la ley, por lo que las causas del mismo no pueden atribuirse a las referidas circunstancias. DECIMOCUARTO: Que, por otra parte, no se ha acreditado por el actor de manera alguna que la máquina inyectora en que desarrollaba sus funciones hubiera presentado desperfectos en la época en que ocurrió el accidente, y por el contrario, la prueba testimonial rendida por el demandado, consistente en las declaraciones de don Abraham Faúndez Avendaño, y la inspección personal del tribunal de que da cuenta el acta de fojas 34, acreditan plenamente que la máquina podía funcionar en tres modalidades, manual, automática y semi automática, sin que el hecho de que funcionara en forma manual implique que ella se encuentra en mal estado. DECIMOQUINTO: Que, debe tenerse presente además que, siendo el fundamento de la acción indemnizatoria intentada por el actor la responsabilidad contractual del demandado, y de acuerdo con lo dispuesto por el artículo 1547 del Código Civil, corresponde a este último acreditar que desarrolló una actividad diligente tendiente a mantener y tomar todas las medidas de seguridad con el fin de evitar la ocurrencia de accidentes como los sufridos por el actor. DECIMOSEXTO: Que, no obstante ello, debe tenerse en consideración que, dada la naturaleza de los servicios prestados por el demandante, y muy especialmente la calificación o pericia requerida para desarrollar sus funciones, la manera fundamental de evitar la ocurrencia de accidentes era el despliegue de una conducta prudente por parte del propio demandante, la que, a mayor abundamiento, debía ser la de un trabajador muy calificado, ya que sólo ello explicaría la diferencia de remuneración que el actor tenía con su compañero de funciones quien, por realizar las mismas labores, ganaba $ 180.000, en circunstancias que el demandante percibía $ 500.000. DECIMOSÉPTIMO: Que, al respecto, resulta importante considerar que el actor, al absolver posiciones, señaló que nunca antes había trabajado como técnico inyectorista, y que habría sido capacitado por el demandado y un compañero de trabajo, en circunstancias que el testigo don Matiniano Ruiz Muñoz señala que nadie le enseñó al actor a operar la máquina en que desarrollaba su trabajo, toda vez que llegó como maestro, y que el accidente se produjo cuando el demandante se encontraba trabajando y tomando once al mismo tiempo. DECIMOCTAVO: Que, en consecuencia, y analizada y ponderada la rendida de acuerdo a las reglas de la sana crítica, los hechos referidos llevan a concluir a este sentenciador que la causa del accidente que provocó los daños ya detallados al actor no fue la falta de elementos de seguridad o el mal funcionamiento de la máquina inyectora en que prestaba sus servicios, sino su propia impericia y negligencia, las que se manifiestan en el hecho de ingerir alimentos mientras trabajaba, considerando el Tribunal que en estas circunstancias no cabe al demandado actitud alguna tendiente a evitar la ocurrencia del accidente, por lo que, aun cuando la prueba rendida por su parte resulte insuficiente para acreditar que cumplió con todas y cada una de las obligaciones que le impone la legislación laboral en materia de seguridad y protección de los trabajadores, y especialmente las contempladas por el artículo 184 del Código del Trabajo, estos hechos no resultan relevantes en la ocurrencia del accidente, toda vez que no existe relación de causalidad entre ellas y el daño que se produjo como resultado de aquél. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

757

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

San Miguel, 30 de octubre de 2000. VISTOS: Se reproduce la sentencia en alzada, con las siguientes modificaciones: 1) Se elimina la última parte del fundamento decimoctavo, desde donde dice sino su propia impericia..., sustituyendo la coma que la antecede por un punto y se elimina, asimismo, el último considerando de la sentencia en estudio, signado también como decimoctavo. 2) En el párrafo segundo del fundamento duodécimo, se incorpora, antecedida de una coma, la siguiente frase: tanto más cuanto que, del contrato de trabajo acompañado por la propia parte demandante aparece que éste se obligó a operar una máquina inyectora, característica que tenía la que manejaba el actor al momento del accidente, según se puntualiza en la inspección ocular de fs. 34. Y SE TIENE EN SU LUGAR Y ADEMÁS PRESENTE: PRIMERO: Que, además de lo razonado en la sentencia de primer grado, es preciso tener especialmente en consideración que, debiendo dilucidarse la procedencia de una indemnización por lucro cesante, derivada de un accidente del trabajo, debe estarse a lo previsto en el artículo 69 de la ley Nº 16.744, que rige la materia y cuya última modificación está contenida en la ley Nº 19.454, que establece que: Cuando el accidente o enfermedad se deba a culpa o dolo de la entidad empleadora o de un tercero, sin perjuicio de las acciones criminales que procedan, deberán observarse las siguientes reglas: A) El organismo administrador tendrá derecho a repetir en contra del responsable del accidente, por las prestaciones que haya otorgado o deberá otorgar, y B) La víctima y las demás personas a quienes el accidente o enfermedad cause daño podrán reclamar al empleador o terceros responsables del accidente, también las otras indemnizaciones a que tengan derecho, con arreglo a las prescripciones de derecho común, incluso el daño moral. SEGUNDO: Que de la copia de declaración individual de accidente del trabajo acompañada por el mismo demandante en su libelo y que rola a fs. 2, como asimismo, de la declaración de evaluación de invalidez de accidentes del trabajo, agregada a fs. 93 que determina una incapacidad del 32,5’, apreciados ambos antecedentes conforme a las reglas de la sana crítica, se colige que la parte empleadora demandada cumplió con las exigencias contenidas en la citada ley Nº 16.744, lo que posibilitó al trabajador acceder a los beneficios que contempla esta normativa. TERCERO: Que lo anteriormente razonado, unido a lo que se consigna en el fallo de primer grado, permite concluir que no se ha acreditado en autos que la parte demandada haya tenido responsabilidad en el accidente del trabajo sufrido por el actor, por lo que debe confirmarse lo resuelto en esa sentencia. Y de conformidad además con lo dispuesto en el artículo 473 del Código del Trabajo, se confirma la sentencia apelada de dos de mayo del año en curso, escrita de fs. 101 a 115. Regístrese y oportunamente, devuélvase. Redacción del Abogado Integrante señor César Toledo Fuentes. Rol Nº 228 2000 Tr. Pronunciada por la Ministro señora Lya Cabello Abdala y los Abogados Integrantes señores Fernando Iturra Astudillo y César Toledo Fuentes.

758

II. CORTE DE APELACIONES

DECIMONOVENO: Que, de este modo, no existiendo el referido vínculo de causalidad, no se ha establecido la responsabilidad del demandado en el accidente del trabajo sufrido por el actor, por lo que deberá rechazarse la demanda. Y visto además lo dispuesto por los artículos 1546 y siguientes, 1698 del Código Civil, 22 y siguientes, 184 y siguientes y 439 y siguientes del Código del Trabajo, y ley Nº 16.744 se declara: a) Que se rechaza la objeción de documentos de foja 86. b) Que se rechaza la demanda interpuesta a fojas 3 por don Guillermo Estay Riquelme en contra de don Cristian Sinsay Carreti. c) Que no se condena en costas al actor, por estimar el tribunal que litigó con motivo plausible. Notifíquese, Regístrese, Archívese. Rol N° 4.856 00. Dictada por la señora Ana María Arratia Valdebenito, Juez Titular.

DECIMONOVENO: Que, de este modo, no existiendo el referido vínculo de causalidad, no se ha establecido la responsabilidad del demandado en el accidente del trabajo sufrido por el actor, por lo que deberá rechazarse la demanda. Y visto además lo dispuesto por los artículos 1546 y siguientes, 1698 del Código Civil, 22 y siguientes, 184 y siguientes y 439 y siguientes del Código del Trabajo, y ley Nº 16.744 se declara: a) Que se rechaza la objeción de documentos de foja 86. b) Que se rechaza la demanda interpuesta a fojas 3 por don Guillermo Estay Riquelme en contra de don Cristian Sinsay Carreti. c) Que no se condena en costas al actor, por estimar el tribunal que litigó con motivo plausible. Notifíquese, Regístrese, Archívese. Rol N° 4.856 00. Dictada por la señora Ana María Arratia Valdebenito, Juez Titular.

II. CORTE DE APELACIONES

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

San Miguel, 30 de octubre de 2000. VISTOS: Se reproduce la sentencia en alzada, con las siguientes modificaciones: 1) Se elimina la última parte del fundamento decimoctavo, desde donde dice sino su propia impericia..., sustituyendo la coma que la antecede por un punto y se elimina, asimismo, el último considerando de la sentencia en estudio, signado también como decimoctavo. 2) En el párrafo segundo del fundamento duodécimo, se incorpora, antecedida de una coma, la siguiente frase: tanto más cuanto que, del contrato de trabajo acompañado por la propia parte demandante aparece que éste se obligó a operar una máquina inyectora, característica que tenía la que manejaba el actor al momento del accidente, según se puntualiza en la inspección ocular de fs. 34. Y SE TIENE EN SU LUGAR Y ADEMÁS PRESENTE: PRIMERO: Que, además de lo razonado en la sentencia de primer grado, es preciso tener especialmente en consideración que, debiendo dilucidarse la procedencia de una indemnización por lucro cesante, derivada de un accidente del trabajo, debe estarse a lo previsto en el artículo 69 de la ley Nº 16.744, que rige la materia y cuya última modificación está contenida en la ley Nº 19.454, que establece que: Cuando el accidente o enfermedad se deba a culpa o dolo de la entidad empleadora o de un tercero, sin perjuicio de las acciones criminales que procedan, deberán observarse las siguientes reglas: A) El organismo administrador tendrá derecho a repetir en contra del responsable del accidente, por las prestaciones que haya otorgado o deberá otorgar, y B) La víctima y las demás personas a quienes el accidente o enfermedad cause daño podrán reclamar al empleador o terceros responsables del accidente, también las otras indemnizaciones a que tengan derecho, con arreglo a las prescripciones de derecho común, incluso el daño moral. SEGUNDO: Que de la copia de declaración individual de accidente del trabajo acompañada por el mismo demandante en su libelo y que rola a fs. 2, como asimismo, de la declaración de evaluación de invalidez de accidentes del trabajo, agregada a fs. 93 que determina una incapacidad del 32,5’, apreciados ambos antecedentes conforme a las reglas de la sana crítica, se colige que la parte empleadora demandada cumplió con las exigencias contenidas en la citada ley Nº 16.744, lo que posibilitó al trabajador acceder a los beneficios que contempla esta normativa. TERCERO: Que lo anteriormente razonado, unido a lo que se consigna en el fallo de primer grado, permite concluir que no se ha acreditado en autos que la parte demandada haya tenido responsabilidad en el accidente del trabajo sufrido por el actor, por lo que debe confirmarse lo resuelto en esa sentencia. Y de conformidad además con lo dispuesto en el artículo 473 del Código del Trabajo, se confirma la sentencia apelada de dos de mayo del año en curso, escrita de fs. 101 a 115. Regístrese y oportunamente, devuélvase. Redacción del Abogado Integrante señor César Toledo Fuentes. Rol Nº 228 2000 Tr. Pronunciada por la Ministro señora Lya Cabello Abdala y los Abogados Integrantes señores Fernando Iturra Astudillo y César Toledo Fuentes.

758

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

759

III. CORTE SUPREMA Santiago, 29 de enero de 2001. VISTOS Y TENIENDO PRESENTE: PRIMERO: Que en conformidad a lo dispuesto en el artículo 782 del Código de Procedimiento Civil, se ordenó dar cuenta del recurso de casación en el fondo deducido a fojas 135. SEGUNDO: Que el recurrente denuncia el quebrantamiento de los artículos 184 del Código del Trabajo y 1546, 1547, 1550 y 2330 del Código Civil, sosteniendo, en síntesis, que al no interpretarse en forma armónica la legislación aplicable al caso, dio como resultado el hecho de que no se tomara en consideración que, en la situación sublite, las reglas del onus probandi debían invertirse, por cuanto los contratos deben ejecutarse de buena fe y, por consiguiente, obligan no sólo a lo que en ellos se expresa, sino que a todas la cosas que emanan precisamente de la naturaleza de la obligación o que por la ley o la costumbre pertenecen a ella. Agrega que, en este sentido, la disposición contemplada en el artículo 184 del Código del Trabajo impone al empleador una obligación adicional a la del pago de la remuneración, consistente en mantener las condiciones de seguridad en el establecimiento donde se ejerce la función. Añade que la obligación que se señalara precedentemente fue la que su parte acreditó que el empleador incumplió. Expresa que se infringieron las normas reguladoras de la prueba, por cuanto, relativo al tema de que se trata, a su juicio debió apreciarse la misma, en conciencia, agregando, que si bien, los sentenciadores podían valorar la prueba de acuerdo a la sana crítica, ello no era aplicable a la determinación del sujeto respecto del cual recaía el peso de la prueba, indicando que de acuerdo al artículo 1547 del Código Civil, la culpa en materia contractual se presume, razón por la cual debió el empleador haber acreditado el haber adoptado todas las medidas necesarias para proteger la vida y la salud de su trabajador. Finaliza señalando que aun cuando se aceptara que el actor fue el responsable inmediato del accidente, como lo sostuviera el fallo cuestionado, ello no exime de responsabilidad a la demandada, sino que sólo mitiga la misma, razón por la cual, no se debió rechazar la demanda, sino que sólo rebajar el monto de la indemnización. TERCERO: Que en la sentencia impugnada se establecieron como hechos, en lo pertinente: a) que entre las partes existió una relación laboral en los términos indicados en el contrato de trabajo. b) que el 14 de octubre de 1997 el actor sufrió un accidente laboral que le causó lesiones mientras se desempeñaba operando una máquina inyectora. c) que no se acreditó que la maquinaria que operaba el trabajador presentara defectos en su funcionamiento. d) que el actor no observó una conducta prudente. CUARTO: Que sobre la base de los hechos reseñados anteriormente y los demás antecedentes del proceso, los sentenciadores concluyeron que dada la naturaleza de los servicios prestados por el demandante, especialmente la calificación o pericia requerida para el desarrollo de sus funciones, la manera de evitar la ocurrencia de un accidente era que el trabajador desplegara una conducta prudente y al no realizar sus labores de esa forma causó el accidente, rechazando por estas razones la demanda intentada en autos. QUINTO: Que en relación a la normativa infringida y al problema planteado cabe señalar que se estableció que el actor al no observar una conducta prudente fue el causante del accidente que sufrió, por lo que existan o no los errores denunciados por el recurrente, relativos a no haberle exigido al empleador demostrar que había adoptado todas la medidas tendientes a acreditar el cumplimiento de la obligación establecida en el artículo 184 del Código Laboral, los mismos carecen de influencia en lo dispositivo del fallo, ya que sobre la base del hecho asentado, la decisión es la misma, esto es, el rechazo de la acción intentada en esta causa. SEXTO: Que lo razonado resulta suficiente para rechazar el recurso de casación en el fondo en examen, en esta sede, por adolecer de manifiesta falta de fundamento.

Santiago, 29 de enero de 2001. VISTOS Y TENIENDO PRESENTE: PRIMERO: Que en conformidad a lo dispuesto en el artículo 782 del Código de Procedimiento Civil, se ordenó dar cuenta del recurso de casación en el fondo deducido a fojas 135. SEGUNDO: Que el recurrente denuncia el quebrantamiento de los artículos 184 del Código del Trabajo y 1546, 1547, 1550 y 2330 del Código Civil, sosteniendo, en síntesis, que al no interpretarse en forma armónica la legislación aplicable al caso, dio como resultado el hecho de que no se tomara en consideración que, en la situación sublite, las reglas del onus probandi debían invertirse, por cuanto los contratos deben ejecutarse de buena fe y, por consiguiente, obligan no sólo a lo que en ellos se expresa, sino que a todas la cosas que emanan precisamente de la naturaleza de la obligación o que por la ley o la costumbre pertenecen a ella. Agrega que, en este sentido, la disposición contemplada en el artículo 184 del Código del Trabajo impone al empleador una obligación adicional a la del pago de la remuneración, consistente en mantener las condiciones de seguridad en el establecimiento donde se ejerce la función. Añade que la obligación que se señalara precedentemente fue la que su parte acreditó que el empleador incumplió. Expresa que se infringieron las normas reguladoras de la prueba, por cuanto, relativo al tema de que se trata, a su juicio debió apreciarse la misma, en conciencia, agregando, que si bien, los sentenciadores podían valorar la prueba de acuerdo a la sana crítica, ello no era aplicable a la determinación del sujeto respecto del cual recaía el peso de la prueba, indicando que de acuerdo al artículo 1547 del Código Civil, la culpa en materia contractual se presume, razón por la cual debió el empleador haber acreditado el haber adoptado todas las medidas necesarias para proteger la vida y la salud de su trabajador. Finaliza señalando que aun cuando se aceptara que el actor fue el responsable inmediato del accidente, como lo sostuviera el fallo cuestionado, ello no exime de responsabilidad a la demandada, sino que sólo mitiga la misma, razón por la cual, no se debió rechazar la demanda, sino que sólo rebajar el monto de la indemnización. TERCERO: Que en la sentencia impugnada se establecieron como hechos, en lo pertinente: a) que entre las partes existió una relación laboral en los términos indicados en el contrato de trabajo. b) que el 14 de octubre de 1997 el actor sufrió un accidente laboral que le causó lesiones mientras se desempeñaba operando una máquina inyectora. c) que no se acreditó que la maquinaria que operaba el trabajador presentara defectos en su funcionamiento. d) que el actor no observó una conducta prudente. CUARTO: Que sobre la base de los hechos reseñados anteriormente y los demás antecedentes del proceso, los sentenciadores concluyeron que dada la naturaleza de los servicios prestados por el demandante, especialmente la calificación o pericia requerida para el desarrollo de sus funciones, la manera de evitar la ocurrencia de un accidente era que el trabajador desplegara una conducta prudente y al no realizar sus labores de esa forma causó el accidente, rechazando por estas razones la demanda intentada en autos. QUINTO: Que en relación a la normativa infringida y al problema planteado cabe señalar que se estableció que el actor al no observar una conducta prudente fue el causante del accidente que sufrió, por lo que existan o no los errores denunciados por el recurrente, relativos a no haberle exigido al empleador demostrar que había adoptado todas la medidas tendientes a acreditar el cumplimiento de la obligación establecida en el artículo 184 del Código Laboral, los mismos carecen de influencia en lo dispositivo del fallo, ya que sobre la base del hecho asentado, la decisión es la misma, esto es, el rechazo de la acción intentada en esta causa. SEXTO: Que lo razonado resulta suficiente para rechazar el recurso de casación en el fondo en examen, en esta sede, por adolecer de manifiesta falta de fundamento.

III. CORTE SUPREMA ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

759

RETIRO

760

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Por estas consideraciones y normas legales citadas, se rechaza el recurso de casación en el fondo deducido por la demandante a fojas 135, contra la sentencia de treinta de octubre del año pasado, que se lee a fojas 131. Regístrese y devuélvase. Pronunciado por los Ministros señores Mario Garrido M., Marcos Libedinsky T., José Benquis C., y Urbano Marín V., y el Abogado Integrante señor Patricio Novoa F. Rol Nº 4.856 00

Por estas consideraciones y normas legales citadas, se rechaza el recurso de casación en el fondo deducido por la demandante a fojas 135, contra la sentencia de treinta de octubre del año pasado, que se lee a fojas 131. Regístrese y devuélvase. Pronunciado por los Ministros señores Mario Garrido M., Marcos Libedinsky T., José Benquis C., y Urbano Marín V., y el Abogado Integrante señor Patricio Novoa F. Rol Nº 4.856 00 760

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

761

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol N°: 3407-2000 Cita online: CL/JUR/898/2000 I. SENTENCIA DE PRIMER GRADO Santiago, 19 de enero de 2000. VISTOS: A fojas 3 se presenta don Rubén Juan Uribe Fernández, cesante, domiciliado en calle Los Lagos N°2596, Villa Vichuquén, Peñalolén, interponiendo demanda en juicio ordinario del trabajo en contra de don Roberto Ramírez Aliaga, ingeniero civil y contratista de empresas eléctricas y de telefonía, domiciliado en calle Vicuña Rozas N° 5458, Quinta Normal, a fin de obtener el pago de las prestaciones que indica. A fs. 10 la demandada contestando la demanda pide su total rechazo a ésta con costas. A fojas 16 se recibió la causa a prueba y se fijaron los puntos pertinentes. A fojas 34, 41 y 64 tuvo lugar los comparendos de conciliación y prueba con la asistencia de ambas partes. A fojas 77 se citó a las partes a oír sentencia. Considerando: En cuanto a la excepción de incompetencia. PRIMERO: Que la parte demandada en lo principal de fs. 10, formula excepción de incompetencia para conocer de la demanda de autos, en lo que se refiere al pronunciamiento sobre el daño moral cobrado por el actor, que además es excesivo; que funda en el art. 420 letra f) del Código del Trabajo; SEGUNDO: Que la parte demandante en lo principal de fs. 13, pide el rechazo de la excepción de incompetencia; sosteniendo que el art. 420 letra f) del Código del Trabajo otorga competencia a los Juzgados del Trabajo para conocer de los juicios en que se pretenda hacer efectiva la responsabilidad del empleador derivada de accidentes del trabajo o enfermedades profesionales; y que el art. 69 b) de la ley N° 16.744, es una norma sustantiva, que reconoce la acción que tiene la víctima o las demás personas a quienes afecte el accidente o enfermedad afectada por el daño para reclamar al empleador o terceros responsables del accidente “con arreglo a las prescripciones del derecho común incluso el daño moral”, esto es, a las indemnizaciones que tienen derecho a reclamar los sujetos activos de la acción deben estar comprendidas en el derecho común, como lo es la indemnización de perjuicios materia de la litis; TERCERO: Que teniendo en consideración el mérito del proceso y las citas legales señaladas en el motivo anterior, se considera que procede rechazar la excepción de incompetencia de la demandada; En cuanto a la objeción documental de la demandada. CUARTO: Que la demandada en el segundo otrosí de fs. 10 y siguiente, objetó los documentos adjuntados por el actor en el primer otrosí de la demanda; sostiene respecto de los documentos de fs. 1 y 2, que no le consta su autenticidad ni integridad, pues junto con no reunir las formalidades de informes periciales provienen de terceros que no han declarado en el juicio; QUINTO: Que el demandante en el otrosí de fs. 13 y siguiente, contestando pidió el rechazo de la impugnación documental de la demandada; pues los documentos de fs. 1 y 2. fueron emitidos por médicos del Hospital de la Mutual de Seguridad, donde fue trasladado el actor luego de que sufriera el accidente que lo afectó, para ser operado y recibir tratamiento de rehabilitación; y además, porque si se aceptara el fundamento de la demandada, no podría acompañarse al juicio documentos que emanen de terceros; y finalmente que procede ponderar los citados documentos conforme las reglas de la sana crítica; SEXTO: Que procede el rechazo de la incidencia de impugnación documental, propuesta por la demandada por el segundo otrosí de fs. 10, pues ponderando conforme las normas de la sana crítica los documentos de fs. 1 y 2, que están íntimamente relacionados en su contenido con el informe de fs. 20 emanado de la misma Mutual de Seguridad C.Ch.C. no objetado por la demandada, razón por la cual no puede sostenerse que carezcan de autenticidad y falta de integridad;

Santiago, 19 de enero de 2000. VISTOS: A fojas 3 se presenta don Rubén Juan Uribe Fernández, cesante, domiciliado en calle Los Lagos N°2596, Villa Vichuquén, Peñalolén, interponiendo demanda en juicio ordinario del trabajo en contra de don Roberto Ramírez Aliaga, ingeniero civil y contratista de empresas eléctricas y de telefonía, domiciliado en calle Vicuña Rozas N° 5458, Quinta Normal, a fin de obtener el pago de las prestaciones que indica. A fs. 10 la demandada contestando la demanda pide su total rechazo a ésta con costas. A fojas 16 se recibió la causa a prueba y se fijaron los puntos pertinentes. A fojas 34, 41 y 64 tuvo lugar los comparendos de conciliación y prueba con la asistencia de ambas partes. A fojas 77 se citó a las partes a oír sentencia. Considerando: En cuanto a la excepción de incompetencia. PRIMERO: Que la parte demandada en lo principal de fs. 10, formula excepción de incompetencia para conocer de la demanda de autos, en lo que se refiere al pronunciamiento sobre el daño moral cobrado por el actor, que además es excesivo; que funda en el art. 420 letra f) del Código del Trabajo; SEGUNDO: Que la parte demandante en lo principal de fs. 13, pide el rechazo de la excepción de incompetencia; sosteniendo que el art. 420 letra f) del Código del Trabajo otorga competencia a los Juzgados del Trabajo para conocer de los juicios en que se pretenda hacer efectiva la responsabilidad del empleador derivada de accidentes del trabajo o enfermedades profesionales; y que el art. 69 b) de la ley N° 16.744, es una norma sustantiva, que reconoce la acción que tiene la víctima o las demás personas a quienes afecte el accidente o enfermedad afectada por el daño para reclamar al empleador o terceros responsables del accidente “con arreglo a las prescripciones del derecho común incluso el daño moral”, esto es, a las indemnizaciones que tienen derecho a reclamar los sujetos activos de la acción deben estar comprendidas en el derecho común, como lo es la indemnización de perjuicios materia de la litis; TERCERO: Que teniendo en consideración el mérito del proceso y las citas legales señaladas en el motivo anterior, se considera que procede rechazar la excepción de incompetencia de la demandada; En cuanto a la objeción documental de la demandada. CUARTO: Que la demandada en el segundo otrosí de fs. 10 y siguiente, objetó los documentos adjuntados por el actor en el primer otrosí de la demanda; sostiene respecto de los documentos de fs. 1 y 2, que no le consta su autenticidad ni integridad, pues junto con no reunir las formalidades de informes periciales provienen de terceros que no han declarado en el juicio; QUINTO: Que el demandante en el otrosí de fs. 13 y siguiente, contestando pidió el rechazo de la impugnación documental de la demandada; pues los documentos de fs. 1 y 2. fueron emitidos por médicos del Hospital de la Mutual de Seguridad, donde fue trasladado el actor luego de que sufriera el accidente que lo afectó, para ser operado y recibir tratamiento de rehabilitación; y además, porque si se aceptara el fundamento de la demandada, no podría acompañarse al juicio documentos que emanen de terceros; y finalmente que procede ponderar los citados documentos conforme las reglas de la sana crítica; SEXTO: Que procede el rechazo de la incidencia de impugnación documental, propuesta por la demandada por el segundo otrosí de fs. 10, pues ponderando conforme las normas de la sana crítica los documentos de fs. 1 y 2, que están íntimamente relacionados en su contenido con el informe de fs. 20 emanado de la misma Mutual de Seguridad C.Ch.C. no objetado por la demandada, razón por la cual no puede sostenerse que carezcan de autenticidad y falta de integridad;

I. SENTENCIA DE PRIMER GRADO

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol N°: 3407-2000 Cita online: CL/JUR/898/2000 ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

761

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

En cuanto a las tachas de la demandada. SÉPTIMO: Que la parte demandada a fs. 43 tachó al testigo del actor, Luis Matus Alvear, por la causal del art. 357 N° 8 del Código de Procedimiento Civil, por no ser digno de fe, pues reconoció haber sido sancionado por delito de hurto de un vehículo a la pena de 541 días de presidio menor en su grado medio, cumpliendo la condena; y también, lo tachó por la causal del art. 358 N° 7 del citado Código, por tener amistad íntima con la persona que lo presenta como testigo, lo que ofrece probar; OCTAVO: Que contestando el demandante a fs. 43 y 44, pide el rechazo de ambas tachas sosteniendo en cuanto a la primera causal de inhabilidad, que es el Tribunal quien debe pronunciarse sobre la posible indignidad del testigo, pues éste reconoció haber sido inculpado de un delito menor como es el hurto, lo que a juicio de la parte no constituye una indignidad de fe para deponer; y respecto de la segunda causal que la demandada ha basado la tacha no en los dichos del testigo, sino en meras y vagas afirmaciones que no constan en el proceso; NOVENO: Que procede rechazar la tacha opuesta por la demandada al testigo del actor, Luis Matus Alvear; pues en cuanto a la primera causal la perpetración de un delito de hurto menor cuya sanción cumplió el testigo, no es bastante para poder considerarlo como no digno de fe para deponer; y, respecto de la segunda causal no se han justificado suficientemente los hechos que la constituyen; DÉCIMO: Que la parte demandada a fs. 55 tachó al testigo del actor, Juan Matus Alvear, por la causal de tacha contemplada en el art. 358 N° 7 del Código de Procedimiento Civil, por tener el testigo amistad íntima con la parte que lo presenta, por vivir en la misma población habitacional del actor, careciendo de imparcialidad; UNDÉCIMO: Que el demandante a fs. 56 contestando solicita el rechazo de la tacha, cuando lo único que ha reconocido el testigo tachado es que conoce al demandante en el trabajo, de lo que no se puede inferir la existencia de una amistad íntima; DUODÉCIMO: Que procede rechazar la tacha opuesta al testigo del actor, Juan Matus Alvear, por no haberse justificado suficientemente los hechos que la constituyen: En cuanto al fondo de la acción. DECIMOTERCERO: que el demandante don Rubén Juan Uribe Fernández a fs. 3, interpuso demanda laboral en contra de don Roberto Ramírez Aliaga a fin de que se le condene al pago de las siguientes indemnizaciones: a) Lucro Cesante: Antes del accidente le restaban 33 años de vida laboral útil y siendo su remuneración mensual la suma de $ 130.000 ha dejado de ganar $ 51.480.000. b) Daño moral. Este accidente hizo peligrar su vida y el sufrimiento que ha ocasionado este accidente a su familia y para él ha sido enorme y marcará el resto de su vida. Es por ello que solicita una compensación por el daño moral causado ascendente a la suma de $ 30.000.000. Fundamenta su demanda aduciendo que el día 4 de julio de 1996, por órdenes del demandado, realizaba labores de colocación y retiro de transformadores del tendido eléctrico y telefónico en la comuna de Quilicura, junto a sus compañeros de labores señores Juan Carlos Matus Alvear, chofer, y Luis Humberto Matus Alvear, operario. Dichos trabajos correspondían a una prestación de servicios que realizaba su empleador, don Roberto Ramírez Aliaga, a la Empresa Abengoa Chile S.A., la cual es contratista de Chilectra S.A. El día de los hechos, se le había ordenando sacar un transformador del tendido eléctrico en la comuna de Quilicura. Al llegar al lugar, alrededor de las 10:00 horas apreció de inmediato que dicho poste de hormigón, de unos seis metros de altura se encontraba trizado a la mitad. El encargado de su unidad, don Juan Carlos Matus Alvear solicitó instrucciones por radio al empleador, quien le señaló que se debía sacar el transformador advirtiéndole que si no se realizaba esa labor sería despedido. Que al lugar de los hechos llegó un supervisor de Chilectra S.A., quien autorizó el retiro del transformador. Ante la persistente negativa de su compañero Luis Humberto Matus Alvear de realizar la labor, previamente asignada a él, tuvo que subirse al poste para realizar la labor ordenada. Manifiesta que debió subir con ganchos, ya que el brazo hidráulico, llamado habitualmente “pluma”, que portaba el camión se encontraba fuera de servicio, hacía varias semanas, pese a que don Juan Carlos Matus le había representado al empleador en varias ocasiones que debía ser reparado a la brevedad. Al llegar al transformador y empezar a retirarlo, sintió un fuerte ruido, seguido por un golpe seco, producido por la rotura del poste, el cual se vino abajo, aplastándolo junto al transformador en la

762

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

En cuanto a las tachas de la demandada. SÉPTIMO: Que la parte demandada a fs. 43 tachó al testigo del actor, Luis Matus Alvear, por la causal del art. 357 N° 8 del Código de Procedimiento Civil, por no ser digno de fe, pues reconoció haber sido sancionado por delito de hurto de un vehículo a la pena de 541 días de presidio menor en su grado medio, cumpliendo la condena; y también, lo tachó por la causal del art. 358 N° 7 del citado Código, por tener amistad íntima con la persona que lo presenta como testigo, lo que ofrece probar; OCTAVO: Que contestando el demandante a fs. 43 y 44, pide el rechazo de ambas tachas sosteniendo en cuanto a la primera causal de inhabilidad, que es el Tribunal quien debe pronunciarse sobre la posible indignidad del testigo, pues éste reconoció haber sido inculpado de un delito menor como es el hurto, lo que a juicio de la parte no constituye una indignidad de fe para deponer; y respecto de la segunda causal que la demandada ha basado la tacha no en los dichos del testigo, sino en meras y vagas afirmaciones que no constan en el proceso; NOVENO: Que procede rechazar la tacha opuesta por la demandada al testigo del actor, Luis Matus Alvear; pues en cuanto a la primera causal la perpetración de un delito de hurto menor cuya sanción cumplió el testigo, no es bastante para poder considerarlo como no digno de fe para deponer; y, respecto de la segunda causal no se han justificado suficientemente los hechos que la constituyen; DÉCIMO: Que la parte demandada a fs. 55 tachó al testigo del actor, Juan Matus Alvear, por la causal de tacha contemplada en el art. 358 N° 7 del Código de Procedimiento Civil, por tener el testigo amistad íntima con la parte que lo presenta, por vivir en la misma población habitacional del actor, careciendo de imparcialidad; UNDÉCIMO: Que el demandante a fs. 56 contestando solicita el rechazo de la tacha, cuando lo único que ha reconocido el testigo tachado es que conoce al demandante en el trabajo, de lo que no se puede inferir la existencia de una amistad íntima; DUODÉCIMO: Que procede rechazar la tacha opuesta al testigo del actor, Juan Matus Alvear, por no haberse justificado suficientemente los hechos que la constituyen: En cuanto al fondo de la acción. DECIMOTERCERO: que el demandante don Rubén Juan Uribe Fernández a fs. 3, interpuso demanda laboral en contra de don Roberto Ramírez Aliaga a fin de que se le condene al pago de las siguientes indemnizaciones: a) Lucro Cesante: Antes del accidente le restaban 33 años de vida laboral útil y siendo su remuneración mensual la suma de $ 130.000 ha dejado de ganar $ 51.480.000. b) Daño moral. Este accidente hizo peligrar su vida y el sufrimiento que ha ocasionado este accidente a su familia y para él ha sido enorme y marcará el resto de su vida. Es por ello que solicita una compensación por el daño moral causado ascendente a la suma de $ 30.000.000. Fundamenta su demanda aduciendo que el día 4 de julio de 1996, por órdenes del demandado, realizaba labores de colocación y retiro de transformadores del tendido eléctrico y telefónico en la comuna de Quilicura, junto a sus compañeros de labores señores Juan Carlos Matus Alvear, chofer, y Luis Humberto Matus Alvear, operario. Dichos trabajos correspondían a una prestación de servicios que realizaba su empleador, don Roberto Ramírez Aliaga, a la Empresa Abengoa Chile S.A., la cual es contratista de Chilectra S.A. El día de los hechos, se le había ordenando sacar un transformador del tendido eléctrico en la comuna de Quilicura. Al llegar al lugar, alrededor de las 10:00 horas apreció de inmediato que dicho poste de hormigón, de unos seis metros de altura se encontraba trizado a la mitad. El encargado de su unidad, don Juan Carlos Matus Alvear solicitó instrucciones por radio al empleador, quien le señaló que se debía sacar el transformador advirtiéndole que si no se realizaba esa labor sería despedido. Que al lugar de los hechos llegó un supervisor de Chilectra S.A., quien autorizó el retiro del transformador. Ante la persistente negativa de su compañero Luis Humberto Matus Alvear de realizar la labor, previamente asignada a él, tuvo que subirse al poste para realizar la labor ordenada. Manifiesta que debió subir con ganchos, ya que el brazo hidráulico, llamado habitualmente “pluma”, que portaba el camión se encontraba fuera de servicio, hacía varias semanas, pese a que don Juan Carlos Matus le había representado al empleador en varias ocasiones que debía ser reparado a la brevedad. Al llegar al transformador y empezar a retirarlo, sintió un fuerte ruido, seguido por un golpe seco, producido por la rotura del poste, el cual se vino abajo, aplastándolo junto al transformador en la

762

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

763

calle. Que la no utilización del brazo hidráulico, la falta de cuerdas, sogas y sujeciones, como asimismo la inexistencia de higiene y seguridad necesarias para el normal desarrollo de las labores de los trabajadores son las causas directas del accidente que sufrió. Agrega, que el demandado no contaba con un reglamento interno de orden, higiene y seguridad, como tampoco contaba con un experto en prevención de riesgos ni con un comité paritario de higiene y seguridad y tampoco realizaba charlas o cursos de prevención de riesgos. A consecuencia de este accidente del trabajo, ha quedado con una invalidez parcial permanente que compromete a lo menos un 70% de su capacidad de trabajo o ganancia, ya que sufrió las siguientes lesiones: 1°. Traumatismo Encéfalo Craneano (TEC) cerrado. 2°. Hematomas Frontoparietales. 3°. Amputación quinto dedo mano derecha. 4°. Fractura clavícula derecha. 5°. Hemiparesia Espástica de predominio derecho. 6°. Síndrome Atáxico. 7°. Compromiso cognitivo por daño encefálico y, 8°. Disfonía. Ocurrido el accidente fue trasladado al Hospital de la Mutual de Seguridad, en donde fue intervenido quirúrgicamente en varias ocasiones. Por otra parte, ha sido sometido a diversos tratamientos con los siguientes especialistas; Neurólogo, traumatólogo, terapeuta ocupacional, fonoaudiólogo, fisiatra y kinesiólogo. La cuantía de los perjuicios que le causaron por la irresponsabilidad culpable de la demandada ascienden a la suma de $ 81.480.000; DECIMOCUARTO: Que la parte demandada don Roberto Ramírez Aliaga en lo principal de fs. 10 manifiesta que el demandante al llegar junto con sus compañeros al lugar donde se debía realizar el trabajo, que consistía en cambiar de ubicación un poste de hormigón con un transformador adherido a él, se percataron de inmediato que el poste, de unos seis metros de altura, se encontraba trizado a la mitad, hecho que es absolutamente falso. Que al inicio de la jornada, se encontraba participando activamente en las labores, además, del Sr. Uribe y los hermanos Matus Alvear, un coordinador de obras de su empresa, don Iván Garabito Nahur, y un Supervisor de Chilectra Metropolitana, don Alejandro Castro Olguín, quienes revisaron el estado en que se encontraba el poste que debía ser removido constando que todo se encontraba normal, lo que descarta la existencia de una trizadura en el poste, que por lo demás, se alza más de nueve metros sobre el nivel del suelo, y no seis como dice el actor. Además, es falso que el brazo hidráulico se encontraba fuera de servicio, toda vez que de haber sido así, habría sido imposible remover el transformador de un lugar e instalarlo en el otro. Que del daño moral que cobra es antojadizo, elevadísimo y escalofriante el monto en que el mismo es avaluado por la contraria, este Tribunal es incompetente. Respecto al lucro cesante, no es sino un cálculo matemático arbitrario y éste debe ser probado y basado en hechos concretos, no simples elucubraciones. DECIMOQUINTO: Que el actor presentó las pruebas siguientes, para justificar los hechos en que se basó la demanda; Documental. Fs 1, copia de certificado de la Mutual de Seguridad C.Ch.C. del Dr. Fernando Zuleta F., de 23 de octubre de 1996, que establece que el demandante se encontraba el 27 de octubre de 1996 para concurrir al respectivo lugar de votación, por causa de las patologías siguientes: TEC cerrado, amputación del 5° dedo derecho, fractura de clavícula derecha, hemiparesia espástica y síndrome atáxico; Fs. 2, copia de informe médico de la Mutual de Seguridad C.CH.C. del Dr. Ricardo Eckard Labbé, de 13 de mayo de 1998, que establece que el actor de 32 años de edad, sufrió accidente del trabajo al caerle un poste encima el 24 de julio de 1996, TEC cerrado, hematomas frontoparietales, amputación de 5° dedo derecho, fractura clavícula derecha; habiendo sido tratado inicialmente en UTI y posteriormente en Neurología y Servicio de rehabilitación, presentando a la fecha del informe tetraparesia espástica de predominio derecho, compromiso congnitivo por daño encefálico y disfonía;

calle. Que la no utilización del brazo hidráulico, la falta de cuerdas, sogas y sujeciones, como asimismo la inexistencia de higiene y seguridad necesarias para el normal desarrollo de las labores de los trabajadores son las causas directas del accidente que sufrió. Agrega, que el demandado no contaba con un reglamento interno de orden, higiene y seguridad, como tampoco contaba con un experto en prevención de riesgos ni con un comité paritario de higiene y seguridad y tampoco realizaba charlas o cursos de prevención de riesgos. A consecuencia de este accidente del trabajo, ha quedado con una invalidez parcial permanente que compromete a lo menos un 70% de su capacidad de trabajo o ganancia, ya que sufrió las siguientes lesiones: 1°. Traumatismo Encéfalo Craneano (TEC) cerrado. 2°. Hematomas Frontoparietales. 3°. Amputación quinto dedo mano derecha. 4°. Fractura clavícula derecha. 5°. Hemiparesia Espástica de predominio derecho. 6°. Síndrome Atáxico. 7°. Compromiso cognitivo por daño encefálico y, 8°. Disfonía. Ocurrido el accidente fue trasladado al Hospital de la Mutual de Seguridad, en donde fue intervenido quirúrgicamente en varias ocasiones. Por otra parte, ha sido sometido a diversos tratamientos con los siguientes especialistas; Neurólogo, traumatólogo, terapeuta ocupacional, fonoaudiólogo, fisiatra y kinesiólogo. La cuantía de los perjuicios que le causaron por la irresponsabilidad culpable de la demandada ascienden a la suma de $ 81.480.000; DECIMOCUARTO: Que la parte demandada don Roberto Ramírez Aliaga en lo principal de fs. 10 manifiesta que el demandante al llegar junto con sus compañeros al lugar donde se debía realizar el trabajo, que consistía en cambiar de ubicación un poste de hormigón con un transformador adherido a él, se percataron de inmediato que el poste, de unos seis metros de altura, se encontraba trizado a la mitad, hecho que es absolutamente falso. Que al inicio de la jornada, se encontraba participando activamente en las labores, además, del Sr. Uribe y los hermanos Matus Alvear, un coordinador de obras de su empresa, don Iván Garabito Nahur, y un Supervisor de Chilectra Metropolitana, don Alejandro Castro Olguín, quienes revisaron el estado en que se encontraba el poste que debía ser removido constando que todo se encontraba normal, lo que descarta la existencia de una trizadura en el poste, que por lo demás, se alza más de nueve metros sobre el nivel del suelo, y no seis como dice el actor. Además, es falso que el brazo hidráulico se encontraba fuera de servicio, toda vez que de haber sido así, habría sido imposible remover el transformador de un lugar e instalarlo en el otro. Que del daño moral que cobra es antojadizo, elevadísimo y escalofriante el monto en que el mismo es avaluado por la contraria, este Tribunal es incompetente. Respecto al lucro cesante, no es sino un cálculo matemático arbitrario y éste debe ser probado y basado en hechos concretos, no simples elucubraciones. DECIMOQUINTO: Que el actor presentó las pruebas siguientes, para justificar los hechos en que se basó la demanda; Documental. Fs 1, copia de certificado de la Mutual de Seguridad C.Ch.C. del Dr. Fernando Zuleta F., de 23 de octubre de 1996, que establece que el demandante se encontraba el 27 de octubre de 1996 para concurrir al respectivo lugar de votación, por causa de las patologías siguientes: TEC cerrado, amputación del 5° dedo derecho, fractura de clavícula derecha, hemiparesia espástica y síndrome atáxico; Fs. 2, copia de informe médico de la Mutual de Seguridad C.CH.C. del Dr. Ricardo Eckard Labbé, de 13 de mayo de 1998, que establece que el actor de 32 años de edad, sufrió accidente del trabajo al caerle un poste encima el 24 de julio de 1996, TEC cerrado, hematomas frontoparietales, amputación de 5° dedo derecho, fractura clavícula derecha; habiendo sido tratado inicialmente en UTI y posteriormente en Neurología y Servicio de rehabilitación, presentando a la fecha del informe tetraparesia espástica de predominio derecho, compromiso congnitivo por daño encefálico y disfonía; ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

763

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Fs. 20, oficio de la Mutual de Seguridad C.CH.C., informando que el demandante ingresó al Hospital de la Mutual de Seguridad el 24 de julio de 1996 trasladado desde la Clínica en dicha Mutual en Quilicura, con antecedente de haberse caído de un poste y éste luego le cae sobre el cuerpo; presentando a la fecha de su ingreso el diagnóstico siguiente: TEC cerrado complicado con hematomas fronto parietal y contusiones homorrágicas múltiples, fracturas de la clavícula derecha, traumatismo torácico complicado con hemoneurotórax bilateral, fractura expuesta del dedo anular y amputación traumática en base de la segunda falange del dedo meñique, y policontusiones; y que de acuerdo a la ley N° 16.744 el actor fue evaluado por la Comisión de Evaluación de Incapacidad por Accidente del Trabajo el 23 de julio de 1998 por gran invalidez otorgando una incapacidad de 100%; Confesional. Absolución de posiciones dada por el demandado, don Roberto G. Ramírez Aliaga, dada a fs. 34 y siguientes al tenor del pliego de fs. 30 y siguientes, reconociendo las preguntas N°s. 1 y 2; la N° 3, aclarando que la empresa demandada es de ingeniería eléctrica; N° 5, que el accidente debe haber sido entre 11 y 12 horas: N°s. 6, 7, 8 y 9; N° 10 aclara que fue en la Panamericana; N° 15 y N° 16; N° 19 y 21, N° 24; Testimonial. Declaración de Luis H. Matus Alvear, legalmente examinado, con tacha rechazada, y que da razón de sus dichos, a fs. 41 y siguientes afirma que el 24 de julio de 1996, entre 11 a 12 horas laboraban en Quilicura, en jornada ordinaria de trabajo trasladando un poste de alta tensión para colocarlo como a dos metros de un galpón, él no quiso subir por el poste para colocar un transformador, porque el poste estaba trizado; como habían sido mandados para hacer la labor había que realizarla, se subió el actor que era su compañero de trabajo; cuando el demandante estaba arriba del poste trizado se abrió hacia un lado para luego caer sobre una reja y aplastando a Rubén Uribe F., quien cayó desde una altura de 9,50 metros aproximadamente; entre los que laboraban y la gente de la calle consiguieron sacar el poste que estaba sobre el actor, quien fue llevado en ambulancia hacia la Clínica de la Mutual de Seguridad; el demandante estaba instalando el transformador al momento de ocurrir el accidente; el trabajo en general consistía en trasladar un poste que estaba muy cerca de la calle más al interior al lado fuera de un galpón; agrega que le consta todo lo dicho porque ese día laboraba junto con el demandante y su hermano Juan C. Matus A. solamente; agrega que el transformador que cayó junto al actor, tenía 80 cm. de ancho, 30 a 40 cm. de costado y 1,50 metro de alto más o menos, con los buches, pesando alrededor de 150 kilos; agrega que aun cuando el poste estuviera trizado había que realizar el trabajo ordenado por el demandado, que era apurado, pues daban una hora para hacerlo, ya que estaba cortada la luz; aclara que al momento del accidente el actor no llevaba casco de seguridad. Luego explica que cuando llegaron al lugar en que estaba el poste que debía ser cambiado, éste tenía un transformador instalado en su parte superior, que estaba conectado a la línea de electricidad, siendo su hermano Juan C. Matus A. participando inspectores de Chilectra en la desconexión, que fue antes de remover el poste; aclara que entre su nombrado hermano y el actor bajaron desde el poste el transformador usando una grúa con brazo hidráulico; que para remover el poste, hubo que socavarlo como 1,20 y con la grúa se tiró hacia arriba levantándolo, para luego colocarlo en el otro hoyo del lado que ya estaba hecho; aclara que durante el traslado del poste vieron una trizadura en el poste, su hermano Juan C. Matus habló con el supervisor Iván Garabito no recuerda si por teléfono o por radio, entonces Garabito dio la orden de que se instalara el poste no más, y que una vez instalado el poste se le colocó otro transformador; que el momento preciso del accidente ocurrió cuando al sacar la grúa el demandante se colocó al mismo lado del transformador y entonces se abrió el poste; que el supervisor de Chilectra que hizo la desconexión no revisó el poste. Luego asevera que la demandada no contaba con las condiciones y elementos de seguridad, pues solamente portaban como elementos de seguridad los bototos, los pantalones y una casaca; agrega que la demandada cuando ocurría algún accidente, entonces adquiria elementos de seguridad, por ejemplo cuando iban los inspectores; lo anterior le consta porque laboró seis meses sin contrato y luego ocho meses con contrato de trabajo; agrega que al actor le faltaban elementos de seguridad tales como bototos, casco, guantes y lentes, y además charlas sobre seguridad de accidentes, que nunca se daban; que nunca vio en la empresa demandada algún prevensionista en riesgos y que antes del accidente tampoco funcionaba un Comité paritario de higiene y seguridad en ella, sin que se

764

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Fs. 20, oficio de la Mutual de Seguridad C.CH.C., informando que el demandante ingresó al Hospital de la Mutual de Seguridad el 24 de julio de 1996 trasladado desde la Clínica en dicha Mutual en Quilicura, con antecedente de haberse caído de un poste y éste luego le cae sobre el cuerpo; presentando a la fecha de su ingreso el diagnóstico siguiente: TEC cerrado complicado con hematomas fronto parietal y contusiones homorrágicas múltiples, fracturas de la clavícula derecha, traumatismo torácico complicado con hemoneurotórax bilateral, fractura expuesta del dedo anular y amputación traumática en base de la segunda falange del dedo meñique, y policontusiones; y que de acuerdo a la ley N° 16.744 el actor fue evaluado por la Comisión de Evaluación de Incapacidad por Accidente del Trabajo el 23 de julio de 1998 por gran invalidez otorgando una incapacidad de 100%; Confesional. Absolución de posiciones dada por el demandado, don Roberto G. Ramírez Aliaga, dada a fs. 34 y siguientes al tenor del pliego de fs. 30 y siguientes, reconociendo las preguntas N°s. 1 y 2; la N° 3, aclarando que la empresa demandada es de ingeniería eléctrica; N° 5, que el accidente debe haber sido entre 11 y 12 horas: N°s. 6, 7, 8 y 9; N° 10 aclara que fue en la Panamericana; N° 15 y N° 16; N° 19 y 21, N° 24; Testimonial. Declaración de Luis H. Matus Alvear, legalmente examinado, con tacha rechazada, y que da razón de sus dichos, a fs. 41 y siguientes afirma que el 24 de julio de 1996, entre 11 a 12 horas laboraban en Quilicura, en jornada ordinaria de trabajo trasladando un poste de alta tensión para colocarlo como a dos metros de un galpón, él no quiso subir por el poste para colocar un transformador, porque el poste estaba trizado; como habían sido mandados para hacer la labor había que realizarla, se subió el actor que era su compañero de trabajo; cuando el demandante estaba arriba del poste trizado se abrió hacia un lado para luego caer sobre una reja y aplastando a Rubén Uribe F., quien cayó desde una altura de 9,50 metros aproximadamente; entre los que laboraban y la gente de la calle consiguieron sacar el poste que estaba sobre el actor, quien fue llevado en ambulancia hacia la Clínica de la Mutual de Seguridad; el demandante estaba instalando el transformador al momento de ocurrir el accidente; el trabajo en general consistía en trasladar un poste que estaba muy cerca de la calle más al interior al lado fuera de un galpón; agrega que le consta todo lo dicho porque ese día laboraba junto con el demandante y su hermano Juan C. Matus A. solamente; agrega que el transformador que cayó junto al actor, tenía 80 cm. de ancho, 30 a 40 cm. de costado y 1,50 metro de alto más o menos, con los buches, pesando alrededor de 150 kilos; agrega que aun cuando el poste estuviera trizado había que realizar el trabajo ordenado por el demandado, que era apurado, pues daban una hora para hacerlo, ya que estaba cortada la luz; aclara que al momento del accidente el actor no llevaba casco de seguridad. Luego explica que cuando llegaron al lugar en que estaba el poste que debía ser cambiado, éste tenía un transformador instalado en su parte superior, que estaba conectado a la línea de electricidad, siendo su hermano Juan C. Matus A. participando inspectores de Chilectra en la desconexión, que fue antes de remover el poste; aclara que entre su nombrado hermano y el actor bajaron desde el poste el transformador usando una grúa con brazo hidráulico; que para remover el poste, hubo que socavarlo como 1,20 y con la grúa se tiró hacia arriba levantándolo, para luego colocarlo en el otro hoyo del lado que ya estaba hecho; aclara que durante el traslado del poste vieron una trizadura en el poste, su hermano Juan C. Matus habló con el supervisor Iván Garabito no recuerda si por teléfono o por radio, entonces Garabito dio la orden de que se instalara el poste no más, y que una vez instalado el poste se le colocó otro transformador; que el momento preciso del accidente ocurrió cuando al sacar la grúa el demandante se colocó al mismo lado del transformador y entonces se abrió el poste; que el supervisor de Chilectra que hizo la desconexión no revisó el poste. Luego asevera que la demandada no contaba con las condiciones y elementos de seguridad, pues solamente portaban como elementos de seguridad los bototos, los pantalones y una casaca; agrega que la demandada cuando ocurría algún accidente, entonces adquiria elementos de seguridad, por ejemplo cuando iban los inspectores; lo anterior le consta porque laboró seis meses sin contrato y luego ocho meses con contrato de trabajo; agrega que al actor le faltaban elementos de seguridad tales como bototos, casco, guantes y lentes, y además charlas sobre seguridad de accidentes, que nunca se daban; que nunca vio en la empresa demandada algún prevensionista en riesgos y que antes del accidente tampoco funcionaba un Comité paritario de higiene y seguridad en ella, sin que se

764

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

765

hubiera entregado un Reglamento para ese efecto, ni tampoco planificación de prevención de riesgos ni capacitación al personal para ese efecto. Enseguida asevera que el demandante a consecuencia del accidente se encuentra en silla de ruedas, sin poder hablar bien pues se le cortaron las cuerdas vocales y un brazo no puede moverlo, concluyendo que está muy mal; le consta lo anterior por haber visto al actor personalmente; agrega que el demandante no puede desarrollar ninguna actividad remunerada en la actualidad; Declaración de Juan C. Matus Alvear, con las mismas calidades que el anterior, a fs. 54 y siguientes afirma que el accidente ocurrió el 24 de julio de 1996, poco antes del mediodia pero no recordando bien la hora, trabajaban él, el demandante y su hermano Luis Matus A. en la empresa Abengoa ubicada en Quilicura, no recuerda la calle, para desconectar un transformador, sacar un poste y trasladarlo al lado a un metro de distancia. Cuando llegaron a la obra vieron que el poste estaba trizado, él era el chofer del camión pluma con grúa, se acercó al supervisor Iván Garabito que estaba allí en ese momento, comunicándole que el poste estaba trizado pero Garabito le respondió que había hablado con los inspectores de Chilectra quienes tenían que cortar la luz, los que le habían dicho que el poste podía ser trasladado; entonces cuando quedaron solos entre él, el actor y su hermano antes nombrado, laborando dentro de la jornada ordinaria de trabajo, procedieron a bajar el transformador con la grúa del camión, amarraron el poste con estrodos, socavaron el poste y luego lo cambiaron de lugar con la grúa, una vez trasladado el poste taparon el nuevo hoyo con piedras y tierra, y después procedieron a subir el transformador; en esos momentos no quiso subirse al poste su expresado hermano debido a la trizadura del poste, haciéndolo el demandante para conectar el transformador y los cables, cuando el mencionado tiraba los cables el poste se quebró donde estaba la trizadura y cayó encima del actor aplastándolo junto con el transformador, que tenía una altura de un metro, 80 a 90 cm. de ancho, pesando alrededor de 150 kilos; él llamó por teléfono desde la empresa Abengoa a la oficina de la demandada comunicando lo ocurrido; aclara que el trabajo que hacían ese día era por orden de la empresa del demandado, siendo un trabajo de Patricio Guzmán quien contrata los servicios del demandado; aclara que el demandante cayó desde una altura de 8 metros más o menos; aclara que él fue la persona que desconectó el transformador de la línea eléctrica de distribución, y que la cuadrilla de Chilectra a cargo de un supervisor sólo desconectó los cables de la corriente que venía desde la calle al recinto privado. Luego asevera que la demandada no contaba con los elementos de seguridad necesarios, pues faltaban los cascos, guantes y lentes, tampoco tenían los cables a tierra que hacen que la corriente pase hacia abajo y no hacia la persona, y también el seguro del pato de la grúa; en cuanto a las condiciones de trabajo no les eran dadas charlas de seguridad laboral, a veces trabajaban de noche e igualmente debían llegar en la mañana a laborar; que con anterioridad al accidente no se les había capacitado respecto de los riesgos del trabajo que hacían, ni se les entregaba a los trabajadores el Reglamento interno de orden y seguridad, ni había en la empresa un experto en prevención de riesgos ni un plan de prevención de los mismos. Enseguida asevera que no ha visto al demandante en su casa, pero sabe que no puede caminar y anda en silla de ruedas, también le cuesta hablar y le amputaron un dedo; vive con su hermana, según le contó la polola del actor, y no cree que trabaje; señala que ha visto al actor en este Juzgado; DECIMOSEXTO: Que el demandado rindió las probanzas siguientes: Para acreditar los hechos en que basó la contestación de la demanda: Confesional. Absolución de posiciones del actor don Rúben J. Uribe Fernández, dada a fs. 37 y siguientes al tenor del pliego de fs. 32 y siguiente, reconoce solamente las preguntas siguientes: N° 1, N° 3, N° 4, N°5, N° 6, aclara pesaba el transformador más 400 kilos; N° 8, N° 9, N°, aclara que el accidente ocurrió cuando el transformador ya estaba instalado en el nuevo lugar; N° 13, N° 15, aclara que el empleador no dio guantes y casco; y, N° 19, aclara que el accidente no fue culpa del demandado; Testimonial. Declaración de Iván N. Garabito Iturra, legalmente examinado, sin tacha, y que da razón de sus dichos, a fs. 64 y siguientes asevera que llegó al sector de Quilicura sin recordar la fecha siendo de mañana junto a Juan C. Matus, operador del camión, Luis Matus, trepador, y el actor, procediendo a trasladar un poste de 11,50 metros de largo con un peso de 1200 kilos, que se trasladó a 3 metros de distancia aproximadamente, utilizándose un camión pluma para su traslado; en el lugar se pidió cooperación a

hubiera entregado un Reglamento para ese efecto, ni tampoco planificación de prevención de riesgos ni capacitación al personal para ese efecto. Enseguida asevera que el demandante a consecuencia del accidente se encuentra en silla de ruedas, sin poder hablar bien pues se le cortaron las cuerdas vocales y un brazo no puede moverlo, concluyendo que está muy mal; le consta lo anterior por haber visto al actor personalmente; agrega que el demandante no puede desarrollar ninguna actividad remunerada en la actualidad; Declaración de Juan C. Matus Alvear, con las mismas calidades que el anterior, a fs. 54 y siguientes afirma que el accidente ocurrió el 24 de julio de 1996, poco antes del mediodia pero no recordando bien la hora, trabajaban él, el demandante y su hermano Luis Matus A. en la empresa Abengoa ubicada en Quilicura, no recuerda la calle, para desconectar un transformador, sacar un poste y trasladarlo al lado a un metro de distancia. Cuando llegaron a la obra vieron que el poste estaba trizado, él era el chofer del camión pluma con grúa, se acercó al supervisor Iván Garabito que estaba allí en ese momento, comunicándole que el poste estaba trizado pero Garabito le respondió que había hablado con los inspectores de Chilectra quienes tenían que cortar la luz, los que le habían dicho que el poste podía ser trasladado; entonces cuando quedaron solos entre él, el actor y su hermano antes nombrado, laborando dentro de la jornada ordinaria de trabajo, procedieron a bajar el transformador con la grúa del camión, amarraron el poste con estrodos, socavaron el poste y luego lo cambiaron de lugar con la grúa, una vez trasladado el poste taparon el nuevo hoyo con piedras y tierra, y después procedieron a subir el transformador; en esos momentos no quiso subirse al poste su expresado hermano debido a la trizadura del poste, haciéndolo el demandante para conectar el transformador y los cables, cuando el mencionado tiraba los cables el poste se quebró donde estaba la trizadura y cayó encima del actor aplastándolo junto con el transformador, que tenía una altura de un metro, 80 a 90 cm. de ancho, pesando alrededor de 150 kilos; él llamó por teléfono desde la empresa Abengoa a la oficina de la demandada comunicando lo ocurrido; aclara que el trabajo que hacían ese día era por orden de la empresa del demandado, siendo un trabajo de Patricio Guzmán quien contrata los servicios del demandado; aclara que el demandante cayó desde una altura de 8 metros más o menos; aclara que él fue la persona que desconectó el transformador de la línea eléctrica de distribución, y que la cuadrilla de Chilectra a cargo de un supervisor sólo desconectó los cables de la corriente que venía desde la calle al recinto privado. Luego asevera que la demandada no contaba con los elementos de seguridad necesarios, pues faltaban los cascos, guantes y lentes, tampoco tenían los cables a tierra que hacen que la corriente pase hacia abajo y no hacia la persona, y también el seguro del pato de la grúa; en cuanto a las condiciones de trabajo no les eran dadas charlas de seguridad laboral, a veces trabajaban de noche e igualmente debían llegar en la mañana a laborar; que con anterioridad al accidente no se les había capacitado respecto de los riesgos del trabajo que hacían, ni se les entregaba a los trabajadores el Reglamento interno de orden y seguridad, ni había en la empresa un experto en prevención de riesgos ni un plan de prevención de los mismos. Enseguida asevera que no ha visto al demandante en su casa, pero sabe que no puede caminar y anda en silla de ruedas, también le cuesta hablar y le amputaron un dedo; vive con su hermana, según le contó la polola del actor, y no cree que trabaje; señala que ha visto al actor en este Juzgado; DECIMOSEXTO: Que el demandado rindió las probanzas siguientes: Para acreditar los hechos en que basó la contestación de la demanda: Confesional. Absolución de posiciones del actor don Rúben J. Uribe Fernández, dada a fs. 37 y siguientes al tenor del pliego de fs. 32 y siguiente, reconoce solamente las preguntas siguientes: N° 1, N° 3, N° 4, N°5, N° 6, aclara pesaba el transformador más 400 kilos; N° 8, N° 9, N°, aclara que el accidente ocurrió cuando el transformador ya estaba instalado en el nuevo lugar; N° 13, N° 15, aclara que el empleador no dio guantes y casco; y, N° 19, aclara que el accidente no fue culpa del demandado; Testimonial. Declaración de Iván N. Garabito Iturra, legalmente examinado, sin tacha, y que da razón de sus dichos, a fs. 64 y siguientes asevera que llegó al sector de Quilicura sin recordar la fecha siendo de mañana junto a Juan C. Matus, operador del camión, Luis Matus, trepador, y el actor, procediendo a trasladar un poste de 11,50 metros de largo con un peso de 1200 kilos, que se trasladó a 3 metros de distancia aproximadamente, utilizándose un camión pluma para su traslado; en el lugar se pidió cooperación a ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

765

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Chilectra autorizando al inspector la desconexión y personal de aquella retiró el empalme del equipo de medida; luego de lo anterior él se retiró; ese mismo día a la hora después recibió un llamado telefónico a la oficina, tomando conocimiento que había ocurrido un accidente en Quilicura en la obra Abengoa, se constituyó en el lugar constatando que el poste estaba quebrado más arriba de la mitad; llegó una ambulancia que se llevó al demandante que estaba accidentado, por haber caído desde una altura de 9,50 metros a la calle; señala que el actor estaba preparado para ese tipo de trabajo, agrega que no sabe como ocurrió el accidente, y que ese día el actor estaba proveído de guantes, casco, cinturón de seguridad, bototos y trepadoras, y que el técnico de seguridad de Chilectra no permite que nadie suba a un poste sin guantes para realizar la operación; agrega que el poste fue revisado por el inspector de la Compañía, Patricio Guzmán, quien no representó que el poste estuviera trizado, y que él como supervisor no vio ninguna trizadura en el poste; que el brazo hidráulico que removió tanto el poste como el transformador funcionaba perfectamente y el pato de la grúa también; que el peso del transformador es de 480 kilos; Declaración de Juan de D. Molina Arriola, con las mismas calidades que el anterior, a fs. 67 y siguientes asevera que la demandada contaba con bototos, guantes, casaca, pantalón, casco, lentes, cinturón de seguridad y las trepadoras; lo anterior le consta porque trabaja con la demandada desde hace 6 años, y que en el momento del accidente había un capataz de cuadrilla; agrega que al actor él le había enseñado el trabajo que realizaba, pues él posee bastante experiencia en esa clase de labor, agrega que el demandado tiene 9 personas para trabajo en terreno y 5 para oficina; Declaración de José R. Madrid Asmea, con las mismas calidades que el anterior, a fs. 68 y siguiente asegura que a los trabajadores en la demandada les dan ropa de seguridad; bototos, pantalón, casco, guantes y equipo para trepar; agrega que el camión estaba en buenas condiciones; le consta por ser trabajador de la demandada desde hace 5 años; agrega que el demandado tiene 15 personas para trabajo de terreno y oficinas; Declaración de Patricio E. Guzmán González, con las mismas calidades que el anterior, a fs. 70 asevera que es ingeniero eléctrico de empresa PGG., Ingeniería Eléctrica Ltda. El día de los hechos llegó personal de la empresa del demandado a la comuna de Renca y él les solicitó que trasladaran un transformador desde un lugar a otro ubicado como a 5 metros de distancia, dentro de la propiedad de la empresa en que él trabaja; él presenció la desconexión que hizo Chilectra para laborar sin energía eléctrica, luego les hizo entrega de un equipo de medida que había en el poste y se retiraron. El personal de la empresa demandada comenzó a laborar, procediendo a sacar el transformador con una pluma, luego sacaron el poste para cambiarlo a la otra posición, cuando él se retiraba del lugar. Aproximadamente una hora después cuando llegaba a su oficina recibió un llamado que le comunicaba que había ocurrido un accidente, que se había quebrado un poste y le había caído encima a un operario, se devolvió al lugar del suceso, comprobando que el poste estaba quebrado, el transformador chorreaba aceite, y el trabajador ya había sido llevado al parecer a la Mutual de Seguridad; Acota que el demandante portaba trepaderas, cinturón y casco; que el personal de Chilectra realizó la desconexión y constató que el poste estaba en buenas condiciones, y que él hizo lo mismo sin ver fisuras, y que la grúa o pluma también estaba en buenas condiciones; DECIMOSÉPTIMO: Que ponderando conforme las normas de la sana crítica, los elementos de convicción aportados por las partes, se tienen como establecidos los hechos siguientes: A). Que el demandante era trabajador del demandado, para laborar en colocación y retiro de transformadores del tendido eléctrico; B). Que el 24 de julio de 1996 en horas de la mañana, dentro de la jornada ordinaria de trabajo, el demandante laboraba en el interior de la empresa Abengoa, situada en el sector Quilicura, para trasladar un transformador eléctrico y el poste de concreto que lo soportaba desde un lugar cercano a la calle más al interior, poste que aparentemente a la simple vista carecía de fisuras; entonces se procedió a bajar el transformador del poste a remover éste y a colocarlo en la nueva posición más hacia el interior de la calle, no quiso subirse al poste Luis Matus Alvear, quien era operario trepador, pues observó que tenía una trizadura, la que no fue observada por terceros pues se habían retirado, entonces subió el actor pues se les había mandado a hacer la labor por el supervisor del demandado, quien ya se había retirado, y además había que hacer el trabajo con prontitud pues se había desconectado la corriente

766

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Chilectra autorizando al inspector la desconexión y personal de aquella retiró el empalme del equipo de medida; luego de lo anterior él se retiró; ese mismo día a la hora después recibió un llamado telefónico a la oficina, tomando conocimiento que había ocurrido un accidente en Quilicura en la obra Abengoa, se constituyó en el lugar constatando que el poste estaba quebrado más arriba de la mitad; llegó una ambulancia que se llevó al demandante que estaba accidentado, por haber caído desde una altura de 9,50 metros a la calle; señala que el actor estaba preparado para ese tipo de trabajo, agrega que no sabe como ocurrió el accidente, y que ese día el actor estaba proveído de guantes, casco, cinturón de seguridad, bototos y trepadoras, y que el técnico de seguridad de Chilectra no permite que nadie suba a un poste sin guantes para realizar la operación; agrega que el poste fue revisado por el inspector de la Compañía, Patricio Guzmán, quien no representó que el poste estuviera trizado, y que él como supervisor no vio ninguna trizadura en el poste; que el brazo hidráulico que removió tanto el poste como el transformador funcionaba perfectamente y el pato de la grúa también; que el peso del transformador es de 480 kilos; Declaración de Juan de D. Molina Arriola, con las mismas calidades que el anterior, a fs. 67 y siguientes asevera que la demandada contaba con bototos, guantes, casaca, pantalón, casco, lentes, cinturón de seguridad y las trepadoras; lo anterior le consta porque trabaja con la demandada desde hace 6 años, y que en el momento del accidente había un capataz de cuadrilla; agrega que al actor él le había enseñado el trabajo que realizaba, pues él posee bastante experiencia en esa clase de labor, agrega que el demandado tiene 9 personas para trabajo en terreno y 5 para oficina; Declaración de José R. Madrid Asmea, con las mismas calidades que el anterior, a fs. 68 y siguiente asegura que a los trabajadores en la demandada les dan ropa de seguridad; bototos, pantalón, casco, guantes y equipo para trepar; agrega que el camión estaba en buenas condiciones; le consta por ser trabajador de la demandada desde hace 5 años; agrega que el demandado tiene 15 personas para trabajo de terreno y oficinas; Declaración de Patricio E. Guzmán González, con las mismas calidades que el anterior, a fs. 70 asevera que es ingeniero eléctrico de empresa PGG., Ingeniería Eléctrica Ltda. El día de los hechos llegó personal de la empresa del demandado a la comuna de Renca y él les solicitó que trasladaran un transformador desde un lugar a otro ubicado como a 5 metros de distancia, dentro de la propiedad de la empresa en que él trabaja; él presenció la desconexión que hizo Chilectra para laborar sin energía eléctrica, luego les hizo entrega de un equipo de medida que había en el poste y se retiraron. El personal de la empresa demandada comenzó a laborar, procediendo a sacar el transformador con una pluma, luego sacaron el poste para cambiarlo a la otra posición, cuando él se retiraba del lugar. Aproximadamente una hora después cuando llegaba a su oficina recibió un llamado que le comunicaba que había ocurrido un accidente, que se había quebrado un poste y le había caído encima a un operario, se devolvió al lugar del suceso, comprobando que el poste estaba quebrado, el transformador chorreaba aceite, y el trabajador ya había sido llevado al parecer a la Mutual de Seguridad; Acota que el demandante portaba trepaderas, cinturón y casco; que el personal de Chilectra realizó la desconexión y constató que el poste estaba en buenas condiciones, y que él hizo lo mismo sin ver fisuras, y que la grúa o pluma también estaba en buenas condiciones; DECIMOSÉPTIMO: Que ponderando conforme las normas de la sana crítica, los elementos de convicción aportados por las partes, se tienen como establecidos los hechos siguientes: A). Que el demandante era trabajador del demandado, para laborar en colocación y retiro de transformadores del tendido eléctrico; B). Que el 24 de julio de 1996 en horas de la mañana, dentro de la jornada ordinaria de trabajo, el demandante laboraba en el interior de la empresa Abengoa, situada en el sector Quilicura, para trasladar un transformador eléctrico y el poste de concreto que lo soportaba desde un lugar cercano a la calle más al interior, poste que aparentemente a la simple vista carecía de fisuras; entonces se procedió a bajar el transformador del poste a remover éste y a colocarlo en la nueva posición más hacia el interior de la calle, no quiso subirse al poste Luis Matus Alvear, quien era operario trepador, pues observó que tenía una trizadura, la que no fue observada por terceros pues se habían retirado, entonces subió el actor pues se les había mandado a hacer la labor por el supervisor del demandado, quien ya se había retirado, y además había que hacer el trabajo con prontitud pues se había desconectado la corriente

766

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

767

eléctrica por personal de Chilectra para poder trabajar; cuando el demandante estaba arriba del poste conectando el transformador que había sido subido por la grúa del camión pluma, el poste se quebró cayendo hacia un costado y el actor también cayó al suelo desde una altura de 9 metros más o menos, cayendo sobre su persona el poste de concreto que pesaba alrededor de 1.200 kilos y el transformador que pesaba alrededor de 480 kilos; debido a lo anterior el demandante fue trasladado a una Clínica cercana de la Mutual de Seguridad C.CH.C. y enseguida derivado al Hospital de dicha Mutual, sufriendo las lesiones siguientes: TEC Cerrado complicado con hematomas fronto parietal y contusiones hemorrágicas múltiples, fractura de la clavícula derecha, traumatismo torácico complicado con hemoneumotórax bilateral, fractura expuesta del dedo anular y amputación traumática en la base de la segunda falange del dedo meñique derecho, y policontusiones; y que fue evaluado el actor por la Comisión de Evaluación de Incapacidad por accidente del trabajo el 23 de julio de 1998 por gran invalidez otorgándosele una incapacidad de 100%; C). Que no se justificó suficientemente por la parte demandada, que se proporcionara habitualmente a los trabajadores elementos de seguridad; ni que se diera a los mismos trabajadores charlas sobre riesgos del trabajo, ni que la empresa tuviera un experto en prevención de riesgos a disposición de los trabajadores; D). Que el actor a la fecha del accidente del trabajo era un trabajador de 32 años, que percibía una remuneración mensual de $ 130.000 aseverada por el actor que no fue objetada por el demandado; DECIMOCTAVO: Que en consecuencia, se ha justificado de manera suficiente en el proceso que la parte demandada no tomó las medidas necesarias para proteger la vida y salud del trabajador demandante, atento lo establecido en el art. 184 del Código del Trabajo, en la faena laboral que realizaba el actor al momento de sufrir el accidente del trabajo, que lo dejó con un 100% de incapacidad laboral; DECIMONOVENO: Que de otra parte, teniendo presente lo prevenido en el art. 69 de la ley N° 16.744, procede también concluir que hubo una conducta culpable de la parte demandada, pues ordenó que el trabajador demandante realizara una labor, sin contar con los elementos de seguridad necesarios, y además sin preocuparse en la forma debida que los elementos que debía manipular el trabajador estuvieran en perfecto estado para no causar al actor las gravísimas lesiones que sufrió; VIGÉSIMO: Que de esa manera, a juicio del sentenciador se ha producido un efectivo perjuicio por concepto de lucro cesante para el demandante, en efecto, el actor poseía una capacidad física y mental de un cien por ciento, percibiendo una remuneración mensual de $ 130.000 a la data del accidente del trabajo; como el demandante a la fecha de ese accidente tenía 32 años de edad aproximadamente, le quedaba una vida laboral útil de a lo menos 23 años, y como a consecuencia del citado accidente se le produjo una grave invalidez con un ciento por ciento de incapacidad laboral; se considera razonable y ecuánime regular el lucro cesante que deberá percibir el actor en la suma de $ 36.000.000; VIGÉSIMO PRIMERO: Que del mismo modo, a juicio del sentenciador se ha producido un daño moral real, pues el actor siendo un hombre joven ha padecido un evidente sufrimiento, al verse impedido de laborar y quedar inválido dependiendo del cuidado de otras personas, sin poder andar ya que debe ser trasladado en silla de ruedas y sin poder hablar bien perdiendo la posibilidad de comunicarse con otros seres humanos debidamente; y sin perjuicio de también ver desmejorada su situación económica y social, por no poder volver a trabajar; considerándose razonable y ecuánime regular el daño moral padecido por el actor en la suma de $ 12.000.000. Por estas consideraciones y de acuerdo, además, con lo dispuesto en los arts. 1°, 7°, 8°, 22, 41, 42, 184, 455, 456 y 458 del Código del Trabajo; 69 de la ley N° 16.744; y, 1698 del Código Civil, se declara: I. Que no ha lugar a la excepción de incompetencia planteada por el demandado en lo principal de fs. 10, con costas; II. Que no ha lugar a la objeción documental del demandado del segundo otrosí de fs. 10 y siguientes; III. Que no ha lugar a las tachas formuladas por el demandado a fs. 43 y 55, respectivamente;: IV. Que ha lugar a la demanda de fojas 3 y siguientes, ordenándose que el demandado, don Roberto Ramírez Aliaga deberá pagar al actor don Manuel A. Uribe Fernández, las siguientes sumas de dinero: a) Indemnización por lucro cesante la cantidad de $ 36.000.000; y, B. Indemnización por daño moral la cantidad de $ 12.000.000;

eléctrica por personal de Chilectra para poder trabajar; cuando el demandante estaba arriba del poste conectando el transformador que había sido subido por la grúa del camión pluma, el poste se quebró cayendo hacia un costado y el actor también cayó al suelo desde una altura de 9 metros más o menos, cayendo sobre su persona el poste de concreto que pesaba alrededor de 1.200 kilos y el transformador que pesaba alrededor de 480 kilos; debido a lo anterior el demandante fue trasladado a una Clínica cercana de la Mutual de Seguridad C.CH.C. y enseguida derivado al Hospital de dicha Mutual, sufriendo las lesiones siguientes: TEC Cerrado complicado con hematomas fronto parietal y contusiones hemorrágicas múltiples, fractura de la clavícula derecha, traumatismo torácico complicado con hemoneumotórax bilateral, fractura expuesta del dedo anular y amputación traumática en la base de la segunda falange del dedo meñique derecho, y policontusiones; y que fue evaluado el actor por la Comisión de Evaluación de Incapacidad por accidente del trabajo el 23 de julio de 1998 por gran invalidez otorgándosele una incapacidad de 100%; C). Que no se justificó suficientemente por la parte demandada, que se proporcionara habitualmente a los trabajadores elementos de seguridad; ni que se diera a los mismos trabajadores charlas sobre riesgos del trabajo, ni que la empresa tuviera un experto en prevención de riesgos a disposición de los trabajadores; D). Que el actor a la fecha del accidente del trabajo era un trabajador de 32 años, que percibía una remuneración mensual de $ 130.000 aseverada por el actor que no fue objetada por el demandado; DECIMOCTAVO: Que en consecuencia, se ha justificado de manera suficiente en el proceso que la parte demandada no tomó las medidas necesarias para proteger la vida y salud del trabajador demandante, atento lo establecido en el art. 184 del Código del Trabajo, en la faena laboral que realizaba el actor al momento de sufrir el accidente del trabajo, que lo dejó con un 100% de incapacidad laboral; DECIMONOVENO: Que de otra parte, teniendo presente lo prevenido en el art. 69 de la ley N° 16.744, procede también concluir que hubo una conducta culpable de la parte demandada, pues ordenó que el trabajador demandante realizara una labor, sin contar con los elementos de seguridad necesarios, y además sin preocuparse en la forma debida que los elementos que debía manipular el trabajador estuvieran en perfecto estado para no causar al actor las gravísimas lesiones que sufrió; VIGÉSIMO: Que de esa manera, a juicio del sentenciador se ha producido un efectivo perjuicio por concepto de lucro cesante para el demandante, en efecto, el actor poseía una capacidad física y mental de un cien por ciento, percibiendo una remuneración mensual de $ 130.000 a la data del accidente del trabajo; como el demandante a la fecha de ese accidente tenía 32 años de edad aproximadamente, le quedaba una vida laboral útil de a lo menos 23 años, y como a consecuencia del citado accidente se le produjo una grave invalidez con un ciento por ciento de incapacidad laboral; se considera razonable y ecuánime regular el lucro cesante que deberá percibir el actor en la suma de $ 36.000.000; VIGÉSIMO PRIMERO: Que del mismo modo, a juicio del sentenciador se ha producido un daño moral real, pues el actor siendo un hombre joven ha padecido un evidente sufrimiento, al verse impedido de laborar y quedar inválido dependiendo del cuidado de otras personas, sin poder andar ya que debe ser trasladado en silla de ruedas y sin poder hablar bien perdiendo la posibilidad de comunicarse con otros seres humanos debidamente; y sin perjuicio de también ver desmejorada su situación económica y social, por no poder volver a trabajar; considerándose razonable y ecuánime regular el daño moral padecido por el actor en la suma de $ 12.000.000. Por estas consideraciones y de acuerdo, además, con lo dispuesto en los arts. 1°, 7°, 8°, 22, 41, 42, 184, 455, 456 y 458 del Código del Trabajo; 69 de la ley N° 16.744; y, 1698 del Código Civil, se declara: I. Que no ha lugar a la excepción de incompetencia planteada por el demandado en lo principal de fs. 10, con costas; II. Que no ha lugar a la objeción documental del demandado del segundo otrosí de fs. 10 y siguientes; III. Que no ha lugar a las tachas formuladas por el demandado a fs. 43 y 55, respectivamente;: IV. Que ha lugar a la demanda de fojas 3 y siguientes, ordenándose que el demandado, don Roberto Ramírez Aliaga deberá pagar al actor don Manuel A. Uribe Fernández, las siguientes sumas de dinero: a) Indemnización por lucro cesante la cantidad de $ 36.000.000; y, B. Indemnización por daño moral la cantidad de $ 12.000.000; ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

767

RETIRO

768

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Santiago, 16 de octubre de 2000. VISTOS Y TENIENDO PRESENTE: PRIMERO: Que en conformidad a lo dispuesto en el artículo 782 del Código de Procedimiento Civil, se ordenó dar cuenta del recurso de casación en el fondo deducido por el demandado a fojas 118. SEGUNDO: Que el recurrente denuncia la vulneración de los artículos 455 y 456 del Código del Trabajo; sosteniendo, en síntesis, que han sido erróneamente aplicadas o soslayadas por los jueces del fondo al decidir acerca de la supuesta responsabilidad del demandado en el accidente sufrido por el trabajador y además, sobre el monto de los perjuicios causados.

V. Que los dineros de las indemnizaciones de perjuicios antes especificadas, para los efectos de su pago, deberán reajustarse de acuerdo con la variación que experimente el Índice de Precios al Consumidor desde la fecha de la notificación de la demanda, y, además, devengarán intereses corrientes para operaciones reajustables desde que el fallo quede ejecutoriado y hasta el pago efectivo, en ambos casos; VI. Que se condena en costas a la demandada. Regístrese y notifíquese. Rol N° L 3.419 1998. Dictada por el señor René Amiot Dahm, Juez Titular del Séptimo Juzgado del Trabajo de Santiago.

III. CORTE SUPREMA

II. CORTE DE APELACIONES

Santiago, 11 de julio de 2000. VISTOS: Se reproduce la sentencia de diecinueve de enero último, escrita a fojas 78, con las siguientes modificaciones. a) En el considerando vigésimo se suprime la palabra “como de su línea quinta, la expresión “y como de su línea octava y la oración final que comienza diciendo “se considera razonable.... b) En el vigésimo primero se reemplaza la cifra final “$ 12.000.000 por “diez millones de pesos ($ 10.000.000,00). Y TENIENDO, ADEMÁS, PRESENTE: 1°. Que si bien es cierto Juan Rubén Uribe Fernández tenía 32 años a la época del accidente y, por lo tanto, no es descartable que hubiese podido continuar desempeñándose en las faenas en las que se lesionó, no lo es menos que carece esta judicatura de evidencia en orden a vincular a la parte demandada como empleadora del nombrado Uribe durante toda su vida laboral, por cuanto no parece posible que la relación de dependencia que los ligaba al momento del siniestro, hubiere necesariamente de perdurar de por vida y, siendo así, no se da la indispensable responsabilidad que siempre va aneja a la obligación de indemnizar. Es por ello que estos jueces estiman que resulta razonable y prudente fijar el lucro cesante en un tiempo cercano al de la fecha del accidente y calcularlo en tres millones de pesos ($ 3.000.000,00); 2°. Que las demás argumentaciones contenidas en el escrito de fojas 107, no logran convencer a esta Corte como para alterar lo que viene decidido. Atendido, además, lo dispuesto en los artículos 468 y 473 del Código del Trabajo, se confirma el referido fallo, con las siguientes declaraciones: A. Se reduce a tres millones de pesos la indemnización por concepto de lucro cesante. B. Se rebaja a diez millones de pesos la que hace al daño moral. Todo ello con las indemnizaciones que allí se establece. Regístrese y devuélvase. Redacción del Ministro señor Carlos Cerda Fernández. Rol N° 739 2000. Dictada por los Ministros señor Carlos Cerda Fernández, señora Gabriela Pérez Paredes y señor Jorge Dahm Oyarzún.

Santiago, 11 de julio de 2000. VISTOS: Se reproduce la sentencia de diecinueve de enero último, escrita a fojas 78, con las siguientes modificaciones. a) En el considerando vigésimo se suprime la palabra “como de su línea quinta, la expresión “y como de su línea octava y la oración final que comienza diciendo “se considera razonable.... b) En el vigésimo primero se reemplaza la cifra final “$ 12.000.000 por “diez millones de pesos ($ 10.000.000,00). Y TENIENDO, ADEMÁS, PRESENTE: 1°. Que si bien es cierto Juan Rubén Uribe Fernández tenía 32 años a la época del accidente y, por lo tanto, no es descartable que hubiese podido continuar desempeñándose en las faenas en las que se lesionó, no lo es menos que carece esta judicatura de evidencia en orden a vincular a la parte demandada como empleadora del nombrado Uribe durante toda su vida laboral, por cuanto no parece posible que la relación de dependencia que los ligaba al momento del siniestro, hubiere necesariamente de perdurar de por vida y, siendo así, no se da la indispensable responsabilidad que siempre va aneja a la obligación de indemnizar. Es por ello que estos jueces estiman que resulta razonable y prudente fijar el lucro cesante en un tiempo cercano al de la fecha del accidente y calcularlo en tres millones de pesos ($ 3.000.000,00); 2°. Que las demás argumentaciones contenidas en el escrito de fojas 107, no logran convencer a esta Corte como para alterar lo que viene decidido. Atendido, además, lo dispuesto en los artículos 468 y 473 del Código del Trabajo, se confirma el referido fallo, con las siguientes declaraciones: A. Se reduce a tres millones de pesos la indemnización por concepto de lucro cesante. B. Se rebaja a diez millones de pesos la que hace al daño moral. Todo ello con las indemnizaciones que allí se establece. Regístrese y devuélvase. Redacción del Ministro señor Carlos Cerda Fernández. Rol N° 739 2000. Dictada por los Ministros señor Carlos Cerda Fernández, señora Gabriela Pérez Paredes y señor Jorge Dahm Oyarzún.

II. CORTE DE APELACIONES

III. CORTE SUPREMA

V. Que los dineros de las indemnizaciones de perjuicios antes especificadas, para los efectos de su pago, deberán reajustarse de acuerdo con la variación que experimente el Índice de Precios al Consumidor desde la fecha de la notificación de la demanda, y, además, devengarán intereses corrientes para operaciones reajustables desde que el fallo quede ejecutoriado y hasta el pago efectivo, en ambos casos; VI. Que se condena en costas a la demandada. Regístrese y notifíquese. Rol N° L 3.419 1998. Dictada por el señor René Amiot Dahm, Juez Titular del Séptimo Juzgado del Trabajo de Santiago.

Santiago, 16 de octubre de 2000. VISTOS Y TENIENDO PRESENTE: PRIMERO: Que en conformidad a lo dispuesto en el artículo 782 del Código de Procedimiento Civil, se ordenó dar cuenta del recurso de casación en el fondo deducido por el demandado a fojas 118. SEGUNDO: Que el recurrente denuncia la vulneración de los artículos 455 y 456 del Código del Trabajo; sosteniendo, en síntesis, que han sido erróneamente aplicadas o soslayadas por los jueces del fondo al decidir acerca de la supuesta responsabilidad del demandado en el accidente sufrido por el trabajador y además, sobre el monto de los perjuicios causados.

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

768

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

769

Señala que los antecedentes probatorios rendidos en la causa apreciados de acuerdo a la sana crítica no permiten arribar a la conclusión a la que llegó el sentenciador y por el contrario obligaban a liberar de toda responsabilidad al empleador. Añade que el mismo demandante en la absolución de posiciones reconoció que su empleador no tuvo responsabilidad en el accidente, ya que la caída del poste fue un hecho fortuito, razón por la que no habría culpa o dolo de su parte. Indica que no hay una relación de causalidad entre la conducta impropia o infracción de alguna norma laboral por parte del demandado, del cual se pudiera colegir, ni siquiera remotamente una responsabilidad de parte del demandado. TERCERO: Que en la sentencia impugnada se establecieron como hechos de la causa, en lo pertinente: a) que el actor prestó servicios para el demandado, en calidad de jornalero, b) que el 24 de julio de 1996 el trabajador sufrió un accidente laboral que le produjo un Traumatismo Encéfalo Craneano con TEC cerrado, amputación del quinto dedo derecho, fractura de clavícula, Hemiparesia Espástica de predominio derecho, síndrome atáxico, compromiso cognitivo con daño encefálico y disfonía. c) que el empleador no tomó las medidas suficientes y necesarias para proteger la vida y salud del trabajador. CUARTO: Que sobre la base de los hechos reseñados precedentemente, los sentenciadores concluyeron que existió de parte del empleador una conducta culpable, al ordenar que el trabajador realizara una labor sin contar con los medios de seguridad necesarios, acogiendo la demanda, ordenando el pago de las prestaciones reclamadas. QUINTO: Que de lo expresado fluye que el recurrente impugna los hechos establecidos, intentando su alteración, desde que alega que con la prueba rendida no se acreditó que existiera una responsabilidad culpable o dolosa por parte del empleador y que se trataría de un caso fortuito, tal como lo reconociera el propio actor en la absolución de posiciones, modificaciones aquéllas que no son posibles por esta vía, pues, como reiteradamente lo ha decidido esta Corte, el establecimiento de los hechos, sobre la base de la apreciación de las probanzas allegadas al proceso, mediante las reglas de la sana crítica, queda agotada en las instancias respectivas. SEXTO: Que, además, en términos generales, el establecimiento de tales presupuestos fácticos, no es susceptible de revisión por medio de este recurso, a menos que en la determinación de tales hechos, los jueces del grado hayan desatendido las razones simplemente lógicas, científicas, técnicas o de experiencia, en cuya virtud ha correspondido asignar valor o desestimar la eficacia de las pruebas referidas, cuestión que no ha ocurrido en la especie. SÉPTIMO: Que, a mayor abundamiento, cabe señalar, que el recurrente no ha denunciado la infracción de normas que hayan decidido la litis, razón por la cual este Tribunal de Casación queda impedido de entrar a la revisión de lo actuado por los jueces del fondo en ese plano y decidir de una manera diferente a la que se hizo. OCTAVO: Que por lo razonado se concluye que el recurso en análisis adolece de manifiesta falta de fundamento, lo que determina su rechazo en esta etapa de tramitación. Por estas consideraciones y normas legales citadas, se rechaza el recurso de casación en el fondo deducido por el demandado a fojas 118, contra la sentencia de once de julio del año en curso, que se lee a fojas 118. Regístrese y devuélvase. Rol N° 3.407 00. Pronunciado por los Ministros señores Mario Garrido M., Marcos Libedinsky T. y Humberto Espejo Z. y los Abogados Integrantes señores Patricio Novoa F. y Juan Infante P.

Señala que los antecedentes probatorios rendidos en la causa apreciados de acuerdo a la sana crítica no permiten arribar a la conclusión a la que llegó el sentenciador y por el contrario obligaban a liberar de toda responsabilidad al empleador. Añade que el mismo demandante en la absolución de posiciones reconoció que su empleador no tuvo responsabilidad en el accidente, ya que la caída del poste fue un hecho fortuito, razón por la que no habría culpa o dolo de su parte. Indica que no hay una relación de causalidad entre la conducta impropia o infracción de alguna norma laboral por parte del demandado, del cual se pudiera colegir, ni siquiera remotamente una responsabilidad de parte del demandado. TERCERO: Que en la sentencia impugnada se establecieron como hechos de la causa, en lo pertinente: a) que el actor prestó servicios para el demandado, en calidad de jornalero, b) que el 24 de julio de 1996 el trabajador sufrió un accidente laboral que le produjo un Traumatismo Encéfalo Craneano con TEC cerrado, amputación del quinto dedo derecho, fractura de clavícula, Hemiparesia Espástica de predominio derecho, síndrome atáxico, compromiso cognitivo con daño encefálico y disfonía. c) que el empleador no tomó las medidas suficientes y necesarias para proteger la vida y salud del trabajador. CUARTO: Que sobre la base de los hechos reseñados precedentemente, los sentenciadores concluyeron que existió de parte del empleador una conducta culpable, al ordenar que el trabajador realizara una labor sin contar con los medios de seguridad necesarios, acogiendo la demanda, ordenando el pago de las prestaciones reclamadas. QUINTO: Que de lo expresado fluye que el recurrente impugna los hechos establecidos, intentando su alteración, desde que alega que con la prueba rendida no se acreditó que existiera una responsabilidad culpable o dolosa por parte del empleador y que se trataría de un caso fortuito, tal como lo reconociera el propio actor en la absolución de posiciones, modificaciones aquéllas que no son posibles por esta vía, pues, como reiteradamente lo ha decidido esta Corte, el establecimiento de los hechos, sobre la base de la apreciación de las probanzas allegadas al proceso, mediante las reglas de la sana crítica, queda agotada en las instancias respectivas. SEXTO: Que, además, en términos generales, el establecimiento de tales presupuestos fácticos, no es susceptible de revisión por medio de este recurso, a menos que en la determinación de tales hechos, los jueces del grado hayan desatendido las razones simplemente lógicas, científicas, técnicas o de experiencia, en cuya virtud ha correspondido asignar valor o desestimar la eficacia de las pruebas referidas, cuestión que no ha ocurrido en la especie. SÉPTIMO: Que, a mayor abundamiento, cabe señalar, que el recurrente no ha denunciado la infracción de normas que hayan decidido la litis, razón por la cual este Tribunal de Casación queda impedido de entrar a la revisión de lo actuado por los jueces del fondo en ese plano y decidir de una manera diferente a la que se hizo. OCTAVO: Que por lo razonado se concluye que el recurso en análisis adolece de manifiesta falta de fundamento, lo que determina su rechazo en esta etapa de tramitación. Por estas consideraciones y normas legales citadas, se rechaza el recurso de casación en el fondo deducido por el demandado a fojas 118, contra la sentencia de once de julio del año en curso, que se lee a fojas 118. Regístrese y devuélvase. Rol N° 3.407 00. Pronunciado por los Ministros señores Mario Garrido M., Marcos Libedinsky T. y Humberto Espejo Z. y los Abogados Integrantes señores Patricio Novoa F. y Juan Infante P. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

769

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Talcahuano, 8 de julio de 1997. VISTOS: A fs. 2 comparece Patricio Eleodoro Mella Cabrera y Jaime Eduardo Antonio Pacheco Quezada, ambos abogados, domiciliados en Diagonal Pedro Aguirre Cerda Nº 1075, oficina 5 de Concepción y para estos efectos en calle Colón Nº 615, Depto. 308 de Talcahuano, en representación de Walter Patricio Álvarez Venegas, junior, domiciliado en calle Fresia Nº 264, Arenal Talcahuano y deducen demanda de indemnización de perjuicios en contra de Pesquera Qurbosa S.A. representada por don Hernán Canata Valenzuela, factor de comercio, ambos con domicilio en calle Juan Antonio Ríos Nº 201 de esta ciudad. Fundamenta su acción en el hecho de que el actor trabajó para la demandada como junior, efectuando variadas funciones, entre éstas tenía encomendada la limpieza de fondos utilizados en un casino, en un lugar ubicado al lado de los elevadores de pesca, lugar en donde se descarga pescado que utiliza la empresa. Agrega que el día 30 de agosto de 1995, a las 13:00 horas, el demandante fue enviado a realizar la limpieza de fondos por el encargado de la sección de junior y en ese lugar se encontraba estacionado un camión patente LD 2792, el que era objeto de una revisión mecánica, dicho espacio físico no es apto para estacionamiento ni efectuar reparaciones y mientras el demandante efectuaba faenas de limpieza, el conductor del camión que se encontraba allí, encendió el motor y el vehículo comenzó a desplazarse hacia adelante aprisionándole a éste ambas piernas contra una pequeña muralla, resultando con ambas piernas destrozadas y una de ella le fue amputada posteriormente, por lo que solicita se condene a la demandada al pago de la suma de $ 15.000.000 o la cantidad mayor o menor que resulte por concepto de lucro cesante y pago de la suma de $ 30.000.000 o la cantidad mayor o menor que Ssa. determine por concepto de daño moral, con costas. A fs. 25 don José Elgueta Adrovez, abogado, contesta la demanda en representación de Pesquera Qurbosa S.A., solicitando no se dé lugar a ella, en todas sus partes, con condenación en costas. En subsidio, pide en el caso de que alguna indemnización correspondiere rebajarla en un 90%, por todas las razones señaladas en su libelo y en particular por haber sido oportunamente asistido el demandante, además porque no le cabe responsabilidad alguna a la Pesquera, ya que el actuar negligente del propio actor fue la causa del accidente, o en todo caso se debió a caso fortuito y por el hecho de que percibirá una pensión permanente pagada por la institución previsional, todo con costas. A fs. 32 vta., se recibió la causa a prueba fijándose los puntos sobre los cuales ésta debería recaer. A fs. 148 se llevó a efecto el comparendo de conciliación y prueba, rindiéndose pruebas profesionales y testimoniales de las partes. A fs. 180 vta., se citó a las partes para oír sentencia. CON LO RELACIONADO Y CONSIDERANDO: PRIMERO: Que a fs. 2 se presenta Patricio Cabrera y Jaime Pacheco Quezada, abogados, individualizados en representación de Walter Álvarez Venegas y enderezan demanda de indemnización de perjuicios en contra de la Empresa Pesquera Qurbosa S.A., representada por Hernán Canata Valenzuela, de quien se han dado sus señas personales, fundados en las consideraciones de hecho y de derecho ya expresadas en lo expositivo del presente fallo. SEGUNDO: Que contestando a fs. 25 la demandada solicita el rechazo de la demanda por cuanto no serían efectivos los hechos en que se fundamenta desde que la demandada no ha infringido ninguna de las disposiciones legales y no existe culpa o falta de diligencia alguna en la realización de las actividades necesarias para que se hayan producido las lesiones que el demandante sufrió y los daños que se hubieran ocasionado. Agrega que el trabajador en ningún caso debió dedicarse a limpiar los utensilios del casino de la empresa junto al lugar en donde se descargan los camiones, o sea, en los pozos de pesca capturada y de ninguna manera realizar este trabajo en un espacio menor de un metro en que ya se

770

I. SENTENCIA DE PRIMER GRADO

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol N°: 2786-1998 Cita online: CL/JUR/1932/1998

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol N°: 2786-1998 Cita online: CL/JUR/1932/1998

I. SENTENCIA DE PRIMER GRADO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Talcahuano, 8 de julio de 1997. VISTOS: A fs. 2 comparece Patricio Eleodoro Mella Cabrera y Jaime Eduardo Antonio Pacheco Quezada, ambos abogados, domiciliados en Diagonal Pedro Aguirre Cerda Nº 1075, oficina 5 de Concepción y para estos efectos en calle Colón Nº 615, Depto. 308 de Talcahuano, en representación de Walter Patricio Álvarez Venegas, junior, domiciliado en calle Fresia Nº 264, Arenal Talcahuano y deducen demanda de indemnización de perjuicios en contra de Pesquera Qurbosa S.A. representada por don Hernán Canata Valenzuela, factor de comercio, ambos con domicilio en calle Juan Antonio Ríos Nº 201 de esta ciudad. Fundamenta su acción en el hecho de que el actor trabajó para la demandada como junior, efectuando variadas funciones, entre éstas tenía encomendada la limpieza de fondos utilizados en un casino, en un lugar ubicado al lado de los elevadores de pesca, lugar en donde se descarga pescado que utiliza la empresa. Agrega que el día 30 de agosto de 1995, a las 13:00 horas, el demandante fue enviado a realizar la limpieza de fondos por el encargado de la sección de junior y en ese lugar se encontraba estacionado un camión patente LD 2792, el que era objeto de una revisión mecánica, dicho espacio físico no es apto para estacionamiento ni efectuar reparaciones y mientras el demandante efectuaba faenas de limpieza, el conductor del camión que se encontraba allí, encendió el motor y el vehículo comenzó a desplazarse hacia adelante aprisionándole a éste ambas piernas contra una pequeña muralla, resultando con ambas piernas destrozadas y una de ella le fue amputada posteriormente, por lo que solicita se condene a la demandada al pago de la suma de $ 15.000.000 o la cantidad mayor o menor que resulte por concepto de lucro cesante y pago de la suma de $ 30.000.000 o la cantidad mayor o menor que Ssa. determine por concepto de daño moral, con costas. A fs. 25 don José Elgueta Adrovez, abogado, contesta la demanda en representación de Pesquera Qurbosa S.A., solicitando no se dé lugar a ella, en todas sus partes, con condenación en costas. En subsidio, pide en el caso de que alguna indemnización correspondiere rebajarla en un 90%, por todas las razones señaladas en su libelo y en particular por haber sido oportunamente asistido el demandante, además porque no le cabe responsabilidad alguna a la Pesquera, ya que el actuar negligente del propio actor fue la causa del accidente, o en todo caso se debió a caso fortuito y por el hecho de que percibirá una pensión permanente pagada por la institución previsional, todo con costas. A fs. 32 vta., se recibió la causa a prueba fijándose los puntos sobre los cuales ésta debería recaer. A fs. 148 se llevó a efecto el comparendo de conciliación y prueba, rindiéndose pruebas profesionales y testimoniales de las partes. A fs. 180 vta., se citó a las partes para oír sentencia. CON LO RELACIONADO Y CONSIDERANDO: PRIMERO: Que a fs. 2 se presenta Patricio Cabrera y Jaime Pacheco Quezada, abogados, individualizados en representación de Walter Álvarez Venegas y enderezan demanda de indemnización de perjuicios en contra de la Empresa Pesquera Qurbosa S.A., representada por Hernán Canata Valenzuela, de quien se han dado sus señas personales, fundados en las consideraciones de hecho y de derecho ya expresadas en lo expositivo del presente fallo. SEGUNDO: Que contestando a fs. 25 la demandada solicita el rechazo de la demanda por cuanto no serían efectivos los hechos en que se fundamenta desde que la demandada no ha infringido ninguna de las disposiciones legales y no existe culpa o falta de diligencia alguna en la realización de las actividades necesarias para que se hayan producido las lesiones que el demandante sufrió y los daños que se hubieran ocasionado. Agrega que el trabajador en ningún caso debió dedicarse a limpiar los utensilios del casino de la empresa junto al lugar en donde se descargan los camiones, o sea, en los pozos de pesca capturada y de ninguna manera realizar este trabajo en un espacio menor de un metro en que ya se

770

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

771

encontraba estacionado el camión causante del accidente y la muralla de contención que va creciendo desde los aproximadamente 20 cm. hasta más de un metro de altura. Este trabajo debió realizarlo debajo de la llave cuya agua estaba utilizando en la parte superior del camino de acceso y sobre la muralla contra la cual el vehículo lo aprisionó. La actuación del trabajador constituye una negligencia inexcusable conforme lo señala el artículo 70 de la ley Nº 16.744. Hay que agregar que la grave negligencia que cometió el actor fue agravada por la altura del vehículo, dado que se trata de un camión de altura y el chofer no tiene ángulo para ver lo que ocurre debajo o al lado del parachoques delantero. Entonces si el actor sabía que el conductor no lo iba a ver no debió ubicarse en el lugar en donde fue aprisionado. Agrega la demandada que la actuación negligente del trabajador fue la que provocó el accidente y el incumplimiento de la obligación contractual libera a la empresa demandada por cuanto el trabajador no cumplió en mantener la seguridad laboral. TERCERO: Que la demandada también invoca como fundamento la circunstancia de no ser el camión de propiedad de la empresa y que Manuel Cáceres Garrido, el chofer de dicho camión, no tuvo culpa alguna en el accidente, lo cual quedó demostrado en el Juzgado del Crimen donde se conoció la causa. En este sentido explica que Cáceres Garrido se encontraba en el chasis o parte trasera de la cabina cuando el vehículo se desplazó hacia adelante, por lo que rápidamente se introdujo a la cabina para detenerlo y sólo activó el motor cuando sintió gritos delante del camión, es decir que el motor solamente iba encendido y lo hizo partir después de haber producido el accidente para retrocederlo del lugar, en consecuencia el accidente se produjo en forma fortuita. Agrega la demandada que la empresa decidió apoyar legal y moralmente y que éste tendrá derecho a percibir una pensión de por vida por ocasión del accidente, pensión completa, de tal manera que los montos por lucro cesante y daño moral deberán ser rechazados ostensiblemente en caso de acogerse la demanda. CUARTO: Que en orden a acreditar los fundamentos fácticos de la acción deducida la actora acompañó los documentos que rolan de fs. 33 en adelante, consistentes en certificados de lesiones, parte de Carabineros respecto de los hechos ocurridos, copia de declaración ante el tribunal, parte de Carabineros, declaraciones ante el Tribunal del Crimen, resoluciones judiciales, antecedentes clínicos, croquis del lugar de los hechos, declaraciones de testigos dadas al juez del crimen, informe pericial sobre el camión, fotocopias de fotografías del camión en el lugar de los hechos y fotografía de la pierna del accidentado. A fs. 65 corre certificado de inscripción del vehículo estableciendo que el propietario es Transportes Liguria Ltda. De fs. 67 a 140 corre informe de la Mutual de Seguridad y ficha clínica del accidentado, documentos que no fueron objetados en tiempo y forma por la contraria. QUINTO: Que en cuanto a la confesional la actora llamó al representante de la demandada a absolver posiciones, quien lo hizo conforme al acta de fs. 148 y al tenor del pliego de fs. 144, estableciéndose que el actor era trabajador de la empresa Qurbosa y desempeñaba labores de limpieza, que el camión que produjo el accidente se encontraba dentro del recinto en que funciona la empresa, y que el señor Pedro Aillón era quien ordenaba realizar la limpieza de los fondos al actor, que el camión estaba estacionado frente a los pozos de descarga de pescado y que el camión, medio por el cual se produjo el accidente pertenece a una empresa en que el absolvente o una sociedad a quien pertenece como socio es propietario del mismo. SEXTO: Que en cuanto a la prueba testimonial comparece Miguel Varela Pincheira, Ricardo Adrián Vargas Vega, Víctor César Valenzuela Muñoz, Javier Rodrigo Toledo Saravia, Alejandro Soto Neira, Juan Antonio Salazar Noguera, Segundo Eladio Flores Riquelme, Claudio Marcelo Muñoz Puentes, quienes declaran a fs. 158 y siguientes, el primer testigo comparece al punto Nº 1 y manifiesta no tener conocimiento de los hechos. El testigo Ricardo Vargas Vega comparece al punto Nº 2 y señala que el actor estaba lavando un fondo en el sector cercano a los pozos y lo apretó un camión. Frecuentemente se lavan los fondos allí, pero no vio el accidente y las lesiones las produjo el parachoques del camión que apretó contra el muro al actor. Reitera que el actor se encontraba lavando fondos allí como siempre lo hacían los juniors, aclarando señala que antes los fondos se lavaban atrás en la sala de calderas donde hay unas llaves y después los mandaron para afuera, ya que no debían estar en la caldera en donde están los operadores, quien dio la orden fue don Pedro Aillón, quien es el que distribuye los trabajos; dice que en el lugar hay dos conos de descarga de los camiones y que el camión llega allí retrocediendo,

encontraba estacionado el camión causante del accidente y la muralla de contención que va creciendo desde los aproximadamente 20 cm. hasta más de un metro de altura. Este trabajo debió realizarlo debajo de la llave cuya agua estaba utilizando en la parte superior del camino de acceso y sobre la muralla contra la cual el vehículo lo aprisionó. La actuación del trabajador constituye una negligencia inexcusable conforme lo señala el artículo 70 de la ley Nº 16.744. Hay que agregar que la grave negligencia que cometió el actor fue agravada por la altura del vehículo, dado que se trata de un camión de altura y el chofer no tiene ángulo para ver lo que ocurre debajo o al lado del parachoques delantero. Entonces si el actor sabía que el conductor no lo iba a ver no debió ubicarse en el lugar en donde fue aprisionado. Agrega la demandada que la actuación negligente del trabajador fue la que provocó el accidente y el incumplimiento de la obligación contractual libera a la empresa demandada por cuanto el trabajador no cumplió en mantener la seguridad laboral. TERCERO: Que la demandada también invoca como fundamento la circunstancia de no ser el camión de propiedad de la empresa y que Manuel Cáceres Garrido, el chofer de dicho camión, no tuvo culpa alguna en el accidente, lo cual quedó demostrado en el Juzgado del Crimen donde se conoció la causa. En este sentido explica que Cáceres Garrido se encontraba en el chasis o parte trasera de la cabina cuando el vehículo se desplazó hacia adelante, por lo que rápidamente se introdujo a la cabina para detenerlo y sólo activó el motor cuando sintió gritos delante del camión, es decir que el motor solamente iba encendido y lo hizo partir después de haber producido el accidente para retrocederlo del lugar, en consecuencia el accidente se produjo en forma fortuita. Agrega la demandada que la empresa decidió apoyar legal y moralmente y que éste tendrá derecho a percibir una pensión de por vida por ocasión del accidente, pensión completa, de tal manera que los montos por lucro cesante y daño moral deberán ser rechazados ostensiblemente en caso de acogerse la demanda. CUARTO: Que en orden a acreditar los fundamentos fácticos de la acción deducida la actora acompañó los documentos que rolan de fs. 33 en adelante, consistentes en certificados de lesiones, parte de Carabineros respecto de los hechos ocurridos, copia de declaración ante el tribunal, parte de Carabineros, declaraciones ante el Tribunal del Crimen, resoluciones judiciales, antecedentes clínicos, croquis del lugar de los hechos, declaraciones de testigos dadas al juez del crimen, informe pericial sobre el camión, fotocopias de fotografías del camión en el lugar de los hechos y fotografía de la pierna del accidentado. A fs. 65 corre certificado de inscripción del vehículo estableciendo que el propietario es Transportes Liguria Ltda. De fs. 67 a 140 corre informe de la Mutual de Seguridad y ficha clínica del accidentado, documentos que no fueron objetados en tiempo y forma por la contraria. QUINTO: Que en cuanto a la confesional la actora llamó al representante de la demandada a absolver posiciones, quien lo hizo conforme al acta de fs. 148 y al tenor del pliego de fs. 144, estableciéndose que el actor era trabajador de la empresa Qurbosa y desempeñaba labores de limpieza, que el camión que produjo el accidente se encontraba dentro del recinto en que funciona la empresa, y que el señor Pedro Aillón era quien ordenaba realizar la limpieza de los fondos al actor, que el camión estaba estacionado frente a los pozos de descarga de pescado y que el camión, medio por el cual se produjo el accidente pertenece a una empresa en que el absolvente o una sociedad a quien pertenece como socio es propietario del mismo. SEXTO: Que en cuanto a la prueba testimonial comparece Miguel Varela Pincheira, Ricardo Adrián Vargas Vega, Víctor César Valenzuela Muñoz, Javier Rodrigo Toledo Saravia, Alejandro Soto Neira, Juan Antonio Salazar Noguera, Segundo Eladio Flores Riquelme, Claudio Marcelo Muñoz Puentes, quienes declaran a fs. 158 y siguientes, el primer testigo comparece al punto Nº 1 y manifiesta no tener conocimiento de los hechos. El testigo Ricardo Vargas Vega comparece al punto Nº 2 y señala que el actor estaba lavando un fondo en el sector cercano a los pozos y lo apretó un camión. Frecuentemente se lavan los fondos allí, pero no vio el accidente y las lesiones las produjo el parachoques del camión que apretó contra el muro al actor. Reitera que el actor se encontraba lavando fondos allí como siempre lo hacían los juniors, aclarando señala que antes los fondos se lavaban atrás en la sala de calderas donde hay unas llaves y después los mandaron para afuera, ya que no debían estar en la caldera en donde están los operadores, quien dio la orden fue don Pedro Aillón, quien es el que distribuye los trabajos; dice que en el lugar hay dos conos de descarga de los camiones y que el camión llega allí retrocediendo, ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

771

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

que los conos están al lado izquierdo de Álvarez quien estaba parado al frente de la llave y el camión estaba a espalda de él entre 1.5 a 2 mts. de distancia; el camión casi tapaba los dos pozos. Agrega que desde la cabina del camión se ve perfectamente hacia adelante. Al punto Nº 4 señala que el camión era plano, que no estaba descargando. Además escuchó que dicho camión iba a ser reparado. El testigo Valenzuela Muñoz, al punto Nº 1 dice que el actor era junior y don Pedro Aillón era su jefe y que lavaba fondos cuando ocurrió el accidente y que él siempre lo vio en el lugar en donde se hace la descarga de los pozos y que nunca lo vio lavando fondos en otro lugar. Al punto Nº.5, señala que el camión es ñato, alto, sin tolva y que Manuel Cáceres normalmente efectuaba labores para la Pesquera Qurbosa y estos trabajos se hacían en cualquier lugar. El testigo Toledo Saravia, al punto Nº 2 recuerda que Álvarez sufrió un accidente frente a los embudos de la pesquera en donde se descarga, dice que lo sabe porque se lo contaron y que los utensilios se lavaban generalmente allí donde ocurrió el accidente y que cada uno de ellos llevaba su jarro allí. El testigo Soto Neira, al punto Nº 5 dice que trabajaba como ayudante de caldera y que el camión trabaja las 24 horas para la pesquera y que don Manuel Cáceres es el mecánico de la empresa, él supo que el camión participó en el accidente porque se lo dijeron los compañeros y que en este vehículo siempre se hacen traslados de aceite y de harina, agrega el testigo que ha visto a Cáceres realizando trabajos de traslados en 4 Esquinas o en la bodega también, y que él llegó dos horas después al accidente. El testigo Salazar Noguera al punto Nº 4, dice que hace más de un año hubo un accidente entre un camión y Álvarez y que era un camión sin trompa, color azul, el que estaba sin rampla y que se usa para el transporte de harina y que él estaba en el momento del accidente; que el camión no realizaba faenas de descarga al momento del accidente y que había sido estacionado allí mismo en otras ocasiones. El testigo Flores Riquelme al punto Nº 3 dice que al momento del accidente estaba con permiso, sabe que al trabajador se le tuvo que amputar una pierna y que la otra le quedó complicada y al momento del accidente se encontraba lavando fondos y que esto se hacía por orden del jefe del junior don Pedro Aillón Carrasco y que anteriormente también se habían realizado labores en el lugar del accidente y reitera que quien lo mandaba a realizar dicho trabajo en ese lugar era don Pedro Aillón. Agrega que es en la parte baja de ese sector en donde queda la llave para lavar y en donde se saca agua. El testigo Muñoz Puentes, al punto Nº 3 señala que trabaja varios años en la empresa y que el accidente afectó al señor Alvarez, quien se encontraba lavando fondos cuando fue impactado, que el lugar no está habilitado para lavar fondos y que el agua que hay allí no es potable, pero que el actor era mandado a lavar allí y que la posición de los camiones tampoco dependía del señor Álvarez y que en ese lugar dejaban cualquier vehículo. SÉPTIMO: Por su parte la demandada acompañó los documentos que rolan de fs. 10 a 24, consistentes en contrato de trabajo y anexo entre las partes, certificado de remuneraciones para subsidio por accidente de trabajo, declaración individual de accidente de trabajo, informe médico de hospitalización, guías de despachos emitidas por Residencial San Pedro, documentos que no fueron objetados por la contraria en tiempo y forma y pidió se llamara a absolver posiciones al actor al tenor del pliego de fs. 46 y siguientes, obteniéndose de éste medio de prueba que el actor es junior de la demandada y el día 30 de agosto de 1995, a eso de las 12:00 horas fue a limpiar y a lavar fondos de comida y se instaló a efectuar este lavado en el espacio ubicado entre una muralla y un camión Mack donde no había más de un metro de distancia y que la cabina de dicho vehículo estaba a más de tres metros de altura y que el señor Manuel Cáceres estaría en la parte delantera del camión limpiando utensilios y que luego que el camión aplastó sus piernas bajó a verlo y subió nuevamente, se refiere al señor Cáceres, que hay instrucciones de la empresa para que las labores se efectúen con cuidado y preocupación y que hay contratado un experto en prevención de riesgos entregando la empresa diversas especies de seguridad. Que la empresa le ofreció todo tipo de ayuda y que se preocupó que él recibiera puntualmente el subsidio, y que la empresa le pagó estadía a sus parientes durante un mes aproximadamente y que le mandó de regalo un televisor y que siempre le ha dado lo necesario. OCTAVO: Que en cuanto a la prueba testimonial declara el testigo Manuel Cáceres Garrido, quien expresa que el día de los hechos se encontraba haciendo una revisión visual del camión y de repente el vehículo empezó a desplazarse levemente por lo que se subió a la cabina para detenerlo y evitar que chocara con la muralla, luego se percató que le levantaban los brazos para que se desplazara hacia

772

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

que los conos están al lado izquierdo de Álvarez quien estaba parado al frente de la llave y el camión estaba a espalda de él entre 1.5 a 2 mts. de distancia; el camión casi tapaba los dos pozos. Agrega que desde la cabina del camión se ve perfectamente hacia adelante. Al punto Nº 4 señala que el camión era plano, que no estaba descargando. Además escuchó que dicho camión iba a ser reparado. El testigo Valenzuela Muñoz, al punto Nº 1 dice que el actor era junior y don Pedro Aillón era su jefe y que lavaba fondos cuando ocurrió el accidente y que él siempre lo vio en el lugar en donde se hace la descarga de los pozos y que nunca lo vio lavando fondos en otro lugar. Al punto Nº.5, señala que el camión es ñato, alto, sin tolva y que Manuel Cáceres normalmente efectuaba labores para la Pesquera Qurbosa y estos trabajos se hacían en cualquier lugar. El testigo Toledo Saravia, al punto Nº 2 recuerda que Álvarez sufrió un accidente frente a los embudos de la pesquera en donde se descarga, dice que lo sabe porque se lo contaron y que los utensilios se lavaban generalmente allí donde ocurrió el accidente y que cada uno de ellos llevaba su jarro allí. El testigo Soto Neira, al punto Nº 5 dice que trabajaba como ayudante de caldera y que el camión trabaja las 24 horas para la pesquera y que don Manuel Cáceres es el mecánico de la empresa, él supo que el camión participó en el accidente porque se lo dijeron los compañeros y que en este vehículo siempre se hacen traslados de aceite y de harina, agrega el testigo que ha visto a Cáceres realizando trabajos de traslados en 4 Esquinas o en la bodega también, y que él llegó dos horas después al accidente. El testigo Salazar Noguera al punto Nº 4, dice que hace más de un año hubo un accidente entre un camión y Álvarez y que era un camión sin trompa, color azul, el que estaba sin rampla y que se usa para el transporte de harina y que él estaba en el momento del accidente; que el camión no realizaba faenas de descarga al momento del accidente y que había sido estacionado allí mismo en otras ocasiones. El testigo Flores Riquelme al punto Nº 3 dice que al momento del accidente estaba con permiso, sabe que al trabajador se le tuvo que amputar una pierna y que la otra le quedó complicada y al momento del accidente se encontraba lavando fondos y que esto se hacía por orden del jefe del junior don Pedro Aillón Carrasco y que anteriormente también se habían realizado labores en el lugar del accidente y reitera que quien lo mandaba a realizar dicho trabajo en ese lugar era don Pedro Aillón. Agrega que es en la parte baja de ese sector en donde queda la llave para lavar y en donde se saca agua. El testigo Muñoz Puentes, al punto Nº 3 señala que trabaja varios años en la empresa y que el accidente afectó al señor Alvarez, quien se encontraba lavando fondos cuando fue impactado, que el lugar no está habilitado para lavar fondos y que el agua que hay allí no es potable, pero que el actor era mandado a lavar allí y que la posición de los camiones tampoco dependía del señor Álvarez y que en ese lugar dejaban cualquier vehículo. SÉPTIMO: Por su parte la demandada acompañó los documentos que rolan de fs. 10 a 24, consistentes en contrato de trabajo y anexo entre las partes, certificado de remuneraciones para subsidio por accidente de trabajo, declaración individual de accidente de trabajo, informe médico de hospitalización, guías de despachos emitidas por Residencial San Pedro, documentos que no fueron objetados por la contraria en tiempo y forma y pidió se llamara a absolver posiciones al actor al tenor del pliego de fs. 46 y siguientes, obteniéndose de éste medio de prueba que el actor es junior de la demandada y el día 30 de agosto de 1995, a eso de las 12:00 horas fue a limpiar y a lavar fondos de comida y se instaló a efectuar este lavado en el espacio ubicado entre una muralla y un camión Mack donde no había más de un metro de distancia y que la cabina de dicho vehículo estaba a más de tres metros de altura y que el señor Manuel Cáceres estaría en la parte delantera del camión limpiando utensilios y que luego que el camión aplastó sus piernas bajó a verlo y subió nuevamente, se refiere al señor Cáceres, que hay instrucciones de la empresa para que las labores se efectúen con cuidado y preocupación y que hay contratado un experto en prevención de riesgos entregando la empresa diversas especies de seguridad. Que la empresa le ofreció todo tipo de ayuda y que se preocupó que él recibiera puntualmente el subsidio, y que la empresa le pagó estadía a sus parientes durante un mes aproximadamente y que le mandó de regalo un televisor y que siempre le ha dado lo necesario. OCTAVO: Que en cuanto a la prueba testimonial declara el testigo Manuel Cáceres Garrido, quien expresa que el día de los hechos se encontraba haciendo una revisión visual del camión y de repente el vehículo empezó a desplazarse levemente por lo que se subió a la cabina para detenerlo y evitar que chocara con la muralla, luego se percató que le levantaban los brazos para que se desplazara hacia

772

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

773

atrás, lo que hizo percatándose en ese momento de la gravedad de la situación, los hechos ocurrieron entre las 12:05 a 12:10 horas, y la persona que sufrió el accidente no era su lugar de trabajo, por cuanto ésta era una zona de camiones. Agrega el testigo que él se encontraba en el chasis del camión cuando éste empezó a moverse. Estima que había un metro de distancia entre el camión y la muralla y que habitualmente las reparaciones no se hacían en los pozos de descarga en donde ocurrió el accidente y que en otras oportunidades él también lo había hecho así, es decir, había revisado los vehículos. La persona que estacionó allí el camión fue don Jorge Aguirre, agrega que además de ese lugar hay otro lugar en donde se ubicaban los camiones. El testigo señala que hacía más o menos 5 minutos que estaba revisando el camión y agrega que hay en ese lugar una llave pero que era para el lavado de los pozos, dice que su jefe directo es don Eduardo Salazar, quien lo instruye que revise los camiones y agrega que el camión no tenía frenos y ésa es la razón por la cual se desplazó. Agrega el testigo que a veces los camiones quedan enganchados o con el cambio pasado y como él andaba por ahí es probable que haya desconectado la palanca del cambio. El testigo Eduardo Mella Paredes dice que el accidente se produjo por culpa de Alvarez, ya que no debía haber estado limpiando fondos sabiendo que había un camión frente a él revisándosele la mantención, agrega que tiene instrucciones de que el lavado sea dentro del comedor, aclara que siempre los fondos deben lavarse en el comedor una vez terminados los servicios y que no hay ninguna orden superior que le haya manifestado que debían lavarse en ese lugar y que existe en el comedor un lavadero de 1,20 de ancho y de fondo de 60 cm. y que los fondos de comida tienen 50 lts. más o menos. Señala que no sabía que el lavado se hacía en la caldera y que posteriormente se hacía en la llave en donde ocurrió el accidente y de haberlo sabido habría tomado precaución pero que nunca se reunió con Aillón y los juniors para darle instrucciones de seguridad y que el lugar en donde estaba el camión cumple con las medidas de seguridad. Agrega que el demandante se expuso al riesgo ya que había un camión en ese lugar y el espacio físico era muy pequeño y que el junior debe cumplir con el reglamento interno de la empresa. El testigo Eduardo Salazar Silva dice que el accidente ocurrió fortuitamente dado que el camión se dejó en ese lugar mientras era reparado por un mecánico o mientras éste lo inspeccionaba mejor dicho y, que el lugar en donde trabajaba Álvarez no estaba destinado a eso y que los fondos deben lavarse en la cocina del casino y que el lugar en donde estaba el camión, es un lugar de tránsito de vehículos que pasan por allí en elevado número y que el demandante no debiera haber estado lavando fondos a esa hora. Agrega que lo normal es que los trabajadores ejecuten sus funciones siguiendo las instrucciones de un jefe directo y que no es posible que los trabajadores hagan tareas sin que el jefe se percate. NOVENO: Que además rolan en autos el acta de exhibición de documentos de fs. 155, dejándose constancia los documentos examinados a fs. 153 y 154. DÉCIMO: Que de los elementos de juicio apreciados de la forma como lo establece la ley, es decir de acuerdo a las reglas de la sana crítica, consistente ellos en documental, confesional, testimonial, exhibición de documentos y oficios aparecen como claros y evidentes los siguientes hechos: Que el 30 de agosto de 1995, entre las 12:00 y 13:00 horas, el actor se encontraba ejerciendo las funciones para las cuales había sido contratado para la demandada en un sector destinado a la descarga de camiones en cuyo lugar se encontraba estacionado un camión placa LD 2792, el cual era objeto de una revisión mecánica por parte de Manuel Cáceres Garrido. Que en circunstancias que este último se encontraba sobre el chasis del camión, el vehículo se deslizó hacia una muralla de contención que se encontraba a un metro de distancia aproximadamente, aprisionando con su parachoques al actor el que sufrió lesiones de tal gravedad que hubo que amputársele una pierna, quedando la otra en precarias condiciones físicas. Que también constituye un hecho en la causa la circunstancia que el camión se encontraba sin frenos y al momento del accidente no se habían tomado medidas de seguridad alguna para evitar que éste se deslizara hacia adelante o hacia atrás. UNDÉCIMO: Que el artículo 68 de la ley Nº.16.744 estipula que las empresas deberán implantar todas las medidas de seguridad e higiene en el trabajo tanto las que le prescriba directamente el Servicio Nacional de Salud o el organismo administrador a que se encuentra afecta y el artículo 69 señala que cuando el accidente se deba a culpa o dolo de la entidad empleadora o de un tercero, la víctima y demás personas a quienes el accidente cause daño podrán reclamar también contra éstos las otras indemnizaciones a que tengan derecho.

atrás, lo que hizo percatándose en ese momento de la gravedad de la situación, los hechos ocurrieron entre las 12:05 a 12:10 horas, y la persona que sufrió el accidente no era su lugar de trabajo, por cuanto ésta era una zona de camiones. Agrega el testigo que él se encontraba en el chasis del camión cuando éste empezó a moverse. Estima que había un metro de distancia entre el camión y la muralla y que habitualmente las reparaciones no se hacían en los pozos de descarga en donde ocurrió el accidente y que en otras oportunidades él también lo había hecho así, es decir, había revisado los vehículos. La persona que estacionó allí el camión fue don Jorge Aguirre, agrega que además de ese lugar hay otro lugar en donde se ubicaban los camiones. El testigo señala que hacía más o menos 5 minutos que estaba revisando el camión y agrega que hay en ese lugar una llave pero que era para el lavado de los pozos, dice que su jefe directo es don Eduardo Salazar, quien lo instruye que revise los camiones y agrega que el camión no tenía frenos y ésa es la razón por la cual se desplazó. Agrega el testigo que a veces los camiones quedan enganchados o con el cambio pasado y como él andaba por ahí es probable que haya desconectado la palanca del cambio. El testigo Eduardo Mella Paredes dice que el accidente se produjo por culpa de Alvarez, ya que no debía haber estado limpiando fondos sabiendo que había un camión frente a él revisándosele la mantención, agrega que tiene instrucciones de que el lavado sea dentro del comedor, aclara que siempre los fondos deben lavarse en el comedor una vez terminados los servicios y que no hay ninguna orden superior que le haya manifestado que debían lavarse en ese lugar y que existe en el comedor un lavadero de 1,20 de ancho y de fondo de 60 cm. y que los fondos de comida tienen 50 lts. más o menos. Señala que no sabía que el lavado se hacía en la caldera y que posteriormente se hacía en la llave en donde ocurrió el accidente y de haberlo sabido habría tomado precaución pero que nunca se reunió con Aillón y los juniors para darle instrucciones de seguridad y que el lugar en donde estaba el camión cumple con las medidas de seguridad. Agrega que el demandante se expuso al riesgo ya que había un camión en ese lugar y el espacio físico era muy pequeño y que el junior debe cumplir con el reglamento interno de la empresa. El testigo Eduardo Salazar Silva dice que el accidente ocurrió fortuitamente dado que el camión se dejó en ese lugar mientras era reparado por un mecánico o mientras éste lo inspeccionaba mejor dicho y, que el lugar en donde trabajaba Álvarez no estaba destinado a eso y que los fondos deben lavarse en la cocina del casino y que el lugar en donde estaba el camión, es un lugar de tránsito de vehículos que pasan por allí en elevado número y que el demandante no debiera haber estado lavando fondos a esa hora. Agrega que lo normal es que los trabajadores ejecuten sus funciones siguiendo las instrucciones de un jefe directo y que no es posible que los trabajadores hagan tareas sin que el jefe se percate. NOVENO: Que además rolan en autos el acta de exhibición de documentos de fs. 155, dejándose constancia los documentos examinados a fs. 153 y 154. DÉCIMO: Que de los elementos de juicio apreciados de la forma como lo establece la ley, es decir de acuerdo a las reglas de la sana crítica, consistente ellos en documental, confesional, testimonial, exhibición de documentos y oficios aparecen como claros y evidentes los siguientes hechos: Que el 30 de agosto de 1995, entre las 12:00 y 13:00 horas, el actor se encontraba ejerciendo las funciones para las cuales había sido contratado para la demandada en un sector destinado a la descarga de camiones en cuyo lugar se encontraba estacionado un camión placa LD 2792, el cual era objeto de una revisión mecánica por parte de Manuel Cáceres Garrido. Que en circunstancias que este último se encontraba sobre el chasis del camión, el vehículo se deslizó hacia una muralla de contención que se encontraba a un metro de distancia aproximadamente, aprisionando con su parachoques al actor el que sufrió lesiones de tal gravedad que hubo que amputársele una pierna, quedando la otra en precarias condiciones físicas. Que también constituye un hecho en la causa la circunstancia que el camión se encontraba sin frenos y al momento del accidente no se habían tomado medidas de seguridad alguna para evitar que éste se deslizara hacia adelante o hacia atrás. UNDÉCIMO: Que el artículo 68 de la ley Nº.16.744 estipula que las empresas deberán implantar todas las medidas de seguridad e higiene en el trabajo tanto las que le prescriba directamente el Servicio Nacional de Salud o el organismo administrador a que se encuentra afecta y el artículo 69 señala que cuando el accidente se deba a culpa o dolo de la entidad empleadora o de un tercero, la víctima y demás personas a quienes el accidente cause daño podrán reclamar también contra éstos las otras indemnizaciones a que tengan derecho. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

773

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

DUODÉCIMO: Que conforme a lo expresado en los motivos anteriores se ha planteado por la vía del juicio laboral la opción de indemnización de perjuicios proveniente de un accidente del trabajo, toda vez que el hecho en que se fundan las indemnizaciones reclamadas acaeció en circunstancia que el demandante prestaba servicios para la empresa demandada según contrato de trabajo que el propio demandado acompaña a fs. 10. En relación a ello el artículo 184 del Código del ramo preceptúa que el empleador está obligado a tomar todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y la salud de los trabajadores, manteniendo las condiciones adecuadas de seguridad en las faenas, como también los implementos necesarios para prevenir accidentes. DECIMOTERCERO: Que no obstante que tanto la demandante como la demandada han alegado para los efectos su respectiva defensa que la culpa, negligencia o falta de cuidado ha sido de su contraparte, ninguno de ellos ha promovido discusión alguna acerca de la naturaleza de las responsabilidades que se hace valer en el exordio como fundamento de las indemnizaciones que se reclaman, de tal manera que ambas partes están de acuerdo en que la responsabilidad de que se trata es la que deriva del artículo 184 del Código del Trabajo y artículo 69 de la ley Nº.16.744, esto es, de la responsabilidad contractual. DECIMOCUARTO: Que la obligación de indemnizar se deriva en la especie del vínculo existente entre el demandante y el demandado en virtud del contrato de trabajo y en la especie resulta indudable que la ley presume que hay negligencia cuando se han infringido las medidas de seguridad en el trabajo que corresponde adoptar en las faenas, según se desprende de los artículos 68 y 69 de la Ley de Accidentes del Trabajo y al respecto cabe precisar que de los elementos de juicio acompañados al proceso y de los propios dichos de las partes, en cada caso, por las razones que les interesa, han confesado que efectivamente el trabajador demandante cumplía sus funciones en un sector donde se descargan generalmente los camiones con la pesca capturada, es decir, adyacente a los pozos donde se deja caer dicha pesca y ello se hacía con habilitación toda vez que conforme a los testigos de la parte demandante y que no fueron contradichos en este punto por los testigos de la demandada, anteriormente el lavado de los utensilios de cocina se realizaba en la parte en donde funcionan las calderas, lo cual resultaba impropio y en consecuencia se determinó que dicho lavado se realizara cerca de los pozos de descarga en donde existe una llave que se utilizaba para esos efectos. Asimismo no hay discusión al respecto y hay acuerdo de ambas partes, que el día de los hechos en ese mismo lugar en donde el actor ejercía sus funciones se encontraba estacionado un camión de grandes dimensiones que por encontrarse con fallas mecánicas era revisado por el empleado de la empresa Manuel Cáceres Garrido, determinándose tanto por los dos testigos como por los informes periciales allegados al proceso, especialmente el de fs. 49, que el vehículo en ese momento se encontraba con sus frenos malos o como dice textualmente el testigo Cáceres Garrido, no tenía frenos el camión, agregando dicho testigo que él pudo haber desconectado el cambio accidentalmente para que el vehículo, que se encontraba en declive, iniciara su marcha hacia adelante. DECIMOQUINTO: Que se encuentra acreditado en autos que el demandante efectuaba sus labores desde hacía bastante tiempo en el lugar donde ocurrió el accidente, todo lo cual lo expresan el testigo Vargas Vega a fs. 158 y el testigo Toledo Saravia, pero además de eso, el testigo de la demandada Salazar Silva sostiene que el trabajo realizado por los trabajadores debe ceñirse a las instrucciones de su jefe directo y que para realizarlo siempre debe haber una supervisión. De todo ello aparece con prístina nitidez que el trabajador desarrollaba su trabajo en el lugar donde ocurrió el accidente por que así se le había ordenado y ello se pudo presumir además del hecho también probado en el proceso por los testigos anteriormente señalados, que esa labor la practicaba allí desde hacía bastante tiempo, de lo que cabe suponer que si lo hacía reiteradamente allí a vista y paciencia de sus superiores, era porque éstos aceptaban a lo menos tácitamente dicho hecho, si es que no se lo hubiesen ordenado. DECIMOSEXTO: Que en el evento anteriormente señalado puede establecerse, en forma consecuencial, que se da la autorización para dejar en el lugar en donde el demandante realizaba sus funciones, espacio que tiene un pequeño declive, un camión de gran peso y sin freno, y al mismo tiempo no haber tomado las providencias necesarias para proteger eficazmente la vida y la salud del demandante, que se sabía anticipadamente que allí realizaba sus funciones de lavado y sin preocuparse de asegurar que dicho vehículo no se moviera de dicho lugar, debe estimarse como un grave caso de negligencia y descuido.

774

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

DUODÉCIMO: Que conforme a lo expresado en los motivos anteriores se ha planteado por la vía del juicio laboral la opción de indemnización de perjuicios proveniente de un accidente del trabajo, toda vez que el hecho en que se fundan las indemnizaciones reclamadas acaeció en circunstancia que el demandante prestaba servicios para la empresa demandada según contrato de trabajo que el propio demandado acompaña a fs. 10. En relación a ello el artículo 184 del Código del ramo preceptúa que el empleador está obligado a tomar todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y la salud de los trabajadores, manteniendo las condiciones adecuadas de seguridad en las faenas, como también los implementos necesarios para prevenir accidentes. DECIMOTERCERO: Que no obstante que tanto la demandante como la demandada han alegado para los efectos su respectiva defensa que la culpa, negligencia o falta de cuidado ha sido de su contraparte, ninguno de ellos ha promovido discusión alguna acerca de la naturaleza de las responsabilidades que se hace valer en el exordio como fundamento de las indemnizaciones que se reclaman, de tal manera que ambas partes están de acuerdo en que la responsabilidad de que se trata es la que deriva del artículo 184 del Código del Trabajo y artículo 69 de la ley Nº.16.744, esto es, de la responsabilidad contractual. DECIMOCUARTO: Que la obligación de indemnizar se deriva en la especie del vínculo existente entre el demandante y el demandado en virtud del contrato de trabajo y en la especie resulta indudable que la ley presume que hay negligencia cuando se han infringido las medidas de seguridad en el trabajo que corresponde adoptar en las faenas, según se desprende de los artículos 68 y 69 de la Ley de Accidentes del Trabajo y al respecto cabe precisar que de los elementos de juicio acompañados al proceso y de los propios dichos de las partes, en cada caso, por las razones que les interesa, han confesado que efectivamente el trabajador demandante cumplía sus funciones en un sector donde se descargan generalmente los camiones con la pesca capturada, es decir, adyacente a los pozos donde se deja caer dicha pesca y ello se hacía con habilitación toda vez que conforme a los testigos de la parte demandante y que no fueron contradichos en este punto por los testigos de la demandada, anteriormente el lavado de los utensilios de cocina se realizaba en la parte en donde funcionan las calderas, lo cual resultaba impropio y en consecuencia se determinó que dicho lavado se realizara cerca de los pozos de descarga en donde existe una llave que se utilizaba para esos efectos. Asimismo no hay discusión al respecto y hay acuerdo de ambas partes, que el día de los hechos en ese mismo lugar en donde el actor ejercía sus funciones se encontraba estacionado un camión de grandes dimensiones que por encontrarse con fallas mecánicas era revisado por el empleado de la empresa Manuel Cáceres Garrido, determinándose tanto por los dos testigos como por los informes periciales allegados al proceso, especialmente el de fs. 49, que el vehículo en ese momento se encontraba con sus frenos malos o como dice textualmente el testigo Cáceres Garrido, no tenía frenos el camión, agregando dicho testigo que él pudo haber desconectado el cambio accidentalmente para que el vehículo, que se encontraba en declive, iniciara su marcha hacia adelante. DECIMOQUINTO: Que se encuentra acreditado en autos que el demandante efectuaba sus labores desde hacía bastante tiempo en el lugar donde ocurrió el accidente, todo lo cual lo expresan el testigo Vargas Vega a fs. 158 y el testigo Toledo Saravia, pero además de eso, el testigo de la demandada Salazar Silva sostiene que el trabajo realizado por los trabajadores debe ceñirse a las instrucciones de su jefe directo y que para realizarlo siempre debe haber una supervisión. De todo ello aparece con prístina nitidez que el trabajador desarrollaba su trabajo en el lugar donde ocurrió el accidente por que así se le había ordenado y ello se pudo presumir además del hecho también probado en el proceso por los testigos anteriormente señalados, que esa labor la practicaba allí desde hacía bastante tiempo, de lo que cabe suponer que si lo hacía reiteradamente allí a vista y paciencia de sus superiores, era porque éstos aceptaban a lo menos tácitamente dicho hecho, si es que no se lo hubiesen ordenado. DECIMOSEXTO: Que en el evento anteriormente señalado puede establecerse, en forma consecuencial, que se da la autorización para dejar en el lugar en donde el demandante realizaba sus funciones, espacio que tiene un pequeño declive, un camión de gran peso y sin freno, y al mismo tiempo no haber tomado las providencias necesarias para proteger eficazmente la vida y la salud del demandante, que se sabía anticipadamente que allí realizaba sus funciones de lavado y sin preocuparse de asegurar que dicho vehículo no se moviera de dicho lugar, debe estimarse como un grave caso de negligencia y descuido.

774

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

775

DECIMOSÉPTIMO: Que de los informes médicos y ficha clínica se ha establecido que a raíz del accidente hubo de amputársele la extremidad inferior derecha del demandante y que debe ponerse férula ortopédica en la rodilla de la extremidad inferior izquierda y asimismo que la secuela es por vida, todo lo cual ha limitado gravemente su capacidad laboral. Por ello y conforme a la ley, corresponde a la parte empleadora adoptar las medidas de seguridad y protección de inobservancia de las conductas legales que obligan a la parte empresarial a la mantención de condiciones de higiene y seguridad, afectan directamente su responsabilidad en el accidente sufrido por el trabajador. DECIMOCTAVO: Que por otra parte no corresponde acoger la pretensión de la defensa de la demandada, en cuanto señala que el culpable en el riesgo fue precisamente el trabajador desde que, y como se ha señalado en los motivos anteriores ha quedado demostrado lo contrario. DECIMONOVENO: Que el trabajador ha cobrado indemnización por lucro cesante, pidiendo la suma de $ 15.000.000, sin embargo, no ha establecido en autos los antecedentes suficientes para efectuar el cálculo de dichas sumas de tal manera que aparenta ser una petición de carácter subjetiva improbada en el curso del proceso. VIGÉSIMO: Que también ha pedido como indemnización de daño moral la suma de $ 30.000.000, el cual atendido el mérito de los antecedentes documentales que obran en autos y la circunstancia de tratarse el actor de un hombre joven al cual se le restaron posibilidades serias de una vida más grata y placentera, como último término de mejor calidad y cuya alegación a ella acarrea un grave dolor o aflicción del espíritu, el sentenciador estima que debe darse lugar a él, siendo regulado prudentemente. Por estas consideraciones y vistos además lo prevenido en los artículos 184, 420 y 425 y siguientes del Código del Trabajo y artículo 69 de la ley Nº 16.744, se declara. Que se hace lugar a la demanda de autos y, en consecuencia se condena a la parte demandada a pagar al actor por concepto de daño moral la suma de $ 30.000.000, rechazándose en lo demás. No se condena en costas a la demandada por no haber sido totalmente vencida. Regístrese y notifíquese. Rol Nº 7. 907. Dictada por el señor Manuel Muñoz Astudillo, Juez Titular.

II. CORTE DE APELACIONES. Concepción, 13 de julio de 1998. VISTOS: Se reproduce la sentencia en alzada, en la parte expositiva, considerandos y citas legales, con excepción de la reflexión 17º, que se elimina. Además, se le introducen las siguientes enmiendas: a) En la línea 3 del considerando segundo se elimina la preposición en y en la línea 7 se reemplaza la palabra ósea por o sea; b) En el considerando cuarto, en la línea 4 se intercala entre las palabras copia y declaración la preposición de; c) En la línea 11 del considerando sexto se elimina la preposición de escrita a continuación de después; en la línea 11 de fojas 183 se reemplaza la palabra habían por hacían; en la línea 19 se reemplaza la preposición a por la forma verbal ha; en la línea 26 se elimina la preposición de; d) En el considerando décimo, línea 11, se reemplaza el pronombre él por el artículo el y en la primera línea de fojas 185 se reemplaza el adjetivo este por el pronombre éste; e) En el considerando octavo, en la línea 21 se reemplaza la contracción al por la preposición a; f) En el considerando décimo, línea 11, se reemplaza el pronombre él por el artículo el y en la primera línea de fojas 185 se reemplaza el adjetivo este por el pronombre éste; g) En el considerando decimotercero, línea 2, se intercala entre las palabras efectos y su la preposición de; h) En el considerando decimocuarto, en la línea 2 se reemplaza la palabra demando por demandado y en la línea 19 la palabra lo por el artículo los; i) En el considerando decimoquinto, en la línea 4 de fojas 186 se cambia la conjunción no por lo; j) En el considerando decimoséptimo, se reemplaza la palabra amputársele por amputarse;

Concepción, 13 de julio de 1998. VISTOS: Se reproduce la sentencia en alzada, en la parte expositiva, considerandos y citas legales, con excepción de la reflexión 17º, que se elimina. Además, se le introducen las siguientes enmiendas: a) En la línea 3 del considerando segundo se elimina la preposición en y en la línea 7 se reemplaza la palabra ósea por o sea; b) En el considerando cuarto, en la línea 4 se intercala entre las palabras copia y declaración la preposición de; c) En la línea 11 del considerando sexto se elimina la preposición de escrita a continuación de después; en la línea 11 de fojas 183 se reemplaza la palabra habían por hacían; en la línea 19 se reemplaza la preposición a por la forma verbal ha; en la línea 26 se elimina la preposición de; d) En el considerando décimo, línea 11, se reemplaza el pronombre él por el artículo el y en la primera línea de fojas 185 se reemplaza el adjetivo este por el pronombre éste; e) En el considerando octavo, en la línea 21 se reemplaza la contracción al por la preposición a; f) En el considerando décimo, línea 11, se reemplaza el pronombre él por el artículo el y en la primera línea de fojas 185 se reemplaza el adjetivo este por el pronombre éste; g) En el considerando decimotercero, línea 2, se intercala entre las palabras efectos y su la preposición de; h) En el considerando decimocuarto, en la línea 2 se reemplaza la palabra demando por demandado y en la línea 19 la palabra lo por el artículo los; i) En el considerando decimoquinto, en la línea 4 de fojas 186 se cambia la conjunción no por lo; j) En el considerando decimoséptimo, se reemplaza la palabra amputársele por amputarse;

II. CORTE DE APELACIONES. DECIMOSÉPTIMO: Que de los informes médicos y ficha clínica se ha establecido que a raíz del accidente hubo de amputársele la extremidad inferior derecha del demandante y que debe ponerse férula ortopédica en la rodilla de la extremidad inferior izquierda y asimismo que la secuela es por vida, todo lo cual ha limitado gravemente su capacidad laboral. Por ello y conforme a la ley, corresponde a la parte empleadora adoptar las medidas de seguridad y protección de inobservancia de las conductas legales que obligan a la parte empresarial a la mantención de condiciones de higiene y seguridad, afectan directamente su responsabilidad en el accidente sufrido por el trabajador. DECIMOCTAVO: Que por otra parte no corresponde acoger la pretensión de la defensa de la demandada, en cuanto señala que el culpable en el riesgo fue precisamente el trabajador desde que, y como se ha señalado en los motivos anteriores ha quedado demostrado lo contrario. DECIMONOVENO: Que el trabajador ha cobrado indemnización por lucro cesante, pidiendo la suma de $ 15.000.000, sin embargo, no ha establecido en autos los antecedentes suficientes para efectuar el cálculo de dichas sumas de tal manera que aparenta ser una petición de carácter subjetiva improbada en el curso del proceso. VIGÉSIMO: Que también ha pedido como indemnización de daño moral la suma de $ 30.000.000, el cual atendido el mérito de los antecedentes documentales que obran en autos y la circunstancia de tratarse el actor de un hombre joven al cual se le restaron posibilidades serias de una vida más grata y placentera, como último término de mejor calidad y cuya alegación a ella acarrea un grave dolor o aflicción del espíritu, el sentenciador estima que debe darse lugar a él, siendo regulado prudentemente. Por estas consideraciones y vistos además lo prevenido en los artículos 184, 420 y 425 y siguientes del Código del Trabajo y artículo 69 de la ley Nº 16.744, se declara. Que se hace lugar a la demanda de autos y, en consecuencia se condena a la parte demandada a pagar al actor por concepto de daño moral la suma de $ 30.000.000, rechazándose en lo demás. No se condena en costas a la demandada por no haber sido totalmente vencida. Regístrese y notifíquese. Rol Nº 7. 907. Dictada por el señor Manuel Muñoz Astudillo, Juez Titular. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

775

RETIRO

776

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Santiago, 6 de septiembre de 1998. VISTOS Y TENIENDO PRESENTE: En cuanto al recurso de casación en la forma: PRIMERO: Que la demandada dedujo recurso de casación en la forma, en contra de la sentencia de 13 de julio pasado, escrita a fojas 209, fundada en las causales Nºs. 7 y 5 del artículo 768 del Código de Procedimiento Civil, esta última en relación con el artículo 170 del mismo texto legal. Que en relación a las decisiones contradictorias atribuidas a la sentencia impugnada, el recurrente sostiene que ellas se producen con la eliminación del fundamento 17º del fallo de primer grado, el que contenía la razón y orden de pago del daño moral, de manera que con tal supresión el fallo recurrido queda sin motivación para concluir como lo hace, resultando así, contradictoria la parte considerativa con la resolutiva. Que en cuanto a la causal de ausencia de consideraciones, el recurrente alega que la motivación segunda de la sentencia de que se trata, importa un contrasentido y atenta contra la justicia y derecho, lo que hace que se elimine con los demás fundamentos y como consecuencia produzca una decisión contradictoria y ausencia de consideraciones.

Y TENIENDO ADEMÁS PRESENTE: 1º. Que a fojas 6 de la causal Rol Nº.7.907 del Primer Juzgado del Crimen de Talcahuano contra Manuel Cáceres Garrido por cuasidelito de lesiones –ordenada traer a la vista– don Giancarlo Carro Donna, empleado, Gerente de Recursos Humanos de la Empresa Pesquera Qurbosa, con fecha 5 de septiembre de 1995, declara —en los momentos en que el auxiliar general de la pesquera realizaba sus labores habituales y hacía aseo a un costado del camión ya que allí había una llave de agua potable—, ratificando así los dichos de los testigos de la demandante: Ricardo Vargas Vega, José Rodrigo Toledo Saravia, Segundo Eladio Flores Riquelme y Claudio Marcelo Muñoz Puentes; 2º Que existe, también, otra circunstancia digna de mención y es que la empresa demandada en todo momento estuvo atenta al pago de la totalidad de los gastos médicos, operaciones, tratamientos, incluso traslado de parientes, su estadía y alojamiento, etc., como lo reconoce el propio demandante (fojas 149). Lo menos que puede concluirse de esta actitud patronal que habla por sí sola es que estimó que se trataba de un accidente del trabajo y un reconocimiento de falta del deber de protección que toda industria debe a sus trabajadores. Es al menos una presunción de reconocimiento de falta del deber de seguridad. 3º. Que la empresa demandada no ha probado haber tomado todas las medidas necesarias y elementales respecto de su deber de cuidado para prevenir riesgos provenientes del hecho de carecer de un lugar adecuado para lavar los fondos y de permitir el estacionamiento de camiones en sitios no adecuados ni destinados a su revisión en el caso de presentar problemas mecánicos, no dando así cumplimiento a la clara disposición del inciso 1º del artículo 184 del Código del Trabajo, que la obligaba a tomar todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de los trabajadores, manteniendo las condiciones adecuadas de seguridad en las faenas. 4º Que los informes médicos y ficha clínica han establecido que a raíz del accidente al demandante hubo de amputársele la extremidad inferior derecha y que debe colocársele una pierna ortopédica en la rodilla de la extremidad inferior izquierda limitando gravemente y de por vida su capacidad laboral; a la luz de estas probanzas es innegable el daño moral que ha experimentado: dolor, aflicción, molestias ante el menoscabo de su integridad física, dificultad de desplazamiento, etc. De conformidad, además, con lo dispuesto en los artículos 466 y siguientes del Código del Trabajo, se confirma, con costas del recurso, la sentencia apelada de 8 de julio de 1997, escrita a fojas 181. Regístrese y devuélvase en su oportunidad, conjuntamente con su custodia. Redacción de la Ministro señora Silvia Oneto Peirano. Rol Nº 121 98. Proveído por los Ministros señor Freddy Vásquez Zavala y señoras Isaura Quintana Guerra y Silvia Oneto Peirano.

III. CORTE SUPREMA.

III. CORTE SUPREMA.

Y TENIENDO ADEMÁS PRESENTE: 1º. Que a fojas 6 de la causal Rol Nº.7.907 del Primer Juzgado del Crimen de Talcahuano contra Manuel Cáceres Garrido por cuasidelito de lesiones –ordenada traer a la vista– don Giancarlo Carro Donna, empleado, Gerente de Recursos Humanos de la Empresa Pesquera Qurbosa, con fecha 5 de septiembre de 1995, declara —en los momentos en que el auxiliar general de la pesquera realizaba sus labores habituales y hacía aseo a un costado del camión ya que allí había una llave de agua potable—, ratificando así los dichos de los testigos de la demandante: Ricardo Vargas Vega, José Rodrigo Toledo Saravia, Segundo Eladio Flores Riquelme y Claudio Marcelo Muñoz Puentes; 2º Que existe, también, otra circunstancia digna de mención y es que la empresa demandada en todo momento estuvo atenta al pago de la totalidad de los gastos médicos, operaciones, tratamientos, incluso traslado de parientes, su estadía y alojamiento, etc., como lo reconoce el propio demandante (fojas 149). Lo menos que puede concluirse de esta actitud patronal que habla por sí sola es que estimó que se trataba de un accidente del trabajo y un reconocimiento de falta del deber de protección que toda industria debe a sus trabajadores. Es al menos una presunción de reconocimiento de falta del deber de seguridad. 3º. Que la empresa demandada no ha probado haber tomado todas las medidas necesarias y elementales respecto de su deber de cuidado para prevenir riesgos provenientes del hecho de carecer de un lugar adecuado para lavar los fondos y de permitir el estacionamiento de camiones en sitios no adecuados ni destinados a su revisión en el caso de presentar problemas mecánicos, no dando así cumplimiento a la clara disposición del inciso 1º del artículo 184 del Código del Trabajo, que la obligaba a tomar todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de los trabajadores, manteniendo las condiciones adecuadas de seguridad en las faenas. 4º Que los informes médicos y ficha clínica han establecido que a raíz del accidente al demandante hubo de amputársele la extremidad inferior derecha y que debe colocársele una pierna ortopédica en la rodilla de la extremidad inferior izquierda limitando gravemente y de por vida su capacidad laboral; a la luz de estas probanzas es innegable el daño moral que ha experimentado: dolor, aflicción, molestias ante el menoscabo de su integridad física, dificultad de desplazamiento, etc. De conformidad, además, con lo dispuesto en los artículos 466 y siguientes del Código del Trabajo, se confirma, con costas del recurso, la sentencia apelada de 8 de julio de 1997, escrita a fojas 181. Regístrese y devuélvase en su oportunidad, conjuntamente con su custodia. Redacción de la Ministro señora Silvia Oneto Peirano. Rol Nº 121 98. Proveído por los Ministros señor Freddy Vásquez Zavala y señoras Isaura Quintana Guerra y Silvia Oneto Peirano.

Santiago, 6 de septiembre de 1998. VISTOS Y TENIENDO PRESENTE: En cuanto al recurso de casación en la forma: PRIMERO: Que la demandada dedujo recurso de casación en la forma, en contra de la sentencia de 13 de julio pasado, escrita a fojas 209, fundada en las causales Nºs. 7 y 5 del artículo 768 del Código de Procedimiento Civil, esta última en relación con el artículo 170 del mismo texto legal. Que en relación a las decisiones contradictorias atribuidas a la sentencia impugnada, el recurrente sostiene que ellas se producen con la eliminación del fundamento 17º del fallo de primer grado, el que contenía la razón y orden de pago del daño moral, de manera que con tal supresión el fallo recurrido queda sin motivación para concluir como lo hace, resultando así, contradictoria la parte considerativa con la resolutiva. Que en cuanto a la causal de ausencia de consideraciones, el recurrente alega que la motivación segunda de la sentencia de que se trata, importa un contrasentido y atenta contra la justicia y derecho, lo que hace que se elimine con los demás fundamentos y como consecuencia produzca una decisión contradictoria y ausencia de consideraciones.

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

776

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

777

SEGUNDO: Que los hechos invocados por el recurrente como constitutivos de las causales 5ª y 7ª del artículo 768 del Código de Procedimiento Civil no son tales, toda vez que la omisión de las consideraciones de hecho y derecho dice relación con la ausencia de las mismas y no con las circunstancias indicadas en el recurso, como asimismo, la existencia de decisiones contradictorias importa resoluciones contrapuestas, que se opongan las unas con las otras y no que ellas no satisfagan el interés de las partes. TERCERO: Que lo razonado resulta suficiente para declarar inadmisible el recurso de que se trata. En cuanto al recurso de casación en el fondo: CUARTO: Que se ordenó dar cuenta del recurso de casación en el fondo deducido en el primer otrosí de fojas 211, en contra de la sentencia de segunda instancia, ya individualizada, en conformidad a lo dispuesto en el artículo 782 del Código de Procedimiento Civil. QUINTO: Que son hechos establecidos en el fallo recurrido: a) Que el 30 de agosto de 1995, entre las 12:00 y 13:00 horas, el actor se encontraba desempeñando las funciones para las cuales había sido contratado por la demandada (lavado de fondos de casino). b) Que dichas labores las efectuaba en un sector destinado a la descarga de camiones, en el cual se encontraba estacionado un camión, que era objeto de revisión mecánica por un tercero. c) Que encontrándose el tercero sobre el chasis, el vehículo se deslizó hacia una muralla de contención, distante un metro aproximadamente, aprisionando al actor, quien sufrió lesiones de tal gravedad, debido a las cuales se le amputó la pierna derecha y la otra a la mitad con pieza ortopédica. d) Que el camión se encontraba sin frenos y no se habían adoptado medidas de seguridad para evitar su deslizamiento. e) Que el lugar donde efectuaba labores el actor le había sido asignado, el que era usado desde bastante tiempo antes para tales efectos. f) Que la demandada incurrió en descuido y negligencia. SEXTO: Que el recurrente denuncia la infracción a normas reguladoras de la prueba, alegando que los hechos no son constitutivos de culpa, que están mal interpretados, por lo tanto no existe su obligación de indemnizar, ya que la acción la otorga el artículo 69 de la ley Nº 16.744 sólo cuando existe dolo o culpa. Agrega que no hubo valoración suficiente de la prueba de su parte, la que la exime de responsabilidad y sostiene que no se aplicaron los artículos 1700, 1702 y 1713 del Código Civil y 384, 399, 408, 425 y 426 del Código de Procedimiento Civil. SÉPTIMO: Que, de este modo, el recurrente intenta la modificación de los hechos establecidos en el fallo recurrido, toda vez que pretende la irresponsabilidad de su parte por la inexistencia de culpa atacando la valoración de la prueba, modificación que no puede prosperar por esta vía, ya que, como reiteradamente lo ha decidido esta Sala, a los jueces del fondo compete exclusivamente la ponderación de las probanzas allegadas al proceso, de las cuales desprenden las conclusiones fácticas a las que aplican el derecho, escapando tal facultad al control por esta vía. OCTAVO: Que por lo razonado se concluye que el recurso en examen adolece de manifiesta falta de fundamento, lo que permite su rechazo en esta sede. Por estas consideraciones y normas legales citadas, se declara inadmisible el recurso de casación en la forma deducido en lo principal de fojas 211, por la demandada y se rechaza el de fondo interpuesto en el primer otrosí de fojas 211, contra la sentencia de 13 de julio pasado, que se lee a fojas 209 y siguientes. Regístrese y devuélvase. Rol Nº 2.786 98 (Concepción) Pronunciado por los Ministros señores Marcos Libedinsky T., José Benquis C., Urbano Marín V. y los Abogados Integrantes señores Arturo Montes R. y Patricio Novoa F. Álvarez Venegas, Walter Patricio. Casación en el fondo y forma. Laboral.

SEGUNDO: Que los hechos invocados por el recurrente como constitutivos de las causales 5ª y 7ª del artículo 768 del Código de Procedimiento Civil no son tales, toda vez que la omisión de las consideraciones de hecho y derecho dice relación con la ausencia de las mismas y no con las circunstancias indicadas en el recurso, como asimismo, la existencia de decisiones contradictorias importa resoluciones contrapuestas, que se opongan las unas con las otras y no que ellas no satisfagan el interés de las partes. TERCERO: Que lo razonado resulta suficiente para declarar inadmisible el recurso de que se trata. En cuanto al recurso de casación en el fondo: CUARTO: Que se ordenó dar cuenta del recurso de casación en el fondo deducido en el primer otrosí de fojas 211, en contra de la sentencia de segunda instancia, ya individualizada, en conformidad a lo dispuesto en el artículo 782 del Código de Procedimiento Civil. QUINTO: Que son hechos establecidos en el fallo recurrido: a) Que el 30 de agosto de 1995, entre las 12:00 y 13:00 horas, el actor se encontraba desempeñando las funciones para las cuales había sido contratado por la demandada (lavado de fondos de casino). b) Que dichas labores las efectuaba en un sector destinado a la descarga de camiones, en el cual se encontraba estacionado un camión, que era objeto de revisión mecánica por un tercero. c) Que encontrándose el tercero sobre el chasis, el vehículo se deslizó hacia una muralla de contención, distante un metro aproximadamente, aprisionando al actor, quien sufrió lesiones de tal gravedad, debido a las cuales se le amputó la pierna derecha y la otra a la mitad con pieza ortopédica. d) Que el camión se encontraba sin frenos y no se habían adoptado medidas de seguridad para evitar su deslizamiento. e) Que el lugar donde efectuaba labores el actor le había sido asignado, el que era usado desde bastante tiempo antes para tales efectos. f) Que la demandada incurrió en descuido y negligencia. SEXTO: Que el recurrente denuncia la infracción a normas reguladoras de la prueba, alegando que los hechos no son constitutivos de culpa, que están mal interpretados, por lo tanto no existe su obligación de indemnizar, ya que la acción la otorga el artículo 69 de la ley Nº 16.744 sólo cuando existe dolo o culpa. Agrega que no hubo valoración suficiente de la prueba de su parte, la que la exime de responsabilidad y sostiene que no se aplicaron los artículos 1700, 1702 y 1713 del Código Civil y 384, 399, 408, 425 y 426 del Código de Procedimiento Civil. SÉPTIMO: Que, de este modo, el recurrente intenta la modificación de los hechos establecidos en el fallo recurrido, toda vez que pretende la irresponsabilidad de su parte por la inexistencia de culpa atacando la valoración de la prueba, modificación que no puede prosperar por esta vía, ya que, como reiteradamente lo ha decidido esta Sala, a los jueces del fondo compete exclusivamente la ponderación de las probanzas allegadas al proceso, de las cuales desprenden las conclusiones fácticas a las que aplican el derecho, escapando tal facultad al control por esta vía. OCTAVO: Que por lo razonado se concluye que el recurso en examen adolece de manifiesta falta de fundamento, lo que permite su rechazo en esta sede. Por estas consideraciones y normas legales citadas, se declara inadmisible el recurso de casación en la forma deducido en lo principal de fojas 211, por la demandada y se rechaza el de fondo interpuesto en el primer otrosí de fojas 211, contra la sentencia de 13 de julio pasado, que se lee a fojas 209 y siguientes. Regístrese y devuélvase. Rol Nº 2.786 98 (Concepción) Pronunciado por los Ministros señores Marcos Libedinsky T., José Benquis C., Urbano Marín V. y los Abogados Integrantes señores Arturo Montes R. y Patricio Novoa F. Álvarez Venegas, Walter Patricio. Casación en el fondo y forma. Laboral. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

777

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Talcahuano, 2 de febrero de 1996. VISTOS: A fs. 1 comparece Marcela Bahamondes Quezada, dueña de casa, domiciliada en Talcahuano, 5 Sur Nº 436, Población Patricio Lynch y el abogado César Suárez Pérez, domiciliado en Talcahuano, Bélgica Nº 1572, en representación de Daniel Bustos Figueroa, según mandato que acompaña; quienes demandan a Patricia Pino Machuca, contratista, domiciliada en Talcahuano, Luis Uribe Nº 3797 y a Pesquera San José S.A., representada por Antonio Caram, domiciliado en Talcahuano, Pedro Montt Nº 805, para que se declare la responsabilidad civil de la primera, como contratista, la responsabilidad subsidiaria de la segunda, como dueña de la obra en cuyo desempeño Daniel Bustos sufrió el 18 de agosto de 1994 el accidente en consecuencia del que resultó con tetraplejia y vejiga neurogénica, perdiendo completamente su capacidad laboral y en tal calidad se les condene al pago de la suma total de $ 53.064.416 como indemnización por daño moral y material derivados de dicho accidente. A fs. 14, contesta la demanda subsidiaria pidiendo el rechazo de la demanda por no caberle responsabilidad en el hecho al no haber culpa o dolo de su parte; que el accidente se debió exclusivamente al descuido o negligencia de Bustos al ejecutar sus funciones. A fs. 16 vta., en rebeldía de la demandada principal, se recibe la causa a prueba y se fijan los puntos a probar, rindiéndose en su oportunidad por cada parte la que consta en autos. A fs. 62 vta., se cita a las partes a oír sentencia. A fs. 63 y 65 vta., se decreta medida para mejor resolver, cumplida la cual en fs. 87 vta., se traen autos para fallo. Con lo relacionado y considerando: 1º. Que, a fs. 1 se presenta Marcela Bahamondes Quezada y César Suárez Pérez en representación de Daniel Bustos Figueroa, quienes vienen en demandar a doña Patricia Pino Machuca y a la Pesquera San José S.A., representada por Antonio Caram, todos individualizados en autos, fundamentada la demanda de indemnización de perjuicios por accidente del trabajo en las consideraciones de hecho y de derecho consignadas en la demanda. 2º. Que, contestando a fs. 14 Hugo Larraín Prat, por la Sociedad Pesquera San José S.A., solicita el rechazo de la demanda por cuanto señala que en el accidente sufrido por el actor Bustos Figueroa la empresa demandada no tuvo culpa ni dolo. En efecto, dice que el accidente se debió única y exclusivamente al descuido y negligencia del trabajador quien se habría soltado del cabo de vida existente en la techumbre, lo que hace que la responsabilidad recaiga exclusivamente en su persona. 3º. Que, la demandada Patricia Pino Machuca no contestó la demanda de autos sino que se hizo parte más adelante. 4º. Que, en orden a acreditar los fundamentos de hecho de la acción deducida, la actora acompañó los documentos de fs. 17 a 25 consistentes en contrato de trabajo, certificado médico, informe de fiscalización de la Inspección del Trabajo y liquidaciones de remuneración mensual; documentos que no fueron objetados por la contraria. 5º. Que, respecto a la prueba confesional la actora solicitó se presumieran como efectivo los hechos categóricamente afirmados en el pliego de fs. 40, esto es, respecto al demandado Pino Machuca, por no haber comparecido a esta diligencia. Obteniéndose de este medio de prueba que el trabajador prestaba servicios a Patricia Pino Machuca, que nunca se le aplicaron multas al trabajador por no usar elementos de seguridad, que esta parte habría ofrecido al Hogar de Cristo $ 2.500.000 y que se le siguió pagando el sueldo del trabajador durante dos meses. 6º. Que, a su vez, la demandada pidió se llamara a absolver posiciones a la actora Marcela Bahamondes Quezada al tenor del pliego de fs. 42, sin embargo, mediante este medio de prueba nada nuevo se aportó para la dilucidación de los hechos.

778

I. SENTENCIA DE PRIMER GRADO

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol N°: 633-1997 Cita online: CL/JUR/973/1997

ANTECEDENTES DEL FALLO Rol N°: 633-1997 Cita online: CL/JUR/973/1997

I. SENTENCIA DE PRIMER GRADO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Talcahuano, 2 de febrero de 1996. VISTOS: A fs. 1 comparece Marcela Bahamondes Quezada, dueña de casa, domiciliada en Talcahuano, 5 Sur Nº 436, Población Patricio Lynch y el abogado César Suárez Pérez, domiciliado en Talcahuano, Bélgica Nº 1572, en representación de Daniel Bustos Figueroa, según mandato que acompaña; quienes demandan a Patricia Pino Machuca, contratista, domiciliada en Talcahuano, Luis Uribe Nº 3797 y a Pesquera San José S.A., representada por Antonio Caram, domiciliado en Talcahuano, Pedro Montt Nº 805, para que se declare la responsabilidad civil de la primera, como contratista, la responsabilidad subsidiaria de la segunda, como dueña de la obra en cuyo desempeño Daniel Bustos sufrió el 18 de agosto de 1994 el accidente en consecuencia del que resultó con tetraplejia y vejiga neurogénica, perdiendo completamente su capacidad laboral y en tal calidad se les condene al pago de la suma total de $ 53.064.416 como indemnización por daño moral y material derivados de dicho accidente. A fs. 14, contesta la demanda subsidiaria pidiendo el rechazo de la demanda por no caberle responsabilidad en el hecho al no haber culpa o dolo de su parte; que el accidente se debió exclusivamente al descuido o negligencia de Bustos al ejecutar sus funciones. A fs. 16 vta., en rebeldía de la demandada principal, se recibe la causa a prueba y se fijan los puntos a probar, rindiéndose en su oportunidad por cada parte la que consta en autos. A fs. 62 vta., se cita a las partes a oír sentencia. A fs. 63 y 65 vta., se decreta medida para mejor resolver, cumplida la cual en fs. 87 vta., se traen autos para fallo. Con lo relacionado y considerando: 1º. Que, a fs. 1 se presenta Marcela Bahamondes Quezada y César Suárez Pérez en representación de Daniel Bustos Figueroa, quienes vienen en demandar a doña Patricia Pino Machuca y a la Pesquera San José S.A., representada por Antonio Caram, todos individualizados en autos, fundamentada la demanda de indemnización de perjuicios por accidente del trabajo en las consideraciones de hecho y de derecho consignadas en la demanda. 2º. Que, contestando a fs. 14 Hugo Larraín Prat, por la Sociedad Pesquera San José S.A., solicita el rechazo de la demanda por cuanto señala que en el accidente sufrido por el actor Bustos Figueroa la empresa demandada no tuvo culpa ni dolo. En efecto, dice que el accidente se debió única y exclusivamente al descuido y negligencia del trabajador quien se habría soltado del cabo de vida existente en la techumbre, lo que hace que la responsabilidad recaiga exclusivamente en su persona. 3º. Que, la demandada Patricia Pino Machuca no contestó la demanda de autos sino que se hizo parte más adelante. 4º. Que, en orden a acreditar los fundamentos de hecho de la acción deducida, la actora acompañó los documentos de fs. 17 a 25 consistentes en contrato de trabajo, certificado médico, informe de fiscalización de la Inspección del Trabajo y liquidaciones de remuneración mensual; documentos que no fueron objetados por la contraria. 5º. Que, respecto a la prueba confesional la actora solicitó se presumieran como efectivo los hechos categóricamente afirmados en el pliego de fs. 40, esto es, respecto al demandado Pino Machuca, por no haber comparecido a esta diligencia. Obteniéndose de este medio de prueba que el trabajador prestaba servicios a Patricia Pino Machuca, que nunca se le aplicaron multas al trabajador por no usar elementos de seguridad, que esta parte habría ofrecido al Hogar de Cristo $ 2.500.000 y que se le siguió pagando el sueldo del trabajador durante dos meses. 6º. Que, a su vez, la demandada pidió se llamara a absolver posiciones a la actora Marcela Bahamondes Quezada al tenor del pliego de fs. 42, sin embargo, mediante este medio de prueba nada nuevo se aportó para la dilucidación de los hechos.

778

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

779

7º. Que, la demandada pidió se llamara a declarar a los testigos Matus Campos y Alvial Arismendy, señalando éstos que la Pesquera San José mantiene un reglamento de orden, higiene y seguridad y, además, cuentan con una ambulancia en forma permanente y que la empresa obliga a usar tablones cuando se trabaja en el techo. 8º. Que, a su vez, la demandada subsidiaria presenta los testigos Arancibia Lara y Vergara Ledesma, señalando, el primero, que el accidente ocurrió cuando se trabajaba en el techo de una bodega y que la empresa da normas de seguridad, las cuales realizan personalmente al comenzar la jornada, percatándose que el trabajador tenía el cinturón de seguridad cuando ingresó al Hospital y que además se le exige poner tablones y una cuerda a lo largo para sujetarse, todo lo sabe él porque es técnico universitario en prevención de riesgos; afirma, además, que la empresa tiene un Reglamento de Orden, Higiene y Seguridad y señala que antes de comenzar la jornada, él personalmente subió al techo y constató que todos los trabajadores tenían los elementos de seguridad para trabajar. El testigo Vergara Ledesma señala que participó en el rescate del trabajador accidentado y al ponerlo en la camilla se percató que llevaba consigo su cinturón de seguridad. Agrega que los trabajadores que laboraban en la techumbre tenían sus tablones, cabo de vida, casco y otros elementos, de tal manera que si hubiese usado el cinturón de seguridad no le habría ocurrido más que algún rasguño. 9º. Que a fs. 57 se lleva a cabo la exhibición de documentos y se exhibe el libro de la Pesquera San José donde están las compras y facturas correspondientes al mes de agosto de 1994, acompañándose de común acuerdo las facturas de fs. 51 a 56. A fs. 59 y siguientes, rola fotocopia de Historia y evolución clínica del trabajador accidentado y a fs. 66 y siguientes, corre oficio de la Mutual de Seguridad y copia de la Historia y evolución clínica del trabajador informe médico del trabajador, de fs. 85 y siguientes. 10º. Que, el artículo 69 de la ley Nº 16.744 señala en su letra a) que el organismo administrador tendrá derecho a pedir en contra del responsable del accidente por las prestaciones que haya otorgado o que debe otorgar y, en su letra b), que la víctima y las demás personas que en el accidente y enfermedad que cause daño podrán reclamar al empleador o tercero responsable del accidente, también las otras indemnizaciones a que tengan derecho, teniendo como presupuesto fundamental estas reglas, que el accidente o enfermedad se deba a culpa o dolo de la entidad empleadora o de algún tercero. 11º. Que, de los medios de prueba allegados al proceso apreciados en conformidad a las reglas de la sana crítica, aparece que la empresa ha demostrado en forma fehaciente, pues a lo menos han declarado dos testigos contestes en el hecho y en sus circunstancias, sin tacha, legalmente examinados y no contradichos por otros medios de prueba, que en el día en que ocurrió el accidente, antes de comenzar las faenas, se constató por el experto en prevención de riesgos que los trabajadores tenían todos los medios de seguridad para trabajar en la techumbre, como casco, tablones y cabo de vida y que al rescatar el cuerpo del trabajador accidentado éste tenía puesto su cinturón de seguridad; de tal manera que debe erradicarse toda consideración destinada a imputar el accidente a culpa o dolo de la empleadora. Circunstancia ésta que el trabajador no pudo revertir por carecer de probanzas suficientes para este efecto. 12º. Que, así las cosas, el sentenciador ha llegado al convencimiento que el accidente que tuvo el trabajador Daniel Bustos Pérez el 18 de agosto de 1994 no se debió, como lo señala la demandante, a que éste no contaba en sus labores con las medidas de seguridad adecuadas, debiendo decidir en armonía con lo así concluido. Del mismo modo respecto a la demandante Bahamondes Quezada, toda vez en conformidad a lo anteriormente expresado, no ha nacido el derecho que se demanda. Por estas consideraciones y visto, además, lo prevenido en los artículos 1698 del Código Civil y 425 y siguientes del Código del Trabajo, se declara: Que, no se hace lugar a la demanda de autos enderezada por Marcela Bahamondes Quezada y por Daniel Bustos Figueroa, sin costas, por aparecer que tenía motivo plausible para litigar. Notifíquese, regístrese y archívese. Rol Nº 15.563. Dictada por el señor Juan Rubilar Rivera, Juez Titular.

7º. Que, la demandada pidió se llamara a declarar a los testigos Matus Campos y Alvial Arismendy, señalando éstos que la Pesquera San José mantiene un reglamento de orden, higiene y seguridad y, además, cuentan con una ambulancia en forma permanente y que la empresa obliga a usar tablones cuando se trabaja en el techo. 8º. Que, a su vez, la demandada subsidiaria presenta los testigos Arancibia Lara y Vergara Ledesma, señalando, el primero, que el accidente ocurrió cuando se trabajaba en el techo de una bodega y que la empresa da normas de seguridad, las cuales realizan personalmente al comenzar la jornada, percatándose que el trabajador tenía el cinturón de seguridad cuando ingresó al Hospital y que además se le exige poner tablones y una cuerda a lo largo para sujetarse, todo lo sabe él porque es técnico universitario en prevención de riesgos; afirma, además, que la empresa tiene un Reglamento de Orden, Higiene y Seguridad y señala que antes de comenzar la jornada, él personalmente subió al techo y constató que todos los trabajadores tenían los elementos de seguridad para trabajar. El testigo Vergara Ledesma señala que participó en el rescate del trabajador accidentado y al ponerlo en la camilla se percató que llevaba consigo su cinturón de seguridad. Agrega que los trabajadores que laboraban en la techumbre tenían sus tablones, cabo de vida, casco y otros elementos, de tal manera que si hubiese usado el cinturón de seguridad no le habría ocurrido más que algún rasguño. 9º. Que a fs. 57 se lleva a cabo la exhibición de documentos y se exhibe el libro de la Pesquera San José donde están las compras y facturas correspondientes al mes de agosto de 1994, acompañándose de común acuerdo las facturas de fs. 51 a 56. A fs. 59 y siguientes, rola fotocopia de Historia y evolución clínica del trabajador accidentado y a fs. 66 y siguientes, corre oficio de la Mutual de Seguridad y copia de la Historia y evolución clínica del trabajador informe médico del trabajador, de fs. 85 y siguientes. 10º. Que, el artículo 69 de la ley Nº 16.744 señala en su letra a) que el organismo administrador tendrá derecho a pedir en contra del responsable del accidente por las prestaciones que haya otorgado o que debe otorgar y, en su letra b), que la víctima y las demás personas que en el accidente y enfermedad que cause daño podrán reclamar al empleador o tercero responsable del accidente, también las otras indemnizaciones a que tengan derecho, teniendo como presupuesto fundamental estas reglas, que el accidente o enfermedad se deba a culpa o dolo de la entidad empleadora o de algún tercero. 11º. Que, de los medios de prueba allegados al proceso apreciados en conformidad a las reglas de la sana crítica, aparece que la empresa ha demostrado en forma fehaciente, pues a lo menos han declarado dos testigos contestes en el hecho y en sus circunstancias, sin tacha, legalmente examinados y no contradichos por otros medios de prueba, que en el día en que ocurrió el accidente, antes de comenzar las faenas, se constató por el experto en prevención de riesgos que los trabajadores tenían todos los medios de seguridad para trabajar en la techumbre, como casco, tablones y cabo de vida y que al rescatar el cuerpo del trabajador accidentado éste tenía puesto su cinturón de seguridad; de tal manera que debe erradicarse toda consideración destinada a imputar el accidente a culpa o dolo de la empleadora. Circunstancia ésta que el trabajador no pudo revertir por carecer de probanzas suficientes para este efecto. 12º. Que, así las cosas, el sentenciador ha llegado al convencimiento que el accidente que tuvo el trabajador Daniel Bustos Pérez el 18 de agosto de 1994 no se debió, como lo señala la demandante, a que éste no contaba en sus labores con las medidas de seguridad adecuadas, debiendo decidir en armonía con lo así concluido. Del mismo modo respecto a la demandante Bahamondes Quezada, toda vez en conformidad a lo anteriormente expresado, no ha nacido el derecho que se demanda. Por estas consideraciones y visto, además, lo prevenido en los artículos 1698 del Código Civil y 425 y siguientes del Código del Trabajo, se declara: Que, no se hace lugar a la demanda de autos enderezada por Marcela Bahamondes Quezada y por Daniel Bustos Figueroa, sin costas, por aparecer que tenía motivo plausible para litigar. Notifíquese, regístrese y archívese. Rol Nº 15.563. Dictada por el señor Juan Rubilar Rivera, Juez Titular. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

779

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Concepción, 17 de enero de 1996. VISTOS: Se eliminan los fundamentos 5º, 6º, 7º y 8º y 10º a 12º de la sentencia en alzada, se la reproduce en lo demás y se tiene en su lugar y también presente: 1) Que la demanda de autos se ha enderezado en contra de doña Patricia Pino Machuca fundamentada en los artículos 69 letra b) de la ley Nº 16.744 y 184 del Código del Trabajo y en su calidad de empleadora respecto de la víctima Daniel Bustos Figueroa y, en contra de la Empresa Pesquera San José S.A. fundada en el artículo 64 del Código del Trabajo y en su calidad de dueña de la obra en que ocurrió el siniestro y como responsable subsidiaria. El hecho que da origen a la acción indemnizatoria entablada es el accidente ocurrido el 18 de enero de 1994 a Daniel Bustos Figueroa, mientras prestaba servicios como trabajador de la demandada doña Patricia Pino Machuca en la techumbre del establecimiento de la Pesquera San José S.A. quien cayó desde una altura aproximada de 14 a 15 m. quedando con tetraplejia y vejiga neurogénica. Específicamente se responsabiliza directamente a la citada empleadora y subsidiariamente a la empresa mencionada, por los daños materiales y morales que sufrió Bustos Figueroa con motivo de dicho accidente del trabajo, sosteniendo que éste se produjo, porque no se cumplían por el empleador las condiciones de seguridad correspondientes a la faena. Los demandados afirman que el accidente aludido es de exclusiva responsabilidad de la víctima y se debió a la imprudencia temeraria de Bustos Figueroa. 2) Que el artículo 69 recién citado establece la plena compatibilidad entre las prestaciones que establece la ley Nº 16.744 y las indemnizaciones que puedan reclamarse del empleador culpable del accidente al disponer que cuando el accidente o enfermedad se deba a dolo o culpa de la entidad empleadora o de un tercero, sin perjuicio de las acciones criminales que procedan, deberán observarse las siguientes reglas: a) el organismo administrador tendrá derecho a repetir en contra del responsable del accidente, por las prestaciones que haya otorgado o deba otorgar, y b) la víctima y las demás personas a quienes el accidente o enfermedad cause daño podrán reclamar al empleador o terceros responsables del accidente, también las otras indemnizaciones a que tengan derecho, con arreglo a las prescripciones del derecho común, incluso el daño moral. Luego, el empresario que puede ser responsabilizado de un acto u omisión imputable a su culpa o dolo que provoca un accidente del trabajo, se encuentra obligado a indemnizar a pesar y más allá de las disposiciones de la ley Nº 16.744. Obviamente la fuente de esta responsabilidad es el derecho común, concretamente las normas que regulan la responsabilidad civil. Así lo confirma el referido artículo 69 al remitirse a las prescripciones del derecho común. Luego, la responsabilidad que nos interesa es la prevista en el derecho común, específicamente en las normas sobre responsabilidad subjetiva que contiene el Código Civil. Como sabemos estas normas regulan dos tipos diversos de responsabilidad subjetiva: la que deriva de un delito o cuasidelito civil y la que emana de la infracción de un contrato. En este último caso, el origen de la obligación de indemnizar supone un vínculo preexistente –contrato de trabajo– entre la víctima y el responsable, cuyo incumplimiento permite demandar la reparación del daño material y moral. 3) Que el artículo 184 del Código del Trabajo en que se fundamenta la demanda establece que el empleador está obligado a tomar todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de los trabajadores, manteniendo las condiciones adecuadas de higiene y seguridad en las faenas, como también los implementos necesarios para prevenir accidentes y enfermedades profesionales. La norma transcrita introduce como obligación esencial del contrato de trabajo en lo que atañe a las cargas del empleador, el deber de dar seguridad efectiva a sus trabajadores, en términos de impedir que se dañe su vida o salud. Y, además, la existencia de esa norma hace que en casos de accidentes del trabajo surja una responsabilidad de origen contractual. Sin embargo, el hecho de que exista una responsabilidad de orden contractual no excluye la posibilidad de que el hecho u omisión del empleador causante de un accidente del trabajo pueda configurar a la vez un delito o cuasidelito civil que genere responsabilidad extra contractual, como ya dijimos. La ley ha dispuesto que el empresario empleador debe asumir la obligación legal de conformar en su empresa un ambiente de trabajo, que cumpla con exigencias de seguridad y salud establecidas para dar la protección de los trabajadores y además, para proteger su integridad.

780

II. CORTE DE APELACIONES.

II. CORTE DE APELACIONES.

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Concepción, 17 de enero de 1996. VISTOS: Se eliminan los fundamentos 5º, 6º, 7º y 8º y 10º a 12º de la sentencia en alzada, se la reproduce en lo demás y se tiene en su lugar y también presente: 1) Que la demanda de autos se ha enderezado en contra de doña Patricia Pino Machuca fundamentada en los artículos 69 letra b) de la ley Nº 16.744 y 184 del Código del Trabajo y en su calidad de empleadora respecto de la víctima Daniel Bustos Figueroa y, en contra de la Empresa Pesquera San José S.A. fundada en el artículo 64 del Código del Trabajo y en su calidad de dueña de la obra en que ocurrió el siniestro y como responsable subsidiaria. El hecho que da origen a la acción indemnizatoria entablada es el accidente ocurrido el 18 de enero de 1994 a Daniel Bustos Figueroa, mientras prestaba servicios como trabajador de la demandada doña Patricia Pino Machuca en la techumbre del establecimiento de la Pesquera San José S.A. quien cayó desde una altura aproximada de 14 a 15 m. quedando con tetraplejia y vejiga neurogénica. Específicamente se responsabiliza directamente a la citada empleadora y subsidiariamente a la empresa mencionada, por los daños materiales y morales que sufrió Bustos Figueroa con motivo de dicho accidente del trabajo, sosteniendo que éste se produjo, porque no se cumplían por el empleador las condiciones de seguridad correspondientes a la faena. Los demandados afirman que el accidente aludido es de exclusiva responsabilidad de la víctima y se debió a la imprudencia temeraria de Bustos Figueroa. 2) Que el artículo 69 recién citado establece la plena compatibilidad entre las prestaciones que establece la ley Nº 16.744 y las indemnizaciones que puedan reclamarse del empleador culpable del accidente al disponer que cuando el accidente o enfermedad se deba a dolo o culpa de la entidad empleadora o de un tercero, sin perjuicio de las acciones criminales que procedan, deberán observarse las siguientes reglas: a) el organismo administrador tendrá derecho a repetir en contra del responsable del accidente, por las prestaciones que haya otorgado o deba otorgar, y b) la víctima y las demás personas a quienes el accidente o enfermedad cause daño podrán reclamar al empleador o terceros responsables del accidente, también las otras indemnizaciones a que tengan derecho, con arreglo a las prescripciones del derecho común, incluso el daño moral. Luego, el empresario que puede ser responsabilizado de un acto u omisión imputable a su culpa o dolo que provoca un accidente del trabajo, se encuentra obligado a indemnizar a pesar y más allá de las disposiciones de la ley Nº 16.744. Obviamente la fuente de esta responsabilidad es el derecho común, concretamente las normas que regulan la responsabilidad civil. Así lo confirma el referido artículo 69 al remitirse a las prescripciones del derecho común. Luego, la responsabilidad que nos interesa es la prevista en el derecho común, específicamente en las normas sobre responsabilidad subjetiva que contiene el Código Civil. Como sabemos estas normas regulan dos tipos diversos de responsabilidad subjetiva: la que deriva de un delito o cuasidelito civil y la que emana de la infracción de un contrato. En este último caso, el origen de la obligación de indemnizar supone un vínculo preexistente –contrato de trabajo– entre la víctima y el responsable, cuyo incumplimiento permite demandar la reparación del daño material y moral. 3) Que el artículo 184 del Código del Trabajo en que se fundamenta la demanda establece que el empleador está obligado a tomar todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de los trabajadores, manteniendo las condiciones adecuadas de higiene y seguridad en las faenas, como también los implementos necesarios para prevenir accidentes y enfermedades profesionales. La norma transcrita introduce como obligación esencial del contrato de trabajo en lo que atañe a las cargas del empleador, el deber de dar seguridad efectiva a sus trabajadores, en términos de impedir que se dañe su vida o salud. Y, además, la existencia de esa norma hace que en casos de accidentes del trabajo surja una responsabilidad de origen contractual. Sin embargo, el hecho de que exista una responsabilidad de orden contractual no excluye la posibilidad de que el hecho u omisión del empleador causante de un accidente del trabajo pueda configurar a la vez un delito o cuasidelito civil que genere responsabilidad extra contractual, como ya dijimos. La ley ha dispuesto que el empresario empleador debe asumir la obligación legal de conformar en su empresa un ambiente de trabajo, que cumpla con exigencias de seguridad y salud establecidas para dar la protección de los trabajadores y además, para proteger su integridad.

780

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

781

Incluso brillantes juristas del siglo pasado como Sauzet y Sainctlette sostuvieron en sus obras De la responsabilidad de los patrones y de los obreros por los accidentes del trabajo y Responsabilidad y garantía que la responsabilidad por los accidentes del trabajo era de cargo del patrón por ser ello algo implícito a la naturaleza misma del contrato laboral; más allá de pagar un precio por el trabajo tiene la obligación de que nada ocurra a sus operarios mientras prestan sus servicios. (El contenido de la Seguridad Social, Ángel E. Botto León, Edición Femach, Valparaíso, 1968). Uno de los efectos más importantes derivados del hecho de que estemos frente a una responsabilidad contractual, en el caso del artículo 184 citado, corresponde a la carga de la prueba. Conforme al artículo 1547 del Código Civil, en el caso de responsabilidad contractual, se presume la culpa, correspondiendo al presunto responsable probar que ha empleado la debida diligencia para impedir el acto u omisión dañoso. En suma, la responsabilidad contractual del patrono quedaría establecida probándose la existencia de un contrato de trabajo y la causalidad entre el acto u omisión atribuible a la empresa y el resultado dañoso, sin necesidad de acreditar culpa o dolo. El empleador, que sólo liberaría de responsabilidad probando la concurrencia de caso fortuito o fuerza mayor o que el accidente se debió a un actuar voluntario de la víctima, debe acreditar que las medidas de seguridad fueron debidamente arbitradas, que desplegó la diligencia debida en la práctica de las obligaciones que le imponía el contrato. 4) Que el accidente de que se trata ocurrió mientras existía una relación laboral contractual entre la demandada Sra. Pino Machuca y la víctima y las condiciones mismas del contrato de trabajo no se encuentran controvertidas, como tampoco que el accidente ocurrió en momentos que el trabajador ejecutaba labores por orden de la mencionada Sra. Pino Machuca en un galpón de la Pesquera San José S.A. La controversia radica en si el empleador cumplió con sus obligaciones de seguridad y protección o si el accidente se debió a un caso fortuito, fuerza mayor o a una acción voluntaria del trabajador. 5) Que el dirimir esta situación es determinante para la procedencia de la indemnización demandada de conformidad con el artículo 1558 del Código Civil que establece este tipo de indemnización de perjuicios, principio incorporado al campo laboral por el artículo 69 de la ley Nº 16.744, disposición de la cual emana el derecho que mediante el presente juicio se impetra. 6) Que la demandada principal rindió la testimonial de que da cuenta el acta de fs. 44 vta. con las declaraciones de Guillermo Gilberto Matus Campos y de Gabriel Fernando Alvial Arismendi quienes manifiestan que personal se encontraba cambiando la techumbre de la nave principal y repentinamente se quebraron los pizarreños viendo caer una persona desde la altura la que se azotó contra una viga. Agregan, el primero, que la víctima andaba con su casco y elementos de seguridad, no recordando si con cinturón y el segundo, que no apreció en el momento si llevaba elementos de seguridad, sí vio que llevaba el casco. Ambos están contestes, que en la Empresa Pesquera San José existe el Reglamento de Orden, Higiene y Seguridad, como también un experto en seguridad y riesgo y que tanto el supervisor como el jefe de turno andan vigilando que se usen los implementos de seguridad y que el personal que no tiene sus implementos de seguridad no entra a la planta. Afirman que a los que trabajan en los techos se les obliga a usa tablones, cabo de vida, cinturón de seguridad, cascos y otros implementos para trabajar en altura, realizándose una fiscalización constante al respecto. 7) Que, por su parte, la demandada subsidiaria, a fs. 46 vta., ha rendido la testimonial de Rubén Iván Arancibia Lara, Jefe de prevención de riesgo y de capacitación de Pesquera San José S.A. quien expresa que informado del accidente procedió a verificar el hecho, percatándose que un contratista que hacía trabajos de mantención en la techumbre estaba herido tendido en el suelo por lo que procedió a prestarle atención médica llevándolo al Hospital. Agrega que la empresa da normas de seguridad las cuales él revisa personalmente que se cumplan. Un hermano de la víctima que trabajaba con ésta en la techumbre le dijo que no se dio cuenta cuando ésta se soltó del cinturón de seguridad para movilizarse arriba del techo. Afirma que cuando se trabaja en el techo se exige poner tablones, y una cuerda a lo largo de todo el techo como cabo de vida y el accidentado no cumplió con las normas en el sentido de sujetarse al cabo de vida con el cinturón de seguridad y al ir transitando por los tablones perdió el equilibrio y cayó con las consecuencias conocida. Manifiesta que en la empresa existe un Reglamento de Orden, Higiene y Seguridad, además de planes y programas de prevención de riesgos como también un jefe de seguridad, cargo que desempeña él con jornada completa y que el día de los hechos, al comen-

Incluso brillantes juristas del siglo pasado como Sauzet y Sainctlette sostuvieron en sus obras De la responsabilidad de los patrones y de los obreros por los accidentes del trabajo y Responsabilidad y garantía que la responsabilidad por los accidentes del trabajo era de cargo del patrón por ser ello algo implícito a la naturaleza misma del contrato laboral; más allá de pagar un precio por el trabajo tiene la obligación de que nada ocurra a sus operarios mientras prestan sus servicios. (El contenido de la Seguridad Social, Ángel E. Botto León, Edición Femach, Valparaíso, 1968). Uno de los efectos más importantes derivados del hecho de que estemos frente a una responsabilidad contractual, en el caso del artículo 184 citado, corresponde a la carga de la prueba. Conforme al artículo 1547 del Código Civil, en el caso de responsabilidad contractual, se presume la culpa, correspondiendo al presunto responsable probar que ha empleado la debida diligencia para impedir el acto u omisión dañoso. En suma, la responsabilidad contractual del patrono quedaría establecida probándose la existencia de un contrato de trabajo y la causalidad entre el acto u omisión atribuible a la empresa y el resultado dañoso, sin necesidad de acreditar culpa o dolo. El empleador, que sólo liberaría de responsabilidad probando la concurrencia de caso fortuito o fuerza mayor o que el accidente se debió a un actuar voluntario de la víctima, debe acreditar que las medidas de seguridad fueron debidamente arbitradas, que desplegó la diligencia debida en la práctica de las obligaciones que le imponía el contrato. 4) Que el accidente de que se trata ocurrió mientras existía una relación laboral contractual entre la demandada Sra. Pino Machuca y la víctima y las condiciones mismas del contrato de trabajo no se encuentran controvertidas, como tampoco que el accidente ocurrió en momentos que el trabajador ejecutaba labores por orden de la mencionada Sra. Pino Machuca en un galpón de la Pesquera San José S.A. La controversia radica en si el empleador cumplió con sus obligaciones de seguridad y protección o si el accidente se debió a un caso fortuito, fuerza mayor o a una acción voluntaria del trabajador. 5) Que el dirimir esta situación es determinante para la procedencia de la indemnización demandada de conformidad con el artículo 1558 del Código Civil que establece este tipo de indemnización de perjuicios, principio incorporado al campo laboral por el artículo 69 de la ley Nº 16.744, disposición de la cual emana el derecho que mediante el presente juicio se impetra. 6) Que la demandada principal rindió la testimonial de que da cuenta el acta de fs. 44 vta. con las declaraciones de Guillermo Gilberto Matus Campos y de Gabriel Fernando Alvial Arismendi quienes manifiestan que personal se encontraba cambiando la techumbre de la nave principal y repentinamente se quebraron los pizarreños viendo caer una persona desde la altura la que se azotó contra una viga. Agregan, el primero, que la víctima andaba con su casco y elementos de seguridad, no recordando si con cinturón y el segundo, que no apreció en el momento si llevaba elementos de seguridad, sí vio que llevaba el casco. Ambos están contestes, que en la Empresa Pesquera San José existe el Reglamento de Orden, Higiene y Seguridad, como también un experto en seguridad y riesgo y que tanto el supervisor como el jefe de turno andan vigilando que se usen los implementos de seguridad y que el personal que no tiene sus implementos de seguridad no entra a la planta. Afirman que a los que trabajan en los techos se les obliga a usa tablones, cabo de vida, cinturón de seguridad, cascos y otros implementos para trabajar en altura, realizándose una fiscalización constante al respecto. 7) Que, por su parte, la demandada subsidiaria, a fs. 46 vta., ha rendido la testimonial de Rubén Iván Arancibia Lara, Jefe de prevención de riesgo y de capacitación de Pesquera San José S.A. quien expresa que informado del accidente procedió a verificar el hecho, percatándose que un contratista que hacía trabajos de mantención en la techumbre estaba herido tendido en el suelo por lo que procedió a prestarle atención médica llevándolo al Hospital. Agrega que la empresa da normas de seguridad las cuales él revisa personalmente que se cumplan. Un hermano de la víctima que trabajaba con ésta en la techumbre le dijo que no se dio cuenta cuando ésta se soltó del cinturón de seguridad para movilizarse arriba del techo. Afirma que cuando se trabaja en el techo se exige poner tablones, y una cuerda a lo largo de todo el techo como cabo de vida y el accidentado no cumplió con las normas en el sentido de sujetarse al cabo de vida con el cinturón de seguridad y al ir transitando por los tablones perdió el equilibrio y cayó con las consecuencias conocida. Manifiesta que en la empresa existe un Reglamento de Orden, Higiene y Seguridad, además de planes y programas de prevención de riesgos como también un jefe de seguridad, cargo que desempeña él con jornada completa y que el día de los hechos, al comenACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

781

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

zar la jornada personalmente subió al techo a observar si todos los trabajadores tenían sus elementos de seguridad, comprobando que los tenían, además informó a la víctima de los riesgos del trabajo que realizaba dándole a conocer todas las normas de seguridad necesarias para prevenir accidentes. Contrainterrogado expresa que si Bustos hubiera estado con el cinturón de seguridad amarrado al cabo de vida, no habría caído sino que hubiese quedado suspendido en el techo. También depone por esta parte el testigo Guillermo Segundo Vergara Ledezma, jefe de planta de la Pesquera San José S.A. y manifiesta que el día de los hechos, se encontraba en su oficina cuando vio caer del techo de un galpón a Bustos, llamando a los encargados de seguridad y al paramédico. Dice que vio saltar el casco de seguridad al caer la persona y que ésta llevaba consigo el cinturón de seguridad. Agrega que es requisito para trabajar en el techo poner tablones que él proporcionaba y además, los trabajadores tenían cabo de vida y casco. Contrainterrogado expresa que si Bustos hubiere cumplido con las condiciones de trabajo relatadas, no habría ocurrido el accidente. Afirma que en la empresa existe un Reglamento de Orden, Higiene y Seguridad, un Reglamento interno y un jefe de prevención, como también una ambulancia y un paramédico y se cumple con la fiscalización de los supervisores como también se hizo visita de inspección al lugar de los hechos. 8) Que a fs. 66 la Mutual de Seguridad C. Ch. C. informa que la empresa Pesquera San José S.A. es adherente a dicha Institución bajo el Nº 16.573 y que en esta empresa hay un Departamento de Prevención de Riesgos Profesionales y además tiene instaurado un Programa de Prevención de Riesgos y realiza actividades sistemáticas y permanentes en esta materia. 9) Que apreciando estos antecedentes en conformidad a la sana crítica necesariamente debe concluirse que la demandada principal cumplió con respecto a la víctima, Daniel Bustos Figueroa con las medidas necesarias para proteger eficazmente su vida y salud, como también tomó las medidas adecuadas de higiene y seguridad en las faenas y además proporcionó a la víctima los implementos necesarios para prevenir accidentes en las faenas de reparación de la techumbre de un galpón que realizaba, como ser casco, cabo de vida, tablones, cinturón de seguridad, etc. y que Bustos Figueroa desobedeció las instrucciones impartidas y no hizo uso de los implementos de seguridad, como ocurrió al soltar su cinturón de seguridad del cabo de vida, lo que permitió que al resbalar, cayera al vacío, pues no estaba sujeto por el cabo de vida, hecho que le es imputable a éste personalmente y que la empresa demandada no estaba en condiciones de prever, ni evitar. Si bien es cierto la ley pone de cargo del empleador tomar las medidas para proteger la vida y salud de los trabajadores, no lo es menos que la ley, por otra parte, impone a los trabajadores la obligación de acatar las normas de seguridad que en forma directa determine la empresa a través del reglamento interno e indirectamente las contempladas en la legislación. El reglamento y las instrucciones son otra obligación que el contrato impone al trabajador. 10) Que se tuvo a la demandada doña Patricia Pino Machuca confesa en su rebeldía de las posiciones planteadas asertivamente en el pliego de fs. 40 en orden a que, Bustos Figueroa era su trabajador, que, a la fecha de ocurrencia de los hechos de esta causa, éste trabajaba en las faenas que ella realizaba para Pesquera San José S.A.; que, durante la relación laboral nunca se aplicó multas a Bustos por no usar elementos o dispositivos de seguridad; que, nunca su empresa, ni Pesquera San José S.A. multó a Bustos por incumplimiento de normas o instrucciones de seguridad; que, ofreció al Hogar de Cristo, lugar en que se encuentra Bustos, pagar $ 2.500.000 para atender a gastos de éste y que, continuó pagando a Bustos Figueroa, luego de ocurrido el accidente, el sueldo por dos meses. 11) Que a fs. 43 vta. absolvió al tenor del pliego de fs. 42, la actora, Marcela Bahamondes Quezada reconociendo que su cónyuge, Daniel Bustos Figueroa sufrió un accidente mientras laboraba en la planta de harina de pescado de la Sociedad Pesquera San José S.A.; que, éste era trabajador dependiente de la contratista, Patricia Pino Machuca, que, su cónyuge tiene lucidez pero está paralítico y que, conforme le ha contado su cuñado, Miguel Bustos, las labores no se realizaban con los elementos de seguridad necesarios, pues tenían que trabajar aún cuando lloviera y a veces tenían que subir con un cordel y que, cuando su marido llegó al Hospital no le pasaron ningún elemento de seguridad, sólo sus ropas. Parece necesario destacar que ésta, además de ser la actora y, por ende, tener interés económico en el resultado del juicio no estuvo en el lugar del accidente y mal podía saber las condiciones en que trabajaba su marido.

782

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

zar la jornada personalmente subió al techo a observar si todos los trabajadores tenían sus elementos de seguridad, comprobando que los tenían, además informó a la víctima de los riesgos del trabajo que realizaba dándole a conocer todas las normas de seguridad necesarias para prevenir accidentes. Contrainterrogado expresa que si Bustos hubiera estado con el cinturón de seguridad amarrado al cabo de vida, no habría caído sino que hubiese quedado suspendido en el techo. También depone por esta parte el testigo Guillermo Segundo Vergara Ledezma, jefe de planta de la Pesquera San José S.A. y manifiesta que el día de los hechos, se encontraba en su oficina cuando vio caer del techo de un galpón a Bustos, llamando a los encargados de seguridad y al paramédico. Dice que vio saltar el casco de seguridad al caer la persona y que ésta llevaba consigo el cinturón de seguridad. Agrega que es requisito para trabajar en el techo poner tablones que él proporcionaba y además, los trabajadores tenían cabo de vida y casco. Contrainterrogado expresa que si Bustos hubiere cumplido con las condiciones de trabajo relatadas, no habría ocurrido el accidente. Afirma que en la empresa existe un Reglamento de Orden, Higiene y Seguridad, un Reglamento interno y un jefe de prevención, como también una ambulancia y un paramédico y se cumple con la fiscalización de los supervisores como también se hizo visita de inspección al lugar de los hechos. 8) Que a fs. 66 la Mutual de Seguridad C. Ch. C. informa que la empresa Pesquera San José S.A. es adherente a dicha Institución bajo el Nº 16.573 y que en esta empresa hay un Departamento de Prevención de Riesgos Profesionales y además tiene instaurado un Programa de Prevención de Riesgos y realiza actividades sistemáticas y permanentes en esta materia. 9) Que apreciando estos antecedentes en conformidad a la sana crítica necesariamente debe concluirse que la demandada principal cumplió con respecto a la víctima, Daniel Bustos Figueroa con las medidas necesarias para proteger eficazmente su vida y salud, como también tomó las medidas adecuadas de higiene y seguridad en las faenas y además proporcionó a la víctima los implementos necesarios para prevenir accidentes en las faenas de reparación de la techumbre de un galpón que realizaba, como ser casco, cabo de vida, tablones, cinturón de seguridad, etc. y que Bustos Figueroa desobedeció las instrucciones impartidas y no hizo uso de los implementos de seguridad, como ocurrió al soltar su cinturón de seguridad del cabo de vida, lo que permitió que al resbalar, cayera al vacío, pues no estaba sujeto por el cabo de vida, hecho que le es imputable a éste personalmente y que la empresa demandada no estaba en condiciones de prever, ni evitar. Si bien es cierto la ley pone de cargo del empleador tomar las medidas para proteger la vida y salud de los trabajadores, no lo es menos que la ley, por otra parte, impone a los trabajadores la obligación de acatar las normas de seguridad que en forma directa determine la empresa a través del reglamento interno e indirectamente las contempladas en la legislación. El reglamento y las instrucciones son otra obligación que el contrato impone al trabajador. 10) Que se tuvo a la demandada doña Patricia Pino Machuca confesa en su rebeldía de las posiciones planteadas asertivamente en el pliego de fs. 40 en orden a que, Bustos Figueroa era su trabajador, que, a la fecha de ocurrencia de los hechos de esta causa, éste trabajaba en las faenas que ella realizaba para Pesquera San José S.A.; que, durante la relación laboral nunca se aplicó multas a Bustos por no usar elementos o dispositivos de seguridad; que, nunca su empresa, ni Pesquera San José S.A. multó a Bustos por incumplimiento de normas o instrucciones de seguridad; que, ofreció al Hogar de Cristo, lugar en que se encuentra Bustos, pagar $ 2.500.000 para atender a gastos de éste y que, continuó pagando a Bustos Figueroa, luego de ocurrido el accidente, el sueldo por dos meses. 11) Que a fs. 43 vta. absolvió al tenor del pliego de fs. 42, la actora, Marcela Bahamondes Quezada reconociendo que su cónyuge, Daniel Bustos Figueroa sufrió un accidente mientras laboraba en la planta de harina de pescado de la Sociedad Pesquera San José S.A.; que, éste era trabajador dependiente de la contratista, Patricia Pino Machuca, que, su cónyuge tiene lucidez pero está paralítico y que, conforme le ha contado su cuñado, Miguel Bustos, las labores no se realizaban con los elementos de seguridad necesarios, pues tenían que trabajar aún cuando lloviera y a veces tenían que subir con un cordel y que, cuando su marido llegó al Hospital no le pasaron ningún elemento de seguridad, sólo sus ropas. Parece necesario destacar que ésta, además de ser la actora y, por ende, tener interés económico en el resultado del juicio no estuvo en el lugar del accidente y mal podía saber las condiciones en que trabajaba su marido.

782

TIRO

ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

783

12) Que al no usar la víctima el cabo de vida que se le había proporcionado, pese al peligro que ello significaba, se produjo su caída, con el resultado de lesiones conocido y ello aparece como producto de su propia imprudencia. Luego, las lesiones que sufrió Daniel Bustos Figueroa no resultan imputables a los demandados y no ha surgido responsabilidad civil de indemnizar para éstos. Los demandados han destruido así la presunción al respecto. 13) Que, en consecuencia, es inoficioso analizar si se probaron los daños demandados, su naturaleza y monto. Al respecto, preciso es hacer presente que no se fijó punto de prueba alguno al respecto. 14) Que no resultando acreditada la responsabilidad de la demandada principal, no puede haber tampoco responsabilidad de la demandada subsidiaria. 15) Que, en todo caso, para los efectos procesales se dirá que la demandada subsidiaria Pesquera San José S.A. ha sostenido que no tiene responsabilidad alguna, pues entre ella y la víctima no ha existido vínculo jurídico alguno y, por ende, no tenía ninguna obligación de vigilancia. En cuanto, a que su responsabilidad deriva del artículo 64 del Código del Trabajo también la rechaza por carecer de fundamento legal. Este precepto, dice, es de carácter excepcional y no puede dársele un alcance mayor que el dispuesto por la ley. Esto es, agrega, la responsabilidad subsidiaria está limitada a las obligaciones laborales y previsionales que los contratistas puedan tener para con sus dependientes, pero no a obligaciones de otro carácter, como las obligaciones demandadas en autos. 16) Que el artículo 64 del Código del Trabajo en que se fundamenta la actora para demandar la responsabilidad subsidiaria de la empresa Pesquera San José S.A. dispone que El dueño de la obra, empresa o faena, será subsidiariamente responsable de las obligaciones laborales o previsionales que afecten a los contratistas en favor de los trabajadores de éstos. La responsabilidad de la Pesquera San José S.A. sería subsidiaria, porque las obligaciones demandadas derivan de la protección que se debe al trabajador en virtud del contrato del trabajo que ella no había celebrado, pero en su galpón estaba trabajando Bustos Figueroa, por lo que se aplica el artículo 64 recién citado. Si bien es efectivo las obligaciones de tomar las medidas para proteger al trabajador competen al empleador que contrata directamente los servicios del trabajador –la Sra. Pino Machuca– no lo es menos cierto, que en virtud del artículo 64, la ley las extiende al dueño de la obra, empresa o faena, en caso de incumplimiento por parte del contratista. En efecto, al contrario de lo que sostiene la Pesquera San José S.A. el campo de esta responsabilidad es amplio, toda vez que el legislador no hace distingo alguno entre las obligaciones de origen legal que pueden afectar al contratista o aquéllas que emanen de los contratos individuales o colectivos del trabajo y opera cualquiera que sea la naturaleza de las labores o servicios ejecutados o prestados. La única exigencia es que se originen en obligaciones laborales o previsionales y no hay duda, que de haberse acreditado responsabilidad del demandado principal, ella derivaría, como hemos dicho de una obligación laboral de protección al trabajador. 17) Que para los efectos procesales se dirá también que la actora doña Marcela Bahamondes Quezada no ha acreditado que esté ligada a la víctima por el vínculo matrimonial. 18) Que el letrado de la parte apelante ha hecho mucho caudal en torno que no se ha establecido en autos que la demandada principal tenga en su empresa un Reglamento de Higiene y Seguridad, ni se cuenta con un Departamento de Prevención de Riesgos Profesionales y un Comité Paritario. Al respecto, no se ha establecido tampoco que la empresa de la demandada era de tal magnitud que reuniera el número de trabajadores necesarios para hacer exigible la existencia del referido Departamento y del Comité, ya que éstos dos últimos institutos requieren de un número mínimo de trabajadores en la empresa. Y, en cuanto a la falta de Reglamento Interno de Higiene y Seguridad –que no se ha acreditado la demandada principal no tuviere– sólo tiene como sanción una multa. En todo caso, como se ha dejado dicho, lo importante era que el trabajador y víctima del accidente tenía a su disposición, al momento del siniestro, los equipos e implementos de seguridad y protección que su labor requería; que, había recibido las instrucciones necesarias, etc., y que además, en el lugar en que ocurrió el accidente se fiscalizó que se cumpliera con las normas de seguridad; había un Jefe de Prevención y riesgos en funciones, como también un Reglamento de Orden, Seguridad e Higiene, pese a lo cual ocurrió el accidente por no dar la víctima cumplimiento a las normas de seguridad que el contrato de trabajo, le obligaba a ella cumplir.

12) Que al no usar la víctima el cabo de vida que se le había proporcionado, pese al peligro que ello significaba, se produjo su caída, con el resultado de lesiones conocido y ello aparece como producto de su propia imprudencia. Luego, las lesiones que sufrió Daniel Bustos Figueroa no resultan imputables a los demandados y no ha surgido responsabilidad civil de indemnizar para éstos. Los demandados han destruido así la presunción al respecto. 13) Que, en consecuencia, es inoficioso analizar si se probaron los daños demandados, su naturaleza y monto. Al respecto, preciso es hacer presente que no se fijó punto de prueba alguno al respecto. 14) Que no resultando acreditada la responsabilidad de la demandada principal, no puede haber tampoco responsabilidad de la demandada subsidiaria. 15) Que, en todo caso, para los efectos procesales se dirá que la demandada subsidiaria Pesquera San José S.A. ha sostenido que no tiene responsabilidad alguna, pues entre ella y la víctima no ha existido vínculo jurídico alguno y, por ende, no tenía ninguna obligación de vigilancia. En cuanto, a que su responsabilidad deriva del artículo 64 del Código del Trabajo también la rechaza por carecer de fundamento legal. Este precepto, dice, es de carácter excepcional y no puede dársele un alcance mayor que el dispuesto por la ley. Esto es, agrega, la responsabilidad subsidiaria está limitada a las obligaciones laborales y previsionales que los contratistas puedan tener para con sus dependientes, pero no a obligaciones de otro carácter, como las obligaciones demandadas en autos. 16) Que el artículo 64 del Código del Trabajo en que se fundamenta la actora para demandar la responsabilidad subsidiaria de la empresa Pesquera San José S.A. dispone que El dueño de la obra, empresa o faena, será subsidiariamente responsable de las obligaciones laborales o previsionales que afecten a los contratistas en favor de los trabajadores de éstos. La responsabilidad de la Pesquera San José S.A. sería subsidiaria, porque las obligaciones demandadas derivan de la protección que se debe al trabajador en virtud del contrato del trabajo que ella no había celebrado, pero en su galpón estaba trabajando Bustos Figueroa, por lo que se aplica el artículo 64 recién citado. Si bien es efectivo las obligaciones de tomar las medidas para proteger al trabajador competen al empleador que contrata directamente los servicios del trabajador –la Sra. Pino Machuca– no lo es menos cierto, que en virtud del artículo 64, la ley las extiende al dueño de la obra, empresa o faena, en caso de incumplimiento por parte del contratista. En efecto, al contrario de lo que sostiene la Pesquera San José S.A. el campo de esta responsabilidad es amplio, toda vez que el legislador no hace distingo alguno entre las obligaciones de origen legal que pueden afectar al contratista o aquéllas que emanen de los contratos individuales o colectivos del trabajo y opera cualquiera que sea la naturaleza de las labores o servicios ejecutados o prestados. La única exigencia es que se originen en obligaciones laborales o previsionales y no hay duda, que de haberse acreditado responsabilidad del demandado principal, ella derivaría, como hemos dicho de una obligación laboral de protección al trabajador. 17) Que para los efectos procesales se dirá también que la actora doña Marcela Bahamondes Quezada no ha acreditado que esté ligada a la víctima por el vínculo matrimonial. 18) Que el letrado de la parte apelante ha hecho mucho caudal en torno que no se ha establecido en autos que la demandada principal tenga en su empresa un Reglamento de Higiene y Seguridad, ni se cuenta con un Departamento de Prevención de Riesgos Profesionales y un Comité Paritario. Al respecto, no se ha establecido tampoco que la empresa de la demandada era de tal magnitud que reuniera el número de trabajadores necesarios para hacer exigible la existencia del referido Departamento y del Comité, ya que éstos dos últimos institutos requieren de un número mínimo de trabajadores en la empresa. Y, en cuanto a la falta de Reglamento Interno de Higiene y Seguridad –que no se ha acreditado la demandada principal no tuviere– sólo tiene como sanción una multa. En todo caso, como se ha dejado dicho, lo importante era que el trabajador y víctima del accidente tenía a su disposición, al momento del siniestro, los equipos e implementos de seguridad y protección que su labor requería; que, había recibido las instrucciones necesarias, etc., y que además, en el lugar en que ocurrió el accidente se fiscalizó que se cumpliera con las normas de seguridad; había un Jefe de Prevención y riesgos en funciones, como también un Reglamento de Orden, Seguridad e Higiene, pese a lo cual ocurrió el accidente por no dar la víctima cumplimiento a las normas de seguridad que el contrato de trabajo, le obligaba a ella cumplir. ACCIDENTES DEL TRABAJO CON RESULTADO DE INCAPACIDAD

783

RETIRO

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

784

Por estos fundamentos, disposiciones legales citadas y lo dispuesto en los artículos 463 y siguientes del Código del Trabajo, se confirma la sentencia de dos de febrero de mil novecientos noventa y seis, escrita a fs. 88. No se condena en costas del recurso a los actores por haber tenido motivo plausible para alzarse. Regístrese y devuélvase. Redacción de la Ministra señora Sara Victoria Herrera Merino. Proveído por los Ministros en propiedad de la Iltma. Corte señor Enrique Silva Segura, señora Sara Herrera Merino y señora Isaura Quintana Guerra. Rol Nº 184 96.

III. CORTE SUPREMA. Por estos fundamentos, disposiciones legales citadas y lo dispuesto en los artículos 463 y siguientes del Código del Trabajo, se confirma la sentencia de dos de febrero de mil novecientos noventa y seis, escrita a fs. 88. No se condena en costas del recurso a los actores por haber tenido motivo plausible para alzarse. Regístrese y devuélvase. Redacción de la Ministra señora Sara Victoria Herrera Merino. Proveído por los Ministros en propiedad de la Iltma. Corte señor Enrique Silva Segura, señora Sara Herrera Merino y señora Isaura Quintana Guerra. Rol Nº 184 96. 784

TRATADO DE CUANTIFICACIÓN DEL DAÑO

Santiago, 17 de marzo de 1997. Proveyendo a fojas 75: a lo principal, téngase presente; al otrosí, por acompañada. VISTOS Y TENIENDO EN CONSIDERACIÓN: 1º) Que se ha ordenado dar cuenta, conforme al artículo 782 del Código de Procedimiento Civil, respecto del recurso de casación en el fondo deducido en autos; 2º) Que dicha disposición permite el rechazo de inmediato del recurso si, en opinión unánime de los integrantes de la Sala, éste adolece de manifiesta falta de fundamento; 3º) Que la sentencia confirmatoria de segundo grado en contra de la cual se recurre, da por establecido en su fundamento 12º que al no usar la víctima el cabo de vida que se le había proporcionado, pese al peligro que ello significaba, ocasionándose la caída, con el resultado de lesiones conocido, es producto de su propia imprudencia A lo dicho, cabe agregar que la prueba reunida por el demandado Sociedad Pesquera San José S.A. está rendida no en su propio favor sino en beneficio del proceso, razón por la cual, no debe otorgársele importancia alguna a la circunstancia de que ella no provenga de la demandada y empleadora doña Patricia Pino Machuca 4º) Que, así entonces, como se aprecia de la simple lectura del recurso, por su intermedio no se pretende otra cosa que variar las antedichas conclusiones de hecho de la forma en que soberanamente las han dado por establecidas los jueces de la instancia, previa apreciación de las pruebas conforme a las reglas pertinentes, para así obtener una sentencia diversa de la atacada. Y visto, además, lo dispuesto en el artículo 785 del cuerpo legal citado, se rechaza el recurso de casación en el fondo de lo principal de fojas 104, deducido en contra de la sentencia que se lee a fojas 98 y que es de fecha dieciséis de enero último. Regístrese y devuélvase en su oportunidad. Rol Nº 633 97 (Concepción). Pronunciado por los Ministros señores Enrique Zurita C., Mario Garrido M., Marcos Libedinsky T. y Abogados Integrantes señores Mario Mosquera R. y Jorge Rodríguez A. Bahamondes Quezada Marcela y Otro. Recurso de Casación Fondo Laboral.

Santiago, 17 de marzo de 1997. Proveyendo a fojas 75: a lo principal, téngase presente; al otrosí, por acompañada. VISTOS Y TENIENDO EN CONSIDERACIÓN: 1º) Que se ha ordenado dar cuenta, conforme al artículo 782 del Código de Procedimiento Civil, respecto del recurso de casación en el fondo deducido en autos; 2º) Que dicha disposición permite el rechazo de inmediato del recurso si, en opinión unánime de los integrantes de la Sala, éste adolece de manifiesta falta de fundamento; 3º) Que la sentencia confirmatoria de segundo grado en contra de la cual se recurre, da por establecido en su fundamento 12º que al no usar la víctima el cabo de vida que se le había proporcionado, pese al peligro que ello significaba, ocasionándose la caída, con el resultado de lesiones conocido, es producto de su propia imprudencia A lo dicho, cabe agregar que la prueba reunida por el demandado Sociedad Pesquera San José S.A. está rendida no en su propio favor sino en beneficio del proceso, razón por la cual, no debe otorgársele importancia alguna a la circunstancia de que ella no provenga de la demandada y empleadora doña Patricia Pino Machuca 4º) Que, así entonces, como se aprecia de la simple lectura del recurso, por su intermedio no se pretende otra cosa que variar las antedichas conclusiones de hecho de la forma en que soberanamente las han dado por establecidas los jueces de la instancia, previa apreciación de las pruebas conforme a las reglas pertinentes, para así obtener una sentencia diversa de la atacada. Y visto, además, lo dispuesto en el artículo 785 del cuerpo legal citado, se rechaza el recurso de casación en el fondo de lo principal de fojas 104, deducido en contra de la sentencia que se lee a fojas 98 y que es de fecha dieciséis de enero último. Regístrese y devuélvase en su oportunidad. Rol Nº 633 97 (Concepción). Pronunciado por los Ministros señores Enrique Zurita C., Mario Garrido M., Marcos Libedinsky T. y Abogados Integrantes señores Mario Mosquera R. y Jorge Rodríguez A. Bahamondes Quezada Marcela y Otro. Recurso de Casación Fondo Laboral.

III. CORTE SUPREMA.

TIRO

RETIRO

Related Documents


More Documents from "Juan Carlos"

January 2021 0
Com_pol_loc_2015_t_i_2m
January 2021 13
00 Comercio_jijena
January 2021 0
Acto Administrativo
January 2021 0